.2 te HARVARD UNIVERSITY. LIBRARY OF THE MUSEUM OF COMPARATIVE ZOOLOGY 35,61% clap llos: me 197 — Enbrcore 7, 1924 7 Ae Mia Es Í ES 4 ld Ml FEB 7 19: Y ST REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES MOMO Srl BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA (CONIL) 68% — CALLE PERÚ — 084 1916-1917 + Ns SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES COMISIONES DIRECTIVAS Período 1916-1917 Presidente : José M. be La Rúa; Vicepresidente : Fraco Pasrore; Secretarios de la Sociedad : Fraxcisco Criverii y Lurs F. BornaLÉ; Secretarios de la Revista : Enuanbo Carerre y Peoro Serié; Tesorero : Evías Peiost; Administrador de la Revista : Josk J. CarnmowverL ; Bibliotecario : EbeLmma MorroLa ; Vocales : M. DorLto-Jurano, JosÉ M. SosraL y Luis DeLéraxe ; Comisión redactora : J. M. be La Rúa, F. Pasrore, E. Carerre, P. Sérré, J. J. CarnoverL y L. DeLéranG. Período 1917-1918 Presidente : Fraxco Pastore; Vicepresidente : Cartos Lizer; Secretarios de la Socie- dad : Peoro Sérié y Cartos A. M. Corombo; Secretario de la Revista : GuiLLerRMO SkE- NILLOSA ; Tesorero : Fraxcisco Criveiti; Administrador de la Revista : Lorewzo R. Pa- rob1; Bibliotecario : ELías PeLost; Vocales : Gruino BowareLLI y M. DoeLLo-Jurano ; Comisión redactora : F. Pasrork, C. Lizer, G. Seymuosa, L. R. Paroor y M. DorLLo- Jurano. Exrracro pe Las BASES DE LA SOCIEDAD APROBADAS EN LA REUNIÓN DEL 10 DE AGOSTO DE IQ IT Y MODIFICADAS EN LA ASAMBLEA DEL 10 DE AGOSTO DE 1915 Esta Sociedad, fundada el 1% de Julio de 1grr con el nombre de Sociedad PHYSIS,. liene por fines principales : : ; 1% Estimular y facilitar el desarrollo de las Ciencias Naturales en la Argentina ; 2? Publicar una revista científica, que a partir del II tomo lleva el título de PHY-- SIS. A esto se destinarán principalmente los fondos de la Sociedad ; é 3" Celebrar reuniones científicas y realizar excursiones de estudio; > Propiciar la creación de parques naturales y la sanción de leyes que protejan a la. fauna y flora del país; 5% Propender a que la enseñanza de las Ciencias Naturales se haga en forma atra- vente y práctica, a fin de despertar en los alumnos el gusto por las cosas de la natu-- raleza ; 6” Empeñarse porque el estudio universitario de estas malerias, y especialmente el del Doctorado en Ciencias Naturales, adquiera el desarrollo que corresponde a su im-=- portancia como factor de la cultura nacional. Dirección y Administración : ) PERU 294, BUENOS AIRES. Sumario del tomo ll (Nos 13-15, 1916-1917) No 13, Marzo 17 de 1917. Penro JorrGExseEN, Zoocecidios argentinos (conclusión) (con 3 láminas)........ CarLos Brucn, Metamorfosis de « Pachyschelus undularius » Burm. (Coleóptero URB ESO) EOS A A A a o CarLos SpEGAzz101, Ramillele de plantas argentinas nuevas o interesantes [continúa ER A ds oo Na ce pl ise BIO 0d [a ta AU ÁnGEL GaLLarbo, Notes critiques sur les « Formicides sud-américains nouveaux ou ¡PE GOR pus durdocten SANTISCAL (COM DM A e AA O Rogerrto DarBrxe, Especies y subespecies aparentemente nuevas de « Geositta » y « Cinclodes » de la República Argentina y del sur de Chile... ...ooooo.o.o..... Roporeno vox ImerivG, Observacóes sobre a mariposa « Myelobia amerintha » USAN AAA a ls oe cl. Oo BALA AUD heslo e ARA Caxeravo Marrisorr, Huesos anormales de llama y de cóndor, exhumados en el aC an exi cant (COMORAS A A 0 Pa: J. M. Somrar, La expedición subpolar británica (1QIA-IQUÓ) ooo COMUNICACIONES Marríx DorLLo-Jurano, Sobre la presencia de « Tellina gibber » luerixc en Mar ACI A A A E ON AA LE e ARIAS Juax Mocexsex (2), Sobre la existencia de dos especies distintas de « Pato-vapores». Penro SÉrr£, Sobre la culebra opistoglifa « Pseudotomodon trigonatus » (LExB.) o A a A O as SEE ie Eric Bomax, Pipas de fumar de los antiguos Diaquit0s......oooooooooooo.oo.. Arturo G. Frers, Cuatro himenópteros parásitos de ¿«Pachodynerus argentinus » Sauss. o de « Trypoxylon platense» BRETHESP. ic (=p) [5] Ko) (1) Además del Sumario cada tomo lleva un Índice alfabético, para colocar al fin del mismo. La fecha de cada artículo es la del número en que ha aparecido. (2) Por error « Mongensen » en el texto. 1 PHYSIS Juas Bnérues, Descripción de dos nuevos Himenóplteros de Buenos Aires e go Juan Mocesses, Una « rapaz » nueva para la Argentina.........o.oo.o.o o... am gI Frasco Pasrone, Esquistos precámbricos de la provincia de TucumáN..........- gI Jeas Bnirnes, Description d'un nouveau « Colubridae Aglypha » de la République Argentine : « Zamenis argentinas » BrRETHES N. sp. (con 1 fi8.)............. 92 Juax Tremoneras, Sobre cuatro casos teratolúgicos en Coleópleros (con 4 figs.). , 94 Juas TnemoLenas, A propósito de la aparición del « pez-luna » (Mola-mola) en aguas del nio de la iPIUER E A a RS 96 Crusrógar Me Ice PUNA O Uca 97 Luis Deuéranc, Sobre la presencia de « Belostoma grande » L. en Tucumán. .... 99 MOVIMIENTO SOCIAL Primera Reunión Nacional de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales. ...... 100 SegindanReunioro Nacional oa ea laa IN SOS CRÓNICA Dr. Oscar Doering, + (con 1 retrato), 106. — La Comisión Oceanográfica Argentina, 107. — La Sociedad Ornitológica del Plata, 108. — Museo Provincial de Salta, 110. — Museo Nacional de Buenos Aires (con 1 fig.), 111. — Museo de Santiago del Es- tero, 111. — Exploraciones geológicas, 112. — Nuevos estudios de la fauna marina de las costas de Patagonia, 112. — Protección y estudio de las aves, 113. — Las ciencias naturales en la América latina, 113. — Universidad de La Plata, 113. — Las donaciones para investigaciones científicas en Francia: La donación Bonaparte, 114. — La nueva revista de la «American Geographical Society», 115. — Dr. Wil- helm Kobelt, 7, 117. — Henry Fischer, 7, 110. — Edgar A. Smith, y, 120. — Clemente R. Markham, +7, 122. -— J. B. A. Chauveau, +, 123. — La guerra euro- pea y el movimiento científico, 123. — Gira del profesor Wieland en la Argentina, 124. > BIBLIOGRAFÍA Boletín de la Academia Nacional de Córdoba. Vol. 21. 1gr6, 125. — Anales de la So- ciedad Científica Argentina. Tomo 82. Entr. 1 y 2. 1916, 126. — Revista del Museo de La Plata. Tomo 23. 2* parte. 1916, 126. — Florentino Ameghino. Año III. Nes 7, 8 y 10, 1917, 127. — Nuevas invesligaciones sobre los Delfines longirrostros del Mioceno del Paraná (República Argentina). 1915, 127. — Clave para la determina- ción de los géneros de Gramíneas silvestres en los alrededores de Buenos Aires, 128. — Nota sobre el género Micropsis D. C., 129. — Las cañas de Bambú en las Cor- dilleras del Sur, 129. — Les Dioscoréacées de Argentine, 129. — Las serpientes de la Argentina, 132. — Estudio experimental clínico y terapéutico de las morde- duras de serpientes, 132. — Nociones acerca de las serpientes venenosas de la Repú- blica Argentina y el suero antiofídico, 132. — Descripción de una nueva mosca langosticida, 133. — Algunas notas sobre mosquitos argentinos, su relación con las enfermedades palúdicas, etc., y descripción de tres especies nuevas, 133. — Las ma- riposas argentinas, familia Pieridae, 133. — Las Coeliorys de la República Argen- tina (Las especies argentinas de Coeliozys, 134. — Lepidoptera from the Argentine and from Canada, 135. — Notas acerca de la hormiga Trachymyrmex pruinosus Em., 136. — Notes systématiques el éthologiques sur les fourmis attines, 136. — Las Sumario del tomo III y diferentes larvas de langostas que acompañan a las grandes mangas de la saltona de Schistocerca paranensis Burm., 137. — Notes on West American Oysters, 137. — Two new Bivalve Shells from Uruguay, 138. -— Flora de la provincia de Tucumán : Gra- míneas, 138. — Die Gattuang Bolax CommErsoN, 139.49 No 14, Julio 30 de 1917. Gárreos BrRuGH; Insectos: mirmecoMosi (com gs A A 141 Juas José Nácera, La sierra de Las dos hermanas (con 2 B8S.). o... .... 190 Cantos SpEGazziNI, Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes (conti- O IR A A A a 190 MaxueL SeLva (1), Manuscritos inéditos del padre Noseda....o.ooocooo.o.o.oo.. 180 Loxciwos Navás, Algunos insectos Neurópteros de la Argentina. Serie 1 (con 4 (fig.) 186 FPELix F. Oures, Observaciones etnográficas de Francisco Javier Muñiz......... 197 COMUNICACIONES Fervanno Lamirte y Teresa Joax, Nola preliminar sobre un nuevo género de Tre- ata des (CONDAL A O ol da 216 Férix F. Ourrs, Cuestiones de nomenclatura paleoetnológicas........... as a 219 Férrx F. Oures, Valor del hallazgo de una pipa de piedra tallada en la provincia LOA e EE O A nie 220 Féux F. Oures, La materialización del « Cherruve araucaMO Y» oo 220 Carros Bruc, Dos nuevos himenópteros mirmecófilos....... a SE DL E 220 Arturo G. Frers, Dos palabras más acerca de las variaciones de « Lema Orbig- nyi » Guer. (con 7 figs.)..... RA a aer 0 ASA 220 M. DorrLo-Jurano, Molascos hallados en un cementerio indigena en la isla de Mar- ONCE a e IE RR A A 223 ANA NIANGANAROS MA diciones ala Ora platense Oil da e 22) Jeay Brermes, Description d'une nouvelle espéce de moustique de Buenos Aires (COS MN DR o IN E a Ra ARA 226 Eric Bowmax, Petroglifo de Los Ángeles sierra de Ambato (Catamarca) (con 1 e! ) 230 Carroll ESO UrERdOS GEI O a doi: 233 Férix F. Oures, El primer hallazgo arqueológico en la isla Martín Garcia...... 233 Epuarno L. HoLmserG, Un caso de mimetismo en las abejas (con 1 fig.) ....... 234 Pebro SÉri£, Observación biológica sobre la culebra aglifa « Liophis poecilogyrus » (Wieb.) Jan. IS Py RS A E o en dci O Jeax Brermes, Sur une cócidie de « Physalis viscosa » : description de la cécidie el den Econ yes (CONE SAR ANO e LS O e SINS 239 Carros Lizer, Description d'une nouvelle espece d'« Eriophyde» (con 2 figs.).... 241 Cantos Lizer, Une nouvelle variété de « Chrysomphalus obscurus » Comst. (con 5 E O o E e e E NO a e ELO CarLos ÁmecuIxO, Una especie de « Chlamydotheriom >»... 244 Carrosibuuca Dosridos de Bs egidos ad. Na e aia e e 244 Pebro SéÉriE, Caso de voracidad en la rana COMÚN O F. Lammzte, Lámina en colores del Bicho colorado ................ A ISA 240 Cantos Lizer, Description du mále de P'« Icerya subandina» Leox. (con 3 figs.).. 245 (1) Por error fué omitido el nombre del autor en la página 180, pero aparece en página 220. vi PHYSIS Fenxasbo Lame, Vota sobre una larva de insecto de respiración branquial (con A oo ana do. ended oe O ce Ea 247 Frasco Pasrone, Sobre el hallazgo de la criptógama hidropteridae «Pilularia man- donih en La Plata... oc A E 240 Orro voy BucuwaLb, Tolas ecuatorianas (con 0 gs... ooo... > 250 M. DorLto-Junabo, « Monocondylaea orbignyana » NR. SP....o.o.o.o.oo.. a 260 Max Binanés, Nola sobre dos Cladoceros nuevos de la República Argentina des E DE) A A RN . 262 Juas B. Aumnosetrr, Dato follelórico a propósito de la mariposa « Myelobia ame- AM O in A ee A As 266 Canos Lizern, Ginandromorfismo de un lepidópterO......o.oo.oo.ooo..o.... cc PS Cantos Ámecuixo, Sobre el perro fósil del género « Palaeocyon». ooo... 268 Juan W. Gez, Nuevo hallazgo de fósiles en Corrientes..........oooooommoo.o 268 Cantos Brucn, La forma semuada femenina de « Gryplocerus ridiculus » (Sanrs= CH) (COMA ÍDES: a. cia a io 269 Axa Mancaxaro, Un nuevo inmigrante para la Flora argentina « Artemisia vulga- IS A AS SE IS 270 M. DorrLo-Jurabo, Notas sobre « Acanthina calcar » (MartYw) (con 3 figs.).... 271 M. DortLo-Jurabo, Nota sobre « Turritella americana » (BRAVARD)........... 283 PEDRO! SERIE ¿Sobre Colubeniiconals ia 287 Cantos Lizer, Sobre un cúccido del (Quebracho blanco... ooo ooo.. 287 Canos AmecHixo, Dos nuevas especies de Toxodontes........o..o..o.o.. A ee CarLos Brucn, Descripción de la « Chrysopa lanalad..ooooo..o.... A 288 MOVIMIENTO SOCIAL Primera Reunión Nacional de la Sociedad Argentina de Ciencias Natarales...... 289 Banquetes alaD PE TnestorE ARAU DARA ETS AS a Un juicio sobre la Reunión de Tucumán Segunda Reunión Nacional Asociaciones para el adelanto de las ciencias » de Francia e Inglaterra Renovación de la Comisión directiva: ITAM O 2099 E IN O CRÓNICA Dr. Juan B. Ambrosetti, 7, 302. — Germán Burmeister, 25% aniversario de su falle- cimiento (con 1 fig.), 305. — F. Ameghino: homenaje a su memoria (con 1 fig), 307. — Dr. Oswaldo Cruz, , 307. — Museo Nacional de Buenos Aires, 308. — Sección de Zoología “aplicada : Incendio, 309. — Expedición para el estudio de la región permanente de la langosta, 310. — Sociedad Ornitológica del Plata, 310. — Sociedad Científica Argentina, 311. — Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, 312. — Hallazgo de un representante de los Notostylopideos de Patagonia en los Es- tados Unidos, 312. — Félix A. Le Dantec, +, 313. — Octavius Pickard Cambridge, , 313. — Reuniones de institutos científicos extranjeros, 314 BIBLIOGRAFÍA Exploraciones arqueológicas en las provincias de Tucumán y Catamarca, 316. — Quel- ques Orchidées de PArgentine, 317. — Les constituantes de la houille et leurs rela- Sumario del tomo III vi tions avec ceux du pétrole, 319. — Nota sobre un petróleo de Tres Puentes (Punta Arenas), 321. — Loboa brunoi a Land- shell from the Brazilian Islands of Trinity, 321. — Description d'Hespérides nouveaux (Lep. Hesperiinae, sect. B.), 321. — Meta- morfosis de Taphrocerus elongatus Gorx (Coleóptero bupréstido), 322. — Descripción de un nuevo género y de dos nuevas especies de estafilínidos mirmecófilos, 322. — Estudio fito-zoológico sobre algunos lepidópteros argentinos productores de agallas, 322. — Las hachas-insignias patagónicas, 323. — Nuevas hachas para ceremonias procedentes de Patagonia, 323. — Las placas grabadas de Patagonia, 324. No 15, Diciembre 31 de 1917. Cantos SrEGazzIxt, Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes (conclu- O A A A a O a a Mao Hermany von lmerisc, As formigas cuyabanas empregadas como meio de destruc- STD 108 JOR as Ta e eV 245, CarLos Brucn, Desarrollo de «Chrysopa lanata» Banks (Neuróptero) (con varias A E A Eucevo GracomeLLI, Nuevos estudios y observaciones sobre Piéridas argentinas... SiLvapor DeBENEDETT1, Los yacimientos arqueológicos occidentales del valle de Fa- matina (prov. de La Rioja) (con varias figs.) d COMUNICACIONES Arturo G. Frers, Nota sobre «Apembolephaenus Jorgei» HoLmBerG (con 2 fig.). E. GracomeLti, Notas lepidopterológicas. (AREOS PO BER AZ Rec iUICa CIONES Oporto Jeay Brermes, Description d'une Cécidie et de sa Cécidomyie d'une « Lippia» d'En- tre Rios Lucas KractievicH, La perforación astragaliana en « Conepatus », « Lutra » y « Sarcophilus » : M. BiraBÉx, Nuevas observaciones sobre « Aeglea laevis » (Larr.) Leacn Eric Bowman, Una momia de las Salinas Grandes (Puna de Jujuy)....... "Luciex Hauman, Algunas plantas de las altas Cordilleras de San Juan Luces Haumas, Un olvido bibliográfico a propósito _de un trabajo de R. A. Phi- lippi sobre la flora patagónica Luces Haumas, A propósito de las rectificaciones del Dr. C. Spegazzini Cantos Brucn, Observaciones sobre « Hirmoneure exotica» Wiebem. (Diptera) (con 2 figs.) CarLos Bruc, Hormigas de Catamarca Martís DoeLo-Jurabo, « Limnaea viatriz» D'Or. en el Río de la Plata Guino BoxyareLtI, Fósiles de Tierra del Fuego Lucies Hauman, El género « Octomeria » y otras Orquídeas erróneamente citadas para el país Juay TremoLEras, Description d'un carabique nouveau, appartenant au genre «Ega» Fraxco Pastore, Demostración de algunas cualidades notables de la « muscovita » en las clases de Mineralogía (con 5 figs.) Lucies Haumas, El género « Mierocala » Lx. et Hovem. en la Argentina vin PHYSIS y Luciex Haumas, Nótula sobre « Plantago aquatilis » GRIS. .......ooooom.oo.oo... 442 Teresa Joax, Nota sobre un Oribátido nuevo para la República Argentina (con va- rias figs.). ta li A A lo al le o O AS 443 Teresa Joax, Nota preliminar sobre la anatomía del « Oncocerca bovis » Pra (conivarias [igs.)... A O IO SO ia oo es: 446 Jeax Brirnes, Description d'une galle et du papillon qui la produit (con varias fig.) 449 Isés E. Deimóx. Modificación histológica de la agalla de « Physalis viscosa » (con A E he cn 451 Frasco Pastor, Bombas volcánicas del sur de Mendoz2A.....oooooocccc o. E OS Caruos ÁmMeEGHINO, Los nuevos hallazgos en Miramar... 00% 454 Exxique Herrero DucLoux, Representación gráfica de la composición química de las aguas nataralesi(con de eN 454 Cantos Bruc, Nuevas capturas de insectos mirmecófilOS.. ooo. 458 Haxs Srckr, Noticia sobre la ortografía del nombre « Nolofagus »......o.o.o.o.... 465 MOVIMIENTO SOCIAL Nómina de los socios de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales. .......... 467 DAA AIN AA IS e AS SS e E E 468 Segunda: Reunión Nacional. js 468 RO a IAS RI NAAA AN a oo A 469 CRÓNICA Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, 470. — Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras: su nuevo Director, " 8 A 470. — Museo Nacional de Buenos Aires, 471. — Dirección de Minas, Geología e / ! 8 - Hidrología, 471. — Sociedad Ornitológica del Plata, 474. — La expedición de los señores Lizer y Delétang a Bolivia, 474. — Museo de la provincia de Mendoza, 470; — La guerra y el movimiento científico, 476. —- Instituciones científicas extranje- ras, 477. — El Concilium Bibliographicum, 478. BIBLIOGRAFÍA Die Entwickelung der Mulita (Tatusia hybrida Desm.), 479. — Investigaciones arqueo- lógicas en los valles preandinos de la provincia de San Juan, 482. — Calalogue des Phanérogames de Argentine : l. Gymnospermes et Monocotylédones, 487. — Se- gunda contribución al conocimiento de los árboles de la Argentina, 487. — Flora Bonariensis, 488. — Clave analítica de las familias de las plantas, confeccionada | Museo Nacional de sobre el original de Le Maoút y Decaisne, 488. Historia Natural de Buenos Aires, 489. — El Hornero, Revista de la Sociedad Or- nitológica del Plata. Tomo I, 489. — Escrilos científicos. Ciencias naturales argen- linas, 4go. — Descriptions de deux Chrysomélides nouveaux de l'Amérique du Sud, go. — Costumbres y nidos de hormigas, 4go. — Publicaciones del Museo de Et- nología y Antropología de Chile, 4go. — Revista Chilena de Historia NaturalP49r. — Anales de Zoología Aplicada, 492. Tomo 111 Penro JORGENSEN..... Carros Brucn....... CARLOS SPEGAZZINI... +. ANGEL-(GALLARDO +... RoBerTO DABBENE .... RoporeHo von luerine. Caxerano MARTINOLI.. J. M. SobrazL.... M. DorLto-Jurano. .. A REARDOS a MOGENSEN.... +... PE mm => tu (e) PA > 2 DAS PORES oia DRETHES: ia Sm Pe Buenos Aires, Marzo 17 de 1917 E. Y z N* 13 E O REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIBNCIAS NATURALES SUMARIO - Zoocecidios argentinos (conclusión)... .. o... ........ Metamórfosis de « Pachyschelus undularius » (Burm.) . Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes... Notes critiques sur les « Formicides sud-américains nou- veaux ou peu connus du docteur Santschi».......... Especies y subespecies aparentemente nuevas de « Geositta y Cinclodes » de la República Argentina y del sur de Chile. Observacdes sobre a mariposa « Myelobia smerintha » Húb- DEAAADATS A AMD a e RA ENE RENE ERA Huesos anormales de llama y de cóndor exhumados en el Pacardes Ela SIE E US O uo Comunicaciones Sobre la presencia de Tellina « gibber Ihering » en Mar AAA e NES VEO OA Sobre el tipo de la « Phocaena spinipinnis. » Burmeister.. Sobre la existencia de dos especies distintas de Pato-vapo- res (presentada por R. Dabbene)...o.....o.ooco.oo.. Nota sobre la culebra opistoglifa « Pseudotomodon trigo- PUE DI ES - Pipas de fumar de los antiguos Diaguitas. (Resumen.).... Cuatro himenópteros parásitos de « Pachodynerus argenti- nus» Sauss. ¿o de « Trypoxylon platense » Bréethes?.. Descripción de dos nuevos himenópteros de Buenos Aires. Una rapaz nueva para la Argentina (presentada por M. Dolo Jurada ON ae UE E Esquistos precámbricos de la provincia de. Tucumán...... Description V'un nouveau Colubridae Aglypha de la Répu- blique Argentine : «Zamenis argentinus » Brethes, n. sp. 92 (Continúa en la página siguiente.) BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 684 — GALLE PERÚ — 684 ol da di J. TREMOLERAS...+.... Sobre cuatro casos teratológicos en coleópteros (presentada poi ¡da Doello ITA 04 3. TneEMoLERAS....... A propósito de la aparición del pez-luna (Mola mola) en aguas os del RUBRO 0... AS 96 . M. HicrEy 41 42 414) [Una Orquidea AU dei eso a ce oo iaro UN 97 IBER TAN aa. Sobre la presencia de « Belostoma granile L. » en Tucumán. A 9] í ) El p de Movibente! Sbbla : Ari Mba: Reni Nacional de la Sociedad Argentina de Ciencias Na- turales, +4 Segugda ¡Reunión ¿Nacional a e 100 Cnrówica : Doclor Oscar Doering. — La comisión Oceanográfica Argentina: — Sociedad a del Plata. — Museo provincial de Salta. — Museo Nacional de Buenos Ai- res. — Museo de Santiago del Estero. — Ezxploraciones geológicas — Nuevos estudios de la fauna marina de las costas de Patagonia. — Protección y estudio de las aves. — Las Ciencias Naturales en la América latina. — Universidad de La Plata. — Las do- naciones para investigaciones científicas en Francia : la dotación Bonaparte. — La nue- va revista de la « American Geographical Society ». — Doctor Wilhelm Kobelt. — Hen- ri Fischer. — Edgar A. Smith. — Sir Clemente R. Markham. — Profesor J. B. A. Chauveau. — La guerra európea y el movimiento cientifico. — Gira del profesor Wie- landien la Argentina e PA AS eo de doo Le lat ee 106 A O A O o A a UR O 125 COMISIÓN REDACTORA DE La Revista PHYSIS Dr. José M. pe La Rua. Dr. Franco PastorE.. Sr. Penro Senrik. Sr. José J. CARBONELL. Sr. Luis DeLÉrane. Según los estatutos aprobados en la asamblea del 16 de Agosto de 1915, la Comi- sión Redactora está constituída por el Presidente de la Sociedad como Director de PHYSIS, por el Secretario de Redacción, el Vicepresidente, el Administrador de la revista y un vocal a elección de la Comisión Directiva. Todos los artículos publicados en la revista, deben ser aprobados por la CmiSaR Redactora. Esta revista aparece en números o entregas, sin fecha fija, pero con intervalo de tres meses, aproximadamente. Está consagrada a las Ciencias Naturales, de preferencia en lo que se relacionan con la República Argentina y países vecinos. Con el fin de contribuir a uno de los propósitos enunciados en sus Bases, la Sociedad distribuye gratuitamente su revista a todos los Colegios Nacionales de la República y a muchos Ed establecimientos de educación. El primer tomo de esta revista, N“ 1-8, 1912-1915, ha aparecido con el título de Boletín de la Sociedad PHYSIS. Dicho tomo se halla en venta al precio de 10 pesos moneda nacional. El precio de la subscripción anual es de 5 pesos moneda nacional y el de cada nú- mero 1,25. Dirección y Administración : : PERÚ 222, BUENOS AIRES. LUO Agencia para la venta y subscripción : Librería del Colegio, BOLÍVAR y ALSINA, - BUENOS AIRES. PH Y Ss SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES SECRETARIO DIRECTOR ADMINISTRADOR PEDRO SERIÉ JOSÉ M. DE LA RUA JOSÉ J. CARBONELL No 13 La fecha va al final de cada número Tomo III Zoocecidios argentinos roR PEDRO JÓRGENSEN (Conclusión) ANACARDIACEAE Duvaua dependens DC. 1. Hymenoplera. Agalla (lam. UL, fig. 18). — Sobre las ramas y la base de las espinas se ven las hinchazones en forma de abolladuras, a menudo cubriendo las ramas en grandes extensiones y tornándolas muy desiguales y unas veces también torcidas; la rama está engrosada en la parte cubierta de las aga- llas; cada agalla es semiesférica o semiovoidal, de 4-5 mm. de longitud, con un agujero para salir de 1 mm. de diámetro; cada cámara larval bien separada, de 1 mm. La larva es amarillenta y vive en la médula misma. En Gallen und Gallentiere aus Argentinien, página 381, supone Kiker- FER que el productor de la agalla sea una Cecidomyidae. Pero esto es seguramente un error; de estas. agallas nunca he criado Diptera, simo siempre Hymenoptera; además nunca he observado las larvas caracteris— ticas de Cecidomyidae. Pero por el momento no me atrevo a decir cual de los himenópteros criados es el productor de la agalla. i La agalla es común en la provincia de Mendoza (Pedregal, Chacras de Coria, Blanco Encalada y San Ignacio) y de Catamarca (Andalgalá, alt. 1070 m.). Las avispas salen en diciembre-enero. 2. Lepidoptera. I. Cecidioses eremita OserTH. (= Clistoses artifex Kirerr. et JórG.). Agalla (lam. L, fig. 12). — Es un botón transformado, globosa, lisa y pelada, de un diámetro de 12-15 mm. :; si se saca la agalla antes de estar Puysis. — T. m1 1 PHYSIS (UI, 1917) bo madura, se forman en su superficie arrugas irregulares o reticulares, mientras la cáscara aun blanda se encoge. En el polo superior se halla siempre una mancha circular lisa y no arrugada, que se desprende como un tapón típico, cuando se cría la ma— riposita. Este tapón tiene un diámetro de 5 mm. y un espesor de 2-3, disminuyendo dicho diámetro hacia el interior, de manera que presenta la forma de un verdadero tapón y no de una tapa delgada como se observa en otras agallas (fig. 12 a). La pared de la agalla es doble: la exterior o la cáscara es primeramente verde, verdosa, amarillenta o rosada, después parda; es bastante blanda y de 1,5 mm. de espesor; la interior es al con- trario dura, leñosa, blanca o verdosa, su espesor es de 1-1,5 mm. La cavidad interna es grande y sin divisiones, de 8 mm. de diámetro y con la pared lisa y lustrosa. Estas agallas se encuentran a menudo reunidas en gran cantidad sobre las ramas que pueden morir a causa del ataque; en este caso queda la base algo alargada y los lados, donde se tocan las agallas, un tanto achatados. Oruga. — Blanca sucia hasta rojiza, bastante lisa, de ro mm. de lon- gitud y de 1,5-2 de ancho, los segmentos bien separados. La cabeza ama- rilla con 5-6 ojos sencillos negros en cada lado y con papilas que llevan pelos cortos; las antenas de tres artejos cortos; las mandíbulas de 0,15 mm., de color rojo morado, en su extremidad con cinco dientes iguales : triangulares y obtusos; el cuerpo tiene también papilas con pelos finos. Crisálida. — Es de y mm. de largo, algo arqueada, roja morena, sin Ca- pullo. La cabeza tiene en la parte anterior una prominencia negruzca que corresponde a la espina frontal de las Cecidomyidae: en los segmentos abdo- minales 2-8, en la mitad anterior hay 3-4 filas transversales de espinas dorsales, el segmento anal sólo con 1 a 2 de estas espinas, en la extremidad distal con una prominencia corta que lleva 4 espinas (cremásteres) cortos. La agalla es muy común en la provincia de Mendoza (Pedregal y la precordillera), en la de Catamarca (Andalgalá, la Quebrada del río An- dalgalá hasta una altura de 2400 m. y en el Campo del Arenal, alt. 2700 m.), en la provincia de Tucumán (Aragón, Las Criollas) y en la de Salta (San Lorenzo, Puerta de Diaz, Quebrada de las Lajas). Empieza a formarse al comenzar la primavera : agosto-septiembre, y alcanza pronto su tamaño máximo, pero la oruga crece lentamente y se transforma en crisálida en febrero-marzo, la mariposa sale en abril (o algo antes en las provincias del norte). Vive también sobre Duvaua latifolia GuLL.. pero las agallas de este árbol son más pequeñas y algunas veces también ovaladas (¿ de otra especie >). En las agallas vacías ciertas abejas solitarias y esfégidos hacen sus nidos. Peoro JORGENSEN : Zoocecidios argentinos 3 Nota. — Desde que Jomx Curris por primera vez (en 1835) describió esta agalla, una maravilla de perfección, varios naturalistas — entre otros Kierrer en nuestro trabajo — han tratado de resolver esta cuestión im- portante : ¿cómo puede la oruga, cuyas mandíbulas tienen como máxi- mo una longitud de 0,15 mm., perforar la pared de la agalla que llega a tener 3 mm. de espesor con el fin de hacer el tapón u opérculo? Nadie hasta la fecha ha podido dar con la clave de este enigma. Antes de dar su solución, voy a hablar ligeramente de un artículo de Lrorobo LuGoNes en el cual se ocupa ampliamente de la Cecidiosis eremita y su agalla. En este artículo titulado Trois faits d "histoire naturelle (1), Lucoxes presenta una serie de errores que me permitiré corregir aquí. Primeramente dice que la mariposa busca los brotes más tiernos del Molle para depositar, por medio de su lanceta o aguijón, un huevo en el centro mismo del tejido le- ñoso,y que debido a esta picadura irritaría a la planta produciéndose la aga- lla. Nada más falso. La Cecidioses eremita —como tampoco ninguna otra mariposa — posee aguijón duro y quitinoso, capaz de perforar el botón. Los lepidópteros cuyas orugas viven como endofitos en el interior de las plantas, sea en raices, troncos, ramas, gajos, flores o frutos, pegan — como todas las demás mariposas — sus huevos en la epidermis de esos órganos por medio de una secreción que la misma hembra produce. La oruga tierna recién salida del huevo, entra luego en el interior del vegetal donde vive hasta que llega al estado adulto. La hembra de Cecidioses eremita, que vuela en otoño, busca los boto- nes de los gajos más jóvenes y vigorosos para pegar un huevo en cada uno de ellos. En la primavera temprana hace eclosión y la oruga provista de mandí- bulas fuertes entra inmediatamente en el interior del botón, al cual em- pieza a roer produciendo la irritabilidad de los tejidos. El resultado de esta irritación es lo que produce la agalla. Esta es al principio muy blanda y carnosa, con una pared relativamen- te gruesa. rece rápidamente llegando a su completo desarrollo al cabo de mes y medio. Su pared mide entonces 5 mm. mientras que la oruga, que no ha mudado de piel más que una vez desde su salida del huevo, sólo tiene una longitud de 4 a 5 mm. Ahora se presenta el punto interesante que ha preocupado a tantos na- turalistas : ¿cómo hace esta pequeñísima oruga el opérculo de su agalla > Cuantos lo han observado han notado que parece hecho con instrumentos de precisión. Además su forma impide por completo la entrada de cual- (14) Revue Sud-Ameéricaine, vol. 11, n* 6, París, 1914, pág. 363-370. h PHYSIS (UL, 1917) quier intruso que podría poner en peligro la vida del habitante de la aga- lla, mientras que permite la entrada del aire necesario para aquél. La oru- ga hace en este instante de su vida, lo que una cigúeña haría al ver un pez a una profundidad demasiado grande para poder alcanzarlo con su pico. Sin pensar más que en llenar su buche metería en el agua no sólo aquel órgano sino también su cabeza y parte de su pescuezo hasta llegar a pescar lo anhelado. La oruga de Cecidioses entra, pues, con todo su delgadísimo cuerpo — especialmente chato —en el zurco que ha roído antes con sus mandíbu- las, hasta que llega a la corteza de la agalla misma ; luego se retira al in- terior de ésta, en donde permanece aun durante varios meses antes de llegar a su estado adulto, alimentándose de las paredes interiores de su propia casa. Pero el tapón formado en la primavera, queda aislado del resto de la agalla, excepto por su corteza, de manera que tiene que secarse con el transcurso del tiempo. Sucede entonces y a raíz de esto, que cuando la mariposa en el otoño quiere salir de su habitáculo halla fácil el empujar y echar fuera el tapón seco ya. Esto también explica, por qué ha menester la oruga de tanto tiempo para desarrollarse, a pesar de tener alimentos abundantes en su propia casa. Cuando la oruga perfora el opérculo es muy fusiforme, con la cabeza y el último segmento sumamente pequeños. Es de color blanco sucio, lus— trosa y algo transparente. El tubo digestivo se transluce, es amarillento y negruzco en los últimos segmentos. Cortas setas negras se encuentran en líneas transversales sobre todos los segmentos, más marcados sobre las patas y sobre los segmentos torácicos ; las mandíbulas son pardas. En el fondo de la agalla se hallan los excrementos de la oruga. Lucoxes dice en su artículo que ésta antes de transformarse en mari- posa hace su opérculo ; repito que la oruga lo hace cuando es muy joven. No queda tampoco nada de « misterio impresionante » en la formación de esa parte de la agalla. Lucoxes opina también que el opérculo se formará aunque muera la oruga, porque ha encontrado agallas con su habitante muerto estando el tapón ya perforado. El ilustre literato debe cambiar de opinión, porque el opérculo siendo obra de la oruga no puede formarse si esta falta ; pero una vez hecho, su autora puede morir sin que se altere en nada la agalla y su ulterior desarrollo. Es verdad que se conocen ejemplos de agallas que se desarrollan nor malmente, una vez depositado el huevo en el tejido vegetal por el insecto correspondiente, aunque su larva no llegue a desarrollarse. Este caso se Pebro JórGeNSEN : Zoocecidios argentinos 5 observa en todas las avispas de las plantas (Tenthredinoidea) que producen agallas (especies de los géneros Pontanta y Cryptocampus). Las hembras de estas avispas tienen un aguijón en forma de serrucho, por medio del cual hacen rasgaduras en los tejidos vegetales en forma de bolsitas y en las cuales depositan sus huevos. Estas rasgaduras, tal vez aumentadas por alguna secreción irritante introducida en la herida de la planta por la avis- pa, es suficiente para producir la agalla. Pero como he dicho al principio, ninguna mariposa posee aguijón al- guno capaz de lastimar los tejidos del vegetal de manera que si muere la oruga de la Cecidioses antes de entrar en el botón del Molle o si no hace eclosión, no se producirá la agalla que es el producto exclusivo de aquella. Otro tanto puedo decir del maravilloso tapón. No queda, pues, nada de hechicería en la biología de la Cecidioses ere- mita. Parásito (Chalcididae): Monodontomerus inclusus KierrF. et JórG. TI. Dicranoses capsulifex Kibrr. et Jóre. Agalla (lam. I, fig. 13). — Se parece muchísimo a esporangios; sale en gran número, a menudo más de 100, de la parte leñosa de una rama hinchada en forma de maza; son cilíndricas, abiertas, adelgazadas en la mitad proximal como un pecíolo, en la parte distal con una tapa cónica de 1-2 mm. de longitud que se desprende cuando sale la mariposa. Las agallas son de color verde obscuro azulado o violáceo, de 10 mm. de lon- gitud y de 1,5 de ancho, peladas, con la pared muy delgada. La larva se transforma en ellas sin capullo. La crisálida es parda, de 3,5 mm. de longitud; tiene adelante una cresta frontal grande, triangular, obtusa, que lleva tres dientes finamente serrados; los segmentos abdominales llevan espinas. Abundante en Mendoza (Chacras de Coria y en las plazas de Mendoza) y en Catamarca (Quebrada del río Andalgala, alt. 1800 m.). Las agallas se forman en julio-agosto, y el ¿mago sale (en Mendoza) desde fin de octu- bre hasta mediados de noviembre; también en la provincia de Salta (Que- brada de las Lajas). po Parásito (Chalcididae) : Promerisus gallicola K1err. et JórG. 3. Psyllidae (Hem.). il. Trioza (2) gallifex Kierr. et Jórc. Agalla (lám. I, fig. 14). — De las hojas: carnosa, colorada, cónica, 6 PHYSIS (UL, 1917) puntiaguda, de 3-5 mm. de longitud y 1,5-3 de ancho, la pared apenas de 1 mm. de espesor, la cámara larval elíptica; sale de la cara inferior de las hojas, a menudo varias en la misma hoja; en la cara superior de la hoja se ve sólo un disco un poco encorvado. Muy común en la precordillera de Mendoza durante todo el invierno, desde abril hasta octubre. IL. Trioza sp.? Agalla. — Muy parecida a la anterior, pero no sale verticalmente de la hoja, sino corre en el mismo plano que ésta; además está formada de la hoja misma, empezando en la nervadura mediana y terminando en el margen de la hoja; sólo la punta está libre, levantándose como una púa verde; en la base estas agallas se tocan y forman juntas una masa colo- rada deprimida, de una longitud de 5-7 mm. y un ancho de 4, formada de la hoja deformada y estropeada, mientras la hoja normal espatulifera y con el margen entero tiene una longitud de 13-15 mm. y un ancho de 5 mm. Mendoza. RHAMNACEAE Condalia lineata As. Gr. Lepidoptera. Agalla (lam. 1, fig. 11). — Hinchazones del tallo, leñosas y muy du— ras, globosas ovoides, ya aisladas, ya reunidas, a menudo de a cinco, una tras otra y sólo separadas por una distancia como la longitud de la agalla misma, ya soldadas, tres o cuatro, o dispuestas una al lado de la otra y tocándose. El diámetro de la agalla es de 3mm., cuando la rama normal tiene 1 mm. de espesor. Esta agalla se encuentra también como una defor- mación de un brote axilar, leñosa y casi cilíndrica, de 5-10 mm. de lon- gitud y de 3 de ancho que lleva botones u hojitas. Esta deformación 1m- pide que el brote crezca más. La pared es de sólo 1 mm. de espesor, la cavidad interna grande unilocular; la mariposa sale por un agujero situado en la parte superior. Muy común en Chacras de Coria. provincia de Mendoza, al pie de la precordillera; la oruga es de color amarillo pálido; inverna y el ¿mago sale en octubre (1). (1) He criado la mariposa después de haber mandado todo el material al Dr. Kierrer. Por eso la descripción no ha sido incluída en muestro trabajo. — P. J. Peoro JórGENSEN : Zoocecidios argentinos 7 Parásitos (Chalcididae) : 1. Torymus condaliae K1err. et Jórc.; 2. De- catoma setosipennis Kierr. et JórG.; 3. Eurytoma condaliae Kerr. et JórG.; 4. Liebeliella pleuralis Kirrr. et JórG. BORRAGINACEAE Heliotropium curassavicum L. Cecidomyidae. Lasioptera tridentifera Kierr. et JórG. Agalla (lám. II, fig. 25). — Una hinchazón fusiforme del tallo, de 5-8 mm. de largo y 2-3 de espesor; tiene una cámara larval, en la cual se transforma la larva; la imagen sale por un agujero en la parte distal. La agalla es abundante en la provincia de Mendoza (La Paz) y en la de San Juan (Caucete); la imagen sale a fin de diciembre y en enero. Por lo común hay muchas agallas en la misma planta y varias en el mismo tallo. VERBENACEAE Verbena aspera GiLL. 1. Cecidomyidae. Rhopalomyia verbenae Kxerr. et Jórc. Agalla (lám. III, fig. 55). — Una deformación de un botón axilar, presentando una roseta extendida o un copo erguido de hojitas lineares, de 5 mm. de largo y cubiertas de pelos cortos blancos; en medio de este amontonamiento de hojitas deformadas se levanta una agalla interna tu— buliforme, de 8 mm. de largo que arriba está provista de 3-5 puntas que están arqueadas hacia atrás y que también llevan pelos cortos blancos; en la mitad inferior de este tubo que es glabro hay una larva, en la otra mi- - tad arriba hay pelos blancos erguidos que protegen a la larva contra inva- sores; entre estos pelos queda también la piel de la pupa cuando sale la imagen; la pared de la agalla es delgada. En unos ejemplares hay hasta 3 agallas tubulares en la misma roseta de hojitas. Común en la precordillera de Mendoza, entre Chacras de Coria y Blanco Encalada; las agallas aparecen en agosto, después del invierno. 2. Lepidoptera. Agalla (lam. I'll, fig. 56). — Una hinchazón general de una rama, 8 PHYSIS (1I, 1917) elipsoidal o fusiforme. hasta 25 mm. de largo y 12 de ancho, la pared de 2 mm. de espesor, la cavidad interna grande y no dividida; la agalla no impide desarrollarse a la rama ; también lleva gajos laterales pequeños. La oruga es de 10 mm., corta y gruesa, fusiforme, blanca pardusca, con la cabeza y el escudo encima del primer segmento pardos, los seg mentos hondamente separados. Las papilas dorsales y laterales llevan cada una un pelo fino. Vive solitaria en la agalla, donde se forma un capullo. Durante meses he guardado las agallas con las orugas adultas, pero nunca se han transformado. A] fin se me murieron. Común en la precordillera de Mendoza; en agosto he encontrado oru— gas grandes y pequeñas. Verbena seriphyoides GuLz. Cecidomyidae. Rhopalomyia oreiplana Kirrr. et JórG. Aygalla. — Una deformación de un botón axilar, de 5 mm. de diame- tro, compuesta de numerosas hojitas deformadas; las hojitas exteriores extendidas, las interiores sólo dobladas hacia atrás en la punta; en el cen- tro de esta reunión de hojitas hay una agalla interna elipsoidal, cerrada, con la pared muy delgada, y no visible desde afuera, cuyo ancho sólo es de 1,5 mm. La larva se transforma en la agalla sin capullo. En Blanco Encalada, provincia de Mendoza, pero sólo agallas viejas y secas, en septiembre. Lippia foliolosa Ph. Cecidomyidae. Rhopalomyia lippiae K1rrr. et Jóre. Agalla (lam. IL, fig. 27). — Una deformación de la punta de los bro- tes, ovoidal o casi globosa, 3 mm. de largo y 2-3 de ancho; en el polo distal hay por lo común dos púas paralelas o con una sola, pequeña, o con varios restos de hojas; la agalla es verde o rojiza, más tarde gris; tiene pelos finos y cortos, su pared muy delgada, la cavidad interna uni- locular, habitada por una larva, que se transforma ahí mismo, sin capu- llo; la imagen sale por un agujero lateral. Muy común en la precordillera de Mendoza, entre Chacras de Coria y Blanco Encalada. Larvas y pupas en septiembre, imagen desde mediados de septiembre hasta principios de octubre. Al lado de las agallas nuevas se observan en gran número las del año anterior. Pebro JORGENSEN : Zoocecidios argentinos 9 Parásitos (Chalcididae): 1. Hypopteromalus lippiae Kuerr. et Jóre.; 2. Hypopteromalus rhopalomyiae Kikrr. et JórG. SOLANACEAE Grabowskyia obtusa Arx. Cecidomyidae. Cystodiplosis longipennis Karrr. et JórG. Agalla (lam. IL, fig. 22). — Una hipertrofia en las hojas, igualmente sobresaliente en cada lado de éstas, unos / mm. de longitud y 2 de ancho, sus contornos son ovales; es bastante oprimida, su pared es gruesa, blan- da, compuesta de espesos filamentos que salen en forma de radios de la cámara larval. Raras veces la agalla es hemisférica; con 2 ó 3 agujeros, por los cuales han salido las imágenes ; estos agujeros se encuentran ya arriba, ya abajo; a menudo la agalla es circular, con una cámara habi- tada por una sola larva y con un solo agujero por consiguiente. No es raro que la hinchazón ocupe toda la hoja; entonces alcanza una longitud de 5-15 mm. La agalla es blanca o de color crema pálido. La larva se transforma dentro de la agalla. Muy común en Chacras de Coria, provincia de Mendoza, con varias generaciones durante el verano desde principios de noviembre. Parásito (Chalcididae) : Enneasticus pustularum Karrr. et JórG. Lycium chilense Berr. 1. Cecidomytdae. I. Rhopalomyia bedeguaris Kerr. et Jóre. Agalla (lám. II, fig. 28). — En los lados de las ramas, parecida al bedeguar de las rosas silvestres europeas, producido por Rhodites rosae L. (Diplolepis bedeguaris GeorFr.), ya globosa, con un diámetro de 15-20 mm., ya irregular : un agrupamiento de varias agallas y alcanzando hasta 60 mm. Es una deformación de los botones, formada por agrupaciones de hojas deformadas; cada uno de estos grupos es de 8 mm. de largo y 3-5 de ancho y consiste en vegetaciones verdes, casi lineares y espesas, las cuales son más delgadas basal que distalmente. Están cubiertas de pelos cortos blancos y ralos; y unidas en su base con una cámara larval blanca y membranosa que es de 2 mm. de largo y coronada de un cono pequeño, duro, obtuso y ancho. La larva vive solitaria y se transforma en la agalla misma, sin capullo. 10 PHYSIS (IL, 1917) La agalla es muy común en la precordillera de Mendoza (Chacras de Coria, San lenacio). y es a menudo comida por los animales que pasto- rean en esos lugares. Inverna y el imago sale desde mediados de agosto hasta mediados de septiembre. Parásitos (Chalcididae): 1. Promerisus lyciú Kierr. et JórG. ; (Braco- nidae) : 2. Cecidospathius bedeguaris Kikrr. et JórG. | IL. Centrodiplosis crassipes Kerr. et Jór6. tgalla (lam. IL, fig. 29). — Está formada a costa de la capa leñosa; aparece ya como una hinchazón en forma de abolladuras oblongas de la rama, ya como una hinchazón que incluye toda la rama y que siempre rompe la corteza; su superficie es lisa, mate y amarillenta. A menudo la corteza está completamente doblada hacia atrás y sólo unida con la agalla en unos puntos; en la substancia interior blanca y poco dura hay nume- rosas cámaras larvales ovales, de 2 mm. de longitud. Aquí se transforma la larva sin capullo. Como las larvas están (en las agallas en forma de abolladuras) colocadas en una fila, es natural que los agujeros, por los cuales salen los mosquitos, también lo estén. La agalla es muy común en Ghacras de Coria, provincia de Mendoza; la larva inverna, y la imagen sale desde fin de octubre hasta fin de no- viembre. Parásitos (Chalcididae): 1. Promerisus maculipennis Kxgrr. et JórG., Promerisus maculipennis var. fuscicornis Kierr. et Jórc.; 2. Promerisus Jlavipes Kierr. et Jórc.; 3. Decatoma albosignata Kerr. et JórG.; (Bra- conidae) : . Bracon lycicola Kierr. et JórG. 111. Oligotrophus (9) lycuicola Krerr. et JórG. Agalla (lám. U, fig. 30). — Una deformación de un botón, bastante globosa, de 13 mm. de diámetro, u oval de 10 de largo y 6 de ancho; en el polo distal se halla una apófisis estiliforme, de 5 mm. de largo y 1,5-2 de ancho; la pared de la agalla es muy dura, de 4,5 mm. de espesor, la cámara larval hasta de 5 mm. de largo y 1,5 de ancho. La agalla es gla- bra, flava o pardo-clara. Es muy común en la provincia de Mendoza, durante todo el verano; no he criado la imagen sino los cuatro parásitos siguientes : Parásitos (Chalcididae) : 1. Torymus cribratus Kirrr. et JórG.; 2. Me- gastigmus mendocinus Kxwrr. et Jóxc.; 3. Euryloma rosae L.; (Braconi- dae) : 4. Bracon (Hecabolus) tetrastigmus Kierr. et Jór6. Peoro JórGENSEN : Zoocecidios argentinos 11 IV. Oligotrophus ? sp. > Agalla. — Se diferencia de la agalla anterior, de la cual es probable— mente sólo una variedad, por lo siguiente : toda la superficie de la agalla oval y de su apófisis cubierta de vegetaciones cortas, capilares y espesas; longitud 6 mm., la de la apófisis 10. Muy común en la precordillera de Mendoza con la especie anterior que es aun más común sobre Lycium gracile que sobre Lyetum chalense. Esta especie o variedad vive sólo sobre £. chilense. Lycium gracile Merer. Cecidomyidae. [. Centrodiplosis falcigera Kierr. et Jór6. Agalla (lam. Il, fig. 31). — Está formada de un botón axilar : es una hinchazón leñosa, redondeada irregular, glabra, de 2-6 mm. de diáme- tro, con una o varias cámaras larvales, provista de unas espinas largas, dispuestas como las espinas normales, pero tres o cuatro veces más lar— gas; algunas veces no se desarrolla la rama encima de la agalla, pero a' menudo este gajo crece normalmente y en unos casos lleva también su agalla espinosa. La pared de la agalla es muy delgada y frágil; cada cámara larval está separada de la pared exterior de la agalla por una pared interior también muy delgada. La larva se transforma en la agalla sin capullo. Abundante en todas partes de la provincia de Mendoza; la agalla in- verna, y la larva aparece a fin de agosto; el mosquito sale desde princi- pios de octubre hasta principios de noviembre; durante varios años las agallas quedan adheridas a las ramas. HL. Lyciomyia gracilis Kxerr. et Jórc. Agalla. — Es como la anterior a por lo menos muy parecida. A las dos las he confundido y mezclado. Son de las mismas localidades y apa= recen al mismo tiempo. He criado de las agallas de ambas especies, a los parásitos siguientes : Parásitos (Chalcididae): 1. Prionomitus fuscipalpis Krerr. et Jónc.; 2. Promerisus maculipennis Kerr. et Jórc.; 3. Decatoma albosignata var. obscura Krerr. et Jórc.; (Platygasteridae) : . Platygaster lycicola Krerr. et Jórc. 12 PHYSIS (111, 1917) HN. Oligotrophus (2) lycuicola Kierr. et Jónc. Agalla. — Glabra, oval, de 10 mm. de largo y 6 de ancho, en el polo distal con una prominencia estiliforme que alcanza a la mitad de la lon- gitud de la agalla; ésta con una cámara larval, cuya pared no muy dura es de 4 mm. Las agallas están colocadas en los lados de las ramas y for- madas de botones deformados. Abundante en todas partes en la provincia de Mendoza. Parásitos (Braconidae) : 1. Bracon mendocinus Kerr. et Jóre.; (Chal- cididae): 2. Tripteromalus lyciicola Kxerr. et Jóre. 2. Lepidoptera (1). Ayalla. — Una hinchazón fusiforme del tallo, de 12 mm. de largo y 8 de ancho. La oruga es de 10 mm., amarillenta y tiene las partes de la boca pardas. Chacras de Coria, provincia de Mendoza, en agosto. Lycium longifiorum Ph. Lepidoptera. Agalla (lam. IL, fig. 32). — Deformación de los botones, numerosas en los lados de las ramas, muy parecidas a las agallas de Oligotrophus lycucola, pero más grandes y especialmente más anchas y más globosas, cuando jóvenes a menudo con hojas, de 8-15 mm. de diámetro, casl leño- sas, pálidas, al fin pardo-grisáceas, en el polo distal a menudo con una púa corta y obtusa. Adentro con galerías irregulares. Nota. — El Dr. KierrerR supone (loc. cit., pág. 415) que esta agalla sea de Lepidoptera. Probablemente el Sr. Krerrer ha sido inducido en error al fijarse en las galerías que parecen efectivamente haber sido per- foradas por orugas. Pero es cosa conocida que las agallas, especialmente las grandes y sabrosas, son muy apetecidas por las orugas que encuen- tran alimento en abundancia en ellas. Así he criado Sesiadae y otras ma- riposas de agallas, pero esto no quiere decir que las orugas las hayan pro- ducido. Al contrario, yo creo que la presente agalla es de Ol1yotrophus lyciicola o de otra especie de Cecidomyidae. Abundante en la precordillera de Mendoza y en La Paz, como también en Neuquen. Parásito (Braconidae) : Bracon lycú Kirrr. et JórG. (1) Esta agalla no ha sido descripta en Gallen und Gallentiere aus Argenlinien. Peoro JórGENSEN : Zoocecidios argentinos 13 Physalis viscosa L. Cecidomy dae. Agalla (lam. IL, fig. 33). — Una hinchazón fusiforme del tallo y verde como éste o un poco amarillento, a menudo de gran extensión, hasta 60 mm. de largo y 7 de ancho, mientras el tallo normal mide 2 mm. de espe sor. En la substancia esponjosa que llena el interior de la agalla hay muchas larvas coloradas y ninfas pardas; no existen cámaras larvales bien limitadas. He encontrado esta agalla una vez en Chacras de Coria, provincia de Mendoza, en marzo; más tarde la he hallado muy abundantemente en Andalgalá, alt. 1070 m., provincia de Catamarca. /mago sale en marzo. Por lo común hay varias agallas en la misma planta y a menudo también en el mismo tallo. He criado de esta agalla diversos parásitos. Solanum elaeagnifolium Cav. Eriophyidae. Agalla. — Abolladuras en ambas caras de la hoja, a menudo ocupando toda ésta, con pelos anormales, espesos y bastante largos en forma de estrella, en muchos casos combinados con tortuosidades y márgenes arro- lladas; el pelaje anormal también en los peciolos. Abundante durante todo el verano en las provincias de Mendoza, San Juan y Catamarca. COMPOSITAE Eupatorium patens Ph. Trypetidae. Acidia eupatoru Kierr. et Jór. Agalla (lam. I, fig. 16). — Una hinchazón oval o fusiforme del tallo; en el primer caso de 1o mm. de longitud y 6-7 de ancho, en el segundo de 22 mm. de longitud y 8-10 de espesor, conteniendo una a dos cáma- ras larvales, colocadas una encima de la otra, de 7 mm. de longitud y 3 de ancho (fig. 16 a); la agalla tiene el color de la rama y está provista de ramitos. La larva blanca se transforma en la agalla misma. Esta especie es común en la precordillera de Mendoza; la larva inver- na, y la mosca sale en noviembre-diciembre. Parásitos (Chalcididae) : 1. Torymus oreiplanus KxeErr. et Jóre. ; (Bra- conidae): 2. Bracon cecidophilus Kirrr. et JórG.; 3. Bracon eupatoriuú Kterr. et Jórc. 14 PHYSIS (MI, 1917) Grindelia pulchella Doy. me Trypelidae. Trypeta cuculi Kx1err. et Jórc. lgalla (lam. 1, fig. 23). — Al principio blanda, pegajosa, globosa y torulosa, después se seca y queda como médula de Sambucus (saúco). Es blanca, de 12-18 mm. de diámetro y abraza el tallo por completo. Guando joven tiene mucha semejanza a la conocida Kuckucksspeichel de Europa, producida por Aphrophora spumaria (Hom.); como en este caso, la larva de Trypeta cuculi produce una secreción blanca parecida a clara de huevo batido. Esta es exactamente la agalla; es mucho más grande que la secre- ción producida por la Aphrophora spumaria. La pared de la agalla es muy gruesa, la cámara larval es única, separada de la pared exterior por otra de color castaño y delgada como papel fino. Ahí se transforma la larva. La agalla es común en la provincia de Mendoza (Pedregal, Chacras de Coria, La Paz), de San Luis (Alto Pencoso) y de Catamarca (Andalgalá, El Suncho), durante todo el año. La mosca sale, en varias generaciones, durante el verano; las pupas de la última generación invernan y dan el imago en los comienzos de la primavera. Se puede encontrar la agalla sobre otras especies de Compositae : Baccharis marginalis, effasa y ulici- na Hook. et Arx., pero son por lo común más pequeñas que las de Grin- delia. 2. Lepidoptera. Tecia (subg. Lata) kie/fert StrAxD. A Aygalla (lam. IL, fig. 24). — Es una hinchazón fusiforme del tallo, de 35 mm. de longitud y 12 de espesor; la cavidad interna grande y unilo- cular; su pared es de 2 mm. de ancho; la mariposa sale por un agujero situado en la parte superior de la agalla. La larva se transforma en esta misma sin capullo. La crisálida es de ro mm. de largo, rojo-morena, lisa y lustrosa, el segmento anal con ocho cremásteres cerdosos, paralelos, obtusos, con la punta doblada hacia adentro como un gancho. La agalla que se encuentra en la planta cerca del suelo, es bastante rara en la provincia de Mendoza (Pedregal, Chacras de Goria); aparece en la primavera (octubre), pero la oruga que vive solitaria adentro, crece muy lentamente y se transforma en el otoño (marzo-abril) : imagen en mayo. Pebro JORGENSEN : Zoocecidios argentinos 15 Baccharis coridifolia DC. Cecidomyidae. Lastoptera (9) cordobensis Kierr. et JórG. Agalla (lám. 1, fig. 2). — Una hinchazón elipsoidal y dura, frecuente- mente de la punta de un tallo, 8-10 mm. de longitud y 6-7 de ancho, provisto de hojitas lineares y de listoncitos que dividen la superficie en áreas limitadas, en la punta con una prominencia fina de 2-3 mm., la cámara de la larva es de / mm. de longitud y de 1,5 de ancho, su pared de 2 mm. La agalla tiene larvas adultas en mayo, el ¿mago debe salir temprano en primavera. Es común en la provincia de Córdoba (La Carlota y Arias), en la de Tucumán (Las Criollas), en la provincia de Salta (San Lorenzo, alt. 1400 m.) y en la de Catamarca (El Suncho, alt. 1700 m.). Comun- mente se encuentran muchas agallas en la misma planta, y no es raro hallar dos o tres en el mismo tallo, a corto intervalo entre sí. No he cria- do el imago. Baccharis effusa Gr. Trypetidae (Dipt.). Percnoptera angustipennis Par. (2). Agalla. — Globosa, blanca, esponjosa, originándola una secreción pegajosa blanda, al fin algo dura, parecida a la médula de Sambucus, sobre los tallos y en la extremidad de los mismos, como las agallas de Trypeta cuculi sobre Grindelía pulchella Dox. Muy común en La Paz, altura 504 m., provincia de Mendoza, y en Alto Pencoso altura 660 m., provincia de San Luis, donde falta la Grin- delia, durante todo el verano. Greo que esta agalla se debe a Trypeta cu- cali que he criado, en otras regiones, de varias Compositae fuera de Grin- delia, como por ejemplo sobre Baccharis marginalis, 'Baccharis ulicina Hook. et Arx. y otras. Baccharis marginalis DC. (1). 1. Lepidoptera. Agalla. — En forma de una carena, sólo prominente en la cara infe- rior de la hoja como una carena, en la nervadura media, de 5 mm. de (1) Baccharis marginalis DC. = salicifolia Pens. 16 PHYSIS (UI, 1917) longitud y de 1,5-2 de ancho, en la cara superior de la hoja por lo común visible como una mancha elíptica incolora y a menudo algo hundida. La oruga y la crisálida solitarias. Muy común en Mendoza (Chacras de Coria) durante casi todo el año; no he criado la mariposa. 2. Cecidomyidae. I. Rhopalomy:ia globifex Kirrr. et Jóre. Ayalla (lám. 1, fig. 3). — Globosa, de tamaño de una naranja, rodean- do por completo la rama y compuesta de numerosos manojos que salen to- dos de la rama. Cada manojo tiene una longitud de 25-30 mm. y un ancho de 8-10 y consiste de hojitas deformadas en forma de punzón, de las cua- les las exteriores son más cortas y anchas, mientras las interiores son más largas y delgadas; en la base de cada manojo y sobre las hojitas largas in- teriores se hallan unas hojitas cortas en forma de aristas; entre ellas vive la gruesa larva que es colorada y aquí se transforma sin capullo (cocon). Las agallas son primeramente verdes, más tarde tórnanse amarillas o par- das una vez secas. Esta agalla es muy común en la provincia de Mendoza (Chacras de Coria, Pedregal, alt. 696 m., San Ignacio, alt. 1325 m., y Potrerillos, alt. 1368 m., estos dos últimos puntos en la Cordillera) y en la provincia de San Juan (Caucete). Aparece a principios de noviembre, pero la larva mucho más tarde; se transforma en la agalla misma en julio del año siguiente, y el ¿mago sale, después del invierno, en agosto-septiembre. Parásito (Platygasteridae) : Platygaster globicola Kerr. et JÓRG. IL. Asphondylia crassipalpis Kirrr. et JórG. Agalla (lam. L, fig. 4). — Casi globosa, de un diámetro de 4-5 mm., en la base un poco adelgazada; sale del tejido leñoso y del lado de las ramas que están hinchadas en esta parte; el exterior de la agalla está por completo cubierto de unos filamentos finos, de 2 mm. de longitud, sen- cillos o algo ramificados, más o menos doblados, al principio, como la agalla misma, verdes frescos, colorados, azulados o amarillentos, más tarde se vuelven pardos con las agallas; estos filamentos terminan en puntas muy finas; la cámara de la larva de 2 mm. de longitud y 1,5 de ancho, sus paredes son carnosas, de 1-1,2 mm. de espesor; la larva vive solitaria; se transforma dentro de la agalla, sin capullo. Abundante en las provincias de Mendoza (Pedregal, Chacras de Coria), Preoro JórceNsEN : Zoocecidios argentinos 17 de San Juan (Caucete), de Catamarca (Andalgalá, alt. 1070 m.) y de Salta (Giiemes). Á principios de primavera se ven en las ramas hincha- zones, donde más tarde saldrán las agallas ; en Mendoza aparecen éstas a principios de octubre, y el ¿mago vuela desde mediados de noviembre hasta mediados de diciembre. En Andalgalá, provincia de Catamarca, que tiene un clima muy cáli- do, vuela ya desde principios de octubre; hay por lo menos dos genera- ciones al año. Parásitos (Chalcididae) : 1. Lochites asphondyltarum Kerr. et JórG. ; 2. Torymus asphondyliae Kizrr. et JórG.; 3. Ruleya albicornis Krerr. et Jóre. A Lastoptera ornaticornis Kerr. et JórG. Agalla. — De forma irregular, generalmente fusiforme, de 5-15 mm. de longitud y de 3-5 de espesor, teniendo la rama normal un espesor de 1,5 mm., leñosa, afuera o menudo con flores o ramitas, adentro con 2-4 cámaras larvales de una longitud de 3 mm. y de un ancho de 1,5. La agalla es una hinchazón de la extremidad de los pimpollos, de la base de las hojas o de la inflorescencia en corimbo. La larva se transforma en la agalla sin capullo. Las agallas son comunes en ua de Coria, provincia de Mendoza; aparecen en enero, crecen lentamente e invernan; el mosquito vuela desde mediados de septiembre hasta fines de noviembre. Parásitos (Chalcididae): 1. Tetrastichus laminatus Kierr. et Jóre.; (Platygasteridae): 2. Platygaster caulicola Kierr. et JórG. ; 3. Platygas- ter tumoricola Kierr. et JórG. 3. Trypetidae. TI. Aciura baccharidis Karrr. et Jórc. Agalla (lam. L, fig. 5). — Consiste en una hinchazón del tallo, glo- bosa, con un diámetro de 15-18 mm., o fusiforme, de una longitud de 3o-4o mm. y un ancho de 15, leñosa; exteriormente la agalla es áspera o torulosa (con abolladuras), adentro tiene una substancia par— duzca esponjosa, en la cual descansan las pupas dispuestas sin orden alguno y sin cámara larval. La pared de la agalla es delgada, su color es como el del tallo de la planta. Muy común durante todo el verano en la provincia de Mendoza (Pedre- gal, Chacras de Coria y San Ignacio) y de San Juan (Caucete). La pupa de la última generación inverna y la mosca vuela desde septiembre. Puysis. — T. 11 2 18 PHYSIS (HI, 1917) TL. Aciura falcigera Kxierr. et JórG. Agalla. — Completamente parecida a la anterior; el adulto vuela al mismo tiempo y en las mismas localidades. MI. Trypeta cucut Karrr. et Jórc. Igalla. — Globosa, blanca, esponjosa, en los tallos como en Grindelia pulchella, pero por lo común más pequeñas que en esta planta. Rara en la provincia de Mendoza (Pedregal, Chacras de Coria) y en la de Catamarca (Andalgalá). 4. Psyllidae (Hem.). IL. Cecidotrioza mendocina Kierr. et Jóre. Agalla. — Las flores son tres o cuatro veces más grandes que las flores normales y algo verdosas, S-g mm. de longitud y del mismo ancho; los 10-12 lodículos son lineares, más largos que las flores mismas y en la ex- tremidad más o menos dobladas. Común en la provincia de Mendoza (Pedregal, Chacras de Coria), el adulto desde diciembre hasta fin de junio. En cada flor se encuentran varias larvas o pupas y la flor no se abre. ll. Cecidotrioza mendocina Kierr. et Jóre. Agalla (lám. L, fig. 6). — Las hojas delgadas son arrolladas hacia abajo, en un margen solo o en los dos; además son más gruesas que las hojas normales y de un color colorado vivo, pálidas o verdes; esta defor- mación se parece mucho a la que produce la Perrisia polygoni sobre Po- lygonam. El tiago que varía mucho de color, es como el de la agalla anterior. Abundante en todas partes de la provincia de Mendoza y probablemente también en las demás, donde crece Baccharis marginalis. Por lo menos la he encontrado en Catamarca (Andalgalá), Salta (Gúemes) y Tucumán (Alpachiri). El adulto se ve durante casi todo el año. 5. Eriophyidae (Acarina). galla. — Deformación de las hojas sin vellocidad anormal. Las hojas son torcidas y dobladas. con la epidermis arrugada y en parte con emer-. gencias sencillas o ramificadas. Peoro JórGENSEN : Zoocecidios argentinos 10 Abundante y durante todo el año en la provincia de Mendoza y en la de Catamarca (Andalgalá). Baccharis serrulata Pers. Esta planta se conoce también bajo el nombre de Baccharis medu— llosa DC. 1. Cecidomyidae (2). Agalla (lam. I, fig. 7). — Una hinchazón del tallo o (más comun-- mente) de la base de la inflorescencia y de los pecíolos de esta misma; en el último caso los peciolos no están solamente hinchados, sino también abreviados, de 3-5 mm. de longitud y de 2-4 de ancho; las agallas del tallo tienen 5-10 mm. de longitud y 4-6 de espesor; son duras, cas1 leño- sas, con cámaras larvales elípticas y dispersas, de 2 mm. de longitud y 1-1,5 de ancho; la larva que no he criado era amarilla sulfúrea (Cecido- myidae o Cynipidac). Sólo encontrada en Chacras de Coria, provincia de Mendoza, en agos- to; en octubre salieron los siguientes parásitos : Parásitos (Chalcididae): 1. Torymus mendocinus Kierr. et JórG.; 2. Tetrastichus baccharidis Mierr. et Jóre. 2. Lepidoptera. Tecia mendozella StrAND. Agalla (lam. L, tig. 8). — Una hinchazón elipsoidal u oval del tallo, de 25 mm. de longitud y 12 de ancho, con un espesor normal del tallo de 1,5 mm.; afuera con unas hojas y botones; la cavidad interior muy grande, su pared sólo de 1,5 mm. de ancho; en ella vive solitaria la oruga amarilla pálida y en ella también se transforma en crisálida; la mariposa sale por un agujero en la parte superior de la agalla. Común en Chacras de Coria, provincia de Mendoza, en diciembre- marzo; ¿mago desde fin de abril hasta fin de junio. Muy rara en Andalga- lá, provincia de Catamarca, y en El Suncho, en la misma provincia. 3. Anguillulidae ? Agalla. — El tallo, el eje de la inflorescencia y los peciolos están un poco hinchados, con la epidermis arrugada; las flores teniendo abreviado 20 PHYSIS (MI, 1917) su eje, están densamente agrupadas; en su parte interna son carnosas, sin cámara larval. En Chacras de Coria, provincia de Mendoza, en agosto. Baccharis subulata Hoox. 1. Cecidomyidae. Lasioptera interrupta Kurrr. et Jórc. Agalla. — Consiste en una hinchazón del tallo, de 5-40 mm. de lon- gitud y de 3-5 de espesor, mientras el tallo normal es de 2 mm. de espe— sor; estas agallas se encuentran por lo común cerca de la cima de la planta y son muy parecidas a las agallas de la Cecidomyidae sobre Baccharis serrulata: son más o menos torcidas y dobladas, llevando lateralmente botones o vástagos. En su interior hay numerosas cámaras larvales, una al lado de la otra; son 3a / veces más largas que anchas; la larva se transforma en la agalla sin capullo. Común en Chacras de Coria, provincia de Mendoza; aparecen a fines de enero, invernan, y sale el adulto en octubre-noviembre. Parásitos (Chalcididae) : 1. Lochites erylhromma Kxirrr. et Jór6. ; 2. Torymus lastopterae Kxerr. et JórG.; 3. Macreupelmus (9) baccharidis Kxrrr. et JórG.; 4. Tetrastichus lasiopterae Kizrr. et Jórc.; (Platygas- leridae) : 5. Platygaster baccharidis Kerr. et JórG.; 6. Inostemma mi- crocera Kierr. et Jóre. 2. Lepidoptera. Fapua albinervella STRAND. Agalla (lám. L, fig. 9). — Una hinchazón fusiforme de las ramas, de 15- 20 mm. de longitud y de 6 de espesor, por lo común cerca de la base de las ramas, a menudo con muchas agallas en la misma planta y hasta sobre la misma rama; la cavidad interna muy grande, llena de excrementos de la oruga en su parte inferior, la pared de la agalla muy delgada, de 1,5- 2 mm. de espesor. La oruga es de 13 mm. de longitud, gris-verdosa, la cabeza lustrosa, casi negra, el escudo encima del primer segmento mu- cho más claro. A cada lado del vaso dorsal un poco obscuro hay en cada segmento dos papilas obscuras, colocadas oblicuamente hacia atrás. Dos filas más e iguales como línea lateral y estigmal. Se transforma en la agalla misma sin capullo, y la mariposa sale por un agujero situado en la parte superior. La crisálida es de 10 mm. de longitud, lisa, lustrosa; Pebro JórGENSEN : Zoocecidios argentinos 21 el segmento anal con ocho prominencias moradas, paralelas y obtusas, Abundante en la precordillera de Mendoza, fuera de la misma capital; el adulto se observa en enero. Tessaria absinthoides DC. Trypetidae. Urophora tessar:ae Kuerr. et JórG. Agalla (lam. II, fig. 52). — Una hinchazón elipsoidal o fusiforme del tallo, ro mm. de largo y 6 de ancho, la pared delgada, de 1,5 mm. de espesor, la cavidad interna grande y no dividida, habitada por tres o cua— tro larvas de la mosca. A menudo crece el tallo normalmente arriba de la agalla que también puede llevar hojas, y unas veces se hallan dos agallas en el mismo tallo, una arriba de la otra. Tiene el color verde azulado de la planta. | Común en lugares húmedos : lagunas y sobre acequias y canales de riego en Mendoza (Pedregal, Chacras de Coria, La Paz), San Juan (Cau- cete), Catamarca (Andalgalá) ; las agallas se forman en la primavera : septiembre-octubre, y la mosca sale en diciembre-enero. Parásito (Chalcididae) : Eurytoma tessariae Kterr. et JórG. Heterothalamus spartioides Hook. 1. Cecidomyidae. Lasioptera heterothalami Krerr. et JórG. Agalla (lam. Il, fig. 26). — Una hinchazón del tallo, arrollada o tor— cida en espiral como un caracol; esta espiral tiene una o dos vueltas con— céntricas; casi siempre está deformado o mal desarrollado el tallo encima de la agalla, saliendo oblicua u horizontalmente, raras veces el tallo se forma normalmente con ramas y flores. La agalla mide 2,5 mm. de espe- sor, mientras el tallo normal sólo tiene 1,5 mm. de ancho. La pared de la agalla es de 1 mm. de espesor; en su interior hay varias células no bien limitadas. La larva se transforma en la agalla misma, sin capullo. Abundante en La Paz, provincia de Mendoza; la imagen sale desde me- diados de diciembre hasta mediados de enero. Parásitos (Platygasteridae) : 1. Platygaster heterothalami Krerr. et Jórc.; 2. Platygaster lastopterae Kikrr. et JónG. PHYSIS (IL, 1917) w a 2. Eriophyidae. Eriophyes heterothalami Kaerr. et Jónc. lgalla. — Wudillos o tuberculillos ovoidales o hemisféricos, agrupa— dos densamente en las ramas, de 1-2 mm. de diámetro, amarillentos, con unas depresiones y una abertura irregular como una raya. La agalla no tiene pelos anormales, en la substancia carnosa adentro se hallan ga- lerías irregulares, en las cuales hay ácaros amarillentos. Común en Chacras de Coria, provincia de Mendoza, en noviembre- diciembre. Senecio mendocinus Pn. 1. Cecudomyidae. Janetiella montivaga Kerr. et Jónc. Agalla (lam. IL, fig. 46). — Una deformación de la punta de un gajo; las tres o cuatro. hojas terminales quedan acercadas, la base de sus pezo— nes muy ensanchada y unida a la verdadera agalla; ésta presenta una hinchazón ya claviforme, 10 mm. de largo y distal 5 de espesor, ya casi ovoide, 8-12 mm. de largo y 6-8 de espesor. En la punta distal hay varias púas muy pequeñas, con pelaje anormal, rodeando una abertura que lleva hasta la cavidad interna grande que es de 7-8 mm. de largo y 2,9 de ancho y que no está dividida; abajo de la hinchazón el gajo tiene un espesor de 1,5-2 mm.:; la pared de la agalla es de 1,5 mm. de ancho. ' En la cavidad interna hay varias larvas que se transforman en ella misma en un capullo blanco. La agalla es blanda, verde, jugosa. Muy común en la precordillera de Mendoza (Chacras de Coria, Blanco Encalada, San Ignacio); la larva inverna, y la imagen aparece en agosto- septiembre. Pero hay varias generaciones durante el verano. 2. Trypelidae. Tephritis (Urellia) pubescens Kikrr. et JórG. Agalla (lam. MI, fig. 47). — Una hinchazón ovoide de la base de una rama lateral; unos 1o mm. de largo. La pared es delgada, de 1,5 mm. de ancho. La larva vive solitaria en la gran cámara larval que no está dividida, y en aquélla se transforma, después de haber perforado una abertura circular en la parte superior. Común en la precordillera de Mendoza. Inverna la larva, y la mosca Peoro JórGENSEN : Zoocecidios argentinos 23 sale de octubre hasta mediados de noviembre. Las agallas permanecen visibles durante mucho tiempo en las ramas. Senecio pinnatus Gork. Trypetidae. Il. Trypetinae sp. ? Agalla (lám. TUI, fig. 48). — Una hinchazón generat y ovoide de la rama, de 10-12 mm. de largo y 6-8 de ancho, la pared de 2 mm. de espesor; la cavidad interna dividida en dos o tres partes; las cámaras lar- vales están colocadas una encima de la otra y apenas separadas; en cada una se encuentra una pupa de Diptera, pero no he criado la imagen. Esta hinchazón no impide que se desarrolle normalmente el gajo como tam- poco la inflorescencia. En Chacras de Goria, provincia de Mendoza, en agosto. II. Trypeta orerplana Kirrr. et Jórc. Agalla (lám. UI, fig. 49). — Una hinchazón unilateral y en forma de una abolladura de las ramas, a menudo varias en fila sobre la misma rama y coloradas como ésta, de 8-12 mm. de largo y casi tan ancha; la pared delgada, de 1,5 mm. de espesor; la larva vive solitaria en la cavi- dad interna que no está dividida y se transforma también en ella. Muy común en la precordillera de Mendoza; las agallas se forman a principios de noviembre y están dispuestas frecuentemente varias en la misma planta y hasta en el mismo gajo, en las ramas jóvenes, cerca de la punta. La larva inverna y la mosca vuela desde fin de septiembre hasta fin de octubre. Probablemente hay una generación más en el otoño. = PHYSIS (HI, 1917) EXPLICACIÓN DE LA LÁMINA 1] Figura 1. Dos agallas de Gnorimoschema atriplicella Str. sobre Atriplex lampa GiLr. to] OE 0w . Una agalla de Lasioptera (?) cordobensis sobre Baccharis coridifolia DC. . Una agalla de Rhopalomyia globifex sobre Baccharis marginalis DC. . Tres agallas de Asphondylia crassipalpis sobre Baccharis marginalis DG. . Una agalla de Aciura baccharidis y A. falcigera sobre Baccharis margina- lis DC. . Agallas de Cecidotrioza mendocina sobre Baccharis marginalis DC. . Agallas de Cecidomyidae sobre Baccharis serrulata Pers. . Una agalla de Tecia mendozella sobre Baccharis serrulata Pers. . Una agalla de Fapua albinervella sobre Baccharis subulata Hook. . Una agalla de Lepidoptera sobre Cassia aphylla Cav. . Agallas de Lepidoptera sobre Condalia lineata As. Gr. . Guatro agallas de Cecidioses eremita Ob. sobre Duvaua dependens DC. . Agallas de Dicranoses capsulifex sobre Duvaua dependens DC. . Agallas de Trioza (?) gallifex sobre Duvaua dependens DC. . Una agalla de Mapa cordillerella sobre Ephedra Tweediana My. . Una agalla de Acidia eupatorii sobre Eupatorium patens Ph. . Dos agallas de Allodiplosis erassus sobre Gourliaea decorticans G1LL. Proro JórcenseN : Zoocecidios argentinos (Lámina 1) 2) ES AN SSÑSES NNSSS Ú E Ú (Tamaños algo reducidos) Figura 18. — 19. — (QU; PHYSIS (HL, 1917) EXPLICACIÓN DE LA LÁMINA 1] Agallas de Hymenoplera sobre Duvaua dependens Krum. Una agalla de Proseurytoma gallarum sobre Gourliaea decorticans G1Lt. Una agalla de Chalcididae ? sobre Gourliaga decorticans GiLt. . Una agalla de Chalcididae ? sobre Gourliaea decorticans Giuz. . Agallas de Cystodiplosis longipennis sobre Grabowslkyia obtusa Ary. . Una agalla de Trypeta cuculi sobre Grindelia pulchella Dor. . Una agalla de Tecia Kiefferi sobre Grindelia pulchella Dor. . Dos agallas de Lasioptera tridentifera sobre Heliotropium curassavicum L. . Una agalla de Lasioplera helerolhalami sobre Heterothalamus spartioi- des Hook: . Cinco agallas de Rhopalomyia lippiae sobre Lippia foliolosa Px. . Una agalla de Rhapalomyia bedeguaris sobre Lycium chilense Berr. . Tres agallas de Centrodiplosis crassipes sobre Lycium chilense Bert. . Cuatro agallas de Oligotrophus (9) lyciicola sobre Lycium chilense Bert. . Una agalla de Centrodiplosis falcigera sobre Lycium gracile Me. . Una agalla de Lepidoptera (>) sobre Lycium longiflorum Pn. . Una agalla de Cecidomyidae sobre Physalis viscosa L. . Una agalla de Pemphigus sp. sobre Papulus pyramidalis L. . Dos agallas de Opisthoscelis (?) prosopidis sobre Prosopis adesmioides GRISEB. . Dos agallas de Apion prosopidis sobre Prosopis alba GrIsEB. == AN ES EZ .Peoro JORGENSEN : Zoocecidios argentinos (Lámina Il) (Tamaños algo reducidos) 0 Figura 37 38. 39. Una agalla de Tetradiplosis sexdentatus sobre Prosopis alpataco Pn. . Una agalla de Cecidomyidae (9) sobre Prosopis alpataco Px. . Una agalla de Cecidomyidae (9) sobre Prosopis alpataco Px. . Una agalla de Rhopalomyia prosopidis sobre Prosopis alpataco Px. . Una agalla de Cecidolechia maculicostella sobre Prosopis alpataco Pn. . Una agalla de Liebeliola prosopidis sobre Prosopis strombulifera Px. . Agallas de Lasioptera graciliforceps sobre Prosopis strombulifera Pu. ). Tres agallas de Janetiella montivaga sobre Senecio mendocinus Pu. . Una agalla de Tephritis pubescens sobre Senecio mendocinus Ph. . Una agalla de Trypetidae sobre Senecio pinnatus Pork. . Dos agallas de Trypeta oreiplana sobre Senecio pinnatus Por. . Dos agallas de Asphondylia suaedicola sobre Suaeda divaricata Moo. . Una agalla de Cecidomyidae sobre Suaeda divaricata Moo. . Una agalla de Urophora tessariae sobre Tessaria absinthioides DC. . Agallas de Rhopalomyia tricyclae sobre Tricycla spinosa Cav. . Agallas de Cecidomyidae (>) sobre Tricycla spinosa Cav. . Una agalla de Rhopalomyia verbenae sobre Verbena aspera GiLL. . Una agalla de Lepidoptera sobre Verbena aspera GiLL. PHYSIS (MI, 1917) EXPLICACIÓN DE LA LÁMINA II . Agallas de Eschatocerus myriadeus sobre Prosopis alpataco Px. Una agalla de Eschatocerus niger sobre Prosopis alpataco Px. Proro JórcenseN : Zoocecidios argentinos (Lámina UI) 29 N ME AUN Gal AJO ENE (Tamaños algo reducidos) Metamórfosis de Pachyschelus undularius (Burm.) (Coleóptero bupréstido) POR CARLOS BRUCH En una de las sesiones celebradas en Buenos Aires por el Congreso científico americano de 1910, dí cuenta, aunque muy someramente, sobre el desarrollo del bupréstido (Pachyschelus undularius (Burm.), que enton- ces venía observando. Con el propósito de completar estas observaciones, aplacé su publicación hasta la fecha, cuando pude ocuparme nuevamente del insecto referido. Aprovecho, pues, la presente ocasión para presentar en este opúsculo los resultados de mis investigaciones. OBSERVACIONES BIOLÓGICAS El pequeño bupréstido (P. undularias Burm.) vive sobre Sapium biglan- dulosum Múzz., arbusto de la familia de las euforbiáceas, muy común en- tre los montes ribereños en las proximidades de Buenos Aires y La Plata. Durante los meses de verano (diciembre y enero) se encuentra las ima- gos sobre las hojas de su planta nutritiva, mientras que las blancas espu- mas sobre las mismas, revelan también la existencia de las larvas. Estas. últimas se alimentan solamente del parénquima de las hojas, por consi- guiente van minando entre las dos epidermis, y producen sobre la super- ficie la espuma. al expulsar el abundante latex hacia el exterior. Este fe- nómeno ha sido ya observado con varias larvas de otros coleópteros y.. muy prolijamente por el doctor FiesriG (1) con un bupréstido del Para— guay, congénere del nuestro. (1) Fiebrió Kant, Eine Schaum bildende Kiferlarve, Pachyschelus spec. (Bupr. Sap.). Die Aus- scheidung von Kautschuk aus der Nahrung und dessen Verwertung 2u Schulzzwecken (auch ber Rhyn- cholen), en Zeitschrift fúr wissenschafiliche Insektenbiologie, 1898, páginas 333-303, figuras 1-21. Cartos Brucn : Melamórfosis de « Pachyschelus undularius» (Burm.) 31 Examinando prolijamente cualquiera de las hojas atacadas por la larva, se encuentra aun en la parte inicial de la mina, la envoltura del huevo. Este está pegado siempre sobre la cara inferior de la hoja, más o me- nos en su tercio posterior y entre el borde y la nervadura mediana, tanto del lado izquierdo como del derecho. En cada caso, se observa cerca del huevo, sobre la nervadura principal y sus ramificaciones, una serie de pequeños agujeros o incisiones semicicatrizados. La espuma que acompaña a la galería minada, aparece a cierta distancia de su comienzo; evidentemente, porque la larva recién nacida no sería capaz, o bien no tendría aún necesidad de producirla. Pero ¿cómo haría entonces, para no: perecer ahogada entre el abundante líquido láctico, cuando penetra en el parénquima vegetal? — La primera vez que conseguí presenciar la postura de un huevo, después de larga y paciente espera, hallé también una res- puesta satisfactoria a mi pregunta : la hembra sabe perfectamente, como precaver de este peligro a sus futuras generaciones. En efecto, aquellas incisiones, cerca de cada huevo, tienen íntima rela— ción con su postura, y el objeto de impedir la afluencia excesiva del lí- quido láctico : resulta así en la hoja una pequeña zona, menos cargada de latex, haciéndola más apropiada para la progresión de la pequeña larva. La operación total para deponer un huevo, lleva a la hembra algún tiem- po: unos quince minutos en uno de los casos mejor observados. Primero, deposita el huevo; luego. visiblemente preocupada, efectúa el trabajo complementario. Hace casi siempre de 12 a 15 de esas incisiones a la hoja, clavando sus mandíbulas bien entreabiertas en la epidermis, acer tando casi siempre a cortar las nervaduras. Al cicatrizarse las heridas quedan, pues, estas dos perforaciones contiguas, de las cuales aparecen algunas en nuestra fotografía, lámina L, figura r. Ordinariamente encontramos en una misma hoja un solo huevo. Éste “madura en cinco o seis días, y entonces se nota en su alrededor perfecta— mente esa zona más pálida y menos alimentada de latex. La larva progresa rapidamente y alcanza a los cinco días su máximo crecimiento. A medida que devora el mesófilo, deja la mina que corre hasta la punta de la hoja y vuelve por la otra mitad (de izquierda a dere— cha o viceversa), más o menos al punto de partida. Durante su desarrollo experimenta solamente dos mudas o cambios de piel : la primera, el día después de la eclosión y la segunda en el tercer día. Lleva siempre una vida activísima; no deja de engullir alimentos, que digiere rápidamente, dejando en el camino trazado las deyecciones 32 PHYSIS (UL, 1917) en forma de filamentos tortuosos y casi continuos (véase lám. I y II, fig. 2). El principio de la mina se caracteriza por estrechas galerías, onduladas o subespiraladas, a veces confluentes; en esta parte queda siempre la piel de la primera muda, produciéndose la segunda a corta distancia. El trazado de la mina se advierte en ambos lados de la hoja por la espuma, agrupada en montículos subesféricos y formados a su vez por burbujas microscópicas de la substancia láctica y resinosa mezclada con aire expul- sadas por la larva. Limpiando la hoja de espuma y observándola contra la luz, se pueden seguir perfectamente todos los movimientos de la larva hasta en los más minimos detalles. Sus funciones se limitan a tomar alimento y ex- pulsar el sobrante del látex hacia afuera; las ejecuta alternadamente y con precisión automática. Término medio, emplea para engullir alimento unos 3 0 4 minutos y 20 a 4o segundos para despedir la espuma. A medida que corta con sus mandíbulas el parénquima (dos movimien- tos por segundo), avanza, describiendo un semicírculo, abriendo la mina poco más del doble de la anchura de su cuerpo. Entre el líquido que va tragando, se ven muy bien deslizarse los diminutos fragmentos del tejido vegetal. De pronto, la larva se detiene, quedando algún rato inmóvil. Poco después, se percibe la afluencia de líquido hacia la cavidad bucal, lo que se nota menos que en la deglución. La larva efectúa entonces una pequeñísima perforación en la pared de la hoja, por la cual expulsa el látex en forma de espuma. Para esta operación, la larva apoya los lóbulos de su protórax contra el borde anterior de la mina, de modo que sobresalen mucho de la cabeza ; con ella ejecuta luego movimientos rapidísimos de vaivén, comparables a la función de una bomba. En la formación de cada montículo de es- puma, puede calcularse que la larva necesita más de cien tiempos o mo-* vimientos para bombear el líquido y aire hacia el exterior. Esta operación la hace siempre alternando, echando la espuma primero al uno, luego al otro lado de la hoja. En uno de los casos observados, una larva a la edad de cuatro días, fa- bricó 42 montículos de espuma, desde las 3 de la tarde hasta las y de la mañana del siguiente día; luego hasta las 7 de la noche hizo otros 6o montículos más. He calculado el total de estos en unos 250 normalmente, cantidad que coincide con las observaciones hechas por el doctor FreBr1G sobre el bupréstido del Paraguay. Carnos Brucn : Metamórfosis de « Pachyschelus undularius » (Burm.) 33 Tan pronto como la larva ha llegado a su máximo desarrollo, confeccio- na a la terminación de la mina una especie de disco, en el cual se trans- forma en ninfa y pasa allí su estado de ninfosis. Comienza por vaciar un espacio perfectamente circular de unos cinco milímetros de diámetro, cuyas paredes ostentan también en ambos lados las espumas, mientras que su interior viene a quedar del todo limpio y libre de residuos, pues antes de ocuparlo definitivamente, la larva ha eva- cuado sus deyecciones en la galería anexa. La circunferencia del disco, la marca en cada lado de la hoja con una incisión circular, no seccio- nándolo totalmente, para quedar mantenido por una finísima capa, en ciertas partes perforada, que más tarde se corta ya por si sola al secarse la hoja, ya por los movimientos de la larva. Después de estos preliminares recubre enteramente el interior del disco con una piel muy compacta de un filamento sedoso, producto de sus glán- dulas sericigenas y cuya operación complementan los siguientes detalles. Al fabricar dicho tejido, apoya la larva su cabeza contra la periferia del disco en construcción. La parte posterior del cuerpo la tiene encorvada en forma de hoz, y la mueve como segando, desde el centro hasta la perife- ria al mismo tiempo que afirma cada vez el hilo que se desliza del seg- mento anal. Este movimiento es alternado siempre y la larva, que partiendo de la periferia, sé dirige una vez hacia el centro de uno y luego al del otro costado; al mismo tiempo refuerza el borde marginal, colocando a cada paso unas cuantas (5 a 6) puntadas hacia atrás, formando así una valla o anillo que cierra y separa a la vez las dos paredes del disco. Éste va perdiendo en partes el contacto con la hoja, y se ve muy bien cuando la larva con ayuda de sus mandíbulas retira el filamento de la periferia, mientras que empuja con la cabeza y tórax las paredes, para aumentar en lo posible el espesor del anillo y la convexidad del disco. Para el perfecto revestimiento del interior del disco, se necesitan varias manos; cada una dura más o menos una hora. La larva gira sobre el mis- mo centro, describiendo apenas un semicírculo con la parte anterior de su cuerpo. Contra luz, se pueden observar perfectamente todas esas mani- pulaciones ; pero como a las cuatro horas, desaparece la transparencia; al cabo del día, el disco queda del todo opaco y en condiciones como lo muestra la figura 3, lámina I. i El tejido que cubre el interior, es de color pardusco, de consistencia muy viscosa, insoluble en cloroformo; por consiguiente un producto se- ricigeno que no deriva solamente de las substancias resinosas de la planta. Después de uno o algunos días, se desprende el disco de la hoja; ca- yendo al suelo, comienza a moverse y saltar hasta quedar aprisionado en Puysis. — T. mu 3 31 PHYSIS (ML, 1917) 4 tre alguna grieta o lugarcito entre el piso que ofrezca mejor abrigo. Mu- chas veces he observado sobre mi mesa, cómo los pequeños discos brin— caban, debido a los movimientos bruscos de contorsión que en su interior ejecutaba la larva. Ya el primer día la larva adulta disminuye de largo y va adquiriendo otra forma; su cuerpo va encogiéndose paulatinamente, ensanchándose algo más en su parte anterior, hasta quedar al fin reducido a un tercio de su tamaño primitivo. Su color es entonces de un blanco amarillento; sus movimientos son casi nulos, y en este estado demora un tiempo más o menos largo, antes de transformarse en ninfa. Larvas que he observado a principios del año, han quedado apenas diez días en este estado, antes de convertirse en ninfas, mientras que otras veces tuve ocasión de verlas así, uno y hasta más de dos meses. El mismo fenómeno sucede con las ninfas, cuya evolución puede durar también desde dos hasta varias sema- nas y meses, según la estación del año. El ciclo completo de evolución más breve que pude observar de nuestro bupréstido, fué de un mes (3o, XMIL 1915 al 28, I, 1916). desde la postura del huevo hasta el nacimiento de la imago. La ninfa blanquecina, se obscurece durante los últimos días de su madu- ración y por su envoltura diáfana trasluce el negro azulado del coleóptero. Una vez desprendida de su envoltura ninfal, ya en estado de imago de- mora el insecto aun varios días en el pequeño habitáculo, hasta quedarse perfectamente endurecido. Luego con sus mandíbulas produce en una de las paredes una incisión, cortándolas de tal modo que resulta un opérculo perfectamente circular y concéntrico al disco (lám. 1, fig. 5); al ejercer sobre él alguna presión, se desprende la tapita; la imago puede librarse cómodamente de su encierro, quedando en aquél solamente el residuo de las envolturas primitivas del coleóptero. DESCRIPCIÓN DE LOS DIVERSOS ESTADOS DEL INSECTO Huevo. — El huevo tiene forma elíptica sumamente chata; mide un milímetro de largo por 0,7 de ancho y aun menos de un décimo de milí- metro de espesor. Es incoloro, transparente; su cáscara delgadísima y de superficie tan semejante a la epidermis de la hoja, que es muy difícil distinguir el huevo depositado sobre ella. Una vez abandonado por la larva, tiene el aspecto de una pequeña ampolla grisácea, algo opaca, por la cual se traslucen los residuos embrionales. Cantos Brucn : Metamórfosis de « Pachyschelus undularius » (Burm.) 35 Larva. — La larva tiene la forma característica a otros tipos de insec- tos mineros, que viven también como ella entre las paredes epidermales de la hoja. Está desprovista de órganos de locomoción; su cuerpo es muy comprimido, apenas */, de milímetro de espesor o altura, pero como cuatro veces más largo que ancho, teniendo su mayor anchura en el segundo segmento abdominal y estrechándose paulatinamente hacia su extremidad posterior. La larva adulta mide 8 a y milímetros de largo; es blanquecina, con las piezas bucales pardo castañas ; en el protórax se dis- tinguen dos plaquitas quitinosas, amarillentas, una dorsal y la otra ventral. El tegumento es muy finamente subgranulado y lustroso; se notan sola— mente algunas cilias microscópicas en los costados del cuerpo. Las larvas jóvenes son menos blanquecinas, algo verdosas y bastante transparentes. La cabeza es retráctil, poco visible por estar en reposo, casi total- mente recogida dentro del tórax; subtriangular, muy plana y con los angulos posteriores muy redondeados. Las mandíbulas son negruzcas, subtriangulares, con el borde externo en su tercio anterior ligeramente doblado, armadas de dos dientes romos, el apical más largo; en su región infero-basal hay un mechón de finas setas. Las antenas son triarticuladas, el artículo basal es corto, poco destacado, el mediano oblongo-ovalado y el terminal subcilíndrico, redondeado en la punta con dos artejos setifor- mes. Las maxilas tienen el lóbulo interno corto, oblongo y armado de 6 a 8 setas; sus palpos son triarticulados, sobresalen mucho del lóbulo maxilar de artículos cilíndricos. La lengúeta lleva de cada lado un palpo de un solo artículo (?), de forma subcilíndrica, redondeado en el ápice y armado de 3 a 4 setas comprimidas y algo encorvadas; en el lado infero- basal del palpo hay dos espinas, al parecer articuladas, de las cuales la inferior es muy pequeña, casi imperceptible. El protórax, como se ha visto ya, lleva dos lóbulos anteriores laterales, perfectamente adaptados a la función mecánica, relacionada con la produc- ción de la espuma. Estos lóbulos presentan en la superficie unas púas mi- croscópicas apenas visibles. El mesotórax es algo más corto que el metató- rax. Los segmentos del abdomen'son subiguales de largo; sus pliegues y lóbulos laterales se acentúan en las larvas adultas al aproximarse a su pe- riodo de ninfosis. El segmento anal termina en un pequeño apéndice tu- bular por donde desembocan los órganos sericígenos. El primer par de estigmas está situado sobre los epimeros del mesotórax ; los otros ocho pares en los segmentos 1 al 8 del abdomen; su posición es dorsilateral; los orificios son muy pequeños rodeados por un borde quitinoso amari- llento de forma oblonga ovalada. 36 PHYSIS (1, 1917) Ninfa. — La ninfa (fig. 4 y 4a, lám. 1), no ofrece nada de particu- lar y representa los detalles de la ¡mago en su forma habitual. Es blan- quecina, lustrosa y completamente glabra, su tegumento muy delicado. Las piezas bucales son perfectamente visibles. Las antenas descansan so- bre los fémures anteriores. Los cuatro miembros anteriores son libres, dispuestos de manera que no ocultan a los esternitos; los dos miembros posteriores están cubiertos por las pterotecas. Desde el dorso se perciben la cabeza y aun parte de los ojos, los codos del segundo y apenas los del tercer par de las patas, lo mismo que los estigmas, cuyos orificios son aún más pequeños que en la larva. La ninfa corresponde en tamaño al coleóp- tero; su último segmento es trilobado. Imago. — Este bupréstido ha sido descripto por Burmeister (1) con el nombre Brachys undularia hace casi 45 años sobre individuos que proce- dían también de Buenos Aires. He aquí su diagnosis original y las demás características traducidas del alemán : «(Brachys undulariía Burm.), atro-violacea, subnitida, lata, figura cor- diformi: elytris undulationibus plaribus albo—pilosis. Long. 1 */, lin. » « La especie corresponde al grupo Pachyschelus y se caracteriza por su contorno anchamente cordiforme; es de un negro azulado, con reflejos vio- láceos, el escudete de un azul acero, la frente cobriza. La superficie es dispersamente punteada, los puntos con pelillos blanquecinos, que for- man sobre los élitros algunas líneas finas en zigzag, que se tocan en parte en sus angulos avanzados. La cabeza es pequeña, a lo largo finamente sur- cada. El protórax es corto, pero hacia atrás muy ensanchado y tres veces más ancho que largo, casi rectamente tronchado, con ángulos humerales agudos. Escudete muy grande, más ancho que largo. Los élitros adelante tan anchos como el protórax, después bruscamente estrechados hacia atrás, en el ápice conjuntamente redondeados, con el margen plegado hacia abajo y las espaldas elevadas y lateralmente algo deprimidas. Por debajo negro con un débil reflejo bronceado. » Después de aquel estudio del sabio BurmersrErR, el número de especies de la Argentina y países limítrofes ha aumentado considerablemente, tam- bién con algunas especies afines a nuestro P. undularius, pero, por los caracteres mencionados, se distingue ésta de un modo relativamente fácil de sus congéneres. (1) Bunuerster, H., Buprestidae Argentini, Uebersicht der Prachtkifer des La Plata-Gebietes. Stelliner entomologische Zeitung, XXXII, 1872, página 387. (Lám. 1) CarLos BrucH : Metamorfosis del Pachyschelus undularius Fig. 3 Fig. 5 Fig. 1. Pedazo de hoja con el huevo y algunas incisiones sobre las nervaduras de la misma, 10/1. — Fig. 2. Hoja con la espuma que acompaña a la parte minada, 2/1. — Fig. 3. Disco confeccionado por la larva para pasar la ninfosis, 5/1. — Fig. 4. Larva apenas terminado el disco; a la derecha, poco antes de transformarse en ninfa, vista ventral y dorsal, 5/1. — Fig. 5. Disco abandonado por la imago, 5/1. e 4 7 CarLos BrucH : Metamorfosis del Pachyschelus undularius (Lám. 11) CBruch del a, Fig. 1. Contorno del huevo, 10/1. — Fig. 2. Hoja minada, vista por transparencia: 4, primera muda; b, se- gunda muda; c, larva al terminar el disco. — Fig. 3. Contorno de la larva adulta, 10/1;34 contorno de la cabeza de la larva; 3b, antena y lengúeta con los palpos labiales; 3c, maxila con el palpo ma- xilar; 3d, mandíbula. — Fig. 4 y 44. Ninfa, vista ventral y dorsal, 10/1. — Fig. 5. Imazo, 10/1. Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes POR CARLOS SPEGAZZINI ¡Salud y felicidad a quien leyere! Varietas delectat : este lema explica este folleto. Harto ya de investiga- ciones microbiológicas, he vuelto per algún tiempo a las fanerógamas y espigando mi pobre herbario he compuesto este humilde ramillete, en el que van juntas flores recién cosechadas y flores que, a pesar de haber dormido entre cartones por casi cuarenta años, no se han marchitado ni han perdido su frescura. La Plata, 31 de diciembre de 1916. CARLOS SPEGAZZIMI. 1. Ophioglossum crotalophoroides War. Spec. C., Apuntes fito-agrológicos sobre el part. de La Plata, Boletín de la Of. Quím.-Agric. n. 12, julio 1899. Hab. En las praderas fértiles y húmedas de La Plata, agosto 1885-7; en la cuesta de la Laguna cerca de la Viña, Salta, febrero 1897; en el cés- ped del parque del Sr. Uriburu, en Villa Elisa, invierno. 1901-5: por fin abundante en las praderas cenagosas de Ibicuy, Entre Ríos, marzo 1911. Obs. Plantita que fácilmente puede pasar desapercibida por su peque- ñez, pues queda ocultada por las demás esencias del césped. Los ejem- plares coleccionados en Ibicuy ostentan una estatura algo mayor de los demás; los de Salta ofrecen un tubérculo menor y más bien verticalmente cilíndrico que «no globoso. qu os PHYSIS (MIL, 1917) 2. Pilularia Mandoni A. Br. Hab. En las partes bajas y cenagosas de las praderas de los alrededores de La Plata, octubre 1906. Obs. La primera vez que hallé esta interesante hidropteridea fué el 8 de octubre, haciendo una excursión matutina al Hipódromo con todos los alumnos del primer curso de farmacia de la Universidad de La Plata: mientras buscábamos frutos subterráneos de Hydrocotyle cryptocarpa, en un charquito donde abundaba, uno de los alumnos me hizo ver en el pu- ñado de barro que tenía en la mano unos cuerpos globosos parduzcos cre- yendo fueran los frutos deseados y en los cuales reconocí inmediatamente los esporocarpios de una Pilularia; recomendé entonces de intensificar la pesca y con la ayuda eficaz de mis discípulos pude conseguir una exce- lente cosecha. Algunos días después en el mismo charco y en otro a pocas cuadras más al este llegué a juntar otra cantidad ; desde entonces a pesar de repetidas investigaciones no pude señalar más este vegetal. 3. Lycopodium brasilianum Herr. Hab. Pendiente de las ramas de la Araucaria brasiliensis en la selva cerca de Barracón, Misiones. Marzo 1907. Obs. Las matas colgantes pueden medir hasta un metro y más de lar— go; las hojas en las partes viejas están dirigidas para afuera y cas1 hori- zontales, pero en las partes jóvenes hacia los extremos se acercan al eje dirigiéndose arriba empizarrándose, siendo lineales no aquilladas al dorso y agudas en lá punta. 4. Wolfia columbiana KxrsrT. Hab. Común, mezclada con la W. gladiata HecLa y demás Lemnáceas en las aguas estancadas de los alrededores de La Plata y de Santa Cata- lina, Buenos Aires, verano, 1893-1915. 5. Zannichellia palustris L. Hab. Con mayor o menor frecuencia en las aguas estancadas de char- cas y zanjas en toda la Argentina, 1880-1916. Obs. Esta plantita puede llamarse meteórica, pues aparece un año en Cantos Specazzini : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 39 una localidad para desaparecer de golpe al siguiente y reaparece a veces tan sólo muchos años después sin causa explicable. He observado dos for- mas : a) con hojas rectas y frutos sésiles ligeramente dentellados al dorso; en los charcos de las lavanderas al bajo de la Recoleta, Buenos Aires, 1880-3; en las zanjitas del parque de La Plata. desde 1888 hasta 1895 y en el tanque australiano de la Facultad de agronomía en 1906-10; en las lagunas cerca de Lezama en 1903; en el cauce del río Pescado, Salta, en 1905; b) con hojas algo más angostas y flexuosas hacia el ápice con fru- tos ligeramente pedicelados lisos al dorso, abundante en la laguna de los Horcones, valle del Aconcagua, en 1901. 6. Mayaca Sellowiana hnrH. Hab. Común y abundante en los lugares cenagosos de los alrededores de Posadas, mayo 1883 y enero 1907. Obs. He observado dos variedades de esta curiosa plantita, que recuerda a primera vista algunas especies de Lycopodium, una de flores blancas y otra de flores más o menos amarillas. 7. Heteranthera limosa Vanz. Hab. Común en todo el territorio de Misiones, especialmente cerca de Posadas y de Santa Ana, enero-marzo 1907. Obs. Especie fácilmente reconocible por el tamaño reducido y más aun por las flores solitarias en cada espata; el tubo periántico largo y cilín— drico (15 mm lrg. por 2 diam.) exteriormente verde y glanduloso lleva al ápice los seis tépalos alargado-elípticos (8-10 mm Irg. por 4-5 anch.) casi bilabiados de color celeste muy pálido, de los cuales el superior está ador- nado de una gruesa mancha naranjada escotada en su margen superior con borde purpúreo. : S. Heteranthera zosterifolia Mrr. Hab. Bastante común en los arroyitos de casi todo el territorio de Mi- siONes, enero-marzo 1907. Obs. Curiosa plantita de aspecto sumamente variable, que donde el agua ofrece mayor profundidad adquiere el porte de un Potamogeton : las flores son apareadas en cada espata : el tubo periántico (15 mm lrg.) ho PHYSIS (HI, 1917) lampiño, tiene su mitad inferior hinchada (8 mm Irg. por 3 diám.) y la superior angosta y tubulosa (7 mm Irg. por 1 diám.) rematando en seis tépalos lineares (14 mm Irg.) el inferior más corto y ancho (12 mm Irg. por 3 anch.) de color azul pálido uniforme, los demás más angostos con pintitas azules obscuras; los tres estambres son muy desiguales con filamentos azules y anteras amarillas, el inferior de tamaño doble (6 mm Irg.) que los demás y con el filamento velloso. 9. Zephyranthes lilacina Srrc. (n. sp.) Diag. Zephyrites, proterantha, scapo elato viridi, spatha angusta pro- funde bifida rosella, floribus majusculis saeptus solitaris ac plus minusve declinatis, pedicello spatha parum longiore suffaltis, tépalis fere a bast li- beris, ad terlium superum pulchre intenseque lilacinis, ad tertium medium roseis longitudinaliter albo-striatis, ad tertium inferam vtrescentibus ima bast squamulis obovaltis exumie fimbriatis ornatis, staminibus extimis ?/,, intimis */, tantum tepaloram attingentibus, filamentis albo—virescentibus, antheris luteis hippocrepicis, ovario ovato, stylo albido stamina majora parum superante apice trifido, stigmatibus revolutis, donato. Folia capsulaque mihi adhuc ignota. Hab. Después de las lluvias en las praderas de los alrededores de Posa- das, Misiones, enero 1907. Obs. Especie que considero muy próxima al Z. robusta (Spacu.) Bkr. de la cual parece apartarse por la presencia de escamillas en la base de los tépalos : forma también transición hacia el género Hippeastrum. Los bul- bos ovalados (50 mm rg. por 25-35 diám.) son cubiertos de escasas mem- branas parduzcas; las hojas no las conozco, pues no estaban desarrolladas cuando hallé las flores y los bulbos enviados a La Plata, se secaron sin brotar; el escapo es derecho, cilíndrico, hueco, verde (28-75 cm alt. por 5-8 mm diam.) liso ; la espata bífida hasta más abajo de su mitad, es blanco-rosada con fillos relativamente angostos y agudos (39 mm lrg. por 5 anch.); las flores sin olor son generalmente solitarias (rara vez de a dos en una misma espata), grandes, al principio derechas más tarde algo inclinadas y sostenidas por pedicelos verdes un poco más largos (40-45 mm lrg. por 1,50 mm diám.) ; los tres tépalos exteriores son algo más anchos (60 mm Irg. por 18 anch.) que los tres internos (60 mm Irg. por 13-14 anch.) oblanceolados de ápice agudamente redondeado, muy suave y largamente enangostados hacia atrás, libres casi hasta la base, en el tercio superior intensamente rosados más pálidos, con líneas longitu- Carzos Specazzint : Ramillele de plantas argentinas nuevas o interesantes hi dinales blancas, y por fin en el tercio inferior verdes; las escamillas blan- quecinas son espatuladas con el borde superior claramente franjeado (3,5 mm rg. por 1,25-1,50 anch.); los estambres son de longitud desigual, sus filamentos muy angostos y achatados, levemente adherentes a la base de los tépalos, son más cortos en los internos (20 mm rg.) que en los externos (39-40 mm Irg.): las anteras en forma de herradura de caba= llo son amarillas; el ovario obtusamente trígono verde lampiño (12 mm Ire. por 5 mm diám.) termina en un estilo igual de largo a los estam-= bres mayores (4o mm Irg.), cilíndrico, de color banquecino y rematado por tres estigmas (3 mm lrg.) angostos, blancuzcos y enrollados por afuera. No he visto ni semillas ni cápsulas maduras. 1 10. Zephyranthes oxitepala Sree. (n. sp.) Diag. Euzephyranthes, synanthia, scapo elongatulo 1-floro, spatha la- tere altero ad basin usque altero ad medium tantam bifida, flore erecto pedicello parum breviore suffulto, tepalis virescentibus superne albis angus- tis acutis rigidulis deorsum brevissime connatis, squamulis callibusque pla- ne nullis, staminibus bast breviter coalescentibus, 3 extimis triplo, 3 inti- mis duplo quam tepalis brevioribus flavescentibus, antheris hippocreptcis luteis, stylo stamina longiora superante apice trifido stigmatibus longius- culis albidis revolutis. Hab. Común después de las lluvias en las praderas de Campina de Américo y de San Pedro, Misiones, marzo 1907. Obs. Esta especie recuerda algo la 4%. mesochloa LwbL. y se reconoce fá- cilmente por su flor bien derecha, por sus tépalos rígidos angostos supe riormente prolongados en punta larga y muy aguda; se acerca también a la Z. Holmbergi Hx., la cual se distingue por la espata tubulosa por ambos lados. El bulbo mediocre (30 mm lrg. por 20 diám.) está reves- tido de pocas membranas parduzcas, delgadas, subtransparentes; las ho- jas se desarrollan al mismo tiempo que la flor, siendo lineales, casi pla- nas, verdes, de punta bastante obtusa (10-20 cm lrg. por 4-7 anch.); el escapo generalmente solitario, a veces mas corto, a veces más largo que sus hojas, es cilíndrico, hueco, verde, liso y remata en una espata (30 mm Irg.) partida en dos fillos, en un lado hasta la base y en el otro hasta la mitad solamente, siendo los fillos largos, angostos y agudos (3-4 mm anch.) de color verdoso muy pálido; el pedicelo floral, cilín- drico verde, es algo más corto que los fillos de la espata ; el ovario obcó- nico o subhemisférico (4 mm lrg. y diám.) es obtusamente trigono ha PHYSIS (HI, 1917) verde y liso; el perianto perfectamente regular, enderezado, en el tercio inferior verdoso, en lo demás blanco, está formado de seis tépalos lineal- lanceolados (35 mm Irg.) bastante rígidos, de los cuales los tres externos algo más anchos (4 mm anch.) que los tres internos (3 mm anch.) muy brevemente adherentes en la base, absolutamente sin rastros de escamillas o callos al interior, largamente adelgazados hacia arriba donde concluyen en punta muy aguda y calloso-mucronulada : con frecuencia, a lo menos los exteriores, tienen la parte externa de la punta verde ; los seis estambres poseen filamentos angostos blanquecinos en la base adherentes entre sí con los tépalos por brevísimo trecho, siendo los externos más cortos (11-12 mm Irg.) y los internos más largos (14-15 mm Irg.) y terminan en ante- ras más O menos encorvadas en media luna; el estilo filiforme (20-22 mm Irg.), blanco, al ápice es trífido, siendo los estigmas relativamente gruesos, blancuzcos y enroscados para afuera. 11. Hippeastrum rutilum (Gawz.) Herb. Hab. Abundante en la isla Hornos de la Banda Oriental del Uruguay. Obs. El Sr. don Axyíga Carposo, en octubre de 1gro, me obsequió con varios ejemplares vivos y florecidos de esta hermosa amarilidácea que ha- bía hallado en abundancia en la localidad arriba mencionada; cultivada en mi jardín siguió a florecer por varios años. Este Lais posee bulbos elobosos—piriformes grandes (So-100 mm alt. por 5o-So diám.) reves— tidos de numerosas membranas pardo-rojizas; las hojas son sinantias de color verde obscuro, largas y anchas (30-40 cm lrg. por 4-6 anch.) pos- teriormente algo estrechadas y en su tercio superior también suavemente enangostadas para terminar en punta roma; el escapo, de 1 hasta 3 para cada cebolla, derecho (20-30 cm Irg. por 15 bas., 13 apc. mm diám.) algo comprimido de color verde ligeramente glauco; la espata difilla (40-50 mm Irg.) está partida casi hasta la base y es más o menos acarmi- nada; las flores, generalmente de a / para cada espata, están sostenidas por pedicelos de longitud variable (20-40 mm lrg. por 2,5-3 diám.), verdes o ligeramente rojizas y son más o menos inclinadas, pero muy poco zigomorfas ; el perianto es interna y externamente de color minio intenso y sus tépalos son oblanceolados con ápice bastante agudo, el su- premo mayor (75-80 mm Irg. por 20-25 anch.) y el ínfimo menor (70- 78 mm lIrg. por 10-12 anch.), muy brevemente entresoldados y ver- dosos en la base; no he visto ni escamillas ni callos; los estambres varían poco de longitud (4o-5o mm Irg.) con filamentos en la parte inferior Carros Srecazzint : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 43 rosados, en la superior purpúreos y anteras arqueadas amarillas llenas de polen amarillo-verdoso ; el estilo filiforme más o menos largo inferior mente es blanco-verdoso, superiormente acarminado, terminando en tres estigmas lineares (2-3 mm lrg.) obtusos aterciopelados, rosado-acarmi- nados. 12. Cypella elegans Serc. (n. sp.) Diag. Eucypella: cormo mediocri ovato, tunicis membranaceis sordide castanels vestito; folus deuteranthis, non visis; scapo cylindrico breviusculo 1-floro: spathis majusculis virescentibus subaequilongis parum inflatis: floribus fugacissimis, pulchre lilacino-caeruleis; tepalorum exteriorum limbis emaculatis planisculis elliptico-quadrangularibus, antice subirun- cato-rotandatis medioque minute apiculatis, postice cunealis subsessilibus, parte basali albo-flavescente : interiorum limbis lilacinis, linea longitadi- nali mediana coerulea crassiuscula, saepe utrimque 3 v. 4 tenuibus laxe parallelis additis, notatis, subhemisphaerice crispatis obtusissimis, deorsum abrupte ungue angusto albido dimidio breviore suffultis : antheris atro- coeruleís : styloram ramis albidis angustis acute bifido-lunatis, medio in- ter cornua spina longiuscula parum obscurtore acuta appendiculatis. Hab. En el talud del ferrocarril entre Fraile Pintao y Ledesma, Salta, en plena floración, enero 1907. Obs. Tipo elegantisimo que he tenido la suerte de poder dibujar y describir en sitio antes de coleccionarlo. Es de estatura bastante re- ducida sobresaliendo del suelo tan sólo por unos 10 Ó 15 cm; la cebolla ovalada mide 50 mm de largo por 4o de anchura y se halla cubierta por varias membranas de color castaño; en los ejemplares descubiertos no había rastros de otras flores ni de hojas; las espatas que rematan el escapo cilíndrico son herbáceas firmes verdes, poco hinchadas y de 30 mm de largo. Las flores muy fugaces, marchitándose al instante, son inodoras : los tépalos exteriores rosado-celestes tienen la lámina casi cuadrangular, de 3o mm de largo por 15 de ancho, muy obtusa anteriormente con un pequeño piquito central, posteriormente de improviso redondeado-cunea- da casi del todo sentada, y sin uña, con esta parte de color blanco amari- llento; los tépalos internos mucho más chicos ofrecen una lámina casi cuadrada, de 18 mm de largo por 12 de ancho, encorvada hacia abajo y algo encrespada de color celeste rosado con una línea central longitudinal bastante gruesa azul acompañada en cada lado por otras tres o cuatro del- gadas paralelas; dichas láminas están sostenidas por una uña bien dis— tinta bastante Jarga, angosta, de yg mm de largo por 3 de ancho, blan- 1 7 PHYSIS (HH, 1917) quecina; las anteras son lineales, algo oblicuas de color azul parduzco; las ramas estilares de color blanquecino, largas y horizontales, cada una de ellas se aparta en dos cuernos formantes como una media luna y de cuyo centro se eleva un cuernito suplementario bastante largo y agudo. 13. Cypella oreophila Srrc. (n. sp.) Diag. Eucypella; cormo majusculo subgloboso, tunicis membranacets sor- dide rufo-fuscescentibus vestito ; folús deuteranthis angustis plicatis, mar- gine integerrimis; scapis brevibus monanthts; spathis majusculis herbacets Jfirmalis viridibus, subaequilongis ventricosulis; floribus fugacissimis, pul- chre cyaneis: tepalorum exteriorum limbis plants immaculatis suborbicu— lari-obovatis apice apiculatis, unque longiuscule albo-flavicante maculis castaneis parvis biseriatis notato suffultis; intertorum limbis minoribus subhemisphaerice crispatis postice auriculatis, coeruleis ad basin areolis duobus ellipticis flavis villosis ornato, ungue majusculo sursam ampliato pallido subalbescente lineis transversis flavis et coeruleis alternatis picto insidentibus : antheris atro-viridibus : stylorum ramis angustis linearibus bifidis pallide lilacinis apice cornu subconoideo recto acuto auctis. Hab. Hallada en plena floración, pero aun sin hojas, en la cuesta de San Antonio, entre Trancas y Pampa grande a la altura de 2000 m s/m, el 13 de enero de 1897. Obs. Esta hermosa especie fué dibujada y descripta por mí al momento de hallarla. Es bastante baja, pues el escapo cilíndrico con la flor no so bresale de tierra más de 8 a 12 cm; la cebolla casi globosa mide unos 5 cm de largo y de diámetro y parece que puede producir varios esca- pos floriferos sucesivos todos unifloros; las hojas salen mucho más tarde de las flores y según las rudimentarias que pude hallar son angostas y plegadas longitudinalmente; las espatas que rematan el escapo floral membranosas algo rígidas, verdes, bastante hinchadas, miden de 3o a 35 mm de largo. Las flores se marchitan inmediatamente y son inodo- ras; los tépalos externos ofrecen una lámina anchamente trasovada casi discoidal, de 20 a 25 mm de diámetro, anteriormente redondeada con al medio un piquito ancho, corto y agudo, posteriormente se adelgazan en una uña, de 1o mm de largo por 3ó / de ancho, de color amari- llento pálido con dos series longitudinales de manchitas de color castaño; los tépalos internos mucho más pequeños, ostentan una lámina casi cua- drada, convexa, doblada hacia abajo y con una orejita enrulada a cada lado de la base, de color celeste pálido, con manchitas transversales azu- CarLos SpeGazzixi : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 45 les y dos ojitos amarillos vellosos cerca de la base, prolongándose en una uña superiormente muy ancha casi blanquecina, con dos manchas linea- les marginales azules, entre las cuales hay una serie de barras transver- sales alternadas, unas amarillentas y otras azules, las cuales últimas infe- riormente se vuelven de color castaño; los filamentos estaminales entre- soldados son blancos y las anteras (10 mm lrg. por 3 anch.) lineales adheridas al estilo son de color verde parduzco: las ramas estilares del- gadas y bifidas terminan en dos cuernos casi cónicos, agudos, erectos y de color celeste pálido. 14. Cypella plumbea Lixns. Hab. No rara en los pajonales estuáricos del río de la Plata en los Ta- las, La Plata, noviembre-diciembre 1885-1915. Obs. Los ejemplares platenses se apartan algo del tipo descripto y fi- gurado en la Flora Brasiliensis del Martius por tener la parte inferior y la uña de los tépalos de color índigo muy obscuro con puntos y rayas trans- versales blancas; habiéndola comunicado a mis amigos y corresponsales con el nombre de Cypella (Poflia) platensis los conocidos jardineros de Nápoles Hers y Wurte publicaron en sus catálogos una buena descrip- ción en alemán y un lindo cliché de ella bajo el nombre de Pohlia (Her- bertia) platensis. 19. Aechmea thyrsigera Sere. (n. sp.) Diag. Bromeliea, 2-porata, aechmeinea, ligulata, euhypogyna, acan- _thosepala, anurosperma, scapigera, thyrsiflora, apodantha, bracteis mem- branaceis rubescentibus acutis integerrimis, folis rosulatis lorato-subtegu- liformibus vix lepidotis margine plus minusve laxe v. dense minutissimeque denticulato-spinulosis apice abrupte subtruncato-rotundatis atque medio plicato-acuminatis subspiniferis, sepalis petalisque flavis. Hab. En las bifurcaciones de los viejos troncos de los bosques de Fra- crán, Misiones, febrero 1907. Obs. Guando encontré esta planta no estaba en flor, traída a La Plata tardó unos años en florecer, pero desde entonces florece todos los invier- nos, lo que me permitió efectuar cómodamente su estudio y descripción. Esta especie por varios caracteres menores se aparta algo del género Aechmea acercándose a Ronnbergia o a Chevalliera y en todo caso debe constituir una nueva sección que llamo Xanthospadix, la que difiere de 46 PHYSIS (UL, 1917) Purpurospadizx, por los callos ligulares casi 3-denticulados y por las brac- teas del escapo y de las flores membranáceas enterísimas. Planta rizoma- tosa muy macolladora perenne que produce numerosos manojos de hojas en rosetas caliciformes en cuyo centro suele acumularse y conservarse el agua : cada roseta está constituida por g-12 hojas trísticas, siendo las ex- ternas mayores (25-39 cm lrg. por 3-5 anch.) acortándose rápida y paulatinamente hacia el centro, de color verde pálido, lampiñas con sólo unas pocas escamillas o lépides en la parte ventral basal, apergaminadas pero no coriáceas, delgadas y flexibles que de una base ensanchada en— vainadora se prolongan en lámina más o menos encorvada en medio ci- lindro como teja, para terminar de improviso redondeada casi tronchada con la parte central formando un fuerte pliegue para prolongarse en una punta corta de espina no punzante; las caras foliares ofrecen una infini- dad de nervaduras longitudinales paralelas muy finas y casi sólo visibles por transparencia; en la juventud suelen tener un finísimo velo de esca- millas que con la edad desaparecen casi totalmente dejando como señal hileras de puntitos microscópicos entre las nervaduras; los bordes en la parte recta vertical ostentan a distancias de 5 a 10 mm diminutos mu- croncitos o espinitas rojo-obscuras y en la parte superior redondeada; es- tos mucroncitos son muy numerosos y acercados. Los bohordos o esca— pos florales nacen solitarios del centro de las rosetas foliares del año an- terior, siendo derechos simples cilíndricos (20-30 cm lrg. por 4-6 diáam.), por lo común adornados de 4 a 6 brácteas muy apretadas casi envaimantes, de color verde subido, al principio revestidos de numerosos lépides que suelen caer con la edad y rematando bruscamente en una corta espiga capituliforme subglobosa o elíptica (30-45 mm lrg. por 20-30 diám.), constituida 3o a 75 flores bracteadas distribuidas en 10 Ó 12 hileras longitudinales y con las 3 ó 6 brácteas basales mucho mayores (20-25 mm Irg. por 5-8 anch.) y el ápice obtuso, a veces hasta umbi- licado llevando allí un mechoncito de cortísimas brácteas estériles. Las flores inodoras proterandras son sésiles densamente apiñadas, con des- arrollo basífugo y de larga duración, abrigados por una bráctea purpú- rea, lampiña o salpicada de algunos lépides, triangular entera rigida muy aguda pero no punzante (10-12 mm Irg. por 5-6 anch.), 9-13 nervulosa, si basal sobrepujando algo su flor, si apical apenas igualándola; el cáliz 3-mero (g-10 mm lrg. por 5 anch.), amarillo, algo carnoso, lampiño, pero levemente granuloso, obtusamente trígono, soldado en los dos ter- cios inferiores lleva lobos sepalinos empizarrados a la izquierda (rara vez el central con los bordes cubiertos por los de los laterales), casi semidis- coidales (2,5-3 mm Irg.) ligeramente escotados en la punta con pequeño CarLor SprEGazzIN : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 47 mucrón purpúreo blando en la escotadura; los pétalos, salientes del cáliz, oblanceolado-espatulados (8 mm lrg. por 2,5 anch.) siempre libres, empizarrados hacia la derecha, durante el antesis se alargan paulati- namente ofreciendo entonces una lámina elíptica (5 mm lrg. por 2,5 anch.), cóncava como cuchara, de color amarillo pálido, que se marchita pronto pero persiste largo tiempo al estado seco; la uña de los pétalos es más pálida bastante ancha (2,5 mm Irg. por 1,25 anch.) y ofrece cerca de ambos bordes una línea longitudinal engrosada callosa y en la misma base tres tuberculitos (lígulas abortivas) del mismo color y tan sólo visi— bles en el órgano fresco; los seis estambres quedan siempre encerrados en el perianto igualando en longitud a los pétalos, son de filamentos casi im- coloros y anteras (3-4 mm Irg. por 1,25 anch.) cándidas lineales erectas dehiscentes por los lados longitudinalmente; el polen es blanco pulvu- rulento de granos elípticos (30-40 y. por 30 y. diám.), con dos poros pola- res poco aparentes y la exina diminuta y densamente papillosa; el ovario totalmente infero, soldado al tubo calicino (5 mm lrg. por 3 diám.), superiormente troncado-umbilicado, de cuyo medio se levanta un estilo filiforme cilíndrico (g mm lrg.) blanco-verdoso cuya extremidad salien- te del perianto algo engrosada está constituída por tres estigmas delga— dos y largos, entretorcidos al principio y más tarde sueltos y extendidos. El fruto es una cápsula trilocular, protegida por la bráctea y revestida por los residuos del perianto, aguda en la punta, que se abre en tres ventallas : no habiendo el fruto nunca llegado a madurar, no me ha sido posible obtener semillas, las que deben ser muy numerosas y chicas. Notes critiques sur les “Formicides sud-américains nouveaux ou peu connus du Docteur Santschi”” PAR ÁNGEL GALLARDO M. le Dr. Sawrscm1 vient de publier dans cette revue (puysis. t. IT, N* 12, p. 365-399, décembre 1916) un article tres intéressant sur les Formicides de l'Amérique du Sud, basé en grande partie, sur des four- mis envoyées par M. le Dr. Brucn. Quoique j'al adressé mes travaux á M. le Dr. Sawrscmr, il ne les a pas recus, á cause des difficultés occasionnées par la guerre, en temps utile pour les consulter avant d'écrire son article. Dans le désir d'éviter des confusions, j'écris ces quelques notes sur des fourmis étudiées par nous deux et signalées quelquefois sous des noms différents. M. Sawrscmr a reconnu par l'étude d'un exemplaire récolté par moi et que lui a envoyé M. Brucm, que le mále de Eciton Spegazzinú Emery, décrit par moi (An. Mus. Nac. Hist. Nat. B. Atres, t. XXVII, p. 5-6, juin 1915) est tres semblable a Labidus Spinolae Wrsrwoob, comme je le soupconnais (1. cit., p. 4). Il en fait une stirpe ou sous-espéce dont le nom sera Ecitus (Acamatus) Spinolae Wresrwoob subsp. Spegazzini Emery (SANTSCHI). Ca fait deux simplifications dans la nomenclature de nos Dorylines, avec Videntification faite par M. le Dr. Brucn de Eciton Strobeli Maxr et Eciton nitens Maxr $, ce que Beré et moi avions deja suposé (l. ctt., p- 6-7). Pour «hormiga negra» Acromyrmex Lundi Guérix je continue á croire que lespece typique est la forme foncée de la Province de Buenos ÁncrL Garrarno : Notes sur les « Formicides sud-américains du D* Santschi » kg Aires, nommée pubescens bonariensis par Emery et Lundi var. bonariensis par Sawrscmi (voir mes Votes systémaliques et éthologiques sur les four- mis Attines de la République Argentine, An. Mus. Nac. Hist. Nat. B. Autres, t. XXVIIL, p. 317-344, septembre 1916, p. 331). Je crois aussi qu'on doit limiter, avec Emery, le nom de Lundií aux Acromyrmex á sculpture ponctuée avec les épines médiales du pronotum non développées ou réduites á un petit rudiment, seul caractére un peu constant dans cette espéce si variable ; pubescens var. chacoensis SANTSCHI devrait donc se rattacher a boliviensis Emery et non a Lunde. M. ForzL admet que /ridomyrmex humilis Mak subsp. platensis Fo- REL var. breviscapa ForeL n'est autre chose que [ridomyrmex humilis Maxx subsp. Gallardo: décrit quelques mois avant par M. Brirmes sous le nom de Dorymyrmex Gallardo: (An. Mus. Nac. Hist. Nat. B. Atres, t. XXVI, p. 95, mal 1914) l'ayant pris pour Dorymyrmex á cause de la convexité épinotale a angle obtus quí fait penser á un cóne trés surbaissé. Iridomyrmex humilis Maxr subsp. angulata Emery var. pertaesta SANts— cut n'est pour mol qu'une variété de platensis ForeL. D'apres la descrip- tion il est difficile de séparer Forelius chalibaeus Emery var. paucistricta Sawrscm1 de chalibaeus typique de la méme provenance (Puerto Madryn). Je suis tout a fait d'accord avec M. SawrscHt pour faire de Dorymyr- mex ensifer ForeL une sous-espéce de mucronatus Emery. Quant a la va— riété taentata SaNrscmr n'est autre chose que ma variété laevigata, plus luisante et plus foncée dorsalement que le type (An. Mus. Nac. Hust. Nat. B. Atres, t. XXVIIL p. 3g, mai 1916). Mon exemplaire a aussi une bande foncée devant le gaster. Dorymyrmex pyramicus Koer subsp. Garber ForeL var. nigriventris Sawrscut a été signalée par moi sous le nom de var. bicolor WnHkreLER lPayant comparée avec des exemplaires tout á fait identiques de l'Améri- que du Nord, dont M. WhekeLeER m'a fait cadeau. J'ai décrit et figuré sous le nom de Dorymyrmex pyramicus Garbet ForeL (An. Mus. Nac. Hist. Nat. B. Atres, t. XXVIIL, p. 62, fig. 28, juin 1916) un mále récolté a Martín García par M. Brucn accompagné d'ouvriéres quí coincidailent assez bien avec la description de ForeEL, sauf la taille un peu moindre (3-3,2 mm. au lieu de 3,5-4,2 mm.) et la cou- leur jaune de la partie antérieure du gaster. Or M. Bruc a envoyé a M. SaxrscHi un autre mále et des ouvriéres du méme nid dans lesquels M. SANTSCHI a reconnu son espéce Dorymyrmex Steigeri, aprés les avoir comparés avec les types de Santa Fe ou il y avait aussi des máles que M. Sawrscmr avait oublié de décrire. 11 était difficile pour moi de reconnaitre D. Steigeri dans les exemplai- Puysis. — T. m1 4 50 PHYSIS (11, 1917) res de Martín García puisqu'ils n'ont pas les « yeux grands» comme Sawrscmr le dit el figure dans sa description de l'espéce (Rev. Suisse Zool. t. XX, fig. 532, fig. 4, 1912). Mais je dois admettre que M. Sawrscm1 doit avoir raison et que j'ai dé- crit le Dorymyrmex Steigeri G'sous le faux nom de D. pyramicus Garbe:- Alors les exemplaires de Entre Ríos (N* 11.161) récoltés par M. Dor- LLO- JURADO, quoique coincidant assez bien avec la description et dessin de Steigerí doivent former une autre espéce, puisqu'ils sont tout diflé— rents de ceux de Martín García que M. Sawrscm1 reconnait comme Stei— gert. Je propose donc pour eux le nouveau nom de Dorymyrmex Santschii Dorymyrmex Steigeri, GarLarno, An. Mus. Nac. Hist. Nat. B. Aires, t. XXVII, p. 66-67, fig. 32. 1916. $ 3 L. mm. Brun rougeátre foncé, antennes et pattes un peu plus clai- res ; gaster brun-noirátre. Téte (sans les mandibules) aussi longue que large, cótés peu conve- xes, bord occipital droit, angles occipitaux arrondis. Yeux grands (1/3 du cóté de la téte) placés un peu en avant de la moitié des cótés de la téte (la distance au bord antérieur est moindre que le grand diameétre de l'ce1l). Les antennes dépassent de 1/5 le bord occipital. Clypéus faiblement ca- réné, á bord antérieur convexe. Mandibules striées á six dents. Profil promésonotal réguliérement convexe. Face basale de l'épinotum moitié de la déclive, dont l'échelon est trés peu marqué. Épine ¿pinotale forte et aigué. Écaille cunéiforme á bords tranchants. Peu luisant ; sculpture coriacée, finement ponctuée, plus marquée au thorax sous-mat. Pilosité éparse, ammochétes clypéales et quelques soies sous la téte. is de ÁnceL Garnarno : Voles sur les « Formicides sud-américains du D* Santschi » 51 Pubescence trés fine et abondante, quoique moins abondante que chez D. pyramicus brunneus ForEL. Semblable á cette forme, sauf la taille et les yeux moindres, la colora- tion plus rougeátre et le tégument plus luisant. C'est trés probable que D. Steigeri et Santschit ne soient que des sous- espéces de Dorymyrmex pyramicus. Une étude compléte et approfondie de toutes les formes pourra résoudre la question. M. Sawrscmr décrit a nouveau la Q de Myrmelachista (Decamera) gal- licola Mak que j'avais déja décrite et figurée (An. Mus. Nac. Hist. Nat. B. Atres, t. XXVII, p. 27-28, fig. 5 et 6, juin 1915). Quant au décrit par M. Forkr sous le nom de Myrmelachista Rovere- toije crois avec M. Sawrscur qu'il est probablement un g' gallicola Maxr. Mes nouveaux devoirs administratifs au Conseil National d'Éducation ne me laissent plus le temps de continuer les études myrmécologiques. Je suis content de voir que MM. Brucn et Sawrscmr vont les continuer avec succés. Les fourmis argentines restent dans de bonnes mains. Especies y subespecies aparentemente nuevas de Geositta y Cinclodes de la República Argentina y del Sur de Chile POR ROBERTO DABBENE En estos últimos años los señores Juaw MoGensex y hermanos Fran- cisco MaxueL y Demerrio Roprícuez han llevado a cabo varias excursio— nes a la región montañosa y estéril de la parte occidental de las provin= cias del noroeste de la República Argentina, Jujuy, Salta, Catamarca y Tucumán, y una parte de las colecciones ornitológicas que han traido fué adquirida por el Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires. Las principales localidades exploradas han sido: La Quiaca (altitud, 3300 m.), El Volcán (alt. 1y50 m.) y Tilcara (alt. 2400 m.) en la pro- vincia de Jujuy ; Lara (alt. 4000 m.) y la sierra de Aconquija (alt. 4500 m.), en la provincia de Tucumán ; por último, la sierra del Cajón (alt. 4500 m.) en los límites de las provincias de Salta y Catamarca. El Sr. Juax MocewseN ha efectuado además un viaje a la gobernación de Santa Cruz, Patagonia y a la Tierra del Fuego haciendo «colecciones, especial— mente en Ríos Gallegos, en la Bahía Porvenir, situada sobre el estrecho de Magallanes, casi en frente de Punta Arenas y en la isla Hermite, cerca del cabo de Hornos. Revisando esas colecciones he tenido la oportunidad de observar un cierto número de ejemplares pertenecientes a los géneros Geositta y Cin= clodes que no corresponden a ninguna de las especies descriptas, otros que se diferencian de éstas por ciertos caracteres que parecen constantes or o Roserro Danbene : Especies y subespecies de « Geosilla y Cinclodes » en los ejemplares observados y en fin, algunos que pertenecen a especies no señaladas aun en el territorio argentino (1). Los géneros Geositia y Cinclodes comprenden cada uno 13 especies y subespecies distribuidas casi todas en la parte occidental del continente sudamericano desde el oeste de Venezuela hasta la Tierra del Fuego. Sólo dos especies : Geositta cunicularia (Viemr.) y Cinclodes fascus (V1immL.) se extienden hasta el Atlántico hacia el este, pero hacia el norte el área de distribución de esas especies alcanza solamente hasta 'el estado de Río Grande del Sur en el Brasil. Las demás especies tienen una distribución más reducida, no siempre bien delimitada y en varios casos algo confusa. Algunas de ellas parecen estar confinadas a las altiplanicies de la Cor- dillera de los Andes, otras se encuentran sobre las playas del mar y otras en los altos valles andinos. El resultado de mis observaciones me permite agregar a las 26 espe— cies y subespecies de Geositta y Cinclodes actualmente conocidas, otras cuatro al parecer nuevas para la ciencia, lo cual formaría un total de 3o para ambos géneros y de las cuales 17 habitan también en la República Argentina. Estas son : 1. Geositta c. cunicularia (Vient.); 2. Geosita cunicularia Frobent (Pmu. et Laxbb.): 3. Geositta antarclica Lawbb.; 4. Geositta 15a- bellina (Pmuuz. et Laxbb.); 5. Geositía rufipennis rufipennis (Burm.); Geosit- ta rufipennis Burmeistert, subsp. n.; 7. Geositta punensts, sp. n.; 8. Geo- sitta tenutrostris (Larr. et D'OrB.); 9. Cinclodes fuscus fuscus (ViEImLL.); 10. Cinclodes fuscus rivularis (Cam.); 11. Cinclodes patagonicus (Gm.) ; 12. Cinclodes rupestris (KrrtL.); 13. Cinclodes atacamensis (PmiL.); 14. Cinclodes Oustaleti Oustaleti Scorr; 15. Cinclodes Oustaleti hornensts, subsp. n.; 16. Cinclodes antarcticus antarcticus (GARN.); 17. Cinclodes antarcticus maculirostris, subsp. n. Tratándose de dos géneros cuyas especies no son aun todas completa— mente bien conocidas y que al mismo tiempo son tan largamente repre- sentadas en nuestro país, he creído oportuno, sirviéndome del material relativamente importante (2) que he podido reunir, emprender una revi- sión de las especies argentinas de los nombrados géneros, dando la des— cripción detallada de cada una, la sinonimia y todas las citaciones, la (1) Geositta ennicularia Frobeni (PmuuL. et Lawos. [La Quiaca, prov. Jujuy|; Cinclodes fuscus ri- vularis (Cañ.) [NVW. Argentina : Salta, Jujuy, Tucumán] y Cinclodes rupestris (Kirrr.) [Neu- quén y Chubut occidental]. (2) 130 ejemplares pertenecientes a las diferentes especies argentinas y del extremo sur de Chile. e PHYSIS (UL, 1917) clave para identificarlas, agregando algunas notas críticas sobre la distri- bución de ciertas formas, mapas de distribución y observaciones sobre los especímenes examinados. Este trabajo, algo extenso, está ya termina- do y se publicará próximamente en esta Revista. Las páginas que si- guen, contienen sólo unas notas preliminares sobre las especies y sub- especies aparentemente nuevas, que he observado, la descripción de las mismas y la procedencia de los tipos respectivos. 1. Geositta punensis sp. nov. ¿Geositta cunicularia (Y nec Alauda cunicularia Viemuior) Lóxweens, The Ibis. Eighth Ser., vol. IM, número 12, Oct. 1903, página 49. (El Moreno, Puna de Jujuy, alt. 3500 m.): Caracteres distintivos de la especie. — Difiere de G. cunicularia cunicu- laria (VierL.) por la forma del pico, el cual es distintamente más arquea- do; por carecer completamente de las manchas pectorales negro parduz- cas y por tener las partes inferiores del cuerpo blancas. Del grupo de G. rufipennis (Burm.) difiere también por la forma ar- queada del pico, por tener las cobijas subalares y las axilarias acanelado claro en vez de bermejo acanelado, y en fin, por las dimensiones mucho menores (ala 87-91 en vez de 104-108 mm). Descripción. — Adulto. Parte superior de la cabeza, lateral y posterior del cuello, dorso y lomo de un gris pardo claro, en algunos casos con un ligero tinte ocráceo. Tectrices supracaudales algo más claras que el dorso y débilmente lavadas de fulvo rojizo. Faja superciliar y párpados blanco fulvo; auriculares parduzcas. Barba, garganta y todo lo inferior del cuer- po blanco uniforme más o menos puro, ligeramente grisáceo sobre el pecho. Flancos débilmente teñidos de canela. Remiges bermejo ferrugi- noso, con una ancha faja subapical a través de las secundarias y extre— midad de las primarias, negruzca. Primera remige externa enteramente negro parduzca o más o menos pardo rojiza en la parte mediana de la bar- ba interna. Terciarias ribeteadas de fulvo, con una faja longitudinal ne- eruzca en la barba externa y a lo largo del mástil. Tectrices superiores del ala del mismo color del dorso y con ribete más claro. Tapadas infe- riores del ala blanco acanelado. Rectrices bermejo ferruginoso ribeteadas en la extremidad de fulvo y con una ancha faja subapical negruzca, la cual va aumentando en extensión desde las plumas laterales hacia las medianas. Barba externa de la rectriz externa enteramente blanca o lige- ramente acanelada cerca la base. Pico más corto que la cabeza, distinta- Roserro Dannene : Especies y subespecies de « Geositta y Cinclodes » 55 mente arqueado desde su tercio distal, negruzco, más obscuro a lo largo del culmen y con la base de la mandíbula blanquizca. Tarso y dedos ne- gros. Iris pardo obscuro. Sexo similares. Ala : 87-91 milímetros ; cola : h9-54 1/2 milímetros; tarso : 21-22 1/2 milímetros; culmen (expuesto); 13-15 milímetros. Tipo, S'ad. La Quiaca, provincia de Jujuy, altitud, 3300 metros, agosto 10 de 1913. — Juas MocewseN, en colección Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires, número 8633 e. Especimenes examinados : 6. Distribución geografica. — Región montañosa del noroeste de la Re- pública Argentina, a una elevación de 3300 a 4500 metros sobre el nivel del mar. Provincia de Jujuy: ¿El Moreno (alt. 3500 m.) [E. LóxxeerG] ; La Quiaca (alt. 3300 m.) [J. Mocensex]. Provincia de Salta : Sierra del Cajón (alt. 4500 m.) [F. M. y D. RobríGuEz]. 2. Geositta rufipennis Burmeisteri subsp. nov. Gleobamon| rufipennis Burmerster, Reise La Plata Staaten, 1, página 465, número 99 (1861 — bei Paraná — errore ! hab. substit., Sierras del NW. de la República Argentina). Geosilta rufipennis (nec Geobamon rufipennis Burmeister, Journ. fúr Ornith., 8, n* 46, pág. 219, 1860), Baer, Ornis, XII, página 221 (1904) (Lara, alt. ooo m., prov, Tucumán) ref. — Brucn, Revista Museo La Plata, XI, página 254 (1904) (Santa Cata— lina, alt. 3000 m., prov. Jujuy. — G. GerL1xG) ref. — Lio, Fauna tucumana, Aves, in Revista de Letras y Ciencias Sociales, agosto 15, 1905, página 18, número 165 (Cerro Muñoz, alt. ooo m., prov. Tucumán. — L. Dixeri1) ref. — Hartert et Venrurt, Novit. Zool., XVI, diciembre 1909, página 206 (Tilcara, alt. 2470 m., prov. Ju- juy — L. Diverx1; Sierra de Tucumán, alt. ooo m. — L. Divx) ref. nidific. — Dassene, Ornit. arg., 1, in Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, XVIII (ser. 3% XL), página 287, número /56 (1910) [part.: Gerro Muñoz, prov. Tucumán — L. Diver; Lara, alt. 4ooo m. prov. Tucumán —(G. A. Barr; Santa Catalina, alt. 3000 m., prov. Jujuy — G. GerLixe] ref., distrib: Geosilla rufipennis fasciata (nec Geobamon fasciatus Purwer1 et Lawogeck) MénkGaux et HerrmaYr, Mém. Soc. Hist. Nat. d'Autun, XIX, página 45 (1906) [part. : espécimen e, Lara, prov. Tucumán — G. A. Bazn], Caracteres subespecificos. — Difiere de la forma típica [Geositta rufi- pennis rufipennis (Burm.), Journ. fúr Ornith., 1860, pág. 249 (cordillera de Mendoza)| (1) por tener las partes superiores gris pardo claro en vez de (1) En Journ. f. Ornith. (8) 1860, página 241-268, Burmeisrer ha publicado una lista de las aves que él ha observado y coleccionado en los estados del Plata, indicando principalmente las 56 PHYSIS (ML 1917) gris pardo obscuro y las inferiores blancas en vez de gris rojizo sucio. Descripción. — Adulto. Partes superiores gris pardo claro, algo ceni- ciento sobre el dorso y teñidas ligeramente de rojizo en la supracaudales. Línea superciliar blanco fulva; auriculares negruzcas con salpicaduras poco pronunciadas de un rojizo claro; mejillas blanquizcas con algunos puntos negruzcos; garganta y todo lo inferior del cuerpo de un blanco crema, ligeramente sombreado de grisáceo sobre el pecho. Flancos teñi- dos de canela rojizo claro. Remiges bermejo ferruginoso con una ancha faja subapical a través de las secundarias y extremidad de las primarias negruzca. Primera y segunda remiges externas o solamente la primera enteramente negruzca. Las más largas terciarias ribeteadas de fulvo y con una línea longitudinal negruzca sobre la barba externa y fulva sobre la interna, ambas a lo largo del mástil. Tectrices superiores del ala del mismo color del dorso y con ribete más claro. Tapadas inferiores del ala y axilarias bermejo acanelado. Cola bermejo ferruginoso con una ancha faja subapical más o menos negra, poco extendida en las rectrices late— rales y aumentando hacia las medianas, las cuales son en gran parte del color del dorso. Pico casi derecho, más corto de la cabeza, negro api- zarrado, más obscuro a lo largo del culmen y con la base de la mandí- bula blanquizca. Tarsos y dedos negruzcos; iris café obscuro. Sexos similares. Ala, 104-108 milímetros; cola, 64-67 */, milímetros ; tarso, 2/ '/,-28 milímetros; culmen (expuesto) 13-15 milímetros. Tipo, Y ad. El Volcán, altitud 1950 metros, provincia de Jujuy. Agos- localidades, Mendoza, Paraná y Tucumán, como procedencia de una gran parte de las especies enumeradas. Tal vez por error en escribir el rótulo correspondiente o por otra causa, ha resul- tado una confusión en las procedencias. Así, él indica Geositta lenuirostris (Larr. et Orb.) y G. rufipennis por él descripta, como obtenidas en Paraná, Entre Rios. Ahora es sabido que estas dos especies son exclusivamente serranas y no pueden encontrarse en una región tan completamente distinta como lo es la provincia de Entre Ríos sobre la margen izquierda del río Paraná. Todos los ejemplares de esas especies que han sido coleccionadas después, tanto en la República Argen- tina como en Bolivia y Perú, fueron obtenidos en las regiones montañosas y frecuentemente a una elevación de 2500 a 4boo metros sobre el mivel del mar. Es por consiguiente probable que el tipo de Geobamon rufipennis, descripta por Burmeister en Y. f. O., 1860, proceda de la cor dillera de Mendoza y G. tenuirosiris (Lar. et Orb.) de las sierras de Tucumán. Además, Ja descripción publicada por Burmeisrer de su (G. rufipennis en Y. f. O., 1860, corresponde exac— tamente a los especimenes de Mendoza y del Neuquén (colec. G. Bowman) que yo he examinado, y tienen las partes inferiores del cuerpo gris rojizo sucio (rothlichgrau), mientras que la otra descripción publicada por Burmeisrer de esa misma especie en Reise la Plata, 1, página 465, difiere en cuanto al color de esas mismas partes inferiores que dice son blancas (unterseile welss), y lo cual corresponde también a todos los ejemplares de Geosilla rufipennis del noroeste de la Argentina. Estos últimos pertenecen por consiguiente a una forma distinta, la cual debe recibir un nuevo nombre. Roserro Danbene : Especies y subespecies de « Geosilta y Cinclodes » 57 to 8, 1914 — Juan MocensEN, en colección, Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires, número 8633 a. Especímenes examinados, 6. Distribución geográfica. — Región montañosa del noroeste de la Repú- blica Argentina hasta una elevación de 4100 metros sobre el nivel del mar. Oeste de Bolivia. República Argentina, provincia de Jujuy: El Volcán (alt. 1950 m.) [Juay Mocenxsex]; Tilcara (alt. 2470 m.) [Juan MocewxseN; L. Diver]; Maimara (alt. 2200 m.) [E. Bubix]; Santa Catalina (alt. 3000 m.) [6G. GERLING|; provincia de Tucumán : Lara (alt. 4000 m.) [G. A. Barr]; cerro Muñoz (alt. 4100 m.)[L. DrxerL1]; provincia de Catamarca : Huan- cayo [J. Mocensen]. Observaciones. — Geobamon fasciatus Pm. et Lawbs. (1864) (1) del centro y norte de Chile, de cuya especie he examinado un solo ejemplar procedente de Concepción (Chile), debido a la amabilidad del Prof. Narma- NAEL Costes, difiere de Geosilla rufipenniss rufipennis (Burm.), como lo hicieron notar MéxéGaux y HeLLMAYR (2) por las dimensiones menores (ala, 100 mm.; cola, 57 mm.; culmen expuesto, 14 '/, mm. en el ejem- plar observado), por tener las partes superiores gris terroso y por la faja superciliar más ancha. De G. rufipennis Burmetstert, difiere también por las dimensiones algo menores y por la diferente coloración de las partes inferiores, las cuales son gris rojizo en vez de blancas. Existen por consiguiente tres formas de Geositta rufipennis, cuya dis- tribución sería la siguiente ; a) Geositta rufipennis rufipennis (Burm.). — Oeste de la República Ar- gentina desde Mendoza al sur. Surde Chile (PLateE) ; b) Geositta rufipennis fasciata (Pm. et Lawbs.). — Centro y norte de Chile; c) Geositta rufipennis Burmeisteri. — Noroeste de la República Argen- tina. Oeste de Bolivia. La existencia de esta última forma había ya sido sospechada por los se- ñores MéxéGAUx y HeLLMAYR (3). (1) Las primeras descripciones de las especies de Geositta de Perierr y Lawogrcxk, han apare- cido en los Anales de la Universidad de Chile, tomo XXV (2* semestre), páginas 408-139, sep- - tiembre de 1864 y las descripciones publicadas en Wiegmanns Archiv. fúr Naturg (31 Jahrg.), I, págimas 56-106 (1865) por los mismos autores no son sino una traducción al alemán de las primeras, las cuales por consiguiente deben ser consideradas como las originales y por la ley de prioridad deben ser citadas en lugar de las segundas, comúnmente adoptadas por los autores. (2) Mém. Soc. Hist. Nat. d'Autun, tomo XIX, 1906, página /6. (3) Études des espéces eritiques el des types du groupe Passereauz trachéophones de l”Amérique - tropicale, en Mém. Soc. Hist. Nat. d'Antun, tomo XIX, 1906, página 46. 58 PHYSIS (UL, 1917) 3. Cinclodes Oustaleti hornensis subsp. nov. Caracteres distintivos de la subespecie. — Difiere de la forma típica, Cinclodes Oustaleti Oustalet! Scorr, por la coloración de las partes supe- riores, las cuales son de un bruno fuliginoso (Clove brown) (1) en vez de ser pardo chocolate y por tener las subcaudales gris pardo con ribete blan- quizco en vez de ser uniforme pardo rojizo. Descripción. — Adulto. Lo superior del cuerpo es de un bruno fuligi- noso uniforme. Remiges bruno obscuro, las secundarias ligeramente más pálidas en el borde de la barba externa. Tectrices superiores del ala del mismo color del dorso, débilmente más claras en el borde. La faja que cruza el ala es fulva, más pálida en la barba interna y casi blanco puro en el borde de la misma. Línea superciliar blanca, región entre el ojo y el pico y auriculares negruzcas. Garganta y lados del cuello blancos con ondulaciones transversales negruzcas. Pecho y flancos par- do obscuros (fuscous) (2), ligeramente teñidos de gris; el pecho con estrías longitudinales no muy fuertemente pronunciadas, de un gris blanquizco. Cola de un bruno fuliginoso como el dorso; la primera rectriz externa fulvo grisáceo en la extremidad y sobre gran parte de la barba externa, la siguiente de ese color sólo en la parte apical. Pliegue del ala y axilarias blancos. Parte mediana del abdomen blanquizca ; subcau— dales gris pardo, casi del mismo color de los flancos, pero con ribete blan- quizco. Pico delgado y débil, enteramente negruzco; tarsos y dedos ne- gro parduzcos. Iris castaño obscuro. Sexos similares. Ala, 93-97 milímetros; cola, 68 milímetros; tarso, 24-24 al milí- metros; culmen (expuesto) 16-17 milímetros; espesor del pico al nivel de las ventanas nasales / al milímetros. Tipo, Sad. Isla Hermite, cerca del cabo de Hornos, Tierra del Fuego, Chile. Marzo 18, 1916. J. Mocewsex, en colección Museo Nacional de Buenos Aires, número Sgr4 a, Especímenes examinados, 2 (F y Q) de la misma procedencia. * Distribución geográfica. — Esta forma parece habitar el extremo sur de Chile, mientras que la forma típica se encuentra en la parte central de Chile y en Mendoza. (1) Riocwax, Color Standards and color Nomenclalure, 1912, pl. AL. (2) Rioewax, Color Standards, pl. XLVI. Roberto Dabnene : Especies y subespecies de « Geosilla y Cinclodes » 59 4. Cinclodes antarcticus maculirostris subsp. nov. ¿Upucerthia antarclica (¡nec Certhia antarclica Garvor) Drs Muxs in Gay, Historia fis. polit. Chile. Zool., 1, página 283 (1847) (part. : esta especie se halla en el estrecho de Magallanes). Caracteres distintivos de la subespecie. — Semejante a Cinclodes antarc- ticus antarcticus (Garnor) de las islas Malvinas, pero fácilmente distim- guible por la coloración amarillo verdosa de la mitad basal de la mandi- bula, formando fuerte contraste con el color negro uniforme de la parte restante del pico, y por carecer completamente de la faja fulva del ala. Descripción. — Partes superiores uniformemente bruno fuliginoso in— tenso; partes inferiores débilmente más claras y bañadas de bruno par— duzco en la parte mediana. Remiges negras sin rastro de la faja transver- sal fulva y rectrices enteramente negras. Plumas de la garganta flavo par- duzcas con borde négro. Pico negro, con la mitad basal de la mandibula amarillo de limón. Tarsos y dedos negros; uñas muy arqueadas. Iris cas- taño obscuro. Sexos similares. Ala, 116 milímetros; cola, 81 milímetros; tarso, 32 milímetros; dedo medio y uña, 29 milímetros; dedo posterior sin uña, 11 milímetros; uña del dedo posterior, 12 milímetros; culmen (expuesto), 21 milímetros; espesor del pico al nivel de las ventanas nasales, 5 */, milímetros. Tipo, S ad. Isla Hermite, cerca del cabo de Hornos, Tierra del Fuego, sur de Chile. Marzo 15 de 1916. Juas MocegxsEN, en colección STEWART SuirToN, Concepción, Tucumán. Dos especimenes (g', Y). Esta forma parece representar en el continente a la forma típica, la cual ha sido considerada hasta la fecha peculiar a las islas Malvinas. Sin embargo (say (1) ha citado esta especie como habitando también el estre- cho de Magallanes. (1) Des Murs im Gar, Historia fis. polit. Chile. Zool., 1, página 283, 1847. Observacdes sobre a mariposa Myelobia smerintha Hiibner em Sáo Paolo por RODOLPHO voy IHERING As grandes mariposas Myelobia smerintha Hiúbwek de 110 mm. de en- vergadura — mas que ainda assim, scientificamente fazem parte dos «mi- crolepidopteros ». por pertenecerem á fam. Pyralidae subfam. Galleri- nae, — sío bem conhecidas, principalmente em Sáo Paulo, Santos e Rio de Janeiro como pragas nocturnas das cidades. E de facto, nos poucos dias de fins de Setembro a comeco de Outubro em que ellas apparecem aos milhares e em certos annos aos milhóes, a populacáo náo se póde conformar com os vexames impostos por taes mariposas: vivas, ellas es- voacam em torno das luzes e, alargando as espiraes do seu vóo pesado, vem bater inconscientemente nos transeuntes, assustando-os e encomo- dando-os; estonteadas ou mortas, ellas sujam com a sua gordura a calcada e os passeios e fazem escorregar os pedestres, os cavallos e as rodas dos vehiculos; e no dia seguinte, apezar das melhores precaucóes da limpeza publica, os detritos que permanecem nas frestas do calcetamento, espal- ham um cheiro nauseabundo. Fraco consolo é a affirmacáo do entomologo, de que essas mariposas tem os seus dias contados: a semana durante a qual perdura a invasáo, pa- rece interminavel. Fizemos construir um apparelho que pudesse ser collo- cado junto ás lampadas da illuminacáo publica, para cacar as mariposas : — em seus tracos geraes tratava-se de uma grande chapa de metal pinta- da de branco, isto é um reflector, contra o qual as mariposas vem bater ao gyrarem em torno da luz, para cahirem depois no recipiente com agua e petroleo que fica por baixo do reflector. Tal apparelho, apezar de todos os seus defeitos de especimem de ensalo, colheu nada menos de $55 ma-— Roporrno von Imerin6 : Observacóes sobre a « Myelobia smerintha » Hiúbner 61 riposas nas A horas em que funccionou, das 20 ás 24 horas. Estamos cer- tos que teriamos colhido outro tanto junto de cada uma das lampadas restantes da grande Avenida Paulista, de varios kilometros de extensáo, e em qualquer das outras zonas bem illuminadas por lampadas de arco, verificava=se á mesma hora egual turbilhonar de mariposas. Algun tempo depois do escurecer, pela 20 horas, apparecem as primeiras lévas, mas só pelas 23 horas a invasáo attinge o seu maximo. De madrugada as mari- posas intactas escondem-se no arvoredo e nos telhados, para só voarem de novo quando na noute seguinte comecarem a apparecer as novas re- messas, as «tropas frescas». Tantas sáo as mariposas que se férem nas lampadas e nos fios e cahem estonteadas ou morrem esmagadas, que, suppomos, só 25 */, dellas ou pouco mais, voam em duas noutes conse cutivas (1). Náo devemos deixar de mencionar, o facto, aliás já narrado por varios escriptores, de que as largatas desta especie sáo consideradas por varias tribus indigenas cómo saborosa gulodice (veja-se Sar HiLarrE (2), Ba- sio Furrano (4). CaBecA DE Vaca em seu diario de viagem (1) refere— se da seguinte forma a certas largatas que náo podem deixar de ser as da nossa especie: Jusqu'au 5 du méme mots (janvier) on ne vit aucun village : outre la fatigue de la route, on souffrit cruellement de la famine. En pas- sant dans les roseaux on decouvril entre les nouds de ces plantes de vers blanes aussi longs et aussi gros que le do:gt: la troupe les fit frire pour les manger:; al en sortait tant de graisse que cette fritare était tres facile a faire: tout le monde s'en nourrit et la trouva excellente... Pendant toute la route on cherchait ces roseauzx quí nous préserverent de la famine dans ces déserts. O Dr. H. vox lmerisG por occasiáo de sua excursáo ao Alto Paraná teve ensejo de provar essas lagartas fritas, mas sua opiniáo, neste parti— cular gastronomico, náo foi das mais favoraveis a tal petisco. O estudo da biologia de táo curioso lepidoptero devia pois despertar o maior interesse, mesmo sob o ponto de vista practico, para se tentar algu- ma defeza contra as suas invas0es periodicas. Entretanto na literatura só encontramos a ligeira nota de BurmersTER (3) em que elle, como primei— ro, assignala que a Myelobía (ou « Morpheis smerintha » como elle a cha- (1) Náo sáo estas mariposas os unicos insectos que en Sáo Paulo constituem tal praga noc turna, inoffensiva mas bastante incomoda. Ha ainda varias especies de besouros lamellicorneos da subfam. Rutelinae que em certos annos affluem em numero extraordinario ás ruas mais illumi- nadas, provocando aborrecimentos mais ou menos eguaes aos acima descriptos. Comtudo ainda náo foi averiguada a procedencia exacta de taes besouros, mem a causa que em certos annos de- termina a sua excessiva proliferacáo. 62 PHYSIS (1, 1917) ma) se desenvolve como lagarta no interior da taquára. Afóra outras noti- cias referentes ás lagartas do bambú (mas sem classificacáo do lepidoptero) só podemos salientar a descripcáo bastante minuciosa do Bicho da taqud- ra-quicé pelo Dr. Basiiro Furrapo, annotado pelo nosso prezado collega do Museu Nacional do Rio de Janeiro, Sr. Antrro Miranna Ribeiro (4). Passaremos a relatar o que observamos á máo do nosso material, para de- pois confrontar alguns pontos com a descripcáo dada pelo Dr. Basto Furrtapo. Preliminarmente devemos esclarecer a questáo botanica, da classifica- cao e ecologia da taquára em que se criam as lagartas da Myelobia. Nem Burmrrster nem B. Furrapo designan a especie do vegetal: este ultimo auctor, tendo feito as suas observacóes em Minas Geraes, dá-lhe o nome vulgar «taquáraquicé », denominacáo regional que em Sáo Paulo já náo se conhece. Assim, querendo saber de onde proveio a grande invasáo de mariposas no anno de 1914, tivemos de iniciar as nossas pesquizas per— correndo todos os taquaraes sem distenccáo de especies. Durante esses exames, ainda que ligeiros, tivemos occasiáo de conhe— cer una variadissima fauna de toda sorte de insectos e outros arthropo- des que habitam os septos das taquáras en geral. Mencionaremos parti- cularmente, por ser o mais habitado, o «taquarussú » da mata espessa gen. Guadua o Chusquea) no interior do qual, alem de numerosos outros insectos, observamos muito frequentemente duas especies de percevejos de fam. Pentatomidae, cuja presenca já se revela ao primeiro golpe da machadinha, pelo penetrante máo cheiro que logo se espalha. Parece que esses insectos passam toda phase adulta de sua vida nesse abrigo; de ou- " tra forma náo se explica o facto, varias vezes bem verificado, de habita= rem elles septos providos apenas de aberturas táo pequenas que se torna- va impossivel ao insecto crescido entrar ou sahir por taes buracos, Os quaes davam passagem apenas á forma larval. Tambem um coccideo da subfam Dactylopinae, Ripersia taquarae HemPEL, vive como hospede ha- bitual no meio dos detritos que se accumulam no interior dos septos pro- vidos de qualquer abertura. Finalmente nossas pesquizas levaram-nos a um taquaral que, por ter florescido nesse anno e estar coberto de espigas, estava quas1 todo secco ; nelle encontramos enorme quantidade de casulos e pudemos assistir ainda á eclosáo de algumas das mariposas que procuravamos. Em Sáo Paulo o povo dá os nomes de «taquára-póca » ou «taquára ver- dadeira » a esta especie, que nos foi gentilmente classificada pelo Sr. ALBER- ro LoerGrEN como sendo Merostachys claussent Mun. var. mollior Dor. As taquáras em geral sáo largamente empregadas nos varios misteres Rovoreno von luering : Observacóes sobre a « Myelobia smerintha » Hiúbner 63 da vida agricola e a taquára-póca em especial é genero de primeira neces- sidade, por ser material precioso para a feltura de balaios, cóvos, penei- ras, jacás e toda a sorte de cestos que tanto o caboclo como os colonos te- cem para seu uso e commercio. No anno em que a taquára floresce, ella secca e morre e só muito tempo depois é que nasce de novo no mesmo logar. Alem disto, como varias vezes já tem sido apontado, o florescimen- to da taquára acarreta quasi sempre uma excessiva proliferacáo de varias especies de roedores que encontram abundante alimento nas sementes da graminea. Consumido o cereal que a taquára fornecia, os ratos invadem as plan- tacdes, os celleiros e as proprias casas dos habitantes da regiáo flagellada. Por isto, como a respeito nos informou ainda ha pouco o nosso prezado amigo e distincto paisagista Sr. Benebicro Carixro, «o phenomeno do florescimiento da taquára é sempre considerado pelos pralanos e pelos caboclos do sertáo como uma verdadeira calamidade, náo só para as suas industrias como tambem para as suas plantacóes ». ¿Diz o povo que as varias especies de taquáras florescem periodicamente de y em 7 ou de 13 em 13 annos, mas náo ha ainda a respeito boas ob- servacdes botanicas. Informou-nos o Sr. Anp. LorrcrenN ter verificado que as vezes O florescimento parece ser determinado pelas seccas prolongadas (e talvez ainda por outras influencias ecologico-climatericas), procurando assim o vegetal perpetuar a especie por meio de sementes quando as con- dicóes geraes sáo desfavoraveis para a sua multiplicacio pelos rhyzomas. Isto leva-nos a suppór que a planta tambem reage por esta forma quando as lagartas da mariposa lhe invadem os colmos, causando damnos que acarretaráo sua morte; assim náo seria méra coincidencia terem sido ob- servadas só em taquáras florescidas as poucas eclosóes de a de que até agora tivemos noticia mais exacta. Varias vezes tive occasiáo de examinar os ovos desta mariposa. Os que o lepidoptero póe quando preso ou na ancia da morte, sáo anormaes na forma, comparaveis a uma cebola; os que vi depositados em circumstan- clas mais normaes (sobre qualquer folha de plantas dos jardins e princi- palmente sobre as folhas largas e compridas da « pita », A gave americana) achavam-se dispostos em linhas mais ou.menos regulares, ligeiramente onduladas, quasi parallelas. Sáo pequenos botóes chatos, levemente con vexos, de 0,8 mm. de diametro, com um tenue revestimento como que de céra; a cór é quasi brancacenta, amarello-esverdeada; alguns dias de- pois, com o desenvolvimento do embriáo, tomam cór alaranjada, passan- do depois á cór de telha, quasi avermelhada. Sobra a folha de pita observei uma postura de milhares de ovos: tendo 64 PHYSIS (IL, 1917) menos de um millimetro de diametro e achando-se collocados táo juntos que as vezes quasi se tocam pelos bordos, cabem 6/4 ovos sobre um cen- timetro quadrado; a postura toda occupava um espaco de 20 X< / cm. e pois o total approximado era de 5120 ovos. É muito como postura de uma só femea, mas ainda assim representa apenas 1// ou 1/5 da reserva total de ovos de que dispóe uma dessas mariposas ! Varias vezes fiz dissec- cáo dos ovarios e por um calculo muito simples pode se affirmar que uma mariposa encerra perto de 23.000 ovos (os dous ovarios constam cada um de / fios de go cm. de comprimento cada um, ou sejam ao todo 7 m. 20 cm. de ovario. los ovos mais desenvolvidos e alongados contam-se 15 em cada centimetro; dos mais novos, bem menores e esphericos, cabem 50 em cada centimetro). Ao cabo de uma semana vé-se, por transparencia, a lagartinha contor- cida em forma de €, dentro do ovo. Com um pouco mais de uma semana as lagartas rompem a casca do ovo, medindo entáo 1,2 mm. de compri- mento; o corpo é branco esverdeado, a cabeca inteiramente preta, os ma- xillares muito fortes, 4-denteados (1). Logo comeca a larvinha a andar pela folha; náo encontrando o que lhe convenha, deixa-se cahir pelo fio de seda que vae tecendo, e da mesma forma procedem centenas de outras que nascen ao mesmo tempo. Parece que dahi se pode concluir que a regra normal será a seguinte : a femea póe os ovos em varias manchas espalhadas pelos colmos dos bam- busaes; as lagartinhas, pelo processo dos fios, descem ao ponto que lhes parece adequado e, espalhadas pela mais leve brisa, cada uma chega ao internodio de que vae tomar conta. Pelo que tenho observado, preferem os 3 0u / internodios que se acham a mais de um metro de altura do cháío; ao menos nunca vi os seus casulos nos internodios basaes nem nos da parte mais fina da taquaára. Provavelmente é a propria larvinha que faz o pequeno furo que lhe dará entrada no internodio. (Quiz certificar- me disso experimentalmente, collocando numerosas lagartas recem nas- cidas sobre a especie propria de taquára, mas náo obtive resultado). Logo depois de penetrar, a lagarta fecha essa passagem com tecido de seda; (1) Perdemos infelizmente a nota que tomamos da lagarta viva; segundo os exemplares con- servados em alcool, e do que podemos aflirmar de memoria, damos a seguinte descripcáo. O comprimento maximo parece ser de quasi 10 cm. e a cór nesta phase é branco-créme, e ao tac= to parece com finissima pellicula de luva «glacé»; os y estigmas destacam=se nitidamente pela cór preta. Como desenho notam-se apenas em cada segmento alguns tracos isolados, contorcidos e irregulares, constituidos por impressóes pontilhadas, ligeiramente mais amarellas. Os poucos pellos de cada segmento sáo curtos e finissimos. As lagartas mais novas sáo finamente salpica= de pontos pretos, como o diz B. Furravo e como aliás é a regra entre os Pyralideos. Roporeno von Imerin6 : Observacóes sobre a « Myelobia smerintha » Hiibner 65 assim é de suppor, porque todo internodio em que ha uma abertura, por menor que seja, é logo invadida por toda especie de insectos e outros ar- thropodes. A lagarta da Myelobía, porem, náo admitte companhia e, como adiante veremos, faz questáo de morar só, em seu apartamento. Alimen- ta-se ella, forcosamente, das camadas internas do tecido vegetal — como aliás o provam os residuos que se encontram na parte basal do internodio, excrementos constituidos por farello de cellulose e que se accumulam até 2 ou 3 cm. de altura em internodios de 2 cm. de diametro. Ha fragmen- tos até 2mm. de comprimento por 1mm. de largura, mas é estranhavel que as camadas basaes, que devem provir da lagartinha ainda nova, con- tenham fragmentos táo grandes como as das camadas mais altas, da la- garta crescida. Os internodios habitados só pela lagarta tem o aspecto sadio de qualquer outro, intacto; as vezes ha signal de ter sido roido por dentro em um ou outro ponto, mas táo pouca substancia vegetal náo bas- taria para alimentar essas lagartas vorazes e gordas, e é de suppor que taes sulcos sejam feitos só no tempo em que a lagarta se dispóe a tecer o seu casulo. As camadas vegetaes comidas pela lagarta provavelmente refazem-se a medida que váo sendo consumidas, e o hospede certamente terá o cuidado de se adaptar ás exigencias do vegetal, para náo o fazer de- finhar prematuramente. Em quasi todos os septos de taquára habitadas nota-se uma excavacáo do amago, de forma a ficarem os septos muitas vezes reduzidos a dous tenues discos sobreposto com pequeno intervallo horizontal ; mas tanto este intervallo como em geral tambem o orificio que a elle dá entrada, sáo táo exiguos que o trabalho deve ter sido feito pela lagarta emquanto nova. Alem disto nem sempre o septo tem perfuracáo completa, de modo que a lagarta pudesse ter passado de um internodio a outro. Ássim, se em alguns casos a lagarta, emquanto nova, poude perambular em dous ou mais internodios, quando crescida ella nunca tem mais do que só um dos mesmos por menagem. As vezes, porem, até este limitado espaco de 50 a 70 cm. de extensáo lhe parece demasiado, ou ao menos de bom grado ella sacrifica boa parte delle, provavelmente em condicdes anormaes. quando quer evitar o con- vivio com algum intruso. Neste caso ella delimita para si uma seccáo do tubo por meio de septos coriaceos, muito finos, mas bastante resistentes ; esse tecido de seda parece que depois é impermeabilizado por um liquido que lhe dá tambem a cór bruno-escura. Sáo antes raros taes septos; as vezes ha um só, ficando assim a lagarta presa entre elle e o septo natural da taquára; outras vezes ha dous, logo acima e abaixo dos extremos do casulo. Acontece ainda que a lagarta, depois de se enclausurar nesse es- Puysis. — T. 1 E) 66 PHYSIS (1, 1917) paco táo restricto, resolve ainda uma vez percorrer outros pontos do in- ternodio, e neste caso ella rompe o septo para depois concertal-o de novo com outra seda. Nem sempre a lagarta escolhe desde logo o ponto adequado para pre- parar a portinhola pela qual mais tarde deverá abandonar o interior da taquára, já sob forma de mariposa. Vém-se as vezes signaes de que a la- garta ensaiou o trabalho em varios pontos, mas julgando o sitio inade- quado, suspendeu a excavacáo, enchendo-a as vezes com uma rolha de seda, para comecar a roer em outro ponto. Quasi sempre prefere a parte superior do internodio, da metade para cima, muitas vezes mesmo rente com o septo superior. A perfuracáo a principio é irregular e vae desde logo attingir a ultima camada externa, e assim'a parede do vegetal, nor- malmente de 2,5 mm. de espessura, fica reduzida, no ponto que deve servir de portinhola, a apenas 1/4 de millimetro; depois a lagarta aper- feicoa o trabalho, roendo os bordos. a que dá uma ligeira inclinacío, e em alguns pontos chega a destacar a tampinha, que ella depois prende novamente por meio de fios de seda. Conforme as dimensóes das lagartas, tambem variam as da abertura que ellas preparam para a sua eclosáo; a forma sempre é regular, oval alongada e as medidas extremas variam de 5 1/2 por 8 até ao maximo de 8 por 13 mm. Por fora náo se nota cousa alguma de tudo isto, e no emtanto a portinha deberá ceder á pressáo que sobre ella irá applicar a cabeca da mariposa. Feito este trabalho, a lagarta prepara o seu casulo; este é tecido com bem pouca seda, mas ainda assim elle se torna relativamente espesso, de- vido a um revestimento exterior de farello de cellulose (excrementos). A forma do casulo é comparavel a um dedo de luva, com um minimo de seda na parte que adhere ao bambú; com uma curvatura superior liga-se o casulo aos bordos da portinhola e na parte inferior ha uma abertura pela qual devem cahir as ultimas excrecóes. As dimensóes do casulo variam de 65 a go mm. de comprimento por 15 a 20 mm. de diametro. A lagar- ta preenche quasi todo este casulo ; depois da transformacáo, como chry- salide, suas dimensdes diminuem sensivelmente, como aliás é a regra geral entre os lepidopteros, medindo assim apenas ho a 52 mm. Finalmente, na segunda metade de Setembro ou em comecos de Outu- bro emergem todas, quasi a um tempo, com differenca de uma semana talvez entre as primeiras e as ultimas. Náo sabemos quaes os habitos nor- maes da mariposa, onde ficam ou para onde iráo voar quando guiadas pelo seu instincto natural, espontaneo. O que temos observado até agora, isto 6 a sua affluencia para as cidades illuminadas, é anormal, é photo— tropismo ou obediencia a uma attraccáo irresistivel para a luz. Roporeno von Inerin6 : Observacóes sobre a « Myelobia smerintha » Hiúbner 67 Em 1914 pudemos reconhecer que a invasáo da cidade proviera de um taquaral situado a 17 klm. de distancia em linha recta, mas as condicóes topographicas do lugar sáo taes que á noute ainda se avista de lá, distinc- tamente o claráo das lampadas electricas da capital. Que effectivamente estas mariposas, apezar de pesadas como sáo, conseguem voar a grande distancia, prova-nos o facto de ter BurmeIsTER Capturado em alto mar um exemplar de Myelobia smerintha, quando navegava na'altura de Cabo Frio (Rio de Janeiro); mas o navio achava-se naquelle momento ainda táo afastado da costa que náo se avistava a terra, e portanto estava elle a pelo menos 25 ou 3o klm. do ponto de partida do lepidoptero. Apezar de todas as precaucóes tomadas e de se acharem táo bem res- guardadas, nem todas as lagartas conseguem vér a luz do dia sob forma de mariposas. Algumas succumbem a molestias, outras depois de meta- morphorsadas, tentam em váo abrir a portinha, presa talvez por uma fi- bra mais resistente; e uma das pecas guardadas na colleccáo de Museu (n* 19,307), mostra que ha roedores avidos pelo nédio pitéu da taquára ; os dentes agudos e fortes de um rato ou de um serelepe habian roido a taquara justamente no ponto em que por dentro se achava a lagarta e, para poder retiral-a inteira, o roedor alargou a fenda na extensáo de quasi todo o casulo. Provavelmente o ruido que a lagarta fazía dentro da taquá- ra, sempre no mesmo ponto, attrahiu a attencáo do inimigo. Pela feicáo muito irregular do buraco vé se que esse roedor certamente náo é o mes- mo ao qual devemos attribuir os buraquinhos quadrados e muito regula- res («buracos de flauta ») que se observan em varias especies de taquáras do matto e dos quaes se diz serem obra dos serelepes (Sciurus), quando estes procuram a agua que táo frequentemente se encontra nos septos in— tactos destas gramineas. Estas nossas observacóes concordam em quasi todos os pontos com o que descreveu o Dr. B. Furrano; devemos porem fazer as seguintes res- triccdes: O auctor diz que as mariposas póem os seus ovos « na terra, proximo ás taquáras » —mas do trecho náo se deprehende si isto é ape- nas uma supposicio do auctor, ou si elle effectivamente constatou o facto; por termos encontrado os ovos só sobre folhas (ainda que de varias plantas), crémos que em condicóes normaes a mariposa tambem assim O fará nos taquaraes. Da mesma forma a explicacáo dada sobre o modo co- mo a lagarta penetra no interior do vegetal náo nos parece baseada em observacáo directa. Dahi por diante a descripcáo dos habitos da lagarta corresponde bem com o que vimos, salvo no seguinte ponto: segundo o auctor, parece que todas as lagartas tecem diaphragmas acima e abaixo do casulo, quando nós só constatamos taes septos em casos excepcio- 68 PHYSIS (11L, 1917) naes, isto é quando a lagarta queria insolarse da convivencia com in— Lrusos. Para completar a descripcáo da ecologia da Myelobiía ainda ha náo pou- cos problemas a elucidar. Depois do florescimento, a taquára morre e portanto as mariposas que ahi nasceram devem procurar outros taquaraes, para que possam depór os seus ovos sobre plantas que estejam em boas condicdes vitaes. Como encontram ellas esses taquaraes, que muitas vezes distam alguns kilome- tros uns dos outros? Voando só de noute, deixam-se ellas guiar pelo olfacto ? Quando e onde tem lugar a fecundacáio? Durante os seus vóos na ci- dade nunca sáo vistas em copula, estando alias as femeas em regra já fe- cundadas. Já vimos acima que náo ha ainda observacáo positiva quanto á deposi- cáo dos ovos, nem quanto ao modo como a lagarta recemnascida penetra na taquára ; desconhecemos egualmente a duracáo da phase larval e da chrysalide. Qual a razáo de só em certos annos, espacados, haver invasáo realmen- te grande nas cidades? O curioso é que as grandes invas0es se observam simultaneamente em toda a regiáo de Sáo Paulo a Santos e no Rio de Ja- neiro, e portanto náo podem ser attribuidas a condicóes locaes fortuitas (como seja a abundancia de taquára). Em Sáo Paulo registramos grandes invasóes em 1910 e 1914; nos annos intermediarios as mariposas appareciam tambem na mesma época, mas em numero muito menor; fóra disto colhe-se só muito raramente algum exemplar esporadico em outros mezes (Dezembro e Abril). BIBLIOGRAPHIA 1. Careca be Vaca, Comment. por Pero Hernandez. Valladolid, 1555; edit. A. Bertrand, Pariz, 1837, pag. 69. 2. A. ve Sarnr-HiLammr, Voyages. Rio e Minas, 1830, vol. Í, pag. 432. 3. H. Burmerster, Reise nach Brasilien, 1853, pag. 65. Ibem, Atlas Descr. phys. Rep. Argenl., 1879, pag. 6t. h. Basiito Furrabo, O Bicho da taquara=quicé. A Lavoura (Rio de Janeiro), anno VII, N* ra, 1903, pag. 299-304, com estampa colorida e anotado por A. pe Miraxpa Ribero. Com relacáo á praga de roedores consequentes ao florescimento dos taquaraes, veja=se. 5. H. vox InerisG, Kosmos, vol. IL, 1885, pag. 423-437. 6. A. E. Gorivt, Os Mammiferos do Brazil, Monographias brazileiras, 18. Huesos anormales de llama y de cóndor exhumados en el Pucará de Tilcara (> POR CAYETANO MARTINOLI 16 PROBABLE CASO DE HIPERDACTILIA EN UNA LLAMA (« AUCHENIA LAMA ») Se trata de dos metacarpianos de llama que en lugar de resultar (como normalmente se verifica) de la fusión de dos huesos (met. 3* y 4”), constan de cuatro huesos soldados entre sí; sobre todo en sus caras dorsales son perfectamente visibles los tres surcos que corresponden a las superficies de unión de los distintos huesos. Las diafisis de los dos metacarpianos están formadas principalmente de la fusión de tres de los cuatro huesos, pues el cuarto es mucho más chico y se encuentra lateralmente hacia adentro. Estos mismos tres huesos son los que concurren a formar casi integral- mente la epifisis proximal de los metacarpianos, y las superficies articu— lares diartrodiales, por medio de las cuales ellos se articulan con los huesos de la serie distal del carpo. Más propiamente b (fig. 1) forma la superficie articular que corresponde al hueso carpal 2*, c la que corresponde al 3%, y d la que corresponde al 4”. (1) Este trabajo ha sido objeto de dos comunicaciones presentadas en las reuniones del 20 de Mayo y 1” de Julio del año pasado por el Dr. Juas B. Ambrosrrri, director del Museu Etnográ— fico de la Facultad de Filosofíasy Letras, agregando los datos y observaciones siguientes : El material procede de la ciudad precolombiana de Tilcara (Jujuy) y ha sido recogido por las “Expediciones Arqueológicas que anualmente envía dicha Facultad a diversos puntos de la Re- pública. Los huesos de llama fueron encontrados por el Dr. Sarvaor DeseneDerrI, escondidos entre las piedras de una pared de pirca que rodeaba un gran patio cerrado. El esqueleto de cón- dor fué hallado enterrado en otro gran patio cercado, junto a uno de sus ángulos, mientras que en el otro se encontró un pozo pircado y cubierto por una gran laja, dentro del cual y empa- Ss redado por otra laja había un esqueleto sentado de un hombre joven que conservaba restos de 70 PHYSIS (HL, 1917) Los huesos a forman tan sólo dos pequeñas superficies diartrodiales, las cuales se encuentran, una para cada metacarpiano, en la parte más interna y posterior de la epífisis proximal. Por lo que se refiere a sus epifisis distales, los dos metacarpianos no se comportan de la misma manera. El metacarpiano derecho se termina con tres planos articulares separa- dos entre sí por dos profundas hendiduras. Los dos planos más externos tienen casi la misma longitud (el izquierdo es un poco más corto), y corresponden a los que se encuentran en un hueso normal, presentando en su mitad anterior una superficie condiloide, y en la posterior dos cóndilos laterales separados por una eminencia me- diana dirigida en el sentido antero-posterior (tróclea). El tercer plano articular es más corto y presenta una superficie parcial- mente rugosa e irregular, en la cual a duras penas se pueden encontrar los detalles antes mencionados. Los tres planos articulares corresponden, respectivamente, a las extre— midades inferiores de los tres huesos más externos b, c, d. El otro hueso a se fusiona inferiormente con el contiguo b, y no pre senta ningún rastro de superficie articular. El metacarpiano izquierdo presenta en la mitad superior de su diáfisis y en su epífisis proximal las mismas particularidades que se han descrito en el derecho. En la epifisis distal se encuentran cuatro planos articulares que corres- ponden, respectivamente, a las extremidades inferiores de los cuatro hue- sos que constituyen el metacarpiano. Estos planos son separados por pro- fundas hendiduras, siendo la más interna la más profunda, pues llega a pocos menos de la mitad de la altura del metacarpiano. Los dos planos articulares más externos son casi iguales como tamaño, y sus superficies articulares son normales y corresponden a los que se han descrito. Los otros dos planos son más chicos y se encuentran más arriba. Sus un arco de madera, algunos fragmentos de una vincha de plata, pequeños restos de cordón de lana roja y cuentas venecianas de vidrio del siglo xvr del tipo llamado fenicio. Ambas piezas deben haber tenido el valor de amuletos o llas Para los indios, como lo tienen todas las cosas anormales que encuentran, siendo probable que el cóndor haya sido criado desde pequeño y que su cautividad haya influído en su raquitismo, lo que debió de haber llamado po=- derosamente la atención de los indios atribuyéndolo a causas sobrenaturales, y de allí su cuidado y su prolija sepultura después de muerto. En el caso de la hiperdactilia el criterio debió haber sido el mismo y probablemente guarda ron esos huesos como guardan aún hoy día las mazhorcas de maíz con guachos es decir cuando están acompañadas de otras pequeñas abortivas. Caxyeraxo Marrivort : Huesos anormales de llama y de cóndor 71 superficies, aunque ásperas, resultan irregulares y más bien se parecen a dos cóndilos dirigidos en el sentido antero-posterior, divididos por una excavación. Es de sentir que no estén presentes las falanges de la llama en cuestión, Fig. 1. — Metacarpianos de llama anormales pues es presumible que se habría notado en los dedos la continuación (a lo menos parcial) de las anomalías antes mencionadas. Habría resultado así un caso típico e interesante de polidactilía en la llama. Lo que hemos descrito es suficiente para dejar suponer la posibilidad del hecho, y de toda manera se refiere a una notable anomalía de los me- tacarpianos. | PHYSIS (IL, 1917) tn IÍ. ANORMALIDADES OBSERVADAS EN EL DESARROLLO Y FORMA DE UNOS HUESOS DE CÓNDOR («SARCORAMPHUS GRYPHUS ») El esqueleto no es completo, pues faltan vértebras, costillas, los radios y cúbitos, las tibias y algunas falanges. Confrontando estos huesos con otros análogos pertenecientes a esque- letos de cóndores encontrados en la misma localidad (?), he podido deter- minar lo siguiente : Fig. 2. — Húmeros izquierdog, caras Fig. 3. — Húmeros izquierdos, caras internas; punteado, hueso normal externas; punteado, hueso normal La cabeza, la clavícula, los huesos coracoides, las escápulas, el ester- nón, los metacarpos y metatarsos, las falanges, no presentan nada de anormal. Los húmeros, fémures y la columna vertebral, se presentan, al contra- rio, anormales, siendo su característica general la de ser torcidos. Como resulta evidente de las figuras 2 y 3, los húmeros anormales son más cortos que los que pertenecen a animales normales, y esta menor lon- gitud es debida al hecho de que ellos presentan una doble curvatura mu y | Q Caxerano Marrinorr : Huesos anormales de llama y de cóndor acentuada. Efectivamente, las caras internas de estos huesos son muy cóncavas y las externas muy convexas; y además la mitad posterior de los huesos es doblada hacia abajo. Para demostrar que la menor largura es únicamente debida a la tor— sión de los húmeros, damos a continuación unas cuantas medidas de dichos huesos : Cóndor normal Cóndor anormal metros metros Izquierdo. . 0.270 0.250 Largo absoluto y ; a Sa DD a 0.270 0.250 Largo siguiendo la ondulación ( Izquierdo... 0.285 0.280 decana mteno / Derecho. .... 0.285 0.285 En los fémures (fig. 4) se verifica también la misma cosa, esto es, su Y Z S A Z Fig. 4. — Fémures izquierdo y derecho de cóndor anormal, cara interna; fémur derecho de gallo Brahama, cara interna , largo absoluto es menor que el que se nota en huesos normales, pero la longitud tomada siguiendo la superficie de los huesos resulta casi 1gual. Cóndor normal Cóndor anormal metros metros Izquierdo O.1ID1 0.142 AS y A E a ias E . a ¡Derecho A » o. 145 DR e Izquierdo. . 0,165 0.162 argo siguiendo la cara anterior seas / Derecho... ») 0.165 PHYSIS (III, 1917) La menor largura de los fémures anormales es debida en este caso tam- bién a un mayor grado de curvatura de sus diáfisis, pero que se nota tan sólo en el sentido antero-posterior. La columna vertebral en fin es igualmente torcida, y su torsión es especialmente acentuada en la región subsacral. Como se puede ver en la figura 5, la desviación es notable y se verifica en sentido transversal. Todas las anormalidades descriptas son de la misma naturaleza y con toda probabilidad han sido debidas a un estado de raquitismo del cóndor. Los huesos que más directamente estaban interesados en sostener el peso del cuerpo o en cooperar al vuelo, no presentando la solidez necesa- ria, se han doblado del lado del mayor esfuerzo y de su menor resistencia. En la figura 4 está dibujado el fémur derecho .de un gallo Brahma raquítico, y este fémur, como fácilmente se puede juzgar, corresponde perfectamente a los del cóndor. La expedición sudpolar británica “ 1914-1916 El Endurance salió de Buenos Aires el 26 de octubre de 1914 y en di- ciembre del mismo año dejó la Georgia del Sur con rumbo al mar de Weddell. La parte más importante del personal era la siguiente : Sir E. H. SuackreroN (jefe de la expedición), Frank WiLp (2* jefe) Teniente F. A. WorsteY R. N. R. (comandante del Endurance), Tom Cream (encargado de los perros y equipo), J. F. HurLex (fotógrafo), J. M. Woxbxz (geólogo), R. S. Crarx (biólogo), R. W. James (físico), L. D. A. HusseY (meteorólogo), A. H. Macktix y J. A. Mc ILroY (médicos), G. A. Marsrox (artista), Mayor J. O. Lres (encargado de .los motores), Teniente L. GreewsrreeT R. N. R. (segundo del Endurance), Teniente H. H. Hunsox R. N. R. (oficial de derrota), A. CuerrHam (oficial), L. Ruckissox y A. Kerr (maquinistas del Endurance). | El objeto principal de la expedición de Sir Erwest SHACKLETON era atravesar el continente Antártico del mar de Weddell al mar de Ross, pasando por el polo, recorriendo como minimum una distancia de 1500 millas geográficas. SHACKLETON pensaba que pudiendo efectuar un desembarco en la tierra del Príncipe Luitpold a principios de noviembre, empezar inmediatamen- te la travesía en dirección al polo y desde este lugar la marcha se haría por el meridiano 170% en dirección al estrecho de Mc. Murdo, bajando de la altiplanicie polar a la barrera de Ross por el glaciar de Beardmore, camino que en gran parte era ya conocido por él desde el año 1909. (1) En el número anterior de pnxsis, se anunció, por error, la publicación en este número, de la parte esencial de una conferencia que el autor de este artículo, escribió para ser leída en la recepción dada en honor de Sir E. H. Shackleton. en Septiembre de 1916. El trabajo en cuestión será probablemente publicado en uno de los meses próximos. 76 PHYSIS (IL 1917) En el caso de no poder llegar al mar de Weddell en la época aludida se invernaría, postergando el viaje transcontinental para el año siguiente. El barco después de haber desembarcado el personal, haría reconocimien- tos en el mar de Weddell y en la costa oriental de la tierra de Graham hasta el fin del verano antártico e invernaría probablemente en algún puerto argentino para volver en el verano siguiente a recoger el personal de la estación del mar de Weddell que no tomara parte en el viaje trans- continental. Sir ErwesrT consideraba posible efectuar el viaje en trineo en cinco me- “ses y en el caso que antes de llegar al polo las dificultades fueran extre— mas efectuaría la retirada sobre la base del mar de Weddell. Desde el punto de vista geográfico la travesía del continente antártico tiene mucha importancia, aunque parece que la dirección elegida por SHACKLETON es la que daría resultados menos importantes, pues el tra- yecto entre el polo y el estrecho de Mc. Murdo ha sido ya recorrido com- pletamente por Scorr y parcialmente por SmackLETON y el camino entre la tierra del Principe Luitpold y el polo sería seguramente sobre la pro— longación de la altiplanicie del Rey Eduardo VII. La región interesante está al oeste de esa ruta. Mejores resultados promete la ruta entre la tierra Luitpold y la de Eduardo VII, ya sea directamente o siguiendo un paralelo, pues así ha- bría posibilidades de por lo menos avistar la prolongación de la cadena de montañas de la tierra de Graham, que según algunos se hunde a causa de dislocaciones (1) al oeste de la tierra de Alejandro L, pero que tal vez se prolongue hasta la vecindad de la tierra de Eduardo VI! y de verificar la existencia o no existencia de un estrecho que separe la tierra de Graham del resto de la Antártida. Además, siguiendo esa dirección, todo el trayecto sería sobre región inexplorada. Debemos sin embargo hacer presente que la ruta que pasa por el polo y por el glaciar de Beardmore es la más segura, pues siendo conocido el trayecto entre el polo y el estrecho de Mc. Murdo es más fácil para la ex- pedición auxiliar (la comisión de MackiwrosnH) establecer los depósitos de víveres necesarios a la comisión principal durante la última parte del via- je, en lugares que ésta encuentre con certeza. El personal de una comisión que viaja en trineos en la Antártida, está generalmente exhausto en las últimas etapas del viaje, después de tres o cuatro meses de marcha, a causa de que tormentas, que duran muchos (1) Orro Wiickexs, Zur Geologie der Sidpolarlánder. Centralblatt fir Min., Geol., und Pal., 1906, página 179- J. M. Somrar : La expedición sudpolar británica =] e] días y sobre las cuales no se puede hacer cálculos, obligan a disminuir las raciones y eso unido al esfuerzo de la marcha, con el tiempo, da cuenta del hombre más fuerte. Parece que las expediciones inglesas son las que han sufrido más, a causa probablemente, de errores técnicos de preparación. Los ingleses hasta hace poco tiempo han despreciado al perro como animal de tiro de trineos. Este error de apreciación, les ha costado mu- chas penurias y muchas vidas. ÁmunNbseN les dió la lección más dura y amarga que sea posible en ese orden de cosas y probó con la mayor evi- dencia, la superioridad del canino sobre los otros animales, para el arras- tre de trineos. Si SHaCckLETON hubiera usado perros en lugar de los cuatro ponies en su expedición anterior, con seguridad hubiera alcanzado el polo sur. > Scorr podría haber llegado al polo, más o menos al mismo tiempo que AMUNDSEN, sin perder su vida ni la de sus compañeros, empleando perros groenlandeses o siberianos como medio de tracción. SHACKLETON en esta expedición llevaba perros y no ponies y con ellos habría seguramente atravesado la Antártida a no mediar condiciones es- pecialmente adversas. El verano de 1914-15 fué malo. El Endurance entró en el pack ya por los 5840” de latitud. El ro de enero de 1915 avistaron la tierra de Coats y entre ésta y la tierra del Principe Luitpold descubrieron una costa que denominaron Caird Coast. En febrero el barco quedó aprisionado y fué imposible acercarse a la cos- ta y hacer un desembarco. El Endurance fué arrastrado por los hielos primero en una dirección SW, siendo su latitud más austral 779 alcan- zada en el meridiano 392 W. Desde ese punto el hielo lo llevó en una dirección media NE. Durante los meses de junio y julio las presiones del hielo fueron de tal naturaleza que todo se alistó para abandonar el barco. El barco soportó bastante, hasta que en octubre el casco estaba maltrecho y el 27 del mis- mo mes, los costados cedieron a las violentas presiones y el agua pene- trando en el interior, apagó los fuegos. El 20 de noviembre el Enduran— ce se hundió. En octubre mientras el barco soportaba violentas presiones, pasó sobre la fantástica New South Greenland, tierra «descubierta » por MorreELL y la sonda marcó 1900 brazas en ese lugar. Á fines de octubre el barco fué abandonado y se trató de marchar hacia el norte arrastrando los botes so- bre el hielo, pero fué imposible y se decidió acampar en las cercanías del buque. En enero de 1916 el movimiento del hielo hacia el norte se hizo -8 PHYSIS (1, 1917) más rápido y el 23 de marzo avistaban las montañas de las islas de Join- ville, pero no fué posible acercarse a tierra a causa de los témpanos en movimiento. El 8 de abril la isla Clarence, una de las Shetlands del sur, fué avistada. En la isla Seymour lo mismo que en la Paulet existen provisiones depositadas por la Uruguay en 1903, pero no fué posible llegar a esos lugares. SHACKLETON trató de dirigirse a la isla Deception y por últi- mo se vió forzado a desembarcar en la isla Elefante, a donde llegaron el 15 de abril. El lugar de desembarco era malo y los víveres escasos. SHAckLETON decidió dirigirse a la Georgia del Sur, distante 750 millas, en busca de auxilio. El 2/ de abril salió en un bote de 7 metros de largo con cinco voluntarios. El resto de la gente quedaba bajo las órdenes de Witb. Como es de imaginarse, ese viaje en bote fué lleno de dificultades. El 8 de mayo avistaron la Georgia del Sur y el 10 desembarcaron en la bahía del Rey Haakon. El 19 SHackLeTON, acompañado por dos hombres, cruzó la isla, yendo a la estación ballenera de Strómnes, donde los balleneros noruegos lo re- _cibieron de la mejor manera. El resto de la tripulación del bote que había quedado en la bahía del Rey Haakon fué recogido y el mejor barco con que se contaba en el lu- gar, un barquito de 80 toneladas, alistóse para el viaje a la isla Elefante. El barquito no tenía protección y encontraron mucho hielo en el camino, por eso después de repetidas tentativas, hicieron rumbo a las Malvinas, a donde llegaron el 31 de mayo en busca de ayuda más eficiente. Fué en esas circunstancias que el gobierno uruguayo ofreció el Insti- luto de Pesca. Este barco se hizo a la mar el 8 de junio y el 16 del mis- mo mes salía de las Malvinas con SHackLETON a bordo. El 27 de junio regresó sin haber cumplido su objetivo a causa del hie- lo. No pudieron aproximarse a menos de 20 millas de la isla Elefante. El 13 de julio SmackLeroN hizo una tercera tentativa saliendo de Punta Arenas en el schooner Emma, pero sin resultado. Por último, el 26 de agosto salió el Yelcho de Punta Arenas, fletado por el gobierno de Chile y esta vez SHACKLETON tuvo suerte, regresando con el resto del personal. El grandioso viaje a través del continente antártico no se ha efectuado, pero la expedición trae sin embargo valiosas observaciones. Como es na- tural, las colecciones se perdieron con el Endurance, de manera que la parte zoológica de los estudios es la que queda más reducida. Las obser- vaciones meteorológicas y las batimétricas son sin duda las que tienen más importancia. J. M. SorraL : La expedición sudpolar británica 79 Parece que SuackLeroN ha encontrado profundidades pequeñas en la región austral del mar de Weddell. La poca profundidad de la región austral del mar de Weddell, induce a pensar que si existiera un estrecho a través de la Antártida, sería relati- vamente playo y seguramente estaría cubierto de hielo en toda época del año y el hielo seguramente llegaría hasta el fondo. La temperatura más baja fué de —37%,2 €. (2359 Fah.), lo que es poco para esas latitudes. En la estación de Snow Hill que está en el paralelo 6429/58. se obser- varon temperaturas hasta de —414 centígrados. El estudio de la derrota del Endurance tendrá mucha importancia para el conocimiento de la circulación marina. Es curioso, como lo hace notar MiLz (1), que el Aurora y el Endurance se movían contemporaneamente hacia el norte prisioneros en el hielo. El Endurance es el segundo barco que en tiempos modernos haya des- aparecido en el mar de Weddell. El primero fué el Antarctic. Para realizar el proyecto de SHAckLeTON se necesita un barco de la construcción del Fram, pero a motor, con provisiones para cinco años. Teniendo un buque seguro, si el primer verano no se puede llegar a tie- rra, se llega el segundo o el tercero. En diciembre de 1914 el Aurora bajo el mando del capitán SrexHouse salía de Hobart y después de arribar a la isla Macquarie el 30 del mismo mes hizo rumbo al mar de Ross, llegando al cabo Grozier en la isla de Ross el y de enero de 1915. En este punto tenía que hacer un depósito de provisiones, pero no fué posible, partiendo entonces para el estrecho de Mc. Murdo, donde encontró mucho hielo. Se inspeccionó la choza de la última expedición de Scorr en el cabo Evans, dirigiéndose después ha- cia el sur con el propósito de llegar a Hut Point. El 18 de enero STENHOUSE con cuatro hombres llegaron a Hut Point, encontrando la choza en buenas condiciones. Fueron retenidos durante tres días por un huracán, pero volvieron al Aurora sin inconvenientes. El 24 de enero una comisión de tres hombres con nueve perros dejó el barco para colocar un depósito de víveres en Minna Bluff y el 25 de enero otra comisión de tres hombres a las órdenes de MacxiwrosH con nueve perros salió con rumbo al sur para hacer un depósito en Mount Hooper, en la Barrera, a go millas al sur de Minna Bluff. Una tercera comisión salió el 31 de enero compuesta de seis hombres (1) The Geographical Journal. July, 1916, página 70. So PHYSIS (1, 1917) con varios trineos. Á causa de algunos inconvenientes regresaron al bar— co, volviendo a salir el 5 de febrero. El 11 de marzo después de cinco semanas de ausencia regresaron cua- tro hombres de la tercera comisión, uno de la segunda, uno de la prime- ra, diciendo que el capitán Mackivrosn había reorganizado las comisiones, marchando él con Joyce y Win hacia Mt. Hooper, mientras que Corr, Haywarb y Jack irían hasta el Bluff (Minna Bluft?), pero se ignora la fecha de partida. Desde entonces los tripulantes del Aurora no saben nada de la suerte de esos seis hombres. En cabo Evans se desembarcaron 62/ galones de bencina, 208 galones de kerosene y ro toneladas de carbón y en Hut Point raciones completas para doce hombres durante dos meses. El 12 de marzo el Auroru estaba anclado en cabo Evans, pero un hu— racán lo arrastró 4o millas al norte. Al día siguiente regresó al fondeade- ro. Fondeó con las dos anclas de proa y otras dos de popa fijadas en tie— rra. Continuamente se levaban las anclas a causa de los movimientos del hielo, aunque eran lo suficientemente fuertes para mantener el barco en cualquier viento, en aguas libres de hielo. El 20 de marzo considerando STENHOUSE que la posición era más o menos segura, apagó los fuegos con objeto de economizar carbón, pues de 474 toneladas sólo quedaban 118. Al mismo tiempo todas las raciones para viajes en trineo, fueron des- embarcadas. A medida que pasaban los días del mes de abril el hielo se hacía más espeso alrededor del barco. El 23 del mismo mes el sol desapareció por el invierno. Vientos muy fuertes continuaron soplando, aumentando poco a poco en violencia, hasta que el 6 de mayo el hielo se rompió en su unión con la orilla y dos millas cuadradas de hielo que rodeaban al barco fueron aguantadas por las amarras, pero a las y p. m. las amarras de popa se cortaron y en seguida cedieron las de proa y el barco con el hielo que lo rodeaba fué arrastrado, derivando con el viento hacia el norte. La de- riva continuó durante nueve meses más o menos, hasta que a mediados de marzo de 1916 el Aurora salió del pack, llegando a Port Chalmers el 3 de abril. El 23 de marzo desembarcaron en cabo Evans cuatro hombres: StE- VENS, SPENCER SMITH, Graze y Ricnaros, con objeto de hacer observacio— nes cientificas. De manera que además de las dos comisiones cada una de tres hom- bres que fueron a depositar víveres en Minna Bluff y en Mt. Hooper que- daron en tierra esos cuatro observadores de cabo Evans. J. M. SomraL : La expedición sudpolar brilánica SI Estos datos fueron transmitidos telegráficamente el 4 de abril al Daily Chronicle y publicados por Mr. Mix en The Geographical Journal, de mayo de 1916. Parece que tanto en cabo Evans como en Hut Point hay abundantes provisiones. En el telegrama se habla de Mt. Hooper, que no lo he podido encon- trar en los mapas. Me parece que en lugar de Mt. Hooper debe ser Mt. Hope, que está al pie del glaciar de Beardmore. En el supuesto de que SHackLertON hubiera atravesado el continente bajando de la altiplanicie del Rey Eduardo por el glaciar de Beardmore, un depósito de víveres en Mt. Hope le habría sido de gran ayuda, pues Mt. Hope está a mas de 550 kilómetros al sur de Hut Point, lo que re- presenta alrededor de un mes de marcha. MacxiwrosH salió tal vez alrededor del 10 de febrero, a juzgar por las fechas que da SteExHOUSE en el telegrama. Si como es muy probable, pen- saba establecer el depósito en Mt. Hope, no podía calcular estar de re- greso antes de mediados de abril o admitiendo una marcha muy rápida a fines de la primera semana de abril. A fines de marzo y en abril los huracanes son ya formidables y los días muy cortos, tanto que el sol desaparece completamente antes de fines del mes. Además, hay que contar con temperaturas muy bajas. SHACKLETON observó a principios de abril 4o? bajo cero en su estación de cabo Royds. Teniendo en cuenta esos datos, junto con la circunstancia que hasta el 6 de mayo ninguno de los seis hombres que salieron hacia el sur había regresado a cabo Evans, se llega a la conclusión de que hay razones sufi- cientes para abrigar sérios temores por la suerte de ellos. SHACKLETON, que al publicarse estas líneas estará ya en Australia con el objeto de organizar una expedición de socorro, utilizará seguramen— te el Aurora después de efectuar las reparaciones necesarias en el cas- co, etc. En diciembre próximo se dirigirá al estrecho de Mc. Murdo y en el mes de marzo, si todo marcha bien, tendremos noticias de la expedición de auxilio, que deseamos obtenga completo éxito. J. M. SoBraAzL. Noviembre de 1916. Puysis. — T. mu 6 Sa PHYSIS (MI, 1917) SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES COMUNICACIONES (DE LA SESIÓN DEL 5 DE AGOSTO DE 1916) M. DOELLO JURADO, Sobre la presencia de Tellina « gibber Ihering » en Mar del Plata. Entre los moluscos recogidos durante los viajes del « Patria » en las cos- tas de la provincia de Buenos Aires, merece señalarse la presencia de Te- llina gibber InerincG, en Mar del Plata. Este pequeño bivalvo fué descrito por el Dr. v. ImerivG en su obra sobre los moluscos terciarios de la Argentina (Anales Mus. Nac. de Bs. Aires, XIV, pag. 456) sobre ejemplares fósiles de los depósitos pampea- nos y post-pampeanos de Puerto Militar. Hasta ahora, la especie no era conocida viviente; pero Inerin6 sospechaba que se la encontrarla. El ejemplar que presento (una valva derecha) pertenece, sin duda, a dicha especie, aunque.no es completamente desarrollado : mide 15 milí- metros de longitud por 8 milímetros de altura y un poco menos de 2 mi- límetros de diametro. Fué obtenida con la rastra, por unos 1o metros de profundidad. No he hallado ningún ejemplar con el animal; pero el esta- do del presente espécimen no permite dudar de que la especie realmente vive en aquellos parajes. La conchilla es frágil y delicada. Esto contribu- ye, seguramente, a que no se la encuentre con frecuencia. En cambio abunda en Mar del Plata y zona próxima la Tellina Iheringi Darz, de la cual el «Patria» ha obtenido lindos ejemplares. El interés que siempre tiene comprobar la supervivencia de especies que se suponia extinguidas, es lo que me induce a adelantar esta comuni- cación. COMUNICACIONES 83 (DE LA SESIÓN DEL 23 DE AGOSTO DE 1916) ÁNGEL GALLARDO, Sobre el tipo de la «Phocaena spinipinnis » Burmeister. Recientemente ha sido restaurado y puesto en exhibición en el Museo de Buenos Aires, el ejemplar típico de la Phocaena spinipinnis Burmes— TER, interesante especie de marsopa, de la cuai hasta ahora no se ha ha- llado más que este ejemplar, que fué capturado en la boca del Río de la Plata, con anterioridad a la fecha (1862) en que el citado sabio se hizo cargo de la dirección del Museo. Burmeristek comunico la descripción ilustrada de la nueva especie a la Sociedad Zoológica de Londres, la cual la insertó en sus Proceedings (1865, pág. 228-231, 5 fig.), y en Annals £ Magazine of Nat. History (3* serie, vol. XVI) en idéntica forma. Casi simultáneamente aparecía la misma descripción algo ampliada y con mejores ilustraciones, en los Anales del Museo Público de Buenos Atres (t. I, pag. 380-388, lam. XXIHII y XXIV, 1869). El dibujo de BurmerstTekR muestra la prolongación anterior del cráneo más acentuado, en forma de pico o rostrum ; pero esto se debe sin duda a que la figura fué hecha cuando el ejemplar conservaba el cráneo, que lue- go fué extraido. BurmerstErR dice que, cuando él lo observó, el animal era todo negro, pero que según las referencias que le comunicaron personas que lo ha- bían visto aun fresco, era obscuro en la parte superior y más claro por debajo. Así es como lo representa su figura, y de acuerdo con esta indicación ha sido pintado nuevamente en los talleres del Museo el ejemplar típico cuya fotografía se acompaña. El carácter a que se refiere el nombre especifico Spinipinnis, o sea la presencia de huesecillos o espinas en el borde anterior de la aleta dorsal, 84 PHYSIS (IL, 1917) (apenas visibles en esta fotografía, pero bien representados en los dibujos de BurmersTER), no es un carácter exclusivo de esta especie, pues se halla también en otra semejante, Phocaena Philippi Pérez, de los mares de Chile. También se suele presentar el mismo carácter en la Ph. communis Less. de Europa, un ejemplar de la cual fué descripto por J. E. Grax, a cau- sa de ello, como Ph. tuberculifera (Proceed. Zool. Soc., 1865, pág. 518). Según las dimensiones dadas por BurmerstER, la especie mide 1,62 m. de longitud; pero en su estado actual, el espécimen mide 1,68. Este ejemplar es no sólo el tipo de la especie, sino el único que hasta ahora se conoce, pues por lo que se sabe, no se ha vuelto a hallar otro. (DE LA SESIÓN DEL 2 DE SEPTIEMBRE DE 1916) JUAN MONGENSEN (Concepción, Tucumán), Sobre la existencia de dos especies distintas de Pato-vapores (presentada por R. Dabbene) (1). Va en estas líneas el resultado de las observaciones que hice durante mi reciente viaje a la Tierra del Fuego, sobre el curioso pato llamado co- múnmente «Pato-vapor ». Casi desde la época del descubrimiento del estrecho de Magallanes, los navegantes que visitaron las costas del sur de Patagonia y Tierra del Fue- go, hacen mención de unas especies de patos que no podían volar y que se servían de sus alas como de remos para moverse más rápidamente so- bre la superficie del agua, y llamaron a esos patos Race-horse Duck o Steamer-Duck. Otros viajeros, y entre ellos el capitán Absorr, hicieron iguales obser- vaciones, pero añadieron que entre esos patos había individuos que po- dían también volar. Desde entonces han existido motivos de controversia entre los ornitó— logos, sobre si existe una o dos especies de pato-vapor; nunca se han es- tablecido definitivamente las diferencias entre la especie que vuela y la que no vuela, y la primera no ha sido nunca verdaderamente descripta. Oustarer (Mission Cap Horn, Zoología, aves) dedica unas 20 páginas al pato-vapor y además de refutar los argumentos del Dr. CuwxixcHam, el (1) Las observaciones/del Sr. Moscexsex tienen un valor especial, porque contribuyen a re- solver las controversias sobre la existencia de una o dos especies de ese pato y al mismo tiempo confirman en todos los puntos las observaciones de Ousrarer y las que el naturalista holandés, Sr. Braauw, acaba de publicar sobre esta misma especie de ave, en un artículo que apareció en el último número de la revista ornitológica The Ibis, julio, 1916. (R. DabbenE.) [0,2) [$] COMUNICACIONES cual sostiene que los individuos que vuelan son sólo los jóvenes y que el ave adulta pierde gradualmente esta facultad, prueba fundándose en el examen de numerosas pieles y esqueletos, que existen dos especies dis- tintas : Tachyeres cinereus (Gm.), que no puede volar y Tachyeres pata- chonicus (KixG), más pequeño y con alas más largas, que puede volar. Según mis propias observaciones se pueden distinguir las dos especies por los siguientes caracteres ; Tachyeres cinereus (Gm.), el pato-vapor que no vuela es de mayor ta- maño, de formas macizas, con alas cortas (26-28 cm.). Ambos sexos son de un color gris azulado, con el vientre y el especu- lum alar blanco. Los machos son algo más claros que las hembras, espe- cialmente sobre la cabeza, el pico es amarillo anaranjado. Esta especie parece confinada exclusivamente a la costa del mar. En Tachyeres patachonicus (KiwG), el pato-vapor que vuela, los dos sexos difieren en la coloración y habita tanto las costas del mar, en don= de se le puede ver con frecuencia junto a la otra especie, como también los lagos del interior de la Patagonia hasta el Nahuel-Huapt. Es un ave de formas mucho más esbeltas; el macho adulto tiene una coloración semejante a la de 7. cinereus, pero las dimensiones son algo menores y el ala es más larga (34-36 cm.) y el pico tiene forma distinta. La hembra es más pequeña que el macho y difiere en la coloración, siendo de un color pardo vinoso, con el vientre y el especulum alar blan- cos. El pico es pardo obscuro. | Tanto una especie como la otra han sido observadas con frecuencia. y he notado que también 7. patachonicus tiene la costumbre de ayudarse con las alas para nadar más rápidamente. Los ejemplares que he recogido y preparado se encuentran actualmente en la colección del Sr. Srewarr SmieroN, de Concepción (Tucumán). SESIÓN DEL 23 DE SEPTIEMBRE DE 1916 (Pres. Dr. José M. de la Rua) PEDRO SERIÉ, Nota sobre la culebra opistoglifa « Pseudotomodon trigonatus » (Leyb.) Berg. Pelias trigonatus LexBoro, Hojas de mi diario, S. de Chile, p. 82 (1873). Men- doza. , Tomodon ocellatus BourewcerR (nec D. B.), Cat. Snake. Brit. Mus., UI, p. 649, nec., p- 121 (1896). 86 PHYSIS (HL, 1917) Pseudotomodon mendozinus Kostowskx, Rev. Mus. La Plata, VL, 2, p. 455, tab. 4 (1896). Mendoza. Pseudotomodon Crivellii Peracca, Boll. Mus. Zool. Anat. Torino, XML, n* 278 (1897). San Luis. Pseadotomodon trigonatus (Leysoto) BerG. An. Mus. Nac. Buenos Atres, t. VI, p. 24, n* 27 (1898). Mendoza, San Luis. El examen de un regular número de ejemplares frescos de esta especie (hasta ahora exclusiva de la Argentina y propia de las regiones andinas), permite rectificar y agregar algunos datos a la descripción original. Según KosLowskY la pupila sería redonda como en Tomodon, y Pr- RAccA que ha examinado sólo dos ejemplares algo deteriorados, señala con duda la pupila subredonda y cree que debe constituir un género in- termediario entre Tomodon D. B. y Philodryas Wact. No obstante, resulta que por el número de dientes y su forma : 6 + 2. grandes surcados, por los dientes mandibulares anteriores bastante más largos y la pupila francamente vertical, el género Pseudotomodon se aproxima más a los géneros Tachyments y Thamnodynastes que a Tomo- don y Philodryas. : La coloración de los individuos observados corresponde en general a la descripción, salvo en las manchas negras más o menos pronunciadas y un leve tinte rojizo difundido en las regiones inferiores, más acentuado hacia las subcaudales y el que desaparece rápidamente en el alcohol. Los ejemplares examinados de varias procedencias, dan las siguientes cifras : a) La Rioja (colec. Mus. Nac.) : Sq. 17, V. 145, A.-, Sc. 4o divididas, Long. total : 355 mm., caud. bo mm. b) La Rioja (colec. Mus. Nac.) : Sq. 17, V. 150, A.+, Sc. 47 divididas. Long. total : 3g2 mm., caud. 7o mm. c) La Rioja (colec. Mus. Nac.) : Sq. 17, V. 151, A.-7, Sc. 48 divididas. Long. total : 4oo mm., caud. 63 mm. d) Mendoza (colec. Mus. Nac.) : Sq. 17, V. 157, A. 7, Sc. 36 divididas. Long. total : 293 mm., caud. 38 mm. e) Uspallata (colec. Nácera): Sq. 17, V. 147, A. +, Sc. 38 divididas. Long. 265 mm., caud. 34. f) Uspallata (colec. Nácera) : Sq. 17, V. 142 A. 2, Sc. 36 divididas. Long. total : 335 mm. caud. 44. 9) Uspallata (colec. Nácera) : Sq. 17, V. 147, A. 7, Sc. 37 divididas. Long. total : 440 mm., caud. 63 mm. h) Catamarca (Inst. Bacteriol.) : Sq. 17, V. 148, A. +, Sc. 46 dividi- das. Long. total : 234 mm., caud. 36 mm. COMUNICACIONES 87 ¿) Pampa (Mus. Nac.) : Sq. 17, V. 148, A. 2, Sc. 4o divididas. Long. total : 378 mm., caud. 55 mm. Los especímenes e y h presentan 2 + 3 temporales; d tiene 3-2 1d. ; í tiene 2 | 4 y las placas labiales 3-5 tocan el ojo. ERIC BOMAN, Pipas de fumar de los antiguos Diaguitas. (Resumen.) El disertante inició su comunicación resumiendo los datos que existen en cuanto al uso precolombiano del tabaco y la costumbre de fumar en ambas Américas. Los indios fumaban y fuman todavía de dos maneras: en pipa o for- mando un envoltorio cilíndrico en hojas de ciertas plantas, parecido a nuestros cigarrillos, pero generalmente más grande y grueso. Este último modo emplean la mayor parte de los indios del Brasil. Entre otros datos históricos leyó el Sr. Bomax una pintoresca descrip- ción de Tukéver, del año 1575, de esta costumbre observada entre los indios Tupinambá del Cabo Frío. Pasó después revista a las diferentes clases y a la distribución geo- gráfica de las pipas prehistóricas encontradas desde el Canadá hasta la República Argentina y Chile. Distinguió dos tipos principales de pipas : las tubulares y las de hornillo perpendicular al tubo. En Sudamérica las pipas tubulares son empleadas principalmente por los indios del Brasil y del Chaco. Se presenta el hecho curioso de que las pipas prehistóricas son completamente desconocidas en toda la región andina al norte de la Ar- gentina, es decir, de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Del Brasil se conocen pipas antiguas de hornillo perpendicular, de Bahía y sobre todo de Río Grande do Sul, algunas encontradas en los sambaquis de este estado brasileño. En Entre Ríos, el Dr. Lurs María Torres ha encontrado un ejemplar en un túmulo del delta del Paraná. En los yacimientos arqueológicos de la región diaguita, especialmente en Catamarca, Tucumán y La Rioja, las pipas de barro cocido son muy comunes. El Sr. Bomax ha traído, de sus excavaciones en La Rioja, unos 100 ejemplares de estas pipas o sus fragmentos. Presentó una serie de ellas, todas de tubo grueso, con un orificio pe- queño atrás para introducir una boquilla delgada, y el hornillo perpendi- cular en forma de embudo. Muchos ejemplares presentan un modelado original, siendo el hornillo adornado con cabezas de animales o caras hu- manas de diferentes estilos. Entre estas últimas hay algunas que perfec- 88 PHYSIS (111, 1917) tamente corresponden al estilo « cubista » que se proponen introducir algunos artistas excéntricos de nuestros días. En dos pipas el Sr. Bomax tuvo la suerte de hallar una substancia resi- nosa constituida por residuos del narcótico que se había fumado en ellas. El análisis de esta substancia permitirá tal vez determinar si este narcóti- co era tabaco u otro vegetal. En todos los yacimientos excavados fueron encontradas pipas O sus fragmentos, hecho interesante, pues establece la correlación y contempo- raneidad de todos estos numerosos yacimientos. Como de la región araucana, tanto del lado argentino como del lado chileno de la Cordillera, se conocen numerosas pipas del tipo de hornillo perpendicular, cree el disertante, aunque sin hacer afirmación categórica, que la pipa sudamericana de este tipo tenga su origen en el sud del Bra- sil y que de allí haya pasado por la Mesopotamia argentina a las regiones diaguita y araucana. SESIÓN DEL 14 DE OCTUBRE DE 1916 (Pres. Dr. José M. de la Rua) ARTURO 6. FRERS, Cuatro himenópteros parásitos de ¿«Pachodynerus argenti- nus» Sauss. o de «Trypoxylon platense » Bréthes ? d En marzo del corriente año, en San Pedro, provincia de Buenos Aires, observé, adherido a una pared revocada con argamaza, un nido de barro con las celdas irregularmente dispuestas en grupos, y que me llamó la atención porque al abrir una de ellas encontré un Pachodynerus argenti- nus Sauss., siendo así que hasta entonces no había visto a este véspido más que en nidos formados por un tubo de barro, dividido en un núme-— ro de celdas que variaba entre dos y cuatro, separadas entre sí por peque- ños tabiques. Al abrir tres de las celdillas del nido en cuestión, ví en cada una de ellas unas ninfas, de las que tengo casi la plena seguridad que son de Chrysis punctatissima Sexx., y cuando seguí separando sus diversas par— tes, encontré algunas larvas, una en cada celda, las que me parece más probable que sean del Pachodynerus argentinas que de algunos de los otros himenópteros de que voy a tratar. Encontré también dos o tres pu- pas de moscas cuya evolución se interrumpió, y, en número bastante considerable, arañas inmovilizadas, en particular de la familia de las Tho- misidae. Me extrañó encontrar esta clase de alimento para las larvas a que COMUNICACIONES 89 he aludido, pues en los nidos de Pachodynerus que observara hasta en- tonces, había obtenido solamente larvas de coleópteros y de lepidóp- teros. Me puse a buscar entonces otros nidos semejantes y encontré tres más, que estaban en las mismas condiciones. En el primero observé algunas de las larvas que presumo sean del Pachodynerus, arañas y la hembra de un pequeño himenóptero, el Po- rizon platensis Brirnes, que salió volando al romper una de las celdas. En otro nido pude conseguir una hembra de Trypoxylon platense Brérmes, y algunas larvas y arañas de las que ya he mencionado. Y en el tercero, además de estos dos últimos tipos de ejemplares, en- contré: una Megachile squalens Ha. y un macho de Trypoxylon pla- tense, cada uno en una celda abierta del nido. Envueltos cada uno por un capullito blanco, todos dentro de la misma división, hallé tres ejempla- res del Colothorax Frersí Brérmes y por último, en otra celdilla, un macho de Porizon platensis BriTnes. Ahora bien : es seguro que la Megachile squalens se hallaba acciden— talmente en el nido, las Chrysis son eminentemente parásitas y en cuanto a los Coelothorax Frersi y Portizon platensis, que yo he encontrado por primera vez, no hay duda de que también lo son. Pero lo que puede quedar en duda es si el Pachodynerus argentinus es el dueño del nido y el Trypoxylon platense su usurpador, o si éste es el constructor y aquél el intruso. Por la circunstancia de que he encontrado dos ejemplares del segundo en dos nidos distintos, por parecer éstos más bien construcción del cra- brónido y por ser los arácnidos alimento más característico de sus larvas, se podría decidir por esta última tesis. Sin embargo, yo me inclino más bien a aceptar la primera, en vista de que en todos los nidos que he coleccionado he podido observar las larvas que seguramente son del Pachodynerus y por la razón de que los T'rypo- xylon aceptan muchas veces casas de otros himenópteros para dejar sus crías, mientras que a aquél véspido no se le conoce todavía como usurpa- dor de nidos de otros insectos. Creo que no debe darse por terminada esta comunicación por lo mis- mo que ella levanta ciertas dudas respecto del sentimiento de la propie- dad que la ciencia atribuye a algunos grupos de insectos. Considero de mi deber advertir también que debo a la amabilidad del Sr. J. BrerHes, a quien entregué mis ejemplares, el haber podido obte ner la clasificación de estos himenópteros. go PHYSIS (HI, 1917) JUAN BRETHES, Descripción de dos nuevos Himenópteros de Buenos Aires. Coelothorax Frersi Briernes, n. sp. Q Niger, pedibus ferruyineis, sed tarsis 4 anticis apicem versus, larsis posticis totis, piceis, femoribusque 4 posticis ex parte fuscis. Long. 2,5 mm. Terebra : 1,5 mm. La cabeza, vista de frente es en general triangular, su parte anterior bastante adelantada. Su puntuación, así como la del tórax, es relativa- mente gruesa. De cada punto hundido se desprende un fino pelillo blan- quizco. El clipeo es truncado anteriormente y su base es poco netamente separada de la frente. En cada lado basal del clipeo se nota un fuerte pun- to hundido. Una ligera elevación longitudinal hasta el arranque de las antenas. El mesonoto tiene una ancha y poco profunda impresión trans— versal antes del escudete, del cual está separado por una fuerte línea de puntos hundidos. El escudete está situado a un nivel inferior del meso- noto; su superficie es casi completamente lisa, y su disco presenta dos líneas un poco convergentes hacia atrás de puntos contiguos hundidos. El abdomen es corto, deprimido, liso, con algunos puntos piliferos muy es- parcidos, excepto el primer segménto que es chagriné. Las alas son blan- quizcas, las nervaduras de un blanco testáceo. El capullo es cilíndrico, de 5 milímetros de largo por 1,5 de diámetro, blanco. Dedico la especie al joven Arruro Frens, estudiante aventajado, quien la ha conseguido parásita de ¿ Pachodynerus argentinas Sauss. > | Porizon platensis Brirnss, n. sp. Q Niger, mandibulis (apice niqris), clypeo, marginibus oculorum, antennis art. 2 primis antice, tegulis, abdomine subtus, pedibus a coxis Jlavis, sed femoribus posticis plas minusve, apice tibiarum et articulorum tarsis rufis, alis hyalinis, stigmalte et venis fuscis. Long : 6 mm. Alae : 4 mm. Terebra : 3,5 mm. La frente, con una ligera pero extensa elevación mediana; su puntua— ción es apretada, mientras que en el clipeo es bastante esparcida; una fuerte impresión postantenar. La escultura del tórax consiste en un cha- griné apretado y una puntuación bastante esparcida. El segmento me- diario es bien areolado; sus estigmas son redondos y relativamente pe- queños. El abdomen tiene un chagriné denso. En todo el cuerpo, pelos bastante cortos, blancos, esparcidos. COMUNICACIONES 91 El macho es semejante a la hembra; sin embargo, su segunda vena recurrente es intersticial, al paso que en la Q dicha vena es netamente anterior (¿sería un caso anómalo tal vez)). Una Q y un g' obtenidos por el Sr. Arruro Frems como parásitos también de ¿ Pachodynerus argentinus Sauss. JUAN MOGENSEN (Concepción, Tucumán), Una rapaz nueva para la Argentina (presentada por M. Doello-Jurado). El Sr. Mocexsex nos comunica por carta que ha hallado cerca del río Gastona (Concepción, provincia de Tucumán) un ejemplar, y adulto, de Pandion haliaétus, el 14 de septiembre de 1916. Se trata:seguramente de la subespecie Pandion haliaétus carolinensts (Gwu.), conocida de la América del Norte y Central, y de Sud América hasta Perú y Paraguay, pero no de la Argentina (cf. Check-list N. Amer. Birds, Amer. Ornithol. Union, pág. 168). La especie típica es europea. SESIÓN DEL 28 DE OCTUBRE DE 1916 (Pres. Dr. José M. de la Rua) F. PASTORE, Esquistos precámbricos de la provincia de Tucumán. Estas rocas esquistosas, cuya edad precámbrica ha sido determinada hace tiempo, por comparación con las de Salta y Jujuy que se hallan cubiertas en discordancia por el cambrico superior fosilífero (de tal ma- nera que éste es el elemento estratigráfico siguiente, pues no se han ha- llado hasta la fecha restos del cambrico inferior y medio), constituyen el cuerpo de los principales relieves orográficos de la parte norte de la pro- vincia de Tucumán. Las muestras observadas proceden de varios puntos de la Sierra de San Javier, del Potrero de las Tablas y de las elevaciones situadas al sur de San Pedro de Colalao, y fueron recogidas en el corto viaje de estudio que hice en septiembre pasado en compañía del Dr. Guivo BoxarELtLI, por encargo de esta Sociedad. Se trata en general, de una potente serie de sedimentos arcillosos, arci- lloso arenosos, o micáceos, apenas metamorfizados, de grano fino, de es- quistosidad más o menos perfecta, a veces frescos, pero generalmente bastante alterados. y de colores grises, verdosos, amarillentos o rojizos, g2 PHYSIS (1, 1917) según el predominio de ciertos materiales accesorios pigmentantes, como partículas carbonosas, clorita, hidróxido u óxido de hierro. Varias preparaciones microscópicas muestran que estos esquistos están constituídos por muy pequeños granos de cuarzo angulosos o redondeados. escasos fragmentos de feldespato (plagioclasa), hojuelas de una mica mus- covitica de color verdoso pálido, raros restos de biotita, y menudos gra- nos e impregnaciones de óxido de hierro. La falta de minerales de nueva formación y la conservación de la clas- ticidad y de la disposición estratificada de sus elementos, que estas rocas deben a su origen sedimentario, prueban tanto como su apecto macroscó- pico, que ellas han sido muy poco afectadas por las, variadas y violentas acciones del metamorfismo, y es evidente por la naturaleza de su mica potásica, por la cloritización y por las escasas señales de efectos mecánicos, tales como la rotura de algunos granos de cuarzo y la flexión de la mica, que su lento trabajo de formación se ha cumplido en los niveles menos profundos de la zona de actividad de tan importante proceso geológico. En algunos lugares, como puede verse en las muestras, estos esquistos presentan cualidades de filitas (Las Zanjas, al norte del Potrero de las Tablas), pero en general se acercan mucho más a grauvacas por su natu- raleza arenácea. Donde el antiguo plegamiento de las rocas no ha sufrido complicacio- nes posteriores, ellas se dividen y separan en lajas planas o poco ondula— das; con mucho más frecuencia se observan arrugamientos irregulares, fracturaciones y menudas dislocaciones merced a sistemas de diaclasas, consecuencias todas de las sucesivas perturbaciones del macizo plegado, como lo es también la producción de la textura fibrosa, muy notable aguas abajo de la Puerta de la Quebrada de Lules. La alteración completa de los esquistos produce generalmente una tie- rra muy fina y liviana, que muchas veces llama la atención por su color amarillo o rojizo. JEAN BRETHES, Description d'un nouveau Colubridae Aglypha de la République Argentine: « Zamenis argentinus » Bréethes, n. sp. M. Jeay Bravucnt, mon ami, a eu lamabilité de m'apporter, d'un voyage réalisé A Santiago del Estero, une vipére qu'il a chassée á La Ban- da, pres de la capitale de la province citée. Dés le premier abord cette vipére m'a appelé l'attention par ses cou- leurs particuliéres, n'ayant pas souvenir d'avoir vu jusqu'á ce jour animal que je puisse lu1 comparer. COMUNICA CIONES 93 L'ensemble de ses caracteres: maxillaires avec une quinzaine de dents qui croissent légérement vers Varriére et n'étant pas séparées des crochets pos- térieurs par un intervalle appréciable, les dents mandibuaires subégales, celles de devant a peine légerement plus grandes, la téte allongée, avec le cou distinct; les yeux assez grands avec pupille ronde; sans sous-oculai- res; le corps allongé, cylindrique; les écallles lisses, avec pore apical, en 19 séries; les ventrales arrondies, les sous-caudales en deux files, les hy- papophyses nulles dans la colonne vertébrale... m'ont fait reconnaítre dans cet animal un représentant du genre Zamenis encore inconnu dans l'Amérique méridionale. Le fait de cette découverte n'a rien qui doive étonner : au contraire, puisque étant déjáa connu de l'Europe, de l'Asie, de l'Afrique; de l'Amé- rique du Nord jusqu'au Mexique, il ny a aucune raison pour que ce gen- re ne s étende aussi dans l'Amérique méridionale. D'oú Pon pourrait aussi conclure que Afrique du Sud et l'Australie doivent avoir des représen- tants encore inconnus de ce genre : il ny a, je le répéte, aucune impro- babilité a cette déduction. Je passeraiá présent a la description de la nouvelle espéce que ¡'appel- lerai : Zamenis argentinus BrerHes, n. sp. Le museau est assez allongé, obtus; les yeux sont assez grands, leur diamétre antéro-postérieur contenu exactement deux fois dans la lon- gueur quí les sépare du bout du museau. Le rostral est plus large que hautet bien visible d'en haut. Les internasaux sont un peu plus courts que les préfrontaux. Le frontal est presque deux fois plus long que large á sa partie antérieure; cette proportion est exacte vers le milieu du frontal, c'est-áa-dire que le frontal y est deux fois plus long que large; le méme frontal est aussi long que sa distance jusqu'au bout du museau, 1l est éga- lement aussi long que les pariétaux et á peu prés aussi large que les supra-oculaires. Les nasaux sont séparés. Un loréal presque carré, son bord inférieur á peine un peu plus long que le supérieur. Deux an- a AO té-oculaires et deux post-oculaires. Temporaux : ls 12. Huit supralabiaux dont les /* et 5* touchent P'ceil. Onze infralabiaux, le 7* le plus grand, les 6 antérieurs en contact avec le gulaire antérieur, lequel est un peu plus grand que le postérieur. Ecailles lisses, avec un pore apical assez peu marqué, en 19 rangées. 94 PHYSIS (IL, 1917) Les ventrales au nombre de 193, non anguleuses sur le cóté, sinon arrondies; l'anale est divisée. Dans Punique exemplaire qui me sert de type, je compte 35 sous-caudales en deux rangées, mais la queue est ma- nifestement brisée, lui manquant la partie apicale. En dessus l'animal est d'une couleur terre de Sienne claire, et en des- sous blanchátre. Sur les cótés du corps, une raie noirátre sépare les cou- leurs dorsale et ventrale : cette raie part du bord supérieur des écailles supralabiales et se continue á deux ou trois rangées d'écailles au-dessus des ventrales. De plus, et en situation transversale du dos, il y a á peu pres á chaque centimétre de distance une bande qui se réunit plus ou moins complétement avec les bandes latérales déja citlées : ces bandes dorso-transversales noirátres sont constituées en général par le bord noi- rátre de plusieurs écailles, leur milieu restant généralement clair. Longueur totale de l'animal : 78 ems; longueur de la queue (ce qui en reste) : 10 cms. Il est intéressant de remarquer que toutes les espéces nord-américaines et mexicaines connues jusqu'aujourd'hui ont 17 séries d'écailles (parfois 15) : C'est donc la premiére fois qu'il est fait mention d'une espéce á 19 séries d'écailles, et sous ce rapport Zamenis argentinus est plus voisin des espéces euroasiatiques yemonensis, Dahlú, rhodorhachis, ventrimacu— latas, etc. Je ne serais pas étonné que certaines formes que l'on a classifiées com- me variétés de Rhadinaea anomala ne fussent Zamenis argentinus. JUAN TREMOLERAS (Montevideo), Sobre cuatro casos teratológicos en coleópte- ros (presentada por M. Doello-Jurado). A pesar del número bastante crecido de coleópteros que he tenido opor- tunidad de observar durante más de veinte años (solamente mi colección contiene unos 12.000 ejemplares uruguayos), no he hallado más mons- truosidades que las cuatro que se presentan y paso a describir. La primera es una deformación de la antena derecha en un del ce- rambicido Torneutes pallidipennis Reiche (fig. 1). Los dos primeros ar- tejos son normales, el tercero se ensancha y se divide en dos ramas, de las cuales la principal o interna tiene nueve artejos y señales evidentes de haber existido un décimo, los que unidos a los tres primeros sumarían trece, hecho que por sí solo ya constituiría una anomalía, desde que los Torneutes normales tienen antenas 11 articuladas. La rama externa se compone de tres artejos solamente, divididos por suturas casi impercep- ComuNICACIONES 10%) tibles arriba, pero que inferiormente son visibles con una lente de media- no aumento. El tercero de ellos induce a pensar que, durante la ninfosis, la misma fuerza externa que produjo la anomalía, u otra coexistente, ha ejercido sobre dicho artejo alguna tensión o quizá torsión, pues su extre- midad sólo es un desgarramiento del integumento quintinoso. La antena izquierda está mutilada; cuenta sólo con nueve artejos y no se puede de- cir, por lo tanto, si era normal o no en lo referente al número de aquellos. Kurizexeckx ha descripto y figurado (1) un caso muy semejante en un carábido europeo (Carabus intricatus L,), con la diferencia que en éste la rama interna constituía una antena normal de once artejos. El segundo de nuestros casos lo constituye otra anomalía antenaria en Fig. 1 Fig. 2 Fig. 3 una Q de Anoploderma (Mysteria) cylindripenne Thoms (fig. 2). Los artejos 6 y 7 están soldados en ambas antenas (2), habiendo suturas bien visibles allí donde debiera existir la articulación de aquéllos. Lo curioso de esta anomalía consiste en su semejanza completa con la señalada por Brucn (paxsis, t. 1, pág. 384, nota, fig. 2 b) en una Q de Anoploderma (Pathocerus) Wagneri WarkrnH. En efecto, se trata del mismo género (aunque distinto subgénero), del mismo sexo y de la misma fusión de los artejos 6" y 7”. La figura 3 muestra el élitro izquierdo de un gf de Antarctía circumfu- sa Germ., en el cual las estrías 3? y /* se han unido, hacia el fin del ter- cio basal del élitro, en la forma indicada en la figura, la que me dispensa de entrar en mayores detalles descriptivos. KkizeneckY señala cuatro ca- (1) Krizexecky, lar., Vene Monstrosilálen bei Coleopteren, en : Entomol. Blátter, 1911, página 116, figura 2. (2) He figurado una sola de las antenas porque la anomalía es exactamente igual en las dos. 96 PHYSIS (1, 1917) r sos análogos a éste (Entomol. Blitter, 1912, pg. 140) en Abazx parallelus, de Europa, y los atribuye a una punción de los élitros durante el estado ninfal, pues experimentalmente ha obtenido tales anomalías en ejemplares de Tenebrio molitor que en aquel estado fueron sometidos a esa Operación por el citado autor. (Conf. KrizexeckxY, loc. cit., pág. 141, 255 y 311). Nuestro cuarto y último caso es casi idéntico al precedente, aunque más pronunciado. Se trata también de un carábido (Brachygnathus mu- licus, PertY) cuyo élitro derecho puede verse representado en la figura 4 (algo esquematizada), la que pone de manifiesto cómo las estrías se han unido allí donde (ateniéndonos a la opinión de KrizeNECKY) el élitro reci- bió punciones durante la ninfosis. Los cuatro coleópteros con las anomalías descriptas, quedan incorpora- dos a la colección de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales. Aprovecho la oportunidad para rogar a todos los poseedores de colec- ciones de coleópteros en la América del Sur que las revisen detenidamen- te (llamo la atención especialmente sobre los carábidos y cerambicidos) y en caso de encontrar anomalías las den a conocer en pnysis. De este modo se evitará que todos esos datos sobre teratología de los coleópteros de nuestro continente se desparramen en un sinnúmero de publicaciones que muy a menudo es imposible consultar. Este pedido podría hacerse exten- sivo a los demás órdenes de insectos, de forma que en una sola revista tendríamos reunidos todos los casos de teratología observados en la Amé- rica del Sur, lo que mucho facilitaría el conocimiento de los mismos y porlo tanto su aprovechamiento. : JUAN TREMOLERAS (Montevideo), A propósito de la aparición del pez-luna (Mola mola) en aguas del Río de la Plata. En puxysis (t. 1, p. 320), con motivo de la captura de ejemplares del pez-luna (Mola mola) en Mar del Plata (prov. de Buenos Aires) se hace referencia a la aparición en Piriápolis (entre Montevideo y Maldonado) de un pez que, a juzgar por los telegramas de los diarios (La Prensa, Buenos Aires, 22 de mayo de 1916) debía pertenecer a dicha especie. Según mis informes, confirmados por la prensa (El Plata, Montevideo, 23 de mayo de 1916), ni en Piriápolis, ni en Montevideo el Sr. Pinta, tuvieron noticia alguna sobre la captura de tal pez, cuya aparición, por otra parte, nada tendría de extraño, pues dicha especie ya ha sido obser- vada en las costas del Plata, como he tenido oportunidad de constatarlo personalmente en los dos casos que paso a relatar. ComuNIcACcIoNES 97 El 28 de abril de 1gog, siendo ayudante del Museo Nacional de Mon- tevideo, recibí orden de su digno director, el hoy finado Prof. ARECHAvA- LETA, de examinar e informarle luego sobre un pez del cual hablaba la prensa y que estaba en exhibición en el Mercado del Puerto, de esta ciu- dad. Me trasladé a éste, donde pude comprobar que se trataba del pez- luna (Mola mola). El ejemplar, según se me informó, había sido pescado en las proximidades de la Isla de Flores, dos ó tres días antes. Sus dimen- siones, según medidas que tomé personalmente, eran las siguientes : 2,09 m. de altura por 1,60 m. de longitud. El ejemplar no fué conservado. Tres años más tarde, el 20 de julio de 1912, examiné otro individuo de la misma especie en la playa de Punta del Tigre (al SW. del Cerro de Montevideo), probablemente arrojado a ella durante un fuerte temporal habido dos días antes. Anoté las siguientes dimensiones: 2,60 m. de altura por 2,15 m. de longitud. Cuando examiné este ejemplar ya se encontraba en completo estado de descomposición, lo que hizo imposible conservarlo. SESIÓN DEL 30 DE DICIEMBRE DE 1916 (Pres. Dr. Franco Pastore) CRISTÓBAL M. HICKEN, Una orquídea nueva. El Dr. Lurz Wrrre, jefe de la expedición científica al lago Viedma, realizada a principios de 1916 bajo los auspicios de la Sociedad Científica Alemana, recogió algunas plantas en los alrededores del campamento prin- cipal, que instaló en el valle Túnel al pie de los primeros ventisqueros. Entre esas plantas que me fueron entregadas para la determinación cien— tífica, hallé una orquídea del género Chloraea que conceptúo nueva para la ciencia y que me complazco en dedicar a quien la recogió. Chloraea Wittei Hicken nov. spec. Euchloraea, caule 20-30 em. alto, folis 3-5 basilaribus ellipticis vel oblongis acutis ad 6 cm. longis el 2 cm. latis, vaginis in scapo compluribus sub anthesí scariosis acutis, spica 5-10 flora, denstuscula 5-8 cm. longa, bracteis ovato-lanceolatis acuminatis, 20 mm. long. 5 mm. lat., striatis. Sepalis oblongo-lanceolatis obtusis, lateralibus apice revoluto-incrassalts 15 mm. long., 4 mm. lat., dorsal: 10 mm. long., 3 mm. lat., petalts Puysis. — T. 1 7 98 PHYSIS (11, 1917) oblongis obtusis, 10 mm. long. 3 mm. lat., labello eximie trilobo 9 mm. long., 6 mm. lat., lobis lateralibus rotundatis margine integro, intermedio lanceolato integro, nudo vel papillis Jfalciformibus ornato. Papillis facie superiore in lineis medianis a basi apicem usque falcifor- mibus longiusculis instructa, facie inferiore in lobulis lateralibus papulis paucis obsita raro omnino nuda; gynoslemio ?/, sepalis dorsalis aequante. Obs. : Flores labello heteroglosso aut homoglosso in eadem spica in- venitur; planta in silvis patagonicis prope lacum Viedma a cl. Wrrre collecta et el dicata. La planta adquiere una altura comprendida entre 20 y 3o cm. de alto, llevando en su parte basal una roseta de 3-5 hojas oblongas de 6 cm. long. por 2 de ancho. El resto del tallo está cubierto por hojas reducidas a sus vainas que son agudas como las basales y que llegan hasta la espi- ga. Esta es algo densa, cargada con 5-10 flores y alcanza un largo de 5-8 cm. Las brácteas son aovado-lanceoladas, acuminadas, de 20 mm. long. por 5 mm. lat. Los sépalos son obtusos, oblongo-lanceolados, al- canzando los laterales hasta 15 mm. long. por 4 mm. lat., con el extremo arrollado y engrosado, mientras el dorsal sólo tiene 1o mm. long. por 3 mm. lat. y con su ápice totalmente plano. Los pétalos oblongos y ob- tusos llegan a 1o mm. long. por 3 mm. lat. El labelo es manifiestamente trilobado, teniendo su eje longitudinal y mm. long. y el transversal 6 mm. Los lóbulos laterales son redondeados, casi orbiculares, con el borde entero, mientras el mediano es alargado con margen también entero, des- nudo o a menudo adornado con papilas alargadas y algo encorvadas en forma de hoz. Las papilas de la cara superior se hallan dispuestas en lí- neas que van desde la base del labelo hasta el ápice del lóbulo mediano. son alargadas y atenuadas en su extremo. En la cara inferior y sobre los lóbulos laterales se ven con suma frecuencia 4-6 papilas menores que las. otras; rara vez faltan del todo. El ginostemio es algo menor que el sépalo dorsal alcanzando apenas los ?/, de él. Oñs. : En la misma espiga se pueden hallar flores con el labelo ador— nado con papilas en ambas caras o en una sola de ellas, razón por la cual es difícil hacerla calzar en alguna de las dos divisiones establecidas por Kraxziix y admitidas por Re1cHE; pero se diferencia bien esta especie de todas las conocidas por el labelo pequeño, por su forma manifiestamente trilobada y por la disposición de las papilas que van desde la base hasta el ápice. Fué recogida por el Dr. Lurz Wrrrk en los bosques próximos al lago COMUNICACIONES 99 Viedma, donde parece ser muy común y donde crece en compañía de la Asarca Commersoni Hoox. f. LUIS DELÉTANG, Sobre la presencia de « Belostoma grande L.» en Tucumán. El género Belostoma. Larr., de la familia Belostomidae, estaba repre- sentado, hasta ahora, en la República Argentina, por una sola especie : B. annulipes samamente común en Buenos Aires, donde en ciertas épo- cas se presenta en verdaderas invasiones. Habiendo tenido ocasión de observar, con motivo de la celebración en Tucumán de la Primera Reunión Nacional de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales las colecciones entomológicas del Dr. Micurr Lito, del Padre León CasriLLoN y del Sr. Luis Dixertr, he visto en dichas co- lecciones interesantes novedades geográficas que poco a poco daré a cono- r; por ahora me limitaré a señalar la presencia de B. grande L. en la provincia de Tucumán. El ejemplar de este Belostoma que presento, procede de la colección del Padre CasriLLoN, quien lo capturó en la plaza Independencia de la ciudad de Tucumán. La especie se distingue bien por su gran tamaño, su color pardo con manchas negras; su escudete pardo con una faja amarillenta de cada lado ; los cuatro fémures posteriores amarillentos con tres fajas negras, las tibias pardas con dos fajas amarillas; las patas anteriores con fajas amarillentas. Su distribución geográfica comprende las regiones ecuatoriales y tro- picales de la América Meridional, pero no tengo conocimiento de que se haya señalado, todavía, en una región tan austral como Tucumán, y aunque varias personas me han expresado la creencia de que esta especie existe en el Chaco argentino, este es el primer ejemplar argentino de pro- cedencia no dudosa. El individuo cazado en Tucumán parece ser por sus dimensiones (11 cm. de largo por 3 cm. y medio de ancho en el pronoto), un ejemplar de gran crecimiento, pues el tamaño de la especie varía, ge- neralmente, entre 6 y 8 centímetros. 100 PHYSIS (HL, 1917) MOVIMIENTO SOCIAL PRIMERA REUNIÓN NACIONAL DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES (Tucumán, 23-30 de noviembre de 1916) Como hemos informado en el número anterior de la revista (II, pág. 470), la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales celebró, de acuerdo con su programa, la Primera Reunión Nacional en la ciudad de Tucumán, en los días 23 a 3o de noviembre pasado. Las comisiones continúan ahora con el trabajo relativo a la compila— ción de las colaboraciones presentadas, las cuales, como lo disponen las Bases (1), serán reunidas en un volumen único, que aparecera dentro del año en curso. En esa oportunidad se darán a conocer los extractos de las actas de las diversas secciones, las proposiciones, etc., como asimismo todos los discursos pronunciados. Esa será también la ocasión para expo- ner las conclusiones generales que hayan podido deducirse de esta pri- mera asamblea de los naturalistas de la Argentina. Por ahora no haremos, pues, sino un resumen general, dejando para los próximos números de Puysis las proposiciones de la asamblea y los votos de las secciones. La fecha de la Reunión. Por inconvenientes insalvables, no fué posible realizar la Reunión en la última semana de septiembre, como se pensaba. Por lo tanto, y de— biendo hacerse dentro del año 1916, en que se conmemoraba el primer centenario de la declaración de la independencia, no quedaba otra época más que los últimos días de noviembre. Para esa fecha, sin embargo, en muchos establecimientos de educación se estaba tomando exámenes, y esto fué causa de que muchos profesores se vieran imposibilitados de con- currir. Pero las dificultades hubieran sido mayores en la primera quin- cena de noviembre, por ser las últimas clases del año, o en diciembre, (1) Véase enxsis N* 11 (t. IL, pág. 229), para los antecedentes, bases, etc., de las Reuniones Nacionales. MovIMIENTO SOCIAL 1OI en que son muchos más los institutos que se hallan en época de exáme= nes. Así, pues, hubo que elegir la fecha menos mala dentro de las posibles. La Comisión local de Tucumán había observado, por su parte. que fines de septiembre era mala época por el estado de la naturaleza, y que desde este punto de vista convenía también postergar el congreso para noviembre, mes en que habitualmente ya han tenido lugar las primeras lluvias. Contra todo lo que hacía suponer una experiencia de más de treim- ta años, las lluvias no se produjeron. El calor, en cambio, se hizo sentir con bastante intensidad. La sequía se manifestaba en el estado de la vegetación silvestre, en forma muy apreciable para los residentes en aquella localidad; pero para los que iban de otras provincias, la selva tucumana ofreciase, de todos modos, interesante e instructiva. A causa de este cambio de fecha y de la renovación de las autoridades nacionales el 19 de octubre del año pasado, correspondía la presidencia honoraria de la Reunión al nuevo Ministro de Instrucción Pública, Dr. D. José S. SaLiwas, quien la aceptó, delegando su representación para el acto en el presidente de la Reunión, Dr. D. ÁNGEL GALLARDO. La Comisión local de Tucumán. Esta Comisión, de la cual habíamos dado a conocer en el N* 11 de PHYsIs sólo una parte, quedó constituída en la siguiente forma : Presidente honorario : el señor Gobernador de la provincia, Dr. D. Ernesto E. PaApiLLaA. Vicepresidentes honorarios : señores Dr. Juas B. Terán, Dr. AnserTO Rovuectis y Dr. Juan HeLtER. Presidente : Dr. MicueL Lino. Secretario : Sr. Leanbro Rivas JorDÁN. Prosecretarios : Dres. CarLos Díaz y FibgL ZeLADA. Vocales : Sra. Juana G. be PerrErrT, Srta. Junta López FIGUEROA, Srta. María ÁwceLESs Braxpan, Sres. León Castizion, Inocencio Limerant, José Luis Aráoz, Juan CHavanNnNe, Domisco L. Simo1s, Luis M. Poviña, W1i- LLIAN (ROSS, STEWART SHIPTON, Romirio BicLieRI, RopriGO ÁMORORTU, Laurexcio Lear Logo, Abramam MacieL, RopoLro PerPERT, NicANOR Ro- DRÍGUEZ DEL Busro, ManueL DE La Fuente, José M. López, Josí R. Fie- RRO, RODOLFO SCHREITER, EsterGIDIO DE LA VEGA, Áucusto A. Héserr, Eusraquio Moraes, Apboro Martínez, E. F. Scmurz, L. Rivas Mícuez. 102 PHYSIS (MIL, 1917) La concurrencia de los profesores de historia natural. Como hemos informado anteriormente, el ex-Ministro de Instrucción Pública, Dr. D. CarLos Saaveora Lamas, había autorizado a los profeso- res de historia natural de los colegios nacionales y escuelas normales de la República para asistir a la Reunión de Tucumán, concediéndoles la ne- cesaria licencia, por resolución especial de aquel ministerio. Además había prometido dar a los profesores que asistieran, pasaje de ida y vuelta. El actual ministro Dr. Satrvas mantuvo esta resolución; pero por razones económicas, y a pesar de su buenas disposiciones, no creía posible acor- dar los pasajes para los profesores. En estas circunstancias, la comisión organizadora, en vista de que había un gran número de profesores que se habían inscripto para asistir a Tu- cumán con la condición de que se les daría el pasaje (cargando cada cual con los gastos de hospedaje, etc.), decidió solicitar una entrevista con el actual Presidente de la República Dr. D. Hiróniro IriGoYExN, quien la acordó sin dificultad. El Sr. Presidente, informado por una nota de la so- ciedad, de los antecedentes del asunto, le prestó su más benévola acogida y decidió que se otorgaran cincuenta pasajes para los profesores que hu- bieran manifestado deseos de asistir. Esta decisión, que-la sociedad agra- deció como correspondía, hizo posible la realización de uno de los fines que más interesaba a la comisión organizadora. Las sesiones. Las sesiones de la Primera Reunión se realizaron en el hermoso local del Colegio Nacional de Tucumán amablemente cedido a este efecto por sus autoridades, las que facilitaron con todo empeño la tarea de las comi- siones. Allí se instaló también la secretaría general. La sesión inaugural tuvo lugar el 23 de noviembre a las 5 p. m. Ini- cióse con un discurso del Sr. Gobernador Dr. Erxesro Paita, en que dió la bienvenida a los miembros de la Reunión. Siguió la disertación del presidente de ésta, Dr. GarLarpo, quien se ocupó de Los estudios biológi- cos en la República Argentina. A continuación habló el Dr. Enuarbo HoLmberG, por especial invitación de la comisión organizadora, y después los señores Pasrore y BowarELL1 presentaron un Bosquejo geológico de la provincia de Tucumán hecho por encargo de la sociedad. En representa- ción de la Universidad de La Plata, habló el Prof. A. CG. ScaLa. Por la noche el Ing. Hermerre dió una conferencia pública, en el local MovimIENTO SOCIAL 103 de la Sociedad « Sarmiento », sobre el petróleo de Comodoro Rivadavia, acompañada de proyecciones luminosas. En la sesión del sábado 25, por la mañana y por la tarde, fueron leídas las disertaciones de los presidentes de sección, de acuerdo con el siguiente programa : Sección Geología, Presidente Ing. Exr1que Hermrrre : La importancia de los estudios geológicos, particularmente en la individualización de los yacimientos minerales. Sección Paleontología, Presidente Sr. CarLos AmeGuiNO : Observacio- nes sobre los yacimientos fosiliferos del Valle de Santa Marta, en Catamarca y Tucumán. Sección Botánica, Presidente Dr. Crisróran M. Hicxew : La inmugra— ción de helechos en la Flora tucumana. Sección Zoología, Presidente Dr. Enuarno L. Hormbere : Las proyec- ciones de la Zoología. Sección Antropología, Presidente Dr. Juan B. AmbrosettI : Observa= ciones sobre la arqueología de la Puna de Atacama, con referencia a los objetos hallados por el Señor Anibal Echeverria y Reyes, depositados ac— tualmente en el Museo de la Facultad de Filosofía y Letras. Sección Ciencias Fisicoquímicas, Presidente Dr. Exr1Que HERRERO Ductoux : Interpretación química de la función clorofilica. Sección Ciencias Naturales aplicadas, Presidente Ing. Tomás AmADEO : Organización del Instituto Central de Investigaciones agricolas. Sección Enseñanza e Historia de las ciencias naturales, Presidente Sr. Vícror MercANTE : La enseñanza de la historia natural en los colegios na- cionales y en las escuelas normales. Debiendo regresar a Buenos Aires, por asuntos de familia, el presidente de la Reunión Dr. GaLLarpo, delegó, en la sesión de la tarde del sabado 25, la presidencia en el Dr. Enuarno L. HormberG. Imposibilitado de concurrir el presidente de la sociedad Dr. José M. DE LA Rua, le reemplazó el vicepresidente Dr. Franco PastorE. Se hallaban presentes además del Secretario General, Prof. DorLLo— Jurano, los secretarios de las secciones siguientes : de Geología, Dr. Juan José Nácera; de Paleontología, Dr. Enbuarno Carerre; de Botánica, Dra. Juana G. DieckmanN de KyburG; de Zoología, Ing. Cartos Lizer ; de Biología General, Sr. José J. CarsoxELL; de Ciencias Fisicoquímicas, Dr. AxceL Braxcmr Liscmerri y de Enseñanza, Dr. Iineroxso VATTUONE. De los presidentes de sección, dejaron de concurrir únicamente el Dr. Herrero DucLoux, cuya disertación fué leída por el Sr. Scaza, y el Prof. Juan NieLseN. De los secretarios de sección, estaban ausentes los Dres. 104 PHYSIS (II, 1917) Cantos A. MareLti (sección antropología) y ApoLro D. HormberG (sección Ciencias Naturales aplicadas.) El mismo día 25 por la tarde tuvo lugar una reunión privada de los presidentes y secretarios de sección y de los miembros de la Comisión Directiva presentes en Tucumán, en la que se resolvió : 1” designar al Dr. MicuEL LiLLO para presidir las sesiones de la sección Ciencias Físicoqui- micas: 2” refundir, a los efectos de las sesiones, la sección Biología Gre neral con la de Zoología, bajo la presidencia del Dr. Enuarno L. HoLm- BERG, presidente de esta última; 3% designar para que actuaran como se- cretarios : de la sección Antropología, al Dr. SaLvapor DEBENEDETTI, y de la sección Ciencias Naturales aplicadas, al Dr. FiveL ZeLADA. En los días 27, 28 y 29 tuvieron lugar las sesiones parciales de las di- ferentes secciones. El jueves 30, por la mañana se realizó una visita a la Estación Agrícola Experimental que sostiene la provincia de Tucumán. A mediodía, el Sr. Gobernador Dr. Paba y sus ministros Díaz y AvELLANEDA, ofrecieron un almuerzo en el Savoy Hotel a todos los miembros de la Reunión. Por la tarde del mismo día tuvo lugar la sesión de clausura en presen- cia de las autoridades provinciales, miembros de la Legislatura, numero- sos profesores, etc. En ella pronunció un discurso el Rector de la Univer- sidad de Tucumán Dr. Juan B. Terán y otro el Dr. Enuarno L. Horm- BERG, cerrando el acto con palabras de agradecimiento para el gobierno y la sociedad de Tucumán el vicepresidente de la sociedad, Dr. Franco PAsTORE. Las excursiones. Las excursiones fueron sumamente interesantes y muy concurridas, a pesar del fuerte calor reinante. Se realizaron tres, que era el número pro- yectado : una al Cajón del Cadillal, para observaciones geológicas, y en ella actuó como guía el Dr. J. Kemez, jefe de la sección geología de la Dirección General de Minas de la Nación ; otra a la Quebrada de Lules, bajo la dirección del Dr. MicueL Lio, el “mejor conocedor de la flora tu- cumana, y otra a Villa Nougués. Estas últimas fueron simultáneas, de modo que los concurrentes se repartieron en una o en otra. Los trabajos presentados. Como hemos dicho, las comisiones trabajan ahora en la tarea de reu= nir y dejar listas las diferentes colaboraciones presentadas en la Reunión MOVIMIENTO SOGIAL ¡ 109 de Tucumán. Numerosos trabajos de verdadero interés se han tratado allí y no cabe duda de que el volumen que los contendrá, expondrá digna— mente el progreso que han alcanzado entre nosotros las ciencias naturales. SEGUNDA REUNIÓN NACIONAL En la asamblea extraordinaria celebrada por la sociedad el 15 de enero pasado se resolvió que la ciudad de Mendoza sea la sede de la próxima Reunión Nacional. Esta designación se ha hecho teniendo en cuenta las conveniencias de todo género que ofrece la región y satisfaciendo con la merecida atención el pedido que el gobierno de dicha provincia formuló en la reunión de Tucumán, con el apoyo de los numerosos adherentes de Mendoza y el unánime aplauso de los asistentes. En la misma asamblea se dispuso la elección de la Comisión Organiza- dora de la Segunda Reunión Nacional para que se inicien los trabajos de preparación ; ésta quedó constituida en la forma siguiente : Secretario General : Dr. Juan José NáceraA, (presidente de la Comisión). e Secretarios de sección Sr. GUILLERMO SeEMLLOSA, Geología, Geografía y Geofísica. Sr. Cayeraxo E. Roca, Paleontología. Prof. ILberoNso C. Varruone, Botánica. Sr. José J. CARBONELL, Zoología. Sr. Luis F. BorparéÉ, Biología general, Anatomía y Fisiología. Prof. Acustíx E. Larraurr, Antropología, Etnografía y Arqueología. Sr. Fraxcisco CrrveLLI, Ciencias Fisico-químicas. Sr. Lorexzo Paronr, Ciencias Naturales aplicadas. Prof. ÁxceL Braxcmr Liscuerrr, Enseñanza e Historia de las Ciencias Naturales. Temas generales. 106 PHYSIS (11, 1917) CRÓNICA Dr. Oscar Doering. El 4 de enero falleció este antiguo miembro titular de la Academia de Cien- cias de Córdoba, a la que pertenecía desde hace más de 4o años. El profesor Oscar Dorriv6 nació en Waake, cerca de Goettingen (Ale- mania) en 1844, habiendo demostra- do desde su niñez un intenso amor hacia los estudios científicos y una pre- dilección por la física y las matemáti- cas, materias en las que debía especia- lizarse después. Terminados sus estudios en 1866, en la Universidad de Goettingen, fué nombrado profesor en los liceos oficia- les de Celle, Rostock, y Ribnitz. En 1874 llegó ala Argentina, lama- do por BurmersteER, ocupando en se- guida la cátedra de matemáticas en la Universidad de Córdoba — institución a la que consagró desde entonces casi todas sus actividades — dejando esta cátedra el año después para hacerse cargo de la de física experimental en la misma Universidad. Fué nombrado en los años sucesivos profesor de griego y de latín en el Colegio nacional de Córdoba, de física teórica en la Facul- tad de ciencias, y de física y química El Dr. O. Doering en el año 1858 en la Escuela normal de maestras de la misma ciudad. Desempeñó cargos oficiales importantes, como el de primer decano de la Facultad de ciencias de Córdoba, presidente de la Academia Nacional de Ciencias, consejal de la Municipalidad, director de la Oficina meteorológica de la provincia, comisionado para los trabajos astronómicos y geodésicos en la demarcación de límites entre La Rioja y Córdoba, etc., etc., siendo, ade- más, miembro de varias comisiones oficiales y de numerosos institutos cien- tíficos, nacionales y extranjeros. Realizó también importantes viajes de estudio y exploraciones científicas en las provincias del centro y del norte de la Argentina. El resultado de su intensa labor, cuyo mérito especial es el de constituir una de las más valiosas contribuciones al progreso de la investigación física Crónica 107 de nuestro país, queda consignado en más de 5o trabajos sobre meteorología, climatología, magnetismo, hipsometría, geografía, viajes. etc., publicados en su mayor parte en el Boletín de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba durante los años 1881 a 1916. La ciencia argentina ha perdido con la muerte del Dr. Oscar DorrinG uno de sus más abnegados cultores, y la Academia Nacional de Ciencias uno de sus venerables y más prestigiosos miembros. La Comisión Oceanográfica Argentina. La iniciativa privada, adelantándose a lo que hasta ahora no han hecho los poderes públicos, ha emprendido una obra meritoria y digna del aplauso y del apoyo de los que se interesan en los estudios del mar bajo sus diversos aspec- tos. Se trata de la constitución de una Comisión Oceanográfica Argentina, que se propone como su nombre lo indica, estimular el estudio científico de nues- tros mares desde el punto de vista físico, biológico y aplicado. La comisión quedó constituída en La Prensa el 10 de Eneto de 1g16, bajo la presidencia del director de este diario Sr. Dr. EzrqureL P. Paz, contando como vocales a los Sres. Dr. AncrEL GaLLarDo, capitán de fragata Sr. Seaunbo KR. Srornt e ingeniero D. Enrique Marco DeL Powr. El secretario es el Dr. Apozro D. HormsBerG, que ha realizado durante tres años estudios en los laboratorios marítimos de Francia y de Alemania, y a cuyo entusiasmo y esfuerzo se debe una parte muy importante de esta nueva empresa científica. El objeto inmediato de la Comisión oceanográfica, es el de procurar la fun- dación de una estación o acuario que se establecería en Mar del Plata. Se nos informa que los trabajos en este sentido se hallan ya bastante adelantados, esperándose que para la presente estación de verano se habrán podido hacer algunas instalaciones en la rambla de aquella ciudad. El Ing. Marcó peL Poxr, autor (junto con el Sr. RaúL Pasman) de un pro- yecto para el futuro instituto oceanográfico, de grandes proporciones, presen- tó dicho proyecto en la primera reunión nacional de la S. A. CG. N. La idea fué muy bien recibida en aquella reunión y mereció un voto especial, llaman- do la atención del público y del gobierno sobre los beneficios que reportaría la realización de aquel proyecto. La Comisión oceanográfica pasó poco después de constituida, la siguiente comunicación a la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales : «Buenos Aires, Julio 22 de 1916. «Señor presidente de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, doctor José María de la Rua. «Muy distinguido señor : y 8 «Nada me es más grato que invitar a Vd. y por su intermedio a sus seño- res consocios, a secundar los estudios de la Gomisión Oceanográfica que pre- 108 PHYSIS (111, 1917) sido, y poner desde luego a disposición de esa Sociedad una plaza de trabajo, bautizada con su nombre, en el instituto oceanográfico que pronto funda- remos. «Saludo a Vd. con mi más distinguida consideración. « Adolfo D. Holmberg, EzeouirL P. Paz, Secretario, Presidente ». Este honroso ofrecimiento ha sido aceptado y debidamente agradecido. En el deseo de cooperar a los fines de la Comisión Oceanográfica, llamamos la atención de nuestros asociados hacia la proposición que ella formula. Sociedad Ornitológica del Plata. Esta asociación científica, de cuya fundación y propósitos nos ocupamos en el número anterior de pnxs1s, sigue despertando un verdadero interés que se manifiesta en las numerosas adhesiones que recibe. Comisión directiva, miembros honorarios, correspondientes y activos de la So- ciedad Ornitológica del Plata. — La Comisión directiva de la Sociedad Ornito- lógica del Plata está compuesta por los Sres. Roberto DabBENE, presidente; Penro Serrk£, secretario-tesorero : Junio KosLowskyY, Pero S. Casan, MARTIN DoeLLo-Jurapo, Héctor AMBROSETTI, vocales. Figuran como miembros honorarios los siguientes conocidos naturalistas, que se dedicaron especialmente al estudio de las aves argentinas o sudameri- canas: Dr. Epuarno L. HormBerG, presidente honorario; Enrique LywcH ARrIBALZAGA (Argentina); Dr. H. von Imer1x6, ex director del Museo de San Pablo (Brasil); Dr. Fraxx M. Cuarman, jefe de la sección ornitológica del Museo de Nueva York; Dr. Roserro Rinewax, ornitólogo del Museo de Wash- ington; Conde Tomás SALVADORI, vice director del Museo de Turín; Dr. Karí E. HeLimaYrR, del Museo de Munich; W. H. Hunson, de Londres; A. Ménkécaux, del Museo de París. Fueron nombrados miembros correspondientes, en la Argentina, los Sres. Dr. Luis J. Fowrawa (San Juan), Dr. Micuez Lito (Tucumán), Dr. Eucenio GriacomeLLI (La Rioja), Carros S. Ree (Mendoza), Dr. Aboro DorrinG (Córdoba); y en el extranjero, los Sres. A. pe W. Berront y Canos FiebrIG (Paraguay), RopoLro v. lnerinc y Dra. E. Sxernrace (Brasil), Carnos E. Por- TER y NaranieL Costes (Chile), Awasrasto Arraro (S. José de Costa Rica), Leo E. Miner, Gror6E K. CuerrieE y W. E. Cryok (Norte América), G. A. Baer y L. Brasi (Francia), ALrreDO BorELL1 (Italia), Ernesto Gisson (Inglaterra). En la lista de miembros fundadores y activos ingresados hasta la fecha figu- ran los Sres. Emo Acustí, Dr. Juan B. AmBrosetTI, Hécror ÁMBROSETTI, Dr. Roserro Beer, Ocravio P. BoxpukL, Luis F. BorbaLé, Prof. Juan Brk- CrónICA 100 THes, Dr. José J. CarsoweLL, Capitán de fragata Penro S. Casal, ÁNTONIO Casrko Bisioxt, Ing. Juan N. Carrarr, Francisco GriveLiI, Dr. Roerro Dabsene. Dr. José M. be La Rua, ArBerTO DEL Campo, Luis F. DeLéranG, Lurs DixeLtr, Prof. Marrtíx DoriLo-Jurabo, ArTURO G. Frers, Dr. ÁvceL GALLaRr- po, Prof. CarLos GUTIÉRREZ, ALBERTO S. Hume, Srta. Esruer M. Irizar, Mar- tin JacoBÉ (hijo), Juro Kostowskx, Prof. Lucas KracLievicn, Dr. Fervanbo Lamure, Ing. agr. Cartos Lizer, Dr. CarLos A. MarrLLr, LAURENTINO C. Me- stas, Juan MocenseN, Carros M. Muare, Dr. Juaw J. Nácera, Srta. ÁNGELA NáGeRA Ezcurra, Marto NireNSTEIN, Dr. Franco PastorE, Sta Vicrorta Pas- TorE, Awroxio Pozz1, Sanrraco Pozzr, Capitán de fragata Abren Rear, Deme- TrIO0 RobríGuEz, Dr. Exrio0ue Robrícuez, Dr. Fermin Robrícuez, Francisco M. Robricuez, Humberto RoLLerRI, CAYETANO SALVAÑA, Junto C. Savon, Ma- NUEL SELVA, PEDRO SERIÉ, STEWART Smipron, Dr. CarLos SPEGAZZINI, CESÁREO A. G. WesseL, Thos. M. Younc, ÁNGEL Zorra. La primera reunión bianual de la Sociedad Ornitológica del Plata. — Según lo consignan sus estatutos, la S. O. P. ha celebrado en Tucumán, conjunta- mente con la S. A. €. N. su primera reunión nacional, bajo la presidencia del Dr. Enuarno L. HoLmberG y actuando de secretario el Sr. Pero Serib, la que fué, como se había anunciado sólo preliminar. Con motivo de esta reunión, se inscribieron allí un buen núcleo de adherentes. Por una coincidencia feliz, en Tucumán se hallan reunidos un número de ornitólogos o coleccionistas como no los hay en ninguna ciudad del interior dela república, entre los cuales el Dr. Mrcuer Lio, autor de varias publicaciones sobre la avifauna de Tucumán y poseedor de una colección de aves argentinas, que es, entre las particulares, la más completa que existe en el país ; el Sr. Lurs DrxeLLr, antiguo coleccionista y autor de un trabajo sobre biología de aves ; los Sres. Pao GrrarD, L. Bury, Leaypro Rivas Micurz y otros coleccionis- tas que mucho han contribuído para el conocimiento de las aves de esa región. Excursiones. — Después de clausuradas las sesiones de la reunión nacional, algunos de los miembros hicieron una excursión hasta Concepción, Alpachi- ri, Las Pavas, etc. En Concepción (ingenio «La Corona ») tuvieron oportu- nidad de conocer la hermosa colección del Sr. Srewarr Smeron, compuesta de ejemplares armados y en grupos, procedentes de las diversas regiones del país. En Concepción reside también el Sr. Juan MocexseN, bien conocido co- mo coleccionista y explorador, quien ha provisto y preparado la mayor parte de los ejemplares de la colección SHreroN. Trabajos ornitológicos presentados. — En la sección zoológica de la S. A. C. N. fueron presentados varios trabajos de los Sres. RoBekto DabBeENE, sobre nuevas especies y subespecies de la alondra (género (Geositta); Luis DiweLt1, sobre observaciones biológicas de aves de Tucumán; CarLos S. ReeD, una lista impresa de las aves de Mendoza. 110 PHYSIS (M1, 1917) Publicaciones de la S. O. P. — La sociedad ha publicado y distribuído dos folletos : El primero (1) expone el carácter y los fines de la asociación, e im- cluye los estatutos, la nómina de las varias categorías de socios, y la comisión directiva para 1916-1918, además algunas instrucciones para la conservación y remisión de aves. El segundo (2) está dedicado al distinguido ornitólogo del Museo de Nueva York, Dr. Frayk M. Cuarman, y reproduce los discursos pronunciados con motivo de su recepción en las S. A. C. N. y S. O. P., por los Sres. AxcEL GALLARDO, RoserTOo DABBENE y el mismo Dr. CHAPMAN. Distinciones al presidente de la S. O. P. — El Dr. Roserro DabbENE ha si- do nombrado miembro correspondiente de la Zoological Society de Londres y de la American Ornithologists? Union, de los Estados Unidos. Nuevas colecciones ornitológicas. — Debido a la eficaz cooperación prestada por los Sres. Capitanes de fragata Penro S. Casan y EnuarDo RAMIREZ, CO- _mandante militar de la isla de Martín García, el preparador del museo nacional Sr. Awroxio Pozz1 ha podido efectuar allí varias excursiones y coleccionar para la S. O. P. un buen número de especies de aves de esa isla, las que serán es- tudiadas próximamente por el Dr. DabexE. Museo Provincial de Salta. Se ha fundado en la ciudad de Salta, bajo los auspicios de la « Unión Sal- teña », un museo regional, con el fin de dar a conocer los productos de la provincia, fomentar el desarrollo comercial e industrial y provocar el mejora- miento agropecuario y sus derivados, que constituyen las principales fuentes de la riqueza salteña. El museo comprende, en sus diversas secciones, una exposición de productos antiguos y modernos: un archivo de fotografías y publicaciones científicas relacionadas con la provincia; oficina de informes y de estudios sobre nuevos productos, sobre minas, irrigación, fomento forestal, industrias, comercio, etc. Está a cargo de un Consejo directivo, formado por los señores CrIsTIAN NeLsox, director, y ÁrTURO GAMBOLINI, ÁLroNsO Castaña, RonoLro MarTÍN y Castano Hovos, vocales. Entre el material obtenido recientemente para formar la sección de arte salteño y de industrias locales, figura una importante colección de alfarería calchaquí, recogida en la Quebrada del Toro. . (1) Sociedad Ornitológica del Plata, para el estudio y protección de las aves de la Argentina y paises vecinos. Folleto de 12 páginas. Imprenta Tragant, Buenos Aires. 1916. (2) Recepción del Dr. Frank M. Chapman, dada por las sociedades Argentina de ciencias nalura— les y Ornitológica del Plata el 11 de Sepliembre de 1916. Folleto de 12 páginas. Imprenta Coni Hermanos, Buenos Aires. 1916. CRÓNICA 111 Aplaudimos tan loable iniciativa y deseamos que el museo salteño pueda cumplir sus variados propósitos con el éxito que merece. Museo Nacional de Buenos Aires. En estos últimos tiempos, el Museo Nacional ha enriquecido notablemente sus colecciones ornitológicas, mediante uma excursión del Sr. Aurerio Pozzr al Chubut, quien recolectó cerca de 50 ejemplares diversos, y la adquisición de tres importantes colecciones : del Sr. Juax MocenseN con 260 ejemplares Oso hormiguero o Tamandúa (Tamandua tetradactyla L.), esqueleto armado. Longitud total 117 cm. de varias regiones del país; del Sr. José SreixBacH, con 397 aves de Santa Cruz (Bolivia); y del Sr. Demerrio Roprícuez con 227 de San Luis y Buenos Altres. Prosiguiendo con la publicación de los esqueletos de edentados actuales del Museo nacional, damos ahora la fotografía del oso hormiguero, Tamandua te- tradactyla, especie que se encuentra en el sud del Brasil, Paraguay y norte de la Argentina. Museo de Santiago del Estero. Debido a la generosa iniciativa del Dr. ALejaybro GanceDo (hijo), quien ha cedido su valiosa colección etnográfica y arqueológica argentina al go- bierno de su provincia, contará la ciudad de Santiago del Estero con un in- teresante museo regional, destinado a adquirir importancia bajo la activa dirección del mismo Dr. GANceDO. En un próximo número tendremos oportunidad de ocuparnos con más extensión de este muevo museo. 112 PHYSIS (11, 1917) Exploraciones geológicas. En la provincia de Jujuy. — El Dr. Juan Keren, Jefe de geología de la Di- rección General de Minas, ha explorado geológicamente desde mediados de Diciembre hasta fines de Enero del año pasado, una parte de las altas cadenas a ambos lados de la quebrada de Humahuaca, en el paralelo de Purmamarca, para estudiar la estratigrafía del Algonkiano, Cámbrico y Ordoviciano, y la tectónica. Sus principales resultados estratigráficos son, el hallazgo del Cám- brico medio con una fauna de trilobites y la observación de que el espesor de los estratos cámbricos aumenta de oeste a este, acentuándose al mismo tiempo los caracteres marinos de la serie. La estructura de la montaña, en la Sierra de Zenta y más al poniente, con- siderada antes como imbricada, ha resultado ser aun más complicada. A pri- mera vista podría pensarse en un verdadero sobreescurrimiento de gran alcan- ce, producido come en los alpes europeos por un plegamiento excesivo. Se pueden reconocer varios grandes trozos de los sedimentos algonkianos, que descansan sobre una base de capas cámbricas, ordovicianas y cretáceas, Opri- midas y aplastadas parcialmente y mezcladas entre sí por los fuertes movi- mientos laterales. Cada trozo es una unidad definida tanto por su com- posición como por su coloración. Es posible reconocer bien esto en el perfil transversal que se extiende desde Guachi Chucana por el lado derecho de la Quebrada de Purmamarca hasta la Quebrada de Humahuaca. Pero parece que más bien que tratarse de un plegamiento excesivo es de suponer que se hayan cortado largas fajas de rumbo N.S. merced a fallas longitudinales del bloque algonkiano y su cubierta de estratos del Paleozoico inferior y del Cretáceo, y que estas fajas se han superpuesto unas a otras por los movimientos del Terciario venidos del oeste. Los estudios realizados hasta la fecha no son suficientes, según KeErDEL, para resolver este problema. Nuevos estudios de la fauna marina de las costas de Patagonia. Después de las excursiones de que hemos dado cuenta en esta revista (n* 10), el Museo de Buenos Aires ha realizado otras nuevas en las costas pa- tagónicas. El Sr. DorLLo-Jurano, acompañado por el Sr. Emo Acusrií realizó en los meses de Febrero y Marzo del año pasado un viaje de recolección principal- mente en Comodoro Rivadavia (Golfo San Jorge) y lugares vecinos. Luego recorrió los demás puertos hasta Río Gallegos. El Sr. Acusrí permaneció en Comodoro Rivadavia hasta Abril, y gracias a una recomendación de la Comi- sión de explotación del petróleo, pudo obtener allí facilidades para el desem- peño de sus tareas. El resultado ha sido una buena colección de animales marinos, principal- mente invertebrados, en alcohol o formol y también ejemplares secos de equi- CrónICA 113 nodermos, y Numerosos moluscos, incluyendo algunos fósiles. Esto viene a agregar un valioso y variado material a las colecciones de la sección corres- pondiente del Museo de Buenos Aires. Protección y estudio de las aves. Ilustraciones de aves sudamericanas. — Será seguramente recibida con pla- cer por todos los que se interesan en el estudio de las aves, la noticia de que se han empezado a publicar las ilustraciones de la obra de BraBOURNE y Cuuss sobre las aves de Sud América (1). La porción publicada comprende her- mosas láminas sueltas, coloreadas a mano por Mr. GrónvoLp. La edición está limitada a 200 ejemplares. Gomo la publicación del texto se mercrdará ahora, debido a la muerte de Lord BraboUrNE (envsis, 1, pág. 214) por un tiempo indeterminable, Mr. CuuBb se ha decidido a editar las ilustraciones que ya estaban hechas. Las di- ficultades con que se tropieza, son de orden económico y podrían salvarse'sólo por una contribución particular que substituyera la del finado colaborador de Mr. Cuusb, y que es seguro se ha de hallar entre los numerosos cultivadores de la ornitología en el Reino Unido. Entre las ilustraciones de esta primera parte, vemos los tres representantes del género Rhea; Tinamus y otras perdices americanas; Penelope y otras pa- vas de monte; el curioso Odontophorus capoeira, — el «Urú» de Azara, cuya presencia en Misiones ha sido señalada en 1912 por DabBeENE, — diversas pa- lomas, una gallareta (Fulica) y un macá (Podiceps). Las Ciencias Naturales en la América latina. El 28 de Diciembre pasado celebró la Sociedad Científica de Chile su 25 ani- versario con una velada en la Biblioteca Nacional de Santiago, en la que to- maron parte entre otras personalidades científicas, el Prof. CarLos E. PorTER, quien habló sobre estudios zoológicos y botánicos ; el Prof. A. ObrecH, sobre astronomía científica; el Sr. R. Briones Luco, sobre las influencia de la So- ciedad Científica de Chile en el cultivo de las ciencias; el Dr. Penro N. Barros, sobre la labor de los médicos de la sociedad ; el Prof. Narciso Conca, sobre estudios químicos y físicos; el Sr. Roserto Rexcrro, sobre enciclopedia, etc. Universidad de La Plata. En la Facultad de ciencias naturales de la Universidad de La Plata se han graduado durante los años 1915 y rgr6 doctores en ciencias naturales (espe- (1) Hllustrations to the Birds of South America. Part Í, containing 19 Hand-coloured Plates. Edit. John Wheldon and C*. Londres [1915 ?] Puysis. — T. m1 E 8 114 PHYSIS (MIL, 1917) cialidad en zoología) la señorita María IsabeL Scorr y el señor Max BirabBíN ; licenciado en ciencias naturales (especialidad en antropología) el señor Abr- LARDO CrALLO. Las donaciones para investigaciones científicas en Francia : la dotación Bona- parte. Hemos tenido oportunidad de recordar más de una vez en esta revista las grandes, a veces enormes, sumas donadas para fines científicos en los Estados Unidos. En Francia las donaciones no son en general tan cuantiosas, pero son en cambio muy numerosas y muy amplia y juiciosamente distribuídas. Es su- mamente grande, en efecto, el número de las pequeñas sumas que la gene- rosidad de la gente pudiente destina a facilitar las tareas de los investigadores. La Academia de Ciencias de París distribuve anualmente varias docenas de tales premios en dinero, cuyas asignaciones se dan a conocer en los Comptes rendus; pero desde el año pasado y a pesar de las tristes condiciones determina- das por la guerra, ha comenzado a publicar un anuario especial (1) destinado sólo a dar cuenta de la distribución de los premios instituídos por el príncipe RoLanD Boxararte, bien conocido como protector de las ciencias. La primera entrega de esta interesante publicación, que hemos recibido de aquella ilustre academia, contiene los antecedentes y carácter de la dotación Boxararte y la nómina de las asignaciones hechas desde 1908 a 1915. La primera donación fué de 100.000 francos, la segunda de 250.000 y una ter- cera de 35.000 ; ésta destinada a la Facultad de medicina de Beyruth. El objeto de la dotación no es el de premiar trabajos ya efectuados y dados a conocer, por buenos que sean, sino el de favorecer la realización de nuevos trabajos por parte de los investigadores que hayan demostrado su capacidad. «Mi intención, — dice el donante, — es que esta suma sirva para provocar descubrimientos facilitando las investigaciones de los trabajadores que han hecho ya sus pruebas en trabajos originales, y que no perteneciendo a nues- tra academia, carezcan de los recursos suficientes para emprender o proseguir sus investigaciones. » La adjudicación de los premios queda a cargo de una comisión nombrada del seno de la' Academia de Ciencias. Las cantidades do- nadas deberán ser distribuídas en premios no inferiores a 2000 francos ca- da uno. El total de las cantidades repartidas por año es como sigue : 1908, 25.000 francos distribuídos en ro premios; 1909, 25.000 francos en y premios ; 1gro, 30.000 francos en 11 premios; 1911, 30.000 francos en rr premios: 1912, 41.000 francos en 13 premios; 1913, 55.000 francos en 21 premios; (1) Institut de France, Académie des Sciences. Recueil du Fonds Bonaparte. Publicalion annuel— lO MO: CRÓNICA 115 1914, 54.500 francos en 18 premios; 1915, 24.500 francos en Y premios. Se desprende de esto que las sumas recibidas por cada investigador oscilan entre 2000 y 5000 francos. Viene luego una nómina de los agraciados y de los temas que han ocupado su actividad científica. Una prescripción del reglamento de la dotación Boxa- PARTE exige que los premiados presenten a la academia, dentro de los dos años siguientes a la percepción del beneficio, un informe no mayor de dos páginas impresas en que deben dar cuenta de la forma en que han empleado la suma recibida, un resumen de las investigaciones realizadas o publicadas y la bibliografía correspondiente al tema. Esta primer entrega contiene, pues, Jos informes de los años 1908-1915. Su lectura es muy instructiva por la variedad de los asuntos tratados, en cien- cias exactas, astronomía, física, química, historia natural, agricultura, etc., etc. Las adjudicaciones se hacen con criterio liberal, y teniendo sólo en vista la mejor utilización del beneficio. dentro de las preferencias y aptitudes del agraciado. Así vemos, por ejemplo, que a L. BLarrscuem, se le asigna una cantidad para facilitarle sus estudios sobre los procedimientos experimentales de la va- riación de las plantas: al director del observatorio de Argel, para munir a su anteojo meridiano de un nuevo tornillo micrométrico (y del mismo modo a otros investigadores en física, química, meteorología, etc., para la adquisi- ción de determinados instrumentos); a L. Cayeux, para que pueda hacer un viaje a los Estados Unidos para proseguir sus estudios sobre minerales de hie- rro oolíticos; a CH. Perez, para que pueda publicar una memoria, acompa- ñada de numerosas láminas coloreadas, sobre investigaciones histológicas en la metamórtfosis de las moscas; a (. Hovarp, para que pueda continuar sus investigaciones sobre las agallas de diversas plantas; a A. Quipow, para que prosiga sus trabajos sobre los copépodos parásitos; a M. Torsexr, para con- tribuir a la fundación de una estación de biología de agua dulce en Grimaldi (Cóte-d'Or), donde ya se han podido llevar a cabo, gracias a esta ayuda, im- portantes estudios sobre las esponjas fluviátiles; a varios naturalistas para sus exploraciones zoológicas o botánicas en Asia y África; a L. Rouzr, para que pueda continuar sus estudios sobre la biología del salmón; a E. CGuarron, pa- a a continuación de sus interesantes investigaciones sobre las Peridinias pa- rásitas, etc. La nueva revista de la «American Geographical Society ». La Sociedad Geográfica Americana, la más antigua de sus congéneres en Estados Unidos, fundada en 1892, y que desde aquella fecha publicaba el Bu- lletin of the American Geographical Society, ha iniciado el año pasado la publi- cación de una nueva revista que, con el nombre de The Geographical Review, servirá de continuación al citado Bulletin. 116 PHYSIS (HT, 1917) «El antiguo título — dicen los actuales editores — mo expresaba bien el amplio campo de observaciones y comentarios geográficos que cubría la revista en los últimos años. Además, es la intención de la sociedad mejorar su publi- cación aun más, ensanchar sus límites y profundizar el interés intelectual de sus artículos. » Los primeros números de la Geographical Review justifican estas aspiracio- nes, sin que esto signifique desconocer la excelente calidad del antiguo y bien reputado Bulletin. En los números r a 5 del tomo primero que hemos revisado, pueden seña- larse varios artículos interesantes para los lectores sudamericanos. Mr. Marx Jerrersox (pág. 314), al hacer un extracto del libro de Isaran Bowmax (Soulh America: a Geography Reader, 1 vol., 354 pág.. Chicago, 1915), hace resaltar su mérito desde el punto de vista de la geografía huma- na, pues pone siempre en evidencia las relaciones del hombre con la natura- leza. Le reprocha, en cambio. el que trate demasiado superficialmente de la Argentina, pues le dedica sólo 36 páginas. «La Argentina — dice el autor de la crítica — marcha a la cabeza del continente sudamericano por su cultura y su comercio; esta primacía es absoluta, sin que se tome en consideración la extensión ni la población. » Mr. R. ve C. War (pág. 301) se ocupa, con buena información, de la obra de la Oficina Meteorológica Argentina, establecida en 1872 por el Dr. B. A. GouLo, director del Observatorio de Córdoba. Elogia sin reservas la actuación del fundador, - y la de su sucesor, Mr. Warrer G. Davis, quien dió a la Oficina su amplio desarrollo actual. « Bajo la acertada dirección de Davis — dice — la Oficina Meteorológica Argentina alcanzó una posición que la colocó al frente mismo (in the very front rank) de todos los servicios meteoro- lógicos del mundo ». Trata luego de sus publicaciones, de su carta del tiempo, de su obra en las Orcadas del Sur, etc. A esta última dedica un artículo espe- cial (pág. 305). La prolijidad con que los redactores de esta revista hacen sus noticias, es extrema. Así lo demuestra el hecho de que al dar cuenta (pág. 234) de la me- moria de nuestro consocio D. HiróLrro PouyssécGurR sobre la expedición al Iberá (Anales Soc. Cient. Argentina, t. 78 y 79), la hagan figurar como de «Exrrque Puysecur and H. B. Pouyssécuk ». Efectivamente, así apareció por error en los citados Anales: la primera parte con el primer nombre equivo- cado, y las partes segunda y tercera con el segundo nombre : pero el error fué salvado en la tirada aparte, en la cual se salvaron también numerosos errores de imprenta que se habían deslizado en la edición original. De interés más general son los artículos (pág. 192, 326) en que ELLswortH Huxrixerox discute varios aspectos de la cuestión de los cambios climáticos periódicos, desde diversos puntos de vista. Á sus trabajos se ha hecho ya alu- sión en puxsis (11, 307) al dar cuenta del Congreso de Americanistas de Wash- ington. Aquí el autor expone sus ideas en comparación con las de O. Perrers- CRÓNICA 117 sow, H. L. Moore, Arsrecur Penck. El primero, director de la Comisión Hidrográfico-Biológica de Suecia, toma en consideración factores OCeonográ- ficos, biológicos (variaciones en la abundancia relativa del harenque en distin- tas fechas), etc., para llegar a la conclusión de que existen grandes cambios climáticos periódicos, no sólo en los tiempos geológicos y prehistóricos, simo también en épocas históricas, y que dichos cambios han afectado profunda- mente a la humanidad. Perrersson hace intervenir causas astronómicas como agentes productores de aquéllos, manifestadas por la atracción luni-solar sobre la masa del océano: la intensidad de esta atracción se haría mayormente sen- sible en períodos de más o menos 1800 años, produciendo mareas particular- mente altas que vendrían a perturbar la distribución habitual de las corrien- tes marinas, acarreando variaciones en el clima de las costas que éstas bañan. Tales fenómenos se habrían producido hacia las siguientes fechas : año 3900 antes de Cristo, 1900 a. C., 250 a. C., 1433 después de Cristo, y en el futuro año 3300 se producirían otros. La simple exposición de los hechos exige extenso espacio, y mucho mayor la de las teorías: pero es cada vez más evidente la gran importancia que ad- quieren los estudios científicos de estos asuntos. En el trabajo de Moork, que nuestro autor analiza aquí, se pone de relieve especialmente la importancia económica de los mismos. Este es un punto de vista que merecería la más seria consideración en países como la Argentina. — M. D.-4. Dr. Wilhelm Kobelt. Con KoseLr desaparece el último de una larga falange de naturalistas que en el siglo pasado brillaron en el cultivo de las ciencias naturales em Ale- mania. : Los nombres de Prerrrer, Parierr, Dunxer, Kúster, ROEMER, WEINKAUFE, von Marreys y muchos otros, recuerdan una época en la cual la Alemania ocupó un lugar prominente en los progresos de la malacología. El estudio sistemático de los moluscos poco atrae hoy ala juventud alema- na, y la hermosa revista de KoseLr, Jahrbúcher der deutschen malakozoologi- schen Gesellschaft [14 vols., 1874-1887], murió de anemia, mientras que su sucesora, la pequeña Nachrichisblatt de la misma sociedad no se puede com- parar con aquella ni con las correspondientes revistas de Francia (Journal de Conchyliologie) y de Inglaterra (Proceedings of the Malacol. Soc., Journal of Conchology.) La experimentación, la fisiología. los estudios morfológicos, han atraído, con lamentable exclusividad, todas las energías de la nueva generación cien- tífica. El progreso de la zoología sistemática depende esencialmente de los dile- tantes, de cuyo valioso auxilio nunca podrá prescindirse; pero asimismo se- ría de desear que los zoólogos futuros conociesen, de los animales, algo más que los tejidos y la embriología. LIS PHYSIS (MIL, 1917) WiLuerm Roser nació el 20 de Febrero de 1840 en Alsfeld, en el gran ducado de Hesse. Dedicóse en Giessen al estudio de la medicina, y residió como médico desde 1869 en Schwannheim cerca de Frankfort del Mein. Muy aficionado a los estudios biológicos, consagróse casi exclusivamente a los mo- luscos. Relacionado con E. A. RossmarssLer, colaboró con él en la monografía de los moluscos terrestres y fluviátiles de Europa, con la cual continuó después de la muerte de su amigo. Además de esto, KoskLr fué el redactor de las grandes obras enciclopédicas de malacología, de la segunda edición del Syste- matisches Conchylien-Kabinet de Martimt y Cuemnrrz, digno rival de las obras semejantes de Reeve y de Tryon y PirsgrY. Entre otras, Roger elaboró las monografías de los géneros Turbinella, Pyrula, Fusas, Colambella, Buliminas, Placostylus, los Achatínidos y gran parte de los Helicídeos. Esta última fami- lia era una de las predilectas de mi viejo amigo, y un buen número de las hermosas especies nuevas que dió a conocer, las había descubierto personalmen- te en los numerosos viajes que en compañía de su esposa y colaboradora, Do- ña AmaLta KobrLrT realizó, principalmente en los países que circundan el Me- diterráneo. Al regreso de uno de ellos publicó un libro de impresiones de viaje, obra de valor y de interesante lectura, titulada Túnez y Argelia. KosrLr dedicó gran suma de labor a la zoogeografía. Lo que principalmen- te lo atraía, era el estudio de la malacofauna, terrestre y de agua dulce, de las islas oceánicas. En 1897-98 publicó un resumen de sus investigaciones en este sentido, Studien zur Zoogeographie (dos volúmenes). Excelente artista, KoseLr dibujó una gran parte, si no la mayor, de las nu- merosas láminas que adornan las monografías que publicó. La gran colección que le sirvió de base para sus estudios, fué la del « Mu- seum Senckenbergianum » en Frankfort del M. La importante colección de caracoles terrestres que poseía, la destinaba también a este museo. cuyos auxi- liares y sostenedores han sido casi todos amigos y protectores desintere- sados. Como ciudadano, Koer hizo mucho por el adelanto de la pegueña pobla- ción de Schwannheim, donde supo desarrollar las virtudes cívicas de la po- blación. En cierta ocasión promovió la realización de una exposición local, particularmente de artes y oficios. En 1907, cuando lo visité por última vez, me refirió que nadie podía ha- berse imaginado cuántas riquezas en muebles y productos artísticos de la in- dustria casera de época pasada, se hallaban reunidas en aquella gran aldea. Uno de los últimos estudios de Koer es el que se refiere a la Selva de Schiwannheim, un paseo literario en que el competente guía nos introduce en la historia antigua de los bosques de aquella región, de su flora y de su fauna. Es de esperar que Francfort honre la memoria de un hombre tan eminente. adquiriendo aquellos bosques y constituyéndolos en un « Parque Kobelt ». En rgro, en ocasión del 70” aniversario de su nacimiento, MorLr recibió Crónica 119 el homenaje de sus numerosos amigos y colegas, que le dedicaron un libro jubilar (1). Ha terminado una vida armónica y útil que merece nuestra admiración, y a cuyo recuerdo acompaña el pesar de los amigos. Dr. HermanN von IneRING. Hansa de Joinville, Santa Catalina (Brasil), Enero 26 de 1917. Henri Fischer. Por una coincidencia bien dolorosa para la ciencia, han fallecido el año pa- sado tres de los primeros malacólogos de Europa y directores los tres, en sus respectivos países, de las revistas dedicadas a esta rama de la zoología. En este mismo número de euysis, el Dr. H. vox Ineriné dedica una noticia necro— lógica al ilustre KoseLr, director de la Nachrichtsblatt d. deutschen malalozool. Gesellschaft. Tengo que agregar que han fallecido también el sabio francés Hexr1 Fiscmer, director del Journal de Conchyliologie, la más antigua y afa- mada revista de esta especialidad, que se publica desde 1850, y Encar A. Swrru, del Museo Británico Henr1 Fiscuer, muerto en París el ro de julio de 1916, hijo del célebre PauL Fiscuer, una de las primeras autoridades en malacología del siglo pasado, se había consagrado desde joven a los mismos estudios que su padre, de quien ha sido, pues, uno de los más brillantes discípulos. H. Fiscmer fué también discípulo de GrarD (2), cuya influencia debe haberse hecho sentir para des- viarlo de la corriente puramente sistemática. La obra de Fiscuur ha sido en gran parte, — y en su parte más original —, anatómica y morfológica. Su tesis versó sobre la morfología del hígado de los gastrópodos. En colaboración con Bouvier, publicó su notable trabajo so- bre las Pleurotomarias, esos curiosos caracoles marinos que durante mucho tiempo se creyó totalmente extinguidos. La anatomía de las escasísimas for- mas hoy vivientes, magistralmente estudiada por Fiscmer, ha contribuído a dilucidar varios puntos de la estructura de los otros gastrópodos actuales. En los estudios anatómicos de H. Fiscner, — dice la breve noticia que le consagra la Revue Scientifique (15-22 julio 1926) — no se nota ese espíritu estrecho que caracteriza los trabajos de muchos anatomistas. Siempre ha pro- curado discernir las afinidades de las formas animales, y para ello se ha diri- (3) Abhandl. d. Senckenberg. Naturforsch. Gesellschaft, vol. 32, 163 páginas, 28 láminas y un retrato de Koserr. Frankfort, 1910. (2) Alfred Giard et son OEuvre, por Grorces Bomwy, página 38. París, edición del Mercure de France, 1910. 120 PHYSIS (HL, 1917) vido sucesivamente a la embriogenia, a la anatomía comparada, a la paleon- tología. Así puede verse, efectivamente, en su extenso trabajo, hecho en colabora- ción con Rémy Perrrer, sobre la cavidad paleal de las Bullas (1), en que el estudio de este detalle anatómico le guía en la dilucidación de las afinidades de los géneros Actaeon, Aplustrum, Scaphander, Acera. Pero Fiscuer no ha hecho solamente trabajos de esta índole. Memorias im- portantes sobre la sistemática de los moluscos se le deben también. Además de la parte correspondiente de los resultados de los viajes del « Tra- vailleur » y del «Talisman », tan valiosos por sus contribuciones a la biología del mar, H. Fiscner ha publicado, solo o en colaboración, varios estudios ta- xONÓMICOS. , Hay que mencionar muy particularmente entre ellos, los que ha consagrado a los Résultats scientifiques des campagnes du Prince de Monaco, presentados en condiciones materiales que responden ampliamente a la importancia de las investigaciones oceanográficas que realiza aquel príncipe. En 1912, Fiscuer dió a luz, en colaboración con DaurzeNBERG, un grueso volumen que forma parte de los citados Résultats sobre los gastrópodos del mar del norte, acompañado de magníficas láminas en colores. La información bibliográfica es completa y prolija. H. Fiscuer, que desaparece a los Do años de edad, era maitre de conférences de la Facultad de Ciencias de París, profesor adjunto de la Universidad, ofi- cial de instrucción pública, etc., etc., y miembro de diversas sociedades sa- bias, entre ellas miembro honorario de la Sociedad Malacológica de Londres. M. DorLLo-Jurapo. Museo Nacional de Buenos Aires, Diciembre de 1916. Edgar A. Smith. El 22 de julio de 1g16 ha fallecido este renombrado malacólogo, jefe de la sección respectiva del Museo Británico, presidente durante mucho tiempo de la Malacological Society de Londres y director de los Proceedings de la misma. Ebcar AnberT Smrrm (2), nacido en 1847, era hijo del célebre entomólogo Frenerick Smrrm, del mismo museo. Ingresó a este establecimiento en 1867, ocupándose desde luego en el arreglo de la célebre colección Cumixc, que ha- bía sido adquirida por el Museo en 150.000 francos. (1) Annales des Sc. Naturelles, vol. XIV, 1911, 200 páginas y y láminas. (2) Una noticia necrológica publica Mr. J. Cosmo Mrrvmz en Journ. of Conchol., vol. 15, pá- gina 152 (Enero 1917). CRÓNICA 121 Hacia 1870 inicia Swrre sus publicaciones científicas, que se continúan sin interrupción por un espacio de 45 años, llegando a sumar su bibliografía unos 300 NÚMETOS. Uno de los trabajos de la primera época, fué el que dedicó a los moluscos coleccionados por la expedición inglesa enviada a los mares australes en 1974-1875, para estudiar el pasaje de Venus por el disco del sol (Phalosophical Transactions, vol. 168). Aquí describe y figura una Struthiolaria viviente de las islas Kerguelen, la primera y hasta ahora única especie conocida de esa lo- calidad (S. mirabilis SmtrH). Este género de gastrópodos es muy interesante, por haber estado muy bien representado en el terciario antiguo y en el cretáceo superior de la América austral, mientras que actualmente no vive aquí una sola especie : todas se hallan, o en las islas mencionadas, o en Nueva Zelandia. También de esa época (1874) data la obra de SmrrH sobre los moluscos de los viajes antárticos del «Erebus» y el «Terror» realizados en 1839-43, bajo el mando de Sir J. Cuarxk Ross. En los últimos tiempos SmirH colaboró en la parte zoológica de las expedi- ciones antárticas de los primeros años del siglo xx : del Southern Cross (1902) y de la Vational Antarctic Expedition («Discovery») (1907). Una de sus más importantes contribuciones en este mismo terreno es la última de todas, que se refiere a los moluscos de la British Antarctic («Terra Nova») Expedition (1915) (1). Como obras de carácter más general, las más importantes son sin duda las que SmrrH dedicó a los famosos viajes del Challenger, y en particular el exten- so Report sobre los moluscos bivalvos (vol. 1, 341 pp., 25 lám., 1885). Varias de sus publicaciones nos interesan directamente. En primer lugar, su memoria sobre las colecciones hechas por el Dr. R. W. CorrixcerR a bordo del «Alert» en el estrecho de Magallanes (Pr. Zool. Soc. London, 1881). Más recientemente, publicó un estudio breve sobre moluscos de la Tierra del Fue- go. (Proceed. Malacol. Soc., vol. VI, 1905). En Annals $: Magazine of Natural History (1880) dió a conocer varias especies marinas nuevas de las costas de la República Oriental del Uruguay. Entre éstas describe por vez primera un lindo caracolito de la familia de los Tróquiidos, el Calliostoma Coppingert, cuya distribución alcanza hasta el norte del Chubut. Durante los viajes del «Patria», lo he hallado con frecuencia frente a Mar del Plata, a poca profundidad (más o menos 20 m.). Sin embargo, no sé que se haya encontrado en las playas en aquellas mismas localidades. Mide térmi- no medio, 10 X 10 milímetros y muestra exteriormente un hermoso blanco- NAacarino. En nuestra fauna de moluscos marinos, tan poco pródiga en formas her- mosas o notables para ojos profanos, el Callivstoma Coppingert puede constituir (1) Las fechas citadas son las de la publicación de la parte zoológica correspondiente. 122 PHYSIS (1, 1917) muy bien una discreta «joya marina», que ha de ser buscada por los futuros aficionados en el hermoso balneario marplatense. Las publicaciones de Smrru contienen también buenas informaciones sobre las especies terrestres y Iluviátiles (Chilina, Limneea, Succinea, etc.), de la Pata- gonia austral y de Tierra del Fuego, que eran lo mejor que había hasta la aparición de la gran obra de PrusprY (1911) sobre los materiales de la expedi- ción de la Universidad de Princeton. En 19o2, como presidente de la Sociedad Malacológica de Londres, leyó una disertación (Proceedings. vol. V, pág. 162) sobre la supuesta identidad de las faunas de los mares ártico y antártico. Analiza allí la así llamada «teoría bipolar », en lo que se refiere a los moluscos. Las pocas especies que se supo- nía idénticas, no lo son en realidad, mientras que otras que existen sin duda en ambas regiones polares, existen también en varios puntos de la zona tem- plada y aun intertropical, pero como habitantes de mar profundo. En resu- men, cree Surra que la teoría bipolar de las faunas es más bien una falacia, si nos atenemos a los datos positivos hasta ahora conocidos; pero parece ser que su opinión al respecto no era terminante. La cuestión es sumamente com- pleja; pero sólo sobre la base de pequeñas contribuciones sistemáticas parcia- les como ésta, se podrá llegar a un resultado satisfactorio. En lo referente a «especies nuevas », SmrrH era más bien conservador. Sus descripciones son muy buenas, sin ser excesivamente extensas. Su criterio era claro y equilibrado, y por lo mismo ampliamente fidedigno. M. DornLo-JuraADo. Museo Nacional de Buenos Aires, Febrero de 1917. Sir Clements R. Markham. La muerte de este célebre geógrafo, explorador y americanista, ocurrida en - Londres el 30 de enero del año pasado, es una pérdida para la ciencia y en particular para la investigación del suelo y la prehistoria sudamericanos. Vemos por la valiosa noticia necrológica publicada en Science (vol. 43, p- 559, Abril 21, 1916) que Markuam había nacido en Yorkshire, Inglaterra, en 1830, é ingresado en la armada en 1844, empezando poco después una vida de viajes y aventuras en diversas latitudes. Participó de la larga y penosa ex- pedición en busca de Sir Jony Frawxix, de la cual dió en 1853 un animado relato. En 1852 se retiró de la armada y realizó su primer viaje al Perú. Su ex- ploración siguiendo el curso del río Tono hasta su unión con el Purus, fué célebre por sus resultados geográficos. Durante este viaje aprendió el quichua y copió todo el célebre poema de Ollantay, del cual publicó después el texto original acompañado de una traducción inglesa (1871). En su libro Los Incas CRÓNICA 123 del Perú (1gro), agrega una traducción revisada. Su ameno libro Cuzco and Lima (1856) contiene un capítulo de gramática quichua, tema que fué objeto de su estudio por todo el resto de su vida. En su segundo viaje al Perú, lle- vaba como uno de sus fines principales el obtener la semilla viva del árbol de quina (Cinchona) cuyas propiedades contra el paludismo eran ya bien conoci- das, y que se trataba de introducir en la India. Lo consiguió no sin largos trabajos y penurias, que ha relatado en su obra Travels in Peru and India (1862). Una de sus últimas producciones fué la Conquista de Nueva Granada (1912), en cuyo prefacio añade nuevos datos sobre la historia de los estudios de las Cinchonas. Como secretario de la Halkluyt Society desde 1858, y presidente desde 1889, dirigió la publicación de varias de las importantes memorias de esta sociedad, y tradujo algunas de ellas de los antiguos manuscritos españoles que conocía admirablemente. El papel desempeñado por MarknHam en las expediciones polares, desde que fué secretario de la Sociedad Geográfica de Londres, ha sido muy importante. Fué promotor de la expedición Nares á los mares árticos, y la acompañó per- sonalmente hasta Groenlandia, y últimamente fué uno de los que con su ayuda hicieron posible la expedición del capitán Scorr á la Antártida. Muchos han sido los honores que le han discernido las sociedades sabias de diversas naciones, y en 1912 le tocó presidir el Congreso de americanistas de Londres. Prof. J. B. A. Chauveau. - El día 4 de Enero falleció en París este eminente fisiólogo, jefe de escuela, a quien mucho debe la ciencia médica y quirúrgica francesa. Se dedicó espe- cialmente al estudio de las anomalías cardíacas (mediante aparatos de su in- vención), de las localizaciones medulares y cerebrales de la sensibilidad y de la motilidad, la organización nerviosa del cráneo, la velocidad del influjo ner- vioso y los efectos de la electricidad en el organismo. Abordó también el estu- dio de las vacunas y de los virus antimórbicos. El Prof. Chauveau pertenecía a la Academia de Medicina y a la Academia de Ciencias, y dictaba en el museo de Historia natural un curso de patología comparada. Su obra fundamental, Tratado de anatomía comparada de los ani- males domésticos, ha sido adoptada en todas las universidades latinas. La guerra europea y el movimiento científico A las listas, que hemos venido publicando desde el número y de enxsrts, de naturalistas caídos en los campos de batalla, hay que agregar los siguientes nombres : A. F. Emixsox, conocido por su obra la biología de Glossina morsitans (una 124 PHYSIS (MI, 1917) de las moscas que transmiten la enfermedad del sueño producida por el Try- panosoma rhodesiense, en la Rhodesia, África), ha sido muerto en el frente británico. (Science, septiembre 29 de 1916). Vicror Huor, muerto el 28 de abril de 1915, a la edad de 48 años. CGono- cido por sus trabajos en la Sociedad de Geografía de París. Ha escrito la par- le referente a Sud América en la reciente Grande Géographie Bong, editada por Onésime Recrus (The Geograph. Review, 1, 226). Huor ha publicado una parte importante de los resultados geográficos de la expedición Créqui-MoNt- rorT al Norte de la Argentina y a Bolivia. El capitán J. M. CuarLrox, caído el 1? de julio de 1gr6, a los 25 años, era conocido por sus publicaciones ornitológicas, que le habían valido una medalla de una de las asociaciones científicas británicas. (Vatare, julio 27 1916). Gira del profesor Wieland en la Argentina. Con objeto de estudiar la flora fósil del Mesozoico, y especialmente del Ju- rásico, de esta parte de América, ha venido a la Argentina el renombrado profesor Dr. G. R. WizLanb de la Universidad de Yale, U. S. A. Ha realizado un viaje a Cacheuta (Mendoza), para coleccionar ejemplares del Rético de aquellos yacimientos, y el 14 del corriente mes de marzo ha partido al Neuquén donde estudiará los depósitos del Liásico. De allí pasará a Chile donde permanecerá algunos días y regresará a Estados Unidos por el Pacífico. El Prof. WieLawb es uma autoridad en paleobotánica, a quien se debe una obra magistral sobre las cicadáceas fósiles de Norte América, importantes descubrimientos sobre las Bennettitales y a él está consagrado el género Wie- landiella de Narnorsr. BIBLIOGRAFÍA 12) BIBLIOGRAFÍA Boletín de la Academia Nacional de Ciencias, vol. AM. Córdoba, 1916. El presente volumen, que la Academia consagra a la celebración del primer centenario de la declaración de la independencia, contiene memorias intere- santes por Aporro y Oscar DorkrivcG, GuiLLeRMo BoDpENBENDER y PabLo G. LorENtz. BobENBENDER contribuye con un extenso trabajo (pág. 100-182) sobre el nevado de Famatina, que constituye la continuación de su anterior memoria sobre la geología de La Rioja (cf. puvsis, t. Í, p. 151). Oscar Dorrrve publica sus observaciones meteorológicas efectuadas fuera de Córdoba en 1910. AvoLro Dorrixe da a conocer (pág. 3or-396) un interesante diario de viaje, hecho en colaboración con el Dr. Paso G. Lorentz, durante la expedición al Río Negro en 1879 (las observaciones geológicas y zoológicas corresponden al primero, las botánicas al segundo). La publicación de estos apuntes tiene no sólo un valor histórico apreciable, pues nos hace asistir a las incidencias dia- rias de aquella memorable expedición, sino que viene a ser un complemento del Informe oficial bien conocido. Además, se tiene así una idea de conjunto sobre la naturaleza de aquellas regiones «hoy en día completamente cambiadas por la agricultura » (p. 304). De mayor interés aún es el anuncio que se hace en la introducción, de que el Dr. ApoLro Doerixé piensa publicar próximamente sus observaciones Iné- ditas sobre la formación pampeana y aluvial que corresponden a la parte IV del Informe oficial, que como se sabe, no fué nunca dada a luz. Contiene también este volumen dos largos artículos de R. Lenmans-Nrr- scHE, uno sobre el chambergo y otro sobre la bota de potro, que cubren en con- junto no menos de 217 páginas, es decir, más, de la mitad del volumen, Estas memorias forman parte, según lo expresa el autor, del « folk-lore argentino » y van acompañadas de variadas y pintorescas ilustraciones tomadas de sema- narios festivos antiguos y actuales, de etiquetas de cigarrillos, de diarios polí- ticos, etc., elc., convenientemente explicadas con términos criollos y vocablos del caló lunfardo, tomados de las mejores fuentes, en cuyo conocimiento el autor demuestra una erudición que debe haberle costado muchos años de pa- cientes rebuscas. No nos corresponde juzgar del valor de estas producciones, que sin duda han de interesar a los que se ocupan de investigaciones históricas ; pero no vemos la razón por la cual ellas se insertan en el órgano oficial de la Aca- 126 PHYSIS (MI, 1917) demia Nacional de Ciencias. La índole de estos trabajos, déseles el nombre de Jolk-lore o simplemente de costumbres nacionales, no entra, a nuestro modo de ver, dentro del cuadro de las ciencias que abarca aquella academia, cuyo objeto primordial es la investigación física de nuestro territorio en sus distin- tos aspectos, pero no su conocimiento moral. Éste corresponde a otras imsti- tuciones, oficiales o privadas, que poseen también sus órganos de publicidad. En una advertencia puesta al final de este volumen, la Academia anuncia que se ve obligada a suspender sus publicaciones por falta de fondos. Anales de la Sociedad Científica Argentina, tomo 82, entregas 1 VAS 1916. La Sociedad Científica Argentina inicia con esta entrega el tomo número 82 de sus Anales, que viene publicando sin interrupción desde 1876, a razón de dos tomos por año. La sola enunciación de estas cifras es un elogio al que muy pocas institu— ciones, aun oficiales, podrían aspirar en la América latina, pues significa la continuidad del esfuerzo en un período de cuarenta años, en la casi totalidad de los cuales la sociedad ha estado librada a sus propios recursos, es decir, a las cuotas de sus miembros. Mientras tanto, algunas instituciones oficiales anuncian la suspensión, to- tal o parcial, de sus publicaciones, y otras, sin anunciarlo, lo hacen. De este modo las sociedades privadas tienden a mantener el grado de desarrollo al- canzado por nuestras ciencias, supliendo así a los recursos que los poderes públicos escatiman a sus reparticiones. Revista del Museo de La Plata. El tomo XXIII, segunda parte (1916), de esta importante revista, contiene los siguientes trabajos : María Luisa Copanera, Datos sobre las sales de alúmina en la vegetación ; Exx1ique Herrero Ducroux y Leororbo Herrero Ducioux, Datos analíticos de la yerba-mate y sus falsificaciones; M. Kawror, Los « Cerros de Rosario y con sus yacimientos de mica, de la provincia de San Luis; KR. Lenmann-Nrrscme, Étu- des anthropologiques sur les indiens Ona de la Terre de Feu; R. Leamann-Nrrs- cue, Relevamiento antropológico de una india Yagan; KR. Lemmann-Nrrscue, Relevamiento antropológico de dos indios Alacaluf; R. Lenmans-Nrrscue, Rele- vamiento antropológico de tres indios Tehuelche; SaLvaDor DeBENEDETTL, Noticia sobre una urna antropomór fica del Valle de Yocavil (prov. de Catamarca); Enr— our Herrero Ducnoux, Nota sobre el agua hedionda de la Quebrada de Huaco (prov. de San Juan); Carros Brucn, Un nuevo gorgojo del Prosopanche (Oxy- corynus parvalas Brucu); A. GrouveLLe, Description des clavicornes nouveaux de la République Argentine; M. hkaxror, El problema de las inundaciones en BIBLIOGRAFÍA 127 Andalgala (prov. de Catamarca); Enrioue Herrero Ducroux, Aguas termales de Caimancito (prov. de Jujuy); K. Lenmann-Nrrscne, Botones labiales y discos auriculares procedentes de la región norte de la desembocadura del rito Negro (Pa- tagonia septentrional); Cartos Brucn, Contribución al estudio de las hormigas de la provincia de San Luas. Florentino Ameghino, por Arrrebo CasternLANos. Revista de la Universidad de Córdoba, año IL, n'” 7,8 y ro. Separado, 1 vol., 156 pág. Córdoba, 1917- La abundante literatura a que han dado lugar la vida y la obra de FL. Ame- cHixo, se ha enriquecido con una nueva producción de este joven y estudioso compatriota residente en Córdoba. El Sr. CasreiLanos ha realizado una obra meritoria al resumir las múltiples publicaciones del ilustre paleontólogo. Acompaña una bibliografía extensa y muy prolijamente hecha, que agrega varios números a los ya conocidos por los trabajos biográficos anteriores, y que será de gran utilidad para las personas, felizmente más numerosas cada día, que se interesan en el estudio de estas cuestiones. Es de lamentar que la obra haya salido con numerosos errores de imprenta; pero el autor ha tenido la paciencia de corregirlos a mano en los ejemplares de la tirada aparte. El Sr. CasreLanos demuestra hallarse perfectamente preparado para abor- dar ahora el estudio en sí de algunas de las cuestiones que aquí expone, con- tribuyendo así al progreso real de los problemas que, en algunos casos, puede decirse que AmecHIxo sólo ha planteado. Córdoba ofrece, desde este punto de vista, inmejorables condiciones : su geología pampeana, tan bien ilustrada por BoxDENBENDER en su notable estudio sobre la cuenca del río Primero, es aún un terreno que promete espléndidos frutos, y con ella va ligada la parte pa- leontológica, de la cual se ocupó brevemente el mismo Amecuino durante su estadía en aquella ciudad (época de su vida a la que CasrerLanos ha dedicado otro artículo, Rev. Univ. Córdoba, año II, n* 4). Nuevas investigaciones sobre los Delfines longirrostros del Mioceno del Paraná (Rep. Arg.), por Cayerano Rovereto. Anales del Museo Nac. de Hist. Nat. de Buenos Atres, t. AXVIIL, p. 139-151, con 3 lám. Sept. de 1910. El autor, conocido por otros importantes estudios sobre la fauna fósil de la República, hace en éste una revisión de los Delfines de los estratos del Para- ná, anteriormente descriptos por BurmetstTER, AMEGHINO y O. ÁBEL, y modi- fica la agrupación sistemática adoptada por este último y True para los Odon- tocetos sudamericanos fósiles. Los Delfines longirrostros del Paraná están representados por dos géneros 128 PHYSIS (1, 1917) y tres especies : el autor considera a Saurocetes Burm., Pontoplanodes AmrGH.., y quizás también a Ischyrorhynchas AmeGH. como sinónimos de Saurodelphis Burw. que comprende dos especies, S. argentinas Burm. y S. acutirostratus n. Sp., y crea un nuevo género y una nueva especie, Anisodelphis brevirostratus sobre un material depositado en el Museo Nacional de Buenos Aires y que no había sido descripto todavía. De Saurodelphis argentinas el Dr. Roverero vuelve a describir la pieza ori- ginal de BurmersteR (una mandíbula), al mismo tiempo que un trozo de ma- xilar. Saurodelphis acutirostratus n. sp. es una especie de dimensiones menores fundada en un fragmento de la sínfisis mandibular. Anisodelphis es género muy vecino de Saurodelphis y de la única especie existe una mandíbula casi entera, caracterizada por la brevedad de la sínfisis y por la forma y tamaño de los dientes, que son pequeños, cónico-cilíndricos, levemente elípticos en la base y probablemente unirradiculados. Considerando los caracteres del cráneo como de más importancia sistemá- tica que los suministrados por los órganos dentarios, el Dr. Roverero ofrece un cuadro de clasificación de los Delfines longirrostros argentinos que se puede resumir del modo siguiente : Los Iniidae (Acrodelphidae de Aer) comprenden dos subfamilias, Íniinae y Stenodelphinae: a la primera corresponden los géneros fósiles Saurodelphis Burwm. (que AbeL consideraba como tipo de una familia especial), /schyrorhyn- chus Amecn. (2), Anisodelphis Rov. y Proinía True. En los Stenodelphinae im- gresan Pontivaga Amecn., Pontistes Amecu. y Diochotichas AmeGm., (Argyro- delphis LYDEKKER). A los Platanistidae ? subfamilia de los Argyrocetinae, pertenece el género Argyrocetus, que O. AñeL consideraba como vinculado con ciertos Iniidae y y como tipo de la subfamilia del mismo nombre. — E. €. Clave para la determinación de los géneros de Gramíneas silvestres en los alrededores de Buenos Aires, por R. L. Paropr. Trabajo del Laboratorio de Botánica de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de Buenos Aires. — Buenos Aires, 1grÚ6. A base de la Chloris platensis argentina del Dr. C. Hickex, el autor ha ela- borado esta pequeña clave para los géneros de Gramíneas, representados en los alrededores de la Capital Federal por especies espontáneas y subespontáneas. El objeto de ella es facilitar la tarea a quien quiera iniciarse en el estudio de nuestros pastos: el autor ha conseguido su propósito, tanto haciendo abs- tracción de los caracteres que son difíciles de reconocer y no encontrarían aplicación en nuestras especies, como, y sobre todo, por la abundante ilustra- ción que acompaña su clave (13 láminas de dibujos esquemáticos). No obstante su índole práctica, este trabajo representa una buena contribu- ción al conocimiento de la flora platense. — £. El BIBLIOGRAFÍA 1209 Nota sobre el género Micropsis D. C., por Ana Mancanaro. Anales del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Atres, t. XXVIII, p. 219-225, 1g de julio 1916, con 2 fig. En este breve trabajo, la autora describe una nueva especie de Compuesta del género Micropsis D. C., hasta ahora considerado como monotípico. La mueva especie, Micropsis bonaerensts, es un poco mayor en dimensiones que la Micropsis nana D. €. y se diferencia de ella principalmente por sus tallos procumbentes, sus hojas apenas o no mucronadas, sus capítulos lanceo- lados y solitarios en el axila de las hojas intermedias y por la forma y tamaño de las brácteas y escamas florales. M. bonaerensis se cría en los mismos lugares (suelos arcillosos) que la M. nana D. CG. y por los alrededores de Buenos Aires y La Plata; se la encuentra en los meses de septiembre a noviembre. Respecto de M. nana D. C., la autora hace notar que, no obstante ser con- siderada como propia de la flora chilena, esta plantita ha sido repetidas veces citada por SprEGazzI«, Hicken y Hauman para la región comprendida entre Buenos Aires y el Río Negro. — E. C. Las Cañas de Bambú en las Cordilleras del Sur, por C. €. Hossrus. Boletín del Ministerio de Agricultura. Buenos Aires, 1915. Aunque dedicado a las aplicaciones de las cañas de bambú, este trabajo ofrece algunos interesantes datos etológicos sobre la única especie del género Chusquea (Ch. culeou Desv.) existente en la región de los lagos : según el Dr. Hosskus, el coligúé crece en los lugares pantanosos o « mallines » y en los bos- ques densos, hasta los 1600 metros de altitud, por los alrededores de los lagos Nahuel Huapi, Espejo, Torrentoso y Traful. Se le encuentra mezclado, entre otros árboles, con Fitzroya patagonica, Libocedrus tetragona y chilensis, Notho- fagus antarctica y Dombey1, etc. Según el autor, la caña en cuestión sería sus- ceptible de aprovechamiento para la fabricación del papel. — E. €. Les Dioscoréacées de 1'Argentine, por L. Haumax; Anales del Museo Na- cional de Historia Natural de Buenos Atres, t. XXVIL, p. 441-513, con 33 fig. Enero 1916. Tan sólo 7 especies de Dioscorea, el único género de esta familia, represen- tado en la Argentina, habían sido citadas para nuestra flora: después de revisar atentamente las descripciones de los autores y de haber estudiado los ejemplares conservados en los diversos herbarios del país, el Sr. L. Hau- Max, con el interesante trabajo monográfico que nos ocupa, llega a la con- clusión de que son 18, por lo menos, las especies del género Dioscorea que habitan nuestro territorio : de ellas, siete eran enteramente desconocidas. Pruysis. — T. m 9 130 PHYSIS (UL, 1917) El autor adopta, como más práctico, el sistema de clasificación seguido por hunrH, esto es, la subdivisión de los dos subgéneros Helmia y Eudioscorea en las secciones Hexandrae y Triandrae; pero se ha visto obligado a crear una nueva sección, Monandra, para una especie que por sus caracteres, tan nota- bles de monadelfia y tendencia al zigomorfismo, no cabe dentro de aqué- llas y hasta exigiría la modificación de la diagnosis de la familia misma. A base de su estudio sistemático, el Sr. H1uman hace también interesantes consideraciones sobre la distribución geográfica de muestras Dioscoreaceas; todas las especies, salvo una, proceden del norte del país, pero están re- partidas en dos grupos casi enteramente separados (una sola especie es co- mún de ambos), uno propio del noroeste y otro del noreste. Algunas especies de Dioscorea parecen existir asimismo en la región central (Córdoba, etc.), pero hasta ahora se carece de datos suficientes para su determinación. Casi todas las especies occidentales han resultado ser nuevas para la ciencia. A la polinización y a la diseminación de las semillas en las Dioscoreáceas, el autor dedica breves líneas : interesante me parece anotar su opinión sobre la mal conocida polinización que le parece más bien entomófila, y sobre todo miofila, que anemófila. Sistemáticamente, el subgénero Helmia es el más abundante en la Argenti- na : comprende doce especies (1-12): Eudioscorea mo admite más que cinco (13-17). En un grupo /ncertae sedis, entran provisoriamente, las dos últimas (18-19): t. Dioscorea campestris Gris., propia del Brasil, se presenta en Misiones con una var. nov. longispicata, cuya diferencia principal con la típica reside en la mayor longitud de las inflorescencias. 2. D. glomerulata Haumax, es una n. sp. vecina de la anterior, prove- niente de las sierras de Tucumán, Catamarca y Salta y caracterizada por sus hojas cordadas de seno basal bien marcado, por sus estilos apenas visibles en las flores masculinas y en las femeninas, por sus estaminodios muy pequeños, largo estilo, de estigmas no bífidos. 3-4. D. multiflora Marr. se encuentra en Misiones, lo mismo que DD. glan- dulosa K1orzscu; ésta última quizá también en Entre Ríos (Grisebach). 5. D. microbotrya es la única especie que se encuentra a la vez en el noroeste y noreste del país (Tucumán, Catamarca, Entre Ríos y R. Or. del Uruguay). Una n. var. grandifolia de Catamarca tiene hojas denticuladas y mayores que en el tipo y sus inflorescencias son más alargadas. d 6-7. D. luschnachtiana Kunra había sido citada ya por NIEDERLEIN como de Misiones; D. bulbifera L., cultivada todavía en Tucumán, es subespontánea en Salta. 8. D. megalantha Gris. (diagn. emend !) de Salta, Tucumán, Catamarca, admite dos nuevas var., la var. subsessilis y la var. Lillot; la primera carac- terizada por sus anteras sésiles y coniventes insertas en el centro del disco, y la segunda por la ausencia del disco y por los largos filamentos de sus 3 = 2 BibLIOGRAFÍA 131 anteras. Probablemente a esta especie debe de referirse la Dioscorea subhastata Vert. que O. Kunrzk cita para Salta. . D. entomophila Haum. es una n. sp. de Túcalnón vecina de D. mona- oa Kunru, pero de ella diversa por su periantio purpúreo obscuro y su columna estaminal cilíndrica. La var. nov. tomentosa se distingue por sus peciolos y raquis de color blanco tomentoso. 10. D. coronata Haum., nm. sp. de Misiones, es notable por el aspecto curioso de su androeceo que recuerda al gimostema de las Asclepiadáceas. Las flores masculinas son relativamente grandes. D. trifurcata Haum., de Catamarca, igualmente n. sp., llama la aten- ción por su androeceo monadelfo en la base, pero todavía trifurcado en la parte superior. : 12. D. monandra Haunm., n. sp. podría formar quizás según el autor, un nuevofgénero : difiere de todas las demás especies de Dioscorea por su an- droeceo reducido a una sola antera. Ha sido coleccionada en la provincia de Tucumán. 13. D. cayennensis Lam., admite una var. nov. pseudobatatas que habita las orillas del Río de la Plata, alrededores de Buenos Aires, y es caracterizada por la forma de las espigas masculinas y bracteas del periantio. 14. D. platystemon Haum. es n. sp. de Salta : sus hojas son alternas, trífidas o hastadas, sus inflorescencias solitarias, los filamentos de las anteras largos y aplanados. 15. D. helicifolia Kunra (= D. reticulata var. scabriuscula SrrEG.) es la única especie chilena que haya atravesado los Andes: se la encuentra en el Neuquén. 16. D. sinuata Waz. var. bonariensis (Ten.) Haum. : D. bonariensis Ten. no representa, como lo sospechaba el mismo Kuwrn, sino una var. de D. sinuata de la cual difiere por las menores dimensiones de todas sus partes y por sus hojas menos lobuladas. Se la ha encontrado en Misiones y en los alrededores de Buenos Aires. D. polygonoides H. B. tiene una vasta distribución, desde Centro Amé- rica al Brasil meridional : alcanza hasta Misiones. 18-19. D. picomayensis Haum. nov. mom. (= D. pedicellata Morona) y D. stenopetala Haum n. sp. son sólo conocidas por ejemplares incompletos y parecen tener relaciones con el subgénero Helmia, La primera se encon- traría en Salta y sobre las orillas del Pilcomayo; la segunda, muy vecina de D. megalantha var. Lillot y cuya principal característica reside en su periantio masculino de segmentos lineares, es oriunda de Tucumán. Termina esta monografía con tres claves sistemáticas, una para los ejem- plares completos, las otras para ejemplares masculinos o femeninos aisla- dos 132 PHYSIS (IL, 1917) Las serpientes de la Argentina, por Proro Ser1é. Folleto de 20 páginas, con 7 figuras en el texto. (Publicado en El Monitor de la Educación Común, julio 19yr6). Buenos Aires, imprenta Wris y Preuscue. Este buen trabajo de vulgarización, trata sucintamente de los ofidios argen- tinos, su organización y costumbres, principios de clasificación, especies ve- nenosas, medios para distinguirlas y tratamiento de las mordeduras. Las figuras representan varios tipos de culebras y víboras y una vista del Instituto seroterápico de Butantán (Brasil). Estudio experimental, clínico y terapéutico de las mordeduras de serpientes. (Tesis presentada para optar al título de doctor en medicina), por Oscar B. Mownrks. Vol. de 301 páginas, con 31 láminas (4 en colores). Buenos Aires, 1916. Imprenta de J. Prusrr. El tema elegido por el Dr. Mores para su tesis ha dado lugar en el ex- tranjero a una copiosa bibliografía (como puede verse por la que aparece al final de este trabajo), mientras que en la Argentina ha sido hasta ahora esca- samente tratado, debido sin duda a la falta de material de experimentación y a la dificultad para clasificar las serpientes, circunstancias ambas que recién empiezan a modificarse. El autor expone, en forma sucinta, pero bastante completa, los progresos alcanzados en otras partes (especialmente en el Brasil) en el estudio del ofidis- mo, y agrega los resultados de algunas experiencias personales efectuadas en el laboratorio de toxicología de la Facultad de medicina. El primer capítulo trata de la clasificación de las serpientes argentinas, con cuadros para reconocer las especies venenosas según sus caracteres externos, y láminas representando las más comunes. En los siguientes, se ocupa de la anatomía y fisiología de las serpientes ve- nenosas ; del veneno; su acción fisiológica v sobre los diversos tejidos; acción proteolítica, citolítica, bacteriológica, diastásica: toxicidad, inmunidad, va- cunación, sueros; profilaxia, tratamiento, etc. Entre las numerosas láminas que ilustran la parte zoológica, escrita por el Sr. Peoro Senté, figuran varias fotografías y dibujos de culebras y víboras típi- cas, como : Lachesis alternatas, L. Neuwiedi, L. ammodytoides, Xenodon Merre- mt, Elaps corallinus, E. Jrontalis, E. Maregravt, Oxyrhopus rhombifer (estas cuatro últimas en color), y O. Cloelia, vulg. «Mussurana ». Nociones acerca de las serpientes venenosas de la República Argen- tina y el suero antiofídico, por el Dr. Birvarvo A. Houssay (Departa- mento Nacional de Higiene). Folleto de 35 páginas, con 17 figuras. De Prensa Médica Argentina, junio 20, 1916. El autor, que se dedica especialmente al estudio y preparación de sueros BiBLIOGRAFÍA 133 antiofídicos en el Instituto Bacteriológico, ha publicado este trabajo de divul- gación para hacer conocer entre los médicos y habitantes del campo las no- ciones más importantes para distinguir las serpientes venenosas y poder tra- tar los envenenamientos que producen. Figuran varias fotografías de las culebras y víboras más comunes, con el modo para cazarlas, etc. Descripción de una nueva mosca langosticida, por J. Brerues. An. Mus. Hist. Nat. B. Atres, t. XXVII, p. 141-144. 1916. Después de tratar en la introducción de las diferentes especies de Sarco- phaga conocidas para llegar a la conclusión de que la nueva que en este tra- bajo describe el autor es verdaderamente tal, pasa a dar la descripción en latín y español de la S. argentina, que es como ha sido bautizada esta mosca pará- sita de la Schistocerca paranensis por una'parte y productora de miasis por otra. - El autor da como sinónimo de esta nueva mosca a S. nurus Rob. — Lizer. Algunas notas sobre mosquitos argentinos, su relación con las en- fermedades palúdicas, etc. y descripción de tres especies nuevas, por J. Brermes. An. Mus. Hist. Nat. Bs. Atres, t. XXVIIL, pág. 193-218. 1g1Ó6. El Sr. Brermes vuelve a presentarnos otra contribución sobre los mosqui- tos del país, algunos de los cuales son transmisores de enfermedades. Hace en la introducción algunas consideraciones generales sobre la impor- tancia de esta clase de estudios, otras de carácter sistemático y de crítica a ciertas publicaciones aparecidas en la República relativas a estos temas. Luego pasa a ocuparse de los siguientes anofelimos ya conocidos: Arribal- zagia annulipalpis, Anopheles albitarsis, Proterorynchus argentinus, Culex con- firmatus, C. albifasciatus, C. dolosus, C. flavipes, £. lynchi, Toentorhynchus taenorhynchus. Las especies nuevas son : Psorophora lynch, Culex bonariensis y C. intrin- catus. De casi todas las especies da la bibliografía, sinonimia, distribución geográ- fica, algunos datos biológicos, críticos, etc. Además, acompañan al trabajo nueve dibujos de los órganos masculinos de otras tantas especies en él estudiadas. Las mariposas argentinas, familia Pieridae, por P. Jórcexsex. An. Mus. Hist. Nat. B. Aires, t. XXVIIL, pág. 427-520, 1916, con 1 lám. Este trabajo es, según su autor, una continuación natural del publicado por €. ScmrorrkY con el mismo título y en el cual trata de la familia Papi- lionidae. 134 PHAYSIS (UL, 1917) Comienza el Sr. Jórgensen dando en la introducción una serie de datos generales y particulares sobre la familia de la cual va a ocuparse en su estu- dio; ellos se refieren tanto a la evolución de ciertas especies, como a la siste- mática, distribución geográfica, etc. Sigue luego una clave para la determinación de los géneros argentinos de piéridos y entra después a ocuparse detalladamente del género Tatochila, al cual divide en dos grupos según lleven o no «una mancha blanca transpa- rente sobre la discocelularis posterior, en la cara inferior del ala posterior ». A continuación va la clave correspondiente a todas las especies del citado género, que son catorce, de las cuales once argentinas. Después de esta clave entra a tratar de cada una de las especies en particu- lar y continúa haciéndolo en esta forma con las de los otros géneros de la familia : Pierts, Leptophobia, Pereute, Appias, Mathania, Hesperocharis, Terias, Catopsilia, Gonopteryx, Teriocolias, Colias, Meganostoma, Phulia, Pseudopieris y Dismorphia. Las especies nuevas descriptas son: Tatochila distincta Y Q ; Leptophobia diaguita Y Q; Mathania loranthi * Q ; Colias blameyi Y Q ; Phulia acon- quijae Q. Las formas nuevas son: T. stigmadice f. punctata '; P. monuste f. marmo- rata; H. marchalú f. quichua; Tertocolias atinas f. meridionalis Y Q; T. ati- nas f. shiptont Q ; M. helena f. citrina S. De casi todas las especies nuevas y de muchas de las conocidas el autor trata de los dos sexos, de ciertos datos de carácter biológico, áreas de dispersión y otros nuevos e interesantes. Ilustran este trabajo una lámina en negro, en la cual están representadas doce especies, entre las cuales algunas de las nuevas y dos dibujos en el texto, el uno dando a conocer la oruga y crisálida de Mathania lorantht y el otro sólo la crisálida de Tertocolias meridionalis. Creemos que el trabajo del Sr. Jóreexsex es lo más completo que se ha escrito hasta el presente sobre los representantes argentinos de esta intere- sante e intrincada familia, no sólo por lo que atañe a la faz sistemática del mismo donde se desenmadejan algunos puntos obscuros, sino por las noveda- des de índole biológica que el autor presenta y que ha recogido durante sus continuos viajes por la República. — Lazer. Las Coelioxys de la República Argentina. (Las especies argentinas de Coelioxys), por E. L. HormmerG. An. Museo Hist. Nat. Buenos Atres, t. XXVIIL, pág. 541-591, 1916, con 1 lám. Esta nueva contribución melisológica del Dr. E. L. HormbrrG, a pesar de su extensión, no es más, según él, que «un ensayo breve y previo» de la Monografía de las especies argentinas de Coelioxys, ya lista para ser dada a la estampa, pero que debido a circunstancias imprevistas, no podrá aparecer por BIBLIOGRAFÍA 135 el momento en los mismos Anales del Museo, para los cuales la aceptó el Dr. GALLARDO. En la introducción el autor da ciertos pormenores referentes a la citada monografía, así como también una minuciosa explicación sobre el epipigio del macho, del cual presenta una serie de dibujos esquemáticos para mostrar sus variaciones principales y poderse referir a ellos al describir una especie, como lo ha hecho. Las especies argentinas de este género han sido agrupadas en 11 grupos o cohortes que substituyen a los subgéneros, ya que para éstos « nadie sabe en qué carácter o caracteres podrían fundarse ». Las rr cohortes están comprendidas en dos grandes divisiones : las Erythro- basis y las Melanobasis. Las primeras encierran nueve grupos y sólo dos las segundas. Estas,once cohortes las presenta el autor en forma de sinopsis, con las pro- posiciones más generales y cada una de ellas lleva un número que indica la página donde ese mismo grupo se encuentra en la clave que sigue luego. Esta clave está en latín y tiene la buena particularidad de dar una diagnosis bas- tante extensa de todas las especies muevas, lo cual, por el momento, suple a la descripción detallada que va en la monografía. Las especies nuevas aquí descriptas son 37 y una variedad; el número total de especies argentinas asciende a 82. El trabajo trae una lista de las obras en que él se fundamenta y un índice de las especies con indicación de los sexos conocidos y de la página de la clave donde aquellas se hallan descriptas o señaladas. A pesar de habernos dado el autor esta contribución previa, sería muy de desear que la monografía correspondiente apareciera a la brevedad posible. El Dr. Hormberé nos ha pedido que agreguemos dos observaciones : 1* en el índice, variegata 573, debe ser 575; 2" en la página 587, proposición N. CoLoBoPEMPTON, después de «truncatum », agréguese «(in Q)»o «(en la hembra) ». — €. Lizer. Lepidoptera from the Argentine and from Canada, por F. G. Wnrrruk. The Entom., v. XLIX, p. 106-108. 1g16. Durante una breve estada del autor en Argentina durante el mes de abril de 1913, tuvo ocasión de coleccionar algunos lepidópteros, de los cuales da somera cuenta en este trabajito. Dice haber hallado abundantemente la Colias pyrrothea Hús. en Liniers, F. C. O. (por un error esta localidad aparece como Lerviers). En Belgrano, Tigre y Boulogne la Automeris leucane Ge; Diatraea saccha- ralis F. (sobre el tronco de una Acacia); Hylephila phyloeus Dr.; Ochyria ar- gentina Prout.; Cidaria impromissata Warx.; Callicista thiuus Hue. y Eepan- thería indecisa Wark. En Buenos Aires mismo Tatochila autodice Hs. y Piralis. farinalis L. 136 PHYSIS (1, 1917) El autor ha estado también en Górdoba donde ha coleccionado varios ejem- plares, algunos de los cuales son igualmente comunes en los alrededores de la Capital Federal. Ellos son: Terias deva Dan. ; Phyciodes thra Ki. y Otra especie menor del mismo género no deterininada; Dione vanillae L.; Pyra- meis braziliensis Moor; P. carye Hb.; Euptoieta hortensia BL.; Hamearis? chilensis Frxo.; Junonía lavinia Cr. (genoveva Cx.); Callicista argona Huew.; P'molus rufofusca Hew.; Thanaos noevius Lixr.; Hesperia syrichtus Y.; Gerespa bisnuala Frxo.; Tephrias sp.; Thermesia rubricans Borsb.; Tephrinopsis fra- gulis Waxx.; Eudule cupraria Warx.; Zinckenia fascialis Cn. y Nomophila noc- tuella Scurrr. A renglón seguido pasa a ocuparse de los lepidópteros recolectados en el Canadá. Lizer. Notas acerca de la hormiga Trachymyrmex pruinosus Em., por Á. GanLarbo, Anales del Museo de Historia Natural de Buenos Aires, t. XXVII, pág. 241-252, 1916 (con 4 láminas). Hace el autor en este trabajo la historia de esta hormiga desde que Emery la describiera en 1915 con el nombre de Atta (Trachymyrmex) pruinosa, histo- ria corta — sl se quiere — por lo que atañe a la especie en sí, mas larga e intrincada en lo que respecta a los géneros y subgéneros Atla, Acromyrmex, Moellerius, Trachymyrmex y Cyphomyrmex que, a lo que parece, se han dispu- tado el honor de acompañar al nombre específico de la hormiga en cuestión. Después que Siuvestrt halló esta especie en el Tandil, ha sido el Dr. Ga- LLARDO el primero en volverla a encontrar en Bella Vista. Excavando cuatro nidos ha podido estudiar su construcción, así como los detalles inherentes a la vida y costumbres de aquel formícido, completándolos en el laboratorio por medio de un nido artificial sistema Janer. Como Emery había descrito únicamente las obreras de T. pruinosus, el au- tor da la descripción de las otras dos castas hasta entonces desconocidas. Cuatro láminas ilustran este trabajo, de las cuales la primera representa el nido artificial antes citado y las otras tres artísticos dibujos ejecutados a la cá- mara clara por el autor y sombreados por el señor VinLaLoñOs. — Lazer. Notes systématiques et éthologiques sur les fourmis attines, por A. Gantarbo, Anales del Museo de Historia Natural de Buenos Atres, t. AXVIHN, pág. 317-344. 1916. (e) En este estudio se ocupa su autor de la tribu de las attinas, que, a excep- ción de un género, son todas de la región neotrópica, conociéndose de la Re- pública Argentina 32 formas repartidas en 8 géneros. De cada una de las especies se dan los sinónimos con sus correspondientes datos bibliográficos, lugares donde han sido capturadas en el país, y de algu- nas también las costumbres, nidificación, daños que causan, etc. BinLroGRArÍA 137 Se describe como nuevo al género Pseudoatta con su única especie /. argen- tina, la cual ha sido hallada en tres localidades : Misiones, Bella Vista y La Plata. Otra especie nueva es Acromyrmez (Moellerius) mesopolamicus, procedente de la provincia de Entre Ríos, y por lin, una nueva variedad de Alta vollen- weideri, denominada obscurata. Cuatro claves dicotómicas para la determinación de los géneros de las obre- ras de las attinas, machos de las especies Acromyrmex, grandes obreras del mismo género y de las del género Alta, completan el trabajo, lo mismo que dibujos esquemáticos de conjunto y de detalle representando las especies nue- vas. — Lrzer. Las diferentes larvas de langostas que acompañan á las grandes mangas de la saltona de « Schistocerca paranensis » Burm., por C. A. MareLti, Anales del Museo de Historia Natural de B. A.,t. AXVIIL, pág. 345-390, 1916. Como el título de este trabajo lo indica, hace el autor en él un estudio bas- tante detallado de las larvas de varias especies de Schistocerca que comúnmen- te se encuentran en las mangas de nuestra temible S. paranensis. Después de la introducción, en la cual esboza a grandes rasgos las divessas opiniones de los autores al respecto, hace algunas comparaciones con ciertas especies de acrídidos de otras partes del mundo, y entra de lleno en materia, haciendo una descripción minuciosa de las mencionadas larvas que han sido divididas por el autor en la siguiente forma, de acuerdo con su coloración respectiva : 1? de color verde, 2” amarillo verdoso, 3” verde oliva amarillen- tas, 4 amarillo canela, y 5” canela. Varios cuadros con una serie de diferentes medidas sirven de complemento a las descripciones. Notes on West American Oysters, by Wu. H. Daz. The Nautilus, AXVIM, número r. Boston, 1914. El Dr. Daz publica algunas notas sinonímicas sobre las ostras de las cos- tas pacíficas de América y la diagnosis de dos formas nuevas de los Estados Unidos. Algunos de estos datos pueden interesar a la América austral. Ostrea chilensis Pursieer, la especie común de Chile, que se extiende hasta el golfo de California, es en el Pacífico norte «la ostra grande, comestible»: «ha sido referida por Carresrer a O. virginico, a la cual se asemeja mucho. distinguiéndose en la falta de impresión muscular purpúrea». O. chiloénsis Sow. del sur de Chile «es pequeña, redonda y débilmente plegada pero puede ser una variedad degenerada de O. chilensis ». H. vos IuerisG dice en su obra sobre los moluscos terciarios de la Argen- 138 PHYSIS (MI, 1917) tina (Anales Mus. B. Aires, t. XIV, pág. 246), que O. chilensis es quizás idén- tica a O. lurida Carrenter, de la América central: pero DaLL. que enumera esta última especie, no le da tal sinonimia. Iueriwe decía también (loc. cit.), que O. chilensis era la única especie chilena viviente. En este artículo DaLL tampoco cita otra especie para los mares de Chile (si seexceptúa O. chiloénsts, que como hemos visto, puede ser una simple variedad); pero en su impor- tante trabajo de 1910 sobre los moluscos de la provincia peruana (Proceed. U. S. National Museum, vol. 37) menciona tres especies más, O. callichroa HawzeY, O. longiuscuala Hur, y O. vinolenta Hur, que no aparecen en las presentes notas. O. columbiensis HawxLeY, que en la memoria anterior figura- ba como existente en Coquimbo, no aparece ahora más que desde el Perú ha- cia el norte. La delimitación de las especies y la sinonimia completa de este grupo tan difícil, hecha por una autoridad como Dazz, sería de gran utilidad e impor- tancia. — M. Doello-Jurado. Two new Bivalve Shells from Uruguay by Wnm. H. Dazz. The Nautilus, XXIX, número 1o. Boston, 1916. El autor describe dos nuevos bivalvos marinos de la República Oriental del Uruguay. El primero es Glycymeris diaphorus, especie nueva que presenta cu- riosas semejanzas con el género Limopsis; el segundo, Callocardia (Agriodes- ma) Felipponet, «llamada así — dice Dax. — en honor del Dr. FroreNTINO FeLieroxe, que ha dedicado tanto tiempo al estudio de la historia natural del Uruguay». Los ejemplares típicos fueron recogidos por el «Albatross» en Río Janeiro, y referidos primeramente por el mismo Dar a Callocardia aresta. Posteriormente, FeLtrroxk halló la misma especie en Maldonado. — Mo D:=J. Flora de la provincia de Tucumán : Gramíneas, por MicugL Lito, 1 vol., 63 pag., edición oficial. Tucumán, 1916. La obra que el Dr. Lio emprende con la presente publicación, constitui- rá sin duda una de las más valiosas contribuciones al conocimiento de la flora argentina en una región tan interesante como es Tucumán. Esta primera parte, ya impresa, fué presentada por su autor a la Primera Reunión Nacional de esta sociedad, y mereció una felicitación de la sección de Botánica de aquel congreso. «Encargado por el gobierno de esta provincia — dice Lino en la introduc- ción — de elaborar una flora de Tucumán, publico ahora la familia de las Gramíneas. Sucesivamente trataré otras, sin atenerme a un orden sistemático. BibLIOGRAFÍA 1309 La razón que tengo para proceder de esta suerte, es la dificultad de poder conseguir determinaciones de algunas especies críticas y dudosas, consultando a los especialistas europeos. Los que conocen esta clase de estudios, bien saben que ahora la clasificación de una planta, tropieza con grandes dificultades en lugares como la Argentina, alejados de los grandes herbarios y bibliotecas : tanto más cuando se trata de una Flora poco conocida, como es la de Tucumán. Dificilísimo es y a veces imposible identificar las especies de los grandes gé- neros, aun teniendo una buena biblioteca botánica. Es biem sabido que la mayor parte de los autores, un poco antiguos, dan descripciones tan incom- pletas y someras que con ellas es imposible, en un gran número de casos, re- conocer las plantas que describen. Hay, pues, que consultar los ejemplares típicos, lo que sólo es posible en los herbarios europeos. La mayor parte de las especies de mi colección de gra- míneas han sido determinadas por el ilustre agrostógraflo austriaco Eduardo Hackel. Las nuevas especies fueron ya publicadas en los Anales del Museo Nacional de Buenos Aires (tomos XIII y XXI) y en el Annuaire du Conservatoire et du Jardin Botanique de Geneve (tomo XVII), por el Sr. Teodoro Stuckert que tanto ha trabajado por el progreso de la agrostografía argentina. Los entendidos en esta materia notarán la falta de sinonimia y de bibliogra- fía. He omitido esto por falta de tiempo, pues quería dar a la imprenta en el corriente año esta primera parte del largo trabajo que emprendo. Por lo demás los pocos aficionados encontrarán estos datos, muy completos, en los tomos citados de los Anales del Museo ; obra que es fácil consultar en nuestras bibliotecas públicas. Para subsanar, en parte, la falta de descripciones doy una clave para la determinación de las tribus y géneros ». Después de una explicación sobre los términos usados, respecto de los cua- les existe bastante confusión en la nomenclatura, el autor pasa a la enumera- ción de las especies, que llegan al número de 226, distribuídas en 13 tribus, todas ellas representadas por especies indígenas de la flora tucumana, con excepción de las Mayde:ze, que lo está sólo por especies exóticas cultivadas. Die Gattung Bolax, Commerson, por CarL SkorrssBerG; Botan. Jahrbúcher f. Syst. Pflanzengeschichte u. Pflanzengeogr. Band 48, Heft 3 u. 4, 1912, p. 1-6, con fig. (1). El autor nos da una lista bibliográfica de las opiniones de autores ante- (1) En el número anterior la parte final de esta nota bibliográfica apareció por transposición incluida en la precedente (Bemerkungen zur Systemalik der Gattung Myzodendron, por Carr Sxorrs- BERG; Botan. Jahrbicher f. Syst. Pflanzengeschichte u. Pflanzengeogr. Band. 5o, Heft A, 1913). Para salvar el error reproducimos la nota completa referente al género Bolaz. 140 PHYSIS (MIL, 1917) riores sobre la posición de este género. En el año 1789 encontramos la pri- mera descripción por Jussizu en Gen. plant., p. 226, en contraste con La- Marck, quien anota la especie Bolax glebaría a una Hydrocotyle. Después de muchas discusiones sobre la posición sistemática de esta planta, Rrrcme, Duséx y SkorrsberG la han admitido en un género propio. En noviembre de 1907 SrorrsBekG recolectó la planta en gran cantidad en las Islas Falkland y nos da una nueva descripción del género : Bola Commers. en Juss. Gren., p. 226. Flores gynodioeci. Sepala 5 petalis simillima, petala 5, apice leviter inflexo, uninervia, aestivatione imbricata. Styli breves. Stamina in fl. $ 5, in Q o. Mericarpia dorso leviter concava, juga intermedia. SkorrsBERG indica 2 especies de Bolaxw : gummifera (Lam.) SprexG. (1818) cuya distribución abarca las llanuras de la Patagonia y Tierra del Fuego, las zonas boscosas de la región alpina [i. e. andina!!] de Chile central, Patagonia occidental, Tierra del Fuego, Isla de los Estados, Islas Falkland, y Bolax Bover (Srec.) Dusén (1905), distribuída por los bosques húmedos de la Tierra del Fuego e Isla de los Estados, de las regiones alpinas [1. e. andinas!!]. (Duséx ha admitido Azorella Bovei (SreG.) entre los Bolax únicamente por los pelos. SkorrsBerG, que pudo estudiar los frutos, constató que esa opinión de Duséx es exacta. — Hosseus.) Puysts, N* 13, tomo III : Buenos Aires, 17 de marzo de 1917 Nora. Á fin de hacer coincidir exactamente la aparición de cada número con la fecha que lleva, ésta irá siempre al final y en la cubierta de cada uno. Como constancia, queda depositado en la misma fecha, un ejemplar de Puxsis en las siguientes instituciones : Biblioteca de la Facultad de Ciencias E. F. N. (Unwersidad de Buenos Altres). Museo Nacional de H. N. de Buenos Atres. Museo de La Plata. Sociedad Cientifica Argentina. Biblioteca Nacional. La Dirección. SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES COMISIÓN DIRECTIVA (1916-1917) Prestlente nda a José M. pe La Rua. Vicepresidente: Na asd: Franco PastorE. ( Francisco CRIVELEL, : Secretarios de la Sociedad... / e ; Secretario de la revista...... Pero SERIÉ. MES ORCLO A RO DES NE ASE Sala Erías Purost. Administrador de la revista. . José J. CARBONELL. BIbLOtecaria ios Ro EpeLmIRA MorTOLA. Martíy DorLo-Jurano. Mocales ENE TOO Ti a : Luis DeLÉTANC. Exrracro DE 1as BASES DE LA SOCIEDAD " APROBADAS EN LA REUNIÓN DEL 10 DE AGOSTO DE IQIL Y MODIFICADAS EN LA ASAMBLEA DEL 10 DE AGOSTO DE IQI0 Esta Sociedad, fundada el 1? de Julio de 1g11 con el nombre de Sociedad PHYSIS, tiene por fines principales : 1? Estimular y facilitar el desarrollo de las Cda Naturales en la Argentina ; 2% Publicar una revista científica, que a partir del 1 tomo lleva el título de PHY- SIS. A esto se destinarán principalmente los fondos de la Sociedad ; 30 Celebrar reuniones científicas y realizar excursiones de estudio ; - 4? Propiciar la creación de parques naturales so la sanción de leyes que protejan a la hana y flora del país; 5 Propender a que la enseñanza de las Cisticas Naturales se haga en forma atra- yente y práctica, a fin de despertar en los alumnos el gusto por las cosas de la natu- raleza ; ; 6- Empeñarse por que el estudio universitario de estas materias, y lea el del Doctorado en Ciencias Naturales, adquiera el desarrollo que corresponde a su im- portancia como factor de la cultura nacional. Pedro Jorgensen....... go recintos argentinos. y SUMARIO DEL N 10 (romo 11, PÁG. 101-238, FEBRERO 12-1 Cristóbal M. Hicken.... Plantae Fischerianae. Contribución al. conocimiento Ne flora del Río Negro (conclusión). : José M. Sobral......... Ona granite of Hemsón (Sweden). y Ángel Gallardo......... Fauna mirmecológica de Tandil Y la. Ventana. pad Ricardo Wichmann.... El estado actual de Monte Hermoso. Eric Boman............ El Pucará de Los Sauces. , Carlos Lizer........... Quelques données préliminaires sur une nouvelle mycoe ; die de «Sagittaria montevidensis ». W. H. Hudson .. ARE Biografía de la Vizcacha.. Moo, A 4 , A Ciencias Naturales. ¿EN Carlos Spegazzini...... Una nueva especie de A del Perú. Ana Manganaro-....... Notas sobre diantomorfismo Y dicarpomorfi S - Angel Gallardo......... El mirmecófilo sinfilo « Fustiger. elegans » Raf | Ricardo Wichmann.... Las capas con dinosaurios en la costa sur, de R FO: frente á General Roca. 2 Luis Delétang.........- Notas hemipterológicas.. Félix F. Outes.......-.. Sobre el hallazgo de un cd de hueso en . e regi F. Santsehi............. ¡ Guido Bonarelli........ Le mandibulo humana de Bañolas. ERE das Jean Brethes........... Genre « Xylocopa » Latreille dans ' Argentine. de A 37,671 Tomo III REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 68h — eALLE PERÚ — 684 200 SUMARIO GarLos BRUCH:-:.2+. Insectos: mirMecojulos aos oo io ASE E ESO el 1/41 Juaw José Nácera.... La sierra de « Las dos Hermanas» o... 190 Carros SbEGAzzIinI.... Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesan= ESA (CONEA o o e do o de 195 MANUEL SELVA. ....-. Manuscritos inéditos del Padre Noseda sobre aves del REO PUN UA pas e E OSCE UN AD OA 180 Loxcriwos NaAváÁs ...... Algunos insectos Neurópteros de la Argentina........ 186 sr Oreste Observaciones etnográficas de Francisco Javier Muñiz... 197 Comunicaciones Sesión del 20 de Enero de 1917 NANDO LAHILELE... Ferxa il Nota preliminar sobre un nuevo para de Trematodes. 216 TERESA To AS % RESUMEN DE OTRAS COMUNICACIONES Berro Fo Outes: Cuestiones de nomenclatura paleoetnológica. — Valor del ; hallazgo de una pipa de piedra tallada en la provin- cia de Entre Ríos. — La materialización del Cherruve AUNAR A aaa: UI OS ia is. 219 Sesión del 17 de Febrero : Arturo G. Frers.... Dos palabras más acerca de las variaciones de Lema Or- BLgny oe GUERAAe ca a dd) 220 M. DozrLo-Jurano... Moluscos hallados en un cementerio a de la isla AA A O E 20 Awa MANGANARO...... A dicronesia la Oro platense tea ocean AO “Jeay BrRETHES...... Description d'une nouvelle espéce de moustique de Buenos ; AA A o e O E ONE 226 Eric Bomay .-.....-. Petroglifo de Los Angeles, Sierra del Ambato (Cata- MAC a aa da 230 RESUMEN DE OTRAS COMUNICACIONES CarLos LizER........ SOPRERAOS CELIAIAS a a SARA Ésa LEO Sa 233 VER E. Oures...,... El primer hallazgo arqueológico en la isla Martín Garcia. 233 (Continúa en la página siguiente.) A E Sesión del 17 de Marzo io Eptarno L. HomperG... Un caso de mimelismo en las Abejas. ............ 234 PEDRO SerIÉ......... Observación biológica sobre la culebra aglifa Liophis CS Pp E | poecilogyrus (Wied) Jan....:.. A O AE 237 Jeay BRETHES........ Sar une cécidie de Physalis viscosa : description de la OOIJOOS NY M oécidie! et. de la CECI YE a oa cade ¡on OT ANC 239 Cantos LizeR+,......, Description d'une nouvelle esptce d Eriophyde (Acar.) AMS DN (IOmbpM es brethest nep idos o e A 2h1 CARLOS LIZER........ Une nouvelle variété de Chrysomphalus obscuras Comst., (Coccidae) (Chrysomphalus obscurus var. lahillei nov.). 242 RESUMEN DE OTRAS COMUNICACIONES CarLos ÁMEGHINO..... Una especie de Chlamydotherium......... AECA AGAN Carros BrucH....... Dosnidos ¿de Esfégidos3 He ca de ad o IN ahh PEDRO SERIE... 0. * Caso de voracidad en la rana comMÚUN.-............. EY 245 Fervayno Lammte.... Lámina en colores del Bicho colorado.......... 0... 245 Sesión del 14 de Abril Cantos Lizer........ Description du mále de U' Icerya subandina Leon ....... 249 Fervaxno Lamure.... Nota sobre una larva de insecto de respiración branquial. + 247 Franco PAsTORE...... Sobre el hallazgo de la criptógama hidropteriídea Pilula- ri0.mándoni,en Da PlOta Nr e ido o > 249 : Orro vox Bucnwar.. (Guayaquil, Ecuador). Tolas ecuatorianas........ ¿5 PARO M. Dorrto-JuraDno.... Monocondylaea orbignyana, N. SP... ooooococooom.s 200: Max BIRABÉN........ Nota sobre dos Cladóceros nuevos de la Rep. Arg.. 262 Juan B. Ambroserti .. Dato follelórico a propósito de la mar dE Myelobia SMErMER le hi. O ER e. 266 RESUMEN DE OTRAS COMUNICACIONES CarLos LizER........ Ginandromorfismo en un lepidópterO................ 268 CarLos AMEGHINO. .... Sobre el perro fósil del género Palaeocyon........... 268 Tun W- (EZ... 0.00. Nuevo hallazgo de fósiles en Corrientes ............. 268 Sesión del 12 de Mayo Carros Brucn....... La forma sewuada femenina de Cryptocerus ridiculus Sants iaa RO ot a NANEN 269 Axa MANGANARO...... Un nuevo inmigrante para la Flora argentina Artemi- Sia QUIgarEs MERA da o Aoc PRA EIA e O M. DorerLo-Jurano ... Notas sobre Acanthina calcar (Martyn) EA ie 271 M. DoretLo-Jurano ... Nota sobre Turritella americana (Bravard)........... 283 RESUMEN DE OTRAS COMUNICACIONES Penro SerIÉ......... Sobre: Goluber: Coralsu shana latas a RIOS Carros Lizer........ Sobre un cóccido del Quebracho blanco.............. 287 CarLos ÁMEGHINO..... Dos nuevas especies de Toxodontes ........ PS O : 288 - CarLos BrucH ..... . . Descripción de la Chrysopa lanata...... PSN 288 MovimieNTO SocraL : Primera Reunión Nacional de la Sociedad Argentina de Ciencias Na- turales. — Banquete al Dr. Ernesto Padilla. — A propósito de un juicio sobre la Reu- nión de Tucumán. — Segunda Reunión Nacional. — « Asociaciones para el adelanto de las ciencias » de Francia e Inglaterra. — Renovación de la Comisión Directiva para 1917-1918. — Nuevos Socios Honorarios. — Nuevos miembros correspondientes de la SA O. NA — Personales: 0 co ER OS DORE MORE E ASIA A o. 289 Crówxica : Fallecimiento del Dr. Juan B. Ambrosetti. — Germán Burmeister. 25% aniver= sario de su fallecimiento. — Homenaje a la memoria de F. Ameghino. — Dr. Osvaldo - Cruz. — Museo Nacional de Buenos Aires. — Incendio en la Sección de Zoología Apli- cada. — Expedición para el estudio de la región permanente de la langosta. — Sociedad. Ornitológica del Plata. — Sociedad Cientifica Argentina. — Academia Nacional de Ciencias de Córdoba. — Hallazgo de un representante de los Notostylopideos de Pata- gonia en los Estados Unidos. — Félix A. Le Dantec. — Rev. Octavius Pickard Cam- po bridge. — Reuniones de inslitaciones cientificas embranjeras....ooooooo... cr OA BIBLIOGRAFÍA... ..: 0.20. o E A aia ADAN 316-324 EP STES REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES SECRETARIO DIRECTOR ADMINISTRADOR PEDRO SERIÉ JOSÉ M. DE LA RUA JOSÉ J. CARBONELL No 14 La fecha va al final de cada número Tomo III Insectos mirmecófilos POR CARLOS BRUCH DOS NUEVOS BETÍLIDOS (Hymenopt.) Entre los insectos mirmecófilos de mis últimas cosechas, se encuentran dos himenópteros de la familia de los betílidos, que acabo de estudiar. Tratándose de dos especies aun desconocidas, las describo a continuación, agregando a las descripciones su correspondiente diagnosis en idioma francés, por la limitada difusión del español en los círculos científicos. Sclerodermus iridomyrmicicola n. sp. Q Largo : 3,4 milímetros. Semilustrosa; de color fusco-castaño con las antenas, articulaciones de los miembros y los tarsos algo más cla- ros, el abdomen más obscuro, negruzco. Toda la superficie está cubierta por un reticulado de mallas regulares y finas, algo más pronunciadas en el tórax. La pubescencia es escasa, muy ténue, notable casi únicamente sobre las antenas, los miembros y sobre el abdomen. - La cabeza es cuadrada, moderadamente convexa, muy dispersamente punteada, en los ángulos posteriores fuertemente redondeada. Los ojos, situados en los ángulos antero-superiores de la cabeza son grandes, pla- PHYSIS. — T. 111 10 142 PHYSIS (11, 1917) nos, anchamente elípticos y finamente facetados. El clipeo es corto y ca— renado. Las antenas tienen 13 artículos que son finamente reticulados y pubes- centes. El escapo es más bien corto, subobcónico. El flagelo, como dos veces y media más largo que el escapo, es algo engrosado hacia el ápice. El segundo artículo (1* del flagelo) es subovalado, tan largo como los tres sub— siguientes juntos. Los artículos 3% al 12% son transversales, de ellos los ba- sales, hasta el 6”, son más cortos y más angulosos que los demás; el artículo terminal (13) es ovoidal, poco más largo que los dos precedentes juntos. Las mandíbulas son subtriangulares, cortas, con dos dientes romos; el diente apical es un poco más robusto. El pronoto es tan an- cho como largo, adelan- te estrecho y redondea- do, lleva solamente unos cuantos puntos impre- sos. El mesonoto es pequeño, suborbicular, las mesopleuras son la mitad más largas. El metanoto o segmento mediano es casl tan an- cho como el pronoto, subcuadrado, adelante, en su primer tercio algo enangostado; en el dor- Fig. 1.— 1, Solerodermus iridomprmicicola Bruch **/,. x a, mandí- so es aplanado, su plano bula; 1 b, antena; 1c, espolón de la tibia y primer artículo del Ss Lado pan yaa cute, declive es convexo y no bruscamente inclinado. El abdomen es más largo qué el resto del insecto, como una quinta parte más ancho que la cabeza y hacia el ápice muy puntiagudo. Las an= cas son relativamente poco desarrolladas; las tibias inermes; el espolón de las patas anteriores lleva cilias comprimidas. Durante mi estadía en la isla de Martín García (9, XII, 1915) observé una salida de obreros de /ridomyrmex humilis Maxx, entre los cuales co— rría el curioso himenóptero, que incorporé a las colecciones del Museo de La Plata. Carnos Brucn : Insectos mirmecófilos 143 La especie viene a ser además el primer representante del género en la Argentina, siendo Sclerodermus soror (Westw.), de Méjico, la segunda especie neotrópica que se conoce. Otras /> especies pertenecen a las re- giones paleárctica, indica, etiópica, neárctica y australiana. Q L.: 3,4 mm. Presque luisant : de couleur chátain foncé, les anten- nes, les articulations des membres et les tarses plus clairs; Pabdomen noirátre. Recouvert enticrement par un réticulum de mailles fines et régu- liéres, plus prononcées sur le thorax. Pubescence rare, fine, bien develop- pée sur les antennes, les pattes et Pabdomen. Téle carrée, modérémeni convexe, avec des points trés dispersés : les angles postérieurs arrondis. Yeux grands, plats, avec de fines facettes, et situés aux angles antéro-supérieurs de la téte. Antennes de 13 articles, finement pubescentes et réticulées. Scape court, presque sub-obconique. Fla- gellum deux fois et demie plus long que le scape, un peu grossi vers l'extré- mité. 2% article (1% du flagellum) sub-ovale, aussi long que les trois sui- vants réunis ; articles 3 a 12 transversaux ; dernier article (13%*) ovoide, un peu plus long que les deux précédents ensemble. Mandibules subtrian- gulaires, courtes, avec deux dents émoussees. Pronotum aussi large que long, en avant plus étroit et arrondi, avec des points espaces. Mésonotum petit, suborbiculaire. Métanotam presque aussi large que le pronotam, subcarré, un peu plus étroit dans son premier tiers, aplati sur le dos, et avec la face declive convexe. Abdomen plus long que le reste de l'insecte, a peu pres un cinquieme plus large que la téte, terminant en pointe fine. Hanches relativement petites, tibias inermes. ; lle Martín Garcia, Rio de la Plata; un exemplatre courant sur un mur, avec Iridomyrmex humilis Mark. Pseudobrachium solenopsidicola n. sp. Q Largo : 3,5 milímetros. Lustroso; cabeza y abdomen negros, tórax rufo-castaño, mandíbulas y antenas fusco-castañas, los escapos algo más obscuros, los miembros, incluso las coxas y los tarsos flavo-castaños, algo más claros que el tórax. La cabeza es cuadrada, hacia atrás apenas estrechada, sus angulos re- dondeados; ella es poco convexa, tanto superior como inferiormente y lle- va puntos pilíferos, no muy gruesos y dispersos : los pelillos son cortos, flavo-grisáceos. Los ojos, situados sobre el borde súpero-lateral de la ca- 144 PHYSIS (1H, 1917) beza, se destacan como diminutos puntos semiesféricos. El clípeo presen- ta una carena longitudinal, corta y aguda. Las antenas tienen 13 artículos, de los cuales el escapo es grueso, li- geramente arqueado y tan largo como los cinco artículos basales del fla- gelo. El segundo artículo (1” del flagelo) es casi tan largo como los artí- culos 3? y 4” juntos ; los artículos 3" al 8” son más o menos tan anchos Fig. 2. — a, Pseudobrachium solenopsidicola Bruch **/,. 2 a, mandíbula 2 b, antena; 2 c, tibia y tarso anterior; 2 d, ídem mediano como largos, del 8” al 12% son algo más transversales y el terminal (13) es largo, oviforme. Las mandíbulas son sublineares, ligeramente arqueadas; tienen cuatro dientes, siendo el segundo casi tan fuerte como el apical, los dos poste- riores más pequeños y romos. Los tres segmentos del tórax presentan la superficie muy fina y débil- mente reticulada con sólo algunos puntos pilígeros. El pronoto es subci- líndrico, adelante redondeado, tronchado atrás y apenas una cuarta parte más largo que ancho. El mesonoto lleva los dos surcos longitudinales ca- Carros Brucn : Insectos mirmecófilos 1/5 racterísticos del género : es más ancho que el pronoto y separado de éste porun surco profundo. El metatórax o segmento mediano es sub-trian- gular, poco convexo sobre el dorso; su plano declive cae oblicuamente. El abdomen es bastante alargado, pero aún algo más corto que el resto del cuerpo, incluida la cabeza, y termina en punta; está provisto de peli— llos dispersos, algo más abundantes en la extremidad. Los fémures son fuertemente dilatados, sobre todo los anteriores. Las tibias medianas son bastante espinosas. Todas las patas y también las an- cas y tarsos son bastante pilosos. De esta especie he visto dos ejemplares en cámaras inferiores de un nido de Solenopsis saevissima Sm. var. tricuspis ForEL, en la Sierra de la Ven- tana (HL, 1916); uno de ellos se extravió. La regresión de los ojos indica para ella una vida oculta y distinta de la especie precedente, que por lo contrario posee esos órganos bien desarrollados. de También este género es nuevo para el país; de las 23 especies hasta ahora conocidas, corresponde una al Paraguay (P. distinguendum Ktkerr.), dos a Bolivia (P. boliviense Kxerr., y P. laticeps K1ErF.), y dos al Bra- sil (P. brasiiense Kerr. y P. inchoatum Kierr.). L.: 3,5 mm. Luisante, téte et abdomen notrs, thorax chátain roux, mandibules et antennes chátain fonce, les scapes un peu plus sombres ; les membres, y compris les hanches et les tarses, chátain Jaune. Téte carrée, en arriére un peu plus étroite, avec les angles arrondis, peu convexe, parsemée de points piliféres pas tres grands. Pubescence courte, Jaune grisátre. Yeux tres petits, en forme de points, placés sur le bord latéro-superieur. : Antennes de 13 articles; scape gros, légéerement arqué, aussi long que les cing articles basauzx du flagellam. 2** article (1% du flagellum) presque aussi long que le 3" et le 4%* réunis ; articles 3 a 8 plus ou moins auss! lar- ges que long; du 8** au 12** plus transversaux, dernier long et oviforme. Mandibules sublinéaires, léegerement recourbéees, avec 4 dents dont la 2** est presque aussi robuste que l'apicale; les deux dents postérieures sont plus petites ef mousses. Thorax couvert d'un réticulum tres fin et peu prononcé, avec quelques points piliferes. Pronotam subcylindrique, en avant arrondr, tronqué en arriére. Mésonotum avec les deux sillons caractéristiques pour le genre et plus large que le pronotum, dont il est séparé par un sillon profond. Le métathorax est subtriangulaire. Abdomen un peu plus court que les autres segments réunis, pointu en arritre, el recouvert d'une pubescence éparse. 146 PHYSIS (UL, 1917) Fémurs fortement dilatés, surtout les antérieurs. Tibias médians assez épineuzx. Toutes les pattes, les hanches et les tarses y compris, assez potlues. Sierra de la Ventana, dans les chambres inférieures d'un nid de Sole- nopsis saevissima var. tricuspsis Forel. NOTAS ACERCA DE UNA CHINCHE MIRMECÓFILA Al ocuparme de nuestra hormiga Solenopsis saevisssma Sm. (Pylades Forez) (1), mencioné con el nombre de « Ischnoderus spec. » a un he- miptero, huésped muy común en los nidos de la misma. Haré constar en primer lugar el lapsus tipográfico, debiéndose leer Ischnodemus en vez de Ischnodezus, nombre también empleado para un género de coleópteros de la familia estafilínidos. En cuanto a la clasifica- ción de esta chinche, la resolví entonces por simple comparación con ejemplares de la ex colección Bere, en la cual figura, procedente de Ba- radero (F. LywcH ArriBÁLzaGa), entre los /schnodemus Stali SiGx., y fué sin duda tomada por Bere como individuo joven. La diferencia que observé a primera vista, me indujo a suprimir el nombre especifico y ocuparme oportunamente de la determinación. Ahora estoy convencido que esta chinche, de vasta distribución geo- gráfica, es la misma que se encuentra también por el Brasil en nidos de Solenopsis geminata E. (= saevissima Sm.), y que fué descripta por BerG- roTH como /Veoblissus parasitaster (2). El género Veoblissus BerGrRoTH corresponde, pues, a la subfamilia Blis- sinae STaL, es muy cercano de Ischnodemus Fies. y de Blissus Kuuc, del cual se diferencia por el margen apical del corio que es recto. Como lo muestra la figura 1, muestro hemíptero es fácil de reconocer, por los cor- tos hemiélitros de la imagen, y en vista de la escasa difusión que tienen en el país las obras entomológicas extranjeras, doy a continuación su diagnosis específica. (1) Bruen, C., Contribución al estudio de las hormigas de la provincia de San Luis. Revista del Museo de La Plata, tomo XXIIIL, página 318. 1916. (2) Wiener entomologische Zeitung, págima 253. 1903. Canos Brucn : Insectos mirmecófilos 147 Neoblissus parasitaster BerGroTH Mate, con las antenas, abdomen y miembros algo lustrosos; cubierto de una pubescencia amarilla leonada, densa y oblicuamente erguida, que es apenas más acostada por debajo, y más rala sobre el dorso del pronoto, el escutelo y sobre los hemiélitros. Negro, más o menos pardusco; a veces el margen apical y región dor- sal del pronoto rojizos. El ápice del clípeo, rostro, antenas, orificios, margen de los acetábulos y patas son de color castaño rojizo; los fémures y antenas más obscuros. Los ojos son de un lindo rojo encarnado, la punta del rostro es negruzca. Los hemiélitros son blanquecinos y negros en su tercio apical. Las antenas sobresalen de la base del protórax; su segundo artículo es más de la mitad del primero, el tercero poco mayor que éste y el cuarto es poco más largo que el segundo. El corio, de las for- mas macrópteras, es más del do- ble de largo que el escutelo. Los individuos masculinos son de menor talla, 3,5-3,8 mm.:; las hembras /4-4,5 mm. La larva joven tiene una for- ma afídica; en sus primeros estados es de un rojo bermejo vivo, los ojos encarnados, las antenas y patas amarillentas pá- lidas. Su tegumento es subopa- biert “enladl Fig. 1. — /Neoblissus parasitaster Bergroth. Chinche Co, Cubierto por un reticulado adulta, *%/,; 2, larva de la chinche, *%/,; 3, hemi- muy fino; sobre el abdomen es élitro derecho de la imagen. reticulado-punteado, parecido a la esculptura de un dedal; por debajo del cuerpo, el reticulado es suma- mente fino, casi imperceptible. La pubescencia es mucho más corta y más esparcida que en la imagen. Con el mayor desarrollo de la larva, su lindo color se trueca en un rojo impuro, algo amarillento o pardusco. Los artejos terminales de las ante- nas, cabeza, pronoto, escutelo y vainas de los hemiélitros, las pleuras del tórax, son de un castaño pardusco, lo mismo el pigidio y una mancha rec- tangular, que en la hembra ocupa el segmento anal y en el macho el anal . [02] PHYSIS (MIL, 1917) y el segmento precedente. Todas estas partes se obscurecen, a medida que la larva se acerca a la pseudo-1magen. ObseErvAcIONES. — He dicho ya, que esta chinche es muy común en los nidos de nuestra hormiga, donde en ciertos lugares de los alrededores de La Plata se la encuentra por millares en un sólo hormiguero. En nidos, que durante el invierno pasado pude examinar, hallé además de larvas, las imágenes en tal aglomeración, que las camaras inferiores estaban re- pletas de éstas. Se trata, pues, de verdadera «mirmecoxenia » o de un mirmecófilo típico, lo que demuestra ya la forma braquíptera del insecto, el cual ja=- más he coleccionado fuera de los hormigueros. No hay duda, que en el presente caso existen motivos para explicar la relación del huésped con las hormigas, o sea una razón para el parasitis- mo de aquél, y tolerancia por parte de éstas últimas. Este hecho es tanto más sugerente, teniendo en cuenta la agresividad de nuestra Solenopsis, y el número de los huéspedes, que por su gran incremento pudieran serles molestos. Sin haber hecho mayores investigaciones de esta naturaleza, admitiré sin embargo estas probabilidades : 1” Que los hemípteros viven a expensas de nuestras hormigas, partici- pando de los alimentos o residuos de éstas; 2% Que las hormigas toleran a los parásitos, sin prodigarles especial cuidado, pero tal vez con interés de aprovecharlos en el momento propi- cio para su nutrición. Las observaciones que transcribo parecen bastante demostrativas. Las chinches, abundantes en invierno, disminuyen rápidamente por la primavera, y durante la buena estación, casi solamente se las encuentra en estado de larvas. A fines de agosto conservé en una caja de hojalata parte de un nido de Solenopsis, es decir, fragmentos de sus construcciones con obreras y cría, y entre ellas unas cincuenta chinches adultas. Las hormigas se acomodaron perfectamente en la caja, construyendo sus galerías entre los terrones; cuando a fines de octubre examiné el con- tenido, ya no hallé a los hemipteros, los que sin duda habían sido devo rados. Otro caso parecido sucedió recientemente con las larvas. Con el pro- pósito de criarlas, coloqué a principios de diciembre en una cápsula grande de vidrio fragmentos de un nido, unas trescientas obreras con cría y buen número de larvas de chinches. La pequeña colonia progresó muy bien. A las hormigas las alimenté con moscas, a las cuales atacaron con Cartos Brucu : Insectos mirmecófilos 149 ferocidad, ultimándolas en seguida y cubriéndolas casi siempre con parti- culas de tierra, comiéndolas después. Introduje también varios coleópte- ros «bicho moro» (Epicauta atomaria), que corrieron la misma suerte. No obstante ese régimen ya acostumbrado, las hormigas lamían tam- bién gustosas el azúcar mojada y varias veces sorprendí a las huéspedes participando del festín de las hormigas. En enero tuve que ausentarme de La Plata; a mi vuelta, después de dos semanas, encontré a las hormigas casi exhaustas de hambre y ni el me- nor rastro de las chinches. Por ahora comunico estas breves notas; espero en otra oportunidad ocuparme más detenidamente, y conseguir más datos biológicos de es- tos curiosos insectos. La Plata, marzo 5 de 1917. La sierra de “Las dos Hermanas” por JUAN JOSÉ NÁGERA Mientras practicaba una investigación estratigráfica en la Sierra Baya, comisionado por la Dirección General de Minas, Geología e Hidrología de la Nación, pude realizar una excursión de dos días a las lomas nom- bradas y los resultados van en esta nota. Esta pequeña sierra (cuyo croquis topográfico-geológico, he construido con brújula y barómetro, figura 1) se encuentra en el partido de Olava- rría (provincia de Buenos Aires) al SO. de la ciudad de este nombre y a algunas leguas al O. de la Sierra Baya. Desde su cima se distingue : al N. la Sierra Chica; al E. el Gerro Soltero, el Arroyo Tapalqué y la Sie- rra Baya; y al NO. la laguna de la Blanca Chica y la Sierra de la China. Aislada en la llanura ofrece un aspecto inconfundible. Es ese tipo de meseta que vemos en algunas sierras de Buenos Aires, en donde cubrien- do la base cristalina o algún sedimento, a la vista o no, se presenta una cuarcita muy compacta, bien estratificada, cuyos desprendimientos en bloques cuadrangulares, hacen que ofrezca siempre cortes a pique en cualquier rumbo. Es claro que este hermoso aspecto morfológico, se distingue muy bien en las elevaciones que se hallan poco dislocadas por los movimientos del terciario, o que constituyen la parte central eje, de pequeños anticlinales cuyas alas han desaparecido. Es común oir el nom- bre de «bonetes» y «sombreros», entre los habitantes de la provincia para tales casos. Los dos cerros que la componen — y que tienen una forma análoga — están separados por una abra ancha, cuyo talweg es un poco superior to- pográficamente, a la llanura que circunda la sierra. Desde su base cu- Juan José Nácera : La sierra de « Las dos Hermanas » 151 bierta de loes, tierra humosa, escombros y vegetación, se eleva lentamente haciéndose más abrupta a medida que nos acercamos a las capas cuarci- ticas que cubren su cima, no así éstas, que se presentan como ya se ha N.M. Fig. 1. — Sierra de Las dos Hermanas. Escala = 1 : 25.000. 3, Base cristalina; 2, Horizonte cuarcítico; 3, Loes, tierra vegetal, etc. dicho y con un espesor como el de las cuarcitas superiores de la Sierra Baya. El conjunto posee una base cristalina, y sus afloramientos ocupan extensiones muy pequeñas (fig. 1). Roca granítica. Muestra número 1 Observación macroscópica. — Grano mediano; en ella se distingue : feldespato rosado y blanco amarillento; cuarzo en menor cantidad y ele- mentos melanocráticos repartidos regularmente. 152 PHYSIS (IL 1917) Observación microscópica. — Minerales esenciales : microclino, plagio- clasa, cuarzo, biotita y hornblenda. | di Minerales accesorios: magnetita, zircón y apatita. En el microclino se nota muy bien su estructura cuadrillada caracte- rística, y sus granos son alotriomorfos. La plagioclasa se halla en secciones grandes, en parte descompuestas y finamente macladas según la ley de la albita, más raramente según la del periclino o ambas juntas. En los cortes de la primera que son | ax, con dirección de vibración de la luz paralela a z/, su ángulo de extinción es de 1-89 (término me- dio) a partir de la traza de M, valor que indica una oligoclasa básica con 25.50 */, de anortita. El cuarzo, como los minerales anteriores, presenta sus granos de for- ma irregular, algunos con extinción ondulada y abundantes inclusiones F¿+ A z + + + N 5I930'0 S.51930'E Fig. 2. — Perfil geológico de la Sierra de Las dos Hermanas. Escalas : horizontal = 1 ; 25.000; vertical = 1 : 10.000. 1, Base cristalina; 2, Horizonte cuarcítico; 3, Loes, tierra vege- tal, etc. poligonales, o de aspecto variado, o líquidas con burbuja, distribuidas en líneas reticuladas, o simples o aisladamente. La asociación mirmequítica con el feldespato alcalino, aunque escasa, es muy bien visible. La biotita se advierte en pequeñas láminas y su pleocroísmo y absorción son : a pardo claro < f = y pardo obscuro. En menor cantidad, pero en granos mayores, tenemos una hornblenda de pleocroísmo y absorción : 2 verde parduzco muy claro << f verde aceituna << y verde obscuro azu- lado. Tanto en la biotita como en la hornblenda, nótase, aunque en pe- queña escala, fenómenos de cloritización. El zircón como la apatita se ve en secciones prismáticas o en circula- res, y la magnetita, aislada o asociada a los minerales ferromagne- sIanos. Es una roca de estructura hipidiomorfa, y de acuerdo con sus compo- nentes y cantidad de los mismos, puede llamarse «granitita hornblendi- fera ». En cuanto a su edad, se ve indudablemente que es más antigua que la cuarcita que la cubre, analogamente a lo que sucede en la Sierra Baya, donde la edad, de la cuarcita, se considera como perteneciente a una parte de la transgresión del Cámbrico superior al Silúrico inferior. Juan José Nácera : La sierra de « Las dos Hermanas » 153 Sobre la granitita arriba descripta, reposa la cuarcita blanca nombra- da (véase perfil) conocida vulgarmente con el nombre de « piedra de fuego » (1), muy bien estratificada y con un pulido hermoso como en la Sierra Baya, pero quizá no tan abundante. Muestra número 3 - Observación macroscópica. — Roca bastante compacta, de granos muy pequeños, siendo invisible el cemento que los une. En parte aparece teñida en amarillo rojizo. regular o irregularmente por el óxido de hierro. Observación microscópica. — Granos de cuarzo de forma irregular lo mismo que sus bordes, predominando a menudo las formas ligeramente exagonales o rectangulares. La transparencia de los mismos es disminuida por la gran cantidad de inclusiones, que son de formas irregulares, líqui- das y con una burbuja, repartidas reticularmente o en líneas concéntri- cas, y acompañadas de vez en cuando de algunas de biotita con aspecto de gotas. El cemento no se percibe, pero nótase a veces, un poco de magnetita llenando los intersticios. La generación secundaria de los granos de cuar- zo falta casi en absoluto. En la Sierra Baya he marcado cubriendo la base cristalina, los si- guientes pisos : Metros Horizonte «calcáreo» espesor MÁXIMO... coco... ... 30 — «dellastarcillas o RES PESO 20 = «cuarcítico Superior» espesor MÁXIMO. ............ 30 = dolo nticON ES PESO 55 — «cuarcítico inferior» espesor MÁXIMO. ............. 10 = «base cristalina ». y visto además en general sobre el horizonte dolomítico o en sus grie- tas y bajo el cuarcítico superior, pedernales rodados y en ciertos lu- gares (mina de la pintura) una arcilla ocrácea conocida vulgarmente con el nombre de almagre. Estas dos últimas rocas faltan por completo y tampoco se distinguen los más mínimos vestigios de dolomita ; por otra parte, en el flanco SE. del cerro del E., puede verse casi en contacto la 1) Por la gran cantidad de chispas que saltan al ser golpeada fuertemente con los mar- ) S pas Y 3olp tillos 154 PHYSIS (UNI, 1917) base cristalina y la cuarcita, lo que nos dice, que la roca sedimentaria reposa directamente sobre aquélla, y, que la facies local dolomítica que encontramos en la Sierra Baya no se extiende más hacia el O. del cerro Soltero, lugar éste, donde últimamente he marcado su pre- sencia. El espesor máximo de 3o metros de este horizonte, su aspecto morfoló- gico, la ausencia de esquistos arcillosos y arcilloso-muscovíticos, etc., que existen en el cuarcitico inferior de la Sierra Baya, nos inducen a considerar a estas capas, como correspondientes al cuarcitico superior de la misma sierra. No me extiendo en consideraciones técnico-económicas, tan de actuali- dad, porque ellas van incluídas en mi monografía de la Sierra Baya, lo mismo que los pocos datos bibliográficos existentes. Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes POR CARLOS SPEGAZZINI (Continuación *) 16. Puya formosa SreG. (n. sp.) Diag. Putcairniopsis, inflorescentia composita, ramulis elongatis dissite multifloris apice saeptus breviter abortivis bracteas longe superantibus, petalis intus ecallosis nudis, macrophylla, non tuberosa, bracteolis ovatis acutis sepalis brevioribus, folis pro ralione subangustis utrimque adpressis- sime argenteo-lepidotis, margine dense valideque dentato-spinosis, spinulis subrectis omnibus antrorsis, floribus longe pedicellatis esximie trigonis, se- palis basi ad angulos dorsales crasse obtuseque calloso-rotundatis, corolla longe exerta petalis omnino liberis sed in tubo convolutis pulchre subcoeru- lescenti-viridibus, staminibus inclusis. Hab. Común en las hendeduras de los peñascos en las montañas de los alrededores de Mendoza (Villa Vicencio, Higueras, Hornillos, Cacheuta, Potrerillos, Uspallata). Obs. A pesar de haber coleccionado muchas veces esta especie nunca tuve la suerte de hallarla ¿n situ florecida; traída y cultivada en La Plata por fin llegó a florecer en este año convenciéndome entonces que se tra- taba de una forma nueva desconocida. El rizoma robusto cilíndrico (15-50 cm Irg. por 2-5 cm diam.) está cubierto de muchas cicatrices, densa y cortamente ramificado, terminan- do cada rama en una corona (50-75 cm alt. y diam.) de largas hojas (So-100 cm Irg. por 3o-4o mm anch. bas.) más o menos enderezadas (*) Véase tomo TI, página 37. 156 , PHYSIS (UI, 1917) espesas (3-/ mm esp. bas.) coriaceas bastante rígidas, al epifillo muy cón- cavas en canaleta, al hipofillo muy convexas pero no aquilladas, que des- de una base envainante se van adelgazando larga y paulatinamente en una extremidad muy larga y angosta (10-15 cm lrg. por 2-3 mm anch.) más o menos encorvadas o enroscadas : ambas caras foliares se hallan cubier- tas de una membranita continua delgada ceniciento-plateada formada por un número infinito de lépides o escamas radiato-discoidales : los bordes de las hojas están armados de numerosísimos dientes (5-10 mm entre uno y otro) provistos de una espina (2-3 mm Irg.) casi recta o ligeramente introrsa todas dirigidas en el mismo sentido hacia arriba y de color casta- ño. El vástago floral nace del centro de la corona foliar generalmente al tercer año, siendo más o menos enderezado (75-150 cm alt. por 25-40 mm diám. bas.) en la juventud más o menos pubescente y ceniciento con la edad de color purpureo intenso y casi totalmente lampiño, desde su ter- cio o cuarto inferior provisto de ramas en número de 15 a 25, alternas bastante distanciadas unas de otras, las superiores moderadamente diver— gentes las inferiores horizontales o inclinadas hacia abajo, simples y rec- tas (20-40 cm Irg. por 2-4 mm diám.) nacientes de la axila de una brac— tea tanto mayor cuanto más baja, anchamente ovalada casi membranosa de bordes enteros inermes y terminada en punta aguda; las ramas de la inflorescencia, como la parte apical del eje primario, están revestidas de flores normales de desarrollo basífugo menos en un corto trecho de la ex- tremidad (3-10 cm lrg.) que sólo lleva flores estériles abortadas. Las flo- res bastante grandes (30 mm rg.) distribuidas espiralmente pero sin or- den definido y a distancias sumamente variables (2-30 mm dist.) están sostenidas por pedicelos bien desarrollados (10-15 mm Irg.) cilíndricos y delgados (1,25-1,50 mm diám.) paulatinamente engrosados en la base y obtusamente triangulares (2,5-2,8 mm) al ápice, al principio rectos verdes, más tarde más o menos sigmoideos y encorvado hacia arriba pur- pureos, escasamente pubescentes o casi lampiños, nacientes de la axila de una bractea ovalada aguda pero no picante, membranosa, de borde entero cuyo tamaño disminuye de abajo: hacia arriba, siendo las infimas de un largo doble del pedúnculo mientras las apicales alcanzan apenas a la mitad del mismo; el cáliz trígono (15 mm Irg. por 7 mm diám.) lampiño o con ligero rastro de pubescencia está formado por 3 sépalos entresoldados en su quinta parte inferior, con base dorsal obtusamente muy gibosa y en— grosada verde-rojiza, superiormente libres lanceolados muy agudos del- gados purpúreos y angostamente empizarrados hacia la izquierda; la corola de largo superior al doble del cáliz, regular, tubulosa, verde-azu- leja, consta de 3 pétalos absolutamente libres hasta la base, empizarrados is NAAA NN Carros Srrcazzisi : Ramillele de plantas argentinas nuevas o interesantes 157 a la derecha formando tubo, anchamente lineales (25 mm Irg. por 5 mm anch.), en sus dos quintos inferiores encerrados en el cáliz, blanquecinos semitransparentes sin lígulas ni callos de ninguna clase, y en los otros tres quintos salientes coloreados algo más anchos redondeados en la extre- midad con un pequeñísimo piquillo mediano; los 6 estambres todos de igual largo tienen filamentos aplanados casi hialinos (15-17 mm Irg.) muy angostos llevando anteras lineales (4 mm lrg. por 1 mm diám.) naranjadas; el ovario enteramente superior y libre cónico (5 mm Irg. por 4 mm diam. bas.) blanquecino con los 3 carpelos casi independientes y sólo unidos por el eje estilar se prolonga en un estilo cilíndrico blanco-verdoso lige= ramente engrosado hacia arriba donde termina en 3 estigmas lineales ro- jizos (2,5-3 mm Irg.). El fruto es una cápsula dehiscente, sostenida por el pedúnculo que conserva el mismo tamaño que en la flor, encorvada hacia arriba y encerrada en el caliz persistente casi inalterado solo un poco au- mentado (17 mm lrg. por 1o mm diam.), ovalado-elíptica (15 mm Irg. por y mm diam.) con pico apical corto pero bien desarrollado y surcos intercarpelos muy marcados no profundos, de color castaño a la madu- rez; las placentas áxiles son lineares y cubiertas de óvulos desde el ápice hasta la base de los carpelos; las semillas son obcónicas o cuneiformes pequeñas (1,25-1,40 mm Irg.) de color castaño provistas de una angosta ala casi incolora dorsal. 17- Tillandsia euosma Srec. (n. sp.) Diag. Phytarhiza (prox. ad n. 208 v. 222 Mon. Brom. Praecl. Mez), folis caulem elongatum dense quaquaverse vestientibus dense adpresseque cinereo-lepidotis; inflorescentia usque ad S-flora, simplicissima, distiche flabellata : bracteis dorso vix sparse lepidotis obtustusculis sepala non ae- quantibus : floribus stricte erectis, sepalis omnibus a basi fere liberis : pe- talorum limbo suborbiculari coeruleo margine minute denticulato : stami- nibus profunde inclusis stylum superantibus. Hab. Sobre las ramas de los algarrobos en los bosquecillos de Piedra Blanca, Catamarca, febrero 1907. 2 Obs. Durante una corta estadía en la provincia de Catamarca envié a La Plata varios bultos de Tillandsias, allí llamadas con el nombre vulgar de Chasquitas y muy buscadas en esas áridas regiones para la alimenta— ción del ganado : la mayor parte de ellas estaban estériles pero debida- mente cuidadas en mi jardín florecieron en los veranos de los años si- guientes permitiéndome así su determinación : entre ellas vino la que PHYSIS. — T. III 11 158 PHYSIS (MI, 1917) describo ahora y que fijó particularmente mi atención por la fuerte y exquisita fragancia de sus flores. Los individuos mayores en completo estado de evolución alcanzan a unos 15 cm de altura. El tallo (40-60 mm Irg. por 5-7 mm diám.) ofrecen varias cortas bifurcaciones cada una de las cuales termina en una roseta de 10 a 20 hojas muy divergentes, las inferiores casi horizonlales (60-go mm Irg. por 6-7 mm anch.), estre— chamente envainantes en la base, de lámina semicilíndrica rígida redon— deada al dorso profundamente canaliculada al vientre de bordes agudos enteros, suave y largamente adelgazadas hacia el ápice, derechas o más o menos arqueadas y a veces hasta enruladas en el extremo, totalmente cu- biertas de una fuerte capa escamosa, a veces casi aterciopeladas, de color ceniciento-plateado obscuro. El escapo floral delgado y derecho (70-S8o mm Irg. por 1,5-2 mm diám.), lampiño, revestido de muchas vainas tubulares, un poco más largas que los internodios, desprovistas de lámi- minas pero con punta aguda, algo escamosas en la parte dorsal ; la espi- ga floral es por lo general simple (rara vez cortamente bifida o hasta multífida), lanceolada (más o menos 4o mm Irg. por 1o mm diám.) poco hinchada, igualmente adelgazada hacia ambas extremidades, lampiña, de color verde obscuro : sus bracteas ovalado-lanceoladas (11 mm Irg. por 3,5 mm anch.) bastante obtusas apenas mucronadas, 7-9 nerviosas, son cartaceas y verdes con muy pocas escamas; las flores (22 mm Irg. tot.) de olora jazmín muy penetrante asientan sobre un cortísimo pedicelo obcónico : los sépalos lanceolados (12 mm lrg. por 5 mm anch.) son ver- des lampiños al dorso, libres desde la base, de ápice agudo pero rodon- deado, con bordes escariosos muy anchos incoloros : los pétalos (18-20 mm Irg. tot.) ofrecen una uña lineal (11 mm lrg. por 2 mm anch.) blan- ca semitransparente y una lámina extendida horizontalmente discoidal- trasovada (8-g mm Irg. por 10-11 mm anch.) pálidamente violáceo-azu- lada, con el margen superior algo dentellado : los estambres no alcanzan la garganta de las flores ni la mitad de los pétalos (8-g mm lrg. tot.) con filamentos planos (6 mm lrg.) blanco-incoloros y anteras naranjadas (1,8-2 mm Irg.): el ovario ovalado (3,5-4 mm lrg.) obtusamente trígo- no lampiño verde remata en un estilo filiforme grueso blanquecino ter- minado por tres pequeñisimos estigmas. 18. Vriesea argentinensis See. (n. sp.) Diag. Euvriesea, macrostemma, genuina, inflorescentiía composita, ra- mulis distiche florigeris, foliús breviter subacutatis, cyatho non bulboso, Cantos SpreGazzini : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 159 petalis biligulatis, laxiflora, prophyllata, imbis folioram viridibus emacu- latis, macrantha sessiliflora, petalis lutets. Hab. Sobre los viejos troncos cubiertos de musgos y otras epífitas en los bosques cerca de San Pedro, Misiones, febrero 1907. Obs. Hermosa planta que hallé estéril y que traída a La Plata llegó a florecer permitiéndome su estudio y clasificación. Sobre un rizoma muy corto casi obcónico provisto en su parte inferior desnuda de numerosas y enmarañadas barbas radicales adhesivas se desarrollan una o varias rose- tas (40-50 cm diám.) de 20 a 3o hojas todas envainantes a la base pero no formando bulbo o hinchazón, Las hojas son todas de color verde vivo casl brillante pero bien uniforme y absolutamente sin manchas ni pálidas ni de otros colores, largas y bastante anchas (15-25 cm lrg. por 3-4 cm anch.) apergaminadas pero muy flexibles por lo general con la parte su— perior arqueada y algo enrrolladas hacia abajo, enangostándose en el cuarto apical para terminar en punta relativamente obtusa calloso-mucro- nulada, mientras en la base se ensanchan en vaina estrechamente abraza- dora : su superficie en ambas caras está del todo desprovista de escamas o lépides dejando sólo entrever una infinidad de nervaduritas finisimas lon- gitudinales : los bordes son agudos lisos y enteros. La inflorescencia que se levanta del centro de las rosetas foliares es una larga espiga compuesta (50-85 cm alt.) con un escapo robusto (8-12 mm diám. bas.) simple en la mitad inferior revestida de 3a6 bracteas foliiformes sucesivamente más chicas envainantes en la base con limbo obtuso más o menos enrrollado, en la mitad superior provista de 5 a 6 ramitas (10-20 cm Irg.), las infe- riores abiertas, las superiores enderezadas, provista en la base de un pro- fillo más o menos envainante, soportando de 3 a y flores disticas sésiles tanto más divergentes cuanto más inferiores. Las flores (45 mm Irg.) ma- cen en la axila de bracteas lampiñas amarillentas ovalado-lanceoladas (25-27 mm lrg. por 18-20 mm anch. bas. abiert.) inferiormente redon- deadas superiormente aquillado-costulada de ápice cortísima y obtusa- mente mucronada, con más o menos 15 estrías o nervaduras longitudi- nales, abrazantes pero con los bordes que sólo llegan a tocarse; los 3 sépalos (32-33 mm Irg. tot.) se hallan entresoldados en su cuarta parte inferior (8-g mm lrg.) verde, por lo restante son libres amarillentos lus- trosos viscosos empizarrados, con ápice obtuso terminado por un peque— ño mucrón calloso, con 8 ó y nervaduras poco aparentes; los 3 pétalos (42-43 mm Irg. tot.) de uña lineal pálida soldada a la base de los sépalos y del ovario ofrecen superiormente un limbo lanceolado (9-10 mm. Irg. por 6 mm anch.) amarillo vivo, enrollado por afuera de ápice obtuso con pequeñisima escotadura central, recorridos por más o menos 20 finísimas 160 PHYSIS (IL, 1917) nervaduras : al pie de cada uña petalina, en el lado interno existen dos lígulas trasovadas (6 mm lrg. por 4 mm anch.) casi hialinas, con dos dientecillos y varias tirillas apicales ; los 6 estambres, todos de igual lon- gitud, tienen filamentos (30-32 mm Irg. tot.) delgados blancos, los 3 epipétalos en su base soldados por un corto trecho con la uña petalina, los otros tres completamente libres, y anteras lineares (7 mm Irg. por 1,5 anch.) sin apéndices, al principio amarillas y después más o menos pur purinas : el polen pulverulento amarillo está formado de granos elípticos (So y. por 55 y.) lisos y mezclados con gran cantidad de rafidios (60 y. por 3 y.); el ovario casi fusoideo (ro mm, por 3 mm diám.) obtusamente tri- gono blanco, en la mitad inferior soldado con el periantio, en la superior libre rematado por el estilo filiforme (36 mm Irg.) que termina en 3 es- tigmas casi foliáceos muy cortos de bordes pestañosos. Los frutos nunca llegaron a madurar pero son triloculares y contienen infinidad de semi- llitas largamente funiculadas. 19. Ottelia brasiliensis PLxc. Hab. En los remances pantanosos de las orillas del Yacan-guazú y del Garupá cerca de Posadas, Misiones. enero 1907. Obs. Las plantas arraigadas en el barro no ofrecían hojas enderesadas sino todas con los petiolos sumergidos y las láminas elípticas extendidas y flotantes sobre el agua a pesar de ser muy escasa y baja; las flores her- mafroditas ostentaban corolas amarillas. 20. Copernicia australis Brcc. Hab. Frecuente en los bañados a lo largo de los ríos en el Chaco bo- real y austral, veranos 1883-1907. Obs. Esta especie es el bien conocido Caranday o Palma blanca, ne- gra o colorada según edad, que va desapareciendo rápidamente por la gran demanda de sus estípites, utilizados en la fabricación de tejas para ranchos y para palos soportes de las líneas telefónicas y telegráficas ; sus hojas proporcionan cera de carnauba, de buena calidad aunque no muy abundante y de menos fácil extracción. Hasta hace pocos años se confundía con la verdadera €. cerifera Mrr. y ha sido Moroxé que pri- mero tuvo la intuición de la diferencia y fundó su Copernicia alba que Brccart no acepta. Cartos Specazzini : Ramilete de plantas argentinas nuevas o interesantes 161 21. Cryptophoranthus cryptantha Barb.-Ropr. Hab. Sobre los viejos troncos cubiertos de musgos y otras epifitas cerca de San Pedro, Misiones, marzo 1907. Obs. Esta curiosa orquidacea parece no muy rara en esa localidad. El rizoma muy adherido al substrato, provisto de numerosas raices, se halla casi completamente ocultado por las hojas alternas y casi loricadas : los peciolos son cortos (4-6 mm rg.) : las láminas foliares elíptico-trasova— das (20-25 mm larg. por 10-18 anch.) son coriáceo-carnosa gruesas de - bordes enteros casi agudos y muy apretadas contra el substrato : los pe- dicelos son lampiños flexuosos cortos (2-5 mm lrg.): las flores pequeñas al exterior en la base verdes pálidas hacia arriba moradas y al interior purpurescentes, ofreciendo una giba dorsal muy pronunciada. 22. Stenoptera actinosophila Cocx. Hab. Sobre los troncos y ramas mayores de los árboles viejos en los bosques cerca del rio San Antonio, Misiones, marzo 1907. Obs. Elegante plantita de estatura muy limitada, causa de que hasta ahora haya escapado a la mirada de los coleccionistas; las flores peque- ñas blanquecinas inodoras. 23. Vanilla parvifolia BarB.-Ronr: Hab. Rara, trepando por los troncos de los arboles, en la selva a lo largo del Arroyo Dorado, Misiones, febrero 1907. Obs. Las plantas halladas de algunos metros de largo habían ya perdido todas sus flores y ostentaban tan sólo uno que otro fruto aun no ma- duro. 24. Wulschlaegelia aphylla Reich. Hab. Hallados tres ejemplares en el humus que rellenaba el hueco de un grueso tronco carcomido de una Laurácea cerca de Campo de las Cu- yas. Misiones, febrero 1907. Obs. Los pocos ejemplares hallados estaban ya pasados y marchitos; no teniendo material de comparación me quedo algo dudoso si se trata verdaderamente de esta especie o de alguna otra muy próxima y aun des- 162 PHYSIS (MI, 1917) conocida. El color general era amarillento con gran número de pequeñas papilas algo salientes negruzcas ; las raíces mumerosas flexuosas (25-40 mm Irg. por 2 mm diám.) como aterciopeladas; los tallos derechos del- gados (20-25 cm lrg. por 2 mm diám.) amarillentos levemente pubes- centes simples y adornados de 3 a / bracteas ovaladas abrazadoras que disminuyen de tamaño y se alejan hacia arriba; espiga de flores delgada y bastante larga (9-10 cm lrg. por 10 mm diám.). 25. Anthoxanthum odorata L. Hab. En el césped a lo largo de las quintas en la Isla Santiago, diciem- bre 1894. 26. Campylosus aromatica (Warr.) Trix. Hab. En las faldas áridas y pedregosas de los alrededores de La Rioja, enero 1902, y del Médano colorado. San Juan, marzo 1911. Obs. Curiosa y caracteristica xerófila, grama que parece ser bastante rara y con una área de difusión muy limitada entre La Rioja y San Juan. 27. Chloris Berroi Arrch. Hab. En las praderas altas y secas de los Hornos cerca de La Plata, veranos 1886-93-94 y 1907-8-9. Obs. La planta platense es más bien raquítica, pues su altura sólo al- canza a 10 Ó 20 cm: conserva además sus espigas más o menos encerra- das en la hoja terminal espatiforme. 28. Urtica dioica L. Hab. Común en los terraplenes del Ferrocarril del Puerto de la Ense- nada, en los años 1900-15. Obs. Apareció a principios de 1900 alrededor del lastre descargado de un buque sueco; parece que no halló ambiente favorable, pues su propa- gación se limitó a los taludes del ferrocarril a los alrededores de los grandes galpones de los cereales donde superabundaba el elemento calcá- reo por el balasto y veredas de conchillas: transportada al jardín de la Facultad de Agronomía y Veterinaria vegetó algunos años con marcada Cantos SprGazzit : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 163 dificultad, y allí fructificó varias veces pero acabó por secarse y desapa= recer sin dejar descendencia. 29. Amarantus edulis Sere. (n. sp.) Diag. Euamarantas, annuus, herbaceus, elatus, totus glaberrimus, fo- lus alternis late lanceolatis margine integerrimis antice sensim longeque attenuato-acutatis postice brevius cuneatis in petiolo paulo breviore praduc- tis, spica terminali ramosa, axillaribus elongatis paniculatim congestis, florum glomerulis tetranthis, centrali hermaphrodito ceteris saeprus mas- culis tantum, omnibus semper mollvusculis minime rigidis, minule 3-brac- teolatis, perigonio pentaphyllo, phyllis ochroleucis, tribus externis paulo majoribus late ovatis longe molliterque cuspidato-mucronatis, staminibus 5 exertis, ovario ovato stylis 3 longiusculis coronato, pyxidio ovato phylla aequante ad medium circumscisse dehiscente, semine ochroleuco subpellu- cido lenticularizconvexulo marqgine obtuso, laevissimo sed non nitido. Hab. Cultivado en la región árida y montañosa de la provincia de Salta por la población indigena. Obs. En el viaje por la provincia de Salta, que hice en marzo de 1897, al pasar por Amblaio, pequeña población indígena situada en la serranía que separa el valle de Lerma del valle Calchaqui, fuí obsequiado con unas rosquitas excelentes que me dijeron estar preparadas con trigo inca de la localidad; no conociendo tal cereal pedí semillas de él y se me obsequió con un cartucho de hermosos granitos color de trigo pálido semitranspa- rentes que a primera vista tomé por Quinoa a pesar de la negativa de los obsequiantes. Al año siguiente sembré ese trigo inca en el jardín botánico de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de La Plata y con gran sor- presa mía, en lugar de un Chenopodiuum brotaron hermosos y caracterís ticos Amarantus de 1 a 2 metros de altura, que dieron una cosecha super- abundante, que por los cálculos hubiera respondido a más de 45 quintales por hectárea; la maduración del grano es bien pareja y la trilla suma- mente fácil y cómoda: considero pues esta planta como un feliz hallazgo y que merece ser tomada en consideración seriamente por los agrónomos, especialmente para terrenos salobres y climas algo secos. El tallo es erecto poco ramificado robusto (1 a 4 cm diam.); todo el vegetal es completamente lampiño y de un lindo color verde claro; las hojas alternas ofrecen una lámina membranoso-herbácea lanceolada (5-15 cm lrg. por 15-60 mm anch.), siendo desde su tercio inferior para arriba suave y largamente adelgazada en punta aguda y posteriormente triangu- 164 PHYSIS (MI, 1917) lar-cuneiforme escurriéndose algo por el peciolo, el cual es largo y del- gado (4-10 cm lrg. por 1 mm diám.) casi cilíndrico, ligeramente canali- culado en la superficie ventral, aplastándose y ensanchándose algo cerca * de su inserción; los bordes son típicamente enteros pero con mucha fre- cuencia muestran corrosiones o encrespaduras más o menos irregulares : el epifillo verde liso opaco con nervaduras impresas poco marcadas : el hipofillo más pálido con nervaduras blanco-amarillentas bastante salientes, una primaria central y de 7 a 10 pares de secundarias ligeramente alter- nas : el parénquima es algo heterogéneo con muchísimos puntos y espe- cialmenfe líneas en forma de € subtransparentes. Las inflorescencias constituyen un penacho piramidal alargado terminal compuesto (25-75 cm lrg. por 10-20 cm diám.) enderezado durante la floración, encorvado y después pendiente la madurez; las ramitas flori-fructíferas superiores son afillas, pero las inferiores suelen llevar una que otra hoja casi normal : cada racimo flori-fructifero más o menos ramificado es cilíndrico termi- nando en punta muy obtusa y redondeada : los racimillos que forman los racimos mayores se hallan constituidos de 15 a 5o grupos de flores : cada grupo está sostenido por un corto pedunculillo que lleva de 4 a 5 flores, de los cuales los 3 laterales algo más chicos son masculinos y 1 Ó 2 centrales y apicales son hermafroditos : estas flores (2 mm Irg.) llevan en la base 3 bracteitas muy aproximadas y están formadas por 5 fillos elítico-ovalados, de los cuales los 3 exteriores son algo más grandes y terminan con una larga y delgada punta blanda, mientras los dos inte— riores son más cortos pero sin apéndice o apenas mucronados : todos ellos en el borde llevan unas cuantas pestañitas tabicadas e incoloras : los es- tambres son siempre 5, con filamentos delgados libres incoloros y ante- ras grandes lineales amarillas, durante el ántesis saliente de las envoltu= ras florales : las flores masculinas no tienen rudimento de ginéceo : las hermafroditas llevan un ovario ovalado lampiño terminado por tres es- tigmas filiformes libres entre sí desde la base y de su mismo largo. El fruto es un pixidio ovalado (2 mm Irg. por 1,5 mm anch.) que se abre cortándose horizontalmente por la mitad, membranoso delgado y coro- nado por los 3 estigmas más o menos persistentes. La semilla es de color del trigo pálido, lenticular (1,25 mm diám.), convexa en ambas caras, de borde obtuso, de superficie lisa pero no brillante, semitransparente menos al borde donde deja percibir el embrión anular. CarLos SPEGazzINT : Ramillele de plantas argentinas nuevas o interesantes 165 30. Tetragonia expansa Murray Hab. No es rara a lo largo de la playa marítima en Mar del Plata, Mi- ramar y Necochea, veranos 1880, 1896 y 1904. 31. Aristolochia triangularis Cuam. Hab. Frecuente en los cercos y matorrales de Posadas y de Puerto Esperanza, Misiones, enero-marzo 1907. Obs. Las hojas son bien características hastado-triangulares con los angulos infero-laterales redondeados obtusos y de punta más o menos prolongada y aguda, firmes, algo rígidas verdes y muy lampiñas; las flores más bien pequeñas (20-30 mm Irg.) de tubo refracto con rayas longitudinales delgadas blanquecinas y purpúreas ofrecen una lámina de circunscripción discoidal excéntrica (15 mm diám.) con una escotadura al ápice y otra algo mayor en la base, siendo por.dentro de color blan- quecino con gran número de pintitas y líneas purpúreas refundidas más o menos al borde y en la base de la parte más ancha o labio superior una gran mancha casi orbicular (6-8 mm diám.) naranjada. 32. Croton succirubra Por. Hab. En un bosquecillo cenagoso cerca de la Chacra experimental de Posadas, Misiones, enero 1907.. Obs. Esta especie puede reconocerse inmediatamente por el abundante latex que deja escapar a la menor herida : este latex bastante fluido casi transparente es de color granate obscuro o sangre y guardado en bo- tella, se conserva así líquido e inalterado por largos años y a él se debe el nombre vulgar de Sangre de drago que lleva la planta y el nombre espe- cifico que le impuso el ilustrado Dr. Domixco ParoDr. Es lamentable que ciertos botánicos, inducidos ya sea por natural lige- reza, ya sea por un demasiado alto concepto de sí mismos o tal vez por ingénito odio de raza, se permitieron recoger burdas calumnias propala- das por personas poco escrupulosas contra el distinguido y excelente Dr. Domixco Paropr. llegando no tan sólo a criticar encarnizadamente sus obras (lo que en base a la libertad de imprenta y de opiniones podría pasar por permitido y razonable) sino que haciéndose eco de esos desli- ces de palabra llegaron hasta tentar su boycott y echar barro a la sagrada 1656 PHYSIS (111, 1917) memoria de ese malogrado y sabio caballero. No hay, pues, términos su- ficientes para protestar contra tal conducta y estigmatizar tal impuden- cia de propósitos entre personas que pretenden ser serias y correctas. 33. Euphorbia lathyris L. Hab. Muy común al borde de las zanjas en la Isla Maciel, Buenos Ai- res, por los años 1880-84; rara a lo largo de las quintas de la Isla San- tiago, La Plata, 1885-1915. Obs. Especie seguramente cultivada y que parece muy antropófila, pues se observa casi exclusivamente alrededor de los ranchos. 34. Jatropha albo-maculata Pax. Hab. Común en las praderas de los alrededores de Posadas, Misiones, enero 1907. Obs. Planta vulgarmente conocida con los nombres de Púno, Ortiga brava, etc., que merece llamar la atención bajo el punto de vista indus- trial como productora de cauchu y de posible futura cultivación con tal objeto. Su raiz napiforme alargada casi simple vertical de eje subleñoso con muy gruesa corteza casi carnosa alcanza a un tamaño relativamente gigantesco (bo-100 cm Irg. por 10-20 mm diám.), enterrada del todo; del cuello de la raíz a nivel del suelo salen unas 30 / ramas aéreas sub— leñosas (15-bo cm Irg. por 5-20 mm diám.), simples enderezadas o ar queadas y entonces más o menos recostadas en el suelo hacia la base, con hojas alternas pecioladas (pec. 40-60 mm Irg. por 2-4 mm diám.) de lámina muy variable en la forma, en el mismo individuo y hasta en la misma rama, pero siempre de circunscripción más o menos elipsoidea con pocos y grandes lobos cortos y obtusos, con base cuneiforme o aco- razonada, adornadas al epifillo de varias manchas transversales irregula- res más o menos grandes blancas; las flores blancas crían al ápice de las ramas en cimas umbeliformes; los frutos son cápsulas elipsoideas con tres surcos longitudinales poco marcados muy obtusas en ambos extre- mos. El vegetal en todas sus partes está más o menos cubierto de abun- dantes estímulos o aguijones urticantes rectos y muy bravos y herido en cualquier parte deja escapar un latex blanco denso y abundante. La raíz de un individuo bien desarrollado puesta en descubierto cuidadosamente y practicando en ella incisiones oportunas puede dar hasta medio litro Carros Specazzii : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 167 de latex cuya coagulación proporciona unos 200 gramos de borracha muy buena. 39. Phyllanthus marginivillosa Sere. (n. sp.) Diag. Paraphyllanthus ?, dioica proterantha, subarborea, folis ellipti- cis membranaceis autrimque rotundatis retusisve breviter peliolatis marqine dense adpresseque villosis ceterum glabris, floribus masculis ad nodos 6-12 fasciculatis incano-puberulis longiuscule pedicellatis basí bracteolatis villo- sis, sepalis 6 imbricalis, 3 externis minortbus, 3 internis majoribus, sta- minibus 10-15 centralibus a basi liberis, filamentis glabris longiusculis, anteris extrorsis erectis, rudiímento ovarico nullo; floribus foeminets 19- notis; fructibus axillaribus solitaris longe pedicellatis, capsularibus, ma- jusculis, 3-coccis, 3-locularibus, loculis 2-ovulatis. Hab. En los bosquecillos de las sierras de Maíz Gordo y Santa Bárbara, especialmente en los alrededores Santa Cornelia, Provincia de Salta. Obs. Arbolito conocido en la localidad con el nombre vulgar de Len- teja, que puede alcanzar hasta 5 metros de altura con abundante ramazón delgada de corteza delgada parda más o menos obscura, al principio cu— bierta de vello adherente y más tarde desnuda con lenticelas blanqueci- nas algo salientes esparcidas. Las hojas aparecen después de las flores y al principio semitransparentes, más tarde membranosas herbáceas, son al- ternas, llevadas por peciolos delgados rectos y cortos (2-6 mm Ire.) pu- bescentes con dos estipulillas lineales en la base : las láminas son elípticas, a veces levemente lanceoladas, redondeadas obtusas y hasta escotadas en ambos extremos, lampiñas, con bordes, y a veces también la nervadura central al hipofillo, adornados de un vello tupido largo y ceniciento. Las flores aparecen antes de las hojas, las masculinas formando ramilletes axilares de 6 a 12, las femeninas solitarias», sostenidas por pedicelos pubescentes dos o tres veces más largos (5-6 mm lIrg.) que ellas y pro- vistos de algunas pequeñas bracteas basales : las masculinas están forma- das por 6 sépalos ceniciento-pubescentes elíptico-ovalados angostamente empizarrados y llevan en el centro un manojo de 15 estambres endereza- dos de largos filamentos lampiños y gruesas anteras birimosas. El fruto es una cápsula, por lo general solitaria, subhemisférica (15 mm diám. por 1o mm alt.), sostenida por un largo y delgado pedúnculo desnudo (20-30 mm Irg.) ligeramente pubescente, formada de tres cascos obtusos y casi nada aquillados al dorso, separados por un seno muy ancho y poco profundo : los cascos a la madurez se desprenden y caen dejando en liber- tad la columela central desnuda y rígida que en el punto de confluencia 108 PHYSIS (UI, 1917) con el pedúnculo ofrece una coronita de 6 glándulas parduzcas : cada cas- co tiene una sola cavidad que contiene dos semillas colaterales pendientes del ángulo superior interno : con frecuencia en el ombligo central de la cápsula se observan los tres estilos independientes entre ellos simples lineales secos y enroscados en tirabuzón. A pesar de haber coleccionado un buen número de cápsulas aparentemente bien desarrolladas y madu- ras ninguna de ellas me proporcionó semillas maduras. 36. Abutilon Darwini Hoox f. Hab. No raro en los matorrales de la selva en el Cerro Pesegueiro y en los alrededores de Campo de las Cuyas, Misiones, febrero 1907. Obs. Especie muy linda y elegante mu y próxima del A. striatum Dicks. del cual se reconoce fácilmente por sus hojas casi palmatipartidas y por sus corolas amarillas con venas longitudinales de color escarlata; es un arbusto que alcanza hasta dos metros y más de altura. 37- Abutilon striatum Dicks. Hab. Común en los matorrales de la selva, Campo grande, Fracrán, San Pedro, en Misiones, enero-marzo 1907. Obs. Este arbusto tan ornamental y tan cultivado en todos los jardines de la República abunda en los bosques misioneros no apartándose en na— da del tipo bien conocido, sólo permitiéndose cierta variabilidad mayor o menor en la pubescencia de las hojas que:a veces son completamente lam- piñas y otras veces pubescentes especialmente en la cara inferior. 38. Malvastrum hirtipes Srec. (n. sp.) Diag. Phyllanthophora, radice conoidea crassa apice ambitu dense rosulato-folufera, centro florifera, petiolis ad medium et ultra adnatis, hac parte ventri dense longeque villoso-hirsutis, limbis subcarnosulis cir- cumscriptione elongato-lanceolatis pinnati-part:tis lacinús pinnatilobis, lobis obtusiusculis, floribus mediocribus in petiolis foliorum centralium limbis plus minusve abortivis donatis, ad junctionem auricularum stipularium sessilibus, calice 5-lobato, tubo glabro lobisque deltowdeis pubescentibus, corolla lilacina, petalis spathulatis, staminibus rubro-ferrugineis, ovario hirsatulo stylo ultra medium 10-fido donato. Carros SprGazzint : Ramillete de plantas argentinas nuevas o inleresantes 169 Hab. En los prados alpinos, a 4000 m s/m, debajo de la cumbre del Nevado de Cachi, marzo 1897. Obs. Entre las muchas especies descriptas pertenecientes a este género parece que ésta puede fácilmente reconocerse por el contraste de los pe- ciolos densa y largamente cerdosos con las láminas bipinadas lampiñas. La raíz simple cónica (10-15 cm lrg. por 10-15 mm diám. apic.) casi carnosa al nivel del suelo remata en una roseta de 20 a 3o hojas margi- nales, llevando al centro una almohadilla compacta de hojas más o menos abortadas densa y largamente blanquecino-cerdosas sobre la cual apare- cen sucesivamente varias flores bastante grandes (15-20 mm diam.) rosa- do-violáceas. Las hojas marginales miden desde la base del peciolo de / a 5 cm. de los cuales 3 cm pertenecen al solo peciolo : el peciolo inferior mente ancho y casi membranoso se halla soldado con las estípulas, cuyas orejitas lineales (5-7 mm Irg.) se libertan sin apartarse mucho, hasta la mitad : la superficie ventral del peciolo debajo de las orejitas estipulares, y estas también, se halla vestida de un vello largo (2-3 mm lrg.) cerdoso blanquecino o ligeramente rojizo, cuyos pelos están constituidos por 2 6 5 ramas derechas casi paralelas soldadas en la base y sostenidas por un corto y delgado pedúnculo común : la parte ventral superior como toda la superficie dorsal de los peciolos es verde y lampiña; las laminas de cir- cumscripción lanceolada es pinatipartidas con dos a cinco pares de pinas, de las cuales las dos inferiores son pinatífidas y las superiores pinatilobas, con lóbulos obtusos; las hojas del pulvínulo central difieren de las mar— ginales por la parte infraestipular. del peciolo más vellosa y por la parte supraestipular y la lámina total o parcialmente abortada. Las flores nacen sobre los peciolos centrales en el punto donde se apartan las orejitas esti- pulares : son sentada; su cáliz campanulado (5-6 mm Irg. y anch.) verde es lampiño en la mitad inferior con sus 5 lóbulos pubescentes : los péta- los trasovalados (10-12 mm lrg. por 5-7 mm anch.) rosado-violados son lampiños : los estambres numerosos monadelfos son ferrugíneos : el ova- rio pequeño cerdoso termina en un estilo que en su mitad superior se divide en 1o estigmas filiformes ligeramente hinchados en el ápice, lam- piños y de color rojo obscuro. 39. Maximiliana argentinensis Ser. (n. sp.) Diag. Diporandra, arbuscula parce ramosa, folis ad apicem ramorum congestis alternis digitalim 3-7 foliolatis, foliolis anguste lanceolatis v. oblanceolatis integris sursum acutato-cuspidatis deorsam cuneatis centrali— 170 PHYSIS (MI, 1917) bus basí aequilateris graciliter longiusculeque petiolulatis, exctimis inaequi- lateris externe decurrenti-sessilibus, floribus majusculis aurantis, stami- nibus oo , antheris apice minute biporosis. Hab. En los bosquecillos de los alrededores de Santa Cornelia, sierra de Santa Bárbara, provincia de Salta. Obs. Arbolito de 4 a 6 metros de altura elegante y con silueta de Pa- payácea, bastante escaso, conocido en la localidad con el nombre vulgar de Palo de papel. Las hojas forman ramilletes en la punta de las ramas : sus peciolos lampiños enderezados (45-55 mm Irg.) algo engrosados en la base, donde en la juventud existen dos estípulas pubescentes casi lineales (2 mm lrg.) que caen muy temprano ; las láminas de circunscripción orbicular— acorazonada están formadas por 3-5-7 hojuelas digitadas, en la juventud algo vellosas, especialmente en los bordes, totalmente lampiñas con la edad, membranosas verdes, lanceoladas u oblanceoladas (Bo mm lIrg. por 12-15 mm anch.) de bordes enteros, terminadas en punta aguda y mucronada, posteriormente cuneiformes, las centrales de base regular y sostenida por un delgado peciolillo (5 mm Irg.), las extremas laterales de base irregular más corta y peciolulada por el lado interior, alargadas de- currentes y sesiles por el borde exterior : de las nervaduras la central sola es prominente y bien visible, siendo las segundarias pinadas muy delga— das y casi solamente visibles por transparencia. Las flores grandes ana— ranjadas (6-8 cm diám.) nacen al ápice de las ramas del manojo de hojas en grupos de 2 a 5 sostenidas por un robusto pedúnculo (2-8 cm Irg.) común axilar : los pedunculillos de cada flor son derechos y no muy lar- gos (5-15 mm lrg.) y especialmente en la juventud pulverulento-pubes— centes : los 5 sépalos empizarrados, 2 externos menores (9-10 mm lrg. por 6 mm anch.) elípticos y 3 internos mayores (10-12 mm Irg. por 7-8 mm anch.) trasovados obtusos con borde subescarioso, todos membrano- so-rigidos verdosos pulverulento-aterciopelados : los pétalos lampiños anchamente trasovados más o menos inequilaterales (30-35 mm Irg. por 20-25 mm anch.) de bordes enteros : los estambres son en número de 75 a 100, con filamentos delgados lampiños casi cilíndricos (3-4 mm Irg.) con anteras anaranjadas lampiñas alargadas (4-5 mm lrg. por 0,75 mm diám.) algo arqueadas y terminadas por una punta obtusa con dos pequeños poros bien visibles: el ovario central sentado verde lampiño ovalado (3 mm Irg. por 2 mm diám.) está rematado por un corto estilo levemente hinchado al ápice; no conozco el fruto. Especie que parece muy próxima a la Maximiliana orenocensis (StEUD.) de la cual, para juzgar por la descripción, se aparta por un buen número de caracleres. .CarLos Srrcazzist : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 171 4o. Portulaca argentinensis Serc. (n. sp.) Diag. Discoportulaca, pluriennis herbacea, tuberosa, ramas erectis carno- sis viridibus paucifoliatis, foliis majasculis planis oblanceolatis, membrano— so-carnosulis utrimque acutiusculis dorso 1-nervuloso-carinulatis alternis et ad apicem caulium 4-5 congestis ad axillas flocculo albo pilorum orna— tis, floribus acrogenis inter folia apicalia 3 v. 4 sessilibus, ovarto obconico toto infero non marginato sed superne sulculo limitato, sepalis ovatis acu- tis modice carinatis viridibus, petalis aureis ex orbiculari-obcordatis non v. vix mucronatis, staminibus monadelphis lutets, stylo breviusculo apice vix stigmatoso-fimbriato rufescente. Hab. En los lugares desnudos y áridos a lo largo de las barrancas y de los caminos cerca de Ledesma, Salta. Obs. Especie muy próxima a la P. plano-operculata OK., de la cual se aparta por la raíz tuberosa plurianual, por la falta de la alita marginal al borde superior del ovario y por las flores mucho más chicas de color amarillo. La raíz es pivotante napiforme blanco-verdosa gruesa carnosa (25-50 mm lrg. por 10-20 mm diám.) con pocas fibras secundarias delgadas; los tallos que nacen del cuello de la raíz enderezados cilíndricos (10-15 cm lrg. por 2-4 mm diám.) carnosos son generalmente simples verdes lampiños con 3 a 5 hojas alternas en su mitad inferior y 1 o nin— guna en la mitad superior para terminar improvisamente en un manojo de / 6 5 que forman casi un verticilo apical; las hojas son oblanceola-- das (30-39 mm lrg. por 8-10 anch.) agudas en ambas extremidades membranoso-subcarnosas planas verdes en ambas caras, con la inferior ligeramente aquillada por la nervadura central; las axilas de las hojas están por lo general adornadas de un mechoncito de pelos largos y blan— cos; las flores sentadas se hallan agrupadas de 3 a 4 en las puntas de las ramas entre las hojas apicales : el ovario es obcónico (3 mm lrg. y diám.) verde lampiño, totalmente infero, superiormente sin ala periférica, pero separado de las envolturas florales, que asientan sobre él, por un surco anular más o menos marcado : los 2 sépalos verdes y lampiños son trian— gular-ovalados (4 mm lrg. por3wmm anch. bas.) agudos y aquillados al dorso : los 5 pétalos casi discoidales trasacorazonados (7 mm Irg. y anch.), a veces con pequeño mucrón central son de color amarillo de oro : los es- tambres muy numerosos y cortos (1,5-2 mm Irg.) son naranjados y con - los filamentos entresoldados : el estilo de más o menos el mismo largo de los estambres y del mismo color o algo más obscuro remata en un mano- jito de estigmas muy breves: la cápsula queda a la madurez desnuda y 172 PHYSIS (HL, 1917) ofrece la tapa opercular plana con una pequeña papila central : no he visto semillas. 41. Portulaca Gilliesi Hook. Hab. Común y abundante, floresciendo durante todo el verano, en los alrededores de Mendoza. Obs. Euportulaca. Hermosa especie perenne cuyos estambres, como los de la P. pilosa L., son muy irritables contrayéndose rápidamente al me- nor contacto. La raíz primaria es pivotante robusta y en su extremo trans- formada en un tubérculo cilindroide variable de tamaño (ro-20 Irg. por 5-7 mm diám.) : las raicillas segundarias son también ellas en gran parte tuberiferas ; del cuello de la raíz salen de 1 a ro tallos a veces enderezados a veces decumbentes (10-20 cm Irg. por 2-5 mm diám.) carnoso-suble— ñosos, de color verde muy obscuro o más o menos purpúreos lampiños; las hojas carnosas verdes con muy numerosas y péqueñas pápulas son ovalado-lineares cilindráceas o más o menos achatadas al epifillo (7-15 mm Irg. por 3,5 anch. y 2.5 mm esp.) de punta obtusa y de base sésil redondeada o levemente subacorazonada : en las axilas foliares existen grandes mechones de pelos blancos más cortos o más largos que las ho- jas; las flores se hallan sentadas al ápice de las ramas en grupos de 3 a 6, envueltos por abundante lana blanca de hasta 10 mm de largo: el cáliz verde liso lampiño esta soldado con el ovario en su tercio inferior divi- diéndose arriba en dos sépalos triangular—ovalados (7 mm Irg. por 5 mm anch.) enteros obtusos : los 5 pétalos anchamente trasovados (9-12 mm Ire. por 1o-12 mm anch.) inferiormente redondeado-cuneados sentados, superiormente redondeado-subtruncados con escotadura más o menos grande al medio son membranosos lampiños intensamente violáceos con el punto unguicular adhesivo verdoso : los estambres muy numerosos son angostamente soldados entre ellos en la base formando un especie de cú— pula que cubre al ovario teniendo filamentos (6-7 mm Irg.) lampiños vio- láceos y anteras pequeñas amarillas, llenas de polen del mismo color : el ovario casi globoso en su cuarto inferior está soldado al cáliz y por lo de— más libre (5 mm alt. y diám.) terminado por un estilo dividido al ápice en 9 a 12 estigmas delgados purpúreos. La cápsula (6 mm lrg. y diám.) se abre por una tapita cónica. Carros Specazzini : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 173 42. Portulaca plano-operculata Ok. Hab. Frecuente a lo largo de los caminos en los alrededores de la Viña, Salta, verano 1906-7. Obs. Discoportulaca. Planta anual con raíz palar blanquecina jugosa y de 1 a 5 tallos recostados o enderezados (15-25 cm Irg. por 3-5 mm diám.) cilíndricolampiños verdes simples o poco y cortamente ¡ramificados ; ho- jas alternas oblanceoladas trasovadas o espatuladas grandes (25-50 mm Irg. por 8-16 mm anch.) gruesa carnosas planas de bordes y ápice ob- tusos, de color verde obscuro al epifillo y más pálidas al hipofillo, con uno que otro pelito, pero no siempre, blanco en el axila; las flores nacen solitarias, o en grupo de 2 a 3, sentadas al ápice del tallo o de las ramas entre 3 0 4 grandes hojas : el ovario es totalmente inferior verde lampiño entre obpiramidal y semigloboso (4-5 mm alt. y diam.) llevando en su borde superior en el límite con los sépalos y en todo el contorno una an— gosta alita delgada y pálida : los sépalos son 2 triangular-ovalados obtusos no aquillados cortísimamente entresoldados en la base (5-6 mm lrg. y anch.) verdes lampiños : los 5 pétalos trasovados obtusos enteros sentados (10 mm Irg. por 57 mm anch.) son de color variable entre rosado y pur- púreo : los estambres muy numerosos tienen filamentos y anteras ama- rillos : el estilo con muchos estigmas soldados casi hasta el ápice rojo su- pera de poco a los estambres; la cápsula pierde pronto todas las envoltu— ras florales y toma forma de un cono arrevesado, provista en la margen de un angosto borde membranoso, se abre por una tapa plana circular : las semillas son pocas pardi-negras densa y groseramente verrugosas. 43. Picrasma palo-amargo Sbrc. (n. sp.) Diag. Arborea, laxe ramosa, ramis apicem versus fastigiato-foliosis, folis glaberrimis alternis patulis imparipinnalis, foliolis 5-9-jugis infimis minoribus oppositis v. suboppositis brevissime petiolulatis ellipsoideo-lan- ceolatis basií valde inaequilateralibus margine utrimque minute 10-12 serrato-dentatis apice abruptiuscule attenuato-rostratis, floribus tgnotis, drupis saeptus solitaris toro hemisphaerico crasso cicatricoso pedicello me- diocri subcldvulato sujfulto insidentibus, parum pulposis, semine ovato testa crustacea vestito instructis. PS Hab. Al borde de los ríos y arroyos en los bosques de casi todo el Te- rritorio de Misiones, Bonpland, Santa Ana, Yguazú. PHYSIS. — T. III 12 174 PHYSIS (IM, 1917) Obs. Este Palo amargo (hay varias especies de plantas que llevan este nombre vulgar), el más apreciado en la localidad, parece que fuera común en otras épocas, pero hoy se ha vuelto bastante escaso por la gran de- manda que hay de él, pues su madera amarillento-verdosa con vetas par- duzcas es sumamente amarga y se le atribuyen infinitas propiedades curativas, empleándose por lo tanto en la fabricación de mates, copas, vasos, etc. Es un arbolito de hasta 5 metros de altura y tronco de más de 10 cm de diámetro derecho y elegante : sus ramas largas casi amimbrea- das livianas y frágiles, están recubiertas por una corteza delgada parda salpicada de numerosas lenticelas blanquecinas pequeñas y marcada de las cicatrices de las hojas caidas : al interior ofrecen un cilindro medular muy grande circundado por la madera amarillenta blanda y porosa, las hojas se hallan acumuladas en las extremidades de las ramas, son impari- pinadas, con peciolo común o raquis robusto (30-4o cm Irg. por 3 mm diám. bas.) cilíndrico y desnudo en su cuarto o quinto' basal, adelgazán- dose suavemente hacia arriba y llevando de 5 a y pares de hojuelas ade más de la impar apical : las hojuelas elíptico-lanceoladas (9-10 cm Irg. por 30-35 mm anch.) son casi todas del mismo tamaño menos las del primer y segundo par basal (25-40 mm Irg. por 15-25 mm anch.) y de las cua- les a veces una aborta o desaparece : ellas son opuestas o ligeramente - alternadas, sostenidas por un corto peciolillo (3-5 mm Irg.) : las láminas verdes membranosas pero firmes, son inequilaterales con la mitad interna (o superior y más acercada al raquis) mayor redondeada en la base y la mitad externa más angosta y de base cuneiforme, acabándose hacia arriba en una parte abruptamente enangostada (punt. fol. 10-15 mm lrg. por 3-5 mm anch.) : el borde, en general muy angostamente encorvado hacia abajo, muestra de cada lado de 10 a 13 dientes, no glandulíferos, bastante agudos pero redondeados y muy poco salientes : la nervadura principal muy prominente en ambas caras, pero más en la inferior, ostenta de 12 a 15 nervaduras secundarias finas alternadas que apartándose con un ángulo de más de 75? y arqueándose levemente cada una muere en un seno entre dos dientes marginales sucesivos : el parénquima foliar es homogéneo, sin puntos ni lineas pelúcidas, con retículo nervoso tupido y fino. No pude conseguir flores, pero obtuve frutos en abundancia; las drupas casi glo— bosas o trasovadas (10 mm Irg. por 8-g mm anch.) son lampiñas lisas de color rojizo, poco pulposas, por lo común solitarias, rara vez de a dos o tres pero entonces una o dos más o menos abortivas, sobre el mismo pedúnculo : cad > SR una sola semilla casi globosa (7 mm diám.) con cáscara rigl pergaminada delgada; los pedicelos fructíferos bas- tante cortos y muy arqueados (10-12 mm Irg.) van engrosando paulati- Cartos SprGazzini : Ramilete de plantas argentinas nuevas o interesantes 175 namente desde la base (0,751 mm diam.) hacia arriba (2,5-3 mm diám.) terminando en un tálamo casi esférico (3 mm diám.) circundado en la base por un reborde saliente marcado de 10 pequeñas cicatrices y ofre- ciendo en su superficie de 3 a 5 otras cicatrices más grandes sobre algu- nas de las cuales asientan las drupas que llegan a desarrollarse. 44. Galega officinalis L. Hab. Al borde de campos cultivados en Tandil, en La Plata, en Perei- ra, en Santa Catalina, provincia de Buenos Aires, por los años 1900-16. Obs. En La Plata parece haber actualmente desaparecido, por el con- trario en las demás localidades su difusión demuestra de haberse comple- tamente naturalizado y vuelto espontánea. 45. Mimosa Spegazzinii Prrorra Hab. Frecuente en los matorrales ribereños cerca de Colonia Resisten- cia, Chaco. enero 1887 y de los alrededores de Orán, Salta, enero 1906. Obs. Especie que había sido confundida con la M. polycarpa KrH. de la cual se aparta por tener los aguijones encorvados y no derechos y por un número mucho menor de folíolos en sus dos pinas foliares. La Mimosa sensibilis GmsB. es sumamente común en todos los cercos de las quintas de Orán. 46. Schrankia leptocarpa DC. Hab. No muy rara en los matorrales de la selva en los alrededores de Orán, enero-marzo 1905-1906. 47- Alchemilla arvensis Scor. Hab. En las praderas secas de los alrededores de La Plata, noviembre 1885 y de Lezama, diciembre 1908. Obs. Plantita cosmopolita que no debe ser rara pero que se escapa fá- cilmente de la vista por su pequeñez y por criar en la ade de la mayor exhuberancia de la vegetación pradeña que pronto l ta. 176 PHYSIS (II, 1917) 8. Coccoloba (Campderia) argentinensis Spec. (n. sp.) Diag. Dioica, arborescens, intricate ramosa, folús tenutter subpergame- neis dense reticulato-nervulosis glaberrimis obovatis v. subrotundato- obovatis sursum breviler obtuseque acutatis deorsum saepius leniter sen- simque angustatis basi abrupte minuteque cordatis, petiolo brevissimo pruinuloso, ochreis in juventute maximis per aetatem evanidis ; floribus ad ramulorum apices brevissime subcapitato-racemosis, masculis 5-phyllis S-andris gynoecio rudimentario instructis, foemineis etiam 5-phyllis ovario ovalo stylis 3 param divaricatis donatis; fructu modice pedicellato sicco ovato deorsum rotundato, sursum acuto subtrigono el leniter e perigonio accreto arescente persistenteque protrudente. 4 Hab. Bastante frecuente en los matorrales ribereños del Chaco, austral, especialmente en los alrededores de Colonia Reconquista. Obs. Esta planta me fué remitida en 1902 por el Sr. M.-Ricou desde la estación Margherita, F. €. S. Fe, con el nombre de 7é criollo asegurán- dome que así se empleaba en esa localidad y que tenía muy buen sabor y agradable aroma; siendo esos ejemplares solamente fructíferos no me fué entonces posible su determinación; años después obtuve en Reconquista material abundante de individuos en plena floración masculinos y feme- ninos. Es un arbusto de 2 hasta 4 m de altura con troncos de hasta 10 cm de diámetro; sus ramas son cilíndricas ligeramente acodadas en zig- zag y se hallan cubiertas de una corteza fina uniforme de color gris-avellana con escasas lenticelas más pálidas y algo salientes; los internodios varían muchísimo de longitud; los nudos bastantes hinchados ofrecen la cicatriz ocreal muy poco aparente; la madera es blanca fuerte con canal medular bastante desarrollado y médula ligeramente rosada. Las hojas, dos veces y media más largas que los meritallos foliíferos, son caducas alternas de lámina delgada pero algo rigida y casi apergaminada, tupida y finamente nervulosas, por lo general trasovadas (50-55 mm lrg. por 32-40 mm anch.) enangostadas hacia ambos extremos terminando superiormente en punta roma y posteriormente redondeada algo acorazonada, lampiñas en ambas caras, de bordes muy enteros con fina nervadura marginal : el pe- ciolo recto o torcido (4-5 mm Irg.) canaliculado superiormente y aquilla- do inferiormente es ceniciento por ligera pubescencia pulverulenta : las ocreas muy delgadas en la juventud visten, y hasta a veces lo sobrepasan, al internodio 1 ¡ato superior (10 mm rg.) siendo a veces ligeramente pulverulentas. LOs individuos son estrictamente unisexuales y proterantos, apareciendo las hojas mucho antes cuando aún no hay el menor rastro CarLos SreGazzin1i : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 177 de ellas; las inflorescencias nacen solitarias, algo inclinadas hacia un lado en la extremidad de cortas ramitas (4-10 mm Irg.) del año anterior, siendo muy cortas bastante compactas, por lo general simples y formadas de S a 12 flores : el raquis común (2-5 mm Irg.) sale de una pérula va- giniforme ovalada corta y obtusa casi coriácea lampiña (2-2,5 mm Irg. y diám.): los pedicelos florales (1-1,5 mm Irg.) crían alternos y bastante acercados llevando en la base al dorso una bractea membranosa ovalada ancha obtusa casi de su largo y a los lados dos bracteolas lineales mucho más cortas. Las flores femeninas (1,25-1,50 mm Irg.) llevan 5 fillos em- pizarrados siempre enderezados y abrazantes estrechamente al ginéceo, constituido por un ovario ovalado (0,80-1,10 mm Irg. por 0,75 mm anch.) ligeramente triangular con 3 estilos más o menos de la mitad de su largo ligeramente soldados a la base y algo hinchado al ápice. Las flores mas- culinas (3-3,5 diám.) llevan también 5 fillos, extendidos durante el ánte- sis, reflejos hacia abajo después, ovalados obtusos rojizos lampiños : los estambres son 8 con filamentos erectos delgados y libres desde la base, con gruesas anteras amarillas, circundando un rudimento ovárico central 3-estilífero. El fruto es un aquenio ovalado (7-8 mm Irg. por 5 mm diám.) redondeado y obtuso en la parte inferior bastante agudo y triangular al ápice, envuelto estrechamente por los fillos acrescentes entresoldados se— cos algo coriáceos y que casi se le adhieren, dejando solamente asomar libre la extrema punta de dicho aquenio. Esta especie por ser dioica, por sus inflorescencias cortas subcapituli- formes, por su perigonio fructifero ni carnoso ni coriáceo merecerla cons- tituir el tipo, sino de un nuevo género, a lo menos de una sección distinta. 49. Cissus gongylodes (Bxr.) Prnc. Hab. En los matorrales de la selva en los alrededores de San Pedro, Misiones, febrero 1907. Obs. Raigones, traidos por mi, permitieron su cultura en La Plata por varios años, donde soportaba en pleno aire bastante bien los rigores del invierno floreciendo abundantemente cada año sin llegar sin embargo a madurar sus frutos; a veces durante el período invernal se secaba pero no completamente quedando vivo uno de sus meritallos, el cual se engrosaba y desprendiéndose en la primavera al caer al suelo arraigaba y daba ori- gen a un nuevo individuo. : ju? 178 PHYSIS (1, 1917) 30. Condalia buxifolia Rr1isseck. Hab. No es rara en las colinas de las sierras tucumanas y es bastante abundante en las cercanías de Santa Cornelia, sierra de Santa Bárbara, Salta, verano 1897-1906. Obs. Arbusto enmarañado y muy espinoso de hasta 2 m. dealto; ciertos individuos raquíticos se confunden fácilmente con la Castela coccinea Grsb. aplicándosele por el vulgo a ambos el nombre de Melon cillo. 51. Viola argentinensis Spee. (n. sp.) Diag. Nominium, perenmis, glaberrima, rhizomate coespitoso, folio rum limbis longe lateque ovato-lanceolatis basi subcordato-hastatis margi- ne deorsum serrato sursum minute laxeque denticulato, petiolis subaequi- longis suffultis, floribus solitariis axillaribus, pedunculis erectis petiolos aequantibus inferne bibracteolatis sepalis viridibus 3 externis sub basi appendice 3-7-dentata auctis, corolla coerulea ad fauces albicante, petalo intimo inferiore late spathulato plus minusve retuso postice calcare ipsum aequante compresso obtuseque carinato donato, antheris albis appendice late ovata membranacea flava coronatis, ovario elliptico-trigono, stylo cla- vulato apice subtruncato rostro acutiusculo viw prominulo donato. Hab. No es rara en los matorrales montanos a cerca de 2000 m s/m de altura en las cerranías de Tucumán y Salta. Obs. Especie que recuerda bastante a ciertas variedades de la Y. canina L. El rizoma robusto y cortamente ramificado está cubierto de numerosas cicatrices más o menos acercadas y sus ramas breves rematan en tupidos ramilletes de hojas, de entre las cuales en la primera se levantan las flores. Las hojas ofrecen una lámina membranosa firme de color verde intenso en la cara superior fuertemente marcada por los surcos de 5 a 6 pares de nervaduras pinadas, algo más pálidas en la inferior, anchamente lanceo- ladas (8-12 cm Irg. por 4-6 cm anch.) ligeramente enangostadas en su tercio inferior, terminando suavemente en punta corta y aguda, mientras su base es tronchado-acorazonada escurriéndose ligeramente en el ápice del pecíolo : el borde en su tercio inferior ostenta por cada lado de 8 a 12 dientes bien marcados, mientras en los otros dos tercios superiores se notan tan sólo almenaduras largas, pero apenas marcadas cada una de las cuales termina en pequeñísimo callo glanduloso; el pecíolo es más o menos del mismo largo de su lámina (7-12 cm lrg.) y en la base lleva Carros SreGazziNt: Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 179 adheridas en gran parte dos estípulas cuyas orejitas lineales libres a veces tienen algunos dientecillos; las flores solitarias bastante grandes (14-18 mm diám.) están sostenidas por pedúnculos axilares enderezados iguales o algo más largos que los pecíolos (ro-15 cm lrg.) verdes lampiños pro— vistos en su quinto inferior de dos bracteitas aleznadas (S-g mm lrg.) enteras o con algunas tiritas glandulíferas : el cáliz se halla constituido de 5 sépalos libres verdes, de los cuales los 3 externos ofrecen un apéndice basal con 5 o 7 dientes; los pétalos son violáceos con uña blanca, con ápice muy redondeado o escotado, los laterales ecalcarados (15 mm lrg. por 7 mm anch.) el inferior (22 mm lrg. por 8 mm anch.) provisto de un largo espolón hueco comprimido por los lados; los estambres tienen anteras blancas con conectivo violáceo, terminan en una apéndice esca miforme ovalada y son ligeramente adherentes entre ellas; el ovario ova= lado (4 mm Irg. por 2 mm anch.) es trígono verde lampiño y terminado por un estilo obcónico (2 mm lrg.) al ápice tronchado oblicuamente con angosto margen al borde superior y un pequeño tubérculo en la parte inferior. La capsula ovalado-alargada (1o mm Irg. por 5 mm anch.) aca- ba en punta aguda y ofrece tres ángulos bastantes agudos y suele llevar en la base los restos desecados de los sépalos y contiene de 10 a 12 se- millas globosas (1,5 mm diám.) rojo obscuras lisa pero no brillantes. 52. Viola hirta Lancsp. Hab. Bastante rara debajo de las matas de Cardo de Castilla en el ca- mino que costea al tunel de las cloacas entre Los Talas y La Plata, pri- mavera 1915. Obs. Los individuos platenses pertenecen a la variedad f£ fragrans. 93. Drosera maritima S. Hi. Hab. En los almohadones de esfagnos al borde de una lagunita exis- tente en el límite nordeste del pueblito de Ibicuy, Entre Ríos, marzo IQIO. | Obs. Todos los ejemplares hallados estaban en estado adelantado de fructificación. (Concluirá.) Manuscritos inéditos del- Padre Noseda sobre aves del Paraguay Apenas si se tienen más noticias de D. Penro BLas NoseDa, cura del pueblo de San Ignacio Gruazú, a fines del siglo xvi, que las que dan FÉ- LIX DE Azara y el sobrino de éste MARQUEZ DE NIBBIANO. El primero, en su nunca bien alabada obra sobre los pájaros, al tratar de las dificultades con que tropezó al empezar sus Apuntamientos, dice refiriéndose a las noticias que le daban «... pero como fuese viendo que todas eran falsas... borré las noticias adquiridas por relación, sin perdo- nar otras que las de muy raros sujetos cuya verdad tenía bien experimen- tada y las de mi amigo D. Peoro BLas NoseDa, en quien encontré bas- tantes y buenas noticias... » El sobrino de Azara, en el prólogo de los Viajes, hace constar que NosgbDa era de las pocas personas de instrucción con que su tío tenía rela- ciones aquí en América, y dice de él, que, aunque no era naturalista tenía gran afición por el estudio de las ciencias y especialmente de la Or- nitología. Fuera de estas noticias, inútilmente he buscado en tratados y enciclo- pedias, en historias y en documentos manuscritos de la época, y hasta, por intermedio del Sr. Leóx Dexis que amablemente se prestó a ello, me he dirigido al Sr. W. Berrox rogándole me indique si conoce algún do- cumento sobre Nosepa en algún archivo del Paraguay. Sin embargo, pue- de bien ser que haya por ahí publicadas biografías y hasta obras suyas, pero es casi seguro que en ellas no constarán los datos que consigno en el presente modesto trabajo que sólo tiene un fin : dar a conocer más entre los aficionados a la Ornitologia, el nombre de uno de los primeros orni- tólogos del Plata. En efecto, estos datos han sido tomados de un manus- Manuscritos inéditos del Padre Noseda sobre aves del Paraguay 181 crito del mismo Férrx pe Azara, de cuya autenticidad da fe BarToLOMÉ MrrkE, así como de su proveniencia, en el prólogo de los Viajes inéditos de Félix de Azara. Dicho manuscrito contiene las descripciones, hechas por NoskDa, de 47 especies de aves, descripciones que éste envió a Azara y que demuestran por lo completas y detalladas, el espíritu de observación y de estudio de que el cura de San Ignacio estaba dotado. De estas descripciones, sólo 3o han sido publicadas en la obra de Azara aunque en su mayoría modificadas e incompletas pues éste mismo dice : «... describió (NoseDa) setenta pájaros que creyó nuevos (Azara le había dado copia de sus Apuntamientos), pero como yo había adquirido ya la mayor parte, sólo ha quedado el resto entre mis descripciones ». Parece también, que la poca voluntad de los editores, influyó en el áni- mo de Azara induciéndolo a abreviar sus mismas descripciones, supri- miendo en la obra impresa multitud de observaciones que constan en el manuscrito citado, y que por fuerza debían llamar la atención de Azara, observador perspicaz y cuidadoso. De estas observaciones y datos sobre las costumbres de las aves nos ocuparemos próximamente. Tomando por base lo que de Noseba conozco. puedo afirmar que éste describió por lo menos 150 pájaros repartidos en la siguiente forma : Descripciones inéditas completas, que constan en el manuscrito y que irán apareciendo en artículos sucesivos : del « Iriburúbicha chorreado », del « Chimango de Estero », del « Gavilán barcino y chorreado » del « Es- parvero pardo pecho goteado », del « Halcón milvo campero », dela « Le- chuza campestre », del « Chopí », del « Negro coronado », del « Pardo martinete amarillo », del « Tachurií cardenal », del « Azul » (pico grueso), del « Inambú carapé », de la « Paloma n” 7 », del « Ipacahá jaspeado », del « Pato cabeza negra », del « Collar negro » y del « Espátula ». Es de- cir 17 descripciones. Descripciones que Azara publicó en su obra prefiriéndolas a las suyas del mismo pájaro : Del « Sociable » (Gavilán del Esteron” 16), del « Azu- lejo » (Alcón n* 37), del « Gola tixera » (Alcón n” 36), del « Suinda » (Rapiña nocturna n* 45), del « Cabeza rayada « (Chipíu n* 130) del « Go- gote amarillo » (Chipíu n* 131), del « Bolatín» (Chipiu n* 138), del « Bigotillos » (Tachurí n* 173), del « Vencejillo » (Golondrina n* 307), del « Jaspeado » (Ibiyaú n*313) y de «la Montés » (Paloma n* 319). Es decir 11 descripciones. Y finalmente las 19 que aparecen completas o en parte en la obra de AZARA y que, acompañadas de la opinión del mismo o el motivo porque las publicó, son las siguientes : 182 PHYSIS (ILL, 1917) Nombre que le dió Noseda Número y nombre en la obra de Azara Opinión del mismo Barcino. 7, Aguila coronada hembra. Individuo joven. Negro y chorreado (dos). 8, Aguila obscura y blanca. Individuo joven. Rojo y obscuro. Pardo y obscuro. Azulejo. Pardo. Blanco. Obscuro azulejo. Degollado. Coronado y negro. Precioso. Obscuro aplomado. Verdoso y cabeza canela. Oreja negra. Cabeza amarilla. Inambú chororó. Jaspeado encima. Negrizco ala blanca. 14, Gavilán del estero. 21, Gavilán mixto. 26, Esparvero. 33, Gavilán de campo. 36, Alcón. 40, Alconcillo. 56, Urraca. 111, Pico de punzón. 115, Montés 140, Chipíu. 285, Loro. 333, Inambú. 378, Ipacahá. 430, Pato. Nunca lo vió. Nunca lo vió. Nunca lo vió. Concuerda. Individuo joven. Sólo cita medida. Nunca lo vió. Concuerda. Lo cree no adulto. Nunca lo vió. Nunca lo vió. Pichón. Individuo albino. Nunca lo vió. Nunca lo vió. Individuo joven. Hay además, en Azara, infinidad de citas sobre notas de NosEDA res- pecto a costumbres, variedades, etc.; de éstas, alrededor de 80 en el manuscrito y 22 en la obra impresa de Azara a más de una sobre los «Guacamayos ». En la obra he notado datos sobre los pajaros siguientes : . Números 32, 33,62, 74, 125, 126,177, 190, 211, 225412102048 267, 908, 314,328, 329, 343, 427, 428, 431, y 496. Como se ve, reuniendo el número de especies descritas, se obtiene un total de 150, poco más o menos. Esindudable que Noskpa debió describir muchas más, ya que sólo mandaba a Azara las que creía distintas a las descritas por éste, pero hasta que no aparezca algún manuscrito de NoskE- DA (estoy firmemente convencido de que debe existir y no extrañaría se ha- llase en algún archivo del Paraguay), no es posible precisar más. Entre tanto procuraré publicar las descripciones hasta ahora inéditas, pasando luego a anotar las diferencias entre las originales y las publicadas en la obra de Azara y dejando para otro más competente que yo, O para más adelante, la confrontación del manuscrito con la obra impresa, y la tarea, bastante ardua por cierto, de publicar las observaciones que no se han publicado y las « reducciones hechas en el número de pájaros después de mandar la obra a la Corte por intermedio del virrey Marquez DE LorEtTO » como consta al final del manuscrito. Empezando por publicar las dos descripciones siguientes, hago notar que Azara no siempre aceptó el nombre que dió Nosrba al ave, parecién- dole a veces más adecuado para otra especie. La palabras entre corchetes Manuscritos inéditos del Padre Noseda sobre aves del Paraguay 1s3 son ilegibles en el manuscrito, los puntos suspensivos indican la falta de alguna palabra y las abreviaturas se hallan de igual modo allí. CARTAS DE NOSEDA A AZARA DESCRIBIENDO EL PATO ( CABEZA NEGRA >» Y EL DE ( COLLAR NEGRO >» Long. 14*/, pulg. Cola 2 */, vuelo 24. Desde el pico encima de la ca- veza incluyendo el ojo y algo más hasta el occipucio y Nuca es obscuro : bajo de la caveza y sus costados es blanco opaco. Encima del Cuello has- ta la Espalda son sus plumas negras con ribetes y rayas al travez mucho antes de la punta de... blanco opaco o casi canela. Por debajo hasta medio pecho sobre fondo blanco apagado con canela o casi pardo tiene cada pluma manchas negras redondas del tamaño de una lenteja. El costado del Cuerpo es casi lo mismo pero mas claro y con manchas mayores y redondas y desde medio para atrás son profusamente rayados al travez tanto de muy blanco como de muy negro con faxas cerca de dos lineas anchas. El Lomo es negro con poco viso verde y con rayas al travez blancas a distancia. Desde aqui a la Cola y desde medio Pecho también hasta la Cola es todo un rayadillo al travez muy menudo y fino de blanco y ne- gro dominando este color para encima de aquel para debajo; con mas que las rayas se componen las mas de puntitos y manchitas menudas que en los costados de la Ravadilla y bajo de la Cola es tan fino que solo parece una mezclilla aplomada. Las plumas de la Cola son pardas obscuras laspeadas menudamente de blanco dominando mas este en las esterio? Las Cobijas de los trozos inter” sobre la Ala son aplomadas pero el primer orden de may* forman una faxa recta al travez muy blanca de / lineas ancha en su mayor extensión por- que sus puntas son de este color con una sombra negra antes. Las Plumas del trozo exterior con todas sus cobijas encima y las bar- bas mayores del trozo medio al principio de la pluma son moradas verdes en oposición con la luz y puramente verdes en conjunción. Sigue despues un azul morado en conjunción y en oposición azul claro con verde y todos estos colores son dorados y muy preciosos más p” la punta sigue una lista al travez muy negra aterciopelada y luego todas las puntas son muy blancas y forman una cinta más ancha. Las del trozo uúl- timo y las del escapulario son pardas doradas pero las últimas son casi obscuras con una raya blanquizca longitudinal angosta que corre p" me- 18/ PHYSIS (111, 1917) dio y todas ellas son anchas al principio y luego rebajadas con igualdad forman puntas de lanza agudas y muy notables y con ellas exceden de largo las plumas de los trozos medios. Por debajo, casi todas las plumas son casi obscuras de color de perla. Las 3 órdenes de cobijas may? p" esta parte son muy blancas, pero las del primer orden son [tan] largas que por poco no igualan a las plumas de las internas. Las Gobijas medias son obscuras con rayas blancas al travez curvas. Las últimas menores son algo aplomadas y casi como las de en— cima. Las de la cola también son muy largas y abundantes y p" poco no cubren la Cola. Ala 2/ plumas de 2* may". Cola 14 algo agudas. Pico de pato, largo 20 lin* ancho 8 con uñita mas estrecha que la de los otros patos... sigue lo largo de la sup" del pico una lista negra que desde el respiradero en— sancha p* la caveza. Los costados desde el principio hasta la mitad de la long* son naranjados, lo demás p* la punta y todos los lavios con la man- dibula infer* es azul claro. Iris de canela parda. Pierna 3o lin* po- co desnuda encima de la rodilla. Tarso 17, aplomado, comprimido con escama suave y filo detrás. Piés y uñas de Pato. Dedo medio 18 Ext" 17 Int" 13 Trasero 3*/,. En el vañado de [Nemboui] vi una cuadrilla de ellos que me parecieronn idénticos ». DEL «(COLLAR NEGRO >» «El día 1” de Julio de 1791, en un vañado junto al pueblo de [Nem= bouí| cazé de un tiro macho y hembra que tienen alguna diferencia en los colores. Long* 14 */, pulg* Cola 2 */, vuelo 23 */,. Encima de la caveza dejan- do libre la frente es oscuro [que] corre bajando por el occipucio estre— chandose hasta lo muy delgado del cuello en donde lo obscuro es muy negro (menos en la hembra que siempre es obscuro) y casi abraza como un collar y arriba de este collar el costado es blanco. La frente, costado de la caveza y bajo de ella es jaspeado de blanquizco y pardo muy disimu- ladamente. Desde el collar negro encima del Cuerpo hasta el Lomo exclusive y las 3 últimas plumas de la ala es pardo. Todo el escapulario es rojo y en la Hembra pardo, y solo en medio tiene una mancha roja El Lomo. Cola y sus cobijas, también las de abajo desde el Ano y todas sus alas es muy renegrido con una mancha notable muy blanca y graciosa en el costado de la Ravadilla, y de este mismo blanco son las cobijas may*. El Manuscritos inéditos del Padre Noseda sobre aves del Paraguay 185 trozo medio de encima de sus alas con puntas negras y las barbas ext* de las plumas grandes de este mismo trozo son verdes dorados muy lustro- sos y preciosos, y por debajo todo es lustre de azabache. En la hembra las puntas de la cola son pardas y sus Cobijas de abajo son blancas con unos salpiques disimulados de pardo y solo una pluma negra tiene enmedio y así aunque tiene la mancha blanca en el costado de la Ravadilla no la agracia tanto como en el macho. Desde lo delgado del cuello para delante y costados de las piernas, es un pincel muy sutil de negro al travez, sobre fondo blanco de modo que queda esta parte como una zaraza fina aplomada y acaba en otra mancha muy blanca en linea recta con la de la Ravadilla dividiéndolas una lista muy negra que baja hasta el ano. El pecho hasta el vientre tiene el mismo pincel que su costado, pero sin la gracia de éste porque resulta solo un aplomado y... menudo como... En la Hembra no se percibe tanto estos pinceles porque todo su pecho y parte de su costado solo es [olado| menudo. Así mismo en la Hembra no son tan vivos los colores, aunque lo serían viendola sola porque en el macho son sin comparación más vivos excepto el verde y blanco que son lo mismo en ambos. El pico es azul aplomado largo 18 líneas, ancho y alto 7. Ojo todo ne- gro. Piernas 3o líneas las 4 desnudas blancas rosadas como el tarso que tiene 18. Los dedos y membranas que los unen, del mismo color rayados como escamas, sus uñas pardas. Dedo medio 18 líneas. Ext" 17. Int" 12. Trasero 3*/,. Gola 14 plumas no agudas la ext" 8 líneas más corta que la central. Ala 23 la 2* may” las 3 penúltimas internas son largas, anchas y aca- ban en punta de Lanza. El Escapulario carece de esta circunstancia ». Como se ve. estas descripciones, que son elegidas al azar, no pueden ser más completas ni más conformes con el modo de describir que em- pleaba el mismo Azara, aunque por lo general las de Nosepa gozan de un número mayor de detalles y tienen una ventaja particular : la de que el cura de San Ignacio nunca, que conste, compraba las aves que describía, sino que siempre eran cazadas por él mismo hecho que lo ponía a cubier- to de los engaños de los indios. No dudo, que será de interés confrontar las descripciones de NoskDa y las de Azara y ese es el motivo que me mueve a publicar las inéditas, del primero, dejando como llevo dicho para más tarde o para otro el coteja=- miento y la crítica de sus obras. Algunos insectos Neurópteros de la Argentina POR EL R. P. LONGINOS NAVÁS, s. 3. (ZARAGOZA, ESPAÑA) SERIE 1 Gustoso acepté la amable y honrosa invitación a colaborar en la revista PHYSIS que me hiciera su dirección con fecha 23 de Octubre pasado y aprovecho la primera ocasión que me ha ofrecido el estudio de algunos insectos que de la Argentina en diferentes veces recibiera, para redactar esta nota, la cual será seguida de otras, Dios mediante, si los entomó- logos de aquella república siguen favoreciéndome, como espero, con el envío de material de estudio. Y aun confío que esta nota servirá de estimulo a otros para que busquen con más cuidado y diligencia los insectos de su región, contribuyendo así al mejor conocimiento de la entomología de su patria, la cual dista mucho seguramente de ser cono- cida como pudiera y se merece. Los insectos asunto de esta nota los he recibido por dos vías : del Dr. CarLos Brucn, del Museo de La Plata, quien los recogió por sí o por otros en diferentes localidades, y porel P. Juax C. Múma, S. J., profesor en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe, en cuyas cerca- nías recogió por sí propio los insectos enviados. Citaré todas las especies que he recibido; porque si bien algunas de ellas ya se conocían de la Argentina, por lo menos merecerá consignarse la localidad y fecha en que se hayan cogido. Debo advertir que el objeto exclusivo de mis estudios son los Neuróp- teros en el sentido más amplio de la palabra, o sea en el linneano, con inclusión de los que actualmente se denominan Odonatos, Planipennes, AA ¿ ÉK”áKñ”TAÉáARAAAAAAÁA AA R. P. Loxcixos Navás : Algunos insectos Neurópteros de la Argentina 187 Tricópteros, etc. Mas, para acomodarme a las tendencias actuales de los entomólogos que dividen el antiguo orden de los Neurópteros en varios órdenes autónomos, al enumerar los insectos estudiados los colocaré en diversos órdenes, con distinción de las respectivas familias a que perte- necen. PARANEURÓPTEROS LIBELÚLIDOS 1. Orthemis nodiplaga Karscu. Santa Fe, 19 de Enero de 1915 (P. Múny). . Erythemis plebeja Burm. Santa Fe, 19 de Enero de 1915. . Erythrodiplax umbrata L. Santa Fe, 19 de Enero. — nigricans Ramb., tipo. Santa Fe, 19 de Enero. — connata Burm. var. fusca Ram. Santa Fe, 22 de Enero de 1915. 6. Miathyria Marcella SkL. Santa Fe, 19 de Enero. 7. Micrathyria didyma Brax. var. hypodidyma CaLv. Santa Fe, 19 de Enero de 1915. 8. Tauriphila Risi Marr. Santa Fe, 16 y 19 de Enero de 1915. Oo N DE ÉSNIDOS 9. Anax Amaizili Burm. Santa Fe, 23 de febrero de 1915. Haré no- tar algunas particularidades en el color de este ejemplar. Frente y mejillas verdes, ojos de un verde obscuro. Tórax verde; inserciones de las alas con una mancha azul en la parte superior. Abdomen verde en los prime- ros segmentos con cuatro manchas azules en la parte superior; los demás de café obscuro en toda la base y en el dorso cada uno con una mancha blanca a los lados dividida en dos por una raya negra, resultando así cua- tro manchas blancas por anillo. 10. Aeshna confusa Rams. Santa Fe, 19 de Enero de 1915. 11. — bonariensis Rams. Santa Fe, 19 de Enero. 12. Gynacantha bifida Rams. Santa Fe, 19 de Enero. 13. Cyclophylla argentina Hac. Santa Fe, 19 de Enero. 188 PHYSIS (1H, 1917) EFEMERÓOPTEROS LEPTOFLÉBIDOS 1/. Thraulus Bonplandi Per. Deutsch. Entom. Zellschr., 1912, p. 336, £. 5. El tipo descrito por Perersex es Gí; aunque el que tengo en estudio parezca subimago y Q, no será inútil dar alguna frase descriptiva com- plementaria. Caput fuscum, occipite ferrugineo-fulvo; oculis in sicco fuscis ; anten- nis fuscis, apiceus versus albidis. Thorax fusco-piceus. Abdomen fuscum, basi segmentorum ferruginea; urodiis seu cercis superioribus in tertio basilari late fusco annulatis. Pedes fulvo-ferruginei, tibiis, tertio basilari excepto, et tarsis albidis. Ala anterior latior quam in G*, membrana leviter turbida; reticulatione fulva, pallida, subcosta et radio fuscescentibus; venis distinctis, fortibus; venulis tenuibus. Ala posterior pallidior. o Ca Visores 6.5 al ab ee 1 Egeo OMA Patria. Provincia de Buenos Aires, 19 de Noviembre de 1915, CG. Brucn leg. (Mus. de La Plata). 15. Thraulus Haarupi Per. Deutsch. Entom. Zettschr., 1912, PR O La descripción está hecha a la vista de un ejemplar Q conservado en alcohol. Siendo g* el que tengo a la vista y bien preparado, convendrá completar la descripción de la especie. Caput piceum, oculis in sicco concoloribus, margine postico occipitis medio aurantiaco; antennis primo articulo fusco, ceteris albidis. Thorax piceus, nitidus. Abdomen fusco-ferrugineum, basi articulorum albida; inferne palli- dius; superne striis lateralibus longitudinalibus fuscis; ramis copulatoris longis, divergentibus, pallidis; cercis inferioribus fuscescentibus ; cercis R. P. Loxcixos Navás : Algunos insectos Neurópteros de la Argentina 189 Y) Pp 9 O superioribus seu urodiis albidis, in tertio basilari articulis basi nigro an— nulatis. Pedes femoribus fuscis, tibiis tarsisque pallidis. Ala anterior reticulatione fulvo-fusca, conspicua; area costali fere 11 venulis ante regionem stigmatis, 10-11 in regione stigmatis usque ad apicem, obscurioribus; membrana hyalina, basi, praecipue in area cos— tali, leviter fulvo tincta. Ala posterior hyalina, reticulatione fulva, distincta, paucis venulis, fere ut in Q. oa COD (Dis sooo aude 6.5 mm. = al. ant. Te Patria. Prov. de Buenos Aires, 7 de Marzo de 1916, C. Brucn leg. (Mus. de La Plata). CÉNIDOS 16. Caenis argentina Nav. Prov. de Buenos Aires, La Plata, 1915, C. Brucn leg. BÉTIDOS 17. Callibaetis zonalis Nav. Prov. de Buenos Aires, 4 y 6 de Octu- bre de 1915, 1 y 15 de Mayo de 1915, C. Brucn leg. 18. Callibaetis stictogaster Nav. Prov. de Buenos Aires, 15 de Octubre de 1913, C. Brucn leg. 19. Callibaetis apicatus sp. nov. (fig. 1). Caput fuscum; oculis in sicco fuscis; antennis duobus primis articulis fulvo-aurantiacis. crassis, ceteris tenuibus, albidis. Thorax fusco-ferrugineus, nitens. Abdomen albidum, translucidum, ultimis tribus sternitis rubellis, fusco-rubro punctatis, ultimis tribus tergitis fuscescentibus, ceteris stria media longitudinal: et margine postico fusco—rubris; cercis inferioribus flavo-albis, superioribus albidis, ad articulationes fusco—nigris. ñ Pedes flavo-alb1, apice femorum et tibiarum fusco; femoribus anticis stria externa longitudinal: fusca. Ala anterior (fig. 1, a) iridea, apice ellipticerotundata; venis fusco- fulvis; venulis albidis; area stigmali fere 5-6 venulis obliquis; membrana in tertio basilari immaculata, in reliquo umbris tenuibus fulvis, fere in PHYSIS.— T. II 190 PHYSIS (1, 1917) fascias transversas parum manifestas dispositis; area stigmali et regio- nibus vicinis distinctius fuscatis, areolis liberis juxta venulas; venis mar- ginalibus intercalaribus brevi- bus, aliquot fusco-fulvo lim- batis. Ala posterior (fig. 1, b) reti- culatione alba, ad alae basim obscuriore; paucis venulis, fe- re 3 in area costali, duabus inter primam et secundam ve- nam; aliis 2 venis interca- laribus pone venam secun- Fig al Callibaetis apicatus (Nav. (a; extremo dam; vena tertia longa, ultra e de ] Eta a AS del ala anterior; b, ala posterior (con más aumento) medium marginis postici fi- niente. Lo Tr oir 5.5 mm. == ala A a » Patria. Prov. de Buenos Aires, 15 de Mayo y 6 de Octubre de IQ1O, C. Brucn leg. (Mus. de La Plata). 20. Callibaetis apertus sp. nov. (fig. 2). Subimago. Caput flavum; occipite stria transversa, medio interrupta, fusca; parte anteriore fulva; oculis in sicco fuscis; antennis duobus arti culis basilaribus grandibus, ful- vis, apice fuscis, ceteris tenui- bus, fuscescentibus. Thorax lividus, pallido va- rlus. Abdomen lividum sive gri- seum, margine postico segmen- torum pallidiore; cercis supe- rioribus albidis, ad articulatio- nes fusco annulatis. (con mucho aumento) Pedes pallidi, flavo-virides, apice tibiarum fusco, striola externa fuscescente ad femora et tibias Fig. 2. — Callibaetis apertaus Nav. ala posterior anteriores. Ala anterior tota griseo-fusca; striolis albidis sive hyalinis ad venulas quasi fenestrata; reticulatione fusco-pallida; area stigmali fere 1o venulis obliquis, irregularibus. e R. P. Loxcios Navás : Algunos insectos Neurópteros de la Argentina 191 Ala posterior (fig. 2) elongata, obtusa; angulo costali parum promi- nente; costa ultra angulum subrecta; membrana hyalino-grisea ; reticu— latione griseo-pallida; paucis venulis, fere 31n area costali, 3 inter venam primam eb secundam, 2 inter hanc et tertiam; aliis duabus venis margi- nalibus intercalatis; tertia vena longa, ultra medium marginis postici finiente ; striola fusca ad basim primae venae. 6 = al an 8. Patria. Prov. de Buenos Aires, 4 y 27 de Octubre de 1916, C. Bruc leg. (Mus. de La Plata). PLECÓPTEROS N. B.—La especie que voy a describir, no pudiendo incluirse en nin- gún género ni familia conocida, hace necesaria la creación de un nuevo género y familia. SENZILLIDAE, fam. nov. Similis Perlidas. Caput ocellis ornatum. Abdomen cercis longis, pluriarticulatis. Pedes coxis anticis distantibus ; tarsis articulis 1% et 3% longis, 2* brevi. Alae sine anastomosi manifesta; venulis aliquot sparsis in disco; area costali una venula prope basim, apicali nulla venula, seu nulla venula in area subcostali ultra subcostae apicem ; procubito plerumque furcato. Ala anterior areis procubitali et cubitali reticulatis, seu venulis aliquot instructis ; sectore radi indiviso usque ad marginem; vena axillari (anal: alior.) furcata, seu duplici ramo. Ala posterior sectore radi prope basim furcato, utroque ramo ple- rumque indiviso; area procubitali, seu inter ramos procubiti, venulis instructa. Si atendemos a la clave de las familias de los Plecópteros que da En- DERLEIN (Zool. Ánz., 1909, p. 387), la nueva familia se asemeja a la de los Pérlidos en la forma de los tarsos y a la de los Teronárcidos en la estructura de las alas; de ambas y de las demás familias de Plecópteros se 192 PHYSIS (MI, 1917) separa por la sencillez extraordinaria de la malla. especialmente de los campos costal y apical y del sector del radio. El tipo de esta familia es el siguiente género. Senzilla gen. nov. Caput prothorace angustius; tribus ocellis in triangulum transversum dispositis, posterioribus magis inter se quam ab anteriore et ab oculis distantibus. Prothorax subrectangularis, transversus, segmentis similibus, simpli- cibus; ultimo tergito ff in processum medium producto; copulatore longo, valvis lateralibus instructo ; cercis longis, pluriarticulatis. Pedes compressi; femoribus anticis dente apicali inferno; tarsis omni- bus articulis primo et tertio longis, hoc longiore primo, secundo brevi. Alae bene explicatae ; reticulatione laxa, cellulis rectangularibus. Ala anterior sectore radii paulo citra medium orto, citra divisionem procubiti; cubito prope basim furcato, utroque ramo indiviso; postcubito simplici; areis cubitali (pone ramum posteriorem cubiti), postcubitali et axillaribus simplicibus. Ala posterior area axillari lata ; sectore radii ad alae basim orto; pro- cubito prope basim diviso ramo anteriore fere ad apicem diviso; venis axillaribus 2 et 3 simplicibus. El tipo del nuevo género es la siguiente especie. 21. Senzilla tunelina sp. nov. (fig. 3). Caput fusco fulvum, inter ocellos et ad occiput fusco-nigrum; oculis nigris; palpis griseo-fuscis, maxillaribus / articulis, ultimo apice oblique truncato ; antennis fuscis, apicem versus fulvescentibus, articulis in tertio basilari latioribus quam longioribus, in medio subequaliter longis ac latis, in ultimo tertio longioribus. Prothorax subrectangularis, sesquilatior quam longior. marginibus subparallelis, retrorsum vix ampliatus, capite angustior, superne fusco- testaceus, sculpturis fuscis. Meso et metathorax picei, nitidi, inferne pilis grISeis. Abdomen fuscum, ultimo segmento ferrugineo, processu dorsali medio styliformi; copulatore adscendente, longo, processum dorsalem superan- te, valvis lateralibus dimidio brevioribus. Pedes flavo-albidi, femoribus tibiisque 2-3 annulis latis fuscis; tarso- R. P. Loxemos Navás : Algunos insectos Neurópleros de la Argentina 199 rum articulis duobus primis fuscis, secundo brevissimo, tertio longiore primo, pallido, apice fusco; unguibus testaceis. Alae (fig. 3) reticulatione fusco-testacea; membrana griseo tincta. Ala anterior tota atomis rotundatis densis fuscis irrorata, ad aliquot ve- nulas discales in tertio ala externo lim- bum efficientibus, lobo axillari solo haud irrorato; area subcostali una ve- nula ante subcostae apicem; area ra- diali nulla venula interna seu ante ortum sectoris radi1, fere / externis seu inter sectorem et radium; area inter- media fere 3-5 venulis in medio exter- no, inter sectorem et ramum anteriorem e ER Fig. 3. — Senzilla tunellina gl Nav. alas procubiti DUNA venulis inter ramos pro- (malla) cubiti; area procubitali fere 7-9 venu- lis, totidem aut pluribus inter duos ramos simplices cubita. Ala posterior lata, paucis venulis, fere 3 inter radium et sectorem inter- que ramos sectoris in medio externo, 3 intermediis, pluribus procubita- libus; cubito et postcubito vel venulis conjunctis vel partim fusis; vena axillari prima basi divisa. Lom. COM (iosesso ooo 10.5 mm. = alante. ccoo, 15 » O A 13 » Patria. Valle Túnel, Gob. Santa Cruz, Dr. Wrrrk leg. (Mus. de La Plata). NEURÓPTEROS MIRMELEÓNTIDOS 23. Austroleon argentinus Baxxs. Isla Tehuel Malal (Sauce Blan- co), frente de Pringles, Rio Negro, 3 de Febrero de 1916, Dr. R. Len- MANN-NITSCHE leg. 21. Austroleon frontalis Baxxs. Río Negro, Enero de 1916, Prof. A. ScaLa leg. 25. Austroleon dispar Bawxs. Río Negro, Enero de 1916, Prof. A. ScaLa ; Isla Tehuel Malal (Sauce Blanco), frente de Pringles, Río Negro, 3 de Febrero de 1916, Dr. R. Leumans-Nrrscme leg. 194 PHYSIS (111, 1917) 26. Austroleon verticalis Bawks. Isla Tehuel Malal, Febrero de 1916, Dr. R. Leumann-Nrrscme leg. 27. Moza strigosa Banks. Brachynemurus strigosus BANKs. Ameromyta strigosa BANks (1). Laguna Colorada, 50 km. al Sur de Pringles, Río Negro, 20 de Fe- brero de 1916, Dr. R. Lenmans-Nrrscue leg. 25. Moza longiventris sp. nov. (fig. 4). Caput (fig. 4) facie et cingulo oculorum flavis; duobus punctis fuscis in fronte ante antennas, aliis duobus in clypeo illis respondentibus; ver— tice fornicato, fusco, duabus striis transversis ni- gris; occipite flavido, stria longitudinali media cum macula verticis conjuncta et puncto utrimque, fuscis; palpis flavis, gracilibus, articulo ultimo labialium parum inflato; antennis fuscis, ferrugi- neo anguste annulatis, clava forti. Prothorax (fig. 4) latior quam longior, antror- sum angustatus; inferne flavus, marginibus latera- Fig. 4. —Moza longiventris O Nav. Cabeza y protórax libus fuscis; superne fuscus. marginibus laterali- bus, stria media longitudinali, puncto in prozona et stria im metazona inter mediam et marginem lateralem, flavis; pilis lateralibus flavis. Meso et metathorax fusci, inferne fascia laterali sub alas et punctis ad coxas, superne striis in mesonoto, quatuor punctis in me- tanoto, flavis. Abdomen gy ala posteriore longius, fuscum, punctis exiguis flavis ad marginem posticum aliquot tergitorum; pilis fuscis albisque, brevibus, ad basim griseis, ad apicem fuscis, longioribus. Pedes flavi, fusco punctati et setosi; calcaribus subrectis, testacels, duos primos tarsorum articulos leviter superantibus; unguibus testaceis, parum arcuatis; femoribus anticis superne, tibiis anticis inferne subtotis fuscis. Alae angustae, acutae, margine externo vix nisi sub apicem leviter concavo ; reticulatione fusca; membrana leviter fusco tincta, iridea; area apicali serie venularum gradatarum instructa; stigmate albo; linea pli- cata manifesta; area postcubitali longa, simplici. (1) Reputo sinónimos los géneros Ameromyia Banxs, 1913, y Moza Nav., 1912, por lo que incluyo en éste las especies que se incluian en aquel. R. P. Loxeinos Navás : Algunos insectos Neurópleros de la Argentina 195 Ala anterior membrana in areis radiali et intermedia distinctius fusco tincta; stigmate interne fusco limbato; radio ultra ortum sectoris 5-6 striis albis, membrana juxta illas hyalina; area radiali / venulis internis; aliquot mediis fusco limbatis ad insertionem in strias fuscas radi1; sectore radii 11 ramis; procubito striis alternis fuscis et albis, venulis ad strias fuscas fusco limbatis; puncto fusco ad rhegma; vena postcubitali longe ultra ortum sectoris finiente, parallela ramo posteriori cubiti. Ala posterior sine maculis; reticulatione subtota fusca ; sectore radi1 et procubito aliquot striolis albidis, parum sensibilibus; area radiali 3-4 venulis internis; sectore radii 10 ramis; pilula grandi, disco ferrugineo. mE. CU O uste ade 36 mm. == A E MODO IES DOS ra IT 25 2) REN ARS ANS 30 » Patria. Tehuel Malal, 3 de Febrero de 1916, Dr. R. Lemmans-Nrrscue leg. (Mus. de La Plata). CRISÓPIDOS 29. Chrysopa lanata Baxxs. Santa Fe, 11 de Abril de 1916 (P. Miimx); Río Negro, Enero de 1916, Prof. A. Scaza leg. 3o. Chrysopa Scalai sp. nov. Viridi-flava. Caput vertice duabus striis fusco-rubris arcuatis fere in ( ) signato; facie puncto supra medium clypei et stria ad genas, fusco-rubris; oculis in sicco nigris; palpis maxillaribus duobus primis articulis brevibus, pallidis, tribus sequentibus elongatis, fuscescentibus; antennis longis, flavidis, dense fusco pilosis, articulo primo grandi, secundo transverso, fusco-rubro. Prothorax latior quam longior, superne stria longitudinali prope mar— ginem lateralem, ad sulcum dilatata, fusco-rubra. Abdomen superne plerisque segmentis stria laterali obliqua longa et striola longitudinal: prope connectivum fusco—rubris ; lamina subgenitali O' grandi, apicem abdominis excedente. Pedes fusco dense pilosi; unguibus tenuibus, arcuatis, fuscis. Alae hyalinae, irideae, subacutae, stigmate parum sensibili, venulis gradatis fere */,, fuscis. 196 PHYSIS (1, 1917) Ala anterior venulis plerisque subtotis, ramis sectoris radii et furculis marginalibus partim fuscis; venulis intermediis 4, prima ad quartum apicale cellula divisoriae inserta. Ala posterior venulis plerisque ramisque sectoris tolis, praeterquam ad insertionem, pallidis. OS Corp (its 6.4 mm RAEE NERO AS E 10 » A AA IO Patria. Río Negro, Enero de 1916, Prof. A. Scara leg. (Mus. de La Plata). HEMERÓBIDOS 31. Nomerobius psychodoides BrLaxcn. Sympherobius modestus Baxks. Isla Martín García, Río de la Plata, 12 de Diciembre de 1915, C. Brucn leg. SOCÓPTEROS SÓCIDOS 32. Psocus fuscipennis Burm. Prov. de Buenos Altres, 23 de Abril y 1” de Mayo de 1915, €. Brucn leg. TRICÓPTEROS LEPTOCÉRIDOS 33. Leptocella Muhni Nav. Santa Fe, 7 de Marzo de 1916, P. Múimnx; Prov. de Buenos Aires, 19 de Noviembre de 1915, C. Brucn leg. Zaragoza, 26 de Enero de 1917. Observaciones etnográficas de Francisco Javier Muñiz PUBLÍCALAS CON INTRODUCCIÓN Y NOTAS CRÍTICAS FÉLIX F. OUTES In memoriam loannis B, Ambrosetti. El señor profesor don Juas W. Gzz, con motivo de la primera Reunión Nacional de la Sociedad argentina de Ciencias Naturales, celebrada en Tu- cumán por noviembre de 1916, donó gentilmente a esa corporación el archivo del doctor don Fraxcrsco Javier Muñiz, que, hasta ese momento, había conservado en su poder (1). Supe, con tal motivo, que entre los documentos inéditos allí comprendidos, figuraban las observaciones etno- gráficas realizadas en El Carmen de Patagones por aquel ilustre precur- sor, en nuestro pais, de los estudios de ciencia pura; y de cuya existencia tenía noticia de tiempo atrás, pues de ellas me había hablado Carros AMEGHINO, como también de cierto vocabulario indígena que las integra- ba, el que, por desgracia, ahora no ha sido posible encontrar. Como las referidas páginas inéditas — sea cual fuere su valor extrín- seco — ofrecieran, en mi opinión, el doble interés de presentar un aspecto hasta ahora desconocido de las observaciones de Muñiz, y de formar el primer conjunto de datos sobre ergología indígena reunidos por un argen- tino (2), pensé que su publicación inmediata se imponía. Por ello fué que (1) Primera Reunión nacional de la Sociedad argentina de Ciencias Naturales, en Anales de la Sociedad científica argentina, LXXXIIL, 163. Buenos Aires, 1917. Los documentos donados por el profesor señor Gez, fueron presentados en la reunión celebrada por la Sociedad argentina de Ciencias Naturales el 30 de diciembre de 1916 (véase : Sociedad argentina de Ciencias Naturales. Diversas comunicaciones, en La Nación. Buenos Aires, 5 de enero de 1917). (2) Musiz nació el 21 de diciembre de 1795 «en el Partido de la costa de San Jsidro ». PHYSIS. — T. JII 12* 198 PHYSIS (MIL 1917) solicité al secretario general de aquella Reunión, profesor don Marríx Dor- LLO- JURADO, interpusiese sus buenos oficios ante la Sociedad para que ésta la autorizara ; lo que obtuvo, como era de esperarse, pues su indicación fué acogida favorablemente en la sesión celebrada por la Comisión Direc- tiva el 4 de enero pasado. He aquí la descripción externa e interna del documento que ahora se publica : Papel de hilo, tipo velin, de 214 X 308 milímetros (folios [1-2]); y papel vergé de 218 X 310 milímetros, con filigrama formada por una figura y dos iniciales (folios [3-4]). Cuatro folios, sim indicación nu- mérica alguna; y, de los cuales, sólo tres escritos. 53-54 líneas. Escri- tura redonda corriente de comienzos del siglo x1x. Redacción proli- ja, notándose sólo una ligera corrección y dos interpolaciones de escaso valor. Los diversos temas tratados en el documento, cuyo rubrum es « indios de los desiertos », no se hallan distribuídos en forma de capítulos o pará- grafos; sólo llevan algunas acotaciones que indican los principales asun- tos. Virtualmente están agrupados en tres partes. En la primera, de carácter absolutamente general, se dan breves noticias de etnogeografía, como también se enumeran algunos caracteres diferenciales («naciones »); puntualizándose, luego, aquellas costumbres («Costumbras generales ») y sentimientos religiosos («Religion ») que Musiz considera comunes a todos los grupos indígenas. La segunda parte está dedicada a las « Cos- tumbres particulares de los chehuelchús » y su «industria »; y, por últi- mo, la tercera, a las « Costumbres particúlares de los pampas, chilenos, y ranqueles» y su «industria ». Estas dos últimas partes comprenden, asi- mismo, algunas observaciones de somatología desprovistas de interés. El documento no lleva indicación alguna sobre el lugar donde fué redactado, ni está datado, ni tampoco firmado. Como lo acabo de expresar, el documento no se halla datado, mi con- tiene, tampoco, indicación alguna respecto al lugar donde fué redactado. Es imprescindible, pues, tratar de suplir — si acaso fuere posible — esas sensibles omisiones ; lo cual, con los elementos de criterio que corren im- presos, no ofrecería, al parecer, dificultad alguna. En efecto, SARMIENTO, en la Súmula — que formara — de los nombramientos, despachos, etc., de Muñiz, transcribe parte de un oficio que le fué dirigido con fecha 2/ de septiembre de 1821, en el que se le hace saber la designación de don CreLeboxo Fuewres como «facultativo para el destino de Patago- nes », y a quien debe acompañar —se agrega — «en clase de segun- Fíux F. Oures : Observaciones etnográficas de Francisco Javier Muñiz 19 lo) do» (1). Basándose, pues, en esa constancia oficial, considera como realizada de inmediato la traslación de Muñiz a Patagones (2); informa- ción que, a fuer de proceder del biógrafo oficial, ha sido reproducida — ne vartetar —en la reciente reedición de La cultura argentina (3) y se glosa, también, en rapsodtas de menor cuantía (4). La verdad es que el stage de la vida de Muñiz a que se refiere, se pre- senta harto obscuro, hasta embrollado, como paso a puntualizarlo. El 22 de septiembre de 1821 el ministro de Gobierno de Martín Ro- DRÍGUEZ — Kivabavíia — se dirige al Tribunal del Protomedicato encare— ciéndole el nombramiento, «a la mayor brevedad », de un facultativo destinado al « establecimiento de Patagones » «para que parta a su des— tino en el buque que se prepara » (5). La indicación ministerial satisfacía un urgente pedido formulado por el vecindario y el comandante político y militar de aquella localidad, teniente coronel don José GABRIEL DE LA OvyueLa (6). La designación se hace de inmediato — nómbranse conjunta— mente a Fuenres y a Muñiz — y se le comunica al autor de las Observa- ciones el 24, mediante el oficio conocido. Tales son los antecedentes ofi- ciales que justifican lo afirmado por SarMIENTO y sus glosadores. Pero, se sabe — aunque sus biógrafos lo ignoraron — que, dos días después, el 26, el doctor don Martaxo Pico, del Protomedicato, acusaba recibo de un oficio en el que se le participaba que Musiz había sido dis- pensado de su comisión a Patagones y que, por lo tanto, debía nombrarse otra persona para substituirle (7). ¿Cuáles pudieron ser las causas deter— (1) Domixco Faustino Sarmiento, Vida y escritos del coronel don Francisco J. Muñiz, 17. Bue- nos Aires, 1885. (2) Sarmiento, lbid., 30. (3) Fraxcisco Javier Muñiz, Escritos cientificos, 20. Buenos Aires, 1916. (4) El doctor Francisco J. Muñiz, en Album de la guerra del Paraguay, 11, 138. Buenos Aires [1894-1896|; Davin Maraunio Carán, Guerreros argentinos [Coronel Dr. Dn. Francisco Javier Muñiz], en Enciclopedia militar, XIII, 427. Buenos Aires, 1898. (5) Registro oficial. Libro primero empieza en el mes de Setiembre de 1821 y acaba en Diciembre del mismo año, 69 y siguiente. Buenos Aires, sin fecha. (6) «¡Cuán consternado se halla mi corazón — decía be La OyueLa — contemplando diaria= mente la muerte de jóvenes de ambos sexos a consecuencia de la epidemia de llagas en la gar ganta y otras enfermedades por no haber en el destino ni facultativo que pueda aliviarles! ¡A la súplica del vecindario — agregaba — uno mis más expresivos ruegos movido de la aflicción en que se hallan estos infelices! » (cfr. José Juan Biebuma, Crónica histórica del Río Negro de Pata— gones (1774-1834), 464. Buenos Aires, 1905). (7) Peoro Mazo, Páginas de la historia de la medicina en el Rio de la Plata, en Anales de la Facultad de ciencias médicas, L, 288 y siguiente. Buenos Aires, 1897. No conozco el texto del oficio dirigido al doctor Pico, sino por la referencia indirecta contenida en la obra de Mario. Debió con- servarse en el archivo del Tribunal del Protomedicato que, por 1821, asumía, asimismo, las fun- ciones de Instituto médico militar. Por desgracia, el valioso archivo de aquella corporación ha 200 PHYSIS (HL, 1917) minantes de semejante resolución > ¿Fué, acaso, una enfermedad? ¿ In- convenientes de orden privado? ¿La premura del viaje? No he podido averiguarlo; y sus biógrafos, CARRANZA (1), GEz (2) y GARMENDIA (3), nada dicen sobre el particular, pues ignoran — como lo he dicho — la incidencia que me ocupa (4). Podría, pues. asegurarse, razonablemente, que Muñiz no llegó a hacerse cargo de su puesto, y que sus Observaciones, por lo tanto, no las realizó sobre las márgenes del río Negro. No pasó así, sin embargo. En efecto, Muñiz, no obstante la circuns- tancia aludida y en fecha que ignoro, partió de Buenos Aires y se dirigió a Patagones, donde indudablemente residía en los primeros meses del año 1822. Ello se infiere de un párrafo comprendido en la descripción que escribiera de aquella localidad y que se conserva aun inédita : « quando el S” de Rivapavta — dice — intentó formar la Estadistica del pays, me encargaron contase yo los frutales » (Noticia sobre patagones, f. 2, u.). Recordaré que el Registro Estadístico fué creado el 13 de diciembre de 1821 (5) y que, en el decreto correspondiente, se establecía como fecha de su aparición el mes de enero de 1822 (6). No se conoce, por otra par- te, documento alguno que suministre detalles sobre las razones que influ- sufrido tales vicisitudes que se halla desintegrado casi por completo. Recordaré que al supri- mirse, el 11 de febrero de 1822, el Tribunal nombrado, pasaron sus papeles, bajo inventario, al Departamento de Medicina; que, muchos años después, se guardaron por algún tiempo en el Con- sejo superior de Higiene de la provincia de Buenos Aires; hasta que, por último, los obtuvo, a justo título, la Facultad nacional de Ciencias Médicas. Entre el pequeño fondo documental reci- bido por esta última institución (cfr. Marto, /bid., 1, 228-229) y el nutrido conjunto cuyo inven- tario se levantara en 1822 (cfr. Marto, Jbid., 1, 225-228), existe un abismo formado por los sensibles vacios correspondientes a las piezas perdidas, imutilizadas o descabaladas. (1) ÁsceL Jusriviano Carranza, Sombras del pasado, en Revista nacional, XXVII, 178 y siguien tes. Buenos Aires, 1899. (2) J. W. Gez, El Sr. D. Francisco Javier Muñiz, en Revista nacional, XXVII, 42 y siguien tes, 110 y siguientes. Buenos Aires, 1899. (3) José lexacio Garmenbia, El cirujano militar coronel don Francisco J. Muñiz (monografía his- lórica), en Gloriosa cripta (discursos y otros articulos), 79 y siguientes. Buenos Aires, 1910. (4) Marto asegura, ignoro con qué fundamento, que la orden de traslado a Patagones fué dejada sin efecto a petición del mismo Muñiz y del jefe del fortin o guardia de Chascomús. (Ibid., 11, 445 y siguiente. Buenos Aires, 1898). (5) Aurenio Prano y Royas, Leyes y decrelos promulgados en la provincia de Buenos Aires desde 1810 a 1876, 1, 213 y siguiente. Buenos Aires, 1877. El decreto de creación del Registro Esta= dístico fué precedido por otro (11 de diciembre de 1821), ordenando la toma de «razones » esta= disticas — nacimientos, defunciones, casamientos, etc. — que, algunos días después, el 17, fué ampliado, en sus efectos, al territorio de toda la provincia (Prabo y Rosas, Ibid., 11, 210 y si- guientes, 218). (6) « 1” Desde el primer mes del año próximo — se dice en el decreto — se publicará en cada uno de ellos un periódico, bajo la denominacion de Rejistro Estadístico » (cfr. Prano y Rojas, Ibid., 1, 213); que, si bien no apareció, como se había ordenado, en enero de 1822 — demora Fénix F. Oures : Observaciones etnográficas de Francisco Javier Muñiz 201 yeron para la salida de Muñiz con posterioridad a la fecha en que fué dis- pensado de su primera comisión. A mero título ilustrativo, haré notar que don CeLeboxo Fuentes debió sentirse molesto en su flamante destino a poco de haber llegado, pues, el 26 de abril de 1822, propónese para reemplazarle al profesor don Juan Oucnay; el y de octubre se designa a don Pebro Pizcuera; hasta que, por último, el 14 del mismo mes, el señor Fuewres obtiene el anhelado permiso que gestionaba para trasladarse a Europa, con el objeto — decía — de perfeccionar sus estudios, designándose, entonces, para substituirle, al doctor don Juax Awprés Duranb (1). Pero, la verdad es que Oucnan, Prz- CUETA y Duraxp no llegaron a hacerse cargo del puesto para el cual fue- ron designados; y, quiza por ello, el señor Fuewres fué el único profesional que hubo en Patagones desde fines de 1821 hasta el mes de octubre del año siguiente, pues Muñiz, que lo habría acompañado, era por entonces un modesto estudiante (2). ¿ Por cuánto tiempo se prolongó la residencia de Muñiz en Patagones ? Es imposible establecerlo, dada la carencia absoluta de elementos de cri- terio a nuestro alcance. En cambio, existen indicios de que, por 1826, realizó otra estada en la misma localidad. Fundo mis sospechas en una afirmación contenida en el documento que ahora se publica y en un pá- bien explicable, por cierto — circuló su primer número con fecha 15 de febrero (*). En el Plan de la nueva publicación (cfr. Registro Estadistico de la provincia de Buenos Atres, 2 y siguientes), redactado por don Vicente Lórez, se hace saber, asimismo, que cada entrega contendrá siete sec= ciones, siendo la « 3*. medios de produccion ». « Esta comprende — se agrega — la caza, pesca, agricultura, pastoreo, y los artículos de mineralogía indigenos; noticias geológicas: la division del terreno en suertes de chacras, estancias, €zc » (p. 3). Fué, pues, con destino a esta sección que Musiz debió reunir los datos a que alude en su Volícia inédita; pero, desgraciadamente, no he hallado, en los números del Registro que he examinado, el menor informe que pueda atri- buirsele. El bibliotecario de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad nacional de Buenos Aires señor don Rómuro D. Carbra, ha tenido la bondad de comunicarme que, entre los papeles de la anti- gua secretaria de Gobierno, existía un amplio legajo formado por los antecedentes y noticias reu— nidas con motivo de la formación de la estadística ordenada por Robrícuez. No he tratado de revisar esos documentos, pues se conservan en el Archivo general de la Nación, cuyo acceso es menester obtener, previamente, mediante una gestión oficinesca, y cuyo hallazgo ulterior implica, a las veces, una larga búsqueda : quiero decir, he evitado una pérdida de tiempo tal, que, de rea= lizarse, hubiere demorado, quizá sine die, la aparición de las Observaciones etnográficas de Muñiz. (1) Mazto, lbid., L, 294, 298 y 293. (2) Muñiz obtuvo su titulo de médico y cirujano el 3 de marzo de 182/. (*) El ejemplar del Registro que he consultado en la Biblioteca Nacional, no contiene carátula alguna, si bien por su colofón he sabido que fué impreso en la Imprenta de la Independencia. Es un ejemplar incompleto — falta el número 4 — que comprende, además del año 1822, el número correspondiente al primer trimestre de 1823, con el cual inicióse la reforma decretada el 6 de diciembre de 1822 (cfr. Prano Y Rosas, lbid., 1, 351). 202 PHYSIS (ML, 1917) rrafo de la recordada Voticia inédita. « En el año 26. — dice — regulé q' los pampas y chehuelchús del norte compondrían dos mil hombres de arma, los ranqueles tres mil », etc. Por tanto, Muñiz debió ver a los indí- genas por aquella fecha; lo cual es verosímil, pues en la Voticia expresa : «En el año 26. y mes de Marzo, deviendo el ingeniero CrAMER reconocer las costas del Sud en una goleta del Estado; el practico q? la mandava me pidió algunos anzuelos », etc. (f. 4, u.) (1). ¿Cómo explicar, pues, estas varias estadías de Muñiz en el lejano sur bonaerense, si se recuerdan sus comisiones en el « punto» de Kakel (1824), en el fuerte de la Independencia (1824) y en Chascomús (1825), registradas en Ja Súmula formada por Sarmiento (2)? Tengo para mí — con las reservas del caso — que Muñiz debió residir en Patagones los últi- mos meses de 1821, y también los años 1822 y 1823, quizá como substituto de Fuewres, dado el vano empeño de encontrarle remplazante; luego, habría realizado las varias comisiones aludidas; hasta que, por último, a fines de 1825 y por motivos que se ignoran por el momento, habría vuelto a El Carmen, donde residiría aun cuando el gobierno de Rivabavia le designó médico y cirujano principal del ejército, en cuyas funciones rea- lizó, como se sabe, la campaña del Brasil. Así también se explicaría la afirmación que hace al referirse a la región de Patagones — al « pays », como él lo llama — : « he residido en el algunos años » (Noticias, f. 1,T.). Es imposible, dados los antecedentes expuestos, determinar con certeza el momento preciso en que Muñrz realizó sus observaciones; pero, del texto de uno de los párrafos transcriptos, podría inferirse que debió recogerlas especialmente por 1826. Es indudable, en cambio, que fueron redactadas muchos años después de haber residido en Patagones : « En el año 26. regulé q* los pampas y chehuelchús del norte compondrían dos mil hombres de arma, los ran- queles tres mil, y los chilenos de cinco á seis mil, pero desde entonces— (1) Estas inferencias las formulo condicionalmente hasta tanto pueda comprobarse documen- talmente el reconocimiento de Cramer a que alude Muñiz, a propósito del cual no he hallado decreto mi resolución alguna en los repertorios conocidos. Recordaré que don Ambrosio Cramer practicó, a fines de 1821 y en los primeros meses del año siguiente, un amplio examen de Pata- gones y su región adyacente, que llegó a prolongarse hasta el golfo de San José. Y ¡rara coim= cidencia ! para este último punto salió del Río Negro, el 15 de febrero de 1822, en una goleta de 18 toneladas (cfr. Ambrosio Cramer, Reconocimiento del fuerte del Carmen del Rio Negro y de los puntos adyacentes, 7, en Peoro pe Anceris, Coleccion de obras y documentos relativos a la historia antigua y moderna de las provincias del Rio de la Plata, VI. Buenos Aires, 1837). ¿Padeció error Muñiz y quizo referirse a este reconocimiento? No lo creo, pues se trata de afirmaciones reitera- das en dos documentos distintos y el mismo margen de inexactitud sería exagerado en grado sumo. (2) Sarmiento, Ibid., 18. Férixx F. Oures : Observaciones elnográficas de Francisco Javier Muñiz 203 termina — deven de haver disminuido mucho. » El tiempo, pues, había transcurrido y el intervalo debió de ser largo, muy largo, como así lo evi- dencian los rigidos y gruesos caracteres del documento, que contrastan con los elegantes y corridos de los años juveniles. Pienso, por ello, que las Observaciones etnográficas —junto con la Noticia descriptiva de Pata- gones y ciertos apuntes sobre las islas del delta paranaense, aun inéditos, que se hallan en las mismas condiciones — debió escribirlas Muñiz en los últimos años de su vida, valiéndose de notas que habría conservado en su poder. Me he referido en otra parte de esta Introducción al valor intrínseco de las Observaciones de Muñiz; agregaré que, del punto de vista científico, sus datos, reunidos sin pretensión alguna y veraces los más de ellos, am- plían o corroboran las observaciones realizadas por otros investigadores. Eso basta y les da tono. Mi tarea crítica — diré, por último — tiende a ampliar y fijar el valor de las observaciones más interesantes; establecer las necesarias concor- dancias con otras reunidas en los últimos años del siglo xvi y en los pri- meros del xix; puntualizar tal cual error de apreciación ; y, especialmente, mediante ella, tratar de identificar la procedencia étnica del interesante conjunto de datos comprendidos bajo la acotación vaga y antojadiza de costumbres generales. IÍNDÍOS DE LOS DESIERTOS ,, Al Norte del colorado desde la costa del mar hasta la guardia de los ranchos habitan ó mas bien vaguéan los pampas mezclados con cheuel- chús: de este ultimo punto hasta enfrentar la Salina grande viven los chilenos (1); de dha Salina hasta la frontera de cordova habitan los ran- queles al sud del río negro, hay solos cheuelchus. Los pampas, chilenos, y ranqueles son oriundos de los chilenos de chile (1) Ya en el tiempo de la estada de Muñiz en El Carmen de Patagones y, con mucha más ra- zón, en la época en que ALcines D'OrBicxY visitó aquella misma región del sur bonaerense, se de- signaba con el nombre de « chilenos » a los importantes grupos de Araucanos que, acompaña- dos de soldados desertores y numerosos gauchos bandoleros, tenían como jefe a José Awroxio Piscueira, aquel guerrillero chileno que, por largos años, mantuvo en continuo sobresalto a las poblaciones meridionales de la república trasandina. Pixcueira fué, sin duda, un interesante tipo de gaucho levantisco y bravío. Por 1817, siendo propietario de una pequeña heredad, en las proximidades de la ciudad de Chillán, organizó, junto nacíones ,, Costumbras gene- rales ,, 201 PHYSIS (11, 1917) ó araúco como ellos dicen; hablan el mismo idioma son de estatura re- eular, bien formados, y tienen las mismas costumbres. los cheuelchús son de estatura mui elevada mui robustos, y mas blan- cos, esto se entiende principalmente p* los del Sud, p" q* los del norte es- tan tan mezclados con los pampas q” casi no se diferencian de ellos. Los caciques ó xefes se distinguen en dos clases; los caciques mayores qí son los dueños de las tierras, y los caciques simples q* no se pueden mudar de un parage a otro sin dar parte á los mayores; estos en las gue- rras tienen el mando casi absoluto, el q" en tiempo de paz no lo es. tambien hay capitanes, estos son indios de valor á quienes ha conferido ese grado el cacique mayor, pero no tienen mando alguno sino en tiempo de gue- rra, y sobre los indios q* les confíe el cacique. los indios pueden seguir al cacique q" mas les agrada, lo q” hace q* los caciques son pobres p" q" en quanto tienen algo lo distribuyen a sus indios p* tenerlos contentos, y adquerir fama de generosos. sin lo cual estan éxpuestos a quedarse solos. los toldos y el campo inmediato a ellos, es p* los indios un parage Sa- grado ; los mayores enemigos se tratan en ellos con la mayor urbanidad. nunca galopean en ese espacio, y se quexan de la grosería de los cristia- nos q* hacen lo contrario. quando va uno á visitarlos deve parar el galope media legua antes de llegar, al cuarto de legua deve seguir al tranco hasta con José María Zarara, capataz de arrieros de una hacienda de las orillas del Itata, una partida numerosa y bien armada para combatir, en nombre de Fervanno VII, a las fuerzas de la Revo- lución y saquear la propiedad de sus partidarios (cfr. Diego Barros Araxa, Historia general de Chile, XL, 182 y siguientes; 268 y siguientes. Santiago [de Chile], 1891). Esas fuerzas irregu—- lares tornáronse tan atrevidas, fueron tantas sus depredaciones, lograron reunir sus jefes tal nú- mero de reaccionarios y aun de indígenas auxiliares, que el gobierno chileno, en 1826, decidió disolverlas, atacándolas a fondo. La expedición punitiva, dirigida por el general José Mawuer Borcoño, fué llevada a buen término por entonces, y obligó a Piscueira a cruzar los Andes y refugiarse en los llanos argentinos (véase: Barros Arana, 1bid., XV, 111 y siguientes Santiago [de Chile Estas circunstancias explican, pues. la presencia y la acción del guerrillero chileno en los alre- , 1897). dedores de El Carmen (véase, a este respecto: Axcwes D'OrsicaY, Voyage dans l'Amérique méri- dionale, 11, 37 y siguiente, 71, 217 y siguiente y 288. Paris, 1839-1843; Bieoma, 2bid., 666). Transcurridos algunos años, Piscmeira pudo rehacerse y logró volver a Chile, reanudando allí sus ataques con tanta osadía — merodeó hasta por las proximidades de Santiago — que fué menes- ter una nueva campaña militar para reducirle, cuya dirección se confió esta vez al general ManurL Burwes. Las fuerzas chilenas llegaron a operar en territorio argentino, como lo habían hecho anteriormente las del general Borcoxo, y Piscureira, alcanzado en los campos que median entre los ríos Atuel y Salado, al sur de Mendoza, debió entregarse, a orillas del Malalhué, por marzo de 1832 (cfr. Barros Araxa, Jbid., XVI, 98 y siguientes. Santiago de Chile, 1902). El guerrillero epilogó su vida dulcemente : perdonado por el gobierno chileno, depuso, una vez por todas, la indómita bravura nativa y se retiró a una hacienda de la provincia de Ñuble, donde vivió algo más de cincuenta años, entregado a rudas y tranquilas labores campesinas. Fénix F. Ourrs : Observaciones elnográficas de Francisco Javier Muñiz 205 la distancia de una cuadra de los toldos y pararse : mientras tanto los indios tienden algunos cueros, fuera del toldo, y el cacique manda manda uno al visitante p* convidarle á q” llegue, lo q* verifica al tranco hasta los cueros donde se apea, y dice el motivo de su venida; despues de lo cual puede entrar con franqueza en los toldos. Se regala al cacique algun aguardiente ó vino con lo cual se emborracha con algunos de los suyos la primera noche, teniendo las mujeres el cuidado de recojer y esconder todas las armas : el visitante pasa á otro toldo donde duerme socegado, p' q* en el del cacique todo se vuelve, gritos, cantos, llantos, moquetes, y trompadas. los tres primeros días p* la mañana pregunta el cacique al visitante, q” es lo q* quiere comer, si carne de baca ó oveja, y subministra la q* este quie- re; pero los tres días pasados ha de comprar la comida. Quando pone uno un asado al fuego ningun indio lo toca, pero cuando el dueño lo saca y corta un pedazo todos los q' estan presentes acuden y limpian el azador, de modo q? es preciso q* el dueño saque de una sola vez todo lo q* piensa comer. Quando una mosa menstrua p" la primera vez; arman dos ranchitos á distancia de 12. Ó 15. pasos el uno del otro, en uno colocan la paciente mui embuelta en xergas y ponchos, en el otro se sienta un indio joven mul adornado a quien dan el título de rey; su Majestad tiene en una mano un areador ó chicote largo, y en la otra un par de bolas, entre los dos ran- chitos encienden una fogata al rededor de la cual baillan indios y chinas, quando alguno ó alguna lo éxecuta mal, el rey le da latigazos, y si dispa- ra lo bolea á riezgo de quebrarle las piernas, lo q” há sucedido algunas veces. El padre de la pacienta hace el gasto del convite q” consiste en car- ne de yegua, y de oveja; y aguardiente y hierva si los tiene. Si tiene po- sibles, dura esta funcion algunos días y la llaman funcion de la sangre (1). Quando algun indio pretende casarse, se dirige al padre de la nobia , (1) Las observaciones de Muñiz sobre los diversos actos que presenciara con motivo de la pri- mera menstruación de las jóvenes indígenas, aunque comprendidas bajo la acotación, en extremo vaga, de costumbres generales, se refieren, sin duda alguna, alos Patagones. Ello queda com- probado al compulsarlas con los menudos informes reunidos por Lurs pe La Cruz, en 1806, entre los Araucanos (Pehuenches) que habitaban los valles de la precordillera (cfr. Descripcion de la naturaleza de los terrenos que se comprenden en los Andes, poseídos por los Peguenches, y los demás espacios hasta el río de Chadileubu, 62, en Axceris, Ibid., Y. Buenos Aires, 1836 [1835] y con los recogidos por D'OricxY, años después, en el curso de sus visitas a los grupos de aquellos mismos indigenas que merodeaban por los alrededores de El Carmen (1bid., 11, 2/7 y siguiente). Estos informes, que coinciden en absoluto, puntualizan detalles suficientes como para caracterizar y diferenciar las ceremonias aludidas en cada una de las agrupaciones étnicas nombradas. En cuanto a los datos contenidos en el manuscrito de Muñiz, que ahora se publica, tienen im- portancia, no obstante su brevedad, pues al complementar y corroborar las informaciones reuni- das por Maraspria (apud Roserr Lemxwass-Nrrscme, Volicias etnológicas [sic!| sobre los antiguos PHYSIS. — T. 11 14 206 PHYSIS (MI, 1917) quien siempre le pide una cantidad proporcionada á la q* gastó en la fun- cion de la sangre; si se convienen, deve el hierno dormir en el toldo del suegro; si quiere llevar su mujer al suyo deve pagar al suegro otra canti- dad y le queda el derecho de vender su esposa a otro (1). los niños maman hasta los tres ó quatro años, esto es, hasta q* puedan mantenerse con carne (2) : durante este tiempo la madre no cohabita con el padre, lo q" es la causa de los pocos hijos q” tienen. los ricos y los caci- ques suelen tener dos ó tres mujeres (3) á mas del uso infame de los ma- ricones q* es general entre ellos (4). Patagones recogidas por la expedición MaLaseiva en 1789, en Boletín de la Academia nacional de ciencias en Córdoba, XX, 111. Buenos Aires, 1915) y D'Oricnx (1bid., 1, 177 y siguiente), per miten fijar, con plena certidumbre, el carácter y finalidad de las ceremonias aludidas. En efecto, los Patagones, como otros pueblos primitivos americanos y aun de otros continentes (véase, a este respecto: J. G. Frazer, The Golden Bough, parte II, Taboo and the perils of the soul, 145 y siguientes. London, 1911; Frazer, The Golden, etc., parte VIL, Balder the beautiful, I, 22 y siguientes, especialmente para Sud América, 56-68. London, 1914) consideraban tabu ala mujer desde el preciso momento en que hacía su aparición la sangre menstrual y se la recluía, como consecuencia, en una construcción especial, donde quedaba aislada, de tal manera, que no pudiese tocar el suelo con sus pies ni ver con sus ojos la luz del día; suspendida — como diría Frazer — belween heaven and earth, hasta tanto quedara purificada mediante otras ceremonias (cfr. D'OrñiGNY, lbid., 1, 178). Las ceremonias a que acabo de referirme, han sido interpretadas como una exteriorización, acaso una supervivencia ritual, de un sentimiento religioso determinado, en sus origenes, por las virtu— des ocultas, y aun mágicas, que los primitivos habrían atribuido a la sangre, especialmente aquella de la menstruación, y del cual habríase derivado la institución de la exogamia (cfr. Emu Durk= mem, La prohibition de l'inceste el ses origines, en L'année sociologique, 1 (1896-1897), 38-47, espe= cialmente /7 y siguientes. Paris, 1898). Pero, esa teoría, aunque ingeniosa, carece de base suficiente y su autor ha incurrido, además, en interpretaciones erróneas de los hechos, que la desvirtúan por completo (véase, a este respecto: J. G. Frazer, Tolemism and Exogamy, 1V, 100 y siguientes. London, 1910). En realidad de verdad, la reclusión de las jóvenes al iniciarse la pubertad, obedece, como lo ha demostrado, mediante un cúmulo de antecedentes, el recordado Frazer, al deseo de neutralizar the dangerous influences which are supposed lo emanale from them at such times, proveer a su segu— ridad personal, asegurar, también, la de aquellos que la rodean y dejarla, especialmente en tada caso, out of the way of doing mischief, since, being shut off both from the earth and from the sun, she can poison neither of these great sources of life by her deadly contagion (Frazer, The Golden, etc., parte VII, Balder, etc., I, 97). (1) Por sus lineamentos generales, esta forma de matrimonio por compra puede referirse a los Patagones (cfr. Awroxto De Vieoma, Diario de un viage a la costa de Patagonia, 74 y siguiente, en Axcexis, Ibid., VI. Buenos Aires, 1837; D'Ornicnx, Jbid., 11, 179 y siguiente). (2) Al parecer, sólo los Patagones mantenían por tan largo tiempo el período de lactancia de los niños : une ou deux années, anota D'OrsicnY (fbid., II, 181). (3) A fines del siglo xviu y comienzos del xix, la poligamia era sólo permitida legalmente entre los Araucanos y Puelches (De La Cuuz, 1bid., 6o y siguiente; D'Ornicnx, fbid., 11, 250 y siguiente, 270). Los informes respecto a los Patagones son contradictorios o registran, quizá, otras tantas fases de la transformación de la institución referida (véase : Vieoma, Zbid., 74; v'OnsiGNxY, 1bid., IL, 105 y 180). Sea como fuere, la poligamia entre los pueblos indígenas que habitaron los llanos centrales Fénix F. Oures : Observaciones elnográjicas de Francisco Javier Muñiz 207 Envuelven los difuntos en algun cuero, doblando el cuerpo y asegu- argentinos y el territorio de las actuales gobernaciones australes continentales era, en el periodo de tiempo aludido, una forma de matrimonio relativamente modificada. En efecto, aunque per mitida legalmente o tolerada por la costumbre, sólo se practicaba por una escasa minoría cons- tituida por los jefes y los individuos ricos, mientras el resto de la masa permanecía monógama, aunque posiblemente lo era por razones económicas (Vizoma, /bid., 74; De La Cruz, Jbid., 60; D'OrnicnY, 1bid., 1, 250 y siguiente, 270). Asimismo, ciertas prácticas observadas cuidadosamen te en los casos esporádicos referidos, evidencian, plenamente, cómo la forma de matrimonio que me ocupa comenzaba a modificarse y a evolucionar hacia la monogamia : lo demuestran, sobra- damente, la cohabitación sucesiva y alternada del hombre con cada una de sus mujeres, la posi- ción preferida, con respecto a las otras, de la más antigua, etc. (cfr. Dr La Cruz, /bid., 60; D'Orsic6nY, Jbid., 11, 251). (4 de la pág. 206) Ya en 1774, un buen conocedor de los habitantes primitivos de los llanos ar- gentinos, proporciona en su apreciada obra, ciertas informaciones de las cuales podria inferirse que los hechiceros indigenas debieron ser, las más de las veces, individuos homosexuales. The male wiz- ards — dice — are obliged (as it were) to leave their sex, and to dress themselves in female apparel, and are not permittea to marry, though the female ones or witches may; y, agrega, they are generally cho- sen for this office when they are children, and a preference is always shewn to those, who at that early time of life discover an effeminate disposition (Tuomas Farkxer, A description of Patagonia and the adjoining parts of South America, 117. Hereford, 1774). Tales prácticas, que el jesuita inglés ano- tara bajo la forma vaga de una generalización, fueron atribuidas con posterioridad — sin razón alguna, obvia decirlo — a los Patagones, basándose para ello en la simple glosa del texto trans- cripto (cfr. Tuomas J. Hurcmiwson, The Tehuelche indians of Patagonia, en Transactions of the Ethnological Society of London, new series, VIL, 323. London, 1869). En rigor de verdad, los informes comprendidos en los párrafos de Farkwer, la referencia de Musiz sobre la inversión sexual entre los indígenas, como la del mismo género registrada en otro párrafo del manuscrito que comento — «los maricones travajan como las mujeres » — han carac terizado y caracterizan únicamente a los Araucanos. Me bastará recordar, en apoyo de mi afirmación, los interesantes datos recogidos por el autor del Cautiverio feliz : «solo tienen por vil y vituperable el pecado nefando — dice, refiriéndose a aquellos indígenas — con esta diferencia, que el que usa el oficio de varon no es baldonado por él, como el que se sujeta al de la mujer, y a estos los llaman hueies (*)... Y luego, agrega : « Y estos tales no traen calzones, sino es una mantichuela por delante que llaman punus»,; y «acomódanse — termina — a ser machis o curanderos porque tienen pacto con el demonio » (Fraxcisco Núñez De Prvena y BascuÑan, Cautiverto feliz, en Coleccion de historiadores de Chile y documentos relativos a la historia nacional, 1, 107; véase, asimismo, 158 y siguiente. Santiago [de Chile], 1863). Estos últimos informes, reunidos en la segunda mitad del siglo xvrr, han sido corroborados por viajeros que trataron a los Araucanmos en la primera mitad del siglo siguiente (cfr. D'Orsicxy, Ibid., 11, 92), y aun por investigadores contemporáneos (véase, por ejemplo, Tomás Guevara, Psicolojía del pueblo Araucano, 240. Santiago de Chile, 1908). Ahora bien, los diversos antecedentes resumidos, que concuerdan y se complementan mutua— mente, plantean dos cuestiones; una, que se refiere a la homosexualidad y su carácter, la otra a los motivos determinantes del uso de vestidos femeninos por los hechiceros. Ambas son, a mi juicio, independientes en su origen, y pienso que, a lo sumo, el signo funcional de degeneración, la ma= nifestación parcial de un estado de neurosis o psicopatía que significa la inversión simple o el mismo hermafrodismo psicosexual, ha sido utilizado como un detalle favorable para realizar el cambio aludido, cuya razón de ser trataré de fijar más adelante, siquiera sea al pasar. Que la sodomía era practicada en sus formas activa y pasiva, está plenamente demostrado por (7) Hueiu, hueie, praepostera libido, sodomia (Berxaro Havesraor, Chilidúgu sive tractatus linguae chi- 208 PHYSIS (1, 1917) randolo con huascas caban una fosa de poca profundidad donde los entie- rran (1). todos estos indios son sumamente araganes, las mujeres les ensillan y desensillan los cavallos : lo mas q* hacen es, traher alguna yegua, matarla con un bolaso en la cabeza; ó ir á bolear avestruces. Si llueve no salen de los toldos y mas bien pasaran dos días sin comer. los solos informes de Núñez be Prisena Y Bascuñan y del mismo Muñiz. Faltaría fijar el carácter de esa inversión, y, al efecto, Farkxer proporciona ciertos detalles que arrojan bastante luz. En efecto, este observador llegó a constatar que se escogía para el cargo de hechiceros a los niños en los que hubiere manifestaciones de eviratio : se preferían, pues, aquellos sujetos cuya persona- lidad ofrecía un cambio de disposición que siempre está, como es sabido, en armonía con la mo- dificación de su instinto sexual. Recordaré que la más importante característica de la verdadera homosexualidad es su espontánea aparición en los primeros años de la vida; y que, consecutiva- mente, los sujetos demuestran sólo aptitudes para las ocupaciones femeninas. En los Araucanos, pues, la inversión era congénita — como lo es casi siempre — y ofrecía la forma simple (Núñez DE Piyena y Bascuñan) y, posiblemente, la de hermafrodismo psicosexual (Farkwer), en la cual, aunque predomina el instinto homosexual, existen trazas acentuadas de la heterosexualidad normal. No creo, vuelvo a repetirlo, que el uso de vestidos femeninos por los hechiceros, haya sido una consecuencia de su degeneración, mi mucho menos una exteriorización de la misma. Nuestros conocimientos de la vida religiosa de-los habitantes primitivos de la extremidad austral de Amé- rica son insuficientes; y, esa relativa ignorancia, impide se sepa, si, en tales casos, no hubo, como en muchos otros pueblos aborigenes de nuestro continente y aun del viejo mundo, un inter cambio religioso o supersticioso de vestido, hasta una simulación sexual, realizado bajo. la imspira= ción de una diosa o de un simple espíritu femenino. (1) Los Patagones y los Araucanos, en la segunda mitad del siglo xvi y en los primeros dece= nios del x1x, no acostumbraban enterrar a sus muertos envolviéndolos previamente en un cuero. Las copiosas informaciones contenidas en los escritos de Farkver, Viebma, MALaspIxa, DE La Cruz, D'Orpicxx y Frrz-Roy, son muy explícitas y concordantes, respecto a las prácticas mortuorias y los funerales entre aquellos indígenas. Farkwer sólo dice, al referirse a la segunda inhumación que acostumbraban realizar los Moluches (Araucanos) y las tribus puelches de Tuluhets y Dihui- hets que los huesos, desprovistos por completo de su envoltura muscular, eran envueltos en un cuero (Farkner, Jbid., 119). La verdad es que la costumbre a que alude Muñiz, sólo debió observarse por los Puelches : - «M. José S. Real, habitant de Mercedes — dice el doctor Francisco P. Moreno — m'a dit qu'il se souvient d'avotr vu, il y a quelques années, ces Indiens praliquer cette maniére d'inhumer, et que dans quelques cas, quand il s'agissail de vieillards, ils n"altendatent point leur mort pour les envelopper, de crainte que, vu leur áge, les articulalions ne vinssent a se durcir au moment de la mort el par consé- quent, úd rendre cette opéralion impossible : ils les enterratent vivants. Dans ce but — agrega — une vieille femme (elles sont chargées du soin d'enterrer les morts) s'asseyait sur la poitrine du mourant, saisissatt les jambes et les plagait de force le plus pres possible de la poitrine; ensuite elle s'asseyait une autre fois sur les jambes pour les biens resserrer et ne leur point laisser prendre leur position naturelle, et altachail les mains sur les tibias. Une fois l'opération finie — termina el doctor Mo- reno — on enveloppait le corps dans un cuir frais (plagant la face en dehors), qu'on cousail avec une corde mince, faite de la méme peau, el on Pewposail au soleil pour qu'il se rétrécit bien (Francos P. Moruxo, rizs, Description des cimélicres el paraderos préhistoriques de Patagonte, en Revue d'An- thropologie, MI, 79 y siguiente. Paris, 1874). lensis, 1, 673, in voce. Lipsiae, 1883); sodomia, praepostera libido, hueiú, hueye, illam commitlere, hueye- tun (Tbid., 1, 361). Férix F. Oures : Observaciones elnográficas de Francisco Javier Muñiz 209 Las mujeres son laboriosas, cocinan, trahen el agua y la leña; carnean las yeguas ó ovejas, preparan los cueros y cordeles de cerda p* los toldos, hilan la lana, texen las xergas ponchos y mantas. Si sobreviene alguna tormenta de noche, se levantan atezan los cordeles p* asegurar el toldo, mojandose todas, mientras los indios permanecen acostados. los marico- nes travajan como las mujeres. Créen todos en la éxistencia de un Ser Supremo creador del universo, pero q” no se entremete en los pormenores, p* cuya direcion ha creado unos espíritus q” llaman Gualichús quienes son dotados de las mismas virtudes y vicios q” nosotros. cada nacion tiene el suyo, y cada indio tiene uno; de modo q” si un indio comete una mala acsion, se disculpa con decir q” su gualichu se la aconsejó (1). en sus enfermedades consul- tan al gualichu de la nacion p" medio de' uno de ellos q' tiene el título de cirujano el cual deve de haver aprendido su oficio con los de su mis- mo ciase, y tener su aprovacion. p* esa consulta preparan el toldo del en- fermo; en una punta donde estan las camas ponen unos ponchos y xergas q' puedan servir de cortina, y los arremangan p' arriba, trasladan el fuego qí siempre hacen en medio, á la parte opuesta á las camas. las mujeres sentadas en el suelo ocupan ambos lados del toldo desde la cortina hasta el medio, y rezan en voz baxa, los hombres se colocan desde el medio hasta el fuego y los muchachos en la puerta; de modo q” queda un espa- cio vacio entre las camas y el medio. todo preparado, entra el cirujano desnudo de la cintura p* arriba cuya parte esta pintada de colorado, y tiene una sarta de plumas de avestruz debaxo de las narices todo en con— torno de la caveza cuyas puntas le caen sobre el pecho y espaldas ; trahe en la mano una calabacita llena de piedritas y se para en el medio del toldo; entran tras de el un moso de diez y ocho á veinte años, y dos jovenes de trece á catorce, los tres igualmente desnudos de la cintura p* arriba y esa parte pintada de colorado el moso se coloca á la derecha del cirujano ; y los dos jovenes á la izquierda, entonces hace sonar la calabacita el ciruja- no acompañando el canto de las mujeres y baila haciendo muchas con- torciones : de vez en quando le da como un desmayo y si se ladea á la de- recha lo sostiene el moso, pero si es p" la izquierda no teniendo la fuerza suficiente los jovenes p* sostenerlo cae al suelo y queda como desmayado, entonces viene el moso, y entre los tres lo levantan : queda en ese estado un minuto ó dos, despues de los quales vuelve á hacer sonar la calabacita y á bailar. Suele durar este baile media hora y lo concluye el cirujano (1) Observaciones vagas, poco veraces y que no coinciden, ni en lo principal, con las anota- ciones de otros observadores. Religion ,, 210 PHYSIS (111, 1917) retirandose donde estan las camas, los tres q* lo han asistido hacen caer los ponchos q” sirven de cortina y se retiran, las mujeres se callan, pero el cirujano escondido detras de la cortina sigue haciendo sonar la calabacita. entonces el dueño del toldo se sienta en el medio, y dirigiendose al gua- lichu, le pregunta la causa de la enfermedad ; este contesta (esto es el ci- rujano en el mismo tono de voz q* pruchinelo en los titeres) p” lo regular q" es causado p" un gualichú enemigo é indica el remedio q* suele ser mui estraño. en una funcion a la q* asisti, la enfermedad era el vomito de sangre, y el remedio q' dió el gualichu fue, el ojo izquierdo de una yegua blanca; en otra la enfermedad era la misma, y el remedio fue, po- ner una bandera colorada en la puerta del toldo: á mas le hace el dueño del toldo otras preguntas, vervi gra. si el cristiano q* ha venido á los toldos tiene buenas ó malas intenciones, si una expedicion q' proyectan tendrá buen éxito; y como los indios créen firmemente q' es el proprio gualichú el q” contesta y q” dice la verdad, suelen estas funciones tener unos resul- tados de mucha consecuencia. á veces durante la conversación con el gua- lichu, este dévilita la voz; esto indica la apróximacion de algun gualichú enemigo, entonces los muchachos q estan en la puerta se golpean la boca p* asustarlo. Quando el cirujano se cansa de mentir, tira la calabacita contra el suelo q* es señal q* el gualichú se va entonces los indios juntan las manos, las dirijan aciá la puerta p* acompañarlo, y se retiran (1). Quando llegava yo á unos toldos donde pensava pasar algunos días, despues de haver dado al cacique los regalos de costumbre; iva á visitar al cirujano, le regalava una livra de hierva, otra de azucar y otro tanto de parte de mi gualichú p* el suyo : mediante lo cual estava yo cierto de ser bien visto. IN Á demas de los gualichús nacionales y particulares hay otros encarga= dos de funciones particulares. un algarrobo grande q' esta á trece leguas de patagones en el camino de los indios, es el dueño de los caminos ; le atribuyen mucho poder, y dicen q* es mui brabo : no se llegan á el de no- che ni á una legua de distancia; y quando pasan de dia, si van con nego- cio á patagones, llegan mui despacio y con mucho respecto á una cuadra de distancia, se apean le suplican les trate con benignidad, se allegan á el, atan en las ramas un pedazo de poncho y otro de xerga, p* q' les propor- cionen buena venta de sus efectos; un mechon de sus cabellos p* q los livre de enfermedades; un poco de crin de sus cavallos p* q* los libre de rodadas : pueden tomar algun cigarro silos hay colgados, pero con la (1) Es imposible identificar los indígenas entre los cuales realizó Muñiz estas minuciosas obser— vaciones, que describen un ceremonial diferente del que practicaban los Araucanos y Patagones. Fírix F. Outes : Observaciones elnográficas de Francisco Javier Muñiz 211 condicion de devolverle dos p' uno á su regreso; quando vuelven hacen la mesma ceremonia, desmiajando pan sobre el tronco q' rocian de aguar- diente, hechan un poco de esta en un baso quebrado q” p* este fin esta en un hueco del tronco, atan en las ramas cigarros, tabaco, cuentas, y otras bujerias; de modo q? presenta ese arbol una vista mul estraña (1). Á 50, 6, 60. leguas al Sud, oeste de patagones hay un gran peñasco que es el dueño de los guanacos : p" la primavera lo visitan y obsequian del mismo modo q? el anterior, pidiendole licencia p* matar guanacos sin cuyo requisito no se atreverian á cazarlos (2). Créen tambien en la éxistencia de gualichus vagamundos y malos q* van de una parte á otra haciendo daño. el cirujano les avisa de la apróxi- macion de alguno de estos, entonces se arman todos, y salen á cavallo en la direcion q* les ha señalado este, gritando y tirando sablazos y lan- zadas p* espantarlos. Á veces les avisa el cirujano q* el gualichú nacional quiere hablarles é intimarles alguna orden, y q' le pongan un cavallo ensillado al anochecer (1) El árbol sagrado a que alude Muñiz es el mismo que visitara D'OrBIcNY por abril de 1829 (Ibid., 11, 157 y siguientes), y el mismo a que hace referencia Carros Darwix, quien tuvo oca- sión de examinarlo por agosto de 1833 (cfr. Journal and Remarks, en Narrative of the surveying voyages of his Majesty's ships Adventure and Beagle, between the years 1826 and 1836, TL, 79 y siguiente. London, 1839). Se trata, indudablemente, de un ejemplar de Prosopis juliflora DC., forma fructicosa, elemento vegetal que aun se señala esporádicamente en la misma región, y al cual todavía la superstición popular considera como morada de espíritus malignos (cfr. Lucien Hauuas-Mercx, Etude phytogéographique de la région du Rio Negro inférieur, en Anales del Museo nacional de Historia Natural de Buenos Atres, XXIV, 391, nota 1. Buenos Aires, 1913). Sólo al pasar, haré notar que el culto de los árboles parece ser una modalidad religiosa arau— cana, observada aun en los tiempos que corren : el « pino hilachento », existente en el camino que conduce de Llaima al desfiladero del Arco, y llamado así por los habitantes del lugar debido a «los jirones de pañuelos que se ven en sus ramas, restos de ofrendas de los viajeros », lo de- muestra sobradamente (cfr. Guevara, /bid., 302 y siguiente). (2) Aunque es imposible individualizar el « gran peñasco » a que se refiere Muñiz en sus apun- tes, sus observaciones son de valor, pues explican, en cierto modo, la razón de ser de los petro- elifos y pictografías descubiertos en nuestras gobernaciones australes, en cuya composición inter vienen elementos zoomórficos. Así, los señalados en la «travesía» de Chalcum (Francisco P. Mozexo, Viaje a la Patagonia setentrional, en Anales de la Sociedad cientifica argentina, 1, 188 y siguiente. Buenos Aires, 1876), como los que existen en las cercanías del arroyo Vaca Mala, en Junín de los Andes (Cartos Brucn, La piedra pintada del arroyo Vaca Mala y las esculturas de la cueva de Junin de los Andes, en Revista del Museo de La Plata, X, 173 y siguientes, lámina II. La Plata, 1902), y, muy especialmente, los hallados en el lugar llamado El Manzanito (C. Brucn, La piedra pintada de El Manzanito, en Revista del Museo de La Plata, XI, 71 y siguiente, figuras a-d. La Plata, 1904), bien pudieran haberse hallado vinculados, en su origen, a ceremonias pro- piciatorias semejantes a las que alude Muñiz. Recordaré, por último, aquella roca de Retricurá que se levanta, enhiesta. sobre el camino de Curacautin — en los Andes — entre Malalcahuello y Lonquimai, a la cual los Araucanmos con— temporáneos consideran sagrada y ofrecen múltiples ex votos (cfr. Roborro Lewz, Estudios aran- canos, en Anales de la Universidad, XCVIIL, 503 y siguientes. Santiago [de Chile], 1897). Costumbres parti- culares de los chehuelchús. 12 PHYSIS (1, 1917) en un punto señalado; va despues el cirujano a recivirlo, y de noche viene el gualichú les habla de lejos en el mismo tono de voz ya indicado; y sin el cirujano q” ellos creen se ha quedado en el parage donde montó á cavallo el gualichú (1). El Sol y la luna son gualichús beneficos, y obsequian al primero quan- do toman aguardiente, mojando en ella la punta de los dedos y sacudien- dolos aciá el. quando hay .eclipse de luna dan alaridos y se golpean la boca hasta q” la vuelvan á ver. Si muere un cirujano lo entierran del modo ya dho, pero en parage bien señalado, p' q” despues quando pasan cerca de el, guardan un profundo silencio, persuadidos q* si hiciesen algun ruido saldría el difunto de la sepultura, vendría sobre ellos como una flecha, y los mataria con una escupida (2). Ya dixe q" los Chehuelchús (3) del Norte se han mezclado con los pam- pas, y han adoptado sus costumbres : Los del Sud enemigos mortales de los chilenos, ranqueles y pampas hán conservado las suyas q* se diferencian en algo de los segundos (4). tienen un xefe al cual dan el título de emperador, lo he visto una vez en Patagones; me pareció q' no lo respectavan mucho, ni tenía lujo algu- no; sus caciques no se entrometan en sus querellas, su autoridad se re- duce á dirigir las marchas de la toldería, y solo en tiempo de guerra es quan tienen verdaderamente mando (5). Quando pelean entre ellos lo q" sucede á menudo, es siempre á pié : p* eso se vistan unos ponchos de algunos dobleces de cueros de toro, se ponen un sombrero de lo mesmo, sus armas ofensivas son las bolas con las quales pegando sobre esos cueros forman un repiqueteo q* se puede oir (1) D'Ornicnx describe detalladamente este procedimiento ritual, atribuyéndolo a los Puelches (1bid:, IL, 270 y siguiente). (2) El temor a los hechiceros, aun después de su muerte, parece que más bien existia entre los Patagones y Puelches (D'Ornicux, Jbid., Il, y2 y 271). (3) La grafía Chehuelchus, empleada por Muñiz para designar a los Patagones o Tehuelches, es una forma viciosa, como igualmente lo son las de Thehuelches o Chejuelches usadas por los Araucanos, o la misma de Tehuelchus, tan en boga a fines del siglo xvm (véase, sobre este par- ticular : Farxkner, /bid., 102). (4) Muñiz establece por vez primera — aunque sea sólo de modo general — la división de los Patagones en septentrionales y meridionales; división que, posteriormente, habian de ratificar otros muchos observadores (cfr. R. Lenuans-Nrrscue, El grupo lingiiístico Tshon de los territorios magallánicos [sic !|Jen Revista del Museo de La Plata, XXU, 218 y siguiente. Buenos Aires, 1913). (5) El «emperador » a que alude Muñiz, es el carasken de que habla D'Ornicny (Lbid., IL, 99). Por lo demás, sus observaciones sobre los jefes indígenas y sus atribuciones, concuerdan con las anotadas por Viebma y Frrz-Roy (cfr. Vieoma, 1bid., 71 y siguientes; Rorenr Frrz-Ror, Procee- dings of the second expedition, 1831-1836, en Narralive citada, 1,164. London, 1839). Fénix F. Oures : Observaciones elnográficas de Francisco Javier Muñiz 213 r a media legua : las mujeres toman parte en esos combates armandose con garrotes. Si pelean con otra nacion es siempre á cavallo, con chusas y bola per— dida (1). Si muere un indio. todo lo que posee perece: matan sus yeguas y Ca- vallos, queman sus ponchos, xergas, y aún hechan en la hoguera los re— cados y frenos; de modo q? la familia queda con lo encapillado. esa cos- tumbre es causa q* esa nacion es mui pobre, p*q*! q” anelo puede tener un hombre en adquirir bienes q* no puede dexar á sus hijos ¡ (2). Si alguno quiere tomar alguna prenda de las q? se deven quemar, se saca un poco de sangre de un braso con la punta del cuchillo la derrama sobre el fuego, y queda dueño de la prenda (3). El luto de las mujeres consiste en cortarse las dos trensas en las q* di- vidan sus cabellos (4). Esta nacion es mui poco numerosa, creo q' no alcanzaran á quatro mil hombres de armas, desde el rio negro hasta el estrecho de Magallanes : sus disenciones, sus enfermedades principalmente la viruela y el vomito de Sangre (este ultimo es contagioso entre ellos pero no lo es p* nosotros) disminuyen sensiblemente su poblacion (5); quando hay viruelas, los in- dios pudientes clavan cuchillos con la punta p* arriba al rededor de sus camas p* q” pinche quando viene á tocarlos, abandonan los q* se enfer— man dexandoles algunos viveres. P* el vomito de Sangre recurren al Gua- lichú. Los chehuelchus no crian ganado bacuno, ni ovejas : compran la lana p* fabricar xergas ordinarias y fajas de sus compatriotas del Norte. Solo crían yeguas y cavallos q? son mejores q' los del Norte : vaguean conti- (1) Las anotaciones hechas por Muñiz respecto a la forma de guerrear de los Patagones, son exactas. Sólo es incierto que esos indígenas usaran la lanza, característica, como se sabe, de los Araucanos (véase, sobre este asunto : Vieoma, /bid., 79 y siguiente; D'OrBicny, /bid., Tl, 116 y siguiente, 186 y 199). ; (2) Viemua, 1bid., 47, 77 y siguiente; Mazasprxa, Jbid., 111; D'OrBrcNY, 1bid., TL, 183 y s- guiente; Frrz-Roy, /bid., 156. (3) Ningún observador, antes de Muñiz, ha anotado esta interesante practica. (4) D'OrgicxY dice que sólo se cortaban les cheveux de devant (1bid., IL, 183). (5) Los datos numéricos sobre la población indígena suministrados por Muñiz, sólo pueden tener un valor relativo. Obvias son las razones. Recordaré que Vienma (1783) calculaba en 4000 el nú- mero de indígenas, de todas las edades y sexos, que merodeaban en las zonas habitables de Pata-= gonia (Ibid., 79); que D'OrsicnY (1829) eleva esa cifra a 8 ó 10.000 individuos (1bid., 11, 97); y que, por último, Frrz-Roy, refiriéndose a cada uno de los cuatro grupos en que considera divi- didos a los indígenas, dice : about four hundred adults, and a rather large proportion of children, are in each of these parties : y — agrega — the number of women being to that of the men as three to one (Ibid., 131). industría Costumbres par- ticúlares de los pampas, chile- nOs, y ranque- les ,, 214 PHYSIS (IL, 1917) nuamente buscando caza o ganado alzado q* son su sustento; me han di- cho q á veces pasan tres ó quatro dias sin hallar q* comer. Estos indios son generalmente de estatura mui alta, corpulentos, mul robustos, bien formados, de buenas facsiones, mas blancos q* los de- mas, y mui duros p* sufrir el frio ó el calor: nunca piden alojamiento á los con quienes tratan. quando vienen á Patagones inviertan la mayor parte de lo q* venden en aguardiente, se emborrachan dos ó tres dias con- tinuos sin comer, duermen en las calles ó entre piedras expuestos á la helada, nieve, y granizo; p" la mañana p" mas fría q* esté se bañan en el río. mascan una especie de cera q” llaman maquín (1) q' dicen ser esto- macal, y vuelven á tomar : pasados dos 0 tres días de ese modo, comen muchisimo, y dicen q' es p" los dias q” no hán comido y q* hacen barriga p” tres días mas. son éxcelentes nadadores. Suelen pintarse la cara con ocre de varios colores, y eso p* librarse del frio y de los vientos (2). Los hombres fabrican mui buenas botas de potro, y algunos lasos tren- sados de cuero de guanaco, los q* aunq* delgados son sumamente fuertes. las mujeres hacen plumeros de avestruz, cuecen los quiyapis (3) ó man- tas de cueros de guanacos chicos: también hacen de cueros de Zorros bordadas con cuero de Zorrillo. á veces esas mantas son compuestas de pedacitos de varios tamaños pero los ajustan tan perfectamente q* no for— man la menor arruga. No hé visto entre ellos mas oficios q* el de platero q* hacen copas p* frenos, estribos «* de hechura tosca, pero sin mas herramienta q* algunos martillos, y unos pedacitos de caña brava: y el de cirujano q' podría ti- tularse Sacerdote. Estas tres naciones dicen ser oriundos de los araucanos de clule; ha- (1) Se trata de la resina de Schinus (Duvaua) dependens Orteca, var. patagonica Pn. (n. v. incienso). Don Axroxio PiseDa, miembro de la expedición Maraspixa, anotó la misma voz en el cuerpo de uno de sus manuscritos lingúísticos (cfr. Féxrx F. Oures, Vocabularios inéditos del Pa= tagón antiguo, en Revista de la Universidad de Buenos Aires, XXI, 475. Buenos Aires, 1913). (2) Viebua creía, como también lo supone Muñiz, que el uso de las pinturas faciales entre los Patagones obedecía al propósito de atenuar las inclemencias del tiempo (Tbid., 81). No io creo así; esos ornamentos debieron ser adornos en el mismo cuerpo, como se hacen otros primitivos. A este respecto, D'OrsigwY ofrece en su obra menudos e interesantes pormenores (/bid., 1, 84), que corrobora en parte Frrz-Rox (1bid., 135). (3) Muñiz aplica, quizá por extensión, a los quillangos indígenas, la misma designación gua- raní con que eran conocidos, entre ciertos pueblos primitivos de las selvas chaquenses y del lito- ral de los grandes ríos, elementos de indumentaria parecidos (véase, inter alía, Férix De Azara, Geografía fisica y esférica de las provincias del Paraguay, y Misiones guaranies, en Anales del Museo nacional de Montevideo. Sección histórico-filosófica, 1, 359, nota 1. Montevideo, 1904). Recordaré que quiyápi quiere decir «cuero de nutria » (cfr. Awrowo Ruiz De Monroxa, Arte, bocabulario, tesoro y catecismo de la lengua Guarani, Il, in voce, 11, in voce. Leipzig, 1876). Férix F. Ourrs : Observaciones etnográficas de Francisco Javier Muñiz 215 blan el mesmo idioma. estos indios no son de la estatura y corpulencia de los chehuelchus, pero son algo mas adelantados en la civilisacion : sus caciques tienen mas autoridad, y apaciguan las querellas particulares : tienen algun ganado bacuno, mucha yeguada, y ovejas de buena calidad tan bien enseñadas q* nunca se mezcla una majada con otra, aunqu* duer- man inmediatas y sin chiquero. son regulares ginetes, mui diestros con las bolas perdidas, pero no saven absolutamente nadar. En los funerales de los padres de familia gastan mucho, pero no des- truyen todo como los anteriores, de consiguiente son mucho mas ricos. no suelen mudar de parage sino dos veces al año en el verano habitan las orillas de los arroyos y lagunas, en el invierno se mudan á puntos eleva— dos. nunca barren el toldo, y quando está con mucha suciedad, lo mu- dan á corta distancia. En el año 26. regulé q” los pampas y chehuelchús del norte compon- drían dos mil hombres de arma, los ranqueles tres mil, y los chilenos de cinco á seis mil, pero desde entonces deven de haver disminuido mucho (1). Quando algun indio recive un insulto pide al agresor cierta cantidad como conpensacion, si este le concede quedan amigos de no se venga tar- de ó temprano : si es algun delito mayor, como un muerte toda la fami— lia del finado toma parte, y pide p* la compostura una suma considerable la q* p" lo regular no puede satisfacer, y entonces la venganza pasa de pa- dre á hijos (2). esta costumbre es general entre todos los indios. Su vida es de poca duracion; no hé visto entre ellos ningun an- ciano (3). los hombres de estas tres naciones hacen botas de potro, pero mui in— feriores á las q* fabrican los chehuelchús ; hacen tambien torzales de los cueros del ganado bacuno q matan p* comer. las mujeres texen xergas ordinarias y bordadas, mantas, ponchos. las chilenas sobre todo fabrican ponchos, xergas labradas, y mantas perfectamente travajadas : y todas ellas hacen plumeros de avestruz. los plateros son de mas havilidad q” los de los chehuelchús. (1) D'OrnicxY, en 1829, avaluaba en 20.000 el número de Araucanos que vivían al oriente de los Andes (1bid., IL, 263). (2) De a Cruz, 1bid., 38; vD'Ornicay, 1bid., 11, 243 y siguiente. (3) Observaciones completamente contradictorias con las verificadas por D'Ornicnx (Ibid., 11, 230) y DE La Cruz (lbid., 31). industría ,, 216 PHYSIS (MIL, 1917) SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES COMUNICACIONES SESIÓN DEL 20 DE ENERO DE 1917 Presidida por F. PastorkE, vicepresidente Presentes : J. B. AmBrosertI, A. Biancór Liscuerri, E. Boman, J. Brermes, R. Dan- BENE, L. DeLétac, E. DeL Powre. M. DorLo-Jurano, J. J. Carbone, F. Crive- LI, A. GarzarDo, L. Hauman, A. Larrauri, €. Lizer, R. Lórez, FE. FE. Ourzes, A. Q. Secara, M. Senya, Po SERIE: FERNANDO LAHILLE y TERESA JOAN, Nota preliminar sobre un nuevo género de Trematodes (presentada por M. Doello-Jurado). El 1/ de Diciembre ppdo. el Dr. Borrixo, inspector en el Frigorífico de Las Palmas, halló en el bonete de unas vacas procedentes de CGuruzú- Cuatiá (Provincia de Corrientes) unos trematodes que remitió para su examen a la sección de Zoología aplicada del Ministerio de Agricultura. El estudio demostró que se trataba de un género nuevo y en una nota elevada a la Di- rección General de Ganadería el 20 del mismo mes, le dimos el nombre de Verdunia trico- E ronata Lam. Joan, en homenaje a los heroi- encuentran fijados en el fondo y pa= cos defensores de Verdun y para recordar a redes de las celdas de la redecilla Verdunia tricoronata Lam. Joay. — Los la vez la triple corona de tentáculos que ador- na la región anterior del cuerpo del animal. de la vaca. La presencia de una ventosa impar y mediana situada en la extremidad anterior del cuerpo, hace entrar este tremotode en el orden de los Digenea V. Bex. y siendo la boca anterior y no ventral, en el suborden de los Prostomata, que comprende las cuatro grandes series: Aspidocotyla, Monostomata, Amphistomata y Distomata. El acetábulo o ventosa posterior, ventral y casi terminal, la forma de la ventosa oral, el poro genital ventro-mediano y pre-ecuatorial, hacen COMUNICACIONES 217 incluir al trematode de Curuzú-Cuatiá dentro de los A mphistomata (= Superfamilia de los Paramphistomoidea SriLes y GOLDB.). Siendo el cuerpo indiviso y no discoidal y careciendo de papilas ven- trales grandes y numerosas así como de una bolsa ventral, el parásito quedará incluido dentro de la familia de los Paramphistomidae FiscHAEDER. La ventosa oral provista de dos divertículos dorsales y la presencia de una ventosa genital los hacen entrar, por fin, en la subfamilia de los Cla- dorchiinae. El nuevo género Verdunia difiere de todos los demás géneros de esta subfamilia : 1? por la presencia de tres coronas de tentáculos triangula- 5 Verdunia tricoronata Lam. Joaw. — Contorno del parásito; A, visto de perfil y en completa extensión natural. Notar la. ventosa posterior o acetábulo, ven- tral y sub-terminal; P, papila genital vista de perfil; B, el parásito repre- sentado con un mismo aumento pero en estado de contracción y visto por la cara ventral. Notar la papila genital rodeada de un disco contráctil. res, espinosos y a veces casi dispuestos sobre tres gradas que circun- dan la parte anterior del cuerpo; 2% por la forma elipsoidal de los tes- tículos. Este último carácter permitiría incluirlos en la subfamilia de los Diplo- doscinae, pero no lo hacemos porque, además de ser insuficientemente estudiados los tres géneros (Diplodiscus Dresiwe, Catadiscus Com, Opis- thodiscus Cox) que la constituyen, estos géneros, según lo indica Conx, se encuentran exclusivamente en el intestino terminal de anfibios y rep- tiles. Diplodiscus no posee tampoco una ventosa genital. Los Cladorchiunae, al contrario, viven en el tubo digestivo de los ma- miferos herbívoros, poseen una ventosa genital, y si bien los géneros conocidos tienen los testículos fuertemente lobulados y.como ramosos, este carácter no nos parece tan importante como para impedir la creación 218 PHYSIS (IL, 1917) dentro de esta subfamilia de una tribu caracterizada por una forma dis- tinta de las gonadas masculinas, tal como la encontramos Verdunia. VERDUNIA nov. gen. (1) Diagnosis. — Trematode, Digenea, Prostomata, Amphistomatidae, ventosa oval con dos divertículos retro-dorsales bien desarrollados ; testículos dos, elipsoidales, laterales. Una ventosa genital. "Tres coronas de 1/ tentáculos espinosos, de for ma triangular, dispuestas sobre tres gradas alrededor de la parte anterior del cuerpo. Verdunia tricoronata Lam. Joan Verdunia tricoronata Lam. Joa. — 1. Extremidad anterior del parásito visto por el lado dorsal; Vo, orificio de la ventosa oral o anterior; Cv, Diagnosis. — Cuerpo 0) a7 mm. ciegos dorsales de la ventosa; Cn, collar ner- e de largo, 1,2 mm. de ancho máxi- vioso; Em, espesura muscular que se produce o) en la extremidad inferior del esófago cuando mo. Color en el estado fresco " TOSA= este se encuentra contraído; Ce, ciegos estoma- “35 “17 : : do, un poco violáceo. Forma : cilín= cales. 2, Extremidad anterior de otro ejemplar visto de perfil y después de la supresión de drica, ensanchándose con regula- rte de los teg tos ; V, vent 1; y E A aaa edo ada la entos. 1 idad. desde. adelante haces 0, orificio del esófago dentro de la ventosa, situado sobre el lado ventral de la misma; O, Región posterior recurvada hacia esófago no contractado; Cp, cavidad perio-oral ber S fa del . (vestigios de la cavidad general). En este ejem- abajo. Superticie del Cuerpo sin pa- plar no se ha representado el collar nervioso. pilas, con estrías transversales muy finas. Espinas pequeñas sobre el si- fón oral, las gradas y los tentáculos. Estos miden de 5o a 58 y. de largo. Ventosa genital muy desarrollada, diámetro 462 y, situación levemente preecuatorial. Acetábulo sub-terminal y ventral. Diámetro 620 y. Sifón bucal : borde liso o levemente ondulado, diámetro 125 y. Altura 53 y. Diámetro de las gradas 1, 2 y 3; respectivamente 181, 221, 312 y y alturas respectivas 53, 60, 65 p.. Esófago ventral, empieza al nivel de (1) El 20 de diciembre del año pasado dimos a conocer en una nota dirigida a la Dirección ge- neral de Ganadería este trematode al cual impusimos entonces el nombre de Verdunia, y la pre- sente comunicación fué leida en la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales el 20 de enero. Pero recientemente ha llegado a Buenos Aires el boletin de la Real Sociedad Española de His- toria Natural (tomo XVII, marzo de 1917) el cual trae en la página 203 la descripción de un COMUNICACIONES 219 la segunda corona de tentáculos, y a la mitad del largo de la ventosa oral cuyo largo es de 465 p.. Presenta una dilatación muscular de su pared a su unión con los ciegos. Éstos llegan hasta el acetábulo. Largo del esó- fago 698 y. Gollar nervioso situado en la mitad del esófago. Vesicula ex- cretora longitudinal mediana, situada entre los dos testículos y abriéndose por su extremidad posterior por un tubo muy corto que se dirige hacia adelante. Aparato masculino. — Testículos dos, laterales, elipscidales, no lobu- lados. Diámetros : 525 a 618 y, por 31oa 340 y.. Situados debajo la extre- midad posterior de los ciegos estomacales y contorneados atrás por una ansa de los tubos colectores del aparato excretor. Papila genital bilobada. Aparato femenino. — Ovario y ootipo, pretesticulares, 12-15 vitelóge- nos de ambos lados del cuerpo. Canal de Lauzer anterior al poro excretor. Tipo. — Sección Zoología aplicada. N* catálogo : 2345. Colección de la S. A. C. N. Ejemplares enviados al Dr. M. Harz (Washington). Habitat. — Bos taurus L. (en el bonete, en gran número. Ocupan todo el fondo de los alvéolos). Procedencia : Curuzú-Guatiá (Corrientes) y, sin duda, Paraguay. Resumen de otras comunicaciones FÉLIX F. OUTES, Cuestiones de nomenclatura paleoetnológicas. El Sr. Oures formuló una serie de observaciones críticas a propósito de la nomen-= clatura de voces técnicas y de instrumentos típicos del paleolítico, compuesta por la Comisión de investigaciones paleontológicas y prehistóricas que funciona en Madrid, como una dependencia de la Junta para ampliación de estudios e investigaciones cien- tíficas. Llamó la atención sobre la forma inaceptable adoptada por la Comisión, para designar en castellano las grandes épocas culturales del paleolítico, empleando, indis- tintamente, la transcripción fonética, las transliteraciones, y hasta formando. los deri- vados sobre una transcripción equivocada del substantivo original. Luego analizó dete- nidamente un buen número de denominaciones generales; señalando los equívocos a que pueden prestarse algunas de ellas, la traducción errónea o arbitraria de otras, y el empleo impropio de muchos términos descriptivos. El Sr. Oures apoyó sus observacio- nes en numerosos datos lexicográficos españoles, franceses, alemanes e ingleses, y sugi- rió las soluciones más oportunas. nuevo género de Encirtinos llamado por el autor, Sr. RicarDo Garcia Mercer, Verdunia (Ver dunia gloriosa Mercer). Esta publicación, impresa, hace caer en sinonimia el nombre que había- mos elegido para el nuevo parásito del ganado vacuno. Por consiguiente proponemos que se le modifique dando al género la forma de Verodunia (de Verodunum, nombre que llevaba la antigua ciudad de Verdun en la época de Antonino). El trematode se llamará : Verodunia tricoronata Lam. Joan. 220 PHYSIS (1, 1917) F. F. OUTES, Valor del hallazgo de una pipa de piedra tallada en la provincia de Entre Ríos. Trató en seguida del hallazgo, hecho en Entre Ríos, de una hermosa pipa de piedra tallada y puntualizó la importancia que revestía el descubrimiento por tratarse de un objeto de tipo sudamericano oriental, lo cual marca un nuevo jalón para la futura determinación de las influencias que han actuado en el este de la Argentina, especial- mente en el Delta paranaense, Entre Ríos y Corrientes. F. F. OUTES, La materialización del Cherruve araucano. El Sr. Oures se ocupó después de una interesante placa grabada de piedra, obtenida en Chimpay, de un indio araucano. Esta pieza, además de representar una superviven- cia del uso de objetos similares a los que se encuentran en los yacimientos arqueo- lógicos de las gobernaciones australes, tiene, asimismo, otro valor. En efecto, los gra- bados que ofrecen sus superficies planas tienen un valor subjetivo, y representan a un elemento de la mitología araucana, el Cherruve, genio ígneo, origen de los come- tas, y más comúnmente de los grandes bólidos que dejan en el espacio una ancha huella luminosa. CARLOS BRUCH, Dos nuevos himenópteros mirmecófilos (leída por el secretario.) Este trabajo sobre los dos nuevos betílidos Sclerodermus iridomyrmicicola y Pseudo- brachium solenopsidicola constituye la primera parte del artículo titulado Nuevos insectos mirmecófilos, que el autor publica en el presente número. MANUEL SELVA, Descripciones inéditas de aves del Paraguay por el Padre Pedro Blas Noseda. (Véase el artículo correspondiente en el presente número.) SESIÓN DEL 17 DE FEBRERO Presidida por F. PastorE, vicepresidente Presentes : J. B. Aumroserri, H. Amsrosertr, €. Amecmixo, E. Boman, L. F. Bor- paré, J. J. CarñoneLL, L. DeréraNc, €. Lizer, E. Morrota, M. NirensteIm, F. F. Ourzes, P. Seni5. ARTURO G. FRERS, Dos palabras más acerca de las variaciones de « Lema Or- bignyi » Guér. (leída por el secretario). En Enero del corriente año he encontrado nuevamente este crisomélido en San Pedro (B. Aires) sobre plantas de Commelyna virginica. Examinando un buen número de ejemplares, he observado nuevas va- riaciones, en lo que se refiere a la coloración, que, si acaso no justifican en todos los casos la creación de nuevas variedades, son dignas de anotarse por marcar transiciones entre algunas de ellas. ComuNICACIONES 221 Seguiré, para su enumeración, el mismo orden en que dispuse las pri- meras variedades que describí (1), es decir, empezando por los ejemplares de color rojo para concluir con los azules. Después de la variedad D colocaré una nueva : Ae Fig. 1 (var J) Fig. 2 (var. K: faltan los puntos e iores. Véase el texto) Lema Orbignyi (Guér.) Var. J (fig. 1). Cada élitro con una mancha humeral y otra grande en la mitad posterior, de un azul intenso. He obtenido además individuos semejantes a los de la variedad D, en los que aparece, atenuada, la gran mancha de la extremidad de los élitros de la var. J, y otros semejantes a los de la misma var. J, en los que se Fig. 3 (var. L) Fig. 4 (var. M) Lema Orbignyi (Gukn.) empieza a notar la presencia de una mancha anterior al medio, la que se acentúa en la var. E. Después de esta última variedad, puedo señalar las siguientes : Var. K (fig. 2). Con una mancha negra en la cabeza y, además de las azules que presenta la E en los élitros, un punto anterior (omitido en la figura !) al submediano y casi en la sutura, de un azul intenso. Var. L (fig. 3). Desaparece la mancha negra de la cabeza, y los dos puntos de la sutura se confunden para formar una sola mancha. Var. M (fig. 4). Reaparece la mancha de la cabeza, y el protórax es (1) Variabilidad en la coloración de un crisomélido de la provincia de Buenos Aires, « Lema Or- bignyi » Guér. PHYSIS, t. IL, p. 433-435. PHYSIS. — T. III 17 322 PHYSIS (1, 1917) totalmente negro o presenta una mancha de este color. Los élitros como en la anterior. Entre la última variedad y la siguiente (var. F) se encuentra un ejem- plar en que se borra la mancha negra de la cabeza y que por lo demás es igual a ésta. Luego de la variedad F anotaré las siguientes : Var. N (fig. 5). Aparece nuevamente la mancha negra de la cabeza, el protórax es también negro y la mancha de la sutura de los élitros está unida por una faja, que corre por el centro y a lo largo de ésta, a la man- cha del ápice de ellos. Subsiste siempre el punto submediano. Var. O (fig. 6). Gon el punto submediano unido a la faja sutural de modo que afectan más o menos la forma de una cruz. Var Pallie= 7): Cabeza (excepto la boca) y protórax terracota. Los éli- NS Fig. 5 (var N) Fig. 6 (var. Fig. 7 (var. P) Lema Orbignyi (Guén.) tros presentan más o menos el dibujo de la anterior, aunque la coloración azul no llega al ápice de ellos. Intercalo entre ésta y la siguiente (var. G) un ejemplar en que el dibujo azul de los élitros llega al ápice de éstos; y entre esta última y la H un individuo semejante al de la variedad P, pero con una mancha negra en la cabeza. Las últimas que he señalado son las H y la , las que, lo mismo que las D, E, F y G, han sido descriptas ya en el número 12 de esta revista. He obtenido también un ejemplar con los mismos dibujos de la var. F, en el que las partes ferrugíneas están substituídas por un color siena cocida y en que las manchas azules se hallan reemplazadas por otras negras. Debo advertir también que no he podido hallar ni el tipo de la especie ni ninguna de las variedades que ha dado a conocer LacorbaAIrE en su obra Monogr. des Coléopt. subpentam. de la fam. des Phytophages, 1, p. 495. [95] COMUNICACIONES : 22 Queda incorporado a las colecciones de la Sociedad Argentina de Cien- cias Naturales un ejemplar de cada una de las variedades de que me ha sido posible obtener duplicados. M. DOELLO-JURADO. Moluscos hallados en un cementerio indígena de la isla de Martin García (leída por el presidente), Entre los objetos hallados por el Sr. Awrowxo Pozzt en el cemente— rio indigena de Martín García (Río de la Plata), de los que se ocupa el Prof. Féxix F. Oures en esta misma sesión (1), se encuentran algunos ejemplares de moluscos que éste me ha comunicado para su determi- nación y que ahora forman parte de las colecciones del Museo de Buenos Aires. Teniendo el propósito de reunir este material con otro que ya está estudiado, bajo el título _de Conchyliologia archaeologica, con todos los datos e ilustraciones pertinentes, me limito a dar en esta comuni- cación los nombres de las especies y algunas observaciones respecto de ellas. De bivalvos no hay más que un solo fragmento. Representa una por— ción de la charnela de Diplodon sp. La identificación específica es ¡mpo- sible con ese solo elemento. Los caracoles de agua dulce están representados por dos especies de Ampullaria. Un fragmento 'comprende el ápice (corroído) y los cinco anfractos siguientes, de un ejemplar delgado que posiblemente representa A. insularum b'OrB., especie que durante mucho tiempo fué considerada como sinónima de A. gigas Sp1x, pero que actualmente se reconoce como distinta. El otro es un ejemplar joven, casi completamente blanqueado, pero entero, y con signos claros de erosión por la arena, de Ampullaria me- gastoma Sow. (= A. neritoides v'Oxb.). Esta especie, tan característica del Río Uruguay, fué hallada por D OrbicxY en las islas Dos Hermanas, las más próximas a Martín Gar- cía por el lado norte. PirserY y Rush la han señalado en la isla San Ga- briel, frente a La Colonia (The Nautilus, vol. X, p. 79. 1896). Su pre— sencia en la costa oriental es bien conocida, y de ella me ocupé en otra comunicación (PHYSIS, IL, p. 39. 1915) al presentar un ejemplar con el animal. No consta que viva actualmente en Martín García, pero por los (1) Veáse Anales Soc. Cientifica Argentina, vol. LXXXII, p. 265. 1917. l PHYSIS (HI, 1917) (E) to datos señalados, es muy verosímil. Hasta ahora no se sabía positivamente que esta especie se hallara en la costa occidental del Río Uruguay; pero el Dr. E. L. HormBerG me ha comunicado que posee ejemplares de En- tre Ríos. En febrero del corriente año, el Prof. L. Haumax, en su viaje por Entre Ríos y Corrientes, se encargó amablemente de observar las lo- calidades donde podía hallar esta Ampullaria y a su regreso me hizo sa— ber que había visto algunos ejemplares fragmentarios en Concordia. Fi- nalmente, mi amigo el Sr. Gícero BaLrár coleccionó varios ejemplares en el Salto Chico, un poco más arriba de Concordia, y tuvo la amabili- dad de remitirlos al Museo de Buenos Aires. El Sr. E. ve Cartes me ha hecho saber recientemente que de los ejemplares traídos por él del Río Uruguay, unos eran de Paysandú y otros de Colón (E. Rios). Pero en el curso inferior del Río Uruguay donde comienza el Delta, A. megasto- ma no se ha encontrado sino en la margen oriental, donde es abundante. Siendo todas estas especies de agua dulce y de localidades vecinas, su presencia en el cementerio de Martín García no es de extrañar. Más in- teresante es que se encuentre también allí un caracol marino, Urosalpinx Rushi Pxsp., que actualmente vive en el Atlántico más allá de la desem- bocadura del Río de la Plata, siendo abundante sobre todo en la costa de la República Oriental del Uruguay, a lo largo de la cual se encuentra también con mucha frecuencia como subfósil, en los depósitos cuaterna- rios, hasta Concepción del Uruguay (E. Rios). La misma especie ha sido señalada por el Dr. L. M. Torres (Prímitivos habitantes del Delta del Pa- rand, p. 436, 1911) en los antiguos cementerios de las islas, con el nom- bre de Ocinebra Rushi Piusg. (sinónimo del anterior), según determina- ción hecha por el Dr. H. vox ImeriwG. En las colecciones del Museo de Buenos Aires se hallan dos ejemplares recogidos por el Sr. José H. Fi- GueEmaA en los túmulos de San Luis (departamento de Rocha, R. O. del Uruguay) (1). En el Museo provincial de Tucumán tuve oportunidad de examinar una serie de ejemplares de la misma especie, cuya exacta pro- cedencia no se conocía. Todos los ejemplares que he examinado poseen sólo el último anfracto, es decir que falta la espira. Esta fractura es sin duda intencional, pues en una gran cantidad de ejemplares de la costa atlántica de la República Oriental del Uruguay, en diversos estados de desgaste natural, no se ob- serva aquella forma de fractura. El Dr. F. FeLiproxe, de Montevideo, me envió toda una serie de los más desgastados y rodados para esta compara- (1) J. H. Ficurira, in lilleris. Q1 COMUNICACIONES 22 ción. En los depósitos cuaternarios de Punta Carretas (Montevideo) recogl también muchos ejemplares (agosto de 1914). La mencionada fractura ha tenido por objeto probablemente, obtener una forma adecuada para hacer sartas (collares, etc.), pues de este modo la extremidad inferior de uno calza muy bien en la cavidad determinada en la parte superior del otro. Experimentalmente, se obtiene con facilidad esta fractura apoyando el caracol sobre una piedra y golpeando con otra frente el ángulo superior de la abertura, ANA MANGANARO, Adiciones a la Flora platense (presentada por M. DorLLo-JuraDo). El verano 1916-17 ha sido fatal y bajo todo concepto contrario a las excursiones botánicas, pues la sequía permanente que desde el invierno asolaba los campos y las altas temperaturas que nos molestaban al prin- cipio de este año, se oponían a los paseos florísticos. Á pesar de estas condiciones tan desfavorables no he dejado por eso de llevar a cabo algu- nos paseos en los diferentes puntos de los alrededores de la ciudad de La Plata, y como siempre mis desvelos tuvieron feliz éxito para enriquecer mi herbario y agregar alguna nota a la distribución geográfica de las plantas en nuestro país, convenciéndome que queda aún mucho por hacer y que para quienes tienen paciencia y prolijidad la naturaleza les depara sorpre- sas agradables. El objeto de esta breve nota es dar cuenta de los resulta- dos más interesantes obtenidos y que juzgo dignos de ser comunicados a los cultivadores de la Ciencia de Flora. Lithospermum arvense L. Hierba anual hallada en Octubre próximo pasado en abundancia al borde de varios sembrados de cebada y de trigo en las lomas de Los Hor- nos; hace dos años había coleccionado en verano en la misma localidad algunos individuos de esta maciega pero en mal estado casi secos e inde— terminables : este año conseguí muchos pies en excelentes condiciones de floración que permitieron su determinación segura : la variación indivi- dual es muy grande en cuanto a estatura y ramificación y las flores son siempre relativamente muy pequeñas desprovistas de todo olor y con co- rolas blancas. 226 PHYSIS (UI, 1917) Cressa australis KR. Br. var. petiolata Meis. Esta elegante plantita está citada en la Chloris platensis del Dr. C. Hickew fuera de catálogo dudando de su existencia real en los alrededo- res de Buenos Aires. En los primeros días de Enero de este año tuve la suerte de encontrarla en abundancia en un campo bajo arado y abando- nado sin sembrar en los alrededores de la quema de basuras de La Plata. Los individuos estaban en plena floración y todo me indica, tanto por su distribución en el campo como por el número de ejemplares observados que desde largo tiempo debía ser endémica en esa localidad. Las plantitas descansaban todas sus ramitas radialmente sobre el suelo, ostentando sus pequeñas flores con corolas blancas y que carecen en absoluto de olor. Jonidium album SnuiL. var. nanum Shit. Especie ya citada por GriseBacH en sus Symbolae ad Floram Argenti- nam, página 21, bajo el número 70, como coleccionada por el Dr. P. G. Lorentz en la provincia de Entre Rios. En Diciembre del año próximo pasado descubrí una numerosa colonia de esta plantita en las pendientes secas de una loma que existe en la prolongación de la calle 7 cerca de la línea del ferrocarril francés; estaba en plena floración y también ofrecía cápsulas maduras : es dificultosamente visible pues sus pequeñas rosetas de hojas quedan casi totalmente escondidas por el pasto circunstante y se puede apercibir casi tan sólo cuando asoman sus flores a pesar de tener también pedúnculos muy cortos : dichas flores son casi tan grandes como las de las violetas cultivadas en nuestros jardines, pero tienen pétalos blan- cos y carecen de perfume. Los rizomas crían a una profundidad de 5 a to cm debajo de la superficie del suelo y ofrecen numerosos estolones o ra— mas subterráneas bastante largas, hasta 10 Ó 20 cm, y gruesas, hasta / Ó 5 mm, desnudas de superficie lisa blanco rojiza, en su interior casi car— nosas blancas : según los autores son apreciadas comercialmente por el alto porcentaje de hemetina que contienen. JEAN BRETHES, Description d'une nouvelle espece de moustique de Buenos Aires (presentada por F. Pasrorr). Dans une courte excursion que je réalisai le 27 janvier 1917 á $. l5i- dro, á environ 4o kms. au NO. de Buénos Aires, je fus saisi de la quan- COMUNICACIONES 227 tité immense de larves de Culicidae qui se trouvaient dans deux petites flaques d'eau éloignées environ un métre l'une de l'autre et qui pouvaient avoir pres d'un métre carré de surface chacune. Je recueillis une bonne qualité de ces larves que ¡'emportai chez mol pour étudier. Ces larves au premier abord avaient toutes un aspect uniforme, excepté quelques-unes quí paraissaient relativement plus grosses et plus grandes. Celles-ci me donnerent environ une demi-douzaine de Janthinosoma centrale BrETHES. Toutes les autres, environ 150, m'ont donné une copieuse moisson de moustiques du genre Culex. Au premier abord ils me parurent Culex Lynch Brerues ou Culex bonariensis Brermes. Mais en étudiant les organes masculins, á ma grande surprise, j'al obtenu la conviction qu'il sagit encore d'une espece distincte non décrite. Les organes masculins se rapprochent du type Aédes, par exemple Aédes niger GiLES (voir HowarD, Dyar € Kxañ, The Mosquitoes of North and Central America and the West Indies, vol. IM, pl. 3o, f. 204), mais sans pouvoir étre con- fondus avec aucun d'eux. J'appellerai la nouvelle espéce Culex tapinops (zarewós, humalis, du, visus). Culex tapinops Brirues, n. sp. Faciés de Culex Lyncht Brermes, bonariensis Britmes, pipiens L., etc. Trompe noire, non annelée. Palpes noirs. Clypéus marron, occiput cou- vert d'écailles blanches couchées et lancéolées, avec des écailles également blanches et cunéiformes dressées; des écallles cunéiformes noires se voient vers les cótés, et plus en bas, au bord postéro-inférieur des yeux, des écailles en pelle blanches et couchées en occupent l'espace; quelques polls noirs dressés au milieu du front. Antennes : leur construction est norma- le, le tore porte quelques petites écallles a son bord antérieur. Les angles prothoraciques sont normaux, non en relief, avec quelques écailles blan- ches en faux et des poils noirs relevés. Le mésonotum a sa superficie divi- sée en 3 régions d'écailles : la médiane avec écailles dorées, les latérales avec écailles noires; la région médiane contient de plus deux rales noires paralléles á lendroit des macrochétes. Les écailles dorées sont petites, un peu falciformes et lancéolées ; les écailles noires ont la méme forme, mais paraissent légérement moindres. Sur les cótés et vers l'écusson, il y a de grandes écailles blanches et des soies dorées; les 3 groupes de soies de l'é- cusson sont dorées. Les mésopleures ont 5 groupes plus ou moins distincts entre eux d'écailles argentées ovales. Les écailles de l'abdomen sont ova- les; celles de la partie supérieure noirátres, et les inférieures argentées. 228 PHYSIS (M1, 1917) L'argenté inférieur peut se voir en dessus vers la base des segments. Cha- cun de ceux-c1 termine en une file de soies blanches. Ailes : les fourches antérieure et postérieure se forment á peu pres au méme niveau et leurs pédicelles ont á peu pres les ?/, de la longueur de celles-lá. Les écailles des veines alaires, toutes noirátres, sont de deux types : les couchées sont ovales et les redressées sont allongées. La base de tous les fémurs est d'un blanc sale ainsi que presque tout leur bord inférieur; cependant vers l'extrémité, il y a des écailles argen- Fig. 1. — Culew tapinops : Téte Fig. 2. — Culez tapinops : Organes masculins de la larve, augmentée tées”, le dessus des fémurs et le reste des pattes est noir avec un reflet bleu-pourpré, ainsi que la trompe. | Les ongles des trois paires de pattes sont á peu pres égaux entre eux : ils ont chacun une dent inférieure. lonas 2 0 mans lo 3 0 oe A part les caracteres sexuels des antennes, palpes et organes masculins, la mále ne différe pas sensiblement de la femelle. La bande jaune doré du mésonotum est plutót blanchátre et peut avoir ou ne pas avoir les deux lignes longitudinales noires. Les antennes sont plumeuses dans la forme ordinaire et les palpes ont également les deux derniers articles et l'extré- mité de lantérieur phumeux. Les bords de l'abdomen ont des poils longs perpendiculaires. Les ongles des pattes antérieures sont presque sembla- bles en grandeur, mais tandis que l'un a une dent inférieure vers son mi- lieu, Pautre la posséde vers son extréme base; aux pattes meédianes, un ongle est á peu pres de la moitié de la longueur de l'autre, et les deux ont une dent inférieure; aux pattes postérieures, les deux ongles sont égaux en grandeur avec deux dents l'un, et une dent Pautre. COMUNICACIONES 229 Les organes masculins (fig. 2) sont particulicrement á considérér : la piéce latérale avec quelques soies vers leur partie basale interne et sans appendice foliaire ; le filament apical de la piece latérale étroit et terminé par un ongle aciculaire; les harpons et la vagine n'ont rien de particu- lier; les harpagons sont constitués d'une seule piéce dont la partie termi- nale élargie est munie de deux épines courbées vers l'intérieur, l'externe plus grande ; l'appendice basal est muni de / soles. Larve (a son /*stade). — Grise; sur le thorax on distingue deux lignes claires qui convergent vers l'arriére en forme de V. La téte (fig. 1) est arron- die, le plus large au niveau des yeux. Les antennes sont de moyenne gran- Fig. 3. — Culex tapinops : Larve deur, avec un groupe de poils vers la moitié et spinuleuses partout. Plaque du menton en triangle isoscéle (la hauteur est á la base comme 3 * 5) avec environ 18 dents de chaque cóté, les dents graduellement plus gran- des vers la base; les so1es latérales de l'abdomen sont : doubles au premier segment et simples aux segments suivants; le peigne du 8” segment a environ 24 épines en un espace triangulaire curviligne. Tube aériféere presque deux fois aussi long que large á la base, légórement rétréci vers Vextrémité, son peigne a 15 épines et est suivi d'une touffe de soles. Sur le cóté il y a 3 touffes de soies : la 1* au */,, la 2% au */, et la 3% un peu aprés la moitié. Segment anal plus large que long, complétement chitinisé. Les branchies anales sont étroites, allongées : sur les deux préparations que j'al réalisées, je n'en compte que trois seulement ! 230 PHYSIS (ILL, 1917) ERIC BOMAN, Petroglifo de Los Ángeles, Sierra del Ambato (Catamarca). Hace unos quince años, en una excursión por la Sierra del Ambato, cuya punta más alta, el Manchao, tiene 4o5o metros de altura sobre el nivel del mar, tuve ocasión de encontrar un petroglifo, interesante por su dibujo, por el lugar inhabitable donde se encuentra, y porque la pie- dra parada sobre la que ha sido grabado forma parte de una vieja pirca, cuyo objeto difícilmente se explica. En el pueblo y estación de ferrocarril Miraflores, línea de Chumbicha a Catamarca, desemboca una larga y estrecha quebrada, llamada de Los Ángeles, por haber pertenecido y pertenecer todavía a los descendientes de cierto ÁxceL Apan, a quienes llamaban los ÁwcrLES (1). Penetrando en esta quebrada, se llega después de medio día de marcha de mula al pueblo Los Ángeles, compuesto de cierto número de casas diseminadas, con sus cultivos, a lo largo del estrecho cañón que forma el principio de aquella. El pueblo de Los Ángeles se halla a una altura de 1650 metros más o menos, mientras que Miraflores, al pie de la sierra, está a 527 me- tros de altura. Subiendo el cerro desde Los Ángeles, en dirección noroeste se en- cuentra, después de seis a ocho horas de marcha, el petroglifo, a unos 3000 metros de altitud, en una región ya muy arriba del límite de la ve- getación arbórea y cuyo suelo no presenta sino matas de gramíneas sili- cosas y duras. El campo pertenece al pueblo de Los Ángeles y está situado en el fal- deo boreal de la Cumbre de Siján, también llamada Cumbre de Pomán, una de las más altas de la Sierra de Ambato. La piedra, de micaesquisto, parada en el suelo en una especie de silleta, liene r metro 4o centímetros de altura, sin contar la parte enterrada, un poco menos de ancho, y unos 60 centímetros de grueso. Está represen- tada en la figura t. El grabado está formado principalmente por líneas rectas, paralelas entre sí y cruzadas por otras líneas semejantes, perpendiculares a las pri- (1) Los paisanos dicen también «Los Ámgelos» y he oído decir que figura así en algunas escrituras viejas; pero el P. Awromo Larrouy, tan versado en los archivos de Catamarca, me refiere que él siempre ha visto el nombre escrito « Los Ángeles». Según ha tenido a bien co- municarme el P. Larrouy, estos lugares se llamaban en elsiglo xvm la «Falda de los Castros » o «Potrero de los Castros », porque pertenecían entonces a don Damián pe Castro y BArRIONUEVO, fundador de la familia de Casrro, que todavía figura en Catamarca. En 1775, a la muerte de don BaLrasar DE Castro, hijo de éste, adquirió la propiedad el mencionado ÁnceL Añnab. Sus descendientes ahora han transformado su apellido en Avaros. COMUNICACIONES 231 meras. En varias partes, estas líneas rectas se encorvan, formando gan— chos, eses y otras variaciones. La mayor parte de esta combinación de líneas ha sido borrada por la acción destructora de los agentes atmosféri- cos, pero es fácil ver que las líneas aun existentes han seguido el plan que acabamos de indicar. Así se ve que la figura que ahora parece una espe- cie de H, en la parte superior del petróglifo, originariamente ha estado reunida por líneas ahora borradas con la figura que se halla a su izquier- a S S SN SÓN NN SS N Ñ S AN MN Fig. 1. — Petroglifo de Los Angeles (Sierra del Ambato). Aproximadamente 1/,, del tamaño natural da, y también con la combinación de líneas que forman la parte inferior de la inscripción. Las líneas presentan una sección semicircular y tienen una profundi- dad de 1 centímetro más o menos. Demuestran haber sido grabadas se- gún el procedimiento general para los petroglifos de la región diaguita, profundizáandolas después de trazadas, por medio de una prolongada fricción a lo largo de la línea, con una piedra de arista más o menos bi- selada. Este procedimiento se halla descrito en mi obra general sobre la arqueología del noroeste argentino (1). (1) E. Boxax, Antiquilés de la région andine de la République Argentine et du désert Y' Atacama, tomo Í, páginas 348-349. París, 1908. PHYSIS (HI, 1917) 1 [95] [5] La piedra parada forma parte de una antigua muralla (pirca) de 15 metros de largo, ahora caída, pero fácil de trazar. Otras pircas no se en- cuentran en los alrededores ni en toda esta parte alta del Ambato, según me manifestaron los baqueanos que me acompañaban. Los paisanos dan al petroglifo el nombre de Piedra herrada, por la se- mejanza que presentan los grabados que aun quedan sin borrarse, con marcas de hacienda. Pero, como ya lo dijimos, esto se debe al capricho de los elementos atmosféricos destructores que han dejado justamente las partes de líneas que forman estas figuras, y, por lo demás, la técnica del grabado es genuinamente prehispánica, la misma que ha sido empleada justamente para los petroglifos que se consideran más antiguos. Hay por consiguiente que desechar toda hipótesis de que el petroglifo de Los Án- geles fuese posterior a la conquista. S. DeBExEDETTI (1) menciona varios petroglifos de Barreal y del Portezuelo de las Burras, en la provincia de San Juan, que según su opinión son de la época hispánica, imitaciones de los petroglifos prehispánicos, y, por la descripción que da de los mis- mos, considero muy posible que así sea, tanto más que F. Kinn (2) ha descubierto en Barreal, inscripciones compuestas casi solo de cruces cris- tianas, superpuestas a inscripciones de carácter netamente prehispánico. Yo mismo he visto en la Puerta de la Rinconada y en Cobres (Puna de Jujuy) imitaciones modernas de los grabados antiguos, pero es sumamente fácil distinguir aquéllas de éstos. En cuanto a la referencia de DeEBENE- DETTI (3) que sus guías en La Rioja «reconocian en muchas figuras gra— badas en las piedras las marcas de propiedad de tal o cual hacendado », no hay que dar ningún crédito a estas declaraciones de los peones, pues es bien conocida su fantasía sin límites para interpretar los petroglifos, donde suelen ver las cosas más extraordinarias, de las que uno absolu- tamente no puede darse cuenta, por más que trate de ver lo que ellos ven. Entre los numerosos grabados rupestres publicados de diferentes par- tes de la región andina argentina, no se encuentran dibujos análogos a los del petroglifo de Los Ángeles, sino en un petroglifo que hace unos años el autor de estas líneas ha estudiado en Incahuasi, al pie de la cuesta de Munayoc o Muñaño, por la que se pasa desde Salta a San Antonio de los (1) S. DenexenerT1, Investigaciones arqueológicas en los valles preandinos de la provincia de San Juan. (Facultad de Filosofía y Letras, publicaciones de la Sección Antropológica, número 15, páginas 36 y 121). Buenos Aires, 1917. (2) F. Kúnx, Estudios sobre petroglifos en la Región Diaguila. (Facultad de Filosofía y Letras, publicaciones de la Sección Antropológica, número 13, página 17). Buenos Aires, 1914. (3) S. Denexeverri, Investigaciones arqueológicas, etc., cit., página 121, nota 2*. (95) COMUNICACIONES 23 Cobres, en la Puna de Atacama (1). Los grabados de este petroglifo, co- mo los del petrolifo de Los Ángeles, constituyen una combinación de lí- neas rectas con variaciones curvilíneas que en forma de banda diagonal atraviesa la superficie de la piedra. A propósito del petroglifo de Los Ángeles mencionaré otros vestigios muy curiosos, que los indios prehispánicos han dejado en las cumbres de la Sierra del Ambato. En una ascención que hice a su cima más alta, el Manchao, saliendo del pueblito de El Rodeo, al cual de la ciudad de Ga- tamarca se llega por la Quebrada del Tala, tuve la oportunidad de obser- var, de trecho en trecho, a lo largo del camino más practicable, enormes bloques de cuarzo blanco, algunas veces de más de un metro de diáme- tro, colocados sobre los morros sobresalientes. Estos bloques, cuya blan- cura se destaca sobre el micaesquisto gris obscuro de la sierra, no pue- den haber tenido otro objeto que el de señalar el camino. Debe haber costado un trabajo considerable el transportar estos pesados bloques des- de sus yacimientos lejanos, hasta las alturas donde ahora se encuentran. Quizás ese camino, señalado de una manera tan especial, conducía a al- gún santuario situado en la cima de la montaña. Observaciones. — El Dr. Juax B. AumroserrrI observó que tal vez no fuera un petro- glifo de origen prehispánico, sino un antiguo mojón lindero entre dos propiedades. El Sr. Bomax no lo considera verosímil, por demostrar la técnica del grabado que éste ha sido trazado por indios y no por europeos, que hubieran para este objeto em- pleado instrumentos de hierro. Resumen de otras comunicaciones CARLOS LIZER, Sobre dos cecidias. Trató de dos agallas producidas por acarinos en las hojas de Solanum elaeagnifolium y Wedelia glauca, la primera de las cuales era ya conocida, mas, al parecer no así la segunda. El productor de la de Solanum es el Eriophyes bicornis y muy probablemente es esta misma especie la que causa las cecidias en la otra planta nombrada, punto que el autor dilucidará en breve. FÉLIX F. OUTES, El primer hallazgo arqueológico en la isla Martín García. Dió a conocer un interesante hallazzo arqueológico verificado en la isla de Martín 8 q García por el Sr. Ayroxo Pozz1, hallazgo que ofrece el doble interés de ser el primero que se realiza en aquella localidad y comprende además materiales muy interesantes. (1) Véase E. Bomax, Antiquités, etc., cit., tomo Í, páginas 279-380 y figura 86. PHYSIS (HI, 1917) El Sr. Outes enumeró las circunstancias de lugar y de modo que rodean el descubri- miento, describió minuciosamente los materiales obtenidos, y después de un detenido examen crítico de los antecedentes arqueológicos e histórico-documentales, llegó a la , conclusión de que se trata de un cementerio tupi-guaraní. Además, el descubrimiento de Martín García ha evidenciado la existencia, comprobada por primera vez, de una corriente de comercio primitivo dirigida de oriente a occidente, desde las costas uru- guayas del noreste hasta la misma provincia de Tucumán. Observaciones. — El Dr. Juan B. AmbroseTTI agregó algunas ideas al respecto y expresó los motivos por los que él mismo había atribuído antes esta clase de alfare- ría a los guaraníes. SESIÓN DEL 17 DE MARZO Presidida por F. PastorE, vicepresidente Presentes : A. Brancmr Liscuerti, €. Brucn, J. J. CarsoneLL, E. CaretrrE, €. A. M. CoLombo, F. CriveLtr, L. DeLétane, J. Dieckmann DE KxBurG, M. DoeLLo-Jurano, L. Haumay, C. Lizer, E. Perost, P. Serié, J. €. Varruone. EDUARDO L. HOLMBERG, Un caso de mimetismo en las Abejas (leída por el presi- dente). Terminada á fines de 1884 la impresion de la entrega 3* de Viajes al Tandil y á la Tinta (en Actas de la Academia Nacional de Ciencias Exac- tas de Córdoba, tomo V), esperaba que el Dr. BerG me entregase la parte de Goleópteros que había confiado á su competencia para hacer im- primir la 4*, y, mientras tal cosa se verificaba, me preocupé de estudiar las Megachile, género del cual tenía muchas especies; pero ninguna dis tribucion me podía satisfacer. Conocía entonces sólo dos tipos taxonómi- cos : el uno se fundaba en la amplitud del tarso I del macho, y el otro en el color del cepillo ventral de la hembra; pero la gran dificultad residía en la adscripcion del otro sexo. Los machos no tienen cepillo en ningu— no de los dos grupos, y, por otra parte, las hembras de esos mismos dos grupos tienen los tarsos l iguales. Nuevas tareas me obligaron á suspender la investigacion y los ensayos, y no me he vuelto á ocupar del género. Las ricas colecciones de Abejas reunidas en Mendoza por Jewsex Haarue y por P. JórcGewseEN, han pro- porcionado al Dr. Friese abundante material argentino para el grueso volumen ocupado por la monografía del género publicada en Thterreich ; luego las colecciones puestas en manos de Mr. Vacmar por Mr. Barr des- pues de su expedicion á Tucuman, las colecciones paraguayas de ÁmisrTS ComuNICACIONES hb (95) (11 entregadas al Museo de Berlin, etc., etc., han aumentado de tal manera el número de especies del género que, francamente, casi no es posible ocu- parse de él de un modo satisfactorio sin dedicarle una atencion exclusiva. Pero guardaba un dato biológico que siempre me había preocupado y que sólo creo haber resuelto en estos últimos dias. En Marzo de 1878 descubri la Coelioxys litoralis «en cantidad en la Isla de Antequera, en la confluencia del Rio del Toro y del Capitan, per- siguiendo nidos de Megachile, y asociada á Liopodus y otras especies ». (Sobre Apid. nómades de la Rep. Arg., en Anales de la Soc. Cient. Arg., t. XXVII, p. 126, 1888). Había allí una pequeña casa de negocio donde solíamos detenernos un rato en las excursiones de esos años, y el despa- cho se encontraba en el extremo próximo á la punta de la isla en la con- fluencia. Sus paredes eran de barro y el techo de paja. Apenas atracamos, me llamó la atencion un verdadero enjambre de Abejas (no sociales) que revoloteaba junto á la pared que daba á Poniente, iluminada por el sol de las 2 6 3 de la tarde. Me acerqué á observar. La pared blanqueada pare- cía una criba, en una superficie irregular como de 1 metro, tal era la cantidad de perforaciones que en ella habían practicado las Megachile, género que, junto con la citada Coelioxys, constituía el enjambre en su inmensa mayoría. Allí no había machos de Megachile, pero sí muchas parejas de Coelio- ayys. Que los machos de este género acompañaran á las hembras no me parecía cosa tan extraña, aunque, á decir verdad, me imaginaba que, des- de el momento que ellas iban á depositar sus huevos parásitos, era por- que estaban grávidas, y, en tal caso, los machos parecían inoportunos. Muchos de ellos, en su vuelo, presentaban la cara á la pared, lo mismo que las hembras de ambos géneros; pero noté que algunos machos se co-* locaban enfrentando á las Megachile á las que seguían en sus vaivenes de ascenso, de descenso, laterales y de avance y retroceso. A pesar del obs- táculo, las Megachile atropellaban con frecuencia y se metían en su gale- ría, y las Coelioxys machos no las perseguían más. Parecía como si - ejercieran una fascinacion sobre ellas, y como no podía quedarme allí ob- servando sino durante un rato, puse en juego la red, cacé varios ejempla- res, y en tal sentido me dí por satisfecho. Hace pocos dias, apenas publicado el trabajo Las especies argentinas de Coeltoxys, continuaba mi tarea, cuando llegó mi hijo Lurs del Tandil. Me traía una caja de Abejas por él cazadas y me puse á examinarlas con gusto al reconocer mis Megachile ctenophora y gomphrenae que no vela casi frescas desde hacía 35 años. Al examinar la cara de estas dos especies, me pareció que sus imágenes se superponíian á otras de impresion recien- 236 PHYSIS (HI, 1917) te, y tomando algunos machos de Coelioxys, me di cuenta de que tal su- perposicion no era insólita desde el momento que las caras de los machos de los dos géneros eran muy semejantes. Hay personas que con muchísima facilidad encuentran mil figuras en las nubes, particularmente cuando la luna llena ó casi, se encuentra á 20630 grados del meridiano y aquellas pasan lentamente como cúmulos no muy grandes. El claro oscuro y los diversos matices les dan relieves de una suavidad extraordinaria, y áwveces queda uno encantado de las delicade- zas que revelan. Pero otras personas no ven sino nubes, ó declaran que en ellas se ve lo que se quiere, como la ballena ó el camello de Hamrer. Examinando algunos dias antes la cara de una Coelioxys macho, me pareció de pronto ver en ella una caricatura de Darw1x, y, en el momento á que aludo, comparé las caras de las dos Me- gachile del Tandil con varias de Coelioxys (machos tambien). Reducida á esto, mi obser- vación — y más aún consignada aquí, — po- dría pasar por una trivialidad — pero es que lal comparacion vino á explicar las observa- Cara de una Coeliox.ys macho ciones realizadas en 1378, esto es, 3g años antes, y que, dormidas en el tiempo, desperta- ron para ser explicadas. Al enfrentarse la Coelioxys macho con la Megachale hembra, no hace movimiento alguno que parezca hostil. No encontraba en Coelioxys ningun carácter mimético que, por su forma ó su color, justifi- cara su parasitismo sobre Megachile, sino el abdomen levantado durante el vuelo. Las hembras de Megachile, como las de Coelioxys, tienen la ca- ra cubierta generalmente de pelos muy cortos y asentados, de manera que los relieves tegumentarios son perceptibles, mientras que en los ma- chos de ambos géneros los pelos son largos, abundantes, claros, y en gran parte asentados, como la cabellera lacia mojada que se asienta con el pei- ne, á lo que se agregan los amaurosfenos movibles de los ojos. Presentándose de frente por completo el macho de Coelioxys á la hem- bra de Megachile, ésta no le ve más que la cara, y la gran semejanza con la de su consorte ausente le produce esa fascinacion que puede comparar- se con la que genera en otros seres de más alta categoría el deseado re- greso de su amado. Nosotros no podremos conocer jamás la psiquis de una Megachile hem- bra, ni cual es el coeficiente de su aptitud estética, pero es un hecho que mientras la Coelioxys macho la fascina al presentarle el rostro del consor- te, la Coelioxys hembra se introduce en el nido de la Megachile fascinada y le deposita un huevo triunfante en la cuna de su prole. COMUNICACIONES 237 Sería interesante para un naturalista observador y de espíritu dramáti- co el hecho de que en uno de esos instantes de deliquio aéreo, se presen- tara de pronto en escena el Megaquilo, el cual tiene mandíbulas mucho más robustas. Pero son tan confiados ! Existe por otra parte tanta dispa- ridad en las estructuras respectivas, que nadie nunca, jamás, ha visto un hibrido de Coelioxys y de Megachale. El autor no es afecto, como MartErLINCk, al ocuparse de abejas, á pri- var á su lector del placer de reflexionar, de modo que, dejándole el dere- cho de formular una moraleja, sólo espera que no se le ocurra adoptar la energía ética de MarceL Prevosr. PEDRO SERIÉ, Observación biológica sobre la culebra aglifa « Liophis poecilo- gyrus >» (Wied) Jan. Esta pequeña culebra aglifa llamada «Nuasó » y « Ñandurié » en Mi- siones y en el Paraguay, y cuya coloración predominante es de un verde metálico con fajas transversales negras, es muy común en la provincia de Buenos Aires y cerca de esta capital, en donde se halla con frecuencia en los bañados y arroyos, siendo de hábitos semiacuáticos. Es muy ágil y nada con soltura. Su alimento consiste especialmente en batracios y tam- bién en pequeños saurios y peces. Es tímida e inofensiva; no intenta morder ni cuando es atacada, tratando siempre de escapar u ocultarse en caso de peligro. Varios ejemplares conservados vivos durante cerca de un año en el Museo Nacional, permitieron anotar algunos datos sobre su modo de ali- mentación. Prefieren generalmente los batracios (sapos y ranas indistin- tamente). que ingieren en regular cantidad, sobre todo durante el verano. La presencia de la culebra no produce en estos animales ningún movi- miento o signo visible de temor, pues éstos no tratan de evitar su con- tacto, ni parecen experimentar nada de la supuesta fascinación o paraliza- ción que, según creencia popular, les obligaría a echarse solos de cabeza en la boca de la serpiente inmóvil. Al contrario, cuando no pueden escaparse u ocultarse, los batracios saltan indiferentemente hacia cualquier lado, hasta encima de la misma culebra; pero si ésta no siente hambre no los persigue, permaneciendo quieta y hasta molesta y asustada por los saltos y movimientos bruscos de su presa que, a veces, le obligan a esconderse. Mientras que cuando tiene hambre, apenas los divisa se lanza rápidamente sobre el más próximo al que muerde en cualquier parte del cuerpo para no soltarlo más, tragándolo entero, a pesar de su tamaño a veces notable- PHYSIS. — T. IMI 16 238 PHYSIS (ILL, 1917) mente superior al de su propio cuerpo. El batracio, al sentirse herido y sujetado por los dientes punzantes y corvos, resiste y se debate, pero in- útilmente, pues aunque retenido por una sola pata (que es lo común) y tratándose de un ejemplar grande, a lo más conseguirá arrastrar y revol- ver a la serpiente, pero sin poder desprenderse de sus dientes. Los batra- cios pequeños son engullidos rápidamente, sin dificultad, y tal como se presentan a la boca de la serpiente, mientras que los mayores tardan al- gún tiempo, pudiendo ocurrir que la serpiente después de haber introdu- cido una pata vea obstaculizada su deglución por el cuerpo atravesado, y tenga entonces que soltar el trozo ya tragado para buscar la cabeza, que es engullida lenta y penosamente, deslizándose fácilmente después el cuerpo y las patas replegadas atrás. Es por este motivo que en el estómago de los ofidios aparecen las pre- sas algo grandes siempre tragadas por la cabeza. Los ejemplares vivos observados mudaron varias veces de piel; no co- mieron durante el invierno y rehusaron leche (que según se afirma sería su alimento predilecto), así como no hicieron caso de una laucha viva que permaneció varios días en la misma jaula. Del examen efectuado en los estómagos de un gran número de ejem- plares de esta culebra, resulta que en libertad se alimenta generalmente de batracios y con menos frecuencia de saurios y peces. Las siguientes observaciones se refieren a los casos en que ha sido po- sible identificar las presas ingeridas : Dos ejemplares sin procedencia, contenían restos de sapo : un Uno de Misiones, restos de rana (Leptodactylus). Uno de Buenos Aires, restos de rana (Pseudis). Uno de Patagonia, restos de rana (Leptodactylus). Uno del Uruguay, restos de rana (Hyla raddiana). Uno de Córdoba, restos de pez (Pygidium). Uno sin procedencia, restos de lagartija (/quanidae). Uno sin procedencia (presentado) saurio ápodo (Amphisbaena). Además, el Sr. Arturo G. Frers ha encontrado en el estómago de un espécimen de la provincia de Buenos Aires, un pequeño pez ya macerado; y el Dr. Juax J. Nácera me ha comunicado que observó esta culebra per- siguiendo pececillos en los arroyos de las sierras Bayas (Buenos Aires), lo que confirmaría sus hábitos acuáticos, debido a los cuales, a veces, re- sulta ella misma víctima de ciertos peces aun más voraces, como se ha comprobado por un ejemplar existente en el Museo nacional, el que fué encontrado por el Sr. B. GariLLo en el tubo digestivo de una anguila. COMUNICACIONES 239 JEAN BRETHES, Sur une cécidie de « Physalis viscosa » : description de la céci- die et de la Cécidomyie (presentada por €. Lizen). En Janvier 1916, M. Ing. Lucien Hauman, chargé de la section Bota- nique au Muséum National de Buenos Aires appelait mon attention sur une cécidie assez commune aux environs de Buenos Aires, et qui se trouve sur les tiges de Physalis viscosa L. Cette cécidie consiste en un grossisse- 1, galle sur Physalis viscosa, de grandeur naturelle; 2, trois articles antennaires de Physalidicola argentata, augmentés environ 4oo fois; 3, aile de P. argentata, augmentée environ 3o fois ment de la tige plus ou moins remarquable atteignant parfois jusquíá 5 cm. de longueur sur un peu plus de 1 cm. de diamétre. D'autres fois la boursoufflure a moins de un centimétre de long. Entre ces limites plus ou moins extrémes, les galles se multiplient sur la plante soitá la tige principale, soit sur les tiges secondaires; parfois elles se trou- vent presque au ras du sol, d'autres fois sur les bourgeons terminaux. Les larves de la cécidomyie creusent de petites galeries dans le coeur de la galle et en prévision de l'évasion, quand approche l'époque, la galerie est dirigée vers l'épiderme de la galle en sorte que, le moment venu, le travail de sortie sera réduit a la minime expression. aho PHYSIS (1, 1917) Jusqu'á cette année-ci, je n'avais pu recueillir des imagos; mais á par- tir des derniers jours de janvier 1917, j'ai eu la bonne chance d'obtenir des adultes de ces diptéres. Cette cécidomyie sera le type d'un nouveau genre voisin de Spaniocera, Haplusta, etc., que J'appellerai : PHYSALIDICOLA Brirnes, n. gen. Yeux connés au sommet, articles antennaires au nombre de 15 (J), de 19 (Q), semblables dans les deux sexes, progressivement plus petits vers Pextrémité, avec deux verticilles de poils et deux annelets reliés, sans col; palpes de 3 articles. Ailes peu densement poilues, écailleuses au bord costal jusqu'un peu au dela du radius, celui-ci également avec écailles; cubitale atteignant le bord de Paile au dela de la pointe, posticale simple. Tout le corps avec écallles. Crochets des tarses armés á leur base d'une forte dent arquée. Empo- dium pratiquement nul. Oviducte protractile á lamelles, l'avant-dernier anneau porte d'un cóté (supérieur >) et a sa moitié basale plusieurs ran- gées d'agrafes obtuses libres á leur bout antérieur. Type: Physalidicola argentata BrerHes. Physalidicola argentata Briérues, n. sp. Longueur : 2 mm. D'un rouge plus ou moins vif. Couvert d'écailles. Celles du dos et des pattes sont noires; celles de dessous sont argentées. Sont également argentées : celles du museau en avant des antennes, le bord postérieur des yeux, une grosse tache aux pleures, une ligne médiane longitudinale au mésonotum qui s'élargit vers l'écusson, et une ligne de chaque cóté du méme mésonotum, abdomen qui porte une tache mé- diane au bord postérieur du premier segment et deux taches au bord pos- térieur des cinq segments sulvants. Les fémurs sont blancs á leur base, leur t/, apical noir ainsi que le reste des pattes : une petite tache blanche aux genoux. Comme je Vai dit précedemment, la nymphose s'eflectue dans la galle méme; la dépouille nymphale reste généralement prisonniére par son extrémité á la galle, comme le représente la fig. 1; mais parfois aussi le contact entre la nymphe et la galle est si minime que celle-la tombe sur le sol oú s'effectue la sortie au jour de la cécidomyie. COMUNICACIONES 2/1 Cette note était déja terminée quand ¡'al appris que M. PrerRE JORGEN- seN avait publié la galle dans PHYSIS, tome III, p. 13, fig. 33 (1917). CARLOS LIZER, Description d'une nouvelle espéece d'Eriophyde (Acar.) (« Erio- phyes brethesi » n. sp.). Semblable a 'Eriophyes bicornis Trorr. par la présence de deux peti— tes cornes sur la partie antéricure de l'écusson, dirigées en avant comme pa Fig. 1. — Poils des galles de Wedelia glauca dans lespéce de Trorrer, mais paraital, plus écar- tées á leur base elles arrivent jusqu'a l'extrémité du rostre ou le surpassent un peu. Ecusson relative ment grand, plus large que long, parcouru par des lignes tres fines sur toute sa longueur, ou coupées a certains endroits; les cornes ont 14-15 y. long. ; soles dorsales longues insérées sur le bord postérieur et dirigées en arriére. Rostre ne présentant aucune particu- larité remarquable, 16 y. long. et 14 y. larg. terme moyen. Pattes bien déve- loppées á articulations visibles, 4** et 5'" art. presque de la méme longueur, plus minces que les restantes, ongle tarsal aussi long que le 5'* art., soles des articulations assez développées, soles thoraciques de la II p. aussi lon- gues que les pattes. Abdomen de 42 anneaux environ, annelés et ponctués, ceux de la face ventrale beaucoup plus serrés et finement ponctués. Les soles latérales surpassent l'insertion de cel- les de la I p., soies génitales assez Fig. 2.- Poil nor- mal des feuil- les de Wedelia glauco. longues, soies ventrales de la I p. longues, elles dépassent l'insertion de celles de la II p.: ces derniéres sont excessivement petites ; soles ventra- les de la III! p. surpassant l'insertion des soles caudales, celles-ci assez développées atteignent ou surpassent l'extrémité de l'acarien; soies cau- do-latérales trés petites. La couleur de l'acarien est blanc-jaunátre. Long. : 180 y, environ. Cette description a été faite sur plusieurs exemplaires conservés dans du formol. Etant donnée la grande difficulté qu'on a á observer ces aca- bo bo e PHYSIS (1H, 1917) riens, quelques détails spécifiques m'ont échappé, mais je pense complé- ter la description par l'étude de spécimens frais des que les premieres gal- les se présenteront le printemps prochain. Je m'empresse de dédier l'espece á M. Jeay Brirmes en rétribution du diptére qu'il m'a lui-méme dédié. Description de la cécidie. — Cette galle fut déja signalée (1) en 1882 par le Dr. Specazzixr dans la section Pseudomycetes v. Caecidia de son Pugillus IV avec le nom de Erineum lorentziv; voici la diagnose donnée par cet auteur : Viride v. pallescens, amphigenum v. saeptus epiphy llum, velutinum, saepe totam folium contortobullosum occupans. Hypertrophie des tissus folialres avec déformation non seulement des feuilles, mais aussi des pédoncules, sépales, etc., pareilles a celles que Pon trouve sur Solanum elaeagnifolium, produites par l'Eriophyes bicor- nis. Sur les feuilles, des boursouflures, tantót solitaires tantót assemblées, — souvent les feuilles en sont totalement couvertes — auxquelles corres- pond une concavité sur la page opposée. Ces boursouflures et concavités sont glabres au commencement de l'attaque, mais plus tard elles devien- nent fortement poilues, d'aspect velouté en les regardant á lP'oeil nu et de couleur brunátre ou blanc sale. Les poils (fig. 1) que l'on trouve sur les parties hypertrophiées sont en nombre incommensurable, simples et longs et ressemblent á ceux quí ont les feuilles normales (fig. 2); cependant les premiers se différencient des seconds á cause d'une structure quelque peu variable, comme d'ailleurs le fait voir le dessin ci-joint. La cécidie est tres abondante sur Wedelía glauca, aux environs de Bue- nos Aires, pendant tout le printemps et l'été. Des milliers d'acariens se trouvent entre les poils des galles. L” Ertophyes brethest ne vit pas sur Solanum elaeagnifolium: j'ai ob- servé cette solanacée vivant á cóté des Wedelía glauca tres attaquées par Pacarien en question, mais sur laquelle on ne voyait pas la moindre trace de galle. CARLOS LIZER, Une nouvelle variété de «Chrysomphalus obscurus » Comst., (Coc- cidae) (« Chrysomphalus obscurus var. lahillei » nov.). A typo differt : disculis ciriparis deficientibus et octo paribus paraphy- sium muntla. (1) Fungi Arg , An. Soc. Cient. Argent., t. XIII, p. 62. 1882. (3% ComuNICACIONES 21 Typus : in collect. mea, n* 137. Hab. Bonaria; super Vitis vinifera, Juglans regia, Populas sp. Diflére de Vespéce typique par labsence des glandes ciripares et par la 9) Fig. 1. — Bord du pygidium du Chrysomphalus obscurus Comsr. typique (d'apres Comstock) présence de huit paraphyses. Les peignes son trés peu développés ou ab= sents. Cette variété se trouve a Buénos Aires sur plusieurs plantes : Juglans Fig. 2. — Bord du pygidium du Chrysomphalus obscurus var. lahillei m. var. (Auct. ad camera lucida del.) regia au Jardin Zoologique (Lammue leg.); Populus sp.; en aoút je Pai observée parasitant la vigne au rio Correntoso (Delta du Paraná). Je dédie cette nouvelle forme a Mr. Fervaxo Lame, quí eut la gen- Fig. 3. — Vue dorsale du pygidium du Chrysomphalus obscurus var. lahillei n. var., pour montrer ses carac- téristiques (Auct. ad camera lucida del.). tillesse de mettre a ma disposition la collection des coccides de la Section de Zoologie Appliquée du ministére de l'Agriculture et je profite ici de Poccasion pour lui en exprimer ma reconnaissance. 244 PHYSIS (IL 1917) Je donne des dessins du pygidium — vue dorsale — pour montrer ses caractéristiques; du bord gauche et le correspondant de Pespéce typique. En plus, ¡e présente un dessin de la larve et du bord de son pygidium Fig. 4. — Larve du Chrysomphalus Fig. 5. — Pygidium de la larve du Chrysomphalus obscurus var. lahillei, vue dorsa- obscurus var. lahillei u. var. (Papres une es- le (d'apres une esquisse faite á la quisse faite a la chambre claire par le Dr. La- chambre claire parle Dr. Lamurze). HILLE. quí ont été tracés d'aprés une esquisse falte a la chambre claire par le Dr. Lamnzte. Il est regrettable qu'il n'ait pu trouver la description qu'il en fitil y a quelques années. La description de cette nouvelle variété a été falte sur une vingtaine d'exemplaires. Resumen de otras comunicaciones CARLOS AMEGHINO, Una especie de Chlamydotherium. El Sr. CarLos Amecnixo presentó un cráneo fósil de Chlamydotherium paranense, ha- llado recientemente por el naturalista del Museo Nacional D. Exrique pe Cartes, en los depósilos terciarios del Paraná; pieza notable por ser el primer cráneo completo de este género de armadillo hallado hasta ahora en la Argentina, siendo mucho más pequeño que los clamidoterios de los terrenos pampeanos. CARLOS BRUCH, Descripción de una chinche mirmecófila. Constituye la segunda parte del artículo que se publica en el presente número con el título de Nuevos insectos mirmecófilos. CARLOS BRUCH, Dos nidos de Esfégidos. Presentó dos hermosos nidos de estas avispas que alimentan a sus larvas con insec- ol COMUNICACIONES 21 tos después de paralizarlos con su dardo. Se trata de dos especies no descriptas aún, que le han sido remitidas del Paraguay. PEDRO SERIÉ, Caso de voracidad en la rana común. Expuso algunos datos acerca de la alimentación de la rana común Leptodaclylus ocel- latas (L.) Gir. y, como ejemplo de voracidad en este batracio, presentó un ejemplar macho que había ingerido una laucha blanca viva. (Caso observado por el Dr. CG. Mí- cuez en el Instituto Bacteriológico.,) Observaciones. — El Dr. CarLos Brucau comunicó haber observado el « escuerzo » Ceratophrys ornata (Bert) Grur. engullir aves como gorriones, y que se le ha referido: que ataca y llega a comer hasta pollos de regular tamaño. FERNANDO LAHILLE, Lámina en colores del « Bicho colorado ». (Presentada por C. Lizer.) Es el dibujo de una hembra del Allothrombium brevitarsam, trombídido común en Buenos Aires, que fué cazado por el Dr. GarLarDo en Bella Vista. Este acarino es pro- bablemente el adulto de uno de nuestros « bichos colorados », cuyas larvas son tan difí- les de criar, que aún no se conocen con exactitud las correspondientes imágenes. HERMANN VON IHERING, Las hormigas cuyabanas como destructoras de otras hormigas dañinas (presentada por M. DorerLo-JurAno.) Este trabajo aparecerá en el próximo número. SESIÓN DEL 14 DE ABRIL Presidida por F. Pastor, vicepresidente Presentes : J. B. AmBrosetrI, H. AmroserrI, E. Boman, G. BoxareLttI, J. J. Car- soweLL, E. P. Cros, R. Darmmewe, L. DeLértavc, M. DorLLo-Jurao, A. Gartarpo, L. Haumax, C. M. Hicken, €. Lizer, L. Paropr, E. Perosr, (+. SeninLosa, P. Serik. CARLOS LIZER, Description du mále de l'« Icerya subandina » Leon. On connaissait jusqu'a présent seulement la femelle et la larve de cette espéce décrite par Leoxarpren 1911. Comme j'ai eu Poccasion de trouver le mále derniérement, je donne, ci-apres sa description. Diag. : Icerya purchasi S affinis multo minor tamen, alis dimidio pos- tico (vel interno) sat hyalinis, antico obscuriort, costa el vena mediana sa— 246 PHYSIS (HI, 1917) duratioribus, lineis duabas albo-hyalinis. Segmento penultimo taberculis duobus his apice magis incrassato, 7-9 pilis longis donalo. Fig. 1. —Méso et mótanotum de 1'/cer- ya subandina (auct. ad camera luci- da del.) purchas!. Antennes de dix 1800 á 2000 y. chaque article cerclé par deux rangées de longs poils, situées Pune vers le mili- Long. corp. : circiter 2 mm. Alar. exp. : 5 mm. Alae : 2 mm. Typus in collect. mea, n* 124. Hab. Resp. Arg., prope Tucumán, XI- 1916. Le corps, sauf les parties chitineuses, est de couleur rougcátre. La largeur de la téte du double de la longueur, yeux trés saillants et disposés aux bords externes de la téte, comme dans l'/cerya purchasi, de méme le front. Ocelles situés sur les bords supérieurs externes des yeux composés et accolés A ceux-ci. Stries de la téte tant du cóté dor- sal comme du ven- tral tels que dans /. articles. longues de Fig. 2. — Mésosternum du mále eu et Pautre pres de l'extrémité de Particle. Cha- — ¿e preerya subandina (auct. ad cun de ceux-ci cylindrique un peu étranglé vers camera lucida del. le milieu, deux fois plus longs que larges; le 1 et le 2"! art. différent des restants; le 1” est le plus large de tous et en- core davantage á sa base et dépourvu de longs poils; le 2" aussi long a ima, AAA ? que large et presque de moitié de longueur que les articles restants. S Pronotum avec deux stries chitineu- DN Ñ o ] ses a cóté de la ligne médiane. Mé- di y sonotum chitineux, bombé, presque A E 7 triangulaire, je sommet plus aigu IS A a pe - ES A vers l'avant, au milieu un espace á peau transparente, rond ou ovale Fig. 3. —Aile de Vlcerya subandina (auct. ad camera lucida del.) d'oú partent en sens opposé, deux bandes foncées qui s'élargissent en arrivant aux bords externes et deux lignes obscures quí partent du mi- lieu de la partie postérieure de l'ouverture susdite et se dirigent en arriére formaat un angle droit (voir dessin) (fig. 1). Métanotum chiti- neux, triangulaire, uni au mésonotum par ses bords externes, la partie COMUNICACIONES [5 = e] du milieu A peau molle et transparente forme un espace comme celui décrit ci-dessus, mais plus grand et trapézoide. Mesosternun*+ chitineux, trianguliforme, plus petit et diflérent de celui de l'/cerya purchas: (fig. 2). Abdomen cylindrique, á peau molle, avec de petits poils entourant cha- que anneau; tubercules de l'avant-dernier anneau avec leur extrémité un peu élargie et portant 7 á y longs poils. Pattes longues, pollues, brunes, celles de la troisiéme paire de 1400 á 1500 p.; le tibia et le tarse portent sur toute leur étendue et du cóté interne une rangés de pelites épi- nes (fig. 3). Ailes n'offrant d'autres particularités que celles indiquées dans la diagnose. Armure génitale en forme de cuillére, pénis long et cylindrique. La description a été falte sur plusieurs spécimens que j'al trouvés a Tu- cumán lVannée derniére. Mr. E. Moria m'avait apporté il y a quelque temps, des nymphes máles, mais les adultes ne sont pas arrivés á éclore. FERNANDO LAHILLE, Nota sobre una larva de insecto de respiración branquial (presentada por P. Senrk). En algunos insectos adultos, cuyas larvas son acuáticas, se encuentran vestigios de branquias traqueales (Diamphipnoa lichenalis de Chile, Pte ronarcys regalis del Canadá, Dictyopleryx, Cotylosoma, etc.) Pero a veces estos aparatos son bastante rudimentarios y sin duda no son funcionales. Al contrario en muchas larvas que viven en el agua la respiración cu- tánea se realiza por aparatos, de forma y situación muy variables, dentro de los cuales se ramifican muchas tráqueas finisimas. No recordaré los filamentos aislados, simples o moniliformes de las larvas de Sialis, Sisyra y de los Fryganidos. No hablaré tampoco de las branquias foliáceas que se observan princi- palmente en los seudo—neurópteros. Pero señalaré la presencia en el arro- yo que suministra el agua potable a la ciudad de Catamarca, de una larva singular de un coleóptero de la familia de los Parnidae, quizá del género Elmis o Psephenus. No pude desgraciadamente criarla hasta obtener, la forma adulta correspondiente ignorando por lo tanto a qué género y es- pecie pertenece. Es parecida a la que mi amigo F. Larasre descubrió en Peñaflor (Chi- le) y que señaló en 1897 en los Anales de la Sociedad Cientifica de Chile (pág. 102 y 107), creyendo al principio que era la forma joven de un seudo-neuróptero. 248 PHYSIS (11, 1917) La larva de Catamarca difiere sin embargo de la de Chile por el tama- ño de sus branquias, la forma de la última placa abdominal, pentagonal en la larva de Peñaflor y netamente rectangular en la de Catamarca, etc. Si presento esta larva a esta sociedad es para llamar sobre ella la aten- ción de los estudiosos de Catamarca y de nuestros jóvenes y entusiastas naturalistas viajeros, con el fin de que traten de conseguirla nuevamente para observar su biología y su desarrollo. Mi objeto también es el de proporcionar a los futuros autores de textos de zoología argentina un ejemplo sumamente interesante, que les permi- tirá ilustrar la adaptación de in- sectos superiores como ser los co- leópteros, a la vida acuática y les dará una ocasión para expresar las leyes de la convergencia de las for- mas bajo la influencia de un modo de vida semejante. La larva se encuentra prendida de las piedras y a primera vista se asemeja a crustáceos comunes en los mares del sur, a los Serolis. Para facilitar la comparación con estos isopodos presento un dibujo de Serolis laevis de Patagonia, islas Sandwich del Sud, etc. El aspecto de la larva de Catamarca recuerda también un poco el de los Trilobitas. Los cinco primeros anillos del abdomen llevan cada uno un par de branquias, cuyo largo va disminuyendo de la primera a la quinta. Cada una está constituida por un filamento que presenta sobre un:cos- tado una serie de ramificaciones. Es como una pequeña pluma que tuvie- ra barbas solamente de un lado. Las branquias están implantadas sobre el borde latero-ventral de los anillos abdominales y se encuentran ente- ramente recubiertas por las placas latero-dorsales de los segmentos. Pienso dar más tarde una descripción más completa de la anatomía de esta larva. Hoy el tiempo no me lo permite y no quiero abusar tampo- co de la hospitalidad tan gentil que me ofrece esta benemérita socie- dad (1). Observaciones. — El Sr. M. DorrLLo-Jurano dijo que había encontrado ejemplares de una larva semejante en el arroyo de Las Vacas, República del Uruguay en mayo de 1915. (1) Apenas había concluido de redactar esta pequeña nota cuando se produjo un voraz incen- dio que destruyó en una noche todas las colecciones, instrumentos y manuscritos de la sección ComuNICACIONES 249 FRANCO PASTORE, Sobre el hallazgo de la criptógama hidropterídea « Pilularia mandoni » en La Plata. El Dr. Carros Specazzist ha comenzado a publicar en el número pa- sado de Puysis (t. MIL, n* 13), un trabajo titulado Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes; la serie consta en gran parte de noveda- des o rarezas botánicas para nuestro pais, y he visto con sorpresa que en el segundo lugar se ocupa de la Pilularia mandoni, expresándose en los siguientes términos : (2. Pilularia mandoni A. Br. Hab. En las partes bajas y cenagosas de las praderas de los alrededores de La Plata, octubre 1906. Obs. La primera vez que hallé esta interesante hidropterídea fué el 8 de octubre, haciendo una excursión matutina al Hipódromo con todos los alumnos del primer curso de farmacia de la Universidad de La Plata; mientras buscábamos frutos subterráneos de Hydrocotyle cryptocarpa, en un charquito donde abundaba, uno de los alumnos me hizo ver en el pu- ñado de barro que tenía en la mano unos cuerpos globosos parduscos creyendo que fueran los frutos deseados y en los cuales reconocí im- mediatamente los esporocarpos de una Pilularia: recomendé entonces intensificar la pesca y con la ayuda eficaz de mis discípulos pude conse- guir una excelente cosecha. Algunos días después en el mismo charco y en otro a pocas cuadras más al este llegué a juntar otra cantidad; desde entonces a pesar de repetidas investigaciones, no pude señalar más este vegetal. » Inevitablemente necesito hacer a este respecto varias rectificaciones, pues como se deducirá con claridad de lo que voy a exponer, el hallazgo de que se trata no puede serme mejor conocido. Para ser preciso, debo empezar por decir que en 1906 el Dr. Specaz- zii dictó su curso de botánica en el Museo de La Plata para el doctorado en Ciencias Naturales y para la escuela de Farmacia; que había seis alum- nos de Ciencias Naturales, siendo yo uno de ellos y a la vez ayudante de de Zoología aplicada que representaban una labor de 21 años! Aprovecho la presente oportuni- dad para agradecer a la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales la manifestación de senti- miento que con este motivo me ha expresado. 250 PHYSIS (HI, 1917) botánica ; y que durante el año no he tenido necesidad de faltar a ninguna clase ni excursión. Puedo, pues, por estos motivos y necesito hacer constar en forma breve, que los hechos pasaron de la siguiente manera : un lunes por la mañana a principios de octubre, cuando el Dr. Sprcazzixt llegó a la plaza Prime- ra Junta, punto de reunión para la excursión de ese día, yo le anuncié que el domingo había hallado una Pilularia al lavar en mi casa las raíces de una HHydrocolyle cryptocarpa que recogí para mi herbario en la excur- sión del viernes anterior, cuando pasamos cerca del Hipódromo de La Plata. Durante un momento el Dr. SPeGazzivr no me creyó, a pesar de que yo afirmaba haber reconocido con seguridad que se trataba de dicha planta; entonces sacando del bolsillo mi libreta, le hice ver varios ejem- plares completos que había separado y lavado cuidadosamente. Después de manifestar su sorpresa y de congratularse por el raro ha- llazgo, resolvió que dejáramos el itinerario convenido y nos dirigimos hacia el bajo húmedo en el cual yo había cortado días antes un trozo del césped. Comprobamos que allí la Pilularia se hallaba en abundancia en una pequeña área y nos llevamos todos una buena cantidad. Al año siguiente, al obsequiar un duplicado al Dr. Crisróman Hickex que me pidió datos y un ejemplar de esta planta, advirtiendo que le ha- bían llegado sobre ella noticias inexactas, díjele como es natural, que fuí yo quien la encontró; así lo ha consignado él en 1910 en su Chloris Platensis Argentina, página 18 (« Pilularia mandont Al. Br. Rarísima; hallada por F. Pasrore en los alrededores de La Plata cerca del Hipó- dromo »). Debido a la publicación que motiva estas líneas, no puedo, pues, dejar de hacer constar lo expresado. Ántes que nadie he pensado que el asunto carece de importancia, y si bien a mi pesar atraigo por un instante vues- tra atención, me limito a afirmar en pocas palabras lo que las pruebas me permiten sostener, y lo hago, entiéndaseme bien, con el único interés de evitar que se piense que no he sido veraz. OTTO VON BUCHWALD (Guayaquil, Ecuador). Tolas ecuatorianas (presentada por Enric Bomax). Fuera de unas descripciones antiguas de las ruinas de Inga—Pirca, etc., los primeros conocimientos que tenemos sobre la arqueología de la Re- pública del Ecuador, nos han sido proporcionados por las figuras y des- COMUNICACIONES 2 Or pu cripciones que de objetos prehistóricos ecuatorianos existentes en los mu- seos europeos nos han dado Bawes (1), Unre (2) Serer (3) en sus icono- grafías de arqueología sudamericana. En estos museos, tan ricos en co- lecciones peruanas, las colecciones del Ecuador son bastante escasas. Las primeras excavaciones en forma científica fueron efectuadas en 1892 por G. A. Dorsey (4) en la Isla de la Plata, frente a la costa ecuatoriana. Actualmente nos encontramos con el hecho de la formación de una escuela nacional de arqueólogos y antropólogos en la República del Ecua- . por. El mérito de haber despertado el interés por estas ciencias en su país lo tiene el venerable arzobispo de Quito, Monseñor Feberico (GONZÁLEZ Suárez, historiador erudito y arqueólogo infatigable que durante sus ex- tensos viajes por las diferentes regiones de esa república ha reunido ricas colecciones, las que ha descrito en una serie de obras de notable valor, tanto histórico como arqueológico (5). Debemos recordar que Monseñor GoxzáLez Suárez demuestra en sus trabajos un espíritu liberal y crítico, sin preocupaciones estrechas. Casi todas sus obras son impresas en la «Imprenta del Clero», de Quito, y dan una buena idea del desarrollo de las artes gráficas en el Ecuador. Monseñor GowzáLez Suárez ha formado un discípulo, el Sr. Jaciyro JisóN Y Caamaño, quien últimamente ha pu- blicado una importante y bien ilustrada monografía arqueológica y an- tropológica sobre la provincia de Imbabura (6). El Sr. Jiyóx y Caamaño es el fundador de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos America- nos. Hacemos votos para que esta sociedad lleve adelante de una manera cientifica y metódica los estudios iniciados por GONZÁLEZ SUÁREZ y J1IJÓN Y CAAMAÑO. (1) Avarore Bamrs, Les antiquilés équatoriennes du Musée royal dPantiquilés de Bruxelles (en Congrés international des Américanistes, III” session, Bruxelles, 1879, t. 1L página 47 y siguien— tes, atlas aparte). Bruselas, 1879. (2) A. SrúseL, W. Reiss, Korre yx Max Unmue, Kunst und Industrie súdamerikanischer Vólker. Berlín, 1889. (3) E. Srrer, Peruanische Alterthimer. Herausgegeben von der Verwallung des Kóniglichen Mu- seums fúr Vólkerkunde zu Berlin. Berlín, 1893. (4) G. A. Dorsex, Archaeological Investigations on the Island of La Plata, Ecuador (Field Go- lumbian Museum, Anthropological Series, volumen 11, número 5). Chicago, 1901. (5) F. GowzáLez Suárez, Estudio histórico sobre los Cañaris, antiguos habitantes de la provincia de Azuay (con láminas arqueológicas) ; Quito, 1878. Historia general de la República del Ecuador (7 tomos y atlas arqueológico). Quito, 1890-1908. Prehistoria ecuatoriana (con láminas arqueoló- gicas) ; Quito, 1904. Los aborígenes de Imbabura y el Carchi (con atlas arqueológico en colores) ; Quito, 1908. Elementos de la historia general de la República del Ecuador ; Quito, 1915. Notas ar- queológicas. Quito, 1916. (6) J. Juóx Y Casmaño, Contribución al conocimienlo de los aborigenes de la provincia de Imba= bura. Madrid, s. a. [1915]. 2): PHYSIS (HI, 1917) o Dos grandes expediciones extranjeras han efectuado en los últimos años importantes estudios arqueológicos en el Ecuador, una norteamericana, la del Prof. Marsmart H. Savinte, que ha dado lugar a una lujosa publi- cación (1); la otra francesa, del Dr. P. River, quien, como médico de la misión francesa para la mensuración de un arco de meridiano ecuatorial pasó cinco años (1go1-1906) en el Ecuador, de donde llevó a París una magnifica colección arqueológica y antropológica, aparte de observacio- nes y notas de inmenso valor científico. Sobre la base de sus estudios ha principiado a publicar, en unión con el Prof. KR. Verxkau (2), una mo- nografía antropológica del Ecuador, obra magistral que constituye un modelo para trabajos de su índole. Pero había salido solamente la mitad del primer tomo (geografía étnico-histórica, ruinas, sepulturas, objetos de piedra, madera, hueso, asta, conchas y metal), cuando la guerra eu— ropea interrumpió la publicación. Sabemos que la obra se halla casi con eluída, y una gran parte de texto y láminas ya impresas. Tan pronto como termine la guerra, esperamos ver la continuación de esta. obra grandiosa : la segunda mitad de la parte arqueológica y las partes antro— pológica y etnográfica. Por fin, un extranjero, el Sr. Orro voy BucuwaLp, residente desde hace muchos años en el Ecuador, ha contribuido al conocimiento de la etnografía antigua y moderna de este pais con varios trabajos interesan- tes (3). El Sr. vox Bucuwaro ha tenido a bien de obsequiarme con una pequeña pero valiosa colección de objetos procedentes de su excavación de una sepultura prehistórica ecuatoriana, que paso a exhibir ante la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, al mismo tiempo que procede- ré a la lectura de una memoria enviada junto con la colección. Entre los objetos que la forman, tiene un interés muy especial una na- riguera de cobre enchapada con oro, de un tipo hasta ahora no conocido. Muy interesante es también el dato del Sr. vox Bucuwaro sobre la su- pervivencia hasta nuestros días del uso de estas narigueras entre los indios Colorados. Eric Boman. (1) M. H. Savinie, Anliquities of Manabi, Ecuador, volúmenes 1 y 1. Nueva York, 1907 y 1910. (2) R. Venxeau y P. River, Elhnographie ancienne de UÉquateur (Mission pour la mesure d'un arc de méridien équalorial en Amérique de Sud), tomo l, fasciculo I. Paris, 1912 (346 páginas y 25 láminas en 4). (3) O. von Bucuwaro, Die Kara (en Globus, t. XCIV, páginas 123-125). Brunswick, 1908. Alles und Neues vom Guayas (ibid.,t XCIV, páginas 181-183); Brunswick, 1908. Ecuatorianische Grabhigel (íbid.,t. XCVL, páginas 154-157); Brunswick, 1909. Zur Volkerkunde Súdamerikas (ibid., t. XCVI, páginas 317-320); Brunswick, 1909. COMUNICACIONES 233 Tolas ecuatorianas. Tolas son llamadas ciertas sepulturas prehistóricas que existen en varias regiones de la República del Ecuador. La base de estas sepulturas está formada por una o varias urnas funerarias colocadas sobre la superficie del suelo y cubiertas con un túmulo de tierra, cuya altura suele ser de 1 a 5 metros y que generalmente tiene la forma de un cono irregular; sin embargo, los he encontrado en forma de T' y en otras formas, lo que se explica por agregación sucesiva de nuevas sepulturas al lado de la primera. El término tola corresponde al término huaca que en el Perú se usa para sepulturas algo análogas. Tola, en el idioma de los Colorados (1) erupo Chibcha), es el plural del sustantivo to = tierra. Tal vez tenga afinidad con las palabras tuya = suelo y turu = barro, de la lengua quichua. Las tolas no se encuentran en todas partes de la República del Ecua— dor; faltan en las tierras de los Quitus y de los Puruhaés. El primero que me llamó la atención sobre este hecho fué el señor Jaciyro Jrión y Car maño. El Dr. Feoerico GozáLez Suárez, arzobispo de Quito, manifiesta en sus VVotas arqueológicas la misma opinión como su digno discípulo, y por último debo observar que en mis viajes entre Riobamba y Quito, tampoco he encontrado tolas. De estas observaciones puede deducirse que en la región de Quito y en la conocida como país de los Puruhaés ha vivido un pueblo diferente del que habitó las faldas occidentales de la cordillera y la costa. La diferencia de las sepulturas es tan marcada, que no puedo menos que considerarla como prueba de orígen étnico distinto. Pero, por otra parte, un gran número de nombres geográficos de una región y de otra tienen el mismo origen : sus raices pertenecen a idiomas de la gran familia de las lenguas chibchas o a su subdivisión meridional, el grupo de los idiomas barbacoas que comprende el « cuaiquer », el ca- yapa y el colorado o saxchica. He encontrado nombres geográficos conte- niendo raices de lenguas chibchas desde el río Chinchipe hasta Tumbez, desde allá a la desembocadura del Guayas; por la costa ecuatoriana hasta Manta, en las tierras del Cañar hasta el sur de Colombia, desde donde siguen las lenguas chibchas hasta Centroamérica. Daré unos ejemplos entre Quito y el Puruhá, cuya filiación barbacoa (colorado) es difícil negar : (1) Los Colorados se llaman en su idioma Sazchi, lo que quiere decir «la gente». PHYSIS. — T. JIL 7 25% PHYSIS (MI, 1917) Guapolo (pueblo pequeño en la vecindad de Quito) : gua - pulu= papa grande. Pifú (otro pueblito cerca de Quito) pi +- fú= agua —)- mosca, O sea agua o río donde abundan las moscas o los mosquitos. Elen = bosque o monte en una quebrada honda (de allí deben haberse provisto de leña los habitantes de las alturas donde hoy está situada la ciudad de Riobamba y donde la leña es muy escasa. Penipe (pueblo), de pini - pi = culebra 4- río, es decir, rio que cu- lebrea. Otros nombres proceden de la lengua de los Paez (familia chibcha), de Colombia : Río Chambo : chamb en paez significa aldea. Puellaro : puel se llaman en lengua paez los tubérculos de Tropaeolum tuberosum (mashua en quichua). Pulu es papa en colorado. Tigualó (pueblo) : tikui + lo = sacerdote +- pozo o laguna, por consi— guiente la Laguna del Sacerdote. Otavalo (pueblo al norte de Quito) : ote —- gua —- lo = en alto |- gran- de + laguna : la laguna grande en lo alto; quizás se trata de la Laguna de San Pablo. Estos ejemplos que podrían aumentarse con muchos otros, hacen pro- bable que en todo el Ecuador, con excepción del Oriente, Cañar, Ataca- mes y la faja litoral invadida por los Chimus, se han hablado lenguas de la familia chibcha, aunque diferentes en la sierra y la costa. Desde Bogotá hasta el Cañar encontramos una sola familia étnica, aunque en sus sub— divisiones presenta diferentes grados de cultura. En cuanto a los objetos arqueológicos, llevan también un sello marcado chibcha, abstracción he- cha de las formas incaicas importadas en la región de los Puruhaés y la influencia de los Ghimús (Mochicas, Yungas o Huancahuillcas) en la cos- ta del mar. | : Ahora bien : si algunos pueblos de la familia chibcha construían tolas y otros no, es lógico suponer que los Chibchas antes de entrar en tierra ecuatoriana, no usaban esta clase de sepulturas. ¿De qué pueblo tienen entonces su orígen las tolas? He encontrado éstas en territorios antes ocu- pados por los Colorados y pueblos afines y también en tierras probable- mente ocupados por los antiguos Atacames o Esmeraldas. Opino que los tolas deben atribuirse a este pueblo, cuyos restos se en- cuentran entre el río Tuquir en el sur del Ecuador y la ciudad de Tuque- rres en Colombia. Después, ciertos pueblos chibchas han heredado de los viejos constructores de tolas este modo de sepultar sus muertos. La lengua de los Atacames debe haberse extinguido hace unos treinta EA sd COMUNICACIONES 25 [b7] años y sólo unas cuatrocientas palabras nos han sido salvadas por el Dr.: Treoporo Wotr. A los Atacames atribuyo también los túmulos artificiales para la cons- trucción de las casas, comunicados por medio de calzadas elevadas para facilitar el tráfico en tiempos de inundaciones, que he visto por ejemplo en las «tembladeras » de Samborondón. En la « Vía Flores » que con- duce de la ciudad de Babahoyo hacia la sierra, pude distinguir toda una población marcada por elevaciones cuadradas en los potreros y al mismo tiempo se ven por todas partes sepulturas en forma de tolas más o menos cónicas. Poblaciones iguales sobre túmulos artificiales con objeto de con- servarse contra las inundaciones, y reunidos por caminos elevados, ha encontrado el Barón ErLaxb NorDENskIOLD en Mojos, en Bolivia. Es cu- rioso que allí como en las tolas ecuatorianas, se hallan urnas funerarias y ollas tripodes, objetos que faltan entre los vestigios de la cultura perua- na y almará. Paso ahora a decir unas palabras sobre los objetos procedentes de una tola ecuatoriana que he tenido el agrado de remitir al distinguido arqueó- logo señor Eric Boman. Estos objetos proceden de una sola tola, situada en las tierras de la ha- cienda Chilintomo, cerca de la ciudad de Babahoyo, capital de la provin- cia de Los Rios. El sitio se halla en un terreno diluvial limitrofe de la antigua bahía de Guayaquil y las tierras aluviales que invaden el bajo. Esos terrenos que antes estaban cubiertos por las aguas de la bahía, for- man ahora una región inundada periódicamente. Chilintomo ha sido antiguamente depósito para la venta de sal y punto final al cual podían llegar los arrieros de la sierra para proveerse de este artículo tan necesario. El nombre Chilintomo se deriva de las palabras del idioma de los Co- lorados chile = bejuco o liana y tomo = pared. Es decir que en este pun- to se cerraba el cauce del río con un tejido de bejucos para recoger los pescados que quedan al bajar las aguas, después de las crecientes con ayu- da de las cuales suben los peces hasta el pie de la Cordillera para deposi- tar sus huevos. Las masas compactas de peces son entonces facil presa de los habitantes de la región quienes a la llegada de las crecientes suelen decir: « Va a haber pariciones ». Ya lo saben porque las crecientes son anunciadas de antemano por un pájaro pardo del tamaño de un mirlo que llaman « crecentero » o « tintin », este último nombre derivado de su canto monótono «tin-tin, tin-tin ». Es probable que una hacienda de ganado en el cantón de Daule llamada Tintin, tenga su nombre de ese pájaro. 256 PHYSIS (MI, 1917) Las piezas procedentes de mis excavaciones en la tola de Chilintomo que envío al Sr. Bomax son las siguientes : A. Anillos de alambre de cobre, de los cuales uno, de 2 centímetros de diámetro, está reproducido en la Figura 1. Estos anillos han formado parte de cadenas de adorno para collares y cinturones. He encontrado Fig. 1. — Anillo de Fig. 2. — Eslabón de Fig. 3. — Cuenta de alambre de cobre cadena, de alambre cristal de roca (tam. nat.). de cobre (tam. nat.). (tam. nat.). estas cadenas desde el pueblo de Naranjal hasta arriba de Babahoyo (1). Creo que el cobre en bruto se ha importado del Perú (2), pero se ha elaborado en Guayas, como lo prueba un molde de fundición encontrado en Durán, frente a Guayaquil. B. Eslabón de cadena de cobre en forma de S (Figura 2), de 22 milí- metros de largo. Parece que las cadenas formadas por esta clase de esla- (1) Venseau y River, op. cit., página 292 y láminas XXII, figuras 1, 2,3; XXIV, figura 14; describen y figuran anillos idénticos, en cobre y en oro, de Gualaceo, Azogues, Monay y Sigsig, en el Ecuador. Une (Srúber, etc., op. cit., tomo L, lámina XXIV; figuras 25, 26), reproduce dos trozos de cadenas del Cañar; formadas con esta clase de anillos. (Nota de E. Bomax). (2) Según MawxueL ViLavicencio (Geografía de la República del Ecuador, Nueva York, 1858), parece que en esa época se conocían pocas minas de cobre en el Ecuador. Enumera las de Sic chos, Tigualó, Moreta y de la Cordillera de los Llanganates en la provincia de León, las situa- das en el cantón de Pallatanga, provincia de Chimborazo, las de Mazanamá en la provincia de Loja, etc. No conozco el estado actual de la minería en el Ecuador, pero es de suponer que se hayan descubierto muchas otras minas de cobre. También es probable que muchos yacimientos conocidos por los indios prehispánicos ahora están olvidados y tapados, como sucede en otros países sudamericanos. No veo, pues, ningún motivo para suponer que los numerosos objetos pre- históricos ecuatorianos de cobre hubiesen sido fabricados con metal importado del Perú. Además, la metalurgia prehispánica del Ecuador, Colombia y la región de la costa del Perú, antiguo territorio de los Yunca-Mochicas, es distinta de la de la altiplanicie del Perú, Bolivia y la región andina de la República Argentina. Hace unos años estableci (E. Bomax, Antiquilés de la région andine de la République Argentine et du désert d' Atacama, tomo 1, páginas 861-862, París, 1908), sobre la base de numerosos análisis químicos, estas dos grandes regiones metalúrgicas pre- hispánicas de Sudamérica. Esta división ha sido confirmada posteriormente por diferentes series de análisis publicadas sobre objetos de diversos países, entre otros la extensa serie del Ecuador, de Venseau y River, quienes dicen (op. cit., página 333): La division proposée par Boman, de UAmérique du Sud en deuz régions métallurgiques distinctes se trouve donc entiérement confirmée par A ComuNICACIONES 207 bones eran de moda general, porque los he visto dibujados sobre un cán- taro grande de Riobamba, antiguo territorio de.los Puruhaés. C. Cascabel de cobre, de forma casi esférica, achatada. Es de y milí- metros de diámetro, hecho de una lámina de cobre, y tiene dos agujeros de suspensión y un corte al lado opuesto (1). Contiene una bolita de co- bre que lo hace sonar al agitarlo. Estos cascabeles se usaban atados a los tobillos para producir el mismo efecto que las espuelas en los bailes hún- garos y la mazurca. Sobre el uso de cascabeles tenemos un dato del año 1572 en la Relacion del camino e viaje que Diego Rodrigues hizo desde la ciudad del Guzco a la tierra de querra de Mango Ynga, etc. (2): « Traía unos cinojiles de pluma en las pantorrillas, y en los tovillos, colgado dellos vnos cascabeles de palo». Aunque éstos eran de palo, se los en— cuentra de cobre por todas partes, como tantas veces lo he visto en las mojigangas de procesiones y fiestas en las sierras del Perú. D, Cuenta de cuarzo hialino (cristal de roca), de 13 milímetros de largo y 12 milímetros de diámetro máximo, perforación bicónica (Figura 3). Estas cuentas se encuentran con frecuencia. Tengo en mi colección algu- nas que han quedado sólo medio perforadas y pulidas. E. Cuentas de barro cocido, de 15 a3o milímetros de diámetro, más O menos esféricas, perforadas, para formar collares. Su superficie presenta una ornamentación geométrica, variada. Se hallan en abundancia en las tolas (3). nos recherches. Además, la aleación del cobre con oro y plata parece haber sido exclusiva a la primera región, mientras no existe en la segunda. Este hecho viene a comprobar aun más la di- visión propuesta, aunque está basado en un número insuficiente de análisis que es necesario au= mentar para confirmarlo (véase Bomax, op. cil., tomo 1l, páginas 874-875, y Verxeau y River, op. cit., págimas 330-331). Si como lo acabamos de ver, la metalurgía del cobre es distinta en el Ecuador y en el Perú, es dificil admitir que los objetos ecuatorianos proceden de metal importado de este último país, pues importando el metal se habría seguramente importado también el arte de producir bronce. (Vota de E. Bomax). (1) Estos pequeños cascabeles, esféricos o piriformes, generalmente de cobre, pero también de oro y plata, son comunes en el Perú, Ecuador, Colombia, Centroamérica y Méjico. Al sud del Perú no se ha encontrado más que un solo ejemplar, desenterrado por el conde H. br La Vaurx en el departamento de Tafí (Tucumán) y conservado en el Museo del Trocadero, en París. Ver- Neau y River (op. cil., páginas 313-314) dan la literatura completa relativa a los cascabeles. (Vota de E. Bomax). (2) R. Pierscumann, Bericht des Diego Rodriguez de Figueroa úiber seine Verhandlungen mit dem Inka Titu Cust Yupanqui in den Anden von Villcapampa, página yg. Góttingen, 1910. (3) Casi todos los autores de obras arqueológicas que tratan del Ecuador han descrito y figu- rado estas cuentas de barro. GoxzáLez Suárez (Prehistoria ecuatoriana cit., página 83 y lámina V) dice que origimariamente han estado cubiertas con una lámina delgada de oro, en la cual se veían reproducidos en relieve los dibujos y labores. (Vota de E. Bomax). 258 PHYSIS (II, 1917) F. Astillas de obsidiana. Las mandadas tienen de / a 2 centímetros de largo. Son comunes en todas las tolas (1). No creo que las tribus de los bosques usaban puntas de flechas de piedra. Las deben ha- ber hecho de bambú para sus bodoqueros y tiraderas. Re- cuerdo que mis amigos los Campas (Aruac) en la cabecera del Ucayali hacían sus puntas de fle- cha de carrizo. G. Dos pinzas depilatorias de co- bre, las dos de la misma forma, una de 42, otra de bo milímetros de lar- go. La última está reproducida en la Figura 4. Estos pequeños útiles de afeite se encuentran en todas partes, bro, caco tanto aquí como en el norte del Perú, Ca sala entre los vestigios dejados por los an- ERE tiguos Chimús. Tengo en mi colección ejemplares de 4 a 8 cobre (tam. Centímetros de largo (2). nat.). . Fig. 5.— Nariguera de co- Fig. 4. — Pinza H. Dos narigueras o adornos para suspender de un agu- jero practicado en el tabique de la nariz. Tienen forma de me- dia luna. Una, la de la Figura 5, es de cobre enchapado con oro. La dis- tancia horizontal entre los puntos extremos de su circunferencia es de 25 milímetros, la vertical de 23 milímetros. En la parte más gruesa tiene 10 milímetros de espesor máximo y 8 de espesor mínimo. El otro ejem- (1) Estos objetos son interesantes, tanto más que vox BucnwaLD hace constar que se encuen- tran en todas las tolas de la región. Los tres ejemplares remitidos son simples lascas separadas del núcleo a grandes golpes, con bordes bien cortantes, pero sin retoques. Piezas parecidas, gro- seramente trabajadas, han sido encontradas en los kiókkenmóddings de la costa, los que deben atri- buirse a un pueblo anterior y mucho menos adelantado que aquel que ha levantado las tolas en- cima de sus muertos. Es probable que las puntas de flecha en obsidiana no se usaban por los habitantes de la región de los bosques que se extiende entre las faldas de la Cordillera y la costa. Puntas de flecha de esta clase han sido encontradas en esta región especialmente en Balzar, sobre el Río Daule, pero Verveau y River (op. cit., página 135) consideran posible que hayan sido llevadas allí de la región andina, pues son idénticas a las que se hallan en los alrededores de Quito. (Nota de E. Boman). (2) La distribución geográfica de las pinzas depilatorias, generalmente en cobre, pero también en oro o plata, alcanza en Sudamérica desde Colombia, a través del Ecuador, Perú y Bolivia hasta la región diaguita de la Argentina y hasta Chile, pero todos los ejemplares publicados que yo conozca, se distinguen de los de Chilintomo en que sus brazos terminan en una especie de platillos redondos o más o menos cuadrados o triangulares, que al apretar se encuentran con los bordes inferiores de sus superficies cóncavas. Los ejemplares publicados por Rivero y von Tscunun1, Casrervau, Ewbank, Squier, Wiener, Menixa, Reiss y Srúmen, Purcier1, Umie, Am- proserri, Barsser, Larcumam, Mac—-Curoy, Verveau y River, Bisonam, Marnewson, Earox y Dr- BENEDETTI son de esos tipos, y en 1914 encontré en el Fuerte del Pantano (provincia de La Rioja, COMUNICACIONES 259 plar de cobre, no enchapado, es de idéntica forma, pero de dimensiones un poco menores (1). Las narigueras constituyen los objetos más característicos de las sepul- turas antiguas de estas regiones; las hay de cobre, de cobre enchapado con oro y de oro macizo. Según el arqueólogo colombiano Sr. Vicewre Restrepo, las narigueras Fig. 6. — Planchita de cobre (tam. nat.) eran, entre los antiguos Chibchas de Bogotá, privilegio de ciertas clases sociales. Aquí se encuentran en tanta abundancia que creo que han sido de uso común. Los Colorados las dan, con motivo de su forma de media luna, el nom- bre de sokpáé, palabra compuesta de soke = hermana, y pát = luna : hermana de la luna. El nombre dado por los Incas a los Quillasingas, República Argentina) unas pinzas de cobre con extremidades redondas. Las pinzas de Chilintomo con sus brazos rectos y delgados forman un tipo particular. (Vota de E. Bowman). (1) Estas narigueras son las piezas más interesantes de la pequeña colección de la tola de Chi- lintomo, pues constituyen un nuevo tipo de estos adornos, el que no conozco descrito o figurado en la literatura arqueológica, pero que se halla representado con mucha naturalidad en las caras de varias estatuitas de barro cocido, encontradas por DorseY (op. cit., págimas 272-273 y lámi- nas LXXVIL, LXXXV b, ec, d, LXXXVI b), en sus excavaciones en la Isla de la Plata. Narigueras de oro, cobre, cobre enchapado con oro o dorado, y plata son muy conocidas del Ecuador, pero de otros tipos. Unas se componen de simples anillos huecos o macizos. otras, más raras, se parecen a clavos torcidos cuyos extremos terminan en botones. De estas últimas Verxeau y River (op. cil., página 297 y lámina XXV, figura 18) reproducen un ejemplar de Chordeleg, único del Ecuador, mientras que en Colombia son más comunes. Pero el tipo más conocido de nariguera consiste en una lámina delgada de metal, casi circular, muchas veces labrada con una ornamentación más o menos complicada y provista de un escote que forma arriba dos puntas que se encuentran y por medio de las cuales se mantiene la pieza suspendida del agujero del septo nasal. Narigueras de este tipo, del Ecuador, han sido figu- radas por Bawes (op. cit., lámina XXV, figuras 8, 10, 11), GonzáLez Suárez (Historia general, etc., cit., atlas, lámina XL, figuras 2, 3), J1¡ón Y Caamaño (El tesoro de Itschimbia, lámi- 260 PHYSIS (MI, 1917) nación que existía al norte de Quito (1) proviene también de su costum- bre de llevar narigueras. Este nombre se compone de las palabras qui- chuas quilla = luna, y senca = nariz, luna de la nariz. Los indios Colorados que conoci arriba del pueblo de Quevedo ya no usaban el sokpáé, pero el brujo Taitako me contó que el uso se conserva en Santo Domingo de los Colorados y San Miguel delos Colorados y que actualmente se mandan hacer estos adornos de plata en Quito. A propósito de los objetos de oro que se encuentran en las tolas, háré una observación : es curioso que la lengua de los Colorados no tiene pa- labra por «oro », sino llaman este metal laske—kala = plata amarilla. I. Plancha delgada de cobre (Figura 6). Esta pieza es la única que no es de la tola de Chilintomo, sino ha sido encontrada en Naranjal, en la ribera izquierda del Guayas. Parece ser una achilca de los Chimús que servía para limpiar los recipientes de calabaza (lapas). Esta planchita tie- ne 7 centímetros de largo por 3 deancho y alrededor de un milímetro de espesor. M. DOELLO-JURADO, « Monocondylaea orbignyana », n. sp. Coquille plutót petite et mince, oblongue mais plus ou moins subtrian- gulaire, assez renflée, un peu atténuée au bord antérieur, quí est claire— ment excavé au cóté dorsal en avant des crochets. Ceux-ci sont peu sail- lants et laissent voir en dessous et en avant d'eux, une « lunule » bien nas I-VIII; Londres, s. a. — Los aborigenes de Imbabura, cit., lámina XLIV, figura 1) y Ver- Neau y River (op. cil,, láminas XXIL, figuras 7, 9, 13, y AXV, figura 4). Este tipo es frecuen- te en Colombia y se ha encontrado también en la costa del Perú, en el istmo de Darien y en Méjico. La chapa de oro que cubre nuestra nariguera de Chilintomo, Figura 5, es muy delgada; no debe alcanzar a medio milímetro de espesor. En una de las puntas de la pieza ha zafado, dejan= do en descubierto el cobre. El enchapado con oro y plata se conoce de Chiriquí en la República de Panamá, de Colombia, Ecuador y la costa del Perú, es decir de la de las dos regiones me- talúrgicas por mí establecidas, donde la aleación del cobre con el estaño no se usaba, mientras que de la segunda región (parte andina del Perú, Bolivia, Argentina y Chile) es desconocida. El procedimiento del enchapado precolombiano ha sido objeto de discusión y este problema no se puede considerar como resuelto todavia. Verxeau y River (op. cit., páginas 336-340) se han ocupado detenidamente de esta cuestión y opinan que el enchapado ha sido aplicado por medio del martillo. (Vota de E. Bomaw). (1) Los Quillasingas habitaban en el actual departamento de Nariño, en el sud de la Repú- blica de Colombia. Los Incas y, después de ellos, los cronistas españoles empleaban la palabra quillasingas para denominar diversas tribus que llevaban nariguera. (Véase F. GonzáLez Suárez, Imbabura y Carchi cit., Rectificación, páginas /-7, y Vérweau y River, 0p. cil., página 12.) (Nota de E. Boman). (az) pu COMUNICACIONES 2 définie et assez profonde. Cóté postérieur élargi, obliquement tronqué, avec une cóte rayonnante trés peu saillante, parfois presque nulle (mais toujours visible á l'intérieur sous la forme d'une goultiére), quí attemt le bord presque a son milieu. Le parcours de cette cóte est marqué, si peu prononcée qu'elle soit, par une ligne bien définie, d'une couleur vert foncé; deux autres lignes rayonnantes, plus variables mais de la méme couleur, accompagnent celle-lá : une étroite, á peine dessinée, en dessus d'elle; l'autre, formant parfois une bande assez large, aboutit a l'angle inférieur du cóté postérieur. Dent de la valve droite assez obtuse, et pla— cée presque juste en dessous, c'est-áa-dire, en face du sommet du crochet; dent de la valve gauche plus aigué, et bien en avant du sommet du cro- chet. Impression de ladducteur antérieur assez profonde, celle du posté— rieur superficielle. L'épiderme est d'un vert jaunátre clalr, comme de feuilles séches, plus clair dans la région des crochets et avec une tache peu prononcée d'un vert foncé (comme celui des cótes rayonnantes du cóté postérieur) au bord ventral du cóté antérieur. La surface montre des rugosités fines, mais bien notables surtout dans sa moitié extérieure, qui suivent une disposition concentrique mais avec des réticulations formant une sorte de filetá mail—- les longues et étroites. La nacre, pas tres brillante, est d'un blanc bleuátre avec de légers reflets verdátres. Elle laisse voir, sous la cavité des crochets et au milieu de l'intérieur des valves, des granulations peu saillantes, tres rapprochées, parfois presque effacées, qui peu á peu vont en s'alignant jusqu'a consti- tuer sur les bords, prés de la zone prismatique, des stries rayonnantes presque paralléles, d'une grande délicatesse. Dimensions des spécimens bien développés : longueur, 35 mm.; hau- teur, 28 mm.; diamétre, 1g mm. On voit que la hauteur représente le So %/, et le diamétre le 54 */, de la longueur; mais le renflement étant plus accentué dans les jeunes individus, le diamétre peut atteindre dans ceux quí ont une longueur de 30 mm., jusqu'au 60 */, de celle-ci. Cette espéce, qui me semble doit étre considérée comme nouvelle, vit au Rio Paraná, depuis la ville du méme nom jusqu'a Rosario de San— ta Fe. De toutes les Monocondylaea décrites par D'OrsicnY et de celles que contient le grand ouvrage de Simpson (1), M. orbignyana peut étre com— (1) Cu. T. Siursox, A Descriptive Catalogue of ihe Naiades or Pearly Fresh-Water Mussels, pág. 1384-1392. Detroit, Michigan, U. S. A. 1914. [=p] bt PHYSIS (II, 1917) parée avec M. paraguayana "Orb. (qui lui ressemble par la forme mais quí est beaucoup plus grande et plus grosse, et douée d'une épiderme obscure) et avec M. corrientesensis D'OrB. (qui est semblable par ses dimensions, la couleur de l'épiderme et de la nacre, qui pourtant sont plus foncées, mais qui a une forme bien différente). Plusicurs spécimens dans les collections du Museo Nacional de Histo- ria Natural de Buenos Aires. Deux valves furent rapportées par M. E. pe Cartes du Río Paraná, sur la cóte occidentale, au nord de Rosario. Un autre exemplaire provient de la ville de Paraná (E. Rios). Une vingtaine d'exemplaires se trouvaient dans la collection BravarD, probablement de la méme localité. Dans un petit lot de coquilles de Argentine envoyé au méme musée pour sa détermination par M. le Dr. Rarmowno DeL PrereE, de Viareggio (Italie), 1l y avalt aussi quelques valves avec l'indication « Amérique du Sud ». MAX BIRABÉN, Nota sobre dos Cladóceros nuevos de la República Argentina (pre- sentada por €. Lizer). Creo de interés dar a conocer las características de dos especies nuevas de Cladóceros, extractando los detalles más importantes de la descripción completa, que aparecerá próximamente en la Revista del Museo de La Plata, junto con el estudio de otras especies, algunas conocidas, otras aún desconocidas en la República Argentina. Daphnia spinulata (n. sp.) Hembra. — La hembra adulta (Fig. 1) es grande, mide generalmente entre 2 y 3 mm de largo. Las efipiales son las más desarrolladas. La cabeza es perfectamente redondeada, no se nota separación entre ella y la caparazón; el rostro lleva en su extremidad varias puitas. El for- nix comienza sobre el ojo y llega hasta la base del segundo par de ante— nas, terminando con una punta aguda dirigida hacia atrás. La caparazón tiene su borde dorsal formando una débil convexidad, variable, no así el ventral que es siempre pronunciadamente curvo. Desde el lugar donde termina la cabeza y a cada lado de la carena,.se inicia una hilera larga de púas, que termina en la extremidad de la espina caudal; en el borde ventral las hay también, pero sólo se inician en la mitad de su longitud, terminando del mismo modo que en el dorsal. En el lado interno de la caparazón, cerca de la parte media del borde ventral, se en- COMUNICACIONES 263 cuentra siempre una hilera de cerdas largas y plumuladas, todas están muy juntas y van creciendo de adelante hacia atrás. El primer par de antenas es corto, tiene forma de cono truncado; las cerdas sensitivas son 9, sus puntas llegan hasta la extremidad del rostro. El post abdomen (Fig. 2 a) mide un poco más de la tercera parte del largo total sin tomar en cuenta la espina de la ca- parazón. Los dientes de la región anal, se hallan re- gularmente en número de ya 11. pudiendo en pocos casos haber uno más o uno menos; la re- sión que ocupan repre- senta una tercera parte de la longitud del borde pos- Fig. 1. — Daphnia spinulata m. sp. Q terior del post abdomen. Las garras llevan tres peines externos y dos internos (Fig. 2 b) ; entre los primeros, el proximal, está constituido por 1o a 15 púas derechas que aumentan de tamaño gradualmente hasta culminar en la del medio; el peine que le sigue, es parecido, pero lleva de 25 a 35 púas, son más cor- tas; el distal, en cambio, difiere mucho, se prolonga sobre el borde in- Fig. 2. — Daphnia spinulata n. sp. Q. a, post abdomen visto de lado b, post abdomen visto de frente terno originando el segundo peine de este lado, no se halla constituido por púas sino que son más bien pelitos cortos y muy reunidos; el peine proximal del lado interno es muy semejante al segundo del lado externo, aunque posee mayor número de púas. Macho. — El macho es más pequeño que la hembra, su largo varía en- tre 1 mm y 1,5. 264 PHYSIS (UL, 1917) El primer par de antenas (Fig. 3) es grande, de ancho uniforme; lle- va un número variable de puítas que en anillos hállanse distribuidas so- bre toda su extensión; en el extremo, sostiene un flagelo largo y grueso que en su parte media sufre una débil torsión terminando en punta; en su último tercio es abundantemente ciliado. También en el extre- mo de la antena encuéntranse y Ó 10 cerdas sensitivas, entre las cuales y la base del flagelo se nota una cerda accesoria, no situada en el extremo, sino sobre un lado. El post abdomen es muy parecido al de la hembra, lleva comúnmente de y a 10 dientes anales. Esta especie fué hallada primeramente en Fig. 3. — Daphnia spinulata n. sp. 18lapampa (Provincia de Salta), más tarde la O”. (Primeras antenas.) recibí de los alrededores de la capital de La Rioja; de la Provincia de San Luis, de Alto Pencoso, el Dr. CG. Brucn me remitió algunos ejemplares, y por fin en Río Santiago, cerca de La Plata, la encontré junto con D. Pulex en un tanque con agua muy arcillosa ; los individuos eran en general más gran- des que los hallados anteriormente. Moina platensis (n. sp.) Hembra. (Fig. 4). — El largo de la hembra adulta llega como máximo a 1 mm 75 y como mínimo a 1 mm 20; el ancho varía de acuerdo con el mayor o menor desarrollo de los embriones. La cabeza tiene su borde dorsal formando una débil curva hasta llegar al frontal, el cual se presenta recto y a menudo perpendicular al ventral, uniéndose a éste por una pequeña curva. Vista desde la parte dorsal es casi cuadrada, su borde anterior ligeramente convexo, los demás rectos. Está netamente separada de la caparazón. E La caparazón en su borde dorsal es extraordinariamente variable, en cambio en el ventral es constante. Este último está armado de púas fuertes, que, en número de 20 a 25 forman una hilera que cubre más de la mitad del borde; se inicia a continuación una serie de púas muy pequeñas que disminuyen gradualmente de tamaño; termina en el lugar donde se unen las valvas. La escultura de la caparazón se presenta cer- ca de los bordes con formas geométricas, que al alejarse, se convierten ComuNICACIONES 205 en líneas largas, transversales, que se anastomosan de trecho en trecho. Las primeras antenas (Fig. 5) son fusiformes, muy movibles y rodea— das, a lo menos, por 18 anillos de púas pequeñas; sobre el borde exterior llevan de un extremo a otro una hilera de cerdas largas como el ancho de la antena y en el medio del borde anterior, una cerda muy extensa. Fig. 4. — Moina platensis n. sp. Q El post abdomen (Fig. 6) mide más de un tercio del largo total; su borde posterior es casi recto; lleva varias hileras de cerdas cortas a los lados de las cuales hay gran cantidad de puítas. Hállanse de 12 a 15 dien- tes anales, con púas secundarias, nótase además un diente bífido. La Fig. 5. — Moina platensis n. sp. Q Fig. 6. — Moina platensis n. sp. Q (Primeras antenas) (Post abdomen) garra terminal lleva al iniciarse el borde cóncavo, un peine de púas gran- des, son más o menos 10, pero pueden variar de 8 a 13; hasta la termi- nación de la garra obsérvase una fina ciliación. El número de embriones varía alrededor de 8, alcanzan a tener un ta- maño muy grande dentro de la hembra. Éstas, cuando son efipiales, 266 PHYSIS (MI, 1917) tienen el borde dorsal mucho menos desarrollado, siendo el efipio más ancho en la parte anterior que en la posterior. Macho. — El macho no es mucho más pequeño que la hembra, su largo varía entre 1 mm y 1 mm 25. La cabeza tiene su borde ventral recto, formando el frontal una curva que se prolonga hasta unirse con la caparazón. Lleva en la parte anterior gran cantidad de pelos cortos y muy finos, cuya observación es muy di- ficil. El primer par de antenas (Fig. 7) es lo más característico, mide más de un tercio del largo total; son arqueadas hacia adentro, no presentando el codo notable en otras especies del género Mo:- na ; sobre el borde cóncavo, en la primera sexta parte, lleva una púa fuerte y hasta la mitad de su largo, muchos pelitos muy juntos; sobre el borde an- terior a yo grados de la púa nombrada, se encuentra una cerda muy larga y sobre el convexo, es de- cir el externo, lleva en casi toda su extensión cerdas tan largas como el ancho máximo de la antena. La extremidad libre es un poco abultada, lleva 4 ó 5 dientes quitinosos de distinto tamaño y más o menos 6 cerdas Fig. 7. — Moina platensis n. sp. O. (Primeras antenas,) sensitivas. El post abdomen se diferencia del de la hembra por la garra terminal principalmente, pues el peine posee mayor número de dientes y son pro- porcionalmente más pequeños. Esta especie fué hallada en La Plata en una fuente donde hay perma- nentemente agua, distante apenas 6 metros del lago del Bosque. JUAN B. AMBROSETTI, Dato folklórico a propósito de la mariposa « Myelobia smerintha ». Con motivo de la publicación del trabajo del Sr. Ronorro v. IHErING, en PHISIS (t. III, n* 13), sobre la biología de esta mariposa, me parece oportuno recordar la parte pertinente del poema Argentina, de Barco Cen- TENERA, en la que este autor, a fines del siglo xvi, describía la eclosión de la misma mariposa en la región paraguayo-misionera, y observando la coincidencia de la plaga de roedores que se produce al semillar la tacuara, COMUNICACIONES 26 J atribuía, de acuerdo con las consejas de la época este fenómeno, a la transformación de la mariposa en ratones. A continuación transcribo el pasaje aludido : « Canto HI. En que se trata de la calidad de la tierra, animales reptiles, y espanto- sissimas viuoras, y serpientes, de la sirena, del Carbunclo, de vnas mariposas, que se tornan en gusanos, y despues en ratones, y de otras marauillas. » Andando por la guerra y esquedrones, De mi fueron mil cosas conocidas, Trataremos de vna forma de ratones De vista hablare, que no de oydas, Vnas cañas he visto y cañutones Tan gruessos como piernas muy crecidas, Catorze y quinze tiene pocos menos, Cada caña, y de agua todos llenos. El agua es muy sabrosa clara y fría, Mas yendo ya la caña madurando Vn gusano se engendra dentro y Cría, Y al cañuto el gusano horadando A fuera Mariposa parecia, Con las alas comienca de yr bolando, Y por tiempo las pierde, y queda hecho, De forma de raton hecho y derecho. Al tiempo que en la caña estan metidos, Agente natural son nutrimento, Frutos sabrosos son, mas ya salidos A luz causan dolor, pena y tormento, Porque tornados ya y conuertidos En ratones consumen el sustento, Y priuan muchas vezes de la vida Al natural, quitando su comida. De veinte mil passaron naturales Que murieron a causa del estrago Que hizieron aquestos animales, Que en todo el Vbayg dexaron pago De planta ni maiz, ni sementales, Sin passar por aquel tan crudo trago, Dexando desta vez tan assolada La tierra, que tardo de ser poblada. No ay bruco, ni langosta perniciosa, Ni erugo, mi otra plaga que yo entienda, Que iguale a esta maldita mariposa, Terrible es si comienca su contienda, Assi esta desta plaga tan medrosa, La gente de Vbayg que viendo senda, Por do buyr su tierra y nacimiento, Le dexan por tener algun contento. Tan bien ay otras cañas muy mayores, Del grueso son de vn roble bien crecido, En que se crian gusanos y mejores, De los vnos y de otros he comido, En muy poco defieren sus sabores, Estando el vno y otro derretido, Manteca fresca a mi me parescia, Mas sabe Dios la hambre que tenia. En los moxos de aquestas cañas vimos, Con agua bien sabrosa mas gusanos, Ni dentro ni de fuera los sentimos, En toda la montaña ni en los llanos, Las cañas por cumbreras las pusimos, Con tener otros palos muy cercanos, Mas no auia que temer que la corteza, Tenian de terrible fortaleza. Es tanta la espessura de las cañas, A do las ay, ques cosa de gran zuma, Y aunque dentro se crian alimañas, Estan tan encerradas como ensima, Quien a cortar va cañas, por mil mañas Que tenga, a las vezes se lastima, Con prouas, con espinas, con abroxos, Y el mal sale mil vezes a los ojos (1). Por este ejemplo se ve el valor que pueden tener los elementos que pro- (1) Marríx per Barco CENTENERA, Argentina y conquista del Rio de la Plata, etc., reimpresión facsimilar de la primera edición hecha en Lisboa en 1602, página 22 y siguientes. 268 PHYSIS (UL, 1917) porciona el « folklore ». En el fondo, muchos de ellos encierran un hecho real, ya sea mal observado, mal comprendido o deformado por la fantasía: popular. Resumen de otras comunicaciones CARLOS LIZER, Ginandromorfismo en un lepidóptero. Mostró un caso de ginandromorfismo en una mariposa Pieridae del género Colias. Pasó brevemente en revista algunos casos de heteromisia homosexual, para referirse en seguida a los de heteromisia bisexual, o sea el ginandromorfismo propiamente dicho, y expuso brevemente una de las teorías emitidas para explicar esta clase de monstruosidad, basada en la duplicidad del soma animal y llamada teoría de la con- crescencia. CARLOS AMEGHINO, Sobre el perro fósil del género Palaeocyon. Se ocupó de un género de perros fósiles, el Palaeocyon, de Lux, del cual no se cono- cía sino la especie típica de las cavernas cuaternarias del Brasil, y otra descripta por Frorewrivo Amecnixo, de Tarija (Bolivia). Últimamente el Sr. C. Amecarxo tuvo opor- tunidad de estudiar un fósil del pampeano inferior de Mar del Plata, descripto por el Sr. Arcines Mercerar con el nombre de Theriodictis platensis y considerado por este autor como perteneciente al extinguido grupo de los creodontes, y halló que era un Palaeocyon, que debe, por lo tanto, llevar el nombre de P. platensis. Además de la muela carnicera de esta especie, presentada por el Sr. CarLos Amecnixo, existe en el Museo de La Plata un cráneo completo de la misma especie. Después se ocupó el Sr. Amecniso de las afinidades del Palaeocyon con el actual /cticyon del Brasil y Bolivia, carnicero raro, semejante a un zorro por su tamaño y su aspecto, que los brasileños llaman « cachorro do matto ». JUAN W. GEZ, Nuevo hallazgo de fósiles en Corrientes. (Presentada por M. DorLto- Jurano.) El Prof. Gez comunicó desde Corrientes el interesante hallazgo de un yacimiento de mamíferos fósiles pampeanos que hizo en compañía del Prof. Sivroroso Acurrre en las barrancas del río Santa Lucía. Según una fotografía que presentó, uno de los animales hallados, ha sido reconocido por el Sr. CarLos Amecuixo como un Toxodon semejante a T. platensis; es un ejem- plar particularmente interesante por su excelente estado de conservación. El yacimiento pertenece al pampeano lacustre superior o lujanense y promete pro- porcionar muchas piezas de valor. CARLOS SPEGAZZINI, Nuevas especies de plantas de la flora argentina. (Leída por el secretario.) Estas plantas están incluídas en el artículo Ramillete de plantas argentinas que se pu- blica en el presente número. COMUNICACIONES 269 LONGINOS NAVÁS, Varias especies de neurópteros argentinos (presentada por L. DiLeranG.) (Véase el artículo correspondiente.) SESIÓN DEL 12 DE MAYO Presidida por F. PastorE, vicepresidente Presentes : J. B. Amsrosetri, H. Amroserrr, €. Amecuixo, G. Bowaretti, L. F. BorpaL£, J. Boso, €. Brucn, J. J. CarsoweLL, E. Carerre, F. Crivertr, L. DeLÉranG, M. DorrLo-Jurapo, A. G. Frers, A. GarLarpo, L. Hauman, €. M. Hickex, €. Lizer, L. Parop1, P. Serrk. CARLOS BRUCH, La forma sexuada femenina de « Cryptocerus ridiculus » Santschi. De esta hormiga publicó el Dr. Sawrscur la forma del soldado (Bulletin de la Société entomologique de France, 1915, página 207, figura 1). Los dos ejemplares de mi colección están representados por un soldado y una Cryptocerus ridiculas Sawrscm1, Q Cryptocerus ridiculus Sawrscht, 2% hembra desalada; ambos proceden también del Chaco de Santiago del Estero. He aquí la descripción de la hembra : Q (aún no descripta). — Largo, 11 milímetros. De igual coloración PHYSIS. > T. HL 18 250 PHYSIS (1, 1917) que el soldado, es decir negra, la región anterior de la cabeza, las ante- nas y patas de un moreno rojizo. Bastante lustrosa ; el abdomen es más opaco, debido a su superficie de una puntuación reticulada, más pronunciada que sobre la cabeza y el tórax. Éstos están cubiertos de gruesos puntos impresos o fosetas, algo mayores sobre la cabeza y que son asimismo más grandes que en el sol- dado, pero más pequeños y menos profundos en el abdomen. Cada foseta lleva un pelo plateado, corto y adyacente, mucho más fino en el abdomen, que tiene también algunas setas en su extremidad. La cabeza es cuadrada, como en el %, algo más pequeña (2,5 X 2,5 mm.); sus costados son también paralelos, los ángulos posteriores rectos, los bordes ligeramente sinuosos y no crenulados; existe también la débil arista en el tercio inferior del borde posterior. Los ocelos, dispuestos en triángulo regular, son apenas mayores que el tamaño de las fosetas. El tórax es como la mitad más largo que ancho (3,1 < 2,2 mm.); todo más estrecho que el del soldado. Los dientes laterales del epinoto son más angostos. Los dos nudos del pedúnculo son bastante más largos, el pri- mero es apenas dentado lateralmente; el segundo o postpeciolo como en el %. El abdomen es dos veces más largo que ancho, cilíndrico y también fuertemente escotado a la base. Ancho del pronoto 2,2 mm., del epinoto 1,2 mm., del abdomen 2,2 mm.; largo del tórax 3,2 mm., del abdomen 5 mm. ANA MANGANARO, Un nuevo inmigrante para la Flora argentina « Artemisia vul- garis » L. (presentada por M. Dorrto-Jurapo). En el verano pasado tuve ocasión de observar varias veces entre el tra- yecto de esta Capital y los pueblos de Villa Devoto, San Martín, Villa Urquiza, etc., una planta cuyo aspecto me era desconocido. Formaba pe- queñas colonias esporádicas bastante alejadas unas de otras, en su mayo- ría situadas en los taludes que limitan el camino y no parecía ser muy abundante. En Marzo de este año alcancé a observar una colonia en plena floración en las cercanías de la Chacarita, frente a la entrada principal del Cemen- terio Alemán; al estudiarla, resultó ser la Artemisia vulgaris L. var. vul- gatissima, vegetal que constituye un nuevo huésped europeo para la flora de nuestro país y que los autores indican como difundida ya en toda el Asia, el África del Norte, Cabo de Buena Esperanza y también en la Amé- rica del Norte, pero aún no en la del Sur. Comun1cACIONES 271 Es una planta vivaz, con numerosos estolones superficiales o subterrá- neos que forma manchas de 1-2 metros de ancho, con ramas erectas po- bladas de hojas pinatífidas, lampiñas y de color verde obscuro en el epifi- llo, tomentosas y de color blanco ceniciento o ligeramente azulado en el hipofillo, con largos lóbulos enteros y agudos ; las ramas fértiles, que al- canzan hasta casi un metro de altura, llevan una gran panícula por lo común unilateral muy ramificada, de pequeños antodios no radiados, ovalados, blanquecinos hacia el exterior con pequeñas escamas y nume- rosas flores dimorfas y heterógamas amarillentas, acompañadas de hojas florales lineales angostas y enteras; todas las partes, pero especialmente las inflorescencias, despiden un olor aromático bastante marcado y agra- dable. Se trata, pues, de una planta ruderal casi cosmopolita, que tiene aplica- ción industrial pues sus inflorescencias se utilizan para la fabricación del vermouth generalmente acompañadas de otras especies del mismo género más aromáticas, raras y Caras. Revisando la colonia de la Chacarita me pareció ya antigua, de algunos años por lo menos y sospecho que sea la inicial de todas las demás colo— nias más pequeñas y por lo tanto muy jóvenes que había observado aquí y allá hasta Villa Devoto ; las corrientes atmosféricas facilmente deben de haber transportado y diseminado a lo largo de la vía los pequeños aque- nios provistos de un vilano bien desarrollado, ¿ Cuál podrá ser el origen de esta colonia? Bien podría ser que un cajón haya venido de Europa con mercaderías envueltas en pastos entre los cua- les se hallara algún individuo maduro de Artemisia. A juzgar por el aspecto de las colonias inspeccionadas estoy segura de que la planta está perfectamente aclimatada y que ha hallado en nuestro suelo condiciones edáficas óptimas para su arraigo y desarrollo, y no dudo que seguirá difundiéndose mayormente por todas las regiones templadas de nuestro país. M. DOELLO-JURADO, Notas sobre « Acanthina calcar » (Martyn). 1. «Acanthina calear » var. «crassilabrum » en una tumba indigena de la provincia de Mendoza. En abril del corriente año, el Dr. Áxeer GarrarDo trajo al Museo Na- cional de Buenos Áires un caracol que había sido hallado en: una tumba indígena de Uspallata (Mendoza). Se trata de la variedad citada en el título, que en la actualidad vive en 272 PHYSIS (III, 1917) la costa del Pacífico, desde el sur del Perú hasta el sur de Chile, y que ha sido llevada a Mendoza por los habitantes indígenas de la región, como objeto de adorno o de simple curiosidad. Ya se conocían otros ejemplos de moluscos de la costa de Chile traídos a las provincias de Cuyo por los indios. En sus exploraciones en San Juan, el Sr. S. Desexenerr: (1) obtuvo varios ejemplares procedentes de Angualasto y Pachimoco, que me fueron deferentemente comunicados para su determinación. Sobre ellos dí una breve noticia en la reunión de Tucumán, y aquí diré solamente que salvo una almeja de agua dulce, Diplodon sp., todas las demás son espe- cies marinas de las costas de Chile y del Perú. El ejemplar de Uspallata que motiva esta nota (fig. 1), tiene las siguientes dimensiones : longitud, 55 mm.; anchura, ho mm. ; altura de la abertura, medida interiormente, 43 mm. Normalmente, en esta especie el borde del labio termina en bisel dirigido hacia adentro, HE e Herbio es ces pin ips aquí ese bisel o filo, falta hallado en una tumba indígena de Uspallata (prov. de Mendoza). (Tamaño natural). en su mitad inferior por des- gaste y el resto por fractura, de modo que el borde termina en ún plano más o menos perpendicular a ambas caras; pero la fractura parece ser en parte, más reciente que la época en que el caracol fué depositado. El ápice, en sus dos primeros anfractos, está corroido. La espina o espuela que caracteriza al género (y que en esta variedad es relativamente corta y delgada) falta por completo en este ejemplar. El desgaste deja ver, sin embargo, la sección de aquella espina. E ejemplar ha perdido sus colores, está bastante blanqueado y en parte mineralizado, de modo que a primera vista parece fósil; pero la fractura del borde a que me he referido, demuestra que aun conserva una buena proporción de substancia orgánica. La superficie está irregular— (1) Cf. Revista de la Univers. de B. Aires, tomo XAXXIV, pág. 382. 1916. (30) COMUNICACIONES 27 mente desgastada y en parte presenta una coloración rojizo sucio, con adherencia de la substancia terrosa en que ha estado depositado. Ahora daré algunas informes sobre el nombre de la especie, su sinoni- mia, etc., según la bibliografía de que dispongo. Me veo obligado a ha- cerlo para justificar el nombre adoptado. Estos datos servirán también, por lo demás, para la nota siguiente. La forma de que aquí trato, es más generalmente conocida con el nom-- bre de Monoceros crassilabrum Lamarck (1). Con ese nombre se la ve en varios tratados corrientes (2). Pero se sabe que Monoceros Lamarck (1809), nec BLocHn el SCHENE1- DER (1801), debe ser substituido por Acanthina Fiscuer v. WALbnHem, que tiene prioridad. Es sensible, pues el nombre de Lamarck ya estaba muy generalizado. Algunos autores, como STREBEL (1907), han conti- nuado usandolo. Casi todos los autores están de acuerdo en que el nombre especifico que tiene la prioridad es el de Marryx (1784) quien lo llamó Buccinum calcar en su obra, célebre por la perfección de sus figuras y también por su rareza, titulada The Universal Conchologist. De este libro, existe en el Museo Na- cional sólo la reedición hecha por Cuexu (Bibliotheque conchyliol., 1"* sé- rie, tome II. Paris, 1845). Parece ser que esta reedición contiene algunos errores u omisiones en las referencias de las figuras: pero para salvarlos he consultado los dos eruditos estudios que Dar ha dedicado a la obra de Martyx (Proceed. U. S. Nat. Museum, Washington, vol. 19, 415- 432, (1905) y vol. 33, 185-192 (1907). Resulta de esto que Martyx ha figurado en 1. /, fig. 10 de la edi- ción original (pl. 3, fig. 4, ed. Cuexu) el Buccinum calcar; y en t. IL, fig. 50, ed. orig. (pl. 16, fig. 1, ed. CHexu), otro ejemplar algo (1) Pmuirer (Fósiles terciarios y cuartarios de Chile, p. 56, nota) ha hecho notar que « Mono ceros es voz griega y masculina. Los Romanos decían : crassi rostris, crassi cornis ; debemos, pues, decir, crassilabris, no crassilabrum. » La observación es justa en su primera parte, y Lamarck pa- rece haber considerado a Monoceros como neutro, puesto que ha escrito también imbricatum, gla- bratum, etc. Pero lo segundo es discutible, desde que crassilabrum, por su composición, es palabra que puede considerarse invariable y aplicarse por lo tanto a cualquiera de los géneros, como cras- sipes, albifrons, crenimargo, etc. Es cierto que más comúnmente se ha empleado la forma crassila— bris, por la razón apuntada por Pu11pp1; pero también se ha dicho crassilabrus, — a, que sería también aceptable por comparación con albicomus, —a. Debiendo, pues, optar entre estas diver sas formas, pues ésta es la primera vez que se emplea la combinación de nombres usada en el título, he creído que debe conservarse la forma original del nombre específico, desde que no im- plica un error gramatical que justifique su alteración. (2) En Revista chilena de Hist. Nat., XX, pág. 11 (1916), el Sr. E. E. Gicoux publica una noticia, acompañada de una fotografía, sobre esta variedad, que ha observado en la playa de Ra- madas y en Puerto Paposo (Chile). mí PHYSIS (ML, 1917) distinto, con el nombre de Buccinum calcar-longum. Según la edición Cuexu, el primero tiene como procedencia « Nueva Zelandia » y el segun- «Cabo de Hornos ». La procedencia « N. Zelandia » es sin duda erró- nea (1), pues el género no existe fuera de las costas americanas, particu- larmente del Pacífico. Ambos ejemplares de Marryx deben de ser del ex- tremo austral de Sud América. Ambos representan, sin duda, la misma especie. De modo, pues, que el nombre calcar debe tener la prioridad pues aparece primero, y la fecha de todas las figuras de 1 a 80, que represen- tan los tomos I y II, es la misma : 1784. Así parecen haberlo entendi- do los autores modernos, casi sin excepción. Sin embargo, el mismo DarL, en su memoria sobre los moluscos de la provincia peruana (Pro- ceed. U. S. Nat. Mus., vol. 37. 1909) usa el segundo nombre de Mar— TYN, que escribe calcar-longum (pág. 222) o calcarlongam (pág. 286). Se podría creer que esto se debe a que admite la segunda forma de Marry como variedad o subespecie en nomenclatura trinomial (aun- que entonces no debería escribirse las dos palabras unidas); pero se- guramente no es así, pues en la sinonimia (pág. 286) menciona to- das las otras «especies » (Monoceros crassilabrum, imbricatum, ylabra- tum, etc.), como sinónimos de Acanthina calcarlongum Martxx. Su- poniendo que éste fuera el nombre que debe prevalecer y que bajo él deben reunirse todas aquellas formas (2), la distribución geográfica que le correspondería no sería la que Dar indica : «costas del Perú hasta Chiloé por el sur », puesto que es muy sabido que llega hasta el extremo austral. La distribución que Darz indica o sea la costa chilena, en gene- ral, es la que corresponde a la var. crassilabrum, como lo hemos visto. Así lo confirma r'OrsiGwY (Voy. Amér. Mérid., Moll., p. 441) quien dice que esta variedad (que él considera especie) se extiende desde el gra- do 29 lat. S. hasta más o menos Valdivia. Dejando de lado este punto que merece señalarse, por lo mismo que (1) Es bien sabido, en efecto, que este género no está representado en Nueva Zelandia. Debe, pues, atribuirse a una inadvertencia el que Moericke en su trabajo importante sobre los fósi- les terciarios de Chile (Veues Jahrb. f. Miner. Geol., B. B. X, p. 562. 1895) nos hable de un Monoceros tessellatum Lessox, de N. Zelandia, basándose sólo en una referencia del Catálogo de Parrer. En esta obra (vol. 1, p. 145. 1887) se cita, en efecto, tal especie y se menciona como autoridad a Trxow; pero este autor (Manual, 1, p. 196. 1880) dice precisamente lo contrario : «This species has not been recognized, mever having been figured. lt is said to come from New Zealand — donbtless a mistake. » — Surer, en su reciente Manual of the N. Zealand Mollusca (1913), no menciona aquella especie, ni ninguna otra del género. (2) Aparte de las que se agrupan alrededor de Acanthina calcar, hay algunas otras que son realmente distintas específicamente, como A. brevidentata, A. tuberculata, pero éstas viven del Perú y Ecuador para el norte; y el Monoceros gigantenm Lussox, de Chile, es separado en un género distinto. Chorus Grax (fide Dart, loc. cil.). COMUNICACIONES 2 1 se trata de una autoridad reconocida y de una memoria que es preciosa para la malacofauna de esta parte de América, considero justificado el empleo del nombre calcar (1). Esto en cuanto a la palabra. Ahora se presenta la cuestión de saber si las diversas «formas », que han recibido, como hemos visto, nombres distintos, deben considerarse como especies, como variedades O si son simples variaciones individuales. Los autores antiguos se habían decidido por lo primero, y aun algunos que no pueden considerarse antiguos como P. Fiscuer en su Manuel, siguen usando algunos de aquéllos como corres- pondientes a especies distintas. No hay duda de que Acanthina calcar es una especie muy variable, a semejanza de su vecino Trophon geversianus Parras, y basándose en esto algunos autores modernos que han estudiado especialmente los moluscos de Magallanes, consideran que aquellas for- mas no deben aceptarse ni aun como variedades. Tal es el caso de SrkE- (1) Como algunos autores modernos usan, sin embargo, el nombre Acanthina monodon (So- LANDER) para esta misma especie (por ej. Cossmaxx, Essais paléoconchol., V, p. 77- 1913) es necesario recordar su origen. En el Catalogue of the Portland Museum, publicado sin nombre de autor, pero basado, como es sabido, en los manuscritos de SoraxDer, apareció el nombre Buc- cinum monodon que los autores contemporáneos han reconocido ya como sinónimo. No dispongo de dicho Catalogue, pero puede confirmarse este dato en la gran obra de Marti y Cuemnz, Syst. Conchylien Cabinet (1* edición), preciosa adquisición que ha hecho la Biblioteca del Mu- seo de Buenos Aires. En dicha obra (tomo X, p. 198. 1788) puede leerse en efecto : Buccinum monodon Solandri, en la sinonimia, con la correspondiente referencia « Catal. Mus. Portland. n* 372» y la cita de los dos nombres de Marrtyx a que me refiero en el texto. Sin embargo, Cueuwrrz le asigna un nuevo nombre, Buccinam monoceros, cuya designación especifica fué con= vertida más tarde en genérica por el ilustre Lamarck. Pero la fecha del Calalogue es 1876 (cf. Daz, Pr. U. S. Nat. Mus. vol. 29, p. 419), de modo que el nombre de Marryx (1784) tiene la prioridad. Posteriormente Gxwerix, en la 13* edición del Systema Naturae (tomo 1, parte VI, pág. 3483, n* 50. 1790) emplea el mismo nombre monodon para la misma especie, pero sin mencionar a SoLawber. Por esto es que algunos autores atribuyen aquel nombre a GmrL1x. Todavía hay que hacer una aclaración. Si el nombre Buccinom monodon ha sido empleado por primera vez por ParLas (1767), debería tener la prioridad. Al apuntar esta duda, Jamento no poder resolverla porque la obra: de este autor, Spicilegia zoologwca, mo se halla en nuestra biblioteca. Cmeunriz (op. cit.), cuya prolijidad y buena información son evidentes, menciona a Parras en primer término al tratar de esta especie y transcribe un extenso párrafo suyo en len- gua latina; pero no cita aquel nombre. En la misma forma lo recuerdan Gurris, Kiewer y Desmaxes (en la 2* edición de la obra de Lamarck). De aquí se deduciría que Parras ha cono- cido realmente esta especie, pero que no le ha dado nombre latino binomial. Los autores cita= dos lo mencionan, en efecto, en este caso, junto con otros naturalistas no limnneanos, como Da- viLa, Favayse, etc. En caso contrario, Desmayes, que insistió en restaurar el nombre de Parras Bnuecinam geversianum (ahora Trophon geversianus), y lo impuso, mo hubiera dejado de hacerlo para el Monoceros. Lo que hace dudar es la referencia de Ev. voy Marréxs, quien en sus estu- dios sobre los moluscos de los viajes de Coox y de Boucariviie (Malakozoologische Blálter, XIX; p. 7- 1872), cita a Parras en la misma forma que los otros autores, pero consigna in- mediatamente después el nombre Buccinum monodon... Por otra parte, esta denominación no figura en la lista sinonímica de Dazz (op. cit.) y su atribución a Partas no parece justificada. 276 PHYSIS (IL, 1917) BEL, en sus importantes Beitrige, etc. (Zool. Jahrb., Abt. Syst., 22 B.. p. 646. 1906). Sin embargo, la opinión de este autor, aunque sin duda muy seria, no puede considerarse decisiva. A diferencia de la manera amplia como ha tratado otras especies (p. ej., Trophon geversianus), las líneas que dedica a Acanthina no alcanzan a una página; consigna escasos datos descriptivos y no trae ninguna ilustración. De mucho peso debe también considerarse la opinión de Dazz, ya citada, que se decide en el mismo sentido. | Sin embargo, en presencia de las descripciones y del material dispo- nible, parece preferible admitir una especie con diversas variedades. Sin discutir tampoco el aspecto teórico del asunto, y admitiendo que la distin- ción entre especies, variedades, etc., es siempre más o menos convencio- nal, creo que es conveniente reservar nombres distintos para los términos extremos de las variaciones de una forma, siempre que no exista entre ellos toda una serie de modificaciones paulatinas e insensibles. Además, hay que tener también muy en cuenta el factor « distribucional » : si una forma es constante dentro.de cierta zona. aunque los límites de ésta no estén marcados de un modo absolutamente preciso, es conveniente y có- modo darle un nombre distinto, sea especie, variedad, subespecie, etc. Naturalmente, esto no excluye que en ciertos lugares, — en las zonas de transición, — puedan encontrarse reunidas dos formas distintas, y en ese caso no debe sorprender el hallar en esas zonas formas de caracte- res intermediarios. Ahora bien, este factor distribucional, creo que no ha sido tomado suficientemente en cuenta por los autores que se han decidido por la reunión de todas estas formas de Acanthina bajo una sola designa- ción. Del mismo modo, será necesario tomar en consideración las espe— cies extinguidas tan interesantes que ofrecen los terrenos terciarios de Chile y sus relaciones con cada una de las variedades o especies vivientes. El caso presente puede servir como un ejemplo bien demostrativo, de la conveniencia o mejor dicho de la necesidad, de distinguir estas formas (o al menos algunas de ellas) con nombres distintos. En efecto, si se adop- tara la opinión de SrreeL, Dart, etc., deberíamos limitarnos, al dejar constancia de este hallazgo en Uspallata, a decir que era la especie Acan- thina calcar, sin más. No se sabría, pues, sies la forma que habita los ar- chipiélagos fueguinos o las costas de Chile, y no podría por lo tanto tenerse sino una idea demasiado vaga de la procedencia del ejemplar en cuestión. Pero puesto que podemos distinguir, por diversos caracteres morfológicos, la forma que vive en las costas chilenas, no hay razón para negarle un nom- bre particular, cuya utilidad, en este caso, es evidente. Del mismo modo, en lo que se refiere a las formas extinguidas a que COMUNICACIONES 277 antes he aludido. Darwi1y encontró en los terrenos terciarios de Coquimbo una forma fósil que SowerBY (in Darwxw, Geol. Observ., p. 619, pl. 1V, fig. 66-67) designó con el nombre de Monoceros ambiguum, muy seme- jante a M. crassilabrum, pero que, a su juicio, merecía ser considerada como especificamente distinta. Esta opinión fué confirmada por D'OrBIGNY y por R. A. Pmiuirpr. En los terrenos terciarios y cuaternarios de Chile, se halla ya, subfósil, el verdadero M. crassilabrum. Pero si admitimos que entre esta forma y las que se han designado como imbricatum, stria- tum, etc., no hay razón para distinguir siquiera buenas variedades, mu- cha menos la habría para distinguir entre M. ambiguum y M. crassila- brum (1). En caso análogo se hallan algunas de las formas extinguidas de Chile con respecto a otras vivientes. Por otra parte, el hecho de que haya existido desde el Terciario, y en la misma región, el M. crassilabrum y otras formas semejantes, mientras que no se conoce ninguna forma del tipo ¿mbricatum y afines, es un argu- mento más para considerar al primero como una buena variedad, si no especie, ya caracterizada en aquellos tiempos, y que conserva desde enton- ces su habitat. Mientras no se realice un estudio más detenido de todas las formas actuales y de su distribución, considero preferible seguir la opinión de los que, como Tryox (Manual of Conchol., (l, 194. 1880), consideran al M. erassilabrum como una variedad. aunque reconoce que las formas de tran- sición pueden presentarse, pero sin especificar más detalladamente el grado de esta variación. A pesar de la extensión de esta comunicación, la ingrata tarea sinoní- mica no queda terminada con respecto a esta variedad (y menos aun respecto a la forma típica, como puede verse en la nota siguiente). En efecto, una de las formas gruesas comúnmente designadas con el nombre (1) Morr1cxE (op. cit., p. 564) considera al primero como una variedad del segundo, bajo el nombre M. crassilabris var. coslata Sow., porque lo cree igual al M. costatum Sow. (1835), que los autores señalan, generalmente, como un simple sinónimo de M. crassilabrum, siendo lo mismo que éste, muy grueso pero más pequeño y con costillas o cordones espirales (cf. Trxox, op. cit., pl. 60, fig. 292, 297). Parece muy dudoso que M. ambiguum pueda identificarse con esta última forma. La diferencia principal entre M. crassilabrum y M. ambiguum reside, según Pm Lipp1, en la forma de la abertura, muy dilatada en el último. Desgraciadamente, de éste se cono- cen muy escasos e imperfectos ejemplares. En cambio, los ejemplares fósiles de Coquimbo que Puiier1 (Fósiles terciarios y cuartarios, p. 56, lám. V, fig. 9. 1887) designó con dudas como « M. costatus Sow. ? », no corresponden, pro- bablemente, a la forma así llamada por Sowerbx, pues la de Pm11ep1 tiene el labio muy delgado (a pesar de ser más grande), la espina más alejada del canal, el cual tiene otra conformación, etc. Es curioso que Morr1cke nada diga al respecto, mi mencione la especie de Pmiipp1, a pesar de haber hecho uso del mismo nombre de SowrrrY. to -] 0 PHYSIS (HI, 1917) que he adoptado, ya había recibido de BrucuimrE el nombre de Buccinum unicorne (Encyclop. méthod., Histoire Naturelle, [V”1], p. 254. 1789), basado sobre un ejemplar único recogido por DombrY «a su paso por el cabo de Hornos ». Si el nombre crassilabrum fué aplicado por Lamarck posteriormente (Tableau encyclopéd. et méthod., pl. 396. fig. 2), a la misma forma (como está consignado por Desmaxes en Hist. Nat. des Anim. sans verlébres, 2* ed., t. 10, p. 120), el nombre de Brucuiire debería prevalecer; pero como éste ha sido aplicado para una forma más pequeña, que habita el extremo austral de Sud América, mientras que el nombre de Lamarck ha sido usado por casi todos los autores (incluyendo a Tkxox, Op. cit.) para la forma mayor, que habita las costas de Chile, desde la región de los archipiélagos para el norte, he preferido conservar. para ésta, el nombre de var. crassilabrum, en el sentido de Tryon, Op-IGule, pl. 61, fig. 307, o de KieExER, Species général, Purpura, pl. XALV, fig. 104 (nec 104, a). Si resultase que todas estas formas deben reunirse como variedad única de Acanthina calcar, entonces el nombre que se le diera debería ser var. unicornis: pero no es necesario insistir sobre la cuestión de forma cuando aun no se está de acuerdo sobre la cosa misma. 2. Presencia de « Acanthina calcar » var. «imbricata y en Bahía Laura (Patagonia). A propósito de esta especie, aprovecho esta oportunidad para recordar una comunicación oral hecha a esta sociedad en la sesión del 2 de sep- tiembre del año anterior. En febrero del año pasado hallé en Bahía Laura, punto situado en la costa de Santa Cruz (Patagonia), por 48%29/ lat. S., varios ejemplares de esta especie, que refiero a la variedad ¿mbricala, como se verá más adelante. La presencia del « caracol de espuela », como vulgarmente suele desig- narse a esta especie, no se conocía positivamente en la costa atlántica fuera de la Tierra del Fuego y el estrecho de Magallanes, de modo que es de interés dejar constancia de su existencia en una localidad mucho más sep- tentrional, y más por tratarse de un elemento tan típico de la fauna maga- llánica. El límite de lo que zoogeográficamente se entiende por « provincia ma- gallánica » comienza en el Pacífico a la latitud de Chiloé e incluye el estre- cho de Magallanes, Tierra del Fuego e islas próximas y las islas Malvinas. En cuanto a su extensión hacia el norte por el Atlántico, esto es, en las costas propiamente patagónicas, poco es lo que hasta ahora se sabe con- cretamente. Gon razón dice Dazr (op. cit., p. 185), hablando del límite ASS ComuNIGAGIONES 279 de aquella provincia : « From Chiloé to the Fuegian Archipelago and for a short but undetermined distance north on the Argentine coast, on the Atlantic side. » Comúnmente los autores colocan el límite norte de la provincia O «sub-región » magallánica en Puerto Melo, esto es, en la extremidad norte del golfo San Jorge a los 459 lat. S. Así puede verse en el manual de Woobwarkb y en el clásico de Pau Fiscuer (Manuel de Conchyliolo- Lepe donde probablemente por un (apsus se sitúa a P. Melo en el grado 4o? lat. S., pues el mapa de la misma obra lo indica aproxi- madamente bien). Pero hay que tener en cuenta que aquel límite es más bien hipotético, desde que no existen datos suficientes en que basarlo. Es posible que nuevas investigaciones tiendan a confirmarlo, pero por ahora se justifican las reservas expresadas por Darz en las palabras cita- das. Gomo quiera que sea, es indudable que una gran parte de las costas de Patagonia deben quedar comprendidas, zoogeográficamente, en la pro- vincia magallánica. Por lo tanto, la designación de « patagónica » para la provincia siguiente, que incluye sólo la parte norte de la Patagonia, toda la costa de la provincia de Buenos Aires y de la KR. O. del Uruguay y parte del sur del Brasil, no resulta muy apropiada, por lo cual A. H. Coox (Molluscs, in Cambridge Nat. History, ML, p. 373. 1895) propone el nombre de « sub-región argentina » (Argentinian Sub-region). Tratándose del género Acanthina que, como hemos visto, tiene nume- rosos representantes, entre fósiles y actuales, en el Pacífico y sobre todo en Chile, es también interesante recordar que ningún representante fósil del género, terciario ni cuaternario, se conoce de la región magallánica ni de las costas de Patagonia, siendo en cambio muy común en la actuali- dad, en el Estrecho y zona adyacente, la forma que he hallado en Bahía Laura. Su presencia en este punto indica que debe encontrarse también en localidades intermediarias entre él y la entrada del Estrecho de Maga- llanes; pero, en ese mismo viaje, no lo hallé en San Julián, en Santa Cruz, ni en Puerto Gallegos, donde también coleccioné, aunque por muy breve tiempo. Puede asegurarse, de todos modos, que la especie es poco común en toda esa región. Estos hechos nos autorizan a suponer que la expansión del « caracol de espuela » a lo largo de aquella costa es reciente. Creo que en el mismo caso se hallan algunas otras especies de moluscos (1). (1) Es digno de hacerse notar el hecho de que la región menos conocida, del punto de vista de la malacofauna, es la comprendida entre el Estrecho y el golfo San Matías, pues de la parte austral tenemos desde hace muchos años, las contribuciones de las expediciones antárticas que 280 PHYSIS (111, 1917) En los tratados corrientes y en muchas obras especiales, el género lcanthina está indicado como un habitante de las costas occidentales del continente americano y del Estrecho de Magallanes y Tierra del Fuego; pero casi sin excepción omiten consignar que una de sus especies ha sido señalada en las islas Malvinas (Falkland), hecho de interés, como se com- prende, por tratarse de una localidad en el Atlántico. Esta omisión es cu- riosa por cuanto ya los autores antiguos consignan el dato. Cuemnrrz (Sys- lemat. Conchyl. Cab., loc. cit., 1788) dice que sus ejemplares procedían de los viajes del capitán Coox y que le habían sido dados como « de las islas Malvinas y de Tierra del Fue- go»; pero hay que considerar esta referencia como dudosa, desde que aquel célebre navegante no tocó nun- ca aquellas islas, según puede verse en las narraciones de sus viajes; mas no puede excluirse la posibilidad de que los naturalistas de la expedición hubieran obtenido indirectamente ejemplares de aquella procedencia. Queda, sin embargo, constancia de que en el viaje de BouGArNvILLE (1763-64) la Acanthina calcar fué observada en las islas Malvinas, pues el Buccin armé de que habla Dom de los ejemplares hallados vivos en Bahía — + ERNETTY (Histoire d'un Voyage aux Laura (Patagonia). (Tamaño natural). Isles Malouines..., IL, p. 32, 2* edi- ción, 1770) debe sin duda identificar- se con ella, como ya lo ha dicho vox MartExs en su estudio anteriormen- Fig. 2. — Acanthina calear var. imbricata. Uno te citado. Es cierto que durante muchos años esta referencia no apareció confirmada, pero por los trabajos recientes de MeLviLL y Sranben |Journ. of; Conch. vol. y, p. 101 (1898); vol. 10, p. 44 (1899)] y SrrebeL (op. cit., 1907) debe considerarse segura. Los ejemplares de Bahía Laura, en número de catorce, presentan ca- racteres uniformes (fig. 2). Son acentuadamente aovado-oblongos, con tocaron esos puntos, y la parte norte es mejor conocida, especialmente por la obra de v'OrnicNY. Algunas expediciones, como la de la Universidad de Princeton, que tanto han contribuido al conocimiento de los moluscos fósiles de Patagonia, mada han dado a conocer respecto de los ma- rinos actuales. (92) pu COMUNICACIONES 2 la espira bastante larga y la abertura relativamente angosta, como lo muestra la fotografía adjunta. Sus dimensiones en los individuos bien desarrolladas son las siguientes, que pueden considerarse como término medio : altura 55 mm.; anchura, 39 mm.; abertura, 42 < 18 mm.; espira 13 mm. Los cordones espirales están siempre bien desarrollados; pero las escamas lo están muy poco, salvo en una pequeña zona cerca del borde. Por su conformación general, estos ejemplares deben referirse a la va— riedad ¿mbricata (= Monoceros imbricatum Lam.). Los autores modernos tampoco admiten tal variedad, y sostienen que debe reunirse bajo la sim- ple designación de Acanthina calcar. La forma típica de A. calcar sería según los autores, aquella de espira mucho más breve y abertura más ensanchada, como lo acepta Trxon (op. cit., pl. 60, pág. 295). De la misma opinión era DesHaves (in Lamarck, Hist. nat. anim. s. vert., 9% ed., vol. 10, p. 122) quien insistía en que debían considerarse como es- pecies distintas las dos formas representadas por Martyx (1), lo cual es sin duda insostenible, pues las diferencias no son suficientemente constantes. He examinado una serie de ejemplares de Magallanes y Tierra del Fuego, y he podido comprobar que presentan a este respecto una va- riabilidad apreciable, de tal modo que no podrían marcarse exactamente los límites de ambas formas; pero por razones análogas a las que he invo- cado al tratar de la var. crassiabrum, me parece conveniente conservar para esta forma el nombre que le dió Lamarck, aunque reconociendo que las diferencias que separan a esta variedad de la forma que se ha conside- rado como típica, son menores que las que separan a ésta de la var. cras- silabrum. Los ejemplares de Bahía Laura son un poco más alargados, y relativa- mente más angostos que los de la misma variedad procedentes del Estre— cho. Los que habitan las islas Malvinas son, como lo hacen constar MeLviLL y STANDEN, de la var. imbricata. Parece ser, pues, que al norte del Estrecho se hallaría sólo esta variedad, lo que sería interesante poder comprobar con nuevos hallazgos, sobre todo en las costas del territorio de Santa Cruz. Casi todos los ejemplares de Bahía Laura estaban vivos cuando fueron recogidos. Habitaban en un hueco u hoyo excavado en el pórfido rojo, (1) Si así fuera, el nombre calcar solamente, debería reservarse más biem para la forma de espira alargada, pues ésta es la que Marryx (t. L, fig. 10) llamó así, mientras que la de espira breve (ibid, t. Il, fig. 50) es la que designó calcar-longum. Para no complicar más la nomen- clatura ya bastante confusa, he preferido seguir la opinión de los autores citados en el texto. RocaeBruxe y MamurE (Mission de Cap Horn, Moll. H. 62) siguen la opinión de Desnaves. 282 PHYSIS (1, 1917) que queda lleno de agua con marea baja. El fondo, de 0,50 hasta 1 metro de profundidad, más o menos, estaba cubierto de mejillones (Mytilus), a los cuales adhieren fuertemente, por su pie, los caracoles. Al retirarlos, pude observar que casi todos ellos tenían la trompa afuera, larga de uno a dos centímetros, e introducida entre las valvas entreabiertas de los meji- llones cuyo cuerpo devoran de este modo. En general, el caracol está colocado de modo que su eje longitudinal queda más o menos paralelo al del bivalvo, y su borde inferior apoyado contra éste. En esta posición, y mientras el caracol absorbe el cuerpo del mejillón, la curiosa espina o «espuela » que adorna aquel borde, viene a caer en la abertura de las valvas. Por lo menos en uno de los casos (sobre los doce ejemplares hallados vivos) pude alcanzar a ver que la espina estaba realmente introducida entre las valvas del meji- llón, que ayudaría así a mantener abiertas, actuan- do como una cuña, para impedir que se cerraran y oprimieran la trompa del caracol; pero no pue- do asegurar que sea esa su función normal y que no se trata de un hecho en cierto modo acciden— tal. Es posible que en algunos casos el borde mis- mo del canal puede tal vez desempeñar la misma función. Observando los detalles de la forma de la espi- Fig. 3. — El mismo ejemplar de la figura 2, visto desde . MA, se ve que ésta no es de sección circular, simo afuera y un poco desde aba- (nie está un poco comprimida lateralmente, esto jo, para mostrar la forma de : la epedias y la cats 0360 el sentido de un plano que cayera perpen— ra del borde a su lado. (/,) dicularmente al borde del labio en ese punto, de modo que su sección es más o menos elíptica. He medido esta sección en varios ejemplares, en la base de la espi- na, y he encontrado que tiene desde 2< 3,5 mm. hasta 2,5 X/4mm.; pero en ejemplares jóvenes la diferencia entre un diámetro y otro es me— nor : 1?/, X 2 mm. En todo caso, se observa una compresión, aunque sea pequeña, que coincide con el plano según el cual penetraría la espina en las valvas del mejillón. Además, hacia el borde externo y según el mismo plano, se nota una finísima cresta, una especie de filo dirigido hacia adelante. También es digno de notarse que el borde del labio pre- senta una escotadura más o menos pronunciada en el lugar donde está la espina, y además, a ambos lados de la base de ésta, hay dos pequeños surcos. En la hipótesis de que el caracol se sirviera de su « espuela » para el uso indicado, esta escotadura tendría su significado morfológico, pues COMUNICA CIONES IS (0/2) o> representaría la concavidad correspondiente a la convexidad de las valvas del mejillón. Estos detalles curiosos se ven mejor en el dibujo adjunto que debo a la amabilidad del Sr. €. VitLaLoBOS, y que representa, como se ve, la parte inferior de la abertura vista desde afuera, según un plano perpendicular a la base de la espina. Es también sugerente la comparación en este sentido entre Acanthina y Purpura Lam. (= Thais BoLtex). Todos los autores están de acuerdo en que ambos géneros son sumamente afines, y que se distinguen sólo por la presencia en Acanthina de la espina que falta en las Púrpuras. Pues bien, éstas, que también se alimentan de moluscos bivalvos, no in- troducen la trompa por entre las valvas de éstos, sino que las -perforan determinando como es bien sabido, un agujerito circular por el cual lle- gan al mismo resultado. Es la misma propiedad que poseen los Muríci- dos (1). Serían, pues, caracteres correlativos que corresponderían a dos modos distintos de alimentación. De modo que la presencia de una espina en Acanthina, tendría como carácter diferencial con Purpura, un valor bien definido y no puramente ornamental, como puede serlo en especies de otras familias. Así lo indica también la presencia de un surco bien mar- cado que la espina va dejando tras de sí en el curso del desarrollo del ca- racol, particularidad bien significativa sobre la cual ya había insistido HurÉ (in Gay, Hist. de Chile, Zool., VIL, 193) con mucha claridad. Es sensible que no se encuentren consignadas observaciones sobre este interesante género en otras localidades donde es más común para po- der confrontarlas con lo que aquí se ha expuesto. La abundante biblio- grafía que existe, como se ha visto, desde hace casi ciento cincuenta años, no registra, en todo lo que he podido revisar, ninguna anotación sobre el régimen de vida y alimentación del interesante « caracol de espuela ». M. DOELLO-JURADO, Nota sobre « Turritella americana » (Bravard). Hace pocos días el Prof. Juax W. Gez remitió al Museo Nacional de Buenos Aires, ¡juntamente con algunos huesos fósiles, un trozo de calcá- reo que consideraba de interés porque encerraba numerosos moldes de moluscos. Según las informaciones recogidas por el Sr. Gez, dicho trozo procedía (1) En las costas de Patagonia, tenemos entre los Muricidae el Trophon geversianus Parras, activo perforador de mejillones y almejas (Chtone antigua Kixc), como lo señalé en la crónica de PHYSIS (vol. IL, p. 196). En Mar del Plata, Necochea, Bahía Blanca, etc., el principal perfo- rador de bivalvos creo que es el pequeño Sistrum (?) inglorzum (Crossk). 28% PHYSIS (IM, 1917) de las proximidades de la ciudad de Corrientes y había sido extraído de un nivel inferior al de las mayores bajantes del río Paraná (1). Observaba el Sr. Gez que rocas semejantes no se veían en las barrancas del río en aquella ciudad. Este fragmento, que aquí hago ver, presenta una semejanza sorpren— dente con algunos de los de Paraná (E. Ríos), bien conocidos de todos los que se han ocupado de fósiles en aquella localidad. Pero lo que me inte resa hacer notar es la presencia de moldes, internos y externos, de un caracol marino extinguido, que he identificado con Turritella americana (BravarD), especie muy común en Paraná, donde se presenta en idéntica forma. La especie fué descubierta por BravarD y designada, sin descripción, como « Cerithiaum americanam » en su Monografía de los terrenos tercia— rios del Parana (2). En su primera memoria sobre los moluscos terciarios de la Argentina, el Dr. H. vox InerixG (3) reconoció, aunque con duda, el supuesto Ceri— thium de Bravarb, en unos moldes de la misma procedencia que designó como « Tarritella sp. cf. Steinmanni », porque con los ejemplares de que disponía, no creía posible una determinación más exacta. 7. Sternmmanni Ix., con la cual la comparaba, es una forma del grupo de T. ambulacrum Sow. de la formación patagónica. Poco tiempo después, A. BorcHerr (4), en su revisión del material de la colección BravarD, llega a la misma conclusión, aunque probable— mente de un modo independiente, pues no hace mención de la citada opi- nión de ImerixG, y conserva a la especie el calificativo usado por BrAvArD, dando de ella una descripción un poco más detallada que la de Iner1x6, y dos figuras. Finalmente, en su obra de 1907 (5), este autor acepta el nombre Tarritella americana (Bravarb), pero probablemente por un lap- sus le da como sinónimo 7. Steinmanni lH., pues se refiere a la forma «comparable con T. Steinmanni » a que acabo de referirme. El error es evidente, como se desprende de la confrontación de las citas respectivas. He comparado estos ejemplares con el tipo descripto y figurado por (1) Según datos suministrados posteriormente, la procedencia exacta del trozo aludido resulta dudosa. Es posible que haya sido transportado allí desde Entre Rios. (2) Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, tomo III, p. 64 (N* 18). (3) H. v. Inernixo, Os molluscos dos terrenos terciarios de Patagonia. Rev. Mus. Paulista, 1, p. 332. 1897. (4) Aros Borcnerr, Die Molluskenfauna und das Alter d. Paraná-Stufe (Neues Jahrb. fúr Min. Geol., Beil. Bd. XIV, 1901), p. 54, pl. V, fig. 7-8. (5) H. v. Inenia, Les mollusques fossiles, etc. Anales Mus. N. B. Aires, t. XIV, p. 368. 1907. COMUNICACIONES 285 Borcnerr, conservado en las colecciones del Museo Nacional, y del cual hago ver aquí una copia. Esto me permite completar la descripción de este autor. Borcuerrt figura un ejemplar (loc. cit.) procedente de Paraná, que mide aproximadamente 23 mm. de longitud por 8 mm. de anchura y tiene sólo S anfractos visibles; pero es un ejemplar muy incompleto, pues no sólo le falta el ápice, como él lo dice (pág. 54), sino también, a mi modo de ver, el último anfracto, o por lo menos, su última mitad, o bien se trata de un individuo incompletamente desarrollado. Dicho espécimen, cuando estaba completo, debe haber tenido tres anfractos más en la región apical, los que agregados al último, harían un total de 11 o 12 anfractos. He tomado dimensiones sobre diversos ejemplares de Paraná. Uno de ellos. que creo debe estar completo, mide 27 mm. de long. por y mm. de anchura y cuenta 13 anfractos. Está representado, lo mismo que el de BorcHerr, por un molde externo seccionado longitudinalmente, y con- servaba en su interior una parte del molde interno. Deja ver bastante bien la forma de la última mitad del último anfracto y, por lo tanto, de la parte inferior de la abertura, por donde se deduce que es realmente una Turri- tella y no un Cerithium como suponía BravarD. En cambio, no muestra bien la escultura, pues lo estorban los pequeñísimos y numerosos crista- les que tapizan el interior. Sin embargo, en éste, lo mismo que en otros ejemplares, se pueden contar 7 y hasta 8 cordones espirales en el último anfracto, mientras que BorcmerT dice que los cuatro últimos anfractos tienen 4 a 5 cordones y que «en el último se insinúa un sexto cordón intermediario ». Esta es otra razón para creer que en el ejemplar de Bor- cHErT falta el verdadero último anfracto correspondiente a un individuo de desarrollo definitivo. Pero en otro ejemplar, también de Paraná, que no conserva más que dos de los últimos anfractos, el mayor de éstos tiene un diámetro de 10.5 mm., lo que de acuerdo con las proporciones de la especie, daría una lon- gitud de 3o-32 mm. y alrededor de 14-15 anfractos, lo que marcaría el maximum del desarrollo en esta especie. Los anfractos se muestran regularmente convexos y la sutura es pro- funda. Las numerosas líneas salientes que cortan transversalmente a los cordones espirales, dan a la superficie, particularmente en los anfractos del medio, un aspecto granuloso, a causa de los tuberculitos que el entre- cruzamiento de ambos sistemas de líneas determina y que recuerda el de ciertos Cerlthium. Estos caracteres permiten distinguir fácilmente esta Turritella de las especies y variedades, ya bastante numerosas, del Ter- ciario de la Argentina. PHYSIS. — T. JIL Lg 286 PHYSIS (MIL, 1917) En cuanto a los ejemplares remitidos de Corrientes, el mejor conser- vado de ellos, representado también por un molde externo, da las dimen- siones siguientes : longitud 22 mm., anchura del último anfracto conser- vado, 7 mm. Número de anfractos, 12. Otro ejemplar muestra que la anchura puede llegar también a 8 mm. Desgraciadamente, hasta ahora la Turritella americana no es conocida sino por moldes, pues jamás se ha conservado la conchilla. Esto dificulta mucho, como se comprende, la apreciación de algunos caracteres, sobre todo del contorno exacto de la abertura, forma del labio, etc., de modo que la posición sistemática y las afinidades de esta especie permanecen inciertas. Borcnert la ha comparado con Turritella varia Krexer [Species général, Tarrit., p. 42, pl. II, fig. 3] que habita las costas occidentales del Norte de África y las Antillas (pues se considera que T. caribaea v'OrB., de Cuba, es sinónima). Por lo que puede juzgarse, esta comparación es legítima por la conformación general, dimensiones, forma de los anfrac- tos, etc.; pero T. americana tiene mucho más acentuadas las líneas salien- tes axiales a que antes me he referido, y que en los anfractos de la región media tienen casi el carácter de costillas. 7. varia pertenece al subgénero Mesalia Grax, y a éste debería referirse por lo tanto 7. americana, según loindica BorcHErr; pero por el carácter indicado se aleja mucho de aque- lla especie y de las otras Mesalia recientes. La única que presenta algo semejante es T. (M.) melanoides Rueve (1) (cuyo habilat es desconocido) - pero que por los otros caracteres es completamente distinta. 7. reticulata Micn. et Anams (Tryox, Manual, VIII, p. 208) que corresponde al sub- género Tarritelopsis Sars (que para algunos autores debe reunirse con Mesalia), muestra también en algunas de sus variedades (según TkrYon, loc. cit.) una particularidad análoga. Es una especie de la parte norte de Norte América, sobre el Atlántico y el Pacífico. | M. Cossmawx, en sus importantes Essais de Paléoconchologie (IX*, 125. 1912), acepta la referencia subgenérica hecha por Borcnerr, al parecer basándose sólo en las referencias de éste (2). Pero si se compara T. ame- ricana con la diagnosis de Mesalía del mismo Cossmann (loc. cit.) y con las numerosas especies del mismo subgénero que trae en su /conographie compl. des coquilles des environs de Paris (pl. XXI), no se hallan los carac- teres suficientes para poder adoptar definitivamente aquella referencia. (1) Nec T. melanoides (Desm.) [in Cossmawx, fconographie Cog. Paris, 126-8|, que es del Eoceno de París. Si ambas son Mesalia, la especie de Reeve debería cambiar de nombre, pues la de Drs- naves tiene prioridad. (2) Probablemente por un lapsus dice Cossmany « dans le Paranien de Patagonie », pues, por lo que hasta ahora se sabe, T. americana no se encuentra en Patagonia. ComMUuNICACIONES 287 Algunos detalles sugieren más bien una .conclusión negativa, pero otros no pueden apreciarse en los ejemplares incompletos de T. americana de que hasta ahora disponemos. De modo, pues, que parece más prudente dejar en forma dubitativa la cuestión del subgénero, como he dicho más arriba. Observaciones. — El Dr. Guino BowareLt1 hizo notar que el hecho de haberse hallado el calcáreo presentado (aunque sea en condición de fragmento suelto) en la playa baja del puerto de Corrientes, podría motivar la suposición de su procedencia desde algún sedimento más o menos cercano; pero que estarían en contra de tal suposición los hechos siguientes: En la provincia de Corrientes existen calizas (« calcaires á fer hy- draté », D'OrB.) contemporáneas de las que coronan las barrancas de Paraná en su borde más elevado, pero forman un sedimento que en ningún caso se hunde por debajo de las aguas del río, quedando siempre a cierta altura sobre el mivel del mismo. Se trata además de un tipo litológico muy diferente del de la muestra en cuestión, por lo cual se excluye «a priori que se trata de algún fragmento desprendido de dicho nivel y hallado casualmente en el fondo del río. Dijo que podría aducirse la posibilidad de que proceda de alguna lente calcárea in- cluída en la serie arenosa basal de los « grés ferrugineux », D'ORB., pero que debe tenerse en cuenta que en ninguna de las perforaciones hechas en la parte noroeste de la pro- vincia de Corrientes se ha notado la presencia de niveles calcáreos profundos en aquella serie « guaranitica ». La suposición más fundada es la de que dicho fragmento proceda de alguna cantera de caliza entrerriana, en virtud de su perfecta identidad petrográfica con las calizas, con Ostrea y otros fósiles marinos que forman el horizonte medio de la serie (que él y el Dr. Nícera han llamado « mesopotámica ») de las barrancas de Paraná, Victoria, etc., provincia de Entre Ríos. Resumen de otras comunicaciones PEDRO SERIÉ, Sobre « Coluher corais ». Dió a conocer una serpiente aglifa, Coluber corais Bor, procedente de Las Palmas (Chaco), de la colección del Dr. Juaw José Nácera. El género Coluber hasta ahora no fi- guraba en la fauna argentina, sino en la de Bolivia y del Brasil. Esta especie tiene afini- dad con las grandes culebras pertenecientes a los géneros Spilotes y Herpetodryas (Nacaniná, Papapinto, etc.), y sus dimensiones en el estado adulto pueden alcanzar a dos metros de largo. . CARLOS LIZER, Sobre un cócecido del Quebracho blanco. Presentó un cóccido nuevo para la Argentina, procedente del Chaco y encontrado sobre el Aspidosperma quebracho-blanco. Es el Pseudischnaspis linearis, única especie del género conocida hasta ahora solamente del Brasil, donde la halló y describió HemreL en 1900. 288 PHYSIS (MI, 1917) CARLOS AMEGHINO, Dos nuevas especies de Toxodontes. Presentó algunos restos de dos nuevas especies de Toxodontes del piso puelchense de la provincia de Corrientes (Río Santa Lucía) que llama Toxodon Gezi y T. Aguirrei, en honor de sus descubridores, los profesores Juan W. Grez y Siyroroso ÁcuirrE. Hizo notar las diferencias que ofrecen estas especies con la pampeana T. platensis, siendo en general de talla mayor, aunque más esbelta que ésta. El yacimiento fosilífero descu- bierto correspondería al piso puelchense, que encierra las arenas semifluidas subpam- peanas de la cuenca del Plata, y también ciertos estratos arenosos observados por Dor- risa en el Río Negro. El hallazgo es doblemente interesante por pertenecer a un horizonte geológico hasta hace poco muy escaso en fósiles, y del que no se conocían más que algunas piezas, aún no descriptas, halladas en arenas de la misma edad y naturaleza, que cubren el « loess hermosense » en discordancia, en la región de Monte Hermoso. Además de los restos de Toxodonte, se hallaron varios molares e incisivos sueltos, aún no determinados, los que estudiará el Sr. Amrcmixo. CARLOS BRUCH, Descripción de la « Chrysopa lanata ». Mostró ejemplares y dibujos del neuróptero Chrysopa lanata Baxxs, en sus diver- sas fases de desarrollo. Dijo que se trata de un insecto muy útil a nuestras horta- lizas, pues sus larvas se alimentan de los piojos de las plantas, a las que clavan sus agudas mandíbulas, chupándolos luego ávidamente. Los huevos que la Chrysopa depo- sita sobre las hojas, son muy pequeños, sostenidos por un pedúnculo semejante a un finísimo pelo, como cuatro veces más largo que el mismo huevo. A los quince días, la larva alcanza su mayor desarrollo y confecciona su pequeño capullo, en el cual se trans- forma en ninfa. El reducido espacio del capullo obliga a la larva a plegar su cabeza y abdomen ventralmente, tomando una forma semienroscada, posición que afecta tam- bién la ninfa. Al nacer la imagen, con ayuda de sus mandíbulas, perfora el capullo y empujando la débil tapa, puede librarse de su encierro. La imagen, sumamente frágil, es de color verde pálido, con ojos de un hermoso esmeralda; sus alas hialinas e iriza- das miden algo más de 2,5 centímetros bien extendidas. Observaciones. — El Dr. ÁncrL GarLarno hizo notar que ha tenido ocasión de ver hace muchos años una subimagen de la Chrysopa en el momento de abandonar el capu- llo. Manifestó entonces el Dr. Bruca que hasta la fecha no había observado una sub- imagen en el desarrollo de este neuróptero; pero algunos días después nos comunicó que ha hallado en los envases en que lo criaba las tenues envolturas correspondientes a dicho estado. JUAN JOSÉ NÁGERA, La sierra de las Dos Hermanas (leída por el presidente). (Véase el artículo correspondiente en el presente número.) MOVIMIENTO SOCIAL PRIMERA REUNIÓN NACIONAL DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES Se ha distribuido a los miembros de esta sociedad y a los adherentes de su Primera Reunión Nacional, la Reseña general, publicada por la So- ciedad Científica Argentina en sus Anales (1), según las informaciones suministradas por la comisión organizadora. El director de dichos Anales, Dr. H. Damaxovicn, ha precedido esta publicación con las siguientes palabras : A fines del año pasado tuvo lugar la primera reunión de naturalistas argentinos, organizada por la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales con resultados amplia- mente satisfactorios y que constituyó un digno complemento de las fiestas realizadas en la provincia de Tucumán con motivo del centenario de nuestra independencia. La labor fué intensa y beneficiosa, tanto por la calidad como por la cantidad de trabajos científicos, conferencias y reuniones realizadas y es de esperar que este primer éxito estimule a los que acertadamente desempeñaron esta misión de alta cultura, tan necesaria en nuestro ambiente. La dirección de los Anales de la Sociedad Científica Argentina, se halla actualmente empeñada en dar una información, lo más amplia posible, acerca del movimiento científico desarrollado por las diferentes instituciones de esta índole existentes en el país y se complace al incluir entre los primeros actos, todos los detalles relativos a di- cha reunión, que han sido suministrados amablemente por su comisión organizadora. Agradecemos aquí, no sólo estas amables palabras, sino también la resolución en virtud de la cual se ha publicado aquella Reseña, que con- tribuye a difundir apreciablemente los resultados de la Primera Reunión Nacional. (1) Anales de la Sociedad Cientifica Argentina, vol. LXXXIIIL, pág. 55-8o y 144-168. Reim- presión hecha por la S. A. C. N., 1 folleto de 56 pág. B. Aires, abril de 1917. 290 PHYSIS (11, 1917) Nueva inscripción de adherentes. — En la sesión de fecha 3 de mayo próximo pasado, la comisión organizadora de la reunión de Tucumán, de acuerdo con la comisión directiva de la S. A. C. N., resolvió aceptar la inscripción de nuevos adherentes para aquella reunión, hasta el 1* de septiembre próximo. Los que se anoten hasta esa fecha, abonando la cuota correspondiente, tendrán derecho a recibir las publicaciones y a que sus nombres figuren en la lista que aparecerá en el volumen de la reunión. En este sentido se-ha distribuido una nueva circular. La sociedad busca por este medio no sólo la mayor difusión de los re- sultados del congreso, sino también allegar algunos recursos más para agregar a la partida votada por el Congreso Nacional, que probablemente será insuficiente, dada el alza actual del papel. Agradacemos por lo tanto a los señores socios quieran comunicar los nombres de las personas de su relación interesadas en estos estudios. Concurrencia de los profesores de historia natural. El informe del Sr. Victor Mercante. — El Prof. Mercawre, que como se recuerda, es el pre- sidente de la sección IX (Enseñanza e historia de las ciencias naturales), fué comisionado por el señor ministro de Instrucción Pública para que le informara sobre los resultados de la reunión de Tucumán, en lo referente a la enseñanza de la historia natural. A su regreso, el Prof. Mercawre, que ocupó hasta entonces el puesto de Inspector General de enseñanza secundaria y especial, presentó al mi- nisterio el informe pedido. En él hace una crónica de la reunión, expo- niendo las ideas contenidas en las principales disertaciones, las proposi- ciones votadas, sobre todo en los temas ligados con la enseñanza, etc. En cuanto a la asistencia de los profesores, el Sr. Mercawre la consi- dera muy ptovechosa para los fines didácticos que la sociedad perseguía. Dice a este respecto : « El aspecto simpático de esta sección de enseñanza y de las demás secciones, ha sido el espíritu tranquilo con que se trata- ron los asuntos y la manera elevada con que se ha dialogado, sin discu- siones vanas, dispuestos los concurrentes, más a escuchar la palabra au- torizada de los que presentaron trabajos que a debatir sobre asuntos que exigían una preparación especial. Es por esto que la obra del congreso ha sido beneficiosa y ha dejado la más honda impresión de su éxito. » Después de algunas consideraciones interesantes sobre la enseñanza de las ciencias naturales en los colegios nacionales, de las que nos ocupare- mos próximamente, el Prof Mercawre termina su informe con las si- guientes palabras : «Creo, Señor Ministro, que la reunión de Tucumán ha sido, tanto del punto de vista cientifico y geográfico como del didáctico, útil en el más MovIMIENTO SOCIAL 291 alto grado a los profesores de enseñanza secundaria y normal que concu— rrieron a ella, siendo de lamentar que el beneficio no alcanzara sino a unos setenta. El próximo congreso se realizará probablemente en Men- doza, pues el gobierno de aquella provincia reclamó por telegrama esa preferencia. Es de desear que en vista de los gratos antecedentes dejados por éste, concurra a aquél mayor número de docentes, advertidos con tiempo a fin de llevar las luces de su experiencia y los frutos de su labor en la cátedra. Basta, a mi modo de ver, disponer se otorguen pasajes para una asistencia de más de trescientos profesores, quienes se costea- rían su estadía. La invitación debe extenderse a los profesores de geogra— fía, pues en Tucumán pude advertir que las conferencias, un gran número de temas y las excursiones eran de carácter geográfico o se relacionaban intimamente con este aspecto de la enseñanza. (firmado) Vícrork Mer-= CANTE. » Si el ministerio de Instrucción pública resolviese para la próxima re- unión nacional, proceder de acuerdo con lo informado por el Prof. Mer- CANTE, la sociedad procuraría dar más desarrollo a la parte .relativa a la geografía física, confeccionando algunas guías de las regiones más inte- resantes de la provincia de Mendoza, a fin de que los concurrentes pue- dan sacar mayor provecho de sus excursiones. Banquete al Dr. Ernesto E. Padilla. El 4 de mayo pasado esta sociedad obsequió con una comida al ex Go- bernador de Tucumán, Dr. Erxesro E. Papbimra, que se hallaba por algunas semanas en Buenos Aires, en reconocimiento por la simpatía y el entusiasmo con que prestó su eficaz cooperación para la celebración de la Primera Reunión Nacional, y en retribución de las finas atenciones que tuvo para con ella y sus adherentes en dicha reunión. Fué una sen- cilla y cariñosa demostración a la que se asociaron numerosas personali— dades cientificas y sociales atraídas por el alto aprecio y el afecto que rodean al obsequiado. En nombre de la Comisión Directiva de la sociedad y de las Comisio- nes honoraria y organizadora de la Reunión de Tucumán, ofreció la co- mida nuestro malogrado consocio doctor J. B. AmBrosertI, con las opor- tunas y elocuentes palabras que pueden leerse a continuación : 292 PHYSIS (HI, 1917) DISCURSO DEL DR. AMBROSETTI Dr. Pabirta : Las personas que rodean esta mesa y que espontáneamente han deseado haceros esta sencilla manifestación de simpatía, han querido no sólo relribuir las atenciones recibi- das de vuestra gentil caballerosidad, sino también reconocer que se debió en gran parte a vuestra acción personal el éxito de la primera reunión nacional de la Sociedad Argen- tina de Ciencias .Naturales. Y no podía ser de otro modo. Sois un hombre joven, alentáis ideales de cultura y progreso, y la noble iniciativa de este otro grupo de jóvenes, estimulados por algunos que ya no lo somos, pero que felizmente no hemos perdido aún la fe en el porvenir de la ciencia argentina, no podía menos que ser recibida por vuestra buena voluntad con todo el calor y entusiasmo que demostrasteis tanto en el período molesto de la prepa- ración, cuanto en la memorable semana en que tuvimos el honor de ser vuestros hués- pedes. Los naturalistas, sinceros buscadores de la verdad entre las múltiples manifestaciones de la naturaleza, cuyas aspiraciones inmediatas se satisfacen arrancando el secreto de la vida de un insecto, de una planta; estudiando el pasaje porel mundo de un fósil o de la tribu desaparecida, o escrutando las capas geológicas o yacimientos minerales que la sonda revela o que las barrancas y montañas ostentan ante los ojos avezados como las enormes páginas inconexas del gran libro del pasado, esos naturalistas que a los espí- ritus superficiales aparecen, cuando más, como personajes inofensivos, bien lo sabéis que desenvuelven en cambio una gran misión social. Misión social llena de nobleza, llevada a cabo con plena conciencia de sus actos, rin- diendo culto incondicional a la honradez científica, sacrificando, en aras de sus propó- sitos altruístas, todo lo vano, lo superfluo y aun mucho de lo material, aportando con tesón de hormiga el fruto de sus desvelos al acervo común en provecho de todos, con la seguridad de que el insecto, la planta o la roca bien estudiada coadyuvará a solucio- nar multitud de problemas de orden biológico, agrícola o industrial, que se traducen más tarde en mayor salud, mayor riqueza, mayor prosperidad. Nuestro espléndido territorio, donde todo es virgen, necesita muchos naturalistas que lo exploren y lo estudien constantemente a ejemplo de los Estados Unidos, cuya gran- deza actual se debe en gran parte a la obra perseverante de sus hombres de ciencia y de sus numerosos Museos. Nosotros hemos roto ya la crisálida y desde vuestro sitial de dueño de casa habréis podido observar con cuánta seriedad, conciencia y entusiasmo los naturalistas y profe- sores nacionales y extranjeros reunidos en Tucumán, trabajaron durante las laboriosas sesiones de ese congreso científico y cómo también fueron inteligentemente aprove- chadas las diversas excursiones que habíais preparado. Ahora, trocándose los papeles, podéis también observar cuán grata simpatía habéis sabido conquistar en vuestros huéspedes de ayer, que han reconocido vuestra eficaz colaboración. Señores, hemos hecho obra buena, y esta comida, sencilla y cordial, puede conside- rarse también como el festejo de un gran acontecimiento argentino. Todos y cada uno de los que contribuyeron a su éxito final : el Presidente de la República, el Gobierno y la Universidad de Tucumán y los miembros del Congreso, pueden estar satisfechos. El volumen próximo a aparecer con los resultados científicos, revelará que en medio MovIMIENTO SOCIAL 293 de la terrible lucha que ensangrienta a la humanidad, un grupo de estudiosos se reu- nió en el centro de nuestro territorio, en Tucumán, sepulcro de la tiranía y cuna de su independencia, y demostró que la República Argentina ha dejado de ser ya la sim- ple factoría productora de trigo y carne, para ocupar legítimamente también su puesto entre las naciones que cooperan al adelanto científico del mundo. El Dr. Pabmuta, en una hermosa improvisación, agradeció el home- naje que se le tributaba, haciendo votos por el éxito creciente de la S. A. GC. N. y particularmente por el de las futuras reuniones nacionales. A propósito de un juicio sobre la Reunión de Tucumán. En la revista de la Sociedad Cientifica Alemana de Buenos Aires, correspondiente al último mes del año pasado, apareció el artículo (1) que a continuación traducimos literalmente, y que ha dado lugar al cambio de las notas que se reproducen en seguida : EL CONGRESO DE CIENCIAS NATURALES DE TUCUMÁN El Congreso de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, proyectado primitiva- mente para la celebración del Centenario, en el mes de Julio, tuvo lugar por fin, el 23 al 30 de Noviembre, en Tucumán. En lugar de la estación agradable del año, se realizó, pues. en el cálido verano tucumano, lo que naturalmente no constituyó un agregado agradable, ni para el trabajo en las sesiones, ni para las excursiones. Naturalmente, no se puede comparar esta reunión con los congresos europeos, pues de otra manera se de- biera someter su organización a una crítica severa; pero no quiero entrar aquí en este punto débil, sino hacer otra consideración, de interés para nosotros, los alemanes. Las grandes naciones de cultura, Francia, Inglaterra e Italia, no estaban representadas en este Congreso, al que habían sido invitados todos los sabios extranjeros radicados en este país; en cambio, el elemento alemán no solamente estaba presente (representado por seis señores), sino que aún en una de las secciones (Geología, Geografía y Geofísica) desempeñó en absoluto el rol dirigente ! De los catorce trabajos y exposiciones, presentados en esta sección para la discusión, eran diez de origen alemán, y en todas las discusiones los alemanes dominaron el campo. También en otras secciones, como p. ej. Botánica y Enseñanza de la Ciencias Natura- les, existían trabajos alemanes fundamentales y fueron discutidos favorablemente, y en casi todos los trabajos argentinos importantes sobre Ciencias Naturales, fueron citados como fuentes los nombres y las obras de investigadores alemanes, sea de los radicados en este país, sea de los que viven en otra parte. Como más tarde deben ser publicados in extenso los trabajos, en parte voluminosos, en las actas del Congreso, un examen más detallado de ellos queda reservado para (1) Der naturwissenschaftliche Kongress in Tucumán. Zeitschrift der deutschen wissenschafiliches Vereis zur Kultur und Landeskunde Argentiniens. 1916, Heft 6, S. 357-358. 294 PHYSIS (II, 1917) entonces. Sólo debe mencionarse aquí todavía, que en la sesión paleontológica, en la que CarLos ÁmecGmINO hizo la exposición, aguardada con tanta expectativa, sobre los ruidosos hallazgos de Miramar, en la que sostuvo la hipótesis de la existencia del hom- bre terciario, se originó una viva discusión, en la que la opinión de los geólogos alema- nes finalmente decidió la cuestión, en el sentido de que la edad terciaria de los artefac- tos (puntas de flechas, bolas arrojadizas), no puede ser considerada como probada por las investigaciones hasta ahora realizadas. Kx. Buenos Aires, Mayo 21 de 1917. Al Señor Director de la Revista de la Sociedad Científica Alemana. Presente. La Comisión Directiva de esta sociedad y la Comisión Organizadora de la Primera Reunión Nacional, han tomado conocimiento en su última sesión conjunta, del artículo que, firmado con una inicial, publica la revista que Vd. dirige (entrega 6* del año 1916, pág. 357-358), referente a aquella reunión, y han resuelto dirigir a Vd. la presente comunicación, que subscribimos los presidentes de ambas comisiones. Lamentamos tener que manifestar a Vd. que el autor del artículo citado (que no sabemos si debe considerarse como personal o como de la redacción), parece estar mal informado respecto del asunto de que trata, y presenta alterados algunos hechos. En primer lugar, es inexacto que se hubiera pensado realizar la Reunión Nacional en el mes de Julio. Como puede verlo el señor Director por el opúsculo que se acom- paña (pág. 13), la época en que primitivamente se pensó era « los últimos días de sep- tiembre o primeros de octubre », dejándose empero sin fijar la fecha exacta. En los primeros días de agosto se dió a conocer por circular y por los diarios principales, la fecha definitiva, esto es, los últimos días de noviembre. Se afirma también inexactamente, que de las nacionalidades francesa, italiana e in- glesa no hubo en la Reunión de Tucumán ningún representante, mientras que estaban presentes seis alemanes. Para que pueda Vd. juzgar, damos a continuación un cómputo general de los cola- boradores. De las 85 personas que participaron en este congreso, sea que estuviesen presentes o que remitiesen sus trabajos escritos, 45 eran argentinos (sin contar a aquellos profe- sores de historia natural que asistieron a las sesiones pero que no presentaron trabajos), estando las otras nacionalidades representadas así : alemanes, 10; italianos, 7; france- ses, 6; belgas, 2; norteamericanos, 3; austriacos, 2; y uno de cada una de las siguientes nacionalidades : española, inglesa, suiza, dinamarquesa, sueca, turca, rusa, uruguaya, boliviana y chilena, lo que hace un total de 4o extranjeros. Debemos hacer la salvedad de que este cómputo puede ser susceptible de una variación en una o dos cifras, pues no estamos seguros respecto de la nacionalidad de dos de los concurrentes extranjeros. La mayor parte de aquellos colaboradores estuvo presente en Tucumán, donde hubo, por lo tanto, representantes no sólo de las nacionalidades que en el artículo que comen— tamos se citan expresamente como ausentes, sino también de otras muchas. En la sección 1 (Geología), los seis colaboradores alemanes (de los cuales cuatro esta- ban presentes) constituían un poco menos de la mitad del total de colaboradores de esa Mov1M1ENTO SOCIAL 295 sección. En las secciones II (Botánica) y IX (Enseñanza de las Ciencias Naturales), de las que se hace especial mención en el artículo de esa revista, participó un solo adhe- rente alemán y fué el mismo en ambas. En cuanto a la afirmación de que en la discusión, planteada por el Sr. CarLos ÁmE-= GHIxo, sobre la existencia del hombre terciario en la Argentina, triunfaron las ideas de los geólogos alemanes, implica, como se verá, una deformación de la verdad. El Sr. KrrmeL, al observar los hechos presentados por el Sr. AmecHixo, reconoció que los objetos eran auténticos, esto es, que correspondían realmente al horizonte geológico al cual los atribuía el Sr. Amrcmixo, pues personalmente había participado (el Sr. KErDEL) en uno de los hallazgos; pero expresó dudas respecto de la edad de aquellos terrenos, diciendo que a su juicio eran necesarias nuevas investigaciones sistemáticas. Análogas ideas expresaron los Sres. Hermrrre (argentino) y Kawror (ruso) y el primero de estos señores formuló una proposición en ese sentido, la cual, previa una modificación que se introdujo a indicación del Sr. Amrcuixo, fué aceptada por todos. Sin entrar al fondo de la cuestión (respecto de la cual los estudiosos podrán formar opinión cuando se pu- bliquen, como se hará en breve, las respectivas memorias), el Sr. Director dirá si esto puede considerarse como un triunfo de las ideas de los geólogos alemanes, desde que no participó en la discusión más que uno de ellos y que las ideas aprobadas eran tam- bién las de otros geólogos de nacionalidades diferentes. Es notorio, por otra parte, que tales opiniones son sostenidas, en publicaciones bien conocidas, por diversos investiga- dores de fuera y dentro del país. No entramos en las cuestiones de apreciación que el artículo contiene al atribuir el papel preponderante a algunos elementos, limitándonos a la rectificación de los hechos, expresados en cifras. Hemos creído de nuestro deber hacerla, pues nuestro silencio podría ser interpretado como una aprobación tácita de aquellas informaciones, y, por parte de los colaboradores extranjeros no alemanes, como un desconocimiento de su labor que apreciamos a la par de la de los demás. Pero hemos de agregar aún algunas palabras como una aclaración a que moralmente nos creemos obligados. El autor del artículo está en su perfecto derecho al decir que la organización de este congreso sería susceptible de críticas, algunas de las cuales esta- rían justificadas, como hemos sido los primeros en reconocerlo, — pequeñas deficien= cias debidas a razones muy explicables, pero en las que no insistimos aquí porque no deseamos que esta manifestación pueda parecer uma disculpa y porque asumimos toda la responsabilidad de nuestra conducta; pero no debemos pasar por alto la forma, des- pectiva en su reticencia, en que el autor se expresa, pues puede dar a entender al lec- tor desprevenido que han habido graves faltas que se prefiere silenciar. Debemos también advertir que munca hemos pretendido comparar las Reuniones Nacionales que la sociedad ha iniciado en Tucumán, con los grandes congresos que celebran, desde hace 80 y 100 años, asociaciones similares en Europa y Estados Uni- dos. Que no podíamos pretenderlo, y por razones obvias, se desprende claramente del opúsculo preliminar publicado por la sociedad, al cual hemos hecho alusión más arriba, y que en su página 7 dice : «la Sociedad de Ciencias Naturales procura así implantar en la Argentina esta forma de colaboración científica que en los países más adelantados se realiza desde hace muchos años ». Se desprende de aquí (y lo decíamos más explí- citamente en otro párrafo), que se trata en cierto modo de un ensayo, lo que excluye por lo tanto la idea de aquella comparación. Pero si la afrontáramos, sería guardando las debidas proporciones, y entonces veríamos que, si se tiene en cuenta por un lado la escasa población del país y su incipiente desarrollo científico, y por otro el hecho de 296 PHYSIS (1L, 1917) que este congreso estaba circunscripto a las ciencias naturales, sus resultados deben considerarse como plenamente satisfactorios, en cuanto son una expresión bastante exacta del estado de nuestra cultura. No hemos pretendido otra cosa, como ya lo hacía- mos notar en el programa citado (pág. 8), y como muy bien lo dijo el presidente de la Reunión, Sr. Ávcet Garrarpo, en su disertación inaugural, a la que pertenecen estas palabras : « La sociedad realiza así una labor seria y sincera que no pretende engañar a nadie con exterioridades fastuosas y menos a nosotros mismos. Se dará balance perió- dicamente de los progresos de estas ramas de los conocimientos, desdeñando las expre- siones verbales grandilocuentes que lejos de disimular las deficencias más bien las acen= túan por contraste. La sociedad trala de presentar los resultados de sus estudios en forma escueta y sencilla, a fin de que sean juzgados en su justo valor, sin pretender magni- ficarlos con ampulosos oropeles. » Á estas palabras hemos ajustado nuestra conducta y por eso nos declaramos satisfechos con los resultados modestos de la Reunión de Tucu- mán, cuya importancia científica no queremos ni exagerar ni disminuir. Es menester tener en cuenta aún, que aunque principalmente científico, nuestro objeto no lo es exclusivamente. Perseguimos también un alto fin educativo, y por eso hemos pedido y obtenido del gobierno nacional la concurrencia de los profesores de historia natural de las diversas provincias, los cuales no sólo participan en las sesiones, sino que tienen así oportunidad de realizar paulatinamente un reconocimiento geográ- fico del territorio nacional. Hemos deseado también vincular de un modo más estrecho a los centros de estudio del interior con los de la capital federal, a fin de que aquéllos puedan aprovechar de los recursos de que ésta dispone. En fin, procuramos alentar de este modo a los pocos investigadores, aislados en las localidades del interior, que cultivan la ciencia por im- pulso propio, con sus recursos personales generalmente muy escasos, trabajadores cuya labor merece la más seria consideración y cuyo aporte al conocimiento. científico de nuestro suelo es no sólo útil, sino, en muchos casos, indispensable. Estas finalidades, de índole más bien moral, forman una parte esencial de nuestro programa y en este sen- tido, tampoco tenemos por qué considerarnos descontentos de la Primera Reunión Nacional. El Sr. Director comprenderá, por la misma extensión de esta comunicación, que no hemos rehuído el expresar con franqueza nuestras opiniones, haciendo honor a la cor- dialidad de las relaciones que siempre hemos mantenido con los estudiosos extranjeros que son nuestros colegas, sin que por ello deba creerse que nos inquieta el juicio enun- ciado en el artículo que ha provocado estas espontáneas declaraciones. Comprenderá también que deseamos, a la vez que desvanecer malentendidos que pueden llegar a ser enojosos, prevenir de un modo decidido la introducción de ideas de predominio en nuestra democracia científica, la cual debe, por su misma naturaleza y por el ambiente de liberalidad en que se desarrolla, mantenerse totalmente ajena a tales prejuicios, para consagrar firmemente sus energías morales a abordar con sinceridad el grave problema, que la actual civilización impóne a la vez como un ideal a los hombres de estudio : el de procurar que se concilien cada vez más los intereses de la ciencia con los de la hu- manidad, para bien de ambas. Saludamos a Vd. muy atentamente. Manrtíx DortLo-Jurano, José M. pe La Rua, Presidente de la Comisión Organizadora Presidente de la Sociedad. de la Primera Reunión Nacional. Movi1MIENTO SOCIAL 297 Buenos Aires, Mayo 28 de 1917. Señor Presidente de la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales. Muy distinguido señor : Acuso a Vd. recibo de su atenta comunicación fecha 21 del cte. firmada por Vd. y por el señor presidente, de la comisión directiva de la primera reunión de Tucumán, y habiéndome enterado de su contenido, me es muy grato comunicar a Vd. y por su mediación a esas comisiones, lo siguiente : El artículo publicado en el cuaderno 6* del año ppdo. de la revista que dirijo, apa- reció antes en el diario alemán de ésta, firmado por K, y me fué ofrecido con algunas modificaciones para su publicación en nuestra revista. Como el autor es colaborador de la revista, no tuve inconveniente en publicarlo ; pero como consta por las iniciales Kay, ese señor no liene que ver nada con la dirección de la revista; el director que subs- cribe, firma sus trabajos con K en esta revista y toma la responsabilidad de todo lo demás publicado sin firma; pero no se responsabiliza por los artíctulos que llevan firmas. Lamento mucho que el citado artículo haya motivado la crítica de esa sociedad; en el próximo número de esta revista publicaré la traducción de su carta suponiendo su conformidad, para rectificar la opinión que a base del primero se haya podido formar, y he pedido al autor del artículo mencionado agregue su opinión si así le parece oportuno. En todo caso, la revista está a la disposición de Vds. para explicar las ideas de la honorable sociedad. Reitero el deseo de esta dirección de recibir la revista PHYSIS en canje con la nues- tra, porque muchos socios de esta sociedad tienen sumo interés en poder informarse sobre los resultados científicos publicados en ella. Además le agradecería al Sr. Presi- dente nos quisiera facilitar regularmente resúmenes de las nuevas comunicaciones cien- tíficas presentadas a esa sociedad. Saludo al Sr. Presidente con mi mayor consideración. Dr. Koch, Director de la Revista de la Sociedad Científica Alemana. Buenos Aires, Junio 8 de 1917. Al Sr. Director de la Revista de la Sociedad Científica Alemana. Presente. En contestación a su atenta nota de fecha 28 del mes pasado, tenemos el placer de hacer saber a Vd. que la Comisión Directiva y la Comisión Organizadora de la Pri- mera Reunión Nacional han tomado en cuenta la declaración que Vd. se sirve hacer de que la dirección de esa revista no se solidariza con las apreciaciones vertidas en el artículo que motivó nuestra anterior comunicación y nos complacemos en reconocer la amistosa disposición que aquella declaración implica, corroborada por su resolución de publicar en esa revista una traducción de la citada nota de esta sociedad, para lo cual puede Vd. descontar nuestra conformidad. Por nuestra parte haremos lo mismo en la 2983 PHYSIS (11, 1917) reyista PHYSIS con las notas cambiadas respecto del artículo antes mencionado, pues a pesar de no tener éste, después de la nota de esa Dirección, más valor que el de una opinión personal, creemos que la rectificación se imponía del mismo modo. Después de esto, es el deseo de la sociedad no insistir sobre este asunto. La Comisión Directiva tendrá'mucho gusto en establecer el canje que Vd. desea, y no espera sino recibir los números publicados de la revista de esa asociación para remi- tirle los de ésta. Las comunicaciones científicas de las sesiones mensuales, que desea Vd. le sean transmitidas, las hallará insertas en la misma revista de la sociedad. Saludamos a Vd. con nuestra mayor consideración. Mantín DorLLo-Jurano, José M. De La Rua, Presidente de la Comisión Organizadora Presidente de la Sociedad. de la Primera Reunión Nacional. Segunda Reunión Nacional. El Secretario General Dr. Juax José Nácera, ha hecho un viaje de una semana a la ciudad de Mendoza para realizar las gestiones preliminares ante las autoridades de la provincia y las principales personas de signifi- cación cientifica y social. El gobierno y los circulos mendocinos han apreciado debidamente la importancia de la futura reunión y su alto significado como factor de pro- greso científico y cultural, habiendo ofrecido para este noble propósito su decidida cooperación. Entre otras cosas, se ha acordado la designación de la siguiente comi- sión local : Presidente : Prof. José P. DáviLa; Vicepresidente: Prof. Cartos $. Rern; Secretario: Prof. Emmio Cerrorro; Prosecretarios : Ing. Luis Nousan y Prof. Rewxaro Saxzix; Vocales: Ing. Jacinro ANzORENA, Dr. Lucio Funes, Dr. CarLos Powce, Dr. SiLvestreE Peña Y Lio, Dr. JorGe OrLricH, Ing. Leorormo Suárez, Prof. Juro Barrera Oro, Sr. Penro AxzorENA, Prof. Dionisio C. Artosa, Prof. José M. Gómez, Prof. Cuono- miro Jimenez, Prof. Crueantme J. Pimenines, Prof. CarLos M. PuebLa, Prof. Cartos SiLverti, Dr. Juay B. Lara, Sr. SIMÓN SEMORILLE. «Asociaciones para el adelanto de las ciencias » de Francia e Inglaterra. Como lo hemos dicho en el programa de las reuniones nacionales, la S. A. C. N. desea establecer en el país la forma de colaboración cientí- fica que han implantado desde hace muchos años en los principales países de Europa y en Estados Unidos, las asociaciones llamadas « para el ade- Mov1mMIENTO SOCIAL 209 lanto de las ciencias », cuya Organización, como ya dijimos, se ha tenido presente para nuestras reuniones nacionales. Interesaba, pues, a nuestra sociedad entrar en relación con aquellas instituciones, genuinamente representativas del desarrollo científico de sus respectivos paises, y de cuyas sesiones periódicamente hemos dado noticias sumarias en esta revista, a partir del número 9. Tenemos la satisfacción de anunciar que desde ahora han contestado -* aceptando las relaciones propuestas,: y el canje de las publicaciones res- pectivas, la Association francaise pour l"Avancement des Sciences y la Bri- tish Association for the Advancement of Science. Por otra parte, el director de la reputada revista Scientia de Bologna (Italia), ha pedido a nuestra sociedad los extractos y noticias referentes a la reunión de Tucumán para ser publicados en dicha revista. Renovación de la Comisión Directiva para 1917-1918. De acuerdo con los estatutos de la Sociedad, en la asamblea reunida el 14 de junio se verificó la elección de la Comisión Directiva para el nuevo periodo que comienza desde el corriente mes. Quedó constituida en la siguiente forma : Presidente: Dr. Fraxco PastorE; Vicepresidente: Ing. CarLos Lizer ; Secretarios de la Sociedad : Sr. Penro Serié y Sr. Cantos A. M. CoLom- BO; Secretario de la revista: Sr. GUILLERMO SENILLOSA; Tesorero: Sr. Fraxcisco CriveLLI; Administrador de la revista : Sr. Lorewzo R. Paro- pr; Bibliotecario : Sr. Exías Perost; Vocales : Dr. Guino BoxarELtLt, Prof. Marríx DorLLo-JuraApDo. Esta comisión fué puesta en posesión de su cargo en la asamblea cele- brada el 5 de julio, en la cual la comisión saliente dió cuenta de la mar— cha de la Sociedad en el período transcurrido. 1 Nuevos Socios Honorarios. En la asamblea extraordinaria del 31 de Mayo convocada por la Comi- sión Directiva en cumplimiento de un pedido firmado por gran número de socios activos, fueron nombrados socios honorarios, el Dr. ÁwerL Ga LLARDO y el Sr. CarLoSs ÁMEGHINO. Nos es muy grato hacer constar que los méritos personales unidos a los adquiridos en el seno de la Sociedad les han valido el voto unánime de los asistentes. s 300 PHYSIS (1, 1917) Sus nombres se unen ahora al del Dr. Enuarno L. HoLmbeErRG que re— cibió este mismo título en el año IQ10. Nuevos miembros correspondientes de la S. A. C. N. En una de sus últimas sesiones, la comisión directiva ha resuelto de- signar, dentro del país, los siguientes miembros correspondientes : Dr. SamueL Laroxe Queveno, director del Museo de La Plata. Dr. Exri0ue Herrero DucLoux, vicedirector del Museo de La Plata. Dr. Sawriaco Rorn, director de Geología y Minas de la Provincia de Buenos Aires, La Plata. Dr. Aborro Dorr1xG, presidente de la Academia Naciu al de Ciencias de Córdoba. Dr. Guinermo BODENBENDER, profesor de mineralogía y geología y académico de la misma institución, Córdoba. Dr. Fenerico Kurtz, ex-profesor de botánica y miembro de la Acade- mia de Ciencias, Córdoba. Prof. Juay W. Gzz, director de la Escuela Normal Regional de Co- rrientes, bien conocido entre nosotros por su dedicación inteligente y en- tusiasta a los estudios paleontológicos e históricos. Sr. Marríx GiL, de Córdoba, cuya consagración a las investigaciones astronómicas y meteorológicas, le ha procurado amplia popularidad y le asigna, en nuestros circulos científicos, un sitio aparte. También ha sido nombrado socio correspondiente el Dr. Erwesto E. PapiiLa, cuya vinculación con la obra de esta sociedad ya es bien cono- cida de nuestros consocios y a quien ésta ha hecho objeto de la demos- tración de que se da cuenta en este mismo número de PHYSIS. Personales. *** En las pasadas vacaciones hemos tenido el placer de recibir la vi- sita de nuestro socio correspondiente en Montevideo Sr. D. Juan Tremo- LERAS, antiguo subdirector del Museo de Historia Natural de aquella ciu- dad y conocido por su dedicación de muchos años a la entomología. Actualmente el Sr. TremoLERAs se ocupa en especial del estudio de los Carábidos de su riquísima colección de Coleópteros del Uruguay, como asimismo de una revisión general de la fauna coleopterológica de la ve- cina república, trabajos con que honrará las páginas de PHYSIS. *** De regreso de Francia, después de una ausencia de más de dos Movi1MIENTO SOCIAL 3o1 años, se halla en Buenos Aires nuestro consocio D. HiróLrro PourssÉ- GUR. Aunque argentino de nacimiento, el Sr. Pouxssécur fué a Francia para prestar sus servicios en la guerra, en compañía de su hermano Víc- TOR, quien sufrió la fractura y amputación de un brazo, a pesar de lo cual continúa sirviendo como mecánico del cuerpo de aviación. ** El Prof. CGrisróñan M. Hicken ha realizado en los meses de enero a marzo pasado, una gira por el estrecho de Magallanes y Chile, en viaje de recolección y estudio. Á su regreso, el Dr. Hicken ha traído un afec- tuoso mensaje de parte del Dr. Porrer, de Santiago de Chile, para todos los señores socios de la S. A. €. N., «a los cuales — dice — le será muy grato servir en las cuestiones científicas de su rama, canje de ejem- plares, etc. ». Ponemos estas palabras en conocimiento de nuestros aso- ciados, y agradecemos al Prof. Porter sus invariables buenas disposi- ciones. : ** Con placer dejamos constancia de que el Prof. ÁxcrL GaLLarDO ha sido designado en los últimos meses del año pasado, miembro corres- pondiente de la Sociedad Zoológica de Londres. ** Nuestro consocio el Sr. Acusríx E. Larraurr ha sido designado por concurso, profesor de odontología en la Universidad de Córdoba y encargado de implantar esta enseñanza y los laboratorios correspondien- tes, en la Facultad de medicina de aquella universidad. El Sr. Larrauri, que es el secretario de la sección de Antropología de la próxima reunión nacional de la S. A. €. N.. dedicará en Córdoba una parte de su tiempo a los estudios arqueológicos. ** Con objeto de estudiar las turberas del sur, el Dr. Guipo Boxa- RELLI realizó el verano pesado una excursión al Estrecho de Magallanes y Tierra del Fuego. A su regreso trajo abundantes colecciones de plantas, invertebrados fósiles, moluscos marinos, etc., material que generosamente ha puesto a disposición de algunos de nuestros consocios para su estudio. Los re- sultados serán publicados oportunamente en esta revisla. El Dr. BoxarerLr ha conseguido realizar una serie de observaciones que vienen a completar las efectuadas el año anterior en la misma región y que le permitirán redactar una memoria sobre los combustibles fósiles de aquella zona, asunto de tanta importancia económica en la actualidad. *> Tenemos la satisfacción de consignar la reciente designación del Dr. Cantos A. MareLtt para el puesto de Director del Jardín Zoológico de La Plata. PENSE 20 CRÓNICA Fallecimiento del Dr. Juan B. Ambrosetti. Cuando el presente número de nuestra revista iba a entrar en prensa, he- mos sido muy dolorosamente sorprendidos por la muerte de nuestro eminente consocio el Prof. Dr. Juan B. AmroseTT1, ocurrida después de una breve enfer- medad, en su domicilio, en esta ciudad, el día 28 de mayo de 1917, a los 51 años de edad. Nada hacía esperar tan triste fin, cuando pocos días antes había concurrido como de costumbre a la última de las reuniones mensuales y a la demostra- ción que en nombre de esta sociedad él mismo ofreciera al ex gobernador de Tucumán Sr. Erxesro PabiLta. El discurso pronunciado por el Dr. Amro- . SETTI en esa oportunidad, «aparece en esta misma entrega, en ia que se conslg- na también una de sus interesantes comunicaciones. En la Reseña General de nuestra Primera Reunión Nacional, recientemente publicada, puede leerse un extracto de su disertación inaugural como presidente de la sección de Antro- pología. Esto demuestra claramente cuán vinculado estaba el extinto sabio con este centro de estudios al que siempre miró con tanta simpatía y benevo- lencia, y que tantas atenciones le debe. Sin tiempo para dedicar a su memoria el comentario biográfico y biblio- gráfico que su larga carrera científica merece, nos limitamos a dejar constan- cia de esta pérdida que afecta de un modo profundo a la investigación cientí- fica de nuestro territorio, en la parte antropológica y arqueológica. Queda una gran obra escrita, que cubre un período de más de veinticinco años y que será siempre fuente imprescindible para los estudios sobre estos temas; pero sin duda habría producido aún otros trabajos no menos valiosos, pues se ha- llaba en la plenitud de su talento y de sus energías. Queda también el precioso museo etnográfico que por su esfuerzo se fundó hace diez años en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Bue- nos Aires, y que bajo su dirección enérgica y competente ha llegado a ser un instituto no sólo de enseñanza y exhibición, sino también de investigaciones originales, cuyos resultados pueden ya ser considerados como uno de los más CróNICA 30 7 legítimos títulos que tiene su fundador al aprecio y respeto del país y de la ciencia. Su discipulo y digno colaborador en esta obra, el Dr. SaLvapor DeBENE- DETTI, piensa dar a la publicidad dentro de poco un estudio sobre la vida y la obra del Dr. AmroserrI, con una bibliografía completa, que editará el Museo etnográfico. En seguida que se tuvo noticia del fallecimiento del Dr. Ambrosertr, la Comisión directiva dela S. A. C. N. fué convocada a una reunión extraordi- naria para resolver la forma en que se adheriría al duelo. En ella se decidió : 1” que se pasara nota de pésame a la familia : 2% que la Comisión Directiva asistiera en corporación a velar el cadáver del extinto y a su sepelio: 3" que. se invitara por los principales diarios a los demás socios a concurrir a dicho acto. Igualmente se resolvió de acuerdo con la comisión organizadora de la Pri- mera Reunión Nacional, que se publicaría su retrato en las actas de dicha reunión, que aparecerán próximamente. Transcribimos a continuación la nota de pésame pasada a su señora viuda : A la Señora María Helena Holmberg de Ambrosetti. Presente. Distinguida señora : La Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, en sesión extraordinaria celebrada en el día de hoy, ha resuelto unánimemente adherirse al duelo público ocasionado por el sensible fallecimiento de su digno esposo el Dr. D. Juan B. AMBROSETTI, que afecta de un modo tan directo a la institución que tengo el honor de presidir. Para este fin, se ha decidido que los señores de la comisión asistan en corpo- ración al sepelio, en el cual uno de ellos tiene encargo de expresar los sentimientos de respeto, de cariño y de gratitud que vinculaban al sabio, cuya muerte deploramos, con esta Sociedad, que tenía el honor de contarlo entre sus miembors más conspicuos y a la vez más abnegados y generosos. Se ha resuelto asimismo dirigir a Vd. esta nota de pésame, no sólo como a la com- pañera y colaboradora de nuestro ilustrado consocio, sino también como a la hija de nuestro venerado maestro el Dr. D. Enuarno L. HormeerG, a quien tan de cerca afecta este duelo, y como a la madre de uno de nuestros más jóvenes asociados, en quien, con el mismo afecto que en nuestro seno rodeaba a su padre, nos complacemos en ver al futuro continuador de tan ilustre tradición, que implica para quien la re- cibe un compromiso de honor. Estos vínculos múltiples e íntimos dan para nosotros a esta pérdida, el carácter de una desgracia que me permito considerar como de familia. Dígnese Vd. aceptar, distinguida señora, la expresión de estos sentimientos, junta- mente con la de mi más alta consideración y profundo respeto. José M. pe La Rua, Presidente. Francisco Crivelli, Secretario. Al acto del sepelio, realizado el 29 de mayo a mediodía en el cementerio 304 PHYSIS (HI, 1917) del Oeste, concurrieron delegados de numerosas instituciones y sociedades científicas y universitarias, entre ellas de la Academia y Facultad de Filosofía y Letras, del Museo de Historia Natural de Buenos Aires (en donde el extinto fué jele honorario de la sección arqueológica), del Museo de La Plata, de la Sociedad Científica Argentina, de la Sociedad Ornitológica del Plata, del Mu- seo Social Argentino, etc. En nombre de la primera de las instituciones cita- das, habló el Dr. Erxesro Quesapa; en el de la Sociedad Científica Argen- tina, el Dr. Horacio Damranovicn, y en el de la Junta de Historia y Numis- mática, el Sr. R. Levene. Las siguientes palabras fueron pronunciadas en nombre de esta sociedad, por el Sr. M. DorLLo-Jurano. Era para la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales un deber ineludible, que me ha tocado la triste tarea de tener que cumplir, el de traer ante esta tumba una pala- bra de profundo respeto, de sincero cariño y de bien merecida gratitud. Ambrosertí ha sido, por impulso espontáneo de su espíritu generoso, por su desin= teresado amor al progreso científico de su país, uno de los más asiduos colaboradores en la obra de esta institución, que juntamente con el Museo Etnográfico, han ocupado todas las últimas manifestaciones de su actividad científica. Concurrente infaltable de jas reuniones mensuales, a las cuales era siempre uno de los primeros en llegar y de los últimos en retirarse, y en las que su sola presencia daba una sensación de afec- tuosa familiaridad y de confianza mutua, con ese su noble y siempre despierto interés por las tareas de los demás; presidente de la sección de Antropología de la Primera Reunión Nacional celebrada en Tucumán, de la cual compartió por igual las molestias y las satisfacciones, — aportó en toda ocasión, no sólo el fruto sazonado de su saber, sino también el entusiasmo y el optimismo que albergaban esa cabeza prematuramente encanecida, ese corazón que sabía entregarse sin reservas a todas las obras buenas y justas, a todas las empresas en que veía una intención sana y honesta, un deseo de servir a la ciencia y a la patria. Jamás fué sordo para las solicitaciones de obras semejantes, y la mayoría de nues- tros consocios presentes en este acto, pueden certificarlo de modo fehaciente. Sordo fué para las asechanzas de la perfidia, para las bajas insinuaciones de la calumnia o del despecho, que jamás habrían hallado eco en su alma, ni aun cuando hubiera sido él mismo la víctima. Su espíritu era absolutamente opaco para esta clase de radiacio- nes. Así es como no deja, este hombre esencialmente bueno, ni la sombra de un agra- vio entre las numerosas relaciones que las múltiples y variadas actividades de su vida le llevaron a entablar. No os voy a hablar, señores, porque no es éste el momento ni soy yo el indicado, de la obra científica, rica de observación y de reflexión, fecunda y original, de este estudioso por instinto y por educación, que, casi niño, se lanzó a la selva enmarañada de nuestra prehistoria, armado del entusiasmo y del amor por el objeto de su investi- gación y, sobre todo, de esa gran capacidad de simpatía que muchas veces puede más que la pura inteligencia o que la erudición seca. Otros, con más autorídad y más competencia, harán el juicio de esta labor. . 2 Crónica Y0) Por mi parte, sólo intentaré decir algo más sobre las dos principales características, — sin hablar de la encantadora modestia, — del hombre que acabamos de perder : la bondad y la tolerancia. Estas dos altas normas de su vida eran en él, sin duda, ten- dencia natural y sistema filosófico. Era bueno y tolerante, porque esos eran sus senti- mientos y porque había llegado a la comprensión exacta de la eficacia de aquellas vir- tudes. Y es menester reconocer que tenía razón. Su experiencia le habrá convencido bien pronto de la vanidad suprema que se oculta en la pretensión de infalibilidad, ac- titud que no hace sino agregar al lote común de errores inherentes a la condición hu- mana, uno más, que es el de no saber reconocerlos. La exigencia excesiva para con- sigo mismo es fuente de escepticismo cuando no de esterilidad completa, y la exigencia excesiva para con los otros es, además de esto, injusta, es decir, contraria al principio sobre que se basa la armonía social. He aquí la gran lección que deja esta vida, cortada de un modo tan triste cuando tanto podía dar aún, cuando por fin se aproximaba el momento de ver realizado, con satisfacción íntima y legítima, uno de los anhelos más gratos a su corazón... Debemos apresurarnos, señores y colegas, a recoger esta enseñanza, que la excelsi- tud de la muerte realza y purifica, así como la quietud, las sombras y el frío de la noche exaltan el perfume de algunas flores. Debemos apresurarnos a recogerla, para infundirla en el alma colectiva que se está formando, para hacer que ésta se plasme en un molde más ampliamente humano y que alguna vez pueda el núcleo social de esta parte de América decir que ha dado un paso hacía ese límite ideal que es la fra- ternidad de los hombres... Quimeras, hoy más que nunca, pero que al menos tienen la virtud de levantar el alma por sobre el mar de odio y de infortunio que inunda la tierra ! Sean estas pobres palabras, expresadas en la doble angustia del dolor y de la pre- mura, el tributo conmovido a esta noble y serena existencia que al extinguirse pro- duce una vibración tan genuinamente humana. Germán Burmeister. 250 aniversario de su fallecimiento. El 2 de mayo ppdo. se han cumplido 25 años de la muerte del ilustre natu- ralista alemán que fué durante treimta años director del Museo Nacional de Buenos Aires, y su primer organizador científico. El Museo Nacional fué fundado por decreto del Triunvirato, el 27 de mayo de 1812, a inspiración de D. Bervarbixo Rivapavia, pero tuvo una existencia puramente nominal hasta 18923, en que el mismo Kivapavra, siendo ministro, tomó las disposiciones necesarias para que el antiguo decreto pudiera reali- Zarse. Así fué, aunque en condiciones muy modestas, y lo poco que se hizo se de- bió al ayudante D. CarLos Ferraris (cuyo nombre recordó D'OrBiGNY, dedi- cándole algunas especies, como Ostrea Ferrarist, Anodonta Ferrarist). Pero sobrevino poco después la tiranía de Rosas, durante la cual nose hizo más que dejar arruinar el material reunido. Después de Caseros renace el abandonado museo sostenido por una sociedad surgida de la Universidad de Buenos Aires, la «Asociación de Amigos de la Historia Natural del Plata», 306 PHYSIS (II, 1917) cuya colaboración fué -importante y debida en gran parte a su secretario D. MawxueL Ricarno TreLLes, después director de la Biblioteca Nacional. Gracias a los esfuerzos de esta sociedad se consiguió que el museo fuera instalado en la esquina de las calles Perú y Alsina. Hallándose en aquella época en el país el naturalista francés Aucusro Bra- vARD, ventajosamente conocido por sus exploraciones geológicas, le fué ofreci- da, según refiere Bere (1), la dirección del museo, que Bra- VARD No aceptó. Entonces (1861) fué nombrado el Dr. Burmers- TER, que ya había visitado el país y publicado los resultados de su viaje en su obra Reise durch die La Plata Staaten. La acción de Burmeistek al frente del museo es demasiado conocida para que sea necesario recordarla acá más detenida- mente. Del mismo modo se co- noce la importancia de sus nu- merosas memorias científicas, publicadas antes y después de su venida a Buenos Aires, y que han dado a su nombre una justa notoriedad. Durante su vida y después de su muerte, nuestro país ha sa- bido apreciar sus méritos sobre- salientes y reconocer el prestigio que su obra dió a la república en el mundo científico. Estatua del Dr. Burmrisrer en Palermo (B. Aires) 7 Erigida por subscripción pública el 7 de octubre de 1900 Como un pequeño homenaje a su memoria reproducimos aquí la fotografía de la estatua que se levanta en Palermo. Gracias ala amabilidad de uno de sus hijos, el Sr. CarLos BurMEIsTER, po- dremos reproducir en el próximo número algunas interesantes piezas de su correspondencia inédita. Aceptando una gentil propuesta del Sr. D. Juan TREMOLERAS, que ha ofre- cido hacer una versión española de la obra de BurmerstER sobre su viaje a los Estados del Plata, esta sociedad piensa empezar próximamente la publicación de dicha traducción, que irá apareciendo por capítulos en PHYSIS. (1) Anales del Museo N. de B. Aires, vol. VI, p. 320. Crónica 307 Homenaje a la memoria de F. Ameghino. La ciudad de La Plata ha rendido al eminente naturalista que vivió en ella tantos años, un justo tributo al dar su nombre a una de sus avenidas más importantes, la diagonal So, que lleva aho- ra la designación de «Avenida Ameghino». Con este motivo fué colocada la placa que reproducimos, inaugurada el 25 de mayo ppdo. Al mismo tiempo se acuñaron algu- nas plaquetas idénticas a aquella, y la co- misión organizadora del homenaje ha te- nido la deferencia de ofrecer una de ellas a la Sociedad de Ciencias Naturales. Las pla- quetas llevan al dorso una hermosa inscripción alusiva a la significación de la obra de AMEGHINO. Dr. Osvaldo Cruz. El 11 de Febrero último falleció en Río de Janeiro, joven aún, este emi- nente médico brasileño. Verdadera autoridad en bacteriología, su nombre se citaba entre los primeros. Trabajó tenazmente en su patria en pro de la hi- giene y salubridad públicas, mereciendo la gratitud nacional por su obra tan fecunda como benéfica. El Dr. Cruz nació el 9 de Agosto de 1872 en San Luis de Parahytinga (S. Pablo). Hijo de un médico distinguido, que fué inspector de higiene hasta 1892, su vocación debía, naturalmente, orientarse hacia la medicina, en donde re- veló pronto aptitudes sobresalientes. Estudió en la Facultad de Río de Janeiro, conquistando a los 20 años escasos su diploma de médico. Su tesis doctoral, clasificada como «distinguida », trataba sobre «el agua como agente de trans- misión de los microbios». Después, prosiguió sus estudios en París, en- el Instituto Pasteur al lado de Roux, Mercuxtkorr, NiBerT y otros, descollando por sus interesantes y originales trabajos sobre toxicología general. En 1901 fué nombrado por el gobierno brasileño para la dirección científi- ca del instituto seroterápico, institución que llegó a ser, como es notorio, una de las primeras del mundo en su género. Hoy, el famoso Instituto Nacional Osvaldo Cruz, que lleva tan merecida- mente el nombre de su autor, es en realidad un establecimiento modelo, en donde no sólo se prepara suero contra la bubónica y las fiebres endémicas, ya desaparecidas en el Brasil, sino también un laboratorio en donde se practica toda clase de investigaciones, bacteriológicas, protozoológicas y parasitológicas. Magníficamente ubicado en un suburbio poco poblado de Río de Janeiro, 308 PHYSIS (11], 1917) el Instituto Manguinhos se extiende sobre 45.000 metros cuadrados, dividido en doce departamentos y pabellones, dotados todos de material amplio y mo- derno. El Dr. Cruz, cuyo fallecimiento ha sido vivamente lamentado por todo el pueblo brasileño, acababa de ser nombrado prefecto de Petrópolis, en donde residía. Museo Nacional de Buenos Aires. Nuevas adquisiciones paleontológicas. — Gracias a la deferencia del jefe de la sección de paleontología del Museo de Buenos Aires, Sr. CarLos ÁMEGHINO, podemos dar algunas informaciones sobre hallazgos o adquisiciones hechos últimamente en dicha sección. En octubre del año pasado se tuvo conocimiento, por las noticias suminis- tradas amablemente por el Sr. Dawre Arico, de la existencia de huesos fósi- les en el Río Carcarañá, cerca de Cañada de Gómez (S. Fe). Con recomenda- ciones de dicho señor y con la ayuda del ingeniero del F. €. €. Argentino Sr. SmrrH, pudo el naturalista del museo Sr. E. De Cares realizar en la fe- cha indicada un examen del terreno y extraer varios restos fósiles. El más va- lioso lo constituye un cráneo con mandíbula de Megathertum omericanum, que fué traído al museo, donde hábilmente limpiado y restaurado por el prepara- dor Sr. Anronio Pozzt, constituye una pieza preciosa. Por el estado de con- servación de algunas de sus partes, se cree que sea la mejor cabeza de aquel gravígrado conocida hasta la fecha. Fueron hallados también otros huesos largos de megaterio, restos de coraza de gliptodontes, etc. Los terrenos en que todo esto se encontraba, eran los margas azulado-ver- dosas del pampeano superior lacustre o piso lujanense. En diciembre del mismo año el Sr. E. pe Carzes, a quien se deben tantos hallazgos, realizó una excursión a las barrancas del Paraná con objeto de ha- cer colecciones y observaciones paleontológicas. Con la cooperación de la in- tendencia municipal de la ciudad de Paraná, de la subprefectura marítima y del profesor de la Escuela Normal Sr. Arce, pudo hacer algunas excursiones provechosas. De ellas han resultado diversas piezas de mamíferos fósiles de los terrenos terciarios de aquella localidad, entre las cuales figura en primer lu- gar el notable cráneo de Chlamydotherium de que se ha ocupado el Sr. C. Amrcniso en una de las sesiones de la S. A. €. N.; restos de los géneros Sca- labrinitherium, Sceliudodon y otros gravígrados Toxodontes, dientes de los gigantescos roedores como Kuphilus, diversos Cavinos y una caparazón de tortuga. Esta ha sido remitida para su estudio al Prof. WirLaxp, de Estados Unidos, que además de sus trabajos sobre plantas fósiles se ha ocupado tam- bién de Quelonios fósiles. CrónIcA 309 El Sr. C. Amecnixo ha hecho, por su parte, la adquisición de una pequeña colección del Paraná, perteneciente al Sr. Sors Cirera, a quien anteriormente el Museo de Buenos Aires había comprado numerosas piezas fósiles. En ambas colecciones vienen también algunos moluscos fósiles. La mayor parte de éstos son las especies marinas ya conocidas de la formación entrerria- na; pero es interesante comprobar de nuevo la presencia entre ellas de espe- cies terrestres y de agua dulce. Entre éstas, varios Unionidae pequeños y algu- nos moldes, siempre en el mismo estado, de un Strophocheilus semejante en todo a la variedad de S. oblongus MiúxL., que actualmente vive en el litoral. En marzo del presente año se tuvieron noticias en el museo, por el Sr. E. GonzALez Vázquez, de Arroyo del Medio (Estación J. B. Molina), de que en aquella localidad se habían hallado restos fósiles. Concurrió el Sr. pe CarLES y gracias a la ayuda muy eficaz del citado señor, pudo extraerse de la barranca del arroyo mencionado y como a cuatro leguas de la estancia del Sr. Vázquez, varios restos valiosos de un mastodonte (Mastodon Humboldti), consistentes en dos defensas o «colmillos» de dos metros de longitud, la mandíbula, varias muelas, algunos huesos largos, etc. Estos fósiles se hallaban en el pampeano lacustre. Nombramientos. — Por un reciente decreto del Ministerio de Justicia e Ins- trucción Pública, han sido incorporados al personal científico del Museo Nacional el Sr. Eric Boman como naturalista encargado de las colecciones ar- queológicas y la señorita GERMANA VANDERVEKEN como ayudante en el Gabi- nete de Botánica. Incendio en la Sección de Zoología Aplicada. El día 16 de abril pasado, un incendio ha destruído una gran parte del local de la calle Tucumán N* g51, en esta ciudad, donde se hallaba instalada la División de Ganadería del Ministerio de Agricultura. Allí se encontraba también la Sección de Zoología Aplicada que dirige el Dr. Ferxanno Lamuse - desde hace más de veinte años y en donde había reunido un valioso material de mamíferos, aves, peces, moluscos, etc., que constituían el museo de dicha sección. Éste ha sido íntegramente destruído por el fuego, siendo especialmen- te de lamentar la preciosa colección de ácaros (particularmente ixódidos o ga- rrapatas, de los que el Dr. Lame se ha ocupado con preferencia) con la cual desaparecen muchos ejemplares típicos. Se han perdido en gran parte manus- critos inéditos. informes científicos, y una hermosa serie de dibujos, muchos de ellos en colores, hechos por el hábil dibujante naturalista Sr. STALLENG. * Muy sensible es asimismo la pérdida de numerosos libros de la biblioteca, de la oficina y de la de su director, y de una valiosa serie de preparaciones mi- 310 PHYSIS (UI, 1917) croscópicas hechas casi todas por la ayudante Srta. Teresa Joan. También se ha perdido una buena colección de peces de Puerto Madryn del Museo Nacio- nal de Buenos Aires, que había sido remitida al Dr. Lamure para su deter- minación y de la cual se había hecho mención en esta revista (tomo II, p. 196). Este lamentable accidente viene, pues, a privar a la ciencia de datos que será muy difícil, cuando no imposible, volver a obtener. Es de desear que tan triste experiencia no sea estéril y que el ministerio procure rodear de mayo- res seguridades a los locales donde se guardan objetos cuyo valor científico es inapreciable y que representan también importantes sumas de dinero inver- tidas en su recolección, preparación y conservación. Expedición para el estudio de la región permanente de la langosta. Por resolución de fecha 16 de abril del corriente año, el Ministerio de Agricultura de la Nación ha resuelto que se continúen las investigaciones em- prendidas bajo la dirección del Sr. Exr1que LywcH ArRIBÁLZAGA en 1908 acerca de la distribución geográfica de la langosta voladora (Schistocerca paranensts). Para este fin ha encomendado al Ingeniero Agrónomo CarLos LizerR que se traslade a Santa Gruz de la Sierra (Bolivia), desde donde, si es posible, debe cruzar todo el oriente boliviano y regresar por Puerto Suárez, sobre el Pa- raguay. El Sr. Lizer lleva al Sr. Luis DeLÉTaNe como secretario y al Sr. Juan Bosq como ayudante, además del personal subalterno. El 8 de junio han partido para Salta, desde donde han seguido por Embarcación y Yacuiba para San- ta Cruz. Los Sres. Lizer y DeLérane piensan aprovechar este viaje para hacer colec- ciones de historia natural en tan interesante región. Debemos congratularnos de que la Dirección de Agricultura haya encami- nado las investigaciones en este sentido. Cualquiera que sea la amplitud de la actual expedición, sus resultados no pueden dejar de ser provechosos. Las observaciones y los datos recogidos sobre el terreno, sea que ratifiquen o * rectifiquen las afirmaciones anteriores, tendrán un valor positivo, no sólo en sí mismos sino también en cuanto servirán para orientar las investigaciones ulteriores, sobre la base de un servicio permanente en las regiones adecuadas. Deseamos a nuestros colegas el mejor éxito en la importante tarea que el gobierno les ha encomendado. Sociedad Ornitológica del Plata. Nuevos socios. — Han ingresado recientemente como socios activos de la S. O. P. los señores ArBerro CASTELLANOS, ALFREDO CastELLANOS (Córdoba), . o Crónica 3ri Peoro L. Comi (Cap.), Juan TremoLeraAs (Montevideo), PabLo GirarD (Tucu- mán), Dr. Frorenrivo FreLmrowe (Montevideo), Cremente One (Cap.), Emtraxo SawriLLAN (Sgo. del Estero), Dr. Junto ber €. Moreno (La Plata), CarLos Marek y Joree Moxnam (Córdoba), ÁxcrL L. Ranice (La Plata) y Re- NaTO Sawzix (Mendoza), los que, agregados a la lista publicada en el número anterior de PHYSIS forman un total aproximado de 70 socios activos. «Revista El Hornero y. — La C. D. dela S. O. P. ha resuelto iniciar en breve la publicación del órgano de la Sociedad, encargando al presidente Dr. DabbE- NE, y al secretario Sr. Serú todo lo relativo a dicha revista. Se acordó que deberá aparecer cuatro veces al año, sin fecha fija, con un mínimo de 32 pá- ginas de texto, con grabados en el texto y láminas en color cuando los recur- sos lo permitan. El grabado permanente de la carátula representará un nido típico del hornero cuyo dibujo ha sido ya ejecutado y amablemente obsequiado por el Sr. Cáxbipo ViLLaLoBOS. El primer número de El Hornero contendrá trabajos de los señores HomBerRG, DaBBENE, DorLLo-JurADo, AMEGHINO, Ou- TES, SERIÉ, SELVA, DiveLLI, MareLtx, etc. Reuniones y trabajos ornitológicos. — La C. D. está organizando sus reunio- nes periódicas, en las que los asociados podrán presentar trabajos y discutir cuestiones de ornitología. LaS. O. P. ha sido invitada por la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales a cooperar en los trabajos de la comisión designada recientemente, de acuerdo con un voto de la reunión de Tucumán, para estudiar y uniformar los nom- bres vulgares de las aves de la Argentina. Componen dicha comisión los seño- res Dr. Enuarno L. Hormbere, Enrique Lyncm ArrIBALZAGA (Resistencia), Dr. M:tcuEL Lio (Tucumán), Dr. Roserro DabBenNE, Martín DorLLo-JuraDo y Penro Serif. Donaciones de aves. — La Sociedad ha recibido para sus colecciones, aves frescas y otras preparadas en cuero, de los señores ALBERTO CASTELLANOS (Córdoba), Juan B. Dacuerre (Las Rosas, F. C. S.) y ÁnceL L. Rapice (La Plata). Sociedad Científica Argentina. *** Ha sido elegido presidente de la S. €. A. por el período 1917-1918, el el Dr. CarLos M. Morates, bien conocido en nuestros círculos universitarios por su actuación de muchos años. El Sr. Morazes tiene además de su título de ingeniero civil, el de doctor de ciencias exactas por la Facultad correspondiente de la Universidad de B. Aires. El año pasado obtuvo su jubilación como profesor de la misma. *** Además de la academia que esta sociedad ha constituído en su seno (de la cual dimos “cuenta en PHYSIS, II, p. 57. 19159), se ha creado también una ? «Organización didáctica de Buenos Aires» con el principal objeto de dar con- 312 PHYSIS (1H, 1917) ferencias de vulgarización en el local de la S. C. A. Para atender a las necesi- dades de esta nueva creación, cuyos beneficios son indudables, se ha abierto una subscripción (1). Las personas que abonen una cuota única de mil pe- sos m/n serán consideradas como miembros protectores. En esta categoría se han inscripto el ex presidente Ing. N. Besio Moreno y la firma comercial Er- vesro Torwsquist y Cía. í La organización didáctica ha comenzado sus cursos el mes pasado con confe- rencias del profesor Aucusro ScaLa sobre histología vegetal. Academia Nacional de Ciencias de Córdoba. Después del retiro de los profesores Aporo DorrixG y Feoerico Kurtz, se acogerá también este año a los beneficios de la jubilación el Prof. Dr. Gur- LLERMO BODENBENDER, cuyas valiosas contribuciones a la mineralogía y geolo- gía del país son bien conocidas. En reemplazo del Dr. Kuxrz, ha sido nombrado a fines del año pasado para la cátedra de botánica el Dr. C. €. Hosskus, joven y entusiasta profesor de cuyas publicaciones se ha hecho referencia varias veces en PHYSIS. Hallazgo de un representante de los Notostylopídeos de Patagonia en los Estados Unidos. í El descubrimiento dado a conocer hace poco tiempo por Marrmew y GRAN- GER (2) es sin duda uno de los más interesantes que se hayan hecho durante los últimos tiempos en paleontología. Se trata de un representante, hallado en el Eeoceno inferior de Wyoming, de los extinguidos mamiferos de Pata- gonia que se agrupan alrededor del género Notostylops Amecmixo, referidos por este autor al Cretáceo superior, por otros al Terciario inferior. El ejem- plar norteamericano está representado sclo por una porción de mandíbula con cinco muelas, que mide en total menos de 2 cm., y según los autores, constituye un género nuevo que denominan Arctostylops, y que colocan, con dudas, en la familia /sotemnidae, comparándolo con Notostylops Amrcu., Pleu- rostylodon Amecn., y Leontinia Amecn., y refiriéndolo al grupo de los así lla- mados « Notoungulados » (que viene a comprender la casi totalidad de los ungulados fósiles sudamericanos...) Cualquiera que sea la posición sistemá- tica que el nuevo género Arctostylops deba ocupar, sus relaciones con aque- llos mamiferos cretáceo-terciarios de Patagonia, que los autores consideran (1) Véase Anales de la S. C. A., vol. LXXXIIL, p. 173. 1917. (2) W. D. Marnew and Warren Grancer, A. Revision of the Lower Eocene Wasatch and Wind River Faunas, pt. IV. Bull. Amer. Mus. N. H., New York, XXXIV, p. 429. 1915. O , o Crónica 31 indudables, es un hecho de evidente importancia por cuanto demuestra algo que hasta ahora era una suposición, esto es, el intercambio de faunas entre ambas Américas en la iniciación de los tiempos cenozoicos (quizás aun al final del Gretázeo), época en que parece haber existido una conexión que luego se interrumpió para no restablecerse sino en el Terciario superior. Demostraría también, contra la opinión generalmente admitida por los paleontólogos ex- tranjeros, que los Ungulados primitivos de Patagonia no han vivido en el aislamiento absoluto que se supone. Ahora falta saber si aquellos Ungulados han entrado aquí, o si de aquí han salido. Es de esperar que nuevos hallaz- gos en el Eoceno norteamericano confirmen el presente y ayuden a la solu- ción de tan interesante problema. Félix A. Le Dantec. El S de Junio último falleció en París este reputado hombre de ciencia, autor de un considerable número de obras sobre temas biológicos. Había nacido en el Finisterre en 1869, ingresando joven aun en el Instituto Pasteur, en donde trabajó con Mercunikorr. En 1889 formó parte de una misión científica en San Pablo (Brasil), para el estudio de la fiebre amarilla : siendo nombrado en 1893 catedrático de la universidad de Lyon. Desde en- tonces empezó a descollar como fisio-psicólogo, publicando una serie de traba- jos que llamaron especialmente la atención del mundo científico. Pueden citarse entre los importantes : Théorie nouvelle de la vie, La matiere vivante, Le déterminissme biologique et la personnaliteé consciente, L*évolution indi- viduelle et l"hérédité, La sexualité, Lamarkiens el darwinistes, Entretiens philoso- phiques, L?unité dans l”étre vivant, Les limites au connaissable, Les los natu- relles, Les influences ancestrales, La lutte uniwverselle, L”athéisme, Science et conscience, La erise du transformisme, La mécanique de la vie, La logique de Pexrpérience, Mimétisme et imitation, etc., etc. Apóstol avanzado del positivismo, Le Dawree fué discutido en su tendencia a fundar una teoría general filosófica basada exclusivamente sobre la biología, que era su único método de conocimiento científico. Rev. Octavius Pickard Cambridge, F. R. S. Este distinguido arácnologo falleció el y de marzo del corriente año en Blaxworth (Inglaterra), localidad en la que residía desde el año 1868. En sus principales obras se ha ocupado de las arañas de la Gran Bretaña, pero ha publicado además mumerosos trabajos sobre arañas de América Egipto y Palestina. 314 PHYSIS (1, 1917) Reuniones de instituciones científicas extranjeras. «American Association for the Advancement of Science. » Su última re- unión en Nueva York. — La reunión de la Asociación Americana celebrada en Nueva York en la última semana de diciembre pasado, ha asumido propor- ciones que sobrepasan en mucho a las de cualquiera de las anteriores asam- bleas análogas de la misma asociación y aún de sus similares del mundo. En la reunión que en 1906 se realizó en la misma ciudad, la Asociación contaba con unos 2000 miembros, siendo 2000 los concurrentes. Actualmente el nú- mero de miembros ha ascendido a 11,000 y los concurrentes de 6 a 7000. El número exacto no se ha podido conocer, pues aunque se llevaba un registro de asistentes, hay muchos que no se anotaron en él. Esta vez, lo mismo que las anteriores, otras diversas sociedades y organiza- ciones científicas realizaron sus reuniones anuales junto con la Asociación. Algunas de ellas aportaron, por sí solas, varios centenares de socios. El número de sociedades afiliadas ha sido de 75, y cada una de ellas sesio- naba junto con la sección correspondiente de la Asociación. Las sesiones tu- vieron lugar en el hermoso edificio de la Universidad de Columbia. El presidente de esta reunión fué el Dr. CuarLes R. van Hise, siendo pre- sidente saliente, o sea presidente de la anterior reunión, el distinguido astró- nomo Dr. W. W. CamebeLz, director del Observatorio de Lick, California. He aquí la nómina de las secciones, de sus presidentes y los temas de sus disertaciones inaugurales : 1. Sección A, Matemáticas y Astronomía : Prof. Armin O. Lruscuner, la derivación de las órbitas. 2. Sección B, Física : Prof. PercivaL E. Lewisr, los progresos recientes en la espectroscopía. 3. Sección €, Química : Prof. Winiam McPherson, las síntesis asimétri- cas y su relación con la doctrina del vitalismo. 4. Sección D, Ingeniería (Disertación a cargo del presidente saliente, Dr. B. J. ArxoLD). 5. Sección E. Geología y Geografía : Prof. Marx Jrrrerson, las provincias geográficas de los Estados Unidos. 6. Sección F. Zoología. (Disertación a cargo del presidente saliente, Prof. VerNOoN L. KrLLOG). . Sección G, Botánica : Prof. WiLLiam A. SercueL, la distribución geográ- e de las algas marinas. 8. Sección H, Antropología y Psicología : Prof. LinLiex J. Marrix, la per- sonalidad tal como se revela en las imágenes. y. Sección I, Ciencia social y económica : Dr. Grorck F. Kunz, la eficien- cia científica y los museos industriales como salvaguardias en la paz y en la guerra. Crónica 315 10. Sección K, Fisiología y medicina experimental : Prof. Freoeric P. Gay, la especialización y la investigación en las ciencias médicas. 11. Sección L, Educación : Prof. Exrwoob P. CusmrrLey, algunos obstá- culos para el progreso educacional. 12. Sección M, Agricultura : Eucrne Davenport, la previsión en las cien- cias agrícolas. El número de memorias presentadas ha sido de 1/00. Algunos párrafos de la disertación de CamPBELL en la reunión de San Fran- cisco, han sido transcriptos en PHYSIS (11, 204). En la presente reunión, el mismo autor se ocupó de las nebulosas espirales, terminando su disertación con las siguientes palabras : «Por medio de un trabajo tranquilo y tenaz, los astrónomos han aprendido el lugar de nuestra estrella y de sus planetas entre las otras estrellas. Si se llegase a probar que las nebulosas espirales son siste- mas separados e independientes, legaríamos a nuestros sucesores el gran pro blema de encontrar el lugar de nuestro propio gran sistema estelar entre el cúmulo de sistema estelares que llenan el espacio sin fin ». (Scientific Monthly, vol. 4, p. 191. 1917). 2. British Association. — La reunión anual correspondiente a 1916 se ce- lebró en Newcastle-on-Tyne en el mes de septiembre, con una concurrencia de 826 socios, La que correspondería al año corriente, y que se habia proyectado realizar en Bournemouth, ha sido suspendida por causas derivadas de la situación in- ternacional. En cambio, se efectuará en Londres sólo una sesión del comité general de la Association. Esta es la primera vez, desde 1831, que no se realizará el habitual meeting. 3. Sociedad Biológica de Washington. — Según una noticia publicada en Science (junio 3o, 1916) L. SresnecER presentó en la reunión ordinaria núme- ro 556 de la Biological Society de Washington, una comunicación sobre la distribución de los saurios anfisbenoides, cuyas conclusiones interesan á la zoogeografía de Sud América. Llamó la atención sobre las varias teorías que se han propuesto para dar cuenta de la distribución de los animales y explicó cómo las Anfisbenas, con su peculiar estructura y sus hábitos, estaban parti- cularmente indicadas para mostrar las antiguas conexiones de tierras conti- nentales é islas ahora separadas. La distribución y relaciones de estos saurios muestran claramente una conexión anterior entre Sud América y África. BIBLIOGRAFÍA Exploraciones arqueológicas en las provincias de Tucumán y Cata- marca, por CarLos Brucu. Universidad Nacional de La Plata, Biblioteca centenaria, tomo V. Buenos Aires, 1911, y Revista del Museo de La Plata, tomo XIX, primera parte, segunda serie, tomo VI. Buenos Aires, 1gL3. Ñ El Dr. CarLos Brucn, bien conocido en el mundo científico por su abun- dante bibliografía zoológica. ha reunido en este volumen los resultados arqueo- lógicos de la misión que le fué confiada por el Museo de La Plata, en el otoño de 1907. Como afirma el autor, el principal motivo del viaje consistía en reunir el mayor número de datos sobre las antiguas poblaciones dispersas en los valles preandinos de Catamarca y Tucumán. La obra publicada, llena de observaciones exactas, abundante en excelente material gráfico y descripción de las series arqueológicas exhumadas en la región, viene a contribuir eficazmente al conocimiento de la arqueología local. El estudio ha sido realizado, — en lo posible completo, — en Tafí y Quil- mes (Provincia de Tucumán); en Fuerte Quemado, Cerro Pintado de las Mojarras, Loma Rica, Andaguala, Ampajango, Punta de Balasto, Famaba- lasto, Hualfín, La Ciénega, Londres de Quinmivil, Andalgalá, Pucará de An- conquija, Ciudarcita, Pajanco y Tuscamayo (Provincia de Catamarca). Como se ve, el área explorada es amplísima y el autor en su prolija investigación ha podido desprender importantes conclusiones, estudiando y comparando no sólo los artefactos exhumados simo las condiciones del medio físico bajo las cuales se han desarrollado los centros poblados de referencia. Afirma que Tafí puede ser considerada como una población de genuino carácter agrícola. La ausencia de viviendas, los recintos pircados, de tipo uni- forme y escalonados a lo largo de las riberas de los arroyos parecen indicar aquel carácter. Para Brucn, los monolitos que se encuentran en el valle de Tafí y que fueron dados a conocer bajo el nombre de menhires por el Dr. Am- BROSETTI, en 1897, están en relación con las obras agrícolas y su construcción obedeció a ritos o ceremonias, hoy totalmente perdidos. AmroserrTI había BIBLIOGRAFÍA 317 sospechado lo mismo y tuvo la intuición de que aquellos monumentos tuvieran alguna relación con los de la época en que floreció la cultura de Tiahuanaco. No deja de causar extrañeza que construcciones como las descriptas por Brucn en nuestro territorio, sólo en Tafí se hayan descubierto. Del estudio de mumerosos yacimientos y localidades arqueológicas en el Valle de Santa María, el Dr. Brucn infiere la unidad de la cultura en la comarca. Caracteriza los tres tipos de construcciones dominantes : viviendas, construcciones destinadas a servir de defensas y campos de cultivos. Éstos exi- gían penosas y largas operaciones para convertir los pedregales en campos aptos para la agricultura, con sus canales de riego y sus indispensables declives. Establece un tipo uniforme de cerámica con forma y decoración caracterís- tica y, en algunos casos, cree encontrar tipos que responden al desarrollo de una industria local. Este fenómeno ha sido constatado en otras localidades arqueológicas y su explicación debe buscarse en las tendencias o aptitudes indi- viduales de los viejos artistas que, en muchas ocasiones, rompieron con los cánones establecidos. Sospecha Brucn, estudiando los petroglifos de la comar- ca, que, en muchos casos, no existe sincronismo entre ellos y los demás restos arqueológicos. Esta sospecha podrá confirmarse el día que conozcamos mejor la distribución de los petroglifos en nuestro noroeste. Hoy por hoy observa- mos que, en general, los petroglifos argentinos pertenecen a dos épocas dis- tintas, atendiendo a su técnica y a los signos grabados. Constata, además, el Dr. Brucu, en su interesante obra, que en las regio- nes situadas al Sur de Andalgalá se encuentran, en profusión, restos de cerá- mica grabada o polícroma con figuras draconianas, que no han sido descu- biertas en el valle de Yocavil. Los estudios posteriores vienen a demostrar que esta cerámica, sul generis, parece tener su centro de dispersión en los valles de La Rioja y que se extendió hasta la provincia de San Juan por el Sur y no pasó más allá del Atajo, en su marcha hacia el Norte. Termina afirmando que Londres de Quinmivil y el Fuerte de Pucará, deben ser considerados, al menos en parte, como poblaciones de origen postcolom- biano, atendiendo especialmente a sus construcciones y alos antecedentes his- tóricos que al respecto son conocidos. En resumen. la obra del Dr. Brucn marca un jalón firme en el conoci- miento de nuestra arqueología del noroeste. La claridad de exposición, la seve- ridad de método, la exactitud de la observación y la abundancia del material gráfico que la acompañan dan a esta monografía un valor positivo, enseñán- donos una vez más la importancia que tienen los estudios arqueológicos cuan- do éstos se realizan in situ. — S. Debenedetti. Quelques Orchidées de 1'Argentine, par Lucirn Hauman. Anales del Mu- seo de Historia Natural de Buenos Atres, tomo 29, p. 393-389. 1917. Una valiosa contribución al conocimiento de la familia de las orquídeas nos PHYSIS. — T. IL 21 318 PHYSIS (1U1I, 1917) presenta el autor en un trabajo hecho con todo cuidado y acompañado con hermosos dibujos que facilitan la interpretación de las diagnosis. Con las especies aquí enunciadas, nuevas para la ciencia muchas de ellas y aun no mencionadas para la Argentina otras, se pasa rápidamente de 26 géne- ros y 87 especies conocidas por el autor a 36 géneros y 110 especies que él indica como catalogadas hasta la fecha. Es un buen salto sin duda alguna, que nos da idea de las sorpresas que a cada rato puede ofrecer la revisión concienzuda de nuestra flora y de la im- portancia de la contribución a que hago referencia. Pero, como muy bien lo dice el autor, esas cifras son aun inferiores a la realidad y el número de orquí- deas que crecen dentro de nuestros límites se elevará considerablemente aún, cuando las exploraciones se hagan con mayor intensidad en las regiones bos- cosas de Misiones y del Chaco sobre todo y en épocas más favorables. Pero aun así, el autor hubiera podido elevar notablemente el número indicado, men- cionando las especies que han sido señaladas por varios autores conocidos. No me refiero aquí a las citadas en obras raras o de escasa circulación, ni a las consignadas en libros que no existan en las bibliotecas que ha tenido a su alcance, sino a las obras mismas que le han servido para la determinación de las que presenta y que por eso mismo resulta curioso que se le hayan esca- pado en tan grande proporción. Así p. ej. : Kránziix en Exc. Bot. Jahrb. 44 (1910) Beibl. 101, en un folleto de 3-4 páginas, obra utilizada por el autor que nos ocupa, menciona la Chloraea falklandica de las Malvinas y que no podemos dejar de imcorpo- rarla como perteneciente a la flora argentina. Rricue, Orchidaceae chilensis en la p. 42 dice refiriéndose a la Chloraea erispa LinbL. : «regiones de la Argentina ». En Cocntaux, Flora Brasiliensis hay 6 especies señaladas para nuestro terri- torio y que no han sido tenidas en cuenta. Éstas son : 1. Octomerta crassifolia LixDL. 2. » tridentata Lin. 3. Pelexia triloba LinDL. 4. Pleurothallis riograndensis Bar. Ropr. var. longicanlis CoN. 5. Spiranthes elata (Sw.) Ricn. var. foltosa Coen. 6. Stenoptera ananassocomos KcnB. Del trabajo de Krinzuix, Beutráge zur Orchideenflora Súdamerikas en Kungl. Vetensk. Akad. Handl. 46, n” 10 (1g11), pp. 1-109, se han dejado de citar las S siguientes : 1. Habenaria achalensis KrixzL. var. angustifolia MRAÁNZL. 9 Male araneiflora BarB. Robr. ad kale Eckmanniana KRANZL. 1. Liparis elata Luxor. f. latifolia Rut. 5. Spiranthes Ulei Cocn. 6. Stenorrhynchas Eckmannt KrAnNzL. BIBLIOGRAFIA 319 7- Stenorrhynchus oestrifer Roms. var. minor KrANzL. S. Td. regias ÍMRANZL. Plantas todas de Posadas, en Misiones. Teniendo en cuenta, pues, los 3 géneros omitidos de Octomeria, Pelexia y Stenoptera y las diferentes especies que acabo de enumerar. se llega a 3g géne- ros con 126 especies, cifras a que pudo haber llegado con toda facilidad. En rigor el número es más alto aún, como bien lo sospecha el autor, y como ha resultado comprobado después por las contribuciones recientes que acaban de aparecer, entre las que debo mencionar la muy valiosa del Dr. Ser- GAZZINI, y las especies señaladas en obras que el autor no ha tenido a mano. — Cristóbal M. Hicken. Les constituants de la houille et leurs relations avec ceux du pétrole, par A. Prcrer. Compte rendu des séances de la Soc. de Phys. et d*Hist. Nat. de Geneve, t. XXXIL, pág. 15 (18 de marzo), 1910. Sabido es que sobre el origen de los hidrocarburos naturales y principal- mente de los petróleos, se han emitido un sinnúmero de opiniones muy dife- rentes. Entre los químicos, geólogos y técnicos que se han ocupado del asunto se han trabado largas polémicas y discusiones, que desgraciadamente no han alcanzado hasta la fecha un éxito satisfactorio y más o menos definitivo. Nuestra opinión al respecto es que pasará todavía algún tiempo antes de que se llegue a tal intento. Algo escasos y a veces inseguros nos parecen los elementos de juicio en que se han fundado las diferentes teorías, y creemos que por de pronto, lo que más vale es aumentar el acopio de datos geo-quí- micos (experimentales, etc.) que puedan servir de base científica para la ver- dadera solución del problema. Merece la pena, por lo tanto, vulgarizar los resultados de toda investigación dirigida en ese sentido. Con tal objeto, reproducimos a continuación unos resultados de laborato- rio obtenidos por A. Prcrer, en colaboración de H. Bouvier y O. Karser, que fueron comunicados en una de las últimas reuniones de la Sociedad de Física e Historia Natural de Ginebra. M. Au£ Prcrer rend compte des recherches qu'il poursuit avec MM. M. Bouvikr et O. Kaiser sur les constituants de. la houille et leurs relations avec ceux du pétrole. Le produit de la distillation de la houille sous pression tres réduite (goudron du vide) etle produit d'extraclion de la houille par le benzéne bouillant, sont a tres peu de chose pres identiques. Tous deux sont formés d'un mélange d'hydrocarbures liquides et soli- des appartenant á la série hydro-aromatique; les uns sont saturés, les autres ne le sont pas; on les sépare, d'abord par un traitement a Vacide sulfureux liquide, qui ne dis- sout que les non saturés (procédé Edeleanu), puis par une série de distillation frac- tionnées. 320 PHYSIS (HI, 1917) MM. Prcrer et Bouvier ont retiré ainsi du goudron du vide les hydrocarbures salurés sulvants : Lo po Pt d'ébull. : 1369 (hexahydromésitylene) A » 1609 dl e: » 1739 (hexahydroduréne) A A » 1909 Cai NI » 2129 AA » 2160 COAH » 9280 Opel Edades: 629 Ces corps sont tous identiques, á une exception pres, aux carbures de mémes for- mules, retirés par MaBerx du pétrole de Canada. Le carbure solide C,,H,, se trouve, ainsi que les auteurs l'ont constaté, dans le pé- 60 trole de Galicie; il est également identique au mélene, obtenu en 1849 par Bropre en distillant la cire d'abeilles. De Pextrait benzénique de la houille, MM. Pricrer et Kaxser ont retiré les hydrocar- bures non saturés suivants : CA Pt d'ébull. : 106-1089 (dihydrotoluéne) ae AO » 1369 (dihydro-m-xylene) Eo IA » 1669 (dihydro-mésitylene) CA id » 1689 (dihydro-pseudocuméne) Eo Diao ae pas lab » 2010 AA IA » 252-392 (dihydro-fluorene) A A e » 2459 (hexa-hydro-fluoréne) nO 0 » 2372 A US » 2769 L'identité des carbures saturés de la houille et de ceux de divers pétroles est inté- ressante en ce sens qu'elle fournit un argument en faveur de origine commune des deux produits naturels. La conclusión a que llegan los distinguidos químicos suizos estaría, pues, en favor de ciertas teorías petrologénicas (de V. KoBrLL, etc.) que, por otro lado, son las que gozan de menos prestigio entre las similares, y que cuentan con el menor número de adeptos. Pensamos, además, que dicha conclusión no representa una consecuencia lógica y necesaria de las investigaciones en que se funda. No está demostrado que las identidades observadas representen genéticamente el producto de pro- cesos homólogos, más bien que análogos. Supóngase que algún día se llegue a comprobar (como lo esperamos) que los petróleos y los asfaltos, cualquiera sea su composición actual, representan diferentes etapas o estadios de evolu- ción química de primitivas mezclas gaseosas; en otras palabras : que todos los petróleos hayan sido primitivamente gases; entonces ya no habría dificultad en admitir que estos gases puedan haber tenido un origen diferente, ya sea BirLIo0GRArÍíA 321 como productos de « desgasificación » de «magmas endogeos », o de meta- morfismo, o de vulcanismo, o por destilación de hullas y de lignitos o cual- quier otro origen, pero siempre la evolución química de estas mezclas estará sujeta a desarrollos análogos. — Dr. Guido Bonarell:. Nota sobre un petróleo de Tres Puentes (Punta Arenas), por el Dr. E. LoxcoBarbr. Anales de la Sociedad Quimica Argentina, tomo V, pág. 6o y siguientes. La nota del Dr. LoscoarbI es interesante, por tratarse, como él lo hace constar, del más austral de los aceites minerales conocidos y cuyos destilados, examinados a la luz polarizada, desvían a la derecha, lo que hace aplicable también a este caso la regla general observada en la mayoría de los aceites minerales estudiados. Loboa Brunoi, a Land-shell from the Brazilian Island of Trinity, by Dr. H. von lmerisc. The Nautilus, vol. XXX, p. 121-122, pl. IV, fig. 7. Boston, 1917. Con motivo de la expedición que el gobierno del Brasil envió el año pasado ala isla de Trinidad. el Dr. Bruno Lobo, director del Museo de Río de Janei- ro, ¡juntamente con algunos empleados del mismo instituto, realizó un reco- nocimiento de aquella isla del punto de vista de la historia natural. Sus resul- tados parece que serán interesantes, a juzgar por la primera noticia científica que de ellos da el Dr. v. InerivcG. Se trata de un pequeño molusco terrestre que el autor considera como un nuevo género, representante de la fam. Acha- tinidae, al que llama Loboa Brunot, n. g.. n. sp. Es un caracolito de aspecto stenogyroide, de 19,5 mm. de alto por 7,3mm. de diámetro, conocido por un ejemplar único sin el animal. Su posición sistemática no parece bien segura. De todos modos, interesa a la zoogeografía la presencia de una forma seme- jante en la isla de Trinidad, situada, como es sabido, en el Atlántico, bajo el paralelo 20215' Lat. S. y a unos 1200 km. de la costa del Brasil, al que per- tenece políticamente. — M. D.-J. Description d'Hesperides nouveaux (Lep. Hesperiinae, sect. B), par P. Masunzk et E. Bourer. Bull. Soc. Ent. Fr., m* 20, pag. 320-325, IQLÓ6 y n” 4, pag. 97-1OL. 1917. Entre los hespéridos nuevos que en estos dos trabajos describen los autores, figuran los que van a continuación como provenientes de la Rep. Argentina. Pellicia bromias var. clara n. var.; P. bromias var. nigra n. var.; Pellicia ruda n. sp., y Zopyrion sandace Gobm. et SaLv. var. disrupta n. var. — Lizer. 322 PHYSIS (HI, 1917) Metamorfosis de Taphrocerus elongatus Gor (Coleóptero buprés- tido), por €. Brucn. An. Soc. Cient. Arg., t. LAXMXIL, pág. 251-256. 1917. Da el autor en esta nota varios datos biológicos del bupréstido cuyo nom- bre va en el título de la misma. Este coleóptero se encuentra sobre Scirpus giganteus en cuyas hojas vive en todos sus estados, cavando galerías en senti- do longitudinal. Después de los detalles relativos a la metamorfosis del insecto, describe el Dr. Brucu el huevo, larva, ninfa e imago. Acompaña a este trabajo una lámina con nítidos y bien concluídos dibujos. — Lizer. Descripción de un nuevo género y de dos nuevas especies de estafi- línidos mirmecófilos, por €. Brucn. An. Soc. Cient. Arg., t. LXAXXIL, pág. 257-264. 1917- Esta es otra contribución sobre estafilínidos mirmecófilos, de los cuales el aulor se viene ocupando desde tiempo atrás. El nuevo género que aquí des- cribe es Dinardopsis con la especie D. solenopsidicola, la cual vive en los nidos de Solenopsis saevissima que se encuentran frecuentemente en los alrededores de La Plata. La otra especie nueva es Myrmecochara (Euthorazx) solenopsidis, hallada tam- bién en compañía de la hormiga citada. Fué capturada en Humahuaca (pcia. de Jujuy) en el año 1904. llustran este trabajo varios dibujos de conjunto y de detalle, con la acos- tumbrada perfección que les da el autor. — Luzer. Estudio fito-zoológico sobre algunos lepidópteros argentinos produc- tores de agallas, por J. Brirnes. An. Soc. Cient. Arg., t. LXXXII, pág. 119-140. 1QLÓ. Esta es una conferencia dada por el autor el 12 de Junio de 1916 en la So- ciedad Científica Argentina y repetida el 12 de Octubre del mismo año en la escuela normal Presidente Roque Sáenz Peña. En la primera parte trata en forma de vulgarización de generalidades sobre agallas, particularizándose luego con las que en nuestro país producen en el molle las maripositas, Cecidoses eremita, Eucecidoses mimitanus, Oltera argenti- nana y Ridiaschina congregatella. Salvo la primera de las nombradas, que era conocida desde 1830, las otras tres han resultado no solamente especies sino géneros nuevos. Además, como BibBLIOGRAFÍA 323 para el autor estos cuatro microlepidópteros no tienen cabida en ninguna de las familias hasta hoy conocidas, propone la creación de dos más que llama Cecidosidae y Ridiaschinidae, todo lo cual, conjuntamente con las descripcio- nes correspondientes, va en un apéndice al final del trabajo. — Lizer. Las hachas-insignias patagónicas, por Firix F'. Oures. Examen crítico del material conocido y descripción de nuevos ejemplares. Un vol., 46 pág., varias fig. B. Atres, 1916. Interesante y erudito trabajo que pone al día el estudio de las famosas hachas líticas patagónicas, que unos consideran como objetos votivos, otros como in- signias de mando usadas únicamente en las ceremonias. El autor es de esta úl- tima opinión, que ya emitió en su obra clásica La edad de piedra en la Patago- nia. Razones para suponer que no sirvieron como instrumento útil, son su re- lativa escasez: el hecho de que algunas hayan sido talladas en material más o menos blando (hay que tener en cuenta, sin embargo, que, según el autor (pág. 36) «el material empleado para la fabricación... está constituído, la inmensa mayoría de las veces, por rocas sumamente duras... ») y «las pocas señales de uso que evidencia la mayoría de los ejemplares ». Algunos, en cambio, pare- cen haber sido utilizadas para algo, pues aquí mismo Oures describe un ejem- plar de Gaiman (Chubut), en el cual «el filo se conserva cortante y está des- cantillado por el uso » (pág. 45). Es fácil preguntarse cuál puede haber sido este uso, pero es difícil responder. En el estado actual de los conocimientos, el asunto parece un puzzle. Es curioso que estos objetos estén limitados en su. distribución a una sola zona de la costa patagónica, desde el río Chubut hasta San Blas. El autor no cree que estas hachas tengan parentesco con las de los arau- canos. Es interesante el ensayo de agrupación que aquí se hace, basándose en su conformación y probable evolución, como se hace con las formas orgánicas, y muy ilustrativa la lámina en que están representadas todas las formas conocidas. Nuevas hachas para ceremonias procedentes de Patagonia, por |. Leumann-Nrrscme. Anales Museo Nacional Buenos Atres, t. XXVII, p. 409- 426, 20 figuras. 1916. Una hermosa serie de 18 ejemplares de las hachas patagónicas a que nos referimos en otro lugar, agrega el Dr. Leumann-Nirscue a las descriptas por él mismo en un trabajo anterior (Rev. Museo La Plata, XVI, 204. 1909). Todos ellos entran en la clasificación propuesta por el autor en esta última memoria. En cuanto al uso a que estaban destinados estos objetos, el siguiente párrafo con que Lemmayy-Nrrscue encabeza su interesante artículo, hace ver, como lo decíamos a propósito del trabajo de Oures, que puede considerarse dudoso : 321 PHYSIS (UL 1917) «En un trabajo que se ha publicado hace siete años (1), he reunido todo el material, conocido en aquella época, que puede considerarse como flor de la pobre cultura patagona. Son hachas y placas, la mayoría con grabados geo- métricos, que por su material y tipo quebradizos y por los adornos que en algunos se observan, no han de haber servido para uso práctico, hecha excep- ción de tres piezas, porque en tal caso no se hubieran conservado tantos ejem- plares enteros y el filo se hubiera gastado. Creo que sólo puede tratarse de utensilios usados tal cual o que, como las hachas, tal vez revestidas en forma alguna, eran destinadas para ceremonias. » Las placas grabadas de Patagonia, por Fíxix F. Outes. Revista de la Uni- versidad de Buenos Aires, t. XXXML, p. 611-624. 1916. Lo mismo que para las hachas de que se ocupa en la publicación anterior, el autor hace aquí un examen del material conocido hasta ahora y describe dos ejemplares nuevos hallados por DorLLo-Jurano en Golfo Nuevo y Golfo San José (Chubut). El número total de los ejemplares que se conocen es sólo de 16, y proceden de distintos puntos de Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Neuquén. Son objetos curiosos también éstos y, como se ve, bastante escasos. Consis- ten en placas de rocas esquistosas, de pizarras, de arcillas metamórficas, etc., de poco espesor y de forma cuadrilonga u oval alargada, y de dimensiones que . varían entre 2 6 3 cm. hasta 20 X 12 cm. y aun 3o X 159 cm. Presentan en sus caras incisiones que forman dibujos geométricos a veces bastante regula- res y perfectos. Su uso o destino tampoco es bien conocido: parecen haber sido, según el autor, amuletos a los que los indios atribuían un valor mágico. (1) Lemuanx—Nirscue, Hachas y placas para ceremonias procedentes de Patagonia. Revista del Mu- seo de La Plala, XVI (= 2, UL), páginas 204-240. 1909. Puysis, N* 14, tomo II : Buenos Aires, 3o de julio de 1917 Nora. Á fin de hacer coincidir exactamente la aparición de cada número con la fecha que lleva, ésta irá siempre al final y en la cubierta de cada uno. Como constancia, queda depositado en la misma fecha, un ejemplar de Puxsrs en las siguientes instituciones : Biblioteca de la Facultad de Ciencias E. F. N. (Universidad de Buenos Aires). Museo Nacional de H. N. de Buenos Atres. Museo de La Plata. Sociedad Cientifica Argentina. Biblioteca Nacional. La Direccion. La SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES COMISIÓN DIRECTIVA (1916-1917) NESST: RR Ae José M. Dz La Rua. Viceppestlente ei ale Frawco PasTorE. | Francisco CRIVELLI, 30 Secretarios de la Sociedad... ) o Secretario de la revista...... Pebro SERIE. MESETAS EN Erías Prost. Administrador de la revista... José J. CARBONELL. Bibliotecario. .0.o.o..oco... EbeLmIRA MortToLa. Ñ Marríy DoerLo-JuraADo. Vocales..... A a : / Luis DeLÉTANC. Comisión redactora : José M. be za Rua, Franco PastoreE, Pero SERIÉ José J. CarowveLL, Luis DeLérAaNe Exrracro pe as BASES DE LA SOCIEDAD APROBADAS EN LA REUNIÓN DEL 10 DE AGOSTO DE IQIT Y MODIFPICADAS EN LA ASAMBLEA DEL 16 DE AGOSTO DE 1915 Esta Sociedad, fundada el 1? de Julio de 1g11 con el nombre de Sociedad PHYSIS, tiene por fines principales : 1? Estimular y facilitar el desarrollo de las Ciencias Naturales en la Argentina ; 2? Publicar una revista científica, que a partir del II tomo lleva el título de PHY- SIS. A esto se destinarán principalmente los fondos de la Sociedad ; 3% Celebrar reuniones científicas y realizar excursiones de estudio ; 4? Propiciar la creación de parques naturales y la sanción de leyes que protejan a la fauna y flora del país; 5 Propender a que la enseñanza de las Ciencias Naturales se haga en forma atra- yente y práctica, a fin de despertar en los alumnos el gusto por las cosas de la natu- raleza ; ; E 67 Empeñarse por que el estudio universitario de estas materias, y especialmente el del Doctorado en Ciencias Naturales, adquiera el desarrollo que corresponde a su im- portancia como factor de la cultura nacional. ñ CADA ENTREGA CONTIENE CINCO SECCIONES : CA ciedad. Son artículos sobre las mismas materias que los úe la 12 secció o más breves. de crologías, viajes y exploraciones, conferencias y reuniones de asoci: EA museos, a a paa ; ) Mo de la Argentina. > - SUBSCRIPCIÓN (Pago adelantado) : IN AR d Por Ano Do En la República Argentina NON En el extranjero, precio convencional Tomo 1 (Nos 1-8) [Boletín de la Sociedad Pnysis] 614 páginas con ilustraciones, un sumario y un índice analítico de 48 páginas, por OE autores y por ma e ll Tomo 11 (N% 9-12) con un sumario (el índice analítico está en AS A O e A ION Tomo III (Nos 13, 14 y siguientes). Se halla en publicación. "El Sumario de los artículos pS contenidos en los tomos eN Cel tido al que lo solicite. En las principales librerías. EA Dirección y Administración : ' A PANA PERÚ 222, BUENOS AIRES. NN sb. S Tomo III Buenos Aires, Diciembre 31 de 1917 —'N*15 AA pl PAD AS REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES SUMARIO CarLos SpEGAzzI«i.... Ramillete de plantas argentinas nuevas o Interesan- EE o a RE A O DA 325 HermayN vox ImerisG. As formigas cuyabanas empregadas como meio de des- : trucgáo das formigas cortadeiras........ a 3592 Cantos BrucH....... Desarrollo de « Chrysopa lanata » Banks (Neuróptero). 361 Eucexio GracomMeLLr... Nuevos estudios y observaciones sobre Piéridas argentinas. — 370 SaLvabor DebeNEDETTI. Los yacimientos arqueológicos occidentales del Valle de Famatina (Provincia de La Rioja)................ 386 1 Comunicaciones Sesión del 23 de Junio de 1917 Arturo G. Frers.... Nota sobre « Apembolephaenus Jorgei», Holmberg.... ho5 Naco VO tas [gpioplero logias, Vda atada do 406 CarLos SpeGazzInT.... Rectificaciones OPOrÍUnas ooo oooooocaco 510 Jeas BRETHES........ Description «dV'une Cécidie et de sa Cécidomyie djune CEI pta de EnitraiRiOs Tia NILO an Ari Ñ Lucas Kracrievicu... La perforación astragaliana en « Conepatus », « Lutra » AG SARCO POSI A o a RIN o oa PES M. BIRABÉN. 06... ... Nuevas observaciones sobre « Aeglea laevis» (Latr.) Beach 23%: A O E NE 417 Eric Bomax .......+. Una momia de las Salinas Grandes, Jujuy (Resumen).. 418 Sesión del 14 de Julio Lucies Hauman...... Algunas plantas de las altas cordilleras de San Juan... bg — Lucien Hauman...... Un olvido bibliográfico (a propósito de un trabajo de R. A. Philippi sobre flora patagónica)...........-..- 420 (Continúa en la página siguiente.) Ñ a BUENOS AIRES ; IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 684 — CALLE PERÚ — 68/ 2 ; 1917 JONA Ñ NM Lucien HAUMAN+ +. ... 4 propósito de las rectificaciones del Dr. C, Spegazzini. CarLos BruUCcH....... Observaciones sobre « Hirmoneura exotica » Wiedem. CARES (Diptera) EI A AT AE a lao o ARAN Cangros BrucHn,...... Hormigas de Catamarca... ............ AO O ' 14 k yl ' , 14 CAN 14 RESUMEN DE OTRAS COMUNICACIONES M. DorrLo-Jurano ... « Limnza viatriz » d'Orb. en el Rio de la Plata... Gurmo BoNARELLI..... Eucexio GracomeLLI... Nuevas observaciones sobre piéridas argentinas........ Sesión del xx de Agosto Lucien Hauman...... El género « Octomeria » y otras Orquideas erróneamente citadas para el pais (contestación a una critica)...... Juan TREMOLERAS. . . Description d'un carabique nouveau appartenant au genre « Ega» Cast. (Col.)......... RE os : Franco PASTORE...... Demostración de algunas cualidades notables de la mus- covita en las clases de Mineralogía................ Sesión del 20 de Octubre Lucien Hauman...... El género « Microcala » Lk. et Hoffm. en la Argentina. Lucien Hauman...... Nótula sobre « Plantago aquatilis » Gris... ......<<.. . TERESA JOAN .:.......» Nota sobre un Oribátido nuevo para la República Ar- A A Dl E E O io TERESA JoAN........ Nota preliminar sobre la anatomía del « Oncocerca bonis » Pietri e SR Jean BRETHES........ Description d'une galle et du papillon qui la produit. . Ixés E. DermoN...... Modificación o en la agalla de « Physalis vis- COS dia A NON RESUMEN DE OTRAS COMUNICACIONES Franco PAsTORE...... Bombas alii del sur de Mendoza. O. SI ES Sesión especial del 3 de Noviembre en honor de los POE doctores Ángel Gallardo y Carlos Ameghino Cantos ÁmecHInO..... Los nuevos hallazgos de Miramar (Resumen) .. SN E. Herrero DucLoux. Representación gráfica de la composición química o las : 0 quas TOMATES oleo aso A sa RT a RA a O ES CarLos BrUucH....... Nuevas capturas de insectos mirmecófilos............. Dans ¡SECRET ios Noticia sobre la ortografía del nombre « Notofagus ».... Fósiles de Tierra delFuego. o ii O A: a: MovimieNTO Sociar : Nómina de los socios de la Sociedad Argentina de Ciencias Natura= les (1917). — Primera Reunión Nacional. — Segunda Reunión Nacional. — - El tomo 467. Crónica : Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Bue- nos Aires. — Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras. Su nuevo direc= HI, de PHYSTS 0 ARIS ONE ves DN ist TA tor. — Museo Nacional de Buenos Aires. — Dirección de Minas, Geología e Hidrología. ] — Sociedad Ornitológica del Plata. — La expedición de los señores Lizer. y Delétang : a Bolivia. — Museo de la provincia de Mendoza. — La guerra y el movimiento cienliz fico. — Instituciones cientificas extranjeras. — El « Concilium Bibliographicam ». 470 $ BIBLIOGRAFÍA ...........2 E LN A A Ro 479 MAS 443-509 PE Y SS REVISTA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES SECRETARIO DIRECTOR ADMINISTRADOR GUILLERMO SENILLOSA FRANCO PASTORE LORENZO R. PARODI No 15 La fecha va al final de cada número Tomo III Ramillete de plantas argentinas nuevas 0 interesantes POR CARLOS SPEGAZZINI (Conclusión *) 54. Comolia platensis Spre. (n. sp.) Diag. Tricentrum, humilis perennis, setuloso-glandulosa, caulibus te- tragonis, nodis setose pseudostipulatis, folis lanceolatis breviter petiolatis 5-nervús margine densiuscule serrulatis, dentibus setiferis, eprphy llo obscu- re viridibus glabris, hypophyllo pallidis ad nervos laxe setulosis, floribus tetrameris subpaniculatis breviter pedicellatis, calycis tubo subterete dense setuloso-glanduloso sepala triangulari-linearia extus margineque setuloso- glandulosa subaequante, petalis violaceis patentibus, stamintbus parum inaequalibus el stylo subulato glabris, ovario dimidium calycis tubum aequante eoque laxe adhaerente v. sublibero apice hemisphaerico glabro 4-loculart, seminibus reniformibus parvis glabris sed dense minuteque ver- ruculosts. Hab. Durante los veranos en los matorrales estuáricos del río de la Plata, en San Fernando, en Buenos Aires, en Quilmes y en la isla San— tiago, cerca de La Plata. Obs. Planta perenne que crece a veces aislada, a veces en grupos : los (*) Véase tomo III, página 37 y 155. PHYSIS. — T. IL 22 326 PHYSIS (IL, 1917) individuos prin arios están afirmados por una robusta raíz pivotante y del cuello de la raíz salen guías o estolones más o menos largos que no tar- dan en arraigar al ápice formándoles una corona de individuos secun— darios más pequeños y humildes. Los tallos al principio herbáceos se vuelven con la edad casi leñosos, internamente llenos o con canal medular muy angosto, son derechos (15-80 cm alt. por 1-8 mm diám.), perfec- tamente cuadrangulares, los primarios generalmente ramificados, multi- floros los secundarios simples 1-3-floros : su color es verde y se hallan cubiertos de cerditas (o,5-1,5 mm lrg.) recostadas o poco apartadas : estas cerditas verde-pálidas o rosadas terminan en una especie de cabe- zuela purpúrea glandulosa pero no viscosa : en los nudos estas cerdas son mucho más grandes (3-6 mm lrg.) formando unas barras transversales que simulan unas estípulas interpeciolares : los meritallos basales y api- cales son muy grandes (40-60 mm Irg.), los medianos mucho más cor— tos (15-20 mm Irg.). Las hojas son opuestas horizontales o arqueado-pen- dientes : los peciolos (4-8 mm Irg. por 1-2 mm anch.) de color verde pálido o rosados, en la base parecen entresoldarse con los opuestos por medio de la barra transversal de cerdas pseudoestipulares, siendo anchos algo convexos y cerdosos al dorso, al vientre planos o levemente canalicu- lados lampiños ofreciendo en el punto de confluencia con la lámina de 3 a 5 cerditas que simulan una lígula : las laminas foliares son lanceoladas o elíptico-lanceoladas (3-9 cm Irg. por 15-30 mm anch.), ¡igualmente adelgazadas hacia ambos extremos, agudas en la punta, agudas también (rara vez algo obtusas) en la base, con bordes densa y finamente dupli- cado-aserrados desde la base hasta la punta, ofreciendo en cada diente- cillo una cerdita; el epifillo es de color verde obscuro no brillante del todo lampiño, el hipofillo más pálido y con los 5 nervios primarios longi- tudinales y a veces los secundarios transversales más o menos salpicados de cerditas. Las flores crían en grupos de 3, rara vez de 5, en las plantas secundarias al ápice del tallo principal, en las primarias en la punta de las ramitas : estas ramitas florales (20-5o mm Irg.) nacen opuestas de las axilas de las hojas superiores, son arqueado-ascendientes poco abier- tas cuadrangulares delgadas cerdosas y llevan en su extremo un par de hojitas parecidas a las tallinas pero mucho más pequeñas (10-15 mm Irg. por 5-7 mm anch.) y casi sésiles : de la axila de estas hojas salen los pe- dicelos (5-10 mm Irg.) que a su vez concluyen en dos hojitas bracteifor— mes (5-6 mm Irg. por 3mm anch.) que sostienen de 1 a 3 flores casi sentadas; el cáliz verde de tubo campanulado (5 mm Irg. por 3 mmanch.) salpicado de cerditas esparcidas está coronado por 5 largos lóbulos linea- les agudos (4-5 mm lrg. por 1 mm anch.) 1-nervados cerdosos en los bor- Cantos SpreGazz1Nt : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 327 des; los 5 pétalos de un hermoso azul violado son muy anchamente tras ovados con uña corta (8 mm lrg. por 5 mm anch.) enteros lampiños : los estambres exertos ofrecen largas anteras cilíndricas (5-6 mm lrg. por 0,75 mm anch.) más o menos arqueadas naranjadas sostenidas por filamentos rojizos algo más cortos que ellas : el ovario ovalado (3 mm Irg. por 2 anch.) es verde lampiño rematado por un largo estilo filiforme (10-12 mm Irg.) rosado lampiño; el fruto es una cápsula (10 mm lrg. por 5 mm diam.) más o menos encerrada en el cáliz algo aumentado, la que a la madurez se abre al ápice en 5 ventallas y pone en libertad a una gran cantidad de pequeñas semillas arriñonadas de color rojizo obscuro lampiñas pero todas cubiertas de numerosas papilas. 99. Jaracatia dodecaphylla (VerL.) A. DC. Hab. Gultivada en los jardines públicos de Posadas y bastante común al estado silvestre en las selvas, en Campo Grande, San Pedro y San An- tonio, Misiones, enero-marzo 1907. Obs. Arbol de 6 a to m de altura que lleva el nombre vulgar de Ña- caratia; los frutos de esta especie al estado crudo son cáusticos y hacen hinchar los labios, pero tostados sobre las brasas se vuelven inofensivos comestibles y de sabor bastante agradable; he visto además mis peones comer con fruición rebanadas de la parte medular del tronco también después de una ligera tostadura y habiéndolas ensayado le tomé sabor a marlo tierno de mazorca de maiz. 56. Cayaponia podantha Coen. Hab. Común y abundante, a veces mezclada con la €. ficifolía (Lam.) Cocx., en los matorrales y cercos de Punta Lara, de la isla Santiago y de los Talas, La Plata, por los años 1885-1915. Obs. Los ejemplares platenses se apartan algo de la descripción de Coexiaux por ser monoicos (y no dioicos!) y por los pedicelos florales mucho más cortos (3-5 mm Irg. por 2 mm diam.) : esta especie es facil- mente reconoscible por sus flores relativamente grandes (22-25 mm Irg. y diám.) y por los frutos también grandes (25-30 mm Irg. por 14-16 mm ' diam.) de color rojo subido a la madurez. 328 PHYSIS (UL 1917) 97. Cucurbita Andreana Nau. Hab. Esporádica a lo largo de los caminos rurales y de los taludes de los ferrocarriles, veran. 1880-1916. Obs. Especie muy conocida con el nombre vulgar de Zapallito amargo, anteriormente común y abundante en todos los campos, formaba con 3 ó 4 plantas la flora característica de las vizcacheras, actualmente no ofrece estación definida y se ha vuelto bastante escasa. 58. Cyclanthera edulis Naun. Hab. Cultivada con bastante frecuencia en las provincias de Jujuy y Salta. Obs. Los frutos de esta especie se venden en los mercados de las pro- vincias mentadas con el nombre de Achókcho porque fritos constituyen un excelente manjar. En 1897 traje desde el valle Calchaquí semillas y cultivé la planta en La Plata y a pesar de mis esfuerzos la extraña horta- liza no tuvo aceptación; lo contrario sucedió en Italia donde mandé se— millas y en mi última visita allí tuve el gusto de verla vendida con fre- cuencia en los mercados de varios pueblos del Véneto. 59. Sechium edulis Sw. Hab. Cultivado con mucha frecuencia en las huertas y jardines de la parte templada y cálida de la Argentina. Obs. Vi esta planta en La Plata, en Buenos Aires, en Tucumán y en Misiones pero su cultura era más como planta ornamental que como hor- taliza alimentar. 60. Sicana odorifera (Ve1L.) Naun. Hab. Cultivada con frecuencia en Santa Ana, Posadas, Bonpland, etc., Misiones. Obs. Esta cucurbitácea lleva el nombre vulgar de Curuguay y se cul- tiva por adorno y por el agradable e intenso perfume, que recuerda el ananás, despedido por largo tiempo por el fruto maduro. Planta trepa- dora de varios metros de longitud con tallos robustos lampiños verdes li- Cartos Srecazzini : Ramilete de plantas argentinas nuevas o interesantes 329 sos pentágonos de costillas y canaletas obtusas; los individuos son monoi- cos y las flores axilares solitarias pediceladas. Los frutos son peponios cilindrico-clavulados rectos o levemente encorvados (25-35 cm lrg. por 6-7 diam. bas. y S-10 diám. apic.) redondeado en ambos extremos, lisos lustrosos negros (frotándolos se vuelven purpúreos), con corteza muy dura y resistente (2 mm esp.) casi ósea, llenos de pulpa compacta de co- lor amarillo y sabor parecidos al del zapallo comestible común, con parte esponjosa central muy pequeña; de los tres lóculos ováricos se desarro— llan sólo 1 6 2; las semillas son horizontales casi elípticas muy chatas (17 mm Irg. por 7 mm anch. y 1,9 mm esp.) de color avellana claro con borde calloso chato blanquecino con manchitas lineales radiales poco apa- rentes en todo su contorno. 61. Villaresia congonha Miers. Hab. Hallada en cantidad en un bosquecillo cenagoso cerca de la Cha- cra experimental de Posadas, enero 1907. Obs. Arbolito de 3 6 4 m de alto, según aseguran, muy empleado en la sofisticación de la yerba-mate; sus hojas bastantes rígidas y coriáceas son muy variables de forma, pues, a veces, ostentan una sola espina api- cal mientras otras veces llevan también en cada lado de 1 a 3 otras es- pinas. 62. Villaresia megaphylla Mess. Hab. Bastante frecuente en los matorrales de la selva, en Santa Ana, en Fracrán y Campina de Américo, Misiones, mayo 1883 y enero-marzo 1907. : Obs. Arbolito de hasta 8 m de altura bien conocido de los yerbateros que a veces lo utilizan para falsificar la yerba-mate y le dan los nombres de Yerba de anta o Mborevi-cad ; teniendo cultivado en el jardín de la Fa- cultad de Agronomía de La Plata, un lindo ejemplar, ensayamos un día de utilizar sus hojas debidamente preparadas para confeccionar unos ma- tes que produjeron fuertes descomposturas alos que los tomaron; en base a ese resultado se efectuó un análisis que puso de manifiesto una saponina, sin duda la causante de los principios de intoxicación obser— vados. 330 PHYSIS (IU, 1917) 63. Callitriche pedunculata DC. Hab. He hallado dos veces solamente esta especie, una vez en un charco cerca de Flores, B. Aires, en septiembre 1880 y la segunda en el tanque australiano de la Facultad de Agronomía de La Plata en septiembre 1904. Obs. Plantita flotante de color verde pálido con hojas espatuladas 3- nerviadas, con frutos largamente pedunculados (3-15 mm lrg.) axilares solitarios o apareados, cuyos carpelos tienen los bordes marginales agu- dos pero ni aquillados ni alados y bien diferentes de los de la C. verna L. con la cual sólo puede confundirse desde lejos. 64. Oenanthe globulosa L. Hab. Frecuente a lo largo de las zanjas y de las quintas en la Isla Ma- ciel, B. Aires, por los años 1880-83. 65. Datura metel L. Hab. A lo largo de los caminos y en los alrededores de los ranchos en Orán, Salta, veran. 1909-6. Obs. Parece que en esa localidad substituya completamente al D. stra- monium L. tan común en las demás provincias argentinas; las propieda- des tóxicas de esta planta son bien conocidas a los indígenas chaquenses y me confesaron que la empleaban para ejecutar venganzas administrando las varias partes de esta planta en los alimentos y más especialmente en el mate a sus enemigos. 66. Nicotiana silvestris Com. « Spre. Hab. Frecuente en los bosquecillos de los faldeos del Valle de Lerma y de la Sierra de Santa Barbara, Salta, ver. 1897 y 1905-6. Obs. Especie que se cosecha y se utiliza como el Tabaco cultivado para fabricación de cigarros y cigarrillos, distinguiéndose sólo por su flojedad y falta de aroma. Cantos Sprecazzini : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 331 O) —] . Buddleia thyrsoidea Lam. Hab. Frecuente en todos los pajonales de Punta Lara de la Ensenada y de los Talas, cerca de La Plata, en las primaveras 1885-1916. Obs. El Dr. F. Kurrz en su Collectanea ad Floram Argentinam cita la Buddleía tubiflora ByrH. como de B. Aires, en cuya provincia no existe y tal vez jamás existió, fundándose en la aseveración de MoronG que dice «La Plata»; pero el Sr. Morowe olvidó agregar de ha- berla coleccionado en mi jardín de la calle 56 y 10 donde la cultivaba desde varios años habiéndola traído de Colonia Resistencia, Chaco, en cuyos alrededores abundaba entonces; el Prof. CG. Hickex en su Chloris Platensis, número 835, confiado en la autoridad del Dr. Kurtz, cae en la misma equivocación pero con la agravante de complicar la sinonimia pues la da como correspondiente a B. salicifolia Wirtb.? (tal vez mejor Vamz., Symb., IL, pg. 14) que pertenece al nombre específico que en- cabeza estas líneas. 68. Convolvulus bonariensis Cav. Hab. Más o menos común en todas las praderas secas especialmente a lo largo del Ferrocarril francés, en los alrededores de La Plata, 1885 1916. Obs. Los ejemplares platenses son siempre completamente lampiños : la planta posee un robusto rizoma perenne que penetra profundamente en el suelo produciendo en su parte superior un gran número de delga- das ramas en parte subterráneas y en parte superficiales, estas rastreras, rectas, no volubles, ni radicantes, extendidas radialmente en la superficie de la tierra; las corolas son blancas. 69. Ipomea (Aniseia) argentinensis Sere. (n. sp.) Diag. Volubilis, tota adpresse laxeque subsericeo-pubescens, foliis pe tiolo triplo breviore suffultis, limbis elongato-oblanceolatis utrimque atte- nuatis apice valide mucronatis, pedunculis folia subaequantibus sursum saepius 3-floris, pedicellis rufo-villosis calyce brevioribus saepius ad ter— tium saperum 1 v. 2 bracteolatis, sepalis 2 extimis ovato-subcordatis ma- Jusculis acutis dorso pubescentibus, 3 internis sensim conspicueque minori- 332 PHYSIS (UI, 1917) bus glabrescentibus, corolla majuscula roseo-purpurascente exlus ad an- qulos dense adpresseque rufo-villosa, staminibus inclusis triplo brevioribus ad filamentoram basin incrassatis atque villosis, stylo non exerto stigma- tíbus 2 subglobosis apice coronalo. Hab. Esporádica y bastante rara en verano en los pajonales del Delta paranense en Ibicuy y del estuario platense del Río Santiago y de los Talas, cerca de La Plata. Obs. Especie que parece bastante rara; vegeta en los lugares pantano- sos trepando por las cortaderas (Scirpus giganteus KrH.) y los sarandíes (Cephalanthus glabratus Scmm.). Sus ramas herbáceas varían de diámetro desde 1 hasta 3 mm, son dextrorsas de color verde parduzco o rojizas, cubiertas de un vello ceniciento o leonado bastante apretado contra la epidermis; sus internodios son obscura y obtusamente subtriangulares (25-70 mm lrg.) y los nudos son sólo del lado pulvinifero ligeramente angulosos y salientes, llevando los superiores, por lo general, una hoja y una inflorescencia con frecuencia más o menos dobladas hacia atrás; los pecíolos casi cilíndricos, con ligero canalículo superior, son (8-10 mm Irg. por 0,5-1 mm diám.) cubiertos de vello largo y tupido casi adherente y algo rojizo; las láminas foliares membranoso-espesas firmes oblanceo- ladas (60-70 mm Irg. por 15-18 “mm anch. ) anteriormente adelgazadas en punta terminan en un mucrón bien visible y desde su tercio superior se enangostan hacia atrás paulatinamente y en la base más fuertemente escurriéndose algo por el ápice del peciolo; el borde laminar siempre muy entero, a veces suele presentar ligeras ondulaciones ; el epifillo verde obscuro no brillante está recorrido por el delgado canalículo de la nerva- dura mediana y el hipofillo se halla marcado en relieve por la nervadura primaria central y por más o menos 8 pares de nervaduras secundarias alternas o subopuestas ; ambas caras suelen ser más o menos pubescen- tes. Las inflorescencias axilares por lo común inclinadas hacia abajo y atrás están constituidas por un pedúnculo (55-70 mm Irg. por 0,5-1 mm diám.) casi lampiño derecho terminando generalmente en 3 flores alter— nas sucesivas; cada flor sostenida por un pedunculillo velloso (5-10 mm Irg.) que nace de la axila de una bráctea (3 mm lrg.), a veces sd a veces provisto en su tercio superior de dos bracteitas (2-2,5 mm rg.) también vellosas angostas y agudas; el cáliz tiene 5 a 1 dos ex—- ternos grandes y ovalados (10-13 mm lrg. por 7-8 mm anch.) con pu- bescencia apretada rojiza en ambas caras, de punta aguda y borde entero, los 3 demás sucesivamente más pequeños (8-6 mm Irg.) casi lampiños; la corola bastante grande (35 mm lrg. por 3o mm diám.) campanulada rosado-violácea pentágona ofrece en el borde externo de cada ángulo una O (35) [35] CarLos Srecazzini : Ramulele de plantas argentinas nuevas o interesantes faja de pelos tupidos largos y recostados de color ferrugineo; los estam-— bres son 5 con anteras arqueadas (3 mm Irg.), con filamentos delgados y lampiños (5-6 mm Irg.) que al soldarse a la corola forman un callo car- noso y velloso; ovario ovalado lampiño terminado por un estilo (g-10 mm Irg.) algo mas largo de los estambres rematado por un estigma bastante grande bigloboso; el fruto me es aún desconocido. 70. Aspidosperma chakensis Sere. (n. sp.) Diag. Macagliía, arbuscula mediocris irregulariter intricateque ramo- sa, ramis adscendentibus, folus ternatis viridibus glaberrimis coriacellis elliptico-lanceolatis utrimque subaequaliter cuneato-attenuatis sarsum valide spinuloso-mucronatis deorsum brevissime peliolatis subsessilibusque mar- gine callosulis obsolete atque irregulariter undulato-crenatis; floribus desi- deratis; folliculo pro ratione subtenui ac subparvo cortaceo-sulignoso ob- scure vtrescente glaberrimo inaequilateraliter obovato-suborbiculart mar— gine acuto apice valide incurvateque umbonato-rostrato. Hab. Al borde de los bosques ribereños a lo largo del Pilcomayo en el territorio de Formosa, Chaco boreal. Obs. Especie que a la primera vista parece una forma raquítica del 4. quebracho-blanco ScmLecr., pero los moradores de la región lo distinguen con el nombre guarani de Ubira-ro-puútd (lignam amarum rubrum) y con- sideran especialmente su corteza como remedio soberano contra fiebres, dispepsias, gastralgias, etc., y hasta contra la picadura de las víboras. La corteza del tronco suele ser bastante espesa (25-35 mm esp.) gris-par— duzca en la superficie exterior, de color ladrillo corchosa en la mitad pe- riférica interna y la otra mitad libriforme compacta de color rojo=violáceo muy vivo alternando capas más o menos delgadas amarillas; no tiene olor y su sabor es fuertemente amargo. Las hojas del tipo de las del Que- bracho blanco son ternadas verdes, no amarillentas, lampiñas ligeramente coriáceas elíptico-lanceoladas (20-30 mm Irg. por 8-10 anch.) igualmen- te enangostadas hacia ambos extremos superiormente rematadas por una espinita posteriormente sostenidas por un peciolo cortísimo, apareciendo casi sésiles con márgenes levemente callosas con almenas rudimentarias poco marcadas; ambas casi de igual color tienen las nervadnras, con ex- cepción de la central, poco visibles no paralelas y bastante distantes en- tre ellas; las flores me son aún desconocidas; el fruto es muy parecido al del A. ramiflorum Murtz. Arc. (según la figura de Mame, Apoc. Herb. Regnel) siendo coriáceo pero no leñoso, muy chato con caras poco con- , PHYSIS (HL, 1917) Os Os vexas y bordes bastante agudos de color verde-ceniciento obscuro, de circunscripción trasovado-suborbicular (40-50 mm lrg. por 25-35 mm anch. y 6-8 mm esp.) con las dos mitades muy desiguales, sostenido por un pedúnculo muy corto /—angular y terminado por un piquito corto ancho agudo y encorvado : contiene cada uno de ellos de 6 a 10 semillas elíptico-discoidales (35-40 mm Irg. por 25-30 mm anch.) de ala finamente membranácea y ancho núcleo embrional (12-mm diám.). 71. Aspidosperma crotalorum Serr6. (n. sp.) Diag. Macagliía, arbor procera, laxe irregularlerque ramosa, ramis 'saepias plus minusve pendulis, folus ternatis glaberrimis pallide Jflave— scenti-viridibus rigidule coriaceis escimie oblanceolatis v. fere subspathulatis sursum breviter cuneato-subrotundatis spinula valida rigida longiuscula abrupte armatis deorsum sensim longeque angustato-cuneatis in petiolo brevissimo attenuatis, margine integerrimo crasse flavido-calloso, limbo utrimque dense subparallele nervoso-striato, floribus trichotomice panicu- latis, paniculis folia aequantibus v. vis superantibus, folliculis semper ge- minatis oppostlis horizontalibus sublignosis cylindraceo-subclavulatis tetra- gonis glaberrimis obscure virescentibus, apice roltundatis, ventre (parte supera) leniter carinatis, dorso (parte infera) sulcatis, basi brevissime cras- seque tetragono-subpedicellatis. Hab. En el bosque llamado Monte Yponá cerca de Formosa, Chaco boreal, enero 1887. Obs. Especie tan parecida al A. quebracho-blanco Scmtrb. que difícil- mente se puede distinguir sin tener a la vista sus frutos; es una planta vigorosa de mucha altura (15-25 m alt.) de forma muy irregular y de ra- mas pendientes como las del sauce llorón, con el tronco cubierto de cás- cara corchosa muy gruesa e irregular de color ladrillo. Las hojas terna- das son claramente oblanceoladas casi estipuladas, pues su parte anterior es brevemente enangostado-redondeada más o menos agudas (25-35 mm Irg. por 5-8 mm anch.) armadas de una espinita apical bastante larga y fuerte, mientras la parte trasera es suave y largamente enangostada con- cluyendo en un pecíolo corto pero bien visible (1-1,5 mm Irg.); los bor- des son muy enteros limitados por una línea callosa amarillenta bien definida; ambas caras de las láminas están rayadas por numerosisimos nervios secundarios paralelos que forman con el nervio central un ángulo muy agudo; las flores son casi iguales a las del A. quebracho blanco ScuLrD., pero algo más pequeñas y purpurinas y sus panículas apicales ol * . . 2 CarLos Srrcazzin : Ramilele de plantas argentinas nuevas o interesanles 33 o axilares igualan o superan la longitud de las hojas. El fruto está cons- tituido por dos folículos que saliendo de una base común se apartan en sentido opuesto y en línea recta casi como los figurados por Mame en las Apocyneae ex Herbario Regnelliano, tab. IL, fg. 4, cilindráceo-clavu—- lados (65-75 mm Irg. por 10-20 diám.) tetrágonos, de ápice obtuso re— dondeado, algo aquillados en el borde superior y surcados en el inferior, a base muy cortamente pedicelados; las semillas en número de 6 a 12 para cada folículo son alargado-samariformes (35-/4o mm Irg. por 10-12 mm anch.) con núcleo embrional excéntrico ovalado (S-ro mm. diám.). 72. Aspidosperma horco-kebracho Serc. (n. sp.) Diag. Macaglia, arbor procera fastigiato-ramosa; folis saepius terna- tis viridibus glaberrimis vizx coriaceis elliptico-lanceolatis utrimque subae— qualiter cuneato-attenuatis apice acutis validiuscule spinuloso-mucronalis deorsum subsessilibus petiolo perbrevi vix evoluto puberulo fultis margine integerrimo non v. vis obsoletissine subundulato modice calloso limitatis utraque pagina laxe nervulosa, nervalis angulam 45% cum mediano effi— cientibus: floribus aliarum specieram affinlam parum minoribus, rubi- cundis, racemulis paucifloris axillaribus folio conspicue brevioribus consti- tuentibus, pedicellis puberulis quam corolla: duplo brevioribus suffultis : follicalo obovato- suborbicular:, lateribus valde complanatis vix convexulis, inaequilaterali, antice obtuso non v. vis mucronato deorsum breviter abrupteque attenuato-subpedicellato. Hab. No es raro en los bosques montanos de la Sierra de Calilegua y en los alrededores de Sta Cornelia, Sierra de Sta Bárbara, Provincia de Salta, ver. 1909-9. Obs. Esta especie de Quebracho blanco llamado por los moradores de la localidad Horco quebracho o Quebracho de la montaña tiene una silueta muy caracteristica casi piramidal muy diferente de las de sus congéneres ; su madera de color rojo-negro es tan dura y pesada como la de los que— brachos colorados y de los guayacanes. El árbol alcanza a alturas supe riores de 25 metros y diámetros de hasta un metro y medio. Las hojas recuerdan las del A. chakensis SpeG. pero son algo menores (20-26 mm Irg. por 7-8 mm anch.), son además menos rígidas y se adelgazan suave- mente hacia ambas extremidades rematando su punta por una espinita en general bastante fuerte, estando en la base sostenidas por un peciolillo muy breve casi nulo pubescente; ambas sus caras ofrecen nervaduras poco numerosas y poco aparentes, especialmente las secundarias que salen 336 PHYSIS (MI, 1917) de la central formando un ángulo de más o menos 459; los bordes son rectos a veces con pocas y leves ondulaciones almeniformes y bastante callosos; las flores rosadas forman pequeños racimillos de 3a5 en el axila de las hojas superiores, sostenidas por pedicelos cuyo largo no al- canza al de la mitad de la corola (2-3mm lrg.), adornados superior mente de 1 62 pequeñas bracteítas y que nacen opuestos de una dimi- nuta bráctea de un pedúnculo pubescente también muy corto (5-6 mm Irg.); el cáliz (2 mm Irg.) 5-fido tiene lóbulos ovalados-triangulares agudos con bordes enteros pubescentes ; la corola ostenta un tubo casi ci— líndrico algo enangostado en sus dos extremos (4 mm lrg.) y lleva 5 lo- bos petalinos lineares (4-4,5 mm Irg. por 0,35-40 mm anch.) rectos agudos lampiños. El fruto se asemeja también mucho al del A. chakensis SprG. del cual, sin embargo, se aparta por la falta total de rostro apical y por la base pediceliforme:más desarrollada (35-50 mm Irg. por 28-30 mm anch. y 6-8 mm esps.); las semillas elíptico-discoidales (35 mm lrg. por 3o mm anch.) ofrecen un núcleo embrional discoide grande (10-12 mm diám.) y se hallan en número de 6 a 8 en cada fruto. 79. Aspidosperma missionum Sere. (n. sp.) Diag. Macaglia brachypetala, arborea, folis ad apicem ramorum con— gestis elliptico-lanceolatis firmule membranaceis utrimque glaberrimis laevibus ad epiphyllam obscure viridibus ad hypophyllum pallidioribus subglauco-olivascentibus 12-18 pinnalo-nervulosis apice obtustuscule acu— tatis deorsum attenuato-cuneatis margine recto v. vis incurvulo integerri- mis petiolo 3-5-plo breviore suffultis, inflorescentiis cinereo-puberulis intercalaribus breviter pedunculatis dichotomicis subsphaeroideo-congestis, pedicellis calyce 5-fido brevioribus, sepalis ovatis obtustusculis, corollae tubo cylindraceo cano, sepalis dentibusque petalinis 4-plo el ultra longiore ; folliculis coriaceis sed non lignosis saepius solitariis compressis obovatis inaequilateralibus antice rotundatis via mucronatis postice sensíin modice— que attenuato-pedicellatis obsolete longitrorsum substriatis minulissime adpresseque pulverulentis lenticellis pallidis sparsis irregulariter adspersis. Hab. Bastante común en todos los bosques de los alrededores de Po- sadas, Misiones, vern. 1883-1907. Obs. El nombre vulgar de esta especie es Peroba-mi. En la Facultad de Agronomía y Veterinaria de La Plata existe el tipo que yo traje de Mi- siones en 1883 y que cultivé muchos años en el jardín de mi casa; flo- rece y fructifica todos los años y soporta admirablemente los fríos; esta Cantos Srecazzist : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 337 especie es muy próxima al 4. olivascens MueLL. Arc. y al A. australe Mur. Ar6. de los cuales se aparta por la forma de sus hojas. Es un ar- bolito de 4 a 6 metros de altura; lo cáscara de su tronco es relativamente delgada de color aceitunado ceniciento muy obscuro; las ramas son de coloración aun más subida y por lo común salpicadas de un buen nú— mero de lenticelas salientes blanquecinas. Las hojas se hallan aramille- tadas en los extremos de las ramitas; el pecíolo bastante largo (10-25 mm Irg.) es delgado y lampiño ; la lámina es angostamente elíptico-lanceo- lada (50-70 mm lrg. por 15-20 mm anch.) recta o levemente arqueada, igualmente adelgazada hacia ambos extremos terminando al ápice en - punta aguda pero redondeada y a la base en cuña, con bordes enteros lisos a veces levemente doblados hacia abajo o un poco increspado; el epifillo es verde obscuro, pero no brillante y el hipofillo mucho más pá- lido entre ceniciento y aceitunado lampiño liso ostentando de 12 a 18 pares de nervaduras secundarias delgadas. Las inflorescencias son ni opo- sitifolias ni axilares sino desarrolladas a mitad del internodio entre hoja y hoja cerca de la extremidad de las ramitas, siendo hemisférico-subglo- bosas (15-20 mm diam.) algo flojas, llevadas por un pedúnculo pubes— cente simple o bifido (35-20 mm lIrg.) al ápice dicotómico de pedicelos muy cortos (o,5-2 mm Irg.) ceniciento pulverulentos; las flores son de 15a3o en cada inflorescencia; el cáliz es corto formado por 5 sépa- los ovalados (1,5 mm lrg. por 1 mm anch.) de punta obtusa verde-ce- nicientos pulverulentos; la corola (5-6 mm Irg.) ofrecen un largo tubo casi cilíndrico algo hinchado en la base y en la parte superior, ceniciento- pulverulento, que remata en 5 lóbulos petalinos ovalados (1-1,5 Irg. y anch.). Los folículos coriáceos, pero no leñosos, son la mayor parte de las veces solitarios, achatados trasovados (50 mm Irg. por 25 mm anch.) inequilaterales ligeramente convexos por los lados, anteriormente muy obtusos con pico estilar poco o nada desarrollado, adelgazándose hacia atrás en un corto pedicelo; su-color es verde algo ceniciento y cubiertos de finisima peluza muy adherente y poco visible ostentando nuditos len- ticelares más o menos numerosos; al interior llevan 8 semillas cada uno samaroideas elípticas (30-35 mm lrg. por 20-22 mm anch.) de extremos algo agudos y con un núcleo embrional central casi discoidal (12 mm diám.). 74. Rauwolfia Schueli Sree. (n. sp.) Diag. Arbuscula erecta dense ramosa tota glaberrima foliis ternatis membranaceis elliptico-lanceolatis utrimque aequaliter attenuatis apice 338 PHYSIS (UI, 1917) acutiusculis bast in peliolo 4-6 -plo breviore productis margine integerri- mis subundulalis rectis, cymis lypice ternatis folio saepius brevioribus longe pedunculatis, tricothomicis, pedicellis tertiaris flores longitudine aequantibus v. superantibus, floribus calyce 5-partito, sepalis corolla alba 5-plo brevioribus, fructu drupaceo nigro-coerulescente obreniformi parum pulposo dipyreno. Hab. En los bosquecillos cerca de Sta Cornelia, Sierra de Sta Barbara. Provincia de Salta, veran. 1909. Obs. Arbolito conocido en la localidad con el nombre vulgar de Leche- Fon negro que por las heridas deja escapar latex blanquecino más o me- nas abundante pero muy resinifero y pobre de cauchu y que vegeta en los lugares más pedregosos a la sombra de otras esencias de mayor corpulencia : lo dedico al amigo Ing. CarLos ScnueL que me ayudó mu- chísimo en el conocimiento de la dendrología salteña. Esta especie varía de 3 a 5 metros de altura y el tronco puede alcanzar hasta 15 cm de diá- metro siendo simétricamente bastante ramoso. Las hojas por lo general son de a tres por cada nudo; las laminas membranosas, de color verde obscuro por arriba y verde claro casi ceniciento por abajo, son enangostadas sua- vemente hacia ambos extremos (50-100 mm lrg. por 20-30 mm anch.) terminando en punta aguda y adelgazándose en la base en el peciolo (10-18 mm Ire.) con borde entero levemente ondulado y con nervaduras delgadas que mueren en el mismo margen. Las inflorescencias, por lo común ternadas, están sostenidas por un largo pedúnculo (40-60 mm Irg.) que en el ápice forma una cima dos veces dicótoma con flores blanqueci- nas pequeñas (6-8 mm Irg. por 5-6 mm diám.), con cáliz 5-partido, cu- yos sépalos lineares lampiños son 3 veces más cortos que el tubo coroli- no. El fruto es una drupa poco carnosa de color negro-azulado reniforme (10 mm diám, por 5-6 mm alt.) por arriba. con la escotadura superior poco profunda, lisa lampiña y con dos carozos yuxtapuestos. 79. Helia Martii (GrsB.) :- Hab. En las praderas húmedas de los alrededores de Posadas, Misio- siones, mayo 1883. Obs. Nuestros ejemplares se acercan a la 17. brevifolia Cmam. por los lóbulos petalinos bastante agudos, pero se aparta de la misma por las ho- jas elíptico-trasovadas con ápice obtusamente redondeado y a veces hasta escotado. Es una plantita anual de tallos sencillos (50-80 cm alt. por 1-2 mm diám.) casi escapiformes huecos en la base densamente nudoso-cica- EEE AAA Cantos Srrcazzint : Ramillete de plantas argentinas nuevas o inleresanles - 339 tricosos por las hojas de la roseta del cuello radical que se marchitan y desaparecen muy pronto; las hojas caulinas reducidas a 3 Ó 5 pares, son opuestas sésiles casi amplexicaules y a veces ligeramente entresoldadas, con bordes muy enteros nacen muy separadas y van disminuyendo de tamaño hacia arriba (4-1 cm Irg. por 18-4 mm anch.), todas lampiñas verdes; las flores están dispuestas en cima bipara cortamente pediceladas, con corola amarilla (15 mm diam.) cuyo tubo (12-14 mm lrg. por 1-1.5 mm diám.) alcanza a 2 Ó 3 veces el largo del cáliz. 76. Hydrolea spinosa L. var. megapotamica (Serxc.) Bryp. Hab. Común en las praderas anegadizas de los alrededores de Palermo, B. Aires, 1880-3. : Obs. Planta perenne de tallos leñosos sencillos o poco ramificados iner- mes de hasta 75 cm de altura; hojas lanceoladas enteras agudas muy cortamente pecioladas más o menos vellosas ; inflorescencias apicales flojas de pocas flores con cáliz verde pubescente y glanduloso y hermosa corola azul. 77- Limosella acquatica L. Hab. En el césped de la ribera del río de la Plata en la isla Santiago, diciembre 1892 y octubre 1Q11. Obs. Plantita que parece rara y cuyos ejemplares platenses tienen a ve- ces las hojas inferiores o más viejas completamente lineales y las inter— nas O más jóvenes más o menos ensanchadas y espatuladas. 78. Veronica anagallis L. Hab. Esporadica en lugares pantanosos de varias provincias argen- tinas. Obs. Especie conocida desde largo tiempo y según parece, bastante co- mún en Chile; la he hallado varias veces en los alrededores de la Ense- nada en los veranos de 1go1 y de 1910, la coleccioné en abundancia en los ciénegas de Punta de Vacas y, por fin, en enero de 1907 la encontré en las orillas del río S. Francisco, Salta. Los individuos argentinos no difieren absolutamente de los europeos. 3/0 PHYSIS (IL, 1917) 79- Cybistax antisiphylitica Manr. Hab. Común y abundante al borde de la selva en los alrededores de Ledesma, Salta, enero 1906. Obs. Es un arbolito de 2 a 4 m de altura llamado en esa localidad La- pacho blanco: es facilmente reconoscible por sus flores amarillentas y por sus silicuas subleñosas grandes cuyas ventallas abarquichuelas están reco- rridas al exterior por 3-5 nervaduras muy salientes casi aladas. So. Dianthera obtusifolia (N. ab Es.) = Rhytiglossa obtusifolia N. ab Esp. Hab. Común en los matorrales ribereños de la isla Santiago, La Plata, verano 1889-1915. Obs. Tallos derechos exágonos (25-50 cm alt. por 2-5 mm diám.) her— báceos verdes lampiños; inflorescencias centrípetas ; corolas ceniciento— celestes posteriormente de largo tubo, anteriormente bilabiadas con el espejo del labio inferior túmido recorrido por una línea longitudinal pali- da y en cada lado una serie de manchas pinadas de color azul indigo : los dos estambres de filamentos verdosos lampiños llevan las bolsas polínicas de su anteras muy separadas y la superior menor casi atravesada en T so- bre la inferior mayor cortamente espolonada al dorso: el color de dichas bolsas polínicas es pardo con una línea longitudinal blanca. 81. Cunila stricta BenruH. Hab. Común y abundante en los pajonales de las islas del Paraná frente a Ibicuy, verano 1910-13. Obs. Planta inodora de 50 a 75 cm de altura, de color verde claro, lampiña, de tallos agudamente cuadrangulares débiles y poco ramificados, con hojas lineales enteras sentadas obtusas y flores pequeñas en espigas apicales con corolas bilabiadas blancas. 82. Mentha pulegium L. Hab. Bastante común a lo largo de las orillas del Riachuelo desde la Boca hasta Puente Alsina, por los años 1880-83. Gartos SreGazzint : Ramillele de plantas argentinas nuevas o interesantes 3/1 83. Citharoxylum barbinervis Chuam. Hab. Coleccioné esta especie en los bosques llamados Montes grandes y Real viejo. cerca de Pueblo Lavalle, en diciembre 1880; en la playa de Quilmes, en mayo de 1881; en Lezama, en enero 1903; en Punta Lara, Ensenada y Los Talas, cerca de La Plata, desde 1885 hasta 1910. Obs. Árbol conocido con el nombre vulgar de Coronillo colorado bas- tante común en los lugares apuntados antes de que se llevara a cabo la tala y destrucción completa de los montes litorales de la Provincia de B. Aires; he visto ejemplares que alcanzaban hasta 15 m de altura y un diám. de 75 cm; las flores blancas y los frutos colorados formaban ramos colgan— tes, como los del Ombú, de unos 10 cm de largo. 8. Craniolaria argentina Spec. Hab. Frecuente a lo largo de los caminos en la selva desde Ledesma a Orán, verano 1906-7. Obs. Los ejemplares de estas regiones son mucho más robustos, sus tallos más o menos ramificados pero menos viscoso-pubescentes; sus hojas siempre largamente pecioladas ofrecen una lámina más amplia (20 cm anch. por ro cm Irg.) de ápice neta y anchamente redondeado y bordes enterísimos. 85. Haynaldia exaltata Kanrrz. Hab. Muy frecuente en las praderas de todo el Territorio de Misiones, enero-marzo 1907. Obs. Hierba llamada Rabo de raposa que prefiere los terrenos bajos y húmedos alcanzando sus hermosas varas derechas y simples hasta 2 m de alto; las corolas de la variedad misionera son blancas con algunas pinti- tas amarillas y otras azules y son muy visitadas por los Colibríes. De las heridas de la planta sale un latex blanquecino denso bastante abundante de rápida coagulación que despide un intenso olor viroso parecido al del opio; los obreros yerbateros me aseguraron que la planta es muy tóxica pero que se emplea, aunque con mucha prudencia, en la medicina casera «contra las enfermedades cardíacas. PHYSIS. —— T. II 23 342 PHYSIS (MI, 1917) S6. Valeriana bonariensis Serc. (n. sp.) Diag. Annua, herbacea, dextrorse volubilis, glaberrima, tricolhomica, ramulis teretibus gracilibus, folús petiolatis dimorphis, inferis tripartitis, lobis subtriplinerviis peliolulatis deorsum cuneatis, central: maximo sursum longe attenuato-acuminalo, lateralibus duplo triplove minoribus minus pro- ductis, folús superis integris lale cordato-ovatis 5-7-subpalmatinervis api- ce acutatis sed non v. víx acuminatis omnibus margine integerrimis v. parce undulato-subsinualis, paniculis axillaribus gracillimis dicothomis laxissimts bracteolatis, floribus parvis albis, fructibus sessilibus latissime ovalis gla— berrimis, calyce plumoso facillime deciduo coronatis. Hab. Durante la primavera en los pajonales del estuario de! Río de la Plata, cerca de Buenos Aires y de La Plata. Obs. Esta especie era muy común en los terrenos pantanosos a lo largo del arroyo Maciel; en La Plata no es rara pero escasa y casi exclusiva— mente localizada al lugar llamado Rincón de los Palas. Es una trepadora anual muy delicada que puede llegar hasta 1 metro y más de altura apoyándose y enroscandose en las hierbas y arbustos vecinos. Los tallos cilíndricos huecos (0,5-3 mm diám.) son ligeramente estriados con inter- nodios muy largos (5-15 cm Irg.) y nudos ligeramente hinchados; las hojas largamente pecioladas opuestas son dimorfas, las inferiores triparti- das con los tres lóbulos peciolados subtriplinerves posteriormente cunei- formes, el mediano (30-50 mm Irg. por 15-25 mm anch.) dos o tres veces mayor de los laterales (10-25 mm Irg. por 7-12 anch.) no muy alargados, se prolonga en una punta larga y angosta; las hojas superiores son enteras anchamente ovaladas (20-70 mm Irg. por 15-55 mm anch.) y más o me- nos acorazonadas en la base, 5-7-palmatinervias de punta roma o ligera— mente acuminada. Las panijuelas axilares en la parte superior de las ramas son opuestas, inferiormente dicotómicas y superiormente tricotómicas, provistas a cada nudo de dos bracteítas lineares; las flores muy pequeñas se hallan sentadas en las dicotomias o en el ápice de las ramitas de la in- florescencia, abrazadas por dos bracteitas angostas y ostentando corolas blancas diminutas. Los frutos sésiles son anchamente ovalados (3-3,5 mm Irg. por 2,75-3 mm anch.) de base muy obtusa redondeada, casi mem- branosos, muy lampiños y coronados por un villano de más o menos 10 cerditas plumosas (4-5 mm Iry.) blancas entresoldadas a la base por un angosto borde membranoso. Esta especie debe ser mu y próxima ala V. scandens L. dela cual, porla des- cripción, parece alejarse por sus hojas dimorfas y por los frutos lampiños. Canos Specazzint : Ramillele de plantas argentinas nuevas o inleresanles 343 57. Achillea millefolium L. Hab. Esporádica en varias localidades de la Argentina, desde el año 1890. Obs. Especie que se ha introducido junto con otras esencias forrajeras para la formación de praderas artificiales y que parece va aclimatándose pero con cierta dificultad : la primera vez que la coleccioné al estado espon- táneo fué en un campo natural cerca de Trenque-lauquen en noviembre de 1890; después la vien Rufino, en Lezama, en Mendoza y por fin varias veces en los alrededores de La Plata. S8. Adenostemma triangularis DC. Hab. No es raro en los bosquecillos inundables de sauces de la isla Santiago. La Plata, verano 1902-11. Sg. Barkhausia setosa DC. Hab. Común y abundante en todas las praderas naturales y artificiales, en los rastrojos y a lo largo de los caminos durante la primavera en las Provincias de Buenos Aires, de Sta Fe, de Entre Rios, de Córdoba y de Mendoza. Obs. Esta mala hierba apareció en los alrededores de B. Aires a princi- pios del 1889 y se difundió casi en todo el país con una rapidez asombrosa invadiendo todos los terrenos cultivados o no y volviéndose bastante mo- lesta especialmente a los alfalfares que en diciembre y aun antes cubre de sus inflorescencias amarillas. go. Carmelita formosa Gar. Hab. Bastante frecuente en los derrumbes orientales del Cerro Leones y de los alrededores de la boca del tunel del F. C. trasandino en Las Cue- vas, 3400 m s/m, enero 1901 y IQI1O. 344 PHYSIS (111, 1917) 91. Elephantopus spicata B. Juss. Hab. Común en los lugares anegadizos de los alrededores de Orán, Salta, verano 1905-6. Obs. Plantita cuya determinación me dió bastante trabajo que se halla descrita en la pág. 146 del tomo Y de los anales del Walpers bajo el nombre de Spirochaeta Funclkiu Turcz. y cuya sinonimia se halla aclarada en la pág. 237 de la 1 Prt. del tomo 11 del Genara plantarum de Bexrmam y Hooker. Los antodios muy pequeños, agrupados de 2 a /, en el axila de las hojas superiores y de las brácteas, forman larga espiga; las bracteolas del antodio biseriadas, las externas pequeñas, las internas tres veces más largas; las flores son 4 en cada antodio; el ovario es casi cilíndrico papi— loso coronado por un vilano de pocas cerdas filiformes encrespadas hacia el ápice desnudas blancas; la corola es largamente tubulosa blancuzca en la punta unilabiada con la lámina 5-fida celeste. y2. Erechtites hieracifolia Kar. Hab. Especie común en Salta y Misiones, prosperó espontánea en la is- la Santiago, La Plata, por varios años después del 1903. 9. Jaumea linearifolia Prns. Hab. Muy común en los cangrejales de los alrededores de Pueblo La- valle, diciembre 1830. Obs. Planta anual carnosa muy lampiña con tallos cilíndricos rojizos ; hojas opuestas subcilíndricas sublanceolado-lineales gruesas carnosas ver- des, adelgazadas hacia ambos extremos de punta redondeada más o menos aguda, en la base entresoldadas en corta vaina; antodios apicales más o menos largamente pedunculados, con gruesas brácteas ovaladas obtusas carnosas verdes dispuestas en tres hileras; corolas todas tubulosas amari- llas; receptáculo desnudo; aquenios 1o-costulados coronados por un vila- no 1-serial de 8 a 12 palletas lineales de bordes denticulados. 94. Pachylaena atriplicifolia Gar. Hab. Común en los derrumbes de los cerros del Aconcagua a lo largo del valle de los Horcones, entre 3000 y 4000 m s/m, enero 1910. CarLos Seecazzini : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesanles 3145 95. Sonchus tenerrima L. Hab. Sobre la vieja pared interior que mira al Este del Parque Lezama en B. Aires, octubre 1907. 96. Schaefferia argentinensis Sere. (n. sp.) Diag. Arbuscula ylaberrima rigida dioica proterantha, ramis qracilibus intricatis striatis, folus alternis chartaceo-rigidulis ovatis v. ovato-lanceo- latis subtriplinervus sursum sensim acutatis deorsum abruptiuscule cuneato- attenuatis brevissime petiolatis, floribus ad pulvinulos axillares denudatos 3-6-fasciculatis pedicello pulverulento duplo longiore suffultis, sepalis parvts cochleatis rigidalis minute ciliato- fimbriatis, masculis petalis obo- vato-subspathulatis vtrescenti-flavescentibus instructis staminibus exertis pallidis ovarú rudimentis plane destitutis, foemineis petalis omnino de fi- centibus staminodus 4 tenuissimis albis ornatis ovario ovato viridi glaber- rimo stylis duobus opposttis majusculis refracto-subcircinalis coronato donatis, fructu parvo drupaceo coccineo saeptus abortu monospermo. Hab. En los matorrales marginales de los bosques cerca de Resistencia, Chaco, y de las colinas de Sta Cornelia, Sierra de Sta Bárbara, provincia de Salta. Obs. En el año 1886 por primera vez hallé este arbustito en Colonia Resistencia y traje a La Plata un ejemplar vivo que cultivé largos años antes en mi jardín y después en el de la Facultad de Agronomía y Veteri- naria sin poder llegar a su determinación, pues era un individuo mascu- lino; en 1906 la volví a descubrir en Salta y entonces pude conseguir ejemplares femeninos que al fin me permitieron su determinación. Este género no ha sido aún señalado en la Argentina y la especie se aparta del género típico porque las flores femeninas carecen de pétalos. Es una mata leñosa (0,501 m alt.) de ramazón muy enmarañada fina, con ramitas estriadas longitudinalmente, totalmente lampiña, dioica (el ejemplar mas- culino que cultivé en casa por tantos años solía de cuando en cuando producir inesperadamente una que otra frutita). Las hojas jóvenes son muy tiernas y al secarse se vuelven transparentes, más tarde son aperga— minadas bastante rígidas, caducas, de un verde casi ceniciento no lustro- sas, ovaladas o lanceoladas (25-45 mm lrg. por 15-27 mm anch.) adel- gazandose hacia arriba en punta moderadamente larga aguda rematada por un pequeño mucrón caduco, hacia abajo brusca y cortamente cunel- 346 PHYSIS (HL, 1917) forme terminando en un pecíolo muy breve (1-1,5 mm lrg.) pulveru- lento, siendo los bordes enteros algo pulverulentos; las nervaduras son poco marcadas y el primer par de nervios secundarios se prolongan en arco más allá de la mitad de la lámina; el parénquima es homogéneo pero mirado contra ¡a luz con un lente fuerte ofrece numerosos y pequeñi- mos puntitos irregulares semitransparentes: no hay rastro de estípulas. Las flores nacen en ramilletes de 3 a 6 sobre un pequeño nudo escamoso axilar, apareciendo un poco antes de las hojas, sostenidas por un pedún- culo sencillo (2-3 mm lrg.) anguloso y pulverulento; los sépalos son 4 anchamente ovalados con algunas pestañitas alrededor de la punta, algo coriáceos y rojizos ; los pétalos se hallan sólo en las flores masculinas en número de / siendo trasovados o casi espatulados (2 mm lrg. por 1-1,25 mm anch.) blanco-amarillentos lampiños; los 4 estambres son en- derezados blanquecinos lampiños; el rudimento ovárico central verde obscuro es sumamente diminuto también lampiño; en las flores femeni—- nas los sépalos son iguales a los de las flores masculinas, faltan en abso- huto los pétalos, pero hay / estaminodios filiformes blanquecinos opuestos a los sépalos; el ovario ovalado bastante grande (1,5 mm Irg. por 1 mm diám.) es verde obscuro lampiño y termina en dos grandes estilos diver- gentes y casi doblados en S; el fruto es una drupa casi globosa (3-/ mm diám.) rojo-minio con un solo carozo vestido de pulpa muy escasa. -97- Schaefferia uruguayensis Sere. (n. sp.) Diag. Arbuscula glaberrima, dioica, proterophylla, rigidula, intricata, ramis gracilibus striatis, folis alternis chartaceo-rigidulis lanceolatis ob- scure subtriplinervús sursum attenuato-acutatis deorsum breviter cunealis petiolatis, floribus ad axillas folioram 1-3 fasciculatis pedicello subduplo longiore suffultis, sepalis conchato-suborbicularibus apice non v. vis ci- liatulis masculis foemineisque petaliferis, petalis subspathulatis viridi-fla— vescentibus, staminibus filiformibus exertis, ovarúí rudimento subhemi- sphaerico minute 2-papillato, staminodis plane nullis, ovario obscure viride glabro ovato apice stylis 2 subbreviasculis divaricatis crassis pallidis coro— nato: fructu adhuc ignoto. Hab. En las cuchillas pedregosas de la Banda Oriental del Uruguay, arroyo de S. Juan, Guareim, etc. Obs. En una excursión que efectué el año 1883 al arroyo S. Juan coleccioné ejemplares estériles de este interesante vegetal : muchos años después don Mariano Berro, bajo el número 31/2, me envió muestras Cartos SpeEGazzini : Ramillete de plantas argentinas nuevas o inleresantes 347 U) / completas del mismo. Es un arbolito de 4 a 5 metros de altura, muy lampiño, de ramas delgadas bastante enmarañadas, las más tiernas es- triadas. Las hojas son lanceoladas (25-50 mm Irg. por g-20 mm anch.) semiapergaminadas nervulosas, de color verde apagado casi ceniciento sin lustre, adelgazadas hacia sus dos extremidades, terminando superior— mento en un pecíolo moderadamente largo (2,5-3 mm Irg.), de borde entero, pinatinervadas pero con el primer y a veces también el segundo par de nervios basales secundarios tan fuertes y desarrollados como para simular una hoja triplinervia; el parénquima es homogéneo compacto y absolutamente sin puntos semitransparentes. Las flores nacen de la axila de las hojas sobre un pequeño pulvínulo escamoso en número de 1 a 3, llevadas por pedúnculos (2,5-3 mm Irg.) lampiños casi cilíndri- cos ; el cáliz está formado de 4 sépalos anchamente ovalados casi hemis- férico-cóncavos de bordes lisos o apenas pestañosos; los / pétalos traso- vado-espatulados (2,20-2,50 mm lrg. por 1-1,25 anch.)de color amarillo verdoso son lampiños; los 4 estambres de las flores masculinas casi igualan a los pétalos, de filamentos blanquecinos y anteras amarillas ; el rudimento ovárico es hemisférico verde lampiño y terminado por dos pequeñas papilas, rastro de los estilos; en las flores femeninas faltan en absoluto los estami- nodios y el ovario ovalado de color verde obscuro lampiño se halla termi— nado por dos estilos bastante gruesos muy divergentes. No conozco el fruto. Esta especie por su aspecto se acerca mucho a la anterior de la cual sin embargo se diferencia bien por las hojas menos anchas y más agudas en ambos extremos, con parénquima más homogéneo sin puntuación, con peciolos algo más largos, además por sus flores femeninas petaliferas sin estaminodios. 98. Lepidium draba L. Hab. Desde varios años común y abundante en la pradera delante del Museo Nacional de La Plata. Obs. Los ejemplares argentinos por sus silículas de base ligeramente acorazonada pertenece a la subespecie Eudraba y a la variedad crassifo- lia Terr. de dicha subespecie. 99- Frankenia pampeana Ser. (n. sp.) Diag. Annua, herbacea, radiatim prostrata, ramis repentibus non radi- cantibus alterne ramulosis, foliis oppositis ad axillas saepe fasciculatis par- 348 PHYSIS (11, 1917) vis carnosulis primo revolutis dein planis obovalis relusisve, supra ylabris viridibus sublus cinereo-setulosis, brevissime petiolatis, floribus ad nodos sessilibus axillaribus solitarús, calyce glabro tubuloso valide 5-costato api- ce longiuscule aaculiusculeque ¿-dentato, dentibus margine pulverulentis, petalis albis exertis, capsula inclusa tenella rufa pentagona acuta, semi- nibus ferrugineis plurimis tenutter asperulo-papillosts. Hab. Sobre el fondo de lagunas desecadas durante la primavera y el verano en los alrededores de La Plata y de Bahía Blanca, por los años 1898, 1904 y 1916. Obs. Plantita que debe haber pasado desapercibida por su gran seme- janza con la Euphorbia serpens Krnm.; tiene de seguro mucha afinidad con la FF. pulverulenta L. de la cual parece diferenciarse por ser mucho más tierna y herbácea y por las hojas más anchas; es una especie cierta— mente halófila. La raíz es pivotante recta o más o menos flexuosa (75-100 mm lrg. por 1-2 mm diám.) con delgadas fibras secundarias, blanque- cina y subleñosa; del cuello de la raíz salen de 5 a 7 ramitas (50-125 mm Irg. por 1 mm diám. bas.) radialmente extendidas y aplicadas contra el suelo, con internodios cilíndricos rojizos pulverulentos, por pelitos inco- loros ralos cortos casi glanduliformes, y nudos hinchados; las hojas de las ramas primarias son muy apartadas y con frecuencia llevan en la axila un manojo de hojas secundarias casi fasciculadas; la lámina de las hojas es anchamente trasovada o espatulada (2,50-3,25 mm lrg. por 1,50-2 mm anch.), en la juventud con las márgenes enroscadas hacia abajo, con la edad extendidas y planas de ápice obtuso a veces ligeramente escotado, de base cuneiforme adelgazándose en un corto pecíolo (1 mm lrg.), el cual se ensancha en un pericladio que soldándose con el de la hoja opues- ta forma una cortísima vaina sobre el nudo; los epifillos son lampiños y de color verde obscuro; los hipofillos son vestidos de pelillos blanque- cinos cortos rígidos apartados; pelillos iguales se observan sobre el bor= de de los pericladios. Las flores se hallan solitarias sentadas en el axila de las bifurcaciones y de las hojas; el cáliz rojizo es cas1 cilíndrico (3,25- 3,50 mm lrg. por 1-1,25 mm diám.), lampiño con 5 gruesas costillas obtusas que terminan en 5 dientes bastante largos y agudos cuyos bordes ofrecen algunos pelillos; los pétalos son 5 (5-6 mm lrg. por 1 mm anch.) con los limbos exertos espatulados; los estambres son también 5 (4 mm Irg.) de filamentos delgados blancos y anteras versátiles amarillas ; el ova- rio ovalado-alargado a veces es pentágono y otras veces tetra- o tri-gono, terminando en 35 / 6 5 cortos estilos. El fruto es una capsulita membra- no-escariosa elíptico-ovalada (2,50 mm lrg. por 1 mm diám.) de color rojizo obscuro que se abre al ápice en 3-/4-5 angostas ventallas y que CanLos Specazzint : Ramillele de plantas argentinas nuevas o inleresanles 349 contiene de 3 hasta 12 semillitas irregularmente elípticas algo compri- midas en los costados rojizo-obscuras cubiertas de tupidas y pequeñas papilas. 100. Frankenia triandra Remy Hab. En la llanura salada entre Isonza y Tintín, 2500 m s/m, mas o menos, Salta, febrero 1897. Obs. En esa árida llanura era la única planta que vegetaba formando grandes almohadones de 20 a 150 cm de diám. separados uno de otro por trechos de suelo, libres de toda vegetación y revestidos de costras de sal, variables de 20 a 200 cm de ancho; las plantas estaban todas floridas y sus corolas blancas eran visitadas por enjambres de Himenópteros alar- gados de color azul-acero obscuro todos acoplados, siendo el macho mu- cho menor y aptero. Número USD a O a els O A rd ES, AS 36. ES ELLA CES a E Le OE ER TORA UG: AOS dE 37 ARMA IA Te UNS A - OR RO AO E 87 AVAOSADL PAS o o A a a Soo 88 LES A 15 cena Rar DEns IE E A a E aia o 47 Amarantus edulis SpEG. (N. sp.)............ a cs COSTS 1 A 29 oca niuo dora ta O PES AO MN 25 APURO AA IS A SS O aaa ab 31 Aspidosperma chakensis Spec. (n. PS a OA, do O — crotalo ru mae (pi A 7 — Horkokebracho PEC (Ms 72 — ms ION UAEM 73 Barkhaastarsetosa, DC A a od Si RO a a e pele cala dE OO 89 Buda lerortlrsordea Lam Ie E A odo AN 67 Palliiciedpeduncala a NDA SN EN 63 Canpylosastaromalica NAT ao ENEE a e PROS aca NS SIR 26 Orina OO IA RE IR O ac aia ar lraa, l NT go EAFODIA OU RU red A E aio na ió la obyo 56 (RLOTASEE e ODYNR ECHA AN e a e al a aL Se IA 27 Cissus gongylodes (Bkr) PraxcH............. A A EEN h9 CMiarozy lam Dar ber dis Cal a A O DU 83 Coccolobatareentinensis PEGAS 48 Comolrarplaten'sis ¡DBEGS (MSP a e ri O 54 Condalibra ola ess a pia o a Era d: 50 Coro vn lasibonartensis (AN E da 0 Ol e NN 68 COpernicrata us alle E o o OO ES NN 20 EXOnO ORURO yen tna SEO do Sd MN o a OO TO O de 84 350 PHYSIS (ML 1917) Número Groton succirabra PL A A O ASES > y ONE 32 Cryplophoranthus cryptantha BRB.-RODR=.... oca a 21 Cucurbita Andrea Nao a ea NES 57 Cunila stricta Bara: A A il A A Si Cybistaz antisipliylitica MI a a e 79 Cyclantherayedalis MA 58 Cypella elegans Sres. (n. sp. ) o 12 — 'Ooreophila DPEG. (M. SP... o aa AN 13 == PM a e 14 Datura mella o a A A 65 Dianthera obtusifolia (N. ab EsmB.).......ooooooicoco.oooo o — So DrOSETA MARINOS AI e a O O O 53 Elapkuntopas; spicata BS. Ius. a a o A gI Erechtiles hieracifolia Bt ie e DN EUE ZN e EIA AR a y APO! O 92 Euphorbi lalhyes Li o A AN 33 Frankenia pampeana DPEG. (M. SP la o. 90 Ertmnkenia tanda EM O a A SS 100 AA A A Sa to o oo 44 Haynaldia:exaltata ANI at E: 85 Helia Martii (Gusb.) 30 Heterantiera losa VAR oo e SN E — ZOSLETUCUAMBT Do AS 8 ippeastrumiratila (GawL) RBA osa ON 11 Hydrolea spinosa L. var. megapotamica (Serxc.) BRND. ooo 76 Tpomea (Amiseia) argontinensis DPEG. (M. SP 69 Jacaratiadodecaphylla (Ver) DO do EE SA 55 Jatropha-albo=maculata DAX a oo oe 34 Jaumea linearifolia Pers. ........ A e, an 93 Lépidumdraba Ll O eS 98 Eimosellaracguatica MA 77 Eycopodiam brasiliana er Na laa oO Malvastrum hirtipes SPEG (MSP... o A A 38 Maximiliana argentinensis SpEG. (n. sp.)..... a ON 39 Mayaca Sello Ka SN oo > 6 Mentha pulegum MA O a SU a A 82 Mimosa ¡Spegazanio Pro A O e AS ME A 45 Nicotiana silvestris Com. ¡USER ta as e 66 Oenanthe globulosa Li. Sa a ve enn 64 Ophioglossum' crotalophorordes WEE 1 Ottelia brasiliensis DEAN No ai ea De oa ds 19 Pachylaena atriplicifolia Dox................. o RCA 94 Phyllanthus marginivillosa SeEG. (0. Sp)... 35 Pierasma palo=-amargo DPEG: (Mm. SP) 43 Pilalaria, Mandont AED O a so a 2 Portulaca argentinensis PEC: (MSP. po a A da ho = Guess AS O hi — plana=opercalata OKA eS ds 42 (5 Canios Sercazzint : Ramillete de plantas argentinas nuevas o interesantes 3 Número BUY LO AOS a REG (SP a A 16 Rua las chu sliorre (MD O AAN AO 74 Schacttonial argontinensis OBEG (MSP) 96 — urusuayensis SPEGS (MSP A 97 Seran ep locar pan A e ka ola a» 46 SES E US A e ela IN 59 SPAN A o Os ES 60 Sears CA A A o 5 SARA) AAA A ao bo 22 Meta anta eo pans a NOAA a ta iS oo de dE. 30 EOS A Y A A 17 RECAE A A A E a a E UI 28 Malena a bonarion si PE On 86 WAVE AO a o Sa 23 Verona AA O ate a ER RES ON 78 Millares tarea ona MaS A oie al EoS oa: 61 — DAT Tia A 62 Miola ta rontinecn sis porel io cba Io coc lds d1 A a A E 32 Mates oa o o mtiiaen sis EG (A a o 18 Wolareolombranaa las rana o A ds a RO NA os hi WMalschtaeyelmaprlo lla Relcar. Li cios ie aa ion ed iO dle ASI 24 DINA AASAS d S SErOPE O Id e 5 OB y aaa eS AC PEA (E 9 — DEN LOPD AE (ES 10 As formigas cuyabanas empregadas como meio de destruccáo das formigas cortadeiras pero DR. HERMANN VON IHERING A praga peior para o agricultor brazileiro é sem duvida a formiga cor- tadeira. Estes membros da tribu das Attinas dividem-se sob o ponto de vista pratico em dous grupos : o das grandes e perigosissimas sauvas e o das especies menores. Á sauva, Atta seswdens, tem uma destribuicáo menos vasta do que as outras especes alliadas. No Sul e Oeste do Rio Grande do Sul a sauva falta táo completamente como no litoral de St. Catharina, formando a linha de Cebus o seu limite ao Sul. Tambem no litoral de S. Paulo faz só uns bo-60 annos que appareceram, aproveitan- do-se provavelmente da linha ingleza de Estrada de ferro. As ilhas situa- das ao lado da costa, como as de Sáo Sebastiáo e St. Calharina, náo alcancaram. Na Argentina pertencem só a zona subtropical das Missóes e Norte da Republica. As sauvas cavam no solo ninhos immensos com- postos de um systema de camaras ou « panellas », que entre si sáo ligadas por canaes. As panellas superiores successivamente sáo abandonadas e enchidas do material vegetal gasto, dos residuos dos jardins de cogume- llos. Em grandes ninhos o numero de panellas importa em 1-2 milha- res e provavelmente mais. A massa de terra carregada para fora é táo enorme que o seu deposito altera o aspecto do terreno, cahinda na vista tal inversáo das camadas do cháo particularmente em caso da abertura de valles. Chamei a attencáo a estas modificacóes geologicas n'um peque- no estudo (1) publicado em 1882 e peco o leitor comparar para as demais (1) H. vox Inerix6. Ueber Schichtenbildung durch Ameisen. Neues Jahrbuch fir Mineralogie, Greolog. und Palacontologie, vol. 1, p. 456-457. 1882. (30) Herman vos luerino : As formigas cuyabanas 35 singularidades na vida das A//ínas meu trabalho sobre as formigas do Rio Grande do Sul (1). A especie do Brazil meridional € 4A1ta sexdens EF. e náo A. cephalotes como disse em 1882; ambas pertencem ao subgenero Atla, s. str. Em todo, o enorme ninho ha uma femea fertil apenas. O modo interesante como o ninho novo é construido e provido do novo jardim de cogumellos descobri e describi (2) em 1898. As femeas aladas levam consigo na bocca, no hypopharynx, uma bola de cogumellos que cuspem ao cháo na primera camara que constroem. A entrada é tapada de terra e só de novo aberta pelas primeiras obreiras. As pequenas cortadeiras do genero Ata, do subgenero Acromyrmez, sáo náo menos communs, náo menos temidas no Brazil, onde as chamam de « quen-quen », mas podem ser destruidas com mais facilidade porque o ninho consiste em uma grande excavacáo, apenas. Uma vez achado o ninho a destruccáo por meio de agua fervendo é cousa facil. Muito difficil ao contrario é a destruccáo do ninho da sauva. Pessoal- mente tive resultado bem satisfactorio com a applicacio de formicida (sulfurato de carbono). Abre-se as entradas principaes, transvasa-se nos canaes agua e depois formicida, que logo depois é incendiada. Pela explo- sáo que segue e que os gazes pesados leva ao fundo do ninho, as formi- gas sáo matadas. As aberturas sáo todas fechadas e em 2-3 dias o efleito é completo. De anno en anno apparecem novos methodos, machinas para derramar o veneno nos canaes e nas panellas do ninho, quasi sempre em forma de gaz. Náo é aqui de minha tarefa de tratar destes methodos, todos caros. Desde annos procura-se no Brazil substituir o formicida venenoso pelo formicida vivo, matando-se formiga por formiga. Á especie de formiga geralmente recommendada para tal fim é a Prenolepis fulva, geralmente conhecida sob o nome de formiga cuyabana, o que indica a origem de Cuyabá. Trate: desde assumpto em estudos abaixo mencionados (3) nos annos de 1903, 1907 e 1914. O conteudo principal da mais importante destas communnicacdes preceiso aqui em parte repetir. (1) H. vox ImeriG. Die Ameisen von Rio Grande do Sul. Berliner Entomologische Zeitschrift, vol. XXXIX, p. 321-417. 1894. (2) H. vox Imerwc. Die Anlage never Kolonien und Pilzgaerten bei « Atta sexdens ». Zoologi- scher Anzeiger, n* 556, p. 238-212. 1898. (3) A formiga cuyabana. Revista Agricola, nm” 124, p. 511-522. S. Paulo, 15 de Novembre de 1905. Formigas cuyabanas, A Lavoura, anno XI, n” 6, p. 227-228. Junho de 1907. Formigas cuyabanas. « O Estado de S. Paulo». 27 de Maio de 1914. 35) PHYSIS (MI, 1917) Em Abril de 1906 fiz com bom resultado experiencias com formigas cortadeiras do genero Acromyrmex e cuyabanas. Installei cada um dos enchames das duas especies em uma caixa de observacáo, bastante grande de vidro e tecido fino de arame. «Aos 29 de Abril de 1906 liguer por um tubo largo de communicacáo a caixa de ensaio de formigas cuyabanas com um ninho de observacáo de formigas quen-quen. Este ultimo já tinha em observacáo desde duas semanas. Estavam bem acondicionadas no seu vidro. Tinha reconstruida a massa fófa brancacenta de sua cultura de cogumellos, da qual se nutrem e no meio da qual collocaram a sua cria. Cortaram com regularidade pedacos de diversas folhas que lhes dei, incorporando-as ao ninho que continuamente cresceu. Tudo isto mudou-se com a ligacáo dos dois ni- nhos, cuja communicacáo era facilitada por varinhas que do fundo de cada ninho conduziram ao orificio do tubo de communicacáio. Ao passo que as quen-quens, com raras excepcoes talvez, náo se dirigiram ao outro ninho, foi o das formigas cortadeiras logo invadido pelas cuyabanas. As quen-quens náo se importaram dos intrusos e estes por sua parte passea- vam alli por toda a parte pacificamente e, como curiosos, respeitando apenas o ninho, que era guardado por forte contingente de quen-quens. «No dia 30. as cuyabanas, já muito augmentadas em numero, passaram ao ataque. As cuyabanas mordiam as quen-quens, dando-lhes dentadas nas pernas e nas antennas. Náo observe resistencia energica por parte das quen-quens, mas o grande numero de cadaveres de formigas de am- bas as partes me faz crér que particularmente durante a noite de 3o a 31 houvesse combate continuo e encarnicado. «Ainda a 3r continuavam luctando, tendo eu observado muitas vezes duas ou tres cuyabanas presas á uma formiga quen-quen. E'singular a coragem com que as cuyabanas aggridem o inimigo, que lhes é superior em tamanho e forca. Viuma que na varinha de subida tinha agarrado uma obreira inimiga pela antenna, arrastando-a para cima. Provavel- mente o inimigo já era cansado e ferido ; mas, mesmo assim, era um ser- vico extraordinario de bravura, visto que a victima prestou uma resisten- cia passiva. De repente, com um excesso de forca, a cuyabana arrastou para cima a victima, que entáo, presa apenas em uma antenna, ficou pendurada, em quanto a cuyabana com a presa subia a escada. Aos 31 de Marco já pouco notou-se de quen-quens e as cuyabanas, senhoras ab- solutas do ninho inimigo, comecaram a recolher os fructos da victoria. Invadiram o ninho e roubaram a cria. «Sáo particularmente as nymphas de tamanho medio que procuram, representando estes insectos brancos no estado molle e inmovel em que se (35) [51] [51] Hermans von Inernivó : As formigas cayabanas acham, evidentemente uma comida predilecta das cuyabanas. Hoje, dia 1 de Abril, continuam a carregar nymphas. As nymphas grandes sáo empedacadas e transportadas em particulas. «Náo distingui bem as partes menores que carregavam, sendo possivel que em parte consistiam em larvas. «É uma corrente continua de cuyabanas de um ninho ao outro, que se estabeleceu entre os dois ninhos, dando gosto observar a rapidez com que a cuyabana, carregada de uma nympha de quen-quen, sobe a varinha, que lhe serve de escada e depois de ter desapparecido no tunnel de liga- cáo, apparece novamente na vara de descida para tomar entáo o rumo do: proprio ninho. » Estas experiencias ficaram incompletas porque náo as extendi á sauva, Atta sexdens. Em vista de repetidos convites enchi- esta lacuna em 1914. Vou em seguida expór os resultados, dos quaes já no Estado de S. Paulo de 27 de Maio de 1914 tinho dado um resumo. Voltando hoje ao assump- to desejo náo só expór as novas experiencias mas tambem referir-me ás duvidas pronunciadas com relacáo aos meus resultados. Antes de passar a estas experiencias accrescento ainda uma palavra sobre os nomes indigenas destas formigas. No Paraguay Alía sexdens é conhecida sob o nome de « isau », no Brazil sob o de « sauva ». Ambas as palavras sáo identicas, visto que no Brazil meridional os guaranis gosta- vam concluir a palavra muitas vezes com o a euphonico. Assim 7, ¿h do Paraguay fica ¿ba (arvore) e tub ou uv ou ub, abelha ou formiga mestre, transformo-se em uva. [cd on [sd quer segundo BarristTa CAETANO DE ÁL- MEIDA NoGUEIRA dizer 2hb-hab de ¿bon iba, arvore, e hab cortar. Sauva é o mesmo que isá-uva e significa ¡sd = cortadeira e ub, uva = formiga mes- tra, femea alada. A. W. Berroxm (1) dá a entomologia ¿hsa e u comer. Náo créo que isto pode ser exacto, pois u comer, comida, náo apparece em outra forma, ao passo que em S. Paulo de Alta sexdens distinguem tres variantes : ¿hsd a raimha, ¿hsa—bitú o macho, (1) sauva, a obreira. A palavra quen-quen usado para as especies de Acromyrmezx náo é de ori- gem guarani. | Uma interessante conferencia realisou em Rio de Janeiro o Snr. Dr. Cosra Lima na Sociedade nacional de Agricultura que foi publicada no Jornal do Commercio de 20 de Maio de 1916. O autor discutiu um pro blema, o do resultado contradictorio das experiencias do conferencista que eram negativas em comparacáo com as minhas que eram positivas. A di- (1) A. be Wixxemw Berromt. Vocabulario zoologico guarani. Congresso scienlifico americano. Relatorio geral, t. VI, p. 569. Rio de Janeiro, 1gro. 356 PHYSIS (111, 1917) vergencia porem é apparente só, — o problema já foi discutido por mim em 1914 em artigo publicado no Estado de S. Paulo de 27 de Maio de 1914. Julgo conveniente entrar aqui novamente na discussáo do assump- to, communicando e modificando o artigo presente, que foi elaborado em 1914. Convidado pelo Snr. Dr. Joio be Assis Lores Marriws a examinar a obra das cuyabanas na sua guerra contra as sauvas na sua fazenda St. Amelia perto de Rocinha no municipio de Campinas, passei ali uma semana no mez de Maio de 1914, installando-me com meu laboratorio no qual repeti as experiencias, feitas anteriormente com formigas « quen— quens », desta vez e com o mesmo exito com as sauvas. Repeti as expe— riencias no campo, soltando sauvas em lugares onde havia cuyabanas e vi que poucas eram as que se salvaram. Uma vez com uma on duas cuya— banas nas pernas, impedidas nos movimentos, estavam liquidadas em pouco tempo. Em geral as cuyabanas cortam-lhes em primeiro lugar as pernas anteriores. as antennas, depois as outras pernas e mesmo cabeca ou abdomen. Particularmente nos individuos grandes náo é difticil ás cuyabanas perforar as finas membranas das junccóes articulares. Náo ha porem nesta mutilacio methodo e consequencia — ao contrario, antes de matar completamente as victimas deixamnas á sua sorte quando bastante mutiladas. Singular impressáo faz a estupidez e timidez destas grandes formigas, que na tremenda batalha nem se defendem, procurando sua salvacáo unicamente na fuga. Á adoptacáo absoluta á cultura e ao regi— men dos cogumellos fez das sauvas machinas de trabalho e gozo que na concurrencia com outras especies, na luta pela existencia, náo sáo bas— tante garantidas — falta que é compensada pela enorme multidáo dos individuos asexuaes, que se apresentam sob as differentes aspectos de carpideiras, obreiras e soldados. Estos ultimos porem, valentes na defeza contra agressores malores, nem sempre o sáo contra outras formigas ageressivas. Mesmo assim em condicóes normaes os soldados sáo uma garantia para a defesa da colonia, pois em sauveiros intactos nunca en— contrei outras formigas. No formigueiro incompletamento atacado por formicida e por conseguinte enfraquecido, logo entram as « formigas de visita » do genero Eciton. Voltei, como já disse, em 1914 ao assumpto das cuyabanas, exten- dendo as investigacóes ás sauvas. Vi na fazenda do doutor Joá4o Mar- TINS UM sauvelro attacado pelas cuyabanas, mas quantas panellas abri nunca vi cuyabanas nellas. Confesso que neste ponto estou desconfiado. Conhecer formigas é uma especialidade difficillissima. Cuantas vezes náo me mandaram « cuyabanas » que eram exemplares appartenentes a outro Herxmanx vox luurina : As formigas cuyabanas [SE] al a] genero. Accontece que no tamanho entre as diversas castas da mesma co- lonia de sauvas ha differenca enorme e que as carpideiras menores da Altta sexdens podem ser tomadas por cuyabanas por pessoas pouco ver- sadas na materia. Entretanto tive de constatar que tanto o doutor A. BrEr- ruer, director do Instituto agronomico em Campinas quanto o doutor E. NAVARRO, no servico forestal, constataram no mesmo sauveliro a presenca de numerosas cuyabanas nas panellas. Verifiquer que o administrador da fazenda, senhor Marto DE CAMARGO e seu ajudante, empregado exclusi- vamente na criacáo das cuyabanas, perfeitamente distinguiram cuyaba- nas e sauvas, allirmando elles, que a luta deve ter sido interrumpida, mas que estava em pleno vigor por occassiáo da visita do Dr. BerrHer a 7 de Maio que foi descripta no jornal Cidade de Campinas de 8 de Maio. A circumstancia que nestas pesquizas mais impressáio me fez era a criacáo das cuyabanas. Contavam ás milbares os tubos de bambú cheios de cuyabanas que vi nesta fazenda modelo. Estes ninhos artificiaes eram depositados um ao lado de outro atraz de um galpáo na proxima visi- nhanca da casa principal e cobertos com uma pequena camada de palha, como meio de defeza contra os raios do sol. As formigas successivamente tomam conta da maior parte dos tubos e alli se installam. Uma vez bem funccionando os tubos podem ser fechados e vendidos. O novo dono tem de collocal-os em lugar abrigado, meio coberto de galhos e folhas e offe— recer como primeira comida ossos e canna de assucar. Si as condicdes sáo favoraveis faz pouca differenca se o enchame se estabelece no mesmo lugar ou emigra — tudo depende da existencia, da saude da rainha. Eu de balde procurei domiciliar na collina do Ypiranga os enchames que o senhor doutor Joio be CarvarHo Bores teve a gentileza de mandar-me. O terreno, provavelmente por ser secco e alto, náo offerecia á Prenolepis condicóes adequadas, de modo que desappareceram completamente. ao passo que vi em Pelotas na Escola Agricola, mantida por padres, nume- rosas colonias em perfeito funccionamento. - O unico ponto fracco que notei na criacáo das cuyabanas na fazenda Santa Amelia é a incerteza sobre a composicáo do enchame, a saber, se contem ou náo formiga mestre ou femea fertil. No meu citado relatorio digo sobre este ponto : «de tres tubos que examinei um só continha a rainha e tambem machos. É preciso entretanto tomar em consideracáo que a epoca do anno náo era nestes dias vantajosa para meus estudos, vis- to já estarmos no regimen do inverno ». Naturalmente só o enchame con- tendo a femea fecundada pode ser aproveitado para a organisacáo de nova ¿per- tenecen a una misma cultura y a una misma época? Adelantando una opinión que más adelante he de desarrollar con am- plitud y que ya ha sido esbozada con todo acierto por el Dr. Max Unze (1), creo que estas urnas dracontanas pertenecen a una época muy antigua, que habrá que referirlas al período en que florecian, en territorio extranjero. en América, pág So, fig. 26 y 27; pág. 98, fig. 29; pág. 99, fig. 30 y 30 bis]; en Huasán, Pil- ciao, Santa María, Condorbuasi, Andalgalá, Mutquín, Anconquija, Chaquiago, Capayán, etc. (Ca= tamarca). [Larose Quiveoo, Tipos, etc., pág. 362-378]; en La Ciénaga, Andalgalá y Mutquin, (Catamarca). [Brucn, Exploraciones arqueológicas, etc., pág. 161, fig. 137 y 137 bis; pág. 172, fig. 147; pág. 193, fig. 159]. El Museo de La Plata tiene algunos hermosos ejemplares con esta típica decoración; pertenecen a la colección del Dr. Larowr Quevrbo y proceden de puntos dis- tintos de la provincia de Catamarca, situados al Sur del Atajo. Entre las colecciones de nuestro Noroeste existentes en Berlín, en el Museum fúr Volkerbunde y reunidas por el Dr. Unte, ZavaLera y Scamror, se encuentran diez o doce piezas con la decoración zoomórfica referida : fueron descubiertas en Huatungasta, Belén, Cerro Colorado (departamento de Londres), Andalgalá y Choya, en la provincia de Catamarca. De esta pequeña serie sólo una pieza procede de territorio extraño a esta provincia : lleva el número, en los catálogos de aquel museo, VC 4381 y fué hallada en Angastaco, provincia de Salta. Las restantes se encuentran re- gistradas bajo la numeración siguiente: VC 1680 y 1609 (Col. Unre); VC 4360, VC 6123, VE 6207 (Col. Zavarera); VO 2299, VO 2315 (Col. Scmmor). z (1) Max Unmue, Las relaciones prehistóricas entre el Perú y la Argentina, en Actas del XVII" Congreso internacional de americanistas, sesión de Buenos Aires, 17-23 de mayo de 1910, páginas 509-340. Buenos Aires, 1912. hol PHYSIS (HL, 1917) adelantadas culturas como la de Tiahuanaco, Nazca y Otras cuyas carac— terísticas y dispersión puntualizó aquel arqueólogo. Siguiendo a este autor, Joyce ya establece comparación entre cierta decoración encontrada en Trujillo (Perú) y en la Argentina y las atribuye, a su vez, al mismo estilo y al mismo período (1). Creo, por otra parte, que es posible vincular el carácter decorativo de esta curiosa cerámica con el que se encuentra, ya inciso, ya esculpido, en el variado instrumental de piedra y de madera profusamente descubierto en el valle calchaquí, en la quebrada de Humahuaca y en algunos cemen- terios de la costa del Pacífico. Sería entonces factible relacionar ciertos productos arqueológicos argentinos con otros procedentes de Chile, Boli- via y Perú, para llegar así a determinar un período uniforme, en extensión, aun cuando improbable en espacio, en las culturas andinas prehispánicas. Si uno de los fines que se persigue en la investigación arqueológica es la determinación de la cronología, la particularización de las culturas, su dispersión y sus correlaciones, los yacimientos de La Rioja dan motivo para afirmar su singularidad e independencia, teniendo en cuenta un im- portante factor : el carácter de la cerámica descubierta. Por fin, después de lo expuesto anteriormente y como inmediata con- secuencia de las sistemáticas exploraciones que se vienen practicando en nuestro territorio, se está ya en condiciones de determinar el área de dis- persión de la cultura que dejó tan importantes y curiosos rastros de su carácter : me refiero a los valles riojanos y a los calamarqueños situados al Sur del Atajo, inclinándome a creer que los primeros marcan el centro de irradiación. (1) Tuomas A. Joxce, Soulh-American Archeology, página 183. London, MDCCCCXII. SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES COMUNICACIONES SESIÓN DEL 23 DE JUNIO DE 1917 Presidida por F. PasrorE, vicepresidente Presentes : H. Ammroserti, A. Brancmi Liscmerri, E. Bomay, G. BoxareLti, J. Brr- THES, J. J. CarsoxeLL, Srta. E. Coqueucxior, R. Dasseye, A. G. Frers, A. GALLAR- Do, E. Herrero Ducroux, J. M. Izquierno, Srta. E. Morrota, E. Paita (hijo), L. R. Paro, H. Pouxssicur, S. Rorm, M. Seva, P. Seri£, l. €. Varruone, M. VIGNATI. ARTURO 6. FRERS, Nota sobre « Apembolephaenus Jorgei », Holmberg. Revisando mi colección de goniléptidos, he encontrado entre ellos al- gunos ejemplares del Apembolephaenus Jorge:, HormberG, especie de la que este autor ha descrito un macho en los Apuntes de Historia Natural (n” 2, p. 39), procedente de la isla « Barca Grande » del delta del Paraná. Como no tengo noticia de que, después de aparecida la publicación a que he aludido, alguien se haya ocupado nuevamente de este arácnido, daré a conocer los caracteres distintivos de la hembra, que no ha sido descrita por el citado autor de la especie. Su color es más o menos el mismo que el del macho. En el borde an terior, y a cada lado del cuerpo, donde este último presenta sólo una es— pinita, la hembra tiene dos; los costados del cefalotórax no sobresalen del borde afilado del mismo. En ambos sexos las granulaciones mayores del medio del cuerpo pre- sentan algunas diferencias entre un ejemplar y otro, tanto en lo que se refiere al número como a sú disposición y son algo más pequeñas en la hembra ; la que existe en el macho en el borde posterior del cefalotórax, PHYSIS. — T; II 27) ho6 PHYSIS (II, 1917) v está substituída por una espina en hilera con otras más, una en cada seg- mento del abdomen y que disminuyen de tamaño cuanto más atrás se presentan. Las patas son algo más cortas y delgadas que en el macho; no tiene la espina que se observa en éste en la parte anterior a las coxas de las del cuarto par; los fémures de las mismas tienen más o menos la mitad del espesor de los del macho, y las grandes espinas que presentan los de éste se reducen a otras, apenas notables, que se encuentran en su cara externa. Apembolephaenus Jorgei HorubenG Longitud 7 mm. Debo advertir aquí que todos los machos que he ob— tenido miden también 7 mm. y que sólo uno tiene la longitud apuntada en la descripción del tipo de la especie, es decir 6 mm. Ancho máximo: 4,4 mm. Los individuos que yo poseo, entre los que hay 8 machos y 10 hem- bras, los obtuve en esta capital el 19 de julio de 1914, bajo un tronco de: los bañados de Palermo. Quedan incorporados a las colecciones de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales dos ejemplares, un macho y una hembra, de la espe— cie a que me he referido. ES GIACOMELLI (La Rioja), Notas lepidopterológicas. (Presentada por P. Seri£.) 1. Un curioso ejemplar de Celerio euphorbiaram Guír. El ejemplar que voy a describir brevemente y presento a los interesa— COMUNICACIONES 4o7 dos en los estudios lepidopterológicos y sobre todo a los especialistas en Sphingidae, merece un atento y prolijo estudio por las notables particu— laridades que presenta. En efecto, trátase a mi juicio de un ejemplar de Celerio euphorbiaram Guér., en el cual están resumidos los caracteres de la mencionada especie y los de la muy próxima llamada Celerio lineata Y., también muy conocida. El ejemplar en cuestión se aproxima, indudable- mente, un poco más a la primera, sin dejar de tener varios caracteres propios de la segunda. Para mayor claridad doy aquí un cuadro sintético para la caracteriza— ción de cada especie. l Celerio euphorbiarum Guér. 12 Tórax sin estrías medianas blancas y con sólo las líneas pterigoidales externa e interna de este color. 2. Alas del 1% par, superiormente, sin estrías blancas en cada nervadura. 3. Faja rosada de las alas del 2% par, superiormente, con una mancha blanca, muy bien definida, tanto en los Y ' como Celerio lineata PF. 1. Tórax con estrías medianas y pleri- goidales externa e interna blancas. 2. Alas del 1% par con estrías blancas netamente definidas en cada nervadura. 3. Faja rosada de las alas del 2% par, superiormente, uniforme por completo, sobre todo en los G'g?, raras veces un ves- en las Q Q, cerca del ángulo anal. tigio de mancha blanca en las OQ Q, cerca del ángulo anal. h. Faja color crema de las alas del 1** par, superiormente, en general ancha. 4. Faja color crema de las alas del 11 par, superiormente, en general muy es- trecha, y sobre todo en los yg. 5. Manchas negras abdominales de la 5. Manchas negras abdominales de la superficie superior, con tendencia a dis- superficie superior, con tendencia a con= minuir en número e intensidad. servarse y casi siempre bien definidas. Omito otros caracteres diferenciales que son secundarios, porque no aportarían mayor claridad a la descripción. Ahora, pasando al ejemplar aberrante a que me refiero, hago notar lo siguiente: Que en la página superior, presenta la notable particularidad de no tener sobre el tórax más que la línea pterigoidal externa bien definida, presentando el resto del tó- rax un color uniforme, pardo aceitunado intenso, el primer carácter la inclina decidamente a euphorbiarum. Tiene además el ala del 1” par atra- vesada por nervaduras blancas como lineata, pero no tan decididamente como en ésta ; la faja rosada es como en euphorbiarum, pero teniendo la mácula blanca un poco menos definida y ligeramente teñida de rosado (como en algunos ejemplares de lineata) ; la faja color crema es suma- mente estrecha, sobre todo en relación al tamaño del ejemplar, que es Q y muy grande (So mm. expans. alar. ant.) ; las rmanchas negras abdo- 108 PHYSIS (III, 1917) minales, muy visibles y en número de cinco, como en la mayor parte de los ejemplares de lineata. Hago notar aquí, que poseo otro ejemplar Q de Celerio euphorbiarum más pequeño, normal en todo y referible absolutamente a esta especie, pero que presenta la notable particularidad de tener la faja crema ya men- cionada, sumamente estrecha, más aún que en los más pequeños de lineata, en lo demás perfectamente normal, y concordante con euphor— biarum. De manera que estas formas pueden colocarse progresivamente como sigue: 1* eaphorbiaruam, 2” euphorbiarum aberrante con faja crema estrecha, 3” el ejemplar euphorbiarum que describo detalladamente que podría llamarse €. euphorbiarum-lineata (y que quizá sea un híbrido de ambas), 4” €. lineata. En la página inferior el ejemplar aberrante que es objeto de este pe- queño estudio, no presenta particularidades que merezcan una descripción detallada ; me limitaré a decir que en el conjunto tiene mayor afinidad con euphorbiarum; es además algo melanótico o más abundante en dibujos negros, y esto sucede no sólo en la superficie inferior, sino también en la superior. Este individuo presenta pues un conjunto de caracteres de hi- brido entre euphorbiarum y lineata, y si en realidad lo es, podría-expre- sarse más o menos asi: Celerio euphorbiarum ?/, X Celerio lineata */,, indicando la fracción, la cantidad de caracteres propios de cada especie. Pero, acordándonos que el hibridismo, aunque posible, es infrecuente in natura, es más lógico suponer, que se trate de un ejemplar aberrante de €. euphorbiarum, que conserve como recuerdo ancestral unos cuantos caracteres de Celerio lineata a que se parece mucho, considerando que C. lineata sea un tipo más antiguo o que ambas deriven de un antecesor común parecido a liíneata. Me induce a creer esto la preponderancia de parecido con euphorbiarum, la facies general del individuo, y el hecho de que en La Rioja, euphorbtaram es mucho más común que lineata, aun- que esto no sería prueba suficiente. En cuanto a las demás especies ame- ricanas de Celerio, desecho completamente la idea de que pueda incluirse en ninguna de ellas, pues las descripciones que encuentro en los mejores tratados y monografías especiales, no concuerdan, a mi parecer, con este ejemplar. Este curioso individuo, me fué regalado por el Sr. Prof. MicukL Tr- RRILE, que lo halló en su misma casa, casi en el centro de la ciudad, en el otoño de 1917. 2. Una Thecla probablemente nueva. Esta interesante Thecla tiene los caracteres siguientes : las páginas su— periores de las alas del 1” par son grises, con ligero tinte celeste en la COMUNICACIONES 409 base ; las del 2” son azul celeste pálido, algo impuro ; la pubescencia de todo el cuerpo presenta este último color. Las alas del 2% par en la base y borde anterior son gris azulado, casi gris. Un pequeño punto gris en cada célula marginal, muy aproximado al borde, y ligeramente confluen- tes uno con otro. Costal anterior y franjas ferruginosas, las anteriores más intensamente, las posteriores tendiendo a gris. Sin apéndices cauda- les. La página inferior del mismo color del cuerpo; patas blancas ; las alas, inferiormente gris amarillento, algo más gris hacia el borde interno. Las del 1" par con una línea distal blanca, fina, que parte del borde an- terior del ala como a */, de distancia de la base, hacia el borde interno y llega a éste en proximidad del ángulo externo. Esa línea es casi recta. menos en su último trayecto, en que se dirige un poco al interior, y está formada de pequeñas comillas blancas, ligeramente arqueadas, que se aproximan unas a otras constituyendo dicha línea. En las alas del 2” par se halla la misma línea blanca que en las primeras, pero menos visible, también compuesta de pequeñas líneas o arcos, formando angulos en— trantes y salientes en zigzag desde el borde anterior hasta el interno, do- blándose aquí hacia la base, y atravesando el ala como a ?/, de distancia de la base. Entre esta línea blanca en zigzag y el borde externo hay una pequeña pero bien definida mancha roja con un punto negro exterior mente y en el lóbulo anal y exteriormente a este, otra, casi ¡mpercepti- ble igual a ésta. Lóbulo anal gris, franjas ferruginosas, como en la su- perficie superior. Antenas superiormente negras, con anillos blancos de !/, del largo de los negros, más o menos ; inferiormente blancas, apenas un poco rojizas en el ápice. Esta especie interesante se parece mucho a otras sin ser igual a ningu- na. Más que a las verdaderas Thecla se parece de una manera sorpren- dente al género Theope en aspecto y coloración, y recuerda vagamente a Theope Virgilius F. Sin embargo me inclino a creer que sea una verda- dera Thecla, aunque no sabría bien donde colocarla. Thecla Valentina BerG, 7. eurytulus Hueex., 7. binangula Scuaus y otras, tienen puntos de contacto con ella, pero ninguna se le parece del todo. La llamo provi- soriamente Thecla Theopina Giac. n. sp. por su parecido ya citado con Theope, y en la duda de que con mayores materiales pudiéramos incluirla en Theope. La cacé sobre Cestrum parqui en La Rioja, en las inmediacio- nes de la estación del ferrocarril. El ejemplar parece ser Q. Expans. alar. ant. 28 mm. /n unico, en mi colección. LO PHYSIS (111, 1917) CARLOS SPEGAZZINI (La Plata), Rectificaciones oportunas. Revisando el Catalogue des phanérogames de "Argentine por L. Hau- MAN y Gr. VANDERVEKEN, he hallado dos puntos que se refieren a trabajos míos que necesitan una inmediata rectificación para que no se siga en el error. 1 (pág. 190): Carex marcida Boorr. Esta especie debe borrarse, porque no existe en la República Argenti- na ; la citación errónea se debe a lo siguiente : En el año 1897 procedi al envenenamiento de una parte de mi herba- rio que no lo estaba aún, tarea que fué llevada a cabo por un ayudante mío particular, que no entendía mayormente de botánica; al envenenar las especies de Carex hizo, sin que yo me apercibiera, traspapelamiento de etiqueta entre los ejemplares de mi Carex canescens L. (SrEG., Plan- tae Patag. austr. n. 372 = C. canescens L. var. robustior BLxrr.) y la de los ejemplares de Carex marcida Boorr., que debo a la amabilidad del Prof. Lamsow-ScuribNER. Por ese tiempo o poco después el Dr. F. Kurrz, que creo tenía idea de llevar a cabo una. revisión de las Ciperá- ceas argentinas, me pidió muestras de las especies de mi herbario, que tuve el placer de remitirle sin darme cuenta del cambio de etiqueta que existía, dada la relativa semejanza de las especies ; el Dr. Kurtz, sin apu- rar mayormente la cosa y tal vez muy ufano de pescarme en falta, publi- có que la especie editada por mí como Carex canescens L. era otra bien diferente, el Carex marcida Brr. hasta entonces sólo conocida de Norte América (F. Kurzz, Collect., pag. 251). Al revisar actualmente el mate— rial para concluir mi Vova Addenda ad Floram Patagonicam me di cuen- ta de la lamentable equivocación habida y quiero ahora enmendar el error que sin culpa se ha deslizado en varios trabajos, especialmente sobre Flo- ra de Patagonia. 2” (pág. 265): Brodiaea luzula MacLosktk Esta especie no existe y sí MacrosktE cayó en tal error, no puedo dar- me cuenta cómo los autores del Catalogue no se hayan apercibido de él. En las Plantae Pat. austr. (jun. 1897) bajo el número 362 describí la COMUNICACIONES h11 Brodiaea patagonica SerG. (Liliácea !) y en la página siguiente bajo el número 366 la Luzula patagonica Sere. (Juncácea !). Preexistiendo la Brodiaea patagonica (Bkx.) Bxx. (1896), el Prof. Macrosx1k quizo supri- mir la homonimia, pero al hacerla cayó en una confusión lamentable mez- clando la Brodiaea y la Luzula, efectuando una verdadera confusión cien- tífica que desgraciadamente aparece repetida en el mencionado Catalo- que. Para acabar de una vez estos malentendidos sinonímicos, aquí daré su resolución clara y terminante : a) Luzula patagonica SrrG., Juncácea (citada en el Catalogue, pág. 260) debe permanecer inalterada, pues no tiene nada que ver con ningu- na Brodiaea o género: cercano, perteneciendo hasta a otra familia bien diferente. b) Brodiaea patagonica SrrG. 1896 (más tarde Triteleia patagonica SPEG.), se cambia en Brodiaea Spegazzinú MACLOSKIE. c) Triteleia patagonica Srec. var. angustiloba SrrG. (Nova Addenda ad Fl. Pat. n. 585) es liliacea y deberá llamarse Brodiaea Spegazzini Ma- CLOSKIE var. angustiloba SrEG., borrándose de una vez el nombre híbrido Brodiaea luzula var. angustiloba de MacLosktE que nunca ha existido. JEAN BRETHES, Description d'une Cécidie et de sa Cécidomyie d'une « Lippia » d'Entre Rios. M. J. R. Bagz, ingénieur agronome á Entre Ríos m'envoyait en 1916 quelques galles produites sur une espéce indéterminée de Lippia. Les premiers envois faits á une époque encore inappropriée ne me donnérent pas de résultats. Mais un nouvel envoi réalisé en septembre 1916 me procurait un certain nombre de Diptéres qui me permettent de publier aujourd'hui la note quí suit avec les quelques dessins qui illustreront son objet. PSEUDOMIKIOLA Brerues n. gen. Ce nouveau genre doit se placer prés de Scheuería KierL. Il en différe cependant par plusieurs caracteres importants, et n'était la pochette ter- minale, il se rapprocherait plutót de Mikiola. Ses antennes ont 19 arti- cles, subcylindriques, graduellement raccourcis, avec les poils disposés sans ordre. Le mále a les articles (fig. 1, n” 2) avec le col égalant la moi- tié de l'article, celui-ci avec 3 verticilles assez irréguliers de poils ; le basal 412 PHYSIS (HL 1917) et l'apical les ont courts, l'intermédiaire longs et arqués un peu á la base; deux filets entourant l'article et réunis entre eux par les filets longitudi- naux. Chez la femelle, les antennes sont plus courtes que celles du mále; chaque article a des poils non en verticilles et un entrelacement irrégulier de filets (fig. 1, n” 1); les articles sont progressivement plus courts en 1, Articles 3 et 4 de Pantenne Q, augmentés environ 380 diamttres; 2, articles de l'antenne O” augmentés environ 200 diamétres; 3, organes masculins; 4, pochette féminine; aile, aug- mentée environ 65 diamétres; 6, galle de Pseudomikiola lippiae sur Lippia sp., environ aux *), de la grandeur naturelle. allant vers lextrémité. Palpes triarticulés. Crochets tarsaux simples, aussi longs que lempodium. Ailes (fig. 1, n* 5) poilues, la veine cubitale abou- tit á lextrémité de Paile et la postérieure est bifurquée. Oviducte bien protractile, le dernier anneau environ sept fois plus long que large á la base, terminé par une pochette (fig. 1, n” 4) un peu plus longue que large. Type. COMUNICACIONES 413 Pseudomikiola lippiae Brúrmus, n. sp. Rouge ; thorax testacé avec écailles noirátres, abdomen avec les 6 premiers segments dorsaux également couverts d'écailles noirátres. Les antennes et les pattes sont d'un testacé obscur, les ongles noirs. Les an- tennes (Q) ont les deux premiers articles connés, le second orbiculaire, tous les autres subcylindriques, progressivement plus courts vers l'extré— mité, le 3"* mesurant 100 microns, l'avant-dernier 35-et le dernier 25 de longueur. Le premier article des tarses mesure environ la longueur du 5”*. Autant sur le dos de l'abdomen que sur les pattes, dans les parties ou 1l y a des écailles, il y a également des poils droits, assez longs, sur une minuscule verrue ou point pilifére. Les antennes du mále ont leurs arti- cles á peu pres aussi longs depuis le 3”" jusqu'a l'avant-dernier, se rétré- cissant seulement en largeur et graduellement. Le forceps (fig. 1, n” 3) est un peu excavé a son bord interne, le forcipule progressivement aminci vers l'extrémité, lVongle terminal á peine distinct, les lamelles supérieure et inférieure bilobées, l'appendice ventral bifide. Long. Q + 4,5 mm. $ 3,9 mm. Meeurs : La larve produit une galle sur les tiges de Lippia sp. ; cette galle (fig. 1, n” 6) est blanchátre comme la tige de la plante, globuleuse a la base et terminée par un col souvent légéerement arqué a l'extrémité. Cette galle mesure de 2,5 á 4 cmts. de longueur et environ 1 cmt. de diamétre majeur. La nymphose s'effectue dans la galle méme et les insectes parfaits s évadent par l'extrémité. La partie basale grossie de la galle contient un nombre indéterminé de larves, chacune dans sa cellule. A partir de la pointe supérieure de chaque cellule 11 se développe un tissu cotonneux dont les barbilles jusqu'a l'extrémité de la galle sont dirigées obliquement vers le centre et le haut. Recueillie a Concepción de lUruguay (Entre-Kios) en septembre 1916 par M. J. R. Bazz. Vers le 1” octobre 1916 avait lieu l'éclosion des in- sectes parfaits. LUCAS KRAGLIEVICH, La perforación astragaliana en «Conepatus », «Lutra» y «Sarcophilus ». (Presentada por el secretario). sta breve comunicación tiene por obj 1bul irmar las Esta b omunica tiene por objeto contribuir a confirmar la previsiones del ilustre sabio Amecuio, relativas a la presencia de la per— foración astragaliana en algunos mamiferos actuales, pues a los géneros cuya perforación del astrágalo ha sido constatada y estudiada bajo muúlti- hh PHYSIS (UI, 1917) ples aspectos en sus magistrales trabajos (1), debemos ahora agregar dos nuevos carnívoros fissipedios, Conepatus y Lutra, y un marsupial, Sarco- plulus ursinus, que poseen dicha perforación. En la familia Mustelidae este carácter se ofrece con relativa frecuencia. Con las observaciones del Dr. Amecmixo en Meles taxus Bobb. y en Mus- tela transitoria Game. y las que expongo en esta comunicación, son ya cuatro géneros pertenecientes a tres subfamilias de Mustelidae que presen- tan la perforación ya sea en estado funcional perfecto, para el pasaje de una rama de la arteria peroneal posterior, o en vías de regresión. Estos hechos comprueban, en mi concepto, la tesis de Amecmivo de que la perforación astragaliana no es un carácter originariamente primitivo, sino adquirido por algunos grupos de mamiferos, quizá como una conse- cuencia del pasaje del estadio plantiígrado al digitígrado. Es imposible, en efecto, admitir que la perforación pueda tener otro origen que el surco de la corredera para el tendón flexor del dedo grueso profundizado bajo la incesante presión del mismo tendón, que al desli— zarse sobre el borde inferior de la cara posterior del astrágalo ha concluí— do por formar un canal cuyos bordes se han unido, circunscribiendo así la perforación en la cual debieron quedar aprisionados el tendón flexor y la rama arterial que lo acompaña. Pero este ahondamiento de la corredera primitiva solo puede explicarse a su vez como resultado de un cambio fundamental en la posición del pie, en su tendencia a adaptarse a la marcha digitigrada. Aunque ninguna de las otras teorías emitidas para explicar el origen de la perforación resista al análisis, como lo ha probado AmeGHIxo discu- tiéndolas en extenso, creo útil hacer aquí una excepción estudiando lige- ramente la hipótesis del paleontólogo francés Lemorxe, según la cual la perforación sería el resultado de la fusión incompleta de dos huesos que habrían constituido el astrágalo de los primitivos mamiferos. Es conocido el hecho de que algunas veces se encuentra en la parte posterior del astrágalo humano, sobre el reborde externo de la gotera del flexor propio del dedo grueso, un huecesillo independiente reunido por una sutura al resto del astrágalo y que BarDreLeBEN ha denominado hue- so trigonum. Este huecesillo que se encuentra frecuentemente en los mar- supiales, representa el piramidal del carpo mientras el astrágalo propia= mente dicho sería el homólogo del semilunar (2). (1) Ver Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, tomo XI, pág. 349-460, año 1904, to= mo XIIL, pp. 1-19, pp. 41-58, pp. 59-95, pp. 193-201 año 1905. (2) Tesrur, Anatomia humana. COMUNICACIONES 415 Opino que si bien la hipótesis de Lemorxe en el sentido por él indicado debe ser desechada, podría en cambio adquirir cierto fundamento, ad— mitiendo que el hueso trigonum haya podido contribuir a formar el puen- te óseo que circunscribió la corredera transformándola en perforación. Sería este un detalle que en nada modificaría, por lo demás, las conclu- siones del Dr. Amecmivo que en el estado actual de nuestros conocimien tos son las únicas aceptables. Conepatus Humboldti Grax. El astrágalo de este animal, salvo el tamaño más reducido, ofrece una configuración similar al de Meles taxwus del que difiere sin embargo por algunos detalles de importancia. Conepatus Humboldti Grax. Astrágalo izquierdo. a, vista superior; b, vista posterior; e, vista inferior, */, del tamano natural. tr, tróclea tibial; ce, cóndilo externo; ci, cóndilo interno; nav, superficie articular para el navicular; cu, cuello; o, agujero proximal de la perforación astragaliana; 0, orificio distal de la misma; tf, corre- dera para el tendón flexor del dedo grueso; ec, faceta ectal; sf, faceta sustentacular. El cuello es largo y la cabeza comprimida verticalmente, de tal modo que el diámetro transverso de la faceta articular para el escafoides es do- ble del diámetro vertical. La tróclea tibial es menos convexa en sentido antero-posterior que en el astrágalo del tejón; la garganta poco profunda y el cóndilo externo bastante más elevado que el interno. En la cara externa del hueso la faceta peroneal se extiende bastante hacia abajo, debido a que el peroné alcanza a apoyar sobre el calcáneo por una pequeña faceta que hace continuación a la faceta ectal de este último hueso. La cara inferior del astrágalo presenta la faceta ectal muy cóncava mientras que la faceta sustentacular es ligeramente convexa. Esta cara inferior del hueso está limitada posteriormente por la pared ósea que Amecnixo ha denominado puente. 6 PHYSIS (1, 1917) En la base de esta pared y en el fondo del seno del tarso se abre el agu- jero distal de la perforación astragaliana. Sobre la cara posterior del hueso debajo de la línea que indica el lími- te de la tróclea articular para la tibia, existe una pequeña depresión trian- gular rugosa de base externa, cuyo vértice está ocupado por el agujero proximal de la perforación Este agujero perfectamente visible está situa— do en el tercio inferior de la cara posterior, más o menos en el punto me- dio del diámetro transverso. Sobre el puente óseo relativamente voluminoso que constituye el borde inferior de esta cara, se advierte sin dificultad la nueva corredera oblicua- mente dirigida de afuera hacia adentro, por donde desliza el tendón flexor del dedo interno del pie, que en Conepatus existe al estado normal aun- que de un tamaño reducido comparativamente a los otros dedos. En resumen, de igual modo que en Meles taxus la perforación astraga- liana libra pasaje solamente a una rama arterial; el tendón flexor del de- do interno que en otra época, conforme a la opinión de AmeGH1o, se des- lizaba dentro de la perforación, ha excavado su nueva corredera sobre el puente, debiéndose quizá a este desplazamiento en su trayectoria la per- sistencia del dedo interno del pie. Lutra paranensis RenccER. En el astrágalo de un esqueleto armado de esta especie, que existe en el Museo Nacional de Buenos Aires, he tenido oportunidad de observar también vestigios de la perforación astragaliana, cuyo orificio proximal se abre debajo de la superficie articular de la tróclea tibial y encima de un puente óseo muy voluminoso sobre el cual está excavada oblicuamente de afuera adentro la corredera por donde se desliza el tendón flexor del dedo interno. : En Lutra la corredera es mucha más profunda que en Conepatus ; el borde interno se proyecta hacia atrás en forma de una lámina espesa. En este género de animales la perforación del astrágalo no alcanza a horadar completamente el hueso, lo que prueba que está en vía de atro- fiarse definitivamente. Sarcophilus satanicus Thomas. El Museo Nacional posee actualmente un esqueleto completo de este extraño marsupial. Revisando el esqueleto armado, he tenido la sorpresa de constatar que COMUNICACIONES 417 este género lo mismo que el Dasyurus presenta un astrágalo perforado. El cuerpo del hueso es ancho, de tróclea articular tibial poco excavada y con el cóndilo externo más voluminoso que el interno. La perforación astragaliana atraviesa totalmente el hueso y está situada algo más hacia el lado externo que en el tejón. Sarcophilus presenta el dedo interno del pie rudimentario y evidente- mente en vía de atrofia. Me inclino a creer que quizá en este animal la perforación deje pasar aun el tendón flexor y que es posible se deba tam- bién a este hecho la reducción e incipiente atrofia del dedo grueso del pie. M. BIRABÉN, Nuevas observaciones sobre « Aeglea laevis » (Latr:) Leach. (Pre- sentada por €. Lizer). El doctor SarvaDor DeBeENEDETTI me remitió últimamente varios ejem- plares interesantes de Aeglea laevis (Larr.) Leacu, recogidos por él en Alfarcito, lugar situado en la Quebrada de Humahuaca, provincia de Jujuy. Ya se conocían, primero por M. H. Lucas (1) ejemplares provenientes de regiones altas, 2000 metros, en Mendoza, luego por WikErzEJskt (2) de la misma provincia, en seguida por Bere (3) de Salta y Neuquen, des- pués por NoviLr (4) que describe individuos provenientes de San Lorenzo (Prov. de Jujuy), de Tala (Tucumán) y de San Luis. Los ejemplares que motivan esta comunicación fueron hallados en un lugar más elevado que San Lorenzo, a 2850 metros sobre el nivel del mar, en una vertiente de un pequeño afluente del Río Grande y en cuya mar— gen, pero mucho más abajo, se halla situada la población nombrada. Se encontraron removiendo la arena en que se escondían. Según el doctor DeBexeDETTI son sumamente abundantes, aún a ma- yores alturas ; recuerda haberlos visto en el Altiplano de Bolivia, es decir entre 4000 y 5000 metros y asegura que en los lugares llamados Can- grejales, Cangrejillo y en otros de nombre derivado de cangrejo, abunda Aeglea laevis (Latr.) Leach. El hecho de encontrarse a tan grandes alturas es un dato interesante (1) Ann. Soc. Entom. Fr., Bull. séances, p. LXXXIX. 1891. (2) Rozpraw Wydzialn matem.—przyrodn. Akad. Umiejetn. wkrakowie (Anz. Akad. Wiss. Kra= kan), XXIV, p. 243; sep. p. 15 (Mayo 1892). (3) Comunicaciones del Mus. Nac. de Buenos Aires. Tomo I. N* 1, pág. 7. (4) Boll. Mus. Zool. Anat. Torino. XI. N* 265. 118 PHYSIS (MI, 1917) para el mejor conocimiento de su dispersión, desde que permite suponer que, aun ahora, puede pasar de Chile a la Argentina y que, por lo tanto, dicho pasaje no se remontaría a la época del levantamiento de la Cordillera, como se deduciría si de ambos lados sólo se encontraran a bajas alturas. Otro detalle interesante es la presencia de ejemplares perfectamente ro- jos y figurando en muy baja proporción entre los verdes característicos. Según el doctor DesexeDErTT1, ese color alcanza en el vivo la intensidad del coral, pero los ejemplares que he recibido, conservados en alcohol, lo han perdido, presentando las patas y, sobre todo las pinzas de color la- drillo, y la caparazón sobre la región branquial, dos zonas rosadas, así como en los últimos anillos abdominales. NoviLt, en el trabajo mencio- nado, dice haber recibido de Tala (Tucumán), dos ejemplares, los cuales eran también rojos, pero no indica, tal vez por falta de información, sl constituían una excepción. Sería de sumo interés investigar qué causa es la que provoca un cam-— bio tan fundamental en la coloración entre individuos que normalmente son de color verde-azulado, saber si es debido a una mutación que se ha heredado o si es sólo una variación somática producida por alguna alte- ración local del medio. También sería conveniente conocer si esa peculia- ridad se presenta únicamente en las provincias del norte; en Buenos Aires he visto Aeglea laevis en cantidad muy grande, pero no recuerdo haber observado individuos rojos. Fijados sobre el abdomen he hallado algunos ejemplares de Temnoce— phala, quizá T. chilensis BLaxcm., la cual ha sido encontrada sobre Aeglea laevis en Chile. Notábase también una regular cantidad de huevos de este interesante Trematode. ERIC BOMAN, Una momia de las Salinas Grandes (Puna de Jujuy). (Resumen). El señor Bomax presentó una momia que se halla depositada en el Musco Nacional de Historia Natural y que fué encontrada en 1903 bajo la capa de sal de las Salinas Grandes de la Puna de Jujuy. La momificación es natural, habiendo contribuido la sal a su perfecta conservación. El cadáver es de un niño de 6 a 7 años de edad, de 1 metro 15 a 1 metro 20 cen- tímetros de talla. Es mesocéfalo, acercándose más a la braquicefalía que los indios ac- tuales de la altiplanicie, medidos por Bomawy (Territorio de los Andes), CréQui MonTFORT (Bolivia, publicados por Cmervix) y Biuamam (Perú, publicados por Ferr1s). El pelo está cuidadosamente trenzado en un gran número de trenzas pequeñas. La momia ha estado vestida, pero quedan solamente unos girones de la ropa. ¿n la frente llevaba una diadema de oro representando dos figuras humanas esque- máticas; alrededor de la muñeca derecha una pulsera de cobre; en los dedos anulares Comunicaciones h19 dos anillos de este mismo metal, y en la mano una especie de cetro confeccionado con dos huesos metacarpianos de Odocoileus antisensis, ostentando el cetro en su extremi- dad un penacho de pelos blancos de una Auchenia. El cuello del cadáver está rodeado de un pedazo de tejido fuertemente atado y pre- senta señales de que el individuo ha sido extrangulado. Probablemente se trata de un sacrificio por motivos religiosos. De estos sacrificios por extrangulación se conocen ejemplos en la arqueología perua- na. Así halló Max Umte en la primera terraza del templo de Pachacamac todo un cementerio, donde sólo estaban enterradas mujeres extranguladas, seguramente sacri- ficadas en honor de este dios peruano. SESIÓN DEL 14 DE JULIO Presidida por Y. Pastor, presidente Presentes : H. Ambrosertr, A. Biaycmi Liscmerrr, G. BovarentI, €. Brucn, €. A. M. CoLomBo, R. Dampeye. M. Dosrro-Jurano. M. ErLicman, E. L. Hormbrere, A. €. Scara, G. Sewmzosa, 1. €. Varruone. LUCIEN HAUMAN, Aigunas plantas de las altas cordilleras de San Juan. Entre las plantas recogidas en las cordilleras de San Juan por el Señor Cantos BurmrIstTEr, durante el verano de 1897, cuando formaba parte de la Comisión de límites entre Chile y la Argentina, encontré las siguien- tes especies interesantes y nuevas para el país : 1. Lenzia chamaepitys Pur. Esta curiosisima planta cuyo tallo de algunos centímetros de alto está cubierto de numerosísimas hojas lineares y rígidas, casi como las agujas de ciertas coníferas, fué descrita por PmiLrrP1 en el tomo 23 de los Anales de la Universidad de Chile, como Amarantácea incertae sedis. Los ejempla-- res originales provenían de las cordilleras de Coquimbo, a 4200 m. de altura, donde la especie volvió a ser hallada unos 30 años más tarde por Rercme, quien, con material más abundante y completo, pudo establecer que se trataba sin ninguna duda, de una Portulacácea (Bot. Jahrb.,t. 36 (1905), p. 82). Sabemos ahora que existe también a la misma altura y. latitud sobre la falda oriental de la Cordillera. 2. Viviana rosea (Hoox.) KLOTZSCH., NOM. vulg. : té de burro, colora— dita, en la Argentina ; oreganillo, en Chile (según €. Burmr1sTER). No creo que esta Geraniácea haya sido señalada del lado argentino de la Cordillera; es común en los Andes chilenos desde Coquimbo hasta Colchagua. 20 PHYSIS (HL, 1917) 3. Kurtzamra pulchella (Cros) OK. Ejemplar estéril, pero que coincide perfectamente con la lámina de Gax in Allas Bot., tab. 53, fig. 2, y las descripciones. Esta Labiada perteneciente a un género monotípico no era conocida para la Argentina y es interesante observar que Reicme en su Flora de . Chile sólo la señala para la Cordillera de Coquimbo en la Quebrada de la Barona, de donde se conoce también únicamente la Portulacácea Lenzia chamaeptlys, mencionada más arriba. 4. Gnaphalium monticola Pt. Planta pigmea, conocida únicamente hasta ahora para las Cordilleras de Santiago. 5. Chaetanthera pulvinata (PmiL.) Haumax, var. acaminati-bracteata, Haumas. A typo differt (ex descript.) folúis margine membranaceo, bracteis inte- rioribus involucri basi late membranaceis glaberrimis supra apice longe acuminalis et apice lanatis. Esta curiosa planta que crece en los rodados y morenas, cerca de las nieves eternas, tiene el aspecto de una bolita de lana blanca y rosada, fija- da al suelo por una raíz filiforme. El tipo había sido mencionado para los alrededores del Aconcagua. LUCIEN HAUMAN, Un olvido bibliográfico (a propósito de un trabajo de R. A. Phi- -——lippi sobre flora patagónica). Hojeando un tomo algo antiguo de los Anales de la Universidad de Chi- le, t. 23 (1863), encontré un importante trabajo de PurLreer sobre la flo- ra patagónica, región de Nahuel-Huapi, trabajo que no ha sido tomado en cuenta por ninguno de los numerosos autores que se ocuparon, ya de la flora de esta región, ya de la bibliografía botánica argentina. Se trata del estudio de las colecciones botánicas traídas por el viajero (GUILLERMO Cox, quien publicó en los tomos 22-23 de los citados Anales una larga relación de sus viajes a las regiones septentrionales de la Patagonia. La parte sobre Ciencias Naturales escrita por PmiLrrp1 se encuentra en el to- mo 23, pág. 446 a 47 Hallamos allí las descripciones de 17 especies juzgadas nuevas por Pur- LIPPI, encontradas de este lado de la Cordillera. Son : Cristaria patagonica Pu. Lithraea patagonica Pur. Telraglochin caespitosum Pu. COMUNICACIONES 421 Acaena Coi Pm. Eugenia patagyonica Pmuz. Opuntia patagonica Pur. Echinocactus intertextus Pm. Ribes Ovalle: Pu. Apleura nucamentacea Pur. (género nuevo). Myoschilos augusta PuuL. Chuquiragua patagonica Pu. Triptilium tenuifolium Pur. Erigeron Coi Parr. Solidago patagonica Pur. Senecio Coxi Pur. Senecio patagonicas Pu. Cynoctonum patagonicum Pu. (= Cynanchium patagonicum). Arjona appressa PniL. Chloraea patagonica Pm. Entre las especies ya conocidas, citadas para el país (cerca de 100), mencionaré las siguientes que no figuran en el catálogo de fichas del Museo Nacional de Buenos Aires y que problamente no han vuelto a ser citadas : Berberis polymorpha Pxuxz. Oxalis aureoflava StEUD. Retanilla spinifera Cros (= Trevoa Bertoroana Cuos, según REICcHE), Ribes densiflorum Pm. (Roquete de Ranco). Baccharis eupatorioides Hook. (variedad de B. racemosa DC. según Hererise in Rercne). Baccharis glutinosa Pers., var. angustifolia Pur. Baccharis Poeppigiana DC. (variedad de B. umbelliformis según Her- RING in RercHE). Polygonum Berteroanam Pu. Quinchamalium pratense Pur. Libertia formosa GRrAH. Dioscorea brachybotrya Pokbr. Al catálogo y descripción de las especies nuevas siguen interesantes consideraciones florísticas sobre las diferencias en la flora de los dos lados de la Cordillera y sobre la distribución geográfica de ciertas especies, ha- ciendo notar PmiLrrr que esa era la primera colección de estas regiones, en aquel entonces de difícil acceso, que haya sido estudiada. Estas especies nuevas no han sido olvidadas en los grandes repertorios y monografías modernas, porque PuiLippr tomó la precaución de incluir- PHYSIS. — T. III 28 422 PHYSIS (IL, 1917) las en los Centurias de plantas chilenas nuevas que publicaba en revistas europeas (Linnaca, t. 33, año 1864-65) y, tanto en el /ndex Kewensis, como en los trabajos sistemáticos, se mencionan siempre las descripcio- nes de Linnaea, y no las verdaderas descripciones originales publicadas uno o dos años antes. Además, como estas especies de la Patagonia Ar- gentina habían sido incluídas en las plantas chilenas, todas se encuentran mencionadas sólo para Chile, aunque en el trabajo original sean mencio- nadas como «exclusivas de la pampa patagónica ». Asi es que el nuevo género de Umbeliferas, hasta hoy monotípico, Apleura, «de la Pampa de Patagonia » (pág. 454) y « particular a la Pa- tagonia » (p. 471), figura como de Chile en el Index de Daria Torre y Harus (el Pflanzenfamiliem, UL, 8, p. 132, por descuido no indica su patria). En la Argentina, este importante trabajo parece haber pasado comple- tamente inadvertido. En efecto, de los autores que publicaron biblio- grafías generales o especiales de la región, ninguno lo cita: Kurrz, AuUTRAN, Hosseus, Hauman, MacrLoskte lo olvidó en su Flora patagó- nica donde faltan casi todas las especies arriba mencionadas, y tampoco lo cita SkorrsBerG. Rercue sí, en su geografía botánica de Chile men ciona el trabajo de Cox y su parte botánica, pero él también, en su Flora chilena, menciona Linnaea, t. 33, como referencia de las especies originalmente descritas en el tomo 23 de los Anales de la Universidad de Chile. De los autores que no hicieron bibliografía es difícil afirmar algo, pero es curioso que todas las especies nuevas, salvo dos de las descritas en este trabajo, quedaron ignoradas : así SpEGAzzI« en su Vova addenda ad flo— ram patagonicam menciona Arjona appressa, pero indica Linnaea como referencia bibliográfica; Hrckex, en sus listas de plantas del Neuquen y Nahuel-Huapí menciona como nuevas para el país tres especies citadas por Pruurpp1 para el Boquete de Ranco, la misma frontera pues : Ribes denst- folium, Berberis Grisebachii Lecmner y Eugenia petiolata PuiL., estas dos últimas es verdad, con nombres sinonímicos (Berberis linearifolia Pmuxz., nombre válido para B. Grisebachit, y Eugenta peliolata sinónimo según Rurcne de E. patagonica, arbusto conocido únicamente hasta ahora de las orillas de Nahuel-Huapt.) Yo mismo no mencioné Dioscorea brachybotrya en mi trabajo sobre las especies argentinas de este género. Citaré, por fin, el caso curioso de Myoschilus angusta Pmaz., la cual es, para mí, lo que Specazzixt, Hickex y yo mismo, hemos determinado co- mo M. oblonga R. et Pav. Esta Santalácea de un género oficialmente mo- .—_——_—— FAA ComuN1CACIONES . 23 notípico, la recogí en Valdivia y en el Nahuel-Huapií, encontrando bien distintos estos últimos ejemplares, pero me dejé convencer por tratarse de un género monotípico y por haber visto ejemplares idénticos clasificados como M. oblonga, en los herbarios de los dos distinguidos botánicos cita- dos. Se trata a lo menos de una variedad bien distinta, opinión que ade- lantaba por lo demás Hieroxxmus en el Pflanzenfamilien, L, 1, p. 218, ci- tando M. angusta Puu. mscr. in Herb. reg. Berol. Agregaré que en el mismo trabajo van enumerados algunos pájaros y algunos insectos, cuyo estudio dejo a los especialistas. LUCIEN HAUMAN, A propósito de las rectificaciones del Dr. C. Spegazzini. En una comunicación titulada Rectificaciones oportunas, leida en la reunión de la Sociedad de Ciencias Naturales del 23 de junio de 1917, el Señor SpPEGAZZIN rectifica, muy oportunamente por cierto, aunque muy tarde, dos antiguos errores registrados en el Catalogue des phané- rogames de l"Argentine, premiere partie, que publiqué hace poco en cola- boración con la Señorita VANDERVEKEN, errores cuya responsabilidad es exclusiva del Señor SPEGAZZIM. La primera rectificación no tiene nada que ver con nosotros, pero el asunto es bastante curioso para que se haga su historia, incompleta tal como la refiere el Dr. SpeGazzix. En efecto, la planta con etiqueta tras- papelada, según ahora sabemos — el N* 372 de Specazzini — había sido determinada (sin duda sobre el ejemplar transmitido por Kurtz) por el especialista KiixkermaL quien publicó la corrección a la determinación de Plantae Patagontae australis en 1899 (Botan. Jahrb., t. 27, p. B14, se- gún el mismo Kurtz, Collectanea ad floram argentinam) de manera que Kunrz, con o sin deseo de « pescar en falta » a su colega no hizo sino re- producir la determinación de KiikexrmaL. Lo más sensible es que SpE- GAZZINI, recién ahora, 18 años después rectifique el error, error impor- tante, ya que aparece en Patagonia una especie exclusivamente norte americana, dejando tiempo a KiikeyrHaL para reimprimirlo en 1909 en su importante monografía del Pflanzenreich, donde insiste en la parte gene- ral de su obra (p. 21) sobre la curiosa y apócrifa distribución geográfica de la especie! Por no haberse rectificado en tiempo, allí va un error de «traspapelamiento » reproducido a lo menos en tres obras distintas y des- parramado con el Pflanzenreich en todas las bibliotecas botánicas del mundo. La segunda rectificación es más interesante aún : el caso sinonímico es 424 PHYSIS (MI, 1917) algo complicado y el lector disculpará la indispensable prolijidad con la cual lo debo exponer : En 1897, en su Plantae Patagontae australis, bajo el N* 366, publica el Dr. Srecazzixr una Juncácea, Luzula patagonica SrEG. y en el mismo trabajo bajo el WV* 362 una Liliácea, Brodiaea patagonica Sr. En 1902, en su Nova Addenda ad floram patagonicam, pars TIL, bajo el N* 584 publica el mismo autor Triteleia patagonica Srec., Plant. Pat. aust., N* 366. Fijese bien el lector, SPEGazziwr escribe NV” 366, lo que e a Luzula patagonica SreG. y no 362, de manera que, sin pensar, y me parece natural, que se trataba de un lapsus calami, había que admitir de parte del autor de Plantae Patagoniae australis, una con- fusión, algo extraña por cierto, pero que él mismo afirmaba, entre una Juncácea y una Liliácea. Ahora, desapareciendo para los autores modernos el género Triteleía, sinónimo de Brodiaea, existía pues una primera Brodiaea patagonica Spec. de Plantae Patagoniae australis (1897) y una segunda, sub Trite- leia en Nova Addenda ad floram Patagonicam (1902) la cual por el error de numeración mencionado, aparecía distinta de la primera; como por otra parte existía ya una Brodíaea patagonica Baxer (1896), MacrosktE en su Flora patagónica (1903-1906) tuvo pues que dar nuevos nombres a las especies Spegazzinianas llamando a la primera Brodiaea Spegazzinu Macr., mientras a la segunda, confiando en la indicación sinonímica del Señor SPEGAZZINI, errónea, ahora lo sabemos (366 por 362), la bautizó Brodiaea Luzula Mact. Que MacrosxikE en su Flora Patagónica obrando como sistemático, no se haya apercibido del error de copia de SPEGAzzImt, es extraño en verdad, pero hay en estos dos gruesos tomos cosas mucho más extrañas todavía : así es que, además de Brodiaea Luzula Macz., Liliácea, menciona entre las Juncáceas Luzula patagonica Srec. (sub Juncodes, p. 302), la cual, se- gún el mismo MacuoskiE, es un sinónimo de la primera! Pero nosotros, en el catálogo, obra de mera contabilidad sistemática, tenemos que ate- nernos a la letra y no al espíritu de los textos y no tenía pues que ex- trañarse el Dr. Sprecazzixt de que esta vez hayamos seguido a MacroskKiE, para la obra del cual, repetidas veces ya, demostré no tener un exagerado respeto. Pero tanto más razones teníamos de creer al mismo Señor Spr- cazziyr y a Macroskte, cuanto que esta infeliz Luzula patagonica SpEG. ha sido olvidada en la monografía muy posterior de las Juncáceas del Pflanzenreich (autor BucHExau, 1906), usada por nosotros para la revi- sión del género Luzula. Hasta en Berlín, pues, sucede que sean ignoradas importantes publicaciones!... [51] COMUNICACIONES ha En resumidas cuentas, ahora sabemos, 1* que Carex marcida Boorr. especie norteamericana, sólo por error ha sido señalada en Patagonia, y 2% que no existe Brodiaea luzula Macr., debiéndose conservar Luzula pa- tagonica SPEG. Desaparecen así después de largos años (17 y 12 respectivamente) dos graves errores de nuestros catálogos florísticos, de lo cual me alegro do- blemente ya que alguna participación tengo en el asunto, siendo de desear sin embargo, en el interés de nuestra ciencia, que esta clase de rectifica- ciones las hagan los autores un poco menos tardíamente. Pero, quisiera aprovechar la oportunidad de esta primera crítica al Ga- tálogo para insistir sobre el punto de que esta obra no es un trabajo de botánica sistemática, sino un simple índice destinado a facilitar las inves- tigaciones, que sus autores no tienen que manifestar opinión alguna so- bre las plantas y hasta podrían ignorar si son plantas o animales de que se trata, suponiendo que las reglas de nomenclatura fuesen las mis mas para los dos reinos. Los autores debían realizar un triple ideal : 1* consultar todas las obras que mencionan plantas del país; 2” transcribir exactamente los nombres y los números de página ; 3” aplicar con exacti- tud las reglas de la nomenclatura (sinonimía, etc.). Seguramente habrán faltado más de una vez a cada uno de estos ideales y de antemano se dis- culparon en la introducción de su obra ; introducción en la cual, además, explicaron largamente su manera de trabajar y las reglas que se habían impuesto, las que pueden ser criticables en sí, pero de las cuales hay que enterarse antes de criticar hechos aislados. En nuestro catálogo, no hemos tratado ninguna cuestión de fondo, cuestión botánica propiamente dicha, reservándolas para publicaciones se- paradas (así es que tratan de monocotiledóneas mis 7 últimos trabajos) y si hubiéramos entrado a estudiar cada especie y cada sinónimo, leyendo y comparando las descripciones, consultando material, etc., ni en diez años hubiéramos podido terminar esta primera parte. Para las cuestiones de forma hemos seguido, cuando las había, las monografías más moder- nas o más autorizadas, indicándolas cada vez cuidadosamente, evitando asi en lo posible intervenir personalmente, convencidos de que en estos asuntos de nomenclatura, la uniformidad tiene casi siempre más valor que los mismos puntos litigiosos. Así, no somos responsables de escribir Podocarpus andinus y no Podocarpus andina que sería más gramalical, ya que PircER, el conocido autor de la última monografía de las Taxá- ceas, lo escribe así. Hemos encontrado ya nosotros mismos algunos errores y omisiones. Habrá más aún ; repetimos que agradeceremos todos los que nos sean se- 126 PHYSIS (HI, 1917) ñalados para consignarlos en el primer suplemento que oportunamente publicaremos. ¿« Mex brevicuspis » Reiss, en la cumbre de la cordillera de Mendoza ? En la célebre Monografía Aquifoliacearum de Lorsexer, Pars I (1901), p. 293-94, el lector menos enterado de climatología lee con sorpresa, y con asombro si conoce las floras alpinas y especialmente andinas, que llex brevicuspis del Brasil austral (Prov. de Río Janeiro) y de Misiones, crece también en... el Paramillo de las Guevas (cordillera de Mendoza) por 3.300 m. de altitud ; en el segundo tomo de la misma obra, p. 228, el autor comenta la curiosa distribución geográfica, caracterizada por esta exhlave in Cordillera de Mendoza. No se necesita reflexionar mucho sobre lo que es el clima de Río de Janeiro y de Misiones y lo que ha de ser el clima de los Andes de Mendo- za, a 3.800 m. sobre el nivel del mar, 10 a 12 grados más al sur, para negarse en absoluto a admitir la mencionada « exklave ». En efecto, por una parte estamos sobre el trópico, con apenas unas heladas leves en to- do el año y momentáneas, y lluvias abundantes (temperatura media in- vernal de Posadas donde ya no crece /lex brevicuspis : 16,19 C., con cerca de 2.000 mm. de lluvia), y por otra, un clima de altas montañas, casl sin lluvia, con heladas o nevadas casi cada noche, en verano, a un nivel en el cual ni hay subarbustos, y donde la vegetación reducida a raras plantitas en rosetas o cojines aislados en las morenas y rodados, queda sepultada seis o siete meses debajo de la nieve (temperatura media del ve- rano en Puente del Inca, a 2.700 m.: 12,6% C., bien inferior, pues, a la del invierno en Misiones !) A más de estas razones de buen sentido, circunstancias particulares me permiten dar, según creo, la solución exacta del misterio. En efecto, de las plantas argentinas estudiadas por Lorsexer, las de Misiones son de NIEDERLELN, existiendo los números citados en el herbario del Museo Na- cional, las de Las Guevas son de Berrrreunb (ex Herb. Hieronymus); y también existe en el museo una pequeña colección de Las Guevas, no sé si hecha por el mismo BerrrreuNb, y cuyas etiquetas, de mano del antiguo conservador honorario del herbario del Museo Nacional, llevan todas esta misma mención : « Paramillo de Las Guevas, 3.800 m. de al- tura », altitud que no es ni la de la misma cumbre (3.9go m.) ni la del pie de la pendiente (hotel y actual estación Cuevas, 3.100 m.). Puede uno fácilmente imaginarse la confusión de etiquetas que se habrá produ- cido, pero con mucho menos facilidad comprendo que el sapientísimo ¿A COMUNICACIONES 427 monógrafo, encanecido en el estudio de los /lex, haya admitido con can- didez la posibilidad de la extraordinaria « exklave », sin pensar más bien en un simple « traspapelamiento ». CARLOS BRUCH, Observaciones sobre « Hirmoneura exotica » Wiedem. (Diptera) Esta mosca, de la familia Nemestrinidae, la he encontrado muchas ve- ces en mis viajes por las provincias del noroeste y porla Sierra de la Ven- tana y del Tandil, donde llamó siempre mi atención su hermoso vuelo pla- neado que la mantiene suspen- dida en el aire. Recuerdo ha- berla visto siempre en campos -de pastoreo, pero jamás tan abundante, como a fines de enero de este año en las proxi- midades de la Escuela del Ho- gar agrícola del Tandil. En esta localidad pude ob- servarla también durante la postura de los huevos. Para es- te objeto, la Hirmoneura se di- rige hacia los postes viejos de los alambrados; vuela a su al- rededor en busca de un agujero adecuado en el cual depone luego sus huevos. Elige siem- pre los orificios de galerías abandonadas por taladros o insectos perforadores y, una vez que ha dado con uno de ellos, lo somete primero a una prolija inspección. Durante un rato, se mantiene volando con la cabeza frente al orificio, co= Fig. 1. — Hirmoneura exotica depositando sus huevos mo si sus grandes ojos escu— (tamaño natural) driñaran la posible presencia de algún obstáculo o enemigo. Después se posa suavemente delante del agujero, tratando de introducir la punta de su largo abdomen, sin duda, para cerciorarse de la profundidad de aquél. Esta prueba no siempre le 128 PHYSIS (MI, 1917) resulta feliz: muchas veces se asienta demasiado lejos del orificio, por lo que se ve obligada a levantarse, para orientarse de nuevo. Recién después de este segundo examen, y una vez que AN la mosca ha juzgado propicia la cavidad elegida, deposita en ella los huevos. Para esta operación extiende las alas, introduce su abdomen todo lo que puede en el agujero, acodándolo, quedando su cuerpo paralelo al poste (fligu- ra 1). En esta actitud demora largo tiempo, más de un cuarto de hora en algunos casos observados, y es muy fá- cil cazarla entonces con la pinceta. Su abdomen, que por Fig. 2. — Contorno de 4 huevos (12 Xx) sí solo termina en punta larga, debe ser aun muy exten— sible, a calcular por la profundidad en que se encuen tran luego los huevos, puestos en grupos, uno al lado de otro y ligera mente inclinados. é El huevo recién depositado es semitransparente, apenas de un blanco lechoso y lustroso, de superficie completamente lisa. Su forma es larga y delgada, cilíndrica, ligeramente encorvada y sus extremidades bien re- dondeadas. Es exactamente ocho veces más largo que ancho, pues mide dos milímetros de largo por medio de ancho. Ahora bien, hasta aquí, mis observaciones respecto a la postura de los huevos, poca luz me dieron sobre la futura vida de este diptero. ¿Cuál es el objeto de estas moscas, al poner todos los huevos en los agujeros de estos postes) — ¿Acaso para que sus larvas coman la madera dura y seca? No, imposible! Pensé entonces que dichos postes estarían tal vez habita- dos por algunos otros insectos, y que las larvas de nuestras moscas los aprovecharían, parasitandolos. Examiné los agujeros prolijamente hasta con ayuda de mi hachita, pudiendo comprobar que todos aquellos con huevos correspondían a viejísimas galerías, producidas sin duda por las larvas de ciertos cerambicidos o bupréstidos, que vivían en los troncos, cuando se hallaban aun provistos de su corteza. No quedaba, pues, otra probabilidad, sino que las larvas de las moscas, una vez nacidas, abandonasen estos postes, dejándose caer tal vez sobre la tierra, donde se verían obligadas a buscarse luego la vida. Precisamente durante mi estadía, pude ver que en aquellos campos abundaba el coleóptero Diloboderus Abderus Srurm (1), llamado vulgar- mente « torito » y, por lo mismo, tuve desde el primer momento la sos- pecha de que las larvas de las moscas muy bien podrían parasitar a las (1) Por otra parte, podríamos sospechar también que se tratara de otro lamelicornio, el Hetero- geniates bonariensis Onmaus, que cazamos al anochecer sobre los alambrados en grandes cantidades. COMUNICACIONES 429 larvas de aquél ; sospecha que manifesté en seguida al personal de la Es- cuela del Tandil. ¿ Tendríamos, acaso, con esta mosca un enemigo natural del dañino «torito » y con él un humilde benefactor para nuestra agricultura, hasta ahora ignorado? — Averiguaciones posteriores parecen dejarnos esta es— peranza y mis investigaciones futuras tal vez lo confirmen. Una vez clasificada la mosca, que, como suponía, resultó ser la nemes- trínida Hirmoneura exotica W1ebEmM., y procurando datos sobre sus cos- Fig. 3. — Hirmoneura exotica Wirbem. (tres veces aumentada) tumbres, encontré entre otras las preciosas publicaciones de HAxDLIRSCH y Brauer (1), sobre otra especie del género (Hirmoneura obscura MzrG.), cu- yos detalles biológicos coinciden perfectamente con la FMirmoneura nuestra. Hirmoneura obscura, especie de Europa, pone los huevos sobre los postes secos de pinos, que se usan allí también para alambrados ; los de- posita en la misma forma, aprovechándose de las cavidades ninfales de ciertos coleópteros bupréstidos. (1) HaxorirscH Ansu, véase Wiener entomologische Zeitung, 1882, págimas 221-228; Imp., l. c., 1883, páginas 11-15, lámina I. — Brauer Frieoricn. véase Siutzungsberichte der Academie der Wissenschafien zu Wien, 1883, páginas 865-675, figuras 1-12. Us PHYSIS (IU, 1917) De sus larvas se ha comprobado plenamente que una vez nacidas se de- jan caer sobre la tierra, donde pueden vivir meses sin alimento alguno y que en sus diversas fases de desarrollo son parásitas de las larvas y ninfas de un coleóptero lamelicornio llamado Rhizotrogus solstitialis, también radicícola y no menos nocivo que nuestro « torito». La larva adulta se encuentra después entre las cutículas de la ninfa y del coleóptero en for- mación, cuyo interior ha devorado totalmente. En cuanto a las ninfas de las /firmoneuras, éstas tienen también forma peculiar, y no se parecen a las conocidas «pupas » de las moscas co- munes. Por ahora no es mi propósito ocuparme de la especie europea, en todo caso y según nuevas investigaciones en el terreno, tendré que volver so- bre el tema y sobre sus caracteristicas. Para terminar esta breve información sobre tan interesante mosca, haré constar, que Férrix Lyxcn ArribÁáLzAGA dijo de ella (El Naturalista Ar- gentino, 1878. página 275), que pone sus huevos en los nidos de « man- gangás » (Ailocopa Augasti), pero no dió otros detalles sobre las larvas. Puede ser, que la Hirmoneura aprovecha alguna vez también otras perfo- raciones, éntre ellas las de los mencionados ápidos, pero sin el objeto de parasitismo con estos himenópteros, que queda excluido por mis observa- ciones en el Tandil. | Por las mismas observaciones, no admito tampoco la creencia que ahora manifiesta el doctor Ebuarno L. HoLmbErG, de que Hirmoneura exotica sea parásita de la'avispa Monedula surinamensis (Drc.). Esta última no nidi- fica en los campos pastosos, sino siempre en terrenos arenosos o despro- vistos de vegetación, que en nuestro caso, no estaban ni próximos del lugar del hallazgo (Tandil). Por otra parte, son precisamente las imáge- nes de Hirmoneura exotica víctimas de la Monedula surinamensts, que las persigue como muchos otros dípteros, usándolas para el alimento de sus larvas, como lo hizo constar ya el profesor Brermes (Revista del Museo de La Plata, 1902, página 201, nota 2), al describir las costumbres de esta avispa. CARLOS BRUCH, Hormigas de Catamarca. A su regreso de Andalgalá el señor Peoro JorrGeNsEN me obsequió con algunas hormigas que coleccionó sobre el Cerro del Caracol (3100 m.) y en el Campo del Arenal. Mencionaré estas especies, por el interés que puede tener su distribución geográfica y por encontrarse entre ellas una sde ADA PRA AA re ComUNICACIONES 431 nueva variedad que me es grato dedicar al descubridor. Posteriormente el doctor SaLvaDor DeBENEDETT1I me trajo otro ejemplar recogido por él en Alfarcito (Jujuy) en enero de 1917. Acromyrmex Lundi Guér. — Varias obreras. Gerro Caracol. Acromyrmex lobicornis Em. — Varias obreras. Cerro Caracol y Campo del Arenal. Acromyrmex (Moellerius) Brucha For. — Varias obreras. Cerro Caracol. GALLARDO y últimamente SanrscHI, dieron a esta forma el rango de es- pecie. mientras que el Prof. ForeL me comunica que la considera siem— pre como variedad de la especie Sulvestriz Em. Pogonomyrmex rastratas Mar. — Varias obreras. Cerro Caracol. Los ejemplares de Catamarca difieren algo de los de San Luis. Tienen el abdomen de un pardo rojizo muy obscuro, algo más lustroso y con las estrías longitudinales menos marcadas. Pogonomyrmex inermis For. — Varias obreras. Cerro Caracol. Es la segunda vez que se encuentra esta especie; los tipos de San Luis comciden con los ejemplares de Catamarca en todos sus detalles. Solenopsis saevissuna Sm. var. Richteri For. — Varias obreras. Cerro Caracol. Pheidole Berg Mar. — Soldados y obreras. Cerro Caracol. Dorymyrmex planidens Maxr. — Varias obreras. Campo del Arenal. Dorymyrmex mucronatus Mar var. Joergenseni n. var. Q. L. /,8-5 milímetros. De un pardo muy obscuro, casi negro; antenas, parte anterior de la cabeza y patas, apenas más claras ; clípeo, mandíbulas, palpos y tíbias con los tarsos, pardo amarillentos, lo mismo que las psamoforas y la pubescencia ; los dientes de las mandíbulas son Negruzcos. La cabeza es subcuadrada, poco más larga que ancha, relativamente más ancha adelante que en la especie típica: es menos convexa en los costados, que son ligeramente estrechados a la altura de los ojos. Estos 432 PHISYS (MI, 1917) últimos son más grandes y algo más alargados. Las aristas frontales son más separadas, algo divergentes hacia atrás. Todo el tegumento es lustroso y muy débilmente reticulado; el epino- Fig. 1. — Dorymyrmex mucronatus Max var. Joergenseni Brucn (*"/,) to, meso y metanoto son subopacos, reticulado-punteados, pero más fuer- temente que en D. mucronatus. Las dos obreras procedentes del Campo del Arenal, son algo más cor— pulentas, menos esbeltas que las del tipo de la especie, distinguiéndose a primera vista por su coloración uniforme obscura, por la escultura del tórax y por la forma de la cabeza; los ojos son más grandes y los escapos apenas más gruesos. La forma del epinoto y de su espina es más bien como en D. ensifer For. Dorymyrmex (Conomyrma) Carettez For. — Una obrera. Cerro Caracol. Forelius chalybaeus Em. var. grandis For. — Varias Fig. 2. — Contorno de la cabeza (1*/,) obreras. Cerro Caracol y Campo del Arenal. Brachymyrmex Brucht For. — Dos obreras. Cerro Caracol. Encontré los ejemplares típicos debajo de piedras en los contrafuertes del Aconquija, a más de 4000 metros de altura, y he coleccionado la mis- EE COMUNICACIONES 133 ma especie también en troncos viejos por el Tigre (Prov. de Buenos Aires). Camponotus (Myrmotuarba) punctulatas Maxk var. andigena Em. — Obreras y hembras. Cerro Caracol. Camponotus (Myrmobrachys) mus Roc. — Varias obreras. Cerro Caracol y Gampo del Arenal. He observado ya antes, que los individuos de grandes alturas tienen la pubescencia más tupida y más obscura, de un amarillo leonado más rojizo. Resumen de otras comunicaciones M. DOELLO-JURADO, « Limneea viatrix » d'Orb. en el Rio de la Plata. El autor presentó ejemplares de Limnea viatriz D'Ors. (= Lymneus viator D'Or. 1835, Limnea viator Auct.) recogidos en el Carmelo, R. O. del Uruguay, donde es muy abundante en algunos pantanos cerca de la costa del Río Uruguay, y dijo que la había hallado, en menos abundancia, en diversos puntos de los alrededores de Buenos Aires. A. D'Orbricyy la había señalado, dentro de la Argentina, sólo en el Río Negro. Los ejemplares del Plata concuerdan en sus caracteres con los de aquella localidad ; pero aun queda por averiguar si las formas señaladas posteriormente en otras partes del país y de Sud América representan la especie típica o deben constituir subespecies o variedades geográficas. CARLOS SPEGAZZINI, Nuevas especies de plantas de la flora argentina. (Leída por el secretario). Estas plantas están incluídas en el artículo, Ramillele de plantas argentinas, que se publica en el presente número. GUIDO BONARELLI, Fósiles de Tierra del Fuego. El Dr. BoxareLL1 dió a conocer la existencia de valiosas colecciones paleontológicas en el Museo Salesiano de Punta Arenas. Durante su estadía en dicha ciudad le fué posible determinar una parte de los fósiles de esa colección, formada preferentemente por moluscos terciarios y algunos fósiles del Cretáceo magallánico. Mostró, además, las fotografías de algunas piezas de las más interesantes de dicha colección, a saber : un problematicam (semejante a Dentalium por su forma, pero de sección elíptica: y su- perficie externa con ornamentación varicosa) del Cretáceo superior; una medusa (Me- dusa salesiana nm. f.) del Cretáceo superior de Punta Adelaida (isla Riesco); una vo- luta grande (muy semejante a la actual Voluta magellanica) del Oligoceno (« Magellanian beds ») del Cabo Domingo, Tierra del Fuego; y 33 ejemplares de Gibbula Lehmann- -Nitschei Sr. y W. de la misma procedencia que la voluta antes mencionada. El Dr. 134 PHYSIS (UL, 1917) BowyareLt1 es de opinión que dicha Gibbula sea sinónima de Gibbula dubiosa lu. y pro- pone para la misma la institución de un nuevo subgénero (Fagnanoa). EUGENIO GIACOMELLI, Nuevas observaciones sobre piéridas argentinas. (Pre- sentada por el secretario.) (Véase el artículo correspondiente en el presente número.) SESIÓN DEL 11 DE AGOSTO Presidida por F. PastorE, presidente Presentes: G. BoxareLLr, E. Carerre, C. A. M. Coromo, Sra. J. DieckMmANN DE KyBurcG, M. DoeLLo-Jurapo, M. ErLicman, A. G. Frers, F. Narrkemeer, L. R. Pa- rRoDI, H. Pouyssécur, A. Ricacno, H. Secxkr, P. Seriz, G. Senitosa, 1. €. Var- TUONE. LUCIEN HAUMAN, El género « Octomeria » y otras Orquídeas erróneamente citadas para el país (contestación a una crítica). En el último número de la Revista PHYSIS (T. IL, N* 14, p. 317), el Señor CG. M. Hickex ha publicado un resumen de mi trabajo Quelques Orchidées de ("Argentine (An. Mus. Hist. Nat. de B. Atres, t. XXIX) de lo cual le quedo agradecido ; pero como entre las mismas deficiencias que reprocha a mi opúsculo, encuentro algunos errores, me veo en la obliga- ción de rectificarlos, señalando además algunas rarezas del mencionado resumen. A 1 Mis Quelques Orchidees... no son un catálogo de las Orquídeas ar- gentinas, sino una serie de observaciones sobre unas 4o especies, y sólo en el prólogo hay una lista de los géneros conocidos para el país, con el número de sus especies. Cabe preguntarse entonces cómo puede decir el Señor Hickex que se me hayan escapado tales o cuales especies ; única- mente me podía reprochar los géneros olvidados, o rectificar las cifras ; la crítica se refiere sin duda — y asi la acepto y la contesto —al Catalo- gue des phanérogames de "Argentine (en colaboración con G. VANDERVE- KEN), trabajo que no menciona siquiera el Dr. Hickex. 2 Chloraea falklandica KrarnziIN, únicamente conocida de las Is- las Falkland — islas océanicas, separadas del punto más próximo del territorio argentino por más de 3oo kilómetros y cuya flora tiene sus endemismos, islas que se encuentran bajo la jurisdicción inglesa — ComuNICAGIONES 435 no veo cómo, especialmente en una publicación oficial, hubiera podido incluirla en la flora argentina. 3" Chloraea crispa LiwoL.-Rercme, in Orchidaceae Chilenses p. 42, no dice de ningún modo «regiones de la Argentina » como afirma el Dr. Hickex. Rercme dice : «desde la Provincia de Maule (Constitución) hasta la Patagonia...» y el contexto muestra que se trata de la Patagonia occi- dental (chilena). 4? Octomeria crassifolia LiwoL. y Octomeria tridentata Lion. Es el Señor Hickex quien comete un error al señalarlas para el país ; en efecto, Cocxmaux, in Flora brasiliensis Y. MI, 4, p. 613 y 618, dice: « Etiam in Uruguay, provincia Entre Ríos », con el número del colector Wawa, pero un examen más atento demuestra que estas plantas no son citadas para la Argentina. Si consultamos el tomo I, p. 136, de la misma obra, podemos leer en la nota bibliográfica sobre el viajero Wawnra : «1879 cum principibus Augusto el Ferdinando de Sachsen-Coburg in Brasiliam. Excursiones ultra Petropolin ad Entrerios in territorium inter Rio Parahy- ba et Parahybuna... » Se trata, pues, de un Entre Rios brasileño, estación sobre la continuación del Ferrocarril de Río de Janeiro a Petrópolis, situado en la horqueta formada por la confluencia de los dos ríos citados, a unos 100 kilómetros al norte de Rio de Janeiro. Por lo demás, las Octomeria son Orquideas epífitas de las selvas tropicales, cuya presencia en el Entre Ríos argentino parecia a prior: poco probable, razón por la cual habíamos he- cho investigaciones sobre los viajes de Wawka ; éste pasó sin embargo por Buenos Aires en un viaje anterior, pero las dos Octomeria provienen de la Expedición del Principe de Sajonia-Coburgo en la mencionada re- gión brasileña, como lo indica su mención por Re1cHeNBACH f. en la obra de Wawra, /tiner. Princ. Goburg, IL, p. 83 (según Cocnaux en Flora bras. loc. cit.). El error de Cocxaux al escribir « Uruguay, prov. Entre Rios », bien se comprende por la confusión tan frecuente causada por «Concepción del Uruguay » ciudad del Entre Ríos, que conocía mi ilus- tre compatriota, por las plantas de Lorewrz. El género Octomeria, pues — que tal vez existe en Misiones —no ha sido citado hasta la fecha para la Argentina. : 5 Spiranthes elata (Sw.) Ricu, var. foliosa CocNaux (ibid., p. 192) no es señalada sino para la isla Santo Tomás (Antillas); es la var. ovata, citada por nosotros, que Cocxiaux menciona para la Argentina. Es otro error de lectura excusable por cierto del Señor Hickex. 6 Stenoptera ananassocomos ReicmB., solo es dudosa para el país. Cocxraux (ibid., p. 254) dice «ad Rio Alto-Parana : NIEDERLEIN », pero el alto Paraná tiene un largo recorrido entre el Paraguay y el Brasil, don- 136 PHYSIS (ML, 1917) de también viajó NieberLErN, como me consta por muchas etiquetas de su propia letra. 7” Con estas reducciones y la de otra especie de la cual sólo olvidamos una variedad (Habenaria achalensis KMrAENZzL., var. angustifolia KRAENZL.), el número de orquídeas argentinas alcanzaría, no a 126 como dice la crítica, sino a 118 6 119 (en vez de 110), número al cual hubiéramos llegado en efecto « con toda facilidad », sin un olvido extraño por cierto, y sólo explicable por tratarse de una colaboración en la cua), por mala suerte, cada colaborador pudo dejar de hacer algo que creía hecho por su colega. 8” El trabajo del señor SPEGAZZIM, que según el Señor HickexN ha ve—- nido a aumentar todavía este número, es muy anterior a los míos, donde quedan incluídos sus géneros y especies, Agregaré por fin que me parece muy sensible que no haya mencionado el Señor Hickex las especies que anuncia citadas «en obras raras o de escasa circulación », que «no ha tenido a mano el autor » de los trabajos criticados : su divulgación hubiera sido más interesante todavía para mu- chos que la enumeración de las olvidadas en obras de todos conocidas. JUAN TREMOLERAS (Montevideo), Description d'un carabique nouveau apparte- nant au genre « Ega » Cast. (Col.) (Presentada por M. Doello-Jurado). La communication de Mr. Brirues (PHYSIS, IL, p. 464) décrivant Ega argentina me fit rappeler que je possédais des 1907 une espéce nouvelle du méme genre et dont la description suit plus bas. Aussi je profite de Poccasion pour signaler la présence d'Ega argentina Britmes dans la pro- vince de San Juan, d'aprés un exemplaire que je dois á la bienveillance de M. L. F. Deréraxe et portant sur létiquette: «San Juan, Sa. Cla- Ea Lo Oy): Quant a Pespéce inédite de ma collection je-la nommerai, d'apres le lieu oú elle fut découverte, | Ega montevidensis n. sp. Nitida, modice seligera; capite thoraceque obscure-ferrugineis, laeviga- tis ; thorace vittis duabus obscurioribus ornato ; elylris convexis, apicem versus infuscatis, utrinque maculis sex pallide-flavis notatis, macula ante— apicali elongato-transversa, parum discissa ; strús ante elytrorum dimidio COMUNICACIONES 437 evanescentibus ; antennarum articulis 7 primis testaceis, ceterís rufo-picels. Corpus sabtus ferrugineum ; pedibus testacets. Long. 4 mm.; lat. hum. 1 mm. Montevideo (Uruguay); 25, XII. 1907 (auctor legit). Brillante, modérément séligére. La téte el le corselet sont complete ment lisses, d'un ferrugineux obscur, le dernier orné de deux lignes lon— eitudinales plus obscures. Antennes lestacées avec les quatre derniers articles d'un noir rougeátre. Élytres noircissant vers Vextremité, bien convexes, avec la dépression basilaire profondement marquée; vers la moitié de chacun et pres de la suture il y a un seul point dorsal assez en— foncé, bien visible ; les stries sont trés courtes, n'alteignant pas méme la moitié des élytres ; les intervalles sont plans, avec cinq taches d'un jaune pále : deux sur le quatriéme et une sur chacun des intervalles 5, 6 et 7, cette derniére étant la plus grande; sur le tiers apical de chaque élytre il y a une sixieme tache transversale, allongée et un peu déchirée. Le des-. sous du corps est un peu plus clair. Les pattes sont testacées, avec les extrémités des fémurs et des tibias rembrunies. Cette espéce appartient au groupe d'E. Salle: Cuevr., c'est-á-dire, aux espéeces dont les stries des élytres ne vont pas au delá de la moitié de ces derniers, tandis que celles du groupe de ¿naequalis BruLLÉ, argentina Brernes, etc., ont des stries intégres ou occupant au moins les deux tiers des élytres. N J'ai trouvé l'exemplaire quí me sert de type dans des détritus au bord de la mer, tout pres de la ville de Montevideo. FRANCO PASTORE, Demostración de algunas cualidades notables de la muscovita en las clases de Mineralogía. Es mi propósito en estas líneas llamar la atención de los profesores de mineralogía sobre la facilidad con que puede hacerse la demostración de numerosas cualidades físicas de los minerales más comunes ; tomo como ejemplo la muscovita. No hay novedades en las experiencias que describo a continuación, pero me tomo el trabajo de exponerlas con muchos deta— lles e indicaciones para procurar que se ensayen. FIGURAS DE CORROSIÓN Como es sabido, la muscovila no es atacable por el ácido clorhídrico, ni por el sulfúrico ; para la corrosión se emplea el acido fluorhídrico. Las PHYSIS. — T. ui 29 138 PHYSIS (MI, 1917) mejores condiciones de observación se obtienen haciendo atacar en frío durante muchas horas, algunos recortes de esta mica, de menos de un Figuras de corrosión de la muscovita; las líneas de puntos señalan la traza de las caras del prisma sobre la lámina de cli- vaje, la traza del plano de simetría y la posición de los brazos de la hipérbola centímetro de superficie y de unos tres dé- cimos de milímetro de espesor, cubriéndo- los con el ácido en una pequeña cápsula de plomo o de platino (1). Después de un lavaje cuidadoso (2). se secan y se pegan sobre vidrios con una go- tita de bálsamo de Canadá o de goma ára— biga. Es necesario no cubrir las prepara— ciones ni dejar que al pegarlas se moje la cara superior de las hojas, porque de lo con- trario se atenúa tanto el contraste debido a la gran diferencia entre el índice de refrac— ción del mineral y del aire, que las figuras de corrosión se hacen casi invisibles. de sombra cuyos ápices ocupan las imá- monasabiay aa taa Estas son microscópicas, se ven bien en— focando la superficie libre de las hojas con los objetivos 3 a 6. El dibujo adjunto, hace notar claramente su forma de exágonos irregulares con simetría bi- lateral y orientación uniforme, co- rrespondiendo a las condiciones de simetría del mineral. Antiguamente se creía que la mus— covita era exagonal, pero la observa- ción de la forma y orientación mono- simétrica de las figuras de corrosión, ha puesto en evidencia que pertenece al sistema monoclínico. lo que se ha confirmado después por el recono— cimiento de las maclas ligeramente acodadas que forman sus prismas bajos de seis caras, unidos por la ba- se, c, con rotación de 1209 del indi— viduo superpuesto, por el hallazgo de Caras principales que limitan la forma más sen- cilla y común de los cristales de muscovita; el plano de simetría pasa por las aristas MM y mm, y es paralelo a b; u, £ y y, ejes menor, inter- medio y mayor del elipsoide inverso de elasti- cidad óptica, cuyos valores son proporcionales a los del índice de refracción en las tres direc- ciones ortogonales correspondientes; A y B, ejes ópticos; u, bisectriz aguda del ángulo de los ejes; y, bisectriz obtusa. facetas que afectan a pares de aristas y vértices lateralmente simétricos, y (1) El procedimiento común del fluoruro de calcio y ácido sulfúrico, proporciona también el medio de ataque Mluorhídrico. (2) Para que no haya que temer el deterioro de los vidrios y de las lentes. ASA NS A e A A A A AA A COMUNICACIONES — * 439 por la observación de sus propiedades ópticas (cristales biáxicos, con un plano de simetría). Si se dispone de un microscopio polarizante, puede verificarse, obser vando las hojas más gruesas, a luz paralela (objetivo 3, condensador poco convergente) y a nicoles cruzados, que las figuras de corrosión son peque- ñas tosas, pues el color de interferencia que produce el mineral, y que depende del espesor de la lámina, cambia notablemente dentro de las fo- setas. Haciendo girar la platina del microscopio, se produce la extinción de la luz cuando el plano de simetría de las figuras coincide con uno de los hilos del retículo del ocular, porque dicho plano es al mismo tiempo plano de simetría del cristal. En el esquema citado he señalado la posición de los ejes ópticos en el plano perpendicular al de la simetría del cristal y de las figuras de corro- sión. Esta relación se verifica fácilmente estableciendo a luz convergente el plano de los ejes ópticos (véase más adelante, figuras de interferencia) y cambiando el objetivo potente por el 3, sin mover la platina, para com- probar que el plano de simetría de las fosetas está perpendicular a la po- sición en que fué dejado el plano de los ejes ópticos. Si se han situado los ejes ópticos sobre uno de los hilos del retículo, la simetría de las figu- ras de corrosión coincidirá con el otro hilo; si se ha llevado el plano de los ejes a 459, la línea mediana de las figuras de corrosión bisecará los cuadrantes opuestos del retículo. FIGURAS DE PERCUSIÓN Estas figuras se producen con gran facilidad siempre que se perfora bruscamente una lámina de muscovita con una punta. Pero para hacer la experiencia con mejores resultados, recomiendo se atraviese verticalmen- te con una aguja común pequeña y muy fina, un taponcito de corcho de longitud algo menor y que tenga una base plana de un centímetro, o po- co más, de diámetro. Después de obtener que la aguja se deslice sin re- sistencia, debe levantarse de modo que su punta quede algo más arriba que la base del corcho; se coloca sobre una goma de lápiz común una hoja de muscovita del espesor de un papel de carta; se apoya sobre ésta la base del corcho y se da un golpecito seco sobre la aguja valiéndose de una lista de madera. Se obtienen figuras de percusión nítidas y comple- tas de cerca de un milímetro de diámetro, que pueden observarse directa- mente, o mejor aún, elegir entre muchas con ayuda de una lupa, las más perfectas, recortarlas, y pegar las pequeñas láminas con bálsamo sobre 440 PHYSIS (HI, 1917) portaobjetos, teniendo cuidado si se cubren, de evitar que se detengan burbujas de aire en el agujero o en las líneas de separación. Se distinguen tres líneas rectas que se eruzan con ángulos de casi 60%, pasando por el agujero de percusión, alrededor del cual se han formado generalmente diminu- tos exágonos concéntricos. Los lados de éstos y las líneas de la figura son paralelos a la traza de las caras del prisma sobre la base del cristal de muscovita (plano del cli- vaje). Además, una de las tres líneas coin— cide con el plano de simetría del mineral ; haciendo girar la preparación en el micros- Figura de percusión de la muscovita; la línea característica y la traza del copio, a nicoles cruzados (objetivo 20 3) plano de simetría coinciden con un se obtendrá el maximum de extinción de la hilo del retículo, y el plano de los ejes ópticos con el otro hilo; el mineral luz cuando esta línea se halla paralela a uno está en una de sus dos posiciones de A de los hilos del retículo. Esta condición es importante, pues dicha línea, que se ha de- nominado característica o directriz, permite determinar la situación del plano de simetría en las hojas de mica irregularmente limitadas. Puede también comprobarse que en la muscovila la línea característica de la figura de percusión es perpendicular al plano de los ejes ópticos. Después de obtener la figura de interferencia, se la sitúa por ejemplo, con los ejes sobre uno de los hilos del retículo, y sin mover la platina, se qui- ta la lentecita de BErTRAND y se cambia el objetivo, para ver bien con aumento menor, la lámina en posición de extinción y la línea caracterís tica paralela al otro hilo del retículo. En la familia de las micas, las especies minerales que como la musco- vita, tienen el plano.de los ejes ópticos perpendicular al plano de simetría, se llaman micas de primera clase ; las que como la biotita, poseen el plano de los ejes ópticos paralelo al plano de simetría, y por lo tanto a la línea característica, se llaman micas de segunda clase. Si en lugar de perforar bruscamente las hojas de mica con una aguja, se produce sobre ellas una presión creciente con una punta gruesa sin lle- gar a perforarlas se obtiene con frecuencia otra figura llamada de presión, siempre incompleta y defectuosa, cuyas tres líneas que corresponden por su posición a las bisectrices de los ángulos que forman las de la figura de percusión, constituyen haces gruesos muy poco nítidos y unilaterales, es decir sin prolongación al otro lado del centro de acción. Estas figuras que siempre salen muy mal, tienen por esto mismo poca importancia. ComuNIGCACIONES h4x FIGURAS DE INTERFERENCIA Si se tiene un microscopio mineralógico por sencillo que sea (o un banco óptico con nicoles), la observación de las figuras de interferencia de la muscovita puede realizarse con la ma- yor facilidad, pues las simples láminas de clivaje ofrecen la orientación óptica más conveniente y pueden sujetarse sobre la platina y mirarse directamente, sin nece- sidad de montaje. Para guía de los que no lo han hecho, doy las siguientes indica- ciones. Conviene separar varias hojas de la mi- ca, de espesores variables, desde cerca de un milímetro, hasta el de un papel de se- da, para ensayarlas sucesivamente; las- primeras dan hermosas figuras de interfe-- rencia con gran número de curvas isocro- máticas ; las intermedias dan pocas curvas Figura de interferencia producida por una lámina gruesa de muscovita; el plano de los ejes ópticos (barra delgada de la cruz de sombra) está paralelo a un hilo del retículo. gruesas y difusas, pero de colores intensos ; las últimas no dan colores, Figura de interferencia de la misma lá- mina de muscovila; los ejes ópticos, que ocupan el ápice de los brazos de . la hipérbola de sombra, o isogiras, se hallan a 452 de las secciones princi- pales de los nicoles; las curvas isocro- máticas son numerosas y nítidas. y sus figuras presentan sólo las isogiras cada vez más delgadas y nítidas. La observación debe hacerse a luz con— vergente, es decir, reforzando y acercando el condensador y empleando un objetivo potente (6 6 7); se enfoca, se intercala el analizador cruzado, y para que la figura sea visible, pues se trata de una imagen situada más alta que el objeto, es necesario agregar la lentecita convergente de BerTrAND en la abertura situada entre el analizador y el ocular, o en su defecto, quitar el ocular y aplicar el ojo sobre el eje del tubo del mi- Ccroscopio. El aspecto que se observa es el que co- rresponde a una sección perpendicular a la bisectriz aguda de un cristal biáxico de án— gulo de los ejes grande. Reproduzco dos fotografías que muestran las cua- lidades de la figura de interferencia en una lámina gruesa; la primera se hha PHYSIS (UL, 1917) tiene cuando el plano de los ejes ópticos es paralelo a un hilo del retícu— lo; la segunda da la figura correspondiente a la misma sección, después de hacerla girar de manera que las imágenes de los ejes ópticos se hallen a 452 de los hilos del retículo. SESIÓN DEL 20 DE OCTUBRE Presidida por Y. Pastorz, presidente ly p Presentes: A. Biaycur Liscuerrr. G. BoxareLtiI, J. J. CarBoneLL, €. A. M. CoLom- BO, Srta. J. E. Deimos, M. DorLLo-Jurapo, Srta. CG. Ecuía, M. EnLicman, A. G. Frers, Srta. D. Gramaracr, L. Hauman, E. L. Hombre, Srta. E. Mortota, €. Pacinr, L. R. Paroor, A.:C. Scata, P. Serté, 1. €. Varruone. LUCIEN HAUMAN, El género « Microcala» Lk. et Hoffm. en la Argentina Señalo, según creo, por la primera vez para el pais, la Gencianácea Microcala quadrangularis Gris. : la encontré en gran abundancia al pie de la pendiente sur de la Sierra de la Ventana, en plena floración a prin- cipios de diciembre de 1914; es una plantita de 2 a 5 cm. de altura con una florcita amarilla cuya pequeñez, sin duda, la hizo escapar a la aten- ción de los botánicos que coleccionaron en estos parajes. La distribución geográfica de la especie es muy curiosa: California y América del Sud, donde se la conocía para el Brasil austral, Monte- video y Chile central. Es muy probable que exista en otros puntos del país, como el Tandil, Entre Ríos y las sierras de Córdoba. Tenemos, pues, en la Argentina los siguientes géneros de Gencianá- ceas : Erylhraea (2 especies patagónicas), Gentiana (unas 20 especies pa- tagónicas, cordilleranas y de las sierras de Córdoba), Halenia (1 especie de Tucumán), Limnanthemum (1 especie acuática de B. Aires, E. Rios, Corrientes), Zygostigma (1 especie de la Ventana, Tandil, E. Rios y Co- rrientes) y, por fin, Microcala. LUCIEN HAUMAN, Nótula sobre «Plantago aquatilis» Gris. Plantago aquatilis Gras. ; encontrado por Lorkwrz y Hierowxmus en la Pampa de San Luis, en las cumbres de la sierra alta de Córdoba, es una plantita de 3 a 5 cm. de altura, notable por sus hojas lineares, casi fili- CI A de o a nr COMUNICACIONES 443 formes, y hasta hoy sólo se la conocía por la descripción original (Symb. ad Flor. Arg., N* 1366). Hace varios años la hallé a fines del invierno en el mismo municipio de la capital, en una pradera, cerca de la Cha- carita, donde fuí a buscar hoy los ejemplares frescos que presento. Tam- bién la encontré en octubre de 1914, en los primeros contrafuertes de la Sierra de la Ventana, cerca de Peralta, donde crece en abundancia en los alrededores de los ojos de agua. Mis muestras son idénticas a los ejemplares originales del Herbario de Córdoba y unas y otras resultan tan parecidas a Plantago pusilla Nurr. de la América del norte (Missouri. Texas, Florida, etc.), que muy pro- bablemente deben considerarse idénticas las dos especies. Sin embargo, no quisiera afirmarlo de manera categórica antes de estudiar un material norteamericano más abundante, porque a pesar de que numerosos casos de dispersión geográfica análoga hayan sido señalados, son hechos tan notables que requieren las más prolijas averiguaciones. TERESA JOAN, Nota sobre un Oribátido nuevo para la República Argentina (Pre- sentada por P. Surrí). Al examinar unas ramas de durazneros, remitidas por el ingeniero agró- nomo Sr. Epuarpo MoLiva desde Quilmes el 21 de Julio ppdo., encon tré debajo de un folículo de Diasp:s pentagona dos ácaros (1 ' y 1 Q) de la familia de los Oribatidae (subfamilia Nothrinae) que refiero a la espe- cie Cymbaeremaeus cymba (N1c.) BerL., aunque presenten algunas parti- cularidades. Es la primera vez que en el país se encuentra este ácaro de aspecto y organización tan singular, y para darlo a conocer he representado en la lámina adjunta los dos ejemplares que obtuve : el macho (368 ¡.5 de lar— go < 209 y. de ancho) y la hembra (390.5 X 209 y). El color de éstos ácaros es marrón obscuro y las marcas y dibujos que se notan sobre su cefalotórax, su abdomen y sus patas, son de color negro. Algunos de los naturalistas que observaron esta especie en Europa, han considerado que estos ácaros vivían a expensas de las cochinillas, y que eran pues unos predatores útiles. En realidad no es así. Observé durante cinco días, dentro de una cáp- sula de Perk1, los dos individuos a que me refiero en esta nota. Les puse en presencia de Diaspis sanas, unas dentro de sus folículos y otras des- prendidas. Los ácaros no parecieron ocuparse de la cochinilla. En cambio les vi comer unos hongos de color amarillento, que se encontraban sobre hhh PHYSIS (1, 1917) la corteza del duraznero y cuyo tamaño era el de una pequeña cabeza de alfiler. Después de haber dibujado la hembra, vista por el lado ventral (fig. 2). la sacrifiqué para estudiar más comodamente las piezas de su boca así como las patas. ] La hembra difiere del macho, entre otros caracteres, por la forma gene- ral de su cuerpo que es ovoidal en vez de ser elipsoidal. En ningún sexo las patas posteriores llegan al borde posterior del ab- domen. En las patas, la coxa está bien desarrollada en P, y P,, pero es difícil distinguirla en P, y P,. El fémur es dilatado y presenta rugosidades dispuestas en polígonos. El color de éstas es negro y los poligonos tienen en general en su cen- tro un punto obscuro. El cuadro siguiente indica la dimensión (en y.) de cada uno de los seg- mentos de las patas o poditos. N” patas Coxa Fémur Genual Tibia Tarso Uña E (1) 66 22 55 27 16.5 1 (1) 59 22 44 22 22.0 P. 33 55 22 55 22 22.0 Pp 33 55 22 35 22 22.0 Los tarsos son monodactilos, a pesar de que en la diagnosis del géne- ro, MicmagL indique la presencia de uñas tridactilas, aunque heterodácti- las, en €. cymba. Pero en los ejemplares de Quilmes no he observado los dos pelos que de ambos lados de la uña principal, representarian uñas ac- cesorias, o divisiones de la primera. En la hembra el orificio genital situado al nivel de P,, es de forma rec- tangular y transverso; y cerca de cada borde longitudinal, libre de los cubres, se ven cuatro pelos dispuestos en hilera. El orificio anal es también rectangular, pero dispuesto verticalmente y cada cubre presenta un pequeño pelo en la región anterior. Si examinamos el rostro, veremos que las maxilas soldadas en su base, constituyen un labio maxilar o hipostomo muy desarrollado en nuestro ácaro. Los palpos (fig. 6) muy movedizos constan de cinco segmentos, el basilar es muy corto, el segundo es el más largo y más grueso de todos. La mandíbula (fig. 4) presenta dos segmentos y es quelada. (1) La coxa de P, y de P, mo se distingue bien. ComMUN1CACIONES 445 Pasamos a examinar el macho (fig. 1). El cefalotórax es triangular y los dos pelos rostrales están bien desarrollados. En cambio la translami- nilla y las laminillas, cada una con su pelito, son muy reducidas. El aparato seudo-estig- mático, representado con un aumento fuerte en la (fig. 5), se compone de una masa negra piriforme so- portada por un pedúnculo alargado y delgado (1) que penetra dentro de seudo-es- tigma to, depresión en parte Fig. 1. €. cymba (Nic.) Berx. Macho visto por el lado dor- Fig. 9. Cymbaeremaeus fimbriatus (Micn.) sal; tamaño natural : 368 X 209 4. — Fig. 2. Hembra; vista por el lado ventral; tamaño natural: 3go X 240 y. ES — Fig. 3. Macho; extremidad de P,. —Fig. 4. Hembra; conica y contorneando al te- quelicera ( = mandíbula). — Fig. 5. Macho; aparato gumento debajo del cual pa- pseudo-estimágtico; largo del pedúnculo con la cabeza: : , 33 u. — Fig. 6. Hembra; palpo maxilar. — Fig. 7. Ma- rece insertarse el pedúnculo. cho; pelo espinoso de la tibia de P,.—PFig. 8. Macho; El dorso del abdomen es- extremidad de las laminillas con el pelo lamelar. h > tá recubierto en su parle central por un reticulado bastante regular de líneas obscuras bordeadas de puntitos negros. Una canaleta separa la zona centro-dorsal de la zona dorso-marginal. Esta es convexa y presenta líneas radiadas obscuras y unos cuantos pelos cor— tos. Por delante, en la línea mediana, se nota en esta zona una especie (1) En C. cymba, según MicmaeL, el pedúnculo es muy corto y la cabeza globular. Como se concede gran valor taxonómico a la forma de este aparato, sería posible establecer una nueva especie para los Cymbaeremaeus de Quilmes, señalando a la vez otras diferencias. No lo haré, sin embargo, para no crear un nuevo nombre. Esperaré por lo menos tener un material de es- tudio mucho más abundante. 146 PHYSIS (HL, 1917) de orificio, o por lo menos una depresión profunda, y sobre los costados la misma zona se prolonga hacia afuera formando atrás del tectopodio de P, una especie de gancho encorvado hacia abajo. La tibia de las patas del primer par se prolonga arriba del tarso, y so- bre el vértice de esta prolongación está implantado un pelo muy largo que se extiende más allá de la punta de la uña. . Además, sobre el dorso de la tibia y en la base de la misma prolonga— ción, se ve un pelo muy fuerte, claviforme y espinoso (fig. 3). Represen— ta, sin duda, un aparato transformador de un órgano de un sentido. Lo he dibujado en la fig. 7 con un mayor aumento. Creo interesante, a título de comparación, reproducir la figura (fig. 9) de una especie afine dada por Micmarz (On a collection of acarine foun- ded in Algeria, P. Z. S., 1890, pág. 422) el Cymbaeremaeus fimbriatus (Micn.) Micm. TERESA JOAN, Nota preliminar sobre la anatomía del «Oncocerca bovis» Piettre. (Presentada por P. Serí.) El 20 de marzo 1916 el Dr. M. PrerrrE remitió para su estudio al la- boratorio de Zoología aplicada del Ministerio de Agricultura unos nema- todes encontrados por él en los ligamentos cervicales y dorsales (con más frecuencia en estos últimos) de los vacunos y que ha designado con el nombre provisorio de Oncocerca bovis. Examiné estos parásitos y los dibujos a cámara clara de los prepara- dos más interesantes que obtuve, los he dispuesto en dos láminas adjun- tas : una se refiere a la morfología de las hembras y la otra a la de los machos. Estos son siempre mucho más escasos que las primeras; pude sin embargo conseguir de ellos algunos ejemplares completos. La explicación que acompaña a estos dibujos, ¡juntamente con la indica- ción de los tamaños naturales, hace superflua una descripción de las prin- cipales particularidades que observé en el Oncocerca encontrado en el país. Cuando tengamos material de comparación y la literatura correspon- diente al género Oncocerca, podremos precisar la validez del nuevo nom- bre especifico propuesto por el Dr. M. Prerrre para el Oncocerca (*). Pero el mayor interés consistiría en tratar de averiguar de qué ma- nera esta filaria se transmite de un huésped a otro y llega a los tejidos profundos en donde se la nota. (*) Oncocerca Dresisc, 1841. Ortografía rectificada por Crerrix en 1846. AA COMUNICACIONES 447 Sospecho que los insectos coprófagos (Phanaeus, etc.) y las larvas de los coleópteros que viven en el suelo (Diloboderus, etc.) tengan quizá in- tervención en la migración de este parásito. Oncocerca bovis Prerrre. Hembra. — 1, Extremidad anterior del cuerpo. Notar sobre un costado dos pequeñas hinchazones. La segunda se halla situada a 607 y de la parte anterior. Todo el bulbo esofágico mide de largo 1262 y.. — 2, Extremidad anterior. Los detalles han sido observados con un aumento de g3o veces, lo mismo los de la figura siguiente. — 3, Corte óptico de la extremidad anterior, pasando por el plano sagital medio del cuerpo. Notar la dilatación anterior de las paredes del esófago. — 4, Parte de la región anterior del cuerpo, para mostrar las costillas dispuestas en espiras. Obser- vadas con un aumento de 220 veces. Diámetro del cuerpo a este nivel 132 y. Las espiras distan unas de otras 44 ¡p. No empiezan a aparecer sino a cierta distancia bastante grande de la extremidad anterior del filárido. — 5, Disposición de las estrias de refuerzo al nivel de la parte media del cuer- po. El diámetro de este mide en esta región 508 y. Las costillas distan en- tre sí 209 p y la distancia entre los surcos transversos secundarios es de 27 Ue Notar la alternación de las costillas principales y su división en T, así como la disposición de estas subdivisiones. — 6, Vista de perfil de dos costillas principales y de los ocho surcos secundarios que hay entre ambas. En esta parte del cuerpo la distancia entre dos ccstillas principales es sólo de 127 y y el ancho de cada anulación secundaria 15 p 5. —7, Extremidad posterior del cuerpo. Las costillas parecen simples y paralelas. Se nota en la extremidad la presencia de dos pequeñas papilas. — 8 y 9, Dos huevos de distinto tamaño. Los embriones hacen eclosión en la parte inferior (útero) de cada oviducto. El diámetro mayor de los huevos varía de 38 a 42 y y el menor de 31 a 33 p.— 10, Tubo y dilatación terminal formado por el Oncocerca dentro del tejido conjuntivo. La existencia de estos tubos y di- lataciones terminales no parece general. Largo de la bolsita 2000 y, ancho 1200 u. El Oncocerca es muy común en la República Argentina pues el Dr. Prertre calcula que en ciertos lotes hay el 65 */, de vacas parasitadas por él y en una carta que el mismo autor escribió al Dr. Lammzrk desde Montevi- deo le cuenta que sobre 1000 vacunos examinados encontró lesiónes en 448 PHYSIS (MI, 1917) Sg6 casos o en números redondos en el go “/,, y agregaba : « Los desorde- nes orgánicos me han parecido más extensos y más graves que en la Repú— blica Argentina a causa de la frecuencia de los nódulos caseo-fibrinosos, y aún a veces de una verdadera infiltración purulenta del tejido conjun— tivo ». Es extraño que un parásito tan abundante y cuyo largo puede alcanzar Oncocerca bovis Prerrre. Macho. — 1. Un individuo-entero cuyo largo ha sido aumentado rr veces. Tamaño natural de uno de los machos estudiados lar- go 57,5 mm. y ancho máximo 0,09 Mm. — 2, Extremidad cefálica. Gompa- rándola con la de la hembra (lámina 1, fig. 2) parece más obtusa. Diáme- tro máximo 32 y. — 3, Espícula del lado derecho o espícula menor. Largo 78 y visto de perfil. — 4, Extremidad distal de la misma espícula mucho más aumentada y vista de tres cuartos. — 5, Región posterior del cuer- po. Aumento 240 veces. Notar al nivel del orificio anal tres pares de pa- pilas y dos más cerca de la extremidad posterior levemente encorvada. — 6, Las dos espículas, la de la izquierda o mayor describe casi un semi- círculo. Su largo, es siguiendo la curva, de 216 y 5. Presenta como la es- pícula menor una especie de cabeza parecida a la de un remache. Esta es-. pícula consta de dos regiones la proximal cilíndrica y la distal compri- mida. a 60 centímetros, y aún más, haya pasado desapercibido hasta la fecha a pesar de todas las inspecciones que se realizan en los mataderos y frigo- rÍficos. | Es que el Oncocerca no produce en el ganado trastornos grandes y que hay que buscarlos en los ligamentos, tendones, paredes de los vasos y en tejidos de substancia conjuntiva que raras veces son objeto de una obser- vación minuciosa, pudiendo esta filaria pasar a simple vista por la ramifi- cación de un nervio. mad o ia A AAA COMUNICACIONES E == SO JEAN BRETHES, Description d'une galle et du papillon qui la produit. (Presentada por M. DorrLtLo-JurADo). Quand je publiai dans les Anales de la Sociedad cientifica argentina, t. ELXXXII (1916), pp. 113-140, une étude sur les galles produites sur le Molle de Incienso (Schinus dependens) par plusieurs papillons, je créai les deux familles Cecidosidae et Ridiaschinidae en vue de la nervation alaire de ces papillons, et aussi en vue de l'organisation de leurs larves qui sont apodes. Cet état des larves de papillons sans pattes s'expliquait parfaltement vu que ces animaux ne sont pas obligés de se transporter d'une plante á Pautre pour chercher leur nourriture. Les Cecidosidae ont á leur dispo- Nervation alaire de Holcocera baccharisella Brirues sition labri et la nourriture, que leur faut-1l de plus? Donc puisque le milieu fait l'organisme, ni pattes pour se mouvoir ni glandes séricigénes pour confectionner le cocon. Mais on dirait que la Nature se plait á mettre des difficultés sur notre passage. Si les Cecidosidae et les Ridiaschinidae sont apodes, 1l est curieux d'observer que les autres chenilles de papillons habitants de galles ont leurs pattes parfaitement organisées. Et le nombre de ces derniétres est jusqu'aujourd hui relativement grand : il fait la régle. Peut-étre bien que le nombre qui en est connu dépasse la centaine. A cette quantité je viens aujourd'hui en ajouter une autre qui vit sur le Baccharis pingrea, var. latifolía suivant la détermination de la plante que m'en a donnée M. l'ingénieur Lucien Ha uma. Bien que vivant continuellement dans sa galle, cette chenille a des pat- tes parfaltement développées ; méme les fausses pattes existent sur les / segments intermédiares de l'abdomen et sur le dernier. 450 PHYSIS (1H, 1917) Peut-étre que le fait pourrait s'expliquer en observant que de leur cóté les chenilles de Cecidosidae n'ont pas précisément á se mouvoir dans leur galle, de grimper par les parois de leur demeure comme sont obligées de le faire sans aucun doute les chenilles des galles allongées comme c'est le cas dans le Baccharis pingrea. Ayant obtenu léclosion de quelques papillons producteurs de ces gal- les, 11 me sera donné d'en donner ci-apres la description : L'animal appartient á la famille Blastobasidae et au genre /Holcocera. Je Pappellerai Holcocera baccharisella n. sp. | Larve. — La chenille a une forme ordinaire, c'est-á-dire qu'elle ne se distingue de la généralité par aucun caractére particulier. Elle peut dépasser un centimétre de longueur. La téte est brunátre, le triangle frontal plus obscur et avec des ban- des transversales alternativement légéerement plus claires et plus obscures. Les calottes céphaliques sont progressi— vement plus claires vers le triangle frontal. Le thorax et lPabdomen sont d'un vert uniforme. Les pattes sont éga- lement vertes á la base devenant progressivement un peu testacées vers l'extrémité. Les fausses pattes sont assez pe- tites, concolores, les crochets noirs. Les stigmates ne se distinguent pas du reste du corps. RN A Cette chenille détermine sur les tiges de Baccharis pin- var. latifoliaparla grea, var. latifolia des galles ovoides qui peuvent mesurer larve de Holeocera *; 25 SL ME haccharisella Bar. JUSQU'A 6 ou 7 centimétres de long sur un diameétre ma- rus, reduite peu XxImum de pres de 15 millimétres. La formation ligneuse Reial de la plante est intéressée dans toute l'étendue de la ga - le. lle, la larve du papillon occupant exactement le lieu de la Galle produite sur moelle. La galle commence a apparaitre avec le développement de la plante, au mois de novembre; en avril le papillon apparait au dehors par une petite bate circulaire située vers le haut de la galle. Pariox. — Exp. al. : 21-23 mm. Anticis uniformiler griseo-arbidu— lis, punctis adspersis tantulum notatis. Posticis luteo-fuscis, cilus paulum magis luteis. Infra luteo-fuscis. Palpis, capite, thorace, abdomine pedi- busque ejusdem coloris ac alae anticae. Les ailes antérieures sont d'un gris blanchátre avec des atomes bruns épars par toute leur surface. Les ailes postérieures et le dessous des 4 ailes sont d'un brun-jaunátre clair, avec les franges légérement plus claires. Les palpes sont dirigés vers l'avant, non recourbées vers le haut, d'une longueur égale á celle du thorax, l'avant-dernier article le plus long avec COMUNICACIONES 451 écallles en touffe longues dirigées obliquement vers lavant et le haut. Le dernier article est court, subulé. Les antennes sont sétacées, le premier article légérement grossi vers l'extrémité, tres légérement arqué, sans peigne. Ocelles nuls. Écailles de la téte et du thorax lisses. Dans un exemplaire étudié, les veines 3 et 4 des ailes postérieures sortent du coin inférieur de la cellule ; dans un autre elles sont légérement pédonculées. Les tibias postérieurs ont une forte toufte d'écailles, les éperons avec écail- les plutót noirátres au cóté externe. Le mile ne parait différer de la femelle que par la ligne de poils fins au cóté inféricur des antennes. Le papillon apparait au mois d'avril. INÉS E. DELMON, Modificación histológica en la agalla de « Physalis viscosa » El hecho de haber encontrado en la bibliografía botánica muy poco sobre la histología de las agallas, me ha sugerido la presente nota. En terreno arcilloso (loes pampeano) en las calles Agijero y Avenida Alvear (Bs. As.) fueron recogidas en el mes de Julio, varias plantas de Physalis viscosa L. Fig. 1. — Tallo normal de Physalis Fig. 2. — Parte central del tallo hipertrofiado viscosa L. (obj. 2, oc. 4, long. de Physalis viscosa L: (obj. 2, oc. 4, long. de de cámara 3o cm.) cámara 3o cm.) Estos ejemplares presentaban en sus tallos hinchazones fusiformes de extensión variable ; las mayores hasta de 6,5 cm. de largo por 1 cm. de ancho, mientras el tallo normal mide solamente dos o tres milímetros de espesor. Los cortes longitudinales y transversales me permitieron comprobar que se trataba de cecidias o agallas. La médula de estas agallas presenta PHYSIS (11, 1917) excavaciones o cámaras larvales mal limitadas, de donde extraje varias larvas que, como tuvo la amabilidad de confirmarme el señor Juas Bri- THes, resultaron ser del insecto por él estudiado y que llamó Physalidicola argentala, cuyos caracteres publicó en PHYSIS, tomo HI, página 239. La observación microscópica del corte transversal del tallo normal, te- ñido con carmín GrENACHER y verde de iodo, muestra la estructura típica del tallo primario de una Solanácea con tres haces líbero-leñosos grandes alternando con tres más pequeños, todos coloreados de verde. Ahora bien, en los cortes transversales del tallo hipertrofiado, tratados Fig. 3. — Tallo hipertrofiado de Phylasis Fig. 4. — Larvas de Physalidicola argentata viscosa L. (obj. o, sin ocular, long. de Bxrirnes (obj. 2, sin ocular, long. de cá- cámara 30 cm.) mara 3o cm.) también por doble coloración, observé que el tejido de la región medular se ha hipertrofiado casi totalmente, ocupando el centro la cámara larval, y los tejidos patológicos que circundan sus cavidades presentan una colo- ración verde por la fijación enérgica del verde de 1odo, lo que demuestra que se hallan incrustados de lignina. Como se ve, el tallo ha respondido a la excitación producida por el pa- rásito, modificando sus tejidos, es decir, hipertrofiando y lignificándolos. Las microfotografías adjuntas han sido hechas en el Laboratorio de la Facultad de Giencias Exactas, Físicas y Naturales, y ellas muestran, en la fig. 1, el tallo normal y en la 2, el tallo patológico, vistos con el mismo aumento, lo que señala la notable hipertrofia. La lignificación se observa en las regiones obscuras de la fotografía 3, sacada con menor aumento para abarcar el conjunto. En la fig. 4 se ven las larvas de Physalidicola argentata Brermes productora de la agalla. DE ESA AAA A rr ó A A tt SA COMUNICACIONES 453 Resumen de otras comunicaciones FRANCO PASTORE, Bombas volcánicas del sur de Mendoza. El autor hizo ver varias bombas volcánicas recogidas por él en el sur de Mendoza, en la región llamada Los Volcanes, al oeste del Payén, y que pertenecen al Museo de la Dirección de Minas, Geología e Hidrología. Se trata de proyecciones de lava muy flúida, que han tomado por su rotación en el aire la estructura envuelta y la forma de huso características. La roca es un basalto con piroxeno (augita) y olivina, y entre sus feldespatos ha de- terminado secciones de labrador y de anortita; está lena de burbujas debidas al gran desprendimiento de gases, y su color es pardo a causa de la alteración; pero la super- ficie externa de las bombas es negra y lustrosa por la formación del barniz del de- sierto. Los varios aparatos volcánicos que han sembrado en su vecindad estas bombas en gran abundancia, en la era terciaria, conservan todavía sus pequeños conos bien for- mados. SESIÓN ESPECIAL DEL 3 DE NOVIEMBRE DE 1917 En honor de los Señores Dr. Angel Gallardo y D. Carlos Ameghino con motivo de la entrega de sus diplomas de Socios Honorarios Presidida por F. PastorE, presidente Presentes : A. Bano, A. Bravcmr Liscuerri, E. Bomaxs, L. F. Bornaré, J. Bretmes, (€. Brucn, J. J. CarñoneiL, E. Carerre, E. De Cartes, CG. A. M. CoLombo, E. P. Cros, H. Damranovicu, S. DeBexeDETT1, Srta. A. Demon, Srta. l. E. Demon, E. DeL Powre, Sra. J. Dirckmayn be KyBurcG, M. DorLLo-Jurabo, A. G. Frers, A. GALLARDO, Srta. D. Graumracr, L. Haumay, E. Hermrrre, E. Herrero Ductoux, €. Lizer, Srta. E. MorroLa, Sta. €. Morma Y Vera, F. Narrkemeer, J. Niersen, €. Pacini, E. PaLave- civo, Srta. J. Perroccmt, J. M. be La Rua, T. Rumx, A. €. Scara, 6. SevinLosa, P. Se- RIÉ, 1. €. Varruoxe, M. Vicnarr. Al entregar los diplomas de socios honorarios, el presidente recordó que se trata del más alto título que otorga esta sociedad, ya conferido en 1g15 al decano de los naturalistas argentinos, Dr. Enuarno L.. Horm- BERG ; hizo resaltar los merecimientos de los nuevos socios honorarios y la valiosa cooperación que prestaron siempre a la sociedad, señalando es- pecialmente su eficaz actuación en la 1? Reunión Nacional que se celebró en Tucumán, en la que tuvo el Dr. GarLarpo el cargo de presidente, siéndolo el Sr. Amecnixo de la Sección Paleontología. Recordó también que en dicha reunión, se hizo conocer a los adherentes, en la sesión ple- PHYSIS. — T. IM 3o PHYSIS (11L, 1917) na del 25 de Noviembre, la voluntad de los socios de distinguir al Dr. Gartarbo con el título de miembro honorario. El Dr. GaLLarpo expresó en un breve discurso el placer con que con- curría a esta reunión entre un núcleo reducido pero entusiasta de estu- diosos, cuyo ambiente le es familiar, y después de agradecer con frases de afectuosos sentimientos el título conferido y la demostración de que fué objeto, explicó en forma interesante el papel que corresponde a nues- tra sociedad en el progreso nacional de los estudios de ciencias naturales, señalando las principales ventajas del esfuerzo común y de la sana emu- lación que despierta la obra colectiva, emprendida con constancia hace algunos años y cuyos resultados son ya motivo de justa satisfacción. El señor AmeGHixo envió una conceptuosa carta en la que manifestaba que con mucho sentimiento érale imposible asistir a la sesión, pero que deseando no obstante tener participación en el simpático acto que se ha querido celebrar en su obsequio, pedía al señor presidente la lectura de su comunicación sobre nuevos objetos paleoantropológicos procedentes de las cercanías de Miramar, que publicaremos en el próximo número de PHYSIS, y cuyo extracto damos a continuación. CARLOS AMEGHINO, Los nuevos hallazgos de Miramar. (Resumen). Se trata de dos yacimientos, uno prepampeano (chapalmalense), situado al noreste, en el que fueron hallados numerosos útiles de piedra y de hueso trabajado, agrupados en pequeños focos que revelan el asiento de una verdadera tribu, tal vez del plioceno; y el otro del pampeano inferior 'ensenadense), ubicado frente al pueblo, del que se han extraído interesantes objetos trabajados en huesos fosilizados. Continuó la sesión con las siguientes comunicaciones : ENRIQUE HERRERO DUCLOUX, Representación gráfica de la composición química de las aguas naturales. Cuando el químico presenta al geólogo, al higienista o al médico cre- nópata los resultados analíticos obtenidos con aguas naturales, aquellos especialistas se hallan ante cuadros cargados de cifras de muy diferente valor real y numérico, como única base para fundar sus interpretaciones, imponiéndose una tarea difícil de suyo, cuanto más completa y minucio- sa haya sido la tarea del laboratorio, y que se complica si son varias las muestras examinadas, creciendo de punto las dificultades cuando se esta- COMUNICACIONES 455 blecen comparaciones de aguas nuevas con manantiales o napas conoci- dos y los análisis provienen de técnicos diferentes. Estas dificultades han sido señaladas tratándose de composición quí- mica de rocas y el problema ha sido resuelto más o menos felizmente por medio de diagramas como los de Ossax (1), Lévy (2), Miicce (3) y Brc- KE (4) que personalmente he podido utilizar en estudios sobre rocas te- rrestres y meteóricas (5) de la República con ventajas indiscutibles. Pero en lo que a aguas se refiere, en mi copiosa bibliográfica química no he hallado nada semejante, y la necesidad me ha inducido a idear el sistema e E SAS de representación gráfica que propongo, después de una larga discusión realizada con los datos analíticos que en más de diez y siete años he obte- nido sobre aguas argentinas. Proyectado mi sistema, tuve conocimiento de que el doctor Frrrz Ba- pe, en su carácter de químico jefe en la división de geología e hidrología de la provincia de Buenos Aires, tenía un trabajo inédito del mismo gé- (1) EF. Risse, Elude pratique des roches, 313. París, 1912. (2) C. Micner Lévy, Note sur la classification des magmas des roches éruptives, en Bulletin de la Société Géologique de France, XXV, 326. París, 1897. (3) O. Múcce, Zur graphischen Darslellung der Zusammenselzung, en Neves Jahrbuch fúr Min. Geol. und Pal., 1, 100-112. Stuttgart, 1900. (4) F. Becxe, La proyección en el espacio de los análisis de rocas, en Min. Petr. Mitteilungen, XXX, 99-506. Viena, 1911. (5) E. Herrero Ducroux, estudios diversos en Revista del Museo de La Plata, XV, 9-54 ; XV, 138-198; en Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, XXVI, gg-116. , 156 PHYSIS (II, 1917) nero, por lo cual me apresuré a conocerlo, pudiendo asegurar ahora, co- mo consecuencia de su estudio (que el distinguido químico citado me fa- cilitó con esquisita amabilidad), que no hay punto de contacto entre ambos, fundándose en principios diversos; y aun llegaría a afirmar que los dos serán com- patibles si algún día se adoptasen. Fundo el sistema que propongo en la clasifica- ción de los datos analíti- cos de un agua, por nu- merosos que sean, en dos grupos: el de aquellas cifras que permiten defi- nir un agua en cuanto a su composición salina o mineral y el que forman los datos sobre los cuales se establece el criterio de potabilidad. Los primeros corresponden, en la casi totalidad de los ejemplos que ci- tarse podrían, a seis radicales electropositivos y seis electronegativos, como a continuación se enumean, suponiendo que se han calculado en iones y sin que ésto signifique proscribir el sistema de cálculo de resul- tados en anhídridos de acidos y óxidos metálicos, sino adoptando la con- vención establecida ya por los analizadores más eminentes modernos. CICLO a A US carbónico clorhídrico E e vd semicombinado (CO, H) . COMA ON A DC NDA ER sulfhídrico A de Cr A a A e caos dub - calcio (Ca) macnesio Me) a aL potasio (K) sodio (Na) Electronegativos. Electropositivos. > A e COMUNICACIONES 457 Pues bien, establezco mi diagrama con un exágono central (de 20 mm. de lado) y sobre las prolongaciones de los radios correspondientes a los vértices como ejes, llevo en unidades métricas (oé0o1 = 1 mm) las mag- nitudes de los 1ones citados, con un orden invariable ; hecho lo cual, uno por líneas los puntos determinados, con color azul para los electropositi- vos (básicos) y con tinte rojo para los electronegativos (ácidos), eligiendo estos colores porque recuerdan la acción de esos cuerpos sobre los indi- cadores vulgares, como el tornasol o el lakmoide y resultando dos exágo- nos más o menos deformados exteriores al central, pero que por sus de- 0 MERA ES, Umi SA TO o, formaciones caracterizan perfectamente un agua, defimiéndola para el observador más superficial. (1) Los datos del segundo grupo, es decir, los que nos inducen a conside- rar, del punto de vista químico, como pura, sospechosa o mala un agua, tienen una representación de conjunto en el diagrama. Si los datos de co- lor, olor, aspecto, materia orgánica disuelta, ácido nitroso, amoníaco sa- lino y albuminoide, interpretados convenientemente dan a la muestra el carácter de pura, el exágono central queda blanco, si resultase sospechosa se cruza con un rayado y, en fin, si debiese ser juzgada como mala, se llena el exágono con un cuadriculado, dando así con una sola variante, un conjunto de datos que aisladamente habría que buscar en distintas partes de los cuadros de resultados. Las condiciones a tener en cuenta son muy limitadas : a) Los datos de los iones hierro y aluminio se contarán siempre mul- tiplicados por diez, dada su exigúidad general ; (1) Por las dificultades en la impresión, en el escaso tiempo de que disponemos se ha substi- tuído las líneas rojas por trazos negros largos y las azules por puntillado fino. 158 PHYSIS (111, 1917) b) El ión carbónico semicombinado se contará sobre el eje correspon- diente al combinado a partir del vértice del exágono central, marcándose con una línea roja y el ión carbónico libre se señalará también con línea roja a partir del extremo del mismo eje, quedando así caracterizados los subtipos del grupo de aguas alcalinas ; c) En la misma forma se marcará el ión sulfhídrico libre y aun el sul- fúrico o clorhídrico en los casos excepcionales de aguas de cuencas vol- cánicas o de descomposición de piritas (1); d) Como datos complementarios figurará : el residuo salino determi- nado a 180% C. en el centro del exágono y la temperatura bajo el título del agua analizada ; e) Los iones bórico; fosfórico. fluorhídrico o arsénico y los iones man- ganeso, litio y otros espectroscópicos menos frecuentes, pero siempre es- casísimos, pueden figurar con sus simbolos al lado de los iones comunes afines, acompañados de signos de admiración según sus proporciones, como se hace en las tablas espectroscópicas. La observación de los diagramas que acompaño como ejemplos es el argumento más valioso que puede invocarse en favor del sistema que propongo y para el cual desearía la discusión y el mejoramien- to, porque en cualquier caso se habría logrado el fin que persegui al idearlo. SALVADOR DEBENEDETTI, Yacimientos arqueológicos en los valles riojanos. (Véase el artículo correspondiente en el presente número). CARLOS BRUCH, Nuevas capturas de insectos mirmecófilos. Confieso que el afán con que estoy coleccionando desde algún tiempo los huéspedes de nuestras hormigas, se ha convertido en costumbre o agradable entretenimiento durante los días festivos. En efecto, después de haberme ocupado de los mirmecófilos de nuestra hormiga negra (Acro- myrmex Lundi), he examinado ahora muchísimos nidos de Solenopsis saevissima Sm., tarea en la que fué casi siempre acompañado por el señor Merxtk, taxidermista del Museo de La Plata. (1) E. Hernero Ducioux, Aguas alcalinas de la República Argentina, en Revista del Museo de La Plata, XIV, 9-53. Buenos Aires, 1907. Nola sobre el agua mineral ferruginosa del Rio Alum- brera (Catamarca), en Anales de la Sociedad Cientifica, LXVIIL, 22-30. Buenos Aires, 1909. E COMUNICACIONES 450 Los resultados de nuestras excursiones dominicales dependieron de di- versos factores : de los lugares visitados, del tiempo y estación del año, como de la calidad de los mismos nidos, más o menos parasitados ; pero nunca hemos tenido cosechas más abundantes que en el Campo de Dardo Rocha, detrás del bosque de La Plata, durante los meses de agosto y septiembre pasado. El procedimiento del cedazo y selección automática, usado siempre con el mayor éxito para los nidos de la hormiga negra, nos ha dado con los de Solenopsis muy poco resultado. Es preferible, en ese caso, despa- rramar pequeñas cantidades del contenido de un nido sobre cartón o hule, y recoger con un pincel mojado en alcohol los insectos que fácilmente se distinguen sobre la superficie blanca. A juzgar por nuestros hallazgos, se podría establecer tres categorias de huéspedes. Unos, que viven íntimamente asociados con los Solenopsts, pululan entre ellos y jamás veremos fuera de los hormigueros. Otros, que se hallan con frecuencia en las partes deshabitadas o anexas de los nidos y sólo accidentalmente en las galerías con las hormigas. La tercera cate- goría comprende a todos los insectos que a veces se refugian temporaria- mente en los nidos viejos o en nidos semiabandonados por las Solenopsts : por consiguiente, ya no debemos comsitranios como mirmecófilos pro- plamente dichos. Estas viejas construcciones son aprovechadas también muchas veces. por otras hormigas, y, no es raro, que al lado de nuestra S. saevissima, se encuentre una pequeña colonia de Leptogenys o de Ponera, alguna Pheidole o especies de otras Solenopsis, de Brachymyrmex, que parecen vivir en perfecta armonía. Dejando de lado los insectos de esta última categoría, mencionaré por ahora los insectos de nuestras capturas y que podemos considerar en cierto modo como huéspedes de Solenopsis saevissima. COLEÓPTEROS Carabidae Dos diminutas especies de esta familia son comunes en nidos viejos ; hemos hallado una de ellas varias veces con las hormigas: su color es amarillento pálido, la cabeza pardusca ; tiene los élitros DN blandos y mide apenas 2 milímetros. La otra especie es menos abundante, corresponde probablemente a las 150 PHYSIS (11, 1917) elivinas, su color es amarillo testáceo, mide solamente 1 milímetro, sien- do el carábido más pequeño que conozco del país. Staphylinidae Apocellus mendozanus Sreiu. — Lo encontré también en San Luis y Mendoza, corriendo con los Solenopsis, sin ser exclusivamente mirmecó- filo. Echiaster bonariensis Berxu. — Este bonito estafilino lo hemos captu- rado dos veces debajo de las cúpulas de distintos nidos. Echiasler depressus So. — Más común que el precedente, en nidos se- mi-abandonados. Myrmescopaeus Gallardo: Brira. — Tengo una decena de esta especie mirmecófila. El doctor Lurz Wirrk trajo un ejemplar de Jujuy (Purma- marca), hallado debajo de una piedra junto con hormigas. Acalophaena n. sp. -— El primer ejemplar de mi colección, recogido en La Plata, 4, IX, 1904, fué señalado por el Dr. BerxHauErR como espe- cie nueva del citado género. Ahora hemos encontrado otros tres indivi- duos en los anexos de grandes nidos de Solenopsts. ¿Oxypoda sp. — Cito este estafilino por ser el más común en los hor- migueros viejos, pero es raro encontrarlo en las galerías. El padre Was- MANN me lo indicó como cercano del género Oxypoda. Dinardopsis solenopsidicola Bruca. — Poseo un centenar de esta her— mosa especie mirmecófila, pues vive exclusivamente con las hormigas, habiéndola coleccionado hasta ahora sólo en una reducida área. Aprovecho esta ocasión para manifestar nuevamente mi agradecimiento al eminente mirmecológo Prof. Wasmaxx s. r. a quien debo muchas in- dicaciones sobre varios insectos mirmecófilos. Myrmecochara (Euthorax) solenopsidis Brucn. — De Jujuy, donde la encontré con las hormigas debajo de una piedra. Myrmecochara sp. — Dos ejemplares, distintos de la especie anterior, capturados últimamente en los nidos. Myrmedonia sp. — Hemos recogido tres distintas especies probable- mente de este género ; dos de estas son muy comunes, siempre en com- pañía con la citada Oxypoda sp. Tropidera Jensen: BeryH. — Otro estafilino bastante común hallado con los precedentes, y que casualmente lo vemos ex el interior de los hormigueros. COMUNICACIONES ; 461 Pselaphidae Pselaphomorphus Bruchi Rarrk. — Un sólo individuo en un viejo ni- do ; es la segunda vez que colecciono esta especie; los ejemplares típicos los conseguí a la luz eléctrica en el bosque (5, II, 1904). Eurhexius Putzeysst Scuaurr. — Este pseláafido es muy común en los nidos semiabandonados y en ocasiones lo hemos tomado entre las galerías de los hormigueros. Metopioxys Gallardoi n. sp. Largo 2,3 milímetros sin antenas : las antenas con el escapo del mismo largo. Rojo-testáceo : antenas y patas apenas más claras y el margen posterior de los élitros más obscuro. Semilustroso ; toda la superficie finisima y densamente granulada (los gránulos puntiformes destacados): cubierto de pubescencia esparcida, amarilla y fina, más rala sobre la cabeza y el tórax, algo mas densa y y más corta sobre el abdomen. La cabeza es subcónica, el rostro estrechado hacia los tubérculos antent- feros : entre los ojos hay una ancha excavación : en el vértice dos puntos impresos. Los ojos son grandes, negros, compuestos de unos veinte ocelos. Las antenas son pubescentes con pelos más largos aislados ; el escapo es hinchado en la base y en el ápice engrosado. Los articulos 2, 4, 6 y S son obcónicos, el 2" es dos veces más largo que los otros citados ; los artículos 3, 5 y 7 son netamente cilíndricos, el 3” es tres veces más largo que el 5* y el 7" más corto el 5* : el 9” articulo subovalado, el 10% subglobular, apenas más ancho que largo, y el terminal oviforme y acuminado. El protórax es algo más ancho que la cabeza, ostenta en cada lado una fuerte espina, recta y oblicua , dirigida hacia afuera y algo hacia atrás. Del lado interno de las espinas hay dos carenas en forma de burletes, se- paradas por una impresión mediana y atravesada por otra, resultando dos pequeñas gibas en el tercio basal del protórazx. Los éelitros son bastante convexos, ensanchados hacia atras : llevan ade— más de la granulación vagos puntos, apenas notables, que hacen la super- Jicie semirugosa. Existe una corta y aguda espina humeral, que se des- prende de una finisima carena antero-marginal ; del lado interno de esta espina hay otra carena ancha, en forma de costilla oblicua, convergente y abreviada atrás. El margen sutural es estrecho, y en la base los élilros tienen cuatro fosetas. 462 PHYSIS (MIL, 1917) El abdomen tiene los segmentos anteriores carenados : en los costados los últimos segmentos son conexos, redondeados, en los dos individuos que son hembras. Las patas tienen los fémures posteriores más largamente pedunculados Metopiozys Gallardoi Brucn, fotografía y diseño (diez veees aumentado) y más hinchados en su extremo distal. Las tibias anteriores son bastante engrosadas, apenas comprimidas y presentan del lado interno-basal una escotadura larga subeliptica : las tibias posteriores son ligeramente arquea- das en su extremo proximal. De este pselafido, el primero del género, que señalamos de la Argenti- na, hemos encontrado dos ejemplares en el borde de dos nidos de nues- tra Solenopsis. | Por la forma general y la de su protórax se asemeja a M. gladiator XErTT., pero las espinas, escultura y pubescencia, lo mismo que los arte- jos de las antenas son de otra conformación, alejándolo de las demás es- pecies conocidas del Amazonas y Brasil. Me es grato dedicar este hermoso coleóptero al doctor ÁxGEL (—ALLARDO, como adhesión al homenaje, motivo de la presente reunión. COMUNICACIONES 463 Gtenisis fasciculata Rarer. — Algunos ejemplares en viejos nidos; es la segunda vez que encuentro esta especie. Fustiger elegans Rarrr. — Este curioso pseláfido es el huésped más característico de Solenopsis saevissima, que encontramos a veces por cen- tenares en ciertos nidos, raras veces en sus anexos y jamás fuera de ellos. Ahora hemos observado infinitas veces como los Fustiger se dejan llevar por las obreras de las hormigas, prendiéndoseles de las patas, en el peciolo o en cualquier parte del cuerpo ; esto lo hacen con suma agilidad, no obs- tante el temperamento perezoso del insecto. Los otros pselafidos que hemos hallado, corresponden probablemente a una que otra especie nueva de los géneros Reichenbachia Leacu, Psela- phellus RarrR. y Hamotus Rarrr., etc. Scydmaenidae Hasta la fecha hemos encontrado cinco diferentes especies, tal vez de otros tantos géneros de esta familia. Dos especies son comunes en los bordes de los hormigueros. Hallé un hermoso ejemplar, grande y de cuerpo globoso junto a las hormigas. Por el momento no estoy docu= mentado para ocuparme de las determinaciones. Anthicidae Formicilla Bruchi Pic y Formicilla leporina Lar. —.Estas dos espe- cies, sin ser exclusivamente mirmecófilas, son bastante abundantes en los nidos viejos, mientras que son escasas en sus galerías. HIMENÓPTEROS Bethylidae El hallazgo de un gran número de betílidos fué toda una sorpresa. Es- tos abundan en los nidos viejos y en los bordes de otros, habiéndolos en— contrado ocasionalmente en el interjor en compañía de las hormigas. Per- tenecen a tres distintas especies ; una de ellas es nueva del género Pseu- disobrachíium, mientras que las otras dos son ya conocidas como huéspe— des de la hormiga negra y descripto por mi años atrás. Aun ignoramos la biología y las costumbres mirmecofilianas de nues— tros betílidos, siendo ese doble parasitismo tanto más curioso, cuanto 46% PHYSIS (UI, 1917) que los otros huéspedes de ambas hormigas son todas especies distintas. Los individuos de una misma especie, que hemos recogido, son muy variados en tamaño, coloración y escultura. Tal vez equivalen estas dife- rencias a variedades o razas, hecho que algún especialista en este grupo de insectos resolverá más tarde. Nuestros betílidos son los siguientes : Ecitopria altaphila Brucu. — Una media docena, todos individuos pe- queños, de 1,5 a 1,8 milímetros, pero en sus detalles semejantes al tipo de la especie. Ecitopria platensis BrucnH. — Hemos recogido unos setenta ejemplares de este betílido, sumamente variable en tamaño y escultura. Los individuos mayores miden 3,3, los más pequeños 1,5 milímetros, diferencias que hacen recordar la misma diversidad que éxiste en el tamaño de las obreras de las hormigas. En los primeros, individuos mayores, la puntuación es mucho más marcada, formada de gruesos puntos impresos que son finos y más esparcidos en los pequeños in- dividuos. El color es algo más rojizo que en la descripción del tipo, pero más pálido en los ejemplares menores; en los grandes, la pubescencia es tam- bién más abundante. Los ojos puntifor- mes son también más grandes en estos últimos compuestos de unos 15 ocelos. Pseudisobrachium Merklei n. sp. Q Largo: 2,5-5 milimetros. Difiere de Pseudisobrachium sole nopsidicola Brucn (PHYSIS, t. TEE: 1917, P- 143), por su tamaño mayor, la forma más alargada, su coloración, la escultura y puntuación más grosera y la pubescencia más abundante; la cabeza es rectangular y no cuadrada como en la especie citada. Los individuos mayores (los más Pseudisobrachium Merkler Bruc (diez veces aumentado) abundantes) tienen la cabeza y el tórax semilustrosos, elabdomen brillante. Son completamente negros ; las mandíbulas y antenas rojo-pardas con los esca- pos negruscos, los miembros más o menos flavo-castaños. LAA COMUNICACIONES 465 La cabeza es rectangular, poco más larga que ancha, cubierta de yrue- sos puntos piliferos, algo más separados en la región postmediana : el cli- peo es carenado. Los ojos son muy pequeños, puntiformes. Los palpos labiales tienen tres artículos y los maxilares cinco. Antenas y mandíbulas son como en P. solenopsidicola. La superficie de la cabeza y del tórax tiene reticulación bastante fuerte : los puntos de los segmentos to- rácicos son también gruesos, pero no cubren la región dor- sal de los mismos. Lengúeta y maxila con: sus palpos (muy aumentados) Los ejemplares más peque- * ños son más lisos y más lustrosos, la puntuación y pubescencta son menos acentuadas : además, a veces tienen el abdomen y también el tórax más o menos pardo, color que se observa a menudo en la extremidad del abdo- men de muchos individuos grandes. Dedico esta especie al señor ALgerro MerkLE, en agradecimiento por la ayuda prestada. HEMIPTEROS Lygaeidae Neoblissus parasitaster Ber6GrRorH. — Cito nuevamente esta chinche, abundantísima en muchos hormigueros, habiéndome ocupado ya de ella en el número anterior, paginas 146-149. HANS SECKT, Noticia sobre la ortografía del nombre « Notofagus ». (Presentada por M. Doello-Jurado). Ocupado en estudios de fitogeografía de la República Argentina, se me ocurrió informarme sobre el significado del nombre Votofagus, que, co- mo se sabe, es un género de las Fagáceas, cuyos representantes forman los bosques de « haya » en la cordillera de Patagonia, del sur de Chile y de la Tierra del Fuego. Consultando los diccionarios griego y latino, hallé constancia de que notos (lat. notus), escrito con t, en Grecia y Roma antiguas era el nombre del viento que sopla del sur, como también de la misma región meridio- 166 PHYSIS (UI, 1917) nal, mientras que la palabra nothos (lat. nothus), escrito con 1h, es un adjetivo que significa « ilegítimo, bastardo ». Resulta evidente de mis averiguaciones, que el nombre del género en - cuestión no puede ser escrito con /h, como se lee en todas las obras y pu- blicaciones botánicas que por una u otra razón citan el haya (y hasta en una obra tan corriente como Las familias naturales de las plantas de ExcLer y PrawrL, 3* parte, 1" sección, pág. 52, figura el nombre como Volhofagus Brume), sino que indudablemente las reglas de la etimología exigen estrictamente la ortografía Votofagus, pues en la reproducción de las hayas no se observa ninguna irregularidad que justifique la deno- minación de « haya ilegítima ». Encontrándose las especies del género de Votofagus todas limitadas al hemisferio meridional (crecen en la América del Sur, en Nueva Zelandia y en el sur de Australia), no cabe duda que el autor del nombre, el botánico Carr Lunwic Brume (1796-1862) que seguramente conocía el género de la flora australiana o neozelandesa (BLume había vivido durante muchos años en las colonias holandesas en las Indias orientales, especialmente en la isla de Java), quería expresar con este nombre el hecho de que se trataba de una haya del hemisferio meridional, distinta de las que se encuentran en los bosques del otro he- misferio, en Europa, América del Norte y Japón. En cuanto a la segunda parte del nombre, debe mencionarse que fa- gus en latín es el nombre del haya, forma latinizada y un poco alte- rada de la palabra griega phegós, que en Grecia significaba un árbol cuyo fruto comestible era una bellota : se trataba, pues, de una encina (Quercus macrolepis KorscHY)), pero no una haya cuyos frutos tienen un corte transversal triangular. Liwxro, el autor del nombre Fagus, ha co- metido por lo tanto un error al designar con este nombre a una haya, a la cual en realidad no corresponde tal denominación. Pero habiéndose generalmente adoptado este nombre latino para el « haya », naturalmente no se puede admitir de ninguna manera la ortografía Notophagus para otra clase de haya, como en algunos textos de Botánica se encuentra escrito. Debe, pues, hacerse constar que los Coihués, Guindos, Lengas, Ñires, Robles y Raulis son especies del género Notofagus. Dr. MOVIMIENTO SOCIAL NÓMINA DE LOS SOCIOS DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES (1917) Honorarios . EpuarDo L. HormBere. Dr. ÁNGEL GALLARDO. Sr. CarLos ÁMEGHINO. Contribuyentes CurisróBan M. Hicken. Dr. Roberto DsBBENE. Ing. Exrique M. HermirrE. Correspondientes ". Caros Bruc. La Plata. ExriQue Herrero Ducroux. La Plata. SamueL A. Laroxe Queveno. La Plata. Sawriaco Roth. La Plata. Carros SprGazzixi. La Plata. GuiLLerRMo BoDENBENDER. Córdoba. Aporro DorerIisc. Córdoba. . Martí Gar. Córdoba. . Fenerico Kurtz. Córdoba. MicueL Lio. Tucumán. Erwesto E. Paita. Tucumán. . Peoro JOERGENSEN. Catamarca. Prof. Carros RereD. Mendoza. » Juaw W. Gzz. Corrientes. Sr. Exrique LyncH ArriBALzAGA. Chaco. Dr. Carros E. Porter. Santiago de Chile. Sr. Juas TremoLeraAs. Montevideo. Dr. Herman von ÍmerinG. Sta. Catalina (Brasil). Dr. Bruxo Loro. Río de Janeiro. » Frank M. Cuarman. Nueva York. Sr. W. H. Hunsox. Londres. Sir Ervesr SmHackLeron. Londres. Activos AmBROSETTI, Hécror. Capital. Braxcmr Liscmerri, ÁwceL. Capital. BoxarettI, Dr. Guipo. Capital. BoxpareF", Sra. Iba. Capital. BornarLé, Luis F. Capital. CarsoxeLL, José J, Capital. Carerte, Dr. Enuarpo. Capital. CasTELLANOS, ALFREDO. Córdoba. Cros, Exrique C. Capital. Coromo, Carros A. M. Capital. CniveLLrI, Francisco. Capital. Cuomo, Ing. MicuEL. Rosario. DerexeDETTI, Dr. SaLvanor. Capital. De 1a Rua, Dr. José M. Capital. DeLéraxc, Luis. Capital. DeL Powre, Ebuarno. Capital. DieckmayN DE KxyBurcG, Dra. Juaxa. Quil- mes. DoeLo-Jurabo, Prof. Martí. Capital. ErziGumax, Mauricio. Capital. Frers, Árruro G. Capital. GrimaLor, Francisco. Capital. Hosseus, Dr. CarLos Curt. Córdoba. Iricoyex, Luis H. Capital. Kaxror, Ing. Morsís. La Plato. Krause Arxim, Orto. Capital. Larnraurr, Prof. Acusrín E. Córdoba. Lizer, Ing. Cantos. Capital. LLoveras, Carros F. Capital. 15 PHYSIS (HI, 1917) Maxor, CafiLos A. Fair (F. C. S.). Moria Y Veota, Srta. CeLiva. Capital. Morrtota, Srta. EbeLmIraA. Capital. Nácera, Dr. Juan J. Capital. NarrkemerEr, Férix. Capital. NirrseN, Prof. Juax. Capital. Nirexsteix, Mario. Capital. Parobr, Lorexzo R. Capital. Pasrore, Dr. Fraxco. Capital. Perosr, Exías. Capital. Perroccmx, Srta. Juaxa. Capital. Pouyssécur, HiróLrro. Capital. Roca, Cayetano E. Capital. ScaLa, Prof. Aucusro C. Capital SewiLLosa, GuirLermMo. Capital. Serié, Penro. Capital. SmHipTON, STEWART. Tucumán. Soo1s, Ervesto. Capital. Tara, Aucusto. Capital. MareLtr, Dr. Carros A. La Plata. Varruoxe, Prof. Irberoxso C. Capital. Primera Reunión Nacional. A causa de dificultades insalvables, ocasionadas por la demora en la entrega de los fondos destinados a la impresión de las memorias de la Primera Reunión Nacional, no ha podido realizarse este trabajo, como era el deseo de las comisiones, dentro del presente año. También se han ori- ginado dificultades para el futuro funcionamiento de los talleres tipográ- ficos donde la obra debía imprimirse. Todo esto hace que debamos, pues, esperar hasta los primeros meses del año próximo. Sirvan estas palabras, a la vez que de excusa, de comunicación a los señores adherentes y cola- boradores. Algunos de éstos han comenzado a publicar sus trabajos, con conocimiento de la comisión organizadora, en forma independiente, como puede verse en la sección bibliográfica del presente número. Mientras tanto, recordaremos a nuestros lectores que se ha resuelto mantener abierta la inscripción para que puedan anotarse todos aquellos que deseen recibir, en su oportunidad, el volumen que se prepara. Segunda Reunión Nacional. En breve se designará la Comisión Honoraria de la Segunda Reunión Nacional que tendrá lugar en Mendoza a principios del año 1919. De MOVIMIENTO SOCIAL 469 acuerdo con las bases de estas reuniones, debe estar compuesta por el presidente general y por los presidentes de las nueve secciones. Las personas que deseen ser adherentes podrán inscribirse abonando la suma de 10 pesos moneda nacional, para lo cual deben dirigirse al secretario general de la Segunda Reunión Nacional, en el local de la So- ciedad Argentina de Ciencias Naturales, Perú 222. El tomo lll de PHYSIS. Debemos advertir a los socios y a los lectores de PHYSIS que a causa de la elevación de los gastos de impresión motivada por el alza consi- derable del papel y por el aumento del número de páginas de la revista, gastos imposibles de satisfacer con los limitados recursos de la Sociedad, por más que en ellos exclusivamente se invierten, después de la salida del número anterior, la Comisión Directiva se ha visto en la necesidad de resolver que en este año aparezcan sólo tres entregas; de modo que con el presente número concluye el tomo tercero, con casi quinientas pá- ginas. - El propósito de publicar anualmente tomos de cuatro entregas de unas cien páginas ha sido, sin embargo, materialmente superado. . PHYSIS. — T. 111 31 CRÓNICA Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. El 16 de junio del corriente año, en coincidencia con el aniversario de la fundación de esta Facultad, la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Natu- rales celebró públicamente la recepción de sus dos nuevos miembros, Dr. CrisróBaL M. Hicken y Dr. Horacio Damianovicn. El primero fué presentado por el Dr. Enuarno L. HoLmbrr6 y el segundo por el Ing. Ebuarno AGUIRRE. El acto fué presidido por el presidente de la Academia Ing. Sawrraco BrYan. Los muevos académicos presentaron dos valiosas comunicaciones: el Dr. Hickex sobre la flora del Cretáceo en su relación con la actual, y el Dr. Da- MIANOVICH sobre la termodinámica clásica y los nuevos problemas de la diná- mica química. Según se anuncia, ambas memorias serán publicadas por la misma Academia. Resúmenes de ellas, hechos por sus autores, han aparecido en la Revista del Centro de Estudiantes de Ingeniería (XVII, 42-44, 1917). En el corriente mes de diciembre, han sido designados miembros corres- pondientes en España los Señores Leovarno Torres Queveno y JuLio Rey Pastor, ambos conocidos por sus trabajos matemáticos. El Sr. Rey Pastor ha dictado este año en la Facultad de Ciencias un interesante curso libre so- bre matemáticas superiores, a iniciativa de la Sociedad Cultural Española de Buenos Aires. Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras. Su nuevo director. Por resolución de fecha 20 de julio pasado, el Consejo Superior de la Uni- versidad de Buenos Aires ha designado director del Museo Etnográfico, en reemplazo del Dr. Juas B. Amsroserrr, al Dr. SaLvaDor DEBENEDETTI, qUe hasta ahora desempeñaba el cargo de secretario de dicha institución. GCrónICA 471 Es un nombramiento muy acertado, y al felicitar a nuestro estimado con- socio por esta honrosa distinción, debemos también presentar nuestros plá- cemes a la autoridad universitaria que ha sabido interpretar fielmente las necesidades y las exigencias de aquel instituto. El Sr. Desexeoerrr, uno de los mejores discípulos de Amroserr1, se ha se- ñalado ya por una labor seria y valiosa en la arqueología argentina. Graduado de doctor en filosofía y letras (1gog) en la Universidad de la Capital, ha des- empeñado tareas científicas y docentes en el Museo de La Plata, del cual fué secretario (1g12-1914) y profesor suplente de arqueología y antropología, cargo que desempeña también en la Facultad de Filosofía y Letras de la Ca- pital. Es miembro correspondiente de varias asociaciones históricas y geográficas de Chile, Bolivia y Brasil. Desde 1905, época en que era ayudante del Museo Etnográfico, ha venido participando en las importantes excursiones realizadas a las provincias del nor- oeste de la Argentina, a iniciativa del extinto Dr. AmroserrI. Estas expedi- ciones, las últimas de las cuales DeseneDeTri ha dirigido como jefe, suman actualmente no menos de una docena. También ha realizado exploraciones etnográficas en Tierra del Fuego, Chile, Bolivia y Perú. Ha publicado varias memorias como resultado de estos viajes, algunas de ellas de primera importancia parael conocimiento elnográfico de nuestro te- rritorio. Museo Nacional de Buenos Aires. Las colecciones de invertebrados marinos del Museo de Historia Natural de Buenos Aires, se han aumentado con nuevas adquisiciones. Últimamente, aprovechando una invitación del Ministerio de Marina, el Museo envió uno de sus preparadores, el Sr. AureLio Pozz1, a bordo del Independencia, que bajo el mando del capitán de fragata D. Teonoro Carer-Bo1s debía hacer el re- levamiento hidrográfico de Golfo Nuevo (Chubut). Como do de este viaje, ingresaron diversos ejemplares valiosos de moluscos, tunicados, crustáceos, equinodermos, etc., que se agregan a los que ya existían en el Museo procedentes de localidades vecinas del mismo gol- fo. Todos estos especímenes están conservados en alcohol o formol. Dirección de Minas, Geología e Hidrología. Esta repartición nos comunica los siguientes datos sobre viajes geológicos y trabajos topográficos ejecutados en el corriente año. Aya PHYSIS (MI, 1917) Exploraciones geológicas : Parte meridional del territorio del Chubut. — La zona comprendida entre la región de los lagos Musters y Coli-Colhué y los afluentes izquierdos del río Senguerr, cerca de la línea divisoria continental de las aguas, fué explorada geológicamente por el Dr. Juax KrimeL desde febrero hasta ¡unio con el objeto de estudiar la estratigrafía y tectónica de los sedi- mentos cretácicos y terciarios y de las rocas subyacentes, y tratar de esclarecer con los nuevos datos el problema del petróleo de Comodoro Rivadavia. En la región investigada se pueden distinguir de oeste a este tres unidades : 1? una zona montañosa subandina que termina por el sur hacia el curso su- perior del río Senguerr y está constituída por las rocas más antiguas de toda la región; 2” una zona de elevaciones largas y anchas con alturas que llegan á 1300 metros, que termina en el gran codo del río Senguerr, y se compone principalmente de las capas con dinosaurios del Cretáceo superior; y 3” una laja de mesetas y terrazas ligadas sobre todo con los sedimentos terciarios, que sigue desde el curso superior del Senguerr en dirección de la costa atlántica describiendo una gran curva hacia el noroeste exteriormente al codo del río. Las rocas del subsuelo son esencialmente tobas de rocas de composición media y básicas del Triásico superior con Estheria sp., areniscas y esquistos ar- cillosos de varios pisos del Liásico con diferentes faunas marinas y la flora de Rajmahal: además tobas y aglomerados de porfiritas y pórfidos, areniscas y arcillas irizadas, que muy probablemente pertenecen al Jurásico superior. Estos depósitos han sido fuertemente plegados en el Mesozoico superior y cons- tituyen enteramente la zona subandina. Las tobas del Triásico superior con el mismo plegamiento marcado, aparecen en afloramientos aislados en la zona de las elevaciones dentro del codo del Senguerr, donde forman la base de las capas con dinosaurios. Estas capas son los únicos depósitos cretácicos en la región. La mayor parte de ellos son terrestres; en su fracción superior se encuentran capas intercala- das del piso de Salamanca. La serie ha sido dislocada débilmente antes del depósito de los sedimentos terciarios. Entre el Colhué y el río Senguerr, el tipo predominante de la disloca- ción es la falla escalonada. La estructura producida de este modo ha sido cor- tada según un plano de denudación. Sobre él se han formado los sedimentos del Terciario, es decir, las tobas con Notostylops, Pyrotherium, etc. El límite entre el Cretáceo y el Terciario, está pues indicado por aquel plano. Una discordancia se observa también en la base de la formación patagónica que descansa tanto sobre las capas con Notostylops, como sobre las con Pyro- theriam o con Colpodon. Las dislocaciones que se observan en ellos son cuen- cas y bóvedas muy anchas y algo irregulares. Respecto a la efusión de las rocas básicas que hasta ahora se han considera- do como gabbros y de edad terciaria, se pueden constatar unas seis a siete fases diferentes de erupción, desde el Terciario inferior hasta la época actual. ¿n gran parle se trata de basaltos. Crónica 475 Parte sur del Neuquén. — La región situada al este del Aluminé y del Collon- Curá, fué estudiada por el Dr. Paño GrorBek en los meses de marzo a mayo. Sobre una base de gneis y de granito paleozoico y quizá más antiguo, se ob- serva la serie de las porfiritas supratriásicas, sobre ésta el Liásico inferior y superior, la sucesión incompleta del Jurásico medio hasta el Bajociano, y el Kimmeridgiano inferior. Sigue una nueva sucesión de sedimentos con el Kimmeridgiano superior hasta el Neocomiano medio. En el este de la región se encuentran areniscas terrestres del Cretáceo su- perior. s Como fenómeno tectónico debe mencionarse un fuerte plegamiento oxfor= diano entre el Aluminé y el Catanlil y entre el Collón-Curá y Piedra Pintada, que se destaca por la discordancia marcada en la base del iimmeridgiano su- perior. Parte superior del valle del Rio Negro y este del Neuquén. — Fué estudiada por el Dr. AsseLuo WrixbnHausen de abril a agosto, para completar sus investi- gaciones estratigráficas del Neocomiano y de las capas con dinosaurios, del piso de Roca y de las capas de Chichinales. Como resultado nuevo se puede men- cionar la subdivisión del Neocomiano. Encima de los estratos con Neocomites, Acanthodiscus y Spiticeras del Berriasiano y Valengiano interior, siguen capas del Valengiano superior con Astieria sp., después, del Hauteriviano inferior con Ammonites del grupo del Hoplites pseudoregalis Buxckn., y finalmente, el Hauteriviano superior con HHolcodiscus, Desmoceras, Lytoceras, etc. La fauna demuestra nuevamente el hecho ya conocido de que la importancia del ele- mento mediterráneo en la fauna sudandina aumenta en los horizontes supe riores del Cretáceo, mientras que Astierta es un elemento cosmopolita. Con el Barreniano que está representado por yeso, arcilla y areniscas sin fósiles empieza en el este del Neuquén el movimiento negativo. Territorio de Mistones. — El Dr. José Manta SoBraL ha explorado geológica y petrográficamente de agosto a noviembre, parte de este territorio constituí- da por areniscas y basaltos. Provincias de Tucumán y Catamarca. — En los meses de agosto a noviembre, el Dr. Juas Rassmuss completó sus investigaciones en el macizo de Aconquija y montañas adyacentes. Trabajos topográficos. Los principales trabajos efectuados por la sección Topografía son los siguientes : Relevamiento fotosramétrico de la precordillera de Mendoza, en la zona S ! comprendida entre La Hullera, Canota, Pampa de Canota, Cerro Pelado, Cerro Aguas Saladas, Potrerillos, Cacheuta, Casa de Piedra y San Isidro, cu- briendo una superficie aproximada de unos 3000 kilómetros cuadrados: la escala adoptada es de 1 a 100.000. Relevamiento de una región de Tucumán y Catamarca comprendida entre 8 yy los 27? y 289 de latitud y los 65230” y 66215" de longitud, ampliando los tra- 174 PHYSIS (UI, 1917) bajos anteriores. Esta región abarca los alrededores de Monteros, Concepción, Medinas, Villa Alberdi, Villa Graneros, La Cocha hasta La Viña. Además fueron relevadas ambas faldas de la parte norte de la Sierra de Aconquija, y por el sur, las cumbres de Balcozna y Potrerillos y las sierras de Ambato y Humaya. Relevamiento de los alrededores de Iglesia (San Juan) en la zona de las ver- tientes acuíferas, para su estudio hidrogeológico. Sociedad Ornitológica del Plata. Nuevos socios. — Desde la aparición de El Hornero, órgano de esta socie- dad, se han adherido como socios activos de la capital, los Sres. Acusrín J. PexnoLa, Dr. €. Torawzo CaLDeErRON, Dr. Exrnesro MAGLIONE, ÁDOLFO S. Gómez, Dr. José B. Zustaur, José E. Casas, Prof. Anesanbro Bercazti, Prof. Anastasio J. Herrera, Prof. Horacio Arbrrr, Juan A. GonzáLez, Cap. de fra- gata Enuarbo Ramirez, Prof. Aucusro: €. Scala, Dr. SaLvapor P. AnLoisB, Sr. Rexé BonbukrL y la Sra. Carmen €. pe Ménpez Casarieco. Del interior, los Sres. Ezequier A. Pereyra (hijo), Florencio Varela; Juan B. DAGUERRE, Rosas (F. C. S.); Juan E. Xmarpez, General Pirán (F. C. S.); Juan ÁNzoLA (hijo), Mercedes (Corrientes): Ing. Agr. Sinvio Lanrranco, La Plata: Gro- RIALDO PeLLERANO, Gorchs (F. C. S.). Además, se ha adherido el Museo Educacional de Mendoza, por intermedio de su director Prof. CarLos S. Rerb. Donaciones de aves. — La S. O. P. ha recibido aves preparadas en cuero y frescas de los Sres. ALBerRTO CasteELLANOS, de Córdoba, Juaw B. DaGueRRE, Est. Rosas (F. G. S.) y de varios jefes de la armada que no han dado sus nombres. La expedición de los señores Lizer y Delétang a Bolivia. Hállanse nuevamente en esta capital nuestros consocios, Ing. CarLos Lizek y Sr. Luis DeLérTaNeG, que como lo consignamos en el número anterior fueron enviados por el Ministerio de Agricultura con objeto de realizar diversas im- vestigaciones en la República de Bolivia acerca de la zona de refugio invernal de la más temible de nuestras plagas, la Schistocerca paranensis (Burm.). El Sr. Lizer ha cumplido en su totalidad el itinerario que le trazó la Co- misión de Defensa Agrícola, habiendo además efectuado una entrada en el desierto chaqueño de unas /4o leguas al este del camino real que va de Yacui- ba a Santa Cruz de la Sierra. De esta ciudad se dirigió a la de Curumbá (Brasil), cruzando todo el Chaco boliviano y regresando a Buenos Aires por vía fluvial. Además de los estudios que le fueron encomendados, ha tomado una serie GRÓNIG als ARONICA 479 - de notas sobre la historia natural de las regiones atravesadas, coleccionó insec- tos, moluscos, algunos reptiles y mamíferos pequeños y ha traído una nume- rosa colección etnográfica que fué presentada en la reunión de comunicaciones del 24 de noviembre pasado y que donó en nombre de ambos expedicionarios al Museo Etnográfico de la Facultad de filosofía y letras. El Sr. DeLérane, secretario de la expedición, no hizo el mismo recorrido, pues con el fin de realizar investigaciones más al morte, sobre el área de dis- persión de la langosta voladora, obtuvo autorización para trasladarse en com- pañía del ayudante Sr. Juan Boso, hasta Trinidad, de donde volvió a Santa Gruz, emprendiendo el viaje de regreso por vía Yacuiba. El recorrido de una vasta región de fauna tan rica les ha permitido realizar valiosas y abundantes colecciones zoológicas y etnográficas, de las que sin duda tendremos motivo de ocuparnos en breve. Museo de la provincia de Mendoza. Nos hemos ocupado anteriormente en esta revista (tomo Il, pág. 475) de la apreciable obra científica y educativa que lleva realizada el Museo de Mendo- za, cuyas colecciones de los tres reinos constituyen una base importante para la historia natural de aquella provincia. Esta institución está ya consolidada y cabe esperar que su desarrollo futuro seguirá el progreso iniciado. Nos es muy satisfactorio dejar constancia de ello, y hacer resaltar el significado que el hecho tiene en nuestro país, en donde los establecimientos provinciales de esta índole no han pasado, en la mayoría de los casos, de ensayos de duración limitada y de eficacia dudosa, a causa no sólo de la falta de apoyo por parte de los gobiernos, sino también de las defi- ciencias del ambiente y del escaso concurso de la sociedad. En la sección zoológica del Museo de Mendoza, es digna de notarse la co- lección de aves, recientemente enriquecida con ejemplares de diversas partes del país, pero especialmente de Cuyo. El director, Prof. Rurb, presentó en la Reunión de Tucumán de la S. A. €. N., el catálogo impreso de esta colec- ción. Ahora vemos que ampliando su acción, este museo ha emprendido, bajo el patrocinio de la Dirección General de Escuelas de la provincia, excursiones con fines antropológicos y arqueológicos. Las primeras se han realizado en Viluco (depto. de San Carlos), donde se ha exhumado una serie considerable de objetos pertenecientes a los antiguos indígenas de la región. Estas adquisiciones, unidas al material análogo ya existente, han dado base para la publicación del Catálogo de la sección correspondiente, que tenemos a la vista, y que confirma las anteriores apreciaciones respecto de la actividad de este instituto. 175 PHYSIS (IL 1917) La guerra y el movimiento científico. A las listas de hombres de ciencia muertos en la guerra, que hemos pu- blicado en los números anteriores de esta revista, podemos agregar los si- guientes : M. Burxaro Goruty, del personal de la estación biológica de Cette, Univer- sidad de Montpellier. Su muerte ocurrió en el segundo año de la guerra, en Artois. CoLuix era el autor bien conocido de importantes trabajos sobre los unicelulares del orden .de los Suctorios, especialmente del punto de vista ci- tológico. También escribió una valiosa monografía de los mismos. El Dr. Ebuaro Bucnxer, profesor de química de la Universidad de Mu- nich, caído este año víctima de las heridas recibidas en el campo de batalla, donde prestaba servicios como mayor. Había ilustrado su nombre con sus in- vestigaciones sobre la química de las fermentaciones, que le habían hecho acreedor al premio Nobel en 1917 (The Scientific Monthly, vol. 5, pág. 384). La Sta. Rura HoLoex, naturalista norteamericana, nacida en 1890, y gra- duada en Harvard ; se dedicaba especialmente a paleobotánica, bajo la direc- ción del Prof. Jererex, particularizándose en el estudio anatómico de las Co- níferas mesozoicas. En diciembre del año pasado abandonó sus estudios para alistarse en el cuerpo médico auxiliar voluntario que prestaba sus servicios en Rusia y allí ha muerto el 21 de abril pasado a consecuencia de una afección contraída en el desempeño de su caritativa misión. Poco antes de partir había dejado lista una memoria sobre un nuevo género de Cordaiteas de la India. (Nature, mayo 24 de 1917). Teniente A. Gorpoxn Harkexr, caído en Francia el 1 de junio del corriente año, a los 28 años. Se dedicaba a la botánica y economía rural. Había publi- cado en Annals of Botany (1gr3) una memoria sobre los efectos en las made- ras, de la oruga de Vamalus Erichsoni y asimismo algunos trabajos de fisio- logía vegetal. Últimamente había sido nombrado profesor de botánica en Ma- deras (India). (Vature, junio 14, 1917). ArwoLb Lockuart Prercuer, muerto a los 28 años en el hospital de la Cruz Roja de Rouen el 30 de abril próximo pasado, a consecuencia de las heridas recibidas pocos días antes. El Prof. Joy informa en Nature (mayo 17) de los trabajos realizados por este geólogo, algunos de los cuales, referentes a las ro- cas secundarias, son considerados como de mérito sobresaliente. FLercumer se había ocupado especialmente en la determinación del contenido en radio y torio de ciertas rocas, entre otras de las del túnel trasandino. En estos casos, hizo notar la constancia de la relación entre las cantidades de los dos elemen- tos radioactivos. Había estudiado también las rocas de la región antártica. Crónica 477 Instituciones científicas extranjeras. * Academia de Ciencias de Nueva York. — En el corriente año, ha cumplido un siglo de existencia la Academia de Ciencias de Nueva York. Según vemos en un interesante artículo del Scientific Monthly (vol. 5, pág. 463-475), esta institución tuvo comienzos bastante modestos. La idea de su fundación se de- bió a un profesor del antiguo Colegio de Cirujanos de aquella ciudad, Mr. S. Larmam Mrrcmir. La reunión preliminar tuvo lugar el 29 de enero de 1817, y el 24 de febrero del mismo año se constituyó la nueva institución con el nombre de Lyceum of Natural History, que como se sabe conservó varios años. Con este nombre fué que comenzó la publicación de sus Annals. El espíritu que animaba a sus fundadores está de manifiesto en las siguien- tes curiosas palabras escritas entonces por el Prof. Mrrcuuzz : «Los miembros de este instituto le han llamado « Lyceum » como recuerdo de la escuela fundada por aquel sublime genio, AristóreLES, en Atenas. Dis- cípulos del gran Estagirita, han determinado, siguiendo su ejemplo, hacerse Peripatéticos, y explorar y exponer los arcanos de la naturaleza mientras an- den caminando. » Actualmente, bajo la presidencia de Mr. M. IpvorskyY Purrw, la Academia de Nueva York es una de las instituciones más prestigiosas de los Estados Unidos. Su sede es el Museo de Historia Natural de aquella ciudad. En los últimos años ha emprendido una obra de aliento : la investigación completa de la historia natural de la isla de Puerto Rico, de acuerdo con el gobierno de ésta. [Parte de los resultados, muy valiosos, han sido publicados ya, y de ellos hemos de ocuparnos en otra oportunidad, pues contienen mu- chas referencias de interés directo para los naturalistas de Sud América]. Société Helvétique des Sciences Naturelles. — En las Actas de la 97* reunión amual, cuya realización hemos comentado en esta revista (II, pág. 204), se pueden ver algunos trabajos que interesan a los estudiosos de la Argentina y países vecinos. H. BLaxc (pág. 231-232) da un resumen de sus investigaciones sobre la anatomía del pichi-ciego (Chlamydophorus truncatus), basadas en tres ejempla- res de este armadillo que fueron proporcionados por el Dr. Mérraux, de Men- doza. Contiene detalles interesantes, en especial, sobre el revestimiento pi- loso. Wim. Viscuer (pág. 211) se ocupa de la biología de algunas bromeliáceas del Paraguay recogidas y observadas por la expedición del Prof. Cuonar (1914). Breve resumen en alemán, en que trata de la diseminación en los géneros Tillandsia, Bromelia, Dyckia. Se anuncia (pág. 214) una colaboración de Cuobar sobre biocarpología del Paraguay. PHYSIS. — T. HI 32 178 PHYSIS (MI, 1917) De importancia para la biología de los insectos es la comunicación de E. A. GorLDt, cuyo extracto en alemán aparece en la página 261. Según observa- ciones hechas en Pará sobre la hormiga Atta seadens, con referencia a los im- dividuos sexuales y estériles, el autor se muestra contrario a la hipótesis ge- neralmente admitida de que en las sociedades de himenópteros, tales como la abeja doméstica, Apis mellifica, los individuos masculinos proceden de óvulos no fecundados. Digna de atención es la memoria del mismo autor (pág. 295-311) sobre comparación de la reproducción sexual en los animales y en las plantas. Es un trabajo de índole especulativa que merecería conocerse y meditarse, y que procura buscar un entendimiento entre zoólogos y botánicos para la unifor- mación de la terminología biológica, en lo que se refiere a todos los procesos. y fases de la reproducción. El «Concilium Bibliographicum ». Esta conocida institución de información bibliográfica científica, que conti- núa la Bibliographya Zoologica fundada por Vicror Carus como un apéndice: del Zoologischer Anzeiger, anuncia recientemente por intermedio de su direc- tor, H. HaviLawo Firto, de Zúrich, que la publicación de dicha obra se ha proseguido durante los años de la guerra, contra la creencia general de que se: había suspendido. El volumen 3o, correspondiente a 1gr6, está impreso. Este es uno de los diversos servicios que por su posición actual la Suiza está en. condiciones de prestar a la ciencia. BIBLIOGRAFÍA Die Entwicklung der Mulita (Tatusia hybrida, Desm.), von Dr. Mr- GUEL Fervánbez. Revista del Museo de La Plata, t. XXI, p. 1-519, 19 lámi- nas dobles. La Plata, 1915. l Hemos recibido hace algunos meses la valiosa obra en que el Prof. Ferván- DEZ reune todas sus observaciones, en lo principal ya conocidas por sus pu- blicaciones parciales anteriores, sobre la embriología de la mulita (Tatusia hybrida). Este voluminoso libro representa la labor de varios años, con la aplicación de los métodos modernos de la embriología, — que el autor ha es- tudiado durante su permanencia en Europa, — y también con el concepto moderno de esta ciencia. En este sentido, es la primer obra de aliento que se hace en nuestro país, en cuyo desenvolvimiento científico marca así una época. Su publicación hace honor no sólo a su autor sino también al instituto univer- sitario platense donde se ha elaborado y que la ha editado en excelentes condi- ciones materiales. Formulamos votos porque allí puedan hacerse nuevas mo- nografías según el modelo de la presente, sobre otras especies no menos inte- resantes de nuestra fauna indígena. La obra es demasiado extensa para poder hacer un resumen ni aun sucin- to de ella en los límites de una noticia bibliográfica. Nos limitaremos a seña- lar el hecho más interesante que contiene, desde el punto de vista de la em- briología general, y que seguramente muchos de los lectores conocerán ya por referencias de otras publicaciones extranjeras. Nos referimos a la extraor- dinaria comprobación hecha por el autor, de que en la mulita todos los hi- juelos de un mismo parto proceden de un sólo huevo, curioso caso de poliem- brionía tal como no se conocía sino en ciertos artrópodos. que es raro aun entre todos los invertebrados y que se acerca en cierto modo a los casos de brotación observados en ciertos briozoos y tunicados. Esto viene a explicar el hecho, ya conocido por el pueblo entre nosotros, y comprobado por Azara a quien le llamó la atención, de que todas las camadas de la mulita consten de individuos de un mismo sexo, pues si cada individuo procediera de un óvulo 480 PHYSIS (UL, 1917) distinto no se comprendería tal identidad sexual. Ferxáxbez ha podido seguir el desarrollo del primitivo huevo único y ha visto que éste evoluciona como si se tratase de un embrión único hasta que se han diferenciado el endoder- ma y el ectoderma, y recién entonces comienzan a esbozarse los diferentes im- dividuos, cuyo número varía de 7 a 12, siendo lo general de 7 a y. Esta sor- prendente conclusión ha sido comprobada posteriormente a las primeras publicaciones de Ferváwbez (1909) por Newman y Parrerson (1912) quienes al principio (trabajando sobre Tatusia novemcincta, en los Estados Unidos) no creían en la poliembrionía de este armadillo. [La poliembrionía parece ser, pues, una condición genérica en Tatusia, de modo que no habría razón para hablar de una poliembrionía específica, porque esto haría creer que es condición exclusiva de una u otra de las especies. La diferencia principal es que en T. novemcincta se producen 4 embriones]. Los capítulos referentes a los anexos fetales son también muy valiosos, y la parte organogénica está tratada detallada y prolijamente. Los capitulos referentes al sistema nervioso central se deben a la Señora Karr FervnANbez-MARCINOWSKI. Las 169 figuras (sin contar numerosos dibujos en el texto) distribuídas en 19 láminas dobles (fototipías hechas en Alemania), son admirables como fo- tografías y como grabados. La mayor parte representan microfotografias de los respectivos preparados microscópicos. Estas investigaciones vienen a demostrar que el grupo de los Edentados sud-americanos, tan notable por sus particularidades anatómicas y su historia paleontológica — y cuyas verdaderas afinidades con los otros órdenes de ma- míferos son todavía tam obscuras — ofrece también peculiaridades no menos notables del punto de vista embriológico. FerwANDEz creyó al principio que en el peludo (Dasypus villosus) existía una poliembrionía semejante a la de Tatusia, pero reducida a dos embriones. Sin embargo, en un trabajo publi- cado posteriormente en Anatomischer Anzeiger, ha hecho ver que los dos em- briones del peludo proceden de dos huevos distintos. Parece ser que en los otros armadillos, —al menos en las otras especies de Dasypus y en el mataco (Tolypeutes), —se forma por regla general un solo embrión. Sería curioso conocer la gestación del notable Chlamydophorus. El autor cree que la mono- embrionía debe haber sido la condición primitiva de todos estos animales. De los otros Edentados (Bradipódidos o perezosos y Mirmecofágidos u 0sos hormigueros) se tienen escasas noticias. Como su título lo indica, este grueso volumen está escrito en alemán, pero lleva un resumen (p. 453 a 481) en español, y las explicaciones de las lámi- nas (p. 482 a 508) están en alemán y español. Está fuera de discusión la con- veniencia de que las obras de esta naturaleza no se escriban exclusivamente en nuestro idioma, por su escasa difusión. Admitido esto, hubiera sido sin duda preferible que la obra de Fervánbez estuviera en algún otro de los idio- mas más accesibles a la generalidad de nuestros estudiosos. Esto ha dado mo- BisLioGRArÍA 81 tivo a críticas que a nuestro modo de ver son injustificadas. Si el autor, ade- más de su propio idioma, sólo domina el alemán, no sería razonable exigirle que «redactase su memoria en francés o en inglés. En ese caso, los editores tendrían que haber hecho una versión completa a uno de estos idiomas. lo que implicaría dificultades serias, — o haberlo publicado a doble texto, espa- ñol y alemán, solución ideal, pero que representaba un enorme aumento de gastos. Por otra parte, salvo el número reducidísimo de personas que estén en con- diciones de seguir en detalle los extensos capítulos organogénicos de este li- bro, los demás tienen lo suficiente con el resumen en español. En cuanto a aquellos que piensen dedicarse de un modo especial a estos estudios, es casi seguro que conocerán la lengua alemana. Y si no la conocen deberán forzosa- mente aprenderla, pues les es tan indispensable como el francés y el inglés. En efecto, en la bibliografía especial que el autor menciona (p. 509), se ve que sobre un total de 38 trabajos, 18 están en alemán. 12 en inglés y 8 en francés, esto es, 20 trabajos en francés e inglés, que son, según debemos su- poner, todos igualmente útiles o necesarios para profundizar la materia. La versión castellana del citado resumen contiene algunas erratas sin impor- tancia y explicables por las dificultades para la corrección de las pruebas, ha- biéndose impreso la obra en Alemania después de declarada la guerra. Pero nos permitiremos observar que nos parece innecesario el empleo de la palabra alemana Anlage (p. 455) para la cual el autor asegura que no existe equivalen- te en español. A nuestro modo de ver, este término se traduce muy bien por esbozo, tanto en muchos casos del lenguaje corriente como en los especiales de que aquí se trata. Es lo mismo que el francés ébauche, y así lo ha vertido Cn. Juni en su difundida traducción del Tratado de Embriología de O. Herrw1c. En alemán, die Anlage no significa exclusivamente, como parece deducirse de la observación del autor, «el primer comienzo o rudimento de un embrión o de un órgano », pues se emplea en acepciones muy diversas, pudiendo refe- rirse o no a órganos. Ese término tampoco lleva implícita la idea de « prime- ro» o el más primitivo, pues también en alemán necesitan distinguir Anla- gen o erste Anlagen («esbozos », o «primeros esbozos »). Es claro que si se sutiliza demasiado, se podrá llegar a la conclusión de que no hay una equiva- lencia absolutamente estricta ; pero procediendo del mismo modo, no habría casi ninguna palabra que pudiera traducirse de un idioma a otro, pues las acepciones de los vocablos que expresan una misma idea fundamental, varían siempre algo en amplitud, de modo que no se puede obtener una superposi- ción perfectamente exacta. Por lo demás, es natural que cuando uno se ha habituado a expresar un concepto o designar un objeto con cierto término, llegue a convencerse de que sólo ese término es el que puede usarse. Si, como lo afirma el autor, la palabra Anlage ha pasado ya a todos los idiomas, habría que admitir que en ellos no tiene un equivalente suficiente- mente exacto. o bien quizás es sólo por razones de moda, pues como lo recor- 182 PHYSIS (HI, 1917) daba el ilustre Grarp en alguna parte, la moda desempeña también su papel en los dominios de la ciencia, papel mucho más importante de lo que gene- ralmente se cree. ; El autor termina su notable obra con una observación de índole práctica en la que lo acompañamos decididamente : se trata de evitar la desconsidera- da matanza de mulitas con fines gastronómicos. Por lo menos, se debería prohibir el expendio de hembras en la época de la preñez (mayo a octubre) para evitar el exterminio de una especie tan característica e interesante de nuestra fauna, y que tiene además su valor económico. Investigaciones arqueológicas en los valles preandinos de la provin- cia de San Juan, por Sarvanor DeBeneoerTi. Revista de la Universidad de Buenos Altres, i. XXXI, p. 6t-99 y 9226-2356: t. XAXXIV, p. 122-167 y 339-405, con 1 carta y 124 figuras distribuidas en el texto y en 8 láminas. Buenos Aires, 1916. El Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universi- dad nacional de Buenos Aires, viene realizando desde 1go4 —en virtud de una de esas amables paradojas, que, con frecuencia, suelen realizarse en mi buena tierra argentina —la exploración «arqueológica » metodizada de la provincia cultural más sugerente de nuestro lerritorio. Su personal ha verifi- cado investigaciones en Kipón, Cachi y La Paya (Salta), en los valles de Abaucán y Andalgalá (Catamarca), y en Tafí (Tucumán), sujetas a un plan racional : que, en ciertos casos, llegó casi a ser sistemático, como lo eviden- cian los estudios realizados en Pampa Grande (Salta). La extensa memoria que acaba de aparecer como número 15 de las publi- caciones de la «Sección antropológica » de la Facultad, comprende los resul- tados arqueológicos obtenidos en el curso de dos viajes realizados a los valles preandinos de la provincia de San Juan por octubre, noviembre y diciembre de 1914 y en los dos primeros meses de 1916. En ese espacio de tiempo, har- to reducido, pues es menester restarle los muchos días dedicados a la organi- zación sobre el terreno de las expediciones, a las largas marchas, etc.. SaLva- DOR DeBENEDETt TT practicó estudios intensivos en Calingasta, Barrealito, An- gualasto y Pachimoco, e investigaciones más superficiales en Barreal, Tocota, Los Pozos y Paso del Lamar. A modo de introducción, el autor resume y analiza, en un corto capítulo, los escasos antecedentes que se poscían, hasta antes de sus viajes. sobre la ar queología de San Juan : los breves párrafos escritos por SarmtNTO : las vagas noticias sobre los hallazgos del ingeniero Nicouk, dados a conocer por Ámk- Guino; los materiales reunidos sin plan ni método alguno por el aficionado DesiperIO S. AGuIAR, que habrían de sugerirle bizarras conclusiones; y las diversas cuestiones planteadas por Eric Bomax en su hermosa obra sobre las viejas culturas del noroeste argentino. BIBLIOGRAFÍA 183 Los resultados obtenidos en Calingasta, han sido interesantes. Los poblado- res primitivos de esa localidad, que debieron de ser poco numerosos, constru- yeron sus caseríos de adobes o de «barro amasado », y los distribuyeron, ais- ladamente, en el área poco extensa de los campos cultivables. Tampoco pose- yeron cementerios circunscritos, —sus sepulturas, aisladas, forman dos grupos bien definidos : en uno, las inhumaciones se han realizado en grutas formadas por los agentes erosivos : en el otro, se han verificado en fosas elípticas desti- nadas a contener uno o varios cadáveres. Las grutas-sepulturas se hallan en las faldas de colinas poco elevadas. La entrada aparece cerrada, las más de las veces, por troncos de árboles dispuestos verticalmente, sostenidos en esa posl- ción por grandes rodados, y en cuya proximidad se notan rastros de amplios fogones, capas cineríticas, piedras ennegrecidas por la acción del fuego y aun restos de madera carbonizada. En una de esas grutas, SaLvaDor DeBENEDETrT1 encontró el cadáver momificado de una mujer joven. Se hallaba extendido, con las piernas recogidas, a lo largo de una parihuela hecha de troncos, cañas y juncos ligados entre sí mediante cordones de lana policroma ; lo envolvían modestos ponchos, y su cabeza aparecía cubierta por un gran cesto de paja tejida. El ajuar funerario consistía en una pequeña urna de cuerpo globular y largo cuello, de cuyo interior se retiraron, asimismo, un plato de paja, un bol y una calabaza seccionada. Las tumbas elípticas contenían, generalmente, esqueletos dispuestos sin orden alguno y acompañados de un modesto ajuar funerario. Sólo en un caso, SALVADOR DrEBENEDETTI pudo constatar que tres cadáveres habían sido depositados en posición alternada y uno sobre el otro. La antigua población de Barrealito se extendió sobre ambas márgenes del río Calingasta ; pero es probable que esa doble ocupación no llegó a ser con- temporánea. En efecto, en la margen izquierda las construcciones son de ba- rro; los restos diversos que allí se encuentran evidencian procedimientos in- dustriales bastante evolucionados: las sepulturas, aunque esporádicas, son casi suntuosas, y el ajuar funerario que contienen es rico y variado. En cam- bio, los habitantes primitivos de la margen derecha construyeron sus casas de piedra, las que están formadas por la reunión de varias habitaciones, y algu- nas, complementadas por construcciones accesorias circulares ; sus sepulturas son muchísimo menos abundantes, y los ajuares funerarios, con ser primiti- vos, resultan de una uniformidad abrumadora. Entre las muchas sepulturas excavadas por SaLvaDOR DrEBENEDETTI en la margen izquierda, es particular- mente interesante una de ellas que contenía el cadáver de un individuo en- vuelto en una gruesa red de juncos y a cuyo alrededor habíase dispuesto un rico conjunto de vasos de barro cocido de diversas formas, con ornamentos mono y policromos, y algunos otros objetos de madera y paja tejida y pin- tada. En las amplias ruinas de Angualasto, que se hallan situadas en la margen derecha del río de Jáchal, Sarvanox DeBeveDerri ha constatado la existencia de tres tipos de construcciones, todas de « tapias de barro amasadc ». Uno de 184 PHYSIS (UL 1917) ellos comprende amplios recintos rectangulares de 18 X 12”. término me- dio, que debieron utilizarse como corrales, pues cubre su suelo una densa capa de estiércol. El segundo grupo lo forman las verdaderas habitaciones, — por lo general cuadradas y de ángulos redondeados, con su entrada orientada siempre hacia el este y protegida por prolongaciones de los mismos muros. Por último, en el tercero, ha reunido el autor, muy acertadamente, ciertas excavaciones circulares o cuadradas, cuya profundidad alcanza a 2%50 y que estuvieron techadas con totoras, ramas y cañas. Estas curiosas construcciones fueron graneros, y ello puede asegurarse con plena certeza, pues los habitan- tes actuales los usan semejantes. Pachimoco fué una localidad especialmente agrícola y, según lo afirma Sar- vaDor DeseNEDEr TI, «no hubo allíuna porción de tierra destinada preferen- temente a servir de asiento a un denso núcleo de población ». Por ello, los restos de construcciones se presentan aislados, y, a las veces, separados por distancias relativamente considerables. Por lo demás, son parecidas a las des- cubiertas en Angualasto, de «barro amasado» y de forma subcircular. No fué descubierto en Pachimoco un verdadero cementerio y las tumbas se en- contraron, aisladas, en las proximidades de las habitaciones. Conviene pun- tualizar, sin embargo, que la mayoría de las inhumaciones de niños se verili- caron en grandes platos — como también lo hicieron los habitantes de An- gualasto — mientras los adultos eran sepultados individualmente. En cuanto a los ajuares funerarios, en caso alguno llegaron a ser suntuosos. Como lo tengo ya dicho, Sarvapor DebeENEDETT1 realizó estudios más bre- ves en otras localidades sanjuaninas, donde verificó, sin embargo, investiga- ciones fructuosas. En la región de El Barreal se hallaron restos de habitaciones construídas con grandes «adobes » de barro (Campo de las Ancuviñas), y una gran cons- trucción rectangular de piedra, de 27" X 1950, subdividida en seis porcio- nes iguales ; destinada, sin duda, á guardar ganados, pues su estiércol abun- da a poca profundidad (« Tamberías » de Barreal). En Tocota, los vestigios de la antigua población, que fué esencialmente agrícola y no muy numerosa, aparecen en forma de agrupaciones aisladas de pequeñas casas, separadas entre sí por distancias que oscilan entre 500 y 200 metros. Fueron construídas de grandes rodados traídos del lecho del río pró- ximo; sus habitaciones se han agrupado con persistente simetría; y, en sus proximidades, se observan recintos circulares, en cuyo interior existen restos de grandes fogones. Las antiguas viviendas en Los Pozos — construídas de barro y fragmentos pequeños de piedras —son rectangulares, divididas en tres habitaciones, y con una construcción accesoria en uno de los ángulos ex- teriores. Por último, en Paso del Lamar existió un verdadero tambo, estraté- gicamente situado sobre la vía de circulación que comunica los valles de La Rioja con los de San Juan. Existen aun allí numerosos restos de habitacio- nes y de amplios corrales cuadrangulares. == 0 [h7] BinLIoOGRArÍA El autor de la memoria que analizo, descubrió, también, numerosos pe- troglifos, especialmente en la región de Barreal (Piedras Pintadas), en los al- rededores del «portezuelo » de las Burras y en Villa Nueva. Generalmente, esos rastros dejados por los primitivos habitantes, corresponden a dos y hasta a tres épocas distintas, — el grupo más antiguo está representado por figuras semejantes a las ya señaladas en otras localidades del Kulturkreis Diaguita, mientras el moderno comprende representaciones cuya procedencia del sim- bolismo cristiano es indudable. SaLvaDor DEBENEDETTI, por último, ha procurado verificar la existencia, en las regiones que explorara, de la vieja vía de circulación aborigen conocida bajo el nombre de «camino del Inca ». Con ese objeto examinó los numero- sos rastros que se le atribuyen con prodigalidad excesiva, y, por ello, fija, en definitiva, las porciones que realmente deben corresponderle, su desarrollo, modalidades constructivas, etc. En cuanto al material arqueológico reunido, alcanza a 479 ejemplares. Comprende objetos de piedra (láminas, raspadores, perforadores, puntas de flecha, lanza y jabalina, morteros con sus manos, «bolas» arrojadizas, etc.): hueso (punzones, alfileres, boquillas para instrumentos musicales, pesas para el uso, puntas de flecha, etc.); madera (alfileres, cucharas, vasos, etc.); y metal (pinzas, hacha y pendiente de cobre; campanilla de bronce; aros de oro): como también muchas alfarerías y algunas piezas de canastería, teji- dos, calabazas ornamentadas, instrumentos musicales, etc. Completa este im- portante acervo — todo él bien documentado —una buena serie de restos humanos extraídos de las sepulturas explotadas. Conviene puntualizar el in- teresante hallazgo en los yacimientos de Calingasta, Barrealito y Pachimoco de varios tembetás, representados por tres tipos bien especificados. Por lo demás, el estudio comparado del material arqueológico aludido, su- giere a SALVADOR DEBENEDETTI las siguientes conclusiones : «1 Semejanza cultural entre la región preandina de San Juan y la región Diaguito-Calchaquí, demostrada por las prácticas funerarias, la cerámica, los artefactos de metal, los petroglifos y demás restos arqueológicos ; «2? Presencia de alfarerías policromas y utensilios prehispánicos análogos a los descubiertos allende la cordillera, en Coquimbo, Freirina, Copiapó y en algunas localidades de Bolivia, demostrando de manera evidente un activo intercambio entre los pueblos de ambas laderas de los Andes; «3? Los valles preandinos de la provincia de San Juan marcan hasta este momento el límite más meridional conocido de la dispersión de la cultura Diaguito-Calchaquí. » Entre las constataciones de valor especial obtenidas por SaLvaDorR DEBENE- DETTI como resultado de sus estudios en las localidades que ha visitado, re- visten particular importancia las siguientes : « Ausencia de cementerios definidos a excepción del vasto osario descubier- to en Angualasto ; 186 PHYSIS (HL, 1917) «Entierros de niños en urnas y en grandes platos distribuídos en las pro- ximidades de las antiguas viviendas. Raramente se encuentran sepulturas en el interior de los edificios ; «Entierros de adultos en grutas en Calingasta y Rodeo y en recintos abo- vedados intencionalmente en Barrealito. En algunos sepulcros los esqueletos estaban rodeados por gruesos troncos de árboles, dispuestos en círculo ; «Descubrimiento de tipos constantes de alfarerías en la cuenca del río de los Patos, por una parte y, por otra, en la del río de Jáchal, debiendo des- cartarse en absoluto la cerámica que ha sido llamada de tipo Calingasta » En suma, los estudios realizados por la expedición de la Facultad de Filo- sofía y Letras en los valles preandinos de la provincia de San Juan, evidencian que estuvieron poblados, con anterioridad al momento de la conquista espa- ñola, por escasos grupos humanos, sedentarios y de limitados recursos, dedi- cados a la agricultura y al pastoreo. Ellos debieron formar, sin duda, una parte de la /Tinterland del brillante Kulturkreis cuyo núcleo de irradiación com- prende los distritos montañosos de las provincias de Salta. Tucumán y Cata- marca, y cuyas infiltraciones meridionales extremas es probable hayan alcan- zado a los valles pre e interandinos de Mendoza. En todo caso, el examen de su ergología demuestra que se trata de elementos étnicos desprovistos de su personalidad primitiva, cuyo acervo cultural se hallaba en franca degenera- ción y sobre el que pesaban, en cambio, gran número de influencias extrañas. No deseo, en una breve nota informativa, como lo es la contenida en estas páginas, puntualizar observaciones críticas. Deploro, simplemente, que los croquis de construcciones no estén acompañados de escala alguna, circunstan- cia que resta valor a esos importantes documentos y hasta los inutiliza, en gran parte, para otras investigaciones. Es sensible la omisión, en muchos casos, del número de ejemplares reunidos de ciertos objetos : así, por ejem- plo, el valor indicador del descubrimiento de los tembetás, se reduce por dicha circunstancia. Es indisculpable, que el autor persista, aunque sea tími- damente, en utilizar tal cual término descriptivo que debe desterrarse en absoluto — por lo absurdo -— de la terminología arqueológica sudamericana. Y quizá sea exagerado, por último, el empleo de los dibujos a pluma, substituídos con ventaja por la fotografía, cuando no se dispone de dibujantes especialistas. Estos reparos no amenguan, sin duda, el alto valor de las observaciones de SaLvapor DeBENEDEtT1, cuya obra, bellamente escrita, marca una excepción que es de calificada justicia reconocer. En efecto, su lectura proporciona el alivio de una racha ozonada. Disipa, siquiera sea momentáneamente, la opre- sión penosa producida por la prosa amorfa y tropezona de las eminencias gri- ses, o las incoherentes diluciones de los que transforman los cráneos, los cacharros y hasta las puntas de flecha en otros tantos peldaños para su ascen- ción osada. Es una fortuna, pues, encontrar el escritor «que dice de cosas arcaicas con brillo, colorido y justeza. Pero, la verdad es que SaLvaDor Debr- NeDETTi al exclamar con el autor de los Poemas de América : Birtio0GRArÍA 187 Suene harmoniosa mi piqueta de poeta ! Y descubre oro y ópalos y rica piedra fina, Templo, o estatua rota ; Y el misterioso geroglífico adivina La musa. bien sabe que inspirará a Ella, en cualquier momento, la honda sapiencia de la Diosa de los ojos glaucos. — Félix F. Outes. Catalogue des Phanérogames de 1'Argentine. I, Gymnospermes et Monocotylédones, par L. Hauman et G. Vannerveren. Anales del Museo Nac. de Hist. Nat., t. XXIX, p. 1-347. Buenos Aires, 1917. Resultado de una larga y paciente labor es el presente Catálogo, como lo reconocerán todos los que hayan tenido que ocuparse de tareas semejantes. Su primera parte, junto con los resultados estadísticos generales, fué presen- tada por el Prof. Haumax en la sección Botánica de la Reunión de Tucumán. La presentación de la obra es excelente en todo sentido. La sinonimia, dis- tribución geográfica y bibliografía, muy prolijas, como la índole del trabajo lo requiere. Los autores han prestado un verdadero servicio a los que se ocupan del es- tudio de nuestras plantas, y es de esperar que el Catálogo quede terminado con la publicación de las Dicotiledóneas, que han de representar cerca de las tres cuartas partes del total, esto es — guardando las proporciones, — un vo- lamen de más de 1000 páginas. Y esto constituirá sólo la base para la futura Flora Argentina. Las perspectivas de ver ésta concluída parecen, pues, aún bastante lejanas. Segunda contribución al conocimiento de los árboles de la Argenti- na. Trabajo presentado a la Primera Reunión Nacional de la Sociedad Argen- tina de Ciencias Naturales, por MicueL LiiLo, 1 vol., pp. 1-69. Tucumán, 1917- Esta buena contribución al conocimiento sistemático de nuestra flora ar- bórea, presentada por su autor en la Reunión de Tucumán, contiene rectifi- caciones y adiciones a la Primera Contribución del mismo autor (1g1o) y a la del Dr. C. Srecazzixt, Apuntes sobre maderas argentinas (1911). Estas tres me- morias están basadas en la colección de maderas yen el herbario hechos por el Sr. S. Vexrurt para la exposición del Centenario en 1910. En dicha colección había muchos ejemplares privados de flores o frutos, y esto ha dado lugar a algunos errores por parte de ambos autores. Últimamente el Dr. Luo ha obtenido ejemplares más completos de las mismas especies, y esto le permite las presentes enmiendas. 188 PHYSIS (MI, 1917) Hay adiciones muy interesantes, como por ejemplo (pág. 54), Phyllostylon rhamnoides (Porssox), árbol de hasta 15 metros de altura, que cuando joven parece un tala, muy común en ciertas partes de Tucumán, donde se le conoce vulgarmente como «palo blanco». y que existe también en Salta, Jujuy, For- mosa y Chaco, pero que hasta ahora no había sido señalado por nuestros bo- tánicos. Esto se debe «a la corta duración de la florescencia y a que sólo los árboles más altos producen flores ». El autor ha necesitado años y numerosos viajes para poder encontrar las flores y frutos. Las observaciones (p. 51-54) sobre el género Celtis, demuestran cuán defi- cientes son aún los conocimientos respecto de árboles tan comunes como los talas (incluyendo las diversas formas colectivamente conocidas bajo este nom- bre vulgar). El autor expresa claramente, con este motivo, la poca confianza que en general le merecen las determinaciones de GriseBACcH en sus obras que durante muchos años se han considerado como la mayor autoridad para el estudio sistemático de la flora argentina. La presente memoria será reproducida juntamente con las demás de la Reu- nión de Tucumán. Flora Bonariensis. Trabajo presentado a la Primera Reunión Nacional de la S. A. C. N., por Haxs Secxr. Revista del Centro de Estudiantes del Profeso- rado Secundario, N* 1:-13. Buenos Aires, 1916-1917. El trabajo que con este título presentó el Dr. Suckr en la sección Enseñan- za de la Reunión de Tucumán, constituye una clave para la determinación de las familias de las plantas de los alrededores de la ciudad de Buenos Aires. Su. utilidad es, pues, manifiesta para los estudiantes, a los cuales está destinado. Mediante su uso, éstos podrán aprovechar mejor la Chloris del Prof. Hicken, que como lo dice el autor, ha servido de base para su clave. El Prof. Seckr anuncia, al final de la introducción, la publicación futura de una nueva clave para la determinación de los géneros y en lo posible de las especies, obra cuya necesidad se siente desde hace tiempo por parte de los pro- fesores y estudiantes de la capital federal. Clave analítica de las familías de las plantas, confeccionada sobre el original de Le Maoút y Decaisne, por Ebuarno Labisiao HoLMBERG. 3" edición, Buenos Aires, 1917. Hemos visto en la librería del Colegio, que ha sido puesta en venta la 3* edición de la conocida clave del Dr. HormBer6, cuyas ediciones anteriores es- taban agotadas hace tiempo. BibLI0GRAFÍA 189 y Anales del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires, tomo AXVIIL: 591 pág., 16 láminas, 48 fig. en el texto, 1 retrato y 3 ma- pas. B. Aires, 1916. De la mayor parte de los artículos contenidos en este tomo de los Anales, yase han hecho análisis en esta revista a medida que iban apareciendo. Entre los restantes hay que mencionar los siguientes: C. Srrcazzixt, Algunas orquidáceas argentinas (pág. 131-140). Menciona diez especies, de las cuales dos nuevas : Pleurothallis aurantiwv-lateritia” y Epi- dendrum argentinense, ambas de Misiones. Juax B. Amsroserri, Prof. Pedro Scalabrini (1849-1916), (pág. 227-240). Noticia biográfica cuya aparición anunciábamos en esta revista (II, 305) al dar cuenta del fallecimiento de ScALABRIMI. Contiene además este volumen cuatro artículos referentes a asuntos antro- pológicos y etnográficos, a saber : C. €. Hosskus, Observaciones arqueológicas en el Río Blanco (San Juan) (pág. 145-192). Axiñan CarDoso, Breves noticias y tradiciones sobre el origen de la « boleado- ray y del caballo en la R. Argentina (pág. 153-182). R. Leamans-Nrrscme, Dos cráneos matacos (pág. 293-250). Eric Boman, Las ruinas de Tinti en el valle de Lerma (prov. de Salta) (pág, 521-540). El Hornero. Revista de la Sociedad Ornitológica del Plata, tomo Í, n* r. Buenos Atres, octubre de 1917. Ha aparecido el primer número de esta publicación con el siguiente suma- rio muy interesante : Carácter y fines de la asociación. KR. DabBeNE, Los vencejos de la República Argentina (con una lámina); M. DorLLo-Jurano, Sobre aves de Puerto Desea- do (con tres láminas); Férrx F. Outes. Formación del «Gabinete del rey », Primeras contribuciones sudamericanas; MaxueL Seva, Distraciones ornttológi- cas (con un cuadro): R. DaBrexeE, Notas sobre una colección de aves de la isla de Martín García (con un mapa); Peoro Srrié, Sobre un boyerito en cautivi- dad ; Hécror AmbrosettI, Dos tiránidos de Buenos Atres; RoBerro DABBENE, Cypseloides senex y Clibanornis dendrocolaptowles en Misiones (R.A.). Movi- miento social ; Informaciones ; Bibliografía. Es digna de aplauso la Sociedad Ornitológica por el éxito alcanzado en este número, que responde plenamente al interés que ha sabido despertar en nues- tro país por la intensificación del estudio de las aves y el aprovechamiento del mismo como factor práctico y educativo. a PHYSIS (ML, 1917) Escritos Cientificos. Ciencias naturales argentinas, por Francisco Javier Musiz. 1 vol. 279 pág., edición de « La Cultura Argentina ». B. Aires, 1916. Con el título mencionado, han sido reimpresos los artículos del Dr. Muñiz editados por SarmeNro. Esta edición económica pone al alcance de todos los estudiosos estos interesantes y curiosos escritos de aquel eximio observador, entre los que sobresale su extensa y minuciosa descripción de las costumbres del ñandú (Rhea americana). Hasta ahora no se ha escrito nada mejor ni más completo sobre este asunto. Descriptions de deux Chrysomélides nouveaux de 1'Amérique du En esta comunicación describe el autor la Microtheca punctigera, capturada en el chaco salteño y en Tucumán. La otra especie es M. boliviana y proviene de Cochabamba (Bolivia). — Lazer. Costumbres y nidos de hormigas, por CarLos Brucn. An. Soc. Cient. Arg., t. LXXXIM, pág. 302-316, 1917. Como su título lo indica ocúpase el autor en este trabajo de las costumbres y nidificación de tres formícidos argentinos, el Pogonomyrmex coarctatus Maxr, el Trachymyrmex pruinosus Em. y el Acromyrmex lobicornis m., var. pencosen- sis For. ! Del primero da la descripción del macho, hábitos de las obreras y trata por último de los nidos que fabrica la especie, siendo ellos de dos clases : campes- tres y alpinos, términos estos que el autor cree deben emplearse cuando hay que designar nidos construídos en terrenos llanos o en regiones serranas O pedregosas respectivamente. De las otras dos hormigas describe con profusión de detalles los nidos que fabrican. Acompañan a este trabajo once fotografías con la nitidez que acostumbra darles el autor. — Lazer. Publicaciones del Museo de Etnología y Antropología de Chile. Año I [tomo 1], N** 1-5. Santiago de Chile, 1917. Nos complacemos en comprobar que no nos equivocábamos al augurar al museo etnológico de Chile, cuando anunciamos su reorganización en esta revista (tomo Il, p. 318), el buen éxito de sus tareas, como lo atestigua el primer tomo de sus Publicaciones, que hemos recibido. Constituye un volu- men in-8% menor de 303 páginas, impreso en la Imprenta Universitaria de Santiago, en forma muy recomendable. AR BinLiI0GRAFÍA Ag1 He aquí el sumario de dicho tomo : P. Mixrix Gusixbe, Prólogo : El Museo de Etnología y Antropología de Chale. AukreLtano Oyarzún, Estación Paleolítica de Taltal. Max Unte, Sobre la estación Paleolítica de Taltal. — Una carla y un informe. AukeLriaxo Oyarzún, La sangre en las creencias y costumbres de los antiguos araucanos. P. Marríx Gusixbe, Medicina e higiene de los antiguos araucanos. Exxesto DE La Cruz, + Don Juan B. Ambrosetti P. Marríx GusixDeE, + Johannes Ranke. P. Marríx Gusixbe y Ricarpo DáviLa Siva, Bibliografía. AURELIANO OYARZÚN, Crónica. Max Une, Los Aborigenes de Arica. Cantos E. Porter, Nuevo Director del Museo Etnográfico de Buenos Altres. AurELIaNO Oyarzún, Pichilemo-Cáhual. : Revista Chilena de Historia Natural, año AX, n* /-6, diciembre de 1g16. Año XXI, n'* 1-2, abril de 1917; n*3, junio de 1917 y 4-5 de octu- bre de 1917. : Nos complace dar a continuación los respectivos sumarios de estas entregas de la Revista Chilena de Historia Natural, que como siempre traen interesantes artículos sobre la fauna y flora de Chile. N* 4-6.3. Brermes, Description d'un nouveau coléoptere du Chili. C. E. Porter, Nueva localidad de Glyptobasis Portert. J. Brértumes, Un nouvel Empididae du Chalt. E. E. Gicoux, Un escutelideo terciario de Caldera. J. Buirues, Quelques hymenopleres du Chalt. M. Cábiz, Eltas Metchnikof?. C. E. Porrer, Descripción de un nuevo himenóptero chileno, parásito de Notolophus antiqua. E. Varas A., Resistencia vital de la Plagiodera erythroptera. C. E. Porter, Bibliografía chilena razonada de Protozoología. F. Lamuze, Descripción de un nuevo Lxódido chileno. J. Brerumes, Description dan nouveau Thrips du Chalr. C. E. Porter, Materiales para la fauna carcinológica de Chile : los Galateidos del Museo Nacional. Crónica, bibliografía, etc. N* 12. 1. Tuerior, Contribution ú la flore bryologique du Chili. L. Navas, Lista de neurópteros cogulos en el valle de Marga-Marga. O. Thomas, A New species of Aconaemys from Southern Chili. F. JarrueL, Descripción de una nueva labiada chilena. R. Sawzix, Las royas (o polvillos) de las plantas cultivadas en Mendoza. C. E. Porter, Bibliografía chilena razonada de Miriápodos y Onicóforos. ME PHYSIS (HI, 1917) WN 3. C. E. Porter, El Dr. J. B. Ambrosetti, fallecido en Buenos Aires. C. Srecazzixt, Sobre algunos hongos chilenos coleccionados por el Prof. J. A. Campo. *J. Burrumes, Description d'un Mymaridae nouveau du Chili. C. Siva F., Descripción de un nuevo Epinephele y clave de las especies chile- nas del género. CG. E. Porter, Copépodo nuevo para Chale. H. Lúéventi, Les Rubus de l? Argentine el du Chalt. N* 1-5. P. HerbsT, Nuevas avispas antó filas de Chile. E. Moorz M., La última erupción del volcán Calbuco. C. Srecazzint, Algunos hongos chilenos. A. €. ScaLa, Histología de la hoja de Villaresia mucronata. Anales de Zoología Aplicada, año IV, n” r, mayo de 1917. Santiago de Chile. El número que acaba de llegarnos trae el siguiente sumario : R. Barros V., Aclimatación del gorrión en Chile ; J. Brermes, Sur quelques dipteres de Lima (Pérou): C. E. Porter, La última invasión de la langosta argentina. Puysis, N* 15, tomo II : Buenos Aires, 31 de diciembre de 1917 Nora. A fin de hacer coincidir exactamente la aparición de cada número con la fecha que lleva, ésta irá siempre al final y en la cubierta de cada uno. Como constancia, queda depositado en la misma fecha, un ejemplar de Puxs1s en las siguientes instituciones : Biblioteca de la Facultad de Ciencias E. F. N. (Unwersidad de Buenos Aires). Museo Nacional de H. N. de Buenos Atres. Museo de La Plata. Sociedad Cientifica Argentina. Biblioteca Nacional. La Dirección. Con el presente número termina el tomo lil Ss AS A a A bid 3 ] CA A A e a a PHYSIS REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES ÍNDICE ALFABÉTICO DEL TOMO IM TONO E A pe Nos 13-15, 1916-1917 a) Artículos Brucn, Cartos, Metamorfosis de Pachyschelus undularius Burm. (Col. bupréstido) = Insectos mirmecófilos +... +... +... +... o... 0... <<... <.<.<....<..<.0o. 0... . Pre EE De DabBexNE, Roserro, Especies y subespecies aparentemente nuevas de Geositta y Cinclodes de la República Argentina y del sur de Chile PP... .. +... . o... o... .< o... DesexeDErTI, SalvaDor, Los yacimientos arqueológicos occidentales del valle de Famatina (prov. de La Rioja) GaLLarno, ÁnceL, Sur les « Formicides sud-américalms nouveaux ou peu connus », du docteur SanrscHt GiacomELLI, Eucento, Nuevos estudios y observaciones sobre Piéridas argentinas 5000 To0o0Do0o0o0 ooo oODoo oooO OOOO Doo 00 Imerive, RopoLeHo von, Observacóes sobre a mariposa Myelobia ame- tha Hetero talon Imeuive, H. vox, As formigas cuyabanas como meio de destruccáo das Fon Sas COBAdeIras. rea de el al. eN: 240, JOERGENSEN, Penro, Zoocecidios argentinos (conclusión) MarrixoLr, Caxerano, Huesos anormales de llama y de cóndor, exhu- mados en el Pucará de Tilcara Navas, Loxc1ixos, Algunos insectos neurópteros de la Argentina (ser. 1). Oures, Fénix F., Observaciones etnográficas de Francisco JAVIER Muñiz PHYSIS. — T. MI 33 396 hol PHYSIS Seva, ManueL, Manuscritos inéditos del padre Noseba sobre aves del PATA A 20 E Sobra, José M.. La expedición subpolar británica ( 1gr4-1g16)..... SpEGAzz1NI, CarLos, Ramilletes de plantas argentinas nuevas o intere- A A A e o 7 DOS b) Comunicaciones AmbrosetrrTI, Juax B., Dato folklórico a propósito de la mariposa Mye- Lo DIA SETA A Amecuixo, CarLos, Una especie de Chlamydotherium.......o.o...... : — Sobre el perro fósil del género Palaeocyon.............. — Dos nuevas especies de Toxodontes............. A — Losinuevos hallazgos en Miramar Birabéx, Max, Nota sobre dos cladoceros nuevos de la República Ar- A A A o ES Nuevas observaciones sobre Aeglen laevis (Larr.) Lrach. . Bomax, Eric, Pipas de fumar de los antiguos diaguitas............. -- Petroglifo de Los Ángeles, sierra de Ambato (Catamarca). o Una momia de las Salinas Grandes (Puna de Jujuy)..... BonareELLI, Guipo, Fósiles de Tierra del Fuego... AMES AO o o RAN SAT ¿lr IAS = Description d'un nouveau Colubridae Aglypha de la Répu- blique Argentine : Zamenis argentinas DO. SP....o.ooo... — Description d'une nouvelle esptce de moustique de Bue- OSMA TES A, TIE MIO A A = Sur une cécidie de Physalis viscosa; description de la céci- die et de la cécidomyie..... AE A, IAN —= Description d'une cécidie el de sa cécidomyie d'une Lippia dEmbre OSEA a NIEVA Plis ACTA 0 = Description d'une galle et du papillon qui la produit.... Brucn, CarLos, Dos nuevos himenópteros mirmecófilos............ = Dos idos deistesidos a A E — La forma sexuada femenina de Cryptoceras ridiculus (Sants. ) — Descripción de la Chrysopa lanata ........o.oomm..o lo... — Observaciones sobre Hirmoneura exotica Wirb. (Dipt.) .. — Hormigas de Catamalca la — Nuevas capturas de insectos mirmecófilos.............. DeLérana, Luts, Sobre la presencia de Belostoma grande L. en Tucumán. DerLmón, Inés E., Modilicación histológica de la agalla de Physalis viscosa. Indice alfabético DorrLLo-Jurabo, Martín, Sobre la presencia de Tellina gibber Tuex. en Mar del Plata = Moluscos hallados en un cementerio indígena en la isla de Martín García — MonotoRAYlABa On ONG — Notas sobre Acanthina calcar (MartYN)...o.ooo.o....o... de — Nota sobre Turritella americana (Brav.) =- Eimnaea viatriz D'Or. en el Río de la Plata ........... == Dos palabras más acerca de las variaciones de Lema Or- DIGA li els O, O == Note sobre Apembolephaenus jorger HorM........... ee GaLLarbo, ÁncEL, Sobre el tipo de la Phocaena spuipumais Burma Gez, Juan W., Nuevo hallazgo de fósiles en Corrientes............. GracomeLLr, Eucenio, Notas lepidopterológicas........o..oooooo.o.o. Hauman, Lucien, Algunas plantas de las altas cordilleras de San Juan. — Un olvido bibliográfico a propósito de un trabajo de K. A. Pnruierr sobre la flora patagónica. .....ooo....o.o.. —= A propósito de las rectificaciones del Dr. CG. SpEGAzzIm. .. - El género Octomeria y otras orquídeas erróneamente cita- daspparayelpaísdk soi. os: altos y = Notulaisobre Plantagoaquatilis RS a — El género Mierocala Lx. et Horrm. en la Argentina...... Herrero, DucLoux E., Representación gráfica de la composición quí- mica de lastaguashabunales ES IAE IO HickeN, GrisrógaL M., Una orquídea nueva............ a HoLmbere, E. L., Un caso de mimetismo en las abejas....... E iia Joax, Teresa, Nota sobre un Oribátido nuevo para la República Ar- centra pili Lale AUS E 0 LION dado = Nola preliminar sobre la anatomía del Oncocerca bovts LRAGLIEVICH, Lucas, La perforación astragaliana en Conepatus, Lutra K I La perf tragal í A Sarcophilus.. 2. eo ne Cs LammreE, Feryanbo y Joan, Teresa, Nola preliminar sobre un nuevo cenero de Trento io te A Lamuze, F., Lámina en colores del « Bicho colorado »............. — Nota sobre una larva de imsecto de respiración branquial. Lizer, Cantos, Sobre dos cecidias de Solanum eleagnifoluum y Vedelia AE NR A al US AE á = Description d'une nouvelle espece d'Eryophyde......... == Une nouvelle variété de Crysomphalus obscurus ComsT.... == Description du mále de 1” /cerya subandina LroN..... A 196 PHYSIS Lizer, Cantos, Ginandromorfismo de un lepidóptero ............. 4 — Sobre un cóccido del Quebracho blanco .......... EE MANGANARO, ANA, Adiciones a la flora platense.............o.o..... —= Un nuevo inmigrante para la flora argentina : Artemisia A A A A o o O 0 Mosexsex, Juan (1), Sobre la existencia de dos especies distintas de «Pato yaporesodl rl REL AICA AA — Una « rapaz » nueva para la Argentina........... O Ovurks, Férrx F., Guestiones de nomenclatura paleoctnológicas...... — La materialización del Cherruve Araucano ........oo.oo.. =- Valor del hallazgo de una pipa de piedra tallada en la pro- vincia de Entre Rios iris A IEA — El primer hallazgo arqueológico en la isla Martín García. Pp 7 : la E y e Sa E ASTORE, Franco, Esquistos precámbricos de la provincia de Tucu- A A A A A lA A ri IN Ele = Sobre el hallazgo de la criptógama hidropteridae Pilularia mandontien MaPlatalo 210.2 aia. ER, == Demostración de algunas cualidades nolábles de la « mus- covita » en las clases de mineralogía ........... O — Bombas volcánicas del sur de Mendoza.t.............. Seckr, Hans, Noticia sobre la ortografía del nombre Notofagus ...... Sírik, Peoro, Sobre la culebra opistoglifa Pseudotomodon trigonatas (Lexa.) Bere 32104. cue, pléniaien a, caciad y MEMO , — Observación biológica sobre la culebra aglifa Ltophis poeci- logyrus (Wikb.) JaN...... A MITOS ABN e ELO = Caso de voracidad lara con ; = Sobre Coluber corats ....... A MA. A SPEGAZZINL,¿Cis.o ECLICACIONES (O POL UNA A : TremoLeras, Juan, Sobre cuatro casos leratológicos en coleópteros . .. -— A propósito de la aparición del pez-luna (Mola-mola) en acuasidel modela Plata 10 a a — Description d'un carabique nouveau, appartenant au genre ga Cas COI de ICAA $e A c) Movimiento social Asociaciones para el adelanto de las ciencias en Francia e Inglaterra. . BowxarELtrI, Guino, Excursión a Magallanes y Tierra del Fuego....... GaLLarbo, ÁxcEL, Su nombramiento de miembro correspondiente de la Sociedad Zoológica de Londres ............... le (1) Por error « Mongensen » en el texto. 410 436 298 301 3O1 Índice alfabélico Hrckén, G. M., Su viaje a Magallanes y a Chile .......c.0......... Larraurt, Acustín E., Su nombramiento de profesor de Odontología delalinwersdadide Cordoba ae Manertt, Cantos A., Su designación para el puesto de director del Jar- din zoológico de La Plata... ER Eo E Nómina de los socios de la S. A. (.ÑN. (tgl7)...o.oooooo... e Nueyos miembros correspondientes... A le NUROV SOON a A Lal TUI o: Paita, Ernesto E., Banquete en su honor............ AE RS UA A E OS A S Pouxssicur, HiroLrro, Su regreso de Francia .....oo.oococ.o..o oc... Reunión de la Sociedad Argentina de Ciericias Naturales, Primera... 100, 259, Camisontlocatder luca lO ATA Concurrencia de los profesores de Historia nataral.......... A A A A ol A DA IA e Rechardela Reunion PO IE Al EA irabajosipresentados aia. air E Pu ed. NA SESION nd O ea 102, Reunión de Tucumán, Á propósito de un juicio sobre la........... Reunión de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, Segunda... 105, 299, Renovación de la Comisión directiva para 1917-19IS..... ic WEENORERRAS Ju o uvisita a la SAO NA A A E: d) Crónica Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de BUEnOS AMES O A e Ne O. IO : Academia Nacional de Ciencias de Córdoba............... Ae AMBrROs cr ua Data leciaiento e Amecnixo, F., Homenaje a la memoria de..... A O E A American Geographical Society, La nueva revisla de la............. Ayesa ro teccionyies tudio delas ela dla Burmerster, G., El 25* aniversario de su fallecimiento............. CambripcE, Rev. Ocravius Pickaro. Su fallecimiento. ............. Cauvrar lb AS ustalecimiento IA ET ca Ciencias Naturales en la América latina (el 25” aniversario de la Socie- damtenttica dal US Comisión Oceanográfica Argentina ............o........ O E Gonclbuay biblosraphicaa o A ISE Sa e Cruz, OsvaLDo, Su fallecimiento........ E EN A EN 198 PHYSIS Dirección de Minas, Geología e Hidrología. Exploraciones geológicas : Parte meridional del territorio del Chubut. Parte sur del Neuquen. Territorio de Misiones. Provincias de Tu- cumán y Catamarca. Trabajos topográficos........... DoerinG, Oscar, Su fallecimiento............ GIRE Donaciones para investigaciones científicas en Francia: La donación Expedición a Bolivia de los señores Lizer y DeLéranc, La.......... Expedición para el estudio de la región permanente de la langosta .... Fauna marina de las costas de Patagonia, Nuevos estudios de la...... Fiscuer, Henry, Su fallecimiento............. O E Guerra europea y el movimiento científico .......o.. o... ..0. 123, Instituciones clentilicas ¡extranjeras to e 314, Acadenma de Ciencias de. Nueva Vorki On Sociedad Biológica. de Washinglon ......0ommi cd a Société Helvétique des Sciences Naturelles...... 2.2... .... KereL, Juan. Exploraciones geológicas... .... o... 02... ...% A Koberr, Wirmerm, Su fallecimiento o A Le Danrec Fei A: Sw fallecimiento. a A WAR Cremenos Re Sata lector Museo de la ¡provincia de Mendoza 0 AR Museo de la provincia de Santiago del Estero............ Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras : su nuevo di- sector Dr. ¿SALVADOR DEBENEDEDTIL 1 Museo Nacional de Buenos Aires (nuevas adquisiciones)... 111, 308, MuseoProvincial ide altar A Notostylopídeos de Patagonia en los Estados Unidos, Hallazgo de un representante de los A E Surru, Encar A., Su fallecimiento......... Ma EN A Sociedad Cientifica Argentina .......“........ srta irte Sociedad Ornitológica del Plata : Nuevos socios. Donaciones de aves. Revista El Hornero. Reunio- nes y trabajos ornitológicos. Comisión directiva, miem- bros honorarios, correspondientes y activos. La primera reunión bianual. Excursiones. Trabajos ornitológicos presentados. Publicaciones. Distinciones al presidente. Nuevas colecciones ornitológicas........... 108, 3JLO, Universidad. de La Plata WieLbAND, Gr. Ro. Dusgiraren la Arsenio Zoología aplicada, Incendio en la sección dei a A Índice alfabético e) Bibliografía DE ANALES, REVISTAS, ETC. Anales de Zoología Aplicada de Santiago de Chile................. Boletín de la Academia Nacional de Ciencias... Ho... «El Hornero », Revista de la Sociedad Ornitológica del Plata....... Museo de Etnología y Antropología de Chile, Publicaciones del...... Revista Ghilena de Historia Natural "3000000 SO dl ao LS a llo dao ie . DE ARTÍCULOS Acmarb, J., Descriptions de deux Chrysomélides de l'Amérique du Sud. Brermes, J., Descripción de una nueva mosca langoslicida.......... = Algunas notas sobre mosquitos argentinos, su relación con las enfermedades palúdicas, etc., y descripción de tres Spaces MUNES paco bora a Mao PUE ASA — Estudio fito-zoológico sobre algunos lepidópteros argenti- Hnos productores deal Brucn, Cartos, Pxploraciones arqueológicas en las provincias de Tu- cumán y Catamarca — Descripción de un nuevo género y de dos nuevas especies dels tatiliados ea cco ios AE ES Metamorfosis de Taphrocerus elongatus Gor (Coleóptero DUpres do A EN A E MO — Costumbres y nidos de Mo ol asa Oo e CASTELLANOS, ALFREDO, FLORENTINO ÁMEGHINO ......... A e = Two new Bivalve Shells from Uruguay... 2....o00... DeBExEDErrr, SALVADOR, Investigaciones arqueológicas en los valles pre- andinos de la provincia de San Juan................ Ferxáxbez, MicurL, Die Entwickelung der Mulita (Tatusta hybrida Des O A) A al E A E GaLLarDo, A., Notas acerca de e hormiga Trachymyrmex pruinosus Em. — Notes systémaliques et ethologiques sur les fourmis attines. Hauman, Lucien, Les Dioscoréacées de l'Argentine ODIO O O O DO DO DO DO — Queiques Orchideeside cnn Hauman, Lucien y G. VaxbervekeN, Catalogue des Phanérogames de rrentine sp o ota aldo PASES aR 99 500 PHYSIS HoumberG, E. L., Las Coeliowys dela República Argentina (Las espe- cies argentinas: de Caelionys)e doi ei A ES Clave analítica de las familias de las plantas, confeccionada sobre el original de Le Maoúr y DecarssE............ Hosskus, €. C., Las cañas de bambú en las Cordi!leras del Sur...... Houssay, Bervarbo A., Nociones acerca de las serpientes venenosas de la República Argentina y el suero antiofídicO......... luerise, H. von, Loboa Brunot, a Land-shell from the Brazilian Island A Ta a JorrGeNSEN, P., Las mariposas argentinas, familia Pieridae......... LunmanyNrrscue, K., Nuevas hachas para ceremonias, procedentes de Patagonia: ha ue da CN LiLLo, MicueL, Flora de la provincia de Tucumán : Gramíneas...... — Segunda contribución al conocimiento de los árboles de la Argen timaal Loxcoaror, E., Nota sobre un petróleo de Tres Puentes (Punta Are- NA du Mancanaro, Aya, Nota sobre el género Micropsis D. (............. Marentt, €. A., Las diferentes larvas de langostas que acompañan a las grandes mangas de la saltona de Schistocerca para- nensis' DURMIÓ MabuLze, P. et E. BouLer, Description d'Hespérides nouveaux (Lep. esperas E AC o o Moxrks, Oscar B., Estudio experimental, clínico y terapéutico de las mordeduras de serplente Muñiz, Francisco Javier, Escritos científicos. Ciencias naturales argen- A A A ooo Oures, Fírix F., Las hachas-insignias patagónicas ..... ES aro == Las placas grabadas¡de Patagonia. ON Parobr, L. R., Clave para la determinación de los géneros de Gramí- neas silvestres en los alrededores de Buenos Aires..... Prerer. A., Les constituants de la houille et leurs relations avec ceux dipetrole ln as o Roverero, Cayerano, Nuevas investigaciones sobre los Delfines longi- rostros del Mioceno del Paraná ......oooooooo oo... 3 SEGKE: “HANS. LOTA OMA REN A A Se A SÉRIE, PEDRO, Las serpientes de la Argentina... SkoTTSBERG, CarL, Die Gattung Bolax COMMERSON.......o.oo.oooo.o.. Wurrrre, F. G., Lepidoptera from the Argentine and from Canada... 127 188 132 155 * SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES COMISIÓN DIRECTIVA (1917-1918) Presidente io aia Neo Franco PAstTORE. Vicepresidente... ....... . —CarLos Lizer, ¡ Pebro Ser, Secretarios de la Sociedad... os AE ME Cotomno, Secretario de la revista......, GUILLERMO SENILLOSA. TESORERIA A NAS Francisco CRIVELLI. Administrador de la revista... Lorenzo R. Parona. Bibliotecario... Ernías Prost. Guipo BovARELLI. Mocales a eee ARS , : Marríy DorLLo-JurApo. Y Comisión redactora : Franco Pasrore, CarLos Lizer, GUILLERMO SENILLOSA, Lorewzo R. Paron1, y M. DorrLo-Jurapo Exrracro pe as BASES DE LA SOCIEDAD APROBADAS EN LA REUNIÓN DEL 10 DE AGOSTO DE 1911 Y MODIFICADAS EN LA ASAMBLEA DEL 16 DE AGOSTO DE 191D Esta Sociedad, fundada el 1? de Julio de 1911 con el nombre de ad PHYSIS, tiene por fines principales ; 1? Estimular y facilitar el desarrollo de las Ciencias Naturales en la nd z 2” Publicar una revista científica, que a partir del II tomo lleva el título de PHY- SIS. A esto se destinarán principalmente los fondos de la Sociedad ; : 3" Celebrar reuniones científicas y realizar excursiones de estudio y 4? Propiciar la creación de parques naturales y la sanción de a que protejan. ala fauna y flora del país; 3% Propender a que la enseñanza de las Ciencias Naturales se haga en forma atra- yente y práctica, a fin de despertar en los alumnos el gusto por las cosas de la natu- 1554 raleza ; 60 Empeñarse por que el estudio universitario de estas materias, Y especialmente el del Doctorado en Ciencias Naturales, adquiera el desarrollo que corresponde a su im- portancia como factor de la cultura nacional, AS y y Ñ £ p ARES AA nh 1* Memorias sobre geología, paleontología, rapid $ zoología, botánica, etc., con referencia no a la io Ses vecinos. A E CE ES pa crologías, viajes y exploraciones, conferencias y reuniones de asociacior tíficas, o laboratorios, etc. Mi de la Mo SUBSCRIPCIÓN (Pago adelantado) e ESA NR A : CLA CO Burtdno MELO En la República el OS Número suelto .... En el extranjero, precio al ) Tomo I os ye 8, 1912-1915) [Boletín de la Sociedad ce 614 l - páginas con ilustraciones, un sumario y un índice. analítico de 48. KA A 4 qe pa % páginas, por autores y por MALOLÍAS - o cocraonocenrcn rc cin de Tomo 11 (No 9-12, 1915-1916). 496 páginas con ilustraciones . IAS. Tomo HI (Nos 13- 15, 1917). 492 páginas con ilustraciones ALA o E. El índice de los tomos 1I y HI se halla en AO ate da E En las principales librerías. Dirección y Administración : MCZ ERNST MAYR LIBRARY AAA] 3 2044 118 6 | Date Due e | FEB 13 1968 > Ps . SETA ha de e vá