12,. 3/2,. MEMORIAS DE LA OCliP (C ANTONIO ÁLZATE." //-( ■ í /"VC . / ^- ^ n, Tomo III. — Cuaderno núni. 3. SEPTIEMBRE DE 1889. % SUMARIO. ] . Apuntes relativos á !a coca y la cocaina, por el Profesor D. Francisco So- lórzano Arriaga, socio de número* (Concluye). — 2. La Atacamita de Chile, por el Dr. Luis Darapski, socio honorario. 3. Revista científica y bibliográfica. — Evaporación comparada, por el Pro- fesor Ragona. — Sumarios. — Observaciones seísmicas. < On prie de voiiloii* bien établir I'échaiige. Adrcsse: SOCIEDAD CIENTÍFICA "ANTONIO ÁLZATE." México. MÉXICO IMPRENTA DEL GOBIERNO EN EL EX-ARZOBISPADO, (Avenida Orietite 2, núm. 726). -yv, 1889 A ñ t: r> '¿.d/Z. MEMORIAS DE LA n U I r\ J J i( ANTONIO ÁLZATE." ¡ -f 2l Ti Tomo III. — Cuaderno núni. 3. SEPTIEMBRE DE 1889. 1 . Apuntes relativos á la coca y la cocaina, por el Profesor D. Francisco So- lórzano Arriaga, socio de número* (Concluye). — 2. La Atacamita de Chile, por el Dr. Luis Darapski, socio honorario. 3. Revista científica y bibliogi'áfica. — Evaporación comparada, por el Pro- fesor Ramona. — Sumarios. — Observaciones seísmicas. On prie de vouloír bieu établir i'échauge. Aflrease: SOCIEDAD CIENTÍFICA "ANTONIO ÁLZATE." ffléxico. MÉXICO IMPRENTA DEL GOBIERNO EX EL EX -ARZOBISPADO, ( Avenida Oriente 2, núm. 726 ). /- ^ 1889 Pablicaciones recibiilas durante los meses de Septiembre y Octubre de 1889. Aquascalientes. "El Instructor. " Año VI, números 5 y 6. CÓRDOBA. Sociedad Científico -Literaria ''José M. Mena." Revista. Toraol. n\í- mero 6. GüAXAJüATO. Sociedad Guanajuatense de Ingenieros. Tomo I, uúm, 9. MÉXICO. Asociación de Ingenieros y Arquitectos. Anales. II, 3. Academia N. de Medicina. Gaceta Médica. Tomo XXIV, niimeros 15 á20. Consejo Superior de Salubridad. Boletín. Tomo IV, núms. 3 y 4. Dirección General de Estadística. Boletín semestral. 1888. Núm. 2. "El Estudio." I, 13 á 20. "El Liceo Mexicano-" Tomo IV. La Medicina Científica. Tomo I, núms. 18 á 20. La Revista Agrícola. Tomo V, 5 á 8. Observatorio Meteorológico Central. Boletín. Resumen de 1888. Tomo II, núm. 1 (Enero 1889). Revista Latino Americana. Año V, núms. 19 y 20. Revista Telegráfica. 1. Secretaría de Fomento. Sección 4? Informes y documentos de Agricultu ra, Minería é Industria. Núm. 48, Junio 1889. Sociedad Agrícola Mexicana. Boletín. Tomo XIII, núms. 21 á 29. MORELIA. Mitseo Miclioacano. Anales. Tomo II, núm. 3. Orizaba. Sociedad "Sáncliez Oropeza." Boletín. Tomo III, núms. 13 y 14. Puebla. Observaciones meteorológicas del Col^egio del Estado. Marzo á Julio de 1889. Ann Arbor, Mich. American Meteorological Journal. Vol. VI, núms. 5 y 6. Baltimore. American Chemical Journal. Vol. XI, núm. 1, 2 y 6. Jobns Hopkins Uuiversity Circulars. Vol. VIII, núm. 75 (Sept. 18891. Berlín. Association Géodesique Internationalle. Compte-rendu des séances de la Commission permanente réunie á Salzbourg du 17 au 23 Sept. 1888. Rédigés par le Secrétaire perpetuel A. Hir.sli. 1889. K. Meteorologisches Institut. Ergebnisse der Meteorologische Beobacli" tungen im Jahre 1889. Heft 2. Natures Novitates. 1889. 14 á 19. Bericht über die Verlagsthiitigkeit von R. Friedlánder & Sohn. April-Juui. 1889. Bogotá. Anales de la Instrucción Pública en la República de Colombia. Tomo XV, núm. 84. Sociedad Colombiana de Ingenieros. Anales de Ingeniería, III, 25. Brisbane. "Weather Charts of Australasia &i9^ am. 1889. Brüxelles. Société Entomologique de Belgique. Comptes-rendus. Mayo á Agos- to de 1888. Société R. Belge de Géogi'apbie. BuUetin. 1888. núms. 1 á 5. ,, R. Malacologique. Procés-verbaux. XVII (1888) Janvier íi Juin. „ Belge de Microscopie. Bulle tin. XV* année, nújns. 8, 9 & 10. 65 gramos ya produce efectos tóxicos; desde luego aparecen mo- vimientos instantáneos, excitación violenta que trae consigo después una debilidad suma, principalmente en el tren posterior. Gaseau y otros experimentadores ensayaron la Cocaína á diver- sas dosis, y por los efectos que esta sustancia produce tomada en bastante cantidad, la han colocado en el grupo de los espí- llales ó excitadores reflejos, pues los síntomas observados son muy semejantes á los de la estricnina. Por otra parte, este cé- lebre doctor ha observado que el individuo sujeto á un trata- miento cocánico duerme poco, siempre que las dosis sean algo exageradas, y que á veces el sueño os interrumpido por la ex- citación á que da lugar este alcaloide. Réstame para concluir decir algo de su empleo en la terapéu- tica, y de los diversos modos como se administra. Supuesta la propiedad que posee la Coca cuando se le toma de exaltar las funciones vitales, de aumentar la energía muscu- lar, es claro que no puede hacerse lui uso prolongado de ella, porque examinando detenidamente lo que pasa en un organis- mo que sin prudencia se sujeta á un tratamiento por este vege- tal, se tiene que la violenta combustión que entonces se produ- ce, devora en gran parte los tejidos y al fin de este tratamiento inmoderado los resultados son terribles. Es, pues, digno de no- tar en tales circunstancias, la acción del erytroxylon sobre un individuo. Si sus servicios son muy útiles cuando se le toma con mo- deración y se consiguen magníficos efectos en caso de alguna al- teración en la salud, no asi cuando se abusa de él; al fin el or- ganismo queda abatido debido á esa combustión tan intensa que se origina y por la aceleración enérgica de sus funciones, como por una gran parte de tejido consumido. En este estado el ham- bre se despierta notablemente, y un individuo que se haya abs- tenido de alimentarse por tomar solamente Coca y con exage- ración, después llega á ingerir una cantidad tan notable do ali- mento, que trae consigo algún mal resultado, cuando menos una alteración en la digestión. 'Jomo II r.— 9. Todos estos hechos conñrinan la insensibihdad que oñgina la Coca en el estómago, pues basta que paso la anestesia para que aparezcan los fenómenos dichos. En verdad este útil vegetal tiene que prestar servicios gran- des y de interés á la medicina, pero siempre que no se abuse de su empleo, Los usos terapéuticos de este medicamento hasta hoy no son muy extensos; pero el Dr. Gaseau lo recomienda con ventaja en algunos estados morbosos, cuales son las estomatitis, gengi- vitis y en ciertas afecciones del pulmón. Algunos autores, fundándose en la acción de la Coca sobre la nutrición, le consideran iitil en casos de albuminuria, glicosu- ria, puesto que activadas las funciones nutricias, la combustión sin duda aumenta, y los principios albuminoides como azucara- dos serán quemados y trasformados en cuerpos fáciles de asim.i- larse al organismo; más bien, que eliminarse de él en absoluta pérdida. Las turbaciones gástricas son arregladas también por la Co- ca, y con seguro éxito debe administrarse en estas circunstan- cias, pues tiende á regenerar las funciones intestinales, y por su excitación aumenta considerablemente la secreción gástrica Esto á la vez explica el uso de la Coca en la tuberculosis, pues, to que siendo arreglada la digestión, el apetito renace y de con- siguiente cesan los vómitos que con tanta frecuencia atacan á las personas víctimas de esta enfermedad. La forma más común como se administra la Coca, depende en gran parto de la naturaleza de la afección que se va á com- batir. Así, en un caí^o de estomatitis, principalmente mercurial, el mejor modo de tomarla es en polvo, ó masticando las hojas de manera do formar un pequeño bolo que se puede traer por algún tiempo en las partes bucales. Esta forma era la que em- pleaban los indígenas; introducían diez ó veinte hojas de esto vegetal á la boca, malaxándolas con la saliva y hacían así unas pequeñas masas que guardaban entre el carrillo y la mandíbula. Con objeto de desarrollar un aroma agradable de antemano m le mezclaban una sustancia alcalina á la que llaman « Lipta, » y así preparados estos bolos los tomaban y los conservaban en la boca, hasta que quedaba el tejido fibroso insoluble. Cuando se quiere combatir una dispepsia con este agente, sé administra en polvo ó bien bajo una preparación medicinal que contenga sus principios; excluyendo aquellas que se hacen por medio del agua y que deben ser despreciables, puesto que exis- te en ellas una cantidad insignificante de sustancias activas; pues en caso de una maceración no se percibe ni olor ni sabor; en la infusión hay un gusto y un aroma más notable; pero sus principales principios no se encuentran en solución. El coci- miento es lina forma por completo despreciable, pues basta la elevación de temperatura para que no sólo se modifiquen sus propiedades, sino que desaparezcan tal vez sus principios. La mejor forma como se debe usar de la Coca es en alcoholado ó su elíxir. Respecto á la Cocaína, su uso más frecuente hoy es como anestésico local, y á la verdad que los resultados que produce son excelentes. Esta bella propiedad la utiliza con bastante in- terés la cirugía, empleándola en Id forma de inyección hipodér- mica y al estado de sal, prefiriendo por su mayor solubilidad el clorhidrato y sulfato. También se le administra en inyección pura y libre; mas siendo del todo insoluble en el agua, por ex- periencias modei'nas se ha encontrado como su mejor disolven- te neutro el benzoato de sosa, que en nada le modifica y sí fa- cilita su absoi'ción. Basta una pequeñísima cantidad de esta sal para tener una solución completa y de un éxito brillante. Otra preparación que hace la farmacia con este cuerpo, es el algodón cocainado; forma muy conveniente y de utilidad prin- cipalmente á los dentistas, pues una porción de él colocado en el lugar donde se quiere quitar la sensibilidad para poder eje- cutar la extracción de un diente, una muela, basta el simple ju- go salivar que le humedezca é inmediatamente originará la anes- tesia. Ahora bien, para que todos estos efectos, estos i'esultados de «8 que me he ocupado, se hagan manifiestos, yo creo que debe usar- se y preferir una Coca en su principio activo rica; y así como un opio, por ejemplo, se ensaya para conocer su riqueza en mor- fina, también la Coca puede ensayarse para conocer su riqueza en Cocaína. Hasta cierto pinito me parece necesario, porque esta droga envejeciendo puede perder su acción careciendo de sus princi- pios, que al través del tiempo, de la humedad, del aire, del ca- lor y de otras circunstancias, han desaparecido de su seno ó al menos se encuentran convertidos en otros de naturaleza distin- ta; de tal suerte, que una Coca en este estado no podi'ía corres- ponder satisfactoriamente á una prescripción terapéutica. La Coca es, pues, un precioso medicamento, dotado de pro- piedades que le hacen apto pai'a restablecer ya de una manera general el organismo, como para acelerar alguna de sus funcio- nes; y si este medicamento se le empleaba muy poco y su uso ya casi estaba relegado al olvido, yo creo que ahora que su prin- cipal principio inmediato se encuentra tan bien determinado como útil a las opraciones quirúrgicas, vendrá de nuevo y con mayor interés á figurar en la ciencia médica, siquiera por esto hermoso agente que suministra. El tiempo pasará y con él las experiencias y estudios acerca do la Cocaína, vendrán confir- mando la manera de tenerla más pura y tener por tanto i-esul- tados exactísimos y de mayor presición. En consecuencia, juzgo la Coca oficinal como un vegetal que debe estar comprendido en el número de los importantes agen- tes terapéuticos; y con respecto á su principio activo, como un anestésico de grande estimación. Dícierobro de 18RS. LA ATACAMÍTA DE CHILE' 1*0» KL DR. D. LUIS DARAPSKI Socio honorario, Secretario de la Sociedad Científica Aiemana da Santiago de Chile. 1. Los minerales de cobre casi todos se distinguen por griin lustre y vivos colores; particularmente los oxidados ostentan los matices más bellos de azul y verde. Pero á todos gana en la delicada conformación de sus cristales pelúcidos de viva es- meralda y de resplandor casi diamantino el oxicloruro natu- ral que Blumenbach ha designado con el nombre de atacami- ta. En efecto, es uno de los compuestos más característicos para la región cuprífera cuyo nombre lleva, y aunque conocida tam- bién en otras partes del mundo, en ninguna tan frecuente ni tan variada como en el norte de Chile. A pesar de esteindigenato, son raras las noticias acerca de su distribución, y los estudios que distinguidos extranjeros han practicado sobre sus caracte- res morfológicos y estequiométricos, no siempre se pueden re- * Netien Jahrbuch für Minoralogie. 1889' II. 70 lacionar con localidades y yacimientos determinados. Como he- chos aislados presentan él inconveniente de que ni la ciencia ni ia práctica sacan de ellos los frutos que importa la resolución de toda cuestión mineralógica. Por estas razones será indispensable acompañar por una re- seña general de lo que á este respecto se sabe, á las siguientes ligeras contribuciones basadas sobre un examen comparativo del material que el Museo Nacional exhibe en su sección respec- tiva. El conocido manual de mineralogía de D. Ignacio Domey- KO, apenas ofrece lo necesario para formarse una idea cabal; los trabajos analíticos de Berthier, únicos que figuran en él, no corresponden á la generalidad de los casos. Lo que se explica por no haber emprendido su ilustrado autor reconocimientos propios fuera de un sólo hallazgo anormal. En las recopilacio- nes de DuFRENOY y Dana se apuntan datos más copiosos so- bre este vecino del desierto. 2. La noticia más antigua remonta á un siglo entero, cuan- do el duque deLARoCHEFOUCAULD, Baumé y FOURCROY dieron parte á la Academia de París de un prolijo estudio sobre «una arena verde cuprosa del Perú,» en una Memoria fechada el 26 de Abril de 1786. Aquella muestra fué comprada por el médico y viajero DoM- BEY á un indio en las minas de Copiapó, que pretendió haberla encontrado en un riachuelo de Lípez que se pierde en el desier- to de Atacana (sic ! ), pero en poca abundancia. Los académicos se impusieron de todas las propiedades de la nueva « cal cupro- sa, » sin olvidar el bello color azul que imparte á la llama, ni la propiedad de recobrar poco á poco su color verde perdido por la calcinación cuando está expuesta al aire; fijaron los ingredien- tes en: 52 gramos de cobro. 10 „ de ácido muriático. 12 ,, de agua. 11 „ de la base del aire vital. 71 11 gramos de arena. 1 ,, de ácido cretoso y de hierro. 3 „ de pérdida. Confirmó estos datos BerthoLLET, quien obtuvo : 56 gramos de cobre, ril ,, de ácido marino, aproximadamente <: 1 ,, de aire fijo. ( 12 ^, de agua. 13 „ de arena silicosa. « Debiendo atribuirse las 7 partes que faltan al aire vital que reduce el cobre á cal. » En 1797 Cristian Heulakd mandó á España muestra del mismo mineral, hallado en vetas en Remolinos, y en la colección de su hermano figuraron también oti-as de diversas localidades chilenas. En seguida Vauquelin dudó si el cloro pertenece al mineral que Haüy describió bajo la denominación de « cobre so- breoxigenado verde.» Sin embargo, en Europa, aun mucho tiempo después, se co- nocía sólo bajo la forma de arena, usándosela como un artículo de exquisito lujo para secar la letra escrita. En realidad no son muchas las sustancias cristalinas que reducidas á ftagmentos guardan tan constantemente su brillo, haciéndolo resaltar por la multiplicación de caras y láminas. Otro análisis fué presentado en 1800 por ProüST fEecJter- ches sur le ciiivre en Annales de Chirnie^ tomo 32). En él figura también una atacamita, según parece, compacta, de proceden- cia chilena, sin especificar el lugar de extracción. Dice el afa- mado químico español: « Se ha visto por una iSIemoria leída ante el Instituto por Darcet, que el muriato natural de Chile contie- ne el ácido muriático en proporción insuficiente para ser solu- ble en el agua ». He aquí la proporción de sus componentes, á la cual agrego el cuadro de la composición de la arena DoMBEY que últimamente he tenido oportunidad de examinar: 72 Muriato de Chile. Arcoa del Peni, Cobre 57| 46,8 Oxígeno 14f 11,7 Acido muriático 10 9,5 Agua 12 15 Oxido rojo férrico ... 2 17 Sulfato de cal arenoso. 4 No siendo comparables estas cantidades á causa de las par- tes heterogéneas que encierran, las refiero al quintal, incluyen- do tan sólo los componentes de importancia. Uuríato de Chile. Arena del PorU. Oxido negro 76 % 70 *\'^, Acido muriático 10^^; ll^/ss Agua . 12% ISVsa ■ Reducidos á términos modernos, estos valores serán : CuO . 62, Cl: 14, Cu: 12, H,0: 12; y respectivamente CuO: 74, Cl:' 15, Cu: 13, H, O: 18. 3. Dos años más tarde publicó Klaproth ( Beitriige zur cJie- mischen Keuntuiss des MineraJkorpers, tomo III, p. 196), el aná- lisis de una atacamita que él dijo haber recibido de Chile, pero que probablemente venia del litoral boliviano, y sólo fué embar- cado en Valparaíso. Encontró: Oxido de cobre . . - 73 O Acido muriático 13 3 Agua 13,5 Diferencia 0,2 ó sea CuO: 53,6, Cl: 17,3; Cu: 15,6, H. O: 13,5. La discrepan- cia con los datos obtenidos por Proust no es menos notable que a de estos últimos entre sí. 4. Lo mismo sucede con los trabajos de Davy y Gmelin ci- tados por BiBBA en su primer ensayo sobre el mineral que nos ocupa. 73 El de Davy fué ejecutado sobre una muestra cristalizada. DoTy. Gtnelin. Oxido de cobre 73,0 71,6 Acido muriático 16,2 16,3 Agua 10,8 12,1 es decir CuO: 49,5, Cl: 21,0, Cu: 18,7, H^O: 10,8, y CuO: 47,9, Cl: 21,2, Cu: 18,8, H-O: 12,1. Las cifras correspondientes al cloro son las nías altas que se hayan observado; ó es que en lu- gar de «ácido muriático» debe entenderse «cloro,» y deducir- se del óxido cúprico la equivalente cantidad de oxígeno que en- tonces habría que tomar por agua? 5. La noticia dada por Berthier (Annales des mines, 31 se- rie, tomo VII, pág. 542), complica aún más el asunto. Hela aquí : «Este mineral (el oxicloruro de cobre) viene del puerto bo- liviano de Cobija y ha sido importado á Europa en bastante can- tidad por el capitán de buque Chemillard. Se compone esen- cialmente de hierro oxidado magnético, gi^anuloso y cristalino, mezclado con hierro oxidado terroso y atravesado de vetas de oxicloruro de cobre de un hermoso verde. Contiene además una pequeña cantidad de ganga pedregosa, carbonato calcico y sul- fato calcico diseminado aquí y acá en láminas transparentes. i Al calcinarlo despide vapores abundantes de cloruro cúpri- co, y el polvo cambia de rojizo en negro. Calentado con ácido acético hasta la ebullición, la totalidad del oxicloruro se disuel- ve con cierta cantidad de cal y el residuo pesa 0,745. El carbo- nato de amoniaco separa mejor todavía el oxicloruro; el licor se decolora por completo por la ebullición y deposita todo el cobre disuelto en estado de cai'bonato amoniacal, el cual no arrastra sino muy pequeña cantidad del cloruro. El análisis de una di- solución acética preparada con 10 gramos del mineral, me ha dado : T©i»«nj.— iol 74 Tor cient*. Oxido de cobre 0,1200"\ 50,00 Cloro 0,0358l 1^,^'^ Cobre 0,0320 f ^'2^^^ 13.33 Agua 0,0522y ^^''^^ La proporción de agua es mayor que la consignada por otros observadores. Seria dable, como lo advierte DuFEÉNOY (Trai- te de Minéralogie, 2" edición, tomo III, pág. 373), quien equi- vocadamento atribuye procedencia mexicana á la muestra tra- tada por Berthier, que la presencia del hidrato férrico y yeso diera lugar á este aumento. Tampoco será lícito derivarla com- posición normal de una asociación que contiene sólo un cuarto de la sustancia en cuestión. Las proporciones indicadas obede- cen más bien á la fórmula Cu Cío. 3 Cu O. 6 Ho O que á la su- puesta por Proust Cu Cío, 3 Cu O, 4 Ha O que invoca Ber- thier. G. Ulex (Annálen dcr Chemie und Pharmacie, tomo LXIX, pág. 36J ), se valió de muestras sacadas de un cargamento em- barcado en Valparaíso con destino á Hamburgo cuyo oi'igen pro- bablemente difiere poco del material de Berthier. Reconoció en la atacamita el producto de una' transformación de otras sa- les de cobre, efectuada por la intervención del agua del mar, y le dio por composición la siguiente: Oxido de cobre 56.23 Cloro 16.12 Cobre 14.56 Agua 11.99 Sílice 1.10 7. Mallet ( en Rammélsberg^ s Handivorterhuch, 5? suplemen- to, pág. 57), ejicontró en unos ejemplares de 4.17 de peso espe- cífico: 75 Oxido de cobre 55.94 Cloro 16.33 Cobre 14.54 Agua 12.96 Cuarzo 0.08 lo que concuerda bastante con los datos obtenidos por Ulex. 8. Suma confianza merecen los estudios de F. FlELD (Jour- nal ofCJiemical Society, tomo VII. pág. 193), á quien la parte quí- mica de la mineralogía de Chile debe tan concienzudas y valio- sas indagaciones. Los cristales con que obraba, eran de uuv'is mi- nas de los alrededores de Copiapó, donde esta sustancia se halla diseminada en vetas y mantos, afectando ora la forma de pris- mas prolongados rómbicos, ora de tablas exágonas de un suave tinte esmeralda y de 4.5 peso específico. De los análisis sacó resultados muy congruentes, pero diversos de sus antecesores: I. n. Oxido de cobre 53.99 53.62 Cloro 14.94 15.01 Cobre ., 13.28 13.34 Agua 17.79 18,00 7. El barón Ernesto von Bibra, quien en 1849 recorrió Chile y parte de lo que era entonces de Bolivia, es el autor de un extenso informe ( Ahliandlungen dernatarhistorischen Gesells- ehaft su Nümberg, 2° cuaderno, 1858, pág. 221) sobre ricos de- pósitos de atacamita á inmediaciones de Cobija. « En Chile mis- mo, nos refiere, los pocos mineralogistas que había, reputaban la atacamita por cosa muy rara, y el Sr. Domeyko me mostró en la colección mineralógica de la Universidad de Santiago un pe- queño trozo como de una pulgada de diámetro, cuidadosamen- te envuelto en algodón, enseñándome que era una gran rareza por hallarse el mineral comunmente en forma de un polvo fino ©n las quebradas del desierto de Atacama. «Absortamente miró en aquella ocasión ese ejemplar, por-. 78 que en Europa no había visto más que un afloramiento de una línea más ó menos. f Empero al visitar, algunos meses después, la Bahía de Al- godón, distante de Santiago como 150 millas, encontró una ri- queza tan enorme de este fósil, que literalmente no creía á mis propios ojos y casi quedaba en dudas aun después de haberlo so- metido al ensayo. Alia comprendí los sentimientos de los espa- ñoles cuando descubrieron el oro acumulado en aquellos países, y como ellos me laucó á la obra sacando y removiendo cuanto podía de los tesoros que nadie me disputaba. «Es cierto que la atacamita se halla también en el Perú y otras partes del Pacífico; yo mismo la recogí en Valparaíso y sólo la reconocí en Europa. Pero en ningún punto del globo ha sido todavía descubierta en tanta abundancia como en la Bahía de Algodón. «En general las vetas de cobre allá correu de Norte á Sur; su potencia es bastante variable ; por término medio será de uno á dos metros. La inclinación se aproxima tanto á la vertical que ángulos de 60 á 70 grados son raros. A gran profundidad la masa de la roca se compone de diorita ó de eclojita; cerca de la superficie predomina una sienita muy cuarzosa. A veces fal- ta la hornblenda y la roca se reduce á una mezcla de cuarzo y albita con minerales de cobre intercalados. Son éstos la chal- cosina, chalcopirita, cuprita, ziegelerz, covellinay en fin, la ata- camita. « La última es tan frecuente que no sólo prevalece sobre las demás especies, sea en venillas, sea entapizándolas, sino que constituye por sí sola una veta con poca cuprita. Un pique cu- ya abertura se halla á 1,600 pies sobre el nivel del océano, que baja más de 200 pies y del cual arrancan varias galerías, se en- cuentra casi entero de atacamita pura. Representa ésta, ora una aglomeración de masas cristalinas prismáticas del sistema róm- bico, ora la cuprita y ziegelerz están impregnadas íntimamen- te con el cloro. Tengo un ejemplar que consiste casi todo de un agregado de octaedros pseudomórficos de cuprita, cuyos in- 77 dividuos de 3 á 4 líneas de diámetro se componen de los pris- mas romboidales de la atacamita. «Mientras en estos y semejantes depósitos se puede supo- ner una descomposición directa, hay otras que no se explican sino por sublimación (?). Grandes masas radiado- foliáceas ani- dan sobre óxido de hierro cuprífero, ó llenan sus intersticios y revisten las oquedades de otros minerales. Por ejemplo, entre y sobre un ocre férrico cubierto de una capa delgada de crista- les de cuarzo, la atacamita forma afloramientos cristalinos de color aháceo, dando á la superficie entera un aspecto pulido y brillaute. «A veces el verde que ostentan, es perfectamente igual al de la esmeralda, más á menudo tira á moreno. Pero el examen detenido revela la presencia de oxídulo de cobre en finísima re- partición que descansa entre los cristalitos de atacamita de los que se destaca por ser opaco. «El agua del mar me parece suficiente explicación páralos frecuentes depósitos de atacamita. Probablemente la inyección de sustancia cúprica es anterior á la elevación de aquella región costanera sobre el océano. El volcanismo submarino calentaba y rajaba simultáneamente el fondo y las rocas felsíticas de más abajo. Perlas rendijas abiertas los metales de cobre seguían su- biendo, y á la vez el agua del mar interrumpiendo de arriba ata- ca\>alos ya formados. Sin duda, la misma agua ejercía su acción sobre la roca semilíquida y sobre los minerales nacientes con los cuales comunicaba por canales subterráneos. «La temperatura elevada de ebullición, como consecuencia de la presión atmosférica más alta, junto con el gran calor de los vapores de agua, explica fácilmente la transformación de al- gunos minerales, en particular la del oxídulo en cloruro; la mis- ma alta temperatura debía también sublimar una parte de los nuevos minerales. > 78 El análisis ofrecido por BiBRA : j Oxido de cobre 56,00 Cloro 16.11 Cobre 14.45 Agua 12.13 Sílice 0.91 Pérdida 0.40 se acerca mucho á los resultados de Ulex y Mallet; pero nue- vos estudios practicados por el mismo Bibra sobre los cristales de la Bahía de Algodón los colocan al lado de los examina- dos por FlED. Helos aquí ( Journal für praMische Cliemic, tomo XCVI, pág. 203). II m Oxido de cobre 52.54 52.40 Cloro 14.96 15.07 Cobre 13.33 14.00 Agua 19.17 18.53 10. Enteramente distinta parece la variedad cuya descrip- ción da DoMEYKO ( Mineralogía, 3* edición, pág, 209), en los tér- minos siguientes: « Entre las muestras de atacamlta traídas de la parte litoral del desierto de Atacama, llamaron mi atención unas masas oxi- cloruradas compactas, parecidas por su color á malaquita, en partes de grano algo cristalino, y en medio de ellas cristales lai- gos, delgados, algunos de 12 á 15 milímetros de largo y meno.s de un milímetro de diámeti'O, terminados por la base, rayados á lo largo, parecidos á la turmalina, por ser la sección transver- sal de los cristales un triángulo esférico; muy lustrosos, negros por reflexión y traslucientes de un bello verde esmeralda por transmisión de la luz. cLos cristales adhieren con tanta tenacidad á la masa que los embute que con dificultad se ha podido recoger 34 centígra- 79 inos (le niateria cristalina pura para someterla al análisis, cuyo resultado me dá coa poca diferencia un equivalente de óxido por uno de cloruro, quedando dudas acerca de la proporción del agua. » 11. Al contrario, recargado de óxido se presenta el mineral negro del distrito minero El ("obre analizado por Stüven, sin lustre ni otro indicio de individualización fuera de una estruc- tura foliácea. Domeyko recuerda que minerales negros agrisa- dos ó rojizos se hallaron en varias minas de Atacama, y resume así el análisis de Stüven (1. c, pág. 210): Cloro 7.5 Oxido de cobre 75.5 Oxido de hierro 3.6 Azufre 1.7 Agua 12.1 Sílice 0.5 De ahí deduce para la sustancia misma, en la suposición de que se trata de un sólo cuerpo mineral, después de eliminada la pirita : Cloruro de cobre 16.9 Oxido de cobre 68. 7 Agua 14.4 En una reciente comunicación á la Sociedad Científica Ale- mana de Santiago, el autor introduce 15.2 por ciento de cloro , por 74.7 de óxido de cobre en el cuadro primitivo, sin alterar los demás valores, en cuyo caso la propoi'ción no dista mucho de la ordinaria. Compuestos que por su mezcla y exterior se alejan todavía más de la atacamita típica, han sido encontrados en Cornualla y descritos por Church. 12. De un mineral de la provincia de Atacama, que por sus caracteres físicos en nada se parece á la atacamita, puedo dar cuenta detallada. Forma un aglomerado de columnas ó prismas • 80 cuadriláteros irregularmeute concrecionados de color cobrizo. La sección transversal muestra un cuadro, pero las caras de los prismas, que los más grandes alcanzan á 30 milímetros de largo y 5 de ancho, llevan estrías longitudinales y también indicios de ángulos entrantes, que parecen revelar la existencia de gemelos polisintéticos. Caras tei'minales no pude descubrir, pero sí cli- vajes pronunciados en el sentido de una doma. La superficie ca- rece de todo lustre y se despega en forma de un polvo finísimo que se adhiei'e como ciertas variedades de hierro oxidado. Cor- tado con el cuchillo aparenta dibujos marmóreos verdosos, quo no dejan duda sobre la heterogeneidad de los componentes. Atacado por los ácidos nítrico ó clorhídrico diluidos, la sus- tancia se disuelve con abandono del polvo rojizo, que visto al microscopio deja reconocer cristales mínimos de forma octaé- drica, ora sueltos, ora pegados y asociados con un poco de ripio blanco. El ácido clorhídrico fuerte diluye los cristales rojos en una solución amarilla y separa la sílice; esta solución contieno sólo vestigios apenas perceptibles do cobre. La solución nítrica está libro de hierro. Al soplete y, sobre la lámpara los cristales grandes muestran todos los caracteres de la atacamita. El análisis les asigna: Oxido de cobre 48.04 Cloro n.62 Cobre 10.39 Sulfato de cal 0.40 Agua 13.81 Parte insolublo. [ ^"^.^^ •--•-. ^ '"^^ ( Oxido férrico J 3.9() oou exclusión de la parte accidental, se tendría: Oxido do Cubro 57.01 Cloro 13.70 Cobro 12.11 Agua 17.09 I 81 correspondiendo exactamente á la fórmula CaGU, 4 CuO. 5 H.O y aproximándose á los análisis en 8 y 9 TI, III, que con alguna tolerancia se ajustan á CuOL, 3 CuO. 5 EI2O. 13. De la mina María Luisa, del mineral El Cobre se ha sa- cado hace muchos años, un pedazo de chalcosina compacta, que muestra una cavidad cuyas paredes están cubiertas de una cos- tra anaranjada cristalina, mientras transversalmente se cruzan y entrelazan cristales delgados ó escalóides, resplandecientes, negros, ligeramente rayados que á primera vista podrían tomar- se por turmalina. Llegan hasta 12 milímetros de largo según es la distancia entre los puntos de inserción, siendo los extremos siempre embutidos de tal manera en la masa amarilla, que no es posible determinar las caras de que se componen, por ser muy quebradizas. El ancho de los cristales es de un milímetro en los mejor conformados, y consiste en dos caras paralelas tolera- blemente planas ; el grueso es sólo de ^ á ^ de milímetro, coneu- rriendo en él cuatro caras prismáticas tan imperfectamente des- arrolladas que no permiten medir con exactitud sus ángulos, :|ue si no son idénticos, se desvían poco de los observados para 00 P, 00 P C3D en la atacamita. Los ejemplares más chicos to" man bello color verde en la luz refractada, el mismo es propio del polvo de los demás. La costra micro -cristalina que les sirve de criadero, consis- te en su mayor parte de óxido de hierro con una muy reducida porción de ácido sulfúrico. Los cristales cuyo peso específico es de 3.1], muestran también vestigios de ácido sulfúrico y constan de: Oxido de cobre 54.77 Cloro 15.77 Cobre 14.10 Agua 15.3G 14. Distinta de las precedentes es también la composición de una atacamita que encubre toda la superficie de un gran ro- dado, de la propiedad de D. Santiago Martínez, y cuyas señales TOTCOIII.-Il. c 82 son casi idénticas con las que menciona Field. Láminas muy fi- nas de contornos angulosos pero irregulares, de un verde muy oscuro y provistas de surcos ó rayas paralelas. La roca que las sostiene fijadas en un lecho ocráceo, está rotulada: «Rodado encontrado en el llano Juego de Chueca, á 3 leguas de lamina Zorraquina, del mineral de Chañarcillito, entre Copiapó y Fuer-- to Viejo de Copiapó, 14 leguas distante del puerto de Caldera. Enero de 1877. » Oxido de cobro 55.06 Cloro 16.18 Cobre 14.47 Agua 13.93 Parte in^oluble 0.36 15. Otra mue-stra traída por el finado geólogo Volkmann, de una mina por cuyo nombre apunta el del dueño «Erdmanu, » cerca de Copiapó, se parece en todo á la anterior. El residuo in- soluble en ácido nítrico es un polvo negro -amarillonto algo vo- luminoso. Oxido de cobro 53.41 Cloro 15.64 Cobre - . 13.99 Agua 14.04 Sulfato de cal vestigio Parte insolublo 3.15 16. Ahí pertenece también la atacamita de Los Bordos, pe- gada en forma de tenues escamas á un criadero arcillo.so atpft- vesado por venillas del oxicloruro. Debajo de la sal verde se asoma una capa de óxido moreno de hierro y uno que otro cris- tal de yeso. Asimismo constituye el óxido de hierro la suma de las partículas que resisten á la acción de los ácidos diluidos. 8S Oxido de cobre 56.48 Cloro 15.14 Cobre 13.54 Agua 14.43 Acido sulfúrico 0.13 Parte insoluble 0.45 17. El sulfato de cal es el compañero constante de muchas íitaeamitas. Según Domeyko, el núcleo de las masas es á veces ocupado por un cristal de yeso. Su presencia, que de ninguna manera es esencial para la constitución del oxicloruro, arroja luz sobre su origen. No falta tampoco en otras dos muestras procedentes de la provincia de Atacama, cuya localidad no va designada. En ambas la sal verdinegra se eleva en forma basál- tica de un lecho de arcilla blanca, que en todas direcciones va atravesada por venillas verdiclaras. La masa apretada de los cristales filiformes no deja reconocer caras distintas, la sección transversal tiene apariencia celular, porosa como ciertas lavas ó escorias. Uno que otro grano de hierro rojo se esconde en los intersticios; pero al pulverizar se separa fácilmente. I. II. Oxido do cobre 54.55 55.65 Cloro 16.30 15.82 Cobre „ 14.58 14.15 . Agua 13.39 14.30 Sulfato de cal vestigio vestigio Residuo 0.93 0.08 18. Omito apuntar la composición de las asociaciones en que la atacamita sale adulterada por ocre, óxidos y sulfates de varias bases, que abundan por toda la región minera del norte y algunas de las cuales son ricas en plata. Sin embargo, para darse cuenta de los procesos que concurren en la formación del oxicloruro, no es indiferente su vasta difusión por todos los ni- veles. Raimondi lo menciona en compañía con la argentita, ce- 84 rusitaycrisocola de Arequipa, con Iamarc5'lita,chalcosinay bro- chantita del camino do Arequipa y con la kerargirita, argentita y malaquita de Huantajaya. El mineral que Breithaupt (Berg-und Hütíenmünnischc Zeitung, tomo XXIV, pág. 310), describe bajo la denominación de atlasita, procedente del cerro de Chañarcillo, no es más que una malaquita impregnada con atacamita. BlBRA ( Beitragc zur NaturgeschicMe ton Chile, pág. 6, en iJcnhscliriften der Kais. AJcadeniie der Wissenschaften sti Wien, tomo V), denuncia la úl- tima también como existente en el gi*anito de Valparaíso. Tan- to en las llamadas blancas como en los carbonates de cobre naturales, su presencia es muy común. En una malaquita de verdepuerro del manto Tres Gracias, mineral Pueblo Hundido, departamento de Chañaral, encontré: Oxido de cobre 67.4 Cloro 0.5 Acido sulfúrico 2.4 Cal 2.2 Agua y ácido carbónico 21.4 Residuo 6.1 Valdría un estudio detenido determinar los límites geográ- ficos de esta cloruración, que no puede ser la obra de las aguas circulantes, y más bien indica trastornos de trascendental al- cance. 19. En cuanto á la composición química que aquí tratamos de preferencia, basta una mirada á los cuadros insertados para desistir del propósito de referirlos á una sola fórmula típica, aun cuando sólo se la reserve para los números 13 á 17, porque la mayor parte de las sustancias escogidas no son do ejemplar pureza: es preciso no olvidar que las pocas y sencillas operacio- nes analíticas que se exigen para determinar la proporción do los componentes, no dejan lugar á desviaciones de considera- ción. El cloro bajo las circunstancias dadas se puede dosificar 85 eon plena exactitud hasta en centesimos por ciento. Es, pues, inadmisible tomar las variaciones por casuales. Para mayor cla- ridad sigue un cuadro qiie comprende los minerales antes enu- merados, calculados en su estado normal: 13 U 1") ití 17 Oxido de cobre. - - 57.01 Cloro 13.79 Cobre 12.11 Aírua 17.09 o* 54.77 55.26 56.77 55.26 11. 55.70 15.77 16.24 15.21 16.45 15.83 14.10 14.52 13.61 14.72 14.16 15.36 13.98 14.41 13.57 14.31 Sin escrúpulo se reunirían los números 6, 7, 9 I, 14, 15, 16, 17 en todo caso en que la complicación de la constitución ató- mica justificara cierta tolerancia. Porque todos ellos so acercan á CuCl;, 3 CuO. 3 ^ H2O. Los autores asignan á la atacami- ta, unos la fórmula CuCK, 3 CuO. 3 HjO, otros CuCL, 3 CuO. 4 H2O. Reproducimos los valores para cada una: 3H2O 31/2H3O 4 H2() II. ji. 11. Oxido de cobre 55.85 54.72 53.59 Cloro 16.63 16.29 15.96 Cobre 14.87 14..57 14.27 Agua 12.65 14.42 16.18 Me parece que la última de las tres no tiene real existen- cia en la naturaleza. Pero aun la segunda qiie aparentemente sostienen diversas cristalizaciones, es demasiado complicada pa- ra ser aceptada. Con justa razón se debe suponer las combina- ciones más sencillas en los minerales, por ser las únicas dura- deras y resistentes. Para los silicatos que parecen formar ex- cepción de este principio establecido por la química sintética, últimamente F. W. Claree, en una conferencia celebrada ante la Asociación Británica en Mancliester, ha insistido en hacerlo valor en todas sus consecuencias. Y en verdad, los silicatos más 86 volubles eu cuanto á su composición, son precisamente los que han sido demostrados por simples mezclas ó por asociaciones de dos especies perfectamente circunscritas y relativamente po- co complicadas en su estructura molecular. Admitamos por el momento que la segunda formulación ex- prese bien los casos designados cuyo término medio ni siquie- ra se aviene con lo que pide la teoría. Entonces habría que in- ventar para 3, 4, 5, 8, 9 II, III, 12, 13, otros tipos nuevos. La existencia de tan numerosas combinaciones que entre sí distan por fracciones crecidas ó sea por cuotas muy pequeñas, pugna con el hecho de que raras veces dos sustancias son combinables en proporciones que poco difieren entre sí. Además, á estos cambios debían corresponder variaciones de aspecto y de forma que la atacamita no revela en igual grado. Sin embargo, la irre- gular conformación do los cristales, sus ángulos variables den- tro de límites no bien determinados ( véase á este respecto los estudios de BroGGER y VOM Rath, contenidos en el Zeitschrift für Krystallograplúe, tomos III y V), su aglomeración y aparen- te mutilación son otros tantos elementos que abogan en pro de la opinión que la atacamita raras veces es una unidad minera- lógica, sino que se compone generalmente de dos ó más indivi- duos que se juntan en diversas proporciones. Este modo de ver es análogo á la teoría de Tschermak so- bre los feldespatos, ó para citar un ejemplo que más se acerca al caso presente, á la chabacita y los homólogos que Streng in- cluye en ella. ¡Sin duda hay muchos minerales á que debe apli- carse esta génesis que se conforma admirablemente bien con las condiciones de una lenta descomposición que es la más vero- símil. Me faltan materiales y datos para pronunciarme sobre los tipos extremos que servirían de base á la atacamita : el uno es probablemente CuClo, 3CuO. 3 H2 O, como en 6 y 7, el otro es relativamente más rico en óxido de cobre y mucho más en agua, tal vez, CuCL, 4 CuO. 6 H^O. 20. Las analogías que ligan la atacamita y la malaquita y brochantita, confirman estas aserciones. Fué Naumann quien 87 urgió las relaciones quo pueden establecerse entré el cloruro j el carbonato, guiado por el propósito de explicar su metamor- fosis por un simple cambio de una parte de los constituyentes. Más palpable es la semejanza con la brochantita ó sea el con- junto de los sulfates básicos que ocurren en circunstancias no muy diversas de la atacamita, á la que se parecen á tal punto por su color y formas cristalográficas, que para la simple vista á veces se confunden. En atención á sus componentes, se re- pite la misma inconstancia que ha motivado las prolijas compa- raciones en 19. Sólo para el subsulfato la nomenclatui'a ha lle- gado á hacerse más intrincada, por ser de más frecuente ocu- rrencia. Tuve oportunidad de examinar unas agujas finísimas de G milímetros de largo y 3^ de ancho, procedentes de las cercanías de Tocopilla. Los cristalitos de verde yerba eran de tal suerte embutidos en una misma masa rojo-morena compuesta de in- finitos granitos de hierro oxidado que mecánicamente era impo- sible separarlos. Sigue el cuadro analítico: Oxido de cobre 51.70 69.61 Acido sulfúrico 13.25 17.95 Agua 9.18 12.44 Parte insoluble 26.18 — Las cifras dan exactísimameute la fórmula SO 4 Cu. '¿ CuO. 3 H2O, ó sea la proporción tan buscada para la atacamita. Comunmente á la brochantita so le asigna una fórmula más com- plicada, y PiSANl reclama por la langita SO4CU. 3 CuO. 4 HjO, es decir una proporción igual al tipo medio del oxicloruro, 21. Felizmente disponemos do una larga serie de reproduc- ciones artificiales de oxicloruros que ilustran las leyes de su for- mación. Entre los colores de base de cobre que aprovechan ios pinto- res, se comprenden varios cloruros básicos. Al exponer plan- chas de cobre al aire libre después de humedecidas por sal amo- 88 niaco ó ácido clorhídrico, resulta un bonito color verde"; el lla- mado aziildeBremen se prepara por precipitación de una mezcla del clorui'o con vitriolo por álcali cáustico. El depósito que se obtiene por este procedimiento, varía ea su composición según la proporción del precipitante. Al emplear sólo tres quintos del álcali que se necesita para remover el cobre de una solución clorurada, el precipitado corresponde á la fórmula CuCls, 2 CuO. 4 H-O. Kane (Eecherches sur la nature et la constitution des composes d'ammoniaque en AnnaUs de Chimie et de Physique, 2" serie, tomo 72) ha demostrado que este producto puede per- der sucesivamente una, dos y cuatro moléculas de agua. Calen- tado á 250^ centígrados se transforma en un polvo anhidro d© color negro, que tratado con agua reverdece y reasume tres mo- léculas de las que vuelve á despedir dos á 140° centígrados. El más constante entre los diferentes oxicloruros es el clo- ruro tribásico CuCL, 3 CuO. 4 HnO que se origina reemplazan- do esactamente el cobre por álcali, Kane obtuvo una sal azu- lada do la fórmula CuCL, 4 CuO. 6 H2O, tratando el cloruro amoniacal por el agua. Mediante el amoniaco, que manifiesta una afinidad particular para el cobre, se pueden procurar tam- bién otros compuestos más complicados. Al agregarlo en can- tidad insuficiente á la mezcla hirviendo de una parte do vitrio- lo azul con dos de sal marina resulta un precipitado CuCU, 3 CuO. 3 ¿ H2O. Tomando potasa en lugar de amoniaco Rein- DEL obtuvo CuClo, 3 ¿ CuO. 4 ^ HoO. Por sobresaturación con amoniaco y subsiguiente legiviación del residuo de evapo- ración preparó Neumann CuClo. O CuO. 9 HoO. Calentando á 200 grados la mezcla del nitrato tribásico de cobre ó á 100 gra- dos la del sulfato con sal marina, Debray ( Bulletin déla Socié- té Chimique, tomo VII, pág. 104) ha logrado producir CuClo, 3 CuO. 3H,. La incorporación do acetato de cobre á la solución hirvien- do de los cloruros alcalino ó calentando cloruro de cobre con los acetatos alcalinos da lugar á la precipitación de CuCK, 3 CuO. 3 ^ H;0. FiELD demostró ( Philosophical Magazine, 4! se- EDAD ClEITlFlCi "Á MÉXICO. Eevista Mensual Científica y Bibliográfica. Nám. 8. SEPTIEMBRE. 1889. EVAPORACIÓN COMPARADA. iSr o T A. DEL PROFESOR D. RAGONA Director del OBSEEVATOEIO EEAL DE MODENA. * ( Traducida de los " Annalli del Ufíicio Céntrale Meteo- rológico e Geodinamico Italiano" por R. Aguilar). ( Concluye. ) Para proceder siempre uniformemente, he seguido el cálcu- lo de la evaporación al sol en Módena también con las medias mensuales. He aquí los valores calculados de la evaporación al sol en Módena: EVAPORACIÓN AL SOL. Módena (calculada). ni ni mrn Enero 2 ü77 Julio 17,096 Febrero 3.77G Agosto 14.979 Marzo 6.436 Septiembre 9.686 Abril 8.355 Octubre ..... 5.116 Mayo. 10.723 Noviembre 3.356 Junio 14.669 Diciembre 2.479 mm Año 8.229 34 De los que se deducen las siguientes fechas de las máximas y mínimas: M 78 m 123 M 202 m 340 que son casi las mismas que las correspondientes á la evapora- ción á la sombra. Compai'ando las evaporaciones al sol calculadas, de México y de Módena, se tienen las siguientes diferencias: Méx.-Mdd. rain Enero ,-... +3.949 Febrero +3.514 Marzo +2.427 Abril +1.062 Mayo -2.249 Junio -7.603 Invierno +3.505 Primavera +0.413 Méx-Mdd. mm Julio -10.850 Agosto —9.071 Septiembre —4.097 Octubre +0.243 Noviembre...' +2.020 Diciembre +3.051 Estío -9.175 Otoño —0.611 Así, pues, como siieede para la evaporación á la sombra, al sol es mayor en México que en Módena en los siete meses, de Octubre á Abril, y menor de Mayo á Septiembre. La evapora- ción al sol es igual en México y en Módena entre el último de Septiembre y el 1? de Octubre, y entro el último de Abril y el 1? de Mayo. Véase en seguida los valores relativos entre las evaporacio- nes al sol y á la sombra en JMéxico: 35 RELACIÓN ENTRE LAS EVAPORACIONES Á LA SOMBRA Y AL SOL. México (observada) . Enero 3.139 Julio 2.823 Febrero 2.955 Agosto 2.830 Marzo 2.782 Septiembre 2.750 Abril 2.550 Octubre 2.692 Mayo 2.410 Noviembre 2.829 Junio 2.399 Diciembre 3.093 De estos A-alores se deduce la eenación: Relación=2. 771 + 0.2441 sen (10Goi7'.7+ Mj +0.1830 sen ( 32 30 .2+2 M) +0.0743 sen (152 20 .6+3 MJ que da los siguientes valores calculados: REL.\CIÓN ENTRE LAS EVAPORACIONES Á LA SOMBRA Y AL SOL. México (calculada). Calculada. Cal.— Obs. Calculada. Cal — Ob». Enero. 3.118 -0.021 Julio 2.748 -0.075 Febrero 2.972 +0,017 Ago.sto 2.878 +0.048 Marzo 2.781 -0.001 Septiembre.. 2.745 -0.005 Abril 2.553 +0.003 Octubre 2.665 -0.027 Mayo 2.380 -0.030 Noviembre... 2.854 +0.025 Junio 2.464+0.065 Diciembre... 3.094+0.001 Es notable la semejanza entre los valores calculados y los observados. La suma de las difei-encias es +0.159. De la misma ecuación se obtienen, por la comparación de las 3S segundas diferencias de los valores mensuales, las siguientes épocas de las máximas y mínimas de la relación pai*a México: Oiaa drt año. 1 " 3f 24 ó sea el 2-1 do Enero 1" m 135 „ „ 15 „ Miiyo. 2':ilf 219 „ , 7 ,, Agosto. 2" m 289 „ IG „ Octubre. Fara Módena, los valores calculados de la relación son: BELACiÓN ENTRE LAS EVAPORACIONES A LA SOMBRA Y AL SOIi. Módena (calculada). Enero 3-927 Febrero 3.113 Marzo 2.888 Abril 2.744 Mayo : 2.697 Junio 2.628 Julio 2.526 Agosto 2.541 Septiembre 2.747 Octubre 3.031 Noviembre 3.249 Diciembre 3.346 Año, 2,900 Calculando las fechas de las máximas y mínimas para Mó- dena, sobro estos últimos valores mensuales, se obtiene: m 93 M 152 m 224 M 348 Las diferencias de las fechas son entre México y Módena de 41 días parados fas3s y de 66 para las otras dos. 1-lí -\- 41( ^¿15 2=* m + 65 í • ^^'^ Do la comparación de las inedias mensuales calculadas de la evaporación para Módena y México, se tiene: Méx.— Mód. M 8 11 jy 0.1 NW. Jl 2 8 14 a. m. 0.3 NW. n o o 3 20 p. m. 0.1 N. V 5 8 51 a. m. 0.2 W. }j 6 2 23 p. m. 7 4 16 jj 9 9 8 19 20 a. m. p. m. 0.2 N. J> 14 10 36 3j 0.2 NW. >> 18 7 47 a. m. 0.3 sw. }) 8 39 p. m. 0.1 sw. }) 23 3 03 jy 0.4 sw. j; 24 6 53 yy 0.3 sw. 7J 26 7 52 a. m. 0.2 ssw. )} 27 8 42 jy 0.2 sw. }} 9 44 yy 0.3 ssw. j> 1 33 p. m. 0,2 sw. >> 4 21 yy 0.1 sw. V 8 14 JJ 4.6 I. II. II. 28 6 50 jj 0.1 w. I, 29 1 55 a. m. 0.4 N. JJ 8 00 p. m. 0.1 NW. v 30 7 54 a. m. 0.2 WNW. )} 31 4 50 7J 1.9 NB. J) c. Mota. 3 2044 072 198 369 48 BlEJTEOriOLOGHj^ llVXKIiNACIOlVjVL. Localidades, Berlín (Alemania) Bogotá (Co!onibi;i) Bi'isbane (Australasia).. Bruselas (Bélgica) Chicago (E. U.) Cincinnati (E. U.) Florencia (Italia) Genova (Italia) Hambiirgo ( Alemania).. Lróii (México) Lima (Perú) Lisboa (Portugal ) Mazatláü (J.Ióxico) México MiLáü (Italia) Moncalieri (Italia) Montevideo (Uruguay).. Montreal (Canadá) Munich (Alemania) Ñapóles (Italia) Nueva Orleans (E. U.). Nueva York (lí. ü.) París (Francia). Puebla (México) Puerto-Príncipe (Haití). Río Janeiro (Brasil)... . Roma (Italia) San Bernardo [(irán] (Italia) San Francisco California , (E. U.) San José (Costa Rica),.. San Luis Potosí (México). Stonyhurst (Inglaterra). Toliica (México) Upsal (Succia) Venecia (Italia) Vicna (Austria) Zacatecas (México) JULIO DE 1888. 12.9 562..3 14.7 764.8 22.2 24.6 22.7 21.5 14.4 19.7 29.4 16.8 21.7 20.3 19.9 15.1 2.3.9 27.5 21.4 15.6 17. 28.8 19 4.2 15.1 20.1 19.4 12.5 15.0 14.5 23.6 17.8 743.7 746.0 753.6 755.0 755. 1 618.3 5^ ." 755.8 760.3 587.4 741.8 736.4 759.5 714.0 756.0 761.0 757.4 754.6 593.4 757.8 763.8 566.5 760.0 065.4 614.1 745.0 559.1 750.4 756.5 740.9 573.5 ne se s\v se wsw ssw nvv ne ne y nw var ey nw sw se s ese swy ne sw e sw ne n so w so 58.0 1.2 99. S 62.4 26.2 64.6 129.0 83.3 12.7 65.2 100.2 47.6 43.1 33.5 129.2 7.1 51 31 88 161 43.7 25.4 156.6 0.3 139.5 62.3 218.5 14.4 122.7 60 7 64.0 258.0 AGOSTO DE 1888. 13.4 20.7 22.9 22.8 23.0 561.9 766.2 743.7 745.7 755.9 757.7 15.0 761.3 20.9 617.5 21.6 29.4 17.0 •22.5 20.4 17.9 15.6 22.7 25.7 22.0 16.5 17.8 28.3 20.4 6.5 14.3 19.4 20.2 12.9 14.4 13.6 25.4 18.1 17.4 756.6 759.7 586.6 749.6 740.2 758.9 718.0 757.7 760.2 756.9 759.7 593.3 756.9 760.4 o ■o SW sw sw sw sw nnw n ne ne wye ne y sw sv/ ,sw s 569.8 758.4 e y nne nw ne y sw sw 665.2.... 613.3 7(^n r. ííí) 8.0 756.3 760.0 744.5 573.8 e sw se sw se w y nw se Budapest. Geologisclie Gesellschaft. Mittheilungen. Vol. XIX, 7 y 8. Buenos Aires. Círculo Médico Argentino. Anales. Tomo XII, núra. 5. Departamento N. de Agricultura. Boletín. Tomo XIII, núms. 11 á 14. La Educación. Año IV, núms. 78 á 82. Instituto Geográfico Argentino. Boletín. Tomo X, núms. 6 y 7. Museo Nacional. Anales. líl, 3. Revista Argentina de Ciencias Médicas. 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