E PES PRIIS A Sl ES ES A y : 4 e na a SO de] al NO ] Digitized by the Internet Archive in 2009 with funding from University of Toronto http://www.archive.org/details/memorias30acad MEMORIAS ) yerelad Crentica “Antomo Arale, MÉMOIRES DE LA K SOPLETE SCIENTIRIQUA “Antonio Alzate” Publiés sous la direction de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLAN, Secrétaire perpétuel. TOME. 30 1910-1911 MEXICO IMPRIMERIE DU GOUVERNEMENT FÉDÉRAL. 1910 e 12 r A A Caddealmi2a. (¡Vac:orno. 7 ¿.! 4 MEMORIAS y! Ls ¿ns FTE. DE LA OCIEDAD CINTA “Antonio Alzate” Publicadas bajo la dirección de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLAN, Secretario perpetuo. PUOVMO=SO 1910-1911 H ¿0 / yes > Á S St MEXICO - IMPRENTA DEL GOBIERNO FEDERAL (4? de Revillagigedo núm. 47). 1910 SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.” MEXICO. FONDÉE EN OCTOBRE 1884. Membres fondateurs. MM. Rafael Aguilar y Santillán, Guillermo Beltrán y Pu- ga, Ricardo E. Cicero, Manuel Marroquín y Rivera et Dr. Daniel M. Vélez. Président honoraire perpétuel. 3 Nod M. Ramón Manterola. 9,3 Secrétaire général perpétuel. NL 3 a Es M. Rafael Aguilar y Santillán. Conseil directif.—1910. PRÉSIDENT.—Ing. Joaquín de M-ndizábal Tamborrel. Vicg-PRÉSIDENTS.—Íug. Macario Olivares et Dr. Manuel Uribe y Troncoso. Le SeckrÉrarRe PErPÉTUEL. SecrRÉTaleE.—Iny. Gustavo Durán. ViCE-SECRÉTAIRE.—Dr. Everardo Landa. TRÉSORIER PERPÉTUEL.—M. José de Mendizábal. La Bibliotháque de la Société (Ex-Mercado del Volador), est ouverte au public tous les jours non fériés de 4 h.a 7 h du soir. Les '*Mémoires” et la “Revue” de la Société paraissent par cahiers in 82 de 48 pags. tous les mois. ls forment deux volumes par an. La correspondance, mémoires et publications destinées á la Société, doi- vent ótre adressées á la Sociedad Científica “Antonio Alzate” Ex-Volador.—MÉXICO (Mexique). Les auteurs sont seuls responsables de leurs écrits. Les membres de la Société sont désignés par les lettres M. 8. A. IN REMEMORATIONEM PROMOTE AE PROCLAMA LIA CA INDEPE DEIA SOCIETAS “ANTONIO ALZATE” HUNC OPUS DEDICAT ANNO MDCCCCX. 7 po y Ei NA l MA Sa a ] 290 ta 0 mm e led de ' 1 a y dy > bso 00 de Eióndl : A vea Ss a e ¡05 5% Ja a, E 18 A EE AA ES A ES e qe do o A E ¿EGO de arca 7% e q £f 1 E Sl NS pde 3 pai” 4 Y ' E> Ab LAS iS rr” ; pe Ss : e y E A, RO 7 AS ed rial de 9 PRA Ea ys de den p A ¡ E "oa JA nd SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ““ANTONIO ALZATE”—-MÉMOIRES, T. 30. 7 MORFOLOGIA DELAS RAICES DE LAS PLANTAS POR EL PROF, GUILLERMO GANDARA, M. $, A, (Sesión de 4 de Julio de 1910). Lios animales y las plantas eran clasificados en pasados si- glos atendiendo á sus utilidades y á su forma, tamaño y co- lor; pero esta base de clasificación bien pronto tuvo que ser abandonada por ser insuficiente para agrupar por verdaderas semejanzas á tantos seres organizados de tan diversas condi- ciones, que de año en año hn venido descubriéndose. Nues- bros museos se enriquecían con animales y plantas cuyo fin no era otro que de clasificarlos con nombres arbitrarios, y no con el de explicar el papel que desempeñan en la naturaleza y el lugar que en ésta les corresponde. Ahora la cuestión ha cambiado: los naturalistas discuten acaloradamente la base científica para la clasificación de las especies y creen haberla encontrado en la teoría del transfor- mismo. Unos aceptan de plano cuanto en esta teoría se les propone, ctros aceptan cuanto de real y verdadero tienen; y otros, negándola en sus principios, no aceptan sus conclusiones. Los primeros han creído encontrar la base científica de la clasificación en la genealogía de las especies. Este procedi- miento es realmente científico porque puede proporcionar ele- mentos naturales que pueden graduarse y relacionarse armó- nicamente para explicar el problema; pero 'tiene 'el ineon've- 8 GUILLERMO GÁNDARA. niente de no ser extensivo á todos los seres organizados, pues no obstante los esfuezos de los darwinistas para hacer prospe- perar este sistema, apenas se ha logrado aclarar la genealogía de una sola especie; la del caballo. Ojalá que pronto puedan descubrirse las relaciones que paso á paso, por medio del transformismo, han sufrido las es- pecies á través de los siglos, para averiguar su verdadero orl- gen, pues entonces tendríamos una cla=ificación de ellas ente- ramente racional; pero en vista de lo infractuoso y mezquino que han resultado los trabajos encaminados á este fin, no es fácil confiar en la prosperidad del sistema. Y ya que en la actualidad algunos naturalistas se preocu- pan tanto de esas relaciones de origen de las formas organi- zadas, presentamos aquí no la filogenia de una especie, sino la de las formas de raíces. de las plantas, que nos ha parecido interesante por permitir hacer de ellas una clasificación cien- tífica. Es un hecho fundado en la observación, que la mayoría de las plantas tienen una raíz como lo indica la fig. núm 1; analizando ésta veremos que está formada de un eje primario más ó menos cónico, y ejes secundarios. Por esto es racional llamarle raíz simple, pu»s tiene un solo eje primario; cónica, porque su diámetro va disminuyendo de arriba hacia abajo; irregular, porque este cono es más ó menos torcido; y además pivotante, porque la dirección general del eje principal, es ha- cia el centro de la tierra. Como luego veremos, de esta forma dependen las demás y por esto le llamaremos de un modo ge- neral raíz típica, entendiendo por ésta, la raíz PIVOTANTE-SIM- PLE-CÓNICA-IRREGULAR. La raíz típica puede tener varios ejes primarios (fig. nú- mero 2) y entonces puede llamársele compuesta (TÍP CA COM- PUESTA). Si en la TÍPICA SIMPLE se atrofian los ejes secundarios, re- sultará la PIVOTANTE-SIMPLE-CÓNICA-PERFECTA. Ejemplo el MORFOLOGÍA DE LAS RAÍCES DE LAS PLANTAS, 9 rábano (Raphanus sativus). Es de advertir que estas raíces son jugosas y feculentas, predominando lo primero; y si en vez de tener un solo eje primario tienen dos ó más, entonces seles designará como PIVOTANTES-COMPUESTAS-CÓNICAS—PER- FECTAS. (Fig. núm. 3). Si en raíces como éstas la división de los ejes se hace des- de el nudo vital de la planta; si predominan en ellas las mate- rias feculentas y si no son PIVOTANTES sino divergentes, se formarán las raíces TUBEROSAS. Ejemplo la raíz de la Dahlia. (Figs. núm. 4 y 5). Raíces tuberosas hay cuyo eje principal no es imaginario sino real. Ejemplo: los guacamotes (raíces de Manihot utilisi- ma). (Fig 6). Y si estas raíces perdieran sus materiales ami- láceos de reserva, con seguridad que sólo quedarían reducidas á haces de filamentos fbrosos; á estas raíces les llamaremos FACICULADAS. Es N á ' Ejemplo las del trigo y demás Gramíneas. (Fig. núm. 7). Las raíces del Manihot utilisima, sirven pues de eslabón para pasar á esta última forma. Mem, Soo. Alzate. México. T. 30 (1910-1911)—2 10 GUILLERMO GÁNDARA. Si por otra parte consideramos la dimensión de los ejes tanto longitudinal como transversal, de la raíz PIVOTANTE- SIMPLE-CÓNICA—PERFECTA, claramente veremos que si el diá- metro longitudinal se acorta y el transversal crece de arriba hacia abajo, se formarán las raíces llamadas FUSIFORMES, por- que afectan la forma de un huso. Ejemplo la Zanahoria. (Fig. núm. 8). Y si éste último diámetro crece en sentido inverso enton- ce se llamará á esas raíces, NABIFORMES, pues el nabo es el ti- po de esta forma. (Fig. núm. 9). Si dichos diámetros son más ó menos iguales, aparecerá la raíz GLOBULOSA; SIMPLE, si consta de un solo tubérculo 6 COM- PUESTA, si tiene dos ó más. (Fig. núm. 10). Con las raíces GLOBULOSAS y FACICULADAS, pueden formar- se las mixtas correspondientes: GLOBOFACICULADAS SEPARA- DAS, ejemplo, las raíces de las Orquídeas. (Figs. núms. 11 y 12) ó bien las MONILIFORMES ó sean GLOBOFACICULADAS UNIDAS. (Fig. núm. 18). Estas son las principales formas de las raíces. México, Julio 5 de31910. NN A A SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE *“ANTONIO ALZATE” MÉMOIRES, 'T. 30. 11 BL PIGO DE TANOITARO, Aiehoacán POR EL ING. EZEQUIEL ORDOÑEZ, M. $. A. (Sesión del 1? de Agosto de 1910). El Tancítaro es una de las más altas montañas de la región media occidental de México y sólo le sobrepasa en elevación el Pico Nevado de Colima. El Tancítaro está situado sobre la vertiente meridional de la Mesa Central en la región SW, del Distrito de Uruapan, Michoacán, hacia los 19005" de latitud septentrional y á los 2059/57 de longitud occidental de México según Lejarza, ó según García Cubas respectiva- mente 1908'N y 3921'W. Se levanta qgmo un macizo casi aislado sobre la pendien- te suave del declive de la Mesa y se une al cordón marginal volcánico de ella, del que no está muy distante, por una iile- ra de chimeneas de importancia no muy secundaria. Los ce- rros Prieto, el de Angelina y el de las Palmas son los principa- les que ligan el Tancítaro con el Pico de Quinceo, cima impor- tante del cordón marginal, liga que parece existir solo desde el punto de vista topográfico, pues que en cuanto á constitu- ción son completamente diferentes. En efecto, como hemos di- y 12 EZEQUIEL ORDÓNEZ. IA Te AER A NE o AA E AAA cho al hablar del semicírculo de volcanes de Uruapan, el Quin- ceo y las eminencias vecinas entran entre los muchos otros productores del gran malpais de Michoacán como vamos á ver y son por lo tanto de edad muy reciente mientras que el Tan. cítaro, montaña en forma de cresta alargada, es un volcán re- lativamente antiguo, monógeno, en estado le avanzada des- trucción, de base muy ancha, oculta en todo su contorno por un diluvio de malpais del que sobresale con formas agudas y envejecidas este armazón rocalloso, vestido de abundante ve- getación. : Hemos visto como al pié de los volcanes de su flanco orien- tal se extiende una mesa de malpais; la mesa de Uruapan y que sobre ella descanzan otras corrientes de lava de las más recientes erupciones de los volcanes al NE. del Tancítaro; otra plataforma de lava aun más extensa, más elevada, se extiende al Sur, sembrada también de muchas chimeneas pequeñas, tan- to desparramadas al acaso en su interior, como distribuidas en el borde. Esta es la plataforma, mesa ó escalón de Tancítaro ó sea el nombre del pueblo más importante situado cerca de su borde occidental. Esta mesa forma con la de Uruapan práe- ticamente un solo escalón encorvado pero en parte cortado por una angosta barranea y por una hilera de pequeños cerros. Por el norte y el occidente siempre es el malpais el que cubre la ba- se del Tancítaro, pero siguiendo el declive suave que trae des- de el borde de la Mesa Central bañando también en su cami. no la base de otro viejo y alto volcán convertido igualmente en una cresta, el Patamban, (3,750m.) su pariente contempo- ráneo y vecino á unos 60 km. al N. La cresta principal de la cima del Tancítaro y en general de toda la montaña se alarga en la dirección N.-S. coma un espinazo agudo terminado hacia el Sur casi en un pico que es el más elevado, con una altura según nuestras medidas hypso- métricas de 3,845 metros sobra el nivel del mar. Desde el pue- blo de Tancítaro, situado abajo en la mesa del malpais y sobre 0) ws A E . EL PICO DE TANCÍTARO. 13 la dirección de la cresta, la cima del cerro se proyecta como un pico sostenido por otros de mexuor altura; de esta forma pues, le ha venido el nombre de pico de Tancítaro. Por el con- trario del lado del norte la cresta principal de poco menos de un kilómetro de longitud, se bifurca en dos ramas igualmente agudas y rocallosas que cireunscriben una amplia cavidad en forma de herradura en donde toma nacimiento la barranca lla- mada de la Víbora que descendiendo primero hacia el N. y NE. se encorva hacia el SE. y desemboca ya bastante profundiza- da entre las mesas de Uruapan y Tancítaro conduciendo las aguas á las tierras calientes del occidente de Apatzingán. De las dos ramas susodichas en que se bifurca la cresta terminal, la del poniente es la más importante por su altura y longitud erizada de varias puntas rocallosas que sobresalen lo bastante para ser distinguidas desde una gran distancia y que todos los habitantes de las cercanías conocen con los nombres de Piedra del Horno, Piedras Paradas, eto. De igual manera de otros puntos de la gran eresta culminante del Tancítaro se despren- den al Sur y á ambos lados estribos muy agudos que descien- den bruscamente hacia la base, pero antes de formar entre sí las cañadas muy profuudas y escarpadas distribuidas radial- mente que en aquellas estribos dan á la montaña sus formas vigorosas y por tanto pintorescas, hay unos vallecitos colga- dos donde se reunen algunos hilos de agua que se represan y que se congelan todas las mañanas de los meses del invierno. Algunos hombres de los pueblos inmediatos al Tancítaro como San Juan de las Colchas, Tancítaro, los Reyes y otros, apro- vechan estos hielos de invierno y la nieve que suele juntarse en los huecos de las rocas, almacenándolos y comprimiéndolos en pozos que cubren convenientemente para ser extraíilo y acarreado para el consumo en los meses cálidos hasta Mayo ó Junio, práctica seguida de igual modo en otras altas montañas de México con ó sin nievos persistentes. A aquellos vallecitos que suministran con su hielo un recurso de bien pequeña ex- 14 EZEQUIEL ORDÓÑEZ. plotación les llaman en la localidad zafras, y entre estos los más importantes son: la Zafra chica y la Zafra grande al occidente de los que parten los estribos filosos del Espinazo del Diablo y del Centello y la Zafra de Sun Juan donde nace la barranca de la Víbora al Norte y de donde parte también la cresta que lle- va entre otras rocas la de la Piedra del Horno. Las pendientes más fuertes del Tancítaro están al Sur y al Poniente de donde se alza la montaña bruscamente como una mole de más de 1,800 metros de altura y euya cima se ve frecuentemente coronada de nubes. No hemos experimentado frío tan intenso durante el invierno ni aun en montañas más elevadas. En los días de nuestra visita al Tancítaro, 26, 27 y 28 de Enero, el termómetro bajó en las mañanas varios gra- dos bajo cero; en sus faldas orientales en el rancho del Rosa- rio á sólo 1,890 metros de altura el termómetro marcaba 19 á las 8 a m. Desde el punto de vista de su constitución y de su forma, el Tancítaro se parece á los otros viejos volcanes del Anáhuac que van perdiendo á fuerza de erosión mucho de sus líneas primordiales, llevándose así el secreto de su modo preciso de formación, como sueede con la mayor parte de los volcanes monógenos. Petrográfica y morfológicamente es como el Co- fre de Perote, el Iztaccihuatl ó el Ajusco aunque algo más avanzado en la denudación y es ol tipo aun por esta vejez de otros gigantes de Michoacán, como el Patamban, (3750m.), el Zirate, (3340m.), la Cantera, el Cumburindio, etc. Lo que se puede ver hoy en nuestra montaña del Tancí- taro son masas muy grandes á manera de corrientes, de ande-, sita de hornblenda é hiperstena augíticas de color blanco agri- sado ó rojizas por alteraciones con un partimiento en lajas delgadas, tan común, que á esto debe por efecto de la destrne- ción la forma aguda de sus crestas; los grandes paredones de sus barrancas no son más que sus relices ó planos de parti- miento enegrecidos y manchados por el tiempo, llamando la EL PICO DE TANCÍTARO. 15 atención á este respecto la Piedra del Horno que tiene más de 100 metros de altura enfrente de la barranca. En otras partes se ve un franco partimiento columnar como en la Piedra Para- da y en muchos cantiles inaccesibles bandas con diferente par- timiento y débil cambio de coloración parecen indicar corrien- tessobrepuestas, las que no dudamos que exista por haber en- contrado entre las peñas de las cimas intercalaciones de bre- chas y girones de aglomerados. De ningún punto de México, es probable, se podrá disfru- tar desde una cima, de un panorama más interesante y gran- dioso sin algo de ponderación. La belleza de este paisaje, úni- eo, consiste del número prodigioso de bocas volcánicas que co- ronan el borde de la mesa central, que surgen de sus mesas elevadas ó que están diseminadas en el manto de lava que eu- bre la vertiente de la mesa, volcanes que se antojan los horni- tos en una inmensa torta de basalto. Desde esta altura se pue- de dominar casi la tercera parte del gran malpais de Michoa- cán. No vacilamos en referir que hemos podido contar hasta 250 chimeneas volcánicas grandes, altas y peaneñas. Solo en la mesa de Tancítaro y en sus faldas hemos contado 55 y en la hondonada que remata en Uruapan 25. Estando la alta montaña de Tancítaro en la vertiente de la Mesa Central ofrece.la ventaja de tener dominio no solo sobre las altas mesetas de aquella, sino también sobre las tierras ca- lientes y las montañas del Sur. Hacia la Mesa Central por el N.W., el N. y N.E., las grandes cimas se suceden unas tras de otras como gibas y conos desparramados en completo des- orden entre los que descuellan la cresta del Patamban, el Quin- ceo (3324m.) entre cuyas puntas y sus flancos, más de 70 peque- ños cráteres se alzan en modestos conos. Entre los boquetes que dejan entre sí las otras montañas del borde de la mesa que hemos enumerado en otra parte, se asoman, el majestuoso eo- no ó cerro del Pilón, los cerros que encausan al río Duero, los 16 EZEQUIEL ORDÓNEZ. que limitan al N. las mosas de arenas y de lavas y cuencas de Nurio, de Paracho, ete., los que encierran las ciénegas de Za- capu, la Sierra de Comanja, ete., etc. Una franja de bruma in- dica la situación del vaso del lago de Pátzcuaro dominado por la cresta del Zirate, más allá el volcán de San Andrés. El apén- dice de las mesas altas de Ario erizada de muchos conos se proyecta en el horizonte al oriente bruscamente cortados por los altos muros de los esrros del Chivo y del Hortigal cayendo hacia el grandioso anfiteatro del Jorullo. A muestros pies más allá del borde de la mesa de Uruapan los secos llanos de An- túnez se ven como una mancha amarilla surcados por el cañón del río del Marqués y al sur en el escalón de Tancítaro los tri- gales verde esmeralda contrastan con las cintas verde amari- llentas de los cañavorales en los planes de Apatzingán. El río de Tepalcatepec se mete entre las anfractuosidades de las mon- tañas del Sur como un gusano de plata que brilla entre la bru- ma. Por último, al occidente el plano inclinado de Tingúindin y los Reyes sembrado de pequeños conos y de un color sombrío hace resaltar la laguna de Chapala y los charcos del Distrito de Jiquilpan á lo lejos encerrados entre volcanes. Las sierras del occidente en cuyos flancos se encuentran otros muchos volcanes no hacen más que exagerar la altura de la silueta ne- gra y fantástica del pico Nevado y del volcán de Colima coro- nado por su penacho de vapores...... A despecho de lo que pieusan nuestros geógrafos y geólo- gos y nosotros con ellos sobre la estricta dependencia de la lla- mada Sierra Madre del Sur al resto de la orografía septentrio- nal del país, la verdad es que estamos sorprendidos, al menos en Michoacán, de su completo aislamiento. Una ancha faja de tierras bajas y calientes se interpone en parte de los Distritos de Ario y Apatzingán, marcándose en ellos el curso de ríos de Tepalcatepec y el Marqués viéndose al Sur del primero y al Sur de las Balsas un nuevo sistema oro- gráfico independiente, sin lazos importantes de continuidad. EL PICO DE TANCÍTARO. 17 Así se desprende como un block largo y uniforme la Sierra de Coalcomán, separada por un corte ó truncadura practicado por el Balsas del sistema de sierras paralelas con rumbo E.-W. del Estado de Guerrero. Mas valdría reservarse la opinión raspecto á la conexión orográfica de la Sierra Madre del Sur con el resto del país. Nos parece insensato que se hayan colocado á nuestros volca- nes sobre líneas de fracturas de orientación definida contraria á las reglas del sistema orográfico dominante de México, cuan- do como hemos visto antes y en estas páginas, los grandes vol- canes, los viejos, están aparentemente en desorden y los más jóvenes y más pequeños que han dado el diluvio del malpais, tienen una situación notoriamente accidental que no pueden nunca indicar líneas previlegiadas de erupción. México, 1910, Mem, Soc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911)—3 NN ca e A A pi Pl ey qe A EN al ' y AN pá OS 1 Lal ho A EE Mat E $ dE Mir des El NN HEN 1710 A da AN ES HANA A e e AS EE ju SÓ ATEN EA 0 Mo E dl ARENA Be A ñ Y] y er 44 e NETA E E rca Ade AE ES l 00) 15 en 7 ON O SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE” MÉMOIRES, T. 30. 19 - _ _-— LA FLORA DE LA AMÉRICA TROPICAL POR ALBERTO MEMBREÑO, M. $, A. (Sesión del día 19 de Agosto de 1910). Bien sabido es que los países situados en la Zona Tórrida son los más ricos en plantas, cuya utilidad en la medicina, in- dustria y economía doméstica notamos á diario. La gente del campo es la que más se aprovecha de los be- neficios que espontáneamente le ofr=ce la naturaleza: por tra- dición se van trasmitiendo las virtudes curativas de las hierbas, si son sudoríficas, emolientes, purgantes, febrífugas, lo mismo que las que son venenosas; para fabricar sus casas, en el bos- que encuentran la madera á propósito; la cáscara con que han de sujetar unos palos á otros; cuando la necesidad es mucha ó el calor excesivo, la palmera con cuyas hojas se cubrirá el techo, y las aromáticas rajas de ocote que, sirviendo de vela, dan animación y alegría al hogar. Si las lluvias faltan, no hay maíz ni frijoles, escasea el plátano; pero entonces la fécula de la masica, del OJUSTE y de algunas palmeras impiden por el momento los horrores del hambre. El patriarca de las letras hispano-americanas, Bello, en versos inimitables, nos ha des- erito todo lo grandioso de la zona tórrida. 20 ALBERTO MEMBREÑO. Tenemos que agradecer á los conquistadores, no lo que destruyeron, sino lo que recogieron de boca de los aborígines acerca de la flora intertropical; mucho debe la civilización al infatigablo celo y conocimientos de esos varones ilustres como un Hernández y otros que nos han legado obras inmortales. Siguiendo las huellas de estos beuefactores de la humani- dad, otros han consagrado su talento y los mejores días de su vida á purificar y aumentar aquel caudal de sabiduría, tanto en la época de la Colonia como después de la Independencia. No hay duda que son notables los trabajos sobre la flora de los trópicos, de Humboldt, Bonpland, Ducoeurjoly, Grroz- gourdy, Squier, Levy; de los venezolanos Díaz y Romero; del colombiano Uribe Angel, del hondureño Cruz, del salvadoreño Guzmán, de los mexicanos Altamirano, Ramírez, Urbina, y Villada y de tantos más distinguidos naturalistas contemporá- neos; sin embargo, hay que considerar todos estos estudios como regionales. Hace falta un libro en que aparezcan deseri- tas y analizadas todas las plantas de los trópicos. Los estudios parciales, como yo califico los que hasta aho- ra se han realizado, sirven para los respectivos países, en don- de se han hecho; pero fuera de sus límites regionales, poca utilidad presentan. Los que, aunque por mera curiosidad, nos hemos impues- to la obligación de identificar plantas de las diferentes localida- des de la América tropical, hemos encontrado dos obstáculos. 1% La falta de fijeza, ó mejor dicho una anarquía en la nomen- elatura científica; y 2”, que varias veces el nombre vulgar de una planta en un punto no es el mismo que el que tiene en otro y no es remoto el caso que aunque los nombres coincidan, las plantas difieren. Para los colombianos el guayacán es una rutácea, que co- nocen con el nombre de zygophyllum arboreum; para los antilla- nos es GUAYACUM OFFICINALIS y para los mexicanos GUAIACUM COULTERI, g-verticale, g-o/fficinalis, g-sanctum, guazuma ulmifo- LA FLORA DE LA AMÉRICA TROPICAL, 21 lia (este árbol es el guáchno ó cuaulote) y tabebuia guayacum. El cihuapate ó zoapate, tal vez por el aspecto de sus flores, ha sido tenido ea Honduras por umbelífera; en México pertene- ce á la familia de las compuestas. La piña (anana en Cuba) es en la República annanas sativus ó monstera deliciosa; en Colom- bia y en Honduras, bromelia annanas. El colombiano llama á la piñuela bromelia karatas, el vaxaqueño bromelia pinguin, el ta- basqueño á su timbirichi, que es la misma piñuela, karatas plu- mieri y el guatemalteco bromelia piñuela. En la FLORA MEXICA- NA se lee que el cacaloxuchitl es plumeria alba, y en el libro del Dr. Ramírez, plumeria rubra; lo que no deja de desorientarnos en Centro América, porque lo que por allá puede ser rubra (roja) es la flor meztiza ó flor de la Cruz; ya que la blanca, que es la única que se conoce por cacalichuche, tiene que ser el ALBA. Cuatro clases de ceibas hay en Santo Domingo: ceiva vi- ticiis folñis, caudice aculeato, c. v. f., c. glabro, la roja y otra más roja; en Cuba la malvácea en referencia es eriodendron anfrae- tuosum; en Colombia bombazx ceiba y en México bombazx ellipticum, eriodendrum cesculifolium y e. occidentale. El guarumbo (guarumo) de México es cecropia mexicana, el de Colombia cecropia peltata y el de Honduras, y me parece que el de Cuba, palax undulata, En Colombia y en Honduras se conoce la zarzaparrilla por smi- lax zarzaparrila, en Veracruz por smilax medica, en Oaxaca por smilax glauca y en San Luis Potosí por smilax bona—nox. La vai- nilla cimarrona mexicana, vanilla sylvestris se llama en Colom- bia y en Honduras epidendrum vanilla. El Dr. Uribe Angel y la FLORA MEDICINAL DE HONDURAS, dicen que el muérdago es viscum album; los dos mexicanos que se conocen son loranthus calyculatus y l. americana. En Cuba y Honduras la jagua es GE- NIPA AMERICANA y en México G. CARUTO. Las dos especies de brasil de Cuba son caesalpinia bijuga y c. crista, la de Honduras c. echinata y las de México caesalpinia sp?, condalia obovata, hae- matoxylon boreale y h. campechianum. En la SINONIMIA, del Dr. Ramírez, el copal de Veracruz es el cuaulote del Estado de Mé- 22 ALBERTO MEMBRENO. xico, puesto que uno y otro son heliocarpus americamus. En la misma SINONIMIA el toloache, planta tan conocida, es solaná- cea en varios lugares de México, menos en Chihuahua que es pedalínea. Y por último encontró un naturalista, nances, nan- cites ó nanches en Oaxaca, que, han de ser más ó menos dul- ces, más ó menos amarillos Ó rojos y que son corrientes en nuestras costas y los llamó malpighia oaxacana. ¡Para qué se- guir? Si continuara en este análisis notaría más discrepancias en la nomenclatura de las plantas, que poco ayudan á la ciencia y mucho á confundir al estudioso, y se puede asegurar que son muy contados los árboles que como el ACHIOTE, que vive en toda América, nadie se ha atrevido á quitarle el nombre de BIXA ORELLANA con que lo bausizó el inmortal Linneo. No de- jo de reconocer la necesidad qne bay de que á cada especie Ó variedad nueva que aparezca dentro de una familia, se la dis- tinga con un nombre propio: pero sucede á veces, como he te- nido ocasión de observar, que olvidándose de que la planta es- tá ya clasificada, la encuentra uno por casualidad, hace el exa- men de ella, y como resultado viene á aumentar inútilmente el vocabulario científico. Ya me imagino por las dudas que apa- recen en la SINONIMIA, cuanto costaría al Dr. Ramírez y cola- boradores dar cima á su trabajo! En la FLORA de los señores Sessé y Mociño, como hubo de parte de ellos más observación personal, se nota una regularidad completa. Si en la ciencia reina la confusión, qué no será en el vul- go que siempre tira por el atajo y que en materia de idioma todo lo subordina á su capricho más ó menos razonable; des- contando, por supuesto, de esto la influencia de las lenguas in- dígenas. Exceptuando á PULQUE, que al sentir de algunos es pala- bra chilena, las cosas genuinamente mexicanas no tienen nom- bre tomado de las lenguas de la América del Sur, del mismo modo que los objetos sur americanos no son llamados con tér- minos mexicanos ó centro americanos. Como las relaciones en- LA FLORA DE LA AMÉRICA TROPICAL. 23 tre las Antillas con México y Centro América fueron y son más constantes, algo se han mezclado los vocabularios. El chi- lacayote que, escritores muy recomendables mexicanos, ha- ciendo á un lado las tradiciones de la lengua de Cuauhtemoc y mal aconsejados por la Real Academia Española, llaman Cr- DRACAYOTE es conocido en Honduras por CHIBERRO. El DIVI- DIVIDI de Venezuela, que es el azteca NACAZCOLOTL, castella- nizado en Honduras en NACASCOLO y NACASCOLOTE, en Mé- xico es NACASCUL, CASCOL y CASCALOTE, no ha podido ser clasificado en Colima; y lo más sorprendente es que, debido á la humorada no sabemos de qué persona, en un lugar de esta República la leguminosa NACASCUL es la DATURA STRAMONIUM, L. ó sea la TAPA, TAPATE Ó TOLOACHE. Aunque existe en Mé- xico la cucurbitácea á que los aztecas llamaron AYOTE, una ca- labaza comestible, la palabra ha sido substituida por la espa- ñola;;en Honduras, más conservadores que los que actualmente pueblan el Anáhuac, seguimos diciendo AYOTE; y una variedad de éste es para los guatemaltecos HUICOY. El CHAYOTE es en Guatemala HUISQUIL y en Honduras PATASTE. El impropio nombre de HENO que dan aquí á la párasita que sirve de ador- no en las funciones populares, conserva en Honduras su nom- bre mexicano de PASTE. El narcótico ZOMPANTLE, en que los aborígenes colgaban las cabezas de sus víctimas, es en Hon- duras PITO Ó GUALIQUEME; siendo este último término el azte- ca EQUIMITL, con QUAHUITL, árbol, antepuesto, y una / eufónica. El TETZONTZAPOTL, mamey para los mexicanos de ogaño y pa- ra los cubanos, es el ZAPOTE de los colombianos y hondureños. La paterna (inga vera) de Honduras, es para Alcedo GUABA, para Oviedo y Valdés, COABA, para los antillanos GUAMA y creo que para los colombianos GUAMA MACHETE. El COPALXOCOTL en Honduras PACON, aparece en la HISTORIA NATURAL Y GE- NERAL DE LAS INDIAS, con el nombre de árbol del jabón, que le dieron los españoles. QUAUNACAZTLI, la leguminosa ENTERO- LOBIUM CYCLOCARPUM. se ha castellanizado en México en HUEL- 24 ALBERTO MEMBREÑO. NACAZTLI y en la América Central en GUANACASTE, CONACAS- TE. El NÍSPERO cubano, colombiano y hondureño es el CHICO- ZAPOTE mexicano y el CHICO á secas de Guatemala. Los JOCO- TES, HOBOS Ó JOBOS y en general las ciruelas de América, dis- tan mucho do ser las frutas que llevan este nombre en Europa. Tampoco el orozuz ó regaliz europeo es el mismo que silvestre se encuentra en América, aunque el segundo suple con venta- ja al primero en los usos terapéuticos. El XIOCUAHUITL y el QUAUHXIOTL son dos árboles muy diferentes, que en cierto mo- do aquí los han confundido por haber dado al primero el nom- bre del segundo: el XIOCUAUHUITL, en Honduras JINICUITE (quahuitl allá se ha españolizado en CUITE y CUAO), y en otros puntos de América INDIO DESNUDO, PALO JIOTE y PALO MU- LATO, es de la familia de las burseráceas; mientras que el CUAUHXIOTL, adulterado en México en CUAULOTE, CUAUXOLO- TE, y en Honduras en CAULOTE, es el GUÁCIMO de las Antillas (Theobroma guazuma, L. ó Guazuma ulmifolia, Eam.) Noto de paso que el PALO MULATO de Cuba es el tamarindo espurio, y los de Oaxaca, Jalisco, Veracruz, Sinaloa, Valle de México y Michoacán no son burseráceas. Tanto pesa esta. confusión, que el Lic. Robelo, que es una gran autoridad en la lengua nahuatil, aparece en el DICCIONARIO DE AZTEQUISMOS ignorando los componentes de CUAULOTE. Ahora que observo que no es in- diferente trastocar en la composición de una palabra XIOTL y QUAHUITL, hablando con el distinguido profesor y filólogo ta- basqueño D. Marcos E. Becerra me llamó la atención acerca de que el AMAQUAHUITL que describen los escritores mexica-. nos de antaño no es el AMATE que conocemos: esto tiene inte- rés para descubrir'cuál es el verdadero ANACAHUITA, COrTUp- ción del azteca ANAQUAHUITL. Cuando escribía los HONDURE- ÑISMOS me enviaron de un departamento el nombre de un árbol, DAMAJUAO, que jamás pude saber lo que era, porque traducido me daba claramente ANAQUAHUITL, el amate de los actuales naturalistas mexicanos, y por la persona que me man- LA FLORA DE LA AMÉRICA TROPICAL. 25 dó la palabra estaba seguro que no se trataba de esta planta. Ocasión tendré de aclarar la duda del Sr. Becerra, y de ver si en efecto el pectoral que se hace de aquel árbol tiene ó no las virtudes que se le atribuyen. Si un simple provincialismo usado en una receta hace á ve- ces ésta ineficaz por no poderse aplicar, la dificultad sube de punto al tratarse de una planta. El año de 1892, que invadió la viruela á la capital de Honduras, se quiso hacer uso de una medicina muy recomendada de un venezolano; pero se notó que uno de los ingredientes era el PAPELÓN, con que allá cono- cen la PANOCHA, PANELA, RASPADURA, RAPADURA, AZÚCAR PRIETA, ete., de otros lugares de América; y como la décima tercia edición del Diccionario de la Real Academia Española no había salido, nadie pudo saber lo que era ese aumentativo de papel, y nos quedamos sin aprovecharnos del descubrimien- to del venezolano. En años pasados, cuando la elefantiasis atacó en algunos pueblos de Nicaragua y Colombia, LA ESTRELLA DE PANAMÁ anunció que un sacerdote había descubierto una planta con que se curaba aquella enfermedad. Un médico centro-ameri- cano se puso muy alegre del hallazgo sintiendo no conocer planta tan útil. Mis pequeños conocimientos adquiridos á fuer- za de curiosidad restituyeron el gozo al facultativo cuando le manifesté que se trataba del SAUQUILLO Ó YERBA DEL FRAILE, tan común en Honduras, á que el vulgo le dice ARRIBA Y ABA- JO, porque, se asegura, que si la hoja se corta para arriba, sir- ve de vomitivo, y si para abajo, de purgante. Este fenómeno lo consigna Alcedo en el tomo V del DICCIONARIO GEOGRÁ- FICO. En esta lucha que desde el hombre primitivo se ha esta- blecido contra la naturaleza para hacer que “nos obedezca”, según la expresión del Libertador Bolívar, necesitamos de mé- todo y uniformidad para que el avance sea más rápido y más seguro, Todos los estudios, observaciones y experiencias so- Mem, Soc. Alrate. México. A T. 30 (1910-1911).—4 Y 26 ALBERTO MEMBRENÑO. bre nuestra flora de los mexicanos, antillanos, contro-america- nos, panameños, colombianos, venezolanos, ecuatorianos, bolivianos, paraguayos y brasileros deben ser comunes, sin fronteras, que lá ciencia no reconoce, para que todos nos apro- vechemos de ellos en alivio de la humanidad: lo que uno vé en un examen cualitativo y enantitativo á otro se le puede es- capar; las virtudes medicinales de una planta en un lugar de- ben ser las mismas que en cualquier otro. El CURSO DE DRO- GAS y la FARMACOPEA MEXICANA, en que se reunen los trabajos del Instituto Médico de esta República, con ser obras merití- simas, parece que pasan inadvertidas; y se necesita de mucho para saber que en los Anales de la Academia de Ceará, Brasil, publicó uno de los académicos un estudio sobre el hule, hasta por el lado económico de su explotación, que satisface al más exigente, porque nada deja que desear: gran novedad fué pa- ra un lego como yo, ver que la papaya produce hule, y que si no se extrae es porque la ganancia sería poca. La ciencia de los cuerpos docentes encerrada dentro de sus claustros es estéril; y la que no vé más allá de sus fronteras es antihumanitaria. Nuestra época exige que esos focos de luz irradien por todas partes en una forma accesible aun á las in- teligencias menos cultivadas, para que entren en el patrimo- nio de la humanidad. Luz y más luz. Cuando conozcamos bien la aplicación de nuestras plantas y se lleve el conocimiento de ellas por medio de la escuela hasta el último poblado, habre- mos dado un paso gigantesco en el sentido de que habló el Li- bertador de Colombia, pues las alteraciones de nuestra salud con poco costo podrán curarse. El estudio y una dilatada ex- periencia sirvieron de base á Don Francisco Oruz, hondureño, para dotar á su patria de la FLORA MEDICINAL, filantrópico tra- bajo, en el cual aparece que 196 enfermedades, las más comu- nes entre la gente menesterosa, se euran con 210 drogas de todos conocidas en aquella República, «le las cuales á penas una docena no son indígenas. En la Exposición Universal de Nueva Orleans, de 1885, en el pabellón de Venezuela se re- LA FLORA DE LA AMÉRICA TROPICAL. 27 partía la BOTICA DEL PUEBLO (no recuerdo si así se llamaba esie libro) del Sr. Tello A. Romero, en la que con documen- tos oficiales se comprueba que, después de un estudio de va- rios años que el antor hizo de las plantas de aquella República entre los pueblos de indios venezolanos, logró en poco tiempo curar los veinticinco ó veintiseis alienados que había en el Ma- nicomio de Caracas. Estos heenmos y otros más que por no ser prolijo me abs- tengo de citar, demuestran la utilidad indiscutible que repor- tarían la ciencia y los pueblos con un estudio más uniforme, más extenso y más práctico de nuestras plantas. México, que no hay descubrimiento que no estudie para asimilárselo; que no omite medios para impulsar el progreso en todo sentido; en posesión de ricas bibliotecas y con hom- bres muy competentes en todos los ramos del saber humano, debería tomar la iniciativa para que se reuniera una Comisión compuesta de botánicos conocedores, de las plantas de cada una de las Secciones políticas de la América Tropical, á fin de que, con todo lo antiguo y moderno que se ha escrito sobre la flora de estos países y con las especies á la vista, haga un es- tudio de ellas. Así los comisionados identificarán las plantas; aceptarán el nombre científico que tengan ó les impondrán otro; tomarán nota de los nombres vulgares con que se les co- nozca en cada localidad; si el examen cualitativo y cuantitati- vo no estuviese hecho, lo harán, y en tin recojerán todos los datos que se crean útiles. Esto servirá de base para que una Comisión de médicos estudie las aplicaciones terapéuticas de las plantas analizadas. Con esto se consigue conocer las cua- lidades de algunas para ciertas enfermedades; confirmar el uso tradicional de otras y señalar como nocivas las que lo sean y que indebidaments los habitantes de los pueblos han venido aplicando para combatir determinados males. En un libro cla- ro y al alcance de todas las inteligencias y fortunas se sinteti- zarán estos estudios. México, julio de 1910, - MEA a 1d A y , ¿EUA + sat > by (5 ¡ ri ' V ”i Ma , D ( : A de a A R e , ¡ ¿ y $ , y” n A E 45 » a á E , , 5 ' AN k j Dis A A AA E ql Ú po 4 AÑ da! dla e y/ Les AA ' » A p 4 Y Ñ ' ble / ARO y ñ TIA , ÚN j . E! ( d 4 » ve 7 j ' _ II NITO MATA O A vil p o PR AA EL . » 78, ¿ * 4 El E : k : had DE] NS j - al — fl > n .* y ' e ME: se de ER E Y o Ay y A E j y e es A a EN LA Ty te hb 14 LN Litr í A y l- do AS Ma yA qe n 5 ar, Í, 7] EN K a AA ee o 5 E a! Ey A 104 da ets A A AA 4 EE ] ] * 3 JA . 144 Ri 6 a . A 3 SA AN Ñ ; ' y a 1 ; É fe vá / Es NA AA 47 ds . Pd 17 Mo y ' Ll 7 » j Ñ A | A A o ' y d ¿ h eZ 14, E, LN Ñ pea > VAN ve E E AE POLA LA Ta és FA . P IN Y Ñ ) . il b Al b ¿e AS ¿ ] Y ae X PO ' p N . 4 Es A 16: Mei A IR, AS ASE Ye - LAS KA yo j Ñ ALE 1 v ' > ' TATI EA Mid AN era: IES TNA O | ñ AS PU ATINA NS AA : 13 MS ep iS UNa ULA end? LN Y A eg " rs A Ca A e q ¿ , ds Won , E y ñ A re Ss sh AS : y e £ de e Ñ ESE A! . E ION A Er Cd Ñ Ar AOS se s ; 1 , AF ' IAS Ey UAT ' AS o i 4 0 y AMI Y AN Y: $? 4 Ml Ñ y * y 4 > OS . Pe EA V - HN e a -. A : . ¡ de 7 MS 6 4 ¡ y ' IN A TUERTO EOS EI A pl o h Ce ] yor K O a OA AE Al a m5) NOR Eh Fo 4 á A t Ca e hi 0 MA 10 . » ANNA CUDASS NT LN IFE AT A IN Sm A! E oy ' > y i ' 4 El me LA pi p ¡eN ba PAMIAa PAIS Mt LEA ARS CUE AUSTEN OA A JN Pa yy pele ) 1 de 0 ; 7 Ay e? ' e , e f y s Ñ e 4 e A YN e 1 y 2 de . L ? 4 5 y ) - de Ll o ] A a » | ' / Ñ $ ” i 4 1 y á AA - e ' j " % y Me ib _S ACA ¡E a A SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE” MÉMOIRES, TT. 30. 29 4 CIVILIZACION CHONTAL. AUS ORIA ANTIGUA DE LA CHONTALOA DAYAQUEÑA, POR MANUEL MARTINEZ GRACIDA, M. $, A, Miembro honorario de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y de la Sociedad de Historia Natural de México. A la Sociedad Científica “An- tonio Alzate” dedica esta obra como un tributo de gratitud y de simpatía.—EL AUTOR. PRIMERA PARTE. Inmigración Chontal y Administración Pública, E Los Chontales. Los chontales proceden del Asia.—Idiomas.—Túmulos y estatuas en las Islas del Pacífico.—Analogía de lenguaje entre la Polinesia y la Amé- rica. —Emigraciones Asiáticas. —Arribo de los chontales á las costas dela América del Sur.—Se situan después en la América Central, — Expulsan los mayas á los chontales sobre Tabasco.—Se interna un grupo de chontales en la Sierra de Oaxaca. —Los quichees reducen á los chontales. - Los chontales ó chontaltecas parece que pertenecen á la raza asiática. “En las costas y en las islas de la Nueva Cali- 30 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. ———_ - Er - A A fornia, así como más al N. desde los 340 de latitud, hasta la entrada del Príncipe Guillermo en 600 latitud, donde comien- zan las raucherías de los esquimales, están pobladas de dos razas que difieren esencialmente por el lenguaje y el carácter; llámase la una Yucuatl, nombre del Puerto llamado inpropia- mente Nootka, á la otra le dicen los rusos Koluschi. Ambas se encuentran á lo largo del Mar Pacífico, sin haberse mezclado nunca. Al O. del Puerto de los Franceses, lat. 58037/ la cos- ta está ocupada por los esquimales, fuera de algunos lugares ocupados por las naciones llamadas Ugaliachmutg y Kinaitza, establecida la primera al N. de la Bahía de Behring, la otra en la Bahía de su nombre: están separadas por una ranchería de esquimales, dicha Yschugazzi. Las lenguas de estas cua- tro Naciones, Yocuatl, Koluschi, Ugaliachmutzi y Kinaitzi, se parecen ó indican gran'afinidad con la lengua azteca ó mexi- * cana, en la terminación de las palabras, y en la frecuente re- petición de las mismas consonantes, lo cual fué señalado pri- meramente por Humboldt, y en seguida por Vater.” “Esa terminación de las palabras, es tan común á las len- guas de los Koluschi y de los Ugaliachmutzi, que en 200 vo- ces presentadas por Resanoff, un diezavo acaba en dl, tla ó tle.” “M. Vater, comparando los vocabularios de las dos len- guas con el mexicano, encontró en 200 palabras que designan los mismos objetos, 26 polisílavos de lengua mexicana, tenien- do tan grande afinidad, que parecen derivados de las mismas raíces”. “Así, esa gran familia de lenguas afines del nahoa, arran- cada de altas latitudes, se extendió en un gran espacio hacia el Norte, invade en una muy grande extensión nuestro país, alejándose al Sur, hasta Nicaragua.” Burton aseguraba en 1711, que los indios Mohawks, tienen un dialecto casi entera- mente tártaro.” (1) M. Rafinesqui.—Antiquités Américaines, pág. 463. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 31 “Si por la forma actual de las tierras y aguas, quisiéramos darnos cuenta exacta de la manera en que han sido pobladas las innumerables islas del Oceano Pacífico, tal vez no encon- trariamos una hipótesis satisfactoria, pues tropezamos con la incipiente cultura de muchos de aquellos pueblos, y su igno- rancia de la navegación; sin embargo, se tiene á la vista este hecho evidente, las islas están habitadas. Verdadero como es el atraso actual de los isleños, en el grupo de la sociedad existen los morais, comparables á los túmulos europeos y americanos. El Capitán Cook, describe las estatuas colosales de piedra, de la Isla de Pascuas, semejantes bajo algunos aspectos, á las del Zapatero en Centro América y que no son obra de los habitan- tes de hoy. Descúbrense en la Isla Vite, grandes piedras que recuerdan los mehnir. Todo ello da testimonio allí de una ei- vilización anterior y más adelantada, totalmente desconocida á los habitantes de la Oceanía.” “La gran familia polinesia, es de origen malayo y habla una sola lengena con diferentes dialectos. Siendo, pues, de filia- ción asiática, nota Zimmermann, que: “Los habitantes de Amé- rica se distinguen apenas de los polinesios, en cuanto al color, la estatura y el cabello, y ofrecen entre sí tan pora diferencia, que desde los primeros descubrimientos hasta nuestros días, casi nunca se ha dudado de que pertenecen todos á una raza única ) “Esa comunidad de raza se comprueba por medio del len- guaje. Gallatin había observado ya analogía de estructura, en- tre las lenguas americanas y las de la Polinesia, principalmen- te con las del Oregon y el Cheroquee; la analogía existe también respeto de los idiomas de Sud América. A este propósito, no- ta el Rev. Richard Garnett, que muchas de las lenguas del (1) Orozco y Berra.—Historia Antigua de México, Tomo II, Libro 22 Cap. L págs. 450 á 452. (2) Zimmermann. —Razas humanas. Cap. V, págs. 387 y 396, 32 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Continente Americano, presentan una analogía general, así con la familia polinesia como con las lenguas del Decasn en el mé- todo de distinguir las varias modificaciones del tiempo, y aña- de: Podemos asegurar en términos generales, que el verbo sub-americano, se forma precisamente bajo los mismos prin- cipios que el del Támul y de otras lenguas de la India Austral, y consiste en una raiz verbal, en un segundo elemento que de fine el modo de acción y de un tercero denotativo del sujeto ó persona.” “Estos datos acerca de las relaciones filológicas entre las Islas del Archipiélago de la Polinesia con el Continente Ame- ricano y la Asia Austral, se corroboran teniendo en cuenta las notables reliquias de escultura megalítica y de antiguas cons- trucciones de piedra en las islas del Pacífico, notadas hace mu- cho tiempo por el Capitán Beechey y en algunas de las islas más cercanas á las costas de Chile y del Perú, observadas re- cientemente en Bonavé y otras islas próximas á las Costas asiáticas. Algunas de ellas se referían por sus caracteres ge- nerales á una emigración oceánica, probablemente en una era de civilización insular, durante la cual se verificaron empre- sas marítimas en una escala muy superior á las emprendidas por los modernos navegantes malayos.” " “El Profesor H. H. Wilson, en su edición “Rig Veda Sa- mhita” anota como cosa especial, digna de ser sabida, que en la época más remota del más moderno de los Vedas, consta que los arias asiáticos fueron un tiempo marineros y comerciantes; con la perfección de ambos empleos, aquellos aventureros nva- rítimos pudieron pasar prontamente á los grupos más cerca- nos de las islas; de allí á los más remotos el paso fué tan fácil como ahora puede serlo, y basta echar una ojeada sobre una carta hidrográfica del Pacífico para demostrar que, que un bo- te, arrastrado algunos grados al Sur de Pitcairn ó de las islas (1) Orozco y Berra.—Historia Antigua de México, Tomo II, Libro 12 Cap. 1, pág. 452, —Wilson. Prehistoric man.—London.—1865.—Pág. 594. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA., 33 australes, puede ser llevado por la fuerza de las corrientes, to- mando el camino directo álas Costas de Chile y del Perú. De- be tenerse presente que en las más orientales islas polinesias encontró el Capitán Beechey las estatuas colosales y los túmu- los de piedras talladas, muchas de ellas caídas y mutiladas; esas estatuas eran solo objeto de vaga admiración y no reci- bían culto de los naturales, incapaces de haber fabricado obras semejantes. Esculturas idénticas se vieron en otras islas, aho- ra desiertas, indicando con otros rastros una antigua historia del todo diversa de las de las razas actuales. Los aventureros por el camino del mar, pueden haber poblado el Sur del Nue- vo Mundo mucho tiempo antes que las latitudes al N. E. de Asia recibieran en sus inhospitalarias etapas los primeros nó- mades y se abrieran paso por el estrecho al Norte del Pacífico.” En vista de lo expuesto, parece que no repugna aceptar, como hecho más ó menos probable, la inmigración chontal en época remota hacia las Costas del Perú, y que hayan salido del Asia ó de Koluschi ó Ugaliachmutzi, con el fin de estable- cerse en ellas, sino antes bien, afirmar su aparición, difícil de investigar en la noche de los tiempos. “Establecidos los Chontales en las Costas del Perú, vivie- ron allí luengos años en paz, hasta que motivos poderosos ó alguna revolución los obligó á refugiarse en Centro América, desde Nicaragua y Guatemala hasta Honduras en donde se arralgaron. Su vecindad en las Costas del Mar Caribe, ha he- cho que se les tenga como caribes.” Posesionados los chontales algún tiempo después de una parte del Territorio de Yucatán, fueron expulsados de allí por los mayas 400 años, poco más ó menos, antes de Jesucristo, sobre el Territorio de Tabasco, y establecidos al Oeste, siguie- ron esta vida de aventuras y merodeos. Como la fracción de la tribu Chontal no guardaba quietud ni asiento fijo, un grupo considerable se internó en una de sus correrías en la Sierra Norte del Estado de Oaxaca. Habiendo Mem, Soc. Alzate. México, T. 30 (1910 1911)—5 , 34 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. encontrado en sus montañas abundante caza y frutas exqui- sitas, se estableció en ella sin fundar un solo pueblo, pues vi- _vía merodeando de un lugar á otro, dormía en las cuevas y en los bosques y se regía por la voz aa un Capitán que no tenía más ley que su capricho. Los quichees en el año 8 de la Era Cristiana, al tomar po- sesión de Nachan, redujeron á los chontales al Este entre Gua- temala y Honduras, y al Oeste entre Tabasco, lindando al Es- te con los mayas, al Norte con el mar, al Oeste con los bosques y al Sur con los zoques. IL Expulsión de los Chontales. Los chontales son expulsados de la Sierra del Norte por los zapotecas.— Los chatintecas los arrojan sobre las montañas de la Sierra del Zem- poaltepec.— Rasgos característicos de los chontales, Vagaba la fracción de la tribu chontal en el territorio sep- tentrional de Oaxaca, cuando se presentaron repentinamente los zapotecas. Esta tribu, numerosa y valiente, al tomar pose- sión del hoy Valle de Oaxaca, que entonces era un Lago, ba- tió á los chontales el año 84 de la Era Cristiana y los expulsó del Norte de la Sierra sobre el Noreste, con euyo acto quedó dueña del territorio antes quiché, que llamó en su idioma Di- chazaa. Establecidos los zapotecas en lo más noble y útil del terri- torio, llegaron los chatintecas, de filiación zapoteca, y posesio- nados del territorio septentrional de la Sierra, se extendieron el año 116 sobre el Este con el fin de acrecentar la Chinantla, y encontrando en los bosques de Tepinapan á los chontales, lo3 bitieron y arrojaron de allí sobre las abruptas montañas de la Sierra de Zempoaltepec. Comprendiendo los chontales que los chinantecas superaban en número, se resignaron á per- HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 35 manecer en aquellas montañas y en la cuenca del Río de Vi- lla Alta, aislados de sus compañeros los chontales de Tabasco, pues los terrenos les proporcionaban abundante caza y multi- tud de producciones vegetales, con las que vivían y estaban sa- tisfechos. Por el examen qne hicieron los zapotecas y chinantecas de los chontales, se sabe, que eran de complexión fuerte, guerre- ros, indomables, bárbaros, feroces, desconfiados, enemigos de decir la verdad, tenaces para guardar un secreto, poco socia- bles y antropófagos. Cubrían sus vergúenzas con un maxtlatl de piel, y manejaban el arco y el dardo con mucha destreza. Su ocupación favorita era la caza y la correría de montañas. TIT. Batida mixe á los Chontales. Baten y arrojan los mixes á los chontales de la Sierra de Villa Alta.—Se situan los chontales en la Sierra del Sur, junto al Pacífico. —Fundan la Chontalpa. La fracción de la tribu Chontal situada á fortiori en la Sie- rra del Zempoaltepec, quedó encerrada al Norte por los chatin- tecas, al Oeste por los zapotecas y al Este por los mixes. Sus merodeos con este cerco quedaron limitados á la enenca del Río de Villa Alta, y á los Bajos de Choapan. Los mixes, á quienes no convenía la vecindad de los chon- tales se propusieron arrojarlos sobre la zona del Sur, á efecto de quedarse con los ricos terrenos de los Bajos. Dispuesta la batida, descendieron del Zempoaltepee en gran número, así como de Mazatlán y comenzaron á hostilizarlos por el Este y por el Norte, á fin de que tomaran el único portillo que les que- daba libre al Mediodía. Los chontales se defendieron obstina- damente en la batida, pero al fin, fueron arrojados por el va- lor y astucia de los mixes el año 321 hasta Tepuxtepec, de 36 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. donde marcharon para las montañas de la Sierra del Aire, hoy Ecatepec, en la Costa del Pacífico, que encontraron vacantes y en las que sentaron sus reales desde Yautepec hasta Hua- tulco, de Norte á Sur y desde Tequixistlán hasta Ozolotepec, de Oriente á Poniente, fundando en esta zona la Chontalpa Oaxaqueña. y IV. Parte geográfica. Situación. —Posición astronómica. —Extensión.— Límites. — Clima. — Dis- tancia á Oaxaca y Tehuantepec.—Orografía.—Hidrología fluvial.—- Hidrología marítima. ; Situación.—La Chontalpa Oaxaqueña está situada al E.S.E. de Oaxaca, entre los Distritos de Yautepee y Tehuan- tepec. Posición Astronómica.——Está comprendida entre los 1509" y 16930" de latitud Norte, y entre los 329! y 3945" de longitud Este del Meridiano de México. Extensión superficial.—Tiene de largo 67 kilómetros de Es- te á Oeste por 59 de ancho de Sur á Norte, ó sean 3,953 kiló- metros cuadrados. Límites.-—Confina al E., N. y O. con la Zapoteca, y al Sur con el Océano Pacífico. Clima.--Posee tres climas: templado en la parte Norte; frío en la sierra ó parte central, y caliente en el Sur. Distancia á Oaxaca y Tehuantepec.—-Dista de Oaxaca 210 kilómetros y de Tehuantepec 84. Orografía.—La atraviesa la Sierra Madre del Sur, que co- mienza al E. de Tehuantepec, y comprende hoy dos pueblos del S.E. de este Distrito, más los de Yautepec situados al mis- mo viento y las parroquias de Quiechapa y Quiegolani, cuyo territorio fué conquistado en el Siglo XV por los Reyes zapo- HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUENÑA. Y tecas de Zachila. Tiene al N. la Sierra Mixe, al Oeste la Sie- rra Miahuateca, al Sur el Pacífico y al Este Tehuantepec. La cordillera se desprende del Cerro de Dani Lieza al Oes- te de la Ciudad de Tehuantepec, formando pequeños montes y colinas que se enlazan al Cerro de Quiengola, y corriendo paralelamente al Pacífico, levantan en Aztata la Montaña del Agua, que se encadena al Cerro de la Colmena de Huame- lula y ésta al Cerro de la Grarza ó sea Balcón del Pacífi- co del mismo pueblo que introduca sus ramificaciones al pue- blo de Zapotitlán, en el que encuentra al Sur el Cerro de Quebrantahueco y al Norte el cerro de la Culebra. De este monte continúa para el Cerro del Mecate del pueblo de Mecal.- - tepec, el cual se enlaza con el Cerro del Gobernador que atra- viesa los pueblos de Tecolotepec, Sosoltepec y Jamiltepec, for- mando en Santa María la Peña el Cerro del Encinal, que se dirige para el Cerro del Topil ó Montaña de Seis Cerros, per- teneciente al pueblo de Topiltepee y éste al Cerro del Tapaneo de Tepalcatepec, el cual se une al Cerro del Chavito. Después de este cerro sigue la hermosa Montaña de Nuevo Flandes del pueblo de Quianitas que introduce sus ramificaciones al E. de la Sierra de Miahuatlán y levanta al N. el Cerro de las Barbas y el Cerro del Panal pertenecientes al pueblo de Quiegola- ni, encadenando este último al Cerro del Gusano del pue- blo de Leapi, y este al Cerro de la Virgen de Lachivitó, el cual se comunica con el Cerro del Cántaro de Santa Catarina Quie- rí, hasta terminar en el Cerro del Conejo de Quiequitani, cuyas pendientes se pierden en las márgenes del Río de Mixtepee y del Río de Quierí. Las vertientes de esta cordillera tributan sus aguas á los Ríos Ciruelo, León, Tepalcatepec, Venado, Quierí y Mixtepec. Esta cordillera forma seis ramales que se desprenden unos de sus cumbres y otros aislados por talwegs de los ríos, pe- ro quese unen á rus ramificaciones. Dichos ramales son: 1.—Ramal de los Papagallos que se desprende del Cerro de 38 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. * la Guacamaya del pueblo de Alotepec, sigue después el Cerro de Huilotepee, que se encadena al Cerro del Conejo de San Mi- guel Ecatepec, y éste al Cerro de la Calandria de Tlacolulita, terminando con el Jigualtepec que tiene de contra—fuerte el Cerro de Jilotepejillo. Sus vertientes tributan sus aguas al Río Ciruelo y Río de Tlacolulita. Al Este destaca un ramal de colinas sobre Tenango Tequixistlán. II[.—-Ramal de la Caja que sale del Cerro de la Culebra de Zapotitlán y forma en Petacaltepec la Montaña de la Petaca, que corre en sus ramales hacia al N. N. E. hasta la margen de recha del Río del Costoche. Sus vertientes tributan sus aguas al Río de Ciruelos y al Río de Alotepec. 111.—Ramal de la Candelaria que se desprende al E. $. E. de las márgenes del Río del León y forma en la Candelaria y Suchixtepec el Cerro del Costoche, el cual se enlaza al Cerro de la Iglesia de Santa María la Peña y éste al Cerro del Topil, procedente de la Cordillera. Sus vertientes tributan sus aguas al Río del León y Río de Suchixtepec. IV.—Ramal de Ecatepec, que se destaca del Cerro del Elo- te de San Lorenzo Jilotepejillo, que tiene de contra—fuerte el Cerro de la Candelaria; forma en Santa María Ecatepec el Ce- rro del Aire, el cual se enlaza con el Cerro del Ocote del pue- blo de Ixcotepee y éste al Cerro de Caltepec de San Juan Acal- tepee, entroncado al Gerro del Topil en la cordillera principal. De Caltepec continúa para Teipán donde forma el Cerro de la Jívara y de este monte para el Cerro del Agua de Chonte- comatlán, que tiene de contra-fuerte el Cerro de Tlabuilote- poc, llamado Calquihua. Las vertientes de este ramal tributan sus aguas al Río de Tepaleatepec, que toma después el nom- bre de Río de Chucuapan. V.—Ramal de Quierí que sale del Cerro de la Virgen del pueblo de Lachivitó y forma en Santo Tomás Quierí el Ce- rro del Gavilán, luego el Cerro del Cucharito y después el Cerro del Palo, que dirige sus ramificaciones para el pueblo de La- HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 39 chivía donde se encuentra el Cerro del Mole, que encadena al Cerro del Temascal y éste al Cerro del Laurel, de Quiechapa, después del cual se levanta la Montaña del Sombrerito, cuyas pendientes se extinguen en el Río de Totolapa, al que sus ver- tientes tributan sus aguas, lo mismo que al Río de Quiechapa. Sus contra—fuertes son el Cerro de Guivixi de Zoquitlan y el Cerro del Zapote de Totolapa. VI.—Ramal de Mecaltepec, que sale del Cerro del Mecate y forma el Chiltepec, el Cerro del Muchacho y en Chongo el Cerro Pelado, que une sus ramificaviones á los montes de Xa- dani. Sobre el Sur forma un ramal que se dirige para Chaca- lapa en cuyo pueblo se encuentra como más elevado el Cerro del Campanario. Las vertientes que nacen al O. del Cerro del Muchacho, tributan sus aguas al Río del Numen, que desemboca en el Pacífico en la Barra de Ayutla, terrenos de Huamelula. Tiene de contra—fuerte el Cerro de Petlapa, en límites de Chil- tepec. Los otros ramales que corren paralelos á esta cordille- ra, se dirigen al N. O. y forman. el complemento de la Chon- talpa Oaxaqueña, y son: T.-—Ramal de las Cruces, comienza en pequeñas eolinas al N.O. de Jalapa, y dirigiéndose al mismo viento, en progresión ascendente forma el Cerro de la Majada en la ranchería de este nombre, el cual se encadena al Cerro de las Vacas y éste al Cerro de las Tres Cruces del Rancho de Río Hondo. De es- te monte continúa para San Bartolo Yautepec, en cuyo pue- blo levanta el Cerro del Peñasco, luego el Cerro de Muralla y después la Cumbre de San Bartolo que une sus ramificaciones al Cerro del Campanario y éste al Corro de Manteca terminan- do con el Cerro de Guichina, cuyas pendientes se quedan en la margen derecha del Río de la Candelaria. Este ramal tiene al S. O. un eslabón que se enlaza á la cordillera principal; sale de la Cumbre de San Bartolo y orma en Chapahuana el Ce- rro de San Blas, luego el Cerro de Quiavejolo y después el Ce- 40 MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA rro Colorado del pueblo de Leapí que se entronca al Cerro del Gusano. Las vertientes del Sur tributan sus aguas al Río del Venado, llamado después Río de Chuecnapan. Il.— Ramal de Jilotepec, se desprende de los márgenes del Río del Pescadito y forma en Santa Cruz, San Pedro y San Sebastián Jilotepec el Cerro del Jilote, el cual dirigiendo sus ramificaciones para Lachixonaxe, se enlaza al Certo de la Flor y éste al Monte Verde; sigue después el Cerro del Ta- bloncito del pueblo de la Jarcia, que se une al Cerro de San- tiago Vargas de la Hacienda de Lachigriro, el cual se entron * ea al Sur con el Cerro de la Muralla del Ramal de las Cruces. Sus vertientes tributan sus aguas al Río del Pescadito, Río de la Piedra tendida y Río de la Candelaria. Sus contra—fuertes son el Cerro de los Pedernales y Cerro de la Olla. TII.—Ramal del Capulín, que se destaca de las márgenes del Río de la Piedra tendida y forma en Agua-Blanca el Ce- * rro de las Pesetas y en Nizaviguito, Narro y Tavela el Cerro del Capulín que es el más alto del Distrito de Yautepec, y ter- mina con el Cerro del Coseomate. Este monte dirige sus rami- ficaciones del E. y del N. sobre la margen derecha del Río de Toledo y las del O. hacia el ramal de Jilotepec, al cual se une por el Cerro de la Cieneguilla de Nejapa, que se entronca con el Cerro de Santiago Vargas, y al S, O. con el Cerro de la Mu- ralla. Su contra-fuerte es el Cerro de Quiatoni y Cerro del Costoche. IV.—Ramal de la Baeza, situado al N. O. sale de las már- genes del Río de Nejapa formando lomeríos en el Rancho de las Casillas, desde cuyo punto comienza á elevarse y da orí- gen al Cerro de la Baeza, en la ranchería de su nombre, el cual se encadena con el Cerro del Galerón de los ranchos Quema- do y Escondido y termina con el Cerro del Sombrerito de la Hacienda de Tapanala, cuyas vertientes descienden al Río de Totolapa. Su contra—fuerte es el Cerro del Gallo. V.—Ramal de Guegolavichi, que sale del Cerro de los Dos HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 41 Pisos en San Carlos, y forma después el Cerro de Don Luis, enlazado al Cerro del Gralerón y Cerro de la Baeza. VI.—Ramal de Chivaquela; que da principio en el ramal de la Olla en el Rancho de Bethel, forma en seguida el Cerro de la Iguana, luego el Quiebiaba y después el Cerro del Tla- cuache de Chivaquela, enlazado al Norte con el Cerro del Som- brerito y al Oeste con el Cerro del Mole de Lachivía. Sus ver- tientes tributan sus aguas al Río de la Candelaria. Hidrología fluvial —El territorio chontal está regado por varios riachuelos; cuyas principales arterias son dos que lie- van los nombres de Río de Tehuantepec y Río del Venado, co- nocido este último por Río Hondo ó de Chucuapan. El Río de Tehuantepec, conocido primero por Río de To- tolapa y después por Río Toledo, tiene su nacimiento al N. E. de San Dionisio Ocotepec del Distrito de Tlacolula en el lugar llamado Pueblo Viejo, recorre una extensión de 360 kilómetros y desemboca en el Océano Pacífico, formando la Barra de la Ventosa. Tiene por tributarios desde el lugar de su nacimien- to el Río de San Juan con sus afluentes de San Bartolo, Zaa- beche y Guelaya, de la Hormiga de Guibó y de Rabisaa, Río de San Pablo, y por último, el Río de Minas y Bilixtac. En el Distrito de Ocotlán, el Río de Chiehicapan, llamado Guigoro, Río de Santa María, Río de Santa Cruz y Río de Yotaa. En el Distrito de Miahuatlán el Río de San Esteban con sus afluen- tes y Río de San Ildefonso, Amatlán con todas sus arterias, - pero sin tocar los terrenos de ese Distrito. En el Distrito de ' Yautepec, recibe las aguas del Río de Quiechapa con su afluen- te el Río de Mixtépec y su arteria de Quierí, el Río de la Can- delaria, con sus arterias del Río de Lachiriega; Río de Juquila, Mixes, Río de Quiavicusas, Río de la Piedra tendida con sus -afluentes del Pescadito. En Tehuantepec el Río de Guigovere y el Río de Chicuapan llamado también de Tequixistlán con sus “afluentes de Tlacolulita, de Petacaltepec, del León, de Suchix- -tepec, de San Bartolo, del Palmar, de Río Hondo, de las Va- Mem. Soo. Alzate. México. A T. 30 (1910-1911) — 6 42. MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. cas y de la Majada, y por último el Río de Nizab da. La an-. chura máxima de este río es de 60 metros, su media de 30 y su mínima de 20. Sus márgenes, playas y lechos son arenosos y arcillosos en algunos tramos, y rocallosos y calcáreos en otros. Sus crecientes son periódicas por la abundancia de llu- vias, así es que el volumen de sus aguas, y la velocidad de sus corrientes aumenta ó disminuye en proporción del exceso de aguas que ¡llevan en sus crecientes todos los ríos que le son tributarios. En la estación de “secas” se puede estimar la pro- fundidad máxima en 30 em., su media en 25 y su mínima en 7; y en la pluvial, la máxima en 2 metros, 1 la media y en 50 centímetros la mínima. ; El Río del Venado, Chueuapan ó Río Hondo, nace en la Montaña de Nuevo Flandes al O. de Quiegolani y corre al E. pasando á media legua al S. del pueblo hasta penetrar á Tla- huilotepec, en donde se le une el Río del Ciruelo en Petacal tepec. Á este río se une el Río Hondo que nace en terrenos de Lachixonase, y corre de N. áS Este Río se une con el arro- yo del Palmar, y juvtos siguen su curso por el mismo Sur con ligeras curvaturas hasta unirse con el de San Bartolo que vie- ne del N. E., el cual desviándose hacia el O, va á confluir den- tro de sus límites con los de Santa María Ecatepec al Río Chu- cuapan que procede de los chontales, al que también se le agrega el arroyo de las Vacas que procede del N. donde toma ya el nombre de Río de Tlacolulita que afluye en este lugar al del Costoche. Este último pasa como á cinco cuadras al P. de la población y procede de los terrenes de San Lorenzo Ji- lotepejillo hacia el S., agregándosele en términos del que se describe, que procede de San Miguel Ecatepec, á dos leguas de la población en el arroyo del P. que sale de los terrenos de Jilotepejillo y le nombran Río del Mamey, el cual se dirige al O. uniéndose como se dijo, al de Chucuapan. Este río conti- núa sobre el E. hasta unirse al de Tehuantepec. Lagunas.—Cuenta con siete lagunas que son: RN HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 43 Laguna de Zachila.—Situada á 25 kilómetros al E. de Az- tata; tiene 400 metros de largo, 9 de ancho y 50 centímetros de profundidad. Limita al N. con el cerro del Garrapatero, al E. con la playa del mar, al S. con la misma y al O. con el bos- que de Zachila. Se alimenta de las aguas pluviales y del flujo del mar. Contiene lagartos y se pescan en ella eon atarraya y fisga el sabalote, mero, lisa, mojarra y sardina. En sus alrede- dores vegeta el mangle y la grama. La Colorada.—Laguna situada al E. de Aztata, de cuyo pueblo dista 21 kilómetros; tiene 3750 metros de largo, de an- cho 1750 y 4 de profundidad máxima, pues su media consta de 2 y su mínima de 50 centímetros. Confina al N. con el Ce- rro del Agua de Lcón, al E. con la playa del mar, al $. con la Zachila, y al O. con terrenos del pueblo. Se alimenta de las aguas de la estación pluvial y del flujo del mar. Contiene la- gartos y se pescan en ella, el mero, lisa, mojarra, sabalote, camarón y sardina. Sus playas y márgenes son de arcilla y vegetan en ellas el mangle y la grama. Laguna Grande.—Situada á 8 kilómetros al S. E. de Azta- ta, Distrito de Tehuantepec; tiene de largo 3780 metros, de ancho unos 3700, y de profundidad máxima 5, siendo su me- dia 2 y su mínima 75 centímetros. Limita al N. con los terre- nos del pueblo, al E. con la playa del mar, al S. con el Tular, y al O. eon los mismos terrenos del pueblo. Se alimenta de las aguas pluviales y del flujo del mar. Contiene lagartos, y se pes- can en ella el mero, la lisa, sabalote, mojarra, camarón y sar- dina. Sus márgenes y playas son de arcilla, y vegetan en su alrededor el mangle y la grama. Las Conchas.—Laguna situada á 17 kilómetros al $. E. de Aztata, distrito de Tehuantepec. Tiene 640 metros de largo, «le ancho 600 y uno y medio «e profundidad máxima, siendo su media 75 centímetros y su mínima de 25. Limita al N. con el Morro del Rosario, al E. con la Playa del mar, al S. con el Pal- mar de la Culebra, y al O. con los llanos de Maluco. Se alimen- 44 MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA. ta de las aguas pluviales y del flujo del mar. Contiene lagar- “tos, y se pescan en ella, el mero, sabalote, lisa, mojarra, camarón y sardina. Sus playas y márgenes son arcillosas y vegetan en ella el mangle y la grama. Mascaleo.—Laguna situada á 8 kilómetros al E. de Cha- calapa, Distrito de Tehuantepec; tiene 700 metros de largo, de ancho 610 y 10 de profundidad máxima, siendo su media de 5 y su mínima de 1 metro 50 centímetros. Confina al Norte con el Portillo de Mascaleo, al S. E, con la playa del mar, al S. con el bosque, y al O. con el Cerro de Mascalco. Se alimenta con las aguas pluviales y con el flujo del mar. Contiene lagartos. y se pescan en ella con fisga y atarraya, el mero, sabalote, li- sa, mojarra, camarón y sardina. En sus márgenes vegeta el mangle y la grama, Las Garzas.—Laguna situada á 13 kilómetros al $. O. de Chacalapa; tiene 210 metros de largo, 75 de ancho y 1 metro 50 centímetros de profundidad máxima. Limita al Norte con. el campo de Zimatán, al S. E. con la playa del mar, al S. con el mismo campo de Zimatán y al O. con los montes de Chaca- lapa. Se alimenta de las aguas pluviales y del flujo del mar. Contiene lagartos, y se pescan en ella el mero, lisa, sabalote, mojarra, camarón y sarlina. En sus alrededores vegetan el mangle y la grama. En todas estas lagunas cuaja la sal y de aquí proviene la confusión, pues se les conoce también por salinas. San Diego.— Lagina situada á 4 kilómetros al E. de e ta, Distrito de Tehuantepec; tiene 225 metros de largo, 25 de ancho y 8 de profundidad máxima, siendo su media de 4 y su mínima de 1. Limita al N. con el Cerro del Capil, al E.S. E. con la playa del mar, al S. con un bosque, y al O. con el Ce- rro del Zapotal. Se alimenta de las aguas pluviales y del u-' jo del mar. Contiene lagartos, y se pescan en ella con atarraya y fisga, el mero, sabalote, lisa, mojarra, camarón y sardina. Su vegetación próxima es de mangle y grama. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 45 Hidrología marítima. —La Hidrología marítima de la Chon- talpa en el litoral del Pacífico, consta de los lugares siguientes: Costa.—La Costa de la Chontalpa comprende una exten- sión de 196 kilómetros. Playas.—Cuenta eon 13, y son las siguientes: Playa de Zacuila. —Playa perteneciente á Aztata, Distrito de Tehuantepec; tiene 1200 metros de largo y 80 de ancho: es arenosa y tendida. Su reventazón es fuerte en el flujo y sua- ve en el reflujo. Playa Colorada.—Playa perteneciente á Aztata, Distrito de Tehuantepec; tiene 3700 metros de largo y 78 de ancho; es arenosa y tendida. Su reventazón es fuerte en el flujo y sua- ve en el reflujo. Playa de Bibicú --Playa perteneciente á Aztata, Distrito de Tehuantepec; tiene 2000 metros de largo y 78 de ancho: es arenosa y acantilada. Su reventazón es fuerte en el flujo y sua- ve en el reflujo. Playa de Sau Diego.—Playa perteneciente á Aztata, Dis- trito de Tehuantepec, tiene 570 metros de largo y 75 de ancho; es arenosa y tendida. Su reventazón es fuerte en el flujo y suave en el reflujo Playa de Aztata.—Playa perteneciente á este mismo lu- gar, Distrito de Tehuantepec; tiene 800 metros de largo y 78 de ancho: es arenosa y tendida. Su reventazón es fuerte en el flujo y suave en el reflujo. Playa de la Laguna Grande.—Playa perteciente al pue- blo de Aztata, Distrito de Tehuantepec; tien> 4718 metros de largo y 98 de ancho: es arenosa y tendida. Su reventazón es fuerte durante el flujo y suave en el reflujo. Playa del Rosario. —Playa perteneciente á Huamelula, Dis- trito do Tehuantepec; tiene 1250 metros de largo y 84 de an- cho: es arenosa y tendida. Su reventazón es fuerte en el flujo y suave en el reflujo. Playa de Ayutla.—Playa perteneciente 4 Huamelula, Dis- 46 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA, trito de Tehuantepec; tiene 980 metros de largo y 80 de ancho; es arenosa y tendida. Su reventazón es fuerte en el fujo y sua- ve en el reflujo. Playa de Mascalco.—Playa perteneciente á Chacalapa, Dis- trito de Tehuantepec; tiene 925 metros de largo y 75 de ancho: es arenosa y acantilada. Su reventazón es fuerte en el fujo y suave en el reflujo. Playa de las Conchas.—Playa perteneciente á Chacalapa, Distrito de Tehuantepec; tiene 1,300 metros de largo y 88 de ancho: es arenosa y tendida. Su reventazón es fuerte en el flu- jo y suave en el reflujo. Playa de Chacalapa.—Playa perteneciente á este mismo pueblo, Distrito de Tehuantepec; tiene 1140 metros de largo y 84 de ancho: es arenosa y tendida. Su reventazón es fuerte en el flujo y suave en el reflujo. Playa de las Garzas.—Playa perteneciente á Chacalapa, Distrito de Tehuantepec; tiene 600 metros de largo y 88 de an- cho: es arenosa y tendida. Su reventazón es fuerte en el fin- jo y suave en el reflujo. Playa de Zimatán.—Playa perteneciente á Chacalapa, Dis- trito de Tehuantepec; tiene 986 metros de largo y 94 de ancho; es arenosa y acantilada. Su reventazón es fuerte durante el flujo y suave en el reflujo. Morros.—Tiene 6 morros y se llaman: Morro de Zachila.—Morro situado al E. de la Ensenada del Garrapatero y al O. de la Bocabarra de Zachila, Morro de San Diego.—Morro situado al O. de la Bahía de su nombre y al E. de la Bocabarra de Aztata. Este Cerro es de roca y tiene vegetal. Morro de Guaxpoc,—Morro situado al O. de la Bocabarra de Aztata y al E. de la Ensenada del Rosario. Morro del Rosario.—Morro situado al E. de la Bocabarra de su nombre y al O. de la Bocabarra de las Conchas. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUENÑNA. 47 Morro de Mascaleo.—Morro situado al E. de la Bocabarra de Ayutla y al O. de la Bocabarra de Chacalapa. Morro de Zimapan.—Morro situado al E. de la Bocabarra de Chacalapa y al O. de la de Copalita. Este promontorio es de rocas acantiladas sobre el mar y de tierra vegetal sobre el N., donde abundan los árboles. Bocabarras.— Cuenta con 5, que son: Bocabarra de Zachila.—Bocabarra formada por el río de su nombre; está situada al E. S E. del pueblo de Aztata, Dis- trito de Tehuantepec, y tiene 25 metros de largo, 19 de ancho y 75 centímetros de profundidad. Limita al N. con el cerro del Garrapatero, al E. con la playa del mismo, al SE. con el Pacífico y al O. con el Palmar y Playa de Zachila. Se comn- nica con el mar, pero su paso ó calado es peligroso. Contiene lagartos, róbalo, lisas, pargo, chacales, etc. Su vegetación es de mangle y grama. > Bocabarra de Aztata.—Bocabarra formada por el río de su nombre: está situada á 16 kilómetros al E. del pueblo de Aztata, Distrito de Tehuantepec; tiene 24 metros de largo, 18 de ancho y 50 centímetros de profundidad. Limita al N. econ el Cerro de Guaxpoc, al E. con la Playa de Zachila, al SE. con el Pacífico y al O. con la Playa y el Cerro Colorado. Se comunica con el mar, pero su forma no se presta para la na- vegación por su paso ó calado. Contiene lagartos y róbalo. Bocabarra de Ayutla. — Bocabarra formada por el río de su nombre; está situada á 16 kilómetros al E. del pueblo de Aztata, Distrito de Tehuantepec, y tiene 32 metros de largo, 20 de ancho y 40 centímetros de profundidad Confina al N. con el río, al E. con el cerrillo de Brineca Perros, al SE. con el Pacífico y al O. con el cerro de Mascaleo y Playa de por medio. Bocabarra de Chacalapa.—Bocabarra formada por el río de su nombre; está situada á 15 kilómetros al E. del pueblo de Chacalapa, y tiene 20 metros de largo, 15 de ancho y 30 centí- 48 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. metros de profundidad. Limita al N. con el bosque, al E. con el cerro de Mascalco y la playa, al SE. con el Pacífico y al O. con el cerro de Zimatan y playa de por medio. Se comunica con el mar en la época pluvial en que se abre la bocana. Con- tiene lagartos, róbalo, pargo, lisa, chacales, ete. Los vientos dominantes son los de NE. y SE. Bocabarra de Zimatan.—Bocabarra formada por el río de San Lorenzo; está situada á 16 kilómetros al E. del pueblo de Chacalapa, y tiene 26 metros de largo, 14 de ancho y 20 cen- tímetros de profundidad. Limita al N. con el Bosque de Zi- matan, al E. con el Cerro de la Bocabarra, al Sur con el Pací- fico y al O. con el Morro de Copalita y playa de por medio. Se comunica con el mar en la estación pluvial en que se abre la bocana. Rada. —Tiene una y se llama: - Bibicú.—Rada perteneciente al Pueblo de Aztata, Distri- to de Tehuantepec, de cuyo pueblo dista 12 kilómetros y se sitúa al E. del mismo. Tiene 2000 metros de largo, 1000 de aocho y 30 de profundidad máxima, pues su media es de 15 y su mínima de 6. Confina al E. con la bahía de la Colorada, al Sur con el Océano Pacífico, al O. con la bahía de San Die- go y al N. con varios cerrillos sin nombre. Soplan en ella los vientos del Sur, de febrero á octubre, y los del Norte, de oc- tubre á febrero. Ensenadas —Cuenta con dos y son las siguientes: Laguna Grande. Ensenada perteneciente al pueblo de Az- tata, Distrito de Tehuantepec, de cuyo punto dista 8 kilóme- tros y se sitúa al SE. del mismo. Tiene 4718 metros de exten sión longitudinal, 424 de latitud y 20 de profundidad máxima, siendo su media de 10 y su mínima de 5. Limita al N. con el pueblo de Aztata, al E. con la bocabarra de Aztata, al S. con el mar Pacífico y al O. con la ensenada del Rosario. Dominan en ella los vientos del Sur de febrero á octubre, y los del Nor- HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 49 te de marzo á actubre. Es abrigada por tres cerrillos, el de Guaxpoc, el de la Laguna y el del Rosario. Rosario. Ensenada perteneciente al pueblo de Aztata, Dis- trito de Tehuantepec, de cuyo pueblo dista 21 kilómetros y se situa al S. del mismo. Tiene 1250 metros de extensión longi- tudinal, 600 de latitud y 30 de profundidad máxima, siendo su media de 15 y su mínima de 3. Su playa es corrida y desacan- tilada. Los vientos reinantes son los del $. y los del E soplan- do con más fuerza los últimos. Limita al N. con el Palmar de Aztata, al E. con el Cerro de Gruaxpoe, peñasco, al S. con el Océano Pacífico y al O. con la laguna del Conchal. Bahías.—Tiene dos bahías, que se denominan: Puerto Coloralo.—Bahía y puerto perteneciente al pue- blo de Aztata, Distrito de Tehuantepec. La Bahía Colorada tiene una extensión de 3700 metros de largo por 1750 de ancho. Su profundidad máxima es de 30 metros, su media do 15 y su mínima de 6. Su playa es corrida, desacantilada y ofrece poca seguridad á las embarcaciones; en cambio, su fondeadero es bueno, pues mide 5, 7, 11, 15 y 20 metros. Confina al N. con el Paraje de Covan, al E. con la Ense- nada del Garrapatero, al S. con el Océano Pacífico y al O. con la Rada de Bibicú. Dominan en ella los vientos del N. de no- viembre á febrero y los del S. de marzo á octubre. Dista del pueblo 16 kilómetros al SE, Bahía de San Diego.—Puerto y Bahía pertenecientes al pueblo de Aztata, Distrito de Tehuantepec. La Bahía de San Diego que forma el Puerto de su nom- bre, tiene 500 metros de largo, 50 de latitud y 28 de profundi- dad máxima, siendo su media de 12 y su mínima de 4. Su pla- ya es corrida y arenosa. Confina al N. con el Cerro de San Diego, al E. con la Ra- da de Bibicú, al S. con el Océano Pacífico y al O. con la Bo- cabarra de Aztata y Cerro de Guaxpoc. Reinan en ella los vientos del N. de noviembre á febrero y los del S. de marzo Mem, Soo, Alzate, México. y T. 30 (1910 1911) —7 50 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. á octubre. Está situada al SE. de Aztata, de cuyo pueblo dis- ta 8 kilómetros. pS Pueblos Chontales. Los pueblos y ranchos de origen chontal ó que hablan es- te idioma, son los siguientes: En el Distrito de Tehuantepec. Astata Santiago. Chacalapa. Huamelula San Pedro : Tequixistlán Magdalena Zaragoza San José. Ranchos. Animas Rancho de las Ayutla Rancho de Bamba Rancho de Carballo Rancho de Coyote Rancho del Lachitoba San Cristóbal Hacienda de Garrapatero Rancho del Llano del Copal Rancho del Majada Rancho de la Mazatán Rancho de Nanches Rancho de Piedras Rancho de (1) El Decreto de 2 de octubre de 1879 expedido por el Gobierno del Estado de Oaxaca, lo elevó á. la categoría de Pueblo. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. Pijutla Rancho de Puerta Rancho de la Salvador Rancho del San Vicente Rancho de Santa Rita Rancho de Urquide Rancho de Villalobos Rancho de Zimatán Rancho de En el Distrito de Yautepec. Acaltepec San Juan Alotepec San Juan Candelarias Santa María Chiltepec San José Chongo San Miguel Chontecomatlán Santo Domingo Ecatepec San Miguel Ecatepec Santa María Ixcotepec San Lucas Jamiltepec Santa Catarina Jilotepejillo San Lorenzo Mecaltepec Santa Lucía Peña Santa María la Petacaltepec San Matías Sosoltepec San Pedro Mártir Suchiltepec San Miguel Tecolotepec Santiago Teipan Santo Domingo Tepaltepec San Pablo Topiltepec Santiago Tlahuilotepec San Andrés Tacubaya Rancho de Zapotitlán Santa María 52 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Estos pueblos fueron fundados por los domínicos Fray Diego Carranza, Fray Domingo Grijelmo y Fray Mateo Da- roca, quienes les pusieron nombres mexicanos. vi. * Instituciones políticas. El Gobierno chontalteca era Monarquía. —El «Rey. —Virreyes,— Conseje- ros.—Alcaldes. —Policía.—Consejo de ancianos. El sistema de Gobierno en la Chontalpa era la Monarquía hereditaria. El Rey era absoluto. Cuando se extinguía la dinastía se elegía entre una de las ramas nobles y valientes de la tribu. Era accesible á sus súbditos. Gobernaba á la Nación por medio de seis Virreyes ó Caci- ques quienes tenían á su cargo los Departamentos de Tequi- xistlán, Huamelula, Tlacolulita, Ecatepec, Quierí y Ozolotepec. Para el despacho de los negocios tenía tres Consejeros, los cuales eran ancianos, de experiencia y conocimientos de gobernación. Los Virreyes tenían en los pueblos y aldeas, una especie de Alcaldes que conocían de las faltas cometidas por los chon- tales en materia de policía y también de criminalidad. Estos Alcaldes con su despotismo se hacían respetar de sus súbdi tos. Para cuidar el orden, había en cada pueblo una policía, la cual constaba de un mayor de vara y de varios topicales. - Había, también, un Consejo de Ancianos en los pueblos, compuesto de cinco ó diez viejos, que cuidaban de las buenas costumbres y hacían las veces de jueces, para castigar á los transgresores de las leyes morales HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 33, VII. Milicia. q: Organización de tropas. —Grados. La tribu chontalteca tenía organizados cinco Batallones de 1,00 hombres cada uno, comandados por Capitanes: y és- tos á las órdenes de Comandante en representación del Rey. La milicia tenía grados como la de los zapotecas y mixte- cas. Había Cuballoro Aguila, Caballero Culebro y -Caballero- Tigre; el primero era Greneral, el segundo Comandante y el tercero Capitán. Entre las clases de tropa había superiores, que hacían las veces de sargentos Ó cabos. VII. Leyes suntuarias. - Traje. —Tocado.—Adornos. —Carcax.—Calzado. Acerca del traje militar y adornos que usaban los Cuer-- pos chontales, puede decirse, que eran muy escasos. El Rey vestía traje lujoso: consistía en una esclavina azul ó colorada, enagúilla azul con fajas blancas, corona de cuero pintada de blanco con adornos de oro y piedras verdes; lleva- ba á la espalda un carcax con flecha y en la mano izquierda el arco, en fin, calzaba cactli negro. Las órdenes militares eran: Caballeros Aguilas, Caballe- ros Culebros y Caballeros Tizres. Estos jefes presentaban la cara por las fauces de las cabezas de sus respectivos animales. . Vestían una enagúilla de manta ó de piel de tigre conida, á la cintura y adornada con plumas de colores; por camisa usaban en el pecho y las espaldas otra piel de tigre ó de zorra. 54 : MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Su tocado lo constituía el pelo hirsuto, largo y caído á la - espalda, pero ceñido con un rodets de cuero adornado con plu- mas enhiestas de colores verde, rojo, amarillo, azul y blanco, arrancadas á las guacamayas, loros, garzas y quetzales. Estos jefes usaban orejera de oro ó piedra, así como colla- res de concha de piedras verdes y blancas y de semillas de árboles, como pipes y ojo de venado. : Llevaban colgado á la espalda el carcax pletórico de fle- chas, y en su mano el arco. Algunos calzaban cactli de pieles sin curtir, atados al to- billo con sanguíneas correas. ¡ IX. Armas ofensivas. Arco. —Flecha. —Honda.—Porra.—Macana. Las armas ofensivas de los chontales eran el arco y la fle- cha, la honda, la porra y la macana, Las armas defensivas en los Capitanes eran el ixcahuipilli y la rodela ó chimalli. X. Música guerrera. Concha. — Tambor. La música guerrera entre los chontales constaba de con- chas para los toques de llama la, atención y combate; el tam- bor ó huehuetl, que cargaba y tocaba el Comandante ó el Rey, cuando salía á campaña. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA., 50 XI. Arquitectura militar, Los chontales no fortificaron sus cerros y encrucijadas.—Táctica-ofensi- va.—Defensa en cerros y campos. No emplearon los chontales la arquitectura militar para defender sus pueblos; ni un cerro ni encrucijada se encuentra amurallada en el terreno que poseyeron. La táctica ofensiva y defensiva en el ataque era el alba- zo y la sorpresa, Si eran invadidos por los zapotecas ó mixes, se defendían en los cerros ó campos, y si eran atacadas algunas de sus pla- "zas por los enemigos, se dividían en dos ó tres grupos, y caían de sorpresa sobre ellos. XII. Campaña. Declaración de guerra sin previo aviso.—Precauciones para salir á campa- ña.—AÁtaque.—Baile en torno de los muertos. —Retorno silencioso en caso de derrota. —Recepción entusiasta en caso de triunfo.—Muer- te de los prisioneros. Los chontales no observaron ninguna regla diplomática para declarar la guerra; procedían sin formalidad ninguna á atacar las plazas de sus enemigos. Para salir á campaña, se preparaban la noche anterior con una junta en que el Rey ó Capitán General, recordaba á to- dos su deber y sus proezas. Muy temprano, casi al rayar la aurora, marchaban con precaución sobre la plaza que iban á atacar. -—Astutos y silenciosos como los salvajes, su principal inten- to era dar una sorpresa ó albazo; así es que ya al avistar al 356 + 2 MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA campamente enemigo, se dividían en dos ó tres grupos y lo atacaban con energía y con un valor á toda prueba. Si logra- ban vencer al enemigo, no lo perseguían, sino que se dedica- ban á recojer los muertos, y puestos en pira, bailaban en su derredor, A veces, haciendo barbacoa de algunos cuerpos muertos, se los comían en macabro festín. Si eran derrotados, volvían á su pueblo, de noche y en si- lencio. , Si volvían vencedores, salían sus mujeres á recibirlos y agasajarlos. A los prisioneros los sujetaban á torturas hasta que morían. XIII. Justicia. La justicia era gratuita entre los chontales.—Jueces. —El Rey como Tri- bunal. —Sentencia.—Ejecución de la sentencia. La justicia entre los chontales se administraba gratuita y sin diferencia de clases. Había jueces que conocían de todos los hechos criminales hasta pronunciar sentencia. No había Tribunal superior: el Rey como absoluto, deci- día dela suerte de los delincuentes. Las sentencias eran de muerte en casos graves, como el homicidio, el robo, el aborto provocado, la traición á la patria, etc., y en los demás casos la de prisión y de multa. La pena de muerte aplicada á los criminales consistía en aspamiento ó estrangulación, y la ejecutaba el Jefe del pueblo en nombre del Rey. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 57 XIV. Noción genesiaci. Creador del Sol, la Luna y las Estrellas. — Dioses inferiores. —Génesis chontal. Los chontales tenían como Hacedor á un Gran Espíritu, el cual había creado al Sol, á la Luna, á las Estrellas, al aire, al agua y al fuego; euyos Dioses inferiores gobernaban el mun- do por orden de aquel. ' La tierra en su principio, según los chontales, era una bo- la de humo que ardió después mucho tiempo y que se apagó por lluvias torrenciales. Recogidas las aguas en grandes barrancas, el Sol y el aire secaron el suelo, y entonces nacieron las plantas, los animales y los hombres. Estos vivieron en cuevas y cultivaron la tie- rra sustentándose de maíz, frutas y animales que cazaban. Hasta aquí alcanza la tradición. XV. Teogonía chontal. Dios Creador y sus atributos.—Dioses subalternos.—. Diosas— Creación de los hombres. La teogonía chontal reconocía á un Dios sumamente espi- ritual y ajeno de toda materia, llamado Tlapocna Tlotalemaa, que residía en el Cielo y era el Creador del Universo y el Gro- bernador de todas las cosas. Su nombre significa “Dios Padre del Cielo”, y está compussto de tlapocna, que quiere decir Dios y tlota de tlotata, padre y lemaa, Cielo. Algunos dicen Nopale- maa. Por sus atributos se asemeja al Ometecuhtli ó Tlaloque Nahuaque de los mexicanos. Mem, Soc. Alzate. México, T. 30 (1910-1911).—8 58 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Esta Divinidad Suprema crió varios Espíritus ó Genios en- cargados de dirigir el mecanismo del Mundo y las acciones buenas ó malas de los hombres, los cuales por su orden eran: 1. Tlapocna Pashitlunga.—Era el Dios del fuego encarga- «do de dar calor á la tierra. Se conoce también por Tlapocna Cal Faunatl ó sea el Dios So!. Era el Xiuhtecuhtli ó Tonaca- tecuhtli de los mexica. 2. Tlapocna Calmutla.—Era el Dios Luna encargado de alumbrar de noche la tierra mientras el Sol iluminaba el mun- do de los muertos. Era Tezeatlipoca. 3. Tlapocna Caja.—Era el Dios de las lluvias encargado de fecundizar la tierra. Se conoce también por Tlapoena Cal Tlaja, como Dios del mar, de los lagos, ríos, arroyos y Fuentes, y por último, por Tlapocna Quitumi, que fué el Dios del Ra- yo y de los truenos. Era el Tlaloe chontal. 4. Tlapocna Quiel Tlahua.—Era el Dios del viento encar- gado de la respiración del mundo y de los seres vivientes. Era el Ehecatl. 5. Tlapocna Tlamats.—Era el Dios de la tierra ó del mun- do terráqueo encargado de dar vida y abrigo á los hombres, á los animales y á las plantas. Era el Tlaltecuhtli. 6. Tlapoena Tilaieucui ó tlihuala ó Tlapocna Tlamaeta.— Era el Dios de los montes y de los hielos. 7. Tlapocna Quiel Fapa.—Era el Dios de las mieses ó se- menteras. Se le conoció también por Tlapocna Quiel Paxi Te- jua, que quiere decir, Dios de la comida ó sustento de los se- res vivientes. Era el Centeotl de los mexica. 8. Tlapocna Huiquingacaa.—Era el Dios del mal tiempo, el Numen de la sequedad ó hambre. 9. Tlapocna Fulegui ó sólo Fule.—Era el Dios de la cal rra, el Yoatzín ó Huirzilopochtli. 10. Tlapocna Amaya ó Lamaya.—Era el Dios de la Muer- te Ó sea el Cemiquiztlt. 11. Tlapocna Cacano.—Era el Dios de las mujeres, el Cu- HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 59 pido chontal encargado de hacerlas hermosas y atractivas. Era Xochipilli. : 12, Tlapoena Quijlia.—Era el Dios propicio del pueblo chontal, ó su Genio tutelar. 13. Tlapocna Quiel Tulú.—Era el Dios de los animales, en- cargado de recibir en holocousto la sangre de los cuadrúpedos y aves, y con especialidad la de los guajolotes que se le sacri- ficaban. 11. Tlapocna Chomaigua ó Tofilcoma.—Era el Dios de la prostitución y de los vicios. 15. Tlapocna Leimina.—Era el Dios del Infierno, encar- gado de castigar á los perversos, y cuidar de la mansión de los muertos. Era el Tzontemoc á la vez que el Mictlantecuhtl. 16. Sontaa shans.—Era el Dios Diablo del hombre ó sea el Tlacatecolotl. 17. Tlapocna Cijca Axujca ó Acijea Ashuca.—Era el Dios de los auspicios ó maldades. Era Nexoxacho. 18. Tlapocna Afanci Lanchini.—Era el Dios Tres Chupa- rrosas y la Deidad más venerada de los chontales. Nació en el mundo, gobernó á su pueblo, y muerto voló á la región ce- lestial. A estos mitos se agregan las siguientes Deidades hembras, que ejercían también cierta influencia en el régimen moral. I. Catlanana Quiel Paxhiganó ó Quiel Apashi.— Era la Diosa del Mundo, la mujer bendita ó sea la Tonantzin de los chontales, la Cihuacoatl. II. Catlanana ó Tlacanana Fucca.—Era la Diosa Blanca, la mujer blanca ó sea la Ixtaccihuatl ó Mictlancihuatl, esposa . de Mictlantecuhtli. TIT. Catlanana Cumi ó Umí.—Era la Diosa Negra, ó sea Yohualcihuatl, la Noche, 60 MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA. XVI. Religión, La religión de los chontales era politeísta.—Carencia de templo construí- do por los chontales.—Grutas y Altares. La religión de los chontales, según su teogonía, era poli- teísta pues tenía varios Dioses á quienes tributaban culto en ciertos días del año con oraciones, sacrificios de auimales, ayu- nos y penitencias. Los chontales no tenían templos construídos para sus pa- triarcas religiosos; se servían de alguna gruta, en la cual le- vantaban un altar de piedra y lodo, y sobre él colocaban á sus Dioses. El templo principal era la Gruta del Cerro de la Per- diz. También tenían altares en la espesura de les bosques que consistían en un pequeño túmulo de barro y piedra, No se encuentran datos acerca de las fiestas religiosas de los chontales. Por sus prácticas secretas seguidas en la épo- ea del Gobierno Colonial, se viene en conocimieuto sólo de dos festividades. En la primera tributaban culto al Dios de las Aguas en el mes de mayo, pidiéndole abundantes cosechas; y en la segunda, al Dios de las Mieses, en diciembre, en acción de gracias por los beneficios recibidos en las cosechas, Se preparaban con ayunos y penitencias. XVIL Sacerdocio. Sacerdocio.—Sacerdotes dedicados al culto.—Sacerdotes brujos.—Sacer- dotizas.—-Trajes.—Entierro de un sacerdote. El sacerdocio entre los chontales era reducido, y estaba dividido en dos categorías. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 61 Había un sacerdote superior al que estaban sujetos 40 mi- nistros verdaderos y más de 60 falsos sacerdotes, llamados na- huales ó brujos. Los sacerdotes se encargaban de enseñar al pueblo la teo- gonía y el mod» de rendir el culto y adoración á los Dioses, y todas las prácticas religiosas que estaban á su alcance. Tam- bién servían de consejeros al R=y y á las autoridades, sobre las que ejercían una influencia preponderable. Los sacerdotes brajos, aunque conocían mucho de la re- ligión, se ocupaban de la medicina y de los maléficos y de en- señar á los jóvenes dedicados al nahualismo. Eran muy temi- dos d+l pueblo. Había entre los chontales algunas sacerdotizas que cuida- ban del aseo y adorno de los templos, y de instruir á las jóve- nes en los misterios de la religión. El traje del Gran Sacerdote era una túnica de manta, con figuras simbólicas de color negro, hasta el muslo, ceñida con faja negra. Su tocado presentaba el pelo hirsuto y largo hasta la cintura, y cubría su pecho y espalda con un cuero de zorra. Llevaba cactli de cuero y usaba carcax con flechas.en la es- palda. Se adornaba las orejas con nacocht!i de piedras finas ó co- rrientes, el cusllo con gargantilla de cuentas de oro y piedras finas. Los demás sacerdotes vestían una túnica raboncita, de manta, con algunos adornos negros; cubrían su cabeza con una tiara de cuero y calzaban algunas veces cactli también de cuero. Las sacerdotizas se vestían con huipilli y enagua blanca; su tocado era de trenzas enrolladas en la cabeza, y por adornos tenían un cochtli en las orejas y gargantilla de cuentas de pie- dra en el cuello. : Cuando moría algún sacerdote se le vestía con su mejor traje y se le adornaba con sus joyas; en seguida se le exponía 62 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. al público y después sa le amortajaba en mantas: hecha esta op+ración, se conducía el cadáver por sus compañeros á una cueva donde era depo-itado con algunos utensilios de barro conteniendo alimentos para el camino de ultratumba. XVIII Enseñanza primaria. No había escuela entre los chontales.—Los padres ponian á sus hijos al la- do de un sacerdote.—Materias de enseñanza.—-Separación del joven. —Dedicación á las labores del campo ú milicia. No tevían escuela los chontales. La enseñanza primaria se adquiría por el alumno al lado de algún sacerdote, y era suma- mente deficiente, y duraba tres ó cuatro años. Los padres de familia entregaban á sus hijos á algún sa- cerdote, y le pagaban con mantas y otros objetos, la enseñanza de aquellos. Constaba esta enseñanza en nociones del lenguaje, moral, religión, historia de sus mayores, interpretación de geroglífi- cos y aplicación de las plantas en las enfermedades. Además de este aprendizaje, tenían los alumnos obligación de barrer el altar y adornarlo con flores. Cuando terminaba su instrucción, iba el padre ó madre por al alumno y lo dedicaban á las labores de campo ó á la milicia. XIX. Calendario. Los chontales se servían del calendario zapoteca.—Astros.-—Tiempo.—Día. —Nombre de los días.-—-Mes y su nombre.—Año y su nombre. El Calendario, uno de los medios más usados entre los pue- blos para saber los días, meses y años, así como para dar nom-- bre á sus hijos y conocer las fiestas religiosas, no faltó á los HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 63 chontales; pero no era invención suya, era el calendario zapo- teca con todos sus signos, del que se servían para los diversos actos de la vida, adaptado á su idioma. Conocían el tiempo y los astros más notables. Llamaban al Sol Faunatl y Calmutla á la Luna. No les eran desconocidas las nociones del tiempo, al cual llamaban tlilini, y lo dividían en presente, pasado y futuro. Al día le denominaban litini, y se dividía en mañana, tar- de y noche. De los días formaron el mes y de los meses el año. Los días del mes eran 20, y se ¡lamaban así: Lipaleo, ó sea la luz.—Tlagua, viento. —Lahutl, casa.— Tlamallo, lagartija.— Tlainofatl, culebra.— Lamaya, muerte. —Tluigualaqueque, venado.—Tonomma, conejo.—Caja, agua. —Calchiqui ó tziqui, perro.—Gruelmicu, mono.—Totascona- gua, retorcedura.—A!lpepa, caña.—Hipajagua, tigre.—Caltiju- li, águila.—Calacuilacene, zoyilote de collar. —Faunatl, Sol.— Tlapique ó tlaitlougalapique, pedernal. —Ucuchine ó yaqui, llu- via.—Lipa, flor. El mes se llamaba Amutla ó Calmutla. El año constaba de 18 meses y se llamaba anuli comats. SEGUNDA PARTE. Lengua chontal. L Alfabeto chontal. Letras.— Pronunciación. — Afinidad de sonidos. — Cambio de sonidos. — Acentos. —Permutación de sonidos. —Aumento silábico. “El alfabeto del idioma chontal se compone de los sonidos siguientes: a, b, e, d, e, £, g, h, 1, k, 1, lb, m, n, o, p, r, s, sh, t, tl, u, w, y. 64 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. “Los sonidos vocales son: a, á, e, 6, 1,1,1, 0, Ó, u, U. Pronunciación.—La a se pronuncia como en castellano: Ejemplos: caema, hago. ma, casar. ta, maciso. maf, velar. La á, es larga, ejemplos: shacá, vaciar. shnaa, zampar. Las vocales e, 1, o, u, se pronuncian lo mismo que en cas- tellano. La e, 1, ú, se pronuncia breves y casi imperceptibles cuan- do finalizan palabra. Ejemplos: lanshanukú, hombres. tlapíki, piedras. Generalmente se suprime la vocal final pronunciando con fuerza la consonante. Las consonantes se pronuncian lo mismo que en castella- no, excepto las siguientes, que expresan sonidos propios del idioma chontal. - La h se pronuncia como j. Ejemplos: hauh, últimos, nah, vomitar. toh, viejo. La r se pronuncia como la r sencilla en castellano en dos ó tres palabras: por lo que este sonido parece no ser propio del idioma. sh, se pronuncia como en inglés: shkaa, vaciar. shke, troncar. shui, usar. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 65 tl, se pronuncia pegando la lengua en el paladar y pro- nunciando el sonido de l mojada: hutl, tostar, secar. kotl, boca, tetl, deshacer. w se pronuncia como en inglés en las palabras: water, wine: wehko, obedecer. wa, esperar. La k tiene un sonido explosivo. ue, se pronuncia como en inglés la w en wether. Afinidad de sonidos.—La t y la d se pronuncian indistinta- mente por los indios chontales. La p y la b se suelen confundir. Los diptongos ua, ue, ui, 10, se pronunelan por ghua, ghue, ghui, ghuo. Cambio de sovidos.—La tl, antes del sonido de sh, se con- vierte en ts, y antes de l se convierte en 1, ts equivale á ch, y así escriben los naturales este sonido, como: chiki, pe*ro por tsiqui, chana, por tsana, etc. q Ó k, se halla conmutada en g. ts se conmuta en s, como tonecsla, habla, por tonectsla. 11 se pronuncia como doble 1. sh antes de l, se conmuta en s. Acentos.—El acento tónico de las palabras se encuentra invariablemente en la raíz principal, conservando, sin embar- go, cada sílaba, su acento propio, el que se hace sentir parti- cularmente al fin de la palabra. Permutación de sonidos.—Los prefijos posesivos tlai, tlu, tli, ete., se conmutan en cal, eu, eo, ki, cuando se expresa el posesivo ó en composición, como: caitsiki, perro, por tlaitsiki. kipuftso, su concha, por tlipuftso, Igual permutación sufren los prefijos posesivos del plural. Mem. Sor. Alzate. México. T. 30.(1910-1911)—9 66 : MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. to, prefijo verbal, se cambia en mo cuando expresa la ne- gación, como: aimotetso, no comes, por aitotetso. ti, se cambia en mí, como: aimitetso, no come, por aititetso. atl y tutl se cambian en matl y mutl, como: aimatltetsoi, no comemos, por alatletetsoí, aimutltetsoi, no comen ustedes, por aitutltetsol. Los prefijos del pasado o, i, atl, utl, se cambian en co, ki, catl, cutl, como: aicotesma, por aiotesma. alkitasma, por alitesma. aicatltesma, por aiatltesma. Los prefijos verbales ta, te, la, tulla, se cambian en ma, me, mala, mulla, en las oraciones negativas, como: aimacani, no tiras, etc. almacani, aimalacanii, aimullaconii, Los prefijos e, la, ulla, del pasado, se cambian en ke, cala, culla, como: aihkeeani, no tiró él, ete. aihcalacanil. aibeullaconii. Los prefijos tai, li, tulli, de presente, se cambian en mai, mi, mulli y li, ulli, d+l1 pasado en k, culli, como: aimaipac. aimalipaaci. aimn!llipaaci. alhkipaac, aihcalipaal. aiheullipaai. lum, tum, se cambian en las oraciones negativas en ma- lam, mum, como: aimalummofi, no paro. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 67 aimummofgua, etc. En el pasado se cambian en calum, cum, como: alcalummofi, no parí. alcummofgua, no parista, etc. El prefijo nu, se cambia en cu, como: aicumleo, no tengo hambre. Sumento silábico.—En algunos palabras se intercala una n entre el artículo tla y el nombre que determina, como: tlanpohna, el amor, por tlapohna. Algunos nombres determinados por los prefijos posesivos incorporan la sílaba ne, ó la n epentética, como: tlainequinatl, mi bellota. tlanecano, mi mujer. Otros reciben la sílaba pe ó p solamente, en los mismos ca- SOS, COMO: , tlaipiguala, mi bestia. Cuando se expresa la segunda persona, se incorpora la sí- laba mé ó m, solamente, como: tlomecano, tu mujer. tlomepimi, tu gusano, etc. le ó li se incorporan cuando se expresa el posesivo referen- te á la tercera persona del plural, como: tlilicui, su piojo. tlilequinatl, su bellota. Nota.—En los manuscritos de Chontal, formados por los naturales, y en el fragmento de la doctrina eristiana del mis- mo idioma, los cuales documentos reproduzco en la segunda parte de este estudio, se hallan expresados los sonidos que constituyen la fonética de la lengua, de la manera siguiente: x, representa el sonido de la ch francesa, ó sh inglesa. xs representa el mismo sonido, como: eluxsecana, xsamca, moxsouccoma, ete. - j, representa el sonido de la h aspirada, como: juicol, jauca, aij. 68 MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA. ch, representa el sonido de ts, bien que alguuos naturales le dan un sonido especial semejante al de la ch castellana. tz, z, representan el sonido de ts suave. h, no tiene sonido ninguno, y sólo la emplean delante de los diptongos au, ue, ul, uo, como: huilca. e, representa el sonido fuerte de k. q, representa el sonido fuerte de k. TT. Idioma Chonta?. Tres formas de lenguas, -——El idioma chontal es aglutinante. —Su formación. —Raíces.—La raíz en el chontal no forma palabras sino en pocos ca- sos. —Pijos y sufijos. —Palabras con afijos y yuxtaposición. —Polisín- tesis del idioma. El estudio del idioma chontal viene á confirmar poco más ó menos su liliación con las lenguas Koluchi y Ugaliachmutai y por ende con la Mexicana. “Aplicando los principios generales reconocidos por los lin- gúistas y filósofos, el estudio del idioma chontal debe conere-- tarse al estudio de sus elementos fonéticos, constitutivos de los elementos raíces y la manera ó forma en que estos elemen- tos se combinan para expresar el pensamiento humano. Los filósofos europeos, entre ellos, Ayuso y Hovelaque, sólo ad- miten tres formas en las lenguas en general.” 4d “La primera es el monosilabismo, la más sencilla y en la cual las palabras son verdaderas raíces. Estas raíces—-palabras ó pa- labras raíces, dice Hovelaque, despiertan sólo una idea esen- cialmente general, sin indicación de persona, de género ó de número; carecen de elementos de relación, de conjugaciones y de preposiciones. A estas lenguas se les ha denominado mo- (1) Lic, Francisco Belmar.—Estudio de “El Chontal,”—1? Parte, Cap. III, págs. 22 á 27. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 69 nosilábicas ó aisladas. Viene en seguida la segunda forma de aglutinación, en la cual las raíces sin significación ind-psn- diente, esto es, sin verdaderas palabras, como en la forma mo- nosilábica, se yuxtaponen con elementos y raíces de relación. A esta clase de lenguas se les da el nombre de aglutinantes ó aglomerautes. En el tercer grupo se colocan las lenguas en las cuales la raíz se modifica y puede modificarse, para expre- sar las relaciones con las otras raíces. A estas lenguas se les da el nombre de lenguas de flexión.” “Las lenguas americanas hasta hoy estudiadas, pertene- cen á la segunda clase, de la aglutinación, y entre ellas debe contarse el idioma chontal.” * “El procedimiento formativo de esta lengua, como se ve- rá detalladamente más adelante, consiste en agregar á la raíz prefijos, sufijos é infijos para expresar las ideas del número, gé- nero, persona, tiempo y otras ideas de relación propias de la lengua. La raíz primordial permanece invariable. Si se toma, por ejemplo, la raíz de té, que significa comer, tendremos, re- vistiéndola de elementos de relación, las formas siguientes. “Cate: estoy comiendo, en general. Catetsoi: estoy comiendo comida. Catetsoma: voy á comer. Catetsmima: doy de comer á otro. Catesmiconama: doy de comer otra vez, Catesmiconamola: doy de comer á muchos otra vez.” “La raíz de té recibe primero el prefijo ca, que expre- sa la relación de tiempo presente y de primera persona. El sufijo tso indica que lo que se come son alimentos condimen- tados y que sirven para la nutrición del hombre. Ma expresa también el tiempo. Mi la aplicación, esto es, que el sujeto ha- ce recaer la significación del verbo en otros. Co y na, expresan la reiteración, esto es, que el sujeto vuelve á hacer lo que el verbo significa. La expresa la idea de pluralidad.” “De este ejemplo se vé que la raíz en el idioma chontal por 70 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. sí sola no constituye palabras, sino en muy pocos casos, como se observará al tratar de li Gramática de la Lengua.” “Il carácter esencial y dominante de esta lengua, es la tendencia á los sufijos. Los infijos sólo se presentan en muy pocos casos y los prefijos, aunque dominantes, no se reunen sino uno ó dos ó tres á la raíz. “Las palabras se forman también no solamente con afijos sin significación, sino con otras palabras yuxtapuestas con al- ternación ósin ella. Así, de laraíz verbal tu, que significa chupar con tleo, boca, se forma tuco, raíz compuesta que quiere decir, mamar boca, esto es, besar.” | “Este carácter morfologio de las lenguas americanas, se conoce con el nombre de polisíntesis, esto es, la composición indefinida de las palabras por síneopa ó por elipsis. D. Fran- co Pimentel, en su tratado de Filología Mexicana, coloca al chontal entre las lenguas paulo-silábicas sintéticas, aunque con el carácter de dudosa. En mi concepto, el chontal debe clasi- ficarse en el segundo orden, según la clasifición del autor ci- tado, de lenguas polsilábicas polizintéticas de yuxtaposición. No carece el chontal de carácter de subflexión; pero no sien- do el dominante, no debe clasificarse entre los grupos del pri: mer orden de las lenguas posilábicas—polisintéticas de subfle- xión.” 0 (1). Lic. Francisco Belmar,. —Estudio de '“'El Chontal,” Cap. U, págs. 9411. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 71 TT. COMPARACIÓN Familia á que perienece El Chontal, Parentesco del chontal con totonaco y mexicano.—Opiniones.—Afinidad con el mexicano.—Formación del plural. —Colectivos.—Posesivos.— Partículas ma y tla.—Formación del participio.—Verbo impersonal. —El chontal es más rico en partículas que el mexicano y llegó al más alto grado de desenvolvimiento aglutinante. “La cuestión que más interesa á la lingiística mexicana es saber si el chontal se presenta como una lengua extranjera independiente de las demás familias de los iliomas indízenas, ótienerelaciones de parentesco que la coloquen en el grupo me- xicano opata, en la familia maya, ó en el zoque ó en el mixte- eo zapoteca.” “El chontal se ha considerado como de la familia maya, por Hervas, Lathan y Orozco y Berra; otros como Squier, la colocan en grupo separado. Para llegar á una clasificación exacta y fundada del chontal, es necesario el estudio compa- rativo de las lingivísticas, no sólo en sus palabras aisladas, sino en sus raíces y carácter morfológico. Una de las cosas que más puede conducir á error, es el desconocimiento de las raí- ces principales de una lengua, y más al tratarse de las lenguas americanas cuyos elementos fonéticos están sujetos á una movilidad asombrosa. Esto, sin duda, ha inducido á la mayor parte de los filólogos americanos á encontrar semejanza en el lenguaje de procedencia enteramente distinta.” “D. Francisco Pimentel encuentra en el mixe raíces me- xicanas, zapotecas y mixtecas, y de esto el haber considerado esta lengua como mezclada; y D. Francisco Fernández y Gon- zález en su conferencia sobre los lenguajes indígenas de la 72 y MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. América, cree que la lengua zapoteca muestra huellas de in- JAuencia ariaca señaladamente en la formación de los compa- rativos, añadiendo roi (or de los latinos) y los superlativos añadiendo tate (tates, tate, taton) de los griegos. Si el autor hubiera sabido que la lengua zapoteca carece de comparati- vos y superlativos y que roi y tate son meras palabras que yux tapuestas sirven para suplir los aumentativos, no hubiera in- currido en el error de deseubrir huellas de influencia ariaca en la lengna zapoteca. Pero más adelante, en la pág. 71 de su folleto, dice, refitiéndose al zapoteco: “Hay en su Diccionario palabras completamente semíticas, recibidas quizá del anti- guo azteca, beni niguicio, hombre y beni gona, mujer, que pa- recen composiciones con prefijo semítico y bastante teutónicas galas. Estas palabras nada tienen de teutónicas ni de semíti- cas, son puramente zapotecas, formadas de niguicio macho, gona, hembra y beni que significa gente, individuo en general, y á la vez derivado del pasado beni, del verbo runi, hacer. “El sistema gramatical del chontal tiene aánidad con el to- tonaco, el mexicano y otras lenguas de la familia mexicana. El chontal en su alfabeto presenta notables analogías con el me- xicano en sus diferentes sonidos, con excepción de la f, abun- dante en la primera de estas lenguas, de la cual carece la se- gunda. Los sonidos de la ch (tz en chontal) h aspirada, tl, tz (ts en chontal), x (sh en chontal) y, son cumunes en todas las lenguas. En composición se modifican los sonidos de sh en s, de ll en 1? “Para formar el plural recurre el mexicano á las termina- ciones me, tin, he, zin, huan; el chontal intereala entre algunas palabras 1l, como chiki (tzik1) perro chit ki, perros; en otras agrega los sufijos ¿, la, na y gua (hua) como en laimugua, los lagartos. “La terminación ta, que en mexicano sirve para formar colectivos, en chontal es prefijo determinativo, aunque tam- rm bién se halla 1la como signo terminal de pluralidad.” HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 73 “Los posesivos se indican prefijando las partículas pose- sivas para formar un solo nombre, como Mexicano Nochichi, mi perro Moch:ehi, tu perro —Yehichi, su perro Tochichi, nuestro perro Amochichi, vuestro perro Ynchichi, su perro Chontal, Tlaitseki, mi perro: Tlotsiki Tlitsiki Tlatltsiki Tlutletsiki Tlitltsiki La conjugación mexicana se indica por prefijos personales y sufijos de tiempo, y parece ser una de las formas de la con- jugación chontal. Mexicano: Nichiva, yo hago. Tichiva, tu haces Chiva, él hace Nitimachtia, enseño Titimachtia Yemachtia. Titemachtia Antemachtia Temachtia. y Pasado, Onitemachti, enseñé Otitemachti Otemachti Otitemachtique. Onotemachtique Otemachtique Chontal: Jayeema. Toyeema. Tiyeema, etc. Camiquimá. Tomuquima. Timuquima. Atlamuquime Tutlemuquime Timuquime. Aimugquipa. Omuquipa. Y muquipa. Atlamuquipa. Utlmuquipa. Y muquipa.” “La partícula ma que sirve en mexicano para el presente Mem, Soc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911)—10 74 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. de imperativo, en chontal es también partícula separada del presente. Tla, partícula de imperativo, se usa en ambas len- guas.” “La forma que suple al participio en mexicano, y que se compone del prefijo in y del verbo en tiempo presente ó pasa- do, reconoce la forma chontal, de los nombres verbales forma- dos con tlin.” Mexicano. Chontal. Intekipanoa, el que trabaja Tlinyimacanik. Intekipanoaya, el que tra- - bajaba Tlinyepocanik.” “El verbo impersonal reconoce como prefijos en mexica- no, te y tla, y en chontal, tli ó tl, y los verbos compulsivos se expresan en ambas lenguas por medio de sufijos. Mexicano. Chontal. Kua, comer ] Katema. Kualtia, dar de comer Katemima. “¿Se ve, pues que el idioma mexicano sigue la misma for- ma gramatical que el chontal, separándose no obstante, de és- te, por cuanto es más pobre en recursos gramaticales. El chon - tal es rico en partículas que determinan el nonbre á la manera que artículo, tanto en singular como en plural. Hay partículas ¡para expresar el número determinado y el indeterminado, así como otras aplicadas á los seres animados y otras á los inani- mados. La conjugación es igualmente variada y en ella se de- ja ver que el chontal llegó á su más alto grado de desenvolvi- miento histórico á que pueden llegar las lenguas -aglutinan- tes.” 0 (1). —Belmar, Lic, Francisco.—Estudio de “El Chontal”, Cap. IL págs. 12 á 15. Oaxaca, 1900. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 75 Ty, Filiación de los Chontales. Los chontales pertenecen á la familia asiático-polinesia.—Origen y eti- mología de su nombre.—Mutismo de los chontales respecto de su patria. El Lic. Belmar en su estudio sobre el idioma chontal no decide la cuestión de origen, sino que se concreta á señalar las afinidades que presenta con el totonaco y el mexicano, dejando por consecuencia, sin clasificación dicho idioma. Nosotros creemos, que el chontal se puede enclavar en la familia polinesia, tribu yucuatl, del Distrito de Ayukalska, en la Rusia Asiática, y manifestamos, que nada tiene que ver la influencia mexicana con los chontales en sus relaciones de co- mercio y de conquista, pues su idioma se funda en el común origen de las lenguas. - El nombre “chontal” con que se conoce la tribu, no era el suyo propio, pues según investigaciones hechas últimamen- te se conoció con él desde que se lo dieron los mexica en el Siglo X de la Era Vulgar. Con efecto, los mexica impusieron á la tribu el nombre “Chochonteca,” que quiere decir Grente extranjera. Etimología: Chontalli, extranjero y teca plural de tlacatl, persona ó gente. Cuando los mexica, pues, tuvieron á esta tribu como extranjera, es por que sabían que no pertene- cía á la familia mexicana, sino á otra, de origen diverso. Es- to viene á demostrar que los chontales arribaron por el Pací- fico al Nuevo Mundo, y los mexica por otro, quizá por el Atlán- tico. Los chontales no revelaron ni en Tabasco ni en Oaxaca cual había sido su patria, ni los motivos que habían tenido pa- ra abandonarla, ni cómo llegaron á la América. 76 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA v. Numeración chontal. Numeración hablada.—Origen de la numeración, —Numeración escrita. — Sistema. “La numeración hablada contiene términos propios, así para nombrar las cantidades abstractas como para algunas es- pecies concretas. El orden de los términos sigue una progre- sión rigurosa, lógica y científica. Se puede expresar una serie indefinida de cantidades. Es completamente inexacto el decir de los autores que afirman, que los mexicanos sólo eran capa- ces de contar cuando más por un reducido número de cente- nas. “Casi todos los pueblos antiguos contaron por los dedos; los indoctos y los niños cuentan hoy de la misma manera; pa- rece que la Providencia nos dotó en las manos con los prime- ros rudimentos del cáleulo. El origen de esta cuenta le con- servan las naciones en la composición de sus nombres nume- rales. Entre los ejemplos escogidos por Sir John Lubbock, vamos á tomar algunos de los más conformes á nuestro pro- pósito. En el Labrador, la palabra tallek, una mano, signibca también cinco, y el término que expresa veinte, dice general- mente manos y pies juntos. Los indios muisca y zamuca di- cen para cinco, mano acabada; para seis, uno de la otra mano; para diez, dos manos acabadas, y algunas veces simplemente quicha, que es el pie. Once es, pie y uno; doce, pie y dos; bre- ce, pio y tres, y así de seguida: veinte son, los pies termina - dos, y en otros casos hombre, porque este cuenta veinte dedos en las manos y en los pies. Entre los jaruroes la palabra vein- te es noenipune, dos hombres, deriva la da noeni, dos, y de canipuni, hombres. Observa Mr. Brett, hablando de la Gui- nea, que los cuatro primeros números están representados por HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 77 palabras simples. Cinco en Arawak es, abar, dakabo, una ma- no mía, siguiéndose hasta nueve la repetición abar timen, bian, timen; bian dakabo, diez, quiere decir, mis dos manos. De diez á veinte usan de los dedos de los pies, kuti ú okuti, diciendo, abar—kuti-bana, once; bian—kuti-bana, doce, etc., etc.; dicen al veinte abar—-loko, un loko ú hombre. Prosiguen después por hombres, diciendo para cuarenta y cinco biam-loko-abarda- kabo-tajeago, dos hombres y una mano encima. Entre los ca- ribes la palabra que expresa diez, Chonnoncabo raim dice li- teralmente, los dedos de.ambas manos; veinte se dice Chon- nonngauel raim, los dedos de las manos y de los pies.” La numeración escrita no se conoce hoy por falta de Có- dices; pero se sabe que los chontales seguían en todo la nume- ración mixteco-zapoteca. - La numeración hablada tiene por base la decena y se cuen- ta por veintenas de la manera siguiente: 1 Anuli 2 Oque 3 Afane ó afansi 4 Amalpue ó malufashi 5 Amaque ó amashi 6 Acantsus ó acasus 7 Acaishi 8 Apaico 9 Apélla 10 Imbama ó quimbama 11 Imbama-0ouli 12 Imbama-coque 13 Imbama-fane 14 Imbama—malpue 15 Imbama—-maque 16 Imbama-cantsus (1) Orozco y Berra. —Historia Antigua de México, Tomo l, Libro 39, Cap. VII, págs. 547 y 548, MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. 17 Imbamá-caishi 18 Imbama-paico 19 Imbama-pella 20 Anushans 21 Anushans—nuli 22 Anushans-coque 23 Anushans-fane 24 Annshans-malpue 25 Anushans-maque 26 Anushans-cantsus 27 Anmushans-caishi 28 Anushans—paico 29 Anushans—pella 30 Anushans-quimbama (20 más 10) 31 Anushans-quimbama-—nuli 2 Anushans-quimbama-=80qui 40 Oque-nushans (dos 20) 41 Oyue—nushans—nuli 50 Oque—nushans-quimbama (dos 90 más 10) 51 Oque—-nushans-quimbama-—nuli 60 Fane—nushans (tres 20) 61 Fane—-nushans—nuli 70 Fane-nushans-quimbama (tres 20 más 10) 71 Faue—-nushans-quimbama-nuli 80 Amalpuec-nushans (4 veces 20) 81 Amalpuc-nushans—nuli cs. .o.on+oo..-.. e... . <<... o” 90 Amalpuc-nushans-quimbama (20 X44-10) HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 79 91 Amalpuc—nushans-quimbama-nuli 100 Amaque-nushans-mashnú (5 veces 20). 200 Quimbama-—nushans 300 Quimbama-mague—nushans 400 Malpue-mashnú 500 Amaque—-mashnú 600 Acasus—-mashnú 700 Acaishi-mashnú 800 Apaico-mashnú 900 Apella-mashnú 1000. Quimbama-mashnú (10 veces 100) 2000 Anushansmashnue -8000 Anushanauimbamashnue - 4000 Oqnenushansquimbamamashnue 5000 Oquenushansquimbamamashnue 6600 Afanenushansmashnue 7000 Afabenushansquimbamamashnue 8000 Malpuenushansmashnue 9000 Malpuenushansquimbamamashnue Como se ha visto, “los numerales reciben el prefijo a, y en los compuestos oque, imbama, reciben la q antes de la vocal. El sistema de numeración es decimal, siendo simples los diez primeros números: mili, que, fan, malpue, mac, cas, cai, palco, pella, imbama. A imbama, diez, se agregan los primeros para formar las decenas hasta imbamapella, diez y nueve. Nushans, veinte, es nombre simple, á él se agregan las unidades hasta treinta, que se dice nushansquimbama, esto es, veinte y diez, y así hasta cuarenta, que se dice oquenu- shans, dos veintes, etc. hasta cien que es mashnuc ó maque- nushans. Cuando se cuentan seres animados se prepone á los nume- rales el sufijo shi, el cual se suprime en los demás casos. Sólo 80 MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA o nuli, uno, no recibe el sufijo shi. Este sufijo se modifica en al. gunos numerales en tsl: oqueshilantsilhque, dos perros, afantrilantsilhqui, tres perros, mulapushilantsilhqui, cuatro perros, El sonido de e fuerte se modifica en h al recibir los nume- rales el prefijo shi, como: Amabhshilantsilhqui, cinco perros.” Y TERCERA PARTE. Lucha por la vida. I: Arquitectura Civil. Falta de conocimiento de la arquitectura en los chontales.—Pueblos sin si- metría.—Chozas de paja, No conocían ó no practicaban los chontales la arquitectu- ra; así lo prueba el hecho de que los frailes domínicos que los catequizaron, no encontraron un solo edificio de piedra ó adobe. Los pocos pueblos que fuúdaron en su territorio, carecían de simetría; eran aldeas, mas Óó menos poéticas por su toponi- mía y por el boscaje que los rodeaba. Sus habitaciones en los pueblos, eran chozas de zacate, conocidas con el nombre de “jacales” y enramadas, levantados algunos en los planos y otros en las colinas de las montañas ó rinconadas con aguajes. (1) Belmar.—Estudio del Chontal, Cap. IX, págs. 78 y 79. A 0 e Me HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 81 19 Vida Doméstica, La vida de los chontales era azaroza, —Los padres de familia, á pesar del es- tado anómalo de sus pueblos, cuidaban de sus hijos.—Menaje de ca- sa. —Fuego.—Lumbre.—Alumbrado. Los chontales vivían inquietos y sobresaltados; pues el gé- nero de vida que llevaba la mayoría de ellos era el de la corre- ría. Aun los pocos indígenas radicados en los poblados, vivían en constante alarma, porque sus deudos andaban con los Ca- pitanes de dichas correrías. En medio-de esta zozobra, la población pacífica se dedica- ba á las labores del campo y las mujeres á los quehaceres do- O _méstIcos. Los padres de familia, cumpliendo con sus deberes, se consagraban á educar á sus tiernos hijos, tanto moral como civilmente. El menaje de casa era escasísimo; constaba de unos cuan- tos bancos de madera, y de cuatro ó seis esteras ó petates pa- ra sentarse y dormir. | Esta tribu no extraía el fuego anualmente como los zapote- co-mixtecas. La lumbre en el hogar no faltó á los chontales. Se la pro- porcionaban cuando se les extinguía, ocurriendo suplicativa- mente á los pueblos zaputecas que la conservaban en sus Ca- sas. El alumbrado empleado por la raza chontal, fué el ocote. Convertida la madera en rajas, se encendía por un extremo y se apoyaba en una piedra. La trementina del ocote, ó sea la resina, fué poco usada. Mem, Soc. Alzate. México. 'T. 30 (1910-1911)—11 82 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. TIT. Alimentación. Mesa.—Manera de sentarse.—Cuchara de tortilla.—Menaje de cocina.— La tortilla. —La carne. - Verdura. —Hongos y raíces. —Condimentos. —Chile y sal. —Frutas. —Mieles. La mesa de los chontales fué sobria. Comían sentados en cuclillas sobre una estera en el suelo, ó bien á raíz de él. No usaron de cubiertos; por cuchara emplearon los peda- zos de tortilla, comprimiendo los extremos superiores y for- mando con los dedos una especie de cuchara,-la cual introducían en el plato ó taza, para sacar la vianda ó líquido y llevarla á la boca. El menaje de cocina estaba compuesto de cacerolas, ollas, platos, tazas, vasos, jarras, cajetes, molcajetes, comales, me- tate, batea, cántaros, jícaras, tecomates, pichanchas, cucharas, molinillos, chiquihuites, tompeates, tlaxcales y servilletas ó manteles. El principal alimento era el maíz, y de él se hacía un pan que se llamaba tortilla, sí es delgado y memela si es grueso. Comían carne de animales cuadrúpedos y de aves, cuan- do los cazaban ó tenían algún festín. En clases de verduras comían los quintoniles y los queli- tes, el chipilli y la verdolaga, el bledo y el berro, la cebolla y el ajo. Empleaban también en la alimentación los hongos comes- tibles, el camote del cerro y la jícama. Como condimentos usaban el hipazote; la yerba santa y salvia. | Como estimulantes del apetido emplearon el chile, y para zazonar las viandas, la sal. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 83 En clase de frutas comían la tuna y la pitahaya, el zapote amarillo, blanco y negro, la anona y el chico-zapote, el agua- cate y la nauche, la guayaba y la papaya, la ciruela y el obo, el capulín, la piña, el coco, el cuajilote, el cuajinicuil y el ta- marindo. Para endulzar sus bebidas emplearon la miel de abejas. , IV. Bebidas. Atole.—Pozole. —Chía. —Pulque. —Mezcal. Los indios chontales acostumbraban, como todos los in- dios, tomar atole, cuya bebida la componían de maíz molido y agua, la cual hervida y espesa, se servía en jÍcara. Como refresco tomaban el pozole, que era el maíz cocido y molido, el cual desleído en agua, se tomaba también en jíca- ras ó jarros. La chía era otra bebida refrescante. Se ponía á difundir la semilla en agua y se endulzaba para tomarla. Como bebida embriagante usaron el pulque. Este líquido se obtiene de la aguai-miel que produce el maguey en el reci- piente, cavado en el tronco ó+sito donde se yergue el tallo. También emplearon para el mismo objeto, el vino mezcal, ; que extraían del tronco del maguey montés. Y. Estado interesante. Revelación del embarazo. —La partera.—Baño.— Prescripción y prohibi- ciones. Luego que la casada se sentía grávida, comunicaba el he- cho á la madre y:ésta á los padres y parientes, Seguíase des- 84 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. pués una reunión de las familias de ambos cónyuges, en la cual so daban mutuamente el para-bien por el feliz suceso, en largos y numerosos discursos, concluyendo con una fiesta que obsequiaban los abuelos y casados. Repetíase la reunión cuando la enferma llegaba al séptimo ú octavo mes, pero en- tonces sólo concurrían los parientes viejos, hombres y muje- res, quienes después de la comida, elegían con los padres de los cónyuges, á la partera más experimentada para tales casos. La médica ó partera que por lo regular era una vieja, se encargaba de la asistencia de la enferma. La primera pres- cripción era un baño de temazcalli, el cual aplicaba á la pa- ciente, invocando á Tlapocna Tlotalema, Ureador del hombre y de los animales, y á Catlanana Quiel Pashinganó, Diosa del Mundo. Allí se le azotaba suavemente el cuerpo con ramas de yagapipe, ó bien con chamizo ó sea azumiatl, hasta terminar con un masage en los brazos, piernas y cabeza. Después del baño le imponía como reglas higiénicas, que no hiciera ejercl- cios violentos, que comiera alimentos buenos y tomara aguas frescas y baños. A estas prescripciones seguían las prohibiciones y creen- cias supersticiosas, acerca del cuidado que debía de tener del fruto que se desarrollaba en su seno para que no abortase. vL Nacimientos. El nacimiento de un infante es un acontecimiento de importancia en el hogar doméstico. —Cuidados quese prodigaban al infante.—Ablución. —Imposición de nombre.—-Baños rituales. El nacimiento de un infante ha sido en todos los países un acontecimiento doméstico importante: la suerte futura del (1). —Gay.—Historia de Oaxaca, Tomo l. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 85 reción nacido interesa vivamente á la familia, que lo ama y desea prosperidades desde el momento en que ha venido al mundo. La religión y la sociedad toman parte después en el regocijo del hogar, y se esfuerzan á su vez por prevenir en el niño las inclinaciones que en el hombre se desplegarán como un resorte, imprimiendo acaso un poderoso impulso y dando nueva vida á sus contemporáneos. No es extraño, pues, que los indios hayan llevado sus cuidadosas atenciones á la cuna de los infantes, desde el momento en que eran alumbrados. Luego que nacía la criatura se envolvía en una manta y se daba aviso al sacerdote para que practicara las ceremonias rituales. Entretanto, la partera ó la madre le prodigaba todos los cuidados que demandaba su estado. Después de esta operación se ocupaba del infante ó infan- ta con las atenciones debidas. Según costumbre, se le bañaba diciéndole la partera, ó la madre en defecto de esta: “póngote este lavatorio aromático para quitarte las manchas y suciedades que traes de tus pa- dres.” Era éste baño la primera ablución para borrar lo que los católicos llaman * pecado original” Concluido este baño y envuelta la criatura en su manta, se entregaba á sus padres ó á una de sus abuelas. Presente el sacerdote en la casa de la que acababa de ser madre, y cerciorado de la existencia del niño ó 'niña á poco se dirigía al monte á cortar leña y ciertos vegetales que de- bían servir para el baño religioso. De regreso del monte pre- paraba el baño en la casa, á que podemos llamar “agua lus- tral” pues la tenía que ofrecer á los Dioses con ciertas ora- ciones, por lo que se miraba como sagrada. Una vez en el aposento, si era varón el nacido, le ponía en la mano una saeta y si era mujer, un malacate; diciéndole al primero: “esta arma es el emblema de la guerra y con ella tie- nes que pelear defendiendo tu patria, tu religión y tu vida; (1). Gay.—Historia de Oaxaca, Tomo I, Cap. VI, pág. 121. 86 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA, has de saber que aquí se vive para Dios, el Rey y la familia, á la que tienes que defender y sustentar” y á la segunda: “es- te instrumento es el símbolo del trabajo doméstico, pues con él tienes que vestirte y vestirá tus hijos, y has de saber que vienes al mundo á cuidar de tu familia.” En seguida tomaba al recién nacido y le lavaba la cabeza y el cuerpo con el agua sagrada, diciéndole: “recibe, hijo mío, ó hija mía, este baño en nombre de los Dioses, á quienes ruego te hagan feliz en este mundo de dolor y que te den fortaleza para salir airoso de él.” La ceremonia sobre imposición de nombre seguía después y se ajustaba al calendario. Según el día y la figura mitológi- ca en que había nacido, así era el nombre que se le aplicaba. Esto era ritual, pero también se servían los sacerdotes de las estrellas y de los fenómenos celestes y aún de los sucesos pri- vados, con especialidad, del nombre del ascendiente; por ejem- plo: si había nacido en el signo Un Conejo, se llamaba Anuli Apela, y si en el de Tres Perros, se denominaba Afane Tlant- silqui, y por este orden con cualquiera otro. Y El cuidado de la criatura quedaba á cargo de la madre y la creaba al pecho dos años. Había mujeres que álas pocas horas del alumbramiento, se ocupaban de moler y echar tortillas, mientras otras ejecu- taban este trabajo al siguiente día, y algunas hasta el tercero. Si moría la madre y el feto, se practicaban las ceremonias de aseo y se enterraban juntos los dos cuerpos. A los veinte días del alumbramiento, la madre tomaba ba- ños rituales y con especialidad el de temazcalli, celebrando todos el acontecimiento con baile y comidas. (1). Orozco y Berra.—Historia antigua de México, Tomo l, Lib. H, Cap. 1, págs. 204 á 209. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 87 vil. Nahualismo. El falso sacerdote, la tona y el infante.—Aspecto del nahual y transforma- ciones.—Prácticas superticiosas del nahualismo.—Maleficios. La brujería ó nahualismo se ejecutaba entre los chontales con prácticas supersticiosas mezcladas á la religión para dar á la criatura humana un animal cuya destino estaba ligado al de ella, y el cual se llamaba en su idioma calutsu. Era un se- gundo yo en que se hacía creer al individuo, así es que si el animal moría ó era herido, el hombre ó la mujer gado con él, también moría ó resultaba herido. Los encargados de esta falsa ciencia son conocidos por “brujos” ó “hechiceros,” quienes no son mas que embaucado- res miserables que enseñaban sus errores á los jóvenes que les entregaban para su educación. Por mucho tiempo los lle- vaban al campo á hacer ofrendas del Espíritu protector, y ca- da uno después de evocarlo y pedirle con fé la facultad, se le aparecía la bestía que debía ser su tona ó nahual. Entonces quedaban convencidos que esa era la suerte con que habían nacido y que su vida era inseparable de la del ánima. El nahual es un indio viejo de ojos encendidos, que sabe transformarse en perro lanudo, negro y feo. La bruja conver- -tida en una bola de fuego, vuela durante la noche y penetra á las casas á chupar la sangre de los niños pequeñitos. Los he- chiceros forman figuras de trapo ó barro, les ponen una púa de maguey y las colocan en lugares ocultos ó en las grutas de los montes; de seguro que la persona contra quien se prepara el conjunto sufriría dolores agudos en el lugar señalado por la espina. Todavía algunos curanderos, como en los tiempos de los dioses, tratan al enfermo haciendo contorsiones extrañas, in- 88 : MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA vocan á los espíritus, pronuncian conjuros mágicos, soplan so- bre el cuerpo, chupan la parte dolorida, y de ella hacen que sacan espinas, gusanos y piedrecitas. Los que dan bebedizos enferman á quien quieren, y si otros los curan los pacientes arrojan objetos particulares, marañas de cabellos, trozos de trenza de mujer y muñecos de trapo. Los que hacen mal de ojo, con sólo la vista causan males á los niños, quítanles su hermosura y salud y los hacen morir. Si de todo se separa lo que pica en sobrenatural, por ser conocidamente falso y visible, queda en el fondo una cosa que debía ser estudiada con atención: Consérvase entre herbolarios y curanderos noticias de las virtudes de las yerbas observadas por las antiguas tribus, y saben de ciertos venenos vegetales capaces de producir fenó- menos no bien estudiados por la ciencia médica, yerbas y tóxi- gos que dan á beber, disimuladamente producen trastornos con euya cansa no se atinan síntomas fuera de las clasificacio- nes admitidas y estos para el vulgo casos de maleficio en ver- dad lo son de empozoñamiento. Entre los indígenas y clases menos educadas de los cam- pos, consórvanse algunas de estas ideas absurdas, de origen azteca y de fuente española. En la época actual, cuando las mujeres chontales están ya próximas á salir de su cuidado, el marido esparce cenizas en el suelo á corta distancia de la casa con el fin da examinar si hay en ella rastro de algún animal y encontrándolo, creen que la criatura existirá mientras viva ese animal, Como no pueden conocer al animal mientras no se los re- vele el brujo, llamado entre ellos “Abogado,” ocurren á infor- marse con él, cuál es la tona de su hijo. Mostrada la tona se retiran pensativos á cuidar de su hijo y á vigilar el animal. (1). Orozco y Berra.—Historia antigua de México, Tomoll, Libro IV, Cap, UH, pág. 2. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 89 Los chontales dieron mucho quehacer á los domínicos pa- ra acabar con los brujos; sin embargo, dícese por el clero y la gente poco ilustrada, que todavía se encuentran y que aun son buscados para ejecutar maleficios, VIII. Educación de la infancia. Instrucción doméstica y moral impartida á los hijos. —Instrucción domés- tica de las hijas. La educación que impartían los indios chontales á sus hi- jos, era muy trivial. En la niñez les enseñan á hablar el idio- ma, 4 echar agua, á ir al monte por leña, á sembrar y culti- var la tierra. En cuanto á la moralidad les enseñaban á respetar á los ancianos y á las autoridades; en cuanto á religión, les hacían comprender que el autor de todas las cosas era Dios, quien te- nía genios vivos que le ayudaban á crear, destruir y castigar. A las mujeres se les instruía en el aseo y cuidado del ho- gar, á hilar y tejer los vestidos que usaban, pero de preferen- cia, á moler y héchar tortillas. En cuanto á religión, las ma- dres se encargaban de instruirlas, haciéndolas en este sentido fanáticas, pues fuera de los Dioses no había poder sobre la tierra. IX. Rasgos fisonómicos de los chontales. Los indios chontales son parecidos á los huaves, con muy pocas excepciones. Sus rasgos fisonómicos son los siguientes: la talla es por lo general esbelta de complexión proporcionada y de musculación membruda; tienen la cabeza de forma natural Mem, Soc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911) —12 90 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. y el cráneo esférico, un poco deprimido en la parte superior; el rostro es circular y el color trigueño; el cabello áspero y ne- gro; las orejas pequeñas, ovales y de posición común; los ojos negros en posición horizontal, notándose, no obstante, por una contracción del párpado superior, una ligera inclinación hacia abajo, mirada apacible y penetrante; pestañas cortas y ligera- mente crespas; pómulos salientes; nariz, boca y labios regula- res; la dentadura es fuerte, blanca y de piezas anchas y uni- das; bigote y barba escasos; cuello largo y delgado; espalda y pecho anchos; brazos robustos; manos grandes; abdomen abul- tado; piernas de constitución fuerte; pies grandes y dedos cha- Los. EAS Carácter de los chontales. El carácter del indio chontal es opuesto al del huave. Su índole peculiar es por lo común belicosa y soberbia. Los chontales de Yautepec son activos, respetuosos, socia- les, pues les gusta entrar en conversación con los extraños, emprendedores, poco compasivos, trabajadores, avaros, muy afectos al comercio y á la educación de la niñez. Los chontales de Tehuantepec son humildes y honrados, pero exageradamente fanáticos; sumisos y obedientes con las autoridades, principalmente con la eclesiástica, á quien vene- ran y respetan ciegamente; afables y bondadosos, pero poco comunicativos con los extraños, laboriosos, económicos y afec- tos á la instrucción de sus hijos; pero las labores del campo, á que generalmente se dedican, los pone en cireunstancias di- fíciles de conseguir su objeto. Los jóvenes, con muy pocas excepciones, son soberbios, pendencieros, lascivos, afectos á la embriaguez y poco respe- tuosos con las autoridades, pero incapaces de cometer graves delitos. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 91 so E Trajes de los chontales. El traje que usaban los chontales acomodados de Yante- pec en el Siglo XVII, se componía de casaca de paño estrecha y larga, calzoneras también de paño ó pana azul con botones de metal amarillo y con las vueltas medias encarnadas, zapa- tos bajos con hevilla de oro y sombrero de lana blanco ó ne- gro, con falda ancha, copa angosta y elevada y sin toquilla. La clase ínfima vestía sencillamente, pues su traje lo cons- tituía un cotón de manta gruesa, fabricado por sus familias E que le llegaba hasta la boca del estómago, econ las mangas cor- tas y holgadas, y calzones también de la misma tela, muy ra- bones, Las mujeres usaban en lugar de camisa un huipilli abier- to de ambos lados y sin mangas y servíales de enagua una manta enrollada con listas de colores blaneo y negro ó mora- do y verde, la cual les llegaba hasta las pantorrillas. Cubrían sus cabezas con rebozos corrientes llamados de falceta, y ce- ñían sus cinturas con anchas fajas coloradas de algodón ó de lana, fabricadas en Teotitlán del Valle. En la actualidad el hombre viste al estilo del zapoteco te- huantepecano, camisa de manta ó camiseta de percal ó de gé- nero blanco; calzoncillos del mismo género, largos y angostos, y sombrero de lana negro ó aplomado, así como también de palma. : Las mujeres usan camisa de manta ó de ealicot y blusa de percal ó de zaraza, y por enaguas un lienzo enrollado, azul ó colorado. El traje de los antiguos chontales de Tequisistlán del Dis- brito de Tehuantepec, era ignal al de los huaves, esto es, co- tón de manta tejida por sus familias, muy corto y con mangas 92 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA estrechas, calzón ancho, de la misma tela, sombrero de lana de color negro, de copa elevada y de ala ancha, pero sin toqui- lla, y guaraches. Los acomodados agregan á su vestido, calzo- neras de gamusa baya, abiertas por el costado hasta las rodi- llas, sin botones ni amarres de ninguna clase. El traje de las mujeres se componía de un huipilli blanco de manta tejida por ellas mismas y enaguas de algodón enro- lladas y listadas de negro y blanco. La clase menesterosa en la actualidad viste camisa y cal- zoncillo de manta, sombrero corriente de color negro ó aplo- mado, y guaraches de suela. Sólo para los días festivos se po- nen camisa y calzoncillo de true ú otro lienzo delgado de al- godón, y zapato de vaqueta Ó gamusa. Las mujeres de familias acomodadas usan buenas bandas de seda ó de estambre y hermosos huipillis de seda, adorna- dos con encajes finos y enaguas de color con olán. En Huamelula, los ancianos siguen la misma costumbre de sus antepasados, pues visten cotón y calzón de manta blan- ca de figura igual á la de los huaves y tequisistecos antigua- mente, sombreros de lana y guaraches de cuero. UE Matrimonio. Afición de los chontales al matrimonio.—El Chagola.—Pedimento de la novia. —Regalo.—Aplazamiento.— Consentimiento de los padres.— Consejos á la prometida. —Señalamiento del día de la boda. —Tamala- da.—Costumbres de los chontales de Yautepec en el día de la boda. —Exhortáciones á los desposados.—Las autoridades asisten al fan- dango.—Bendición y consejos á los novios. —Costumbres de los chon- tales de Tehuantepec en el día de la boda. Los chontales son inclinados al matrimonio, por lo que los padres procuran casar á sus hijos en edad temprana, los va- rones á los 14 años y las mujeres á los 12 6 13. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 93 Para efectuar el enlace los chontales del Distrito de Yau- tepec, consultan los padres antes lá voluntad de los consortes. Una vez conseguida ésta, los padres del novio buscan un prin- cipal de categoría á quien llaman Chagola, quien tiene la obli- gación de concurrir el primer domingo próximo á la casa de la novia en altas horas de la noche, y después de alabar la bue- na conducta del novio y abonar de honrados y amorosos á los padres de éste, pedirla en matrimonio, pronunciando una alo- cución en chontal, nombrada “Palangón” y llevando á los pa- dres de aquella, un presente que consiste en pan, chocolate, mezcal, aves domésticas, etc. Verificada esta operación, los padres contestan al peticionario que vuelva otra vez, para re- solverle sobre el asunto. El segundo domingo, se presenta en la casa el Chagola, y si después de vidas nuevamente las proposiciones del matri- monio, los padres aceptan, el presente es mayor, y da desde luego á la novia una prenda que se tiene como esponsales. El Chagola se retira y al día siguiente da cuenta á los padres del novio del buen ó mal resultado de su comisión, quedando em- plazados para el domingo siguiente, en cuyo día debe cerrar- se solemnemente el contrato matrimonial. En efecto, el tercer domingo designado por los padres del novio de común acuerdo con los de la novia, se reunen ambas familias en sus respectivas casas. En la del novio se tiene pre- parado ya un regalo que llaman “for” destinado para los pa- dres de la novia, el cual se compone de nna moneda de plata de valor de 50 centavos, un peso de pan, uno de chocolate, cincuenta centavos de cigarros y tres botijas de mezcal. Reunida pues, la familia del consorte con el Chagola y la música que de antemano se tiene prevenida, se dirigen á la ca- sa de la novia. Penetra por delante el Chagola y los padres del novio con los que conducen el obsequio, lo presentan al padre de la novia, y éste al recibirlo invita á todos á pasar adentro. Da en términos generales las gracias á los obsequian- 94 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. tes, coloca el regalo sobre una mesa y les ofrece á todos asien- to, comenzando la música desde luego á ejecutar piezas y so- -nes adecuados al acto. En el intermedio de cada pieza, el mismo padre de la consorte ú otra persona de la familia, ob- sequia á cada uno de los presentes, un pequeño vaso de mez- eal de las botijas, que liban con placer los coneurrentes. Coneluidas las libaciones se presenta la novia en la pieza y puesta de rodillas en presencia de sus padres, éstos la exhor- tan á seguir con su marido una vida ejemplar que honre á su familia para hacerse acreedores á las consideraciones de la sociedad, Acto continuo el Chagola se levanta de su asiento y toman- do de una canasta que al efecto se tiene preparada, ramos de flores silvestres, corona con ellos á toda la familia de la novia, y en seguida les da una jícara de atole endulzado, que en su idioma llaman “Panelpuque;” después de lo que se da por ter- minado el contrato de matrimonio, retirándose inmediatamen- te la familia del novio para su cas», en la que se d»spide á la música y demás personas que concurrieron. Concluído el plazo de las publicaciones que la Iglesia acos- tumbra, señalan los padres de los contrayentes el día en que deba efectuarse el enlace matrimonial, nombrando desde lue- go la persona que debe apadrinar el acto. Entre los chontales del Distrito de Tehuantepee, los pa- dres del novio, la antevíspera de la boda, regalan á los de la novia, para la tamalada que se verifique la víspera en la casa de ésta, un peso cincuenta centavos de carne de vaca, cuatro gallinas ponedoras, dos guajolotes, maiz y recaudo para los tamales; más quince pesos en efectivo en calidad de donas pa- ra la novia. El mismo día tiene lugar en la casa del novio otra tamalada, y en el cual se reparten en ambas casas á los pa- rientes de los consortes, banderillas de colores, cuyo obsequio significa un convite especial. El día designado se presentan los novios en la puerta del HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 93 templo, acompañados solamente de sus padrinos, penetran á él y comienza la ceremonia. Terminada ésta, se dirigen direc- tamente á la casa Municipal, en donde se encuentran ya reu; nidas las autoridades del lugar. El padrino que va provisto de dos botellas de mezcal y dos reales_de cigarros, se presenta con sus ahijados en el salón y después de saludar á los pre- sentes, les obsequia á cada uno un vasito de mezcal y un ci- garro, diciéndoles: que efectuado el matrimonio eclesiástico, desea que las autoridades se transladen á la casa de los novios á impartirles su bendición. Vuelve á darles otro vasito de mez- cal y otro cigarro, y así sucesivamente hasta que termina el licor de las botellas. El Alcalde acepta el mezcal, pero no lo toma, En el acto se levantan todos y se dirigen á la casa de la novia en donde son recibidos con las mayores muestras de ca: riño, y se les obsequia desde luego vasitos de mezcal y ciga- rroS. A las doce del día se manda servir la comida, pasando á la mesa el Presidente Municipal, el Alcalde, el padre de la novia, ésta y su esposo y los padrinos. Ordénase á dichos no- vios comer en un mismo plato. Antes de dar principio, se le- vanta el padrino y dirigiéndose al Alcalde le manifiesta: que desde aquél momento sus ahijados forman una nueva familia con motivo del matrimonio que acaban de contraer, y que él en su calidad de padrino vigilará porque los nuevos casados cumplan con los deberes que les impone la sociedad; pero que, siendo la autoridad la representación del pueblo, espera que conforme á las costumbres de sus abuelos, los aconseje y ben- diga para que les vaya bien En seguida toma la palabra el - Alcalde y después de felicitar 4 los desposalo=, les ofrece dar- les su bendición. ; Terminada la comida sigue el fandango hasta las tres de la tarde, en cuya hora se retiran todos á la casa del novio, don- de permanecen el Alcalde y el Presidente los horas, nada más. 96 MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA El padre del novio les obsequia algunas copitas de mezcal, acom- pañadas siempre de un cigarro; se tocan por la música algu- nos sonecitos que bailan los concurrentes, como en la casa de la novia, y un momento después, el Alcalde manda suspen- der el fandango, disponiendo que el novio se le acerque. Este se presenta y puesto de rodillas delante del bastón que el Al. calde empuña con las dos manos, espera que se le dirija la pa- labra. Inmediatamente el Alcalde le manifiesta, que ante Dios y ante los hombres es legalmente casado; que cuide y proteja á su esposa; que no le dé mal trato; que procure que no le fal- te lo necesario para vivir; que no malverse el producto de su travajo, y que si alguna vez deja de cumplir con sus obliga- ciones, la justicia estará siempre dispuesta á castigarlo. En seguida ordena el Alcalde que se presente la novia y luego que ésta se coloca de rodillas á la derecha de su esposo, el Alcalde le dice: que está unida en matrimonio: que ya no se pertenece á sí misma, sino á su marido, al cual debe obede- cer y respetar, cuando éste tenga que salir á la calle á algún negocio, procure ella permanecer en su casa: que cuide que sus alimentos estén dispuestos á la hora de costumbre: que sea económica y trabajadora, para que con el tiempo lleguen á la- brarse una fortuna; y que si alguna vez llega algún atrevido á perturbarla, que lo desprecie, no escuchando nunca sus pala- bras. Concluye el Alcalde recomendándoles á los dos que se quieran y eviten siempre el más ligero disgusto. Ambos no- vios ofrecen cumplir con todos sus deberes y el Alcalde los bendice, ordenándoles se levanten luego. Puestos en pie le besan la mano y se arrodillan nuevamente delante del bastón del Presidente, quien les da los mismos consejos, los bendice y los manda retirar, tendiéndoles antes su mano para que se la besen también. Así sucesivamente siguen arrodillándose los novios ante cada uno de los principales y ancianos que están presentes, los que se limitan únicamente á bendecirlos, y ter- minando este acto, se retiran las autoridades. El fandango si- HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 97 gue hasta las siete de la noche, hora en que da fin y se retiran los concurrentes á sus casas. El día de la boda entre los chontales de Tehuantepec, se celebra de la siguiente manera: En la mañana de ese día se dirigen los novios á la iglesia, acompañados de sus familias, padrinos y demas convidados, y terminado el enlace matrimonial regresan á la casa de la no- via á presenciar la bendición que reciben los desposados de sus padres. Llegados á la casa los novios y demás personas antes indi- cadas, se arrodillan aquellos y reciben inmediatamente la ben- dición de sus padres y de sus padrinos. Concluido el acto se abrazan los consuegros, lo mismo que la familia del novio con la de la novia, diciéndose unos á otros, Huaehí, Huachí, que significa compadre, comadre. En seguida se les obsequia á todos chocolate, y después se dirigen á la casa del novio, donde principia el fandango que dura todo el día y toda la noche. XITI. Defunciones. > Aderezo del cadáver.—Duelo.—Sepuleros.—Entierro.—Panteones y cos- tumbres actuales. Luego que moría un indio chontal se le vestía con su esca- sa indumentaria, se le adornaba con sus mejores joyas y se le tendía en el suelo ó bien en un tapexco. En seguida se le cru- zaban los brazos al pecho ó se le ponían extendidos. Recibía el duelo la familia, pues concurrían á la choza los parientes y amigos á manifestarle sus sentimientos de condo- lencia, llevándole algunos auxilios, que según costumbre, te- nía que devolverlos en caso idéntico. Los deudos ó amigos mandaban abrir el sepulcro en el sue- lo ó buscaban lugar en alguna cueva. Mem. Sor, Alzate. México. T. 30 (1910-1911) —13 98 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. El sepulero, por lo regular, se cavaba cerca de algún teo- calli ó en algún sitio boscoso. Era enadrilongo de 2 metros de largo por 1 y medio de profundidad y 80 centímetros de ancho. El entierro tenía lugar al día siguiente del fallecimiento. Envolvían el cadáver en un sudario de manta y dispuesto así, era cargado por los parientes y amigos y conducido con acom- pañamiento hasta el sepulcro, en donde era colocado conve- nientemente. A su derredor se le ponían varios utensilios de barro con alimentos para el camino de ultratumba, y sus at- mas si era guerrero. Después se tapaba con tierra el sepulcro y se retiraba la comitiva. Si era alguna gruta, se depositaba el cadáver en lo más os- curo de ella. En la época de la dominación española los cadáveres se enterraban en los cementerios de los templos ó en éstos; esta práctica fué bien aceptada de los indios. En 1840 el Gobierno mandó establecer panteones, y en ellos se sepultaban los cadáveres. Son estos panteones ó cam- posantos, de 50 metros de largo por 30 de ancho, ó de 10 por 70, según el censo del pueblo; tienen en el centro una cruz en su peaña; están algunos cireundados de muros de pared, distantes de la población y en muchos casos, á sotavento del viento reinante. La costumbres que observan actualmente en sus entierros son casi iguales á las de la época de su gentiiidad. Muerto el indio ó india se le llora por sus deudos, y estan- do en el lecho se le viste con su mejor ropa; después se le qui- ta de allí, y se le tiende en el suelo. Durante el día, la fami- lia recibe el duelo y los presentes que le llevan los deudos y amigos para auxiliar los gastos de comida, licor y cigarros con que son obsequiados todos los que se quedan en la casa co- mo dolientes. Los amigos ó prrientes del muerto cavan la se- pultura en el panteón, ó paga la familia peones que la caven, Al día siguiente del fallecimiento, ya sea en la mañana ó HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 99 en la tarde, tiene lugar el entierro del cadáver. Colocado en una cuna ó en un tapexco, lo cargan cuatro amigos ó parien- tes, y sale de la casa con acompañamiento hasta el pauteón, donde es enterrado sin féretro. | Terminado el entierro, regresan los acompañantes para sus casas. A las 8 de la noche se reunen en ella los parientes y amigos en la casa mortuoria á rezar el rosario de ánimas por espacio de nueve noches. Si hay Cura en el pueblo, la familia le manda decir la misa de nueve días y termina el duelo Tam- bién en el aniversario, se le aplica, previo estipendio, otra mi- sa, y en el día de finados, responsos en descanso de su alma. Si el muerto es un niño, hay velorio por el “angelito,” con música, baile y libación de licores. XIV. Medicina. Ejercicio de la medicina.—Curanderos. —Parteras.—Curanderas y sus co- nocimientos.—Bálsamos, gomas y perfumes. —Baños. Los chontales, lo mismo que los indios huaves, mixes y zapotecas, se dedicaban al ejercicio de la medicina. Los cu- randeros conocían las plantas y sus virtudes. “De ellas se servían con buen éxito en la curación de sus enfermedades, Sus médicos mezclaban frecuentemente sus prácticas superti- ciosas con el ejercicio de su profesión; mas no por eso dejaban de serfecundos en recursos para combatir las dolencias hu- manas.” Las mujeres fueron las mejores curanderas. También había parteras, pero de escasos conocimientos; su labor deficiente, conducía muchas veces á la tumba á la enferma. Las curanderas eran buenas herbolarias y conocedoras perfectas del carácter y malignidad de las enfermedades más 100 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. comunes, pero mezclaban juntamente invocaciones y sortile- gios en el ejercicio de sus conocimientos. Arrojaban ciertas semillas sobre una estera, y si caía buena suerte, proseguían la cura, y sino caía buena suerto, no volvían á la casa del en- fermo.” “Empleaban también los bálsamos, gomas y perfumes que extraían de los árboles, ála vez que les proporcionaban goces inocentes, contribuían en ciertos casos á la conservación de la salud.” “Hasta el día no usan de otros simples ni de otros mix- tos quesus hierbas, censervándose con ellas largos años, no obstante haberse perdido en la conquista, con sus sabios, la mayor parte de sus conocimientos, pues sólo quedaron las no- ticias más vulgares y comunes. El temazcalli era de un uso general para cierta clase de enfermedades” * Los chontales hicieron uso de los baños de agua fría, tan- to en los arroyuelos como en las casas. También emplearon el baño de temascal, como medicinal. XV. Agricultura. Instrumentos de labranza. —Tierras.— Maíz, frijol y chile.—Cosecha.— Tomate, miltomate y chayote.— Nopal, maguey y algodón.—Arboles frutales. —Flores, —Amole y pipi ó cuendal. Los chontales conocieron como útiles de agricultura, la coa, para cavar la tierra, la pica, para sembrar, la pala, para remover la tierra y el hacha, para cortar los árboles y la ma- leza. Para hacer las siembras anuales rozaban los terrenos en los montes ó preparaban los de los planos, derribaban los ár- 1. Gay —Historia de Oaxaca, Tomo I, Cap. IV, págs 72-y 73. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 101 boles que tenían y quemábanlos juntamente con la yerba se- ca para dejarlos limpios. Á las primeras lluvias de nuestro junio, sembraban el maíz, frijol, calabaza y ehile. Sazonados los frutos se procedía á recoger la cosecha en el mes de noviembre, en que la estación pluvial se había reti.- rado. : Después de la cosecha, los indios no se volvían á ocupar de los terrenos que los habían alimentado. Cultivaban también el tomate colorado, el miltomate y el chayote. Igualmente cultivaban el nopal, el maguev, el algodón y el eacao. El nopal se asemillaba con grana, para dar el color de púrpura al hilo de que hacían sus trajes. En sus casas plantaban el guayabo, la anona, la pitahaya, el ciruelo, el tamarindo y el papayo. En clase de flores cultivaban las mujeres, el zempaxuchitl, el mastuerzo, la lor de pascua, los quebra—platos ó mantos, yoloxochitl, cacaloxochitl, floripondio, gigantan, vara de San José, coamecate, el xiloxochitl, el monacillo, ete., etc. Para limpiar la ropa usaban las mujeres del amole y del pipe ó cuendal. El chintule lo empleaban para lavarse la ca- beza. XVL Industria. Deficiencia de la industria.—Alfareros.—Tejedoras. —Oficios. —Jarcieros. —Cutoneros. —Carpinteros. La industria entre los chontales era deficiente; su vida de correría no les permitía, sino dedicar muy poca atención á las artes y á los oficios. Esto no obstante, ejercitaron algunos, los cuales pasamos á mencionar: E 0] ñ Alfareros.—La alfarería les facilitó cazuelas, ollas, coma- 102 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. les, platos, tazas, cajetes, molcajetes y jarras, así como cánta- ros, para el servicio de la cocina. - Tejedoras.—Las mujeres eran indias briosas, pues molían el maíz y echaban tortillas, teJían las telas de algodón y de ixtli, que les servían para eubrir sus carnes. También tejían la pal- may; sus producto seran las esteras y los tompeates. Oficios.—En cuanto á oficios, tenían jarcieros, cutoneros y carpinteros. Jarcieros.—Los jarcieros torcían cordeles y hacían redes, hamacas y mecapales. Cutoneros —Los cutoneros tejían de carrizo los cestos y chiquihuites. Carpinteros —Los carpinteros cortaban en los montes ma- deras y labraban horcones, bancos y bateas. Tal era la industria chontalteca. XVII. Comercio. El tráfico entre los chontales era nulo.—Comercio interior. —Comercio de exportación. —Comercio de importación. El comercio de los chontales era nulo. Vamos á dar una idea de él. Comercio interior.—Carecían de “tianquiztli” y de consi- guiente no tenían transacciones ni cambios de productos. Comercio de exportación.—Siendo deficiente su industria los productos naturales de su suelo eran poco explotados; no exportaban más que plumas, cacao y pieles de tigre á las na- ciones limítrofes. Comercio de importación. —Concurrían á las plazas Zapo- tecas á proveerse de objetos y artefactos de lujo, á cambio de plumas y pieles. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 103 XVIII Caza. Armas empleadas en la caza de cuadrúpedos.—Cuadrúpedos de alimenta- ción. —Cuadrúpedos cazados por sus pieles. —CUaza de aves. —Armas.— Aves de alimentación.—Aves de plumas finas. —Aves dañinas. —Aves canoras. La caza fué para los indios chontales una de sus ocupa- ciones favoritas. Las armas empleadas para la caza de cuadrúpedos, fueron el arco y la flecha, la macana, la trampa, la red y el lazo. Los cuadrúpedos principales para la alimentación eran el cacomixtle, el conejo, la liebre, el venado, el tejón, la ardilla, el armadillo, la rata del monte, el tepeitzcuintle, el jabalí mon- tés ó pecari, el tlacuache, el mono, el viejo del monte, y el ma- pache. Para utilizar las pieles cazaban el tigre, el león, el lobo, el leopardo, la onza, la zorra y el gato montés, así como para di- ferentes usos, el puerco espín y el chupamiel, Para la caza de aves empleaban los lazos, la red, la liga y algunas veces la flecha. Cazaban en los bosques, para comer, el guajolote montés, la perdiz, la codorniz, el faisán, la chachalaca, la paloma y la tórtola; en las lagunas, la garza, la agachona, el chichicuilote,. la ganga, el pato, el alcatraz, el flamenco, el pato colorado, la garceta, etc. Para aprovechar las plumas por sus hermosos colores, ca- zaban el quetzal, la coa, el tucán, el pito-real, el chichotol ó venturilla, la cucha-rosa ó colibrí, la guacamaya colorada y la guacamaya azul, los loros y pericos, etc., etc. También cazaban las aves dañinas, como el águila, el ga- vilán, el halcón, el: milano, el buho ó tecolote, la lechuza y el mochuelo. 104 MANUEL MARTÍNEZ GRAÁCIDA. Respecto de la caza de animales canores, sólo se sabe, que cogían para la alegría de sus habitaciones, en la primavera, el zenzontli, el gorrión y el jilguero. No acostumbraban los chontales ' dar correrías como los zapotecas y mixtecas. XIX. Pesca. Los chontoles se ocupaban de la pesca. —Pedían protección al Dios de los mantenimientos. —Utiles de que se servían los chontales en la pesca. —Clases de pescado.—Uso del cangrejo, camarón, ete. En el sistema de alimentación de los chontales, entraba la pesca; así es que, contando con radas, ensenadas y bocarradas, en el litoral del Pacífico, sujeto á sus dominios, se ocuparon de la pesca, no por vía de explotación, sino como una necesi- dad. Los habitantes que hicieron más uso de la pesca fueron los de Aztata, Huamelula y Chacalapa. q Empleaban el anzuelo y la tarraya, y algunas veces la pica. Para alcanzar una buena pesca se encomendaban los pes cadores á Tlapocna Quiel Fapa, que era el Dios de los mante- nimientos. Hecha esta encomienda se dirigían á la laguna, rada ó ba: rra, en que pescaban echando el anzuelo ó la tarraya. | Sacada la tarraya del agua buscaban los peces, y por lo general se encontraban con la liza, robalo, mero, sábalo, par- go, agujón, anguila, popoyote, sardina, etc. También se aprovechaban del cangrejo, el camarón y el chacal, buscando el primero en las playas y los demás en los ríos y lagunas. (Continuará). SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.” —MÉMOIRES, T. 30. 105 Chinat de Paris. Les Saints de olace au printemps. PAR LÉON DESCROIX, M. $. A, (Séance du 5 Septembre 1910). On a beaucoup discuté sur cette question d'un refroidisse- ment accentué que le rabattement des courants polaires en Europe sur Allemagne d'abord, puis la France et d'autres pays encore, occasionnerait le plus souvent, a-t-on dit, du 10 au 13 Mai. Et cependant il arrive presque autant de fois qua cette date, du moins, on constate que la température est á la normale, ou méme qu'elle lui reste supérieure. En examinant, jour par jour, les résultats que nous avons obtenus á Paris, de 1870 á 1910, et faisant porter cet examen plus volontiers sur la température la plus basse qui précéde lo lever du Soleil, il semble que linfluence réfrigérante, étant supposée réglée par le plus ou moins d'extension que prend le rabattement des vents du Septentrion, subit Peffet d'une périodicité quinquennale. Cette périodicité porte á la fois sur la date du refroidisse- ment et sur sa durée: de telle sorte qu'l serait plus exact de dire que si limportance de ce refroidissement apparaít plus grande du 10 au 13 mai, date moyenne du maximum, il n'en peut par moins exister soit un peu plus tót, soit un peu plus tard, pour des années oú Véxcós de température se remarque contradictoirementá cette époque critique des Saints de glace. Il est un fait assez curienx á constater si Pon a disposé les valeurs de ces températures minima du matin (telles qu'on les a relevées réguliérement á Paris depuis 75 ans, c'est-á dire depuis 1835) sur une ligne horizontale: le telle sorte que les Mem, Soc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911).—14 106 A ' LÉON DESCROIX. nombres se rapportant au méme quantiéme se trouvent ali- gnés en colonnes verticales pour des années consécutives. Je veux parler de la possib lité de tracer avec elles d+s courbes —surbaissées, presque paralleles, qui se superposent A peu pres, de cinq en cinq années si leurs ordonnées sont assujéties, de jour en jour, et année en année, á passer par les valeurs les plus faibles du mois de Mai: soit qw'elles se présentent au dé- but, soit au milieu, soit qu'on les remarque dans la troisiéme décade; ou bien (ce qui frappe davantage encore) soit qw'elles se produisent á la fin comme au commencement. Cela veut dire que le phénoméne est le plus nettement observé, vers Pépoque des Saints de glace á peu pres tous les cinq ans; et que Pavance et le recul ont lieu progressivement dans le mé- me temps. ll y a pas lieu de s'étonner que l'effet de cette périodicité quinquennale, qu'on aura peut étre déja remarquée ailleurs (ce que je ne sais pas), ne se traduise pas toujours trés nettement, á ne considérer que la marche de la tempéra- ture en une seule station, Dans le cas oú nous nous trouvons de ne pouvoir opérer que sur les données de Paris, nous agissons, comme nous le faisons en matiére de prévision du temps, de maniére á com- penser les inégalités qui résultent du flottement régional. En opérant uniquement ap: és les données brutes de Pob- servation, voici le tableau des cor élations initiales entre la date moyenne de ce refoidissement printanier, si dangereux pour les exploitations agricoles, et sa durée. Il y est joint, pour la période or le thermométre est demeuré dans les mémes conditions Vexposition, des nombres représentant la grandeur de cette action refrigérant au niveau du sol, avant le lever du Soleil. La moyenne température minima de P«iren maiestde8? Pour cette étude Pon sS'est proposé surtout de metre en évidence une action lointaine alternativement forte ou faible, accélératrice ou retardatrice. LES SAINTS DE GLACE AU PRINTEMPS. 107 A A AB EAN Valeurs compensées hypothétiques montrant une périodicité. Abnaissement Date du du thermonittre Nombre de Epoque plus «rand ou refroldisse- journcés moyenne. eftet. ment matinal, dommageables. 1874 9.3 ; 9.5 1875 8.0 2) 76 dd 9.0 7 7.6 La moyene 8.0 18 8,0 normal des 6.9 79 8.9 minima de 6.4 1880 10.3 mai est de 6.2 81 11.5 go 6.2 82 12,0 6.0 83 11.8 o 6.0 84 11.3 3.91 6.2 1885 11,3 3.95 6.7 86 11.6 4.08 6.8 87 12,1 4.21 6.3 88 12.5 4.28 5.4 89 12,9 4.30 4.7 1890 26 4.29 4.5 9 ES 4.32 4.7 92 10.9 4.42 4.8 93 10.3 4.58 4.5 91 10.4 4.76 4.1 1895 10.7 4.82 3.6 96 11.0 4.84 3.0 ON 11.2 4.75 9.1 98 11.5 4.72 4.5 99 11.9 4.68 5.1 1900 12.0 4.72 6.9 01 17 4.76 7.5 02 11.1 4.85 7.2 03 10.7 4.99 6.2 04 10.8 5.11 5,4 1905 113 5.19 Ds isis 108 LÉON DESCROIX. C'est en raison de la plus grande fréquence du phénome- ne durant la premiére quinzaine de nous sommes portés a -Vattribuer, bien gratuitement, á la Lune qui commence en avril et finit en mail surnommée la Lune rousse. Pour répondre au désir des météorologistes qui préférent yen tenir aux données brutes en s'en remettant á Pavenir du soin de déméler les effets et les causes, voici le résultat le plus instructif de lexamen des tableaux du mois de Mai don- nant les températures moyennes diurnes á Paris depuis 1835. oe O Date sement le plus thermique critique Espacements marqué, correspondante, apparente. rectifiós 1838 9,11 le 16 5 1844 8.57 , 18 ans. 1850 9.16 115 5.35 1855 8.02 Ea. 5.33 1860 7.88- , 15 5.28 1866 9.41 1d 5 5.33 1871 9.28 , 15 5.22 1876 8.97 y 14 5.11 1881 8.70 y 14 4.94 1887 9,48 e le 4.84 1891 9.16 cos . 1895 8.80 , 18 , 1902 6.88 , 16 La température moyenne normale des 24 heures á la mi- Mai se trouvant ótre de 13025, et celle de la phase critique seulement de 8975, on voit que lPaction refrigérante se traduit par un abaissement de 4050. On voit de méme que c'est, en moyenne au 15 Mai que Pon ressent le plus vivement á Paris et cela de 5 en 5 ans les effets de ce rébroussement particulier des courants qui du pó- LES SAINTS DE GLACE AU PRINTEMPS. 109 le, en raison d'une augmentation suffisante de la déclinaison du Soleil, se rabattent des pays scandinaves sur Allemagne Vabord, puis sur la France, Espagne, etc. L'introduction dans le calcul, des irrégularités qui mas- quent le phénoméne dans les intervalles, en déplacant la da- te critique, a pour effet de désigner le quantiéme du 10 au 13 au lieu du 15. Cela montre seulement que la précision chrono- logique fait défaut, mais cela ne contredit par la conclusion quil y a recrudescence de cette froidure intempestive une fois par cinq années: toute ignorance subsistant quant aux ori- gines de cette périodicité. Paris, Aoút 1910. A NTF EW WTA "eN de e A s A he vi , O o dy Ñd y 174 Ñ AAA is ON MN » 43 É ey ' le y DE gb: a a e Dad bno) e A ¿qeda ES Ne nales lo A 18 A lO j Preta! NO na ba Pide AÑO SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ““ANTONIO ALZATE”—MÉMOIRES, T. 30, 111 LA MALICIA DE LAS CIPRAS, Observaciones sobre las series numéricas obtenidas por medio de las progresiones aritméticas y geométricas POR ANSELMO MORIN, M, $. A. (Sesión del día 10 de Octubre de 1910). Tengo el honor de presentar á esta docta corporación una serie de observaciones acerca de las propiedades de las pro- gresiones aritméticas y geométricas, observaciones que entien- do nadie ha hecho hasta hoy y á las que me hallevado la ca- sualidad. Mis escasos conocimientos en las matemáticas no me per- miten sacar deducciones útiles de estas observaciones; pero otras personas más familiarizadas que yocon el cálculo, quizá puedan aprovechar este insignificante trabajo 'y hal'ar en él, por ejemplo, las bases para una simplificación de cálculos, co- mo se ha conseguido por medio de los logaritmos, que como se sabe reposan también sobre las propiedades de las progre- siones. | No pretendo pues presentar un trabajo científico, sino un juguete aritmético bastante curioso que quizá merezca un 112 ANSELMO MORIN. humilde lugar en las Memorias de la Sociedad Alzate, que tan benévolamente, y sin que tenga yo méritos para ello, se ha ser- -vido admitirme en su seno. Pido á la vez se mire este trabajo con toda la indulgencia á que tiene derecho aquel que débil é ignorante, pero con bue- na voluntad, cumple con el deber de traer sobre esta mesa, donde tantos sabios han depositado el fruto de sus desvelos, el escaso material de su corta inteligencia. Progresiones Aritméticas. Si tomamos una progresión aritmética ascendente, y si, para sumar sus términos los escribimos de manera que las de- cenas de uno correspondan con las unidades del inmediato in- ferior, la suma así obtenida será una serie constante: : 45 70 95 25 50 75 100 ¡xiLo A > -z_---A>:<¡[—< Il —_ -——-=-—v -60493827 1,6004 9.30 Lo mismo ocurrirá si hacemos la suma en forma descen- dente; esto es, si colocamos las decenas de cualquier término bajo las unidades del inmediato superior: LA MALICIA DE LAS CIFRAS. 113 É 144 120 164 140 1.1.6 160 136 13 156 13:32 108 152 1:28 104 18 -124 ODO 000, 1-7 DEBES 7 > Haciendo los cálculos correspondientes obtendremos las series siguientes: : ASCENDENTES: Razón 1 Ma O O. As — -10 (149) E a A SET AVE A JE — 19 (10+9) IA DIET AA — 28 (19+9) A EA IL AS A AA Razón 2 Ad 059 13090 0.2 doi: =— 11(2+9) AN ODIA Razón 4 4 RIBA O0 4 9:. — 13 (4+9) A A Razón 5 DL EDO O DO — 14(54+9) VS A ATA Y TER Razón 7 906 4 EU EIA Ob. — 16(749) TORA 3 078.04 1-02 Razón $8 E A e Y A 0 > E — 17(8+09) ADOS ADO Sa Us: Razón 3 3:0370....Itazón 6 740740.... Kazón 9 HMHi.... Podemos observar que las series obtenidas por medio de una razón que no sea múltiplo de 3 se reproducen cuando es- ta gazón crece de 9. Mem. Soo. Alsate. México T. 80 (1010-1911)—15 114 ANSELMO MORIN. Si dividimos cualquiera serie por su razón obtendremos la serie más sencilla 12345679012... (a) Así, si queremos seb r la serie que se obtendrá conocien- do la razón (6) bastará multiplicar la serie (a) por la razón (6). DESCENDEATILS Razón 1 ST BDO A AA — 19(1+9+9) 15615 43-250 84505 Razón 2 97:5.3,08641D34% — 11 (2+9) 396 4:1007'5:300 80697 Rázón 4 9506172 8'38:9:53 — 13 (4+9) 8-3 9:50:61: 17-200 Razón 5 o o (0 A E E — 14(5+9) 8:27 156%0:4 038 2% Razón 7 9.1-3- 58:02 400.158 — 16(7+9) 8.0:2-4 6913/00 50% Razón 8 90-123 ADD Dn — 17 (8+9) 7,9,0:1:-2 3 ADA D7E Razón 3 962962.... Razón6 9259253.... Razón 9 888S ... Las reglas que aplicamos á las series ascendentes pueden aplicarse á las descendentes; podemos observar también que ¿la serie descendente, razón 8 es la misma que la serie ascen- dente, razón 1. Designando la serio ascendente razón 8 serie a 8, la serie descendente razón 1, serie d 1 y así sucesivamen- te, tendremos Serie a 1=Serie d 8 y ad= y d7 jp abs 0 O A ” a 8= ” d1 La serie a 1 también se puede obtener dividiendo entre_ 9 LA MALICIA DE LAS CIFRAS. 115 una cantidad formada por la cifra 1 repetida indefinidamente, la serie a 2. con el mismo divisor, y como dividendo una can- tidad formada por la cifra 2 repetida indifinidamente; lo cual podremos designar así: : Vil: 9999.... Sera O IA - 9 :81 LITO 9999.... A y ER EE 9 812 : e 9999.... E NE e 9 81:3 4444... 9999.... SEO A 9 81: 4 999).... 9999 ... SEO yd 9 81:9 Pregresiones Geométricas. Procediendo de la misma manera con las progresiones geo- métricas, descubrimos propiedades muy semejantes. En estas se podrá sumar, como para las progresiones arit- méticas las decenas de un término con las unidades del ante- terior, ó las centenas del término con las unidades del prece- dent» obteniendo series constantes. Bastará para comprender la operación poner el principio de cada una, pues algunas serían muy extensas y muy largas. Pero la fraccion correspondiente permitirá encontrar la serie de una manera mas piáctica. 104-0107 24d > (íd.) Razón 2 LOSA OS Razón 3 (íd.) 10503 O 2 e + Razón 1 (1 rango) LA MALICIA DE LAS CIFRAS. 117 A A E a Razón 2 (íd.) pOr A q 8. a e 9999 12 499... A a 8 Razón 3 (íd.) e 2 9. 27. 8 1 AP 9999... (BIBI TNOS AN E la 7 Razón 4 (íd.) dol Ae io Era A OO eso e | A: Razón 5 e a TE A ES E 2.36 A e 9999 -.. 24999... De 118 ANSELMO MORIN. (1) Observamos que la serie 142257142... obtenida por medio de la razón 3, y sumando las decenas de un término con las unidades del anterior, es la conocida cantidad cuyas propiedades curiosas consistan en que multiplicando por 2, 3, 4, 5 y 6 se obtendrá siempre la misma serie, multiplicando por 7 obtendremos una serie de 9 repetida indefinidamente. Si dividimos esta serie indefinidamente entre 7 obtendre- mos la serie. cuya razón es 2 sumando las centenas de un tér- mino con las unidades del anterior, lo cual queda comproba- do comparando las fracciones de una y otra serie. Muchas series así obtenidas tienen la propiedad de repro- ducirse por la multiplicación de una cantidad inferior al de- nominador de la fracción correspondiente, encontrándose una serie indefinida de nueves cuando se tome como o al denominador de la fracción. Hemos hecho las operaciones con progresiones geométri- cas ascendentes; pero haciéndolas con progresiones descen- dentes encontramos resultados idénticos. Por ejemplo: Con la razón 2 (avanzando de un rango), tendremos una serie que corresponde á la fracción: DOI 19 Con la razón 3: 99999 A 29 Etc. Podemos observar por último que las unidades, decenas, * centenas respectivamente de los términos sucesivos de una progresión geométrica forman series constantes. ln 5 LA MALICIA DE LAS CIFRAS. 119 Con los datos anteriores, fácil será establecer una tabla de las series numéricas obtenidas con las diversas progresio- nes geométricas pues las fraecion:s correspondient+s permi- ten hacer el cálculo de una manera práctica. Sabemos por ejemplo que con la razón 2 obtenemos la fracción eE A __ ——. 8 y con la razón 3 la fracción QIYIZ == 7 Podemos deducir que con la razór 2.5 obtendremos una serie que se podrá encontrar por medio de la fracción 9999... : 7,5 Etc. México, Septiembre de 19)0. NOTA.-— Suplico á las personas que hagan deducciones curiosas y útiles de estas observaciones, me las comuniquen al Apartado 2759, México. A sldh Ñ PAN TIPA AA ET pas $0) A Ma ¿e a EA 5 a Si al al E HaLarin rt O IA LTS HA ¿ 6 Ñ iS h » e Y, pr ” A ES x E A RO RE BL EOI J36: no IEA IDE: AO Y a : PE O dl le A =>. e OS A sE 1 ¡AO me E JeY de NS É en y > S e Er ¿e SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE *“ANTONIO ALZATE” MÉMOIRES, T. 30. 121 El Obispo Zumárraca y los principales (dolos del Templo Mayor de México POR LA SRA. ZELIA NUTTALL, M, $, A. (Sesión del día 10 de Octubre de 1910). (Lámina I). Hace casi dos años que encontré en un tomo que saqué de un rincón obscuro y polvoso del Archivo Público deu la Na- ción, el manuserito original de una parte de un proceso de la Inquisición que contiene alennos datos enteramente desconoci- dos y de sumo interés para la historia de México. En el Congreso de Americanistas leí la traducción de unos extractos de este proceso que está, desgraciadamente, incom- pleto y del cual encontré, más tarde, una segunda parte en otro tomo, adonde está erróneamente designada, como for- mando nuevo proceso. Como varios de mis estimados colegas y consocios de es- ta honorable Sociedad Científica “Antonio Alzate,” á la cual tengo el honor de pertenecer desde hace muchísimos años, han manifestado su interés en conocer dicho proceso, tendré el gusto de presentarles un r.sumen de él, y de leer!'es unos extractos del texto español del original, en esta sesión con-. memorativa de su vigésimo sexto aniversario. El dicho proceso fué conducido, en el año de 1539, por el fiscal del Santo Oficio, de los asuntos del cual estaba encar- gado entonces el Obispo Fray Juan de Zumárraga, contra un indio, y vecino de México, acusado de idolatría. Mem. Soo. Alzate. México. T. 30 (1910-1911) —16 122 ZELIA NUTTALL. El reo se nombraba Miguel, del cual el texto nos dice que en sulengua se llamaba Puchtecatl Tlaylotzin. Como se verá, el verdadero objeto del proceso, era el de averiguar á donde habían escondido los Mexicanos, después de la matanza de la flor de su nobleza, por Pedro de Alvarado, en Mayo de 1520, los cinco ídolos principales del Templo Mayor de México. El primer documento es el que sigue: “En la gran cibdad de Temixtitan, Mexico, desta Nueva Es- paña, Viernes, el dia 20 del mes de Junio del año del nascimien- to de Nuestro Señor Jesu Xpo de 1539 ... el Reverendisimo Sr. Dr. Fray Juau de Zumarraga, primer Obispo desta cibdad de Mexico, del Consejo de su Magestad e Inquisidor apostoli- co contra la eretica pravedad e apostasia en esta dicha cibdad e en todo su Obispado, por ante mi, Miguel Lopez de Legaspi, secretario del Santo Oficio de la Inquisicion, estando en au- diencia del Santo Oficio “dixo: que por quanto a su noticia es venido, porque dello le dio relacion Mateos, yndio pintor, vezino de Mexico, que quando esta cibdad se torno a ganar los ydolos que en ella abia en el qu del Ochilobos desta cibdad, con otros muchos demonios que ellos adoraban, los quitaron del dicho qu y lleva- ron a casa de Miguel, yndio, vezino asi mesmo de Mexico, y porque, si los dichos ydolos se allasen seria muy gran servicio de dios y bien de los naturales destas partes y se cree y tiene por cierto que se desarayzaria y enjertaria mas de verdad a desarayzar su ynfidelidad e ydolatria, porque, teniendolos alli se presume tener el corazon mas alli que a las cosas de Nues- tre Santa Fee, y donde deben, “Mando que en este Santo Oficio se haga dello ynforma- cion para punir e castigar al. -..... que lo an encubierto o sabe dellos y no lo an venido á declarar siendo Xpiano bau- tisado, con aquellos que lo fueren. “La dicha ynformación se tomó e hizo en la forma e manera siguiente: LOS PRINCIPALES ÍDOLOS DEL GRAN TEMPLO DE MÉXICO. 123 “Después de lo susodicho, en este dicho dia, ete., hizo pa- rezer antesi Don Mateo, yndio, natural de Mexico, de la Co- lación de San Juan, quien juro segun forma de derecho..... e siendo preguntado por lengua del Pailre Fray Alonso de Santiago lo que deste caso sabe, dixo que ... es queste que declare es hijo de uno que se dezia Atolatl, vezino de la cib- dad de Mexico, que fue muy probado de Motesquma y perso- na a quien el dicho Motesquma dio parte de sus secretos. Y que el dicho su padre tenía un ydolo envuelto al que adorava, muy pesado, que nunca lo desataban. sino que lo adoraban y que ninguno, aunque fuese muy principal, lo desataba por reverencia que le tenian y porque dezian que quien lo desa- tase se moría. “Y que este envoltorio el dicho su padre lo llevo a Esca- pucalco a casa del Cacique de allí, en el tiempo que se ganó esta cibdad de Mexico de los xpianos, y lo puso en casa de aquel cacique que se decia Oquican, adonde lo tuvieron cierto tiempo en mucha veneracion, encubierto, que sabe mas el di- cho Señor Uacique de Escapucaleo, y un principal suyo que se dice Tlilantzin. “Que dieron a su padre de este testigo a guardar otros quatro ydolos que se decian, el uno Quesaleoatl, el otro Tel- puchtli, el otro Tilatlauqui Tezcatepocatl y el otro Tepehua, y que este testigo y un hermano suyo que se dice Pedro de- zian entre sí: de donde an traydo estos Señores estos ydo- los? Y que en este estado estuvieron los dichos ydolos en el dicho pueblo de Escapugaleo un año, poco mas o menos, y alli los yvan audorar y a ofrecer copal, mandado por los ca- ciques de Escapucaleco. Y que en este tiempo fue el Marques Capitan de la razon de los Xpianos a la provincia de Huey- mula y llevó con el el cacique de Escapugalco y á su princi- pal Tlilantzin, y al padre de este testigo, y autes que fuesen, los dejaron muy encargados los dichos ydolos. E que el dicho su padre murio estando el Marques en la dicha guerra de 124 ZELIA NUTTALL. Hueymula e que despues vino nueva como el cacique de Es- “eapugalco y Tlilantzin eran muertos en la guerra de Huey- mula. E que entouces un viejo que se dice Nahueca dixo a este testigo y a su hermano: “Pobrecitos de vosotros, ya sa- beys como el cacique de Escapucalco y Tlilantzin e vuestro padre son todos muertos!” “Porque el dho. Nahueca hera principal viejo y que tenía cargo de las cosas de Tlilantzin. Dixo a este testigo y a su hermano: “Y a sabeis que tenemos a estos dioses a cargo, guardemos- los para si, en algun tiempo, nos los demandasen los Señores. “E que en este tiempo mandaba en Mexico un Señor que se dezia Tlacuchcalcatl Nanauacatzin, y este principal y el Señor de Tula que se decia Yzqaleuetzin embiaron una no- che para los ydolos a Escapucaleo con dos yndios que se di- cen, el uno Coyoque y el otro Calnahuacatl, los cuales fueron al dicho Nahueca, que los Señores de Mexico y Tula pedian los dichos ydolos y el dho. Nahueca le dixo a este testigo y a su hermano como venian por los ydolos, y ellos dixeron que se ynviesen y asi los ynvieron, y este testigo y su hermano vinieron con ellos. “Y los llevaron en esta cibdad en casa de Puxtecatl Tlay- lotla que agora se dice Miguel, y alli los dixeron que fuesen a dormir en casa del dho. Co yoque que los fue a llamar a Es- capucalco. “Y que dende a 10 dias, poco mas o menos, (que no se acuerda bien que tantos dias, porque era niño), fue llamado este testigo del dho. Tlacuchealeatl Nanahuatzin principal, y es- te testigo fue alla y llevo consigo su hermano Pedro, sino que el dho. Pedro noa....donde....va el dho. principal, el qual dho. Tlacochealcatl dixo .... testigo, con palabras amorosas: “O pobrezitos de vosotros, ya es muerto vuestro padre. Aqui estoy quando alguna cosa co.... des menester, porque vuestro padre hera padre de todos........ nosotros. Agora pues vamos a ver estos ydolos.... que abeys traydo.” LOS PRINCIPALES ÍDOLOS DEL GRAN TEMPLO DE MÉXICO. 125 “Fueron a verlos a casa de Puztecatl Tlaylotla, donde es- taban y llevaron tortillas y alli los adoraron, los quales esta- ban en un aposento puesto con un petate delante, y alcaron el petate para verlos y les ofrecieron tortillas. . . .este sacrificio, el dicho principal fue a su posada suya. “Y dende a ciertos dias el yndio que les fue a llevar a Esca- pugalco, que se dice Coyoque, le dixo a este testigo: “Aque- llos ydolos que truximos ya no estan alli, adonde los an lle- vado?” Este testigo le dixo que no sabia, ni lo supo, ni nunca mas los vido, ni sabe que se hizieron. “Y que esta es la verlad, todo lo qual dijo el dicho inter- prete que dezia el dho. Mateos, ynilio. Afirmose en ello y el dho. interprete lo firmo de su. nombre.—Fray Alonso de San- tiago” Una pintura bastante curiosa, y de la cual he sacado una fot grafía que está reproducida aquí. acompaña al texto que acabo de leer, y es, evidentemente, de la mano del testigo, del pintor Mateos. (Lám. ID). En esta pintura se ven dibujados los cinco ídolos, con sus nombres, siendo el prime:o de ellos el de Huitzi'opochtli. Unidos al ídolo Tepehua se encuentran cuatro insignias, entre las cuales se distingue el cohuatopilli, el conocido sím- bolo d+ Huitzilopochtli. A la izquierda, abajo, se ve una cabeza con el nombre del padre del testigo, el primer guardián de los ídolos. Arriba están representados el cacique de Atzcapotzalco, su principal; el vie- jo Nahueca y otra persona desconocida. Arriba, á la dere:ba, se ven los Señores de México y Tula, los dos mensajeros que mandaron á Atzcapotzaleo para recoger los ídolos, y, por fin, el acusado Migu+-l, á cuya casa los ídolos fueron traídos. El segundo testigo que pareció delante del Obispo, fué Pedro, el hermano menor del pintor Mateos. Su declaración corresponde á la de su hermano, en lo principal, pero dice que llevaron copal blanco y codornizes para ofrecer á los ydolos, 16 ZELIA NUTTALL. y añade que: “ahora abia un año que su Señoria (el Obispo Zumarraga) fue a Toluca a confirmar eles dixo e predico que todos los que supiesen de algunos ydolos lo. viniesen a dezir, y este testigo, como oyo aquello, dixo á su hermano: “Tu sa- bes como pasó lo de aquellos ydolos,” y el dicho su hermano le dixo: “Yo no sé nada, y Puehtecatl Tlaylotzin ha de saber; que en su casa estaban, y los dexamos” e que este es la verdad y lo que desta cosa sabe, y que lo vino á dezir al padre Fray Alonso de Santiago para que le diese remedio y que su anima se salvase...... Z Casi un mes después que los dos herinanos hicieron sus declaraciones que formaban una denuncia del Indio Miguel, como persona que tenía que saber á dónde estaban los ídolos, este anciano pareció delante del Tribunal de la Inquisición, preso y acusailo de idolatría Después de haber tomado el juramento fué rigurosamente examinado, y declaró que era cristiano, bautizado desde veinte años. Al prineipio negó saber de los ídolos; pero más tarde, cuando como parece, la pintura de Mateos le fué enseñada, confesó que: no sabe...... mas de que..... los dichos Coyo- que y Acálnahuaque vinieron una noche a la posada deste tes- tigo con unos envoltorios de ydolos, que este confesante no su- po que eran ydolos, mas de como los ynvieron los pusieron, cu- biertos de unas esteras. E! dicho Tlacuxcalcatl Nanahuatzin, Señor de Mexico fue ála posada deste testigo a ofrescer á los dichos ydolos y les ofrescio yncienso y copal como á sus dio- ses, y que alli, en la dicha su casa, estuvieron los dichos ydo- los diez dias.... y que... a cabo dellos los llevaron de allí los dichos cinco envoltorios los mismos que los avian traydo alli y que este que declare no sabe donde los llevaron.” “Preguntado si supo, ó lo sabe al presente, dónde los lleva- ron, ó si lo a oydo dezir. “Dixo que no lo sabe y que esto es la verdad para el jura- LOS PRINCIPALES ÍDOLOS DEL GRAN TEMPLO DE MÉXICO. 127 mento que hizo e afirmose en ello, e no firmo porque dixo que no sabe escribir, todo lo cual declaro por lengua del dho. yn- terprete, el qual lo firmo aqui de su nombre. “Fué preguntado que es la causa que la primera vez que preguntaron sl sabia de los ydolos o si habian estado en su posada, dixo que no lo sabia y nego que no avian estado en su casa, y desde que supo que avia eseritura, vino a confesar la verdad que abian estado en su casa. “Dixo que no se acordaba a la primera vez, y despues co- mo vido la escritura, que se acordo y le vine a la memoria lo que avia pasado......” Sería imposible de seguir aquí, detalladamente, el desa- rrollo del proceso contra Miguel, ó de citar las declaraciones de los siete testigos que fueron examinados, en las cuales no aparece el nombre del acusado ni prueba ninguna de su cul- pabilidad. Sin embargo, el día 5 de Agosto del mismo año, el Fiscal del Santo Oficio, ante el Reverendísimo Señor Inquisidor, presentó un “texto de acusación,” del cual citaré los extractos siguientes: a acuso eryminalmentea Miguel ... quien...... con poco temor de Dios y en gran peligro de su anima a te- nido y encubierto los ydolos mayores y mas antiguos que so- lian estar en los Ochilobos (sie) de esta cibdad de Mexico an- tes que los xpianos la ganasen, que son cinco enboltorios de ydolos, en que el uno esta un ydolo que se dice.... los cua- les.... llevaron y pusieron....- . a casa del dho. Miguel para que el los guardase y tubiese, como papa y. - - de demonios el cual los tubo mucho tiempo yiendo a ello los dhos. Señores y principales a los adorar...... y despues aca el dho. Miguel los a tenido y tiene encubiertos y guardados y no los a que- rido dar ny descubrir puesto que a sido requerido y amones- tado muchas vezes perseverando en su pertinacia idolatria y 128 ZELI ANUTTALL. porque se presume y esta claro que el dho. Miguel y todos los otros que supieron y saben donde estan los dhos. demonios y ydolos tienen su coragon en ellos les ofresceran y los ado- raran, de que Dios Nuestro Señor es muy desservido, cuanto mas que el dho. Miguel de derecho es obligado á dar cuenta de los dichos ydolos por los aber tenido en su casa, como los tubo, y eneubrirlos y no los queria dar siendo, como es, xpla- no bautisado, y encubierto ydolatra los dhos. ydolos eregia y eror diabolica. Y visto el dho, Miguel ser ydolatra, sacri- ficador y guarda delos dhos. demonios y estar ynfiel y ereje como lo era antes que fuese xpiano ........ en el cual el dho. Miguel, attento a las penas de derecho “establecidas, a cometido muy graves y grandes delitos por los cuales debe ser castigado gravemente... -...... y si fuere necesario, fuere relaxandole al brazo seglar y aziendo de su persona y bienes todos los autos........ y castigos que en tal caso se requieren... ..... condenandole ante todas cosas que dé y requiere los cinco dhos. ydolos e demonios y le mande con- fiscar todos sus bienes y aplicalas al fiscal del Santo Of- cio, por todo lo cual y en lo necesario .... ..... . de Vuestra Señoría ymploro y pido Justicia........ y juro á Dios y a esta señal de la Cruz que esta acusación no la pongo de mali- CIA Respondiendo á la acusación puesta por el Fiscal del San- to Oficio, Miguel por eserito redactado por su defensor, dijo: que “por defeto de parte e porque la dha. acusacion no contiene dia cierta, ni mes ni año, ni las otras solemnidades, que de derecho se requieren en semejantes acusaciones e por- que no concluye delito contra mi e no lo concluyendo ni de- clarando el tiempo como digo, no puede dar derecho descargo, porque caso negado que lo contenido en la dha. acusacion pro- cediese, no seria en tiempo que yo obiese recibido el agua del Sto. bautismo, porque despues aca yo he vivido como xpiano conforme á lo contenido en mi confesion”, LOS PRINCIPALES ÍDOLOS DEL GRAN TEMPLO DE MÉXICO. 129 Dice, además, que: aunque yo guardase...... los dhos. ydolos...... estoy sin culpa de la tal guarda...... - que las personas que los truxeron a mi casa no eran xpianos ni bau- tisados para reprehenderlos..... ni para dar aviso al Capitan ni al.... Gobernador de aquel tiempo, porque entonces ni en el dho. tiempo no avia ni ynquisicion en esta cibdad a quien se pudiese dezir....... en caso que alguna culpa se me pu- diese imputar seria de negligencias e omision, y esto se tiene por muy liviano caso en los de nuevo tiempo convertidos e yndios...... los testigos que contra mi deponen...... seran solos y singu- lares e mis enemigos capitales ...... pido e suplico a Vro. Senorio Reverindisima me de por li- bre...... e me declare por buen xpiano e temeroso de Dios y que sigo la dotrina xpiano e oyo los sermones.... y que me confieso el tiempo que les manda...... Varias peticiones fueron después presentadas por el de- fensor de Miguel, que reclamaba el derecho de citar y hablar “con su letrado” o “con algunos yndios para dezirles algunas cosas que me convienen”, o “de quienes se podian aprovechar para la defension de su justicia”. Después se quejó que “ayer se mando hazer publicacion de mi causa y porque estando como estoy preso no he podido traer los testigos para mi defensa, como a Vuestra Señoria Reverendisima es notorio. ... y de esta dicha probanca de- pende mi defensa y todo mi descargo”. Pide “prorogacion del termino”, pero en vano. El Viernes 30 de Henero de 1540 el Obispo Zumarraga dio y pronuncio la sentencia que sigue: .-....Fallemos que por mejor saber la verdad del delito deste acusado ....le debemos de condenar e condenamos que sea puesto a question de tormento o tormentos la cantidad e calidad de los cuales se nos reservamos sin hazer condenazion de costos hasta adfinitos y por esta ensenja de tormento asi lo pronunciamos e mandamos estos escriptos.....-.... "Mem. Soc, Alzato. México. T. 30 (1910-1911)—17 130 ZELI ANUTTALL. Miguel hizo, primeramente, una enérgica apelación contra esta sentencia; pero después, en una carta que constituye, para mí, un documento humano de los más conmovedores, dice: “Yo me desisto y aparto de la apelacion que tengo inter- puesto porque consiento la dicha sentencia [que me condene a tormento] y me aparto de la dicha apelacion. Pido y suplico a Vuestra Señoria Reverendisima que porque yo estoy enfer- mo se suspende la execucion della hasta que yo este en dispo- sicion de poderlo recibir, porque si ahora se oviese de execu- tar correria mucho peligro mi vida y salud y mi justicia pe- resceria. Protesto que si de otra parte, se procediera contra mi, no me pare perjnizio lo que por mi fuere confesado y de- elarado en el dicho tormento ó tormentos que asi estando en- fermo me fueren dados y sobre todo pido justicia.” - El Señor Inquisidor oyó á esta petición y concedió un plazo de cuatro días, al cabo de los cuales la sentencia fué eje- cutada, y Miguel sufrió los tormentos de los garrotes y del agua, durante los cuales le hicieron muchas veces los “reque- rimientos e apercibimientos de uso”. Miguel respondió siempre lo mismo: “que no sabia cosa ninguna mas de lo que dicho tenia”. Por fin, el Señor Provi- sor, visto que el dicho Miguel es viejo y flaco, “lo mando sol- tar del burro, e dixo que reserbaba el derecho para quando le paresciere”. de repetir el tormento. Despues el Señor Obispo Zumárraga “mando que el dho. Miguel sea entregado al padre Fray Pedro para que este re- eluso en el monasterio de San Francisco desta cibdad para que alli sea yndustriado en las cosas de Nuestra Santa Fe y estando alli recorra su memoria y pesquiza que se hizo de los ydolos y donde estan, y lo manifieste y declare en este Santo LOS PRINCIPALES ÍDOLOS DEL GRAN TEMPLO DE MÉXICO. 131 Oficio. Y que no salga del dicho Monasterio sin su licencia y mandado”. Es probable que, “siendo tan viejo y flaco”, Miguel murió en el Monasterio; y es cierto que los testigos que fueron exa- minados durante su proceso, no comprobaron su culpabilidad como idólatra, porque el crimen de haber tenido los ídolos en su casa diez y siete años antes, y durante diez días solamente, fué cometido, como dice en su apelación, antes de haber sido bautizado. En la serie de testigos, todos indígenas, que fueron exa- minados durante su proceso, figura Achacatl, Indio principal de México, y un cierto Culoa Tlapixque, antiguo Consejero de Moctezuma, quien valerosamente declaró que no era bauti- zado; que era profeta y tenía la cuenta de los demonios y ear- go de hacer las cosas que para ellos era menester. De otro testigo, de los cuatro examinados en la segunda parte en que sigue la averiguación hecha por el Obispo Zu- márraga, en busca de los mismos ídolos, sabemos que después de la matanza de los nobles Mejicanos, por Pedro de Alva- rado, dos bultos grandes y pesados, de los cuales uno era ne- gro y el otro azul, fueron llevados, por orden de Moctezuma, del gran teocalli de México á un pueblo vecino, adonde que- daron cuatro ó cinco días bajo la guardia de Mexicanos, quie. nes volvieron á llevarlos de allí, en la noche, en canoa. Varios testigos declararon los nombres de distintos luga- res en el Valle de México, adonde se suponía que habían lle- vado y escondido los ídolos. Otros hacen relación del hallazgo en una cueva, de una caja llenade chalchihuites y una cadena de oro. La declaración más interesante é importante de todas, es la de un cacique, que era hijo de un antiguo sacerdote nom- brado Papalutecatl, que había sido amigo íntimo de Mocte- Zuma. Concluiré la comunicación presente con una cita de su É 132 ZELIA NUTTALL. declaración, que contiene ciertos datos históricos y detalles íntimos, hasta ahora desconocidos, que nos transportan á plena época de la Conquista y en compañía de los principales per- sonajes Mexicanos que figuraron en ella, “Declaró Don Andrés, por lengua de Juan González, elé- rigo que oyo decir á su primo Pablo, que cuando los xpianos vinieron, mando Montesquma llevar a [un pueblo vecino] las figuras de...... [Huitziloposchtli], de Tezcatlipoca y de To- piltzino [Quetzalcoatl] y que los escondieron en una cueva. - y que nunca se a buscado ni an llegado a ella, y que los llevo Axayacatl, hijo de Montesquma....'” “Dixo el dho..Don Andres que tambien a oydo dezir a su primo que cuando los Españoles vinieron, tres dias antes que llegasen a Mamalhoatginco, sujeto de Chalco, avia llamado Montesquma a su padre, que se llamaba Papalutecatl, y le dixo que despues de mañana avian de llegar los dioses, que asi llamaron á los xpianos al prineipio, a otro pueblo llamado Ayotzinco.....- que que le parescia que se devria hazer? Y que el dicho Papalutecatl [padre del declarante], escogio un papel o libro en donde estavan pintados todo sus diosos y ydolos y que de alli el dicho Montesquma escogio por abo- gado a un cierto diablo o ydolo que se decia Chantico. Luego otro dia se partieron Chimalpopoca, hijo de Montesquma, y Nexpanecatl, tio del declarante, al pueblo de Mamalhoaginco— y llevaron un muchacho y lo sacrificaron en el dicho pueblo en servicio del dicho ydolo Chantico y lo enterraron un dia antes que los xpianos llegasen alli. “Este diablo o ydolo dizen que tenia tal:figura quele po- dian quitar un muslo con su pierna, y cuando iban a la gue- rra en la tierra que abian de conquistar, tomaban aquel muslo o pierna del ydolo y con ella herian la tierra y con aquello (1) De este texto hay dos copias diferentes, con ligeras variantes, que están reunidos en la versión que sigue. :( Xx yr YI ( 1 3 19 Or . , 7 y.) 91 3p JOA IN yx UU ] ap SO[OpI 5 ol 2d1o mid SO 5 13 ¡WY] / . . A l 39n NÑ Zi mr A, iutet Y Y ¿A7] LA ge e qe 1 y 9JBZ|Y 908 “ue gr Y 1d 4 A Y A 2) db e e e ¡e o y > LAS esa PORTA A AM A o E LOS PRINCIPALES ÍDOLOS DEL GRAN TEMPLO DE MÉXICO. 133 dizen que vincieron e conquistaban y sugetaban a los ene- migos.--. “Y asi mismo declaro que oyo degir al dho. su primo, que estando la guerra travada en la placa de Mexico, de xpianos y naturales, siendo ya muerto Motescuma, subio encima del cu del Hochilopuehtli el Señor de Tacuba, passado que se lla- maba Tetepanquetcaci | Tetlepanquetzaltzin], [que en xpiano se llamo despues Don Pedro, y murio en Veymula cuando fue alla el Marques], el cual tenia un espejo que llamavan los yn- dios Navaltezcatl, que quiere dezir espejo de adivinacion o adevino. Y estando encima del dicho qu el dho. Don Pedro sa- co el dho. espejo en presencia de Coanacotcin [Coanacoch- ¿tzin], Señor de Tezcoco, y de Oquitci [Oquitzin] Señor de Azcaputzalco, y del dho. su primo Pablo, y Guatimutzin [Cuauhtemoctzin], tambien abia de ir a verlo y no pudo por- que desmayo, aunque tambien estaba encima del qu, y la ce- remonia se hizo a las espaldas de las casas de los ydolos que encima del que estaban, porque los xpianos andaban peleando en'el patio. E como el dicho Don Pedro dixo sus palabras de echice- rias o encantamientos, se escurecio el espejo que no quedo claro sino una partezilla del en que se parescieron pocos ma- geuales. Y llorando el dicho Don Pedro les abia dicho: Diga- mos al Señor, que era Gruatimutzin, que nos baxemos, porque a Mexico hemos de perder”. Y que asi se avian baxado todos—y que aquel espejo era grande y redondo y quelo llevo el dicno Señor de Tacuba por- que era suyo”. Con esta descripción emocionante y gráfica, de una escena tan dramática, que bien podría sugerir el motivo de un gran cuadro histórico, concluyo esta narración y citas de las par- tes más interesantes del proceso que descubrí. El texto citado nos hace realizar el estado de agotamiento en el cual se encontraba el valiente joven Cuauhtemoc des- 5134 ZELIA NUTTALL. pués de haber gastado todas sus fuerzas y toda su alma en su heroica defensa. Despertando de un desmayo, le fué comu- _nicada la funesta profecía, aceptada por los otros Señores, por infalible, que “á Mexico habian de perder!” Renunciando á toda esperanza el valeroso joven, sin fuer- zas, quizá, para andar, abandonó la cima del cu y lentamente bajó á pie, ó llevado por sus compañeros, los escalones ensan- grentados del gran templo de México, para encontrarse, po- cas horas después, fugitivo y preso. En cuanto á los cinco ídolos principales del Templo Ma- yor, la ausencia de toda mención, en las crónicas históricas, de que el Obispo los había encontrado, hace creer que todas sus averiguaciones con este fin fueron infructuosas y que los Me- xicanos lograron esconder debajo del suelo de este Valle de México, y así evitar la destrucción de los cinco más antiguos dioses, que formaban el más reverenciado y apreciado de to dos los tesoros del infortunado Moctezuma. Coyoacán, D. F. Octubre 1910. tl E SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.”—MÉMOIRES, T. 30. 135 Sobre el origen de los Últimos erandes temblores de California y de la costa, de Guerrero, México. POR EL DOCTOR E, B(ESE, M, $, A. Láminas II y IM. (Sesión del 10 de octubre de 1910), Hasta fines del siglo pasado la ciencia reconocía sólo tres clases de temblores, á saber: los causados por el derrumbe de cavernas y cavidades en las montañas, los sacudimientos cau- sados por erupciones volcánicas y los que se producen á con- secuencia de movimientos oroyénicos; estos diferentes temblo- res se designan con los nombres de temblores de derrumbamien- to, temblores volcánicos y temblores tectónicos 6 de disiscación. Pero en realidad hace ya varios años que una gran parte de selsmologistas y geólogos se inclina á ver en estas tres clases de temblores fenómenos de importancia segundaria, mientras que se está dando más atención á una clase de temblores que se han denominado temblores criptovolcánicos (Hórnes), tectó- nicos en el sentido más amplio (Branca), intervolcánicos (Mer- calli) ó de inyección (Rothpletz). Los citados autores refieren estos temblores á las consecuencias de fenómenos voleánicos á grandes profundidades que no llegan á hacerce perceptibles en la superficie de la corteza terrestre más que por los movi- mientos séismicos. £36 08 TL AN E. BOSE. Ultimamente Rothpletz ha tratado de interpretar el tem- blor de California de 1906 de una manera algo diferente de la interpretación acostumbrada y su trabajo es de tal interés, que vale la pena dar un extracto detallado de él. La comisión que estudió el temblor de San Francisco del 18 de abril de 1906 y cuyo presidente fué Andrew C, Lawson ha comprobado que varios lugares han cambiado de posición á consecuencia del referido temblor. Los dos geodestas John H. Hayford y A. L. Baldwin han ejecutado una nueva trian- gulación de la región del temblor, en los años de 1906 y 1907 y en un capítulo (p. 114-145, lám. 24, 25) del primer tomo del trabajo de State Earthquake Commission (1908) han compa- rado esta triangulación con las dos anteriores de 1854-66 y de 1870-92. De esta manera se han podido comprobar el valor y la dirección del cambio de posición geográfica de los diferen- tes lugares, resultando que ya entre las dos primeras triangu- laciones y durante el curso de éstas habían resultado tales cambios de posición, siendo éstas con frecuencia diferentes de las de 1906 respecto á extensión y rumbo. Haytord y Baldwin suponen que la base de triangulación antigua Mocho-Mt. Diablo haya quedado estable y que las va- riaciones en la posición geográfica de los otros lugares hayan acontécido en octubre de 1368 y en abril de 1906. El 21 de octubre de 1868 hubo un fuerte temblor cuya extensión fué un poco menos que la del temblor del 18 de abril de 1906, pe- ro cuya zona pleistoséistica era aproximadamente la misma. Sobre el temblor de 1868 no sabemos casi nada porque el in- forme científico de una comisión no se ha publicado y el ma- nuserito se ha perdido. Lo poco que se sabe acerca de este temblor ha sido reunido en las págs. 4483-48 del informe de (1) Rothpletz, Ueber die Ursachen des Kalifornischen Erdbebens von 1906.—Sitzungsber. d. k. Bayer. Akad. d. Wiss., math.-phys. Klasse, Jahrgang 1910. A SOBRE EL ORIGEN DE LOS ÚLTIMOS GRANDES TEMBLORES. 137 1908. En aquella ocasión se abrió de nuevo una fractura an- tigua en el lado oecidenta) de los Berkel+y hills, cuyo curso es paralelo á la grieta de San Andrés (al Este de la Bahía de San Francisco) en una extensión de unos 32 km., pero no se sabe si se han registrado movimientos horizontales ó vertica- les. Lawson (Report, p. 149) opina que las variaciones geográ- ficás en el primer intervalo (1866-70) no se deben referir al temblor de 1868 sino que se trata de movimientos lentos que quizá duraron 32 años y que continuaron quizá durante otros 16 años hasta 1906, Si esta opinión fuera acertada las cifras para los dos movimientos calculadas por Hayford y Baldwin no resultarían exactas. Pues si los dos movimientos tenían la misma dirección, entonces sería la amplitud del último dema- siado grande y el primero demasiado pequeño, y en donde los movimientos habían sido en dirección contraria las cifras para ambos llegarían á ser demasiado pequeñas. Lawson duda también que la suposición de que la base Mocho-Mt. Diablo haya quedado constante, se pueda soste- tener. Opina que su estabilidad comprobada por la triangula- ción podría explicarse por un movimiento simultáneo y uni- forme de los dos extremos hacia el SE, dirección predominante durante el temblor de 1906. Esto tendría gran importancia para la triangulación de 1906-1907, pues si tal movimiento no fuera tomado en cuenta entonces resultarían los movimien- tos al SE. más cortos que los al NW., se deberían pues adicio- nar la amplitnd de la variación de la base á los movimientos al SE. y quitarla de los al NE. Rothpletz dice con mucha ra- zón que esta suposición de Lawson es muy poco probable, pues Mt. Diablo está en una latitud donde más al Oeste se han comprobado sólo movimientos al Norte, Mocho en donde se han encontrado antes de 1906 sólo movimientos hacia el Sur; lo probable sería pues encontrar un alargamiento de la distancia entre los dos puntos y como esto no ha sido el caso, Mem, Soc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911).—-18 138 E. BUSE. es probable que una variación geográfica de la base no haya tenido lugar. Además viene en considoración que de los dos puntos más cercanos, Red Hill se movió hacia el NE. y Rocky Mound hacia el Norte. Respecto á la primera cuestión Rothpletz tiene una opi- nión diferente de la de los dos geodestas. Estos suponen que en el Norte una región de unos 2500 km. cuadrados limitada por las estaciones Mount Tamalpais, Farallon Lighthouse, Ross Mountain y Chaparral haya sido movida en su totalidad por unos 1.6 m en la dirección N 119W y que á este biok pertenece probablemente también Sonoma Mountain, todo es- to sin rotación interna ó distorción, sino como un blok unifor- me. Rothpletz cree que Hayford y Baldwin han llegado á esta suposición por una idea preocupada á causa del movimiento de 1906. Si se da una mirada á la carta lám. II, se ve desde luego que las direcciones de los movimientos en este blok muestran entre ellos ángulos hasta de 309 y que divergen con bastante regularidad hacia el NN W., pues la mayor declina- ción hacia el W. se encuentra en el borde SW., la mayor ha- cia el E. en el borde NE. de aquel blok. Los radios medidos forman un haz que tiene la mayor semejanza con el haz de radios de un sector de 300 de un círculo. Los diferentes pun- tos en su movimiento radial hacia el NW. deban pues al mis- mo tiempo haberse alejado unos de los otros en dirección pe- riférica y debe haberse producido una especie de distorción. Los puntos importantes son en una serie correspondiente á la dirección de su movimiento de W. á E: Farallon Lighthouse N 272W 1.39 m de movimiento Tamalpais N 12 -W+" 1.64 m $; ¿3 Chaparral NA TANTAS 1 ma Bodega NA ARA IA E Ross Mountain NU ES FARO ES á, Sonoma Mountain N:.3E>1. Mm ,, el SOBRE EL ORIGEN DE LOS ÚLTIMOS GRANDES TEMBLORES. 139 Suponiendo como radio la línea N 120W y dibujando des- de los 6 puntos líneas que forman un ángulo recto con ella entonces resulta de Sur á Norte la serie siguiente: Farallon Lighthouse 159 N 270W Tamalpais 1. 64 N 12 W Sonoma SI. M4 N*S"E Bodega 1. 62 N 4 W Chaparral 1. 83 N 7W Ross Mountain 1. 70 N 2E La cifra de 1. 24 para Sonoma es quizá un poco baja y resulta únicamente de una comparación de las medidas de 1860-1906, porque una separación del movimiento antiguo y del moderno no se puede hacer y no es completamente seguro lo que opinan los geodestas, es decir que el movimien- to de 1906 fué cero. Por la serie anterior se ve que el valor del movimiento decrece de N á $ y al mismo tiempo desde el radio medio ha- cia el E y el W. Por esto la diferencia entre Farallon en el W y Tamalpais es más grande que entre este y Chaparral, no obstante de que la última distancia es casi el doble de la pri- mera. Esto sería también la explicación para el cambio rela- tivamente pequeño cerca de Sonoma en el Este. Una excep- ción la forma unicamente Bodega con 1.62 que está dos veces más lejos de Tamalpais que de Chaparral y que no fué movi- do más que Tamalpais. Entre estos lugares pues no ha habi- da una distorción “”. (1) Rothpletz menciona que para los otros puntos indicados en el ma- pa las medidas del primer movimiento en parte no son seguras y en parte fueron obtenidas por interpolación, de modo que no se pueden tomar en consideración, 140 E. BASE. Llegamos, pues, con Rothpletz á la conclusión de que los cambios de posición geográfica al Norte de San Francisco no in- dican un simple movimiento lateral de un blok sino una superficie que aumenta en tamaño á causa de una expansión. Esta expansión no fué uniforme, sino avanzó en líneas divergentes dirigidas hacia el NW., que probablemente no eran rectas sino encorvadas, cóncavas hacia el Este. Hacia el W. no se puede determinar la curvatura. Al Norte de San Francisco se encuentra solamente un pun- to más para el cual se ha podido demostrar un cambio de la posición geográfica antes de la segunda triangulación y este es Rocky Mound. El movimiento ha sido más pequeño que en los otros seis puntos y fué dirigido en N. 8 E,., pues toda- vía 50 más hacia el E. que en Sonoma. Esto está bien de acuer- do con la idea anteriormente expresada según la cual el mo- vimiento decrece en fuerza hacia el E. y se desvía al mismo tiempo en esta dirección. Tomaremos ahora en consideración la región al Sur de San Francisco. Alú es Loma Prieta el único punto para el cual se ha podido demostrar un cambio de su posición geográfica an- tes de la segunda triangulación, y este cambio fué de 3 m. ha- cia S530E. Pero existen determinaciones aproximativas para otros varios puntos y los dos geodestas americanos sacan de estos la conclusión de que las distancias entre estos puntos y el Mountain Tamalpais al N. de San Francisco haya crecido, por lo cual la longitud de la bahía de San Francisco fué alar- gada 5. y que también creció la distancia entre los diferentes puutos del Sur, de modo que la bahía de Monterrey se habría ensanchado 5, Esta idea la acepta también Lawson que lle- ga á la otra conclusión de que la contrariedad de los movimien- tos al Norte y al Sur de San Francisco que no fué acompaña- da por fracturamientos del suelo observables en la región neu- tral de San Francisco y en la bahía de Monterrey nos indica SOBRE EL ORIGEN DE LOS ÚLTIMOS GRANDES TEMBLORES. 141 un carácter distensivo del movimiento. Para la discusión de es- te último problema se necesitarán triangulaciones posteriores. Estos son los hechos en los cuales se basa Rothpletz para encontrar la causa de los grandes temblores de San Francisco. En su discusión se ocupa primero de la expansión antes de 1906. Seis puntos son principalmente importantes para la demos- tración de la variación de la posición geográfica al Sur de San Francisco antes del temblor de 1906. Estos seis puntos orde- nados según el aumento de la divergencia hacia el E. de la di- rección del movimiento son: 1 Sta. Cruz Az. St. S 15% >2.52 2 Punta Pinos Lat. St. S 35 E > 5.89 EUA » Light House S 37 E >4.91 4 Black Mountain + S 44 E <2.11 5 Gavilán S 51 E >5.22 6 Loma Prieta S 53 E 3.03 Estas líneas se encuentran en un sector de círculo de 380 y si tomamos la dirección S 340E como línea media entonces está el punto 4 aproximadamente en la parte media, 1-3 en el Oeste y 5-6 en el Este del sector También aquí son pues las direcciones del movimiento radialmente divergentes. Pero pa- ra las estaciones laterales no es la serie la misma según la dis- tancia de aquella línea media como el cuadro anterior, sino de- bería ser así: : 321465 Esta diferencia se pierde si se suponen como radios cur- vas con su cavidad hacia el Este. Ordenada según el valor del movimiento resulta la serie siguiente: 142 E. BOSE. Black Mountain 2.11 (01067) Sta. Cruz 2.52 (3.14) Loma Prieta 3.03 Punta Pinos Lat. St. 4.91 (11588) Gavilán 5.22 (>6.22) Punta Pinos Light House 5.89 (6.29), Estas cifras necesitan una corrección, pues sólo para Lo- ma Prieta fué determinado el número, mientras que para las otras estaciones las cifras representan la suma de dos movi- mientos durante y antes del temblor. Como Black Mountain está al Este de la grieta se tiene que quitar una cantidad, que seguramente es menos de 1 m., mientras que á la cifra de Sta. Cruz se deberá quizá añadir 0.62, á la de Gavilán más de 1 m. y á la de Punta Pinos menos, porque está más lejos de la línea media. Considerando estas correcciones, que están entre parénte- sis en el cuadro anterior, se nota claramente que las variacio- nes geográficas crecen considerablemente con la distancia de San Francisco, mucho más que en la región al Norte de aque- lla ciudad. Al Sur de San Francisco y más cerca á él se encuentran cuatro estaciones más, pero sólo de una, Red Hill, fué deter- minada la variación con 0.65 m. Para las otras las cifras cal- culadas son tan pequeñas que quedan dentro del límite de erro- res de la observación geodésica; se trata pues de una región relativamente tranquila. Las cifras son: Guano I. S 28W 0.21 em. Pulgas W Base S 16 E 0.74 ,, » E Base 5 58 E 0.41 ,, Red Hill N 52 E 0.65 m. SOBRE EL ORIGEN DE LOS ÚLTIMOS GRANDES TEMBLORES. 143 Las direcciones giran claramente con el avance de W ha- cia E en su totalidad por un ángulo de 156%. Las medidas no son seguras pero debemos mencionarlas porque existe la po- sibilidad de que sean ciertas y están en contradicción sólo con las ideas preocupadas de los geodestas americanos. Rothpletz deduce de los hechos anteriores la conclusión signiente: “Alrededor de la bahía de San Francisco han tenido lu- gar movimientos laterales pequeños, pero posibles de medir, de la su- perficie terrestre. Solo la península sobre la cual se encuentra la ciu- dad, no parece haber tomado parte en ellos. Desde este centro diver- gieron los movimientos hacia todas las direcciones, pero hacia el Este y Noreste fueron débiles, aumentaron en importancia hacia el NW. y SE. donde alcanzan su máximum.” Existen también en la re- gión cubierta por el mar, como lo comprueba la variación geo- gráfica de Farallón Lighthouse, pero naturalmente no se han podido medir. La superficie alcanzada por estos movimientos se ha pues extendido; la mayor expansión fué en la dirección NW-SE, la menor hacia el NE, y quizá también hacia el SW. Desde Ross Mountain en el NW hasta Gavilán en el SE mide este terreno unos 250,000 metros, su expansión fué de 8 m. en cifras redondas, es decir un metro por cada 30,000 nm... La forma del terreno que sufrió la expansión es aproxima- damente elíptica, pero la mitad se encuentra cubierta por el mar; la elipse es dos veces más larga que ancha. La distancia entre el centro y el límite oriental, la mitad del eje mayor, es de unos 51,000 metros, la expansión en esta dirección, tomando como base la de Red Hill, será quizá de 1.30 m., es decir 1: 40,000. Delos 8 m. de la expansión pertenecen dos á la mitad sep- tentrional, seis á la meridional. Las causas de la expansion antes de 1906.—Hay que buscar una explicación de la expansión descrita antes. Rothpletz opi- na desde luego que la causa no se puede encontrar en las ca- 144 E. BUSE: pas superiores del continente, pues el fondo del mar ha parti- cipado en el movimiento. Rothpletz encuentra tres diferentes modos para explicar el fenómeno: 1.—$Si una parte de la costra terrestre, en nuestro caso la elipse limitada por la línea roja en lám. IT, á causa de su carác- ter físico especial ha sufrido una compresión extraordinaria á consecuencia de una presión tangencial muy fuerte, entonces esta parte puede extenderse de nuevo cuando la presión tan- gencial llega á hacerse más debil. En nuestro caso no se pue- de admitir esta hipótesis pues la composición geológica de la elipse no difiere de la de los alrededores; la diferencia en la com- posición debería pues encontrarse á grandes profundidades y entonces es poco probable que se haga sentir en la superficie. Por estas razones Rothpletz no acepta la hipótesis para el pre- sente caso. 2.—El calor causa expansión. Mellard Reade ha compro- bado la expansión lineal de diferentes rocas y calculado que á 100. de aumento del calor corresponde una expansión de 1: 100,000. Un aumento de 3-40C. sería pues suficiente para causar una expansión de 1 : 30,000, observada en nuestro caso. Pero las experiencias del laboratorio no se pueden aplicar des- de luego á la naturaleza, porque en esta existen condiciones diferentes. Es probable que las líneas isotérmicas deberían elevarse por más de 400. Además se tendría que suponer un calentamiento mayor en el Sur y uno menor en el Norte, pero se podría creer que la grieta de San Andrés haya favorecido la propagación del calor en esta dirección ó que por casualidad la conductibilidad de las rocas al Sur de San Francisco es ma- yor que en el Norte. Esta última suposición no encuentra ba- se en la composición geológica de la región. Además se podría decir que la extensión por calor obra en las tres dimensiones de modo que el suelo de la región de San Francisco debería también haberse levantado. Suponiendo una elevación de las líneas isotérmicas de solo 4%C. y un espesor Á E SOBRE EL ORIGEN DE LOS ÚLTIMOS GRANDES TEMBLORES. 145 de la costra terrestre de solo 25,000 metros se debería haber formado un levantamiento de 1 m. entre la primera y la últi- ma triangulación, cosa que se debería haber observado den- tro de los últimos 60 años. Se podría también alegar que los experimentos de Reade fueron hechos bajo la presión normal de la atmósfera y que bajo una gran presión el coeficiente de expausión sería más pequeño. Suponiendo un peso específico de 2.5 obtendríamos para la profundidad de 25 km. una presión de 4600 atmósfe- ras, bajo la cual un aumento de temperatura por 42C. produ- ciría una extensión tan pequeña que practicamente sería casi igual á cero. Pero aun en este caso resultaría una expansión total hasta la superficie de unos 0.5 m. Hasta ahora no se ha podido determinar con seguridad un movimiento vertical antes de 1906, pero si tal movimiento se ha verificado, entonces fué más bien un hundimiento que un levantamiento (Report, p. 140). Hay pues, poca probabilidad de que la causa de la expan- sión antes de 1906 haya sido un calentamiento local. Ya lo hemos dieho que la expansión fué diferente en di- versas partes. Para comprobar esto se presta muy bien el eje longitudinal de la elipse (fig. 1). _En ella tenemos 5 puntos medidos, entre los cuales se en- cuentran los tramos a hasta d; la expansión de los diferentes tramos muestra las relaciones siguientes: 2 32 31 52 La expansión relativa era pues en d 26 veces y en b 16 ve- - ces mayor que en a. Queriendo explicar esto según la hipótesis 2 no se podría evitar la suposición muy improbable de un ca- lentamiento bastante irregular. Respecto álos diferentes tramos se debe decir que: El tramo a se ha movido en su totalidad por 1.6 m. ha- cia el NW., pero al mismo tiempo ha sufrido una expansión de 0,2 m. El tramo b no seha movido en su totalidad sino sola- Mem, Soc. Alzate. México. ; T. 30 (1910-1911)-—19 146 Variación geográfica. Chaparral 1.64 Talmapais 1.64 Black Mountain 1.60 Loma Prieta 3.03 Gavilán 6.22 E. BUESE. NW Expansión lineal. a I LO = 1.43 po sE Escala longitudinal 1: 2000 000 Fig. 1. mente muestra una ex- pansión. En su centro se tendría pues que buscar el punto inmóvil, desde el cual salía el movimien- to en diferentes direecio- nes según la hipótesis del calentamiento. Pero en este casolas variaciones geográficas tendrían que aumentar hacia el NW. y el SE,, y resultaría una contradicción inexplica- ble por la variación me- nor al Sur de la estación de Tamalpais. La misma dificultad se encontraría aunque en menor escala para el tramo c, cuya ex- pansión es algo más pe- queña que la de b, mien- tras que en realidad de- bería ser mayor. 3.—' Todas estas difi- cultades desaparecen se- gún Rothpletz si se su- pone que en la base de- bajo de las capas super- ficiales hayan penetrado desde abajo intrusiones magmáticas y que estas hayan separado esta ba- se en sentido horizontal. Como tales intrusiones SOBRE EL ORIGEN DE LOS ÚLTIMOS GRANDES TEMBLORES. 147 aumentan al mismo tiempo la temperatura de las regiones ve- cinas, podrían hab=r producido la expansión dentro de las partes de la corteza. Este aumento de temperatura habría si- do tan pequeño que una expansión en sentido vertical resul- ta indeterminable. Se sabe que en la Coast Range hubo en tiempos antiguos uva multitud de intrusiones magmáticas y todavía en el Plio- ceno ha habido erupciones volcánicas precisamente en la re- gión que nos interesa aquí. No es pues imposible que toda- vía en la actualidad se produzcan tales intrusiones. Se ha comprobado que los diques intercalados (Lagergang), las lacolitas y batolitas no se han formado en grietas abiertas y cavidades huecas. sino que las masas intrusivas tienen sufi- ciente fuerza propia para penetrar en las capas de la costra terrestre, romperlas y separarlas. Si debajo de nuestra super- ficie que sufrió una expansión, ha penetrado solo tanta masa intrusiva en forma de dique que ésta ocupe en su totalidad un espacio de 8 m. dentro del eje longitudinal como lo presenta la fig. 3, entonces fué esto suficiente para explicar la expan- sión de la superficie, porque al mismo tiempo influyó el calor introducido por los diques intrusivos, Limitándonos por lo pronto á nuestra figura 1 vemos que un dique de 3 m. de ancho penetrando en el centro del tramo b causaría que Tamalpais se mueve 1.5 m. hacia la izquierda y lo mismo Chaparral, mientras que el resto de 0.1 m. para Tamalpais y 0.3 m. para Chaparral se explicaría por la expan- sión efectuada por aumento de temperatura. Lo mismo vale de Black Mountain al otro lado, lo que teudría como conse- cuencia un avance de 1.7 m. y 1.8 m. para Loma Prieta y Gra- vilán. Pero como Loma Prieta en realidad varió tres metros, se tendría que explicar esto por otra intrusión de un ancho de 1,2 m. en el tramo c, lo que daría á Gavilán otro avance de 1.3 m., en todo pues 3.1 m. Gavilán ha variado en realidad 6.2 m.; para explicar esto sería necesario suponer otra intru- y A IIA 148 E. BUISE. sión de 3 m. de ancho en el tramo d. Todas estas intrusiones juntas tendrían un ancho de 7.2 m. Si se acepta la hipótesis anterior se debe suponer que el movimiento no haya terminado con las dos estaciones extre- mas, sino que haya terminado paulatinamente hacia afuera de éstas. No existe una prueba para esta suposición, pero esto se explica quizá por la falta de puntos de observación ó por- que no se han medido de nuevo puntos de la triangulación que se encuentran fuera de las dos estaciones extremas. Para la indicación de la situación de las intrusiones su- puestas existen algunos otros datos. El curso de las curvas radiales del movimiento en la región septentrional, cuyas pro- longaciones se cortarían solo á gran distancia en el Sur, indi- ea quizá que el dique en el centro del tramo b, que se debería encontrar precisamente en San Bruno, continúa en la direc- ción EW. y que cruza pues por una parte la bahía de San Francisco á la latitud de San Bruno mientras que por la otra parte pasa debajo de la península hacia el Océano Pacífico. La expansión de la bahía en xy, de su eje longitudinal se expli- caría pues per este dique. ll dique intrusivo del tramo d po- dría haber ocasionado el ensanchamiento de la bahia de Mon- terrey en ¡a supoviendo para él un rumbo SW-NE . Natu- ralmente se produciría el mismo efecto por una cantidad de diques más angostos y así es que quizá se hablaría mejor de sistemas ó agrupaciones de diques (Gangzúge) que de diques simplemente, de los cuales se podrían suponer algunos tam- bién en dirección de Sur á Norte, y los movimientos de algu- nos puntos que divergen del curso radial regular se podrían explicar por el curso irregular de los sistemas de diques. Para determinar el principio y la duración de estas intru- siones hay pocos datos. Se podría ponerlo en el año de 1868 y considerar como consecuencia de ellas el temblor del 21 de Octubre de 1868. La grieta que entonces se formó al Este de SOBRE EL ORIGEN DE LOS ÚLTIMOS GRANDES TEMBLORES. 149 la hahía de San Francisco podría haber sido la consecuencia de la expansión. La causa de las variaciones geográficas durante el temblor de 1906.—El material de observación respecto á las variaciones que en gran parte acontecerían repentinamente el día 18 de Abril de 1906 es mucho más grande que él para los movimien- tos más antiguos. No se refiere solamente á la superficie de expansión de 1868 sino la pasa hacia el NW. por 70 km. Los movimientos de 1906 se distinguen de los anteriores esencialmente por su instantaneidad, con frecuencia también por su dirección y extensión y particularmente por su relación sorprendente con el curso de la grieta de San Andrés. Con po- cas excepciones están dirigidas hacia el SE. en el lado al Este de la griéta y hacia el NW. enel lado al Oeste de ella, aumentan- do en tamaño considerablemente allí donde se acercan á la a Fig. 2. grieta. Si se hubiera marcado antes del 18 de Abril una línea recta (punteada en fig. 2) cortando en ángulo recto la grieta «de San Andrés, entonces los tramos separados estarían encor- vados después del temblor, y esto tanto más fuerte cuanto más cerca estén á la grieta. 150 E. BUSE. Este hecho es uno de los resultados más importantes de los levantamientos geodésicos porque nos prueba. de que no se trata de un simple movimiento de fractura, porque la curva- tura debería ser en sentido inverso. Lawson (Report p. 150) explica este hecho singular suponiendo que por los movimien- tos de expansión anteriores el suelo estaba en tensión elástica y que á lo largo de la grieta los puntos tenían mayor facilidad para volver á su posición original que los distantes de ella. Esta explicación debe suponer que la posición primitiva de los puntos al W de la grieta era más al Sur y al Este de ella más al Norte. Esto no es el caso, como lo hemos visto, pues al Norte de San Francisco hubo una expansión hacia el Norte y al Sur de la ciudad una hacia el Sur y no existía diferencia alguna entre el Oriente y el Poniente. Esta explicación no se puede pues aceptar. Pero existen algunas singularidades más. El movimiento álos dos lados de la grieta, y no obstante de su dirección opues- ta, fué mucho más grande al Norte de San Francisco que al Sur de la ciudad. Muchos de los puntos no siguieron la direc- ción dominante sino se movieron en parte en dirección hacia la grieta (Hans, Hammond, Montara, Mount Peak) en parte en dirección opuesta (Pt. Reyes Lighthouse, Farallon Light- house y Red Hill). Esto no se puede explicar simplemente eo- mo errores de medida. Lawson cree que los movimientos de expansión antes de 1906 hayan ocasionado tensiones en la costra que terminaron repentinamente en el temblor de 1906. Los movimientos du- rante el temblor no pudieron pues causar nuevas tensiones sino un nuevo estado de estabilidad, tienen pues que tener más bien el carácter de movimientos de compresión que de expan- sión y las variaciones geográficas deberían ser más ó menos correspondientes en ambos lados de la grieta. Las observaciones geodésicas indican lo contrario, los mo- vimientos verdaderos fueron más grandes al Oeste que al Es- SOBRE EL ORIGEN DE LOS ÚLTIMOS GRANDES TEMBLORES. 151 te de la grieta. Lawson supone para explicar esto, que la base de la triangulación se haya movido hacia el Sur, suposición que no se puede comprobar; pero aún aceptándola no se ex- plicaría por qué las variaciones geográficas tanto en el Norte como en el Sur son muy diferentes entre sí y por qué existen puntos con movimientos hacia el W. y el E. Veremos que también aquí hubo fenómenos de distorción ó expansión. Rothpletz compara primero los cambios al Este de la grieta de San Andrés y da el siguiente cuadro: TN D a Lugares de Norte sb E expansión AS 1 $. = tracció en km. a Bur. a a contracción 0. DRnn 0.79 > N 51 1 2 Clark 08314 e 57 pe ET | 67 enry Hill. 1.46 | 253 73 Dixon A A ia 75 Chaparral 1. 34 D 0.18 96 84 Peaked Hill 1.27 7) D 03 : S 102 Bodega AR O 110 Smith 1. 66 544118 *Tamalpaie 0.58 /5126] 0 905 174 Black Bluff 0. 40 D 057 ; : 12654 Loma Prieta. 0. 97 ' j De esto vemos que el tramo de 264 km. se ha movido en su extremo meridional casi un metro hacia el S. ó SE, y que el extremo septentrional quedó 0.18 m. atrás, lo que indica una expansión de 0.18 m. para todo el tramo, de modo que no hubo compresión. Además se notan alternativamente en las diferentes partes expansiones y contracciones, pero las primeras dominaron con 0.18 m. Sorprende que el único tra- mo más septentrional de 57 km. tuvo una expansión que equi- vale á la variación de Loma Prieta hacia el Sur. Rothpletz dice que se podría ver en estos movimientos con- 152 E. BUESE. trarios grandes oscilaciones longitudinales producidas por la avertura de la grieta de San Andrés, pero no se comprende qué fuerza las haya podido parar y convertir en variaciones geo- gráficas duraderas. Rothpletz supone que también estos movimientos fueron causados por intrusiones. Inyecciones debajo de Mendocino y Sonoma County y algunas más pequeñas cerca de Bodega y en la latitud de Santa Cruz serían suficientes para explicar- los. Para el lado occidental de la grieta de San Andrés compi- la Rothpletz un cuadro semejante al anterior: E Movimien- Distan- Lugares de Norte aA a D= expansión hn á Sur. el Norte K= contracción en En en metros O Shoemaker ' 3.27 = 62 Fort Ross 2.50 ' TA | K 1.32 0 Bodega Head 3.60 | j e 51<103 Tomales Pt. 3.59 »K 2.09 107 oc Bay! 3991) ad Foster 459 | D 1.08 120 PointReyes Hill 3.72 962180 Road 2.45 y 2 l 183 Flat 2.33 , 209 Sierra Morena J.68 1024811 Gavilán 219 ¿E 051 Este tramo de 311 km. avanzó con su extremoseptentrional por 3.27 m. hacia el Norte y al mismo tiempo se ha alargado por 1.08 m., es decir por unidad cinco veces más que el tramo de 264 km. al Este de la grieta. La línea se divide en cuatro tramos que alternativamente muestran expansión y contrae: ción. Enla fig. 3se indican gráficamente los resultados de los mo- vimientos y se reconoce desde luego la diferencia entre los dos lados. Sólo en la parte superior corresponden los dos tra- SOBRE EL ORIGEN DE LOS ÚLTIMOS GRANDES TEMBLORES. 153 mos de expansión aproximadamente, pero después ya no, sino á cada tramo del lado izquierdo corresponden dos tramos con- trarios entre sí, del lado derecho. A la izquierda es D=3.68 á la derecha D=1.94 K=2.60 K=E716 Si la expansión fué originada por una inyección en la pro- fundidad entonces ésta debe haber sido según las ecuaciones anteriores, más potente en el Oeste que en el Este, por lo cual se produjeron tensiones más fuertes en el Poniente que en el Oriente. Esta diferencia fué suficiente para abrir la fractu- ra ya existente. Si se quiere indicar en las regiones donde tuvo lugar la expansión las masas de inyección, se tiene que suponer dos que atraviesan la grieta, una en la región limí- trofe de Sonoma y Mendocino y la otra cerca de Golden Gate. La última se supone compuesta de dos diques en el Oeste, de los cuales la rama más potente no atraviesa la grieta. Una tercera inyección pertenece al Este y queda quizá debajo de Bodega Bay pero atravesará la grieta un poco hacia el W,, pues en el cuadro anterior parece ser indicado una expansión mínima entre Tomales Point y Bodega Head, pero ésta es tan insignificante que quizá hay que referirla á errores de medi- da. El movimiento de Farallon Lighthouse (1.78) y Punta Re- yes Lighthouse (1.09) tenía un rumbo que forma con la grie- ta de San Andrés un ángulo de 25-309, ambos puntos se han alejado de la grieta. Los puntos Hans y Hammond al Este de la grieta se han acercado á ella, Hans bajo un ángulo de 440 por 1.95 m., Hammond bajo 769 por 2.28 m. Red Hill al contrario se alejó por 0.30 m. bajo un ángulo recto y Montara Mt. Peak en el Oeste de la grieta se acercó á ella por 1.59 m. > bajo un ángulo de 700, Mem. Soc. Alzate. México. 'T. 30 (1910-1911),—20 154 E. BUSE. A NO Shoemaker UA = 0.9 D = 0.77 D = 0.93 Fort Ross — - y Lancaster y K =0.50 K = 2.09 . Peoked Hill "p=03 Foster Smith -E=1.26 Ñ D.= 2.91 ¡dad Black Bluff ; AIRE A Sierra Morena. ——— dao El h D = 0.57 Loma Prieta KE 0.51 264 Kilometer Gavilan q Kilometer A 80 Fig. 3.—Escala longitudinal 1: 2 000 000. As > IA Rothpletz explica estos movimientos suponiendo que las inyecciones se continuaron hacia el Este y el Oeste y por su curso irregular. Esta irregularidad explicaría también la falta de paralelismo entre los movimientos de muchos puntos cerca de la grieta, pero además hay que tomar en cuenta que los movimientos cambian cuando pasan de la roca dura á arenas, detritus, acarreo ó arcilla plástica. Rothpletz discute también la duración de las intrusiones. Dice que el foco volcánico del cual salieron debe encontrarse á una considerable profundidad. Si se encontró, lo que no es probable, en una profundidad de 20 km., entonces las masas intrusivas habrían necesitado bastante tiempo para abrirse ca- mino hasta cerca de la superficie terrestre. Como todo el tem- blor habrá durado solamente un minuto, es claro que no puede haber sido causado por la inyección misma, y como no hubo temblores sensibles antes del gran terremoto, el fenómeno de inyección probablemente no fué conectado con sacudimientos sensibles de la costra terrestre; si hubiera sido de naturaleza rápida ó explosiva debería haber causado temblores. Rothpletz supone, pues, que las masas intrusivas ascendían lentamente y que la expansión en la costra terrestre tuvo también lugar de una manera paulatina. El temblor fué producido al abrir- se la grieta de San Andrés. El foco del temblor y su profundidad. Como foco del temblor toma Rothpletz el lugar donde la grieta empezó á abrirse y supone que aquél no esta cerca de la superficie porque las ma- sas intrusivas no han ascendido hasta allí y su volumen dis- minuía hacia arriba. Él busca el foco en la región de las rai- ces de las inyecciones, es decir cerca del foco volcánico, y supone que éste está á una profundidad mayor de 20 km. Lle- ga á la conclusión que el hipocentro estaba en aquella pro- fundidad donde en la grieta fué causado un máximum de ten- sión de presión por las inyecciones. Los ruidos que se obser- varon algún tiempo antes de los movimientos podrían quizá 156 E. BASE. servir para determinar el tiempo que necesitó el rompimiento para llegar hasta la superficie. Clasificación del temblor de California. Rothpletz llega por fin al resultado que no se puede referir el temblor de Califor- nia á los llamados tectónicos ó de dislocación, sino más bien á los eriptovolcánicos de Hoernes. En lugar de esta palabra prefiere Rothpletz la expresión de temblores de inyección. Co- mo semejantes temblores pueden hacerse sentir en la super- ficie de una manera muy diferente y como el terremoto de San Francisco se caracteriza por su carácter lineal, Rothpletz lo designa como temblor de grieta y para que no se confunda da con un temblor de grieta de origen tectónico lo llama tem- blor de inyección y grieta. e La hipótesis de Rothpletz parece al primer momento muy atrevida y sorpreudente por su novedad, pero ciertamento no es improbable. Siempre se han reconocido los volcanes como causas de temblores, ¿porqué no lo han de ser también las in- trusiones en el interior de la tierra? Ya desde hace mucho tiempo se ha hablado de temblores causados por erupciones frustradas, es decir por una ascensión de la lava en un volcán sin que la roca flúida llegue á salir. A semejante causa se ha referido por ejemplo el terrible temblor del 28 de julio de 1883 que destruyó Casamiecciola en la Isla de Ischia cerca de Ná- poles; se supone que est» temblor fué causado por la ascen- sión de lava eun el volcán Epomeo que forma la cima principal de la Isla. Todos los fenómenos que acompañaron las erupciones vol- cánicas en los tiempos geológicos pasados los observamos tam- bién en la actualidad en mayor ó menor escala; ¿porqué no ha de haber actualmente fenómenos de intrusión? La geología nos ha enseñado que la formación de diques fué uno de los SOBRE EL ORIGEN DE LOS ÚLTIMOS GRANDES TEMBLORES, 157 __ _— _ _ _— -_-_- _ _ _—_—_——_ <= fenómenos mas frecuentes en tiempos pasados más modernos, el Terciario y Cuaternario; las experiencias de los últimos de- cenios nos han demostrado que las intrusiones de grandes ma- sas ígneas en forma de lacolitas, batolitas, etc., no han sido de ningún modo raras, que con mucha frecuencia se formaron tubos de explosión y cráteres de explosión cuya masa Ígnea quedó oculta dentro de la costra terrestre. No hay absoluta- mente ninguna razón para suponer que hoy día ya no seforman diques, que lacolitas y diques intercalados ya no pueden le- vantar las capas sedimentarias debajo de las cuales se abren su camino, Así como en la actualidad los volcanes hacen sus erupcio- nes, así penetrarán también las masas ígneas todavía entre las capas de la corteza terrestre formando diques y lacolitas, Como estos fenómenos se ocultan dentro de la corteza terres- tre no los podemos observar directamente, pero ellos nos dan cuenta de su existencia por medio de sus fenémenos acompa- ñantes: el levantamiento ó la expansión del terreno y los tem- blores. Al principio las ciencias naturales modernas se explicaban los temblores por derrumbes en cavernas, más tarde, en tiem- po de Humboldt y Leopold von Buch se vió la causa casi ex- elusivamente en erupciones volcánicas, en el último tercio del siglo pasado se vió en los temblores la consecuencia de movi- mientos tectónicos en la corteza terrestre, pero desde el tiem- po que A. Sehmidt, de Stuttgart, nos demostró que la profun- didad de los focos de los temblores grandes, cuyas ondas sacuden á enormes superficies, es mucho mayor de lo que se suponía, muchos geólogos y seismologistas se han convencido que la causa de estos temblores no pueden ser movimientos tectónicos, porque éstos deben de ser limitados á la parte su- perior de la corteza terrestre. Faidiga calculó la profundidad del foco del temblor de Sinj, en Dalmacia, del 2 de julio de 1898 + 158 E. BASE. en 371-390 km., Schmidt encontró para el temblor de Mesi- _na del 8 de septiembre de 1905 una profundidad de más de 170 km., para el del 23 de septiembre del año de 1907 una pro- profundidad de más de 90 km. Estas cifras son más bien ba- jas que altas, probablemente son todavía más gundes las pro- fundidades de los focos. Movimientos que toman su origen á tales profundidades no pueden ser de origen tectónico, pues en aquella región es la presión ya tan grande que las rocas deben ser completa- mentamente plásticas; en estas profundidades ya no puede haber otra causa que el volcanismo. Volveremos ahora á hablar del temblor de San Francisco. Rothpletz explica la expansión del terreno por la inyección de masas ígneas, hipótesis de ninguna manera improbable. Pero el autor refiere el temblor mismo al efecto de la abertura de la grieta. Esto no me parece probable, pues según los seismo- gramas de este temblor, que he podido ver se trata de un mo- vimiento mundial y sabemos ya por experiencia que esta clase de movimientos provienen siempre de un foco muy profundo, mientras que los temblores fuertes, pero de un foco relativa- mente superficial como p. e. los temblores de derrumbe y los volcánicos tienen una extensión muy pequeña, como lo hemos visto en el caso de la erupción del Mt. Pelée. El segundo tomo del informe sobre el temblor de San Francisco que discute el material de los seismogramas ya ha sido publicado, pero toda- vía no ha llegado á mis manos, pero dudo mucho que sea po- sible construir el hodógrafo del temblor, porque entonces sólo había unos cuantos seismógrafos en los Estados Unidos y de éstos ninguno de primer orden; además se encontraron todos éstos con excepción de un aparato de Ewing en Berkeley, muy lejos del lugar, de modo que probablemente no será posible (1) Schmidt, Einiges aus der Erdbebenkunde. Besondere Beilage des Staats-Anzeigers fúr Wirttemberg, N? 5. Stuttgart 1909. SOBRE EL ORIGEN DE LOS ÚLTIMOS GRANDES TEMBLORES. 159 determinar la curva del hodógrafo y no se podrá llegar á cal- cular la profundidad del foco. Pero como ya lo hemos dicho, los seismogramas lejanos eomo el de Washington, el de Mé- xico, el de Leipzig y otros, indican un movimiento que provie- ne de un foco muy profundo, y yo considero, pues, la formación de la grieta como un fenómeno secundario que ciertamente habrá producido sacudimientos, pero completamente locales; un buen seismógrafo cerca de San Francisco seguramente ha- bría dibujado los dos movimientos completamente diferentes. Como no ha habido un levantamiento perceptible de las capas superficiales, este temblor no puede haber sido el resultado de un bombeamiento delasrocas sedimentarias á causa dela forma- ción de una lacolita p. e.; tampoco podemos pensar en que las capas hayan sufrido un rompimiento repentino á causa de una inyección, porque este movimiento debería también haberse producido en la parte superior de la corteza terrestre, pero sí podríamos pensar en una explosión interior p. e. en la región limítrofe del foco volcánico del que salieron las inyecciones su- puestas y esta misma erupción podría haber sido la causa in- mediata para que se abriera la grieta de San Andrés, prepa- rada ya por la expansión de la superficie 4 causa de las supues- tas inyecciones. Comparando ahora el temblor de California con el de Gue- rrero del 14 de abril de 1907, estudiado por una comisión de la cual fuí jefe, vemos desde luego una gran diferencia. El temblor de San Francisco tiene un carácter lineal mientras que el de Guerrero muestra un carácter netamente central, El mo- vimiento salió, como se ve en el mapa (lám. 53 de nuestro tra- bajo), “de una región muy limitada, la propagación delas ondas fué casi uniformemente radial. Pero ya en aquella época nos (1) E. Bóse, A. Villafaña y J. García y García. El temblor del 14 de abril de 1907. Parergones del Instituto Geológico de México, t. U, núm. 64,- 1908. 160 E. BUSE. llamó la atención que precisamente en los alrededores del epi- centro hubo movimientos que forman un ángulo grande con el radio que corresponde á aquellos lugares. Estos son: Conecor- dia, Ayutla y Tecuanapa. En estos lugares pudimos medir el movimiento por medio de la dirección de la caída de objetos aislados, especialmente en Concordia donde se plegaron los adornos de la iglesia que tenían alma de alambre de fierro y en Tecuanapa donde se cayó una columna. No se pudo construir el hodógrafo completo de este tem- blor, pero los datos que poseemos dejan ver que el punto de inflexión ó sea el límite de menor velocidad de las ondas de- be haberse encontrado bastante más allá de México. Como la capital está á unos 300 km. del epicentro podemos concluir que el foco habrá estado á lo menos á una profundidad de unos 100 km., de modo que aquí también se debe haber trata- do de un temblor criptovolcánico. La profundidad del foco lo indican también los seismogramas lejanos, de los cuales tuve gran número á mi disposición. La causa probable de este tem- blor, es pues, también una ó varias explosiones á gran profun- didad. Según las observaciones de los habitantes se pudieron distinguir cerca del epicentro dos sacudimientos netamente distintos, pero probablemente fueron tres. Por la falta de apa- ratos registradores no se ha podido ver si realmente provenían todos estos sacudimientos del mismo lugar y si tenían la misma dirección. Como se ve por nuestro mapa citado tuvimos que dar á Ayutla un grado mayor de intensidad del movimiento de lo que le corresponde por su situación en relación al epicentro. Esta observación se hace todavía más singular si se toma en cuenta que gran parte de la ciudad está construida sobre gneis que en lo general es una roca protectora. Esta diferencia, así como la de las direcciones, se podrían quizá explicar así que los sacudimientos no hayan salido todos del mismo foco, sino que hubo diferentes explosiones, de las cuales la más fuer- SOBRE EL ORIGEN DE LOS ÚLTIMOS GRANDES TEMBLORES. 161 te se produjo debajo del epicentro, mientras que otras entre San Marcos y Ayutla, lo que explicaría la fuerte destrucción de las poblaciones y la dirección distinta en Ayutla y Concor- dia. En San Marcos hubo una dirección preponderante, pero se notaron también movimientos en otras direcciones, estas últimas se podrían referir á las otras explosiones. No quiero dejar de llamar la atención sobre una particu- laridad geológica de la región, que quizá podría estar en cone- xión con la frecuencia de grandes temblores. Mirando un mapa geológico del país, se nota que desde la desembocadura del Río Balsas hasta casi la frontera de Guatemala la costa está acompañada de una zona bastante ancha de gneis y rocas in- trusivas antiguas, en la cual faltan casi por completo rocas efusivas modernas. Estazona es principalmente ancha en los Estados de Guerrero y Oaxaca, mientras que en Chiapas se an- gosta bastante. Cerca de tedo el límite de esta zona encontra- mos, especialmente en Gruerrero y Oaxaca, extensas superfi- cies cubiertas por rocas efusivas modernas. Este contraste es notable y todavía más notable es que dentro de esta faja existen casi todos los focos séismicos reconocidos con segu- ridad en esta región; esto indiez con mucha probabilidad que entre los dos hechos existirá alguna conexión. ¿No sería posi- ble que debajo de esta zona existan todavía focos volcánicos que no han podido abrirse salida á la superficie y que de vez en cuando producen explosiones y quizá inyecciones cuya con- secuencia son los temblores frecuentes? En la zona limítrofe ha habido grandes efusiones y por eso son quizá allí los tem- blores de menor frecuencia. ¿No nos debe sorprender que los focos séismicos conocidos se limiten á esta zona que carece de rocas efusivas y que más al Norte temblores de importan- cia son desconocidos eu todo el tramo hasta Sonora, eon ex- cepción de los que han provenido de volcanes como el Colima, el Ceboruco, ete.? Si estos focos fueran realmente de naturaleza tectónica, lo que no pueden ser, considerando su profundidad, Mem, Soc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911)—21 162 E. BOSE: entonces no habría ninguna razón para que no hubiera tem- blores en la costa más hacia el Norte, pues la tectónica no pa- rece cambiar allí. Estas explicaciones son naturalmente hipotéticas, y las doy únicamente para dirigir la atención de aquellos que estu- diarán más tarde uno de los grandes temblores de Guerrero, so- bre la posibilidad de que los diferentes movimientos proven- gan de diferentes focos. Por ahora esimposible hacer un estudio completo de un tem- blorde Guerrero porque faltan varias cosas: una red de instru: mentos cerca de los epicentros conocidos entre Ometepec y Zi- huatanejo; otra red de instrumentos entre la capital y la fronte- ra de los Estados Unidos, y por fin una triangulación geodésica de toda la costa entre Ometepec y Zihuatanejo. Esta triangu- gulación se debería hacer con el mayor cuidado y repetirse de vez en cuando para demostrar si hay allí variaciones geográ- ficas y si éstas están en conexión con los temblores. Sabemos que en esta parte de la costa debe haber un movimiento de hundimiento, porque en varios lugares seha observado que el mar está invadiendo la tierra, pero sólo una triangulación geodésica repetida podría darnos los datos suficientes para comprobar estos movimientos y para demostrar si hay otros en conexión con los temblores. Si se hiciera semejante trian- gulación seguramente podría encontrarse dentro de pocos de- cenios un resultado quizá de suma importancia para la cien- cia seismológica. México, Octubre 1910. A A ERDBEBEN VON KALIFORNIEN UND GUERRERO. 163 Ueber die Ursache der letzten grossen Erdbeben von Kalifornien und an der Kueste von Guerrero, Mexiko, Von Dr, E, BESE, M.S, A, (Auszug) Der erste Theil des vorstehenden Aufsatzes enthált einen ausfúhrlichon Auszug der Arbeit von A. Rothpletz “Ueber die Ursachen des kalifornischen Erdbebens von 1906.-Sitz.— Ber. d.k.Bayerischen Akad. d.Wiss., math-—phys.Klasse, Jabr- gang 1910.” Der Inhalt des zweiten Theiles ist folgender: Die von Rothpletz aufgestellte Hypothese erscheint auf den ersten Blick kúhn und durch ihre Neuheit úberraschend, aber keineswegs unwahrscheinlich. Von jeher sind die Vul- kane als Verursacher von Erdbeben anerkannt gewesen, wa- rum sollten also nicht auch die Intrusionen im Inneren der Erdkruste Beben erzeugen kónenn? Seit langer Zeit spricht man schon von Erdbeben, welche durel: versuchte Ausbriiche - yerursacht werden, d.h. durch das Aufsteigen der Lava in einem Vulkan, ohne dass es zu einem Ansbruch kíime. Auf eine solche Ursache hat man u.A. das furchtbare Beben vom 28 Juli 1883 zurúckgefúbrt, welches Casamicciola auf der In- sel Ischia bei Neapel zerstórte; man nimmt an, dass dieses Beben durch das Aufsteigen der Lava im Vulkan Epomeo, verursacht wurde, der den Hauptyipfel der Insel bildet. Alle Erscheinungen, welche die vulkanisehen Eruptionen vergangener geologischer Zelten begleitet haben, brobachten wir auch in der Gegenwart in kleinerem oder grósserem Mas- stab, warum sollten also jetzt gerade Intrusionserscheinungen - nicht mehr vorkommen? Die Geologie hat uns gelehrt, dass “die Bildung von Gángen eme der háiufigsten Erscheinungen in den jingstvergaugenen Perioden war, im Tertiár und im Quartár; die Erfahrungen der letzten Dezennien haben uns gezeigt, dass das Hindringen grosser Lavamassen in die Erd- rinde in Form von Lakkolithen etc. gar nicht selten war, dass weiterhin Explosionsróhren únd Explosionskrater sich sehr háufig bildeten, dereni¡Lavamaterial nicht an die Erdoberfláche kam, sondern in der Tiefe verborgen blieb. Es giebt absolut keinen Grund auzunehmen, dass heutzutage sich keine Gánge mehr bilden, dass Lakkolithen und Lagergánge nicht mehr im Stande seien, die Sedimentárschichten zu heben, unterhalb de- nensie sich ihren Weg bahnen. So wie noch heute die Aus- brúche der Vulkane erfolgen, so werden auch noch in der Ge- genwart die geschmolzenen Massen sich zwischen die Schich- ten der Erdkruste eindrángen und in ihr Gánge und Lakkoli- then bilden. Da diese Erscheinungen verborgen, innerhalb der Erdkruste, vorsichgeben, so kónnen wir sie nicht direckt beo- bachten, aber sie geben uns durch 1hre Begleiterscheinungen, Hebung oder Expansion der Erdoberfláche und Erdbeben, Kunde von ihrem Dasein. In den ersten Zeiten der modernen Naturwissenschaft wur- den die Erdbeben durch Hóvwleneinstúrze und Bergrutsche erklárt, spáter zu Zeiten Humboldts und v.Buchs sah man als fast elinzige Ursache der Erderschútterungen die vulkanischen Ausbrúche an, im letzten Drittel des vergangenen Jahrhun- derts glaubte man in den Erdbeben Folgeerscheinungen tek- tonischer Bewegungen zu erkennen; aber seit der Zeit wo A. Schmidt in Stutteart uns zeigte, dass die Herdtiefe der gros- sen Beben, deren Wellen cine ungeheure Oberfláche erschút tern, viel bedeutender ist, als man frúher annahm, haben sich viele Greologen und Seismologen davon úberzeugt, dass die Ursache dieser Beben nicht tektonische Bewegungen sein kónnen, da diese sicherlich auf den oberen Theil der Erdkruste ES ERDBEBEN VON KALIFORNIEN UND GOERRERO. 165 beschránkt bleiben. Faidiga berechnete die Tiefe des Beben- herdes von Sinj (2 Juli 1898) in Dalmatien auf 371-390 Km., Sehmidt“ fand fúr das Messinabeben vom 8 September 1905 eine Tiefe von mehr als 170 Km., fúr das vom 23.0ktober 1907 eine solche von mehr als 90 Km. Diese Ziffern sind eher zu gerlng als zu hoch, wahrscheinlich sind die Herdtiefen noch viel grósser. Erschúiterungen, welche ihren Herd in solchen Tiefen haben, kónnen nicht tektonischer Natur sein, denn dort ist der Druck bereits so gross, dass die Gesteine vollstándig plas- tisch werden mússen; in solchen Tiefen kann nur der Vulka- nismus die Ursache der Bewegungen sein. Wenden wir uns nunmehr wieder zu dem Beben von San Francisco Rothpletz erklárt die Expansion der Oberfláche durch die Injektion von Magma, eine Hypothese die keines- wegs unWabrscheinlich ist. Aber er fúhrt das Beben auf das Zerreissen der Spalte zuriick. Dies erscheint mir nicht wahr- seheinlich, denn nach den Seismogrammen, welche ich von diesem Beben habe studiren kónnen, handelt es sich um ein Weltbeben, und wir wissen aus Erfahrung, dass diese Art von Erschútterungen stets eine sehr betráchtliche Herdtiefe zukommt, wáhrend die zwar heftigen, aber einem ziemlich oberflichlichen Herde entstammenden Beben, wie z.B. die Einsturz- und die vulkanischen Beben nur eine geringe Ober- fláachenausdehnung aufweisen, wie wir dies u.A. beim Aus- bruch des Mt.Pelée gesehun haben. Der zweite Band des Be- richtes úber das Erdbeben von San Francisco, welcher die Diskussion des Materials an Feismograwmen enthált, wird wohl sehov publicirt sein, ist aber noch nicht in meino Hánde gelangt, ich zweifle jedoch sehr daran, dass es móglich wáre den Hodographen des Bebens zu konstruiren, denn zu jener (1) A. Schmidt, Einiges aus der Erdbebenkunde. Besondere Beila- ge des Staatsanzeigers fiir Wúrttemberg. N? 5. Stuttgart 1909. 166 E. BUSE, Zeit gab es in den Vereinigten Staaten nur einige wenige -Seismographen und diese waren nicht gerade von den besten; diese befanden sich, mit Ausnahme eines Ewing-Apparates in Berkeley, ziemlich weit entfernt vom Epicentrum, so dass die Aufzeichnungen wahrscheinlich nicht zur Konstruktion der Kurve des Hodographen genúgen werden und man also auch nicht auf diesem Wege zu einer Berechnung der Herd- tiefe wird gelangen kónnen. Aber, wie schon gesagt, tragen die in grósserer Entfernung registrirten Seismogramme, wie die von Washington, Mexiko und Leipzig, durchaus den Charakter eines Bebens, dessen Herd sehr tief liegt, und ich glaube also annehmen zu dúrfen, dass das Aufbrechen der Spalte nur eine nebensáchliche Erscheinung war, die aller- dings wohl Erschitterungen erzeugt haben wird, aber nur solche von lokaler Bedeutung; ein guter Seismograph bei San Francisco wúrde sicherlich zwei vollkommen verschiedene Arten von Bewegungen aufgezeichnet haben. Da eine merkliche Hebung der Oberfláchenschichten dm stattgefunden hat, so kann das Beben nicht als Folgeerschei- nung der durch einen Lakkolithen erzeugten Aufwólbung der Sedimentárschichten aufgefasst werden; ebenso wenig kónnen wir denken, dass die Schichten infolge einer Injektion plótzlich zerrissen wáren, denn diese Erscheinung wúrde eben- falls nur in den hóchsten Schichten der Erdkruste stattfinden; wohl aber kónnten wir an eine Explosion in der Tiefe denken, z. B. an der Grenze des vulkavischen Herdes von dem die angenommenen Injektionen ausgingen, und diese selbe Ex- plosion kónnte die unmittelbare Ursache des Aufreissens der Spalte von San Andrés gewesen sein, wenn auch das Aufreis- sen durch die Expansion der Oberfláche infolge der angenom- menen Injektiouen bereits vorbereitet sein mochte. Wenn wir nun das kalifornische Beben mit dem von Gue- rrero vom 14. April 197 vergleichen, welches durch eine Kommissioa studir6 wurde, deron Chef ich zu sein die Ehre A ERDBEBEN VON KALIFORNIEN UND GUERRERO. 167 hatte, so erkennen wir auf den ersten Blick eine grosse Ver- schiedenheit. Das Beben von San Francisco hat einen aus- geprágt linearen Charakter, wáhrend das Beben von Guerrero ein durchaus centrales war. Die Bewegung ging, wie man auf der Karte der Tafel 53 unseres Berichtes erkennt, *? von einer engbegrenzten Region aus, die Ausbreitung der Wellen war fast glelicbmássig radial. Aber schon zu ¡ener Zeit fiel uns auf, dass gerade in der Umgebung des Epicentrums Bewegungen stattgefunden hatten, deren Richtung einen grossen Winkel mit dem jenem Orte zakommenden Radius bildete. Diese Orte sind: Concordia, Ayutla und Tecuanapa. In diesen Plátzen konnten wir die Bewegnangsrichtung durch die Fallrichtung isolirt stehender Objekte nachweisen, besonders in Concordia, wo sich die mit einer eisernen Achse versehenen Ornamente der Kirche in einer ganz bestimmten Richtung umgelegt hat- ten, sowie in Tecuanapa wo eine runde Sáule umgefallen war. Der Hodograph des Guerrerobebens konnte nicht vollstán- dig konstruirt werden, aber die vorhandenen Daten beweisen, dass der Umbiegungspunkt der Muschellinie, oder mit ande- ren Worten die Grenze der geringsten Oberflichengeschwin- digkeit der Wellen weitjenseits Mexikos gelegen haben muss. Da die Distanz zwischen der Hauptstadt und dem Epicentrum etwa 300 Km. betrug, so kónnen wir daraus schliessen, dass die Herdtiefe wenigstens 100 Km. betragen haben muss, so dass es sich also auch hier um ein kryptovulkanisches Beben gehandelt haben muss. Die grosse Tiefe des Herdes wird auch durch den Charakter der in grósserer Entfernung regis- trirten Seismogramme bestátigt, von denen eine ganze Anzahl zu meiner Verfúgung stand. Die Ursache des Bebens war also wahrscheinlich eine oder mehrere Explosionen in grosser Tiefe. Nach den Beobachtungen der Einwohner liessen sich (1) E. Bóse, A. Villafaña y J. García y García. El temblor del 14 de Abril de 1907. Parergones del Inst. geol. de México Bd. IL. N2 4-6, 1908. 168 E. BOSE. nahe beim Epicentrum 2 verschiedene Erschútterungen un- -terscheiden; aber wahrscheinlich waren es sogar drei. Bei dem Mangel an Registrirapparaten liess es sich nicht nachwei- sen, ob die verschiedenen Stósse thatsichlich demselben Her- de entsprangen und ob sie dieselbe Richtung aufwiesen. Wie man aus unserer oben citirten Karte ersieht, muss- ten wir fúr Ayutla einen hóheren Intensitátsgrad der Bewe- gung annehmen, als ihm eigentlich infolge seiner Entfernung vom Epicentrum zukommt. Diese Beobachtung wird noch auffálliger, wenn man berúcksichtigt, dass ein grosser Theil des Ortes auf Gmneis steht, ein Grestein, welches im Allgemei- nen die Erderschitterungen abschwácht. Diese Verschieden- heitsowie diejenige der Richtungen liesse sich vielleicht durch die Annahme erkláren, dass nicht alie Stósse aus demselben Herd kamen, sondern dass Explosionen an verschiedenen Stel- len stattfanden, von denen die unterhalb des Epicentrums die stárkste war, wáhrend z. B. eine zweite unterhalb eines Punktes zwischen San Marcos und Ayutla stattfand, wodurch sich die starke Zerstórung dieser beiden Orte sowie die von der Hauptrichtung verschiedene Direktion der Bewegung in Ayutla und Concordia erkláren liesse. In San Marcos herr- schte eine bestimmte Richtung vor, aber neben dieser liessen ssich noch andere Bewegungsrichtungen beobachten, diese letzteren wáren móglicherweise einer zweiten Explosion zu- zuschreiben. Ich móchte es nicht unterlassen, die Aufmerksamk elt auf eine geologische Besonderheit der Region zu lenken, welche vielleicht mit der Háufigkeit grosser Beben in Guerrero und Oaxaca in Verbindung gebracht werden kónnte. Wenn man auf eine geologische Karte Mexikos blickt, so erkennt man, dass von der Miindung des Rio Balsas bis fast zur Grenze von Guatemala die Kiiste von einer ziemlich breiten Zone yon Gneis und alten Intrusivgesteinen eingefasst wird, innerhalb welcher junge Ergussgesteine fast vollstándig fehlen. Diese ERDBEBEN VON KALIFORNIEN UND GUERRERO. 169 Zone ist in den Staaten Guerrero und Oaxaca besonders breit, wáhrend sie sich in Chiapas bedeutend verschmálert. Nahe der Grenze dieser Zone finden wir besonders in Guerrero und Oaxaca ausgedehnt- Massen moderner Ergussgesteine. Die- ser Kontrast ist auffallend, aber noch sonderbarer ist, dass sich innerhalb der Zone alter Gesteine fast alle sicher hekann- ten Erdbebenherde dieser Gegend befinden; dies macht es wahrscheinlich, dass zwischen beiden Thatsachen irgend ein innerer Zusammenhang bestehen wird. Wáre es nicht móglich, dass unterhalb der Zone alter Gresteine sich noch gróssere vulkanische Herde befán len, welche sich bisher keinen Weg zur Oberfláche bahnen konnten, und in denen von Zeit zu Zeit Explosionen stattinden, oder von denen Injektionen ausgehen, deren Folgeerscheinungen die hánfigen Erdbeben wáren? In der anstossenden Zone haben grosse Ergússe statt- gefunden, vielleicht sind deshalb dort die Herde erschópft und die Beben weniger háufig. Muss es uns nicht úberra- sehen, dass die sicher b-kannten Bebenherde der pacifischen Kiiste auf die Zone alter Gesteine beschránkt zu sein schei- nen, und dass weiter nach Norden starke Beben auf der gan- zen Strecke bis Sonora unbekannt sind, wenn man von den durch die Vulkane Colima und Ceboruco erzeugten Erschút- terungen absieht? Wennn diese Bebenherde wirklich tekto- nischer Natur wáren, was in anbetracht ¡hrer Tiefe unmóglich erscheint, so wáre nicht einzusehen, warum es an der weiter nórdlich gelegenen Kiste nicht auch háufig Beben von Be- deutung giebt. Die Tektonik scheint dort keineswegs eine verschiedene zu sein. Diese Erklárungen sind vorderhand natúrbch gauz hypo- thetischer Natur, ich habe sie nur deshalb hier erwáhnt, damit spátere Bearbeiter grosser Guerrerobeben ihre Aufmerksam- keit darauf richten mógen, dass die verschiedenen Stósse eines Bebens móg!licherwei e nicht aus demselben Herd stam- men und verschiedene Richtung der Bewegung bedingen mó- gen. Mem. Suc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911) -—22 170 E. BASE. Vorderhand ist es unmóglich ein Guerrerobeben erschóp- -fend zu bearbeiten, denn es fehlen hi-rfúr noch verschiedene Dinge: ein Netz von Seismographen in der Náhe der bekann- ten Epicentren zwischen Ometepee und Zihuatanejo; ein weil- teres Netz von Erdbebenstationen zwischen der Hauptstadt und der Grenze gegen die Vereinigten Staaten, und schliess- lich eine geodátische Triangulation der ganzen Kúste zwi- schen Ometepec und Zihuatanejo. Eine solche Triangulation músste mit der gróssten Sorgfalt durchgefúhrt und ófters wiederholt werden, damit sich zeigen lásst, ob Ortsveránde- rungen stattfinden und ob diese mit den Beben in irgend einem Zusammenhang stehen. Wir wissen, dass in dieser Gegend eine Senkung stattfindet, da man an manchen Orten beobach- tet hat, dass das Meer landeinwárts vordringt, aber nur eine geodátische Triangulation wúrde imstande sein, diese Bewe- gung wirklich nachzuweisen und zu zeigen ob noch andere mit Beben in Zusammenhang stehende Ortsveránderungen vorkommen. Eine solche Triangulation kónute innerhalb eini- ger Dezennien eventuell Resultate von hóchster Bedeutung fúr die Seismologie zeitigen. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '““ANTONIO ALZATE”—MÉMOIRES, T. 30. 171 MEMORIA SOBRE LAS PLANTAS DESERTICAS MEXICANAS POR EL PROFESOR ISAAC OCHOTERENA, M, $, A. (Sesión del día 10 de Octubre de 1910). Láminas IV-VI. Las clasificaciones botánicas hicieron la luz en las tinie- blas que rodeaban el estudio de las plantas, introdujeron el orden en ese caos, y los muchos naturalistas que han dedica- do su erudición, sagacidad y paciencia al conocimiento me- tódico de los vegetales, siempre que no con el abuso de las divisiones y subdivisiones dificulten más que faciliten el estu- dio, prestaron y prestan aún importantes servicios á las cien- clas naturales. Pero es indudable que aun los más amantes de la botáni- ca sistemática, no podrán dejar de comprender que sólo ven el problema que cada vegetal presenta, desde el menor y me- nos importante de sus lados y que, para llegar á explicar á estos seres, hace falta considerarlos desde otros puntos de vis- ta, ya ecológicos, ó bien fisiológicos ó g-ográficos, ete.; por eso al establecer el famoso Shimper los fundamentos de la ecolo- gía, abrió un nuevo horizonte á la ciencia. El grupo de las Jerófitas, establecido por este sabio, es, se- gún nuestra opinión, el más importante, pues si con la gene- ralidad de los naturalistas se admite que los primeros orga- nismos fueron acuáticos, es indudable que los más diferencia- 172 y ISAAC OCHOTERENA. dos son aquellos que pueden vivir en un medio fisiológicamente -seco; esta sola consideración bastaría para demostrar cuán importante es para la biología su estudio. Aun hay más: has- ta ahora las investigaciones de fisiología vegetal han sido ]le- vadas á cabo generalmente sobre plantas europeas, pero las importantísimas formas desérticas casi han escapado á los in- vestigadores; dados los trabajos de Coville, Mac Dougal, Lloyd y Cannon, posible es entrever ya que este estudio aportará á la ciencia botánica datos que conmoverán sus fundamentos y que nos darán una noción más clara y cierta de las leyes que la rigen. Mas no únicamente el interés filosófico será el pro- vecho que de este estudio se obtenga: la agricultura é indus- tria de los países que, como el nuestro, tengan grandes plani- cies secas, saldrán beneficiadas, pues es indudable que sólo la ignorancia de las condiciones propicias á ciertas plantas, es culpable de que presenciemos nume:osos fracasos en los en- sayos de aclimatación, en el de ciertos cultivos etc. y también á la falta de estudio de los vegetales de nuestras estepas se debe que haya permanecido el útil guayule, la candelilla y otros múltiples productos completamente ignorados y que no se saque el debido provecho de los seres con que la prodiga naturaleza ha dotado esos lugares. Las regiones desérticas de México, pueden dividirse en tres grupos: el primero comprende la parte norte de la penín- sula Yucateca, carecemos de datos para su estudio y por lo tanto haremos punto omiso de él; el segundo está al Sur y comprende Pochutla, Miahuatlán, Towmellín, Cuicatlán, Teoti- tlán y Tehuacán, las localidades Jerófitas se continúan al W., en Acatlán, Chiautla, Teloloapan, ete.; los factores mas impor- tantes que actúan sobre los vegetales de esta región son: una temperatura elevada (de 25 á 30? por término m+-d:0) con os- cilaciones tanto diurnas como anuales poco marcadas; una atmósfera muy seca y escasas lluvias que sólo caen en forma de aguaceros torrenciales generalmente de fines de mayo á MEMORIA SOBRE LAS PLANTAS DESÉRTICAS MEXICANAS. 173 principios de octubre, siendo esta época el período de mayor actividad en la vida de esas plantas. En la vegetación de esta zona predominan las Cactáceas Leguminosas, Burseráceas, y Liliáceas; entre las primeras figuran principalmente los PA- CHYCEREUS candelabriformes conocidos vulgarmente con el nombre de piayos entre los que citaremos como característi- co el PACHYCEREUSW WEB: RI, CEPHALOCEREUS MACKOCEPHA- LUS, PILOUCEKEUS TETETZON que produce en mayo los llama- dos higos de tetetzo, abunda tanto esta planta en ciertas loca- lidades al 5. de Puebla que forma verdaderos bosques en las laderas de las montañas; encuéntranse también el CERUS EBURNEUS y el macizo PILOCEREUS FULVICEPS, las grandes biznagas están representadas por el ECHINOCACTUS PALMERI, E. sp? empleados para hacer el dulce de Biznaga. cubierta; el E. flavescens y las agradables jiotillas de Izúcar de Matamo- ros CEREUS CHIOTILLA, WEBER, así como numerosas Opuntias que se encuentran también en esta zona; las Leguminosas tienen muchos representantes entre los que nombraré como típicos el Mezquite (PROSOPIS DULCIS), el huamúchil (PITHE- COLOBIUM DULCE, BENTM.) de legumbre retorcida y lomenta- cea, la hermosa PAROTA, cuyos frutos en forma de intestino justifican su nombre genérico de ENTEROLOBIUM, el huaje de que tanto gustan los indios (LEUCAENA ESCULENTA, BENTH.) el Huizache, de bellas y aromadas flores, el Tamarindo (TA- MARINDUS INDICA. L.) diversas Casias y Mimosas en forma de arbustos espinosos; de las Burseracras, según el Sr. Dr. José Ramírez, se cuentan, cuando menos, diez especies; las Liliáceas que contriluyen á caracterizar la fisonomía de la ve- getación son el Izote (Yucca), y del Sotol (Beawarnea), los Agaves y las bromeliáce«s del Grénero Hechtia son abundan- tes, así como una lpomoae arborea denominada vulgarmente Cazahuate.—La tercera región desértica, la más vasta y la más interesante por ser en dondese acentúa mas la sequedad, es la que, comenzando en las elevadas cimas zacatecanas y li- 174 ISAAC OCHOTERENA. mitada al $. E. por las sierras de San Luis y al S. W., por las de la Breña, se extiende, aunque interrumpida en ciertos lu- - gares, hasta más allá del RÍO BKAVO; podemos subdividirla en dos partes: al E. el inmenso valle del Salado compuesto por una indecisa serie de llanuras plegadas muchas veces sobre sí mismas por monótonos y poco importantes dobleces del te- rreno; carece de ríos y apenas sus escasas lluvias forman uno que otro charco que prontamente es evaporado por los ardien- tes rayos del sol; esta gran depresión, que en lejanísimas épo- cas estuvo, á semejanza de otros desiertos, ocupada por el mar, tiene en Peñón blanco y en otros puntos abundantes depósitos de sal; la parte Occidental la constituye el famoso Bolsón de Mapimí, prolongado al N. por áridas estepas; la ca- rencia de lluvias, la elevada temperatura que posee en razón de su menor altitud (1,100 mts.), la sequedad atmosférica lle- vada á un grado extraordinario y las bruscas oscilaciones de temperatura que tan pronto elevan la columna termométrica á más de 40? C., como la hacen descender á varios bajo 0, así como los fuertes vientos que llevan consigo grandes cantida- des de polvo, le dan un aspecto tan singular que hace que los : vegetales que en ella viven presentes las mas hermosas adap- taciones. No insisto más en la descripción física de ésta re- gión, por haber sino tratada ya extensamente en la interesante memoria del Sr. Ing Rouaix (V. Aspecto físico del Estado de Durango.—Boletín del Comité Regional Durangueño de la A.C. U. Número 6) y por mí, en mi estudio Fisiográfico de las Vegas del Nazas (el mismo boletín. Núm 1)... Según el Sr. Ing. Manuel Rangel, la región que estudia- mos está constituída por formaciones sedimentarias entre las que predominan las calizas y los esquistos arcillosos—cretá- ceos, fuertemente plegados, dislocados y atravesados en mu- chísimos casos por formaciones eruptivas en las que se obser- van rocas andesíticas y en repetidas ocasiones rhyolíticas. Es importante hacer notar también, que en la cuenca del Nazas, MEMORIA SOBRE LAS PLANTAS DESÉRTICAS MEXICANAS. 175 en la del Agua naval, en los terrenos del Tlahualillo, en la la- . guna de Mayrán y demás lugares adyacentes, contienen las tierras una elevada proporción de materias orgánicas, diferen- ciándose por esto, también, de la mayoría de las comarcas de- sérticas. Habiendo sido ya tratado el aspecto de la vegetación de esta zona por botanistas competentes (Dr. José Ramírez. Ve- getación de México—115), me limitaré únicamente á señalar algunas plantas típicas como la omnipresente gobernadora (La- rrea Mexicana. Morie.) las mezquinas Yucas (Yucca treculeana Carr.) con su forma semejante á los ázaves, tupidos chaparra- les de mezquites (Prosopis juliflora D. C.) abrojos ó juncos (Koe- berlinia spinosa Zuec.) de tallos espinosos, numerosas cactáceas la mayoría de las cuales están citadas en el concienzudo tra- bajo del distinguido botánico D. Carlos Patoni (Boletín del Comité Regional Durangueño de la A. C. U.) una compuesta, la hoja Sén (Flourencia cernua) los ocotillos (Fouquiera splendens Eng.) y una euforbiácea, la sangre de grado Jatropha spatulata, Mil. Arg. var.) que extiende sus desnudas ramas entre las peñas de los cerros. Las modificaciones de las jerófitas que tienen por objeto aprovisionar agua consisten principalmente en el desarrollo de partes carnosas que sirven para almacenar este líquido; las cactáceas, como es bien sabido, carecen de hojas, las plan- tas del género Pereiskia que se consideran como una de las formas ancestrales de la familia y que viven en los lugares húmedos, poseen estos apéndices; pero es muy probable que al actuar los factores climáticos del desierto, principalmente en el período Pleistoceno, comenzaron las adaptaciones por la reducción de los miembros de la planta y entonces fué cuan- do las espinas, los aguijones y las glóquidas aparecieron; en relación con estas modificaciones tuvo lugar un desarrollo ex- traordinario que alcanzaron los tejidos propios para almacenar agua; llegados á este estado de diferenciación fueron aptas 176 ISAAC OCHOTERENA, las cactáceas para vivir en medios más y más secos hasta lle- _gar á poblar el desierto, un interesante fenómeno de conver- gencia explica la gran semejanza que hay entre el aparato ve- getativo de las plantas de esta fumilia y el de ciertas enfor- biáceas como la euphorbia cerciformis; en las asclepiadáceas, ciertas Staprlias conocidas vulgarmente con el nombre de No- palillo camaleón ó flor del sapo, tienen un aspecto perfecta- mente cactiforme; las partes grasas se encuentran igualmente bien desarrolladas en las Crasnlaceas, las Amarilídeas del gé- nero Agave, en ciertas Bromeliáceas, y en el follaje de muchas Quenopodiáceas, pero llega á su grado máximo esta adapta- ción en una Oucurbitácea proyia de Sonora y la parte N. de Coahuila la Tverrillea Senorae que posee la parte inferior del tallo enormemente desarrollada, el sistema radical es muy po- bre pero con gran rapidez crece evando caen las primeras lluvias, emite entonces la planta sus largos y delgados tallos, Ppidamente florece y fructifica; al Vegar el tiempo de secas todos sus órganos áexcepción de la ya citada parte inferior, mueren. Una enriosa adaptación para aprovisionar agua. seencuen- tra también en la nva cimarrona ó temecate del $. del E-tado de Puebla (ampelídea del género Cissus) enyos tallos se hin- chan en ciertos lugares formando bolas de 10 ó más centíme- tros de diámetro, cortando la planta en estos lugares encuen- tra el fatigado caminante medios de mitigar su sed aun cuando el líquido que se extras tiene el inconveniente de abundar en rafides y maclas de oxalato de cal, que lastiman la boca. Las partes hinchadas de estas plantas á la vez que desempeñan la función de que se ha hablado, sirven también de almacenes á las reservas nutritivas, que cuando están compuestas princi- palmente de almidón como en ciertas Liliáceas y amarVídeas, son utilizadas por el hombre para fabricar con la “cnbeza” de diversos magueyes el mezcal, y con la de ciertas Dasilyrion, el sotol. La abundantísima estrella (Milla biflora. Cav.) así co- MEMORIA SOBRE LAS PLANTAS DESÉRTICAS MEXICANAS. 177 mo un Zephyrantes de flor amarilla y otras liliáceas, poseen bul- bos muy bien desarrollados que resisten el ardiente calor del verano y que humedecidos con las primeras lluvias cubren rá- pidamente los llanos econ un tapiz de olorosas flores; no debe- mos omitir que en las plantas desérticas abundan también los rizomas citando únicamente como típico el de la vulgar Jatro- pha spatulata. En dos grandes tipos puede dividirse el sistema radical de las plantas jerófitas; aquellas que poseen partes grasas suscep- tibles de almacenar agua como muchas cactáceas, ágaves y ciertas Yuccas, tienen sus raíces superficiales; mientras no llueve las corrientes osmóticas del protoplasma cesan y la vi- da activa de las raíces á causa de la sequedad se detiene, pa- sando al estado de vida latante, pero al principiar la época de lluvias la raíz se despierta y entran en actividad absorbiendo cuanta agua pueden; entonces las plantas cambian de forma, las costillas se hiuchan y separan, los tubérculos se engruesan y los cladodios se vuelven más erasos, lo notable es que en es- tos movimientos y deformaciones influye de una manera extra- ordinaria la exposición, pues v. g. el Echinocactus Wislizeni tie- ne sus costillas mucho más separadas y crecidas del lado N., lo que hace que la planta se incline hacia el S, En las formas espinosas las raíces adquieren un desarrollo extraordinario; la más notable y mejor adaptada de estas formas es el mezquite de las estepas del N. (Prosopis juliflora): hablando de él dice el Sr. Ing. Félix Foéx, de quien copiamos los siguientes párrafos: “....Cuando está joven tiene á la vez un sistema radicular su- perficial, como las otras plantas desérticas y un pivote colosal que viviendo en capas secas y no absorbiendo nada, parece inútil. A cada lluvia, con su sistema radical superficial, absor- be el agua á medida que cae. Con esa agua y las sales disuel- tas, forma hojas nuevas y savia; crece formando á la vez por arriba un matorral espeso y corto, y por abajo clavando más su enorme pivote. Cesando las lluvias, las raíces rastreras se Mem, Soc, Alzate. México. T. 30 11910-1911).—23 178 ISAAC OCHOTERENA. duermen, las hojas se caen ó se endurecen y la savia para no _secarse, busca refugio en el pivote. Así sucede cada año, la parte aérea, visible, crece muy despacio, y la parte vertical sub- terránea, invisible, toma al contrario, un desarrollo que sólo los habitantes del desierto conocen y que nadie puede creer sin haberlo visto. Como se dice en el Norte: “Aquí hay mon- tes, pero subterráneos.” Por fin, después de un número de años muy variable, pero generalmente muy largo, súbitamente del centro del chaparro del mezquite, sale un brote vigoroso que forma tronco, las ho- jas se hacen más abundantes, más tiernas, y no se caen en tiempo de secas. En pocos meses una transformación comple- ta se opera: el pivote ha alcanzado la capa acuífera, y de puro depósito de provisiones se ha transformado en raíz absorben- te. ¿Qué profundidad puede alcanzar uu pivote de mezquite? El hecho siguiente da, si no una contestación, cuando menos una indicación. Un día, cerca de Parras, la pared de una ba- rranca se derrumbó dejando á descubierto en 22m. de largo una raíz de mezquite perfectamente vertical y sin ramificacio- nes. El diámetro de la raíz era de 0 m.32 al antiguo nivel del suelo, y de U m.25, 22 m. más bajo. Es una redue- ción de diámetro de 0 m. 0032 por metro, es decir, que si la raíz tuviese una forma regularmente geométrica hubiera te- nido precisamente 100 metros de largo. No queremos decir que los tuviese, pero sin duda tenía más de 50. Entre las múltiples funciones que desempeñan los ácidos libres que tanto abundan en las jerófitas suculentas está la muy importante de aumentar la capacidad osmótica de las celdillas facilitando de este modo la absorción. de agua. “Mi fino amigo el Sr, Profesor D. Alfonso L. Herrera ha tenido la bondad de comunicarme que evaporando el jugo del peyote (Lophophora) encontró un residuo semi-cristalino, higroscópi- co y untuoso, que hace efervescencia cuando se le somete á la acción de un ácido que esté en el eubre-objetos á fin de que UTA e MEMORIA SOBRE LAS PLANTAS DESÉRTICAS MEXICANAS. 179 las burbujas queden encerradas entre los vidrios.” Dicho au- tor cree que se trata de alguna sal higroscópica que puede in- fluir en la adaptación de las jerófitas. a Completan la adaptación de las plantas del desierto las modificaciones que tienen por objeto reducir al mínimun la pérdida de agua: el limbo de las hojas se disminuye notable- mente haciendo, por lo tanto, que la evaporación sea menos ac- tiva: este es el caso general, pero en ciertas ocasiones, cuando la planta puede producir parénquimas capaces de almacenar agua, el clima desértico hace que las hojas se desarrollen. A esta conclusión ha llegado el Dr. D. T. Mac Dougal experi- mentando sobre una especie silvestre de berro (Roripa) que cuando está sumergido en el agua sólo posee hojas filiformes y disectas pero que al aclimatarlo en Tucson desarrolló de una manera notable estos apéndices. En el caso general de que se reduzca ó falte el limbo de las hojas, la planta tiene que sufrir otras modificaciones acce- sorlas para asegurar el cumplimiento de la función elorofilia- na; en efecto el peciolo se vuelve filódico ó alado y el parén- quima clorofiliano se desarrolla extraordinariamente, llegando desde el punto de vista fisiológico á valer entonces tanto las ramas verdes de las plautas como la ausente superficie foliar; las microfotografías que acompañan este estudio y que repre- sentan una sección transversal de un tubérculo de la Mami- llaria chionocephala y de la candelilla (Euphorbia antisiphylitica), planta afila, demuestran la muy notable analogía que existe entre los parenquimas de que se trata. Gran número de las formas espinosas como el ocotillo (Fouquiera ), el mezquite ex- tranjero (Parkinsonia), y el junco (Koeberlinia spinosa) care- cen de hojas durante una gran parte del año; bajo la acción de la humedad brotan estos apéndices, pero al terminar las escasas lluvias caen; igual fenómeno se observa en la Sangre de drago y en otras muchas plantas. La inserción de las hojas así como la de ciertos artículos 180 ISAAC OCHOTERENA. de las Opuntia está dispuesta de manera de presentar la me- _nor superficie posible á la acción directa de los rayos solares; muy curiosos son los movimientos que experimentan las plan- tas desérticas y que concurren á este fin. El deseo de hacer menos extensa esta memoria nos impide por ahora entrar en detalles del asunto, pero lo haremos en nuestros estudios sub- siguientes. Losimportantes trabajos del Profesor Francis Ernest Lloyd han puesto fuera de duda que los movimientos de los estóma - tos son independientes de las causas que actúan sobre la trans. piración de las plantas; se había supuesto que estos órganos se cerraban ó abrían según el estado higrométrico del aire para preservar á las plantas de la pérdida de agua; pero aho- ra está demostradlo que los estómatos responden á otros estí- mulos diversos de los que actúan sobre la turgidez de las hojas y que no dependen de la sequedad ó humedad atmosféricas. Por estas consideraciones creemos que el hecho de abundar los estómatos en la superficie inferior de las hojas, tiene me- nos importancia de la que anteriormente se daba á esta dispo- sición. Mas á pesar de estas adaptaciones protectoras la cantidad de agua que tienen que transpirar las plantas del desierto es bastante grande y pronto morirían si no existieran otras mo- dificaciones que dificultasen la pérdida de agua; entre estas merece citarse en primer término la gruesa cutícula que pro- teje á las cactáceas Amarilídeas y demás plantas; cierto es que en algunos casos la epidermis no es tan gruesa como su- cede en muchas compuestas y solanáceas, pero no debe olvi-. darse que entonces abundan las hojas pubescentes y esa es- pesa borra tan común á los vegetales de nuestros.parajes ári- dos. La espesa consistencia de los líquidos es indudable que dificulta su evaporación; esto nos explica por qué muchas je- rófitas poseen estos líquidos siruposos en grande abundancia: 093 X ""oyApuydisgue eq uoydos A] “UB 0€ “L "98Z|Y 908 “UL3JA A a E “jó e? de ( 41 ú e p.: id a EE -. A se a dí 7 ' Ñ pa Yu) ' / E A ER. 0 . e 4 Pb » ES AU IEA 2 LAS e 2.04 rd oo at e á “LOJODIQ SORDO UI 007% X "Un U9 ge g LA “RL 0€ “L ¿ 106 “L “9PUZ[ Y 908 “wueJY 7 ie ale en py + d Ai , Í A, ME p . > MEMORIA SOBRE LAS PLANTAS DESÉRTICAS MEXICANAS. 181 todos los cactus tienen muy desarrollado el aparato secretor de mucílago; los m+zquites.y muchas Opuntias abundan en goma, y como creo haberlo demostrado en mis estudios sobre la función fisiológica del látex (Boletín de la A. C. U. Comité de Durango. Núm. 6) desempeña este jugo un importante pa- pel en la adaptación de las jerófitas; es, en efecto, muy nota- ble la abundancia de plantas laticíferas en nuestros desiertos, observándose que esta adaptación afecta principalmente Á aquellas cuyos órganos de aprovisionamiento tienen escaso desarrollo, la cera y las resinas de quese encuentran provis- tas muchas plantas, pudiendo citarse entre ellas como típicas por la abundancia de cera la candelilla (Euphorbia untisiphyli- tica) y por la resina la gobernadora (Larrea mexicana, Moric.) y la hoja Sen (Flourencia cernua ), contribuyen también á dis- minuir la evaporación. Al examinar con el microscopio la estructura de múlti- ples vegetales de que hablamos, hemos encontrado abundan- tes tejidos en palizada, espacios aéreos sumamente reducidos y abundantes formaciones de corcho, que protejen eficazmen- te á las plantas de que hablamos. Hemos tratado ya en nuestro estudio sobre el papel de los ácidos orgánicos en las plantas jerófitas del comportamiento de estos cuerpos, limitándonos por tanto á decir aquí que he- mos llegado á la conclusión de que éstos actúan modificando la transpiración, que disminuye notablemente, y hacen por lo tanto á estos vegetales más aptos para vivir en los lugares secos. Durango, 2 de septiembre de 1910. 182 ISAAC OCHOTERENA. Principales Obras Consultadas. Biologie, A. L. Herrera. Coville F. V. and D. T. MacDougal. Desert Botanical La- boratory. ; Heredity and environic forces: an adress by Dr. D. T. Mao Dougal. The desert Basine of the Colorado Delta, By Dr. D. T. Mac Dougal. : Cactaceae of Northeastern and Central Mexico, by William Edwin Safford. Practical Plant Physiology, by Detmer Moor. Camp-Fires on Desert and Lava. Hornaday. El Africa del Norte, ete., por el Ing. Félix Foéx. (Boletín núm. 1 de la Est. Agr. Centr.) Vegetación de México, por el Dr. Josó Ramírez. Sinonimia Vulgar y Científica de plantas Mexicanas, por los Señores Ramirez y Alcocer. Periódicos. The Plant World. The American Botanist. Boletín del Comité Regional Durangueño, de la A. €. U. La Terapéutica Moderna. Boletín del Observatorio Meteorológico del Instituto Juá- rez.—Durango. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE **ANTONIO ALZATE” MÉMOIRES, T. 30, 183 LA LEYENDA. DE, VOTAN POR EL ING. ANTONIO GARCIA OUBAS, M. $. A, (Sesión del 14 de Noviembre de 1910): El gran libro de los Quichés, histórico y legendario, llama- do Popol-Vuh, conserva tradiciones que se refieren al vasto Imperio de Xibalbá, fundado por Votán, á quien consideran unos escritores como personaje real, sacerdote, caudillo y le- gislador, y otros como mito ó emblema de la gran civilización de un imperio floresciente. Navegando por el Grande Océano, á la cabeza de un pueblo numeroso, arribó álas costas de Chia- pas y habiendo efectuado su desembarco, se internó en el ex- tenso país que halló poblado de tribus bárbaras. Sometidas és- tas y vencidos los obstáculos que se oponían al establecimien- to de colonias en las tierras descubiertas, pudo extender su acción civilizadora á comarcas lejanas de Tabasco y Sur de Yucatán, enseñando á dichas tribus el cultivo de los campos, á efecto de lo cual, dividió y repartió en lotes los terrenos, die- tó leyes que no sólo propendían á constituir un buen gobier- no, sino á morigerar las costumbres de aquellos pueblos, á los que obligó á vivir en sociedad; y así fué como logró echar los fundamentos de una gran nación. Entre las poblaciones levan- tadas por él, cuéntase la de Na—Chan, en la cuenca del Usu- macinta, población admirada por sus importantes y preciosas ruinas, y conocida con el nombre de “El Palenque.” A los fun- 184 ANTONIO GARCÍA CUBAS. dadores de la expresada monarquía de Xibalbá ha señaládose - por algunos origen asiático y á Votán el carácter de sacerdo- te Buda. Los que han tenido ocasión de estudiar el Popol-Vuh ma- nifiestan que en ese libro se confunden las diversas inmigracio- nes y que la fábula y la mitología de tal manera desfiguran los hechos, que para desentrañarlos es preciso vencer grandes di- ficultades. Trata de diversos pueblos que llegaron de comar- ca lejana, acaudillados por enatro hermanos: Balam Quitzé, Ba- lam Agab, Mauhcutah é Iqui Balam, quienes fundaron nn pode roso imperio dividido en los siguientes reinos: de los Quichés, que tuvo por capital Atitlán (hoy Santa Cruz de Quiché), de los Kakehiqueles, enya capital fué Técpan Quauhtenallan (anti- gua Guatemala) y de los Zutugiles, al que se dió por capital Atitlán. De los tres pueblos vecinos, el de Quitché fué el más importante, por su extensión, población y poderío, pero tuvo que registrar en sus anales la práctica funesta de los sacrifi- cios humanos. La invasión de estos pueblos y la preponde- rancia que llegaron á adquirir sobre los Xibalbaidas, muy de bilitadas á consecuencia de otras invasiones, obligó á los des- cendientes de Votán á emigrar á distintos países. Estas tribus que habían caminado juntas se dividieron en la ciudad de Tulha, la cual según el autor del Popol-Vuh, fué fundada cerca de Ococingo (Chiapas) por una de las tribus in- vasoras de raza tolteca, ciudad que llegó á prevalecer sobre su vecina, la monumental Na-Chan ó El Palenque Ambas ciu- dades fueron destruidas por los mames, ya establecidos á la llegada de los Quichés. Los mames, igualmente de filiación maya, formaron un estado poderoso que comprendía Huehue- tenango, Quetzaltenango y Xoconocheo. Ignorándose su pro- cedencia y la época de su asiento en los lugares mencionados, sólo se sabe que constituían un pueblo antiguo, reducido pri- meramente por los ulmecas á la condición de tributario y con- quistado después, por los toltecas, que habían emigrado de su A FR LA LEYENDA DE VOTAN. 185 imperio, al ser destruido hacia el año de 1117 dela era eristia- na. Muchos individuos de la tribu mame se expatriaron á leja- nos países, siendo uno de éstos Nicaragua, para librarse de la esclavitud á que los habían sujetado los pueblos invasores. Los mayas que poblaron, desde mny remotos tiempos, la península de Yucatán y gran parte de Chiapas y Centro Amé- rica, llegaron á esas regiones por distintos rumbos, mediando entre-unas y otras inmigraciones grandes períodos de tiempo, según los códices que al expresado pueblo se refieren. Si res- pecto de ciertos asuntos históricos, relativos al origen, pere- grinación y asiento de pueblos menos antiguos que el de los mayas, los datos que se obtienen, por inciertos y contradicto- rios, engendran en el ánimo del escritor, no pocas dudas y con- tradicciones y su perplejidad y desconfianza son mayores, cuando se ve obligado á discutir y coordinar los que se le ofre- cen, deducidos de códices y crónicas faltos de claridad y en los que se mezclan, acumulan y enredan los acontecimientos que corresponden al pueblo que se describe, según se observa en los documentos relativos á la nación Maya, cuyo estableci- miento en la península yucateca se hace remontar por algu- nos á más de siete siglos, anteriores á la era cristiana. La mny adelantada y clásica civilización de ese gran pueblo está de- mostrada, no tanto por sus anales históricos, en verdad muy deficientes, cuanto por sus grandiosos monumentos que han constituido las indelebles páginas de su antigua grandeza y que ha inducido á Batissier á declarar en su obra “El Arte Monumental” que México es la tierra clásica del arte. Los primeros inmigrantes en número considerable, proce- dentes de un país occidental y lejano, llamado Tulapan, reco- rrieron el territorio perteneciente hoy á la República Mexica- na y caminando hacia el Lavante, llegaron después de una pe- regrinación de 96 años á las costas occidentales de la penínsu- la llamada en un códice maya “Chacnovitan” año 697 anterior á la era cristiana, según los cómputos del historiador Orozco Mem, Soo. Alzate, México. T. 30 (1910-1911)—24 186 ANTONIO GARCÍA CUBAS. y Berra, á los que se referirán las fechas de la presente rela- _ción. Acaudillaba á los inmigrantes Holon-Chante—-Peuj, mas con ellos venía otro personaje de mayor importancia llamado Tzam- ná cuyo séquito lo formaban sacerdotes y numerosos guérre- ros y artistas. Establecido en la parte norte de la península se ocupó en dar á su pueblo la conveniente organización, en echar los fundamentos de una poderosa monarquía y en levan- tar hermosas poblaciones, entre ellas la célebre ciudad de Itza- mal (rocío diario) que fué la metrópoli de ese imperio. Tzamná gobernó á su nación como rey sabio y prudente, promulgó bue- nas leyes, fomentó las mejoras materiales y los trabajos, agrí- colas y dió nombre á todos los lugares de la península y de la costa; como gran sacerdote impuso la religión de que era jefe, la cual consistía en la adoración de los astros, y de la natura- leza creadora y fecundante, religión que si por su culto, era indecorosa, excluía al menos los sacrificios humanos y no con- sentía otras ofrendas que las flores y frutos. A Tzamná se atri- buye la invención y propagación de la escritura geroglífica, simbólica y alfabética, así como el don de hacer milagros, tanto que, á su muerte erigiéronse en su honor hermosos templos y pirámides y dieron sepultura á su cadáver en una de éstas, si- tuada en la parte Norte de la plaza de Itzamal y fué llamada Kinich-Kakmó (sol cuyo rostro desprende rayos de fuego). El mismo autor que reproduce esta noticia, niega con justa razón, que dividido el cadáver del monarca, en fracciones que- dasen éstas depositadas, en la mencionada pirámide, en la de Kabul y en el templo de Itzamatul, que se hallaban en la misma plaza. Manifiesta además el mencionado autor, que no exis- ten analogías entre las pirámides mayas y las egipcias, fun- dando su aserción en una diferencia esencial que creyó adver- tir, entre unos y otros monumentos, cual es la de ser macizas las pirámides mayas, en tanto que las egipcias tienen cámaras interiores; más olvidándose á poco de dar tal parecer, dice que LA LEYENDA DE VOTAN. 187 la pirámide mayor de Itzamal tiene la particularidad de po- seer cámaras interiores. Aun cuando este caso fuera excepcio- nal, bastaría por sí sólo para dar fuerza á los argumentos de los que sostienen dichas analogías, entre quienes se cuenta al ilustre Barón de Humboldt, Don Fernando Ramírez, Orozco y Berra y otros muchos. Pueblo igualmente antiguo y poderoso fué;el de los Itzaez, que disputó la posesión de la tierra á los aborígenes de la pe- nínsula, según opina el historiador Ancona, quien se inclina á creer que dicha tribu procedía de los Ah-Tzaez, pueblo emi- grante del Imperio de Xibalbá. Según el manuserito maya, que reprodujo traducido el Se- ñor Orozco y Berra, los Itzaez abandonaron Chichén-—Itzá al ser destruido el reino, á causa de las contiendas civiles que mantenían á la sociedad en continua agitación, por los años de 92 á 95 de la era cristiana. Apoderados de Champotón, después des vencer grandes dificultades que les opusieron los moradores de aquel señorío, establecieron su gobierno y continuaron viviendo, sin altera- ción de costumbres, por espacio de 288 años, al cabo de los cuales, se vieron obligados, por análogos motivos, á empren- der su retirada á su antiguo reino, con ánimo de recobrarlo, como lo consiguieron durante el período de tiempo transcurri- do entre los años 504 á 527. Después de los Itzaez llegaron los mayas, así llamados pro- piamente, quienes habiendo ocupado la región principal de la península por las tribus que los habían precedido, se refugia- ron en la sierra, y no fué sino mucho tiempo después cuando avanzaron á las campiñas situadas al Sur-Oeste de Itzamal, en las que se establecieron y fundaron su capital Mayapán. Se supone que de Chichén partió, en época de revolución, una parte de los contendientes, á las órdenes de un sacerdote llamado May, nombre del que tomó el suyo la capital Maya- pán que, como se ha dicho, significa Estandarte de los Mayas. 188 ANTONIO GARCÍA QUBAS. La parte central de la ciudad, habitada por nobles y sacerdo- _tes, se hallaba cireundada por una muralla, fuera de la cual moraba la plebe. Los mayas fueron eternos rivales de los ltzaez, enemistad nacida de sus antiguas rencillas en el Imperio de Xibalbá, del cual ambas tribus procedieron. Con el tiempo, esa rivalidad adquirió grandes creces, con motivo de la diferencia de reli- giones que las dividía. Mayas é Itzaez se hicieron cruda gue- rra, en varias ocasiones, siendo esa enemistad, tal vez la cau- sa principal de la ruina de las poblaciones y de la retirada de los Itzaez á la región bañada por el lago del Petén. No poco contribuyeron á esa decisión de los Itzaez, las irrupciones de los caribes, en los siglos próximos á la conquista por los espa- holes. Refiere el manuscrito maya que á los 288 años de haber llegado á las costas occideñtales de la península, la primera y más numerosa inmigración, arribó á las costas occidentales la segunda, al mando de Amecat-Tutulziu en el período de tiem- po transcurrido del año de 409 al de 384 antes de Jesucristo. A poco de haber desembarcado con sus parciales, descubrió la provincia de Bak-Halal en la que estableció su gobierno, que tuvo de duración más de 312 años, correspondiendo el úl- timo de éstos al año 60 de la era cristiana Muy general ha sido la opinión que los emigrantes de Tu- tulziu procedieron de las islas del mar Caribe, con fundamen- to, quizá del parecer de Balbí, que los antiguos idiomas de Cuba y Haití, hoy casi extinguidos, tenían grande afinidadad con el maya; cireunstancia que niega el ilustrado filólogo Pimentel, quien manifiesta que son más las diferencias que las analogías existentes entre dichos idiomas. En presencia de los datos re- cogidos por la historia, más razón hay para desechar la idea de la procedencia oriental de la mencionada tribu, que para aceptarla, siendo ya cosa averiguada que los caribes antropó- fagos, invadieron diversas ocasiones, las costas orientales de LA LEYENDA DE VOTAN. 189 la península, en las que se establecían por tiempo más ó me- nos largo, á fin de ejercer sus depredaciones piráticas, es de- cir, su permanencia en la península no constituía un elemento civilizador como muchos suponen, sino esencialusente destrue- tor, dado su estado de barbarie. Los emigrantes acaudillados por Tutulxiu, debieron seguir su camino por Chiapas y pro- vincia de los Lacandones y comarca del Petén y lo que hoy es Belice para arribar á la costa oriental de Yucatán, circuns- tancia que se adviene con la idea de los que han admitido la nueva escuela, que consiste en señalar la región austral co- mo procedencia de algunas inmigraciones, en alto grado civi- lizadas que llegaron á encontrarse con las no menos importan- tes de los toltecas, procedentes del Norte. Cuando llegó á la península Tutulxiu, muchos años conta- ban de haber sido fundadas las ciudades de Itzamal, Chichén— Itzá y Mayapán, pues la de Uzmal no fué erigida, ó más bien poblada por Acuiltoc-Tutulchu, sino corriendo los años de 558 á 581 de la era cristiana. Aliados los tres reinos, Mayapán, Itzamal, y Chichén—Itzá, se mantuvieron en paz por espacio de 240 años el último de los cuales corresponde al año de la era cristiana comprendido en- tre 744 y 767, pero surgieron entre ellos desavenencias que declinaron en continuas y desastrozas luchas, persistentes hasta la llegada de Kukulkán, á principios del siglo once, gran sacerdote y legislador conocido en Tollan con el nombre de Quetzalcoatl, quien había abandonado el imperio tolteca cuan- do reinaba Tepalcatzin. En la época aciaga de que se trata los mayas tenían adquirida la mayor prepoderancia, invadieron, en defensa del reino de Itzamal el de Chichén-Itzá, agitado á la zazón por guerras intestinas, cuyo final resultado fué la des- trucción del señorío, por los bruscos ataques de los enemigos. La presencia de Kukulkán puso término á las guerras ci- viles y concilió los ánimos por medio de la predicación, de sus civilizadoras y sanas doctrinas, las mismas que había enseña- 190 ANTONIO GARCÍA CUBAS. do á los toltecas, muy semejantes á las de los ritos cristianos. Kukulkán, después de reconstruir el reino de Mayapán y de haber fijado las bases de sus teorías, se ausentó del país, de- sapareciendo por Champotón, siguiendo el camino que había traído. Entonces se estableció en Mayapán la dinastía de los Cocom prosiguiendo en Uzmal la de los Tutulziu. * p e" $ Tal es en compendio la leyenda de Votán que mucho debe interesarnos por su grande afinidad con la historia de los antiguos pobladores de nuestro territorio; leyenda que se ha- lla, como toda nación de remota antigiiedad, basada en hechos fabulosos y tradicionales, que la historia no desdeña porque de unos y otros deduce acontecimientos verdaderos ó una doc- trina. Con mi corto discurso he dado cumplimiento á la recomen- dación de los dignos Secretarios de esta ilustrada Sociedad pa- ra que presentase algún trabajo original á fin de ser leído en la sesión de esta noche que se me ha dedicado, acto que esti- mo como altísima honra. Siéntome orgulloso de pertenecer á tan benemérita corporación á la que manifiesto que mis frases no obedecen á una exigencia social, sino á sentimientos since- ros del corazón agradecido. Asimismo doy las más expresi- vas gracias á mi excelente amigo el Sr. Ing. Don Jesús Galin- do y Villa, que tuvo la dignación de aceptar el encargo que le confirió la Sociedad para discurrir con referencia á mi humilde persona. México, 14 de noviembre du 3910. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.”—MÉMOIRES, T. 30. 191 VERDADERO CONCEPTO DE NUESTRA GUERRA DE INDEPENDENCIA POR EL PROF. MARCOS E. BECERRA, M, $, A. (Sesión del 14 de Noviembre de 1910). Indole y plan de este Estudio. Aunque el título que encabeza el presente Estudio me pa- rece significativo y preciso en lo bastante, no omitiré la adver- tencia de que éste no versará sobre el examen de los hechos que constituyeron la guerra propiamente dicha, con la ennu- meración de ellos, sino que, sobre los datos que suministran esos hechos, expondré consideraciones encaminadas á preci- sar qué significación, qué sentido, qué interpretación debemos dar á aquellos sucesos, cómo debemos entenderlos y en qué actitud se traducen ante nuestra percepción del conjunto de ellos y ante el eriterio de la gran nación que entonces luchó por impedir aquel magno acontecimiento. La importancia de dilucidar cuál es el verdadero concep- to que corresponde á un hecho dado, se hace notoria al adver- tir que de tal concepto derivan los individuos ó las colectivi- dades sus normas de conducta, y que éstas son acertadas ó 192 MARCOS E. BECERRA. erróneas, —que es como decir provechosas ó perjudiciales, — en razón directa dela mayor ó menor verosimilitud que entra- -ñien esos conceptos. Con respecto á la cuestión que contiene este Estudio, debo agregar que él se motiva y justifica en la consideración de que hasta ahora nuestra guerra de Independencia ha sido juzga- da, en lo general, con criterios extremos y, por lo mismo, fal- SOS: Conceptos aceptados generalmente. Dos conceptos opuestos han existido, al tratarse de aque- lla guerra. Según unos, ella fué:la reivindicación de los anti- guos derechos de una raza, de una sociedad: y de un pueblo, pisoteado por los conquistadores y gobernantes españoles. Conforme á tal criterio, la raza, la patria de los Cuauhtemoc, de los Xicotencatl, de los Caltzontzin, de los 'Tutul-Xiu, de los Cosijoesa y de los Sequechul, reconquistó entonces la libertad política, social y humana que les habían arrebatado los espa- ñoles. Según otros, la guerra de Independencia fue una contien- da criminal de desintegración de la patria española. El primer concepto fué formulado por los insurgentes; el segundo por los dominadores. Trasmitidas hasta nosotros por la literatura, agente imprescindible de la historia, estas dos opiniones, es fácil seguir paso á paso sus huellas á través de un siglo de acontecimientos sociales y políticos de nuestra patria. El primer concepto fundó su crédito en el hecho de haber servido como brillante insigniaá les primeros caudillos de nues- tra guerra de Emancipación. El Congreso de Chilpancingo al decir que Anáhuac recobraba “el ejercicio de su soberanía usurpada,” no hacía más que concretar el pensamiento conte- nido en el bando de abolición de la esclavitud, promulgado por VERDADERO CONCEPTO DE NUESTRA GUERRA DE INDEPENDENCIA. 193 Hidalgo, que decía que “....la valerosa nación americana tomó las armas para sacudir el pesado yugo que por espacio de cer- ca de tres siglos la tenía oprimida.” Fácil sería seguir, de en- tonces á acá, el avance de aquella idea por medio de la prensa, de los discursos y de los libros. Bastaría recordar que nuestro gran poeta Acuña la prohijó cuando en sus inspirados cantos nos habla de una Patria que, habiendo sido sepultada por el conquistador hispano, resucitó, como Cristo, al tercer día de haber muerto. Y más tarde aún, Don Julio Zárate, sabio his- toriador, en el “México á través de los siglos” incidió en tal concepto, al decirnos que “....el dominio de España, tres ve- ces secular, no fué bastante á desvanecer el sentimiento de na- cionalidad en el pueblo sometido á sus leyes, ni á lograr la ab- soluta asimilación de la Colonia á la Metrópoli, porque se al. zaba entre ellas, siempre enérgico y vivaz, el recuerdo de una Patriaindependiente que había gozado de épocas gloriosas, que había sucumbido con noble heroísmo y cuyos timbres invoca- ban con secreto orgullo los vástagos de aquel brillante y po- deroso pueblo que cayó vencido en el primer tercio del siglo XVI” (“México á través de los siglos.”— La guerra de Inde- pendencia.—Tomo III). Todavía ahora,—aunque circunscrito á una minoría de pen- sadores y publicistas, que, á mi juicio, profundiza poco en las corrientes de nuestra Historia, —persiste el concepto de que nuestro país no es, actualmente, más que el antiguo Anáhuac que se independizó en 1810-1821. El segundo concepto, opuesto al que acabo de exponer, tu- vo su máximo de crédito en los años en que la guerra se efec- tuó y entre los partidarios, de aquende y allende el Atlántico, del dominio español. Hoy ha perdido su primitiva eficacia dia léctica, tanto entre nosotros como entre los españoles. Entre nosotros ello se explica facilmente, porque, beneficiados como fuimos en los resultados de aquella contienda, nuestra con- ciencia de pueblo, nuestra gratitud, no permitiría tal mancha Mem, Soc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911).—25 194 MARCOS E. BECERRA. sobra la conducta de quienes la emprendieron, y por eso, qui- -zá, nos hemos acogido irreflexivamente al modo contrario de juzgar los sucesos que ya he consignado. En España, después de nuestra reconciliación con la antigua Metrópoli, el concep- to ha pasado á la categoría de esas opiniones cuya sustenta- ción no tiene importancia ninguna ante los sentimientos. Tales sentimientos, —que son los de un natural afecto con- sanguíneo para con toda la Hispano-América,—y su reciente posición para con la última emancipada de sus colonias, Cuba; la han forzado á formular un nuevo concepto que abarque y explique las sendas actitudes de dominadores é insurrectos sin menoscabar aquel afecto, y lo ha formulado. Es por ese cami- no por donde España ha llegado á justificar nuestra guerra de Independencia. ¿Cuál ha sido ese tercer concepto? España no considera ahora nuestra insurrección como la de un pueblo injustamen- te oprimido, esclavizado, que recobró su libertad en aquella guerra, pero ya, ahora, tampoco nos acusa de haber llevado á cabo una desintegración de la Patria Española. Para los espa- ñoles contemporáneos, según el hermoso símil de Blasco Ibá- ñez, cada nación hispano-americana es un hijo nacido del vien- tre gloriosamente fecundo de España. Continuando nosotros el símil podríamos decir que los tres siglos de dominación, ó de opresión como otros dicen, fueron realmente tres siglos de abrigo maternal, abrigo que era necesario contra las influen- cias extrañas perjudiciales, como es necesario el abrigo del cascarón para el polluelo, y el del pericarpio y el tegumento para la almendra y el embrión. La guerra de Independencia no habría sido, entonces, otra cosa que el cruento y agotador instante en que cada hijo rompe su abrigo para entrar á una etapa biológica de propia individualidad. Hermoso es el símil, y seductor, pero en las cuestiones históricas, si bien no pueden VERDADERO CONCEPTO DE NUESTRA GUERRA DE INDEPENDENCIA. 195 estar excluídas las imágenes de su literatura, éstas nunca po- drán ir más allá de donde convengan realmente con los hechos. Falsedad en los conceptos enunciados. Es indudable que los dos primeros conceptos son absolu- tamente falsos; completamente inexactos. Basta examinarlos, ahora, fríamente, reposadamente, para encontrar en ellos la mancha original del pecado de odio é intolerancia en que fue- ron concebidos. Con respecto al tercero, debe advertirse que tiene en sí algo de verdad, aunque no es tampoco verosímil en todas sus partes. Veámoslos por su orden, examinando, desde luego, el pri- mero. Falsedad del primer concepto. El eminentente historiador Don Vicente Riva Palacio, en el “México á través de los siglos,” dice que “La Nueva España no fué la vieja nación conquistada que recobró su libertad des- pués de trescientos años de dominación extranjera” y que tal manera de considerar las cosas ha sido “fuente de históricos errores y extraviadas consideraciones lilosóficas” (“México á través de los siglos.”—El Virreinato.—Tomo 11), y yo sigo el parecer de este expresado historiador. En efecto: para poder afirmar que nuestra Patria, el pue- blo que se convirtió en nación al llevar á término feliz, en 1810— 1821, la conquista de su Independencia, era la misma patria, el mismo pueblo, la misma nación; que había sido sojuzgada por Cortés y sus compañeros, sería necesario comprobar: 12, que las gentes que habitaban desde los confines de las Califor- nias hasta los de Centro-América, y que dominaron aquellos audaces conquistadores, constituían, al efectuarse la domina- 196 MARCOS E. BECERRA. ción, un pueblo solo, una sola nación, una sola patria; 2, que dicho pueblo, nación ó patria, identificable en sus caracterís- ticas étnico-sociales, existía aún en 1810-1821; y 3%, que los elementos individuales y colectivos que concibieron, dirigieron y ejecutaron los planes de Independencia correspondieron á esa nación, pueblo ó patria. Desde luego afirmo que las 'gentes sojuzgadas por los es- pañoles, hacia 1521, y que poblaban entonces nuestro territo- rio actual, no constituían una sola patria ó nación. Me parece inútil el hacer grandes esfuerzos de razonamiento ó presen- tar gran copia de citas históricas para que se dé asentimien- to á esta afirmación mía. La facilidad relativa de la Conquis- ta lo comprueba. Esta no podría haberse efectuado tan rápi- damente y con tan corto número de extranjeros, á pesar de las diferencias de cultura militar entre éstos y los aborígenes, si los diversos grupos que ocupaban lo que ahora es nuestro fundo patrio hubieran tenido una disciplina política y que los constituyera en unidad. Nuestra admiración hacia Cortés no debe fundarse sobre su resolución de emprender la conquista ignorando que aque- lla inmensa tierra correspondía á pueblos que estaban en pug- na entre sí, sino sobre la convicción de que la emprendió des- pués de un examen frío, y heróicamente previsor, de la posi- bilidad de aprovecharse audazmente, maquiavélicamente, de tales circunstancias. Los tlaxcaltecas eran enemigos de los mexicanos; éstos éranlo de aquellos y de todos los demás países y grupos co- marcanos (tarascos, otomies, zapotecas, mixtecas, tsoques, chontales, mayas), á quienes intentaban someter á su duro y sangriento dominio. ¿Pudo constituir eso una patria, una na- ción común, un solo pueblo? Nadie habrá que lo pience así. El seutimiento de solidaridad que ha identificado, en un amor al suelo común y en un afecto á la común sangre, á los que hoy habitamos las planicies de las mesetas mexicanas, ó las le VERDADERO CONCEPTO DE NUESTRA GUERRA DE INDEPENDENCIA. 197 vertientes de nuestros litorales del Atlántico y del Pacífico, las secas comarcas del Norte y las húmedas del Sur, desde Yucatán hasta California, desde Tamaulipas hasta Chiapas y desde Colima hasta Veracruz, no existía, entonces. Por eso son ridículos, —revelando en quien las formula una profunda ignorancia de la Historia y de su Filosofía,—las imputaciones de traición que se aplican por algunos á los tlaxcaltecas, como aliados de Cortés y de los españoles, y á Malintzin, como amante, consejera é intérprete de aquél. Los griegos,—ora espartanos, ora atenienses,—en sus seculares contiendas por la hegemonía, recurrieron frecuentemente al auxilio de los persas; los españoles, en la guerra napoleónica aceptaron el auxilio de Inglaterra contra Francia; Italia, forma ahora par- te de la triple alianza con Alemania. ¿Quién se atreverá á acusarlos de traición á sus patrias? Cuando más, podrán ha- ber sido acusados, podrán serlo, de indiferencia hacia su raza. Pero, ¿quién puede exigir á aquellos, que juzgamos rudimen- tarios, grupos políticos de América una disciplina de raza su- ficiente para adoptar una actitud de defensa ante una raza extraña, cuando, aún ahora mismo, con una cultura que cree- mos más adelantada, vemos á países de una determinada ra: za aliarse, á veces contra los de su propia raza, con otros que corresponden ostensiblemente á raza enemiga de la suya, só- lo impulsados por intereses particulares de su gobierno ó de sus individuos? Culpar de traición á una mujer, á la pobre esclava, vendi- da por los de su raza, que logró redimirse de su dura condi- ción, y elevarse, por su inteligencia y su hermosura, á ser ma- dre de una nueva raza, es sencillamente torpe y villano. Tanta razón como para culpar á los tlaxcaltecas y á Ma- lintzin, existiría para vituperar el proceder de los mismos me- xicanos que, después de dominados, acompañaron á los his- panos álas conquistas de los otros territorios de los aboríge- nes. 198 MARCOS E. BECERRA. Así, pues. las gentes de aquel grupo de aventureros espa- ñoles que sojuzgó, no constituían una sola nación sino un con- junto, bastante numeroso y demasiado antagónico, de ellas, Se me dirá, sin embargo, que nada tiene de esencial la circunstancia de que los grupos aborígenes hayan presentado, ó no, esa heterogeneidad política. si, ora parcialmente cada grupo, ora unidos bajo un instintivo pacto contra el opresor común, mantenían, más ó menos vago, al recuerdo de la anti- gua independencia, y la aspiración, más ó menos consciente y concreta, de recobrarla. ) No negaré lo atinado de esta observación, ni tampoco pue- de negarse el hecho de que los descendientes genuinos de aquellas agrupaciones políticas que existían al efectuarse la Conquista, no habían desaparecido tres siglos después, como ni aún ahora, con un siglo más, han desaparecido, Según los datos que se tienen con respecto á la población de la Nueva España hacia fines del siglo XVIII, dicha pobla- ción estaba compuesta por algo más de seis millones de habi- tantes, correspondiendo como tres millones y medio al elemen- to indígena. Enorme proporción guardaba, pues, el elemento aborigen en la densidad del censo del Virreinato. Su acción podía muy bien ser preponderante. Pero es necesario advertir que después de la Conquista, todos aquellos grupos políticos de donde provenía el elemen- to indígena existente tres siglos después, había entrado en un proceso de homogeneización, convirtiéndose en una masa ét- nico-social informe, bajo la aplastante, la triturante, pesadum- bre de los vencedores. ¿Donde hallar cada partícula de ideal en aquella masa? El ideal, limpia y fulgente llama que se nutre en el negro carbón de las groceras aspiraciones materiales y que lo con- sume, no puede resplandecer en un ambiente en que el oxíge- no de la libertad no exista. be e VERDADERO CONCEPTO DE NUESTRA GUERRA DE INDEPENDENCIA. 199 De nada había servido aquella santa y maternal solicitud con que la gran reina Isabel había recomendado, en su lecho de muerte, el buen trato para sus súbditos los indios. Leyen- do la cláusula aquella de su testamento, parécenos escuchar la voz con que una madre se dirige á los mayores de sus hijos pidiéndoles promesa solemne de buen trato para los hijos me- nores. Ni el sagrado trance en que tales disposiciones fueron dictadas, ni el rigor de las Nuevas Leyes, ni la severa actitud del Consejo de Indias, ni el augusto mandato del Papa Far- nesio, ni la cólera de Apóstol de Fray Bartolomé de las Ca- sas, bastaron á cambiar la corriente de aquel río impetuoso de pasiones humanas que se desbordó sobre América. ¿En cuál Patria podría pensar el indio? ¿En la mexicana; en la maya; en la tarasca; en la zapoteca? Si los indios tenían noción de alguna Patria entonces, sería únicamente de aque- lla que con tanto amor les habían señalado los buenos francis- canos y domínicos. Y á falta de la luz de la fe en una felici- dad futura, solamente el relámpago de la cólera podría alum- brar de cuando en cuando a! antro sombrío de su resignación. Nuestro Padre Hidalgo lo supo comprender así, y para arrastrarlos consigo á la conquista de una Patria,—ya no pa- ra ellos, sino para sus descendientes los mestizos, —fué nece- sario remover entre las cenizas de sus espíritus el carbón guarda—fuego del odio, falsamente apagado, y valerse del nom- bre de la celeste patria para enardecerlos en el empeño de con- quistar una aquí en la tierra. Y, es cierto: la sangre indígena dió líquido bastante para batir la mezcla de los cimientos anchurosos de una Patria fu- tura. Y fué la carne indígena la que sació las hambrientas fauces de los cañones realistas, atragantándolos hasta vencer- los por hartura, como en el Monte de las Cruces. ¡Ah: el hispano, sin pensar quizá en lo que estaba hacien- do, al hacer del indio su esclavo, hizo también de él su carga- dor, su guía, su intérprete, su embajador y su soldado, en 200 MARCOS E. BECERRA. cuantas expediciones emprendió aquél, desde el primer día siguiente á la Conquista, para completar el mapa de sus domi- nios! El indio fué á Guatemala con Alvarado, y á Hibueras con Hernán Cortés, y con los misioneros á las Siete Ciudades; él conquistó casi solo á Querétaro. Y así, paulatinamente, fué integrando el futuro ejército de la Nueva España, de tal ma- nera que la Guerra de Independencia la hicieron soldados in- dígenas insurgentes contra soldados indígenas realistas. Pero si el indio ejecutó la insurrección, no fué él quien la concibió ni la dirigió. Hidalgo, Allende, Rayón, Morelos, Mi- na, Guerrero é Iturbide, no eran, seguramente, indios. Se ha dicho, no obstante, que el cuarto y el sexto lo eran. Esto no está bien averiguado, pero aunque aquellos dos gloriosos cau- dillos no hubieran tenido en sus arterias ni una gota de san- gre europea mezclada á la sangre aborigen, su obra tuvo un espíritu distinto del que consistiera en reconstituir las anti- guas Patrias indígenas, Al servicio de ese espíritu habían es- tado la vieja sangre india, con Morelos y Guerrero, y la vieja sangre española, con Mina é Iturbide. Falsedad del segundo concepto, Para convenserse de lo falso del concepto de que nuestra Guerra de Independencia fué un crimen contra la Patria Es- pañola, basta recordar que Nueva España no era en 1810 una Provincia, Estado, Departamento ó Cantón de España, sino una Colonia suya, y determinar con exactitud las analogías y diferencias que hay entre Colonia y Provincia, Estado, Depar- tamento ó Cantón. cli VERDADERO CONCEPTO DE NUESTRA GUERRA DE INDEPENDENCIA. 201 Analogías y diferencias entre la Colonia y la Provincia, No vale la pena de determinar, en largas y pesadas dis- quisiciones, en qué consiste la analogía de circunstancias en que, con respecto á la Metrópoli común, están colocadas la Colonia y la Provincia, Estado, Cantón ó Departamento. Es obvio, es innegable, que ambas entidades políticas tienen cir- cunstancias semejantes de raza, de lengua, de costumbres, de leyes y religión, para con dicha Metrópoli. Pero al decir analogía Óó semejanza no decimos identidad ó igualdad, que son términos más absolutos. Porque hay, ante todo y sobre todo, una circunstancia fundamental que las diferencia. La circunstancia de lugar; la circunstancia geográfica. Para darnos idea exacta de lo esencial de esa cireunstan- cia, necesario es avanzar hasta la consideración de que la di- ferencia de las razas y de las lenguas de los hombres se atri- buye, principalmente, por casi todos los antropólogos y etnó- logos, á las diferencias del medio geográfico. Para comprender cómo las cireunstancias geográficas pue- den influir preponderantemente en el fenómeno de homogeni- zación ó heterogenización de los grupos humanos, nulificando aún las cireunstancias de raza y de la lengua, que son tan per- sistentes, propondré dos ejemplos que, á la vez, contribuyan á fijar la diferencia esencial entre la Provincia y la Colonia. Supongamos primero que, en un territorio dado, cuyas con- diciones de relieve, clima, etc., de extremo á extremo, no di- fieran profundamente, lleguen 4 establecerse varirs grupos de habitantes de características étnicas, grandemente diferencia- das. El trato inevitable, las relaciones á que obliga la proxi- midad, harán de todos ellos un solo grupo, una sola raza, una sola sociedad, un solo país en fin, y todos, al cabo, vendrán á tener una fisonomía típica común, una lengua sola, las mismas costumbres, las mismas leyes, una sola religión y una sola his- Mem, Soo. Alzate, México, T, 30 (1910-1911).—26 202 MARCOS E. BECERRA. toria. Cualquiera parte de ese todo, de las que hayan sido ori- ginariamente diferentes y que hoy sean idénticas, será una Provincia, Cantón, Departamento ó Estado. Naturalmente, que no será exacto aquel pensar que atribuye á esta sola ma- nera el origen de la organización del grupo llamado País, Na- ción ó Patria. Pero es evidente que ésta es una de las mane- ras de que realmente han existido. Supongamos, por el contrario, que algún otro grupo hu- mano, cuyas características étnicas (raza y lengua) y sociales (costumbres leyes y religión) sean uniformes en su mayor gra- do, llega, en un momento dado, á subdividirse por gemación, es decir destacando de sí un pequeño grupo, y que ese grupo va á implantarse en comarcas muy distantes y muy distintas de aquellas en que queda su tronco principal. Pues, bien: des- de ese momento tenderán á ser diferentes, pues mientras la evolución del uno marchará por la senda á que hubiera arras- trado el grupo desprendido. al estar en la propia comarca, di- cho grupo, libertado de esta influencia, y entregado á la vez á influencias geográficas y quizá etuológicas inesperadas, to- mará rutas no previstas. Ese grupo caracteriza á la Colonia. Ambos ejemplos, bastan, por sí mismos, para determinar qué marcha seguirá cada uno con respecto á su Metrópoli. Y es aquí en donde un símil biológico puede establecerse con exactitud, diciendo que la Proyincia, el Estado, el Cantón ó el Departamento y sus subdivisiones, no son más que las ramas y las hojas, ó los miembros y las partes, de un árbol ó de un cuerpo animal, y que, al desprenderse, unas ú otras, del tron- co á que corresponden tienden naturalmente á perecer, dando también la muerte á dicho tronco; mientras que la Colonia re- presenta al elemento, la célula, de reproducción, —polen, se- milla Óó huevo, —que necesita desprenderse definitivamente del tronco en que se diferenció, para crear nuevos individuos, nuevas variedades, vuevas razas, nuevas especies, y que no ocasiona la muerte á su tronco originario. a) RA VERDADERO CONCEPTO DE NUESTRA GUERRA DE INDEPENDENCIA, 203 Por eso mientras que la separación, la secesión de la Pro- vincia (Cataluña, Yucatán, Baja California) es un fenómeno político inmoral, puesto que conduce á una destrucción sin re- construcción, la emancipación de la Colonia (Nueva Inglate- rra, Canadá, India, Belice, Brasil, Nueva España, Cuba) es un hecho constructivo, es un fenómeno de creación, eminente- mente moral, por consiguiente. La diferencia esencial entre la Colonia y la Provincia, la diferencia entre sus diversos destinos, ha sido determinada de un modo intituivo, por decirlo así, por los mismos grupos colonizadores al diputar, á la región nueva en donde han sen- tado sus reales de civilización, un hombre que casi siempre ha sido la repetición de aquel que llevaba la patria de donde ellos procedían. Los nombres de Nueva Zelanda, Nueva Gales, Nueva In- glaterra, Nueva Orleans, Nueva Granada y, sobre todo, el de Nueva España, indican, por sí mismos, que al fundarlas no se consideraba aquello como un miembro indivisible del todo, si- no como una individualidad en vías de formación, en la que los diversos miembros del organismo paterno tenderían á re- producirse, aunque modificados por las características mater- nas. Y los de las Provincias de Nuevo Santander, Nuevo León, Nueva Vizcaya, Nueva Galicia, Nueva Extremadura y Nueva Andalucía, así como los de Mérida, Medellín, Guada- lajara, Valladolid, Salamanca, etc., que son de ciudades, bas- tan á la corroboración de este parecer. Inútil fué qne, entonces, en los días brillantes en que Es- paña instauró un pasajero régimen constitucional, ofreciera ásus colonias, con insinuante actitud fraternal, un sitio que eu sus Cortes las colocara de igual á igual con sus provincias. Fué inútil. La Colonia había sido, necesariamente, menos que la Provincia, pero ya entonces era más. No queria, no le bas- taba ser Provincia, porque había sido creada para Nación. 204 MARCOS E. BECERRA. Inexactitud parcial del tercer concepto. Cuando oímos decir que nuestra antigua Metrópoli es nues- tra Madre Patria, sentimos cierto malestar de percepción que proviene, sin duda, de lo inconciliable de los términos madre y patria. En efecto: patria significa tierra de nuestros padres, y como el término padre implica, en los organismos superiores, un ser perfectamente distinto del que queremos significar con la palabra madre, de ahí ese malestar, Sin duda para escapar de tal antítesis, un respetable his- toriador, un hablista magistral nuestro, ha empleado la pala- bra matria, aplicándola á España con respecto á nosotros. No estoy de acuerdo con él en la aplicación de tal vocablo. Dos acepciones, según mi humilde opinión, podrían pro- ponerse para la palabra matria, dado que ella fuera recibida en nuestro vocabulario. La primera podría fundarse en la eti- mología, y en tal caso matria significaría, por analogía con la palabra patria, “la tierra de nuestras madres.” Pero salvo el caso de las sabinas, de quienes los romanos tomaron madres y que por eso pudo su comarca llamarse matria de Roma, y el de la colonización anglo—-americana, on que Inglaterra puede ser llamada propiamente matria de los Estados Unidos del Norte, no es fácil señalar por matria cosa distinta de la que entende- mos por patria. Esta ultima consideración podría ser funda- mento para aplicar una segunda acepción al término matria, pues podría adoptarse en substitución de la palabra patria, con la significación que ésta tiene ahora, y de tal modo que sólo aquélla quedara en el comercio lingúistico. Tal preferencia, de una palabra por otra, se basaría en la correlación que hay entre la idea etimológica de la palabra matria y la que hoy aceptamos para la palabra patria. Esta correlación es, induda- blemente, la que ha dado origen á unir, según antes he indi- cado, en una sola frase, madre—patria, ambas ideas. La de pa- VERDADERO CONCEPTO DE NUESTRA GUERRA DE INDEPENDENCIA. 205 tria, que entraña necesariamente las elementales de un suelo que alimenta y mantiene, á una raza autóctona ó indígena, des- pués de haberla concebido, es eminentemente comparable al órgano materno, vientre ó pistilo. Pero ni en el uno ni en el otro sentido podríamos llamar matria á España. Quizá sutilizando ambos términos, sobre la base etimológica, y sacándolos de su significación aceptada, podríamos llamar, mejor, nuestra matria á esta tierra en donde vivimos, y nuestra patria á la vieja Nación Hispana. Porque la Colonia era, realmente (y aquí vuelvo mis pa- sos sobre el exámen del concepto que motiva este capítulo,) con respecto á España un ser que puede compararse con el hijo, pero España no representa, con respecto á ese hijo, la persona de la madre sino la del padre. Por eso el agotamien- to maternal de que nos habla elocuentemente Blaseo Ibáñez, no halla colocación entre los hechos del proceso histórico de la colonización española en América. No: la madre agotada de amamantar hijos fué la raza india. Esto es tan cierto en el sen- tido metafórico como en el sentido propio. Para comprender- lo debe recordarse que la raza india dió, física y materialmen- te, sangre materna para la formación del grupo humano que hizo la Independencia, es decir para los mestizos y castizos, (en el sentido que esta palabra tuvo en Nueva—España,) y que esa misma raza alimentó y mantuvo individual y colectivamente al grupo expresado, No hace más que tocar apenas la expedición conquistado- ra de Cortés los límites de los antiguos dominios de Mectezu- ma, y ya se inicia el fonómeno de conjugación de dos razas sobre el Continente. El presente de esclavas que el cacique de Tabasco hizo á Cortés y sus compañeros, entre las cuales des- colló Malintzin, parece ser la ceremonia formal necesaria para todo acto trascendente en la historia de los individuos y las colectividades. Después la mezcla entre aquellos soldados, cé- libes por la propia índole de su profesión, y las hembras indí- 206 MARCOS E. BECERRA. genas enamoradas de los hijos del sol, se hizo de un modo na- _bural y por lo mismo inevitable. Es cierto que en todos los episodios de la conquista apa- recen los conquistadores arrebatando mujeres á los hogares de los vencidos, pero también la es que una vez arrebatadas no querían ellas ser devueltas, y que los mismos caciques da- ban por esposas á los españoles sus propias hijas y damas prin- cipales. De esto tenemos no sólo el reiterado testimonio de Bernal Díaz que nos cuenta lo acaecido en Cempoala y en Tlaxcala, sino los de toda la historia de la Conquista y de la Dominación españolas. Los árboles genealógicos de la noble- za neo-hispánicas, en cuyo tronco se funde la savia de todos los capitanes conquistadores con los de los más poderosos y altos linajes del antiguo Anáhuac, también son una prueba de ello. Hasta en la familia de un Virrey hubo sangre mestiza de origen femenino. Y si esto pasó con respecto á los capitanes, no dudoso ni incierto que en igual forma y en mayor propor- ción se haya efectuado la mezcla entre los soldados hispanos y las otras clases sociales aborígenas. Llegó á ser tan intensa la manifestación de esta mezcla, que algunos años después de la Conquista, el Monarca español tuvo necesidad de establecer cierta determinada protección sobre la multitud de niños que, como producto de aquel rápido cruzamiento, formaba enla Nue- va España el embrión de la futura nacionalidad. Y que esta nueva gente tenía como origen padres hispanos y madres indígenas, y que continuó creciendo sobre la misma base de cruzamiento, no cabe dudarlo, porque los mismos his- toriadores contemporáneos de la Conquista, nos lo dan á en- tender cuando no nos lo dicen expresamente. Colocados los mestizos en una situación igualmente difícil para con los indígenas y para con los europeos, y con categoría intermedia entre ambos, tuvieron la suficiente vitalidad para ir creciendo lenta pero abrumadoramente, á tal grado que al aproximarse los tiempos de la Independencia representaban VERDADERO CONCEPTO DE NUESTRA GUERRA DE INDEPENDENCIA, 207 por su número y por su calidad, la potencia que era indispensa- ble para conquistarla. Su número equivalía á algo menos de la mitad de lo que representaban los indios (1.500,000 Xx 3.600,000) mientras que la raza criolla representaba menos de la tercera parte de éstos (1.000,000) y el número de europeos era insig- nificante (20,000.) Al mismo tiempo habían avanzado hasta ob- tener los más altos puestos en el clero, en la milicia, en la ma- gistratura, en las ciencias y en las artes. Y para dar idea, con una frase, de que en realidad la raza india alimentó y mantuvo tanto á la conquistadora como á la nueva raza, basta recordar aquel refrán despiadado, que ha lle- gado hasta nosotros, de que “el dinero Dios lo da y los indios lo trabajan,” que fué la norma de conducta de tres siglos de colonización, y cuya resonancia aún tiene ecos perdidos en nuestras costumbres. No es esto un reproche á los colonizadores hispanos. Creo descender de los conquistadores, tanto como de los conquista- dos, y ni tengo el derecho de vituperarlos ni mis sentimientos me inclinan á ello. Y, aunque yo fuera extraño á tal descen- dencia, no dejaría de declarar que considero la colonización hispano-americana como un fenómeno tan trascendental para la especie humana, que coloca á sus agentes en una posición inmensamente superior á la de cualesquiera otros agentes de esta categoría de acontecimientos. La colonización anglo-ame- ricana, por ejemplo, si bien nos presenta á los respetables cuákeros puritanos en una actitud irreprochable, destruyendo al indio por el procedimiento de reducción á la nulidad, sin de- rramar una gota de sangre, pero desdeñándose, despreciativa- mente, de mezclar la suya con la indígena, y si tal actitud, es cierto, no puede compararse con la codicia insaciable de aque- llos desalmados hispanos que forman las turbias fuentes de nuestra sangre nacional; también es verdad que aquélla sólo dió origen á un rejuvenecimiento (asombroso, no lo niego) de 208 q MARCOS E. BECERRA. las vetustas razas europeas, mientras que la colonización his- _pano-americana engendró una raza nueva. La colonización que llevaron á cabo los castellanos es com- parable al fenómeno de la fecundación cruzada, tan sorpren- dentemente progresiva para las especies vegetales. ¡Polen hu- mano fueron, que, desprendido del troneo europeo, y entregado á los vientos al través de los mares, encontró en América el pistilo fecundo. La colonización de los ingleses fué el trasplante de los vástagos de una raza antigua, desde los campos europeos has- ta los campos americanos. La especie puede variar y mejorar- se pero con más limitación que la otra, porque no cuenta con la influencia, ya comprobada, del cruzamiento. ¡Bastardía de razas!,—dirán algunos. Y, bien: si no hay otra palabra, aceptémosla valerosamente. Todo cuanto es brillante, fuerte, noble y fecundo en la creación, proviene de una mezcla. El acero, el bronce, el eris- tal, el agua, el aire, la luz. ¡Sólo el estéril diamente se encuen- tra puro en la naturaleza! Verdadero concepto de nuestra guerra de Independencia. Llegamos, pues, al punto en que es necesario resolver la cuestión esencial de este Estudio. ¿Cuál es, en fin, el concepto que debemos formular acerca de nuestra guerra de Indepen- dencia? Las consideraciones que anteceden lo determinan, y aquí lo concreto: Nuestra guerra de insurrección contra España fué el acto de na- tural, justa y forzosa emancipación del hijo, en edad mayor, contra el innecesario ¿indebido dominio del padre. Había llegado á la edad en que el individuo, antes necesitado de protección y obliga- do á la obediencia, es ya apto para protejerse á sí mismo y pa- ra erigirse en su propio señor, y se retiró de la obediencia y de la protección. ¡Menguada raza aquella que no engendra VERDADERO CONCEPTO DE NUESTRA GUERRA DE INDEPENDENCIA. 209 descendencia capaz de semejante rebelión, y menguada raza la engendrada! Después el padre,—no cansado aún, sino vigoroso y lejano á la decrepitud,—se reconcilia con el hijo emancipado, le tien- de los brazos con toda la efusión de un deseo paternal, le da sus consejos, le confía la historia y los timbres de su nobleza, seguro de que sabrá y podrá ilustrarlos, y lo presenta al mun- do enorgullecido de haberlo hecho su igual. Y el hijo, á su vez, se muestra amante de tal padre y obli- gado á mantener y acrecentar el lustre de su nombre, pero no olvida que la pobre raza materna, la que lo nutrió con su pro pia sangre, espera todavía reponerse de tanto agotamiento, y funda en el hijo, además del maternal orgullo, la esperanza de una ancianidad longeva y reposada. México, 1910. Mem, Soc. Alzate. México T. 30 (1910-1911) —27 A $e Fl qe le SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE *“ANTONIO ALZATE” MÉMOIRES, T. 30, 211 LOS DIENTES DE LOS INDIOS POR EL LIC, RAMON MENA, M. $, A, (Sesión del 5 de Diciembre de 1910): Á ningún individuo medianamente observador habrá deja- do de llamar la atención el buen estado de los dientes de los indios, cualquiera que sea la tribu á que pertenezcan, en el di- latado territorio de nuestra Nación; con efecto, esas dentadu- ras blancas, brillantes, sanas, de dientes pequeños y anchos, son en México una característica de raza. Pocas personas creerán que el examen de los dientes, sea bastante á resolver difíciles y delicados problemas etnológicos; sin embargo, nada más cierto. Era á nuestros dentistas á quie- nes correspondía emprender este estudio y ojalá que la pre- sente Nota los lleve á semejante labor. A mi conocimiento, ha llegado un trabajo “Odontografía Etnográfica” del quees autor Mr. A. H. Thompson, de Kansas, Dentista de vastos conocimientos, Profesor en diferentes Ins- titutos de Estados Unidos y autor de algunas obras del ramo que cultiva; es amigo de los estudios de las razas de México y ha visitado este país. Algunos estudios del Dr. Thompson, han merecido el aplauso le nuestros especialistas Dr. Nicolás León y Dr. J. J. Rojo. En el estudio citado, aparecen examinados aunque some- 212 RAMÓN MENA. ramente, los dientes de nuestros indios, los de la Nación veci- na y del Perú, y en todos encontró el Dr. Thompson los signos especiales de los dientes de la raza mongólica. Qué deducir de esto? Como quiera que los signos étnicos de los dientes no cambian con el medio y se transmiten por herencia, resulta que nos encontramos frente á un dato intere- santísimo de alta Etnología, como que encamina á plantear científicamente el problema etnogénico de los habitantes de América. Y no es todo, el meritísimo sabio á quien vengo re- firiéndome, quiso estudiar asimismo las huellas sifilíticas pre- hispánicas en los dientes de craneos indígenas antiguos de los Museos, y las encontró no solamente en los dientes, sino tam- bién en los huesos del paladar. Con esto, queda técnicamente demostrado, que la sífilis existió en América, antes de la lle. gada de los españoles. ¡Y vaya si se ha discutido este proble-: ma! España que introdujo la viruela entre nuestros antepasa- dos, no introdujo la tremenda plaga de la avariosis que debi- lita las razas é imutiliza los pueblos. Y aquí cabe citar los trabajos del Dr. M. Lortet, decano de la facultad de Lyon, quien en abril de 1907 exploró las Necrópolis prehistóricas del Alto Egipto al N. de Karnak, encontrando en un cráneo de mujer de 20 á 24 años los estigmas de una sífilis terciaria, . que produjo evidentemente la muerte, conclusión á que llevó el avance de la infección en el tejido oseo de dicho eráneo. Esto establece la existencia de la sífilis en el Africa, desde muy remotos tiempos ..... Más, volvamos al asunto exclusi - vamente dentístico: Se sabe por algunas piezas arqueológicas, dice Mr. Thompson, que los indios de México, hicieron traba- jos de Odontología, bien originales, porque en algunos de sus ídolos, pusieron verdaderas dentaduras, insertando dientes en una pasta, siendo estos dientes, naturales unas veces y artifi- ciales otras; los artificiales, de hueso ó de concha, imitando perfectamente á los primeros, por lo general á los incisivos y sin perder los signos de raza, Éixacto es lo asentado ante- * LOS DIENTES DE LOS INDIOS, 213 riormente y en el Museo de Arqueología encontromos tales trabajos en las estatuas de calcarea, procedentes de Tehua- cán y que representan á Xiuhtecuhtli y á Coatlicue; probable- mente á ellas quizo referirse el Dr. Thompson. Entre los indios de Michoacán (tarascos) y entre los de Oaxaca (mixtecos) existía la mutilación dentaria; los primeros hacían canaladuras en V, llamadas “cola de golondrina” por el P. Plancarte, y los segundos hacían en el borde cortante de los incisivos, pequeñas incisiones; á estos dientes llama el Dr. León, “sulciformes.” El Sr. Joaquín Paredes Colín, de Te- huacán, poses entre su pequeña colección arqueológica, una cabeza mizteca de barro, que presenta canaladuras en los dientes incisivos. Diente de oro de Tepito. Dientes de indios del Valle de México. Durante el Imperio de Maximiliano, fué encontrado en la Plazuela de Tepito de esta Ciudad, un diente de oro, incisivo de 24mm. de longitud por 8mm. de latitud y 4mm. de espesor, con peso de 1 gramo; en la porción que figura el esmalte, pre- senta la característica “cola de golondrina;” en la raíz, tiene una perforación, lo que hace creer que perteneció á un collar, de procedencia tarasca. Este ejemplar de la Dentistería mi- choacana, se conserva en Paris, en el Museo del Trocadero. Las figuras que ilustran esta Nota, representan: la 1, dos incisivos, un canino y tres molares, vistos los últimos por la base y la 2, el diente de oro de Tepito, frente y perfil. México, diciembre 3 de 1910. E. A O IA A ar QS al + SÉ MOORE CUESTA ARI eo A di A cs A ió E AI o ro se coda, ¿oo ova etoioarpa MSl: ope Y La $ cabal LA «tusttlzo: añ, ¡ña ies e e la: nadia suia sl ratios 1 (aónajat) «recoiro dr NAS AULA sorna ol tr ii sE só pS SIE DEA $ pá A 7 ee ponia Ñ its, A DIS MiS e Ai ego, ¡gro alas AUDE A PS | CAOS eo ei BALSA intra DT A cÓS TES Ss 050 Ln ota Ñ E Aa tuosincó A ae ol pr Ai ha; dsd 9 Anas A daa 10 Ss Des da ala olía j “oesnez sb Spb 4 De ualas mari rós Duyd qt le ES IPR pus: y ASA 24 qa tb laz ' de ¿lp ¿oia bit 515 Ñ A Ar AD: UI hd 48 ¡0 asáliaold sl reo abagorY Lado ds 1d, de > Yob dee di Apra, ¿or 0D) iii pLa0 apistily so ARA ei ena a Sd y llos Y e o criado Já je A RANAS e id SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE”—MÉMOIRES, T. 30. 215 Notas. geológicas sobre, la. región Norte del Estado de Michoacán POR G. DE J. CABALLERO, $. J., M. $, A. (Lámina VID). (Sesión del 6 de Marzo de 1911). Conocida es la formación eruptiva del Estado de Michoa- cán en general. Dominan en aquella región los volcanes en un grado de ex- tinción más ó menos avanzado: abriéndose paso por doquiera las rocas eruptivas, que predominan en extensas regiones, de- terminando una formación generalmente terciaria. Las rocas que constituyen el macizo de las serranías que limitan por el N. al Estado, son generalmente lavas ácidas de estructura porfírica, en las cuales el euarzo y los selfde- patos alcalinos predominan como constitutivos esenciales. Los ejemplares que se han sometido al estudio son, en general, del género de las rhyolitas, y de las principales variedades que en este género se conocen, desde la obsidiana hasta la rbyolita microcristalina. El tipo vítreo está representado en las obsidia- nas ó vidrios naturales. Desde Maravatío nos encontramos en el cerro del Chinapo la obsidiana roja: vidrio volcánico rico en sesquióxido de fierro, que es el que da el color rojo 4 la obsidiana. Tiene una estrue- tura leñosa á causa de las estrías onduladas que forma el óxido de fierro en el sentido del escurrimiento. Alternán algunas zonas de color oscuro, debido á óxidos de fierro más ricos en oxígeno, quedando el magma vítreo cast 216 G. DE J. CABALLERO. completamente saturado de óxidos: existen hileras vesiculares _de cavidades gaseosas como en casi todas las obsidianas, pero no se encuentran cristalizaciones ni de cuarzo, ni de feldes- pato, ni otro cristal alguno. Las obsidianas de esta región van recorriendo todos los eo- lores que les son típicos, desde el rojo ya dicho hasta el negro. Estas obsidianas negras contienen en gran cantidad erista- les de feldespato, generalmente labrador, algunos de los cuales alcanzan un desarrollo bastante considerable; tambén existen algunos cristales de anortita que á veces llevan incrustados en direcciones arbitrarias ceristalitos de labrador; la estruc- tura de estas obsidianas es enteramente vítrea, y compacta con sus correspondientes hileras de vesículas gaseosas. Las tobas rhyolíticas que se encuentran en las cercanías de los volcanes extinguidos en parte, y en estado solfatárico, ó en los alrededores de las grietas gelserianas, alcanzan un grado de alteración que tiene por límite los bancos de arcilla. Estas arcillas se extienden en capas paralelas que se distin- guen por su tinte diverso, según el grado de oxidación del fie- rro que contienen en estado de mezcla. Se ve que estas arcillas se han depositado en capas, cada una de las cuales representa una etapa distinta y con distin- tas circunstancias físicas de descomposición de los feldespa- tos, que según el grado de calor y diverso grado higrométrico, han ido dando por resultado de su descomposición, ya la li- monita terrosa amarillenta, ya el sesquióxido de color más os- curo, ya, por último, el ocre rojo; variando entre el amarillo paja y el rojo intenso por todos los colores que representan los diversos grados de oxidación é hidratación del fierro. No es raro encontrar á cierta distancia de los mantos de arcilla ferruginosa, bancos más ó menos poderosos de arena, que atestiguan el origen común de entrambos. Donde la roca no ha estado sometida á la influencia enér- gica de los agentes hidro-termales y atmosféricos, conserva el NOTAS GEOLÓGICAS DEL ESTADO DE MICHOACÁN, 217 aspecto miero-cristalográfico de las rhyolitas ricas en sodio y fierro, ó sea las “pantellaritas.” También se encuentran tobas traquíticas, de color negro y textura compacta, con pequeños cristales de labrador y an- desita y frecuentes tablas exagonales policroicas de angita. La alteración que los agentes hidro-termales y atmosfé- ricos han producido en la superficie de estos macizos erupti- vos, ha determinado la formación sedimentaria de terrenos ricos en fierro y en substancias alcalinas, que junto con la cantidad conveniente de arcilla, constituyen terrenos de una fertilidad asombrosa, y en los cuales se desarrollan de una manera privilegiada las Coníferas. En algunas cuencas cerradas la sedimentación es más po- derosa, como se puede ver en la ¿hacienda del Chaparro y á unos 8 kilómetros al W. del casco de la misma. Cavando en el fondo del valle, á unos 2 metros de profun- didad, terminan los acarreos del cuartenario y siguen después capas no muy gruesas de pizarra arcillosa, areniscas, capas de arcilla refractaria, y pizarras más ó menos carbonosas, hasta llegar á constituir capas formadas de carbón negro azabache, sumamente duro y de difícil combustión. La cantidad de carbón fijo que contiene es, según las mues- tras ensayadas, de 64 á 66%. En los deslaves de las faldas, alrededor del pequeño valle, aparecen estratificaciones poderosas de arcilla plástica de di- versos colores, y bancos de arena blanca no muy fina. Las capas de pizarra y areniscas en que viene la lignita, pa- recen haberse depositado en el seno de aguas lacustres, conte- nidas en la cuenca cerrada y limitada porlos macizos eruptivos. No se ha podido encontrar ningún fósil relativo 4 estos yacimientos; pero por su conjunto parecen ser análogos á los de Zacaultipán, en el Estado de Hidalgo, á los cuales el Sr. Ing. J. G. Aguilera les asigna una antigúiedad que no ya más allá del Mioceno superior. En una zona que recorre la sierra de Ozumatlán, de E. á Mem, Soc. Alzate. México T. 30 (1910-1911)—28 218 G. DE J. CABALLERO. W., se encuentran con frecuencia pequeños cráteres solfatá- ricos y líneas de fractura, por donde, á través de las rhyolitas, se desahogan las emanaciones termales en todas sus fases de actividad, desde sus manifestaciones sulfúricas, hasta las ma- nifestaciones carbónicas; numerándose en esta serie desde las emanaciones gaseosas y geissers sulfurosos, hasta las fuentes termales carbónicas y de aguas potables. No se han encontrado emanaciones clorhídricas y salinas, ¿unque sí restos palpables de que existieron en épocas ante- riores, quedando como testimonio de su actividad, extensas impregnaciones de cloruro de sodio en los alrededores de los actuales geissers. De modo que todas las manifestaciones termales que al presente existen en la región N. del Estado de Michoacán, pertenecen á las dos últimas etapas de la actividad geiseriana. Ejemplo de estas emanaciones termales son la Laguna de los Azufres, el Marítaro, el Curritaco y otros geissers. La Laguna de los Azufres es un espacioso crácter de unos 120 metros de largo por unos 50 de ancho, y está al W. del ce- rro de los Azufres. Está convertido en una laguna de agua sa- turada de vapores sulfhídricos y sulfurosos; hierve por todas partes, dando paso á las emanaciones gaseosas, que revuel- ven el agua y la hacen fangosa. La superficie de la laguña queda á unos 2,930 metros sobre el nivel del mar. Alrededor de la laguna, y casi al nivel del agua, salen por doquiera, de entre los peñascos, emanaciones de vapor de agua, sulfhídrico y sulfuroso mezclados con algo de oxígeno, ázoe y bióxido de carbono: el sulfhídrico, al descomponerse en pre- sencia del aire, tapiza las rocas de vistosos cristales octaédri- cos de azufre, de un desarrollo hasta de cuatro milímetros, Estos cristales son del sistema rómbico, apareciendo oc- taédricos por la variante b% que abate las aristas; se encuen- tran algunos cristales en que predominan cuatro de estas ca- ras, dando al poliedro la forma esfenoédrica. También se encuentra polvo de azufre enteramente amorfo, NOTAS GEOLÓGICAS DEL ESTADO DE MICHOACÁN. 219 cuya coloración es generalmente más clara que la de los erista- les. Los detritus eruptivos que rodean la laguna están impreg- nados de azufre, constituyendo un verdadero yacimiento azu- froso. El agua de la laguna está á la salida de ésta, á unos 2200., y en los mismos hervideros á8 900. Hacia el S. de esta laguna, hay otra más pequeña subte- rránea á una profundidad de unos 8 metros; se baja á ella por un túnel artificial inclinado unox 200, Por este túnel se desahogan las emanaciones de la pestilen- te laguna, cuyas aguas son verdiosas. Al salir los gases recu- bren las paredes de cristales de azufre y de eflorescencias de sulfato de calcio, cuyas sedosas agujas, agrupadas paralela- mente, forman como almohadones de cinco centímetros de es- pesor. El macizo de rocas que forma la serranía, se abre paso á través de capas de pizarra arcillosa y margas terrosas. El te- rreno es netamente eruptivo y la acción del suifúrico ba des- compuesto grandes masas de roca, quedando sólo las arcillas mezcladas con sulfato de calcio. La atmósfera que se respira en este amplio y poco profundo cráter está sumamente car- gada de gases sulfhídrico y sulfuroso: pero á pesar de eso, el desarrollo exhuberaute de las Coníferas empieza casi al borde de la laguna de los Azufres. El estado de este cráter es, pues, netamente solfatárico, y produce verdaderos yacimientos azufrosos; este azufre se ha explotado industrialmente eu otras épocas, dándosele á este cráter el nombre de azufreras de Taximaroa, pero actual- mente esta explotación está totalmente abandonada y sólo se ve á la salida de la barranca que da desagúe á la laguna, las ruinas de la antigua fábrica. Al S>E. del picacho eruptivo de San Andrés, á una dis- tancia muy reducida, se encuentra recostado en el flanco del cerro el cráter del Curritaco. Tiene éste unos 39 metros de largo, unos 27 de ancho y unos 7 de profundidad, siendo la dirección del eje mayor NE. 5005 W .; es una gran caldera, en cuyo fondo hierye con furia el lodo, lanzando bocanadas de vapor sofocante, cargado de 220 G. DE J CABALLERO. gases sulfurosos. Sus bordes, que se elevan como 2%5 están formados de lava y de un lodo arcilloso consolidado, que arroja con violencia en sus frecuentes épocas de paroxismo. Al poniente del Curritaco, á unos 200 metros, y separado por una barranca estrecha, se encuentra un chiflón de vapor de agua y gases sulfurosos, que contiene, además, sulfhídrico y algo de bióxido de carbono, oxígeno y ázoe; al salir esta mezcla produce un bramido capaz de oirse á 5 kilómetros: se llama el Chillador ó el Chiflador. La temperatura es, según el señor Ramírez, ? de 8204 850 y según Felix y Lenk,% de 919; nosotros no pudimos medir la temperatura porque nos ahogaban los vapores. A poca distancia del Chifiador, y en la misma falda SSW. del S. Andrés, en una pendiente de unos 209, hay múltiples grietas, por donde se abren paso las emanaciones gaseosas termales, en una zona de abajo arriba como de 540 metros y 50 de ancho. La temperatura es tan elevada que el agua sale exclusivamente al estado de vapor, sin que se noten restos de escurrimiento alguno; el vapor es emitido en grandes canti- dades, y condensado eon la baja temperatura de la mañana, forma grandes nubes que flotan sobre los elevados pinos. La flora es exhuberante, y empieza casi al pie mismo de los hervideros: de modo que éstos quedan ocultos enteramente en el bosque, y sólo se perciben cuando está uno junto á ellos; en cambio, la fauna es muy pobre, al menos en el invierno, y se reduce á pocos pájaros é insectos. Siguiendo á través de la sierra, unos 10 kilómetros con rum- bo WSW., se halla un cerrito que forma parte de los contra- fuertes remotos del S, Andrés; su diámetro total será de unos 2 kilómetros y su altura de 2,900 metros sobre el nivel del mar, y unos 100 sobre la planicie reducida quelo ro dea; toda la falda N. está llena de hervideros, por donde brota el agua (1) Riqueza minera de México, p. 220. (2) Felix y Lenk, Beitr. zur Geologie und Pal. der Republik Mexiko, p. 56. visi 'UBIBOU IT] “OIPYLIB[N 9P OLIPIALOH TIA “yr “06 “L '9JBZ|Y "908 “w3]JA NOTAS GEOLÓGICAS DEL ESTADO DE MICHOACÁN. 22] saturada de gases á una temperatura máxima de 899; el agua es fangosa, como en la laguna de los A4zufres y en el Curritaco. A esta región le nombrau “Las humaredas.” A unos 18 kilómetros al W. del S. Andrés, siguiendo por la misma sierra, se encuentra el cerro del Chino, que forma parte del cerro del Grallo y está á unos 2,794 metros sobre el nivel del mar y cerca ya de la hermosa hacienda de Jaripeo. Tiene al SW. una zona de unos 500 á 600 metros de diáme- tro llena de hervideros; de todos ellos brota el agua á una tem- peratura variable entre 700 y 899. Uno de estos hervideros es un verdadero geisser, que lanza el agua á una altura de 2 me- tros próximamente: el agua es fangosa y saturada de gases como en los hervideros anteriores. Bajando unos 100 metros al S. están los hervideros del Nopalito, análogos enteramente á éstos. Hay entre estas dos zonas de hervideros, dos lagunas: una rumbo al N., internada en la barranca, donde el agua to- davía hierve: y otra al SSW., donde el agua es fría é insípida: esta última tendrá como 600 metros de largo por 204 de ancho. Hacia el SW. del S. Andrés, á una altura de 2.925 metros sobre el nivel del mar, hay un cráter como de un kilómetro de largo y 500 metros de ancho, en la falda W. del cerro del Marí- taro. En el fondo hay muchos hervideros,“? pero sobre todo dos bocas por donde sale el vapor con mucha fuerza y estrépito: se llama el Marítaro. Con las aguas de estos hervideros se for- ma una laguna caliente y fangosa, que desagua por medio de un arroyo. * De modo que toda la región de la sierra, hasta llegar á la hacienda de Jaripeo, es una región solfatárica y geiseriana, plagada de cráteres extinguidos más ó menos y grietas geise- rianas, y en cuya formación traquítica y rhyolítica se encuen- (1, Según el Sr. Ramírez, son veintisiete respiraderos. (2) AINE del Marítaro, y á unos 60 metros más abajo, se halla la Laguna Verde, de agua impregnada de ácido sulfhídtico y sulfuroso, y euyo fondo está cubierto de arci- cilla y rocus azufrosis Ó sedimento de azufre proveniente dela descompusición del sulhí- drico en presencia del agua y del aire; la temperatura del agua es de 280, E 222 G. DE J. CABALLERO. tran pequeñas brechas de obsidiana, y escasos mantos de ar- eilla, recubiertos con la tierra vegetal del cuaternario. que alimenta los frondosos y amenos bosques que cubren toda la región volcánica. * Desde la hacienda de Jaripeo hasta Morelia, no se encuen- tran hervideros de gran consideración, aunque no faltan al- gunos manantiales termales. A derecha é izquierda del camino se ven frecuentemente pequeños cráteres de caprichosas formas que indican la conti- nuación de la formación volcánica. Las manifestaciones gel=erianas que habían disminuido en todo este trayecto, vuelven á rea¡yarecer en los alrededores de Puruándiro. En la hacienda de San Antonio y al W. de Pu- ruándiro, se encuentra el cerrito de los manautiales que pro- vee de agua á la población. Son varios manantiales termales que abarcan una zona de unos 500 metros de largo por 20 de ancho. El agua es clara y no tiene sabor ninguno: es potable, pues la cantidad de sales que contiene en solución es muy pe- queña: tiene en solución alguna cantidad de gas carbónico, y trazas insignificantes de materias orgánicas. Al brotar el agua de los manantiales, se desprenden nu- merosas burbujas de bióxido de carbono; su grado hidrotrimé- brico es 6, y en su composición es muy semejante á la de la fuente “del Leone,” de Nápoles. El termalismo sufre otra interrupción hasta reaparecer de una manera decisiva y enérgica en la región de Ixtlán de los Hervores, cuyo nombre es debido precisamente á los geise- res intermitentes y ambulantes que invaden la región oriental. (1) Felix y Lenk, parece que confuuden la región del cerro de S. Andrés, descrita por Ramírez, con el volcán de San Andrés, descrito por Saussure; el cerro de S. Andrés está al NNE, de Taximaroa, y á unos 1U kilómetros de esta población: mientras que el volcán de S. Andrés está al WSW. de la misma población y 4 unos 30 kilómetros de ella, 230 | das le CIVIEIZACION CHONTAE. HISTORIA. ANTIGUA DE LA CHONTALPA OANAQUEÑA MANUEL MARTINEZ GRACIDA, M. $, A, (Concluye). Mem, Soo. Alzate. México. T. 30 (1910-1911) —29 224 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. RESENA: HISTORICA EN TRODUCCION:E La raza chontal se encuentra derramada actualmente en Guatemala y Nicaragua, Centro América, asi como en los Estados de Oaxaca, Veracruz y Tabasco, de la República Me- xicana. Encerrados los chontales oaxaqueños al Este por los hua- ves, al Norte por los mixes, al Oeste por los zapotecas y al Sur por el Mar Pacífico, establecieron su gobierno y fundaron muy pocos pueblos, porque, acostumbrados á la vida de correrías, hacían muy poca estancia en los lugares poblados. Su historia, desde que se localizaron en el territorio oaxa- queño, aunque deficiente por falta de datos, es interesante por que da á conocer el desenvolvimiento de la tribu á través de los tiempos. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 225 Cuarta parte.—Epoca Precortesiana, I Fundación de Ejutla y Coatlán. Acuerda el Rey zapoteca conquistar tierras a] Sur de Mitla.—Sale Meneya- dela de Teotitlán del Valle á la conquista.— Funda pueblos y se esta- blece en Guegogoqui, hoy Coatlán.—Se erige un templo en honor de Petela.—Sacan los indios la momia de Petela en una pestilencia y la quema el Vicario Bartolomé de Piza.—Cualidades de los habitantes de Coatlán.—Origen de este nombre. —Escudo de armas. Henchidos de zapotecas los hoy distritos de Tlacolula, Etla é Ixtlán, fué necesario para subvenir á las exigencias de los pueblos, conquistar nuevas tierras para dar albergue, alimen- to y trabajo á sus pobladores, y ensanchar así el Reyno de Di- chazaa. Llevando el Rey á debido efecto este pensamiento salya- dor, dispuso que el famoso capitán Meneyadela hiciera la con- quista de las tierras del Sur, y llamándolo á su presencia puso á sus órdenes 15,000 zapotecas, dándole á la vez facultades amplias para obrar en el sentido que lo creyese conveniente. En contingente se reunió en Teotitlán del Valle y entre éstos iban muchas familias y un grupo de sacerdotes que con- ducían la momia de Petela, patriarca de los zapotecas. Al toque de la concha Meneyadela marchó con sus tropas y familias el año de 428 de la Era Vulgar, sobre el Sur, satis- fecho de la comisión que le había encomendado su Soberano. . A su paso por la Cordillera de Cerros, que está al Sur de Teticpac, fundó Chichicapan, Lachigaya y Lubisaa, hoy Eju- 226 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. tla, en cuyos puntos puso guarniciones para que cuidasen de las familias. Siguiendo su marcha hacia el Sur con 15,000 za- -potecas, tomó posesión de las feroces comarcas de la Costa y fundó el pueblo de Guegogoqui, que quiere decir, río de los señores, en donde estableció y erigió un templo en honor del patriarca Petela. Los coatlecas significaban en sus pinturas que sus proge- nitores habían venido del Norte, y que Petela, uno de ellos, había existido luengos años antes de Jesucristo, haciéndolo contemporáneo del Diluvio. La momia de Petela fué exhibida en público durante una pestilencia, por los judíos, á fin de que por la oración y los sa- crificios aplacase la enfermedad que asolaba las comarcas. Sa- bedor de esto el Vicario Bartolomé de Piza, buscó la momia y encontrada la quemó públicamente. Petela era un gran cau- dillo y un sabio de gran respeto entre los zapotecas, así como Pezelao un Sumo Sacerdote, por cuyos labios se comunicaban á los hombres en el Santuario de Mitla, los oráculos del cielo. Los zapotecas de Coatlán se multiplicaron con el tiempo y fundaron otros pueblos hasta confinar con los chatinos, sus aliados, que se habían situado en Juquila. Fueron ricos y po- derosos, guerreros y valientes, honrados é industriosos en las artes y en las ciencias. Cuando los mexicanos visitaron en 1469, pusieron al pue- blo el nombre de Coatlán, por haber visto allí á una serpiente enrollada en un peñasco. El pueblo de Coatlán, por los triunfos guerreros que alcan- zó contra los chontales, adoptó por escudo de armas un indio con una rodela en la mano y en la otra un haz de flechas. Su traje era de Caballero Aguila, con penacho de plumas, carcaz á la espalda y cactliñ negro con cenefas azules en la zuela. Es- te indio era Meneyadela. (1.) Gay. —Historia de Oaxaca, Tomo 1, Cap. VII, pág. 155, —Relación que se hizo al Rey de España en 1609.—-Se lee en la Colección de documen- tos inéditos de Indias, Tomo IX. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 227 TE Fundación de Amatlán. Motivos de la fundación de Amatlán.—Caudillo zapoteca que la fundó.— Nombre zapoteca del pueblo.—Por la blancura de sus edificios le pu- sieron loz mexicanos el nombre de Amatlán. Asegurada por los zapotecas la posesión de las tierras del Sur, el Rey llamó al capitán Cochicahuala, que quiere decir, “el que pelea de noche,” y le manifestó, que había acordado conquistar las tierras situadas al expresado rumbo, frente á la Sierra de los Tigres, ocupada por los chontales; lo había desig- nado para llevar á efecto esta empresa, y contaba para ella con 10,000 guerreros y sus familias. Cochicahuala contestó al Rey que estaba dispuesto á cum- plir sus mandatos sin dilación, y que esperaba sus órdenes pa- ' ra partir sobre la sierra. Reunido en Teotitlán del Valle el ejército zapoteca con sus respectivas familias, emprendió la marcha de Cochicahua- la el 12 de febrero del año 435 de la Era Vulgar, sobre los chontales. A su paso fundó los pueblos de Totolapa y Zoqui- tlán, en donde dejó tropa y familias colonizadoras. Después de estas dos fundaciones continuó para la Sierra de Ozolotepec, en cuyas gargantas se encontró con los chon- tales, quienes le pusieron una vigorosa resistencia. Después de repetidos combates en que de una y otra parte se peleaba con bravura y heroísmo, Cochicahuala poniendo en juego su astucia, sorprendió la noche del 2 de marzo á los chontales y los derrotó completamente, reduciéndolos á la montaña. El vencedor, en recuerdo de la hazaña, le puso al lugar conquis- tada Yuu Cuatila, que quiere decir, “tierra de los combates.” Etimología: Yuu, tierra y tila de ritila, combate. 228 : MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Dueños los zapotecas de una vasta extensión de terreno, fundaron á orillas de un río un pueblo, al que pusieron por nombre Guigoguito, que significa, Río de las cañas. Etimología: - Guigo, río, y guito, cañas. Después fundaron otros pueblos has- ta reducir á los chontales á la Sierra de Ozolotepec. Los zapotecas de Guigoguito se dedicaron al cultivo de las tierras, así como al desarrollo de la industria y comercio, for- mando 20 años después una provincia rica, floreciente y res- petada de sus enemigos. Desde Cochicahuala ennumeró 24 caciques, que se suce- dieron en línea recta de consanguinidad, hasta la venida de los españoles. Su escudo de armas en la antigiedad fué una aguila que asía con una de sus garras una espada de navajas y en la otra una rodela con plumas. En la guerra que el Emperador de México hizo á Tehuan- tepec en 1469 recorrieron los méxica la Costa del Pacífico y llegando hasta Guiogoguito, previo el permiso respectivo, le pusieron el nombre de Amatlán, no sólo por los higos monte- ses que ostentaba su plaza, sino también por la blancura de sus edificios. Etimología: Amatl, higo montés, amate, (ficus si- comorus) y tlan lugar de. ¡BER Fundación de Miahuatlán. Acuerda el Rey zapoteca fundar un pueblo en Valle Colorado.—Llama á Pichina Bedela y le encomienda la empresa, —Marcha Pichina al sitio y funda á Pelopeniza.—Etimologías. —Ocupación de los pelopenizas y sus riquezas. —Nombre mexicano de Pelopeniza. Fundadas las poblaciones de Lachigaya, Ejutla, Coatlán y Amatlán, dispuso el Rey zapoteca cerrar la puerta que que- (1.) Gay.—Historia de Oaxaca, Tomo 1, Cap. VI, págs. 154 y 155.— Relación que se hizo en 1609 para remitir al Rey de España.—Se lee en la Colección de documentos inéditos de Indias, Tomo IX, pág. 309. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 229 da entre Amatlán y Coatlán, á efecto de que los chontales se remontasen hacia el Oeste. Para llevar á efecto esta empresa, llamó al capitán Pichi- na Bedela, noble de Macuilxochitlán y le encomendó la empre- sa, diciéndole: capitán, os he designado para que fundéis un pueblo en Valle Colorado, situado al pié de la Sierra de los Ti- gres, y al efecto, pongo á vuestras órdenes 3,000 familias. El cacique le contestó: señor, será cumplido vuestro mandato. Los terrenos á ninguno habían pertenecido hasta entonces, y cualquiera, en consecuencia, podía legítimamente apoderar- se de ellos; pero las ambiciones de los pueblos y de sus jefes, difícilmente se contienen en los límites de lo legítimo y de lo justo. Reunido el contingente poblador en la plaza de Macuilxo- chitlán, marchó Pichina Bedela en mayo de 458 con él hacia el sitio mencionado y estando en él ordenó al jefe de cada fa- wilia que tomase el terreno que mejor le acomodara y lo cul- tivase como cosa propia. Así lo hicieron todos los jefes de familia y edificando ca- sas en los terrenos elegidos por ellos, fundaron el pueblo cerca de la vega del río del Zapo. En seguida se dedicaron á sem- brar sus maizales, y habiendo espigado notablemente, sirvie- ron para dar nombre al pueblo, pues le llamaron Pelopeniza, que significa, junto á los espigados maizales. Etimología: Pelo, junto, peniza, de riguicheniza ó riguipeniza, espigar el maíz. También se llamó después Guechetoo, que quiere decir, pueblo grande. Etimología: Gueche, pueblo y too, grande. Se llama también Yezchedoo en zapoteco miahuateco, que signi- fica lo mismo. Satisfechos los pelopenizas con su nueva mansión, se de- dicaron á cultivar sus tierras y á perfeccionar sus artes, alcan- zando pingúes productos con la venta de oro, plata, cobre, no menos que con el comercio de la grana que llevaban á lejanas provincias. 230 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Ricos y honrados vivieron por luengos años, siendo nota- bles por sus vistosos trajes, por sus conocimientos astronómi- cos y por el estadio que hicieron de los fenómenos físicos, pues eran instruídos relativamente en ciencias naturales á que mez- claban para desviar á los profanos, ciertos ritos religiosos y supersticiosos. Por el año de 1469 fué visitado el Pelopeniza por los me- xicanos que sojuzgaron á los chontales del Sur, y entonces le pusieron por nombre Miahuatlán, que quiere decir, lugar de espigas, concordante del nombre zapoteca. Etimología: Mia- huatl, espiga de maíz y tlan lugar de. ” IV: Conquista de Ozolotepec. Acrecimiento de la población de Miahuatlán. —Muere Pichina Bedela.— Acuerdo habido entre sus hijos Biciayache y Bedelayace.—Conquista de Ozolotepec.—Población de Ozolotepec. Habiendo crecido considerablemente la población de Mia- huatlan y creyéndose sus habitantes demasiado estrechos en los terrenos que pacíficamente poseían, volvieron en torno sus ojos buscando campos más dilatados en que ensancharse. Como no era posible adquirir terrenos pacíficamente ya en todas direcciones, por estar ceñidos en sus posesiones el E, por los chontales que poblaban Ozolotepec, acordaron conquis- tar la sierra á fin de fundar pueblos en toda su extensión. Pa- ra lleyar á cabo este acuerdo, aplazaron la conquista, entretan- to se reorganizaba el ejército y se armaba convenientemente. En el año de 490 falleció Pichina Bedela, fundador de Mia- (1.) Gay.—Historia de Oaxaca, Tomo 1, Cap. VII, pág. 155.—Relación que se hizo en 1609 para remitir al Rey de España.—Se lee en la Colección de documentos inéditos de Indias, Tomo 1X. pág. 210. A E Ay - HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUENÑA. 231 huatlán, gobernante de grandes dotes administrativas y prin- cipal iniciador de la conquista. Dejó dos hijos, quienes no pudiendo gobernar juntos el eacicazgo, acordaron que se llevara adelante la conquista del territorio de Ozolotepee, y tocando la suerte al mayor Bicia- yache esta empresa, salió 4 buscar con el filo de su espada el Reino en que debía gobernar; quedándose el menor Bedelaya- ee con el cacicazgo de Miahuatlán. Reunidos los contingentes salió Biciayache de Miahuatlán, con un ejército de 12,000 guerreros sobre los chontales, el año de 731 de la Era Vulgar. Los chontales de Ozolotepec, por su parte, no se descul- daron, poniéndose en armas para resistir á sus injustos inva- sores. La lucha que se siguió á tales preparativos fué terrible; pero la suerte no dispensó en esta vez su favor á la justicia; de 70,000 chontales que se opusieron al paso de los zapotecas, quedaron sólo 1,000 con vida. Los vencedores impusieron su idioma y su gobierno á los ozolotepeques, pueblos que progre- saron después, en términos de contar uno sólo de ellos, á la ve- nida de los españoles, 30,000 habitantes ” VA Conquista de Huatulco, Acuerdan los caciques de Amatlán, Miahuatlán, Coatlán y Ozolotepec con- quistar Huatulco. —Se encomienda la empresa á Biciayache.—Contin- gente.—Sale este caudillo para Huatulco con sus fuerzas.—Bate á los chontales y los derrota.—Se refugian los chontales en Ecatepec y Quie- golani.—Ocupa Biciayache Huatulco. —Fundación de Pochutla, Tona- meca, Loxicha y otros pueblos. Los caciques de Amatlán; Miahuatlán y Coatlán pusieron á disposición de Biciayache 3,000 guerreros, que con 1,500 de (1,) Gay.—Historia de Oaxaca, Tomo I, Cap. VII, pág. 156. —Relación que se hizo en 1609 para remitir al Rey de España. Se encuentra en la Co- lección de documentos inéditos de Indias, Tomo IX, págs. 210 y siguientes. Mem, Soc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911).—30 232 . — MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. su cacicazgo, hicieron un total de 4,500, con los cuales debía conquistarse Huatulco y el territorio situado al Oeste. El 27 de octubre salió Biciayache para la Costa, condu- ciendo el ejército invasor. El 31 se avistó en el pié del cerro de Huatulco, en donde se habían hecho fuertes los chontales; y pernoctó en los planos, poniendo guardias que espiaran los movimientos del enemigo. El 1* de noviembre avanzó sobre los chontales y se libró la batalla, tanto en las vertientes del cerro como en el llano. Los chontales defendierou sus puestos con entereza; pero como sus armas eran la flecha, la lanza y la honda, fueron do- meñados por los zapotecas que hicieron uso, como de costum- bre, de la macana curva, enyo golpe era mortal. En el campo dejaron más de 300 muertos y heridos. Los que corrieron as- cendian á 3,000, y tomaron éstos el rumbo de la sierra de Eca- tepec y otros el de Quiegolani. Dueños los zapotecas del Llano de los Lobos, avanzaron sobre el Puerto y lo tomaron sin ninguna resistencia, hacien- do presos tanto á los ancianos como á las mujeres que se ha- bían quedado, á quienes ordenaron se reconcentraran en Eca- tepes. Como resultado de este triunfo, los zapotecas poblaron el Puerto con gente suya y desde entonces perteneció á la Na- ción Zapoteca. La captura del Puerto de Huatulco puso á los zapotecas en posesión de los terrenos del Oeste, en donde fundaron pue- blos con los nombres de Pochutla, Loxicha, Tonameca, ete., hasta confinar con el Reino de Tututepec. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 233 VE El Pecocha. Aparición del Profeta en Huatulco.—Su nombre zapoteco.—Su etimolo- gía. —Generales y carácter de este profeta. —Enseña moral y graba pies en rocas. —Parece ser el monje asiático Huei Chin.—Profetas del Pe- rú y América Central. —Doctrina Budhica. —Los zapotecas la profesa- ban.—Pecocha es diferente del Quetzalcoatl mexicano, A principios del Siglo Vl de la Era Vulgar, arribó, proce- dente de Nicaragua á las playas de Huatulco, pueblo sujeto entonces á los chontales y después á los zapotecas, un sacer- dote budbista, al que los zapotecas llamaron Pecocha, y con más propiedad Pecuoticha, que significa, “hombre metedor de palabras,” es decir, Profeta, pues está compuesta de pe, apó- cope de penne, hombre, gente; coo, el que mete, metedor, y ti- cha, palabra, concepto ó pensamiento. “Este noble varón, cuenta la tradición indígena que se en- contró abrazado al Madero de la Redención, y que al acercar- se los indios les saludó en su propio idioma, de lo que queda- ron maravillados. Era, dicen, anciano, corpulento, de tez blan- ca, frente ancha, ojos grandes, barba luenga y cabellos larzos y negros; vestía túnica larga y tenía manto. Como duró entre ellos algún tiempo, predicándoles su doctrina, observaron que era benévolo, humanitario, sentimental, sobrio, industrioso, sa- bio, prudente y justo, dictador de leyes benéficas, y al mismo tiempo aseguraron que era el inventor del arte de fundir los metales y grabar las piedras: casi lo tuvieron por un ser ex- traordinario, semejante al Culehunchan de los palencamonos, ó al Quetzalcoatl de los mexicanos, que era el Dios terráqueo de los indios.” “Al retirarse de la Costa les dijo: que les dejaba allí la se- 234 ; MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. ñal de su remedio, y que tiempo vendría en que por ella cono- ciesen al verdadero Dios del cielo y dela tierra.” “A su paso por el Río de la Arena dejó grabado un pié en una peña redond: y otro en Río de la Cruz, próximo á la Bo- quilla.” De este lugar siguió para Coatlán, en cuyo pueblo fué bien recibido de las autoridades y sacerdotes, á los que ense- ñó doctrinas nuevas y conocimientos útiles, que supieron apro- vechar. Terminada su enseñanza en Coatlán se dirigió para la Na- ción Chatina, “á la que impartió moral por algún tiempo, de- jándoles como recuerdo, en un areo del templo de Zenzonte- pec, tres manos pintadas de colorado y cuatro ó cinco letras que parecen griegas.” Separado de Zeuvzontepee se dirigió para la Mixteca. Á su paso por Tamazola, Distrito de Nochixtlán, grabó un pié iz- quierdo en una roca gris que queda al Sur de la población, en la Loma de la Piedra Amarilla, la cual se conoce con el nom- bre de Pié del Gentil. La punta del pié señala el Poniente. En dicha loma está la Gruta de la Casa del Ayua. Incansable en su misión se dirigióá la Mixteca, predicó sus doctrinas en Tilantongo, Achiutla, Yanbuitlán y Apoala, de cu- yo pueblo se separó sin ser visto por los mixteca, para la za- poteca. Estando en la ciudad de Monte Albán, dió conferencias allí, y visitó el peñasco de la Laguna de Roaloo, en que grabó un gran pié. Bustamante dice, que este predicador sembró los sabinos del Marquesado, hecho que ponemos en duda, pues estos ár- boles cuentan más de 3,000 años de edad. Después de algunos días de estancia en la isleta de la La- guna marchó para Teticpac, y de aquí pasó al Xaquija de los (1.) Orozco y Berra., Historia Antigua de México, Tomo II, Libro 59, pág. 183. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 235 zapotecas, donde predicó también, y de cuyo punto siguió pa- ra Liobaa, conocida por los méxicas con el nombre de Mitla. “Instalado e:tre los príncipes y sacerdotes zapotecas, pre- sentó reformas á la religión Quetzalcohua, es decir, la Cuchul- chana ó porlo menos recordó las prácticas religiosas y políticas de la Masonería, por lo que los Huijatoo nunca ensangrentaron sus teimplos con sangre humana, y fueron más sabios é instrul- dos en las ciencias y en las artes que los méxica.” “Cumplida su misión entre los zapotecas, salió para la Na- ción Mixe, y grabó en la cumbre del Zempoaltepee, en un pe- ñasco, dos pies, que Burgoa dice: parecían moldados en cera. Perseguido por los mixes, se arrojó á su vista de la cumbre, sin causarse lesión alguna y desapareció.” Después se mostró á los chontales de Tequixistlán, “a quie- nes predicó sus doctrinas, y dejó entre ellos nna cruz grabada en tierra con el dedo, que se conservó hasta la llegada de los españoles.” “En retirada sobre el Istmo de Tehuantepec, esculpió en el pueblo de Quietabeñe, hoy la Magdalena, la figura que los zapotecas llamaron Guixepecocha, que significa Monte del Pro- feta, pues está compuesta de (Gruixe, monte y de pecocha, pro- feta; y por último, desapareció en el Cerro Encantado de la Isla de Monapoxtiae, en la Laguna Superior, sin saberse des- pués de él? 1 “Hemos trazado todas las huellas de este apóstol, al que no po!lemos menos que señalar con el nombre de Hoei Chin, que en l-ngua china quiere decir, Compasión Universa!, el cual visitó la América por el Siglo VI, llamándole á la parte que conoció Foug Sang: “ ahora nos resta manifestar que las doc- e (1). Burgoa.—Geográfica Descripción.—2* Parte, Cap. UX, pág. 298 vuelta, y Cap. LIX, pags. 244 á 251. (2). Mr. de Guiges.—Mémoires de Académie des Inscription et des. Belles Lettres, Tumo XXVIII, pags. 503 y siguientes. 236 . MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. trinas que predicó y las reformas que introdujo en la religión de los Huijatoo, prueban de un modo evidente su origen bud- hista.” “¿Su nombre zapoteco Pecocha tiene muy grande similitud con el Viracocha del Perú; sieudo por otra parte muy digno de notarse, que tanto Nemquanteba, Bochicá y Subé. apósto- les de Bogotá, Panamá y Nicaragua, hayan aparecido al mis- mo tiempo que el Pecocha de la Zapoteca, y que sus doctrinas hayan tenido tanta semejanza. Hay, además, la circunstancia, también digna de consideración, de que todos estos nobles varones se mostraron á varios pueblos y desaparecieron del mismo modo.” “¿sería uno sólo el profeta, ó serían varios los discípulos de esta religión, que se presentaron en el Continente Ameri- cano? No podemos contestar categóricamente esta pregunta. Sólo nos consta? que los discípulos del budhismo, secta pa- cífica, casta y contemplativa, como iniciada en los misterios de la luz, sufrió p+rsecuciones cruelísimas de los Brahamines y de los corifeos de Siba, Divs sensual y sanguinario, emblema de la destrucción de los seres; consiguiendo desterrarlos del Indostán por los Siglos V y VI de la Era Vulgar, época que coincide con la predicación en el Nuevo Mundo de la doctrina Bubda.” k “Dada la creencia de la profecía, y siendo Pecocha un pro- feta, no sería difícil infer r aquí, que los indios lo hayan te- tenido por Quetzalcoatl, pues es bien sabido que este nombre lo asumía todo sacerdote elevado á la Suprema Autoridad Es- piritual, así como los católicos le dan el título de Papa á todo Jefe Supremo de la Iglesia Romana.” “La Teogonía zapoteca que nos han legado los frailes mi- sioneros de la época de la Conquista, nada dice acerca de las (1,) Diccionario Universal de Historia y Geografía, Tomo l, pág. 723. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 237 verdaderas prácticas morales y religiosas de los indios; sólo se ocuparon de poner al alcance de los pósteros la parte supers- ticiosa y fea del Nahualismo, para justificar más la conquista, muriéndose con el secreto, y sin dejar un viso, siquiera tenue, que diera á conocer que los indios adoraban al Supremo Ar- quitecto del Universo.” “Tan es cierto esto, que los huaves que habitaban la La- guna Superior han sido sorprendidos en el Monapoxtiac, cele- brando el Solsticio de Verano. Por otra parte, se encuentra como vestigio masónico el dato histórico de que el número de sacerdotes aprehendidos en el Palacio del Rey de Tehuante- pec, fué siete, y siete el de los templos de Pinopaa, ? que prue- ba hasta la evidencia el origen búdhico de esta práctica admi- nistrativa de los templos zapotecas.” “Concluimos este estudio manifestando que el Pecocha de la Zapoteca no debe confundirse con el Quetzalcoatl mexica- no: aquel arribó por el Sur en las playas de Huatulco, á prin- cipios del Siglo VI, y éste se presentó por el Norte, hacia el Siglo XI; Pecocha, de origen asiático y barba larga y negra, se retiró por el Sureste de Tehuantep-e, y Quetzalcoatl, de origen irlandés y barba larga y blanca, por el Noreste, hacia Coatzacoalco, en busca de Tlapallan, Y sin tocar Oaxaca, pues no hay tradición de su paso por la Mixteca, Zapoteca, Chinan- tla y Mixistlán.” NoTA.—Esta relación se encuentra aumentada en un capítulo de la “His- toria de la fundación de Mitla” que el autor está escribiendo. e (1). Martínez Gracida.—El Rey Cosijoeza y su familia, Caps. 53 y 82. (2). Orozco y Berra.—Historia antigua, Tomo l, Cap. V, pags. 95 á 104, y Tomo II, Libro 1?, Cap, 1, pág. 516. 238 : MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA VII Guerra Chontalteco-Zapoteca. Embajada zapoteca. Irrupciones y depredaciones delos chontales sobre los pueblos zapotecas.— Envía Zachila 11 un Embajador al Rey de la Chontalpa á pedir expli- caciones sobre la corducta de sus súbditos. —Contesta Amahsi Tla- pique que el Cacique Tlaiñofatloyac obraba por su cuenta y riesgo.— Despacha Zachila 11 emisario al Cacique previniéndole, se abstuviera de atentar contra los pueblos zapotecas de la frontera.—Contesta el Ca- sique que no teme á las fuerzas zapotecas y que las espera en el Lla- no del León. La Chontalpa, tribu situada al S. E. de la Zapoteca, había vivido en paz por luengos años con los Reyes de esta Nación; pero desde el año de 1425 los chontales del Departamento de la Sierra del León (Tlihuala Calshmu) comenzaron á hacer al- gunas correrías sobre pueblos zapotecas desde Totolapan has- ta Ozolotepec, no con el propósito de recuperar los terrenos que antes habían perdido, sino con el fin de robar semillas, capturar zapotecas y preparar un conflicto entre los Sobera- unos de ambos Estados. Zachila II antes de proceder contra los chontales, envió un Embajador al Rey Amahsi Tlapique, residente en Ecate- pec, y presente en la casa Real, dijo así al Rey: “Señor de la Chontalpa: Mi Señor, el poderoso Rey Zachi- la II que gobierna la Zapoteca, me envió hasta vos, con el fin - de manifestaros, que vuestros súbditos de la Sierra del León, causan muchos perjuicios desde hace cinco años á los pueblos de Totolapan, Zoauitlán, Lachiguirí y Ozolotepec con sus con- tinuos robos y otras depredaciones; que cansado ya de sufrir HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 239 tanta vejación, os notifica, que está dispuesto á hacerse respe- tar por medio de las armas, si los chontales de esa Sierra no se contienen en sus correrías y bandidaje, y por último, que espera de vos, pronta y cumplida satisfacción para normar á ella sus procedimientos.” El Rey Chontal contestó á Belaloo en estos términos: “Señor Embajador: Me apena manifestaros que mis súb- ditos de la Sierra de León estan sustraídos á la obediencia de mi Gobierno desde hace ocho años. El Cacique Tlaiñofatloyac, mediante promesas y engaños consiguió sublevar contra mí á los pueblos de esa Sierra, y no habiendo podido reducirlo al orden porque cuenta con muchos parciales quelo sostienen, me resigné á dejarlo sin castigo, entretanto mi Gobierno afir- ma su estabilidad, es decir, la Unión del Reino, pues como consta á la Zapoteca, somos seis los Gobernantes, y obramos independientemente, en nuestros departamentos. Reconocen como superior al Gobierno de Ecatepec, que es el que repre- sento, los de Tequixistlán, Tlacolulita, Huamelula, Mecalte- pec y Mixtepec, este último sublevado. Actualmente se traba- ja por reconstruir á la Chontalpa de un modo firme para ase- gurar su independencia y desarrollar sus elementos; así es que, “lo que está haciendo el Cacique de la Sierra de León, lo hace de propia autoridad, pues no cuenta con mi anuencia ni con la de los otros Caciques. Hecha esta aclaración, servíos decir al Rey Zachila If, que no obstante que el Cacique de Mixte- pec no me obedece, voy á hacerle serios extrañamientos y que sl acaso, como es probable, no los acata, queda en libertad pa- ra obrar contra él, como bien le parezca.” El Embajador se retiró de Ecatepec y presente en Teotza- potlán dió cuenta á Zachila 11 con el resultado de su comi- sión. Obrando con prudencia el Rey Zapoteca envió un emi- sario á Tlaiñofatloyac previniéndole, que se abstuviera de con- tinuar molestando á los pueblos zapoteeas de la frontera, bajo el concepto de que si recibía otra queja de sus súbditos pasa- Mem, Soc. Alzate. México T. 30 (1910-1911)—31 . 240 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. sx ría á sus dominios con un respetable Ejército á hacer pesar su poder. El Casique Chontal era osado y valiente, y contestó al emisario, “que no tenía miedo á Zachila II ni á sus guerreros; que estaba preparado á la guerra, y que lo esperaba en el Lla- no del León, donde tendría la satisfacción de medir con él su brazo y su valor.” | Contestación tan arrogante, á la vez que altiva, precipitó los acontecimientos; Zachila 11 declaró la guerra á los chon- tales de la Sierra de León. VALL. Reconcentración de fuerzas zapotecas. Reconcentra Zachila 11 el Ejército del Valle de Teotzapotlán y lo dota de buenas armas. —Sale Zachila á la campaña contra los chontales.—Se sitúa primero en Chichicapan y después en Zoquitlán.—Manda explo- rar el campamento enemigo y con los informes que tiene, forma su plan de ataque. —Orden de marcha. Declarada la guerra á los chontales por el Gobierno zapo» teca, reeoncentró Zachila IT el Ejército del Valle de Teotza- potlán, y ordenó 4 los Gobernadores de Amatlán, Miahuatlán, Ozplotepec y Coatlán, situaran 10,000 guerreros en la fronte- ra de la Sierra del León. ' Remitido el Ejército y dotado de buenas armas, salió el Rey Zachila II el 14 de enero de 1436, rumbo al $. E. toman- do el camino de Coyotepec hasta caer á Chichicapan. En este pueblo se le incorporó el contingente del Valle de Tlacolula, así como el de Ejutla, formando entonces un total de 15,000 hombres, El 18 evacuó Chiehicapan y se situó en Zoquitlán, ocupan- do las tropas las alturas del pueblo, que fueron: 1* el Cerro Grande, 2* el Quiabeche ó Cerro del Tigre, situado al Norte, HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUENA. 241 que tenía 14 murallas, de mayor á menor en su circunferen- cia; 3* el Cerro Gordo ó Guiabenne. En este pueblo se pu- sieron á sus órdenes los Capitanes de los Cuerpos miahuate- eos, á quienes dió instrucciones precisas, para que al regresar á sus puestos, Jas pusieran en ejecución sin desviarse un ápice de ellas. Como la Sierra del León, se encontraba á unas jornadas del Cuartel General, el Rey Zachila II destacó espías sobre ella, é informado de las posiciones de los chontales, formó su plan de ataque, y comunicó al Ejército la orden de marcha. IX. Marcha de Zachila II sobre la Chontalpa. Avanza Zachila II con su Ejército sobre Monte León.—Ataca á los chon- tales y los vence. —Graban los zapotecas una mujer en la roca del Ma- nantial y le dan el nombre de Quiechapa.—Se funda el pueblo de este nombre con 500 familias. El 22 de enero á las 5 de la mañana, emprendió su marcha Zachila 11 del pueblo de Zoquitlán para el pueblo chontal de Tlimuco Calshumí ó sea Monte del León, fraccionando su Ejército en tres Divisiones de 5,000 hombres cada una. La primera división marchaba al Norte, llevando por General á Tapa Guiagueza; la segunda al centro, á las órdenes del Rey, y la tercera al Sur al mando del Príncipe Zachila, distante ca- da una media legua á lo sumo. A las 10 de la mañana se avistó el ejército zapoteca fren- te á las posiciones chontales, prorrampiendo en un grito de alegría. Ocupaban estos los cerros del León y los desfiladeros del Río del León. En vista de las posiciones del enemigo, que eran ventajosas, dispuso Zachila atacarlo, tanto por los flan- cos como por el centro, á fin de Hacer más violento y factible el éxito del combate. Comunicadas las órdenes á los Jefes de to 42 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. las columnas, se puso en movimiento el ejército y cayó sobre los chontales simultáneamente con brío, quienes valientes has- -ta la temeridad, sostuvieron una lucha ruda y sangrienta des- de las 12 del día hasta las 4 de la tarde, hora en que domina- dos más por la pericia militar que por el número de zapotecas, tuvieron que abandonar sus posiciones, y reconcentrarse en precipitada fuga, á su cuartel general, el Llano del León. Re- cogido el campo, se encontraron 500 zapotecas muertos y 750 chontales, más 115 heridos.” Dueño Zachila II del pueblo de Monte León, mandó al día siguiente arrasarlo para fundar otro en sitio ameno y de me- jor posición, que sirviera de avanzada y cuidara, como Cabe- cera, de los demás pueblos que en esta campaña se había pro- puesto fundar para asegurar con broche de oro las conquistas de la zapoteca. En busca del sitio, los zapotecas, se encontraron primero una gran roca tajada perpendicularmente en el costado meri- dional del Cerro del León, de cuyo centro brotaba un hermo- so chorro de agua, que daba orígen al Río del León. Examinada detenidamente la roca, convinieron en grabar en ella una mujer voluptuosa, sentada en cuclillas y por cuyo seno debía salir el agua. Poniendo en ejecución el pensamien- to, tallaron en la roca la figura con tal perfección, que más que mujer parecía una Diosa por la belleza de su rostro y for- mas de su cuerpo. Llamaron á este monumento del arte, Quie- chapa, que quiere decir en zapoteco Piedra de la Muchacha ó Muchacha de Piedra. Etimología: Quie, piedra y chapa, mu- chacha. El asiento del pueblo lo fijaron los zapotecas á media le- gua al Sur del monumento, en sitio fértil, sano y de magnífica vista. Aceptado por Zachila 11 el sitio, mandó fundar el pue- blo con el nombre de Quiechapa; le señaló límites y lo pobló con 500 familias de los pueblos de Zoquitlán, Amatlán, y Ozo- lotepec, henchidos entonces de gente. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 243 Hecha la fundación de Quiechapa, continuó Zachila 11 la campaña contra los chontales; dejando en dicho pueblo 1,500 guerreros de guarnición. NE Diosa del Agua. Convierten los indios zapotecas á la Muchacha de Piedra en Diosa del Agua.—Su fama y su culto. —El catolicismo pudo extinguir el culto.— Manda el Obispo Maldonado destruir la Diosa del Agua.—El Cura eje- cuta el mandato y se ausenta de la población.—Tradición.—Persiste el culto en la actualidad. —Señales. La figura de Quiechapa grabada en la Roca del Manantial, que significa Piedra de la Muchacha, fué convertida por los zapotecas en Diosa del Agua, en Pitaogona Cosiyo. Alcanzó tal fama y prestigio, que de lejanos pueblos concurrían caravanas de creyentes á tributarle culto en solicitud de sus beneficios. Su fiesta solemne tenía lugar el 3 de mayo. El sacerdote encargado del culto mandaba adornar la roca y la poza del manantial con flores y coneurría ese día con todos los creyen- tes al sitio sagrado, donde se levantaba un altar, con vista al Oriente. En él, después de orar y zahumar por tres veces á la Diosa, se colocaba un ciervo, se consagraba y se sacrificaba, ofreciendo el sacerdote, con la mano levantada, el corazón de la víctima á la Deidad en expiación de culpas y en propicia- ción de bienes. Concluído el sacrificio, todos los indios depo- sitaban sus ofrendas de flores y de semillas al pié de la roca, sobre un terraplén, y dirigiéndose el sacerdote hacia elias, las bendecía con 3 zahumerios de incienso. En seguida se ento- naban dulces cantares, en cuyas estrofas se ofrecían los fru- tos y se pedían los beneficios de las lluvias para las semente- ras; después, se tomaba un poco de agua en un tecomatl ó vasija, que esparcía el sacerdote en la tierra, simbolizando 244 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. con esta ceremonia el acto de fecundación, y por último se servía un banquete en honor de la Diosa, en el que se senta- -ban sólo los cofrades. El día lo pasaban en conversaciones ho- nestas algunos creyentes, otros se bañaban en el río, y otros arreglaban su retorno. Al retirarse á las 6 de la tarde canta- ban una plegaria. Hecha la conquista de México en el año de 1521 y por en- de la de Oaxaca, los indios fueron convertidos al catolicismo por los frailes domínicos; pero como su conversión no fué só- lida, persistieron en su secreto tributando culto á la Diosa del Agua, cuyos beneficios no podían olvidar. Habiendo llegado á noticias del Cura de Quiechapa, que los indios á pesar de las exhortaciones, continuaban en su an- tigua idolatría, dió cuenta al Obispo Fray Angel Maldonado, para que determinase lo conveniente, bajo la advertencia de que, si acordaba la destrucción de la Diosa del Agua, tuviera presente el peligro que corría, pues montados los creyentes en cólera, atentarían contra su vida y la de los católicos que veían con repugnancia los actos de idolatría. El Prelado, sin hacer caso de la advertencia, ordenó al Cura que sin pérdida de tiem- po procediera á la destrueción de la Diosa, pues convenía así á los intereses del catolicismo. En vista de esta orden, el pá- rroco tomó todas las precauciones que exigía el caso. Reunió, pues, á los indios más fervientes y devotos del culto cristiano, y una noche cuando todo el pueblo dormía, se dirigió con ellos á la roca del manantial, y con cohetes destruyó dicha roca, desapareciendo el grabado de la Diosa del Agua. La destrue- ción fué tan completa, que no quedó ni señal de ella. Sólo una hoquedad, grandes piedras junto al nacimiento del agua, que no dan idea, ni siquiera remota, de cómo era dicha figura. El Cura se ausentó desde esa noche de la población para no perecer en manos de los idólatras, que al día siguiente, unos llorando y otros rugiendo de cólera, ofrecían vengar tan inau- dito atentado. Por fin, el tiempo los calmó, y el Obispo mandó otro párroco, HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 245 Cuentan los indios de Quiechapa, que desde que tuvo lu- gar este acontecimiento, el agua del manantial brotó con me- nos abundancia, pues quedó reducido á casi la mitad, y que sólo volvió á su antiguo ser, hasta después del memorable te- rremoto de 11 de mayo de 1870. Un sacudimiento provocado por la mano del hombre cerró las arterias del manantial y uno natural vino á abrirlas de nuevo. Si la Diosa del Agua desapareció de la roca, su culto no se extinguió ni se extingue hasta hoy. Dos veces en el año con- curren varios indios comarcanos á rendir actos de idolatría, principalmente los de los pueblos de Mixtepee, del Distrito de Miahuatlán, bajo la ilusión de que en el centro del manantial mora la Diosa protectora de la agricultura. La primera, el 3 de mayo, día de la Santa Cruz, y la segunda el 12 de junio, día de la Trinidad. En ambos días, los creyentes reunidos allí, hacen sacrificios de animales, pidiendo á la Diosa del Agua abundantes lluvias y aumento de ganados, ó que parezcan los animales que se les han perdido ó hurtado. En los lados del manantial se encuentran, después de esos días, varios corralitos bien construidos con varillas de árboles, y enmedio de éstos, la figura de un toro, ó de cualquier otro animal, amarrado al bramadero. Este acto revela la solicitud de pedir al Numen protector, el hallazgo de los animales per- didos ó el aumento de los que crían los indios en sus casas y ranchos. También se encuentran braceritos con carbón, que sirvie- ron para quemar copal ó perfuman al Numen, así como plu- mas delas aves sacrificadas, y otros vestigios más que persua- den plenamente de la subsistencia del culto á la extinguida Diosa del Agua. (1.) Carta de D. Manuel Jiménez Ramírez al Sr. Martínez Gracida, fecha 5 de diciembre de 1892, que exploró el manantial de la roca, como Jefe político del Distrito de Yautepec, á solicitud del expresado Sr. Mar- 246 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. XT Batalla del Llano del León. Bate Zachila II al cacique Tlaiñofatloyac y lo vence en el pueblo del Lla- no del León.—Se refugia el cacique Chontal en Tlapiquegalpanai.— Funda Zachila II el pueblo de Lachibiaha. Ascendía por el Oriente el Lucero del Alba el 30 de ene- ro, cuando Zachila II movió su ejército sobre el Lano del León. AMí fiel á su palabra, lo esperaba el cacique Tlaiñofatloyac con 5,000 chontales valientes y resueltos. tínez Gracida, entonces Oficial Mayor de la Secretaría del Gobierno del Es- tado de Oaxaca. El Sr. D. Daniel Rueda, vecino de Quiechapa, refiriéndose á la persis- tencia de la idolatría en dicho pueblo, dice en “La Unión,” correspondien- te á 1906, lo que sigue. A la rara peregrinación asiste todo el pueblo, llevando los pr+sentes mas significativos para darle todo el culto de sus antepasados á la inolvi- vidable Chapa. Al llegar al ojo de agua se acercan con toda reverencia á una especie de nicho triangular formado por los destrozos de la mujer memorable; y lo riegan de flores, encendiendo á continuación innumerables velas de cera para que ardan, según costumbre, sobre los vestigios mencionados. En un hermoso canal de la gran piedra, por el cual sale el agúa todavía, los peregrinos arrojan en gran cantidad las frutas más fragantes que se cul- tivan en la población. Esta ofrenda es arrastrada por la corriente y recibida á corta distan- cia por grupos de muchachos que oportunamente se preparan con el objeto de aprovecharla. Después que se han entregado los presentes y ofrecido el Gashial (in- cienso) á la Chapa, se oye la rara música compuesta de jaranas y guitarras de cinco cuerdas á cuyo compás danzan los naturales entonando los canta- res rústicos de la región. El nacimiento esta rodeado por un bosque de encinos y laureles que le da toda la hermosura y original atractivo que produce la belleza natural HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUENÑA. 24 -—] A las 11 de la mañana el ejército zapoteca descendía de los montes para el Llano del León y á esa hora Tlaiñofatloyac le presentó batalla en campo raso. El Rey Zachila IT siguiendo su táctica, mandó batir á los chontales por los flancos y el centro. Las columnas se lanzan impertérritas y son recibidas con indómito valor por huestes chontales: se empeña el combate cuerpo á cuerpo, y corre la sangre en abundancia en la alfombra de césped dorado y las pequeñas sinuosidades del terreno durante cuatro horas, al cabo de las que viendo Tlaiñofatloyae, que sus mejoros capi- tanes habían muerto y que la macana zapoteca segaba vi- das á diestra y siniestra, cedió el campo y emprendió la reti- rada hacia el S. E. con dirección al pueblo de Tlapiquegalpa- nal. Murieron en este combate 1,250 chontales y 430 zapotecas. El botín de guerra fué abundante y se repartió entre las tro- pas. El pueblo chontal llamado Tlihucohma Calshumú, fué des- truido por mandato del Rey vencedor y en su lugar se fundó otro con 300 familias zapotecas, bajo la denominación de La- chibiaha, que como el extinguido, significa Llano del León. Organizado el pueblo y nombradas las autoridades encar- gadas de gobernarlo, libró orden Zachila II al general Tiopa- En la fiesta del Corpus Christi, la Quiechapa recibe ofrendas de los pueblos vecinos, Las aguas de este rico manantial, que por muchos pueblos se tienen por medicinales, son visitadas en varias épocas del año por enfermos que concurren á bañarse en ellas, con la esperanza de obtener el alivio. Como los naturales creen que el 3 de mayo la Chapa concede todo lo que se le pide, es curioso ver en este día el modo particular que tienen de formular sus peticiones. Quien desea tener una casa, tiene que formarla en miniatura con las pajas y piedrecitas que se encuentran cerca del nacimiento del agua. Los ranchos, el ganado, los terrenos y todos los demás bienes que esa clase de gente apetece, los pide siempre del mismo modo. Mem, Soc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911),—32 248 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. bedela para que se moviera con el ejército miahuateco el 12 de febrero, sobre el camino que conducía al pueblo chontal en la Roca del Río, en cuya mitad lo esperaría, tomando las me- jores posiciones por vía de precaución. Después de esta de- terminación, dotó al pueblo con una guarnición de 1,500 hom- bres y dictó la orden de marcha. Todos los cuerpos se prepa- raron en la noche. XII. Batalla de Quiegolanz. Emprende Zachila II la marcha sobre Tlapiquegalpanai.—Incorporación de fuerzas miahuatecas. —Se presenta Zachila II frente al pueblo.— Fuerte chontal. —Abandonan las familias chontales la población.— Asaltan los zapotecas el fuerte y son vencidos los chontales. —Arrasan el pueblo y en su lugar fundan á Quiegolani.—Muere asaeteado Tlai- ñofatloyac y son expulsados los prisioneros y familias chontales hacia Ecatepec. —Fundación de pueblos zapotecas.—Retorno de Zachila II. El 12 de febrero, como á las 6 de la mañana, salió de La- chibiaha el Rey Zachilla IT con 10,000 guerreros sobre el pue- blo chontal de Tlapiquegalpanai, último refugio de Tlaiñofa- tloyac. El 13 se le incorporó el general Tiopabedela con las fuerzas miahuatecas en Quiebejolo y formó entonces un ejér- cito de 24,000 hombres. El 14 continuó su marcha con todas las precauciones debidas, y se presentó frente al pueblo á las 12 del día. Los guerreros chontales ocupaban un gran cerro rocallo- so, rodeado casi por el Río del Venado, en donde habían levan- tado una fortificación inexpugnable. Al pié del cerro se encon- traba situado el pueblo, en el que había muchas familias chon- tales de los pueblos vecinos que se habían refugiado con todos sus intereses. Zachila II comprendió que en el baluarte se defenderían HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 249 los rebeldes desesperadamente, puesto que no podía pasar á los dominios del Rey de Ecatepec. También consideró que las familias refugiadas y las nativas del pueblo no debían ser víc- timas de los horrores de la guerra y mandó comunicarles que se salieran de la plaza. Acatando las familias chontales la orden de Zachilla II, abandonaron la población, y fueron conducidas con una escol- ta á una eminencia, distante de alla una legua poco más ó me- nos. En seguida el Rey zapoteca fraccionó el ejército en cuatro divisiones de 5,000 hombres cada una. Situó la primera al Nor- te, que era su retirada, al mando del general Tapaguiagueza; la segunda al Este, á los órdenes del general Bechuyache; la tercera al Sur, al mando del general Tiopabedela y la cuar- ta al Oeste, á las órdenes del Príncipe heredero de Zachila. Cuando vió ejecutado el Rey su mandato, dijo á su Minis- tro Biciadani: “Ahora síno se me escapa Culebra Brava, pues este lugar va á ser su tumba.” Al presentarse la noche, los Grenerales zapotecas manda- ron poner avanzadas y encender hogueras; el resto de sus tro- pas que no tenía servicio se entregó al sueño. El 15, á las 4 de la mañana, el toque de la concha despertó al Ejército, el cual se puso á alistar sus armas. A las 6 el Rey mandó á los Ge- nerales que almorzaran sus tropas, y á las 8 que avanzaran hasta sitiar al enemigo. Así lo ejecutaron los Jefes. Sonó la concha en el Cuartel á las 9, y los cuerpos de asalto se preci- pitaron compactos sobre la fortaleza. A poco, y en medio de gritos y silbos, comenzó el combate: los chontales y los zapo- tecas peleaban cuerpo á cuerpo en los lados vulnerables del fuerte, con valor desesperado, pues los primeros salieron á su encuentro; rechazados por los zapotecas, se encerraron en su fortificación, y entonces, vióse el campo sembrado de cadáve- res, sobre los que pasaron los vencedores como á las 12 del día para dar el asalto. Llegan al pie de las trincheras, las es- 250 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. calan y continúa el combate entre los contendientes, feroz y encarnizado, hasta las 2 de la tarde, hora en que Tlaiñofatlo- yac y los suyos se rindieron á los zapotecas poniendo sus ar- mas en el suelo. Perdieron los chontales en este combate 828 hombres y los zapotecas 517. El pueblo fué arrasado y en su lugar fundó Zachila IL otro con el nombre zapoteca de Quiegolani, que quiere decir, den- tro de los Ríos, por estar situado en medio de dos ríos. Bur- goa escribe Quiejecolani, que significa peña, tajada ó partida, por estar ubicado al pie de una roca inexpugnable. Tlaiñofatloyac promovedor de la guerra, fué sentenciado á muerte por Zachila II, sentencia que se ejecutó en la plaza por aseatamiento. Los Jefes subalternos fueron indultados. Los prisioneros y las familias chontales fueron expulsados para el dominio del Rey de Ecatepec. Con esta victoria consiguió Zachila II reducir á los chon- tales al Este Sur Este. Recorrío al N. la zona conquistada y fundó los pueblos de Chapahuana, Leapi, Yautepec, Lachibi- tó, Guichina, Gegolabichi y Chibaguela. Situado en Quiecha- pa, ordenó al Príncipe Zachila se le uniese en dicho lugar y fundase algunos pueblos. Ejecutando la orden real, fundó Quibejolo, Quianitas, Quioquitani y Quierí, dejando como su padre, guarniciones en ellos. Incorporado al Rey le dió cuen- ta de las providencias dictadas, todas las que fueron aprobadas. Terminada la guerra, Zachila 11 regresó con una División de 5,000 hombres para la Capital del Reino, á la que arribó el 26 de mayo y en la que fué recibido con los honores de héroe por la Corte y pueblo zachileño. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 251 XITI. Dios de las Sementeras . Los indios zapotecas ponen al pueblo de Quiegolani bajo la protección del Dios de las Sementeras. —Descripción del ídolo.—Culto; destrucción del ídolo por Fray luis de San Miguel. —Persistencia del culto. Poco tiempo después de fundado Quiegolani los indios Za- potecas pusieron al pueblo bajo la protección de Pitao Coco- bi, Dios de las Sementeras. La estatua que representaba este Numen, era de barro, medía 35 centímetros de alto y se encontraba sentada en icpalli. tenía cubierto el rostro con una máscara y lucía elegante dia- dema con gallardas plumas, en cuya parte central tenía un jo- yel simbólico con piedras finas incrustadas, ojos con pupila de rubí, zarcillos y collar de chalehihuitl, y en cada lado de las orejas, una mazorca de maíz, erguida, símbolo de las mieses. Vestía cotón de labores y calzón corto, ceñido con maxtlatl, y calzaba cactli. Apoyaba las manos sobre las rodillas en ac- titud de descanso. Su Santuario era un nicho subterráneo, abierto en medio de una gran sementera, con el fin de disimular la entrada. Se encontraba bruñido y adornado con ricas mantas. El culto de esta Deidad seguido por muchos años y por muchos pueblos, consistía en buscar en tiempo de la cosecha, la mazorca más grande, más llena y de mejor grano: hallada en estas condiciones, se le adornaba con flores silvestres y se le colgaban piedrecillas verdes; despues de esta operación, se colocaba en el altar por los sacerdotes, se ofrecía al ídolo pro- tector y se cantaba y bailaba en su presencia. Terminada la ceremonia se envolvía la mazorca en un lienzo blanco de algo- dón y se guardaba en una petaca hasta el tiempo de arar ó ca- 252 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. var nuevamente la tierra, en cuyo día, presentes los sacerdo- tes y algunos principales, era tomada por uno de aquellos, que tenía cuidado de envolverla en una piel de venado, preparada con limpieza y esmero. De este modo era conducida en pro- cesión por las sementeras, y en una de ellas, donde de antema- no se había abierto un sepulero, se depositaba con. cánticos religiosos y zahumerios de incienso, pidiéndole de todas ve- ras una buena cosecha. Este sepulcro quedaba bien tapado y señalado. Si la cose- cha había sido buena en granos, ocurrían todos al lugar donde estaba enterrada la mazorca, presididos de los sacerdotes, quienes practicaban la excavación, y sacando la mazorca re- partían los granos ó restos á los concurrentes, y eran estima- dos por éstos con sobrada reverencia. Sila cosecha había sido mala, entonces quedaba sepultada la mazorca. En el primer caso se tributaban alabanzas á Pitao Cocobi, por sus prodigios benéficos, y en el segundo se le hacían sacrificios de aves y preces para atraer su voluntad. Como después de la conquista española, los indios conti- nuaron tributando culto al Dios de las Sementeras, Fray Luis de San Miguel, á quien se denunció el hecho, pasó al escondi- te del ídolo, y lo encontró envuelto en una piel de venado muy bien aderezada. Sacado por este sacerdote con gran indigna- ción, lo destruyó en presencia de muchos indios. Si el ídolo fué destruido, el culto no fué extinguido, pues los creyentes persistieron tributándoselo por luengos años. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 253 XIV. Zapotecas hechos barbacoa. Sorprenden los chontales á los zapotecas en la Fortaieza del Jabalí. —Ca- van un horno y convierten los cuerpos muertos en barbacoa.—Hogue- ra de cadáveres. —Festín matutino. —Pirámide de huesos y cráneos. —Persiguen los zapotecas á los chontales y matan á flezhazos á los prisioneros. En 1436 los chontales al mando del Capitán Shimalinhna, en venganza de las derrotas sufridas en 1425 se propusieron dar una sorpresa á los zapotecas que guarnecían la Fortaleza del Jabalí. El hecho se refiere así: Fiados los guerreros zapotecas en el estado de inacción de- los chontales, el cual indicaba que se habían reducido, comen- zaron aquellos á descuidar la vigilancia y á dormir tranquilos. Observando los chontales que el número de guerreros era po- co y que no tomaban todas las precauciones debidas para res- guardar su persona, resolvieron dar un asalto á la Fortaleza, y la confabularon econ calma. Una noche del mes de mayo en que los guerreros zapotecas dormían descuidados, se aproximaron los chontales á la forta- leza y ascendiendo por una cuchilla del cerro, salvando riscos y saltando por entre las peñas, cayeron de improviso sobre ellos, haciendo una carnicería espantosa, de que sólo se esca- paron unos cuantos, Dueños los chontales del fuerte, destruyeron cuanto ha- llaron á las manos, y en conciliábulo determinaron hacer un festín con los cadáveres de sus víctimas. Eran antropófagos, y la ocasión no podía ser más propicia. Poniendo en práctica su acuerdo, cavaron violentamente un gran horno al pie del Monte del Jabalí, y lo rellenarón con piedras y leña: en segui- da le prendieron fuego y bajaron á cuestas el mayor número 254 MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA de muertos, á los que destriparon y salaron: convertidas las piedras en ascuas, echaron los cuerpos encima de ellas y ta- _paron después el horno con ramas, yerbas y tierrra para que se cocieran en barbacoa. Mientras se cocían los zapotecas, los chontales danzaban de gusto á la luz de una inmensa hoguera, atizada también con cuerpos muertos, que en consorcio con el combustible ve- getal, producían una flama siniestra, pero cuya vista llenaban de regocijo salvaje á los mismos chontales. Al despuntar la aurora del nuevo día, los chontales ento- nando un himno canivaleseo, destaparon el horno, y cual ti- gres hambrientos se arrojaron sobre los cadáveres cocidos y se los enguyeron como manjar apetitoso, en medio de alaridos de triunfo y de marcados actos de escarnio. Terminado el festín, se retiraron á las 7 de la mañana rum- bo á Tlacolulita, dejando allí en forma de pira los huesos y ea- laveras de sus víctimas como un recuerdo de su inaudito y atroz salvajismo. Los pocos soldados zapotecas que escaparon de la matan- za por los riscos y breñales, dieron parte á la guarnición del Cerro de la Muralla, y salió la mitad de ella en persecución de los chontales, que cual venados espantados se habían interna- do entre sus bosques y guaridas á considerar el resultado de su inicuo proceder. La expedición aprehendió á algunos chontales que fueron muertos á flechazos, y regresando á los tres días, se situó en el Cerro del Jabalí hasta que fué relevada por nuevo destaca- mento enviado por el Gobierno zapoteca. El horno en que fueron cocidos los zapotecas, afecta la for- ma de un horno de cocer maguey, y por el hecho referido, se conoce con el nombre de “Horno de los zapotecas.” HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 255 CAPITULO XV.—Afane Lanchine. (LEYENDA CHONTAL). E La anciana (Quecutlipa en el bosque. Estado tranquilo y bello de la Naturaleza.—Sale la anciana Quecutlipa sobre el bosque en busca de flores. —Meditación de la anciana.—Se encuentra un huevo y lo guarda. Era una tarde tranquila y apacible de la Primavera del año de 1350, La brisa impregnada de aromáticas emanaciones movía suavemente las plantas y arbustos diseminados en los bosques del pueblo de Quierí regados por arroyuelos murmu- radores, en cuyas eristalinas aguas se reflejaba un cielo lím- pido y sin nubes, así como la faz radiosa del Dios Febo que dirigía lentamente su carrera hacia el Occidente. La Naturaleza se ostentaba llena de vida y lozanía, sin que el más insignificante fenómeno trastornara su curso ó cambiara su belleza en esos momentos en que las flores ex- halaban sus perfumes más delicados y las aves entonaban sus mas variados trinos. Quecutlipa, anciana septuagenaria, la mujer santa que em- bellecía con sus virtudes el estrecho recinto de su hogar, la sacerdotiza de la familia chontal á quien todos veneraban por su honradez y porque el invierno de la vida cubría su cabeza de argentada nieve, se dirige hacia un frondoso bosque sembra- do de vistosas flores, situado al Noroeste del pueblo de Quierí y regado por el hermoso Rio de los Pavos. En su semblante surcado de arrugas, se demuestra la divina satisfacción que experimenta su alma. (*) (1). Quecutlipa significa en chontal Dos Rosas. Etim.: Oque, dos, cu, pronombre posesivo y tlipa flor ó rosa. También puede interpretarse por Mem, Soc. Alzate. México T. 30 (1010-1011) —33 256 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Sus ojos empañados por el polvo de los años, se dirigían á un punto vago del espacio y en su frente espaciosa se trans- parentaba que ideas muy altas, aleteaban en su cerebro, Sus pasos lentos y acompasados indicaban que meditaba, y que su meditación era profunda, indescriptible. Su erguido tallo se inclinaba muchas veces para apartar del sendero que recorría las plantas que interceptaban su paso. Se acerca á la ribera occidental del caudaloso río y su co- razón palpita con violencia, sus músculos se extremecen y la Naturaleza le parece más bella y más hermosa. El ronco murmullo de las aguas que iban á besar las are- nas de la playa, tenía modulaciones, encantos y armonías, y parecía que la brisa traía en sus alas los últimos arpegios de una orquesta ó de un himno entonado por un ángel. La anciana se sentia feliz, pero su felicidad era suprema, no era de esa dicha vulgar que ha sacrificado tantas víctimas. Dirige sus miradas á un talud de la ribera occidental; ve en la oquedad de un penacho un hermoso huevo con puntos rosados, puesto allí por mano invisible. Se acerca y lo toma con delicadeza y precaución, admira su belleza y lo guarda en su seno. ¡Jamás había experimentado en su vida dicha tan in- mensa. (*) Bella Boca de Rosa. Etim.: ()uil de quenul;, belleza, co de lico, boca y tlipa flor, También le decían Quischegalay. (1). Sobre el hallazgo del huevo hay diversas versiones tradicionales. Una dice que tuvo lugar en la Ciénega del Pelón del pueblo de Jilotepe- jillo; otra, que se efectuó en Quierí y otra en Ecatepec. Aceptamos como verosímil la segunda versión. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 257 EL. Retorno de Quecutlipa 4 su hogar Vuelve Quecutlipa á su hogar con el huevo. —Conjeturas. —Insomnio. Después de permanecer estática algún tiempo Quecutlipa en las márgenes del río, y cuando la noch» extendía por el es- pacio sus lúgubres sombras y el mundo entraba en esa calma que es el fiel reflejo de los primeros días de la creación, retor- na pensativa á su hogar, y estando en él, se dirige al lecho formado de hojas de palmera en busca del sueño reparador; pero éste huyó de sus ojos y en su lugar queda un insomnio dulce y agradable. No comprende por qué rie de felicidad, por qué sus miem- bros se sienten con nuevo vigor y por qué en su ancianidad experimenta los goces inefables de los brillantes días de la ju- ventud. Ella es dichosa y su ventura es ilimitada. En un momento en que experimenta placeres infinitos, se incorpora en su lecho y exclama: “Bien conozco que mi vida se ha transformado, que los achaques de mi vejez han lesa- parecido, que una felicidad suprema inunda mi ser y que en el ocaso de mi existencia, hay nuevas y hermosas irradiacio- nes. ¿Cuál será la causa? La ignoro completamente. ¡Oh gran Dios de la mansión chontal! ¿Porqué no me revelas este se- creto que tanto se vculta á mi inteligencia y á mis ojos? Tu lo sabes unicamente. Mañana ocurriré al templo, consultaré ¿con los ancianos más ilustres de mi pueblo y entonces sabré el motivo de tan suprema felicidad. Duérmete antre tanto, huevo querido, junto á mis cansados miembros.” Cesó el soliloquio de la anciana. Los primeros destellos del crepúsculo matinal comenzaron 258 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. á penetrar en su lecho, el viento fresco de la mañana oreaba su frente, los armoniosos cantos de las aves resonaban en sus “oídos con una dulzura infinita y las lores perfumaban el am- biente con sus odoríferas emanaciones. TIT. Templo chontal. El templo era una gruta del Cerro de la Sirena.—Descripción de la gruta. El templo de los chontales era una hermosa gruta situada en las faldas del Cerro de la Perdiz, al Sur de la alta eminen- cia llamada “La Sirena,” estando una y otra montaña á una distancia de 2,000 metros. La exhuberancia del terreno, manifestada en todas partes por variadas y ricas producciones, permitía que la gruta estu- viese cubierta por verde enramada que pocas veces dejaba que los rayos del sol penetraran en la santa mansión. En la entrada de la cueva y desde regular distancia se veía una planicie cubierta de césped que era conservado con solícito cuidado por pertenecer á la Divinidad y servía de al- fombra á los fieles cuando iban á rendir su culto. La entrada de la gruta tenía tres metros de alto por dos de ancho. Sus dimensiones en el interior eran: doce metros de largo, cuatro de ancho y siete de alto, mirando el frontispicio hacia el occidente. En sus paredes, que se habían formado á causa de la des- tilación de las aguas, se admiraban estalactitas y estalagmitas de caprichosas figuras con fajas de diversos colores, unos por obra de portento y otros por haber sido grabados por los ado- radores de la Religión chontal. El cielo del templo era de forma irregular, cubierto de di- versas figuras formadas por la destilación y congelación de las HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 259 aguas y en algunas partes de verde césped que le daba un as- pecto bello y encantador. El perímetro era de tierra enteramente plana que se asea- ba todos los días por los servidores del templo que eran desig- nados por el patriarca de la tribu. En medio del recinto sagrado estaba colocada una gran piedra cilíndrica de superficie plana que era el altar de los sa- erificios, en donde se quemaban incesantemente las recinas aromáticas, liquidámbar, pino, ocotl y copalli que perfumaban con sus emanaciones la morada del Gran Dios. Este sitio era tenido en gran veneración no solamente por los chontales, pues no hay tradición de que haya sido reve- renciado por otros pueblos. EV: La sacerdotiza en el templo. . Se presenta la sacerdotiza en el templo.—Interroga al Dios chontal. —Ha- bla el Dios y le revela el misterio del huevo.— Regresa (Juecutlipa á su hogar y comunica á los que la encuentran el gran suceso. La anciana Quecutlipa se levanta de su lecho, examina si- gilosamente el hermoso huevo, dirige su mirada hacia el Orien- te y pronuncia con fervor una plegaria al Dios Sol, cuyo disco resplandeciente inunda el mundo de indebicientes resplando- res. Una alegría desconocida llena su alma y en su mente ani- dan las mas hermosas esperanzas. Se lava la cabeza, cara, ma- nos y pies con agua fresca y cristalina y poco después se en- camina al templo. La soledad y el silencio que reinaban en la santa morada embargaban sus sentidos y le inspiraban ideas de recogimien- to y veneración. Sola, sin que nadie escuchara sus suspiros, 260 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. se aproxima al altar, lo inciensa con aromado liquidámbar y permanece en pie con la vista fija en un punto de la bóveda. Ruedan por sus mejillas dos lágrimas de ternura, sus ojos adquieren un brillo celeste y exclama con entusiasmo: ¡Oh Gran Dios de la mansión chontal! ¿Cuál será la causa de la in- mensa alegría que inunda todo mi ser? ¿Por qué mis ojos des- fallecidos, hoy ven con más claridad y encuentran encantos desconocidos en todos los objetos que me rodean? ¿Por qué mi mente se despeja y percibe ideas altísimas, ideas que están muy por encima de las de mi Nación? ¿Por qué mi corazón en- ternecido por el invierno de los años hoy late con más violen- cia y siente la energía de los brillantes días de la juventud? ¿Por qué mi cuerpo parece que adquirió nueva vida y se mue- ve con más facilidad? Ayer, instante venturoso que bendeci- ré toda mi vida, encontré un hermoso huevo, que hoy ofrezco en tus aras, y desde ese momento experimenté una metamor fosis completa. ¿Qué misterio encierra ese huevo tan singular? ¿Qué beneficio incomprensible traerá á mi pueblo? ¡Oh que Dios! Tódo está reservado á tu sabidería infinita. Dígnate re- velarme tan profundo secreto y que mi pueblo conozca”que nunca le niegas tu protección.” El eco de las últimas palabras de la anciana se perdió en las concavidades de la gruta y reinó después el más profundo silencio. Quecutlipa dirige su mirada vacilante hacia el altar, lo contempla detenidamente y se yergue otra vez, diciendo: “No soy digna ¡oh Gran Dios! de saber tus inexcrutables secretos? ¿Acaso mi debilidad motiva el silencio en que permaneces? Cuando la hora de mi desaparición de este mundo se acerca, cuando no me queda otra esperanza más que la de rendirte mi culto, y cuando estoy desengañada de las mentiras de la exis- tencia, es muy justo que tenga el consuelo de saber que mi pueblo será feliz con mi protección.” Apenas cesaron las palabras de la anciana, la cueva se ilu- ea HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 261 minó con una luz brillantísima y de la bóveda se desprendió * un hermoso colibrí que al posarse sobre el altar de piedra se convirtió en un hombre de rara belleza, cuyos ojos despedían miradás de poder y bondad, en cuya diestra llevaba un mano- jo de dardos. : Quecutlipa se estremece y el hombre la contempla con ter- nura. Súbitamente el cuerpo del hombre se cubre con una cas- cada de luz brillante, se presenta en actitud arrogante y diri- giéndose á la anciana sobresaltada, le dice: “¡Oh anciana vir- tuosa y buena! Yo soy el Dios protector de tu Nación, el que ha procurado que sea siempre feliz y el que asegurará su bien- estar y engrandecimiento. Jamás te apartes del culto que de- bes rendirme, jamás empañes tu alma con el pecado, porque eres la predestinada para saber mis altos designios. Yo no puedo permanecer con tu pueblo para conducirlo por la senda que debe seguir; pero voy á dejarte mi legítimo representan- te, el que los favorezea econ su poder, haciéndose invencibles en la paz y en la guerra. Pero...... yo no puedo manifestar- me si no es valiéndome de medios puramente materiales; por eso permití que ayer en las riberas del río te encontraras un huevo que sobrepuja á todos por su belleza y explendor. Co- lócalo en el nido de una pava, para que lo empolle y de allí nacerá el genio tutelar de tu nación, á quien deberá rendir va- sallaje y adoración. El será el Caudillo que le enseñará lo más indispensable para su prosperidad, y no permitirá que nadie profane su grandeza y poderío. Le llamará Afane Lanchine, que quiere decir, Tres Colibríes. Con esto mi misión está ter- minada y tus deseos satisfechos.” La gruta se extremeció como bajo el influjo de tremendo terremoto y se inundó de una luz fosforescente. La anciana, sobrecogida de pavor, no sabía á que atribuír tan raro fenómeno. La figura del Dios fué empequeñeciéndose hasta conver- 262 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. tirse en colibrí que emprendió el vuelo y desapareció de su vista. La anciana dió un grito y exclamó: “Gracias, Gran Dios! _Ahora moriré tranquila.” La anciana salió del templo con el rostro inundadoede in- finita alegría, manifestando á cuantas personas encontraba al paso el gran acontecimiento que acababa de presenciar. v. Cita el consejo de sacerdotes á Quecutlipa. El Consejo de sacerdotes cita á Quecutlipa y comparece ante él.—Revela el suceso referente al hallazgo del huevo y el mandato del Dios.— Cánticos y alabanzas. La fausta noticia acerca de la revelación divina, llegó á oídos de los ancianos, quienes dispusieron celebrar una junta general para tratar sobre el misterioso suceso. En la hermosa planicie situada frente al templo se celebró la Junta, á la que no solo asistieron los ancianos, sino una compacta muchedumbre anciosa de saber los pormenores del gran suceso y las resoluciones del Consejo. La anciana Quecutlipa fué citada y su aparición en el Con- sejo fué recibida con aclamaciones de respeto y veneración. El más anciano de la tribu, la suprema autoridad patriar- cal se pone en pie y dice á la anciana: “¡Oh mujer venerable, predilecta de los dioces! Dínos, ¡es cierta la noticia que has propagado entre nuestros compatriotas? ¿Es cierto que el Gran Dios de nuestra Nación se ha apiadado de nosotros y que muy pronto tendremos nuestro Numen protector?” La anciana respondió: “Todo es cierto, venerable anciano, y mi satisfacción es indecible al pensar que la grandeza de nuestro lios se haya fijado en mi debilidad para anunciaros tan gran suceso.” HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 263 —(¡Me permitirás, replicó el anciano, que inquiera los por- menores de tan santa revelación? No se me ha prohibido re- latarlos y más cuando este es un motivo de alegría para nues- tro pueblo. Refiérenos esos pormenores en nombre del Gran Dios de nuestra Nación.” —“He pasado los momentos mas venturosos que mortal alguno haya visto transenrrir jamás.” —Ayer, en vista del contento unánime de la naturaleza y de sus sensibles manifestaciones de placer, salí de mi hogar y me dirigí al río. —Me paseaba por sus riberas y en una oquedad de un pe- nacho encontré este huevo maravilloso, causa eficiente de nues- tra futura felicidad. —Durante la noche no pude conciliar el sueño con las ideas de felicidad que bullían en mi mente. —Al amanecer este día que formará época en los anales de nuestra Nación, me dirijo á este lugar sagrado y estando haciendo oración, se me revela que del huevo que ayer encon- tré en la playa nacerá el Caudillo protector de nuestro pueblo. —También se me mandó que coloque el huevo en el nido de una pava para que lo empoye. —Este es el suceso que hoy embarga nuestros sentidos.” “Bendigamos al Dios protector de nuestra nación por los incontables beneficios que nos concede. Para conmemorar tan notable acontecimiento, es necesario que hagamos á nuestro Dios una manifestación sensible de nuestra gratitud ” —“Sea como lo deseais, contestaron los miembros del Con- sejo.” Poco después resonaron en el templo los cánticos sagra- dos entonados por los ancianos chontales. La multitud en la planicie triscaba y se regocijaba, dando al aire gritos de júbilo. En el altar ardían el liquidámbar, el copal!li y el ocotl y en todas las chozas formadas de hojas de palmera había fogatas Mem, Soc. Alzate. México. T. 30 11910-1911),—34 264 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. con aromáticas plantas. La voz estentórea é imponente de los alegres chontales se repercutía en las montañas lejanas y el -humo de las fogatas ascendía al espacio en caprichosas espi- rales. Todo indicaba que esta tribu entraba en una nueva era de prosperidad y ensgrandecimiento. Los regocijos públicos duraron tres días con sus noches. VI Nacimiento de Afane Lanchine. Pone Quecutlipa á incubar el huevo á una pava blanca. —Visitan los sa- cerdotes á la sacerdotiza. —Nace Afane Lanchine.—Da parte Quecutili- pa de este nacimiento al Consejo de Sacerdotes. —Se presenta el Con- sejo de Sacerdotes y el de ancianos y muchos chontales en la casa de la sacerdotiza.—Kinden al niño el vasallage.—Toma Quecutlipa en sus brazos al niño. —Se retiran el Consejo y el pueblo de la casa de la sacerdotiza.—Se solemniza el advenimiento de Afane Lauchine. Pasado el Consejo, la anciana se dirigió á su casa entre las aclamaciones de la multitud asombrada que veía en ella á una mensajera de la divinidad y queera por consiguiente acree- dora á toda clase de atenciones y respetos. Llevaba en el se- no el maravilloso huevo y sólo pensaba cumplir con el manda- to supremo. Llega á un hermoso nido formado de hojas de palmeras y algodón de pochote, encima una blanca pava que estaba em- pollando y bajo sus nítidas alas fué colocado el huevo, no sin antes recibir el culto de la anciana y de los que observaban el hecho. Desde ese día los cuidados que se prodigaron á la pava fueron exquisitos; no le faltaban los alimentos indispensables, ni agua fresca y abundante en su bebedero. Los ancianos iban todas las mañanas á ver á la privilegiada pava y á prodigarle sus atenciones y muchas veces oraban en su presencia. mm HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUENÑA., 265 Los días pasaban y la tribu esperaba con ansiedad el mo- mento supremo. Cuando consideraron que era llegado el tiem- po en que naciera el Caudillo prometido, se presentó en la ca- sa un grupo considerable de ambos sexos á cuidar el nido. Cumpliéronse veintiséis días y en el término de ellos, en una hermosa mañana de abril la pava dió voces maternales y tres lindos pajarillos piaban alegremente bajo las alas de su madre. Pero la pava, en un momento inesperado, se levantó del nido espantada; una ráfaga de luz purísima alumbró la es- tancia y el huevo se dividió en dos partes. Entonces se vió que del huevo había brotado un hermoso niño, el cual tenía en la frente tres cuernecillos. La anciana luego que vió al niño, cayó de hinojos en tie- rra,lo saludó y besó, y envió luego recado al Cuerpo Sacerdo - tal para que viniese á rendir homenaje al recién nacido. El Consejo Sacerdotal y el Consejo de Ancianos, luego que recibieron el aviso se pusieron en marcha para la casa de Que- cutlipa, y estando en ella, les enseñó al niño, quedando todos admirados de su hermosura. Los sacerdotes dijeron en seguida á la muchedumbre: “Acercaos y ne temais nada de este ser extraordinario que viene á amparar al pueblo chontal, de que es insigne amigo, gran protector y un enviado de Dios. Los tres cuernecillos que tiene en la frente simbolizan ciencia, virtud y poder.” Un grito de júbilo fué la respuesta. La multitud se acer- có al niño y le rindió vasallaje. La anciana lo tomó después en sus brazos y le prodigó las caricias mas tiernas, para mani- festar así, que era la madre putativa. A poco de esta manifestación de afecto se retiraron los sa- cerdotes, ancianos y el pueblo de la casa de la sacerdotiza. El advenimiento de Afane Lanchine fué celebrado con pomposos festivales; las chozas fueron adornadas con flores silvestres y todos los moradores de la región concurrieron en 266 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. peregrinaciones á contemplar al Caudiilo que más tarde sería el sostén mas poderoso de la tribu chontal. (*) Y Crianza de Afane Lanchine. Acuerda el Consejo de Sacerdotes que dos nodrizas amamanten á Afane Lanchine.—Crece el niño y se le separa del hogar.—Se encomienda su educación á dos sacerdotes. —Instrucción y aptitudes de Afane Lan- chine.—Esperanzas de los chontales. Reunidos en consejo los aucianos más caracterizados por su saber y prudencia y previo el parecer de la anciana Que- cutlipa, eligieron de entre las mujeres más hermosas de su pueblo á dos nodrizas, á quienes fué confiada la latancia del niño, no sin autes recomendarles observaran la conducta más digna para no ofender al dios que tenían á su cuidado. Todos los días, durante los seis años que estuvo al cuida- do de las nodrizas, era visitado por lo más selecto de la Na- ción, quienes le ofrecían presentes y cuidaban de su salud con la más tierna solicitud. Terminados los seis años, cuando el niño se revestía de to- dos los encantos peculiares á su edad y manifestaba un inge- nio y penetración maravillosa, fué separado del hogar de la (1). Con respecto á la incubación del huevo, una tradición dice, que dispusieron los sacerdotes que buscaran seis nodrizas para que amaman- taran al niño durante 18 meses y lo cuidaran con esmero y solicitud has- ta que cumpliera seis años. Después de una larga discusión se acordó que fueran dos las nodrizas que lo amamantaran. La misma tradición asegura que á los seis años fué entregado el niño á los sacerdotes, quienes le en- señaron todo lo concerniente á la religión, ciencias y artes de su época, sobrepujando á sus maestros por su penetración y sagacidad. Terminados los doce años fué dedicado al estudio de la táctica y prácticas militares, en cuyos estudios progresó de una manera admirable hasta que llegó á la edad de quince años. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 267 anciana y de las nodrizas que habían cuidado de su infancia. Entonces en Junta general se acordó que fuera confiada su educación á dos ancianos sacerdotes muy respetables, paar que le enseñaran todo lo concerniente á la religión de sus ma- yores, el cultivo de las ciencias y artes que eran apenas cono- cidas, el trabajo de los campos y el ejercicio de la caza, con el objeto de hacerle bueno, fuerte y vigoroso, con cuyas doctri- nas y por su natural penetración hizo los progresos más rápi- dos y asombrosos consiguiendo sobrepujar por su destreza y habilidad á los hombres más aventajados de su tiempo. Esta enseñanza duró seis años y al fin de ellos, cuando el niño cumplía 14 años fué confiado á los guerreros más famo- sos, para que lo adiestraran en el manejo de las armas ofen- sivas y defensivas. Los guerreros se asombraron al ver los progresos y habilidades del joven, pues no sólo desempeñaba con maestría los ejercicios estratégicos que le enseñaban, sino que con ingenioso discernimiento, reformaba los usos milita- res, inventaba ardides y en cualquier maniobra, por difícil que fuese, era invencible é inimitable. En el transcurso de cuatro años que duró esta enseñanza, los chontales cifraban todas sus esperanzas en el futuro can- dillo de su Nación y pensaban, no sin fundamento, en el anhe- lado momento en que fuera aclamado soberano de su pueblo. Los deseos de los chontales no se realizarían tan pronto, porque otros acontecimientos vendrían á retardar la elevación de Afane Lanchine á la suprema dignidad para la que estaba destinado. Afane Lanchine, era, pues, un joven instruido en la cien- cia de gobernar y en el manejo de las armas.!* (1). Refiere una tradición que cuando el joven tenía 20 años fué de- signado por su pueblo para mandar una expedición militar contra los mixes, tribu errante que comenzaba á penetrar en sus terrenos. El Caudi- llo aceptó el mando y llevando sus armas hasta el Zempoaltepec, sostuvo 268 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. VIII Muerte de Quecutlipa. El invierno. —Enferma Quecutlipa.—Honras fúnebres. . Dos acontecimientos retardaron el ascenso de Afane Lan- chine al trono chontal. El primero fué el Invierno del año de 1372. Las regiones tropicales de la costa eran invadidas por un frío constipante, como preludio de terribles enfermedades; el cielo plomizo es- taba constantemente velado por espesas nieblas que de cuan- do en cuando arrojaban á la Sierra menuda lluvia y causaban horrorosos sufrimientos á los que no recordaban haber senti- do un Invierno más riguroso; las fogatas de lumbre se encon- traban en todas partes para templar los rigores de la estación y algunos ancianos respetables habían bajado á la tumba pre- sas de incontables padecimientos. El segundo fué, que Quecnutlipa no pudo resistir la malsa- na temperatura y enfermó gravemente. Multitud de personas rodeaban su lecho y los más afama- dos curanderos se presentaron para aliviar sus enfermedades. En todos los rostros se miraban huellas del más profundo des- aliento y la enfermedad progresaba rápidamente matando to- una brillante acción contra los mixes. Al regresar al campamento de su ejército fué aclamado Rey, Sacerdote y Legislador. Los chontales aseguran q ue este personaje fué muy estimado de sus súbditos, á quienes gobernó con prudencia y moderación; que era muy bon dadoso y caritativo y que imponía con un rigor absoluto la más completa obediencia. Dictó muchas y muy buenas leyes, como el respeto á los su- periores, el amor á la patria, el apoyo al trabajo y á la industria, cualida des que hasta el día de hoy son características de los chontales; pero en cambio estableció leyes inhumanitarias y desmoralizadas, como el caniba- lismo, la venganza personal, etc., castigando cualquiera falta con la pena capital. e 1 E A HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 269 da esperanza de salvación. Cuando la anciana consideraba que ya se acercaba su hora postrera, llamó á los ancianos de la tribu, se incorporó en su lecho y les habló de esta manera: “¿Conozco que mi hora se acerca y que un frío glacial in- vade mis miembros desfallecidos, que ya no estaré más con vosotros y que muy pronto volará mi alma al seno de los in- mortales y mi cuerpo quedará inmóvil como una toca. —No lloreis porque os abandone: que si antes os serví de oráculo en todas vuestras consultas y de alivio en vuestras ne- cesidades, estoy satisfecha de haberos proporcionado por dis- posición del Gran Dios el mayor de los bienes que podéis am- bicionar. —Pronto mi vida se evaporará como el humo en alas del viento; pero queda á vuestro lado para haceros fuertes é inven- cibles este mensajero del Gran Dios, este joyen que será con el tiempo el escudo más poderoso con que cuenta nuestra Na- ción. —No os apartéis jamás del culto de Dios, obedecedlo con la más pronta solicitud, unid vuestros esfuerzos para engran- decer nuestro pueblo y este Dios que teneis á la vista, os se- rá siempre propicio.” Las palabras de la anciana dejaron profunda impresión de tristeza en su auditorio; los ancianos, mujeres y niños llora- ron copiosamente y el Dios jóven la contemplaba extático. —*““¡Porqué llorais, prorrumpe la moribunda, cuando tenéis al gran protector de este pueblo? —¿No sabéis que vuestros antepasados se han sujetado á la ley inexorable de la muerte y que todo lo que nace debe pere- cer; porque esta es una condición ineludible de la naturaleza? —Mañana, acaso las sombras del sepulero os envolverán con su manto impenetrable y vuestros descendientes llorarán vuestra desaparición de la tierra; pero no temais ni os acobar- déis, que la tumba es el Oriente de una nueva vida. —¿No oís como gime el viento en la espesura del bosque? La naturaleza se manifiesta con todo su rigor. 270 MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA —¡Ojalá que no sea como esta la noche de la eternidad!” La anciana expiró. La consternación y las lágrimas se apoderaron de todos los circunstantes y la fatal noticia cundió con asombrosa rapidez por toda la tribu. Grandes peregrinaciones venían de todas partes á rendir los honores póstumos á la difunta vestal y no había una per- sona que no derramara abundantes lágrimas en vista del ca- dáver. Se habían preparado los más suntuosos funerales; pero cuando se disponían á darle honrosa sepultura en vista de to- dos los que presenciaban la ceremonia, el cadáver desapareció instantáneamente, dejando asombrados á todos. En seguida se decretó nn año de duelo general en memo- ria de la virtuosa Quecutlipa. IX. Exaltación al trono de Afane Lanchine. Preparativos para la ceremonia de la coronación.—Concurrencia de chon- tales. —Ofrecen los ancianos el Gobierno á Afane Lanchine y este lo acepta. —Coronación. —Proclamación.—Oferta de Afane Lanchine. Terminado el duelo decretado por los ancianos chontales comenzaron á hacerse grandes preparativos para la corona- ción del Gran Rey de su Nación. La primavera del año de 1374 despertaba á la naturaleza con los trinos de las «aves y la resurrección de los vegetales que se ostentaban con toda su magnificencia, se acercaba el gran día en que los chontales tuvieran un Rey como lo desea- ba su índole aguerrida y valiente. Grandes juntas se celebraron con motivo del notable su- ceso, disponiéndose en la última, que la exaltación tuviese lu- HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 271 gar en la tradicional Quiegolani, población de importancia, henchida de chontales. Trasladados allí los chontales, los sacerdotes y la autori- dad provisional, esperaron algunos días la celebración de la ceremonia respectiva. Llegó la víspera del venturoso día y los ancianos en séqui- to numeroso fueron á manifestar al joven la voluntad de la Na- ción. Este admitió con benevolencia á los mensajeros y acep- tó la determinación de su pueblo. Al día siguiente una multitud incalculable invadía el tem- plo que estaba ricamente engalanado con las más exquisitas producciones de la región. Al medio día se presentó el joven con sus atavíos guerre- ros y penetró arrogante en la santa morada, dirigiendo mira- das de satisfacción á la muchedumbre. El silencio era impo- nente. Instalado el Consejo de Ancianos, el más caracterizado se aproximó respetuoso frente al joven prócer y le dijo con la mayor veneración: —““Afane Lanchine: autorizado por el Consejo de Ancia- nos te confiero el poder real, poniendo en tu mano derecha el eetro y en la izquierda el arco y la flecha, para que gobiernes y defiendas á la Nación Chontal, siguiendo el ejemplo de tus pre- decesores: en consecuencia, te declaro Rey y Señor de la Na- ción.” / Y dirigiéndose á la muchedumbre exclamó: Afane Lanchi- ne es Señor de los chontales.” Un grito unánime de aprobación fué la respuesta. Cuando se restableció el silencio, el joven Rey les habló en estos términos: —““Investido de poder por vuestro mandato, gobernaré á la Nación Chontal con toda rectitud, procurando siempre vues- tra felicidad. Asimismo os manifiesto que mi misión de Rey y Padre comienza desde estos momentos. Obedeciéndome, os Mem, Soo. Alzate, México T. 30 (1910-1911)—35 272 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. protegerá siempre; pero ¡ay de vosotros si faltais al cumpli- miento de mis mandatos!” El Rey salió del templo entre las más entusiastas aclama- ciones y seguido de un grupo respetable de ancianos. Gran- des fiestas que duraron ocho días, siguieron á esta ceremonia. X. Gobierno de Afane Lanchine. Organiza Afane Lanchine el Ejército Chontal.—Facultades sobrenatura- les. —Combates.—Festín. El primer cuidado del joven Monarca al encargarse del Po- der público de su Nación, fué organizar ejércitos para conso- lidar su Gobierno y extender sus posesiones á distantes regio- nes, para lo que preparó con incansable actividad las tropas que debían salir ála campaña. Después declaró la guerra á las tribus mixe y zapotecas, que confinaban con sus dominios y á las que combatió unas veces con éxito y otras sin él. Cuando el ejército enemigo era superior en número, se to- caba sus tres potencias y se convertía en un sutil colibrí, y yo- laba en dirección del campamento enemigo, lo inspeccionaba minuciosamente y volvía después sobre su campamento. Es- tando en presencia de sus súbditos se transformaba en hom- bre, les trasmitía un valor extraordinario y los conducía al com- bate, colocándose al frente de ellos. Si era de noche, se transformaba en colibrí eircuido de bri- llantísimos resplandores que eran solo visibles por sus prote- gidos, y volando al campamento enemigo lo primero que atraía su atención estando en él, era el Jefe 4 quien daba la muerte si estaba dormido, y si despierto luchaba personalmente con él metamorfoseado en hombre, hasta matarlo. Después seguía luchando bizarramente con los soldados, hasta dejar tendidos en el suelo 4 muchos, pues nadie le igua- HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 273 laba ni en destreza ni en fuerza, ni en instrucción en el mane- jo de las armas. Reducido así el número de sus enemigos, volvía á su cam- pamento y estando en él, organizaba sus batallones y se diri- gía al campamento enemigo, en donde caía de sorpresa con ellos, que matando á diestra y siniestra hacía en él una tremen- da hecatombe. Si del combate se hacían prisioneros algunos enemigos, eran muertos á cuchillo de pedernal por las tropas chontales. Cuando la victoria coronaba con sus laureles la frente del Caudilllo y la de su temible ejército, se lanzaban dando atro- nadores gritos de júbilo, al lugar de la batalla, recogían los ca- dáveres de los vencidos, cargaban á cuestas con ellos y se di- rigían en imponente comitiva al templo más próximo ó á la montaña más alta. En el primer caso, ponían los cadávéres frente á la puerta, y en el segundo en alguna planicie. Grande era la algazara y el contento cuando se presenta- ba el Caudillo á la mansión sagrada seguido de los personajes más importantes de la tribu y á quienes imponía su voluntad con una sola mirada. El Monarca entraba al templo con arrogancia y majestad, ascendía al altar de piedra y sobre él permanecía en actitud amenazadora. Los ancianos más caracterizados tomaban los restos de los vencidos y se los ofrecían en holocausto ó como víctimas de propitiación. Otros tomaban después los restos y los depositaban en la planicie de la gruta. Terminada esta ceremonia que duraba muchas veces de la salida á la puesta del Sol, comenzaban las horrorosas escenas de canibalismo en un banquete que era el término de los fes- tejos que se dedicaban en honor del vencedor. Estas costum- bres bárbaras y repugnantes imperaron mucho tiempo entre los chontales.!*” (1) Durante el reinado de Afane Lanchine, la Nación Chontal que era una tribu nómade y vivía solamente en los bosques, alimentándose 274 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA, L. Apoteosis de Afane Lanchine. Apogeo de la tribu chontal.—Se transforma el Monarca en colibrí. —Es- panto de la muchedumbre. —Recomendación de. Afane Lanchine. Era el año de 1422 de la Era vulgar. La Nación Chontal, escudada por la protección del pode- roso Afane Lanchine llegaba al apogeo de su grandeza y de su gloria, y una era de ventura se transparentaba en un por- venir no lejano. Sus Ejércitos aguerridos y valientes eran respetados por las Naciones vecinas y no había un extranjero que se atrevie- se á poner su planta siquiera en los linderos de su Nación; por- que en el acto era sacrificado en aras del canibalismo de los poseedores. Los beneficios inestimables de la sociedad comenzaban á rendir ópimos frutos, y al rededor de la gruta sagrada se for- maba una ciudad hermosa, cuyo nombre y vestigios se han perdido bajo el polvo de los siglos. Ya no eran los habitantes salvajes de los bosques que vivían en perfecta alianza con los de la caza y de la pesca, fundó poblaciones, obtuvo muchas victorias so- bre sus circunvecinos y logró dominar á los huaves que por su proximidad al Océano les impedía la pesca y los habían reducido á la mayor miseria. El poderoso Caudillo con el prestigio de sus cuernos, si necesitaba armas las tenía al instante abundantes y mortíferas; si carecía de víveres, con sólo tocar sus cuernos era provisto de todo lo que necesitaba, y si sus ene- migos le preparaban alguna emboscada, la descubría en el acto, se prepara- ba á la lucha con admirable destreza y obtenía siempre la victoria. Todos estos actos y su misteriosa desaparición fueron motivos suficientes para que sus súbditos se afirmaran en la creencia de que era un Dios. Después de la desaparición del Dios, los chontales, no obstante las sabias doctrinas de Quetzalcoatl, volvieron á la barbarie. EL y HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 275 más inmundos animales, sino que principiaban á formar al- deas y pueblos que eran regidos por un Gobierno teocrático y en donde, uniendo sus esfuerzos ludividuales en una colecti- vidad de intereses, trabajaban sin descanso por dar un paso adelante en el camino que habían emprendido. Cuando su felicidad era completa y abrigaban la esperan- za de que ésta no desaparecería nunca, un suceso inesperado les infundió una consternación indescifrable. Estaban en el templo rindiendo sus homenajes á su Dios, entre los perfumes del liquidámbar, copalli, ocotl y pino y entre los cánticos que acostumbraban dirigirle, cuando vieron que el Monarca, en éxtasis sublime, se elevó del suelo y cayó á poco muerto. El espanto fué general. Los chontales lloraron su pérdida y le hicieron suntuosos funerales en la gruta. Antes de exhumar el cuerpo del caudillo, vieron los chon- tales con gran sorpresa, que poco á poco se iba elevando y disminuyendo de volumen, hasta la bóveda y convertirse en colibrí, el cual emprendió el vuelo hacia las bóvedas de la gru- ta, y desapareció á sus ojos. Los chontales buscaron al ave por varias partes; sus in- quisiciones fueron estériles, pues no volvió á aparecér jamás. Los ancianos reunidos en Consejo dispusieron hacer sú- plica al Gran Dios para que les revelara el mistorio. Reunido el Consejo en el templo, el sacerdote más anciano pronunció esta plegaria: ' —“¡Oh Gran Dios de la mansión chontal! ¿Por qué nos has abandonado? ¿Acaso no somos dignos de tu presencia? ¿Qué será ahora de nosotros? ¿En qué pudimos haberte ofendido? ¿No hemos sido gratos y aceptados á tus ojos? Sin tí, sin tu poderosa protección, este pueblo que mucho esperaba de tu poderío, acaso será desgraciado. Dígnate volver y estar otra vez con nosotros.” La Gruta so estremeció hasta sus cimientos; un viento fuer- te sopló con violencia, varias chispas eléctricas atronaron la 276 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Sierra y en medio del estupor general, se oyó una voz caver- nosa que salía de las profundidades de la cueva y decía: —“¡Pueblo chontal! Mi misión ha terminado. En el altar de vuestras creencias, os dejo la imagen que debéis adorar siempre, si queréis ser felices.” Cesaron las conmociones de la naturaleza, los ancianos se dirigieron al altar de piedra y sobre él encontraron una cule bra de plata y un hermoso colibrí de oro incrustado de pie- dras preciosas. Es fama que muchos habitantes de esas re- giones consideran hasta el día la culebra y el colibrí como ani- males sagrados. La tribu chontal, en vista de este suceso tan extraordina- rio, convirtió al caudillo en uno de sus Dioses y le dió el nom- bre de Tlapocna Afane Lanchine, que significa Dios Tres Co- libríes. Quinta Parte.—Epoca cortesiana. E Conquista Alvarado á los chontales, Los chontales se manifiestan hostiles á los españoles. —Alvarado sale de Tututepec á conquistarlos.—Pone presos á los Caciques de Tonameca y obtiene oro de ellos. —Huatulco le »bre sus puertas. —Escaramuzas al Sur de la Chontalpa.— Castiga Alvaradu al pueblo de Aztata.—Se sitúa en Quiengola y reconoce el litoral. Abogada en su cuna la conspiración de Tututepee, dispu- so Alvarado conquistar la Chontalpa, cuyos indios se manifes- taban hostiles á los españoles que envió á explorar las tierras de la Costa. Algunos de ellos fueron recibidos á pedradas en Aztata y otros tuvieron que retroceder á toda prisa para no perecer. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 277 Enojado con este proceder, salió de Tututepec el 2 de abril de 1522, en compañía del hijo del Rey Casandoo y de sus alia- dos. A su paso por Tonameca, supo que el Cacique de allí era rico; y bajo el pretexto de que no le había rendido vasallaje, lo hizo atar y poner preso con centinela de vista, lo mismo que á otros Señores. Tres días después obtuvieron su libertad me- diante una buena cantidad de oro y perlas que le dieron. De este punto siguió su camino sobre Pochutla el día S, y después de reconocer el litoral se dirigió para Huatulco, pue- blo zapoteco, que comenzó á hostilizarlo, pero que.cedió luego, abriéndole sus puertas. El 12 emprendió su marcha sobre el Sur de la Chontalpa, donde los indios les presentaron una re- sistencia si no tenaz, al menos vigorosa; vencidos por los es- pañoles se reconcetraron á sus montañas. Cuatro días después se presentó Alvarado en Aztata, pue- blo que castigó en venganza del mal recibimiento que hizo á sus españoles; mató aquí á algunos indios y sacó á otros el oro que tenían. De Aztata pasó á Huamelula, población que se le sometió luego y en la que recibió á los comisionados de Cosi- jopii, que le hicieron partir para Quiengola, en donde perma- neció hasta el 23, reconociendo con ellos todo el litoral. Ter- minada su exploración se dirigió para la Corte tehuantepecana. / ¿did Recepción de Alvarado por Cosijopii. Alvarado llega á Tehuantepec, y le pone por nombre Guadalcázar, —Alocu- ción que dirije 4 Cosijopii.—Contestación de este Rey. —Lo hospeda en su palacio. El famoso D. Pedro de Alvarado, el guerrero cruel y es- forzado, pisa el valle de 'Tehuantepec el 24 de abril de 1522, saludando á la ciudad con el nombre de Guadalcázar, en vis- ta del hermoso río que atraviesa por ella. 278 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Cosijopii lo espera en su Palacio, llega y lo saluda en es- tos términos: “Intrépido Príncipe: más bien amigo que conquistador de estos hermosos países, he venido en nombre del más famoso Capitán y del más grande emperador, á ofreceros su valimien- to y á proponeros, como ratificación, su generosa amistad. Vuestro padre, el gran Monarca de Zachila, ha admitido mis propuestas, y es ya nuestro amigo y coligado. Lo sabéis, y es- pero que no despreciaréis la oportunidad con que os brinda la suerte de ser, como sois, amigo nuestro y súbdito del empe- rador Carlos V. “Agradezco; ilustre Capitán, respondió con gravedad Cosi- jopii, vuestros ofrecimientos; y pues que los cielos han permi- tido que nuestras regiones hayan sido visitadas por tan esfor- zados huéspedes, ellos serán recibidos cual lo merecen, fiando nosotros en sus ofertas caballerosas.” “La misma conducta que usó Cortés con el Monarca de México, siguió Alvarado con los Reyes de Teotzapotlán y Te- huantepee: el disimulo, la perfidia y el engaño encubierto. No fué tan torpe Cosijopii en no imitarla; más esto sirvióle des- pués para labrar su desgracia completa.” > Capitán, repite el Rey, aquí tenéis vuestro alojamiento, cerca de mi estancia; y allí, señalándole otro lugar propio y poco distante, está el de vuestras fuerzas. Mi Ministro Alarii las conducirá; entretanto, tomad descanso, que bien lo mere- céis.” “Gracias, Señor, contestó Alvarado; y penetró en su alo- jamiento, lleno de confianza; puesto que estaba entre gente amiga. > (1) Carriedo.-M. $. intitulado “Cosijopii.”-Diccionario Universal de Historia y Geografía. Apéndice núm. 1, pág. 703. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 279 TIT. Cosijopii y su ministro Alarii. Alarii se muestra triste con el arribo de los españoles. —Cosijopii le revela que la Divinidad á quien consultó por última vez, le ratificó que todo había acabado con el arribo de los extranjeros.—Consuela á Alarii. Cosijopii, tres días después, dice á su Ministro en tono persuasivo y varonil: Conozco, Alarii, que sufres mucho; no te apenes tanto, por- que por hoy nada podemos hacer. Oye: desconfiando de nues- tros destinos futuros, fuí anoche secretamente á consultar por última vez á Pezelao “Pnes bien; yo mismo, como sucede en estos casos, me vestí las dobles vestiduras reales y sacerdota- les. Hice mi viaje sólo, y como lo previene nuestro rito, al templo de Monapoxtiac; en su puerta apagué mi tea, y me quité el calzado. Una obscuridad completa me rodeaba: no se percibía más ruido que el que hacían las olas del mar, choca- das contra las losas del edificio, y los tiernos suspiros de los Huijatoo que euidan del santuario. Dí tres toques á la Divi- nidad Suprema con la vara sagrada; consultóla de nuevo, y con lamento triste respondió: Acabó tu Imperio, como os dije ya, y con él la religión de tus mayores.” “Rómpanse, pues, las flechas de nuestros guerreros, dijo Alarii, limpiándose una lágrima que rodó por su tostada me- jilla; y las copas de nuestros Huijatoo y las cañas de nuestros Copabitoo sirvan de hoguera para la consumación y destruc- ción de nuestra raza." Cosijopii consoló á su ministro; y retirándose de su lado, le dió instrucciones, tanto para la seguridad del Reino, como para atender á los españoles. (1) Carriedo.—M. $. intitulado “Cosijopii”—Diccionario Universal de Historia y Geografía. Apéndice núm. 1, págs. 703 y 704. Mem. Soo. Alzate. México. T. 30 (1910-1911).—36 280 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. IV. Alvarado y el Cacique de Jalapa. El Cacique de Jalapa se insoburdina á Cosijopii.—Alvarado recibe oro por su aprehensión. —El conquistador va á Jalapa, lo aprisiona y le pega tormento.—Se insurrecciona la Villa, mata á muchos indios, y la in- cendia. Por cuestiones meramente personales, el Cacique de Ja- lapa, depositario de los hijos de Cosijopí, se había insubordi- nado á la autoridad de este Rey, quien para evitar una guerra local, puso en conocimiento de Alvarado el suceso, y Á la vez diez cargas de oro, á condición de que se le presentara para castigarlo cual convenía á su falta. Este Capitán dijo 4 Cosi- jopii que no tuviera cuidado, pues él se encargaba de hacerlo volver al orden. : Los españoles enemigos de Alvarado cuentan, refiriéndo- se á este hecho: que el Rey metió 4 Alvarado en una recáma- ra, donde había mucho oro y plata, joyas, piedras preciosas y plumas finas, diciéndole, que tomase de allí lo que quisiese, y que el Capitán sólo tomó diez cargas de lo mejor que le pa- reció. Cosijopii en vista del buen efecto que había producido en Alvarado el tesoro que acababa de obtener, le ofreció más oro para cuando le entregase al Cacique.” En consecuencia, teniendo en cuenta el Capitán, que el Cacique no le había rendido obediencia, no obstante ser ami- go, lo mandó llamar, en unión de los demás Señores de Jala- pa, para extrañarle su conducta. Temiendo el Cacique una celada, no acató al llamamiento. Eutonces Alvarado, para hacerse respetar salió de Tehuante- (1) Proceso de Alvarado.—Declaración de Juan Galindo y Alonso Mor- - zillo, págs. 18 y 48. Cargo 15, pág. 55, e HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 281 pec rumbo á Jalapa, con sus españoles y 24,000 guerreros que Cosijopii puso á sus órdenes, á fin de que hiciese algunas co- rrerías. Llega á Jalapa, y ávido de riquezas, hizo comparecer al Cacique, lo mismo que á su hermano y hermana; quienes pre- sentes al llamado, los recibió con aspereza y les hizo muchos cargos. Aunque se disculparon con buenos y prudentes razo- namientos, no fueron atendidos por el conquistador, quien en definitiva les dijo: “dadme algunas petacas de oro y os libro del castigo.” Como hubiesen negado tener riquezas, les mandó dar tor- mento á los dos Caciques, quedándose él con la noble india para fines muy personales. Los presos alcanzaron salir del tormento por cierta cantidad de oro que al fin dieron á su pla- glario.”? No queriendo darles su libertad ni llevarlos á Tehuante- pec, los confinó á México, encomendando su conducción á Ra- món López y otros tres castellanos. Antes de llegar á Tequi- sistlán fueron asaltados por los chontales, quienes les qui- taron cuanto llevavan y mataron á uno. El Cacique huyó con su hermano para Jalapa, desocupada por Alvarado, y los es- pañoles para Tehuantepec.” Enojados los españoles con la conducta del conquistador, que se decía amigo de los zapotecas, se sublevaron en su ma- yor parte. Sabedor del suceso, volvió sobre Jalapa, en cuya población hubo algunos combates ligeros; dueño de ella, mandó. incen- diar sus casas, dando muerte á muchos indios, que los mismos españoles en la acusación que presentaron contra ese Caci- que, hicieron subir á 20,000, * número en verdad fabuloso, (1) Proceso de Alvarado. Declaración de Alonso Morzillo, pág. 48. Cargo 16, pág. 56. (2) Proceso de Alvarado. Declaración de Ramón López, pág. 24 y 25, (3) Proceso de Alvarado. Declaración de Alonso Morzillo, pág. 48. 282 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA, Ae Batalla de Tequisistlán. Sale herido Alvarado y otros españoles.— Regresa á Tehuantepec. Alvarado, después de los sucesos de Jalapa se dirigió pa- ra Tequisistlán á vengar la muerte de su compatriota. Los in- dios chontales se hicieron fuertes, situando en el centro de una gran arboleda el grueso de sus tropas, y fuera de ella una avanzada con el fin de atraer á los españoles hacia la celada y acabar con ellos. Alvarado se presenta frente al enemigo; reconoce el cam- po y resuelve esperar las infanterías para atacarlo. Los indios de avanzada, que comprendieron la impresión que babía cau- sado al Capitán español su fuerte posición, aprovechándose de los momentos, se echaron sobre la caballería, recibiendo Alvarado, el primero, un flechazo en la frente, que puso en peligro su vida. Cuando más empeñada se encontraba la ln- cha, llegan las infanterías y envuelven á los chontales, que son al punto socorridas por las fuerzas de la emboscada. Se hace general la batalla y más de una vez los chontales vieron retroceder á los españoles y sus aliados. .. . Veleidosa la for- tuna, da el triunfo á Alvarado. El caudillo chontal, en su arro- Cargo 16, pág 56,—Este Capitán, uno de los más sanguinarios conquista- dores, pagó sus crímenes en la derrota que sufrió en Nochistlán, Estado de Zacatecas, el 24 de julio de 1541. Habiendo rodado el caballo en que iba montado Baltasar de Montoya, lo antecogió, dándole tal golpe, que lo de- jó sin movimiento y del que murió el 4 de julio en Guadalajara. El Obis- po las Casas, cuando supo la muerte de Alvarado, exclamó con la vehemen- cia de su carácter: “¡Oh cuántos huérfanos hizo, cuántos robó de sus hi- JE e y plegue á Dios que de él haya habido misericordia, y se contente con el mal fin que al cabo le dió.” HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 283 jo, cae prisionero, y sus soldados se dispersan, dejando el cam- po sembrado de cadáveres.!” No sólo Alvarado regó la tierra con su sangre; también Jristóbal Flores, García del Pilar, Gonzalo de Ojeda y otros salieron heridos en esta batalla, que aunque contraria á los indios, los honra. .. . Con este triunfo quedó sujeta la Chon- talpa al dominio español. Alvarado regresó á Tehuantepec con sus prisioneros; á su paso por Jalapa indultó al Cacique, con- ducta que le aprobó Cosijop 11, pues antes él lo había hecho ya. - El valiente caudillo chontal pagó con su vida la sangre ibé- rica que hizo derramar en defensa de su patria. vi Reconquista de los chontales por Maldonado. Despacha Cortés á Maldonado á reconquistar á los chontales. —Toma Mal- donado á Tequisistlán y lo somete al poder español. —Marcha Maldo- nado sobre otras poblaciones y también las somete. —Retorna Maldona- do á Tehuantepec. Habiendo notado D. Hernando Cortés en su expedición, al Istmo de Tehuautepec el año de 1527, que los chontales no habían sido reducidos completamente al orden, pues á su pa- so por Jalapa lo hostilizaron varias partidas de indios, dis- puso que 1). Francisco Maldonado (a) El Aneho, que era un Capitán de aliento, hiciera la conquista de la Chontalpa. Acatando Maldonado el mandato de Cortés, salió de Te- huantepee con 200 españoles y 6,000 zapotecas sobre Tequi- sistlán, en cuyo pueblo se encontraba el grupo más numeroso de chontales, con un destacamento de tropas puestas en ata- laya para vigilar los movimientos de los tehuantepecanos. Lle- ga á él, lo ataca, vence y somete al dominio español. (1) Proceso de Alvarado. Respuesta al Cargo 15, págs. 74 y 75. (2) Gay. Historia de Oaxaca, Tomo 1, Cap. IL, pág. 264. 284 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Después de esta victoria se dirigió Maldonado para los pue- blos de Tlacolulita, Huamelula y Tenango, henchidos de in- - dios chontales, los cuales fueron ocupados uno tras otro, des- pués de una ligera resistencia, pues comprendiendo los chon- tales que era inútil presentar una oposición obstinada, se sometieron al poder colonial, obligándose á pagar sus tributos en Nejapan. Satisfecho Maldonado con esta sumisión, dió por termina- “ da la campaña y retornó á Tehuantepec con sus tropas, dejan- do á los chontales sumidos en su primitiva barbarie. VIL Asesinato de D. Pedro de Piedra. Cumplen los chontales su contrato pagando sus tributos en Nejapan.—De jan de pagarlos algún tiempo después.—Nombra el Ayuntamiento cuestor á D. Pedro de Piedra —Marcha D. Pedro ¿la Chontalpa y exi- ge los tributos, hasta con fusilamientos.—Se sublevan los indios, lo matan y se lo comen en un festín. —Conducta prudente de las autori- dades.—Los chontales vuelven á pagar sus tributos. Acatando los chontales las órdenes del Gobierno Colonial, bajaban anualmente de la Sierra de Ecatepec á pagar en Neo- japan los tributos que le había señalado. Fastidiados con esta humillación, según decían, poco á po- co se hicieron remisos en el cump'imiento de la obligación que se habían impuesto, y dejaron de pagar en 1569 sus tributos, reconcentrándose entre los cerros, barrancos y vericuetos de la Sierra. El cabildo de Nejapan, en vista de este desacato, se reu- nió para deliberar sobre lo que convenía hacer en aquel tran- ce, y después de acaloradas discusiones en que todos los ca- bildantes expusieron sus ideas, se convino en nombrar un Juez tesorero que pasase á cobrar los tributos á los alzados .- HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 285 chontales. Pero no estaba la dificultad en dar la resolución sino en encontrar persona que se atreviese á desempeñar el cargo, pues aunque todos los cabildantes eran muy resueltos ó “muy hombres,” como ahora decimos, nadie quería poner el cascabel al gato por temor de que le diese un mordisco ó una manotada. Después de rebuscar entre todas las personas radicadas en Nejapan la que fuera á propósito para tal comisión, confieren el nombramiento de Juez Tesorero á D. Pedro de Piedra es- pañol y vecino de dicha población. Aceptó, pues, D. Pedro de Piedra su alto encargo y acom- pañado de tres ó cuatro individuos resueltos se internó en la Nación de los chontales. Salta por aquí, brinca por allí, des- cendiendo al fondo de las cañadas, trepando en los más altos picachos, hasta encontrar á varios de los más indómitos habi- tantes de aquellas sierras, los convoca, los reune y les cobra los tributos. Los chontales se hacen desentendidos, ponen oídos de mercader y reciben á D. Pedro de Piedra como acostumbran ahora recibir á ciertas personas, por otra parte muy recomen- dables á los hijos de la nebulosa Albión. D. Pedro se indigna, arcabucea á los indios y mata unos cuantos; pero no contaba con la huéspeda, pues los chontales se arrojan sobre él como fleras, ofendidos de que los atrope- llara en su pt pia casa, y derribándolo en el suelo empuñan sus filosos cuchillos de “obsidiana”” y lo hacen cuartos y con- dimentados en tamales se lo comieron en un festín, para lo que convidaron á los vecinos de las rancherías inmediatas. Los compañeros de comisión al ver el fin de D, Peáro de Piedra, regresaron muy de prisa y llenos de Terror á Neja- pan, y estando en el pueblo y delante de las autoridades, die- ron cueata del fracaso de la comisión y de la muerte trágica del cuestor. (1) Salazar. Leyenda Chontal “D. Pedro de Piedra.” M. S. 286 MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA “Este acontecimiento impuso miedo álos vecinos de Neja- pan y 4 los de la ciudad, cuyas autoridades resolvieron irse con tiento y no emprender reconquistar á estos indios por la fuerza, por temor de estrellarse, ya en su condición indomable, ya en la fragosidad del terreno que poseían por sí solo defen- dido. Con prudencia, pues, se les redujo á la promesa de pa- gar por sí mismos el tributo, castigando apenas á los autores de aquel erimen. Y en efecto, cada año, fieles á su palabra, llegaban á Nejapan en tropa, imponiendo siempre miedo á los españoles la presencia de aquellos hombres membrudos, tos tados al Sol, casi desnudos, con alguna piel de tigre atada á la cintura, el cabello largo, pendientes del hombro el carcax y el arco. Recibía el Alcalde los tributos que ofrecían y los despe- día con agasajo, volviendo ellos luego á sus leoneras, á donde no se atrevía á llegar ningún ministro seglar ni eclesiástico" VATE Categuismo de los chontales por Fray Diego Carranza. Los Domínicos se acercan á los chontales y son recibidos con desagrado.— Fray Diego Carranza les predica el Evangelio y consigue permanecer entre ellos. —Saca á los chontales de sus cuevas y barrancos y los obli- ga á formar pueblos. —Muere Fray Diego Carranza en Tequisistlán.— Los chontales desamparan los pueblos y se vuelven á sus cuevas. “No pudiendo emplearse la fuerza de las armas en la recon- quista de los chontales, el Virrey de México, al encomendar á los domínicos la doctrina de Nejapan, les recomendó emplea- sen con ellos la persuación y la dulzura de la palabra, á fin de conseguir su completo sometimiento. Algunos frailes tuvie- ron valor para acercarse á estos hombres y siempre fueron re- cibidos con desagrado. (1) Gay. Historia de Oaxaca, Tomo 1, Cap. XVI, pág. 434. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 287 Bajo una enramada que servía de iglesia, prevenían al sa- cerdote tortillas, y en un tiesto habichuelas condimentadas á medias para que comiese; más ningún indio comparecía. Cuan- do el monje los hacía buscar, si por suerte se encontraba al- guno en sus barrancas, contestaba éste al llamamiento: “De- cid al sacerdote que coma y que se vuelva: por hoy no tene- mos necesidad de su misa.” De esta manera perseyveraron muchos años, hasta que se determinó á permanecer con ellos Fr. Diego de Carranza. Era este un joven español que había liegado á México en busca de caudal, pero que cambiando de parecer, renunció á sus esperanzas de fortuna, tomó el hábito dominicano y se hi- zo notable en Oaxaca por la propiedad y corrección con que hablaba el idioma zapoteca. Hallándose en Nejapan, observó el temor que inspiraban los chontales y el consiguiente retrai- miento de los frailes, que no usaban pernoctar entre aquellos indios. La dificultad misma de predicarles el Evangelio, que veían con tanta repugnancia, fué un estímulo para el animo- so fraile. Obtuvo licencia de los superiores para acometer la peligrosa empresa, y empuñando el báculo, única ayuda que se permitían los regulares en ese tiempo, se dirigió sin acom- pañamiento á los temidos indios. Al llegar á sus guaridas, por señas y hablando en mexica- no hizo entender su determinación de quedarse con ellos para enseñarles el camino del cielo. No quisieron los indios tanto amor, antes bien, para manifestarle su desagrado, lo desam- pararon de común acuerdo, internándose en sus montañas, sin dejarse ver en muchos días. Raíces y hierbas crudas fueron entonces el único alimento del fraile, que no por eso desmayó en su propósito. Acaso, se le aparecía de tarde en tarde algún compadecido que le ofrecía tortillas y pimientos: se regalaba entonces Fray Diego con aquellos manjares groseros que le parecían exquisitos, y aprovechaba la oportunidad para reco- ger algunas palabras del idioma chontal, que procuraba gra- Mem, Soc. Alzate. México T. 30 (1910-1911)—37 288 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. var firmemente en la memoria. Penosa era su situación, y pa- rece increíble que hubiera podido sostenerse en ella, sin que- brantar su tenaz resolución, durante los 6 ó 7 meses que tardó en adquirir, aunque imperfectamente, el lenguaje de los in- dios. Pero ¡cuánto puede la constancia de un ánimo invenci- ble! Luego que pudo comunicarse con los ariscos indios, vislum- bró algunas esperanzas de buenos resultados en su empresa. El carácter apacible y las dulces palabras del sacerdote, ablanda- ron insensiblemente aquellos fieros pechos: su resignación en las hambres, su callado sufrimiento en las crueles miserias que padeció, pues nunca pidió cosa alguna, los convenció que no era el interés el móvil de sus pasos: la solicitud generosa con que los curaba en sus enfermedades obligó la gratitud de los indios, que menos esquivos, comenzaron á frecuentrar su compañía. Pudo entonces Carranza completar sus conoci- mientos en el idioma, y á su vez los indios, con el trato, le co- braron una confianza sin medida, concurriendo muchos á su presencia cada día para consultarle sus dudas y escuchar sus consejos: en fin, los chontales amaron al religioso como se ama á un padre. El sacerdote aprovechó discretamente la influencia que llegó á ejercer sobre ellos y el conocimiento del idioma adqui- rido á costa de tanto sacrificio. Los sacó de sus cuevas: los indujo á prestarse mutuos servicios, explicándoles cuánto es útil el dulce lazo de la amistad con que unos á otros deberían vivir estrechamente unidos, pues antes cada cual moraba en su barranca con sus hijos, sin relacionarse, sino muy escasa- mente con los demás vivientes: con las lecciones de caridad cristiana que les repetía, ensanchó el círculo reducido de la sociedad de la familia; y haciéndoles comprender las ventajas de la sociedad civil, formó pueblos, levantó iglesias y chozas, todo de humilde paja: indicó á los indios como habían de ves- tirse para cubrir la honestidad: bautizó á la mayor parte, les HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUENÑA. 289 enseñó los rudimentos de la fe, y aun escribió en su idioma instrucciones religiosas, sermones y devocionarios, que no les fueron poco útiles. Como por todas partes se conocía la índole indomable de aquellos fieros, cuando llegó á saberse su conversión al Eyan- gelio, todos se admiraron, reputando aquella obra por milagro. Milagro fué en efecto la paciencia, de laboriosidad y sufri- miento; milagros que costó á su autor nada menos que la exis- tencia. Las hambres frecuentes, los alimentos sin preparación alguna, las noches á la intemperie y sin abrigos, las marchas continuas á ple y por los montes en busca de los indios y las incesantes fatigas en el ejercicio de su ministerio durante do- ce años no interrumpidos, le causaron una cruel enfermedad que ningún remedio pudo curar. Murió en Tequixistlán, víe- tima de su celo apostólico, mas con el consuelo de no haber regado estérilmente su sudor. El cariño que los indios consagraron á su ministro fué pro- porcionado al pesar que manifestaron en su separación. Des- ampararon sus pueblos y se retiraron á sus cuevas.” ("” IX. Sumisión completa de los chontales. Se presentan Fray Domingo Grijelmo y Fray Matías Portocarrero entre los chontales y son recibidos con indiferentismo.—Privaciones.—Con- siguen reducir débilmente á los chontales.—Se separa Grijelmo de los choutales y poco después Portocarrero.—Marcha á continuar la obra de religión Fray Mateo Daroca, y somete por completo á los chonta- les. —Retorno de Daroca.—Tequixistlán. La muerte del apóstol de los chontales puso en cuidado tanto á las autoridades civiles como á las religiosas, porque (1) Gay. Historia de Oaxaca, Tomo I, Cap. XVI, págs. 434 á 437. 290 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. era difícil encontrar substituto que llevase á buen término la obra de aquél. En este tiempo Fray Domingo Grijelmo evan- gelizaba á los zapotecas. “Este religioso español había profesado en el Convento de Santa Cruz de Segovia. Cuando aún permanecía en la pe- nínsula tenía tal deseo de predicar á los indios, que acusaba su propia tardanza, lamentando que otros le hubiesen preve- nido en tan laudable como penosa tarea. Enérgico de caráe- ter, acometía con valor y proseguía con perseverancia la eje- cución de sus difíciles determinaciones: consigo mismo era severo con exceso. Em Oaxaca aprendió el idioma zapoteco, que hablaba casi con tanta corrección como Fray Pedro Fe- ria. Predicó frecuentemente, dejando ver sus sermones un celo ardiente por la pureza de la fe y su profundo conocimien- to de las costumbres del país. Tanta era su compasión por las miserias que padecían los pobres zapotecas, que partía con ellos la porción que para sus alimentos le señalaba el Conven- to: tanto pesar recibía por los agravios que les inferían los conquistadores, que al conocerios derramaba lágrimas. Fray Domingo de Grijelmo, en medio de sus fatigas apos- tólicas, oyó decir que allá entre las asperezas de las incultas montañas de los chontales estaba derramado un pueblo cerril é indómito, que olvidado de las instrucciones de Fray Diego Carranza, había vuelto á sus antiguas y bárbaras idolatrías: y sabiendo que hacía falta un sacerdote resuelto que los redu- jese de nuevo, se ofreció á la difícil tarea. En efecto, acom- pañado de otro religioso modesto y caritativo, Matías Porto- carrero, se dirigió á la Chontalpa, sin otra prevención que la alforja en que depositar las tortillas que mendigase. No es fácil decir, cuantas fatigas, hambres y peligros so- portaron en el cumplimiento de su propósito. No fué el menor trabajo aprender un idioma rudo y salvaje, como el que se ha- bla en aquellas montañas. Marchaba Grijelmo á la ventura entre los bosques poblados de fieras: y cuando encontraba al HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 291 paso algún indio, trababa conversación con él, siguiéndole por las quiebras y derrumbaderos, persuadiéndole la importancia de la vida cristiana y social. A veces descubría en la cima de profundas cañadas una cabaña alslada: sin tardanza se enca- minaba hacia ella, resuelto á perecer, si era preciso, con tal de señalar á los ariscos indios el camino de la felicidad. De allí partía para otra, levantada acaso sobre un alto y desnudo pe- ñasco, Ó para alguna cueva escondida entre inaccesibles gar- gantas. Endurecidos los chontales en el ejercicio de una vida áspera, todavía encontraban admirable á Fray Domingo, que como ellos, saltaba sobre los riscos con la liger>z2a de una ca- bra, manando saugre por las heridas de las zarzas, los seguía sin embargo, hablándoles del Salvador Jesucristo. Cuando después de tantas fatigas sentía cansancio y hambre el ardien- te misionero, encaramándose en los árboles cortaba sus fru- tas, y se reclinaba para dormir pocas horas sobre hojas secas del campo. ¡Cuántos sudores, qué penosos sacrificios costó á los frailes organizar la sociedad oaxaqueña y hacerla marchar como se ve en la actualidad! Al hombre juicioso causa indig- nación observar que hay quien posea por los pueblos miradas estúpidas, sin ocurrírseles siquiera preguntar ¿quién congregó á los indios en poblaciones, quién levantó enmedio de ellas suntuosos templos? Antes de que los chontales fueran reducidos completamen- te, Fray Domingo fué arrancado de su seno por la obediencia y destinado á Teitipac.” " “Disueltas las congregaciones que había hecho el P. Ca- rranza, inútilmente habían procurado reducir de nuevo á estos indios, Grijelmo y Portocarrero. Fué Fray Mateo Daroca quien los organizó como se encuentran en la actualidad. Era este religioso, español, de color cetrino, alto, delgado, amante del retiro y de la soledad, poco tratable y escaso en extremo (1) Gay. Historia de Oaxaca, Tomo I, Cap. XVI, págs. 439 á 441, 292 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. de palabras. Desde 1595 en que vino de la península, perma- neció en la ciudad como vicario de las monjas de Santa Cata- lina, hasta 1597, en que las dificultades de evangelizar á los chontales, de que los demás frailes se quejaban, como á Ca- rranza en otro tiempo, á él también estimularon á encaminar- se hacia estos indios, resuelto á reducirlos ó perecer en la de- manda. Su carácter, tan parecido al de los chontales, fué para éstos un motivo de estimación. Las penalidades y constancia en sufrirlas, fueron muy semejantes á las de Fray Diego de Carranza y los resultados mejores, por estar el terreno des- montado. Quince años perseveró doctrinándolos, dejándolos tan cambiados al fin de este tiempo, que llegaban á tocar el extremo contrario. Enriquecidos con el cultivo de la grana á que se dedicaron, tuvieron medios con que proporcionarse un bienestar y hasta un lujo que se hacía notable en Oaxaca: ca- balgaban en buenas mulas, vestían costosas telas de seda y cuidaban con exceso de sus propias personas. Daroca regresó á España en 1612, y murió allá. Los chontales estuvieron su- jetos á Tequixistlán hasta 1612, en que por orden del Virrey se formó parroquia distinta, siendo cabeza entonces Tepacal- tepec. Ahora lo es Mecaltepee.” “Tequixistlán fué por veintidós años, y desde 1590, la Ca- becera de todos los chontales. Era entonces encomendero del pueblo Diego de Alavez, hijo de Melchor Alavez, de los pri- meros conquistadores,” (2) Gay. Historia de Oaxaca, Tomo II, Cap. IL, págs. 65 y 66. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 293 XII. El corsario Candish y la Cruz de Huatulco. Epoca en qne Candish pretendió destruir la Cruz de Huatulco á fuego.— - El Obispo Ledesma consulta si sería conveniente transladar la Cruz á Oaxaca.—Resuelve el Consejo que debe permanecer en el lugar en que la plantó el apóstol. La Cruz de Huatulco estuvo plantada á dos leguas del pueblo en una playa arenosa. Un corsario inglés quiso des- truirla. El Padre Gay refiere así el hecho: “El año de 1587 pasó por las costas de este mar del Sur, á donde entró por el Estrecho de Magallanes, el corsario To- más Candish, y villano como infiel, se internó en Huatulco, puerto franco y sin guarda, de pocos vecinos, gente pobre, que vasta el poco comercio de su comarca para significar la corte- dad de sus moradores; los indios son de menos sustancia por que el número de ellos es corto y el trato de pescadores; el oficio de justicia, dicho se está cuanto poco apetecible, pues con él se tapa la boca á un benemérito que tiene mucho para los memoriales y poes ó nada para guantes. Era alcalde ma- yor en esta ocasión Juan Rengifo, vecino de esta ciudad, y de toda la calidad que se ha dicho, y aunque no había sido corto en procurar sus comodidades, estoba tan prevenido de ésta como descuidado de la defensa. Avisándole que había apare- cido un gran nao barloyventeando en la costa, alegre de la bue- na dicha que se prometía en los registros de Hacienda, y en- sagándose en seco de sus pesquisas é inteligencias de que se había de aprovechar, tuvo mucho que sentir en mojado con las lágrimas que le sacó el corsario. Habían llegado antes al- gunos naos del Perú á este puerto con gran suma de hacien- da en busca de las sedas de la nao de China, que con la vecin- dad de otro puerto de Acapulco, debía ser de interés de todas APS NT SAR AO 294 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. las haciendas que se derrotaba en este reino y nunca se pudo pensar hubiese enemigo que con tan larga y penosa navega- - ción se ocupase de saquear la cortedad de Huatulco, y con este descuido estaba su Alcalde Mayor muy placentero en su casa, esperando se le entrase por las puertas la presa, y sacar el vientre de mal año, saliéndose la miseria con sus huéspe- des; y ocupándose en estas esperanzas tan seguras á deseo, el estruendo y el humo de la pólvora de los esmeriles y mosque- tes del enemigo que marcha por la playa lo turbaran de su suerte que, sin poder dar paso en su defensa, recibió los asom- bros de muerte que le acometieron, y para evadirla se dió por prisionero y se halló á buen recaudo con guardias, entrando el corsario y robando, talando todo cuanto pudo hallar y des- cubrir en casas y ranchos, sin perdonar la iglesia en sus sa- crílegos atrevimientos. Para afrentoso aviso de su castigo re- servó N, E. el estandarte triunfal de su sagrada pasión y muer- te en una muy descollada cruz que de más de mil y quinientos años de antigúedad adoraban.” “Tomás Candish, mal contento y nada satisfecho con el tesoro de la nao que había robado, mi gustoso en el saco que había dado en el puerto, no pudiendo tampoco estar en ánimo como ejecutar de justicia de la ira de Satanás contra este san- to madero; viéndole aquí tan extenso y venerado, quiso su ojeriza emplear todas sus furias en destruírlo y quebrantarlo en menudas astillas, que dadas al fuego en cenizas borraran sus memorias; al efecto, mandó á sus soldados traer hachas aceradas, y á golpes ponerla en tierra y hollarla; pero los ace- ros saltaron desmenusados. Las fuerzas bárbaras desmaya- ban, y el sacrosanto leño divinizado tan insensible á esta ha- zaña que ni un leve rasguño recibía. Remudaban el herraje los ministros de su sacrílego intento: pide sierras dobles que aplicaron picadas á los más débil, estallan los dientes como si fueran postizos, y trómulos en rabiosa fatiga los brazos se rin- den, sin que el madero santo se permitía á sus bocados. Hizo HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 295 traer cabos y guindalezas y amarrado unas á la popa del na- vío y otras dado á los marineros, quiso á un tiempo soltasen las velas y virasen para el mar, y tirando todos fué la cruz la remorá devina de mar y tierra, sin moverla un punto como si fuera un monte: los cabos se rompieron, reconociéndose dé- biles á su firmeza. Hizo juntar gran cantidad de leña, y con grandes trozos de tea prender un incendio, que entre brami- dos feroces de su voracidad, blandía llamas á todas partes, sin acometer una chispa al madero santo, tan á la descubierto ve- nerado, que patentes los ardores le captaban reverente res- peto. Candish en humos de enojo y saña se ahogaba porfiado, y viendo que cobarde el fuego, no le acometía con sus ardo- res, pidió á sus ministros unos barriles de alquitrán y dando con ellos un baño de arriba á abajo á la cruz, con nuevos com- bustibles atizaba la llama; sirvieron sus ardores de baño cor- tés, derritiéndose el bárbaro traje que cubría aquel pendón real, sin empañarle de tisne la última borla de sus brazos. Si miramos lo combustible de este madero, parecería con visos de imposible, pero si lo reconocemos instrumento de la omni- potencia, dejara ser digno de admiración, como vara que el Eterno Padre dió á su hijo vestido de nuestra mortalidad para rendir á sus plantas las huestes infernales de sus enemigos. Candish, corrido y avergonzado, se embarcó, dejando en so- noras trampas las maravillas de esta insignia sacrosanta.” “Al suceder este maravilloso caso era Obispo de esta Igle- sia de Antequera, el Illmo. y Rmo. D. Bartolomé de Ledesma, docto y religiosísimo, y como tal hizo celebración solemne de él. Muy averiguado y juntando á los prelados de las religio- nes, prevendados de su Cabildo y ministros principales de la República, ya convencidos, les propuso los testimonios que te- nía de tantos milagros y tradición del origen de aquel santo madero, y si sería bien removerlo de aquel lugar y traerle á esta ciudad para venerarle con la decencia en lugar consagra- do á su culto. Después de gravísimas razones y varios pare- Mem, Soc. Alzate. México. '. 30 :1910-1911).—38 296 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. ceres se acordó como más eficaz y couveniente el negativo de que no se intentase quitarle de su lugar, puesto que en él la fijó el santo que decían los indios la trajo abrazada por la mar y la había conservado S. M. divina en aquel puesto entre los gentiles, contra todas las inclinaciones de los tiempos, y que no sería bien variar lo que nuestro Señor había ordenado, y que se tratase con veras á los ministros eclesiásticos y secula- res de aquel puerto, y en adelante se cuidase mucho del culto y veneración que pedía aquella reliquia.” Por el contexto de estos párrafos se percibe la persuación en que estaba el autor citado de la verdad y exactitud de los hechos que refiere, persuación que parece haberse apoyado en buenos fundamentos. En efecto, la invasión armada de Can- dish, el saqueo del pueblo de Huatulco y la impotencia de los medios empleados por la tripulación para destruir la cruz que se erguía sobre la arena de la playa, no eran de aquellos he- chos que por su naturaleza sólo pueden ser conocidos de po- cas personas, perdidos en las tinieblas de antiquísimos tiem- pos, Los presenció un pueblo y los sentidos daban fe de su existencia. Para que no se perdiese sa memoria, se mandó ins- truir un expediente que Burgoa dice haber tenido á la vista, en que se hizo constar no sólo la admirable conservación de la cruz, sino la tradición de su remoto origen y de la veneración en que la tuvieron cien generaciones, á causa de ser como dice Burgoa, instrumento de universal remedio. (Que haya si- do un apóstol quien conduce á nuestras costas el milagroso madero, se conjetura fundada no sólo en las tradiciones de Huatulco, sino en las otras semejantes esparcidas en las dos Américas y que á los sabios que las recogieron de ningún mo- do parecieron despreciables.” ” (1) Gay. Historia de Oaxaca, 'Tomo 11. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 297 XIII. Translación de la Cruz á Oaxaca. Fama de la Cruz.— Los fieles le arrancan astillas. — El Obispo Cervantes manda transladar la Cruz á Oaxaca para evitar su destrucción.—Man- da construir de su madera varias cruces. —Envía una cruz al Papa Pau- lo V.—Lienzo que representa á la Cruz en la hoguera. “El Señor Obispo Ledesma, con acuerdo de los más sabios personajes de su tiempo y obligado por razones poderosas, ha- bía determinado dejar el Santo Madero en el lugar mismo que sirvió de teatro á los prodigios antes referidos, cuidando, sin embargo, de que la sagrada reliquia fuese venerada y de que los ministros de aquella tierra fuesen convenientemente aten- didos.” “Advierte el Padre Burgoa, que luego de tomada de esta resolución, fielmente se eumplió; pero que transcurrido algún tiempo, distraída la atención del público en otros varios obje- tos, “por la cercanía de tener á la mano este bien,” y princi- palmente por la inconsistente naturaleza y frágil condición del corazón humano, “se debió resfriar un poco el respeto á la santa efigie.” Acontecía esto en Oaxaca, mientras la fama lle- vaba en rápido vuelo á otras naciones la noticia de los prodi- glos de la Cruz de Huatulco. Llegaban á este puerto, embar- caciones de lejanas playas de la América del Sur, y los mari- nos solícitos cortaban astillas del madero, llevándolas consigo como precioso talismán. Referían ellos cómo al contacto de aquella reliquia sanaban de sus enfermedades, y á su presen- cia se calmaban las tormentas. Este trabajo de cortar peque- ños pedazos á la cruz, creció en términos de juzgarse nuevo milagro que pudiera sostenerse sobre un pie extraordinaria- mente adelgazado hasta donde alcanzaban las manos de los devotos. 298 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. “En México había corrido también la fama de la Santa Cruz, contándose entre sus adictos nada menos que el Arce- diano D. Juan de Cervantes. Con tal antecedente, no es de ex- trañarse que á poco de haber llegado á su Obispado se procu- rase noticias del estado en que se hallaba, y sabedor de la prisa que se daban en desmenuzarla, se resolviese á trasladar- la ála ciudad. Ante todo determinó que dos Notarios de saber y experiencia y un juez eclesiástico partiesen al pueblo á fin de hacer constar, con la claridad posible, el origen del madero, la historia de su vevida al país, las tradicionales palabras del anciano que la trajo y recomendó que fuese venerada, los pro- digios que se atribuyeron en los tiempos anteriores a la con- quista, las circunstancias del arribo á Huatulco del inglés Candish, la saña con que persiguió á la cruz y la admirable conservación del Santo Madero. Así se hizo, en efecto, for- mándose un expedionte de más de dos mil folios, en que, se- gún Burgoa, que asegura haberlo visto, constan los hechos allí autenticados, tan plena y claramente, que no pudiera desearse más. A la vuelta de los Notarios se continuaron en la ciudad las diligencias, tomándose declaración á numerosos testigos de los prodigios hechos, verificados á la presencia de algún fragmento de la Sauta Cruz. Fueron reunidas después para conferenciar sobre la materia, las personas más doctas, quie- nes, después de cruzarse varias opiniones, convinieron en que el famoso madero debería ser removido de su lugar y condu- cido á la ciudad.” “Para este intento fueron comisionados el Sr. D. Antonio Cervantes y otros varios sacerdotes, con instrucciones del Obispo sobre misas y preces que habían de hacerse antes de mover la Cruz. Mas como al conocer esta determinación los fieles, los huertos piadosos crecieron sin medida, antes de que las manos de los devotos consumasen aquella obra destructo- ra, sin esperar á los comisionados, el párroco de Huatulco re- solvió pasarla al templo de su cargo. Revestido con los sagra- o HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 299 dos paramentos, acompaña lo de algunas personas principales y rodeado de numeroso pueblo, se llegó á la Cruz, la besó res- petuosamente, la tomó en las manos y la levantó con una fa cilidad que dejó estupefactos á los coneurrentes. Aquella Cruz, que las naves del impío Candish, tirando con toda la fuerza de sus velas desplegadas, no pudieron mover de su si- tio, no tenía metida dentro de la arena suelta de la playa más de una tercia de vara del pie. “El pueblo de Huatulco intentó resistir á mano armada; pero vencido al fin por las buenas razones de los comisiona- dos, dejó que fuese la Cruz llevada á la ciudad. En Oaxaca salieron á recibirla los dos Cabildos, eclesiástico y seglar, las comunidades religiosas y los pueblos vecinos. El Obispo la es- peró en su oratorio, y al tomarla exclamó conmovido: “¡Oh Cruz dichosa, que adquiriste celestial virtud del cuerpo del Señor; Cruz tanto tiempo por mí deseada, recíbeme de manos de los hombres y restitúyeme á mi Salvador, para que por tí me reciba quien muriendo en tí me redimió!” Ei 24 de Febre- ro de 1612, á las dos y media de la tarde, Cervantes trasladó en su coche la Santa Cruz de su Palacio al Convento de do- mínicos. El siguiente día, Domingo de Septuagé-ima, vestido de pontifical, la condujo en solemne procesión á Catedral, en cuyo altar mayor estuvo expuesta por ocho días á la venera. ción pública. El Domingo de Septuagésima fué colocada en la suntuosa capilla que el Obispo había hecho construir á sus expensas en una de las cinco naves de la misma Catedral, In. útil es decir que el pueblo no fué indiferente en esta ocasión, sino que hizo de todos modos pública ostentación de su fe y su piedad. Se ve aún en el retablo principal de esta capilla la historia toda de la invasión de Candish, consignada en bue- nas pinturas.” “Lo que va dicho, se refiere no á toda sino á una parte de la Cruz, pues al llegar ésta á la ciudad fué dividida en varias porciones, de las cuales una quedó en Catedral, como de dos 300 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. tercias de largo y cuatro dedos de ancho; otra se repartió en menudas piezas para satisfacer la devoción de los fieles; al templo de Santo Domingo tocó una gran cruz y otras menores al de Santa Catalina y demás conventos de regulares; en la familia del Sr. Cervantes quedó vinculada una y á otra se des- tinó una capilla en la Puebla de los Angeles. En fin, otra cruz embutida en plata dorada y preciosamente adornada, fué pues- fa en manos de Fray Andrés de Acevedo, domínico, que se dirigía entonces á Roma para asistir al capítulo general de su Orden, para que la presentase al Papa reinante Paulo V. Con el mismo fin se entregó al religioso meneionado un extracto de las diligencias practicadas y la carta del Sr. Cervantes, que á continuación copiamos: * Santísimo Padre: Juan, por la gracia de Dios y de esa Santa Sede Apostólica, Obispo de Antequera, en las Indias Occidentales, postrado á los pies de V. S., se los besa, y pro- testando obediencia á esa Santa Silla Apostólica Romana, á cuya Santidad envía una pequeña parte de la milagrosa Úruz que se halló en el Puerto de Huatulco del Mar del Sur, den- tro de la jurisdicción y términos de este Obispado: acompá- ñala el testimonio auténtico de los singulares milagros que ha sido Nuestro Señor servido obrar y cada día obra esta Santa Reliquia, y se manifestó cuando Tomás Candish, inglés, he- reje, corsario que entró á saquear este dicho puerto, quiso qui- tarla y su veneración de los ojos y corazón de los fieles, in- tentando con tenacidad y porfia abrazarla y consumirla, con- servándola Nuestro Señor sin lesión para confusión de los enemigos de la Santa Fe, y porque en V. 5. reside el sagrado de ella, como Vicario de nuestro glorioso padre San Pedro, no satisfaciera á mi obligación y obediencia, si como fiel hijo y el más humilde súbdito de V. $S., no la pusiera en su santísima mano para que como cabeza de toda la iglesia tenga noticia y apruebe la calidad de este tesoro con que Nuestro Señor ha enriquecido esta nueva viña suya, á cuya bondad suplica con- O HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 301 migo conserve para su mayor honra y de su Iglesia la vida de V. Santidad, cuya bendición apostólica (arrojado á sus plan- tas), imploro humildemente á los 4 de los idus de Mayo de 1613 años.—Juan, Obispo de Antequera.” “El Pontífice recibió á la Santa Cruz, la besó respetuosa- mente y recitó el himno Vexilla regis, ete. Para perpetuar el culto de la sagrada reliquia, el Sr. Cervantes dotó una fi-sta anual que tenía lugar el 14 de septiembre. Además, todos los viernes de cuaresma se exponía en el altar mayor de Catedral, tributándosele por el pueblo solemne culto.” “En el Convento grande de Nuestra Señora de la Merced de esta ciudad de México, se veneraba otra parte de la misma Cruz, trasladada á él, de las religiosas de Jesús María, hacia el año de 1614 con licencia del Cabildo, sede vacante, en vir- tud de un breve pontificio que al efecto obtuvieron los religio- sos mercedarios. Estos mismos conservan aún que en la 1gle- sia de su Colegio de San Pedro Pascual de Belén, entre varios lienzos que adornan un altar antiguo, dedicado á la Santa Cruz, uno de vara y cuarta de altura y una vara de ancho, pintado por Nicolás Enriquez en 1735, en que se ve la Cruz de Huatulco ilesa en la hoguera que á su derredor hizo encen- der:el corsario.” '” (1) Gay. Historia de Oaxaca, Tomo II, Cap. VII, pág. 146. 302 MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA XIV. Opimiones respecto al apóstol que plantó la Cruz en Huatulco. , La Cruz de Huatulco se cree que fué plantada por el Apóstol Santo Tomás. —Torquemada opina que fué plantada por Fray Martín Valencia.— Opinión de Humboldt sobre ¡as cruces de México. —Los Padres Du- rán y Acosta suponen que fué plantada la C1uz por el Apóatol Santo Tomás.—Becerra cree que la puso Quetzalcoatl. —Sigúenza y Busta- mante opinan lo mismo.—El Padre Teresa Mier supone que fué San- to Tomás de Meliapor.—Orozco y Berra se inclina á creer que fué Quetzalcoatl. —Conclusión. —Fué el Padre Valencia el plantador de la Cruz. La Santa Cruz de Huatulco se cree, y subsistirá la creen- cia, de que fué plantada en la playa del puerto, por el Após- tol Santo Tomás, mientras no se despreocupen las masas, y que obstine el clero en sostener tal creencia. Torquemada conjetura, y esta es nuestra creencia, que la Cruz de Huatulco la puso Fray Martín de Valencia el año de 1529; mas la contradicen algunos autores, afirmando que des- de tiempos antiguos existía, recibiendo adoración de los natu- rales. Oigamos á Humboldt: “Las cruces que tanto excitaron la curiosidad de los conquistadores en Cozumel, Yucatán, y otras comarcas de América, no son más que cuentos de monjes” y merecen un examen más serio como todo lo que se refiere al culto de los pueblos indígenas del Nuevo Continente. Me sir- vo de la palabra culto, porque en un relieve conservado en las ruinas del Palenque en Guatemala, del cual poseo una copia, no me parece que pueda caber duda alguna acerca de que una figura simbólica en forma de cruz era objeto de adoración. Sin embargo, es preciso observar, que á esta cruz falta la pro- longación superior, y que forma más bien la letra “tau.” Exis- HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 303 te entre los jeroglíficos aztecas el que designa el Sol en sus cuatro movimientos (Nahui Ollin tonatiuh) por impresiones del pie (xocpalli), recordando también la forma ds la cruz, Algunas ideas, sin relación alguna con el eristianismo, pueden haber sido atribuídas simbólicamente á este emblema egipcio de Hames (tauticuscharacter), tan célebre entre los eristianos después de la destrucción del templo de Serapis en Alejan- dría, en tiempo de Teodosio el Grande. En las monedas de Sidón del siglo TUI, antes de nuestra Era, se ve en la mano de Astarte un bastón terminado en una cruz. En Escandinavia, un signo del alfabeto rúnico figuraba el martillo de Thor, muy parecido á la cruz de relieve del Pa- lenque; se marcaba con esta runa, en los países paganos, los objetos que se quería santificar. Podría recordar aquí, que los antiguos chiapanecos de las cercanías del Palenque, dedi- -caron uno de los signos de los días á un Votan, jefe célebre en sus anales, y que se ha creído reconocer en ese nombre do Votan, un Wodan ú Odin americano, y también el Nodans-- dag (wednesday) ó Boun-dar, día de Boudha; pero rel? ciones tan vagas entre los pueblos mexicanos y escandinavos, funda- das sólo en analogías de sonido, nos llevaría á un terreno ex- traño á la historia, El Padre Durán partidario de la predicación, sólo acierta á señalar, alguno de los Apóstoles. Acosta pone de mani- fiesto la semejanza de las ceremonias idolátricas con las cris- tianas, atribuyéndolo al demonio. Fray Gregorio García, sos- teniendo entre ellos otras costumbres semejantes á las cristia- nas, que pudieron detener aunque desfiguradas, desde que Santo Tomás predicó en las Indias y sus comarcas, y aun en el Brasil, pues sus indios tienen tradición de un santo varón llamado Sume, que dice Vasconcelos es el mismo que Tomé, á quien Hornio llama Mayre Hamane, y componiendo una voz de Pay y Sume afirma le dan el nombre de Paicumá los gua. rais (como después á los religiosos españoles), el cual pareco Mem, Soo. Alzate. México T. 30 (1910-1911)—39 304 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. es Santo Tomás, porque Mayre puede ser corrupción de Meyr que en su lengua significa “peregrino barbado vestido,” y qui tando la T á Tomás, queda Omás ó Umás, que después de tanto tiempo aun de indicios del nombre, y más en diferente idioma. Calancha afirma haberse conservado el nombre Tomé ó Thomé en Nueva España, Perú y Chile: le sigue Ovalle, y á ambos contradice Solórzano. Entre los escritores nacionales, Becerra Tanco asegura que la palabra Quetzalcoatl es sinónima de Tomás en griego Didymus ó mellizo, pues coatl ó cohuatl, en mexicano significa culebra, y en plural cocon ó cocome es el mellizo: de aquí se for- ma cuate ó coate en la misma acepción. D. Carlos de Sigiienza y Góngora escribió un libro para probar la predicación del Evangelio en México, por Quetzal- coatl, quien no era otro que el Apóstol Santo Tomás, y si bien la obra no vió la luz pública y el M. $. se tiene por pérdido, la opinión se acreditó hasta tenerse por cierta, sólo por la auto- ridad del distinguido anticuario. Betancourt seguía las opiniones de Sigúenza, de quien fué amigo, refiriendo largamente las semejanzas de la religión cristiana con la de los mexicanos. Partidario de la misma idea se muestra Boturini y Veytia á la predicación el año 63 de Je- sucristo, dando al predicador los nombres de Quetzalcoatl, Cuculcam y Hueman. Todavía en nuestros días vuelve al mis- mo tema D. Manuel Herrera y Pérez. Aunque sirven de fundamento á este sistema copiosas ra- zones y llenas de ingenio, muchas de ellas sólo consisten en nombres mal interpretados en congruencias de poco bulto y peso. Todas juntas no pueden responder á esta objeción: San- to Tomás existió en el primer Siglo de la Iglesia, Quetzalcoatl en el X; hay imposibilidad absoluta para admitir en uno solo á entre ambos personajes. Suponiéndose contra la verdad his- tórica, haber habido otro Quetzalcoatl el año 63 de Jesucris- to, como entonces los toltecas no habían llegado al valle, ni HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 305 existían aun las naciones civilizadas de Anahuac, no fué á ellas á las que se hizo la predicación. Si Santo Tomás es di- verso de Quetzalcoatl, su doctrina corresponde á tiempos pre- históricos, no pudo aprovechar á naciones aparecidas cinco siglos después, y ni pudo enseñar instituciones, como la de los monjes, en su época aun desconocida. Estas reflexiones sin duda llevaron por rumbo nuevo la in- teligencia del Dr. Fr. Servando Teresa Mier. En este escritor no predomina el sistema religioso, sino el político; pretendía probar que la América no era deudora á los españoles de la pri- mera predicación de la fe. “Haciéndome todas estas dificulta- des sospechar, dice, que nuestro Santo Tomás no era el Apóstol, me dediqué á estudiar los autores portugueses, como Barros y otros que cita García, sobre las cosas de la India, pertene- cientes á Santo Tomás, de que ha escrito largamente por su cuerpo, cruz y memorias halladas en el Meliapor, ciudad de Coromandel. Y en sus historias hallé en el V ó VI Siglo, otro Santo Tomás Obispo, sucesor suyo, judío helenista, también como el Apóstol (esto es, hebreos que hablaban griego con idiotismo hebreo) tan célebre como él por su predicación y mi- lagros: del cual el Breviario ó Santoral de la Iglesia Suriana tiene largas lecciones, en que se refiere cómo pasó á predicar á la China, y á otras regiones bárbaras y remotas, haciendo muchos prodigios. Este sin duda debe ser nuestro (Quetzal - coatl, Chilanicambal en lengua chinesca, que trajo sin duda discípulos chinos. Los grandes edificios de Mictlan, Campe- che, ete., que se atribuyen á los discípulos de Quetzalcoatl, son muy parecidos á los chineses.” “En Santo Tomás de Meliapor, para nuestro caso, se en- cuentra poco más ó menos en las circunstancias del apóstol; consta que murió en la India y nadie dice su vida de la predi- cación en en América. “Pero si ambos Santos Tomás sucumben ante la crítica, Quetzalcoatl queda en pie con su historia, á la cual no alcan- A e a do ae 306 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. za la contradicción: hubo un predicador blanco y barbado que enseñó doctrinas muy semejantes á las cristianas.” Y Tampoco ereemos que fué Quetzaleoatl el predicador, por- que no estuvo en Huatulco del Estado de Uaxaca; fué, en nuestro concepto, el Padre Fray Martín Valencia, como opina "Torquemada, quien plantó la Cruz. Abona esta opiuión la circunstancia de ser corto el período que media de 1531 á 1587, en que el corsario inglés pretendió destruirla; pues un niadero, cualquiera que sea su cualidad, no pu: de durar 1,000 años expuesto á la imtew perie. Además, el Padre Valencia na- vegó en el Pacífico y estuvo en Tehuantepec, el año de 1538, de donde regresó con sus compañeros para México. XV. Festividades chontaltecas. Recepción delas autoridades en Huamelula.—Fiesta de Carnestolendas. —Baile en la Casa cural y en las casas municipales. —Fiesta de San Pedro.—Los pichilingues y los cristianos. —Carreras de caballos.— Recepción delas autoridades en Tequisistlán.—Alocución del Chagola. —Bailes. —Fiestas de San Sebastián, la Candelaria, Vorpus, La Mag- dalena y San Juan. —Carreras de caballos, —Serenata.—Fuegos artif- ciales. Los chontales del Distrito de Tehuantepec, celebran va- rias fiestas civiles y religiosas, econ actos tan originales, que merecen menciovarse para servir de comparación con las eos- tumbres de las otras razas indígenas del Estado. Dichas fies- tas son: RECEPCIÓN DE LAS AUTORIDADES DE HUAMELULA, De regreso las autoridades de la Cabecera del Distrito, se retiran á sus casas por espacio de tres días. En el último, reu- : (1) Orozco y Berra. Historia Antigua de México, Tomo I, Libro 1, Cap. 1V, págs. 83 á 86. > parto HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 307 nido todo el Municipio, recorre las calles más céntricas de la población, presidido de un pregonero, que tiene la misión de participar á los vecinos de ésta la llegada de los nuevos Mu- nícipes. Terminado el paseo, se instala el Ayuntamiento en la Casa Municipal, donde lo espera todo el cuerpo de principales, y tomando uno de éstos la palabra, exhorta álos nuevos funcio- narios s>bre el cumplimiento de sus deberes. En seguida se levantan todos, y formando otra comitiva, se dirigen á la casa del Presidente Municipal, en la cual se les obsequia chocolate, sirviéndose después una comida. Tanto las autoridades, como los principales, ayunan ese día y todos conservan, hasta el momento de tomar chocolate, una actitud humilde y reverente. FESTIVIDAD DE CARNESTOLENDAS. Las autoridades y principales del pueblo de Huamelula, nombran con anticipación dos personas con el título de “Alfé- rez,” que se ocupan de formar de un sombrero viejo de lana, unas orejas de burro, que deben servir para dar principio á la función de costumbre el día festivo. En efecto: el primer día de Carnestolendas, uno de los al- férez toma las orejas de burro y el otro una bandera que tam- bién se tiene preparada, y presididos de dos personas que to- can un pito y un tambor, se dirigen á la casa Cural. Instala- dos en ella, solicitan permiso del señor Cura, para dar princi- pio al baila; y obtenido, le colocan á éste las descomunales orejas de burro, y las músicas comienzan á tocar diversos so- necillos, bailando el cura con el alférez que lleva la bandera. Un momento después, le quitan á dicho eclesiástico las orejas y se las colocan al fiscal de la iglesia, y así sucesivamente á los sacristanes y demás familia del cura, haciendo bailar á todos por riguroso turno, 308 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Terminada esta diversión en la casa Cural, se dirige to- da la comitiva á la casa del Presidente Municipal. Llegados á ella, saludan á dicho funcionario, y con su permiso lo sien- tan en una silla y le colocan las orejas de burro, encargándo- se cuatro hombres de conducirlo en brazos hasta la casa Mu- nicipal, en medio de multitud de curiosos, que ven semejante despropósito con un placer indefinido. Una vez en ella, qui- tan al Presidente Municipal de la silla, lo despojan de las ore- jas de burro que lleva en la cabeza y en seguida van por el Alcalde y demás principales del pueblo, haciendo con. cada uno de ellos la misma irrisoria operación que con el Presidente, hasta reunir á todos en el Municipio, en dunde después de ha- ber bailado, se les obsequia con una comida que las autorida- des costean. LOS PICHILINGUES. Festividad de San Pedro. En recuerdo del saqueo que hizo el corsario Tomás Can- dish en 1587 á los pueblos del Pacífico, los chontales de Hua- melula celebran el día de San Pedro, en conmemoración de la derrota de los pichilingues, una especie de mojiganga, que los distrae mucho. Por un lado se ven doce corsarios con su Rey Mahoma, y por otro doce cristianos con su General San Martín, más ocho negros, que son las auturidades del pueblo. Los corsarios son los pichilingues; y ya que se trata de la identificación de un hecho histórico, vigamos antes lo que so- bre este particular dice el sabio Núñez Ortega: “La presencia de corsarios en las cercanias de Pochutla, á fines del Siglo XVI, es conocida; tradiciones locales conser- van hasta nuestros días el recuerdo de sus depredaciones, unido con los nombres de Francisco Drake y Tomás Cambric, HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 309 profanadores del famoso santuario de Huatulco. Los compa- ñeros de Drake eran ingleses, pero no así los de Cambric. Per- tenecían estos, en su mayor número, á diferentes partes, y eran llamados “pichilingues,” expresión que significa “ladro- nes.” Esta fiesta tiene lugar en los días 27, 28 y 29 de Junio, bajo los siguientes actos: Día 27.-—En las primeras horas de este día se reunen en determinado lugar, fuera de las goteras de la población, doce individuos que se dan el nombre de “pichilingues,” y de los cuales uno se titula “Capitán.” Se visten con traje de mari- nero, con gusto y simetría, y se adornan con objetos de oro y plata, así como con espejitos de varias formas y tamaños. En la cara se colocan una máscara de madera y en la cabeza un gorro colorado. Además, se arman de falanges ó machetes para conver- tirse en guerreros. Después de hora y media ó dos horas, se introducen á la po- blación, simulando un raconocimiento del terreno y aseguran- do á los curiosos que los miran, que van á formar una nueva población por orden de su Rey, cuyo Soberano está próximo á caer en tierra con un poderoso ejército. Así pasan el día re- corriendo la población hasta las oraciones de la noche que se retiran á sus casas. Día 28.—En este día transforman en barco una carreta en que se colocan los pichilingnes ó turcos con su Rey Mahoma. Este aparece vestido como los demás, pero lo caracteriza la máscara que le cubra el rostro, porque esta se prolonga hacia arriba en forma de corona. El barco avanza con dirección á la playa, que es un lugar elegido de antemano para desem- barcar. Saltan á tierra los pichilingues y practican un nuevo reconocimiento del terreno que intentan conquistar á nombre de su Rey. Terminado este acto, se retiran como el día ante- rior. 310 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Día 29.-——Este día es el de la verdadera fiesta y en el que tiene lugar el simulacro de batalla que presentan los pichilin- gues y cristianos: es divertido y significativo. En efecto, muy temprano aparecen en las goteras de la población ocho negros'qne en chontall laman muchú, y son nada menos que las autoridades subalternas del pueblo. Visten in- distintamente pantalones, sacos ó chaquetines, pero raídos y en completo desorden, y como insignias de la autoridad que representan, empuñan largas y flexibles varas. Así recorren la población en distintas direcciones pregonando azorados que los pehilingues se aproximan en son de guerra; que se refugien todos entre montes y lugares apartados, anelanos, mujeres y niños, porque «l enemigo está próximo á desembarcar con un poderoso ejército. A continuación amurallan la entrada de la población, haciendo que levantan y colocan piedras hasta for- mar una elevada trinchera, que no es otra cosa que un ca- ble colocado horizontalmente sobre el camino. Este trabajo lo ejecutan disparando cohetes sobre la barca que tienen á la vista, que como ya se dijo, es una carreta. Los pichilingues se aproximan y se traba una batalla con los muchú que palmo á palmo defienden el terreno atrincherado, hasta que al fin son arrojados por los pichilingues al centro de la plazuela del Mu- nicipio, en cuyo lugar se encuentra San Martín con el grueso de su ejército. Los pichilingues avanzan sobre el ejército eris- tiano, y ya á la vista un capitán de los primeros se aproxima con una bandera en la mano y se entabla el diálogo siguiente: (Palabras del Atalaya turco). ¡Oye, hermano! Atento escucha! Allá vienen los cristianos! Terrible ha de ser la lucha! A las armas acudamos! HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUENA. 311 (Exhortación del Capitán turco). Si honra quereis alcanzar, Y gran fama en esta guerra, Resueltos debeis pelear Tanto en agua como en tierra. El a'fange tened listo, Que, blandiendo con destreza, Cercenará la cabeza Del partidario de Cristo. (Palabras del Alférez á Mahoma). ¡Oh, Mahoma! Aunque no tengo Corona, yo te daré, Si del cristiano me vengo, Escabel para tu pie. Formado de sus cabezas, En donde la cruz ostentan, Entre múltiples bellezas Que nuestra envidia acreditan. Y á tu servicio pondré, Como esclavos mil cristianos, Que con sus eburneas manos Y en auríferas redomas Te sirvan, siempre que comas, De la China el rico té, (Palabras del Rey Mahoma.) Yo buscaré á los cristianos Y, aunque se muestran tan fuertes, Les he de causar mil muertes Que brotarán de mis manos. Mem. Soc. Alzate. México. *. 30 (1910-1911),—40 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Y acá el imperio asentado Y las leyes del Profeta, El Korán verá reinando Y mi obra será completa. (Ordenanza del Escribano de San Martín). Manda su Majestad que el botín todo Habido en esta guerra que se inicia, Distribuido será por igual modo, Entre las tropas de su Real Milicia. Que pues tengo el deber de dar abasto A dependientes de mi escribanía, De los despojos y armas saldrá el gasto Que moneda será de gran valía. Y porque viva bien alimentado El Ejército Real en la pelea, Se le dará la carne del ganado De todo turco que en Jesús no crea. Por tanto, mando mi orden sea cumplida, Y+que el Emperador de Trebisonda, Si no acata la fé, pierda la vida, Y muerte se le dé cual corresponda. (Palabras del Capitán cristiano á San Martín). Lo debemos todo á Dios ...... Él es mi dueño y Señor, Y fué nuestro Redentor, Pues murió en la Cruz por nos. La capa partísteis vos Con el pobre vuestro hermano, Siendo siempre buen cristiano Y siervo fiel del Gran Dios...... HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. -313 Ya que sois tan allegado Del Supremo Redentor, Ruégale por el amor Que en él has depositado. Que libre al pueblo Chontal De la guerra que se asoma Promovida por Mahoma, Para causarnos gran mal. (Contestación de San Martín). Si vos con la fe os armais Os daré mi bendición, Pues deseo de corazón Que en la lucha bien salgais. Id, pues, benditos del cielo, Y no olvideis que el matar Se debe economizar Por un cristiano modelo. Y si quereis merecer El galardón de la gloria, Recordad que en la victoria Sangre no habeis de verter. (Palabras de un soldado al Capitán.) Capitán, hoy os rogamos, Puesto que sois tan famoso, Vuestro esfuerzo vigoroso Nos libre de mahometanos. Resueltos todos estamos A vender cara la vida, Antes que ver abatida La bandera que juramos. MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Con ardor la fe Cristiana Defenderemos unidos; Mas si fuésemos vencidos Por la hueste mahometana, Nos quedará el gran consuelo De haher buscado la gloria Que nos negó la victoria Por orden del alto Cielo...... Listos somos, Capitán; Nuestro valor no se aterra; Y tanto en mar, como en tierra, Lucharemos con afán. (Y volviéndose á sus compañeros, les dice): ¡Nadie quede relegado! Al combate estemos prestos Y destruyamos los restos Del mahometano malvado. Y, pues, el turco hace gala De maneillar nuestra Fé, Ningún turco deje en pie De nuestro arcabuz la bala! Con pífanos y clarines Armemos escaramuza, Y los soldados de Muza Caerán como chapulines. ¡Señor Dios! Mi gente lista Sólo á vos desea servir: Haced que pueda adquirir Lauros en esta conquista. HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 315 Hoy con gran placer bailemos En este alegre festín! El cumpleaños celebremos De San Pedro, á quien queremos, En unión de San Martín. (Bailan en seguida, y terminado el baile se dirige al Capi- tán). Puesto que ya se aproxima El momento de pelear, Ya podeis mandar tocar Vuestra sonora bocina. (Ordenanza del Rey Mahoma). Yo, el Gran Sultán de la Alia Trevisonda, Capitán General y Comandante De los turcos del Asia y de la Europa, Mando á toda la grey que corresponda, (Que de esta orden se informe en el instante, So pena de la hazaña de mi tropa: Ordena mi Señor, el Rey Mahoma, Se niegue todo auxilio á los cristianos, Y que sus bienes quedn confiscados; Que á fin de que su Ejército no coma Y falte pan y vino á sus hermanos, Se destruyan las mieses y ganados. Que sus pueblos, ciudades y castillos, A fuego y sangre devastados sean, Y que cautivos queden los que vivan Entre prisiones sólidas y grillos, Hasta que en Jesucristo ya no croan En vista del castigo que reciban, 316 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. Todo lo cual, sin dilación alguna, Se debe ejecutar muy prontamente, Bajo pena de muerte á los morosos; A fin de no dejar que la fortuna Dé protección á la enemiga gente, Que sólo apela á triunfos milagrosos. (Palabras del Alférez á Mahoma). Hoy vuestro real permiso á pedir vengo Para emprender descomunal batalla; O sucumbo en el campo, á la metralla, O del triunfo la palma en ella obtengo. Así lo juro por el Gran Profeta, De quien ayuda espero en la pelea, Como espero también servido sea, De convertirme en poder. so Atleta. Y si mi fuerte lanza no me miente, Y mi afilado falange no me falta, De los eristianos hoy la sangre hirviente Este campo florido en breve esmalta. (Mahoma contesta al Alférez). Yo buscaré á los cristianos Que hacen alarde de fuertes; Y juro que con mis manos Les he de causar mil muertes. Y si este triunfo consigo, Imperará el Alcorán; Y poblaré el Indostán Con hembras del enemigo; HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 317 Y mil hermosas cristianas En mi harem babrá dispuestas, A A las perfumadas siestas Que disfrutan las sultanas. (Varios soldados de Mahoma). ¡Compañeros, al combate! Demos luego la batalla! No temamos la metralla Ni del cristiano el combate. Valor, arrojo, ardimiento, Esfuerzo, temeridad, No pusilaminidad Formen nuestro sentimiento. En nuestros brazos robustos Hoy la victoria consiste! Nadie tenga el alma triste Ni sienta vulgares sustos! Hoy en el campo de honor Vencer hemos ó morir, Con gloria, y que el porvenir Ensalce vuestro valor! Se entabla el combate: y durante él, los negros, fingiéndose espantados con la terrible lucha que sostienen chipilingues y cristianos, se hablan y setocan unos á otros, haciendo visajes y contorciones, capaces de hacer reir á cuantos se encuentran en aquel lugar, En lo más empeñado del combate, el Rey Mahoma es he- cho prisionero por los negros, ó sean los muchú de San Mar- tín. Los pichilingues se precipitan á recuperar á su Rey; y después de un desesperado combate que sostienen cuerpo á cuerpo con los cristianos, son envueltos y derrotados comple- 318 MAMUEL MARTÍNEZ GRACIDA tamente. Buscan su salvación en la fuga; y «hriándose paso entre la multitud de espectadores que presencian aquel simu- _lacro de guerra, toman el primer camino que se les presenta. Los victoriosos cristianos los persiguen hasta las goteras de la población, y de regreso se unen nnevamente con San Martín en la plazuela del Municipio. En la tarde de este día hay carreras de caballos y se tira mucha fruta por las mujeres, con lo que concluyen las fiestas de San Pedro. Las fiestas civiles y religiosas que se observan en Tequi sistlán, son las siguientes: Recepción de las Autoridades. Los vecinos principales del pueblo, con anuencia del Ayun tamiento, cuyo período está para concluir, nombran con anti- cipación una persona que llaman “Chagola,” para que ésta los represente en la próxima recepción de las autoridades que de- ban ser electas para funcionar el año venidero. Al tomar, pues, posesión de su encargo los nueves Muní- cipes en el Salón Municipal, son recibidos allí por los princi- pales del pueblo y el Chagola que debe dirigirles la palabra. Toman asiento, y en seguida la música comienza á ejecutar escogidas piezas de su pequeño repertorio. Luego el Chagola se levanta de su asiento, y dirigiéndose á las autoridades, da principio á la ligera alocución, que todos oyen con extraordi- naria atención. En dicha alocución les recomienda á los nue- vos funcionarios el más exacto cumplimiento de todas las obli- gaciones que han contraído, y con especialidad á aquellas que se refieren á sus creencias religiosas. Los Munícipes dan las gracias, y la música continúa tocando, concluyendo así esta fiesta civil. | HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 319 Festividad de los Santos Reyes, El Mayordomo del pueblo arregla con el Señor Cura, en la víspera, el asunto de la función religiosa, en cuyo arreglo toman cartas las autoridades y los principales. En seguida se dispuoe el salón para el baile, que lo constituye una enramada perfectamente adornada con flores y yerbas odoríferas, y da principio el buile en la noche, víspera del día religioso, durando sin intermisión tres días y tres noches más. Concurren á él todos los vecinos de ambos sexos, sin que para ello se les haga invitación. El mezcal abunda, y con regularidad lo toman á boca de botella. Festividad de San Sebastián, festividad de la Candelaria, Festividad del Corpus. Estas fiestas sé celebran lo mismo que la anterior; pero el baile en cada una de ellas sólo dura dos noches y un día. Festividad de la Magdalena. Esta fiesta es la titular del pueblo y la más divertida. Se dan dos noches de baile. En la tarde del día de la octava hay carreras de caballos y se repiten las dos noches de baile y un día más, teniendo lugar en la tercera noche una serenata y fuegos artificiales. Festividad de as Juan Bautista. En este día hay carreras de caballos y degiello de gallos. Mem, Soc. Alzate, México T. 30 (1910-1911) —41 320 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. XVI. Costumbres raras de los chontales. Tequios.—Herradero.—Epidemias, litigios y extravíos. —Enfermedades. Tíenen los chontales del Distrito de Tehuantepec cuatro costumbres raras, en que representa la superstición un papel importante. Estas costumbres son: Tequios.—El 22 de Septiembre de cada año, sin previo aviso, los vecinos del pueblo, esto es, todos los contribuyentes de capitación, y aun los que no lo son por su mayor edad, se levantan muy temprano á desyerbar el patio de sus respecti- vas casas, y cuya faena termina precisamente á las ocho de la mañana, en cuya hora son llamados por varios y repetidos to- ques de tambora, que un empleado del Municipio titulado “Juez de mandados,” da en el patio de la Casa Municipal; en cuyo lugar, momentos después se encuentran todos reunidos, dando inmediatamente principio otra faena de la misma na- turaleza de la primera, en todas las pertenencias del Munici- pio, siguiendo á continuación con el atrio de la Iglesia y casa cural. Terminada después de medio día la limpia de los lugares indicados, se dirigen todos nuevamente á la casa Municipal, en cuyo lugar, y bajo la presidencia del Alcalde constitucio- nal, se procede por aclamación al nombramiento de un Presi- dente Municipal, un Alcalde y dos Regidores con sus respec- tivos suplentes, dos Mayores y un Juez de mandados, todos para funcionar en el año próximo. Terminado el acto, se pro- clama á los nuevos funcionarios, dándolos á conocer al pue- blo como á sus legítimas autoridades, disolviéndose á conti- nuación la reunión. El 25 de Diciembre, el Alcalde electo se dirige muy tem- A HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 321 -prano á la Iglesia, y postrado ante la imagen de su santo pa- trón, implora su protección y consejo para desempeñar fiel- mente el encargo que el pueblo le convere para gobernarlo. Ese día es de riguroso ayuno para el expresado Alcalde, abs- teniéndose hasta de tomar agua, dando principio al día si- guiente 39 días de ayuno; pero este consiste solamente en abs- tenerse de tomar mezcal, del uso del tabaco y muy especial- mente del de mujeres, pues hasta la suya misma le está pro- hibido tocar durante todo ese tiempo, bajo la pena de morir irremisiblemente un miembro de su familia ó el mismo Al- caldo. Las elecciones, pues, de Munícipes y Alcaldes, que con- forme á la ley tienen lugar el primer domingo de Diciembre de cada año, en los pueblos citados no se verifican, supuesto que éstas ce celebran en los últimos días de Septiembre ante- rior; pero el Municipio cubre perfectamente bien el expediente de elecciones, como si en efecto éstas se hubieran verificado, y lo remite á la Cabecera del Distrito. Los funcionarios electos con anterioridad toman posesión de su empleo el día 1? de Ene- ro, con las formalidades acostumbradas. En todo el año le es- tá prohibido al Alcalde tomar mezcal, advertido de que si lo hace, la peste ó el hambre se declararán en su pueblo. Herradero.—En el mes de Noviembre de cada año, acos- tumbran herrar su ganado, esto es, marcarlo con hierro, y el día que tal operación tiene lugar, el dueño se abstiene de todo alimento para evitar que los becerros se disloquen los huesos ó se maten de un mal golpe al ser marcados. Terminado el herradero, sueltan el ganado y cierran la puerta del corral, retirándose los dueños á sus respectivas casas, y, como desde ese momento cesó el ayuno que seimpusieron por todo el día, cenan en la noche como de costumbre, pero sin mencionar ni una sola palabra que se refiera á los trabajos del día. Nueve días después, á las doce de la noche, da principio nn nuevo y riguroso ayuno, y á cuya hora se dirige el dueño 322 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA. del ganado al corral en que se hizo el herradero, llevando con-- sigo un número competente de velas de cera pura. Enciende la primera y la coloca en la puerta que en ese momento abre. Penetra al corral, y en el centro coloca otra vela encendida también, haciendo lo mismo al pie de cada uno de los postes que con el nombre genérico de “bramaderos” se colocan siem- pre en los corrales y patios de las casas para amarrar el ga- nado. Colocada la última vela, espera de pie hasta que todas se hayan consumido. Inmediatamente después, se dirige á to- dos los lugares en que el ganado hace parada, y coloca en cada uno de ellos, por distantes que estén, otra vela de cera, y en el lugar que le tocó encender la última, espera de pie hasta que se consuma, terminando inmediatamente su tarea. Acto continuo, elige un lugar cualquiera, se sienta, y colocando en el suelo una red que todo el día llevó terciada á la espalda, extrae de ella una serviileta provista de una gallina cocida y algunas tortillas. Devora ambas cosas en un momento, regre- saudo inmediatamente á su casa. Esa noche le es lícito pa- searse y emborracharse. Al día siguiente vuelve al campo á reconcentrar su ga- nado, y si ningún becerro resulta agusanado del fierro, regre- sa inmediatamente ásu casa y dispone en el acto que su faml- lia confeecione una gran olla de atole de granillo con panela, del cual manda regalar una jícara á cada una de las autorida- des y principales. y Epidemia.—Cuando éntre los chontales se desarrolla al- guna enfermedad ó está próximo algún litigio con algún pue- blo colindante, por causa de terrenos, ó desaparece del campo una Ó más cabezas de ganado de los vecinos, el Presidente Municipal y el Alcalde hacen comparecer on el Municipio á ocho hombres, los más viejos y honrados del pueblo, y á ocho mujeres también, y les imponen nueve días consecutivos de ayuno para implorar los auxilios de Dios. En“el primer caso, la enfermedad desaparece pocos días después de terminado el HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA. 323 ayuno, En el segundo, el pleito se gana; y en el tercero, el la- drón es aprehendido por la justicia, aunque se halle á gran distancia y en poblaciones ajenas. Cada año, en la época de siembras, la goma de copal vir- gen, que nosotros conocemos por incienso, tiene un consumo extraordinario. Prepara cada cual el terreno en que tiene dis- puesto sembrar maíz ó frijol, y el día señalado para este tra- bajo, y antes de arrojar el primer grano, se hace lumbre en el centro del mismo terreno, y en ella se quema una libra de co- pal virgen, 'ó menos, y arrodillados, imploran del cielo una abundante cosecha. Terminado este acto, da principio la siem- bra. Curaciones.—Para curar las enfermedades, sean de la cla- se que fueren, comienzan por rociar al enfermo con mezcal; y luego, en el centro de la habitación, colocan unas rajitas de ocote, y sobre de ellas ponen una libra de copal virgen y lo encienden. Luego que ambos combustibles forman una sola llama, la rocían inmediatamente con agua. Si se apagan, el enfermo no tiene remedio, muere; y si vuelve á levantarse la misma llama, el enfermo sana, porque el mal de que adolece es obra de los brujos, es hechizo. XVII Estado actual de los chontales. Los chontales se dedican á cultivar la tierra.—La grana y beneficios que reportó á latribu.—Bosques y sus producciones. —Industria incipiente. Honestidad de los chontales. —Casas aseadas, camas, comidas y bebi- das. —Religión.—Las autoridades mexicanas completan la sumisión de los chontales.—Intelectualidad de la raza, su decadencia y su des- aparición próxima del Continente. Sometida la tribu chontal á la voz de los pastores domíni- cos, dedicó su atención al cultivo del maíz, chile, frijol y cala- baza, con cuyos productos se conformó, sin manifestar aspi- 324 MANUEL MARTÍNEZ GRACIDA, ración alguna. Mucho tiempo después empleó sus brazos en la siembra del nopal, y cosechó grandes cantidades de grana, que vendió á los comerciantes españoles y que les proporcionó una vida cómoda; pues además de vestirse con camisa y cal- zón de manta, y usar sombrero de palma y cactli, empleó la mayor parte de sus utilidades en comprar terrenos y mulas para viajar tanto á Tehuantepec con:o al Valle y la Sierra. Sus terrenos, aunque propios para la cría de ganado, no los han utilizado en este ramo de industria. En sus bosques abundan las plantas y los árboles, tanto de la tierra fría como de la caliente, pues se encuentran variedades de las unas y de los otros, que sólo explota para sus necesidades. Entre las maderas se numeran el cedro, la caoba, el granadillo, la zon golica, el tepehuaje, el ocote, el encino, etc., todas sin más utilidad, que la doméstica. La industria no ha llamado la atención del indio chontal Apenas se encuentra entre la tribu uno que otro oficial de he- rrería, carpintería y alfarería. Los artefactos de esta última arte son comales, cántaros, cajetes, ollas, ete., muy corrientes. En su vida doméstica, los chontales son honestos y reca- tados. Tienen sus casas aseadas, duermen en cama de ma- dera los más acomodados y en petates sobre el suelo los más pobres. “Sus comidas son las tortillas de maíz, que preparan las mujeres y cuecen en los comales; los frijoles sin manteca y el pimiento ó chile, los tamales con maza de maíz, mole y pedazos de carne. Las bebidas consisten en atole, orchata de maza, llamado pozole, y poco café; usan el mezcal, el tepache, de caña de milpa, el de caña de azúcar, el pulque, y de prefe- rencia, el aguardiente de caña, con el cual se entregan á la embriaguez.” “Por herencia de la conquista española, profesan los chon- tales la religión católica; esto, no obstante, la mayor parte de los indios son supersticiosos, y algunos aún no dejan la ido- latría.? , HISTORIA DE LA CHONTALPA OAXAQUEÑA, 325 Con esos usos, costumbres y religión, pasó la tribu chon- tal á ser gobernada por autoridades oaxaqueñas al hacer Mé- xico su Independencia en 1821, y ellas acabaron de hacerla sumisa, y respetuosa á la autoridad constituida, al mismo tiem- po que laboriosa y amiga de la paz. “La raza chontal muestra inteligencia; pues aun en sus facciones se revelan los rasgos característicos de un pueblo in- teligente, y quizás de una remota antigiiedad en el Continente americano, y cuyos restos diseminados hoy por Oaxaca, Ta- basco, Guatemala y Nicaragua, son los últimos vástagos de pueblos vigorosos, que merced á las vicisitudes y trastornos por que han pasado las razas americanas, tocan hoy á su de- cadencia y completa desaparición de la faz de este Conti- nente.” “Lo que fué esta raza en la antigiedad no puede saberse por los elementos poquísimos é imperfectos datos históricos que de ella se conservan; pero sí puede asegurarse, que en tiempo del descubrimiento y de las conquistas del Nuevo Mun- do, los chontales habían perdido ya su grandeza y poderío; y en medio de las civilizaciones peruana, maya, nahuatl y zapo- teca, apenas llamaron la atención de los cronistas de laépoca, ocupados en estas cuatro razas, para olvidar tantas otras que sin duda merecían una página en la historia de los pueblos americanos. La raza guerrera de los méxica, que babía llega- do á la parte más culminante de su poderío, llevaba sus armas hasta los remotos pueblos de la América Meridional, estable- ciendo á su paso colonias é imponiendo, por todos los pue- blos, el sello de su dominación. De aquí el olvido de los pue- blos subyugados y el menosprecio del estudio de esas razas; unas perdidas ya para la Historia, y otras próximas á perderse para siempre en el piélago inmenso del pasado.” (*) Guadalajara, 12 de julio de 1910. (1) (Belmar, Lic. Francisco.—Estudio del Chontal, Cap. L, pág. 7. e ARO e ho - HN EEN a Qe COMA SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE **ANTONIO ALZATE” MÉMOIRES, T. 30. 327 NOCIONES DE UNA LENGUA NUEVA, POR EL LIC. CECILIO A, ROBELO, M. 8. A, (Sesión del 2 de enero de 1911). IET ERAODOCCOION 1.—La LENGUA NUEVA está formada con palabras toma- das del idioma latino, bajo ciertas reglas que forman su índo- le propia, y de otras palabras derivadas de las mismas de la Lengua Nueva, conforme á un plan en el que quedan elimi nadas las excepciones y establecidas reglas generales que dan completa regularidad al idioma, con perjuicio en verdad de la eufonía; pero con la cual se facilita el aprendizaje de un modo asombroso, pues una persona culta podrá entender y practi- car las conjugaciones, en menos de ocho días, y las demás partes de la gramática, en uno ó dos meses. 2.—8Se ha tomado como base del nuevo idioma el latín, por- que de éste se derivan los principales idiomas europeos que se hablan por la mayor parte de las naciones civilizadas; de suer- te que al estudiar la nueva lengua no se encontrarán palabras desconocidas, sino solamente desfiguradas, pero sujetas en su formación á reglas fijas é invariables. Además, el idioma la- tino no sólo lo conocen los que hablan las lenguas romances, Mem. Soo. Alsate, México. 'T. 30 (1910-1911)--42 328 CECILIO A. ROBELO. sino también los anglosajones que lo cultivan como idioma muerto en los Colegios y Universidades. Dar otro origen á un idioma nuevo es dejar subsistente la terrible dificultad de asi- milarse un vocabulario enteramente desconocido. Tal es el es- tudio que hace naufragar á los que hablan idiomas neo-latinos cuando quieren navegar en los nebulosos mares de los idiomas anglo-sajones. Tal es también, en nuestro concepto, el motivo de no haber prosperado los nuevos idivmas conocidos con los nombres de Volapuk y Esperanto. 3.—En la parte de la Gramática en que tratemos de la Mor- fología, se adquirirá el conocimiento completo de la escritura índole de la Lengua Nueva; pero desde los primeros capítu- los dela Gramática se empezará á adquirir ese conocimiento. 4,—Si la Lengua Nueva fuera adoptada por los Directores de la Instrucción Pública en algunas naciones, podría ense- ñarse en el último año de la Instrucción Primaria Superior, y seguirse practicando en los años de estudios de la Escuela Preparatoria, y al cabo de ese tiempo, las personas cultas de esas naciones poseerían un idioma fácil para comunicarse en- bre sí, por escrito y de palabra. ; 5.—La Lengua Nueva, como todos los idiomas, requiere la xistencia de un Vocabulario. Los materiales ya están acu- mulados, y se procederá á su formación por orden alfabético cuando la Lengua haya sido aceptada por una gran mayoría de personas ilustradas. Entretanto, los numerosos vocablos que comprende la Gramática y el Manual de Conservación y de Esti. lo Epistolar, bastarán para hacer un uso abundante del idioma. 6.—No creemos atentar contra la modestia si distinguimos la Lengua Nueva con el nombre de su autor. Si ella llega á obte- ner aceptación y beneplácito, el distintivo será justo galardón de las prolijas y dilatadas lucubraciones de su autor; si, por el contrario, sólo alcanzare censura ó desdén, la Lengua y su Autor quedarán sepultados en la noche perpetua del olvido. Sea lo que fuere, llamaremos á la Lengua Nueva: NOCIONES DE UNA LENGUA NUEVA. 329 STRERTGITA” ROBELINA. LINGUE ROBELINI. GRAMATICA. Nociones preliminares. 1.—La Gramática Robelina es el arte de hablar y escri- bir el idioma Robelino. 2.—8Se divide la Gramática en Analogía, Sintaxis, Fonolo- gía y Ortografía. ' 3.—La Analogía tiene por objeto estudiar los diferentes oficios, propiedades y accidentes gramaticales de las palabras; los elementos constitutivos de éstas y los diversos procedi- mientos con que nos servimos para formarlas. La parte que - trata de los elementos constitutivos y formación de las pala- bras, se llama Morfología. 4.—La Sintaxis trata de la concordancia y régimen de las palabras y de las construcciones de las oraciones. 5.—La Fonología es la parte de la Gramática que estu- dia los sonidos de la lengua. Se divide en Ortología y Proso- dia. La Ortología trata del mecanismo de los órganos de la voz en la pronunciación de las letras y del valor fonético de éstas. La Prosodia trata de la cantidad y cómputo de las síla- bas; de la acentuación de las palabras y del ritmo de los pe- ríodos. 6.—La Ortografía enseña el uso de las letras y de los de- más signos de la escritura. 7.—Palabra es toda voz significativa. 8.—Como las palabras desempeñan diyersos oficios grama- 330 : CECILIO A. ROBELO. ticales, se dividen en nueve clases que forman las partes de la oración, y son: el nombre, el artículo, el pronombre, el ver- bo, el participio, el adverbio, la proposición, la conjunción y la interjección. - 9.— Las cinco primeras son variables porque se altera su terminación, por medio de sus accidentes y propiedádes gra- maticales; las cuatro últimas son invariables porque no se ad- vierte ninguna variación en su estructura. 10.—El nombre se divide en sustantivo y adjetivo: el sus- tantivo subsiste por sí solo en la oración y sirve para nombrar seres dotados de vida, cosas inanimadas y cualidades abstrac tas, esto es, las que se consideran separadas de las cosas á que pertenecen. Son nombres sustantivos: Dios, angel, hombre, animal, Deo, angelo, omino, animale, Casa, flor, bondad, color, Domue, flore, bonitate, colore. El nombre adjetivo califica las cosas ó las determina, y no puede subsistir en la oración sin un sustantivo expreso ó táci- to. Se divide, pues, en calificativo, como bueno, y determina- tivo, como diez boni deci 11.—El artículo precede al sustantivo para indicar que es- tá tomado con algún grado de extensión y anunciar su núme- ro y su género. Según se dirá en su lugar. Se divide el artículo en defini- “do é indefinido. Los artículos definidos son: el, la, los, las lo ó le, la ó le, los ó les, las ó les. lor, lors. NOCIONES DE UNA NUEVA LENGUA. 331 y los indefinidos son: uno una unos unas. no Ó me, na Ó ne, nos Ó nes, nas ó nes. nor nOYS. 12.—El pronombre señala alguna persona gramatical y reemplaza al nombre sustantivo, cuyos oficios desempeña; ta- les son: yo, tu, él, ella. moy, toy, loy ó ley, lay ó ley, ellas, ellos. lays Ó leys loys ó leys 13.—El verbo es la palabra variable que refiere el atribu- to al sujeto, expresando las circunstancias de número, tiempo, persona y modo. (V el 21.) 14. —Participio es la palabra de la oración que junto con la índole del adjetivo, tiene el régimen y la significación del verbo. Se divide en participio de presente, como amante, teniente, oyente, amantal, tenental, audintil, y en participo de pretérito, como amado, tenido, oido. amatil, tenetil, auditil. 15.—Ls preposición expresa alguna relación y establece dependencia entre dos palabras; v. g.: casa de Pedro; libro para mi hijo; donue den Petro; libre pran mui filio; miel sobre hojuelas; callejón sin salida. mele supran foliules; calilone sin exite. 332 CECILIO A. ROAELO. 16.—El adverbio es voz que modifica á las palabras atri- butivas y algunas veces al sustantivo; v. g.: leo bien; muy docto; LEGIBOL BENEC; MUIC DOCETI; perfectamente hecho; mi permanencia allí. PERFACITIMIC faciti; mui permance ILIC. 17.—La conjunción une partes de la oración y proposicio- nes enteras. 18.—La interjección es voz por la cual se expresa impre meditada y aun inconcientemente los diversos afectos del áni- mo, Y. g.: ay, huy, ah;” ob, ay, ug, ah, oh. 19.—Combinadas convenientemente las palabras, resultan las proposiciones; del enlace de las proposiciones nacen las oraciones, y con estas se forman las claúsulas. 20.—La proposición es el verbo que solo ó acompañado de otras palabras expresa una afirmación ó una negación; v. g.: Dios ama al justo. | Deo amabel lo (omino) yusti. El hombre no vive feliz. Lo omino noc vivibel felici. 21.—$i el verbo fuere el sustantivo ser, eser, la proposición consta de sujeto, del verbo y de atributo; v. g.: El hombre es mortal, Lo omino esebel moritali. NOCIONES DE UNA NUEVA LENGUA. 333 El sujeto es aquello de lo cual se afirma ó se niega algo; el atributo es lo que se afirma ó se niega del sujeto. 22,—Oración es la proposición ó conjunto de proposicio- nes que forman sentido completo. 23.—La oración ó conjunto de oraciones que encierran un pensamiento completo forman el período y la claúsula. 24.—Letra es cada uno de los signos con que por escrito se representan los sonidos y articulaciones de un idioma, y también cada uno de estos sonidos y articulaciones. 25.—Los sonidos vocales se producen por la emisión del aliento que hace vibrar las cuerdas vocales, y además por la diversa posición de la boca. Cinco son en el idioma robelino los sonidos vocales; A, E, I, O, U. 26.—Las vocales se dividen en fuertes y en débiles. Son fuertes, A, O, E, y débiles I, U. 27.—Las articulaciones, para que suenen, necesitan apo- yarse en algún sonido vocal, y poresto se llaman también con- sonantes. 28.—En el alfabeto robelino las articulaciones ó consonan- tes son: Be, Ce, Dd, Ff, Gg, Hh, Ll, Mm, Nn, Pp, Qa, Rr, Ss, Tt, Vy, be, co, de, fe, ge, he, le, me, ne, pe, qe, re, se, te, ve, Xx, Yy, Zz. xe, ye, zete. 29.—Se llaman consonantes líquidas las que se incorpo- ran á otras que se llaman licuantes, con las cuales forman una especie de diptongo. En nuestro alfabeto las líquidas son la l, y la r, que se incorporan á las articulaciones ), c, f, g, pt; la r, se incorpora además á la d: bla, bre, cli, cro, flu, fra; gle, gri, plo, pru, tla, tre; dra, dre, dri, dro, dru. 334 CECILIO A. ROBELO. 30.—La C tiene dos pronunciaciones; fuerte en las sílabas ca, co, cu, y suave en las sílabas ce, Ci. Antes de e, y de ¿, es reemplazada algunas veees por qe, para representar los sonidos ge, gi. 31.—La G también tiene dos pronunciaciones. Es suave: en las sílabas ga, go, gu; en las sílabas gue, gui; en las sílabas gúe, gui; en las sílabas ug, e9, 19, 09, Ug- En las sílabas gla, gle, gli, glo, glu. gra, gre, gri, gro, gru. Es fuerte: en las sílabas ge, gi. 32.—La H solo se emplea al fin de algunas interjeceiones y como inicial de su nombre he; en ambos casos se pronuncia ligeramente aspirada. 33.—La / se suprimió en el alfabeto de la lengua robeli- na para evitar que se confundiera su pronunciación con la de la g en las sílabas ge, gi, y se sustituyó con la y sonando como consonante ye. En el castellano, algunas palabras proceden- tes del latin conservan la j que tienen en ese idioma, como joven de JUVENIS juntar de JUNGERE y objeción de OBJECTIONE; pero otras las han cambiado en y JAM que es ya, CONJUX que es conyuge; y a veces, en palabras de una misma familia, en unas se cambia la j en y y en otras se conserva; v. g.: objeto de OBJECTUM y proyecto de PROJECTUM. Nosotros hemos pre- ferido convertir la j latina en y en todos los casos, para for- mar una regla general, que es la tendencia de la lengua nueva. 34.—La £l se ha suprimido también para no confundir su pronunciación con la de la y. 35.—La N es una letra artificial que representa en algunos idiomas á las combinaciones gn y nn; pero conservando la pro- nunciación natural de esas letras, como sucede en el latín, re- sulta inútil el uso de la %, y por eso la hemos suprimido. NOCIONES DE UNA NUEVA LENGUA. 335 36.—La Q se ha conservado en nuestro alfabeto, pero sin formar la combinación qu en las sílabas que, qui, donde no sir- ve ni para indicar la pronunciación latina de tales sílabas, pues en unas palabras se pronuncia, como quesumus, que se pronuncia cuesumus, y en otras no, como en quis, quien, que se pronuncia Kis. Hemos preferido omitir la combinación qu á sustituir la letra con la K, que solo se usará en voces extranjeras. 37.—La R es una articulación sencilla por su figura y do- ble por su valor. Cuando su sonido es fuerte se duplica, me- nos al principio de dicción y después de /, 1, Ó s; v. g.: Vicerrego, Israelo, Utrico. Virrey, Israel, Ulrico. sinracione, rega. sinrazón, rey. 38.—La X equivale, en todo caso, ács, y nunca á gs, como en castellano. La X solo es inicial en su nombre ze, y se pro- nuncia che, con ch, francesa. 39.—La W doble no se incluyó en el alfabeto robelino, por- que pertenece á idiomas que no son neolatinos. En los nom- bres que vienen del alemán y del inglés se conserva el uso de estas letras; en los primeros la W suena como V, v. g.: Wagner se pronuncia Vagner, Webel se pronuncia Vebel; y en los que proceden delinglés suena como V, v. g.: Wagshington, Vash- ington, Welington, Velington. Cuando está en medio de die- ción se descompone en W, como en Eduwigis, Eduvigis. En los nombres godos que conserva España suena como V, como Wamba, Vamba...... si A aca sodio iLoesingz e... ........oo........-..-...-. +... --. . +... .»..o. Mem. Sos. Alzate. México. T. 30 (1910-1911) —43 336 CECILIO A. ROBELO. CAPITULO IV. Del Verbo. 176. El verbo se designa por la voz que han llamado los gramáticos presente de infinitivo, que termina en ar, er, ó ir, como. amar, vider, audir, amar, ver, oir. 177.—Se distinguen dos elementos en el verbo: el radical y el temporal. Elemento radical es lo que queda después de quitar al presente de infinitivo la final r. En este elemento se contiene su significación fundamental. El elemento temporal es la flexión que consta de varias letras, que unida al elemen- to radical, distingue los modos, tiempos y personas entre sí y unos de otros. En el elemento radical, la última letra, que siempre es una vocal, se llama la normal porque sirve de nor- ma para distinguir una conjugación de otra; cuando la normal es a el verbo es dela primera conjugación; cuando es e, de la segunda; y cuando es ¿, de la tercera. En el elemento tempo- ral, la primera letra, que siempre es una consonante, distin- gue un tiempo de otro en un mismo modo; la segunda letra, que siempre es una vocal, distingue una persona de otra; la tercera y última letra, que siempre es l, da á conocer que la palabra es una flexión del verbo. La primera persona se dis- tingue por la vocal o que está en el elemento temporal; la se- gunda se distingue por la vocal a, y la tercera se distingue por la vocal e. El presente de indicativo se distingue por la conso- nante b; el pretérito imperfecto, por la consonante c; el preté. rito perfecto, por la consonante d; y el futuro, por la conso- nante /; el presente de imperativo, que es su único tiempo, se distingue por la consonante g; el presente de subjuntivo se dis NOCIONES DE UNA NUEVA LENGUA. 337 tingue por la consonante m, las tres terminaciones del pretéri- to imperfecto se distinguen por las consonantes 2, Pp, r, res- pectivamente; y el futuro, por la consonante s. Para la perfecta inteligencia de esta doctrina pongamos y examinemos ejemplos: Am_-a-bol, yo amo; ama es el elemento-radical; a final es la normal, que determina que el verbo es de la primera conjuga- ción; b nos indica que el tiempo es el presente de indicativo; o nos advierte que es la primera persona. Ama-cal, tu amabas; la consonante c, que se halla en el ele- mento temporal, indica que es persona del pretérito imperfec- to de indicativo; la a del elemento temporal nos designa que es la segunda persona. Ama-del, él amó; la sonsonante d distingue al pretérito per- fecto de indicativo, y la vocal e nos muestra que es la tercera persona. Ama-fol, yo amaré; la f nos enseña que el tiempo es el fu- turo de indicativo, y la o que es primera persona. Ama-gal, ama tu; la a del elemento temporal nos advierte que la persona es la segunda, y la y, que el tiempo es el pre- sente del imperativo. Ama-mol, yo amé, la o nos enseña que la persona es la pri- mera, y la m del elemento temporal, que el tiempo es el pre- sente de subjuntivo. Ama-nol, ama—pol, ama-rol, yo amara, amaría ó amase; las consonantes », p, r, de los elementps temporales rol, pol, rol, indican cada una de las tres inflexiones del pretérito inperfec- to del modo subjuntivo, y la o, que se trata de la primera per- sona. Amaz=sol, yo amaré, la s da á conocer que el tiempo es el futuro de subjuntivo, y la 0, que es la tercera persona. Como en el modo infinitivo no hay tiempos ni personas, sino las tres voces verbales, participio activo, participio pasi- vo y gerundio, las vocales ¿, u con que terminan las voces, in- 338 CECILIO A. ROBELO. dican el modoinfinitivo y distinguen á los participios, del ge- rundio, aquellos acaban en til, y éste en tul. Para distinguir an participio de otro, el activo lleva después de la normal una n. Ejemplos: Participio activo: Am-a-n-til, el que ama; Participio pasivo: Am-a-til, amado; Gerundio: Am—a—ntul, amando. En el cuadro adjunto se observará la estructura de la conjugación de los verbos con la sinopsis de las letras norma- les, que varian en cada conjugación y del elemento temporal y personal, que son los mismos en todas las conjugaciones. El plural se forma añadiendo una s á las personas del singular y álas voces verbales del infinitivo, menos al gerundio. 178.—En el cuadro sinóptico anterior se observa: 1.—Que el elemento temporal es uno mismo en cada uno de los tiempos iguales de las tres conjugaciones; así bol, bal, bel, se encuentra en el presente de indicativo de cada conjugación; col, cal, cel se haya en el pretérito imperfecto; dol, dal, del está en el pretérito perfecto; fol, fal, fel, en el futuro; gol, gal, gel se halla en el presente del modo imperativo, que es su unico tiem- po; mol, mal, mel está en el presente de subjuntivo de todos los verbos; nol, nal, nel se encuentra en la primera forma del pretérito imperfecto; pol, pal, pel, en la segunda; rol, ral, rel (sua- ve la r) está en la tercera forma del mismo pretérito; sol, sal, sel, se encuentra en el futuro. 11.—Que de las voces verbales del infinitivo tienen por úl- tima vocal, la ¿, los participios, u, el genuino; y que, para dis- tinguir el participio activo del pasivo, que terminan en til am- bos, se antepone á la t del activo una 2. I11.—Que los modos se distinguen entre si por la conso- NOCIONES DE UNA NUEVA LENGUA. 339 nante inicial del elemento temporal; por b, c, d,.f, el indicati- vo; por g, el imperativo; por m, a, p, r, s, el subjuntivo; y por t, el infinitivo. TV.—Que la normal, ó sea la última letra del elemento ra- dical, que siempre es una vocal, cambia en las tres conjuga- ciones, sirviendo para distinguirlas entre sí, siendo a la nor- mal de la primera conjugación, e, la de la segunda, ¿ la de la tercera. V,—Que las tres personas de cada tiempo se distinguen, la 1* por la vocal 0, la 2* por la vocal a, y la tercera por la yo- cal i, y que, por consiguiente, entrañan el elemento personal, el cual se determina también porlos pronombres personales cuan- do estan expresos. VI.—Que las personas del número plural se forman siem- pre añadiendo una s á las del número singular. VII.—Que el elemento radical de los verbos permanece in- variable en todos los modos, tiempos y personas. VIl.—Que los tiempos que se estudian en el cuadro si- nóptico son los tiempos simples, esto es, aquellos en que el verbo no se acompaña con ningún auxiliar, 179. — De la estructura que se ha dado al verbo en la len- gua nueva se derivan ó resultan las ventajas siguientes: 1% Que las tres conjugaciones son uniformes; 2* Que, no obstante la uniformidad, no se pueden confun- dir jamás una conjugación con otra, ni un modo con otro, ni un tiempo con otro, ni, por último, una persona con otra; 2* Que en la lengua nueva TODOS LOS VERBOS SON RE- GULARES, fenómeno que no se observa en ningún idioma. - 180.—Debe advertirse que la consonante inicial del ele- mento temporal y de la sílaba final de las voces del infinitivo, no se han colocado al azar ó indiferentemente, sino que obe- decen á un orden, pues en los tiempos y voces de los verbos 340 CECILIO A. ROBELO. ocupan el lugar progresivo en que se encuentran en el alfa- beto. bol, col, dol, fol, gal, mol, A A A A nol, pol, rol, sol tal, tul, SP Ta Sto ate Se adoptó este orden con el objeto de que las mismas le- tras sean un medio nemónico ó recordativo del orden de los | tiempos, lo enal facilita mucho el estudio de las conjugaciones. Cuernavaca, Enero 1911. tyha . SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.”—MÉMOIRES, T. 30. 341 Visita 4 alewnas instituciones de Botánica y Parasitología Agrícola de: los Estados Umdos POR EL PROF. GUILLERMO GANDARA, M, $, A, (Sesión de 12 de Mayo de 1911). En Diciembre del año próximo pasado, la Dirección Grene- ral de Agricultura de la Secretaría de Fomento, me comi- sionó para estudiar en algunas instituciones agrícolas de los Estados Unidos del Norte, los puntos siguientes: 1% Enseñanza de la Botánica y Parasitología agrícolas. 2% Visita á los laboratorios de Patología y Fisiología ve- getales, tomando apuntes sobre su organización, sobre los pro- blemas que actualmente se resuslven en ellos y acerca de los métodos empleados para el caso. 3 Estudiar el estado actual de la lucha contra el cha- huixtle del trigo. . 4% Estudiar asímismo las nuevas enfermedades de las plantas de cultivo, y 5 Las plagas del naranjo. 342 GUILLERMO GÁNDARA. Resultado de mi comisión. PRIMERA PARTE. A.— Enseñanza de la Botánica y Parasitología agrícolas. Para mis investigaciones acerca de este asunto, me aper- soné con los Sres. W. E, Safford, Jefe de la Sección de Botá- nica de la Oficina de la Industria de las Plantas, correspon- diente al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, en Washington; con el Sr. Sehautz, Profesor de Histología y Fisiología vegetales del mismo Departamento y de una alta es- cuela de la mencionada capital, y con los señores Profesores de Botánica de las Universidades de Gainsville, (Florida), y Baton Rouge, (Lousiana). De las explicaciones de dichos señores sobre el caso, así como de la revisión de los programas respectivos, inferí lo si- guiente: : 1” La Organografía, la Histología y la Fisiología, se ense- ñan por separado. 2” La Organografía se enseña procurando que los alum.- nos hagan coleccionos de los diferentes órganos de las plantas (raíz, tallo, hoja, flor y fruto), con las diversas formas, aspec- “tos, consistencias, ete., de éstos, y desecándolos y arreglándo- los en hojas de papel blanco y grueso, de las dimensiones adop- tadas para los herbarios, como si se formase un atlas. 3% La Histología y la Fisiología se enseñan, haciendo que los alumnos prácticamente preparen y vean con el microsco- pio las diferentes células, tejidos y estructura de los órganos INSTITUCIONES DE BOTÁNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS. 343 y se cercioren de las funciones de los mismos, bajo el siguien- te programa: L Célula vegetal. A.—Formas y aspectos de las células. B.—Membrana, protoplasma y núcleo. C.—Cloroplastes. D.—Almidón, aleurona, inulina, cristales, etc, E. - Parenquima, prosenquima, meristemo y vasos. F —Estructura de raíces y tallos de dicotiledóneas. G.—Estructura de las hojas. H.—Pelos y estomas. I. — Estructura de pétalos, estambres, pistilos y anteras,. J.—Estructura de polen, ovarios y óvulos. L.—Haces fibrovasculares, II. Absorción, difusión y ósmosis de las plantas. A.—Osmosis en Spirogyra, múcor, células de Coleus, de acelga, de papa. B.—Osmosis y absorción en una planta con raíces. C.—Osmometría. TI. e Absorción de agua en la planta viva, A.—Absorción de agua por Spirogyra, múcor, líquen, mo- ho, rábano. Mem. Soc. Alzate. México 'T. 80 (1010-1011) —44 344 GUILLERMO GÁNDARA. IV. Tramspiracion. Pérdida de agua. A.—Pérdida de agua por las hojas. B.—Pérdida de agua por la transpiración de una planta cultivada. C.—Influencia de la epidermis sobre la transpiración. D.—El poder de transpiración. E.—El poder de evaporación. F.—Presión de la s avia v. Nutriciones minerales. A.—Cultivos de aguas.—Plantas de raíz. B.—Cultivo de aguas para hongos. vL Usos mecánicos del agua. A.—Turgencia. B.—Tensión longitudinal de los tejidos. C.—Tensión transversal de los tejidos. vIlL Substancias orgánicas que elabora la planta. A.—Hidrocarburos. X B.—Pruebas del almidón. C.—Condiciones necesarias para la formación de almidón? ó fotosistesis de plantas verdes.—Luz del sol. INSTITUCIONES DE BOTÁNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS. 345 D.—Productos de desperdicio de los procesos de fotosis- tesis. E.— Desaparición del almidón en una hoja. F.—Transporte de azúcar en una planta y la formación de almidón en órganos que almacenan materias de reserva. Sa: carosa. Glucosa. G.—Alimento orgánico material de plantas con contenido no clorofiliano. H.—Conversión de almidón en azúcar (hidrólisis). Un pro- ceso digestivo. I.—Celulosa, grasas. J.—Proteidos. vITI. Respiración. A.—Identificación del gas consumido en la respiración. B.—Identificación del gas producido en la respiración. C.—Respiración intramolecular. AL: Desarrollo. A.—Germinación de esporas de hongos. B.—Germinación de semillas C.—Crecimiento de la raíz. D.—Crecimiento de tallos de dicotiledóneas. X. Influencia en la planta de condiciones exteriores. A.—Influencia de la gravedad sobre los órganos que cre- cen. Geotropismo, 346 GUILLERMO GÁNDARA. B —Influencia de la luz sobre la planta. Heliotropismo. C.—Influencia de la luz sobre la planta. Hetiolación. D.—Efecto de la temperatura en el crecimiento. E.—Demostración de los efectos de alta y baja tempera- tura en la planta. . 4 En cuanto á la Sistemática, no hay un método seguro de elasificación, pues ésta se adquiere con la práctica, estu- diando autores clásicos y comparando los ejemplares colecta- dos con los de los herbarios que hayan sido bien determina- dos, ayudándose-del microscopio para notar las diferencias que se oculten á la vista, y de las tablas de clasificaciones artifi- ciales escritas para el caso. 5 Los alumnos hacen colecciones de plantas en los cam- pos y luchan por la clasificación de sus ejemplares. 6 Los alumnos cuentan con un herbario cuyos ejempla- res están bien clasificados, indicando la familia, el género y la especie de la planta, así como su nombre vulgar y lugar de su procedencia. Los ejemplares los preparan convenientemente en papel blanco cartoncillo de 114x164 pulgadas inglesas, que son las dimensiones aprobadas en un congreso internacional. 7% Para la clase de la Organografía, los alumnos dispo- nen de mesa-banceas individuales, planas y de cubierta hori- zontal, de papel cartoncillo y Manila, de tijeras y de goma. 8 Para la clase de Histología y Fisiología vegetales ca- da alumno está provisto de lo siguiente: a.—Un microscopio. b,—Un estuche de mieroscopía con agujas, escalpelos, pin- zas, lancetas y tijeras finas. c.—Varios reactivos y substancias colorantes. e.—Portaobjetos y cubreobjetos. f—Vasos de vidrio y agitadores. y. —Una piceta. h.—Un microtomo de mano (Bausch), con su navaja res- pectiva. INSTITUCIONES DE BOTÁNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS . 347 9 La clase está provista de una rueda de Knigh, de cam- panas de vidrio y tubos rectos y acodados de la misma mate- ria, de soportes metálicos y de frascos de varias bocas, para los experimentos. B.—Enseñanza de la Parasitología Agrícola. ? 1% No hay instituciones para la enseñanza de esta mate- ria. ; 2” Tampoco hay obras pedagógicas que traten de la mis- ma, ni maestros que la enseñen. 3? Sólo hay obras clásicas de Micología, Bacteriología y Entomología y muchas publicaciones que tratan en lo general ó en lo particular de la biología de los parásitos ó de las enfer- medades y plagas de determinadas plantas. 4 Los especialistas son personas instruídas, actuales es- tudiantes de ciertas plagas ó enfermedades de las plantas, que tienen ayudantes, que más tarde, en vista de sus aptitudes y prácticas adquiridas, llegan á ser también especialistas, dedi- cándose á estudiar determinados parásitos, y publicando sus observaciones, de las cuales se aprovechan todos los que en el mundo agrícola se interesen por su estudio. 5 Generalmente los mencionados especialistas cursan la Patología y la Terapéutica vegetales en algún Colegio de Agri- cultura. 6% Los alumnos de Patología y Terapéutica vegetales, practican en los laboratorios de estas ciencias y en los cam- pos de estos mismos laboratorios. SEGUNDA PARTE. Visita á los laboratorios de Patología y Fisiología vegeta- les. tomando apuntes sobre su organización, sobre los proble- mas que actualmente se resuelven en ellos y acerca de los mé- todos empleados para el caso. 348 GUILLERMO GÁNDARA. 1% Los laboratorios de Patología y Fisiología vegetales que visité, fueron: a.—Los de la Oficina de la Industria de las plantas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos Ameri- canos, en Washington . | b.—Los de la Estación Agrícola Experimental del mismo Departamento, en Gainsville, Florida. c.—Los de la Estación Agrícola Experimental del Estado de Louisiana, en Baton Rouge. d.—Los del Departamento de Agricultura mencionado, en Dallas, Texas, destinado al estudio de las enfermedades y pla- gas del algodón. 2% En dichos laboratorios pude natal respecto de su organización, lo que sigue: . En los que se refiere á la Patología vegetal. a.—Objeto del laboratorio. b.—Local, aparatos y útiles empleados para poder cumplir con su objeto. c.—Su personal, d.—La administración de sus trabajos. e.—La técnica general seguida en sus estudios para el me- jor éxito de su cometido. I. El objeto de dichos laboratorios es el siguiente: 1. Estudiar biológicamente las enfermedades y plagas de las plantas de cultivo de la comarca, observándolas primero en el campo. 2. Estudiar los medios de combate más apropiados para la destrucción de esas mismas plagas y enfermedades. 3. Escribir obras originales acerca de ellas, formando ma- pas, cuadros estadísticos, ete., para facilitar las consultas. INSTITUCIONES DE BOTÁNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS. 349 4. Propagar estas enseñanzas por medio de circulares cor- tas y sencillas, á los agricultores del lugar. 5. Enseñar prácticamente á éstos la manera de combatir las plagas en el terreno mismo, sea cual fuere el lugar donde APArezcan. 6. Resolver las consultas que le dirijan los agricultores. - 7. Establecer periódicamente conferencias con ellos, para interiorizarse de las necesidades agrícolas referentes á las pla- gas. 8. Enseñar prácticamente el manejo del laboratorio á los alumnos que cursen Patología y Terapéntica vegetales. 9. Informar mensual y anualmente á quien corresponda, acerca de los trabajos que se ejecuten y de los que se propon- ga emprender. IL. El local, aparatos y útiles empleados en los laboratorios, son los siguientes: a.—Un local á propósito provisto de llaves de agua y la- vabos. b.—Una ó varias mesas grandes y fuertes con cubierta es- maltada. c.—Utiles de vidriería en sus estantes respectivos (matra- ces, probetas, cajas de petri, ete.) d.—Un cuarto de siembras bacteriológicas. e.—Un estante con materias colorantes y reactivos. F.—Una estufa con termorregulador. g.—Una ó varias estufas de pared simple para desinfectar vidriería con calor seco. h,—Un autoclave grande. ¿¿—Un microscopio de Zeiss con todos sus accesorios eo- rrespondientes. j—Un microtomo de Minot. 350 GUILLERMO GÁNDARA. k.—Una mesita giratoria de mano, para montar las prepara _ciones microscópicas 1.—Un invernadero para desarrollar ó atenuar enfermeda- des, según la temperatura. m.—Una hectárea de terreno con agua de riego y en un lu- gar apartado, para sembrar plantas cuyas enfermedades estén en estudio y se practiquen con ellas inoculaciones, pruebas de aplicación de fungicidas é insecticidas y selecciones de varie- dades resistentes á las enfermedades. n.—Un cuarto obscuro para revelar placas fotográficas. 0.—Una cámara especial con su mieroscopio para la foto- micrografía. p.—Una ó varias bombas pulverizadoras. q.—Un salón para exponer un museo de los ejemplares en- fermos y los parásitos que los atacan. r.—Una pieza especial para los trabajos administrativos del laboratorio, con eseritorio, máquina de escribir, archivo y biblioteca. TI. El personal está compuesto generalmente como sigue: a.—Un jefe profesor. b.—Varios ayudantes profesores. c.—Un dibujante. d.—Un mozo. Los empleados tienen pase libre en los ferrocarriles, á efec- to de transportarse rápidamente al lugar de las plagas. IN, La administración de los trabajos es como sigue: El Jefe del laboratorio recibe de la Superioridad ó del pú- blico las consultas. A INSTITUCIONES DE BOTÁNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS. 351 El Jefe y la Superioridad se proponen cuestiones genera- les, Así pues, consultas y asuntos generales acerca de las pla- gas, son los quehaceres del laboratorio. El Jefe distribuye el trabajo á los especialistas, y entonces ocurren dos casos: si el asunto es conocido ó si es desconocido. En el primer caso, la consulta se resuelve y se manda á la Superioridad para que la remita al interesado. En el segundo caso, se hacen los estudios respectivos. Generalmente para hacer estos estudios, se consultan bi- bliografías, y rodeándose el especialista de varios ejemplares de las plantas atacadas que él mismo ha observado en el cam- po, estudia todas las formas posibles de los caracteres exte- riores de la enfermedad, los dibuja, los anota y fotografía, á la vez que trabaja por averiguar la causa del mal en el labo- ratorio, y ensaya en los cultivos la aplicación de los remedios. Si el caso urge, escribe circulares muy cortas que se re- parten á los agricultores, y en donde con toda la claridad po- sible se exponen las medidas que deben emplearse en contra de las plagas. Esto no quita naturalmente, que la cuestión se siga estudiando hasta su mayor perfección, en cuyo caso se escribe un boletín sobre el asunto. v. . La técnica generalmente seguida en sus estudios para el mejor éxito de su cometido, consiste en lo siguiente: a.—En la mejor descripción de los caracteres exteriores de la enfermedad. b.—En el mejor estudio que se haga acerca de la cansa de la enfermedad. c.—En el mejor estudio acerca de la biología del parásito, para inferir las causas que lo atacan, Mem, Soo. Alzate. México, T. 30 (1910-1911.)—45 392 GUILLERMO GÁNDARA, d.—En el mejor estudio propuesto para el ataque de la enfermedad. 0, Para estudiar los caracteres exteriores de la enfermedad, ya se dijo que el especialista acude á los cultivos atacados, observa las diversas fases de desarrollo del mal, escoge los ejemplares en los enales se notan econ toda clarilad los des- perfectos, los describe y fotografía. b. Para averiguar la causa de la enfermedad, fácil es verá la simple vista si el parasitismo es de insectos ó de vegeta- les microscópicos, como son las bacterias y los hongos. Si se trata de estos últimos microorganismos (bacterias ú hongos), se hacen los cortes microtómicos de los tejidos enfermos pa- ra observar los parásitos. Para esto se presentan dos casos: I. Si se trata de tallos leñosos. II. Sise trata de raíces carnosas, tallos herbáceos ú hojas. En el primer caso, los cortes se hacen con el “Frizing mi- crotom” de J. Swift € Son. En el segundo caso, se toman las muestras de los tejidos enfermos conforme á las reglas de Smith; se preparan los te- jidos en el fluído de Carnoy, se incluyen en parafina y se ha- cen los cortes microtomicos según las reglas del mismo Smith, en el micrótomo de Minot ó en el de P. J. Kipp € In. J. W. Giltay Opvolger Delf. Holland. En seguida se fijan en el por- taobjeto, empleando el método de Mayer, y se tiñen por el de los vasos de Coplin, con simple ó doble coloración. Luego se montan las preparaciones en bálsamo del Cana- dá y se observan con el microscopio. o MA, INSTITUCIONES DE BOTÁNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS. 353 C. Una vez reconocidos los parásitos vegetales como causan- tes del mal, se procede á estudiarlos, cultivándolos en medios especiales. Para las bacterias se emplean generalmente los medios de harina de maíz, de frijol, la papa y el camote. De dichos cultivos se extrae de tiempo en tiempo el pará- sito para observar sus formas especiales y clasificarlo. De la biología respectiva, se deducen los remedios; pero antes de ensayar éstos, hay que cerciorarse de la nosogenia del parásito, practicando inoculaciones en las plantas sanas á que ataca, donde reproducirá el mal con todos Jos caracteres exteriores previamente anotados. d. Indicados los remedios, se procederá al experimento de su aplicación. Para esto el especialista va á ensayar sus proce- dimientos en los cultivos de los particulares ó bien en los de la institución á que corresponde el laboratorio. A veces pron- to se llega al éxito en los experimentos, y entonces se hace la propaganda correspondiente; á veces son dificultosos, y se es- tudian en la práctica por varios años, hasta que se resuelven con economía por parte de los agricultores. E En lo que se refiere á la Fisiología vegetal. El objeto de estos laboratorios es investigar asuntos de nutrición, absorción, respiración, transpiración, germinación y multiplicación de las plantas, ya para determinar la calorime- 354 GUILLERMO GÁNDARA. tría, ya para hacer variedades precoces ó tardías ó bien para _seleccionar variedades, aclimatarlas y hacer que sus produc- tos industriales se aumenten. Para estos laboratorios es indispensable: a.—Un¿invernadero con termorregulador “The powers sys- tem of heat regulation.” b.—Una pieza con mesas grandes. c.—Termómetros. d.—Un barómetro. e.—Soportes metálicos. f.—Campanas y tubos de vidrio. y.—Un juego de vasos de vidrio. h.—Cajas de germinación. ¿.—Un juego de reactivos. Para estos laboratorios sólo se requiere un profesor enten- dido en la materia y un mozo. Generalmente los laboratorios de Fisiología vegetal, están comprendidos bajo la dependencia de los de Patología vege- tal. vIl. Los problemas que actualmente se resuelven, son los si- guientes: a.—Tumores de las raíces y de los tallos de las plantas. En 1900 y en la Estación Agrícola Experimental de Ari- zona, J. W. Toumey, hizo los primeros estudios acerez de es tos tumores, afirmando que se debían á un Mixomiceto; mas como los remedios que propuso no eurasen el mal, otros espe- cialistas tomaron el asunto por su cuenta, y he aquí que el sa- bio Dr. E. F. Smith acaba de descubrir que dichos tumores son debidos á la bacteria Bacillus tumefaciens, sobre lo cual se reparte actualmente una publicación, en la que se admira el riguroso método científico de demostración experimental. INSTITUCIONES DE BOTÁNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS 355 1b.—Una nueva enfermedad del algodón. Actualmente se ha descubierto una nueva bacteriosis de esta planta, que pudre completamente las cápsulas cuando están tiernas. El estudio de dicha enfermedad se halla muy adelantado, pues ya se sabe que se debe á la bacteria Pseu:lo- monas malvaceurum, nueva especie cuya descripción aun no se publica. Con relación á las enfermedades del algodón, también se persigue el problema de las variedades resistentes á sus pla- gas. c.—Varias enfermedades del manzano, debidas á causas fisiológicas, están estudiándose en la actualidad, así como la mejor fórmula del caldo bordelés para pulverizarlos, pues se ha notado que este remedio mal preparado y aplicado causa al manzano enfermedades de origen químico, quizá más per- judiciales que los que se combaten con dicho fungicida. d.—Los frutos del naranjo en la Florida sufren actual- mente una enfermedad debida á un hongo del género Gloeos- porium y que causa al fruto una gangrenosis general desde que comienza á madurar prendido en el árbol. e.—En la Florida se estudia actualmente la causa de la Gomosis del naranjo, y una de las pruebas que más han lla- mado la atención, es la que consiste en iuocular un hongo del género Diplodia que allá mismo cultivan en tallos de naranjo, produciéndose así la (+omosis correspondiente. Ff—Las novedades relativas al ataque de la mosca blanca (Aleyrodes citri), consist» en la pulverización de agua de jabón á los naranjos, en la fumigación con gas cianhídrico y en la aplicación de hongos entomoftóreos. Ha sido un buen descu- brimiento que el agua de jabón mate como un 40% del Aleyro- des citri, por ser éste un remedio muy económico. En cuanto á las fumigaciones cuya aplicación era tan de- licada y difícil, ahora se está haciendo vulgar, dada la inven- ción de una sencillísima maquinaria que permite que con sólo 356 GUILLERMO GÁNDARA. dos hombres se monte la tienda sobre los árboles en menos de 10 minutos. Acerca de este procedimiento y con todos los detalles necesarios para su aplicación obtenidos de numero sas experiencias hechas en California durante varios años, pró- ximamente aparecerá un Bolatín cuy a impresión se halla muy adelantada. Respeto de los hongos entomoftóreos, llamados así porque crecen esencialmente sobre los insectos, constituye uno de los más legítimos triunfos de la Parasitología, pues que desde mu- chos años se había venido estudiando el provecho que podría obtenerse con varias especies de ellos y estaban casi perdidas las esperanzas por los fracasos que resultaban en la práctica respecto de su aplicación. En 1905, escribía yo en un catálogo de implementos agrí- colas de una acreditada casa de la capital, tratando de los ene- migos naturales de la plagas (pág. 333), lo siguiente: Ciertos hongos son benéficos también, pues aparte del grupo de los comestibles, está el de los entomoftóreos que atacan á los in sectos produciéndoles verdaderas pestes. La inteligencia hu- mana ha trabajado para aprovecharse de este accidente y ha- cer extensos los efectos de estos hongos, cultivándolos, traus- portándolos al lugar «e las plagas para aplicárselos á éstas; pe- ro desgraciadamente hasta ahora esos intentos ban fracasado. Quizá mañana, si se descubren nuevos procedimientos de cul. tivo compatibles con la delicadeza de estos sutiles seres ve- getales ó sí se llegan á encontrar hongos más virulentos que los hasta ahora conocidos, el agricultor gozará de su uyuda en la destrucción de los insectos perjudiciales.” Desde 1906 se iniciaron los experimentos consiguientes y en 1908 pudieron probarse en la Florida los buenos resultados de la aplicación le varios entomoftór os. Ahora se cuenta con D especies: Aschersonia aleyrodes W eb- ber ú hongo rojo, Á. fuvo-citrina ú hongo amarillo y los hon PDA a A MN INSTITUCIONES DE BOTÁNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS. 39 --1 gos negros Sphaerostilbo coocophila Tal. Verticillium hoterocladium Fenz. y Microcera sp. Se ha calculado que con dichos hongos se obtiene la muer- te de un 80% de moscas blancas. Los hongos de referencia se cultivan en gran escala en el laboratorio de Patología vegetal de Gainsville, Florida, en ca- mote, y en abril de cada año, tiempo en que producen sus co- nidias y que el insecto se_halla en estado larval, se ponen en agua los hongos, con la que se pulverizan los naranjos. Dos ó tres meses después, los insectos se hallan muertos. 9.—Los tabacales de Connecticut y de Louisiana sufren de la enfermedad debida al hongo Thielavia basicola y de algunas bacteriosis. La primera enfermedad se está atacando con éxi- to por medio de la desinfección de las semillas y de las plan- tas en almácigo empleando el vapor de agua. En cuanto á la segunda, se hace la selección de variedades resistentes y se piensa en el injerto sobre pies de tabaco cimarrón. h.—En Baton Ronge, se hacen estudios de las enfermeda- des de la caña de azúcar y del arroz, siendo la principal en- fermedad de la primera planta, la que le causa un hongo del género Colletotrichum, que pone rojiza la caña por dentro; y la de la segunda, un hongo del género Piricularia y de la especie Oryzae. Se estudian los remedios respectivos. TERCERA PARTE. I.—El estado actual de la lucha contra el chahuixtle del trigo, es el mismo que se inició desde hace varios años: el de la selección de variedades resistentes á la plaga. Ya sabíamos que entre tantos trigos ensayados al efecto, los duros fueron los que mejores resultados dieron, con el inconveniente de que son poco glutinosos; entre dichos trigos duros, el de la varie- dad Kubanca es el que mejor resiste al chahuixtle, el que más rinde y por consecuencia el más recomendado. Fuera de la va- 398 GUILLERMO GÁNDARA. ga descripción botánica que se lee en uno de los Boletines es- critos por el Sr. Carleton, de esta variedad de trigo, no encontré otra mejor. Tratando con los especialistas acerca de la teoría biológica del hongo que causa el chahuixtle del trigo, opinaron que la teoría de De Bary es la aceptada en la actualidad como cien- tífica y no la de Erikson, cuyas observaciones no ban podido comprobarse. y TI[.—No sólo me limité á estudiar las nuevas enfermeda- des de las plantas de cultivo, sino que repasé todas las cono- cidas hasta 1910. No habría tiempo de hacer aquí una deseripción de tantas y tantas enfermedades como existen en las plantas, pues pa: ra esto serían precisos varios meses y escribir un libro sobre . al caso; por eso sólo me limito á manifestar que revisé las de las siguientes plantas: Apio. Cedros. Alfalfa. Caña de azúcar. Avena. Cacao, Almendro. Cafeto. Albaricoque. Cebolla. Araucaria. Claveles. Alcachofa. Cebada. Acelga. Cucurbitáceas. Azáleas. Crisantema. Alcanfor, Centeno. Arroz. Col. Arboles huleros Castaño. Algodón. Catalpa. Azafrán. Coliflor. Agaves. Cereales. Arboles de bosque. Cerozo. Bambú. Cocotero. Crucíferas. Coníferas. INSTITUCIONES DE BOTÁNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS. Camote. Nabo Chícharo. Nogal Chicoria. Olivo Durazno. Orquídeas. Encino. Olmo. Espinaca. Peral. Fresa. Plantas de ornato. Frijol. Plátano. Frambueso. Plaga de cereales Geranios. Pepino. Guayabo. Pastos. Hule (Castilloa). Piña. Higo. Pinos. Hevea. Papa. Jitomate. Rábano. Lino. Rosa. Liliáceas. Remolacha. Lúpulo. Sauz. Leguminosas. Salsifí. Limón. Sándalo. Lechuga. Sandía. Legumbres. Sorgo. Mandarino. Té. Manzano. Tabaco. Maíz. Trébol. Membrillo. Trigo. Mango. Violetas. Melón. Vid. Mora. Zarza mora. Naranjo. Zanahoria. Y para tener una base de que partir en las nuevas inves- tigaciones de México, acerca de las plagas que me ocupan, así como para saber cuáles son las fuentes de consulta acerca de Mem, Soc. Alsate. México T. 30 (1010-1911) —46 360 GUILLERMO GÁNDARA. las enfermedades de las plantas, copié de la biblioteca de la _ Oficina de la Industria de las Plantas de Washington, 3,500 notas bibiográficas, que he puesto á la disposición de la Es- tación Agrícola Central. TII.—En cuanto á las plagas del naranjo, las principales que allá se encuentran son: la mosca blanca, de la cual se co- nocen dos especies en la Florida, y los Coccídeos. Hay ade- más, Melanosis, Die Back y Gomosis, enfermedades que se si- guen estudiando por ser aún de causa desconocida. Con excepción del Tisanóptero Euthrips citri Monl., plaga que se ha desarrollado últimamente en la California, todas las demás enfermedades y plagas del naranjo de los Estados Uni dos son conocidas por nosotros, así como los remedios res- pectivos, según consta en el Boletín núm. 31 de esta Estación Agrícola Central. Dicho Boletín fué mostrado á un especialista del Departa- mento de Agricultura de Washington, quien desde luego to- mó nota de las plagas del naranjo habidas en Yucatán, que no se conocen en los Estados Unidos. Creo que dicha publicación ha sido bien aceptada, porque se me ha pedido de diferentes partes y porque sometida al juicio de la Oficina denominada Experiment Station Record, salió recomendada en su Boletín respectivo, no sólo porque trata de todos los animales y vege- tales que atacan al naranjo, sino porque indica, como nove- dad, la plaga del Chionaspis citri, de la mosca de la fruta, de la anguilosis del naranjo, del chancro de los troncos, del Corti- cuma y otras. CUARTA PARTE. Trabajos extraordinarios. I. Revisé la Oficina de Entomología, averiguando los re- medios empleados contra las plagas más comunes de nuestra INSTITUCIONES DE BOTÁNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS. 361 República, eomo son la langosta, los gusanos del maíz, del fri- jol, del algodón, del tabaco y de la papa. También estudié lo relativo álos Coccídeos y á la plaga de cereales y de los árboles de bosque. Entre los mejores estudios de entomología que se están ha- ciendo, me encontré el relativo á los mosquitos, con la nove- dad de que ya pueden clasificarse éstos por medio de sus larvas. IL. En el laboratorio de Dallas, Texas, completé mis no- tas acerca de la plaga de las garrapatas y del Picudo del al- godón. Para combatir la primera, están empleando como uno de los remedios más importantes, los baños de las reses plaga- das, en tanques especiales, con un líquido compuesto de lo si- guiente: ESC N o 4 kilos. Carbonato de sodio cristalizado... 12 ,, Brea líquida de mala cealida.... 4 litros. E e Ra 2000 »” Si se compara el gasto que ocasiona en México esta fór- mula con la que se recomendó para el mismo objeto en la cir- cular número 22 de esta Estación Agrícola Central, resulta mucho más barata la nuestra, sin menguarse por eso sus bue- nos efectos. Traje para nuestro museo una colección de garrapatas me- xicanas bien clasificadas, y respecto de estos arácnidos tengo que decir, que es un hecho que en Texas se hallan algunas es- pecies de garrapatas, que inoculan al hombre una enfermedad mortal, como la que observé en Tantoyuca, Ver., en 1903. En cuanto al Picudo del algodón, la medida en su contra que mejores resultados está dando en Louisiana, es el riego en 362 GUILLERMO GÁNDARA. invierno, con lo que se consigue ahogar los adultos que inver- nan en el suelo. IT. En la Oficina de Entomología del Departamento de Agricultura, en Washington, supe que hay impresas en tarje- tas una bibliografía de Entomología, llamada “Concilium bi- bliograpbicum, Zurich”, que puede conseguirse en París.—Bu- reau Bibliographique, 44 rue, Rennes, 1907. IV. Hice un estudio de la sarna de la papa, aprovechan- do las mejores obras que tratan del asunto. El objeto era ob- servar las diferencias que existen entre la bacteria Oospora scabies de Thaxter y el hongo del género Oospora. Para el efec- to, hice las preparaciones microscópicas consiguientes. V. Busqué la descripción del hongo Homostegia Parryi de Farlow, que ataca al maguey de Guadalajara. Para esto fué necesario remover varias obras de Micología que sólo iban in- dicando las notas correspondientes del trabajo original; afor- tunadamente entre tantas obras bibliográficas como tiene la biblioteca de la Oficina de la Industria de las plantas, se en- contró una que nos llevó á otras obras, en una de las cuales se halla la descripción á que aludo. Dicha obra es la siguien- te: The North American Pyrenomicetes.—Ellis and Everhard. —Página 552. VI. Clasifiqué en la Sección de Micología varios hongos superiores que atacan á los árboles de bosque, y anoté en di- cha Sección las diversas obras clásicas de Micología que con- sultan para sus estudios. Dichas obras son las siguientes: 1. Sylloge fungorum.— Icones fungorum.—Saccardo. 2. Icones mycological.—Paul Klincksieck (editor) Paris. 3. Just's Botanischer Jahresbericht. 4. Die naturlichen Pflanzenfamilient.—A. Engler und K. Prantl. Leipzig 1897. 5. Les champignons de France.—Gillet. 6. Les champignons de France.—Cordier. INSTITUCIONES DE BOTÁNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS. 363 7.—Moustrations of British Fungi.—Cooke.—London.— 1889.—91. 8. Dr. L. Rabenhorss's. —Kryptogamen F'ora.—L. Bond, —Leipzig, Eduard Kummer, 1910. 9. Grevillea, a quarterly record of Kryptogamic botany. 10. One thousand American fungi.—Mellvaine. — India- napolis. 11. The mushroom book.—Marshall. 12. Mushrooms edible, poisonous, etc.—Atkinson, Ithaca, N. Y.—1901. 13. Our edible toadstools and mushrooms.—Gibson. 14. Mushrooms edible and other wise.—M. E. Hard. 15. Flore mycologique de la France.—L. Quélet. 16. Atlas des champignons de France, Suisse et Belgi- . que.—Leon Roland.—Paris, 1910. 17. Histoire naturelle des champignons comestibles et véneneux.—(G. Sicard.—Paris, 1884, 18. Les champignons.—Leon Boyer.—Paris (avec 50 plan- ches en couleurs.—(G. Gaulard 1891. 19. Deutschland's Kryptogamische Gewachse. D. Dietrich. —Jena. 20. Fungi and how to know them.—E. W. Swanton, Met- huen € Co., 36 Essex street W. C. London, 1909, 21. British Uredinae aud Ustilaginae.—Plowright, 1888. 22. Tabulae analytique fungorum.—Patouillard. 23. Flore myeologique de Belgique —E. Lambotte. 24. Catalogue raisonnée des champignons.—Ch. Richou. —Paris. 25. Kryptogamen Flora von Sehlesien.—Cohn. 26. Fungi siciliani.—Iuzenga. 27. A monograph of the Myzetozoa. —Arthur Lister, F. L. S. London, 1894. 29. The north american slimemoulds.—Thomas H. Macbri- de, A. M., Ph. D.—New York, 1899, 364 GUILLERMO GÁNDARA. 30.—Experiment Station Record.—Department of Agri- _ culture, Washington, D. €. 31. Journal of mycology. 32. Bulletin de la Société mycologique de France. 33. Botanisches Centralblatt. 34. Cranbrook Rod.—Smith Charles E.—Chisiwick, Lon- don, W. England. 35. English agarios 50 specimens cost L. 2 5. 10 ordered. Nov. 19—1908. 36. Mycologia.—W. Alphonso Murrill.—New York. 37. Ustilaginées.—Clinton, Conu. Exp. St. 38. Diseases of plants induced by Cryptogamic parasites. - Tubeuf and Smith.—(Longmans Green € Co. London). New . York and Bombay, 1907. 39. The genera of fungi by Frederic Edward Clements. —Minneapolis, Min., 1909. 40. Comparative morphology and Biology of the fungi Mycetozoa and Bacterium by A. de Bary.—Tran-late!l by l. F. Garnesey, M. A. Oxford, 1887. 41. Diseases of cultivated plants and trees by (George Massee. New York, 1910. 42. A text book of general Bacteriology. Edwin O. Jor- dan.—Philadelphia, 1908.—W. B. Saunders Co. 43. Plant Physiology by Pfeffer 3 vol.— Translated by Ewert.—Oxfo:d.—England. —At the Clarendon Press. 44. Tost's Plant Physiology by Gibson. 45. The mushrooms M. E. Hard M. A.—The Ohio Libra- ry Co. Columbus, Ohio, U. $. 46. Manuel de technique Botanique.—Paul et Gautier. 4 rue, Antoine Dubois, Paris. 47, Second Biennial Report of th» Commisioner vf Hor- tienlture of the State of California.—1905—06.—Ellwood, Cooper, Commissioner.—Sacramento, 1907. INSTITUCIONES DE BOTÁNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS. 365 48. Wobber H. J.—Principal diseases of citrus fruits in Fla.—Bureau of Plant Industry, Washington., D. €. 49 Hume H. H.—Some citrus troubles.—Fla. Exp. Sta. 50. Me Alpine A.— Australia citrus. 51. Parkin J.—Ceylon, India. 52. Istituto Bot. della R. Univ. of Pavia.—Briosi, Italy, Ruggine bianca dei limoni.—Milano, 1904. 53. Researches on fungi.—A. H. Reginald Buller.—1909, New York. 54. Penzig.—Annali d' agricoltura, 1887. 55. Fungus diseases of citrus trees in Australia.—Dr. Mc Alpine, 1899. VII. Hice además, observaciones y notas acerca de fun- gicidas é insecticidas, especialmente del caldo bordelés y de hongos que atacan á los peces, á los animales y al hombre, y también de implementos agrícolas para aplicar los diverses remedios que hasta hoy se conocen. México, mayo 1? de 1911, A 47 Li NOAA TEO ADIMATOS MO $2 Mor nt .-. 7 90 AO: ELA SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE” MÉMOIRES, T. 30. 367 o —: —— === ah Incunables y Elzevires de la Bibloteca del Colegio Preparatorio de Xalapa POR EL LICENCIADO RAMON MENA, M. $. A, (Sesión del 5 de Junio de 1911). Sabido es que son escasos en el mundo, los libros anterio- res á la invención de la Imprenta, así como aquellos que al- canzan hasta el año de 1520 y que, por raros, han sido catalo- gados igualmente en el número de los incunables. Cuán contadas las Bibliotecas que tienen la fortuna de guardarincunables! y sicontadas resultan en Europa, en Amé- rica y principalmente en México, son un acontecimiento. Ya se verá cuáles no serán mi sorpresa y mi satisfacción al en- contrarme inopinadamente, en la Biblioteca del Colegi Pre- paratorio de la ciudad de Xalapa, capital del Estado de Ve- racruz, con incunables auténticos de gran valor y que consti- tuyen las joyas de la mencionada Biblioteca. Paso en seguida á dar á conocer semejantes libros, lleva- do de mis aficiones arqueológicas, no sin advertir que disto de ser un bibliófilo ó un bibliómano. Mem, Soc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911) —47 368 RAMÓN MENA. La * e La obra se intitula “Cinco libros de Seneca,” papel de lino, de mano, de 28 centímetros por 21; consta de 129 fojas, unas más gruesas que otras; en la primera, al centro, hay la marca transparente de una mano con los dedos dirijidos á abajo y sa- liendo del mayor una línea vertical, terminada en una estre- lla de seis picos. Tiene, desgraciadamente, pasta española, con fierros dorados, de primera mitad del siglo XIX; de los cantos, únicamente la barba propia del papel antes dicho, fué cerce- nada por la cuchilla, restando ese encanto al libro. La paginación está en el margen inferior, es con letras gó- ticas minúsculas y está por pliegos, siguiendo las letras del al- fabeto y la numeración marcada con íes latinas y jotas. El texto de una sola plana, mide 1 decímetro 7 milímetros, es de letra gótica casi cuadrada con tinta negra y sus letras capitulares; el Prólogo, con letra de la misms clase, está con tinta roja. Las notas van en los márgenes y á veces envuelven como en marco al texto. El margen de la izquierda del observador, es de 0m.063. En la primera foja, frente, se lee: Cinco libros de Seneca | Primero libro De la vida bienauenturada. | Segundo de las fie- te artes liberales. | Tercero de amoneftamientos 1 dotrinas. | Quarto 1 el primero de prouidengia de dios. | Quinto el segúdo libro de prouidengia de dios.” En la última foja, vuelta: “Deo Gratias. | Aqui fe acaban las obras de Seneca. Imprimidas en la | muy noble i muy leal cibdad de Seuilla. por Heynar | do Un- INCUNABLES Y ELZEVIRES 369 gut Aliman. i Stanislao Polono: compañerof | En el año nafgimiento del feñor de mill quatrociéntos | i nouanta i uno años. a. veinte i ocho dias del mes de | Mayo.” Abajo, un cuadrete grabado en madera, es un arbol de ho jas blancas en fondo negro y con las raíces fibrosas, al descu- bierto; de dos ramas cortadas, sin follaje, bajan dos cintas que sostienen dos campos con las iniciales M. $. En el margen superior, manuscrito y con letra española del siglo XVII, se lee: “este libro es Del Pbro. xpual debar- gas.” Rúbrica. Por lo expuesto, se ve que estamos frente á un incunable de 1491, el que, dados los precios que alcanzan estos libros y atendiendo al hecho bárbaro de haberlo empastado alguno de sus poseedores, no puede ser valuado en cantidad menor que $ 600 mexicanos. El otro incunable á que me contraigo es la Historia y Trán- sito de San Gerónimo y Santa Paula. El libro es impreso en papel de lino, de mano, de 0m.28 por 0.21. Letra gótica casi cuadrada con tinta negra; letras capitulares. El texto de una sola plana, lleva notas con góticas pequeñas, en los márgenes. El margen es de 0m.0.45. La paginación en números romanos va del I al LVI, sin contar dos fojas de Prólogo y Tablas, en las que las páginas van con letras minúsculas. La paginación es por fojas. El ejemplar está empastado, pasta española de la primera mitad del siglo XIX, con buenos fierros, dorados. Se tuyo cuidado de que la cuchilla solamente cercenara las barbas del papel. En la primera foja, frente, hay un grabado en madera, de 0m.11 por 0.08: es un interior de templo; sobre tres facistoles hay libros abiertos, con caracteres hebreos, griegos y latinos. 370 RAMÓN MENA. —— Sentado en un banquillo, está San Gerónimo que viste traje de Pontífice y tiene entre sus manos, la de un león, sentado sobre el cuarto posterior; el santo parece extraer una espina al león. Hacen marco al grabado, plecas de arabescos, también en madera; 2 arriba, 2 abajo y 4 de cada lado; estas plecas dejan todas entre sí, un espacio en blanco, ocupado por la siguiente leyenda: Omne mandatú vetus et nouellun quidquid archani cecinere | patres quidquid extremi celebrant latini tranftulit ifte. Nec nitet pádés | aliena tantú ymmo fic pnaé ppria corruscat: ne quis in sacro | ftudio fophie: nó fibi cedat. Horridas cantes heremi fubiuit: poftqs ré.” Abajo del grabado dice: “Estan eneste libro la hyftoria nueua del bienaué | turado doctor i luz Vla yglefia fant hierony | mo: con el libro del fu tranfito. y la hy | ftoria de fu tranflacion: con la | de fanta Paula.” En la foja LV, vuelta, al centro, un grabado en madera, de 0m.08, por 0.07, en la misma disposición que el anterior y con la siguiente leyenda: “Hee fructu feragefimú p cepit múdo viduafzé | tesimú deo tenet affidua: 1 múdo folú corpe ftás pau= | la celica: car- nem fpernit p ftercore: méte vita | difica. p hac nos de? ptege: iá emúdatus vicifs ré.” Abajo del grabado, dice: “Fue la prefente obra impreffa | en la muy noble ciudad de gara | goga: por inlustria y defpenfa de George coci aleman. La qual fe | acabo a. t r j (21) del mes de octobre. Año de milli d (500) y r (10) 1113” (4) (1514.) . Los paréntesis no pertenecen á la inscripción y son expli- cativos. Por todo lo expuesto, venimos en conocimiento de un se INCUNABLES Y ELZEVIRES. 371 gundo incunable, no de tanto mérito como él primeramente descripto; pero también muy interesante. Se le puede valuar en $ 400 mexicanos. » k » Hasta aquí los incunables, auténticos de toda autentici- dad. Ahora, hablaré de un libro de 1552, impreso en Salaman ca, y el que, tanto por el año, cuanto por ser/impresión hispa- na y por los tipos empleados y el estilo de la impresión, pue- de sér citado como incunable xilográfico ó cuando menos co- mo una edición Princeps en España. Heloaquí: “Las Obras de Xenophon.” 0m.28 por 0.19; papel de lino, sin cola. Texto á 2 columnas de 0m.07; notas marginales. Le- tra gótica, casi cuadrada; hay letras capitulares magestuosas. Las primeras 8 fojas son de planas á una línea; de 0m.15 y paginación abajo, con letras minúsculas. La portada con letras rojas y negras. La paginación es por fojas, 222, con números árabes; las 8 dichas, como se indica y contienen: Portada, Pri- vilegio, Dedicatoria, Prólogo y Tabla, al principio; hay además 2 fojas finales con la recomendación, en tercetos. Portada, frente: “Las obras de Xeno | phon Trasladadas de Griego en | Caf- tellano por el Secretario Diego Gracian, divididas en tres par- tes, | Dirigidas al Sereniffimo Principe don Philippe | nues- tro feñor.” Al centro de la plana: Escudo español, de aguila de dos cabezas, collar del toisón y columnas con “plus ultra.” Todo en negro y rojo, Grabado en madera de 0m.16 por 0m.12. Abajo de la plava: “Lo que cada parte en particular contiene | fe vera defta otra parte en efta mefma hoja | Con priuilegio para los Reynos de Caftilla y de Aragon | Efta taftado en 289 marauedies.” 372 RAMÓN MENA. La cifra 239 es manuscriata. A la izquierda del escudo está: 16 y á la derecha: 52; esto es: 1552. Al reverso de la foja, está la división de la obra, en libros, con expresión del contenido. En la última foja 222, vuelta: “Aqui fenecen las obras del excelente | abilofdake y Ora- por Xenophon Athenienfe: las quales traflado | de Griego en Caftellano el fecretario Diego Gracian | para comun vtilidad. fueron impreffas en Sala= | manca por juan de junta en el año del na | fimiento de nueftro feñor | Jefu Crifto de | 1552.” Al reverso de la última foja, un grabado en madera: 2 an- gelitos sentados sobre leones, sostienen con una mano cornu- copias, y con la otra mano, una corona de mirtos que queda entre los dos; en medio de la corona, un plato con una cabeza humana; abajo un escudo con la cruz, sobre esta inscripción: “Nichil sine cavsa” Remata con dos arabescos. Manuscritas, con tinta negra, hay unas rúbricas del siglo XVIII. Elzevires. En la misma Biblioteca ya citada, existen como unos 46 Elzevires legítimos, no pocos de los que se conservan en buen estado; llevan todos, el sello quemador de un Colegio de Je- suitas, y adentro, la indicación manuscrita de pertenecer las obritas al “Colegio de San Joaquín, de Carmelitas descalzos.” Son los Elzevires, joyas no menos valiosas que los incunables, y como aquéllos, alcanzan precios elevados; admira en verdad, el número de Elzevires conservados en la Biblioteca del Cole- gio Preparatorio de Xalapa, Biblioteca al cuidado del exqui- sito poeta nrique González Llorca, quien ha preservado de las tentaciones de los bibliómanos, Jos incunables y elzevires á que me contraigo. Pero ya es tiempo de entrar á la descripción de estas edi- ciones en las que el papel, la letra, el formato, las portadas y INCUNABLES Y ELZEVIRES 373 los adornos, todo es elegante y en un estilo que se completa. Que altura y gallardía tales alcanzó el arte de la Imprenta en- tre el último tercio del siglo XVI y la primera mitad del XVII. Los hermanos Elzévir ó Elzévier, inventores de las edicio- nes de referencia, en los Países Bajos, dejaron sus nombres á las mismas. Los Elzevir, asociados unas veces, otras solos, hicieron siempre ediciones impecables que siguieron los sucesores y que aun hoy son ejecutadas en Holanda. Principiaré con los Elzevires de fecha más remota. Volumen, pasta de pergamino, 0m.11 por (0m.06; grueso, 0m.02; 431 páginas menos 1, de portada. Portada: Grabado en acero: entre dos racimos de frutas, un escudo que ostenta un león alado, echado tras un libro abierto; abajo, un paño con artísticos pliegues y dejando cam- po en blanco para el título, que está en latín, como todo el tex- to de la obrita. Dice así: Cafparis Contaremi | patricii Veneti | De Repuvlica | ve- netorum | Libri quinque. | Item fynopsis reip: Veneto. et | alit de eadem difcursus | politici. | Editio fecunda autior. Lvgd: Batavorum. | Ex officina Elzeviriana. CIODIOCXX VIII (1528). Abajo, un plano de Venecia. El Privilegio está al fin del volumen, y fechado en XV de Mayo de MD. XXVI, pedido por Bonaventuros $: Abrahamo Elzeviriis. Por lo expuesto, se ve la autenticidad inconcusa del ejem. plar. Continuaré con otro del siglo XVI: Volumen de 0n..18 por 0m.07 y 0m.035 de grueso, con 668 páginas, sin 10 de introducción y 8 de portada. Indice de es- critores, al lector, etc. Pastas de pergamino. Portada: Un ojo entre nubes y rayos de luz. La Provi.- dencia, entre un soldado y un Padre de la Iglesia, quienes sos- tienen un lienzo con espacio blanco, en el que se lee: 374 RAMÓN MENA. “a Corn. | Tacitus | Et in eum | M. Z. Box. | Hornii% | H. Groth | Obfervationes”. Una corona con un cetro. Abajo: “Venetiis | Apud Nicolaun Pezzana.” M D L XXII (1572). Excusado es decir que el papel de lino de todas estas edi- ciones es excelente, Siglo X VIT. Volumen pasta pergamino,0m.11 por 0m.06; grueso, Om.02. Cuenta 282 páginas y 1 del Privilegio que es de XV Ma- ji, MDCXXVI. Portada: 2 escudos; uno con león gótico rampante y otro con una arpa. Hoy un espacio blanco en el que va el título si- guiente: “Refpvblica, | sive Statvs Regni | Scotia et Hibernice. | Diverforum | Autorum”. Abajo, 2 caballeros: uno con la ma- no sobre una espada y otro, de capa de piel, le alarga el arpa; luego: “Lugd. Bat. | Ex officina | Elzeuiriana | A”... CINDINCXXVII | (1627). Cum Priuilegio. Volumen pergamino, 0m.11 por 0m.055; grueso, 0m.03. Pá- ginas 535 y 8 de Index. Portada: 3 caballeros barbados y llevando sombreros con plumas. 2 se estrechan la mano. Al centro el título: “Helvetioraum | Respvblica. | Diversorum | Autorum | quorum nomalli [| nune primum in lucem | prodeunt”. Lugd. Bat. | Anno CIODI)CXXVII | (1627). Cum Privilegio | P. $. ft. Ya en este volumen, está firmado el grabador ó el dibu- jante de la portada. a INCUNABLES Y ELZEVIRES. 375 Volumen pergamino, 0m.11 por 0m.006; grueso, 0Óm.03, Pá- ginas 514 y 9 de Index. Portada: Dos angelillos al vuelo, sostienen una corcna de laurel, sobre un escudo coronado y rodeado de una liga en la que se lee: “Honi soit ovi mal y pense”. De la mano derecha de los angelillos bajan cintas enlazadas con follaje y frutas que hacen marco al título: “Refpublica | Hollandia | et Ur- bes”. Abajo, un león gótico rampante, sosteniendo una espa- da en ademán de acometer; con la otra garra, sujeta una cin- ta que pasa por 3 pequeños escudos de leones góticos. El león está dentro de un espacio circular, aspillerado. Lue- go, “Lugdvni Batavorum, Ex officina | loannis Maire. Anno . CICIOCXXX (1630). El grabado es admirable por la limpieza de la ejecución, la valentía de las figuras y el buen dibujo. Debe de ser de C. Cl. Dufend, que firma otras portadas de estas ediciones y que fué grabador de la casa de los Elzevir. Cansaría yo la bondad de nuestros consocios, describien- do todas y cada una de las ediciones; además, entiendo que las descritas, darán idea del tesoro conservado en la Biblioteca del Colegio Preparatorio de Xalapa. Espero, en alguna ocasión, proporcionar á esta Sociedad, fotografías directas de los incunables y elzevires que me sir- vieron para formar este imperfectísimo trabajo. 5 México, junio 5 de 1911. Mem. Soc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911)-—48 Ñ € «ri A O a RÓS des: BEA ia Ni Ud j ON Ad ; AN pde id eN str Y HEBIOY rs sabanas. pd estad ollib AD de eaibastloFE | aria dog? rolas le onata dp quo gun obasipsidoa Aus 1d6l au ? 010 631 aleluya cYiey ano al 10) a va ooitog TDMA rAD 20D d06s ol ino DAS ys tiros Saa AE Slade siousoT| sajoWto-=4l a 9 TARA ei ir et Jena ASES . So EME OE palicodat "al Sup OLADiEOS aantóbú Coba al caia Ea 10 dbdyroacoóorosal Sab. asbi a AquisZ eb oiota y pana lora y pd ATA Epa syto bin És rita E PrrO WN ree, ¿sprblica, dd DI; “óu a Mr DORAOET am we e! as de ORARBES MÁS DIGA yea e PARETS DS ANA os Tit A AAA GO y Ark ¿dl Negra E paa Bb 1JLRL-D197) 06 1 SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ““ANTONIO ALZATE”—MÉMOIRES, T. 30. 377 El Fraccionamiento de la Propiedad en los Estados fronterizos POR EL ING, PASTOR ROUAIX, M, $. A, (Sesión del 3 de Julio de 1911), Con verdadera satisfacción fué acogido el proyecto del an- terior Gobierno sobre el fraccionamiento de las grandes pro- piedades fronterizas en pequeños lotes, que serían vendidos á los labradores pobres. Basta saber que en nuestras regiones existen haciendas que cuentan su superficie por centenares de leguas cuadradas, poseídas en varios siglos por las generaciones de una misma familia, para ver en ese proyecto un remedio infalible que ten- - dría forzosamente que extirpar de nuestra Patria uno de los males más terribles que entorpecen su progreso; pero desgra- ciadamente, parece que al formularlo no se han tenido en cuen- ta las condiciones particulares de la Frontera, que tal como son ahora, oponen una barrera formidable á la realización del proyecto. No me guía al escribir mi artículo ningún pendón político, pues no me atrevería á presentarlo en esta honorable socie- dad, cuyo reglamento, con sobrada razón, prohibe tratar esa clase de asuntos. Mi propósito es formar una memoria técni- ca para dar á conocer una comarca, que he tenido oportunidad de conocer y estudiar desde hace varios años, con el objeto de hacer notar las dificultades que tiene la realización de un 378 : PASTOR ROUAIX. proyecto deslambrador por el ropaje que lo envuelve. Conoz- -co solamente el Estado de Durango y á él voy á referirme es- pecialmente; pero mis observaciones serán aplicables al resto de la Frontera, cuyas condiciones son peores que las nuestras. Para que el fraccionamiento de la tierra en lotes de corta superficie sea posible y benéfico, se necesita, ante todo, con- tar con el elemento vital de la agricultura, con el RIEGO, y la enorme mayoría de los terrenos de la Frontera carecen de agua, no sólo para irrigar tierras, sino hasta para apagar la sed de los habitantes. Esta verdad terrible echa por tierra todos los proyectos que se forman en los Gabinetes de México. En una memoria que anteriormente tuve la honra de pre- sentar á esta Sociedad, indiqué la división geográfica del Es- tado en cuatro Zonas'” é hice un bosquejo de sus condiciones climatológicas. Para mayor claridad en este trabajo, rápida- mente me permito condensar lo que entonces dije. Las cua- tro fajas longitudinales que presenta el Estado formando ver- daderas zonas geográficas, son: las Quebradas, como se deno- mina al flaco de la Sierra que da vista á la Costa del Pacífico, región extraordinariamente abrupta, cortada por barrancas que suelen alcanzar una profundidad de 2,000 metros; la Sierra Madre que se forma con las cumbres de la Cordillera, elevan- - do su piso, por término medio, á 2,500 metros sobre el nivel del mar, lo que en nuestras latitudes produce un clima bastan- te frío; la Zona Central ó de los Valles, región bellísima y de gran porvenir, que cuenta con las llanuras del Canutillo, de la Zarca, Guatimapé, Cacaria, Durango, Nombre de Dios, etc. y finalmente, la Zona Oriental cuya sequedad va aumentando al avanzar al Oriente, donde remata en la gran estepa del Bol. són de Mapimí, abarcando parte del partido de Indé, el de Ma- pimí, Nazas, San Juan de Guadalupe y buena porción de Cuen- camé. Las lluvias y por lo tanto las corrientes de agua, son (1) Configuración geográfica y climas del Estado de Durango. Mem. ¡Soe. Alzate, £. 29, p. 5-19. EL FRACCIONAMIENTO DE LA PROPIEDAD TERRITORIAL. 379 abundantes en las Quebradas y van disminuyendo en canti- dad hasta ser casi mulas en el Bolsón de Mapimí. En la Zona Central la precipitación pluvial, tomando un promedio de gran número de años aleanza una cifra regularmente alta (45 4 50 centímetros) lo que sería muy conveniente para producir bue- nas condiciones higrométricas, si no fueran tan extraordinaria- mente irregulares las condiciones que rigen la precipitación, reducida generalmente á varios aguaceros torrenciales, que suelen arrojar en un corto espacio de tiempo, más agua que la que recibe la ciudad de Londres en un mes. El período de las lluvias se presenta regularmente á mediados de junio y termi- na á mediados de septiembre, tres meses por total, siendo en el resto del año insignificante y á veces mula, la cantidad de agua que cae. Como consecuencia de este régimen pluvial, du- rante los meses de abril, mayo y parte de junio, reina la más completa sequedad en el suelo y en la atmósfera, desaparecien- do las corrientes de los arroyos y agotándose los aguajes. El período de las secas con su mortandad de ganados, suele ser terrible algunos años. Las viejas leyes españolas habían previsto ya los inconve- nientes que traería el acaparamiento de grandes extensiones por un sólo propietario, y para impedirlo prohibieron que se adjudicara á cada persona una superficie mayor de un sitio de ganado mayor. Las primeras mercedes fueron en las márge- nes de los ríos que tenían más permanencia en su régimen, como lo vemos en el de Durango, cubierto por pueblos, con- gregaciones, haciendas y Ranchos de corta superficie; los de Santiago y Tepehuanes poblados' actualmente por el 90% de la población total del Partido de Santiago Papasquiaro, el Río del Oro en su parte aprovechable, el de San Juan del Río, el de las Poanas, todos con la tierra repartida formando peque- ñas propiedades. El inmenso intermedio que quedaba entre las pocas corrientes de agua permanente que surcan el suelo del Estado, ofrecía un terreno seco y árido, con aguajes li- 380 PASTOR ROUAIX. mitados, que sólo podían aprovecharse como agostadero de ga- _nados, y ningún pobre intentó tomarlo. La naturaleza, enton- ces como ahora, opuso la realidad á los buenos deseos del le- gislador, y el terreno, ó quedaba enteramente baldío ó se en- tregaba al poderoso, que no necesitara del producto de una pequeña porción de tierra para su sustento, que fué lo que pa- só al último. La Sierra Madre con su piso rocalloso, frialdad de clima, dificultad de comunicaciones, que la hacen impropia para la agricultura, permaneció baldía hasta hace varios años. Los terrenos de la Zona árida fueron divididos entre las Ha- ciendas de Santa Catalina, (244 sitios) Juan Pérez (cerca de 200 antes de haber vendido algunas fracciones) Ramos (200 sitios) la Cadena, Sombreretillos, Gc. El único producto que se obtenía de estas inmensidades de terreno era la ganadería, pues, las pequeñas extensiones de terreno que se dedicaban al cultivo del temporal, servían únicamente para el gasto parti- cular de la finca. El Bolsón de Mapimí con una extensión de más de mil sitios en el Estado de Durango, Chihuahua y Coa- huila, pasó á ser propiedad de la familia Flores, que nunca pretendió obtener de él ningún provecho por su espantosa aridez. Hasta estos últimos años, por el alto precio que adquirió el maíz y el frijol, comenzaron los propietarios á entregar al- gunas porciones escogidas de terreno al cultivo del temporal, único que puede intentarse desde luego en un país que no tie- ne agua permanente, habiendo obtenido resultados bastante satisfactorios por la suprema calidad de las tierras vírgenes; pero siempre inciertos por estar sujetos á una base tan volu- ble como el régimen pluvial de la frontera. Comenzando las lluvias á mediados de junio, el trabajo del agricultor puede li- mitarse al período de las aguas, no empleando más de tres meses en conjunto para los diversos beneficios de la tierra y recolección de la cosecha. Generalmente el peón tiene el ca- rácter de “mediero” y una vez obtenido el producto que le co- hno EL FRACCIONAMIENTO DE LA PROPIEDAD TERRITORIAL. 381 rresponde, se dedica tranquilamente á disfrutar de él, hasta que la necesidad lo obliga á trabajar de nuevo. Como al ha- cendado es al que menos puede convenir la emigración de su peón, procura ocuparlo en algunos quehaceres de la finca pa- ra no encontrarse sin gente en las próximas aguas. En la actualidad casi todas las haciendas de la Zona Cen- tral tienen una buena parte de su terreno empleado en la la- bor de temporal, quedando las serranías, lomas y tierras de inferior calidad dedicadas al criadero. Las de la Zona árida no pueden cultivar más tierras que las que están á las márge- nes delos contados arroyos que la cruzan, para aprovechar las avenidas como riego, pues las solas lluvias son insuficientes para fecundar semillas, de manera que la gran mayoría del te- rreno de la zona permanece inculto. El desarrollo de la industria pecuaria está limitado á la cantidad de aguajes con que cuenta la finca, á la mayor ó me- nor posibilidad de formar nuevos abrevaderos y á la calidad de los pastos que brotan espontáneos, pudiendo afirmarse, que de cien años á esta parte, más bien han disminuído los gana- dos del Estado, por la apertura de tierras de labor. Estas son las condiciones en que se presenta actualmente el Estado de Durango, veámos ahora si con ellas es factible y conveniente el fraccionamiento de la propiedad rústica en lotes pequeños de “ocho, quince, veinte ó más hectaras” como dijo el Ex-Presidente Díaz en una de sus entrevistas con periodis- tas americanos. La gran mayoría del terreno del Estado es quebrado, pues- to que de los 125,000 kilómetros cuadrados que tiene de su- -perficie, los valles, llanuras y lomas planas, sólo ocupan de 25 á 30,000, quedando el rasto ceupado por la Sierra Madre, cor- dilleras secundarias y lomeríos escarpados. El terreno quebra- do, cuyo piso es siempre rocalloso 6 con capas de tobas cali- zas (caliches), no es suceptible de ningún cultivo agrícola y tiene forzosamente que dedicarse á agostadero de ganados. En 382 j PASTOR ROUAIX. los terrenos montañosos, exceptuando la Sierra Madre, son _más escasos los ojos de agua que en los valles, habiendo luga- res de la Zona árida, que, en varias leguas cuadradas, no se encuentra un aguaje natural. Pretender fundar la riqueza de la Patria fraccionando esta clase de terrenos en lotes de quin- ce hectáreas, es sencillamente absurdo, pues para que una fa- milia pueda vivir con el producto de la ganadería, necesita po- seer un gran número de cabezas de ganado, que requiere para su alimentación, en terrenos que no cuentan con agua para re- gar praderas, una superficie considerable. Era necesario ade- más, que el aguaje permaneciera en mancomún, y como por la propia conveniencia de los colonos los lotes no podrían ser limitados por cercas que impidieran el paso de los ganados, el resultado final del fraccionamiento sería la formación de pue- blos pastores, que remedarían los tiempos patriarcales de la infancia de la humanidad. Durante las secas en los años ma- los, se acaban los pastos, se agotan los aguajes, y sólo la gran extensión del terreno de que se dispone puede salvar los ga- nados. En este período muchos pobres tendrían que vender sus animales á precio ínfimo y, poco después, su lote inútil. El reparto de los terrenos pastales en pequeñas parcelas, se- ría la ruina de la ganadería en la Frontera. Los terrenos de las congregaciones actuales del Estado de Durango tienen siempre como base para la vida de los habi- tantes, una porción dedicada á labores, que de hecho está frac- cionada, puesto que cada individuo reconoce su parte que lega por herencia ásus descendientes, quedando el resto del terre- no que se dedica á agostadero, indiviso. Sea cual fuere el pro- cedimiento que la Ley pretenda emplear para el reparto de las congregaciones, la naturaleza volverá á unir á los habitantes en una comunidad, y si por la fuerza se pretendiera obligarlos á reconocer los linderos del fraccionamiento, se producirían motines populares desastrosos. Todos los títulos recientes ex- pedidos á pueblos del Estado, tienen su plano dividido en fi- EL FRACCIONAMIENTO DE LA PROPIEDAD TERRITORIAL, 383 guras más ó menos regulares, que sólo existen en el papel y nadie conoce ni respeta en el terreno. Fuera de la ganadería, ningún otro producto puede obte- nerse de un país sin agua. Las plantas que se producen espon- táneamente en la Zona árida, guayule y lechuguilla, son muy estimadas en el mercado; pero su desarrollo requiere varios años y bastan unos cuantos días para arrancarlas y realizarlas en un lote chico. El Bolsón de Mapimí es inútil pensar que algún día pueda transformarse en campo de labores agrícolas, á pesar de su planicie y la suprema calidad de sus tierras. Se extiende en una superficie de varios millones de hectáreas y sólo “cuenta para ser ferti'izado con las avenidas de los Ríos Nazas y Agua- naval, que bien aprovechadas podrán triplicar la asombrosa producción de la Laguna; pero todo el resto del terreno, casi puede decirse que no ofrece ningún arroyo ni barranco que durante las lluvias arrastre el agua. Los mantos subterráneos son escasos, se encuentran á gran profundidad y el Instituto Geológico cree imposible la apertura de pozos artesianos. Cuenta para abrevaderos con algunas norias más ó menos pro- fundas que mantienen un número limitado de cabezas de gana- do. Pretender fracciorar el Bolsón de Mapimí en lotes chicos que hicicran la independencia de familias pobres, es sencilla- mente un sarcasmo, pues cien hectáreas que se concedieran á cada labrador, les serían tan inútiles para la vida, como para el riego, las lagunas que forman el espejismo en esa estepa. Los terrenos de labor de temporal en los llanos de la Zona Central son más fáciles de fraccionar en lotes pequeños y pue- den mantener una familia; pero aquí hay que estudiar la con- veniencia de hacerlo, teniendo como punto de vista el progreso de la clase agricultora del Estado. El hectólitro de maíz se siembra en una superficie que varía de 7 4 9 hectáreas y, aún cuando ahora produce cosechas muy regulares en años buenos, es porque las tierras están comenzadas á explotar y se esco- MemsSoc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911)—49 - 384 PASTOR ROUAIX. A AS A AA A OS AAN gieron las de mejor calidad; pero con el tiempo tiene que dis- minuir su producto. Suponiendo que en el porvenir, en un año regularmente abundante de lluvias, se levantaron 80 hectóli- bros de maíz por uno de siembra y se vendieran á $3.50, el pro- pietario de ocho hectáreas de terreno obtendría $280 00 anua. les, poco menos de $ 23 00 mensuales, cantidad insignificante para el bienestar de una familia. Pasada la siembra del maíz, como no hay seguridad de que caiga una gota de agua, la tie- rra tiene que quedar forzosamente improductiva y sólo podrá mantener los animales de trabajo. Perfectamente conocido es el carácter indolente del cam- pesino mexicano, su falta de aspiraciones, su pereza natural y todo este terrible cortejo de atavismos, cuya extirpación debe tener como punto de vista el legislador al estudiar sus proyec- tos sociológicos, para dar lugar á una raza fuerte que haga la riqueza y la prosperidad de la Patria en los períodos de paz. - La labor de temporal no es la que cambiará el carácter de nues- tro pueblo; sino, por el contrario, aumentará las tendencias de su idiosincracia, como vamos á demostrarlo. Ya hemos dicho que la labor de temporal no exige más de tres meses en el año de trabajo continuo, y que una vez le- vantada la siembra, ningún producto más puede obtenerse del' terreno hasta las nuevas lluvias. El campesino mexicano rea- liza su cosecha, se dedicará tranquilamente á comerse el pro- ducto y no trabajará de nuevo hasta que la necesidad lo obli- gue. Su campo no pide ninguna mejora, porque de nada sirve una buena preparación de la tierra, el abono, ete., si el año es estéril, con lo que aumentará el fatalismo árabe de nuestra ra- za, esperando indolentemente la voluntad divina, que tal vez conceda un año bueno. Al llegar el período de las lluvias, como nada tiene ahorrado, tendrá forzosamente que recurrir al prós- tamo usurario sobre la cosecha futura, y si el año es malo, su campo pasará á poder del agiotista. Como en Durango los años buenos forman una excepción, la entrega del lote al campesino EL FRACCIONAMIENTO DE LA PROPIEDAD TERRITORIAL. 389 lleva firmada la devolución al poderoso. En estas condiciones de nada sirve que reciba como parcela varios hectólitros de labor; aumentará su descanso, aumentarán sus vicios y el re- sultado será el mismo. No se crea que hago simples hipótesis pesimistas: fundo mi opinión y mi dicho en lo qua diariamente se observa en las congregaciones del Estado. Tan luego como termina el trabajo del campo y la cosecha está almacenada, el labrador, envuelto en un zarape, se instala en las puertas de las casas, sin hacer nada, absolutamente nada, por muchos días, hasta que la ne- cesidad lo obliga á sacudir perezosamente su indolencia y sale en busca de algún trabajo, habiendo algunos que, por desgta- cia, encuentran más fácil el hurto de la leña ó de la vaca de la hacienda cercana. Las congregaciones y los pueblos actuales son más bien perjudiciales que benéficos para el progreso del : Estado. | Por todo lo anterior se creerá que no soy partidario del fraccionamiento de la propiedad rústica en nuestra patria. Na- da más lejos de mis ideas. Yo, como el que más, deseo el bien- estar y el desahogo de ese pueblo heróico, sufrido y bueno, á quien exclusivamente debe la Nación su Independencia, su Reforma y su Libertad; pero ereo y sostengo que el fracciona- miento sin el riego es absurdo, inútil é inconveniente. También es una verdad incuestionable, que el presente re- parto de la propiedad rústica en la frontera, es un estado anti- económico, que trae como consecuencia inevitable la pobreza de la Nación y encierra el germen de revoluciones futuras. Centenares de leguas cuadradas, haciendo la riqueza exclusiva de una sola persona, mientras la inmensa mayoría de los cua- trocientos mil habitantes de Durango “no son siquiera dueños de un pedazo de tierra donde los entierren”, muestra un abru-. mador desequilibrio en las condiciones sociales de una Nación. Tan inmensa extensión de terreno, no puede cultivarse, no puede conocerse siquiera, y sus productos son y serán insigni- 386 PASTOR ROUAIX. ficantes con relación á la que podría producir si estuviera repar- tida entre varios dueños, siendo su existencia una rémora para el progreso. Es un deber de los Gobiernos procurar, por cuan- tos medios estén á su alcance, que de ellas se formen pequeñas haciendas, cuya superficie dependerá de la clase del terreno; mil hectáreas poco más ó menos en los llanos, algunos sitios en los terrenos quebrados, de esta manera se formarán cente- nares de pequeños capitales, capaces de esperar tranquilamen- te los años malos, que puedan emprender obras de irrigación, que puedan mejorar las tierras, porque disponen del dinero necesario para ello, lo que nunca podrá esperarse que haga un grupo de campesinos pobres. El mejor apoyo para mis ideas lo he encontrado en el gran llano de Guatimapé. A mediados del siglo pasado, era casi en su totalidad, lo mismo que las Sierras que lo limitan, 300,000 hectáreas poco más ó menos, de la propiedad de los condes del Vallo del Súchil.- En la actualidad hay cosa de treinta propie- dades, que forman otros tantos capitales, y el que esto escribe ha estudiado en los últimos tiempos, por encargo de los hacen- dados, más de diez proyectos de irrigación, que transformarán el llano. Las actuales fincas del llano de Gruatimapé, prósperas y ricas, muestran los beneficios del juicioso reparto de la pro piedad. ¿Cuáles son los medios de que debe valerse el Gobierno para obtener este resultado sin lastimar intereses? No lo sé, ni pretendo estudiarlo. Al legislador corresponde esta tarea, yo me limito á citar los hechos. Por lo que respecta al campesino, mucho buzno puede y debe hacer en su favor, el Gobierno. El Estado de Durango le ofrece la riqueza virgen de su suelo, sus arroyos torrenciales que enalquier dique puede contener y su agua subterránea que por cualquier procedimiento brotará á la superficie. La Zona Central está admirablemente dotada por la naturaleza para irrigar sus tierras, sólo falta estudio, capital y empresa. La EL FRACCIONAMIENTO DE LA PROPIEDAD TERRITORIAL. 387 misma Zona árida ofrece arroyos capaces de llenar presas, cuenta con agua subterránea abundante y tierras expléndidas. En el Bolsón de Mapimí, no aleanzado por las aguas del Nazas, es más difícil el problema, y tal vez por muchos años todavía tenga que quedar formando haciendas de criadero, lo mismo que la Sierra, que sólo en contados lugares ofrece “bajíos”, con tierra aprovechable para la agricultura; pero es inmenso toda- vía el campo bueno para la población actual de Durango. Antes de emprender el fraccionamiento del terreno entre labradores pobres, es indispensable contar con el agua en al- macén ó en manantial. Primero debe adquirirse'una hacien- da cuyo terreno se haya visto apropiado para una obra hidráu- lica de irrigación, se construirá la obra, y hasta entonces se procederá al fraccionamiento en lotes de ocho hectáreas, que se venderán á los campesinos en condiciones liberales de pa- go. Preteuder hacer lo contrario, es comenzar una obra por su final, venir del efecto á la causa, puesto que ya hemos vis- to que la causa del fraccionamiento de las tierras en algunas partes de Durango, fué la permanencia del agua. Creo firme- mente que el riego es uno de los factores que más poderosa- mente tienen que contribuír al cambio del carácter del cam- pesino fronterizo, porque las labores de riego demandan un trabajo y una atención constante, pueden sembrarse varias plantas que requieren tiempo y cultivo diferente y al levantar una cosecha, sembrar una nueva semilla. El agricultor no des- cansa, no espera indolentemente las lluvias: sabe que su tra- bajo tiene recompensa segura y procura mejorar sus tierras para obtener mejores resultados. La vaca de ordeña y el pe- queño ganado tienen asegurada su subsistencia. En estas co- lonias del porvenir, la mezcla de algunos campesinos euro- peos, que enseñen nuevos métodos de cultivo, será sumamen- te benéfica, porque entre otras cosas despertará la emulación y harán conocer al pueblo lo que vale el trabajo. Para realizar estos proyectos no se necesitan enormes ex- 388 PASTOR ROUAIX. tensiones de terreno que demanden gastos extraordinarios. 5,000 hectáreas r-gadas pueden mantener con desahogo 600 familias y diez colonias repartidas en el inmenso territorio de Durango, harán cambiar sus condiciones sociales y económi- cas. La Nación acaba de contraer una deuda enorme con el pueblo. El Gobierno democrático del porvenir está en el de- ber de compensar de algún modo los sacrificios heróicos de esos campesinos desheredados, que derramaron una vez más su sangre por hacernos libres. Justicia pedía la Nación y ahora es tiempo de sembrar justicia para recoger riqueza y bienes- tar. « Durango, 4 de Junio de 1911. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ““ANTONIO ALZATE”—MÉMOIRES, T. 30. 389 PAP AP E EE A CÓDICE “MISANTLA” PUBLICADO E INTERPRETADO POR EL LIC. RAMON MENA, M. $, A. (Sesión del 3 de julio de 1911). (Láminas VIILX). Historia, La pictografía en que voy áocuparme, pertenece á Misan- tla, del Estado de Veracruz, y allá la conservan los indígenas en el Ayuntamiento, como un mapa regional. Está sobre lien- zo de telarindígena precortesiano y mide 1m.60 por 1m. Fué llevada á Xalapa, Capital del Estado, con motivo de asuntos administrativos y se mandó copiar fielmente y á colores, por la Secretaría de Gobierno, devolviéndose el original á los in- dios. Descripción, Es un espacio limitado por 4 Ríos y por el Mar, que indu- dablemente está al Oriente. En los Ríos del N. y del $., apa- recen montículos como de arena. (Lámina VIID.. En el Mar, hay un buque hispano anclado y un individuo español en tierra, llevando espada y lanza. 390 RAMÓN MENA. En todo el espacio del plano, hay figuras de casas, templos y montículos: son nombres de lugar, escritos jeroglíficamente; hay también personajes ataviados y sentados á la manera clá- sica indígena y teniendo todos sobre la cabeza figurillas que son los nombres respectivos. Huellas de pies surcan el plano, indicando caminos y más bien las acciones de ir y venir, Hay una figurilla con seis puntos debajo: esto es la fecha según el cómputo de los indios. | Interpretación. | La llegada de los españoles al Señorío de Misantla, lugar de la región totonaca, pero ya sugeto á los mexica, á la llega- da de los españoles. El lugar de desembarco es Miacatlán, en donde hay un teocal!i de importancia, pues tiene en el friso, los cireulillos, indicadores de observación de astros. Acacal- co, Ayotlán y Totolapan, son los sitios inmediatos de la com- prensión de Miacatlán. El Conquistader hispano, habla con los emisarios del Cacique, que ha enviado correos á toda su parcialidal, noticianlo el suceso; de ahí la serie de huellas de pies humanos, que van y vienen. Luego se advierten cru- ces cristianas en las casas de los indios, no en los teocalli y es seguramente que son casas aprovechadas por los castellanos para templos. ¿No se ve en esto, el establecimiento del cris- tianismo en la región? La fecha del acontecimiento es VI ACATL, equivalente á 1511 ó 4 1563; la primera fecha es imposible, por no haber lle- gado entonces todavía, los hispanos á costas mexicanas, por ello me inclino á la segun la, tanto más, cuanto que en el pla- no figura la escritura española, interpretando algunos nom- bres; figuran también mohoneras, resultado de actos judicia- les castellanos. CÓDICE MISANTLA. 391 Lo escrito con letra hispana dice: Pu dequaquautzintla (Pueblo de Quaquauhtzintla) S. P*tona- yan sugeto al Pd migantlan (S. PedroóS. Pablo Tonayan, sujeto al Pueblo de Misantla) P* d.migantlan (Pueblo de Misantla) Coa- pan (Coapan) tenyeztec (Teniztec) atyvtziyan (Atihuetziyan) me- cateyaco (Mezateixco) tizchuice (Tixhuico?) acacalco (Acacalco). mojoneras q.puso J ug 2? callexa entre el pu d.quaquauhtzin- tla y chapultepec (Mohoneras que puso el Juzgado; 2* Calle- ja entre el pueblo de Quaquauhhtzintla y Chapultepec) cuei- laxochitlan (Cuitlaxochitlan). Nombres jeroglíficos de lugar, que se encuentran en este Códice, Siguiendo la orilla del Río del Sur, dada la orientación del Mar, según se dijo al principio, encontramos los siguientes nombres de lugar: Acatla, Ehecatepec, Copilco, Tlallan, Nauh- xilco, Cilcitlallan, Tepexic, Ameyalco, Acocoleo, Izcuinyaca- pilco, Tlaltepee, Quaquanhtzintla, Toltepec, Citlaxochitlan, Ameyalco, Cueitlaxochitlapan, Panquetzalxochitlapan, Cha- poltepec, Cueitlayotla, Tochtenanco, Tochtepec, Micantlan, Ocelotepee, Teoteccaleo, Tonayan, Cipactlaltenanco, Teo- quiauhtepec. Llamo la atención desde luego, acerca de jeroglíficos no anotados aún en el Nomenclator jeroglífico-mexica y son los de la Lámina IX. Encontramos con efecto: una gráfica singular para nom- bres geográficos formados de más de una palabra. Es á esto á lo que el Dr. Peñafiel ha llamado bizarramente en mi concep- to, diptongo geroglífico. Teoquiauhtepec, Cipactlaltenanco, Citlaxochitlan, Izcuinyacapiltepec, Cileitlan y Aecocoleo, re- sultan una novedad en la gráfica conocida. Es necesario por lo mismo, dedicarles algunas palabras, cuanto á la composi- ción. Mem, Soc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911)—50 392 RAMÓN MENA, 1.—El jeroglifo de Teoquiautepec, es compuesto, y así, tenemos: Teopan, templo, quiahuitl, lluvia y tepetl, cerro, con la posposición ce, contraccion de co, lugar. No he podido des- lindar, la presencia del Tecuhtli en el mismo jeroglífico. ¿Di- rá Quiauhtepec y su Señor Teopan? Más esto rompería ya con la escritura de nombres de lugar. 2,—Cipactlaltenanco, jeroglífico también compuesto, de ci- pac, animal marino mitológico; tlalli, tierra y tenanco, lugar amurallado. Es notable la figura del cipactli. | 3.—Citlaxochitlan; compuesto de citlallin, estrella, xochitl, flor y tlan, en, terminación de lugar. La figura tepetl de los cerros, está substituída en este jeroglifo, por una flor, campa- nulacea, invertida, sobre la que se levanta una planta de flor con estrellas y especie de estambres ó gotas de lluvia. 4.—Izcuinyacapiltepec; itzcuintli, perro, yacac, cara, nariz; pilli, hijo y tepec, lugar poblado. 5.—Cilcitlan; cillan, caracol, citlallin, estrella y tlan, en, ó terminación de lugar. La gráfica, bien clara, es enteramente nueva; pudiera creerse en la palabra Ehecactlallan. 6.—Asgocolco, la palabra es bien conocida: atl; agua, coltic, torcida y la ter.ninación de lugar co. Lugar donde se tuerce el agua. Precisamente en el Plano, el jeroglifo señala un cam- bio de curso del Río. Aquí lo notable es la manera de piutar la palabra. 7.—La palabra Cueitlachcoapan, está al principio de uno de los Ríos del Poniente, marcada con ese animalillo negro de tipo de anguila; es la cuetlachtli, la sierpo lobina de los fran- ciscanos, la que abundaba en el sitio Cueitlacheoapan, donde se fundó Puebla.* Tenemos la gráfica de nombres de personas, bien definida en los jeroglifos del Plano y esto solamente constituiría su gran mérito. * 8, —Nombre desconocido. —9, —Ayotlan. —10.—Tzompanco. CÓDICE MISANTLA. 393 52 nombres de personas de diversas clases sociales, he ahí el nuevo material que se agrega á la escriturara jeroglífica me- xica en esta publicación. Yo hubiera tomado este dato para mi obra en preparación “Onomatología jeroglífica mexica,” pero mutilaría bárbaramente el Códice; sin embargo, aprove- charé para aquel trabajo estos nuevos materiales. En la lámina X he numerado las personas, para definir el nombre colocado arriba con signos pequeños. 1.—Tepuxochitl, flor de hierro. (El jeroglifo da un ins- trumento de cobre empleado en la agricultura y un ramo de flores.) 2.—Ocelotl, tigre. (El nombre es una cabecita del citado felino y está escrito atras de la cabeza del personaje.) E A (Itztlacoltic? Parece un instrumento de la- branza.) 4 —Cuauhtli, aguila. (Era nombre'muy frecuente entre los mexica.) 5.—Ocelotl, variante. 6.—Texcoltitl, tierra pedregosa torcida. 7.—Coyotl, coyote. 8.—Ozomatl, mono. 10,—Texcatla, tierra pedregosa. 11.—Macapan, bandera-malacate. (Son una bandera, pan- tli y un malacate.) 12.—Camachalli, boca abierta. (El geroglifo es absoluta- mente representativo.) 13.—Ompantli, dos pantlis, utensilios para recojer el yes: 14.—Michin, pez. 15.—Onme, dos. 16.—Panquetzal, Porta-estandarte. (Es una categoria en el ejército mexica.) 17.—Xochitl, flor. (El nombre es de mujer). 18.—Acatl, carrizo. (Nombre de una de las trecenas del Calendario mexica.) 394 RAMÓN MENA, 19.—Miqui, muerte. 21.—Calli, casa. 22.—Amatl, papel, es un cuadrete de papel. a NN (dos pedregales unidos por el numeral 1). Dm III ) DN (parece un instrumento de arquitecto). 26.—Miqui, muerte. 27.—Izcuintli, perro. 28.—Calli, casa. 29.—Mazmiqui, craneo de venado. 30.—Ocelotl, tigre. 31.—Calli, casa 32.—...-.-----(Es una flor con espigas, tal vez nombre especial de flor.) 33.—Ocelotl tigre, variante. RA (Un copilli, que puede decir tecuhtli, se- ñor y un instrumento). 35.—Quimecacalotl, ratón—cuervo. 36.—0zomaquetototl, (Ozoma, mono, quetzalli, pluma pre- ciosa y tototl, pájaro.) 37.—Cacalteopan, templo del cuervo. 38.—Citlalintletl, estrella de fuego. 39.—'Texcuauhtli, águila del pedregal. 40.—Michcoala, pez sabroso. 41.—Tolquetzalli, (La planta del tollin y el pájaro quet- za.) AE tlal (El signo tlalli, tierra y una figura que podría ser pedregal enltivado). A (Dos ramilletes de flores, colocados horizontalmente). A Un coyote, un perro y un madero pa- rado. Es un jeroglifo compuesto de tres elementos. ¿Da una sílaba cado uno para formar palabra, ó son todo un símbolo?) "R][FUBSUA 991P9) “BUIN "H 9 XI 1 08 L *9JBZ|Y "908 "US CÓDICE MISANTLA. 395 45.—Coacuauhtli, águila-culebra. 46.—Ximotlalli, silla. 47.—Omizcuintl, dos perros. 48.—Miqui, muerte. 49.—Tlacatecolot!?—Buho. 50.—Crozhuitztli? (Palabra híbrida, de croz, por cruz, cas- tellano, y hu:tztli, espina. Tales son los elementos de la figu- ra.) 51.—Mazatl, venado. E EIA q Por de contado, que nada he hecho acerca del simbolismo, mi interpretación se sujeta á la representación, pero no es es- to todo; de la representación hay que tomar el simbolismo; así lo ha enseñado ya Don José Fernández Ramírez. Ahí donde está una cabecita de coyote, podríamos leer, Hambriento; adonde asentamos texcaltitl, podríamos leer, ás- pero; adonde dice, ocelotl, tigre, podemos leer, fuerte, ete. Como los personajes cuyos nombres he intentado descifrar, pertenecen á diferentes categorías sociales, sus respectivos to- cados y sus asientos difieren, lo que nos presenta un dato pre- eloso para la indumentaria mexica. . Tenemos el. asiento sencillo, rodete ó cubo de madera; la silla sin pies y con respaldo y los icpalli, con pies y respaldo, unas veces recto, otras inclinado y en una ocasión con brazos. Figura No he dado como es costumbre, nombre de persona al Có- dice, le he asignado el nombre de Misantla, la localidad que representa. Creo enriquecer un tanto la Arqueología nacional, con la publicación y el incompleto estudio del Códice que presento á la consideración de los lectores. México, julio 19 de 1911. A A A IA EN NS Y pe os a 0 bs bo SEO A | A AN po: Ao o sob olle 2014 id HstiwiÍs : cr al 9h bbs de sal: MR coli e ¡brad A $l Gao ¿ayi : dd DA mus ¿isla Labs ¿ona A en pa up ¡Dbratis . 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Dicho pueblo, como casi todos los de origen indígena, conserva con religiosidad su MAPA; así llaman los indígenas á esos planos regionales que tanto interés ofrecen ála Arqueología, cuanto á la Etnografía. El que hoy presento, existe en Xalapa, Capi- tal del Estado ya dicho y se conserva en la Secretaría de Gro- bierno, porque aquella oficina, pidió 4 Tonayán su Mapa, con el fin de hacer sacar una copia, para que el Estado cuente con todos los elementos cartográficos que pueda haber de su an- tiguo territorio. Descripción: El lienzo es de algodón; mide 1m.63 de lon- gitud, por 1m.37 de ancho. Está pintado al óleo. Una franja amarilla cireunscribe casi toda la porción del plano y lleva de trecho en trecho, jeroglíficos de nombres de lugar y la trans- cripción de casi todos, á letra española, generalmente blanca. Fuera de la franja, á la derecha del observador, hay jeroglífi- cos de nombres de lugar y de nombres de personas; hacia aba- 398 . RAMÓN MENA. jo, por donde está la palabra ORIENTE, hay un sol rojo, dibuja- do á la manera española, es el nombre jeroglifíico de la Región: Tonayan, de Tonatiuh, el sol. Encima, está el Cacique, senta do en un iepalli y con una flecha tendida abajo de sus pies, co- mo indicando posesión. El color ocre es el del fondo del lienzo en su mayor esten- sión. Las anchas fajas que lo cruzan verticalmente, son azu- les y representan Ríos. Una leyenda puesta abajo y á la i2- quierda, indica ser este lienzo, copiado en 1852, del original que es de 1665; casi un siglo y medio después de la Conquista. Hay personajes que llevan anotado su nombre en letra his- pana y expresión de la edad. Algunos lugares poblados, están indicados por su Iglesia con una cruz latina; otros, lo están por casitas con techumbre de zacate, á la manera indígena. Hay nombres de personas, en jeroglífico. Hay persanajes vestidos á la española y otros á la indígena. Tanto los trajes como los asientos, resultan en el Códice, datos valiosos para la indumentaria y su evolución. Interpretación: Se trata de un plano geográfico—histórico de riquísima región, bañada por grandes Ríos, de los que sola- mente uno, lleva nombre jeroglífico é hispano, Coapan. En la gráfica, la forma de los Ríos conserva las salientes laterales del jeroglífico APAN, río, pero sin los caracolillos ni los chalchihuitl. La escritura antigua, principiaba á degene- rar. La misma palabra Tonayán, está escrita con un jeroglí- fico representativo, el sol, pero dibujado á la manera españo- la; olvidada la figura mexica de tonatiuh, el pictógrafo hechó mano del rebus hispano, una cara humana dentro de una cir- cunferencia, orlada de puntas. Tiene de notable el Códice, conservar los retratos de Cor- tós y de Motecuhzoma Il (Figura 1). Se les ve sentados, bajo el jeroglífico de la palabra Tecamachalocan; llevan, dada su ” el A CÓDICE TONAYAN. 399 categoria, ramilletes en la mano. Es curioso que aparezca la 0 EN po == == Fig, 1. Mem, Soo. Alzate. México. T. 30 :1910-1911) 51 400 RAMÓN MENA. edad de Cortés, fijada en 88 años. Hay otros personajes en la figura 2 (amplificados de la ¡fotografía del Códice) y señalan datos de indumentaria. Fig. 2. Nombres de lugar. —TECAMACHALOCAN: Lugar de la quija- da ó boca de piedra. El jeroglífico, representativo, es una ro- ca abierta, formando como los maxilares. Prriaco: Palabra que probablemente es híbrida, está es- erita con letra hispana, á los lados del jeroglífico que es un ce- rro, llevando al centro un perro alado, debajo del qe, hay una palabra que parece decir “yepeciutl.” El símbolo no en mexi- ca. ¡Será un mito totonaca? a y 3 ' CÓDICE TONAYAN. 401 TEPETLACOYAN: El jeroglifo da: tetl, piedra, petlatl, este- ra, co, en y yan, terminación verbal. En donde hay tepetlatl, te- petate, un conglomerado, material de construcclón de los in- dígenas. TECAMACHALCO: Es el mismo jeroglífico de Tecamacha- locan. JENTOTON: Palabra híbrida de mexica y totonaca. Eljero- glífico no da luz acerca del significado. TZONTECOMATOTOLAN: Lugar del pájaro teontecomatotol. . QUAQUAHUTLÁN: Arboledas. En el jeroglífico, sobre el sig- no de lugar, está una rama de árbol. MECAXOCHITLÁN: Lugar de la for “mecaxochitl,” flor-me- cate. Parece ser una liliacea. PATLAN: Lugar de yerbas medicinales; el jeroglífico es: tres plantas. Propiamente es, lugar de medicina. Pactli, me- dicina. ISLAISQUISTLAN ......: Debe de estar muy adulterada la palabra. Además está incompleta por ilegible al final. COACHICHILAN: Coafl, enlebra, chichiltic, amarga y lan por tlan lagar. Lugar de la enlebra “coachichic.” GUISLAN: No es de lengua mexica parece de filiación za- poteca, NAMATEQUILOYAN: Palabra híbrida, de nama voz mixteca equivalente á la mexica chinamitl cercado; tequitl, tributo y la termivación verbal yam. COAPAN: Río de la.culebra. Una culebra en un río, es el jeroglífico. COIONQUIOSTOTE: Coyonquioztoc es la escri ura correcta, De coyonqui, perforado, agojereado; oztotl, cueva y C, por co, en, lugar. z TZONACLASTLa: Xonacatla, lugar de la planta medicinal “xonatic” Una mano cogiendo la planta, es el jeroglífico. OTATLA: Lugar de otates, bambú americano. TLAMINALOYAN: Tlamincaloyan; tlaminca, lechero y loyan 402 RAMÓN MENA. terminación verbal, El jeroglífico es un hombre asaeteado. Dentro de la línea descripta hay otras nombres de lugar, tales como Quaquatzintla, Totoltepec, Callehualoyan, etc. Hay dos panoplias de armas mexicas, pero no creo sean nombres de lugar. En éstas, que van en la misma figura, llaman la atención los arcos de las flechas. Nombres de personas: 1.—Xolcoyotl. Coyote ardiente Señor de Tonayan. El xolcoyotl es un carnívoro, felino. 2.—Matlactli, once. Once, numeral. La disposición de los numerales en este nombre, parece seguir una serie matemá.- tica. 8.—Cexochitl, una flor. 4.—Tecomatl, calabaza, una cucurbitácea. 5.—Axolotl. Ajolote, Siredon de los lagos mexicanos. 6.—Malacatl. Malacate, huso. 7.—Tentxihuitl. Bezote de yerba. 8.—Tlalli. Tierra. 9.—Xochitl. Flor. 10.—Tentcoyotl. Bezote de coyote. 11-—Michin. Pescado. 12.—Amoyotl? Parece un mosquito acuático. 13.—Citlallin. Estrella. 14.—Tlalli. Tierra. Como los datos de nombres de personas del Códice ante- riormente presentado, aprovecharé los que éste proporciona, para mi estudio de Onomatología mexica. México, agosto 7 de 1911, SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '““ANTONIO ALZATE” MÉMOIRES, T. 30, 403 Réllexions a propos des orsanismes primordiaux 'PAR LE PROF. A, L, HERRERA, M. $. A. (Sesión del 7 de Agosto de 1911). (Lámina XIT). A Mr. Víctor Delfino, M. $. A., Vauteur scientifique bien connu de Buenos Aires. Les recherches exnérimentales que j'ai poursuivi dés 1889 mont conduit peu á peu aux réflexions que je soumets á la considération bienveillante des biologistes. On a proposé de considérer comme des organismes pri- mordiaux ou initiaux divers étres d'une complexité chimique formidable ou se nourrissant de proies préexistantes, c'est-á- dire, na pouvant réprésenter les premiers pas de la nature vers la production des Protozoaires modernes et des Proto- phytes. En effet, je trouve tout-a-fait inacceptables comme pri- mordiaux les prétendus Eozoon, les Monéres, les Bathybius (?) les amibes; tous ces organismes appartienent á des groupes bien connus dans lesquels Palimentation n'est guére inorga- nique et exige des proies animées, algues (diatomées), infu- soires, etc. Haeckel et tous les partisans de ces primordiaux nr expliqueront jamais comment les Bathybius sauraient appa- 404 A. L. HERRERA. raítre sans disposer de proles organisées antérieures! On sat- taque alors aux végétaux pouvant synthétiser la matiére or- ganique, á linstar de Mr. Berthelot qui a employé pour cela la lampe de mercure. Mais les végétaux primitifs les plus simples, les protocoques'” ont déjá une organisation qui n'est pas primitive, un nucléus, impregné d'albumines ou nucléines, membranes et tout Varsenal compliqué indispensable a la fonetion chlorophyllienne, que je rai pas encore rétrouvé dans mes imitations siliciques-ferrugineuses-salines. Un organisme primitif ne saurait étre aussi complexe que les microbes nitrifiants ou les Protocoques remplis de réser- yes, munis de capsules, membranes, ferments, moyens de dé- fense des plus divers. Il faudra songer á quelque chose de tont-á-fait inorganique, ainsi que je Pai dit dans ma théorie de Poenf inorganique (Lebenstoffflocken de Benedikt).% Les evolntionistes acceptant Var parition brusque de Protocoques organisés et en grand partie organiques ne sont pas rigoureu- sement évolutionnistes, puisque lévolution comporte des transitions ménagées et il en faut de toute nécessité une sé- rie entre le minéral et le vivant. Quant aux albumines et biogénes, rien ne nous autorise á les donner comme cause de la vie durant Pére primaire, quolque maintenant elles soient un efet de la vie et seulement produi- tes par les ótres complexes! Les diastases en général se trou- vent dans le méme cas et 1l se peut qu'elles réprésentent de nos jours des moyens Véconomie de temps et de masse pour arri- ver á posséder une activité chimique énorme. Par exemple, chez les plantes carnivores, ces diastases digestives fournis- sent des matiéres azotées supplémentaires, en plus grande abondance que les racines et les sels de eau et de la terre. Les substances organiques, le carbone, ont été indispensa- (1) Stades monocellulaires Y'algues filamenteuses! (A. Hansgirg. Ue- ber den Polymorphismus der Algen. Bot. Centralbl. Bd. XXII, N99, p. 278). (2) Herrera. Notions de Biologie et Plasmogénie, p. 230. REFLEXIONS A PROPOS DES ORGANISMES PRIMORDIAUX. 405 bles á Papparition de la vie ou sont elles des conquétes faites par des étres primordiaux inorgan'q ues? Cette discussion est dé icate. Moi mémeje me suis préoc- cupé des dogmes d'Heeckel, suppossant que les monériens se sont enveloppés d'une membrane pour fabriquer la cellule, mais les expériences postérieures m'ont démontré que les car- bonates de sodium et potassium en vole de cristallisation sur la silice fovment des cellules uns merveilleuse ressemblan- ce avec les cellules végétales.! De la méme maniére il se peut que les matiéres organiques, envisagées par Heeckel et la plu- part des biologistes, comme la base e la vie correspondent á une conquéte des cellules primordiales et non des monériens plutót hypothétiques. Si nous aceeptons pour un moment que les cellules sili- ciques salines ont été partout et touj>urs les méres de tous les organismes, se produisant sans difficulté par la décompo- sition des roches sous influence de lean et Pacide carbonique, le probleme s'iillumine et s'éclaire d'une facon toutá fait re- marquable, (Voir les figures 1 á 4). En effet, ces cellules n'ont pas besoin de capsules, de mem- branes, pour la défense contre la dissolution. Tout organis- me albuminoide primitif serait attaqué et dissous par l'eau, surtout par eau de mer. Et j'ai dit que les cellules salines siliciques n'ont pas besoin de ces moyens de défense parce qu'elles se produisent á sec, sur des lits de silice en écailles et, peui-étre, dans la nature, sur les roches ou sur le limon. Le carbonate de potassium absorbe la vapeur d'eau de Pair et fournit la quantité d'humidité indispensable pour former une goutteletts oú se produira la celiule, par eristallisation incom- pléte du carbonate de sodium, coagulation de la silice dissou- te, par les molécules cristallines, lors de la concentration et 1 Mónm. Soc. Alzate. 1910; Mary. Les organismes primordiaux; A. Jacquemin. La vie et la matiéere vivante; J. Félix,. Atlas de plasmogéndse. 406 A. L. HERRERA. de Pabsortion dacide carbonique de Pair par le carbonate de potassium déliquescent, se transformant en bicarbonate. Ces cellules n'ont pas davantage besoin de se prémunir contre le naufrage, qui entrainerait jusque dans les fonds obs- curs et froids les corps des prétendus organismes primordiaux se formant dans la mer. La submersion les placerait dans des conditions trop néfastes pour ces vies naissantes et déli- cates! Ces cellules wont pas besoin de réserves, de diastases et Vapparition et disparition de ces corpuscules ainsi que la per- sistance n'impose pas un cercle vicieux de conditions, comme dans le cas des albumines. En effet, sur un lit de feldespath, en présence de H*0 et CO? on produira une chaíne continuelle de créa- tions et destructions de cellules, méme sans nécessité de phénomenes mitosiques. Les cellules formées seront tuées par Pexcés de CO? qui solidifie la silice et les incrustera de carbonates. Aussitót Peau etl air attaqueront ces cadavres, qui seront entrainés par dissolution ou mécaniquement, tandis que des cellules nouve- lles se formeront sur le méme lit, jusqu'á la destruction com- pléte de la roche ou lépuisement des nappes souterraines si cette prolifération cellulaire se verifie sur le limon. Le soleil, les pluies, le milieu, auront une influence énorme sur cette ey- togénie, ainsi que les variations de tous les facteurs ayant une influence sur la kaolinisation et la déliquescence. Dans mon modeste laboratoire je n'ai pas encore pu ob- tenir une prolifération cellulaire abondante sur les écailles si- liciques, á cause des difficultés de détail que voici: Tout d'abord la cytogénie sur les écailles une épaisseur suffisante ou sur les plaques d'orthoclase a un inconvenient sórieux: Pobservation microscopique seulement est possible par éclairement latéral et non par transparence, et les détails des nuclóus et des granulations sont effacés. La dessication des écailles minces, linvasion par des poussióres et des mi- erobes, la confduence des cellules, la dissolution d'un excós a MEM. Soc. ALZATE. TP. 30-TAMINAX TI: CELLULES ARTIFICIELLES. 1á 3. Fixées par alcool absolu, lavées, coloriées par le violet phé- niqué de Roux, montées au baume. 4. Sans fixer, gonflées, remplies d'eau et de sels. Microphotographies directes. Gross. environ 400 á 800. : (HERRERA). REFLEXIONS A PROPOS DES ORGANISMES PRIMORDIAUX, 407 de silice, la cristallisation, sont aussi des causes d'insuccés ou Verreur. Un excés d'eau ou d'humidité ou de CO? dans Pair du laboratoire sont de méme trop nuisibles. Placer les écailles sur un milieu nutritif convenable, nourrir ces cellules par en- dosmose: voici des rémedes trop faciles en théorie et trop dif- ficiles en pratique, surtout dans les conditions oú je me trouve. Mais la nature comporte une richesse merveilleuse de mi- lieux, et sur Pextension énorme des continents la eytogénie inorganique trouvera les conditions nécessaires et une quan- tité inmense de ces cellules a dú se former sans cesse, depuis Pére primaire jusqu/á nos jours. Eh bien, je me suis demandé souvent si, comme le sup- posent Albert et Alexandre Mary, ces cellules ont une vie ru- dimentaire! Tout dabord, qu'est ce que la vie? Selon ma définition la vie consiste dans Pactivité physico-chimique d'un protoplas- ma spécialement constitué et elle a pour base les courants os- motiques. Or, ces cellules sont formées par une émnlsion pro- toplasmoide silicique=saline et elles absorbent silice, sels, gaz, par osmose et il y ena au moins formation de bicarbonates, par absorption de CO? de Pair. Donc, elles ont une vie rudimen- taire. Presque assurément il y a aussi absorption et condensa- tion de traces de formaldéhyde et de produits nitrés de Pair, puisque ces cellules absorbent avec avidité les matiéres colo- rantes et lammoniaque. Quelles seront les limites de cette absorption et les résul- tats de cette condensation et concentration en présence de nucléus granuleux, de silice colloide et de silice pectoide? Je ne saurais encore hasarder une réponse quelconque á ces questions. A en juger seulement par analogie, ces cellu- les devront posséder les propriétés fondamentales des cellu- les naturelles, puisqw'elles se fixent par lPaleool absolu, et aprés lavages convenables elles prennent les couleurs histo- Mem. Soo. Alzate. México. T. 30 (1910-1911)—52 408 A. L. HERRERA. logiques et montrent méme des doubles colorations; peu- _ vent étre montées dans le baume et conservées comme les cellules naturelles. (Voir le figs. 14 3.)' Elles passent par divers états comparables á la naissance, la vie active et la mort, et leur structure varie aussi. Conser- vées dans une chambre humide elles persistent quelques se- maines sans variation apparente. En présence des antisepti- ques des modifications intenses survienent. Par exemple, avec les vapeurs de phénol la coagulation de la silice est com- plóte et Jes écajlles prennent une coloration blanche. Avec le eyanure de mercure les nucléns sont noirs; le nitrate d'ar- gent, en présence des souillnres organiques inévitables, les co- lore en noir. LP'acide carbonique de Pair les coagule lente- ment et il devra agir 20u 3 jours ponr que la fixation par Pal. cool soit possible. La formation synthétique de la matiére organique primi- tive et simple par ces cellules na pas encore été observée mais il se peut que les nucléus arrivent á emettre par diffusion des diastases inorganiques á base de silice on d'alumine colloi- dales combinées á un métal J'ai dit cependant que les dias- tasés pouvaient étre envisagées comme un moyen d'économie, comme un progrés atteint pour la cellule dans la lutte pour la vie. On connait Vailleurs des ferments inorganiques de Bredig et des ferments ayant pour base les ferrocyanures (probablement les silicates des ferrocyanures). Je me deman- de encore si les nucléus finement granuleux et transparents de mes cellules siliciques ne pourraient pas déterminer un boule- versement atomique de certains sels ammoniacaux, surtout du carbonate d'ammoniaque, pour synthétiser les protéines, á linstar des microbes nitrifiants de Winogradsky. Une fois formées les protéines primitives des phénoménes de combus- 1 Il faut souvent fixer les écailles sur le porte-objet á Vaide de co- llodion, durcir et fixer par l'alcool, colorier, laver, déshydrater, etc. Sans cela les écailles formées sur le porte-objet, par évaporation, seront brisées pendant les lavages. Pr A e ON REFLEXIONS A PROPOS DES ORGANISMES PRIMORDIAUX. 409 tion s'ensuiveraient comme dhabitude. La synthése des pro- téinesa partir de Pacide carbonique de Vairet la formaldéhyde, comme dans les expériences avec la lampe de mercure, est trop compliquée et exige une multitude de conditions, surtout la chlorophylle, "existant pas assurément, chez les organismes primordiaux. J'ai le projet d'entreprendre une série de recherches sur Pabsortion des sels ammoniacaux par les cellules siliciques ou . alumineuses. En tout état de cause un fait important s'impose á nos méditations: le protoplasma renferme, sans aucun gen- re de doute, les colloides inorganiques siliciques et aluminenx, ainsi que Pont mis en lumiére les analyses et les incinérations. Souvent méme le colloide silicique conserve la forme du proto- plasma, par durcissement (Spicules éponges). Les ubiquitai- res sphérocristaux de calcite et les cristaux liquides des li poides et des dérivés de la cholésterine, renferment une char- pente silicique et peuvent étre reproduits avec les sels et la silice, montrant la croix á la lumiére polarisée. Cette croix s'efface si Pon ajoute un excés de carbonates alcalins. L'ami- don, les végétaux, notre cerveau, nos cheveux, les Diatomées, Parbre australien de aluminium, les organismes,les tissus et les organes les plus divers, renferment les colloides inorga- niques et rien ne soppose á admettre leur róle de premiére importance morphogénique, diastasique et méme biogénique. Par une espéce d'injustice acceptés par les académiques on a délaissé ces composants de la séve vivante et il est grand temps de s'en précecuper, puisqu'ils peuvent bien réprésenter, comme les organes ataviques, les substances biogéniques pri- mordiales au sein de la masse compliqueé de substances or- ganiques pour ainsi dire modernes. Supposons pour un moment que cette théorie soit désa- vouées par des faits nouveaux, par des synthéses de protéines vi- vantes (?) á Paide de la lampe de mercure ou par les procédés divers qui oxydent VPazote de Pair. Eh bien, la multitude re- 410 A. L. HERRERA. marquable de structures et faits plasmogéniques présentés par -la silice et Palumine ne sauraient étre anéanties pour cela. Il faudra encore, si cela arrive, perfectionner ces organoides jusqwá les faire vivre, de la méme maniére que l'on a obtenu divers produits organiques á partir du silicium, qui est de la famille lu carbone. Et une fois obtenu ce perfectionnement Von obtiendra deux séries Vorganismes: la série des étres silici- ques, la série des étres carbonés! Et la conjugaison des amibes siliciques, par exemple, aveo les amibes carbonnées, pourrait étre le premier pas pour Pu- nion des deux séries, union que me semble exister des maint- - nanf. D'une maniére expérimentale, on pourra démontrer la pos- sibilité matérielle de cette union par macération des cellules siliciques dans une solution complexe de substances organi- ques, qui sont absorbées et retenues. Les colorants histolo- giques, aux molécules complexes, sont, en réalité, absorbés par mes cellules siliciques et souvent retenus avec une grande force, surtout le vert de méthyléne, qui résiste aux lavages obstinés et aux agents habituels de décoloration. On a Phabitude vicieuse Vattribuer les différences parmi les étres naturels et les étres rudimentaires artificiels á la dif- férence de la composition ehimique, mais j'ai observé que la technique aboutit á augmenter les ressemblances, sans besoin de substances organiques. Par exemple, les cellules siliciques salines sgnt presque égales morphologiquement aux cellules naturelles tandis que celles de silicates coagulées par les acides minéraux en excés sont trés compactes et souyent sans nu- cléus et trós résistantes aux colorants histologigues. Les ce- llules de gélatine, de Traube, sont encore plus différentes et la présence de Palbumine et la nucléine, par elle seule, ne don- nera pas Paspect cellulaire aux figures produites par une technique peu soigneuse. Dans un autre ordre dV'idées il faut combattre une objee- REFLEXIONS A PROPOS DES ORGANISMES PRIMORDIAUX. 411 - tion faite á la plasmogénie. Elle produit seulement des imi- tations qui ne vivent pas, qui n'assimilent. Mais les organsmes primordiaux ne montraient pas non plus une vie complete et Vassimilation y était réduite á Pabsortion Veau, de sels, eb Vacide carbonique. T'apparition Vétres complets, compliqués, en pleine assimila- tion et combustion, est un véritable dogme scientifique. En effet, la combustion respiratoire exige des réserves combustibles et par conséquent, si la vie était la combustion on ne comprend pas le pourquoi et le comment de la premiére oxydation du premier organisme. Une difficulté analogue se présente á propos des autres fonctions chimiques, hydrata- tions, dédoublements, réductions, fermentations, puisque les premiéres diastases des premiers étres ne trouveraient guére sur quoi agir ou les premiers corps fermentescibles ne trouve- raient guére la diastase nécessaire pour fermenter. Claude Beruard envisage les réserves comme une des conditions fon- damentales dela vis, mais elles mémes sont un produit de la vie. La chlorophylle, base du laboratoire synthétique de la plante verte actuelle ne saurait exister sans la plante elle méme! Toutes ces difficultés disparaissent si nous envisageons les cellules siliciques alumineuses salines comme les premiers or- ganismes, comme des laboratoires s'impregnant au cours des áges des substances les plus différentes, donnant origine aux réactions les plus variées. lP'argile, Palumine gélatineuse, les corps poreux peuvent étre impregnés de substances combus- tibles et aprés soumis á Paction Yun comburant (éponge de platine, briquet á hydrogéene). I'aleool se transforme en acide acétique au contact de Vair dans les pores de léponge de platine. Et on congoit que les premiéres cellules se soient impregnées simultanément de sels ammoniacaux et Voxygóne agissant sur les protéines pri- mitives dues á la transformation de ces sels. Les combustions se produiraient de la sorte sans besoin un cercle vicieux. 419 A. L; HERRERA. D'ailleurs la chimie organique nous montre que les corps -organiques en général peuvent ótre préparés par plusieurs procédés etil ne faut se retrancher dans un seul procédé de synthése pour expliquer toute la biologie. Par exemple, le méthanal ou aldéhyde formique, base de la synthése chez les plantes actuelles a chlorophylle, se prépare en chauffant le trioxyméthyléne, en dirig ant un jet Valeool méthylique et Pair sur du coke chauffé au rouge, ou bien en faisant agir les rayons de la lampe de mercure sur l acide carbonique, en pré- sence du phosphore, etc. Un grand nombre de produits orga- niques semblables sont formés par des procédés divers, chez les plantes et les animaux: urés des vértébrés et des cham- piguons; lécithines végétales des semences et lécithines ani- males des oeufs; amidon et glycogéne: acide oxalique de ? oseille et de l' urine. Par conséquent, il se peut que les orga- nismes primordiaux, dans le temps ou Y espace, aient synthé- tisé les matiéres organiques primitives par des procédés tout á-fait inatendus, par simple bouleversement de Védifice ato- mique (carbonate d'ammoniaque) sans besoin de ferments ou sensibilisateurs comme la chlorophylle, et sans obéissance á nos textes de chimie organique qui classent généalogiquement les substances organiques á partir des carbures Vhydrogóne jusqu á arriver aux amines, amides et protéines quaternaires. On congoit sans difficulté que sous influence de la lutte pour la vie, des organismes primordiaux se nourrissant par exemple de carbonates, se soient adaptés une fagon gradue- lle á assimiler Y acide carbonique de Vair, pour s' éloigner des roches en décomposition. Cet acide carbonique primitivement combiné á un alcali carbonaté, pour former un bicarbonate, se serait combiné plus tard aux élóments de Y eau, pour pro- duir une aldéhyde dans le nueléus de certaines cellules plus poreuses et agissant á la maniére de Péponge de platine. Les produits dus á Paction des alcalis sur Paldéhyde activaraient la diffusion, Pabsorption de solutions salines et les sels mor- REFLEXIONS A PROPOS DES OBGANISMES PRIMORDIAUX. 413 phogéniques inorganiques primitifs seraient substituées peu á peu par des sels organiques, des combinaisons de protéines avec les sulfates etles phosphates. La sélection ferait le reste. e L'hypothése orgaique se heurte á un grand nombre de difficultés et de dangers. Les voici : Dissolution par l'eau de mer ou douce. Destruction par la lumiére du soleil et Pozone. Desséchement par évaporation si la vie organique s'est montrée sur la terre. Action toxique (formaldéhyde, acide cyanique), coagula- tion des albumines (?)biogénétiques par les sels de chaux ou dissolution par Veau de mer. - Dispersion, diffusion puisqui il »' y a pas de condensateurs primordiaux.—Défaut de structure osmotique. Défaut de nucléns et impossibilité de reproduction. Personne vr? explique la résistance supposée des matiéres organiques primitives (?) á ces causes de mort au moment méme de la naissance. Par contre, les cellules siliciques—sa- lines—alumineuses par efflorescence ne se trouvent dans Vean, résistent au soleil etá Pozone et méme á lévaporation, attirant l'Mhumidité au lieu de la produire: elles ne se composent pas de toxiques violents (1) et se remplissent méme de bactéries vivantes. Elles ne se dispersent pas; elles sont des condensa- teurs, ayant une structure osmotique et un nucléus. Les causes de silicification excessive, de carbonatation et de déssecation peuvent étre évitées en employant doses mini- mes d' alcalis et en entourant ces cellules d' une atmosphére convenable, quoique j' al dit que la prolifération et renouve- lement cellulaire devaient étre normales sur les roches ou sur le limon. Les prétendus eytodes organiques ne sauraient vivre le (1) Comme la formaline. 414 A. L. HERRERA. temps nécessaire pour remplir leurs fonetions, puis q/u ils se- _ralentempoisonnés, dissouts, réduits par le soleil, coagulés ou desséchés rapidement. Une goutte Valbumine Voeuf déposée sur la mer (!!), surle limon, sur les roches (!!) montre bientót les phénoménes inévitables de dissolution, de coagulation, de des- séchement, etc. Les fameux Protocoques primordiaux pro- duisant un tapis vert sur les roches humides, ne sont pas so- Inbles et montrent une membrane, ete.: ils ne sont done pas primordiaux. : Les recherches de généalogie sont trés difficiles et person- ne ne supposa avant de Lamarck que '' homme était un Pro- tozoaire modifié et compliqué á travers les époques géologi- ques, Par conséquent, 1 'insect qui se distingue á peine sur le papier et qui renferme des organes compliqués semblera aus- si absolument distinct des roches, des argiles. La question de la biogénese est géologique et généalogique. Elle a é6tó mal posée et mal comprise puisquw' il ne s'agit pas de former de toutes piéces un homme, une fourmi, mais un pseu- do étre monocellulaire primitif ou ayant les caractóres des cel: lules primitives. On ne demandera pas non plus la formation Vun homme complet sans une fécondation préalable et deux germes et sans le développment graduel de Pembryon. Le probléme de la biogénése étant mal posé il sera tou- jours irrésoluble et jamais on n' assistera á Papparition subite Yun “hampignon ou dun microbe albuminoide complet. C'est aussi Verreur de Mr. Bastian et des panspermistes. Quant á la panspermie cosmique elle est du plus grand absurde et on connaít Paction microbicide des rayons ultra violets, s'opposant á la vie de ces “germes” qui personne va trouvé et qui, en somme, n' expliquent rien de rien. de ii X Z d% es REFLEXIONS A PROPOS DES ORGANISMES PRIMORDIAUX. 415 e La biogénese Y a pas exigé un concours merveilleux de forces et substances une seule fois dans la nature. Je rejette de toutes mes forces un rendez-vous absurde de la chaleur, la lumiére, Veau, Pair, le ceyanogéene. Non, la vie rudimentaire est apparue et apparaít et devra apparaitre partout et toujours, comme une efflorescence et une cristallisation incompleétes sur des régions immenses, sur plusieurs kilometres carrés, icietla, a travers le temps et lespace, sans intention aucune, de la méme maniére que PVargile se forme sur tous les continents et dans toutes les époques. L' idée elassique sur les organismes pri- mordiaux, exige, au contraire, un ensemble de conditions créatrices introuvables, una espéce de materni menses et mater- na tempora, de menstruation préparatoire, de gestation, 'uté- rus .... de complication moléculaire et á la fois de compli- cation structurale, albumines et nucléus, diastases et cellulo- se. Cela nous rapelle la mythologie! Pi L'ontogénie etla philogénie présentent une classe de preu- ves de la plus haute importanco á Pappui de ma these. En effet, les végétaux renferment des doses trop petites de matie- res organiques, comparées a celles des animaux supérieurs, sauf les semences et quelques organes de réserve. Les tissus vieux de plantes et animaux, en vole de régresion sont plus riches en matiéres minérales, et la démineralisation entraíne Paffaiblissement, la tuberculose, la mort, si grand est ensore le róle de ces matiéres méme chez les étres les plus compli- qués. Chez les Protocoques la ehlorophylle est moins compli- quée que chez les végétaux supérieurs. En un mot, lVévolu- tion de Pindividu et des gronpes á travers les époques géolo- Mem. Soc, Alzate. México. T. 30 (1910-1911) —53 416 A. L. HERRERA. giques montre une véritable lutte de la matiére minérale et de la matiére organique, une évolution chimique et le triom- - phe des corps carbonés chez les étres les plus métaboliques, les plus actifs, exigeant une somme plus grande de combus- tible. Dans quelques millions d'ans, les diffférences entre les organismes primordiaux minérales et les descendants, seront plus grandes encore quoique il soit possible, comme disent M. M. Albert et Alexandre Mary, que les générations de nuovo produisent toujours des formes primordiales: merveilleuse pré- voyance de la nature pour repeupler sans cesse les mondes malgré les cataclysmes probables si chers á Cuvier. On ne compred pas pourquoi on a donné comme primor- diaux: 1%, les monéres, les amibes et les foraminiféres de P'Eo- zoon, dont les contractions amiboides ou les pseudopodes produits pour phagocyter une prole seraient tout á fait inuti- les, puisque ces proies ne pouvalent exister auparavant: 2%, les Protocoques, dont les membrenes, sporanges et chlorophy- lle ne peuvent étre á la fois condition, cause et effet de la vie; 3" les microbes, dérivés Vorganismes plus complexes et pos- sédant capsules et diastases, pigments, cils que ne peuvent exister chez les proto-organismes; 4%, les albumines solubles et diastases, que ne seraient pas capables de résister á la dis- solution, au soleil, aux sels, etc. CONCLUSION. 1? Papparition par génération spontanée d' un étre formé par matiére organique et en active respiration, assimilation, re- production, est impossible et méme absurde. REFLEXIONS A PROPOS DES ORGANISMES PRIMORDIAUX. 417 2% Les premiers étres, les organismes primordiaux ont été probablement des globules celluliformes formés par des co- lloides inorganiques, eau et des sels. Je propose pour ces étres rudimentaires, le nom de Protobius cosmicus, allusion á leur vie primitive et á leur apparition probable sur toutes les planétes, dans un milieu inorganique semblable A celui qui les a produits dans mon laborataire. '” Mexico, le 5 aoút 1911. (1) J'ai proposé un nouyean régne intercalair entre les minéraux et les végétaux, le Regne Protobial ou des Protobies. (Voir. Bull Alliance Scientifique Universelle. Mé- Xico. 1911).—Séance d'aniyersaire. 18 Septembre 1911). KK A A A 418 A. L. HERRERA. NOTES. 1.—Je rejette de toutes mes forces les conclusions de Mr, H. Ch. Bastian sur la biogénése dans des liquides stérilisés. Il ne suffit pas que Mr. Bastian déclare qwil a pris toutes les précautions antiseptiques et aseptiques nécessaires. Il fau- draitassister personellement áces manipulations pour signaler les causes V'erreur que sans aucun genre de doute existent dans ce cas. Une d'elles est que Mr. Bastian n'évite pas la chute de poussiéres sur les solutions! En effet, á la. page 235 de Y ouvrage: “L'évolution de la vie,” il dit: “11 est ¿impossible pour moi que la contamination du liguide se soit prodwite par le passage de la pipette stérilisée ou par la courte exposition a Pair” Or, les bactériologistes et les chirurgiens n'admettent pas lexposition á Pair, puisque des secondes d'exposition son suffisants pour permettre la chute des germes atmosphériques. Et á la mé- me page 235 on ajoute qu'un autre tube “fut ouvert....... scellé de suite et lalssé ensuite pendant 6 semaines.......... Quand ce tube fut ouvert on trouva des groupes nombreux de Torules +2. ” C'est la cause Verreur la plus probable dans les expériences de Bastian, puisque les bactériologistes ont accepté universellement la précaution de rejeter toute ampou- le de vacein ou de culture ayant été ouverte une fois. D'ail- leurs les expériences de Mr. Bastian, laissent tout á fait dans Pombre le probléme, puisque cette biogénese (2) wexplique rien et qu'il ne dit pas un mot du mécanisme de la production des ótres organiques (?) par la matiére organique des solutions ou qui se trouve rujours a Pétat de traces dans tous les colloides si- liciques; les sels, les liquides ¡qui sont fortement antiseptiques. La plasmogénie ne devra pas étre jugée á la lumióre (?) des ex- périences et conclusions de M. Bastian, dont la probité est WVailleurs bien connue, ainsi que les tendances philosophiques REFLEXIONS A PROPOS DES ORGANISMES PRIMORDIAUX. 419 A A A O A a a e in E malhereusement égarées par le dogme des albuminoides. .2 La décomposition des roches les plus abondantes donne les produits que j'al employés pour préparer les Protobies. Voici comment se fait cette décomposition, selon les chimis- tes américains: 2K*A 1S1%*+6H*%0-13C0=3H'A P8$i ?0* (Orthoclase) (eau) (acide carbonique) (kaolinite) + 1281 0 + 3K* C 0* (Silice) (carbonate de potasse). La soude a Pétat de carbonate s'associe souvent á ces sels. ( “Sodium is often also present, replacing part of the potas- sium” chez Porthoclase. Dana A system o] mineralogy. p. 318). Par exemple, Porthoclase de St. Gothard ou Adularia ren- ferme: Si 0—6 5, 69; Al *0*—17, 97; Ca 0—1, 34; K 20-13, 99; Na *0—1, 01; Fe *0'—tr.=100. La Loxoclase renferme 7.56 de Na 0 pour 4,57 de K *0,—On devra étudier sur le ter- rain ces transformations á Paide du microscope et aussi dans le laboratoire, sur Vargile et les coupes minces exposés á Pac- tion de Peau carbonique ou sulphydrique, jusqu? á retrouver les cellules ou Protobius, dans des conditions convenables dhumidité, de température et de pression de G 0”. (Voir les diverses théories sur la Kaolivisation: Stremme, H. (Zeits. prakt. Geol. 16, 122—8), Roesler, H. (Z. pr. Geol. 16, n* 251, June 1910). 3 Il attribue la formation du Kaolin á des procédés pneuma- tolitiques et pneumatohydatogéniques. Ibid. V. 2. N* 19, p. 266 5; Háhnel, 0. La désintegration et la formation de Kaolin sont des procédés distincts. J. f. Prakt. Chem. Leipzig. (1908, v. 78, pp. 280-284). ió 2 pS bit? pu su se da Er adoro 20d Eo SA Ad Hs add, Abri de? 0 Bono et3ao IG Jun E PS is CS, SA, Es el E PA Seis y E aga se IVY YE EN A “a . 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Antes de empezar, doy las gracias á esta ilustre Corpora- ción por el alto honor que se ha dignado hacerme al admitir- me en su seno. Ningún modo mejor de corresponder tal dis- tinción, que aportar desde luego mi pequeño contingente, tra- tando de una materia cuya importancia suplirá las deficien- cias de mi ineptitud. Es un axioma que la vida es una lucha continua; los orga- nismos viven los unos á costa de los otros, desde los primeros momentos de su existencia ultra-microscópica, hasta la for- mación de los más complicados organismos sociales. Es de esta lucha de donde procede la evolución, destruyendo los ele- mentos nocivos y conservando los aptos, hasta llegar á produ- cir la inmensa variedad de formas y magnitudes que tanto ad- miramos, no sólo en la vida orgánica sino en la vida mineral, que indudablemente existe, porque sin ella no se comprende- ría la Química, ni tendrían razón de ser los eslabones que unen las materias inorgánicas con el reino vegetal, y que son testi- gos elocuentes de su identidad de origen. 422 LEOPOLDO PALACIOS, La humilde florecilla que esmalta nuestros campos, como - la poderosa vigueta de hierro que soporta un gran puente y que parece ser el símbolo de la inmovilidad, son el teatro de una actividad continua. En la primera, parte de ésta es visi- ble; podemos observar cómo se abre la corola para dar paso al insecto que ha de transportar el polen hasta el pistilo y con- tinuar la actividad microscópica dentro de la misteriosa cáma- ra nupcial En la segunda, el movimiento no es perceptible ni aun con nuestros más ingeniosos aparatos de observación, y no nos damos de él cuenta sino por los efectos, muchas veces tremendos de una causa aparentemente tan pequeña. Vienela cristalización del hierro, que trae consigo la ruptura á la más pequeña vibración y la catástrofe inevitable. En el primer caso, podemes orientar hasta cierto punto es- tas actividades, y provocar cambios de magnitud, de forma y propiedades, sea alterando las condiciones de temperatura, de humedad, ete., ó bien ingertando gérmenes extraños; en el se- gundo, tenemos que contentarnos con rechazar como peligro- so el puente al cabo de cierto número de años. - En el organismo social tienen lugar ambas clases de fenó- menos. Los que el estadista puede: prever y orientar á su ar- bitrio y los que sólo se manifiestan después de una grave con- moción política. Los primeros, cayendo directamente bajo el dominio de la ciencia son de fácil encausamiento, los segun- dos sólo pueden estudiarse analizando los despojos, removien - do las cenizas y asimilando los hechos á la historia de otros países. Para todo el mundo ha sido una sorpresa la última revo- lución, cuyo éxito fué mucho más rápido que lo que hubieran esperado los mismos que la llevaron á efecto. Y si se analizan las causas á la serena luz de la ciencia, fácil es observar la par- te importantísima que ha tenido en ella el malestar agrícola que tanto se acentuó en los últimos años. Es este mismo malestar el que mantiene latente el espí- S IMPORTANCIA SOCIAL Y POLÍTICA DE LAS OBRAS DE IRRIGACIÓN. 423 ritu bélico en gran parte de nuestro pueblo, como lo prueba el afán inmoderado de adueñarse las tierras agenas. Y para que este malestar termine, no hay otro camino que el de empren- der grandes obras de irrigación por cuenta del Estado. A este respecto dijo el que habla, el mes de mayo del pre- sente año, ante la Sociedad de Ingenieros, lo que sigue: “En 1909 las cataratas del Cielo se desbordaron en lluvias abundantísimas; las cosechas se presentaban bajo un aspecto inmejorable; cada hacienda era una promesa de prosperidad y bienestar. Por fin, un año bueno después de tantos de es- casez. “Mas quizo la fatalidad que, el 29 de septiembre, una hela- da temprana destruyese en unas cuantas horas tan halagúe- ñas esperanzas; sólo las fincas de riego pudieron salvarse del desastre por haber podido sembrar antes. “Se pasó del oasis al desierto, de la vida á la muerte, en un día. “La cosecha no bastó á cubrir las necesidades interiores y hubo que importar, como ya es costumbre, maíz extranjero. “Los pocos hacendados que tenían algo de cosecha no pu- dieron obtener la compensación que la ley de la oferta y la demanda les presentaba, á causa de la acción de nuestro Go- bierno, que hizo mantenerse bajo el precio del artículo. “Y cerraron sus puertas á los jornaleros por no tener con qué racionarlos; se suspendieron las obras, y los peones, faltos de trabajo, mendigaban ó emigraban á los Estados Unidos. “El descontento principiaba; el movimiento político se ini- ció á su vez; nuestro país comenzaba á agitarse en las prime- ras convulsiones, sordas aún, vagas, pero no menos impor- tantes. “En 1910 una nueva helada prematura terminó la obra, á raíz de nuestras suntuosas fiesta del Centenario. “La tea revolucionaria fué entonces paseada por todos los ámbitos de la República; los políticos se agitaban ya de una Mem, Soc, Alzate, México. T. 30 (1910-1911)—54 424 LEOPOLDO PALACIOS. manera franca y activa, y lenta é imponente la emigración _continuaba abarcando, ya no sólo los Estados fronterizos, sino también Jalisco, Michoacán, Querétaro, Zacatecas, etc. “La imperfección de nuestra estadística no nos permitió darnos cuenta exacta de la importancia de este moyimiento. Sin embargo, la prens1 puso el grito en el cielo y en numero- sos editoriales pintaba con los más negros colores la situación de nuestros emigrados allende el Bravo. “Y muchos de estos emigrados, renegando de su inhospita- laria patria, que no supo alimentarlos, han regresado á ella ¿co- mo? con el rifle en la mano, y son los elementos mas numero- sos é importantes de la revuelta. “El labrador que tiene un pedazo de tierra fértil que le produce'lo suficiente para vivir, no se lanza fácilmente á la re- volución; antes bien, se vuelve conservador Los Madero no son la regla general sino la excepción ” Es una ley bien conocida que la Agricultura es la clave del bienestar social. En China y la India la pérdida de las cosechas significa el hambre, la desolación y la muerte de millares de ciudadanos; en Europa y los Estados Unidos significa las grandes crisis económicas; en los países latino-americanos, la guerra. El malestar agrícola se refleja en todas las clases sociales; el comerciante como el profesionista, el banquero y el prole- tario, todos sienten su ineludible influencia. Las grandes insurrecciones de la India no pudieron ser dominadas hasta que el Gobierno inglés construyó las obras de irrigación, que maravillan al mundo por su magnitud. El agua tuvo más poder que las ametralladoras. Hay que dar á la pólvora y á la dinamita un empleo más noble: mejor que vo- lar cuerpos humanos, es volarrocas para abrir canales. En la Argentina, ha sido la prosperidad agrícola la que terminó con las revoluciones, á despecho de los cambios de Gobierno, y esto se ha debido prineipalmente á la ejecución de las obras hidráulicas por cuenta del Estado. 3 E > IMPORTANCIA SOCIAL Y POLÍTICA DE LAS OBRAS DE IRRIGACIÓN. 495 Este carácter político explica el interés con que han vis- to en la actualidad las principales naciones del mundo las obras de irrigación. Inglaterra levanta en Egipto la presa de Assuan, que asom- bra al mundo con sus dos kilómetros de longitud por 37 me- tros de altura, sus 150 compuertas de colosales dimensiones y sobre todo su fabulosa capacidad de más de dos mil millones de metros cúbicos de agua; en la India el canal de Chenab que riega más de un millón de hectáreas, y últimamente ha nom- brado el Gobierno inglés una comisión que ha proyectado obras por valor de trescientos millones de pesos. Los Estados Unidos desarrollan también á gran prisa su irrigación teniendo en construcción eutre las más notables las siguientes obras: presa en el río Shone, canal Belle Fourche, canal de Nebraska y canal Grendive, presa Laguna y presa Roosevelt, todas ellas de gran capacidad irrigadora. Siguen enimportancia las obras de irrigación italianas, que han alcanzado últimamente gran apogeo. España, desde la vuelta al poder del Sr Don Rafael Gasset como Ministro de Agricultura, ha vuelto á preocuparse con gran empeño de las obras de riego y espera fundadamente de- tener por este medio la emigración, que ha llegado allíá alean- zar proporciones alarmantes. Francia, el país agrícola por excelencia, que enenta con un cielo privilegiado donde las lluvias son casi perfectamente re- gulares; donde los ríos son de tal modo caudalosos que puede decirse que hay agua para todos, sin grandes obras, ni gran- des esfuerzos para utilizarla, ha emprendido sin embargo, gran número de obras en la región meridional que es la menos fa- vorecida, y llevado su actividad ála Argelia donde ha construi- do sus obras de mayor capacidad. En las naciones sud-americanas el Estado ha comenzado á su vez á construir grandes obras, yendo á la cabeza la Re- pública Argentina que es el país latino-americano que más se preocupa por la agricultura. 496 LEOPOLDO PALACIOS. Esta especie de acuerdo en que parecen haberse puesto -las principales naciones del mundo tiene una gran significa- ción político-social y ha sido el paso más franco en favor de la paz universal que inútilmente se ha buscado por otros me- dios. El bienestar y la prosperidad son un tanto egoístas, rehu- san la guerra por temor de perder el patrimonio; aceptan la lucha de ideas, pero no toman las armas en la mano sino para defender el terruño. Las fincas de riego, exigiendo gran número de braceros dan de comer á una numerosa población y el hambre que esel peor consejero, desaparece y con él el peligro de revueltas. Y si esto tiene lugar en los países pródigamente dotados de lluvias regulares y corrientes de agua caudalosas, qué será en los países intertropicales caracterizados por la irregularidad pluviométrica y donde la agricultura de secano es poco me- nos que un albur? México, con sus montañas de oro y plata no ha podido com- petir en prosperidad con la Argentina cuya principal riqueza es la Agricultura. México, con sus dos millones de kilómetros cuadrados, con su inmensa variedad de climas, no es capaz de alimentar 15 millones de habitantes y no acertamos á com- prender esa alarmante emigración hacia los Estados Unidos y el absurdo de tener que importar cereales cuando debiéra- mos exportar. Esto explica de sobra nuestras agitaciones políticas, no es que la taza latina sea más amiga que otra de las turbulencias; es que tiene hambre y necesita alimentos ó perece. La latitud media de nuestro país es la misma que la del Sahara y la de los desiertos del Asia. Gran parte de la Repú- blica está comprendida en la región de las calmas tropicales caracterizada por la escasez de lluvias. La corriente ascen- dente de los vientos alisios arrastra toda humedad para ir á precipitarla á otras regiones, y si tenemos algunas lluvias és- IMPORTANCIA SOCIAL Y POLÍTICA DE LAS OBRAS DE IRRIGACIÓN. 427 tas se deben á causas locales de altitud y á la proximidad de los centros ciclónicos, de manera que adolecen de una gran irregularidad que hace más urgente que en ningún otro país la irrigación. ¡ No son las obras de riego»solamente un elemento pacifica- dor por excelencia, sino una fuexte de ingresos para el erario, una inversión de capital que reune dos condiciones que según las loyes de la economía política están siempre en pugna: ta- les son la seguridad y un gran rendimiento, para realizar lo cual bastará que ese Estado ejecute solamente obras de gran ca- pacidad que son por otra parte las únicas que resuelven el pro- blema. Siempre hemos visto con desdén el tratar de la importan- cia de las obras de irrigación porque nos parece un axioma perfectamente conocido; pero esto no es así, sabemos que son muy importantes y es eso todo, pero no hasta donde aleanza su interés. Y es porque con el porvenir de la patria, y en que la agricultura es el ramo de la administración pública al que debe dársele la preferencia porque la condición de toda exis tencia es la producción de los artículos de primera necesidad. Desde muy niños estamos acostumbrados 4 o1r cantarnues- tras prodigiosas riquezas agrícolas, nuestras tierras vírgenes; las selvas impenetrables de Chiapas cubiertas de maderas pre- ciosas; la exuberante vegetación de las Huastecas esmalta- das de una fauna y flora exquisitas. Desde las cimas nevadas del Popocatepetl ó del Orizaba de clima polar, podemos dis- tinguir los plantíos de caña de azúcar, los cafetales y los huer- tos de vainilla de nuestros climas tropicales. Y cabe preguntarnos: ¿cómo es posible que un país tan exuberante no sea capaz de mantener una población de ocho habitantes por kilómetro cuadrado? Fácil es la respuesta: basta transportarnos á nuestras di- latadas llanuras fronterizas para apreciar el aspecto desértico de una inmensa parte de nuestra Mesa Central. Apenas algu- 428 LEOPOLDO PALACIOS. nos cactus y mezquites interrumpen la monotonía de la este- pa. Centenares de esqueletos indican una mortandad de ga- nado espantosa, y el que ha podido salvarse, sacudido de car- nes se aglomera ávidamente sn los escasos aguajes. Basta cruzar la cinta del río Bravo para que el aspecto cam.- bie por completo, trasformado por la mano del hombre: el al- godón, el maíz, y aun el arroz que exijen enormes cantidades de agua substituyen á la raquítica vegetación de nuestros de- siertos en un clima idéntico, en un lugar en que no llueve un sólo aguacero en todo el año. Son las grandes obras de irrigación americanas las que han operado esta metamórfosis las que mantienen una pobla- ción numerosísima y cuyo suelo no solamente basta á cubrir sus necesidades sino que obrando como un imán atrae pode- rosamante á nuestro pueblo. Hé aquí otra faz política importantísima de las obras de irrigación. Ellas solas pueden salvarnos de la absorción len- ta pero implacable del coloso del Norte. Ellas solas podrán elevar el salario y nivelarlo con el suyo. Ellas solas en fin, po- drán desarrollando la riqueza pública y el bienestar social, asegurar la paz y salvar nuestra nacionalidad. México, Septiembre de 1911. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ““ANTONIO ALZATE”—-MÉMOIRES, T. 30. 429 Importancia. de la Agricultura. y del fraccionamiento de tierras POR EL ING. GUSTAVO DURAN, M. $, A, (Sesión del 4 de septiembre de 1911). Las ideas generales expuestas por nuestro estimado con- socig el Señor Ingeniero Leopoldo Salazar, en la Sección pró- xima pasada, referentes á la educación práctica de los Inge- nieros de Minas en México, es un punto de vital importancia, y como tal, merece una particular atención, tanto más cuan- to que las consideraciones en que apoya su trabajo son funda- des é hijas de la práctica por él tenida en el ejercicio de la profesión. El Señor Salazar, al hacer su exposición se refirió á un punto que amerita no menos atención que la Minería. La Aricultura, que es el punto que tocó el Sr. Salazar en su bien meditada y hábil exposición, tengo para mí, que sí es- tá llamada á desempeñar papel tan interesaute como el de la Minería, y si bien es cierto que en los momentos actuales no es para el país una industria en su plenitud, también hay que convenir que eso se debe, en muy grande parte, á la indife- rencia con la que hasta ha poco tiempo se habia visto todo lo referente á ella. El rico en México, avaro por naturaleza, ignorante casi 430 GUSTAVO DURÁN. siempre y enemigo de emprender estudios y trabajos, que tendiendo al desarrollo de su propiedad, sirvan á la vez al me- joramiento y progreso de los métodos rutineros empleados en el laboreo y explotación de sus tierras, ha sido siempre el ene- migo más encarnizado que hemos tenido para alcanzar el im- pulso franco de la Agricultura. Elrico mexicano quiere siem- pre obtener la mayor suma posible de utilidades con la menor cantidad de capital invertido, y de allíque se muestre tan aman- te, tan apegado á los procedimientos rudimentarios que nor- man sus trabajos de campo. Casi siempre esperan del cielo el agua para sus sembrados y el año que esa agua no llega, se conforma con renegar de la inclemencia de Dios sin preoca- parse de formar presas, que almacenando el agua suficiente, con¿nren el peligro de una cequía perjudicial para sus propios intereses. Nuestros ricos ven de una manera muy especial sus ga- nancias y la utilización de sus capitales. Para ellos la coloca- ción del dinero obtenido de una cosecha, es una buena hipo- teca, es un negocio colosal que les da seguras y pingúes uti- lidades, pues el emprender obras de mejoramiento en su finca para asegurar los productos del año siguiente, es, según su avaricia, tirar el dinero. Esa condición de criterio del rico mexicano, que jamás ex- pone los productos de su capital en cualquiera otro negocio, por bueno que parezca, que no sea el de las hipotecas, es una de las principales causas de que México se vea cada día más y más invadido por capitales extranjeros, pues país rico de por sí, no puede obtener su pleno desarrollo por el carácter de nuestros capitalistas. Necesita elimpulso del capital extranjero para su progreso. Da tristeza consignarlo, pero es la realidad. En México es preciso emprender trabajos de suma impor- tancia para el desarrollo de su Agricultura. No irrigaciones ilusorias y del todo rudimentarias proyectadas y ejecutadas en el perentorio plazo de seis meses, que jamás podrán resol- LA AGRICULTURA Y EL FRACCIONAMIENTO DE TIERRAS. 431 ver el gran é interesante problema agrícola; no estudios que queden únicamonte en estudios; no invirtiendo fuertes sumas del Gobierno que favorezcan tan sólo á determinadas perso- nas; no, en fin, en trabajos que hagan mucho ruido y no den fruto alguno. El Sr. Salazar cree que la Minería es la única capaz de dar riqueza á México, y en esa parte no estoy con él. La Minería, fuente de riqueza desde en tiempo de los Aztecas, sí conven- go es uno de los grandes y principales elementos de nuestro país, dado que, como nos ha dicho perfectamente entraña una verdadera industria entre nosotros; dado que nuestro suelo es inmensamente rico en minerales; dado que hasta hoy, casi podemos asegurar, sin mucho exagerar, ha sido la industria que ha suministrado al país los elementos mas cuantiosos; pe- ro de eso á que de la Agricultura no pueda alcanzarse una in- dustria grandemente productiva y digna de considerarse como fuente de riqueza de México, es muy distinto. La iniciativa oficial y privada, el capital oficial y privado, en común acuerdo, son los factores principales para obtener frutos provechosos y la demostración práctica, palpable, de que la Agricultura, entre nosotros, puede ser fuente de gran rique- za y porvenir. No debemos juzgar por las condiciones de atrazo en que por hoy se halla esaindustria. He expuesto ya algunas de las causas de ese atrazo y no por éste debemos sacar como con- secuencia que la Agricultura no debe atenderse y que tan só- lo debemos de dar preferencia á la Minería. Hay que convenir que México posee, en no pocas regio- nes, una hidrografía rica que no ha sabido aprovecharse; que, excepción hecha de los últimos seis años anteriores á éste, llueve en abundancia, y no debemos negar que la enorme can- tidad de agua que cae y llevan consigo el regular número de corrientes de agua que invaden el territorio, se desperdicia lastimosamente; que hasta hoy no se emprenden trabajos de Mem. Soc, Alzate. México. T. 30 (1910-1911)—55 432 GUSTAVO DURÁN. almacenamiento de agua, sino en muy contadísimos puntos, y finalmente, como lo he dicho ya, la rutina y la avaricia de mu- chos de nuestros hacendados es rémora para todo progreso en el país. Un punto capital y que en esencia motiva estos apuntes, es el que se refiere á las enormes porciones de terreno, que es- parcidas en toda la República, poseen grandes propietarios. Problema de importancia suma y que merece particular atención es el que se refiere al fraccionamiento de tierras. Las grandes extensiones de terreno, que en condiciones ventajosísimas, obtuvieron del Gobierno Greneral en épocas anteriores un buen número de ricos mexicanos y extranjeros, casi en su totalidad se encuentran incultas, abandona las no pocas y carentes de todo indicio que pueda denunciar la pre- sencia de elementos encaminados á mejorarlas y lograr su ex- plotación y su colonización. De qué sirve que en los contratos de muchas enagenacio- - nes se especifique claramente la obligación de colonizar ó cua lesquiera otra, si el Gobierno no se arma de la energía sufi- ciente y declara la caducidad por falta de contrato? No se escapa al sano criterio de los que me honran esecu- chándome, la necesidad imperiosa que existe de emprender una enérgica campaña contra los grandes propietarios que en nuestro país son un notable y efectivo obstáculo para nuestro verdadero progreso. Ni dentro de la ley como base y ajustán- dose del todo á ella, puede y debe exigirse sin miramientos ni distinciones lo estipulado ¿porqué no hacerlo? Otro punto muy digno de tomarse en consideración y que puede auxiliar en mucho la gestión encaminada á hacer que los grandes propietarios tiendan á dividir sus propiedades, es el que se refiere al pago de los impuestos. Estos, en la casi to- talidad de los casos, no se cubren en proporción al valor de la propiedad. El más rico, en relación, paga mucho menos por sus propiedades que el más pobre. De eso tenemos un sin uú 3 4 po < 4 E A AA LA AGRICULTURA Y EL FRACCIONAMIENTO DE TIERRAS. 433 mero de casos. Los grandes propietarios, con el auxilio de las influencias, han logrado eximirse del pago equitativo por sus tierras, : Un avalúo justo y honrado y la exigencia del pago que en la ley les corresponde, pondría, es muy probable, en la disyun- tiva de vender, de alquilar, de fraccionar ó de explotar las tierras. Para llegar á un éxito en las buenas intenciones que ani- man al Gobierno, para fomentar y dar un efectivo impulso y desarrollo á la Agricultura, es necesario procurar llevar á fe- liz término el estudio relativo á tierras, con el auxilio de co- misionados activos y de buena fe. : El Gobierno, con el Decreto de 18 de Diciembre de 1909, sobre terrenos, dió los primeros pasos encaminados á definir de una manera precisa las propiedades de la Nación. Las leyes y disposiciones anteriores, autorizando la for mación de Compañías particulares encargadas de los deslindes, dieron campo libre de operación á los especuludores y facili- taron de una manera efectiva, tanto las demandas para las ena- genaciones con pretextos de colonización, explotación, ete., ete., como el monopolio por un grupo favorecido é influente. El escaso eserúpulo de los peritos y la poca ó ninguna iun- portancia que á los resultados técnicos dieron las Compañías, trajeron consigo lo que era de esperarse: unos resultados tan poco fehacientes y dignos de precisión, que no pocas veces hubo de presentarse el caso de enagenarse porciones de terre- no ya tituladas á otras personas ó Compañías. La Secretaría de Fomento, encargada de la revisión y acep- tación de los: planos, no podía contar con los elementos sufi- cientes para llegar á la satisfacción de haber logrado una per- fecta revisión, que diese la seguridad de que los datos sumi- nistrados por el perito correspondían á lo que en realidad exis- tía en el terreno. Los Ingenieros encargados del Deslinde y apeo, con contadas y honrosas excepciones, casl siempre obli- 434 GUSTAVO DURÁN. gaban al cierre sus polígonos y arreglaban sus datos de cam- -po en el Gabinete, obrando así con una mala fe punible. Al suprimirse las Compañías deslindadoras y tomar por su cuenta el Gobierno las operaciones del Deslinde, y no sólo, sino alcanzar la facultad de rectificar lo ya hecho por las cita- das Compañías, dió un gran paso moralizador y encauzó la de- licada operación de los deslindes hacia la efectividad del eo- nocimiento perfecto de las porciones de terreno con que podría disponer, y permitiendo, además, la adquisición de datos pre- cisos para posesionarse de la calidad, utilidad y condiciones de las tierras. La ley de 18 de Diciembre de 1909, tan sólo llega á regla- mentar y hácer que el Gobierno tome por su cuenta los des- lindes, más no llega al problema tan interesante del FRACCIO- NAMIENTO DE TIERRAS Bien cierto es que antes de llegar á este resultado, que es consecuente del conocimiento y demarcación de lo que po- see la Nación, debía empezarse por lo que el decreto de refe- rencia ha hecho; más desgraciadamente la ley de 1909, fué ex- pedida bastante tarde, ya cuando se habían hecho adjudica- ciones de tierras con extremada liberalidad y se ha sido dema- siado pareo para exigir el camplimiento de los contratos. El haber dado facilidades para adquirir sin taxativa algu- na enormes extensiones de terreno, dejando su elección al ar- bitrio de los interesados, ha traído como resultado seguro el que la Nación cuente en su mayoría con las tierras de peor ca- lidad y condición, pues aquellas dotadas por la naturaleza de elementos propicios para los cultivos por tener agua, estar cercanas á las vías de comunicación y ser tierras arables, han sido ya enagenadas á las compañías deslindadoras, las que tan sólo se han ocupado de la especulación. Se Definida y estudiada de una'manera consciente la propie- dad Nacional, de acuerdo con la ley de 1909, parece indicado proceder al fraccionamiento de aquellos terrenos que satisfa- gan á las necesidades de la Agricultura. LA AGRICULTURA Y EL FRACCIONAMIENTO DE TIERRAS. 435 Mas este trabajo es laborioso y demanda mucho tiempo. Las exigencias del momento urgen llevará la práctica el frac- cionamiento para llegar á la pequeña agricultura; mas atentas las razones que he expuesto respecto á las condiciones de las tierras que en propieda:l posee la Nación y del tiempo que se requiere para llegar á su deslinde y medida, es indicado ten- der á adquirir de los grandes terratenientes sus propiedades, para así contar con tierras apropiadas para el caso y cuyas condiciones sean ya conocidas. Creo pertinente hacer desde luego una aclaración, que es- timo necesaria, en virtud del grave error en que incurren mu- chas personas. Se refiere ésta á la interpretación que corresponde dar á las designaciones de GRANDE y PEQUEÑA AGRICULTURA, Estas denominaciones son ajenas álas dimensiones de los predios y se refieren ó corresponden tan sólo á que la GRAN- DE AGRICULTURA tiene necesidad del jornalero para su explo- tación, mientras que la PEQUEÑA AGRICULTURA únicamente por excepción y en muy reducida escala emplea á éstos, ntili- zando siempre los brazos del propietario y miembros de su fa- milia para el laboreo y explotación. En el FRACCIONAMIENTO DE TIERRAS influyen grandes fae- tores, de los cuales estimo como principales y que intervie- nen de manera directa en el fomento de la Agricultura, por medio de la PEQUEÑA y GRANDE PRODUCTIVIDAD, los siguientes: ARIES DOT IO Es (Irrigaciones). Estado y composición del UlO EE (Geología agronómica). Dapitals Dr Adios: (Bancos, Instituciones de Crédito). Espíritu de empresa y di- rección técnica de los la- 436 » GUSTAVO DURÁN. boreos. ..-.¿......... (Propietarios é Ingenieros Agrónomos). Briz DEOTIAGAATA (Jornales é inmigración). Caminos, ferrocarriles, ete. (Vías de comunicación). Tinpuestos:.22 CILA E : Muy someramente voy á referirme á cada uno de estos factores. Agua. (IRRIGACIONES), El aprovechamiento de las aguas en beneficio de la Agri- cultura es de los problemas más interesantes por resolver. Como he indicado ya, una tierra, para que sea aprovechada en el fraccionamiento, utilizada para fomento y logro de la pe- queña productividad, se requiere sea irrigable, es decir, que cuente con el elemento agua, para llenar satisfactoriamente las exigencias del cultivo, y no estar subordinada tan sólo á las lluvias. Un estudio de las corrientes superficiales y subterráneas que invaden nuestro territorio; una inquisición técnica de los lugares más adecuados para la construcción de presas que al- macenando grandes cantidades de agua den el contingente ne- cesario para los riegos y sostenimiento de los ganados y pobla- dores; una inspección cuidadosa y hovrada en las tomas y en las obras emprendidas y por emprender; un apoyo moral y ma- terial 4 los particulares que intenten la realización de obras de almacenamiento y distribución de aguas; una gran equidad en las concesiones de agua, son, según entiendo, los factores mas culminantes que influyen de una manera directa en el pro- blema de que me ocupo. Por muchos años se descuidó asunto tan interesante. Cuan- do el Gobierno, posesionado de la trascendencia del problema, le dió la importancia que merecía, procedió á dictar disposi- DA a e per Y LA AGRICULTURA Y EL FRACCIONAMIENTO DE TIERRAS. 437 ciones encaminadas al fomento de la irrigación; mas desgra- ciadamente un grupo de capitalistas que tenía el control de negocios y conc-siones, vieron en el de la irrigación una fuen- te más de riqueza y movieron sus influencias para estorbar, propiamente, á los hombres de buena fe y negociar eilos apro- vechándose de las buenas intenciones del Gobierno. Un sin número de ejemplos de casos de esta naturaleza podrían citarse, mas no es oportuno hacerlo. Que la irrigación es el problema del día, puesto que ella es la base, el cimiento sobre el cual debe levantarse la prospe- ridad del país, es un hecho innegable, y no seré yo el que pue- da abordar de una manera profunda asunto tan delicado. Mucho se ha dicho respecto á este punto y existen en Mé- xico profesionistas tan competentes é ilustrados como los Sres. Ings. Roberto Grayol y Manuel Marroquín y Rivera, que están llamados á prestar útiles y positivos servicios en cuestión tan trascendente y á quienes está reservada la solución de los grandes problemas que tienen que presentarse. Estado y composición del suelo, (GEOLOGÍA AGRONÓMICA). Punto no menos interesante es el que se refiere al cono- cimiento exacto de la composición del suelo. Las plantas toman del suelo la mayor parte de los alimen- tos que han menester para su nutrición, así como el agua que constituye la parte esencial de la savia, de las m-mbranas y del protoplasma. Las substancias nutritivas son de distinta clase para cada especie. De allí la necesidad de conocer los elementos compo- nentes del suelo en cada lugar, para saber la clase de planta que es más apropiada en cada región, para el cultivo. La aplicación de la Geología á la Agricultura, que es lo que constituye la Geología agronómica, y la Pedología que 438 GUSTAVO DURÁN. - se ocupa de las transformaciones sufridas en el suelo para constituir las últimas ó más recientes formaciones, son ramas de la Geología hasta hoy poco atenlidas en México, siendo que su importancia es tal, que no pocas Naciones tienen esta- blecidas instituciones especiales encargadas de las investiga- ciones de este género. El suelo, formado por los productos de alteración y des- composición de las rocas y de su mezcla con humus, constitu- ye el sostén alimenticio de las plantas. No todos los suelos tienen el mismo poder de EAS pa- ra el agua, ni se comportan de la misma manera con los gases, con el calor, con la electricidad. Los elementos anorgánicos contevidos en las plantas son tomados por ellas del suelo en donde deben encontrarse en for- ma asimilable. Estas ideas generales, creo son suficientes para demostrar la importancia que tiene la Geología agronómica para la A gri- cultura. Los análisis del suelo: mecánico (determinación del grue- so de los componentes); físico (cohesión del suelo, permeabili- dad al agua, al aire, al calor, á los gases, ete.) y químico (can- tidad y naturaleza de los compuestos necesarios para la ali- mentación de las plantas), constituyen el estudio encomenda- do al Geólogo, debiendo llevar éste sus investigaciones hasta una profundidad no mayor de dos metros. Contando con el auxilio del Geólogo, el Agricultor estará en aptitud de conocer las condiciones del suelo y llegar á la resolución del problema relativo á la determinación de la cla- se de cultivo y de la cantidad y calidad de abono que necesita. Si á esto se agrega la resolución del problema de abaste- cimiento de aguas con la ayuda de la Geología y el conocimien- to de los lugares apropiados para la explotación de muchas de las substancias que sirven para abonar el suelo, se robus- tecen aún más las ideas expuestas relativas á la gran impor- LA AGRICULTURA Y EL FRACCIONAMIENTO DE TIERRAS. 439 tancia que para la Agricultura tiene la ingerencia del Geólo- go en los trabajos de fomento y desarrollo de esa industria. Tengo entendido que por el año de 1909 el Gobierno de- signó un comisionado con el encargo de emprender, entre otros estudios, el relativo á observación é inquisición de lo que de GEOLOGÍA AGRONÓMICA se pudiera obtener en Europa; mas el resultado de esa Comisión ha quedado desconocido, siguien- do la costumbre tan arraigada de archivar los informes rendi- dos y sin aprovechar las enseñanzas del que fué al extranje- ro, ¿expensas del Gobierno, con el fin de adquirir conocimien- tos para ser utilizados en nuestro país. Por el año de 1908 marchó al Viejo Mundo, acompañan- do al Sr. Ing. Gayol, que como particular fué á emprender es- tudios de irrigación, un comisionado del Gobierno, y al igual que el designado para los estudios de Geología agronómica, sus investigaciones han quedado sin conocerse. Es tiempo ya de que se saque fruto del gran número de comisiones que tanto cuestan á la Nación y de las que casi siempre no se aprovecha nada. Creo que los informes rendidos por un comisionado deben darse á conocer y los conocimientos adquiridos aprovecharse, para que no resulte infructuoso el sacrificio hecho por el Era- rio. Capital. (BANCOS, INSTITUCIONES DE CRÉDITO ACRICOLA, ETC.) Sin capital toda empresa es irrealizable. Es un principio axiomático que no admite discusión. El capital privado, hasta hoy, con contadísimas excepcio- ciones, se ha mostrado renuente á toda empresa, aún en be- neficio propio, que no satisfaga á las exigencias de la recono- cida avaricia de nuestros ricos. El papel del Gobierno en caracteres como el de nuestros Mem. Soc. Alzate. México. T.30 (1910-1911)—56 440 GUSTAVO DURÁN. capitalistas, debe ser de instructor, de estimulador y de me- _diador, para alcanzar la colocación del dinero en empresas que redunden en beneficio de nuestra Agricultura y del verdade- ro progreso y riqueza de nuestro suelo. El Gobierno debe allanar dificultades; debe tender á dar facilidades; á estimular, á favorecer dando ciertas prerrogati- vas; á legislar procurando ayuda franca á las empresas que tiendan al fomento de la irrigación y de la Agricultura. No cabe duda alguna, que el establecimiento de Cajas de Ahorro, Bancos Agrícolas é instituciones de esa índole, que faciliten el capital necesario, bajo condiciones accesibles, es uno de los medios más eficaces para fomentar el espíritu de empresa; mas también es cierto, que para que estas institu- ciones estén en su verdedero papel, es menester la equidad, es indispensable proceder dentro de la más extricta imparcia- lidad, procurando la ayuda para la realización de un negocio, en donde el auxilio de la institución es necesario. Tengo para mí, que en todo caso, es elemento primordial para lograr los anhelos del Gobierno en lo que respecta á im- pulsar la irrigación y la Agricultura, el tenderá una cabal im- parcialidad y honradez de eriterio, en lo que se refiere á faci- litación de capital y conce-iones. Sin ese factor estimo inútil é ineficaz todo esfuerzo, dado que tan sólo ciertas empresas ó personas serían las beneficiadas. El empleo de una parte del capital que el Grobierno dedi- que, en la compra de grandes propiedades, para realizar el fraccionamiento de tierras, es otra solución en pro del proble- ma en estudio. Esparcidas en toda la República, existen un gran núme- ro de grandes propielades. Estas propiedades, en una gran mayoría, constituyen la parte más rica en tierras, mas propi- cia para la irrigación, más bien acondizionada en cuanto á su climatología. LA AGRICULTURA Y EL FRACCIONAMIENTO DE TIERRAS. 441 Enormes extenciones de terreno han permanecido incultas, eriales desde su adjudicación. * Conviene pues, el estudio imparcial, honrado, de esas gran- des propiedades, para llegar al conocimiento de aquellas que sean más apropiadas para el fraccionamiento, y con él, al lo- gro de la PEQUEÑA PRODUCTIVIDAD, único medio de aleanzar el efectivo progreso de la Agricultura y aprovechamiento de la riqueza de nuestro suelo. Es grande la atención que merece el punto y mucho lo que podría asentarse á este respecto; mas la índole de estos peque- ños apuntes, no permite entrar en mayores consideraciones y detalles. Sí creo prudente hacer notar, que al adquirir el Gobierno esas grandes propiedades que han permanecido muchas, pun- to menos que abandonadas por sus propietarios, debe tenerse en cuenta, para que sea fijado su valor: la liberalidad con la que el mismo Gobierno hizo concesiones; la falta de cumpli- miento á las estipulaciones de los contratos; el estado de cul- tivo en que se hallen las tierras; las no pocas excedencias que á expensas de terrenos de la Nación, tienen muchas de ellas y otros puntos más, que favoreciendo al Gobierno como com- prador, le pone además á salvo de las excesivas demandas que, por regla general, hacen los vendedores cuando el Erario es el que da el importe. Espíritu de empresa y dirección técnica. (PROPIETARIOS É INGENIEROS AGRÓNOMOS). No cabe duda alguna que una de las características de nuestra raza, es la tendencia á la indiferencia, á la apatía, al poco espíritu de empresa, al temor de aplicar lo nuevo que la ciencia ó la industria han producido, y esa tendencia es rémo- ra para el adelanto, y es un defecto que perjudica hondamen- te á nuestro país. 442 GUSTAVO DURÁN. El Gobierno, desde hacemuchos años, ha sostenido un esta. “blecimiento, si bien no del todo perfecto, si cuando menos su- fici nte para llenar por ahora las exigencias de nuestro medo. En ese establecimiento se da educación á jóvenes, que de acuerdo con la Agricultura moderna, sean aptos para encargar se dela dirección técnica delas fincas, y sus servicios serán más provechosos, cuando se logren las correcciones que piensan hacerse al actual plan de estudios. Creeríase, que ya en pleno siglo XX, nuestros Agriculto- res se habrían penetrado del progreso y adelantos á que han llegado todos los países civilizados, y atentos al desarrollo de sus fincas, tenderían á aprovechar esos elementos que salen de nuestras Escuelas de Agricultura, para la dirección é im- pulso efectivo de sus propiedades. Mas no ha sido así. Esa indiferencia de que he hablado; esa rutina y falta de espíritu de empresa; esa apatía que ma- ta y daña, están tan arraigadas en nuestros ricos, que el peso enorme de un progreso patente, no ha sido suficiente para arrancarles sus defectos. No se necesitan grandes esfuerzos para demostrar el gra- do de atrazo en que han permanecido la mayor parte de los terratenientes de la República. Sus cultivos, en general, son hechos sin aprovechar los adelantos de la época y los servicios de los directores técnicos. Un administrador, howbre netamente práctico, es el en- cargado de la dirección de la finca, sin qne éste se preocupe de mejorarla y de emprender estudios y aplicaciones que la bsneficien, aumentando su producción y poniéndola al ampa- ro de las inclemencias del cielo, por medios que procuren el acaparamiento de aguas en previsión de las sequías. A la Dirección de Agricultura, Oficina de relativa recien- te creación, toca desempeñar el papel principal. Debe hacer propaganda, por medio de un órgano especial, que dependa de ella, y que circule profusamente, de los adelantos modernos; Eg LA AGRICULTURA Y EL FRACCIONAMIENTO DE TIERRAS. 443 debe tender al convencimiento de la necesidad de que sean uti- lizados los servicios de los Ingenieros Agrónomos; debe, en una palabra, luchar por inculcar á nuestros grandes y peque- ños propietarios de tierras, las ideas de progreso. : Existe ya un Boletín de la Dirección General de Agricul- tura, dividido en tres partes. I.—Revista de Agricultura. 11. —Revista de Economía Rural y Sociología, TII.—Revista Forestal. Este Boletín, perfectamente acabado y con material va- riado y selecto, no es el órgano que estimo apropiado para in- culcar las ideas que necesitan nuestros Agricultores, pues de- be tenerse presente que entre ellos hay elementos ilustrados, pero en su mayor número y muy especialmente entre los pe- queños propietarios, existe gente cuyos alcances é ilustración no son les suficientes para comprender muchos de los puntos que trate un órgano de esa naturaleza. El Boletín de la Diree- ción de Agricultura viene á llenar un vacío y á desempeñar un gran papel; pero además de este Boletín mensual, debe, según entiendo, contarse con una publicación mas frecuente, que sirva exclusivamente como órgano de propaganda; que tenga tendencias progresistas y que esté escrito en forma sen- cilla y accesible, aun para aquellos que no tengan una instrue- ción muy amplia. El sistema de conferencias dadas por comisionados espe- ciales, en los lugares más apropiados de la República, es tam. bién medio provechoso que tras consigo la enseñanza de las gentes de campo; mas permítaseme la frase, no se hace el su- ficiente RECLAME para llamar á la curiosidad de ls interesa- dos, y por lo tanto, no se obtiene todo el provecho apetecible. Los conferencistas deben recurrir á todo su ingenio para ha. cer amenas y atractivas sus conferencias; pues de lo contra- rio, la aridez propia del asunto, hace tomen poco interés y re- sulte infructuosa, en gran parte, la labor. 444 GUSTAVO DURÁN. Mucho tiene que luchar la Dirección de Agricultura para alcanzar una propaganda eficaz y fructífera, y con el fin de dominar esa indiferencia propia de nuestra raza, necesita ha- bilidad, tacto é ingenio. Brazos. (JORNALEsS É INMIGRACIÓN). La grande Agricultura necesita manos mercenarias para sus cultivos. La escasez de éstas es perjudicial grandemente á su desarrollo. Es problema interesante el que se refiere á los jornaleros y á la inmigración, factores ligados directamente con los bra- ceros. El jornal exiguo en muchísimas regiones del país, señala la causa de escasez de brazos, pues los nacionales, quizá por efecto mismo de las exigencias de la vida, tienden á emigrar en busca de trabajo más bien remunerado, formándose así una ola emigratoria alarmante, muy especialmente hacia la vecina del Norte. En esta Nación, el jornalero obtiene remuneración más equitativa y condiciones de vida y alimentación más alaga- doras, sin tener que sufrir las explotaciones inmoderadas por parte de los administradores de las fincas y por no pocos pro- pietarios, que casi convierten al infeliz peón en un verdadero esclavo. Las infamantes tiendas de raya, los préstamos, ete., etc., hacen del jornalero, una víctima de los terratenientes. La carestía de los elementos de primera necesidad, es pa- tente, y por ello el sostenimiento de los jornales tan bajos, los mismos desde tiempo inmemorial, es tal, que se nota una mi- seria, un desagrado, que no es fácil «cultar. He tenido oportunidad de ver el número de trabajadores, que traspasando el Río Bravo, van en busca de trabajo me- nos mal remunerado. El nacional, hombre abnegado, apto para el trabajo rudo —AEA LA AGRICULTURA Y EL FRACCIONAMIENTO DE TIERRAS. 445 del campo, indiferente á las inclemencias del tiempo, contras- ta con el jornalero americano, siendo ese uno de los motivos por que nuestros braceros sean aceptados con agrado en la Na- ción vecina, en donde los nuestros encuentran acomodo me- jor, debido al salario de que allí disfrutan. Urge pues un estudio relativo á jornales, que tienda á con- trarrestar los efectos perjudiciales que produciría una cre- ciente emigración. Respecto á la inmigración se ha tropezado con dificulta- des, que ha hecho que ésta quede casi en proyecto. Antes que á la inmigración, creo debe atenderse prime- ro á la irrigación y al fraccionamiento de tierras para lograr así colonos extranjeros que vengan á prestar su contingente de trabajo al país. Se han hecho estudios interesantes relativos á inmigra- ción, entre los que figura el de la Comisión especial que el Go- bierno designó con el fin de dictaminar sobre cuestión tan de- licada. Para colonizar nuestro país é impulsar nuestra Agricultu- ra, debe tenerse en cuenta el antagonismo que existe entre nosotros y algunas razas; existen algunas que no pueden pro- ducir efectos y resultados provechosos. El chino por ejemplo, en proporciones tan grandes como está ocupando el país, lo es- timo inconveniente. Es asunto que merece estudio especial y que no es del caso tratar en estas ligeras notas. Vías de comunicación. La unión de los centros productores, por medio de vías de comunicación, con aquellos puntos en los que el fracciona- miento ha de llevarse á efecto, es otra de las cuestiones que amerita suma atención y debe procurarse su más pronta rea- lización. No cabe duda alguna, que las tierras más apropiadas pa- 446 GUSTAVO DURÁN. ra el fraccionamiento, son aquellas más cercanas á las vías de comunicación y á los centros poblados. Las comunicaciones facilitan las exportaciones é importa- ciones de los productos recíprocos, facilitan el transporte de víveres, implementos de Agricultura y dan facilidades gran- des á la colonización. México, es cierto, que cuenta con una red ferrocarrilera de importancia y más aún si se toma en cuenta el corto tiem- po en que se ha desarrollado; pero aún falta mucho por hacer. En lo que respecta á caminos carreteros, puede decirse que han sido casi totalmente desatendidos, ocasionando con esto mayores dificultades para los transportes. Con el sistema de subvenciones seguido por el Gobierno para fomento de las construcciones de ferrocarriles, ha logra- do y logra su impulso, dando así facilidades para completar la gran arteria que debe cubrir nuestro territorio. A los hacendados toca, por su parte, procurar la liga de sus propiedades con las líneas de la arteria ferrocarrilera del país, facilitando el transporte de los productos de sus fiacas y dándoles á éstas mayor valor é importancia. Impuestos. Estamos regidos por un sistema viciado que trae consigo la desuniformidad, la poca equidad, en el pago de impuestos prediales. Es notorio que hasta hoy no ha habido proporcionalidad entre el pago por las grandes y las pequeñas propiedades y que eso se debe á las contemplaciones y poca honradez de los valuadores y de las autoridades. El establecimiento de Catastros que definan y avalúen le- galmente las propiedades, traería consigo el evitar los abusos y los fraudes al Erario que se han cometido. Para los efectos del asunto que por hoy nos preocupa re- LA AGRICULTURA Y EL FRACCIONAMIENTO DE TIERRAS. 447 lativo al fraccionamiento de tierras y al fomento de la irriga- ción y de la Agricultura, creo debe tenerse en cuenta: Gravamen para las tierras incultas, mayor que para las cultivadas; Supresión ó diminución considerable de impuestos para aquellos que teniendo tierras apropiadas para el fracciona- miento, procedan á ejecutarlo. Para terminar, tan sólo me resta invitar á todos aquellos que teniendo las aptitudes y conocimientos que á mí desgra- ciadamente me faltan, unan sus esfuerzos en bien de la Pa- tria y den sus luces para iluminar el criterio de aquellos á quienes toque solucionar el problema trascendente que tan hondamente y con toda justicia preocupa al país, problema que comprende: La IRRIGACIÓN, EL FRACCIONAMIENTO DE TIE- RRAS, LA PEQUEÑA PRODUCTIVIDAD Y LA COLONIZACIÓN. México, Septiembre de 1911; Mem. Soc. Alzate. México. 'T.30 (1910-1911)--57 4 “o roGe, HA IED da barrial ARA de E peo | dd pl | a M4 LO Alo AE Ea Ds a pes: sl polea rgiiab.: Ped pcs aid de: 4790, rabo ogg. peros. obval IS LO en Al cues TD PER Mia 2d 58% Pee Hinnta do 0 a A 0%. de PA PUÑO Ja: Da AA golleupo sobokdseivol stem: :0Bvá dto, AA Lale sida Jara orcos $ solisipacab: ade roo ; 44 dy HE ' sad ¿he has PDA A ( STO UA) P a GS O, FAO 26 Ef os: y as: asa EEE, Pi Y ri yoo Y FEA ¡yardas E E y e AAA ja eat: son: 0 els. 2 OA A Ac e en pa ld A ql o Sa E ¿tales $ A A, Por, AAN conv EN de paa: A PRA E dos uri: ¿ dd ¿ Melee $ An : Pies de , AAA ips . 0004 Cra ero que DA GALAS E EN ela pal id: per Le E IGLOIOD er ot ” SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE” MÉMOIRES, T. 30. 449 DON RUFINO JOSÉ CUERVO POR EL PROF. ALBERTO M. CARREÑO, M. $, A. (Sesión del 2 de Octubre de 1911). Al Sr. Lic. Joaquín D.'Casasus, gran amigo y admirador de Cueryo. Las letras castellanas están de luto. Cuervo, el ilustre fi- lólogo, el más distinguido quizá de cuantos en el siglo XIX Rufino J, Cueryo, 450 ALBERTO M. CARREÑO. se consagraron al estudio de la lengua de Cervantes, ha des- aparecido del mundo de los vivos. Como es natural, todos quienes amamos el bellísimo idio- ma castellano hemos sentido necesariamente un dolor hondo y una pena inmensa; y, sin embargo, no puede decirse, no, que Cuervo ha muerto: él vive y vivirá siempre en sus obras, y su nombre habrá de pasar á las generaciones venideras sin que jamás se extinga, sin que jamás se pierda Los hombres orgullosos de sus hechos, los conquistadores de pueblos, han procurado siempre que se erijan monumentos en honor suyo, que puedan servir como un recuerdo de su la- bor, como un pregón de su fama y, sin embargo, el soplo de los años, rudo é inclemente, echa por tierra tales monumentos y los convierte en ruinas. Otros hombres también han procurado formarse monumen- tos que en todos los tiempos perduren y en todas las edades, y han logrado que hoy, como entonces, se les admire hasta sen- tir sobrecogimiento al ver la grandeza de sus obras, que por sí mismas constituyen un monumento imperecedero. Y paralas conquistas realizadas por estos hombres no han sido necesarios grandes cortejos de guerreros; no han sido ne- do necesarios campos enormes para el ejercicio de sus facul tades; su ingenio y su pluma han constituído sus ejércitos; á veces el obscuro calabozo de una cárcel ha sido suficiente pa- ra formar y levantar y pulir un pedestal ¡le gloria que llegara hasta los cielos. Cervantes no hubo menester más para inmor- talizar su nombre con el Quijote, ya que tampoco ha sido in- dispensable una serie numerosa de obras para que esos genios alcancen honor y fama. El nombre de Alighieri perdurará siempre unido á su “Divina Comedia”, el del Taso á su “Je- rusalem Libertada”, el de Shakespeare á su “Hamlet”, como el de Homero, aquel ilustre ciego de los tiempos heroicos, uni ficó su nombre con la “Tliada”. Cuervo fué uno de estos seres privilegiados; Cuervo, que DON RUFINO JOSÉ CUERVO. 451 teniendo á su alcance honores, títulos y riquezas, que pudie- ron permitirle vivir en la molicie, prefirió consagrar sus vigi- lias, consagrar sus esfuerzos de toda la vida al estudio de la lengua que hablaba, con el fin de purificarla de errores y de tornar la armonía á los sonidos de aquellas palabras cuya ma- la pronunciación las hacía defectuosas; y en esta obra pacien- te labró el monumento de su gloria. Sus Notas á la Gramática de Bello, sus Discusiones sobre antigua Ortografía y pronunciación castellanas, sas Apuntaciones Críticas sobre el Lenguaje Bagotano, y, sobre todo, su Diccionario de Construcción y Régimen de la Lenguas Castellana, son y habrán de ser motivo de asombro para todos aquellos que se consa- gran al estudio de la lengua de Castilla. En efecto, pasma la erudición de que da muestra especial. mente en las dos obras últimamente citadas, erudición que le permitió hacer un estudio tan completo de nuestro idioma y exponer teorías tan interesantes, como sólidamente fundadas. Nosotros somos partidarios del estudio de la Gramática, que algunos modernos escritores quisieran ver proscrito, por- que juzgamos que no es fácil que los jóvenes que siguen los cursos orales de un idioma, siquiera sea el suyo propio, ten- gan ya un completo criterio filosófico para analizar por sí mis- mos, ni aun mediante la ayuda del profesor y aun cuando és- te sea de gran competencia, todas y cada una de las condicio- nes psicológicas que tienen tanta importancia en el desarro- llo de las lenguas. Y decimos que ni la ayuda del profesor puede ser bastante, porque para hacer un análisis profundo de tales condiciones sería menester, además de un gran esfuerzo mental por parte de los alumnos, que los cursos tuvieran una extensión que casi nunca se les puede dar. Es preferible, pues, que los alumnos aprendan los cánones que la Gramática es- tablece, para que hablen y escriban debidamente el idio- ma que estudian; y si sus aficiones los llevan á más amplios conocimientos, ya podrán entonces lograr lo que no hubieran 452 ALBERTO M, CARREÑO. alcanzado, si la Gramática no sirviera de fundamento sólido para sus futuras investigaciones: Porque no se crea por lo que hemos indicado anteriormen- te, que nosotros pensamos que el escritor ha de sujetarse de por fuerza á mantener el idioma sin transformación alguna, no; el lenguaje, como dice Cuervo, “no es un organismo inde- pendiente del hombre y regido por leyes ineludibles como las que vemos en el mundo físico, según algunos lo han imagina- doy” sino que “el lenguaje es cualidad del hombre, y siendo elemento á un mismo tiempo que producto de la sociabilidad humana, instrumento de una voluntad libre y de una raza in- teligente, está expuesto ámuy varias influencias que ora aproxi- man, ora retardan ó detienen los cambios de la parte que en él lleva carácter material ó introduce otros inesperados ....” Por esto es que nosotros juzgamos necesario analizar las causas ó tendencias que originan la modificación de una len- gua que, para llenar su objeto de un modo absoluto, es indis- pensable que evolucione, á fin de que siempre pueda ser adap- table y adaptada á las condiciones y necesidades de la vida común; y para lograr de una manera científica la evolución de una lengua, es preciso no hacer de la Gramática un código de leyes intangibles, un código de preceptos inviolables. El filólogo es, pues, el encargado de estudiar uno á uno to- dos los hechos y todas las circunstancias que con el lenguaje se relacionan, lo mismo en los tiempos más remotos que en los actuales, toda vez que examinando la evolución sufrida por és- te y la forma y manera en que ha ido acomodándose á deter- minadas condiciones, se halla en aptitud de formular nuevas reglas ó mejorar las antiguas á fin de que el lenguaje no de- genere y antes, sin perder su galannra, se desprenda de todo lo que lo empaña, para resultar más perfecto y más galano; el filólogo es 4 manera de lapidario que labra y pule el dia- mante para que nada impida que luzca su hermosura, para DON RUFINO JOSÉ CUERVO, 453 que nada opaque su brillo, para que nada evite que se admire su riqueza. Mas el filólogo tiene que conocer no solamente su propio idioma, sino aquellos que han prestado su concurso de algúu modo para la formación de éste, si ha de llegar á precisar qué palabras nuevas fueron suministradas por aquellas lenguas al idioma que” estudia, así como la evolución de otras voces al pasar á dicho idioma. La introducción de vocablos de un lenguaje á obro es siem- pre debida al acercamiento geográfico, intelectual, político ó comercial de dos pueblos de habla distinta, ya porque á veces la adopción de una voz nueva se hace indispensable para de- signar un objeto ó acto que antes era desconocido por uno de esos dos pueblos, ya porque siempre ha existido y existirá la tendencia á emplear palabras extranjeras, aunque sean inne- cesarias, las cuales pronto adquieren carta de naturalización. Por lo que respecta á nuestro propio idioma ¿cómo podría conocérsele á fondo sin tener nociones, á lo menos, de las len- gues griega y latina, arábiga y gótica, celta y vascuense que han sido sus fuentes, ya que no mencionemos las demás que de un modo ó de otro se relacionen con él? Creemos, por tanto, que la Etimología (érv0loyta), que se ocupa en averiguar, el origen, la evolución y la significación de las palabras (é70u0<, verdadero y 2óyos, dicción, palabra) constituye por sí misma una de las ciencias más difíciles de poseer con perfección, toda vez que no sólo requiere esa am- plitud de conocimientos lingúísticos, sí que también un eri- terio por extremo reposado y sereno, producto de una sólida educación filosófica, para no incurrir fácilmente en errores pro- fundos, al investigar el origen de las voces y su transforma- ción. Debe tomarse en cuenta, además, que todo idioma puede ser considerado desde diversos puntos de vista, porque es muy distinto el que hablan los literatos y las personas cultas, del 454 ALBERTO M. CARREÑO. que emplea el vulgo el cual, á veces, lo transforma de tal modo, que un hombre de letras no puede entender ciertos vocablos. - Pero hay más aún: en ocasiones suelen inventarse palabras pa- ra aplicarlas á un objeto ó á una circunstancia determinada; desaparecen éstos y entonces resultan sin empleo tales voca- blos, y quizá, pasados los años, será imposible encontrar su significación y su origen, máxime si esos vocablos han sido to- mados de un idioma extranjero. La Etimología, en consecuencia, á pesar de que se ha se- parado del camino que antes seguía, esto es, sacar sus conclu siones de meras coincidencias de forma ó de sentido, en mu- chos casos tiene que proceder casi á ciegas, porque puede ocu- rrir, como hemos visto respecto de las palabras de uso tempo- ral, cuya significación y origen son debidos a hechos muy es- peciales, que no sea fácil emplear la Gramática comparativa que, hoy por hoy, es la que ayuda al etimologista á encontrar el origen de las voces, pues el primer paso de los etimologis- tas modernos consiste en comparar las letras empleadas en esas palabras; y el segundo en comparar las inflexiones, re- sultando de esta comparación grupos ó familias que tienen ba- ses COMUNES. Cuervo, el ilustre filólogo, fué un competentísimo etimolo- gisba, y sus estudios revelan sus amplios, muy amplios conoci- mientos no sólo de nuestra propia lengua sino de las que le sirvieron de fundamento ó tienen con ella alguna semejanza ó conexión. Por otra parte, su espíritu investigador lo llevó tan lejos, que pudo desentrañar la procedencia de vocablos que otros renombrados etimologistas no habían podido hallar, co- mo claramente lo asienta el sabio y erudito filólogo Dozy, de Leyden, á quien el mismo Cuervo llama “príncipe de los ara- bistas modernos y benemérito de los pueblos hispanos por sus excelentes trabajos históricos y etimológicos.” ( Apuntaciones. —Prólogo, p. XXXI). Pero Cuervo no se conformó con ser un etimologista dis- DON RUFINO JOSÉ CUERVO. 455 tinguido, sino que consagró largos estudios á la fonética del idioma castellano y sobre todo, quizás, á la construcción y ré- gimen gramaticales para lo cual hubo de consultar un núme- ro tal de obras, que verdaderamente asombra su paciencia, co- mo en otro lugar hemos dicho. Algún erítico español cuyo nombre, por suerte, senos esca- pa de la memoria, pretendió de aminorar la gloria de Cuervo di- ciendo que no era tan grande como se supone á primera vista el número de obras consultadas; y aun cuando ni este cargo resulta justificado, pues, por ejemplo, consta que para esceri- bir sus Notas á la Gramática de Bello consultó las obras de ochenta y tres autores; y las de trescientos cincuenta y tres para publicar el primer tomo de su Diccionario de Cons trucción y Régimen (la premura con que escribimos estas lí- neas nos impide ya precisar el dato respecto de sus Apuntacio- nes), hay que tomar en cuenta que para cada palabra que ana- liza, busca, escudriña pacientemente, hasta que halla los ejem- plos que comprueben su teoría y los que muestren el error que combate. Se ve por esto, que un solo autor puede darle varios ejemplos tratando de diversas palabras; y así Cervantes, en algunas de sus obras le suministra doscientos sesenta y seis ejemplos y Fr. Luis de Granada cincuenta para susNotas á la Gramática de Bello. ¡Con razón Hartzenbusch declara á propósito de las Apun- taciones de Cuervo, que “cada página revela erudición profunda, sana crítica, gusto exquisito”! Sean un ejemplo, en lo que se refiere á la acentuación de las palabras, las explicaciones que da acerca del acento de la palabra frijol. En el párrafo 17 de sus Apuntaciones leemos: “Los diccionarios acentúan fríjol, fréjol, frísol, y en Bogotá hacemos agudo el vocablo. “Es notablo la variedad de formas y lo extendido de este vocablo: la Academia da fríjol, fréjol, frísol, frisuelo, fásol y Mem. Soc. Alzate. México, T.30 (1910-1911)-58 456 ALBERTO M. CARREÑO. pésol; Oviedo usa fesoles, no se sabe con qué acentuación (Hist. de Indias. tomo IV, pág. 464); en latín bajo fassolius, Jasulus, variaciones del clásico phaselus, faseolus; portugués feijao; gallego feixoo, feixzon y además freizó (así acentúa Cn- veiro Piñol; Valladares trae /eijó, freijó, fréjoles), especie de haba, freixote, guisante; catalán y mallorquín fasól, provensal Jaisol; francés antiguo faisol, fasele. hoy faseole; italiano fagio- lo, fagiuolo;"rumano fasolú; y fuera del dominio romano ha pe- netrado en el antiguo alemán medio y en las lenguas esclavo- nas. Las formas con r, propias del castellano y gallego y, por una coincidencia singular, del albanés, frasul'e, se deben proba- blemente á fresa, que en latín bajo es haba pelada, y freza, fre- zia, plato preparado con ellas (Ducange), de fressus, frendere, quebrar; de suerte que Jréjol, fríjol serían como diminutivos. La acentuación castellana ofrece dificultad, á causa dela coexis- tencia de formaciones diferentes: frisuelo, como phaseolus con tespecto á phaselus, es forma diminutiva; /rijón, andalucismo acaso, que no registra la Academia (Cantos populares españo- tes, tomo IV, pág. 535), es aumentativo, á semejanza del gall. Freizó, port, freráo; fasóles, según está en el Diccionario de Auto- ridades y en las dos primeras ediciones del Vulgar, continúa el lat. phaseolus, y sa forma arguye en contra de la conserva- ción de acento griego (g407020s), tanto más que la pronuncia- ción catalana indica que fusól es antiguo; en cuanto á Jrijól y Fréjol, en Asturias se pronuncia frizól (frisól) según Rato y Hevia, y lo mismo se hace en toda la América española. Hay testimonios concluyentes de que esta pronunciación existía en los primeros tiempos de la Conquista, y no conocemos ningu- no antiguo de la acentuación grave; por manera que es lícito suponer,que aquella es la propia y correcta: “Entre verdes maíces y frisoles Estaban todos puestos en acecho. DON RUFINO JOSÉ CUERVO. 457 “(Castellanoss, Varones Ilustres de Indias: Bibl. de Riv., to- mo IV, pág. 296). “Aunque las casas todas proveídas De su maíz, frijoles y de turmas. “(Id. Historia del N. R. de Granada, tomo I pág.S8). “Cargadas las mujeres con sus yoles A donde traen maíz, trigo y frisoles.” “(Alvarez de Toledo, Purén indómito, canto XXXHIT)” Como se vé no se conforma con expresar su opinión, fun- dándola sólo con el peso de su autoridad, sino que después de manifestar sus propias ideas, estudia la prosodia de esta pa- labra en diversos idiomas, y presenta varios ejemplos que com- prueban su teoría. Por lo que respecta á la acentuación de los nombres pro- pios, copiaremos de entre sus opiniones la que sigue: “Como es regla de nuestra ortología la conservación de la acentuación latina, es necesario, siempre que vacile el uso, ajus- tarnos á ésta: así diremos más bién Eurídice (Jauregui) que Euridice (Burguillos), Melpómene (Jaúregui) que Melpomé- ne (Lista), Memnósine (Moratin) que Memnosíne (Burguillos) ete.; con todo, si el uso constante va en contra, debemos ate- nernos á él. Esto hay que hacer en algunos nombres propios, como los siguientes, que en latín son esdrújulos y en nuestra lengua se han tornado graves: Anibal, Atila.' Cleopatra, Edí- po, Esquilo, Leonídas, Pegáso, Proserpina? ete. “Aníbalse pronunció antiguamente en castellano como agu- ““] Lope de Vega, Jerusalén lib. LI. “2 En Rey de Artieda (Disc. de Artemidoro, fol. 56 V?) y en Balbue- na (Bernardo, lib. XVIII) se hallan ejemplos de Prosérpina uso que si- guió alguna vez Moratín. 458 ALBERTO M, CARREÑO. do;' y esta práctica parece más acomodada á la índole de la Jengua que la que hoy rige; pero hoy es forzoso seguir la uni- versalmente admitida. La forma fenicia de este nombre es Hanmibaal, esto es, gracia de Baal (Levy, Phónozisches Wor- terbuch), por donde se ve que, representando la a última en la- tín las dos de Baal, debía ser larga, y en efecto así aparece en Plauto, Ennio y Varrón; posteriormente hubo de abreviarse para acomodar el vocablo al ritmo dactílico; de suerte que, da- dos los dos acusativos Hanmibúlem y Hanmibalem, el primero representaría la pronunciación moderna y el segundo la antigua de nuestra lengua.” Apuntaciones, parr. 49. Tuviéramos empacho de añadir citas de Cuervo, si no fue- re porque cuando escribe, su estilo es tan fácil, tan ameno y tan atrayente, que para todos aquellos que gustan de nuestro idioma, las horas transcurren gratísimas, máxime cuando le presta al lector la facilidad incomparable de ver comprobadas siempre sus ideas con fragmentos llenos de interés, ora por ser de clásicos muy conocidos, ora por venir de escritores cu- yas obras no han podido ser gustadas á causa de su rareza. Así, pues, no vacilamos ev llamar la atención acerea de alguna otra de las pruebas de la gran erudición de Cuervo. Estudia en sus Apuntaciones los numerosos errores en que se incurre con el empleo del pronombre le, y, como de costum- bre, hace gala de sus conocimientos del idioma, como puede verse en lo que en seguida transcribimos. “309. Le dice adios á las garzas que pasan” hemos hallado en un periódico; y todos los días oímos frases como éstas; “yo no le tengo miedo á las balas;” le dice á todos que vengan;” este suceso le ha enseñado á los partidos el modo como han de ma- 1 Véase Torres Naharro, comedia Himenea, jorn. 11; Lup. Leon. de Argensola, Trad. de Hor, Od. VU, 6; Jauregui, Fars., libros 1, V, VUT! (bis); Quevedo, Musa 1. son. XXY, etc. Zorrilla pronuncia en alguna par- te lo mismo; bien puede haberlo hecho sin intención de imitar á los anti- guos clásicos. DON RUFINO JOSÉ CUERVO. 459 nejarso” etc., etc. El le debe ser en todos estos casos les, cosa que facilmente se comprende si se invierte el orden de las pa- labras en los ejemplos: “á las garzas les dice; “á las balas no les tengo miedo;” “á todos les dice,” combinaciones en que na- die usaría en Bogotá le. Le es singular como me, les plural co- mo nos: “le habla al niño y me habla á mí;” les habla á los ni- ños y nos habla á nosotros.” “He aquí algunos ejemplos que ofrecen el recto uso, en combinaciones semejantes á las arriba censuradas: “Tu vestido será calza entera, ropilla larga, herreruelo un poco más largo, gregilescos ni por pienso, que noles están bien ni álos caballeros ni á los gobernadores. (Cervantes, Quij., pte. II, cap. XLIII). —“Cuando el pastelero vió que se les probaba á sus pasteles haberse hallado en ellos más ani- males que en el arca de Noé, volvió las espaldas y dejóles con la palabra en la boca.” (Quevedo. (El sueño de las calave- ras). “Sabed que le plugo á Dios De guardarles sendos reyes A Elvira y á doña Sol. (Romancero del Cid). Que da el valor á los pechos Lo que les quita á las lenguas. (Alarcón, Las paredes oyen, acto III. esc. VIT). “¡Que con la leche de burra Así la salud recobre! Más les debo á los borricos Que les debo á los doctores. (D. Juan de Iriarte, Epigramas profanos, CCCXCIT). 460 ALBERTO: M. CARREÑO. Las horas se nos pasaban Oyéndole relatar Los lances que les jugaba A los padres y maridos. (Martínez de la Rosa, Los celos infundados, acto 1. esc. 11.) “¿En libros españoles, así antiguos como modernos, se nos han deparado ejemplos de esta corruptela: “Embiáronle á de- zir álos de Cartago que viniessen” ( Crónica general, pte. I. cap. XVI: fol. 18 V?, Zamora, 1541); “La fortuna, dejándole á otros paraescribirlos gratísimos triuufos delos Césares, me ha traídoá referiradversidades, sediciones, trabajos y muertes” (Melo, Mo- vimientos de Cataluña, lib. 1,7; fol. 2, Lisboa, 1696); En va- rios de los pasajes que tenemos auotados pudiera sospecharse que el texto ha sido viciado por los impresores: así, en Queve- do, el dándoles del tomo IX, pág. 313, de la edición de Sancha (conforme con otras anteriores) aparece dándole en la Biblio- teca de Rivadeneira, tomo LXIX, pág. 306. Pero un los si- guientes la medida del verso abona la leccion.' 1 Tal es á veces la arbitrariedad de impresores y editores, que aun en este caso cabe duda: en el romancero de Durán (1832,1849) se ve añadido el le á este verso del romance de Vergilios: Plúgole á los caballeros,” que en el Cancionero de romances (fol. 190, Amberes, sin año (Biblioteca del Ar- senal, signatura 12314 A) fol. 201, Amberes, 1550, 1555) en Grimm y Wolf es “Plugo á los caballeros.” El editor pensando corregir un error métrico, imtrodujo uno de sintaxis. Pero sean de quién se fueren estos le, prueban que el vicio existe, y que incurren en él sabios é ignorantes Solo en vis- ta del MS. del señor Valera podría afirmarse que él escribió ó no escribió esta frase: “Esto es lo que le conviene á unos cuantos tunantes” (Diser- taciones y juicios literarios, p. 198); que en los dominios del castellano, cualquiera, por descuido, pueda proferir ó escribir esas palabras, eso sí no admite duda. DON RUFINO JOSÉ CUERVO. 461 Primero veré yo puestas por tierra Estas flacas murallas y este nido Y cueva de ladrones abrasado, Pena que justamente le es debida A sus continuos y nefandos vicios. (Cervantes, Trato do Argel, jorn. IV: Madrid, 1784). Dale á mis obras el debido premio. (“Suan de la Cueva, El infamador, en la Bibl. de Riv. tomo II pág. 219%). “Y débale á mis números el mundo Del fénix de los Sandos un segundo. “(Góngora, Paneg. al duque de Lerma, Lisboa, 1646; Ma- drid, 1654). “Gobernaba de allí el mundo Dándole á soplos ayuda A las católicas velas Que el mar de Bretaña surcan. ““(Id. romance burlesco VII, en las mismas ediciones). Esto le importa á las venganzas mías. £ “(Moreto, El Licenciado Vidriera, acto TII, esc. XI Bibl. de Riv.) “Llegó á mí muerto y turbado, Con el labio balbuciente Quitándole á las palabras La mitad en lo que siente. 462 ALBERTO M. CARREÑO. “(Ld., Lo que puede la aprehensión, acto TIT, esc. IX: Bibl. - de Riv). “O naced más temprano, O no acabeis tan luego; Y dejadle á mis glorias El pasar como un sueño. “( Melendez, Anacreóntica XXXII: Madrid, 1820; Paris, 1832. I. pág. VII. Yo he tejido Un denso velo, que le oculte á todos, A su pesar, las leyes de natura. “(Lista, El imperio de la estupidez, canto IV: Bibl. de Riv.). “De Fernán Caballero podriamos traer varias muestras; en Deudas pagadas, por ejemplo se lee: “Di con los mucha- chos una carga que le puso alas á los pies de los moros.” En los cantos populares españoles se halla á cada paso, y en la Gramática de la Academia desde 1880 se da como ejemplo de cacofonía (y lo que es además de solecismo) “Dale las lilas á las niñas;” de suerte pues que entre los hechos que los gramá- ticos califican de errores, pocos hay que sean más geniales de nuestra lengua. En portugués se ha usado también lhe por lhes (v. gr.: Camoens, Lus., canto IV. oct. 36). He aquí un ejem- alo en gallego: Dille á todos que estou preso N-os calabozos Oran (Eduardo Pondal, en Saco Arce, Gram., p. 298).' 1 Este lhe lle corresponde fonética é históricamente al castellano ge, y como él sirve para el singular y el plural, combinado con el acusativo del mismo pronombre; de modo que /ho, lha equivalen á lhe ó lhes o, lhe lhes a. DON RUFINO JOSÉ CUERVO. 463 Sólo la envidia, la rastrera envidia delos que procuran man- cillar la fama y nombre de aquellos á cuya altura jamás podrá llegar el envidioso, pudo negar la erudición de Cuervo; y da- das las dimensiones que debe tener esta sencilla conmemora- ción del sabio filólogo desaparecido, nos vemos impedidos de hacer alguna cita de su diccionario, por desgracia para las le- tras castellanas, no coneluído t: davía, Ó por mejor decir, no impreso en su totalidad; tal cita comprobaría más aún, si fue. ra posible, los conocimientos del erudito escritor. México puso empeño especialísimo en que esta obra mo- numental quedara terminada; y logró, al dar muestra de ese empeño, que todas las naciones que forman el continente amo- ricano otorgaran á Cuervo una distinción muy señalada. Durante la Conferencia Pan—-Americana que tuvo verif- cativo en esta metrópoli en los años de 1901 y 1902, á iniciati- va de la Delegación mexicana, iniciativa á la cual se adbirie- ron las demás delegaciones le la América que concurrieron á la citada Conferencia, se acordó en la sesión del 3U de Enero de 1902, que todas las Repúblicas representadas en la asam- blea contribuyeran con la suma de doscientos diez mil francos para hacer la edicion completa del “Diccionario de Construe- ción y Régimen de la Lengua Castellana.” Bien merece aquella resolución ser conocida por los admi- radores de Cuervo, ya que por haberla tomado las naciones Sabido es que ge gi, se pronunciaban en castelleno hasta el siglo XVI como en italiano y que en esta combinación la y ()) proviene 4 menudo de los nexos latinos li, le (mulier; mujer, palea, paja), por un procedimiento se- mejante al que en nuestro tiempo convierte ia ll en y; de manera que en latín ¿li > 1li> Me >ie — ge, variantes que ocurren en el Fuero Juzgo. En castellano antiguo hubo do conservarse esta forma dialéctica en las combi- naciones gelo, gelos por vía de disimilación en lugar de le lo, les los; y estas fueron ásu vez cediendo el puesto á se lo, se los hasta desaparecer comple tamente en el siglo XVI; históricamente, pués, estos son posteriores, pero los romanistas no están conformes al explicar la transformacion. En caste- llano propio el ye fué invariable; el plural ges del Alejandro es dialécti- . Veáse Menéndez Pidal, Manual, pág. 143. Mem. Soc. Alzate. México. - 'T 30 (1910-1911)—59 464 ALBERTO M. CARREÑO. de todo un continente, significa uno de los mayores triunfos del gran filólogo. : Dice así: Proposición “Para que los Gobiernos de las Repúblicas Americanas subscriban frs. 210,000, para la edición completa del “Diccio- nario de Construcción y Régimen de la Lengua Castellana,” por D. Rufino J. Cuervo. “Las delegaciones que snbseriben, tonsiderando: “Que el idioma castellano, por conformidad unánime de fi- lólogos americanos y europeos, tiene en el “Diccionario de Construcción y Régimen de la Lengua Castellana,” del escri- tor colombiano D. Rufino J. Cuervo, un monumento que hon- ra altamente á la ciencia de América, destinado á contríbuir de modo poderoso al mejor conocimiento y perfección del idio- ma mismo; que la obra ha sido emprendida y llevada á ca- bo con habilidad, erudición y perseverancia admirables, por un americano que ha hecho ilustre su nombre con numerosos y delicadísimos trabajos de lingúística; que nc obstante la acep- tación con que la obra ha sido recibida, únioamente se han pu- blicado los dos primeros tomos, debido al costo que la edición completa alcanza; que los tres volúmenes restantes, prestos para la publicación, formarán, al completar la obra, el reper- torio lexicográfico más valioso, amplio y metódico existente en dicha lengua; que el autor del Diccionario lo cede con gus- to, y ofrece atender gratuitamente á su impresión, por extre- mo laboriosa. “Han convenido: “I. En recomendar á sus respectivos Gobiernos qus subs eriban la cantidad de frs. 210,000, para la edición completa de - 1.200 ejemplares del “Diccionario de Construcción y Régimen de la Lengua Castellana” La expresada suma de frs. 210,000, DON RUFINO JOSÉ CUERVO. 465 que costará la edición, según informes del propio autor, será distribuida entre los países que acepten este convenio, en la forma siguiente: las Repúblicas de la Argentina, Colombia, Chi- le, los Estados Unidos y México, contribuirán por partes igua- les,acon la cantidad de frs. 110.000, es decir, con fre. 22,000 cala una: las Repúblicas ¿le Bolivia, Costa Rica, Dominicana, . Ecuador, El Salvadar, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Pa- raguay y Uruguay contribuirán también, por partes iguales, con la cantidad de frs. 100.000, es decir, con frs. 10,000 cada una. “IL. En suplicar al Gobierno Mexicano tenga á bien encar- garse de la realización de este pensamiento, recabando el im- porte de las subseripciones, suministrando los fondos al autor de la obra y distribuyendo los ejemplares entre los Gobiernos contribuyentes. “Por tanto,-+las delegaciones que subseriben recomiendan á la Conferencia que, por vonducto de su Secretaría General, se digne acordar que se trasmita esta petición al Ministerio de Relaciones Exteriores de México, para los efectos iudicados. México, Enero 28 de 1902.—(Firmado).—Antonio Berme- jo.—W. I. Buchanan.—Charles M. Pepper. —Voiney W. Fos- ter.—Lorenzo Anadon.—Fernando E. Guachalla, Delegado de Bolivia.—J. Walker M.—Por México, Rosendo Pineda. Joa- quín D. Casasus. Pablo Macedo. F. L. de la Barra. €. Rai- gosa. Alfredo Chavero.—Por Costa Rica, J. B. Calvo.—Por Uruguay, Juan Cuestas. — Por Nicaragua P. Dávila. — Por Ecuador, L. P. Carbo .— Baltazar Estupinian, Delegado del Salvador.—Emilio Bello C., Delegado de Chile. —Angusto Mat. te, Delegado de Chile. —Por Colombia, Rafae! Reyes.—M. Sán- “chez Mármol, Delegado Mexicano.—E. Pardo (jr.), Delegado por México.—Cecilio Baez, Delegado del Paraguay.—Fran cisco Orla, Delegado de Gruatemala.—Francisco A. Reyes, De legado por el Salvador.” | Por desgracia, como antes decimos, no le aleanzó la vida 466 ALBERTO M, CARREÑO. á Cuervo para ver impreso todo su Diccionario, del cual sólo han aparecido los dos primeros tomos, aunque sabemos á cien- cia cierta que tenía acumulado ya todo el material necesario. Abrigamos, sin embargo, el temor de que éste se pierda, debi- do á la forma en que estaba preparado, pues en sus “origina- les” tenía indicadas con multitud de abreviaturas las citas que debían insertarse íntegras al efectuarse la impresión. El Lic. Joaquín D. Casasus, que fué Secretario de la refe- rida Conferencia Pan—-Americana, tuvo oportunidad de ver cuál era el estado en que se hallaba el trabajo al visitar á Vuer- vo en 1907, y, con este motivo, hizo un nuevo esfuerzo para lograr que el Diecionario se imprimiera; insistió cerca del dis- tinguido lexicógrafo respecto de la importancia que para el estudio de nuestro idioma significaba la publicación de aquel grandioso libro, y le indicó la conveniencia de establecer una pequeña oficina, euyo personal se encargara, bajo la dirección del sabio, de llevar á término la parte material de aquella mag- na labor suya, copiando íntegras las citas indicadas en los “ori- ginales.” Para no lastimar la delicadeza de Cuervo, que se encontraba lejos de disfrutar de una posición holgada en sus áltimos años, le hizo el ofrecimiento en nombre del Gobierno Mexicano, tomando pie de la resolución adoptada por las Re- públicas del continente en 1902 y con la seguridad de que di- cho Gobierno aprobaría tal ofrecimiento. El grau filólogo prometió tomar en cuenta aquella idea pa- ra ponerla en práctica tan pronto como sus enfermedades le consintieran ejecutar el trabajo; y México, á su vez, acogió con entusiasmo la indicación hecha á Cuervo, cuyos achaques no permitieron al fin realizar aquel propósito. Dos amigos pr.dilectos, que nosotros sepamos, tuvo en México: el más ilustre de nuestros filólogos y uno de nuestros más roputados humanistas: Don Rafael Angel de la Peña y el Lic. Joaquín D. Casasus, á quien acabamos de referirnos. Por el primero profesó una admiración profunda y puso DON RUFINO JOSÉ CUERVO. 467 todo empeño para que la gramática del Sr. de la Peña, una de las mejores que se hayan escrito en lengua castellana, fuera, . como ella lo merece, extensamente conocida y justamente apre- ciada por los hombres de letras europeos y americanos que se consagran á este género de estudios. Numerosa es la correspondencia que se erazó con el Lic. Casasus; y de sus cartas una vamos á citar—el Sr. Casasus perdonará está indiscreción á su secretario—porque ella reve la de manera bien clara el carácter de Cuervo. Con fecha 18 de Abril de 1902, y al acusar recibo al Sr. Casasus de una de sus traducciones de los clásicos latinos, le dice: “La edición es bellísima, al fin digno obsequio para quien fué hecha y convida á la lectura, la cual emprendí en seguida y la continué con fruición creciente. No sé si ande yo engaña- do en la manera como trato de formar coneepto sobre obras como la de usted: leo sin cuidarme del original (como por fuer- za lo hace quien no lo entiende), y si entiendo con perfecta claridad, hallando poesía en el fondo y corrección, elegancia y armonía en la forma, mi voto es favorable, como que, si iba en busca de poesía la he encontrado. Luego viene la satisfacción del filólogo, que consiste en la comparación, en ver cómo se han vencido las dificultades del texto, cómo se ha imitado el estilo, el ritmo. Así he procedido con el libro de usted, y la prueba me ha salido excelente, pues la traducción me ha sa- tisfecho de la manera más cumplida. La idea misma de acom- pañarla de un comentario breve y sustancioso, es felicísima, y ayudará átodos para gustar de la poesía horaciana.” Como habíamos apuntado, este trozo de una carta de Cuer- vo revela por modo completo la forma y manera en que lie- vaba á término sus estudios, y explica, al mismo tiempo, có- mo pudo llegará observaciones que otros críticos, muy distin- a a! 468 ALBERTO M. CARREÑO. guidos y prominentes en el mundo de las letras, no habían po- _dido realizar antes que él. Don Juan Eugenio Hartzenbusch, “el incansable investi- gador científico y literario, que mereció el singular honor de profesar la lengua árabe en una de las primeras universidades europeas,” decía á propósito de las facultades de investigación y de análisis demostradas por Cuervo en sus Apuntaciones: “Absorto me he quedado de ver que, habiendo sido yo amigo de Espronceda (amigo literario, quiero decir), y habien- do en vida suya y después intervenido en la impresión de gran parte de sus obras, no había hecho reparo en varios pasajes que cita usted muy al caso. Ahora bien: si me ha sucedido esto con obras de un poeta que escribió poco y es muy leído, ¿qué me habrá pasado con otras, que, sobre ser antiguas, no son de las que más frecuentemente manejamos los que tene- mos alguna afición á observar, ya quenos faltan fuerzas (no quiero decir de cual especie) para producir?” Cuervo pasó al mundo de los inmortales contaudo 67 años de una vida laboriosa y de no interrumpida actividad. En su país natal —vió la primera luz en Santa Fe de Bogotá, Colom- bia, en 1844—alcanzó importantes puestos en la política y en la diplomacia, pues si los datos que suministra el Diecionario Hispano-Americano son exactos, llegó á ser Presidente de su país y tuvo la representación de éste ante el Grobierno de la República del Ecuador. No presentamos estos dos últimos da tos como absolutamente precisos, temiendo que se haya con- fundido el nombre del gran filólogo con el de su padre, que también fué un prominente colombiano. El sabio lingiiista se radicó más tarde en París, consagrado por completo á sus es- tudios, y allí lo encontró la muerte el día 18 de Julio de 1911. El Figaro de París, da cuenta de este acontecimiento, en los términos que en seguida se expresan: “¿Acabamos de tener noticia de la muerte del Sr. Rufino J. Cuervo, el eminente filólogo colombiano, Caballero de la Le- DON RUFINO JOSÉ CUERVO. 469 gión de Honor, que habitó en París muchos años. El Sr. Cuer- vo, el Emperador de Alemania y M. Poincaré, han sido los úni- eos doctor honoris proclamados en las fiestas recientes del cen- tenario de la universidad de Berlín. También era miembro; correspondiente de la Academia Española y de todas las socie- dades filológicas de Europa. “Las exequias tendrán lugar el jueves 20 en la iglesia de San Francisco Xavier” Reciba el ¡lustre desaparecido el homenaje de nuestra ad- miración sin límites. Fe rios Aia ele Pires: PAE sb Es 4 dc 40% , aba dt a E ib So ¿0054 q 83 td 0 : 7 AE AMOS ae AI : ” A br 7% A ql E pee Y) pa y qe Mem. Soc. Alzate. 'T. 30, lám. XIULL Escudo de Armas. R. Mena. Heráldica Colonial. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.”—MÉMOIRES, T. 30. 471 HERALDICA COLONIAL POR EL LIC. RAMON MENA, M.$, A, (Lámina XII). (Sesión del 2 de octubre de 1911). ESCUDO DE ARMAS. Historia, —Hay en el Museo de Arqueología, á la derecha de la puerta de entrada del Gran Salón de Monolitos, un es- cudo de armas, esculpido en piedra gris. Dicho monumento - fué encontrado en terrenos del Hotel de la Gran Sociedad, es- quina de las calles del Espíritu Santo y del Coliseo, al derribar el Hotel citado, para levantar el actual edificio de la casa Bo- ker € C?* Juntamente con el escudo, fueron encontradas otras piezas arqueológicas. En Diciembre del año de 190%, fuí co- misionado por el Museo Nacional, para ver todas las piezas y dictaminar acerca de si debían ser compradas; naturalmente que el dictamen fué favorable á la adquisición y personalmen- te ocurrí á las Bodegas de la casa Boker en San Lázaro, á presenciar la translación. En las Bodegas, tuvo las piezas, para lo á Alema- nia, un Sr. Friederick, pero la distinguida Sra. Zelia Nuttall nos puso en guardia. Mem, Soc. Alzate. México, : ¿Es 30 (1910-1911) —60 472 RAMÓN MENA. Dimensiones.—Longitud de la piedra: 1m.34; latitud: 1m. 05; espesor en la porción media: Om.07; en la porción inferior: 0m.24, Las dimensiones del escudo son: longitud: Om.90; latitud: 0Om.64; longitud del yelmo: 0m.32; latitud: Om.20; longitud de la visera: Om.18; latitud: Om.12. Petrografía.—La roca de esta importante pieza, está muy alterada por los agentes exteriores y por el descuido que la hizo rodar por todas partes y acaso servir de material de cons- trucción; sin embargo, presenta los caracteres de una brecha riolítica. En la comprehensión del Distrito Federal es frecuen- te encontrar rocas de esta misma clase; así, pues, la naturale- za de la roca y su procedencia, hacen pensar, amén de la ma- nufactura, que el monumento fué esculpido en Nueva España. Descripción. —La roca está cincelala en una sola de sus caras, en la que presenta un blasón. Se trata de un escudo par- tido que lleva en los flancos y en el arranque y fin de la línea de partición, pequeñas cruces latinas. Son las armas: á la diestra un puente almenado, de dos ojos, sobre corriente de agua; á la siniestra, una águila espla- yada. Timbran el escudo: un yelmo liso, cerrado y hueco, de per- fil y con elegante visera bajada, á la diestra; en el sitio de la cimera, un rodete de listones que liga los lambrequines de fo- liadura de encino, sujetando 4 bellotas hacia los ángulos. Intérpretación. —La forma del escudo nos dice ser espa- ñol, de las armas, el águila nos da el siglo XVII; de los tim bres, el yelmo indica tratarse de un gentil hombre recién en- noblecido y el rodete de listones habla también del siglo XVIL. A quién perteneció el escudo? Desde luego podemos decir que á ninguno de los indígenas ennoblecidos por España; por- que la forma de sus escudos y sus armas sui géneris que in tegran nuestra Heráldica, no tienen semejanza ni remota con el blasón en estudio; perteneció, pues, á un español y es del HERÁLDICA COLONIAL. 473 siglo XVII, en el que pasó á España la manera francesa de los rodetes de listones sobre los yelmos. Averiguando quiénes delos nobles hispanos residentes en México durante el siglo XVII, vivieron en la casa ó en las ca- lles dichas, nos acercamos á la contestación. Es indispensable tener las nomenclaturas antiguas y ac- tuales; al ser encontrada la piedra, las calles eran: 3* del Es- píritu Santo y del Refugio. Ahora son: calle del Espíritu San- to y Avenida 16 de Septiempre. En las callles del Espíritu Santo vivieron los Marqueses del Jaral, de Miralvalle, de Mo- rán y de Aguayo y las Condesas de San Mateo de Valparaíso; ahora bien, vinguno de esos escudos hace referencia al nues- tro. Entre los propietarios y cesionarios de la casa, para fines piadosos, figura exclusivamente don Alonso Rodríguez del Vado, casado con doña Ana Zaldívar, perteneciente ála casa de Valparaíso y fundadores ambos del Hospital y templo del Espíritu Santo, los que dotaron con buenas casas, entre las que se cuenta la mencionada, habiendo sido esto en 1608, Este Rodríguez del Vado, es desendiente de alguno de los dos del mismo nombre y apellido que figuran entre los con- quistadores venidos con Cortés. El puente sobre un trozo de río, un vado, en las armas, ca- si son un signo parlante que rememora algún hecho hazañoso de familia. Por otro capítulo, el ejemplar es notable como obra de ar- te colonial; no hay sino ver los lambrequines y el águila, so- bre los que no parece haber golpeado el cincel, pues dejan al espíritu, la impresión del dedo de un Maestro deslizando so- bre arcilla. México, Octubre 1? de 1911. 00 TA Usd ia "y ny. A pa de dia 0 da e, sd E. dd rio a PS pla. sol E ice ad ] E, OR de ñ AO lao A ras 4 me | Le añtebizos AAA di Potab AMB 070 A ae IA as llei An AZ ud y ds ha 1d E 0 ¿galo gl Degisrgd Peas APRA? que ROA E lo db cd bordes AS da E oo A id AURORA es o PR Ad:s 4 to O, lado AA 59M boina Ao biapl Abe boi yn Pl > NOR, de tel sr Sd DA: plateado 2 a, «bo oran 2 FR rot el: Ana delo ANO da: a da dcio cotas úl. s0diadd: lol, er 20: A A AL de AO APA Rol bordea: Woo iria paños elo. Ad PA ¡eu Pomo ON Ly q Holdo call al bis sí talar AS “ol O AS AGA 20) tay bs.etaby a 00 oca Nito ¿oda DEA: acid adri vistas f A 14 A 14 ON Er A Pe ET o A a avd hire » SAN Del Dl > 00h ns, de, Ñ ed MARE ss As war pr LP 7 Una AROS roo PE nd ab al a Ote. ini eicolegí de IAS 00d AOS ee da r O lid Nil det) 100 4 0, plat MEN Mi UA Aia e q Ut qa EN NEO lo pode bb E sel els e Pm ; EN y J AS HUA Pc, 2 J00A AS SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '““ANTONIO ALZATE” MÉMOIRES, T. 30. 475 LOS NOMBRES DEL PALENQUE POR EL PROF. MARCOS E, BECERRA, M. $, A, (Sesión del 2 de octubre de 1911). DIVERSOS NOMBRES DADUS Á EL Par ENQUE.— Bajo esta de- nominación, de El Palenque, conocemos varios lugares. En es- ta nota quiero referirme tanto á la población del Departamen- to del mismo nombre, correspondiente á nuestro Estado me- xicano de Chiapas,womo á las ruinas de construcciones arqui- tectónicas prehistóricas, ubicadas en las cercanías de dich: po- blación. Ahora bien: no es sólo el nombre de El Palenque el que se ha aplicado á dichas población y ruinas. Háseles asig- nado también los de Tenango y Otulún, así como los de Nachán y de Teotercal ó Tentacras Em esta nota deseo examinar cuáles de estos nombres están aplicados debidamente, á qué lengua corresponden, qué significado tiene cada uno, y que relación guardan entre sí. EL PALENQUE.—Nuestro Diccionario Castellano cuenta en- tre sus vocablos el sustantivo común palenque, y, según esto, parece que no valdría la pena de dilucidar que es genuinamen- te castellana, pero existen dos circunstaucias que nos obligan á ello, y que son: 1?, que en la lengua castellana moderna hay muchísimos vocablos que han sido introducidos en ella después del deseu- brimiento de América y que proceden de lenguas america- nas; y 2*, que algunos escritores de México,—entre aquellos que 476 MARCOS E, BECERRA. debieran, cabalmente, estar bien informados del asunto, —han insinuado ó afirmado que palenque es palabra indígena. Esos escritores son, D. Alfredo Chavero, reputadísimo au- tor de valiosas obras y estudios de historia precortesiana, y Don Vicente Pineda, que lo es de trabajos sobre lenguas é historia de Chiapas. El primero de ambos da como cierto que el nombre indíge- na era Palemke, significando “la ciudad de los sacerdotes,” y que se comete una confusión de tal nombre con el castellano de Palenque, y emplea en sus escritos (“México á Través de los Siglos:” tomo I, caps. IV, V y VI, págs. 269 4 309; y “Ana. les del Museo Nacional:” 2* época, tomo II, págs. 53 y 197), la forma ortográfica arriba consignada. El segundo, en su obra intitulada “Historia de las Suble- vaciones indígenas habidas en el Estado de Chiapas; Gramáti- ca de la lengua Tzel-tal, y Diccionario de.la misma” (págs. 150-151), consigna una “Nómina de los pueblos del Estado de Chiapas, cuyos nombres están en idioma tzeltal” (tsendal, ó tsen- tal, debió decir), y en ésta figura Palenque, diciéndose que se le debe llamar Japalenque, “porque así están nombrados por los primeros pobladores de la tierra,” y que esta pretendida restau ración del nombre equivale á la frase interrogativa siguiente: “caquel es padre?” Para refutar á este último autor bastaría fijarnos en que la significación propuesta es completamente absurda, por ex- traña, inusitada é incongruente para designar un lugar. Los nombres de lugar indígenas indican, casi siempre, cireuns- tancias históricas Ó topográficas notables. Además, el autor citado no expresa en qué texto antiguo se informó de que de- biera ser Japalenque en vez de Palenque, y yo debo decir, á es te respecto, que en cuantos escritos antiguos he leído, referen- tes al lugar, en todos se lee invariablemente Palenque. Pero, realmente, la palabra Palenque no es el nombre originario sino de imposición modernaó postcortesiana, y así lo hizo en tender LOS NOMBRES DEL PALENQUE. 477 «el Capitán Don Guillermo Dupaix (“Antiquities of Mexico,” de Lord Kingsborough.—London.—MDCCOXXXI) en varios pa sajes de su conocido estudio sobre la población y las ruinas de El Palenque. “Sitio tan célebre,—-dice,—que después llamó Pa- lenque la posteridad (vol. V, pág. 290). “Me transferí—agre- ga,—al tan celebrado sitio, llamado con impropiedad Palenque viejo, pues el nombre es nuevo y puesto posteriormente por los Españoles” (pág. 295). “Su primitivo y verdadero apellido,— dice, finalmente,—tubo (sic) la suerte de sus habitantes” (pág. 314). É Palenque, en efecto, es palabra genuinamente castellana. Así se comprende: 1?, cuando se investiga su verdadera etimología, —que es del bajo latín pallanca, del latín palus,—la cual está en cabal concordancia con el significado de “valla de madera ó estaca. da que se hace para la defensa de algún puesto;” 2%, cuando, en la “Crónica del Rey Don Juan IP” (1405- 1454), se lee la palabra palenque en tal significación, y se ad- vierte que la dicha “Crónica” es anterior al descubrimiento de América (“Diecionario Enciclopédico Hispano-Americano”); y 3% cuando se observa que tal nombre de Zalenque figura en la nomenclatura geográfica de regiones de América bas- tante diferenies. En Colombia hay, en efecto, un río, un pue- blo y un distrito así llamados (“Dice. Encicloped. Hispanó- Amer”), á cuyos habitantes se refirió, pr.bablemente, López de Velasco (1571-1574) en su “Geografía y Descripción de las Indias” (pág. 150), al decir que “Las indios palenques” de Sud América, constituían una “comarca de muchos pueblos de indios. cercada de grandes estacadas de madera,” con qne se fortificaban en las continuas guerras que tenían con sus ve- einos, y á los que más tarde (1690) llamó indios “Palenques ó Guarines” el P. Matías Ruiz Blanco (Colec. de Lib. que tra- tan de América: tomo VII, pág. 51), en la isla de Santo Do- mingo existe una punta del mismo nombre (“Dic. Encielopéd.”); 478 MARCOS E. BECERRA. y en la de Cuba se aplica el repetido nombre á una “serie de _ lomas” (* Tratado Elemental de Geografía de Cuba.” Habana. 1905) de la provincia de Matanzas (pág. 60). TENANGO.—La ausencia del nombre de El Palenque de los relatos del P. Remesal,—quien, á principios del siglo XVII, y en su “Historia de la Provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala” (Madrid 1619), enumeró las poblaciones de Chia- pas, —y la presencia del mismo nombre en el catálogo que, ha- cia principios del XIX, formó Don Domingo Juarros, en su “Compendio de la Historia de la Ciudad de Guatemala” (Grua- temala 1803-1818), han inducido á otro autor,—Don Emete rio Pineda (“Descripción Geográfica del Departamento de Chia- pas y Soconusco.” México, 1845),—á suponer que la población respectiva es relativamente reciente. Lo que hay de cierto en ello es que originariamente había una población indígena en el asiento de la actual, sobre la que se superpuso luego la po- blación ladina, como en Chiapas se dice. Así lo indica Dupaix, cuando nos informa de que, en aquel tiempo (1807), el pueblo de “Palenque nuevo” era “una población compuesta de la Re- pública de los indígenos (sic), de la gente blanca y de los Par- dos” (pág. 295), y así lo afirma categóricamente Larráinzar (“Estudios sobre la Historia de América” México. 1875), cuan- do,—al contradecir al Coronel Don Juan Galindo, que atribuía, en 1831, cion años de existencia á El Palenque,—dice: “En la Historia de la Provincia de Chiapa y Guatemala, Ms, que he tenido en mis manos, aparece fundado por el P. domínico Fr. Pedro Laurencio, entre los años 1563 y 1564, residiendo allí al- gunos indios lacandones convertidos á la fe católica” (tomo I, cap. I, pág. 7). En efecto: aunque la población no figure con el nombre de El Palenque en los relatos del P. Remesal, sí apa- rece bajo otro nombre, el de Tenango, que es de la lengua mexicana y que, al significar “lugar foriificado” ( Tenan- co: de tenamitl, fortificación; y co, terminación toponímica), vie- ne á equivaler á Palenque. “El Conuento de Ococingo, en los LOS NOMBRES DEL PALENQUE. 479 ' celdales, —dice el autor citado, —admivistra los pueblos de Ocotitan, Xuxuicapa, Chilostuta, Yasalun, Xitálha, Quite- pee, Ocotenango, Tenango” (lib XI, cap. XXI, pág. 748). Y 'adviértase que aparecen Ocotenango y Tenango, es decir: Te- nango cerca de Ococingo,—que hoy todavía existe,—y el que es Tenango á secas, sinónimo de Palenque. OrTULUM.—El nombre con quelos habitantes primitivos de- signaban á esta población era, según Larráinzar (Ob. cit.), el de Otulun (loc cit.), nombre maya, al cual Pineda ha hallado la significación errónea de “tierra escarbada” (pág. 125), y que, realmente, quiere decir lo mismo que Palenque y Tenango (O-tu- lum: casa fortificada; de otot, casa; y tulum, fortificación). Así, el nombre maya Otulum dió, —por ser y haber sido maya la comarca, —origen al mejicano Tenango y éste al cas- tellano Palenque, de conformidad con las sucesivas influencias étnicas traídas por los acontecimientos históricos conocidos. La equivalencia entre los elementos lingúísticos de las tres pa- labras no es, naturalmente, una equivalencia matemática, pe- ro no puede negarse que existe. A tal respecto, recuérdese, una vez más, al Capitán Dupaix, cuando dice, de las'ruinas de El Palenque, que “parece que edificaron esta ciudad á las fal- das de la entrada de una cerranía árdua, para encontrar una retreta (retirada) en los acontecimientos imprevistos” (pág. 295). OTROS NOMBRES.—Algunos otros llaman de Nachán á las ruinas de El Palenque. No he podido determinar en dónde fue- ron llamadas así por primera vez. El nombre es del tsendal,— dialecto del maya, —y parece decir “casa de la culebra” (Na—- chan: de na, tasa; y chan, culebra). Pudiera aludir al Quetzal- coatl mejicano, Kukulkan maya, ó Gueumats del Popol-Vuh cen- tro americano, del cual personaje se advierten también alu-. ciones en otros nombres mayas de lugar ó de personas, como Cankuén, Chanes, ete. Don Teoberto Maler, en uno de sus estudios sobre aque- lla comarca, dice que El Palenque se llamó Teotercal 6 Tenta- Mem, Soc. Alzate. México. T. 30 (1910-1911) —61 480 MARCOS E. BECERRA. cras antiguamente, queriendo decir que fué la población ila- mada realmente Teutiacac en la “Quinta Carta” de Cortés á Carlos Quinto, en donde el gran Capitán hispano estuvo, pero yo he probado, en mi “Estudio” sobre el Itinerario de Hibueras, que Teutincac estuvo muy lejos de El Palenque, sobre la dere- cha del río Usumacinta. México, 2 de octubre de 1911. — — e SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE” MÉMOIRES, T. 30. 481 , La. conservación de nuestros monumentos arqueológicos POR EL ING. JESUS GALINDO Y VILLA, M, $, A, (Sesión del 2 de octubre de 1911). La conservación de los despojos del pasado, como docu- mentos vivos para la historia de los pueblos que fueron, es pa- tente muestra de cultura. Su abandono es punible; origina la destrucción y la pérdida de estos documentos, que aprecian más, generalmente, los extraños que los propios. Debemos preocuparnos ya, con toda seriedad, en nombre de la ciencia ó siquiera sea por un movimiento patriótico, de la conservación de las numerosas ruinas que se encuentran diseminadas en toda la extensión de la República. Desde Casas Grandes, en el Estado de Chihuahna, donde encontramos interesantes afines, á los del Tuzayan, de la na- ción vecina, á medida que vamos penetrando al interior de nuestra patria, crece el interés arqueólogico, y son más copio- sas las construcciones indígenas, ya derruídas por la incuria, el tiempo y la mano del hombre. Nuestro Orozco y Berra divide en tres regiones arqueoló- gicas el territorio mexicano: a). La del Norte, con Casas Grandes, ya citado, y que es la menos rica. 482 JESÚS GALINDO Y VILLA. b). La del centro, más importante, donde descuellan la an- tigua Tollan; Teotihuacán, Cholula, Xochicalco, Tepoztlán, Cempoala, Veracruzana; Papantla ó el Tajín, la Quemada, Chalchihuites, ete. c). La del Sur interesantísima, con Uxmal, Izamal, Chi- chen, Chichanchob, el Palenque, Mitla, Zaachila, Monte Al- bán, etc. Pero, aparte de las grandes construcciones de edificios (pa- lacios, templos, fortificaciones) y pirámides, por todas partes se descubren sepulcros, trincheras, terraplenes, rocas labra- das, túmulos, ete. que caen bajo el cuidado federal. Es verdad que el gobierno mantiene actualmente los si- guientes empleados, dependientes de la Inspección de Monu- mentos Arqueológicos: Un subinspector y conservador de monumentos, en Chia- pas; otro de igual categoria, en Yucatán; conserjes en cada uno de estos lugares: Chichen, Íxmal, Labnah, Chamuktum, Kabah, Kihuic, Kichmone, Dzulá, Zayí, Chaboray, Tzitzo, Palenque, Casas Grandes, La Quemada, Mitla (palacios), Mitla (valle), Papan- tla, Quiotepec, Monte Albán, Xoxo, Teotihuacán, Cempoala, Maltrata, Xochicalco, Tepozteco, Huexotla, Chalchihuites, 1s- la de Sacrificios. Ahora bien, ¿pueden conservarse nuestras ruinas, con es- te personal? De ninguna manera. No pueden conservarse, en primer lugar, porque es mate- rial ó físicamente imposible que un solo hombre (el conserje), auxiliado de su ayudante (un peón), impida el trabajo ince- sante de la naturaleza en grandes extensiones le terreno. Ha- ce veinte años, el señor Don Francisco del Paso y Troncoso, director del Museo Nacional, emprendió la obra de descubrir, bajo inmensas capas de tierra y la maleza, las importantes rui- nas de la gran ciudad totonaca de Cempoala; tengo noticias de quo, have poso tiempo, unas personas estudiosas empren- LA CONSERVACIÓN DE NUESTROS MONUMENTOS ARQUEOLÓGICOS. 483 dieron la visita á las ruinas, que les fué muy difícil; los monu- mentos están nuevamente cubiertos, y muchos de ellos destruí- dos, como el Templo del Aire; ¡el conserje ignoraba hasta el camino para ir á las ruinas! En segundo lugar, se requiere un personal técnico verda- deramente competente para la conservación de las ruinas. ¿Qué clase de personal sería éste, y cómo formarlo? No debe dudarse acerca de la respuesta sobre el primer punto. El director téenico, ó sea el inspector y conservador de monumentos, debe ser necesariamente un arquitecto. Por ra- zones profesionales, el arquitecto es arqueólogo; nadie como él puede darse exacta cuenta sobre la extructura, los procesos, la evolución, la historia de las construcciones; nadie como él tiene el ojo experto para valorizarlos científicamente; ningu- no como él ha penetrado á los secretos de la Historia del Ar- te, y, por lo mismo, á uno de los aspectos más importantes de la vida del hombre. Este ha necesitado de abrigo contra los rigores de la lluvia y del sol, ó del cierzo helado de la noche, aun cuando haya sido en las oquedades de las cavernas; des- pués ha levantando su casa, su adoratorio; ha trazado sus pueblos, sus ciudades; ha necesitado conducir el agua, que es su propia existencia, desde lejanos manantiales; ha edificado sus murallas, sus castillos, sus torres para defenderse, y los "edificios para su solaz y esparcimiento, hasta cavar en la tie- rra su propia fosa ó construírse en vida vanidosa sepultura. Y, ¿4 quién, si no al arquitecto, corresponda todo ello? Grande ignorancia revelan quienes separan al arquitecto del arqueólogo, suponiéndole una ligera relación entre sí. Sentado que el inspector conservador debe ser un arqui- tecto, debemos felicitarnos de que el gobierno actual lo haya entendido así, entregando la Inspección de Monumentos en manos de un profesionista, que, por otra parte, es muy compe tente y tiene por la Arqueología verdadera y sana vocación. 484 JESÚS GALINDO Y VILLA. Pero, él solo, como en el caso de los conserjes, no puede estar en todas partes, ni á la vez en todas ellas consagrarse á la magualabor deir desmontando y conservando nuestras rui- nas. Necesita de un vasto éidóneo personal auxiliar compues- to de arquitectos, de topógrafos y dibujantes. Dividiendo la República, como lo hizo el señor Orozco, pue- de fraccionarse en zonas arqueológicas, según la importancia de los monumentos y la extensión superficial que cubran las ruinas. ] Cada zona tendría por jefe á un arquitecto, bajo cuya di- rección trabajarían los topógrafos y los auxiliares, para los le- vantamientos de planos y para la verdadera conservación. ¿Cómo formar el personal, y cómo mantenerlo sin grandes sacrificios para el tesoro público? En realidad, el desembolso mayor sería para cubrir el gas- to delos arquitectos. Los topógrafos y dibujantes pued+n sa- lir con ventaja de entre los oficiales del Ejército y d +] Colegio Militar. Esto no es nuevo: la expedición de Cempoala, cuya dir-e- ción arqueológica tuvo el señor Troncoso, se hizo provechosa- mente por uficiales de la Plana Mayor Facultativa de Ingenie- ros, que se distinguieron por su disciplina, su amor al trabajo, su limpieza en éste. Con ello se logra también que las labo- res caminen exactas, como la vida militar; y, además cada zo- na contará con su brigada de zapador. s, que pueden educar- se para esa clase de operaciones, lo que con facilidad se con sigue. En punto á conservación de nuestras ruinas, yo voy más lejos. : ' Hasta ahora, la Dirección del Museo Nacional, convertido hoy en Museo de Arqueología, Historia y Etnología, ha estado divorciada de la Inspección de Monumentos. Ambas se han movido en órbitas diferentes, siend» así que deben caminar unidas; sus fines son los mismos; pero dado que el Museo es la LA CONSERVACIÓN DE NUESTROS MONUMENTOS ARQUEOLÓGICOS. 485 institución científica encargada del estudio de las cosas anti- guas por medio de la Arqueología, la Inspección de Monumen- tos deberá, corriendo el tiempo, depender de la Dirección del Museo, y este plantel tiene que ser el centro directivo gene- ral para toda clase de investigaciones, exploraciones arqueoló- gicas, y, lógicamente, el encargado de la inspección y conser- vación de nuestras ruinas. Ya de hecho, el Museo quedó in- corporado en el grupo de las instituciones universitarias; es decir, se elevó en categoría; y deben aún elevarse más la de su director y sus profesores, para que éstos solamente se ocu- pen en sus tareas del Museo, todo el día si es posible, como los profesores de los museos europeos y americanos, ampliamen- te retribuídos. Con esta organización, que comprende un vasto y largo plan de trabajos, lograremos salvar á nuestras ruinas, y el aplauso del público erudito y culto que aprecia en todo su va- lor estas labores. México, 2 de Octubre de 1911. Fin del Tomo 30 de Memorias. si La ¿Lo jobusqb, Preis la obama hs 2209; vituerih oras le 158 o4p onaRt layral y adas a vo¡ól | ¿Olor 34.00: roiobrlgar ocio abreanlo alo) ¿17 Eno. Y. Cdlopói at al abr AL ds, ao casoja | ¿Hi Obenp: Saad. la ago ab ay ueno meta] PLL movia gonoiSiliteai e Bb, ¿Duna lo, 108% e 9.4 eña asmrols als. aadab. Ñ ¡4Mogodas 118%. dralo4 -100-90* sinsuralos 20d al 9up BS. 281080 1097. caló NÓ 20 00909 ¿4 aldi AOL ab da, ab les obor ¿osud4. fobo, pra yecailoem Pal RgiTo da ¿e AG cOn sopgtyo 0) E e | EN op osa L EN dis ehlerquiop Buy. edo simio ESA 57, b: Ma autor. RIGE IAS K ¡169Í%8, ¿40 sua gol 7 ESA 108, Bo ve, ponga; PO ola Y o3thua oda Ad i Ñ 1 y 4 p yA E ¿ ' ; o y ¿ALOR 0b ardid EE e ja - M ¿ Edd DIA ] do E 3 4 AN MN AR AE: o O AER an ELN e OSA Y y , Eos E pa K > e a O E as E AE ) ) a E > A 2 Si dl el J A EDI al ag a, do AVIAR O A NI P: SN A N AA á A IT % a A Ñ de No : + » Fe DL Al ed $ A ps 1 a pr: Pei 7 e dl 5 ; ' p e É 7 E 4 . % > Sn 7 A ' x[ñ[_—_ AA A A A A A A A A A - === Indice del Tomo 30 de Memorias. — . o. Table des matitres du tome 30 des Mémoires. pe AGINAS. Becerra (Marcos b.). Verdadero concepto de nuestra Guerra de Independencia. (La véritable manitre de comprendre notre guerre de ' Indépendance). 191-209 Los nombres del Palenque. (Les noms du Palenque) .----. 415-480 Bose (Exmilio)- Sobre el origen de los últimos grandes temblores de California y de la costa de Guerrero, México. Láminas Il y UT. Ueber die Ursache der letzten grossen Erdbeben von Kalifornien undlanider Kustevon' GUErrero. 135-170 Caballero (Gustavo de J .).- Notas geológicas sobre la región norte del Estado de Michoa- cán. Lámina VIL (Sur la geólogie de la région nord de 1 Etat OA AT E UN a RS e A aC 215-222 Carreño (A lberto IML.). Don Rufino José Cuervo. Un retrato--....--=-------=-..-- 149-469 Descroix (Léon). Climat de Paris. Les Saints de Glace au Printemps----.-.---- 105-109 Durán (Gustavo)- Importancia de la agricultura y del fraccionamiento de tierras. (Importance de Pagriculture et de la division des terres) -...-. 429-447 488 Galindo y Villa (Jesús). PÁGIMAS. La conservación de nuestros monumentos arqueológicos. (La conservation de nos monuments Aarchéologiques) omo... 481-485 Gándara (Guillermo). Morfología de las raíces de las plantas. (Morphologie des raci- MES IES PLANES En e eo e 710 Visita á algunas instituciones de Botánica y Parasitología agrícola de los Estados Unidos. (Visite d quelques institutions de Botanique et de Parasitologie ayricole des Etats Unis).-..-. 341-365 García Cubas (Antonio). $ La Legenda de Votán. (La Léyende de Votán).---oooo....-. 183-190 FHIerrera (A. L.)- Réflexions á propos des organismes primordiaux. Pl. X1T.... 403-419 Martínez Gracida (Manuel). Civilización Chontal. Historia antigua de la Chontalpa oaxa- queña. (Histoiwe ancienne de la Chontalva vaxaqueña,)...29-104 y 223-325 Menmbreño (Alberto). La Flora de la América tropical. (La Flore de l' Amérique tro- picale). ena rs o as A 19-27 Mena (Ranmóx1). Los dienves de los indios. (Les dents des ¡ndieNs).oooooooo.-- 211-213 Incunables y Elzevires de la Biblioteca del Colegio Prepa- Tatorio de Xalapa. -Jenio te os ec pacias A Códice “Misantla.” Láminas VIIEX.-....ooooo2-..---.- 389-395 Códice ““Tonayan.” Táninma XT. aten 397-402 Heráldica Colonial. Lámina XI T................---.-. 471473 Morin (Anselmo). La malicia de las cifras. Observaciones sobre las series numé- ricas obtenidas por medio de las progresiones aritméticas y geométricas. (Sur les séries numériques) o ooooomono====== == 111-119 Nuttall (Zelia). El Obispo Zumárraga y los principales ídolos del Templo Ma- 489 Pícivas yor de México. Lámina L. (L'éveque Zumárraga et les princi- q pales idoles du Templo Mayor de México. Pl. TI). .-.-...... 121-134 Ochkoterena (Jsaac)- Memoria sobre las plantas desérticas mexicanas. Láminas IV— VL (Mémoire sur les plantes désertiques mexicaines. Pl. IV- IN A A O E A A A A A Ordóñez (Ezequiel) El Pico de Tancítaro, Michoacán. (Le Pic de Tancítaro)....-- 11-17 Palacios (Leopoldo). Importancia social y política de las obras de irrigación. (m- portance sociale et politique des weuvres d'irrigation).--.-..... 421-428 Robelo (Cecilio AJ)_ Nociones de una lengua nueva. (Una langue nouvelle)... 327-340 Rouaix (Pastor) El fraccionamiento de la propiedad territorial en los Estados fronterizos. (La division de la propriété territoriale dans les VE CEA AAN a SS Ea TO SAS SE 311-388 NWINOIIOININSO IO LOLI LOL ONLONLO>LOLOLONINLIONLINI0G a MN A e v dl me no A a A PA DADA y VIE y mM e . : Ñ Pl 1 ñ el, JURA E A PSA PA e : AAN ¿dla ali dede HRESIAO NE UA —=% " y de AA AIM dre Mu ' di % y Y de" e AN Ed cell anu toa Ys «als? Yió CA DN Pu AAA Aid td: UN ATEO 1 DA SA A y eu re ¿2 1d » Ene os el E Ma a 00 dé OLA, ¿dd 2 AN e DU " Ae qdo Lo nd IN 0% cena inte a AU Pe CAGAR e Ledo, ¡Mio A AS: caps Anas, ñ DN p ) iy" k A IRA ea Ja O AY k + CA od Y - A iv ad ato" qe 07) iitilva a REG RON q e ) AGA IS wa a ” EN "0 , ANS PER na EL, ye dy gays iaa AI mie a ela Mba AAN He ÓN e h hatos soni AÑ dar! ee y dh Aid Ñ Hd Y EN uN e ' y WHY pr), ) EA. DESSOTT: e be As A RUE e oli Gl a AE ON pps ¿oda Pe e AORGAnS Ud ideo ds nap Edy Hisrt, E pi Y y PE , Ny 0 4 : AN) DAA 1 y DA II EAS y ' A “ y « E | NA E OS k e! Au e k E” AS ro $ dY A 2 E 4 A, PI Y A Y: dd AS A eri e As ms dis Ax AA A O had CAN AA L AT o PO Di 00 7 NE a le | AN gt PAR eN a AN y er e DAS M7 CRA LA a Sit Ca e ya IS AO Primate e reir lso (dl Je nad: NA A , : REVISTA CIENTIFICA Y BIBLIOGRA FICA Société Scientifique “Antonio Alzate.” REVUE NON TIFIQUE EY DISLIOGRAPHIQUE PUBLIÉE SOUS LA DIRECTION DE RAFAEL AGUILAR Y SANTILLAN Secrétaire perpétuel. ISioO-TsStr MEXICO IMPRIMERIE DU GOUVERNEMENT FÉDÉRAL 1910 ¡SF Sociedad Científica “Antonio Alzate.” REVISTA VIENPIFICA Y BIBLIOGRÁFICA PUBLICADA BAJO LA DIRECCIÓN DE RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN Secretario perpetuo 1910-1911 MÉXICO IMPRENTA DEL GOBIERNO FEDERAL (1% de Revillagigedo Núm. 47). 1910 SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.” FONDÉE EN OCTOBRE 1884. Membres fondateurs. MM. Rafael Aguilar y Santillán, Guillermo Beltrán y Pu- ga, Dr. Ricardo E. Cicero, Manuel Marroquín y Rivera et Dr. Daniel M. Vélez Président honoraire perpétuel. M. Ramón Manterola. Secrétaire général perpétuel. M. Rafael Aguilar y Santillán. Jonseil directif.—1910. PrÉsIDENT.—Ing. Joaquín de Mendizábal Tamborrel. VICE-PRÉSIDENTS.—Ing. Macario Olivares et Dr. Manuel Uribe y Troncoso. Le SECRÉTAIRE PERPÉTUEL. SECRÉTAIRE.—Ing. Gustavo Durán. VICE-SECRÉTAIRE.—Dr. Everardo Landa. TRÉSORIER PERPÉTUEL.—M. José de Mendizábal. _—PÉe— — e ——_—_——_—_—_—_—— La Bibliothéque de la Société (Ex-Mercado del Volador), est ouverte au public tous les jours non fériés de 4 h.a 7 h. du soir. Les “Mémoires” etla “Revue” de la Société paraissent par cahiers in 82 de 48 pags. tous les mois. Tls forment deux volumes par an. La corr-spondance, mémoires et publications destinées á la Société, doi- vent ótre adressées á la Sociedad Científica “Antonio Alzate” Ex-Volador.—MÉXICO (Mexique). Les auteurs sont seuls responsables de leurs écrits. Les membres de la Société sont désignés par les lettres M. $. A. Sociedad Cientica Antono Alate MEXICO. OLLE LLL LIL LLL ILILLL , Revista Científica y Bibliográfica, Núms. 1-2, Tomo 30. 1910-1911. Sur des pierres faulées en stabuettes, ete., du Hant-Mexique PAR MM. Ed. JANNETTAZ et L. MICHEL. / (Extrait du tome VI du Bulletin de la Société Minéralogique de France. 1883). M. le Dr. Hamy, conservateur des collections ethnographiques du Trocadéro, nous a confié la détermination minéralogique Vobjets travai- llés en pierre par les anciennes peuplades du Haut-Mexique. Nous venons d'aborder l'étude de quelques spécimens appartenant aux collections envoyées par M. E. Pinart. Deux de ces objets sont des frag- ments de personnages, sans doute des idoles, et proviennent d'Oaxaca, pro- vince de Mixteca; ils sont attribués aux Mixtéques, anciens habitants du Mexique. Un troisieme échantillon de Part des anciens Mexicains est fa- conné en báton eylindrique percé un trou tubulaire dans toute sa lon- gueur; il a été recueilli a Teotihuacán, environs de Mexico: on Pattribue aux Tolteques, qui ont régné, comme ont sait, sur le Mexique, du VIT+* au XI* siecle de notre ére. 6 - Analyse et caracteres minéralogiques des échantillons de Oaxaca. ler échantillon. 2e, échantillon. SULCOE ANA 1D ENS AA o ANN 39,96 Protoxyde de fer..... .... AS A E SS 6.60 ATM: 2 Qs MA OS E AO 2.56 Magnéslo 23 tano des ELO INIA NO 38.00 Porte: DU Ou a LLOSA: A E DOAUA AO 99:99:74 iy rea ZA CE: PERA DAA 99.96 Dureté, 3.—Densité, 2.64 Poussiétre blanc verdátre. . Couleur gris verdátre. Éclat gras un peu terne. Cassure cireuse. Attaquable par les acides. Noircit par la calcination. Caractéres optiques. Au microscope polarisant, en lumiére paralléle, la matiére se montre composée de fibres qui s'é- teignent toutes parallelement á leur longueur. En lumiére convergente, méme avec la lentille á immersion, les fibres sont composées de fibrilles si étroites qu'on n'y observe pas Vanneaux colorés. Dureté 4.5.—Densité 2,69. Poussiére brun verdátre. Couleur d'un vert foncé. Éclat gras luisant. Cassure cireuse. Attaquable par les acides. Devient d'un brun foncé par calci- nation. Caractéres optiques. Au microscope polarisant en lumiére parallele, les caractéres sont les mémes que pour léchan- tillon n? 1; les fibres sont cgá et la colorées par un peu de limonite. A Taide de la lentille á immer- sion, en lumiére convergente, on apercoit quelques colorations trop vagues pour des mesures préci- ses. La composition chimique, les caracteres physiques, les phénoménes observés dans la lumiére polarisée ne laissent, comme on voit, aucun dou- te sur la nature minéralogique des matiéres que nous venons de décrire. Ce sont deux variétés á nuances différentes de serpentine. Analyse et caractere de Péchantillon de Teotihuacán. A e A E 67.06 Aduna A A e 00d Magnésie. -. -- E 0.50 SOU O 11.36 Potasse .....- AR A 0,40 Perterauieus oo e 0.40 100.19 Densité 2.72; couleur blanc de lait, un peu verdátre; cassure esqui- « lleuse; éclat tellement analogue á celui du jade qu'au premier abord nous rapportions au jade cette matiére; duretée 6,5, fusibilité assez facile au chalumeau en verre limpide. Au microscope en lumiére parallele une plaqne mince présente un en- chevétrement confus de lamelles cristallines á contours polygonaux. Nous avons pu observer sur Pune d'elles deux cótés a environ 862 lun de lautre et une ligne d'extinction inclinée d'environ 25%. sur P'un de ces cótés. Sur une autre lamelle on voit une ligne de groupement et deux lignes d'extine- tion qui font des angles de 89 á 99 avec celles de groupement. En général les lamelles ont toutes les orientations possibles. En lumiére convergente plusieurs d'entre elles se présentent comme des mosaiques dont les élé- ments trés minces s'entrecroisent presque á angle droit; une ou deux mon- trent des segments d'anneaux isochromatiques. Tous ces caractéres, joints á la composition chimique, nous autorisent á regarder la matiére de Teotihuacán comme une albite microcristalline, á faciés de jade. Sur les “Nortes” du Golfo du Mexique (Papres des observalions faites 4 Veracruz M. L. BARTHÉLEMY, Capitaine au long cours, Pendant la saison séche, e'est-á-dire de la fin d'octobre a la fin d'avril, lorsque, dans la matinée, la cóte et les montagnes de lintérieur apparais- sent tros distinctement aux navieres arrivant au large, ou que les moindres détails du Pico de Orizaba se voient de Veracruz, Vatmosphere étant lourde le calme parfait, de légers cumules dans le sud, le barométre a 772 mm et au-dessus, on peut prédire un “Norte” pour le surlendemain. La veille de ce coup de vent, á ces remarques on peut en joindre d'au- tres. Dans la matinée, avec faible brise de Sud, le barométre baise peu á peu et atteint son minimum á midi, soit 12 heures avant le sommencement du mauvais temps. Des 1 heure, le baromeétre remonte, la brise hále peu a peu Vest et le nord en restant faible. L'humidité, qui tombe d'abord dou- cement, ne tarde pas a ruisseler le long des máts et sur les ponts dans le courant de l'apres-midi. Le “Norte” approche a grands pas. A la tombée de la nuit, deux ou trois rafales viennent en estafette convaincre ceux qui pourraient en dou- ter, puis tout rentre dans le calme. En dehors du port, la mer déja poussée' vient se brisser sur les jetées et trouble seule par son mugissement le cal- me de la soirée. Le barométre remonte d'une fagon anormale. Le ciel se charge et la lune apparaít comme noyée dans un alto-stratus qui tient tout le ciel. Avec un précision presque mathématique, c'est á minuit que le “Nor- te” éclate dans toute sa force en claquant comme un véritable coup de fouet. Lorsque son intensité est relativement faible, les Mexicains lui don-. nent le nom particulier de “Chocolatero;” si au contraire elle est grande, ils lui donnent le nom “Norte,” sous lequel on désigne d'une facon géné- rale les tempétes du golfe du Mexique. Le “Chocolatero” dure á peine 12 ou 15 heures. Le temps se maintient assez clair; la hauteur du barométre est de 770mm au maximum. La mer (1) Cette notice est extraite du Journal météorologique dupaquebot poste “La Na. varre” de la Compagnie générale Transatlantique, commandé par M. Perdrigeon. Le3 re- marques ¡'ello renferme sont le résultat de nombrenses observations personnelles de M. L. Barthélemy, de 1900 á 1906. peu grosse ne géne que modérément la circulation et le travail général du port. Le ressac se fait néanmoins sentir aux wharfs de San Juan de Ulua et de la Quarantaine. Le nom de “Chocolatero” est une image qui vient de ce que les Mexicains trés friands de chocolat, font une spéce de cróme battue avec un moulinet á ailette, créeme qui en gonflant vient éclater sur les bords du récipient sans jamais passer par dessus. Dés que Von cesse de battre et que l'on enléve le moulinet, la creme retombe rapidement. L'hom- me qui la fait est le Chocolatero. De méme pendant le “Chocolatero,” la mer ne déborde pas par dessus les wharfs ou les quais et elle tombe aus- si rapidement que le vent, méme en dehors des abris du port. Les écarts de température dans le “Chocolatero” dépassent rarement 79 ou 80. Le “Norte” dure un peu plus de 24 heures, rarement 48 ou au-delaá. Il souffle d'une facon excessivement violente, et, bien qu'une digue ferme completement le port du cóté du vent, la mer s'y fait tellement sentir que non seulement les embarcations ne circulent plus, les navires amarrés sur les bouées ne peuvent plus travailler au déchargement des marchandises, mais encore les navires qui sont aux wharfs ont á subir un ressac d'une telle violence que la mer, embarquant sur les quais. empéche toute opéra- tion commerciale. C'est la desolation, Varrét complet et général de la vie a Veracruz, car si lon souffre sur rade, en ville, le sable soulevé tout le long de la cóte aveugle et asphyxie presque les personnes que les aftaires appellent au dehors. Dans la matinée d'un “Norte,” le temps se maintient clair avec quel- ques fracto-cumulus, qui, au fur et á mesure que le soleil monte, de sou- dent ensemble, se chargent, si bien que, dans Vapres-midi, de lourds nim- bus aux bords inférieurs nettement coupés courent dans le ciel et vont s'entasser dans le sud. Il semblerait qu'une muraille les empéches de con- tinuer leur course vers le fond du Golfe, malgré la force du vent, et les oblige á s'arréter, car leur mouvement de translation diminue et á partir de 4 heures, le ciel est plaqué, les nuages changent de forme mais ne bou- gent plus. A cette heure, si lon commence á distinguer quelques monta- gnes de la cóte dans le Nord, on peut dire que le “Norte” est virtuellement terminée; il a plus qu'A4 diminuer d'intensité, ce quiil fait aprés le cou- cher du soleil. La brise se maintient fraiche toute la nuit et le matin du lendemain; le ciel reste chargé de nimbus et cumulo-nimbus; ce n'est qu” aprés midi que le temps se dégage complétement et que les vents revien- nent a ENE, s'établissant en alizés réguliers. Le temps normal est revenu; le barométre reprend sa marche et la marée barométrique suit son cours. Il r'est pas rare qu'aprés un “Norte” violent, on regoive un “Chocolatero” 3 au 4 jours aprés. Pendant la durée Vun “Norte,” la température s'abaisse d'une fagon Reyista (1910-1911).—2 10 trés sensible; on peut dire qwil fait frais. Le thermométre qui marque de 25 a 289 descend á 15% et au-dessous, , : Au début de cette note, J'al dit que la terre était visible de fort loin en venant du large, lavant--veille d'un “Norte.” C'est sur le paquebot “Nor- . mandie” (Hiver 1903-1904) que j'ai relevé le cas le plus remarquable de cette transparence inaccoutumée de atmosphere. A 8h. 39 du matin, alors que nous étions a 60 milles du port de Veracruz, par temps calme, le ciel et la mer étant un bleu clair, presque uniforme, ¡J'ai apercu a l'horizont, une bande d'un bleu foncé tranchant tres nettement sur la páleur du ciel. C'était la chaíne de montagnes reltant le Cofre de Perote au Pico de Oriza- ba. Ces deux points extrémes se fonduient doucement et semblaient se perdre par leurs faítes dans le ciel et par leurs bases dans la mer. Environ 15 minutes apres cette constatation, une blancheur donnant l'impression Vune fracto-camulus indiquait la position du Pico de Orizaba: c'étaient les neiges éternelles de ce sommet quí apparassaient. Si l'on remarque que le navire se trouvait alors á 114 milles de ce Pic et a 126 milles du Cofre de Perote, on se rend compte de la pureté de latmosphére durant cette mati- née. Au fur et á mesure que nous approchions de la cóte, la terre prenait une teinte plus sombre et passait au vert; les anfractuosités des monta- gnes se dessinaient mieux. 48 heures aprés, le “Norte” éclatait dans toute sa violence. (Extrait de l' Annuaire de la Société Météorologique de France, Mars 1906). SESIONES DE LA SOCIEDAD. JULIO 4 DE 1910. Presidencia del Sr. Ing. Joaquín de Mendizabal. TRABAJOS. —Léon Deseroix. Prémsion du temps. Probabilités saisonmitres, (Memorias, t. 29, p. 407). Prof. J. Engerrand. Una sociedad para el estudio del Follelore chileno. (Memorias, t. 29, p. 413). : Prof. G. Gándara. Morfología de las raíces de las plantes. (Memorias, t. 30, p. 7). Ing. T. L. Laguerenne. Minerales de oro y plata. Sistemas de beneficio an- tiguos y modernos. Dr. E. Licéaga. Como se ha logrado desterrar la fiebre amarilla de la Re- pública Mexicana. (Memorias, t. 29, p. 395). El Sr. Lic. D. Victor J. Lizardi, socio protector en Guanajuato, remi- tió un interesante album fotográfico del título de Ciudad concedido por 11 Felipe V en 1741 á la Villa de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato. PosTULACIÓN.—Para miembro titular: Sr. Pablo A. E. Henning. Acosto 1% DE 1910. Presidencia del Sr. Ing. Joaquín de Mendizábal. FALLECIMIENTO.—El Secretario perpetuo participó la muerte del dis- tinguido astrónomo italiano +. V. SCHIAPARELLI, Socio honorario, muer- to en Milán el 4 del mes de Julio próximo pasado á la edad de 75 años 4 me- ses. TRABAJOS.—Ing. J. Baz y Dresch. Notas sobre exploración y prospección de ertaderos minerales. (Memorias, t. 28, p. 343). M, Martínez Gracida. Historia antigua de la Chontalpa oaxaqueña. (Me- morias, t. 30, p, 29). Ing. M. Membreño. La Flora de la América tropical. (Memorias, t. 30, p. 19). Ing. E. Ordóñez. El Pico de Tancítaro, Michoacán. (Memorias, t. 30, p. 11). NOMBRAMIENTO. —Miembro titular: Sr. Pablo A. E. Hennig, Colector de documentos etnológicos del Mu- seo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología. PosTULACIONES.—Para miembros titulares: Sres. Guillermo Bazán y Carlos Rodriguez, del Observatorio Astronó- mico Nacional; Dr. Manuel Asiain y Notario Eduardo Gómez, de Tulancin- go, Hgo. e SEPTIEMBRE 9 DE 1910. Presidencia del Sr. Ing. Joaquín de Mendizábal. TRABAJOS.—Lic. Rafael de Alba. Humboldt según su correspondencia, sus notas autobiográficas y los relatos de Delametherie y Boussingault. Ing. J. Baz y Dresch. Notas sobre las aplicaciones de la Geología á. la Agricultura. Léon Deseroix. Climat de Paris. Les Suints de glace au printemps. C. Rodríguez. Sobre un problema de la teoría de los errores. Prof. E. E. Schulz £l progreso económico de Alemania, NONMRAMIENTOS.—Miembros titulares: 12 Guillermo Bazán, Carlos Rodríguez, Dr. Manuel Asiain y Eduardo Gómez, : Socios correspondientes: ; Sres. Alberto y Alejandro Mary. Beauvais, Francia. OCTUBRE 10 pr 1910. 267 Aniversario de la fundación de la Sociedad. Presidencia del Sr. Ing. D. Leandro Fernández, Socio honorario, Ministro de Comunicaciones y Obras Públicas. El Secretario perpetuo hizo la siguiente reseña acerca de los trabajos de la Sociedad y su estado hasta la fecha. Trabajos presentados durante el año 61. Asistencia media á las sesio- nes, 17. Ingresaron durante el año 22 miembros titulares, 10 socios correspon- sales y 23 honorarios, contándose hasta el día 226 socios en el país y 217 en el extranjero. Fallecieron los socios nacionales Dr. F. F. Villaseñor, Dr. Jesús Ale- mán, Dr. Alfredo Dugés y Prof. Manuel Moreno y Anda; y los socios ex- tranjeros Prof. C. Lombroso, A. Agassiz, E. H. Giglioli, Dr. R. Koch y Prof, G. V. Schiaparelli. La biblioteca cuenta con 22,160 tomos, 1,170 mapas y planos y 645 re- tratos de sabios modernos y: contemporaneos. Con una donación extraor- dinaria que se sirvió dar el Sr. Subsecretario de Fomento, Ing. D. An- drés Aldasaro, Socio honorario, se adquirieron las colecciones casi comple- tas de los periódicos las Gacetas y Diario de México. Entre las otras obras recibidas merecen señalarse las Cartas murales de los Estados de Nuevo León, Puebla, Tamaulipas, Tlaxcala y Veracruz, publicadas por la Comi- misión Geográfico Exploradora; las de Alvarez, Darwin, Guimaraes, Fraas Huygens, Humboldt, Congreso de Americanistas, Expedición Antárctica Belga, Messina e Regio, Bose, Rovirosa, etc. La impresión de las MEMORIAS se ha continuado haciendo bajo los _ auspicios de las Secretarías de Fomento y de Gobernación: están por termi- narse los tomos 28 y 29 y se ha principiado el tomo 30. El reparto que se hace de ejemplares es el siguiente: en el país 257, en el extranjero 768. La Sociedad estuvo inscrita en los siguientes Congresos: XVIT? Congreso Internacional de Americanistas (Sesiones de Buenos Aires y Mé- xico); X1% Congreso Geológico Internacional, Estocolmo; Congreso Cien- tífico Internacional Americano, Buenos Aires; y se ha inscrito además al f, » 3 , N AN” 13 2% Congreso de Radiología, Bruselas, y al XI? Congreso de Geografía, Ro- ma, que se reunirán en 1911. La Corporación ha seguido recibiendo las subvenciones que se sirven darle las Secretarías de Instrucción Pública y Bellas Artes, Fomento y Co- municaciones y Obras Públicas, así como las cuotas de la mayoría de los Miembros titulares (*) y aún la de algunos Socios honorarios que se dig- nan contribuir, como son los Sres. Ingeniero D. Leandro Fernández, Dr. D. Eduardo Licéaga, Ingenieros D. Manuel F. Alvarez, D. Angel Anguiano y D. Teodoro L. Laguerenne. - TRABAJOS.—Ing. J. Baz y Dresch. Taladro usado por el Instituto Geo- lógico de Prusia para la toma de muestras de suelos. Dr. Emilio Bóse. Sobre el origen de los últimos grandes temblores de Cali- forma y Guerrero. Prof. G. Gándara. Fórmula para determinar los descendientes de un par de animales en varias generaciones. : Sr. A. Morin. La malicia de las cifras. Observaciones sobre las séries nu- méricas obtenidas por medio de las progresiones aritméticas y geométricas. Sr. Zelia Nuttall. El Obispo Zumárraga y los ídolos principales del Gran ' Templo de México. Prof Isaac Ochoterena. Memoria sobre las plantas desérticas. Se levantó la sesión á las 8. 30 p. m. á la cual asistieron los socios Ing. L. Fernández, Ing. Joaquín de Mendizábal, Sra. Z. Nuttall, R. Aguilar y Señores, Ing. L S. Bonillas, Dr. E. Bóse, F. Fernández del Castillo, Ing. T. Flores, Prof. L. Fourton, Prof. G. Gándara, Ing. R. G. Gómez, P. Hen- ning, Prof. A. L. Herrera, Ing. Gr. M. Oropesa, Ing. C. Rodríguez, Ing. L. Salazar S., Ing. R. M. Tello, F. Urbina, Ing. A. Villafaña, Dr. P. Waitz, J. C. Zárate, Ing. H. Zúñiga y el Prosecretario que subscribe. DR. EVERARDO LANDA. Nómina de los Miembros titulares que se han servido contribuár con sus cuo- tas durante el año social 1909-1910 (**) Prof. J. S. Agraz, Lic. R. de Alba, Ing. U. Aldrete, Ing. S. Alemán, Ing. R. H. Anderson, Dr. E. Armendaris. Ing. E. Arochi, Ing. M. Balare- zo, Dr. €. Barajas, Ing. 1. L. de la Barra, Ing. M. M. Barragán, Ing. J. Baz y Dresch, Ing, E. Beaven, Prof. M. E. Becerra, Ing. M. Bloch, Ing. Y. $. Bonillas, Dr. E. Bóse, Ch. Buart, Dr. C. Burckhardt, Ing. A. Capilla, Ing. J. Capilla. Dr. R. Carrillo, Dr. R. E. Cicero, Dr. J. +. Cosio, Ing. N. Do- mínguez, Ing. G. Durán, Prof. J. Engerrand; Ing. L. Espinosa, Ing. M. Fer- “ nández Guerra, Ing. T. Flores, Prof. L. Fourton, Ing. J. de las Fuentes, (+) Véase al fín de esta acta la nómina de dichos socios. (+=) Por acuerdo de la Sociedad el secretario perpetuo y el Tesorero están exceptua- dos del pago de cuotas. 14 Ing. J. Galán y Ainslie, Ing. J. Galindo y Villa, Dr. M. F. Gallegos, Ing. V. Gama, Prof. J. Gándara. Ing. A García Conde, Ing. R. G. Gómez, Ing. “C. A. González, Ing. P. González, jr., L. González Obregón, J. Griggs, Ing. H. G. Guerrero, E. C. Guillaumet, Ing. J. C. Haro, Prof. A. L. Herrera, Ing. J. Híjar, Ing. L. Híjar y Haro, Dr. E. Landa, Dr. F. Lentz, Prof. L. G. León, Ing. R. López Guerrero, Prof. M. Lozano y Castro, Ing.'J, Mén- dez, M. Miranda y Marrón, Ing. G. Montiel Estrada, M. Moreno y Anda, Ing. M. Olivares, Ing. E. Ordónez, Ing. G.. M. Oropesa, Dr. A. Ortega, R. Ortega Pérez Gallardo, Dr. J. L. Ortiz, Ing. G Pallares, Ing. T. Paredes, Ing. A. Peimbert, Ing. A. Prieto, Dr. A. Pruneda, Ing. M. C. Rolland, Ing. B. Romo, Ing. P. Rouaix, C. Roumagnac, Ing. L. Salazar S, Prof. M. Salinas, Ing. P. C. Sánchez, Ing. M. Schwarz, Ing. R. Servín L., Prof. J. Sierra, Ing. H. C. Symonds, Ing. A. Téllez Pizarro, M. Téllez Pizarro, Ing. R. M. Tello, Prof. G. Torres Quintero, Ing. M. Torres Torija, F. Ur- bina, Ing. F. Urquidi, Ing. L. Urquijo, Dr. D. M. Vélez, Ing. B. Vergara, Dr. D. Vergara Lope, Ing. A. Villafaña, Dr. P. Waitz, Dr. E. Wittich, Ing. F. de P. Zárate, J. C. Zárate, Ing. H. Zúñiga. BIBLIOGRAFIA Encyclopédie industrielle fondée par M.-C. Lechalas. Ma- chines Frigorifiques. Construction, fonctionnement, applica- tions industrielles, par Dr. H. Lorenz, Professeur á P' Ecole tech- nique de Dantzig et Dr, Ing. C. Heinel, Chargé de Cours a P'E- cole technique supérieure de Berlin. Traduit de Pallemand sur la 4* édition avec Pautorisation des auteurs par P. Petit, profes- seur á la Faculté des Sciences de Nancy, directeur de PEcole de Brasserie et Ph. Jacquet, ingénieur, Co-gérant des Brasse- ries Th. Boch et Cie. 2% édition francaise considérablement augmentée. Volume in-8 (25-16) de vin-424 pages, 314 figu- res; 1910. 15 fr. Librairie Gauthier—Villars, Quai des Grands— Augustins, 55.—Paris. De méme que dans les précédentes éditions, le but de cet Ouvrage est Voffrir aux industriels qui possédent des installations frigorifiques, com- me aussi á Pingénieur constructeur, tous les renseignements nécessaires á la solution des problemes pratiques qu'ils sont appelés á resoudre. Les auteurs ont évité les développements théoriques trop étendus; ils se sont attachés á mettre surtout le lecteur en état de se faire une opinion 15 documentée, dans chaque cas particulier, plutót qua étudier en détail tous les problemes qui peuvent se poser. a paru nécessaire d'étudier d'une facon plus complete, dans cette nouvelle édition, le cóté construction, de préciser ce qw'on demande de chaque organe en particulier, de présenter les différentes solutions possi- bles et enfin examiner les avantages et les inconvénients des types les plus courants. . Un chapitre traite spécialement des principes qui doivent présider a Vexploitation d'une installation frigorifique; les renseignements qw'on y lira se completent par ceux qu'on trouvera dans d'autres chapitres; á propos de Vétude et de la critique des différents types. Table des matiéres.—I. Les principes de la théorie de la chaleur.— II, Les méthodes de production du froid. Energie qu'elles consomment.—II. Construction des compresseurs —IV. Actionnement des compresseurs.— V. Condenseurs et réfrigérants.—VI. Machines frigorifiques de petit mo- déle.—VIL La machine á absorption. -VIHIL Production de la glace.— IX. Refroidissement de l'air.—X. Refroidissement des liquides.—XI. Choix et utilisation des isolants.—XI. Les principales applications du froid ar- tificiel. XIIL Surveillance et entretient des machines á compression.— XIV. Contróle du rendement au moyen de la production de glace, etc.— Annexe. Machine frigorifique á évaporation d'eau (systeme Westinghouse— Leblanc). Notes sur la Médecine et la Botanique des anciens mexicains par A, Gerste, S. J.—2* Edition revue et corrigée. Ouvrage - couronnée par l'Institut (Académie des Inscriptions et Belles— lettres). (Prix Loubat, 1910).—Rome. Imprimerie Polyglotte Vaticane. 1910. 8? 191 pages. Este interesante libro, publicado bajo los auspicios de nuestro distin- guido consocio el Duque de Loubat, es la reaparición de varios artículos dados en la Revue des questions scientifiques en 1887 y 1888, á los cuales su ilustrado autor, también consocio nuestro, ha dado ahora algunos retoques. Basta recordar la competencia y el cariño con que el P. Gerste se ha ocu- pado de las cosas de México, para asegurar que la obra es de suma impor- tancia, por lo cual nos limitamos á dar en seguida los títulos de los doce capítulos que contiene. La medicina indígena en el siglo XVI. La medicina precolombiana. La magia médica. La terapéutica. La botánica indígena. Ciencia rudimen- taria de los vegetales. Iconografía convencional. Iconografía figurativa. Taxinomía vegetal. Clasificaciones diversas. Esbozo de geografía botáni- 16 ca. Las flores en la poesía nahua. —Apéndice. De algunos trabajos recien- tes acerca de la medicina y la botánica de los antiguos mexicanos. o Les Roches et leurs éléments minéralogiques. Description, analyses microseopiques, Struetures, Gisements, par Ed. Jan- nettaz. 1 vol. in-S* de 111-704 pages, 30 pl. chromolithogra- phiques, 8 pl. en simili-gravure, 322 figures et 2 cartes géo- logiques. Prix broché: 8 fr. A. Hermann. fils, éditeurs, Paris, 1910. Cet ouvrage est divisé en trois livres: Le premier peut étre considéré comme un traité élémentaire de cristallographie physique. Le second com- me un précis de minéralogie et le troisieme est consacré a la description des roches. > Dans le premier livre: Propriétés générales des minéraux et des ro- ches, Vauteur donne d'abord les caracteres préliminaires, tels que: la den- sité et les différentes méthodes et appareils pour la déterminer, la dureté, Vélasticité, la malléabilité, etc.: les couleurs en lumiére naturelle; puis les caracteres géométriques des minéraux, leur structure, les lois de symétrie, la mesure des angles et les différents systámes de cristallisation; ensuite viennent les propriétés physiques générales, propriétés optiques, la théo- rie de la double réfraction, les cristaux á un axe, les cristaux á plusieurs axes, la polarisation, la mieroscopie et les différents microscopes, la mesu- re de Vangle des axes, la polarisation rotatoire, la dilatation des cristaux, leur conductibilité et leurs propriétés magnétiques et électriques. Il ter- - mine ce premier livre en décrivant les groupements des cristaux, leurs ano- malies optiques et leurs caractéres chimiques. Le second livre est consacré a la description des minéraux, et comme cet ouvrage a surtout un but pratique, lauteur a réuni les minéraux d'un méme métal. Ce livre ce termine par une comparaison des notations de Miller et de Lévy. Le troisiéme livre traite des roches. Il explique d'abord leur origine et leur arrangement, la détermination de leurs éléments et leur classifica- tion. L'auteur donne ensuite leur descri ption avec de nombreuses gravu- res, dont plusieurs coloriées. T'ouvrage contient un appendice donnant la méthode pour la détermi- nation des roches et les tableux des caracteres de leurs éléments, un ordre chronologique des roches érnptives et sédimentaires et une bibliographie. Tout á la fin du volume nous trouvons deux belles cartes géologiques, l'une de France, l'autre de Europe. verdad Cientítica Antono Alvate, MEXICO. Revista Científica y Bibliográfica, NOTE SUR UN CRANE OTOMI (IMEXTEAUTE) PAR LE DR, ALEXANDRE SOHENK Professeur agrégé á 1' Université de Lausanne. La question de Porigine des populatiens américaines est l'une des plus complexes des sciences anthropologiques; il est généralement adnéás au- jourd'hui que les races indigénes du Nouveau Continent, actuellement vi- vantes, descendraient toutes d'une race américaime, ou plutót d'un groupe de races américaines. Pour certains auteurs, l'Amérique est un centre spé- cial de Vapparition des espéces, ou 1 Homo americanus s'est développé sur place !; pour autres, les ancétres des Indiens actuels seraient venus des pays voisins: de la Sibérie et de la Chine (par le détroit de Behring), de la o 1 M. Ameghino vient de découvrir récemment, pendant les travaux du port de Buenos Aires, une calotte eránienne située á une profondeur de 11 m. au-dessous du lit du Rio de la Plata, dans les assises les plus inféricures de la formation pampéenne qu'il considere comme Pliocene. La couche immédiatement supéricure contient les o0sse- ments du Typotherium, du Pachyrucos bonaerensis, du Mastodon Maderiamus, du Pa- nochtus bullifer et enfin du Glyptopon. La calotte de cette nouvelle espéce que M. Ame- ghino désigne sous le nom de Diprothomo platensis comprend le frontal presque complet et la partie médiane antérieure des pariétaux. Le partio antérieure du frontal, avec ses arcades orbitraires et la glabelle, est en parfait état de conservation. Le cráne est petit, alongé, á bords latéraux presque paralleles, Le diamétre antéro- Revista (1910-1911).—3. 18 Polynésie (amenés par les courants), de P Europe (á défaut de 1 Atlantide par le plateau qui s'étendait probablement, au milieu de Vépoque quater- -naire, entre l'Angleterre et le Groenland ), mais il est probable que les ori- gines de l' homme américain sont bien plus lointaines, et les migrations, si migrations il y avait, devaient s'opérer surtout á l'époque quaternaire, pro- bablement aussi bien du cóté de Europe que du cóté de l'Asie 1. C'est dans le but de contribuer, par malheur trés faiblement, á laug- mentation de nos connaissances sur la craniologie américaine et tout par- ticulierement á celle des Indiens du Mexique que nous présentons cette petite note sur un cráne d'Otomi, propriété du Musée ethnographique de la ville de Neuchátel, qui a été obligeamment mis á notre disposition par le conservateur du dit Musée, M. le professeur Charles Knapp, auquel nous nous faisons un devoir d'adresser ici nos plus vifs remerciements. D'apres Hovelacque et Hervé ?, le Mexique aurait été envabi, a partir du VIT* siécle, par une population venant du NW, composée des Toltecs, des Chichimecs, des Aztecs et Vantres peuples. Les premiers furent les civi- llisateurs du pays et ile ont laissé des monuments architecturaux remar- quables, mais leur civilisation fut de courte durée, car, á la fin du IX? sié- cle, ils émigrerent vers le S. Tls furent remplacés par les Chichimecs, gens de haute taille, á la peau légérement cuivrée, á la téte allongée, au front étroit et fuyant. La population actuelle du Mexique descendrait en partie de ces anciens immigrants qui rappellent les Peaux-Rouges du N. Les Co- manches, de taille moyenne, appartiennent au type des Peaux-Rouges, leur peau est d'un brun jaunátre; peu nombreux, ils élevent du bétail et culti- vent la terre: ils son originaires du N. “Dans la région des Mirtecs et des Zapotecs (Mexique du S), le type ethnique des anciennes sépultures s'est conservé plus ou moins atténué: c'est au milieu de ces peuples et d'autres populations établies depuis long- temps dans le pays, comme les Tarases (W. de México), et les Totonacs (N. de Veracruz), que se produisit Vinvasion des Toltecs et des Aztecs. Les nombreux mélanges qui eurent lieu ont rendu assez obscure Vanthro- pologie de toute cette partie de l'Amérique. Les J/ayas du Yucatan, aux- . postérieur maximum ne dépasse pas 175 mm., le diametre transversal, maximum 118 mm. donuant ainsi un indice céphalique trós dolichocéphale de 69. Le diamétre vertical, tres faible, ne permet pas d'estimer la capacité eránienne au- dessus de 1100 em3 Au point de vue de la classification zooJogique, Von doit considérer le Diprothomo comme V'un des précurseurs de ' homme. (Florentino Ameghino. Le Diprothomo platensis. Un précurseur de ' homme du Pliocéne inférieur de Buenos Aires. Anales del Museo nacional de Buenos Aires, T. XIX, 1909, p. 107-209 ) 1 J. Deniker, Les Races et les Peuples de la Terre. Paris, 1900, p. 583-584. 2 Hovelacque et Hervé, Précis d' Anthropologie. Paris, 1887, p, 518-520, 19 quels il faut rattacher les Huastecs (au N. de Mexico), s'étendaient, avant Vinvasion des Toltecs et des Aztecs, sur une assez vaste région. On a supposé que c'était le plus ancien groupe de limmigration des Nahuas, opi- nion qui demanderait á étre appuyée de preuves convaincantes. Certains font venir les Mayas des Antilles. Les indigénes actuels du Yucatan sont loin d'avoir la téte allongée; Bancroft les représente comme de taille mo- yenne, ayant une face large, le nez un peu aplati, les yeux apathiques, le teint de couleur cuivrée ou jaunátre. Tls sont indolents, se mélent volon- tiers aux Blanes, et par force d'inertie, les contraignent á se servir de leur propre idiome. En somme, chez les Américains du Mexique, les types sont assez variés.” Quant aux Otomi, voice ce qw'en dit Reclus 1: “Dans le voisinage de México, les montagnes et les vallees écartés sont habitées par les groupes épars d'une nation indienne, les Otomi, qui semblent á peine avoir changé depuis les temps de la domination tolteque: leur nom; signifiant “Cheveux Rouges,” vient probablement de ce quiils se peignaient les cheveux en rou- ge pour aller a la guerre. Autour de Querétaro, pris comme centre de leur domaine, ils occupent presque en entier les parties montueuses du plateau d'Anahuac, entre San Luis Potosi et la chaíne neigeuse: de lá leur nom de Serranos ou “Montagnards.” On évalue leur nombre á plus de 600 000, en y comprenant ceux qui ont abandonné leur langue pour lV'azteque ou pour le castillan; avec les Pamé et les Mazahua, ils sont peu-étre un million... lls ne voyagent qu'entre leurs villages des monts et les lieux de marché: ee sont eux qui approvisionnent de charbon México et les autres villes du plateau, eux qui portent les jarres d'eau et vendent les galettes ou tortillas: on parle d'eux comme des ““Auvergnats” et dés “Savoyards” du Mexique. Ce sont des hommes á grosse téte large, á cheveux épais et noirs, á teint bistré, a démarche lourde, et néanmoins excellents coureurs. On a voulu voir en ces hommes grossiers les restes d'une colonie chinoise, hypothése qui ne concorde guére avec celle qui attribue des origines siniques á la ci- vilization des Azteques: Ce qui a donné lieu á cette théorie de la prove- nance asiatique des Otomi est que leur langue, /1a—hiu, ou la “vieille,” est presque entierement monosyllabique; les mots de deux syllabes y sont ra- res, ceux de trois tout á fait exceptionnels, et lon en retrouve facilement les éléments primitifs. Les vocabulaires du chinois et du hia-hiu présen- tent des coincidences nombreuses; mais pourrait-il en étre autrement, la série des monosyllabes devant étre naturellement assez pauvre en formes différentes”” D'un autre coté, le Nouveau Dictionnaire de Géographie universelle de Vi- 1 E, Reclus, Nouvelle Géographie universelle, Y. XVI, 126-129, 20 vien de Saint-Murtin dit que 'Otomi a le cráne pychoide (en forme de pain de suere), le front large et déprimé, angle facial mesure 55 a 60 degrés, le “nez court, pointu du bout et largement épaté aux narines, le tour de la bou- che musclé et charnu; les levres nettement coupées; le menton triangu- laire, peu accusé et sans barbe; l'os maxillaire presque droit; les pommet- tes saillantes et V'aeil relevé vers les tempes. La couleur de la peu est bis- trée, quelquefois cuivrée et tirant sur le noir; les yeux sont d'un brun foncé; la téte petite en général, est attaché á un cou large, le torse est ce- pendant peu développé; les extrémités manquent de finesse. Les femmes sont souvent mieux faites: quelques-unes sont méme assez jolies. Enfin, WVaprés J. Deniker !, les Otomi, aborigénes présumés du plateau du Mexi- que, sont cantonnés dans VÉtat de Guanajuato et dans le bassin du haut Moctezuma, entre México et San Luis Potosi. ls présentent exemple unique de peuple américain parlant une langue monosyllabique. lls sont de taille au—dessous de la moyenne, brachycéphales en général, avec ten- dance vers la mésocéphalie. Les cránes d'Otomi actuellement décrits sont peu nombreux, du moins á notre connaissance, c'est pourquoi nous pensons que létude du cráne dVOtomi du Musée etnographique de Neuchátel présente un certain intérét au point de vue ethnologique. Voici sa description. Vue de face.—Le cráne est bas, á contour ogival, avec créte bien pro- noncée sur la ligne médio-frontale. Les bosses frontales existent, mais ne sont pas tres développées et sont rapprochées du métopion. Les arcades sourciliéres sont peu accusées; la glabelle est plane, ne faisant aucune sail- lie. Les trous sus—orbitaires existent de chaque cóté. La face est large et basse (tortement chamaueprosope), les fosses canines bien marquées ne sont cependant pas tres profondes. Les os nasaux sont courts, étroits, adossés en formant une courbe concave et projetés dans leur région inférieure ainsi que les apophyses montantes des maxillaires supérieurs. L'ouverture na- sale est large á sa base, dédoublée en deux levres, avec gouttiéres bien accentuées; il y a un fort prognathisme alvéolo-sous—nasal. De toutes les dents la premiere molaire droite persiste; elle est volumineuse, usée, aplatie; la chute de plusieurs dents est posthume, mais la disparition de la premieé- re incisive gauche et des deux incisives, d'une prémolaire et des molaires droites, doit avoir comme origine une maladie du tissu osseux, les alvéoles présentant des traces évidentes de nécrose ou de carie osseuse. Vue de profil.—Cette vue fait voir un cráne relativement élevé, ainsi que Vindique le diamétre vertical basilo-bregmatique. La courbe antéro— postérieure s'éleve rapidement et á peu pres verticalement jusqu'au-—des- 1 J. Deniker, Les Races et les Peuples de la Terre. Paris, 1900, p. 614. sus des bosses frontales, puis elle sincurve d'une facon réguliere et harmo- nieuse jusqu'au lambda; il y a cependant une légére dépression au—dessus de Pobélion; l'écaille occipitale fait un léger chignon. La région iniaque assez salllante correspond au n? 3 de la nomenclature de Broca. Les apo- physes mastoides sont plutót petites, mais l'apoyhyse styloide fortement déjetée en avant est forte et volumineuse. L'épine nasale peu accentuée correspond au n? 2 de la nomenclature de Broca. Vue supérieure.—Cette vue fait voir un contour ovalaire presque cir- culaire; les bosses pariétales sont légerement développées; les arcades Zygo- matiques sont visibles (phénozygie) et la région sous-maxillaire fait une forte saillie. Vue postérieure.—Contour pentagonal, ogival, élevé: la créte occipitale (ligne courbe supérieure), est fortement saillante, surtout dans la région médiane. Vue inférieure.—Le trou de Poccipital est situé en arriére; les condyles occipitaux sont placés dans la région antérieure des bords de l'orifice et se rapprochent du basion. La voúte palatine est peu profonde; les deux arca- des sont peu divergentes, presque paralleles. La suture basilaire (suture occipitosphénoidale) est ouverte, sans aucune trace de synostose; par con- tre, les dents de sagesse étaient bien développées, leurs alvéoles étant en- core visibles. 'Sutures.—Toutes les sutures crániennes sont encore ouvertes; elles sont généralement peu compliquées, sauf la suture lambdoide qui corres- pond au n? 4 de la nomenclature de Broca. La capacité cránienne, calculée par la méthode de Vindice cubique de M. Manouvrier, est trés faible; elle ne serait que de 1248 cm” si l'individu est considéré comme masculin, 1306 emi si le cráne est considéré comme feminin. Ce cráne a probablement appartenu á un individu du sexe masculin, mais jeune encore. Les crétes Vinsertion musculaire sont généralement bien développées. Voici les mesures que nous avons obtenues; nous les mettons en regard aves celles d'un cráne d'Otomi obtenues par M de Méréj- kowski (Bull. Société d' Anthropoloyie de Paris. 1882, p. 178) et d'une mo- yenne des mesures de cinq cránes d'Otomi indiqués par les Crania Ethni- ca, p. 474. 22 Mensurations. Capacité cránienne.-... o. --------| Diamétre antéro-postérieur maximum. | 5% iniaque...| transversal maximum bi-auriculaire...- bi-mastoidien-...| frontal maximum 5 5 ss minimum 3 vertical basilo-bregmatique. - Courbe horizontale totale 5 préauriculaire ...- transversale totale pe sus-auriculaire... sous-cérébrale frontale pariétale occipitale supérieure Sa Ke inférieure Distance naso-basilaire Longueur du trou occipital Largeur ,. Do bi-orbitaire externe interorbitaire bi-zygomatique maximum... 53 bi-jugale Hauteur intermaxillaire de la face ophryo-alvéolaire.. de la face-naso-alvéolaire 37 de Porbite Largeur de Vorbite Longueur du nez Largeur du nez Longueur de la voúte palatine Largeur de la voúte palatine Distance alvéolo-basilaire Indice céphalique de hauteur longueur de hauteur largeur ,” »” »” ” »”» facial I ai Loogic patas Orbita WM BZ codes A RS du trou occipital ..oooooooo--.. | PAE e du prognathisMe-.ooommomomoo=. [| Musée etbn. | e Neuchátel. 1248 em? 161 mm. 167 134 194 120 116 De Méréjkowski. De Quatrefages et Ham Moyenne de 5 cránes I gold ep 1uojo SUBIO *9[[91048U IN9PULIÍ-1ULO (J "908] SP 1ULOJO DUB) 24 Si nous comparons dans le tableau ci-dessus les principaux indices, nous voyons que l'índice céphalique indique la sousbrachycéphalie dans no- tre cráne et dans celui étudié par M. Méréjkowski, tandis que la moyenne de l'indice céphalique des cinq cránes des Crania Ethnica est mésaticéphale mais c'est une mésaticéphalie élevée puisqw'elle frise la sous-brachycépha- lie; Vindice de hauteur-largeur est toujours tres élevé, indiquant ainsi le fort développement des cránes Otomi dans le sens vertical (diamétre ba- silo-bregmatique). L'índice frontal est passablement élevé: il n'y a done pas une trés forte divergence entre les lignes temporales du frontal. D'indice facial 11 est plutót bas; il indique une face large et basse, for- tement chamaeprosope dans notre cráne, tandis que la face est tres forte- ment leptoprosope dans le cráne Otomi étudié par M. Méréjkowski. L'indice orbitaire toujours tres élevé nous montre des orbites mégasé- mes (au—dessus de 89) ou fortement mesosémes, indice de 88,16. L'indice nasal présente de grandes variationes: il est mésorhinien sur notre cráne, leptorhinien sur le cráne de M. Méréjkowski et, enfin, platyr- hinien dans la série des Crania Ethnica. Quant a indice du prognathisme, toujours élevé, il démontre un déye- loppement assez développé de la face, surtout pour ce qui concerne notre cráne, tout au moins, dans la région alvéole-sous—nasale. D'une maniére générale, les quelques indications que nous venons de releyver dénotent bien une certaine homogénéité dans les caractéres an- thropologiques des eránes Otomi. Seul, l.indice nasal offre des écarts assez sensibles, ce qui, du reste, se rencontre fréquemment dans la méme race. Jl est difficile, étant donné le peu d'indications dont nous disposons, de tirer de cette étude des déductions plus complétes. Le sujet est pour- tant intéressant et en vaut certainement la peine car, avec une série plus nombreuse, il serait peut-étre pessible de suivre les liens de parenté qui doivent probablement exister entre les Indiens Otomi et les autres tribus indiennes et indigénes qui ont occupé autrefois et qui habitent encore au- jourd'hui le Mexique. C'est pourquoi nous souhaitons, en terminant, que de nombreux documents anthropologiques se rapportant aux populations mexicáines soient réunis. Seuls, ils pourront contribuer a donner une so- lution exacte á ce probleme ethnogénique. (Bull. de la Soc. Neucháteloise de Géographie, tome XX, 1909-1910). 25 SESIONES DE LA SOCIEDAD. NOVIEMBRE 14 DE 1910. Dedicada al Sr. ING. D. ANTONIO GARCIA CUBAS, Socio honorario, quien la presidió. El Sr. Ing. Jesús Galindo y Villa, leyó el elogio del Sr. García Cubas. (Véase adelante). TRABAJOS. —Ing. A. García Cubas. La Leyenda de Votán. (Memorias, t. 30, p. 83). Ing. Guillermo Bazán. Las Cintus suspendidas en la medida de bases. (Memorias, t. 31). Prof. M. E. Becerra. Verdadero concepto de nuestra guerra de Indepen- dencia. (Memorias, t. 30). Dr. A. L. Edwards. Notas sobre el guano. (Memorias, t. 30). Prof E. E. Schulz. Clasificación de las entidades políticas de la República Mexicana con relación á su orografía. NOMBRAMIENTOS. —Socio honorario: Dr. Luis Capitan, Profesor de Antigúiedades Americanas en el Co- legio de Francia. Paris. Socio corresponsal: Dr. A. L. Edwards, Newark, N. J., E. U. Miembro titular: Sr. Carlos C. Hoffmann. México. PosTULACIÓN. —Para miembro titular: Ing. Gabriel Itié, Escuela N. de Agricultura; Francisco Vázquez y Valdez, Ensayador, Chihuahua; Dr. Miguel Moreno Aldama, México, . DICIEMBRE 5 DE 1910. Presidencia del Sr. Ing. Joaquín de Mendizábal. TRABAJOS. —Paul A. E. Henning. «puntes sobre la historia del Chalchi- huitl en América. (Memorias, t. 31, p. 29). Lic. R. Mena. Los dientes de los indios. (Memorias, t. 30). Ing. I. Pérez Guzmán. Estudio de las mareas. NOMBRAMIENTOS.— Miembros titulares: Ing. Gabriel Itié, Profesor en la Escuela Nacional de Agricultura; Revista (1910-1911).—4. 26 Dr. Miguel Moreno Aldama, México; Francisco Vázquez y Valdez, Ensayador, Chihuahua. - POSTULACIÓN. —Para miembro titular: León Van der Elst, Ingeniero Civil, México. El Secretario perpetuo, . R. AGUILAR Y SANTILLAN, ENERO 2 DE 1911. Presidencia del Sr. Ing. Joaquín de Mendizábal. ELECCIONES. Presidente: Ing. Guillermo B. y Puga. Vicepresidentes: Ing. Valentín Gama y Dr. Daniel M. Vélez. Secretario anual: Ing. Adrián Téllez Pizarro, Prosecretario: Ing. Andrés Villafaña. TRABAJOS. —Dr. Alfonso Pruneda. Los sabios muertos en 1910. (Memo- rias, t. 31, p. 77). Prof. J, Engerrand. La organización de la extensión universitaria en Bél- gica. (Memorias, t. 31, p. 67). Prof. A. M. Carreño. Cuauhtemoc. (Revista, t. 30). Dr. W. Freudenberg. Ascent to the Tetaccihuatl from the South. (Memo- rias, t. 31, p. 73). NOMBRAMIENTOS. —Miembro titular: León Van der Elst, Ingeniero Civil. Junta Directiva para 1911: Socio corresponsal: Paul Gille, Profesor en la Universidad de Bruselas. FERRERO 6 DE 1911. Presidencia del Sr. Ing. Guillermo B. y Puga... El presidente dió las gracias por habérsele elegido para el presente año y ofreció que haría esfuerzos para procurar el progreso de la Sociedad. TrABAJOS.—Ing, G. B. y Puga. Observaciones pluviométricas ejecutadas en el Molino del Rey, Bosque de Sta. Fe y Ex-Convento del Desierto, durante 1910, (Memorias, t. 31, p. 99). ' Rev. Soc. Alzate. O! Sr. Ing. D. Antonio García Cubas. [Eu] -—) Dr. C. Burckhardt. Remarques sur quelques travauz récents relatifs d questions de Paléoclimatoloyie. (Memorias, t. 31, p. 107). Dr. E. Landa. La numeración de los glóbulos blancos y de los leucocitos con el hematímetro de Hayem. (Memorias, t. 31). Ing. J. Galindo y Villa. Reseña histórica del Bosque de Chapultepec. 1% Parte. Ing. M. C. Rolland. Procedimiento científico para hacer concreto. Ing. C. Rodríguez. Determinación de las órbitas de estrellas dobles. (Me- morias, t. 31). NOMBRAMIENTO.—Socio honorario: Dr. Franz Boas, Profesor de Antropología en la Universidad Co- lumbia, Nueva York. PosTULACIÓN. —Para miembro titular: Lic. Teodoro Schumacher, Cuernavaca. El Secretario anual, A, TELLEZ PIZARRO. EL SEÑOR INGENIERO DON ANTONIO GARCIA CUBAS, Elogio pronunciado por Jesús Galindo y Villa, M. S. A., en la sesión que al eminente y modesto sabio consagró la Sociedad Científica “Antonio Alzate,”” el 14 de Noviembre de (910. SEÑORES: La humanidad, que á cada momento y en todo instante descubre sus miserias y flaquezas, tiende á quemar el incienso de la adulación, hija del interés y de la bajeza, ante el prócer ó el magnate; y sus elogios de hoy los convierte en el desdén ó la indiferencia del mañana. Empero, la coro- na que suele colocar en la frente del sabio, del poeta, del benefactor, del hombre virtuoso, generalmente brota espontanea del corazón. Nada tiene, por tanto, de extraordinario que en todos los tiempos se haya honrado en vida el hombre de merecimientos incontrovertibles y eminentes; y que alguno presenciara su propia glorificación. La Sociedad “Alzate,” que labora en silencio y con seguro paso, ha comprendido siempre que es grato deber tributar sus aplausos y su admi- ración al sabio que vive; á los maestros abnegados y á los trabajadores en- canecidos en la brega; y ¿muchos cargados de méritos como de amargas 28 decepciones les ha abierto los brazos cariñosa y consagrádoles sesiones es- peciales. Por eso la manifestación de hoy es pura, como cristalina linfa y sim- pática por estar dedicada á un anciano eminente, de alma blanca y virgen, y cuyas labores en beneficio de la ciencia y el prestigio de la patria han al- canzado un hossana mundial, y largo medio siglo: el Sr. Ing. D. Antonio García Cubas. ¿Qué podre añadir en suloor y acerca de su interesante vidaque nose ha- ya dicho recientemente, sobre todo en el seno de la benemérita Sociedad Me- xicana de Geografía y Estadística, cuando impuso en el pecho del Sr. Gar- cía Cubas, el 23 de octubre de 1909, por mano del Presidente de la Repú- blica, honrosísima y valiosa medalla, en premio á su estudio sostenido, á sus incontables obras geográficas, y á su dedicación dilatada á la ciencia de la descripción de la Tierra? En verdad que nuestro objeto no es el de cincelar erudita biografía, extensa y nntrida, sino rendir pleito homenaje al fundador de la Geogra- fía en México. Porque antes de que el Sr. García Cubas comenzara, sien- do muy joven, á publicar sus trabajos, hasta se ignoraba entre nosotros— ¡cosa que parece increible! —lo que era un paralelo de latitud; como obser- va Pérez Verdía, “cuando —dice—se trataba de fijar la línea divisoria con nuestros vecinos del Norte,” después de la cruenta lucha del 47 que nos hizo perder la mitad de nuestro territorio. “En tan lamentables circunstancias de atraso—prosigue el autor ci- tado—comenzó el Sr. García Cubas sus estudios, sin desalentarse por la magnitud de su empresa ni por la falta de datos; afanose por llevarla á ca- bo, buscando por sí mismo todos los elementos que pudiera emplear.” E Ya en su Memoria sobre el Distrito de Soconusco, el joven laborioso ha- bía conquistado el aplauso del Ministerio de Fomento; y á poco emprendió la elaboración de su obra “más querida,” obra de aliento que pronto dió á conocer: su celebrado Atlas Geográfico, Estadístico é Historico de la Repúbli- ca Mexicana. Era el año 1858 cuando se dió á la estampa esta obra: apenas el Sr. García Cubas contaba veintiséis de edad; por eso admira más ese útil é interesante trabajo, lleno de detalles y con 23 bellísimas cartas de los Es- tados, y de los seis Territorios de entonces, la Baja California, Colima, Sie- rra Gorda, Tlaxcala, Tehuantepec é Isla del Carmen, y en un extenso su- plemento, una “Noticia Cronológica de todos los Gobernantes de México.” El 4tlas se enriqueció con la publicación de dos curiosos documentos in- dígenas, explicados por D. José Fernando Ramírez, conservador, á la sa- 29 zón del Museo Nacional; esos documentos son: la “Tira de la peregrina- ción de los Aztecas,” que se conserva en dicho Establecimiento, y el “Cua- dro Geroglífico de la Peregrinación de las Tribus Aztecas que poblaron el Valle de México.” Corriendo los años, tuvimos el gusto el Sr, García Cu- bas y yo, de rescatar para el Museo este último Códice, que un descendien- te del Sr. Ramírez había puesto á la venta creyendo que era suyo. Anteriormente al “Atlas,” ya el Sr. García Cubas descubría sus admi- rables dotes de geógrafo: teniendo 21 años de edad, dió á luz en 1853, su Carta General de la República; después su Cuadro Geográfico y Carta Gene- ral de la República para el estudio de la configuración y división interior de su territorio; Carta General de la República publicada en 1857, con indica- ción de sus vías de comunicación; y de 1857 á 61 la Carta General para el compendio de Geografía y para el “Atlas.” “Yo he sido testigo muchas veces—decía por entonces el ilustre sabio D. Francisco Díaz Covarrubias, —de las dificultades casi insuperables con que ha tropezado á cada instante mi amigo el Sr. García Cubas, en la pu- blicación de su interesante '“Atlas Mexicano ” provenidas, las más veces, de la falta de datos, y otras, de las discordias que existían entre quienes pu- dieran procurarlos, obstáculos que habrían bastado para desalentar á otra persona que no tuviese la constancia y el infatigable empeño de este joven estudioso y que realzan más el mérito de sus obras.” “Por primera vez, y es preciso hacerlo notar—escribe un biógrafo (Ing. Francisco de P. Piña), esa obra (el 4tlas) tan favorablemente juzga- da por quienes con toda su autoridad podían hacerlo, nos haría el inapre- ciable servicio de hacernos conocer en el extranjero, en donde su autor, como una alta y legítima recompensa que honraba á la patria, recibía el tí- tulo bien raro por cierto entonces, de Caballero de la “Legión de Honor” de Francia.” : Claramente demuestran estos hechos, que el Sr. García Cubas no so- lamente trabajaba para la ciencia y fundaba nuestra cartografía, sino que hacía labor patriótica de las más altas y más nobles. Después los trabajos se sucedieron cada vez más hermosos y eruditos. La carta de Durango y las especiales de los Estados de Guanajuato, Jalisco, Nuevo León y Tamaulipas; de Sonora y Sinaloa y de la Baja Cali- fornia, prestaron en su época inmediatos servicios, sirviendo de base de consulta. ¿Qué podrá hacer una nación en el terreno económico si desco- noce la naturaleza y configuración de su suelo, sus riquezas y recursos naturales, el caudal y dirección de sus ríos? ¿Quién podría proporcionarle acerca de su territorio un copioso arsenal de datos, en medio de guerras in- testinas y cuando ningún gobierno podía ser estable! A través de esta épo- ca aparece la labor del Sr. García Cubas sostenida, firme y vigorosa, como lo comprueban subsecuentes publicaciones. 30 El plano de Puebla y sus alrededores, los planos y perfiles del camino de Tulancingo, y sus ex] loraciones en el Estado de Hidalgo, cuando formó parte de la Comisión Científica nombrada por el gobierno, dan nuevas en- señanzas y proyectan más luz en el fondo obscuro de nuestra incipiente geografía, casi nada estudiada después de las investigaciones del Barón de Humboldt. La carta de la República dada á luz en 1873 y la de 1876 son incompa- rablemente bellas. La carta orohidrográfica señala de bulto nuestros siste- mas de montañas y la red fluvial, descritas en estos últimos tiempos de ma- no maestra por mi antiguo y querido profesor D. Miguel E. Schulz. En 1877 publicó su hermoso Album del Ferrocarril Mexicano; y en otras épocas, su Plano de la batalla del 5 de mayo, su Geometría para los estable- cimientos de instrucción, que ha alcanzado numerosas ediciones, y sus dos textos de Geografía Universal: el Compendio y el texto grande, que son de todos conocidos, lo mismo que su 4tlas Escolar de la República Mexicana. Una nueva obra de gran aliento, también, bella en su forma y esme- radísima en el fondo, brotó de manos del Sr. García Cubas el año 1886: el Atlas pintoresco é histórico de los Estados Unidos Mexicanos, que contiene 14 láminas: la 1? es la carta Política; la 2* la Etnográfica; la 3? la Eclesiás- tica; la 4%, Vías de comunicación; la 5%, Instrucción Pública; la 6%, Carta Orográfica; la 7? la Hidrográfica, la 8? la Agrícola; la 9? la Minera; la 102 la Arqueológica é histórica; la 11?, representa á la vieja Nueva España; la 12%, el Valle de México; la 13*, México y sus alrededores, y la 14? un cuadro geográfico estadístico é histórico. “Cada uno de estos mapas está rodeado de cromo-litografías de una hermosa ejecución. Además del gran mérito de esta obra como Atlas Esta- dístico é Histórico, — decía el Diario Oficial de 21 de Agosto de 1886,—es un notable trabajo artístico; pues sus ilustraciones están ejecutadas admi- rablemente, y son especialmente relativas á la materia á que el mapa que decoran está dedicado. Muchos de los paisajes y vistas contenidos en el Atlas, son dignos de recomendación especial y los que cireundan la hoja arqueológica deben ser de positivo interés para los que se consagran al es- tudio de las ruinas y antigúedades de México y de Centro América.” Una de las obras más notables del Sr. García Cubas, reveladoras de un carácter perseverante y de una fatigosísima labor, es el Diccionario Geo- gráfico, Histórico y Biográfico de nuestra patria, compuesto de cinco volúme- nes dados á la estampa de 1888 á 1891. El primero se abre con una intro- ducción sumamente útil que es un verdadero cuadro etnológico, histórico y descriptivo de la República. En esta sinopsis se caracterizan á grandes rasgos, pero con lineamientos fundamentales, los diversos grupos étnicos aborígenes, desde aquellos cuya antigiiedad es más remota, como los Oto- > A y 31 mites, hasta los avasalladores Mexicanos, los cultos Mayas, los Zapotecas, Mixtecos, Zoques, Mixes, Huaves, Tzotziles, Tzendales, Chontales, Taras- cos, etc., etc. Como obra de consulta, el Diccionario esinapreciable; en él están refun- didos y considerablemente ampliados, numerosos datos de ese otro Diccio- nario Universal de Historia y Geografía no menos célebre y notable, en el cual colaboraron nuestras eminencias: Orozco y Berra, García Icazbalceta, el Conde de la Cortina y tantos otros cuyos artículos no envejecen y siem- pre se tienen á la vista. No debo pasar inadvertido otro importante trabajo que, según entien- do, desgraciadamente aún permanece inédito; y cuyo texto, si bien se im- primió, apenas ha circulado: me refiero á la Carta General del Antiguo Im- perio Mexicano (el Azteca) y en la cual se da cuenta detalladísima de todas las exploraciones efectuadas en este inmenso territorio á raíz de la Conquis- ta, Carta que se presentó en la Exposición Histórico-Americanade Madrid de 1892, á la que tuve la honra de concurrir como miembro de la Comisión de México. “La Carta Geográfica en cuestión—decía al Sr. García Cubas el inol- vidable Ministro D. Joaquín Baranda—figurará con brillo, seguramente, en la Exposición Histórico Americana que va á celebrarse en Madrid con motivo del 4? Centenario del descubrimiento de América, y será de hoy en adelante un auxiliar poderoso de los estudios históricos relativos á esta par- te del Continente, pues hasta ahora no existe un trabajo de este género. Contendrá acaso, como toda obra humana, y como usted mismo lo teme, algunos errores; pero cualesquiera que éstos sean, podrán ser rectificados por los especialistas que emprendan más tarde una labor semejante á la que usted con tanta dedicación ha desempeñado.” Así se estimula al hombre de trabajo, “y así se aquilatan los méritos por personas de legítima y verdadera sabiduría como aquel distinguido ca- ballero que durante 18 años estuvo al frente de la Secretaría de Justicia é Instrucción Pública. Hace treinta y seis años circuló entre los estudiosos un librito de es- eritos varios del Sr. García Cubas, comprendidos de 1870 á 1874 cuyas pá- ginas son al par que de nutrida enseñanza, de plácida delectación. Así lo hace notar aquel dulce poeta José Rosas, que puso prólogo al libro, porque 32 el Sr. García Cubas siguió fielmente en sus escritos el conocido precepto de Horacio: unir lo útil 4 lo agradable. Y agradables y útiles son sus impresiones de un viaje á la Sierra de Huauchinango y su descripción de la grandiosa zona de Necaxa; sus impre- siones sobre la Sierra de Pachuca y Atotonilco el Chico; su excursión á la gruta de Cacahuamilpa; y la emprendida en las tierras calientes de Teziu- tlán y Nautla; á Perote, á Jalapa y á la histórica y vieja Tollan. Pero ese librito contiene materias más nutridas: entre otras, los copiosísimos datos para formar la estadística general de la República Mexicana y su demogra- fía; y cuyo censo de habitantes los calculó para 1868, en 8,845,759, poco más de la mitad de la cifra actual. Allí está igualmente su bello estudio comparativo de las pirámides de Egipto y de las de Teotihuacán; y sus dos discursos, en honor del ilustre Morse, uno, y el otro del sabio astrónomo belga Lamberto Quetelet. * YE Todavía, señores, una obra no menos fatigosa, dió el Sr. García Cubas á luz hace pocos años, en 1904; es obra que, desde la primera hasta la últi- ma de sus páginas, se lee al calor de la dulce vida de otros tiempos; bajo un sentimiento de amargura, por mucho de lo que ya no es, de lo que nun- ca volverá: se llama el Libro de mis recuerdos, en el que el autor cristaliza su alma entera, y nos hace desfilar por los claustros solitarios de los con- ventos de la Metrópoli mexicana; por las calles del México viejo; y pasear en las melancólicas y silenciosas noches de luna. Infinidad de festividades, de tipos, de sitios históricos, de colegios, de episodios, están descritos en un estilo encantador que cautiva y deleita; y hace de ese libro un tesoro de recuerdos, ilustrado por innumerables viñetas y grabados. El Sr. García Cubas acaba de darme hace unos cuantos minutos, la gra- ta y plausible noticia de que ya comenzó la publicación de la segunda par- te de sus Recuerdos; y que ésta se refiere á aquellas instructivas y sabro- sas tertulias de la Botica situada frente al Teatro Principal, por donde pa- saron tertulianos de la talla de Altamirano y del inolvidable Dr. Peredo. Toda esta gran labor del Sr. García Cubas, ha sido ya premiada por Gobiernos y Sociedades Literarias y Científicas; y ahora me ha tocado feliz- mente en suerte condensarla, con cariño, con grata complacencia, en nom- dre de nuestra “Alzate,” que ha sido siempre entusiasta admiradora y jus PRADA 33 ta apreciadora del modesto y distinguidísimo sabio, y para mí querido ami- go, que hoy nos honra presidiendo esta velada; sabio en quien tenemos un elocuente modelo que imitar, por su inquebrantable laboriosidad, y su in- tenso patriotismo; y cuya venerable cabeza ostenta la aureola de una glo- ria muy legítima y duradera: sus resplandores han alumbrado é iluminan aún los pasos de la juventud estudiosa, que, al solo nombre de García Cu- bas acrecentará su entusiasmo por las investigaciones cada vez más impor- tantes y trascendentales de la Geografía de nuestro hermoso y adorado sue- lo mexicano. 14 noviembre 1910. BIBLIOGRATTA. Traité de Radioactivité par Madame P. Curie, Professeur á la Faculté des Sciences de Paris Librairie Gauthier—Villars, Quai des Grands-Augustins, 55, á Paris (6%). Deux volumes in-8 (25-16) de x1r1-426 et 1v-548 pages, avec 193 figures et 7 planches; 1910, 30 fr. Cet Ouvrage représente lensemble des legons qui ont constitué pen- dant ces derniéres années le cours de Radioactivité professé á la Sorbonne. La rédaction de ces legons a été complétée par quelques développements qui n'avaient pu trouver place dans Venseignement. Etroitement liée a la Physique et á la Chimie, empruntant les métho- des de travail de ces deux sciences, la Radioactivité leur apporte en échan- ge des éléments de renouvellement. A la Chimie elle apporte une nouvelle méthode pour la découverte, la séparation et Vétude des éléments chimi- ques, la connaissance un certain nombre d'éléments nouveaux de pro- priétés trés curieuses (en premier lieu le radium); enfin, la notion capita- le sur la possibilité de transformations atomiques dans des conditions ac- cesibles au contróle de Vexpérience. A la Physique, et surtout aux théo- ries corpusculaires modernes, elle apporte un monde de phénomeénes nou- veaux dont l'étude est une source de progrés pour ces théories, La radioactivité est une propriété nouvelle de la matiére qui a été ob- servée sur certaines substances. Rien ne permet Vaffirmer actuellement que ce soit une propriété générale de la matiére, bien que cette opinion Wait a priori rien Vinvraisemblable et doive méme paraítre naturelle. Les corps radioactifs sont des sources d'énergie dont le dégagement se mani- Reyista (1910-1911.)—5. 34 feste par des effets variés: émission de radiations, de chauleur, V'éléctrici- té. Ce dégagement d'énergie est essentiellement lié á Vatome de la subs- tance; il constitue une phénoméne atomique; il est de plus spontané. Ces deux caractéres sont tout á fait essentiels. Parmi les produits de la destruction des corps radioactifs, il en est un particuliérement intéressant C'est le gaz hélium qui est produit constam- ment par le radium, Vactiniunn, le polonium, Vuranium, le thorium. L/ex- périence a prouvé que les atomes d'hélium émis doivent étre considérés comme des particules qui ont perdu leur charge électrique. D'autre part, les rayons e des divers corps radioactifs semblent constitués par les mé- mes particules matérielles. I] en résulte que latome d'hélium forme, suivant toute probabilité, Vun des constituants de tous ou presque tous les atomes radioactifs, et peut étre, en général, un constituant des édifices atomiques. La radioactivité résulte de la destruction de certains atomes, et cette destruction nous apparait comme un phénoméne spontané. L'expérience montre aussi que tout ce passe comme si la probabilité de la destruction était, au méme instant, la méme pour tous les atomes d'une méme matié- re; C'est ainsi que s'interpréte la loi exponentielle de la destruction et les écarts á partir de cette loi. Néanmoins, il paraít inévitable d'admettre que la destruction d'un atome individuel á un moment donné résulte de cir- constances particuliéres qui peuvent faire intervenir Vétat de cet atome et Vinfluence d'agents extérieurs. Ainsi la cause déterminante des phénomé- nes radioactifs reste encore inconnue. Dans ce Livre l'exposé des phénoménes de la radioactivité proprement dits a été précédé par un exposé de la théorie des ions gazeux, et par un ré- sumé des connaissances les plus importantes sur les rayons cathodiques, les rayons positifs, les rayons Róntgen et les propriétés des particules élec- trisées en mouvement. Ces connaissances sont indispensables pour l'étude du sujet qui nous occupe. Un Chapitre-a ensuite été consacré a la descrip- tion des méthodes de mesures. Aprés la description détaillé de la décou- verte et de la préparation des substances radioactives, vient létude des émanations radioactives etde laradioactivité induite ou desradiations émi- ses par les corps radioactifs. Les substances radioactives sont ensuite clas- sées par familles, avec l'étude pour chacune d'elles de lensemble des pro- priétés et de la nature des transformations radioactives. Table des matieres.—Tome !.—I. lons et électrons.—II. Procédés d'é- tude et de mesures en radioactivité. —01I. Radioactivité de l'uranium et du thorium. Minéraux radioactifs.—IV. Les nouvelles substances radioacti- ves. —V, Radioactivité á durée limitée. Radioactivité induite, etc.—VL Y A % q . 4 j E P e E o a E ES v AS e ds a A a 35 Gazradioactifs ou émananations —VII, Radioactivité induite. —VII. Théo- rie des transformations des corps radioactifs. Tome I1.—IX. Nature desradiations. Rayons 6. Rayons a. Rayons y.— X. Divers phénomeénes observés en présence des corps radioactifs.—X1. Dé- gagement de chaleur par les substances radioactives.—XIT. Uranium et sa famille. —XIIL. Radium et sa famille. Polonium.—XIV. Thorium etsa fa- mille.—-XV. Actinium et sa famille. —X VI. Minéraux radioactifs. Produc- tion du radium. lonium. Analogies et liaisons entre les familles d'éléments radioactifs.—XVIL Radioactivité du sol et de l'atmosphére.—Tableau des données numériques. —Appendice. Manuali Hoepli. Prof. Giov. B. Alfano, Direttore dell Obser- vatorio Meteorico-Greodinamico in Valle di Pompei. Sismolo- gia moderna. Con 47 figure e una tavola.—Ulrico Hoepli, Edi- tore libraio della Real Casa. Milano. 1910. 1 vol. 18% 357. p. L. 4. Esta pequeña obrita está escrita en un estilo claro y se halla en gene- ral al corriente de los adelantos en el importante ramo de que se ocupa. Contiene en veintidós capítulos las materias siguientes: Definiciones preliminares. Naturaleza del movimiento séismico: movi- miento periódico y definiciones relativas. Clasificación de las ondas. —Prin- cipales elementos del movimiento: localidad, hora, duración, dirección, ca- rácter, intensidad, epicentro, hipocentro.—Principales elementos de la onda séismica: velocidad, reflexiones, número de sacudidas. —Registro de las sa- cudidas: aparatos séismicos. Estudio de los seismogramas. —Efecto de las sacudidas. Fenómenos acompañantes. Frecuencia delos terremotos. Seis- micidad de la tierra. Génesis de los terremotos y su clasificación. Seismi- cidad de Italia. Seismicidad de Calabria. Conclusiones. / Eléments de Caicul vectoriel avec de nombreux applications á la Géométrie, á la Mécanique et á la Physique mathémati- que par C. Burali-Forti, Professeur a l Académie militaire de Turin et R. Marcolongo, Professeur de Mécanique rationnelle a Université de Naples. Edition frangaise traduite de Vita- lien et augmentée d'un supplément par S. Lattés, Maítre de con- férences á Université de Montpellier.—Paris. Librairie A. Hermann et fils. 6, rue de la Sorbonne, 1910. 1 vol in-8, 229 pages. 8 fr. Este libro que presenta los métodos vectoriales que serán de gran uti- lidad á los físicos, á los electrotécnicos y á los que cultivan las matemáticas puras, comprende dos partes y un apéndice. En la primera parte se halla una exposición sistemática de los funda- mentos del cálculo de los vectores, introduciendo solo los elementos siguien- tes: números reales, puntos, vectores, formas de primera especie de Grass- mann (ó baricentros de Móbius); se indican las aplicaciones inmediatas á cuestiones conocidas de geometría, tratando sobre todo de hacer ver que el empleo oportuno de vectores y componentes vectoriales permite presentar á la geometría analítica bajo una forma geométrica absoluta y eliminar to- do algoritmo indirecto, que, nacido con las coordenadas, debe desaparecer necesariamente desde que sea posible considerar los elementos geométricos fuera de todo sistema fijo de referencia. En la segunda parte se dan las aplicaciones del sistema vectorial, que puede llamarse sistema minimum, desarrollándose cuestiones de geometría diferencial, de mecánica y de física matemática, en las cuales se muestra la superioridad del cálculo vectorial absoluto sobre los métodos antiguos é indirectos de las coordenadas. El apéndice trata de las formas geométricas de Grassmann y los cua- ternios de Hamilton, terminando la obra con notas históricas y críticas. ' A Textbook of Botany and Pharmacognosy intented for the use of students of Pharmacy, as a reference book for phar- macists, and as a handbook for food and drug analysts. By Henry Kraemer, Pl.. B., Ph. D., Professor of Botany and Phar- macognosy, an] Director of the Mieroscopical Laboratory, in the Philadelphia College of Pharmacy, ete. Illustrated with over 300 plates comprising about 2000 figures. Fourth revised and enlarged Edition.—Philadelphia € London. J. B. Lip- pincott Company. 1910. 8 888 pages $5.00. . Esta importante obra está dividida en tres partes. La primera, com- prende cinco capítulos, consagrados á presentar los caracteres distintivos | | >. 37 de los principales grupos de plantas desde las inferiores hasta las superio- res, la anatomía ó estructura exterior de las Angiospermas, la estructura interior ó histología de las plantas superiores, la clasificación de las Angios- permas que suministran drogas vegetales y otros productos útiles, deserip- ciones concisas de plantas y de las drogas no—oficiales derivadas de ellas y el cultivo de plantas medicinales. La segunda parte tiene dos capítulos que tratan de las drogas oflciales de la Farmacopea de los Estados Unidos y de las drogas y alimentos pul- verizados. Este último capítulo será de gran interés no sólo á los estudian- - , tes sino también á los que se ocupan del análisis de esos productos. La tercera parte se ocupa de los reactivos, así como de la técnica de la preparación y montado de ejemplares. El libro está profusamente ilustrado, sobre todo por figuras de asuntos propios del autor. Chaplet (A.), Ancien Directeur Pusines, et Rousset (H.), In- genieur-chimiste.—Blanchissage et nettoyage. In-8 (19-12) de 162 pages avec 39 figures; 1910. (Eneyclopédie scientifique des AideMémoire). Broché, 2 fr.50. Paris. Gauthier—Villars. Sous une forme tres réduite, l'ouvrage contient tout ce qu'il importe de comnaítre, aux points de vue théorique et pratique, des procédés indus- triels et ménagers du blanchissage et du nettoyage des linges et vétements. Les auteurs examinent successivement au cours des premiers chapi- tres d'abord les généralités historiques et économiques, puis létude de Vessangeage, du lessivage, des lavages, de la méthode par “bouillage,” en- fin du séchage et de Vapprét du linge. La seconde partie est consacrée aux divers procédés de nettoyage des vétements. Chaplet (A.), Ancien Directeur Pusines, et Rousset (A.), In- génieur-Chimiste.—Le blanchiment. Chimie et technologie des procédés industriels de blanchiment In-8 (19-12) de 171 pa- «ges, avec 10 figures; 1910. (Eneyclopédie scientifique des Aide- Mémoire). Broché, 2 fr. 50. Paris. Gauthier—Villars. Les auteurs ont réuni en un Aide-Mémoire complet quoique trés sue- cinct, quantité de renseignements sur les principes théoriques de l'indus- 38 2 trie du blanchiment et sur les applications pratiques. L'Ouvrage se compo- se de deux Parties: les premiers Chapitres sont consacrés aux généralités _sur les divers agents de blanchiment, les procédés de décreussage, le chlo- rage, les méthodes de lavage, traitements mécaniques, lessorage et le sé- chage. La seconde Partie se compose de la description des divers traitements usités en pratique industrielle pour le blanchiment des toiles et cotonnades de la laine et de la soie, enfin, des matiéres diverses telles que corps gras, minéraux, aliments, etc. Verhandlungen des XVI. Internationalen Amerikanisten— Kongresses in Wien, 9. bis 14. Septembre 1908. 2 vols. 832 pp. 277 fig, 6 38 lám. 1910. A. Hartleben's Verlag in Wien und Leipzig. 40 M. 53 Fr. 35 c. Entre los importantes trabajos que esta obra encierra, solo menciona- remos los siguientes que se refieren á México. Dr. L. Capitan (Paris). Les grands anneaux de poitrine des anciens Mexicains. Comparaison avec les anneaux similaires japonais océaniens et préhistoriques de la Gaule. 4 fig. —L'Omichicahuatzli mexicain etson an- cétre de l'époque du renne en Gaule. 3 fig. Dr. E. Seler (Berlin). Die Sage von Quetzalcouatl und den Tolteken in den in neuerer zeit bekannt gewordenen Quellen. 9 fig.—Die Ruinen von Chich'en—Itzá in Yucatán. 117 ig. u. 31 Taf. —Bericht úber die Unter- suchung des altmexikanischen Federschmuckes im k. k. Naturhistorischen Hofmuseum durch die von dem Kongresse gewáhlte Kommission. L. Wollmar (Heidelberg). Die Altmexikanischen, religiósen Bilder- handschriften und die Zuverlássigkeit ihrer alten und neueren Interpre- tation. 21 fig. S. Hagar (New York). Elements of the Maya and Mexican Zodiacs. 5 fig. Adela C. Breton (Montreal). Survivals of Ceremonial Dances among Mexican Indians. 4 fig. Comte de Charencey (Paris). Sur la langue Tzotzile et sa numération. F. Belmar (México). El Tarasco y sus relaciones con las lenguas de la familia Mixteco-Zapoteca-Otomi. 39 Description et usage de 1 Astrolabe á Prisme par A. Clande, Membre adjoint du Bureau des Longitudes et L. Driencourt, In- génieur hydrographe en chef de la Marine. In-8 (22-16) de XXX-992 pages, avec 39 fig. et 7 pl. Paris. Librairie Gauthier- Villars, 1910. Cartonné, 15 fr. Cet Ouvrage se compose de deux Parties trés inégales: la premiére, qui comprend les Chapitres I á4 Vl inclus, est plus particulierement des- criptive et théorique. Les Chapitres I et II contiennent les principes de Vastrolabe á prisme, létude de linfiuence des erreurs instrumentales, la description des deux types d'instruments, les procédés a employer pour leur réglage et la marche des images dans le champ de la lunette de cha- cun d'eux. Le Chapitre HI est entiérement consacré á l'exposition de la méthode générale des hauteurs égales pour la détermination de la latitu- de et de l'heure et de son application au cas particulier des hauteurs ob- servables avec V'astrolabe á prisme. Il débute par Vexposé des notations et conventions adoptées qui sont les plus commodes pour 1'Astronomie de position et par une étude de la précision de la droite de hauteur, question qu'on ne trouve traitée nulle part et qui est fondamentale pour tous les problemes d'Astronomie ou interviennent les mesures de hauteurs d'astres. Le probleme général des hauteurs égales est abordé ensuite. La solu- tion géometrique, extrémement simple en théorie, est inacceptable en pra- tique, et il es nécessaire d'avoir recours au calcul pour le tracé des cercles de hauteur approchés. Ceux-ci peuvent étre remplacés par des droites; Vautre part, on peut substituer á la sphére une projection plane. Les li- mites dans lesquelles les substitutions sont permises son nettement défi- nies. Le probleme se trouve ainsi ramené a celui du tracé d'un cercle sur un plan connaissant un certain nombre de tangentes. La détermination des longitudes par les hauteurs égales de Lune et Wétoiles, qui forme la matiére du Chapitre IV, est traitée également par la méthode des lieux géométriques. Cette application de la méthode est nou- velle et constitue un perfectionnement relativement aux anciens procédés. Les Chapitres V et VI concernent la préparation des observations et Videntification des étoiles inconnues observées. Ces deux preblémes qui sont inverses lun de Vantre sont résolus d'abord par le calcul, puis nomo- graphiquement et au moyen de Tables. La deuxieme Partie, qui se distingue du reste du Volume par le rouge de la tranche, est formée du septiéme et dernier Chapitre intitulé: Prati- que des observations et des calculs. Elle renferme, classées dans l'ordre 40 oú Von peut en avoir besoin, toutes les notions vraiment pratiques acqui- ses au cours de la premiére, avec des exemples de séries d'observations et “de détermination de longitude. Les Tables générales de préparation, á de- faut de l'abaque général, figurent á la suite du numéro relatif á leur em- ploi. L'Ouvrage se termine par une Note sur les conditions de parallélis- ' me des rayons lumineux quelconques réfléchis a Pintérieur d'un prisme. Poussée des terres. Deuxiéme partie. Théorie des terres cohérentes, Applications. Tables numériques. Par Jean Ré- sal, Inspecteur générale, Professeur á Ecole des Ponts et Chaussées. (Encyclopédie des Travaux Publics fondée par M.-C. Lechalas).—Paris. Librairie Polytechnique Ch. Béranger. 15, rue de Saints—Peres. 1910. 1 vol, in-8, 346 pages, 115 fig. 15 fr. Se ocupa esta obra del estudio del empuje de las tierras dotadas de cohesión, deduciendo de las teorías propias del autor, las reglas prácticas aplicadas á la estabilidad de los macizos en tierra y al cálculo de los muros de sostenimiento. Está dividida en tres capítulos: el primero trata de la teoría del equi- librio de las tierras coherentes, considerando todos los casos que puedan presentarse en la práctica. El segundo está consagrado á los trabajos de terraplenado, deslizamiento de terrenos, taludes, etc. El tercero se ocupa de los cálculos relativos á los muros de sostenimiento. Después se hallan cuatro extensas tablas numéricas para el cálculo del empuje de las tierras, terminando con la descripción del dique de tie- rra construido de 1902 á 1906 en el depósito de Charmes (Haute-Marne), Francia. Ñ Les Sociedad Centlica Antono Arale. MEXICO. OLLLLILLIILIL LILIA Revista Científica y Bibliográfica. Núms. 556. Tomo 30. 1910-911, GUATE FEMOC, El Sr. Nicolás del Rivero, Director del “Diario de la Marina” que se publica en la Habana, ha escrito un artículo expresando su asomlro de que en México se haya levantado un grandioso monumento á ('uau'temoc y cree que éste debiera demolerse y erigirse en su lugar uno al conquistador don Hernando Cortés. Si la proposición viniera de una persona inculta no nos hubiera admi- rado, pues esto acusaría solo un desconocimiento completo, no solo de la historia de nuestro país, sino de la historia del mundo; pero á la verdad re- sulta inexplicable tal proyecto salido de la pluma de un escritor, y por ende director de uno de los más importantes periódicos de Cuba. El Sr. Rivero basa tan peregrina idea, por no llamarla de otro modo, en que Cuauhtemoc pertenecía á una raza sacrificadora que á veces comía la carne de sus víctimas. Pues bien, la Historia que es la narradora de lo que han sido y de lo que son los pueblos y los hombres, demuestra quo los sacrificios humanos los han realizado aquellos pueblos que han llegado á ser portaestandartes de la civilización, y entre esos pueblos se encuentre n los que han formado á España, puesto que está comprobado que también fue- ron sacrificadores y antropófagos. No vamos á demostrar este aserto acudiendo al testimonio de eserite- res parciales; vamos á invocar el nombre de aquellos que, como César C:.n- tú, son una autoridad reconocida como historiógrafos, y vamos á invovar el testimonio de escritores españoles que tampoco pueden ser tachados de parcialidad. Revista. (1910-1911).—6 42 En efecto, Cesar Cantú, hablando de los sacrificadores humanos, dice textualmente en el tomo VIII, pág. 787 de su Historia Universal: “La ma- yor parte de los pueblos han inmolado víctimas humanas, fenicios, egip- _cios, árabes, cananeos, habitantes de Tiro y de Cartago, persas, atenien- ses, lacedemonios, iónicos, todos los griegos del continente y de las islas, romanos, antiguos bretones, HISPANOS, galos; todus han estado sumer- gidos en esta horrible preocupación. Para conseguir el favor de los dioses, el rey de Moab ofreció á su hijo en holocausto sobre los muros de su capital, sitiada por los israelitas, causando esta acción tal horror á los si- tiadores, que en el momento se alejaron. (IV. Rep. IV. 27). No puede me- nos de sentirse un estremecimiento de horror al leer en los autores TANTO ANTIGUOS COMO MODERNOS la descripción de los sacrificios humanos, usa- dos desde los tiempos más remotos en toda la gentilidad, y practicados hoy día en la India y en el interior del Africa. Ignórase quién fué el pri- mero que aconsejó tan atroz barbarie: pero haya sido Saturno, como re- sulta del fragmento de Sanconiaton ó Licaon, como Pausanias parece in- dicar, es lo cierto que esta costumbre hechó profundas y robustas raíces. La inmolación de las víctimas humanas era una de las abominaciones que Moisés reprendió á los amorreos; los moabitas sacrificaban niños al dios Moloc, cuya cruel costumbre prevaleció entre los tirios y fenicios, y los mismos hebreos la habían tomado de sus vecinos.” César Cantú no cita otro caso no menos terrible de sacrificios huma- nos que evitado por un hecho enteramente casual, no por eso pierde lo que tenía de bárbaro y cruel. La Historia Sagrada nos refiere que Abraham re- cibió orden divina para sacrificar á su propio hijo y que él obedeciendo á aquel mandato. hizo que Isaac cargara por sí mismo la leña con que habían de ser consumidas sus carnes en el ara. La Historia agrega que el infanti- cidio no llegó 4 consumarse, porque probada la obediencia de Abraham apareció cerca de ellos un cordero que fué el inmolado. Pero además de la autoridad de César Cantú que cita á los hispanos como sacrificadores, es el Padre Mariana quien nos dice que los GODOS “estaban persuadidos que no tendría buen éxito la guerra si no ofrecían sangre humana por el ejército; sacrificaban los prisioneros de guerra al Dios Marte, al cual eran particularmente devotos, y también acostumbra- ban ofrecerle las primicias de los despojos y suspender de las ramas de los árboles los pellejos delos que mataban.” (Hist. Ant. Disert. VIIL, tomo IL pág. 418). Se ve pues, que si la raza de Cuauhtemoc fué de sacrificadores, sacri- ficadores fueron también LOS HISPANOS Y LOS GODOS. Vamos ahora á demostrar que también entre los españoles ha habido antropófagos, haciendo ver primero que muchos otros pueblos lo han sido. LE 43 Don Fernando Ramírez, el sabio historiógrato mexicano, llevó á tér- mino un estudio muy importante acerca de este punto, estudio que mucho sirvió después á otro no menos ilustre historiador, el Sr. Orozco y Berra, cuando se ocupó en su historia de México en examinar la antropofagía en- tre los antiguos pobladores de este suelo. De aquel estudio de Don Fernando Ramírez se desprende que fueron antropófagos los escitas (Plinio, Hist. Nat. IV, 17.—Mela, de Citu Orbis, II, l) y los Irlandeses (Estrabón, Géographie, lib. IV, pág. 139) los es- coceses (San Gerónimo cit. por Torquemada, lib. XIV, Cap. XXVI) y los celtas (Diódoro de Sicilia, Hist. Univ. V. 21), los alemanes (Cluver-Ger- man antig.) y los battas (Encyelopédie des gens du monde: art. adulteré), y esta generalidad de antropofagía hace que Orozco y Berra exclame: “la antropofagía ha sido crimen común del mundo entero.” (Tomo. 1, pág. 198). Que los españoles han sido antropófagos lo refiere César Cantú en su Historia Universal y estos actos de antropofagía tuvieron lugar, no en épo- cas remotísimas, sino precisamente en aquellas en que se llevó á cabo la conquista de México. Durante la expedición á la Florida, llevada á cabo por Alvaro Núñez, bajo las órdenes de Narvaez, en el año de 1528, una violenta tempestad pu- so en serias dificultades á los españoles que formaban la expedición; pero ““enmedio de ésto, dice César Cantú, tuvieron la fortuna de que los salva- jes se compadecieran de ellos.... (sin embargo), con el invierno sobrevi- no tal hambre, que se vieron reducidos á comerse unos á otros, á cuyo espectá- culo los indios cambiaron la compasión en horror, atribuyendo á aquellos feroces extranjeros las desgracias extraordinarias que sufrían.” Historia Universal, tomo IV, pág. 760. ; Pero no fué este un caso aislado; aquí mismo en México tuvieron lu- gar varios de esos actos reprobables como el que cita Herrera en su Déca- da TT. (libro VIII, cap. 1). Medrano, que formaba parte de la expedición de Hibueras y que fué Chirimía de la Iglesia de Toledo “afirmó haber co- mido de los sesos de Medina Sacabuche, natural de Sevilla, y de la asadura y de los sesos de Bernaldo Caldera y de un sobrino suyo, que murieron de hambre y eran menestreles (músicos).” Ahora bien, es indispensable hacer constar un hecho que no puede pa- sar desapercibido para un historiador desapasionado. Los indios jamás co- mían carne humana para saciar su hambre, como lo hicieron en diversas ocasiones los españoles, y esto lo comprueba el que solo realizaban ese acto tratándose de los cuerpos sacrificados á sus dioses. Los indios fueron en diversas ocasiones azotados por el hambre, y lejos de hacer lo que los ex- pedicionarios de la Florida y de México, prefirieron saciarse comiendo yer- bas, raíces y aun sabandijas, cuanto pudieron haber á mano; pero jamás 44 anrovechar»n los cuerpos calientos de quienen habían sucumbido en los combatos. Y que esto es una verdad, lo comprueban Bernal Díaz del Castillo “Cap. CLVI) y Cortés (Cartas (le Lorenzana, pág. 289), Gomara (Crón, de la Nueva Esp,. Cap. CXXXII!, in Barcia) y Herrera (Dec. II, lib. IL Cap. VI). Fi después de combatir los escrúpulos del Sr. Rivero tratáramos de narrar una á una las hazañas del emperador Cuauhtemoc, que le han vali- do el grandioso montmento que en su honor ha levantado México, tendría- nios necesidad de eseribir, no uno, sino muchos artículos, porque solo así ] odría poners3 de relieve el valor de aquel esforzado guerrero y de aquel estoico cautivo; pero ya que esto no puede ser así, dejemos que Cortés sea. quien nos diga en unas cuantas palabras cuál es el carácter y cuál la ener- gía de Cuauhtemoc, puesto que esas palabras demuestran que el valor y la energía de éste fueron tan grandes, que obligaron al conquistador á huír ante el emperador indio. ! Decía Cortésá Cuauhtemoc: “mandandoos que cesasedes de dar guerra, y nos dieses bastimentos, no lo quisisteis hacer, sino añadisteis mayor di- ligencia, así en pelear, como quitarnos y matar á los que nos daban algu- nos bastimentos escondidamente; de manera que tuvimos necesidad de salir huyendo, y de noche y de donde estábamos, y salir como podimos, con muer- tes de muchos españoles y indios amigos.” (Sahagún, lib. XII. Cap. XXXD.. ¿Y qué decir de Cuauhtemoc el estoico? Un rasgo suyo se ha hecho; célebre en la historia, y ese rasgo ha sido referido precisamente por Goma- ra, Ó lo que es lo mismo, por el capellán y mejor amigo de Cortés. Todos: los que algo conocen de Historia, si son extranjeros, y en México hasta los. niños, saben que cuando el conquistador trató de arrancarle el secreto que ponía á cubierto los tesoros del Imperio, el rey de Tacuba que compartía aquel martirio, le dirigió una mirada que no era otra cosa que una queja. muda, que una súplica que no llegó á expresarse siquiera de palabra, para poner fin á aquel tormento revelando lo que la codicia ansiaba, y entonces, el que había sido antes el indomable guerrero á quien Cortés acusa de haberlo hecho huir, volvió la cara á su compañero de tormento, “le miró con ira y le trató vilísimamente como muelle y de poco, diciendo si estaba él en algún deleite ó baño” (Gomara, pág. 393). Este solo hecho, este solo rasgo de estoicismo y de energía haría digno á Cuauhtemoc del monumento que existe en México en honor suyo. México, 1910. ALBERTO M, CARREÑO, M. $; A, SESIONES DE LA SOCIEDAD. SESIÓN DEL 6 DE MARZO DE 1911. Presidencia del Sr Ing. Guillermo Beltrán y Puga. NECROLOGÍA.—El Secretario perpetuo dió cuenta del sensible falleci- miento del llmo. Sr. Dr. D. Atenógenes Silva, Arzobispo de Michoacán, acaecido en Guadalajara el día 26 de Febrero último. El Sr. Silva prestó importantes servicios á la Sociedad, de la cual fué miembro honorario. TRABAJOS. —Gustavo de J. Caballero, S. J.—La Geología de la región Norte del Estado de Michoacán. (Memorias, t. 30 p. 215). Ing. Jesús Galindo y Villa. — Reseña histórica del Bosque de Chapultepec. Dr. Federico Lentz.—Sur Paction du savon. (Memorias, t. 31. p. 133). Ing! Ambrosio Romo Vega. — Fórmula barométrica de nuevo tipo y Tablas para nivelaciones de alta precisión. NOMBRAMIENTOS. — Miembro Titular: Señor Teodoro Schumacher.— Cuernavaca, Morelos. SESIÓN DEL 8 DE ABRIL DE 1911, Presidencia del Sr. Ing. Guillermo Beltrán y Puga, NecroLoGía.—El Secretario perpetuo dió cuenta del fallecimiento del Miembro honorario Dr. J. H. Van't Hoff, ilustre químico holandés y Pro- _fesor en la Universidad de Berlín, muerto á la edad de 59 años el día 12 de Marzo último. TRABAJOS. —Prof. Isaac Ochoterena.— Apuntes para el estudio de las Cactáceas mexicanas. Dr. Ernesto Wittich.—Los tubos de explosión del Pedregal de San Angel. Prof. Juan S. Agraz.— Una nueva reacción del Pyrrol, 46 SESIÓN DEL 1% DE MAYO DE 1911. Presidencia del Sr. Ing. Guillermo Beltrán y Puga. TRABAJOS. —Profesor Guillermo Gándara. — Visita á algunas institucio- nes de Botánica y Parasitología Agrícola de los Estados Unidos. Manuel Téllez Pizarro.—Observaciones pluviométricas hechas durante 17 años en la Hacienda de Acozac, Estado de México, BIBLIOTECA, Se recibieron los volúmenes 1á V y VIII á XIII de la Harriman Alaska Expedition que obsequió el Instituto Smithsoniano de Washington. MEDALLA.—Se recibió la que mandó la Sociedad Científica Argenti- na y la cual se acuñó con motivo del Congreso Científico Internacional Americano, que se reunió en la Ciudad de Buenos Aires en Julio de 1910. El Secretario anual, ADRIAN TELLEZ PIZARRO. EL COMETA DE MALLEY EN 1910, Estudio sometido al juicio de la Socledad Científica “Antonio Alzate”” y de la Sociedad Astronómica de México, POR JESUS GASCA, M. $, A. Anunciada por gran número de astrónomos para el año actual de 1910 la reaparición del cometa de Halley, seguí con sumo interés las crónicas de la metrópoli de la República relativas á tal acontecimiento; pero como des- de el 18 de mayo, fecha en que se aguardaba el paso de la tierra por la cau- da de aquel astro, el mundo intelectual ha entrado en cierta reserva, sin duda por el fracaso del pronóstico, me propongo condensar en las siguientes líneas cuanto en su oportunidad se publicó, á fin de que quienes más sa- ben se dignen ilustrar los puntos que quedan oscuros hasta hoy en la his- toria del reciente paso de dicho cometa por la región accesible á nuestras miradas. Paso, pues, á hacer por orden cronológico el registro de las noticias de e E 47 publicadas por los periódicos de México desde que se puso el cometa al al- cance de los observadores. 1909. —Septiembre 12. —Siendo aún invisible el cometa, en esta fecha fué fotografiado por Max. Wolf, del observatorio del Heidelberg,sin más guía que las efemérides calculadas porlos profesores Cowel y Crommelin del Observatorio de Greenwich. | 1909.—Septiembre 15.—Por vez primera fué observado telescópica- mente por Burnham, en el Observatorio Yerkes. (Wiliam Bay, Wiscon- sin). 1909. —Noviembre 10.—Fué observado por el Sr. J. M. Chacón. (Ob- servatorio Astronómico Nacional de Tacubaya), D. F. 1909. —Noviembre 17.—Fué observado en el Observatorio Astronómico Nacional de Tacubaya, D. F. 1909. —Diciembre, principios. —Fué observado en Tehuantepec por el Presbítero F. P. Camarillo. 1910.—Enero 12—Fué observado en México por el Profesor Luis G. León. 1910.—Abril 8.—Lo fué en el observatorio del Cabo de Buena Espe- ranza. 1910.—Abril 11.—Lo fué en Valparaiso. 1910.—Abril 11.—Lo fué, aun á la simple vista, en Washington. 1910.—Abril 15.—Lo fué en el observatorio particular de Chignahua- pam (Puebla) por el Sr. Elpidio López. 1910.—Abril 16.—Lo fué en Puebla á las 4h. 10m. a. m. 1910.—Abril 16.—Lo fué en Tacubaya á las 4h. 2m. a. m. 1910 —Abril 18.—Se anunció para esta fecha su paso por el perihelio, pero no se efectuó. 1910.—Abril 19.—Fué observado en París á'ochenta y ocho millones de kilómetros de distancia del Sol. 1910.—Abril 19.—Pasó por el perihelio á las 10h. p. m., según el cál- culo del Observatorio Astronómico Nacional de Tacubaya. 1910.—Abril 20.—Fué observado por Fox, de la Universidad del Nor- oeste, en Chicago. 1910.—Mayo 2.—Fué anunciada para esta fecha una conjunción de Venus con el Cometa, pero nadie confirmó el pronóstico. 1910.—Mayo 17.—Fué observado en Monterrey por Jesús Garza. 1910.—Mayo 17.—El Profesor Luis (+. León anunció que el paso de la Tierra por la cauda del cometa se verificaría el día 18 de mayo de 7h. 14m. p. m. á 12h. 14m., esto es, durante cinco horas. 1910.—Mayo 17.—El Observatorio Astronómico Nacional de Tacuba- -ya anunció que el paso de la Tierra por la cauda del cometa, se verificaría 48 el día 18 de mayo de 7h. 49h 15m. p. m., esto es, durante dos horas, quin- ce minutos. 1910 —Mayo 18.—Para esta fecha fué anunciado el paso de la Tierra por la cauda del cometa, por casi todos los astrónomos del mundo, pero no se realizó el pronóstico. 1910.—Mayo 19.—Para esta fecha fué anunciado dicho paso por el Profesor Pickering, del observatorio Harvard, y por Food, del observato- rio de Amherst. : 1910.—Mayo 19.—A las 4h. 30m. a. m. víc on toda claridad al E. de Gua- najuato, la cauda del cometa como una cinta recta de lados paralelos sub- tendiendo un arco de la bóveda celeste mucho mayor de 90%, Su anchura á la vista aparecía mayor que la máxima que ostentó el cometa de 1882, pero el brillo de la cauda fué tanto más débil cuanto más se ensancharon sus dimensiones aparentes. El núcleo no fué observado por nadie porque salió siendo ya pleno día. 1910.—Mayo 19.—Fué observado al Oeste en Coatzacoalcos (hoy Puer- to México) antes de las 7h. p. m. 1910.—Mayo 19.—Fué observado al Oeste por D. Elpidió López en su observatorio de Chignahuapam (Puebla) con la cauda muy débil. 1910.—Mayo 19.—El observatorio Yerkes observó perfectamente al Este el cometa de Halley. A medio día vió de uno y otro lado del Sol un espectro luminoso durante más de media hora. Mr. Frost no ve en el fenó- meno ninguna otra causa probable más que el cometa, pero no puede ex- plicársela. 1910.—Mayo 19.—Desde la noche anterior comunicó el observatorio de Greenwich que hasta este día á las 3h. 30m. se aproximaría el núcleo al disco del Sol, y que hasta varias horas después pasaría la cauda. 1910.—Mayo 19.—Sir Henry Norris Russell (Universidad de Prince- ton) y Assaph Hall (Observatorio Naval) opinan que hasta las 8h. a. m. co menzó la Tierra á pasar por la cauda del cometa. 1910.—Mayo 19.—Sir Robert Ball (Observatorio de Cambridge) anun- ció que el paso supradicho se verificaría hoy de 3h. 30m. á 4h. 40m a. m. (hora de Londres). Según los testimonios que preceden, claro es que no se realizó su pronóstico. 1910.—Mayo 19.—El Profesor José A. y Bonilla, de Zacatecas, opina que la Tierra no pasó por la cauda del cometa, sino que ésta pudo haber sufri- do una desviación al encontrarse con la atmósfera de la Tierra. 1910.—Mayo 19.—Los más prominentes astrónomos opinan que no pasó anoche la Tierra por la cauda del cometa y suponen como muy proba- ble que hoy sea dicho paso. 1910.—Mayo 20.—El Observatorio Harvard trasmitió al de Tacu- 49 baya el cablegrama recibido del de Yerkes en estos términos: “Probable- mente la Tierra no pasó por la cauda del cometa.” 1910.—Mayo 20.—Por la mañana, á pesar de la limpidez de la atmós- fera no ví ya el cometa. Sólo una faja de claridad se extendió horizontal- mente del Este al Noreste semejante á otra que se vió del Oeste al Nor- oeste en la noche del 23, á la hora del eclipse lunar. 1910.—Mayo 20.—Por la tarde apareció el cometa al Oeste con la cau- da en forma angular y con dimensiones semejantes á las que afectaba cinco días antes de su conjunción. 4 Cometa de Halley, Mayo 15 de 1910. Revista. (1910-1911) —7 Cuadro núm 15 Salidas del Sol calculadas por el Observatorio Astronómico Wacional de Tacubaya, D. F., y salidas del cometa calculadas por el Profesor Luis G. León.—Año de 1910. Ú [=] S SHN! DEHO Ses > e = (0 010) DU IN A Do uo oso ta as sl pun [a] A a e [a] 1) HDD ES [==>] O Op SS AMADA ADD AA AUDI PO SPRIE DUDUDI ADO 00 5 DOS O IO S o 1D PO DI DI DO DI DI DI O O O O pa pe E E SUD SUSAN NUS On A a a O Y DI SL á las 4h 25m a. m. (b) El 19 de abril el mismo anunció el paso por el perihelio para las 10h 00m p. m. (0) 117 de mayo el mismó vió salir el cometa á las 3h 50m a. m. (d) El 18 de mayo el mismo anunció la salida del cometa para las (a) El 13 de abril el Observatorio de Tacubaya vió salir el cometa | 3h Pe a. mM. 1910.—Mayo 20.—Fué observado al Este en Amecameca á las 3h. a. m. con una notable curvatura. Esta observación es muy sospechosa de error porque aparte de ser anónima, nadie hasta la fecha ha afirmado haber visto curvatura alguna en la cauda de este cometa. Además, hállase en contra- dicción con algunas de las noticias anteriores. De donde resulta que la salida del cometa el día 17 de mayo fué 36m. 59s. antes que la del Sol, y que la anunciada para el 18 debió ser 1h. 36m. 48s. antes también. Así, pues, conforme á los datos publicados, el 17 de mayo salió el cometa 37m. antes de la hora prefijada, y el 18 el Observato- rio de Tacubaya anticipaba el suyo al del Sr. Luis G. León en 1h. 26m. 48s. Si esa anticipación se realizó, ella sola bastaba para afirmar que la es- perada conjunción no habría de ser aquel día, como efectivamente no fué, supuesto que el 19 á la hora del alba se vió todavía al Este la cauda del co- meta en su máxima apariencia. Si conforme á las efemérides, el mismo 19 se puso el cometa 7m. 40s. después del Sol, claro es que ya pudo verse al Oeste en esa misma fecha como lo afrmaron los observadores de Coatza- coalcos (hoy Puerto México) y Chignahuapan (Puebla). De lo expuesto se deduce que el cruzamiento de ambos astros debió haberse verificado para nuestro hemisferio durante el día, y que habiendo salido errónea la fecha del encuentro, la Tierra no pudo haber atravesado la cauda, porque debían para ello haber pasado simuliáneamente por la línea de los nodos. Queda, empero, la objeción que pudiera hacerse fundándose en las enor- mes dimensiones del cometa, pues á la vez que los astrónomos le atribuyen al núcleo un volumen mayor que el del Sol y una cauda de 33.000,000 de kilómetros, hay que convenir en que el diámetro de su espesor debió ser poco más ó menos de 1.000,000 de kilómetros á juzgar por la perspectiva, y en que dada la débil inclinación de las órbitas ernuzadas, debimos de ha- ber pasado á muy corta distancia de la cauda, y nuestro hemisferio al me- nos debió de haber estado al frente de la materia cometaria el propio día 19 de mayo. De intento he omitido todas las fantasías que fueron anunciadas por sabios é ignorantes sobre el encuentro de la Tierra con el cometa, por no quitarle al presente estudio el carácter serio que reviste; pero el lector ha- brá adivinado cuántas y cuán desatinadas suposiciones se hicieron, lo mis- mo en la época presente que en los pasados siglos, con motivo de un fenó- meno celeste pocas veces observado. Paso ahora á hacer las consideraciones científicas que requiere el asun- to para formar un concepto, el más claro posible, acerca del astro que dió su nombre, para inmortalizarlo, al primer sabio que pudo vaticinar sus rea- 52 ' pariciones, identificando el cometa que pasaba por su vista con alguno de los que todos sus predecesores habían ¡juzgado distintos. Sipara determinar el valor medio de lasrevoluciones del cometa de Halley se toma como base el número de sus apariciones comprobadas ó inducidas, hay que dividir el número de años civiles transcurridos hasta la fecha des- de el 12? antes de Jesucristo entre el de revoluciones habidas, esto es, la su- ma de 12 con 1910, ó sea 1922, entre 25 que es el número de revolúciones que ha debido verificar el astro en las 26 veces que ha podido ser observado por el mundo moderno. Hecha la división, la revolución media es de 76 años civiles mas 88 centésimas; pero estando comprobado, como veremos adelante, que cada vez ha ido disminuyendo esa cifra hasta los” últimos tiempos, parece más acertado tomar como fundamento del cálculo el nú- mero de las más recigntes apariciones, especialmente cuando sólo respec- to de ellas se saben las fechas precisas del paso del cometa por su perihelio. En tal concepto, tomando las siete últimas apariciones, ó sea las seis revo- luciones comprendidas entre el 3 de julio de 1456 y el 19 de abril de 1910, se ve fácilmente que han transcurrido 453 años civiles más 290 días sola- res. Para reducir á una especie bien determinada el tiempo anterior, bus- caremos qué número de días solares consecutivos compusieron aquel pe- ríodo, es decir, reduciremos á días los 453 años civiles. y agregaremos los 290 restantes. Considerando los años como si todos hubiesen sido compues- tos de 365 días naturales, el producto de 453 por 365 es de 165,345 días, que sumado con los 290 dan el total de 165,635. Añadiendo 100 días, uno por cada año bisiesto de los 4 siglos, y 13 por los 53 años de exeeso, pero de- duciendo luego los 10 días que entre el 5 y el 16 de octubre suprimió la Corrección Gregoriana, más otros tres días por los años seculares de 1700, 1800 y 1900 que conforme á la misma Corrección no han sido bisiestos, ela- ro es que sólo hay que añadir 100 días al número precedente, quedando eo- mo valor total de las seis últimas revoluciones la suma de ciento sesenta y cinco mil setecientos treinta y cinco (165,735) días naturales consecuti- vos. El valor medio de una revolución será, pues, la sexta partede este número, es decir, 27,622d.5 décimas, el cual, reducido á años siderales divi- diéndolo entre el guarismo fraccionario 365d.256835, número de días de tiem- po medio de que se compone un año sideral, da por cociente 75 años side- rales más 625 milésimas. Conocidas como son ya las duraciones de una revolución de la Tierra y otra del cometa de Halley, así como el semieje mayor de la eclíptica, el '* cual es tomado como unidad astronómica, claro es que aplicando la 3* lev de Kepler se podrá determinar el semieje mayor de la órbita del cometa. Estableciendo aquella ley que, “los cuadrados de las revoluciones son 53 proporcionales á los cubos de los grandes diámetros”, podremos escribir la proporción siguiente: 1 añosideral)?: (75,625) * =(1)*: 03, siendo la primera unidad de la se- gunda razón la distancia media de la Tierra al Sol y x el semieje buscado. De donde despejando á .r resulta: «=17,883 (diecisiete distancias de la Tierra al Sol más ochocientos ochenta y tres milésimas). Teniendo ya el valor del semieje. y adoptada por la mayor parte de los astrónomos la fracción 0,58 como distancia perihélica del cometa, bastan es- Edmundo Halley. 1656-1742 tos elementos para determinar la distancia afélica, el semieje menor y la excentricidad. Duplicando el semieje mayor, se obtiene para eje ó diáme- tro mayor de la órbita la cifra 35,766. Restando de este guarismo la frac- ción 0,58 queda para valor de la distancia afélica 35,186. Y para obtener el semieje menor aplicaremos la fórmula b? =42—c*, siendo e la semidistan- cia de los focos. Siendo a=17,883 y r=17,303 resulta para el semieje me- nor el número fraccionario hb=4,5175. 54 Aplicando luego la fórmula de la excentricidad, resulta: (Queda ahora por determinar el perímetro de la órbita, ó lo que es lo mismo, rectificar la longitud de la elipse cuyos elementos rectilíneos prin- cipales se han encontrado ya* Con el auxilio de mi fórmula empírica (véa- se el cuadro número 5) he encontrado como valor aproximativo p=81.85. Multiplicando este valor por el número de kilómetros que vale la dis- tancia media de la Tierra al Sol, se obtiene como perímetro de la órbita del cometa de Halley el guarismo 12,236.558,487 kilómetros, el cual, dividido entre el número de segundos de tiempo medio contenidos en 753 años sidera- les, dará la velocidad media del cometa girando en derredor del Sol. He- chas las operaciones indicadas, y llamando M dicha velocidad media, re- sulta: M=51km.272m por segundo Encontrada la velocidad media, importa determinar la máxima y la mí- nima, para cuyo fin se hace necesario interpretar el enunciado de la 2* ley de Kepler de modo de poderla introducir en el cálculo. “En tiempos igua- les, dice la ley, las áreas descritas por la recta que mide la distancia del as- tro al Sol son iguales.” En su incomparable sencillez, este enunciado ofre- ce grandes dificultades para traducirlo al lenguaje algebraico, pues la me- dición de los sectores elípticos, no menos que la rectificación de los arcos que les sirven de bases, se hallan lejos del dominio de la Geometría ele- mental, y aun en el campo del Cálculo Infinitesimal son problemas que no están al alcance de los que no cultivamos esa ciencia. Desde luego, si aquella ley es verdadera, como nadie se ha atrevido á ponerlo en duda, de la observación de los cometas periódicos se deduciría que éstos no siguen una misma órbita en todas sus revoluciones, supuesto que en cada una de ellas difiere su duración unas veces en más y otras en menos. Pero como es notorio que las masas planetarias, siguiendo la ley de la gravitación universal, tienen que ejercer notable influencia sobre los co- metas, se explica que perturben su marcha haciendo que se ensanche ó se estreche el área de sus órbitas, y en consecuencia dando por resultado que aumente ó disminuya el período de sus revoluciones. 55 Hecho este necesario exordio, y partiendo del supuesto de una órbita elíptica invariable para cada cometa, procuraremos hallar alguna relación algebraica que derivándose de la ley en estudio pueda introducirse en el cálculo ordinario á medida de la necesidad. Trazando por el centro del Sol dos cuerdas iguales tan próximas al eje mayor de la órbita que el ángulo que formen entre sí apenas difiera de cero, es evidente que sin error apreciable puede admitirse que los arcos de elip- se que abrazan hacia uno y otro vértice son rectas que cierran los dos trián- gulos isósceles formadas con ellas por los radios vectores respectivos. Llamando £ y R los elementos rectilíneos del triángulo mayor, e y r los del triángulo menor, y 4 el ángulo igual que ellos forman, por la seme- janza de los triángulos puede asentarse que INEA Valuando sus áreas en función de los mismos elementos y comparán- dolas, aparece que 2 Lp sen. Á ¿Ly sen. d=R? : 7? En este caso especial es evidente que aplicando la ley de las áreas de Kepler, y para ello llamando 7 y tlos tiempos empleados por el cometa pa- ra recorrer las líneas £ y e, resultará: T:t=R :1 (9) Dividiendo luego la proporción (1) entre la (2) queda: a R(3 A Como la primera razón es la de las velocidades en uno y otro extremo de la órbita que llamaremos ) y », y como en este caso limite - se confun- dirá con la distancia perihélica (a-—c), y K con la afélica (a4-0e), la propor- ción resultante »: V=a—c: 4+c nos enseña que “al pasar un astro por 56 b las extremidades del eje mayor de su órbita, sus dos velocidades se hallan entre sí de uno de dos niodos: ó en razón inversa de los radios vectores » y R ó en razón directa de sus radios vectores complementarios (2a—»r) y -(2a—R), que son recpectivamente (a—c) y (a4+e).” Para resolver de qué modo debe interpretarse el resultado que prece- de, es preciso hallar la fórmula de cada uno de los valores Y y »/ á cuyo fin plantearemos el problema de la manera siguiente: VH+v V:v=(a40c): (a—c), y M= Resolviendo este sistema de dos ecuaciones de primer grado con dos incógnitas, aparece: 2 M. Us ka 45 )» y L0-0) En estos dos valores se ve que hay un factor común, el cual debe ser- lo también para todos los de las diferentes velocidades, y otro factor espe- cial que no es otro que el radio vector complementario del que mide la dis- tancia del cometa al Sol. Luego generalizando, podremos asentar como fórmula de la velocidad en un punto cualquiera de la órbita la siguiente: w=— (2a—s), 7 ( ) llamando vw esa velocidad indeterminada, y s el radio vector que parte del centro del Sol. Y como el radio complementario no es otro que el que mi- de la distancia del astro giratorio al foco vacío, podremos formular como un principio que, “las velocidades de un astro en cada punto de su órbita son proporcionales á sus distancias del foco vacío.” De donde inmediata- mente se infiere un segundo principio, á saber: que “las velocidades en los extremos de un mismo diámetro de la órbita son complementarias, es de- cir, saman una cantidad constante igual al duplo de la velocidad media.” ol - Í En efecto, si situado un astro á la distancia (2 a—s) del foco vacío, su ve- E M E z locidad es E (2 a—3), pasando por el otro extremo del diámetro, euya dis- tancia es s, su velocidad será — X s. Ahora sumando ambas velocidades, a la suma será Este resultado confirma que la velocidad media no lo es solamente en- tre la máxima y la mínima, sino también entre todas las que Jleva el astro en las extremidades de cada diámetro, puesto que siempre es igual á su se- misuma; bien así como el semieje mayor de la elipse no es sólo la media entre las distancias de un foco á los dos vértices, sino también entre las distancias de un mismo foco de la elipse á las dos extremidades de cada diá- metro. En efecto. por más que no figure en los tratados de Geometría, es de obvia demostración el principio de que “los radios vectores que partien- do de un mismo foco abrazan un mismo diámetro son complementarios, esto es, suman una cantidad constante igual á 2 a. Encontrada la ley de las velocidades en cada punto de la órbita del as- tro errante, importa luego hallar la relación que ligue las distancias del astro á los dos focos de su órbita con los ángulos que formen con la línea inter- focal, cosa que se consigue fácilmente formando con ésta y dos radios vecto- res complementarios un triángulo, y aplicándole cualquierade los principios de la Trigonometría, enya expresión algebraica sea aplicable por logaritmos. Sin dificultad se encuentra luego la relación siguiente: tang. . S. tang. - NR=== 8) Mamando $ el ángulo formado por el radio vector s y Tel formado por el radio complementario (2a—s), uno y otro con la línea interfocal. Como es- ta tiene un valor constante 2c, y la suma de los radios vectores otro tam- bién constante, 2a, claro es que dados un lado ó un ángulo, podrán deter- minarse por el cáleulo trigonométrico todos los demás elementos del trián- gulo, No quedan, pues, por determinar más que las longitudes de los arcos recorridos por el astro en una ó más unidades de tiempo, para resolver en cada caso todas las condiciones mecánicas del cuerpo celeste. Revista (1910-1911).— 8 58 Pero antes hay que fijarnos en el oficio tan importante que el foco va- cío de la órbita desempeña en las leyes del movimiento del astro. En efecto, si procediendo como al principio de nuestro razonamiento, trazamos por di- cho foco vacío dos cuerdas iguales, respectivamente paralelas á las que en- tonces trazamos por el centro del Sol. y recordamos que es igual el tiempo que tarda el astro (cometa y cualquier otro cuerpo errante, como los pla- netas) en pasar del extremo de una de ellas al más próximo de la otra, tan- to cuando va en el perihelio como cuando va en el afelio; si por otra parte, consideramos que para este fenómeno importa poco que el ángulo que for- men las cuerdas sea más ó menos agudo, es decir tenga uno ú otro valor, sino que basta que sean iguales como lo son todos los opuestos al vértice, naturalmente se ocurre que un ángulo dado puede servir como unidad de medida del tiempo, y que en tal caso los ángulos adyacentes que se suce- den no serían más que nuevas unidades sucesivas de tiempo dentro de las cuales se efectuase el paso del astro errante de cada radio vector al inme- diato. Así, pues, si tomando por centro el foco vacío, trazamos una gran circunferencia de círculo que en su integridad nos represente un período completo del cometa, y la dividimos en tantos arcos iguales cuantas unida- des de tiempo de ínfimo orden queramos apreciar, es patente que dos radios cualesquiera cortarán ¡a órbita en dos puntos determinados, y que el arco de elipse allí comprendido no será otra cosa que el trayecto recorrido -por el astro en tantas unidades de tiempo cuantas veces esté comprendida en- tre ambos radios la mínima fracción angular. Partiendo de una línea de fe, (que será el radio sobrepuesto al eje mayor de la órbita,) y llevando ti- rante un hilo alrededor del centro que es el foco vacío, el ángulo que el hilo forme con la línea de fe medirá el número de unidades de tiempo, y el arco de elipse en él comprendido medirá igualmente la suma de los trayec- tos recorridos en cada unidad sucesiva de tiempo. Todo lo cual equivele á un nuevo enunciado de la ley de las áreas de Kepler, á saber: “la velocidad angular del astro erragte, alrededor del foco vacío de su órbita, conserva un mismo valor;” ó en otros términos: “alrededor del foco vacío, es uni- forme el movimiento angular del astro.” Como cada arco mínimo de la elipse es el trayecto recorrido en una unidad de tiempo, claro es que mide la velocidad que lleva el astro en su punto inicial, y como también hemos visto que los radios vectores al foco vacío son proporcionales á las velocidades, no hay duda en asentar la si- guiente proporción: ee =(2a—8): (208) (5) hisiar- Dm =] llamando e el arco de elipse que nace en la extremidad del radio vector (2a—=s), y e' el que nace en el contiguo (2a=s/). Multiplicando extremos y medios en la anterior proporción (5) resul- ta: Zae—es'—=2ae —e!s, Pasando Zae' al primer miembro, y es' al segundo y despejando á Za, es —e!s _——— (6) queda: 2a= E Este curioso resultado nos euseña dos cosas: 1? que siendo constante el valor de 2a y variables las demás literales, el principio es verdadero sean cuales fueren los radios vectores elegidos y los segmentos de elipse corres- pondientes; 2% que siendo esta fórmula igual á la del valor de la incógnita, en una ecuación de primer grado resuelta por la regla de falsa posición do- ble, los supuestos representan dos radios vectores cualesquiera de una elipse cuyo eje mayor es el valor de la incóguita, y los errores representan los respectivos arcos de elipse, siempre que supuestos y errores sean números positivos. Volviendo ahora á nuestro problema general, esto es, á buscar el ca- mino que se debe seguir para ir deduciendo de los datos los valores desco- nocidos, comenzaremos recorriendo los pasos que hemos dado para ascen- der de grado en grado á la altura en que nos hallamos. : Sabiendo ya por Kepler que las órbitas en que se mueven los astros errantes son planos limitados por un perímetro elíptico de cuyos dos focos uno ocupa el Sol; sabiendo por Halley que los cometas, á semejanza de los. planetas, tienen un período de tiempo de circunvolución que comienza cuando el astro está más cerca del Sol y termina cuando después de haber- se alejado hacia el infinito vuelve á su punto de partida; sabiendo también por el primero de aquellos sabios que del tiempo transcurrido del prinei- pio al fin de aquel viaje cíclico podemos facilísimamente deducir las di- mensiones de la distancia máxima á que ha sido lanzado el cuerpo errante para volver con inversa velocidad á ocupar su primer puesto; dándonos la Geometría elemental los medios de adivinar, digámoslo así, todas las dimensiones características del plano etéreo sitio de nuestras especula- ciones, lo mismo que sus propiedades comunes con infinitos otros de formas, dimensiones y colocación diversísimas, sin que parezcan unidos más que por un punto, el centro del Sol; armados nosotros de todos estos conocimientos meramente elementales, hemos podido situarnos en un pun- to visual desde donde ya columbramos en todos sus detalles por qué puntos y en qué momentos, con qué velocidades y por qué trayectorias, á qué dis- tancias del foco de la fuerza y á cuál del foco del tiempo se hallará el astro viajero en un instante cualquiera que señale la imaginación. En efecto, hemos podido deducir de un solo hecho, al período de 76 e. 60 años (en número redondo* que dura por lo común la revolución del come- ta objeto de nuestro estudio, cuál es el eje mayor de su órbita; adminicu- lado con otro hecho de observación, su distancia mínima del Sol, se han podido determinar la excentricidad, la distancia máxima, la recta interfo- cal, el diámetro menor, la línea média entre todos los radios vectores, la . velocidad media entre las múltiples velocidades crecientes y menguantes que sucesivamente lleva el astro en el espacio, las velocidades máxima y mínima, y por último, la medida de cada una de las curvas que ha ido re- corriendo en cada unidad consecutiva de tiempo. Hemos hecho más: hemos hallado relaciones algebraicas sencillas que nos permiten rectificar el perímetro de una órbita, cualquiera que sea; he- mos encontrado leyes y sus corolarios que permiten las aplicaciones más elementales de la ley de las áreas de Kepler, y tenemos ya puesto como un foco de luz, para los que no poseemos la alta ciencia infinitesimal, sobre el campo de la Mecánica Celeste, y con sólo el auxllio de las Matemáticas elementales podemos ya intentar siquiera la resolución de cualquier pro- blema que verse sobre los movimientos del mundo planetario. Así, mediante la fórmula (4), si fijamos una época con referencia al paso del perihelio, podremos sin dificultad deducir la anomalía, esto es, el ángulo que en esa época formará con la distancia perihélica el radio vector del cometa al Sol. Conocida dicha anomalía, y sabiendo de antemano cuá- les son las longitudes del perihelio y del nodo ascendente, podremos com- parar estas tres magnitudes y relacionarlas entre sí. Como aplicación de la doctrina hasta aquí contenida, conviene inqui- rir en qué fecha debió haber pasado el cometa por la línea de los nodos, pero yo no puedo hacer dicho cálculo por falta de datos. Por más esfuerzos que he hecho, no he podido encontrar los elementos del cometa de Halley determinados en su aparición de 1830; y por otra parte, me encuentro per- plejo ante algunos de los publicados recientemente por su falta de concor- dancia con otros más antiguos. Desde luego, la longitud del perihelio en 1759 fué, según Delaunay, - de 303910/ en tanto que en 1910, según Covell y Crommelin sería 111932 y en el mismo año, según Pontecoulant, debió ser 168943". No encuentro modo de conciliar datos tan diferentes. En cuanto á la ¿inclinación marcada por Pontecoulant, se ve claramente que es el suplemento de la señalada por otros astrónomos, pero está pa- tente que él quiso quitar toda ambigúedad de posición, midiendo el ángulo formado por el segmento perihélico del cometa con el segmento perihélico de la Tierra, pues de lo contrario podría entenderse una posición que no fuese la verdadera. Otros puntos en que también diverge Pontecoulant del resto de los . 61 astrónomas son la distancia perihélica y la fecha pronosticada para el paso por el perihelio en 1910; pero ya se vió que en su pronóstico del perihelio, incurrió en un error de 35 días, al paso que la generalidad sólo lo sufrieron de 30 horas poco más ó menos, en su pranóstico de la conjunción. EL NUCLEO. De todos los núcleos de cometa y con especialidad del de Halley se ha dicho que afectan las formas más caprichosas variando aun en un mismo día; pero lo que ignoro que se haya dicho es la explicación que voy á aven- turar, no porque se funde en ninguna observación, pues á causa de mi do- ble torpeza, manual y visual, jamás he sabido manejar un telescopio, sino porque bien pudiera ser una idea que fij:se la atención de los sabios, orien- tando á los observadores hacia un punto de vista quizás descuidado hasta hoy. Que los núcleos son más ó menos irregulares lo prueba la historia de los cometas. Si esas masas tienen como las de los planetas un movimiento de rotación alrededor de un eje más ó menos inclinado sobre el de la eclíp- tica, es evidente que las perspectivas que nos ofrecen pueden variar hasta lo infinito con las posiciones que guarden respecto de la Tierra, sin necesi- dad de que sus formas cambien por momentos. Nada hay de aventurado en suponer que existe en cada núcleo un movimiento de rotación, pues de todos los globos que nos son perfectamente conocidos no hay uno solo que carezca de él, si no son los satélites cuya rotación coincide con su revolu- ción. La circunstancia de que no.gire la cauda juntamente con el núcleo no es objeción seria: sabido como es que la cauda está constituida de una masa mil veces más ligera que la de nuestra atmósfera, así como que los rayos solares ejercen sobre ella una acción repulsiva tanto más intensa cuanto más próximos se hallan los dos astros, nada impediría que el nú- cleo girase independiente, y que la cauda permaneciese adherida á él por la fuerza atractiva que liga el astro con su atmósfera así como por la eo- hesión de las partículas de que ella se compone. La existencia de la cabe- llera que acompaña á los núcleos es una prueba de que su proximidad al centro atractivo hace prevalecer esta fuerza contra la repulsión ejercida por el Sol sobre la masa caudal. LA CAUDA. Tan tenue como está probado que es la materia de que se compone la cauda de un cometa, no es raro que ocupe en el espacio una extensión cu- 62 ya sola longitud suele medir millones de kilómetros. Es indudable que ú medida que el cometa se aleja del Sol, la cauda va reconcentrándose hasta volver á circundar el núcleo del cual es atmósfera; pero en tanto que se halla inmediato, tiene que afectar la forma, cilíndrica ó cónica, según la relación que exista entre el volumen del núcleo y el del Sol. Claro es tam- bién que la velocidad angular de la cauda dependerá de la lineal del núcleo y de la distancia á que éste se halle del Sol. ; Si se hubiera verificado el encuentro de la Tierra con el cometa, el problema que más nos habría interesado antes de ese suceso sería deter- minar el tiempo de la inmersión de nuestro globo en la cauda de aquel astro. Era preciso haber calculado para el 19 de mayo, fecha del cruzamiento de ambos astros en sentido contrario: 12 el ángulo del tiempo cuyo vértice es el foco vacío; 2% el del radio vector que mide la distancia del cometa al Sol; 32 la velocidad del núcleo; 40 la distancia del cometa á la Tierra; 5% el espesor de la cauda; 6? la velocidad que debió llevar la cauda en la re- gión atravesada por la Tierra. Sumando esta velocidad con la de la Tierra, y dividiendo el espesor de la cauda por esta suma, se encontraría el tiem- po que el centro del Sol habría permanecido tras el cometa. Es evidente que habría habido que añadir á este tiempo el que tardase tras el cometa todo el diámetro del Sol. CONCLUSIONES, dE Relativas á la elipse en general. 1% Los radios vectores que saliendo de un mismo foco abrazan un diá- metro cualquiera, suman una cantidad constante igual al eje mayor. 22 En consecuencia dos puntos diametralmente opuestos de cualquie- ra de las elipses concéntricas inscritas en un círculo de radio a son los fo- cos de otra elipse concéntrica del mismo eje mayor. 32 El perímetro de una elipse dé semiejes a y bh es igual á r(a+b)+(4—x) (a—b) = 204 4 (a—b) = 4a+2b (n—2). 4% Estando formado un sector elíptico por dos radios vectores salidos de un mismo foco y el arco que ellos abrazan, si se quisiere dividir en n 63 sectores equivalentes, se trazarán los radios vectores complementarios; el án- gulo que éstos formen se dividirá en 1 ángulos ¡guales, y de los puntos de intersección que las rectas divisorias determinen en el arco de elipse se lle- varán nuevos radios vectores al foco primitivo. 5% Si en el caso precedente, el sector por dividir estuviere atravesado por el eje mayor, y el ángulo por dividir le quedare opuesto, no se dividi- rá este ángulo sino su implemento, esto es, lo que le falte para 1800. 6% Lo mismo se hará en el caso de que el sector abrace un diámetro de la elipse. 72% La suma de (a+c) con (a—c) da el eje mayor; la diferencia da la distancia interfocal; la multiplicación, el cuadrado del semieje menor; por último la división inversa, el producto de las tangentes de los semiángu- los formados con el eje mayor por los radios vectores que confluyen en un mismo punto de la elipse. (ae) (a—c)=2a; (a4-c)—(a—c)=2c; (ade) (a—c)= au— 172170580. Longitud O. de Greenwich. -.....-.-. 90209 11/74=6» 36m 36s 78, 5 O: de París... --- 22. | 101931'51 =6h 46m 078: 401 IN A RN Guanajuato. Colegio del Estado.—Observatorio Meteorológico.—5% piso junto al puente que comunica la manzana baja 'con la alta, sobre el atrio de la Pa- a PO e OR RO E 22 metros. 341. RRA SLIDE DERTOA DAD 109.18 2100/59". Longitud O. de Greenwich. -...-...--=----- 10193522 = 6h 46m 2]5 Longitud O. de Tacubaya. ---.-----.------- 2008'07''50 =0h 08m 32s 5, Altitud del atrio de la parroquia, 1991 metros. > d Revista (1910-1911).—9 66 Cuadro núm. 3. . UNIDADES. 3% ( Año sideral en días de tiempo medio... 3654 2553835 3 A » en horas Pe e Pi 87661 153204 - de ,, enminutos ,, e 525969m 19224 a ,, ensegundos ,, » ==.. 31.258,1518 5344 (R) Radio terrestre ecuatorial. .........-.- 6378km 253m 75em (a) Semieje mayor de la órbita terrestre en (Di ia ss en e aio 2318 (aj Eno metros o ls a 149.501,090km 152m 54cm (M) Milla marítima, en metros. .--..------ 1852 (MI y en función del meridia- NO bOrrestrB. 2. ea. os a 091'0” Correspondencia entre una circunferencia de círculo y sus divisiones, y el tiem- po que dura una revolución media del cometa de Halley. lc (circunferencia)-........... = 754 625 de tiempo medio. 19 (grado sexagesimal)........- = 1841.5 horas 23 > 1' (minuto sexagesimal)......- = 1841.5 minutos ja pe 1” (segundo sexagesimal)...... = 1841.5 segundos y ss 4045/37'"190000 000222... = 14 (año sideral) E 5 471552007 BÉEMES- NASA (día) 5 E LOBA ts ALBO TA) br 31 003298022 coo A (minuto) 5 > OOOO. ae == 15 (Begundo) SS 2 N. B.—La circunferencia cuyo centro es el foco vacío mide el período completo de la revolución del astro'errante, y el cruzamiento de un radio cualquiera con el perímetro de la órbita marca el punto ocupado por el as- tro en el momento indicado por el arco que abrazan aquel radio y la línea del perihelio, en el sentido del movimiento, Para cada planeta ó cometa se necesita, pues, calcular un cuadro es- pecial. 67 Cuadro núm. 4. COMETA DE HALLEY. A. B. Cc. D. E. F. G. Tal 17058". 149925 IDOLOS OD sa 2 Ch. Delaunay. 1256 149095! SOLO SIA 0:06905 2 A. T. Arcimis. A a SA ELA A A O J. Mascart. 160717938" "53940" 3O0B90/S0D8 esos Ch. Delaunay. 16902 150921! 3020162 005868 2223 odie: A. T. Arcimis. A OOO USOS OZ OO O J. Mascart. 1682.—17042/ * 50048! 301036' 0.58 cocos: Ch. Delaunay. y —=17056* 51016" 302053 -0.58328 222.400 A. T. Arcimis. y E 7TO49/550048! 3019360 0108 1 J. Mascart. 1759.—17938' 53%48' 30310 0,58 Marzo 12 Ch. Delaunay. 117 CAD EIA 1 0:60: Nowvbre. 16 Pontécoulant. 1910.—-17%47' 57%11/ 111932 0.5869 Abril 19 Cowe!l. Crommelin , , -17%46'41"-57910'33"-168%4252-0.68*Mayo 24, 37. Pontécoulant. (A.)—Apariciones plenamente estudiadas. (B.)—Inclinación de la órbita del cometa sobre la eclíptica. (a) (C.) —Longitud del nodo ascendente. (b) (D.)—Longitud del perihelio. (c) (E.) —Distancia perihélica. (F.)—Fecha de cada perihelio. (G.)—Autoridades. ' (a) —Angulo diedro formado por la órbita del cometa con la de la Tie- ITA. (b)—Angulo formado por la línea de los nodos con la línea de los equi- noccios. (c)—Angulo formado por la proyección de la distancia perihélica sobre la eclíptica con la línea de los equinoccios, * Error de 35 días, 68 Cuadro núm. 5. COMETA DE HALLEY. Sus elementos astronómicos. a, semieje MayOl -..ooooooo-=-> 17 8830 0, semieje MenoT -......-.----- 4.5175 c, semidistancia interfocal.....- 17.3030 d, distancia perihélica. .....-... 0.58 e, = “Ja, excentricidad-....---- 0.967566963 f, distancia afélica ..-...-..----- 35.186 p, perímetro de la órbita - .----- 81*.855—0.00003=12,236! .658.487km. M, velocidad media.....-------- 51Xm.272m, por segundo. Número de revoluciones desde el año XII antes de J. C.—25. Revolución media entre dichas 25 revoluciones'—76488 años civiles. de 1759 á 1835, en años siderales, 76 años 243 días. de 1835 á 1910, 52 Ss 74 años 156 días. 5 media entre las 6 más recientes 75 años 625 milésimas. Orbita elíptica.—Movimiento periódico. —Sentido retrógrado. ” ” Mi fórmula empírica, fundada en su exacta aplicación en los casos lí- mites (b=a4), (b=0,) es como sigue: Perímetro de la elipse =7 (a+b) + (4—7) (a«—b)—1* forma. =2 2 d4+4 (ab)... —2% forma. =9 bd (A—DHAAA o —3? forma. 69 Cuadro núm. 6. . APARICIONES DEL COMETA DE HALLEY. Duraciones de su revolución. Años Revolución Pasó por el perihelio Autoridades IATA O anos orales DA ES MA O nl 4 66 15 IR AS LL IE TO A SA 141 17 A II ETT O AA 218 Tí A A Hind-Biot.—Laugier 295 78 AS dt ¿Ed Hind. 273 78 a A Hind 451 (INT IN ES O a O E SS 530 78 A Hind 608 76 O rs Hind. 684 76 ARS sr OE Hind. 760 TT A a e Biot.—Laugier. 837 75 NS Hind. 912 có ; a Hind 989 e A a A A O A o Sea a oa 1066 86 SI e SAS AS IES *1152 71 A tanos. ABLob. lau ger. 1223 78 : tia de 1501 md ae Sea. Bob. —Laugrer: 1378 78 59 A E A A ASCO 1456 15 Junio $. Halley. 1531 76 E SE Halley.—Apianus. 1607 15 A e Ai Kepler, — Halley. — Longo- montanus. 1682 Ad E e a Elalley: 1759 76 E Marzo 12, Halley.—Clairaut, 1835 15 .S Novbre. 16. Pontécoulant. 1910 75 ER Abril 19, Cowell. —Crommelin. * No es probable que el cometa observado en 1152 haya sido el de Halley, puesto que se observó 86 años después y 71 antes que éste en sus apariciones más próximas. Mucho más probable es que hacia el año 1144, equidistante de 1066 y 1223, no haya podido observarse el cometa de Halley por circunstancias enteramente fortuitas, y que por eso se advierta, en la serie de sus apariciones, un hueco que se ha querido llenar con el cometa de 1152. 70 Cuadro núm: 7. Distancias del cometa al Sol y á la Tierra anunciadas en la prensa de México. Del Sol.—A bril 19, al paso del cometa por su perihelio. 86.710.000 km. De Ta Tierra —Mayo id? oo o 118.000,000 ,, ss A A A A 89.000,000 ,, 5 E AS A A 54.000,000 ,, > O E E A O e 37.000,000 ,, és O AR 27.780,000 ,, 53 O A E 22.000;000 ,, Ss o EE A 65.000,000 ,, Mayo 7 179 E cdo DER a Ol 320 A O A 409 A O e 4505 TO ir Es e LR 520 E es ATA Do 609 71 BIBETOGRATFIA: W. Nernst, Professeur á lUnivorsité et Directeur de 'Ins- titut de Chimie physique de Université de Berlin. Traité de Chimie générale, Ouvrage traduit sur la 6* édition allomande par A. Corvisy, Professeur agrégé des sciences physiques au Lycée Gay-Lussac, etc. Premiére partie: Propriétés généra- les des corps. Atome et molecule.—Paris. Librairie Polytech- nique A. Hermann et Fils. 6, rue de la Sorbonne. 1911. 1 vol. . 1n-8, 510 pages, 33 Ag. 12 fr. El renombre del autor de esta importante obra, basta para presentar- la ante los lectores. Seis ediciones alemanas y una inglesa se han hecho del libro, desde 1893, apareciendo ahora la edición francesa, que será acogida con gran interés, estamos seguros, y en la cual se han hecho cambios no- tables por indicación del ilustre profesor de Berlin, cuya producción ha si- do la base para numerosos trábajos de químico-física ejecutados en el mun- do científico en estos últimos años. Contiene las materias siguientes: Introducción á algunos principios fundamentales de la física moderna. IL. Propiedades generales de la materia. Estado gaseoso. Estado líquido. Esta- do sólido. Mezclas físicas. Soluciones. —IT. Atomo y molécula. Teoría atómi- ca. Teoría cinética de las moléculas. Determinación del peso molecular. Constitnción de las moléculas. Propiedades físicas y arquitectura molecu- lar. Disociación de los gases. Disociación electrolítica. Propiedades físi- cas de las soluciones salinas. Teoría atómica de la electricidad. Estado me- tálico. Radioactividad, Estado coloidal. Magnitud absoluta de las molé- culas. Lecons de Cristallographie par G. Friedel, Ingénieur en chef des mines, Directeur de "Ecole Nationale des Mines de Saint- Etienne.—Paris. Librairie Scientifique A. Hermann et fils. 1911. 1 vol. 8 310 pages, 383 fig. 10 fr. La presente obra, redactada en una forma sencilla y clara, está dividi- da en dos partes: 1? Estudio del cristal (homogeneo); 2* Estudio de los edificios cristalinos complexos y de las transformaciones. 72 La primera parte comprende dos secciones; la cristalografía geométri- ca y la física. En ellas se trata de las generalidades, propiedades vectoria- les, medida de áugulos, ley de Haiy, hipótesis reticular de la estructura del cristal, simetria, segunda ley fundamental de la cristalografía geomé- trica (Ley de racionalidad de los parámetros simétricos), determinación de la forma primitiva; propiedades vectoriales descontinuas, formas exterio- res, cohesión, cruceros; propiedades vectoriales continuas, dureza, dilata- ción térmica, conductibilidad térmica, piroelectricidad, piezoelectricidad, propiedades ópticas. En la segunda parto, que es la exposición del bello sistema de Mallard á la luz de los hechos nuevos, se estudian las maclas, las otras deformacio- nes mecánicas, agrupamientos de cristales de especies diferentes y agru- mamientos irregulares; isomorfismo. condiciones de la sineristalización, propiedades de dos cristales mixtos; polimorfirmo é isomería, transforma- ciones paramórficas, densidades y simetrías de las formas polimorfas El autor añade en un apéndice algunas nociones acerca de la teoría de estructura de Schoenflies, no ciertamente, dice, por el beneficio que pueda sacar de ella el estudiante, sino porque es bueno que se ponga en guardia contra las excesivas ilusiones que se han querido dar en cristalografía á se- mejantes especulaciones. ; Como se ve el libro no es un tratado completo de cristalografía, pero es un manual excelente que contiene todo lo requerido para un curso de mineralogía. y Prof. Dr. J. Zenneck, Profeseur de Physique á Ecole Tech- nique Supérieure de Brunswick. Précis de Téiégraphie sans fil. Complément de louvrage: Les oscillations électromagné- tiques et la télégraphie sans fil. Ouvrage traduit de Pallemand par P. Blanchin, G. Gérard. E. Picot, Officiers de Marine.— Paris. Librairie Gauthier-Villars. Quai des Grands-Augustins, 55. 1911. 1 vol. 8 x 385 pages. 333 fig. 12 fr. L'étude du Précis de Télégraphie sans fil iy lique la connaissance de lOuvrage: Les oscillations électromagnétiques et la Télégraplie sans fil, (1) dont il résume et compléte tout á la fois les Chapitres relatifs aux oscilla- tions rapides. 11 développe également ceux relatifs á la Télégraphie sans 1 Véase Revista, €. 27, 1908-1909, p. 34. 73 fil en donnant les renseignements actuels sur les progrés de cette branche de la technique. les oscillations non amorties et les oscillations excitées par impulsion sont traitées en détail dans ce nouvel ouvrage du Dr. J. Zen- neck. Ce Précis étudie, particulidrement en vue des applications, les ques- tions de lamortissement, des couplages, de la résonance et de la propaga- tion des ondes le long de la surface terrestre, questions importantes qui n'ont été jusqu'ici qu'efleurées dans les Ouvrages francais relatifs á la Té- légraphie sans fil. T'edition francaise (1) estune traduction litérale de lédition allemande. L'auteur cru devoir, dans ce Précis, modifier une partie des notations qui lui avaient servi dans son grand Ouvrage. Nous l'avons suivi dans cette maniére de faire, toutes les fois que ces changements rapprochaient les notations employées de celles habituellements usitées en France; pour le surplus, nous avons conservé les notations de Les oscillations électroma- gnétiques et la Télégraphie sans fil. Le tableau de concordance des systémes employés dans les deux Ouvrages, permettra au lecteur de passer sans dif- ficulté de P'un a Pautre. Faculté des Sciences de Paris. Cours d'Astronomie par H. Andoyer, Professeurá la Faculté des Sciences, Membre du Bureau des Longitudes. Premiére partie, Astronomie théori- que. Deuxiéme édition entiérement refondue.—Paris. Labrai- rie Scientifique A. Hermann et fils. 1911. 1 vol in-8, 483 pages, 83 fig. 1 pl. 12 fr. Esta nueva edición aparece con notables perfeccionamientos, aunque conserva el mismo plan. El autor da la solución analítica de los diferen- tns problemas de la astronomía apoyado en un reducido número de teo- rías fundamentales. Cada teoría va ilustrada de ejemplos númericos, lo cual es una guía excelente para la parte práctica de la ciencia. La obra comienza en el Libro 1 con el estudio de la Trigonometría es- férica, la cual tiene cierta extensión por ser de tan. útiles aplicaciones en 1 L'Auteur a bien voulu, pour cette édition, mettre le texte allemand á jour au ler. janvier 1910. Revista. (1910-1911) —10 74 este caso. Después se ocupa de algunos desarrollos en serie, de las coor- denadas y de los problemas relativos. Los libros II, IT IV que tratan propiamente de astronomía, contie- nen las materias siguientes: La Tierra. Coordenadas astronómicas. Tiempo. Movimiento diurno. Refracción astronómica. Paralaje. Aberración Nociones de Mecánica ce- leste. Precesión y nutación. Posiciones aparentes de los astros. Movimien- to del Sol. Tiempo. Movimiento geocéntrico de los planetas. Movimiento de la Luna y de los satélites. Teoría general de los eclipses Eclipses de Luna. Eclipses de Sol. (Aplicación al eclipse de Sol del 17 de abril de 1912). Ocultaciones de estrellas. Pasos de Mercurio y de Venus. J. Rousset, Ingénieur civil.—La machine á écrire. (Ency- clopédie Scientifique des Aide-Mémoire). Paris. Librairie Gau- thier—Villars. 1910. 1 vol. in—16, 180 pages, 58 fig. 2 fr. 50. Hoy día que todos los modelos de máquinas de escribir se están trans- formando en la de escritura visible, aparece con oportunidad esta obrita. Expone el principio y detalles del mecanismo, con numerosos esquemas y descripciones de todas las partes de las máquinas, como teclado, escritura, carro, ete. aparatos reproductores y todo lo relativo á la escritura mecánica. M. Bousquet, Architecte de la Ville de Nantes Hygiéne de ''Habitation. Sol et emplacement. Matériaux de construe- tion (Encyclopédie Scientifique des Aide-Mémoire). Paris. Li- brairie Gauthier—Villars. 1911. 1 vol. in-16, 163 pages, 9 fig. 2 fr. 50. Después de exponer las influencias que las condiciones de la habita- ción ejercen en la salud pública, el autor en la primera parte del libro tra- ta de la exposición, condiciones meteorológicas, configuración de la super- ficie del suelo, vegetación, naturaleza y estructura mecánica del terreno, relaciones con el aire y el agua, su termalidad, capa de agua subterránea, 75 microbios del suelo, desecamiento, drenaje, ete. En la segunda parte se ocupa de los materiales de construcción, su estructura y sus relaciones con el aire, los gases, el agua, la humedad de los muros, etc. Es una obrita que los ingenieros, constructores, contratistas y aún propietarios leerán con provecho. Hiitte. Manuel de l'Ingénieur. Nouvelle édition francaise du Manuel de la “Société Hitte.” Traduit par L. Desmarest, Membre de la Société des Ingénieurs civils de France, Di- recteur de papeteries.—Paris 6 Liége. Librairie Polytechnique, Ch. Béranger, éditeur. 1911. 2 vol. 1322 et 935 pages, 1200 fig. 30 fr. reliós en cuir plein, dorés en téte. No vacilamos en calificar esta obra de excelente y creemos no debe faltar en ninguna biblioteca de las instituciones ó de los hon:bres de cien- cia. El libro está escrito expresamente para los ingenieros que tengan que hacer proyectos y ejecutarlos; en él han colaborado especialistas de prime- ra línea. Por la somera relación que damos en seguida de las materias que con- tiene, se apreciará la utilidad de esta publicación. Matemáticas.— Tablas. Aritmética. Funciones circulares é hiperbóli- zas. Cálculo diferencial é integral. Cálculo de probabilidades y teoría de los errores. Geometría analítica. Extensión de las superficies y de los só- lidos. Perspectiva paralela. Mecánica.—Teoría geométrica del movimiento. Mécánica física, Está- tica y dinámica de los cuerpos sólidos. Resistencias de frotamiento. Mecá- nica de los líquidos. Calor.—Propiedades generales de los cuerpos desde el punto de vista del calor. Transmisión del calor. Termodinámica. Gases perfectos. Vapo- res. Movimiento de las corrientes de gas y de vapores. Combustión. Pre- sión del viento y resistencia del aire. Teoría de las resistencias: Barras rectas. Barras curvas. Resortes. Placas y recipientes. Conocimiento de las materias. —Generalidades. Metales, piedras natura- les y artificiales. Morteros, cemento, betón. Vidrio. Cautchuc y gutta- percha. Vidrio soluble, mastic, asfalto. Maderas Lubricantes. Correas pa- ra transmisiones. Combustibles. Máquinas.—Organos de conjunto. Partes de las máquinas. Máquinas 76 motrices. Motores hidráulicos. Calderas de vapor. Máquinas de vapor. Mo- tores de combustión. Máquinas de trabajo. Tornos. Máquinas para elevar. Elevadores, etc. Ciencia de las medidas. —Construcción.—Ventilación y Calefacción.— Distribucción de agua. —Drenage de las ciudades. —Caminos.—Estática de las construcciones. —Construcción de puentes. —Construcción de navíos y de sus máquinas. —Tecnología de los ferrocarriles. —Siderurgía —Teecnolo- gía eléctrica. —Fabricación de gas. í Muchos de los capítulos van acampañados de tablas numéricas muy útiles. Die Saeugetierfauna des Pliocaens und Postipliocaens von Mexiko. I. Carnivoren. Von Wilhelm Freudenberg Mit 9 Ta- feln und 5 Textfiguren.—Jena. Verlag von Gustav Fischer. 1910. 4* 39 pp. (Geologische und Palaeontologische Abhand- lungen. Herausgegeben von E. Koken. Neue Folge Band IX. Heft 3). El autor estudiando los ejemplares de las colecciones del Instituto Geo- lógico de México, describe las siguientes formas de la fauna carnívora de México. ' 12 Arcthotervum sinum Cope, representado por una mandíbula casi com- pleta y una vértebra lombar. Lugar del hallazgo: Tequixquiac. La forma es del tamaño entre el sudamericano 4. Wingei Amegb. y A. tarijense Amegh. (? = 4. bonaeriense Amegh.) pero por lo demás se parece más bien al Arctodus pristuvs Leidy (! = Ursus haplodon Cope). Las especies Proare- tothertum y Pararctotherium, que son indicadas por Ameghino como for- mas primitivas de Arctotherium serán quizá idénticas. 2% Ursus americanus Pallas, un fragmento de la mandíbula izquierda, probablemente de los depósitos de toba caliza del Estado de Puebla. 32 Ursus sp. lo parte izquierda de la pelvis y la derecha de la misma de la Cañada de Aculcingo. 402 ? Hyaenarctos sp. solamente hay un colmillo izquierdo de la mandí= bula inferior, de las minas de lignita de Tehuichila, que pertenece proba- blemente á un género nuevo, en el cual el autor ve el precursor de las for- mas Hyaenarctos Eurasiens y el antecesor del Proarctotherium sudameri- cano. 11 5% Hyaenognathus (Porthocyon) Matthewi. Un fragmento de cráneo de Tequixquiac, que concuerda en lo general con Hyan dubitus Merriam, pe- ro tiene un poco más larga la serie de molares, un poco más corta la de pre- molares, más larga la de los incisivos más el canino y un ancho mucho ma- yor del paladar. Otras difereneias presenta la estructura de los dientes. Se- mejante es Borophagus diversidens Cope, que bien se puede colocar al lado de Hyaenognathus. La forma primitiva será probablemente Ailurodon. 62 Canis indianensis Leidy ( = C. primaevus Leidy), representado por dos fragmentos de cráneo, que provienen de Tequixquiac y San Luis. 72 Canis latrans Say. Hay dos ramas de mandíbula de Tequixquiac (pero de diferentes horizontes) y un fragmento de la parte posterior de crá- neo de San Luis, de los cuales solamente el fragmento de cráneo se distin- gue del cráneo de un coyote por la bulla ossea más grande. 82 Urocyon aíf. cinereoargentatus Schreber. Mandíbula inferior y erá- neo de Torreón. El cráneo es más pequeño y la mandíbula más alargada que en la zorra gris reciente. 92 Felis imperialis Leidy. Fragmento de la parte derecha de un cráneo, probablemente de Tequixquiac. 10.—Felis cf. imperialis Leidy. Hay una mandíbula izquierda de Te- quixquiac que se distingue solamente poco en el tamaño de la mandíbula inferior del Jaguar. Llama la atención que la arista superior del processus coronoidens tiene una forma abultada. 11.—Felis atrox Leidy. Un fragmento de cráneo de Tequixquiac se dis- tingue por su tamaño considerable y por el desarrollo del canino. El au- tor parece inclinarse á considerar Felis atrox como el macho y Pelis impe- rialis, como la hembra del león americano. 12.—Felis onza L. ? No es segura la determinación del único canino su- perior existente (de San Luis). 13.—Felis concolor L ? El autor cita la forma solamente según indica- ciones más antiguas. Localidades: S. Juan de los Lagos, Tequixquiac? y el Gran Canal de México. 14. —Felis hyaenoides. El colmillo está desarrollado extraordinariamen te, los dientes contiguos son muy débiles ó faltan por completo. La cara está muy reducida. Los dientes caninos están muy poco desarrollados. No obstante algunas semejanzas con los gatos con dientes en forma de sable, el alveolo arredondeado del C. superior y la raíz fuerte de la jiba interior en P!* aleja nuestro fósil de ellos. Localidad: Tequixquiac. ? Hyaenarctos pertenece al Mioceno superior ó al Plioceno inferior; los hallazgos en las capas más profundas de Tequixquiac con Hyaenognathus y Camis latrans pertenecen al Plioceno superior. Los otros horizontes per- 78 tenecen al Cuaternario é incluyen 4Arctotherium y Felis cf. imperialis por una parte y las otras formas (Cuaternario medio) por otra. _— Felis concolor L. Y y Canis latrans Say parecen hallarse en varios hori- zontes. Dr. J. Sommer, Professenr á la “Technische Hochschule” de Danzig. Introduction á la Théorie des Nombres algébriques. Edition francaise revue et augmentée. Traduit de Palleomand par A. Lévy, Professeur au Lycée Saint-Louis. Avec Préface de J. Hadamard, Professeur au College de France.—Paris. Librairie Scientifique A Hermann et Fils. —1911. 1 vol. gr. in- 8, X-376 pages. 15 fr. Desde que Gauss amplió el campo de la aritmética introduciendo nú- meros de la forma a + b YI se formó una teoría expléndida de los nú- meros algebráicos. Este libro trata de la manera más elemental posi- ble los problemas y los resultados de esa teoría, pues las magníficas obras - acerca de la materia son difíciles para los principiantes. Creemos que esta obra hará renacer un estudio que por mucho tiem- po ha sido abandonado. El autor desarrolla en cinco capítulos las principales cuestiones rela- tivas al cuerpo cuádrico, aplicaciones de su teoría, cuerpos de tercer gra- do y el cuerpo relativo. Bibliothéque Technologique. Traité d'analyses chimiques métallurgiques á Pusage des chimistes et manipulateurs de labora toires daciéries Thomas par J. Hognon, Ingénieur- chimiste diplómé, ete. — Paris. Librairie Gauthier. — Villars. 1911. 1 vol. 8” 1x-155 pags., 13 fig. 5 fr. cartonné. El autor ha concentrado en este útil libro los análisis necesarios á los químicos metalurgistas, exponiendo de una manera clara los métodos de cuanteo más prácticos y rápidos á la vez que exactos. Contiene ocho capítulos que se ocupan sucesivamente de los combus- tibles, humedad, cenizas, etc., minerales de fierro, de manganeso, cromo, fierro colado, aceros, ligas metalúrgicas, materiales refractarios, análigis di- versos, aguas, aceites. De A di id is cd "MOD 79 "16909 VAN" T q d “uy ua UIP9UI1 9A Á “IHUOP OJUILA u[1=H “SV OIDOTOHOZAIAN SINOIOVATIASIO HS S "HS ICÉS UTULOP UNLIA AUT SS ao A E) pam Yue "s20q0N Gl CL “¡paul "un H AADEAHARIADIS SS E =caoooooovuoa a No) O o "UA e a Hi O aw HAD HOO ASS] 19H Si a VO ADA A te do + A ES AN ANIANAAANAAAS o) | | Par "B1QUIOS Y] Y 9118 [9p “duo L 'O0IXO NT “Hy/TS ¡Elo! =Y OUY “*91099|, [e19uex) ugrvoer ep sod opeurtoy sedi[near 9p Ope3sHÍ [9P 091I51P8ISH OLIBNUY [9P SOPBULO) SOFT E Hao ¡o e) eÓ 0d HE 0 OO CRISIS DO MO) SRA ra | O A == sl 00 Y “UIPABT "N ¿hilo % "5067 9p 0UD 19 AUDANP SOdNDVUD, 9P OPDISHT 07: s0uUy 02772 aqua SE 91querydeg "SASHA *ODIANV J, 9P 09289]04099 UT 0140JDALISQO) 12 US SVDPVIJIDAA SV] IP ¡VAIUIÓ USUNSIHJ "6061 “P 91 NYIO 09803 y * O19UH 80 "SDIQNLADAO/) UQUID] O19TUOZUT 0% M M 0'9 €9 TGI 89"86G e II LT H H 06 89 yO v6TI 166 96866 ""91QUISIAON 0% H EN 99 Gl 1067 9'T3 |24'GT DORE "91qnY90 ST AH H y! 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CALLEGARI, M, $, A, La pittura nell'antico Messico. Se noi gettiamo, anco per semplice curiositá, uno sguardo ai Codici messicani, (1) le cui perfette riproduzioni la signorile ed impareggiabile generositá del Duca de Loubat, il Mecenate degli Americanisti, ha fatto tenere in omaggio superbo alle principali biblioteche pubbliche del mondo; se noi osserviamo le rozze eppur significative, vivaci eppur grottesche pit- ture che, riprodotte in riviste od in libri d'americanistica ornavano ed or- nano pur ora, deteriorate dagli elementi e dalluomo, gli ultimi avanzi (1) Trai Codici e Mss. messicani, originali, che sono in Italia, accenneró al Co- dice Messicano di Bologna, a quello Vaticano n. 3773, al Mss. messicano Borgiano del Museo etnografico della Santa Congregazione di Propaganda, detto ''Codice di Velle- tri”, al Mss. Vaticano n. 3738 detto ''Codice Rios”, al Codex Magliabecchiano, al Co- dex Nuttall che fu trovato dal nostro Villari nella biblioteca del monastero di S. Marco a Firenze, Segnalo due pergamene dipinte o meglio tracciate a colori nel R. Museo di Parma, da me fatte fotografare, merca la cortesia dell'economo di détto Museo. signor Aquila. allo scopo di illustrarle. Il Direttore inyece se ne disinteressd talmente, che non si curó mai di riscontrare le mie richieste in proposito! Revista (1910-1911).—11 82 ; de'templi e palagi diruti degli Azteki precolombiani, un sorriso ei sfiora le labbra! Non possiamo non trasalire nell'osservare quella ingiustificabile man- canza di proporzioni e di prospettiva, quel calore esuberante di tinte bri- llanti e senza sfumature; —tutto ció sembra dapprima tracciato, disegnato, dipinto da fanciulli quasi privi d'ogni tendenza od istinto artistico, o da uomini primitivi dell'etá litica o del bronzo o da indigeni delle selvaggie tribú del Nordamerica o delle isole oceaniche. Ma se osserviamo pazientemente quelle pelli o quelle foglie d'agave, quelle tele di cotone o quelle corteccie di palma, su cui sono tracciate le rozze pitture, noi ci pentiamo di quel primo naturale atto di ostile sorpre- sa; la nostra attenzione si fissa meglio sulle linee e sui colori e seppur non puó far a meno di riconoscere un'eccessiva ingenuitaá nella figurazione uma- na, non puó non essere indotta ad ammirare, man mano essa si prolunghi, lesattezza dei particolari ornamentali e decorativi, sfuggiti ad un primo esame superficiale. Indubbiamente Varte pittorica messicana (Nahoa) che ebbe contatti non brevi né poco profondi con quella piú evoluta dei Maya del Centroame- rica, d ingenua e grottesca, ma la caratteristica che le imprime un suggello nobile ed originale oltre che ad una innegabile delicatezza di tocco, ad un uso di colori brillanti ed ad una naturalezza tal volta elegante, si é ch'essa non era la materiale riproduzione d'oggetti, di persone, di animali, ma realmente significativa al pari di una vera serittura, nascondendo talvolta, nella stessa sproporzione o rozzezza, il suo valore simbolico che sfugge na- turalmente a chi non lo sappia interpretare. Per la inconsulta e deplorevole distruzione della massima parte degli edifici sacri e profani degli Azteki, noi non possiamo, é vero, basarci, pel nostro giudizio, che sulle pitture dei codici e dei cosidetti Mss. giunti, quasi miracolosamente, sino a noi, o su qualche raro frammento di affresco murale, rimasto quasi intatto o non fortemente guastato. Ma le relazioni degli storici indigeni e spagnuoli prima, durante e dopo la conquista cor- tesiana, ci fanno con sicurezza sapere che i Messicani, popoloi cui senti- menti artistici, come appresso vedremo, erano assai sviluppati, dipingeva- no con smaglianti colori, specialmente di rosso, l'interno e Vesterno delle loro case, i rilievi e le sculture stesse ed i motivi decorativi dei loro templi e palazzi. I Messicani,—a differenza degli Egiziani, degli Assiri, dei Caldei che diedero ai loro idoli Vimpronta di una maestá serena e placida, fiera e terri- bile, secondo il £arattere del dio rappresentato, sicchd Typhon, Nergal, Mo- loch, ad esempio, ebbero l'espressione di un'imponenza crudele e tremenda, Isis ed Isthar furon create belle e seducenti di tutte le grazie lussureg- 83 gianti; mentre gli Elleni toccarono il sublime nelle rappresentazioni figu- rative delle loro divinitá, sieché crearono i maggiori capolavori scultorí che scalpello umano abbia tratto dal minerale informe o dal metallo sonante, come 1l' Athena e lo Zeus di Fidia, Y Apollon del Belvedere, 1 Aphrodite di Me- los; i—Messicani, dico, si preoccupar.no invece e si sforzarono, direi, a rendere i loro idoli, dipinti od in plastica, di una estrema laidezza, mos- truosi! Noi, quasi, saremmo tentati di pensare ad una degenerazione colet- tiva del gusto estetico, ad un ritorno atavico ai primi tentativi di figu- razione, ad una concezione artistica completamente ristretta e relativa all ambiente ed al genio di quel popolo, se non trovassimo nella sua vita altre manifestazioni d'arte immensamente superiori a queste e che vengo- no a giustificare, sotto un certo punto de vista, il grottesco e terribile sparso nelle loro pitture. Non si puo affatto giudicare gli Azteki con la stessa mi- sura con cui analizziamo i primitivi sentimenti estetici dei Boschimani, deliranti alla vista di una Venere ottentotta callipigia, di negri o mulatti ammiratori delle inmonde attrattive delle gyriote, o gli indig- ni delle isole Figi costruttori di feticci orribili ed impudenti! Duplice é la spiegazione a mezzo della quale, parmi, si possano giusti- ficare le mostruositá apparenti della figurazione azteka: dico apparenti per- ché realmente tali sono piú di forma che di sostanza. Anzitutto fa d'uopo pensare all' elemento di terrore, sparso cosi lunga- mente nelle figurazioni idolatriche e felicistiche di tutte o quasi le mitolo- gie o religioni primitive; elemento di terrore il quale € la base d'ogni fede dualistica—personificante il mistero pauroso del fenomeno naturale. L'orridezza quindi e piú adatta nei popoli naturali ad imporre la maestá, ladevozione, il timore, il rispetto e ment: e nel cuore del mondo antico orien- tale, nell Ellade radiosa, la severa edintatta belleza della Glaucopide, perso- nificantesi nel Partenone, miracolo di bellezza e di semplicitá, e aquella eroica d'Apollon venerata tra le corinzie colonne del suo tempio di Mileto, conquistava le menti ed i cuori di tutte le popolazioni abitanti lungo le rive del bacino del Mediterraneo; agli antipodi, quasi, secoli dopo, fra tribú deserte e fugaci, in guerra con gli elementi, le fiere e la fame, po- vere e derelitte, non trionfava il divino sotto forma di bellezza, ma l'orri- do, riconosciuto ed admirato perche tale, rappresentava un ideale pauroso e temuto! E cosi tra le numerose divinitá benefiche e leggiadre ch'ebbero gli Azteki, niuna manco, nellessere rappresentata, di questa caratteristica che par negativa a renderla prediletta e che non pertanto fra essi fu elemento di devozione e rispetto. Ed a noi stessi non impone forse pur anco il bello-orrido di fragorosa cascata, ó la gola aperta di profondo búrrone, o la collera del mare, piú > 84 che la bellezza lieta e ridente d'un giardino fiorito, ricco d'acque crista- line zampillanti, o d'un prato di smeraldo o della calma mattutina di un giorno estate, in riva al mare tranquillo? Ma un elemento assai piú importante senza dubbio ed ignoto al pro- fano, s'asconde nella figurazione pittorica degli Azteki: quello cui sopra accennai, dicendo che essa era significativa al pari di una scrittura. Noi dobbiamo bandire da noi lVimpressione che in quella si tratti totalmen- te, ed in modo assoluto, d'una espressione violenta atta soltanto ad at- trarre Vattenzione, il rispetto, la devozione, il timore del popolo, con la vivezza calda delle tinte, con la forma grottesca, con l'orridezza del gesto e della espressione, nella figurazione delle deitá, degli eroi, dei personaggi storici. La sproporzione delle parti di una figura si spiega in parte, perché, allinfouri della pittura decorativa regolare e seguente le norme di un vero stile originale, la rappresentazione di persone, di animali, d'oggetti, piú che una vera pittura era una specie di manoscritto in euii nomi, le voci, gli aggettivi, erano sostituite dalle figure, dalle azioni, dai movimenti, dai colori. Si curava perció pit il modo di renderla decifrabile che elegante e si curavano le parti pid importanti ed essenziali ad essere comprese, colla dimensione maggiore, esagerata, [trascurando le altre come inutili o super- flue. Non si potrebbe perció, in senso rigoroso, parlare 'di una vera arte pittorica messicana, se non si studia la pittografia piú come produzione ingegnosa dell'umano intelletto, trasmettente nel tempo notizie di vita e dVambiente, di usi, di costumi, di storiche vicende, che come produzione artistica ed estetica, impronta viva del genio particolare di un popolo. La pittura prepara lo studio pittorico della rappresentazione grafica del pensiero, presso gli Azteki, come presso gli Egizí, che vien subito dopo lo stadio mnemonico dei primitivi gruppi di cordicelle a colori ed a nodi per ri- cordare avvenimenti, cose, persone, detti guipos dai Peruviani,che largamen- te ne usarano, nepohualtzitzin dai Messicani, wampum da altri indigeni del Nuovo Continente. Le pitture dei Codici messicani appartengono, dissi, allo stadio pittorico della rappresentazione grafica dell'oggeto, del quale si conosce il nome, ma che non é parola da leggersi; a questo seguirono lo stadio ideografico (ideogramma) e lo stadio fonetico (fonogramma, iconofono); ma lo svolgersi, il perfezionarsi di quest'ultimo non ebbero campo dicom- pletarsi, ché, per la conquista spagnuola, nuova civiltá, nuovi costumi, nuova religione si sovrapposero violentemente al substrato azteko e non modificarono, se non Vessenza piú profonda, [intima, le tendenze, il tenor di vita, le idealitá, le aspirazioni. I mms. messicani cosi possono essere considerati come pitture di genere misto, perchó alla rappresentazione pit- torica d'un'azione, di un fatto, sono aggiunti caratteri simbolici ed isolati; la pittura sostituiva relativamente la mancanza di scrittura alfabetica; la 85 rappresentazione diretta dell'oggetto fu spesso preferita alluso degli ico- notoni, per la facilitá del disegnare e del dipingere e per la maggior appa- renza estetica del jensiero, dell'avvenimento, dell'azione, dipinta in bril- lanti colori, parlanti meglio all'ochio ed alla mente primitiva, con espres- sione facile e viva, che una serie di inconofoni freddi o di simboli difficili a comprendersi se non dagli iniziati dellarte. Solo, negli ult'mi temp, di poco anteriori alla conquista, i segni pittografici messicani assunsero lVas- petto di un rebus fonetico, misti ad elementi ideografici e simbolici. Per concludere, la pittura presso gli Azteki non si puó chiamare arte, come divenne invece presso i Maya, costruttori dei grandi monumenti yu- cateki ad Izamal, Uxmal, Chiapa, Lorillard City, Tihoo (Mérida), Maya- pan, Cichen-Itza, Ek-Balam, e nel Guatemala ad Iximehé, a Utatlan, a Copan. In un prossimo articolo parleró delle arti plastiche, dell'oreficeria e dell'archittetura degli antichi Messicani, e del famoso “mosaico di piume,” la loro piú bella e geniale produzione artistica veramente originale. dE: La scultura e le arti piastiche nel? Antico Messico, La scoltura degli antichi Messicani ha gli stessi difetti e pregi del di- segno e della pittura: ignoranza ed incuria nelle proporzioni, rozzezza e scorrettezza nelle linee, ricerca minuziosa ed esagerata nei detagli degli accessori. Ma in quest' arte non v” e la giustificazione. da me esposta nel- Varticolo precedente, dicato alla pittura; pero la grossolanitá dell' esecuzio- ne, che segue l' ingenuitá della concezione, sono minori e si assiste ad una vera e rapida evoluzione, paragonando le primitive imagini dei tempi del- Vinvasione degli Azteki nell' Anahuac, nel 1300-1350 d. C. circa sino al- Vepoca della conquista di Cortez. In quest' ultima l' esattezza va affinan- dosi e facendosi la riproduzione meno bizzarra e fantastica siccha alla fine arriviamo ad oggetti artistici, specialmente scolpiti in pietra dura od in “gemma che, per 1 eleganza e finitezza del lavoro, sono degni di stare a paro di quelli del Mondo antico. Gli Azteki erano sprovvisti del ferro ed ado- peravano per scolpire 1' ossidiana (itztli) fragile ma durissima e con questa lavoravano mirabilmente i metalli ed i minerali piú duri come il granito, il cristallo, il diaspro, lo smeraldo, il corindone, per le sculture a grandi dimensioni preferivano la iade, il basalto, la stealite, il porfido, la lava, Va labastro, il serpentino; ma per la difficoltá di scolpire pietre cosi dure e fragili, essi preferivano la plastica in creta ed in stucco che diveniva poi 86 duro come un vero smalto; in quanto ai soggetti, rappresentavano idoli, statue di personaggi mitici, di eroi, di re; inoltre motivi archittettonici come colonne, capitelli, cornici e frontoni ornamentali di palazzi e di tem- pli e vasellami con pitture smaglanti. La scultura, come ]' architettura, di cui vedremo in un prossimo ar- ticolo, si piaceva spesso del colossale e trai pochi esempi non distrutti dalla barbarie europea, ne rimangono taluni, degni per importanza d' es- ser e paragonati a quelli di Tebe, di Menfi od a quelli scavati a Korsabad, La “pietra di Nezahualcoytl”, il celeberrimo re filosofo e poeta di Tez- cuco, 1 Hárún al Raschid del Messico, la figura piú grande e piú bella del Nuevo Mondo,, ¿ un idolo pesante molte tonnellate, sfortunatamente rotto in piú pezzi. Altro esempio notevolissimo + la famosa “pietra del calendario” di porfido, pesante oltre 24 T. trovata nel 1790 melle fonda- menta del tempio di Uitziloposchtli; essa ha un diametro di 4 m. ed uno spessore di 1 m.; 8 di forma parallelipeda, in cui le due superfici, anteriore e posteriore, formano due perfetti quadrati. In essa vé mirabilmente scolpito il calendario azteko, la cui decifrazione, non ancora del tutto soddisfacente, ha giá una vera bibliografia d” oltre una trentina d'opere dottissime. A questi si possono aggiungere il busto in pietra dura della dea Chal- chihutlicue, Y idolo della dea Zxcuina in wernerite, 1' idolo in pietra verde del museo di Stuttgard, il colossale idolo in basalto grigio-bluastro e feldspato alto quasi 3 m. e largo 2 m. trovato a Messico nel 1790, scolpito da tre parti e sotto la base e rappresentante la dea Conallicue la madre del terribile Uitziloposchtli, anziché come fu creduto prima la dea Teoyamiki, compagna di questo dio, specie di Walkiria, che accoglieva.le anime dei guerrieri caduti in battaglia ó di quei prigioneri di guerra che venivano sacrificati. Una riproduzione assai piccola in gesso di quest' idolo si trova nel Museo d' antropologia ed etnografía di Firenze, come pure vi si trova una statua rozza ma significativa, in pietra tetzontli, amigdaloide, porosa, leggera, grigiastra, d' origine vulcanica. (1). (1) Debbo alla bontá del compianto Senatore prof. Manteguzza, 1 aver potuto prender visione della collezione messicana del detto Museo ed alla cortesia. del prof. Moeh: l' ayerla esumiuata in modo che spero tra non molto d'1llustrarla brevemente come gia illustrai quella “Massimilianea” di Padova. Per ora, eeco gli ogyeti da me osservati e che credo di pregio archeologico ed cinografico. 1) un omichicahuaztli in corno di dugongo 2) una mar chera in rame ed in ossidiana 3, uno scattro id id 4 un ayacacatli in terra cotta 5) quuttro testine dolicueefali in terracotta, notevoli pe) il prognatismo e lo schiacciamento frontale, trovate a Teotihuacan 6) una pergumenr con disegni, affine a quelle del museo di Parma che sto pubblicando 7) Due splendida atlatl con fregi d' oro 8, gruppo di statuette «ntropomorfe 9) un ornamento del labi- bro in ossidiana 10) vari franmmenti di vasi, idoletti, serpenti in terracotta 11) gruppo dí fusarole, b.oechi e rasoi di iztetl. 87 Ma piú che nelle riproduzioni statuarie era naturale che gli Azteki riescissero meglio nel! altorilievo e nel bassorilievo; di tali seulture sono ornate le mura esterne del famoso tempio di Xochicalco (casa dei fiori) non lontano da Cuernavaca, i sotterranei di Mitla (Oaxaca) dei maravigliosi palazzi di Palenqué (Chiapas) e delle cittá ruinate dell, Yucatan e del Guatemala, i grandi focolari di civiltá dei Maya. Tra questi altorilievi, 4 giustamente celebre il cosiddetto quauhozicalli del re Tizoc, credyto prima la pietra dei sacrifici ó quella su cui combattevano legati ad un piede 1 piú valorosi prigionieri dí guerra. Gli Azteki modellavano l' argilla con appositi istrumenti e conosce- vano il tornio e formavano idoli, statue, imagini, vasellami spesso dipinti e verniciati tratti da vegetali e da minerali. Ma ove cssi eccelsero piú che in ogni altra arte, si da divenir insupe- rabili, si fu nell' oreficeria. Non e possibile non restare stupefatti nel con- frontare le pitture quasi primitive degli Azteki e le loro rozze sculture, con i loro lavori di abilitá e di pazienza che sono i loro gioielli, nei quali il valore dell opera e ben superiore a quello della materia, sia dessa ar- gento, oro, o pietra preziosa. I Conquistadores spagnoli dichiararono inimitabili i lavori d' oreficeria degli Azteki. Con un sol getto essi, per es., fondevano un pesce che aveva alternativamente le squame d' oro e d' argento, od un uccello con variato piumaggio, un papagallo che moveva il capo, la lingua, le ali, una scim- mia con testa e zampe mobili. Fondevano vasellami, lavoravano egregía- menta a bulino ed a cesello ed incastonavano pietre che tagliavano e ren- devano lucenti e trasparenti ed incidevano mirabilmente. Celebri furono i gioielli di F. Cortez, lavorati cosi finemente da sbalordire i lapidari di Genova e perduti da lui nel disastro toccato alla flotta di Carlo V, nella - infausta spedizione d' Algeri. Quattro divinita presiedevano tali lavori ed erano le protettrici dei gioiellieri. Ma Varte azteka ha un'impronta propria, originale e caratteristica nel cosiddetto “mosaico di piume”. Ogni anno venivano spiumati uccelli dal brillante piumazzo, appositamente allevati, appartenenti alla famiglia dei colibri o dei quetzal, vere gemme svolazzanti e canore. Le piume di questi, stese con habilitá cura, pazienza infinite sopra una pelle su cui erano appiccicate con colla, riproducevano con le loro tinte iridiscenti e metallche una figura i cui contorni erano gia stati delineati; 11 avoro era cosi delicato e difficile che bene spesso era necessaria un' intera giornata ad un abile operaio per scegliere e fissare un piuma adatta per forma e tinte! ll “mosaico di piume” era poi steso sopra una lastra di rame e lisciato con cura, sicché prendeva laspetto di una pittura ad olio fatta col pennello e sorpassante con la vivezza delle tinte qualunque colore ar- 88 tificiale. Tali lavori erano stimati piú dell” oro ed in Europa eccitarono la massima ammirazione;. credo vi sia una mitria di “mosaico di piume” a Palazzo Pitti, ma non ebbi Y occasione di studiarla nd di vederla; mentre ebbi modo d' ammirare lo splendido pennacchio, fatto con tale sistema, che si conserva nel Museo di Corte di Vienna. Divinitá speciali, tra le quali il dio Coyotlinauatl, proteggevano quest' arte mirabile. Presso gli Aztek esisteda pure un vero mosaico di pietre dure; corniole, turchesi, malachite, ece, delle quali erano incrostate le maschere degli idoli, dei re e dei grandi dignitari, i manichi dei coltelli ed altri istrumenti di lusso; il Museo preistorico ed etnografico di Roma ne possiede alouni che furono illustrati dal nostro Pigorini. * k * Ho accennato di volo alle arti pittoriche e plastiche degli Azteki e da questa breve corsa ci siamo fatti un'idea, per quanto sommaria, del senti- mento estetico di quelle fiere tribú che irraggiarono nel Nuovo Mondo la luce sanguigna delle loro barbare costumanze nei sacrifici umani e nella guerra, ma che non pertanto, tra le lugubre ceremonie cruenti della loro spaventosa religione, nelle crudeli guerre per lesistenza e la conquista, ebbero modo di attender alle arti, funzione sociale nella vita di un popolo che, venuto ad abitare 1 Anahuac, in una regione unica al mondo, privi- legiata dai tre climi, fertile, ricca, ubertosa tra laghi azzurri e millenarie foreste, ai piedi ed alle falde delle piú alte vette della Sierra Madre, illumi- nate dalle rosseggianti bocche ignivome del Popocatepetl, del Citlatepetl e del Xinantecatl, non poteva non ispirare la mente sua all'imponente e di- vino spettacolo della natura che.la attorniava! Se Vinfluenza di un tale ambiente prodigioso poté sul cuore indurito e fiero degli Azteki, come gia su quello de'loro predecessori Tolteki e gia sui piú antichi Maya; essi sen- tirono in se stessi vivo e veemente il sentimento per il bello, e mentre la cupa e fiera violenza del loro, instinto sanguinario fé loro creare una reli- gione piena di paurosi e cruenti misteri, ebbero pur leggigiuste e benefi- che, per quanto draconiane; mentre alzarono templi ai terribili dei Uitzi- loposchtli, Tezcatlipoka, a Mictanteuctli e Mictlancihual, gli dei della guerra, dellimplacabile providenza e dei regni bui soterra, adorarono gli dei lu- minosi degli astri, delVaria, del foco rigeneratore, delle piove benefiche, dei fiori, delle messi, delle arti, dei giochi, delle culle...... e mentre nel Chiuenauh Mictlan, tenebroso e profondo, posero il loro Erebo, in Tlazacán crearono una regione di delizie, sede delle anime elette, assunte poi alla glo- ria nello stesso astro solare, o mutate in lievi nuvolette rosee spinte dal vento a traverso i campi sereni del cielo! 89 E cosi, come nella vita sociale degli Azteki, pure nelle loro concezioni WVarte, ci troviamo dinanzi ad una perenne contradizione—fenomeno psi- cologico non privo d'interesse e perció appunto osservato e studiato. Da una parte una fierezza indomita che arriva sino alla ferocia piú truculenta; dalla guerra fatta per impossessarsi di vittime umane da sacrificarsi agli dei piú che ad acquistar nuovi territori, dalle leggi penali piú severe e san- guinarie a precetti educativi ammirabili, dai pregiudizi piú ingenui alle applicazioni piú rigorose della scienza come nel calendario, dallantropofa- gia, per orribile superstizione religiosa, ad un semplice tenor di vita domes- tico la cui moralitá + indubbia e grande, dalle danze oscene e dalle proces- sioni faliiche, alle leggi piú gravi ordinanti la castitá ai sacerdoti ed alle sacerdotesse, ed alle pene piú severe per gli adulteri ed i degenerati di vizi contro natura! Strana mescolanza di crueltá e di doleezza, di senti- menti bassi, volgari e di poesia, di viltá inconcepibili e di audacie senza esempio, di libidine e di purezza, resultante della stratificazione etnica di piú popolazioni sovrapostesi nell Anahuac, en epoche differenti. -—— L/arte ha riprodotto, nella sua concezione, questo contrasto patente, de ha creato nello stesso tempo la pittografia espresiva e significativa, Pele- mento di terrore sussidiario del mito, e nella pietra la statua od id rilievo decorativo, nella gemma iridescente ed indomita la squisita leggerezza di mirabile e insuperataincisione, quasi l'artista volesse riabilitar la sua classe dalle rozze forme fantastiche gia dipinte o scolpite; infine nel “mosaico di piuma” ha espresso la sua piú splendida caratteristica originale. In un successivo ed ultimo articolo parleró dell'architettura, quest”- arte, nella quale i Messicani rivaleggiarono con i popoli del Mondo antico, con gli Egizi, con gli Assiri, com i Babilonesi, con gli Indiani. TIL L”Architettura nellantico Messico. Se larchitettura é forse la piú diretta emanazione della civiltá di un popolo e se piú d'ogni altra esplicazione del genio artistico subisce l'in- fluenza dell' ambiente fisico, del clima quindi, anzitutto, della natura del suolo, dei caratteri fisici e psichici degli abitanti la regione e di una som- ma d'altri piú o meno diretti coefficienti, la cui particolare ed innegabile potenza sfugge ad un esame primo e superficiale, e la cui fusione totale caratterizza impronta perspicua ed indistruttibile dello stile—l'antica ci- viltá Messicana dimostra, in modo luminoso, la veritá di tale asserto, Parlai gia della pittura e scultura di queste tribú sovrappostesi a razze affini precedenti, piú evolute ma ormai sfibrate e decadute, la cui Revista. (1910-1911), —J2 90 civiltá pero, raffinata relativamente alla regione ed allepoca, valse a sot- trarre le tribú degli Azteki allo stadio barbarico quasi completo che le dominava, quando, affamate, perseguitate, erranti disordinatamente, come mandra di buffali inseguita da lupi e da avvoltoi, attraverso Valte terre aquitrinose dell Anahuac, partite dal leggendario Aztlan, andavano in cerca di una nuova patria, che fissavano infine a Tenochtitlan, essendosi in tal luogo avverata la predizione del dio della guerra, Uitzilopochtli, Gli Azteki non ebbero quindi un'architettura propria ed originale, ma soltanto copie delle costruzioni delle tribú pit civili, modificate se- condo le loro tendenze ed il loro genio; pertanto sará piú giusto accennare al carattere dell architettura della regione Messicana e del Centroamerica, anziché soltanto a quella di tribú che nulla crearono d'originale, ma mo- dellarono la loro sull'arte di quelle che le avevano precedute nelle stesse terre. Mentre le dimore del popolo nulla ebbero di speciale e rimasero ca- panne di giunco e di canne, che segnano pertanto un notevole progresso sulle costruzioni degli abitanti delle caverne (0/iff e cave dwellers) o dei costruttori di tumuli (moundbuilders) dei “Pueblos sin historia” di Rio Gi- la, che si possono considerare, in arte, i progenitori degli Azteki, la cos- truzione dei templi e dei palazzi ebbe del colossale e del ciclopico. Avver- tasi che tale modo del costrurre, come nell'Assiria, nella Caldea, nell”- Egitto, aveva piú ragioni essere: l'imponenza come carattere di maestá e potenza, adatta quindi al soggiorno di un dio, od alla magione di un es- sere umano da questo direttamente derivante e superiore quindi agli altri umani che costituiscono la plebe; la qualitá del materiale usato: terra; mattoni argilla semicotti al sole, legname, pietre unite con calcina, e la influenza dannosa del clima. ra i costruttori di moli gigantesche, i Mes- sicani, come gli Egiziani, lasciarono una memoria indistruttibile al paro delle loro piramidi. La caratteristica dell'architettura messicana, che ha non pochi punti di contatto con 1 Egiziana. e il teocalli, ossia 11 tempio in forma di piramide quadrangolare a piani sovrapposti, congiunti tra loro da un piano diago- nale saliente, girante all'intorno, a mezzo del quale si arrivava in cima e che permetteva perció lo sviluppo quasi completo del corteo lunghissimo dí una solenne processione religiosa, montante all'ultimo piano, sul quale si ergevano generalmente due torricelle quadrangolari di legno, in cui erano custoditi gli idoli delle divinitá alle quali il tempio era dedicato. Varie le forme di teocalli, a spigoli curvi come a Techuantepec, alla cima del quale s'ascendeva per una vera scala in una delle facvie; a spigoli retti con contrafforti sulle faccie, come una delle piram di dell” Jucatan ed altre molte, tutte, peró con una stessa impronta caratteristica. 91 Non lungi dalla cittá di Messico si rizzano ancora due teocallí pirami- dali di terra e pietre che il Governo messicano fece testé restaurare: uno Vessi era dedicato al Sole (Tonatiuh) e supera i 6 m. d'altezza, piú cio della piramide egizia, di Menkéra e la sua base larghissima copre un'area quasi uguale a quella d: Kháfrá; la seconda dedicata alla Luna (Heztli) supera i 45 m. Queste sono le due famose piramidi di Teotihuacan, attorno alle quali si erge ancora una quantitá di tumuli, certamente tombe di capi o di santoni, formanti una linea a forma di 'P; lo storico Torquemada por- tava, al suo tempo, il loro numero a 20000; cio diede indubbiamente il nome di Micoati (piano dei morti) a questa vasta necropoli del Nuovo Mondo. Teotihuacan era una citta Santa dell Anahuac, fin dal tempo dei Tolteki, predecessori degli Azteki; in tale regione si trovo una grandis- sima quantitta di oggeti antichi; statuette, idoli in terracota e pietra, sculture, tra le quali la famosa croce, che fece spargere fiumi d'inchiostro e riscaldo le fantasie dotte dei due emisferi, originando vivaci polemiche. Vi si scopri, tra Valtro, un numero ragguardevole di testine di pietra e di terracotta, per lo piú antropomorfe, cosa che die campo a discussioni ed a ricerche, ultime delle quali ad opera del dotto archeologo messicano prof. Ramon Mena. Interesserá gli studiosi sapere ene esistono al Museo di antropologia ed etnografía di Firenze, come accennai nel precedente ar- ticolo, alcune di queste testine interessanti per il caratteristico e notevole schiacciamento frontale, il prognatismo e sporgenza delle labbra. Noto che Puso di deformare il capo, in certe classi del popolo, era comune ai Messicani, come ai Peruviani dell'epoca iucasica. Si tratta probabilmente di ex voto dei fedeli che aceorrevano in grau numero alle feste religiose che si davano a Teotihuacan, che non erano superate che da quelle in ono- re di Quetzalcoat!, a Cholulan. Non lungi da queste piramidi esiste pur oggi quella di Papantla a sette piani, formata di grandi pierre con tre scale e rivestita di lastre scolpite; ma la piú celebre di tutte, a cui vaghe tradizioni messicane attribuiscono lo stesso ufficio che avrelbe avuto, presso 1 Semiti, la favolosa torre di Babele, e quella di Cholollan (Puebla) le cui rovine, ancor oggi, benehé invase da una vegetazione lussureggiante e fatale, attestano sino a qual punto fosse arrivata l'arte degli antichi Messicani. Essa é alta oggi 50 m., ed ha una base di 400 m. di lato, coprendo quasi venti ettari; é costruita in terra, pietra e mattoni d'argilla cotti al sole, come quella egiziana di Saggárah; sulla cima esisteva un tempio consacratq a Quetzalcoatl, il dio piú venerato ed amato da quelle popolazioni. Cholullan era la citta sacra, la Mecca del Messico; ad essa. ogni, qnattianni accorrevano i pellegrini a milioni a festeggiare, con imponenti cerimonie, il dio benefico che, sceso 92 in terra come profeta ed eroe, aveva civilizzata la regione con istituzioni civili e religiose. Uno de piú celebri e bei monumenti architettonici e nel tempo stesso scultorei del Nuovo Mondo é certamente il templo di Xochicalco (casa dei fiori) non lungi da Cuernavaca, ormai in gran parte ruinato, mentre s'ergono ancora imponenti e superbi i palazzi di Mitla (Oaxaca) costrutti su terrapieni artificiali, con vaste sale ed architravi monolitici di granito, che Varco a chiave ed a vólta non era usato, sibbene Varco a ferro di ca- vallo doppio e logiva formata di pietre sovrapposte orizzontalmente e riunite in alto senza chiave; con lunghi sotterranei dalle pareti scolpite e dipinte. L'architettura azteka, oltre che nei monumenti religiosi, ebbe modo di eccellere nella costruzione di ponti ciclopici, in dighe gran- diose nel lago di Tezeuco, come quella fatta costurre dal re Chimal- popoca, tra il 1417 ed il 1427, quella lunga nove miglia del re Moteu- ezuma Ilhuicamina nel 1449, che ancor oggi esiste ed e detto ““4Alba- reda vieja” e quelle che riunivano Messico alla terra ferma, in canali di navigazione ed irrigator1, in acquedotti, come quello che ordinó nel 1498 il re Ahuitzotl, ed in opere fortificatorie, come la famosa muraglia cos- truita dai Tlaxcalteki, in difesa del loro territorio continuamente mina- eciato ed invaso dai Messicani, e che lo stesso Cortez ebbe ad ammirare. Le rovine di Palenque (Chiapas), di questa Babilonia americana, sono tropo celebri perché io abbia qui a tentarne una descrizione per quanto rapida e superficiale. Un giorno vi dovette esistere un gruppo di palazzi vastissimi di varia altezza, con torri, come quella tuttora esistente di Huehuetlapallan a pit piani, costruiti in pietra e calce, ricoperti di smalti a brillanti colori, con vólte di sette metri terminanti ad angolo tronco, corridoi, ampie sale, e scale construtte in pietra viva,: eolidita, gravita, maestá sono i caratteri principali di quest'architettura. Anche tra queste ruine, e tra Valtro, si trovó un bassorilievo a forma di croce affine a quello di Teotihuacan e come questo fu variamente discusso ed interpretato. La regione dell Yucatan A cosparsa di ruine e d'avanzi attestanti Van- tica floridezza de' suoi abitanti, le cui vicende ci sono ignote, come le loro origini; per lo pia templi in forma di piramide, palazzi, cinte di cittá di- roccate, is crizioni scolpite, ma ancora indecrifate: ad Izamal, il piú gran- de centro di questa regione, la tradizione vuole che sia sepolto il profeta Zamma; numerose e di varia grandezza le piramidi, a Chi ch'en Itza, uno dei capoluoghi della nazione dei Maya, conguistata dagli Spagnuoli sol- tanto nel 1697, esistettero piramidi, porticati con colonne, palazzi dalle mura coperte di sculture e d'ornamenti simbolici, caratteri stiani la cui decifrazione é ancora un mistero; Uxmal, forse l'antica Itzalane, copre con le sue rovine uno spazio di 30 Kmgq.; altre localittá come Chiapa, Menche, AA de ¿de A 93 Tihoo, Mayapan, Tizimin, celebre per le pitture «murali, ed altre molte ei parlano, nel loro muto e pur possente linguaggio, una storia la cui grandezza é fssata nelle pietre scolpite che logora ed abbatteil tempo eda- ce. Nel Guatemala infine ove fulgida brillo la civiltáa dei Maya Quichd, grandiose rovine perpetuano il ricordo di quelle antiche tribú, che domi- narono il Centroamerica: Iximchée, che girava dodici miglia, Chimalte- mango, Yelahuh, Atitlan, Uspantlan, Utatlan e Copan col suo celebre pa- lazzo e la misteriosa caverna e cento altre localitá di non minore interesse per la storia e per la civilta. “Ma quasi nulla oggi rimane che ricordi le costruzioni propriamente azteke; 1l fanatismo dei superbi vincitori, assieme :all'ira feroce ed :ineso- Yabile dei loro alleati, per tanti anni curvati sotto il ferreo giogo di Teno- chtitlan , si sfogo barbaramente nella distruzione de” grandi palazzi e de' superbi templi, eretti in onor degli dei, de” giardini incantati, delle ville, de' castelli, degli acquedotti, di tutto ció infine che formava la grandezza e la gloria del popolo vinto! “Cola, ove piú rifulse la civiltáa dei Nabhoa, gli -Europei distrussero quasi totalmente i monumenti di quelli, sicché neppur le rovine di Teno- chtitlan e della splendida corona di fioride cittá, attorno al lago di Tezcu- co, esistono per parlarci della loro passata magnificenza. Le superbe pira- midi sono state livellate al suolo, i mille canali che intersecavano la cittá e ne formavano come le arterie vitale, sono stati colmati. La cittá insula- re e divenuta terraferma, il lago si e ritirato molte miglia ed ha formato una palude salmastra ed infetta; ed ove il grande teocalli, dedicato al te- rribile Uitzilopochtli, alzava la sua cima minacciosa,, as vampante ““livide fiamme “per la tenebra tropicale...-” llluminanti orrendi macelli d'uomini e corone di cuori strappati e corpi straziati e fatti a brandelli sugli altari di pietra e ruseelli di sangue fu- mante, tra le grida lugubri e terrificanti de' sacerdoti, il suono cupo delle conche, dei tenondztli de gli atabal, e Vululato sel vaggio della folla attenden- te le carni delle vittime per divorarle, si stende la vasta piazza della citta odierha di Messico e le macerie del tempio del dio della guerra; 1 suoi mar- mi, le statute, le pietre scolpite formano le fondamenta e la solida base , della cattedrale cattolica! “La civiltá bianca 4 passata come il soffio divoratore del samun su quelle régioni e nulla le ha resistito...... “Glorie passate,” come canta melanconicamente il Poeta incoronato, ““comeil fumo spaventoso che esce dal fuoco infernale del Popocatepetl, senza che resti aleun monumento ri- cordante la loro esistenza; se non la pietra grossolana su cui $'scritta la: loro 94 storia!” sono innumereroli rovine biancheggianti, simili a giganteschi ce- meteri, in mezzo ad una lussureggiante, fantastica ed inesorabilment dis- truttrice vegetaziono, segnano le tappe di grand ipopoli appartenente acivil- tá lontane e misteriose, di cui gli ultimi tardi nepoti contrastarono intre- pidi e feroci agli uomini venuti dall'oriente la libertá e la vita!” (1) E perció, malgrado nostro, noi siamo costretti, se ci vogliamo far un' idea generale dell'architettura propiamente azteka, oltreché basarci sullo studio de” monumenti che tuttora esistono, attingere alle descrizioni tra- mandateci dagli storici della conquista e posteriori, indigeni od europei: Pietro Martire, Cortez, Anonimo conquistatore, Ixtlilxochitl, Tezozomoc, Camargo, Torquemada, Veytia, Clavigero, Sahagun ed altri, le cui rela- zioni possono essere accolte da noi con fiducia, pur concedendo venia tal volta alle esagerazioni degli Spagnouli conquistatori, alla vista delle grandi cittá dell Anahuac, che eccitavano la loro ammirazione ed all'orgoglio naturale degli scrittori indigeni, esaltanti le glorie del loro popolo che con ervico quanto sfortunato valore non aveva potuto impedire la conquista e Vassoggettamento fatali. Essi ci rappresentano adunque l'architettura azteka come rivaleggian- te la piú florida del Mondo antico orientale: Tezcuco, la magnifica capitale degli Acolhui, possedeva la maraviglia della regione, il palazzo di re Neza- hualcoyotl, il gran poeta e filosofo, in cul lavorarono, per piú anni, duecen- tomilla operai, che conteneva trecento appartamenti, con porticati in mar- mo; circondato da ville, labirinti, giardini pensili, terrazze, fontane zampi- llanti, spechi d'acqua, popolati da pesci e serre piene di uccelli variopinti e canori e piante rare e strane. Sembra invero di leggere una deserizione che ricorda quella che fa Marco Polo della “cittá grande di Cambalú” al tempo di Kublai Khan! La cittá, che divideva con Tezcuco il vanto d'essere la piú bella dell” America, eraindubbiamente Messico-Tenochitlan, ehe girava dodici chilo- metri e conteneva sessantamila case e gian numero di piazze ed un numero straordinario di templi tra i quali celeberrimo quello dedicato a Tezcatli- poca e ad Uizteipochtli, arsenali, acquedotti, bagni, giardini ed il grande palazzo del re, che la cedeva soltanto a quello di Tezcuco. Noi cosi ci possiamo pertanto pur oggi fare un'idea chiara di questa architettura solenne come l'egiziana, grandiosa come l'assira, strana ed aggrovigliata talvolta come l'indiana e la cinese, che s'elevó in piú centri di civilta, nel Messico e nel Centroamerica, e le cui ruine, testimoni di un lontano passato avvolto ancora nel mistero piú denso, che un di ci sará forse svelato, insegnano, assieme a quelle non meno grandiose degli Incas, che focolari di civiltá irradiarono la loro luce nelloccidente, per tanti se- (1) E. V. Gallegari,—L'antico Messico, vol. 11, p. 216-217, PE ¡ 3 95 coli ignoto al mondo orientale, ammoniscono che non soltanto sulle rive dell'Indo, del Gange, del Tigri, dell'Eufrate, del Nilo, del Mediterraneo, sorsero grandi civiltá; che l'arte, questa divina aspirazione che eleva P'no- mo libero alla serena ed entusiastica contemplazione della Bellezza, che ne rende lo spirito e la mano capaci di geniali e grandiose creazioni, vittoriose del tempo e degli elementi, spiega, forse meglio d'ogni altra etrinsecazi one, il forte vincolo che stringe ta loro le sparse membra dell'umana fa- miglia; che infine allattenzione dei dotti non s'affacciano piú soltanto i problemi orientali, ma che pur occidente pretende ed ha diritto agli stessi studí pazienti ed alle stesse proficue ricerche, mentre dal canto suo, dopo aver arrichito col suo oro e le sue gemme, per piú secoli, l'aviditá inesau- ribile de'suoi conquistator. ed aver aperto Vampiezza fertile de'suoi terri- torí all'operosita bianca trasmigratrice al di lá del mare, s'appresta con 1 te- sori che Varcheologo instancabile trae alla luce del sole, a ricostrurre 1 origine, la storia, le vicende, le costumanze di grandi popoli scomparsi che, seppur non contano i secoli di civiltáa gloriosa dell'Egitto, delle nazio- ni dell'Asia, dell Ellade, di Roma, hanno pur tuttavia interesse ed impor- tanza notevolissimi per la scienza e per la siori¿ dell'intera umanita. (Le Cronache Litteraric, Firenze. 30 aprile, 21 maggio, 25 giueno 1911). SE >LONES-DE LA. SOCIEDAD; JUNIO 5 DE 1911. Presidencia del Sr. Prof. Alfonso L. Herrera. FALLECIMIENTO.—El Secretario perpetuo participó la muerte del dis- tinguido químico holandés J. M. Va BEMMELEN, socio honorario, ac; e- cida en Leiden el 13 de Marzo á la edad de 81 años, TRABAJOS. —Inmg. Julio Baz y Dresch.—Nuevo aparato adaptable á les teodolitos para medir distancias horizontales. (Memorias, t. 31, p. 205). Lic. Rumón Mena.—Incunables y elzevirs de la Biblioteca de Jalapa. (Memorias, t. 30, p. 367). Ing. Adrián Téllez Pizarro. —Betón, concreto ú hormigón. (Memorias, t. 31, p. 235). Ing. Luis Urquijo.—Un alineamiento de precisión. (Memorias, t. 31, p. 271). NomBRAMIENTOS.—Socios honorarios: * Sres. Gastón Darboux, Giovanni Capellini y Camilo Flammarion. PosTULACIÓN. —Para miembro titular: Ing. Leopoldo Pa'acios. 96 JULIO 3 DE 1911. Presidencia del Sr. Ing. Macario Olivares. FALLECIMIENTOS. —El Secretario perpetuo participó la muerte de los socios honorarios: : Profesor JuAN BosscHa, físico holandés, muerto en Haarlem á la edad de 69 años en Abril próximo pasado. Del Dr. mexicano Jesús Sánchez, quien falleció en México el 30 de Junio á la edad de 69 años, siendo Director del Museo Nacional de Histo- ria Natural. TRABAJOS. —Lic. Ramón Mena. —Códice Misantla. (Memorias t. 30, p. 389). Ing. Pastor Rouaix.—El fraccionamiento de la propiedad en los Estados fronterizos. (Memorias, t. 30, p. 377). Dr. Ernesto Wittich.— 4puntes sobre el censo de la República Mexi- cana en 1910. (Memorias, t. 31, p. 329). NOMBRAMIENTO.—Miembro titular: Sr. Ing. Leopoldo Palacios. PostuLAcIÓN.—Para miembro titular: Sr. Juan B. Frisbie. AGOSTO 7 DE 1911. Presidencia del Sr. Ingeniero Guillermo Beltrán y Puga. TRABAJOS.—Ing. Valentín Gama. —4A/lyunas observaciones sobre el méto- do de Laplace para la determinación de las órbitas de los cometas y aplicación del mismo al cometa Cerulli (Faye) observado en su oposición en 1910 (Me- morias, t. 31, p. 341). y Sr. Pablo E. Henning.—Sobre los años Ben, Eznab, Akbal y Lamat de los Mayas. (Memorias, t. 31). Profesor Alfonso L. Herrera.—Reflexiones á propósito de los organis- mos primordiales. (Memorias, t. 30). Lic. Ramón Mena.—Códice Tonayan. (Memorias, t. 30). Ing. Sotero Prieto.—Notq de Geometría cinemática. obre una propie- dad de las epiciclóides. (Memorias, t. 31). Ing. Leopoldo Salazar.—La educación práctica de los ingenieros de minas en México. (Memorias, t. 31). PosTULACIONES.—Para miembros titulares: 97 Sres. Dr. Erich Haarmann. geólogo de la Compañía Perforadora Me- xicana. Ing. Sotero Prieto. Dr. Carlos Reiche, Profesor de Botánica en la Universidad Nacio- nal y Profesor Max Dobroschke, Director del Colegio Alemán. E] Secretario anual, ADRIAN TELLEZ PIZARRO. BIBLIOGRAFTA. Eneyclopédie des travaux publies, fondée par M. C. Le- chalas.—Chemins de fer funiculaires, transports aériens, par A. Lévy-Lambert, Ingénieur, Chef du Service de léclairage et du chauffage des Chemins de fer du Nord. Deuxiéme édition revue et augmentée. In-8 (25-16) de 1v-226 pages, 213 figu- res; Paris. —Gauthier-Villars, quai des Grands-Augustins, 09, 1911. 15 fr. L'Ouvrage de M. Lévy-Lambert sur les chemins de fer funiculaires est toujours le seul traité didactique ayant paru en France sur la matiere. .Le lecteur trouvera méthodiquement rassemblées dans cet ouvrage une série de documents théoriques et pratiques et des descriptions de nom- breuses installations existantes, difficiles á rechercher sur place ou a re- trouver éparses dans un grand nombre de monograpbies écrites la plupart en langue allemande ou anglaise. Depuis 1893, date de la premiére édition, les applications des funicu- laires et transports par cáble se sont multipliées, tandis que les funiculai- res á cáble sans fin d'Amérique et d'Angleterre ont disparu. En outre, Vemploi des moteurs électriques a modifié singuliérement la disposition des stations motrices des funiculaires. Pour ces diverses raisons une re- fonte de lédition de 1893 s'imposait, et la nouvelle édition est en réalité non seulement mise á jour, mais encore completement remaniée. Revista. (1910-1911)—13 98 La Théorie Corpusculaire de l'électricité. Les électrons et les ions par Paul Drumaux, Ingénieur civil des Mines, Ingénieur électricien, Ingénieur des telégraphes. Avec un preface de M. Eric Gerard, Directeur de "Institut Electrotechnique Monte- fiore. 1 vol. in-8 (25-16) 168 pages, 5 fig. Paris. Gauthier— Villars, quai des Grands-Augustins, 55, 1911. 3 fr. 75. * Maintenant que la connaissance des relations fondamentales de Vélec- tromagnétisme est de plus en plus insuffisante a Vingénieur pour la com- préhension des nouvelles applications techniques telles que, par exemple, la radiotélégraphie et la radiotéléphonie, qu'en outre, lélectricité est a la vase des nouveaux phénomenés physiques et chimiques tels que ceux de radioactivité et d'ionisation, et qwen fin la question de l'inertie de Vélectron et de son intervention dans la constitution de Vatome matériel est toute d'actualité, nous ne doutons pas que les étudiants, les ingénieurs et les hommes de science ne réserveront á cet Ouvrage d'ailleurs tres documenté au point de vue bibliographique, le meilleur accueil. L'Ouvrage de M. Paul Drumaux sur les développements de 1'hypo- these des électrons est de nature á exciter la curiosité scientifique des ingénieurs et des étudiants. Cette hyphotese est sortie du laboratoire de Physique; elle a contribué á Vavancement de nos connaissances sur V'Electricité et sur la consti- tution de la matiére. Comme tous les développements de science pure, elle envahit peu á pen le domaine des applications industrielles. M. Dru-* maux montre l'aide qu'elle est venue préter a Vetude du fonctionnement des machines et de Vare electriques. C'est la un cóté qui ne manquera pas de frapper les ingénieurs. Nous devons savoir gré a Pauteur de nous épargner les recherches laborieuses dans les ouvrages épars et oú le sujet est traité. Il nous fait un résumé clair et précis de Vétat actuel de la question, évitant autant que posible les développements analytiques auxquels le sujet se préte pour s'attacher au cóté physique du probléme. Ce n'est que quand le secours du calcul est indispensable, comme c'est le cas pour la mécanique de Vélectron, qu'il a recours á l'appareil mathé- matique. Pour les lecteurs et 1ls seront nombreux, qui seraient mis en goút par son travail, et qui désireraient poursuivre une étude approfondie de la question, M. Drumaux a eu soin de renvoyer aux sources originales ou ils pourront puisier.—ERIC GERARD. 99 Actualités Scientifiques. Recherche pratique et exploitation des mines d'or par Georges Proust, Ingénieur civil.— Paris. Gauthier—Villars. 1 vol. in-16. 1v-112 pages, 14 fig. 1911. 2 fr. 75. , Contiene esta obrita las nociones geológicas, petrográficas y mineraló- gicas relativas á los criaderos de oro y todo lo concerniente á su explota- ción y al beneficio de los minerales. Lecons professées á la Faculté des Sciences de PUniver- sité de Paris. Introduction a létude de la Spectrochimie par G. Urbain, Professeur de Chimie á la Sorbonne. Avec 70 figures dans le texte et 9 planches.—Paris. Librairie Scientifique A. Hermann d: Fils. 1911. 8? 248 pages. 10 fr. relié. El autor después de varios años de práctica en la enseñanza de tan im- portante rama de la ciencia y tomando de las más notables obras, ha reu- nido en su libro lo más interesante de las aplicaciones del análisis espec- tral al estudio de los cuerpos. Contiene el libro algunos métodos nuevos de observación, sobre todo en lo referente á la fosforescencia, dando especial desarrollo á las nuevas cuestiones. Insiste el autor en los fenómenos que son las fuentes de luz y que suelen ser causas de error. Las principales materias tratadas son las siguientes: Generalidades sobre la luz y el espectro. Propagación de la luz. Lon- gitud de onda y tiempo periódico. La dispersión prismática. Dispersión por difracción. Propiedades de las diferentes regiones del espectro. Clasi- ficación de los espectros. Cualidades de los espectros, ete.—La emisión bajo la influencia del calor. Las flamas. La iluminación de los gases bajo pre- sión reducida. Los tubos de Geissler. - El arco eléctrico. La chispa eléc- trica.—La fosforescencia (Luminiscencia).—La absorción. —La constitu- ción de los espectros. 100 Essais de psychologie et de métapbysique positives. Essai de Géométrie analytiqne modulaire á deux dimensions par Ga- briel Arnoux, Ancien officier de Marine. Librairie Gauthier— Villars, quai des Grands-A agustins, 59, Paris (6*).—In-8 (25- 16) de xnu-160 pages avec 40 figures; 191]. 6 fr. Dans notre dernier Volume: Les espaces arithmétiques, leurs trans- form: tions, nous indiquions (p. 30-31), á propos des espaces illimités, les considérations qui tendent a établir un lien entre la science des grandeurs et celle de Vétendue, alors méme qwil s'agit de grandeurs discontinues. De lá, disions-nous, la possibilité d'entrevoir la constitution d'une “Géo- métrie analytique arithmétique,” dans laquelle les ressources de l'Algébre, de l'Arithmétique et de la Géométrie, se prétant un appui mutuel par une combinaison judicieuse, arriveraient sans doute á faire découyrir des ré- sultats nouveaux et feraient ainsi progresser la Science. , Loin de nous la pensée d'édifier ce monument; nous ne prétendons méme pas en dessiner les fondations, comprenant trop bien la dificulté de la táche. Mais il nous a semblé qu'avant d'en arriver a létude systémati- que des espaces illimités, comprise comme nous venons de le rappeler, il pourrait étre intéressant d'entreprendre une étude plus abordable, plus modeste, et aussi d'un caractére plus spécialement arithmétique; c'est cel- le des espaces modulaires á deux dimensions. La toutes les difficultés re- latives a la consideration de l'infini s'évanouissent. On reste dans un do- main strictement limité, les égalités se transforment en congruences; et les calculs en fin de compte s'effectuent toujours sur des npmbres entiers. Pour simplifier plus encore, et pour arriver á plus de précision, nous nous confinons rigoureusement dans la considération des modules premiers. On reconnaítra que, méme dans ces limites, il reste encore un champ d'études assez étendu; et Pon yerra peut-étre avec intérét combien certaines pro- priétés subissent des modifications profondes suivant que le module est un multiple de.4 plus un, ou un multiple de 4 moins un. L'emploi systématique du calcul que nous tentons aujourd'hui pour Vétude des figures qui se présentent dans une espace modulaire repose sur les considérations produites déja dans nos précédents Volumes, auxquelles il y a lieu de se reporter fréquemment. Nous ne pouvons, en effet, repren- dre depuis origine l'exposé des principe= quí régissent toute cette théorie. Pour ceux-lá mémes qui nous auraient suivi jusqu'ici. nous ne nous dissi- mulons pas le sentiment de surprise qw'ils pourront éprouver en face de certains résultats, notamment, dans la considération des angles. S'ils veu- lent bien y mettre cependant un peu attention et de patience, ils ne tar- 101 derons pas á reconnaítre que des propositions d'apparence bizarre ou para- doxale traduisent d'incontestables vérités, et qu'en raison méme du sujet, la forme de langage s'impose.--- Les méthodes de la Géométrie analytique seront appliquées aux di- vers éléments considérés, dans la mesure oú elles peuvent l'étre; parmi ces méthodes, celle des équipollences est souvent d'un secours fort précieux, et nous ne craindrons pas Ven user, ear elle s'adapte de la facon la plus heureuse aux considérations graphiques, permet d'avoir et de conserver une vue plus précise des choses elles-mémes, et amene souvent á des simplifi- Tout en nous limitant aux espaces modulaires á deux dimensions, il » nous sera permis d'indiquer a loccasion certaines extensions á des espaces supérieurs, qui se présentent pour ainsi dire d'elles-mémes. Mais une étu- de systématique, s'arrétant méme au cas de trois dimensions, nous aurait , entrainé bien au delá des limites que nous nous sommes tracées-... Mécanique générale Cours professé á VEcole Centrale des Arts et Manufactures par A. Flamant, Inspecteur générale «les Ponts et Chaussées en retraite. Deuxiéeme éditior, revue et augmentée. (Eneyclopédie de Travaux Publics fondée par M. C. Lechalas).—Paris € Liége; Librairie Polytechnique Ch. Bé- ranger. 15, rue des Saints Peres. 1911. 1 vol. gr. in-3, 620 pa- ges, 205 fig. 20 fr. La segunda edición de esta importante obra que ahora aparece nota- blemente modificada y corregida, contiene una exposición metódica y cla- ra de los principios más elementales de la Mecánica general El autor después de una introducción en la que hace una reseña del carácter del estudio de la mecánica, da en la primera parte unas nociones geométricas en dos capítulos que comprenden los sistemas de líneas, mo- mentos, equivalencia y composición de los sistemas de líneas, centros de gravedad y momentos de inercia. E La segunda parte, Cinemática, estudia de una manera general la ve- locidad y aceleración del movimiento de un punto, la determinación de las leyes generales de ese movimiento, sistemas invaria' les en el estado de movimiento, yasea elemental, instantaneo ó continuo, movimientos simul- táneos y relativos, leyes generales del movimiento de los sistemas. - — Latercera parte, Mecánica, contiene capítulos consagrados á las leyes físicas del movimiento, condiciones de la producción del movimiento, fuer- za é inercia, teoremas generales de la mecánica, fuerzas vivas y frabajo, resistencias; equilibrio y máquinas simples, mecanismos diversos. wd 102 Termina con unan aadicional de gran interés por M. Lechalas y un indice alfabético. —— Lecons sur les Hypotheses Cosmogoniques professées á la Sor- bonne par H. Poincaré, Mé:mbre de l Académie Francaise et de PAcadémie des Sciences. Redigóes par Henri Vergne, Ingé- nieur des Arts et Manufactures, Docteur és Sciences mathé- matiques.—Paris. Librairie Scientifique A. Hermann et Fils. 6, rue de ed Sorbonne. 1911. 1 vol. gr. in-8, Xxv-295 pages, 43 Lg. 12 ] H. Poincaré. Desde el magistral Prefacio de esta notable obra se admira al emi- nente sabio, cuyas obras de renombre universal no necesitan encomio al- guno. 103 Después de ese Prefacio que ocupa cerca de veinticinco páginas que por si solas condensan la importante materia, el autor desarrolla en cator- ce capítulos los asuntos siguientes: I. Hipótesis de Kant.—II. Hipótesis de Laplace.—IM.—Análisis de la hipótesis de Laplace; trabajos de Roche; estudio de la estabilidad de un anillo; formación de los satélites. (Superficie de nivel. Necesidad de la hipótesis de una condensación central. Formación sucesiva de los anillos. - Discusión de la hipótesis de una rotación uniforme. Estudio de la estabi- lidad de un anillo. Anillos de Saturno. Ruptura de los anillos de Laplace. Formación delos planetas y de los satélites. Objeciones á la teoría de La- place).—IV. Hipótesis de H. Faye.—V Hipótesis de M. Du Ligondés.— VI Hipótesis de M. See.—VIL Teoría de Sir G. H. Darwin (Generalida- des. La excentricidad y la inclinación de la órbita lunar se suponen nu- las. Influencia aceleratriz del enfriamiento. Hipótesis de la formación de la Luna). —VITI. Origen del calor solar y del calor terrestre. - IX. Teoría de Sir Norman Lockyer.—X. Theoría de Schuster.—XI.—Teoríade Arrhe- nius.—XIT. La Vía láctea y la teoría de los gases.—XIIL. Formación de las nebulosas espirales según See. --XIV. Hipótesis de E. Bélot. Traité théorique et pratique des machines dynamo-électri- ques par Silvanus P. Thompson, Directeur du Collége techni- que de Finsburg, á Londres. Traduit et adapté de Panglais sur la septióme édition par E. Boistel, Electricien, Lauréat de la Société VEncouragement pour VIndustrie Nationale, ete. Quatriéme édition francaise. Courant continu.—Paris. Librai- rie Scientifigue Ch. Béranger. 15 vue des Saints-Péres. 1911. 1 vol. gr. in-S, xvi-1056 pages, 602 fig. 35 fr. relié. El tomo de esta excelente obra consagrado á las corrientes alternati- vas apareció desde 1909 y de él hicimos mención á su tiempo. Desde en- tonces hasta la fecha el traductor ha recibido del autor numerosas adicio- nes y notas á la edición inglesa. Por eso es que la edición francesa apare- ce muy completa y perfeccionada, con los más recientes progresos en ese ramo. Los 28 capítulos que forman esta obra capital tratan de las materias que someramente indicamos en seguida. | Introducción. Notas históricas. Teoría física de las máquinas dina- mo-eléctricas. Principios magnéticos y propiedades magnéticas del fierro. 104 Formas de inductores. Aplicación de los cálculos magnéticos á las dina- mos. Cálenlos relativos al cobre. bobinage. Materias aisladoras. Acciones -y reacciones eléctricas en el inducido. Conmutación. Condiciones de su- presión de las chispas. Teoría elemental de la dinamo. Máquinas magne- tos y excitación independiente. Máquinas auto-excitadoras. Caracter Ísticas. Teoría del enrrollamiento inducido. Construcción del inducido. Parte me- cánica del estudio y de la construcción de las dinamos. Colectores, cepi- llos y porta-cepillos. Valuación de las pérdidas, calentamiento y caída de tensión. Estudio de la construcción de las dinamos de corriente con- tinua. Análisis de estudios de dinamos. Ejemplos de dinamos modernas, para alumbrado y tracción. Máquinas para galvanoplastía y electrometa- lurgía. Dinamos de alta tensión para intensidad constante y enderesar co- rrientes. Tipos especiales de dinamos. Motores generadores. Motores de corriente continua. Reguladores. reóstatos, combinadores, ete. Ensayos, pruebas y manejo de las dinamos y de los motores. Apéndice. Indice al- alfabético. Publications ofthe United States Naval Observatory. Second Series. Oolumes L-VIL Washington, Government Printing Office. 1900 1911. 4 Vol. L—Transit Circle Observations of the Sun, Moon, Planets, and Miscellaneous Stars, 1894-1899. Prof. Wm. Harkness, U. 5. N., Astrono- mical Director: Prof. A. N. Skinner, U. S. N., in Charge of Transit Cir- ele, 1900-cvirr 402 p. Vol T.—Zone Observations with the Nine-inch Transit Circle. 1894- 1901. By A. N. Skinner, assisted by F. B. Littell and T. TI King.—1902. XXVIIL-52) p. Vol. TIT.—Observations of Eros with the Twenty Six-inch Equatorial. 1900-1901. By T. J. J. See, assisted by G K. Lawton.— Observations of Eros and reference Stars with Nine-ineh Transit Circle. 1900-1901. By T. IL King, assisted by E. A. Boeger, W. M. Brown, and J. C. Hammond.— Observations of 495 Zodiacal Stars with Nine-inch Transit Circle, 1900. By W. $. Eichelberger, assisted by G. K. Lawton and J. C. Hammond.— Observations with the Six-inch Transit Circle. 1900-1901. By M. Upde- graft, assisted by F. B. Littelland G. K. Lawton.—Observations with the Prime Vertical Transit Instrument. 1882-1884. By R. R. Ingersoll, C. G. Bowman, and H. Taylor.—1903. Vol. TV.—In four parts. Parts I to III. Transit Circle Observations of the - , , E 105 Sun, Moon, Planets, and Miscellaneous Stars. 1900-1903, —Transit Circle Observations on the Sun, Moon, Planets, and Comets. 1866-1891. Revi- sed and corrected by J. R. Eastman.—Observations with the Six-ineh Transit Circle. 1901-1902. By M. Updegraff, assisted by ). C. Hammond, H. R. Morgan, and C. W. Frederick —Part IV. Total Solar Eclipses of May 28, 1900, and May 17, 1901, 89 pl.—Reduction Tables for the Tran- sit Circle Observations. Compiled under the direction of W. $. Eichelber- ger.—Reduction Tables for Equatorial Obse vations. By C, W. Frederick. — The Present Status of the use of Standard Time. By E. E. Hayden, 1906. Vol V.—Meteorological Observations and Results. 1893-1902. Vol. VI.—Equatorial Observations. 1893-1907. Observations of Sate- llites. Measures of Diameters of Planets and Satellites. Observations of Double Stars, Minor Planets, Comets. Occultations of Stars by the Moon. Phenomena of Satellites of Jupiter and Saturn. Observations of Miscella- neous Stars. Observations of Transits of Mercury, Nov. 10. 1894, and Nov. 13, 1907.—Appendix I. Miscellaneous Astronomical Papers, by Members of the Naval Observatory Staff. The Mass of Titan by W. S. Eichelberger from Observations of Hyperion made by Asaph Hall in 1884-1885.—Orbits of Phobos and Deimos. By J. C. Hammond. From Observations made by H. L. Rice in 1907.—Orbit of Enceladus, By H. R. Morgan. From obser- vations made by T. J. J. See in 1901.—A Determination of the Solar Pa- rallax. By C. W. Frederick. From observations of Eros made by T. J. J. See in 1900-1901.—Orbits of Asteroids. Orbits of Comets.—Appendix II. Miscellaneous Reports on the Transit of Mercury of November 1(, 1894, — Appendix JIL List of Publications issued by the U. S. Naval Observatory, 1845-1908, by W. D. Horigan. -1911. Vol VH.—Catalogue of 23521 Stars between 1335” and 4522 South Declination for the Equinox 1850, From Zone Observations made at the U. S. Naval Observatory, 1846-1852. Compied by N. $. Eichelberger and F. B. Littell. xLv11-558 p. 1911. Astronomical Observatory of Harvard College. Cambridge, Mass. — Edward C. Pickering, Director, ANNALs. Vol. LIX. No. V. Photographic Magnitudes of 76 Stars. By E. S. King.—No. VI, Photographic Magnitudes of 153 Stars. By E. $. King.—No. VII Photographic Observations of Ocultations. By E. $. Kings.,—No. VIII Transformation of Prismatic to Normal Spectra. By E. S. King. Revista. (1910-1911) —14 106 Vol. LXII. Part. 11. Ledger of zone Observations made with the 8- inch Meridian Circle during the Years 1888-1898. By A. Searle. 1911. Vol. LXIV. No. VII. Observations with the Meridian Photometer during the years 1907 and 1908, Vols. LX $ VLXVI. Journal of Zones observed with the 8-inch Meri- dian Circle during the years 1888-1898 by A. Searle. 1910. Vol. LXVIII. Part II. Observations and investigations made at the Blue Hill Meteorological Observatory, Mass, in the years 1906-1908, un- der the direction of A. L. Rotch. 1911. Vol. LXTX, Part 1. Photometric Observations made with the 15-inch East Equatorial during the years 1892 to 1902 by O. C. Wendell. 1909. Vol. LXX. Durchmusterung Zones observed with the 20-inch Meri- dian Photometer by E. C. Pickering. 1909. Vol. LYXT. No. 1. Standard Photometric Magnitudes of Bright Stars. By E. C. Pickering.—No. 2. Spectra and Photographic Magnitudes of Stars in Standard Regions. By Williamina P. Fleming. Circulars. 1910-1911.—149. Group of Red Stars in the Constellation Sagittarius.—150. A Standard Scale of Photographic Magnitudes.—151. 20 New Variable Stars in Harvard Map No. 49.—152. 20 New Variable Stars in Harvard Maps, Nos., 2, 5, 32, 44 €% 53. —153. Opposition of Eros (433) in 1910.—154. Determination of absolute Wavelengths with objective l'risms.—155. Accurate measurement of photographs.— 156. Compari- son Stars for Halley's Comet.—157. Brightness of Halley's Comet.— 158. Stars having peculiar spectra. 38 new variable stars.—159. 15 new variable stars in Harvard Map, Nos. 7, 10, 16, and 19.—160. Photogra- phic Magnitudes. Progress to July, 1910,.—161. Curved photographie plates. —162. 22 new variable stars in Harvard Map, No. 52.—1683. 181325. Nova Sagittarii, No. 3. H. V. 3306.—164. Nova Sagittarii, No. 4. Five new variable stars.—165. Three new variable stars in Harvard Map, Mo. 22.—166. Cooperation in observing variable stars.—167. Stars having peculiar spectra, 31 new variable stars. Mitteilungen der Nikolai-Hauptsternwarte zu Pulkowo. 4 af. —O. Backlund, Director. Band III. 1909. No. 29. Etudes nouvelles sur Vapplication des filtres sélecteurs ála recherche de l'absorption cosmique sélective. Par G- A. Ti- khotf. 1p1.—Determination de la parallaxe de 4 Aurigae par la méthode photographique de M. Kapteyn. Par G. A. Tikhoff.—Observations de la 107 cométe 1908 e (Morehouse) á Simeise. Par G. A. Tikhoff. 5 pl.—No, 30. Untersuchungen úber die radialen Geschwindigkeiten von 8 Aurigae in Beziehung zur Frage úber die Dispersion im Weltraume von A. Belopols- ky.—No. 31 1910. Das Tikhoft-Nordmann' sche Phánomen bei dem Al- golveránderlichen RZ Cassiopejae. Von S. Beljawsky.—Die Beobachtun- gen der Perseiden von 1909 in Simeis. Von $. Beljawsky.—No. 32. Die Beobachtungen von d Cassiopejae mit dem grossen Zenitteleskop im Jahre 1908-9 und die Bearbeitung frúherer Beobachtungen. Von L. Semenow.-- No. 33. Ueber das 2-Glied der Polbewegung. Von Dr. 1. Bonsdorff,—No, 34 Einige Untersuchungen úber den Exponenten p in der Formel ¿. t P== Const.—No. 35. Bestimmung der radialen Geschwindigkeiten einiger “Standard velocity stars”. Von A. Belopolsky.—No. 36. Beobachtungen veránderlicher Sterne ausgefúbrt in Pulkowo in den Jahren 1875-76 von Prof. $. von Glasenapp. Bearbeitet von S. Beljawsky. Band IV. No. 37. 1910. Voláufige Mitteilungen iúúber die Beobachtun- gen des Halley'schen Kometen in Simeis. Von $. Beljawsky. 4 Taf.—Nv. 38. 1911. Ueber die radiale Geschwindigkeit von a Cygni von G. Neui- min.—Bemerkung zu dem Aufsatz von Herrn G. Neuimin, von A. Belo- polsky.—Observations photographiques de cométes et de petites planétes en 1910 par S. Konstinsky.—Photographische Aufnahmen von kleinen Planeten aus der Malzoff-Sternwarte, Simeis, von S. Beljawsky.—Obser- vations de la cométe de Halley en 1909-1910 avec Véquatorial de 15 p. par L. Okoulitch.—No. 39. Ephemeride des Encke'schen Kometen 1911. Von O. Backlund.—No. 40. Etudes spectrophotométriques des étoiles faible s des Pléiades et leur application au probleme de Vabsorption cosmique sé- lective, Par G. A. Tikhoff.—No. 41. Photographische Aufnahmen der Nova Lacertae in Simeis, von S. Beljawsky.—Der Ort der Nova Lacertae nach Aufnahmen mit dem grossen Pulkowoer Astrographen. Von J. A. Balanowsky.—No. 42. L'application des filtres sélecteurs á Vétude des surfaces de Mars et de Saturne. Par G. A. Tikhoff. 1 pl.—No. 43. Photo- graphische Helligkeiten von 88 Sternen in der Coma Berenices. Von $. Beljawsky . Lowell Observatory. Flagstaff, Arizona.—Percival Lowell, Director. “ny BuLLEmTIN. 12 Vol L No. 39. Mars. 1909. 1 pl,—No. 40. Martian Pho- nomena, April-May 1909. 1 pl.—No. 41. Quantitative measurements cf the intensification of great B in the spectrum of Mars.—No.42. The 108 spectra of the major Planets, 1 pl.—No. 43. Water vapor on Mars. Reply to Campbell's Criticism.—No. 44. The Wisps of Saturn.—No. 45. The Canali Novae of Mars. 1 pl.—No. 46. Position of the axis of Mars.— No. 47. Preliminary Notes on photographic and spectrographic Observa- tions of Halley's Comet.—No. 48. Motion of molecules in the tail of Ha- lley's Comet, 1910.— No. 49. New measures of Martian absorption bands on plate Rm 3076.—No. 50. Phobos and Deimos. Instituto Geológico de México. Director: José +. Aguile- ra.—Boletín. In 4. Imp. y Fototip. de la Secretaría de Fo- mento. N?* 27. La Granodiorita de Concepción del Oro en el Es- tado de Zacatecas y sus formaciones de contacto, por el Dr. Alfred Bergeat, Profesor en la Universidad de Kónigsberg. 1910. 109 págs. 9 láms. y 15 fig. Presenta un resumen de las condiciones estratigráficas y tectónicas de la región, según el Dr. C. Burckhardt y estudia detalladamente la ma- sa granodiorítica y los fenómenos endógenos y exógenos de contacto, N* 28. Las aguas subterráneas en el borde meridional de la cuenca de México por el Ing. Juan D. Villarello. (Con doce láminas y un croquis geológico 1: 100000).—Informe sobre las aguas del Río de la Magdalena por Juan Salvador ÁAgraz. 1911. 88 págs. y un cuadro. Se ocupa detalladamente de la fisiografía, geología, é hidrografía de la región, de la vegetación forestal y el aumento de volumen de las aguas subterráneas, las obras de captación y las cuestiones de salubridad públi- ca correlativas. A AKÉÁ "zodo"T orpidiH paa 10 CN N UN EN UN uN YN UN YN YN “IN HN YN 62 "986 LG |S TZ'988 ||" “oIQUISIAON 0'93 13989 ||""““ "equip G76 06'es2 ||" "oxquerydog 19% 8,888 ||""""""'o03s03 y Sl P9'90G 8'PG GL'088 *oTunf 6:97 1P:988 ||"*=""*:oLeN 783 IN | AN 1509 8'£G 19'C88 6'£3 pe'cgo ||"""""oxe1q9 HT RANES 19988 || """"“"* 018UuH 673 ¿Tego ||" "saque O TUI No a A 1 AA NA E EA SARA . di S W10 +0 Who HI 10 9) 0 00 10 M9 AH 00 DO e E 10 VUUU q íd su ue *“ULULOP UQIDIHAL(Y| “POWU *FUBO “ULA "XBN *[830) BLAN] BIp9uL "19A Á "ULWIOP OJUSLA ¡pau 00 $ “OI un q = "SIQNN *B1QUIOS B| Y 9118 [op duo L, ShurIEZ=H "'O9X9 UN PH 108 /SoT=? 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Lecons de Cristallographie. (10 fr.) -cocooococococo oo. Gerste A. Notes sur la médecine et la botanique des anciens me- XICAIMOS: IAEA A NTE ROO MO 2 Hognon. Traité analyses chimiques métallurgiques. (5 fr.)..--. Hutte. Manuel “de lIngénieur. (SOT) ao o oo Instituto Geológico de México so OS Jannettaz. Les roches et leurs eerecnía A (847.922 Kraemer. A Text-book of Botany and Pharmacognosy. ($5,00).. Lévy-Lambert. Chemins de fer funiculaires. (19 fr.)..ooooooo.-. Lorenz et Heinel. Machines frigorifiques. (19 fT.).oooooooooo o... DLowellObseryabor y. ono de E a IS a O A Nernst. Traité de Chimie générale. Tome l. (12 fr.).......-.-..- Nikolai Hauptsternwarte zu Pulkowo......--<<=-=0.o<-=0=-...... Poincaré. Lecons sur les hypothéses cosmogoniques. ( 12 Er Proust. Recherche pratique et exploitation des mines d'or. (2 tr. LO A a o a O IC Resal. Poussée des terres. (15 fr,).---------- AICA TA Rousset. La machine a écrire. (211. 00). -.oococcoocococococcco Sommer. Introduction a la théorie des nombres algébriques. (15 fr.) Thompson. Machines dynamo-élect dd Courant continu, (35 francs.)...-.-- - A NN United States Nil a Y e Urbain. Introduction á Vétude de la Spectrochimie. (10 fr.).- Verhandlungen des XVI, Internationalen Amerikanisten Kongres- sesiin Wien peptembre!1908-2- 20 o to a ES Zenneck. Précis de télégraphie sans fil. (12fr.).....ooooooo---.. A VAART kk BINDING SECT. MAR 22 1971 Q Academia Nacional de Ciencias 2D Antonio Alzate, Mexico A6 Memorias t.30 Physical 8 | Applied Sei, Denia ls y PLEASE DO NOT REMOVE CARDS OR SLIPS FROM THIS POCKET UNIVERSITY OF TORONTO LIBRARY mm pa STORE ad E ] SIRIO EN HZ RS > HRS