BOLETIN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EN CÓRDOBA (REPÚBLICA ARGENTINA) A CORDOBA 5766 - ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE F. DOMENICI 24 DE SEPTIEMBRE NÚM. 39 1911 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EN CÓRDOBA (REPÚBLICA ARGENTINA) n, MÁX SE BOLETIN DE EA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EN CÓRDOBA (REPÚBLICA ARGENTINA) TOMO XIX - Entrega 1 CORDOBA ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE F. DOMENICI EL E SEPTÍBÍORE y Y. 39 S ee > 0 NI APRY3 1921 IU A Je yd Ny Ur “A D s A 4 A IDEN: LIB CONSTITUCIÓN GEOLÓGICA DE LA PARTE MERIDIONAL La Rioja y Regiones Limítrofes República Argentina POR: EL Dr. GUILLERMO BODENBENDER INTRODUCCIÓN Morfología, apuntes históricos y observaciones generales. resuelto por el Exmo. Gobierno de la Nación el rele- vamiento geológico del pais, á cargo de la División de Minas, Geologia é Hidrología, el autor, en calidad de geólogo hono- rario, ha sido encargado por esta repartición de la ejecución del plano geológico de la parte meridional de la provincia de La Rioja. Al dar cumplimiento á esta comisión con la presentación del siguiente trabajo, debo hacer presente que he prestado especial atención 4 la hidrología subterránea como me ha sido recomendado por la División de Minas, Geologia é Hidrología por el gran interés práctico que tiene este problema para la provincia de La Rioja. No puedo dejar de expresar, referente á la parte cien- tífica, el deseo de que ella sea de alguna utilidad á nuestra 6 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL juventud en el estudio del suelo de su patria y que sea á la vez un estimulo para contribuir á su conocimiento en honor del pais, para satisfacción propia y en tributo á las ciencias. Como he dicho, el siguiente trabajo se refiere á la parte meridional de la provincia de La Rioja, comprendiendo la sierra de los Llanos con la sierra de Ulapes, parte de la sierra de Velasco y las sierras que forman la continuación austral del Nevado de Famatina (sierra de Sañogasta, Vilgo Paganzo, etc.) con las llanuras alrededores de ella, pero pasa los limites de esta provincia en la sierra de la Huerta y su ramificación septentrional. Asi el limite occidental de nuestra sección es formada por el Rio Bermejo y Rio Guandacol, el septentrional por una linea trazada desde Guandacol á Villa Unión, Sañogasta y La Rioja, el oriental por los llanos orientales de La Rioja y el meridional por la sierra de San Luis. Al Poniente la sección tiene su complemento en la de la precordillera de San Juan, relevado por el doctor Stap- penbeck, geólogo de la División de Minas, Geologia é Hidro- logia. 1- Morfología Trataré ante todo la morfología de las sierras y de las llanuras en grandes rasgos, remitiendo al lector en cuanto á detalles relativos á la composición de las formas mismas del suelo como resultado de su constitución geológica, á la parte especial. Sin embargo no he podido dejar de incluir, de paso algunos apuntes geológicos al fin de una informa- ción ligera. El capitulo complementario de éste y de interés más general es el que se refiere á las aguas, el suelo y la vegetación. Bajo el nombre de Sierras de los Llanos de La Rioja, reuno algunas sierras, compuestas en su mayor parte de terreno metamorfoseado (esquistos cristalinos), de granito y de DE CIENCIAS EN CÓRDOBA E areniscas del terreno de Paganzo, que constituyen una entidad orogrática, y que se levantan en medio de las extensas llanuras situadas entre la sierra de Córdoba al Naciente, las de Ve- lasco y de Paganzo al Norte y Noroeste, las de La Huerta y de Gayaguas al Poniente y Sudoeste, y la de San Luis, al Sur. Son las siguientes: 1) La sierra de Los Llanos en sentido estrecho, jla- mada también sierra de Olta. 2) La sierra de Chepes con la de Malanzán, Estas dos sierras forman una sola serranía, separada solamente por un valle longitudinal; su largo es de 60 kms. su mayor ancho de 25 kms. Por una depresión de 5 kms. de largo pasan al Sur en 3) Las sierras de Ulapes y de Minas. 1) La Sierra de los Llanos en sentido estrecho se ex- tiende, orientada hacia el Noroeste y con pendiente muy rápida hacia el Noroeste, desde Punta de los Llanos (390 ms.) extremo Norte hasta Olta (520 ms.) extremo Sur. Bordos insignificantes Casi invisibles é interrumpidos acompañan la sierra durante un trecho de dos leguas al Norte. destacándose algo más desde Bella Vista hasta Nepes. Desde Punta de los Llanos el cordón sube rápidamente alcanzando, entre Chamical y Olta, en el Cerro Rosado, frente á Chamical, su altura mayor (1540 ms.) Su caída hacia el valle longitudinal que le separa de las sierras de Malanzán y de Chepes se efectúa paulatinamente. De Olta al Sur su pendiente es más tendida y su al- tura disminuye paulatinamente, hasta que su extremo me- ridional, en Olta, se levanta poco sobre el suelo de la llanura. La mencionada depresión ó valle longitudinal corre paralela al cordón. Su desagúe se efectúa por el rio Solca (llamado también más al Sur rio de Ansulón y en la llanura rio Colorado ó de Catuna). Su ancho entre Solca (770 ms.) y Chimenea (850 ms.) es de cerca de 6 kms. y aumenta en 8 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL dirección Sur-Este, hasta llegar en la Pampa de Ansulón (550 ms.) á tener cerca de 20 kms., y como las sierras á los dos lados descienden paulatinamente, la abertura de la de- presión es ancha pero cerrada por un contrafuerte según el cual se juntan las sierras. Dicho contrafuerte está roto por el río el cual forma un portezuelo angosto antes de entrar en la llanura. Al Norte de los nacimientos del río Solca la depresión sigue subiendo á la vez disminuye su ancho, de manera que cae rápidamente hácia la llanura en Tama (660 ms.), pero no obstante su abertura es muy acen- tuada, debido al considerable levantamiento de las sierras que la incluyen. Al Poniente de la población Tama, sigue en la punta de Tama (630 ms.): 2) La Sierra de Malanzán que forma una sola cadena, hasta llegar un poco al Sur del pueblo del mismo nombre (930 ms). En esta región, al ensancharse, toma el carácter de una meseta ondulada, de poca extensión, sobre la que se levanta el Cerro Porongo, que es talvez la mayor elevación de las dos sierras (cerca de 1700 ms.) Principia aquí en continuación de esta cadena, la sierra de Chepes que se extiende, con pendiente escarpada, hacia la llanura hasta Chepes. Su límite septentrional se puede hacer coincidir con el curso del Rio Portezuelo, su oriental con el del Rio Almalán, llamado también (al Sur) Río de La Calera. Toda la parte de la serranía situada entre este rio y el valle del Rio Solca no lleva nombre propio, siendo generalmente considerada como parte de la sierra de Chepes, ó bien figura con el nombre de Ambil, de Chelco, etc. y se puede tomar como una altiplanicie (mucho más baja que aquella meseta) fuertemente erodida por los Ríos de Toto- ral, del Ambil y del Saladillo. Al salir de la sierra el curso de estos rios desvia hasta éste, siendo producido asi por erosión un borde rápido en que termina la sierra en su parte Sur, desde Piedra Pintada (cerca de Chepes) hasta Ca- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 9 tuna. Esta desviación de las aguas es causada por el avance de las Sierras de Ulapes y de Minas hacia el Norte. Paralelo con la Sierra de Malanzán y separado de ella por el «Bajo de los Gatos» corre un cordón, cuya mayor altura se encuentra en el Cerro Orcobola (cerca de 750 ms.) situado al Poniente de Carrizal. Su última ondulación septentrional parece acercarse á los levantamientos de Pat- quia Vieja (510 ms.) queá su vez son la continuación de Los Colorados de Velasco, mientras que su parte austral se manifiesta aún en la latitud de Malanzán y más al Sur (Cerro de la Lagunita). Toda la costa de la sierra desde Punta de Tama hasta Chepes tiene una elevación que se mantiene entre 630 y 770 ms., respectivamente, razón por la cual los lla- nistas de La Rioja la llaman «Costa Alta», y por otra parte en general toda la llanura al Poniente es más alta que la del Naciente de la Sierra de los Llanos. Desde Tama hasta Punta de los Llanos la costa baja desde 630 á 390 ms. mientras que entre Chepes y Olpa la diferencia de nivel va desde 630 hasta 520 ms. 3) Se llaman Sierras de Minas y de Ulapes (compuesta de esquistos cristalinos y granito) el insignificante levanta- miento situado al Sur de Chepes, el que con una lon” situd de 42 kms. y un ancho de cerca 7 kms. corre de Norte á Sur, acercándose en leves ondulaciones, hasta cerca de 5 kms. á la Sierra de Chepes. Desde las salinas de Chepes (cerca de 350 ms.) el suelo sube muy paulatinamente, y sin que se presenten aquí notables cerros ó cordones, hacia Naciente á una altura mayor de 830 metros, para Caer rápidamente hacia la llanura de Ulapes (400 ms). Así solamente vista desde Naciente se presenta como sierra acentuada. Su extremo Sur, el que se acerca á la Sierra de San Luis, tendrá una altura de cerca de 400 metros, mientras que su extremo Norte, en el Pozo Cercado tiene cerca de 600 metros de altura. 10 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL En el Abra, al Norte de Ulapes, entra un valle lon- gitudinal, dirigido de Norte á Sur, y este ha motivado el nombre de Sierra de Ulapes, dado á un pequeño cordón de un largo de 15 kms. y un ancho muy insignifi- cante que queda casi separado de la otra parte de la serrania llamada «Sierra de Minas»: pero este cordoncito está unido porel Sur á la línea encumbrada de la serrania y forma su inmediata continuación, de manera que tra- tándose de fijar una nomenclatura orográfica exacta, no se puede aceptar dos nombres para la misma sierra, siendo necesario elegir uno de ellos, mejor el de: Sierra de Ulapes por ser esta población la más importante y por presen- tarse desde ella como una verdadera sierra. Al Nor-Oeste de la Sierra de los Llanos, separada por la depresión de Santa Rosa de Patquia (Patquia Nueva á 427 ms.), se levanta la Sierra de Velasco. Esta larga y alta sierra, compuesta en su mayor parte de granito, corre paralelamente á la Sierra de Famatina con rumbo Norte y tiene una ramificación que la hace comu- nicar con las Sierras de Catamarca, pero la parte que co- rresponde á esta sección es tan sólo la austral al Sur de las quebradas de Sigur y de La Rioja por las cuales pasa el camino de Chilecito á La Rioja. De paso diremos que su parte central (granítica) se eleva más ó menos á 4.500 metros, correspondiendo á la mayor altura del Famatina. Desde Saladillo, punto terminal hasta la cuesta de Sigur sube desde 500 metros hasta cerca de 2.000 metros. De sus faldas, la oriental, compuesta de esquistos cristalinos (Fi- lita, etc.) es un poco más tendida y por lo tanto tiene algunos valles aunque cortos y estrechos, pero las dos pueden con- siderarse como extendiéndose á igual distancia de la linea DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 11 de mayor altura. No es sino á4 partir de la latitud de la cuesta de Sigur que empieza á notarse Un declive más rá- pido hacia el lado occidental, el cual se acentúa más al Norte, de tal manera que la sierra tiene en parte una caída altamente abrupta hacia la llanura, casi de pared, con un desnivel de cerca de 3.000 metros, lo que imprime á ella un sello muy particular. La altura de Nonogasta (950 ms.) y la de La Rioja (523 ms.) hacen ver la diferencia de nivel entre las llanuras al Poniente y al Naciente. El extremo Sur de la sierra, inclinado hacia el Bajo de Patquia, es bifurcado por el valle longitudinal de >5an Genaro y San Cristóbal, encontrándose los puntos termina- les en Saladillo y en Tudcun. Muy caracteristicos para las extremidades de la Sierra de Velasco y conocido por el pin- toresco paraje que forman, Son Los Colorados ó Mogotes Colorados, compuestos casi exclusivamente de areniscas coloradas (en Saladillo con esquistos carboniferos) del terreno de Paganzo y muy barrancados por erosión. Ellas flanquean la sierra por el lado occidental, dejando enre ella un porte- zuelo, por el cual pasa el ferrocarril á Chilecito, para entrar en la depresión que separa El Velasco de la Sierra del Fa- matina. Bajo el nombre de Serranía del Famatina, por razones morfológicas y geológicas comprendo, dejando de lado sus relaciones septentrionales, todas las sierras que forman la continuación austral del Nevado de Famatina y cuyas últi- mas y más australes ramificaciones terminan cerca del Valle Fértil. Como límite austral del Nevado del Famatina se puede considerar la quebrada de Cosme. Sigue una sola cadena (granito, pórfido cuarcifero y areniscas del terreno de Paganzo) hasta la Pampa del Guanaco. 12 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Sus principales y más altas partes son conocidas bajo los nombres de: Sierra Miranda (ó de Sanogasta), Potrero de Vichigasta y los Colorados de Catinsaco. Talvez con- venga adoptar en la nomenclatura geográfica para toda la cadena hasta aquella pampa el nombre de Sierra de Sa- ñogasta. La línea encumbrada, que llega á la altura de 3.000 metros y más al Norte de la Cuesta de Miranda, tiene una caida rápida hacia el Naciente (Vichigasta $40 ms.) y menos hacia occidente (Puerto Alegre 1.400 ms.), por la razón de mayor altura que tiene toda la depresión adyacente al Oeste. : La comunicación entre el Valle de Chilecito y los valles de Villa Unión, Pagancillo y Guandacol está facilitada por la quebrada de Sañogasta, que alcanza la cumbre en la cuesta de Miranda (2.050 ms). Las quebradas de Vichigasta—Aicuna, Pagancillo y la de Catinsaco—Cieneguita—Pagancillo son muy dificilmente transitables, la última tiene una cuesta de 2.420 metros. En la Pampa del Guanaco (cerca de 3.000 ms.) la ca- dena de Sañogasta se divide en la Sierra de Vilgo y la Sierra de Paganzo, separadas por la quebrada de Totoral que va a Catinsaco (770 ms.) y su continuación hacia el Sur, for- mada por el valle de Vilgo (1.380 ms.) el que se abre hacia la llanura de Paganzo. La Sierra de Paganzo principia en el Potrero Seco de Catinsaco y después de elevarse á cerca de 2.000 ms cae rápidamente hacia Paganzo (860 ms.) pero pasando por el Cerro de La Yesera (1.100 ms.) que está situado cerca de dos leguas al Sur del extremo del cordón, en la llanura. Hacia el Naciente se nota también una rápida caida (esta- ción Los Colorados 660 ms.) La Sierra de Vilgo que forma la cadena más alta (3.000 ms.) se dirige hacia el Sur (Las Torrecillas cerca de 1.550 ms.) bajando paulatinamente, pero se halla interrumpida en DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 13 un corto trecho. Su extremidad meridional se presenta en los Colorados de la Represa (cerca de 1.000 ms.) Como tercera ramificación, la más occidental, tenemos la Sierra del Cerro Blanco. Como ella y la de Paganzo se extiende, á alturas hasta 2.000 ms., mucho más al Sur que la de Vilgo: las dos, vistas desde la llanura situada entre ellas, se destacan como si fueran aisladas, pero en realidad su raiz se encuentra en la Sierra de Sañogasta, en la región de la Pampa del Guanaco á menos que la Sierra del Cerro Blanco no se desprenda de la Sierra de Vilsgo, lo que no seria imposible en vista de que esta última se confunde tanto con la Pampa del Guanaco como con el Cerro Blanco. La sierra del Cerro Blanco, de muy poco ancho y cerca de 2.000 ms. de altura, se disuelve en su prolongación hacia el Sur, en la región de las salinas de Bustos, en cerros aislados (Loma del Puesto, Loma Negra, Loma del Porte- zuelo y el Pan de Azúcar) acercándose con ellos á poca distancia á la Sierra del Valle Fértil. El largo total de esta serranía del Famatina desde la quebrada del Cosme hasta su extremidad cerca del Valle Fértil es aproximadamente cerca de 250 kilómetros, quedando su ancho, antes de ramificarse, más ó menos el mismo (cerca de 30 kms. en general). Como ya he dicho, su declive es más rápido hacia el Naciente que hacia el Poniente. Está constituida en su eje central por granito, pórfido cuarci- fero y esquistos cristalinos (Sierra de Vilgo), en su pen- diente occidental por las areniscas del terreno de Paganzo que encuentran aqui su mayor desarrollo (en tres pisos y con capas interstratificadas de Meláfiro) asociándose á ellas hacia la depresión al lado occidental el terreno ré- tico, el cretáceo y los estratos calchaqueños. En su pen- diente oriental todos los terrenos sedimentarios con ex- cepción del de Paganzo én Los Colorados de Patquia y de pocos” restos de él que se destacan bien por su color colorado (cerca de Catinsaco, etc.) están hundidos bajo sedimentos modernos. 14 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Siguen al Poniente las Sierras del Valle Fértil y de La Huerta, distinguidas sin razón, pues forman una sola, de la cual la primera representa la parte septentrional y la segunda la parte meridional. Si se quisiera trazar un límite, lo formaría la quebrada de Chaves, en vista de que en ese punto el rumbo de la Sierra de La Huerta diri- gido desde Papagayos, su terminación meridional, hacia el Norte, cambia hacia el Noroeste. La sierra termina en la Cuesta del Peñón (Mogote Brea). La linea encumbrada es en todo su curso una sola, alcanzando su mayor al- tura (3.000 ms?) en la parte austral y bajando hacia el Norte (2.000 ms? altura mayor de la sierra del Valle Fértil.) Un declive muy rápido caracteriza toda la falda occidental, mientras que la oriental lo tiene mucho menor. Así desde la cuesta de Chaves (1.750 ms.) baja al Bermejo (800 ms.) siendo la distancia de 8 kilómetros, y para llegar á San Agustín (S5U ms.), la distancia es de 20 kilómetros. Su parte austral (esquistos cristalinos) tiene más valles longi- tudinales, si bien cortos, que la septentrional (granito). El largo de toda la sierra desde Papagayos hasta la que- brada del Peñón es de 150 kms. aproximadamente y su mayor ancho más ó menos de 30 kms. Sus pendientes bajas están formadas en su mayor parte por terreno dilu- vial y terciario siendo hundidos los demás terrenos, ex- cepto en su falda austral, donde salen á luz el terreno de Paganzo, el rético (con esquistos carboniferos y con poco carbón) y el cretáceo. La llanura del Bermejo al poniente, llega por el Norte al pié de la quebrada del Peñón con una altura de 800 me- tros y por el Sur á Mareyes con altura de 600 metros. La llanura situada al Naciente sube siguiendo la orilla de la sierra desde 500 metros en Papagayos, hasta 1000 de en Baldecitos, Como este último punto está situado en el medio de la llanura entre la sierra del Cerro Blanco (granito) y la del DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 15 Valle Fértil (distante cerca de 3 leguas), resulta que estas dos sierras no se elevan más de 1000 metros sobre la llanura. La unión entre las dos sierras se efectúa además por una serie de levantamientos entre los que se distinguen por su mayor altura (cerca de 1600 metros) el Cerro Morado del Campo de Is- chigualasta. Aunque la mayor parte de estos cerros (terreno rético con capas de Meláfiro) son aislados, se reconoce bien su agrupación en lineas dirigidas hacia Noroeste para doblar des- -pués hacia Norte y Noreste. Así tenemos una especie de puente entre la serranía del Famatina y de la Huerta. Veremos más adelante, como las dos sierras en su curso de Norte á Sur forman una linea divisoria entre varias formaciones, en especial en cuanto al terreno rético que no ha llegado á su formación al Naciente de élla. Como última entidad orográfica, del orden (esquistos cristalinos, granito, etc.), de las sierras de Los Llanos, de Velasco y de La Huerta, hay que mencionar aquí, aunque queda afuera de la región estudiada la Sierra de Umango (altura mayor cerca de 3.500 metros), situada al Poniente de la Sierra de Famatina y paralela á ella. Forma parte de ella en su extremo austral, el Cerro de Villa Unión, situado en el limite Noroeste de nuestra sección. Entre este Cerro de Villa Unión, el que se eleva tal vez á 2.000 metros, con pendiente rápida al Poniente hácia el Valle de Guandacol y tendido al Naciente hacia el Valle de Villa Unión, y el Mogote Brea, extremo septentrional de la Sierra del Valle Fértil, se extiende una cadena—le doy el nombre: cadena del Cerro Rajado, siendo este cerro el más conocido en ella—que vista desde el valle del rio Guandacol, hacia el cual cae rápidamente, se presenta como la conti- nuación respectiva de estas sierras. La altura queda en todo su curso más ó menos la misma (término medio 1.200 me- 16 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL tros), salvo una depresión en su parte central y excepto las regiones por donde pasan quebradas, como las de La Peña, del Salto, la del rio Vinchina y del río de los Lajas (entre Cerro Villa Unión y Cerro Bola) Como esta cadena se compone de areniscas blandas (cretáceas y réticas) ha sido muy atacada por la erosión. Esa acción se modifica con las areniscas del terreno de Paganzo en el Cerro Bola, cerca del Cerro de Villa Unión, pero en general guarda un rápido declive hacia el río Guandacol y rio Bermejo, cuyo lecho (entre 1.000 y 800 metros de Norte y Sur, desde Guandacol hasta la quebrada del Peñón) se mantiene muy cerca de la falda. Pero en realidad esta pendiente no es la de una ca- dena, sino más bien la caída de una meseta (término me- dio de 1.200 metros), limitada por la Sierra de Famatina, que continúa hacia el Norte entre ésta y la Sierra de Uman- go con el nombre del Valle de Vinchina y hacia el Sur con la llanura situada entre la Sierra del Cerro Blanco y la del Valle Fértil, ya mencionada. Se la puede dividir en dos partes. La parte austral, limitada al Norte por el río Talampaya, reviste en el Campo de Talampaya el carácter de una meseta, aunque experi- menta al Oeste una depresión hácia la cual cae en los «Ce- rros Colorados», por medio de barrancas á pique. Esta de- presión que llamo la AI. LESA 310 “ Barreales de Chucuma (estancia). 160 6 y finalmente las salinas cuyo punto más bajo al Sudoeste de la sierra de Minas tiene más ó menos una altura de 350 me- tros. Los Barreales de Chucuma se aproximan con 500 me- tros cerca de Santo Domingo á la falda de la sierra de La Huerta. En Papagayos (330 metros), situado entre la sierra de La Huerta y la de Minas, la llanura se une con la del Bermejo. Desde aquella parte central (Lomas Blancas—Salinas) la llanura sube hasta la sierra de La Huerta, encontrándose en su orilla de Sur á Norte las siguientes alturas: CHUCUma . BUS OSO MAIS Asa ++ ¿EROS AL SS 200 “ Da Agustin 2.0 ¿0000850 < DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 25 Al Naciente de la parte central tenemos hacia la falda de la sierra de Los Llanos, en dirección hacia Chepes: Mascasid 0.0 há titres b ADD. aetos Chepes (estación) b: net 7 ise mo stis 650 y en dirección hacia Malanzan: Las Barradas ¿no capi IRA NOS 660 . Portezuelo de Malanzan (Rio Salado). 780 “ De aqui hasta Punta de Los Llanos la llanura formada por el «Bajo de Las Latas- y limitada al Poniente por el cor- dón del Cerro Orcobola, baja continuamente en la siguiente forma: Añiless daga a eaaio Y 750 metros Punta de Tama» o. > > 630 : Mod? eo 940 Punta de Los Llanos . + + 390 a Réstanos examinar la llanura situada al Naciente de la sierra de Los Llanos y de la sierra de Ulapes. Su parte Noroeste, limitada al Naciente por Un Chamical (475 metros) y Cerrillos de la Sierra Brava (460 me- tros). se inclina hacia las salinas de La Antigua (270 metros). confundiéndose con la depresión de Patquia. Que esta parte por la inclinación desde Chami- a linea pertenece á este bajo se ve ya cal (475 metros), hasta Punta de Los Llanos (390 metros). Esta onda, aunque muy poco acentuada, del suelo de la llanura entre la falda Noreste de la sierra de Los Llanos y los Cerrillos de la Sierra Brava es debido al acercamiento de es- tas sierras. Esta es la razón porque no existe comunicación de la salina La Antigua (270 metros), Y de la salina grande de Catamarca y de Córdoba (170 metros). 24 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Toda la otra parte de la llanura desciende hasta estas últimas salinas y en dirección hacia la falda de la sierra de Córdoba. La linea de las menores alturas se acerca á esta falda, como se evidencia en la parte septentrional, donde las salinas (200 metros) llegan casi al pié de la sierra, mientras más al Sur el talweg se aleja de la falda de la sierra, aumen- tándose á la vez la altura de la llanura en general, á medida que se aproxima á la sierra de San Luis. Uno de los puntos más bajos entre Carmen (450 metros) en la falda de la sierra de Córdoba y Ulapes (400 metros) es la Pampa Grande que tiene una altura de 250 metros. De aquí hacia el Norte, siguiendo la linea divisoria entre las provincias de la Rioja y Córdoba, el nivel baja llegando al Naciente de Milagro á 230 metros, en la estación Chacho á 220 metros y en las salinas entre Serrezuela y Castro Barros (ferrocarril) á 200 metros. El límite occidental de la llanura hacia la falda de las sierras de los Llanos y de Ulapes se puede trazar por los si- guientes puntos: Ghamicat. . . . 000.1 4463: metros O o 0 e Catúna Mp amcopvós pá Bad > ¡CHO ¿1098 Hb 21 6009 a Estancia Zorra y Diana . . 500 s Ulapes: 00 olaa) 400 » En Tello la llanura se acerca á las últimas ondulaciones septentrionales de la sierra de Ulapes, por eso hay un ascenso relativamente rápido desde Milagro (370 metros) hasta este punto (609 metros). La llanura sube entre las sierras de Ulapes y de Chepes, alcanzando en Barranquitas 700 metros, pero baja en seguida hasta Chepes (estación), 655 metros, para unirse con la llanura al Naciente de la Sierra de Los Llanos. DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 25 De las llanuras consideradas, prescindiendo de ciertas depresiones Ó levantamientos locales, suben pues casi regular- mente de Sur á Norte la del rio Bermejo, iuclusive el valle del rio Guandacol, desde 600 metros (entre el Pié de Palo y la sierra de La Huerta) hasta 1.050 metros en Guandacol y la que está comprendida entre las sierras de La Huerta y de Los Llanos con sus ramificaciones hasta Villa Unión y Chilecito desde las salinas de Chepes y Papagayos con 350 metros hasta 1.150 y 1.110 respectivamente —Y baja al contrario hacia el Norte y Este la llanura situada entre el Velasco y las sierras de Los Llanos y de Catamarca, como lo demuestran las si- guientes alturas; La:Riojal 1: 90,10% 20A 523 metros CHAWADAL 463 “ Chunmbicha 7156 05155 e9un 412 » Estación San Ignacio . + + 302 a Estación San Martin . . - 265 “ Telaritos AUTO Ie 226 - Salinas Grandes. +. +. + + 170 6 continuando entonces la llanura que baja hacia la falda de la sierra de Córdoba. Trazando perfiles po niente, entre la sierra de Córdo va que cada una sube en esta dirección: de Córdoba y la de Los Llanos desde 250 metros hasta 500 metros (término medio): 9%) entre la sierra de Los Llanos y la de La Huerta, desde Tama hasta Astica, desde 600 metros hasta 700 metros (no tomando en consideración el cordón del cerro Orcobola). 3%) entre la sierra de La Huerta y la precordillera desde 700 metros hasta 800 metros (término medio). Contra lo que era de esperarse, la diferencia de nivel enfre las dos últimas sierras €s poca, pero lo que es n sus partes septentrionales sucede lo inver- r las llanuras desde Naciente á Po- ba y la precordillera, se obser- 1%) entre la sierra más notoble, e 26 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL so; por ejemplo una serie de perfiles Este-Veste nos da los siguientes valores: Valle del Rio Bermejo 800 Ria Bo de Ischi- SUI de a de to Las Juntas (Rio Bimieoy 900 ms. ina SAO y Uialdacol 1.000 ms —Vila Untón:"". 0, 22" TA4S0 Tal vez estas últimas relaciones de nivel han existido también en tiempo atrás en las partes centrales y australes de las respectivas llanuras, es decir, la llanura Ó depresión al lado de la precordillera ha sido tal vez más baja por toda su extensión que la segunda situada más al Naciente, debiendo atribuirse el aumento de nivel de aquellas partes de la llanura del Bermejo al hecho de haberse producido mayores depósitos. Resulta que las zonas más bajas de todas las llanuras consideradas se hallan al lado occidental de las sierras que las limitan, observándose también que sus pendientes son más rápidas en la falda correspondiente. Estas relaciones encuentran su explicación en disloca- ciones que se han producido á lo largo de estas faldas con más fuerzas que las de las faldas orientales. si las hubo, y como estas dislocaciones han sido más intensas en la zona limitrofe á la precordillera, debia haber habido aquí un descenso á lo menos relativamente mayor. De esta regla no está excluida la llanura situada entre El Velasco, Sierra de los Llanos y la Sierra de Catamarca, salvo que debido al conjunto de estas sierras de rumbo distinto en parte, las zonas más bajas, que ellas rodean, quedan más ó menos en el medio, pero se nota también al lado occidental de la Sierra de Catamarca (Ancasti) una notable depresión (esta- ción San Martín 265 ms.), que podemos considerar como con- tinuación de la situada al lado occidental de la Sierra de Cordoba. Resumiendo en pocas palabras, se puede decir que las DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 97 llanuras representan zonas de grandes descensos, entre las que quedaron las sierras como pilares, sin que esto excluya, que estas talvez se han levantado. En la mayor parte de las faldas de las sierras salen á luz los estratos de Paganzo, representados en su piso inferior, equivalente muy probablemente al «terreno carbonifero-, por conglomerado con esquistos carboniferos y raras Veces con capitas de carbón, en el medio y superior (permo-triasico) por areniscas coloradas. Rocas melafiricas etc., se hallan en capas interstratificadas (menos en filones). Arriba de ellos sigue, al Poniente de la Serrania de Famatina y de la Sierra de La Huerta, el terreno rético, constituido por areniscas grises, margas, esquistos carboniferos en parte con delgadas capas de carbón é igualmente con rocas melafiricas en capas interstratificadas y en filones. Este terreno falta al Naciente de estas sierras. Encima del terreno rético ó del terreno de Paganzo, en las Zonas respectivas, vienen areniscas coloradas que pertenecen al terreno cretáceo superior, Ó los estratos areniscosos calcáreos de Los Llanos de La Rioja, probable- mente equivalentes á aquéllas. El suelo de las llanuras se compone de estratos terciarios, en su yaciente caracterizado por acarreo dacítico, de estratos diluviales y aluviales. El predominio de areniscas ha tenido por resultado un suelo superficial muy arenoso. Sobre salinas, hidrología y vegetación compárese los res- pectivos capitulos. 2 - Apuntes Históricos El primer reconocimiento geológico de una parte de nuestra región ha sido ejecutado por Stelzner. Viniendo en Marzo de 1873 de San Juan, pasó por Huaco, Paso Ferreyra, Quebrada del Salto, Salinas de Bustos, Valle Fértil, Santo Domingo, Papagayos, Mareves, 28 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL y se dirigió á Córdoba pasando por Chepes. Encontramos la descripción de este viaje ilustrado por un perfil (Jachal- Huaco-Salinitas) «Beitráge sur Geologie und Paleontologie der Argentinischen Republik (Contribuciones para la geología y la paleontología de la República Argentina)». Como esta obra—publicada recién en el año 1885, once años después de haber dejado la cátedra de geologia y mineralogia en la Universidad de Córdoba (1871-1874) para ocupar la misma cátedra en la academia de Minas en Freiberg—desgraciadamente no ha sido traducida del alemán, cosa que merecería, aún hoy, por darnos una excelente reseña del estado de la geología en nuestro pais en este tiempo y por sus disgresiones geológicas sobre otros países Sud Americanos, sin contar con que la obra por su escasa circulación es de dificil alcance, paso á traducir la parte que se refiere á nuestra región. «Al Naciente de Huaco, sedimentos réticos llenan la de- «presión situada entre la Sierra del Famatina y la Sierra de «la Huerta. Desde el Puesto de Ferreira (Río Bermejo) hasta «Salinitas (ó Salinas de Bustos) las crucé á mulas en dos días. «El camino correal principio por una quebrada á lo largo de «una pared de areniscas amarillo-coloradas, luego sobre «una meseta de una altura de 1.200 á 1.400 ms. cortadas «por muchas y pintorescas hondonadas. Al segundo día «hemos pasado un cerro de gneis de poca extensión haciendo «conocer los estratos al Poniente y al Naciente como «perteneciente al mismo terreno. Areniscas coloradas, amari- «llas y blancas predominan, encontrándose entre ellas inter- «posición de esquistos arcillosos como bancos de conglome- «. Como elemento extraño aparece en el mapa de Bracke- busch un piso de areniscas y de yeso de edad indeterminada (color azul con letras p. é y.) Lo encontramos en el mapa al Naciente de la sierra de Los Llanos, en el Velasco, en la Sie- rra Brava (además fuera de nuestra región en la sierra Gua- yaguas), quedando sin solución la posible relación de este piso con el sistema de Salta (cretáceo), «el terreno andino” Ó «terreno jurásico andino”. El doctor Brackebusch lo pone en efecto en la escala entre el «cretáceo andino” y el «cre- táceo de Salta.” Intentaré llenar este vacio, demostrando que el terreno cretáceo existe al Poniente como muy probablemente al Naciente del Famatina, pero en dos distintas formas, cons- tituyendo esta sierra con sus ramificaciones australes, la linea divisoria y los que distingo como +terreno cretáceo andino” y «terreno cretáceo extraandino (?).” En el grupo «Cenozoico (cuaternario y terciario)”, pres- cindiendo de los terrenos modernos, figuran en el mapa «areniscas, conglomerados, arcillas, etc. post-cretáceas (ter- ciarias?) y yeso, como formando parte en muchos puntos de las faldas de las sierras. Se trata de estratos que Stelz- ner mencionó como existentes entre Huaco y Paso Ferreyra y cuya clasificación como terciario por lo menos para una parte de ellos es exacta. Este piso corresponde en general al que he establecido como «terciario y (pleistocénico)” Ó estratos calchaqueños. Pero no todos los estratos unidos 3 34 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL por Brackebusch se pueden aceptar como de esa edad, per- teneciendo parte de ellos á otro terreno, del mismo modo que aquel piso mesozoico abarca á veces sedimentos de dis- tinta edad. Asi, por ejemplo, en el Valle Sañagasta (Velasco), los estratos señalados como post-cretáceos pertenecen á nuestro terreno de Paganzo y los de los Cerrillos de la Sierra Brava en parte á este terreno y en parte al cretáceo (?). Como en nuestra región, los terrenos desde el carboni- fero hasta el terciario están casi exclusivamente compuestos por areniscas sin fósiles, su división tropieza con dificultades que tampoco no he podido vencer todas. 3-Observaciones generales referentes al plano geológico y perfiles El mapa topográfico en escala 1:750.000 es construido sobre la base de los trazados de ferrocarriles, suministrados por la dirección de Vías y Comunicación. Habiendo sido imposible por falta de recursos extender el relevamiento especial sobre toda la región, se resolvió limitarla á ciertas zonas, cuya representación en los mapas existentes ha sido defectuosa y se ha consultado á la vez las exigencias de las investigaciones geológicas, mayores en unas zonas y menores en otras como es consiguiente. Además de la Sierra de los Llanos en su parte sep- tentrional—cuyo levantamiento ha sido ejecutado por orden de la División de Minas, Geologia é Hidrología por el topó- grafo Andrés San Millán—ha sido objeto de un relevamiento detallado, hecho por el topógrafo de la División don Nardo Hunicken, la serranía del Famatina y toda la región situada al Poniente de la misma hasta la precordillera, (Valle del Rio Guandacol y del Bermejo). La operación se llevó á cabo en parte por medio de la triangulación y en parte por medio de la brújula prismática, á escala de 1:250.000. DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 35 En la representación de la Sierra de la Huerta, de la mayor parte de la Sierra de los Llanos como de la llanura entre esta sierra y la de Córdoba —menos la Sierra de Ulapes levantada por Hunicken en itinerarios y unida por triangula- ción con el trazado del ferrocarril de Serrezuela á San Juan—ha sido consultado el mapa del doctor Brackebusch, que, sin em- bargo, carece de detalles (con especial en cuanto á la Sierra de la Huerta)- En cuanto á la parte limitrofe de la Provincia de Ca- tamarca, ella ha sido copiada del Mapa de la Provincia de Catamarca, por Gunardo Lange, 1:500.000, 1893, Museo de La Plata. Construido el plano sobre la base de los trazados de ferrocarriles, hubo coincidencia en la posición que Bracke- busch da para Chilecito y La Rioja (esta última con una diferencia de cerca de un kilómetro), por esta razón he adoptado las coordenadas de este mapa. La posición de San Juan es la única en nuestra región, que ha sido deter- minada astronómicamente hasta hoy dia por el Observatorio Astronómico de Córdoba, pero nou coincide con la posición dada en el mapa de Brackebusch. Para Chañar, Chamical y Patquia Vieja, estaciones del ferrocarril Argentino del Norte, tenemos las posiciones dadas por Seelstrang (Alturas de la República Argentina), por el doctor Brackebusch y por el doctor Oscar Doering («Obser- vaciones magnéticas, efectuadas en 1894 fuera de Córdoba”), Estas posiciones son las siguientes: CHAÑAR | CHAMICAL PATQUIA Seelstrang: 05950; 30:32 66030' 30+1s; or z 29957 Brackebusch: 669 1 032' 6620' ; 300 de oering: 65956'32” 30028'24” | 66-18'29” 30917 6" | 60932 42” 29 150 51 Como se ve, hay diferencias y ninguna de las coorde- nadas de estos tres puntos coinciden con la de nuestro plano. Estas divergencias son tanto más deplorables cuanto 36 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL que se trata de estaciones de ferrocarriles. ¿Qué precisión, dice con razón Doering, se puede esperar, cuando se trata de localidades más retiradas y de menos importancia? Las observaciones altimétricas, practicadas varias veces en algunos puntos, con un Bohne, (número 672) y un Golds- chmidt (número 401) han sido calculadas por la Oficina Meteorológica Argentina sobre la base de las estaciones me- teorológicas de Chamical, La Rioja y Chilecito y otra parte de ellas por mi colega doctor Doering. Las alturas están relacionadas con el cero del Mareógrafo del Riachuelo. Todos los valores los he reducido á decenas, excepto los de las estaciones de ferrocarriles, que me han sido su- mistrados por la Dirección General de Vías y Comunicación. Si hubo diferencias entre los valores calculados por la Ofi- cina Meteorológica y por los de Doering, para mayor segu- ridad he tomado el término medio en el mapa. Como escala de los perfiles y para no alargarlos inú- tilmente, tratándose en gran parte de cortes por llanuras, sin muchas particularidades geológicas, he elegido la de 1:200.000, con raras excepciones. He unido todos los perfiles, cuya mayor parte son tra- zados más ó menos de Oriente á Naciente, orientándolos en lo más posible en su seguida de Norte á Sur, según su si- tuación relativa al plano. Sólo dos perfiles (números X y XI) son trazados de Sur-Este á Nor-Este. Está demás decir, tratándose de un plano preliminar en tan pequeña escala, que los limites de los terrenos no tienen la pretensión de ser exactos. TERRENOS METAMORFOSEADOS (? precambriano y cambriano) TERRENOS METAMORFOSEADOS (? precambriano y cambriano) Los esquistos cristalinos no han sido objeto de inves- tigaciones especiales, pues faltaban dos factores indispensa- bles: la base topográfica en escala adecuada y la coopera- ción simultánea de un petrógrafo, sin las cuales no se puede pensar en conseguir resultados de algún valor. Las inves- tigaciones concernientes á dichas rocas hubieran retardado inúltimente la investigación de los otros terrenos. Debemos, pues, contentarnos por ahora con suposicio- nes y con observaciones aisladas, las que aumentadas á me- dida que adelanta el relevamiento de otras regiones, permi- tirán en adelante, una vez dados aquellos factores, concentrar los estudios detallados, relativos á los terrenos metamorfo- seados á las zonas más adecuadas. En la Sierra de Córdoba, región limitrofe con nuestra sección, sobre cuya composición he dado una revista en «Constitución geológica de la sierra de Córdoba y productos minerales de aplicación=, la existencia del arcáico es muy dudosa, siendo más probable que sus esquistos cristalinos sean igualmente productos de metamórfosis, lo que no puede haber duda referente á sus calizas granudas. Un conjunto está formado por esquistos anfibólicos, rocas dioríticas y calizas granudas (Mármol) que cambian 40 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL entre sí y con gneis, y que aparecen alrededor del eje gra- nítico central en dos ó más zonas paralelas (en especial en la falda oriental). Del gneis predomina el biotitico, siendo muy escaso el moscovitico En algunas regiones hay gneis granítico. Las filitas con cuarcita, formando probablemente un horizonte superior, asoman en la falda occidental, ade- más en la sierra del Norte (ó de S. Pedro) igualmente en la falda occidental. En relación inmediata con estas filitas se hallan en esta misma sierra conglomerados (con cemento talcitico), cuyo rumbo é inclinación corresponde al de las filitas. Los granitos y dioritas son muy probablemente de dis- tinta edad, cayendo la intrusión de los más modernos en la época paleozóica. Pórfidos cuarciferos cubiertos por areniscas del terreno de Paganzo (permo-carbón) se hallan en la sierra del Norte y aparecen también allí, aunque escasamente, porfiritos re- lacionados con dioritas. En la Sierra de los Llanos, tanto en la depresión cen- tral como en las sierras de Malanzan y de Chepes (región del Cerro Porongo, Cerro Orcobola, etc.), he visto gneis con esquistos anfibólicos. En toda su pendiente oriental resaltan (Olpa, Olta) fili- tas y cuarcitas. La Sierra de Ulapes se compone también, en su parte occidental (sierra de Minas), de gneis con pocos esquistos an- fibólicos. La caliza granuda falta. Los granitos de la Sierra de los Llanos y de la de Ula- pes son biotiticos, siendo cruzados en algunas partes (Valle de Casana. Almalan) por dioritas. En la sierra de Velasco, filitas forman la falda oriental en la quebrada de La Rioja, etc., mientras la pendiente oc- cidental se compone en varias partes de gneis, ó lo que es más probable de granito gneísico. En la parte central hay un macizo granítico que ocupa la mayor parte de la sierra- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 41 En la parte de la serrania del Famatina, estudiada en nuestra sección, hay esquisto gneisico y caliza granuda en poca extensión en el valle de Vilgo (entre este Jugar y la quebrada de Totoral), formando además tal vez parte de la sierra de Vilgo; además gneis ó más bien granito gneisico se encuentra en la pendiente oriental de la sierra de Pa- ganzo, como igualmente en poca extensión en la pendiente oriental de la sierra del Cerro Blanco (Paso de El Molle). Todas las demás partes de las serranias del Famatina con sus ramificaciones australes están compuestas de granito biotítico, á menudo anfibólico, pórfido cuarcifero y (*?) diorí- tas, sin duda paleozoicos (continuación de los del Nevado de Famatina.) Granito y gneis granítico salen á luz en el Cerro Mo- rado entre las sierras del Cerro Blanco y las del Valle Fér- til, formando el primero además el componente principal de esta sierra, con excepción de la falda occidental, donde en la quebrada del Peñón aparece gneis (granito gneisico?) y rocas dioriíticas. Granito y diorita predominan también, incluyendo en par- te zonas de gneis, en la parte oriental de la sierra de la Huerta. El gneis, los esquistos anfibólicos y las calizas crista- linas, se encuentran cerca de la Cuesta de Chaves; sigue en- tonces una extensa zona de diorita y granito. La pendiente occidental de la Sierra de la Huerta, como se presenta en El Morado, es esencialmente com- puesta de gneis biotitico, rocas parecidas á porfiróides, €s- quistos actinolíticos, caliza cristalina, y cuarcitas Con tremolita. En la pendiente de la sierra entre El Morado y Chacritas, caliza con piedra córnea, con el aspecto de caliza silúrica, está interpuesta entre los esquistos anfibólicos. Entre Cha- critas y Mareyes aparecen filitas micáceas, cuarcita y caliza en transición. En la falda oriental entre Papagayos y Santo Domingo, á juzgar por los rodados, deben encontrarse porfi- dos cuarciferos al lado de granito y diorita. 42 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Finalmente gneis, esquistos anfibólicos, filitas y caliza cristalina parecen formar los componentes principales del Cerro de Villa Unión como de la sierra de Umango. El rumbo de los esquistos cristalinos predominante es N. NO. (entre 310” y 3509). La inclinación por lo común es muy fuerte y varia entre Poniente óÓ Naciente. La sierra de La Huerta, de Los Llanos y de Córdoba forman un sistema de pliegues, cuya elevación ha terminado sin duda antes de la época Permo-Carbónica, porque los estratos de esta época (terreno de Paganzo) se extienden sobre ellos en estratificación discordante. La elevación tuvo lugar simultáneamente con intrusiones de granito (con pórfido cuarcifero) y dioritas. Parece que dioritas paleozóicas aumentan en las sierras situadas al Poniente de la Sierra de Córdoba. Los pórfidos cuarciferos encuentran su mayor desarrollo en la serranía del Famatina. Todos los estratos los considero como metamorfoseados por la intrusión granitica, representando éllos probablemente el cambriano y precambriano, pudiendo ser distinta la edad de la intrusión granítica. En apoyo de esta suposición sea constatado aqui, que la sierra de Famatina está compuesta en gran parte por el terreno cambriano más ó menos metamorfoseado por el gra- nito (esquistos con Dictyonema flabelliformis Eich, Stauro- graptus dichotumus. Em.) Sus filitas en la falda oriental llegan hasta cerca de Chilecito, donde hunden en la depre- sión entre el Velasco y la Sierra de Sañogasta, Vilgo, etc. Es de suponer que éllas continúan hacia el Sur en el subsuelo de la llanura al Poniente de la sierra de los Llanos. Filitas hay también al lado oriental del Velasco, segura- mente también producto de metamórfosis y en la continua- ción austral de este pliegue vemos otra vez filitas al lado oriental de la sierra de Los Llamos, asociadas de rocas cuarciticas, DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 43 Pero incluyo en la suposición de la existencia de terre- nos metamorfoseados el precambriano por razón del distinto carácter que tiene el complejo del terreno metamorfoseado del pliegue más occidental, representado en la Sierra de La Huerta y de Umango, como igualmente del pliegue más oriental de la sierra de Córdoba. Al Poniente de la Sierra de La Huerta entre élla y la precordillera sigue una zona de fuertes fracturas y descen- sos, en la que está situado el Pié de Palo. No se conocen las relaciones de esta zona metamorfoseada con el paleo- zóico (Siluro y Devono) de la precordillera, pero si este terreno aparece tan abrupto al Poniente de la llanura del Bermejo y del rio Guandacol, es á causa de estos movi- mientos y muy probablemente á causa también de un mo- vimiento horizontal, sobre el que ya el doctor Keidel ha llamado la atención en cuanto á la precordillera de Mendoza. Como la precordillera forma el límite occidental de nuestra sección, el paleozóico de élla no ha sido investigado. (Véase «Stappenbeck», obra citada). El primer estrato paleozóico, que aparece en nuestra sección, en la región limitrofe con la precordillera, es alli donde la sierra de Umango se acerca en el Cerro de Vilía Unión á una legua de distancia, á la caliza silúrica (inferior) de la precordillera. Es un piso de grauvaca, situado en el yaciente del terreno de Paganzo, en posición concordante y en transición con él, que se pone bajo una falla contra los esquistos cristalinos de aquel cerro, y desapareciendo bajo otra falla en el valle de Guandacol, (véase terreno de Paganzo). En la falda oriental del Cerro de Villa Unión, cerca del Pueblo de Villa Unión esquistos de grauvaca asoman también, dislocados contra los esquistos cristalinos y en el yaciente del terreno de Paganzo. Sigue, formando probablemente en mayor parte el subsuelo del Valle de Villa Unión, Vinchina, etc., una Zona 44 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL ancha de granito (con diorita) intrusivo, que continúa hacia el Naciente, componiendo la falda occidental del Nevado de Famatina como su eje mismo. La inclusión de esquistos paleozóicos dentro del gra- nito en la falda occidental, la aparición del siluro inferior fosilifero cerca de la cumbre de la sierra y del cambriano superior más al Este, son datos de importancia, que nos revelan que el siluro de la precordillera pasa, pero inte- rrumpido por grandes fallas, á la sierra de Famatina, apa- reciendo en su yaciente el cambriano, en su mayor parte metamorfoseado: pero lejos estamos de poder decir algo sobre sus relaciones con el terreno metamorfoseado de la Sierra de Umango y del Cerro de Villa Unión, si no es, para repetir, que esta zona metamorfoseada debe ser más vieja que la de la zona del Famatlina, si es permitido hacer tal conclusión del carácter de las rocas metamorfoseadas. En cuanto al limite del siluro inferior hacia Naciente queria expresar aqui el concepto, que él coincide tal vez más ó menos con una línea trazada por la falda occidental de la sierra de Famatina, desde la Cuesta del Tocino en dirección hacia la falda occidental de la Sierra de La Huerta y del Pié de Palo, siendo compuesta la región al Naciente de élla del cambriano y precambriano metamort- foseado. Sea como fuere, esquistos cristalinos, forman junto con granito, diorita y pórfido cuarcifero, en nuestra sección el basamento de los terrenos que empiezan con el «Terreno de Paganzo». Mi TERRENOS CARBONÍFERO, PERMIANO Y TRIÁSICO (Excl. Rético) “ESTRATOS DE PAGANZO” mI TERRENOS CARBONÍFERO, PERMIANO Y TRIÁSICO (Excl. Rético) “ESTRATOS DE PAGANZO” Con el nombre de «Estratos de Paganzo» comprendo los terrenos desde el carbonifero hasta el rético (exc.), repre- sentados por una serie de estratos que se encuentran en tran- sición. Su espesor es de 800 metros hasta 1500 metros y están compuestos abajo por conglomerados y arkose de color gris amarillento, esquistos carboniferos con plantas fósiles y arriba por areniscas coloradas, todas en estratificación con- cordante. Interpuestos se encuentran capas de diabasa, por- firito augítico y meláfiro. En las zonas oriental y central de nuestra comarca están puestos encima de granito, pórfido cuarcifero Ó en estratifi- cación discordante sobre esquistos cristalinos y en la zona occidental, limitrofe á las precordilleras descansan en posición concordante sobre grauvaca. Su pendiente está formada en una parte, la occidental, por el terreno rético, en otra, la oriental por el cretáceo superior (7). Dentro y fuera de las sierras, y en la mayor parte fuerte- mente dislocados, los estratos de carácter uniforme, tienen 48 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL una propagación general, pasando en todos los rumbos, los limites de nuestra comarca. Aunque existe transición, se pueden distinguir tres pisos. DESCRIPCIÓN DE LOS PISOS Piso I—La serie de los estratos principia muchas veces con conglomerados estratificados. Sus rodados, por lo común muy redondeados ó aplanados hasta del tamaño de un huevo y aún más, se componen de esquistos cristalinos (gneis, filita, esquistos anfibólicos, etc.), de cuarcita, granito, diorita y de pórfido cuarcifero (el último predominando en la región occidental, en el Cerro de Villa Unión). Su color, la mayor parte de las veces, es gris amarillento; el rojo es escaso. 5u mayor propagación se produce en la sierra de Los Llanos, pero no faltan en otras regiones. El cemento de los conglomerados se constituye, casi por regla general, de arkose fina, que llega á predominar á tal punto que á veces faltan los rodados, formándose así are- niscas de arkose fina, por lo común bien estratificadas por contenido de mica y á veces muy esquistosas y duras. El color gris amarillento es muy característico para esta clase de estratos, que predominan en la región occidental (Cerro Villa Unión, Cerro Bola, Quebrada del Peñón, Mareyes). En la Cuesta de Malanzán (sierra de Los Llanos) son muy calcáreos y aún se encuentran pequeños bancos de ca- liza; pero en los demás casos el contenido de caliza es in- significante Ó falta completamente, Los de Los Ranchos, Sierra de Vilgo, contienen geodas muy duras, de material de grauvaca muy fina y silicea (sin caliza) hasta del tamaño de una bocha. En el centro de algunas he podido constatar restos de plantas, Concreciones de otras formas, á veces muy particulares («cabeza de pájaro») se hallan en la sierra de Catinsaco. DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 49 En unión con esta clase de areniscas, formando su ya- ciente ó cambiando con éllas, aparece grauvaca en la región occidental (Cerro de Villa Unión). Además de estas areniscas gris amarillentas, de grano fino, caracteriza este piso verdadera arkose gruesa, en par- ticular cuando faltan los conglomerados. Los colores pro- dominantes son el blanco, el pardo y el verdoso. Los puntos en los que la arkose ha llegado á considerable desarrollo son: Aguadita, Chamical, Saladillos, Los Colorados, Paganzo, Cuesta de Amanao, Cerro Villa Unión. La arkose de Pa- ganzo encierra estratos de poco espesor de grauvaca es- quistosa. Como otro componente muy importante de este piso tenemos: esquistos carboniferos (con pirita de hierro y limo- nita) y pequeños depósitos de carbón, cuya posición se en- cuentra en la parte inferior del piso cerca del basamento de esquistos cristalinos ó de granito. Como localidades más importantes sean mencionadas: Ansulón, Chepes y Aguadita- Chamical en la sierra de Los Llanos, Saladillo, sierra de Ve- lasco, Amanao y Los Ranchos en la sierra de Vilgo, Cerro Villa Unión y Cerro Bola. Más abajo daré en la parte fito- paleontológica los detalles sobre las plantas fósiles encontra- das en éllos. Como piso particular se hallan interpuestos entre aque- llas areniscas gris amarillentas, en el Cerro Villa Unión, con- slomerados compuestos de rodados de porfiritos, melá- firos, etc. Es muy de notar el hecho de que todo este piso se reduce á veces á conglomerados ó arkose de muy poco es- pesor ó que falta completamente (entendido en regiones don- de no hay dislocaciones), lo que se observa en varias partes de las sierras que forman la continuación del Famatina, donde el piso II descansa inmediatamente sobre granito Ó pórfido cuarcifero. Pisos II y HI.—Si el primer piso se distingue por ma- 4 50 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL terial clástico grueso de color predominante gris-amarillento, con interposición de esquistos plantiferos, en el segundo piso predominan estratos finos arcillosos Ó cuarzosos de color rojo, y en el tercero vuelve á aparecer material menos tri- turado, consistente en areniscas cuarcíticas óÓ de arkose y conglomerados; pero también hay estratos arcillosos, cuyo color se distingue del del piso 1 por un tinte más oscuro. La diferencia litológica entre estos pisos no justificaría su separación, si á aquel carácter del segundo piso no se aso- ciara otro de mayor valor, consistente en un alto contenido de caliza. Los estratos contienen el carbonato de calcio por toda su masa ó en distribución irregular; pero también á veces falta completamente. La concentracion de caliza, raras veces mezclada con pequeñas cantidades de carbonato de magnesio, aumenta hasta formar concreciones y bancos pe- queños de caliza común ó granuda de color gris, blanco ó rojo, cuyo espesor máximo observado no pasa de dos de- cimetros. Al estado macro-cristalino el carbonato de calcio se halla embutido irregularmente ó concentrado zonalmente dentro de la masa areniscosa, destacándose á veces por un color negro (contenido de manganeso), la que resalta más cuando los estratos son de varios colores, cambiando fajas ó man- chas rosadas con blancas, grises etc. Otro carácter es la si- licificación parcial de los estratos arcillosos ú calcáreos. Asi las rocas hacen la impresión de rocas felsiticas ó de margas abigarradas silicificatadas. | Muy notable es además una estructura oolítica con pre- ferencia en los sedimentos puramente arcillosos. Estratos con estos caracteres se hallan especialmente en la parte media del piso II y no faltan en casi ninguna re- gión, si bien las más veces de muy reducido espesor y por eso poco visible, cuando su color no se distingue de las areniscas. Están tipicamente desarrollados por muchos me- tros de espesor en Bella Vista, cerca de Olta en Aguadita- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 51 Chamical y en el Gerro Orcobola, todos situados en la sierra de Los Llanos, además en la sierra Brava (Los Cerrillos), que se levanta poco al Poniente de la sierra de Ancasti, en Catamarca. Con mucho menor desarrollo se observan tam- bién en la región occidental en el Cerro de Villa Unión, donde es notable la presencia de dolomita, único punto en que he hallado esta roca. En las otras serranías: Valle de Sanagasta y Los Colorados de Velasco, las de Sañogasta, Ca- tinsaco, Vilgo y Paganzo, Lomas Coloradas de Villa Unión, en las que las areniscas del piso 1 forman componente esen- cial, se observan solamente pequeños bancos de caliza com- pacta, por lo común de color gris 9 concreciones calcáreas hasta reducirse el contenido de caliza á impregnaciones irre- gulares en las areniscas; hay también aqui silicificaciones. Los pequeños bancos de caliza se pierden, por lo general, á poca distancia entre el material areniscoso, para reaparecer en seguida otra vez. Entre los pisos 1 y II existen transiciones litológicas, producidas por interposiciones de areniscas gruesas en la parte inferior del piso II, manifestándose en mayor ó menor grado (asi en Aguadita-Chamical en los Llanos, menos en la sierra de Vilso); pero prescindiendo de estos estratos de transi- ción, las diferencias litológicas de los dos pisos son tan grandes que ya desde este punto de vista, dejando al lado el carácter paleontológico (plantas en el piso Í) y su génesis, su Separa- ción es justificada. Lo que distingue esencialmente el tercer piso del segun- do, como ya he dicho, es la falta de sedimentos calcáreos y de todos aquellos estratos, característicos para el piso Il, ade- más que su material areniscoso es más grueso y que su color es rojo oscuro. A causa de estas diferencias el limite de los pisos se destaca, á veces muy bien ya desde lejos, como es el caso en Las Torrecillas (sierras de Vilgo) y en la Cuesta de Amanao, en cuya pendiente, vista desde Amanao, se dis- tinguen bien los tres pisos por sus colores. Es en esta re- 52 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL gión y en las ramificaciones de las sierras de Vilgo, de Pa- ganzo, donde debido á las pocas dislocaciones sufridas, el piso HI sale bien á la vista (Cerro Peinado de Amanao, pendiente oriental de la sierra del Cerro Blanco, Cerro de la Yesera de Paganzo, Lomas Coloradas de la Represa) Un resto del mismo se ha conservado en Los Colorados (la falda oriental de Velasco), poco al Sur de la estación Colorados y es bien distinguible desde lejos por su color. Tampoco falta en el valle de Sanagasta dentro del Velasco. En la sierra de Los Llanos, en su falda occidental, sale á luz en el Cerro Orco- bola y en la falda oriental, con carácter muy arcilloso, en Aguadita-Chamical, hallándose hundido en las demás partes de esta sierra. Las regiones occidentales tampoco carecen de él, aflorando en la falda austral del Cerro de Villa Unión, pero está hundido ó denudado en su mayor parte en estas Zo- nas de fuertes dislocaciones. Una diferencia petrográfica muy notable se manifiesta en este piso al seguirlo desde Ei Peinado de Amanao por la falda oriental del Cerro Blanco hasta El Molle, notándose un aumento paulatino de material grueso hasta interponerse ro- dados y pequeñas capas de conglomerados. Arriba de estos estratos, al frente de El Molle, se ven en La Loma Blanca y en El Chiflón, (lomas barrancadas sueltas, entre el Cerro Blanco y Las Lomas Coloradas de La Represa) areniscas muy arcillo-kaoliníticas rojas y grises (15 á 20 metros), cubiertas por un conglomerado de cerca de 1 metro de espesor, com- puesto de rodados bien redondeados de cuarcita y pórfido cuarcíifero. Es, pues, un cambio notable que se manifiesta aqui en la estratigrafía y tiene gran importancia en vista de la aparición del terreno rético encima de los conglomerados. Conglomerados como parte de areniscas coloradas for- man también el basamento del terreno rético en el Cerro Morado (campo de Ischigualasta), en la Cuesta del Peñon (sierra del Valle Fértil) como en Mareyes (sierra de La Huer- ta). Considero estas diferencias como facies del piso III, de- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 53 sarrollada en la region del terreno rético, pues no conviene establecer un cuarto piso con estas pocas observaciones. Considerando el carácter petrográfico de los tres pisos en general, hay que constatar que en el piso 1 predominan en la zona oriental, (en particular en la Sierra de los Llanos), conglomerados y arkose grueso; en las occidentales arenis- cas gris amarillentas, asociándose á estas grauvacas. En el piso II resaltan en la sierra de Los Llanos y en la Sierra Brava aquellos estratos calcáreos, arcillosos, parcialmente sili- cificatados y abigarrados y faltando, al parecer, este carácter más en las zonas occidentales.: Finalmente es notable la apari- ción de conglomerados en el piso UT en el yaciente del te- rreno rético. Pero todas estas diferencias no son absolutas, sino cuantitativas, mostrando, pues, el carácter petrográfico gran uniformidad. Es sumamente sensible, que en las faldas de la Sierra de la Huerta (con excepción de la quebrada del Peñón y de Mareyes), el terreno está casi completamente hun- dido, privándonos esta circunstancia de un factor muy impor- tante para comparar las relaciones petrográficas del terreno de nuestra comarca y del de la precordillera. En resumen, el terreno de Paganzo tiene, con carácter petrográfico casi uniforme, una propagación general en nues- tra comarca, saliendo de sus límites en todas direcciones. Al Poniente participa en la composición de las precordilleras, al Sur manchas con plantas fósiles asoman en la Sierra de San Luis, lo que sucede también al Naciente en la Sierra de Córdoba. El punto más septentrional, donde he observado estratos del piso Il (iguales á los de Olta en Los Llanos) es en la Sierra de Guasayán al Norte de San Pedro en la Pro- vincia de Catamarca. Muy probablemente el terreno alcanza los limites de la República al Norte y Naciente pasando á las Repúblicas vecinas de Bolivia, Uruguay y Brasil. En este último país se conoce hace tiempo este terreno. (Véase abajo la parte paleontológica). a BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Espesor.—El espesor de los tres pisos, en general muy difícil de apreciar, se aproxima en Aguadita-Chamical á SU0 metros; de los cuales 150 á 200 metros corresponden al pi- so inferior. En el Cerro Orcobola y en la cuesta de Ma- lanzan (sierra del mismo nombre) el piso I llega de 200 á 300 metros; los pisos II y Il á 1000 metros y más. Los mis- mos valores se aplican á la región de Paganzo y la de Vil- go. El piso 1 parece tener mayor desarrollo en el Cerro Bola (Guandacol) y en el Cerro de Villa Unión (falda aus- tral.) En general se puede decir que el espesor del piso 1 varía mucho hasta perderse completamente. Más constante es el espesor de los pisos II y Il, el cual no baja para ca- da uno de 300 metros y aumenta hasta 500 metros y más. ROCAS ERUPTIVAS Entre las rocas eruptivas interpuestas en las areniscas ocupan el primer lugar las diabasas y los porfiritos augíticos (espilita). Los que se hallan en las Sierras de Paganzo y Vilgo ya han sido clasificados y descriptos por Siepert. Los resulta- dos de estos trabajos con otros obtenidos por Chelius, etc., los he reunido en un trabajo publicado en los Anales del Mi- nisterio de Agricultura (véase bibliografía), razón por la cual no volveré sobre la parte petrográfica. En este trabajo he manifestado que en el Cerro de Paganzo hay dos mantos. uno entre el piso 1 y piso II y otro más arriba en el piso 1. Una nueva revisión me ha enseñado que no existe más que un solo manto en el piso II que, debido á una falla, ha ex- perimentado una dislocación. El perfil (número VII) explica, como el manto situado al lado Oriental del cerro aparece dos veces, mientras que en el lado Occidental está hundido por dislocación, encontrándose á una hondura de cerca de 250 metros como ha sido constatado por una perforación. DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 55 En el Cerro Morado, Sierra de Vilgo (al Norte de Pa- ganzo), un manto de la misma roca (diabasa y porfirito au: gítico, perfil número 1V), ocupa el mismo nivel, como todos los demás que se hallan entre Los Ranchos (Sierra de Vilgo) y la Cuesta de Amanao, apareciendo en el último punto en las Torrecillas. El mayor espesor del manto en Paganzo alcanza á cerca de 3 metros. Es muy probahle que todos los afloramientos de estas rocas han formado un solo manto, producto de derra- mamiento de lava, cuya salida estaba en la región del actual Famatina ó de sus ramificaciones australes. En las Sierras de los Llanos y de Velasco, no se conocen hasta hoy mantos de estas rocas. En la Sierra de la Huerta, en Mareyes, existe un manto de diabasa cerca del límite con el terreno rético. Su gran propagación se evidencia por sus afloramientos (perfiles II) en la región occidental en el Cerro de Villa Unión y en el Cerro Bola (Guandacol) que se continúan en la pre- cordillera. 3n la falda austral del cerro de Villa Unión aparece un manto de porfirito augitico (?) de cerca de 100 metros de espe- sor que también está en el piso IL ó en el limite con el piso Hl, y se destaca bien en la pendiente austral del cerro desde el valle del Rio Guandacol hasta cerca de Villa Unión. El man- to está dislocado en la depresión situada entre el cerro Villa Unión y el Cerro Bola, y vuelve á salir en este último punto siguiendo el pliegue anticlinal, que forma el terre- no de Paganzo, y descendiendo con su ala austral frente á Parejones. En la falda Oriental del Cerro Bola (perfil número II) el manto está descubierto en muchas partes por la erosión en forma de enorme plancha, y ya empieza á destacarse bien desde el Paso del Medio (San Isidro). En la misma depresion se halla un segundo manto situado en el límite con el terreno rético, si es que no pertenece á ese terreno. Puede obser- 56 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL varse muy cerca al camino que va de Guandacol á Villa Union. Entre otras rocas eruptivas se encuentran en El Molle (al Poniente de Paganzo) un filón de diabasa olivinica (perfil número VI), de 2 metros de espesor y de una extensión de varios cientos de metros, que atraviesa en dirección Norte el piso II poniéndose sobre terreno rético. En los Cerros Colorados de Villa Unión (perfil 1) apa- rece una toba de pórfido cuarcifero interpuesta en el piso IL Puede observarse en la quebrada, por la cual pasa el camino que va de la población al Rio de los Nogues. Finalmente hay que recordar, que rodados de porfiritos augíticos ó meláfiros participan, en gran cantidad, en la com- posición de un conglomerado del piso 1 en el Cerro de Villa Unión (ladera hacia el Valle de Guandacol), demostrando que la erupción de estas rocas remonta á un período más lejano. RELACIONES ESTRATIGRÁFICAS Y TECTÓNICAS En cuanto al yaciente del terreno hay que distinguir de manera esencial la región de las sierras orientales, es decir, las que forman la continuación del Famatina (desde la Sierra de Sañogasta al Sur), la de Velasco, la de Los Llanos, de las Minas y de La Huerta, de las del Nor-oeste, región de la precordillera. En aquella el piso I se halla en estratificación diseordan- te encima de esquistos cristalinos (precambriano, cambriano?) Ó sobre granito y pórfidos cuarciferos, sin que se haya obser- vados los terrenos silúricos y devónico. En la zona del Nor- oeste el piso 1 descansa en concordancia sobre grauvaca. Esta última sucesión se presenta en la falta occidental y austral del Cerro de Villa Unión (perfil número D, apo- yándose la grauvaca bajo una fractura contra el terreno de DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 57 esquistos cristalinos. Esta observación, aunque única, es de importancia, porque liga la zona estudiada con la precor- dillera, en la que el terreno de Paganzo se extiende proba- blemente en mayor parte en estratificación concordante sobre los estratos paleozoicos viejos. El punto más cercano al Cerro de Villa Unión, donde se nota el piso 1 (con Lepido- phloios laricinus, etc.) encima de esquistos devónicos, es Tra- piche, entre Huaco y la quebrada de Halaya. En lo que se refiere á la pendiente del terreno, nuestra comarca se divide en dos zonas, una oriental y otra occiden- tal, separadas ellas por el Famatina, con sus ramificaciones australes (Sierra de Sañogasta, de Vilgo, de Paganzo y Sierra del Cerro Blanco), cuyas últimas ondulaciones se unen con la Sierra de la Huerta en el Valle Fértil. En la zona occidental, limitrofe con la precordillera, en- cima del terreno de Paganzo viene el rético (areniscas jurá- sicas? y cretáceas), mientras que en la oriental son las are- niscas calcáreas cretáceas (?) «estratos de Los Llanos de La Rioja”, que descansan sobre él. El terreno ha sufrido en su mayor parte dislocaciones, muy probablemente en mayoria á causa de fracturas, las que por lo general se encuentran en casi todas las faldas de las sierras. El grado de descenso varía, extendiéndose los estratos en una región casi en continuidad desde las sierras hasta las llanuras, ó bien, lo que sucede con más frecuencia, el des- censo es rápido, llegando en muchos casos los estratos hasta desaparecer bajo terrenos más modernos. Como lo veremos oportunamente, los terrenos más modernos han participado de las dislocaciones. Las principales dislocaciones enumerándolas de Na- ciente á Poniente, son: 1) La de la falda oriental de la Sierra de Velasco, desde Tudcun hacia el Norte, que ha hundido el terreno completa: mente, llegando los “Estratos calchaqueños” ó en parte los 58 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL «estratos de Los Llanos» hasta los esquistos cristalinos ó el granito (perfiles, UH, ML IV). Llama la atención su aparición dentro de la sierra en el Valle de Sanagasta. Los estratos principian en El Sauce al lado occidental del valle (sobre el camino á la cuesta de Sigur) con conglomerados, arkoses y esquistos arcillosos, sobre los que siguen, entre El Sauce y Los Nacimientos en los dos lados del valle, areniscas coloradas gruesas y finas, duras y blandas, notándose entre ellas interposiciones de caliza y estratos arcilloso-calcáreo-siliceos (barranca al lado del camino entre El Sauce y Los Nacimientos), tan caracte- risticas para el piso IL. Las areniscas coloradas están cu- biertas por los «Estratos de los Llanos», y mientras estos últimos ocupan la parte central del valle, cubiertos por los terrenos de acarreo del rio, las areniscas coloradas afloran en varios puntos en las dos pendientes del valle. El descenso, muy evidente, tiene aqui, forma de hoya ó de zanja. 2) Las dislocaciones en la ladera occidental del Velasco (pendiente casi á pique) y en la oriental de la Sierra de Fa- matina con sus ramificaciones australes (Sierras de Vilgo de Paganzo), encerrando el largo valle de Chilecito, Nonogasta, Vichigasta, etc. El terreno ha sido hundido ó erodido com- pletamente, en especial á lo largo del Velasco. Un resto grande se ha conservado en la falda austral de la Sierra de Velasco en Los Colorados, en el sitio donde pasa el ferrocarril á Chilecito (perfil VD). En el lugar llamado Saladillo, apa- recen, cortados por el arroyo del mismo nombre, conglome- rados, arkose y esquistos carboniferos del piso 1 (con plantas fósiles, véase abajo). De paso sea recordado que se ha hecho cerca del puesto del Saladillo, una perforación en busca de carbón, habiendo en vez de éste encontrado agua tibia sur- gente y salada. El yaciente de los conglomerados está formado proba- blemente por gneis, el cual sale á luz á poca distancia en la punta Sur del Velasco, y encima de ellos sigue el piso Il, DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 59 formando la muy pintoresca Sierra de Los Colorados ó de Los Mogotes Colorados. Al piso II atribuyo las areniscas de color rojo oscuro, que se hallan en la falda Nor-oeste de los cerros (cerca de la estación Colorados), pero la mayor parte está cubierta por el terreno calchaqueño en la depre- sión entre Los Colorados y la Sierra de Paganzo. La posición casi horizontal (algo anticlinal) de los estra- tos en Los Colorados cambia más al Naciente en la punta Sur del Velasco, en otra inclinada hacia el Sur y Sur-este (hacia la cuenca de Santa Rosa de Patquia), desapareciendo el terreno bajo depósitos más modernos (perfiles IL, IV, VD. En las faldas orientales de las Sierras de Sañogasta, Vichisasta, Catinsaco, Vilgo y Paganzo, Se hallan restos ais- lados compuestos de conglomerados de muy poco espesor, que pasan á areniscas coloradas, en las abras de algunas que- bradas (por ejemplo, en La Iglesia, Totoral, Catinsaco, etc). Sierra arriba, estos terrenos vuelven á formar más y más los componentes de los flancos de los valles, subiendo hasta las cuestas y las cumbres, como es el caso en la quebrada del Totoral y en la de Sañogasta, etc., y formando asi con los estratos en la pendiente occidental un manto quebrado y dislocado, que descansa sobre el granito y el pórfido cuar- cifero de estas sierras. Ya he dicho en otro lugar, que el piso 1 falta ó está muy reducido. 3)—Las dislocaciones en la pendiente occidental de la sierra de Famatina y de sus ramificaciones hasta la sierra de Valle Fértil (perfiles IL, II y IV). Principiando al Norte de nuestra comarca éllas siguen por Puerto Alegre, Puerto de Talampaya, Cerro de Tinaja, pendiente occidental de la sierra del Cerro Blanco y de su prolongación hacia el Valle Fértil. Entre Puerto Alegre y el Cerro Tinaja el terreno constituye, en posición muchas veces horizontal, las faldas de las sierras hasta casi las ma- yores alturas, pero formando en parte (quebrada de Talam- paya, (Cerro Desabrido) pendientes rápidas, á veces verticales 60 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL de más de 100 metros de desnivel, lo que hace suponer aquí un descenso precedido de una fractura. Desde el Cerro de Tinaja (por medio de una flexura), en la falda occidental de la sierra del Cerro Blanco, y más al Sur también en la falda oriental, el terreno desaparece junto con la sierra misma en la llanura. Al Poniente de esta sierra, entre élla y la de Valle Fértil, el terreno llega á formar un afloramien- to de poca extensión sobre una fractura corta, que pasa por el pié occidental del Cerro Morado en el campo de Ischi- gualasta (perfil IV). Conoceremos sus detalles en la descrip- ción del terreno rético. 4).—Las dislocaciones del lado oriental de las sierras de La Huerta y del Valle Fértil (la última sierra es parte de aquélla) hasta su extrémo Norte en la Quebrada del Pe- nón, las que han hundido completamente el terreno, el cual reaparece recién otra vez en esta quebrada en posición dislocada. Hay que notar que la edad de las areniscas coloradas en la Quebrada de Santo Domingo es dudosa, siendo posible que sean cretáceas. Es de suponer, á causa de las formas muy quebradas de la sierra de La Huerta y de la fuerte ero- sión del terreno dentro de la sierra, que si existen restos deben ser de extensión muy reducida. En la parte de la sierra comprendida entre el Valle Fértil y la Cuesta de Cha- ves no se observan ni indicios de él. 5).—En las faldas australes de las ramificaciones del Fa- matina (sierra de Vilgo, Paganzo, etc.) los estratos se extien- den con más continuidad, debido á su basamento granítico, descendiendo paulatinamente hacia la llanura. Pero no fal- tan tampoco dislocaciones: las más fuertes se notan en Pa- ganzo. El Perfil núm. VI y VIIL, demuestra las relaciones estra- tigráficas y tectónicas. Los pisos se presentan entre la po- blación y el Cerro de la Yesera: el piso I, depositado sobre granito gneisico, se halla en la población misma, en las costas del río como en la punta del cerro, (aqui con inter- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 61 posición de esquistos parecidos á los de grauvaca): el piso II en las lomas de Vinchinita, donde pasa el camino á Vin- chinita, y el piso TI en el Cerro de la Yesera (cerca de dos leguas al Sur). El piso 1 contiene esquistos carboniferos y algo de car- bón, que motivaron en el año 1887 una perforación que no atravesó más que areniscas coloradas hasta una profundidad de cerca de 250 metros, donde alcanzó un manto de diabasa ó porfirito angítico. La ubicación de la perforación al Poniente de la costa del rio, muy cerca de la población, ha sido mal determinada por pasar en esta zona una falla. Pero prescindiendo de esto, el terreno no se presenta ni aquí ni en otras regiones en condiciones que permitan suponer la existencia de depó- sitos explotables en honduras. Como todos los pisos de nuestro terreno están tipica- mente desarrollados aqui y el nombre de Paganzo quedará siempre ligado con la historia del descubrimiento del carbón en la República, he elejido la denominación de: «Estratos de Paganzo» para todo el terreno. : El perfil muestra cómo al lado occidental y oriental del cerro pasan fracturas que han dislocado los pisos, Las dos fallas son convergentes, uniéndose cerca de cinco cuadras al Sur de las casas, al lado Este de las lomas de Vinchinita (piso ID). Las fallas siguen al Norte en las dos pendientes de la sierra, produciendo el hundimiento total ó parcial del terreno. La del lado occidental sigue hasta Vilgo y más allá, causando la separación de la sierra de Vilgo y la de Paganzo. Otras fracturas pasan igualmente al lado oriental y occidental del Cerro de la Yesera. á Parecen existir también pequeñas dislocaciones en las dos laderas de Los Colorados de la Represa, como también ruptura de los estratos en la falda oriental de la sierra del Cerro Blanco (Perfil VI). En El Molle, los pisos Il y UT han experimentado un hundimiento casi completo, con excepción 62 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL de un pequeño resto (conglomerados) en la cuesta por donde pasa el camino de El Molle hasta Baldecitos. En la continuación de la sierra del Cerro Blanco con rumbo hacia el Valle Fértil, formada por cerros aislados (ce- rros del Puesto, de la Guardia, etc.), este hundimiento se extiende también al piso Ill, desapareciendo el terreno bajo otros más modernos. Especial interés tiene en Paganzo la interposición de un manto de diabasa, en parte porfirito augítico, en el piso Il, dislocado por la mencionada falla, apareciendo á causa de élla dos veces en la falda oriental, mientras que permanece hundido en la falda occidental. Es el manto que encontró la perforación. 6).—Las fracturas (perfil l) que pasan por los esquistos cristalinos del Cerro de Villa Unión (parte de la sierra de Umango), una con rumbo entre Norte y Poniente á su lado occidental, que produjo una ladera rápida hacia el valle de Guandacol y otra por la pendiente austral y oriental del ce- rro, orientada entre Norte y Naciente. Esta última, encierra con la de la falda. occidental de la sierra de Famatina, el valle de Villa Unión, Vinchina, etc. Estas dislocaciones en el Cerro de Villa Unión se juntan óÓ forman la continuación de otras que siguen en los dos lados del valle de los rios Guandacol y Bermejo (Bermejo se llama el rio formado por aquél y el rio Vinchina). La frac- tura del lado oriental del valle, corta el terreno de Paganzo en el Cerro Bola (perfil II), y más al Sur el terreno rético y cretáceo (perfil II), dirigiéndose hacia la falda occidental de la sierra del Valle Fértil,—con lo que se hunde el terreno rético y cretáceo en la llanura del Bermejo—y continúa en seguida en la falda de la sierra de La Huerta, compuesta de esquistos cristalinos, hasta su extremo Sur en Mareyes. Re- cién en este último punto aparecen otra vez los estratos de Paganzo, el rético y el cretáceo. La fractura del lado occi- dental del valle (perfiles H y III) más ó menos paralela á ésta. DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 63 limita con el terreno silúrico y sigue hacia Huaco. El valle del río Guandacol y su continuación hacia el Sur repre- senta, pues, una zona hundida en forma de «zanja» (gra- benbruch). En la ladera oriental del escarpado cordón silúrico, á veces casi perpendicular, se notan, apoyándose contra la falla, en varias partes, areniscas coloradas,—las he visto solamente desde lejos—siguiendo encima de éllas areniscas arcillosas y arcillas con interposición de arena y rodados, que forman la pendiente baja. Una parte de estas areniscas coloradas Co- rresponden, tal vez, al terreno de Paganzo (cosa que es segura para los que se hallan en Huaco, (perfil ID); otras, como he observado, por ejemplo, en el Cerro Totoral (Guandacol) y sobre el rio Nacimientos, pertenecen, tal vez, al terreno cre- táceo (perfil II). Es notable que en el Cerro Totoral las areniscas coloradas y margas, con arcillas y conglomerados por encima, se inclinan de tal modo que los estratos silúri- cos parecen cubrirlos. Llama la atención la falta del terreno rético ó su poco afloramiento (?) en la ladera occidental del valle, mientras su desarrollo es grande en la falda oriental de él, en la que aparece en forma de una cuenca muy exten- dida y de mucho espesor entre el Cerro Bola y la sierra del Valle Fértil, cortada por la falla. Réstame considerar con más detalles Cerro de Villa Unión, completando á la vez la estratigrafia del terreno de Paganzo, por la importancia que tiene esta región en varios sentidos. Este cerro, compuesto probable- mente en su mayor parte por esquistos cristalinos y COn al- tura de cerca de 2.500 metros, se levanta al Poniente del pueblo del mismo nombre, pudiendo ser considerado como una ramificación austral de la sierra de Umango (de 3.500 metros más ó menos de altura). Su pendiente es rápida ha- cia el valle de Guandacol, como hacia el Sur, pero tendida al Naciente hacia el valle de Villa Unión (rio Vinchina). Al Sur de él, separado por una pequeña depresión, en la que la tectónica del 64 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL va el camino de Guandacol á Villa Unión, se levanta el Cerro Bola. Es aquí en la falda austral del Cerro de Villa Unión (perfil: Cerro Villa Unión—Sierra del Valle Fértil), donde nuestro terreno, rodeando el cerro desde Guandacol hasta Villa Union, llama la atención. Visto el cerro desde el pueblo de Guanda- col, se destaca fácilmente una quebrada, donde estratos grises con inclinación hacia el Sur están puestos encima de terreno metamorfoseado. Este está compuesto por gneis, filita, cuar- cita, mármol, esquistos anfibólicos con rumbo NNO 33009 é in- clinación hacia el Sudeste y está cortado por una falla orientada entre Norte y Naciente. Apoyándose contra la falla, aparece: 1). —Un espesor de cerca de 500 metros de grauvaca muy dura, que se rompe en pedazos poliédricos, de grano fino y de color gris verdusco, compuesta de granito, de cuarzo, fel- despato, fragmentos muy pequeños de esquistos, con cemento siliceo y calcáreo. Siguiendo la falda hacia el portezuelo se notan los siguientes pisos: 2).—Areniscas gris amarillentas de grano pequeño, cuar- zoso-feldespático-micáceas algo calcáreas, 'y en su nivel su- perior, esquistosas. 3).—Areniscas en su mayor parte de grano grueso (en parte todavía con carácter de grauvaca) y esquistos arcillo- sos encerrando arkose y un conglomerado del carácter del piso siguiente. Areniscas como esquistos contienen restos de plantas mal conservadas. Un depósito de arcilla carboni- fera se halla en su nivel inferior. 4)—Conglomerados de porfirito augítico ó de meláfiro, etc,, con fragmentos bien redondeados, en parte con secre- ción calcárea. Este piso ya se destaca bien desde Santa Clara por su color oscuro del piso anterior (color gris) y de los siguientes (colorados. ) 5)—Areniscas calcáreas con interposiciones de banqui- tos ó concreciones de dolomita, caliza (en parte bien crista- lina) ó margas silicificatadas. Color: pardo colorado ó blan- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 65 quecino. En el nivel inferior hay arkose de grano grueso. 6)—Meláfiro (6 porfirito augitico) de más de 100 me- tros de espesor, muy descompuesto, amigdaloide con espato calizo. En un punto la secreción de espato calizo aumenta hasta formar casi un banco ó un filón dentro del meláfiro. 7)—Areniscas coloradas y blancas en parte calcáreas. El piso superior es muy arcilloso. Sigue entonces el terreno rético y arriba de él arenis- cas coloradas cretáceas. Sobre el terreno rético pasa el ca- mino que viene de Guandacol (6 de Santa Clara), antes de alcanzar la cuesta cerca del Agúa de Las Chilcas, quedando las areniscas cretáceas al Sur y el piso 7 al Norte del camino. En la serie de los estratos, los de 5 hasta 7 se distin- guen facilmente como correspondientes á los pisos 1 y IM del terreno de Paganzo, siendo en especial muy característicos los estratos calcáreos, correspondientes á los de Olta, etc. (Sierra de Los Llanos.) La presencia de dolomita es nota- ble. La interposición de un manto de porfirito augítico (?) (di- visión 6) es igualmente análogo á lo constatado en Paganzo y Vilgo, en el Piso II ó en su límite con el piso III Las divisiones 2 y 3son á primera vista algo extrañas, pero tomando en consideración, que areniscas de tal carácter, de color gris amarillento, compuestas de arkose de grano fino, se hallan también en otras regiones (Sierra de Los Lla- nos, de Paganzo, etc.) entre conglomerados del piso 1, si bien de poco desarrollo, lo que reduce la diferencia á una cues- tión de cantidad, y teniendo en cuenta además que los estra- tos 2 y 3 en su continuación hacia Villa Unión cambian de carácter, predominando los conglomerados y la arkose, no nos equivocamos tomándolas como representantes del piso L Sólo la división 4 consistente en conglomerados de porfirito, etc., forma un componente nuevo del terreno de Paganzo, que nos enseña que el principio de las erupciones de estas rocas, cuyos primeros representantes hemos cono- 5 66 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL cido en forma de un manto entre los pisos II y Il, remonta á un periodo más lejano. Al perseguir el terreno en la falda austral del cerro hasta Villa Unión, la dislocación de los estratos aumenta. Asi en la quebrada de la Cortadera (ó Panul), cerca del Agua del Burro, los estratos de grauvaca no se ven más, de manera que las areniscas grises esquistosas de los estratos 2 6 3 (piso D, cubiertas por las areniscas coloradas de los estratos 53 (piso Il), están en contacto (al parecer en concordancia) con filitas. Poco más al Norte, entre las areniscas grises y coloradas se interponen arkose y conglomerados (piso 1), las que alcanzan su mayor espesor en la región del nacimiento del rio No- gues (perfil 1). En su yaciente aparece otra vez grauvaca, (cortada por una falla contra gneis, con rumbo NNO 3300 y con inclinación casi vertical ó hacia el Naciente). Esta falla corre pocas cuadras al Poniente del valle del río Nogues, en la falda del Cerro de Villa Unión. Los pisos 1 y II pue- den ser reconocidos en la barranca del valle de los ríos No- gues y Schuri. Estos forman un valle longitudinal, que separa el Cerro, compuesto de esquistos cristalinos, de las Lomas Coloradas, que bajan hacia el pueblo de Villa Unión y se extienden paralelas al cordón cristalino hasta Vinchina, etc. Los estratos de arkose que encierran también esquistos carbo- niferos, presentan el mismo carácter que los de Paganzo, Saladillo, etc. Los congl ados contienen muchos rodados de pórfido cuarcifero. En el piso II de las areniscas colo- radas, que componen la cadena de las Lomas Coloradas, hay una interposición de toba de pórfido cuarcifero, visible en una quebrada que cruza esta cadena casi al frente del pueblo, y también en las barrancas sobre el río Schuri, cerca de la embocadura en el Valle de Villa Unión. Por la in- clusión de capitas delgadas de caliza, estas areniscas con- cuerdan con las de otras regiones. El piso III, si existe, está hundido en el valle de Vinchina ó denudado. Notable es, que una parte del valle del rio Nogues, el cual corre á po- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 67 cas cuadras al Naciente de la falla, afloran otra vez esquistos cristalinos, cubiertos por conglomerados con las areniscas coloradas del piso 1Í por encima, faltando todos los otros pisos (arkose, areniscas grises y grauvaca). Más arriba hemos visto, como en la falda occidental del Cerro de Villa Unión, dirijida hacia el valle de Guandacol, se presenta una falla con rumbo entre Norte y Este. No puedo decir, si las discolaciones arriba descritas son produ- cidas por esta falla, la que en el caso de ser cierto, ha cam- biado su rambo, formando una curva en la pendiente austral del cerro hacia Villa Unión. Más probable me parece que su continuación cruza el cerro en mayor altura (coincidien- do con un filo de cumbres que se destaca desde lejos en el cerro), y que estas discolocaciones son debidas á unas frac- turas paralelas ó ramificadas. Sea como fuere, queda constatado, que nuestro terreno, en conformidad estratigráfica en general con el de las otras regiones, ha sufrido por dislocaciones, que corren tanto en la falda austral como en la oriental del Cerro de Villa Unión (y las que continúan sin duda al Norte de la falda de la sierra de Umango), notables descensos, habiéndose hundidos algunos estratos completamente. Resta decir que el terreno existe también en el cerro mismo, pero no ha sido estu- diado, He dicho que existe en general conformidad estratigrá- fica del terreno con el de otras regiones, pero ella no es com- pleta. Hay una diferencia esencial, consiste en que ellas se hallan en concordancia sobre un piso de grauvaca de más de 500 metros de espesor. Asi el Cerro de Villa Unión ó la Sierra de Umango, de la que él forma parte, tiene mucho interés, desde quees allí donde debe efectuarse la unión del terreno silúrico de la precordillera con el del Nevado de Famatina (Potrero de Los Angulos) sobre el que ya he tratado en el Capítulo del terreno meta- morfoseado. 68 BOLETIN DE LA ACADEMIA NACIONAL En la tectónica de la región del Cerro de Villa Unión y del valle del rio Guandacol, el Cerro Bola ofrece un in- terés particular. Dicho cerro que se levanta al Sur de aquél, separado por una pequeña depresión, sobre la márgen Este del rio Guandacol, permite en efecto observar un pliegue de los estratos del terreno de Paganzo, y es el único caso o0b- servado con evidencia en toda nuestra comarca. Este pliegue anticlinal (forma de bóveda) tiene una am- plitud de cerca de dos leguas de Norte á Sur. Su rama austral y oriental se hunde bajo el terreno rético. El ala septentrional se levanta hacia el Norte (después de ser cortada en la depresión, casi al pié septentrional del cerro, por una falla de poco largo con rumbo hacia el Naciente), apoyándose contra la pendiente austral del Cerro de Villa Unión y limitada por la falla mencionada, que rumbea hacia Villa Unión. Hacia el Poniente el pliegue está descubierto por la fractura ya mencionada, la que pasa al lado occidental del Cerro de Villa Unión, produciendo una pendiente rápida hácia el valle del río Guandacol. Estas dislocaciones dificultan la explicación de la formación del pliegue. Tal vez representa el resto de un pliegue de mayor extensión en dirección de Norte á Sur, más ó menos. La actual forma de una cuenca, que tiene el terreno rético y cretáceo entre el Cerro Bola y la sierra del Valle Fértil, no es contraria á esta suposición por ser secundaria é igualmente producto de dislocación en forma de un descenso general. Los bordes de esta cuenta ó meseta (véase el capitulo si- guiente) que, cortada por una fractura, limita el valle de estos rios hacia el Naciente, están levantados, ascendiendo sus estra- tos, y es de preguntarse, si el hecho tiene alsuna relación con la existencia, al otro lado del Valle, de areniscas cretáceas 0 del terreno de Paganzo, que se apoyan en posición vertical con fuerte inclinación hacia el Naciente sobre las calizas silúricas. No sería de extrañar que hubiera habido't una flexura, continuación de la de Huaco. DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 69 Considerando genéticamente los procedimientos tectó- nicos que se desarrollaron en esta región, casi se llega á priori á la conclusión que la existencia de tal pliegue con extensión de Norte á Sur, paralelo al cordón silúrico occiden- tal, era anterior á la formación de las fracturas del valle del rio Guandacol y del Bermejo y el resultado del movimiento vertical de la precordillera y del horizontal, ya mencionado en otro lugar. El estudio detenido de esta región como de la sierra de Umango y del Famatina resolverá probablemente estos gran- des problemas apenas planteados. Aprovecho la ocasión para completar la estratigrafia por una corta descripción del Cerro Bola. El se compone de areniscas gris amarillentas con interposición de esquistos (piso 1), que corresponden á los estratos 2 y 3 del perfil del Cerro de Villa Unión. En el nivel superior hay un depósito de esquistos carboniferos (con restos mal conservados de Neuropteridium válidam y Equisetites), el que corresponde muy probablemente al que se observa en el Cerro de Villa Unión (estratos 3.) Su afloramiento se encuentra en una que- brada de difícil acceso, que separa el Cerro Bola del Cerro Ischichuca. Encima de los estratos descendentes del pliegue, siguen hacia el Sur, formando este último cerro, areniscas colora- das (piso II) con interposición de un (6 varios) mantos de roca diabasica las que corresponden al horizonte 6 del per- fil del Cerro de Villa Unión. El manto, al seguir la curva de las areniscas, sube hasta la cima del cerro Bola y se in- clina hacia el Naciente y el Norte hasta llegar al pié septen- trional del .cerro, donde pasa la fractura mencionada, en contacto con areniscas cretáceas. Tal vez haya otro manto en el piso 1. : El nombre «Bola», que usan en el Valle de Guandacol, se refiere evidentemente á las curvas esféricas de los estratos, bien visibles desde Guandacol, y no á la forma de la super- 70 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL ficie del cerro, que debido á la erosión, es irregular. Las poblaciones en el Valle de Vinchina conocen el cerro con el nombre de «Cerro Overo» por sus colores oscuros y claros; los primeros producidos por los mantos de meláfiros, los segundos por las areniscas. Volviendo ahora al estudio de las dislocaciones restáme á considerar: 8) Las de las Sierras de Los Llanos (perfiles X, XI, MI, XID. La más acentuada de ellas, orientada hacia Nor- Oeste, está en la ladera Nor-Este de la sierra entre Punta de los Llanos y Olta y que ha producido una pendiente muy escarpada, dando lugar á la vez á un fuerte hundimiento de la mayor parte del terreno de Paganzo. Por eso los pisos en su totalidad sólo se prestan á un estudio detallado en Aguadita-Chamical, quedando reducido el terreno en otros lugares de la falda, al piso 1 ó restos del piso II (Agua He- dionda, cerca de la Punta de los Llanos y en La Huerta. cerca de Bella-Vista) En el afloramiento de Aguadita se nota bien la superposición de los «Estratos de los Llanos” y de los «Calchaqueños”. La depresión central de la sierra, situada entre la ca- dena de Olta y la de Malanzán-Chepes, con rumbo hacia Nor- Oeste ya existió muy probablemente antes de la sedimenta- ción del terreno de Paganzo, en sus rasgos principales Prescindiendo de dislocaciones locales en forma de descensos (resbalamientos), debidos á la erosión, parece que no hay otras de importancia en la parte septentrional de la depre- sión, pero sí en la austral sobre el río Catuna, en la Pampa de Ansulón. Los estratos han ocupado toda la depresión, extendién- dose desde la Tama al Norte, hasta cerca de Catuna al Sur, comunicando sin interrupción por las quebradas de Malanzán y Olta con los de la falda oriental y occidental de la sierra. Los cortes, como se presentan en el camino entre Olta, Solca y Malanzán, dejan ver los detalles del piso l, cuyo carácter DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 71 principal se manifiesta bajo la forma de conglomerados muy gruesos, arkose, esquistos carboniferos, depositados so- bre filita y gneis ó sobre granito, en mayor parte en posi- ción horizontal. Argumentos fitopaleontológicos se encuen- tran en la Peña, Pampa de Ansulón y en otros puntos que serán enumerados en el capitulo relativo á la flora fósil. Debido á una fuerte erosión, el piso II ha desaprecido casi completamente en la depresión. Los conglomerados y areniscas coloradas, que vienen en la cuesta de Chimenea encima de los conglomerados grises del piso 1, pertenecen tal vez al piso IL Esto es seguro para las areniscas colo- radas (en parte dislocadas) de la cuesta de Malanzán, en el puesto Loma Larga. En la falda occidental de la sierra desde la Punta de los Llanos hasta cerca de Chepes, hay dislocaciones muy fuertes, pero con gran desviación de la línea recta, á causa de los macizos graníticos de Malanzán y de Chepes. El mayor srado de dislocación, hasta completo hundimiento, se nota entre Malanzán y Punta de los Llanos, produciéndose además en esta zona una separación de la cadena del Cerro Orco- bola de la Sierra de Malanzán. Sólo el piso 1 (con capas calcáreas) se ha observado en la quebrada de Malanzán, cubriéndola en gran parte hasta arriba del paso que va á Solca y comunicando de aqui con los estratos de la depresión central, Si la falda occidental de la sierra no se presta al estu- dio de nuestros estratos en su sucesión total, encontramos una compensación en el Cerro Orcobola (perfil XI), que se levanta á poca distancia de Tama. Los tres pisos están allí desarro- llados, llamando especialmente la atención el piso H por sus estratos arcilloso-calcáreo-siliceos, iguales. 4 los de Olta en la falda oriental de la sierra. Los pisos II y HI continúan hacia el Sur, formando un cordón bajo, que se extiende hasta frente de Malanzán, y ondulaciones insignificantes más hacia el Sur. Entre ese cordón y la sierra se encuentra la zona 12 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL dislocada del Bajo de las Latas. En la falda occidental del cordón, los estratos tienen poca inclinación hacia Poniente, pero la inclinación aumenta hacia el Cerro de Orcobola. En la depresión situada entre la Sierra de los Llanos y la de Ulapes, el terreno de esquistos cristalinos y el gra- nítico, llegan casi á la superficie, cubierto en parte por te- rrenos más modernos, y este hecho hace que estas sierras estén bien ligadas, pudiendo decirse que forman una sola. Parece que no existen fracturas, pero el terreno de Pa- ganzo está casi completamente denudado en esta zona. Las mismas relaciones se observan en la falda occidental muy tendida de la Sierra de Minas, mientras que en la orien- tal debe pasar una dislocación, indicada por su pendiente rápida y por la desaparición del terreno de Paganzo con ex- cepción de un resto del piso 1 en el Abra. La denudación se ha extendido á toda la falda austral de la Sierra de los Llanos, donde siguen sobre el granito etc., los «Estratos de los Llanos». El piso 1 reaparece recién otra vez en el Abra de la depresión central, al Norte de Catuna, en Agua Colorada, donde forma la continuación de los estratos de la depresión central, siguiendo en la falda de la sierra por Olpa hasta Olta. Los estratos con posición casi horizontal están enci- ma de filitas, pasando á los «Estratos de los Llanos”. Esto y el poco espesor del piso I, en Olpa, demuestra la denu- dación. Cerca de Olta los estratos, muy poco inclinados hacia el Naciente, aparecen lo suficiente para poder ser estudiados en todos sus caracteres en Juncal (poco al Sur del pueblo de Olta), en Olta en la colina donde existe una cruz, en Santa Cruz, en el camino entre Olta y Chañar, y especial- mente poco al Norte de Olta, sobre el camino á Chamical, DE CIENCIAS EN CÓRDOBA TO en el arroyo Cortadera y en la Represa de Veras, cerca de Bella Vista. Finalmente hay que hacer presente que la rápida caida de la Sierra de Córdoba hacia el Poniente, es debida también á fuertes dislocaciones que han originado el completo hun- dimiento del terreno. Si de acuerdo con lo expuesto las muchas dislocacio- nes que el terreno ha sufrido, quedan constatadas. nos en- contramos en cambio con dificultades para intentar dilucidar la naturaleza de las mismas, debido principalmente á que ellas pasan, casi por regla general, muy cerca de los macizos graniíticos, quedando asi los estratos del terreno de Paganzo en contacto con granito. Las investigaciones relativas á los detalles de las dislocaciones se hace imposible, sobre todo porque el terreno está hundido completamente y estratos más modernos los cubren hasta las faldas de las sierras, como es el caso en las faldas orientales del Velasco y de la Sierra de la Huerta. Prescindiendo de ciertas fracturas, sobre cuya naturaleza no se puede dudar, porque están ne- tamente caracterizadas, como ser las que se encuentran al lado Occidental de la Sierra de la Huerta, en el valle de los rios Guandacol y Bermejo, en el cerro de Villa Unión, en el Cerro Morado y algunas más, hay que tomar en conside- ración que muchos descensos tienen por causa principal el descenso del basamento, formado por esquistos cristalinos, etc., entre macizos graniticos. Hay que constatar que las dislocaciones están relacionadas, en primer lugar, con los macizos graniticos, habiéndose producido el movimiento s 6 menos en la zona de tectónico en muchisimos casos má contacto entre éstos y otras rocas, mientras que el grado de intensidad de las mismas debe'haber dependido muchas veces de la naturaleza de las rocas, según hayan sido gneis, filitas, esquistos arcillosos, caliza, etc. 74 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Las sierras son pilares, en su mayor parte graníticos, entre los cuales los terrenos compuestos en su mayor parte probablemente de esquistos cristalinos precambrianos y cam- brianos, han descendido, dejando de lado por ahora la posi- bilidad del levantamiento de los pilares. El principio de las dislocaciones de nuestros estratos no se puede determinar, habiendo tenido lugar talvez poco después de su sedimentación, pero sus mayores efectos sin duda caen recién después de la sedimentación del terreno calchaqueño, es decir, en la época terciaria. Después de haber tratado las dislocaciones en general, cabe preguntar hasta que altura el terreno de Paganzo ha cubierto las sierras. Una de las mayores alturas observadas, es la de la cuesta de Sañogasta, donde el piso II descansa sobre granito y pórfido cuarcifero, lo mismo que en la de Catinsaco, ex- tendiéndose de aquí hasta Paganzo. En la cuesta del To- cino, en el Nevado de Famatina—afuera de nuestra comarca —se observa una altura aún mayor (3.000 metros) lo que hace una diferencia máxima de 2.000 metros, entre estos estratos y lo que están al pié de la cuesta. Se puede aplicar las mismas cifras á la Sierra de Ve- lasco, que en la época de la sedimentación del terreno de Paganzo estaba unida con la sierra de Famatina ó separada solamente por una depresión muy baja. En la Sierra de la Huerta lo encontramos en la que- brada del Peñón en una altura de 1.500 metros, pero dislo- cado y habiendo sufrido un descenso. En la Sierra de los Llanos, en la cuesta de Malanzán, el piso Í casi horizontal, ocupa una altura de 1.000 metros, pero á ésta hay que añadir 800 metros de espesor de los pisos II y 1H que se hallan hundidos en la falda del cordón de Orcobola, de manera DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 715 que en realidad son 1.800 metros, es decir, más ó menos la altura del cerro más alto de la sierra (El Porongo 1.700 ms. (?) Si se considera ahora además que el carácter petrográ- fico se mantiene uniforme en todas las zonas, en particular para el piso IL, compuesto de material cuarzoso-arcilloso fino y calcáreo, se llega á la conclusión que al final de la sedi- mentación del piso II todas nuestras sierras estaban cubiertas por el terreno. Si algunas partes de las sierras hubiesen sobresalido durante la formación de este piso, no se expli- caria su carácter petrográfico uniforme y en particular la ausencia en él de material grueso, rodado, etc. Recordaré que en la Sierra de Córdoba el terreno de Paganzo ha desaparecido en su mayor parte por dislocación, denudación y erosión. Queda dudoso, si ella estaba cubierta por completo por el terreno. FORMACIÓN DEL TERRENO Varias veces hemos hecho resaltar el carácter uniforme del terreno de Paganzo, aunque sin olvidar Ó notar sus di- ferencias. Las principales de estas son las siguientes. La predominancia de los conglomerados del piso 1 en la Sierra de los Llanos, la de areniscas gris-amarillentas, de arkose, etc. del piso 1 en la zona limitrofe á la precordillera (quebrada del Peñón, Cerro Bola y Villa Unión, y en esta misma) la aparición de grauvaca en el yaciente del piso l, en la región inmediata á la precordillera (Cerro de Villa Unión), á la que hay que añadir la posición siempre discor- dante del terreno sobre esquistos cristalinos de la región oriental y la muchas veces concordantes sobre el paleozóico de la precordillera. Muy sensible se hace la falta de datos referentes á la Sierra de la Huerta, á causa del casi com- pleto hundimiento del terreno en las faldas de ella. 76 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL No obstante esta escasez de datos podemos deducir de ellas que antes de empezar la sedimentación del terreno de Paganzo, existió una zona oriental de esquistos cristalinos con intrusiones de granito (? cambriano y precambriano me- tamorfoseado) elevada, que abarcaba las sierras situadas al Sur del Nevado de Famatina, las de Velasco y de los Lla- nos, junto con las Sierras de Córdoba y de Catamarca. La Sierra de Córdoba y la de Catamarca representan muy pro- bablemente el macizo continental más viejo, cuyas alturas eran talvez bien superiores, El pliegue más occidental, de altura talvez menor, lo formaba la sierra de La Huerta, sobre cuya ala occidental se apoyaron los estratos silúricos y devónicos. Supongo, pues, en esta época una superficie del suelo cambriano y precambriano poco ondulada, que ha tenido ya los rasgos principales de la actual; pero con mayor elevación en la parte oriental y con declive hacia la precordillera y hacia el Norte. La gran altura de la sierra de Famatina y del Velasco no es en contra de tal suposición, habiendo sido elevada esta zona á su altura actual recién en la época terciaria y diluvial. En las depresiones de este suelo continental es donde se ha formado como productos de ríos, lagos y pantanos, el piso 1 con sus restos de plantas que dieron lugar á peque- nos depósito de carbón. Aunque no he encontrado indicios de una acción gla- ciar tan característica para la India Oriental y la Africa del Sur, no puede considerarse como resuelto el problema de la existencia de ventisqueros en la época pérmica, porque nuestra comarca es demasiado limitada para llegar á con- clusiones en este sentido, siendo posible que un día los es- tratos que corresponden á los Boulder Beds de la India se descubren en otras zonas (más al Sur (5). La formación de los estratos del piso IL, por su carác- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA TÍ ter petrográfico consistente en un material muy fino y uni- forme. extendido sobre grandes distancias, es contraria á la posibilidad de una acumulación fluviátil ó limnica, desde que tal origen exige diferencias petrográficas esenciales que no se presentan. Además no se explicaría, con un origen se- mejante, satisfactoriamente la presencia del calcáreo y los bancos, aunque pequeños, de caliza intercalados y como por otra parte el contenido de sal no es producido por infiltra- ción posterior, lo más probable es que el piso II tiene un origen marino. Es de suponer, pues, que en este periodo hubo una trans- gresión de un mar bajo, lo que explica también, que el piso JI se extienda, en parte directamente sobre los macizos graniticos. En cuanto al origen de los materiales que han consti- tuido los estratos recordaremos, que en la composición del piso 1 entran las rocas de su yaciente, es decir: granito, gnels, esquistos cristalinos, cuarcitas, areniscas cambrianas y precam- brianas (2) y pórfido cuarcifero. Su sedimentación es debida á una denudación precedente. La erupción de pórfido que ya se había producido en época anterior continuó, como lo de- muestra la interposición de tobas de esta roca en el piso IL, en las Lomas Coloradas de Villa Unión. Estos pocos datos nos indican, que pórfidos cuarciferos, en forma de tobas y de sus productos de desagregación y descomposición, han cooperado en la formación del piso ll. Más dificil es la explicación de la formación de las interpo- siciones, arcillo-calcáreo-siliceas (parecidas á Thonsteinen) dentro del piso IL, como se hallan en la sierra de los Llanos (Olta, Orcobola, etc.). Ellas están talvez en conexión con las erupciones de pórfidos. Tampoco hay que olvidar la posibilidad de que los se- dimentos finos del piso II hayan sido traidos desde lejos (sie- rras extinguidas al Sur (?). Ya está tratado arriba, cómo rocas diabásicas y mela- firicas participan en la composición del terreno. 78 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Probablemente al terminar la sedimentación del piso ll se produjeron diferencias de nivel, que hicieron emergir parte de las sierras completamente cubiertas por el piso lÍ y las consecuencias de esas desnivelaciones fueron la sedimenta- ción de las areniscas del piso II, compuestas de material más grueso y en parte conglomerados. Al principio de la época rética, la diferencia del nivel se manifestó en dos zonas: una oriental, que comprendía las sierras que forman la continuación del Famatina, las de los Llanos, de Velasco, de Catamarca y Córdoba, en la que la sedimentación cesó, y otra al Poniente de élla, representada por una gran depresión que se extendió hasta los actuales Andes y en la que la continuación de la sedimentación pro- dujo el terreno rético y el (?) jurásico. El límite de las dos -zonas se halla sobre una línea, trazada por el Famatina y su continuación austral. La falta completa del terreno rético y jurásico al Naciente de aquella linea pone el hecho fuera de duda. Denudación: en la zona oriental, tuvo lugar entre las épocas rética y cretácea, probablemente poco antes de ésta, la denudación de los estratos de Paganzo, sobre la cual me extenderé en el Capitulo relativo á los «Estratos de los Llanos». Formas de erosión: No se puede dejar de mencionar las pintorescas formas de erosión, que caracterizan algunas re- giones en las que el terreno de Paganzo y en particular el piso Il, pero también á veces el piso 1 (sierra de los Lla- nos) se presenta en considerable extensión y espesor, formas representadas por torres, pilares, agujas, castillos, catedra- les, etc., y que recuerdan paisajes de terrenos equivalentes (por ejemplo, las areniscas del trias) en otros paises. Algunas vistas que acompañan este trabajo, dan una idea de estos fenómenos. Interés particular tiene la Puer- ta de Talampaya, cuyas barrancas verticales muestran pa- redes lisas, cubiertas de aristas y canaladuras producidas DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 79 por las aguas de lluvia, que se juntan en la meseía que se extiende arriba sobre los cerros, y caen, como condu- cidas por canaletas, siempre sobre las mismas partes de la pared erodiéndolas regularmente (como hecho con el cin- cel), á causa del uniforme carácter litológico de las are- niscas. FLORA FÓSIL Y EDAD DEL TERRENO Ya hemos hecho mención de la flora fósil, que contie- nen los esquistos y areniscas del piso 1, acompañada por lo común de pequeños depósitos de carbón. La región más interesante, que me suministró la mayor y más valiosa parte de los fósiles, incluso la Glossopteris, es la depresión central en la Sierra de los Llanos entre la Sierra de Olta y la de Malanzán y de Chepes, en su parte más austral, conocida con el nombre de Pampa de Ansulón. Cerca de 3 kilómetros al Norte del lugar llamado La Pena, situado en la costa oriental del río de Solca (llamado tam- bién rio de Ansulón y más abajo rio Colorado y rio de Catuna), se junta con este rio el arroyo Totoral. Poco arriba de su embocadura, conglomerados grises y colorados y areniscas en posición horizontal salen en el lecho y en las barrancas del río y encierran, cerca de 6 metros arriba del nivel del rio, en una lomita, esquistos arcillosos gris ama- rillentos. En el punto, donde están cubiertos por areniscas arcillosas y poco abajo de ellas, sus bancos encierran numero- sas plantas fósiles; más abajo los esquistos se vuelven muy hojosos, blandos y quebradizos por interposición de muchos vegetales completamente carbonizados hasta formar delga- ditas capas de carbón. Granito, sobre el que están depositados los conglome- rados y areniscas, aparece muy poco arriba de los estratos fosiliferos, como igualmente en los bordes del rio Solca 80 BOLETIN DE LA ACADEMIA NACIONAL (1/2 legua arriba); en el lecho del rio Nacate los conglome- rados están puestos sobre gneis (ó granito gneísico). Cerca de 350 metros al Sur del arroyo Totoral, al lado Naciente del camino que va á Peña, se halla en la barranca de una loma la continuación de aquel depósito fosilifero con un espesor de 10 metros. En su parte superior que está cubierta de conglomerados y de areniscas sale poco abajo de éstas un banco de margas grises Ó negras. Las plantas fósiles determinadas por mi colega el doctor Kurtz, son las siguientes: Neuropteridium validum, Feistm. var: Argentinae, Kurtz. Pachypteris riojana, Kurtz. Glossopteris retifera, Feistm. Glossopteris indica, Schimp. (G, comunis, Feistm), Phyllotheca deliquescens (Goepp,) Schmalh. » leptophylla, Kurtz. Annularia argentina, Kurtz, Noeggerathiopsis Hislopi, Feistm. et var, cuneifolia, Kurtz. Cyclopitys dichotoma, Feistm. Cladophlebis mesozoica, Kurtz. Walchia sp. las dos últimas provienen del segundo lugar arriba men- cionado. Estos mismos estratos, interpuestos entre areniscas gri- ses y encerrando plantas carbonizadas indeterminables, como delgadas capas de carbón, forman parte de la pendiente entre La Peña y el Portezuelo (estrechura del rio Solca); asi lo he visto cerca de 15 metros arriba del pié de la «Ba- rranca Colorada». El yacimiento se compone de conglome- rados gruesos que, cortados por arroyitos secos y formando lomitas barrancosas, siguen hasta el Portezuelo, donde repo- san sobre gneis. En la continuación de los depósitos al Norte, Rio Solca arriba, se observan los mismos esquistos, areniscas y con- glomerados entre Unquillar y Arado, encerrando los esquis- AS DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 81 tos Neuropteridium validum, Feistm. Esta misma planta en- contré en la quebrada de Olta entre Agua Negra y Chimenea, en la pendiente Sur, en esquistos entre areniscas. Los esquistos arcillosos, areniscas y calizas arcillosas de la cuesta de Malanzán encierran muchos restos vegetales y madera petrificada. Madera petrificada se halla también en- tre Olta y Olpa (Juncal). Los esquistos arcillosos y areniscas del piso 1 son muy ricos en plantas, pero en mal estado de conservación, en : Aguadita-Chamical, á lo largo de un arroyito, situado poco abajo de la Huerta de Higuera. Un pequeño resto de Lepi- dodendron y Noeggerathiopsis Hislopi, Feistm, han sido las únicas plantas determinables. Al fin hay que mencionar es- quistos plantíferos de Chepes, en el extremo Sur de la sierra de este nombre, que se hallan muy cerca de este pueblo, al lado Naciente de una colina (donde hay una cruz), inter- puestos entre areniscas coloradas. Entre los restos mal con- servados se reconoce el Noeggerathiopsis y el Equisetites. En la pendiente austral de la Sierra de Velasco, donde el ferrocarril de Patquia á Chilecito llega á Los Colorados, se halla á una distancia de dos kilómetros el puesto del Saladillo, Las lomas están constituidas en este lugar por conglo- merados y arkose con interposición de esquistos carbonife- ros, en Los Colorados por las areniscas del piso II. Mirando desde el puesto hacia el Noroeste, se destaca una faja negra, compuesta de esquistos negros muy hojosos, en la que en- contré— hay que buscar mucho haciendo excavación sobre las hojas de los esquistos imprentas finas de: Lepidoden- dron selaginoides, Sternberg Y Lepidodendron Veltheimianum, Sternberg. 82 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL En la sierra de Vilso, en Los Ranchos, muy cerca á la estancia Vilgo, en los esquistos situados entre las areniscas que forman barranquitas del arroyo del mismo nombre y que están cubiertas por areniscas del piso II, se encuentran entre otras plantas indeterminables: Neuropteridium validum, y tres kilómetros al Naciente de Amanao, casi al pié de la cuesta de la Torre, y sobre el camino de Vilso á Amanao, se presenta en arkose casi blanca, donde ella alterna con esquistos, el Lepidodendron aculeatum, Sternberg. Los esquistos carboniferos de Paganzo no han suminis- trados plantas determinables. En el Cerro de Villa Unión, pendiente hacia el valle del rio Guandacol y en el Cerro Bola, se hallan esquistos y areniscas con restos de plantas, en el último también un depósito de esquistos carboniferos, entre las que hay proba- blemente: Neuropteridium validum y Noeggerathiopsis. Todos estos estratos plantiferos pertenecen, sin duda alguna, al mismo nivel, por lo menos para la sierra de Los Llanos, de Velasco y de Vilgo. Dentro del piso 1 el Lept- dodendron aculeatam, en la cuesta de Amanao, ocupa quizás un nivel algo inferior á los otros, pero no mayor que 60 metros. Más oculta queda la posición de los estratos en el Cerro Bola y en el de Villa Unión, pero el depósito carbo- nifero en el primero se encuentra, en la vertical, poco dis- tante de las areniscas coloradas del piso II. Mencionaré aquí también los depósitos de Trapiche, del Nevado de Famatina y del Bajo de Velis. En el primero, de Trapiche (provincia de San Juan), cuyas relaciones estratigráficas están descriptas más arriba, DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 83 cerca de 8 leguas al Poniente del Cerro Bola (sobre el ca- mino á Huaco), hay esquistos carboníferos y areniscas, que quedan cerca de 20 metros bajo el piso IU de las areniscas coloradas, y encierran: Neuropleridium validum y Lepido- phloios laricinus, Sternberg. Los esquistos carboniferos de Carrizal, cerca al pueblo de Famatina, contienen: Phylloteca deliquescens (Goepp) Sch- malh, Sphenopteris Bodenbenderi, Kurtz. De la cuesta Los Berros (Rio Amarillo) en El Famatina conocemos por Stelzner, Odontopteris argentinica, Gein, pero que es sin duda, según el doctor Kurtz: Rhacopteris inaequi- latera (Goepp,) Feistm, como se halla en Australia. Stelzner consideraba estos estratos como réticos, pero no cabe duda que éllos representan el piso I del terreno de Paganzo. El terreno rético no existe en el Famatina. Todos estos estra- tos plantiferos, incluso los de Trapiche, corresponden al ni- vel de los otros arriba mencionados. También los yacimientos plantiferos de Bajo de Velis, en la sierra de San Luis, ocupan probablemente el mismo nivel, aunque es imposible, á causa de las dislocaciones, fijar las relaciones estratigráficas, entre los estratos, presen- tando éllos además caracteres petrográficos algo diferentes de los descritos. El doctor Kurtz recogió en areniscas cuarcíticas y mi- cáceas muy duras, las siguientes plantas: Neuropteridium validum, Feistm. Gangamopteris cyclopteroides, Feistm. Equisetites Morenianus, Kurtz. Phyllotheca. Noeggerathiopsis Hislopi, Feistm. el varietas. Euryphyllum Whittianum, Feistm. Rhipidopsis ginkgoides, Schmalh. “ densinervis, Feistm. Walchia sp. 84 BOLETIN DE LA ACADEMIA NACIONAL Además de estas areniscas se hallan esquistos arcillosos, saliendo éllos en una barranca del río cerca á aquellas are- niscas, en las que encontré entre otras plantas idénticas á aquéllas: Glossopteris Browniana, Brgt. Este material fitopaleontológico del piso l es insuficien- te para determinar su edad exacta, lo que es tanto más sen- sible, cuando que faltan por completo los fósiles animales y las plantas en los pisos Il y II. Sin embargo es seguro, que los pisos distinguidos son equivalentes al Gondwana inferior de la India Oriental. Se puede suponer que el piso I corresponda al grupo de los Talschir y Karharbari (en Africa: Dwyka y Vaal-con- slomerado). El piso Il representa tal vez el grupo de Da- muda (Barakary Rhanisanj) y el piso IM el de Panschet. Aunque existe una transición petrográfica entre el piso 1 y el IL el primero está caracterizado por conglomerados, arkose gruesa y areniscas grises con yacimientos carbonife- ros, mientras el piso IÍ se compone de material fino arci- lloso-cuarzoso (de color colorado) en su mayor parte calcáreo y con capitas de caliza. Considero el piso Il como permo- marino-litoral (equivalente al permo marino, que sigue según Noetling sobre los Karharbari en Kaschmir). En cuanto al piso IL, compuesto de areniscas colora- das más gruesas y sin caliza, lo considero como triásico. Repito que no hay estratificación discordante entre los tres pisos. Sobre el piso III sigue, muy probablemente en estra- tificación concordante, el terreno rético, equivalente tal vez á los Rajmahal de la India Oriental. Comparando nuestros estratos con la «formación de Santa Catarina» (según J. C. White), es seguro que el piso Í corresponde á los «estratos de Tubaráo», piso II tal vez á los estratos de Passa Dois y piso II á los de Sáo Bento. DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 85 La formación de Santa Catarina continúa (parte de élla) en Uruguay, donde, según el doctor Carlos Walther (Permo- triassische Sandsteine und Eruptivdecken aus dem Norden der Rep. Uruguay, Jahrbuch fúr Mineralogie Beil. XXXD), se hallan en discordancia sobre el macizo cristalino areniscas y rocas melafíricas y diabásicas, la que el autor considera como con- tinuación de las areniscas de Sáo Bento, atribuyéndolas una edad triásica ó permo-triásica. Nuestro terreno, con plantas fósiles idénticas á las nues- tras, se halla también (junto con devono) en las Islas de Falk- land, según: «Thore G. Halle: On The Geological Structure and History of the Falkland Islands»; Bull. Geol. Inst. Upsala Vol. 11.--Compárese además: «Nathorst: Phyllotheca Reste aus den Falkland-Inseln, Bull. Geol. Inst. Upsala, Vol. 7. Nuestra región no es á propósito para la determinación de la edad exacta de los terrenos á causa de encontrarse el piso I, por lo general, sobre esquistos cristalinos y sobre granito. Es necesario tratar de fijar esa edad en las precor- dilleras, donde los estratos descansan en concordancia (en la mayor parte) sobre el devono. En mis trabajos: «Contribución al conocimiento de las precordilleras> y en «Devono y Gondwana en la República Argentina», he clasificado los estratos de la precordillera que corresponden, en general, á los nuestros, sobre la base de plantas fósiles y elementos petrográficos, como permo-cat- boniferos, indicando con esto, que es imposible trazar el limite con los yacimientos plantiferos, considerados como Culm. De estos últimos de Retamito en San Juan dice Szajnocha: «De las cinco especies, si se elimina la Rhabdocarpus, «que es algo dudosa, cuatro son bien conocidas en Europa australe, Macoy (muy probablemente—L. Nothum, Szajn). Cordaites sp. Seward. Hay que reconocer, por lo tanto, estos estratos como Culm ó á lo menos como carbonifero. Cerca de Retamito, en Carpinteria, han sido descubier- tos más tarde, por Desiderio Fonseca y el doctor Salas, otros yacimientos, los que si no representan el mismo nivel que las de Retamito, son sin duda muy poco distanciados. Las plantas recogidas en la mina de carbón «Cruz de Cana» y determinadas por el doctor Kurtz, son las siguientes: Bergiopteris insigne, Kurtz. Lepidodendron cf. australe, Mc. Coy. Archaeocalamites scrobiculatus (Schloth.), Seward. Glossopteris ampla, Dana. Cerca de cinco kilómetros al norte de Cruz de Cana, cerca del lugar llamado Los Jejenes, se hallan: e , E DE CIENCIAS EN CÓRDOBA sí Sphenopteris (Asplenites) Maesseni, Kurtz. > salamandra, Kurtz. 4 sanjuanina, Kurtz. Rhacopteris Szjanochi, Kurtz. (Glossopteris Browniana, Kurtz. Gangamopteris cyclopteroides (Mc. Coy) Feist. sp. Cordaites ?. Ginkgo Meisteri, Kurtz. El doctor Salas, recogió, poco al Norte de aquel punto: Sphenopteris Bodenbenderi, Kurtz. ” Fonsecae, Kurtz. Cardiopteris polymorpha (Goepp) Schmalh. Neuropteridiam validum, Felstm. Adiantides antiguus, (Etl), Ster. Lepidodendron sp. Al examinar estas plantas y las de Retamito, se ve la predominancia de tipos paleozoicos y entre ellos muchos carboniferos, por cuya razón, contra la clasificación como Permo-Carbonifero (Perm y Carbón, sin limite) no se puede hacer ninguna objeción, salvo el nombre doble. Este complejo de estratos de la precordillera Corres- ponde, sin duda, al piso 1 de nuestra región, ya por la razón de estar cubiertos los dos por las mismas areniscas. Las dos regiones están ligadas estratigráficamente en la región de los Cerros Bola, de Villa Unión y de Trapiche, en tanto que, aqui en el yaciente de los estratos plantiferos del piso Í, apa- recen grauvaca y esquistos (devónicos en Trapiche). Encontratrios en Ja fora del piso 1 de nuestra región, una mezcla de tipos paleozóicos y mesozóicos, casi en igual número. A los tipos paleozóicos y en particular carboníferos, per- tenecen: 88 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Lepidodendron laricinus, Sternberg. » selaginoides, Sternberg. » Veltheimiamun, Sternberg. » aculeatum, Sternberg. Noeggerathiopsis Hislopi, Feistm. Phyllotheca deliquescens (Goepp.), Schmalh. Rhacopteris inaequilataera (Goepp.), Feistm. Annularia sp. Estos se reparten asi: Ansulón . . . entre 10 especies — 3 paleozoicos. o A 2 ” —=—2 »” Aguadita » 1 ”n —1 ” Los Colorados ” 2 ” —2 » Vilgo ” PA ”n. —1 » Trapiche ” - ”n —1 ” Carrizal. , 2 ” —1 ” Cuesta Los Berros »” 1 mo --1 ” Bajo de Velis. . » 10 p. —=2 ” Repito que referente á los yacimientos de Ansulón no existe la mínima duda, que son del nivel de los otros. Excluyo Bajo de Velis, donde las relaciones estratigráficas, no son bien claras. Representantes de la flora de los grupos de Talschir y Karharbari, son: Neuropteridium validum, Feistm. Noeggerathiopsis Hislopi, Feistm. Glossopteris comunis y retifera, Feistm. Gangamopteris cyclopleroides, Feistm. Euryphyllum Whithianum, Feistm. De plantas del grupo de Damudas, en India, se hallan asociadas las plantas siguientes: E DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 89 Rhipidopsis gingkoides, Schmalh. Cyclopitys dichotoma, Feistm. Cladophlebis sp. Phyllotheca deliquescens (Goepp.) Schmalh, y otras especies. Propias á nuestro piso, faltando en los Talschirs y Karharbari, son: Lepidodendron, en todas las especies arriba mencionadas. Equisetites Morenianus, Kurtz. Sphenopteris Bodenbenderl, Kurtz. Rhacopteris inaequilatera (Goepp.), Feistin. Walchia sp. Annularia Argentina, Kurtz. Como ya he dicho en la introducción, he convenido con el doctor Stappenbeck, que ha relevado la región limi- trofe de la precordillera, reunir todos los estratos desde el Culm hasta el rético, exclusive, bajo el nombre de «Estratos de Paganzo» por su tipico desarrollo (petrográfico y estrati- gráfico) en este lugar. Poco importa si algunos estratos de la precordillera, como los de Retamito, ocupan talvez un nivel algo inferior á nuestro piso 1. He elegido este nombre, bajo el cual se entiende, pues, un grupo de sedimentos continuos de varias épocas, por ser imposible dar á cada piso su posición según la escala cro- nológica de los terrenos y además por razones prácticas, para uniformar provisoriamente la nomenclatura geológica para nuestro pais. Yo hubiera separado el piso Í de los pisos Il y MI, por” que su separación está justificada por razones arriba ya expuestas, pero me he abstenido para esperar el resultado de investigaciones en otras regiones. Creo que tampoco en adelante conseguiremos trazar el límite entre el terreno permiano y carbonifero, siendo por 90 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL lo tanto difícil prescindir del nombre Permo-Carbón para el piso Í, si no resulta que él corresponda al carbonifero inferior y superior, entonces los pisos 1 y llo mejor se unen como «permo-trias-. Por grandes que sean los incon- venientes de nombres dobles, siempre es preferible á otros derivados de países, pueblos, etc., para no dificultar el en- tendimiento geológico internacional. IV TERRENOS RÉTICO, JURÁSICO (?) Y CRETÁCEO SUPERIOR ANDINO IV TERRENOS RÉTICO, JURÁSICO (?) Y CRETÁCEO SUPERIOR ANDINO Ya se ha dicho en otro lugar, que las ramificaciones australes de la sierra de Famatina forman un puente entre esta y la sierra de La Huerta. Coincide con ellas, como veremos en adelante, una linea divisoria geológica de alta importancia. Son en primer lugar, principiando con las más orienta- les ramificaciones, el cordón de la sierra de La Yesera y los Colorados de la Represa, continuación de las sierras de Paganzo y de Vilgo, respectivamente, cuyas últimas prolon- gaciones se hacen sentir en insignificantes ondulaciones has- ta cerca del pueblo del Valle Fértil, situado al pié de la sierra del mismo nombre (parte de la sierra de La Huerta); pero mucho más caracteristica, en el sentido indicado, es la continuación de la sierra del Cerro Blanco, que partiendo de la sierra de Sañogasta se disuelve al sur de El Molle, más y más en cerros aislados, hasta llegar á Usno, muy cerca del Valle Fértil. En la depresión, situada entre esta sierra y la del Va- lle Fértil, que tiene su fin septentrional en la quebrada del Peñón, se levanta una serie de cerros y lomas más Ó me- nos separados y agrupados en linea norte á sur ó de noroes- 94 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL te á sureste, destacándose entre ellos el Cerro Morado, que se alza sobre el campo de Ischigualasta. El aspecto fisiográfico nos indica inmediatamente la aparición de un terreno distinto de los que hemos conocido arriba. Es el terreno rético, que llega á tener en esa re- sión un gran desarrollo. Más al norte del Cerro Morado, donde sigue la depresión hacia Villa Unión, etc., limitada al naciente por la sierra de Famatina, se asocia otro elemen- to estratigráfico, consistente en areniscas coloradas cretáceas, cuyo color vivo, con matices amarillentos, las distingue de las areniscas del terreno de Paganzo. Estudiaré primeramente la parte meridional de la de- presión, es decir, la región situada alrededor del Cerro Mo- rado hasta el Valle Fértil (San Agustin), incluyendo la región de Papagayos y Mareyes, en el extremo sur de la sierra de La Huerta, y luego la parte septentrional hasta Villa Unión. 1.—Parte meridional En la región del Cerro Morado, la depresión entre las sierras del Valle Fértil y del Cerro Blanco experimenta, de- bido al acercamiento de estas sierras, un levantamiento que hace suponer el afloramiento de terrenos más viejos, y €n realidad vemos salir en la base del Cerro Morado, en su falda austral y occidental entre Aguas Amarillas y el Cerro Plateado, granito gneisico (?) y granito. Junto con estas rocas aparecen, más visibles al pié austral del Cerro Mora- do, en Aguas Amarillas, areniscas coloradas, que pasan por arriba á un conglomerado grueso (con predominancia de rodados de cuarcita). Estos estratos, sobre los que vienen otros de color gris amarillento inaccesibles, (areniscas réti: cas”), forman cubiertos por un grueso manto de maláfiro, DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 95 el muy barrancoso Cerro Morado. Ensu falda austral se no- ta. como las areniscas se inclinan hacia el este, desapare- ciendo en dirección al Cerro Lagares bajo el terreno rético. Al sur y al poniente, tanto las areniscas como el granito, pronto se pierden bajo los sedimentos arcillosos modernos. Con referencia al nivel de las areniscas y de los con- glomerados debo anticipar, que en El Molle al lado nacien- te de la sierra del Cerro Blanco, los estratos réticos se ha- llan también encima de conglomerados, á los que he dado su posición en el piso III del terreno de Paganzo, y esta es la razón por la cual considero también los conglomerados del Cerro Morado como pertenecientes á este piso. Que los pisos inferiores del terreno de Paganzo, no afloran, esto se explica tal vez por una fuerte dislocación (tal vez por resbalamiento). Muy poco probable es, que los conglomerados corres- pondan al piso 1 del terreno de Paganzo, en vista de su na- turaleza petrográfica, siendo necesario suponer en tal caso, que una denudación haya eliminado los pisos II y IL Una dislocación se presenta con evidencia en la falda occidental del Cerro Morado. Al llegar á esta falda, tomando el camino que viene de Baldecito y que va al paso Ferreira y á Huaco, se nota, como el suelo casi plano (campo de Ischigualasta) cae rá- pidamente en dirección noroeste, hacia una hoyada pro- funda. Esta hoyada está limitada al poniente por una serra: nia, que se podria tomar como la continuación de la sierra del Valle Fértil. al noreste por la barrancosa caida de una meseta, llamada en su parte más elevada «Cerros Colora- dos», cuyo color vivo forma Con el color ceniciento del sue- lo de la hoyada, cubierto en Su mayor parte por eflorescen- cias de sal, un lindo contraste, único atractivo para los ojos en la soledad de este verdadero desierto. Las dos elevaciones al poniente y naciente se acercan 96 BOLETIN DE LA ACADEMIA NACIONAL en la cuesta El Salto, por medio del Cerro Totoralillo y de los Colorados, respectivamente, quedando asi casi cerrada la hoyada, pero las aguas atmosféricas que se juntan en nu- merosos arroyos —hay muy pocas vertientes, las más veces de agua salada—se han abierto camino, cavando un canal á través del cordón occidental en la quebrada de La Pena, por el cual caen formando varias cataratas á la llanura del rio Bermejo. Otro canal de desagúe pasa por la quebrada del Peñón, igualmente hacia la llanura del Bermejo. Esta «hoyada del Cerro Morado ó del campo de Ischhi- gualasta> está compuesta de los terrenos rético, jurásico (?) y cretáceo. Su reconocimiento, como el de sus alrededores está dificultado en alto grado por la escasez de agua y de pasto para los animales, lo que no permite la estadia nece- saria. NOTA—A los futuros exploradores hago presente que no se puede contar—excepto años de mucha lluvia—con suficiente pasto para los animales, siendo necesario llevar á lo menos maíz para su mantención. En Baldecito hay siempre agua, pero este lugar queda distante del Cerro Morado. Para visi- tar este Cerro hay gue hacer campamento en Aguas Amarillas ó en las vertientes de Ischigualasta. Entre el Cerro Morado y Paso Ferreira casí nunca hay pasto suficiente, pero el agua se encuentra en La Peña y, cuando ha llovido, también entre El Salto y Paso Ferreira, Entre éste y el Cerro Rajado hay agua, pero raras veces pasto, Aquí también es indispensable proveerse de maíz. Para la visita á la región del Cerro Ra- jado se puedetomar como base de operación el pueblo de Pa- gancillo, donde se encontrará alfafa, y provisto de maíz, se puede pasar algunos días en el cerro, supuesto que se encuen- tre agua, lo que no siempre sucede, Vuelvo al pié occidental del Cerro Morado, donde lo toca el camino que viene de Los Baldecitos. En la pendiente rápida del Cerro se divisan las ya mencionadas areniscas y los conglomerados colorados del DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 97 piso HI del terreno de Paganzo, las que con poca inclina- ción hacia noroeste desaparecen debajo del ¡terreno rético. Parece qne existe concordancia, sin embargo no se puede afirmar con seguridad, pues por lo general la superposición es invisible. Cerca del pié del Cerro pasa una fractura, que hizo descender considerablemente los estratos que siguieron en- cima de la capa de meláfiro, poniéndolos muy inclinados hacia poniente (Perfil V). Esta fractura, que viene del sur (Piedras Amarillas), llega en su continuación hacia el norte, hacia el lado occidental del Cerro Plateado, descubriendo granito y pórfido cuarcifero. Un perfil, trazado desde el lado occidental del Cerro Morado hacia el poniente en dirección al «Pozo Blanco», corta los siguientes grupos de estratos: 1)—Areniscas gris amarillentas (arkose), gruesas Ó fi- nas con interposición de esquistos carboniferos, alcanzando un espesor de 400 y 500 metros. En el punto, donde estas capas limitan con el piso siguiente, hay intercalados dos capas de meláfiro, distantes cerca de 50 metros, encon: trándose arriba del inferior un depósito de carbón, de un espesor de cerca de un metro. En los esquistos carbonife- ros se hallan restos de Thinnfeldia mal conservados. 2),—Margas con concreciones muy calcáreas, areniscas de color blanco-amarillento ó agrisado. en parte de material grueso y arcillas blancas, coloradas y verdosas, espesor en- tre 400 y 500 metros. Hay una transición completa entre los dos pisos. Digno de notar es el contenido de baritina asociada con espato calizo en las concreciones de las margas en el Cerro Plateado; éstas llegan en este cerro €n contacto con pórfido cuarcifero por hundimiento del primer piso. 3).—-Areniscas coloradas claras, poco consistente, ooliti- cas de grano medio ó finas, de poco espesor. 4).—Areniscas coloradas de color vivo, finas, hasta muy arcillosas, con yeso por lo general muy diseminado. 7 98 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Los pisos 3 y 4 han desaparecido en mayor parte por erosión en la hoyada, pero aparecen en su totalidad al nor- este en los barrancosos Cerros Colorados. Su espesor au: menta hacia el norte (El Salto), pasando la inclinación, que era al poniente, en otra casi horizontal. Entre los distintos pisos existe estratificación concordante y transición litológica. En cuanto al nivel del piso 1 como rético casi no puede haber duda, por la razón de su posición sobre el terreno de Paganzo y por sus plantas fósiles (Thinnfeldia). El piso 4 debe ser interpretado como cretáceo en con- sideración á la posición de areniscas equivalentes, á las que se hallan en la precordillera, relacionadas del mismo modo con el terreno rético y con los estratos calchaquenños. Parte del piso 2 y 3 puede corresponder al terreno jurásico. En la región de El Salto, estos pisos parecen tomar otro carácter. Afloran allí bajo el piso 3, en estra- tificación bien concordante, areniscas grises, coloradas cla- ras y obscuras, duras, parcialmente con concreciones cal- cáreas y de estructura ooliítica. Se obtiene aqui, más que en el Cerro Morado, la impresión de que estas areniscas, que tienen tal vez un espesor de 100 metros, forman un grupo distinto del rético y del cretáceo. Esto es más pro- bable, si se tiene en cuenta que en esta región (Ó poco más al norte de El Salto) está situada la parte central de la cuenca entera (rética-cretácea), siendo posible que sola- mente allí las areniscas jurásicas hayan llegado á algún desarrollo. En todos los extremos de la cuenca, que se extiende hacia Villa Unión—lo diré desde ya—no las he observado. distinguiendo tan sólo los terrenos rético y Cre- táceo. En adelante hablaré, pues, solamente de los terre- nos rético y cretáceo. En dirección de la fractura que pasa por el lado occi- dental de los cerros Morado y Plateado, cerca de ocho leguas al norte, está situado el campo de Gualo, parte del gran campo de Talampaya, (perfil Ib), que limita con la DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 99 pendiente de las serranias de Catinsaco y de Talampaya, compuesta por granito, pórfido cuarcifero y el terreno de Paganzo. En ese campo el terreno rético sale á la super- ficie, caracterizados por los mismos estratos que se hallan en la hoyada del Cerro Morado (además con marga «en embudo»). Los esquistos carboniferos contienen restos de Thinnfeldia. El terreno rético está cubierto por areniscas coloradas cretáceas (poco distantes de los estratos con Thinnfeldia), con interposición de conglomerados de poco espesor, y está cruzado por un filón de meláfiro, inclinán- dose, debido á una fractura, hacia el poniente y hacia el naciente. Hacia la pendiente de la sierra los estratos desa- parecen bajo estratos modernos. Desde el Mogote de Gualo se ve, como las areniscas coloradas se extienden hacia poniente, componiendo el campo de Talampaya, que es una meseta desierta acciden- tada por erosión. Los Cerros Colorados, que limitan la hoyada del Cerro Morado en barrancas altas, no son más que la caida de ésta meseta hacia aquella hoyada. Desde Gualo el rético y las areniscas cretáceas conti- núan hacia el sur (Cerro Tinaja) en las faldas de la sierra, pero están cubiertas muchas veces por estratos modernos. Es de suponer, que en esta zona limitrofe del terreno de Paganzo y del rético-cretáceo pasa una larga falla en direc- ción norte á sur. En la talda occidental del Cerro Tinaja se nota una fuerte flexura (perfil IV) de las areniscas del terreno de Paganzo. Resulta, que la cuenca rético-cretácea del Cerro Mora- do se extiende, hacia el naciente, hasta el pié de las serra- nias de Vilgo, donde está dislocada, disminuyendo en esa dirección de una manera esencial el espesor de las arenis- cas cretáceas. La fractura de los cerros Morado y Plateado dobla en la región de Aguas Amarillas hacia el sureste, pues todos los te- rrenos descritos se hunden aqui, llegando los estratos modernos 100 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL arcillosos hasta la falda granitica de la sierra del Valle Fértil. No es este el caso hacia sureste (perfil IV). Yendo des- de el Cerro Morado, por las vertientes de Ischisgualasta, hasta la cuesta de la quebrada del Peñón, se observan, tan- to sobre el camino como al sur y al norte del mismo, el terreno rético con muchas interposiciones de esquistos Car- boniferos (con plantas entre ellas Thinnfeldia). Los estra: tos en el límite con el terreno de Paganzo, que aflora en aquella cuesta, están formados por arcillas areniscosas Co- loradas y verdes y en un nivel algo superior por conglo- merados. La inclinación es dirigida hacia el noreste (hacia el centro de la hoyada del Cerro Morado), por cuya razón las areniscas cretáceas están erodidas en toda la parte occi- dental de la hoyada. Desde la Quebrada del Peñón el terreno rético flanquea la falda oriental de la sierra del Valle Fértil por un trecho, pero desaparece en seguida (al Sur del Cerro Overo) bajo los aluviones. He mencionado arriba la interposición de dos capas de meláfiro en el terreno rético en el perfil del Cerro Mora- do, pero debo observar que resaltan poco y escapan casi á la vista, sobre todo debido á su alto grado de descomposi- ción.—Esto cambia, si echamos una mirada hacia la región situada al Sur y al Naciente del Cerro Morado, pues predo- minan las capas de meláfiro en tan alto grado, que uno creé encontrarse sobre otro terreno, Al Naciente del Cerro Morado se destaca por su altura el cordón del Cerro Lagares, el que al continuar al Norte y al Sur se disuelve en varias lomas.—Al Este siguen otras lomas, conocidas bajo el nombre de Cerritos Lagares y las lomas de La Laguna.—Casi todas estas elevaciones están Cu- biertas en sus cimas por capas de meláfiro. Como éllos, junto con los estratos situados en el ya- ciente, se inclinan hacia el Este ó hacia el Noreste, se reco- noce pronto que hay varios de estas capas. A DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 101 Tomemos otra vez como punto de partida el Cerro Mo- rado (perfil IV). En su falda austral se divisan, como he dicho, las areniscas y conglomerados del piso 1Il del terreno de Paganzo y arriba de éllos areniscas Ó margas (réticas ?), cubiertas por una gruesa capa de meláfiro, inclinados ha- cia Este. Un perfil trazado hacia el Naciente, pasa primero por el Cerro Lagares, en cuya base aparece meláfiro muy des- compuesto y arriba siguen areniscas gris amarillentas, cu- biertas por una capa de meláfiro.—Aquel meláfiro descom- puesto corresponde probablemente al manto del Cerro Morado. —Entre las areniscas se halla á media altura del Cerro, es- quistos carboniferos con: Cladophebis mesozóica, Kurtz y Po- dozamites elongatus, Feistm, (según el doctor Kurtz). El corte en su continuación hacia el Naciente llega á un bajo con el rio de La Laguna y en seguida á los Cerri- tos Lagares. En el bajo sobre el camino, que viene de Baldecitos, se notan otra vez areniscas gris amarillentas y margas y arriba de éllas, más al Naciente, de nuevo una capa de me- láfiro muy descompuesto (con secreciones y vetas de espato caliza). —Tomando en consideración la inclinación de los es- tratos en el Cerro Lagares, y no existiendo fracturas en esta región, se desprende que ese manto debe ser la continua- ción (interrumpida por erosión) del de este cerro.—Poco al Naciente del camino, al pié de una loma barrancosa. aflora un estrato colorado kaolinítico con fragmentos de una roca eruptiva, que es evidentemente una toba melafirica, altamente descompuesta. —Arriba vienen areniscas gris claras calcáreas, de pocos metros de espesor, y en seguida esquistos arci- llosos de color de ladrillo, cubiertos por una Capa de me- láfiro. Tendríamos, pues, tres capas de meláfiro, el 1) en el Cerro Morado, el 2) en el Cerro Lagares y el 3) en los Ce- rrillos Lagares, los cuales inclinados hacia el Naciente for- 102 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL man las cumbres de estos cerros, agrupados de Poniente á Naciente y separados por bajos, originados por la erosión.-- Así se explica como las capas han experimentado en los bajos una fuerte descomposición. Comparando los dos perfiles trazados desde el Cerro Morado, el primero hacia el Noroeste y el segundo hacia el Naciente, siendo común á los dos el Cerro Morado con la capa de meláfiro, colocada poco arriba del terreno de Pa- ganzo, se llega á la conclusión, que las dos capas del Cerro Lagares y de los Cerritos Lagares corresponden á las dos capas del terreno rético del primer perfil y que igualmente al depósito de carbón de éste corresponden los esquistos carboniferos y plantiferos del Cerro Lagares. Los estratos de los Cerritos Lagares ocupan un nivel más alto, limitrofe con las areniscas cretáceas. La fractura que pasa con dirección Norte á Sur por el pié occidental del Cerro Morado, causó, según he dicho, en la región situada al Poniente de élla, un fuerte descenso de los terrenos rético y cretáceo con inclinación hacia Poniente, mientras al Naciente de la fractura éstos se inclinaron hacia Naciente (á causa de una segunda zona de dislocación, pa- ralela á aquélla, en la falda del Cerro Blanco, véase abajo). La amplitud del rechazo, producido por la falla, ó lo que es lo mismo el hundimiento (salto), alcanza varios cien- tos de metros, también en el caso de una considerable dis- minución del espesor de los terrenos rético y cretáceo hacia Naciente. Los cerritos Lagares forman el grupo más oriental de las elevaciones, situadas al Naciente del Cerro Morado.— Entre ellos y la sierra del Cerro Blanco deberíamos encon- trar las areniscas coloradas cretáceas, pero desgraciadamen- te no se presentan, siendo compuesta esta zona por estratos arcillosos modernos, cubiertos con frecuencia por médanos. EN RA A A EN A DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 105 —La causa de esto es la gran dislocación, probablemente una falla, que pasa en la falta occidental del Cerro Blanco con dirección Norte Sur y que hizo hundir los terrenos de Paganzo, el rético y el cretáceo. La desaparición de las areniscas coloradas cretáceas se hace por lo tanto más sensible, cuanto que tampoco se ha- llan en la región situada al Sur del Cerro Morado, donde se levantan varias lomas de poca altura, que forman la conti- nuación austral del cordón del Cerro Lagares y se extienden cerca de la falda de la sierra del Valle Fértil hasta varias leguas al Sur de Baldecitos.--Están compuestos exclusiva- mente de meláfiro, cuando no aparecen bajo sus capas are- niscas, margas grises Ó blancas, ó también estratos colorados, es decir, en general, los componentes del Cerro Lagares y de los cerritos Lagares.—En su inmediata cercania aflora granito en la falda de la sierra del Valle Fértil, mientras que el suelo llano está compuesto por sedimentos modernos, lo que demuestra una fuerte dislocación á lo largo de esta sierra. Las areniscas cretáceas están hundidas ó arrastradas por erosión hacia la llanura al Sureste. El problema se dilucida algo al perseguir los terrenos hacia Naciente. En la falda oriental de la sierra del Cerro Blanco (per- fil VID, en el lugar llamado El Molle o Paso del Molle— por donde pasa el camino de Patquia á Huaco—se levantan algunas lomas muy barrancosas, de aspecto muy atractivo por sus formas de erosión y colores abigarrados.—La loma más septentrional se llama «Loma Blanca-, la más aus- tral y más larga, que continúa hacia las salinas de Bus- tos, «Loma Negra», y la que está situada entre las dos algo retiradas hacia el Naciente, El Chiflón.—Arriba de la Loma Negra se divisa una capa de meláfiro ó de diabasa. De las observaciones hechas en estas lomas resulta la siguiente sucesión de estratos, de arriba abajo: 104 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL 1).— Areniscas finas arcillosas de color colorado con yeso. 2).—Areniscas de grano fino (arkose) y arcillosas (de material muy descompuesto) y en su mayor parte muy calcá- reas y con yeso diseminado. En su nivel inferior sale caliza en capas delgadas, en su mayor parte cristalina en agregados fibrosos de aspecto de travertina ó aragonita.—Estas calizas son evidentemente pro- ducto de la erupción de diabasa. 3).—Areniscas de arkose de grano grueso (descompues- tas) Ó medio, y en este caso calcáreas y yesiferas con tron- cos de Araucarites. Además margas. 4). —Tobas de pórfido cuarcifero de color blanquecino, rosado, agrisado, etc. y bajo de éllas areniscas finas y estra- tos arcillosos sin caliza. 9).—Areniscas de arkose que pasa abajo á un conglo- merado muy grueso (de un metro de espesor), compuesto esencialmente de rodados de cuarcita y de pórfido cuarcifero. 6).—Areniscas arcillosas y kaoliniíticas, micáceas, abiga- rradas.—Pocos metros al Poniente, separado por un pequeño bajo, el piso Il del terreno de Paganzo forma la falda de la serrania del Cerro Blanco. Los estratos 5 y 6, entre los que se destaca bien el ho- rizonte de los conglomerados, aparecen accesibles en las ba rrancas de la Loma Blanca y en El Chiflón. La posición de los estratos 4 se divisa en la Loma Blanca (lado Norte) desde el desmoronamiento de la barran- ca.—Que la capa 3 de las areniscas, con Araucarites, viene arriba de 4 y luego las capas 2 y 1, se puede constatar al lado Naciente de la Loma Blanca, sobre el camino que va entre El Chiflón y la Loma Blanca á la Represa de Los Co- lorados, punto donde el conjunto de las lomas, á causa de la inclinación de los estratos. baja hacia el Naciente. —En El Chiflón se distinguen también varios de los estratos pero ellos en su Mayor parte no son accesibles, como la capa 2, con caliza. DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 105 Un tronco de Araucarites de 3.60 metros de largo y 1.22 de circunferencia se encontró en la punta Sureste de la Loma Blanca, al frente del puesto situado entre la Loma Blanca y El Chiflón, muy cerca al camino, otro tronco más peque- ño en posición horizontal como éste, salió en una barranca al lado Noroeste de la Loma Blanca. Esos troncos se hallan en el Museo de la División de Minas, Geol. é Hidrología. El meláfiro ó diabasa olivínica, que en un filón de cerca de 1.50 metros de espesor minimo atraviesa el piso HI del terreno de Paganzo—el camino de El Molle al Chiflón lo cruza—visible hacia el Norte por varias cuadras, se ha de- rramado sobre los estratos, ocupando ahora la altura de la Loma Blanca, del Chiflón y de la Loma Negra. En esta última loma y más al Sur (hasta las salinas de Bustos) la capa alcanza mayor espesor (tal vez de 10 me- tros), cubriendo con su desmoronamiento en las pendientes, casi completamente los estratos situados debajo de él. Siendo inaccesibles la cima de las lomas, no he podido determinar con seguridad sobre cual de los estratos, arri- ba descritos, está puesta la capa, pero lo más probable es, que cubra el piso 2, siendo seguro que no queda abajo de las capas 3. En la descripción del terreno de Paganzo he tomado los estratos 5 y 6 como una facies del piso HI de este terre- ño, siendo esta la razón, por la cual he dado también á los conglomerados y areniscas en la base del terreno rético en el Cerro Morado (Aguas Amarillas) esta misma posición, por- que aunque se nota en El Molle la falta de estratos carac- teriscos con plantas réticas, el carácter de los sedimentos, consistentes en areniscas, margas y arcillas es en general el del perfil del Cerro Morado, Cerro Lagares y Cerritos Lagares, estando además éllos cubiertos también por una capa de Foca melafírica, que macroscópicamente no se distingue en nada de la de los cerritos Lagares. Las areniscas calcáreas, 0b- 106 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL servadas en este último punto, son muy parecidas á las de El Molle con Araucarites. Un estrato nuevo, en comparación con los del Cerro Morado, se presenta en El Molle, y es el que forma las tobas de pórfido cuarcifero, pero talvez éllas están relacionadas con el pórfido cuarcifero del Cerro Plateado, que sale sobre la fractura mencionada, estando en su contacto margas dislo- cadas. —Es probable que la erupción de los pórfidos se haya producido en la época rética, y que las tobas de El Molle son productos de la misma erupción. Puede ser que parte de las areniscas y margas de nues- tra región son productos de descomposición de pórfidos cuar- ciferos, pero en general en la formación de las margas han prevalecido los meláfiros y en la de los estratos areniscosos probablemente las areniscas del terreno de Paganzo, grani- tos y esquistos cristalinos, cuyos productos de erosión y descomposición han sido sedimentados en las depresiones. Todavia no hemos tomado en consideración un factor: el espesor. No cabe duda que él alcanza su máximum en la región situada entre Cerro Morado y los Cerros Colora- dos ó El Salto, llegando el terreno rético, incluso las arenis- cas jurásicas (?) á cerca de 800 metros y las areniscas cre- táceas á 150 metros, espesor que disminuye considerable- mente hacia Naciente y queda reducido en El Molle á 80 metros, areniscas cretáceas exclusivamente.—Con esto se llega á la conclusión que el terreno rético tiene su límite oriental más ó menos en la región de El Molle, estando esto confir- mado además por su ausencia completa al Naciente, en la región de Paganzo. Incluyo aquí algunas notas sobre las Rocas eruplivas. El primero que examinó algunas rocas, encontradas entre las salinas de Bustos y el Valle Fértil. como en este DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 107 mismo pueblo, ha sido Stelzner quien las clasificó como dia- basa olivinica con transición á meláfiro. Las muetras recogidas por Brackebusch, procedente de las salinas de Bustos y de Ischigualasta, han sido investiga- das por Paul Siepert (véase la bibliografía). —Las primeras representan, según este autor, diabasa olivinica y meláfiro basáltico, las otras meláfiro basáltico. El malogrado doctor Chelius, á quien había mandado rocas de las salinas de Bustos y del Cerro Morado, también las clasificó como meláfiros (Tholeyita olivinica) con estruc: tura intersertal, granulasa (diabásica hasta doleritica), exac- tamente iguel á los meláfiros de Wendelsheim y Nahe en Alemania.—A esta clase pertenece probablemente también, dice Chelius, la roca del Cerro Morado, con carácter de sabbro, con estructura granulosa diabásica, en la que se dis- tinguen grandes cristales de Labradorita, además olivina con bordes pardos, sustancia clorítica (dialaga ó augita descom- puesta) y hierro titánico de calor blanco agrisado (Leucoxena). Esta última roca procede de la capa inferior, que corona la cima del Cerro Morado, las otras del Cerro Lagares y de la salina de Bustos. Debo añadir que las rocas del Cerro Lagares, que re- presenta el segundo manto y la de los Cerritos Lagares, que forma la tercera capa, la más superior, son macroscópica- mente iguales, siendo las diferencias en grano y estructura que se presentan en este último — locales y de evidente transición. — Tampoco se puede notar macroscópicamente diferencias esenciales entre las rocas de las capas de El Molle, de las salinas de Bustos y de Los Lagares.— Resulta, que el material eruptivo no ha cambiado esencialmente du- rante su salida. La frecuencia de los mantos hace suponer á priori, que los canales de erupción se hallan en nuestra región. Los que he podido constatar son tres: El filón de El Mo- le, que cruza el terreno de Paganzo y forma una capa so- 108 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL bre los estratos réticos; otro cruzando el rético en la falda septentrional del Cerro Lagares (en el camino entre éste y la Loma Negra) y un tercero en Gualo, que atraviesa los es- tratos réticos y (?) las areniscas cretáceas. Sobre las rocas de la misma naturaleza en otras par- tes de la cuenca rética-cretácea, trataremos más abajo. Volvamos á El Molle para seguir el estudio de nues- tros terrenos. Al naciente de El Molle los estratos réticos del perfil descrito más arriba se hunden en la llanura para no salir (perfil VII y VD, ni en la falda de los Colorados de la Represa (piso III del terreno de Paganzo), ni en las del Ce- rro Yesera (igualmente piso HI de este terreno), las que forman la prolongación de la sierra de Vilgo y de Paganzo, respectivamente. Desde El Molle deben continuar hacia el sur, pero lo único que aparece es meláfiro ó diabasa olivinica, compo- niendo lomas que acompañan la prolongación de la sierra del Cerro Blanco, pero pronto también esta roca se pierde tanto al sur como al naciente, debajo de sedimentos mo- dernos. Más al sur, en el Valle Fértil, el meláfiro ó diabasa olivinica recuerda todavía el terreno rético, pero argumen- tos seguros de la existencia del terreno rético en la falda de la sierra de La Huerta, al sur del Valle Fértil no he po- dido encontrar. Recién en la punta sur de la sierra. en Papagayos y en Mareyes, nuestros terrenos llegan de nuevo á aflorar, pero el terreno rético en Mareyes queda al lado occidental de la sierra. Si bien la sierra de La Huerta acaba en Papagayos, la zona de levantamiento continúa hacia el sur en la sierra de DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 109 Imanas, Gigantillo, sierra de Guayaguas, sierra de Quijadas. El arroyo Papagavos recibe las aguas del arroyo Ma- reyes, que viene del lado sur y poniente de la sierra de La Huerta, como las que caen de las Imanas, cerro Morado, etc., llevándolas hacia la llanura al naciente. Se ha llamado la parte occidental de esta depresión «Hoyada carbonífera de las Imanas». Las relaciones estratigráficas se reconocen en un cor- te trazado de naciente á poniente en Mareyes (casa de Re- migio Heredia), donde se encuentran los piques viejos, puestos sobre los yacimientos carboniferos. Desde la falda de la sierra (diorita, esquistos cristali- nos, caliza granuda) la sucesión de los estratos es la si- guiente: 1).—Areniscas gris amarillentas (arkose) con conglome- rados, cerca de 200 metros de espesor. 2).—Areniscas coloradas y conglomerados. 3).—Areniscas gris amarillentas y conglomerados con esquistos carboniferos, carbón (cerca de 1 metro de espe- sor) y plantas réticas. 4).—Areniscas coloradas y conglomerados, sobre los que siguen los estratos arcillosos del terreno calchaqueño. Considero los pisos 1 y 2 como pertenecientes al te- rreno de Paganzo (correspondientes á los pisos 1, IL y MM respectivamente) el piso 3 forma el terreno rético y el piso 4 el terreno cretáceo. Las areniscas y conglomerados réti- Cos petrográficamente no se distinguen en nada de los pi- sos I del terreno de Paganzo. La inclinación de los estratos es dirigida hacia ponien- te ó Sureste, aumentándose en la falda de la sierra. Siguien- do al norte ellos se hunden en la región de Chacritas, debi- do á una dislocación que corre hacia el noroeste al pié de la sierra. En la Cortadera se halla en el piso 2 un manto de diabasa. Stelzner, á quien debemos el descubrimiento del terre- 110 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL no rético en Mareyes, como ya he dicho en la introducción, recogió en el desmonte del pique, abierto por Klappenbach, una serie de plantas descritas por Geinitz. Ni el desmonte, ni los piques existen ya, pero en las cercanias salen en las barrancas de un arroyito, ¿esquistos que contienen varias plantas réticas, en mal estado de conservación. He aquí la lista de plantas descritas por Geinitz y re- visadas por mi colega doctor Kurtz: GEINITZ KURTZ Chondrites Mareysiacus, Gein. J Xilomites Ung. cf. X. Zamitas, Goepp. 1 (2) Thinnfeldia crassinervis, Gein. Th. odontopteroides (Moor) Feistm, var. Carruthersil, Pee et forma ad tipum speciei vergen Thinnfeldia ? tenuinervis, Gein. Cladophlebis cf. deta (Bgt. Font.) Pachypteris Stelzneriana, Gein. _Baiera taeniata, F. Braun / Taeniopteris Mareyesiaca, Gein. Oleandridium mareyesiacum (Gein.) Kurtz. Pterophyllum Oeynhausianum, Gópp. E Sphenolepis rhaetica, Gein. ! La llamada «Hoyada carbonifera de Imanas» la he cru- zado entre las Imanas y el Cerro Morado (de Chilcas), sin haber podido constatar el terreno rético carbonifero. Salen en ese punto conglomerados y areniscas grises, cuyo carácter petrográfico no permite fijar su nivel, en vis- ta de la semejanza entre areniscas réticas y las del piso 1 del terreno de Paganzo; están cubiertos por areniscas colo- radas con conglomerados (cretáceos (?). Los terrenos de Paganzo, el rético, el cretáceo, conti- núan probablemente en la sierra de Guayaguas, de Quija- das y del Gigante, etc. hacia el sur, pasando las areniscas DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 111 coloradas cretáceas andinas, al naciente, en los extra andinos (estratos de Los Llanos). Al lado oriental de la sierra de La Huerta, sobre el arrovo de Papagayos, se observan areniscas coloradas. En su continuación hacia el norte forman, cubiertos por aca- rreo, el subsuelo de la pendiente de la sierra entre Papaga- yos y Santo Domingo, saliendo con carácter muy arcilloso cerca de una legua al norte de Papagayos. No se puede de- terminar, si son cretáceas, 0 pertenecen al terreno de Pa- ganzo. Podriamos suponer pues, para volver sobre la discu- sión referente á la existencia del terreno rético en la falda oriental de la sierra de La Huerta, su compieto hundimien- to á causa de dislocaciones que produjeron, como ya lo he dicho en el capítulo respectivo, la desaparición del te- rreno de Paganzo; pero tal deducción, por justificada que sea respecto á estos estratos por razón de su propagación general, no se puede aplicar al terreno rético, que es de una extensión limitada, y cuyos limites estamos precisa- mente buscando.—Supuesto que el terreno rético hubiera existido en toda la falda oriental de La Huerta, es decir también al sur del Valle Fértil, su límite no podría estar muy distante de esta falda misma, porque al naciente de una línea, representada más ó menos por el camino de Patquia á Papagayos, salen á la superficie los estratos de Los Llanos (cretáceos (?) extra-andinos), puestos sobre el te- rreno de Paganzo ó forman el subsuelo, extendiéndose has- ta la falda de la sierra de Los Llanos y de la sierra de Mi- nas. Tal límite, que coincidiría más óÓ menos con el pié occidental de la sierra de La Huerta, es muy poco probable. Una solución más satisfactoria y más en armonía con los datos expuestos y en especial con el poco desarrollo que los estratos réticos tienen en El Molle, es la de hacer coincidir el limite oriental del terreno rético, con la conti- nuación de la sierra de Vilgo y de Paganzo; es decir, con 112 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL las ramificaciones más australes del Famatina, donde éstas, visibles hoy dia superficialmente solamente en insignificantes ondulaciones, se juntan cerca del Valle Fértil con la sierra de La Huerta. Cabe preguntar ahora donde quedan las areniscas co- loradas cretáceas, que hemos conocido en la región del Ce- rro Morado. La causa, por la cual ellas no aparecen ni al Sur ni al Naciente del Cerro Morado, la hemos encontrado en las dis- locaciones y denudaciones.—Ellas se presentan de nuevo con carácter arcilloso al lado oriental de la sierra del Cerro Blanco en las lomas de El Molle (perfiles VI y VU), en la pen- diente del terreno rético, sin que sea posible de trazar su límite con éste, pero, inclinadas hacia Naciente, se hunden pronto en la llanura y no asoman en la falda de los Colorados de la Represa. Más al Naciente de este cordón se levanta otro paralelo, que forma ¿la continuación de la sierra de Paganzo y que se manifiesta todavia por varias leguas al Sur en insignifican- tes bordes en dirección hacia el Valle Fértil,—Su mavor ele- vación se llama Cerro de La Yesera, cerca de 2 leguas al Sur de Paganzo. Las areniscas del piso HI del terreno de Paganzo son cortadas en los dos lados de este cerro por fallas, sien- do más acentuada la del lado oriental. Considerablemente hundido y con fuerte inclinación hacia Naciente y Poniente en los dos lados del cerro y por eso contrastando con la poca inclinación de aquellas are- niscas, dirigida hacia Poniente, sale aqui el terreno calcha- queño, compuesto de arcillas, yeso y aglomerado andesitico.— Su yaciente está formado por areniscas coloradas arcillosas, calcáreas, y yesiferas, que quedan sobre la fractura en con- tacto con las areniscas del terreno de Paganzo.—Este con- tacto está más á la vista al lado oriental del Cerro La Yesera. En las areniscas del lado occidental, en su parte inferior, existen interpuestos conglomerados con rodados de cuarcita DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 113 y fragmentos de areniscas coloradas.—Estos conglomerados, como también el carácter muy calcáreo de las areniscas que los incluyen, recuerdan mucho los estratos de Los Llanos (véase más abajo). Las areniscas al lado occidental del Cerro de la Yesera observan por un trecho el rumbo de las areniscas del terreno de Paganzo, dirigido hacia el Norte, pero después doblan en curva al Poniente, por los «Médanos», en dirección hacia los Colorados de la Represa. Los médanos que cubren la falda de este cordón no permiten seguirlo. Esta posición y el carácter petrográfico en general, no permiten pensar que las areniscas pertenecen al terreno de Paganzo; por consiguiente no pueden corresponder á otras que á las areniscas cretáceas. Pero debo anticipar que bajo areniscas cretáceas comprendo un conjunto de areniscas, caracterizado en la parte inferior por las que ya he des- crito (de color colorado vivo descansando sobre el terreno rético) y arriba por otras de color más oscuro, pasando estas últimas, que se hallan en la parte septentrional de la cuenca rético-cretácea, en las arcillas, etc., del terreno calchaqueño, Estos dos pisos no se distinguen ni en el Cerro de La Yesera ni en el Molle, lo que no puede extrañar tratándose de una región en la que los estratos disminuyen de espesor y cam- bian de carácter petrográfico. El terreno rético en el Molle, reducido á cerca de 80 metros de espesor, debe tener su límite poco al poniente del cordón de La Yesera, entre él y El Molle, en la región de los Colorados de la Represa, mientras que las areniscas cretáceas, que los cubren, siguen hacia el Naciente tendién- dose sobre el terreno de Paganzo. En el capitulo sobre los «Estratos de Los Llanos” ten- dré ocasión de recurrir á estas areniscas del Cerro de La Yesera. 114 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL 2 - Parte septentrional Vuelvo al Cerro Morado, en la región en que la rami- ficación de la sierra de Vilgo (Famatina) se acerca por me- dio de la sierra del Cerro Blanco á 2 leguas más Óó menos de la sierra del Valle Fértil.. La depresión situada entre ellas. de la cual forma parte la hoyada del campo de Ischi- gualasta, se ensancha considerablemente en dirección hacia el Norte. Al Este está limitada por las pendientes (terreno de Paganzo) de las sierras de Vilgo, Catinsaco y Saño- gasta (todas de, granito, pórfido); al Poniente por un Cot- dón que une la sierra de Umango ó el Cerro de Villa Unión con la sierra del Valle Fértil, y la que forma la pendiente oriental de los ríos Guandacol y Bermejo.—Como este cor- dón está bien ligado con las sierras mencionadas, su parte septentrional, comprendida entre el Cerro de Villa Unión y el Paso de Lamas, en el que el rio de Vichina lo cruza, se podria tomar como la continuación de la sierra de Umango ó del Cerro de Villa Unión, y su parte austral desde la que- brada del Peñón, extremo de la sierra de La Huerta, hasta aquel paso como prolongacion de la sierra de La Huerta; pero en realidad no se trata aquí de una sierra sino de los bor- des occidentales algo levantados de la depresión misma. Esta depresión (casi en forma de meseta), de una altu- ra media de 1200 metros y con su parte ancha en la región de Pagancillo, tiene su parte más baja en las salinas del Cerro Rajado (1000 ms.), hacia las cuales dirige sus aguas el rio de Vinchina (llamado también, ya aqui, río Bermejo), que atraviesa en seguida en una quebrada tortuosa y ancha (Paso de Lamas) el borde occidental de la depresión, para juntarse (en Las Juntas) con el rio de Guandacol y formar el rio Bermejo. : ce pa O considerablemente hacia Es illa Unión los contrafuertes (graní- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 115 ticos) del Famatina á los del cerro de Villa Unión, (esquis- tos cristalinos). Ya hemos visto arriba, como la parte austral de la de- presión entre las ramificaciones del Famatina y de la sierra del Valle Fértil (con la hoyada del Cerro Morado) está com- puesta por los terrenos rético y cretáceo, encontrando el pri- mero en esta región su limite oriental y austral. Zstos estratos hacia el Norte y Poniente ocupan, en parte junto con el terreno calchaqueño, etc., toda la depresión, for- mando una gran cuenca, de la que la hoyada del Cerro Mo- rado solo es una parte.-—Su ala occidental (ya conocemos sus limites Norte, Sur y Este) hay que buscarla en la pre- cordillera, porque los estratos rético—cretáceos componen exclusivamente aquel cordón que une la sierra del Valle Fér- til con el Cerro de Villa Unión. Es de notar. sin embargo, que más al Oeste están inte- rrumpidos por dos fracturas que Con dirección NO. á SE. han producido el valle de los ríos Guandacol y Bermejo, y de las cuales la oriental sigue por el pié de las sierras del Va- lle Fértil y de La Huerta y proporciona en la pendiente oriental del valle desde el Cerro de Villa Unión (Sierra de Umango) hasta la quebrada del Peñón un corte fácil de ob- servar (perfil). Rio Guandacol abajo los estratos réticos, que por su color gris amarillento se destacan ya desde lejos, puestos en estratificación concordante sobre las areniscas del terreno de Paganzo, aparecen frente á Varejones, con inclinación hacia el Sur para formar de aquí hasta Las Juntas casi toda la pendiente del valle, observándose sólo en algunas partes sobre éllas las areniscas coloradas cretáceas. La uniformidad estratigráfica está interrumpida en el Cerro Rajado, en el que los estratos réticos, acompañados por capas y filones de meláfiro, experimentan un levan- tamiento, pero poco al Sur vuelven á4 tomar una inclinación hacia el Sur ó una posición horizontal, para hundirse en 116 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL seguida (entre Las Juntas y Paso Ferreyra) bajo las arenis- cas cretáceas.—Nos encontramos aquí en la parte central de la cuenca, pues al Sur del Paso Ferreyra el terreno rético sale otra vez, primero con posición horizontal y luego con inclinación hacia el Norte, componiendo el cordón (Cerro Totoralillo, Cerro de la Helida, etc.) entre la puerta de la Quebrada del Salto y la Quebrada del Peñón.—En esta Que- brada sale como ya he dicho en otro lugar, el terreno de Paganzo puesto con dislocación sobre gneis de la sierra del Valle Fértil. En el corte de la cuenca tal como se presenta en el perfil, los estratos parecen inclinarse hacia el Sur y hacia el Norte respectivamente, siendo horizontales en la parte cen- tral de la cadena, mientras que en la pendiente baja y al Poniente de la fractura, por ejemplo en la falda septentrio- nal del Cerro Rajado (Paso de Lamas) y entre la puerta de la Quebrada del Salto y la Quebrada del Peñón (parte occi- dental de la pendiente del Cerro Totoralillo), se nota una in- clinación vertical ó hacia el Poniente.—Es en esos puntos, donde la fractura es más evidente.—Pero estos trozos de terreno al Poniente de la fractura están en su mayor parte hundidos y cubiertos por terrenos modernos.—Allí donde se presentan cortes que permiten examinarlos, como sucede al Poniente y Sur de la puerta de la Quebrada del Salto (entre élla y Paso Ferreyra), la inclinación de sus estratos se diri- ge hacia el Naciente, formando con las areniscas cretáceas un anticlinal.—La dislocación continúa en la falda de La Huerta, produciendo el hundimiento de los estratos réticos y de las areniscas cretáceas debajo de los estratos moder- nos, el cual empieza probablemente en la región de la Que- brada del Peñón. Por lo menos nv aflora en la pendiente al Sur de la Quebrada de Usno y recién salen otra vez poco al Norte de Mareyes. Es excusado decir, que tanto el rético como las are- niscas cretáceas deben tomar parte, cubiertos por el terreno DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 117 calchaqueño y estratos más modernos, en la composición del subsuelo de la gran llanura, comprendida entre la sierra de La Huerta, el Pié de Palo y la Precordillera. Al seguir ahora nuestros estratos al Naciente del corte descrito, (perfiles II y ID), es decir al Naciente del cordón que une el Cerro de Villa Unión y la sierra del Valle Fértil, los estratos, á causa de su inclinación hacia el Naciente, asoman solamente en algunas partes de la pendiente orien- tal del cordón, como ser entre la Quebrada del Peñón y la puerta de la Quebrada del Salto (ya arriba mencionada en la descripción de la hoyada del Cerro. Morado), en el Cerro Rajado, en la falda oriental del Cerro Bola y entre éste y el Cerro de Villa Unión; quedando en las demás partes cu- biertos por las areniscas cretáceas y los terrenos más moder- nos. Su levantamiento se espera en el ala oriental de la cuenca, sobre la pendiente occidental de la serranía del Fa- matina, pero no sucede asi á causa de las dislocaciones, que los estratos han sufrido al pié de esta sierra y solamente reaparecen en Gualo, como ya hemos visto. La parte de la cadena, comprendida entre la Quebrada del Salto y Quebrada del Peñón, con los cerros Totoralillo, Helida y Caballo Anca, que limita al Poniente la hoyada del Morado, está compuesta esencialmente por el terreno rético, habiendo desaparecido por erosión las areniscas cretáceas. -Su espesor alcanza aqui tal vez 1000 metros.—Los estratos no difieren esencialmente en su composición de los del piso 1 del perfil del Cerro Morado, alternando las areniscas gris amarillentas, á veces también los conglomerados, con es- quistos carboniferos (con plantas).—He observado Thinnfeldia en la Quebrada del Toro (Cerro Totoralillo).—El mejor corte del terreno se presenta en la Quebrada de La Peña, por la cual corren las aguas de la hoyada del Cerro Morado hacia el valle del rio Bermejo, pero allí es casi intransitable por Sus saltos. En el ala septentrional de la cuenca, que sale en la 118 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL falda austral del Cerro de Villa Unión y en la parte oriental del Gerro Bola, el carácter petrográfico queda el mismo, aun- que parecen faltar los esquistos carboniferos, pero su espesor como debe ser, disminuye considerablemente hasta quedar reducido á 200 ó 30U metros. En el capítulo sobre el terreno de Paganzo, he descrito las dislocaciones, que los estratos de este terreno junto con los réticos y con las areniscas cretáceas han sufrido en esta región.—Hundidos entre dos fracturas—la una en la falda austral del Cerro de Villa Unión, que sigue hasta este pueblo (perfil 1), la otra al pié septentrional del Cerro Bola:—los es- tratos réticos salen á luz entre las areniscas del terreno de Paganzo y las areniscas cretáceas, todos con igual inclina- ción y con rumbo hacia el Noroeste, en la depresión com- prendida entre los dos cerros. —El camino que va de Guan- dacol á San Isidro ó á Villa Unión los cruza en la cuesta. —La fractura que pasa casi en la punta septentrional del Cerro Bola muy cerca á aquel camino, tiene muy poco lar- go, terminando cerca de Agua de Chilca y por esta razón los estratos réticos en la pendiente oriental del Cerro Bola —que asoman sobre el camino de San Isidro á Guandacol, cubiertos por las areniscas cretáceas ó por sedimentos más modernos en Los Colorados del Agua Chilca-—se unen con los de la pendiente austral del Cerro de Villa Unión, pero desaparecen (al Norte del Agua del Burro), antes de llegar al valle del río de Vinchina.—La continuación en este valle, si existe, no puede efectuarse sino en el subsuelo de él.— Como mis investigaciones han terminado en esta región, queda por resolver, si la cuenca rética tiene su límite septentrio- nal en Villa Unión, que es lo más probable, ó si sigue más al Norte. En la descripción de la hoyada del Cerro Morado he- mos visto, como las areniscas coloradas cretáceas que la li- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 119 mitan en los Colorados hacia el Naciente—hacia el Poniente han desaparecido por erosión—se extienden formando el cam- po de Talampaya hasta la pendiente de la sierra de Vilgo (perfil 1D).—Más al Norte, desde la Quebrada del Salto, éllas ocupan casi todo el ancho de la depresión, continuando ha- cia el Norte en posición horizontal ó con inclinación hacia el Este 6 Noreste, hasta el punto donde la depresión baja hacia el valle del rio Vinchina.--Llamamos este valle «cnen- ca de Pagancillo-.—En las salinas del Cerro Rajado, que constituyen la zona más baja de la cuenca, se juntan con el río Vinchina, antes que cruza el cordón occidental, los rios de Pagancillo y de Talampaya. El curso de este último rio indica más ó menos el limite septentrional de las areniscas del campo de Talampaya (per- fil ID), hundiéndose en seguida, en la cuenca de Pagancillo, bajo el terreno calchaqueño. Al sur de las salinas se levanta el Cerro Rajado, com- puesto de estratos réticos—debo notar que no he encontrado plantas en ellos—con capas interstratificadas de roca me- lafírica. En la falda septentrional de este cerro, dirigida hacia el rio Pagancillo, entre las areniscas cretáceas, cruza- das por filones de meláfiro (?) y con capas interstratifica- das (inyecciones? de este, se presentan varios estratos de conglomerados (con gruesos rodados de cuarzo, gneis). Arri- ba de las areniscas, formando una pendiente rápida. que se divisa ya desde lejos al acercarse al cerro en el lecho del río Pagancillo, hay andesita ó porfirito brechiforme, de un espesor de cerca de 50 metros. Encima de él inclinado fuertemente hacia el Norte se encuentran areniscas finas de color rojo obscuro hasta pardo, que pasan á arkose y areniscas arcillosas y arcillas con yeso del terreno cal- chaqueño. Considero la andesita ó el porfirito y las areniscas su- Perpuestas como areniscas cretáceas, pero debo advertir que ellas pueden ser unidas también á los estratos calcha- 120 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL queños, por existir completa transición y estratificación concordante en nuestra región. Todo el complejo de las areniscas coloradas cretá- ceas alcanzan en esta región un espesor considerable de más de 300 metros, como se ve en el corte de la quebra- da cortada por el rio Vinchina. A esto han contribuido tal vez productos de descomposición de aquellos porfiritos Ó andesitas. Así continúan, pero con disminución de su espesor (perfil Il), desde el Cerro Rajado hacia noroeste, formando una cadena casi separada de la occidental rética, que cae hacia el rio Bermejo y limitando hacia el naciente la cuenca de Pagancillo. El fin de la cadena se encuentra en la pendiente oriental del Cerro Bola entre él y San Ísi- dro, disolviéndose en lomas aisladas (al sur del Agua del Burro). Las areniscas doblan aquí, debido al avance del Cerro de Villa Unión, hacia el noreste, desapareciendo en el valle del rio Vinchina, al sur de Villa Unión, bajo el terreno calchaqueño y otros más modernos. Su continuación hay que buscarla al lado naciente del valle. Efectivamente al frente de Villa Unión salen entre este pueblo y la estancia Anchumbil (perfil 1) areniscas co- loradas, formando con las Lomas Coloradas, compuestas de areniscas del terreno de Paganzo al lado poniente del rio, la estrechura del valle en Villa Unión. Horizontalmente puestas ó con poca inclinación hacia suroeste en las lo- mas barrancosas que llegan hasta el rio mismo, ellas se le- vantan más y más hacia el Naciente, poniéndose verticales en la estancia Anchumbil; pero más al Naciente, río An- chumbil arriba, en el punto donde están cubiertas por arci- llas con interposición de conglomerados (terreno calchaque- ño). su inclinación cambia hacia el Naciente, En Anchum- bil su rumbo es dirigido hacia el noreste (309), su inclinación hacia el este y sureste. Según otro afloramiento, situado en el camino entre Villa Unión y Puerto Alegre, á una legua más ó menos de Villa Unión, aquel rumbo cambia hacia DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 121 el Poniente. Se trata aquí de la continuación de las arenis- cas de la parte occidental de la cuenca, que después de cru- zar el subsuelo del Valle del rio Vinchina, salen otra vez á luz en la falda oriental en las lomas de Anchumbil (véase abajo el terreno calchaqueño).—Con esto la cuenca tendria aquí su terminación hacia el Norte, lo que correspondería á lo expuesto arriba referente á los estratos réticos. Pero mientras estos encuentran muy probablemente su limite septentrional en Villa Unión, esto sin duda no sucede con las areniscas cretáceas, las cuales continúan en el valle del río Vinchina hacia el Norte. siendo posible que cubran el terreno de Paganzo ó granito. En la parte oriental de la cuenca desde el rio Talam- paya hasta Anchumbil (perfil ll), el terreno calchaqueño llega casi hasta la pendiente baja de la sierra de Famatina, for- mada por areniscas del terreno de Paganzo.—Solo en Puerto Alegre salen, debajo del terreno calchaqueño, areniscas colo- radas oscuras —en un punto con interposición de conglome- rados—las que deben corresponder á las que se encuentran en el Cerro Rajado, arriba de la andesita brechiforme. La causa del hundimiento de la mayor parte de las areniscas cretáceas son las dislocaciones ya varias veces mencionadas, que se hallan por este lado de la sierra de Fa- matina, muy probablemente fracturas, como lo demuestra aquella tectónica en Puerto Alegre. ROCAS ERUPTIVAS Las capas y filones de meláfiro ó diabasa olivínica del Cerro Morado y de sus alrededores ya han sido descritas arriba.—No menos rica en rocas eruptivas es toda la cadena situada entre la sierra del Valle Fértil y el Cerro de Villa Unión, que limita el valle de los ríos Guandacol y Bermejo 122 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL hacia el oriente, destacándose en su falda entre la pue de la Quebrada del Salto (Paso Ferreyra) y el Cerro Rajado, ya desde lejos, muchos filones y capas interstratificadas in- yecciones (?) tanto en los estratos réticos como en los cre- táceos. La Quebrada del Salto tiene interés especial. Donde élla se abre hacia el valle del río Bermejo, en la Punta Fe- rreyra, baja desde el Cerro Totoralillo la Quebrada del Toro, cerca de una legua arriba de las vertientes Totoritas.—Su- biendo el rio Seco (cerca de una hora á caballo) se halla en su lecho un gran filón de cerca de 25 metros de espesor que cruza el terreno rético de Poniente á Naciente. —Su parte central está formada por una roca diabásica bien gra- nulosa que pasa hacia sus salbandas á una roca afanitica.— En su contacto los esquistos carboniferos réticos, se han me- tamorfoseados blanqueados, tomando el aspecto de felsita blanca.— En las barrancas al Naciente el filón se ramifica y en su continuación hacia el Poniente parece formar inyec- ciones que salen de la pendiente septentrional y occidental del Cerro Totoralillo, y son visibles ya desde la puerta de la Quebrada y desde el Paso de Ferreyra. Una capa interstratificada ó una inyección de roca me- lafirica Ó diabásica se presenta también cerca del Agua del Salto (vertiente al Norte de la cuesta del Salto. sobre el ca- mino), puesto sobre estratos réticos en su límite con las areniscas jurásicas (?).--Estas rocas tienen en toda la cadena entre la Quebrada del Peñón y Quebrada del Salto, una gran propagación; así un manto parece cubrir (visto desde lejos) la cima del Cerro Caballo Anca. Pero las capas interstratificadas y filones no se limitan solamente al terreno rético, sino que se hallan también en las areniscas cretáceas.—Asi se destaca un filoncito de una roca negra, ora cruzando las areniscas, ora interponiéndose entre éllas, en la Quebrada del Salto, al frente de la Quebrada del Toro, cerca de la vertiente T otorita; otro se observa en la DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 125 puerta de la Quebrada, sobre el camino mismo, y varios en la pendiente del Valle del rio Bermejo, entre Paso Ferreyra y las Juntas. Otro centro eruptivo de la misma naturaleza, ya cono- cido por Brackebusch, caracteriza el Cerro Rajado y sus alrededores.—El dice en la obra de Paul Siepert (trabajo citado): «He podido constatar diabasas olivinicas y meláfiros ré- «ticos con una propagación que va mucho más allá del cam- «po de exploración de Stelzner, encontrándose éllos, carac- «terizados por la formación de capas en todas partes donde «asoma el terreno rético.—Donde se observan mejor es en «el Cerro Rajado, cerca del Paso de Lamas.--Una capa de «varios metros de espesor cubre aqui margas y areniscas «réticas con una inclinación de 30%, constituyendo toda la «falda septentrional del cerro.—Este manto está tendido des- «de la cima del cerro (cerca de 300 metros de altura relati- «va) hasta su pié, formando una hendidura recta de varios «metros de ancho, lo que ha motivado el nombre de «Cerro «Rajado».—Esta rajadura ha sido producida sin duda por el «enfriamiento de la lava, habiéndose marcado también la «hendidura en los estratos sedimentarios del yaciente». A mi parecer no se trata de una rajadura sino tan solo de un efecto de las erosiones, como se puede ver en varios canales, en el mismo manto, muy parecidos á aquel principal, en la pendiente baja del cerro (al lado de Aguas Saladas) que sin duda son producidos por erosión. : Las muestras recogidas por Brackebusch han sido cla- sificadas por Siepert, como porfirito augitico y meláfiro en parte de carácter andesitico y basáltico.—En cuanto á los detalles sobre estas rocas, me refiero á los trabajos de este autor y á mi compilación. — También en esta región, estas rocas se encuentran no solamente en el terreno rético, sino 124 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL también en forma de filones y como inyecciones entre las areniscas cretáceas, como sucede entre Agua Salada y el Cerro Rajado. Las regiones referidas se recomiendan para un estu- dio detenido de estas rocas, siendo en especial la del Cerro Totoralillo y la del Cerro Rajado, que se prestan á este objeto. Ya en el terreno de Paganzo, hemos conocido rocas de estas. familias. —Sus erupciones han continuado pues durante la era mesozóica. RESUMEN Con esto he concluído la descripción de los terrenos rético, jurásico (?) y cretáceo, tal como se hallan al Poniente de la serrania del Famatina (con sus ramificaciones austra- les) y de la sierra de La Huerta, hasta donde pasan á la precordillera, interrumpidos por fuertes dislocaciones. —Estos terrenos ocupan una cuenca, cuya ala oriental se apoya en- cima de la falda de la sierra de Famatina, su occidental so- bre la región de la precordillera—Entendido es que las are- niscas cretáceas pasan los límites de esta cuenca al Norte como al Sureste con una transgresión sobre el terreno de Paganzo. El rético está caracterizado esencialmente por arkose fina o gruesa, margas de color ceniciento (predominante), equistos arcillosos, yacimientos carboniferos (con Thinnfel- dia, etc.), por toba de pórfido cuarcifero y por capas inters- tratificadas y filones de rocas diabásicas 6 melafíricas. En la parte central de la cuenca, los estratos pasan á sedimen- tos, que son tal vez jurásicos, los que forman, igualmente en transición y estratificación concordante, el basamento de las areniscas coloradas cretáceas. Estas contienen también ca- pas interstratificadas (intrusiones 7?) y filones de rocas (diabá- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 125 sicas, meláfiros andesiticos, Andesitas?), que no han sido cla- sificadas detalladamente. Ya he mencionado las dislocaciones que la cuenca ha experimentado. Las principales, para resumir, son: 1). -Las fracturas á lo largo del valle de los rios Guan- dacol y Bermejo, que cortan los terrenos por todo el largo de la cuenca y las que encuentran su continuación en fuer- tes dislocaciones en la ladera occidental de la sierra de La Huerta. 2).—Las fracturas del Cerro de Villa Unión en su falda austral. Los terrenos réticos y cretáceos de poco espesor asoman dislocados en la cuesta entre el Cerro de Villa Unión y el Cerro Bola, desapareciendo el primero hacia Villa Unión. 3).—Las dislocaciones, probablemente fracturas, al lado occidental de la sierra de Famatina y de sus ramificaciones australes, cuyas últimas, que tienen referencia con el terreno rético, son las de la sierra del Cerro Blanco y de su conti- nuación hacia el Sud (San Agustin). 4).—Las dislocaciones á lo largo de la sierra del Valle Fértil hasta la Quebrada del Peñón. 5)—La fractura al lado occidental del Cerro Morado, en el campo de Ischigualasta. : En la época de la formación del terreno rético ya exis- tió una zona elevada, donde se encuentra actualmente la sierra de Famatina, que tuvo su continuación, como hoy dia, hacia el actual Valle Fértil (San Agustín), siguiendo donde se levanta la sierra de La Huerta. Puede ser que la sierra del Valle vértil, ya se mani- festó algo en forma de una ondulación, que era la prolon- gación de la sierra de La Huerta, pero debe haber sido in- significante por haber estado cubierta, probablemente, por el terreno rético. Asi se explica porqué el terreno rético tiene su límite oriental en esta zona, más ó menos á lo largo de una línea 126 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL trazada por el Famatina, sierra de Vilgo, Valle Fértil y La Huerta, (véase reserva arriba). Al Naciente de esta zona el terreno rético no llegó á formarse, no existiendo él en el Famatina. El limite septentrional del terreno se encuentra proba- blemente en la región de Villa Unión (Cerro de Villa Unión). Al Poniente de aquella zona elevada se extendió una depresión ancha y larga, dentro del terreno de Paganzo, hasta la actual precordillera y tal vez más alla. La cuenca rética que asi se formaba, hoy día está cor- tada por las fallas que pasan por los valles de los ríos Guan- dacol y Bermejo, y enseguida por la falda occidental de la sierra del Valle Fértil y de La Huerta, las que constituyen junto con el levantamiento de la precordillera y del Famatina (en la época terciaria y diluvial) la causa principal del cam- bio de su nivel. Así la continuación de los terrenos rético, jurásico (?) y cretáceo, interrumpidos por aquellas fracturas y hundidos en la gran llanura del Bermejo, debe buscarse en la precor- dillera, pero debe hallarse despedazada por pas muchas dis- locaciones que cruzan esta región. Después de la sedimentación de los estratos réticos (y jurásicos?) que al parecer son concordantes con los del terre- no de Paganzo y sin que hubiera una denudación precedente (2), se depositaron las areniscas cretáceas, avanzando más allá de la cuenca rética hacia el Norte y Sudeste, en trans- gresión sobre el terreno de Paganzo, estando la del Sudeste constatada. El mayor espesor de estas areniscas en la parte cen- tral de la cuenca es un argumento más de la existencia de la misma. Su disminución se ve al Norte entre el Cerro de Villa Unión y el Cerro Bola, al Sur en El Molle. Paganzo ya está fuera de la cuenca rética. En la parte central de la cuenca hay una transición paulatina y estratificación concordante entre los estratos ré- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 127 ticos, jurásicos (?) y cretáceos, lo que es extraño, en particu- lar relativo al terreno cretáceo y rético. En las alas de la cuenca el limite entre rético y cretáceo es más caracterizado por el color que por el material petrográfico, sin embargo las observaciones son muy escasas á causa de los hundi- mientos. Las dislocaciones de la cuenca rética, arriba descritas, se refieren también á las areniscas cretáceas, pero es de suponer que los estratos réticos ya habían sufrido un des- censo al tiempo de la sedimentación de las areniscas cretá- ceas. Observaciones relativas no he hecho, si se exceptúa en Gualo, donde existe una pequeña discordancia entre los dos terrenos. No puede caber duda que las areniscas cretáceas han cubierto, en transgresión sobre el terreno de Paganzo, las ramificaciones australes de la sierra de Famatina y más aún que se han extendido sobre la mayor parte de la zona, hoy ocupada por esta sierra, que recién en la época terciaria y diluvial se ha elevado á su altura actual. Nos queda la tarea de perseguir nuestros estratos cre- táceos hacia el Sudeste, hacia los Llanos de La Rioja. y TERRENO CRETÁCEO SUPERIOR (?) EXTRAANDINO “Estratos de Los Llanos de La Rioja” V TERRENO CRETÁCEO SUPERIOR (?) EXTRAANDINO “Estratos de Los Llanos de La Rioja” Los estratos de Paganzo tienen, como hemos visto en el respectivo capítulo, propagación general en toda nuestra región, cosa que no sucede con los terrenos superpuestos, referente á los cuales hay que distinguir dos zonas. Ante todo debo recordar que por el Famatina y sus ramificaciones australes (sierra de Paganzo, de Vilgo, del Cerro Blanco), hasta su casi unión con la sierra de La Huerta, pasa una linea divisoria; al Poniente de la cual, encima del terre- no de Paganzo, sigue el terreno rético, areniscas jurásicas (?) y cretáceas, componiendo la depresión entre la sierra de Fa- matina y la precordillera. Estos terrenos no se hallan al Naciente de aquella línea, donde sobre el terreno de Paganzo se depositan areniscas cuarciticas y calcáreas, y como estas forman un componente muy característico de las llanuras de La Rioja, las llamo: «Es- tratos de los Llanos de La Rioja». Los estratos muy ricos en cuarzo y caliza, con su color blanco ó gris claro, se distinguen bien de las areniscas colo- radas del terreno de Paganzo, como también de los estratos arcillosos (terreno calchaqueño) que las cubren, destacándose á veces desde lejos como fajas blancas.—-En general, son muy 132 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL parecidas á lo que se llama en el pais «tosca calcárea», en su variedad compuesta de arcilla calcárea, que cimenta muchas veces fragmentos de cuarzo, granito, etc., razón por la cual los he clasificado como tosca areniscosa calcárea. Existe transición á caliza pura, conglomerados y á ar- cilla calcárea (y (?) en arenas; véase perforación en Chanar, el siguiente capitulo). Separación en bancos se manifiesta cuando su espesor es algo considerable, alternando capas de material grueso con otras de material fino y aún arcilloso plástico. La distribución del carbonato de calcio es á veces irre- gular, formando entonces concreciones á menudo libres den- tro de arcilla arenosa ó de arena blanca (Aguadita-Chamical, Tanin-Velasco). Esas concreciones casi no se distinguen de la tosca calcárea más moderna. Masas concrecionadas de silice"en forma de flint ó de calcedonia ó concreciones cal- cáreas silicificatadas no son raras. Cuando está más concen- trada la caliza, forma bancos, muchas veces con drusas de cristales (Cerrillos de la sierra Brava, Olpa y en el extremo Sur de la sierra de Minas, etc.). En Olpa he observado en esas drusas agregados cristalizados de baritina. También se halla espato calizo cristalizado entre los granos de cuarzo _(Chepes, estancia del Pozo Cercado, entre Chepes y Tello). Caliza oolítica se encuentra en bancos entre los Cerri- llos de la sierra Brava y la estancia La Brava. El cemento es á veces arcilloso-calcáreo.—El cuarzo predomina en granos pequeños y muy redondeados, pero su tamaño varía hasta el de un huevo, más raro es cuarzo an- guloso.—Además de cuarzo se encuentra algunas veces fel- despato finamente triturado. Es dificil darse cuenta del espesor de los estratos, ya porque éllos están cubiertos ó porque están denudados.—Tal como se presentan en Aguadita-Chamical, en Olpa, en el corte del ferrocarril, entre Tello y Barranquitas (Ferrocarril de Serrezuela á San Juan), en la Tama y en los Cerrillos de DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 135 la Sierra Brava, el espesor, en término medio, alcanzará 20 metros, no pasando de 50. Los estratos rodean con un afloramiento poco interrum- pido la sierra de Los Llanos en su pendiente baja. En la falda hacia Noroeste (perfil XI, XI, XII) de esta sierra, fuertemente dislocados, quedan hundidos en su ma- yor parte y afloran solamente en Aguadita-Chamical y Sim- bolar. Más al Sur aparecen otra vez en Tala Verde, cerca de Olta. En un pozo situado en la estancia San Carlos, al Norte de Tala Verde, los encontraron á una profundidad de 40 metros, cubiertos de unas areniscas coloradas arcillosas con yeso.—De Tala Verde los estratos continúan puestos, al pa- recer, casi horizontalmente sobre el terreno de Paganzo ha- cia el Sur hasta Olpa y Agua Colorada. De Catuna hacia el Sur y en inmediata cercanía de la sierra están denudados en parte, pero componen cubiertos por estratos más modernos varias lomas cerca de éllas. Asi por ejemplo se presentan muy á propósito para su es- tudio en el corte del ferrocarril entre la estancia Tello y Barranquitas, puestos en este último punto horizontalmente sobre granito. En la depresión comprendida entre la sierra de Los Llanos y la sierra de Las Minas están igualmente arrastra: dos por erosión ú tapados por otros sedimentos, pero vuel- ven á aparecer en Chepes, en el pueblo mismo, constitu- yendo la pendiente baja de la sierra y llegando casi en posición horizontal ea contacto con granito.—Lo más proba- ble es que cubren esa roca ó si no, deben seguir sobre el terreno de Paganzo, que sale muy cerca del pueblo. En su continuación hacia el Sur, rodeando la sierra de Ulapes, salen en Pozo Cercado y entre la estancia Diana y El Abra, hundiéndose en dirección hacia Ulapes.—Según in- formes nuestros, los estratos existen también en la pendien- te occidental de esta sierra, formando los bordes de la sa- 134 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL lina y asoman bajo la forma de calizas casi puras cesta el camino á San Juan, entre Portezuelo del Arce y las Salinas: Desde Chepes acompañan la pendiente de la sierra del mismo nombre y de la de Malanzan, participando en la com- posición del subsuelo de las ondulaciones poco elevadas, que á alguna distancia de la sierra forman la continuación del cordón del Cerro Orcobola. Donde el camino de Malanzan á la Represa de Fernán- dez (Lomas Blancas) cruza este último cerro en su ladera occidental, éllos afloran en inmediata cercanía de las are- niscas del terreno de Paganzo, inclinándose hacia Poniente y cubiertos por estratos calchaqueños. Están caracterizados en este punto por rodados gruesos de cuarzo (hasta tamano de un huevo), procedentes probablemente del piso 1 del te- rreno de Paganzo. En su continuación hacia el Norte los he observado entre el Cerro Orcobola y Las Salinas, pero no muy evidente por estar cubiertos por estratos arcillosos. En la falda misma de la sierra entre Malanzan y Tama, el terreno está dislocado junto con el de Paganzo hasta su completa desaparición, excepto en la región de Tama y Co- lasacan, donde se le vé en posición horizontal encima del terreno de Paganzo ó sobre granito (perfil XI y XID. Entre Tama y Punta de Los Llanos, él asoma sola- mente en Alcazar en una barranca junto al camino, llegando en contacto con granito. Tres leguas al Norte de Chamical, cerca de Retamo, se elevan insignificantes bordes, cuyo suelo superficial es muy calcáreo y arenoso (arena blanca). Supongo que los estra- tos de los Llanos llegan aquí cerca de la superficie, forman- do el ala septentrional de una pequeña cuenca, cuya ala austral, dislocada junto con el terreno de Paganzo, queda en Aguadita sobre la pendiente granítica de la sierra: siendo casi seguro que los estratos siguen desde Retamo hasta San Carlos y Tala, donde asoman en posición horizontal, y ex- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 135 tendiéndose la zona dislocada en la falda de la sierra desde Punta de Los Llanos hasta Bella Vista (cerca de San Carlos), resultaría una cuenca muy' tendida, pero de poco ancho, á lo largo de la sierra. En la falda oriental de la sierra de Velasco, con el hundimiento completo del terreno de Paganzo, desde Tud- cun hasta la ciudad de La Rioja (perfil U y IM), nuestros estratos, cubiertos por sedimentos arcillosos más modernos (calchaqueños), también han desaparecido en su mayor parte. Sólo en Tanin, en la Quebrada de la Puerta, entre Aguadita y el Salto de la Calera y en las Lomas Blancas, en la aber- tura de la Quebrada de la Pampa Blanca (en el camino á Tala), afloran junto al gneis, pero visibles en muy corta ex- tensión. En Tanin éllos se presentan de abajo hacia arriba en forma de concreciones cuarcitico-calcáreas, las que más arriba pasan á bancos de caliza parcialmente silicificatada. La transición á arcillas por encima es paulatina. Junto con el terreno de Paganzo y en posición concor- dante sobre él, los vemos también dentro de la sierra de Velasco en el valle de Sanagasta, poco arriba de Nacimien- tos (perfil ID. Si trazamos desde Tanin una línea hacia el Poniente por la llanura, élla Mega á la sierra Brava (esquistos crista- linos), pequeña sierra aislada que se levanta entre las Sali- nas grandes y la sierra de Ancasti. Aquí en los Cerrillos que forman la falda austral de la sierra, los estratos alcan- zan un desarrollo considerable, muy á propósito ¿Te su estudio. En la punta de los Cerrillos (entre éstos y la Es- tancia Antigua), la riqueza en caliza en las capas superiores da motivo á su explotación, lo mismo que en Tanin. El terreno descansa horizontalmente sobre el terreno de Pa- ganzo, formando un conjunto igual al de Aguadita y de Olta en la sierra de los Llanos. En el camino entre la Estancia 136 BOLETIN DE LA ACADEMIA NACIONAL Brava y la punta de los Cerrillos se nota caliza oolítica en bancos entre capas de arcilla plástica. Desde los Cerrillos los estratos siguen á gran distancia hacia el Sur, formando los bordes de la salina y también continúan al Norte en la falda oriental de la sierra de Ancasti, según lo demuestra su afloramiento (debajo estratos arcillosos con yeso) entre Al- bigasta y Icano. Igualmente se extienden sin duda por la falda austral de las serranias situadas entre los pueblos de Catamarca y de La Rioja, si bien tal vez hundidos. Volvamos á la sierra de Velasco. En su extremo aus- tral (perfiles VI, VII y IX), al Sur de los Colorados, en una linea que une el Saladillo con Patquia Vieja, hay una onda anticlinal subterránea del terreno de Paganzo, cubierta ha- cia el Sur, más y más por sedimentos arcillosos como ser en Chilcas, en Guayaba y en Patquia Vieja (en este último punto donde se junta el arroyo Totoralillo con el arroyo de los Jotes). Su espesor parece ser insignificante, dos ó tres metros á lo sumo. En Chilcas afloran debajo de éllos arci- llas arenosas coloradas algo plásticas, y en Patquia Vieja are- niscas coloradas desmenuzables, probablemente pertenecien- do á la parte superior del terreno de Paganzo. Su compo- sición se separa algo, en Chilcas, de lo común, asociándose en parte arcilla colorada y poniéndose además las partículas muy finas de cuarzo, además se interponen pequeñas capi- tas de caliza y de dolomita. Diseno de notar es, que tanto en Patquia Vieja, en Guayaba, como en San Carlos, se halla encima una arenisca colorada ó amarillento ocrácea de muy poco espesor, sobre la cual sigue el terreno calchaquenño. Al Poniente de Patquia Vieja parece que los estratos encuentran su límite occidental, en vista de que no afloran en la pendiente austral de la sierra de Paganzo; volveré sobre esto más abajo, Su existencia en el subsuelo de la llanura DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 157 entre la sierra de Los Llanos y de La Huerta ha sido cons- tatada en una profundidad de 40 metros al hacer un pozo en la estancia Ortega. Resulta, pues, una propagación general en las pendien- tes bajas de las sierras de Los Llanos, de Velasco y de Ca- tamarca, rodeando las grandes llanuras (con salinas). Hacia el Poniente su límite coincide tal vez más ó menos con la linea establecida para el limite oriental del terreno rético. Hacia el Naciente y el Noroeste los estratos se extienden más allá de los limites de nuestra comarca, como ya los he mencionado de la falda oriental de la sierra de Ancasti. En la «Constitución geológica de la sierra de Córdoba» he descrito varios yacimientos de tosca calcárea, de caliza, den- tro y fuera de la sierra como ser: toscas calcáreas encima del gneis ó del granito dentro de la Punilla, caliza y tosca calcárea encima de las areniscas en las barrancas del Rio l, calizas y toscas sobre areniscas coloradas 0 sobre gneis en la sierra de Los Cóndores, etc., calizas de Guasapampa sobre granito, etc., etc. Puede ser que, á lo menos, parte de éllos, correspondan al horizonte de los estratos de Los Llanos. Compárese doctor A. Doering: «Toscas calcáreas de la sie- rra de Córdoba, (Boletin de la Academia Nacional). En cuanto á las relaciones estratigráficas del terreno con el de Paganzo, se presentan diferencias de importancia, si bien á primera vista parece existir siempre una estratifi- cación concordante. Su determinación está dificultada por la falta de cortes y además los trechos, donde se puede ob- servar la superposición, son muy cortos. En Aguadita-Chamical, San Carlos-Tala, Bella Vista y en la pendiente occidental del Cerro Orcobola, el terreno se extiende sobre el piso HI del terreno de Paganzo, teniendo al parecer la misma inclinación. 138 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL En otros puntos, como los Cerrillos de la sierra Brava, en el valle de Sanagasta y en Olta, su posición es arriÓa del piso II y en Colasacan arriba del piso 1 (ó sobre granito). En este último punto encima del granito hay arkose y conglomerados de pocos metros de espesor, que corréspole den como los de Chimenea (cerca de 25 kilómetros distan- tes al Sureste de Colasacan en la misma depresión de la sierra de Los Llanos y más ó menos en la misma altura) al piso inferior de Paganzo. Encima de éllos ó directamente sobre granito se ven estratos compuestos de fragmentos angulosos y redondeados de cuarzo y de granito, cimentados por una masa calcárea arcillosa. Muy poco distante (cerca de 300 metros) al Po- niente del camino que va de Colasacan á Tama, se obser- van sobre arkose y conglomerados en gran extensión, igual- mente en posición horizontal (en parte con estructura dia- gonal), los estratos de Los Llanos típicamente desarrollados, y saliendo al Oeste, junto á éllos granito. La unión de los estratos entre los dos puntos es inmediata y no puede dar lugar á la idea de que los estratos puestos directamente so- bre granito sean muy modernos, producidos por vertientes calcáreas. : El espesor total de arkose (terreno de Paganzo) y de los estratos de Los Llanos, dentro de la pequeña hoyada que forma el granito no puede pasar de 40 metros y por esta razón, si se considera el gran espesor del terreno de Pa- ganzo en Solca-Malanzan, como en el Cerro Orcobola (zonas cercanas á Colasacan), el cual alcanza á varias cientos de metros, además que la altura de la arkose ó de los conglo- merados sobre granito ó sobre el gneis en estos puntos es igual Ó poco diferente á la de Colasacan, puede asegurarse que en la región de Colasacan la mayor parte del terreno de Paganzo ha sido denudado antes de la sedimentación de nuestros estratos. En Olpa, en la abertura de la depresión central de la DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 139 sierra de Los Llanos, hacia Sureste, tenemos el mismo caso, siendo reducido también aquí el espesor del terreno de Pa- ganzo en tan alto grado, que los estratos de Los Llanos ocu- pan un nivel poco superior á las filitas, estando separadas de éllas por capas delgadas de areniscas y conglomerados del terreno de Paganzo. Entre Nepes y Estancia Vieja nuestros estratos apare- cen tan juntos al granito que hay que suponer que están encima de él. Entre el rio de Catuna y Chepes en la falda de la sie- rra el terreno de Paganzo no aflora. Como el granito y €s- quistos cristalinos, en esta depresión situada entre la sierra de Los Llanos y la de Ulapes, se acercan mucho á la super- ficie, la desaparición de los estratos de Paganzo, no puede ser atribuida á un hundimiento, sino á una fuerte denuda- ción. Un resto del piso 1 se ha conservado solamente en la falda septentrional de la sierra de Ulapes. en El Abra. Pero supuesto que el terreno de Paganzo existiera en algu- nas partes del subsuelo, los estratos de Los Llanos deben cu- brirlo, porque éllos avanzan hasta el pié de la sierra de Los Llanos en Barranquitas, depositados aquí sobre granitos. Las mismas relaciones se notan en la falda occidental de la sierra de Minas y en Chepes. Una estratigrafia muy parecida á la de Colasacan existe en los Cerrillos de la sierra Brava, donde nuestros estratos están puestos directamente sobre el piso II del terreno de Paganzo, é incluyendo además fragmentos de areniscas de este terreno, lo que es un argumento más en favor de la denudación. También en el valle de Sanagasta, dentro del Velasco, parece estar interrumpida la serie de los pisos del terreno de Paganzo. En Tenin, en la falda oriental de la sierra de Velasco, los estratos de Los Llanos llegan á una posición poco in- clinada casi en contacto con el gnéeis, debiendo haberle cu- 140 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL bierto, si se toma en cuenta la erosión que ha sufrido en parte. De lo dicho se desprende que antes de la sedimentación de nuestros estratos hubo denudación del terreno de Paganzo, aunque no una denudación general. En, la sierra de Los Llanos esa denudación se mani- fiesta en alto grado en los extremos de la depresión, que separa la sierra de Los Llanos (en sentido estrecho) ó la sierra de Olta de la de Chepes y Malanzan, y en la sierra misma, no habiendo tenido lugar ó habiéndose producido en menor gra- do en sus otras faldas donde el terreno asoma con todos sus pisos. Pero que el terreno de Paganzo puede haber sido de- nudado también en estas faldas ó hasta lejos de ellas nos demostró la perforación hecha en Chañar, la que llegó hasta granito ó gneis, sin haber atravesado areniscas (véase abajo el terreno calchaqueño). Las arenas y rodados, que la perfo- ración encontró arriba del granito, pueden corresponder á los estratos de Los Llanos, aunque no son cementados por caliza. Como el descenso y la denudación del terreno de Pa- ganzo han sido diferentes en su intensidad, las condiciones en que él se encontró, cuando empezó la sedimentación de nuestros estratos, han sido también distintas, habiendo sido denudado completamente ó parcialmente en unas regiones, más ó menos dislocadas en otras, 6 encontrándose en posi- ción horizontal, siéndonos asi explicadas las diferentes re- laciones estratigráficas descritas. Los estratos de Los Llanos en su mayor parte no se encuentran más en su posición primitiva, cayendo su dislo- cación en la época terciaria moderna ó más probablemente en la diluvial. La altura á que los estratos se hallan en po- sición horizontal en Colasacan es de 750 metros, siendo allá la más alta, observada en la sierra de Los Llanos. No he encontrado argumentos que permitan la suposición de una ELO DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 141 altura mayor. Para tal hipótesis habria que suponer dislo- caciones que me parecen son poco probables, si se toma en consideración la altura poco diferente á la cual se encuen- tra el piso inferior del terreno de Paganzo en varios puntos distantes en esta zona central de la sierra (Colasacan, Solca, Malanzán y Chimenea). Por lo tanto los estratos de Colasa- can no parecen haber sufrido alteración esencial en su ni- vel desde que están sedimentados. En otros puntos de la falda de la sierra, las alturas de los estratos, dejando á un lado su insignificante espesor, son las siguientes: Cerro Orcobola (entre él y Jas salinas). 600 m BICAZAC.. 1. o de 500 » Chepes . 700 » Barranquitas . 700 » 2 e o e AguadtChaiical: 0 AR RL IO ANTAS 0000 E Añadiremos las alturas en otras regiones: Olta-San Carlos 500 m Patquia Vieja . 500 » Los Cerrillos (Siena Bear 350 » Tanin, (Velasco, pendiente erientill 700 » A 900 » Sanagasta (Velasco). Entre los estratos de Colasacan y los del cerro Orco- bola (distancia 30 kilómetros) existe, pues, una diferencia de nivel de cerca de 150 metros, habiendo experimentado en esta región los estratos juntos con los de Paganzo (compuesto aquí de sus tres pisos é inclinados hacia poniente) y pro- bablemente en estratificación concordante sobre éstas, un descenso originado 'por una dislocación que pasa por la falda de la sierra al naciente del Cerro Orcobola. En Aguadita-Chamical la diferencia de nivel, referida al horizonte de Colasacan, alcanza igualmente 150 ms., encon- trándose aquí los estratos fuertemente dislocados (con incli- 142 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL nación de cerca 45” hacia el norte) junto con el terreno de Paganzo: En San Carlos-Olta (diferencia de nivel 250 metros) los estratos se alejan mucho de la sierra, estando depositados muy probablemente en posición concordante sobre el te- rreno de Paganzo é inclinándose paulatinamente hacia la llanura. En la falda de la sierra entre Olpa y Chepes, donde los estratos por la denudación del terreno de Paganzo, llegan á cubrir granito, los esquistos cristalinos ó el terreno de Pa- ganzo, la diferencia de nivel alcanza entre 50 y 200 metros, siendo muy probable que los estratos se hallan á lo menos en algunas partes (Barranquitas, Chepes) en su posición pri- mitiva. Los estratos tienen un nivel alto (900 metros) en el valle de Sanagasta, lo que se explica tal vez por el levanta- miento de la sierra de Velasco. Como lo veremos más adelante, sobre los estratos se encuentra el terreno Calchaqueño, el cual origina un hori- zonte definido. Pero al intentar ligar los estratos con la re- gión occidental, en la que hemos constatado los terrenos rético, cretáceo y calchaqueño, llegamos á la región diviso- ria, constituida por la sierra de Famatina con sus ramifica- ciones australes (sierras de Paganzo, de Vilgo, del Cerro Blanco, etc.), lo cual dificulta considerablemente el problema. Además, si se quiere perseguir los estratos de Los Llanos en esa región al Poniente de la sierra de Los Llanos y al Poniente de Patquia Vieja, se observa que es imposible, porque se hunden en la llanura y, parece, no afloran tam- poco en la falda oriental de la sierra de La Huerta. El único punto donde puede abordarse la resolución del problema es la región de Paganzo y en particular el Cerro de La Yesera. De la estratigrafia de esta región, descrita en el capitulo anterior, resulta que el terreno calchaqueño descansa aquí sobre areniscas coloradas, muy probablemente cretáceas. DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 143 Ahora como los estratos de Los Llanos tienen en su pen- diente este mismo terreno calchaqueño, se llegaria á la con- clusión que éllos no representan más que una facies de las areniscas coloradas cretáceas de la región occidental, es de- cir, de su parte superior. Las areniscas del Cerro de La Yesera, por su carácter muy calcáreo y por la interposición de conglomerados igual- mente calcáreos son, por decirlo asi, intermedias, Además se observa en Patquia Vieja y en San Carlos areniscas ar- cilloso-calcáreo-ocráceas ó coloradas, si bien de muy poco espesor (apenas de 1 metro), sobre los estratos de Los Lla- nos, siendo su carácter determinante no su color sino el contenido en caliza y ante todo su posición debajo del te- rreno calchaqueño. En la llanura, al sur de Patquia y de Paganzo, los estratos de Los Llanos participan sin duda de la composición del subsuelo, teniendo por encima en toda la llanura el terreno calchaqueño. Su existencia, como ya he mencionado, está comprobada por un pozo en la estan- cia de Ortega (camino de Patquia á Papagayos), y este pa- rece probar que se acercan mucho á la pendiente de la sierra de La Huerta, aunque no he podido constatar su aflo- ramiento en ésta á causa de avanzar el terreno calchaqueño hasta el granito ó los esquistos cristalinos de la sierra. Al Poniente del camino á Patquia á Papagayos y San Juan, donde el suelo de la llanura sube hacia la sierra de La Huer- ta, se notan muchos rodados (asi por ejemplo al Poniente de la salina del Cerro Orcobola), desparramados sobre el suelo, y como rodado del mismo carácter (cuarcita muy redondeada), procedentes de nuestros estratos de Los Llanos, aparecen en la falda oriental de la sierra de Los Llanos, visi: bles por ejemplo en el camino entre Malanzan y Lomas Blan- cas, es de suponer que los estratos de Los Llanos afloran también en la pendiente baja de la sierra de La Huerta. Debo volver á las areniscas del Cerro de La Yesera que se hallan en el yaciente del terreno calchaqueño. 144 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Las he clasificado como cretáceas, comprendiendo entre éllas no solamente las de color rojo vivo que se encuentran, en la región occidental (Cerro Morado, etc.), sobre el terre- no rético, sino también las que figuran sobre éstas en estra- tificación concordante, como ser las que se encuentran en el Cerro Rajado y en el Puerto Alegre, y las que pasan sin que sea posible establecer su limite, al terreno calchaqueño. Por lo tanto las areniscas del Cerro de la Yesera como también los estratos de Los Llanos pueden corresponder á la parte superior de esta serie de areniscas. RESUMEN Las toscas areniscosas calcáreas y calizas («estratos de Los Llanos de La Rioja») están depositadas sobre esquistos cristalinos, granito ó sobre el terreno de Paganzo, parcial- mente denudado. Los estratos rodean las sierras de Los Llanos, la de Ulapes y de Minas, y la del Velasco (lado oriental) y la sierra Brava, extendiéndose más allá de los límites de nuestra sección. : En su mayor parte han experimentado junto con el te- rreno superpuesto, constituido por los estratos calchaquenos, dislocaciones á lo largo de las sierras. Su límite occidental coincide tal vez con las ramifica- ciones australes de la sierra de Famatina: Sierras de Pa- ganzo, de Vilgo, del Cerro Blanco, Valle Fértil y con la pendiente oriental de la sierra de La Huerta, pasando como facies probablemente en esta zona en las areniscas colora- das cretáceas de la región andina, por cuya razón le he dado el nombre, pero en interrogación, «cretáceo extra- andino». Debo añadir aquí un dato importante, resultado de mis investigaciones efectuadas en la región de la sierra de Fama- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 145 tina, pues, en la región limitrofe con nuestra sección. Cerca de Los Angulos, pueblo situado en la depresión entre El Fa- matina y la sierra de Velasco, se observa cerca á la falda de de la primera sierra siguiente sucesión de estratos de abajo para arriba: 1) Terreno de Paganzo, consistente en su segundo piso (habiendo sido denudado los demás), y que se apova pro- bablemente sobre granito que sale en inmediata cercanía. 2) Conglomerados sumamente gruesos, al parecer sin andesita ó dacita, con areniscas arcillosas sobrepuestas, y en- tre éllas en su parte superior: 3) Estrato margoso de cerca de 2 decimetros de espe- sor, lleno de Corbícula 6 Cyrena y con Litorinella, todas inde- terminables por mal estado de conservación. 4) Terreno calchaqueño, constituido en su piso inferior de aglomerado dacitico ó andesítico (en parte casi bancos macizos de estas rocas), más arriba por tobas, cenizas de ellas, que cambian con estratos arcillosos, arenas y rodados, y en su piso superior esencialmente de estos últimos (con un espesor total de 300 mts.) Todos los pisos con excepción de 3, que se pierden pronto, dejan perseguirse á Jo largo de la falda oriental del Famatina hasta cerca de Chilecito, pero con interrupción á causa de hundimiento, y donde el piso 4 asoma otra vez, su yaciente está formado por areniscas y conglomerados muy desmenuzables, más bien arenas y rodados, los que considero como equivalentes al piso 2. Caracterizados son estos por contener, como el piso 2, detrito, al parecer, ex- clusivamente granítico y de otras rocas, procedentes del Ve- lasco y no de andesita, esquistos y otras rocas del Famatina. Poco al Sur de Chilecito todos los pisos desgraciada- mente se hunden, reapareciendo el terreno calchaqueño, depositado sobre los estratos de Los Llanos, recién en la región de Patquia, donde la depresión ó Valle de Chilecito se confunde con la llanura. Así me parece justificado á 10 146 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL considerar los estratos de Los Llanos, como equivalente á aquel piso 2, de conglomerados y areniscas Ó á sus facies de arenas y de rodados. La formación de los conglomerados y areniscas, ó de arenas y de rodados, en el yaciente de aquel estrato fosilí- tero se ha efectuado en una depresión con agua, la que, como la actual, existia va en este tiempo, y hacia la cual bajaron del lado del Velasco fuertes corrientes de agua. La sierra de Famatina no tenía en este tiempo su actual altura. Esta depresión se extendía: hacia Nor-Este hasta Santa Maria en el Valle Calchaqui, de donde ya Stelzmer mencio- na los estratos con Gorbícula ó Cyrena. Al Sur, las aguas de la depresión entre el Velasco y el Famatina, concentradas aún en ella, se dividían en la actual re- gión de los Llanos de la Rioja entre talvez estériles campos arenales y lagunas que rodeaban la Sierra de los Llanos. 5e depositaron arenas finas, gruesas hasta rodados, las que expe- rimentaron cementación calcárea á causa de la evaporación de las aguas, resultando asi nuestros estratos de Los Llanos. Pero podemos encontrar talvez otra explicación en cuanto al calcáreo sedimento. Alrededor de la Sierra de los Llanos se hallan, en muchos puntos de su pendiente, travertina, producto de vertientes calcáreas. Ahora pode- mos suponer que ellas existian ya en este tiempo, pero más poderosas, derramándose sus aguas sobre aquellas arenas y rodados cementándolas. Pero como los estratos de Los Llanos se hallan también en la falda de otras sierras (Ve- lasco, Sierra Brava, etc.), la formación de vertientes calcá- reas debia haber sido casi general, lo que no sería imposible en vista de movimientos tectónicos, que han tenido lugar en esta época, y en cuya consecuencia se abrió camino á las aguas hacia la superficie. Para concluir, todas relaciones arriba expuestas, pudie- ron encontrar su explicación en una transgresión del mar cretáceo, talvez en ciertas zonas por estuarios (como la en- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 147 tre las sierras del Velasco y del Famatina) y más al Norte hacia la región de nuestra comarca, donde las aguas semi- salobres formaron una facies lagunar. Considero las areniscas coloradas andinas en las que, según nuestra suposición, pasan los estratos de Los Llanos, como producto litoral del mar cretáceo, ó arenales cerca del litoral, talvez con transgresiones periódicas. Para resolver el problema, hay que perseguir el hori- zonte fosilifero arriba mencionado, á fin de encontrar fósi- les determinables y con eso fijar su edad, etc., lo que es también necesario para conseguir una base segura en cuanto á la posición cronológica del terreno calchaqueño, á cuya decripción pasaré ahora en el siguiente capitulo. vi TERRENOS TERCIARIO Y (?) PLEISTOCÉNICO “ESTRATOS CALCHAQUEÑOS ” Acarreo diluvial (Schotter) y Salinas vi TERRENOS TERCIARIO Y (?) PLEISTOCÉNICO “ESTRATOS CALCHAQUEÑOS” Acarreo diluvial (Schotter) y Salinas 1-Estratos calchaqueños En el extremo meridional de la sierra de Velasco, en Los Colorados de Patquia, el terreno de Paganzo forma una silla con inclinación hacia el Poniente y Naciente, poco:acen: tuada, pero visible en Saladillo. Esta onda, cubierta por sedimentos más modernos, se dirige hacia Patquia Vieja, for- mando los bordes que limitan el Bajo de Santa Rosa de Patquia hacia el Poniente. Varios arroyos secos, cuyas ver- tientes, producidas por este anticlinal, quedan al Poniente de los bordes, le cortan en su curso hacia el Bajo, descubrien- do. los estratos :en;Chilcas;. Mollaco,: Guyaba:: Y; €n Patquia Vieja. Se ve que las areniscas del terreno de Paganzo ya no afloran ó no son distinguibles en Patquia Vieja, donde la parte inferior de la silla está formada por los estratos de Los Llanos. El corte más completo se presenta en Patquia Vieja (perfil IX) poco al Poniente de la Capilla, donde el arroyo de Totoritas y de las Jotas se unen formando el río de Patquia. Hacia el Poniente como al Naciente, encima de 152 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL los estratos de Los Llanos pueden observarse los siguientes pisos, que reuno bajo el nombre de «Estratos Calchaqueños» (véase abajo). 1). Areniscas poco coherentes de 1] 1/2 metro de es- pesor, color de ladrillo. 2).—Arcillas pizarreñas areniscosas. 3).—Arcillas con ó sin estratificación, alternando con capas delgadas de areniscas finas grises y de caliza, pero es- pecialmente con yeso. En su parte inferior cerca del piso 2 (en la barranca de la loma sobre la cual hay una casa) se destaca una capa de ceniza volcánica. Más al Poniente otros estratos arcillosos concordantes con los anteriores de- saparecen bajo una capa de rodados y de arena en estratifi- cación discordante. Arriba de éstos hay loes ó arcillas cu- biertos por rodados (arrestre de aquéllos). Los pisos 1 y 2 están caracterizados por secreciones y concreciones calcáreas ó siliceas, en su mayor parte redon- das y de tamaño mayor que el de un huevo, que cubren en enorme cantidad el suelo, descubierto por la erosión; se componen de caliza, de cuarzo ó de las dos sustancias, con- teniendo por lo común interiormente drusas de cristales de cuarzo ó de espato calizo. En el piso 3 las concreciones disminuyen considerablemente. Su formación, supongo, es debida á las cenizas volcánicas y al contenido calcáreo de los estratos arcillosos, sobre los que actuaron las aguas subte- rráneas, que debian tener antiguamente un nivel superior al de hoy. En la parte oriental de la silla ó anticlinal la inclina- ción de los estratos hacia el Naciente ó sea hacia el Bajo de Patquia es mucho mavor que la inclinación hacia el Po- niente de las capas del ala occidental, llegando hasta la ver- tical (cerca de la Capilla), pero éllos desaparecen pronto bajo estratos mas modernos. El rambo de los estratos es SSE-NNO. Estas relaciones permanecen más ó menos las mismas DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 153 en los demas cortes, como puede verse en (Gruyaba, Mollaco v Chilcas, haciéndose notable en Chilcas la existencia de pe- queñas capas de dolomita algo cristalina arriba de los es- tratos de Los Llanos. Ademas he observado al Norte del arroyo una pequeña fractura (con un rechazo de pocos metros). En Unquillal los estratos son muy dislocados, lo mismo que sobre el río de Mellizos, al Norte de Chilcas, cerca de los Mogotes Colorados (perfil VI), en cuya posición siguen muy probablemente hacia el Norte componiendo la depre- sion entre el Velasco y la sierra de Famatina, pero esta de- presion en toda su extensión hasta Chilecito esta cubierta por sedimentos más modernos y no hay cortes que permitan estudiarlos. En la falda oriental del Velasco (perfil HD), el terreno calchaqueño situado encima de los estratos de Los Llanos llega hasta el pié de la sierra y está cortado hondamente por arroyos, pero sólo se distinguen arcillas con interposicion de arenas y rodados con poca inclinación hacia Naciente y cubierto por acarreo de rodados y arena, al parecer en posi- ción discordante. Cerca de diez leguas al Poniente de Patquia Vieja el terreno calchaqueño asoma de nuevo bien descubierto en el Cerro de La Yesera, en Paganzo (perfil vil). En el Capitulo IV, sobre el terreno cretáceo, ya he ma- nifestado. como á los dos lados de este cerro salen, en su pendiente baja, con inclinación hacia Poniente y Naciente respectivamente, areniscas coloradas probablemente cretáceas, que se apoyan bajo fracturas contra las areniscas del terreno de Paganzo que forman el cerro. El carácter de los estratos calchaqueños que vienen en- cima de estas areniscas, concordantes en inclinación y rum- bo con éllas, está en completa conformidad con los de Pat- 154 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL quia. Todos los sedimentos son arcillosos y en mayor parte bien estratificados: en su parte inferior de color agrisado tienen gran cantidad de carbonato de calcio, que aumenta hasta formar capitas delgadas de caliza (lado oriental del ce- rro), además se presenta yeso. El material arcilloso se pone en parte areniscoso, pero siempre de muy poco espesor y la más de las veces igual- mente calcáreo. Capas delgadas de areniscas blancas y ye- siferas se destacan por su color. No faltan tampoco las con- creciones de cuarzo, pedernal, etc., aunque mucho menos que en Patquia. Lo más caracteristico es la interposición de ceniza vol- cánica á los dos lados del cerro, pero en mayor desarrollo al lado occidental y en especial en Agua Blanca cerca de Vinchina. Se nota además que la mayor parte de los sedi- mentos arcillosos se componen de acarreo andesítico ó da- citico muy descompuesto pero bien distinguible. La parte superior del terreno es esencialmente arcilloso, de color gris colorado muy yesifero y al parecer completa- mente libre de caliza. Al lado occidental del cerro el rumbo de los estratos inclinados de 10% hacia el Oeste ó Suroeste, es al principio Sur-Norte, pero cambia poco á poco hacia el Oeste (Los Mé- danos), describiendo junto con las areniscas cretáceas (7?) una curva, hasta que los estratos desaparecen muy pronto bajo sedimentos más modernos. Al lado oriental la fractura imprime á los estratos en un trecho una dirección NNO, pero en seguida doblan hacia el Norte, con lo que se disminuye á la vez la inclinación hasta que toma la posición horizontal (sobre las costas del río Paganzo). Más al Norte cerca de la sierra los estratos vuelven á ser dislocados. El acarreo diluvial de rodados y arenas, que cubren en estratificación discordante el terreno en la región de Patquia, no se presenta en la cercanía inmediata del Cerro de La DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 155 Yesera por haber sido arrastrado por la erosión, pero apa- rece más al Naciente entre Iglesia y Mollaco. No hay que confundir este acarreo con los rodados que cubren los estra- tos calchaqueños entre el Cerro de La Yesera y Vinchinita, y los que provienen de un conglomerado interpuesto entre las areniscas cretáceas (?) arriba mencionadas. Rodados y arena alternando con arcilla, de un espesor considerable (4 metros), se hallan dislocados, formando ba- rrancos sobre el rio de Paganzo (ó rio Carlota), á dos leguas de distancia de Paganzo. Es dudoso, si éllas son interpo- siciones en el terreno calchaqueño (parte superior) Ó si re- presentan los estratos de acarreo diluvial dislocados. En la llanura al Sur de Patquia y de Paganzo, entre la sierra de Los Llanos y de La Huerta, no se presentan cortes de importancia, sin embargo, es evidente que el terreno com: pone toda la llanura. Encima de los estratos de Los Llanos y con inclinación hacia el Poniente, nuestro terreno aflora en la falda occi- dental del cordón del Cerro Orcobola, resaltando en la parte central el contenido de yeso de notable espesor (Lomas Blan- Cas, etc.). El ala occidental de la cuenca, al acercarse á la falda de la sierra de La Huerta, aflora probablemente en Las Lo: mas Blancas al Naciente de San Agustín, pero en las demás partes está cubierto por acarreos de rodados y de arcilla que llega hasta el pié de la sierra. En la falda oriental de la sierra de Los Llanos el terre- no calchaqueño no asoma, en ninguna parte, de tal modo que se puede distinguir la sucesión de los estratos. Su po- sición dislocada y la transición en los estratos de Los Llanos se ve en Aguadita cerca de Chamical, manifestándose la tran- 156 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL sición por un rico contenido de caliza, que tienen las arcillas á la vez yesiferas. En la estancia San Carlos, al hacer un pozo encontra- ron á cerca de 40 metros de hondura los estratos de Los Llanos y se observó que se interponen entre éllos y arcillas muy vesiferas, areniscas coloradas arcillosas, descubiertas en los cercanos cortes del ferrocarril. Aquí se observa caliza igualmente, en las arcillas, impregnándolas ó en forma de concreciones. Los estratos son casi horizontales. Ellos guardan esta posición junto con los estratos de Los Llanos hacia el Sur, quedando en su mayor parte cu- biertos por sedimentos más modernos. Entre el material sacado al hacer un pozo, de cerca de 15 metros de hondura, en la estación Tello (ferrocarril de Serrezuela á San Juan) se nota arcilla con concreciones de de tosca calcárea, la que probablemente está puesta encima de los estratos de Los Llanos, que afloran á poca distancia en el corte entre Tello y Barranquitas y forma el subsuelo de todas las lomas bajas de la falda austral de la sierra. En la parte occidental de nuestra región, al Poniente de la sierra de Famatina y de la sierra de La Huerta (per- files 1, IL y ID, el terreno calchaqueño ocupa su posición arriba de las areniscas cretáceas coloradas andinas, equivalentes pro- bablemente á los estratos de Los Llanos. En esta zona el terreno encuentra un gran desarrollo en el valle de Pagancillo y de Villa Unión, cuya situación dentro de la gran cuenca rético-cretácea ya he dado en el capitulo correspondiente. Está limitada al Naciente por la sierra de Famatina, al Poniente por el cordón rético-cretáceo que forma la pendiente oriental del valle del río Guandacol y al Sur por la caída septentrional del campo de Talampaya, compuesto por areniscas cretáceas. Su extremo septentrional queda cerca de Villa Unión, donde afloran en Anchumbil, las areniscas cretáceas. DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 157 Sus estratos están cubiertos las más veces por otros más modernos, tanto en la parte central del valle como en sus bordes, ofreciendo por eso pocos é interrumpidos cortes á la investigación. La parte inferior del terreno sale en los lomajes de Puerto Alegre, al Sur y Naciente del camino á Paganciillo; consiste casi exclusivamente en estratos de aglo- merados andesitico ó dacítico, pero en detalle de naturaleza variable, alternando capas de dacita casi maciza cristalina con otros de material muy descompuesto, areniscoso-arcilloso, (con yeso) ó arenosa (á menudo con mucha piedra pomez) casi todas calcáreas. Su posición es casi vertical ó muy inclinada hacia el Poniente. Su yaciente está formado por areniscas arcillosas algo calcáreas, de color colorado oscuro (en una barranca al lado septentrional del rio del Puerto Alegre, con conglome- rados) y limita, debido á una fuerte dislocación, con el piso Ill del terreno de Paganzo. Hacia el Poniente los estratos están cubiertos en estratificación discordantes, por una capa de rodados y arena con interposición de arcillas (2 metros de espesor total), bajo la cual se hunde. Su espesor total no se puede calcular, pero en la parte descubierta y reco- rrida alcanza más de 1.000 metros. El camino de San Isidro á Puerto Alegre, después de pasar médanos cerca del rio Vinchina, entra más 6 menos á 6 kilómetros del rio, después de subir las lomas que vie- nen de Villa Unión, en hondonadas cortadas en arcillas que alternan repetidas veces con rodados y arenas, poco incli- nadas hacia Naciente. Recién después de dos horas de marcha á caballo en un camino casi recto al Naciente, las arcillas desaparecen bajo acarreo más moderno, lo que da una idea de su gran espesor, aún tomando en cuenta la poca inclinación de las capas. El acarreo sobrepuesto llega hasta la falda de la sierra, cubriendo también en esa zona la con- tinuación septentrional del piso ya descripto de Puerto Ale- gre. Es evidente y lo confirman, como veremos, la estrati- 158 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL ficación en la parte occidental del Valle, que aquel piso (Il) de arcillas con interposición de rodados y arenas está puesto encima del piso de acarreo andesítico (1), formando un sin- clinal, cuya ala oriental está dislocada fuertemente en la orilla de la Sierra de Famatina. En la continuación de esta zona hacia el Norte, el te- rreno calchaqueño, consistente en areniscas arcillosas, arci- llas con arena v rodados, se halla encima de las areniscas cretáceas en Anchumbil, y aguas arriba del río del mismo nombre, con inclinación igualmente hacia Naciente. El ala ascendente, muy probablemente dislocada, debe encontrarse en la falda del Famatina, sobre la costa de la quebrada de Cosme, pero está quizás cubierta también por acarreo, como es el caso al Sur hasta Puerto Alegre. Esta región no esta explorada. Desde Villa Unión y Anchumbil un insignificante levan- tamiento, las lomas de Villa Unión, acompaña al Naciente el Valle de Vinchina hasta Pagancillo, y más al Sur, que- dando el piso II de las arcillas con rodados y arenas, como lo hemos visto entre San Isidro y Puerto Alegre, al Naciente de ellas. Las lomas están cubiertas por médanos y rodados. Si seguimos este corte entre San Isidro y Puerto Ale- gre hasta el Poniente, al cruzar el rio Vinchina en San Isidro, notamos en la pendiente occidental del valle, otra vez los mismos estratos arcillosos con varias interposiciones de ro- dados y arenas también inclinados hacia el Naciente, y abajo sedimentos arcillosos y areniscas sin rodados y arenas, pues- tos encima de las areniscas cretáceas, concordantes en estra- tificación y rumbo con ellos. Las areniscas cretáceas for- man junto con el rético un cordón bajo, paralelo al del Cerro Bola (compuesto del terreno de Paganzo). Resalta la falta de acarreo andesítico en el piso inferior, [5 oa set el caso en toda la parte Occidental del alle de Pagancillo, porque tampoco existe en el terreno que aflora en la continuación austral de este cordón en los DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 159 alrededores de la salina del Cerro Rajado, si se exceptúan algu- nas capitas de ceniza blanca. Los estratos más inferiores del terreno calchaqueño, tal como se presentan encima de las areniscas coloradas cretáceas, con interposición de conglo- merados y con una capa de andesita ó portfirita brechiforme, se componen aqui de areniscas finas de arkose sobre las que siguen sedimentos arcillosos yesiferos. Resulta que el piso superior, constituido por arcillas con interposición de rodados y arenas, se encuentra tanto al Poniente como al Naciente del Rio Vinchina con la mis- ma inclinación hacia el Naciente, separado por el pequeño levantamiento de las lomas de Villa Unión. Es evidente, que las areniscas cretáceas de Anchumbil, al continuar en forma anticlinal hacia el Sur subterránea- mente, han producido este levantamiento, el cual no es, como podria creerse al verlo desde el Kio Vinchina, produ- cido por la erosión. La posición de las areniscas cretáceas en Anchumbil, casi en forma de abanico, no es más que la silla quebrada. Hay que suponer que en esta Zona de las lomas al Naciente de San Isidro se halla el ala descendente (hacia Poniente) del terreno calchaqueño encima de esta onda anticlinal de las areniscas cretáceas. El terreno calchaqueño debe formar, pues, dentro de la gran depresión de Villa Unión-Pagancillo, dos sinclinales, una occidental, coincidiendo más Óó menos Con el Valle del Rio Vinchina, y otra oriental, separado por la onda subterránea de las areniscas cretáceas. El ala ascendente del sinclinal oriental se apoya con el piso T (en Puerto Alegre) fuertemen- te dislocado contra los flancos de la Sierra de Famatina. A la conclusión de la existencia de una onda subte- rránea de las areniscas cretáceas, dentro de la depresión, se llega también, considerando que sin ellas el piso 11 del te- rreno calchaqueño ocuparía todo el ancho de la depresión, teniendo pues, un espesor de muchos miles de metros, lo que es muy poco probable. 160 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Este levantamiento (pliegue) subterráneo de las arenis- cas cretáceas, seria más ó menos paralelo al cordón rético- cretáceo, que limita al Poniente el valle del Rio Vinchina, desde el Cerro Bola hasta el Cerro Rajado, siendo posible que su formación sea debida á los mismos procedimientos tectónicos (empuje horizontal), á los cuales hemos atribuido la existencia de un pliegue de los terrenos de Paganzo, ré:- tico y cretáceo al Naciente del terreno silúrico en la región del valle del Rio Guandacol, pliegue que ha producido la formación de fracturas. La posible dislocación entre los dos pliegues más ó menos á lo largo del Rio Vinchina, sería pa: ralela á las fracturas que han producido aquel valle. El extremo austral de la cuenca calchaqueña de Pagan- cillo-Villa Unión, está situado en la región de la salina del Cerro Rajado, coincidiendo más ó menos con el curso del Rio Talampaya. Aquí la tectónica cambia, pues los estratos se inclinan fuertemente hacia el Norte y Nor-este, subiendo las areniscas cretáceas para formar el campo de Talampaya y para participar en la composición del cordón rético-cretá- ceo entre el Cerro Rajado y la cuesta del Peñón (Sierra del Valle Fértil). El punto más bajo de la cuenca, se encuentra en la salina del Cerro Rajado, donde el Rio Vinchina en su curso hacia el valle del Río Guandacol y en lecho muy encajonado rompe esta cadena. El desvio del Rio Vinchina puede tener como causa el hecho de terminar ahí la supuesta línea de ruptura, que determinó el curso de las aguas en general. pero ante todo es, sin duda, el Cerro Rajado, con sus capas y filones de meláfiro que actúa como un dique, obligando á las aguas á dirigirse hacia el Poniente. Es seguro que la acción de aguas acumuladas en otros épocas, han contribuido á la tectónica, produciendo con su erosión progresiva y á medida que el nivel hidrostático bajaba, el descenso de los estratos hacia el Norte. Con el levantamiento de las areniscas cretáceas hacia DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 161 el campo de Talampaya y hacia la región del Cerro Morado, el terreno calchaqueño desaparece por denudación ó, como es tal vez el caso al Sur del Cerro Morado, entre la sierra del Cerro Blanco y la del Valle Fértil hasta San Agustin, por hallarse dislocado y cubierto por sedimentos modernos. En la parte más occidental de nuestra comarca, el te- rreno calchagueño constituye el suelo ó subsuelo del valle del Rio Guandacol y de la gran llanura comprendida entre la Sierra de la Huerta y la Precordillera. Se le puede observar en la pendiente occidental del rio Guandacol compuesto: abajo por areniscas de arkose sin in- clusión notable, al parecer, de aglomerado andesítico; arriba por arcilla con interposición de arenas y rodados. Descansa, en parte, sobre areniscas coloradas probablemente cretáceas y se apoya con fuerte inclinación hacia Naciente por intermedio de la falla que ya conocemos contra la caliza silúrica. En esta forma sigue siempre en inmediato contacto con el cordón silúrico hacia Huaco y más al Sur. Al Naciente de Huaco, se levanta una cadena de lomas —Los Morados de Huaco—formada por areniscas coloradas, que continúa hacia el Sur, hacia Punta de Agua, Moqui- na, etc. Encima de las areniscas siguen, al Nor-Este, cruzados por el camino de Huaco á Paso Ferreyra, una serie de arenis- cas arcillosas y arcillas, las últimas con repetida interposición de arenas y rodados de mucho espesor é inclinados fuerte- mente hacia Naciente, formando lomajes que paulatinamente se pierden en la llanura del Rio Bermejo. El mismo com- plejo de estratos aparece en el camino que va de Huaco por el Monte Grande á las Juntas. Doy á las areniscas inferiores coloradas—Los Morados de Huaco—su posición en el terreno cretáceo, pero hay com- pleta transición entre ellas y el terreno calchaqueño. A los dos lados del Rio Bermejo, hay médanos que se extienden á gran distancia y recién cerca de la abertura de 11 162 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL la quebrada del Salto afloran debajo de ellos estratos arci- llosos yesiferos poco inclinados hacia Naciente. que no se puede saber, si son del terreno calchaqueño ó más modernos. Los estratos calchaqueños están hundidos en la llanura del Bermejo. á lo largo de las sierras del Valle Fértil y de La Huerta, por lo menos al Sur de la quebrada de Chaves aluviones llegan hasta el pié formado por esquistos crista- linos de la sierra, no pudiendo observarse el terreno otra vez sino entre el Pié de Palo y la Sierra de la Huerta al Poniente de Mareyes, donde aflora encima de areniscas y conglome- rados cretáceos. Resumen: Reuniendo los datos anteriores, resulta que el terreno calchaqueño cubre, en los puntos observados, en transición y concordancia referente á inclinación y rumbo, en la zona occidental las areniscas coloradas cretáceas y en la oriental los estratos de Los Llanos probablemente equi- valentes á estas. Su piso inferior consiste en areniscas arcillosas y ar- kose fino, el superior se compone de arcillas en su mayor parte bien estratificadas, que tienen en las regiones cercanas á las sierras, interposición de rodados y arenas. El límite entre los dos en el valle de Pagancillo no es observable. Como se ve, los caracteres litológicos serian muy se- mejantes, sino se asociaria, casi por regla, al piso inferior aglomerado andesitico 6 daciítico que le imprime un sello especial, en particular en las cercanias de las faldas de la Sierra de Famatina (Puerto Alegre, Paganzo, Patquia, Los Colorados del Velasco), pues lejos de la sierra disminuye (cenizas) ó se hace menos visible ya sea por descomposición, ya sea por dilución del material. Es casi seguro que dicho material nunca falta. como está constatado también en las precordilleras, constituyendo por lo tanto un carácter eminente de este piso, pero bien DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 163 en'endido. solamente cuantitativamente, es decir, el material andesiítico, en particular aglomerado grueso, hasta bancos casi macizos de la roca eruptiva, encuentra su mayor acumula- ción en este piso. El contenido de caliza y de yeso, es además notable, especialmente en la zona oriental en la que el terreno viene encima de los estratos de Los Llanos. En el piso superior existen también diferencias regionales. En la zona occidental limitrofe con la precordillera, asi como entre ésta y el Famatina, siempre están intercala- dos, entre las arcillas. rodados y arenas (á veces con carácter de arenisca Ó de conglomerados), mientras que más lejos de de las sierras y en las llanuras (Paganzo, Patquia, etc.), ellos son de menor desarrollo ó faltan completamente. Aquí la transición de los estratos arcillosos es tal, que no se podría hablar de dos pisos, si los estratos inferiores no fueran Ca- racterizados por el aglomerado andesitico, los estratos de carácter areniscoso y el contenido de caliza que por lo común falta en las capas superiores. Un complejo en algo limitado por arriba existe sola- mente en la depresión situada entre la precordillera y el Famatina, en tanto que el piso superior está cubierto en estrati- ficación discordante (siempre?) por acarreo diluvial de arenas v rodados. En las llanuras los sedimentos correspondientes no llegan á aflorar, debiendo pasar en más modernos. Se ve un límite del piso superior por arriba no se puede trazar. Nuestros pisos 1 y Il corresponden, sin duda. á los se- dimentos que hemos unido bajo «estratos calchaqueños- en el perfil de Los Angulos, mencionado en el capítulo anterior. De este perfil salen las relaciones que ellos tienen con estratos fosiliferos (con Corbícula ó Cyrena, etc.) Desgraciadamente, los fósiles hasta hoy encontrados, son indeterminables por su mal estado de conservación para fijar con certeza este horizonte, pero se lo conseguirá am- pliando las investigaciones. 164 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL La circunstancia que estos sedimentos fosiliferos han sido descubiertos la primera vez cerca de Santa Maria en el Valle Calchaqui, ha motivado el nombre de «estratos cal- chaqueños». Si este nombre es justificado en tanto que se refiere á estos sedimentos bien definidos, situados en su yaciente, ó lo que es muy probable ya dentro de la parte más inferior del piso, es decir, dentro de los más inferiores sedimentos dacíticos, tiene su inconveniencia, si se quiere aplicarle á todo el complejo descripto, siendo tal vez mejor darle al piso inferior y reunir el piso superior con los demás que vienen por arriba (no distinguidos en este trabajo) bajo el nombre «terciario-diluviales» ó «terciario-pampeanos» como he llamado el conjunto de estos estratos en trabajos ante- riores sobre la precordillera de Mendoza y de San Juan, para indicar que ellos son los componentes principales de las llanuras, como es realmente el caso. La separación del piso inferior como «calchaqueño» faci- litará á lo menos el entendimiento referente á las investiga- ciones en las regiones septentrionales, donde, sin duda, él encuentra gran propagación. No tengo juicio si los «estratos de Jujuy», de Steinmann, corresponden á nuestro piso in- ferior, El terreno calchaqueño representó al fin de su sedi- mentación, pues en tiempo terciario moderno ó talvez dilu- vial, un plano ondulado con ascenso hacia el Poniente y Norte, sobre el que sobresalieron El Famatina con sus rami- ficaciones, las sierras de Velasco, de Los Llanos, las de la Huerta y de Umango y probablemente partes de la precor- dillera. La separación de la precordillera y de la región del Famatina, tal como encuentra hoy dia su expresión en los DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 165 valles de los rios Vinchina, Guandacol y Bermejo, todavía no se habia producido según se evidencia por el hecho que el cordón, situado entre la Quebrada del Peñón y el Cerro de Villa Unión, estaba cubierto por el terreno calcha- queño, el cual se extendía entonces desde la falda oceiden- tal del Famatina hasta la región de la precordillera. Natu- ralmente también en la gran llanura del Bermejo, entre la precordillera y la sierra de La Huerta con la del Valle Fértil, los estratos ocuparon un nivel mucho más alto. En la Quebrada del Peñón, á una altura de 1530 me- tros, areniscas y conglomerados cubren en posición horizon- tal el terreno de Paganzo dislocado. Antes de mayor extensión, aquellas areniscas han sido fuertemente denudadas. quedando de éllas algunos peñones, que han motivado el nombre de la quebrada. No se puede considerar estos sedimentos como diluviales por su posición al lado Poniente de la cuesta, es decir, afuera de la hoyada. Si las queremos tomar como equivalentes del terreno cal- chaqueño inferior llegariamos á la conclusión que han ha- bido precedentes dislocaciones y denudación del terreno cretáceo, lo que es contrario á lo observado en toda esta región. De modo no nos queda más que considerar estos estra- tos como pertenecientes al piso superior del terreno calchaque- ño, es decir, al que tenemos en la llanura del Bermejo (como también al Naciente entre Villa Unión y Puerto Alegre, etc.). Con esto me inclino á suponer dos movimientos, uno antes de la sedimentación de este piso, consistente en la forma- ción de plegamientos arriba mencionados, y otro posterior que se manifestó en fracturas y descensos, cuyo resultado ha sido la formación de la llanura del Bermejo, del valle del río Guandacol, del valle del rio Vinchina, etc. Estos movimientos caen, pues, dentro de la época terciaria y-(?) diluvial. Pero estos movimientos tectónicos, cuyas últimas con- 166 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL secuencias han producido el relieve actual, empezaron pro- bablemente ya al fin de la época cretácea, manifestándose ante todo en el levantamiento de la región de la precordi- llera y del Famatina. Dejando al lado la evolución de este periodo en nues- tra región, sea constatado solamente que el primer efecto de estos movimientos tectónicos ha sido la mayor acen- tuación de depresiones y la acumulación de las aguas en ellas, resultando así la sedimentación terrestre de nuestro terreno. En las depresiones más lejanas de la precordillera y del Famatina, es decir, en las actuales grandes llanuras. las aguas debierou acumularse más y quedaron más tiempo es- tancadas, por cuya razón hay mayor cantidad de yeso y de sal, del mismo modo que hay que atribuir también á este fenómeno la sedimentación más continuada que en las re- giones comprendidas entre las precordilleras y El Famatina. La presencia de acarreo andesítico ó dacítico en el piso inferior—lo he observado en El Famatina (fuera de nuestra re- gión) á una altura de más de 2000 metros, bajando á causa de las dislocaciones y al levantamiento del Famatina en Puerto Alegre á 1400 metros: en Paganzo á 900 metros y en Patquia á 500 metros—nos indica que erupciones volcánicas acom- panaron los movimientos tectónicos ó han sido sus resul- tantes, llegando éstos á una enorme acción en toda la re- gión andina. Además ha habido, talvez en consecuencia de la acción eruptiva, un aumento considerable de caidas at- mosféricas, pero también sin tal suposición se comprende, que las diferencias de nivel que se acentuaban más y más con los movimientos tectónicos, facilitaban el arrastre de las masas detriticas. Así se produjo el piso superior del terreno calchaqueno, compuesto en la cercanía del Famatina y de la precordillera de ACarioo de rodados y de arenas, alternando con estratos ar- cillosos repetidas veces, como si á periodos de fuertes inun- DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 167 daciones siguieron otros de menor arrastre, mientras que, más lejos de las serranias en las llanuras, se depositaron casi exclusivamente sedimentos finos. Un rasgo eminente de este periodo ha sido la gran extensión de las aguas. Esta se manifestaba todavia en el periodo diluvial, según lo de- muestra la sedimentación de acarreo de rodados y arenas que rodean la sierra de Famatina, etc., pero en menor grado, porque debido al aumento de los relieves las aguas se en- causaron más. Todavía hoy día en partes de las llanuras cercanas á las sierras las inundaciones abarcan á veces grandes exten- siones, dándonos en la sedimentación de los materiales finos (barreales), etc., una idea de los procedimientos análogos de tiempos pasados. 2 —Acarreo diluvial (Schotter) Como ya he dicho, el terreno calchaqueño está cubierto en estratificación concordante ó discordante por rodados y arenas á veces cementados en conglomerados y areniscas y á menudo con interposición de capas arcillosas. Estos terrenos son de edades distintas y los más viejos llegan á considerables alturas sobre los actuales rios. En el valle del rio Vinchina suben en las pendientes hasta cubrir las areniscas cretáceas. La mayor altura observada se encuentra en Puerto Ale- gre (1400 metros) á una altura de 250 metros sobre la de Pagancillo, siguiendo los estratos aunque interrumpidos por erosión hasta Anchumbil, siempre al mismo nivel Ó más alto. En la cuesta situada entre Guandacol y San Isidro se elevan igualmente á 250 metros sobre el suelo del valle del rio Guandacol en Santa Clara. 168 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Al Poniente de San Isidro se observan rodados á 150 me- tros sobre el rio Vinchina, y á igual altura sobre el lecho del río suben al Poniente de la sierra del Cerro Rajado. Esto basta para demostrar, que toda la cuenca de Villa Unión-Pagancillo estaba cubierta antes por acarreo diluvial, llegando él en las pendientes probablemente hasta alturas mayores que las anotadas. Donde el piso superior del terreno calchaqueño tiene una pequena inclinación, como es el caso al Poniente de Anchum- bil, no se puede trazar un limite entre los rodados y arenas de este piso y los más modernos, sin que quiera decir con esto que hubo una sedimentación continua. Habiendo tenido lugar un descenso paulatino de los es- tratos calchaqueños, es de suponer que hay una transición como estratificación concordante en las partes centrales de la cuenca, pero no es seguro. El acarreo diluvial no debe encontrarse muy probable- mente en su posición primitiva, pero no hay cortes que per- mitan esa investigación. Solo en el valle del rio Guandacol (Los Nacimientos, perfil 1) se hallan rodados con fuerte incli- nación, que creo son más modernos que los del piso superior del terreno calchaqueño, sin embargo pueden corresponderle como facies compuesta exclusivamente de rodados. En la parte meridional de la depresión, comprendida entre las ramificaciones del Famatina y la sierra del Valle Fértil, no he observado acarreo diluvial, sea que haya sido arrastrado hacia la llanura del Bermejo ó hacia la del Este de la sierra del Valle Fértil y de La Huerta, sea que esté cubierto cerca de las sierras por estratos más modernos. En el extremo Sur de la sierra del Famatina alrededor de la sierra de Paganzo el acarreo diluvial llega á tener eS gran propagación, extendiéndose en una capa casi con- tinua, pero interrumpida por erosión (á veces con carácter de areniscas desmenuzables ó también de conglomerados, por ejemplo, en Patquia Vieja, Chilcas), desde Paganzo hasta DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 169 Patquia Vieja y muv al Sur, desapareciendo en las depre- siones bajo sedimentos más modernos. La estratificación discordante sobre el terreno calchaqueño es en muchos pun- tos evidente, en otros tan insignificante que se puede dudar de élla. La inclinación de los estratos es á veces tal (Chilcas cerca de Patquia), que parece haber tenido lugar un des- censo. Si las arenas, como salen en el corte Kilómetro 313 cerca de Patquia, son de esta misma edad, lo que es muy probable, nos demuestra con su fuerte inclinación una dis- locación muy moderna. También en la falda oriental de la sierra de Velasco el acarreo de rodados y de arenas asoman en muchas par- tes encima de los estratos calchaqueños, no siendo posible distinguir, si son discordantes ó concordantes con él. Entre las sierras del Famatina y de Velasco éllas aflo- ran recién entre Sañogasta y Chilecito, desapareciendo bajo sedimentos recientes. Un notable contraste con estas relaciones forma la sie- rra de Los Llanos, sea que acarreo diluvial alrededor de ella grueso falte ó que no aflore. No puede tener extensión gene- ral, porque él no se encuentra sobre el terreno calchaqueno en la falda occidental de la sierra, donde debía aparecer. Los rodados sueltos que se hallan aqui provienen de los es: tratos de Los Llanos. Tanto ó más llama la atención el afloramiento de grueso acarreo en la pendiente oriental de la sierra de La Huerta al Sur del Valle Fértil, que cubre en parte á gran extensión hacia Naciente, y pasando en barreales, la llanura hasta el pié de la sierra. En la falda occidental el terreno está cu- bierto en su mayor parte por aluvión. 170 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL SALINAS El carácter más eminente del suelo de nuestra región, y en especial de las llanuras, consiste en su riqueza en clo- ruro de sodio mezclado con sulfatos de sodio y de magne- sio, sulfato de calcio, etc.. que se manifiesta en las aguas, en eflorescencias y en especial en las salinas. Sobre el orígen de estas sales en general, que aparecen cerca de las costas de los mares, dentro de las regiones montañosas y en las llanuras, como las nuestras, han sido emitidas una infinidad de opiniones y teorias. Stelzner. en la obra citada, nos da un resumen de éllas y después de haberlas analizado sobre la base de su expe: riencia dice: «En la formación reciente de sal, tal como se halla en «el loes y en las montañas argentinas, han cooperado dis- «tintos procedimientos. Ella reune en forma de depósito «secundario sal de terrenos sedimentarios más viejos, ade- «más sal que se ha producido por descomposición de rocas «cristalinas y sal de origen volcánico y de vertientes mine: «rales, solamente en muy pocos casos hay que atribuir al «mar una acción directa». Como se ve, Stelzner acepta casi todas las teorias para nuestros casos, excluyendo para la mayor parte de éllas la proveniencia directa del mar. ¿Tenemos hoy dia con el progreso de nuestros conoci- mientos sobre la constitución geológica de nuestra sección argumentos seguros que excluyen la acción de este último factor? Absolutamente no, pero tampoco estamos en COn- diciones de comprobarla á ciencia cierta por razones ya ex- puestas en el capitulo sobre los estratos de Los Llanos de La Rioja. Sin embargo, la teoría del orígen marino de la sal. 4 lo menos de la mayor parte de élla, me parece hoy día más DE CIENCIAS EN CÓRDOBA | 171 aceptable en su aplicación á nuestro distrito, si se toma en consideración la posible evolución de la época cretácea, á cuyo fin restos de aguas marinas ó semi-salobres en lagunas Ó estuarios han cubierto probablemente parte de nuestra región como resultado de la transgresión del mar. Con la evaporación de las aguas debían depositarse sal, caliza y yeso junto con los estratos calchaqueños (inferiores) terrestres. Claro es que con el procedimiento lento y progresivo del levan- tamiento de la región andina, mavor grado de concentración de sal debían tener las aguas de las depresiones más bajas. Indudablemente la formación de las salinas de nuestro suelo es, como Ochsenius siempre ha afirmado, relacionada con el levantamiento de la región andina, pero en vez de los restos de aguas marinas diluviales, separadas del mar por levantamiento de los Andes y luego derramadas hacia las llanuras, como él supuso, ponemos tales de la época cre- tácea (plantas sobrevivientes (?) de esta época, véase abajo)* también Brackebusch, según se desprende de una noticia in- directa (Zeitschrift fiir practische Geologie 1893), ha dado á las salinas edad mesozóica. Pero la sal, como hoy dia se encuentra en las salinas, naturalmente va debía ser trasladada de estos depósitos pri- marios por disolución de las aguas subterráneas que la llevaron á la superficie. Además de esta sal hay otra producida por translación. Con el levantamiento de las regiones andinas y con las dis- locaciones, los estratos de todos los terrenos estaban sujetos á ser arrastrados por las aguas, y entre ellos el terreno cal- chaqueño, como también las areniscas del piso H del terreno de Paganzo, dieron un material que aumentó considerable- mente dicho mineral en las depresiones. TY ambién el terreno rético es salinifero, lo que es consecuencia tal vez de su composición de materiales (en parte) de arrastre del terreno de Paganzo ó de transgresiones intermitentes del mar jurásico cercano en esta época á las regiones réticas. 172 BOLETIN DE LA ACADEMIA NACIONAL Han contribuido además á la formación de depósitos de sal vertientes cuyas aguas salen de terrenos saliniferos, entre las que hago mención solamente de las de las salinas del Cerro Rajado que suben en los terrenos calchaqueno, cre- táceo y rético, y la de Saladillo, en Los Colorados del Velasco, que vierten del terreno de Paganzo. También casi todas las vertientes que salen en el límite entre este terreno y el granito ó los esquistos cristalinos tienen cantidades de sal. Es evidente que en tiempos anteriores hubo mayor nú- mero de vertientes salobres que en nuestra época, en la que las aguas en general se retiran más y más por abajo. Interposiciones de sal en capas—se podría pensar aqui en tales entre las areniscas del terreno de Paganzo ó entre las cretáceas—no están constatadas en nuestra región. Sin embargo, la posibilidad de que tales existan, no se puede negar. Me han dicho que hay sal de piedra en la falda del Pié de Palo (?). Observaciones que nos permitieran suponer la influen- cia directa del volcanismo en la formación primaria de nuestras sales, no han sido hechas, porque la sola circuns- tancia de encontrarse acarreo andesítico junto con sal en el terreno calchaqueño, no justifica el establecimiento de tal relación entre ellos, v si habrá una relación hay que pensar ante todo en depósitos marinos jurásicos Ó cretáceos trans- locados bajo la influencia del volcanismo. Al fin, hago presente que estas exposiciones se refieren únicamente á nuestra región (inclusive las grandes salinas entre Catamarca, La Rioja y Córdoba). La translación de sal hacia los puntos más bajos de las depresiones naturalmente tiene por resultado, que su con- tenido en el suelo y en las aguas se disminuye más y más en dirección hacia las sierras. Llegamos, asi, al exámen de las aguas y del suelo su- perficial en nuestra región. Vi AGUA, SUELO Y VEGETACIÓN vil AGUA, SUELO Y VEGETACIÓN Estudiaré las cuestiones relativas á las aguas, el suelo y la vegetación, empezando por la Sierra de Velasco, para seguir con la región occidental y terminar con la llanura que rodea la Sierra de Los Llanos, observando que el capi- tulo que se refire á la morfología es el complemento del presente. La Sierra de Velasco en su parte más alta, es un €ex- tenso macizo granitico que da origen en la región que nos ocupa á varios rios. En primer lugar, hay el rio Grande (6 de Huaco), que corre por el valie longitudinal de Sana- gasta, Nacimientos y Sauce, originado por fuertes disloca- ciones, como hemos visto en el capitulo relativo al terreno de Paganzo. Al ser desviado hacia el Naciente, en la que- brada de La Rioja, atraviesa primero un dique de granito y en seguida filitas y cuarcitas puestas casi verticalmente. Es sabido que este poderoso caudal suministra el agua á la capital de La Rioja, y hace tiempo se piensa, dadas las con- diciones geológicas de la quebrada y del Valle de Sanagasta, en la posibidad de construir un dique de embalse, La parte austral de la sierra, tal vez por su poca an- chura, es pobre en agua y las vertientes en su falda oriental se pierden poco después de brotar: las más importantes son las de Tanin y de La Pampa Blanca. Antes eran de mayor caudal y han cortado y cortan todavia en épocas de llu- 176 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL vias en las arcillas, arenas y rodados del terreno calchaque- ño, lechos muy profundos que bajan muy lejos hacia la lla- nura, surcando la falda baja de la sierra. Las aguadas, son en general, muy buenas, pero en unas pocas se nota una peque- ña cantidad de sales. Es de suponer que la primera napa de agua en la llanura sea salobre y algo distante de la superficie en la zona cercana á la sierra, porque no se hacen pozos, limitándose los pobladores á embalzar el agua de lluvia por medio de las represas. El monte abundante en la sierra se pone muy escaso (jarrilla, tintitaco, véase abajo la lista de plantas) en la pendiente baja de la sierra para aumentar de nuevo (quebracho blanco, algarrobo, etc.) en la llanura hasta las salinas. Es de notar que, según se me ha afirmado, no hay en la sierra quebracho colorado, que el molle de beber es muy escaso y que falta el coco; tampoco se hallan palmas, pero existe en cambio palo borracho y la tala falsa. La falda occidental carece también de vertientes de im- portancia, sea por la poca extensión que tienen los macizos graniticos, sea por la posición casi vertical de los esquistos cristalinos Ó por la fuerte dislocación que caracteriza este lado de la sierra. Es de extrañar que en el Saladillo, en la quebrada de Sigur, en medio de esquistos cristalinos y gra: nito sale una vertiente de agua bastante salobre. Como consecuencia de la falta de vertientes poderosas en la escarpada falda occidental de la Sierra de Velasco y en la falda de las sierras que forman, al Sur de Sanogasta, la continuación del Famatina—á lo que se agrega un sub- suelo salinifero (terreno calchaqueño) cubierto, en las partes bajas de las pendientes, por acarreo de rodados y arena Y más allá por médanos, el valle situado entre estas sierras es estéril, especialmente del lado del Velasco. Recién al Norte de Vichigasta, gracias á una mayor abundancia de agua, el terreno se vuelve más fértil y cambia completa- mente al acercarse en Chilecito y en Nonogasta al Famatina- La vegetación consiste en extensos jarrillales y jumeales, Y DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 177 sólo en la región de la Ramada aparecen montes de alga- rrobo, debido á vertientes en el subsuelo. El pozo en la estación Colorados que encontró á 10 metros de hondura agua buena, está puesto sin duda sobre una corriente subte- rránea que viene de una quebrada de la Sierra de Paganzo. El balde” de la estación Catinsaco de 34 metros; el de Hercu- lano Suárez del kilómetro 350, que está á 12 kilómetros de Colorados hacia el lado de Catinsaco, de 11 metros; el de Bautista Sigamba, al Norte de éste de 16 metros y uno de Irribaren que está á 20 cuadras al Este de la estación Ca- tinsaco, de 24 metros de profundidad, deben todos su agua potable á corrientes que vienen de la Sierra de Catinsaco. La situación de la depresión entre dos sierras, hace suponer la existencia de napas de agua dulce en el subsuelo bajo presión, por cuya razón la ejecución de perforaciones sería muy justificada. En cuanto á la tectónica de los estratos del subsuelo, por ser cubiertos ellos por aluvión, no se puede decir más que ellos están muy probablemente dislocados. Están compuestas de abajo para arriba por areniscas del terreno de Paganzo, por los estratos calchaqueños (areniscas, arcillas, arenas y roda- dos) y por acarreo aluvial. La presencia de rodados va di- ficultar las perforaciones. En la falda austral de la Sierra de Velasco, la hidrolo- gia cambia algo, pues en los valles longitudinales de San (e- naro y de San Cristóbal hay varias vertientes, debidas al macizo granítico. Así se explica también como en los Colorados (casa vieja del Estado) manan en medio de las areniscas del terre- no de Paganzo, pero cerca de gneis y del granito, aguas po- tables, si bien algo salobres. Estas aguas deben cruzar las areniscas de los Colora- dos, pues al Poniente hay algunas vertientes como la de La Ciénega, de La Lagunita, muy poco saladas, mientras otras probablemente de largo curso por las areniscas son impota- 12 178 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL bles, como el Agua de la Viuda, al Sur de la estancia El Mogote. También en Saladillo (Los Colorados) casi todos los manantiales son muv salobres (dentro de las areniscas del piso II del terreno de Paganzo). aunque algunos son de agua bastante buena, como sucede con el que ha encontra- do la perforación hecha en busca de carbón sobre el piso inferior del terreno de Paganzo y que todavía surge algo caliente, debido á procedimientos quimicos en los yacimien- tos carboniferos. En la descripción del terreno calchaqueño he expuesto, como, desde Los Colorados hasta Patquia Vieja, sigue subte- rráneamente una onda anticlinal de las areniscas del terreno de Paganzo y de las del terreno de Los Llanos, formando los bordes occidentales del gran Bajo de Santa Rosa de Patquia. | Esta anticlinal, con su ala inclinada hacia Poniente, hace subir una napa de agua, produciendo una serie de manan- tiales agrupados de Norte á Sur casi en el vértice de la onda. Los principales son: Los de Chilcas, Guyaba, Agua Dulce, Agua Blanca, Patquia Vieja, todos más ó menos sa- lobres. Una segunda serie de manantiales, situada más al Po- niente, está representada por los de Mellizos, Mollaco, Ma- nantial, Potrerillo, Cienaguita, siendo también las aguas más Ó menos saladas. Estas proceden, sin duda, de una napa superior alimentadas por aguas que vienen de la falda de la Sierra de Paganzo, y las cuales han corrido en la super- ficie, antes de ser cubiertas por sedimentos, como es hoy todavia el caso para partes del rio Mollaco, Mellizos, de La Tala, etc. Puede ser que algunas vertientes de poca salini- dad de la primera serie, como sucede en Guyaba y también Patquia Vieja, sean de aguas de esta misma napa ó una mezcla de las dos. En el periodo diluvial, como lo demuestran los roda- dos y arenas, que cubren en esta región con estratificación DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 179 discordante ó concordante el terreno calchaqueño, las aguas que vinieron de la Sierra de Paganzo se desparramaban sobre grandes extensiones. Al producirse el descenso de. algunas partes, como la del actual Bajo de Santa Rosa de Patquia, empezó una acción erosiva de las mismas y los cauces se hicieron más y más profundos, hasta que cortaron el anticlinal de los estratos de Los Llanos. Las aguas dis- minuyeron al mismo tiempo y no aparecerian á la superfi- cie en su curso hacia el Bajo de Patquia, si no las embalsa- ra, actuando como un dique, la onda anticlinal de los estra- tos de Los Llanos y de las areniscas del terreno de Paganzo. Se ve, como todas las corrientes subterráneas que vie- nen del Velasco, de la Sierra de Paganzo y del valle situado entre ellas, que se abre en la región de Los Colorados, están dirigidas hacia el Bajo de Patquia, que queda abierto al Nor-Este, hacia las salinas de Antigua, asi como también las del Sur, tributarias del río de Paganzo (también llamado rio Colorado ó río de Carlota). Este régimen salta á la vista en las crecientes que bajan de los lados Sur, Poniente y Norte hacia esa cuenca, siendo entre las más peligrosas para la población Patquia Nueva, las del lado Sur, del río de Paganzo, que ha intentado va- rias veces cortar su curso largo dirigido hacia Nor-Este, rom- piendo su ribera austral y lanzándose sobre aquella pobla- ción. Llamo la atención sobre esta región, como muy á propósito para hacer estudios sobre inundaciones actuales y pasadas. No es posible negar que las condiciones para la forma- ción de napas de agua, están realizadas en esta cuenca, que- dando por determinar, por perforaciones, si es de esperar de encontrar agua dulce. : De todos modos, sería obra de utilidad para esta región, el estudio de embalses de agua en las zonas de las vertientes de Guyabas, Patquia Vieja, así como el de las que vienen de la puerta del Mogote Colorado (estancia Los Médanos). 180 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL , Veamos ahora la hidrología de nuestra parte de la serra- nia del Famatina. Bajo este nombre comprendo toda la cadena que forma la continuación del Nevado de Famatina, incluyendo también sus ramificaciones australes que son: la Sierra de Vilgo, la de Paganzo y la del Cerro Blanco, de tal modo que su extremo austral se encuentra cerca del Valle Fértil. Estas serranias se componen esencialmente de granito y pórfido cuarcifero, cubierto en parte, en los flancos, por las arenis- cas del terreno de Paganzo. Naturalmente, la mayor parte de sus vertientes poderosas se hallan en su parte setentrio- nal cerca del Nevado de Famatina, contribuyendo á ello el mayor afloramiento de macizos de granito y de pórfido en esa parte. Asi nace en esa región el río caudaloso de 5Sa- ñogasta, cuyas aguas en su curso inferior en partes perdidas bajo arenas y rodados de su cauce manan en Sañogasta tan abundantemente, que llegan hasta Noñogasta y son aprove- chadas para el riego. En la falda occidental corre desde la cuesta de Miranda el rio “Trancas ó de Puerto Alegre, de mucho menos poder, debido en parte á la pérdida de agua que sufre dentro de areniscas. Las aguas se agotan poco abajo de Puerto Alegre, población pequeña, no llegando á Pagancillo, hacia donde el lecho seco se dirige, Una gran acumulación de arena y de rodados en la falda de la sierra al Norte de Puerto Alegre, además fallas, son las razones, porque las aguas se pierden al salir de la sierra, pero las del rio Anchumbil ó de Tres Cruces, aparecen otra vez en las poblaciones del mismo nombre, debido probable- mente á la tectónica del suelo, ilustrada en el perfil I y des- cripto en el capitulo sobre el terreno calchaqueño. : Más al Sur de la cuesta de Miranda, están situados los nacimientos de los ríos de Aicuna, Pagancillo y de Vichi- a.” Los primeros que se dirigen hacia la cuenta ao PR gancillo, tienen la misma suerte que aquéllos, pero las aguas DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 181 perdidas en aluvión y en el terreno calchaqueño vuelven á manar otra vez en Pagancillo, siendo muy probable que tam- bién aqui la onda anticlinal (perfil IU), formada por las are- niscas cretáceas y calchaqueñas, las hace subir á la superficie. Más al Sur del Potrero de Catinsaco, debido á la mayor distancia del Nevado de Famatina y al hecho de desaparecer poco á poco los macizos graníticos bajo el manto de arenis- cas del terreno de Paganzo, las vertientes disminuyen consi- derablemente, y por esta causa, la sierra es poco poblada. Asi el rio de Catinsaco con un cauce muy hondo, es en ma- yor parte de su curso, casi siempre seco, excepto natural- mente en tiempos de crecientes, y recién al salir de las sierras las pocas aguas perdidas bajo arena brotan apenas suficien- tes para las necesidades de la población de la estancia Ca- tinsaco. En la pendiente occidental, hay aún más escasez, por el gran espesor de las areniscas entre las que las aguas se pierden. Así las vertientes se reducen aquí á pocas aguadas con escasa población. Las vertientes de Gualo salobres, con excepción de una, quedan fuera de la sierra y nacen en el terreno rético. Debido á la ramificación de la sierra, en las de Vilgo y de Paganzo, á la aparición de esquistos cristalinos, al mayor afloramiento de granito y á la mayor extensión de las de- presiones, aumentan también las vertientes y con estos fac- tores, las condiciones son más favorables para la vida, según lo demuestran las estancias de Vilgo, Los Ranchos y Las Torrecillas. Mucho menos favorable es la situación de Amanao, en: tre cerros de areniscas del terreno de Paganzo, y por eso sólo tiene una vertiente de agua buena, (contacto entre gra- nito y areniscas), pero escasa, siendo además su suelo muy arenoso, poco ó nada adecuado para la agricultura. Más al Norte, se encuentra la estancia San Lorenzo, con vertientes de la misma naturaleza. 182 BOLETIN DE LA ACADEMIA NACIONAL Como la Sierra de Vilgso baja pronto en la cadena de areniscas, que se desprende de las Torrecillas, la cual, inte- rrumpida en un trecho, tiene su continuación en Los Colo- rados de la Represa, se forma entre la Sierra de Paganzo y la del Cerro Blanco, una gran abra hacia la llanura, cuyo suelo está cubirto en muchos puntos por médanos. Los mu- chos arroyos que le cruzan y también el rio de Paganzo que viene de Vilgo, tiene agua solamente en tiempo de fuertes crecientes. Recién en el extremo Sur de la Sierra de Pa- ganzo, sale una vertiente de agua muy buena y caudalosa, (estancia Paganzo), procedente del cerro graniítico y otras en Vinchina, dentro de areniscas, más saladas que las de Pa- ganzo, pero potables. Poco al Sur de esta población, aparece el terreno cal- chaqueño y con esto aumenta la salinidad de una vertiente en Agua Blanca (potable para la hacienda). Lo mismo es el caso al sur del cerro de la Yesera, donde algunas vertientes nacen también en este terreno. Del caracter del agua de Paganzo son las vertientes que brotan en la falda oriental de la sierra de Paganzo, siendo todas de buena calidad á causa de salir de los esquistos cris- talinos ó del granito, pero de poco caudal. Las más impor- tantes son las de: Casas Viejas, Iglesias, Canasto y del Pulo. Recordaré que las corrientes subterráneas de esa región corren hacia Los Colorados del Velasco, Mollaco y Patquia y bro- tan en manantiales cuyas aguas se dirigen hacia el Bajo de Santa Rosa. En la sierra del Cerro Blanco, la ramificacion más occi- dental de la sierra del Famatina, se observa también la de- pendencia de la calidad de las vertientes de los terrenos don- de corren, siendo los de la población El Molle que nacen en el gneis y granito las mejores, las del cerro Blanco (estancia), que salen de la zona de areniscas del terreno de Paganzo, algo saladas y las más salobres las de la salina de Busto, den- tro del terreno rético y calchaqueño. Estos son los únicos DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 183 manantiales de alguna importancia, pues en la falda occidental no existen, ni se hallan en los cerros aislados que forman la continuación de la cadena al sur hacia el Valle Fértil. En la llanura al naciente de la cadena no han sido practicados pozos y la vida sólo es posible mediante las represas (Cerros Colorados, Aguango etc.). . + Según eso, ninguna de las sierras al sur del Nevado del Famatina, con excepción de la de Sañogasta y Vichigasta, man- da hacia los bajos agua que pueda ser utilizada para el riego, siendo las de crecientes por su rápida caida de notorio per- juicio. Las aguas no faltan, pero brotan en las sierras por lo general bajo el manto de areniscas ó se pierden entre ellas v al bajar hacia las llanuras se hunden pronto en el suelo arenoso. En cuanto á ese suelo no puede ser clasificado en lo que se refiere á su composicion como estéril, con excep- ción de regiones muy yesiferas y saladas, pero exige mucha agua, produciendo en años llovedizos excelentes pastizales. Esta es la razón porque toda la hacienda vacuna esta concen: trada en las sierras, que felizmente tienen buenos pastos, aun- que escasos montes. Un monte muy caracterizado para es- tas sierras, concentrado especialmente en la sierra de Pagan- zo y bajando hacia las depresiones al poniente, es la «Chica» (véase abajo la lista). Este monte falta en el Nevado del Fa- matina, en El Velasco, y en la sierra de Los Llanos. Paso ahora á la depresión que sigue al poniente de estas sierras. Ella no se presta en geueral ni para la agricultura ni para la cria de ganados. Hay que exceptuar el valle del rio Vinchina y en especial la región de Villa Unión, como tam- bién la de Pagancillo, pero la extensión del suelo fértil, que puede ser regada, es limitada debido á que la mayor parte de la depresión al naciente de este río, es un campo árido casi desprovisto de vegetación, cubierto de médanos y de aca- rreo de rodados y de arenas. Asi el cultivo queda limitado á una zona angosta á los dos lados del rio, desde Villa Unión hasta Paso Maldonado. Además el caudal constante del río 184 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL de Vinchina no es suficiente, y como es muy grande el con- sumo de agua en Villa Unión, las poblaciones rio abajo (San Isidro, Maldonado) á menudo quedan sin agua ó la tienen en cantidad insuficiente para el riego. Se podría remediar este estado haciendo mayores embalses y una distribución más equitativa. Lo mismo se puede decir referente á Pagancillo. No se puede pensar en perforaciones en vista de los jutengul gastos y del poco suelo apto para riego, aunque las relacione? estratigráficas de la parte de la depresión entre el río Vinchina y la sierra (perfil II) sean tal vez favorables para esta obra. Como ya he dicho el agua para el riego apenas llega al Paso Maldonado, siendo consumida río arriba, por lo tanto el rio Vinchina, San Isidro abajo, la tiene solamente duran- te las crecientes y á veces éstas son tan fuertes que llegan hasta Las Juntas (con el río Guandacol), haciéndose intransi- table el trecho, donde el rio despues de haber pasado las sa- linas del cerro Rajado cruza con un cauce tortuoso el cor- don situado al poniente. Esta última cadena formada por areniscas cretáceas y el terreno rético y al frente de San Isidro, en el Cerro Bola, por el terreno de Paganzo, está exenta de vertientes, como igualmente la pendiente austral del cerro de Villa Unión, ex- cepto las insignificantes aguadas de la Chilca (agua algo sala- da de las areniscas cretáceas) y de Los Burros. A primera vis- ta el embalse de las aguas de las crecientes que bajan de la quebrada de Panul del cerro de Villa Unión no se puede rea- lizar por las formas quebradas del terreno y por la gran distan- cia hacia el valle. La única obra al parecer practicable en el valle de Villa Unión es el aumento del embalse de Villa Unión ó más arriba y la adecuada distribución del agua, obra que se recomienda por la importancia de esta población, una de las mejores de toda la provincia de La Rioja. Al sur de Pagancillo la depresion se levanta hasta formar el campo de Talampaya, meseta árida y casi sin vegetación, DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 185 formada por areniscas cretáceas, que cae al poniente hacia la hoyada del cerro Morado (Ischigualasta) y la quebrada del Salto, separadas las dos por la cuesta del Salto. Las caidas atmosféricas corren hacia el río Bermejo, atravesando el cor- dón que limita aquella hoyada al poniente por medio de la honda y barrancosa quebrada de La Peña y por la del Peñón. La continuación de este cordón hacia el norte (cerro Rajado) está interrumpida por la quebrada del Salto, que desagua igualmente hacia el rio Bermejo. Toda esta región es un de- sierto absoluto, casi sin vegetación, sin vertientes Ó con agua salada (terreno cretáceo y rético), en la que no se puede con- tar con agua si no ha llovido. Este carácter cambia en la región del Cerro Morado y al sur de él. Hemos visto en el capitulo sobre el terreno réti- co y cretáceo, como en esta región la sierra del Famatina se une casi con la sierra del Valle Fértil por medio de la rami- ficación de la sierra del Cerro Blanco, quedando entre ellos una llanura de pocas leguas de ancho, Los macizos grani- ticos afloran (Cerro Plateado, Cerro Morado en parte) ó es- tan á poca profundidad y por lo tanto suben las aguas, que se manifiestan en varios manantiales, como ser los de Aguas Amarillas (Cerro Morado) y de Ischigualasta (algo salada por pasar el terreno rético), pero más en la poca profundidad de la primera napa de agua. Por otra parte, un suelo aluvial bastante regular, aunque limitado por extensión de médanos, hace posible un cultivo encontrándose así poblaciones dise- minadas en esta depresión. El agua de los pozos de balde es algo salobre, menos cuando el macizo de granito está cerca, como sucede en los Baldecitos (9 m.)ó en Samora (21 m.) y más cuando se encuen- tra mas distante y dentro del terreno rético Óó calchaquenño (Castro 17 m., Los Rincones 14 m., Pascual 10 m.). En la par- te austral de la llanura, inclinada hacia el sureste donde ella se confunde con la gran llanura, situada al naciente de la sierra de La Huerta, el agua se encuentra á mayor profundi- 186 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL dad, como se ve en el balde de Samora (21 m). Además de los pozos de balde hay represas. Las poblaciones llegan hasta la falda de la sierra del Valle Fértil, donde hay varias vertien- tes (San Antonio, locan, Usno, etc.). La vegetación es escasa, caracterizada por la jarilla y el cachiyuyo, pero hay también montes de algarrobo y de retamo. En el valle del rio Guandacol, en su parte superior con considerable ensanchamiento, la población está concentrada en el pueblo de Guandacol y en el muy cercano Santa Clara. El suelo es muy fértil, si bien reducido á causa de la acumu- lación de acarreo grueso, al lado poniente del cerro de Villa Unión, contribuyendo á esa fertilidad varios terrenos y en especial la caliza silúrica y los esquistos cristalinos de la sierra de Umango. Hay agua en abundancia que sale en fuertes ver- tientes de estas calizas. Pero su embalse muy embrionario y su distribución desordenada hace quese pierda mucha agua. A esto se agrega gran filtración en el lecho arenoso del río Guandacol, de manera que el agua no llega sino á las Juntas, cerca de 35 kilómetros al sur del pueblo. De Santa Clara, aguas abajo, el valle se estrecha y el suelo aluvial, en la ribera occi- dental, está relativamente alto y es de poca extensión para cultivo, de manera que las poblaciones estan diseminadas so- bre la costa del rio mismo y se ocupan exclusivamente de la ganaderia. En años secos en que el agua del río es muy €s- casa y hay poco pasto, los habitantes se ven obligados á llevar sus ganados á las serranías del poniente. Parece que el agua, como es casi regla general, se retira aqui tambien en el sub- suelo más y más, porque el monte más alto de algarrobo bastante abundante, se ve morir en este valle en varias par- tes. Aguas abajo de Las Juntas, donde el valle se abre hacia la gran llanura del Bermejo, las poblaciones se surten de agua por medio de represas ó pozos de balde de poca hon- dura. El agua de los segundos se pone más y más salada ha- cia el sur, pero es todavia potable en Paso Ferreyra (13 m. sobre la costa del rio). Este es el ultimo puesto sobre el ri0 DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 187 Bermejo, en esta región, pues las pequeñas poblaciones están diseminadas al poniente hacia la falda del cordón silúrico cuya dirección pasa á ser suroeste. Parece que las vertientes aumentan en esta serranía. Notable es el excelente monte de algarrobo. El aspecto cambia totalmente en Huaco y Jachal, con lo que entramos en una zona rica de cultivo de trigo, debi- do á la abundancia de agua que viene de la Cordillera y á extensas depresiones en las que estas aguas han producido un suelo muy fértil. La llanura, comprendida entre la precordillera de San Juan, de La Huerta y el Pie de Palo, es en su mayor parte un completo desierto de arenas, médanos y salinas, que las aguas del rio Jachal, Pucunucu, etc., que alcanzan el rio Ber- mejo, no pueden cambiar, y sólo en la falda de los últimos contrafuertes de la precordillera hay algunos oásis (Punta del Agua, Moquina, al Sur de Huaco). Recién más al Sur, cerca de la ciudad de San Juan, al entrar en la cuenca del rio del mismo nombre, principia otra zona de gran riqueza. El carácter tan sumamente árido del valle del rio Ber- mejo, al Sur del Paso Ferreyra, es debido, á que del lado de la Sierra del Valle Fértil no baja ninguna cantidad cons- tante de agua, ni existen vertientes en la parte baja de su falda, con excepción de las de Chacritas (agua muy buena en los esquistos cristalinos) de Mareyes y de Papagavos (agua más ó menos salada en terreno rético y cretáceo), si- tuados ya en el extremo meridional de la Sierra de la Huer- ta. Los manantiales son también muy escasos en la parte alta de la sierra á su lado occidental. Hay que atribuir esto al rápido declive de este lado de la sierra, á la predomi- nancia de esquistos cristalinos que se inclinan hacia el Na- ciente (Cuesta de Chaves) y probablemente á las líneas de fracturas que lo atraviesan. Así se explica también como la primera napa de agua queda bastante retirada de la super- ficie, estando, por ejemplo, en El Morado (establecimiento 188 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL metalúrgico) á 22 metros, no obstante que el pozo esté hecho poco distante del cauce de un río. Pero en tiempo de cre- cientes bajan grandes caudales de agua, como lo demuestran los inmensos conos de deyección cerca de la sierra y más hacia la llanura en los pedregales y barreales, que acompa- ñan la sierra casi en todo su largo. Naturalmente la vege- tación es raquitica y esencialmente salina, pero no falta monte ralo de algarrobo, retamo y chanñar. Las eflorescencias de sal suben casi hasta la Cuesta de Chaves (1750) procedentes, probablemente, si no ha traido el viento, de estratos saliniferos (terreno de Paganzo, cretáceo y calchaqueño) que han cubierto sin duda gran parte de la sierra. Muy distinta es la pendiente oriental de la sierra de La Huerta y del Valle Fértil, donde macizos graníticos produ- cen mayor riqueza de agua cuya infiltración es detenida por su naturaleza geológica y por su pendiente más suave. Asi muchas vertientes en la parte alta de la sierra (Las Juntas, etc.), producen el rio de San Agustin ó del Valle Fértil. Sus aguas perdidas muchas veces bajo acarreo, concluyen, des- pués de unirse en un largo valle longitudinal, por romper la sierra en una quebrada angosta (granito y diorita), para fer- tilizar la llanura del Valle Fértil, zona que con razón lleva este nombre. Pero no obstante de las excelentes condicio- nes naturales, la población de San Agustín no adelanta, de- bido á la pequeña cantidad de agua que puede utilizar y que seria mucho mayor, si como resalta á primera vista, pudiera embalsarse mediante de un dique en la quebrada, como lo proyecta el ingeniero Domingo Krausse. No es po- sible aconsejar por el momento perforaciones, aunque la pro- bable tectónica del subsuelo de esta zona (véase perfil) invita á hacerlas. La vegetación de la sierra en la parte recorrida por mí (San Agustín, Cuesta de Chaves) es en general pobre, en par- ticular en las pendientes de los cerros, aumentando más en los valles. Quebracho blanco hay muy poco, siendo muy DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 189 escaso el quebracho colorado. El coco falta como en la sie- rra de Los Llanos. A mayor altura aparece molle de beber. Plantas salinas no faltan en los valles, donde salen eflores- cencias de sal. El Valle Fértil es el único valle en la falda oriental de la sierra de La Huerta, cuyo suelo es cultivado, porque al Sur las aguas que bajan de la sierra no han sido tan podero- sas Ó tal vez no encontraron un declive apropiado para formar planos anchos de erosión como ha sucedido en San Agustin. Las más importantes son las de Tumanas, de AÁstica y de Chucuma, especialmente las primeras, cuyas aguas se llevan en acequias hasta la estancia de Moreno. Otra circuns- tancia que es causa de poca fertilidad en esa región es que los campos de rodados y arenas (pedregales) se extienden desde la falda hasta muy lejos, dándonos testimonio de la gran actividad del agua en tiempo atrás. Los valles de Tumanas, Astica y Chucuma tienen un curso hacia el sudeste, mientras que las del río de 5. Agus- tin corren hacia el noreste, debido á que la llanura expe- rimenta, en la parte intermedia, un mayor levantamiento, que corresponde al acercamiento de la sierra de Los Llanos y á partir del cual la llanura baja al noreste (salinas del Cerro Orcobola, Bajo de Gallo y de Santa Rosa), como al sur y sureste (salinas de Papagayos y de (hepes). Asi se comprende como el agua algo salada de la primera napa en esta parte central de la llanura queda cerca de 50 metros distante del suelo (estancia de Ortega), subiendo su nivel hacia el sur y el norte. Al sur, en la estancia de Doña Lui- sa, se nota todavía la corriente que viene de Chucuma por la poca salinidad del agua (pozo de 18 metros). Los pozos de balde más al sur son salobres y lo mismo se observa en los pozos que hay en la región de Las Lomas Blancas y más al norte donde las aguas á veces son tan amargas que no sirven ni para los animales. Más ó menos al Naciente del camino de Patquia á Pa- 190 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL pagayos y San Juan, la llanura sube hacia la Sierra de los Llanos, con lo que las aguas subterráneas sujetas al régi- men de ésta y del cordón del Cerro de Orcobola, (gneis con el terreno de Paganzo), es de suponer, deben mejorar, pero hay pocos pozos que permitan confirmar esta opinión. Uno en el Bajo de San Miguel (entre Lomas Blancas y Ma- lanzán), poco al Naciente de este último cordón, tiene en 25 metros agua poco salada. Pero no se puede hacer con esto deducciones generales, pues otro pozo hecho en He- diondido, (Pozo Verde), al Poniente de Guaja, dió una agua amarga absolutamente inservible. El pozo está situado en la depresión entre la Sierra de Malanzán y la cadena del Cerro Orcobola, (Véase perfiles) y el agua fué casi semi- surgente, perteneciendo probablemente á una napa del terre- no calchaqueño. La influencia de esta cadena se nota por la salida de vertientes á su pie en la salina Orcobola, como en Agua- dita (población cerca de la salina) donde hay manantiales en partes poco salados, mientras que en general, puede decirse, la napa superior del agua en la llanura entre la Sierra de los Llanos y La Huerta, que no está muy distante del suelo, (máximo 50 metros), es salobre y en su mayor parte no sirve ni para la hacienda, debido al contenido de cloruro de sodio, de yeso y de sulfato de magnesia y de sodio del terreno calchaqueño y á la poca afluencia de aguas desde las sierras, que por consiguiente, no han podido lavar el terreno. Por estas razones, el monte (quebracho blanco, alga: rrobo, brea, chañar, retamo., lata, garrapata, jarilla, etc.) es ralo, especialmente en la zona cercana á la sierra, donde el suelo superficial se compone de mucho acarreo grueso y arenoso, y en la regiones de suelo muy yesifero, (exclusivamente con jarilla), pero más denso en algunas partes y en particular en los medanales. Hacia el Norte (Lagunita, etc.), la vegetación mejora considerablemente lo DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 191 mismo que hacia Naciente. Creo encontrar la razón de lo último en la calidad del suelo, formado por materiales alu- viales de arrastre de areniscas (terreno de Paganzo, Cerro Orcobola, etc.), en su contenido calcáreo proveniente de las areniscas calcáreas (estratos de Los Llanos), en la poca can- tidad de yeso y además en la mayor desalinización del suelo. El pasto, con excepción de los pedregales, en años llovedizos, es generalmente bueno, encontrándose también en mejores condiciones la parte oriental y septentrional. La sierra relativamente más rica en agua, es la de Los Llanos, y en especial los macizos graniticos de la Sierra de los Llanos, en sentido estrecho, y de Malanzán con sus levantamientos más altos del Mogote Rosado y el Cerro Po- rongos, respectivamente. Creo que esta abundancia en agua no es debida exclusivamente á las caidas atmosféricas, sino que depende de.la hidrología subterránea del Famatina. Asi se forman los ríos de Olta, de Solca, de Chila. Malanzán, Almalán, Totoral, Saladillo, ete., suministrando el agua á muchas poblaciones, entre las cuales Olta, Malan- zán, Solca y Chilca, son las más importantes. Además de estos caudales mayores, hay una gran can- tidad de vertientes que salen en las faldas, dando lugar á otras poblaciones, como para mencionar algunas en la falda occidental: Catunita, Alcázar, Tama, Guaja, Atiles, San An- tonio, Noqueces y Chepes; en la falda oriental: Santa Lucia, Bella Vista, La Ciénaga (al Sur de Olta), Olpa y ante todo, la importante población de Ambil, además Chelco. Cha- mical, el pueblo más grande de todos los Llanos, se surte de agua por medio de pozos. Estas vertientes, también en el caso que salen entre granito ó esquistos cristalinos y las areniscas del terreno de Paganzo, muchas veces son algo salobres. El mejor ejem- plo en este sentido, nos ofrece la vertiente de Chepes. En 192 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Ambil, hay dos clases distintas, unas casi dulces, otras bas- tante salobres. También hay vertientes en Catuna. Desgraciadamente tal riqueza, no es explotada, debido á la inercia y á la falta de recursos, perdiéndose el agua sin beneficios en las llanuras. La naturaleza no se opone á la construcción de embalses, ofreciéndose condiciones muy á propósito para ello al parecer en la quebrada de Olta, en la Ciénega, (al Sur de Olta), la quebrada del Rio Ansulón (Catuna), en el portezuelo de Malanzán y en Chila. Notable es el contenido calcáreo, que presentan mu- chas vertientes en las faldas de la sierra, dando lugar á la formación de travertina, como sucede eu la quebrada del Tigre, Amoladeras, Simbolar, Olta y Ambil. Como consecuencia de la riqueza en manantiales, vemos la primera napa de agua alrededor de la sierra á poca hondura y con algunas excepciones poco salobre, debiéndose esta última calidad, á que el terreno calchaqueño salinifero, está en su mayor parte distante de la sierra, mientras que la parte baja de la falda está formada, por lo general, por areniscas del terreno de Paganzo. La desalinización desem- peña también un rol importante. : Era de esperarse que las fuertes dislocaciones que existen en la falta oriental desde Punta de los Llanos hasta cerca de Olta, harian cambiar estas relaciones, ocasionando pérdidas de agua, pero esto no sucede, al contrario, ella aumenta tal vez por ascensión en las fracturas, porque la primera napa se halla en la zona de Chamical, término me- dio á 10 metros con agua potable, variando la salinidad según que la napa se encuentre en arena ó arcilla y siendo las aguas, en general, más saladas en el último caso. Es general también, que en las cercanías de las sierras, la afluen- cia de agua buena es mayor, donde existian arroyos cuyos lechos están completamente nivelados hoy por sedimentos Ó que se manifiesten solamente por insignificantes depre- siones del suelo. DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 193 En una corriente de esta naturaleza se halla, por ejem- plo, el pozo del ferrocarril en Chamical, teniendo agua casi dulce, además de ser abundante, mientras otros pozos en este pueblo, según sea su distancia de dichas corrientes, son más óÓ menos salobres. Lo mismo ha sido observado en otros pozos de esta región. El perfil y lo dicho en el capitulo relativo á los es- tratos de Los Llanos, dan algunas indicaciones sobre la po- sibilidad de encontrar en la región de Chamical fuertes napas de agua. Como desde Chamical á Punta de Los Llanos la lla- nura baja, el agua de un pozo cerca de la estación en 3 metros de hondura, es impotable, pero hacia la sierra me- jora notablemente, como se ve en un pozo de 6 metros si- tuado entre este lugar y La Hedionda que da agua potable. De Chamical hacia el Norte, naturalmente el nivel hi- drostático baja hacia la salina Antigua, sin embargo no regu- larmente, encontrándose en la estancia El Gringo ó El Bal- decito, á media distancia entre Chamical y la salina, á 30 me- tros debajo del suelo, y el agua es salobre. La hondura de la primera napa puede variar, como tam- bién la salinidad según el aflujo que viene de la sierra de Los Llanos. En la estancia Antigua, casi en la orilla de la salina, el agua está á 4 metros de profundidad y es impo- table. Igual caso tenemos en El Barreal (8 mts.) Al Sur de Chamical, en la región de Olta, las napas están afluenciadas por el río del mismo nombre, y las ver- tientes se encuentran al Sur y al Norte del mismo, cuya cuenca se abre sobre San Carlos y Chañar. Encima del granito de la sierra, vienen conglomerados y areniscas del terreno de Paganzo, y sobre ellos, ya distante de la falda, las areniscas calcáreas del terreno de Los Llanos, todos muy poco inclinados hacia Nor-Este y hundiéndose en la llanura bajo terrenos arcillosos (terreno calchaqueño). A esta estra- tigrafía se debe que la primera napa se halla á distancia de 13 194 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL 4 leguas de la falda, á 6 metros de profundidad (término medio): en Bella Vista, Tala Verde y Nepes, conteniendo agua poco salobre óÓ dulce con excepción de la represa de Los Veras (piso 1 del terreno de Paganzo), donde el agua es casi impotable. Corrientes de poca hondura, con aguas poco salobres se notan todavía cerca de Chañar, (Simbolar 12 y 6 metros de hondura). Hasta este punto llegan gran- des crecientes que bajan de la Sierra de Olta. Más lejos, como en San Carlos y Chañar, el agua de la primera napa es impotable, encontrándose en el primer lugar á 33 metros dentro del terreno cretáceo (?) y calchaqueño, y en el se- gundo, dentro de arcillas que pertenecen probablemente á este terreno. En esa región, el conocimiento de la hidrología subte- rránea, ha adelantado considerablemente, merced á una per. foración practicada en el Chañar por la división de Minas, Geología é, Hidrología. Aunque la estratigrafia de la cuenca del río Olta era algo desfavorable, se eligió ese punto en vista de la necesidad de proveer de agua tanto al ferrocarril como á la población. La perforación empezó el 31 de Marzo de 1905, con diámetro de 0.305, y terminó el 22 de Setiembre de 1906, con diámetro de 0,142, La perforación atravesó todos los terre- nos sedimentarios y alcanzó el granito ó el gneis. Doy á continuación el perfil de los estratos atrave- sados: 0,00 — 30 Arena gruesa suelta. 30 — 50 Arena parecida á la anterior, pero más fina, con arcilla. 50 — 60 Arena gruesa. 60 — 70 Arcilla con concreciones calcáreas. 70 —140 Arena (según los partes diarios, pues las muestras correspol- dientes á estas profundidades se extraviaron). 140. —170 Arcilla (Loes) con pocas concreciones calcáreas (tosca). 170 —240 Estratos parecidos al anterior. 240 —262 Arcilla granulosa mezclada con arena. 262 —275 Arena fina gris. DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 195 215 —300 Arena fina cuarcítica. 300 —302 Arena gruesa. 302 —307 Gneis triturado. 307 —315 Gneis triturado (por la máquina perforadora). La perforación encontró á la profundidad de 260 metros una napa de agua ascendente, y como el agua es apta para ser usada en las calderas, puede decirse que el trabajo ha tenido un resultado beneficioso. Doy á continuación, como dato ilustrativo, el análisis de dicha agua, que ha sido efec- tuado en el Laboratorio Químico del Ministerio de Agri- cultura: Color . . . Blanquecino. Cal (Ca O) 9/00 0.2004 Aspecto . . Ligeramente turbio. Magnesia (Mg O) » 0,0590 Reacción . . Fuertemente alcalina. Alum. (ALO » 0.0105 Dureza total. 560. Hierro (Fe? O?) ” 0.0024 Materia en suspensión %/o0 0.2136 Residuo á 1000-1050 , 2.6070 COMBINACIONES ” á 1800 ”» 2.5070 e de e id 14 Lo ” al rojo ” 2.4300 Alumina (AFO”) . . . . 0.0105 Alcalinidad en SO'H? , 0.1421 Hierro (Fe* O”) . 0.0024 Materia org. (sol. alc.) .» 0.0015 Carbonato de ditió, (Ca CO” 0.1403 » (sol. ac.) » 0.0064 Sulfato » 6 114,509. 12073 Ácido sulfúrico en SO* ,» 0.4395 » de magnesio (Mg SO*) 0.1770 » Clorhídrico en cloro , 0.9591 » de sodio (Na? SO') . 0.2621 » Títrico en NO'H , 0.0004 Cloruro de sodio (Na Cl) . 1.5726 » Carbónico (CO”) , 0.0638 Nitrato de potasio (KNO*). 0.0007 Silice (Si O”) » 0.1585 TOTAL. . . 2.6214 De la clasificación que antecede, resulta que aquí faltan las areniscas del terreno de Paganzo, como se hallan en Olta. En la época de la perforación en que los estudios geológicos eran limitados, este resultado sorprendió. Hoy día sabemos que este terreno ha sufrido zonalmente una denudación, con la que se explica su falta subterránea en esta región. Es muy probable que las arenas (40 metros), que cubren el granito ó el gneis, sean del terreno de Los Llanos, pero faltando la cementación de ellas por caliza. (Véase el capítulo sobre este terreno). 196 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL En la falda austral y Sud-Este, más ó menos desde Catu- na hasta Chepes, debido á la denudación, las areniscas del terreno de Paganzo han desaparecido, de modo que el gra- nito y los esquistos cristalinos cubiertos por el terreno de Los Llanos, (corte del ferrocarril entre Tello y Barranquitas), forman el subsuelo de la llanura, por lo menos cerca de la falda de la sierra. Sobre los estratos de Los Llanos se extien- den estratos arcillosos (con concreciones de tosca) y arenosos. Por estas razones se encuentra también aquí la pri- mera napa cerca de la superficie: Piedras Rosadas, Y me- tros; Pozo de Piedra, 9 metros; Totoritas, 7 metros: Los Britos, 9 metros; Catuna, 9 metros; Los Pocitos, $ metros; pero, en general, el agua es salobre por encontrarse la napa en terreno arcilloso. En Alanises (4 metros), el agua es im- potable, pero la composición del subsuelo es muy variable, pues en ese mismo lugar hay otros pozos de 15 metros de hondura con agua potable. Las corrientes subterráneas se hacen todavia sensibles en Milagro, que no obstante de su distancia de la sierra tiene agua poco salobre en 17 metros, y más todavia en Te- llo, cuya agua (20 metros), es bien potable. Nos acercamos en esta región, á la Sierra de Ulapes. Esta sierra, que junto con la de Minas no forma sino una sola, está unida casi directamente con la de Chepes, de la que está apenas separada por una baja depresión. Un macizo granítico (Sierra de Ulapes), y esquistos cristalinos (Sierra de Minas) son sus componentes principales, sobre los que siguen en la falda el terreno de Los Llanos y el Calchaqueño, hallándose las areniscas del terreno de Pa- ganzo denudadas ó dislocadas hasta quedar reducidas á un resto de conglomerados (piso 1) en el Abra. Esta sierra es también muy abundante en agua, que sube en manantiales del macizo granitico de la Sierra de Ulapes. Como ésta cae rápidamente hacia el Naciente y está tendida hacia el Po- niente (aquí llamada Sierra de Minas), la mayor parte de DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 197 las vertientes caen hacia este lado, alimentando varios rios, como los del Aguila, Casas Viejas, Callanza, de las Minas, San Isidro, etc., pero sin que ellos lleguen hasta la llanura occidental, en la que las salinas se acercan mucho á la sierra. La abundancia en pastizales es debida á esta riqueza en agua corriente y á la cercania de la primera napa. La dependencia de las vertientes del macizo granítico y tal vez de una linea de dislocación se nota también en el valle de El Abra, donde hay varias de ellas, como ser: El Abra, Sa- lada y Mosquito. Los arroyos al lado Naciente de la Sierra de Ulapes, son insignificantes, debido á la rápida caida de la sierra, pero deben haber corrientes subterráneas, que se concentran en el bajo de Ulapes, porque la napa de agua poco salobre se halla á poca profundidad (15 y 25 metros). Hacia esa región se dirigen también parte de los que vienen de El Abra, mientras otra parte corre hacia Naciente. Parece que levantamientos insignificantes parten de la Sierra de Ulapes hacia Nor-Este separando las co- rrientes de ella de las de la Sierra de los Llanos. Este levan- tamiento desvía las aguas de la Sierra de Ulapes hacia Nor- Este (Milagro). En la región central, entre las sierras de Córdoba, de San Luis y de Ulapes, la primera napa, según se ha dicho, se retira hasta 60 metros de profundidad, y es salobre. La falda Oriental de la Sierra de Malanzán y Chepes está caracterizada por el contrafuerte de la cadena del Ce- rro Orcobola, que está separado de la Sierra de Malanzán por el Bajo de las Latas, constituido por una cuenca dislo- cada (perfiles XI y XI). Las aguas que bajan de la Sierra de Malanzán, (desde Portezuelo al Norte), corren por €s0 en esta depresión hacia el Norte, lo que se manifiesta espe- cialmente en épocas de crecientes. Es de suponer que hay napas poderosas de agua bajo presión en esta cuenca, pero las que están en el terreno calchaqueño, son probablemente, salobres. El Bajo se confunde con la llanura al Poniente de 198 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Tama. Desde este punto, al Norte, hay como ya he dicho, varios manantiales en la falda de la sierra, de los cuales, los más importantes están en Chila, y son un ejemplo de la notoria incapacidad de la gente para aprovechar esta riqueza natural. Cerca de Punta de los Llanos hay un pozo en la es- tancia de Herrera con agua poco salobre á 10 metros de profundidad. Con esto he concluido á grandes rasgos la hidrología de la Sierra de los Llanos. Como componente principal del subsuelo de la llanura al Naciente de esta sierra—dejando de lado el basamento de esquistos cristalinos y granito con areniscas del terreno de Paganzo por encima, cuyas últimas pueden faltar zonalmente, —se reconocen las toscas calcáreas areniscosas ú (?) arenas equivalentes del terreno de Los Llanos que afloran alrededor de la sierra en su pendiente baja y los estratos esencial: mente arcillosos y saliníferos del terreno calchaqueño. El suelo mismo está formado por sedimentos diluviales y alu: viales, consistentes en materiales detríticos de todos estos terrenos arrastrados por las aguas hacia las partes bajas. Una diferencia esencial entre esta llanura y la que está com- prendida entre las Sierras de los Llanos y de La Huerta, consiste en que en aquella el terreno calchaqueño está bas: tante hondo y cubierto por estos estratos modernos, los que en las partes centrales de la llanura son sin duda de mucho espesor. Así los yacimientos de yeso del terreno calcha- queño, como los hemos observado en la llanura limitrofe á la Sierra de la Huerta con gran perjuicio de las aguas del suelo, no se hallan en la superficie. Faltan además las extensas acumulaciones de acarreo grueso como los que hay al pie de la Sierra de la Huerta. La gran propagación de los estratos calcáreos de Los Llanos, que suministran caliza al suelo, desempeña también t DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 199 un rol importante en el mejoramiento del suelo, especial- mente en la zona austral, (Tello, Milagro. Ulapes), disminu- yendo su influencia hacia el Norte y Nor-Este (salinas). Hay en fin otro factor más, y es la desalinización, que ha ade- lantado mucho, abarcando todos los estratos modernos en su mayor parte. Todas estas condiciones encuentran su expresión en una vegetación más exuberante que en la Sierra de la Huerta y en su llanura limitrofe, tanto en la Sierra de los Llanos, que en su mayor parte está cubierta por monte alto y bajo, como en la llanura, (mucho quebracho blanco). Entre las tres llanuras que se suceden de Poniente á Naciente entre la precordillera, la Sierra de la Huerta, la de Los Llanos y la de Córdoba, la última ocupa, pues, económicamente el primer puesto, acercándose en este sentido á la del Naciente de la Sierra de Córdoba. Para terminar, debo recurrir á la estratigrafía de la llanura para resumir y hacer algunas consideraciones res- pecto á las napas profundas. De los terrenos que componen la llanura, solamente el piso L ó sean los estratos más inferiores del terreno de Paganzo, generalmente compuesto de conglomerados y pues- tos sobre granito 6 esquistos cristalinos. está libre de sal ó la contiene en poca cantidad, por lo tanto, es el único que puede contener napas de agua dulce, todos los terrenos si- guientes hasta los estratos más modernos de acarreo deben llevar napas de agua más Ó menos salobres, debiendo au- mentar la salobridad en general hacia los puntos más bajos de las llanuras (salinas). Se comprende, que las aguas su- perficiales por lo común son las menos salobres, porque son alimentadas por las aguas dulces de las sierras que actúan lavando más y más los terrenos, pero al alejarse de ellos el grado de saturación de las aguas aumenta considerable- mente. Sin embargo, esta regla general varía aún á poca distancia de las sierras, siendo la cantidad de sales casi 200 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL siempre mayor dentro de los estratos puramente arcillosos, que dentro de arcillas arenosas ó de arenas, lo que se explica á causa de ser la corriente de agua en estos últimos más fuerte, y haber, por lo tanto, eliminado más sales. En mu- chos casos se puede observar, que napas de agua dulce Ó poco salobre, se hallan casi siempre en depresiones del suelo muchas veces tan insignificantes que escapan á la vista. Estas aguas han corrido en otros tiempos superficialmente, habiendo sido cubiertos los lechos más tarde por sedimentos. Esas corrientes pueden llegar muy lejos de las sierras hasta las salinas. En mi concepto, estas corrientes son, sobre todo, las que hay que tomar en consideración, si se trata de mejorar las condiciones de agricultura y de los campos de pastoreo en esas regiones, después de aprovechados los posibles em- balses de aguas superficiales indicados para algunos puntos. Como se trata, en primera linea, de corrientes de poca hon- dura, los sondeos pueden hacerse con perforadores á mano, con poco gasto. La llanura al Sur, Naciente y Norte, de la Sierra de los Llanos, seria para empezar la más adecuada para esta clase de sondeos que se podría realizar económi- camente. Una vez los resultados á la vista, los propietarios mismos enseñados y estimulados continuarian con estos trabajos, pues en años secos, la escasez de agua llega á tal grado, que la hacienda muere, y que la gente misma carece de agua y viéndose obligada á abandonar sus casas para buscarla en las sierras. Estas napas suministrarian no so- lamente agua potable para la gente y la hacienda, sino que podrian ser aprovechadas para el riego en pequeña escala. Pero estas investigaciones. y sondeos referentes á las napas superficiales, son también necesarias para formarse una idea donde pueden haber otras napas más inferiores á fin de poder ejecutar perforaciones más profundas, porque donde hay una napa superficial poderosa y buena, se puede suponer la existencia de otras en profundidad, aunque esto DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 201 no quiere decir que siempre se ha de conseguir el resultado deseado. La causa estriba siempre en el carácter del te- rreno. Bajo los estratos superficiales (diluviales ó aluviales), sigue el terreno calchaqueño compuesto esencialmente de estratos arcillosos que alternan por lo general con arenas y rodados que descansan sobre las toscas areniscosas calcá- reas que se ven aflorar, como he dicho, alrededor de la Sierra de los Llanos, del Velasco, etc. Estos estratos, y en particular, los calchaqueños en las llanuras, son salinife- ros por excelencia. Este piso contiene, además, yeso y sul- fato de magnesio y de sodio, á los que hay que atribuir la malisima calidad de algunas aguas contenidas en él en la llanura al Naciente de la Sierra de la Huerta. Las napas de agua en estos terrenos, serán por lo general, muy salobres, lo que no excluye que haya estratos con agua poco salobre sobre todo cerca de las sierras, donde hay bastante afluen- cia del liquido. Siguiendo los terrenos de arriba abajo, encontramos debajo de las toscas areniscosas calcáreas del terreno de Los Llanos el terreno de Paganzo. Entre sus tres pisos esen- cialmente compuestos de areniscas, solo el inferior deposi- tado sobre granito ó los esquistos cristalinos, es casi libre de sal. Pero como él se halla en la llanura en la mayor parte de los casos á gran profundidad, casi no se puede contar mucho con el aprovechamiento de las napas de agua que pueda contener. De los otros dos es, sin duda, el superior (HI), mucho más favorable para la existencia de napas de agua por contener menos sal y por ser más poroso, además, también, por estar cubierto por las toscas areniscosas Calcá- reas poco permeables. Esto seria la serie normal de los terrenos en los Lla- nos de la Rioja, pero en varias partes de ellos, (falda Sur de la Sierra de los Llanos ó en la llanura misma, como de- mostró la perforación en Chañar), no existe el terreno de 202 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Paganzo ó solamente hay parte del mismo, en cuyo caso aquellas toscas Ó arenas (perforación en Chañar), pueden seguir inmediatamente sobre granito ó el gneis. Según eso, las condiciones para perforaciones profun- das consideradas desde el punto de vista de la salinidad de los estratos, en general, no son favorables, sin contar que el espesor de los terrenos es muy considerable, así por ejem: plo, el terreno de Paganzo alcanza en general 1000 metros, y el calchaqueño, muy dificil a apreciar en general, tiene en Paganzo varios miles de metros, mientras que las toscas areniscosas (terreno de Los Llanos), no alcanza por lo común á 50 metros. Sin embargo, hay que tomar en cuenta, que tanto el espesor como la sucesión de los estratos varía, y además, no es de suponer, que el subsuelo formado por granito ó esquistos cristalinos, etc., se incline tan regularmente como la super- ficie del suelo de las llanuras, sino que al contrario, estará ondulado á menudo, siendo las ondulaciones más acentua- das cerca de las sierras, de tal, que los estratos que cerca de las serranías se hunden pueden levantarse de nuevo en puntos algo distantes, acercándose á la superficie. Me re- fiero, por ejemplo, á lo que he dicho con respecto á la región de Chamical. Estas últimas consideraciones y la mayor afluencia de agua desde las sierras, son razones suficientes para justificar per foraciones profundas en las zonas cercanas álas sierras, donde no se puede conseguir agua de otro modo y donde su alcance es de imperiosa necesidad y donde razones geológicas bien de- finidas nose oponen terminantemente á la existencia del agua. APÉNDICE En consideración de que he hecho mención de la ve- getación en esta exposición, citando varias veces nombres vulgares de plantas que precisan su clasificación cientifica, Y que conviene completarlos en algo, doy á continuación una lista de las plantas observadas durante mis viajes, revisada DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 203 y provista de los nombres científicos por mi colega doctor Kurtz. Le doy aquí mis gracias por este impulso botánico que le debo, pues me hizo olvidar muchas veces las fatigas de los viajes en esta regiones poco atractivas. Me limito á las plantas más comunes, pero incluyo también algunas es- casas localmente características. Los interesados en la vegeta- ción pueden comparar además: G. Vallejo, Departamento Cha- mical.—B. Inst. Geogr. Arg., tomo ll. Especial interés tienen algunas plantas que han sido encon- tradas en otros paises solamente en las playas marítimas, y las que son, muy probablemente, sobrevivientes de la época final de la cretácea y del principio de la terciaria, en que restos de las aguas marinas cretáceas cubrieron tal vez gran parte de estas regiones, como está expuesto en los capitulos anteriores. MONTE ALTO Algarrobo blanco. . . . Prosopis srl hi negro . a nig Qhibracho DIMACO. 7 Koa llene blanco, Schlechtend. colorado . . . Schinopsis Lorentzii, Engl. Molle de babes A Aer DUES TAS. Tala : a Celtis Sellowiana, Mig. Tala tale co... +. Bougainvillea stipitata, Grs. (Velasco). Quebracho flojo . . . . lodina rhombifolia Hook. et Arn. DA CANA DEA, Es. et o a Acacia Aroma, Ul CIDO. 2 ad « atramentaria, -Benth. Mistol. 3.7.0: 7. Zizyphus Mustol, Grs. Vina... . . . . . Prosopis ruscifolia, Grs. (Chamical muy escaso). Visco . ni o Acacia Visco, Lor. (Los Llanos, Velasco). Palo bortacho o... Chorisia insignis, Kth. (Velasco y un ejemplar en la quebrada de San Julián, Chamical). Chica... . . . . . Chica riojana, Kurtz ined. (Dalbergiea, Sierra de Paganzo, de Vilgo). ARBUSTOS Y SUB-ARBUSTOS Jarrilla hembra. . . .. . Larrea divaricata, Cav. e IMEMO.. A » cuneifolia » Tintitaco. . . . . . . Prosopis adesmoides, Grs. Retamo . ..... . . . Bulnesia retamo, Grs Pus-Pus . . . . . . . Zuccagnia punctata, Cav. 204 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL Garrabato, Uña de a . Acacia furcata, Gill. Piquillín . . —Condalia lineata, Gray. it o... . . Atamisquea emarginata, Miers. Molle. . . . . . . . Duvaua dependens, Ortega. ideal: Serio » e Grs. » blanco . . . . Moya spinosa, Grs FRA, ARDBEO. + dE viscifolia Grs. Carne gorda. . E vitis idaea, Grs. pr del campo. j Muifenía americana, L. Lata , . . Acacia praecox, Grs. Mimosa carinata, Grs. Chilca. A e E. Fioupensia O! Grs. y otras especies. MECOChne . . ... , “>. Vallesta glabra, Rodajillo. . . . . . . Plectrocarpa eracant, Gill. Monte negro . . . . . Tricycla spinosa, Cav. IA Porlieria Bt a Engl. Barba del tigre. . . . . Colletia ferox, Gill. Tintillo . . . . . . . Monttea Schickendanzii, Hier. Lagaña de perro. . . . Caesalpinia Gilliesii, Wallich. PICHAMA o «+. . Heterothalamus spartioides, Hook. re de indio. . . . Cassia aphylla, Cav Sunch + +. . Baccharis salicifolia, Pers. Romerillo A +. . . Chuquiragua erinacea, Don. Azahar del campo + . . Lippia lycioides, Steud. Poleo . ao de Lippia turbinata, Grs. Manzanillo 2... +... . Lippia integrifolia,, Miers, Duraznillo . . . . . . Cestrum pseudoquina, Mart. Palan-Palan. . . . . . Nicotiana glauca, Grah. Altepe Proustia ilicifolia, Hook Quillay ' Hualania colletioides, Phil Fi LN Hyaloseris rubicunda, Grs. et H. cinerea Grs Guebracnillo o. +. + +. Berberis spinulosa, St. Hil. (Velasco). Ed. 243 bs Ribes glandulosum, R. et. P. (Velasco). Coliguay . pe . — Colliguaya integerrima, Gill. PLANTAS CARACTERÍSTICAS PARA LAS SALINAS Jjume . . . . . . . . Spirostachys patagónica, Grs. rn +... +. + Halopeplis Oilliesii, Grs. moroso. + + + +. Suaeda divaricata, Moqu-Tand. PLANTAS DE SUELO SALINÍFERO Cachiyuyo, Zampa . . . Atriplex spec. A ON cuneata, R. et P. PLANTAS DE PLAYAS MARÍTIMAS Batis marítima, L.—Los Colorados del Velasco, Chacritas-Mareyes, (Florida- Brasil). DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 205 Idem afuera de nuestra zona: Cressa cretica, L.— Var. australis, Choisy. Mar Chiquita, Laguna Bebedero. Cressa cretica, L.-— Var. truxillensis (Kth en H. et. B.) Choisy. Salinas Grandes, ocho aguna cho. Monanthochloe litoralis, Engelm. (Florida, California, etc). Scleropogon brevifolius, R. A. Phil. (México, Chile). Vil PRODUCTOS MINERALES DE APLICACIÓN vil! PRODUCTOS MINERALES DE APLICACIÓN l.—Vetas metalíferas 1.—Sierra DE Cueres. 1.—El Porongo, distante 25 kiló- metros más ó menos de Malanzán. El gneis biotítico con rumbo hacia el noroeste está cru- zado por tres vetas de cuarzo, cuya corrida es sudoeste á noreste é inclinación vertical. Su espesor es, término medio, de 0,40 ms. La salbanda del lado norte, en general, está bien formada con plano liso, lustroso y á veces rayado (Rutschfláchen). Por el sur el cuarzo envía ramificaciones en el gneis, que en esa parte contiene mineral sericitico. Se hallan fragmentos de gneis dentro del cuarzo. En la cerca- nia aparece granito y pegmatita. Las minas son abandonadas. En el desmonte se observan: pirita de cobre, chalcosina, mucha hematita, goethita y limonita. Según se dice hubo oro nativo en clavos. Según Emilio Hunicken (obra abajo citada) la ley de varias partidas ha sido la siguiente: 1).- 15 %/o de cobre. 40 gramos de oro por tonelada. 2). - 17 9/0 de cobre. 160 gramos de oro por tonelada. 3).— 8 0/0 de cobre. 145 gramos de oro por tonelada. 210 BOLETIN DE LA ACADEMIA NACIONAL El mineral ha sido beneficiado al final del año 1880 en el establecimiento de fundición «Miraflores». en la sierra de Minas. 2.—Almalán, situada á 45 kilómetros al sur, donde han sido descubiertas hace mucho tiempo y explotadas por Tello varias vetas de buena lev y beneficiadas en aquella mina. Según E. Hunicken los minerales dieron las siguientes leyes: 1). - 16 0/o de cobre. 40 onzas de plata por tonelada. 0.0008 onzas de oro por tonelada. 2).—13 %/. de cobre. 38 onzas de plata por tonelada. 11 , de plomo. 40 onzas de plata por tonelada. 4).- 17 %lo de cobre. 5 » de plomo. 64 onzas de plata por tonelada. Según mis observaciones dos vetas de cerca de 0.30 metros de espesor, con corrida larga y con rumbo de po- niente á naciente, cruzan la diorita, que está muy descom- puesta en la zona de la salbanda. Los minerales son los de El Porongo. La diorita parece cruzar al poniente granito. 2.—SIERRA DE Minas.—Esta sierra tiene una oran canti- dad de vetas. E El distrito más viejo es el de Callana en el que en la época de Quiroga y de Peñaloza, se extrajo plomo. El res- taurador ha sido también aquí Tello, que fundó en el año 1887, en Callana, el establecimiento «Miraflores», hoy día casi completamente destruido, siendo las minas abandonadas hace ya años. Las vetas reconocidas por mi, son las de San Pa- ajo, San Pedro y de Minas Viejas. Están dentro de gneis granítico con corrida de norte á sur y lo cruzan en posición DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 211 vertical de poniente á naciente, Las vetas son, al parecer, compuestas. Entre los minerales del desmonte se nota mu- cha pirita de hierro, chalcosina y un poco de galena. Hunic- ken menciona arsénico y antimonio, como componentes. Los laboreos son inaccesibles. Referente á estas minas, Hunicken, dice: «Las seis principales minas están situadas en una espe- «cie de altaplanicie que se eleva apenas 10 metros sobre el «nivel de la llanura, y socavones de explotación en ninguna «de ellas se puede utilizar. La descubridora, la más antigua, «es la mina Vieja, y es ella á la vez probablemente la más «importante; la veta tiene 800 metros de corrida y un ancho «de 0.70 ms. hasta 1 metro. Apenas los trabajos cuentan con ¿una hondura de 30 metros. Se extrae de ella: pirita de «fierro y de cobre, galena, cobre añilado. acompañado con «blenda y cuarzo. «La ley es la siguiente: 5 0/¿ de cobre. g , de plomo. 4 marcos de plata por tonelada. */, onzas de oro por tonelada. -La veta de la mina Rio Negro con un metro de ancho, «se compone de óxido de hierro mezclado con cobre aladri- «llado, malaquita, silicato de cobre y de hierro, sulfato y car- «bonato de plomo. Fué hallado aqui dioptasa en cristales. «El mineral dió las siguientes leyes: 1).— 9 %/o de cobre. 8 marcos de plata por tonelada. 40 gramos de oro por tonelada. 2). -5 %/o de cobre. 9 , de plomo. 3 marcos de plata por tonelada. 22 gramos de oro por tonelada. 3).-5 %/o de cobre. 2 marcos de plata por tonelada. 19 0/0 de plomo. 212 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL «Colindante con la mina Rio Negro está la mina Cho- «rilla con la siguiente ley: 5 “lo de cobre. 16 , de plomo. 8 marcos de plata por tonelada. 24 gramos de oro por tonelada. «La veta de San Pedro tiene un espesor de 70 cms. y «una corrida más ó menos de 4 kilómetros, pero en cente- «nares de metros está únicamente formada por cuarzo. La explotación en algunos puntos del filón dió: 1á 2% de cobre. 26 435 » de plomo. 4 marcos de plata por tonelada. 20 hasta 40 gramos de oro por tonelada. Hace poco han sido principiados de nuevo en la sierra de Minas trabajos de exploración por la «Sociedad de la sierra de Minas», que adquirió la mayor parte de los dere- chos. Esta empresa piensa beneficiar en primera línea varias vetas de cuarzo aurifero de rica ley, del distrito Espinillo, las que se hallan dentro de granito biotítico y que tienen en mayor parte rumbo de poniente á naciente, de 1% metro de espesor y de varios cientos metros de largo. El cuarzo (en parte con espato caliza) contiene muy poco de piritas y galena por lo menos hasta la profundidad alcanzada. Como lugar para el establecimiento de extracción se eligirá, pro- bablemente, Callana ó La Abra, donde hay bastante agua. La leña es muy abundante en toda la sierra. Aunque estos datos sobre las vetas metaliferas de la sierra de Los Llanos son pocos, resalta como carácter común y esencial para todas ellas, su contenido de oro acompaña- dos de minerales de óxido de hierro. Atribuyo su formación á las dioritas directamente ó por intermedio de granito. ¿n Almalán la dependencia directa de la diorita es evidente. DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 213 La diorita como granito son muy probablemente pa- leozóicos. Filones de diorita que cruzan el granito se obser- van entre la población Casana y Chepes. Este tipo no existe, según mis conocimientos, en la sierra de Córdoba, siendo las vetas de cobre, como las de Tio, Tacuru, Tauro, Cunuputu, etc., muy distintas (véase mi trabajo abajo citado). A las vetas de cuarzo aurifero del distrito Espinillo se acercan tal vez las del Paso de Carmen y de El Molle en la sierra de Córdoba, siendo posible que aqui también han testi influen- cia dioritas. 3.—SIERRA DE La HuerTa.—El Morado. Como la visita de la veta no me ha sido permitida, mis observaciones frag- mentarias se limitan á las rocas situadas en la cercanía de ella, revisadas en la quebrada, que baja de la falda. En ésta .Se destaca desde lejos un filón de cuarzo en forma de una faja blanca, limitada por otra de color pardo rojizo, com:- puesta muy probablemente de una roca felsitica, en parte algo estratificada (por mica) con inclusión de hematita micá- cea. En su cercanía aparecen esquistos tremolíticos cuarzo- sos, probablemente en unión con caliza más ó menos gra- nuda (hallada como rodado). Cuarcita igualmente encontrada como rodado (caliza silicificatada ?) contenía galena. La falda de la sierra se compone además de gneis biotítico, esquistos anfibólicos y rocas parecidas á porfiroides. Según comunicación de un minero, la caja de la veta se compone en una mina de esquistos y en otra de caliza. Muy probablemente se trata aquí de un yacimiento produ- cido por metamorfismo de contacto. El filón ha sido bene- ficiado en un trapiche de pisones por su ley en oro. Los minerales asociados que he visto son: pirita de hierro, de cobre y galena. La leña es escasa en los alrededores. Hay agua de primera napa que se extrae por medio de pozos de balde. Cuando hice mi visita (1905), los trabajos esta- ban paralizados. 2914 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL El distrito de Mareyes contiene muchas vetas, todas abandonadas (1905). La mina principal ha sido Rosarito. Muy cerca de Mareyes, cerca de 1 1/2 legua al Naciente está situada la mina Marseillaise. La veta se encuentra dentro de esquistos hornblendíferos, que son acompañados de diorita, granito y pegmatita. El centro lo ocupa el cuarzo con galena, blenda, pirita de hierro y algo de pirita de co- bre, siguiendo á los dos lados un panizo de roca muy des- compuesta kaolinitica, y entre él y el cerro cuarzo con me- tales cálidos. Se trata, pues, de una veta compuesta. Otro distrito muy viejo, es el de Santo Domingo, donde tampoco hay trabajo hace mucho tiempo. Las vetas han contenido, según dicen, plata nativa, rosicler, argentita y Co- bre gris. Finalmente, mencionaré el distrito del Cerro Blanco, en la falda oriental de la Sierra de la Huerta, al Sur de Santo Domingo, en el que se ha empezado á trabajar hace poco sobre vetas de cuarzo auriífero (1905). 4.—SIERRA DE SAÑAGASTA, ETc.—Esta sierra, no obstante que su granito paleozóico, (con pórfido cuarcifero), forma la continuación inmediata de la Sierra de Famatina, es po- bre en vetas metaliferas, tal vez por la falta de esquistos (dislocados ó hundidos en los dos lados de la sierra, y de los que se han conservado muy pocos trozos metamorfo- seados por el granito), ó por la insignificante propagación de Diorita. Según muestras que he visto, deben haber filones de galena y de minerales de cobre en las sierras de Vichigasta y de Catinsaco, pero ellos no pueden tener importancia por no haber encontrado atención, no obstante la cercanía de establecimientos metalúrgicos. a espato calizo en pia po sn e Diab ae : , que contiene trozos de un esquisto DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 215 paleozóico, hallazgo más de interés cientifico por estos es- casos seleniuros que por su valor minero, porque toda la riqueza fué muy superficial, quedando ya agotada apenas explotada una tonelada del mineral. El filón se halla cerca de Piedra Pintada, en la Sierra de Sanagasta. Eukairita, asociado al Umangita en la Sierra de Uman- go, no se encontró entre las muestras remitidas á mí. 11.—Otros productos minerales Carbón.—El piso 1 del terreno de Paganzo contiene en varios puntos esquistos carboníferos, que contiene en partes capitas muy delgadas de carbón ó de carbón arcilloso. Las esperanzas que se tenían en el descubrimiento de un yaci- miento de algún espesor en Paganzo no se cumplieron, y hay que abandonar la idea de encontrar carbón explotable en este terreno, por lo menos en nuestra región. No nece- sito, pues, repetir aquí los nombres de los lugares ya citados en el capitulo relativo al terreno de Paganzo y que sola- mente tienen interés cientifico por las plantas fósiles que contienen los yacimientos. Otros yacimientos de carbón, de espesor mayor que aquéllos, los de Mareyes y del Cerro Morado, campo de Ís- chigualasta, pertenecen al terreno rético, según lo he mani- festado en el capitulo relativo á este terreno. Los resultados de los ensayos de carbón de estos lugares, del primero, según Rickard, del segundo, según Angel Cantoni. son los siguientes: Mareyes C. Morado Humedad higr. 1.57 0/0 5 0/0 Materia volatil 39,30 ojo 26 ofo Carbón fijo 36,20 o/o 22 o/o Cenizas 22,43 flo 47 0/0 Densidad -- 1,60 216 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIOLAL Varias perforaciones practicadas en Mareyes, dieron resultados negativos (compárese el capítulo sobre el terreno rético). En cuanto á los yacimientos del Cerro Morado, solo diré «que las condiciones de toda la región descrita, donde sale el terreno rético son absolutamente desfavorables á una explotación. Con esto queda resuelto definitivamente en sentido ne- gativo el problema concerniente á la existencia de depósitos carboniferos explotables en esta parte de la provincia de La Rioja y de San Juan. Mármol y caliza.—Mármol del terreno de esquistos cris- talinos, se halla en poca cantidad cerca de Vilgo, y además en la Sierra de La Huerta, región de San Agustin, entre la Cuesta de Chaves, y en Chacritas, todos de importancia local. Los estratos de Los Llanos de la Rioja, donde contie- nen muchas concreciones ó bancos de caliza, son explota: dos como en: Aguadita-Chamical, Tanin (Velasco), los Ce- rrillos de la Sierra Brava, Colasacán y en varios otros puntos; pero su calidad es inferior, debido al contenido de cuarzo, arcilla, etc. Travertina.—Yacimientos en partes explotados y de al- gún espesor, se hallan en Ambil, Simbolar, cerca de Cha- mical; además en varios otros puntos de las faldas de la Sierra de los Llanos, pero de reducido espesor, como en Olta, Amoladeros, Quebrada del Tigre, Aguadita-Tama, etc. Yeso.—Bancos de pequeño espesor y no continuos han sido cortados por el ferrocarril de Deán Funes á La Rioja. cerca de San Carlos. Además se encuentra en Patquia Vie- ja, en Las Lomas Blancas, (camino de Patquia á San Juan), en Paganzo, etc., no prestándose en ninguno de estos puntos á una explotacion en gran escala. Sd DE CIENCIAS EN CÓRDOBA 217 Granito.--Una cantera se halla en el extremo de la Sierra de Velasco, cerca de Patquia, casi sobre los rieles del ferrocarril á Chilecito, la que ha proporcionado mate- rial en la construcción de éste. Otra cantera existe cerca de Barranquitas (Tello), abierta durante la construcción del ferrocarril de Serrezuela á San Juan. No faltan granitos, que podrian ser aprovechados, cerca de estos dos ferrocarriles. Lajas.—De areniscas de buena calidad, (terreno de Pa- ganzo, piso II), han sido extraídas en La Cortadera, cerca de Olta, para usos de esta población. Sal común.—Es explotada en las salinas de Chepes y Papagavos, para consumo en las provincias de San Luis, La Rioja y Córdoba. IX BIBLIOGRAFÍA BRACKEBUSCH.- Mapa geológico de la parte Nor-Oeste de la República Argen- tina.—Publicación de la Academia Nacional de Córdoba. STELZNER . . Beitráge zur Geologie und Palaeontologie der Argentinischen Re- publik. Palaeontographica; Suppl. UI. Palaeontogischer Theil: H. B. Geinitz, Uebér rhátische Pflanzen und Thierreste in den argentinischen Provinzen La Rioja, San Juan und Mendoza. RICKARD . . Mining journey 1863. Informe sobre los distritos minerales de la República Argentina en 1868-1869.—Publicación oficial del Ministerio del Interior, Buenos Aires, 1869. HUENICKEN EmILIO.—Provincia de La Rioja.—/ndustria Minera y Metalúrgica. Para la Exposición Minera y Metalúrgica de la República de Chile, 1894. PAUL SIEPERT. Petrographische Untersuchungen an alten Ergussgesteinen aus der Argentinischen Republik, Jahrbuch fiir Mineralogte, Geo- logie und Palaeontologie, Beilage Band IX. ANGEL CANTONI.— Sobre la formación carbonífera de la República.— Escuela Nacional de Minas, San Juan. BODENBENDER GUILLERMO.—Sobre la edad de algunas formaciones carboní- feras de la República Argentina. —Anales del Museo de La Plata.—Tomo VII. y Contribución al conocimiento de la precordillera de San Juan y Mendoza y de las sierras centrales de la República Argentina. Boletín de la Academia Nacional de Ciencias, en Córdoba. Tomo XVII. 220 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL BODENBENDER. — Devono y Gondwana de la República Argentina. Idem, T. XV. » Meláfiros, Basaltos y Andesitas de la Sierra de Córdoba; Dia- basas, Porfiritos augíticos y Meláfiros, que se encuentran entre la Sierra de Córdoba y la Precordillera: según inves- tigaciones de Chelius, Brackebusch, Siepert, Stelzner y pro- pias.— Anales del Ministerio de Agricultura. Tomo Il, N.* 3. IM.DIcE I. — INTRODUCCIÓN . 1. — Morfología E 2.— Apuntes históricos. 3.— Observaciones generales. II. — TERRENOS METAMORFOSEADOS e Pa y nta aa 111.—TERRENOS CARBONÍFERO, PERMIANO Y TRIÁSICO oa Rético). — “Estratos de Paganzo» . . o. IV.- TERRENOS RÉTICO, JURÁSICO Y ACIÍCEO | SUPERIOR ANDINO . 1.— Parte meridional . A , 2.— Parte septentrional V.— TERRENO CRETÁCEO SUPERIOR EXTRA-ANDINO 0-1 Estralcs de EA Llanos de la Rioja» a VI.— TERRENO TERCIARIO Y (?) PLEISTOCÉNICO. 1. — “Estratos calchaqueños» rd 2.— Acarreo diluvial (Schotter). Salinas VII.—AGUA, SUELO Y ; eorrción VIII. - PRODUCTOS MINERALES DE Afición: 1.—Vetas metalíferas . . . A 2.- Otros productos cols. [X.— BIBLIOGRAFÍA eg 12 fotograbados Un cuadro de perfiles geológicos. Un plano topográfico-geológico. Dl ia Publicaciones del Autor: La Cuenca del valle del Río 1.2 en Córdoba.—Boletin de la Acade- mia Nacional de Ciencias, tomo XIl. Apuntes sobre rocas eruptivas de la pendiente oriental de los Andes entre Río Diamante y Río Negro.—Revista Argentina de Historia Natural, tomo Ll Sobre el terreno jurásico y cretáceo en los Andes Argentinos entre los ríos Diamante y Limay.—B. A. N., tomo XIII Sobre el Carbón y Asfalto carbonizado de la provincia de Men- doza.—B. A. N., tomo XII. La Llanura al Este de la Sierra de Córdoba.—B. A. N., tomo XIV. Los Criaderos de Wolfram y Molibdenita de la Sierra de Cór- doba.—B. A. N., tomo XIV. El Terremoto del 27 de Octubre de 1894 en las provincias de San Juan y La Rioja.—B. A. N., tomo XIV. El Oro. Reseña histórico-geológico-metalúrgico. —« Miércoles de la biblioteca de la Universidad de Córdoba». Conferencia. El suelo y las vertientes de la ciudad de Mendoza y sus alrede- dores.—B. A. N., tomo XV. El Carbón rético de Las Higueras en la provincia de Mendoza.— B. A. N., tomo XVIL Contribución al conocimiento de la precordillera de San Juan, de Mendoza y de las sierras centrales de la Rep. Argentina.— B. A. N., tomo XVIL Comunicaciones mineras y mineralógicas.—-B. A. N., tomos XVI y XVII Devono y Gondwana en la República Argentina.—B. A. N., XV. Sobre la edad de algunas formaciones carboníferas en la Repú- blica Argentina.—Anales del Museo de La Plata. Los Minerales, su descripción y análisis, con especialidad de los existentes en la República Argentina. Obra adaptada á los fines de la enseñanza.— Academia Nacional de Ciencias. Informe sobre una exploración geológica en la región de Orán.— Boletín del Ministerio de Agricultura, tomo IV, 4 y 5. Apuntes para la confección de un mapa geológico agronómico.— Boletín del Ministerio de Agricultura, tomo IV, 4 y 5. Constitución geológica y productos minerales de aplicación de la Sierra de Córdoba.—Anales del Ministerio de Agricultura, tomo Il, 2. Meláfiros, Basaltos y Andesitas de la Sierra de Córdoba. Diaba- sas, Porfiritos augíticos y Meláfiros entre la sierra de Cór- doba y la Precordillera.—Anales del Ministerio de Agri- tura, tomo Il, 2. Constitución geológica y productos minerales de la parte meri- dional de la provincia de La Rioja y de las regiones limí- trofes.—Anales del Ministerio de Agricultura, tomo IV, 3. Además contribución á las obras de: A. STEUER.—Argentinische Juraablagerungen.—Paleont. Abhand- lungen. Band. Ill, resp. VIL A. Tornquist. — Der Dogger am Espinazito-Pass. — Paleont. Abhandlungen. Band 1V, resp. VIIL O. BEHRENDSEN.—Zur Geologie des Ostabhangs der argentinis- chen Cordillere.—Deutsche Geol. Gesellschaft. XLII y XLIV. Terreno de Paganzo sobre granito. Punta sur de la Sierra de Velasco (pág. 58) Terreno de Paganzo. Arkose del piso | (á la izquierda) y areniscas del piso Il. Los Colorados de Patquia. Punta sur de la Sierra de Velasc Areniscas del terreno de Paganzo, piso ll. Puerta de Talampaya (pág. 78) Areniscas del terreno de Paganzo con capa de Melafiro (lado izquierdo). Paganzo Superficie caracteristica de margas calcáreas del terreno rético. Gualo (pág. 98) 49. 108) » pr Terreno rético con capa de Diabasa (en la cima de las lomas). El Molle, Paganzo (p Areniscas y margas calcáreas del terreno rético, con capa de Melafiro en el Cerro Morado Campo de Ischigualasta (pág. 95) Tronco de Araucarites entre areniscas del terreno rético. El Molle, Paganzo (pás. 104) Estratos calcáreos del terreno de Los Llanos sobre granito. La Tama. Estratos arcillosos del terreno calchaqueño sobre el terreno de Los Llanos (loma con casa) Patquia Vieja. Médanos. Las Barrancas. Pagancillo. CONTENIDO: Guillermo Bodenbender: Constitución geológica de la parte meridional de La Rioja y regiones limítrofes (República Argentina). Casilla Carrizal de la Crue El ¿ y a E S ; d : Ñ Vista A > E S E Ne WN? (4 an San Nicolas k NA S y UN Mn 2 AA : e ES y pS es > > S 5 E : i E eN ÓN ¿IS TE i 0 3 . rasta he Mi SS 3 3 2 e y : E A . => e Bazan Pde la Pampa, YN $ XA sel SS j =Ñ Amilg j | o E p Í y NS k 6 ps “e z 5 q Saucecito S , $ Laihe IN S Y > 7 Y a Y 4 1] iS PUB] Pp OPpeaoy Salado So al D Y «Sierra de Umango Ñ Ea SS ¿ Zata o O Santá Rosa : Savia NS SantoDomirgo/, SS San Isidro y ra E IN 3 t , É - Ñ a >-4 ¿ : > : Y : | E ) RN N == NS AAN > . E Ñ A y E o re Plano Geológi CO , a Es Rodados l Ñ OS ÉS p E > NS 325 Vo, =X, o Halo ña Dal), ¿ sn > : E SÁ NS y Mercado San Ignacio >S E de de Vega : Al NS ' 3 ON Medanito Zzamita P Ya ro Parte Meridional de la Provincia de ol | RIOJA Tres Pozos Saz. E NE : : AS | A PA e LA RIOJA e) o su A : Regiones Limitrofes ; : , : % / Rh ; ES - - A : x 2 UK cto OS: : pom e AN a REPUBLICA ARGENTINA y A : he. pS 3 > SU 23 ofsrancay o Quemado y de de Sy , S y PERA Bs por el ES d Sms + OR S Lersano e 2] ccoléado. > ana Dr. GUILLERMO BODENBENDER AN ; o Ampato y a a z IN EN, 3 e ; Catedrático p Mineralogía y Geologia en la teresa de Córdoba EA Si N Ss s0gEA E , E > Antigúti> SN de Na Úel Retamo | A y úl 18.30) 0 1 NV N El á e o o ES WN lo 9% 1 1 S ME po y LES p.de los Caceres AS > > | ELE NA] i Escala 1:750000 de dE heso XXX)» > ES ; N Al l 7% 4 E e SS ¡Rep. de J. Herrera = j 'Rep.de la Y. SE 2 e Ea NE Rep. Marqueza ES = a Es 5 S ds ojSanta Barbara D —— = 4 AS z E A 7 s ESAS FOME e SS / A | e A IE] ES | Bajo Grande e 3 == ze y PES , Z Fi : lla y Y E CE C.Tina] o ONO es, £y y ; . ON Y $ PA A z x 9 REFERENCIAS: se E Estratos recientes: Rodados, arenas, arcillas, medanos etc. Acarreo pleistocenico (Schotter): Rodados, arenas, arcillas. ] Terreno pleistocénico (?) y terciario ”Estratos calcha- queños“ (en parte = ? ”Estratos de Jujuy” de Steinmann): a) Piso superior= Arcillas yesiferas, arenas y rodados. ] 4 b) Piso inferior = Aglomerado andesítico y dacítico, a y 4 areniscas, arcillas, yeso, sedimentos calcareos. | y Con perfecta transicion al terreno cretáceo. E Terreno cretáceo superior (?) extraandino: ”Estratos de Los Llanos de La Rioja“ Tosca calcárea areniscosa y caliza. | Terreno cretáceo superior andino: Areniscas coloradas. E u = Diabasa, Porfirito augitico, Meláfiro, en filones y en capas. Terreno jurásico? Veáse perfiles N% III y V a y Es Terreno rético: Arstrane Al zomo])" AA A : $ 7 la dl p Areniscas gris-amarillentas, Margas calcáreas, S Pampa de Plumerillo ao) PER > po SF , 200 Í A Hulla, Esquistos, etc. ÉS Zep.5.Domibgo | PA, gi pod : pS u = Diabasa, Porfirito augitico, Meláfiro, en a] <= ZO ( y y .. = S Z.Corral de Palo AD Y AV $ Rio áe Jocla, E WAVA AS 0 nm, a 1.5 % Y (e Ñ A SN % o J / / N | E // o we mn le S Cer EN: AR Ad 2. NES] > E a : ÁS 4 in Penco «cnt l / 4 É pr. lares Port. de Aguango Mo P de Videla > vaa Port.de la Tola. Bajo de tos (Lin * Pan de Azucar NS Na A N OS E AT N ASNO RTS Mie, E Y e ya ELPÍ ¡lla y VA domingo de la Vega z Usno £vi IES d ox. rá e e y hola Pizarro o / filones y en capas. ar = Toba de Porfido cuarcifero. a (| Terreno carbonífero, pérmiano y triásico: ”Estratos de Paganzo“ pisoc con Glossopteris etc. a) Piso superior: Areniscas coloradas, conglomerados etc. b) Piso medio: Areniscas coloradas finas con caliza etc. e) Piso inferior: Conglomerados, Arkose gruesa, Are- niscas gris-amarillentas y Esquistos carboniferos. En el Cerro de Villa Union en el yaciente de los estratos: Grauvaca (2r.). ; u = Diabasa, Porfirito augitico, Meláfiro en ca- pas ó en filones (Veáse terreno rético). av = Toba de porfido cuarcifero. E Terreno siluriano y devoniano: €aliza, Dolomita, Grauvaca etc. Vease: Dr. Stappen- ¿e beck "La Precordillera de S. Juan y de Mendoza“. a E Terreno metamorfoseado (cambriano y precambriano?). DE NS Gneis, Gneis con interposicion de Esquistos anfibóli- 3 cos y de rocas dioriticas. Micacita, Filita (f), Cuarcita, Caliza cristalina (Már- molo). | Granito, Porfido cuarcifero (1) en su mayoria paleo- zoicos. ¡SOJUDLOÍUMIUO) a¿uwd us 1 d | A : Ne E Tacanita s Ser R.Pedro Fernankiek sx UN Cañada. O | : == 279 S 4, ES S . R.Leal > | RS E a Est. Vieja Z.de los Cordobeses Babe Amar A AT 1) by S 2103, Py A S $ ] E S E S E S 1111) ” Ve y A ISSN DEA R.[ZoyArias .La Soledad O == WD NO NE US A NN Ñ SN Los. bz MN ¡DS INS SN E NS . y ASA % 1 Ñ [5 Sn yN ; ' P f 5 z uh A ÓN NY 90 1 Y) EEN ES E ) 4 lo Py A E ES > Ñ y J 1) Ú El d SN 2 de Ce arts , Arbol Solo E A (ELE Lan) FT dedo. uis É E = Ple rt OS a 97 cr AN Sd Las lineas enumeradas señalan la direccion de los cortes geo- lógicos (Veáse lamina de perfiles). LE *% Minas, O Oro, Plata, * Plomo, 9 Cobre, LSelenio, = La zo o ó Balde Viejo O al ÉS de A Carbon, + Plantas fosiles. E ora Orale Fuero HE = Ferro-Carril en explotacion, salda = proyectado. =————- Caminos carreteros, AS -Rutas del autor. O Ciudad, oVilla, o Pueblos, o Estancias y Puestos. B.R. Baldes ó Represas, C. Cerro, Est. Estacion, Q. Quebrada. Datos hidrologicos véase texto. | Ferro-Carril Caminos de herraduras. PL Ylhk Pampa Tampa Grande 3 'alomas SEP >. Zi PAE X A pa e o A Zindero E A e, ; A val? ¡A 7 ref po A a ? = Ut O y Ñ f dl sz SR ouru? buy 1522 i ES o Pel ds ES Isla. y Zeli 1,82) S 11 " a A Foliciana. aL == Guayaguas INE Dro .” ; o ' Cajones Liebres : a : | X a : Salinas IS Est. Cañada foná Est 2 PA | : ca E Ñ i : ¡AO al Longitud Oveste 67 de Greenwich 6p_ - | id AS 4 Nevado de Famatina a ; C*Totora C? de Villa Unión Villa Union Anckumbil E El Guandaco! Riode1l N e o A 1 Y)> q A Nevado de Famatfina a : | er Ls e 874 ES PERA E > ' l 5 Sierra de Velasco | C” Bolsa E i | a a Ou Ss a d H la Nacimientos Guandacol ebrada de Ha 0 mia | ; - 4 | EN ? Bola Puerto Alegre = AE OS Ñ ; : | Sierra Arcasít * San Isidro Bordes Rodagis y Médanos E dei > . onogasta Médanos a Siluro y Devon A RR 5 a ent De iS a. Médanos a RTM rr E 5770 a > e ¿La Rioja dBolca- Guandaco!: Escala horizonta!= 1:500.000 A == => cn ga | : 3 - | ar IAOGES C* Ne sn a o Sierra de Cafinsaco ii Escala menor Neóro a tc ; : | h Qu | , (gu dk8 O e esoo 2 Sierra de Velasco Sierra Brava Yachal ee a o C*Totoralillo : ¿Los Colorados Cararo de Tata da : Gualo e Pañnsaco de an Siluro y DePerzo Huaco a Pd Los ed , Poso Terreyra ¿ : : 29 seo cada P A E cie > Estancia Antigua Los Gerillos ro y Devono o A ES A Ñ AAA ca E e INR dl 7 A ra end y E + - + a á nd qual: «q í 4 tl tl ' PO AP STATE 0% A k Médanos A « ¡"Ne ro-Muaco : Escala horizontal =1: 500. 000 , S ] SR A ti, pai Ia ERRE fm a 2 2 a terreno jurásico f | 5 907 SS Dl | Cer » ARAS Se; A E =7 AAA Sierra del Valle Fertil. G? Morad ' Al uebrada del Peñon CO vero A Á a C” Los Lagares cos | c? Tinaja C? Peinado CÓS o e SS Los enc dos Sierra de Velasco Pinta del Agua Rio Berrrejo o a | land as pr E agares q Amanao e a pe a IS a a pis Verda | A EE ES A ATA E RN ; E E = = o 7 CIPFRRRRRTITIAR ez e E ' TO : LO STR , Ñ , : sn | ] A NE sel | | _Sierra_de Paganzo Y ás rta de la Sier: Velasco | > se ; AP ESE 2% Ma ». AS Ga < úl ' E La 16 lesla a Eq Un UE es h se len Sugráies on de de Ea z: ! acid. sl al A CoMora Los Colorados | ASA Rio Mellizos eos Plateado : EN E - ' E E Y ES A a 7 Cuesta del Salto ea ( IA Bi Tudcur deal Vertical=1:80.000 ; : E y o a. V VI q 05 eorizontal. 1:250,000 A , 7 ps Kim.313 del ferrocarril > jurá Pun la Sierra de Pagarzo | e] terreno jurásico f ha o 'g : 1) 4 Sierra del C?Blanco > xl e Punta delos Llanos El Molle Las Lomas Blancas, Negras, etc. Los Colorados de la Represa A . 0 j Los Baldecitos Médanos , A > E iédande aa a Médanos A SEGTIFTOTO : a cd Ñ Patquia Vieja Bajo de Santa ¿Rosa : La Hedionda Bordes DE : => A PART CA NATA pia E E 57 : qn ATT AAA | : FA AT : : o pa la Yesora ad als Pagan: t ¡ Sierra de los Llanos Ú ¿ : | Escala aumentada , y RARAS S : Mogote Rosado i : IA e IEEE EIN 4 A Pra : Alcazar Chamical Retamit El Gringo | si j o 218 : e : As E A Sierra del Valle Fertil A | ) C? Orcobola Al Mora de Maio a a Ea dh | | | ds : el Sierra delos Llanos Pozo en la ALS Estí San Carlos Chañar. uesta de aves ; : : E uadita olasacan , E e 40m Perforación en Chañar 315'2:78 Llanura del Río Ea Las Juntas San Agustin] | o | : : Salinas del C*Orcobola Bajo de las Latas : Santa Lucia Bella Vista en estratos arillosos . s. Gneis ó Granito en305m* REIR RAEE LIRA RARA STE, 5 7 A O o ANTTRTRRTNTR RRA DT Sm A Z/ 7 ETA E o . = IAN a A E ARS AA 7 = AAA ARA E : Sierra de los Idanos d dlim Lo Sierra del Valle Perfil Loma co ici Malanzan de ajo de las Latas A ena tan E C*Bola Rajado C?Totoralilo. | e o únca y | uebrada > “> - dc > , » = == : A = a === - - 3 = E = Y a > Sa > A Y) E) 7 E ¿ - + A . S 4 : a hs E o e r $ qe o . TE Las Lomas Blancas Simbolar A Tala verde Chañar Vertical = 1: 60.000 : Horizontal. 1:250,000 — Escalas á Pampa de AnsulonLa Peña Rio Solco istocéni A tario: “Estrat Ichaqueños” ( _” Parte ?= estratos de), : jor: Arcil | E EE Ter erreno cretáceo superior (2) extraandino;“Estratos de los Llanos de la Rio a” Stratos recientes: Rodados, arenas, arcilla, medanos, etc. Acarreo diluvial,.(Schotter); Rodados, arenas, arcillas. BB Terreno pleistocénico (2) y terciario. “Es ca cate aqueños: Fujuy de Steinmann ) y a, Piso superior: a e: a cretáceo supe (: aandimo;“Estratos ae K10]a ds liza. WB» Terreno cretáceo superior andino: Areniscas coloradas. w=Diabasa, Porfirito ptos Meláfiro en filones y en mantos. Terreno Jurásico (sin color) E Véase peo N” 111 y V. WE» Terreno r rético. : Arenisca | e mw Diabasa, Porfirito augitico, Meláfiro en filones y en po E Terreno carbonifero, permiano y triásico: “Estratos de Paganso” - (A, piso superior: Areniscas coloradas, conglomerados. b, e medio: areniscosa, y caliza. E E > d fi li tc.; C, Piso inferior: Conglomerados ó arkose gruesa, ó areniscas gris amarillentas y de eee Sql piso con Glossópteris — En el cerro de Villa Unión, en el yacente de los estratos: grauvaca (gr), (perfiles N* 1 y X) pa. Diabasa, Por | co, » Meiji. en mantos y en n fiones.. xi - Toba de pórfido cuarcifero. EE Terreno siluriano y devoniano, Caliza, Dolomita, etc, 553 Terreno metamor f. oseado ( pol id 9) + Gneis, Gneis granítico, Esquistos anfibólicos y rocas dior íticas, , Micacila, adas, finas, con caliza, etc.; €, El | ? Lo | e | O 16000 18000 20000 3 s Cortes geológicos relativos al plano geológico de la parte meridional de la provincia de la Rioja, Dr. Bodenbender, fecit uarcit, Caliza cristalina, care c.) WE Granito (»), Pór fido cuarcifero (xr), en su mayoría paleozóicos. NOTA. —Los perfiles N“ V y X son trazados de sudes de horizontales «UT JACOBO PEUSER 8*AIRES te á AorocsiÑ todos Jos | demás de poniente á naciente. ESCALA es verticales E pron0S (donde reir a hn : BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EN CÓRDOBA (REPÚBLICA ARGENTINA) ESSMJ D'UNE BIBLIOGRAPHIE BOTAMQUE DE L'ARGENTINE F. KURTZ Ml. EDITION (1912) |, PARTIE CATALOGUE ALPHABÉTIQUE CÓRDOBA EST. TIPOGRÁFICO F. DOMENICI — 24 DE SEPTIEMBRE, 39 1913 ESSAJ D'UNE BIBLIOGRAPHIE BOTAMQUE DE L'ARGENTINE PAR F. KURTZ (DEUXIEME EDITION, 1912) Aprés douze ans revolus depuis sa premiére confection en 1899, (voir ce Bulletin T. XVI n% 2; 1900) se presente une seconde édition de mon Essai d'une Bibliographie bota- nique de P Argentine. Je me suis efforcé de completer mon travail jusqu'aujourd'hui, et j'ai 4 remerciér ici pour des contributions ou des rectifications recues a MM. le professeur E. Autran a Buenos Aires, (+), le professeur docteur C. Spegaz- zini a La Plata, le docteur W. Heering á Hamburg et le pro- fesseur docteur J. Urban au jardin botanique de Berlin. Le but et le plan de la Bibliographie sont restés les mé- mes, et je ne peux faire mieux, pour en donner une idée, que de répéter ce que j'ai dit lá-dessus douze ans auparavant. «Dans le territoire en question, je n'ai pas tenu compte des limites purement politiques, sinon je me suis donné la peine pour en trouver de plus naturelles, c'est-á-dire, j'ai renfermé également dans le catalogue la littérature botani- que des régions qui possedent des relations plus ou moins intimes avec la flore argentine proprement dite. Ainsi, par exemple, il est impossible de séparer la flore andine de San Juan, de Mendoza et du Neuquen de celle des parties limi- traphes du Chili; également pour determiner des plantes des Hautes Cordilléeres de Catamarca, de Salta ou de Jujuy, il faut les chercher dans les ouvrages traitant de la végétation de la Bolivie, du Pérou et méme de la Nouvelle-Grenade. Le méme cas se présente aux limites orientales de l''Argen- tine: la il s'agit d'étudier les flores avoisinantes de Uruguay, du Paraguay et du Brésil. Des raisons analogues ont rendu nécessaire Vincorporation des ouvrages ayant rapport á la végétation subantarctique. Enfin, la flore pampéenne présente des analogies sail- lantes avec la végétation xérophile de la region du golfe du Mexique, spécialement dans la famille des Gramindces: les ouvra- ges traitant des flores du nord du Mexique et de la «zone sonorienne» de M. Hart Merriam, le prouvent suffisamment. Cette question a été du reste traitée dans le IV. volume de Poeuvre laborieuse et accomplie de W. B. Hemsley: Botany in the Biologia centrali-americana by Ducane Godman and Osbert Salvin. Tous ces motifs mont amené a faire du présent cata- logue plutót un prodrome de la bibliographie botanique de PAmérique australe andine et extratropicale, qu'une énumé- ration exacte de la phytologie de lArgentine: la raison en est simple, car la flore argentine West, en définitive, qu'une dé- rivée de toutes les autres flores mentionnées, elle renferme des éléments de toutes, tout en n'en possédant que bien peu qui lui soit propre. ll va sans dire, que des ouvrages ou des traités géné: raux—comme les divers Genera vel Repertoria plantarum, le Prodomus et ses suites, Das Pflanzenreich de A. Engler, les Nova genera et species plantarum de Humboldt, Bonpland et Kunth, les Nomenclator de Steudel, de Pfeiffer, les Index 223 comme celui de Kew—ou bien une flore connue comme la Flora brasiliensis, ne sont point mentionnés dans ce cata- logue. A la fin de ce travail on trouvera un tableau synoptique, contenant les ceuvres citées, classées par matiéres; ce tableau facilitera Porientation du lecteur sur toutes les branches de la botanique argentine. La confection de ce tableau synop- tique a été faite Vapres le plan adopté par M. le professeur J. Urban dans son étude approfondie de la bibliographie botanique des Indes occidentales. (1) Je crois inutile d'informer mes lecteurs, que ce sera avec grand plaisir que je recevrai toute adition, rectification ou communication tendant á perfectionner mon travail. Quw'il me soit permis de mentionner, avant de terminer cette introduction, un phénoméne décrit déjáa dans un para- graphe datant de 1902, mais qui c'est maintenu dans toute sa signification intrinséque. Le voici: pour les collabora- teurs des Litteraturberichte dans Engler's Botanische Jahr- buecher r'existe plus de la littérature botanique dans PAr- gentine depuis le départ du professeur G. Hieronymus pour PEurope (1883). Dans les vingt années de 1881-1902 on v'a publié rien ici—d'aprés les Litteraturberichte—sauf un travail du savant cité (2), et une publication de (. Spegazzini (3). L'Argentine ne commence á reparaitre dans les Litteratur- berichte que dans ces derniéres années, ou Von trouve une analyse d'un travail de N. AlbofF (4) et les titres de quelques autres communications. (M. le professeur Engler lui méme (1) J. Urban: Symbolae antillanae. Vol. 1. Fasc. 1. Bibliographia Indiae occidentalis botanica, pág. 3-192. Berolini, 1898. (2) G. Hieronymus: /cones et descriptiones plantarum, quae sponte ín Repu- blica Argentina crescunt. Act. Acad. Nac. de Ciencias en Córdoba, 1886. (3) C. Spegazzini: Fungi Puiggariani. Bol. Acad. Nac. de Ciencias en Córdoba, XI: 18837. (4) N. Alboíf: Essai de Flore raisonnée de la Terre de Feu. Anal. Mus. La Plata; Bot. 1. 1902. 224 est trés bien au courant de la botanique sudaméricaine extra- tropicale, comme démontre la dissertation citée plus bas). (1) Sur les a-peu-prés 60-70 publications parues pendant la période indiquée dans Argentine méme (y comprises p. e. les nombreux et importants travaux de Spegazzini)—pas un mot, néanmoins que cette littérature se trouve assez bien representée dans la bibliothéque de l'Herbier de Berlin, dont M. le professeur G. Hieronymus est, de plus, un des con- servateurs — lui-méme in rebus botanicis Argentinorum primus. La langue espagnole ne présente pas de grandes difficultés, et les déscriptions sont toutes—ou presque toutes —en latin. Quelle est donc la raison de cette chose étrange? Est- ce que nous autres de la diaspora argentina sommes inter- dits par le Sanhédrin des Litteraturberichte? Quoi qu'il en soit, on ne peut guére regarder comme un titre d'honneur le fait, qu'une publication de la valeur des Jahrbiúcher—en Allemagne sans doute la premiére dans des questions de botanique déscriptive, historique et géographique—néglige presque complétement pendant une vingtaine d'années la littérature botanique d'un pays comme l' Argentine, discutant de Pautre cóté des textes pédagogiques, qui ne rentrent guére dans son programme et conservant, pieusement, avec cette áme loyale de Myosote, des fleurettes comme p. C. «Schliissel zum Bestimmen der in der Umgegend von An- naberg-Buchholz wildwachsenden Pflanzen.> Notre loyauté á nous, d'ailleurs, ne nous permet point WVaccepter le cadeau de ce Córdoba, si généreusement offert par MM. L. Diels et J. Mildbraed (2), parce que—loyauté ou (1) A. Engler: Die Entwickelung der Pflanzengeographie in den letzten hundert Jahren. Berlin 1900. (2) L. Diels und J. Mildbraed: Generalregister zu Englers Botanischen Jahrbiichern Jahrgang 1-XXX (1881-1902) Leipzig, 1904.—Cf. p. 140: E. Kerber, Riickblick auf Córdoba (M. Kerber était botaniste voyageur dans le Mexique pour le Musée royal botanique de Berlin). non!—ca nous embrouillerait bien á coup sur avec le Mexique.—Cette petite question phytogéographico-politique, unie au cas, que MM. Diels et Mildbraed ont fait ressusciter les vénérables plantes rhétiques (déjá sanctifices!) de Bjuf (1) comme membres de la flore actuelle de la Suede méridio- nale, suggére une question jusqu'alors jamais posée dans les Congrés de botanique, 4 savoir: le compilateur «un tableau bibliographique quelconque estil obligé de se familiariser avec le contenu des travaux, dissertations ou analyses, qu'il est á classer, et dont les titres ne lui crient pas au nez ce dont il en est question, ou peut-il disposer de la matiére á son gré comme jadis ce profond bibliophile qui rangeait Les Grenouilles d'Aristophane avec les Rep- tilia anura? Dr. F. Kurtz. Córdoba, Argentina—Academia Nacional de Ciencias 1.0 de Diciembre, 1912, (1) A. G. Nathorst: Om Floran i Skanes Kolfórande Bildningar. 1. Floran vid Bjuf. (Cf. Diels und Mildbraed Lc. p. 124). ABBRÉVIATIONS USITÉES Anal: Anales de la Sociedad Cientifica Argentina, Buenos Aires. B. 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Enumeración y descripción breve de las plantas conocidas hasta hoy y de algunas acen espontáneamente y viven en la (Reimpr. de los Anal. Mus. , VIL.—1898-1911). ed - nuevas que n República uruguaya. . Y Nac. de Montevideo, T..Il., V., VÍ. 230 11.40, 14. Id T. L (1898-1901) Ranunculaceae— Rosaceae, X, 492 pp., l. estampa. T. IL 1902-1905) Saxifrageae—Umbelliferae. XLVIIL, 375 pp., XXXV. est. T. IL (1906-1908) Caprifoliaceae—Compositae. 502 pp. CVIII est, T. IV. Entr. 1-3 (1909-1911) Campanulaceae—Con- volvulaceae. 244 pp. LIL est. | Contribuciones al conocimiento de la Flora de la República uruguaya. Varias especies nuevas y otras poco conocidas.—l. Ibid. IV. (1902) 1-24 con Vil. lám. y 2 fig. (Crucif., Viol., Polygal., Caesalp., Borrag., Hyperic., Eriocaul.)—Il. Ibid. p. 61-86, con lám. HL 1-4, y 1 fig. (Verben., Alism., Gram.) Las Gramineas uruguayas. Il. Parte: Agrostologia aplicada.—Ibid. p. 87-122. J. E. Gibert. Nómina vernacularia.—Ibid. p. 132-149. 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Bericht úber zwei Reisen zum Gebiet des oberen Rio Salado (Cordillera de Mendoza), ausgefúhrt in den Jahren 1891-1892 und 1892-1893,—Verhandl. Bot. Ver. Brandenburg XXXV. (1893-1894) 95-120. Contribuciones á la Palaeophytología argentina. 1.-IL L Botrychiopsis, un género nuevo de las Cardiop- teriídeas. —IL Sobre la existencia del Gondwana inferior en la República argentina. —Kev. Mus. La Plata VL 1894. 117-37. V. lám. ? On the Existence of Lower Gondwanas in Argenti- na. Translated by J. Gillespie. — Records Geol, Surv. of India. XXVIIL 1895. 111-17. Indicaciones de plantas nuevas Ó raras de la Repú- blica argentina.—Mem. de la Facultad de Ciencias E., F. y N. de la Universidad de Córdoba 1895 (1896) 30-31, y 1896 (1897) 36-39. Recent Discoveries of Fossil Plants in Argentina.— Geol. Mag. Decade IV. Vol. III. 1896. 446-49. Cyperaceae et Gramineae in N. Alboff et F. Kurtz: Enumération des plantes du Canal de Beagle, et de quelques autres endroits de la Terre de Feu.— Rev. Mus. 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Tat. und 10 Textfig.— Bih. K. Svenska Vet.- Akad. Handlingar Bd. XXVI Afd. IL N” 5. 1900, —(Chaco, Corr., Entrer.). List of Regnellian Cyperaceae collected until 1894. 8%, 42 p. with VIL- plates.—Ibid. Afd:: IM. N.? 9. 1900. Vegetationen i Rio Grande do Sul (Syd-Brasilien).— Med 69 Bilder och 2 Kartor.-Utgifved med Under- stád. Kgl. Vet.-Akad. Regnellska Fonder.--239 p. Stockholm 1900, Einigse amphikarpe Pflanzen der sidbrasilianischen Flora.—Oefv. Vet.-Akad, Foerh. LVIL (1900). 18 p. in 8 mit 4 Fig. —Ibid. 1901. Die Blitheneinrichtungen einiger suedamerikani- scher Pflanzen. L Leguminosae. 63. p., 19 Fig. xylogr.—Bih. till K. Svensk Vet.-Akad. Handling. Bd. XXVIL No 14.—Stockholm 1902. Remarks on some American species of Trichomanes Sm. Seet. Dydimoglossum Desv. With 31 Fig.—Arkiv f. Bot. L (1903) 7-56. | Beitráge zur Kenntniss der tropisch-amerikanischen Farnflora. Mit Taf. VIL-XIV.- Ibid. 187-275. Regnellidium, novum genus Marsiliacearum. 14 5. mit 10 Figg.—Ibid. Bd. [IL N* 6 (1904). Plantae novae bo- livianae. L-HL Fedde Repertor. VIL (1909) 107-114 941-251; VUL (1909) 1-6. tomie der Epidermis und des Durchlueftungsapparates der Bromelia- en. Mit HL Taf.—Sitzungsber- Akad. Wien, math. 1 GXX. Abt. 1 (1911) 319-348. IL. 1896. 385-395. ce naturwiss. ( 2 304 Id. La Patagonia andina.—Ibid. 401-425. 1. LórGREN, A. Ensaio para uma Synonymia dos nomes qu ek No e — QA > Ml populares das plantas indigenas do Estado de Sáo Paulo.—Bol. Comissáo geogr. é geolog. de $. Paulo N* 10; 1895. 115 pp. $8". Id. Ensaio para uma distribuicáo dos Vegetaes nos di- versos grupos floristicos do Estado de S. Paulo.— Ibid. N” 11, 1896. 47 pp. 80. Id. A Fructicultura em Argentina. Observacóes feitas numa Excursáo á Buenos Aires em Commissáo do Governo do Estado de S. Paulo.—Rev. agric, de S. Paulo 1904.—43 p. in 80, . LOESENER, TH. Vorstudien zu einer Monographie der Aqui- foliaceen. Inaug.-Diss. d. Berliner Universitaet 1890 AS S., L Taf. Id. 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XXMXIL Afd. TIEN? 2 Stockholm 1896. Ze ¿La Beltraege :z0€ Xyridaceen=Plora Sued-Amerikas. — | Ibid. Y. Id. Xyridaceen von Paraná. —| T. VIL (1907) 45-47. E 4. Id. Die Flechten der L. Regnell'schen Expedition. Í- Ein- leitung. Die Gattung Pyrine (Er.) Nyh Bit. ye Svensk. Vet.-Akad. Handl. XXI. Afd. IN pe 1897. (Bras., Parag.).— IL Die. Galtung debi (Ach.) Stiz.— Ibid. «XXVII (1902) Afd. UL NE 53. S. mit. 2 Fig.—(Bras., Parag, Arg): : 5. Id. Beitraege zur Stictaceen=Plora Feuerlands: an a tagoniens.—1bid. xxXV. afd, HL (1899) N? 5. 39 5. HL. Taf. | 6. ld. Die Burmannien der Í. Ibid. XXIL atd. UL NÚR (1896). all. Herb. Boiss. UH. Ser. Regnell'schen Expedition.—. 10. Id. Die Polygalaceen der I. R. E. (Det. R. Chodat). Oef- vers. K. Vet.-Akad. Foerhandl. (1897) 225-248. Die Compositen der l. R. E.—K. Svensk. Vet.-Akad. Handl. XXXIL (1899-1900) S. 1-90, VI. Taf.— (Bras. austr., Parag., Chaco). Die Asclepiadaceen des Regnell'schen Herbars.—Ibid. XXXIV. N* 7. (1900) 102 S, in 4” mit VII Taf. und 4 Fig.—(Bras. centr. et austr., Parag., Urug., Arg.: Chaco). Ex Herbario Regnelliano. Adjumenta ad floram phanerogamicam Brasiliae terrarumque adjacen- tium cognoscendam. Particula tertia: (Legum., Vochys., Ceratophyll., Jun- cagin., Butom., Potamoget.)— Bihang K. Svensk. Vet.-Akad. Handl. XXV. Afd. TIL No 11 (1900) 60 S. Particula quarta (Passifl., Aristol., Lythr., Calycer.) Ibid. XXVI, Afd, IL No 5 (1901).—25 S. mit 8 Fig. Particula quinta (Viol., Vitac., Rhamn., Eriocaul.)— Ibid. N* 11 (1901).—38 S. mit L Taf. und 4 Fig. Foergrenings foerhallandena och inflorescensens staellning hos de brasilianska Asclepiadaceérna.— Oefvers. K, Vet.-Akad. Foerhandl. LVIML. (1900) 697-720 med 9 Fig. Die systematische Gliederung der Gattung Oxypetalum R. Br.—Ibid. 843-865, med 3 Fig. Asclepiadaceae paraguayenses a D:re E. Hassler collectae.—Bihang K. Svensk. Vet.-Akad. Handl. XAXVIL Afd. UL No 8 (1901).—40 S. mit L Taf. und 8 Fig, Beitraege zur Kenntniss der suedamerikanischen Arten der Gattung Pterocaulon EM.—Ibid. No 12: (1901).—(1,2) 3-25, (26-27) S., mit IV. Taf. Beitraege zur Kenntniss der suedamerikanischen Aristolochiaceen, — Arkiv f. Bot. L (1904) 521-551, Taf. XXXIL-XXXIIL 309 16. Id. Ueber die Asclepiadaceen-Gattung Tweedia H. et A. —Ibid. IL No“ 7 (1904). 20 S.—(Boliv., Arg., Chile). 17. ld. Oxypetali species novae vel ab auctoribus saepe confusae.—Ibid. UM. No 8 (1904).—19 $. mit L Taf. und 2 Fig. 18. Id. Die Umbelliferen der II. Regnell'schen Reise.—Ibid. No 13 (1904).—22 S. mit IL Taf.—Bras., Parag., Urug., Arg.: Chaco). 19. Id. Asclepiadaceae a D:re P. Dusén collectae.— Ibid. IV. N9 3 (1905).--14 S. mit L Taf.—(Bras. austr., Paraná). 20. Id. Om papilionacéer, med resupinerade blommer.—Ibid. N* 7 (1905).- 22 S. mit 5 Fig. 21. Id. Adnotationes de nonnullis Asclepiadaceis austro- americanis.—Ibid. No 14 (1905). 19 S. mit IL Taf. —(Bras. austr., Parag., Árg.). 22. Id. Ytterligare nagra ord om Prof. C. A. M. Lindmans Vegetationen i Rio Grande do Sul.—30 S. in 8%.— Stockholm 1903. 23. Id. Ein Beitrag zur Asclepiadaceen-Flora von Paraná. — Bull. Herb. Boiss. 11. Sér. T. VII. (1907) 407-410. 24. Id. Contributions á Vétude des espéces paraguayennes du genre Oxypetalum R. Br.—Ibid. T. VII. (1908) 395-401. Mancers, H., Wirtschaftliche, naturgeschichtliche und kli- matische Abhandlungen aus Paraguay.—VIIL 364 5. mit Abbild.—Freising 1904.— (Botanik: 5. 146-293). 1. Marrix, C. Der Chonos-Archipel nach den Aufnahmen des chilenischen Marine-Kapitáns E. Simpson.— . Petermann's Mittheil. 1878. 461-466. Taf. XXIV. 2. Id. Der patagonische Urwald.—Mittheil. d. Ver. f. Erd- kunde zur Halle a./S. 1882. 88-101. Marrrus, C. F.P. pe. Palmetum Orbignyanum. Descriptio Palmarum in Paraguaria el Bolivia crescentium. Schedulas et icones digessit C. F. P. de M.—4%,— 310 Paris 1839. 140 pp. c. 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Description de POxycladus aphyllus, plante argentine, jusqw'alors pas connue du Chili).—Proc. Linn. Soc. ll 1851. 156; Trans. Linn. Soc, XXL 1853. 146. tab. XVIII Contributions to Botany, iconographic and descrip- tive, detailing the characters of plants that ar€ either new or imperfectly described, to which are added remarks on their affinities. —4%.—Vols. 1.-HÍ. —London and Edinburgh, 1851-71; with CLIV. pl. Volksnamen chilenischer Pflanzen. — Bonplandia 1855. S. 201. On the Tribe Colletieae. — Ann. Nat. Hist. Ser. Ill Vol. V. (1860). On three new genera of Verbenaceae from Chile and its adjacent regions.—4%. -London 1870. With IV. pl 313 11. Id. On the Hippocrateaceae of South-America.—London 1871.—4”.—With XVIL plates. 12. Id. On Hydnora americana R. Br.—Journ. Bot. Brit. and Foreign. N. S. Vol. IL (1873) 257-258, pl. CXXXV. A, 13. Id. On the Apocynaceae of South America; with some preliminary remarks on the whole family.—4”.— London 1878. 291 pp. with XXXV. plates. 14. ld. On some South American Genera of uncertain Po- sition. —8”.—1879. 15. Id. On some Genera of the Olacaceae /Myoschilos, Ar- jona, Quinchamalium; Arjonae spec. varr. argenti- nae).—Journ. Linn. Soc. Bot. Vol, XVI. 1880. 126- 40; pl. V.-VIL MiqueL G. F. Species aliquot novas valdivianas a Domino W. Lechler collectas proponit. — Linnaea XXV. 1852. 650-654. 1. MimgeL, Cm. F. Brisseau DE. Recherches sur la distribution géographique des végétaux phanérogames de Pan- cien monde, depuis P'équateur jusqu'au póle arc- tique, suivie de la description de neuf espéces de la famille des Amentacées. — Paris 1827.—4.—132 pp., IX. pl.— Mém. Mus. d'Hist, nat. XIV. (1827) 349-474, pl. XX.-XXVIIL MISSION SCIENTIFIQUE pu Car HORN 1882-1883.—Tome V. Bo- tanique.—Paris 1889; 400 pp, XXVII pl. Harior, P. Algues; p. 1-109, pl. 1.-1X. Perrr, P. Diatomacées; p. 111-140, pl. X. MueLLer, pD'Arcovie J. Lichens; p. 141-172. Hartor, P. Champignons; p. 173-200. BeEscHErELLE, E. er €. MASSALONGO. 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Lichenes montevidenses, quos legit et communica- 8 318 vit Prof. Arechavaleta et quos determinavit. .... —KRev. mycolog. X. 1888. 1-5; et Anal. Mus. nac. de Montevideo; Il. 1891. p. 173-186 (avec une in- troduction de M. J. Arechavaleta). 3. Id. Lichenes paraguayenses a cl. Balansa lecti.—Kev. mycolog. X. 1888. 53-68; 113-20; 178-84. 4. Id. Lichenes. «Mission scientifique du Cap Horn, 1882- 83». T. V. Botanique. 141-172, 4”,—Paris 1888. 5. Id. Lichenes Spegazziniani in Staten Island, Fuegia et in regione Freti Magellanici lecti.— Nuov. Giorn. bot. ital. XXI. 1889. 35-54. 6. Id. Observationes in Lichenes urgentinenses a Doctt. Lorentz et Hieronymus lectos et a Dr. A. de Krem- pelhubero elaboratos, quas offert..... Flora Bd. LXXI.—1889. 62-68, 7. 1d. Lichenologische Beitraege XXXI.—Ibid. 142-47. 8. Id. Lichenes argentinenses a el. Dr. Lorentz in Argen- tinia australis, patagonica et prope Concepfionem lecti, additis nonullis in Paraguay prope Assump- tion ab eodem lectis, quos exponit.. .-—Ibid. 508-12, Y. Id. Lichenes exotici IL. /Patellaria (s. Bilimbia) mage- llanica Múll. Arg. n. sp.—Hedwigia XXXIL 1893. 120-36. MurLLEr, O. Bacillariaceen aus Suedpatagonien.— Engler's Bot. Jahrb. XLIIL (1909) Beiblatt 100 S. 1-40, Taf. l., ll MuentEr, J. Ueber Mate und die Mate-Pflanzen Suedame- rikas.—Mitth. naturw. Ver. f Neu-Vorpommern und Ruegen. XIV. (1883) 103-223, Il. Taf. Murio, A. Plantes medicinales du Chili.—8%—234 pp.— Paris 1889, Murr, J. Eine polymorphe Art des Andenzuges /Chenopo- dium paniculatum Hook).—Kneucker, Allgem. bot. Zeitschr. 1906.—3 S.—80, Murray, G.: On Cladothele Hook. f. et Harv. /Stictyosiphon 319 Kuetz.). -Journ. of Bot. London XXIX. (1891) 193- 196, pl. CCCVI MurriLL, 2. A New Polyporoid (Genus /Phylloporia) from South America.—Torreya, Sept. 1904 MuscuLer, R. Die Gattung Coronopus (L.) 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Heimerl), Tro- paeolaceae (F. Buchenau), Aquifoliaceae (Th. Loe- sener), Marcgraviaceae (E. Gilg), Asclepiadaceae (R. Schlechter), Verbenaceae (Th. Loesener), —Ibid. XXXIV. (1905) Beibl. 78 (16 5.) Contribuciones al Conocimiento de la Flora ecuato- riana. Monografías 1. II. y Suplemento. —HI. Partes con LIX. lám. in 8% Quito — 1900-1905. —1. Pi- peraceas. 1900.—162 pp., XIX, lám.—H. Genus Án- thurium. 1903. —XXX11.1231 pp., XXVI. lám.—IH. Anturios ecuatorianos. Suplemento 1. 1905.— UL 102 (%) pp., X. lám. Tacsonias ecuatorianas. Anal. ¿Univers. Quito 1903. 29--pp. (1). : Sertula Florae aequatoriensis L Acrostichum. 1bid. 1905. 16 pp., HU lám.—IL Pteridophyta, Amarylli- daceae, Aroideae. Ibid. (?). S4 pp. SoLms-Laupacn, H. GRAF ZU, UND G. SreinmaNs.—Das Aul- 3 o a sm (e a i EA treten und die Flora der rhátischen Kohlenschich- ten von La»Ternera (Chile). —Mit Taf. XUL;XIV. und 1 Textprofil.-—Beitr. Zur Geolog. und Palaeon- tol. von Súdamerika. 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XVIL (1884) 42-48, 69-96, 119-134.— XVIIL (1884) 263-286.—XIX. (1885) 34-48, 211-265.- - XXIL (1886) 186-224.—XXVI. (1888) 5-74. Fungi patagonici.—Bol. XI. (1887) 5-64. Fungi fuegiani.—Ibid. 135-308. Fungi Puiggariani. Pugillus 1 —Ibid. 381-622. — (Bras. austr.) Las Faloideas argentinas.—Anal, XXIV. 1887; p. Las Trufas argentinas (Puberaceae argentinae).—Ibid. p. 120 ff. Fungi nonnulli paraguayenses el fuegiani.—Revue mycologique, avril 1889, Phycomyceteae argentinae. Rev. argeni. de Hist. nat. por F, Ameghino. 1 1891. 28-38. : Fungi guaranitici nonnulli novi vel critici.—Ibid. 101-111, 168-177, 398-432. Una planta nueva de la Flora argentina: Euphor- bia pampeana.—Rev. del Jard. zool. de B.-A.—l. No ¡ (1893) 30-32. Una nueva enfermedad de las Peras. —Kev. Facultad Agr. y Vet. L La Plata 1895. Nos 1.-IV, Plantas per Fuegiam a €. 5. 1882 collectae.— Anal. Mus. nac. de B.-A. V. 1896, 30-104. Contribuciones al estudio de la Flor de La Ventana.—Minist. de Obr. 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Schumann); Meliaceae (H. Harms); Amarantaceae G. Lopriore: Chaco). 8. Id. Monographia Loasacearum, adjuvante Ernesto Gilg. —368 pp. VIIL. tab. lithogr.—Nov. Act.: Abh. der Kaiserl. Leopold.-Carol, Deutschen Akad. d. Natur- forscher. Bd. LXXVI. — Halle a./S.1900. (W. Engel- mann in Leipzig). Y. Id. Ueber einige siidamerikanische Umbelliferengattun- gen.—Englers Bot. Jahrb. XXIX. (1901) Beibl. 65 S. 1-2, 10. Id. Plantae novae andinae imprimis Weberbauerianae L-V. avec carte, pls. et figures. — Ibid. XXXVI (1906) 373-462, 503-696; XL. (1908) 225-395; XLII (1908) 177; XLV. (1911) 433-470, —Perú, Bol., Arg, Urug. : Urban, J. er E, Gu.a.—Loasaceae argentinae el peruvianac. Ibid. XLV. 4 (1911) 466-470. Urgan J. uno M. Mornrus.—Ueber Sehlechtendalia luzulifolia Less., eine monocotylenábnliche Composite, und grasbláttrige Eryngiam eriophorum Cham., eine Umbellifere. Mit Taf. HIL—Ber. Deutsch. bot. Ges. 1884. S. 100-107. Ea ld. Vamo, M. Eclogae americanae, seu descriptiones planta- rum praesentim Americae australis nondum cog- tarum. Fase, 1. (1796) 52 pp., tab. L-X:: E asc, IL (1798) 56 pp., tab. XL-XX. Fasc. HL (1807) 58 pp., tab. XXL-XXX.—Fol.—Havniae. : e 2. Id. Iconesillustrationi plantarum americanarum in Eclo- gis descriptarum inservientes edidit. Decas 1.-I1L, in fol.—Ibid. 1798-1799. dl ; 3. Id, Enumeratio plantarum vel ab aliis, vel ab ipso 0b- 1 306 servatarum, cum eorum differentiis specificis, sy- nonymis selectis et descriptionibus succinctis.— Ibid. 1804-1806-—2 Vol. in 8%—I. (1804) LX., 381 pp H. (1806) VHI. 423 pp.—Editio minoris pretii prodiit Gotingae curante G. F. W. Meyer 1827,— Perú, Chile, reg. magellan., ins. maclov. VAILLANT, A. N. Voyage autour du monde executé pendant les années 1836-1837 sur la Corvette «La Bonite». Paris 1844-1866.—Botanique par Ch. Gaudichaud- Beaupré, C. Montagne et J. H. Leveille. 5 Vols. in 8% de texte et Atlas gr. in-fol. de CLVI. pls. (VI col.) —Cryptogamie par M. 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Weddell; les deux parties suivantes s'occupent des especes nouvelles des familles des Cycadeae, Gnetaceae, Polygona- ceae, Celtideae et Ulmaceae. Id. Voyage dans le Sud de la Bolivie.—Paris, 1851. Id. Voyage dans le Nord de la Bolivie.—8*.—Ibid. 1853. Avec carte et pls. ld. Chloris andina. Essai d'une Flore de la Région al- pine des Cordilléres de YAmerique du Sud. -4%.— 2 vols. avec XC. plehs.—Paris 1855-1857. Id. Plantes inédites des Andes.—Ann. Sc. nat. V. Sér. 369 Bot. T. L 1864 p. 283-296. (Cruciferae, Violaceae, Caryophyllaceae). 7. Id. Les Calamagrostis des Hautes Andes.—Bull. Soc. bot. France XXI (1875) 153-160. WEINMANN. Ueber Conyza chilensis Spr. und C. diversifolia Weinm.—Linnaea XIII (1839) 154. WerrsteEiw, R. von. Monographie der Gattung Euphrasia.— Arbeiten d. bot. Instituts d. K. K. deutschen Uni- versitaet in Prag N” IX. - Leipzig 1896.—4*.—316 5. mit X1V, Taf., 4 Karten und 7 Textillustrationen. 2. Id. 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Sur un Lepidodendron silicifié du Brésil.—Compt.- rend. de PAcad. franc. 25, VIL 1898. 4 pp. Nota sobre el aceite esencia) de Bystropogon mo- lle Ktb.—Soc. nac. de Farmacia. B.-A. 1905.—3 pp- in-S%.—(Extr. de la Mem. orig. presentada á la Facult. de Cs. méd. para optar al título de farma- ZELADA, F, céutico). 1. ZuccARIN1, J. G. Monterápidk der amerikanischen O.xalis- Arten.—4”.—Denkschr. Akad. Wiss. Bd. IX.-—4"”.— Muenchen, 1825.—60 Y. VEL; Nachtrag zu der Monographie, ete.—Ibid. 2 Ser. Bd. L. 1891-1008. 41 Taf 2 018. ADDENDA ACEVEDO, Axa. Contribucion al estudio de las Labiadas bo- naerenses. Clave para las especies existentes en la Capital Federal y sus alrededores.—06 p. y va- rios grabados.—B.-A. 1912.—Tesis de la Univ. Nac. de B.-A. Aceveno, Lia. Contribución al estudio de las Escrofulariá- ceas bonaerenses. Clave para las especies existen- tes en la Capital Federal y sus alrededores.—53 p. y varios grabados.—B.-A. 1912.—Tesis de la Univ. Nac. de B.-A. 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(MENTA Ó PEPERINA DE LA SIERRA) Mirthostachys mollis, BENTH. sec. GRISB. Plant. Lor. N. TI. Symb. . 1708. Xenopoma verticillatum GRISB., Plant. Lor. N. T14. Symb. N. 1T2, B. Kuntzianus BRIG., Herb. Boiss. p. 800. 1906. B. mollis, KrH., HIERONYMUS J. Plant. diaphor. Flor. Arg. p. 218. 1882 B. mollis, KTH. DOMINGUEZ, J. A., Dat. para la mat. med. Arg. 1, ETS: 3. B. mollis, ZeLaDa, E., Nota sobre el aceite esenc. de B. mollis K. 1905. La yerba menta figura como medicamento importante no solamente entre los recursos terapéuticos antiguos, sino también en todas las farmacopeas modernas, á pesar de la nueva tendencia de eliminar lo más posible los vegetales y remedios crudos ó inmediatos, reemplazándolos por arte- factos, ó á lo menos, por principios activos y de constan- cia, extraidos de los primeros. La vieja droga ha conser- vado su reputación como estimulante y digestivo, yá la vez como antiséptico y anestésico, en la terapia de las afec- ciones de todos los tejidos mucosos, Y especialmente de la boca y del tubo digestivo en toda su trayectoria, 380 Investigaciones bacteriológicas modernas han demostra- do lo bien fundado del antiguo renombre de los componen- tes de esta planta medicinal como antisépticos, desde que el mentol y sus derivados, han resultado pertenecer á los microbicidas, talvez los más eficaces entre todas las combi- naciones aliadas de la serie aromática. Últimamente, la esencia destilada de la menta piperina también ha sido aplicada con ventaja, en forma de inhala- ciones, en las afecciones pulmonares y bronquiales, y con- tra el asma y la tuberculosis. Pero en la actualidad, la mayor parte de la esencia de menta que se obtiene es em- pleada en la fabricación de licores y especialmente en la de pastillas. La producción mundial de la esencia de menta alcan- za á cerca de 200.000 kilógramos al año, con un valor bruto de un millón y medio á dos millones de pesos, siendo todo producto de destilación de plantas cultivadas á propósito; en Norte América principalmente de variedades de la Mentha Canadensís BenrH; en el Japón de la Mentha arvensis L., y en Inglaterra, Francia, Alemania y otros paises de Europa, de la Mentha piperita L. Generalmente se destila la yerba fresca; pero existe la experiencia de que la calidad del pro- ducto es superior con la destilación de la yerba secada dá la sombra. La República Argentina hasta hoy no formaba parte en el número de los países productores de esencias de menta, y el artículo obtenido por destilación de la mentá- cea indigena Bystropogon mollis, KrH., que propiamente po- dría designarse con el nombre de Oleum menthae Argenti- mun, tampoco no ha figurado, hasta ahora, en el mercado mundial. El Bystropogon mollis, KrH., es un semi-arbusto de cin- cuenta á ochenta centimetros de altura, cubierto de peque- ñas hojas vellosas de un suave color verde amarillento, se- doso, siendo caracterizado el vegetal por su franco olor 381 aromático que, sobre todo en estado fresco, recuerda per- fectamente el de la verdadera Mentha piperita L. Es un arbusto perenne que, cortado en un año, vuelve á brotar en el próximo con un crecido número de retoños. Crece en muchas regiones de las Sierras de Córdoba, especialmente en las faldas de los cerros de la región del Coco y del Mo- lle, entre 700 y 1400 metros de altura. También existe en las Sierras de Tucumán y en la Cordillera del Norte, donde consecuentemente aparece á mayores alturas que en Córdoba. Dada la superabundancia de este vegetal, en estado sil- vestre, en nuestras regiones serranas, la fácil evolución de la planta cortada por retoños naturales, sin necesidad de aplicar cultivo alguno, no cabe duda que la esencia etérea de este vegetal puede constituir en el mercado un rival de las esencias legitimas de menta, aun en el caso de no ser una materia de clase superior, porque ofrece alguna dife- rencia con las esencias del género Mentha y cuya diferencia principal, puede decirse, consiste en la falta ó escasez en la esencia de Bystropogon, del tipico mentol (hexahidro-timol), una especie de estearopteno ó alcanfor que forma uno de los componentes principales en las esencias del género Men- tha. caracterizado por su franco sabor resquemante y aro- mático. En las esencias piperinas de la menta este cuerpo se halla en estado libre y cristalizable en tanta abundancia, que dichas esencias, enfriadas bajo el punto de cero, dan directamente cristalizaciones más ó menos abundantes de este alcanfor y que además forma un componente ippos- tante en la mezcla de alcoholes aromáticos y demás hidra; tos que se obtienen en la saponificación ó desdoblamiento de los éteres compuestos, que forman parte en el aroma de las esencias. : La esencia del Japón, por ejemplo, la cual sin pinbargo es una de las variedades poco apreciadas, tiene consistencia butírica á causa de su crecido contenido de mentol puro en estado libre y cristalizable, cuerpo que forma hasta el SO 382 por 100 de su composición. Pero consta, no obstante, que las esencias muy ricas en mentol puro ó libre no son las más valiosas. Sucede lo mismo que en la práctica obser- vamos con el contenido alcohólico en el vino ó con el con- tenido de nicotina en las especies de tabaco. De mucho mayor precio son algunas esencias de menta que tienen poco mentol en estado libre, pero mayores cantidades de éteres aromáticos, combinados en parte con ácidos inferio- res de la serie grasa y metilénica. La esencia del país, obtenida de Bystropogon, puede enfriarse hasta 12 C, y más, bajo cero, sin que se note la más minima separación de cristales de mentol, ni tampoco resulte un aumento apreciable de su contenido de mentol en la descomposición de los éteres aromáticos de la esen- cia; sino que resultan alcoholes y otras combinaciones aro- máticas superiores, probablemente homólogos de la misma serie del mentol, que cada vez más, con el aumento de la temperatura durante la destilación, aceptan un olor carac- terístico, que recuerda al timol. A esta circunstancia se debe, probablemente, que en la fabricación de las pastillas, donde se agrega la esencia directamente á la masa caliente del azúcar fundida, se forman vestigios de productos de desdoblamiento que mortifican en algo el gusto. Hay que agregar la esencia á la masa azucarada de las pastillas en un estado lo menos caliente posible. Una gran cantidad de pastillas de menta de las fábricas de Córdoba y otros mer- cados ya se elaboran con la esencia de la Sierra de Córdo- ba, £s muy ventajosa también su aplicación en la fabrica- ción de los licores de menta, y dadas las particularidades de su composición química, no seria extraño que la esencia del país resultara un antiséptico aun más poderoso que el de la menta vulgar, porque los éteres aromáticos de ésta sOn formados principalmente por combinaciones con los ácidos inferiores (acético, valeriánico, etc.) de la serie grasa, mien- tras que en la esencia de Bystropogon predominan los éte- 383 res formados por hidratos y ácidos de la serie cinamómica y de otras series aromáticas. La esencia de Bystropogon se encuentra en toda la planta, tanto en los tallos y hojas como en la flor y la se- milla. La extraida de esta última se considera como la de olor más agradable; siendo admás, la planta bastante rica en esencia etérea, de la cual el vegetal fresco tiene hasta 0.4 por 100, según las determinaciones de J. A. Domínguez, ci- fra que aproximadamente coincide con los resultados obser- vados por mi en la práctica industrial. La esencia ofrece las diferencias correspondientes en olor y fragancia, según proceda de las hojas, gajos ó semillas. No han faltado ensayos serios en el sentido de explo- tar industrialmente la planta para la extracción de la esen- cia en escala mayor, como subrogato de la menta. Uno de los fabricantes que han trabajado en las Sierras de Córdoba, Sr. José Ferrero, iutroductor en el comercio de un «Agua de menta», obtenida como producto secundario en la fabricación de la esencia, se dirigió al Consejo Pro- vincial de Higiene de Córdoba, y éste cuerpo solicitó del autor la información correspondiente, dando origen á un es- tudio lijero de la naturaleza química de dicha esencia. En atención á la importancia que eventualmente po- dria tener lo fabricación de la esencia en mayor escala, hi- ce una excursión visitando al fabricante en su campamento de la Sierra, teniendo ocasión de presenciar sus métodos de destilación é instalación tan primitiva, que dificii seria ima- ginarlo aun más sencillo y barato, pero que no obstante daba resultados muy satisfactorios. El campamento de la destilería es mudable y se cam- bia cada vez que se ha agotado ta yerba cet en 10s'al: rededores, para buscar lugares donde ella más abunde. Cer- ca de alguna vertiente ó arroyo de la Sierra, se instala el 10 para el alambique, levantando á medio metro de ciSta meta dos pequeñas paredes de piedra en crudo, de unos 40 centime- 384 tros de altura. Dos pedazos de rieles atravesados sirven de asiento á la destileria, que es un simple tacho redondo ó ci- lindrico de lata blanca de 100 á 150 litros de capacidad. La yerba cortada es conducida al campamento á lomo de mula, donde los gajos quedan inmediatamente deshojados á mano, incluso flores y semillas, introduciéndose todo, con excepción de los gajos, en el tacho vacio hasta llenarlo á 3/4 p. de altura, y agregando agua hasta quedar apenas tapadas las hojas. La destilación se practica inmediatamente á fuego directo. Como capitel ó condensador de la destilería sirve una tapa de lata en forma abovedada con quese cierra el tacho, condensando las junturas con un poco de barro. Dicha tapa tiene dos ranuras, una por su parte exterior con canaleta para el agua que sirve de refrigerante á fin de producir la condensación de los va- pores y otra situada en la base de la pared interior de la tapa, formada por una faja de lata soldada alrededor, y cuya ra- nura está combinada con un pico que sale al exterior de la tapa, destinado á juntar los productos de la condensación, agua y esencia, que se recogen en un recipiente á tipo de bo- tella florentina. En un par de horas la destilación del tacho queda terminada, el que es reemplazado inmediatamente por otro de reserva, ya cargado entretanto de hojas y de agua. La temporada para la destilación de la esencia dura dos meses y empieza en la época de floración de la menta hasta el desarrollo de la semilla. Como la yerba menta de la Sierra, no sirve para el pastoreo resulta que los propietarios de estos yerbales naturales de menta no se oponen á la explotación, conformándose con dar el permiso contra el pago relativamen- te oneroso de la leña que se emplea durante la destilación. La esencia rectificade por mi, por redestilación, sin agua, es de color blanco transparente con débil reflejo ama- mn as cuyo color se conserva. Pes. esp. de 0.918 á Para la variedad de la esencia obtenida por destilación de la planta seca (0.30 por 1 00), el señor Zelada ha encon- 385 trado un Pes. esp. de 0.907. — Punto de solidificación de —21.5” C., y las siguientes reacciones: «Agregando á 1 c. c. de ácido sulfúrico gota por gota hasta 2 c. c. de esencia, se pro- duce una coloración rojo vinosa. Con el ácido nítrico, ope- rando en las mismas condiciones, se desarrolla una colora- ción rojo cereza que se hace más intensa despues de algún tiempo. La esencia se disuelve sin coloración en el ácido acé- tico cristalizable, lo que la distingue de la esencia de menta. El agua destilada de la planta da con el reactivo sulfo-car- bazótico un precipitado blanco, al mismo tiempo que el lí- quido, en inmediato contacto con él, toma un color lila que poco á poco pasa al azul, á la vez que el precipitado se obs- curece y pasa al negro. Esta reacción se produce en igualdad de condiciones aunque menos intensamente con el reactivo aceto-carbazótico». La esencia obtenida en la destilación acuosa primitiva de la yerba fresca ó verde, que es la que yo he tenido en mis manos, tiene un vestigio de olor secundario algo desa- gradable y se resignifica pronto, ó á lo menos se tiñe poco á poco de color obscuro. En la rectificación ó redestilación de la esencia se concentran estos componentes secundarios, principalmente en las primeras partes del destilado de 100% á 2009 C., pero algo se conserva también en los productos subsiguientes. La parte predominaute de la esencia recién des- tila á 2109 C. Como el fabricante de la esencia daba importancia es- pecial, á fin de ser presentable en el comercio, á la separa- ción de los componentes secundarios de los olores desagra- cia que provoca la coloración obscura curso dela conservación, he prac- averiguar la causa de estos” in- convenientes y el modo de su separación, llegando pronto á un resultado satisfactorio en este sentido. La investigación me demostró inmediatamente que el causante principal de los mencianados defectos y del olor desfavorable, es debido dables, y á la substan de la esencia, en el trasn ticado algunos ensayos para 386 —fuera de la existencia de pequeñas cantidades de algún sul- fo—derivado, probablemente el súlfido dimetilico, — princi- palmente á un contenido no insignificante, —á veces hasta 2.5 por 100,—de furfurol, cayo último componente, con pro- babilidad, es á la vez la causa de la coloración posterior ó del obscurecimiento crónico de la esencia cruda. Solo en un número muy reducido de esencias etéreas se conoce la presencia del furfurol, como por ejemplo en la esencia de clavel /Oleum caryophyllorum), que también tiene la propiedad de aceptar un color obscuro en el trans- curso de la conservación, y, además, es particular que tanto en un ejemplo como en el otro, el furfurol esté acompañado de componentes de la serie stirola ó cinamómica. ALDEHIDOS Y KeroNas.—En las esencias del género men- ta no es conocida la presencia del furfurol, y este incidente puede servir, en ciertas ocasiones, de indicio para distinguir la esencia cruda del Bystropogon de la de Mentha. En la redestilación de la esencia del Bystropogon, el furfurol se encuentra en las primeras porciones que pasan de 100% á 2009 C. y para la separación en este destilado, del furfurol, puede servir la propiedad de éste y de otros aldehidos, de formar combinaciones cristalizables con los bisulfitos alcalinos. Agitando este primer destilado de la esencia con una corta cantidad de una solución concentrada de bisulfito de sodio, se observa pronto la separación de una sal doble en forma de hermosas ayujas largas y delga- das, de color blanco sedoso, las cuales en su mayor parte quedan colgadas en la capa de esencia que flota encima de la solución acuosa. Cuando se emplea la solución de bi- sulfito en estado caliente, se disuelve la sal doble en el lí- quido acuoso caliente, y es fácil apartar la solución por el embudo de separación. La solución acuosa al enfriarse se traba en una masa cristalina, formada por un tejido de largas agujas sedosas. Esta sal doble, separada del líquido | 387 y destilada con agregado de ácido sulfúrico dilatado, dá, como producto, el furfurol legítimo en estado puro. Dicho método de la separación analítica del furfurol por medio de los bisulfitos alcalinos, sería sin embargo, un procedimiento demasiado complicado para servir de méto- do al fabricante rústico, á fin de quitar el olor secundario de la esencia. Con mucha más facilidad, y sin que sea ne- cesaria una redestilación de la esencia, se consigue el mis- mo efecto con la aplicación moderada de algún oxidante, el cual, á la vez, tiene la ventaja de eliminar, junto con el furfurol, simultáneamente los vestigios del sulfo-derivado mencionado y cuya presencia en mayor grado aun in- fluye sobre un olor desventajoso de la esencia cruda. Se consigue sin dificultad un resultado muy satisfactorio agi- tando ó lavando la esencia con una solución dilatada acuo- sa de permanganato de potasio, con ó sin agregado de ácido, Por los resultados obtenidos en los siguientes ensayos de destilación fraccionada, se vé que el permanganato em- pleado en esta forma deja más ó menos intacto, en dicha operación, los elementos principales de la esencia que des- tilan entre 2050 á 215% C., obrando casi exclusivamente so- bre las primeras porciones de la destilación de la esencia, en cuya parte se encuentra concentrado el furfurol y de- más componentes secundarios de mal olor, que desapare- cen casi completamente por la acción oxidante e reactivo. Se comprende que hay que emplear el reactivo en esta- do muy dilatado y evitar en lo posible un exceso que po- dría influir sobre los demás componentes principales de la esencia. La destilación se hizo cada vez con 100 (. C. de la esencia, en un globo de 150 €. C. de capacidad. qpronea cia purificada (b) habia sido agitada con una solución, en 24300 C. C. de agua, de 2 gramos de permanganato de potasio por cada 100 C. C. de esencia cruda, 388 a) Esencia oruda b) Eseno. pu ificada De 50 4 1000 C. 60. C. C. yd 1009050: e: DO" 2105 30.0: » 30.0. » > sale 215 0009 400 9% 209 43.0. > » siglos 20 90.» » 30 » 12000 225 > 20) aso? A Residuo: 40. 2 » FO 1000. €.C. 1000, €. C. El pequeño residuo de la destilación en ambos casos forma una especie de trementina, con fuerte olor parecido al timol. Fuera del furfurol, sólo existen cortas cantidades (0.4 por 100) de un otro aldehido, formando con el bisulfito de sodio, otra combinación poco soluble, compuesto que con mayor dificultad que el furfurol se separa de la esencia, flo- tando entonces en el límite, entre la esencia y el agua, en forma de un precipitado muy fino de consistencia oleo- sa, el cual, junto con la esencia, pasa por el filtro. Pero la esencia puede clarificarse en seguida, como en otras ocasio- nes, con el agregado de pequeñas cantidades de substancias higroscópicas, especialmente con el alumbre tostado, que para toda clase de esencias etéreas es un clarificante de primer orden. Del aldehido citronelal, que existe en la esencia de menta, y de los ketones pulegon, thuyon, etc., el cuerpo men- cionado se distingue inmediatamente, por no formar con el bisulfito de sodio una combinación sólida á la temperatura ordinaria. Habrá que averiguar asimismo la presencia Ó falta de la mentona, uno de los ketones que no forman sa- les determinadas con los bisulfitos alcalinos. FexoLes.—La cantidad de fenoles existente en estado libre en la esencia, no es importante. Su determinación vo- 389 lamétrica, según el método generalmente usado en las esen- cias etéreas, agitándolas con una solución diluida y acuosa de 5%, de hidrato alcalino en un tubo graduado, no da un resultado satisfactorio con esta esencia, porque una gran parte de las combinaciones formadas con el álcali son inso- lubles en el líquido, separándose en forma de una precipi- tación emulsiva que queda flotando en el límite, entre la esencia y el liquido acuoso, y no permite reconocer con exactitud el volumen de la esencia absorbida; lo que cons- tituaye otro indicio para distinguir esta esencia de la menta. Sobre la naturaleza de los fenoles existentes no hemos prac- ticado estudios. Parece que en la saponificación de la esen- cia también se forman cantidades no insignificantes de ellos. Acipos LIBRES.—Con una solución de carbonatos alcali- nos, la esencia cruda pierde aproximadamente 0,7 %o; pér- dida que corresponde principalmente á ácidos libres de la serie aromática y cuyas sales en parte resultan ser insolu- bles en la solución acuosa empleada. ALCOHOLES, OxIDOS Y ALCANFORES.—Al tratar la esencia, después de deshidratada con alumbre tostado, agregando pe- dazos de cloruro de calcio seco, se observa la formación de algunas costritas de cristales, aunque en cantidad poco im- portante; probablemente alcoholatos, debidos á la presencia de cortas cantidades de alcoholes normales. Respecto á los alcoholes aromáticos, óxidos y alcanfores, ya hemos mencionado como carácter principal de la esencia de Bystropogon, ta escasez del mentol cristalizable. Llama la atención, sin embargo, la circunstancia de tener la parte pre- dominante de la esencia no solo una fragancia muy pare- cida, sino también un punto de ebullición (2100 á 215" C-), muy próximo al del verdadero mentol, que destila á aé C. Esto podría dar lugar á suponer la existencia de algún 1s0- mentol más difícilmente cristalizable que el normal. Por lo 390 tanto, un futuro estudio más detallado que se haga, deberá principiar por examinar con especialidad y preferencia los componentes (75 %/,) de la esencia, que pasan de 205” á 215” C..Ty que, como se ve, representan la parte esencial del producto. ErerESs.—En la saponificación de la esencia con el álcali cáustico muy concentrado, ó en solución alcohólica, se ob- serva que una parte muy importante de la esencia de Bys- tropogon se descompone sin mayor dificultad, resultando a la vez tener ella crecidas cantidades de éteres formados no solamente de alcoholes y fenoles de las series aromáticas, sino también de ácidos de la misma filiación; circunstancia que tal vez constituye uno de los caracteres químicos más ostensibles para distinguir á esta esencia de la de menta, en la cual abundan los ácidos de la serie grasa. Es importante cuantitativamente la parte de la esencia que se desdobla. El producto volátil de la saponificación destila, en su mayor parte, entre 140” y 210” C., y en seguida la temperatura sube rápidamente hasta 215% á 225 C. El residuo, producto de la combinación con el álcali, forma un abundante barniz, trans- parente y pegajoso, que parece contener crecidas cantidades de un fenol y de un ácido de la serie estirola, siendo el producto muy semejante y probablemente idéntico al ácido cinamómico y sus derivados. TERPENOS.—No faltan los terpenos en la esencia de Bis- tropogon, cuya presencia se nota invariablemente tanto en los destilados de la esencia cruda, como en el producto que re- sulta después de la saponificación por el álcali. Pero parece que su cantidad no predomina. Como no he llegado á estu- diarlos, no me es posible suministrar datos más detallados. A más del Bystropogon, existen, en la flora argentina, varias otras plantas de la misma familia de las mentáceas. que tienen esencias parecidas y cuyas plantas tienen apli- 391 cación en la terapia campestre como tónicos y carminativos: así por ejemplo, la Hedeoma multiflora BenrH., Ó sea la «yerba del jote» ó «tomillo» de la Sierra; algunas especies de Satureja que también llaman «peperina- ó «peperita-, y especialmente la Ceratomintha achalensis Briú, que abunda en la Sierra de Córdoba y lleva el mismo nombre vulgar de «peperita», la que, según las comunicaciones de TT. STUCKERT, tiene un aroma mucho más fino y delicado que el Bystropogon. No he tenido ocasión de examinar estas plantas, cuyo estudio recomiendo, en vista de la importancia industrial que puede tener la elaboración de sus esencias. OBSERVACIONES MAGNÉTICAS EFECTUADAS FUERA DE CÓRDOBA EN EL AÑO 1898 OSCAR DOERING Las localidades visitadas durante el año 1898, con el objeto de ensanchar la exploración magnética de la Provin- cia, pertenecen á dos zonas distintas. En los dias 9 á 20 de Febrero estuve en el Norte, observando en San José, Recreo, Quilino y Dean Funes, y aproveché los dias de asueto que la semana santa suministra, para completar esa serie de observaciones con las que hice en Totoralejos. Los dias restantes de Febrero fui á observar en la linea del F. C. de Córdoba á San Francisco y sus inmediaciones, visitando la villa Santa Rosa y las estaciones Rio Primero, Tránsito y El Tio. En cuanto á las coordenadas geográficas de las locali- dades que entran en este trabajo, tengo que observar lo siguiente: Mis cálculos astronómicos concluidos poco después «de la exploración se habian efectuado sobre la base de las coordenadas que resultaban del Mapa Oficial de la Provincia publicado el año 1883 con Ja escala de 1:500000. El año 1905 se publicaron dos mapas nuevos de la Provincia en 394 que muchas de las coordenadas del mapa de 1883 aparecen modificadas. Uno, oficial, es el Atlas de la Provincia de los ingenieros Manuel E. Rio (q. €. p. d.), y Luis Achával, con- feccionado por encargo del Sup. Gobierno de la Provincia (escala 1: 100000); el otro, que le es superior en cuanto á escala (1: 750000) y nitidez de la impresión, dibujado por el ingeniero Ulrico Greiner y publicado por la librería alemana de Guillermo van Woerden y Cía. en Buenos Aires. El pe- queño cuadro que presento, nos hace ver las diferencias entre las indicaciones de uno y otro mapa del año 1905 en cuanto se relacionan con este trabajo. Río Y AcHÁvar, 1905 U. GREINER, 1905 LOCALIDAD po Latitud Sur | Long. O. de Gr. | Latitud Sur Long. O. de Gr. | Est. Recreo. . . .| 290 | 16'4| 65 — |— =— |— » Totoralejos . 29 38.2|64 |525| 29% 391 | 640 ¡52 >» San José ..[29 1595| 64 |384['30 | 04| 64 136 » Quilino..../30 |115|64 |316|30 |133|64 99, > Deán Funes. 30 225|64 |228l 30 |961l64 (22 Villa Santa Rosa. 31 +82] 63 |19.81 31 | 8.6| 63 118 Est. Rio 1.2 ...31 1202163 |381|31 |204| 63 |35.6 >» Tránsito .. 31 |262|63 |119|31 l259l|63 !105 >». El Tío ... 31 -|245|62 [469131 |2939|62 |47.8 E A TER É ¿ | Me he decidido por la adopción de las coordenadas que resultan del Atlas de la Provincia, porque hay que reconocer á sus autores dos ventajas, la de ser buenos co- nocedores de su provincia natal y la de haber podido dis- poner de cuanto material topo- y cartográfico se había acumulado en las oficinas del Gobierno. De consiguiente he tomado las coordenadas que da el Atlas, con aproximación de un décimo de minuto, tanto en longitud, como en latitud. Solo en algunos casos ha sido necesario rehacer mi 395 cálculos en vista de las nuevas coordenadas, pues en los métodos que he empleado para la corrección del cronómetro, —alturas correspondientes del sol—y para la determinación del azimut de mis miras— visuales al sol al Este y al Oeste del meridiano—la influencia de pequeñas incorrecciones especialmente de la latitud, sobre el resultado queda ó del todo —prácticamente—eliminada ó á lo menos inofensiva. Al hacer mis observaciones magnéticas en 1898, ya tenía indicios de que la latitud de Totoralejos, tal cual la daba el mapa de 1883, estaba equivocada. Es la razon por que en los dias 7 y 8 de Abril, determiné con 80 alturas del sol esa latitud, que me ha resultado más pequeña aun que la que da el mapa oficial de 1905, He dado la preferencia á la latitud mía, que es de 29% 37'1"8. (Véase los detalles bajo «Totoralejos.>» Las alturas del sol destinadas á la corrección de mi cronómetro Brócking 1021 se han tomado con mi circulo de reflexión en un horizonte de mercurio. Las demás observa- ciones, incluyendo las visuales dirigidas al sol para la de- terminación del azimut de la mira se han efectuado con mi teodolito magnético C. Bamberg Núm. 2597 instalado, como siempre, en mi carpa especial para observaciones magnéticas, e. d., libre de toda substancia magnética. Trataré mis observaciones en órden cronológico de las distintas localidades en que he observado: solo voy á anti- cipar, sin distinción de lugares, un resúmen de las correc- ciones del indice del circulo de reflexión, dando á conocer las fluctuaciones de esa corrección, así como lo cdi publicar mis observaciones correspondientes á los anos anteriores, En el cuadro de las páginas 39697 están detalladas esas determinaciones: son 25 las efectuadas en mis viajes durante el mes de Febrero, que dan un promedio de la corrección de + 1/28" 1, El valor máximo (1'40*) dista solo 12" del promedio, mientras que los valores mínimos se alejan más 3 396 del medio. La corrección minima consignada en Quilino, Febrero 19 p.m. (= + 1' 8" 8) es probablemente errónea, pues tuve que hacer esa determinación, cuando el sol estaba parcialmente interceptado por los gajos más altos de un árbol. Después de un descanso de 5 semanas el instrumento tiene una corrección mas alta (= + 1' 38“ 8.) en Totoralejos, donde hice 11 determinaciones en 2 dias. El valor máximo y mínimo de estas últimas observaciones se aleja solo 8" del promedio. No se descubre relación alguna entre la temperatura del aire y el error del indice, nien una ni en la otra de las series. LOCALIDAD Fecha Hora pois Epia ye del aire del índice san José . . ¡Febr. 9 2 4"p. 3792 A » 1 10.0 a. 28 4 30, 9 » > 510 2.8 p. 34 0 LL. 2 AO E 3.9 p. 30 0 + TP 202 » » 12 8.7 a. 25 0 320 » EA $ TICA 20.0 21.0 » OS Y 3.4 p. 31-38 30. 0 » » 12 3.9 p. dl 0 40). 0 » 13 9.1 a. 27 1 26. 2 » 1.013 3.9 p. 360 33. $ » + “nl 3.9 p. 30 5 36" 2 Dean Funes . a El 9.8 a. 25 3 ER 1250 » » 18 ia 20 35. U E » s 18 9.8 a. za Y 32 9 Quilino.—. .[- > 18 | 42p. E E ME » y... 19 8.9 a. 25 0 2250 bi +. 19 4.1 p. 29 8 8. 8? 3997 ES LIDAD | e a Temperatura Corrección | | del aire del índice Nim Rosa + |Febr22 dd dl 00 dE 40D » E A 27.1 ae Rio Primero . ». DE 9.8 a. 31.1 + 1":30.0 » LE 3.2 Pp. 36.0 25. 0 O: ae a ss 12 43 p. 24.2 + 1' 35"0 » 1-00 S.6 a. 219 5 Y » > 28 3.9 p. 34,0 20. 0 Totoralejos. . [Abril 7 | 10,7 a. 18,4 + 1' 46" 2 » » 7 115 a. 19.7 43. 8 » » 7 12.4 p. 20,2 30. 0 » , 7 129 p. 20.5 JO 7 » » 7 1.9 p. 25.0 38. 8 > » 7 3.4 p. 2) 26. 7 » » S 9.2 a. 18.8 42.3 » » S*PIOEN 21.8 de 0 » » 8 110.4. 23.0 46, 2 » 3 8 ¡124 m. 24.4 44. 2 » » 8 2.3 p 25.6 38. 5 SAN JOSÉ /Provincia de Córdoba) A = 4: 189 3356 = 649384 W. Greenwich o =S290595 H= 1923 Cuando visité esta estación del F. C. Central de Cór- doba por primera vez —el 24 de Abril de 1886 — existia allí un solo rancho. Entretanto se había formado una pequena población, debido á que los señores Riera y Hombravella explotaban desde alli las salinas y habian construido unos edificios y un gran galpón para depositar la sal, 398 Descubrí tambien los cimientos de una iglesia á algunas cuadras al Noroeste de la estación. Esta parte de la pobla- ción, la elegí para hacer mis observaciones. El punto donde estaba mi carpa, no es idéntico al que me sirvió en 1886, pero no puede haber una distancia superior á 200 metros entre los dos. Llevo recuerdos muy gratos de los señores Antonio Ramirez y Gregorio Fernandez (Q. L P. R.) que me han prestado muchos servicios á fin de hacerme agradable mi corta estadía en San José. Determinación de la hora Para conocer la corrección de mi cronómetro Brócking, hice las 24 observaciones que siguen (alturas del sol) con el círculo de reflexión. El reloj Glashútte me sirvió para las observaciones, pero añado —en la lista de las observaciones —la corrección necesaria para tener la hora del cronómetro. Núm. Fecha Hora, Glashiitte de Limbo Altura corregida 1. Febrero 9 1025 28 — 549 9 41.19 2 » >. 118 51 56 9 3 » » "JO 310 60 51 25 4 4 » $: .04 28 4 41 35 4 5 » 1:28 207,245 8..-—1548:5 560 54 003 6 » O E 7 » A » 5695' 48" 2 8 2392 28 lo oj la ojlo ojlo ol ollo oljo jo ollo ol 9 Febrero 10. 9Y56m 759 465 08 530 44' 59" 1 10 > ». ». 058.44 0 11 > at A A di 469 14 uk. 30 100 12 - » 10 2 25 2 13 » A A an 10 110 14 > ooo | 15 » A E O o 0.00 16 » e. oy Ad 399 Núm, Fecha Hora, Glashiitte e Limbo Altura corregida 17 Febrero 10 10 10 50 8 —46:33 GU 56 45' 10" 4 >= a o 19 > - 2144588 — 32:30 oO 52 39 28 4 20 » > “4250 8 4 3) 09 213 21 » » » 40 58 0 — 32540 O 33 29 39 4 22 » RT O Hs 0% bh 4! s » "31 304 > O Mi. y 3 24 , 30d d 0.50... b-DO 4 Resultados: —De las observaciones números: A O A Feblo. 9 101 4 AT IIA o, PU ERIO ESE: o Y "DE = — 41 15 85 9 y 6 con 17 y 18. » 9/10 TREO ma: = — qm 115 22 7y8con 15 y 16. ». 9/10. 12%0 m, n. = — 4nu 11:25 MO. 0 A =-—4n 6504 Meta. - RS 613 Ma. AA OS 6 05 CA .. 10. Wa 6s 32 Ie a o 6 71 MN... AA =—¿ 293 Mt... ... O 215 6 m2... AS 205 8 MET... MA 205 4 a E E A 19 3 9-12 con 20-24 >» 10 12%m. Y 14:20 Determinación del azimut de la mira En la mañana del 9 de Febrero, elegí para mira un Poste al Sudeste de la estacion cuyo azimut determiné co- mo sigue: 400 1. Febrero 9. a. m. Mira I. 177*%18'S2 Glash. 6427. 598 ol 145” 38'33 45 44,8 Jo 51.67 48.90. 4 Jo 31.19 SL. MA, ol. 144” 40,24 Cron.-Glash.= —5188 AT Cron.= —4" 8s 4 Azimut de la mira I=131* 19'51 A las 10% a. m. esta mira se había perdido y no reapa- reció. Probablemente ha sido un poste colocado vertical- mente en uno de los vagones que cambió de posición ó en una zorra. En la tarde busqué otra mira conveniente y me decidi por un poste de telégrafo, también al S.E. Su azimut no se pudo determinar en la tarde del mismo día, sino recién en la mañana del 10 de Febrero. 2. Febrero 10. a. m. Mira IL. 180% 4'13 Glash. 7" 567 45,2 Jo 1370 10'00 FR ol 106 119 MERA. Ol 135” 33.81 2% 4354 Jo 49'28 Cron.-Glash= — 4554 AT Cron.= —4" 135 50 Azimut de la mira IL.—=134% 9'52. Declinación de la aguja Hice estas observaciones con la aguja de declinación colgada de una hebra de seda, no sin incidentes. Después de una temperatura sofocante (observé á las 10% a. m. 3400, á las 10" 5 a. m.. 35%3) se levantó á las 10.45 a. m. un vio- lento huracán, seguido de truenos y lluvias, que puso mi carpa en serio peligro. A pesar de que yo estaba en la carpa, no pude impedir que una punta de la lona me voltease la tapa de la brújula de declinación, con un termómetro, el tubo de suspensión del hilo y la aguja. En la caida se quebró 401 un gancho de la aguja, de manera que se la podía observar en una sola posición, marca arriba, En la tarde la comparé con la aguja doble normal que oscila sobre un pivot. La nueva corrección de la aguja, que llamo brevemente correc- ción por torsión, incluye la torsión y la reducción á obser- vación en las dos posiciones, marca arriba y marca abajo, resultó igual á—10'89. . He podido efectuar las 14 observaciones siguientes: pa E Ane ci00n Mira Po Torsion See 1 Febr. 97:3 a. m. 1770 1872 560 5119 — 1175 10% 40'2 2 » 1,09 18,72 50.60 39.6 3 » » 8.0 a. m. 18.72 50.35 39.4 A 18.72 49.88 38.9 Y » »3,1p.m. 180 285 5167/1089 474 > >» 4,8 p. m. 2.85 50.24 46.0 7 » » 6.6 p. m. 2.85 46.43 42,2 8 + :10:8. 4. a. Th. 4.05 42.62 yz y ... DA 4.05 43.33 37.9 MS» p:> 10.8 1. 18 300. 7 40.3 E... >» - 119% 405 46.07 40.7 Mi. >. - L6p a 4.16 49.76 44.2 Me. **=2. 00. 0 3.86 5021 45.0 >. - - 30p 35 3239 47.4 RECREO: -/Provincia de Catamarca) A = + 4h 20m 18 —65* 45 W. Gu. y = 29 164 H = 214" 1 En esta estación del F. C. Central de Córdoba habia estado observando dos veces: el 24 y 25 de Febrero de 1886 y el 4 y 5 de Abril de 1887. En aquellas ocasiones habia trabajado con el magnetómetro de desviación (. Bamberg 1247. Los resultados de esas observaciones se encuentran reproducidas en este Boletín, tomo XIV, pág. 257 y sig. Si 402 no hacemos cuestión de unos 20 metros, se puede decir que las 3 veces se ha observado en el mismo punto, á 500 metros, mas Ó menos, al Este de la estación en el campo libre cruzado por uu ramal que une las canteras de Recreo con la estación, He podido pasar las horas de descanso tan agradable- mente como nunca, debido á los vínculos de amistad que me ligaban al señor Guillermo Brusshaver, entónces jefe de la estación del F. €. y á su señora madre, cuyas amables atenciones viven inolvidables en mi memoria. Determinación de la hora Núm. Fecha Hora Glashitte Cron. — Glash. Limbo Altura corregida 20 Febr, 11 3% 34m 4858 4 11 3582 o 41%9' 41"3 sata 37 186 ro] 1 38 19.2 o 41 14 44 9 e... 40 45.2 7 29 .. y 41 448 o. 40 29 45 8 O 44 14.4 5 > 45. 133 O. .39 44 49 2 o ea 47 408 ES A 48 41.4 O 38 59 42 34. 12 8 48 586 —0n 2915 177 38 59 45 9 dd ... 51 26.4 o - e 52 26.8 O 3944450 AE AR 54 54.8 o 38 dos 58 24.4 o 40:29 49 2 NM tE 59 23.6 o 414482 A a E o) EA 2 512 a, 41 59 47 2 os da 5 20.0 E 1] Fecha Febr. n ” Hora $ ” » 13 8h ” ” ” , gh ” - > 0% ” n ” ” “ Glashútte 38 47.2 43.8 90.0 — 0728* 82 53.6 —0U" 185 83 Cron. — Glash. Limbo O|[oo|lo o1lo ojla ollo ollo ollo oljoo|loo| ollo ollo ollo o|lo o 41 14 59 8 40 29 53 3 39 44 51 7 38 59 50 1 38 59 47 2 39 44 51 3 40 29 50 4 41 14 56 9 41 59 50 9 42 0 156 41 14 55 2 40 29 53 7 39 44 54 7 38 59 53 0 Resultados:—De las observaciones números: 25-42 . 34-52 , 53-71 403 Altura corregida 12 3% 36" 1556 —0u29 11 o 41%59' 512 Febr. 11/1212 m. n. A T Cron. = — 6m Os 44 0.48 12 pl — 61 6 21 13 » —6n 8 33 4 404 Determinación del azíimut de la mira He tomado como mira un adorno de la ventana que hay en el altillo de la estación. Su azimut se ha determina- do como sigue: 1, Febrero 12 p. m. Mira 235%6'67 (W) Glash. 66". 152 o| 244% 40'09 IAS PAR (o) 94.20 41-148. 2. 0] 3.81 14 0,4 jo 18.57 Cron.-Glash.= —36 68 AT Cron.= 61 65 73 2. Febrero 13. a. m. Mira 235%56'67 Glash. 7* 30m 34.4 o| 780 15'24 32 47.6 jo 34.29 34 356.8 o| 77% 44.00 36 51.6 ¡0 78% 5.294 Cron.-Glash= — 26.48 AT Cron. = —6n 7s 90 3. Febrero 13 p. m. Mira 235%6'37 Glash. 6" 13" 21.0 Jo 244040'24 15 228 ol. 243 54.52 17 44.0 Jo 241 9.76 19 590 o 243 21.90 Resultados: 1. Febr. 12 p. m. Azimut de la mira: —250%58'79 3. * 12 01m. 09.70 Promedio 20057,20 Z. > 18. 20M 97.37 Azimut adoptado 250057.31 Declinación de la aguja Para estas observaciones he empleado la misma aguja defectuosa que me sirvió en San José; hice varias compara- ciones con la aguja doble normal á fin de conocer bien la corrección por torsión. Núm. Fecha Hora Mira Norte magnético Torsión 1 Febr. 12 114 a. m. 2350 56'90 3550 52/98 — 10'68 10% 497 ) 405 Declin. magnética 2 e. e LL 56.86 56.10 45.9 Bi caros *1 20 p 56.83 56.33 46.1 4 ne 2. 56.79 56.67 46.5 5 3.0 p. m. 575 05 57.14 47.0 6 » 3,5 pm, 56.71 53.81 43.7 coo spa 5667 ;- 52.14 42.1 8 » 137.4 a. m. 2350 56.67 3550 50.48 40.4 NEO 1 41738 56.67 49.00 39.0 Me». 8d 56.67 48.81 38.8 Os 19% 56.64 48.33 38.3 7. 103 56.64 48.57 38.6 bz 110,4 56.64. 48,81 38.8 Me. >: 1170 56.64 50,24 40.2 MEET staba. 56.64 — 51.43 41.4 ME. TOR 56.60 53,81 43.8 E 0. U 2dp 56.60 58.57 48.6 > 2, 9 p. 56.60. 58.33 48.4 A 56.60 58.10 48.1 20 - + 5dp 56.58 53-57 43.6 MiSiaor ap. 56.55 51.67 41.8 >.» 6% 56.37 50,95 41.2 DEAN FUNES A= + 4h 17m 31s 261228 q= —30” 225 H —= (89 1 Las observaciones se han efectuado en el campo libre, á 150 metros al Norte de la iglesia, y á 400 ó 500 metros al Oeste de la estación, en cuyo terreno habia observado el año 1886, (véase este Boletin, Tomo XIV pág. 227). 406 Determinación de la hora con el círculo de reflexión Núm. Fech Hora del reloj Cron.— Reloj Limbo 12 Febrero 17 9:26" 306 +48513 OU 46%44' 582 73 » » 29562 o 74 » - 30... -32 OD 47 29 59.4 75 » » 32 44.8 o 76 . » 33 45.2 o-48 15 31 77 , j 36 228 o 78 . » 32 8 O 48 59 59.2 719 , » 40 0.6 pos 80 . , 4 3024 a 49 45 03 81 » » 43 36.4 o 82 » DAS EZ 350590 0 49 45- 3.0 83 » » 52 280 v 84 » » 53. 314 o 48 59 59.4 85 » » 56 375 lo) 86 » » dE 378 01148 15133 Mo. O O a 88 » -» 30 486 0: 47 30 72 89 > - 3. "das vo) 90 Febrero18 9:31 422 + 8:97 47 30 60 91 - > Y ¿193 ke) 92 - - 35-21 5 48 15 121 93 , » 37 58.0 o 94 . - 38 59.6 o. 18.0. 383 95 > » 41 37.0 O 96 > . 42 40,2 O 4945 93 HE. > > 45 19.0 O Resultados:—De las observaciones números: 4ó—00. Febrero 17 ME e T Gronóm — —38387 82—97 » 17/18 12% mn. —3m38:.22 Determinación del azimut de la mira del o servido de mira un adorno del techo de la estación er E. E 407 1. Febrero 17 a. m. Mira 8819/83 (al Este) Reloj 7* 48" 2250 Oj 114926.90 50 35.8 lo 43.97 52 56.4 lo 23.95 39 188 ol 1132.14 Cron.-Reloj + 46554 AT Cron. — 311 3550 2. Febrero 17 p.m. Mira 88%50'24 353374456 ol] 290%27'38 39. 03.2 lO 45.71 38 54 Oj 289%56.67 40 84 Jo 290 13.81 Cron.—Reloj + 1" 11533 AT Cron. — 3" 36s 92 3. Febrero 18 a. m. Mira 88048'57 7447" 394 jo 114%49'05 49 59:8. Ol "143"99./1 E "910 10. 114170 03 "56.4 Ol. 113.24.00 Cron. — Reloj = + 85 82 AT Cron.—3" 39 70 Resultados: 1. Febrero 17 a. m. Azimut de la mira 6398'56 3. - 18 a. m. 9.36 Promedio 6378.96 7A > 17 p. m. Azimut de la mira 6309 77 Azimut adoptado 639,35 Declinación de la aguja La aguja colgada de un hilo de seda no permitia la Observación sinó en la posición: marca abajo. La corrección con la aguja normal se ha determinado dos veces, resultando =— 18-38, valor que se ha aplicado ya á las observaciones que van enseguida. Núm, " Fecha Hora Mira as beni S pitt di .88-497/..36"10'90 10%30'5 49.82 - 11.14 30.7 49.88 10.90 30.4 Febr. 17 Sh 8 2 5 9 2 50 08 12,57 31.8 ” e. MO 50.13 13.05 32.3 6 *.PL-0 50.20 14,95 94.1 ” * 1) 50,24 15,19 34.3 8 » + dd O 50,24 17.81 36.9 9 » 1.0 50,24 17.81 36.9 10 - MS 50,24 18.52 37.6 11 ” 0 30,24 18.52 97.6 15 » a 50.24 16.86 36.0 16 Febr. 18 8.2a. 8848.57 3613.29 10034.1 17 » ” 00 48.57 12.81 33.6 18 » ”-—DOs 48.57 12.57 39.4 19 > Wi» 48.57 13.29 34.1 QUILINO A == + PISO E 6 y 300115 H — 3920 Mientras que las observaciones que hice el 6 y 7 de Diciembre de 1889 y 27 de Junio de 1896, y que se han publicado en este Boletin, tomo XVI, pág. 427 y XVII pág. 46 se refieren á la antígua población de Quilino, ésta vez he observado en la población nueva que se ha formado al rededor de la estación del F. C., en la quinta perteneciente á la sucesión de Roque Cabrera y ocupada por el dueño del hotel en que me alojé, Don Victorio Cortana. No habia in- fluencias locales. 409 Determinación de la hora con el circulo de reflexión Febrero 18 Febr, Febr. Resultados: 3 96: 19 a.m. 81 28 29 : > 32 ” 33 » d9 Febrero 18/19 19 6. p. Mm. 152. p 0 2 2 4 6 6 0 SON y Nooo 0%mnNn co AT Cronóm. +- + 39 50 + 40s 36 + 415 56 1m43s 90 oljo ollo ollo Alo y lolo ollo ollo ollo ollo.ollo oo ollo alo ollo ojo 12H m. n. — 4” 19:09 12 m. - 4 20.89 390944395 34 59 27 4 34 1427 9 33 29 25 8 33 29 29 3 34 14 36 4 34 59 28 5 30 44 33 1 36 28 52 5 37 14394 37 59 36 1 37 59 33 7 37 14440 36 29 27 2 39 44 30 3 34 59 184 410 Determinación del azímut de la mira Mira: Semaforo del Norte de la estación del F. C. 1. Febrero 18 p. m. Mira 112% 3286 (al Oeste) Reloj 6* 7 m. 118. ef "106% 4.00 9 20-20 21.43 11 742 BESOS. 35.00 13 26.8 JO 50.95 Cronóm.—Reloj + 53533 AT Cronóm. — 4" 18s 17 2. Febrero 19 a. m. Mira 1120 33'69 Rector 7% 37.36 NO. 32 Y. 15264 lo 7.58 10 oJ 2910 15.95 3:39, 2 lo 34.76 Cronóm.—Reloj + 35.48 AT Cron. — 420 25 3. Febrero 19 p. m. Mira 112933/33 Reloj 6 6" 3458 Jo 106%51'67 IA 1.67 40. 25.6 23.81 11 55.2 ol 105040.24 13 30.2 Jo. 106” 1.43 Cron.- Reloj + 2% 6536 AT Cron. — 47 21577 4. Febrero 20 a. m. Mira 112033/99 Reloj 7? 32m 4658 jo 295029'52 34 51.0 Oj 294039.28 36 25.6 lo 2950 1.67 38 44 lo 294 48.81 40 7.6 Ol 293 59.28 Cron.- Reloj + 17530 AT Cron. — 4m 23: 79 2.0 Resultados: Azimut de la mira Febrero 18 p. m. — 92023'44 4 19 p. m. 25.78 % 19-a. m. 25.16 20 a. m. 25.13 Azimut adoptado: — 92024'38 — 26773562 411 Declinación de la aguja La corrección de — 17/30 (promedio de 3 observaciones) destinada á reducir las observaciones efectuadas en la posi- ción: marca abajo y con error por torsión, á las de la aguja normal, se ha aplicado ya á las observaciones que siguen: Núm. Fecha Hora Mira eii Pi 1 Febr. 18 55 p.m. 11223286 2153580 10%38'6 2 - y 32.86 30:32 38.1 3 > "¡Din 32.86 94.84 37.6 . 4 Febr. 19 9. 8 a.m.112%33.45 215%33.65 30035.8 ) - » 10,4 33.45 39.08 33 65 » + ¡LD 33.45 90.75 . 38.9 7 - ed 33.45 36.51 38.7 8 , A 33.40 40.08 42.3 9 - ”.. 393.40 40.08 42.3 10 » «le 39.40 41.51 43.7 11 > PE 33.36 40.56 42.8 A 3 33.36 38.18 40.4 13 OE RO 39.30 37,22 39.3 14 . 0 E 97.10 40.0 15 ” o MA 33.00 36.51 38.8 16 Febr. 20 8. 0a.m.112%3405 215934.37 10935,9 17 » > MY 33.98 31.51 33.1 18 > » 10,0 33,91 33.05 35.4 mdd. 33.89 39.06 37.3 20 > « LOpPmM —JN 39.41 40.4 21 - A EL E 33.62 38,89 40.9 22 - <. q 33.51 38.41 40.5 23 A e 50 33.40 36.75 39.0 24 - «E 0 33.33 35.80 38.1 SANTA ROSA (Dpto. RIO PRIMERO) A = 630198 W. Gr. + 41131952 + =--31%82 H = 162 5 41 A) ad He observado en la quinta del señor José León Ludue- ña, en cuyo hotel, situado en la Plaza Vieja, me habia alojado. Determinación de la hora mediante el circulo de 129 Febrero 22 3: 47m4052 p.m. + 4”34s 1 » . 50 16, » . 51 15. a ” 4 28. Febr. 23 st 13 54, ro] bo) 16 26. + 4m59s 8 DoARNONaADCDonNNOOoco Nc oo - 30 42, 8 Resultado: AT Cronóm. Febrero. 22/23..12M mn. = — 6:D8 Determinación del azimut de la mira. Mira: una seña en la casa. 1. Febrero 22 p. m. Mira 98927'88 Reloj 5* 577 380 lo 266 51.20 99% :523.0:Jd0 37.62 6 0 424 oO] 265 55,00 loolloo|lo ollo oljoo| ollo ollo ollo ollo alijo reflexión 34059'35"1 34 14 35 6 3329 38 5 32 44 36 2 31 59 339 31.59 195 32 44 26 6 33 29 29 5 34 14336 34 59 28 2 Cron.—Reloj + 4" 34572 AT Cron. — 5 58 413 2. Febrero 23 a. m. Mira 98927'47 61281, 756. o]: 99 15.4 1 DE 31.91 32 21.2 o| 98 43.10 34 34.8 lb 59.29 Cron.- Reloj + 4" 59 68 AT Cron. — 7s 61 Resultados: Azimut de la mira: Fbro. 22 p. m. 94% 49' 42 2 dm. 49 28 Azimut adoptado 949 49/35, Declinación de la aguja ES a Fec h A H pon Mi de e amm ica 1 Febr.22 33 p.m. 98%.2/85 FISDL 10% 138 2 "2. did pode 27.87 de y 14.7 3 el *l 55) pe 27.89 592.56 14.0 E. O 27.89 52.79 14.2 Me 29: 7004, Mm” 989 371,47 13 52.08 10% 14.0 Moor... TER OO 27.47 50.18 12,1 Eta E. 800.4 mm 27.47 49.46 11.3 8 » SOYA Mm 27.47 47.32 9.2 Mic. .. 0bam 27.47 47.32 9.2 A 27.47 4685 8.7 RIO PRIMERO A = 63038'1 W, Gr. = + 4h 14" 324 p = — 31" 202H = 280 Para hacer mis observaciones, acepté la oferta del señor Nicolás Marionacci, de un sitio baldío que queda al S. E. de la estación, á 300 m. de distancia. 414 Alturas del O tomadas con el círculo de reflexión. Núm. Fecha Hora del reloj Cron.— Reloj Limbo 149 Febr. 24 a. m. 9? 25" 2258 — 1145542 O 44%9'58"7 150 > > 28 2.4 0 151 - - 29 7.8 0045:45 0 152 > - SE o 153 » > 3%. 320 0 46.30- 6.8 154 > » 4 E o 400 - > 30 39,4 o. 4/7 14 D/5 156 » - 39. “21.0 p 157 . » 40 26.0 0.48 0.30 158 » > d3- TLO o 159 ».. p.m. 2 48 08 36.5 49507 .48: 0. 0 160 » > 50 528 0: 161 s > SE usaz.2 oc: dy 19: 3 162 - > 4 36.4 o 163 > > dy 31418 720 30-31 164 6 - 38 24.8 Q 165 - - 09 =2L6 Q 45 44 53.9 166 » 4 OZ 8.6 o 167 : ” 3 HETES Q: 44 59 57.7 168 > » 3-:98,0 O! Resultado: Febrero 24 12% m. A T Cronóm. = —1"4s 29 Determinación del azimut de la mira Elegí como mira una letra pintada en una casa al NE. (mira D y para el caso que ésta se hiciera invisible por los vagones, interpuestos, otra, que consistía en la punta de un poste de teléorafos. 1. Febrero 24 a. m. Cron.-Reloj. 4 6m1s 11 Mira Il Reloj 6* 341 565 0 36 48,2 38 32.0 41 20.0 2. Febrero 24 p. m. Mira 1 GCron.-Reloj — 31.16 AT Cron. — 1 5s 16 Febrero 25 a. m. Mira 1 47%1'90 d, Cron. — Reloj + Resultados: Azimut de Fecha Febrero Reloj 5” 34" 18.6 36 1.6 37729.8 39 74 Reloj 7r 18m 52,0 21 36 22 48.0 Febr. 21 a.m. 40. Promedio a. m. Febr. 24 p.m. Azimut adoptado Declinación de Hora 24 813 a.m. >». MAOR » 10.2 24m 2 e 1 Ll HODOo0OonN:o e 3 is mk — y Z 415 47310 Mira Il 48092875 lo 98” 1215 Jo 9758,57 ol 977:9:52 ol 96 50,48 T Cron.= —1" 3s 38 471/55 Mira Il 48926'96 o| 270% 16'19 o| 3.39 jo 25.00 o) 12,38 jo: .92057'38 lo 40.72 o| 9152.86 ol 39.76 9s 65 AT Cron.—1" 7s 39 la mira Il: 434572 47.90 4346.81 46.64 43046.72 la agaja Mira ma EGiO 47310 13%38'69 3.90 37.62 2.75 39.05 2.60 40.58 2.23 45.00 2.10 46.03 1,67 43.25 1.43 41.78 Declin. magnética 10223 21.3 416 9... Febrero 125. (7.78 470 1:90. 15" 42.78. .100: 27.6 10 » e" 8.98 1.79 41.39 26.3 Las observaciones se han hecho con la aguja normal de modo que no se necesita correcciones, TRÁNSITO (Dpto. RIO PRIMERO) Gro== 63"1P9 qe 319262 H 1/2%2 1A= + 4* 127 4756. W. El punto de observación queda á 250 m. al SE. de la estación, donde había campo, Alturas del sol tomadas con el círculo de reflexión 169 Febr. 25 p.m. 4436" 20 — 652% O 205021 79 39 17.2 o 171 e 8 10 57.8 0 24:8323 Ts 42 29.2 ro) 173 Febr.26 p.m.318 44 —11515 o 4059500 174 LA 20 448 Ko) A 21 46.8 o 40 14 48 4 176.) 24 23.6 o 177 > 25 26,4 o 39 29 46 7 178 . 28 3.6 o 179 EP 29 52 o 38 44 45 1 180 0 31 43.6 (o) 151. Febrer (27 a.mid0?-S . 18 —.448 o 5259 19 4 182 E 10 21.8 o SS 12 103 o 5346 30 184 ES 14 50.4 o A 16 49.4 o 5110235 Resultados: Febrero 25. 439.2 p. m. » 26: 123024 - Pm. 21 AO Ad. A T Gron. 417 == o 29901 == + 276 E El tiempo casi siempre nublado durante mi estadía en el Tránsito me de combinación favorable. ha impedido de hacer observaciones del sol Determinación del azimut de la mira Me ha servido de mira una seña en el galpón de car- gas de la estación. Febrero 26 p. m. Reloj 5 5319 4 55. 22 0 $9. 12 6r 0,424 Cronóm.—Reloj — 13* 6 Declinación de la aguja Núm. Fecha l Febrero 2 s) a pe 26 Í Lo IU tus a Azimut de la mira 1.4 MN fundo QUe lo oo Mira 2419. 6'19 (al-N.E.) lo . 939 17.86 (e) 1.43 Al 229. «190 ol 919 17.86 A T Cronóm. + 30: 85 Mira 24117'38 17.38 2410 6.43 6.39 53220'90 Norte eclin, magnético magnética 198011'59 101511 10.66 14.2 197%59.08 13.6 60.12 14.6 60.32 14.9 58.25 12.9 38,45 13.2 56.30 10.3 54.72 9.0 58.10 12.6 418 EL TIO A= 62” 469 = 4h 11778 6 W. Gr. | E t H = Lana La carpa para mis observaciones estaba en el campo libre, á 150 metros al Sur de la fonda de Domingo Crotti, como á 300 metros de la estación. 195 Febr. 27 p. m.4* 2m 458 — 485 47 , 4 39. 4 » 340.6 . 8 13.6 > 9.13.6 > 11 46. 0 » 12 46. 4 a 19 19. 4 28 a.m.8r16 6.8 » 18 41. 6 » 19 2. 0 ” 22 14. 8 > Z3 16, O » 23 32 0 » 20-01. 2 » 29.26. 0 > 30 29. 0 » 33::2. 8 + :p.¡m:3*:50:33.:6 > 33 11. 0 » 34:12. 8 > 56 47. 2 » 57 50.6 > 4140 24.0 > 24.4 > 3.58. 0 » 4 59.0 > 1795. Z a IO —1m 19s 74 oj|o ollo ajo olla alo lo ollo ollo ojo ol ollo ollo ollo o] lo ollo Us — ae e: 30 44 30 2 29 99 27 3 29 14184 50 44 27 6 31 29370 33 44370 33 44 30 2 32 59 28 0 30 44 26 0 419 Resultados: Febrero 27/28 12% m. n. A T.Cron. = + 1153s 93 s 28 12%. m. = + 1n51s 90 Determinación del azimut de la mira. Mira: el aislador derecho de un poste de telégrafo. 1. Fbro, 27 p. m. Mira (al NE) 287051'43 Reloj 5 56m 5454 lo 149” 9'28 39.43”. . 1485288 0"1...3.07 OL. «E 50 3. 31.2” ol 147 46,42 Cron.-Reloj. — 5018 AT Cron. + 1" 535 92 2. Febrero 28 a. m. Mira: 287% 52:50 Reloj 648" 110 Jo 3369 15'00 JO 248 o| 335 25.24 32 28.6 ol 10.00 m4 186 Jo 28.81 Cron.-Reloj — 1"1155 AT Cron. + 1” 525 48 3. Febrero 28 p.m. Mira: 287%51'43 Reloj 5:36" 36,4 Jo 1520 7'86 38 50.6 Jo 151 50.24 40 33.6 o] 151 4.28 42 3.6 ol 150 52,62 Cron. — Reloj + 17128 AT Cron. + 1" 51% 15 Resultados: Azimut de la mira: Febr. 27 p.m. 43%5856 » 28 p. m. 57.81 Promedio p. m. 43%8.19: Febr, 28 a. m. 58.27 Azimut adoptado 43058'23 420 Declinación de la aguja Declin Núm. Fecha Hora Mira magnético magnética l- Febrero 27 p.m. 4:18 287051'19 05305557 10% 06 2 » 5 31.19 52.86 959.9 3 » A 52.62 51.66 97,3 4 » 9. 4 592.56 48.41 54.1 5 » 10.3 32.99 49.48 55.2 6 » 1170 52.50 50.00 55.7 7 ; A ta ON 53.65 59.9 8 » 2. 0 31.82 54.17 10 0.6 Y » 3. 3 51.72 53.93 0.4 10 » 3. 3 51.43 52.51 959.3 11 » E 51.43 51.44 58.2 Las observaciones que proceden, no necesitan de corrección. TOTORALEJOS A= + 4h 19305 = 64059/5 Y == 29437'1"8 0. D; H = 17198 Aqui habia observado el año 1886 con el magnetómetro de desviación de Neumayer, (véase este Boletín, tomo XIV, pág. 286), resultando la declinación de la aguja igual á 117 58/.5 (1886,2), Puse otra vez mi carpa á 200 metros al ESE. de la estación, al lado de una casa abandonada que no contenia ninguna substancia magnética, Álturas del sol tomadas con el circulo de reflexión El reloj de observación ha sido el de bolsillo, Glashit- te, cuya corrección e al cronómetro está apuntada. di m. Fech a del reloj Cron.— Reloj Limbo 214 Abril 7a. m. 1or: 23m40: 4 — 40s 20 o 4614/58 4 q. 25 50.0 qu 0 53 dio” << N 28 8.4 O 006 EN 421 Fecha Hora Glashiitte Cron.—Glash, Limbo Altura corregida Abril 7 a.m. 101 30 22, 2 o 46034' 565 > 10% 32 45. 0 O 47 25 10 4 > ii 39 0,0 (0) lO Ta > Us 37 30, 4 O 48 0 39 » 39 52, 8 10) 4745 34 ty5s 11* 17.32.8 —40=52 5 51 4237 4 > IE» 20 14. 8 O e da 8 o 32 1128 RÍE» 24 48. 4 o A 4 5,2 o 52 17 44 5 a Za y: o p CE» 12h 4 41.4 — 40:85 7 53 37 58 0 E Eon 6 59. 2 10] 37 58 0 Es 9 10.:6 o) 3/1 229 o» J]1 14, 4 o 36 25 4 » , 13 43. 6 Y) 53 2 422 p 2Es PO de o 0 37 1 "bis 17 48, 2 o 52 58 42 1 Pa 19 39, 4 o 56 24 5 > ib 121 32 13, 6 — 41505 0 52 44 57 9 R Ela 34.57.60 o A Dia 36 27. 4 o 32 32 370 al 39 14, 8 O » 13 10,4 [o] 52 10.17 2 ma 15 56. S (o) h 3» 1"30 37,0 — 41533 O 47 45 89 os 92.99. 8 ro] 48 0 74 qa 35 28. 4 92 47 10 41 ka 37 47, 2 o 4725 TB MN 40 10, 4 o 46 35 67 o 42 22. 8 o 4650 71 . 414 39. 8 o 46 0107 E» 46 49, 2 o 46 1511 0 ¿E 3: 10 18, 4 — 41827 DD 3. Y EN 422 Núm. Fecha 251 Abril 252 » 233 > 254 » 235 » 256 » 257 e 258 » 259 » 260 » 261 > 262 A: 263 - 264 - 265 > 266 . 267 » 268 - 269 - 270 » 271 > 272 - 213 » 274 » 275 - 276 . 211 » 278 ” 279 » 280 > 281 » 22. 283 » 284 » Hora ad » 13 » 14 > 16 » 18 Ss 3.36 » 97 » 58 .. $ » 1 » 3 > 4 » 6 » 10973 » 4 » 7 » S » 11 » 13 » 15 > 17 + it 9 » 2 e 5 » 7 > 9 > 11 » 11" 48 » 50 » 53 » 56 » 58 » 12t 0 .. Glashiitte 50 s2 26. 30 =—] OR 0sqp 25. 6 — 63: 55 A O ¡o bd PE y OR ERA 000% SNOoOP?O>DNAaDNSsR?IOISmYO ooo» pr pura pu cl mu. DN Yao — 64: 27 — 64s 82 — 0032 Cron.— Glash. Limbo ojlo|o jo 10 lo Jo lo al ollo lo o|lo ollo ollo ojo a] 0110 ojo ollo oljo ojo oljo o Altuaa corregida 32221 316 31 34 29 0 31 49 29 1 30 59 29 0 4 29 1 30 59 34 2 31 49 27 0 31 34 26 2 32 24 36 4 285 310 311 313 Fecha Hora del reloj Cron.—Reloj Limbo Altura corregida Abril 8a.m. 12: 5"3658 — 65532 O 520 43' 46"1 . 742.0 8 43 31 0 >» 11 45. 2 5 530 13 59 3 nta 13 36. 8 o 12 44 3 e NÓ 1215 3 o 11 167 » 16 42. 8 lo) 9 517 se 152852 477 8.74 eb Pe 20 16. 0 o 5 Y 1 1D ZA TT 2 o 2.365 oi 12:53 57. 2 — 656592. o 5.0002 . o» 56 16. 8 o ia 58 44, 8 Ko) 50 43 18 4 » y» 11452 (3 ma 6 44,0 o 50 4 54 9 Lay" 8 43, 2 0) a. 1: 53 41. 0 — 665 20 o 44 30 156 . 2. 55 40. 8 0) 44 45 70 » O» 57 48. 4 O 4350 JA; .. 3 59 49. 4 O 44 10 10 >» 2h1 53. 2 (0) 43320 45 e y 3 Med O 43 34 57 5 m8 5 5% 0 10) 42 44 53 4 > 7.30, 9 O 42 59 58 8 » 3h 12 18, 4 — 66:60. O 31 31 30 0 IES 13 48, 8 O 31 49 34 3 moi 15D. 6 o 30 59 25 5 q» 16 56. 8 ro) 31 14 31 4 A. 18 34, 8 O 30 24 21 0 . 0 2.58 a 30 39 29 4 Resultados (corrección del cronómetro) Abril 7 19h m. AT Cronóm. = — 2"41* 58 » .812Mm. 423 = — 2144: 59 Determinación de la latitud 1) Alturas circunmeridianas del () Observ. n.2 228 Abril 7 4 = — 29037' 106 » E qe 3.5 » » 230 0,5 » E 2391 2.8 » E. 6.7 > ” 233 4.9 > » 234 4.8 » » 230 0.S Obs. 228-235 Abril 7 Promedio 4 — — 29%7'4"3 (8 obs.) Observ. n.2 278 Abril 8 4 = — 2037! 94 » $219 7.8 » » 280 6,0 » » 281 4.0 » » 282 261 » » 283 2.0 > » 284 36 57.5 » » 285 97.5 > > 286 38. 2 » » 287 32 28 : » 288 2. 1 : > 289 7.0 > » 290 5.3 » » 291 36 59.1 » » 292 31.23 > » 293 0.5 Obs. 278-293 Abril 8 Pp = — 299372" 7 (16 observs.) 2) Alturas extra-meridianas (t = + 70 160) Obs. 222-227 Abril 7 $129 36:574-(6 obs.) » 235-241 a 36 55 2 o » 212-277 » 8 ». = 87-145 . ze 294-299 » $ de 970) 0 e. Km Qt 3) Alturas extra-meridianas (t = — 3009) Obs. 214-221 Abril 7 q = —'29%37 16 (8 obs.) ” 2421949 . LS 36 55 6 » 261-271 iS A 37 45 » 300-307 : Y «4 37 55 » Resultado final Alturas circunmeridianas q = 29%37' 3"2 (24 obs.) Peso 3 » extra-merid.t= + 70-16 36'59"8 » > 2 < » t= $ 22-30" 37 18 (82. 0b9): ». 1 Totoralejos = — 29% 37' 1" 8 (80 observs.) Determinación del azímut de la mira 1. Abril 7 p. m. Mira 175%59'94 (al N.N.W.) Reloj 5* 5=. 182 o] 132 857 ri E ls 26.19 Yi 182 0)/::131%38,81 1H. 186.10 94.05 Cronóm.—Reloj —41505 AT Cron. — 242 26 2. Abril 8 a. m. Mira 176%0'12 Reloj 7: 311 2756 ol 280*56'67 38 MÍ Jo 21.12.15 35 32.0 ol 280 22.38 37 23.610 “280 39.76 Cron.—Reloj — 1" 2:82 AT Cron. — 244: 16 3. Abril 8 a. m. Mira 176%0'12 Reloj 7* 40" 2856 ol 279940'00 42 6.0 Jo 279 59.28 43 53.6 Jo : 279 43.33 45 30.2 ol 278 56.19 Cron.—Reloj — 173: 93 AT Cron. — 2m44s 18 426 4. Abril 8 p. m. Mira 175% 59'88 Reloj 4* 43m 352 ol 135 2977 45136 ol 11.91 47 21 0 Jo 97.38 49 294 lo 9.29 Cron.—Reloj — 17 48 AT Cron. — 2m45* 38 Azimut de la mira Abril 7 p. m. — 32%0'29 | E — 40'29 S p. m. 40.30 y ad S a. m. 39.99 |] 9AN' mi 0 8 a. m. 40.15, o Azimut adoptado: — — 32%40'18 Ó sea: 327"19'82 Me ha servido de mira el semaforo del Norte de la estación, distante mas ó menos 800 metros. Declinación de la aguja Las observaciones se han hecho con la aguja normal, en sus dos posiciones, marca arriba y marca abajo, de mo- do que no hay que aplicarles corrección ninguna. Núm. Fecha Hora Mira Mina las l Abril 7 98am.176%0'21 219%21'25 10%40'8 2 » » 1d. 2 0.15 22.08 41.8 >. 5 «e y pm. 106 28.51 48.3 4 » 28 175%59.99 26.35 46.2 9 » eo 99.94 28.43 48.3 o: 02 e. 8 59.88 25.06 45.0 7 » "0d 176%0.00 21.79 41.6 y » SS. 24m. 0.12 20.00 39.7 a » 98 0.08 21.51 41.2 427 Fecha Hora Mira E eb ds bu id Abril 8 10, 7 0.04 20.23 40.0 » > 12.75 0.00 26.78 46.6 » LN 175%59.96 28.33 48.2 » me 39.92 28.04 47.9 » » 45 59.88 24.05 44.0 » E 176%0,00 20.60 40.4 COMUNICACIONES MINERALÓGICAS Y MINERAS N.” XV. La formación de plata metálica y de los filones argentíferos en El Famatina POR EL Dr. Guillermo Bodenbender Plata metálica puede producirse, como está constatado por ensayos, á causa de reducción de plata sulfúrea, como también de plata sulfantimonial, etc., por medio de vapores de agua ó de aire (oxigeno) caliente, efectuándose este pro- cedimiento ya á una temperatura inferior á la de la fusión de plata y de plata sulfúrea (Ag2S + H20 =Ag,+ SH2+ 0; Ag,S+0=Ag2+ 5802) Hidrógeno produce igualmente tal reducción. Plata sulfúrea compacta se transforma así en plata igual- mente compacta. Cuando la plata sulfúrea se halla al estado poroso, la plata reducida puede tomar forma de alambre ó de musgos, debido á la fuerza expansiva de gases absorbidos. En tal caso su formación es parecida á la de cobre metálico musgoso en ejes de cobre, cuando la masa fundida de éstas se solidifica rápidamente, en cual procedimiento la fuerza ex- 430 pansiva del gas sulfuroso (Cu, S 420 = Cu>z-+ 502) tira el cobre en forma de alambres, muchas veces torcidos. Á me- nudo se puede observar en las puntas de los alambres frag- mentos del eje de cobre. H. L. Vogt. en Cristiania (Zeitschrift fíúr practische Geologie, 1899) ha demostrado, que plata se ha produciós asi por reducción en muchos casos en los filones de Honey berg. Según él la transformación se manifiesta tanto en forma de películas de plata sobre plata sulfúrea, como también en forma de alambres, muchas veces tirados en espirales y es- triados á lo largo y con un granito de plata sulfúrea en sus puntas. Los alambres tienen su asiento sobre plata sulfúrea ó Proustita, pero no penetran mucho en ellos. En Kongsberg plata sulfúrea es transformado así en mayor parte casi com pletamente en plata; pero por lo común no falta un pequeño resto de plata sulfúrea, Han sido hallados bloques de plata hasta 500 kgs. y más. Proustita como otros minerales de plata son escasos. Según Vogt, se encuentran en Kongsberg, en asociación, los siguientes minerales metálicos: Pirita de hierro, Blenda, Galena, Pirita magnética, Pirita de cobre, Pirita arsenical, Krithrina, siendo ellas, con excepción de Pirita de hierro, tan escasos, que hay más plata que cobre, plomo, zinc y cobalto juntos. De minerales de ganga es el espato calizo el más co- mún; siguen Espato fluor y Cuarzo y en segundo lugar: Ba- ritina, Axinita, Albita, Adularia, Clorita y Zeolitas. Notable es la riqueza en Antracita, como de bitumen y de calcita bi- tuminosa ó carbonífera. Vogt, cree que también en otros filones, como en los de Prozibram, Freiberg, Andreasberg, Zacatecas, etc., la plata en forma de alambres, de musgos haya sido formada por regla, por reducción de plata sulfúrea, rosicler, etc., pero no supone tal formación para todas clases de plata metálica, al contrario, demuestra en varios casos, observados en Kongs- 431 berg, una directa cristalización del metal, por ejemplo donde plata se halla en cristales libres ó en cristales sobre metales sulfurados (galena, blenda, etc.), ó donde plata llena hendi- duras finas en Antracita ó en otros minerales que contienen protóxido de hierro, como por ej., en Granate. Sin embar- go la cantidad de tal plata, formada por precipitación directa de una disolución, es muy insignificante comparada con la producida por reducción de plata sulfúrea. La cristalización directa puede ser producida por pro- cedimientos de reducción por medio de sustancias oxidables, como de carbón, sustancias bituminosas, minerales de pro- tóxido de hierro (especialmente de silicatos). Ya hace tiem- po sabemos por Senarmont que disoluciones de plata (como de cobre) son reducidas á metal al ser calentadas con sus- tancias oxidables á 1509 hasta 250%, Pero la reducción puede resultar también á temperatura más baja en presencia de sus- tancias reductoras muy fuertes. También metales sulfurados al oxidarse pueden actuar reduciendo. Además es constatado por experimentos, que metales pueden ser precipitados por corrientes eléctricas, que se forman al llegar disoluciones metálicas, en contacto con metales sulfurados. De este modo se ha formado tal vez plata en forma de incrustaciones so- bre galena, (en nuestro país observado en la Sierra de Cór- doba) pirita de hierro, etc. En esta categoría pertenece qui- zás también plata nativa sobre cobre nativo (Lago Superior, Chile, Bolivia). Entro ahora á examinar, si la formación de plata, co- mo se encuentra en los filones argentiferos del Famatina, es debido á uno de estos procedimientos. Dispongo para tal investigación, sobre cerca de cincuen- ta muestras, (del Museo Mineralógico de Córdoba) que con- tienen plata á simple vista, provenientes de diez y nueve minas. De minerales metálicos predominan Plata y Blenda (ver- dosa, parda y negra). Pirita de hierro y de cobre son muy 432 escasos en mezcla con Blenda, Rosicler y Argentita, Galena y Pirita arsenical han sido observadas solamente dos veces. : Nueve muestras contienen plata acompañada por Ar- gentita, seis plata con Rosicler; además Argentita sola, sin ser asociado con plata, en seis muestras. Hay más Pirargi- rita que Proustita. Cloruro de plata, producido evidentemente por trans- formación de plata, he visto dos veces. Erithrina en pegadura sobre Blenda se encontró una sola vez. De minerales de ganga predomina en absoluto Espato de hierro-manganifero, que pasa en parte, pero escasamente en Espato manganeso (con 90 %/, del carbonato). Mucho me- nos frecuente parece ser Baritina (en diez muestras), pero lo más escaso es Espato calizo (cristalizado en tres muestras con Rosicler, Argentita y Pirita de fierro), He observado Cuarzo solamente dos veces como piedra córnea, cubierto de Espato de hierro-manganeso, sobre el que siguió una mez- cla de Blenda Argentita, Pirita de hierro y de Baritina. Ba- ritina se encuentra en algunas muestras mezclada con Es- pato de hierro manganífero. Este último es mezclado muchas veces irregularmente con Blenda. Bajo «metal paco» se entiende la descomposición de car- bonato de hierro-manganífero, de Blenda ferrifera, etc., en Limonita, Oxido de manganeso, incluyendo plata metálica, oro, Argentita, Rosicler, etc. Espato fluor, Axinita, Albita, Clorita, Zeolitas, Antracita y Calcita bituminosa; minerales característicos de Kongsberg faltan completamente entre las muestras. Referente á la sucesión de los minerales según edad, el material de muestras no permite conclusiones terminantes. En una muestra Argentita en vetitas muy finas cruza Guarzo y Espato de hierro, hallándose, además, con predominancia en drusas y llenando hendiduras, lo que demuestra una ge- neración tardía de este mineral, á lo menos parte de él, siendo 433 muy probable que hay varias generaciones, pero de transi- ción. La misma suposición es admisible en cuanto al Rosi- cler, porque en una muestra se vé un alambre de plata en- vuelto por todo su largo en Pirargirita. No se trata aquí de una epigenia, sino de una incrustación, como prueba la in- clusión de algunas particulas de carbonato de hierro en la Pirargirita. Argentita y Rosicler se encuentran acompañados por Espato calizo en algunos casos; esto sería también un argu- mento para su posterior formación, porque la precipitación de carbonato de calcio debe haber tenido lugar después de la precipitación del carbonato de hierro y de manganeso. La Argentita (15 muestras) se halla, como ya he dicho. con predominancia en drusas, siendo entonces más ó menos cristalizado, en fisuras ó en incrustaciones, mas raras veces en alambres, granos (en barilina) ó en masa (un caso) entre espato calizo, cuvas escalencedros han dejado impresiones en ella Argentita y Rosicler (Proustita y Pirargirita) en direc- ta unión con plata metálica están representadas en ocho muestras. En un caso una película muy delgada de plata cu- bre plata sulfúrea, en otro un alambre de plata nace en plata sulfúrea y en un tercer caso la plata prende en pequeñas costras y en hilitos en los bordes de Pirargirita (en masa). ¿stos son los únicos casos en los que la formación de plata por reducción de estos minerales de plata está constatado con seguridad; en todos los demás existe duda, si la plata nace realmente en plata sulfúrea, respectivamente en rosicler. Nuestra colección pude ser insuficiente para esclarecer es- tas relaciones á causa de que los mineros al elegir las mues- tras se hicieron guiar por la presencia de plata metálica bien visible, no fijándose en otros minerales de plata que e nos se destacan, siendo posible que Argentita y Rosicler exis- tan en mayor cantidad que la representada en la colección y que también la formación de plata por medio de estos mi- 434 nerales tuvo lugar en mayor proporción—pero conocido es que plata metálica predomina, siendo la cantidad de Argen- tita y Rosicler relativamente insignificante. La Plata metálica se encuentra dentro de Blenda, de Espato de hierro-manganifero ó de Baritina (más escaso). siendo intimamente embutido entre los agregados de estos minerales. Hay alambres estirados á lo largo (con las impre- siones de las estrias en el carbonato), á veces torcidos con espirales: á otros alambres faltan las estrías, presentándose sus bordes redondeados, como fundidos, también se hallan for- mas enrejadas («gestrickte»), como también musgosas, den- dríticas, estrelladas, masas granulosas (con muy poca ganga entre los granos), chapas y masas compactas («barras»). Cómo se explica ahora la formación de esta plata me- tálica, á la primera vista distinta de la de Kongsberg? Hubo lugar una precipitación primaria, como parece, ó se ha for- mado la plata por reducción? Procedimientos de reducción, como los arriba mencio- nados (por sustancias carboniferas, por sales de protóxido de hierro etc.) están excluidas, porque el carbonato de hierro y de manganeso, que se halla en muchísimos casos al estado completamente fresco, incluyendo la plata, no pueden actuar reduciendo, sin oxidarse. Tal suposición sería admisible sólo donde la plata se encuentra en el «metal paco». Tampoco no puede haber actuado como medio reductor la blenda ferrifera, sin haber experimentado una descomposición y me- nos la baritina. Se podría suponer una acción eléctrica de la Blenda, pero el modo como la plata se encuentra en ella y en los otros minerales, cruzándolo en alambres, es en con- tra de nuestros conceptos de una precipitación por corrien- tes eléctricas. La existencia de carbonatos en los filones no deja du- da, que la precipitación de los minerales se efectuaba en di- soluciones ricas en ácido carbónico y probablemente á ten1- peratura alta y tal vez también á gran presión. 435 Ahora se podría suponer, que la cantidad de gas sulf- hídrico hubiera sido insuficiente para transformar todo el carbonato de plata en sulfuro, precipitándose por esta razón parte de la plata como plata sulfúrea y otra parte como plata metálica, y este en todos los casos, en los que. ellas se ha- llan dentro de carbonato de hierro, en baritina y en cuarzo, pero incomprensible quedaría, como disoluciones metálicas (de hierro, de zinc, plomo, cobre etc.) se transformaran en sulfuros, mientras la plata se precipitó al estado metálico, simultáneamente con ellos, menos probable considerando que la plata es precipitada por gas sulfhidrico más fácilmente que estos otros metales, Creo que encontramos una explicación satisfactoria, su- poniendo para la mayor parte de los casos una precipitación de plata al estado de sulfuro, pero transitoriamente, siendo reducido el sulfuro muy poco después de su formación por la acción de alta temperatura, vapores de agua etc. Ante to- do me parece justificado á suponer como agente, además de és- tos, la presión, fuerza que debía resultar ya por la cristalización progresiva de los minerales mencionados que han encerrado la plata sulfúrea, y la que ha sido además resultante de pro- cedimientos tectónicos, habiendo llegado ella á su manifes- tación en varias formas durante la formación de la sierra. Asi se explicarian también las fuertes impresiones de los minerales asociados á la plata, como la forma de alam- bres, chapas etc. Donde aquellos agentes no actuaron ó en menor grado, la plata sulfúrea quedaba intacta ó experimentó más tarde una reducción lenta. Tendríamos pues dos generaciones de plata, producida por reducción, la una casi simultánea á la precipitación de los minerales metálicos y de los minerales de la ganga, la que representó la mayor parte de plata metálica, y la otra, cuya formación se producia más después y más paulatinamente, y la que todavía hoy puede tener lugar. A esta segunda gene- 8 436 ración pertenecen los arriba citados casos de reducción de plata sulfúrea, de rosicler en los que estos metales se hallan en drusas. Esta reducción seria análoga á la de Kongsberg, habiendo actuado en estos casos tal vez no más que oxígeno, Al fin debo mencionar un caso particular de reducción. Es un alambre grueso de plata con ramificaciones cortas que se encuentra completamente suelto dentro de una caverno- sidad de carbonato de hierro y cuyos contornos correspon» den exactamente á la forma del alambre hasta tal grado que se presentan en el espato del hierro las impresiones de to- das las ramificaciones del alambre. Este ocupa más ó me- nos la tercera parte del hueco. Aquí tenemos evidentemente una reducción de plata sulfúrea ó de rosicler etc, cuyo vo- lumen por pérdida de sustancia naturalmente se ha dismi- nuido. Imaginémosnos que la precipitación de carbonato de hierro hubiera continuado, la plata hubiera sido encerrada, presentándose entonces como alambre de aquella primera generación. A una tercera categoría de plata, formada tal vez, por precipitación primaria (por reducción ó electrolisis de di: soluciones) son contados los cristales «enrejados». Tratándose en nuestros casos no de tal agrupación de cristales perfec- tos, su formación queda dudosa, siendo posible que se han producido también por reducción de plata sulfúrea. Reuniendo los datos anteriores y completándolos se ob- tiene como carácter general de las vetas: Ganga principal es espato de hierro manganifero. Ba- ritina es solamente accesoria. "Igualmente poco frecuente es Cuarzo; pero es más concentrada en algunas guías (con ga- lena). Espato calizo parece ser también muy escaso. Entre los minerales metálicos predomina la Blenda (ne- gra, parda, verdosa); siguen: Plata nativa, Argentita, Pirargi- 437 rita y Proustita y Plata córnea, Stefanita y Discrasita no son reconocidos con certeza.—Pirita de hierro y de cobre, por lo común escasos, son más frecuentes en ciertas minas (Pe- regrina, Aída etc.) Galena parece ser lo más raro, excepto en algunas guías de cuarzo. El espesor de los filones varia mucho, llegando pero ra- ras veces hasta dos metros; en mayor parte el alcanza no más que algunos decimetros hasta reducirse á pocos mili- metros («pelos»). Cambia á veces de golpe, perdiéndose com- pletamente ó apareciendo de nuevo. La distribución de minerales de plata en los filones es altamente irregular, según los mineros. Los filones de poco espesor son por lo común los más ricos. Enriquecimientos aparecen además en las salbandas. La mayor parte de los filones y los mejor formados co- rren de Noroeste á Sudeste conforme álos esquistos de la caja, con inclinación hacía Noreste; otros tienen rumbo de Este á Oeste ó intermedio con inclinación hacía Norte. Las salbandas son en los filones gruesos en mayor parte bien formados y las cajas son firmes. Los esquisos que incluyen los filones son metamorfo- seados en mayor parte en roca córnea, filitas etc. por intru- sión de granito, pórfido cuarcifero y Aplita. Por esta razón fósiles no han sido encontrados, pero no hay duda que el te- rreno no puede tener menor edad que devoniano, siendo casi seguro que pertenece al siluriano inferior ó al cambriano superior. Deduzco esto del hallazgo de fósiles, como de Dic- iyonema flabelliformis Staurograptus dichotomaus, Trilobites etc. en la región del Río Achavil (al norte de la región metalí- fera), y del rumbo de los estratos que los incluyen, dirigido hacia la región de las minas. Los distritos principales (entre 3000 m. y 4000 m.) de los filones argentiferos son los de La Caldera y del Cerro Ne- gro, casi un solo distrito y el del Tigre, separado de éstos por el distrito cobrifero de Los Bayos. No tiene objeto de 438 dar aquí los nombres de las numerosas minas, hoy dia en mayor parte abaudonadas y inaccesibles, lo que dificulta mucho su investigación, razón por la cual nuestra descrip- ción no puede pretender de ser completa. El interesado en- contrará datos de interés práctico y detalles sobre las mi- nas en el tomo V, entrega 1 de los Anales del Ministerio de Agricultura, Sección Minas, Geologia é Hidrología. (autor el ingeniero Viteau). En cuanto á las relaciones genéticas de los filones con rocas eruptivas, podemos eliminar granito con sus deriva- dos, Pórfido cuarcifero y Aplita, por la razón de que los filones, según aseveración de mineros, cortan en algunas minas Pórfido ó Aplita. Una observación personal comprue- ba esto en cuanto que un filón de espato de hierro manga- nifero, situado en el Portezuelo del Filo Azul (mejor dicho en el de La Irlandesa), Distrito Los Bayos, el que atraviesa Pórfido cuarcífero (muy descompuesto), incluye fragmentos de este último. En inmediata cercanía aparece Dacita, com- poniendo el Filo Azul. Atribuyo la formación de este filón, como de todos los otros argentiferos arriba mencionados, á esta roca eruptiva. Los del distrito del Tigre (mina Aida etc.) quedan no más que cerca de dos kilómetros distantes del Filo Azul. El filón de la mina Irlandesa est tre ellas y á ubicado casi en el medio en- aquél, de espato de hierro-manganifero. Su com- posición (pirita de hierro, de cobre, galena, cobre gris con cuarzo), distintas de nuestras argentíferas, encontraría tal vez su explicación en una variación mineralógica según hondu- ra, de tal modo que el filó n con carbonato de hierro repre- sentaría un nivel superior. Tal variación según hondura, me parece también muy probable en los distritos del Cerro Ne- gro y de la Caldera. Es verdad, hasta hoy en el distrito del Cerro Negro, si se prescinde de una roca alt : amente descompuesta, que tal- vez ha sido Dac ita, encontrada en una hondura de mina por 439 par el ingeniero Kantor, no se conoce Dacita en cercanía de los filones, pero en la falda nordeste del Cerro Negro, entre los kilómetros 4 y 5, como del 6 y 7 del cable carril que une Chilecito con el distrito de la Mejicana, entran en el cerro filones de Dacita (en forma de Diorita cuarcifera). La misma roca sale en el distrito de la Caldera en inmediata cercanía de la mina Aragonesa, y encuentra su probable continuación en forma de Dacita verdadera, propilitisada, en el Portezuelo de la Caldera. Un afloramiento de Dacita en el Portezuelo de lllanes une la región dacítica de la Caldera y del Cerro Negro con la del Filo Azul. Resulta una línea tectónica princi- pal dirigida hacía nordeste (pero con ramificaciones), en la que Dacita ha llegado aqui á la erupción dentro del terreno pa- leozóico (metamorfoseado por Granito), línea que cambia en la Quebrada de la Encrucijada más al norte. Es probable que esta quebrada, en la que corre el Rio Amarillo, y que ocupa la parte central del Famatina, representa una falla (ruptura de pliegue). En directa continuación de esta quebrada hacía norte, cerca de 30 kilómetros distantes del Portezuelo de la Cal- dera, vemos Dacita en directa relación con yacimientos me- taliferos en el Mogote del Rio Blanco, atravesando areniscas terciarias ó supracretáceas bajo formación de una red irre- gular de pequeños filones de Pirita de hierro aurifero (tam- bién con oro libre) y bajo impregnación de las areniscas Co- mo de las tobas daciíticas con el mismo mineral, No puede extrañar pues, que oro nativo ha sido encon- trado también en esta región en arenas y rodados aluviales como en todos sedimentos (hasta terciarios) que son mezcla- dos con material dacítico, las que han dado motivo á lava- deros de oro. La concentración en sedimentos que están in- terpuestas entre tobas dacíticas (La Mariposa) habla por su origen dacitico. Es dificil argumentar otra procedencia. La presencia de galena en un filón dentro de aquellas mismas areniscas que forman parte del Mogote del Río Blan- 440 co, y en inmediata cercania de él (Cerrito Blanco), el que debe su formación sin duda también á la Dacita; liga más es- ta clase de yacimientos metaliferos con los filones argentí- feros del Famatina. según el Dr. Stieglitz en Múnchen, al que debe la de- terminación de las rocas eruptivas del Famatina, la Dacita del Mogote del Rio Blanco, es idéntica con la de Verespatak en Hungria y como este también propilitisada. Resta decir, que las relaciones estratigráficas de las to- bas dacíticas etc., permiten determinar que las erupciones de Dacita no pueden tener mayor edad que terciaria. El lector encontrará detalles sobre los terrenos en el plano geológico de El Famatina, que la dirección de Minas, Geológica é Hidrología, del Ministerio de Agricultura, publica- rá en breye. RESULTADOS MIPSOMÉTRICOS DE MIS EXCURSIONES EN EL AÑO 1902 POR OSCAR DOERING En el viaje que hice durante los últimos dias de Enero y todo el mes de Febrero de 1902, con el objeto principal de extender las observaciones magnéticas en la Provincia de Córdoba, he dedicado una atención especial al estudio del relieve del suelo durante la marcha, efectuando nivela- ciones barométricas del camino, donde me parecía útil ó conveniente y determinando la altura de las localidades en que paraba algun tiempo. El análisis de mis observaciones y los resultados que se deducen de ellas. constituyen el contenido de este trabajo. EL VIAJE El punto de partida de mi excursión ha sido la peque- ña población de Tanti frecuentada, durante el verano, por vida sencilla y quieta, el aire tonificanie -Concluidas mis observa- á la Sierra los que buscan una y las aguas puras de las sierras. ciones magnéticas .y geodésicas emprendi viaje Grande el 1% de Febrero. 442 Para llegar de Tanti (860") al pié de Los Gigantes (1852) —lo que equivale á subir 1000 metros en pocas ho- ras—hay que tomar el carril construido por el GoDIeruS Provincial, de S. Roque á Musi, que pasa por la estancia El Durazno (1054"), el Cerrito Blanco (12327) y la cuesta del Matadero (1742), Esa distancia se recorre, viajando con mulas cargadas, en 51/2 horas: pero las pampas situadas entre el Cerrito Blanco y el Matadero, asi como la de la última terraza, la Pampa de la Esquina, permiten al turista acelerar su marcha, con lo que puede ganar dos horas. Si bien no hay sombra ninguna en este trayecto, la brisa de la alta planicie que se siente desde el Cerrito Blanco ade- lante, hace el viaje agradable aun para aquellos que se fijan más en su pobre humanidad que en el grandioso panorama que les brinda la Sierra Alta. Mi permanencia en el arroyo de La Esquina, al pié de los Gigantes, duró desde el 1% hasta el 8 de Febrero. Habia prometido al comandante Daniel Fernandez, servir de guía á una sección del 4 de Ingenieros que él mandaría para establecer comunicación heliográfica con el Pan de Azucar y con el cuartel de Córdoba. En efecto, el 3 de Febrero lle- gó el teniente German Stange con un sargento y tres cons- criptos. Con algun trabajo instalamos el pesado heliógrafo en el Gigante que lleva la Cruz *) y aunque esta yez el es- tado de la atmósfera hizo imposible la comunicación desea - da, pocos dias después los esfuerzos fueron coronados por el éxito mas lisongero, El programa que me habia trazado, me llevó de allí á Las Ensenadas en la Sierra de Achala, para lo que subimos la cuesta del Mogote Bola (2118) situada al Norte de Los Gigantes, por donde bajan varios arroyos para formar el Río Yuspi. Siguiendo con rumbo SW por el Paso de Anselmo (2174) y él puesto de la Cañada del Tordillo (2266), de ) Véase la descripción que he dado de este cerro en este Bol. Tom. XVII, pág. 383 y sigs. 445 modo que Los Gigantes quedaban á dos kilómetros al E llegamos á lo más alto de la cumbre cerca del conocido «Cajon» (2331") y acampamos en la Piedra Atravesada (2296) puesto abandonado cerca de la Sierra de la Venta- na y de los Altos de Upaguasi. Esta última palabra impre- sionó de un modo especial á mi asistente y al arriero, pues era pronunciada á cada rato provocando siempre su hilari- dad y aún salvando la situación en momentos críticos que no faltan en un viage por la sierra. Desde la Piedra Atravesada adelante, el camino conti- núa en el filo occidental de la cambre y á una altura media de 2300". Después de cruzar el alambrado (2332) que sepa- ra la estancia de Las Ensenadas («de los Vazquez»), de la comunidad de S. Mateo («de los Pereira»), el terreno va bajando y el camino se dirige hacia el filo Este de la sierra, donde hay que buscar las casas de Las Ensenadas. A la vez la vegetación que en los alrededores de Los Gigantes sirve casi exclusivamente para las ovejas y cabras, se presenta ca- da vez más variada y suministra un pasto abundante para un buen número de vacas y caballos, mejorando siempre á medida que se marche al Sur. puesto del Durazno (2228) es la única casa que en- contramos en el camino de Las Ensenadas, donde llegué el 10 de Febrero, acampando a 500" al Norte de las casas, en un bajo cerca de unos mogotes aislados. Los Gigantes se habian perdido de la vista, y solo desde la entrada al patio de la casa principal se destacan sus dos puntas bajo un azi- mut de 318%, e. d., más al Poniente de lo que uno supone. Por lo demás se domina todo el valle de la Punilla, desde el Uritorco hasta el Dique de San Roque. El 15 de Febrero tomé el camino hacia el Tránsito, pero me detuve medio día en la corona de la cuesta, en La Mesada (2090). La cumbre de la sierra de Achala se cruza casi derecho al Occidente á cb no muy distintas de 2200" (La Piedrita Resbalosa y ¿n 2221") y tiene alli un ancho de 2 leguas próximamente. E 9 441 La Mesada, donde los pasajeros generalmente no se detie- nen, pude admirar cascadas, grutas y quebradas, desconoci- das del público, de una belleza sorprendente. Alli principia- mos la bajada al Oeste por las cuestas del Potrero y del Gaucho, cuyos perfiles detallados me ha sido posible cons- truir á base de frecuentes lecturas de los aneróides. Baja- mos los 1150" que constituyen la diferencia de alturas en- tre La Mesada y el Tránsito, en 5 horas 40%, e. d., 3138 por minuto, y pasamos de la temperatura agradable de 170, que había arriba, á la sofocante de 37% en el Tránsito. Habiéndome propuesto obtener — por nivelación baro- métrica — un segundo perfil de la sierra de Achala, sali el 18 de Febrero en dirección á Nono (899) para buscar el camino de la cuesta de La Loma Pelada. De Nono hasta la cumbre (división de las aguas en La Mula Muerta 22121) hay que subir 1340", en lo que empleamos 6* 50”, de modo que resultan 327 de ascensión por minuto. En esta cuesta, una de las más importantes que conducen de los departa- mentos de S. Javier y San Alberto á la capital, se encuen- tran la pequeña población Los Algarrobos (10567) y el pa- rage denominado «El Coco Marcado» 1391"; después de cruzar el arroyo Yololo principia una zona rica en denomi- naciones que tienen olor de cementerio: el puesto «El Toro Muerto» (16607), cerca del Bajo de la Loma Pelada (1700), luego «Morcillo Muerto» (118) y de allí hasta «La Mula Muerta» se vén tantos símbolos de la muerte que la locali- dad ha recibido con razón el nombre de «Las Crucesitas». Del punto culminante cerca de la «Mula Muerta» hasta las casas de S. Miguel hay todavia 2 leguas. ' Una de mis primeras excursiones habia sido dirigida á 5. Miguel, (en 1876) cumpliendo un deseo de mi inolvidable amigo y protector, el venerable Dr. Alejo €. Guzmán (Q. E. P. D.), dueño de esa antigua estancia. A pesar del intervalo - de 26 años entre las dos visitas, no descubri cambio digno de mencionar; sin embargo noté la diferencia entre el antes y 445 el hoy, sintiendo el aleteo de los tiempos modernos: en 1876 se pasaban las noches oyendo los rezos monótonos del ca- pataz y de su familia, (era en la semana santa), en 1902 el señor José María Guzmán me obsequió durante 4 horas con un concierto de música selecta mediante un excelente fonó- grafo que habia llevado á esas alturas solitarias. Salimos el 21 de Febrero, pero antes de llegar á la cues- ta de Argel, un aguacero torrencial mojó completamente to- do nuestro equipaje y nos detuvo en la corona de la cuesta, donde nuestra buena suerte nos brindó un refugio debajo de uno de los numerosos «aleros»; recién dos dias después pudimos continuar la excursión con el equipaje secado. Deploro que inconscientemente he destruido la fama de que gozaba la cuesta de Argel, pues desde mi corta estadía andan las ánimas por alli. Es el caso, que hacia observa- ciones de estrellas todas las noches que se prestaban para esto, ayudado en mi tarea por una lámpara á gas acetileno á fin de hacer la lectura de los circulos de mi instrumento universal. Imagínese el terror de los viajeros solitarios al ver de repente en parage no poblado la aparición y el mo- vimiento inexplicable de una luz intensa nunca vista antes. Más de una vez he notado que el canto alegre ó el silbido de un ginete que venía subiendo la cuesta, se cortó repente- mente y que los mismos viajeros tan alegres antes, pasaban como sombras á la distancia de algunas cuadras que los se- paraba de esa luz tan maravillosa, como misteriosa. Toda- vía algunos años después, pasando por aquellos lugares, un vecino me contó lo de la luz, aconsejándome tratar de que la noche no me tomara en la cuesta. El 24 de Febrero bajamos por la cuesta de Argel que es una de las menos interesantes por su monotonía :ó la falta de agua y vegetación. En 3* 10" habíamos descendido 940" (á razon de 495 por minuto) y estábamos en o mente (1056) de donde segui en dirección al Sur hacia el Potrero de Garay, sin llegar á las casas de esa conocida es- 446 tancia, pues puse mi campamento á 2 kilóm. al Oeste (7661) Para llegar á Alta Gracia crucé la sierra más al Norte del camino real, aprovechando algunas sendas y pasé la noche cerca del tajamar de esa villa. Faltando todavía algunos dias de mis vacaciones, no me dirigi directamente á Córdo- ba, sino que en la Falda del Carmen (antes Falda de Quiño- nes 664") doblé al Poniente. El mal tiempo reinante me obli- gó á poner campamento unas cuadras al Oeste del Paraiso (865), en aquellos tiempos sucursal del Hotel de Arturo Le- sueure en Alta Gracia. Estábamos en la cuesta de S. Ignacio que seguimos el 27 de Febrero hasta la cumbre, donde marchando al Norte. sin camino, buscamos el Cerro de las Vizcacheras (1287), á cuyo pie llamado La Aguada Grande (1109) demoramos un día. Después de una visita al cerro, donde había estado en 1897, tuve que pensar en mi vuelta definitiva á Córdoba, á donde llegué el 2 de Marzo, pasando por 5. Estéban, La Falda de Cañete y La Lagunilla. La excursión había durado 34 días. Las observaciones Llevaba en esta campaña los siguientes instrumentos: Para el control de los aneroides, los termo-hipsómetros Fuess n.” 473 y 476, de los que he hablado en mi último trabajo hipsométrico (este BoLerín, T. XVIL pág. 383 y sig.) Los aneroides O. Bohmne, n.* 2914 y 3604, este último compensado, y un aneroide Naudet, sin número, de gran formato, los mismos que me habían acompañado en mi viaje del año 1901. Un aneroide de sistema Goldschmied—Usteri 1764, de formato pequeño. Por lo general; en ] a marcha, observaba sólo el aneroide Naudet; en los campam entos y las paradas se hacian obser- 447 vaciones de los cuatro aneroides. Los dos hipsómetros se han consultado sólo en los campamentos de Los Gigantes (Fbro. 7), Las Ensenadas (Fbro. 11), Villa del Tránsito (Fe- brero 17), San Miguel (Fbro. 21) y Alta Gracia (Fbro. 26). La temperatura del termómetro seco y húmedo se tomaba con un psicrómetro rotatorio /á honda) de Fuess, que es mi compañero inseparable en todas mis excursiones. En estas condiciones he traido 126 observaciones simultáneas de los cuatro aneroides y un sinnúmero de indicaciones del ane- roide Naudet, que llevaba siempre a mano, cuyas lecturas se han aprovechado para el dibujo de los detalles en los relieves que añado á este trabajo. La reducción de las observaciones Para el cálculo de las correcciones de mis instrumentos, tenemos el siguiente material: Las comparaciones con el barómetro normal, antes y después del viaje en Córdoba, y las que se han hecho con los hipsotermómetros en cinco ocasiones durante la excursión, las vemos en el cuadro siguiente, en que se presentan en detalle las observaciones de Córdoba anteriores al viaje, pues nos habilitan para formar un juicio sobre la mayor ó menor bondad de cada aneroide, basado en el error medio de una observación. 31 error medio observado esta vez difiere poco del que se ha observado el año 1901. Parece que el aneroide Naudet ha empeorado un poco. Si, apesar de esto, lo he elegido pa- ra la nivelación detallada en mi viaje, esta preferencia está motivada y plenamente justificada por la constancia de sus correcciones. Estas oscilan, en Naudet, entre + 857 y + 9.74 mientras que el n%. 3604, si bien afectado de un error medio más favorable, presenta oscilaciones de la corrección entre + 540 y + 10.85 448 Corrección de los aneróides Enero O. Bohne 2914 O. Bohne 3604 Naudet Usteri 1764. Córdoba 20 707,13 +17.04 7158 +8.37 7150 + 9.17 734.04—9.87 21 “1221 30: Ei 67 20.2 E TES E 29 12.01 32 20.6 73: 1196 13 37.48 8.15 22 1204 9 21.1 09 20.1 69 38.23 8.44 22 09.77 06 18,2 63 17.56 23 36.40 9.57 23 10.86 02 19.2 68 18.3 38 37.35 9.47 24 11.66 00 20.0 66 19.0 66 38.04 9.38 25 05.46 16.48 13.5 44 128 14 31.75 9.81 26 06.86 7 15,2 33 14,2 38 32.60 9.02 añ. 10.42 “TZ.O8. 18.7 80 17.8 70 35.60 8,10 28 09.64 16.89 178 79 “171 43 — 35.91 9.38 Promedio (11 obs.): 709.84 + 17.07 718.29 + 8.61 717.43 + 9.48 735.90 — 8.99 Error medio de una observación: + 0.23 + 0,13 + 0.19 + 0.65 Error medio de una observación en 1901: + 0,22 + 0.16 + 0.15 E Campamento Los Gigantes — Febrero 7 (Q obs.) 393.04 + 17.89 605.53 + 5.40 602.09 + 8.85 635.73 — 24.80 Campamento Las Ensenadas — Febrero 11 (2 obs.) 570. 0 + 18:15 577.55 + 10.58 578.60 + 9.53 616.66 — 28.53 Campamento El Tránsito — Febrero 17 (2 obs.) 658.76 + 21.89 669.80 + 10.85 672.08 +:8.57 694.75 — 14.10 Campamento San Miguel — Febrero 21 (2 obs.) 574.86 + 18.24 584.00 + 9.10 584.90 + 8.90 621.76 — 28.66 Campamento Alta Gracia — Febrero 26 (2 obs.) 681.55 + 24.20 695.32 + 10.41 696.38 4- 9.35 715.62 — 9.89 Córdoba — Marzo 3-5 (3 obs.) 702. 8 4 23.99 716. 4+ 10,31 717. 14+- 9.74 734.4 — 7.75 Por las razones que he explicado en la publicación de los resultados de mi excursión hipsométrica del año 1901, he reducido, otra vez, las observaciones de trecho en trecho. De esta reducción resultan los siguientes coeficientes de es- cala ó división que he expresado en una forma práctica, haciendo figurar el valor, con milimetros de una columna de mercurio, equivalente á una de las divisiones del ane- roide, llamado milimetro. Valor de una división (mm.) del aneroide en milime- tros del barómetro de mercurio. Entre O. B. 2914 O.B.3604 Naudet U. 1764 Córdoba y Los Gigantes, sub. mm. 0.965 1.028 1.004 1.158 Los Gigantes y Las Ensenadas sub. 0.989 0.814 0.971 1,196 Las Ensenadas y El Tránsito baj. 1.042 1.003 0.990 1.185 El Tránsito y San Miguel, sub. 1.043 1.020 0,996 1.199 San Miguel y Alta Gracia, baj. 1.056 1012 1.004 1.200 Valor medio 1.019 0.977 0.993 1.188 No se encuentran en el cuadrito los valores del último trecho, de Alta Gracia á Córdoba, pues no tienen aplicación: en vez de bajar de Alta Gracia, he subido al Cerro de las Vizcacheras y de alli, bajando siempre, he vuelto á Cór- doba. : Sobre la base de esas cifras se ha reducido la indica- n cada uno de los distintos 126 mo- ción de cada aneroide e l cuadro que va mentos, con los resultados que figuran en € en seguida, juntos con el promedio adoptado para el cóm- puto de la altura relativa, que, en general, es el promedio aritmético de los cuatro valores parciales y en el que pre- domina el resultado del aneroide Naudet, cuando hay diver- gencias pronunciadas. 450 N.> Localidad Fecha y hora OA ande: E o 1 Tanti, casa P. lun Ener. 28 9: 0 p. 688.6 688.3 688.7 085.9 688.6 2 » » 29 7.0 a. 690.9 691.2 691.3 690.8 691.1 3 » - 30 7.2 a. 690.9 691.2 691.7 690.9 691.2 4 » » 30 3.0 p. 689.7 689.8 690.4 688.9 689.7 5 » » 31 7.3 a. 691.0 691.4 691.7 691.5 691.4 6 » » 31 12,0 m. 6899 690.3 690.7 689.5 690.1 7 » » 31 2.2 p. 689.1 689.2 689.7 688.8 689.2 8 » Fbro. 1 7.0 a. 689.6 689.6 690.2 689.3 689,7. 9 El Dam... - 1 9.9a. 675.4 674.3 674.1 673.2 674.2 10 Cemito Blan... » 1 11.4 p. 662.9 660.0 660.6 660.1 660.9 11 Camplo. Los Ciganes. —» 1 6.4 p. 6123 612.8 612.1 613.3 612.6 12 » » 2 7.0a. 613.1 613.1 612.9 614.0 613.3 13 » » 2 1.8 p. 611.6 611.8 611.4 612.6 611.9 14 > » 3 7.0a. 610.6 610.3 610.2 611.2 610.6 Ante > 2. 1 Lp 9820 — .— 3824 582.2 16 - nl 2 pad 2. ¿ -B813.5822 17 Campio. Los Gigantes. > 3 6.2 p. 608.3 608.6 608,5 609.0 608.6 18 . » 4 7.0a. 611.7 610.9 611.2 611.6 611.1 19 . » .4 4,0 p. 610.7 610.0 610.2 611.0 610.5 20 - » 5 7.0a. 6130 6125 612.6 614.9 613.0 21 - r* 5 20p. 6127 6125 612.3 6127-6126 22 » > 6 7.0a. 615.0 614.6 614.8 614.7 614.8 23 » O O y 0157 0153 616.3 6168 24 > > 6 5.5 p. 6149 614.2 614.4 615.6 614.8 25 > » 7 7.0a. 612.2 611.1 611.8 612.6 611.9 26 » n 712.7 m. 611.0 611.0 611.0 611.0 611.0 27 » > 7 1.0 p. 610.9 610.9 610.9 610.9 610.9 28 - > 8 7.0 a. 610.5 609.3 609.5 610.3 609,9 2) a "8 7.0p 0033 -— 5928'594.6 593.0 3U » > 9 7.0 a. 605.8 604.4 605.2 605.8 605.3 31 » >» 910.2 a. 606.5 604.8 605.8 606.4 605.9 32 Pielra Alrawsada. .. > 9 4,9 p. 576.5 577.2 576.8 578.0 577.1 33 » » 10 8.2 a. 579.8 579.6 579.7 579.7 579.7 94 Camplo. las Ensenada — > 10 2.0 p. 588.8 588.8 588.7 589.0 588.8 65 66 67 Localidad Fecha y hora Camplo. Las Enseradas Pbro. 10 La Mesada Cuesta del Gaucho . Villa del Tránsito... > Cerca de Nono. 11 11 S . 2 3 a => : pr po DD OO AR NA PNONAIN oe PA SEO e e Sd A => 6% PD PPTPDOPoD AAA» m. O. A O. Bohne Naudet . 987.8 387.1 3604 388.4 588.1 587.6 587.8 451 Usteri 1764 Presión” adoptada 587.6 588.0 588.2 587.7 588.1 588.1 588.1 588.1 588.1 387.7 588.2 587.9 588.2 588.0 987.9 587.4 587.8 588.7 587.9 590.3 590.2 590.5 591,0 590.7 : 392.0 592,4 . 9912 594.1 . 593.8 93.6 93.2 91.7 93.4 91.4 93. 91.2 93.5 96.9 93.3 96.6 628.3 28.6 677.5 78.5 81.4 81.6 80.7 80.6 85.3 85.4. 85.9 591.5 591.5 592.4 392.0 593.6 593.5 594,6 594.3 594.1 594,2 94.1 91.0 93.8 93.5 94,2 941.0 9148 95.0 95.1 95.0 93.7 93.8 93.8 93.8 93.7. 933 96.9 96.9 94.7 94.8 95.8 95.8 628.6 628.6 28.2 28.6 678.0 677.3 78.3 78.4 81.8 81.5 81.9 81.6 81.4 80.6 80.6 80.6 85.5 83.5 86.3 80.8 "87.6 86.6 592.3 591.8 992.3 592.3 595.1 594.1 594.9 594.5 594,2 594.1 94.2 594.0 93.4 593.5 94,5 594.3 94.9 595.0 91.1 594.7 93.5 593.7 93.7 593.8 93.3 593.3 96.8 596.9 95.9 595.2 96.7 596.2 628.6 628.6 28.9 628.6 678.0 677.7 78.3 678.4 81.7 681.6 80,1 681.4 80.5 680.8 80.6 680.6 86.0 685.6 86.3 686.0 86.4 686.6 10 . 452 N.0o 68 Canplo. El Coco Marcado. Fbr. 18 69 70 11 sl 83 81 85 86 99 Localidad En marcha... Camplo. San Miguel Campamento Cuesta de Argel > 100 San Clemente... Fecha y hora ..s fund > 00 A MY e e id a fund — paa = O Da — eq ES m. py PP POPE 8 e Bohne Niadet Usteri 647.7 47.9 47.0 47.0 . 599.5 591.5 92.3 91.9 91.8 91.6 91.6 93.6 93.1 . 604.8 06.2 05.8 3604 648,4 647.6 48.0 47.4 46.7 475 473 47.5 599.0 599,4 591.9 915 91.7 :90.9 92,5 91.4 92.2 91.4 92.0 ¡915 91.3 915 92.6 92.3 90.1 95.1 604.6 604.2 06.0 05.9 04.7 05.4 Presión 1764 adoptada 646.9 647.9 47.6 647.7 46.4 646.9 47.2 647.2 597.1 599.3 90.9 591.5 91.7 591.6 91.3 591.8 91.2 591.7 91.1 591.5 91.2 591.4 92.9 592.9 93.1 593.1 604.0 604.4 04.8 605.7 05.2 65.5 607.6 604.7 605.4 601.7 604,9 08,2 07.7 08.0 08.2 08.7 08.5 08.3 08.5 08.3 07.7 07.3 08.6 08.6 07.1 07.2 08.0 08.2 08.3 08.4 08.3 08.4 08.1 08.0 08.0 07.9 08.0 08.0 08.4 06.5 07.1 673. 3 673.2 674.2 07.1 608.0 07.9 608,2 08.1 608.2 08.0 608.4 08.0 608.3 08.0 608.3 07.7 608.1 07.5 608.0 07.7 607.9 06.4 607.7 607.8 06.9 608.2 08.1 608.5 07.2 607.2 067 607.2 73.1 673.4 N.9 Localidad 101 Sn Clemente... Fbro. 102 Río del Cajón. ... 103 Camp.Polrero de Garay ” 105 » 106 > 107 En marcha... 108 » 109 Campo. Alla Gracia. 110 » 111 » 112 Falda del Carmen. . 113 s 114 Camplo. El Paraiso . 115 > 116 » 117 Cuesta San Ignacio . 118 > 119 Camplo, Aguada Grande 120 > 121 » 122 Camplo. Vizcacheras . 123 » 124 Camplo. Aquada Grande 125 - 126 » Fecha y hora = 24 pi NAS NN pa 6. Mzo, 1 1. TS CT SES A TS + 0 p. S a. pp > pu O. Bohne O. Bohne Naudet Usteri 2914 3604 864 — 692.1 92.2 92.8 92.9 91.7 91.4 04.6 05.7 95.1 81,3 78.1 69.5 69.5 67.9 71.1 668.4 — 69.3 670.0 724 73.1 738 73.8 74.0 86.8 93.1 93.2 93.4 93.5 92.3 92.3 705.0 705.2 05.1 05.7 695.4 694.5 93.3 80.2 78.4 78.3 69.0 69.2 67.2 70.3 69,2 34.9 54.8 69.2 69.7 72.8 453 Presión 1764 adoptada 72.7 673.8 686.5 686.6 92.3 692.5 92.7 692.8, 94.0 693.3 94.3 693.3 92.8 691.8 92.7 691.9 705.0 704.9 04.7 704.8 05.7 705.7 694.3 694.8 94.3 694.3 80.5 680.5 78.3 678.3 678.0 669.0 669.1 669.0 669.1 666.9 667.3 670.6 670.7 — 669.3 654.8. 654.7 — 668.8 668.9 669.5 673.1 672.9 — En'el cuadro que va enseguida (págs. 455 y sigs.) se encuen- tra reunido el material completo para el cómputo de las altu- ras, á saber: la presión atmosférica—calculada mediante la indicación de los 4 aneroides,-—la temperatura del aire en el -momento de la observasión y €, la presión del vapor de 431 agua contenido en el aire, todo lo cual consta de mis ob- servaciones,—y los datos correlativos que se han observado, simultáneamente, en la estasión de base, la Oficina Meteo- rológica Argentina en Córdoba, con una altura absoluta de 4381 sobre el nivel del mar. Respecto de la presión e debo decir que me he con- tentado con el promedio del dia, pues las variaciones diur- nas de este elemento son pequeñas, y su influencia en la fórmula hipsométrica es bastante reducida. A las lecturas del barómetro de mercurio en Córdoba se ha aplicado la co- rrección por gravedad = — 0," 92, Los valores que resultan del cómputo son las diferen- cias de nivel entre el punto de observación y Córdoba,—la altura relativa del punto, d H en el cuadro. Sumándoles la altura de Córdoba — 438.1 — tenemos la altura absoluta del punto. Donde hay varias observaciones en un mismo lugar, hay que tener en cuenta el periodo diurno de las alturas cal- culadas barométricamente. Si las observaciones lo permiten, - formo el promedio definitivo, promediando las observaciones matutinas, las de sol alto y las de la tarde: de este modo salen valores bastante aceptables. P. ej., en el campamento de Los Gigantes 8 observ. alrededor de las 7 a. m. dan 1403.8 6 - hechasentre 10a.m.y2p.m. » 1493.58 4 > » » 4y7 p.m. « 14141 Promedio definitivo A ION J+ Alora; de GOMODE 70. 0... , 4884 Altura adoptada del campamento... . . 1852" E Panti, Casa P. Luján. 1 Los - 3 4 3) 6 7 hoi. 3 » CO 10 El Cerrito Blanco . . 11 Campto. Los Gigantes. . 13 ; ” ” ” 14 » 15 El Gigante de la Cruz . 16 > 17 Campto. Los Gigantes . 18 19 . ; 20 ” ”m Ener. ” .. 28 YOp, 20 ZA a 0 7.24 30 3.0 p. MM. 7.319. 31 12,0 m Jl 2 po ¿O As 1.9.9 111 408. "5,4 p. * 109 2 ¡1.3 p. + 10a + Lip 3 2.2 p. 3.6.2 p. 4 7.0 a. 4 4.0 p. > 7.0 A Viaje t 21.9 19.7 21.7 26.8 22.2 28.8 26.2 22.1 26.0 29.0 19,7 16.7 23.6 18,2 18.6 19.0 6 ,22.7 11.5 17.8 18.1 Córdoba 438m.1 t 720.5 724.0 724.4 723.1 724.1 722.8 721.5 7229 721.7 721.3 718.5 721.6 718.1 717.3 714.5 713.7 712,8 721.5 719.0 720.5 22.5 21.3 24.9 24.0 22.0 32.0 31.2 20.5 31.6 33.0 32.1 22.0 34.3 21.1 33.3 36.0 34,8 21.0 27.7 24.0 15.0 13.7 15.4 14,3 13.9 16.5 dH 389.6 402.9 410.8 417.0 403.2 414.8 407.9 400.4 606.3 - 784.9 1404.7 00.9 14.0 1389,2 1810.7 16,3 1405.8 14.0 28.4 04.0 845" 22 23 WAN IN RR A y 21 Campto. Los Gigantes Fbro. La Piedra Atravesada. . ” ” Campto. Las Ensenadas AJOS oo O ds E JU FUN pad. bo S20uU0u pam] o. a: > oO..aIDS».." - rn SO 90 e nl qe -OvpD»vo ' =“u 8.6 a. 3.0 p. 2 Um 1.02: 724.0 25.4 720.3 22.1 719.2 25.0 7194 23.0 219.1 130 713.6 26.2 710.6 21.0 7111 328 710.4 37.2 117.9 "GAR 715.4 34.3 1133 .3L3 716,8, 23,3 717,9, 251 716.2 28.9 716.1 25.0 720.4 19.9 Córdoba 438m.1 t e dH H 31.0 17.8 18.8 17.4 11.0 27.4 27.4 1398. 1451.1 1395.7 1424.4 1855.3 2296 61.3 1725.7 2158 1693.4 1716.9 31.8 20.0 04.1 9 1695.1 9cp 41 Campto. Las Ensenadas Fbro. 12 27 p. 4 > 2 » > 6.0 p 43 » » >» a 44 » » » 10.0 a 45 » » > ¡A 0 p 46 » » > 2.0p 47 » > » 4.0p 48 » ) > 9.2p 49 » ) » 14 7.0a 50 » y » 2.0 51 » ) » 1.0p 52 » > >» IPS a 53 » an » 9.8a 54 La Mesada . » 2.0 p 55 > > > 6.5 p 56 » » » 10. £0a8 57 Cuesta del Gaucho . » 10.6 a 58 > » » 10.9 59 Villa del Tránsito > 45p 60 » » S. [dm] Córdoba 438m.1 t 61 Villa del Tránsito ES » . Cerca de Nono El Coco Marcado EA Marcha. .¿% Campamento San . Fhro, 17 770a 1,0 p. Miguel A N 00D: e 592.9 593.1 B 721.0 Córdoba 438m.1 t 19.4 26.4 16.6 15.9 899 13594 2051 2148 8er ÍNDICE DEL TOMO XIX Páginas GUILLERMO BODENBENDER. — Constitución geológica de la parte meri- dional de La Rioja y regiones limítrofes (República Argentina). . F. KURTZ. — Essai d'une Bibliographie Botanique de 1'Argentine (11 Edi- A A A AA e e ii pogon OSscAR DOERING. — Observaciones magnéticas efectuadas fuera de Cór- doba tn el año 008 o e sn de o A ( GUILLERMO BODENBENDER. — La formación de plata metálica y de los filones argentíferos en El Famatina; comunicaciones mineralógicas A A id OSCAR DOERINO. — Resultados hipsométricos de mis excursiones en el O O AA rn... ..-- , LA PIEDRA CAÑADA DEL TORDILLO 2309 ATRAVESADARI) 2296 0.2266 Ú CAMP" 105 GIGANTES / A: AA ' A 1902. ias, Tomo XIX. sométricos Nacional de Cienci Resultados Hip Boletin de la Academia Oscar Doering, DEFE:A MMC 2187 LA PIEDRITA RESGALOSA 2202 il TABAQUILL A a rr rr rn rs rr rr me v Roo -- a e ls ES a AS mr rn - ' 4 1506 800 icos 1902. ias, Tomo XIX. tric psomé Nacional de Cienc . Resultados Hi Boletin de la Academia Oscar Doering, BA e 1670 o ] Í EL COCO MARCADO XX e e o mo ¡80% TABAQUILLO DESAPÁRECE | BO or LALONA PELADA El Ziz yy PRIMER TABAQUILLO DE Wa E de > - ANS = o dee Le] 2200 L. 1500 1009 $ , Fomo XIX. nclas Oscar Doering, Resultados Hipsométricos 1902. Boletin de la Academia Nacional de Cie E ¿e ' ' 4 DENAS t 4 EL DURAZNO 0823 LAS CASAS VIEJAS El , Tomo XIX. étricos 1902, Boletin de la Academia Nacional de Ciencias Oscar Doering, Resultados Hipsom