ua

RARY OF PRINCETON

JUL 1 5 2003

i

THÉOLOGICAL SEMINARY

Digitízed by the Internet Archive

in 2016

https://archive.org/details/mensaje1010unse_4

XXII Congreso Comunista El ateísmo filosófico Reforma agraria Rearme Moral

N.° 105 - Diciembre 1961

DIRECTOR - FUNDADOR :

f R. P. Alberto Hurtado Cruchaga, S. J. DIRECTOR: Hernán Larraín Acuña, S. J.

SUMARIO

CARTAS Y CONSULTAS

COMENTARIOS NACIONALES:

La Encrucijada de las Reformas

COMENTARIOS INTERNACIONALES:

El XXII congreso comunista

583

585

587

MENSAJE

EDITORIAL:

Un congreso “humanista”

591

El ateísmo filosófico per Gonzalo Scheltens, OFM.

Reforma agraria italiana: los nuevos empresarios por Vincenzo D'Apote

Isla de Pascua: interpretación arqueológica por Gonzalo Figueroa, G. H.

Una opinión sobre la juventud por Hernán Larraín A., S.J.

594

600

607

611

SIGNOS DEL TIEMPO:

Rearme Moral

Textos escolares

30 años de Acción Católica

Hambre en las comunidades del Norte Chico

Querella contra periodista desata polémica nacional Reforma agraria en Venezuela

614

618

621

623

625

628

TEATRO:

Jorge Díaz y una nueva dramaturgia

633

CINE:

La fuente de la doncella Todo comienza el Sábado

ORIENTACION BIBLIOGRAFICA:

DOCUMENTOS :

El derecho de propiedad

INDICES DEL VOLUMEN X

635

637

638

640

645

Dibujos: Joaquín Errázuriz, S.J.

REDACCION Y ADMINISTRACION: Avda. Bernardo O’Higgins, 1801 Casilla 10445

Fono 60653 Santiago de Chile.

Chile y países

SUSCRIPCIONES del convenio postal

Número suelto jj’ ?’55

Un año (10 números) “•

Dos años k

Demás países

USI 6,50 US$ 12.—

AGENTE

Antofagasta:

Arica:

Chillán:

Chuquicamata:

Concepción:

P. G. Arteaga, Universidad del Norte P. Á. del Valle, San Marcos 573 P E. Varas, Seminario, Arauco 449 Sr. G. Ferrer, Central de Teléfonos P. L. Davies, Avda. Los Carrera 181

S EN:

Iquique: P. Leo Cantin, Gruta de Lourdes

Osorno: P. I- F. Henry, Colegio San Mateo

Punta Arenas: Sr. Feo. Eterovic, Casilla 6j>5 Puerto Montt: P. Ed. Morales, Colegio San Javier Valparaíso: Sr. F. Marchant, Eusebio Lulo 141

.YOL. X DICIEMBRE 1961 N.° 105

NOVEDADES Y REEDICIONES

EL APOCALIPSIS V LA HISTORIA,

Stanislas Giet E 4,05

EL GENIO LITERARIO DE SAN

PABLO, Amedée Brunot E 2,70

MISTERIO Y VIDA, Alfonso Que-

rejazu E' 2,16

CARTAS DE VIAJE, P. Theilhard

de Chardin E" 2,05

NUEVAS CARTAS DE VIAJE, P.

Theilhard de Chardin E" 1,75

AUN ES POSIBLE LA ALEGRIA,

José M? Cabodevilla E 2,70

EL PENSAMIENTO DE CARLOS

MARX, Jean-Ives Calvez E" 5,40

EL PENSAMIENTO CIENTIFICO

MODERNO, Jean Ullmo E 3,40

EL SERMON DEL LAICO, Lorenzo

Gomis E" 2,45

CIENCIA Y FILOSOFIA, Jacques

Maritain E? 2,16

LA MADRE DEL SEÑOR, Romano

Guardini E’ 1,35

JESUCRISTO, Romano Guardini .... E.’ 1,35

LA IMAGEN DE JESUS, EL CRIS- TO, EN EL NUEVO TESTA- MENTO, Romano Guardini E" 1,35

SOBRE LA ESENCIA DEL ARTE,

Romano Guardini E 1,35

VERDAD Y ORDEN, Romano Guar- dini (4 tomos) E 6,75

RELIGION Y REVELACION, Ro- mano Guardini E 2,05

EL EVANGELIO DE NUESTRA

SEÑORA, Cardenal Schuster E 2,30

EL MISTERIO DE LA CRUZ, Odo

Casel K 2,45

EDITORIAL DIFUSION S. A.

SANTO DOMINGO 1261 MAC IVER 205

TELEFONO 69S94 TELEFONO 559T8

CASILLA 10451 SANTIAGO

edidos a:

"EDITORIAL

UNIVERSITARIA"

SAN FRANCISCO 454 - CAS. 10220 SANTIAGO

LIBRERIA UNIVERSITARIA

ALAMEDA BDO. OHIGGINS 1058 TELEF.: 64914 - SANTIAGO

ECONOMIA Y SOCIEDAD VVil-

bert E. Moore E- 1,30

GENTE DE LA CIUDAD Jorge

Edwards E" 1,30

ARTICULOS DE MALAS COSTUM- BRES— Arturo Aldunate Phillips E 1,50

DEJA QUE LOS PERROS LADREN

Sergio Vodánovic E“ 0,60

POR APARECER:

PANORAMA LITERARIO DE CHILE Raúl Silva Castro

GEOGRAFIA DEL HAMBRE Josué de Castro

DR. EDUARDO SILVA SILVA

ENFERMEDADES DE NIÑOS Avda. Bustamante, 250-C., Fono 43370, Santiago.

DR. PEDRO NAVEILLAN FERNANDEZ

PSIQUIATRA

Enfermedades nerviosas y mentales - Alcoholismo Consultas: L. M. V. 2.^ a 6J. Huérfanos 1 147, Of. 204, Fonos 89933 y Res. 480323 Santiago.

Dr. GUSTAVO MONCKEBERG B.

ARTURO SQUELLA AVENDAÑO

OBSTETRICIA

ARQUITECTO U. C.

Amunátegui 75, Fono 80096, Santiago

P. León Ugalde 70, 7 ? Piso, Fono 62470, Santiago.

Dr. FERNANDO RODRIGUEZ S.

PEDRO J. RODRIGUEZ G.

VICENTE GUMUCIO V. - MARTIN GARCIA S.

OBSTETRICIA

Amunátegui 75, Fono 80096, Santiago.

JULIO RODRIGUEZ A.

ABOGADOS

Huérfanos 812 - Of. 418 - Teléf. 30740 - 33487

Santiago.

Prof. Dr. LEONIDAS AGUIRRE MAC KAY

ANDRES COVARRUBIAS ORTUZAR

CIRUGIA PROCTOLOGIA

INGENIERO COMERCIAL U. C.

Teatinos 726, Piso 5?, Fonos 64527 y 44747

Organizaciones Administrativas y Contables

Santiago

Agustinas 715, Of. 604, Fono 31516, Santiago.

FRANCISCO ARMENDARIZ E.

INGENIERO CIVIL

Cálculos de Estructuras - Urbanizaciones

Estado 152 - Of.

601 - Fono 35634

AVISE EN LA "GUIA PROFESIONAL” DE LA REVISTA MENSAJE

TARIFA DE AVISOS PROFESIONALES: un mes E" 3,—

un año (diez publicaciones) E? 27,—

REMINGTON K A N D CHILE LTDA.

ARICA VALPARAISO SANTIAGO CONCEPCION

Máquinas Je escribir Sumar y Calcular Equipas visibles Kardex Muebles Metálicos para Oficinas Máquinas duplicadoras Gestetner Stcnciles Electrónicos Máquinas de Contabilidad y Estadística a base de tarjetas Perforadas Computadores Electrónicos

Univac Afeitadoras Eléctricas.

p

HACIA

UNA

PASTORAL

DE

CONJUNTO

(TEMAS DE LA SEMANA NACIONAL DE PASTORAL ORGANIZADA POR EL EPISCOPADO CHILENO EN JUNIO DE 1960).

Precio E ° 1,50

EN PROXIMA APARICION:

Problemas de la Vida Conyugal

Preparado por un grupo de moralistas y de médicos, distinguidos en la enseñanza y en el ejercicio de su profesión.

De suma utilidad para los médicos, matronas, asesores de asociaciones, novios, padres y madres de familia.

LIBRERIA SAN PABLO

AV. BERNARDO O'HIGGINS 1626 CASILLA 3746 TELEFONO 89145 SANTIAGO.

C. B.

66 Radio Chilena

LA EMISORA QUE PUEDE SER ESCUCHADA CON CONFIANZA A CUALQUIER HORA,

POR TODA LA FAMILIA

DESTACAMOS :

De Lunes a Sábado.

7.55

horas: "Editorial”.

8.00

"Informativo Land Rover"

8.35

"Su Secretario Privado”

9.05

"Santoral"

9.30

"Letra y Música de Chile"

13.40

"Informativo Land Rover”

14.15

"El Mundo es Así”. Comentarios de la actualidad nacional e internacional.

20.30

"Testimonio". Lo que los cristianos piensan y hacen en todas partes del mundo.

22.30

"Concierto Nocturno"

Domingos.

10.00

horas: "El Correo del Domingo”. Monseñor Eduardo Lecourt.

13.30

"Por el Mundo del Trabajo”

13.55

"Informativo Land Rover"

14.00

"Recado a Padres y Maestros”

15.30

"Vida Espiritual"

20.30

"El Correo del Domingo"

20.55

"Informativo Land Rover"

Escúchela también en 88.1 megaciclos, Banda de Frecuencia Modulada

“DU ROCA L”

El UNICO Ladrillo Sílieo - Calcáreo

FABRICADO EN CHILE

con la garantía de

El cristal belga aprecia- do por las personas de gusto refinado.

Servicio de mesa y artículos de adorno.

Representante exclusivo para Chile:

G. L. JANSSENS

San Diego 183 - 2.° Piso Ofie. 18 - Teléf. 67038 Casilla 3359 - Santiago

Míame lo espera...

Miami... mágica ciudad que resume todo lo que ofrece Estados Unidos.

Viaje ahora a ese verdadero paraíso, aprovechando bajas tarifas y |a tradicional atención de LAN-CHllE.

El mejor servicio clase turista entre Estados Unidos. Panamá, Perú, Bolivia, Chile, Argentina y Uruguay.

Consulte a su Agente de Viajes.

o

Una gran luz vio el pueblo que marchaba en tinieblas, y sobre los habitantes del país sombrío una luz resplandeció" ...

Un niño nos ha nacido; un hijo nos ha sido dado.

Sobre sus hombros recae el imperio y su nombre es.- Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de la Paz" (Isaías, 9)

Y el ángel dijo a los pastores: "No temáis, os anuncio una noticia grande y alegre para todo el pueblo. El que os ha de salvar ha nacido-, es Cristo el Señor"... Y una multitud del ejército celestial alababa a Dios diciendo: "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad" (Le. 2)

Mensaje desea a sus suscriptores y amigos

unas Felices Pascuas y la Paz del Señor en el Año Nuevo

MENSAJE, ASI, CON MAYUSCULAS

Ve

VXvXvjl.V*'

«,¿tt

REGULACION DE NACIMIENTOS

Estimado señor: Precisamente habíamos esta- do comentando días atrás un artículo del mes de niarzo o anterior sobre la superpoblación y el con- trol de los nacimientos. Pensábamos la Jaita que hace en este puerto un círculo de estudios, aca- demia, ateneo, etc. donde se pudieran comentar y estudiar estos temas de palpitante actualidad.

Por lo que dice el articulista parece que la Iglesia está dando más facilidades a los matrimo- nios en lo relacionado con la procreación ya que en una parte dice que, cuando la torta no alcanza, hay que arbitrar los medios para no aumentar las bocas, se entiende, medios legales y naturales. Más adelante agrega que el fin del matrimonio es te- ner descendencia, pero no llenarse de hijos.

Suscriptor de Coqidmbo.

Nuestro amigo se refiere al artículo "La so- brepoblación y sus problemas”, de Roger Veke- mans S. J., aparecido efectivamente en el número de marzo. Tal vez leyó también "Crecimiento de- mográfico y futuro de la humanidad”, de Stanis- las de Lestapis S. J., que publicamos en noviem- bre del año pasado. Claro, no es exacto decir que la Iglesia esté "dando más facilidades” ya que como lo recuerda el P. Vekemans, hace ya mucho más de un siglo que la Iglesia proclamó la licitud de la "continencia periódica” en determinadas cir- cunstancias; esta proclamación se produjo apenas se divulgaron los descubrimientos médicos que dieron origen a ese método. Acá en Chile, las subs- tanciales reducciones de la tasa de mortalidad infantil en los últimos decenios unidas a un ritmo de desarrollo económico demasiado lento han pues- to sobre el tapete este problema que cristianos de otras latitudes venían afrontando desde hace lar- go tiempo.

Estimado señor Director: Hoy ha llegado Men- saje nuevamente a casa y desde el momento en que lo tomé en mis manos no he podido dejarlo. A veces pienso que es la lejanía de la patria la que lo hace agrandarse ante mis ojos en interés, actualidad, altura y profundidad. Pero no es así. Es algo permanente y propio de la naturaleza de su contenido. Mi vocabulario no alcanza a descri- bir la satisfacción casi diría plenitud que me proporciona su lectura, de la cual desprendo siem- pre un real MENSAJE así, con mayúscula que no sólo mantiene el espíritu sino que lo ele- va, orienta definidamente e impulsa a obrar.

Suscriptor de Baton Rouge, USA.

Amigo, es Ud. demasiado benévolo: interés, actualidad, altura y profundidad son cuatro sus- tantivos que, aplicados a una misma revista, su- man un elogio fenomenal. De todos modos, cons- tituyen una meta y hacia allá vamos con la ayuda de tantos amigos como Ud. ¿Por qué no nos es- cribe sobre lo que ha visto y aprendido por esos lados? Sin duda interesará a nuestros lectores.

¡ADELANTE, CONCEPCION!

Señor Director: Profundamente compenetrado, por haberlo experimentado en carne propia, de la gran ayuda que significa en la guía de las almas y en la formación de los cristianos, la Revista Mensaje, he sentido el deseo, casi la necesidad, de colaborar con Uds.

Dentro del círculo profesional y de trabajo en que yo actúo, me ha tocado alternar con muchas personas, católicas, que no son suscriptores de la revista sencillamente porque nunca nadie les ha dicho o insinuado que lo hagan. Yo estoy cierto que entre estas personas yo podría cotí mucha fa- cilidad colocar unas cuarenta o cincuenta suscrip- ciones.

Suscriptor de Concepción.

En efecto, estimado amigo, nuestro fichero acusa una marcada debilidad en Concepción, tan- to más lamentable cuanto que se trata de una zona tan importante y de tal porvenir. Lo felici- tamos y le agradecemos su propósito ... y espe- ramos noticias de su campaña.

MENSAJE DE ENTUSIASMO

Muy señor mío: Mensaje es aquí prácticamen- te desconocido y me complazco en manifestar a Ud. que reconozco la urgencia que una revista de su calidad vea facilitada su introducción en esta ciudad donde los católicos, a pesar de ser mayo- ría, son superados, muchas veces, en actividad y en entusiasmo en la consecución de sus fines por

583

otras instituciones que tratan por todos los me- dios de controlar los distintos aspectos ciudada- nos, exclusivamente por falta de una orientación y preparación adecuadas.

Suscriptor de Angol.

Estimado señor: Entusiasmo del que se sabe portador de un evangelio, de una "buena noticia”, de una verdad liberadora y capaz de quebrar los brazos del egoísmo y la mediocridad; actividad acicateada por tanto dolor, tanta injusticia e ig- norancia que, mudos, claman por una mano fra- ternal y potente. Eso querría inflamar Mensaje en el corazón cristiano de Angol : la actividad y el entusiasmo.

HERRAMIENTA PEDAGOGICA

Estimado señor: Por mi cargo en el Departa- mento Pedagógico de la FIDE Nacional estoy par- ticularmente interesado en que nuestros profesores de colegios católicos tengan a mano el mejor ma- terial disponible para orientar a sus alumnos y como fuente de conocimientos ; como antiguo sus- criptor de Mensaje siempre he creído que “opor- tuna e importunamente" debo vocear los beneficios de esta excelente revista entre mis colegas y ami- gos.

Suscriptor de Valparaíso.

OPUS DEI

Señor Director: No puedo menos de protestar por las páginas irresponsables que una prensa in- moral dedica a I Instituto “Opus Dei" , pretendien- do incluso discernir absurdas divisiones en lo in- terior de la gran familia católica.

José Aldunate, S. J.

Mensaje hace suyas las palabras de tan autorizado colaborador.

"MENSAJE” EN FRANCES

Hemos recibido la siguiente carta de la revista "Perspectives de catholicité”, de Bruselas.

Señor Director:

Teníamos la intención de hacer un estudio so- bre la socialización en la encíclica Mater et Ma- gistra, pero, habiéndonos enterado de que tal es- tudio había ya aparecido en la revista “Mensaje" , me dirijo a Ud. para pedirle tenga a bien autori- zar su reproducción en la nuestra. Le adjunto la traducción del artículo que, espero, le satisfará por su fidelidad.

Se trata de “La socialización en la encíclica Mater et Magistra” que publicara Julio Ruiz Bour- geois. Director de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica de Valparaíso, en nuestro nú- mero de septiembre, dedicado a reproducir y co- mentar dicha encíclica.

HUELGAS UNIVERSITARIAS

Señor Director: En la Editorial de Mensaje del mes de noviembre, intitulado “Huelgas Universita- rias”, leo la siguiente afirmación general: “Recha- zamos las huelgas universitarias . . y, explican- do por qué ese rechazo se extiende también a las huelgas que tienen por objetivo “defender in- tereses propiamente universitarios", se habla de tres condiciones que deberían llenar para ser jus- tas; y se agrega: “si tomamos estas condiciones en conjunto podemos asegurar que su cumplimien- to es simplemente imposible”. Pues bien, Señor Di- rector, yo no lo creo tan imposible. Veamos:

Es claro que la huelga puede ser el “último recurso" de los estudiantes frente a determinada autoridad , más de alguna vez, lejana, ciega y sorda ", para usar palabras de Uds. mismos.

Que, a veces, sea recurso “eficaz" lo prueba una experiencia reiterada, que Uds. no pueden desconocer.

“¿Qué compensación puede darse proporcio- nada a los daños derivados de una huelga?”. La reorganización profunda e impostergable de deter- minada escuela o instituto o la supresión de abu- sos graves y repetidos me parecen compensación perfectamente proporcionada para una huelga tal vez muy breve y acaso circunscrita a pocos alum- nos.

Tomando en cuenta lo dicho y otras cosas que se podrían añadir, como por ejemplo lo referente a la acción inmediata, me parece que la Editorial se presta a confusiones y puede desorientar a no pocos estudiantes de valor. Se plantea, en efecto, el problema en función de una Universidad “ideal" vgr. Universidad medioeval pero se juzga un hecho concreto en Universidades no ideales. Es- taría bien decir que las Universidades deberían ser ideales y que en ese caso no deberían existir huelgas, pero nos parece inadecuado afirmar que las huelgas estudiantiles SON ilícitas porque las Universidades DEBERIAN SER (aunque de hecho no son) ideales.

I. G. R. - Profesor universitario, Santiago.

Estimado amigo: Ante todo una palabra de

agradecimiento por su sincera y valiosa crítica. Tiene Ud. razón al decir que nuestras afirmaciones suponen un marco "auténticamente” universitario. Al hablar de Universidad pensamos, casi sin que- rer, en lo que fue, es y será toda Universidad que

(Pasa a la pág. 590)

581

por José GORBEA

La Encrucijada

de las Reformas

La exposición de don Luis Mackenna, Ministro de Hacienda, en la Comisión Mixta de Presupuesto del Congreso Nacional ha sido, al mismo tiempo, franca y clara, angustiosa y alarmante. Es una ex- posición de larga vista y de raíz profunda, que tiene el valor de destacar, implícita pero nítida- mente, la magnitud de la cuestión social y humana, de la cual lo económico es sólo una de las mani- festaciones.

Tres hechos se destacan en la exposición del Sr. Mackenna, más allá del debate político y del manejo de los secretos de la economía y las fi- nanzas :

L Prácticamente toda la inversión publica de Chile depende de la deuda externa. Sin préstamos exteriores, los caminos, puertos, empresas del Es- tado, servicios públicos y demás instalaciones de la comunidad nacional han llegado a ser entera- mente imposibles. Nuestros ingresos ordinarios sólo alcanzan para pagar gastos ordinarios principal- mente sueldos y en ningún caso inversiones de progreso.

2? Más de la mitad de las entradas ordinarias del Fisco provienen de impuestos que pueden ser calificados como indirectos. Menos de la cuarta parte provienen de la contribución de las rentas personales y de la propiedad. Con la gran minería del cobre y las demás empresas tributando en un nivel máximo, es casi imposible imaginar de dónde podría salir el enorme flujo de recursos internos que falta.

El gasto de monedas extranjeras es muy superior a las entradas en monedas extranjeras. Tanto, que el Sr. Mackenna no ha vacilado en provocar cierto pánico con sus expresiones y me- didas de carácter dramático, para configurar una política que se propone como muy enérgica en la restricción de gastos en el exterior. Y estq déficit en el balance de pagos tiene mayor magnitud y gravedad si se considera el endeudamiento privado en dólares que gravita angustiosamente sobre las empresas chilenas y se proyecta hacia el porvenir inmediato como, una exigencia rígida de estabilidad en el tipo de cambio, lo cual representa, a su vez, una pesada contribución a las exportaciones (en

cuanto sus costos internos han aumentado) y un límite difícil de superar para su expansión, único medio de lograr un equilibrio orgánico del balance de pagos.

El fondo de la cuestión

Sería incurrir en el riesgo de una equivoca- ción de grandes proporciones comparar en cifras la magnitud de la conmoción económica que el país está viviendo, con las que provocaron las guerras de la Independencia, del Pacífico y del 91, aún cuando hay razones para pensar que son de un orden parecido.

Sin embargo, la comparación tiene, de todos modos, un sentido valioso. En el 1810, 1818, el 79 y el 91, el país se vió enfrentado a tareas decisivas; tareas trágicas e indeseables (sino condenables). Pero fueron tareas comprensibles y definidas, en torno a las cuales se ordenó la conciencia de la comunidad y se movilizó, orgánica y dinámicamen- te, la voluntad nacional.

Hoy, el país sabe claramente que no quiere inflación y que hay que hacer sacrificios para no tenerla nuevamente. Está haciendo los sacrificios, con una disciplina que, mirada en su conjunto, es admirable y que, si tiene éxito, puede quedar in- corporada a sus más importantes valores históri- cos. Pero, sin desconocer la trascendencia cons- tructiva que pueden tener y tienen las actitudes negativas de un pueblo, no se puede cerrar los ojos a la realidad de que ellas son, sin excepción, insu ficientes. Es bueno que un pueblo sepa lo que no quiere hacer y lo que no está haciendo, pero es indispensable que sepa lo que quiere hacer v lo que está haciendo. Y no sería una respuesta con- tentarnos con decir que Chile sabe que está hacien- do sacrificios para no tener inflación y nada más. La verdad es que Chile sabe que está haciendo sacrificios para cambiar profundamente su realidad humana, social, económica y política; percibe en sus entrañas los signos del cambio; la promesa de un futuro distinto y mejor, aunque sea al precio de sacrificios más graves que los puramente eco-

585

nómicos. Se está realizando, en la conciencia co- lectiva, el oscuro e irreversible proceso de la acep- tación del cambio y de sus dolores de parto. Los profundos desequilibrios económicos y sociales ac- túan con presión irresistible.

Es cierto que no se ha configurado aún una imagen definida del tipo de transformación o del tipo de dolor que el país ha de proponerse como camino de solución. Nadie sabe cuál será en defi- nitiva, ni quién ha de dirigirlo. Sólo lo sabremos cuando veamos a la comunidad entera en movi- miento, incorporada moral y activamente a nuevas tareas, claramente perceptibles a sus ojos; y no sólo dirigida hacia ellas o expectadora de ellas.

La situación económica no es sino un síntoma de este proceso en marcha. Atribuirla a tal o cual aspecto técnico, o atribuirla sólo a la responsabili- dad de este Gobierno o de cualquiera anterior, sería negarse a entender su verdadera significación : la de un proceso vital más hondo que la economía o la política visible, y más extenso y universal que la sola vida del país.

Los signos del cambio

Otros síntomas se han presentado en las últi- mas semanas. Comentando uno de los más espec- taculares, el Senador Frei ha dicho, en su carta a los universitarios de su Partido, con ocasión de su triunfo: "En la Universidad se estudia el pasado; pero se escribe el porvenir".

Hay muchos católicos que, con todo derecho, dentro de la libertad legítima para considerar las interpretaciones concretas del pensamiento social cristiano, pueden considerar ese triunfo como una lamentable evolución de las cosas. Pero es necesa- rio hacer el esfuerzo de despojarse del criterio par- tidista (tanto de los que se regocijan como de los que lo lamentan) para reflexionar en un significado más trascendente del acontecimiento universitario.

Porque es un hecho que la Universidad chilena está mostrando un cambio que ya es histórico, aún cuando no sepamos todavía toda su extensión y profundidad.

En la Universidad nació, hace ya muchas ge- neraciones, la dirección del propósito nacional de la Independencia; nació como liberal revoluciona- ria. Durante el siglo XIX fué "laicista” e incluso "anticlerical”, palabras de otro tiempo en que se exoresaba una orientación mayoritariamente con- trapuesta al pensamiento cristiano. De liberal pasó a radical y se proyectó sobre nuestro siglo, duran- te los primeros cincuenta años, como radical- socialista. El famoso, temido y desvanecido "Fren- te Popular” se formó, primero, en la Universidad y después en la política nacional.

Durante todo este período, el pensamiento cristia- no fue minoría en la Universidad considerada en su conjunto y en su influencia sobre la vida del país. Desde 1954 empezó a proyectarse como mayoría. En 1961, los demócrata-cristianos llegan a tener.

en todas las escuelas universitarias de Santiago, Valparaíso y Concepción, 8.366 votos, sobre un total de 16.695. La segunda fuerza fue la alianza socia- lista-comunista y democrático-nacional del FRAP, con el apoyo de un grupo radical disidente. Los radicales, conservadores, liberales y neo liberales, fueron minorías.

La responsabilidad de mañana

Estos hechos no son sólo un anuncio del por- venir; son también una realidad del presente. Pue- de pensarse, con toda razón, que una cifra de votos juveniles, por impresionante que aparezca, no tiene, en misma, un significado permanente y absoluto. Es natural que dependa, año tras año, de circunstancias que varían; de la capacidad y el prestigio de un grupo de dirigentes y también de apoyos que se reciben, más bien como una manera de cerrar el paso al más fuerte grupo adversario, que como adhesión realmente ideológica y positiva. Con todo, el grueso del hecho permanece, en lo más importante de su sentido.

Nuestra juventud está ya, hoy día, viviendo, como orientación básica y predominante, el dilema entre revolución socialista-comunista y una trans- formación democrática, de sentido cristiano y ra- dicalmente reformista. Si no le es posible vivir la segunda y realizarla, su perspectiva es la de pensar, desde ahora, cómo ha de vivir en las condiciones de la primera.

Es difícil concebir qué otra generación se ha enfrentado a una encrucijada más dramática. En Chile, parece cierto que ninguna otra, por lo menos desde la Independencia.

Y esto está sucediendo, más claramente y an- tes que en la gran masa, en los semilleros de la vida intelectual y profesional, que son los semille- ros de sus estructuras superiores.

Todo lo que se haga hoy está inevitablemente sometido al juicio de este mañana en plena gesta- ción. La enorme responsabilidad que esto significa para el Partido Demócrata Cristiano y sus dirigen- tes actuales requeriría un comentario aparte. Pero, naturalmente, no es la única; no puede ser exclu- siva ni principalmente de un partido político.

En realidad, es una responsabilidad que recae, primordialmente, en todos los que intervienen en la orientación social, cultural y moral del país, antes que en su política o en su economía.

Cuando una juventud manifiesta el propósito organizado de apartarse de las formas del presente, y pone su esperanza en nuevas proyecciones del pensamiento y en la construcción de nuevas reali- dades, exige de los mayores una abnegada genero- sidad: la de comprenderla sin prejuicios; la de juzgarla, no por las medidas tradicionales del pa- sado, o por gestos, actitudes o palabras ocasiona- les, sino por el valor objetivo de lo esencial de sus ideales y por la realidad de sus tareas en el por- venir.

586

por Alejandro MAGNEI

El XXII congreso comunista

El XXII Congreso del Partido Comunista So- viético, al que asistieron delegados del comunismo de más de ochenta países, debió enfrentar los si- guientes hechos.

La no concurrencia de Albania y los ataques de los rusos a los stalinistas albaneses, tomados co- mo pretexto o vía indirecta de ataque a los chinos y, finalmente, la más espectacular manifestación pública de las divergencias chino-rusas.

El redoblamiento de los ataques oficialistas al "grupo antipartidista” formado por los viejos di- rigentes fieles al stalinismo o que aparecen unidos a su memoria y su purga política, no física (por el momento, al menos).

La renovación de los ataques a Stalin mismo y la execración definitiva de su memoria, simboli- zada en el retiro de su momia del mausoleo de la Plaza Roja y otros actos semejantes.

La consagración de la preeminencia de Khrus- chev y sus doctrinas políticas, sin perjuicio de nuevas condenaciones del "culto de la personali- dad” L

El estallido de una bomba nuclear de 50 me- gatones como culminación de una serie de pruebas de esas armas realizada sincronizadamente con el

Congreso.

El análisis de todos estos hechos sigue hacién- dose en forma más o menos detallada en toda la prensa occidental (mucho más que en la rusa, por supuesto) y, sobre todo en las cancillerías de las grandes potencias para las cuales las conclusiones que deben derivarse de tales hechos son, simple- mente, vitales.

Esa tarea no resulta fácil ni para periodistas

l Un periodista francés pone irónicamente en labios de los dirigentes chinos esta declaración: "Los errores del culto a la personalidad son, en verdad, terribles. Fe- lizmente. en nuestro país, el camarada Mao Tse Tung nos ha impedido cometerlos”.

ni para estadistas tanto por la complejidad misma de los hechos como por el misterio o secreto que los rodea, a la sombra de un Estado policial y to- talitario. Acertadamente, un periódico inglés pre- guntaba si, en realidad, todo lo ocurrido hace poco en el Kremlin obedecía a un plan estricto. “Una de las dificultades que tiene un occidental que trata de husmear lo que está realmente ocurriendo en esa otra parte del mundo anotaba es la de distinguir lo que se quería que ocurriera de lo que no se quería. Tiene que fisgar a través de las sombras de un sistema calculado para obscurecer todo aquello que no ha sido oficialmente hecho para ser revelado. Y tiene que considerar la cam- pante destreza de un jefe soviético que nunca pue- de permitirse la admisión de una derrota o un error y que es extraordinariamente hábil para pre- sentarlos como triunfos”.

Conviene tener en cuenta estas limitaciones o dificultades para señalar, siquiera sea someramen- te, algunos aspectos de los hechos enumerados al comienzo.

Las dificultades Ruso-Chinas

Para nadie era un misterio que cuando Khrus- chev, Mikoyan y un coro de dirigentes menores condenaban al dictador albanés Enver Hodja y su stalinismo, estaban apuntando, en realidad, a los hombres de Pekín. Albania era y sigue siendo un pretexto. Es un país demasiado pequeño, rodeado por la Yugoslavia de Tito, que odia a Hodja, y por Grecia, que tiene un gobierno anti-comunista. Los rusos no tienen así acceso directo a territorio alba- nés y, por su lado, el gobierno de este país se halla aislado, con sólo el respaldo a control remoto y cuán remoto de China. Protegido por la geogra- fía y por años de implacable dictadura que le han

587

permitido eliminar a todos sus enemigos de cual- quier color, Envcr Hodja puede darse el lujo de desafiar a Khruschev. Los técnicos rusos han de- bido abandonar el país para ser reemplazados por chinos, y la URSS, ha perdido la base para sub- marinos en el Mediterráneo que le había merecido su alianza con Albania.

Durante el Congreso, el 19 de octubre, Chou en-Lai, jefe de la delegación china, dijo un discurso en el que mencionó expresamente a Albania entre "las naciones hermanas”. Al día siguiente, Mikoyan fulminó a los comunistas albaneses. Luego, al día siguiente, cuando se preparaban nuevos ataques a Stalin, Chou en-Lai depositó aparatosamente una gran corona de flores en la tumba de Stalin, con la inscripción "A. J. V. Stalin, el gran marxista le- ninista”. Y antes de 72 horas, después de advertir que la dilucidación pública de las diferencias co- munistas sólo podía favorecer a los imperialistas, el representante chino, dando prácticamente un portazo, abandonó el Congreso y se fue a Pekín. La reunión de los "grandes” comunistas que debía seguir al Congreso, no pudo así realizarse.

Luego, el día mismo del aniversario de la revo- lución bolchevique, que se celebró en la capital china con una asamblea de segundo orden, dió oca- sión a un incidente significativo: el embajador so- viético dijo un discurso que hizo que los diplomá- ticos albaneses se retiraran y que, por otra parte, fue recibido con un glacial silencio de los asisten- tes; nadie aplaudió.

Los observadores occidentales venían siguien- do con interés las fricciones ruso-chinas que co- menzaron a manifestarse, si bien débilmente, hace unos cinco años. Pero ninguno creía, a juzgar por los comentarios aparecidos en la prensa, que una crisis tan abierta como la actual se produjera tan rápidamente.

Después de la partida de Chou en-Lai, Khrus- ehev insistió tranquilamente en que "el campo so- cialista ha mostrado una vez más la monolítica unidad de sus filas”. La verdad es que no sólo los chinos se habían marchado sino que los dele- gados de 25 países no firmaron el anatema contra Albania, prestando un respaldo por lo menos tácito a Pekín. Esto no demuestra ninguna "unidad mo- nolítica” y es un hecho completamente nuevo y lleno de consecuencias para el porvenir. No parece que en este punto el XXII Congreso se haya des- arrollado conforme al programa.

Treinta años de diferencia

El distanciamiento ruso-chino no es consecuen- cia en modo alguno de un posible sentimiento de amor y respeto de los chinos por la memoria de Stalin, tan execrada ahora en Rusia. Mao Tse Tung \ su gente nunca tuvieron razones para querer al "padrecito” Stalin, que no confiaba en ellos y su revolución campesina. Pero la guerra fría, que Stalin necesitaba para mantener y extender su dic- tadura, tendía a unir a los dos países frente al enemigo común. La guerra fría servía también al desarrollo de la política exterior de China en Asia

desde Corea al Vietnam y a la consolidación del régimen interno. Por otro lado, los chinos necesi- taban de la ayuda soviética.

Tanto frente al enemigo exterior, constituido sobre todo por los "imperialistas" norteamericanos que montaban guardia armada junto a las fronte- ras chinas, como frente a la tarea de "construc- ción del socialismo", el régimen chino se encon- traba en situación semejante a la que treinta años antes había tenido que encarar Stalin. Les era in- dispensable la más férrea dictadura, la moviliza- ción nacional contra el “cerco” capitalista y dar, lo más rápidamente posible y a cualquier costo, “el gran salto adelante”. Lo curioso es que, a pesar de las advertencias de Khruschev, cometieron con la organización de las “comunas” un error seme- jante al de Stalin con la colectivización forzosa de la agricultura. Por lo visto, nadie aprende en ca- beza ajena, y a los chinos el experimento les ha costado una hambruna gigantesca a la vez que se ha consolidado la situación que establece la dife- rencia de una generación entre China y Rusia. Esta ha salido de la categoría de país subdesarrollado y ese avance significa nuevas exigencias de su ré- gimen interno y de su política internacional. El stalinismo correspondió en gran parte a las nece- sidades de la aceleración del crecimiento económi- co, pero, obviamente, no ha podido desaparecer por completo y Khruschev tiene que considerar su fuer- za. Por lo demás, ésta deriva también de la natu- raleza misma del régimen totalitario y en ese sen- tido Khruschev se encuentra preso de una contra- dicción que a la larga puede serle y seguramen- te— le será fatal, si no en vida, póstumamente. Bien se puede aplicar al régimen soviético aquello de “plus ga change, plus c’est la méme chose”.

La execración de los stalinistas y de Stalin

Puesto que en la política como en la vida toda, individual o social no hay compartimentos estancos, todo está interrelacionado y resulta así que las consideraciones anteriores se aplican o deben tenerse en cuenta para analizar los demás hechos recientes de la política soviética.

Podría especularse acerca de lo que habría pasado si Chou en-Lai no hubiera abandonado el Congreso. ¿Se habría llevado hasta sus últimas consecuencias la execración del nombre de Stalin y la purga política del “grupo antipartidista", cuyo último acto, la vuelta de Molotov a Moscú, es pos- terior a la clausura del Congreso?

Puede creerse que sí. Parece claro de acuer- do con la lógica del régimen que la liquidación política de Molotov, Kaganovich, Bulganín y Cía estaba acordada desde antes de la iniciación del XXII Congreso y distribuidos los papeles del dra- ma o la comedia. Ya en su discurso inaugural. Khruschev se refirió, si bien con cierta discreción, a los crímenes de Stalin. Luego intervinieron Mi- koyan y el jefe de la Policía política, Shelepin (que posteriormente fue removido de su cargo), para ampliar el ataque. Finalmente, en su discurso del 27 de octubre, Khruschev abordó el asunto clara-

5SS

mente. Todo lo que la prensa "imperialista” había venido diciendo "canallescamente” durante años para combatir "la gloriosa revolución” y a su "genial abanderado, padre de los pueblos del mun- do etc., etc., mariscal José V. Stalin”, ha resultado abominablemente cierto.

El "gran Nikita Khruschev”, "infatigable cam- peón de la Paz", dijo ante los 5.000 delegados al Congreso lo mismo que desde hace treinta años venían repitiendo los "chacales del capitalismo”. No se puede negar que por lo menos en ese aspecto los rusos han terminado por alcanzar a los norte- americanos.

"Millares de personas absolutamente inocentes perecieron dijo el camarada Secretario General . Aquí, entre los delegados, hay camaradas que estu- vieron varios años en prisión. Se les "persuadió" mediante ciertos métodos de que eran espías ale- manes o británicos, y algunos lo confesaron. Aun cuando se les dijo que las acusaciones de espionaje que se les hacía habían sido desechadas, hallaron que era mejor para ellos mantener sus falsas decla- raciones, a fin de que así terminaran luego las torturas y la muerte llegase más pronto. ¡ Este es el significado del culto a la personalidad!”

Santamente horrorizado ante estas nuevas "re- velaciones”, el Congreso aprobó todas las medidas oue, uno tras otro, diversos oradores fueron pi- diendo contra los miembros del grupo antipartidis- ta, algunos de los cuales se habían mantenido obce- cadamente en su stalinismo. El mismo Stalin fué retirado del mausoleo de la Plaza Roja y su nom- bre comenzó a ser borrado del mapa de la Unión Soviética. Curiosamente, estas medidas han coin- cidido con las del mismo tipo que se están toman- do en la República Dominicana para hacer desapa- recer el nombre de Trujillo, que fuera "generalísi- mo” como Stalin.

La consolidación de Khruschev

Sobre las ruinas del culto a la personalidad y la incruenta purga de sus antiguos compañeros stalinistas, la figura de Khruschev aparece magni- ficada después del Congreso. A la vez, bajo su di- rección la Unión Soviética se mantiene como guía del socialismo mundial, a pesar del disentimiento chino. Dentro de ese cuadro hay que anotar, sin embarco, hechos nuevos e importantes.

Uno es la ya señalada ruptura ruso-china, que implica la del monolitismo comunista. Puede preverse que, sobre todo en los partidos comunis- tas de los países subdesarrollados, comenzará a desarrollarse una lucha más o menos doctrinaria y abierta entre las variantes rusa y china. Esa disputa puede llegar a ser mucho más grave que la que se produjo por la "herejía” trotzkysta. Por otro lado, en los partidos de los países desarrolla- dos, especialmente, parece apuntar una tendencia a una mayor libertad de movimientos para no te- ner que cargar con los malos efectos de los virajes o rectificaciones impuestos por las necesidades de la política rusa, tanto interna como internacional.

—Otro hecho global es el la relativa demo-

cratización del régimen soviético como consecuen- cia de las denuncias contra el terrorismo y los abusos stalinianos y el consecuente establecimien- to de un clima de mayor seguridad personal. Al cabo de 44 años de la revolución bolchevique hay generaciones de rusos que piden mayores garan- tías. Estas les pueden ser concedidas en la misma medida en que el régimen ha tenido éxito en "acon- dicionar” ciudadanos dóciles y en crear condicio- nes objetivas de mayor bienestar, junto con una razonable esperanza de mejorarlas rápidamente sin cambiar las estructuras soviéticas.

No deja de ser sintomático que Khruschev haya debutado en el Congreso pintando el paraíso en que se convertirá la Unión Soviética a la vuelta de veinte años como consecuencia de los progresos que se lograrán en el terreno de la técnica y la economía. Aunque muchas de esas promesas sean utópicas, sería necio desconocer los adelantos de la economía rusa y el mejoramiento de las condi- ciones de vida de la masa.

Pero el mantenimiento de ese ritmo exige el de las inversiones necesarias para promover el des- arrollo económico y esto no sería posible si resul- tara indispensable, por otra parte, seguir destinan- do una parte importante de los recursos al acre- centamiento de la potencia bélica del país. Por ello puede creerse que Khruschev es sincero cuando hab'a de sus deseos de coexistencia pacífica con Occidente. Esta tesis es, precisamente, la que ha impuesto a los chinos y stalinistas que desean de- jar establecida la doctrina de la inevitabilidad de la guerra con el capitalismo y, por tanto, la nece- sidad de prepararse en todo sentido para ella.

Mas en la misma medida también en que esta política de Khruschev tenga éxito, se van a produ- cir, tanto en el campo interno ruso como en el de sus relaciones con el mundo occidental, nuevas condiciones objetivas desfavorables al mantenimien- to de la dictadura totalitaria, que llevarán fatal- mente a una crisis de la política khruscheviana. Hasta ahora al menos, ésta ha consistido en man- tener una especie de equilibrio entre el stalinismo regresivo y las tendencias o aspiraciones a una rr.avor libertad y espíritu de crítica en las nuevas generaciones rusas, sin perjuicio de tomar las me- didas necesarias para mantener este espíritu bajo control.

Por su parle, Occidente y, en especial, Estados Unidos, se encuentra ante una alternativa. En al- gunos círculos norteamericanos se ha hablado ya de la posibilidad de que este país utilice su mayor riqueza y el amplio margen de excedente que ella deja, como medio de frenar la expansión económi- ca rusa. Sin grave sacrificio para su población con- sumidora, Estados Unidos puede dedicar una masa creciente, y aun una mayor proporción, de sus re- cursos a aumentar su poderío bélico. Esto obligaría a la Unión Soviética a hacer lo mismo para no dejarse distanciar. Pero como la economía rusa es más débil, la incidencia de los gastos militares se- ría más pesada y obligaría a restringir las inver- siones para el desarrollo, con las previsibles con- secuencias económicas y políticas, Entre éstas se

5S9

contaría inevitablemente un "endurecimiento” del régimen y su involución hacia el stalinismo, a la vez que una reconstitución de la unidad ruso-china frente al peligro común.

De este modo, el desarrollo de una política oc- cidental tendiente al establecimiento de una coexis- tencia más o menos pacífica o favorable, en todo caso, a la distensión internacional tendría tres efectos principales.

Favorecería las fuerzas positivas en el seno de la sociedad soviética;

Facilitaría el desarrollo de las posibles cau- sas de ruptura chino-rusa;

Liberaría los recursos necesarios a la coope- ración internacional con los países subdesarrolla- dos que, mucho más que el militar, son el grande y verdadero frente de lucha contra el comunismo.

No hay necesidad de decir que semejante polí- tica no supone en modo alguno una ingenua cre- encia en las buenas intenciones del comunismo.

La bomba de 50 megatones

El escándalo internacional desencadenado por Rusia al reiniciar los experimentos nucleares y romper la suspensión de los mismos, que había durado casi tres años, culminó con la explosión de la famosa bomba de 50 megatones en el aire de la zona ártica.

Si Khruschev se decidió a arrostrar las conse- cuencias políticas de la reiniciación de las pruebas nucleares fue, según todo lo indica, por necesida- des de orden militar. Cuando los experimentos habían sido suspendidos, en 1958, los norteamerica- nos llevaban la delantera a sus rivales y tenían en su arsenal bombas de hasta 15 megatones, tres o cuatro veces superiores a las soviéticas.

Pero los científicos rusos siguieron trabajando v llegó un momento en que necesitaron comprobar experimentalmente la potencia de las armas que habían logrado. El Kremlin debió ceder a la pre-

sión de los militares y las pruebas se iniciaron el mismo día en que las naciones "no comprometi- das” comenzaban su reunión de Belgrado (1? de septiembre). Ellas siguieron hasta que Rusia hizo estallar la bomba más poderosa fabricada por el hombre mientras los miembros del XXII Congreso aplaudían a Nikita en Moscú y la inmensa mayoría de las naciones de la tierra pedían a Rusia que desistiera de realizar dicha explosión.

Aunque la superbomba soviética sea tres veces y media más potente que las mayores de los nor- teamericanos, ella no viene a alterar el equilibrio de las fuerzas militares entre las dos grandes po- tencias. Con los artefactos ya disponibles se dispo- ne de los medios para convertir una guerra nuclear en un suicidio, de modo que la superbomba viene a ser tan efectiva como lo sería un revólver de cinco tiros para un suicida...

Las principales razones llevan a creer que se trata más de un arma política que de un instru- mento militar.

La bomba muestra a los stalinistas soviéticos, con ocasión de la crisis de Berlín y del XXII Con- greso, que Khruschev no ha dejado de lado la po- sibilidad ni renunciado a los medios de llevar a cabo una política "dura” frente a Occidente y que, llegado el caso, no tiene empacho en hacer demos- traciones dentro del mejor estilo del cínico y bi- gotudo georgiano. Y esa demostración vale también con respecto a los occidentales, aunque éstos no se hayan dejado intimidar.

Para los chinos, la bomba constituye una ad- vertencia semejante a la que significa para sus aliados stalinistas en Rusia, o sea. No nos acusen de debilidad frente al enemigo. Pero, además, se- ñala este hecho: se necesitan armas de este tipo para poder hablar fuerte en el escenario del mundo. Esto es lo que nosotros tenemos y lo que ustedes, chinos, no tienen ni tendrán en mucho tiempo. Y esta es una arma cuya potencia destructiva puede resultar apropiada para la inmensa extensión china y sus centenares de millones de habitantes. . .

CARTAS Y CONSULTAS (De la pág. 584)

merezca este nombre: "Universitas studentium et magistrorum”, es decir, DIALOGO de profesores v alumnos afanados en pos de una misma meta: "la verdad”. Afirmar, en un caso concreto, la lici- tud de la "huelga” es, necesariamente, reconocer que en ese caso concreto todo diálogo ha sido im- posible y esto por culpa ya sea de los alumnos o de las autoridades; es reconocer que el alma de la Universidad está enferma, gravemente enferma. Por eso escribíamos en nuestra Editorial: "Si todo diáloeo entre alumnos y profesores fuese absoluta v definitivamente imposible, entonces claro es- tá — no cabría otra solución que la huelga; pero csfi supondría el fin de la Universidad”. Insistien-

do más en los casos concretos Ud. opina dado lo que son nuestras Universidades que ciertas huelgas pueden justificarse y ser un legítimo y eficaz "último recurso”. Posiblemente tenga Ud. razón si atendemos a nuestras Universidades lati- noamericanas, pero esto significa admitir una tris- te y alarmante realidad; significa, en efecto, ad- mitir que nuestras Universidades más que Univer- sidades son orgullosas fachadas indignas de su nombre. Si los estudiantes logran "imponerse” a las autoridades universitarias solamente esgri- miendo el arma de la "huelga”, y si esta impo- sición es justa, quiere decir que dichas "autorida- des” fallan; quiere decir, simplemente, que la Uni- versidad anda mal, que agoniza si es que no está ya muerta.

590

Un congreso "humanista

El 17 de octubre, en monumental dis- curso y ante 4.813 delegados, inauguró Ni- kita Khruschev el XXII Congreso del Par- tido Comunista. "La política de nuestro partido declaró con entusiasmo está presidida por la gran idea del comunismo: TODO PARA EL HOMBRE. EN ARAS DEL BIEN DEL HOMBRE". ¿No es justo, por consiguiente, apellidar a este congreso de "humanista”? ¿No tenía razón Manuel Cantero Secretario Nacional del Partido Comunista chileno cuando, refiriéndose al nuevo programa que se debatiría en el XXII Congreso, hablaba de formidable documento, impregnado de amor al hom- bre, verdadero canto a la paz, al trabajo creador, a la felicidad de la humanidad"?

Pero los hechos nos obligan a reconocer que se trata de un humanismo sui generis" , más bien extraño. En el mismo idílico discurso Khruschev prometía hacer estallar una bomba de 50 millones de trinitolueno, es decir, 2.500 veces más poderosa que la bomba de Hiroshima; y cumplió su prome- sa con magnanimidad. Dos explosiones seguramente las más gigantescas en la his- toria del hombre rubricaron simbólica- mente este Congreso de fraternidad uni- versal" y en forma de cenizas de muerte"' llevaron un mensaje de paz y amor a todos los rincones del mundo. Hasta ahora era la paloma el símbolo de la paz, pero ¡os símbo- los se añejan y así Khruschev ha creado uno nuevo y más de acuerdo con los progresos de la técnica "humana” : la super bomba".

El Congreso nos ha brindado también otras lecciones no menos interesantes. Stalin

había sido ya repudiado " en 1956 pero es- ta vez el repudio fue público, y la exhibi- ción de sus crímenes divulgada por Prav- d a hizo vibrar de indignación a todo el pueblo. Si hubiese estado vivo habría teni- do cpie reconocer su traición y, confesando su colaboración con anti- comunistas e im- perialistas de todos colores, habría segura- mente pedido humilde perdón; pero la muerte le mantuvo silencioso y sus restos momificados fueron trasladados a un rin- cón oculto. El ídolo de hace apenas seis años, el intérprete infalible del marxismo, yace derrumbado, al parecer, para siempre; pero esto mismo nos plantea preguntas in- quietantes.

No dudamos de los crímenes que Khrus- chev y sus partidarios atribuyen a Stalin, Molotov, Malenkov, Kaganovich y Voroshi- lov, pero esto significa que durante años esos crímenes permanecieron silenciados e impunes, y permanecieron así debido preci- samente a la máquina comunista. ¿Osó khruschev hablar cuando Stalin era el más fuerte”? De haberlo hecho no sería hoy ciertamente primer ministro. A la fuerza dominante, encarnada en la persona de Stalin, opuso lo único que todo comunista deseoso de no morir podía oponer: aquies- cencia servil y silencio. Hoy Nikita es el "más fuerte pero, por lo mismo, ¿quién puede hablar contra él? ¿Qué seguridad po- demos tener en un sistema que durante años exalta a un hombre presentándolo como encarnación de una doctrina, como verda- dero ideal humano, y luego lo denuncia co- mo vulgar criminal? La máquina comu- nista hizo posible que muchedumbre de

* *

591

inocentes " según declara en el Congre- so Chelepin, presidente del Comité de Se- guridad del Estado fuesen “deshonrados, torturados y asesinados" ; pero la máqui- na persiste. Si los inocentes de entonces no pudieron defenderse, si en silencio o decla- r lindóse abyectos traidores fueron cayendo aplastados por el “Número Uno" del parti- do, y sin que éste perdiese su popularidad ni su prestigio de semi-dios, ¿quién garan- tiza que otros inocentes no sucumban, hoy en día y, como entonces, en silencio o can- tando la palinodia ?

En una "enteroecedora escena” nos dice la prensa recibió el anciano y arre- pentido VoroshiloD el generoso perdón de Nikita. Vero ya Stalin nos acostumbró a presenciar estos espontáneos y profundos arrepentimientos; sin querer, evocamos al demacrado y trágicamente crispado rostro del Card. Mindzenty y volvemos a oír esa voz sin vida declarándose culpable de todos los delitos que le imputaban. Stalin murió pero su estilo le sobrevive: el elocuente len- guaje de la amenaza, de la tortura física y psíquica.

“Todo para el hombre; todo en aras del bien del hombre": máxima de “profundo humanismo", como dice el camarada Manuel Cantero; pero ¿quién es, para el comunis- mo, el hombre? Durante muchos años “el hombre " fue Stalin, hoy lo es Khruschev y mañana será algún otro; pero siempre y ne- cesariamente “el hombre” será quien deten- te el poder y cuente con la fuerza.

Lleno de santa indignación denunciaba Chelepin, no hace muchos días, el caso de Yakir, uno de los héroes rusos de la guerra civil: “Caso típico de la crueldad de Stalin, de Molotov, de Kaganovicli, etc." Sobre la petición de gracia del viejo compañero de lucha escribió Stalin “cerdo” y otros insul- tos irreproducibles; Kaganovicli a ñ a d i ó "morralla humana" y Voroshilov, "basura". Eso era “el hombre” cuando no era servil partidario en la era staliniana, pero ¿y hoy en día? La frase de Fidel Castro, deno- minando “gusanos" a sus adversarios, ha tenido un gran éxito en la prensa comunis- ta; “El Siglo” disciplinado órgano del co- munismo chileno y que desde hace algunos días ha borrado de su vocabulario la pala-

bra “Stalin" la usa con deleite y profu- sión. Unos pocos ejemplos tomados de la edición del 18 de octubre servirán para darnos una idea del delicado y poético hu- manismo de nuestros compatriotas klirus- chevianos: "Los gusanos quisieron protestar ayer, y la protesta se les agusanó... Unas señoras avivaban a Cristo Rey, y los gusa- nos a Batista-Rey. . . En los jardines suele haber lombrices, y en el Prado, gusanos”.

Resumiendo: para Stalin el hombre podía ser cerdo, morralla, basura; para los humanistas partidarios de Khruschev el hombre " es un gusano. ¿Progreso? En lodo caso demasiado sutil para captarlo.

El mismo Khruschev se encarga de pre- cisarnos lo que él y el comunismo entienden por hojnbre: “De todos los valores creados por el régimen socialista, el mayor es el hombre nuevo, el activo constructor del co- munismo". Es decir, se es “hombre” en la medida que se es “activo constructor del comunismo”, y como el comunismo no es sólo una ideología sino un Estado Rusia y, en concreto, los hombres o, mejor dicho, "el" hombre que la gobiernan , tenemos que "ser hombre" significa ser adicto a Rusia y, de un modo especial a Nikita Khruschev. El resto, todos aquellos que se nieguen a obe- decer la misma y amenazadora batuta, son simplemente gusanos y, por lo mismo, des- preciables.

Esto nos aclara no pocas dudas. Aplas- tar gusanos no sólo no es crimen sino puede ser acción higiénica y loable. ¿Qué importa, por consiguiente, que el comunismo ruso, en blanca nube, lance a los cuatro horizontes cenizas de destrucción, de degeneración y de muerte? Para ellos eso significa simple- mente aplastar gusanos; por lo mismo, a raíz de la segunda bomba Khruschev se per- mitió un “chiste" que, por supuesto, fue espontáneamente " celebrado por los asis- tentes. ¿Se puede acaso jio celebrar u/ia gra- cia del “Número U710”?

Esto es “el hombre" para los jerarcas éomunistas: es un Card. Mindze7ity tortu- rado y transformado en autó/nata, es un Voroshilov contrito y balbucea7ite, es u/i StalÍ7i arra7icado de su tumba, es la “auto- crítica” hipócrita y aterrorizada, es la ma- sacre sa/igrienta sa7igre que 7nanchará pa-

592

va siempre la historia humana de una Hungría heroica, es la bomba de 50 mega- tones.

No hablamos de los comunistas en ge- neral.— es posible que en muchos lata un sincero afán de luchar contra la injusticia, de liberar al hombre de sus esclavitudes—; hablamos del “Comunismo ", del Comunis- mo encarnado en autoridades concretas y que llevan el nombre de Stalin, de Beria, de Malenkov o de Kliruschev. Es la máquina comunista” la que amenaza al hombre y al mundo; y contra esta máquina tiene el hom- bre que defenderse.

No se trata de defender primariamente “mis” intereses, “mis” propiedades, “mi" tranquilidad burguesa, “mi” confort agra- dable. Ha llegado la hora de la lucha y del sacrificio; la hora de defender al “hombre”, defender su derecho a pensar, a sentir, a vivir “humanamente” .

Un párrafo del nuevo programa apro- bado en el XXI l Congreso nos parece de sombría y quemante elocuencia: “La bur- guesía no está ya en condiciones de formu- lar ideas capaces de arrastrar a las masas. La ideología burguesa está pasando por una profunda crisis

¿ Quiere decir esto que nuestra civiliza- ción occidental, de innegable raigambre cristiana, no tiene valores capaces de orien- tar y de entusiasmar? ¿Quiere decir que esos valores que promovieron “Cruzadas” , que levantaron palpitantes catedrales de piedra, que lanzaron frágiles carabelas a le- janías ignotas, que plasmaron arte y pensa- miento, han dejado ya de existir? ¿No será más bien, que esos valores han dejado de “vivir” en una civilización que los ha trai- cionado y que no piensa sino en “dinero”, “poder político ”, prestigio social ”, con- fort", “placer”? ¿Es nuestra actual civiliza- ción occidental auténticamente cristiana?

Al comunismo oponemos como ideal la defensa de la “libertad”, pero ¿qué significa nuestra libertad? ¿Es la libertad de hacer lo que se nos antoja, de exhibir nuestro has- tío y decadencia en los balnearios de la Cote d’ Azur” , de poder ganar más dinero para trabajar menos y “gozar” más ?

Noblesse oblige”: era y será siempre el lema del auténtico caballero. No podemos

contentarnos con cacarear una libertad va- cía sino que tenemos que tomar conciencia de nuestra “misión", de nuestra “obligación” . Es esa “tarea” que somos la que constituye nuestra dignidad, la que haciéndonos res- ponsables nos hace al mismo tiempo respe- tables, la que da peso y sentido a nuestra vida. Somos “hombres” , es decir, hijos de Dios, ciudadanos del Infinito, herederos de la Eternidad. Somos esencialmente un “lla- mado" y nuestra vida ha de ser una “res- puesta": “debemos” y es este deber, previo a nuestra libertad, el que nos dignifica construir la gran catedral humana hecha de esfuerzo, de comprensión, de respeto, de abertura, de amor. Sólo una libertad al ser- vicio de una vocación tiene sentido. No basta, por consiguiente, cpie tomemos con- ciencia de nuestra libertíid; ante todo debe- mos tomar conciencia de nuestra “misión”, de nuestra responsabilidad.

Vivimos —repitiendo una frase ya ma- nida— - la hora veinticinco. No es necesaria- mente la hora de ¡a derrota; puede, por el contrario, ser la hora del despertar y del renacimiento de nuestra cultura. Pero si a los pseudo-valores del comunismo no opone- mos auténticos valores estamos perdidos; si no logramos (pie los valores “de siempre" revivan en nuestras almas la camarade- ría, la fidelidad, el respeto, la comprensión, la delicadeza, la ternura, la amistad, el es- fuerzo desinteresado, la verdad, la justicia, la belleza, la bondad, el Absoluto - quiere decir que nuestra civilización occidental, apóstata de misma y de su histórica mi- sión, va simplemente a morir sin elegan- cia y sin gloria. El cristianismo no muere pero las culturas, sí, pueden morir; si que- remos salvar la nuestra, debemos reinjertar- la en su tronco perenne; debemos hacer que Cristo deje de ser para nosotros una palabra decorativa, un paleativo o un pretexto y pase a ser lo que realmente es: luz y fuego. Frente al humanismo " comunista íjo cabe sino un humanismo: el sinceramente cristia- no. humanismo impregnado de amor y dis- puesto a “dar testimonio de la Verdad” in- cluso en el Calvario y en la Cruz, humanis- mo alegre y victorioso ya que penetrado de esperanza.

“MENSAJE”.

593

El ateísmo filosófico

por Gonzalo Scheltens, OFM.

Profesor de Teología en Vaalbeck (Bélgica).

Soluciones insuficientes del problema

Poco se lia escrito hasta el momento so- bre el problema del ateísmo. Sólo en los últimos veinte años ha aparecido alguna li- teratura sobre este tema. La explicación espontánea que se dan algunos creyentes sobre el problema ateísta peca de ingenui- dad y hasta de torpeza. Sería en realidad demasiado simplista querer reducir el ateís- mo a una de las posibilidades siguientes: o bien no son los pensadores ateos bastante inteligentes para comprender los argumen- tos teístas, o bien tienen la inteligencia su- ficiente, pero han evitado tomar conoci- miento de los razonamientos que se hacen en este sentido, o bien si lo han tomado y comprendido su exactitud, no quieren con- fesar lealmente su convicción.

En obras filosóficas encontramos a ve- ces afirmaciones incidentales que no mues- tran más cordura que las opiniones recién expuestas. Así leimos en un manual de filosofía: "La creencia en Dios es el ejerci- cio normal del pensamiento humano, cuando no está corrompido por la búsqueda del placer o por las ilusiones de la imaginación egoísta". Tales declaraciones deben conside- rarse naturalmente como expresiones des- controladas, que muestran sfi inexactitud ante cualquier examen más o menos serio.

Hay otra solución menos ingenua pe.ro todavía insuficiente. Se la encuentra no sólo en afirmaciones casuales sino también en

estudios expresos de este problema. En un artículo que trataba del ateísmo contempo- ráneo leimos la declaración siguiente: ‘‘El ateísmo práctico de los creyentes ha sido y permanece en nuestro mundo occidental una de las principales causas del ateísmo como tal l.

El ateísmo práctico crea indudablemen- te una atmósfera propicia al ateísmo teóri- co. Pero grandes filósofos no son hombres para dejarse arrastrar así no más por la opinión común, mucho menos en el caso del ateísmo, que siempre se hace ver como la negación del teísmo, como una corriente consciente de su contraposición expresa res- pecto a la creencia en Dios. Esta respuesta no soluciona nada, ya que el ateísmo prác- tico presenta un problema muy parecido, con la única diferencia de que aparece más complicado todavía.

Otra solución, igualmente insuficiente a nuestra opinión, quiere hacernos creer que los pensadores ateos siempre se forman una idea errada acerca de Dios, y que por con- siguiente atacan una representación falsa de la divinidad. El ateísmo "auténtico se- ría simplemente una ficción. Esta observa-

i A propósito del ateísmo de A. Camas, da G. Marcel una explicación análoga: “Una cosa es cierta, a mi opi- nión: lo que le impide adherirse a lo que llamaré la religión verdadera, por oposición a las idolatrías, cualesquiera que sean, son las materializaciones, ins- titucionales o no, que vienen a interceptar no sólo para él sino para infinidad de otros, la luz única y verdadera, aquella luz que ilumina a todos los hombres que vienen a este mundo." La table Ronde, Nv 160 (1960), p. 94.

594

ción nos parece acertarla, pero tampoco nos satisface como explicación del problema. Porcjue fique pudo impedir a tantos filóso- fos eminentes reconocer su error y llegar a una idea exacta sobre Dios como la que defienden tantos pensadores cristianos?

Ni siquiera tomadas en su conjunto aciertan estas explicaciones a darnos una solución satisfactoria. Ellas encierran una parte de verdad pero no tocan la base del problema, y por eso se quedan incompletas, poco matizadas, y finalmente falsas. Una enseñanza que podemos sacar de ellas es, a nuestro entender, que la última explicación del ateísmo, considerado globalmente, no se lia de buscar en el plano puramente discur- sivo. El motivo fundamental, como veremos, precede al razonamiento puro.

Fundamentos en que se apoya el ateísmo

Antes de intentar llegar al fundamento más profundo del ateísmo debemos exami- nar de cpié manera trata este movimiento de justificarse ante los ojos del mundo. Eos motivos que se aducen son naturalmente de carácter muy heterogéneo.

El ateísmo positivista del siglo XIX y de los primeros decenios del siglo XX en- contraba su fundamento en la mentalidad dentista que dominaba aquella época. Este cientismo consideraba el método científico positivo como la única fuente de conocimien- to con fundamento racional, de modo que se relegaba la religión y la metafísica al reino de la fantasía. “La noche es la madre de la religión . escribió Feuerbach. El pro- greso de la ciencia traería gradualmente la solución de todos los problemas de la vida y demostraría de esta manera la inconsisten- cia de la metafísica y de la religión 2.

C amus defendió su posición atea obser- vando que un mundo en el que se hace sufrir a la inocencia no puede ser la obra de un Dios infinitamente sabio y bueno. En su conocida novela ‘La Peste expresó re- petidas veces este pensamiento: "Rehusaré hasta la muerte amar esta creación en que

2 A pesar de que la posición positiva en general perte-

nece al pasado, signen algunos grandes científicos con- servando esa mentalidad. Un ejemplo típico nos parece el biólogo francés Rostand.

se tortura a los niños”. “Lo que yo odio es la muerte y el mal”. “Cuando la inocencia tiene los ojos perforados, un cristiano debe perder su fe o aceptar que le perforen los ojos también a él .

Se sabe que Sartre presentó una inver- sión de la prueba de Dios de S. Anselmo. 1 rato de demostrar y en esto fue seguido por Merleau-Ponty que el concepto de Dios infinito es intrínsecamente contradicto- rio. Cada conciencia es esencialmente inten- cional. dirigida a un contrario. Pues bien, lo Absoluto o lo Universal no puede tener un contrario. Luego una conciencia absolu- ta es un contrasentido.

Uno de los argumentos más importan- tes de Feuerbach contra la existencia de Dios era que un hombre que cree en Dios, no puede amar a su prójimo. Si Dios exige para todo el amor del individuo, no pue- de éste amar al prójimo sino por Dios. Ello significa que un creyente no ama a sus . se- mejantes sino sólo a Dios. Los demás hom- bres son para él sólo una ocasión para mostrar su amor a Dios 3.

Podríamos alargar todavía la lista de argumentos, pero, fuera del argumento fun- damental que luego expondremos, no nos enseñarán nada nuevo.

No es fácil determinar hasta qué punto estos argumentos constituyen para cada pen- sador en particular el verdadero motivo que lo induce a negar la existencia de Dios.

Pero si consideramos el ateísmo como un fenómeno global, no nos será difícil com-

3 Encontramos la misma idea en otros. Así escribe F. Jeanson: ‘‘Yo preferiría ser libre, es decir existir no en relación a Dios sino en relación a los que son mis hermanos porque comparten mi condición, a pesar de que su condición sea muchas veces peor que la mía. Y para no correr el riesgo de faltar a este deber de solidaridad, yo rehusaría todo otro deber, toda otra obligación, toda otra justicia y todo otro amor que no fuera el que yo me esforzaría de establecer pro- gresivamente entre y ellos, en esta vida y en esta tierra. Si la moral es posible, no sufrirá ella menos- cabo; y si Dios existe, se me antoja que tendrá razones para mostrarse satisfecho”.

En el drama “Les Justes” de C'amus encontramos el diálogo siguiente:

Kaliayev: ¿Conoces la leyenda de San Dimitrí?

Foka: No.

Kaliayev: Tenía cita con Dios en la estepa. Iba caminando con mucha prisa cuando se encontró con un paisano que tenía la carreta atascada en el lodo. Entonces San Dimitrí le ayudó. El barro era espeso, la hondonada profunda. Tuvieron que batallar durante una hora. Y cuando estuvieron listos San Dimitrí co- rrió a la cita. Pero Dios ya se había ido.

Foka: ¿Y entonces?

Kaliayev: Y- entonces hay quienes siempre llegarán tarde a la cita porque hay demasiadas carretas enfan- gadas y demasiados hermanos a quienes socorrer.

595

probar que el gran motivo del campo ateo no se encuentra en tales argumentos.

El motivo verdadero es el siguiente: se considera la existencia de Dios no sólo como uno de los obstáculos sino como el gran obs- táculo que hace imposible todo humanismo auténtico.

Para aclarar nuestro pensamiento que- remos citar aquí algunas declaraciones ca- racterísticas de filósofos ateos.

“El problema de la existencia o no exis- tencia de Dios, es para el problema de la existencia o no existencia del hombre” (Feuerbach).

"La filosofía hace suya la profesióu de fe de Prometeo: en una palabra: yo odio a todos los dioses. La filosofía opone esta di- visa a todos los dioses del cielo y de la tierra qué no reconocen la conciencia humana co- mo la divinidad suprema. Ella no admite rivales. A los lánguidos señores que se rego- cijan con el hecho de que ha desmejorado la posición social de la filosofía, da ella la respuesta que dió Prometeo a Hermes, el servidor de los dioses: jamás, tenlo por se- guro. cambiaré mi suerte miserable por tu esclavitud; más me vale estarme encadena- do a esta roca que convertirme en fiel do- méstico del Padre Zeus. En el calendario

de los filósofos es Prometeo el primero de los santos y de los mártires”. (Karl Marx).

En su conocido drama Le Diable et le bou Dieu, Sartre hace pronunciar a su pro- tagonista una triunfante parodia del Memo- rial de Pascal: “Heinrich, te voy a contar ttna barrabasada considerable: Dios no exis- te. Alégrate, llora de contento. Aleluya. . . Yo traigo la liberación. Se acabó el cielo, se acabó el infierno, no queda sino la tierra”.

Nietzsehe fue el primero que compren- dió lo que amenazaba a Europa con el des- aparecimiento de Dios, pero al mismo tiem- po saludó la “muerte de Dios” como una li- beración. “En realidad, nosotros los filóso- fos y “espíritus libres” ante la nueva de que el “viejo Dios” está muerto, nos sentimos saludados por nuevos arreboles matinales... Por fin aparece libre el horizonte. Aun su- poniendo que el cielo no esté enteramente despejado, pueden finalmente nuestras em- barcaciones hacerse a la mar y arrostrar cualquier peligro; de nuevo puede el espí- ritu lanzarse a empresas arriesgadas”.

Nietzsehe declara expresamente y con una gran variedad de imágenes que Dios, el salteador que acecha al hombre, consti- tuye el mayor obstáculo al avance de la humanidad.

El ateísmo no se limita, pues, a una ne- gación imparcial: toma también la forma de un “rechazo”. Si Dios es el gran obstácu- lo para la humanidad, ésta debe volverse en primer lugar contra El y tratar de elimi- narlo de su camino. Así se comprende que G. Maree! haya caracterizado el espíritu del ateísmo con las palabras siguientes: “No quiero que Dios exista, porque no puede existir sin limitarme, sin negarme” 4.

Reflexión sobre esfos fundamentos

No sería leal de nuestra parte reducir todos los otros motivos que aduce el ateísmo a un solo motivo fundamental sin más. Y sin embargo, se nos ocurre que argumentos que han recibido una refutación convincente a

4 Cfr. la sentencia de J. Laeroix: “El ateísmo contem- poráneo aparece como un inmenso esfuerzo del hombre por liberar al hombre, como una extraordinaria tenta- tiva de recuperación del hombre por el hombre". Es- prit, 22 (1054), p. 176.

través de toda la historia de la filosofía no volverían a aparecer incesantemente en boca de estos pensadores si no existiera un móvil oculto que les diera cada vez nueva fuerza persuasiva.

Pero dejemos esto fuera de considera- ción. Sería demasiado temerario someter los juicios de estos filósofos a una especie de examen psicoanalítico.

Sigamos reflexionando más bien sobre el motivo central que sostiene al ateísmo, considerado gdobalmente.

Uua primera consideración que debe- mos hacer a este respecto es la siguiente: cada ateísmo que proviene del motivo fun- damental ya citado deforma primeramente el concepto cristiano de Dios, para luego atacar esa idea ficticia sobre la divinidad. En efecto, apenas se empieza a hablar de Dios como de un opositor, un rival, un ene- migo del hombre, ya no se habla del Dios trascendente como nosotros lo entendemos. Desde el momento que se ataca a Dios, se ataca a algo que no es Dios. No es posible contraponer a Dios y al hombre, como a dos seres finitos. Sólo se puede hacer resaltar el contraste entre la infinidad de Dios y la enorme fragilidad del. hombre. No se puede hablar de un límite propiamente dicho entre Dios y el hombre, como si el hombre tuviera en el conjunto de la realidad un territorio particular al que no pudiera entrar Dios. El hombre no tiene vida privada a los ojos de Dios. Si se representa a Dios como el rival del hombre se quita a Dios su trascen- dencia y se lo rebaja a un plan puramente humano: en esta perspectiva no puede rea- lizar el hombre lo que ya ha sido hecho por Dios, y lo que se atribuye a Dios se sustrae al hombre. Un ateísmo que se oponga a se- mejante idea de Dios es, a fin de cuentas, ficticio. Pero, como ya hemos visto, difícil- mente podemos ir a buscar la última expli- cación del motivó -fundamental del ateísmo en esta representación errada de Dios. En verdad, deberíamos entonces indicar de dónde proviene esa falsa idea. ¿Se vuelve el ateísmo contra Dios porque parte de Tin con- cepto erróneo de la divinidad, o sucede jus- tamente lo contrario?

Cuando Nietzsche, por ejemplo, descu- bre con estupor el “gran acontecimiento” de

la ausencia de Dios y lo saluda al mismo tiempo como una liberación, ¿no se debe ello a que en lo más íntimo de su ser había deseado esa mañana anunciadora del des- aparecimiento divino? Cuando el hombre de hecho opone resistencia a Dios, ¿no es que tiene en su interior una resistencia “a prio- ri” que le impide reconocer a Dios?

Heidegger caracterizó la existencia hu- mana con la palabra “inquietud”: el hom- bre es el ser que existe por existir: su mi- sión vital más fundamental es “definir” su propia existencia. Es por eso natural que la voluntad más profunda del hombre vaya encaminada a “quererse a mismo Este querer hace posible y precede cualquier otro querer del hombre.

Pero no confundamos esta facultad con una especie de egocentrismo. Es una volun- tad que sostiene tanto una dedicación desin- teresada como un brutal egoísmo, dos reali- zaciones totalmente diferentes de una mis- ma tendencia fundamental.

¿Qué significa este amor propio esen- cial a nuestra existencia? ¿Cuál es el objeto de este querer? Si lo expresamos positiva- mente. es la identidad total o la coincidencia con mismo: negativamente, es la ausencia de toda alienación.

La vida del hombre es un empeño ince- sante por alcanzar la realización plena de sus proyectos: es un adelantarse a mismo y un tratar de alcanzarse a mismo para estar en de la manera más completa posi- ble. ¿De qué modo va a realizar el hombre esta existencia en mismo?

Lo ha probado siguiendo dos caminos radicalmente opuestos. Este es el punto en míe se separan la fe en Dios y la negación de Su existencia. El hombre puede buscar su felicidad en este mundo confiando en sus propias fuerzas, y puede esperar una felici- dad eterna de Jas manos de Dios reconocien- do la insuficiencia de sus propios medios. En el primer caso trata de realizar el bienes- tar humano dentro de los límites de esta vida no tanto por medio de sus fuerzas in- dividuales sino más bien en colaboración con toda la humanidad. Proclama en cierta manera una parusía terrestre que va a po- ner fin a toda alienación del hombre, o pre- coniza la renuncia a toda esperanza de una

satisfacción plena y definitiva de las aspi- raciones humanas y declara fundamental- mente absurdas la vida y la existencia hu- manas. Una forma típica de esta posición vital es evidentemente el marxismo. En el segundo caso el hombre se reconoce total- mente dependiente de Dios por lo que se refiere tanto a su existencia como a la rea- lización plena de su vida. Comprende que es imposible alcanzar una felicidad comple- ta en este mundo temporal y que sus aspi- raciones más profundas sólo podrán recibir una satisfacción definitiva y perfecta en la unión eterna con Dios.

El primer camino lo llamaríamos el ca- mino de la realización propia; el segundo, el camino de la gracia 5. Experimentamos ambas posibilidades como dos términos que exigen del hombre una decisión fundamen- ta]. El camino de la fe supone por eso cier- ta experiencia del camino de la increduli- dad. La persona que se ve confrontada con una encrucijada de caminos tiene la facul- tad de elegir entre dos direcciones diferen- tes; si escoge un camino lo hará abandonan- do deliberadamente el otro.

I.a misma situación se realiza en el pro- blema que nos ocupa. El camino de la gra- cia. en efecto, sólo es posible si va acompa- ñado de una ‘"renuncia” al camino de la realización propia, pero una renuncia que nos acarrea la felicidad: “si la semilla no muere...”. La elección del camino define nuestra posición respecto a Dios. I.as ansias de realización propia tropezarán con Dios como con un enemigo; la esperanza de la gracia suspirará por Dies como por el sal- vador.

Eu su profundo trabajo Existencia en la Fe' nos muestra Guardini cómo el hecho de seguir el camino de la gracia obliga al hombre a efectuar una renuncia. A propó- sito del misterio de la creación hace resaltar que nuestra calidad de criaturas nos hace estar en una relación personal con Dios. Faro hay algo en nosotros que se opone al reconocimiento de nuestra dependencia. Por la importancia de este pensamiento citamos este pasaje en toda su extensión:

“Ahora siento cómo este misterio admi- rable se concentra en mi persona. La palabra

5 Naturalmente no se usa aquí la palabra “gracia” en

su significado teológico.

“hágase” se refiere a mí. La omnipotencia absoluta y libre de Dios se dirige a mí. Yo no existía: El quiso que yo comenzara a ser. y fui. It ahora existo por El. El foco lumino- so de Su mirada está dirigido hacia mí, la fuente de energía de Su voluntad es guiada hacia mí: yo existo desde El. ¿Es éste el fundamento más profundo? ¿Me causa al- guna impresión el saberlo? ¿Me fecunda este pensamiento y despierta en una vida fundada en la verdad de la fe? ¿Me alegro de ello? Tal vez no me importa. Es muy posible que todo esto me deje frío y hasta me cause desazón y disgusto. Debo pregun- tarme, pues, con toda franqueza: ¿quiero ser creado por Dios? ¿Quiero recibir mi existen- cia de la acción creadora de Dios? I.a res- puesta no es segura. Hay algo en el hombre que lo quiere, y algo que no lo quiere. En el hombre es activa la voluntad de cimentarse en su propia realidad, de vivir de un origen propio, de actuar por mismo con una in- teligencia y una voluntad propias. Ya que su propio ser es demasiado insignificante, lo rellena con las cosas que lo rodean, y busca la manera de existir en conexión con toda la naturaleza. Se siente seguro cuando se sabe animado de la misma fuerza de la plan- ta y del animal. Toma el mundo como base y dice: ésto basta. ¿No es así? Todo el mun- do está lleno de este deseo. . . El hombre está tan decidido a existir por mismo, por la naturaleza o por el mundo, que para ello es capaz de sacrificarlo todo. Entonces dice: estoy dispuesto a ser esclavo; estoy dispues- to a que me dicten lo que tengo que hacer, decir y querer; estoy dispuesto a que con- trolen mi convicción y me exijan satisfac- ción por cada pensamiento inconveniente: estoy dispuesto a todo a condición de que no tenga que recibir mi ser de las manos de Dios. ¿Comprendes el verdadero sentido de esta actitud?”

Este texto de Guardini nos conduce a esa encrucijada que experimentamos en lo más profundo de nuestra existencia. Sus pa- labras demuestran con claridad que el reco- nocimiento de la propia dependencia respec- to a Dios incluye un abandono voluntario del “Wille zur Macht”, o de las ansias de poder que caracterizan el camino de la rea- lización propia.

El camino de la gracia es el camino de la pobreza y de la humildad. El que lo si- gue depone toda pretensión de alcanzar la meta por fuerzas propias, se sabe entera- mente dependiente de Dios y por consi- guiente no considera nada como su propie- dad. Comprende que no sólo su existencia sino además la coronación de su existencia es una obra de Dios. Este es también el ca- mino de la esperanza y de la confianza, por- que la salvación definitiva no se alcanza en esta vida sino después de la aparente des- trucción total de la muerte.

El camino de la realización propia es el camino de la inmediatez y del orgullo meta- físico, por el cual el hombre, con un rechazo de toda ayuda suprahumana, trata de en- contrar su destino final en este mundo. El hombre no necesita ayuda: prefiere privarse de lo que no puede alcanzar por fuerzas propias antes que aceptarlo como una gra- cia. Si hablamos aquí de orgullo metafísico no queremos significar que todos los pensa- dores ateos tengan un carácter altanero, o que por un sentimiento de superioridad des- precien a sus semejantes. “Un ateo también comprende el sentido de la humildad”, es- cribió Francis Jeanson. No se trata tanto de un orgullo individual sino de una voluntad de realización propia que llega a atribuir al hombre una especie de autonomía divina.

¿Fundamento irracional de la creencia y de la increencia?

En el párrafo anterior hicimos ver que teísmo y ateísmo provienen de una misma voluntad esencial del hombre, que bifurca en dos direcciones divergentes: el camino del orgullo y el camino de la gracia. Pero, ¿no hemos excluido así toda intervención del in- telecto en esta decisión tan importante? ¿No hemos buscado la explicación de esta bifur- cación en el terreno de los “estados psicoló- gicos”? ¿Depende la fe en Dios o su nega- ción de una actitud vital prefilosófica que no se justifica por ningún motivo racional?

Ello no se desprende de nuestra argu- mentación. Sostenemos que la creencia en Dios presupone una actitud fundamental de humilde recepción, pero no es nuestra in-

tención afirmar que ella sea irracional y que no pueda defenderse ante el tribunal de la razón. Esa disposición fundamental para aceptar la existencia de las manos de Dios, nos abre, por lo demás, las puertas a las pruebas de la existencia de Dios, a los fundamentos puramente racionales de nues- tra fe. El empecinamiento en una autonomía que se basta a misma lleva al hombre a caminos errados y enceguece su espíritu. La actitud moral, por consiguiente, no excluye una base racional para nuestra fe sino que la hace posible 6.

Pero si dos sistemas contradictorios no pueden apoyarse al mismo tiempo en la verdad, ¿no debemos concluir que el ateísmo es filosóficamente injustificable?

¡Así es en realidad! Y aquí caemos nue- vamente en la antigua pregunta: ¿cómo es posible que hombres talentosos tomen posi- ción contra los dictámenes de la sana razón? Y esto nos hace preguntarnos: ¿hemos dado una explicación del ateísmo? Después de todo debemos decir que el ateísmo es una ofuscación, una ofuscación cuyo origen cree- mos encontrar en la voluntad de realización propia, que a su vez encuentra un aliciente en la índole de las pruebas de la existencia de Dios. Esto último necesita alguna expli- cación.

La prueba de la existencia de Dios es una prueba muy especial, única en su géne- ro, tan única como Dios mismo. Se la puede llamar una prueba de causalidad, con tal de no olvidar que se trata de probar una rela- ción de causalidad única. Necesariamente debe partir, a nuestra opinión, de la consi- deración de los aspectos transcendentales de los seres, que nos muestran su carácter ab- soluto: de los seres como portadores de ver- dad. bondad y belleza.

(Pasa a la pág. 634)

6 Este pensamiento concuerda con lo afirmado por Jac- ques Leclercq en su artículo “Preuve de Dieu et cons- cience de Dieu” (Lumiére et Vie, N? 14 (1954), p. 138): 'Prácticamente, existencialmente se diría hoy día, la prueba de la existencia de Dios es una evidencia res- plandeciente o una profunda obscuridad según las dis- posiciones morales del individuo”.

Lo que hace también inteligibles las afirmaciones de y- Marcel en sus “Méditatíons sur l'idée de preuve . . existence de Dieu”: “Así llegamos a la paradoja

siguiente: la prueba de Dios sólo sería eficaz de una manera general allí^donde en rigor se podría prescindir d.e ella, y aparecerá como un juego verbal o una peti- ción de principio a las personas a quienes está desti- nada y a quienes se debe convencer”.

599

* * *

Reforma agraria italiana: los nuevos empresarios

por Vincenzo D' APOTE.

Inspector del Ministerio de Agricultura y Bosques de Italia, Coordinador de Obras Públicas en las Areas de Reforma Agraria.

Lita vez constituidas las nuevas parce- las *. es necesario proceder a su organiza- ción y conservación, para que lleguen a ser verdaderas explotaciones campesinas. Es es- la la parte más delicada de una reforma agraria. 1 ¡ene como objetivo inmediato la transformación del obrero no calificado en empresario, y. como fin ulterior, el progre- so económico y social de las futuras gene- raciones, destinadas a consolidar y desarro- llar los efectos de la acción iniciada.

Se realiza por medio de:

A. Asistencia económico-financiera para abastecimiento de medios de produc- ción.

B. Asistencia técnica y formación profe-

sional de los asignatarios.

Asistencia social.

A.— La asistencia económico-financiera

Se efectúa en diversas formas, por me- dio de créditos, ya sea en dinero, ya sea en bienes y en servicios. El Estado, por razo- nes obvias, no ha querido dar a título gra- tuito a los asignatarios los capitales nece-

* Ver “Mensaje”, aposto de 1961, páp. 350. donde pobli- camos otro artículo de Yicenzo D A POTE, cuyo com- plemento natural es el presente.

sarios para inventario y explotación, pero lia concedido anticipos crediticios a reem- bolsar con la producción obtenida.

Por esto, la devolución de los capitales anticipados ha sido proporcionada al des- arrollo económico de tas nuevas propieda- des, con cuotas que aumentan con el tiem- po. paralelamente al aumento de la produc- ción, según el concepto de “tolerancia”.

El primero y fundamental crédito está representado por el capital inmobiliario agrario (terreno y capitales invertidos per- manentemente). De acuerdo con la ley, el asignatario debe restituir dentro de los 30 años y con un interés del 3,5% anual, no el importe total sino una suma correspondien- te al 41% del costo de las obras de transfor- mación y al 67% del precio de expropiación del terreno, lo que constituye un promedio del 54% del capital inmobiliario.

Para la aplicación de las cuotas de “to- lerancia”, el asignatario paga durante los primeros años un mínimo medio del 35 al 40%. o sea una suma no mayor que el canon de arriendo corriente del predio antes de la transformación.

Otras formas de asistencia crediticia

son:

Io El pago de las jornadas de trabajo efectuadas por los asignatarios durante el período inicial en las obras de mejora. Es- to se hizo porque dichas obras tienen carác- ter extraordinario, por lo tanto se pagan

aparte, y también porque los asignatarios necesitaban medios diarios de sustento des- de el primer momento de la radicación.

2o La concesión de subsidios y garan- tías (fideiussione) para las actividades de las cooperativas.

3o El anticipo de los capitales necesa- rios para el funcionamiento anual de la em- presa, que fue hecho en un primer tiempo directamente por los Organismos de Refor- ma, y posteriormente, por el crédito banca- rio normal bajo oportuna garantía de los Organismos que ayudaron a los asignata- rios en el pago de los intereses.

Con tal sistema se acostumbró a los asignatarios a pensar y a actuar como em- presarios, y los Organismos no les servían de garantes si no habían cumplido las obli- gaciones anteriores.

4o El anticipo concedido por los Or- ganismos líasta el 31 de diciembre de 1958 se compuso de:

55.806 cabezas de ganado vacuno

29.332 caballar

15.534 porcino

43.746 lanar, y, ade-

más, anima- les de corral.

Se concedieron 1.540 tractores; 53.783 máquinas de labranza; 10.400 medios de transporte campesino y 12.598 unidades de maquinarias y herramientas varias.

También se facilitaron como capital an- ticipado 2.499.000 qq. de abonos, 902.000 qq. de semillas seleccionadas y 889.000 qq. de mercaderías varias (desinfectantes, insecti- cidas. alimentos, forrajes, paja, etc.).

I

fí. La asistencia técnica ij

formación profesional

(

Se ha concebido bajo todas las formas necesarias para la transformación agraria de zonas de latifundio, teniendo como pro- tagonista de la reforma una clase humana de bajo nivel cultural y profesional. La ayuda se extendió desde la asistencia téc- nica general e individual hasta la institu- ción de fincas piloto, campos experimenta- les, y al desarrollo de cursos de enseñanza

laboral; de congresos técnicos; de concursos de productividad, de actividades especiales, de carácter cooperativo, etc.

A fines de 1958 había un técnico agró- nomo por cada 93 parcelas. Los organismos de reforma han desarrollado, para la cali- ficación de los asignatarios, 3.423 cursos profesionales para adultos, en los que par- ticiparon 114.335 asignatarios. Aún más, los Organismos han participado activa y finan-

cieramente en la creación de más de 15 Ins- titutos profesionales agrarios especiales, y de más de 100 escuelas de calificación.

C. La asistencia social

Para todo desarrollo económico-social y por lo tanto para cada obra de colonización, es indispensable una asistencia de esta cla- se.

Desde el punto de vista más humanita- rio y en consideración a las exigencias fun- damentales de no dividir el progreso téc- nico del humano, se ha desarrollado una gran actividad para la instrucción prima- ria, la educación cívica, la asistencia reli- giosa. la sanitaria, etc.

En efecto, no es suficiente desarrollar

601

una capacitación profesional sólo y exclu- sivamente en el sector agrícola, ni deben ser descuidadas otras actividades margina- les o colaterales a la agricultura, a las cua- les tienen derecho, en primer lngar. las ge- neraciones jóvenes de las familias asigna- tarias.

C on tal fin se han efectuado cursos de economía doméstica, de formación social, de educación popular, de artesanado y tam- bién de preparación para los emigrantes al interior del país y al extranjero. Tal acti- vidad ha sido concretáda en casi 4.000 cur- sos, en los cuales participaron cerca de 100.000 alumnos.

Tal obra de adelanto, en definitiva, tie- ne una ventaja inmediata y directa para el desarrollo de las zonas y para las familias asignatarias, porque otorga a sus miembros la posibilidad de procurarse rentas extra- agrícolas. y evita que el desarrollo natural demográfico cree excesos de población agrí- cola.

No obstante el anhelo de evolución, las poblaciones rurales y especialmente las más atrasadas, son lentas para abandonar sus costumbres tradicionales.

Cualquier innovación brusca es perju- dicial. Se ha debido, por tanto, preparar tales innovaciones impulsando la evolución de la vida familiar de la población.

Por ello, la acción social ha sido para- lela al aumento de las rentas, y en todo ca- so ha debido tener presente el estado de ánimo, la mentalidad y costumbres y, en conjunto, todo el modo de vida de las po- blaciones.

El trabajo cooperativo

El trabajo cooperativo y su introduc- ción en las colonias es una labor difícil que se ha desarrollado especialmente durante los últimos 5 años. No es fácil crear el sen- tido cooperativista entre personas de bajo nivel cultural y profesional, que tienen sen- timientos de desconfianza.

Generalmente esta gente ha oído hablar de experiencias anteriores, casi siempre ne- gativas. La formación de un sistema de cooperativas está, por esto, estrictamente li- gada al éxito de todas las otras interven-

ciones en el sector económico, social y espe- cialmente educativo.

No obstante ésto, los organismos de re- forma han creado un vasto movimiento cooperativista que se organiza con coope- rativas de base o de servicios (por áreas ho- mogéneas de colonización) y cooperativas especializadas (por áreas productivas).

Las primeras se ocupan principalmen- te:

Io Del abastecimiento de medios téc- nicos y financieros y del uso de servicios, (como por ejemplo, la utilización en común de medios mecánicos, etc.).

2o De la organización de servicios pa- ra el incremento de los cultivos intensivos (particularmente los hortifrutícolas) y la crianza pecuaria de alto rendimiento (me- diante la creación de Sociedades Mutuas de Ganado).

3o De la colocación de los productos en los mercados, según las oportunidades económicas.

4o De la creación de las condiciones básicas para una industrialización de la agricultura y para el desarrollo de las acti- vidades extra-agrícolas.

La tarea más inmediata de estas Coope- rativas es proteger a las pequeñas propie- dades recién formadas de las especulaciones comerciales y crediticias.

La principal labor de las Cooperativas especializadas es la creación y gestión de plantas para la valorización (conservación y transformación) de los productos del sue- lo.

Las cooperativas se agrupan en Con- sorcios, los que pueden tener también ta- reas especiales, como por ejemplo, la pro- ducción de semillas seleccionadas y alimen- tos.

Su importancia

Al 31 de diciembre de 1958 habían sido constituidas 642 Cooperativas de Servicio; 168 Sociedades Mutuas de Ganado. 49 Coo- perativas Especializadas, y 9 Consorcios con 340 cooperativas.

También los Organismos de Reforma participan en las cooperativas en calidad de socios, o sea. suscriben cierto número de acciones.

El movimiento de cooperativismo es muy importante pero, a menudo y dado el afán de crear cooperativas, algunas de ellas lian sido constituidas en forma prematura con una vida económica precaria: por lo que ha sido necesario que éstas fueran even- tualmente reformadas de acuerdo con cri- terios de eficiencia económica, hasta asumir formas de responsabilidad autónoma.

En efecto, ocurre que en un mercado normal algunos servicios técnicos (por ej.. los de los medios mecánicos) y algunos pro- ductos (abonos, etc.) son ofrecidos por la libre competencia a un precio menor que el de las cooperativas.

Plantas en

en 1958

Elaboradoras de vinos 18

Elaboradoras de aceite 12

Fábricas de quesos 5

Plantas de leche 6

Fábricas elaboradoras de tabaco 4

Fábrica de conservas 2

Molinos 2

Secadoras de arroz 2

Plantas de elaboración de azúcar de betarraga

Está en estudio la creación de p'antas para cosechar, preparar y elaborar los pro- ductos hortifruíícolas, para su posterior comercialización normalizada.

Los resultados obtenidos en el plano na- cional e internacional con la venta de pro- ductos de esas plantas a través de la Orga- nización Cooperativa Colateral, son verda- deramente buenos y estimulantes para la organización de otras similares.

Actualmente tales cooperativas están abiertas también a los productores ajenos a la reforma, que tienen un predio en el ra- dio económico de las cooperativas. Esto contribuye a la homogeneidad de produc- ción y comercialización de los productos agrícolas de la zona y elimina además cierta envidia de los pequeños empresarios aníe-

Es indudable, que la libre competencia se ha reforzado (o, algunas veces, creado) en determinadas zonas, debido a la quiebra, por la reforma, de las viejas estructuras económico-sociales de tipo latifundista.

En los sectores más especializados de la comercialización y de la valorización de los productos del suelo, la acción coopera- tiva da un indudable resultado positivo. Un ''•uarto de la producción bruta vendible de las zonas de reforma (por un valor equiva- lente a 290 millones de dólares) ha sido comercializada por las Cooperativas.

La importancia de la acción cooperati- va en el sector de las industrias agrarias es visible en el cuadro que sigue, en el que cada planta representa una cooperativa es- pecializada.

función en construcción

en 1959

20 32

14 18

11 21

6

6 2

2 7

2 2

1

riores a la Reforma, respecto a los benefi- ciados por ésta.

Costo de la 'Reforma

El costo de la reforma es de casi 636 billones de liras (poco más de 1.000 millo- nes de dólares USA) con un promedio de 782 mil liras italianas (dlls. USA 1.250) por hectárea, con máximos de inversiones has- ta de 1.500.000 liras (dlls. USA 2.300) por hectárea en Campania o en el Metapontino (donde las parcelas son pequeñas, pero con un elevadísimo rédito, porque son muy in- tensamente cultivadas): con 1.100.000 liras por hectárea en el Crotonesos o en Sila (donde las obras públicas han tenido valo-

603

res más elevados) y con un mínimo de 400.000 liras (dlls. USA 660) para las “cuo- tas" de tierras, donde se invierte un míni- mo de capital inmobiliario. La incidencia

Categorías T ransformación

Colonización (Obras de utilidad pública y social)

Actividades asistenciales y cooperativas

Industrialización agraria

Se discute mucho si la reforma agra- ria implica o no costos elevados. Un aná- lisis de la composición del costo de algu- nas inversiones específicas parecidas de- muestra que. por lo que se refiere a la trans- formación. la cifra de la reforma es más o menos la misma que la que habrían gasta- do los particulares en zonas similares para dar a la tierra igual capacidad de incre- mento productivo. Sin embargo, el particu- lar colabora sólo en un 8-13% en los gastos de obras de utilidad pública y de acción social: gastos que por el contrario están in- cluidos íntegramente en el financiamiento de la reforma.

Por lo demás, si se habla de costo de la reforma agraria hay que tener presente todas las finalidades que dicha reforma tie- ne. La reforma libera al Gobierno de acti- vidades socio-asistenciales, que habría te- nido que afrontar con otros ítems del pre- supuesto nacional: por ejemplo, el proble- ma de viviendas rurales antihigiénicas, el de escuelas, el de valorización turística, de instalación de servicios de agua y luz etc.

i

J

Tiempo calculado para la Reforma

El plan primitivo del Gobierno italiano preveía para la ejecución de la reforma unos 10 años. Sin embargo, la labor por realizar ha resultado mayor, especialmente en vista del estado de atraso socio-económi- co de las zonas, estado que se comprueba comparando las inversiones necesarias en obras de transformación y colonización y las de bienes de producción.

media por hectárea (sobre la superficie to- tal de 800.000 Hás.) del costo de las obras de la Reforma, por categoría, es la siguien- te, en liras italianas:

Incidencia por hectáreas 625.000

121.500

12.500

22.500 781.250

Por esto, las distintas leyes preven un financiamiento para 13 años que terminan en 1963. año en el cual la reforma tendría que estar realizada.

En esa fecha las nuevas unidades agríco- las tendrían que haber alcanzado completa autonomía económica y haberse integrado a la normalidad de los demás predios agrí- colas para los cuales el gobierno italiano está propugnando este año, en su “Plan Verde”, una política que se propone adap- tar la agricultura a las exigencias nuevas del país y del Mercado Común Europeo: éste, a su vez, provocará amplios cambios estructurales en la agricultura de los de- más países asociados.

Las inversiones máximas para la re- forma ce han realizado durante el período 1955-1956. En 1958 se estimó necesario re- ducirlas drásticamente para forzar a los asignatarios a adquirir más rápidamente una mentalidad de empresario. No se pos- tergó. sin embargo, a las necesarias obras de transformación, ya que para obtener un mayor beneficio económico de los capita- les invertidos en obras públicas, es necesa- rio ejecutar la última fase de las obras de transformación en el momento oportuno y propulsar al máximo la educación profe- sional: factores, ambos, que inciden direc- tamente en los aumentos del valor de la producción.

Resultados de la Reforma

Hoy día. habiendo realizado la refor- ma sólo del 80 al 90% de lo planificado, no

604

han podido todavía estudiarse con calma los frutos de las obras ejecutadas y sería prematuro analizar resultados incompletos o parciales. Por otra parte, muchas de las obras de la Reforma no han dado todavía todo su fruto, y la reforma agraria es sólo una de las muchas intervenciones que el Gobierno ha realizado para lograr la evo- lución económico-social de regiones ente- ras. evolución en la que han influido, sin embargo, diversos factores nacionales e in- ternacionales.

La FAO. en colaboración con el Minis- terio de Agricultura y el Instituto Nacio- nal de Economía Agraria, ha empezado va- rios estudios sobre los efectos más directos, aunque parciales, de la labor de reforma.

La reforma originó de inmediato una rápida transformación de los terrenos de pastoreo en terrenos de siembra y frutales escogidos, y de los suelos sin plantaciones arbóreas en terrenos de siembra con plan- taciones frutales. Con esto se eliminaron.

prácticamente, las superficies destinadas al pastoreo: se duplicó la superficie fie fruta- les. y se triplicó la de los terrenos arables con plantaciones de frutales.

En los primeros dos años de la reforma fue necesario dedicar gran parte de los anti- guos pastizales, de Jos campos arables y de los anteriores barbechos, al cultivo de ce- reales. va que el campesino vivía todavía lejos de los campos y necesitaba ingresos inmediatos.

Simultáneamente con el avance de la radicación de las familias asignatarias en sus parcelas, se fueron sustituyendo suce- sivamente los cereales por frutales \ culti- vos intensivos.

Paralelamente a la radicación de los asignatarios y al aumento de la producción forrajera, se impulsó el desarrollo de la in- dustria pecuaria, tanto cuantitativa como cualitativamente, a través de la sustitución de razas antiguas por razas seleccionadas.

A limero de cabezas de ganado en los predios de reforma

Año

Vacuno

(aballar

Porcino

Ovejuno

1955

49.484

19.535

30.123

71.046

1959

1 10.473

53.328

64.374

125.552

La producción bruta vendible de los terrenos asignados, pasó de un promedio general de 71.000 liras por hectárea en el año 195? a 115.000 liras en el año 1958. E! incremento de este valor medio continua como consecuencia del aumento de la su- perficie bajo riego y de que los árboles es- tán sólo empezando a producir.

El aumento de la producción bruta vendible en los predios de la reforma, es notablemente superior al del 7°/o anual, lo- grado durante el mismo período en el resto de 1? agricultura italiana.

Dicho mejoramiento en la producción

es sintomático de los resultados económicos ele la reforma, incluso si esconden en sus valores medios las fluctuaciones debidas a las variaciones anuales de las rentas imita- rías y a las pequeñas fluctuaciones de pre- cios. Es importante notar que la moneda italiana se ha fortalecido cada vez más, hasta el punto de ser considerada hoy día como una de las más estables.

También es una prueba manifiesta de la intensificación de la agricultura en los predios de la reforma la composición de la producción bruta vendible, como lo demues- tra la tabla de porcenta jes siguiente:

Año Productos agrícolas Productos frutales Productos pecuarios

6.4 12,6

10.6 22,8

1935-34 81.1

1957-58 66.6

605

La absorción de la mano de obra agrí- cola aumentó a consecuencia de la intensi- ficación de la misma agricultura, o por su empleo en actividades terciarias de obras públicas y de mejoras. En estas actividades terciarias se invirtieron 460.000.000 días de trabajo en el período 1951-1958, y en ellos participaron no sólo las familias asignata- rias, sino toda la población de las zonas.

En cuanto a las actividades agrícolas se calcula actualmente un empleo medio de 0.31 unidades de trabajo por hectárea en los predios de reforma, contra un empleo de 0.10 unidades medio en los demás predios. Teniendo en cuenta que parte de las fami- lias asignatarias puede sufrir un sub-empleo (un 0.10) queda todavía un empleo efectivo de 0.20 unidades por hectárea, o sea, que la reforma hasta hoy por lo menos ha dupli- cado el empleo de mano de obra.

Perspectivas futuras

Las perspectivas para el período de acción directa de la reforma con respecto a la situación anterior a la misma, son las siguientes:

A. La producción bruta vendible po- drá tener aumentos variables de hasta 0.3% en el Fucino, a 700 a 800% en Cerdeña y Sicilia, y a 200 a 300% en las demás zonas.

B. El empleo de mano de obra por hectárea será duplicado en algunas partes de Puglia y en el Delta Padano. triplicado en Maremma, Calabria, Campania, Flumen- dosa y algunas zonas de Puglia. y quintu- plicado en Cerdeña. Se mantendrá igual en el Fucino, o trasladando familias a otras zo- nas, o proporcionándoles otras actividades.

C. En unas pocas zonas, sin embargo, la dimensión de las parcelas asignadas no superó el mínimo fijado porque los preten- dientes a la tierra eran demasiado numero- sos y no fue posible hacer entre ellos una ulterior discriminación. En estas zonas el aumento de producción podría resultar no suficiente para adecuar los ingresos al au- mento natural de las familias. Especial- mente en ellas, el excedente de la pobla- ción agrícola, conforme a la corriente de la agricultura italiana, encuentra trabajo en los otros sectores de la actividad produc- tiva, gracias también a la preparación otor- gada a las generaciones jóvenes por la re- forma agraria, que fue concebida como evo- lutiva.

D. Por último (y lo más importante), hay resultados de orden social y psicológi- co que no han sido valorados todavía nu- méricamente, siendo sin embargo de enor- me importancia, especialmente sobre las nuevas generaciones. Son los resultados que traen una distribución más equitativa de las rentas, el sentido de la independencia y de la seguridad de trabajo, el sentido de una nueva dignidad humana. Son la conse- cuencia de la educación completa (y no só- lo la escolar y profesional) de toda la fa- milia a la cual se le asegura así la verda- dera elevación social.

Los resultados en este campo están en continua evolución como consecuencia del fuerte cambio estructural producido, y son muchos los factores que han operado con- juntamente a tal fin. Sin embargo, la Re- forma puede ser justamente considerada como uno de los factores más importantes, sino el fundamental.

606

Isla de Pascua: interpretación arqueológica

por Gonzalo Fl GÜERO A, G. H.

Investigador del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad ele Chile.

Situada a 2.000 millas del continente americano y a 1.200 de la más cercana isla polinesia habitada, la Isla de Pascua es uno de los lugares más remotos del planeta. Su extensión es de sólo 117 kilómetros cua- drados y por consiguiente su población de- bió ser siempre reducida. No obstante, esta pequeña isla perdida en la inmensidad del Pacífico posee alrededor de 700 estatuas monumentales, de una plástica depurada y más de 250 santuarios, algunos de los cuales, por la excelencia de su sillería, son com- parables a las más grandes realizaciones arquitectónicas del imperio de los incas. No es de extrañar, pues, que los exploradores del siglo XVIII que anclaron frente a sus costas después de una larga y penosa na- vegación, quedaran admirados y perplejos ante tales monumentos, los que contrasta- ban extrañamente con el bajo nivel cul- tural de los naturales. En efecto, estos andaban casi desnudos, practicaban el ca- nibalismo y desconocían la alfarería y la metalurgia. Esas primeras impresiones y las de los visitantes que llegaron después, crean el misterio de la Isla de Pascua. Iodo esto originará un sinnúmero de teorías más o menos fantásticas que se sucederán hasta nuestros días.

Explicaciones propuestas

¿Es posible explicar en este caso el an- tagonismo aparentemente irreductible entre la realidad humano-geográfica y la reali- dad monumental? ¿Podría la reducida po- blación isleña de cultura primitiva haber

realizado tan magna y refinada obra? Mu- chas teorías se niegan a admitirlo. Así. para algunos la Isla de Pascua representa el último remanente de un continente o archipiélago sumergido. Sería el lugar a que acudían los habitantes de un vasto te- rritorio, hoy desaparecido, a enterrar sus muertos y rendir culto a sus dioses. A esta teoría se oponen las evidencias geológicas, botánicas y zoológicas, que muestran que la Isla fue siempre pequeña y estuvo extre- madamente alejada de otras islas y con- tinentes. Por lo demás, no necesitamos ale- jarnos de nuestro campo, el arqueológico, para descartarla. Basta con considerar la ubicación de los santuarios o ahu, los que se alinean a lo largo de la costa, para cons- tatar que ésta no ha variado apreciable- mente desde la época de la construcción de esos monumentos, es decir, que la extensión de la Isla ha sido desde entonces práctica- mente la misma.

Para otros, los monumentos de Pascua constituirían los restos de una antigua y floreciente civilización que fuera tronchada por un cataclismo o por la invasión de un pueblo bárbaro. Tampoco esta teoría re- siste una confrontación con los hechos. No existe en la Isla huella alguna de cata- clismo, y su actividad volcánica cesó mile- nios antes de la posible llegada del hombre. Por otro lado, los elementos de la cultura isleña, incluyendo todos los restos arqueo- lógicos hasta hoy descubiertos, forman un conjunto unitario y homogéneo, que no acusa una posible superposición de culturas diferentes.

607

* * * *

No nos detendremos aquí a considerar largamente ésta y otras teorías que se basan en observaciones erróneas o incompletas de las evidencias disponibles, bastándonos se- ñalar ciertos hechos incontrovertibles que deben ser el punto de partida de toda in- terpretación científica del fenómeno que nos ocupa. Estos resultan de las observa- ciones y estudios realizados desde fines del siglo pasado y que debemos principalmente a Thomson1. Routledge2 *, Métraux5, y Eli- gí ert4.

El punto de partida.

1.— Las manifestaciones arquitectóni- cas y escultóricas de la Isla fueron reali- zadas por los antepasados de aquellos indí- genas que se juzgó incapaces de producirlas, puesto que se integraban en sus tradiciones y costumbres. Aunque en la época del des-

1 Thomson. W. J. 1889. Te Pito te Henua. or Easter Island. United States National Museiun, Washington D. C.

2 Routledge, k. lito. The Mystery Easter Islaud. Londres.

:t Métraux. A. 1940. Ethnology Easter Island. B. P.

Bishop Museum, Bulletin 160, Honolulú.

4 Englert, S. 1948. La Tierra de Ilota Matu'a. Padre Las

Casas. Chile.

cubrimiento de Pascua es probable que la gran obra de creación hubiera ya cesado, es un hecho que las creencias mágico- religiosas de los isleños se relacionaban con las estatuas y santuarios, como lo señala la práctica de inhumar en los antiguos san- tuarios, práctica que subsistió hasta el siglo pasado.

2. Existe un estrecho parentesco entre los elementos materiales e inmateriales de la cultura de Pascua y los elementos co- rrespondientes a las demás islas polinesias. Las esculturas y santuarios, y las construc- ciones y artefactos de uso profano, así como también la organización social, costumbres, tradiciones, lengua, etc., aparecen, en un estudio comparativo, como de indudable filiación polinesia. (Véase Métraux).

Ahora, naturalmente, debemos pregun- tarnos, ¿cómo este grupo humano reducido, con un patrimonio cultural polinesio bas- tante rudimentario y en aislamiento extre- mo. pudo llegar a producir ki extraordinaria obra monumental de Isla de Pascua? ¿Por qué ese mismo pueblo presentaba en la época del descubrimiento un aspecto empo- brecido y parecía más inclinado a la des- trucción y la anarquía que a la acción concertada que testimonia la colosal obra realizada?

Las investigaciones arqueológicas ini- ciadas por la expedición noruega que tra- bajó en la Isla desde octubre de 1955 a abril de 1956, así como la reciente expedi- ción de la Universidad de Chile y Comisión Fulbright que permaneció en el terreno por más de un año*, han logrado establecer en forma provisoria un esquema de la pre- historia insular que esclarece en parte es- tos problemas5. Basándose principalmente en las excavaciones practicadas en los ahu o santuarios, los que mostraron tener una larga y complicada historia, se pudo dis- tinguir tres períodos arqueológicos que de- nominamos Temprano, Medio y Tardío.

* (N. de la R.). El autor tomó parto en ambas expe- diciones.

3 Decimos que este esquema es provisorio por basarse* en la excavación de sólo seis santuarios, algunos sitios de habitación (cuevas y antiguas casas) y una pequeña parte de la enorme cantera en que se escul- pieron las estatuas. La riqueza arqueológica de Pascua es tan extraordinaria, que el trabajo efectuado cons- tituye sólo la iniciación de una labor que deberá prolongarse por más de 100 años y sus resultados tienen necesariamente carácter provisorio.

(><)S

PERIODO TEMPRANO

PERIODO TARDIO

Duración: 1680 a 18687 d. C.

Duración: Desde antes del año 400 d. C. hasta alrededor del año 11006.

Características de los santuarios.

Estos constan de una larga y angosta plataforma elevada, cuyos muros de con- tención son de excelente manipostería o de grandes bloques de piedra más irregulares colocados verticalmente. La plataforma se conectador medio de un plano inclinado con una plaza situada a un nivel inferior. El todo se orienta a menudo en relación a los solsticios o al equinoccio. Es probable que los santuarios tuvieran estatuas peque- ñas de una estilización menos avanzada que la de los conocidos moai clásicos. El énfa- sis fue puesto en lo arquitectónico y la fun- ción de estos monumentos parece haber sido fundamentalmente la de un lugar destinado al culto. Se producen los mejores exponen- tes de la construcción en piedra.

PERIODO MEDIO

Duración: 1100 a 1680 d. C.

Características de los santuarios.

Ellos conservan los mismos elementos arquitectónicos fundamentales, pero sobre la plataforma elevada se colocan grandes estatuas. La albañilería es descuidada, ajustándose las piedras sólo por selección. No se observa una orientación astronómica clara. Aparecen estructuras destinadas a la inhumación. También se encuentran cre- matorios y restos humanos quemados. Los santuarios se emplean,' pues, también como mausoleos.

El énfasis está en las esculturas, siendo éste el período en que culmina esa mani- festación. De él datan las grandes estatuas de tipo clásico de los santuarios y de la cantera del volcán Rano Raraku.

8 Las fechas que fijan los límites de los períodos pro- vienen de la determinación del contenido de carbono catorce de muestras orgánicas especialmente carbón vegetal extraídas de las excavaciones.

Características de los santuarios.

Son simples, de albañilería ordinaria de piedras pequeñas y no poseen esculturas. Las estatuas de los santuarios del período anterior son derribadas y alrededor de ellas se acumula gran cantidad de piedras suel- tas, entre las que se disponen en profusión cadáveres previamente desecados a la inter- perie. Continúa la práctica de la cremación. La función del santuario es primordialmen- te la de un lugar de enterramiento. Es el período de la decadencia, en que cesa toda actividad creativa de importancia.

Evolución lógica.

La secuencia arqueológica que hemos resumido, aunque esquemática y provisio- nal. constituye un importante avance en el conocimiento científico de la prehistoria de Pascua. Ella permite situar los problemas planteados en un marco en que se vislum- bran soluciones dentro de un proceso evo- lutivo lógico. Así, hasta hace poco se esti- maba que la ocupación humana de la Isla se habría producido entre el siglo XII y el XVI de nuestra era, lo que se infería del número de reyes que según la tradición habrían sucedido al rey colonizador Hotu Matu a. Con las nuevas fechas de carbono catorce, hoy sabemos que esto acaeció antes del siglo Y, lo que duplica la duración de la prehistoria insular y permite explicar con menos dificultad el grado de diferen- ciación y divergencia de sus manifestacio- nes culturales en relación con el resto de Polinesia, así como también la magnitud de su obra monumental.

En el primer período, de alrededor de siete siglos, se construyen santuarios de un tipo similar al de otras islas de Polinesia oriental, llegando a producirse obras arqui- tectónicas maestras. El estilo de las estatuas empieza a desarrollarse desde prototipos que también se relacionan con la estatuaria de otras islas.

En el período siguiente, y después de

7 La última fecha corresponde al comienzo de la acti- vidad misional que introduce profundos cambios en la cultura.

609

muchos siglos de experimentación y bús- queda, tanto en el terreno estético como en el de los problemas prácticos tales como el condicionamiento recíproco necesario en- tre formas escultóricas y medios técnicos de elaboración, transporte y erección . se llega a producir el estilo clásico de la es- cultura insular, tan refinado y caracterís- tico. En los seis siglos ‘que dura este perío- do, se esculpen, transportan y levantan las colosales estatuas en un esfuerzo titánico que refleja el estado de paz reinante y una sólida estructura social y económica. En- tonces, más que la calidad de la albañilería. la perfección del planeamiento, o la orien- tación de los santuarios, es la calidad, ta- maño y número de las estatuas lo que manifiesta las creencias religiosas, y segu- ramente también, el poderío de las diver- sas familias o tribus.

Finalmente, Tos colosos caídos y el gran número de puntas de lanza que aparecen en los yacimientos de la época tardía, ilus- tran la desintegración de la cultura y un estado de continuas guerras tribales. De éstas y de los actos vandálicos de destruc- ción perpetrados por las tribus vencedoras en los santuarios y habitaciones de los ven- cidos. quedan vivos recuerdos en la tradi- ción. Lo último explica la impresión des- favorable que reciben de los naturales los navegantes del siglo XVIII.

Importancia de Pascua.

Está suficientemente demostrado que los frecuentes contactos exteriores y las

abundantes oportunidades de obtener ideas e invenciones de otros pueblos tienen una significación primordial en el desarrollo de la complejidad cultural. Las civilizaciones se han desarrollado siempre en los cruces de camino de los contactos humanos y en relación con poblaciones numerosas. Las civilizaciones de Mesoamérica y el Cercano Oriente constituyen ejemplos clásicos. Por el contrario, las áreas en extremo aisladas son característicamente áreas de extrema simplicidad cultural. Por esta razón, las manifestaciones arquitectónicas y escultó- ricas de Pascua, así como también su sis- tema de escritura, constituyen un fenómeno extraordinario que plantea problemas a los que no podemos responder satisfactoria- mente en el estado actual de nuestros co- nocimientos. Es evidente que éstos involu- cran una combinación de factores de la que existen pocos ejemplos en el mundo. Las investigaciones arqueológicas pueden con- tribuir grandemente a su solución, y es por esto que la Isla de Pascua representa un laboratorio arqueológico con posibilidades únicas para contribuir a la teoría general de la cultura. El vasto programa de inves- tigaciones arqueológicas requerido, sólo será realizable si las instituciones naciona- les o extranjeras competentes se interesan en velar por la conservación de los yaci- mientos y monumentos arqueológicos, los que, dado el abandono en que se les ha tenido, perderán su inmenso valor cientí- fico y artístico en breve plazo, debido a la destrucción continua provocada por agen- tes naturales y humanos.

610

Una opinión sobre la juventud

por Hernán LARRA1N ACUÑA, S. J.

No pretenden estas líneas dar un juicio documentado y completo sobre la juventud actual. Inicialmente fueron respuestas a un conjunto de preguntas que Alfonso Silva Dé- laño periodista de “La Unión'' formulara para su diario. En forma de “entrevista’’ aparecieron publicadas el 13 de agosto y tenían como objeto encabezar una serie de otras entrevistas hechas sobre el mismo tema a diversas personas. Dada la importancia del asunto creemos que será de interés para nuestros lectores conocer una opinión personal y sincera al respecto. Puede ser ésta la ocasión para que ellos, a su vez, reflexionen y formulen su propia opinión desapasionada y objetivamente. Y si lográramos esto ha- bríamos conseguido nuestro objetivo. Estas líneas, en efecto, son primariamente un “lla- mado"; un llamado a los jóvenes y también a los adultos para que ambos, respe- tándose y comprendiéndose mutuamente, tomen conciencia de su respectiva responsabi- lidad y tarea, y la cumplan con honradez y generosidad.

Dos juventudes

No podemos, por lo menos en las actuales cir- cunstancias, hablar de "la” juventud en general. Existe innegablemente "una” juventud desorienta- da; una juventud que aparentemente, por lo me- nos, no cree en valores y que reduce la vida a una sucesión absurda de momentos, vaciándo'a de to- da continuidad y de todo sentido; juventud rebel- de que se goza, al parecer, pisoteando tradiciones e ideales y cuya cantada "libertad” no es sino rmargo y agresivo desafío, desesperada evasión, un "aturdirse” en el ritmo, en la velocidad, en las drogas, en el erotismo. Es la juventud de los "teddy boys”, de los "teen agers”, de los "blou- sons noirs”, de los "coléricos”; es la juventud morbosamente explotada por el cine y la prensa, siempre ávidos de "sensacionalismo”. Negar esto sería simplemente ingenuo; como tampoco podría negarse que esta juventud constituye hoy en día un verdadero y urgente problema, y fustiga acer- bamente la satisfecha y dormida conciencia de innumerables adultos.

Pero sería una miopía inexcusable y una mons- truosa injusticia confundir esta juventud amarga- da y sin esperanza con "la" juventud. Al lado de una juventud enferma existe, y felizmente más nu- merosa, una juventud sana. Y esta juventud la auténtica la verdaderamente representativa, la única que realmente merece su nombre, es una

juventud que cree, que espera, que ama. Son éstos los valores fundamentales de toda juventud y en estos valores se resumen todos los otros.

Amor a la verdad

"Creer”, en efecto, significa afirmar la "Ver- dad”. Pero esto supone desearla, buscarla y en- contrarla. La gran inquietud de nuestra juventud moderna es la inquietud por la verdad. Espontá- neamente rechazan todo lo ficticio, lo retórico, lo convencional. Desean la verdad y la verdad des- nuda; la verdad sin compromisos, sin adaptacio- nes; no sólo la verdad “concepto” el paladeo intelectual sino la verdad "vivida”; la verdad que se formula en conceptos, pero que echa raí- ces en el corazón; la verdad por la que se vive, se lucha y se muere; la verdad hecha carne y sangre. En otras palabras: nuestra juventud es profundamente sincera y abomina toda insinceri- dad. No se sacia con "teorías” más o menos cla- ras y elegantes sino que desconfía de la teoría que no florezca en obras; instintivamente huye de las racionalizaciones. Para ella "la verdad" es la respuesta que da razón de "su” existir. Por lo mis- mo la busca sin miedo a sacrificios y la afirma con valentía. La afirma y la vive hasta sus últi- mas consecuencias.

611

Esperanza

Es esta fe en la verdad la que aumenta su es- peranza. Notemos que no se trata de un pasivo esperar lo que venga, de un resignado y fatalista aceptar cualquiera cosa. Esperanza, en efecto, es esforzarse y luchar; luchar por un ideal lejano y arduo, pero al alcance de nuestras fuerzas. Los jóvenes son “idealistas” y nosotros, los que nos llamamos adultos, nos sentimos orgullosos de nuestro "realismo”. Tendemos a ser "prudentes”, es decir, a no comprometemos, a evitar posibles dificultades, problemas y complicaciones; a bus- car el camino fácil, armonioso, pacífico. Somos

apasionados defensores del "orden”, de lo esta- blecido, y no nos preocupa mucho saber si ese orden es injusto, si esa tradición es algo más que una lápida. De aquí que fácilmente miremos a la juventud "revolucionaria” con desconfianza y mie- do. Los consideramos "perturbadores” y no los re- conocemos como "renovadores”. Esto hace que la juventud se sienta incomprendida, injustamen- te enjuiciada y condenada. Pero ellos esperan y esta esperanza los mantiene en la lucha y les da fuerzas para soportar ataques incluso de aquellos que con derecho podrían haber considerado como aliados: se sienten heridos, pero saben soportar sus heridas sin patetismo y sobriamente. ¡Queman- te sensación de abandono, de soledad, de incom- prensión! Pero la verdad brilla en el horizonte y esa verdad es algo más que una palabra o un pre- texto encubridor de egoísmos; es un llamado, un acicate y, al mismo tiempo, una palpitante con- fianza en el porvenir.

Amor a los hombres

La juventud ama. El adulto ha dividido el mundo en parcelas herméticas y celosamente de- fendidas; el adulto respeta profundamente las fronteras, las razas, las clases. Pero el joven, en la medida que consciente o inconscientemente cree y espera en Dios, cree y espera también en el hombre , y, por lo mismo, tiende espontánea- mente a sahar por encima de las fronteras, de las razas y de las ciases. Para él, el hombre no es primariaraen. .■ una nacionalidad, una raza, una clase sino simp mente un hermano, un "tú”. Su mano se alarga espontáneamente y busca otra mano que estrecha.-; y esto es para él el mundo: una posibilidad de diálo-o abierto y sincero, un manojo de manos qu alargar y se buscan. Es- te amor "humane’ de nuestra juventud explica su gran sensibilidad social y su aversión a toda injusticia. Sufre al .arse cuenta de que millones y millones de "hermanos" padecen hambre, frío, humillación ; de que viven en condiciones infra- humanas; de que están condenados a la miseria, a la ignorancia, a las enfermedades; y les duele esta tremenda injusticia porque "aman” al hom- bre. Y es este amor el que los impele a luchar, pase lo que pase, si es preciso hasta el heroísmo contra todo eso que ellos sienten falso, hipócrita, egoísta, injusto, inhumano.

Resumiendo

Si tuviésemos que definir en unas cuantas pa- labras a la juventud actual a la porción valio- sa de nuestra juventud diríamos que la juven- tud de hoy se caracteriza por su afán de verdad de "verdad-vida” , por su sinceridad intran- sigente, por su generosidad generosidad que acepta alegremente el sacrificio y el esfuerzo , por su ánimo combativo y esperanzado y, final- mente, por su gran respeto y amor por el hombre, sobre todo por el hombre que sufre, por el hom- bre oprimido y sin esperanzas.

Juventud de ayer y de hoy

No pocos son los adultos "laudatores tem- poris acti" que recuerdan nostálgicos su juven- tud y, comparándola con la actual, la ven como modelo. Pero ¿es esto tan cierto?

Sinceramente creo que la juventud de hoy es mejor. Claro está que es difícil dar un juicio ab- soluto. No pretendo, por lo mismo, comparar la juventud de hoy con "todas” las juventudes que la precedieron; pero como punto de referencia pue- do tomar "mi” juventud y las que he podido co- nocer anteriores a la actual. Precisando así mi afirmación no temo decir que la juventud de hoy es mejor. Y dejo en claro que me refiero a una mejor juventud. Digo esto porque a más de alguno podría ocurrírsele la obvia objeción : son mejores, pero son menos jóvenes ; son adultos prematuros. Es cierto que los jóvenes de hoy son más serios,

612

menos dados a bullangas primaverales; leen más, piensan más, tienen más conciencia de su respon- sabilidad. Pero ¿podemos identificar “juventud” con vida alegre, despreocupada y ligera? Todo es- to más bien es signo de puerilidad. Juventud es necesariamente conciencia de responsabilidad y de tarea, es sentir el impacto del tiempo, del instan- te vivido e irremplazable, es ideal y urgencia, es nostalgia y afán de realizar cosas que valgan, es empuje vital, savia bullente, arco tenso y afanoso por lanzar la flecha que hiera vibrante la codicia- da meta.

Circunstancias diversas

Por lo mismo, cuando afirmo aue la juventud de hoy es mejor que la juventud de ayer no pre- tendo, ni mucho menos, condenar la juventud de de los que hoy son adultos. Lo que pasa es que el mundo de hoy es diverso al de ayer. Ya no exis- ten distancias; V lo que sucede en China, en Hun- t>r*a, en la República Dominicana, en Cuba, en Sud Africa, etc. . . sucede junto a nosotros y no rodemos ignorarlo. Y sabemos que en nuestro mundo de hoy, pocos son los que pueden vivir ale- gremente y sin preocupaciones y muchos, en cam- bio, los que sufren hambre y frío, los que viven penosos una vida raquítica en energía e ideales, los que están amenazados, amordazados o prisio- neros; los que sucumben a los golpes, a las balas o a la tortura; los que no saben exactamente lo que significa “libertad”, "dignidad”, “amor”. ¿No es natural que la juventud, de por generosa y sensible, sienta la urgencia del momento; que más que de bailar y bromear sienta el afán de de- fender al hombre amenazado? Vivimos la hora veinticinco y la juventud, con mayor clarividencia que los adultos, lo sabe. Es legítimo bailar, cantar y runrunear románticamente bajo la luna o en sombríos parques, pero “ahora” no hay tiempo. Nuestra juventud lo sabe muy bien y sabe que tie- ne una misión, una extraordinaria y maravillosa misión : defender al hombre. Y por esto se des- preocupa de alegrías ruidosas, de pasatiempos agra- dables, y lee, reflexiona, estudia; más que antes, porque hoy es más necesario que antes.

Juventud versus “autoridad"

Pero para cumplir esta misión ¿no necesita la juventud disciplina, respeto a la autoridad? Y ¿no existe en la juventud actual un peligroso despre- cio por todo lo que sea autoridad?

Sinceramente no nos atrevemos a ser tan ca- tegóricos. Es cierto que la palabra "autoridad” no suena bien a oídos juveniles, pero ¿por qué? Por- que fácilmente encubrimos bajo el manto de la “autoridad” nuestros egoísmos, nuestro secreto afán de prestigio, nuestra sed de dominar, nuestro miedo. Dijimos ya que la juventud actual aborre- ce toda hipocresía y toda falta de sinceridad. Te- nemos, por consiguiente, que formularnos honra- da y valientemente la pregunta: ¿Es esto que lla-

mamos “autoridad”, realmente y en todos los ca- sos, algo auténtico? ¿Es una mano que sin tem- blar apunta y guía hacia la “verdad”, por compro- metedora y molesta que ésta sea? ¿Nc es más bien, en muchos casos, una mezquina defensa? Es tan fácil bajo la palabra “autoridad” acallar crí- ticas y con ellas amordazar “razones” que no se quieren oír porque simplemente socavan una ilu- sionada seguridad, es tan fácil hacer mal uso de la “autoridad” y valernos de ella para fortificar una posición ya lograda y confortable. Pero no ol- videmos que la verdadera autoridad no se busca a misma no es codicia, ni orgullo ni miedo- sa vanidad sino que busca el bien de todos. Es la valiente y desinteresada celadora del “bonum commune”; no sucumbe ante el halago ni se deja silenciar por la amenaza.

Ahora bien ¿es la juventud actual reacia a la “auténtica” autoridad? No lo creemos. No cree- mos que la juventud de hoy sea anárquica o in- disciplinada. Respeta a la autoridad, pero no a la autoridad que se escuda en el “cargo”, en la "fra- se hecha” sino a la genuina; la que no busca "su” conveniencia sino el bien de todos ; la autoridad sólida, basada en convicciones profundas y vivi- das, la que está dispuesta a jugarse entera por la “Verdad”; la que no es subterfugio cobarde si- no sincera y valiente búsqueda. Esta autoridad —la auténticamente cristiana no es despreciada por el joven de hoy sino, por el contrario, respe- tada y anhelada. Todo joven y, de una manera especial, el de hoy, anhela una disciplina, busca afanoso una "norma”, pero, lo repetimos, es ne- cesario que esa disciplina, que esa norma, no en- cubran miedos o egoísmos sino que sean el cami- no por el que se marcha, pase lo que pase, hasta el fin; que no sean reja que detiene sino brújula que orienta.

Graves problemas y hermosa misión

No es fácil precisar los problemas más impor- tantes que aquejan a la juventud actual. Estamos, de hecho, rodeados de problemas y todos ellos, evidentemente, pesan sobre nuestra juventud. Bas- ta que una voz en Moscú o en Washington de la orden de apretar unos cuantos botones y empeza- rá la macabra danza atómica. ¿Qué quedará de nuestro mundo? Cada vez las armas son más des- tructivas e inhumanas. ¡Terrible problema y que amenaza no sólo millones de vidas sino la existen- cia misma de nuestro planeta! ¡Problema del co- munismo que en roja oleada va acabando con la libertad y con la dignidad humana ! ¡ Problema de una democracia liberalizada y egoísta que defien- de la libertad de unos pocos a costa de la libertad de la mayoría! ¡Problema de un mundo que crece y que va multiplicando el hambre, la miseria y la desesperación! ¿Para qué seguir?

Pero si se nos pregunta por los "principales" problemas, se nos concede el derecho de resumir y de simplificar. Personalmente estimamos que el

(Pasa a la pág. 632)

013

Rearme Moral

Este movimiento se conoció bajo el nombre de Rearme Moral sólo a partir de 1938, pero ya había estado funcionando bajo otros nombres des- de los días de la primera post-guerra. Su funda- dor, Frank Buchman, nació en 1878 en una aldea de Pennsylvania occidental; era hijo de Pietistas alemanes (que substituyen lo intelectual por lo de- voto en religión). Estudió en un colegio teológico luterano en Philadelphia y pronto se embarcó en una carrera que lo hizo trasladarse a diferentes lugares en cumplimiento de su ministerio.

Estando en Inglaterra en 1908 dijo que, mien- tras escuchaba un sermón, había tenido una vi- sión de Cristo crucificado. La experiencia había de tener una profunda influencia en el desarrollo espiritual de su mente y vida. Considera esta vi- sión, con su consiguiente "conversión”, la ocasión del nacimiento de] Buchmanismo, como se ha lla- mado a veces este movimiento.

Un genio para organizar y solucionar los miles de problemas que sus campañas y conferencias le acarrearían, Buchman sabía atraer la atención de la gente que estaba en condiciones de apoyar el movimiento. En 1921 después de una exitosa campaña de conversiones en Inglaterra y en el Lejano Oriente, y habiendo desarrollado, en cole- gios donde había enseñado, métodos de contacto personal aptos para determinar un cambio moral en los estudiantes Buchman ya sabe muy bien cual será su técnica para efectuar el mejoramien- to moral del mundo.

Entonces fue a Inglaterra, trató de atraer dis- cípulos para su causa en Cambridge, y fracasó. Siguió a Oxford, donde tuvo un éxito rotundo. Es por esto que el movimiento se conoció por un tiempo como "Grupo Oxford”. En 1927 se le cono- cía como "Sociedad Cristiana del Siglo Primero”, constituida para levantar la moral y revivificar las Iglesias. El Rearme Moral comenzó cuando ya la II Guerra Mundial era inminente en el 60° cum- pleaños de Frank Buchman. Fue aproximadamen- te entonces (1938) cuando el grupo adoptó los mé- todos modernos de publicidad para promover el movimiento es decir, buscó la adhesión de pro- minentes figuras públicas y comenzó a usar slo- gans.

Causas de éxito

El RM, como es sabido, cuenta con numero- sas conversiones aún entre personalidades que verdaderamente se han alejado del pecado y que voluntariamente reconocen al movimiento como su salvador atraídas por la naturaleza sin secta- rismo y sin exclusivismo del grupo.

He aquí algunas de las causas del éxito del RM:

—Basa su acercamiento fundamentalmente en la necesidad espiritual de la gente.

Desafía al individuo a ser bondadoso y lue- go le demuestra que es posible serlo.

Le da abundancia de testimonio, a menudo íntimo, en detalle, sobre la maldad de los otros y cómo se convirtieron. El grupo ofrece a sus miembros seguridad y situaciones muy satisfacto- rias — se ofrece al converso amistad en el más sincero sentido de la palabra, una amistad basada en la participación de los más altos ideales y as- piraciones espirituales.

Los miembros del movimiento demuestran vivir lo que profesan, teniendo por lo tanto el magnífico poder del buen ejemplo.

Agregado a todo esto, el RM se levanta hoy día como la sola y única respuesta al comunismo. Cuando se considera la gran amenaza que signi- fica el comunismo y la necesidad de una acción unida contra él, se comprende que este movimien- to atraiga a muchos.

Historia ya larga

Los "movimientos” de Buchman no pueden existir si no van unidos a alguna amenazante ca- lamidad de nuestro tiempo, simplemente porque actúan sobre los deseos de paz y felicidad del hom- bre en esta vida. Así, los diferentes nombres se- ñalan diferentes orientaciones, diferentes catástro- fes públicas, para las cuales se pronuncian como la única solución. Así ha funcionado:

Una Sociedad Cristiana del Siglo Primero para levantar la moral y revivificar las Iglesias. Esto parecía ser su fin principal, pero el barco ha virado lejos de su ruta.

El Grupo Oxford bajo este nombre sus principios fueron aplicados principalmente a la

614

política y a los problemas de la industria.

Rearme Moral en él hemos visto tres orientaciones más o menos diferentes. Antes de la II Guerra Mundial estaba organizado como un mecanismo contra la guerra; durante la guerra se esforzó en inculcar el patriotismo, especialmente en América; y después de la ftuerra se levantó como la solución para el “materialismo de la iz- quierda” (comunismo) y el “materialismo de la derecha” (ateísmo).

Ahora bien, ¿exactamente qué anda mal en el RM? ¿Por qué está destinado al fracaso? ¿Y por qué el Santo Oficio, la institución vaticana res- ponsable de salvaguardar la fe y la moral católi- ca, ha confirmado las condenaciones publicadas por diferentes obispos de Francia, Italia, Inglate- rra, Bélgica, las Filipinas, Ceylán, los Estados Uni- dos y otras pa'rtes?

Sin doctrina social

Parece que la perseverancia no es una de las características del RM. Quizás los ideales que pre- coniza son demasiado exigentes. Muchos nombres que antes aparecían en sus publicaciones ya han desaparecido. Sin duda su insuficiencia se hace más evidente cuando se ha estado más tiempo asociado al movimiento.

Por lo tanto, el movimiento se ha desacredi- tado mucho en América y en Inglaterra, y no sólo por razones espirituales. El hecho de que no ten- ga absolutamente ninguna doctrina social oficial demuestra lo inadecuado que es para tratar gran- des problemas sociales. Es verdad que la gente debe estar preparada individualmente para poner en práctica principios sociales justos. Eso. sin embargo, no es todo, a pesar de que el RM podría hacerlo creer. Dejar a gente tan bien dispuesta sin una doctrina social apropiada es condenar al fracaso las mismas aspiraciones que el grupo se propone realizar.

Ahora, así como se han transformado en di- rectores espirituales aficionados, los partidarios del RM se han transformado también en sociólo- gos aficionados, economistas aficionados y esta- distas aficionados, dependiendo sólo de una vaga inspiración divina. Y, ya que el RM se propone sólo la reforma de individuos y no una mejor enseñanza social para perfeccionar la sociedad conserva en principio todos los errores de los sis- temas sociales, excluyendo sólo los que se deri- van de pecados personales. Se puede decir, enton- ces, que al grupo le parecen gustar las cosas tal como están, pero no la gente tal como está. La gente debe ser "cambiada” dice el RM.

Organización religiosa

Hay dos manifiestas contradicciones en la na- turaleza del RM: primero, dice que no es una or- ganización, y segundo, niega ser un movimiento

o secta religiosa cristiana. Ya hemos indicado que el RM ha establecido cierta organización adminis- trativa. Que el movimiento se basa en principios religiosos cristianos y que estos principios es- tán en desacuerdo con la verdad católica debe- ría ser comprendido por cualquier católico que es- té personalmente en contacto con el movimiento.

Pretendiendo tener como base una revelación divina (llamada "revolución cristiana” por su fun- dador), y estando relacionado (de acuerdo con su literatura oficial) con el "cristianismo vital", el RM es, por propia admisión, "todo el mensaje del Evangelio de Nuestro Señor y Salvador Jesucris- to”. Que niegue ser un movimiento religioso cris- tiano es algo casi increíble.

Las enseñanzas del Rearme Moral repiten que el hombre no puede cambiarse a mismo, que necesita un poder y una luz fuera de él que lo pueda transformar, que la "buena voluntad, la fi- losofía moral y los sermones” no bastan. Este po- der es la "guía divina” que sorprendió a Buch- man Dios que dirige todos nuestros actos, co- municándonos directamente lo que El quiere que hagamos , y que es capaz de realizar la trans- formación en el hombre. Dejemos que el mismo Buchman la describa :

"La guía divina debe llegar a ser una expe- riencia normal para el común de los hombres y mujeres. Cualquier hombre puede recibir mensa- jes divinos si tiene en buen estado su poder re- ceptor. Información definitiva, exacta y adecuada puede ser transmitida de la mente de Dios a las mentes de los hombres. Esto es una oración nor- mal”.

Así, dice el padre del RM, cuando uno pone en buen estado su poder receptor puede contes- tar con respuestas divinamente reveladas a pre- guntas de este tipo: “¿Cómo debo ser honrado?” "¿Qué debo hacer con mi dinero?” "¿Cómo puedo combatir el mal?” "¿Cuándo se justifica la fuer- za?”. En una de sus etapas la filosofía del RM era que todos los actos que una persona realiza aún los más triviales se podían incluir en la guía divina. (Ultimamente, sin embargo, este extremo ha evolucionado hacia una confianza ab- soluta en la guía divina en todas las cosas). Pa- ra obtener esta guía divina se necesita solamente ser moralmente recto, y luego, durante un "tiem- po de tranquilidad”, escuchar la voz de Dios.

Los católicos responden

Pero, ¿cuál es la enseñanza católica respecto a esto? ¿Se puede aceptar algo de esta "guía divi- na”? En realidad, los católicos creen que al Es- píritu Santo le corresponde una parte activa en la santificación de los hombres como individuos y que El los guía de una manera especial por la mediación ordinaria de sus siete dones. Esta guía, sin embargo, no debe ser confundida con el fenó- meno místico de la profecía, revelación privada o palabras interiores. Lo que los católicos conocen como acción extraordinaria del Espíritu Santo es clasificado como común y normal por el RM.

615

Las enseñanzas del RM sobre la guía divina contradicen de nuevo una posición tradicional cristiana al afirmar que el hombre, a través de la revelación cristiana, no tiene medios adecua- dos para saber cómo debe vivir la vida sobrena- tural que Dios desea que viva. Afirma además que cada individuo, si lo desea, puede oír de la voz de Dios la revelación de este modo de vida sobre- natural. Así. parecería que Dios tiene un conjun- to de directivas para los 12 Apóstoles y otro para los discípulos del RM.

Otro problema que tienen que afrontar los ad- herentes al RM es la diversidad y a menudo la contradicción que existe entre las “revelaciones” experimentadas por sus miembros. El m'smo Buch- man era quien decidía en forma definitiva cuan- do surgían estos dilemas, declarando que Cris+o es el jefe del movimiento y, por supuesto, que Ruchrran ha sido comisionado con la autoridad necesaria.

"S' desean saber el rían de Dios . . . junten to- do el material que la razón les pueda dar. Procu- ren encausar este material hacia una conclusión más definitiva, pero luo<ro esperen a Dios". Un católico podría responder a esta afirmación con un "No se sorprenda si tiene que esperar el resto de su vida”.

El movimiento del RM nos dice aue ln sabi- duría humana nos puede llevar sólo hasta aquí. Los católicos dicen, entonces, "¿para qué pensar?” Ellos creen que Dios confía en que nosotros ac- tuaremos de acuerdo con las leves de la pruden- cia — esto es, nuestros juicios se deben basar en 'a ley natural, en los Diez Mandamientos, en las leyes y directivas de la Iglesia, y, por último, en la conciencia y que no esneraremos recibir al- gún tiro de indicación sobrenatural para saber có- mo actuar.

Al mismo tiempo, los católicos reconocen que, en algún caso extraordinario, el Esm'ritu Santo no- dría dar este tipo de guía es decir, un individuo oue nide ser guiado puede ser iluminado por el Espíritu Santo sin el uso normal de sus faculta- des. Una persona que busca hacer la voluntad de Dios puede pedirle a El que lo dirija y luego pre- sumir que, haciendo lo que a sus ojos parece lo más apropiado, él está actuando bien y por lo tan- to de acuerdo con la voluntad divina.

Al RM no le importa la afiliación religiosa de sus adherentes. Pretende aue la disciplina del gru- po los hará mejores miembros de cualquiera orga- nización religiosa que frecuenten. Aún a los ateos, papión romo si existiera un Dios, se les consi- dera haciendo todo lo necesario. Esta posición le da a la organización el carácter de indiferencia religiosa, y la creencia de que cada religión es tan buena como cualquier otra. Ningún católico pue- de admitir esta doctrina.

“Participación” de los pecados

Un tema que aún no ha sido considerado en este artículo es el de la "participación” de los pe- cados. Esta "participación” tiene una doble fun-

ción: sacar a la luz, con la ayuda de otro, los pro- pios pecados con el propósito de que Dios los per- done; y es un medio para inducir a otro a que "cambie”. El RM llama a este procedimiento "par- ticipación para dar testimonio”.

En las primeras etapas del Buchmanismo era costumbre confesar públicamente y en detalle los pecados sexuales del pasado. Fue esta costumbre la que causó la expulsión de Buchman de Prince- ton. En Oxford, y luego en las demás partes, la confesión pública fue eliminada del movimiento, pero la revelación privada ( revelarse una persona a otra) ha continuado, como otra indicación de la flexibilidad del RM.

Hay que reconocer que esta "participación” tiene cierto valor psicológico. Desahogarse con otro da una sensación de soltura y alivio, de oue por fin uno ha logrado "deshacerse” de un obstáculo para su paz interior. Cómo son perdonados los pe- cados, s:n embargo, es un problema diferente. El gruro no dice que él o alguno de sus miembros tenga el poder de perdonar los necados.

Parece, en último término, que una persoga ruede nedirle directamente a Dios el perdón de sus pecados o, como en el caso de un católico, ir a ''"’-ifesarse. En realidad, la práctica de confe- sar los pecados a un sacerdote se aiusta perfecta- mente a las ideas del RM. No es difícil, entonces, que un católico confiado e ignorante pueda ser fácdmente inducido en el error de oue la línea del RM puede coincidir con lo que él ha aprendido de su propia Iglesia.

Aparte de su valor psicológico, la práctica de la participación no es más oue barril de oólvora. I a tendencia hacia el exhibicionismo, y el peligro del escándalo (es decir, ser la causa del neendo de otrol son en lo bastante delicados como para dudar del mérito de esta costumbre.

La “conversión”

Cómo se “convierte” una persona al RM cons- tituye otro interesante capítulo. Se reconoce la muerte y los sufrimientos de Cristo como la fuen- te de nuestra redención, pero no se menciona la divinidad de Cristo. Esto podría indicar que el RM no sigue la doctrina cristiana ortodoxa de la Redención o oue la divinidad de Cristo tiene poca importancia. Lo que Buchman subrava más es la "experiencia”. Más precisamente, él la llama una "experiencia religiosa personal”. Alguien ha des- crito la "exneriencia” de Buchman como "una po- derosa ola de emoción, levantándose dentro de él desde la profundidad de su vida espiritual”. De esta experiencia dice el padre del RM :

"Recuerdo perfectamente una sensación. Era una vibrante sensación que subía y baiaba por la columna, como si de repente me hubieran trans- mitido una poderosa corriente de vida. Eso fue después de mi rendición. No, vino al mismo tiem- po. Rue instantáneo”.

Esta descripción, que parece que bordea el fa- natismo emocional, no debe usarse como crítica

616

contra el RM como movimiento restaurador. El hecho es que el RM mira con desagrado tales muestras de emoción. A pesar de que una expe- riencia de la Cruz es necesaria para "cambiar”, lo importante es practicar esta experiencia actuando de acuerdo con los principios del movimiento.

“Entusiastas"

Algunas características del RM ponen al mo- vimiento en la misma categoría que otros grupos de "entusiastas”, que se llaman así porque tien- den a subordinar la razón al entusiasmo.

1. La primera característica, el llamado a una vida superior practicada universalmente, es evidente en las muchas charlas de Buchman. Un ejemplo es el siguiente: " . . . el mundo necesita un despertar moral y espiritual . . . acción disciplina- da de parte de la mayoría . . . una Iglesia en lla- mas ... El Grupo Oxford cree que una persona común y corriente puede hacer algo extraordina- rio si está en contacto con Dios”.

2. Otra característica de "entusiasmo” es que el RM reclama para la prerrogativa de la "guía divina”. Ya hemos tratado este asunto extensa- mente.

3. El RM exige también un retorno al cris- tianismo primitivo. Esto identifica aún más al grupo con los "entusiastas”. Su primitivo nombre de "Una Sociedad Cristiana del Siglo Primero” no deja lugar a dudas.

4. El movimiento excluye todo culto, todo sistema sacramental, toda forma y legislación ex- terna, en beneficio del acceso directo a Dios. Es extraño que un movimiento ouc pretende ser tan necesario como para constituir "la única esperan- za del mundo” no incluya ninguno de estos ele- mentos en sus enseñanzas.

5. Una experiencia religiosa es un signo de seguridad. de honradez, según los "entusiastas”. Buchman afirma esto mismo con frecuencia.

6. En la filosofía del RM el hombre es el centro de la acción religiosa. Es decir, la religión es antropocéntrica (centrada en el hombre) en vez de teocéntrica (centrada en Dios). Además, el gru- po está interesado en crear "...nuevos hombres, nuevos bogares, nueva industria, nuevas naciones, un mundo nuevo”. Hay mucha preocupación por la paz y la salvación del hombre, pero poca preo- cupación por la gloria de Dios.

7. Los "entusiastas” reclaman para una nueva autoridad y dirección. Hace 23 años, en una conferencia en Suecia, Buchman declaró: “Nos reunimos como personas inspiradas y nuestra úl- tima fuente de autoridad es el plan de Dios”.

8. Esto nos lleva directa y lógicamente a su deseo de establecer una teocracia, un sistema de gobierno bajo la administración inmediata de Dios. "El Rearme Moral, dice el RM, será el punto cén- trico para la nueva unidad nacional, donde Dios es el continuo y último árbitro en todos los con- flictos”.

Hay aún otra tendencia dentro del RM que lo asimila a los "entusiastas”: la sabiduría humana no se considera muy importante en realidad el grupo cree que la sabiduría humana ha fracasado. He anuí las palabras del propio Buchman "...en medio del fracaso de la sabiduría humana, hay aún una Fuente Suprema de quien todos pueden extraer nuevo poderío, nueva esperanza, nueva ilu- minación”.

El deseo del RM es hacer revivir las verdades fundamentales del cristianismo - un cristianismo primitivo que, según su modo de pensar, excluye en principio una Iglesia visible o constituida por poder divino, con autoridad y dirección en mate- rias religiosas. La autoridad es el plan de Dios comunicado directamente al individuo, y no trans- mitido a él a través de la Iglesia visible de Cristo. Además, "el Rearme Moral ofrece al mundo la última oportunidad para cambiar y sobrevivir, pa- ra unirse y vivir".

Inspiración protestante

En otra parte de este estudio se hizo referen- cia a la "condenación” del RM por el Sto. Oficio y por las jerarquías de varias naciones. El término es duro. Pero su uso no implica que todo lo del RM sea malo - así tampoco es malo todo lo del luteranismo, o aún del comunismo. Hay muchas características edificantes en el RM ; su mal prin- cipal, que no es evidente para el observador super- ficial, es probablemente la influencia protestante que manifiesta.

El padre del RM, Frank Buchman, fue minis- tro luterano. Muchos dirigentes son también mi- nistros protestantes de diversas sectas. La mayo- ría de sus miembros son protestantes. A pesar de que la atmósfera que prevalece generalmente es protestante, el RM se considera por sobre las sec- tas religiosas. Pretendiendo actuar como el agente catalítico vital, no se considera a mismo como participando explícitamente en los dogmas de los diferentes credos. Y, sin embargo, el contenido teológico de muchos de los términos usados - como redención, Iglesia, Espíritu Santo, inspira- ción - variarán entre el significado que le dan los protestantes y los católicos.

La principal conclusión que se busca aquí es saber si los católicos pueden o no participar en las actividades del Rearme Moral. Los argumentos ex- puestos hacen casi superñua la evidente negativa. Sin embargo, la reciente publicidad del RM ha in- cluido la alabanza del “Abate Primado de la Orden Benedictina mundial” como aprobación católica al movimiento.

617

En enero de este año el Obispo Thomas L. Noa, en cuya diócesis (Marquette, Michigan) está la se- de general del RM de EE. UU., repitió sus instruc- ciones dadas en 1958 y añadió que él ha sido "in- formado con autoridad” de que la Santa Sede ha desaprobado la presencia y declaraciones benedic- tinas en la Asamblea Mundial del RM en Suiza. El obispo ya había declarado en 1958:

"Hasta que la Santa Madre Iglesia declare que no existe peligro para la fe de los católicos en el movimiento, los fieles de la Diócesis de Marquette... no pucücn asistir a las reuniones del RM ni parti- cipar o promover sus actividades”.

Clair M. DINGER.

Profesor de teología dogmática en el Seminario Sr. John Vianney.

(extractado de Catholic Mind, jul.-ag.-1961 ).

Textos escolares

Afirmamos que en países como Chile, donde hay insuficiencia de Colegios y de profesionales en la docencia, y en que estos últimos deben cum- plir agotadoras jornadas de 36 o más horas de clases semanales, o en que deben enseñar a cursos de cuarenta, cincuenta y más alumnos, es imper- donable el que un profesor pueda estar gastando su precioso tiempo en dictar apuntes que mala- mente pueden reemplazar a un texto bueno, o, incluso, regular.

Creemos innecesario, por otra parte, entrar a analizar con profundidad el grave peligro que en- cierra, para los alumnos de enseñanza no univer- sitaria, tomar por solos apuntes de las clases del profesor. No hay nada más perjudicial, en este orden, que aprender cosas erradas, incompletas, deformadas o falsamente interpretadas.

Además, el texto juega un papel fundamental en la posibilidad de que el padre, la madre o los mayores puedan vigilar el aprendizaje en el hogar mismo, sobre todo en la etapa de preparación de las tareas y repasos.

Esto último es cada día más exacto, ya que los conocimientos, especialmente los de carácter científico, están avanzando con tal celeridad que de una generación a otra hay absoluta necesidad, para los adultos, de "ponerse al día”, como vulgar y exactamente se dice.

De lo expuesto puede ya concluirse, de acuerdo con nuestra opinión, que el texto de estudio está destinado a llenar una misión de grande importan- cia y de indudable trascendencia en las relaciones enseñanza-aprendizaje, maestro-discípulo y familia- alumno-maestro.

¿Cómo debe ser un texto de estudio?

La respuesta a este interrogante puede apuntar a muy diversos aspectos. Analizaremos sólo algunos puntos de vista.

En primer lugar, y ello es casi innecesario de exponer, un libro de texto debe responder a un criterio científico, a un criterio técnico y a una forma de presentación de indudable calidad per- viva. En conformidad a lo anterior, en Chile, aún en nuestros días, caben innúmeras críticas a la mayor parte de los textos en uso.

Por otra parte, debemos anotar que los textos de estudio deben mantenerse en constante actua- lidad. El mundo se desenvuelve en continua evo- lución. Los conocimientos humanos cada día pro- gresan en un torbellino técnico que no parece haber alcanzado todavía sino los primeros dominios de la materia. ¿Cómo, entonces, puede un texto de estudio permanecer estático, sin incorporar constan- temente los avances de las ciencias y de la técnica? Es natural, entonces, quiérase o no, que sólo aque- llos autores que viven alerta a esta renovación sean quienes logren supervivencia.

Los libros se imprimían sin variaciones de co- lor, con pocas láminas y con un tono de monótona sobriedad que mantuviera el carácter de disciplina de esfuerzo y constancia en que exclusivamente se hacía radicar el desarrollo de todo plan de estudios. Hoy día, en cambio, cuando la enseñanza debe ser capaz de sacar al estudiante del medio externo que le acicatea con formas, colores, movimiento, velo- cidad y mil parpadeos de atracción, deben, tanto el aula como el texto, entrar a competir con me- dios propios de convicción. Hoy el buen texto debe ser un libro que no sólo reúna condiciones intrín- secas de alta calidad, sino que revista característi- cas capaces de atraer, estimular y dar solaz.

Importancia doctrinaria del texto escolar

Queremos tratar ahora algunos aspectos que deben constituir, para los padres y profesores ca- tólicos, preocupación constante en relación a los textos de estudio de los educandos a su cuidado.

¿Cómo presentan algunas materias, que deben considerarse especialmente importantes desde el punto de vista doctrinario, los libros en que estu- dian los alumnos chilenos?

Nos asiste la convicción de que no siempre se ha captado con claridad que los textos de estudio que se recomiendan, señalan, en g^an medida, el pensamiento de quienes imparten instrucción.

Aportaremos algunas experiencias relacionadas con el tratamiento de temas fundamentales en el ramo de Historia, en primer lugar. ¿Quién fué Jesucristo? ¿Cómo nació y se ha extendido su doc- trina religiosa? ¿Cuál ha sido la influencia del cristianismo en la vida, las costumbres, el arte de las sociedades? ¿Quiénes son más importantes en la historia: Cristo o Mahoma, el cristianismo o el islamismo? ¿Es importante o no la posición social del catolicismo, o son superiores Marx y su doc- trina?

618

Como puede observarse, las preguntas atañen a materias generales y fundamentales, que tienen una respuesta única, no sólo para los católicos, sino también para la mayoría de los protestantes y aun para varias otras agrupaciones religiosas.

¿Qué dicen al respecto los cuatro textos de estudio que tratan esta materia en el curso de His- toria y Geografía Física, y que usan hoy en Chile Colegios y Liceos, particulares y fiscales, católicos y no católicos?

Personalidad de Jesucristo en la historia: Es- trictamente, ninguno de los cuatro libros la aborda como materia principal y destacada, dentro de una rigurosa historicidad. Uno de los autores se preo- cupa bastante de las pruebas de la divinidad, pero no realza al Cristo histórico. Otro, en cambio, ig- nora el valor divino de Cristo.

Examen, a través de la historia, del nacimien- to del cristianismo: tres de los textos tratan esta materia con seriedad y rigor aunque uno de ellos no considera el proceso histórico en función de la prolongación de la Historia de Israel hasta Cristo. El cuarto texto enfoca débilmente el aspecto his- tórico de la materia, prefiriendo tratarla con un sentido religioso, casi catequístico.

Cultura Islámica

Yo pregunto: en Chile, en un texto de historia, ¿quién merece más páginas: Jesucristo o Mahoma, el catolicismo o el islamismo? La respuesta pa- rece sencilla y obvia, ¿no es cierto? Sin embargo, un examen de los libros analizados señalan casi exac- tamente idéntico número de páginas para uno y otro.

¿Y quién tiene derecho a mayor espacio: el arte cristiano o el arte musulmán? La respuesta aquí también es desconcertante: en nuestros textos de historia, se da mucho' mayor preferencia a lo que se relaciona con el Islam.

Para que no se piense que nuestras apreciacio- nes pueden contener errores de enfoque o falta de percepción adecuada de las diferentes épocas, vea- mos qué dicen nuestros textos de historia sobre la Edad Media. Triste es comprobarlo: sólo uno trata el asunto en forma amplia, orgánica, con vi- sión de conjunto. Los demás son difusos y no pro- fundizan sobre la visión cristiana de la comunidad de vida medieval. No proyectan el nacimiento del orden cristiano occidental; no enfrentan los proble- mas que el catolicismo debió encarar. Después de esto, es fácil comprender por qué, aún hoy, con tanta liviandad se afirma, sin que haya siempre católicos capaces de rebatir, que "la Edad Media, época clerical del mundo, es la edad obscura de la historia”.

León XIII y Marx

¿Y qué dicen los mismos textos sobre las doc- trinas sociales de la Iglesia Católica, especialmente en un paralelo con el marxismo? Simplemente, hay en este tema poca profundidad, cuando no vacila-

ción extrema. Ni siquiera se da un juicio que valo- rice comparativamente a León XIII y Marx, o a una y otra doctrina.

Dejemos ahora la historia, para que no se crea que sólo en esta materia caben reflexiones como las que estamos haciendo. ¿Qué incidencias doctri- narias puede haber, por ejemplo, en un libro de lectura?

La respuesta es fácil y de vastos alcances. Es evidente que hay mucha diferencia entre presentar al conocimiento y aprendizaje de los alumnos, co- mo primera lectura de un libro, un trozo de un autor reconocida y definidamente comunista, pon- gamos por caso, y dedicar esa primera lectura a un autor espiritualista. ¿Quiere decir lo anterior que un libro de lectura, para cursos de humanida- des, debe excluir a los autores marxistas o comu- nistas? Indudablemente que no: si se trata de un autor calificado como maestro en su género, debe ser presentado al conocimiento de los alum- nos. Omitir un valor semejante de las letras, con aquellas de sus producciones que sean expresiones de verdadero arte, de belleza y de calidad intelec- tual, sería torpe y sectario. Pero colocar preferen- temente autores contrarios a nuestras ideas, o dar- les preferencia numérica más aún, cuando se des- taca hasta a los mediocres es caer en una torpe- za superior.

Sin embargo de lo anterior, que parece tan evidente y tan claro, ¡cuán pocos se han preocu- pado del asunto! De un asunto que parece tan ajeno a la vida misma del alumno, a su íntima formación intelectual y espiritual. Pero, ¡qué tre- menda importancia, indeleble para los años futu- ros, puede tener un texto en el despertar de las intelieencias de nuestros hijos y en el vibrar de sus inquietos corazones !

Texto único

Se dice comúnmente, incluso por padres de familia, por maestros o por libreros, etc. que en Chile hay muchos textos de estudio y aue esta di- versidad causa encarecimientos y desorientación en la enseñanza. *

Yo pregunto a los que así opinan: ¿Han ana- lizado por qué es mejor el texto único? Y si es me- jor, ¿para qué lo es? ¿Es mejor para economía de los padres de familia, para facilidad de los maestros, para ventajas de los alumnos? A los que me contesten afirmativamente, yo les vuelvo a preguntar: ese texto único, que sería solución económica ideal, según ellos, ¿por quién sería edi- tado? ¿Por el Estado, por el Ministerio de Educa- ción, por las agrupaciones de profesores, por la editorial que presentara los presupuestos más ba- jos de impresión?

Difícil respuesta, pero en todo caso, sería más

* Recientemente, esta posición ha sido reactualizada en el discutido documento, de inspiración masónico-marxis- ta, "Bases para el planeamiento y desa'rrollo de la educación en Chile”.

619

fácil que la de esta otra pregunta: ¿Por quién se- ría escrito ese texto y cómo se elegiría al autor? ¿Se llamaría a un concurso de autores, y podrían participar en él tanto los profesores sacerdotes o hermanos de las escuelas cristianas, como los se- glares católicos o los profesores que se declaran y reconocen ateos, marxistas, etc.?

¿Y si triunfa en el concurso para escribir el texto oficial de Psicología, por ejemplo, un psicó- logo sacerdote, ¿aceptarían lo que diga en el texto los profesores arreligiosos o anticatólicos? Si, a la inversa, triunfara como autor de ese posible tex- to de psicología un profesor que se defina como comunista, ¿aceptarían el texto los profesores ca- tólicos o los profesores no católicos pero contra- rios a la idea comunista?

Pero, ¿quiénes constituirían el jurado para de- terminar al triunfador y encargado de redactar el texto único? ¿Y a qué programa o ideario básico se ceñiría el autor?

Y los colegios particulares y fiscales ¿deberían usar el mismo texto? Y desde un punto de vista puramente técnico caben otras interrogantes: ¿Por cuánto tiempo permanecería ese texto vigente, y ese autor como único pontífice del saber? ¿Y las innovaciones que se deban hacer, cada cuánto tiempo se efectuarían? ¿Y habría siempre progra- mas de estudio, o el texto único reemplazaría a los actuales programas? . . .

La peor de las tiranías

Si hoy día se estima con razón que la obliga- toriedad excesiva de planes y programas y de exá- menes de fin de año es relativamente atentatoria de la libertad de enseñanza, cabe finalmente pre- guntarse: ¿Qué sería más tiránico, lo actual o un texto único en que no sólo se den las ideas o pun- tos básicos de cada materia, sino que incluso las traiga ya interpretadas sistemáticamente conforme a principios y teorías absolutamente determinados?

Y no se crea que estamos tratando este asnecto del tema exclusivamente por deseo de mortificar o con una simple intención especulativa. Desde ha- ce un par de años y con mayor insistencia a co- mienzos de 1960, incluso con el apoyo de editoria- les en más de un importante diario y con comen- tarios radiales y hasta en el Parlamento, se ha in- sinuado y aún sostenido, que hay necesidad de adoptar el texto único a fin de rebajar los costos de la enseñanza, sobre todo fiscal, ya tan encare- cida en Chile, según ellos.

Aparte de los inconvenientes archiconocidos que los monop>. lios hacen caer sobre el consumi- dor, sería tal el retroceso y estancamiento peda- gógico que se produciría, que los padres de fami- lia, a corto plazo, se verían en la necesidad de despreciar el "anticuado texto único” y deberían comprar a sus hijos otros libros, que interpretaran las novedades científicas, los conocimientos en ge- neral, más de acuerdo con la doctrina reconocida o aceptada por la familia misma.

¿Hay libertad de textos escolares en Chile?

Nuestra respuesta debe ser positiva. Si, hay libertad de edición de textos escolares en Chile. Lo anterior debe considerarse, no obstante, con algunas restricciones, que alcanzan, a nuestro jui- cio, sólo a los libros escolares que se usen en la enseñanza fiscal.

Comenzaremos por preguntamos: ¿Hay en Chi- le obligación, para los profesores secundarios, de usar textos de estudio? En estricto sentido no la hay, y cada profesor puede hacer sus clases sin sujeción a ningún texto o, a la inversa, si así lo desea, puede dictar apuntes de sus clases o puede recomendar tal o cual texto.

Veamos ahora, someramente, el aspecto legal del asunto, a la luz de las disposiciones estatuidas para ello.

Según el Decreto N? .3.865, firmado por Pe- dro Aguirre Cerda, los textos de estudio apro- bados deben haber llenado los siguientes requisi- tos: Conformidad con el Programa Oficial. Estilo didáctico. Calidad tipográfica y formato adecua- do. Orientación histórico-cívica acorde con las nor- mas institucionales de Chile. Lengua patria. Ob- tención del documento aprobatorio del Ministerio de Educación, previo estudio y aprobación por una comisión de tres técnicos. Llenar algunas otras formalidades de carácter administrativo.

En el Decreto existen evidentes vacíos que, en caso de arbitraria interpretación, podrían produ- cir graves males. Indiquemos algunos: La no fi- jación de plazos para que informen los componen- tes de la Comisión revisora. Falta de una autori- dad a la cual se pueda apelar en caso de abuso o error por parte de la Comisión. Falta de una autoridad que dirima las muy plausibles diferen- cias de opinión de los miembros de la Comisión, sobre todo en el terreno doctrinario o moral.

El mismo Decreto establece que el libro recha- zado por la Comisión no puede volver a presentar- se en demanda de aprobación, convenientemente corregido, sino transcurridos dos años a partir de la primera decisión negativa, lo que parece poco razonable. También se presta a abusos la autori- zación que se concede al Ministerio de eliminar, cada diez años, de las listas de libros aprobados a aquellos que . . . "por sustanciales reformas in- troducidas en los planes o programas o cualquiera otra circunstancia hubieren perdido su valor como obras auxiliares para la enseñanza”.

¿La libertad absoluta?

¿Debería haber libertad absoluta, esto es, sin ninguna limitación o restricción, o bien, dejar los libros de texto sometidos al control de los encar- gados de vigilar la enseñanza pública en Chile?

Previamente aclaremos que la libertad es, en el fondo, una e indivisible, y que al referimos a este aspecto no desestimamos que él va íntima- mente unido a la libertad de programas y a la de exámenes.

620

Si estas libertades no existen, mal puede fun- cionar aquélla y muchos abusos podrían cometer- se aún en nombre de sus limitaciones más justas.

¿Podría aceptarse que se enseñara que la for- mación de nuestra patria, el desenvolvimiento de nuestra nacionalidad y el crecer territorial han tenido como causa única o fundamental simples razones económicas, materiales, sin que alcance ninguna importancia un fundamento espiritual, li- bres determinaciones de hombres, juego de senti- mientos libertarios, aspiraciones de agruparse en comunidad de costumbres, normas de vida nue- vas, etc.?

¿Y qué decir de un texto que pretendiera circu- lar en nuestros Liceos Fiscales, que negara rotun- da y tenazmente la idea del hombre, formado co- mo un ser que agrupa espíritu y materia, en opo- sición a un hombre cuyo pensamiento sólo es jue- go mecánico de procesos físico-químicos?

Creemos que se cometería error grave si se dejara libertad absoluta para entregar en textos de estudio, de uso en Colegios que son de la co- munidad toda, opiniones y doctrinas contrarias a lo oue constituye la aceptación ampliamente ma- yoritaria de una nación. Y por ello tampoco acep- tamos que representantes de sólo minorías nacio- nales puedan siquiera entorpecer, perturbar o en- trabar la aprobación de textos de estudio que exponen el pensamiento, la doctrina o el modo de entender los conocimientos de quienes representan la abrumadora mayoría doctrinaria de Chile.

Finalmente, sobre esta materia, queremos ha- cernos la siguiente pregunta: ¿Afecta a los Cole- gios Particulares la actual situación reglamentaria sobre uso recomendado de textos de estudio?

En doctrina, creemos que no los puede afec- tar: el Decreto citado no hace específicamente alu- sión alguna a la Educación Particular.

Consideraciones finales

Ojalá nuestras palabras dejen como fruto un deseo de exigir, de averiguar, de analizar, de co- mentar, de escoger, por todos, cada día más, en lo que a textos de estudio se refiere.

Exigir un buen texto de estudio es comproba- ción fiel de que en cada hogar se está cumplien- do con el fundamental deber de acompañar a los hijos en su constante caminar por la senda de la vida, hasta que lleguen a la formación de la personalidad.

Finalmente, el que todos velemos por el uso de los buenos textos de estudio, es una señal ine- quívoca de que estamos luchando por que nada sea capaz de socavar el imperio de la verdad en el campo de la enseñanza, ya que es allí, en los textos de estudio, donde se expone, por escrito, a la consideración de todos, el conocimiento huma- no, su clasificación en la escala de los valores y, sobre todo, su relación expresa con la verdad y el bien.

De nada servirían las mejores concepciones proeramáticas de la enseñanza impartida, si no hubiera, para los mayores responsables de la edu-

cación del niño y del adolescente, los padres de familia, un testimonio escrito de lo que se enseña, por quienes los suplen, con el nombre de maestros, más allá del hogar.

Alfonso NARANJO URRUTIA.

30 años de Acción Católica

Para quien la vivió apasionadamente y, a través de treinta años de vida, ha mantenido hacia ella una fidelidad profunda, no resulta fácil hacer una "reseña histórica” de la Acción Católica Chilena.

Emergíamos de la adolescencia en 1931, y la Acción Católica era precisamente lo que respondía a nuestro afán. Algún día se comprenderá que, entre los 16 y los 20 años, cada generación forma su visión del mundo, no con discusiones, ni razo- namientos sistemáticos, sino con la plenitud dolo- rosa, alegre y palpitante de su primera percepción de la vida. La Acción Católica era la Liberación de Jerusalén; la búsqueda del Santo Graal . . . y lo ha sido.

No es fácil buscar los datos para una reseña histórica. Quizá debiera pedirse a hombres de la categoría de un Carlos Vergara Bravo, o de un Eduardo Cruz Coke, que nos dejaran escrita su experiencia sobre la primera ANEC, la Asociación Nacional de Estudiantes y Jóvenes Católicos que, desde 1915 hasta 1927, mantuvo, de uno u otro modo, el nexo con los firmes ideales de nuestros abuelos y con las nuevas ideas que venían de la Cristiandad Europea, especialmente de Francia. Flombres como el Dr. Jorge Mardones deberían buscar la manera de transmitirnos, a nosotros y a los que vienen, lo que ellos posean sobre la perso- nalidad excepcional de ese Asesor de la ANEC, que fué don Julio Restat. Hay un tesoro, en ese período oscuro, que debiera recuperarse para el porvenir. Teresita Ossandón debería contarnos la historia de la Juventud Católica Femenina, las "Boinas Blancas", a que pertenecieron nuestras hermanas y nuestras novias.

Después, en otra etapa, habría que pedir el testimonio de un número tal vez mayor: don Oscar Larson, el gran Asesor de los primeros tiempos de la nueva ANEC de Bernardo Leighton, Eduardo Frei, Manuel Garretón, Ignacio Palma, Manuel Francisco Sánchez, Raúl Oliva y Bernardino Piñera. Frei, Ga- rretón y Palma fueron también Presidentes Na- cionales de la Rama de Jóvenes de la Acción Cató- lica recién fundada. Raúl Oliva fué Presidente de la Juventud de la Arquidiócesis de Santiago. Los tres primeros iniciaron, con don Oscar Larson y con Bernardo ("el Pope”) Leighton, la formación nacio- nal de la Juventud. Y, en verdad, aunque los de- cretos Episcopales de fundación de 25 de octubre de 1931 no los mencionan, fué sobre la nueva inyec- ción de dinamismo de ellos, y sobre la obra de Teresita Ossandón, que se afirmó desde el primer

621

momento la realidad viva de la Acción Católica Chilena.

Después vino esa extraña y revolucionaria irrup- ción del "Duc in Altum” en la ANEC, que cambió la faz de la Acción Católica Universitaria y que conquistó a "Aneccistas” viejos, como Raúl Oliva y el autor de estas líneas. No era raro; pues, don Jorge Gómez, el creador del Duc in Altum, era también un viejo aneccista de la época inmediatamente an- terior a Leightcn y Frei; amigo y discípulo de don Oscar Larson.

La Juventud Católica Femenina, la ANEC., ma- triz de la Juventud Católica Masculina, y esta última fueron, sin duda, el grueso de la obra misma de la Acción Católica, y la matriz de las profundas trans- formaciones del catolicismo chileno en los últimos treinta años. Pero no habrían sido posibles, ni ha- brían asumido la fisonomía que tuvieron, ni expli- carían por mismas su propia trascendencia, sin otros movimientos y personalidades.

Ignorar, por ejemplo, lo que fué para nuestra generación la Universidad Católica de Chile, sería dejar en sombras la base misma de su realidad. Y aquí, Universidad Católica no quiere decir sólo el plantel universitario; quiere decir también y prin- cipalmente, el grupo providencial de sacerdotes que constituyeron su "alma mater”, en espíritu y en verdad. A la cabeza de ellos se destacará siempre la memoria de don Carlos Casanueva, abnegado hasta la miseria y la muerte; pero ambicioso sin límites para su Universidad; genial y humilde. Lue- go, don Francisco Vives, don Manuel Larraín, don Alfredo Silva Santiago. Surge aquí el recuerdo de la antigua casa de las Agustinas, en la cual la Universidad vivía una vida aún más íntima que en su local oficial. Allí hacíamos "cola" frente a la puerta de "don Pancho” para desahogar en su presencia infinitamente acogedora y bondadosa, nuestras angustias, nuestros problemas y nuestras inquietudes intelectuales y espirituales.

Difícil es, para quien no perteneció a ella, seña- lar en pocos rasgos la trascendencia que tuvo el Padre Vives, S. J., y su activísima Liga Social, que tuvo influencia decisiva en la vida de hombres de la categoría de Jaime Eyzaguirre, Julio Phillipi, Al- fredo Bowen, Clemente Pérez Pérez. Lo menos que puede decirse es que, sin tener una proyección pro- pia, fué un agente catalítico para establecer nuevas exigencias de orientación social en todos los movi- mientos católicos de este período.

El recuerdo del P. Vives nos obliga a referirnos a la Compañía de Jesús, con su formidable trans- formación, cuyas consecuencias son simplemente imposibles de calcular en el proceso de esta genera- ción, pero cuya realidad se manifiesta en un movi- miento vocacional que no sólo la ha cambiado en chilena por sus hombres, sino que también le ha restituido un dinamismo expansivo e irradiante, am- plio, abierto y exigente, como no lo conocía desde los tiempos coloniales, anteriores a la expulsión. Basta sólo señalar los nombres de sacerdotes como el Padre Alberto Flurtado, el Padre Gustavo Weigel, el Padre Jorge Fernández Pradel, para no tocar a los que están ahora entre nosotros.

Todo esto y mucho más fue la realidad bullente sobre la cual se basó y actuó la organización formal de la Acción Católica, con sus Ramas y Consejos, en una doble proyección ; la de las inquietudes y

movimientos espontáneos u organizados de los ca- tólicos hacia el interior de la vida de la Iglesia Jerárquica, y preocupación y orientación de la vida hacia las perspectivas y dinamismos de esos movi- mientos.

Hace ya mucho tiempo, en el famoso "Círculo de los Lunes” del Padre Fernández Pradel, en el Colegio de San Ignacio, el Padre Gustavo Weigel nos dio una definición de las etapas sucedidas hasta esa época en el movimiento católico chileno, que citaré aunque parezca pecar de inmodestia.

Dijo que veía tres eras:

La era "Cruz Cokiana”, en que una nueva gene- ración aspiró a dar al catolicismo una actitud abier- ta ante el progreso científico e intelectual, cuyo le- gado fue de apertura al mundo y amplitud de espí- ritu, esencialmente universitaria e "imperial” en su espíritu según lo que nos enseñó don Pedro Lira Urquieta, recogiendo el ideal del famoso movimien- to de Oxford.

La era "Freiana”, marcada por la inquietud y la decisión en la orientación social y política, cuyo legado es el compromiso en la acción para crear un nuevo orden económico, social y político.

La era "Lagarrigueña”, señalada por la inquie- tud y la exigencia de una vida sobrenatural "con- creta”, por decirlo así, en la oración, en los Sacra- mentos y en la vivencia del Evangelio, que era en realidad, el “Duc in Altum”, antes nombrado, y cuyo ideal es la integración de lo intelectual, social y político en un sentido teológico y litúrgico vivos de la acción y el pensamiento y en el compromiso personal y comunitario con la acción redentora de la Iglesia.

Demás está decir que el nombre, por lo menos en el último caso, es sólo una etiqueta de clasifica- ción, usada para señalar a un movimiento nume- roso.

Ciertamente que hoy habría que agregar otras eras posteriores, como la del Padre Alberto Hurta- do, y la actual de la AUC y del Movimiento Familiar Cristiano; de la Juventud Obrera Católica y de la Juventud Estudiantil Católica y de no sabemos cuántas iniciativas espontáneas, que no hemos te- nido aún tiempo para percibir en su integridad y consecuencias. Sólo Dios conoce el significado his- tórico del "movimiento de Schoenstadt”, o del "Opus Dei”.

Estas "eras” están vivas entre nosotros; se en- trelazan y se influencian mutuamente, coincidiendo o divergiendo, en la ilimitada libertad y multiformi- dad que brota de la profunda unidad del Espíritu que sopla donde quiere y que clama al Padre desde el alma de sus hijos.

Sobre ella, aunque nos parezca "formalista” y "organizativa”, La Acción Católica misma represen- ta y seguirá representando un alto ideal y un lla- mado indispensable de común reconocimiento de objetivos en la acción de la Iglesia y en la coopera- ción a su apostolado Jerárquico.

A este ideal pertenecen nombres que no deben ser olvidados: los de sus grandes Asesores Episco- pales, el Excmo. Sr. Rafael Edwards, que fué el primero; el Excmo. Sr. Alfredo Silva Santiago; el Excmo. Sr. Manuel Larraín; y seglares como don Alfredo Barros Errázuriz, don Fernán Luis Concha, doña Teresa Lyon de Gana, don Santiago Bruron. Muchos más deberían ser citados.

622

En una perspectiva de treinta años, una mirada, aunque extremadamente personal, rápida e incom- pleta, a la obra de Dios en la comunidad chilena, nos llena de recuerdos y nostalgias, así como tam- bién de pesar al recordar tantos errores, incom- prensiones, disensiones y desfallecimientos; pero también nos llena de una profunda gratitud y de una inmensa esperanza.

Javier LAGARRIGUE ARLEGUI.

Hambre en las comunidades del Norte Chico

Se ha dado en llamar Norte Chico a una par- te de la provincia de Atacama y toda la provincia de Coquimbo. Esta última tiene una sunerficie de 4.000.000 hectáreas con una precipitación media anual de 120 mm.; en consecuencia, dentro de las clasificaciones aceptadas hoy d’a, queda ubicada entre los territorios semi-desérticos.

De la superficie antes citada, 2.000.090 de hec- táreas son estériles, sin posibilidad de utilización agropecuaria; de las otras 2.000.000, hay 121.000 de rie^o. ocunadas princiDalmente por grandes pro- piedades; de las 1.879.000 de secano, hay 200.000 de propiedad de grandes compañías ganaderas, con terrenos totalmente cercados y sometidos a una explotación de alto nivel; las 1.650.000 (89,5%) res- tantes, se encuentran bajo el régimen de comuni- dades o de simple ocupación, entregadas a la ex- plotación de leña o pastoreo caprino.

Durante 1960 y hasta fines de agosto de 1961 no cayó un milímetro de agua, la que había sido muy escasa en los últimos diez años. Esto sumado a la despoblación forestal casi total que provoca- ron los 120 hornos de fundición que trabajaron durante la segunda mitad del siglo pasado y a! régimen de explotación (pastoreo descontrolado y corta permanente de leña) ha extendido el de- sierto varios grados hacia el sur.

En épocas pasadas los campesinos entregados a estas labores lograron subsistir, pero siempre dentro de un nivel bajísimo. Las circunstancias anotadas han ido presionando continuamente ha- cia abajo de esta línea hasta presentar en el d'a de hoy un cuadro de miseria general, sin ninguna posibilidad de solución si no se recurre a ayudar- les técnica y económicamente cambiando su régi- men de trabajo y la naturaleza de la explotación.

Hasta la fecha, únicamente el Partido Comu- nista se ha ocupado de ellos, y mantiene un con- tacto permanente mediante una acción asombro- samente perseverante.

Las comunidades en general

Como hemos visto que el núcleo socio-econó- mico, particularmente en capital humano, lo cons- tituyen las “comunidades agrícolas”, vamos a ex- tendemos más en ellas.

Debemos entender por comunidades agrícolas un sistema integrado simultáneamente por el sue- lo y la gente que lo habita, en el cual el terreno está indiviso, perteneciendo por lo tanto a todos ellos; explotado sin proporcionalidad y sin que existan derechos bien establecidos dentro del bien común. Los deslindes son generalmente impreci- sos lo que ocasiona frecuentes litigios con las pro- piedades vecinas. Es condición generalizada que no exista o no se demuestre un sentido comunita- rio ni tendencia al cooperativismo; sin embargo se aprecia el aparecimiento de un embrión socie- tario, tal vez generado como autodefensa ante el medio y que se ha expresado en los dos torneos llevados a efecto en Ovalle en los años 1953 y 1960 y en ciertas disposiciones que aparecen en algu- nas comunidades en que se está tratando de con- trolar la corta de ciertos árboles y el control de algunas malas hierbas.

La indivisión del suelo, el pésimo sistema de administración, la pobreza e ignorancia, la impre- visión, la inoperancia de las autoridades, etc. ha permitido la corta indiscriminada de árboles y ar- bustos y el sobretalajeo de los campos. Como con el actual sistema es prácticamente imposible re- cuperar la pradera y plantar árboles, el estado ge- neral que presenta la mayoría de las comunida- des se exterioriza en paisajes estériles, desarbola- dos, con precarios arbustos de ramoneo mientras una flora agresiva compuesta por cactáceas, pu- yas y otras plantas espinosas se adueña implaca- blemente del paraje. Las lomas más bajas y las pendientes suaves están totalmente peladas, sur- cadas de erosión, después de desastrosas siembras de trigo. Un exceso de población animal en rela- ción con la escasa potencialidad de los campos deambuló en pésimas condiciones sobre superficies abiertas y resecas. El último latigazo de la sequía terminó con más de 400.000 caprinos, caballos, as- nos y algunos vacunos de los escasísimos que tie- nen los comuneros.

Históricamente las comunidades agrícolas se originaron en disposiciones reales del tiemno de la Colonia y nada tienen que ver con las clásicas comunidades agrícolas del resto del país. Es cier- tamente un eufemismo darles tan pomposo nom- bre. Los derechos sobre esta tierra, así generados, se fueron heredando por los descendientes sin au? iamás existiera una división del bien raíz ni un reconocimiento legal de lo que a cada parte le co- rrespondía. Los deslindes de las propiedades no son precisos ni sus títulos inscritos en los regis- tros respectivos del Conservador de Bienes Raí- ces. La ausencia de títulos claros los ha privado de derechos de agua, los pone al margen de los beneficios de créditos, lo que se traduce en una estabilidad o retroceso técnico frente al avance de la agricultura y, en general, los aisla dentro del concierto agrícola de la zona.

623

Esta falla, agregada al analfabetismo de gran parte de los comuneros, ha dado margen para que hacendados vecinos y comerciantes inescrupulosos cometan toda clase de abusos.

En números redondos podemos estimar que existen unas 160 comunidades agrícolas que ocu- pan el 45% del total de la superficie de la provin- cia de Coquimbo; tienen derechos en ellas unos 25.000 comuneros, lo que haría llegar como míni- mo a 80.000 el número de las personas que viven en y de las comunidades.

Volviendo sobre los números, es interesante dejar en claro que esta población habita una su- perficie igual a la provincia de Llanquihue y ma- yor que trece provincias chilenas consideradas se- paradamente.

Normalmente las comunidades designan un administrador, quien, a pesar de su nombre, no ejerce funciones administrativas ni fiscalizadoras. Suele tener cierta ingerencia en la corta de leña y sirve a la vez de recaudador y realizador de los pagos que deba efectuar la comunidad. De lo di- cho se desprende que cada comunero es indepen- diente en la realización de sus trabajos. Puede sembrar en el “cerco” del cual todos le respetan el derecho de usufructo, puede sembrar en las la- deras de acuerdo a leyes no escritas y variables para cada comunidad, puede cortar leña según muy precarias y poco respetadas disposiciones, si es que éstas existen, y puede, finalmente, mante- ner en el suelo común un número prácticamente ilimitado de animales, de los cuales el mayor por- centaje lo constituye la cabra.

Algunas comunidades

A unos 35 kilómetros de La Serena, por el ca- mino a Vicuña, desemboca la Quebrada de Talca de unos 16 kilómetros de largo (hacia el sur) y unos 4 kilómetros de ancho. Está ocupada por 81 familias dedicadas a las mismas labores que sus congéneres: corta de leña, crianza de cabras y cultivos en poca escala. Conversamos con algunas familias, las que antes de la gran sequía poseían 300 o 400 cabras y hoy quedan 10, 15 y a veces menos. Todavía se ven esparcidos por el campo los restos (huesos, cueros, esqueletos) de sus ga- nados muertos’ de hambre. Pasarán tres o cuatro años de tiempo favorable para reponer parte de las pérdidas. Conversamos con un grupo de unos 20 hombres, jefes de hogar, cuando estaban reu- niéndose en la “Asociación” (casa que ellos mis- mos edificaron de 4 x 8 metros, aún sin terminar, donde vimos unas bancas y un estrado desde don- de ellos mismos se arengan u oyen a los confe- renciantes y políticos que sistemáticamente les en- vía el Partido Comunista). En esta "Asociación” (entiéndase sede del Partido Comunista para los campesinos de Quebrada de Talca) pudimos oír las penurias que han pasado y siguen pasando, ya oue si bien ha llovido y los campos se ven aho- ra verdes, no habrá productos hasta las cosechas en tres y cuatro meses más. En algunos hogares toman agua de yerbas silvestres, a veces un poco de trigo tostado que han conseguido en préstamos usureros. Entidades particulares les han llevado provisiones de harina, leche en polvo y ropas que si bien no han solucionado nada, al menos han proporcionado algún alivio dentro de esta prueba que es como callejón sin salida.

Ellos se sienten abandonados por las autori- dades. Dicen que a veces ha ido algún Ministro, pero ha pasado por esa comunidad en auto, sin bajarse. Nunca han recibido una instrucción o en- señanza de un oficio que les permita salir del círcu- lo vicioso. Están deseosos de aprender, de diversi- ficar su trabajo, pero nadie los ha oído, fuera del Partido Comunista que los adoctrina pacientemen- te para la hora veinticinco.

Nos explicaron aue e] trabajo de extracción de leña es difícil y reducido, pues los hombres deben ir a distancias grandes a buscarlas y venderla a 0,01 el kilo. Sólo pueden sacar leña seca, de ár- boles y arbustos que se han secado; de otro modo cometen un crimen que ellos mismos son conscien- tes de su gravedad ya que acabarían con el vesti- gio de vegetación, empobreciendo las tierras, dis- minuyendo las lluvias, terminando con las agua- das v haciendo avanzar el desierto hacia el sur.

Expusimos a un hombre, jefe de hogar, la con- veniencia de trasladarse a otra parte va que vivir en forma tan precaria no tentaba a nadie. Nos di- jo oue no lo hacían principalmente por dos moti- vos: son analfabetos que desconocen otros traba- jos y además están apegados a su terruño por ge- neraciones: “Nosotros queremos esta tierra como nuestra madre”.

Es interesante la experiencia hecha en la mis- ma Quebrada de Talca por un prestigioso vecino

624

de La Serena. Con unos pocos de esos hombres de la comunidad montó una fábrica de ladrillos, aho- ra floreciente industria. Fuera de los beneficios educativos de esta explotación societaria, les que- dan pingües ganancias. Como ésta, podría haber muchas otras actividades en cogestión con efectos insospechados. Al pasar se nos ocurre la crianza de aves, de conejos de piel, colmenares, extracción de mariscos, pesca, conservas de frutas, verduras y productos del mar.

Luego de trasponer una cumbre entramos a los terrenos de otra comunidad, "El Manzano”, habi- tada por 22 familias en 4 kilómetros de largo por 2 de ancho. Nos conversaron de los “amigos” del Partido que les llevan diarios, revistas, noticias, los visitan, etc. A este motivo, como a la pobreza, se debe la adhesión al marxismo de gran parte de los comuneros que oyen a los "camaradas" como a sirenas redentoras en su postrera esperanza.

Desde Juan Soldado, hacia el nororiente, un buen camino continuamente aplanado por poten- tes bulldozers lleva hasta Romeral, una mina de hierro de la Bethlehem Chile Iron Mines Co. Jun- to a Romeral hay una aldea paupérrima, dedica- da como sus congéneres a la crianza de cabras y extracción de leña. Son 30 familias, pero que ha- bitan entre rocas y tierras muy áridas sin posibi- lidad alguna de surgir. Algunos hombres consi- guen trabajos esporádicos en el mineral vecino o en otras pequeñas minas particulares. En este lu- gar murió el 95% de las cabras. Aquí se tiene la sensación de una lucha por la especie.

A 90 kilómetros al norte de La Serena está el mineral de El Tofo, asimismo de la Bethlehem. Un ferrocarril eléctrico baja el hierro que es explotado en bruto por el puerto artificial de Cruz Grande. Junto a la enorme maquinaria del puerto mecani- zado está la caleta pesquera de “Chungungo”; en ella viven 400 familias (1.500 personas) formando una comunidad. Pero el mar no siempre les es pro- picio; escasean los productos, tienen pocos imple- mentos, hay bravezas, el mercado es distante, etc. En cuanto a las cabras, asimismo como en las otras comunidades visitadas, la mortandad fue muy grande. Una familia poseía 600, quedándole ahora 4 chivatos que resistieron el hambre. Allí tuvimos una impresión descarnada y fuerte al comprobar cómo hay familias numerosas que viven en cuevas. Es un regreso a la época de las cavernas en plena era del “jet”. La miseria, “la bizca y cenicienta mise- ria” ha llegado aquí a límites insospechados. Una mujer nos contó cómo murieron sus burros leña- dores.

Al lado del mineral de El Tofo hay un case- río compuesto por unas 15 familias que se llama “Agua Salada”. En pocas partes he visto más ni- ños y más miseria. Debe ser salada el agua de’ diario vivir. Nos impresionó particularmente este poblado porque no sabemos que se pueda dar otro con tales características. Está asentado en una zo- na de continuas neblinas, mucho frío, las laderas de los cerros carecen de vegetación, las “casas” son calaminas, cartones, papel, todo suciedad, miseria. No tienen animales. En una casita comprobamos

que había 9 niños, famélicos, con sus estómagos hinchados. Había tres camas para toda la familia. A pocos metros, dos familias viven en cuevas en- tre rocas. Conversar con ellos y preguntarles algo es caer necesariamente en un escarnio. No se nos borrará con facilidad la viveza que cobraron esos ojitos mortecinos cuando les dimos todos los ali- mentos que llevábamos para el día.

G. BARROS.

Querella contra periodista desata polémica nacional

La detención a mediados del mes de octubre del periodista chileno y corresponsal en nuestro país de las revistas extranjeras TIME y LIFE, Mario Planet, provocó un amplio debate y dividió la opinión de numerosos sectores. La querella del Gobierno, ejecutada a través del Intendente de Santiago por orden del Ministro de Justicia, se fundamentó en un precepto legal, que se refiere a los que propaguen o envíen al exterior "noticias o informaciones tendenciosas o falsas, destinadas a destruir el régimen republicano y democrático de Gobierno, o a perturbar el orden constitucional, la seguridad del país, el régimen económico o mo- netario, la normalidad de los precios, la estabili- dad de los valores y efectos públicos y el abaste- cimiento de las poblaciones” (letra g del art. 4? de la Ley 12.927, de Seguridad Interior del Estado).

El motivo por el cual el periodista cayó en las sanciones de dicha ley fue la publicación de dos artículos en la revista norteamericana TIME, de fecha 23 de junio y 25 de agosto, respectivamente, en los cuales se refirió a la situación miserable del Norte Chico y a la invasión de la chacra San- ta Adriana, de propiedad de la Corporación de la Vivienda. En ambas se hicieron afirmaciones que a juicio del Gobierno “lastiman seriamente su pres- tigio en el exterior y están destinadas a destruir la confianza que ha de inspirar su estabilidad ins- titucional y financiera”. (Párrafo primero del ofi- cio firmado por el Ministro de Justicia y dirigido al Intendente de la Provincia para que éste inter- viniera ante los Tribunales).

Se debió probar, ante el Ministro Sumariante designado por la Corte de Apelaciones, Ricardo Martin Díaz, que las informaciones de Planet eran verdaderas o falsas. Se habló también de que aún siendo verdaderas, eran tendenciosas, pues ocul- taban una parte de la verdad, y estaban destina- das a desprestigiar a Chile en el exterior.

625

Un ministro “magnánimo"

Después de un mes de alegatos y polémicas, el Ministro Martin declaró reo a Planet. Al mis- mo tiempo de la notificación al acusado, el Mi- nistro de Justicia se desistió de la querella y en- vió una larga y documentada carta al Presidente del Colegio de Periodistas. En ella el Ministro in- siste en su acusación y pide al Directorio de] Co- legio que tome las medidas correspondientes y es- tudie el caso detenidamente. La meHida del Go- bierno fue calificada editorialmente de "magnáni- ma” por El Diario Ilustrado, en su edición del 10 de noviembre. En otros círculos se la estimó coer- citiva, pues se nrivó a Planet de la oportunidad de exponer su defensa ante los Tribunales y, se- gún sus partidarios, de probar su inocencia. De todas maneras, el caso terminó y todos los ante- cedentes del mismo se remitieron al C^’^qio de Periodistas. Pero el debate continúa, pues plantea aristas interesantes y dignas de discusión.

En primer lugar, con esta acción judicial ¿se vulneró o pretendió limitar la libertad de prensa, de la cual los chilenos nos enorgullecemos con justa razón? Ella se estipula taxativamente en la Constitución Política del Estado ( número 3 del art. 10). El problema estaría en delimitar lo que se entiende por libertad de prensa. En el mismo texto constitucional se estipula oue esta libertad existe "sin perjuicio de responder de los delitos y abusos que se cometan en el ejercicio de ella, en la forma y casos determinados por la ley”. Re- sumiendo, en Chile no existe censura previa, pero los periodistas son responsables de las opiniones que emiten.

Fernando Zegers, 29 años, abogado, miembro permanente del Consejo de El Diario Ilustrado y Director del mismo desde hace aproximadamente dos meses, insiste en el problema de la libertad. Ella, dice "es un bien inalienable, un derecho fun- damental de la persona humana, que no puede ser lícitamente conculcada jamás. La libertad de prensa, como una de sus expresiones más impor- tantes, debe ser mantenida intangible. La lucha por esa libertad es la que debe conducimos pre- cisamente a sancionar el abuso”.

"Toda libertad, en efecto, debe estar limitada en su ejercicio declaró Femando Zegers para evitar el exceso y el libertinaje. Lo dicen los filó- sofos, los constitucionalistas y la doctrina cató- lica; lo prueba la experiencia de veinte siglos de historia”.

Refiriéndose al caso del periodista Planet, Ze gers estipula que las informaciones de TIME son falsas. "La misión de la prensa insiste es bus- car la verdad. Informar y opinar dentro de toda la gama de lo legítimo; criticar, fiscalizar, crear opinión. Pero no mentir, denigrando valores tan sagrados como el patrio. Y esto no es teórico ni sentimental, porque el prestigio internacional en esta era de interdependencia es decisivo”.

Alcances de la libertad

Sin embargo, para otras personas no está en juego en este caso el delicado problema de la li- bertad de prensa. Según Gastón Cruzat, 40 años, abogado, Profesor de Derecho Civil en la Escuela de Leyes de la Universidad Católica, Director del Semanario LA VOZ, en Chile la libertad de pren- sa existe y se respeta. "Pero como periodista soy responsable de lo que escribo, y estimo que así debe ser. En este caso concreto no está en juego la libertad. Sólo se trata de hacer responsable a un corresponsal, por informaciones que son deli- cadas. En el proceso se demostrará si las infor- maciones son verdaderas o falsas, si constituyen o no delito. Habrá entonces absolución o conde- na”.

Por otro lado, Pndomiro Tomic, 47 años, aboga- do, ex periodista, ex dirigente estudiantil, senador por dos períodos, ex profesor ayudante de la Es- cuela de Derecho de la Universidad Católica, res- pondió al cronista: "Es posible que la querella del Gobierno contra Planet no obedezca a una política deliberada de limitar la libertad de prensa; sino, más bien, a la conciencia cada día más aguda que los problemas fundamentales se agravan, que el descontento crece y que se difunde rápidamente en e) ra's la impresión de que el Gobierno ha fracasado. Con "intención" o sin ella, los resulta- dos prácticos son los mismos: acobardar a la

prensa y hacerla cautelosa”.

Junto con el problema planteado se esboza el de la veracidad de las informaciones publicadas por TIME. Como se ha visto, las opiniones sobre este punto también están divididas. Femando Ze- gers, que desde las columnas del diario que dirige editorializó repetida y enérgicamente, aún antes de la querella del Gobierno, sobre el particular, afirmó que se había deformado gravemente la ver- dad, en perjuicio del honor nacional.

Radomiro Tomic respondió a esta pregunta con seguridad: “Para saber que son ciertas y que no son falsas (las informaciones aludidas, en es- pecial la referente al Norte Chico) basta remitirse a las declaraciones públicas, hechas oportunamen- te, por el Arzobispo de La Serena, por los sena- dores y diputados de la zona en la época de la sequía y por la propia prensa gobiernista de San- tiago y del Norte Chico”.

Gastón Cruzat estimó también que las infor- maciones discutidas son efectivas, basando su opi- nión en la Carta Pastoral del Arzobispo de La Se- rena, "publicada oportunamente por La Voz”. (Junio de 1961).

Aquí se llega a lo más álgido de la polémica. Si las informaciones eran ciertas, cabría pregun- tarse si el Gobierno tenía o no derecho para ini- ciar una acción judicial. Las opiniones son tajan- tes. Los que las creen falsas, apoyan la querella; los que opinan que son verdaderas, dicen que el Ministro de Justicia cometió un error.

626

Oportunidad de una información

Pero más importante que juzgar la acción del Gobierno, es conocer si las informaciones impug- nadas son o no oportunas. "La gente olvida que las publicaciones de TIME se hicieron en junio respondió Radomiro Tomic y el Gobierno se querelló en octubre. Por supuesto que dicha pu- blicación fue oportuna. Lo que es aparente y des- concertantemente inoportuno es la querella del Gobierno cuatro meses después de publicada la noticia. La razón es simple, aunque no ha sido comentada. La querella no es por lo que publicó TIME en junio sobre la sequía, sino por lo que publicó a fines de septiembre sobre la huelga de los profesores, el incidente de los maestros con el Senador Alessandri y el descontento gremial. No se atrevieron a encarcelar a Planet por estas informaciones, que fueron las que realmente los sacaron de quicio, y prefirieron simular que lo hacían por una “indignación patriótica” que había demorado cuatro meses en madurar”.

En opinión de Gastón Cruzat, no cabe pro- nunciarse sobre la oportunidad de las informacio- nes. "En todo momento la verdad es oportuna dijo pero siempre que se diga toda la verdad. En este sentido la revista TIME se caracteriza por buscar las noticias sensacionalistas, en su afán por dar el "golpe”. Recién vuelvo de un viaje por Europa, y allí he comprobado que la revista nor- teamericana no goza de simpatías. Siempre publi- ca lo que a su juicio es atrayente, sin preocupar- se si representa efectivamente al país. Las noti- cias constructivas, lo que se hace bien en Chile, sencillamente no merece mención. Hay que hacer salvedad, en honor a la justicia, que en TIME apareció una crónica sobre el Plan Decenal y otras realizaciones de este Gobierno”.

"Las falsedades de TIME dijo Fernando Ze- gers no hieren a un Gobierno determinado, si- no al país, porque sería nación de descastados que merece el fuego divino la que tolera impávida la muerte de cien mil personas, y no ha hecho nada nunca para sacar a su gente de la realidad de Santa Adriana”. (Zegers se refiere al siguiente pá- rrafo de la información publicada en TIME el 23 de junio: "La peor sequía en una generación cu- bre los rocosos contrafuertes de los Andes, en las provincias de Coquimbo y Atacama, y 100 mil cam- pesinos están llegando lentamente a una dieta de hambre”. En la traducción hecha por la Secre- taría del Senado se dice: "100 mil campesinos se mueren de hambre lentamente”. La diferencia se debe a la mala traducción de la palabra inglesa "starving”).

Chile, relacionándola con otros numerosos y sig- nificativos hechos. Gastón Cruzat lo atribuye al carácter "sensacionalista” de la revista, y a una no disimulada oposición al Gobierno, la que se revela en algunos términos empleados, como "go- bierno conservador”, "nación dominada por uno de los sistemas feudales más atrasados del mun- do”, etc. Tomic piensa que "al revelar con fran- queza y objetividad las grandes fallas del actual gobierno chileno, tratan de cumplir con dos fina- iidades : una información objetiva y una oportuna disociación de la versión feudal y anti-social que tienen en América Latina los grupos detentado- res del poder y la riqueza. Si es así, creo que pro- ceden con gran inteligencia y visión del porvenir. No son estos grupos minoritarios y privilegiados los que representan mejor el interés de los Esta- dos Unidos en América Latina. Su amistad es un poco "el beso de la muerte” en estos países en que las grandes mayorías carecen de todo, inclu- so de esperanzas”.

Es un problema delicado. Las opiniones son contradictorias y responden a las creencias y po- sición política de los entrevistados. Seguramente es difícil opinar sobre él. Depende de la visión que se tenga de nuestro Continente y de lo que se es- time como la necesidad más urgente.

La última pregunta se refirió a la necesidad de hacer una reforma en las disposiciones legales respectivas. "La actual legislación opinó Fernan- do Zegers deja en la impunidad práctica el sen- sacionalismo, la pornografía y los atentados con- tra el patrimonio moral, tales como la injuria y la calumnia por escrito, la difamación y el chan- taje. Este hecho trae dos consecuencias: la falta de la salud psíquica y moral de la población, y la impunidad de los atentados contra el patrimo- nio moral.

"Es necesario, por consiguiente, salvaguardan- do en todo y por todo la libertad de prensa, re- gular su ejercicio y sancionar el exceso mediante una legislación adecuada”.

Radomiro Tomic, en cambio, respondió esta pregunta de la siguiente manera: "Más que un problema de "reforma legal” sobre abusos de pu- blicidad, lo que debemos enfrentar rápida y re- sueltamente es el gran problema de la Democracia Chilena: la reforma constitucional y la creación

de instituciones adecuadas a las nuevas realida- des que el país vive y que están desbordando por todas partes su arcaico cuadro constitucional y económico social”.

Leonardo CACERES C.

“El beso de la muerte "

Sobre el propósito que movió al corresponsal a enviar estas informaciones. Femando Zegers habla de una campaña comunista en contra de

62'

Reforma agraria en Venezuela

En el histórico campo de Carabobo, donde el Libertador selló la Independencia de Venezuela, se firmó hace un año y medio la Ley de Reforma Agraria.

Un millón trescientas mil hectáreas repartidas a cuarenta mil familias, en estos dos años de go- bierno constitucional, atestiguan, mejor que cual- quier discurso, la seriedad del compromiso adqui- rido con el pueblo venezolano por el actual go- bierno.

Doble deficiencia en el campo venezolano

Producción deficitaria y pocos propietarios en- tre los empresarios agrícolas, he aquí las dos ma- yores deficiencias que venían arrastrándose. Lati- fundio y minifundio se sumaban a estos dos de- fectos fundamentales.

Las deficiencias en la producción están repre- sentadas por los 500 millones de dólares anuales que Venezuela gastaba en la compra de productos alimenticios que podía y debía producir su campo. (102 millones en leche; 41 millones en huevos 17 millones en legumbres y hortalizas . . .*

De las empresas o unidades agrícolas sólo la cuarta parte están en manos de propietarios ( 100 mil propietarios); las demás unidades agrícolas (75%) están trabajadas por aparceros1 2 y ocu- pantes.

De 30 millones de hectáreas bajo explotación, 22 millones pertenecen sólo al 1,69% de los empre- sarios (dueños de 6.759 fundos); y en cambio, el 80% de las unidades de explotación, terrenos no mayores de 10 hectáreas, abarca una superficie de un millón cien mil hectáreas. Esta superficie repar- tida entre las 320 mil unidades de explotación da- ría para cada una, un promedio de 3,5 Hás.

Latifundio y Minifundio.

Propietarios y ocupantes. (25% de propietarios no pocos latifundistas y 75% de ocupantes, en su mayoría inmensa de minifundios).

Deficiencia económica y deficiencia social.

1 Los Hatos se toman He la “Exposición He Motivos” leíHa por el Ministro Giménez LanHínez ante el Congreso Nacional, al presentar el proyecto He ley ele Reforma Agraria.

2 'En las Henominaciones Hel Censo He 1950 no se habla He propieHaHes sino He “uniHades He exnlotación” y ello lia confunHiHo y hecho Hifícil las conclusiones. Sin em- bargo. a través He los Hatos He la Encuesta Hel MAC en 1956. se pueHe estimar que, He las 597.823 uniHaclos cen- saHas, la tenencia se Histribuye así, en números reHonHos:

100.000 propietarios que representan 25.14%

74.600 aparceros que representan 25.78%

9.200 aparceros que representan 2.51%

194.023 ocupantes y otros He conHición mixta

que representan 48,77%

O sea: sólo fa cuerta parte tiene propieHaó, mientras que el resto tiene una tenencia provisional e incom- pleta”.

(Palabras Hel Ministro He Agricultura al Congreso Na- cional en la Exposición citaHa).

Esta fue la situación legada por las prolongadas dictaduras que gobernaron Venezuela. A la caída de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958, una de las más sentidas aspiraciones del pueblo venezolano fue la de emprender una reforma agra- ria. Los tres partidos : Acción Democrática, Unión Republicana Democrática y Copei, la tuvieron pre- sente antes de las elecciones presidenciales de di- ciembre de 1958.

Durante el régimen de provisionalidad se formó una Comisión para estudiar la Reforma Agraria. La iniciativa se debió al Ministro de Agricultura de ese régimen, Dr. Héctor Hernández Carabaño. En la Comisión tomaron parte personas de todas las tendencias, desde el Arzobispo Rafael Arias Blanco hasta líderes comunistas.

Dos años se ocuparon en estos estudios. La ley de Reforma Agraria se promulgó bajo el gobierno de Rómulo Betancourt, en marzo de 1960.

Ya antes de su promulgación se repartieron tierras, principalmente de las que pertenecían al gobierno y algunas que habían sido tomadas ilíci- tamente por personeros de la pasada dictadura.

En 1959-60 el 50% de las tierras repartidas fue- ron expropiadas a particulares.

La Ley Agraria.

La filosofía que ha presidido la Ley Agraria es la siguiente: la tierra es para el hombre, no el hombre para la tierra; la tierra debe cumplir su función social, por lo tanto debe estar al servicio de todos.

El Ministro de Agricultura Dr. Víctor Manuel Giménez Landínez presentando al Congreso Nacio- nal la Ley de Reforma Agraria, decía al respecto:

‘‘Una Reforma Agraria, inspirada en la realidad nacional, no puede prescindir del imperioso deber que corresponde al Estado de realizar una justa distribución de las tierras que le pertenecen, mucho más si se tiene en cuenta que ellas pueden con- tribuir en gran parte a cubrir los renglones defi- citarios de nuestra producción. Es, por una parte, justo que la Reforma Agraria afecte las tierras mantenidas ociosas por los particulares, especial- mente en aquellos casos en que esta actitud sea culpable, pero también es evidente la necesidad de hacer lo mismo con las tierras de Entidades Pú- blicas que están en igual forma ociosas y abando- nadas . . . tierras que no cumplan con su función social”.

Dos objetivos tiene la Ley, decía el Ministro:

“1) Corregir los defectos que hoy tiene la es- tructura de la tenencia de la tierra, procurando una más justa distribución de la misma, haciendo propietarios a esos agricultores que no lo son hoy. . .

2) Estimular la producción agrícola del país... aquella tenencia de la tierra debe ir acompañada de una clara garantía y un definido estímulo a aquellos propietarios que cumplan con su función social en la forma en que la ley lo determine”.

628

Añadía sabiamente el Ministro :

“Todo habrá de contribuir al fortalecimiento de un sistema de propiedad, basado principalmente en la pequeña y mediana propiedad y especialmente en la propiedad familiar rural que contribuirá defi- nitivamente a la creación de una clase media rural productiva, sólida, digna y libre, que puede consti- tuirse en la base de la estabilidad social y la pros- peridad económica de nuestro medio rural’’.

Casi el 50% del articulado de la ley se refiere a la justa distribución de la propiedad agrícola.

En el capítulo I del Título I se trata de las tierras de entidades públicas.

En el capítulo II, de las tierras de propiedad privada.

Es interesante transcribir lo que la Ley entiende por cumplimiento de la Función social de la pro- piedad agrícola, pues las tierras que cumplieren con dicha función social no quedarán afectadas por la reforma (art. 26), sino en el caso en que “fuere necesario establecer una organización agraria en determinado sitio y la ubicación de uno o más fun- dos constituya un obstáculo de orden técnico o eco- nómico para la buena realización del plan. Por excepción se podrá solicitar la expropiación (art. 36).

Función social: “A los fines de la Reforma

Agraria, la propiedad privada de la tierra cumple con su función social cuando se ajusta a todos los elementos esenciales siguientes :

a) La explotación eficiente de la tierra y su aprovechamiento apreciable en forma tal que los factores de producción se apliquen eficazmente en ella de acuerdo con la zona donde se encuentre y con sus propias características.

b) El trabajo y dirección personal y la res- ponsabilidad financiera de la empresa agrícola por el propietario de la tierra, salvo en los casos de explotación indirecta eventual por causa justificada.

c) El cumplimiento de las disposiciones sobre conservación de recursos naturales.

d) El acatamiento a las normas jurídicas que regulen el trabajo asalariado, las demás relacio- nes de trabajo en el campo y los contratos agrícolas, en las condiciones que señala esta Ley.

e) La inscripción del predio rústico en la Ofi- cina Nacional de Catastro de Tierras y Aguas de acuerdo con las disposiciones legales pertinentes (art. 18).

El art. 19 dice que, de manera especial, se con- sidera contrario al principio de la función social el mantenimiento de fincas incultas u ociosas.

La Ley especifica diversos factores que se deben tomar en cuenta para avaluar las tierras que se hayan de expropiar. Respecto a las expropiaciones establece prioridades. Es el Instituto Nacional Agra- rio el que puede solicitar la declaración de "utilidad pública” para proceder a la expropiación, en caso en que no haya logrado un arreglo amistoso. La parte afectada podrá recurrir ante los tribunales. Se fijan los plazos para los trámites y sentencia.

Las propiedades adquiridas para asentamientos campesinos se pagan, parte en dinero efectivo (se- gún el monto de la propiedad) y parte en bonos, que pueden ser a 20, 15 o 10 años plazo. Estos

bonos lucran un interés de 3 o de 4 por ciento.

Los fundos inferiores a cien mil bolívares (28 mil dólares, al cambio oficial) se pagan íntegra- mente al contado; los que exceden de cien mil bolívares hasta 250 mil : 40% al contado y 60% en bonos; los que exceden de 250 mil bolívares, hasta 500 mil : 30% al contado y 70% en bonos ; los que exceden de 500 mil bolívares y no pasan de un millón: 20% al contado y 80% en bonos; los fundos que exceden de un millón: 10% al contado y 90% en bonos.

En el año y medio que lleva de vigencia la Ley de Reforma Agraria se han hecho muchas críticas a estas disposiciones. Parecen muy onerosas al Estado y se dice que dificultan la ejecución de la reforma. Se ha hablado mucho de reformar estas disposiciones, haciéndolas más fáciles para el Estado3.

Mucho se discutió durante la tramitación de la ley si las tierras se venderían a los campesinos o se darían gratuitamente. Prevaleció la idea de dar- las gratuitamente. La única obligación consiste en trabajarlas, ateniéndose a las disposiciones legales.

Hemos pretendido dar solamente algunos ras- gos, que nos parecen los más salientes. La Ley

fue tan prolija que no parece necesario un regla- mento que la puntualice.

5 El profesor Mario Bantlini, Doctor en Ciencias Agrarias y profesor y director del Instituto de Economía Política Agraria de la Universidad de Perugia, en una charla sobre la Reforma Agraria italiana, dijo que las expro- piaciones en su país se habían pagado Con bonos del Estado de 5% y a 30 años plazo y añadió que para determinar el valor de la expropiación se ha tomado

como base el valor del avalúo, que en Italia (no sólo

en Italia!), tenía alguna discrepancia con el valor de transacción comercial, (cfr. “El Mercurio' , 7 de noviem- bre, pág. 21, col. 5).

629

Todo el gobierno en función de la Reforma Agraria

No basta dar tierras. Es menester un conjunto de condiciones que hagan viable y próspera la Reforma.

Es indispensable contar con caminos de pene- tración agrícola, con obras de regadío, con créditos oportunos, con asistencia técnica, con un mercado apropiado para evitar la burla de los esfuerzos desarrollados por los campesinos.

Tres organismos principalmente cuidan de la ejecución adecuada de la Reforma Agraria: el Mi- nisterio de Agricultura y Cría (MAC) que cuida del catastro de las propiedades, de los caminos de penetración y de la atención técnica; el Instituto Agrario Nacional (IAN), que cuida especialmente de los asentamientos campesinos y por ende, de las expropiaciones; y el Banco Agrícola y Pecuario (BAP), que provee a los créditos campesinos y al mercado. No son organismos nuevos; pero nuevas y más específicas son sus funciones. El IAN y el BAP son Institutos Autónomos cuyos Directores de- penden, en su nombramiento, directamente del Pre- sidente de la República. Teóricamente estos Insti- tutos están anexados al Ministerio de Agricultura; pero esta dependencia no está claramente estable- cida y en la práctica resultan ser como los otros numerosos Institutos Autónomos otros tantos Ministerios no suficientemente conectados y depen- dientes de los Ministerios, ni debidamente contro- lados por la Contraloría General de la República. Se estudia una ley para coordinar mejor la admi- nistración en este aspecto.

No bastan estos tres pilares (MAC, IAN, BAP) para efectuar la Reforma Agraria en forma eficiente.

Muchas obras deben ser efectuadas por otros ministerios. V.gr. : puentes, caminos troncales, obras de regadío, viviendas, acueductos . . .

La Ley Agraria establece la necesidad de una coordinación total del Gobierno, para llevar a cabo la reforma en el campo. Para este efecto ha de haber reuniones en nivel ministerial; incluso para el estudio del presupuesto.

Muchas de las fallas advertidas en el desarrollo de la reforma provienen de deficiencias en la coor- dinación. Es verdad que en el año y medio trans- currido, estas fallas tienden a remediarse.

Para poder iniciar, en algunos sitios, los asen- tamientos campesinos era y todavía es indispensa- ble afrontar la realización de una serie de obras previas. Por ejemplo, el problema de los caminos. La pasada dictadura de los últimos diez años cons- truyó algunas carreteras muy importantes y realizó autopistas magníficas, aunque con enorme dispen- dio; pero en lo que se refiere a caminos de pene- tración agrícola, casi no hizo nada. (En diez años: 32 kilómetros de caminos vecinales). El actual go- bierno no sólo ha debido reparar las autopistas, que adolecían de fallas inexcusables; no sólo ha realizado caminos troncales importantísimos; sino que en dos años, ha construido siete mil kilómetros de caminos de penetración agrícola.

Otro problema agudísimo en Venezuela es el del regadío artificial.

Se habla de dos estaciones: el verano y el in- vierno. Invierno es cuando llueve; verano, cuando

hay sequía. Suele haber unos siete meses de sequía y unos cinco meses de lluvias. El país presenta dos aspectos muy diferentes en estas dos estaciones. Hay cantidad notable de precipitación pluvial; pero mal distribuida. Baste decir que en Caracas llueve un metro y medio (lo mismo que en Puerto Montt) pero solamente llueve durante unos cinco meses. Este es un problema ya notado por los cronistas coloniales. Desde entonces el hombre no ha afron- tado la solución de este arduo problema. Problema no sólo para el campo. Hoy lo es también para la bebida y la higiene, principalmente en las gran- des ciudades. Las dictaduras pasadas mostraron una enorme miopía ante esta situación.

Caracas sólo tenía, para saciar su sed (la de un millón 300 mil habitantes) la represa La Mari- posa de capacidad de 8 millones de metros cúbicos. De ahí el severo racionamiento durante los veranos.

El actual gobierno hizo construir el dique Quebrada Seca (9 millones de metros cúbicos) y la represa provisoria efectuada en las obras en construcción de la represa Lagartijo (80 millones de metros cúbicos) estará terminada en los próxi- mos meses. Esta misma angustiosa situación la sufrían las ciudades del lado oriental del Lago Maracaibo. Ya está solucionado este problema con la represa Pueblo Viejo (80 millones de metros cúbicos). Se sigue buscando solución para nume- rosas ciudades sedientas como Maracaibo (500 mil habitantes). La Isla Margarita, que moría de sed, logró obtener un acueducto submarino.

Si las ciudades sufrían sed, cuánto más sufría y sufre el campo.

En el verano sed tan ardiente que el ganado muere enflaquecido y sediento. Hemos visto esos esqueletos ambulantes en "los llanos". En el in- vierno las inundaciones dejan aisladas las pobla- ciones e intransitables los caminos. Baste recordar que el inmenso Orinoco tiene un estiaje de 14 me- tros al año. Hemos visto fotografías de San Fer- nando de Apure inundada por el río de este nombre.

En la actualidad se está trabajando afanosa- mente en grandes represas para fecundar él campo. Para mayo próximo estará lista la primera etapa de la represa de las Majajuas, en el Estado (Pro- vincia) Portuguesa, en el centro del país. Esta pri- mera etapa permitirá regar 30 mil hás. Una se- gunda etapa regará otras 30 mil hás. En el Estado Guárico, en Calabozo, la dictadura construyó una inmensa represa (la represa del Guárico). Se nos afirmó que podría, una vez terminadas todas las obras secundarias, regar cien mil hás. Actualmente solamente se riegan diez mil. Visitamos esa zona. Admiramos las plantaciones de arroz. (3 mil kilos por há., promedio aceptable para un comienzo). En diciembre estarán listos los canales secundarios, para poder regar otras diez mil hectáreas. Esas tierras del Estado Guárico son pobres; pero son vitalizadas por los abonos de la Petroquímica. El sol y el agua hacen lo demás. Una estación expe- rimental ha hecho valiosas experiencias de pastos y frutales, que podrán cambiar por completo el pa- norama de la región.

Entre tanto, y como medida de emergencia, se han perforado muchísimos pozos que dan agua abundante y se han hecho pequeñas lagunas. No se puede poner mucha esperanza en esos pozos,

porque estudios realizados indican que la recupe- ración de esas aguas subterráneas es mucho más lenta que el gasto. El porvenir está en las grandes represas.

La asistencia técnica es otro de los problemas afrontados.

Venezuela tiene muy pocos ingenieros agrícolas, la educación técnica ha estado por muchos años descuidada.

Hasta 1956 había 6 Estaciones Experimentales. Una de ellas fue abandonada por la dictadura. Ahora, además de esas 6 Estaciones Experimentales, funcionan tres más. El actual gobierno ha creado cuatro centros para fomentar la producción animal. En el terreno de la investigación llamó justamente la atención en la Convención Anual Mundial sobre Epizootias, celebrada en París este año, el hallazgo logrado en Maracay, para combatir eficazmente la enfermedad Newcastle, que afecta a las aves.

En materia de extensión agrícola basta decir: la dictadura encontró 40 agencias. Las descuidó totalmente y para diciembre de 1957 había apenas 23. El nuevo régimen, surgido después del 23 de enero de 1958, se dio a la tarea de ayudar al cam- pesinado: en 1958 el número de las Agencias llegó a 53; en 1959, 87; y en 1960, a 136.

Una de estas agencias, la de Mucuchíes, pue- blo del Estado Mérida ha ensayado 67 variedades de papas y ha logrado ahora que haya tres cosechas anuales. ,

En lo que toca a Escuelas Prácticas de agricul- tura: hasta 1958 sólo había cinco con 214 alumnos; en 1960 se llegó a nueve, con 985 alumnos.

Producción y productividad.

No han faltado, en Venezuela, los agoreros del desastre agropecuario frente a la Reforma Agraria. Felizmente no han sido muchos, y el anunciado desastre no ha venido. Se decía que con la Reforma disminuiría la producción y la productividad. No sólo no ha ocurrido esto, sino todo lo contrario. Veamos algunos datos4:

Arroz: en 1954 hubo una gran producción; pero del 55 al 57 observamos un brusco descenso hasta llegar el 58 a un tope mínimo. En los años poste- riores la producción fue la siguiente :

Años

Producción (tns.)

Importaciones (tns.)

1958

19.101

37.882

1959

38.586

26.413

1960

71.862

10.000

Azúcar: En 1956 se obtuvo una gran producción de azúcar que arrojó un excedente y fue menester

vender al exterior con grave detrimento de los pro- ductores, debido al alto costo de producción. En los años siguientes descendió la producción y fue menester importar. Ahora se ha llegado a satisfacer el mercado interno y queda un ligero excedente. En 1958-59 Venezuela tuvo que importar 45 mil to- neladas de azúcar. En 1960, 20 mil toneladas. La cosecha actual llega a las 220 mil toneladas, dejando un excedente de unas diez mil toneladas. Estos excedentes pueden crecer, pues hay actualmente una capacidad instalada, en los Centrales, para 270 mil toneladas y con una ligera inversión, podría llegarse a 330 mil toneladas.

Algodón: las lluvias durante la recolección pro- vocaron una pequeña disminución de la cosecha de 1960 con respecto a la de 1959, disminución de 0,349ó. Este año hay un déficit de 3 mil toneladas de algodón para el consumo interno.

Tabaco: Algo semejante a lo acontecido con el arroz, pasó con el tabaco.

Años: 1955 1956 1957 1958 1959 1960

Tns. 7.000 8.000 6.000 5.000 6.000 9.000

Papas: De 1955 a 1957 hubo un aumento de la pro- ducción, en cambio bajó bruscamente del 57 al 58; pero en 1959 y 60 ha sido francamente ascendente en una forma tal que se han marcado cifras re- cords, que antes nunca se habían dado en Ve- nezuela.

Años: 1955 1956 1957 1958 1959 1960

Tns. 42.000 65.000 105.000 70.000 87.000 139.000

Maíz: En 1955 la producción es de unas 320 mil toneladas. Del 56 al 58 se mantiene; desciende lige- ramente en 1959 y en 1960 se recupera francamente, llegando a unas 430 mil toneladas.

Algunos han clamado porque falta maíz y hay que importar. Se ha repetido mucho este dato por labios oposicionistas. Este déficit de maíz no obs- tante el aumento de producción señala una de las crisis de crecimiento más prometedoras. ¿Có- mo así?

Las deficiencias en la producción de huevos era muy aguda; la producción de aves muy escasa y algo semejante en lo referente a porcinos y otros animales domésticos. La producción avícola ha avanzado rápidamente. Baste decir que en diciem- bre de 1957 se llegó a producir solamente un millón de huevos. En cambio, en los primeros meses de este año se alcanzaba a 13 millones mensuales. Este incremento notable de las aves trajo un mayor consumo de maíz. El déficit de maíz es por lo tanto, promisor y puede ser superado.

Huevos :

Años: 1957 1958 1959 1960 1961

Promedio

Mensual: 1.028.000 1.282.000 2.835

4 Los datos que se dan a continuación están tomados de la Exposición del Ministro de Agricultura, Dr. Giménez Landínez, ante la XVI Asamblea Anual de la Federa- ción de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Pro- ducción, el día 27 de mayo de 1960. También se encuentran estos datos en la "Memoria del Ministerio de Agricultura y Cría” presentada al Congreso Nacional.

000 6.785.000 10.000.000 (estimado)

No solamente no ha disminuido la producción ; sino que ha aumentado y en un ritmo prometedor. No sólo ha aumentado la producción, sino que tam- bién ha aumentado la productividad, o sea: el ren- dimiento por há. No sólo ha cooperado a esto la ayuda técnica, sino que el aliciente infundido poi

los asentamientos campesinos que la Reforma Agra- ria va infundiendo en el campo.

Respecto al éxito obtenido en el campo baste decir lo que anota la última Memoria del Banco Central de Venezuela: mientras en casi todos los rubros la economía venezolana ha acusado un re- ceso, la agricultura ha logrado una tasa de aumento nunca conocida. El promedio anual de crecimiento en la agricultura en el período 1950-59 fue del 5%; pues bien, en 1959-60 el crecimiento del producto territorial bruto fue del orden del 10%.

Tanto más de apreciar es este aumento, cuanto se nota un marcado receso en los otros rubros. Receso debido en gran parte a la enorme fuga de capitales a partir de la caída de la dictadura. En noviembre pasado se calculaba que habían salido del país siete mil millones de bolívares (unos dos mil millones de dolares). Para frenar este éxodo se estableció el control de cambio. También ha trabajado en contra de la prosperidad económica la dificultad para obtener la estabilidad política, constantemente amagada por los conatos revolu- cionarios. La fiebre especulativa, que obtuvo su cima durante la dictadura, ha debido ser frenada por el régimen democrático y éste debió pagar 4 mil millones de bolívares que legó como deuda aquel régimen.

La tarea que debió enfrentar el régimen demo- crático era enorme: un campo semi-abandonado ; una multitud explotada y en la miseria; burlada mil veces en sus esperanzas; en condiciones higié- nicas deplorables. Salvo la éxitosa campaña anti- malárica, todo estaba por hacer. Rotas las cadenas dictatoriales, los asaltos a las tierras parecían in- contenibles.

Lo poco hecho en los años de la dictadura ilu- minan lo mucho efectuado en dos años de de- mocracia.

Entre los años 1949-1957 (9 años de dictadura) la colonización agraria asentó 4.388 familias (un promedio de 487 familias por año), en 92.388 hec- táreas.

En 1958 (año del gobierno provisional) se asen- taron 1.184 familias en un total de 8.730 hectáreas.

Desde 1959 hasta hoy se han asentado 40 mil

familias sobre un millón 300 mil hectáreas y no se está contento con este ritmo. Se ansia acelerarlo5.

El lento caminar del principio es explicable por las numerosas razones ya indicadas.

El objeto primario de la Reforma es asentar en tierra propia a las 300 mil familias que trabajan como aparceros o pisatarios en tierras extrañas.

¿No ha habido dificultades? ¿No existen crí- ticas? ¿No existen fracasos?

Nada de eso. Hay dificultades; hay críticas. Mu- chas injustas y algunas justificadas; pero la línea gruesa es tan prometedora como nunca lo ha sido en las tierras americanas6.

Comparando la Reforma Agraria Venezolana con la Cubana decía el Senador de Acción Democrática y hasta hace poco Director del IAN, Ildegar Pérez Segnini: "La Reforma Agraria venezolana no puede ni compararse con las efectuadas en Cuba, México y China. En Cuba los campesinos dejaron de ser asalariados del empresario particular, para conver- tirse en asalariados del "Estado”.

Ramón CIFUENTES G. S. J.

5 El Profesor Bandini, en la citada conferencia, afirmó que en Italia durante diez años se han repartido 800 mil Has. y creado 40 mil nue\as propiedades, (cfr. "El Mer- curio". 7 de noviembre, pág. 21, col. 4).

6 Ante las reiteradas críticas provocadas por la marcha de la Reforma Agraria, el Ministro demócratacristiano, Víctor Giménez Landinez, acaba de pedir a los Presi- dentes de ambas ramas del Congreso ser recibido en sesión conjunta, para exponer ante el Poder Legislativo, el curso de la Reforma y responder a todas las críticas

uc tuvieren a bien hacerle los Senadores y Diputados, s un gesto democrático que lo honra. Esta iniciativa del Ministro indica la seguridad que tiene del resultado altamente positivo que arroja el balance sincero de lo efectuado hasta ahora. "En un régimen democrático como el presente dice el Ministro en su comunicación al Congreso debe buscarse antes que nada la verdad. Y si es muy grave ocultar las fallas, igualmente lo es que se desconozcan las realizaciones positivas y los avances logrados. . .”.

Esta clase de debates está contemplada en la nueva Constitución.

Esta petición no tiene precedente cu la vida vene- zolana.

Hace unos meses el Ministro de Minas pidió algo se- mejante a la Cámara de Diputados; pero, en este caso, se trató de una sesión secreta, solamente ante los dipu- tados, para analizar la política petrolera. Las noticias que logramos fueron altamente hagtieñas para el Mi- nistro.

Una opinión sobre la juventud (De la pág. 613)

gran problema que tiene la juventud actual es el de tener que vivir en un mundo laicizado y mate- rialista, que no cree ni espera ni ama; en un mun- do donde la verdad no significa sino utilidad, in- terés o conveniencia; donde la esperanza equivale a fuerza bruta, a estrategia diplomática, a miedo o astucia; donde el amor no es más que cálculo interesado o cosquilleo epidérmico. Este es el gran problema.

Nuestra juventud vive en un mundo que que- ma invisible incienso al dios “Yo”, “Clase”, "Ra- za”, "Estado”; mundo mayoritariamente egoísta y para quien "Dios” no pasa de ser una palabra que se puede utilizar para uso privado y propia con- veniencia; mundo desorientado y, por lo mismo, descentrado; mundo a la deriva, sin autentica fradición \ sin metas, sin esperanzas y sin siquie-

ra ilusiones; mundo frío como los números que ha canonizado; mundo incapaz de contemplar sin codicia, de esperar sin cálculo, de amar sin deseo. Ese es nuestro mundo y ese es el gran problema de nuestra juventud. Y como este mundo es pro- ducto nuestro, podemos decir que el gran proble- ma de la juventud lo constituimos nosotros, los adultos, los que hemos hecho este mundo, mundo de confort, de higiene, de técnica, de máquinas, pero sin corazón, sin estrellas, sin "más allá".

Grande es el problema, pero por lo mismo, grande es la misión de nuestra juventud. A un mundo sin fe ha de devolver la verdad encarnada; a un mundo sin esperanza ha de abrir el horizon- te iluminando estrellas, ahora apagadas y muer- tas; a un mundo sin amor ha de probar que el amor existe haciéndole ver que existen la belleza y la bondad, la capacidad de dar y "darse" sin esperar recompensas, ni halago, ni ternura.

Jorge Díaz y una nueva dramaturgia

A propósito de “Réquiem para un Girasol”

Todo movimiento teatral perdura sólo en rela- ción directa a los dramaturgos que produzca. La nueva etapa del teatro chileno, iniciada en 1941 con el Teatro Experimental, ha repercutido en el naci- miento de una nueva escuela dramática, que adole- ce hasta la fecha de una evidente inmadurez y cuyas producciones aun no alcanzan una categoría de va- lidez internacional.

El desorden y la escasa calidad de la actividad teatral llamada profesional hace 20 años permitió que surgiese el movimiento renovador de la Univer- sidad de Chile, que se centró en sus primeros años fundamentalmente en cambiar conceptos y sistemas en la producción de las obras. Fué así como se des- terró el divismo, las obras comenzaron a prepararse con sentido colectivo, se mejoró y perfeccionó los sistemas de iluminación y escenografías, las obras se preparaban con el necesario tiempo para evitar la labor distorsionada del apuntador, se crearon escuelas de teatro, lo que dió auge y seriedad a la profesión del actor y técnico. Y comenzó la etapa heroica de producciones de grandes obras de la escena mundial. Seguramente los montajes que re- cordamos hoy como éxitos, ya no serían tales, de- bido a la mayor madurez y preparación que existe hoy día en el público amante del teatro. Pero lo cierto es que podríamos, sin temor a equivocamos, considerar que la primera década hasta 1951 se de- dicó con preferencia al elemento actor, técnico, di- rector, escenógrafo, sin que nacieran los drama- turgos correspondientes a este importante acontecer del teatro, hasta la década comprendida entre los años 1951-1961.

Así, han surgido nombres que representan una realidad en nuestro aporte dramático, como Egon Wolff, Isidora Aguirre, Sergio Vodanovic, Alejandro Sievecking, Femando Debesa, María Asunción Re- quena y otros. Pero la forma de su teatro, la carac- terística más o menos similar de ellos, la concep- ción unilateral de la construcción teatral, nos im- pedirían señalar entre todos ellos uno más desta- cado, que pudiese representar un valor internacio- nal con características propias dignas de mencio- narse. Se diferencian entre ellos, preferentemente, por algunas propiedades de estilo, o un más eficaz

aprovechamiento de la técnica de construcción dra- mática. Entre éstos no incluimos a Luis A. Hciremans que está en permanente búsqueda de una concep- ción personal del teatro.

Es evidente que, en general, los auto- res nacionales tienen escasas posibilidades de ver representadas sus obras, ya que los conjun- tos estables que existen en nuestro país estrenan a veces una obra nacional al año. Tampoco podemos desconocer el hecho que la madurez plena de un dramaturgo no se gesta en un decenio, teniendo aun por delante cada uno de ellos las posibilidades que su actual evolución y madurez podrán ofrecemos en el futuro. Pero, independientemente de esas consi- deraciones, nadie podrá objetamos que ya ha trans- currido tiempo suficiente como para distinguir en- tre todos ellos uno que encabezara una posición dramática nueva o que sobresaliera con caracteres nítidos, señalando un rumbo equivocado o no pero rumbo al fin, a los autores nacionales.

Esto no ha ocurrido. De ahí el interés y entu- siasmo — quizás aun prematuro y peligroso con que la crítica y los elementos teatrales han recibido la nueva obra de Jorge Díaz: “Réquiem para un Girasol”. A este joven dramaturgo podríamos clasi- ficarlo como el primer neo-convencional aparecido en Chile. Sabemos que el teatro moderno no ha es- tado ajeno a las mutaciones y búsquedas expresivas de las demás artes, y que después de la segunda guerra mundial fermentó una nueva exploración de neoconvencionalismo. Y no porque las vanguardias sean, como se ha dicho, el arte propio de la incer tidumbre lo son, si se considera lo incierto como estado fijo y no transitorio sino porque toda con- flagración bélica desequilibra el sistema entonces vigente de estabilidades, abate convenciones ya sin fuerza cimentadora y erige otras nuevas que sus- tituyen a las abolidas, provocando una necesidad psíquica de revisión.

Este poderoso cambio o nos muestra el trágico ridículo de las fórmulas hechas, tópicos, costum- bres, compromisos y acuerdos tácitos que creíamos inamovibles y que no eran sino soledad y horrenda impotencia comunicativa Ionesco, Beckett , cu- ya comprensión puede pervertirse desembocando

053

en la incredulidad Sartre ; o nos lleva a residir en realidades menos tangibles, y por lo tanto menos sujetas a coacción humana, bien sea metafísica o reli- giosas, bien aprehensivas y enaltecedoras del ins- tante poético. Esto último podría llamarse viven- cialismo, y siendo pasión de vida, casi una especie de lujuria vital, implica una fe: no en las cosas del hombre como verdades, sino en su fuerza crea- dora, no en su progreso social, sino en sus excep- ciones mantenidas; no en su moral, sino en su poética; no en su inmortalidad, sino en la hermo- sura de su fugacidad, no en su lucidez, sino en su sueño; no, en fin, en su lógica, sino en su magia. Esa fe, perteneciente a la imaginación y no al corazón, esa fe de la fantasía, esa fe de la fugaci- dad, es lo que caracteriza a Jorge Díaz, y es el ám- bito que rodea su nueva producción: “Rcquiem para un Girasol”.

Creemos que el nuevo aporte de Jorge Díaz no es solamente su temática, sino que fundamental- mente su nuevo concepto de la construcción dramá- tica. Se habla con insistencia de las influencias no- torias en su última producción de Beckett, Ionesco y aun Faulkner. Suponiendo que así sea, los dra- maturgos mundialmente famosos, como los maes- tros de la música clásica y moderna, ¿no han acaso tenido influencias interrclacionadas unos con otros? No podríamos esperar que de un país sin tradición cultural como el nuestro, comparado con los colo- sos de Europa, surgiera una voz dramática que no sólo significara una expresión nueva e importante en el ámbito de su país, sino que fuera inspiradora de una nueva corriente universal en el campo ar- tístico.

Por cierto que las opiniones sobre la calidad de la última obra de Díaz, no han sido unánimes. Hemos escuchado opiniones de algunos dramatur- gos, abiertamente en contra de la obra V de la capacidad de su autor. Guardando las debidas pro- porciones y diferencias, ¿no surgieron opiniones pa-

recidas cuando Pirandello inició su etapa revolucio- naría? Walter Starkie decía que el teatro de Piran- dello no pasaba de ser "variaciones sobre el viejo drama”. Y a estas y otras críticas minúsculas, el siciliano respondía en el conocido parlamento del Padre de sus “6 Personajes en busca de Autor”, cuando decía:

"Pero ahí esta el mal, precisamente: en las pa- labras. Cada uno lleva dentro un mundo diferente. ¿Cómo vamos a poder entendernos, señores, si a las palabras que yo pronuncio les doy el valor y sentido que tienen para mí* mientras el que las escucha, invariablemente las entiende con el senti- do y el valor que tienen para él? Por eso no nos comprenderemos nunca”.

Desde Pirandello a Jarry, Beckett y Ionesco se ha franqueado una barrera. Se ha pasado del teatro dialéctico al teatro ontológico. Pirandello supuso para el teatro moderno la revelación de un nuevo y amplísimo horizonte en el que se desplegaban unas posibilidades de ontología nunca previstas; cuyo aprovechamiento caracteriza el segundo cuar- to de nuestro siglo, y en especial a los últimos neo- convencionales.

Jorge Díaz responde en Chile a esta nueva po- sición del teatro. Sufrirá por ello, en nuestra esca- la, las incomprensiones y críticas de los que se afe- rran a la concepción tradicional vigente aún. Pero no nos cabe duda que en él se incuba el dramatur- go que marcará una ruta, y que servirá para iniciar en nuestro país un nuevo sendero que sabrán apro- vechar aquellos dramaturgos inteligentes que no pretenden asimilar los nuevos movimientos artís- ticos, a la medida de sus conceptos y preferencias. A ellos, nos atreveríamos recomendarles la conoci- da frase de Anatole France en su "Jardín de Epi- curo" :

"Crear el mundo es menos difícil que tratar de comprenderlo”.

Jaime CELEDON.

El ateísmo filosófico (Viene de la pág. 599)

Pero estos aspectos trascendentales son precisamente los que el hombre con más fa- cilidad pierde de vista. Heidegger pone de continuo el acento sobre la naturaleza par- ticular del problema del ser, y hace ver en todos sus escritos que el hombre está conti- nuamente expuesto a la “tentación” de ver en el conjunto de la realidad sólo los seres y olvidar "das Sein ", el ser sin más. San Bucna- \ entura ya había llamado nuestra atención sobre lo mismo en su hermoso texto: “Mira est igitur caecitas intellectus, qui non con- siderat illud quod prius videt et sine quo nihil pofest cognoscere”: es prodigiosa la

ceguedad de nuestra inteligencia, que no repara en lo primero que ve y en lo que necesita para conocer todo lo demás. L nico y sutil es el punto de partida de la prueba de Dios: lo es más todavía su punto termi- nal. El Infinito de la conclusión es por de- finición indefinible. ¿No lo dice Sto. Tomás: "la última palabra de nuestro conocimiento de Dios es que sabemos que no conocemos a Dios”? Este Ser infinito que excede los al- cances de toda mente humana se manifiesta, por otra parte, en este mundo visible sólo por su ausencia.

¿Es de extrañar entonces que el espíritu pueda desviar la vista, tentado como lo es por el deseo de realización propia?

La fuente de la doncella

Prácticamente unánime ha sido el juicio de los críticos tocante al valor estético de este complejo film, pero ¿qué decir de su contenido?

Una “balada” sueca del siglo XIII "El Ma- nantial” — es la que ha inspirado a Ingmar Berg man; su película, en efecto, es una acabada tra- ducción fílmica de la leyenda medieval y, por lo mismo, ha de ser enfocada desde este punto de vista.

Una leyenda no es historia. No pretende na- rrar lo que fue sino lo que pudo ser; más que des- cripción de realidades es proyección de fantasías. Toda leyenda es necesariamente simbólica y es- quemática. Sus personajes no son seres concretos sino categorías humanas. El marco histórico no pasa de ser un “ambiente”, y lo "narrado” es siem- pre un trozo palpitante de vida, de "la” vida en general. Los elementos de la leyenda son concretos pero sólo "intuidos” revelan su verdadero sentido. De aquí que toda levenda, como todo símbolo, a pesar de una aparente simplicidad, sea profunda- mente densa y compleja, y de pie a variadas in- terpretaciones.

No pretendemos en estas líneas dar “la” inter- pretación de "La fuente de la doncella” sino sim- plemente sugerir "una” interpretación que consi- deramos legítima, sin negar la posibilidad de otras interpretaciones.

La "tragedia” estamos en presencia de una auténtica tragedia, y, sin querer, pensamos en Es- quilo o en Shakespeare sucede en un rincón de Suecia y en los albores de la Edad Media. La re- ligión de Cristo ha penetrado en esos inmensos bosques. Iglesias de piedra brotan en tierras oscu- ras y la imagen del "crucificado” recuerda a co- razones violentos el sentido del auténtico amor. Pero en la oscuridad de la foresta y en más de algún pecho aletean todavía sombras paganas. Odín no ha muerto; y al "Dios hecho hombre” opone el hombre su instinto primitivo hecho dios; su sen- sualidad, su codicia, su envidia, su odio, su ven- ganza.

La primera escena del film nos presenta a In- gerí. Es una muchacha pagana, y su carne morena y ardiente ha sido fecundada*sin amor en un mo-

mento de placel' y de apasionada entrega. Espera a un hijo que será "bastardo” y su pasión burla- da se transforma en odio. Odia la caridad com- pasiva y despectiva de los "amos”; odia la virgi- nidad luminosa y confiada de Karin, la hija de los amos. Ingerí conjura a Odín, al sombrío dios de la venganza, y en el pan de Karin oculta a un sapo palpitante y repulsivo; es la maldición, la se- milla del odio. Bruscamente la escena se corta y surge el rostro adolorido de un Cristo gótico. Allí está Tore, el padre de familia, el dueño de las tie- rras, el "amo”. Es un hombre de rostro inexpre- sivo, pero detrás de la aparente serenidad se adi- vina una voluntad tensa y una pasión quemante ; como un tronco de roble mira al cielo pero bulle en él savia de la tierra. A su lado a la sombra de su autoridad está la “castellana”, amor he- cho deber y sumisión, religiosidad atormentada y que cree necesario quemar su carne para compla- cer a Dios.

635

Pese a la intercesión de la madre, Tore hace llamar a Karin. Es necesario que se cumpla el ri- lo tradicional. Es una doncella la que debe llevar los cirios a la misa del alba; “debe ir".

Karin es la hija única y mimada; fruto de un amor ya apagado, de dos soledades que se dispu- tan silenciosa y celosamente su cariño. Es una ni- ña sonriente y espontánea. Pulsa en su sangre la alegría de vivir; ama la danza y se acicala coqueta- mente, pero detrás de la vanidad late un corazón lleno de bondad, y esa bondad se hace luz en sus pupilas y delicado gesto de comprensión. Su bon- dad no es fruto del esfuerzo, no es voluntad tensa enmarcada en una ley rígida, no es apagada y tris- te resignación; su bondad es espontánea y, por lo mismo, risueña y confiada. Karin ama a sus pa- dres, ama a Ingerí, ama las flores, el sol, el viento, ama a Cristo. Pide ser acompañada por la mucha- cha' pagana (“¡Sale tan poco!”), se preocupa ca- riñosamente de la "creatura” que late en ese cuer- po joven y crispado, y si en un momento de justo enojo castiga a la insolente Ingerí se arrepiente de inmediato y pide perdón.

A la luminosidad de la pradera sucede la os- cura amenaza del bosque. Para Ingerí el bosque es la fuerza maléfica, la pasión primitiva, la som- bra de Odín. Tiene miedo, miedo de que su maldi- ción se realice. Abandona a Karin pero rechaza al repulsivo hechicero y corre jadeante en busca de la doncella. Es odio y amor a la vez; envidia y se- creta admiración.

Sin miedo se interna Karin en el bosque y sin miedo se enfrenta a los pastores. Confiada y bon- dadosa les tiende su pan, come y se alegra con ellos. ¿No son acaso sus hermanos? Pero si en los cirios lleva una promesa de luz, lleva en uno de los panes, aunque sin saberlo, una sombría palpi- tación de rencor. La pasión opaca la mirada de los pastores y las pupilas azules de la niña se nu- blan de angustia. ¿Cómo comprender tanta mez- quindad? Inútil es su huida, vana su desesperada defensa. Brutalmente violada deja escapar Karin un conmovedor y lacerante grito de queja; más que su cuerpo le duele el alma, le duele la cobarde y repulsiva maldad de los que creyó amigos. Y allí queda en el bosque; gesto de bondad ensangren- tado y despojado por el odio, por la lujuria y por la codicia. La mano crispada de Ingerí deja esca- par la piedra. Los pastores huyen y el niño, vo- mitando su asco y su miedo, echa en un gesto de asustada bondad un poco de tierra sobre el cuer- po inerte.

Una túnica enlodada y roja puede ser sufi- ciente prueba. El dolor de la madre se hace pa- lidez y lágrima desesperada, pero Tore devora su desgracia en silencio y el silencio revive en él el paganismo atávico: odio y venganza. Fríamente cumple el ritual de Odín; arranca con sus propias manos el tronco de abedul, se azota con sus ra- mas, se baña, viste sus mejores ropas y empuña el puñal de la "matanza”. El cristianismo de ma- nos crispadas y de voluntad férrea, pero falto de espontaneidad y de amor, cede y se quiebra ante el dolor desesperado.

Si brutal es la escena de la violación, no me- nos brutal es la escena de la venganza. A la pa- sión de la carne se contrapone la pasión del odio, y cada pasión tiene su víctima. Karin había sido la víctima de la envidia y de la lascividad; el niño aunque en un primer momento cómplice, luego espectador asqueado y aterrorizado será la víc- tima de la venganza silenciosa e implacable de Tore. De nada le valen sus pupilas agigantadas por el miedo; de nada le vale refugiarse en la ma- dre que nunca tuvo. Las manos de Tore enroje- cidas con la sangre de los verdaderamente culpa- bles se cierran sobre él y lo estrellan contra el muro.

Pero es en la muerte del niño donde Tore cobra conciencia de sus manos ensangrentadas, y su cristianismo aletargado revive punzante. ¿Pue- de tener perdón el que no ha sabido perdonar? Tore corre en busca de su hija. La madre se abra- za sollozante a ese pedazo inerte de carne, y al grito maternal de bestia herida Tore el “amo”, el inflexible, contrapone un gesto de rebelde de- safío. Pero el cielo lo aplasta y Tore, derribado, sin asidero, hundido en su soledad inmensa, pide perdón a pesar de no comprender.

Pide perdón pero quiere merecerlo, conquis- tarlo. ¿No es acaso el cristianismo esforzada y vi- ril lucha? Sus manos están desgarradas y rojas; con esas mismas manos levantará una iglesia de piedra y cal, y esa iglesia hecha de esfuerzo, de dolor y de tristeza será su purificación. Pe- ro Dios aquilata más la bondad espontánea y son- riente de Karin que la voluntad crispada de Tore. No es el esfuerzo el que purifica sino el amor; y de la cabecita rubia y roja brota un manantial de aguas puras; aguas que sacian la sed y que lavan toda mancha. Y a esa fuente se acerca In- gerí — la muchacha pagana y en ella purifica su despecho; y a esa fuente se acerca la madre, V en ella lava su oculta y enconada amargura; y es esa misma fuente la que podrá lavar la sangu- que mancha a Tore, sangre de odio.

Dios no pide catedrales de piedra. Dios no exi- ge esfuerzos sobrehumanos. Está junto a los sim- ples de corazón, junto a las Karin de todas las épo- cas, junto a la bondad sencilla y sonriente. Sólo la bondad, el amor, puede purificar la mancha que en toda mano deja la venganza y el odio. El cris- tianismo no es conquista sino aceptación y gracia. No es lo que el hombre pone lo importante sino lo que Dios pone. Tore apoyaba su cristianismo en su voluntad tensa; Karin lo apoyaba en su espontánea confianza en Dios. Pero por grande que sea la vo- luntad humana, tarde o temprano se derrumba; Dios, eh cambio, no traiciona jamás. De una niña frágil puede hacer una mártir y de una cabecita rubia manchada con sangre hacer brotar un ma- nantial cristalino.

¿Qué decir de la "moralidad” de la película? Ciertamente se trata de un film positivo pero la crudeza de ciertas escenas y la dificultad de su in- terpretación lo hacen desaconsejable para todo es- pectador no suficientemente formado.

Hernán LARRAIN, A. S. J.

636

Todo comienza el Sábado

He aquí una película realizada con franqueza desde el prólogo hasta la última frase hablada. Tiene el mérito de contar con un argumento ge- nuinamente cinematográfico y de haber sido ela- borado éste por el propio autor de la novela que le sirve de base: Alan Sillitoe. Retrato de ambien- tes obreros, acucioso estudio caracteriológico de un determinado tipo de hombre, buen elenco se- cundario y hermosas vistas de exteriores son qui- zás los principales méritos de “Todo comienza el sábado’’, además de una dirección esmerada que revela a un nuevo valor del cine británico: Karel Reisz, checoeslovaco de nación.

El personaje central de esta película hace reme- morar al arquetipo de hombre creado por Osborne en “Recordando con ira”, el colérico. Esta vez, el conocido dramaturgo inglés prestó su colaboración en la construcción de los personajes y diálogos. Arthur Seaton y Jirnmy Porter (el héroe de "Loock back in Anger”), pertenecen a la misma familia caracteriológica y sus vidas coinciden en muchos aspectos; ambos son violentos, interna y externa- mente iracundos; ávidos de importunar, herir y atormentar hasta el sarcasmo a quienes se atra- viesan en sus caminos; desorientados y con una apremiante urgencia de vivir, de rebelarse, de gritar.

Arthur, desde el prólogo “off”, plantea al es- pectador su punto de vista frente a la máquina, el institucionalismo, la sociedad y la libertad. Cada frase de su pensamiento es subrayada con un gesto de rebeldía, mientras que de entre sus manos surgen monótonas piezas de torno; pequeños ins- trumentos que, junto con producir una paga, son el mejor testimonio de esclavitud social.

Conforme a esta manera de pensar, quienes rodean a Arthur son una suerte de cobardes al no intentar siquiera rebelarse en contra de lo estable- cido con obligatoriedad. Al igual que todos, él debe pagar la cuota de servidumbre durante la semana de trabajo, y a pesar de despreciar a quienes no tienen coraje suficiente para sentir la ira y expre- sarla, debe callar, soportar, escupir hiel o morder el chicle de rigor.

Los sábados son la tregua que Arthur aprove- cha conforme el padrón de valores que ha ideado y aceptado durante la semana de opresión. "Lo que quiero es pasarlo bien dice. Todo lo demás es propaganda”. Es así como él toma revancha de la máquina y de todo aquello que la acompaña. El nombre original de la película resume todo este enconado ejercicio de libertad del protagonista; “Sábado en la noche y domingo en la mañana”. Medio fin de semana en el cual Arthur es él, dis- pone de mismo y vive a su manera, sin impor- tarle el escándalo; lo que puedan sentir, decir o hacer los otros y lo que puedan tramar en su contra las víctimas de su reajuste libertario se- manal. El domingo después del mediodía trae la

particularidad de señalar la cercanía del lunes, primer día de trabajo, y así no entra dentro del fin de semana propiamente dicho.

Seres como el biografiado en la película que nos ocupa, ¿madurarán alguna vez? Mitad niño y mitad adultos, ¿serán conscientes del daño que causan en torno suyo? Si se los castiga, ¿entende- rán que estaban equivocados? Cuando las circuns- tancias les ofrezcan un camino de normalidad . ellos no lo buscan ¿estarán suficientemente alecciona- dos como para emprenderlo? Estas preguntas y otras, de parecida lógica, son las que se formula el espectador a través del desarrollo de “Todo co- mienza el sábado” y el realizador suspende el re- lato precisamente cuando pareciera que va a haber una primera respuesta a los varios interrogantes. El telón cae discretamente cuando Arthur ha lan- zado una piedra con todas sus fuerza hacia la fila de casas nuevas, símbolo y realidad de quienes dejaron de luchar adaptándose a lo convencional de la vida y dice, mirando la trayectoria de la piedra: “No será la última que tire”.

Causa notable impacto audiovisual la actuación del novel actor británico, Albert Finney, en el pa- pel del rebelde Arthur. Ello requiere continuidad de sentimientos dentro de una línea ascendente de evolución emotiva. En este sentido no se dan repeticiones de expresión y sí, abundante gama des- criptiva de un mismo sentimiento. La presencia obligada del actor en casi todas las escenas no fatiga y téngase presente que dicha presencia es valioso elemento dentro de la composición socio- lógica de la película.

Otro tanto se diga de Rachel Roberts en el difícil papel de Brenda, la esposa de un obrero y pieza esencial para aquellos fines de semana de libertad. La sensitividad de su actuación es la justa medida para equilibrar los varios elementos de la comedia y del drama, por lo demás abundan- tes en todo el desarrollo escénico.

En nuestro juicio, la película adolece de una limitación, debido al modo cómo la perciben los espectadores. Ella analiza un problema humano den- tro de su marco comunitario y no aporta los mo- tivos para extraer la solución a dicho problema. De hecho, el protagonista aparece como inmoral, en el sentido de que Arthur no sabe hacer uso de su libertad y canaliza su acción humana dentro del goce egoísta y la hostilidad, y utiliza a las personas sin el respeto que éstas merecen.

Tales razones nos inclinan a reservar “Todo comienza el Sábado” para aquel público que, por su madurez o formación, puede captar el mensaje fílmico oculto en la antipatía que el protagonista despierta en quienes han seguido atentamente su derrotero de vida.

Enrique SANHUEZA B.

637

Cuestiones Sociales

LAS ENCICLICAS SOCIALES. Editorial Universidad Ca- tólica, Santiago 1961, 207 págs.

Rerum Novarum, Quadragésimo Anno, el radiomensa- je de Pentecostés de 1941 y Mater et Magistra son los documentos que constituyen este volumen cuidadosamente editado y de precio módico. Las dos primeras encíclicas y el radiomensaje gozan de renovada actualidad ya que son los únicos textos de sus predecesores a los cuales Juan XXIII estimó conveniente referirse en forma extensa cu Mater et Magistra; esta última, a su vez, no puede ser valorada exactamente si no se tiene a mano esos otros documentos memorables. De ahí la oportunidad de la presente edición.

Las traducciones usadas para los tres primeros textos son las de “Colección de encíclicas pontificias” (Guada- lupe, Buenos Aires, 1959), algo corregidas. Para Mater et Magistra, las de “Noticias Católicas" (EE. UU.) y revista "Ecclesia” (Madrid). El índice analítico de cada uno de los documentos y un índice alfabético común de materias enriquecen la edición.

El Arzobispo-Rector de la Universidad Católica, en su prólogo, dedica el volumen "a la juventud universitaria que, gracias a Dios, al menos en ciertos aspectos, brilla más que antes en su conciencia y sensibilidad sociales”. . . A esos jóvenes les dice "que si boy, como nunca, en cuanto católicos y chilenos, tienen la sagrada obligación de consagrur parte de su tiempo y de su vida a la Acción Social Católica en alguna de sus formas, deben, unte todo, comenzar ñor instruirse y educarse para tul acción me- diante la lectura y el estudio asiduo y proluudo de los documentos pontificios que constituyen este volumen".

Francisco Wulker Errázuriz. INTRODUCCION AL ES- TUDIO DEL DERECHO DEL TRABAJO.- Editorial Jurí- dica .Santiago, 1961, 60 págs.

De entre las breves páginas de este libro estimamos que merecen particular recomendación las que tratan de las "Fuentes del Derecho del Trabajo", vale decir, "de las diferentes maneras cómo se producen y establecen las reglas jurídicas”. La consideración de cadu una revis- te interés por los juicios que emite, observaciones que expresa y datos que ilustran y acompañan al comentario. Sin embargo, no participamos del todo del pensamiento del autor. Creemos, por ejemplo, aconsejable la dictacióu de Códigos del Trabajo por múltiples y valederas razones. Basta decir que en los países de clima anacrónicamente individualista, como el nuestro, en que es casi todopode- rosa la influencia de los "directores sociales", las dispo- siciones legales laborales sufren de inestabilidad si están contenidas en textos separados, fácilmente derogadles. Contrariamente, gozan de mayor seguridad e integridad si están sostenidas por la fuerza y unidad que caracterizan a un' Código.

Es igualmente interesante la presentación que el autor hace de la “Vida de relación del Derecho del ’lrabajo", esto es, de sus relaciones con las diversas disciplinas del mismo- género. Considera las mutuas influencias del Derecho Laboral y del Derecho Común Público y Privado, ya sea Nacional o Internacional. Sobre todo aprecia la significativa influencia que ha ejercido sobre las demás ramas del Derecho. De tal modo que aun el viejo y vigoroso tronco del Derecho Civil ha visto removidas y a veces arrancadas algunas de sus instituciones, para ser sustituidas por otras nuevas según el espirita y la forma laborales.

Aunque no compartamos algunos de los puntos de vista del autor, reconocemos que este ha realizado una obra que, dentro de modestas apariencias, da a conocer una disciplina jurídica, tal vez la de mayor actualidad. En todo caso, presenta situaciones y problemas que son tema de candente discusión en el tablado gubernamental, en los gabinetes de especialistas y gentes estudiosas, en los es- critorios de los empresarios y de los dirigentes sindicales, en los lugares de trabajo y donde quiera se reúnan dos personas que tengan conciencia de su responsabilidad social y del momento histórico que vivimos.

Carlos Vergarn Bravo

Religión

Jean Steinmann. SAINT JEROME. Les Editions du Cerf, París, 1958, 383 págs.

Es este un libro ágil, liviano, actual. Nos presenta la vida del incansable e impetuoso traductor y comenta- dor de la Biblia descrita en estilo más bien “cinematográ- fico", yuxtaponiendo múltiples escenas.

El autor él también traductor y comentador de las Sagradas Escrituras se enamoró de su gran modelo y emprendió la tarea de perfilar su figura gigantesca pura el gran público de hoy día. Con él seguimos a Jerónimo tal como aparece a través de la serie incontable do sus traducciones, comentarios y cartas.

Los capítulos son brevísimos, como unas cortas tomas cinematográficas, necesariamente algo superficiales, al fi- nal cansadoras por su misma multiplicidad y rapidez que no les permite ahondur en nada. El ubate Steinmann nota que el P. Cavallera, biógrafo del Santo. renunció a es- cribir su segundo volumen que debía unali/ar el pensa- miento de Sun Jerónimo, debido a que no encontró dicho pensamiento; de hecho no existía”. Tul vez haya chocado nuestro autor contra estos mismos límites. Pero nos hu- biese gustado leer algo más elaborado, por ejemplo acer- ca de ios dos monasterios latinos de Belén, y encontrar algunas reflexiones más detalladas sobre la vida interior de Jerónimo. Da la impresión de ser una obra escrita a la carrera, como las de Jerónimo. . . Tal cual, sin embar- go, lo leerá no sólo con agrado sino incluso con fruto quien desee tomar un primer contacto con uno de los maestros de la exégesis bíblica. Se seguirá con interés los esfuerzos creadores de este gran sabio del siglo IV para descubrir el sentido exacto del mensaje de Dios. Es alentador constatar como la interpretación católica de la Revelación, lejos de ser una ciencia estática, es el fruto de investigaciones angustiadas y a tientas, de los desvelos de Santos geniales, a menudo incomprendidos de sus contemporáneos, guiados sin duda por el Espíritu Santo, pero sin tener de ello otra conciencia que la de saberse fieles a las grandes líneas de la enseñanza de la Iglesia.

II. Daubechies, S. J.

Historia

Ricardo Krebs Wilkens.- "EL PENSAMIENTO HISTORI- CO, POLITICO Y ECONOMICO DEL CONDE DE CAM- POMANES”, Ediciones de la Universidad de Chile, San- tiago de Chile, 1960.

El autor, conocido a través de su vasta obra como académico, profesor y, ahora, flamante director del De- partamento de Historia de la Facultad de filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad Católica de Chile, ha publicado bajo este título y tomando como base el ideario del Conde de Campomanes, una obra del mayor interés para los estudiosos del pensamiento ilustrado del siglo XV III.

La autoridad del Sr. Krebs sobre esta materia es ya indiscutible, pues ha dedicado gran tiempo al estudio de esta época y se ha sumado, a través de ésta y otras obras, a los numerosos historiadores que, tanto en Europa como en América, están empeñados en renovur los conocimien- tos que se tenían sobre el siglo XVIII, la ilustración y su influencia decisiva en el proceso histórico de América.

En la primera parte, el autor desarrolla el pensamien- to histórico de Campomanes y destaca su erudición y la amplitud de sus conocimientos. Expresa que en cuanto jurista, estadista y estudioso de la economía, se vió frente a la realidad de su Patria. Como tul, su acción debía enfocarse hacia el futuro. Pero, a fin de obtener éxito en sus planes, le era preciso conocer la historia que, desde el más lejano pasado y a través del tiempo, había conformado la realidad española e impreso su sello a sus

638

hombres c instituciones. En consecuencia, según el autor, no había un deseo puro por el saber, lo cual no le impidió valorar lo histórico en si mismo. De acuerdo a esto, la historia .como instrumento político, tuvo en C ampomanes un partidario decidido. La crítica del pasado, la condena- ción de los elementos que a él le parecían nocixos, la destrucción de ideas y tradiciones que a su juicio habían hecho de la historia de España un “trágico error", esta- ban presentes en muchas de sus obras. No obstante, en otras oportunidades, le era preciso apoyarse en esta mis- ma historia para defender algunas de sus posiciones y justificar sus razonamientos apoyado en la tradición de su pueblo.

Analizada, en seguida, el pensamiento político de Cam- pomanes. Nos recuerda que éste adoptó los principios del jusnaturalismo moderno, en orden a dotar al Estado —en este caso la Corona de España del sumo poder. No obstante, y al igual que muchos catedráticos de Derecho Natural de su tiempo, dicha doctrina fue despojada de aquellos elementos que podían chocar ton la concepción católica. Según el autor, ello habría privado "a las nue- vas tendencias, de su verdadero significado original, de modo que no lograron renovar ni fecundar el pensamiento jurídico español".

En la tercera parte, el autor nos señala que lo más original en los planteamientos formulados por ( ampoma- nes fue su pensamiento económico. A diferencia de su ideario político que estuvo más próximo a la doctrina tradicional, en lo económico tiene novedades fundamen- tales y le preocupa, como a todos los hombres de su país y de su época, las causas de la decadencia de España que muchos atribuían a la destrucción de su economía. Aquí, el interés se orientaba también no sólo al estudio del fenómeno económico mismo, sino a los fines del Estado, al bien común, al fin superior que era la grandeza futura de su Patria para colocarla nuevamente en un lugar des- tacado en el concierto universal.

Aunque el tema es árido, no obstante nos parece que la obra del Sr. Krebs, además de destacar sus profundos conocimientos, constituye un aporte fundamental para el mejor conocimiento de este período v coloca a la histo- riografía chilena en la pista de los temas poco estudiados pero no por ello menos decisivos para entender nuestro desarrollo social, político y económico.

José Armando de Ramón

muy curiosa, especialmente por las grandes variaciones que la vegetación ha experimentado en menos de siglo y medio. Los comentarios que Kellcr hace de cada ilustra- ción son de verdadero valor.

El Indice de Ilustraciones, Indice Toponímico, Onomás- tico y Analítico, más una cuidaubsa bibliografía, comple- tan el trabajo del acucioso editor.

El texto mismo de Poeppig es de un interés propor- cionado al esfuerzo editorial que lo presenta. Describe cuidadosamente Valparaíso. Concón, Quintero, el valle del Aconcagua, Tulcahuano y Antuco, lugares en que éste residió durante los dos años 'argos de su permanencia entre nosotros. Su visión de (Tnilc* sobrepasa con mucho los límites de las Ciencias Naturales, ya que se detiene extensamente en los fenómenos sociales, culturales, polí- ticos. religiosos, económicos y hasta en el simple costum- brismo y folklore. Mil notas sagaces y pintorescas salpi- can su obra.

La presentación que de nosotros hace es positiva v llena de simpático entusiasmo. Sus pronósticos sobre nues- tro futuro —testigo, la Historia han resultado acertados y casi proféticos. Su alma, goethiana y romántica, se ex- presa en páginas de gran estilo que, no por ser de en- tonces. deja de resultarnos nfüy grato.

J. V.

Varia

Jean Guitton.— APRENDER A VIVIR Y A PENSAR. Ediciones Criterio, Buenos Aires, 1960, 110 págs.

Guitton hace suyo el dicho de Bergson: “Hay que actuar como hombre de pensamiento v pensar como hom- bre de acción”; de ahí que para él las artes de vivir y pensar no sean sino una sola. Y es un arte que se puede aprender, hasta cierto punto. Por eso el autor nos ofrece esta serie de reflexiones sobre pensamiento y acción con- siderados como un todo.

Tanto el intelectual como el activista están hoy acosa- dos por sinnúmero de incitaciones y posibilidades. Se impone una selección de objetivos y de métodos. El libro se coloca en el nivel de estos últimos y los define como “el arte de obtener el máximo de resultados con el mínimo de esfuerzos. Es el arte de esa pereza razonable y suprema: la economía, la prudencia. . .”

Guitton es hombre que ha asimilado una experiencia nada despreciable de pensamiento y actividad .tanto pro- pios como ajenos. Esto lo constituye deudor, porque pien- sa “que tocio hombre que pasó el término medio de su vida en una función o en un oficio, debiera decir en voz baja, delante de algunos amigos, lo que recibió de sus maestros y lo que su propia experiencia le permitió añadir a eso. Debería confiar sus reflexiones sobre su trabajo. . .”

Nosotros somos sus amigos y la voz baja de sus re- flexiones nos va entregando un espíritu brillante y ver- sátil que se ha acuñado un estilo muy difícil de imitar.

La edición de “Criterio” es limpia, impecable.

J- V.

Eduard Poeppig. “UN TESTIGO EN LA ALBORADA DE CHILE” (1826-1829), Zig-Zag, Santiago. 1960, 507 págs.

Eduard Poeppig fue un naturalista alemán que* vivió unos 10 años en América y, más adelante, siendo profesor de la Universidad de Leipzig, publicó un libro titulado “Viaje en Chile, Perú y en el río Amazonas durante los años 1827-52”. El primer volumen de esta obra está dedi- cado a ChiD v es el que, traducido por primera vez al castellano, Zig-Zag ha editado en forma por demás extra- ordinaria.

En efecto, el texto está traducido, prologado y anotado extensa y sabiamente por el erudito (arlos Keiler. Una partitura musical, 6 planos y otras 109 ilustraciones le añaden interés y belleza. Más de dos docenas do estas últimas son de la rúan o maestra de Juan Mauricio Ru- gendas. compatriota de Poeppig. que recorrió Chile apenas unos 6 años después del naturalista y llevando su libro en la mano. De ahí la coincidencia entre lo que el primero describió y el segundo inmortalizó en sus dibujos.

Poeppig también dibujaba y el libro reproduce 9 de sus obras de no poco interés científico. Kellcr ha tomado fotografías de los sitios que éste reprodujo, procurando hacerlo desde el mismo ángulo. La confrontación resulta

Gabriela Yáñez de Figueroa.— “NIÑOS EN SOLEDAD". Editorial Del Nuevo Extremo, Santiago. 1961, 2-17 págs.

Espontáneas, tiernas y algo ingenuas se nos entregan estas páginas de Gabriela Yáñez de Figueroa. No hay en ellas pretensiones literarias, aunque cuentan con pasajes de singular belleza, pero están impregnadas de uno de los sentimientos humanos más nobles: el amor a la in- fancia.

Los casos verídicos que narra la autora, a menudo no tienen solución y ni siquiera se pretende dar respuesta a las interrogantes planteadas. Al ver alejarse de su lado al niño o a la niña que sufren, la única satisfacción que tiene la maestra, es la de haberles entregado lo mejor de misma. El resto queda en manos de Dios. Las situa- ciones descritas son producto de] esencial desquiciamiento de la vida moderna y de un olvido de los valores cris- tianos.

En todo el texto va implícita la idea de que es nece- saria una revisión de esta posición de los padres ante la vida, de una toma de conciencia de sus responsabilidades, que trascienden el terreno de lo material, si es que com- prenden la importancia de formar generaciones futuras sobre sólidas bases morales.

Estela Lorca de Rojo

039

El derecho de propiedad

Carta pastoral de ¡\lons. Leonardo Rodríguez Bailón, Arzobispo de Arequipa, con ocasión de la Segunda Semana Social del Perú.

( Después de una introducción de circunstancia, el Arzobispo entra inmediatamente en la materia:)

La voluntad de Dios sobre los bienes de la Tierra.

Dios "que alimenta los pájaros del cielo” y "viste los lirios del campo” (S. Mat. 6, 26), ha provisto eficazmente la sustentación holgada de sus creaturas predilectas: los hombres. Luego

ciertamente, Dios quiere que los bienes de la tierra lleguen en realidad a cubrir las necesidades vitales de todos los hombres, y no puede ser conforme a la voluntad de Dios un ordenamiento social como el nuestro, por el cual sólo una parte de la socie- dad goce de la riqueza, mientras el resto no tenga lo suficiente para un honesto vivir.

Oigamos esta declaración solemne del Romano Pontífice: "El principio fundamental de esta cues- tión (social) exige que los bienes que Dios creó para todos los hombres lleguen equitativamente a todos según las normas de la justicia asistida por la caridad” (Pío XII, Sertum laetitiae). "Todo hombre, como ser viviente dotado de razón, tiene efectivamente el derecho natural y fundamental de usar de los bienes materiales de la tierra (...) Este derecho individual no puede suplantarse en modo alguno ni aun por otros derechos ciertos y pacíficos sobre estos bienes materiales” (Pío XII, 1" de jun. de 1941).

También la propiedad privada es querida por Dios.

Precisamente el medio providencial que Dios ha dispuesto para que los bienes de la tierra lleguen equitativamente ' a satisfacer las necesidades de todos los hombres es la institución natural del de- recho de propiedad. Por la esperanza de conseguir la posesión de algún bien como propiedad personal, el hombre tiene un aliciente para trabajar. El tra-

bajo, carga pesada, se hace así según los designios de Dios, en cierto modo, naturalmente deseable. El deseo de ganar para y los suyos es el estímulo natural del trabajo, así como el apetito es el incen- tivo de la sustentación cotidiana del cuerpo. Y el trabajo intenso multiplica los bienes de la tierra, con lo que, debidamente distribuidos, pueden llegar a satisfacer las necesidades de todos los hombres.

El trabajo justifica el derecho de propiedad.

Además ¿quién va a negar al hombre el derecho a poseer como propio el producto de su trabajo? Es fruto de sus energías, creación de su pensa- miento; en su obra “dejó impresa una como huella y figura de su propia persona” (León XIII, R. N.).

Sigamos el razonamiento luminoso de León XIII: “El obrero (...) con el trabajo adquiere un derecho verdadero y perfecto, no sólo para exigir su salario sino para hacer de éste el uso que quisiere. Luego si (...) ahorra algo y (...) emplea este ahorro en una finca (es decir: un medio o instrumento de producción) síguese que la tal finca no es más que aquel salario bajo otra forma, y por lo tanto la finca que el obrero así compró debe ser tan suya propia como lo era el salario que con el trabajo ganó” (R. N.).

La propiedad sustenta la dignidad de la persona humana y de la familia.

El hombre, por otra parte, dotado por Dios de razón y libre disposición de mismo, tiene dere- cho a mirar por sí, a ser é] quien prevea y provea el porvenir suyo y de sus hijos. No es un menor que necesita la tutela de otra entidad superior para gobernarse. Dueño de sus bienes, frutos de su tra- bajo, puede mirar con tranquilidad el porvenir. La máquina, las tierras que ahora le producen con el trabajo ajeno y que fueron fruto del suyo propio,

640

1c podrán seguir providencialmente sosteniendo con sus frutos el día que él ya no pueda trabajar.

¿No es la familia una prolongación, un desa- rrollo de la persona humana que se perpetúa en ella? ¿No tiene derecho, más aún, no está obligado el paure de familia a trabajar para sus hijos? Lo suyo propio ¿no es también de sus hijos? ¿Quién le negará al padre de familia el derecho a legar a los suyos en herencia el fruto de su trabajo? "Siem- pre ha de quedar intacto enseña Pío XI el derecho natural de poseer privadamente y tras- mitir los bienes por medio de la herencia ; es dere- cho que la autoridad pública no puede abolir, por- que el hombre es anterior ai Estado y también la sociedad doméstica tiene sobre la sociedad civil prioridad lógica y real" (Q. A.). Claro está que este derecho, en la mente de la Iglesia, de ningún modo es ilimitado y está, como todo lo relativo a la propiedad, subordinado al bien común.

Sin propiedad efectiva se hallan amenazados los valores morales del hombre, su dignidad y su libertad.

Sólo la propiedad privada asegura al hombre la sana libertad que necesita para cumplir sus de- beres para con Dios y para con los demás hombres, para guardar su hogar de ingerencias extrañas, para poder educar a sus hijos según su criterio y sentir, y no según el parecer y gusto del Estado. La situa- ción humillante del proletariado en nuestra socie- dad liberal-capitalista, o la esclavitud del trabajador en los regímenes socialistas en que el Estado es el único gran propietario, prueban elocuentemente nuestra tesis católica.

"La misma naturaleza ha dicho Pío XII ha unido íntimamente la propiedad particular con la existencia de la sociedad humana, con su verdade- ra civilización, y en grado eminente con la exis- tencia y desarrollo de la familia (...). Acaso no debe la propiedad -privada asegurar al padre de familia la sana libertad de que tiene necesidad para poder cumplir los deberes que el Creador le ha señalado concernientes al bienestar físico, espi- ritual y religioso de los suyos?” (Pío XII, 1? de junio 1941).

Propiedad privada sí, pero extendida a todos.

Todos propietarios.

Defender la propiedad privada sin exigir que se extienda a todos, particularmente a los trabajado- res y a los padres de familia, es una verdadera con- radicción en la que caen frecuentemente los man- tenedores del orden socio-económico de nuestra so- ciedad liberal. ¿Acaso el estímulo natural para el trabajo, el derecho al fruto de su trabajo, el dere- cho a mirar personalmente por y por los suyos, la libertad y la dignidad, han de ser privilegio ex- clusivo, por voluntad de Dios, de los relativamente pocos propietarios que hay en la sociedad?

Decía Pío XII en 1947 : "Una repartición más equitativa de las riquezas ha sido siempre y sigue siendo uno de los objetivos primordiales de la doc- trina social católica" (11 de set. de 1947).

Se escribe mucho entre nosotros y se habla de productividad, de la necesidad de incrementar la producción para elevar así el nivel económico de nuestra nación. Es necesario, ciertamente, producir más, pero también es necesario repartir mejor. La economía liberal sólo piensa en producir, creyendo que la distribución equitativa de los bienes produ cidos se seguirá connaturalmente. Los resultados, sin embargo, de esta teoría económico-social han sido funestos para el mundo. ¿Cómo nos olvidamos tan fácilmente, por poner un ejemplo va tradicio- nal, del cuadro de miseria extrema que nos presen- ta el pueblo inglés del siglo pasado, mientras su producción se multiplicaba por efecto de la intro- ducción del maquinismo? El que habla de produc- ción y no insiste en la necesidad de distribuir más justamente lo producido, no piensa en católico.

Oigamos otra vez a Pío XII: “si es cierto que para satisfacer esta obligación (la de dar a los hombres una subsistencia honesta y un grado con- veniente de comodidad) el medio más seguro y más natural es acrecentar los bienes disponibles mediante un sano desarrollo de la producción, to- davía es preciso, en la realización de este esfuerzo, poner cuidado en el justo reparto de los frutos del trabajo de todos. Si tal justa distribución de bienes no fuese realizada o no estuviese más que imper- fectamente asegurada, el verdadero fin de la eco- nomía nacional no sería alcanzado, supuesto que, cualquiera que fuese la opulenta abundancia de bienes disponibles, el pueblo, no habiendo sido llamado a participar de ellos no sería rico, sino pobre” (7 de julio de 1952).

Nuestra situación actual: pocos propietarios de grandes capitales; los más, proletarios.

¡Qué lejos estamos todavía en nuestra querida Patria de haber llegado a una justa distribución de la riqueza! El derecho de propiedad es entre nos- otros privilegio de unos pocos; los más ni son real- mente propietarios aunque posean algunos bienes, ni podrán serlo mientras perdure el estado de cosas actual.

Somos un país subdesarrollado; el nivel de producción es bajo. En parte porque el trabajador subalimentado y sin el aliciente natural de poder llegar algún día a poseer bienes propios, pues la escasa remuneración de su trabajo le impide el ahorro, no rinde lo suficiente. Y lo poco que pro- ducimos está mal repartido.

Reconocía este hecho el Episcopado peruano en su carta colectiva "sobre algunos aspectos de la cuestión social en el Perú”, escrita el año 1958: "La afluencia de riquezas se ha concentrado a menudo cu pocas manos (...) y se ha acentuado la contra- posición entre los que tienen la riqueza y los que sólo tienen su trabajo; en tal forma los bienes de este mundo están desigualmente repartidos que se

641

Cliginan conflictos (...) Nadie puede negar la gran pobreza, rayada casi en la miseria, y el sen- tido de depresión en que viven muchos de nuestros hermanos en la sierra. Nadie puede negar la triste condición de los indígenas emigrados de sus tie- rras y asalariados en muchas de las haciendas, lejos de su lugar de origen”.

De los trabajadores de nuestro Nuevo Mundo decía Pío XI en la Q. A.: "ha crecido inmensamente el número de los proletarios necesitados cuyos ge- midos llegan desde la tierra hasta el cielo”.

Ya en la Primera Semana Social del Perú el ilustre arequipeño Dr. José Luis Bustamante y Ri- vero nos daba los siguientes datos: En el Depar- tamento de Puno el número total de propietarios de haciendas alcanza apenas al 0,5% de la pobla- ción; este escaso número de propietarios con los colonos que cultivan sus haciendas ocupan las tres cuartas partes de la tierra cultivable del Departa- mento. La otra cuarta parte queda para el 90% de la población restante constituida por miembros de parcialidades y comunidades indígenas. No pue- den ser muy diferentes, añadía el conferenciante, las cifras de la zona agrícola de la costa donde abunda también la gran propiedad concentrada en pocas manos.

Causas del presente estado de cosas.

Enumeremos siquiera algunos de los factores oue nos han llevado a una tan injusta distribución de la propiedad:

a) legado del régimen semifeudal de la Colo- nia, cuyo defecto no logró superar la República;

b) fruto del liberalismo político y económico que todo lo invadía en el siglo pasado y sigue to- davía contaminando en tanto grado nuestras na- ciones hasta el presente;

c) el egoísmo de muchos propietarios ricos y la falta de un vigoroso y limpio movimiento sin- dical ;

d) la indiferencia interesada de muchos go- bernantes. Dejemos de nuevo la palabra al Dr. J. L. Bustamante y R.: "Cabe decir con rigurosa propiedad que la alta clase adinerada del Perú constituye una plutocracia en el sentido que le atri- buye la etimología griega de la palabra : gobierno de los ricos, preponderancia de los ricos en el go- bierno del Estado (...). Esa clase dirigente no ha llegado a ser una verdadera clase directora, en el sentido de imprimir al país un tono de vida con- corde con el avance de los tiempos y de la idea cristiana; nuestra estructura interna en lo econó- mico V en lo político-social padece un atraso de muchas décadas”.

e) el desconocimiento de la doctrina social de la Iglesia, en parte debido a la escasez del Clero que se ha visto obligado a ocuparse en tareas pas- torales de más urgencia, y en parte también, he- mos de reconocerlo, por descuido lamentable en la oportuna divulgación de esta nuestra doctrina so- cial en los Colegios de la Iglesia y en la predica- ción homilética.

¿Cómo hacer una redistribución de la propiedad?

¿Cómo llegar a una difusión y generalización de la propiedad privada en el Perú que, como nos decían los Papas, es uno de los objetivos primor- diales de nuestra doctrina social?

Por una reestructuración jurídico-legal de nuestra legislación sobre el derecho de propiedad y una acción política eficaz del Estado, auténtico gestor del bien común.

2- -Por medio del salario familiar justo, que haga posible el ahorro y consiguientemente el acce- so a la propiedad del proletariado.

3o Por una concepción y sentidos verdadera- mente cristianos en la adquisición y disfrute de la propiedad.

Estudiemos ahora detenidamente cada uno de estos tres puntos.

PRIMERO: REESTRUCTURACION JURIDICO-LE- GAL DEL DERECHO DE PROPIEDAD INDIVIDUALISTA Y LIBERAL DE NUESTRA LEGISLACION Y ACCION ESTATAL EFICAZ, ORDENADA A CO- RREGIR SUS MALOS EFECTOS.

Reconocemos que nuestra legislación laboral es avanzada en comparación con la de otros países; sin embargo, se limita al ordenamiento del trabajo industrial, abandonando al trabajador del campo.

Nos referimos más bien al ordenamiento jurí- dico que regula el derecho de propiedad privada. Nuestro Código Civil, tomado del Código español, que a su vez se basa en el Código napoleónico, in- dividualista y liberal, está en flagrante contradic- ción con las normas constitucionales que reconocen a la propiedad privada su debida función social (Art. 34, 45, 47). Hacemos nuestra la afirmación de un eminente catedrático de Derecho Civil: "El ejer- cicio de tal derecho (se refiere al derecho de pro- piedad, limitado por su función social, tal como lo reconoce nuestra Constitución) lleva aparejado el cumplimiento de deberes sociales con una configu- ración jurídica nueva, totalmente contraria a la del Código vigente en la actualidad”.

Los frutos de esta mentalidad liberal de nues- tra legislación ya los hemos considerado hace un momento al hablar de nuestra situación social pre- sente. Saquemos ahora las conclusiones de estos dos hechos: una legislación liberal y sus resultados:

a) es necesario limitar el derecho de propiedad que nos rige; constreñirlo a que cumpla su fun- ción social ;

b) es urgente una acción enérgica del Estado, de un Estado que sea verdadero gerente del bien común, dirigida a realizar una auténtica redistri- bución de la propiedad en el Perú.

Ahora bien, ¿por qué caminos podrá el Estado, según la doctrina social cristiana, realizar tan di- fícil tarea? ¿Con qué medios podrá contar para ello?

642

I. En lo referente a la extensión de la propiedad privada radical.

a) La protección de la pequeña propiedad pri- vada.

“La pequeña y mediana propiedad agrícola artesanal, profesional, comercial e industrial afir- ma Pío XII debe ser garantizada y favorecida; las uniones de cooperativas deberán asegurarle las ventajas de la gran explotación” ( 1? de set. de 1941 ). No olvidemos en este momento a nuestras comu- nidades de la sierra.

b) La nacionalización de grandes empresas in- dustriales o financieras de excesivo noder económico-político, nocivo al bien común.

"Hay ciertas categorías de bienes acerca de los cuales se puede sostener con razón que deben ser reservados a la colectividad, cuando engendran tal poder económico que no puede, sin perjuicio del bien común, ser dejado en manos de las personas privadas” (Pío XI, Q. A.).

El Código Social de Malinas sintetiza así la doctrina social cristiana sobre la socialización de grandes empresas: "La nacionalización podrá ad- mitirse cuando sea una exigencia del bien común, por ejemplo, para sustraer a los intereses particu- lares empresas de importancia capital para la de- fensa del país; para salvaguardar contra las po- tencias financieras la soberanía del poder político ; o cuando se comprueba que la nacionalización es el único camino eficaz en orden a remediar abusos y asegurar el predominio del bien común”.

La nacionalización implica siempre en la mente de la Iglesia la obligación de una congrua indem- nización.

Estos criterios no desvirtúan la preferencia de la doctrina social de la Iglesia sobre la empresa privada, a condición de que ésta no esté orientada al lucro máximo de sus propietarios, sino que esté administrada en función del triple interés de la comunidad empresarial, del ramo de la industria a que pertenezca y de la colectividad.

Un sociólogo eminente resume así los motivos de esta preferencia:

a) “Desde el punto de vista económico es más flexible, más productiva, puede rendir más;

b) desde el punto de vista social, constituye una garantía de libertad, no sólo para los jefes de la empresa, sino también para todo el personal ;

c) desde el punto de vista político, impide que el Estado se convierta en un omnipotente adminis- trador de las empresas económicas y que se en- trometa en unas actividades para las cuales está falto de competencia, en detrimento de sus funcio- nes esenciales”. (Van Gestel. "La Doctrina Social de la Iglesia” Herder, 1959, págs. 205 y 206).

c) El estímulo y protección a las cooperativas de producción.

La formación de asociaciones o unidades coo- perativas es medio más conforme a la doctrina so- cial de la Iglesia que la nacionalización en orden a reducir la propiedad privada a su función social. "No hay ninguna duda afirma el Papa de que en las circunstancias actuales, la forma cooperativa (...) de la vida económica favorece a la persona, a la comunidad, al trabajo y a la propiedad priva- da” (Pío XII al Presidente de la Sem. Soc. de Francia).

d) La expropiación y redistribución de propie- dades cuando así lo exija el bien común.

"El Estado puede en interés del bien común sostiene Pío XII (...) si no se puede proveer equitativamente de otro modo, decretar la expro- piación, dando la indemnización conveniente, cuan- do la mala distribución de la propiedad es un obstáculo para la verdadera fecundidad de la vida social y el normal rendimiento de la economía nacional, lo que no necesariamente ni siempre viene originado por la extensión del patrimonio privado” (Pío XII, Io de set., 1944).

Cuando la propiedad privada, desmesurada por su extensión y su absorción social, ha sido desde tiempos inmemoriales verdadero instrumento de explotación del trabajador del campo, ¿no habrá llegado la hora de una intervención del Estado, haciendo así eficazmente que la propiedad quede subordinada al bien común?

Cuando se trata, finalmente, de tierras no cul- tivadas por sus dueños, la expropiación parece cier- tamente necesaria, pues constituye en este caso, la propiedad exclusiva de estos bienes, un obstáculo insalvable "al normal desarrollo de la economía nacional” (Pío XII, id.).

e) Evitar la concentración desmedida de la propiedad, mediante el impuesto progresivo a la herencia.

Los Romanos Pontífices condenan, es cierto, la política financiera que grava a la propiedad pri- vada, y en concreto a la herencia "con enormes tributos e impuestos”. Estamos muy lejos, sin em- bargo, en nuestra legislación tributaria, de este exceso, en lo que se refiere, al menos, a la impo- sición directa. A nadie se le oculta, por otro lado, que se eluden las cargas fiscales con demasiada frecuencia entre nosotros.

El impuesto progresivo prudentemente aplica- do, sobre todo tratándose de herencias indirectas y lejanas, reduciría a sus justos límites los patri- monios excesivos, que en nuestro medio, en el que la inmensa mayoría de los ciudadanos carecen, en realidad, de toda propiedad privada, parecen ciertamente contrarios al bien común.

645

f) La reforma de estructura de la empresa.

Refiriéndose a la gran empresa, decía Pío XII en su discurso del I' de set. de 1944: "debe ofrecer la posibilidad de suavizar el contrato de trabajo con un contrato de sociedad" . Esto supone "la par- ticipación de los obreros y empleados, ya en la propiedad, ya en la administración, ya en cierta proporción en las ganancias logradas en la em presa” (Pío XI, Q. A.).

La participación en la administración o cóges- tión económica, sobre todo, ha preocupado a Pío XII: vió el peligro que amenazaba a la empresa de caer en manos de “organizaciones anónimas colec- tivas, al margen de ella” (p. ej. los grandes sindi- catos socialistas europeos). Afirma por otro lado categóricamente Pío XII que ni la naturaleza del contrato de trabajo, ni la naturaleza de la empre- sa llevan consigo el derecho a la cogestión” (Pío XII, 3 de junio de 1950). Sin que esto quiera decir que no se pueda aspirar a ella como a un ideal, y en consecuencia que no exista el derecho a ser- virse de los medios legítimos para realizarla. Hasta qué punto aconseje la prudencia avanzar por el camino de la mutación progresiva del contrato de trabajo en contrato de sociedad, es un problema práctico que ha de ser resuelto por los jefes de empresa, los sindicatos y los Estados, y supone madurez y ecuanimidad en todos los que han de intervenir en ello.

II. En lo referente a la gestión o administración de la propiedad.

a) Coordinar la producción para que vaya orgá- nicamente dirigida al bien común.

"Sin que llegue a suplantar su omnipotencia opresiva a la legítima iniciativa de las iniciativas privadas, los poderes públicos tienen (...) un papel innegable de coordinación que se impone, sobre todo en el complejo de las condiciones ac- tuales (...). En particular no puede realizarse sin el concurso del Estado una política económica de conjunto que promueva la activa cooperación de todos y el acrecentamiento de la producción de las empresas, fuente directa del ingreso nacional” (Pío XII, 7 de julio de 1952).

Una mirada, aun superficial, a nuestra econo- mía, en su aspecto de producción agraria princi- palmente, nos persuade de que con frecuencia no es precisamente el interés de la comunidad su prin- cipio rector y ordenador, sino el mero lucro per- sonal.

b) Intervenir técnicamente en empresas mal administradas.

Por su escasa productividad, las empresas de- ficientemente administradas causan un verdadero

perjuicio al bien común. ¡Cuántas haciendas en nuestro medio serrano podrían multiplicar su aportación a la economía nacional, racional e in- tensivamente explotadas!

III. En lo referente al uso de la propiedad.

"La autoridad pública, guiada siempre por la luz natural y divina, e inspirándose en las verda- deras necesidades del bien común puede determi- nar (...) lo que es lícito o ilícito a los poseedores en el uso de sus bienes (Q. A.).

a) Limitando las manifestaciones excesivas de lujo.

Con toda evidencia, gastos en fiestas, viajes y ostentación que en otras naciones tal vez puedan ser aceptables por su elevado nivel de vida, entre nosotros resultan en realidad, gravemente ofensi- vas a los padres de familia que, trabajando según sus fuerzas y viviendo honestamente, no tienen con qué cubrir necesidades vitales de sus hijos.

“Ante la puerta de tu misma casa está llaman- do a gritos un andrajoso y desoyes esas \oces. Tie- nes la afición puesta en vestidos y joyas mientras otros muchos ni siquiera tienen pan para comer. ¡Qué estrecha cuenta se te ha de pedir! El pueblo se muere de hambre, el pueblo vierte lágrimas... ¡ desgraciado de ti en cuyo poder está el librar a tantos de la muerte, pero te falta la voluntad de hacerlo!” (San Ambrosio. De Nabuthe Israelita, cap. XII, n. 56).

b) Promoviendo las inversiones de capitales en función del bien común, no del mero lucro.

Sería conveniente que todos aquellos que dis- ponen de dinero hiciesen un examen sincero sobre el empleo que han hecho y hacen de sus capitales, pues están gravemente obligados, en conciencia, a invertirlos en empresas que tiendan a remediar nuestros apremiantes males sociales, aun cuando fueran menos lucrativas para ellos.

En esta reestructuración del cuerpo jurídico- legal que nos rige y acción enérgica de una admi- nistración estatal sana y robusta que ordene la posesión, la administración y el uso de la propie- dad privada al bien común, se puede caer en un pernicioso exceso que hemos de evitar a toda costa: el socialismo, aun el meramente económico, conde- nado por la Iglesia; para no hablar del socialismo marxista cuya oposición total a nuestra fe y moral hemos recordado en reciente pastoral.

(Continuará).

644

Indices del Volumen X

Indice de Autores

(El primer número indica el fascículo mensual, y el segundo lu paginación seguida a través del año entero)

Amigó J.. G.: Cuba: la Iglesia Católica v Fidel Castro,

*>9. 23í.

Arroyo, G.: Mirada hacia el inundo actual, 98. 166. Barros V., G.: Traslado a San Rafael, ID». 500: Hambre en las Comunidades del Norte Chico, 105, 025.

Boza M.. Mons. E.: ¿Es cristiana la Revolución Social que se está verificando en Cuba?, 97, 128.

Bray, Donald W.: Panorama de catástrofe: el futuro de las relaciones entre los Estados Unidos y Chile. 97. 04. Brurón, S.: V Semana Interamericana de Acción Católica,

97, 112; ¿Y los intelectuales batólicos?, 100, 279; Con- greso mundial de UNIAPAC : Impacto nuevo en

objetivo viejo, 104, 557.

Cáceres C., L.: Invasión de Santa Adriana, 105, 499; Di- rigentes universitarios opinan. (04. 561: Querella con- tra periodista desata polémica nacional. 105. 625. Carióla B., P.: Escuelas católicas en los EE. UL.: algunos

datos, 98. 174.

Celedón S., J.: El cuidador. 102. 419; El lenómeno lonesco. 105, 510; El Rinoceronte, 104, 575; Jorge Díaz y una nueva dramaturgia. 105. 655.

Cifuentes G., F.: 111 Bachillerato, 101. 544: Huelga del magisterio: ¿Qué piden los profesores?. 104. 560.

Cifuentes G., J.: Directivas chinas para Cuba, 100. 290. Cifuentes G., R.: Reforma agraria en Venezuela. 105. 628. Claps, G.: León el Grande, 97, 90; Tribunal calificador de elecciones, 99. 194; Un hombre llamado Isla > Cepillo de Dientes, 100, 310; Bernardo O’Higgins, 101, 575; Historias de Amor. 101. 374: Antonioni y su película “La Aventura", 103, 512.

Coloinbo. C.: Matrimonio y Apostolado, 98. 131.

Comité Teológico de Lyon: La huelga de los asalariados y la ley moral. 101. 380: 105. 516 Corro A. Del: Unión, trabajo, convivencia, 99. 239. Culhane, E.: Colombia: La república roja de Tequen-

dama, 101, 366.

Chambre, H.: Situación religiosa en la 1 R.S.S.. 100. 296.

D'Apote, V.: Reforma Agraria: consideraciones prelimina- res, 99, 210; Reforma Agraria italiana: reparto de

tierras, 101, 550: Reforma agraria italiana: los nuevos empresarios, 105, 600.

Daubechies, H.: Pacto social en Bélgica, 96, 40: La voz de la Iglesia en la crisis argelina, 96, 32; Inquietud en España, 98, 161; Trujillo ¿Benefactor de la Iglesia?,

98, 167; La última esperanza para América Latina, 100.

301; Angola en la encrucijada, 101, 362.

Dinger, Clair M.: Rearme moral. 105. 614.

Domínguez C., C.: La estructura de la empresa en la Encíclica "Mater et Magistra", 102. 400.

Domínguez C., O.: La agricultura, sector deprimido. 102, 410. Donoso B., M.: ¿Qué es la Iglesia?. 104. 347.

Donoso. J.: Cantando con la Iglesia, 98, 176.

Dubarle, R. P. D.: El Universo es nuestra aventura y la Tierra nuestra tarea, 100, 294.

Episcopado de Angola: La Iglesia, el Sacerdote y la Polí- tica, 100, 317.

Episcopado de Australia: El hambre en el mundo. 99, 255. Episcopado Ecuatoriano: Reforma Agraria en Ecuador.

98. 187.

Episcopado Paraguayo: Respeto a la persona, 9S, 190. Etchegaray C., A.: Imágenes del Hombre en el Siglo XIX. 96, ■>3; Las imágenes no-cristianas del hombre en el siglo XIX, 98, 146.

Faux, J. M.: Crecimiento de la fe, 99, 204.

Figueroa G. H., G.: Isla de Pascua: interpretación arqueo- lógica, 105, 607.

Gaete U.. A.: ¿Cómo leer un libro?, 104, 538.

Gamboa S., F.: El Tratado Antartico, 100, 282.

Gorbea, J.: Crisis política, 103, 46b: La nueva etapa, 104.

521; La encrucijada de las Reformas, 105, 5S5.

Grez, I.: ‘Mater et Magistra” y la propiedad. 102, 406;

Invasión de Santa Adriana, 103, 499.

Hasehe, R.: La ruta de la metafísica, 100, 275.

Hernández S., L. R.: Algunas reflexiones (sobre la educa- ción chilena), 105, 504.

Hurtado E., C.: El Padre Hurtado \ los Hogares de ni-

ños, 101, 341.

Juan XXIII: Fisonomía del periodista católico. 99, 234:

“Mater et Magistra”, 102, 423; Por la paz del mundo. 104, 580.

Juliász, L.: Religión y Juventud cu Alemania, 96, 43;

Catolicismo e integración europea, 99. 243.

Lagarrigue A., J: Treinta años di' Acción Católica. 105, 621.

Lurraín A., H.: Versos de ciego: una obra discutida, 99, 214; Rocco y sus hermanos, 99. 243; Una controversia en Roma, 101. 360; Un caso acabado, 104, 344: Una opnión sobre la juventud, Í05, 611: La fuente de la doncella, 105, 635.

Larraín E., II.: Arquitectura religiosa, 105, 477.

Laurent. P.: Visión cristiana del desarrollo económico,

103. 4s-

León B., E.: Planteamiento de la educación chilena, 105, 501.

Magnet, A.: El Conflicto Argelino: carrera contra el tiem- po, 96, 6; Kennedy con ellos y con nosotros, 97, 69; Acordes en disentir, 98, 132; La aventura cubana, 99, 196; Desde Viena hasta el Caribe, 100, 260; La Ccpal sesionó en Santiago, 100, 289; Crisis y desarme, 101. 524; Punta del Este: atrasado y urgente, 102, 387; Frondizi viene a Chile Quadros se va di' Brasil.

103, 462; Crisis en Berlín, 104. 525; El XXII Congreso Comunista, 105, 587.

Maritain, J. y R.: Liturgia y contemplación. 100. 331.

Matthei, M.: Un trapense chileno en tiempos di* la Inde- pendencia, 104, 532.

Melady, T. P.: Africa: objetivo del comunismo, 104, 367.

Mensaje: ¿Abusos de la Enseñanza Particular?, 96. 9:

Resurrección, 97, 73: Rcruin Xovaruin: 709 Vniversa-

rio, 98, 155; ¿Era lícito intervenir?, 99, 199; Los trac-

tores valen más, 100, 265; El Goldstein del radicalismo, 101, 327: “Mater et Magistra”, 102, 391; Diez años de vida, 103, 465; Huelgas universitarias, 104, 527; Un

Congreso “humanista . 105, 591.

Moreno, A.: La Biblia frente a la Ciencia A propósito de “Heredarás el Viento”, 98, 140; El mito de Jesús, 103, 469.

Naranjo U., A.: Los textos escolares, 105, 618.

Pacheco G., M.: Impresiones de un viaje a China. 99. 223; Psicología del matrimonio, 100, 269; La Encíclica Casti Connubii y el Movimiento Familiar Cristiano, 103, 481.

Párrocos de la Diócesis de San Felipe: La tierra para los campesinos, 101, 362.

Pérez de Arce, C.: La madre de los conejos, 98, 177.

Pike, F. B.: Panorama de catástrofe: el futuro de las re- laciones entre los Estados Luidos y (hile. 97, 94.

Pin, E. J.: Prácticas religiosas y clases sociales en una parroquia urbana, 98, 136.

Pincheira, J.: Crudeza literaria y moralidad, 96. 28.

Pourchet, G.: La Revelación de Dios en la Biblia a través de la Pobreza, 96, 13.

Rodríguez B., Mons. L.: L1 derecho de propiedad, 105, 640.

Rojas R., I).: Panorama Noticiario del Año 1960. 96, 5; Panorama Político Nacional, 97, 67; Comentarios Na- cionales, 98, 130.

Ruiz B., J.: El jurista en la sociedad, 99, 222; ¿Qué exigen los chilenos de la Industria?, 101, 333; La socialización en la Encíclica “Mater et Magistra”, 102, 395.

Sanhueza B., E.: Iván el Terrible, 96. 57; Apuntes del

645

Festival cíel Cinc Alemán. 96. "58; Fstádos Unidos \ isto por un Francés. 97, 123; Heredarás el Viento, 97, 124: Nunca en domingo, 98, 178; Confesión de pecadores,

98, 179; Unión. Trabajo, Convivencia, 99. 239; Los 400 golpes, 99, 247; Elmer Gantry (‘‘Ni bendito ni Maldito’ ),

99, 248; En torno a “Pollyanna”. 100, 312; La hija del Capitán. 100. 313; La balada del soldado, 101. 375; Espartaeo, 101, 376; El paso del Rhin, 102, 421: La dama del perrito, 104, 575; La carta que no se envió, 104, 576: Deja que los perros ladren. 104. 576: Recor- dando, 104. 579; Un país llamado Chile, 104. 579; Todo comienza el sábado, 105. 637.

Scheltens, G.: El ateísmo filosófico, 105. 594.

Segundo, J. L.: Ensayo de tipología socio-económica latino- americana, 104, 549.

Sih. P.: El hormiguero chino, 101. 571.

Tagle C., E.: Reforma Agraria en Chile. 98, 189.

Tomic, K.: El cobre: don de la Providencia' a Chile y palanca de su desarrollo industrial, 97, 76.

Valdés, Mons. F.: La Iglesia v la Reconstrucción del Sur,

96. 21.

Yalenzuela V.. II.: Tierra o muerte (tácticas de penetración del partido comunista), 105, 495.

Vekemans, R.: La sobrepoblaeión y sus problemas. 97. S4: Solidaridad Internacional, 102, 414; Ensayo de tipología socio-económica latinoamericana, 104, 549.

Zegers A.. C.: Temporal, reformas y perspectivas, 100. 25S; El cobre: primer actor. 101, 322; Congreso mundial Demócratacristiano, 102, 385.

Indice Analítico de Artículos y Notas

(El guión suple en el texto la palabra que encabeza cada título de llamada).

Acción católica: V Semana Interamericana de , 97, 112: Inquietud en España: Sindicalismo y . 98, 62; Treinta años de , 105, 621; vea también: J.O.C.

Africa: objetivo del comunismo, 104, 567.

Agricultura: Salarios agrícolas en California, 100, 305; La : sector deprimido. 102, 410; Hambre en China, 105, 507; V Congreso Católico Internacional de la vida rural, 104, 565; vea también: Reforma Agraria. Alemania: Religión y juventud en . 96. 43.

América Latina: ¿Prepara la masonería sudamericana una nueva campaña laicista?. 96, 38; Tierra de angustia, 98, 170; : Subdesarrollo del espíritu, 99, 231; La CEPAL sesionó en Santiago, 100. 289; La última espe- ranza para , 100, 301; Punta del Este: atrasado y urgente, 102, 587; Ensayo de tipología socio-económica latinoamericana, 104, 549.

Angeles: en la era espacial. 9S, 129.

Angola: el clero negro en posición difícil. 99, 250; en la encrucijada, 101, 362; La Iglesia, el Sacerdote y la Política, 100, 517.

Apostolado: Matrimonio y . 98, 151.

Argelia: El conflicto argelino: carrera contra el tiempo,

96. 6; La voz de la Iglesia en la crisis argelina, 96. 52.

Arqueología: La Isla de Pascua: interpretación arqueo-

lógica, 105, 607.

Arquitectura: Templo comunitario. 96, 47: religiosa,

105. 4".

Astronáutica: El Universo es nuestra aventura y la Tierra nuestra tarea. 100. 294.

Ateísmo: El filosófico, 105, 594.

Bélgica: Pacto social en , 96, 40.

Berlín: Crisis y desarme. 101, 524; C risis en , 104. 523. Biblia: La Revelación de Dios en la a través de la Pobreza, 96, 13; Angeles en la era espacial, 98, 129: La frente a la Ciencia. 93, 140; Una controversia en Roma, 101, 360.

Brasil: Acordes en disentir, 98, 152: Quadros se va de ,

103, 462.

Camerún: Excomulgados quienes exigen la dote, 104, 570. Ciencia: La Biblia frente a la , 98, 140; El Universo es nuestra aventura y la Tierra nuestra Tarea. 100, 294. Cine: Iván el Terrible, 96, 57; Apuntes del festival de Alemán, 96, 58; Estados Unidos visto por un Francés,

97. 123; Heredarás el Viento, 97, 124; A propósito de 'Heredarás el Viento”, 98. 140; Nunca en domingo,

98. 178; Confesión de pecadores, 98, 179: Rocco y sus hermanos, 99, 245; Los 400 golpes, 99. 247; Elmer Gan- try, 99, 248; En torno a “Pollyanna”, 100. 312,: La Hija del Capitán, 100, 513: La balada del soldado. 101, 375; Espartaeo, 101. 376: El paso del Rhin, 102, 421; Antonioni y su película La Aventura”. 105, 502; La dama del perrito, 104, 575; La carta que no se envió,

104, 576; nacional: Deja que los perros ladren. Recordando, Un país llamado Chile, 104. 5“6; La Aven- tura. 104, 520; La Fuente de la Doncella, 105, 655; Todo comienza el sábado, 105. 637.

Cobre: El : don de la Providencia a Chile y palanca de su desarrollo industrial. 97, 76; El : primer ac- tor. 101. 322. *

Colombia: La República roja de Tequendama, 101, 566. Comunismo: La nueva teología de Mao-Tse-Tung, 96, 50: Respeto a la persona. 98, 190; Directivas chinas para Cuba, 100, 290; La última esperanza para América

Latina, 100, 301; Cómo superar el , 100, 302; Colom- bia: la República roja de Tequendama, 101, 566; El hormiguero chino, 101, 371; Tierra o muerte, 105, 495; Africa: objetivo del . 104, 567: El XXII Congreso comunista. 105, 587: Un Congreso ' humanista”, 105,591.

Concilio ecuménico: Iglesias Ortodoxas y , 99. 22S; Pers- pectivas del , 101, 356; : Rusia: No podemos;

Dinamarca: Interés positivo, 104, 564.

Costa Rica: Programa social, 103, 509.

Cuba: La ley de reforma agraria en . 97. 107; Mártires universitarios en , 97. 121; ¿Es cristiana la Revo- lución social que se está verificando en ?, 97, 128; La aventura cubana, 99, 196; ¿Era lícito intervenir?. 99, 199; ; La Iglesia Católica y Fidel Castro. 99, 233; Los tractores valen más, 100, 265; Directivas chinas para , 100. 290; : últimas semanas, 100, 293.

Cuestión social; Pacto social en Bélgica. 96. 40: ¿Es cris- tiana la Revolución Social que se está verificando en Cuba?, 97 128; Rerum .Novarum: 70? aniversario, 98,

155: Mirada hacia el mundo actual, 98. 166: Tierra de Angustia, 9S, 170; Unión, trabajo, convivencia, 99, 259; Salarios agrícolas en California, 100. 305; La huelga de los asalariados y la lev moral, 101, 380 y 103, 516; La Socialización en la Encíclica Mater et Magistra. 102. 395; La estructura de la empresa en la Encíclica Mater et Magistra, 102. 400: Mater et Magistra y la propie- dad. 102, 406: Invasión de Santa Adriana, 103, 499; Hambre en China, 105, 507: España. Obispo aboga pol- la juventud obrera. 103, 508: Costa Rica: Programa social. 103. 509; Ensayo de tipología socio-económica latinoamericana, 104, 549; Doctrina social de la Iglesia. 104, 519; Perú: limitar la propiedad privada, 104, 567: Hambre en las comunidades del Norte* Chico, 105, 623; El Derecho de propiedad, 105, 640; vea también:

Huelga.

Chile: La Iglesia % la Reconstrucción del Sur. 96. 21; Panorama de catástrofe: el futuro de las relaciones entre los Estados Unidos y , 97. 94: Reforma Agra- ria, 98, 187; El tratado antártico, 100. 282; ¿Qué exigen los chilenos de la industria?, 101. 355; Hambre en las comunidades del Norte Chico, 105, 623; Isla de Pascua, interpretación arqueológica. 105, 607; vea también:

Política nacional.

China: la nueva teología de Mao-Tse-Tung, 96, 50; Impre- siones de un viaje a , 99. 225; Directivas chinas para Cuba, 100, 290; El hormiguero chino, 101. 371; Hambre en , 103, 507.

Derecho: El jurista en la sociedad. 99. 222.

Dios: el ateísmo filosófico, 105, 594.

Economía: La ( EPAL sesionó en Santiago. 100. 289: Visión cristiana del desarrollo económico, 103, 487; Catolicis- mo e integración europea, 99, 243; ¿Qué exigen los chilenos de la industria. 101, 355; Punta del Este: atrasado y urgente, 102. 587.

Ecuador: Reforma agraria. 98, 187. *

Ecumenismo: El Doctor Fisher en Roma. 97, 114; (Vea también Concilio Ecuménico).

Educación: ¿Abusos en la enseñanza particular?, 96. 9; Escuelas católicas en los Estados Unidos: algunos da- tos, 98, 174; América Latina: subdesarrollo del espíritu. 99, 231: El Goldstein del Radicalismo. 101, 327; El Ba- chillerato,101, 344; Planeamiento de la chilena, 103, 501; Congreso mundial de libertad de enseñanza, 103,

646

505; Huelgas universitarias, 104, 527; ¿Cómo leer un libro?, 104. 558; Huelga del magisterio; ¿qué piden los profesores? 104. 360; Problemas estudiantiles: presiden- tes universitarios opinan, 104. 561; Huelgas universi- tarias, 105, 584; Los textos escolares, 105, 618; Una opinión sobre la juventud. 105, 611.

Egipto: Angustia de los cristianos. 100. 505.

Empresa: La estructura de la en la Encíclica Mater et Magistra, 102, 400: Congreso mundial de la UNIA- PAC: impacto nuevo en objetivo viejo, 104. 557.

Encíclica: Mater et Magistra; vea: Mater et Magistra; Rerum Novarum: vea Rerum Novarum.

España: Inquietud en . 98. 161: : los sindicatos no existen. 100, 299; Hay Españas y Españas, 101. 521; : Obispo aboga por la juventud obrera, 105, 508.

Espiritualidad: La Revelación de Dios a través de la po- breza, 96. 13: Resurrección, 97. 73: Crecimiento de la fe, 99. 204: Liturgia y contemplación, 101, 331.

Estados Unidos: Kennedy con ellos y con nosotros. 97. 69: Panorama de catástrofe: el futuro de las relaciones entre los - y Chile, 97, 94; Escuelas católicas en los : algunos datos. 98. 174: ¿Era lícito intervenir?.

99. 199; Salarios agrícolas en California. 100, 305.

Etica: ¿Era lícito intervenir?. 99. 199: Los tractores valen más, 100, 265, vea también: Moral.

Europa: Catolicismo e integración europea, 99, 245.

Fe: Crecimiento de la . 99, 204.

Fernández Pradel, Jorge: 97, 72.

Filosofía: La ruta de la Metafísica, 100, 275; El ateísmo filosófico, 105, 594.

Guinea: Obispo expulsado. 104. 571.

flailí: Lucha abierta entre el Gobierno v la Iglesia, 97.

118.

Historia: Imágenes del hombre en el siglo XIX. 96. 35; León el Grande. 97, 90: Las imágenes no-cristianas del hombre en el siglo XIX, 98. 146.

Hogar de Cristo: El padre Hurtado y los Hogares de niños. 101, 341.

Holanda: Los católicos en mayoría, 103, 509.

Huelga: La de los asalariados v la ley moral, 101. "SO y 105, 516; universitarias. 104, 527: del magisterio: ¿qué piden los profesores?, 104, 560; Dirigentes uni- versitarios opinan, 104. 561: universitarias, 105,584.

Iglesia: Punti Fermi, 96. 2: La y la Reconstrucción del sur, 96. 21; La voz de la en la guerra argelina. 96. 52; León el Grande. 97. 90; Haití: lucha abierta entre el Gobierno y la , 97, 118; Prácticas religiosas y clases sociales en una parroquia urbana. 98. 156:

Trujillo. ¿Benefactor de la ?, 98, 167; Cantando con la , 98. 176: Iglesias Ortodoxas y Concilio ecuménico.

99, 228; Angola: el clero negro en posición difícil. 99,

230; América latina: subdesarrollo del esníritu, 99.

231; OCSHA Obra de Cooperación Sacerdotal Hispano- Americana. 99. 239; Santa “desantificada”, 99, 195; Catolicismo e integración europea. 99. 243: ¿Y los in- telectuales católicos?, 100, 279: La última esperanza para América Latina. 100. 501: Egipto: angustia de los cristianos. 100. 305: La , el Sacerdote v la Polítira.

100, 317: Una controversia en Roma, 101. 360; Holanda: los católicos en mayoría. 105. 509: Doctrina social de. la , 104, 519; Un trapense chileno en tiempos de la Independencia. 104. 532; ¿Qué es la ?, 104, 547: Ca- merún: excomulgados quienes exigen la dote, 104. 3"0: Guinea, obispo expulsado, 104, 571; Por la paz del mundo, 104. 580.

Industria: ¿Qué exigen los chilenos de la industria? 101. 555.

Intelectuales: ¿Y los católicos?. 100. 279.

J.O.C.: Fspaña: Sindicalismo y Acción Católica. 98. 16V Mirada hacia el mundo actual, 98. 166: España: Obispo aboga por la juventud obrera, 103, 508.

Jurista: El en la sociedad. 99. 222.

Juventud: Religión y en Alemania, 96. 43; Lina opinión sobre la , 105. 611.

Kuwait: Crisis y desarme. 101. 524.

Laicado: ¿Y los intelectuales católicos?, 100. 279: Treinta años de Acción Católica, 105. 621; vea también Acción Católica y J.O.C.

León el Grande: 9?. 90.

Literatura: Crudeza literaria v moralidad. 96. 28: ¿Cómo leer un libro?. 104, 538: Un caso acabado, 104. 544.

Liturgia: Templo comunitario. 96, 47; v contemplación.

101, 531.

Masonería: ¿Prepara la sudamericana una nueva cam- paña laicista?, 96. 58.

Mater et Magistra: Encíclica . 102. 423: (Editorial).

102, 391; La socialización en la Encíclica , 102. 595: La estructura de la empresa en la Encíclica . 102, 400; v la propiedad. 102. 406; La agricultura, sector deprimido, 102, 410; Solidaridad internacional, 102, 414.

Matrimonio: La sobrepoblación y sus problemas. 97. 84: y apostolado, 98, 151: La Encíclica Casti Connubii y el Movimiento Familiar Cristiano, 103, 481; Psicolo- gía del , 100. 269; Camerún: excomulgados quienes exigen la dote. 104, 570.

Mensaje: Balance de 10 años, 105, 455; Diez años de vida,

105, 465.

Moral: La castidad, “virtud noble y limpia”. 96. 1; Cru- deza literaria y moralidad. 96. 28; La vida humana en probetas, 97, 65; La huelga de los asalariados y la ley , 101, 380 y 105. 516; vea también: Etica.

Música religiosa: Cantando con la Iglesia, 98. 176.

Natalidad: Regulación de la ¿conflicto o plenitud? 96. 46; La sobrepoblación y sus problemas, 97, 84; Control de la , 98, 186.

Paraguay: : arrestado y torturado un periodista católico,

101. 370.

Paz: Por la del mundo, 104, 580.

Persona: Socialización y humana, 96. 62: Respeto a la , 98, 190: Los tractores valen más, 100. 265; Un congreso “humanista”. 105. 591.

Pobreza: La Revelación de Dios a través de la , 96. 13.

Política: La Iglesia, el Sacerdote y la , 100. 317.

Política internacional: Kennedy con ellos y con nosotros, 97. 69: Acordes en disentir, 98. 132; Desde Viena hasta el Caribe, 100. 260: Crisis y desarme. 101, 324: Punta del Este: atrasado y urgente. 102. 387: Erondizi viene a Chile - Quadros se va de Brasil, 105, 462; El XXIf Congreso Comunista, 105. 587.

Política nacional: Panorama del Año 1960. 96, 3; Panorama político nacional, 97. 67; El cobre: don de la Provi- dencia a Chile y palanca de su desarrollo industrial.

97, 76; Comentarios nacionales, 98, 150; Tribunal cali- ficador de elecciones, 99. 194: ¿Era lícito intervenir?, 99. 199; Temporal, reformas y perspectivas, 100, 258: El tratado antartico. 100. 282: El cobre: primer actor. 101, 522; El Golstein del Radicalismo, 101. "27: Con- greso mundial Demócratacristiano, 102, 385; Crisis po- lítica, 103. 460: La nueva etapa, 104. 521; La encru- cijada de las Reformas. 105. 585: Querella contra pe- riodista desata polémica nacional. 105, 625.

Prensa: Fisonomía del periodista católico. 99, 254: La en las democracias populares. 100. 297; Paraguav:

arrestado y capturado un periodista católico, 101. 370: Querella contra periodista desata polémica nacional. 105. 625.

Propiedad: Mater et -Magistra y la , 102, 406; Perú:

limitar la privada, 104, 567: El Derecho de ,

105. 640.

Protestantismo: Religión v juventud en Alemania, 96, 43; El doctor Fishor en Roma. 97. 114: La “Gran comu- nidad” protestante de Taizé. 99. 241: Dinamarca: in- terés positivo por el Concilio Ecuménico, 104. 564.

Puerto Rico: Católicos expulsados del Parlamento, 101, 370.

Rearme moral: El . 101, 321: El . 105. 614.

Reconstrucción: La Iglesia y la del sur, 96. 21: L'nión, trabajo, convivencia. 99. 239.

Reforma agraria: La ley de en Cuba. 97. 107; : en Ecuador y en Chile, 98. 187: : consideraciones pre- liminares, 99. 210: italiana: el reparto de tierras, 101, 350: Carta de párrocos de Aconcagua, 101, 361; La italiana: los nuevos empresarios, 105, 600; en Venezuela, 105. 628.

Religión: y juventud en Alemania, 96. 43: Prácticas religiosas v clases sociales en una parroquia urbana.

98. 156: Rearme moral. 101. 321; El Rearme Moral. 105. 614.

República dominicana: Trujillo, ¿benefactor de la Iglesia?, 98. 167: Desde Viena hasta el Caribe. 100. 260.

Rerum Novarum: 706 Aniversario, 98, 155.

Rhodesia del Sur: El Episcopado denuncia la segregación racial, 105. 509.

Rusia: Situación religiosa en la U.R.S.S., 100, 296: LLR.S.S.: insuficiente la campaña antirreligiosa. 100. 29": Con- cilio ecuménico: “No podemos”, 104, 565; vea tam- bién: Comunismo.

Senegal: Los católicos en la vida nacional, 99, 231.

Silva Henríquez, Mons. Raúl: 100. 264.

Sindicalismo: Inquietud en Fspaña: y Acción Católica, 98. 161: España: los sindicatos no existen, 100, 299.

Sobrenoblación: La y sus problemas, 97. 84.

Socialización: y persona humana. 96. 62; La en la Encíclica Mater et Magistra. 102. 395.

Solidaridad internacional: El hambre en el mundo 99, 255; , 102. 414.

Teatro: La madre de los conejos. 98, 177: Versos de Ciego: una obra discutida. 99. 214: “Un hombre llamado lsh” v “Cepillo de dientes”, 100. 310: Bernardo O'Higgms. 101. 573: Historias de amor, 101. 374: El cuidador, 102, 419; El fenómeno lonesco, 103, 510: El Rinoceronte, 104. 573; Jorge Díaz y una nueva dramaturgia, 10". 633.

Teología: La Biblia frente a la Ciencia. 98. 140: TI mito de Jesús, 103, 469.

UNLAPAC: Congreso mundial de la : impacto nuevo en objetivo viejo, 104, 577.

Universidad: Mártires universitarios en Cuba, 97, 121; L1

j arista en la sociedad-, 99; 222-; Huelgas 'Universitarias, 104, 527; Problemas estudiantiles: presidentes univer- sitarios opinan, 104, 561: Huelgas universitarias', 105, 584: Una opinión sobre la juventud. 105, 611. Vivienda: Invasión de Santa Adriana, 105, 499.

Indice Bibliográfico

Aldunate Phillips. Arturo: Quinta dimensión, 100. 515 (La- rraín A., Hernán).

.Mineras, Carlos: San Pablo de la Cruz, 99. 249 (Hechart, J.).

Angelis, Seraphinus de: De Fidelium Associationibus, 99, 250 (J. A. LA.

ASICH: La deforma Agraria. 101. 577.

A. U. C.: El Laico Apóstol, 96. 59 (Arteaga, G.).

Barran, Paul et Matagrin, Gabriel: Agir en Volité, 105, 514 (J. V.).

Bernanos, Georges: Diario de un cura de campo, 104. 578 (E. Lorca de R.).

Buso. R. P.: La Société Internationale ct l’Eglise, 105, 514.

Brodlck, James: Saint Fierre Canisius, 98. 181 (Morales. Ed.).

Brugarola, Martin de: Misión social de la familia, 97. 126 (Hechart, J.).

Caffarel. llenri: Lettres sur la priérc. 99. 249 (Vial. José).

Calvet, Mgr. Joan: La trama de los días, 99. 249 (He- chart. J.).

Campos Harriet, Fernando: Desarrollo Educacional, 99, 230 (J. V.).

Carpenticr, Rene et Lannoye, Joan: Suisse, nation curo- péenne. 105. 515 (Elizalde, S.).

Casanova Vicuña. Adelina: La hija drl pintor, 104, 578 (E. Lorca de K.).

Cooper, Duff: David, 101, 579 (J. Vial).

Copleston, F. C.: El pensamiento de Santo Tomás, 104, 577 (Guzmán. Jaime).

Correa S., Rogelio: Para comentar el evangelio, 98, 181 (Hechart, J.l.

Crevot, A. et Colson, M.: Une aide semblable i lui, 105, 514 (Hechart, J.).

Cristiani, L.: Nostradamus, Malaquías y Compañía, 9S. 181 (S. E. B.).

Cruz. General José María de la: Recuerdos de don Ber- nardo OHiggins, 104. 578 (J. V.).

Damboriena, Angel: Rómulo Gallegos y la problemática venezolana, 97, 127 (Vial, J.).

Daniélou, Joan: Los santos paganos del Antiguo Testa- mento, 97. 123 (E. V. A'.).

Droguctt. Carlos: 100 gotas de sangre y 200 de sudor, 104. 578 (E. Lorca de R.).

Duhnis. Alexandre: Confidcnces d’un patrón sur la reforme de l'entrepise, 96, 60 (R. V.).

Escobar Cerda, Luis: Organización para el desarrollo eco- nómico, 101, 577 (R. VA.

Escudero, Alfonso M.: Zorrilla de San Martin v Chile, 100. 516 (J. V.).

I asi. Howard: Espartaco, 98. 184 (Varas, Ernesto); El caso Winston, 98. 185 (Morales, Eduardo).

Fauvarquc, M. A.: Sur les pas du Christ: le Rosaire, 99, 249 (E. OA.

Galot, Jnan: El corazón del Padre, 96, 59 (Andró. JA. Giner. C. y Aranzadi. D.: En la escuela de lo social, 98, 184 (Ruiz-Tagle, Jaime).

Glronclla, José M.: Un millón de muertos, 101. 578 (1 1.L.A.). Glorieux, P.: Le laic dans l’Eglise. 97. 123 (Vial, J.). González Rodríguez, Armando: Filosofía y política de

Spengler, 100. 514 (Gaete U., Arturo).

González. Fernando: Chile en la balanza, 98, ISA (Jeanne- ret, T.).

Guilisasti Tagle. Sergio: Caminos de la política. 99, 251 Guitton. Jean: Aprender a vivir y a pensar, 105, 659, (J.V.).

(J. V-)-

Hernández P. Litis: Catástrofe en el paraíso, 96. 60 (G.A.BA. Inostroza, Jorge: La justicia de los Maurelio, 105, 315 (E. Lorca de R.). f

Jansen, Fons: Amor. 98. 181 (Guttero, EA.

J. E. C. Femenina: La adolescente, 99. 251 (E. M.). Jerphagnon. Luden: Pascal. 104, 378 (Ossandón, J. C'A. Krebs Wilkens, Ricardo: El pensamiento histórico, político y económico del Conde de Campomancs, 105, 658, (Ra- món, José A. de).

Lalnurcade, Enrique: El príncipe y las ovejas, 101, 579

•J. V.).

Lagos Escobar, Ricardo: La concentración del poder eco-

nómico. Su teoría. Realidad chilena, 97, 126 (R. V.).

La Pira. Giorgio: Para una arquitectura cristiana del Es- tado. 99. 251 (Juhász, LA.

Laurentln, R.: La virgen y la misa al servicio de la paz de Cristo, 96. 61 (Andró, J.).

Lebret. L. J.: .Manifesté pour une civilisation solidáire, 98. 185 (Claps, Gerardo).

Lercaro, Curtí. G.: La Misa, 100. 514 (A.).

Millas. Jorge: Ensayos sobre la historia espiritual de

Occidente, 98, 182 (Larraín A.. HA.

Monsterlect. Jean: L’empire de Mao Tse tung, 105, 515 (Juhász. L.).

Montini, Cardenal: La educación litúrgica, 98, 181 (He- chart, JA.

Oggioni, Julio: El misterio de la Redención, 105, 514 (Aldunate L., José).

Ovalle, Alonso de: Histórica relación del reino de Chile, 104. 578 (J. V.).

O.varzún. Luis: Diario de Oriente, 100. 516 (J. Vial).

Perrín, J. M.: I.a hora de los laicos, 97, 125 (J. Vial).

Pinera. Bernardino: Educación del amor. 99, 251 (E. M ).

Poeppig. Eduardo: Un testigo cu la alborada de Chile (1826-1829). 105. 659, (J. V.j.

Quoist. Miehel: Amor, el diario de Dany, 100. 515 (H. I)A.

Quardt. Robert: Los santos del año. 96, 59 (Guttero, EA.

Rivet, Paul: Los orígenes del hombre americano, 100.

515 (J. V.).

Rosier, I.: Ovejas sin pastor, problemas del cristianismo actual, 97, 127 (R. X.).

Ross, Bar ne y : Yo fui morfinómano, 98, 185 (Elizalde, S.).

Roy, Louis: Le Rosaire du Corps Mystique, 100. 5)4.

Schneider, Friedrich: Tus hijos y tú. 99, 250 (Hccharl, JA.

Sehuylcr, Joscph: Northern Parish, 99. 251 (Hasche, Re- nato).

Serrana, Elisa: Las tres caras de un sello, 100, 516 (E. Lorca de Rojo).

Silva Castro. Raúl: Evolución de las letras chilenas, 99, . 252 (J. V.).

Spiazzi, Raimundo: El laicado en la Iglesia, 100, 514 (A 1- dunale, José).

Steinmann, Jean: Saint Jérómo, 105. 658. (Datibechies. HA.

Sttárez, P. Emmanuel: De Reinotione I’arochorum, 99, 250 (J. A. LA.

Synte, Ronald: Colonial elites, 98. 185 (Varas, Ernesto).

Tapia Cabezas, Julio: Teocracia católica. 99, 232 (J. V.i.

Templier. J.; Cheveigne. M. de: y Toulat. P.: Essor

technique et vie chrétienne, 97, 126 (R. V.).

Thibon, Gustavo: La crise moderne de Pamour, 104, 577 (E. Lorca de R.).

Trémean, Maro: Principes de morale chrétienne, 97, 126 (Aldunate, JA.

Utz, P. Arthur: Cuestiones fundamentales de la vida po- lítica y social, 97, 127 (R. V.).

Valdés S., Mons. Francisco: La Confirmación, 99, 249

(Hechart, JA.

Valdivieso. Mercedes: La brecha, 100, "516 (E. Lorca de RA.

Véricel, Maurice: Marie. Quand les Peres parlent de la Vierge, 100, 514 (Hechart, JA.

Viancos de Jara, María: Un violín en la calle, 99, 232 (Dussuel, Feo.).

Viel, Benjamín: La medicina socializada y su aplicación en Gran Bretaña, Unión Soviética y Chile, 101, 578 (tí. C. LA.

West, Morris: La segunda victoria, 99, 252 (E. Lorca de RA.

Wu, John: Par-delá TEst et l’Ouest, 104. 577 (Juhász, LA.

Walker Errázuriz Francisco: Introducción al estudio del Derecho del trabajo, 105, 658, (Vergara Bravo. CA.

Yáñez de Figneroa. Gabriela: Niños en soledad, 105, 639, (Lorca de R., E.).

Bibliografía Eclesiástica Chilena, 96, 60 (I.arraíu A,, Hernán).

Tc.xlcs et priéres pour la pénitcnce (Equipe sacerdotnle de Notrc-Damc de Boulogne), 103, 514 (Aldunate 1.., José).

Consorcio

LA CHILENA CONSOLIDADA

LA CHILENA CONSOLIDADA Cía, de Seguros

LA CHILENA CONSOLIDADA Cía. de Inversiones

LA CHILENA CONSOLIDADA Cía. de Previsión

LA UNIVERSAL PHILADELPHIA CONSOLIDADA S.A

LA COMERCIAL LA METALURGIA S.A.

LA VICTORIA LA MINERA S.A.

PUNTA ARENAS S.A. ORDEN Y PATRIA S.A.

LAUTARO S.A. FINANCIERA S.A.

LA REGIONAL SCOTTISH UNION & NATIONAL

LA CONSTRUCCION S.A. LA ZONA CENTRAL S.A.

PROVINCIAS DEL NORTE S.A. NORD DEUTSCHE

SANTIAGO Bandera 131 Casilla 53-D

VALPARAISO CONCEPCION

Cochrane 785 O’Higgins 801

Casilla 74-V Casilla 1377

Las obras recensadas en esta Revista puede Ud. encontrarlas en:

EDITORIAL “HERDER” LIBRERIA

AGUSTINAS 1161, LOCAL 5 CASILLA 367 FONO 81317 - SANTIAGO.

THE UNIVERSITY SOC. CHILENA LTDA.

LIBROS TECNICOS

DEPARTAMENTO MEDICO:

Santo Domingo 863 Teléfono 33255 Monjitas 691 Teléfono 33952 Casilla 3157 Santiago.

GUILLERMO SOTOMAYOR PEREZ COTAPOS

COMPRAVENTA

PROPIEDADES SEGUROS GENERALES

Bandera í?2 - 2o Piso - Of. 16 Teléfono 65501 - Santiago

LA CAMISA DEPORTIVA QUE DOMINA LA CIUDAD

SAN DIEGO 2 0 6 0 HUERFANOS 10 59

Uii/

yeRnon

i /^>

Joi/ja

HUERFANOS 96 7

TELEFONO 3 3 3 3 4

SAN 1 1 O-CH 1 L E

JAVIER

H U RTADO SALAS

ADMINISTRACION PROPIEDADES

Establecido en 1925

TEATINOS 370 OFICINA 318 - TELEFONOS: 60332 - 84824

FABRICA DE PUERTAS Y VENTANAS

LA VASCO NIA juan maíz irizar

CASA FUNDADA EN 1926

Av. R. Cuniming 1450 Teléfono 84614 Casilla 5505

Bombonería Novia

HUERFANOS esq. AHUMADA

M U Z A R D

Jllo-diá,

ASEUUR AUT O

EL MEJOR SEGURO PARA SU AUTOMOVIL

ARROZ!!!

EXIJA QUE SEA 44

ores

jy

el mejor arroz

Ahora en envase de 1 Kilo y en Cajitas de 20 saquitcs Haga sus pedidos a:

E C H A V E S. A. C.

AGUSTINAS 1235, 5cr. piso - FONO 82321-2-3 SANTIAGO CIA. ARROCERA E INDUSTRIAL MIRAFLORES S. A.

OTO HNOS.

EMPRESA

VALPARAISO

PESQUERA DE

Cochrane 596 Fono 3826

LANGOSTAS

SANTIAGO

Teléfono 92306

Mercado Central N.o 43 Fono 84298

"EL VINO SERVIDO CON MODERACION EN LAS COMIDAS ES SALUDABLE Y DIGESTIVO”. "TOMEN EN SU MESA VINOS CHILENOS QUE TIENEN FAMA DE "BUENOS EN EL MUNDO ENTERO”

VINOS

UNDURRAGA

Distribuidores para iodo el país: DUNCAN FOX y (_o. Lídu.

Establecimientos Gratry (Chile) S. A. C. e I.

FABRICA DE TEJIDOS DE ALGODON EN VINA DEL MAR

IMPORTACIONES

EXPORTACIONES

REPRESENTACIONES

Oficinas Generales: Huérfanos 725 Teléfonos: 391191 - 2 - 3 y 33122

Dirección Postal : Casilla 2396.

LARRAINY CIA. LTDA.

FRUTOS DEL PAIS

Srs. Nicolás. José, Ladislao, Máximo Larrnín Gandarillas. Mario Aguirre Mac-Kay. OFICINAS GENERALES: Matías Confino 190, Of. 936, Telefono 381631.

PRODUCTOS: Sr. Eugenio García lluidohro Herreros. Matías Consiño 199, Of. 935. Tel. "'-97967 . GANADO: Srs. Jaime Errázuriz Ro/as, Gabriel Navarro Zañarlu. M. Consiño 199, Of. 951, Tel ■>1792. PROPIEDADES - ADMINISTRACIONES: Srs. Guillermo Hurlado Cruchaga. Carlos Woenckhaus C.

Matías Consiño 199, Of. 950, Teléfono 35792.

SEGUROS: Sr. Emilio Jorquera Z. Matías Consiño 199, Of. 956, Teléfono 35792.

EDIFICIO DEL BANCO ESPAÑOL - CHILE - Casilla 42 - Santiago - Telegráfica: LARRACOL.

'llú&íÍ€ u {$<iím,g>h,dLá- Jlida.

ABARROTES Y FRUTOS DEL PAIS Importación Ventas por mayor y menor

FONOS: ALMACEN 92379 - BODEGA 92008 OFICINA 93335

EXPOSICION 58-72

COMPRE... CALIDAD

COMPRE . . . DURACION

COMPRE . . .

DISTRIBUIDORES EXCLUSIVOS PARA CHILE

PETROWITSCH ERRAZURIZ y CIA. S.A.C.

ALAMEDA 13S2

AHUMADA 371

MAC-IVER Esq. HUERFANOS

Gucuicbx füda,

TALLARINES

DE GAS ESTÁ CON USTED!

Dondequiera que usted viva -dentro de la provincia de Santiago- y aun cuando no haya red de gas instalada, tendrá usted gas... gas envasado., el moderno y portátil SUPERGASCO, el gas sin cañería que instala, distribuye y sirve la Compañía.

Siendo SUPEPGASCO -el gas envasado de la Cia de Gas- jamás le faltará esta combustible moderno en su hogar.

£

OMPAÑIA DE GAS

LA COMPAÑIA

Sto. Domingo 1061, Teléfonos 82121 y 60679. Gaseo Estación Alameda 3309 Fono 92886. Gaseo-Providencia 2023 Fono 45761 Gaseo Ñuñoa Irarráza* val 3239 Fono 46553.* Gaseo Matta: Avda» Matta 1028 Fono 51 1 74

USE GAS

le conviene mucho más

d e

Compañía

de

Consumidores

Gas

de Santiago

m'-v,.;

I'

r.y>5

:í' ..«*•

ü

v'fWí

«:A4.V

>/y.W:

' ) .

ENCARGUE AHORA su bicicleta CIC que piensa regalar para Navidad, yo se la guardo -

Es más fácil; asegura la grata soip'esa

Wy///s?

07-«w¿

SALONES DE VENTA CIC ESTADO 355 (EDIFICIO DE CRISTAL) AVENIDA BEAUCHEFF 1621

ESMERALOA 1025 FRENTE AL MERCURIO - VALPARAISO

ESCUELA TIPO-LITOGRAFICA SALESIANA "LA GRATITUD NACIONAL"

!