'MJEZACJÚN MJSTOJKICuá

DE LA FUNDACIÓN DE ESTE CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR,

COMPAÑÍA DE MARÍA,

LLAMADA VULGARMENTE LA ENSEÑANZA»

EN ESTA CIUDAD DE MÉXICO,

Y COMPENDIO

DE LA VIDA Y VIRTUDES DE N. M. R. M.

MARÍA IGNACIA AZLOR Y ECHEVERZ

SU FUNDADORA Y PATRONA.

DEDICADA Á LA SERENÍSIMA REYNA DE LOS ÁNGELES

MARÍA SANTÍSIMA DEL PILAR.

r A EXPENSAS DE SU SoBRINO EL SeÑOR DoN PeDRO IgNACIO DE

EcHEVERZ AzLOR EsPlNAL Y VaLDIVIELSO, MaRQUÉS DE SaN

Miguel de Aguayo y Santa Olaya, Caballebo del

Orden de Santiago , y Alguacil mayor del Real

Consejo y Corte de Navarra.

EN MÉXICO:

Por Don Felipe de Zúñiga y Ontiveros, calle del

Espíritu Santo, año de 1793.

f.S

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Ala soberana retna de los ángeles

MARÍA santísima

EN SU SAGRADA IMAGEN

DEL PILAR DE ZARAGOZA^

Titular de este Convento de su Compañía DE México,

jL\ O es libre obsequio^ Soberana Empera-* triz de las Alturas^ no es en nosotras libre obsequio el ofrecer á vuestro sagrado Patro- cinio esta pequeña obrilla que nuestra corta capacidad ha delineado^ sino preciso y debido

y obligatorio tributo en reconocido agradeci- miento por haberos dignado de venir á bus- carnos por medio de vuestra milagrosa Ima- gen del Pilar de Zaragoza^ siendo en ella Guía y Condu&ora de nuestras primeras Ma- dres para asentar el Trono de vuestras pie- dades en este Templo dedicado a vuestra ce- lestial Columna. Y habiendo nacido esta Comu- nidad baxo el auspicio de tan poderosa Madre ^ logrando la felicidad de teneros desde su cu- na por Patrona^ pues por tal os escogió vues- tra amante Hija y Fundadora nuestra la M. i?. M. María Ignacia de Azlor t Écheverz^ creemos tenéis un total derecho de justicia á nuestras acciones. Por tanto y Clementísima

Señora^ recibid este mínimo homenage de nuestra gratitud ^ y derramad sobre esta ^vuestra escogida familia el torrente de vues- tras grandes beneficencias^ interponiendo vues- tras amorosas súplicas con vuestro divino Hi- jo^ a fin de que correspondiendo nosotras á la grande obligación á que nos empeña el ser hijas vuestras^ nos hagamos instrumentos ido- neos para el bien espiritual de los próximos y propagación del Apostólico Instituto que profesamos^ el que os pedimos^ que no limi- tándose solo á esta Ciudad^ se extienda por nuevas Fundaciones en otras de este vasto Imperio'^ para que esparciéndose esta Com- pañia por él^ ceda todo en alabanzas de vues--

tro dulcísimo Nombre , y honra y gloria de nuestro amantísimo Esposo Jesús.

Serenísima Rey na y benigna Madre nuestra^

B. V. sagradas plantas ^vuestras muy obligadas hijas y humildes esclavas.

La Religiosa Con un' dad de vuestra Compañia d¿ México.

PARECER DEL R. P. FRAT FRANCISCO

G^RCí^ FiGUERO^ de la Regular Observan- cia de JV. iS*. P. S. Francisco^ Lector Jubila- do^ Calificador del Santo Oficio^ ex-Ministro Provincial dos veces de esta Provincia dU Santo Evangelio de México,

Exmó. Señor.

EN la relación histórica de la fundación' del Convento r de nuestra Señora del Pilar, Compañía de María, llamada la Enseñanza, en esta Ciudad de México, y Compendio de la vida y virtudes de la R. M. María Ig- nacia de Azlor y Echeverz su Fundadora y Patrona, no se advierte cosa ofensiva á las Regalías de su Magestad y Leyes sobre impresión. Por lo que la juzgo digna de dar- se á la luz pública para honorífica memoria de esta exem- plar Religiosa, para consuelo de sus amantes hijas, mo- delo de las que abrazen su santo Instituto y edificación del Público. Este es mi parecer, salvo &c. San Francisco de México Marzo 13 de 1793.

Exmó. Señor. Fr. Francisco Garda Figueroa,

LICENCIA DEL SUPERIOR GOBIERNO.

JI?L Exmo. Señor Don "Juan Vicente de Gue^ •^— ^ mes Pacheco de Padilla Horcasitas y Agua- yo , Conde de Revilla Gigedo , Barón y Señor ter- ritorial de las Villas y Baronías de Benillova y Riv arroja , Cabillero Gran Cruz de la Real y DiS' tinguida Orden Española de Carlos IIL , Comen^ dador de Peña de Martos en la de Calatrava^ Gentil Hombre de Cámara de S. M, con exerci^ cio^ Teniente general de los Reales ExércitoSy Virrey^ Gobernador y Capitán general de Nueva España , Presidente de su Real Audiencia , Supe^ rintendente general Subdelegado de la Real Ha-' cienda , Minas , Azogues y Ramo del Tabaco , jfuez Conservador de este^ Presidente de su Real y unta ^ y Subdelegado general de Correos en el mismo Reyno , visto el Parecer que precede del R. P. Fr, Francisco Garda Figueroa^ concedió su li- cencia para la impresión de esta obra por su De* creto de i6 de Marzo de 1793.

PARECER DEL Lie. D. JU^IN FRANCIS- CO I>OMi]SGUEz Cura mas antiguo del Sagra' rio de esta Santa Iglesia Catedral.

Señor Provisor,

)0R mandado de V. S. he leido con espacio el Qua- derno que ccntiene una breve noticia de ia funda- ción, del Convento de nuestra Señora del Pilar, Compa- ñía de Maria, dicho de la Enseñanza en esta Ciudad de México, y un Compendio de la vida y virtudes de su Fundadora muy ilustre la R. M. Maria Ignacia Azlor, escrito por las mismas Religiosas que en el dia lo edifi- can. No hallo cosa contraria á nuestra Santa Fe, buenas costumbres, ni que exija la protesta mandada por los Su- mos Pontífices ; por lo que podrá V. S. siendo de su be- neplácito, conceder su Ucencia para la impresión. Méxi- co Marzo 24 de 1793.

Juan Francisco Domínguez,

LICENCIA DEL ORDINARIO.

México 3 de Abril de 1793.

POR la presente y por lo que d Nos toca con- cedemos licencia para que se pueda dar á las prensas el Quaderno que acompaña , atento á que reconocido de nuestro orden no contiene cosa con- tra nuestra santa Fe ^ buenas costumbres ^ ni Re^ gaitas de S, M. ( Dios le guarde ) con la precisa calidad y condición de que no se al Público sin que primero por el Aprobante se coteje y por el Oficio se tome razón. Lo decretó el Señor Lie, Z). yuan Cienfuegos "Juez Provisor y Vicario gene» ral de este Arzobispado ¿fe. y lo firmó,

M.

Lie. Cienfuegos,

Luis Antonio Alvares. Notar. Oficial mayor.

FRÓLOGO,

E admirará el piadoso Leñor (y con razón ) al ver que unas mugeres sin letras hayan teni- do ánimo de emprender una obra supe- rior á su sexó^ pero no le hará fuerza si reconoce que nos obliga á ello el que en treinta y nueve años que lleva de fundado^ nuestro Convento, no ha habido Sugeto que se haya hecho cargo de tomar este trabajo,, para que en todo tiempo conste de donde tuvo su origen esta Casa. Movidas de ver las quexas en varias Historias, de la omi- sión de sus antepasados en escribir seme-

(IL) jantes obras, por no incurrir en esta nota

hemos procurado dar algunos apuntes, aun- que compendiosos, deseando que en algún tiempo otra mejor pluma y bien limado ta- lento extienda y adorne con florido y gra- to estilo esta pequeña narración , hija solo del filial amor y reverente gratitud que de- bemos, así á la Religión, como á nuestra amada Fundadora, que tanto bien nos tra- xo á costa de inmensos peligros, surcando dos veces el Océano para franquearnos esta dicha, con que logramos (aunque indignas) el ser miembros de esta Compañia de Ma- ría Santísima, de que nos gloriamos como sus amantes y favorecidas hijas.

■/l.Ji!.M.K.M.ManaI?^

J-.'oEiiJtranzaíir Mex'.:ci, .AiíZ'

Pág. I

■REVÉ NOTICIA

DE LA FUNDACIÓN DE ESTE CONVENTO, Y DE LA VIDA DE NUESTRA FUNDADORA

La M, i?. M. Mari A Ignacia Azlqr

T ECHEVERZ,

CAPÍTULO PRIMERO.

Su Patria^ nacimiento y educación en sus primeros años.

STA América Septentrional, tan celebrada por sus ricos minera- les, puede gloriarse de haber si- do Patria de una muger tan he- roica, que podemos aplicarle el epíteto de la Mager fuerte, por su ánimo varonil y magnánimo corazón, ó el de Nave del Mer-

2.

cader que traxo el grano escogido de la Doc- trina Evangélica, para repartirlo gratuita- mente en la instrucción de las de su sexo, propagando por este medio la gloria de Dios y de su Santísima Madre , imitando en quan- to pudo el espíritu de nuestro Santo Patriar- ca San Ignacio de Loyola, cuyo nombre lo- gró en las santas aguas del Bautismo. Con- seguida tan ardua y dificultosa empresa quan- do gobernaba la universal Iglesia nuestro Santísimo Padre Benedido XIV, de feliz re- cordación, y siendo Rey de las Espanas nuestro Católico Monarca el Señor D. Fer- nando Sexto, (que de Dios goce) Virrey y Capitán general de esta Nueva España el Exmó. Señor Don Juan Francisco de Gue- mes y Horcasitas Conde de Reviliagigedo, Gentil Hombre de Cámara con Llave de en- trada de su Magestad &c. y dignísimo Ar- zobispo de esta Diócesis el Illmó. Sr. Dr. D. Manuel Joseph Rubio y Salinas Visita- dor general del Obispado de Oviedo , y de la Abadía de Alcalá la Real, Capellán de

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honor de su Magestad &c. á quien esta Co- munidad debe estar siempre reconocida por lo mucho que la protegió.

Nació esta grande Heroina en S. Fran- cisco de Patos , una de las mas populosas Haciendas de las que componen el quantio- so Mayorazgo de su Casa de EcheA^erz, y perteneciente á la Administración del Valle de Santa María de las Parras, dia nueve de Oftubre de mil setecientos quince. Fue bau- tizada en diez y siete del mismo mes en una Capilla de dicha Hacienda, y en el testa- mento que otorgó en el año de treinta y sie- te , á los veinte y uno de su edad , dexó un legado piadoso para el cujto de aquella Ca- pilla, y en memoria de haber nacido en ella á la gracia y para el Cielo. Pusiéronle por nombre María Ignacia por devoción que tu- vo la Señora su Madre á nuestro Santo Pa- dre Ignacio.

Fueron sus ilustres Padres los Señores Don Toseph de Azlor Virto de Vera, hijo segundo del Exmó. Señor Conde de Guara,

4.

Gentil Hombre de Cámara de su Magestad

y Teniente general de sus Reales Exércitos, y Doña Ignacia Xaviera Echeverz y Valdés Marquesa de San Miguel de Aguayo y San- ta Olaya, tan esclarecidos en nuestra anti- gua España por su ilustre sangre esparcida en muchas Casas de su primera Grandeza, entre ellas las hoy unidas de Xavier y Lo- yola, blasón únicam.ente apreciado de Ja M. Maria Ignacia por sli devoción tiernísima y filial amor a nuestro ínclito Padre y Patriarca S. Ignacio, y Glorioso Apóstol de la India San Francisco Xavier, á quienes veneraba por Padres: coaio en estos Reyno por su beneficencia, re.Jitud de costumbres y mu- chos distinguidos servicios del Señor Don Joseph de Azlor en la pacificacioi y esta- blecimiento de la Provincia de los Texas, en que erogó de su propio caudal las quan- tiosas sumas que constan en este Superior Gobierno^ y de los Ascendientes de la Se- ñora Marquesa en el Reyno de Guatemiala y Provincia de la Nueva Vizcaya desde los mas remotos tiempos.

5. Habiendo concluido el Sefior Azlor su

gobierno de Texas, (destino con que vino á la i^n-.érica) se establecieron en esta Corte de México, yendo á temporadas á sus Ha- ciendas. Por todo este tiempo hasta el falle- cimiento de sus Fidres no hay noticias in- di vMuales de sus virtudes:^ pero una ge- neralidad en que se pueden ver com.o en bosquejo, que indiquen bastantemente una angelical y religiosa vida. Un hombre de razón, y Criado que era entonces de la Ca- sa, atribuye €Sta ignorancia al extraordina- rio retiro en que la crió su ilustre y chris- tiana Madre: aquella Señora capaz, virtuo- sa y diligente Madre de familias, que cono- cia bien que la crianza modesta y retirada de las hijas sirve á Dios, á los estados y á las mismas hijas ^ se hacia en su propia Ca- sa ciertos departamentos en donde se vivia separada de todo el trifago y bullicio de la familia,, que era m.uy crecida, como cori^es- pondia á su explendor, encerrada en sus piezas con las dos hijas que tenia en esta

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6.

tierra, adonde no se dabí entrada sino á Criados escogidos y personas de satisfac- ción para cosas necesarias. Este retiro, poco usado en las familias, quitó el registro de lo que en él se hacia á los domésticos, que suelen ser los testigos y pregoneros de las virtudes ó vicios caseros de sus Amos. No por eso se les dexaba de traslucir á estos que allí estaban en un continuo exercicio , ya de lección, ya de oración, ya de operación de manos, con que daban algún descanso á la cabeza, sin dar entrada á la ociosidad y so- bradas conversaciones, en que si no hay cui- dado, hay por lo común muchosi defedos. Esta vida retirada margen para discurrir quan celestialmente vivirian unas Señoras de esta clase, que no pudieron tener otro motivo para observar tan voluntaria estrecha clausura, sino solo el abstraerse de las gen- tes para entregarse desembarazadas á el de- voto reverente trato con Dios nuestro Se- ñor, y era, así en la Madre, como en las hi- jas, una virtud extraña, principalmente en

7' nuestros tiempos, que con daño muchas ve- ces del recato, el pundonor y la modestia, ni las madres piensan otra cosa que en ha- cer (como ellas dicen) á las hijas urbanas y sociales^ ni las hijas piensan mas que en presentarse, en ver y que las vean, y en hacerse conocer y celebrar.

Y como cada estado tiene sus virtu- des, á mas de las comunes, que son de to- dos, tiene otras que le son propias, las de una doncella hija de familia. Son la suje- ción, la obediencia, el recogimiento, el si- lencio, la compostura y la modestia. Todas estas virtudes se hallaban en un modo ex- traordinario y singular en aquella condufta que seguían, siendo modelo de mucho exem- plo á todas aquellas Señoras que por distin- ción de su nacimiento están obligadas á ha- cer público papel en la Ciudad, para unir con destreza la representación que en este teatro del mundo les corresponde, con la moderación y humilde trato que la nobleza bien instruida demanda , á fin de que sin de-

8.

fraudar á la República de todo aquello que se le debe en lo político, para el concerta- do cultivo de sus máximas, no se le defrau^ de al Autor divino ni aun las primeras par- tículas del tiempo que es muy debido se em- plee en su reconocimiento, pues es como el tributo que debe rendir la Criatura á su Criador, como en primicias de la vida.

CAPÍTULO SEGUNDO.

Mueren sus Padres y entra en el Conventa de la Concepción,

COntaba ya Doña Maria Ignacia diez y ocho años de edad en este christiano modo de vivir, quando reconociendo su Se- ñora Madre, por el quebranto de salud, que estaba cercana su muerte, un mes antes lla- mó á las dos hijas , á quienes dio los conse- jos que correspondían á sa prudencia y vir- tud, encargándoles el cuidado y asistencia de su Padre, que ya estaba achacoso. Esto fue en el n>es Oftubre mil setecientos

9-

treinta y tres, y al siguiente mes de No- viembre le acometió un dolor de costado, que creciendo su gravedad , y conociendo la Señora en los semblantes de los muchos que la rodeaban los temores de que se acercaba al último trance de la vida, y que al mismo tiempo no se atrevian á decírselo, acordán- dose de su hija , y de que sola ella y la fir- meza de su espíritu la desengañaría en tal ocasión, estando esta retirada, encomendán- dola á Dios y llorando su próxima orfan- dad, dixo: Que me traigan aquí á María Ig- nacía, que ella me dirá si me muero: llevá- ronla en efedo, y preguntada por su Madre la respondió: 5/, Señora^ se muere usted ^ y no hay que perder tiempo.

Prueban estos hechos, el primero, el concepto que tuvo la Señora su Madre de su capacidad, prudencia y juicio, por lo que muchas veces le parlaba, y aun consultaba, como si fuera de una edad muy provena, negocios importantes: el segundo, el que tu- vo, de su valor y constancia, y de aquélla

I o. firmeza de ánimo superior á todo trance, que la acompañó después en los grandes lan- ces de su vida. Este concento de la Señora Marquesa prueba mucho, por ser una m.uger varonil y de superiores talentos, tanto, que siendo así que el Señor Marqués su marido era un Caballero de todas prendas políticas y militares, se decia en México comunmen- te, que en la Casa de los Marqueses de San Miguel, él era ella^ y ella era él Habiendo con la ya dicha entereza desengañado á la enferma, se mantuvo con la mJsma hasta la iiltima hora en que espiró, cantándole en compañia de su hermana la Letanía de nuestra Señora, como les tenia encargado lo hiciesen. Llevó este golpe tan sensible con grande resignación^ y com_o nuestro Señor, por sus altos designios, la tenia destinada para instrum.ento de su mayor gloria, quiso desprenderla de la sujeción paterna, para que librem.ente emprendiese el cumplimien- to de las inspiraciones con que continua- mente el divino Esposo le hablaba al cora-

II.

zon. Dispuso su providencia darle el segun- do golpe en el fallecimiento de su Padre, que fue el mes de Marzo del año de mil se- tecientos treinta y quatro, dexando. á esta tierna planta en los mas peligrosos ardores de la sangre juvenil, en una de las Ciuda- des populosas del mundo y la mayor de to- do este vasto Reyno, tierra propiamente extraña, en donde no tenia mas respeto de la naturaleza que atender que el de su Se- ñora hermana, que también era todavía jo- ven, aunque mayor que Doña Maria Igna- cia, quien sin especial sujeción que la con- tuviese, viéndose niña, señalada de pren- das, distinguida en nobleza, dotada de cau- dal crecido, bien parecida, de genio alegre, urbano y agradable, discreta á la perfec- ción, pudiera haberse dexado lisonjear de la que el mundo llama fortuna. Pero ya había preocupado Dios su alma con los verdade- ros deseos de dexarlo burlado, desprecian- do sus lisonjas por la pobreza de una mor- taja, que no es otra cosa el humilde hábi-'

12.

to de una Religión. Como ésto era ya sabi- do en México, en donde también era enten- dido que los deseos de esta Señorita eran de ser Religiosa en los Reynos de Castilla, de- seoso el Exmó.' é Ilimó. Señor Don Juan Antonio Bizarron y Eguiarreta de que no careciese este Reyno del esclarecido esmal- te que le daria una Señora de esta esfera con tan claro exemplo dc'l dtsengaño, procuró quanto pudo y quanto le permitian las altas facultades de gobierno político y eclesiás- tico que exercia, procuró pues, en quanto le permitia la christiana prudencia, que no se fuese á España , sino' que profesase algu- na de las Reglas de las muchas con que se ^ilustra esta Ciudad nobilísima; y para ver . suavemente le entraba en el alma, con la vista, la vocación, le dio permiso para que entrase en hábito de Secular en todos los Conventos de la filiación de su Exá. Illmá. La Señorita, que otra cosa ho quería sino Claustro que venerar. Escuela que cursar y Muro en que guardarse, admitió agradecida

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la oferta;; pero con tanta moderación y pru- dencia, que no entró sino solo en el Real y mas antiguo Convento de la Purísima Con- cepción, que está quasi á las orillas de la Ciudad, como Muro propiamente su recin- to. No quiso entrar en otro alguno de los demás, porque como no le animaba la cu- riosidad, sino solo la necesidad de tapias que cubriesen su orfandad, uno solo le bas- taba para la consecución de su intento; y entre todos, sin agravio de los otros, eligió leste por dos motivos que á los demás no in- jurian: El primero y principal, por su títu- lo nobilísimo de la Pura Concepción de Ma- na Señora, de quien siempre fue tiernísima devota; y el segundo, por el retiro y sole- iad que le prometia extramuros su material lituacion. Edificó á todo México una acción ¡an virtuosa, y también á aquel Convento ^1 verla entrar en él , prefiriendo el Claustro JL la libertad de un grande Pueblo, y la po- ' preza de una de sus Celdas á las comodida- des de su Casa. Luego que estuvo dentro lo

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edificó macho mas con su ajustada conduc- ta, llenando aquel hermoso plantel de can- didas azuzenas, de un nuevo olor de santi- dad. Aquí se detuvo como un año , mientras la providencia divina, con ocasión oportu- na, le daba el giro para su meditado desti- no. En esta clausura se ocupó en exercicios propios de fervorosa Religiosa: dos ve- ces tuvo, con grande abstracción y retiro, los Exercicios espirituales de nuestro gran Padre San Ignacio de Loyola por espacio de diez dias, según la costumbre de aquel observantísimo Monasterio.

Fuera de los Exercicios edificaba á aquella santa Comunidad con la devota dia- ria asistencia á la santa Misa, con la fre- qüencia de los Santos Sacramentos de Peni- > tencia y Comunión, preparándose antes pa- ra recibirlos con fruto, y probándose humil- demente (según el consejo de San Pablo) con la larga tarea de sus devociones, de ora- ción, meditación y lección, y con ayudar á las Señoras Cantoras en su exercicio, como

15.

si hubiera entrpc'o ccn esta obligación, es- pecialmente los Jueves y los Sábados, en que tocando el biolon las acompañaba á can- tar la Misa, Letanía y Alabado que acos- tumbran. Señalábase en estos dos dias por la memoria del SantísimiO Sacramento de la Eucaristía que corresponde al Jueves, y el culto de la Reyna de los Angeles Maria Santísim.a, que es consagrado el Sábado, de quienes fue particular veneradora toda su vi- da^ y para no tener rato ocioso, los pocos que le quedaban de estos exercicios los em- pleaba en obras de manos. Así caminaba sin detenerse, porque sin apartarse de su pri- mer propósito iba siempre adelante en el aprovechamiento de su espíritu.

En Ínterin el Señor Bizarron no per- día las ocasiones de inspirarla (por tcdos los medios de su genial dvlzura, y quanto permitía la prudencia) el deseo de ser Reli- giosa en México sin pensar mas en ir á ser- [o en España. Y á la verdad, que á mas del justo dolor de que perdiese este Re) no su

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buen exemplo y sus conséqüencias, parecía por otra parte un deseo altanero y extrava- gante el de serlo en la Europa, pudiéndolo ser en México. Si esta Ciudad no tuviese muchas Esposas de Jesuchristo de vidas An- ^ gelicales, y varios Conventos de Religiosas en que elegir, podia parecer prudencia ó religión ir á buscarlos por medio de los pe- ligros de mar y tierra^ mas que teniéndolos en la América, una doncella tierna expusie- se sus pocos años y su vida á tantos ries- gos, mas que prudencia parecía entuciasmo ó capricho. Doña Maria Ignacia con su gran- de penetración conocía bien que todo eso y mucho mas se diría, y consideraba las gran- des dificultades de su viage; pero sin em- bargo de las instancias dichas de aquel Exnió. Señor, y estas mismas reflexas que hacia, no condescendió con su intento, porque era mas alto el Señor verdadero que para otros de su mayor gloría la llamaba. Este pues, soberano Dueño de nuestras almas, como todo lo dispone suave y fuertemente, qui-

so servirse para este fin de tres meciio'; na- turales, para el corazón de esta Señorita efi- cacísimos, y no menos demostrativos de la solidez de su virtud. Uno de los motivos que tuvo para no quedarse Religiosa en este Reyno fue, el haberle encargado sus Seño- res Padres que fuese á España á tom.ar esta- do á gusto y complacencia de sus esclareci- I dos Parientes^ y estuvo tan obediente á la voluntad paterna, que aun muertos ya qui- so obedecerles en lo que solo le insinuaron:; ¡pero con qué discreción y prudencia! Dos cosas comprehendia este cariñoso encargo, la una que fuese a España;^ la otra que á gusto de los Señores sus Parientes. Como buena hija obedeció Dona Maria Ignacia, en la primera, m.anteniendose firme en ir allá á tomar estado, venciendo embarazos quasi para una niña insuperables, surcar el mar, entregarse á los peligros, negarse á las sú- plicas, á muchos respetos, y aun al pare- cer con alguna crueldad, renunciar la ter- nura de la naturaleza en el cariño de una

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única hermana que dexaba aquí, con quien había vivido en armoniosa unión ^ porque pesaba mas en su generoso dnimo la insi- nuación de sus Padres , que todo pavoroso riesgo y que todo humano respeto. En Ja segunda cosa que encerraba el paterno en- cargo no quiso obedecer, porque no acor- dando los deudos con Dios nuestro Señor, no se ha de atender al agrado de los pa- rientes quaiido está de por medio el llama- miento divino^ y así obedeciendo á costa de incomodidades, peligros y sentimientos en lo que pudo, no obedeció en dar gusto á estos qu$ le brindaban con comodidades, gustos y regalos^ por no apartarse de el de Dios, que era el nprte de toda su navega- ción.

El segundo motivo que tuvo para no quedarse en este Reyno , aun con todo el grande fiel amor que le tenia, fue el cum- plir personalmente con algunas promesas que habían hecho sus Señores Padres, una 4.e ^IJas era ir á visitar á nuestra Señora dei

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Pilar, caminando á pie una legua antes de

llegar á Zaragoza. El tercer motivo que tuvo fue, el que la Señora Marquesa su Madre en las conversaciones familiares que con las dos hermanas tenia, útiles y virtuosas, para di- vertirlas, cayeron estas alguna vez sobre nuestro Instituto, del que adquirió dicha Se- ñora noticia quando estuvo en el Reyno de Navarra^ y después de haberlas dado algu- na idea de lo que era y su utilidad, les di- xo repetidas veces esta expresión, hija de su piedad y de su afeéío: Si jo no os tuviera á vosotras^ empleara todo mi caudal en una fun- dación de Monjas Marianas. Por Monjas Ma- rianas nos entendia á nosotras, dándonos ese nombre por ser el título de la Religión de la Compañia de Maria. Esta expresión de su Madre había infundido en el ánimo de la niña Maria Ignacia el deseo de que la parte que le hubiese de tocar de aquel cau- dal se convirtiese en el meditado destino de que la Señora les hablaba, anhelando su co- razón á ser, si pudiese en algún tiempo, la

20.

executora de aquel pensamiento; y así des- de niña se puede decir que era nuestra Fun- dadora, pues corno tal se criaba con la le- che de los deseos. Estos fueron los medios de que quiso Dios servirse para conservar- la en el didámen de ir á España á tomar el hábito de Religiosa, tan firme como se re- quería para superar las dificultades que ya en lo natural, ya en lo político, le hablan de batir para mudarle la madura y cuerda determinación.

Muertos sus Padres, y ya en estado de disponer de y de sus bienes, creyó que estaba en aquel caso. Por eso quando mas la observaba México sobre el partido que tomaria, ella estaba ya resuelta en irse á España, profesar nuestra Religión y traerla á esta Corte, dexando á el mundo sus opi- niones y á Dios la consecución. Mas para que la fundación no se frustrase con su muerte, si Dios la llevaba para antes de executafia, la mandó en el testamento que otorgó, é hizo cerrado para ocultarla,

Í2I.

antes de embarcarse el ano de treinta y sie- te, á los veince y uno de su edad. Todo lo escribió de su letra , y quien lo hubiere leí- do, y al mismo tiempo la hubiese tratado y conocido, vena desde luego que ella es la que habla y no otro por ella.

Dispuso en él nuestra fundación con toda individualidad, y otras muchas cosas , todas de modo , que á juicio de inteligentes, es la pieza un prodigio de aquella edad, y un gage en su sexo de obra digna de la pru- dencia de un Jurisconsulto y de la piedad de un Santo Padre, principalmente en la vasta idea de la fundación, que se compone de tantos cavos que la perspicacia de su ta- lento previno. Sugeto instruido, que lo ha leido despacio , nos ha encargado que lo guardemos como bella reliquia de su gran- de espíritu, y como precioso monumento de su piedad y prudencia.

22.

CAPÍTULO TERCERO.

Sale de México para el Puerto de la V&ra- ' cruz^ embárcase para Zaragoza^ y con- du6ía que allí observó.

Dispuestas así sus cosas, y llegado el tiempo de su viage, se despidió de aquella Religiosa Comunidad con los preci-* sos sentimientos que se puede creer, tanto por la uniformidad de espíritus, como por el cariño que se habia grangeado con sus amables prendas , al que correspondía Doña Maria Ignacia, agradeciendo su noble cora- zón los favores que recibió de aquella Reli- giosísima Casa, que mantuvo siempre im- presos en su memoria.

La tierna despedida de su querida her- mana la Señora Marquesa de San Miguel (quien ya habia contrahido matrimonio con el Señor Conde de San Pedro del Álamo Don Francisco Valdivielso ) no es fácil des- cribir: basta solo insinuar que fueron her- manas muy amantes, y que necesariamente

23- fue muy dolorosa una separación para tanta

distancia. Salió de esta Ciudad para el Puer- to de la Veracruz acompañada de su her- mano el Señor Conde y del Dr. D. Juan Antonio de la Peña Mexia, á quien llevó para Capellán, con dos Criadas para su ser- vicio, en el mes de Marzo de mil setecien- tos treinta y siete. En dicho Puerto estuvo esperando que llegara el tiempo de embar- carse, y habiéndole cogido allí Semana San- ta, aunque estaba de paso, satisfizo su de- voción en aquellos sagrados dias, pues ni aun caminando perdia ocasión de aprove- char su espíritu.

Dia ocho de Mayo, consagrado á la Aparición de Señor San Miguel, de dicho año, se hizo á la vela en la Flota del coman- do del Señor Don Rodrigo de Torres, en el Navio la Ninfa, alias nuestra Señora de los P.emedios, que por ser dedicado á Maria Santísima lo eligió:; y habiendo arribado con toda felicidad al Puerto de la Havana, se detuvieron allí, como es regular en las Fio-

V

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tas, hasta el dos de Julio, día en que se ce- lebra la Visitación de nuestra Señora, cir- canstancia muy plausible para nuestra nave- gante, la que sienripre procuraba comenzar sus cosas en día dedicado á esta poderosa Reyna^ y aunque esto no estaba en su ar- bitrio , le fue motivo de agradecimiento , considerándola como favor del Patrocinio de esta amabilísima Señora , y Dios que nos busca en todas partes, dispuso que fuese en él mismo Navio el Señor Mariscal de Cam- po Marqués de Villa Puente, bien conocido en ambos mundos por la publica piedad de sus obras, que por todas partes extendidas utilizaron en muchas y muy distantes Pro- vincias á el Apostólico ministerio con abun- dantes socorros para la subsistencia de los Predicadores del Evangelio. La comunica- ción y santa conversación de un hombre tan zeloso de la gloría de Dios, encendió en gran manera el espíritu de Doña Maria Ig- nacia: y no paró en esto solo, dicho Caba- llero llevaba consiga la Vida de la insigne

25.

Fundadora de nuestra Religión la Venerable Madre Juana de Lestonac, con cuya lección se inflamó mas su m.agnánimo corazón, al ver Ja genial concordancia de afedos, y ya no solo fue deseo de hacer la fundación, si- no una santa emulación de imitar el aginan- tado espíritu de aquella Miiger fuerte.

Entretenida su esoeranza con estos san- •tos pensamientos, segiiia felizmente su viage. Aportó la Flota á la Bahia de G^diz y pa- só á desembarcar en el Puerto de Santa Ma- ría el dia veinte y ocho de Agosto, en que nuestra Madre la Iglesia hace memoria de la luz de los Doftores Señor San Agustín . teniéndole prevenido hospedage en su Casa su Tía la Exmá. Señora Doña Micaela Anas- tasia de Ipioarrieta y Domínguez , recien viuda del piadoso Caballero verdadero Pa- dre de pobres el Exmó. Señor Don Tomás de Idiaquez Capitán general del Reyno y Costas de Andalucía, en cuyo empleo ha- bía fallecido el día tres del próximo pasado Febrero, por cuyo motivo no salió perso-

26.

nalmente á recibiría la dicha Señora, pero envió á su nombre á la Señora Doña Ma- nuela Eusebia Zeoillo inuQrer del Auditor de

i. o

Guerra Don Luis Antonio de Vega, por ser persona de su cariño y confianza, á quien encargó la acompañase en las pi'ecisas visi- tas, haciendo las veces de su Exá. Recobra- da por algunos dias del mareo y precisas incomodidades de la navegación, marchó pa- ra la Imperial y Coronada Villa de Madrid, Corre de nuestros Católicos Monarcas, no con otro fin que con el de zanjar los me- dios por donde pudiese conseguir e] de su fundación deseada á beneficio espiritual del Pais que le habia dado uno y otro ser, el de naturaleza y el de fortuna.

Para esto no perdonó diligencia , por- que todas quantas prafticaba las enderezaba á este único fin, que consideraba medio pa- ra conseguir su fin último. Le dominó tan- to este pensamiento, que llegó á pasarle por la imaginación el entrarse á servir en Pala- cio haciéndose del valimiento de sus Parien-

2^

tes, que era entonces mucho, y les habia vendido la fineza de haber entrado en la Corte por conocerlos y ofrecerse á su ser- vicio^ pero no lo executó porque no le an- duvo tan ingrata la fortuna que le fuese ne- cesario tanto sacrificio para el logro de sus deseos. Se dice tanto sacrificio, porque aun- que el empleo era de grande honra y esti- mación en el mundo, su genio y su cora- zón, herido del harpon divino, no se her- manaba bien con el- explendor inquieto de un Palacio.

Habiendo cum.plido con los debidos obsequios á sus Parientes, y recibido de es- tos sin melindre los que le hicieron, llevan-: dola á ver las cosas mas particulares de esta Villa y sitios Reales, y praSicado aquellas diligencias que le parecieron eficazmente conducentes á sus designios, salió de Ma- drid para Zaragoza, en donde entró cum- pliendo con la promesa de sus Padres, que ya se apuntó arriba, lo que hizo con aquel arte y graciosidad con que solia disimular

28.

SUS obras virtuosas. Valióse para esta pere- grinación de su Primo el Exmó. Señor Con- de de Guara, quien le hacia sombra para su respeto, y ya quando conoció que se acer- caba á la Ciudad, porque este Caballero no extrañase, y aun impidiese la devoción, le dixo que necesitaba y apetecía hacer algún exercicio á pie, que le aprovecharla m.ucho, y con esta estratagema consiguió permiso, pasando por diversión y medicina lo que era devoción y religiosidad de promesa age- na. Otra de las prom.esas fué un legado de seis mJl pesos que dexó su Padre para aque- lla Santísima Imagen, y quiso su hija, co- mo tan amante de nuestra Señora del Pilar, llevárselos en persona, cuya mano mejoró la manda, porque los que eran seis, se vol- vieron diez en manos de la devota Conduc- tora, aumentando quatro su afedo. Lo mis-. mo hizo con otras varias mandas que llevó de sus Padres á otros Santuarios de aquellos Reynos, añadiendo su devoción siempre cre^ cido porte á favor de la donación piadosa.

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Se hospedó en casa de la Señora su Tia Doña Rosa de Azlor, en donde vivió en su compania como mas de dos años con grande edificación, no solo de Ja casa.^ sino también del común, porque era bien públi- co lo moderado y piadoso. El porte exte- rior era el regular de las Señoras de su cla- se, sin tocar la raya de la profanidad, ni ba- xar de los límites de la decencia^ en lo do- méstico era devota, silenciosa, recogida y ¡modesta; fuera de casa piadosa, lim.osnera, [obsequiosa y exemplar:^ porque en las Igle- jsias era continua, en la freqüencia de los Santos Sacramentos constante, con los ne- cesitados era afable y misericordiosa, socor- riendo en quanto podia sus desdichas: quan- ido el Divino Señor Sacramentado salia de la Parroquia de San Miguel á visitar algún enfermo por Viático, le acompañaba á ida y vuelta con singular compostura y devo- ción, alumbrando con una acha según el u5o de las Matronas mas virtuosas y graves de aquella tierra. Así era de todos vista con la

6

estimación que siempre se grangea por solo su aspeflo la virtud, como lo atestií^ua el Párroco de la ya citada en su aprob:icion del Sermón que se dixo el dia de su ingre- so á la Religión, quien dice: Freqü ntan- do en su Iglesia con singular fervor los Santos Sacramentos , y acudiendo á los di- vinos Oficios con tan exemplar devoción, que era confusión su puntual voluntaria residencia á los que la tenemos con obli- gacion tan precisa, pues sin perdonar las inclemencias del tiempo, lo incómodo de las horas, ni las distancias del territorio ,,.de esta Parroquia, quando solía salir por Viático, no solo le acompañaba fervorosa, sino que también socorría con abundantes limosnas á los afligidos necesitados enfer- mos. Esta piedad tan notoria que publica- ron con demostraciones de sentimiento los pobres desconsolados al tiempo de su par- tida, la esmaltó coa preciosas dádivas que ^ sirvtn de lustre al divino culto, y de pri- moroso ornato á esta iglesia:^ y su valor j

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demuestra no solo la devoción con que las ,, ofreció á nuestro Príncipe Arcángel, sino ,, también la magnificencia de su generoso

I ^^ pecho.

' Y el Orador del Sermón, cuya es esta

aprobación, dixo en su Panegírico lo si- guiente : Digo pues , que mis admiraciones y las de muchos de mis oyentes , ya cesan este dia, pues se emplearon todas quando ,, en medio de una Ciudad como Zaragoza, que por lo noble, po:3uloso y augusto puede tener presunciones de Corte, vim.os una Señora , y en ella una especie de mi-

: lagro ó cosa venida del otro mundo. Por- que 4 quien podrá dexar de pasmarse al ver una Señora templada entre la abun- dancia, desprendido el corazón entre la riqueza, humilde entre los aplausos, afa- ble con todos en el trato, enemiga de la ociosidad , reverente á lo sagrado , siem- pre dobladas las rodillas en los Templos, profusa en las limosnas, caritatit^a con los pobres enfermos , á quienes yo mismo he

32.

visto les servia con devoto despejo la co- ,, mida en el Hospital Real de nuestra Se- ñora de Gracia? También le he visto, á pesar de la natural delicadeza del sexo y ,, de la inclemencia rigurosa de un invierno, 5, asistir muy de mañana á los Sermones de la célebre Quaresma que en el Templo de aquel mismo Hospital se predican. Vimos „en fin una Señora, que pudiendo todo lo que quería, nunca quiso sino lo justo, y lo mas conforme á la divina Ley y al de- j coro de su noble nacimiento. Vimos una perfección tal, qual la deseaba la Venera- ble Lestonac en sus Novicias, como nos refiere su vida, esto es, una virtud sin me- iindre, .una dei^ocion sin azañería y una modestia sin afedacion, Dirélo todo en una palabra: Vimos una Religiosa vestida de una modesta gala. Todo esto vimos, pu- diendo dtrcir con el Evangelista en su pri- mera Canónica, que os anunciamos aquello mismo que oímos y vimos por nuestros ojos. Este milagro se admiró duplicado en

33;

Zaragoza, quando le vimos por Compañe- ra y allegada, (^) no menos en el fervor que en la sangre, á la que también lo ha ,, de ser en el Noviciado. ¿Quien vio jamas á estas dos nobles almas ocupadas en aque- ^, líos profanos regocijos, en aquellos peli- grosos pasatiempos que la moda de este ,, corrompido siglo, quiero decir, el demo- nio de la carne ha inventado, y que por mas que los quiera autorizar la costumbre ^, y calificar de inocentes, siempre quedan colmados, no solo de riesgos, sino tam- bien de precipicios? Se han visto, sí, casi .„ cotidianamente en el Templo de la Com- pañia de Jesús , como ensayándose para alistarse en la Compañía de su divina Ma- dre con la reverente freqüencia de los Sa- cramentos, con la puntual asistencia á las doftrinas y pláticas de todos los dias fes- tivos, á los piadosos exercicios de la Es- cuela de Maria, y á los cultos del sagra-

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{*) Era esta una. prima «uya que entró en la Religión mismo dia.

34- do deífico Corazón de Jesús. Se han vis-

to en otros muchos Templos, siempre con devoción y modestia , asistir á las mas sa- ,, gradas funciones , siendo de continuo la Angélica Cámara y Apostólica Capilla de nuestra Señora del Pilar el imán de sus afeftos y el centro de sus fervores. Yo mismo las he encontrado alguna vez , por contingencia, mucho antes del ama- necer, ir como matutinos Astros á salu- dar á la divina Aurora en su columna. Hasta aquí sus palabras, y nos hemos que- rido valer del dicho de estos dos Sugetos^ quienes por su carácter, autoridad, y ser testigos oculares, acreditan lo que en esta obra se escribe,

CAPÍTULO QU ARTO.

Oposiciones que tuvo^ y firmeza de su vocación.

E

N este tiempo fueron los mas fuertes combates que padeció su espíritu.

3 5.

tanto mas temibles , quanto eran disfrazados

con el bien parecido traxe del natural afec- to, y verdadera sólida estimación de Jos deudos. Por estas virtudes, que esmaltaban el noble fondo de su feliz naturaleza, era amada, respetada y celebrada de todos:; mas como la vida de los Justos es un texido de tribulaciones y consuelos , tuvo en medio de estas satisfacciones y aplausos que padecer mucho su vocación, que era su parte ama- da. Fue ya tiempo de dar principio á sus ideas, para lo que hizo conocer el plan de todas con mas claridad délo que hasta en- tonces lo habia hecho : y siendo la entrada en Religión la primera y fundamento de las demás, los Señores sus Parientes empezaron á recelar quanto podia temer la prudencia.

No aprobaban estos tan crecido des- «engaño en tan pocos años de la vida (pues contaba de veinte y tres á veinte y quatro) y tantas lisonjas de las que llama el mundo fortuna. Una Joven (la decian) en la fior de su edad, de un nacimiento esclarecido,

de representación algo mas que buena, de un entendimiento claro, de un genio muy humano, de una complexión alegre, de es- píritu generoso, de ánimo despejado y de prendas mas que regulares, mañana se halla arrepentida de verse amortajada en vida, muertas sus esperanzas, extraviado el curso de su logro, sepultado todo aquel explendor que sacó de la cuna en la común estimación del siglo ^ una Señorita criada en regalo, acostumbrada á las sumisiones que en seme- jantes casos se rinden, con especialidad á las niñas que son la atención toda de una casa, abriendo después de su retiro los ojos , nos ex- pone á un empeño, en que ajado nuestro ho- nor, hayamos de valentear un arrepentimien- to que procedió de una resolución inmadura. Si la Religión fuese único camino para el Cie- lo, deberla arriesgarse todo por conseguir aquel uno necesario; pero son muchos los de la Casa del Padre celestial, como son muchas sus mansiones. No le han dado menos almas los matrimonios que las profesiones, antes

3^. si bien se considera, una Religiosa santa, es

santa estéril, y no mas para sí, quando una Madre de familias santa, es santa fecunda, y santa para muchos, santa para los hijos y familia que cria y gobierna santamente, y santa para todos los que trata en el necesa- rio comercio del mundo , y á quien ayuda á santificar con el buen exemplo de su vida. Y siendo esto verdad en toda Madre de fa- milias, lo es mas en aquellas que por sus grandes prendas son mas espedables y ob- servadas en el grande teatro del siglo. Con estas y otras muchas semejantes razones ba- tían la fortaleza de Doña Maria Ignacia, que bien cerciorada de su vocación, rebatía los . tiros del mundo con las máximas del verda- . dero sólido espíritu. Todo es verdad, les ^ decia, y por esas mismas consideraciones una persona no debe tomar semejantes reso- luciones, sino después de bien pensadas to-. , das las conveniencias ó desconveniencias que se versan en la materia, los impulsos ó em- barazos con que pueden tropezarse después

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38-

los ánimos menos prevenidos. Yo todo t%to^

he visto, y aunque conozco que en la reali- dad estoy expuesta á los baibeaes que rodas', no por eso debo desistir de mi intento. Sea muy en hora buena la execucion de mis pen- samientos tan difícil como ensartar un ca- ble por el ojo de una aguja, pues esto que para nosotras es imposible, para Dios es: muy fácil :^ y pues Dios rae llama, su Ma- gestad hará lo que yo no pudiere , porque no estriba en mis fuerzas, sino en la ayuda de Dios que agka mis pensamientos : por la demás no es de mi sexo entraír ea discutas ^ sobre los estados de la Religión y el Matri- trimonio, solo me toca oir y obedecer con docilidad^ pera lo primero, q«e aunque uno y otra estada son caminos del Cielo, el' de la Religión es mas perfedto^ menos im- pedido de cuidados seculares, y mas pare- cido por la mortificación y penitencia al ca^ mino real de la Cruz que nos abrió Jesu- christo: lo segundo, que aunque por todos ^e vaya á la Patria celestial, cada uno deber

r>

ir por el que lo llama el soberano Autor de k santidad y de la gracia.

Con estos y otros sólidos fundamen- tos desvanecía con desembarazo la eficacia toda de aquellas reflexiones que tanto es- tima la prudencia de la carne y sangre, que adelgaza mucho en políticos discursos, y adelanta poco en los tratados del Cielo ^ pe- ro esto mismo los empeñaba mas para so- licitar la persuasión efediva por medio de ' personas tales , que á mas de vestir bien sus razonamientos por la cultura de sus letras, anadian el peso de la autoridad fuerte, por k) asentado de su opinión y crédito en la república. Llegó á suceder caso, en que vién- dose esta Señorita oprimida de las eficaces persuasiones de una persona de esta esfera, no tuvo otro modo de evadirse sino solo con decirle : To no puedo creer que estas sean razones de V. P. s'mo del común enemigo^ que disfrazado en su figura^ me arguye de esta suerte para desvanecer mis deseos. Expresión que en otras circunstancias pudiera ser muy

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agena de la madestia , compostura y respe- to que Djña María Ignacia profesaba, así por genio ^ como por maoza y doftrína; pero en la ocasión presente parece que no desdecía de la sumisión^ porque se trataba de materia en que ni á los Padres naturales debe atenderse, y de negocio que mas bien se determina con la firme resolución que con el rendido respeto.

Con esto, ya perdidas las esperanzas: de contrastar aquel diamante fino, que ni con la sangre se docilitaba, se mudo de rum- bo en la conquista. Se le propusieron varíoí> ventajosos matrimonios, en cuyos lazos, %i no mejoraba en lo humano de fortuna,, al menos se engazaba en los timbres de su fa- milia iguales explendores, que con unión tan estrecha era necesario que aumentasen los grados de la estimación ^ pero como es- tos eran adelantamientos que nada valen pa- ra el Cielo, y en nada aseguran á una per- sona para con Dios^ eran ventajas de poca estima para aquel prevenido espíritu, que

4í. ipal hallado con todo aquello que la tier- ra aprecia, solo anhelaba á las mejoras, qiie despajando á el alma de todo humano afedo, la levantan venturosa al trato familiar y fácil comunicación con Dios, Y así agra- deciendo las honras que se le faacian con proposiciones tan apreciables, mas declaran- do ai mismo paso que era perder el tiempo buscarla otro estado que el de Religiosa, ro- gaba que se le dexase seguir h aguja de su derrota , porque no se había de aquietar en la vida mientras no se nxase en la estrella de su rumbo, que á la Religión la llamaba el Cielo, y mientras en Religión no entra- se, no habían de sosegar sus ansias: se cono- ció con esto que era de Dios aquella firme- za en querer un modo de vida contrarío á los sentidos, quando podia elegir otros que la fuesen agradables según la naturaleza ; pe- ro quería su Magestad todavía que llegase mas pura y acrisolada á las bodas del Cor- dero, y la permitió otro ataque. Como no solo qiieria ser Religiosa , sino Religiosa

42.

nuestra, los Señores sus Parientes concebían una cosa irregular y extravag3nte, que pre- firiese á las muchas Religiones antiguas y bien fundadas que tiene España, á una Re~ ligion moderna, sujeta todavía á las revolu- ciones y niüdanzas nuevas. En hora buena sea (decían j ya dándose por vencidos, en ho- ra buena sea, pero en Religión ya estable- cida de las muchas que Católicos veneran estos Reynos^ no en la Enseñanza, que co- mo reciente puede mañana caer y deshacer- se en un momento; y aun hubo persona que le dixese que no era tal Religión^ sino unas benditas Beatas, que antojadizas y profeso- ras de novedad, se habían recogido con pe- reízrinos antojos de enseñanza.

Ya aquí parece era menos dolorosa la batería, porque al ñn se le condescendía en la substancia, y solo se le hacia oposición en el modo ó qualidad de Religión que ha- bía de profesar; pero como el impulso de Dios no solo llama á la substancia de Reli- gión, sino también á la qualidad del Insti-

^

43-

tuto, insistía Dona Maria Ignicia en su me- ditado destino, y hs decia: Todas las Re- ligiones fueron nuevas., y si por serlo de- bieran retirarse sus pretendíeates, nunca hu- bieran llegado ai lustre qae boy gozan con la antigüedad. Que ía Easeñaoza no es Re- ligión solo- pueden decirlo ios que no leen , y solo se gobiernan por fas vulgaridades que oyen, y así na rae parece que por motivos lan ligeros haya de mudar la determinación que tan antigua es en mí, aunque yo no soy vieja. Fuera de que ya no me resuelvo á ser Religiosa porque quiero, sino porque Dios á ella me inclina, y si no me inclina áotra al- I guna que á la Enseñanza, ¿como me puedo ^ apartar del divino llamamiento , quando úni- camente por seguirlo dexo rra libertad, que es la alhaja que se aprecia mas que el oro de todo el mundo? Religiosa be de ser,, y Re- ligiosa de la Enseñanza^; porque de otra suerte no cumplo con ía vcduntad divina , y fío me contento con eso, porque caminan I Eias lejos mis deseos. Yo entro Religiosa de

44- la Compaaia de Maria , llamada vulgarmen- te (en fuerza de su Instituto de la Enseñan- za) pero no para ser solo Religiosa, sino para ya instruida en sus Reglas y Constitu- ciones, volverme á las Indias á fundar en aquellas remotas tierras un Monasterio, que baxo la mJsma Regla, se emplee en la ins- trucción de innumerables niñas pobres que por falta de facultades carecen de dodrina. Aquí se renovaron las contradicciones, por- que no parecía razón que se hubiese de vol- ver á entregar á los peligros del mar, á las incomodidades de caminos y navegación, y á los racionalmente temibles quebrantos de la salud, para una fundación que podía sin tanto riesgo hacerse en España ^ ni sería me- nos gloriosa, ni menos conducente al servicio de Dios por hacerse allí, que por hacerse en México , puesto que con igual gloria de su Magestad podian exercitarse los ministerios de su Instituto en España que en México. Y quando no fuese igual y tuviese alguna ventaja la fundación en Indias, eran tales

45.

las dificultades de la licencia, y tantos los embarazos del viage y de los transportes, <]ue hacían preferible la fundación de Espa- ña. El Gobierno por razones de estado difi- culta siempre estas fundaciones, y las difi- cultará mas en este tiempo, en que se habla mucho de poner ciertos términos á las erec- ciones nuevas, y de reducir las antiguas á las reglas del Concilio de Trento. Pero á mas de las dificultades que son comunes á todas las fundaciones, las tendrán mayores las de las Indias, en que el Consejo por Jas distancias procede con mas cautela. A estos inconvenientes que le representaban, ella re- ponía, que siendo Indiana, nacida, bautiza- da y criada en Indias, debia hacer á su Pa- tria ese servicio: que los caudales que ha- bían de servir á la fundación , eran adquiri- dos y estaban allí, y que por eso tenían aquellos Países cierto derecho al reconoci- miento 6 gratitud, y cierta justicia para que se distribuyesen á beneficio de ellos: por úl- timo, que esto era mas conforme á la volun-

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4^. tad de su Madre, por cuyo órgano la llamó Dios, y que los obstáculos que le represen- taban en los viages y en México, debían de- xarse á la Providencia divina, que da los socorros para la consecución de sus desig- nios. El regreso á México no cabia en la prudencia, y parecía temeridad dexarla vol- ver á los mares y tempestades, de que Dios la libertó en el viage á España: este había parecido por entonces, y en las circunstai>- cias que se hallaba, el último esfiierzo de una Joven , y un prodigio de su valor y de su espíritu^ pero el de la vuelta, si llegaba á hacerlo, era en todo mas difícil, y junta- ba á lo penoso de aquel otro, el volver acom- pañada délas Re^'g'osas fundadoras, que por su sexo y profesión debían hacer la camina- ta mas embarazosa y peligrosa, y serle al mismo tiempo, por agradecida Conduélora y Fundadora, otros tantos cuidados raayor- ifes que el de su persona sola^

i

.i

4?. CAPITULO QUINTO.

J/'ence las oposiciones^ sale de Zaragoza para

. Tudela de Navarra^ toma el hábito y

hace su profesión religiosa,

OMO los Decretos divinos siempre han de tener su efeQo á pesar de todo poder humano, y solo permite Dios las contradicciones para acrisolar á las almas escogidas, dispuso esta pasada borrasca pa- ra purificar mas la de Doña Maria Ignacia; pero como el fundamento todo con que se escudaba eran los impulsos soberanos, que para sus altos fines la llamaba, no era fácil apartarla de sus resoluciones, y era necesa- rio que saliese siempre vencedora en unas contiendas que no s-e alimentaban del capri- cho, sino solo del cariño y estimación que. profesaban á su persona, sin pensamiento,- ni aun lejano, de divertirla de todo aquello que pareciese mejor en el acatamiento divi- no. Gon esta atención y respeto hubieron de deferir aqu^los nobilísimos Caballeros , al

48. parecer de la parienta, á quiea no solo apro- baron la determinación, sino que le auxi- liaron para la execucion de tan gloriosa em- presa.

Ya vencidas las dificultades y allana- do el camino, salió de Zaragoza para Tíl- dela de Navarra, llevando en su compailia á Doña Ana María de Torres -Quadrado y Echeverz, Prima suya^ á quien facilitó el estado religioso, dotándola para este efefto por ser de cortas facultades su Casa, aun- que muy ilustre. Llegaron en fin á la siem- pre grande, antiquísin"ia y leal Ciudad de Tudela, y entraron en nuestro Convento de la Compañia de María el día veinte y qua- tro de Septiembre, festividad de nuestra Se- ñora de la Merced del aíio de mil setecien- tos quarenta y dos , en donde estuvieron de Seculares, en habitación separada, por es- pacio de quatra meses y dias\, para obser- var mas de cerca y hacerse cargo de la vida religiosa, habiendo sido recibidas, con mu- cho gusto de aquella santa: Ccanunidad, que

.

49- por las noticias que tenia de sus bellas pre.i-

das la Indiana (cómo la llamaban) deseaban que acabase de llegar para lograr la satis- facción de conocerla y tenerla en su com- pañía. Aquí espíritu de Doña Pvíaria Igna- cia halló el sosiego que apetecía su corazón, dando afectuosas gracias al Soberano Bene- faSor de verse agregada al Claustro de la Rey na de las Vírgenes, que había sido el blanco de sus ansias.

Libre ya de los respetos que ponían re- mora á su giro, comenzó á pradicar las di- ligendas regulares para ser admitida en el número de las Religiosas de esta sacra Com- pañía, lo que sin dificultad le fue concedi- do^ como asimismo á su Prima, disponien- do el ingreso para el dos de Febrero, día de la Purificación de María Santísima , del año de mil setecientos quarenta y tres:^ y dando parte á sus nobilísimos Parientes de Aragón y Navarra, fueron estos á solemni- zar la función, y de cuenta de la generosi- dad de la Novicia, tuvieron algunos días me-

50. sa franca para deudos y extraños. Llegó la víspera, y est€ dia salió acompañada de su Prima Doña Ana Maria de Torres á visitar los Templos vestidas de ricas galas y joyas de inestimable precio, esmerándose en ir brillantemente adornada para celebrar este a¿io tan deseado, y tener la complacencia de despreciarlas por vestir el humilde há- bito de penitencia„ Así paseó la Ciudad de Tudela; ¡pero con qué modestia, aunque sin encogimiento, mostrando con gracioso do- naire y alegre semblante el gozo con que dexaba las vanidades del mundo ! Estaban prevenidos vistosos fuegos artificiales para el tiempo de su entrada aquella noche, que por la grande iluminacim no permitieron verse sus sombras. Volvió para su Conven- to acompañada de lucida comitiva^ que lle- na de ternura al ver uíia acción tan heroica, Ja= roanifestaban por los ojos, no solo los Parientes, sino aun los extraños^ quando so- lo esta m.uger varonil estaba serena y cons- tante, enardecida en el divino amor. Pues-,.

51. ta la Comunidad, como es costumbre, para

recibirlas en la Porteria en dos Coros , en- tró con graa denuedo, dexando burladas las •esperanzas del mundo. Fue conducida por "las Religiosas ai Coro, en donde se cantó según nuestro estilo el Te Deum. Al día si- guiente por la maífena recibieron el hábito y velo de mano del Señor Dean mitrado, con dos Asistentes Capitulares y concurren- cia del Venerable Cabildo y Noble Ayun- tamiento, estando para recibir el sacrificio de estas fervorosas víQimas con mayor so- lemnidad manifiesto el Augustísimo Sacra- mento del Altar, con Misa solemne que ofició la música de h Insigne Iglesia Cole- gial, en que se cantaron varios Villancicos impresos. Predicó el M. R. P. Hipólito Es- cuer Reftor que fué en el Colegio de Hues- ca^ Misionera Apostólico erf los Reynos de España de la sagrada esclarecida Religión de ía Compañía de Jesu^ ^ que tal Orador desempeñó la fuscion. Con tan lucido apa- rato^ armonioso- estruendo y autori^do cut

52.

to sentaron plaza en esta Apostólica Com-- pañía de María, para militar baxo las Van- deras de esta soberana Reyna en el servicio del divino Esposo de sus almas , siendo Prio- ra de aquella Casa la M. R. M. María Fran- cisca Croy, Religiosa de grande espíritu y zelo de la observancia y disciplina regular^ y Maestra de Novicias la R. M, María Ni- colasa Colmenares y Arambüru, de superior talento, baxo cuyo magisterio adelantó mu- cho nuestra Novicia. Terminado el culto del Templo, se sirvió en la gran casa destina- da para los Convidados un expléndido ban- quete. Por la tarde concurrió misma dis- tinguida asistencia al Locutorio, en donde al compaz de músicos primores, acompañó la abundanre copia de bebidas heladas y ra- áiilletes, que para la vista y el gusto perfi-: cionó el arte, no perdonando gasto en de-^~ mostración de su regocijo.

De su virtud en el siglo, y rodeada de todos los alicientes á la vida mundana^ puede inferirse qual sería en la Religión que

53-

es escuela de la virtud. Luego que entró se

aplicó toda al cumplimiento del Instituto religioso; y como este no es otra cosa en la substancia que una regla ó modo de vivir conforme al Evangelio y sus consejos, apro- bado positivamente por el Oráculo infali- ble de la Iglesia, asistida del Espíritu divi- no, sentia consiguiente á esta verdad, que el Religioso ó Religiosa que vivan según la regla á que los llamó la Providencia, pue- den creer que van seguros por el camino derecho de la gloria ; y los que por el con- trario no vivan según ella, deben temer que van descaminados, y no como Dios quie- re. Esta máxima, que debiera estar impre- ca y siempre firme en todos los cprazo- les religiosos para el consuelo ó para el :emor, y sobre todo para animarse á la ob- ;ervanc¡a, la conduxo á la mas puntual y sigilante que se puede imaginar de nuestra •egla. Ella era el norte que miraba siempre lacia todo lo bueno que podia, pero ánteí ie todo cumplía con lo que esta prescribe.

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54v En su aprecio nada era pequeño, si era es- tatuto, y miraba las pequeñas observancias, no por lo que eran en mismas , sino con respecto al Instituto, de quien son antemu- rales, y obras (por decirlo así) exteriores que guardan y defienden el muro de la Re- ligión. ^

Antes de cumplirse los dos años que ordena nuestro Instituto de Noviciado, hi- zo con todas las solemnidades conciliares renuncia en forma de sus bienes á favor de la fundación premeditada: ya la habia man- dado mucho antes (como está dicho) en aquel testamento cerrado que hizo en Mé- xico antes de embarcarse; pero convenia quitar las dudas que podian suscitarse sobre la revocación de aquel por su entrada em Religión y profesión religiosa, y le par^ ció que también convenia quitar algunas co-| sas y añadir otras, y todo lo hizo de su ma no, en la prudentísima instrucción que di(j con la renuncia al Podatario executor.

Concluido el Noviciado hicieron sil

55. profesión solemne las dos Primas en el mis- mo dia dos de Febrero del año de mil sete- cientos quarenta y cinco con iguales alegres demostraciones de júbilo y pompa que se describió en su ingreso, y repique general de todas las Iglesias, asistiendo el Venera- ble Cabildo de la Colegial Insigne, presidi- do de su muy ilustre Prelado. Acudió el rec- to, respetable Ayuntamiento de la antiquísi- Tia Tudela, Cabeza de su Merindad :; y asistió iinaímente lo sabio , lo religioso , lo discreto \{ lo noble en Prelados, Señoras y Caballeros, lo solo de aquella Ciudad, sino de otras mu- :has partes de Navarra y Aragón, que fueron m lucidas tropas. Para evitar los confusos des- ordenes de la plebe se previnieron seis Ala- barderos, que como los Leones del Trono le Salomón hiciesen guardia á aquel precio- o relicario de la virtud. Celebró el Sacrifi- ; ;io incruento el Señor Tesorero de aquella [glesia, entonando á su tiempo la música 'as armoniosas letras dirigidas al asunto de j.a profesión de las dos nuevas Esposas. Pre-

sá- dico el R. P. Mró. Don Isidoro Francisco

Andrés Monge [^) del Real Monasterio de nuestra Señora de Santa Fe, Maestro de la Congregación Benedictina Cisterciense, Dr. insigne y consumado Maestro de Pulpito, cuya fama fue bien notoria: habiendo con- sumido el Sacerdote se siguió la sagrad'^ ofrenda de los Votos, estando este para ad- ministrarlas el Santo Sacramento de la Eu- caristía, como se acostumbra en esta Santa Religión. Hizo con extraordinario fervor los Votos solemnes la Hermana María Ignacia , (jué tenia preciosamente estampados en una lámina que representaba la figura y forma de corazón, para dar á entender que que- daban así gravados en el suyo, la que tuvo' siempre á la vista en su Aposento para re- Cuerdo de este holocausto. Siguió á hacer la misma ofrenda su ilustre Compañera, Pri- ma y nueva Hermana. Al finalizar la Misa las adornó coii los Velos negros el Señor

(*) Así este Sermoa como el de b. entracLi corren impresos para la común edifícacioa.

5^ Dean, y puso el anillo de oro y corona, co- mo observamos. Inmediatamente entonó la música el Te Deurn^ con que se finaliza q?>' te ado, haciéndose mas plausible esta ma- ñana por la abundancia de plata que se re- partió para las mas necesitadas Comunida- des y míseros cortijos de los pobres, ali- viando y remediando sus miserias, infun- diéndoles alegría, y disipando sus congojas. Los varios afedos que causó en todos los concurrentes de ternura, asombro y edi- ficación una acción tan generosa, no es fá- cil significarlo: viendo aquella gran muger á quien lisonjeaba la fortuna con tan creci- dos caudales, honras, aplausos y adoracio- nes mundanas, olvidar de una vez nobleza, caudal, obsequios, rendimientos , aclamacio- nes, y todo lo que el siglo aprecia, para en- cerrarse en un claustro, conocían ser obra del poder de la divina gracia»

53.

CAPÍTULO SEXTO.

Progresos en la virtud de la Hermana Ma- ría Ignacía después de su profesión. Solicha la Ucencid para la fundación^ y sale para ella,

|0R ]a profesión en nada afloxó el ar- co, antes lo llevó mas tirante, como obligada ya á aspirar á mayor perfección, y el fervor del Noviciado fue solo un ensayo del de profesa. No puede decirse todo lo que era, ocultaba mucho de lo que hacia por obviar la alabanza, y que solo Dios fue- se glorificado: queria que solo este Señor fuese el testigo de su virtud y de su con- ciencia. De Jo que era preciso hacer á la vis- ta de otros disfrazaba también mucho con cierto ayre de natural, haciendo como ge- niales algunas cosas que en el secreto de su alma, y en los fines con que las executaba, eran virtudes elevadas.

En la inmediata elección la señaló la obediencia por Maestra de las Educandas, y

59- consecutivamente le encomendó en Jas elec- ciones siguientes los oficios de Sacristana y |i el de Prefefta de salud, en los que ocupó el espacio de siete años poco mas que estuvo de profesa en aquel Convento , los que exer- ció con el esmero correspondiente al deseo que tuvo de ser instrumento útil en la Re- ligión. En todo este tiempo no dexó de la mano el negocio de nuestra fundación, así con instantes súplicas al Altísimo á fin de que se verificase, como por medio de las di- ligencias que prafticaba, valiéndose para ello de las personas que la favorecian en Ma- drid. Pero como siempre el común enemigo procura estorvar las empresas de la mayor gloria de Dios, y esta lo era tanto, puso los esfuerzos de su malicia para impedirla, mo- viendo grandes oposiciones para su consecu- ción, con lo que se le ofrecieron muchas ocasiones de merecer:; pues á mas de Jas di- laciones que en toda pretensión indispensa- blemente ocurren en la Corte, esta por las malas inteligencias se difirió tanto, que íe

6o. costó bastantes lágrimas y aflixíones de es- píritu, porque como Dios se complace en ver padecer á sus escogidos por el mérito que se les acrecienta con las tribulaciones, permitió que por debaxo de cuerda ocurrie- sen algunas personas de este Reyno, solici- tando el que no se concediese, ó se retar- dase la licencia. Todo lo sufrió con invifta paciencia., sin descaecer ni desistir su mag- nánimo corazón, siempre con la firme espe- ranza de conseguirlo, sin embargo de que todo lo tenia en contra, y según los medios humanos parecia imposible se efeSuase. Lle- gada la hora decretada por la Magestad su- prema, le inspiró á la Hermana Maria Igna- cia se valiese de la protección del M. R. P. Francisco Rábago de la respetable Compa- ñía de Jesús, Confesor que era del Rey nuestro Señor, por cuya mano en breve se facilitó. Se sirvió su Magestad de conceder la licencia por su Real Decreto de veinte y uno de Febrero de mil setecientos cincuen- ta y dos, como consta de la Real Cédula de

6i.

.^einte y cinco de Abril de dicho año, cuya Jegre noticia recibió nuestra pretendiente iesde principios del mes de Marzo con el egocijo que se puede discurrir, rindiendo ifeftuosas gracias al Dador de todos los bie- nes, que tan bueno es para los que le aman, 7 provee quando le place. Inmediatamente )uso en planta las disposiciones para su via- je, y tratándolo con las Religiosas que le labian prometido venir en su Compañía, ialló que algunas se le retrasaron, pero )tras se le ofrecieron animosas , ocurriendo quí á la memoria el caso de los quarenta /lártires de Sebaste, al ver la facilidad con ue nuestro Señor substituyó la falta. Ajus- ido el número de doce, que inclusive su •ersona habia determinado que viniesen, las •nce tomaron los Exercicios de N. P. S. Ig- acio de Loyola, para disponerse á tan di- itado camiino. Se dice las once, porque la tra Religiosa, que era de nuestro Conven- 3 de Zaragoza, no llegó hasta la antevís- era de marchar. Esta hacia tiempo que una

lO

62.

Persona religiosa de conocida virtud le ha- bía profetizado tres cosas (las que somos testigos se verificaron) una de ellas fue que habia de venir á Indias, y teniendo noticia de la licencia concedida para esta funda- ción, no olvidando dicha predicción, resol- vió escribir á nuestra Fundadora para que la admitiese en su compañía. Por este tiem- po se le confirió á la Hermana María Igna- cia el título de Madre, el que no había ob- tenido por no haber cumplido los diez, años de Religión que previenen nuestras santas Constituciones; pero ahora, no obstante no haberlos completado, les pareció á las Ma- dres de aquella santa Comunidad le era de- bido este honor en atención á sus prendas, caráder de Fundadora, y principal instru- mento de esta obra, por lo que se le dio jurídicamente como es costumbre. Querían asimismo que viniese de Prelada, á lo que su Reverencia se resistió fuertemente, res- PqQo de lo quaJ el Señor Dean en once de Oñubre de cincuenta y dos hizo el nom-

63.

)ramiento de Presidenta en la mas antigua, [ue !o era ]a M. R. M. María Ignacia Sar- . Dio y Colmenares, Siigeto muy capaz de esempeñar el empleo.. Y puestas á cargo el Sr. Dr. D. Joseph Jauregui Canónigo 'íagistral de aquella Santa Iglesia Colegial, pr orden del dicho Señor Dean, accmpa- ándolas Don Pedro Baynts Capellán de quel Convento, y Don Joseph de Holló, 'apellan de la Fundación , y Don Juan Jo- eph Irigoyen , que venia de Mayordomo, abiendo llegado el dia doce de Oftubre, el ue estuvo esperando la M. María Ignacia por ii particular devoción que siempre profesó i nuestra Señora del Pilar (leche con que la rió su virtuosa Madre la Señora Marquesa) quien tenia escogida por Titular y Patro- a de este Convento, como por Ángel Tu- i'lar al Príncipe Arcángel Señor San Mi- uel , y por Patrono al Glorioso Proto-Már- r del sigilo San Juan Nepumuceno, por- ue á m.as de la devoción que le tenia, ca- ó la suerte de estar haciendo su Novena á

64. tiempo que recibió la noticia de haber con- seguido la licencia, y había prometido al Santo, por cuyo medio estuviese anualmen- te, impetrándola de Dios, lo nombrarla por Patrono, ayunándole su víspera y guardan-^ do fiesta el dia: Llegado, como se ha dicho, el dia señalado, comulgaron y oyeron Mi- sa, estando prevenidos ya quatro coches, á toque de campana se juntó la Comunidad en la Portería para la última despedida y abrazo de caridad que ordenan nuestras Re- glas en tales circunstancias. No hay palabras para ponderar la ternura y lágrimas de esta separación, y último vale de una y otra par- te, como unidas con el vínculo de la her- mandad religiosa, que es tanto mas sensible que el de la naturaleza, quanto á este exce- de la gracia.

Dos Señores Capitulares las iban sa- cando una á una, entrándolas en los co- ches, saliendo por su orden, comenzando por la ya dicha Madre Presidenta María Ignacia Sartolo y Colmenares natural de

la Ciudad de Pamplona, siguieron las MM María Estevan de Echeverría de la Villa de Lesaca en el Reyno de Navarra, María Ignacia Azlor Americana, y María Josefa Burgos de dicha Ciudad de Pamplona; pa- ra el segundo coche las Madres Ana María de Torres de la A'^illa de Flallo en el Rey- no de Navarra, María Tomasa Tellez de la Ciudad de Alfaro, Joaquina Antonia x\zcá- rate de la Ciudad de Pamplona, y María Isa- bel Zepillo (que aun era Joven) de la Villa de Madrid:; en el tercero la Madre Ana Te- resa Bonsíet de la Ciudad de Bruxelas en los Estados de Flandes, (esta es la Religio- sa que diximos vino de Zaragoza á incor- porarse) y las Hermanas Novicias María Lu- cia Beramxndi de la Ciudad de Pamplona, María Josefa Cabriada de la Villa de Agre- da, y una Seglar pretendiente Doña María Águeda Urtaum. de Val-de Roncal del Rey- no de Navarra. La multitud de apasionados y curiosos era la que en semejantes lanzes enseña la experiencia, concurre atraídos de

66, \2i novedad, no solo de la Plebe, sino de toda clase. Habiendo acomodado á las Re- ligiosas en los coches, tomaron el suyo los Señores destinados para acompañarlas, lle- vando el Pasaporte con que el Rey nuestro Señor honró esta nueva Comunidad para los Lugares en donde no hubiese Convento de Religiosas: este entregaron á un Mozo de confianza, el que iba delante á disponer el alojamiento.

CAPÍTULO SÉPTIMO.

Sigue el viage de ¡as Madres Fundadoras hasta llegar al Puerto de la Veracruz,

Los cinco dias de camino llegaron á la Ciudad de Acicala de Henares, en donde las vino á encontrar el M. R. P. Ber- nardo Pazuengos de la Compañía de Jesús, Procurador general y Vice-Provincial de la Provincia de Filipiaas, por encargo que de ello le hizo el M. R. P. General Ignacio Vizconti, por haberle pedido á su Reveren-

^7- disima k Madre María Tonada le hiciese fa-

vor de enviarle Sugeíos de su Religión para que las acompañaran en el viage, el que ad- mitió gustoso el Padre. Quando lo supo uno de los Padres Asistentes en Roma, le hizo particular recomendación de las Religiosas, diciéndole: Quiéralas V. R. mucho, porque le hago saber, que revolviendo los papeles de un Archivo nuestro, se halló uno de le- tra de nuestro Santo Padre Ignacio , en que decia, que si Dios le prestaba la vida por algunos pocos años, haria diligencia de una fundación de mugeres Religiosas, que se emolearan en el mismo Instituto de la Com- pañía con las de su sexo, baxo las propias reglas, aunque sin sujeción á esta Religión, sino precisamente á los Señores Obispos. Y ^ le añadió el susodicho Padre: pero no qui- so m. Magestad darle esta gloria, porque se la llevase Juana de Lestonac,

En dicha Ciudad de Acicala entraron por la tarde, y posaron en el Convento de Santa Clara, siendo recibidas con mucha

68. complacencia de aquellas Señoras Religio- sas, que se esmeraron en obsequiarlas. Al dia siguiente salieron tarde para su jornada con el motivo de que aquí el Señor Magis- tral hizo la entrega de su Comisión con to- das las formalidades que demanda el Dere- cho al M. R. P. Procurador general, que le substituyó, y desde estQ dia quedó consti- tuido por su Comisionado y Condu£lor. Si- guieron su derrota sin perder en todo el ca- mino la regular observancia en sus distribu- ciones de Misa, Comunión, Oración mental y vocal. Lección espiritual. Exámenes al toque de una campanilla que llevaban en el primer coche,- sin omitirlas aun en la fatiga del camino, en que pasaron bastantes inco- modidades, quando entraban en parages en donde no lograban la fortuna de que hubie- se Convento de P^eügiosas, y se alojaban en Casas particulares ó Mesones. Y aun en estos lances, que no fueron pocos, les re- bosaba la alegria (así nos contaban varias veces sus Reverencias) como que esta es

6g.

siempre testimonio de la buena conciencia, y lo era también de la buena voluntad con que venian. Entre tantas incomiodidades no fue de poca monta el transitar la Sierra Mo- rena, que en aquel tiempo era muy fragosa, y no admitía pasarla en coche, siendo pre- ciso lo hiciesen en burros (pasage que con gracia nos referian) y el fin de la jornada fue parar en una Venta, que no habia mas provisión para toda la comitiva que cinco huevos y unas sopas muy ahumadas. Aquí en- tró la reyerta en ceder los huevos, los Pa- dres para las Religiosas, y estas para los Padres.

Víspera de San Simón y Judas, ya de noche, al entrar en Andujar y á la vista de un rio, yendo por su orilla, que era mala senda, pues por el lado contrario todo era peñas, que entre uno y otro no cabia mas que el coche, habiendo pasado los tres de las Religiosas, sin sentir baiven, se volcó d de Jos Podres tan del todo, á el lado de las peñas, que no tuvieron otro arbitrio que

1 1

romper el vidrio para poder salir, por ser el lado del rio una barranca:; pero esta sali- da por el vidrio fue á costa de una desgra- cia, porque este le rompió una oreja al Pa- dre Bernardo , lo que sufrió con grande pru- dencia y edificación de todas , pues no ha- bló palabra hasta que lo vieron envuelto en un pañuelo. Como estaba cerca de la Ciu- dad se fue á pie al Colegio de la Compañía, que allí tenian, para que lo curase el Ciru- jano, y quiso Dios que no tuviese ninguna resulta. Las Madres pararon en el Convento de Clarisas , de las que fueron recibidas con mucho agasajo, así de la Madre Abadesa (que lo era la Señora Doña Mencia Alva- res) como de las demás Religiosas. Hubie- ran salido al dia siguiente á no haberse en- fermado la Madre Fundadora de un grave dolor en un costado, con fiebre, que fue ne- cesario darle dos sangrías;; esto puso á to- das en gran consternación por el cuidado que manifestó el Médico, que llegaron á pensar siguiesen el camino sin su Reveren-

cía, á ]o que no se accircdaban sus hijas' Pero cerno Dios aflixe y ccnsuela, les envió CFta tribufscion para que tuviesen eso mas que ofrecer á su Magestsd, y permitió pa- sara breve, pues á los tres dias reconoció el Facultativo que habia declinado, diciendo- Íes se consolasen, que allí habia obrado Dios, de lo que dieron gracias al Altísimo, que- dando agradecidísimias á aquella santa Co- miunidad por el cuidado que m^ostraron y fi- nas expresiones que hicieron con todas. Aun no bien convalecida, pues fue esto en tres dias, continuaron el viage, y el dia quatro de Noviembre al anochecer, estando cerca del Lugar llamado de las Cabezas, se extra- vió el primer coche, que hubiera dado en un barranco, si no hubieran tenido el auxi- lio de unas voces que oyó el Cochero, sin duda de algún Molino que habia en distan- cia, pues no supieron por donde las daban, y solo oían que les decian que iban perdi- dos, con lo que retrocedió y siguió la ve- reda segura.

72.

En la Ciudad de Xerez de la Fronte- ra Hicieron noche en casa del Teniente Co- ronel de Dragones de Frisia, cuyo Coronel era Don Manuel de Azlor Primo de nues- tra Madre Azlor, y por la mañana habien- do ido á la Iglesia de la Compañía á comul- gar y oir Misa, los Padres las pasaron á des- ayunar, y esto mismo habían hecho los del Colegio de Ecija. Dia seis de Noviembre por la tarde llegaron á la Real Isla de León, y se aposentaron en casa de Don Joseph Diaz de Guitian, Sugeto muy apasionado déla Madre María Ignacia, por haberla conocido en estos Rey nos, y haber ido en el mismo Navio en que su Reverencia se fue á Espa- ña, por lo que estuvieron con mucha satis- facción las Madres.

Al dia siguiente á hora proporcionada salieron para Cádiz, y el 111 mo. y Rmó. Sr. Don Fray Tomás del Valle dd sagrado Or- den de Predicadores, Obispo de esta Ciu- dad, noticioso de su arribo salió al camino á recibirlas con otros Señores Prebendados,

asimismo muchas de Lis Señoras principi- 'S, entre otras la hermana del Señor Dean. -1 Señor Obispo entró en su coche á las ladres Presidenta y María Ignacia, siguien- o las demás que venian con el acompaña- liento dicho, hasta ponerlas en el Conven- ) de Señoras Religiosas Agustinas de Can- elaria, del que era Priora la M. R. M. Do- a Angela Paula de Soto, de quien y su Comunidad recibieron mil favores. Las pu- eron en habitación separada para que tu- ieran mas desahogo, el que en realidad lo- raron por la conxíanza con que se trataban ñas y otras, convidándolas aquellas Reve- ?ndas Madres todas sus funciones, así las e Coro, á las que asistían interpoladas las os Comunidades, como á sus diversiones íligiosas. Los Padres Capellanes se esmera- 3n también en favorecerlas, pues no qui- eron en el tiempo que estuvieron allí que aese á darles la Comunión su Capellán, si- o tomarse uno de estos Señores el trabajo e madrugar por mostrar su voluntad. Lo

7^' mas florido de la Ciudad, de todos estados,

fueron á cumplimentarlas, valiéndose Dios de estas concurrencias para que se suscitase en los piadosos Señores Don Manuel de Arria ga y Doña María Ana Artiaga, impues- tos en la utilidad de nuestro Instituto, el deseo de hacer una Fundación en la Real Isla de León, la que se verificó algunos años después, y aun querían que se quedase al- guna de nuestras Fundadoras para este fin, y no conviniendo ninguna en ello, acudieron á su tiempo á nuestro Convento de Tudela. Quando el P. General de la Compañía le hizo al Padre Bernardo Pazuengos el en- cargo de que conduxese á las Religiosas hasta México, le dixo que eligiese Compañero á su gusto y á propósito de los de su Misión (la que dexó encomendada al Padre Pedro Muri- lloVelarde segundo Procurador, su Compa- ñero) por lo que escogió al R. P. Tomás de Ron, Sugeto muy del caso por la experien- cia que tenia de Coafcsonirio di Religiosas y dirección de espíritus, el que no pudo ve-

75- nir antes por las distancias, y llegando aho

ra fue recibido de todos con mucho gusto, y los dos iban de su Colegio diariamente á saber de las Madres y á confesarlas con fre- qüencia.

Así pasaron siete meses (demora que no se creyó tan larga) en espera de embar- cación, la que unos opinaban fuese del Rey, otros no, por razón de la concurrencia de Tropa, sino mercante, á lo que se inclinó la Madre Fundadora. De estos habia varios que tenian á honor traerlas, y se ofrecieron para ello, pero por Jos buenos informes que tenia del Capitán Don Pedro Garaycoe- chea, prefirió este á los demás, y el Rey nuestro Señor, que tan propicio se mostró en todo lo perteneciente á este asunto, las recomendó á dicho Capitán, concediéndole en premjo cierta gracia en orden á intere- ses. La Reyna nuestra Señora Doña María Bárbara se dignó con su Real piedad de con- tribuir con la cantidad de tres mil pesos pa- ra ayuda del viage á las Religiosas, cuyo

76. premio estará gozando en el Cielo. En pla- zos se fue pasando el tiempo por las con- tingencias que se ofrecen siempre que se apresta algún Navio. Por último el dia doce de Junio, tercero de Pasqua de Pentecostés. por la tarde, fue el Señor Obispo con va- rios Padres Jesuítas á sacar á las Religiosas. esperándolas ya otros Padres en el Navio, y á toque de campana baxó la Comunidad de Candelaria á la despedida, que fue tier- nísima por el mutuo amor que se hablan co- brado: encamináronse los coches al muelle, cuyas escaleras baxaron conducidas por los Familiares de su Illmá. que las esperaba, y: entró con todas en la Falúa de la Intendencia, sin retraerle el extremado temor que le nia á el mar, acompañándolas hasta intro- ducirlas en el Navio la Galga, alias nuestn Señora del Carmen, en que tenia el Capital prevenido un gran refresco, regalando el Sqi ñor Obispo á la Madre María Ignacia cor una lámina de la Alma de nuestra Señor; con marco de plata, por muestra de su afec;

to, la que hoy dia se halla puesta en la puer- ta de la Cratícula de este Convento. Pasado esto se retiró el Señor Ulmó. haciéndole el Navio la salva acostumbrada. Por falta de viento estuvieron ancoradas hasta cerca de las siete de la noche que se hicieron á la ve- la. Salieron comboyadas del Navio del Rey llamado el Dragón de orden de su Mages- tad hasta Canarias , por el recelo de los Mo- ros que suelen infestar aquellos mares. Si - guieron con próspero viento su viage, si bien las mas bastantemente mareadas, como también el Padre Tomás, que nunca había navegado. Pasadas Canarias se despidió el Navio el Dragón, enviando el Capitán de su comando un Barco con recado á las Ma- dres muy cortesano, por si gustaban escri- bir, ó se les ofrecía alguna cosa, separán- dose los demás Navios mercantes que salie- ron juntos, cada uno á seguir su rumbo, el Navio San Pedro que venia con el mismo de la Galga. Era esta tan velera, y se ade- lantó tanto, que no volvieron á saber de él

12

hasta mas' 'mediados de Agosto, es decir, como á quince dias de haber llegado á tier- ra. Tuvieron el consuelo de tener Misa to- dos los dias, y algunos tres, salvo uno que por racional temor de aquel parage, que te- nia conocido el Padre Pazuengos, no quiso exponerse á que después de haber consagra- do hubiese algún baiben.

Serenadas algunas del mareo se diver- tían en pescar algunos pececillos. El Capi- tán estuvo muy generoso en la abundancia de la comida y aseo de la mesa, poniéndo- les pan tierno cada dos dias, que en pocas navegaciones se cuenta. No hubo necesidad de hacer aguada, pues venia tanta provisión que podia haberse vuelto á Cádiz con la agua que le sobró. Fue tanta la felicidad que lograron en toda la gente que venia en el Navio, que ninguno tuvo enfermedad gra- ve^ y por atención á las Madres no quiso Garaycoechea admitir mas Pasageros que tres: estos fueron Don Sebastian de Jaure- gui Marqués del Villar de la Águila , Don

79' Martin de Azurmendi , que venía de Secreta- rio á esta Inquisición, y Don Clemente Fra- gua Flotista: los Marineros parecían escogi- dos, pues no oyeron jas Religiosas una pa- labra descompuesta. Rezaban tres veces al dia el Rosario de nuestra Señora:; aun las coplas que cantaban, como acostumbran, eran de disparates que causaban risa y no ofendían sus oidos. En los últimos días tu- vieron alguna calma, aunque no fue cosa de especial cuidado. El quatro de Agosto ya caida la tarde, á los cincuenta y dos días de embarcadas, dieron fondo en el Puerto de la Veracruz, y aquella noche fue el mayor peligro que tuvieron, aunque sin conocerlo las Religiosas, pues no se sabe porqué acci- dente quedó sin amarrar el Navio, á la dis- creción solo de las olas y los vientos, ama- neciendo en distinto parage de donde había parado, lo que reconocido dieron gracias á Dios por haberles librado del riesgo. El Te- niente P.ey del Castillo de San Juan de Ulúa pasó al Navio á recibir á la Madre María

8 o,

Igaacia para llevar la Comunidad á dicho Castillo, donde tenia una grande preven- ción, creyendo posaban allí, respefto á que quando pasó por Cádiz este Caballero, que venia con el empleo, se habían concertado en esto, lo que no se verificó por haberlo repugnado el Vicario general de la Ciudad de Veracruz, diciendo no parecerle bien es- tuviesen las Religiosas en donde por lo re- gular hay tantos Presidiarios:; y aunque co- nociendo tenia razón, le sirvió de mortifi- cación á la Madre Fundadora por dexar des- airado al Castellano, bien que este quedó satisfecho, estando todavía en el Navio lle- gó un Propio de México á entregarle varios pliegos, en uno de ellos le iba la noticia de que las Reverendas Madres del Convento de la Concepción no las admitían, como es- taban apalabradas por cartas desde Tudela, Ínterin que les hacian su Convento, porque habiendo muerto á esta sazón la Madre Aba- desa, con quien lo habia tratado, la M. R. M. su succesora, mal informada, fue de dis-

8í. tinto didámen. Comenzando aquí á probar el amargo cáliz que le esperaba en este Rey- no, pues los otros pliegos contenían asunto mas sensible, como era el que estaba con- trario á la Fundación el lUmó. Prelado y al- gunos Sugetos de la Ciudad de México, efec- to de malas impresiones. Saltaron en tierra en dicho Puerto, en donde estaban en la orilla esperándolas varios Jesuitas, y Don Alexandro Alvares de Guitian, uno de los Oficiales Reales: este^ así por la recomen- dación que el Gobernador y dichos Oficia- les tenian de su Magestad para atenderlas, como por la particular que le habia hecho el ya mencionado Don Joseph Diaz Guitian su Tío, llevaron á las Madres á la Contadu- ría, sin destino, por loque dicho Don Ale- xandro les franqueó su casa, adonde fueron: pasando primero á la Iglesia de la Compa- ñía, allí hicieron oración y tuvieron el gus- to de ver la milagrosa Imagen de San Fran- cisco Xavier, que en aquel Colegio se vene- ra^ y habiéndoles los Padres felicitado su

82.

llegada, salieron para la casa de aquel pia- doso Caballero, quien con su esposa se es- meró en complacerlas, yendo la Señora Go- bernadora y deinas Nobleza á tener la satis- facción de ofrecerles sus personas. En la misma casa oían Misa por privilegio de Al- tar portátil que traía la Madre María Igna- cia concedido por nuestro Santísimo Padre Benedifto XIV. Quiso Dios que siendo el temperamento tan caliente, no tuvieran no- vedad en la salud en los cinco dias que se detuvieron esperando el avio ó carruage.

CAPÍTULO OCTAVO.

Salen de ¡a Chidad de Veracruz para la Pue- bla de los Angeles^ y pasan á la de México,

LA tarde del día diez de Agosto salie- ron de esta Ciudad, y desde aquí has- ta ia de Puebla, adonde llegaron el diez y nueve. Estuvieron muy obsvequiadas de los Señores Curas y Padres Jesuítas que había

83. en aquellos distritos, por especial recomen- dación que a los unos hizo el Señor Obis- po de la Puebla, y á los otros el Padre Ge- neral, siendo necesario Dor esto detenerse en algunos parages. A h entrada en la Ciu- dad es indecible el concurso: salió al reci- bimiento el Illmó. Sr. Dr. D. Domingo Pan- taleon Alvares de Abreu dignísimo Prelado de aquella Diócesi, con el Venerable Cabil- do, muchas Señoras y Caballeros, siguien- do la Tropa con toda su Música. Se enca- minaron á la Catedral, en donde las espe- raba su ílimá. , que se habia adelantado: las entró en la Iglesia, y con toda la Música se cantó el Te Deum : de aquí salieron en pro- cesión cada dos Religiosas con dos Señores Capitulares, y a lo últim.oel Señor Obispo, siguiendo la Tropa acompañando los instru- mentos de ella. Ya esperaba la Comunidad de las Señoras Religiosas del Convento de la Concepción en la Portería. Entraron den- tro con el Illmó. Prelado y Señores Preben- dados, llevándolas al Coro con la Música

84.

del Convento á adorar al Santísimo. Salidas de allí las conduxeron á la habitación que les tenian destinada, bastantemente espacio- sa y adornada de colgaduras de damasco. Concluidos los cumplimientos regulares se regresó dicho Señor á su Palacio muy com- placido , y diariamente les enviaba de su me- sa varios platos, é iba á visitarlas con fre- qüencia acompañado del Señor Auxiliar. Aquí estuvieron muy gustosas, pues se es- meraban las Señoras Religiosas y todos en favorecerlas. De los Conventos de Recole- tas les enviaron algún obsequio por insinua- ción de su Prelado^ pero en medio de esto el corazón de nuestra Madre María Ignacia estaba bien atribulado con las noticias que le llegaban de México sobre no quererlas re- cibir por las oposiciones que habia en la Ciu- dad, á causa de varios particulares, y lo mas doloroso, que aun el Señor Arzobispo se ha- llaba teñido de malos informes sobre la in- suficiencia de caudales pira la fundación, y se le reconocia mucho desabrimiento. Este

85. era el cáliz que se dixo la esperaba, porque

ya se dexa entender qué sentiría aquel no- ble corazón, al verse á las puertas de Mé- xico con estas repulsas, siendo tanta la preo- cupación, que llegaron á pensar el revolver- las, lo que no podia tener efefto, pues ve- nían con el consentimiento y privilegios de su Santidad , y licencia de su Magestad, con especiales recomendaciones á los Ministros, Jueces y Justicias de estos Reynos. Y para que se vea que no quedó piedra por mover para combatir esta fortaleza, hasta las Maes- tras de Miga de esta Ciudad hicieron ocur- íso á la Real Audiencia, alegando se les qui- taría su modo de subsistir, la que respondió no podia oponerse á los órdenes del Rey nuestro Señor.

El Sr. Obispo, que deseaba mucho una fundación de nuestro Instituto en aquella Ciu- dad, de suerte, que premeditándolo, les te- iiia dedicada Iglesia (y llevó á las Madres á leerla quando salieron) sabiendo lo que se iificultaba en México su admisión, le insta-

13

8(5. ba mucho á la Madre María Igaacia para que la hiciese allí. Pero como su Reverencia en medio de estos ataques no desistia de su pri- mer pensaniento, y era contra su honor el retraerse, dando fundamento á creer ser cierto lo que le acumulaban, de que era lo- cura y poca prudencia el exponerse sin sufi- cientes fondos á semejante obra: puesta su esperanza en Dios, agradecía á aquel Señor Illmó. su buen afedo, y se descartaba con responderle, que la licencia estaba para Mé- xico y no para Puebla: entre estas perplexi- dades recibió carta de la M. R. M. Abade- sa del Convento de Regina Coeli, en que le avisaba tenerles ya prevenido hospedage en su Convento, con muchas expresiones de cariño, lo que le sirvió de algún consuelo y mitigó sus penas. Con este motivo, pasa- dos ocho dias de estar allí, el veinte y siete de Agosto, habiéndose despedido de aque- lla santa Comunidad con muchas gracias por el especial agasajo recibido en su compañía^ salió el Señor Obispo con sus Familiares, y

II

8jr.

algunos de ]os Señores de aquella Santa Igle- sia, á dexarlas fuera de la Ciudad:; y despi- diéndose allí de la Madre María Ignacia con particular cariño, y echándole el brazo al cuello, la dixo: A Dios querida^ primero se- rá la Fundación de Puebla que la de México, (En todas estas cosas solo la sostenía la ma- no poderosa para no caer de ánimo ni aco- bardarse, sino llevar la empresa hasta el fin. Siguieron su camino, y el dia treinta de di- cho mes llegaron á com^er al Pueblo de San- ta Clarita: llegó al mismo tiempo Don An- I tonio Rubalcava Caballerizo del Illmó. Se- ñor Arzobispo, quien contra toda la repug- nancia que tenia (aunque no de voluntad) envió á cumplimentarlas, como correspon- día á su cortesana política, haciendo este muy buenos oficios para consolar á las Ma- dres, á quienes, com.o veia temerosas, asegu- raba hallarían buena acogida en su Prelado, pues el mismio Señor les habia solicitado alo- , jamJento, yendo en persona á pedírselos á las Madres de Regina, las que habían admi-

88. tido gustosas. Fueroa asimismo á dicho Pue- blo varios conocidos de la Madre Fundado- ra Eclesiásticos y Seculares. Después de co- mer y reposar un rato se encaminaron to- dos para la Insigne y Real Colegiata de nues- tra Señora de Guadalupe, celebérrimo San- tuario de este Reyno por la maravillosísima y milagrosa Imagen de este título que en él se venera. Apeadas allí, el Señor Abad D. Juan Antonio Alarcon y sus Prebendados las es- peraban. Habiendo adorado al Santísimo Sa- cramento, las entraron á la Sala de Cabildo , en donde estuvieron esperando á su Illmá. el que venido, acompañado de varios Canó- nigos, las saludó con mucha atención y agra- do, mostrándose expresivo. Fueron también á recibirías muchos Padres Jesuítas de todos los Colegios, y como principales en el asun- to la familia del General Don Francisco Ta- gle, por ser este Caballero Tutor de los So- brinitos de la Madre Fundadora Marqués de San Miguel de Aguayo, y Conde de San Pedro del Álamo, casado con Doña María

Soledad Gallo y Villavicencio, quien con- vidó á su Madre, Tia y Hermanas para que amadrinasen á las Religiosas en su entrada. Habiendo estas besado la mano á su Prelado, después de un corto espacio mandó que abriesen la vidriera de nuestra Señora para que tuvieran el consuelo de besar la sagrada Imagen, lo que lograron algunos de los con- currentes principales : concluido este devo- to ado se adelantó su Illmá. para recibirlas en Regina, y despedidas del Abad y demás Señores, fueron entrando en los coches dos Religiosas y dos Señoras, llevándose consi- go la Madre María Ignacia á los dos Seño- ritos sus Sobrinos. Entraron en esta Imperial Corte, y habiendo obtenido licencia nuestra Madre Fundadora, se apeó en la Portería de la Concepción á dar un abrazo á la Religio- sa que la habia tenido en su celda quando estuvo allí de seglar antes de irse á E.spaña, como se dixo en su lugar, de lo que tuvie- ron ambas mucho gusto, aunque por breve rato, pues estaban esperando las demás en los coches.

po.

El gentío que ocurrió desde que en- traron en nuestra Señora de Guadalupe, lo puede discurrir quien sepa lo populoso de esta Corte de México, pues no solo estaban inundadas las calles, sino los balcones y azoteas, acompañando á esta multitud el ar- monioso y alegre repique de todas las cam- panas de la Ciudad. Llegaron á Regina, re- cibidas de los Señores Capellanes del Con- vento, los que las introduxeron en la clau- sura acompañadas de sus Madrinas, estando en la Portería de adentro en sitial el Señor Arzobispo con sus dos Asistentes y la Co- munidad, habiendo dado licencia para que otras personas principales pudiesen entrar, así Eclesiásticos como Seculares. De aquí fueron procesionalraente al Coro baxo, en el que estaba prevenido otro sitial y doce coxines, en que se hincaron las Madres Fun- dadoras con sus Madrinas, y entonando la Música de la Iglesia Catedral el Te Deiim^ iban llegando por su antigüedad, cada Se- ñora con su Ahijada, á que diera la obe-

91. diencia á su Illmá. Acabada esta precisa ce- remonia , subieron á la Sala que estaba dis- puesta para el recibimiento, en la que se les sirvió un magnífico refresco de cuenta de es~ te lümo. Príncipe: duraron tanto estos ob- sequios, que serian como las nueve de la no- che quando se despidieron, dexando muy consolada á la Madre María Ignacia el trato afable con que estuvo el benignísimo Prela- do, llegando á tanto que concedió volunta- riamente entrasen los tres dias consecutivos á mañana y tarde las Señoras que amadri- naron, enviando en ellos su Illmá. esplén- didos refrescos, como también la comida de las Madres aquellos tres dias con abundan- cia, y encargando con esmero y gracia que no le echasen pimiento (en este pais chile) porque no la comerían.

Estando ya solas sin el bullicio, ma- nifestó aquella religiosísima Comunidad á sus huéspedas la crecida voluntad con que las alvergaban, y el deseo que tenian de complacerlas. Cenaron con sus Reverencias,

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y jas llevaron después á tomar posesión de su vivienda, que era la celda de la M. R. M. Agustina de Señora Santa Ana, quien la ce- dió por tener la comodidad de un Corito baxo para la Capilla que llaman de los Me- dinas, con su Comulgatorio y Confesonario separado de la Iglesia, para mayor comodi- dad de las Madres: añadieron unas piezas que tenian una hermosa Tribuna para la Igle- sia: El ajuar de la habitación estaba dispues- to por Don Francisco Tagle á expensas de la Madre María Ignacia, y la Despensa á las del Señor Rubio, que la hizo prover con abundancia de quanto pudiera ser necesario. Los dos Padres Jesuitas Condudores esta- ban en el Colegio de San Andrés, no en- traron en la clausura ni el primer dia, pero iban á verlas con freqüencia, como tjmbien otros muchos de todos los Colegios, los que siempre perseveraron en su asistencia por haber traido la Madre Fundadora carta de recomendación del Padre Genera] para el Padre Provincial de esta Provincia de Nue-

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I va España , el que les encargó la dirección

de sus espíritus , por petición de la misma , á los muy Reverendos Padres Christoval Es- covar, Francisco Zevallos, Francisco Xavier Lazcano, Joseph Carrillo y Eugenio Ramí- rez : estos fueron los asignados , pero iban otros muchos.

El Cabildo Eclesiástico y Real Au- diencia las cumplimentaron por medio de ;! Comisionados , ofreciendo su protección , co- : jno asimismo las sagradas Religiones y mu- : chas Personas particulares de la Ciudad. Los i Señores Virreyes no hicieron demostración alguna en esta ocasión, por descuido ó in- advertencia que hubo en no haberle pasado i aviso á la Señora Virreyna de su llegada, á lo que después se le procuró satisfacer^ pe- ro sin embargo de esta justa quexa, quando ya estaban las Madres en su Convento , se sirvió la Excelentísima Señora Doña Anto- nia Padilla, como tan caritativa, de enviar- les varios tercios de semillas.

Pasados los tres primeros dias empe-

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94. zaroi á seguir con quietud su distribución religiosa, aunque con el desconsuelo de no poder exercer su Instituto. Sin embargo, en aígunis ninas de aquel Convento emplearon su zelo. Aquella religiosísima Comunidad, que parece ser su caráder la mutua unión entre sí, la misma se extendió para con nues- tras Madres, de modo que se trataban con tanta satisfacción, que siendo así que tenian en su habitación toda comodidad de Coro y Comulgatorio, como se ha dicho, no per- mitieron se sirviesen de él sino es para las renovaciones de votos cada seis meses, y para rezar el Oficio, por ser el nuestro el Parvo; pero en los tres dias de Semana San- ta, dia de noche buena y de difuntos, que acostumbramos rezar el Oficio mayor, iban á su Coro , poniéndose interpoladas , hacien- do armonia los vestuarios de una blanca y una negra. En todo lo demás de funciones. Comuniones diarias. Misas y diversiones re- ligiosas, siempre juntas quando lo permitian sus distribuciones, siguiéndose de esta fami-

95.

I liaridad tanta estrechez de voluntades y fi- no agradecimiento de nuestras Madres^ que nunca acababan de ponderar los favores re- cibidos, y que no eran capaces de corres^ ponderlos, como muchas veces lo expresa- ban, perpetuándolo con hermandad que hi- cieron de aplicar por jas difuntas de una y otra Comunidad los mismos sufragios que cada una ofrece por las suyas, y esto no so-

j lo con las doce que allí estuvieron, sino quedando para toda la posteridad. En seis de Septiembre, á los siete dias de estar en el Convento de Regina, presentó la M. R. M. María Ignacia Sartolo á nuestro Illmó. Prelado el Nombramiento jurídico que á la salida de Tudela hizo en su persona el Se- ñor Dean Dr. D. Martin de Valdemoros, Prelado de aquella Ciudad y su distrito, con fecha de once de Oftubre de cincuenta y dos, en que la constituyó Presidenta de la Fundación hasta llegar á México, y asimis- mo la Madre María Ignacia Azlor presentó otro escrito á nombre suyo y de las demás

95.

Midres, pidiendo la confirmise en el em- pleo hasta la futura elección, que según nuestras Constituciones debe ser la Vio;ilia de la Anunciación, á lo que condescendió su lUíTii. como consta por su Decreto de siete del mismo.

Presentada la Real Cédula de licencia de la Fundación al Superior Gobierno, se obtuvo el pase , como consta del Decreto de treinta y Uxno de Odubre de cincuenta y tres, lo que executado con el Real Acuer- do, lo dio por su Decreto de diez y nueve de Noviembre del mismo año. Pasaron des- pués á presentar escrito al Señor Arzobis-- po con la Real Cédula, pidiendo el pase, y avisando el obedecimiento del Siperior Go- bierno y Real Acuerdo de esta Nueva Es- paña, é impetrando las licencias necesarias para la erección y fundación. En que este pasara al Promotor Fiscal, y las demás dili- gencias que se praélican en estos casos, no» se obtuvo la licencia hasta el dia treinta y uno de Diciembre de cincuenta y tres, co-

97^ mo consta del Decreto, mandando a! mis- mo tiempo se executara ]o que el Promotor Fiscal pidió, que fue, razón de los fondos que había, con cu 70 proveído com.enzaron las cosas a enlazarse en dificultades :, y co- mo su Illmi estaba aun algo desabrido y desconfiado en orden á la suficiencia para la fundación, á causa de los inforixies contra- rios que se le habían hecho en este particu- lar, diciéndole que había sido inconsidera- ción el haberla emprendido sin tener con qué, y otras cosas semejantes que le abulta- ban: por otra parte veía que la Madre Fun- dadora le aseguraba que de todo su caudal había hecho heredera á nuestra Señora del Pilar para esta fundación, y era bien públi- co el que tenían sus Padres. Para salir de confusiones mandó notificar á dicha Madre declarase con individuahdad los caudales que tenia, en qué ramos y en poder de quien, lo que executó por medio de su Apoderado Don Joseph Antonio de Santander. Con es- ta declaración decretó su Señoría Ilimá. se

98. ]e notificase al Albacea de los Señores Mar- queses sus hermanos, en cuyo poder se ha- llaba, para que diese razón con declaración jurada de lo que existia. Hecha esta diligen- cia, fue corriendo el tiempo en la dilación de los trámites regulares que permiten las Leyes, sin embargo de la exigencia con que se manejaban en la Secretaría Arzobispal , pues aun estando en la Visita S. S. Illmá. hay varios Decretos despachados en el mismo dia que se le presentaban, desde el Pueblo en que se hallaba:^ y de Tezcuco hay uno expedido en diez y seis de Febrero, en que respeQo á la multitud de negocios que ocurren en la san- ta Visita, y deseando dar curso al de la fun- dación, sin gravar á las partes interesadas en los costos, manda, que así estas como el Señor Promotor, hagan sus ocursos ante el Señor Dr. D. Francisco Xavier Gómez de Cervantes Prebendado de esta Santa Iglesia Metropolitana, Provisor y Vicario general de este Arzobispado, cando á dicho Señor comisión en forma para que mientras se

99' restituía S. S. lUmá. á esta Capital, conozca

del precitado negocio, dándole cuenta de sus resoluciones para la inteligencia de S. S. Illmá. Últimamente, en veinte y ocho de Febrero decretó el Señor Provisor al Alba- cea pasase á la Secretaría el dinero y alha- jas que habia expresado existían;; y habién- dosele notificado á dicho Albacea, el veinte y uno de Marzo próximo puso en dicha Se- cretaría, por m.ano del Apoderado Don Jo- seph Santander, setenta y dos mil doscien- tos quaíro pesos quatro. reales y medio, ha- biéndole entregado á este antes varias alha- jas de oro, plata y pedrería, láminas y qua- dros, y que del chinchorro que habia de mas de seis mil ovejas daria cuenta quando viniese el último arredro, y lo entregarla al Sugeto que nom.brasen , lo que mandó el Señor Provisor se le hiciese saber á la Ma- dre María ígnacia, y que determinase adon- de queria que se depositara el dinero: á lo que respondió su Reverencia no tener mas voluntad que la de S. S. íllmá. Y como el

lOO.

Señor Provisor hacia las veces del Prelado, dispuso se guardase en la Arca del Conven- to de Regina, respefto á que con el motivo de la fábrica que se emprenderia era preciso tenerlo á la mano para lo que fuese necesa- rio, lo que se executó al dia siguiente vein- te y dos de dicho.

En esta satisfacción dieron paso á bus- car sitio acomodado á nuestro Instituto, que debía estar en el centro de la Ciudad, y co- menzaron la diversidad de pareceres entre los Sugetos apasionados, por via de conse- jo. Por fin se resolvió comprar dos casas en esta calle de los Cordovanes, la una se le compró á Don x^ndrés Otañez, que estaba para pasar á la Ciudad de Veracruz, y con este motivo la tenia de venta, debiéndole las Madres hiciese la caridad de dárselas en un mil pesos menos de lo que otros prome- tían; por ella; la otra, que era contigua, finca de las RR. MM. de la Encarnación , fue mas difícil conseguir^ pues se resistieron fuertemente por justos motivos que tendrían,

lOi.

basta que nuestro Illmó. Prelado fue en per- sona á suplicarles diesen su consentimiento, atendiendo á la necesidad que habia. Efec- tuada la compra se comenzó la obra de este Convento Sábado veinte y tres de Junio de cincuenta y quatro, la que dirigió Fray Lu- cas de Jesús María Religioso Laico del sa- grado Orden de San Agustín de la Misión de las Islas Filipinas, el que lo tomó con todo empeño, y para mayor brevedad no lo sacó de planta, valiéndose de la misma que tenian las casas. En su recinto formó habi- taciones propias para Religiosas de vida co- mún, y las anexas á nuestro Instituto, sin faltarle en medio de la estrechez del sitio oficina alguna. Á la eficacia de dicho Fray Lucas se agregaba la vigilancia del Arzobis- pado para que no hubiese demora, y corrió con tanta felicidad, que aun en el temblor tan fuerte que hubo en aquel año dia de San- ta Rosa, estando los pilares del segundo pa- tio sin cubrir, no se experimentó desgracia ni sentimiento algimo en la obra , como te-

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102.

mieron todos. Quando se cerró la clave del último arco del patio principal viao á asis- tir S. 3. Illmi. poniendo en él varias reli- quias, y se pusieron sus Armis labradas en piedra para señal y en memoria del agrade- cimiento. A veinte y uno de Noviembre., dia de la Presentación de nuestra Señora, que ya estaba concluido el Convento, vino el Señor Arzobispo á bendecirlo. El dia diez y siete de Diciembre del año de cincuenta y quatro dio orden S. S. Illmá. al Señor Pro- visor para que el dia siguiente fuese á las seis de la mañana á pasar á las Religiosas, y á estas de que se trasladasen á su nuevo Convento. Sin duda quiso S. S. Illmá. usar de esta violencia por evitar el concurso, de suerte que apenas tuvieron tiempo para des- pedirse de aquella venerable Comunidad , á quien estaban tan obligadas y reconocidas. Este que parece acaso, fue muy convenien- te, pues lo repentino de la salida no dio lu- gar al sentimiento, que hubiera sido mayor de una y otra parte premeditada la separa-

I03. don, después de haber estado en tan estre- cha unión por el espacio de un año tres meses y diez y siete dias.

CAPÍTULO NONO.

Toman posesión de su Convento y empiezan á exercer sus ministerio,

Onforme á la orden que se dixo en el Capítulo anterior, dia de la Expefta- cion de nuestra Señora diez y ocho de Di- ciembre, á las seis de la mañana, fue el Se- ñor Provisor Don Francisco Xavier Gómez de Cervantes, acom.panado del Notario, y en los coches que mandó el Señor Arzobis- po para su transporte, via reda las conduxo a la Iglesia de este Convento, en la qual entraron con unas candelas encendidas, que recibieron en la puerta de ella, y habiendo hecho oración Ínterin se cantó el Te Deum laudamus^ el que fenecido pasaron en dere- chura á la Portería, y habiendo entrado en el Coro baxo recibieron todas el Santísimo

104. Sacramento de la Eucaristía, que les minis- tró el Sr. Dr. D. Manuel Roxo del Rio y

Vieíra, Canónigo de esta Smta Iglesia y Capellán mayor de este Convento, que fue nombrado desde que estaban en Regina, que después fue Arzobispo de Manila, quien in- mediatamente procedió á celebrar el santo sacrificio de la Misa, á que asistieron todas, estando en este afto el Santísimo patente. Acabada la Misa y depositado el Divinísi- mo salieron á desayunarse, teniendo preve- nido de orden del Señor Arzobispo abun- dancia de masas , que no pudieron tomar en- tonces por ser dia de témporas.

Hallaron aquí á dos Señoritas Sobri- nas de la Madre Presidenta (que en la ac- tualidad son Religiosas) y á la muger del Apoderado Santander. Éstas no se quedaron á comer, pero estuvieron todo el dia el Padre Bernardo Pazuengos y su Compañero el P. Joseph Azcon, (porque el P. Tomás de Ron ya se había ido á su destino de Mi- sionero) los Señores todos del Arzobispado,

lOg.

y dicho Don Joseph Santander, quienes les estuvieron enseñando toda la casa con el Br. Don Manuel Sánchez de Tagle segundo Ca- pellán y Sacristán mayor. Llegada la hora de comer y puestos á la mesa los dos Pa- dres Jesuítas y las Madres, les sirvieron la comida los Familiares del Señor Arzobispo, la que vino de su Palacio, y estuvo tan buena como abundante. Este III mó. Prelado vino á la tarde á congratularse con esta pequeña Comunidad y darles el parabién, quien no satisfecho en sus obsequios les dio un mag- nífico refresco, estándose en su compañía hasta después de las oraciones que se retiró, dexándolas muy llenas de satisfacción y agradecidas á tanto cúmulo de beneficios, pues á mas de los referidos, dio orden á su Mayordomo desde que vinieron á esta Ciu- dad para que les subministrase cien pesos mensualmente para su manutención, limosna que continuó hasta su fallecimiento.

Inmediatamente distribuyó la Madre Presidenta los oficios en la forma siguiente:

ro(5.

su Reverencia Portera de las Clases, M. Ma- ría Estevan Echeverría Maestra de Clases y Enfermera , M. María Josefa Burges Maestra de Colegialas y Sacristana, M. María Ignacia Azlor Procuradora, M. Ana María de Tor- res Maestra de Novicias, M. Ana Teresa Bonstet Portera del Convento y Maestra de Clases, M. María Tomasa Tellez Sacristana y Tornera, M. Joaquina Azcárate Maestra de Colegialas y Bibliotecaria, Hermana Ma- ría Isabel Zepiilo Maestra de Clases, Her- mana María Lucia Beramendi Maestra de Clases y Ropera, Hermana María Josefa Ca- briada Dispensera y Enfermera, y estas tres últimas llevaban semanas, á m.as de sus ofi- cios, de Campaneras, Refitoleras, y otras varias cosas.

El dia treinta de Diciembre entraron por la mañana en este Colegio Doña María Josefa Moreno y Azpilcueta de edad de sie- te años , por quien habia hablado el Señor Obispo de Durango Dr. D. Pedro AnselmiO Sánchez de Tagle, á quien habia prometido

la Madre Fundadora sería la primera que entrase con su Tia Doña María Ana More- no, Jas que vinieron de dicha Ciudad con este destino, y Doña Josefa Camarillo;; á la tarde Doña María Antonia Rivera y Doña María Ana Blanco, entrando solo cinco es- te dia (aunque habia otras que estaban es- perando) determinándolo así la Madre Ma- I ría Tgnacia en reverencia del Dulcísimo Nom- ' bre de María, deseando que estas cinco de- dicadas á tan augusto Nombre quedaran Re- ligiosas, beneficio que lograron, y hoy dia viven. El dia primero de Enero de cincuen- ta y cinco entró de Colegiala Doña María Gregoria Bustamante con el destino ya de ser Religiosa, para lo que estaba admitida. Continuaron de este modo entrando en el Colegio m.uchas de las principales familias, así de esta Ciudad como de fuera. Las Cla- ses externas no se abrieron el dia siete, co- rneo es costumbre, por acabarse el dia de Re- yes nuestras vacaciones, sino hasta el dia once, por ser Sábado, dedicado á María San-

io8. tisima. Aquella primera mañana acudieron á dichas Clases solo diez niñas, á la tarde veinte, pero desde la semana siguiente una multitud, que no daban abasto las Madres Maestras, y era necesario que las de otros oficios les fuesen á ayudar, siendo esto de mucho júbilo para el ardiente zelo de nues- tra Madre Fundadora, que daba por bien empleado todo lo que habia padecido al ver logrado su fin, cuya concurrencia ha conti- nuado hasta ahora sin descaecer, con gran- de consuelo nuestro, por el fruto que se sa- ca, mediante la ayuda del Señor, para glo- ria suya, por nuestro santo Instituto.

El dia veinte y quatro de Marzo, en que deben ser nuestras Elecciones, habien- do precedido los ocho dias de retiro que prescriben nuestras Constituciones, vino esa mañana S. S. Ilimá. á hacer la Elección, en la que con todos los votos salió electa por Priora la Madre María Ignacia Azlor, la que por la suma repugnancia que siempre tuvo á la Prelacia, dixo ser nula la Elección, ale-

lOp.

gando que no tenia la edad (quando solo le faltaban seis meses) á cuyo alegato repus'e- ron las Vocales estar este inconveniente ya vencido, pues á prevención tenian de ante- mano obtenida la dispensa de S. S. Illmá. por si se verificaba este caso^ con lo que no teniendo que responder obedeció, recibien- do la cruz mas pesada para su Reverencia que las anteriores. Nuestro Prelado quedó muy gustoso de la Elección hecha, y á la tarde volvió á dar el parabién y á hacer la visita acostumbrada, costeando su generosi- dad un buen refresco, que sirvieron sus Fa- miliares.

Habiendo hecho la lista de oficios y :aespachada esta, dio paso á que profesaran las dos que habían venido de Novicias, quienes habiendo cumplido el dia diez del Octubre anterior no habian hecho su pro- fesión porque nuestro Illmó. Prelado, aun- que muy compadecido por tanta espera, de- cía era necesario tuviesen paciencia hasta que la Madre Fundadora evacuase lo que

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I I o. por ei Defensor se habia pedido y por su persona ordenado, sobre la calificación de los caudales que habían de servir para la fundación, pues lo contrario se oponia á lo formal y á lo justo. No obstante esto, por las repetidas instancias de las Novicias, y obviar otros inconvenientes , habiendo afian- zado sus dotes sobre el chinchorro, condes- cendió el corazón piadoso del Prelado, é hicieron su profesión solemne el dia siete de Abril con m.ucho consuelo de sus espíritus. El dia veinte del mismo tomaron el hábito Doña María Águeda de Urtazun, que vino de Pretendiente con las Madres, añadiéndo- se el nombre de Xaviera, y Doña María Gregoria Bustamante, quien se puso el de Micaela por devocicn de la Madre María Ignacia y suya, alegrándose mucho su Re- verencia de que tan breve empezaran á alis- tarse en esta sagrada Compañía, y gozábase en la posesión de sus deseos viendo estable- cido ya nuestro Instituto sagrado en este nue- vo Mundo, trocados en tranquilidad los pasa-

III.

dos riesgos, y en seguridad el amenazado naufragio. Lo grande del beneficio le obliga- ba á mostrarse agradecida á la poderosa mano que la había sacado de tan repetidas inquie- tudes:^ y como el mejor modo de agradecer es el cumplimiento de la obligación de cada uno, y en la Superiora es no solo el apro- vechamiento propio, que es la principal par- te del fin é Instituto de la Compañía de Ma- ría, no solamente á su alma, sino también á las de sus hijas, miraba como porción enco- mendada á su cuidado, de que habia de dar estrecha cuenta , si por falta de vigilancia se introducía insensiblemente algún abuso con- tra la observancia regular, por lo que tan perfedamente se dedicó á esta para el ma- yor exemplo, que es el mas poderoso estí- mulo para la imitación, sin ruido de pala- bras, que sin exageración alguna, pudo te nerse por dechado de Religiosas observan- tes: de m.anera, que con advertencia y co- nocimiento por respeto ninguno se apartaba un punto de lo que la Regla manda. La dis-

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tribucion ordinaria, que es el plan de la re- ligiosa disciplina, era la pauta por donde se arreglaban todas sus operaciones del día. Las enfermedades, que son el desconcierta de la naturaleza , desazonando interiormen- te de tal suerte las potencias, que desabri- das estas repugnan todo exercicio, aun aquel que en sana salud les es delicioso y apete- cible, nunca le impedían la observancia de su diaria ocupación, porque asistía puntual I á todo lo de comunidad con la misma de- voción y fervor como quando estaba sana, siendo su regular dicho en semejantes oca- siones, que era poco mal y bien chiqueado. Este era el caso único en que con humildad representaba al Confesor por quien se diri- ; gia^ porque si este le decia que debia ver por la vida, respondía regularmente, que bastante se hacia por ella , y nada por Dios. [ Si le decia que habia obligación de cuidar de la salud, respondía que la salud no sirve para otra cosa que para emplearla en el ser- vicio de Dios, y de esta suerte hacia sus re-

113- presentaciones graciosas, para que no la obli- gase al descanso y retiro de los diarios exer- cicios de Ja Comunidad:^ pero con todo, si oídos sus alegatos le mandaba cesar de la común tarea piadosa de todas las demás, obedecía rendida, aunque esta su obediencia se reducía solo á no salir del aposento, res- guardándose del viento, que era lo que le parecía encerrarse en el mandato, mas no á dexar de hacer dentro de sus pobres paredes todos aquellos oficios de piedad que pide la devoción, quando esta tiene perfectamente domjnado el ánimo. Allí pues encerrada se empleaba en los rezos, en la oración, en las estaciones y dem.as religiosas obí'as en que estaban en lo público bien ocupadas sus her- manas. Esta invariable práctica observó cons- tante desde que se enclaustró en Tudela has- ta la última enfermedad de que murió.

Zelaba en todas las Oficialas el cum~ plimiento de sus respedivos oficios, y si en alguna Religiosa veía ó sabía de ella alguna falta, en lo pronto disimulaba, llamándola

114. después á su aposento para reprehenderla segaa el hecho lo requería; pero siempre con estilo de Madre, haciéndole conocer el deseo de su aprovechamiento:^ y aunque en el ado se mostrara severa, pasado este no le quedaba amargura en su corazón para con la subdita, procurando ocultarlo de las de- mas. A las Clases externas baxaba muchos días á observar el porte de las Madres Maes- tras, encargándoles el cuidado de las niñas, particularmente de las mas pobrecitas. So- bre la grande tarea del dia (pues todos los negocios los manejaba por propia) el des- canso de la noche era salir, quando ya es- taban recogidas las Religiosas , á velar la vi- ña que el Padre de Familias habia puesto á su cuidado en Convento y Colegio. En este si reconocía qiie las Educandas, como ni- ñas , estaban inquietas haciendo travesuras , avisaba á alguna de sus Madres Maestras pa- ra que las fuera á sosegar. Era su Reveren- cia reda, y procuraba que sus subditas fue- ran muy observantes, solicitando que nin-

115. !

giina estuviese ociosa, acordándose de lo

que dice nuestra santa Regla , que el ocio es origen de todos los males ^ pero al mismo tiempo en su trato familiar era benigna, afa- ble y festiva en su conversación, divirtién- dolas en las horas de quiete y recreaciones, dando á cada cosa su tiempo, no agradán- dole que fueran melancólicas, ni virtuosas con hazañerías, sino que sirviesen á Dios con libertad de espíritu, sin nimiedades escru- pulosas. Con este modo de gobierno se ma- nejó todo el tiempo que nuestro Señor nos la concedió por modelo.

En este primer trienio del año de cin- cuenta y cinco tuvo nuestra Madre María Ignacia el consuelo de recibir la especial re- liquia del ínclito Mártir San Juan Nepomu- ceno, que se venera en nuestra Iglesia. Esta se la remitió su Tio el Exmó. Señor D. An- tonio Azlor, que se hallaba de Embaxador en la Corte de Viena, á quien se la había regalado la Señora Emperatriz Doña María Teresa de Austria, y la traxo el Señor Mar-

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qués de las Amarillas, quando vino de Vir- rey á esta Nueva España. Esta preciosa re- liquia es un artejo del dedo índice del San- to, colocada en una imagen suya de poco mas de quarta, toda de oro curiosamente la- brada, y aun dicen que es verdadera Efigie del glorioso Mártir (dádiva propia de una Em^peratriz) para la que mandó hacer nues- tra Madre Fundadora, á su idea, una urna de cristales guarnecida de plata, estribando la Estatua sobre una nube asimismo de pla- ta, y en el reverso de dicha urna, también entre cristal, se dexa ver la auténtica. Fue para su Reverencia muy apreciable esta pren- da por el afedo que profesaba al Santo, y el deseo que tenia de poseer una reliquia su- ya, que es tan difícil conseguir.

En veinte y ocho de Noviembre del año de mil setecientos cincuenta y siete, en atención de haber verificado y cumplido la Madre María Ignacia todas las obligaciones de Fundadora, y en su consecución se sir- vió el Señor Arzobispo de aprobar en toda

I I¡T.

forma de derecho esta fundación, confir- mando y concediendo al mismo tiempo el Patronato de Iglesia y Convento á nuestra Madre Fundadora por los dias de su vida, y después de su fallecimiento á sus Sobri- nos los Señores Marqueses de San Miguel I de Aguayo y Conde de San Pedro del Ála- mo, mientras vivieren, y después de sus dias á los hijos y succesores del primero, que llevaren el título de Marqués de San Miguel de Aguayo por linea reda solamente, y en su falta á la persona que la Comunidad eli- giere, si le pareciese conveniente. Lo que se les hizo saber á las Madres á toque de cam- pana en el Coro baxo, las que dieron ren- didas gracias á S. S. lilmá. particularmente la Madre María Ignacia, que con esta defi- nición tuvo ya el lleno de sus deseos, viendo establecido con firmeza lo que tanto desve- lo y oraciones le habia costado. El motivo de haberse diferido todo este tiempo dicha aprobación, fue por el recelo que (comiO ya se dixo) tenia nuestro Prelado de la sufi-

ii8.

ciencia de fondos para que pudiese subsistir este Coivento, lo que miraba con pruden- cia respedo á que nuestra Madre Fundado- ra contaba no solo con los cien mil pesos que le tocaban por sus legítimas, de los que ya se ha dicho quedaron en ser setenta y dos mil por haber expendido los restantes en los viages de ida á España y vuelta á es- tos Reynos, obras pias que fundó y muchas limosnas que hizo, como ya queda insinua- do, sino asimismo con los cincuenta mil pe- sos que su hermano el Señor Conde de San Pedro del Álamo le asignó sobre las utilida- des de la Mina de Santa Anita en Guana- xuato para este fin , los que hasta el dia no se han enterado, porque la Mina, frustrando las piadosas intenciones del Señor Conde, ni dio ni ha dado utilidades algunas, y esto era lo que conocía S. S. Iilmá. Pero el buen gobierno y economía de la Madre María Ig- nacia dispuso en buena forma las rentas, pues con lo que quedó después de conclui- do el Convento, en que se gastaron cin-

rip.

cuenta y siete mil pesos, varías alhajas qu3 vendió-, menage de casa y algunos dotes d^ las primeras que entraron, con mas ciertas cantidades que le volvieron, de que era acreedora , procuró prontamente comprar fincas, para con sus réditos satisfacer y dar cumplimiento á lo que habia dispuesto.

CAPÍTULO DÉCIMO.

Su devoción al Santísimo Sacramento , á Ma- ría Sansísima y otros Santos,

#^UmpIidos los tres años de su Prelacia '^^^ el de cincuenta y ocho, se procedió á nueva elección, la que recayó en la mis- ma persona de nuestra amada Madre Azlor, con tanto gusto de la Comunidad como re- pugnancia de su Reverencia, pues mas de- seaba obedecer que mandar. La confirmó S. Illmá. en el empleo con particular compla- cencia y hubo de seguir con la cruz que nuestro Señor le habia destinado hasta su muerte, reconociéndosele en el semblante lo

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azivaraio que quedaba su corazón con el nuevo honor, muy debido por todos títulos á su virtud y talentos.

Ya se ha hablado de su gobierno en general, haremos ahora alguna insinuación de sus virtudes y devociones particulares, pues para expresar por menor lo mucho que se pudiera decir de su freqüencia de Sacra- mentos, presencia de Dios, oración, medi- tación, lección de libros devotos, mortifi- cación y penitencia, era menester que cor- riera muy dilatada la pluma.

La devoción de la Madre María Igna- cia al Santísimo Sacramento era tan reve- rente, que no se llegaba á esta sagrada me- sa sin primero reconciliarse con mucha com- punción de sus leves faltas^ y aunque era nimio su temor, no omitía recibir este Pan de vida (no satisfecha de solo las Comu- niones de regla) con la mayor freqüencia que podia, y tenia particular cuidado de re- cibirlo el dia del Santo Patrón de cada mes, y de que todas lo executasen : en muchas fes-

12 1.

tivídades de María Santísima consiguió li- cencia para que se descubriese al Santísimo en la Misa cantada, y á la tarde por espa- cio de una hora, y siempre que estaba ex- puesto este Divinísimo Señor en nuestra Igle- sia, no se apartaba de su presencia, si no la obligaba alguna distribución ó negocio en cum.plimiento de su empleo: jamas dexaba de estar de rodillas en el Coro, si no era quando se rezaba el Oficio, con tal com- postura exterior, que se echaba bien de ver la interior reverencia de su espíritu, que á todas las componia. Consiguiente á esta era la devoción á )a santa Misa, sin perder al- guna de quantas se decian, lamentándose quandó no llegaban siquiera á cinco, en re- verencia del Dulcísimo Nombre de María, y al Sacerdote que decia la quinta le reza- ba cinco Salves en agradecimiento de ha- berle completado este número, lo que sabido por algunos de los que freqüentaban nuestra Iglesia, codiciosos de sus oraciones, solici- taban que les cayese la suerte, siendo tanto

I 22.

SU anhelo de este santo Sacrificio, que tenía la prolixidad de. apuntar las que oía en la semana, mes y año, haciendo exquisita.^; di- ligencias por no perder ninguna, y varias veces sucedía desayunarse á toda prisa, ó no acabar, para alcanzar la Misa que había oido tocar ^ y si por motivo urgente perdía alguna, todo el día le duraba el sentimiento. No obstante esta su grande devoción, pre- valeció un día su paciencia y humildad, pues estando ya en pie para ir á oiría, entró una Hermana, quizá con mas sencillez que ma- licia, dándole un libro de la Vida de un Santo, díciéndole cjue leyera aquel Capítulo que era de la prudencia con que habia go- bernado, y se volvió á sentar, respondién- dole se ]o leyese la misma, perdiendo la Mi- sa por oirle dicho Capítulo, sin mostrar la mas mínima turbación, de que quedaron muy edificadas así las que se hallaron presentes, como las que después lo supieron. Este in- terés la obligaba á sufrir la incomodidad del aposento en que vivía con la ventana á la

123.

calle, una de las mas ruidosas, así por el continuo tráfago de los coches, que á todas horas del dia y de la noche van y vienen para todas las demás calles del vecindario, como por el molesto bullicio de la gente vulgar, que para sus algazaras, alborotos y griterias ni tiene hora ni guarda concierto, y teniendo el sueño m.uy ligero, con todo, para la Madre María Ignacia era muy aco- modado y apetecible, porque tenia una ven- tanilla pequeña, que abierta daba comunica- ción al aposento con el Coro, facilitándole las freqüentes visitas al Divinísimo Señor Sacramentado. De esta usaba, especialmente quando estaba enferma ó impedida por la obediencia, para asistir á los divinos Oficios y visitar ásu divino depositado Dueño, pues abierta no solo le franqueaba la presencia mental, sino también la real, para lograr la mayor inmediación que podia á los altísi- mos misterios, y á la adoración de su Am^ do.

Con esta santa industria lograba el oír

124-

todas las Misas que se decían en casa, por- que si estaba sana asistia en el Coro, y si enferma desde el aposento. La devoción y reverencia con que todo esto exercitaba no es fácil expresar en breve, solo se dice de paso , que las reverencias ó postraciones cor- porales y externas todas eran profundas, aun siendo muy freqüentes, si no decimos con- tinuadas,, porque se habia de postrar inde- fedible y profundamente siempre que men- taba á la Santísima Augustísima Trinidad, el dulcísimo nombre de Jesús, el Santísi- mo de María, y no solo quando su Reve- rencia los nombraba, sino también siempre Que los oia nombrar, si se hacia alguna men- ¿ion de la sagrada Eucaristía, ó se mencio- naban los otros tres Santísimos Señores Jo- seph, Joaquin y Ana:; y como todos estos sacratísimos nombres son tan continuos en los rezos, oraciones, deprecaciones, y aun en conversaciones piadosas , puede con ver- dad decirse que estas postraciones rendidas eran aun mas que freqüentes continuas: tan-

125.

to y con tal constancia, que agonizando es- taba, ya desamparada de las naturales fuer- zas, sin poder valerse de para nada de su alivio, y con todo siempre que los que le auxiliaban mencionaban alguno de los ya di- chos sagrados nombres, habia de inclinar la cabeza para hacer la reverencia, y si se nom- braban seguidamente, la inclinaba seguida- mente, hasta las dos últimas boqueadas, que se duda si los oyó. De aquí se infiere la con- tinua presencia de Dios que tenia quien con tanto tezon se aduaba en los aQos dichos.

Su devoción á María Santísima se pue- de llamar eximia, pues desde niña le rezaba, sin faltar dia alguno, su Oficio y el Rosario de quince misterios : continuamente le hacia Novenas, y solia juntar á otras quatro que la acompañasen, porque procuraba en todo ajustar el número de cinco en reverencia de las cinco letras, y por la misma erigió cin- co lugares de gracia para Colegialas, que se distinguen de las otras en el Escudo que lle- van del nombre de María , teniendo las de-

i8

12(5.

mas por divisa del hábito de nuestra Sex^ora del Pilar en el brazo izquierdo un pilarito de plata. Todas las admisiones así de Reli^ 1 glosas como de Colegialas, habían de ser en festividades de nuestra Señora, y si esta es- . taba lejos, á lo menos en Sábado por dia ' consagrado á esta Señora. Se le notó que quanto se le pedia por la Virgen lo conce- día, aunque con prudente disimulo, porque no se valieran de esto para impertinencias. Hacia en su honor varias limosnas, y si oia pasar algún pobre por la calle pidiendo por María Santísima, si no era á deshora envia- ba á la Tornera algún socorro para que le diera, pues en esto y en el culto divino em- pleaba al vitalicio ó reserva que sus herma- nos le asignaron. El Viernes Santo acompa- ñaba á esta Señora en su Soledad con las tres horas que le hacia en su aposento, de doce á tres de la tarde, con muchas lágri- mas de ternura y compasión de sus dolores, en cuya memoria procuraba fuesen siete con su Reverencia las que se congregaban á este

12^.

devoto exercicio, y quedando las otras ren- didas, solo nuestra Madre María Ignaciaera incansable, después de haber empleado la luañana, acabados los divinos Oficios, en otras muchas devociones propias del dia, lo que continuaba á la tarde en los tiempos que cesaban las distribuciones, que admira- bam.os como tenia aliento para tanto, sien- do así que la noche anterior no sabemos si se llegaba á acostar. Solicitaba este dia que á todas las Imágenes de Dolores que habia en el Convento se les diese algún especial culto. Su devoción era tant?, que todo enca- recimiento es corto : solia decir tenia mucha envidia al Rey Don Jayme de Aragón por los muchos Templos que habia dedicado á nuestra Señora, y se puede contar por pro- digioso un caso que sucedió. La Señora Mar- quesa su Madre tenia en esta Ciudad estre- chez con una Señora Aragonesa, la qual vi- vía en una de estas casas que hoy son Con- vento: esta tenia una Efigie de nuestra Se- ñora del Pilar de marfil hecha en China por

128.

un Sangley gentil , el que después de haber- la hecho se prendó tanto de su hermosura, que se hizo Christiano. Era tan crecida la inclinación de la niña María Ignacia á esta sagrada Imagen , que le rogaba á menudo a su Señora Madre viniesen á visitar á Doña María Sanz (que así se llamaba la amiga Ara- gonesa) solo por lograr el consuelo de ver esta Imagen, la que entonces estaba coloca- da en una pieza que vino á ser el mismo aposento en que murió después su Reveren- cia. Es á saber, que habiendo enviudado di- cha Doña María, le tenia comunicado á la Señora Marquesa hermana de nuestra Madre María Ignacia que habia de dexársela á su Reverencia quando ella muriera. Volvió á casarse con un Aragonés, y quando falleció dicha Señora se quedó este Caballero con la Efigie, diciendo quando se le reconvino, no estar en el testamento esta donación , por lo que le propuso nuestra Madre Fundadora, porque se la dexara, darle otra de marfil y doscientos pesos. No convino en ello, pues

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su ánimo era llevarla á España, y colocarla haciéndole una Capilla en su tierra. Ya pró- ximo su viage le suplicó la Madre María Ig- nacia que siquiera nos la traxera para verla y despedirse de su Magestad. Condescendió en esto, pero con tal desconfianza, que no quiso dexarla entrar dentro de la Portería, sino solo que la vieran inmediata á la puer- ta : con este sentimiento le dixo su Reveren- cia: Ahí castigará á usted la Virgen porque nos la lleva ^ que esa Imagen es nuestra: pa- labras que habiéndolas proferido solo por efefto del dolor de la pérdida de lo que tan- to amaba, se vieron verificadas. Fuese el Ca- ballero, y habiendo llegado á Sevilla se vol- vió loco^ después le dio una enfermedad en Cádiz, con la qual le volvió el juicio, y en su testamento dexó ordenado nos traxesen la Santísima Imagen^ y costeasen de su cuen- ta la conducción , pagando esta soberana Se- ñora á su devota el tierno amor que la pro- fesaba. Con esta noticia, tart3 fue el gozo de lo que conseguía, como la pena de la fa-

I30. talidad^ acaecida al Sugeto, sintiendo haber dicho aquellas palabras que inocentemente produxo. Aquí es de advertir, que tuvo tan- ta confianza la Madre María Ignacia de que la Virgen habia de volver, que sabiendo te- nia corona de oro y el Niño de plata, an- tes de tener algún aviso se la mandó hacer de oro. En fin, después de varias revolucio- nes por el motivo de la guerra y otros acon- tecimientos, síq diligencia alguna de su Re- verencia, asentada la paz, en los primeros Navios vino nuestra Señora, la que recibi- mos con repique y cantando el Te Deum, El dia doce de Mayo del ario de sesenta y tres, Sábado por la mañana, se pasó de la Portería á la Iglesia procesional mente, co- menzando desde este dia un Novenario, y aunque por entonces se colocó en el Altar mayor, hoy dia la tenemos en el Coro alto, por haberse puesto en el nicho de Ja Iglesia la Imagen que llamamos regularmente la Pa- trona, porque fue de la Madre de nuestra Fundadora, quien la llevó á España, y quan-

131.

do estuvo en Zaragoza logró tenerla nueve días en la santa Capilla, y la hizo tocar á la original : dicen está hecha á las mismas me- didas de aquella milagrosísima Imagen Co- lumna de la Fe y amparo de toda España^ por lo que con particular amor y venera- ción la tuvo siempre en su aposento hasta que murió.

La devoción á los Santos era tan ge- neral, que no es fácil especificar quales so- bresalian, porque en cada uno hallaba par- ticular motivo su piedad , pues unos por- que se esmeraron en el amor de la dolorosa Pasión de nuestro Señor Jesuchristo, otros en el culto y tierno afeito á María Santísi- ma, y á atros por alguna particular virtud en que mas se señalaron, se puede decir que no habia Santo que no invocara. El deseo que tenia de la protección de estos le hizo solicitar de Roma muchas reliquias, pues á mas de la Sábana Santa tocada á la original que se venera en Turin, por medio del Se- ñor Sada hermano del Señor Marqués de

132.

Campo-real, que la consiguió quando fue sirviendo á la Señora Infanta Doña María Antonia de Borbon, que pasó á casar á Sa- boya con el Señor Duque Príncipe del Pia- monte ^ y dos Santas Verónicas asimismo to- cadas á las originales, que le enviaron de Roma, quatro Cuerpos de Santos Mártires, dos de éstos vestidos, que son San Clemen- te y Santa Cándida, dádiva de los Eminen- tísimos Señores Cardenales Guadagni y Por- tocarrero, los otros dos de San Rufo y San- ta Rudinetris, están sus huesos colocados en dos urnas, y miuchas reliquias con sus au- ténticas que se veneran todas en un Altar de nuestra Iglesia.

CAPÍTULO UNDÉCIMO.

Su observancia de los rotos y otras virtudes.

Pobreza, castidad y obediencia son la \ esencia de la Religión. Quiea tan adic- ta estaba á la piedad y devoción, bien sede- xa entender quan desprendida estarla de to-

133-

do Jo que es intereses y amor á los bienes

temporales , incompatibles con el recogí- - miento interior:; pues quien estos bienes ama no puede del todo entregarse á Dios , y ha- biendo ya en lo autecedente mjanifestado la interioridad con que nuestra amada Madre continuamente se exercitó toda su vida en el trato con Dios , parece que se ha dado á co- nocer bastante el despego que siempre tuvo, que es en lo que esencialmente consiste la pobreza voluntaria. Nada deseaba, nada ape- tecía, nada poseía. ¡Qué mayor desprecio de mundanos bienes! Por el contrario, se com- placía con los remiendos , rehusando ponerse cosas nuevas, y era menester instarle con pretexto de que era dia de la Virgen para que lo admitiera. Se regocijaba con la des- calzas, y se recreaba con ios efeftos de ne- cesidad: así se portaba como verdaderamen- te pobre voluntaria. La diferencia que hay del pobre por Jesuchristo á el pobre por la fortuna, no es otra sino que aquel tiene por gloria su indigencia , y este tiene por traba-

19

134- jo su escasez. La Madre María Ignacia esta- ba tan lejos de lamentarse de su penuria, que antes le servia de desazón su remedio ^ porque si las muchas bocas de la pobre ro- pa que vestía obligaba á la caritativa provi- dencia de la Religión á ponerle ropa nueva que le cubriese, le causaba con su misma caridad una grave mortificación en su áni- mo, pues mas quería cubrirse por necesidad con- remiendos, que abrigarse por comodi- dad con renuevos. Los zapatos habían de ser tales, que bastasen á verificar que no pro- fesaba descalzés, pero no tan buenos que la acreditasen de calzada; sino en una media- nía de tal naturaleza, que cubriéndole el pie no le privase de la mortificación de descal- za. El hábito, toca y demás ropa de miOdo, que quitándole el sonrojo de descubierta, no le privase de la gloria de desnuda; sino que concíliando su profesión con la decen- cia, le cubriese con moderación el cuerpo, sin ocuparle en la mas leve complacencia el espíritu. La comida también era propia de

135-

pobres, porque á mas de la parcimonia que

en ella observaba, que era tanta que no sa- bemos si su alimento alcanzaría muchas ve- ces á acallar los gritos de la necesidad de su atormentado cuerpo, estaba reñida con toda delicadeza de viandas, en tanto grado, que el saberle bien era delito tan grave en el ino- cente plato, que esto solo era causa para apartarle de con un santo aborrecimiento, como si le hubiera hecho un grandísimo agravio:^ y solia decir en sus conversacio- nes, que no habia bocado mas gustoso co- mo dexar al Niño Jesús el que mas agrada al paladar. Todo esto lo hacia fingiendo ape- tito é inmortificacion lo que era deseo de mortificarse: quien con tan poca y burda ropa, con tan escaso y vulgar alimento es- taba contenta, claro está que nada habia de desear ni apetecer fuera de lo necesario pa- ra la conservación de la vida, y aun esto tan preciso parece no lo apetecia, según veiamos todas lo poco que deseaba el vivir. A vista de este exemplar desengaño no

13(5.

será difícil el presumir quanto se esmeraría nuestra Madre Fundadora en la virtud de la pureza, que tanto mas se esclarece, quanto mas se le escasea el regalo y su manteni- miento á la naturaleza. Las palabras que si- guen son todas de su Confesor el M. R. P. Joseph Carrillo: Era realmente en su Re- , verencia esta virtud Angélica , porque era , tan elevada, que no fue triunfo conseguí- , do por batalla, pues no fue molestada aun , de aquellas sombras que osadas intentan , oponerse á las luces mas claras de la lím- , pieza, sino un como don que sin vido- ,ria alguna quiso concederle liberal la di- , vina Providencia, tanto que sin pondera- , cion alguna en este punto, podia decirse , que la Madre María Ignacia era Ángel sin , carne humana, según la tranquilidad, paz , y sosiego con que poseía este tesoro, vir- , tud que es propia de los Angeles. Ni me ,hace á mi fuerza alguna, porque si bien , este es siempre favor y beneficio que de ^j lo alto viene^ pero en humana prudencia

i3r-

,, me consta que puso de su parte los me-- dios mas eficaces que en las máximas de ,, espíritu pueden ponerse para impedir la entrada para la lucha á el enemigo. Este pu- 5, do considerarse de dos maneras, ó como ,, doméstico, ó como extraño: aqueles la propia carne, y este es el Demonio, que aunque Ángel en su naturaleza^ sucio en sus intentos, prefiíere astuto la malicia de su depravada intención á la limpieza na- tural de su propio ser.. Este nunca tuvo lu- gar de combatir la fortaleza del ánimo de nuestra Madre con aquellas- asquerosas es~ pecies con que acostumbra atormentar mas „á las almas y quanto estas mas detestan y 5, aborrecen sus ascosf^; porque como siempre estaba ocupada, y tan bien ocupada, no^ lograba jamas tiempo en que presentarle ,^ batalla, y por falta de oportunidad que- daba siempre su astucia desayrada. Es ver- ^, dad que la continuación que observaba en ^, los exercicios de piedad y devoción era ,, indispensable que tuviese muchas inter-^

138.

rupciones, así por la secuela de la misma distribución, como por la atención, ya del oficio, ya del empleo de Priora en que ie habia puesto la obediencia:; pero ni aun en esos ratos interruptos estaba ociosa pa- ra que pudiese desafiarla el enemigo:; por- que á mas de lo que le habia de embargar la atención el negocio mismo que trataba, ó la ocupación externa en que se emplea- ba, su Reverencia se prevenia con alguna obra de manos (y regularmente era el te- xido de calzeta) para que este le embara- zase la tal qual atención que pudiera so- brarle del embargo que habia hecho ó de- bía hacer el negocio ú ocupación que le habia obligado á separarse de su amado re- tiro. Con este prudente cuidado impedia los abances á el enemigo extraño, á quien siempre que la buscaba se le respondía prontamente que estaba ocupada. No es tan fácil libertarse de los insultos del otro enemigo doméstico , porque como está siempre dentro de casa, tiene mas faciii-

lap- idad para acometer^ y con naturalidad lo-

gra ocasiones oportunas en que presentar-

se para dar mucho cuidado con sus avan-

ees tan importunos como impensados^ pe~

,, ro la Madre María Igriacia supo contener

,, su orgullo, abatiéndole los humos y qui-

tándole las fuerzas para reprimir su osa-

,, dia. A mas de lo constante de su oración,

,, se entregó de suerte á la externa mortifi-

cacion, que ya se contentaría la pobre car-

ne afligida con que se le concediese siquie-

ra algún descanso para la vida sin pensar

en los atrevimientos de su apetito. El ci-

licio y disciplina eran inseparables com-

pañeros de su cuerpo, sin que le valiese á

este jamas la excusa de sus dolencias y en-

^, fermedades ; porque no se atendían sus

clamores por mas que se encendiese la ca-

„lentura, sino que á la aflicción del acci-

dente se le anadia la de la penitencia para

humillar su engreimiento. Hasta aquí su

Confesor.

A mas de lo dicho por el Padre, no-

140. so tras somos testigos oculares de muchas co- sas: en una ocasión que se debió su Reve- rencia de descuidar por salir prontamente del aposento, entró una Religiosa á buscar- la, y vio al lado de ia cama tantos y tales instrumentos de penitencia, que asegura se horrorizó pareciéiidole no le quedaba miem- bro libre según la diversidad que había. El ayuno era tan rigoroso, que muchas veces nos parecia especie de crueldad ó tirania, porque se afligia con tanta severidad, que sallan al rostro algunas veces las quexas de la destrozada naturaleza. Especialísimamen- te admirábamos todas, que desde que se can- taba la Gloria el Jueves Santo, hasta la del Sábado, no probaba el agua, y el Viernes Santo ni pan, siendo su complexión muy ardiente (motivo porque acostumbraba to- mar mucha por necesidad) el tiempo calu- roso, y nuestras distribuciones mas largas de io regular, con todo lo que $u Reveren- cia se añadí;^9 ya se infiere la mortificación que sería.

141-

Una Religiosa de su confianza, que la observaba mas de cerca, movida de la com- pasión que le causaba el verle en estos dias los labios secos y partidos, y la lengua y estos negros , le reconvenía que con qué con- ciencia hacia esto, pues era tan necesaria su vida: la respuesta era reirse, y un año que se puso á llorar de verla, la riñó con gracia, diciéndole que era una artificiosa. La noche del Jueves Santo quanto añadirla á sus peni- tencias, pues estando acostumbrada á tantas, al dia siguiente Viernes era muy notable la palidez de su semblante, que siempre era muy encendido. Por esta ardencia de su tem- peramento tuvo mucho que ofrecer á Dios en el de Tudela , por ser allí en el verano excesivo el calor, á cuya causa toleró por dos años unas ronchas de que se le llenó to- do el cuerpo, sin admitir alivio alguno, mor- tificándola al mismo tiempo el decirle algu- nas Religiosas , que qué mal era aquel tan ra- ro , que sin duda sería alguna enfermedad de Indias, y por eso no conocido allí, siendo

20

142. así q ue no era mas que efeño de la sangre ardiente, junto con el calor dicho del país y la ropa de lana negra, pues sin embargo de que algunas estilaban, con licencia, lle- var armadores blancos con medias mangas negras, nunca admitió esta dispensa, dicien- do, que para eso se entra en la Religión, para padecer, que esa era una de las cosas en que se debía mortificar una Esposa de Christo.

Quien tanto cuidaba de la morüñcsL- cíon exterior, quanto se daria á la interior, siendo la principal. Con el motivo de la fun- dación oyó varios desprecios , de modo que ^ hasta versos muy satíricos le compusieron, y no solo no se quejó ni tomó esto en bo- ca, pero ni permitía que se hablase del asun- to, poniendo precepto á las Religiosas, que aunque llegaran á sus manos no los leyeran. Por las oposiciones á esta toleró muchas pa- labras que pudieron haberle indispuesto el ánimo, y su sufrimiento lo recibía con sem- blante sereno. En una ocasión le escribió

143-

una Carta un Padre de una niña Colegiala

llena de imprudentes expresiones, y por al- gún motivo conveniente se la mostró á la Maestra de esta, la que leyéndola, le pre- guntó admirada, que qué respondia su Reve- rencia á aquello, y le dixo con gran sereni- dad que nada, porque á esas cosas no se contextaba, y procuró especializarse en el cariño con la niña. En otros asuntos se le notó oir algunas razones que la mortifica- ban bastante, sin desplegar sus labios. Lo mismo en graves y muchas pesadumbres que tuvo por el dircurso de su gobierno, no ma- nifestaba en el semblante lo que sentia su corazón, observándosele que si alguna leda- I ba que sentir, buscaba oportunidad de ha- cerle algún favor, ó concederle alguna li- cencia que á otras solia negar. Conforme á su mortificación era su humildad: nunca ala- baba su linage: quando era forzoso hablar de los suyos, lo hacia con m.oderacion, sin preferir los ricos á los pobres, ni desdeñar- se de tener estos en -su familia, y hablando

144- igualmente de unos que de otros: sin duda

por humillarse solia escribirles á los parien- tes que tenia en la Corte en algún papel vie- jo y arrugado : no siendo su Reverencia de genio escaso ni desaseado, tendría en ello gran vencimiento^ y si las que la veian le hacian alguna reconvención, les respondía en tono de pregunta, ¿y la santa pobreza? Habiendo hablado de la pobreza y cas- tidad de nuestra Madre Fundadora, diremos algo de la obediencia, que es la virtud mas esencial en la Religión, y lo que hace á una ser Religiosa, esa es la que agrada á Dios mas que el sacrificio y las vídimas: siendo tan recomendada de nuestro Santo Padre Ignacio y de nuestra Venerable Madre Jua- na de Lestonac, á quienes se puso por n\o- délo, ya se entiende en qué grado exercita- ria esta virtud^ queda dicho como obedeció desde niña á sus Padres. Luego que tomó el hábito, todo el tiempo que fue siíbdita se esmeró en ella, siendo muy exáda en su cumplimiento, aborreciendo mucho el man-

I -i ^

dar, como se vio en la salida de Tudela, que no quiso admitir el venir de Prelada, y quando á esto la obligó la obediencia, vivió muy mortificada, y siempre sujeta á la Ma- dre María Ignacia Sartolo, que vino de Pre- sidenta, á \di que miraba como si actualmen- te JO fuera. La sujeción que tuvo á sus Su- periores fue como de la hija mas dócil á su Padre, sin repugnar ni poner dificultad en executar sus órdenes: gustaba de posponer su didámen al ageno, y aunque conociera que el su^^o sería mas acertado, como en al- gunas ocasiones sucedió no salirle bien el que le dieron, con todo deponía el suyo por no dexarse llevar de su parecer, y su- cedió con alguna de las Religiosas, que pre- guntándole su diftámen, y dándole á ésta cortedad con el natural encogimiento de ser Prelada, le decía que mejor lo sabia su Re- verencia^ esto lo sentía, y aun se mostraba enojada. En los ocho días antes de las elec- ciones, en que previenen nuestras Constitu- ciones el que quede depuesta la que está de

I

Prelada y gobierne una Vicaria, que se eli- ge por la Comunidad , era tanto el regocijo que tenia de verse subdita en aquel tiempo, que andaba buscando licencias que pedir pa- ra tener esa gloria, y queriendo en estos dias leer en Refedorio, y otros varios exer- cicios de que las demás llevan semanas y la Prelada no. En esta virtud tan necesaria pa- ra la vida religiosa queria nos esmerásemos mucho, exhortándonos á la prádica de ella, contándonos algunos exemplos conducentes á este fin.

. CAPÍTULO DUODÉCIMO. Fe^ Esperanza y Caridad de la Madre María Ignacia,

S la Fe la primera piedra del funda- mento de nuestra justificación, con cuyas máximas nos alentamos para obrar bien, las que nunca perdió de vista nuestra amada Madre. Estas le obligaron á dexar el mundo, abrazar la cruz de la Religión, con-

í4?. sagrarse á Dios en agradable holocausto, y

promover su gloria y la de su Santísima Ma- dre, á costa de trabajos y contradicciones, como ya hemos visto en el progreso de es- ta fundación, la que emprendió con el de- seo de que por m.edio de nuestro sagrado Instituto se desterrara la ignorancia de mu- chas tiernas plantas, que por su pobreza no logran el riego de la dottrina christiana , y carecen de la instrucción de los divinos mis- terios, como lo estamos experimentando ca- I da dia en nuestras Clases. El deseo que te- nia de dilatar por rodo el mundo la Fe de Jesuchristo, se prueba en una manda que nos consta haber dcxado en su testamento para que se fundara una Misión : dice así la clausula: Se junten dos mil pesos (decla- rando arriba de donde, que no hace á nuestro intento) y los pongan á réditos, para que si dentro de doce años es niies- tro Señor servido que se conquiste la Apa- chería, en aquel parage se funde una Mi- sion para los Indios de esta nación^* y si

14B. á mis hermanos les parece mejor se erija en los Texas, dedicándola á nuestra Seño- ra de la Luz, porque esta soberana Antor- cha destierre con sus claridades las tinie- blas del gentilismo en que viven aquellos desdichados, en unos Paises tan dilatados y amenos por naturaleza, como áridos de la gracia, previniendo, es mi voluntad, que la dicha Misión, no habiendo incon- veniente invencible que lo impida, sea en- tregada á el cuidado de los Padres de la sagrada Compañia de Jesús, pues es noto- rio que los Indios de aquellos parages pi- den y desean mucho Sugetos de esta Re- ligion, y mostrar la experiencia que adon- de inclina la voluntad se cautiva con fa- „cilidad el entendimiento.,, Efedo de su viva Fe era la freqüente y humilde reveren- 1 cia con que se ha dicho asistia ante el Tro- ' no del divino Señor Sacramentado. Su es- mero en el culto de este Señor era singular^ todo le parecía poco en obsequio de su Ama- do. Procuraba que hubiera muy buenos or-

149-

namentos , que todo estuviese muy aseado y

cumplido. Intentaba hacer una Custodia de oro con diamantes y esmeraldas, paralo que había reservado varias alhajas suyas, y de- cia deseaba hacerla antes de su muerte. No quiso su Magestad darle este consuelo:; pe- ro nos dexó casi todo lo suficiente, y hoy en dia está cumplida su voluntad. Todos aque- llos con que se ha dicho obligaba á los San- tos , paraban en Dios como en último fin y objeto único de sus adoraciones.

De esta divina virtud de la Fe fue no solo hija, pero también nobilísima parte la firmeza de la esperanza que siempre tuvo la Madre María Ignacia, pues hemos visto que no flaqueó en medio de tantas contradiccio- nes que antes y después de la fundación pa- deció , confiando mas en Dios que en las di- ligencias humanas, las que no dexaba de ha- cer, acompañándolas con instantes súplicas al Todo- poderoso, en quien confiaba se lo había de conceder como que era causa suya, superando su esperanza á todos los com-

21

i

I so. bates sin perderla de veacer mediante su Provideacia, la q':ie se vi 3 manifiesta, viendo madadas las oposiciones de nues- tro Prelado, que le fueron Lis mas sensi- bles, en favores may particulares que le me- reció, así su Reverencia como esta Com i- nidad. Pedia con tan viva confianza de con- seguir lo que deseaba á nuestro Señor, que esta misma parece obligaba á la divina pie- dad á condescender con sus súplicas. Entre otras cosas supimos de su propia boca ha- berle pedido á su Magestad quahdo salió con la fundación, que en el término de diez años no se muriera ninguna délas que traía, y así lo vimos verificado -^ pues cumplidos estos el dia doce de Odubre de sesenta y dos, en el veinte y siete del mismo falleció su Prima la Madre Ana María de Torres, con grave sentimiento de la Madre María Ignacia, quien después nos decía con gra- cia: Si ¿yo hubiera sabido que tan puntual ha- bía de estar nuestro Señor , le hubiera pedido término mas largo.

151-

El anhelo que siempre tuvo nuestra

amada Madre de propagar la gloria de Dios á costa de trabajos, fatigas y desvelos, co- mo hemos visto en la serie de su vida, es bastante demostración del encendido amor que abrasaba su corazón para con su amado, Dueño: y como el amor del próximo está, enlazado con el amor de Dios, este le hizo solicitar el bien de las almas en quanto pu- do su aftivo zelo , y el consuelo y remedio de las necesidades de sus próximos, acu- diendo á ellas conforme á las circunstancias de los tiempos. En vida de sus Padres, en las Haciendas se ocupaba caritativa, en com- pañia de su hermana, en curar los enfermos llagados: esta hacia las medicinas, y su Re- verencia las aplicaba sin melindre, por as- querosos que fueran. Aconteció un dia de Jueves Santo, que saliendo para la Iglesia las dos hermanas á los Divinos Oficios, lle- gó un Pastor con un brazo todo miOrdido de un lobo, y dexando la devoción acudie- ron á la caridad curándole á aquel pobre

152.

sus llagas, lo que continairon hasta que sa- nó: y tenia particular gracia para e*te gé- nero de enferiTiedades , no faltándola o:a- sioiiís en que exercitarla, pues como siem- pre donde hay niñas no faltan uñeros, pa- nadizos, descalabraduras &c. todas acudían á su Reverencia, la que las curaba con mu- cho amor y cariño, como también á las Re- ligiosas: á unas y otras en sus enfermeda- des cuidaba mucho de que las asistieran con esmero, y las visitaba con freqüencia. Si al- gunas de estas ocurrían á su Reverencia con otras aflicciones, las recibía con maternal amor, compadeciéndose de sus penas, con- solándoos y solicitando su alivio en quanto podía, estando ciertas todas sus hijas, que lo que le descubrían se quedaba encerrado en su pecho.

Fundó doce sillas de gracia para Re- ligiosas de Coro en este Convento, á bene- ficio de niñas pobres, con la prudente ad- vertencia de que si en algún tiempo se me- noscabaran estas rentas, se puedan suprimir

153-

algunas. En nuestro Convento de Tudela,

así por amor , como por no estar muy abun- dante, quando tomó el hábito dexó el ves- tido que llevaba puesto, de- una tela muy ri- ca, de que hizo llevar de Francia lo sufi- ciente para terno entero, el que se estrenó en su profesión , y otras varias cosas para aquella Sacristía , con seiscientos ducados para ayuda del sitio de la huerta. Les hizo un retablo dedicado á nuestra Señora de Guadalupe muy primoroso.

CAPÍTULO DECIMOTERCIO.

Últimos años de su gobierno y su dichosa muerte,

BA siguiendo la Madre María Tgnacia los anos de su gobierno con el consuelo de ver se iba aumentando el número de sus hi- jas, pues ya se contaban treinta, que su Re- verencia habia recibido-, quando impensada- mente le envió nuestro Señor el mas dolo- roso golpe en la repentina enfermedad y

154- acelerada muerte de nuestro muy amado Pre- lado el Illmo. Sr. Dr. D. Manuel Joseph Rubio y Salinas, tan benemérito por sus prendas de ser Horado de todos, y con mas especialidad de esta Casa, que á la sombra de su protección se creó, y á la misma de- bió sus creces. Este funesto acaecimiento consternó su corazón, aun estando acostum- brado á encerrarse los pesares en su seno. Lo que declaró con expresiones muy tier- nas, pareciéndole quedaba como liuerfana, con ]a falta de tal Padre, pues con el ma- nejo que habian tenido, conoció el Señor ios fondos de virtud y talentos de la Madre María ígnacia, por" lo que la favoreció con particiílar expresión.

Aun no bi^n enjugadas las lágrimas de esta pérdida, á los seis meses, dia quatro de Enero de sesenta y seis, quiso Dios llevarse para á la M, R. M. María ígnacia Sarto- lo y Colmenares, á quien como sj Prelada que habla sido y Compañera de tantos años, amaba respetuosa y tiernamente, y por con-

155.

siguiente le fue de grande sentimiento por

lo que apreciaba su persona , en quien des- cargaba en parte el peso de la Prelacia, ha- llándose adualmeiite Supriora. A esta Reli- giosa, con quien había tenido fina estrechez, estando ya en los últimos términos de la vi- da, que hasta ellos estuvo en sí^ le dixo nuestra Madre Azlor, que en viéndose en la presencia de Dios le pidiera á su Magestad, que si en la siguiente elección la volvían á reelegir, se la llevase, á lo que la moribun- da respondió, que como habia de pedir eso, y entonces le dixo: pues se lo mando á V. R. : á la voz de precepto, inclinó aquella la cabeza en señal de que obedecerla. Faltaba para cumplirle el trienio poco mas de un año. Llegado el de sesenta y siete, funesto I y memorable para esta Comunidad, el dia veinte y quatro de Marzo se hizo la elec- ción con asistencia del Sr. Dr. D. Dionisio Rocha, Provisor y Vicario general de este Arzobisnado. oor comisión de nuestro lllmó. Prelado el Sr, Dr. D. Francisco Antonio de

i5<5. Lorenzana, por hallarse en la Visita, en que salió reeleda como en todos los trienios an- teriores. El veinte y cinco, dia de la Encar- nación del Divino Verbo, se erigió en nues- tra Iglesia la Congregación del Dulcísimo nombre de María, que solicitó á sus expen- sas por su gran devoción á esta Señora, y en reverencia de los setenta y dos años que vivió, determinó fuese el número de los Congregantes este mismo, dividido en treS^ clases, que son veinte y quatro Sacerdotes,; veinte y quatro Religiosas, y veinte y qua- tro Señoras Seculares, aOo que fue de gran- de júbilo para su devoto corazón: y lamen- tándose una Religiosa de que por ser el nú- mero señalado no habia logrado la dicha de ser de él, siendo necesario que muriese al- guna para entrar, le respondió su Reveren- cia: No se apure usted ^ que yo le dexaré mi lugar: y así fue.

En esta elección le advertimos no ha- ber estado tan displicente como en las otras, antes con particular agrado y afabilidad:

I5^

unas lo atribuían á haberse ya hecho el áni- mo de conformarse con la carga del em- leo^ otras acordándose del pasage con la Madre Sartolo decian, sería porque espera- ba morirse, por la experiencia que había de Ja eficacia de sus oraciones para alcanzar lo, que imploraba. Lo cierto es que á últimos de Marzo le acometió un dolor de costado, que el día seis de Abril le quitó la vida.

Tan inmediata á la elección le. sobre- vino la enfermedad, que no dio lugar á que se publicara la Tabla de oficios , que ya tenia hecha, y solo le faltaba remitirla á S. Illmá. para la confirmación. Dia treinta y uno de Marzo se sintió herida de una fi_ebre aguda, que desde el primer dia dio á conocer su malignidad, y la precisó á estar en cama. ¡Qual sería la amargura de esta Comunidgid con los antecedentes dichos! Conociendo to- dos los Médicos que la asistían el inminen- te peligro que amenazaba, determinaron que se le administraran los Santos Sacramentos de Eucaristía y Extremaunción, que recibir

22

153. con el fervor que su Reverencia acostum- braba, y como quien se consideraba ya cer- cana á aquel último trance que tanto desea- ba: en estos días no se le oyó una queja, ni buscar su alivio en nada, pues aunque de- seábamos dárselo, como no manifestaba por su sufrimiento lo que la molestaba, no po- díamos ministrárselo ni satisfacer nuestro amor. Decia su Reverencia, todos (dicen) mueren de repente, porque no creen que se mueren, yo lo he creido desde el dia que quedé en cama. Y aun persuadiéndose á que sin remedio se moria, sufrió los penosos me- dicamentos sin resistencia. Al dia siguiente de los Sacramentos hizo renuncia de la Pre- lacia, con licencia del Sr. Dr. D. Dionisio Rocha, quien al mismo tiempo nombró por Presidenta á la M. R. M. María Estevan Echeverría , aCtual Supriora. Quedó muy consolada nuestra muy amada Madre, vien- do que moria en la sujeción de subdita, pi- diendo repetidas veces perdón á la Comu- ' nidad, sin embargo de haberlo hecho quan-

f 159.

do recibió el sagrado Viático, como es cos- tumbre en esta Comunidad, lo que nosotras no podiamos oir sin deshacernos en lágri- mas, no hallando otro consuelo que el de clamar á la divina Misericordia con súpli- cas, para que apiadándose de nuestros rue- gos, nos prestase por mas tiempo su impor- tante vida, aunque las nuestras no tuvieron despacho á favor de las hijas, por estar ya decretado al de la Madre.

Para significar la constancia con que nuestra Madre, dos veces Madre por Fun- dadora y nuestra Prelada, observó hasta la muerte los exercicios de piedad y devoción (lo que parece se le llegó á hacer como na- tural ) no podemos menos de ser cansadas en este punto, porque descubre bien quantaera su continuación en tales ados. Dos noches y casi dos dias estuvo batallando con las fa- tigas de un moribundo, pero todavía con al- gunos movimientos en las manos y en la boca; y se le observó que sin cesar todo es- te tiempo estubo continuamente rezando,

1(5 D.

sin dixir Ix^ manos de contar, ni los labio > de articular sumisamente las oraciones del Padre nuestro y Ave María, al modo que se reza el santo Rosario. Llego ya á carecer de todos losmovimientoss, de maaera, que no se le percibía nada, y como se aceleraba ]a muerte, repetía con frequencia su Confesor el Padre Joseph Carrillo, que la asistia (con su Compañero el Padre Joseph Hidalgo , y el segundo Capellán de este Convento Br. D. Hipólito Alcaraz) las Jaculatorias corres- pondientes á el paso y los afeflos propios del lance, que como tan poblados de los Santísimos nombres le tenian en un conti- nuo movimiento la cabeza para las inclina- ciones ya dichas anteriormente. Esto y la fatiga que se * suponía en la moribunda, le hizo refl^^xar al Padre, que las voces tan con- tinuadas no podían menos que molestar de- masiado á la afligida ya espirante naturale- za, y les dixo á las Religiosas que rodea- ban tiernas la cama: Cr^^ que le molesto de- masiado. No dió^ lugar la enferma á que res-

i6i. pendiesen las hijas, sino que recobrando quanto pudo el aliento, con ademan de afli- gida, dixo clara y distintamente, ^qué mo- lestar'^ abriendo con esto la puerta, mas que fuese á grito suelto, á que se le estuviese exercitando en afeaos piadosos, sin consul- ta de la prudencia. De hecho, luego que el Sacerdote siguió su oficio recogió el gesto, serenó el rostro, y oyó pacífica quanto se le decia, hasta que entregó el alma á su Criador, en cuyas manos la consideramos sus hijas, que fue Lunes en la semana de Do- lores á seis de Abril del año de mil sete- cientos sesenta y siete á las tres y media de la tarde, de edad de cincuenta y un años seis meses míenos tres dias, y de Religión veinte y quatro un mes y quatro dias, y en el empleo de Prelada doce años y doce dias, siendo eleSa, y después reeleda Priora en cinco elecciones. Estando presente casi toda la Comunidad voló, como esperamos de la divina Misericordia, á celebrar en el Cielo las bodas con el Cordero, oue con tanto re-

l62.

gocjjo suyo habia profesado en la tierra. Llo- ramos tiernas su muerte, temprana para no- sotras, que quisiéramos hubiera tardado un siglo para lograr el abrigo de su sombra y aprovecharnos del aliento de sus exemplos;^ pero muy madura y dilatada si atendemos al mucho tiem.po que llenó de virtudes en los no muchos años que floreció en tste su Convento, que fue el único consuelo que nos quedó para lenitivo de tan justo natu- ral sentimiento.

Para satisfacer en parte nuestro filial afefto y obligación, se detei'minó la retra- taran. Jo que se executó, aunque sin lograr el fin de tenerla siempre presente á nuestra vista siquiera en lienzo, por no haberla sacado el Artífice parecida.

Se le hizo el entierro lo mas suntuoso que se pudo, correspondiente á su persona, acreedora por muchos títulos á esta demos- tración, no solo de cariño, sino obligatoria. Des días estuvo sin darle sepultura, en los que se le cantó Misa de cuerpo pi*esente. Vi-

163.

nieron todas las Comunidades á cantarle responso con toda solemnidad. Miércoles por la mañana fue el de la Misa el Sr. Dr. D. Luis de Torres, nuestro Capellán que habia sido en )o anterior. Hizo el oficio de sepul- tura ei Señor Maestre-Escuelas Dr. y Mró. D. Cayetano de Torres, y habiéndose im- preso convites asistió lo mas noble y lucido de la Ciudad de todos estados, siendo los principales dolientes sus Sobrinos los Seño- res Conde de San Pedro del AlamiO y Mar- qués de San Miguel de Aguayo, acompa- ñando á nuestras campanas las de las quatro Casas de la sagrada Compañía de Jesús, pues estos Reverendos Padres fueron los que mas se condolieron de esta Comunidad por el concepto que tenian formado de la vir- tud y prudencia de nuestra amada difunta, dándole el peso correspondiente á nuestra hurfandad; bien que fue general el senti- miento en todo Pvléxico. Se puso el cuerpo en una caxa de cedro forrada por dentro de oja de lata, se enterró delante del Comul-

164. garorio, lugar que le correspondía por ser

Pít'hdx

Dia veinte y nueve de Mayo se le hi- cieron muy lucidas honras, cantando la Mi- sa el Señor Dean de esta Santa Iglesia Dr. D. Luis de Hoyos y Mier^ predicó el Ser- n:on fúnebre el Señor Prebendado Dr. D. Luis de Torres, cuya Oración dio á ia pren- sa esta Comunidad para perpetuar la memo- ria de nuestra insigne Fundadora, en que al vivo la bolqueja este sabio Orador, como toTí amartelado de su Reverencia y caritati- vo Bienhechor de este Convento, á cuyos individuos siempre miro como amante Pa- dre.

Este es un breve diseño de la fervoro- sa vida de nuestra gran Madre, heroica Fun- dadora, prudente y caritativa Prelada la M. R. M. María Ignacia Azior y Echeverz, en e] siglo ilustre Señora, y en la Religión Ca- pitana, que como tal traxo á este Reyno la Comipañía de María, quien tiene por blasón militar baxo las Vanderas de esta Empera-

i65-

tríz Augusta : y una sencilla noticia de esta

fundación, la que hemos escrito para que ar- chivado sirva de instrumento, y á nosotras recuerde los exemplos de nuestra amantísima Madre, deseando que todo ceda á la mayor gloria de Dios.

NOTA.

Se halla en nuestro Archivo de este Convento un Breve del Santísimo Padre Be- nedicto XIV. su data en veinte y uno de Febrero de iJ^SS- en que su Beatitud su licencia á la Madre María Ignacia Azlor pa- ra salir de su Convento de Tudela á fin de venir á fundar este de México^ y en este Breve confirma de nuevo nuestro Instituto confirmado antes por Paulo V.

23

I

i.<T

TABLA

De los Capítulos que contiene este Libro.

CAPITULO I. Su Patria^ naámientoy educación en sus primeros años, P. i *

CAPÍTULO II. Mueren sus Padres y entra en el Convento de la Concepción. 8.

CAPÍTULO III. Sale de México para el Puerto de la Veracruz^ embárcase para Zaragoza ^y condu£ia que aüi observó. 2 2 .

CAPITULO IV. Oposiciones que tuvo y fir- meza de su vocación. 34.

CAPITULO V. Vence las oposiciones^ sale de Zaragoza para Tudela de Navarra , to- ma el hábito y hace su profesión religio- sa. 4J7'.

CAPÍTULO VI. Progresos en la virtud de la Hermana María Ignacia después de su profesión. Solicita la licencia para la fun- dación y sale para ella, 58.

CAPÍTULO VIL Sigue el viage de las Ma-

d^es Fu ni ador as hasta llegar al Puerto de h (^¿■■^icniz. 66.

CV^Ír JLO VIH. Salen de la Ciudad de Ve^_ raoniz pT^a la Puebla de los Angeles.^ y pasi'/i á la de Mi^cico. 82.

CAPÍTULO IX. Tonzn posesión de su Con- vento y empiezm á exercer sus Ministe- rios. 103. CAPÍTULO X. Su devoción al Santísimo Sacramento^ á Mjría Santísima y otros Santos, ' 119. CAPITULO XL Su observancia de los vo- tos V otras virtudes. 132. CAPÍTULO XIL Fe^ Esperanza y Caridad

de la Madre María Ignacia. 146.

CAPÍTULO XIIL Últimos años de su go- bierno y su dichosa muerte. 153.

FIN.

MARÍA SANTISSIM A.

DECHADO DE RELIGIOSAS

'i

^ DE SU, compañía.

4^§ LLAMADAS COMUNMENTE !

e.^! DE LA ENSEÑANZA,

il SERMÓN.

J| QUE EN LA ERECCIÓN

'^^ f DE SU PRIMER CONVENTO Y TEMPLO

4^ f DEDICADO A Nra. Sra. DEL PILAR ^^ en la Ciudad de México^

2I PREDICÓ

Jf EL R.PJDRE BERNARDO PJZVENGOS

j ^ de la Compañia de f ejus. Procurador G eneral por fu Provincia ^^ de PbiHpifMSy Theologo de Cámara del limo. Sr, Arzohtffo

J ^ de Adexico^y Examinador Synodal de fu Arzpbifpadoy ^ ^ dia 2^. de Diciembre del año de 1 754.

;] \ ' Y LO DEDICAN

^f AL ÍLmo.Sr. Dr.D. MANUEL TOSEPH

J^ RUBÍO Y SALINAS,

^Sj^ del Coní'ejo de S. Mag. Arzobifpo de México,

^4 ^ LA COMPAñl A DE MARÍA

6^ 6 nuevamente fundada en dicha Ciudad, y lu Fundadora,

4& y adual Priora la M. R. M. María Ignacia Azlor y

^ -^ Echa VERs, por mano de fu Capellán y Confelfor mayor.

cT? ^ linprello en M^-xico, en la Imprenta de la Biblioteca. Año de 1755.

-:( «í* )■-

AL 11»^ SEÑOR DOCTOR.

D. MANUEL JOSEPe

RUBIO Y SALINAS,

del Confejo de S. M. Arzobifpp^

de México.

1^'

Ilmo.Sr

^f^éS#A efclarccida y pequeña Com- jij T ¡:1 pañia -de MARÍA, y fu iluftre ^•:l_jl__7|:|i Fundadora, paffa por mi ma- 0twmméi no á la venerable de V.S,ílrná« cfta elocuente, y bien Hmada Oración, de- dicándola á fu nombre, como á fu mag- nifico Benefaótor, para dar el mas vivo y retorico indicio de fu gratitud. Oyó^apro- l>ó, y aplaudió V. S. lima, fus delicados y;

5 f^'

fiiblímes difcurfos, menos ci ultimo, que lejos de fu aprobaciou y gufto, le amarga. Tan cierto es que la verdad amarga, en- tonces mas, quando fe encara al fembían- te déla modeftia en elogio fuyo? por eíío nunca mas que entonces fe vio y manifef- Rubio el de V. S. lima, imprimiendo- fele el bello rubor tan vivamente^ que te- nar el que no víeíTe eíía gallarda pieza la publica luZjó que al eftamparíe fe le cer- cenara ( como infinuó V. S. lima. ) el mas lucido brillo de fu argumento. Pero quan- do es dclinquentc el lilcncio, los esfuerzos de la verdad le rompen^ diíimulando un tanto el reípedo y el decoro,y perdonanda un poco la modeftia.

Lejos de la fea adulación^ y fundada en el Vaticinio del Apocalypfis, convence el Orador fcr V.S. lima. la Columna trium- phal en que fe grava el Nombre nuevo de Dios^ Manuel? pudiera añadir el de Jo- SEPH^ gloriofo nombre en Egypto por el mejor gobierno , gloriofiífimiO en Judea por el mas feliz enlaze con el de M ARÍA> nombre de maravillofo aumento de vic- torias

-u

torras y triumphos en eftaPnnáacíonspof- qne foílcnicndola, fue V. S. Ilmá. con ella Man'JEL, aumentándola y ^oberaandola-, JosEPH, y uno y otro intercírandofe en la exaltación y honor de la Cafa de MARÍA, y fus hijas.

Eílrivó toda fu Fabrica contra la ex-, ^peétacion humana ( bambaneando por iil- Superables dificultades la efperáza del Ora- dor) fobre las dos ínílgnes Ignactas^ Az- itoiiz, y Sartolo, como en dos Columnas fcmejantes á las del Templo de Salomón^ á quienes acomoda con propriedad la firme- za y dirección^ que fignificaban los nom- bres de Jac^tín y Booz, que en aquellas fe efculpian5 pero fino fe huvierán foftenidoí |)or el Baculo;, o Coluñiita de V. S. lirñá. feuviera rodado al precipicio de fu runa/irí aver abierto los cimientos. Aun con el fo- lido fundamento de baza tan robufta^ bur- laba la infolente y obfervativa critica laí lineas dirigidas á la Fundación^ midiendo^ €om<3 acoilumbra las obra^, no por otrof fondos que los materiales» quenó veia,fiá |>oder ver las que le fon ociíitos^ como fu- 'vCirp ^ pe-

periores á fu efphcra, y fobre que fe erigen liempreias profundas y eiícelfas obras de la poderofa* mano. Rcfinaba fa critica la aíiuta obfervacion^ condenando por iim- til la Efciiela, en donde ay tantas en Clauf- trosEcligiofos, y en tantas cafas^ quantas fon las qnadras de efla Populofa Ciudad. JMasaluno y otro reparo ocurrió Jx^q^tín V Booz^ allanando el terreno con fu in- contratable paciencia^, echando muy hon- dos los cimientos con fu humildad para Ancriia.Serm. levantar fu obra (fcgun la finiíiima Ar^ lo. de Vetbis chitefturadcSan Auguftin) haíla el firma- mento, de donde es^^como- venido del Cie- k)/fu Angelical atradtivo^ que liacía ya ver la buena Eftrelia, ó elOrofcopo feliz de fu Enfeñanza , defcubricndo la Nobiliííimai Fundadora» mas theforo y fondo en fu: magnánimo corazón^ del que pudo mi- niílrar todo el caudal de fu Patrimonioi á; tanta robuílez y dirección fe agregaba la: de (n Companiaj que valia como doce^.

Corn- Ex. 13. j r v t t ^

zi.Cüiiirr.í7£h£c ^^ ^^^^ ^^ componía, cada una de por si

in^aiseratifíjUr Golumna cii fonna de torre^ m,as firme:

yarmomoía^ c^ue la de frajano, y íobie

*'ji^ quie-

quienes podian erigirfe jantas Fünd^ap-^

ries^qu antas la iiniverfidad, ó multitud de,

fu numero multipl'icas ó ciertamente in.-^

dka eñe numero otros tantos luceros^-quc^

ciñen por corona a fu Pveyna y Madre...,,..?,.

>. iMuy al contrario fe avia de erigir

eñe Edificio al portentoío del fobervia

Emperador Cam> que á fu magnitud ia-.

creiblemente monftruofa, acumulaba la;

riqueza de veinte y quatro Columnas de. Mayólo lllufl:-

oro, con otra del mifmo metal, que fobre- tom.i.coi.23.

ry : -n 'r ' J" \ ' fol. mihi 408,

íalia en bnllos^ y artmcio a las otras?- y, muy defemejante al incomparable del otro Rey de la China cuya agigantada corpu- lencia y arquitedtura maravillofa fe foftc- 114a fobre la eminencia dc^ ocho columnas de oro5 porque eíía Cafa^ como de la Sabi- duría^ libraba fu fabrica fobre íiete colum- na?, m,as preciólas que el oro^* mas. finas firmes que el diaman te, cu otras tañías vir- tudes^ que fon el objeto de fu enfcñanza chnítiana, y en los ineuimabks quilates de los íiete dones del Efpiríta Divino. Y co- mo la comprehenfioa de V. S. lima, fiípa valuar el thefprq de ella doítrina, lleva . taii

táti'áátlántéla Fundación del Edificio^ qtié dio en tierra con los reparos de la aflata critica, y mantuvo en pie eftas Columnas con la firmeza de (u authoridad, y con los abundantes focorros de fu beneficencia.

Dcfde d día 3 o, de Agoílo de 5 3 , en que la mejor Rosa de Lima dio á conocer á efta Ciudad eftas puras Azuzcnas^ de la Beynadelas virgineas flores, MARIA^en eftas fus hijas, y en que V. S. lima, perci- ;, 'r! bicndo la frao:rancia de fus virtudes, las re- cibió con agrado y eftimacíon,, y las hizo íiofpedar en el Convento de Regina Cali, propria habitación délas que tambien^co- iTno Efí reílas forman la corona de la Reyna del; Cidoj.defde entonces, ¿\^o, lasfocor- re V. S. lima, menfalmente con largueza, y fon repetidos los dones y finezas con que bs regala y favorece? y fue muy eftimable, como mobil de la Obra^ una Ptrfona de fu Familia^ que defde el principio haíla el ca- bo la concluyó con efmero, economía, j( hcrniofura, quanto permitió la firuacioní y que no^ folo en la material fabri^ca, finó también en h formal dirección de ella pu-

fo la^manó con dcílre^a y íiciertoj Sugcto álá verdad, digno del aprecio de V.S.Ílíná. 'por fu niodelliaj juicio^ y fobreíali ente li- teratura; pero no folo los materiales^ fo- ' corros, y operario dieflro, franqueóla vi- zarria de V. S. ílmá. íino que á fu corta clínicamente fe conftrüyó el bello Alear de ja Iglefia, depofitando fu Báculo Abacial 'cn mano del gran Abad y Patriarcha San "Benito, fin duda para fignificar, que con la abundancia de fus bendiciones y libera- lidades, fe engrandecerá el Templo, am- pliandolo a medida de rehenes tan fagr^-

' D'ecftc modo fupo vencer la conf-

*^tanciade V.S. Ilmá. las dificultades, y con- "^Vencer fu Sabiduría, la importancia, y ne- ^4:eífidad de la Cafa^ en donde fe enfena la •^celeftial y 'chriftiana á las Niñas, con los "demás primores de la labor^ yocupacio- %ies honeftas^ que les hacen utües á fus fa- í'inilias, y á la República^ haciendo que tu- vieíTe efefto el refcriptode S. M. en que ídifpe-rtfandb la regularidad de las Leyes pa- '¥aefta Fundación^, manifeftó fu Real con-

^LtU ^^ CCp-

ccpto de la Importancia de ella á eftos fus Dominios. Sin duda por la feliz experien- cia en Barcelona, Tudela, Tarragona;, Le- rida:, Zaragoza, y Urgel, que la logran, y por el clamor de otras Ciudades de Ef- paña, que la defean.

Defde fu primera cuna en Bourdeux^ en que tuvo mucho que vencer fu Vene- rable Fundadora la Marqijesa de AIon- FERRAKD, fe propagó efte Iníljtuto en mu* chas, partes de la Francia, defpues que por el Cardenal Arzobifpo de Sourdis^ y los Pur- "" ♦puradosBelarminoy Baronio^ todos tres

Columnas de lalgleíia, tanto por fu Digni* dad Eminentifllma, como por fu heroica ^r-n s rr^ Santidad y fublime DcKÍtrina, el or2;ano in- c.en dada a inz dcreclible de la verdad, y Columna inmo* Ma\iicue\^a^^^ ble déla Fécl Papa Paulo V. confirmó y de 730. aprobó efte Inftituto, llenando de elogios

Á la V. Madama Lestonac^ añadiendo ef- te Oráculo de la Divina Sabiduria, que ay^a premeditado efta Apoftolica idea para bien ¿uníverfal de lalglcfia;, fin avcr podido ati- nar con los malios, que avía manifeíiado Dios á cfta infignc Matrona. Y quanda Ro-

niá. Cabeza del orbe Cátlioíico^ y las dos Columnas de la Chriftiandad Francia y EP^ pana, han abrazado con aplaufo la Funda- ción de cfte InftitutOj debe la falaz critica fepültar fus tiros en el profundo abyfmo de donde folo pueden difpararfe. Y debe- rá México gloriarfe de numerar entre los virginales Clauftros^ q le ennoblecen, cíle, que le aíTcgura la económica, ingenua, y primorofa educación de fus hijas, fin otro dlipendio, ni cuidado, fino el interés de que tan tiernas plantas , fean al mifmo tiempo flores y frutos de honor y honeC: tidad*

Por cílo ( y fea para confufion de la .prefumida critica ) el limó. Sr. Arzobifpa Obifpo de la Puebla de los Angeles el SrJ Í)r. D. Domingo Pantaleon Alvamz de Abreu, como Pañor vigilantiífimo de fu laumerofo Rebaño,clama la Fundación pa- r^ fu Capital impacientiífimo fu ardiente zelo de la dilación^ y authoriza la utilifli- ma importancia por eftas letras, que en la tiltima carta de fu purio,me efcribe S.Ilmá. 2SÍ0 es mi fin otro y que el bien fMico, y

55 ^ ¿^^*

huena eÚHcacion iel femenino fe xo y qué tan- tofe necesita en efia Ciududy cuyo bi^en efec- to me aseguran fe experimenta ya en ejfa, qué tanto le repugno al principio. Ni - debe efperaríc,^; fino eñe florido fruto culti- vándolas con ternura de Madres las que fon particulares hijas de MARÍA, herino- faV^ra^ qiiefiendodck faiz de Jefc^dai \\x\ tiempo por fruto aquella divina Flor

^j, jDe eíle ortgen'dfman^.^fia'íFundáf-

P. Andradc ^^o^''P^^s^"'^^^^^g'^^3" I^s Hiílorías, que guiadeiavirt. aviendo fundado MARÍA Santiílima un ^. 3.^ciundoai Colcgio de cicuto j vcintc doncellas en Jp-

Carrujan. Ba- rúfajcn, üná ,de ellas^, oüe fu^ S^fvta Mar- ionio, Adri- ' rr^ ^ \t r ^ a '^ j i *

cumio Adelfo. ^^^ paüo a Marcclia, O Avuion, doncle.a imitación delagran Madrcerigio.otro nu- mcrofos y lo que fe advierte es, que por el cuidado délos Apoftoks^y fus Succcflores, fe fué fiempre confervando efte Inftítuto, fl qual para falir de lleno á la luz del mun-; dO:, en forma Pontificia, por la V. Lesto^- I

Gnht.2. )^.9. ^¿^Q^ fe puede afianzar, que le dieron fu

Cephas &• toan- ,.^ .1. ^1 ^ 11 cr>

ncs.Qiiívidehxn- dieili*a las dos Cplumnas, que llama b. ra-.

tur columna e/Je, ^Jp^ ¿^ |^ Ip lefia SaN JUAN Y SaN PeDBsO^ el

de' tirasdederunt ¿7 '=

mihi'

Prin-

i

Principe de los Aportóles feñalandola paf^ Fundadora, v el fabio y amado difcipalo haciéndola íaber laConfirmacion en Roma, Sóbrela protección de tales Columnas, \\x una Piedra firmillima^ y fundamento de la Religión Catholica, la otra Piedra también por í u viva femejanza con Chrifto.que lo es angular del Edificio Sto. de la Igleíia^ y por cíToíii amado difcipulo, mejor, y mas lu- ciente riedra, que aquella candida y mara- yillofa del campo Bononicnfe, tan partici- pe del SoL que por penetrarfe intimamen- adrián. Lyr. te en ella fus rayos, fe dice raja de eíle Pía- apud Andrad. neta;, comenzó á echar los cimientos eíle nifo^cap. j^-"- Inftituto Apoíiolico , que por fcrlo^ era muy del cafo lo dirigieíTe el Divino Maef- tro por fu Cornpahia, como fe efectuó fo-' lida y fabiamente por los Infignes Jefuitas .n;^'»''

Raymont y Borde, conformando el Inñi-

^ * j 1 V- - T 1 j Hiftor. cit. del

tuto de laCOMPAilíA de Jesús, con la de OrdendeMrá.

JVÍARIA^ que es tan el mifmo, como es la Señora» mifma DocSlrina la de la Madre^ y la del Hijo,^ folo con la diferencia de los minif- tedios difcretilfimaniente acomodados al repedivo fexo: De fuerte, que charade^

rizadas con cl nuevo Nombre de JESÚS, cxcelfo fobre todo nomb«*e, fe llaman con propricdad jefuitas? diftingniendorc ya en Ja tierra con aquella gloriofa marca, que ha de difcernir á los eternamente felices en el Cielo, fegun Sabios Interpretes , fi- Corn.in Apo- gniendo la Emincntiííirna pluma de Hu- C2\.^.i2. Et per ero primera purpura Dominicana.

cxcellcfinam to- r i i. .

cabuntnrf:fiuní, Gozale pucs al preícnte México, por

fve pjuitA. itx \^ protección de V. S. Ilmá. y con tan fe-

Peren'.Vicg.Rib. .. ^ . . . \ /^ \ '

imoHu^^.quiprU liz priucipio , quc cucuta en el Colegio fnusi»lrátntPr^ vciutc Ninas dc diftin^uidas familias, y ¡u¿. card'nuílium otras proximas a entrar, y cerca de qua-^ eflelcausjEtcx trocicntas de todas claíTes, que entran y

eoL.tndiilj.Cxr- in -ir i ^'

tuf. ante anuos faku CU las dc ella Etcucla, ícgun'la proli- Z20 h ¿ori^ ' diftribucion de las Maeftras, que con dif-

mqutt , cceleju / . . 7 .

ab 'ipfo dkemur crcciou harmoniofa, ydefuperior trabajo sIh!^orefí:n. ^ ^^ pequcíia Comunidad, las enfeaan.

Solamente un yerro me parecía, que debk notarfe en las Maeftras de la Enfe- ñanza, y es a verme elegido por fu Cape- llán y ConfeíTor mayor, fi efta expreílion no fe llevara de encuentro la Sabiduría dc V. S. lima, que fin aguardar refpuefta 'mía la confírniGs pero mas reflexivo, hallé que-

avia

avia íído grande aelerto^ á que me dertinó la feliz fuerce para trahermc á la Enfeñan- za de fus virtudes, las que no ccífo de ad- mirar, efpecialmente las que miran direc- - tamente á la educación de las Niñas^ pues fu dulzura atrahe, fu difcreccion captiva, .fu explicación enamora^ y encanta fu dcf- treza y inagiflerio, tanto en el primor de las peregrinas labor es^ como en la inñruc- cion de los altos Myfterios de nueñra Sa- grada Religión.

Y fi efta es la Efcuela^ efte el Edificio^ y la Cafa de Sabiduria, cuya fabrica fe ha -^foílenido y levantado á expenfas de los ; fubfidios de la generofidad de V. S. lima. ' y á la fombra de fu authoridad, que como íirmiflima Columna la ha aífegurado y :afianzado con incontraftable folidcz, ha- sciendo oficios de nube que protege^, y á icuyo cubierto fe libra la bella CoMPAatA V DE MARÍA de los ardientes bochornos, : que vibró contra ella la infolente critica^ y oficios también de Sol ( conforme al he- roico blazon de fu nobleza ) que con una luz manfa^ benigna, y rubia^ fomentó efte _. nue-

■'/í

"rinevo plantel, le iluftró y acalore; bien, y íin temeridad me puedo creer, que la myí- teriofa Columna, guia de los errantes hi- jos de Ifracl, cuyos refplandores eran^ en Corn. Aiapid. pluma de los Interpretes, Rubios, Clemen- Num.6.i5.ibi. j-es, y llenosde hofpitalídad, fué un vivo

I^fltS CY^O tile " ' -

nojtcYcít í'//W, difTeno de la generoíidad y nobleza, que f'*';*'^, ^""^'..^ venero v admiro en V. S. lima. Lo que cus::: vbí fjora, íicudo aüi, jultamente deíea el docto y lucem hujus Co-- elocucute Orador, aue fe eternice el nom- heAm. ... Et in brc dc Y. b, lima. 2;ravado en una Colum- s.ip. i8. y. 3. . j-,3^ cuya infcripcion fea como la celebra- da en las de Hercules un Non flus ultra, que declare fu magnificencia y benigni- dad, á que correfpondan con otro Non "plus ultra de gratitud las figuradas en Ja- QiTiN Y Booz, quienes aiin con cien len- ; guas, y cien bocas, no defahogarian el vol- can de afecto, que han encendido ert fus corazones los beneficios y gracias de V. S. lima, cuya atención no queriendo * embarazar mas, concluyo en nombre de las agradecidas Madres de la Enfeíianza, > -"^con aquel gallardo pífage del Mantuano.

!

, *

-3urr - An-

jinte leves ergo pdfcentur in athere cerVty

Et fretd dejiítuent nudos in littore fifces: -,. _

yíhte pererratís amhcrum jinihus exful

jiut Ararim Panhus íibeí, aut Germania Tigrim,

Quam nojlro illíus lahatur peéíore Vultuss

y en el mío con la expoficlon de el gran Cornclio, figuiendo la de San Gregorio en €l Vaticinio del Apoc^\ypüs'Vt^rmusJ¡Sy Corn. fup.^» ^ mamas j etgloriofus tum in Ecdejlay tum

in Calo,

Dios guarde á V.S Jimá. felices anos.

Cafa, y Mayo J5.de J7 5 5.

Ilmó.Sr.

5.1-,M. de V.S, lima, fu mas obligado Subdito, y afcdo Capellán

J)r.D.AÍanucl jintonio Roxo del Rio

j Vieyra.

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.y

D E L F: FRANCISCO XAVIER ..J^azjcanO:, Re ligio f o de la Com^mm

de Jefi

e US.

ri

Excin<^- Sr.

' ' ' Xgu ña vez avía de pagar ía Europa a'nnet» tra Afiierica los imii^nfos tiií£bi-as qae ie ha tributada^ Y en qné otro tiempo, que en el fe lie i íTinio gobierno de V. Ecxiá: Goza ya eP ImpeEial Garte los por tanto tiaiipo defeados veneros de ehriíliandad r excelente educación, y. polirica economia: levantado yfv fit Palacio ht Rcligioía Sabidnria: fon dulciffimr mente convi- dadasr íirvieiido de.menfageias ía modcftia, la afa-

Prwerb^^j- bilidad» y difcrecion: Mifit undllas [k^-ís^ nc vvcare/ít ad arcemy las^niñas tiernas á la reí^aladame-fa de íiveafe-? jl'anzar donde fe les brinda en ia copa de oro itia^ brillante del temor y anlor fantó de Diosr 1a blanca puriíTtma leche de la innocencia al oír el Nombre de MÁR.IA, que fcntada en ana cofumna por Ca-

EccIcfiaCz4. 7- thedra: 'Etthrorms ntéus'fn cí>/««íf/7 4^ »«/>/>> prcíide Man- irá a fu Sagrada Compañia, embriagadas con tari Freg;rinos aromas corren deíáladas las delicadas pequeñas vírgenes a aromatizar ius cípintus con el buen oior de la virtud mas exemplar : odorcm

Cantic. i.^f'.Zr unp-iíerftornm tuorum ciírrímus Aclolefcemul^. Todo e (lo cow inimitables refaitcs, decifra el dodilTimo Pa- negyrico,que fe digno V. Excia. de rcmitirme,mas para mi admiración y enfeñanza, que para fu exa- men o^cenfura. El P. Bernardo Pazuengos iníig- ne individuo de nueílra.Co^iipañia de Jnsus, es el qne en cftas cortas paginas marabilloiamcnrc ci- fra,

ira, no folo el Inílituto portcntofo db cíla grande familia, cl origen, progrcílos, y lo mas circunf- ta ociado de fus peicgrinos incidentes, fino que toda cíla harmonioía reiacion la cima Ira con tan diftinguidos terminantes textos de Eícriptura Sa- grada, prcciofiirima miniatura de erudición, acor- de bien diftnbuido golpe de tropos oratorios, vef* ticía toda eíla eruditiíTima pieza de un eftylo gra- ve, ameno, pondcroío, claro como la luz, y deli- ciofo como el ne¿tar, fin faltar ni en un punto á ia naturaleza fobre todo apreciable del idioma. -'!' Y qué otra lengua, y que otra pluma po- día entonar el cántico de alabanza, ó eftampar triumphantes rafgos: Lingua mea calamus-, que la de Pfalín.44. u aquel mifmo, que emulo de la nave, a que fu for- *

tuna le mereció el nombre de Vidoria, deípues de aver dado gyro á todo el Univerfo, lo dcílino la Providencia para conductor del heroico Efqua- dron de Amazonas, á efte nuevo mundo? Moy» íes fué cl que al aíTentar la vi¿toriofa planta en la. contraria rivera del mar vermejo, no menos vic- toriofo de fus onaas, que del atrevido Exercito de Pharaon, levanto la voz, y dcfato la lengua en un celebérrimo cantonen que agitado del Elpiritu di- vino, formó aquel mu íleo poema, diílinguido no menos en elogios fublimes dignos de un Dios Lirst bertador, que en explicaciones myíteriofas, y rec- levantes prophecias de la venidera fortuna de la Igleíia: Tum ceanit Moyfes , & filij Ijrael carmen hoc Exod'Capaj.n. Domino-, 0* dixerunt: C^intemus Domino^ gloriofé en'im míignificatus eft. Cornelio: Ejl ergo hoc larme» cpini-»

I cium prophcticum, Ú^ euchAñflícum.

I Y quien otro avia de defempeñar el Panc-

gyrico, y los metros de gloria á los triumphales arcos de fu divino Dominante, fino Moyfés, aquel rniímo que avia fido dcfde la Corre del Monarcha Egypcio auteniico teftigo de la peregrina conduc- ta de tranfmig ración tan fubUmejncnte milagro- Í3lI. ,y, quien otro, que cl P. Bernardo Pazuengos A^l %z podía

podía llenar los números pcrfcélos de la Sagrada Oratoria en el fciicÜTiiiio dia. en que fe celebro la Dedicación de la primer Cafa de las RR. Madres de la Enfcñanza, íino aquel mifmo, que conduc- tor gloriofo de doce Rcligiofas Señoras, mejor di- xera de doce Tribus, pues en cada una de ellas fe pronoftica fecundada una generación entera, pufo la planta fobre las ondas del occeano intrépido á los mas ciertos peligros de fus toimentofas ondasj y ya gozofo fe congratula con ellas, foíTcgadas en íli Tabernáculo?

Acompaño también Maria ProfctlíFa her- mana del mifmo Moyfés y Aaron, el heroico can- *? ' tico de alabanzaj elevando el punto, para que la

Veri, a^r liguieíTen todas las mugeres: Sumpftt er^o María Pro' phetijjít foror ^aron tympaaum in m.tnu fuá : E^rejldcque fufjt omms mulleres poji eam cum tympan'tSi & choris,: Aqui oportunamente expone Cornelio , que el nombre de Maria fignifica en el Dialedo Hebrea lo mifmo que Maeftra , nombre prophetico con- que caradcrizó Dios a efta celebérrima Hebrea, porque la tenia deílinada para preíidir y doíbri- nar a las Ifraélitas: Maru idcm eft, c¡uod Ma^íJIvx: hoc emm nomen fu'it cjuafi prognojlicum tn mente Dei, quod Marta h<ec futura efjet dux féLm'inarum h£hreariim-, eifcjue préíiret tum tn tranfuu mar'is ruhri-, tíim m hoc carmine epinicio Deó decantando. Sóror de la Compañía de Jesús ha de fer precifamcntc la nobiliíTima Señora y M. R. M. Maria Ignacia Azlor y Echevers, cuyo gcneroílíTimo corazón fe ha exaltado a pottentofa inftrumento de el Efpiritu divino, para coronac una empreña, cuyo folo embrión en idea, pudiera aílbmbrar a el efpiritu mas animofo. Es alTi que ha de blafonar la Compañia de MARIi\ de una congenial hermandad con la Compañía de JE-i SUS, ijie recien doíe el titulo con que honra el di- vino Amante á fu fingular privilegiada Conforte: Canc. y. f'. 1. Sponfa mea foror ^ íiendo juntamente Efpofas, Ma- dres, y Hcananas- uterinas de la. Compañia , -pro^ ' fcf-

fcíTando el Indítuto mffmó, y Reglas de los Jefaí-i tas, con la diferencia, que mientras la Compañia de Jesús peregrina por rodo el mundo, el mundo todo con el mas poderofo magnctifmo figue con dulce violencia á efte Religiofo Gremio: Ecce mun* dus totus poft sum ahijt. Modo ungular con que MA^ Joan. la.j. B.IA Señora evangelizó á nueftra Efpaña, fixando fus Reales Plantas en una Columna, para que to- dos acudieíTen á fu Cámara de Zaragoza , para aprender la Doítrina del Ciclo; íi bien en cfta di- <:hofa ocaüon ha peregrinado para conducir a nuef- tros Re V nos fu Compañia: Nunquam defu'it Columna nu- r ^ . * bis per diem, nec Columna ignis per noticm coram Populo. Y quien duda, que íi efta Columna era figniñcacion galana de MARÍA. Señora, en qué repreícntacion mas clara, que en la portcntofa Virgen del Pilar> Levantabafe eíle Phenomcno, y caminaba íobre el ayrc, como una nave gobernada de un Ángel por piloto; Certum e¡l hanc Nuhem non ¡ncYccttxm^ Jed crea- Corn. innum. c.9. t/irnifuífje:, ejíi<e. Columna ¡pede , ^ figura porrlperetur m f- !?• altum a/i ccu nav'i ángelus-, (juafi Nauclerus ajsijíebat. Eí- ta miCma Columna^cra Cathcdra deíHe donde eni- feñaba Dios Tus rediflniíos caminos: Columna »tí^ ^r a pts.loquebatur aa eos.

¡vil Y ya me precifan las fcvcras leyes de Cen- for a romper la dulzura del argumento, é indicar lina abreviada id¿a de la Aurora, y cunas de nuef- tra Mexicana Fundación. La Inmaculada Empe* ratriz de los Cielos MARÍA Señora nueftra, fon- tal origen de todo lo bueno, y Protectora efpecia- liírima de efta admirable Compañia, fue la levantada celeftial Columna, que conduxo in manu potenñ^ ^ pr 1 *-

hrachio excelfoy fobre las alas de los íavonios vicn- ^'"•^i?' -toen popa en los favores de fu fombra á efte vir- •ginal Eíquadron. Arribo primero á el Relif;iorií- iimo Convento de Regina Coelí, tributando fus pri- meras adoraciones en las Aras de la Reyna de el Cielo en decorofa protefta de que avia mirado por ■'^ '

augufto norte, de fu feiiciíTima aguja al.'Lufitano

Pía-

PJancta, hcrmoriíTimo Lucero de la Rcyna de la tierra, coronada Emperatriz de cfte nuevo mun- do, nueftra Señora, la vScñora Doña Maria Mag;- dalcna Joíepha Therefa Barbara de Portugal, dig- na Conforte del Monarcha de los felices nueftra ;. í^ Señor D. Fernando VI. que Dios profpere. El Án- gel Palinuro de cfte prodigioíb Vagel ( es aíTi, que Angeles fon en corriente phrafifmo de la Efcrip^. tura los Señores Obiípos) es dn coiitrovcrfia nueC* tro Hmo. Sr. Arzobiípo D* Manuel Jofeph Rubio y Salinas, quien con fus Cartas llenas de favores, benignidad, y clemencia, les feñaló el fublime cier- to rumbo paca ei Puerto dichoíillimo de íus cipe- ranzas, con que al blando Zephyro de lu dulcilfi-* nio genio, anclo la peregrina Compañía en efta Me-* tropoli del Septentrión. Y a la' verdad, como aíir- marón las Señoras de ia Enfeñanza, varias veces eíxperimcntaron mucho mayor paícrnai fombra y amparo de io que la publica voz y fama les avia noticiado-, íl bien les avia eftampado en el nicbo -de fus aprecios, una gigante idea de fu iníigne Pre- lado^'y con razón, porque lia exercido con eftai .,. •S.cñoras fu lima, los mas cariñofos oficios de Pa- v.triiii ^^^ y Madre, confolando, abrigando, y fuftentan- do de las rentas de fu Mitra á cfte Virgíneo Ben- jamín de fus caricias^ hafta protetlar con impeta de fobrceminentc caridad, que fedefpojara fu lima. de fu mifma camifa,para que todo íbbreáeílas fui amadas hijas.

A eíle vigilantiñlmo efmcro de fu Ilmi;. correfpondiola Fundación con éxito tan teliz, que como íl fuera Fabrica de Angeles, en folos diez y fcis mefes fe difpufo y concluyo el Edificio para las Religiofas, y Cafa para las Doncellas educan- .das, con tanta perfección, y en fitio tan acomo- dado, que las mifiíias Madres^y todo el publico de cftá popul'cí'a Coríe entre pafmos y admiraciones £xod.8. f.í^. iCpaficñan: Btgitus Dei e\l Inc.

; , fXAii diez y ocho de Diciembre.,; dedicado

á

ala Expedacion de la Virgen Madre, aporto h Go^ pañia de MARÍA a íu nueva Cafa, y apareció triumphante la hernioíiíTima Imagen de nueílra Señora inmoble y ñxa en fa Columna^ firviendolc de throno un priinorofo Tabernáculo a expenfas de fu lima, adorada Maeftra de eíla fu primera Ca- J^del nuevo mundo: Aquí fue donde al eftablecer- fe la Columna con mcthodo contrario al del Pere- grinante Ifrael, refonaron armoniofas dos trompe-i tas de ñniíTima plata: Fac tibi duas tubas <í^;|^«fí^'tí cf«'>juni.c.io. f'.z.j, éiiles , quibus convocare pojs'is midtitudlncm \: Cumquc /«- crepueris titbls €0}i^^rc^ab'nur adre omnis turba. Mu fieos clarines han fido las dos Scúpras muy RR. MM. Maria Ignacia Azlor Eclicvers t y Maria Ignacía Sartolo Colmenares: Nubes lucidas por Marias, Columnas de brillante fuego por Ign acias, de re- finada plata por lo elevado de fu nobleza!, las que con la incomparable gracia dq fus labios, y con- corde armonía de fu conduda, han puefto en mo- vimiento a toda la Republic3> pues en pocos dias, fuera de las Educandas, numeran en fus Aulas cer- ca de quatrocientas Niñas: Cumque mcrepucris tubts co7tgre^abitur ad te omnts turba . El kibre nombre de Colmenares es agradable cifra de íti amable ínfti- tuto, pues el laboriofo murmullo de las Abejas le pareció al bien tcn%plado oído del Mantuano eco canoro de trompetas: £f vox audiíur fraólos fonhusGsorgic.lib.^.f'.jt, imitatx tubarum. Es affi, que en la claufura de fu Colmena fabrican eftas Señoras con la dulzura ladea de fus lenguas en las innocentes flores de las blancas purilTimas Azucenas, antorchas de ce- ra virgen para los Templos^ y miel medicinal pa- ra el gobierno de las cafas : Favus dijUllans Ub'ia íha cantíc. f. ir. Spon[a-, mcl <Úr lac fnb Iwgua tu a.

Ni íe ofrece Señor, á mi ruda crítica, mas que decir á V.Ex.cia. fino que fi Ariftomncho ocu- po íefcnta y dos años continuos en la obfervacioa prolixadei Gobierno y República de la Abeja, que Barth.homb.(íe Le- clogios merece eíle fabio Panegy tilla, quando catrafi.part.pag.zio. -VI bi-e-

bfcvcs paginas ha formado una cabal pórtcntofa idea de el armoniofo religiofo concjerto de eftas Abejas racionales? Por lo que cftá muy lexos de rozarfe con ciaufíila difonante a nueftra Santa F¿ Catliolica, ó buenas conftumbres, ni á las Regalías de nuellro Rey y Señor, á quien Dios proíperc, quando íe dcícribe un vivo eterno monumento de íu Anguila Regia, y a todo el mundo, xnaniñefta

f>iedad, Efte es mi parecer: Saho meiiore, &*c. Co- egio Máximo de S. Pedro y S. Pablo. México, y íobiero 8. de 17$

Excmó. Sr.

B. L. M. de V. Exciá. fu mas humilde Siervo y Capellán

:H: FrAncifco Xavier Lazcano.

JHS

/.]

FA-

DEL Dr. D. JV J N JOSEFA de E guiara y Eguren^ Cathedratico Jubi- lado de Prima de Sagrada ^heologia en fu Real Vniver/idad.y Reéiorque fue de ella. Calificador del Santo Oficio^ Examinador Sy nodal de ejle Arzjohifvado:, Confuí tor del Ilufirijjimo Señor Arzjobtfpo ^ Capellán délas Re ligio fas Capuchinas de dicha Ciu' dad. Canónigo M.agiflral de la Santa Iglc" fia Metropolitana de México], j ele£lo ', Ohifpo de la de Tucatan,

OBcdecicndo d Decreto del M. Iluftrc Sr. Dr. D. francifco Xavier Gómez de Cervantes, Cathedratico Jubilado de Prima de Sagra- dos Cañones de efta Real Univerfidad, Prebendado ^dc cfta Santa Metropolitana Iglcfia, Provifor y Vicario General deefte Arzobifpado, Obiípo clcdo de Pucrtorico^&c: he leidoel Sermón Panegyrico, que en la Dedicación del Templo y Convento Me- xicano de nucftra Señora del Pilar de Zaragoza de Religiofas de la Compañia de MARÍA, comun- mente llamadas de la finíeñanza, predicó el R. P. Bernardo Pazuengos, de la Compañia de Jesús, Procurador General por fu Provincia de Philipi- nas, Theologo de Cámara del limo. Sr. Arzobif- \po de México, y Examinador Synodal de íu Arzo- bifpado. Y admirando el utiliüimo Inftituto de la Compañía de MARÍA SantiíTima, deftínada á la en- ^ %%%% fe.

fenanzíi ehfíftíana y política de las Niñas , cuya . educacioíi es el blaiico de las Señoras Religiofas ,, decfta Profcílion eíclarecida> no he admirado me-

nos ía erudita dcftreza, la brevedad, difcreció, y pro- . priedad, con que el dodiirimo Author del Panegy-

ríco deícribc el Inftituto, refiere la Pundacion del '- Convento Mexicano, y aplaude las pcrfonas acree- doras de inílgne elogio, concurrentes al defenipe- ño de tan altodcíignio. PareccmeTqueafil del Iiifti- ' tuto de la Compañia Mariana, como de cfte cle- \ gai^te Pancgyrico, hallo un dibujo en el primer "* Convento o Junta de la Eníeííanza que huvo en mundo> y en el arte con que fus religiofos Aluiíi- ^nos propagaron tan admirable Inftituto por todo el Orbe. El primer Convento ó Junta reíigiofa, que ' abfolutamente hablando linvo en el mundo, fit¿ de la, Enfcñanza, conviene iíaber^ el que inílitu- yó'Enos hijo de Seth, del qual efcribc "Moyfés al 4. del Genelis^. 26. que empezó a invocar nom- Ceii>4. lí. brc de Dios: Sed 0* Seth natus ejl flius, qucm vocavit Enos : ijle coeph invocare normn Dommij porque fue el . p'fimero que congrego á los hóbres para las fühcio- . ncs publicas de Religión, y de Piedad, abriendo un

Tcplorque juntamente fueíTe Efcuela,una Aula, que = al mifmo tiempo íir vieíTe de Iglefia,en que los honi- ' bres aprendiefíen el Catfecciímo, y pradicáíTcn el

divino culto: Tem^ore er^o £nos, efcribe el P. Cor- CorneLíbú nelio : yidsutur ceerus íjom'tnum tnjiitutt , O* in Ecck- ftiXm congre^ari cxpiffe y ad publicas preces , ad publ'icds coftcíones Ó* catJfechefes , ctd pnhUcum Det cultum per 'facrtñcia-, raliosque ntus t9* ceremonias. De aqui infie- icn Thomás Vvaídenfe, y el Cardenal Beíarmina, .que Enosinftituyo un- preludio y difcña de ía vi- da Reíigiofa y Monaftica: Vndecenfcnt ifti^ proíjo^iie de eíl'os Authores t\ citado: Bnos injlituiñe cjifaft pr£» líidiura Ú^initium vit£ Reíigiofa O* MonajtrcdC. Ki íc falto á efte dibujo del Inftituto y Convento de la Eufeiianza la recomendación de íer fu origen Ma-

riahfi, 'porq'tié'Enó¿^ fn Pufidador, fue bofqucjp' ' ' ^ ^''|'^1,*Í de MARÍA Sannfiima, fcgun Bartholome PiPá* ' TaO, á quien cita Marraccio en íu Polyanthca. De-' fuei'te, que MARI A Santitilma en íu íombra, dio" cl ser, y fue la Fundadora del primer GonvcntO'y^. . ^ Efcuela de la Enlcñanza. Ahora: De losdifcipulos .^H

de cfta Eícuela de Enos, Alumnos de íu Conven- to, y dcíccndicntes de Seth, eícribe Jofephoj que noticioíos del vaticinio de Adán, que avia profe- tillado dos diluvios, uno de agua^ y otro de fuego para la ruina del mundo; deíeando perpetuar ea j.-^c^rjü nil^ él, no folamente las Noticias íagradas, religiofas> y divinas, íino también las Letras, los Artes, y las Ciencias, que avian aprendido y cultivado, las es- cribieron en dos Columnas, una de ladrillo, y otra de piedra, ó depoíitaron dentro de ellas los volú- menes que avian efcrito, de lasquales, la fegunda fe mantenía en Syria lia (la la edad del miímo Tofe- pho: Hlicpertifíctj advierte Cornelio, id quodfcribtt^O" Jcphus:: Pofleros Scthptos ^ Japientes excitaíj-: duas colum" fiits-, unam Idtcfhíam, alteram lap'iúeam, ctjque fuá inventa^ artes ^ difciplíhas-, reí ínfcripftjje-, vd [criptas 'tndufjf' fe ad pojierorum injlruñtoncm^ Ó* ful mcmoriam pojlc- ris covfígnandam'.' ídque hoc co/i filio-, ut ¡i lateritiít dilu- vró perirety iapidea Juperjies remaneret , qii^^ inquit fo-' fephusy ttínmmm cxtat in Syría. Efta fué la iníignC y provcchoíiíTima índuftria de los Profeflbres de la primera Efcuela de la Enfeñanzaj para que el provecho de ella , y fu debida memoria íe perpe- tuáíTen en cl mundo. Y femé jante es el arte de ñueftro Panegyrifta dodiffimo, cuya iníigne eru- dición deja gravada la iiiemoria del Convento Méá xicano de la Enfeñanza, como en dos Columnas, en el mifmo Convento, que ingenioíamcnte def- cribe en el' Sermón, y en el miímo Sermón digno de inmortalidad". El Convento, por dedicado á MARÍA Santiífima en fu' Imagen del Pilar de Za- ragoza, Soberana Reyna y Columna inmoble: lAf^

^2, ti*

Pfa!m.44. 10- Flo-f/V;> Regina wj^tir có1umn£ immohiUsry por depofito resinEcch.n.683.¿g| volumen de la Eníeñanza, en que fe transfor- ma, ó fe retrata la mifma Celeftial Reyna, íegun el Parafraftc Chaldeo, que traílada en vez del ^f' aícaícemTa.ver*.^'^''^ i?e¿/«^t a dextr'is tí4Ís, flah'it volumen legis hi Utere] fie. ' dexterét tu£ . Y el Sermón por fer una Pieza taa

bien torneada, tan folida^ tan eminente, tan her-, mofa , y de tanto precio , como una de aquellas Columnas, que demandaban los fondos de un Mo- narclia, y concurrieron á levantar una de las íie^ r>f;« y,u ,^^.> te marabillas del mundo, el Templo Eohefino de Diana, en cuya deicripcion dice Piínio : Coiumn&^ centum vlginti feptem a fingitUs Regibus fctQéí. Y aun-, que qualquiera advertirá dos diferencias notables entre el Convento primero de la Eníeñanza, que he dicho, y el de la Compañia Mariana; bien re-p, fícxadas hacen mas admirable aefte que aquel Inf- tituto, á lafegunda que a la primera Efcuela. Una de las diferencias es, que la primera Eícucla y Con- vento de la Enfcñanza, fué Fundación de un hom- bre tan íingular, que entre los demás hombres fe llamo Varón. EíTo quiere decir Enos: Enos homo^ yir; empero, la Compañia de MARÍA, y Efcuela de la Énfeñanza, fue Fundación, de una xMu^ger, aunque muy ilurtre y venerable, la V. M. Jnana de Leftoiíac, al fin muger. Más eita circLinftanciá ,. hace mas admirable la Fundación, el ínftitnto, y

la Efcuela Mariana de la Énfeñanza. Porque íi ha-^; llar un hombre entre muchos hombres, y una mu-' ger entre muchas mugeres, fué aíTumpto que fati* go al Ecleliartes, y defpues de mucho bufcary.diC-. currir, entre mil hombres folo hallo un Varón, y Ecclefiaftjc 7. a^. entre todas las mugeres ninguna hallo: Ecce hoc inven'i dix'tt Ecclef ajíes , unum & altevum , ut inveni- rem rattonemi quam adhuc qitf.rh ¿tnima mea , O* non tnvcni. Virum de mille unum reperJ-, multerem ex omn¡^ hus non trrveni. Qiian admirable invención fcrá \^ de una muger verdaderamente varonil, qual fué,

la

la V. M. Leftonac? Y qnanto njis crecerá la ad- miración haííando en íli Compañia y Efcncla tan- tas mugercs fuerces y varoniles, q.iancas Ijn las Iníignes Maeftr^s de la Ení'cñ.inza ? S^a pues el Fundador de la primera un Varón feñalado en- tre mil hombres: Vtrum de mille unum rcperi: Enos ho^ moyvirj y admiremos uña Fundadora de Li fegunda tan varonil, que dejo tantas varoniles mugeres en el mundo con fu Fundación e Inílituto. L:i otra diferencia es, que el primer Convento y Efcucla- que fundó Enos, íc deftino á la enfeñanza común, lin dillincion de fexos; y la Compañia Mariana fe deftina determinadamente á la inftruccion de las Kiiías. Pero de efta mifma diferencia refulta ma- yor admiración, y en cierto modo ventaja de la íegunda á la primera Efcuála. Porque enícñar un hombre, y mas íiendo tan diftinguido como Enos: Efjos v/>, á muchos hombres, y a muchas mugeres, y que fe logre fu enfeñanza, es cofa muy practica- da, y muy fabidaj mas que fiendo mugeres las Maeftras, y también las difcipulas, eftas queden bien inftruidas y cnfeñadas, es cofa tan rara^ que no fe cuenta de las mugeres mas aplaudidas de fa- bias. Sonlo comunmente entre los Doctores las cinco Virgines prudentes del Evangelio, a quienes el mifmo San Matheo da ambos titulos, el de pru- dentes, y el de fabias : Qu.inqnc prudentes: FatutX, ait' Mathíei tem fapientlbus dixerunt--, y con todo, teniendo en íu Compañia á las cinco necias, no eoníiguieron el fru¿to de hacerlas fibias, quedandofe hafta el fin necias. Y que la enfeñanza de las prudenres Vír- genes de la Compañia Mariana fea tan feliz^y tan fecunda, que fe propague á las difcipulas, y las deje tan fabias como Maeítra»; que cofa mas dig- na de admiración!' Quié heroycidad mas acreedora del elogio, que nueftro Panegyriíta les tributa, y del fymbolo que les dedica, levantando, como los dcfcendienccs de Enos, dos columnas^ en las quales

fe

ib grave el Ahit plus ultra del esfuerzo varonil de eíla Compañía ccleftial ? El mifmo mote cfcribo Yo fobre el Panegyrico, cuyo acierto y erudición, digna de un Maeftro tan confumado coinjofu Au- thor, no demanda menor aplaufo. Y con efto de- jo dicho no contener cofa alguna contra nucftra. Santa Fe y buenas coftumbres, y fer acreedor de la luz publica. AíTi lo juzgo: Salvo mcliori^ 0*c* Mé- xico y febrero 9. de 175

Dr, D.Juan Jofeph de Eguiara ^ Eguren.

LU

Licencu del Superior Gohierno. ,^

EL Excmo. Sr. D. Juan Francifco de Guétacz y Horcaíítas, Conde de Sevilla Gigedo,Gen- til Hombre de Cámara, con Llave áz entrada, de Su Mageftad, Teniente General de fus Reales Exer- •citos. Virrey, Gobernador, y Capitán General de efta Nueva Efpaña, y Prefíjente de fu Real Au- diencia, y Chancilleria, &c: concedió fu licencia para la impreííion de efte Sermón, viílo el Parecer del M. R. P. Francifco Xavier Lazcano, Rcligio- fo de la Sagrada Compañia de Jesús, &c. como confta por fu Decreto de 13. de Febrero de lyjj.-;

Ejíbricado de Stt Excelencia,

Licencia del Ordinario,

EL Sr. Dr. D. Francifco Xavier Gómez de Cer- vantes, Cathedratico Jubilado de Prima de Sagrados Cañones en la Real Univcríidad de efta Corte, Prebendado de la Santa Iglefía Cathedral, Examinador Synodal, Juez Provifor,y Vicario Ge- neral de efte Arzobifpado, Obifpo eledo de Puerto rico, &c: concedió fu licencia para la impreííion de efte Sermón, vifto el Parecer del Sr. Dr. D. Juan Jofeph de Eguiara y Eguren, Canónigo Magiftral de dicha Santa Iglefia, &c. como confta de fu Auto de i8.de Febrero de 1 75:5:5

Rubricado de Su Señoría.

IG-

IGnacío Calderón, Provincial' de la Cíompañia de TES US, en efta Provincia de Nueva Eípaña. ^ Por u facultad y poteftad, que para efto me es con-

cedida de Nró. P. Ignacio Vízconti, General de nueftra Compañía de JESÚS; por la prefente doy licencia para que íc pueda imprimir un Sermón, cu^ yo titulo es: MARÍA Santiííma, dechado de Reli- giofas de fu Compañía, llamadas comunmente de la Enfeñanza, que predicó el P. Bernardo de Pazuen- gos, Profeííb de nueftra Compañía, y Procurador de fu Provincia de Philipinas, por haverló vifto perfo- nas do(5í:as de nueftra Compañía, á quienes lo co- metí} y no haver hallado cofa digna de cenfura.. En de lo qual di efta firmada de mi nombre» fellada con el Sello de nueftra Compañía, y refrendada de mi Secretario. En la Hacienda de San Antonio en nueve de Heaero de mil fetecientos cincuenta y cinco añc;.

t JHS

Ignacio Calderón^

> omors

Ignacio Coromma. Secretario.

Pag. I

.".e^^ sC'.'3^ >€r5^ . "^Orv . sf^-.<.>iff

JN DOMO TV A OPORTET me manere. Lucíe 19. Iv. $.

CJKO MEA VERÉ ESTCIBVS, ct fangiús meus 'vere ejtpotm. Joan. 5.

•€í&'!BS N FE L IC E S TIEMPOS. ^ i (^ tícígraciadas ed aíics" aquellas, 'bn <J) i d^ que aunque indurtrioíos los hora- i^P^P bres ignoraban la fabíduria, y no *-^^"'^ ^^ conocían el chrono de la inceli» gencia. Qué cimas profundas^ dice Job, no ha penetrado ingeniólo el anhelo de acu- mular el orol Qué indurtrias no ha inven- tado fútil el ingenio para acrifoíar la platal Qué mares no ha fuícado valerola ía induf- tria en bufca de las riquezas í Qué futile- zas no ha aquilatado el arte, para fegregar de la tierra el hierro, para convertir en aze- las piedras! Mas enmedio de a ver yafu- puraáó las artes, y acrifolado el ingenio en tantas futiliflimas invenciones, aun no fa« bcmos, dice Job, qual es la Pacria^, qual ío.

■^ A " Mo-

í

Morada, qual la Habitación, y Cafa de la Job iS,\f, II. SabidiHia, é Inteligencia: Sapientía vero uhi in- yenitur] Et quis eji locus intelligenticí'i Feliz, di- choía Cafa, donde eftas I En la tierra, pro- figiie el rnifrno, no fe encuentra ; los pro- fundos abyfmos, los mares efpaciofos, nos dicen, que no los acompaña-, los ojos mas perfpicaces no la hallan j á las Águilas mas elevadas fe efconde; los difuntos, y vivien- tes, entregados á fu libertad, folo nos re- fieren, que oyeron hablar de ella con aplau- fo y eftimacionj pero que folo Dios fabe el lugar en que fe encuentra.

Aíli defcribe Job la ignorancia del Or- be, aun cnmedio de tanta ptefumcion de fa- biduría: Mas va, dichofos moradores de Me- xicOí buenas nuevas, felices noticias, que fa- bemos la Habitación y Morada, la afortuna- da Cafa de la Sabiduría : Sapiemia adíficavit jihidomum; y para que no dudemos fer la en que nos hallamos, nos da fus fenas indi- viduales: Era Cafa^d^ la Eníeñanza, pues pa- ra enfenar la edifico la Sabiduría: yEdificct- vit Jiíi; era una Cafa en que enfeiiaban Ma- geres : Mifa ancilUs juas^ ut Vocarent ad ar- cam-y era una Efcuela en donde folo fe enfe- ñaba la niñez : Si qms eji farvulus venidt ad me; era Univerfidad donde fm dar lugar í , clpcculativas queíliones y controverfias, íe

en-

5

enfcñaba la Doulrina : Locus erat Doólr¡n¿¡:, Optaí. iJ'o.

non controver t¿e, oice üptaco Miicvicano: So- ' . r... wi. lo en ella le enícñaba la DocVrina Chrifiia- na, dice San Gregorio: Proj?oJiiit menfam fuam Greg. hic Scri^mm^ ft) D car iría faene. Era una cue- la:, <]^<^ juntamence era Templo, dice Alapi- úc: Ayx ejl Templum ^ Ecclejta ; \\n Tem- plo y Efciiela, en que fe repartía el Sacra- meneo de* la Euchariftia: Mifcuit vtnum, ^ propcfuit menfam-, y en cfle Templo, y eíla Eícuela prefidía como Maeílra MARÍA San^ tiííima, lepartia como Sacerdote el manjar, y era el Altar del mifmo Templo: Vtrginem Apud Corii. híc. apello ScKerdotem pariter (^ Altare y dice San tfrcn 5 cpdí quidem menfam ferens, dedit noíís «elefiem panem, ya de la Dcdrina, ya de la Eucliarillia, y por ultima caraderiílica feíia, •nos dice el Efpiricu-fanto, que efta Efcue* la, que efte Templo, q^ie efta Mefa, eralgle- íia del Pilar: Excidk columnas feptem. Si Yo al hijo del Grande Auguftino., que difpufo efte Temploj le huviera entregado fíete co- lumnas para íu adorno, no dudo, que por re- glas de Simetría huviera ordenado tres pa- ra cada lado, y una en la frente donde efta la Mefa y el Altar. Aliento pues, afligid íílimo pacicntiíEmo Job, que ya faben los hom- bres qual es la Habitación, qual la Morada de la verdadera Sabiduría , d-e la mas cabal

A í iii'-

4

iiiccligcncia, pues vea erigida la Cafa de la

Enfcrianza.

Eílc es el objeto de nueftra celebridad, que en gran parce lo hallamos rctracadoen el Evangelio: In Domo tud oportet me manere. La primera Cafa que coiifagró la Sabiduría encarnada en Templo en el tiempo de la predicación y eníeñanza, fué la Cala de Za- queo, Gobernador de la Aduana : Princeps ,p uUicdnorum-^ y la primera Cafa que nos fir- ve para efte Convento y Templo, es la del Gobernador de la primera Aduana de efte Rey no. El primer Templo que confagro la Sabiduría encarnada, fué la Cafa de Naza- reth, en que encarnó, y aíTi la Madre San- ciflima, como aquella Cafa fueron Caía de MARÍA SanElíIima, y el myftcrio déla En- carnación, y es á la letra lo que reconoce- mos en eíte Templo, pues la mayor parce de eña Fabrica es una Cafa de MAKIA San- tiíllma en el mvfterio de la Encarnación, Columna no puede {"altarnos, pues nos dice San Gregorio Nazianzeno, que el Árbol en que fübió Zaqueo para aprender el conoci- miento de Chrifto, íuplia por columna: 5^- Greg. Nazianz. ^qj^qyus erut quaíi columud. Era Zaqueo en iu li.per hunc loe. •- p ni \\

eltacura nino: Statura pujtíci^fs-^ y aquella co- lumna le íirvió como á niíio de la eníeíian- za, de Cachedra para aprender los rudimen- tos

'5 tos de- la verdadera Sabiduría, feguti expli- ca Saa Gregorio el Magno : Per Jycomorum S.Gicg, Dominui tranfans cerní tur ¡ quid Per hanc p- í/ ^1' fientem flultiúdm^ CT fi ^^c durriy ut ej¡ fotide^c^p. 17. jam tamen per contemplaúcnis lumen Del y^ P^^^ "^^" fientia^ quafi in trdnpta videtur: Y íi efta co- lumna de Zaqueo, no fe coloco dentro del Templo^ tampoco la columna á que fe con- íagra el prefente, fe puede introducir en éu En eíle pues Templo y Efcuela de MARÍA SantiíTjma del Pilar, quiere habitar perma- nente la eterna Sabiduría: Ofortet me mane- rey y efta Enfcñanza de MARÍA Santiílirna ;del Pilar, y efta firmeza de la Enfcñanza, han de fer el objeto de mi difcurfo finfalir de la Columna, pidamos para fu exot- nacion la gracia.

. AVE MARÍA.

IN DOMO rVA OPORTET me manere, Liic. 19. l(^. 5.

CARO MEA VERÉ ESTCIBVS,

et fangms meus -veré efipotus, Joan. 5 .

O fe, íi como fctica dcfcripcion y

manifeftacion compendio de la per*

de fus anfias, ó pro* Feccion del Templo^

co-

6

colocó Salomón á la duda, que efecSos de frente de lu Portada fa extraordinaria pro- 3.Reg.7,dos Columnas: Etjta- videncia han de tener ' * tuit duas columnas in aquellas dos perfec- PorticH Templi ; una ciones? Ved ya en ef- llamada Jaquin, que tas tres explicaciones íignifica Eníeñanza y la divifion y apoyo de Sabiduría^ fegun Ca- mi difcurfo.Cada una yetano; otra llamada de las Columnas re- Booz, que fignifica nía doce codos decir- Fortaleza , fegun el cuiro^que parece ana- mifmoj aunque dife- logizaban ya las doce rentes los nombres , Señoras de la Enfe- juzga Cornelio, fer ñanza, que Dios nos uno el fignificadoj traxo de Europa, íl pues de la dirección como al numero fuc- con que fe executó la ra á las Perfonas,gro- cbra, fe infiere bien fera pudiera juzgarfe la fortaleza, y fu re- laalufion,fiendornas buftés y firmeza ma- femejantes á los doce nifiefta bien la direc» Angeles guardas del ciony enfeñanzaque Templo Cclcftial al la erigió; uno y otro veinte y uno del Apo- compendia la expli- calypfis; y fi, feguxi cacion de el Erudito Calmét,unaRofaco- Calmét al nombre de roñaba el chapitel de la primera: Deuseam ellas Columnas, pu- ftatuity Dios la hizo, dieramos decir ie fi- Dios la erigiójy quien guraba en ella la me- jor

7

jor Rofa de Lima, que meraPrcfidenta y Su-

firvió de corona á cf- periora de ella Funda-

taColumna^ incrodu- cion. La I lacina^dice

ciendolas en íu dia en Pierio, que eslame-

efta Nobiliirima Ciu- jor repreíentacion de

dad, termino de fas una columna: / ^^«- pier.Iib;

anfias. Aún regiftro quam columna quíídam, 47-<leli-

otra analógica pro- ad cujus imagínem figíi-- ^^^^^'^i'

porción, fi la paííion ramr-, la una ya os he

no me engaña. Bien dichoque fignificaba

fabeis fer principio en Dirección y Sabidu-

que eftriva la erudi- ría, prenda la mas ne-

cion cabaliftica, que ceíTaria para el buen

en la primera letra del gobierno de los Su-

nombre fe cifra y có- perioresj la otra fig-í

pendia toda la perfec- nificaba Fortaleza, y

cion que fignifica el que neceífaria á una

nombre todo. Imita- Fundadora para ven-

dor de cita Efcuela cer las dificukades i

quiero regiilrar dos O, y quantas ! O, y

Columnas, que veo á qualesl que fe opu-

ja frente de nueílra fieron á la Fudacion!

Fundación, como á la Pero vencidas todas í

frente déla fuya co- empeíios de una labia

lc<;ó Salomón las dos: dirección, de una for-

Ignacia Azlór, prime- raleza fabia, colocó

ra Madre y Fundado- Dios la Enfeñanza en

ra de efte Convento, Mcxicoi Deas eamfta-*^

Ignacia Sartolo, pri- tm.

Affi

3

i: 2 ; A íli . boíqúc jaba 2a: ; d Igna ba (a por YO la erección de ef- cierto, á que íobre te Conveiuo y Tenv ella Dios erija lu ígle- plo: Mas. en el bof~ fia: S^íper hmc petram .qiie}%.aunc]ue ;toico, ¿edi fie ahoE cele fiam med, encuentro en punto Veis va en ellas dos -u:ú.- H'ieñor delineada la Sagradas Columnas "l^V"' ^lorioía Fundacio de los eres fi<^aificados ia.CGmpaíiia de MA- de las dos de Salo- RÍA, y en pcrípecli- mon: Direftio, Sdpifn^ vaiadeb ígleíia Ca- tia^ Kobur^ FoYtitiído^ 'chüRca. Columnas las Dchs eamjiatmt; con-- mas robu ítas^ea que írontadlas, por vaef- '€itnvaba''b primid- tra^ vida, con !a prt» va,, apellida el Apoí- rnef Fun-daeien de la toL.üje'ias' gentes d Campa íiia ck: MA*- i^rincipe del Apollo- RÍA, vetéis con qua- ladoSiPedíOjy a! que- ta razón pudo fu he- rido entre los Apello- roicifiíma Fundadora les Snm Juan; C^phas gloriar fe qo^ ^SínVdL- Gúíí.i.,0*^o¿ii2nes, fdvide- bib, y decir: dtphai ^' hantüT coltim^¿^ effe Jex- O" foannes^ qui vide- tras dedemnt mihi . J ua n b-antur columna effcjcx' por fu Sabidurk y iras dedtrum rñihi\ ha- ivangelica Enieíian- liarefs, que in'decHos za^^es- el Águila^ de la y perplexos- femoíld Igle ík; Pedro en foío y Bordes^de la Heroi- .«el ' nx;)rabre--'ma-fíifieí- fi'a - que podía dar ca ia folidez y iuB\t^ d . llené "a-l "■grande

eai-

f;'.íiic_>'

cmplep (le Fundado- ra, fe manifiv-fta Sati Pedro al uno, y mof- ftrandole con ti in- 'diee la Marquefa de 'Monft rrand Juana de Ltítonac: Hanc eligit TDeuSy le diee: Efta es la que el Señor dtfti- na para tanto empe- ñoj hallareis, que ape- nas en Roma el Vica- rio de Jefa - Cliriftd formó la Bula, en que confirmaba la Reli- gión , fe aparece el Evangeíiíla San Juan á la Fundadora a dar- le en ex predas voces la feliz noticia. Ya ha dcfpachaco el Cielo tus íuplicas, gozare, que oy fe ha confir- mado en Roma la íiueva Orden de Nía. Señora, á mayor glo^ fia de Dios, obíequio de la Rey na de las^ Vírgenes, y faiud de

iwuch^afmasi dicho- fa maquina, feliz ar- quitectura, que eílri- va en tales Columnasj feliz y dichofa la Fun- dación prefentc, que llena fu explicación. Enícñanza y Sa- biduría: Direóíio, Sa^ pientiay érala Colum- tíz que fe rcgiíhaSa í la dieftrá del Tem- plo, yes por an to n o- mafia el titulo y re- nombre carad-enlhco delprefente, y el glo- riólo blafon de MA- RÍA Santillioía: Sedes fapiemU, Silla, Thro- no, ó Cathcdra de la verdadera Sabiduría, y diciendo la miíma Señora ícr fu Throno ó Cathedra una Co- lumna: Thronus meas Ecclí. in Co/«/w«¿íjquien def- ^+- *^' de ti principio de el ^* Orbe no fe véprecif- faido a reconocerla co- 3 mp

.10

ino Maeílra .de Ea- np rúenos e^íprefTo de fchanza, que firvicii- MARÍA SanciíTima dcfe de la Columna, colocada en fu Pilar, como de Cathcdra , pues dicen San Diof alumbró c6 fus luces, nifio, Beda, Sto.Tho- deílerrando las cegué- mas, y San Buenaven- dades? Embueka en tura,queell:aluzfim- fombras, cubierta de bolo de MARÍA San- obfcuridades la fabri* tiflmia^y la Sabiduría, ca del Orbe codo, era era una refplandecié- precifo fe ignotaíTe te Columna : In Ca- la perfección de fu ar^ hmnx fpeciem confor- quice^tura , propor- mataOrhifTitfulft. Y cionandcfe á la obf- para mayor propor- curidad la ignorancia, cion al aílumpto, aha- y aldefedo de luz el de Gpraelio,que efta ^ide ¿e el conocimiento. Columna de luz pri- iJ^ct* Crio Dios para def- mera, que alumbró al tietro de eíta igno- Orbe, la tranfporta- rancia la luz: Fiat lux-y ron manos Angélica^ y fi efta es el primer de Oriente á Occidé-! iimbolo, que de MA- te. No pudiera el mas ría Santiílima reco- acercado pincel dibu- riocen los Interpretes, jar con mas proprie- es tan cxpreíTo de la dad á MARli\ Santií-^ Sabiduría, que en vez ílma de el Pilar por ^ de la letra; FaCÍa efl Maeftra de la Enfe-j liba, /ííx, íee San Auguftin: í)anza, pues íorman- Gen. ad Qrcutu cjl Sdpcmia^ y. do en él fu carreja en ^^^' ¿ '/ ma-

feanos Angélicas dcft en Mexfco. es

de el üdcncc Jerufá- incento niinorar en

k n á nucíira Éípaha, nada la gloria adqui-

proíigue el circulo, rida con cancos fiido-

yiniendo á alumbrar res eit tan* eruditas

y enfeñar á nucftro Cathedras de Nueva

Oceidcnte en fu Pilar Efparia , pero me eS

por miniílerio deef- precifo el día de oy

ie Choro de Angeles, probar, que Ja mejor

que oy toma poí¿f- Efcuela de Sabiduría,

íion de efteficio* es la Enfeñanza de

es proporcio- MARÍA . Propone í

íiado el fimbolo de la vifta Origenes el

aquella primera lu¿ á Apbftol San Pablo,

MARI A Santiífima aprendiendo en la Ef-

ác la Enfeñanza en el cuela del Cielo i vifta

■pilar , agen as parece de la Divina ElTenciaj

fon aquellas primeras fegun San Auguftin,

obfcuridadesá]osre& Difcipulo de JESÚS,

planxiores, y claras lu- ya colocado a la dieC-

<:es de Ciencia y Sa- tra del Eterno Padre:

biduria, que recóno- Compara fu erudición

ceiTxOs en elle Empo- y Sabiduría eo la de S.

rioj es,fi, MARÍA Juan, Difcipulo en la

-Santiilima clara luz 'Efcuela de MARÍA: ^

J 1 1" r - r ri' Toan. 15

de la iinienanza, pero tccepUustms,pqnc^n t.zí?,

ÍUZ5 que no encuen- diiputaelexccííoenla

tra fómbras que 'def^. erudición, de que fe

terrar de ignoraRciá debe inferir las prero-

garivas'de/ la Etífe-, fianza, pero concede la prckrecia á la eru- dición de San Juan: Pablo en la flbuela del Cielo, oyó fi leCr Clones tan elevadas, Cjue nunca pudo ex- plicar: ^Audivit arcana, 2.adCo- n0n licet homini lo'

ir,^. ^^h íT^as codas ellas, dice Orígenes, no le ele vaf Olí iobf . la ef- fera y línea la hu- mana naturaleza: Scio hujujccmodi homtnem : Ivias la Erudición y Sabiduría que adqai»- rió Juan en la Eníc- ñanza de MARI A .Sfna> parece que le elevaron mas alia de Jos limites de buma- iio: Ovas eleólioniSyCX- Origen, clama Ongencs , c^ ad-Div. Magtfler genttum, m^ ítifii verha^ qua non //- xet homini loqid^ non \ err- 'gü foannés fvat bQmo^

d& ^ se ipfunty ¿jr onh nid tjt4<£ funty fuperaviu Lta Sabiduría de Pa- blo, adquirida en l^ EicueU y Ení chanza del Cielo, no le eleva fobre la esfera de h manojo la SabiduTia de Juan, adquirida en la Eícuela y Eufeiianza de MARÍA, parece lo colocó Águila caudal en la esfer,a de Divi- no, Mas clara, y mas moderada infiere la cpnfcquencia el Doc- tiflimo NovarinG:£r- Novar. goflus profuitjoanniin !^. "'Tl^' JAJKIyE Schola^ a 4,11.^14. J\/ÍAR¿IA doceri, qmm Faulo frofucrit in ca^ lum rap,

Acafo os perfua- direÍ5, prefiero la Doc^ trina ó Magiíleriode MARÍA Santiíliraa £a la tierra para con San Juan^ á U Doíftri- na

^3 jia y Magifterio de Ducam te in Domum Cant.8.

JESÚS en el Ciclo pa- Ji^atris wf^, ibi me do- ra con San Pablo. La ceíiss ven JESÚS mió, Dodrina es la mií- ven Efpoío de mi al- ma, JESÚS es Divino ma, ven a enfeñarme Maeílro; mas fi juz- tu Doótrina y Myíle- go, que al Magifterio riosi pero ven á enfe- dc JhSUS en la Ef- ñarmela en la Cafa y cuela del Cielo, le íal- Efcuela de mi Madre: fer Magiílerio en In Domu Matris mc£y la Efcuelá deMARI A. ihi me docebis; en la Ef- Una Niña de la Enfe- cuela folo de MARÍA lianza nos ha de de- quiere la amante Ni- cifrar fm dificultad el ña aprender la Doc- myfterio. Amante de trina de JESÚS. En JESÚS, y anfiofa de todas partes es celeC- fu Enlcñanza, quería tial íu Doólrina, divi- aprender de fu boca no fu Magifterio : la Dodrina caraóle- Mas no fe cjue tiene riftica defu Magiíle- laEfcueladeMARlA, rio. Pero en queEf* que íolo en ella fe ha- cuela? En la del Cié- ce apreciable á la Ni- lo ? No parece que ña fu Magifterio.Que anhela á eílo por lo Efcuela e^ efta, yo os prefente. En la tier- la pudiera moítrar en ra quiere 5 fu Enfe- la prefente, mas quie- ñanza pretende. Pero ro que la oigáis del ha de fer folo en la Grande Alapide, ci- , Efcuela d^ MARÍA: tandoá Honorio: Do-

ntHm

14

mumMatús dccipitRe- de donde timo apre-

ligionem^ vel Monafle- ció de fu Dodrina ,

num: Cbriflum quafi per QKando no has efcií-

manum afprehendtty (y diado fus Lcccionesí

in Domum Matris fuos Si folo animan el co-

inducit^ dum opera íona razón tus defeos d&

in Claiijlrum Domnm llevar á JESÚS ala Ef-

Congregúúonis ^ ^ in cuela de MARÍA, pa-

intelleBum reguUcUu- ra aue allí ceenfeñeí

Jiralisfuíe nutrias^ dum Ducam te in Domum

eam intclligere docet, ihi Matris meay ihi me do-

in clatiflro doce tur, Eíta cehis^ de donde tanca

Efcucla de la Madre, eíHmadc íuEnfefian-

iJice Cornelio, donde 2a,aun no encendida?

quiere aprender la Ni- Es verdad, que no fa-

ña la Doólrina de jE- bia la Niña las leccio-

SUS, es una Cafa Ke- nes, que le avia de dar

ligiofa, es un Monaf- fu Maeftro J E S U Sj

terio, en donde en- masyk las apreciaba,

cerrada la Niña en los y las defcaba anfiofa.

Clauftros, quiere en- Y cierto , que para

tender las Reglas de apreciar fu Dodrina

•fu Madre . Dexo a le bailaba a la Niña

vucílra inceligécia la faber, q la aviaapren-

apUcacion á las Cafas dido el Niño en la Ef-

Rcligiofas déla Ef- cuela de MARÍA. Li-

cuela y Enfcñanza de teral parece el texto,

MARIAi Y dime^Ni- a uiique difícil la inte-

aa amante de ] ESUS, ligencia. Dice el E va-

-•i- ge-

^5

gelifta San Lucas, que fe^us ipfe e/? , cxpli-

obcdienteelNiñojE- Theophilaco, pero

SUS Maertro de efta gloria es grande de la

Niña de la Enfeñan- Efcuela de MARÍA,

za á fus Padres:£í erat glpriofo crédito de fu

fubditHs illisy iba ade- Énfehanza , el que

lantando en aquella las demoílraciones de

Efcuela en Sabiau^ía; nueva Sabiduría , fe

^^^^^' Projícielpat Sapientia . juzguen mayor cien-

^z!^ Válgame Dios, y lo cia de JESOS, y fe

que hace la Dirección atribuyan á la fabia

y Enfeíianza de MA- dirección, á la dieftra

ría, que parece que Enfefianza de MA-

el Verbo Divino Sa- K\h: Suhdims iHis^froz

picncia increada tie- ficiehat fafienúa.

lie que aprender, y No le, fi querrá

aprende en fu Efcue- vueílra delicada criti^

la. Bien fe, que no ca admitir proporción

pudo crecer en modo alguna de la Enfcñan-

alguno, ni aumentar- za de MARÍA Sancif-

íe la Sabiduría del Ni- fima á las de las Reli-

fioj pudo fi darfe mas gioías de fu Compa-

á conocer en demol- íiia? Bien que procu-

traciones de mayor ran con tal cimero fu

luílre, y mas expíen- imitación en el minif-

dor álos ojos, juzgo- terio, q han logrado

fe aumento lo que era en los Rey nos de Fra-

manifvft ación : Emi- cia el gloriofo carac- cmofapicntU ejas fro-.^ teriftico titulo de Hi*

' , jas

t6

jas de MARÍA? Bíeii queNobiliflimas Ciu-» dades de Europa ad^ friiran delputí» de fus Fundaciones el fruto, que no aprcciarou an- tes de conocido? Mu- geres ion, me diréis, a quien inhibió S, Pa- blo el minifterip de la r.adTi- £nfeñanza: Mulierim áocere non permuto; por^ que una vez explica San A nafta fio, qiie fe incrpduxo Matftra á- erícñar la que er^ Madre de todos, dio al trafte con todo , aunque exccj ta MA- RÍA Santiflíma, fué la mas doda del íexo: M^lier femel docuity cmnia Jubvertit-^ y da- do que en elte Paray- fo no encuentre lu- gar á fu aftuta intro- ducción y fo filmas la infernal Serpiéte, ha- Haremos, mc diréis^

en^ííe ReligiofoCo* ro una Santa Pauta, una Santa EullochiOj^ Madre ¿Hija tan eru- dita3 en las Sagradas? Letras^ que prccifa- ban á un continuo eC- tudio al Máximo Dr, déla Iglcfia, para dap \^\^^ íolucion a fus dificul- tad es?Encontrarcmos una Macrina, herma- na del Gran Bafilio, que aprendidos defde niftacon inteligencia los Pfalmos de David, los Libros de Salo- món , le ferviaa de cánticos para luavi* zar lo iníipido de el trabajo con fu har- monía? Donde halla- remos ujia Amaleíun- ta. Madre de el Rey Alarico^ que de difi- cultades Theologicas difputaba en muchas- lenguas con los ma$ Literateóse de 1 u figlo? Xq

Yo por ahora prcf- $i es h ceguedad el ciiido de efto, mas fi m3$ expreílivo Tim- ,9S aílcguro, hallarei$ bplo de la ignorancia; Ja enfcñanza de lo dos ciegos encuen- que fe debe faber; y tro, que (ano Chrifto aprendida la ignoran- en el Evangelio del cía de lo que fe debe dia, uno anees deen- ignorar. En dos cp- trar en la Ciudad, y fas coníiílía la Sabi- otro dentro de Jeri- duria de S. Pablo: En cój uno en el camino, faberdeChriftoj y en y elle era ciego que ignorar lo que no era no veia; otro en Jeri- Chrifto; Non judicavi có, y era ciego que me dliquid fcire , nifi tenia buena vifta: ¿d" fefum-ChriJIum , Doy chíCns in J^comorOyCcCCíis en hora buena el que /"« via, dice el Señor S. ^ueílras hijas fabeh la Ambrofio, ambos era Dcólrina de Chriftoj ciegos, el pobre en el mas no me negaréis, camino, y Zaqueo en que faben de Baylc, la Ciudad ; el pobre que faben de Come- por no tener vifta, Za- dia^que faben de :: de quéo porque aunque lo que no.debianfa- tenia vifta,no veía co- ber:Aprenderan pues, moeftaba obligado a en la Efcucla de MA- ver. A proporción de RIA,loque4ebenfa- ciegos y ceguedades ber, que es Chrift(i, y andan en el mundo aprenderán á ignorar los ignorantes, y las. lo que faben,.y no de- ignorancias; unos fon bian íaber. Q ig-

Ji8

ignorantes , " porque diverfa fué la arqui^ no fabcDi y otros fon tc¿^ura y fabrica de ignorantes y porque eftos dos Templos i íaben lo que no de- La Cafa fe erigió en bian faber. La cura- Templo material, po- ción de eftas dos ef- niendo y añadiendo pecies de ceguedad é materiales^comoento ignorancia, la encon- das las demás fabricas^ tramos bajo de otros Zaqueo fe cóvirtió en términos en elEvan- Templo,quitandoma gelio de la Fiefta. Dos clios de los materia- Templos, y dos Igle- les: Dimiáium honor um fias nos dice el Evan- meorum do pauperibuSi gelio que hizo Chrif- c^/¡ quid ¿tliquem ¿f- to en Jericó, uno ma- fraudavi, reddo quadru* terial, que era la Cafa flidm-, aíll Zaqueo y fu de Zaqueo: In Domo Cafa fe hicieron Tem- tua oportet me manere-y píos de la Sabiduría otro efpiritual, que encarnada-, uno qui- era Zaqueo mifmo, tando, y otro ponicn- que convertido á ]E- do;y afli en las Efcue- SUS, y arrepentido de las de MARÍA fe ha- fus paíTadüs exceíTos, ran vueftras hijas fa- fe hizo Templo vivo bias y Templos de Je- I ad Co- ^^ Dios: Hodie huic do- fu-Chrilto, unas reci- rinch.6. mui Jalus faÓla ej¡ , hiendo la enfeiianza ^* ^^' memhra vejira templum de lo que no faben, y funt Spiritus Jancli^ qui otras de>:ando de fa- in voíis ejl» Mas que bei lo queyafabian.

19

Que es lo que faben y fuerza del dolor, el debían ignorar, vofo- Sol fe eclypfa, la Lu- tros lo labeisi que es na por fencimiento fe loqueignoranjy aqui obícurece,las Piedras fe les cnfeiiara, yo os de aflicción fe parten^ lo diré deípucs. todo el Orbe fe turba. Valor y fortaleza y en tanto cataftro- cra el nombre de la phe, folo eíla Señora fegunda Columna; y efta confian ce. Con para expreílion de ia lolo decir, que eftaba fortaleza y conftancia en pie, explicó con de MARÍA Santifli- energia y emphafi¿ ma, bolved los ojos al fobcrano el Evange- Paray fo, y la veréis ef- lifta la admirable for- trellar la cabeza de la taleza de eífa Señora: mas venenofa Ser- StabdtjííxtaCrMcemíe-J^^^-^9' Gen píente: Ipja conteret ca- fu Matet ejus^ Colum- * ^ y. 15. put tuum. Regiftradla na firmiílima puefta en el Calvario, qué en pie; que para que mar de tormentos, q no fe juzgue en mi golfo de dolores, qué arbitraria la explica- defecha borrafca de cion, en términos ex- fcncimientosnocon- prelTos nos la dio Al-- traftaron el aliento de berto el Grande: Sta-^ eíla Soberana Señora hat juxta Crucem fefa al pie de la Cruz, en Mater ejus injtar co^ i que derramó nucftro lumn,t, Bafta vueftra -•■ amante Redemptorá fe, y efta corta expli- mares fu Sangre? A cacion para el conoci-

C 1 mien-

miento de mayor folo hablaba para etir fortaleza de efía So- feriar ; Jd hoc tantum berana Señora. Regif- loauens os afermtyUtfa" tremosahora ladeius fienúam doceret. Vea- Hijas, y firvanos de mos pues, que feíias guia el mas fabio de nos da Salomón para los, hombres Salomó, que encontremos e

que fiendo el mas eru- Muger fuerte de la

dito en prafticas y ef- Eníerianza: Procul, (g^

peculativas ciencias , de ulúmis finíbus^ es

fe fatigaba en bufcar neceíTario, dice Salo-

iinaMugerá todas lu- mon , caminar para

^ ees fuerte: Mulierem encontrarla hafta los

Prover. ^ . . ... . , .

}i,i,iQ^prtem qms mvemet f ultmios termmos del Donde encontrare- Orbe, y fiendo el pri- mos una Muger varo- mcr meridiano de ril y fuerte? No íé yo, aquel Rey fabio Jeru- íi es paíTion el difcur- falen, viene á fer el rir, que bufca Salo- ultimo nueftra Nue- mon unaReligioíade va Efpaña: In ultimis la Enfeñanza, pues al térra finihus efl inqui* defcribir los dotes, rí-W^í, explica Corne- que han de perfeccio- lio, indeque arcefcenda^ car efta Muger varo- O" evocanda, bufcadla, nil, pone por contra- dice, en los últimos ibid. t. ^^^^> f^^ u"^ Muger términos de la tierra, 16. que enferiaba.'Oí/i^«w y no os contentéis c6 aperiút fdfientU y eílo hallarla, tranfportad- es, explica Beda, que la, trahedla á nuef-

tra§

n

tras regiones. De tan- África, y Europa, y to precio juzgo Salo- todas íus riquezas las monefta feliz Mu ger, juzga Salomón coreo Gue tuvo por efcafo precio para Muger todas las riquezas del tanta, faltaban fin mundo entonces co- duda los theforos de nocido: Deultimisfi^ nueftra America. nihus fretium eJHs , cílo Reconocida ya

es, fegun la explica- por eftas feñas el pre-* cion de Cornelio, que ció y Patria de la Mu- quantas riquezas avia get fuerte, que bufca en el Orbe entonces Salomón, veamos co- defcubierto, noigua- mo defcribe fu forta- laban el precio y pre- leza. Apenas parece ciofidad de aquella encuentra fu Sabidu- rara Muger , nacida ría términos fuficien- en tantas diñancias: temente expreífjvos Pretium multeris fortis para explicarla: ^f««- ibid. t. adéo magnum^ charum, xit forútudine Imnhos ^^' ^ rarum efi, ut de tilti" fuos^ íe ciñó y viftió mis térra finibus peten- con un cingulo de va- dum fit^nihil enim quan- lor, guarneció y for- tumvis pretiofum, in ter- taleció de robuftez el ranofira efli quodpretiu brazo: Roboravit bra^ mulieris fortis addíquet, chium [uHm\ aplicó la Ya en tiempo de Salo- mano a emprcflas fo- mon, fe hallaban re- lo proprias del valor: conocidas las tres par- Manum fuam mijit ad ibid. t; tes del ütbe, Aífia, /om¿í, un vellido talar ^o-

de

de fortaleza y valora poíier a la vífta una

^ri .d único adorno Mugcrjqtie nacida en

que la hermoíeaba : las regiones mas dif-

Ibid. f. Fomtudo cr decor indu» ranees , deiamparaa-'

mentumejui\ y juzgan- do fu Patria, y la Cafo

do coreas expreílio- de fus Padres, avia'

nes eñas para explicar furcado dilatados gol-

valentía de aquella fos, y arrollrando ca

intrépida Muger, nos los mares las tempef-^

dice, qtjé -era: enfus cades, avia a tropelía-^

empreilas robufta Na- do quantos peligros

ve,. á quien ni lo pe- traen crabajofos via-

fado de la carga, ni ges de tierra en pere-

lo encontrado de los grinas regiones, por

vientos, ni lo turbado abandonar el mundoj

de las olas, impedian pero en xerminos cla^

traer de diñantes tier- ros nos explica la

.;; ras el alimento á los varonil robuílez de

Ibid.jí^. Puertos: frfíí^íf/?^»^- aquella grande Mu-

^^* fi Navis infiitoris , de ger en los empleos de

longe ponans panem las Religiofas de la

funm. Enfeñanza, dice, que

;Al oír expreíCo- bufeo lana y lino :

lies, tan., enérgicas de Qua/tvit Imam e^r li-'íhii. f¿^

^alor y fortaleza, juz* num , que tomaba la ^^'

gaba yo, que al' liif- rueca é hilaban Digiti ibid. ir,

toriar el Sabio las he- ejíis app-rehenderum fu- i5>-

roicidades de eiía grá /«w¿, que bordaba por

Muger^ avia de pro- íus maao¿ ; «S^m^í^/^- ^^/

^ ^'3

tdfn vefiem fecit^ que lar Señoras, liilar^ que

cosía Cabanas, y texia eíTo es lo que aplaude Ibid. i5^. cingulos: Sindcnemfe^ Salomón por la ma- ^^' citi O* cingulum tradi^^ yor fortaleza, eíTo es ¿^.urn ¿íí, que á la labor de el empleo que en gran fus manos eftaban los parte del dia ocupal;)a de fu cafa abundan- á MARÍA Santiflima, temente veftidosiOw- fegun dice San Ber- Ibid. ir- ^^^ domeflici ejus vefliti nardo ; Mane ad ter- ai. funt duflicihus ^ una tiamorationi vacahat^a Muger tan economi- tenia ufque ad nonam ca, que para el ali- nebat^ y eíToesloque ^,f . meneo de fu familia, fe debe alabar en las V compro un campo; Señoras mu geres. So- Ibid. t. Conjideravit agrum^ ^ bre todas fus hijas ef- '^' ewií f/^w, y conel útil pirituales alababa el de fu trabajo plantó íublimado efpiritu de Ibid. una viña; De fruñu San Phclipe Neri ala manuumjuarumplanta" nobilillnna Matrona yit vineam: Y íi á cfto Romana Doña Mar- añadis, que á demás tha de Efpoleto, tare- de hacer cníeñó: Os pctidas, tan frequen- fmm aferuit fapiemia, tes, y de tanto apre- , ut doceret ; ya tenéis ció eran las expreílio- la Muger fuerte en ncs, q<ie excito la cu- las Madres de la En- riofidad de algunas á feñanza^ y fi alguna preguntarle el moti- quiere fer alabada de vo de tan excracrdi- Salomon por tal, hi- narias alabanzas^, fa-

2.4

tisfizo el Santo !a'cu- pbfa de Ifaac, ybaja-

riofidad con una reí- ba á la fuente con fti

pucíla digna deunS. cántaro para tra|r

in Vita phclipe Neri. La ala- agua para los minir--

F«3-c.5>. to trias i:}ue a todas, tcriosdefn cafa: D^/^ Gen.i4¿

porque íabe hilar, y cenderat autem ad fon^

labe hacer hilar en fu tem, (^ impleverat Hy

cafa, dviam^ ^ reverteíatur,

Dixe Mugeres, y No era inferior en

dixeSehoras,para que nobleza y riquezas.

fe entienda, que no Raquel, y era Paílo-

defdice de lo Señora reía del ganado de fu

el aplicar la mano á VsLáxcGregemipfapaf' Gen. ^|,

femejantes obras. No- f^¿¿?í. Y hesderuaha- ^•9*.

biliflima Señora era do pedir á nobles Se-

Sara, digna Efpofa de ñoras de nueftros tié-

Abrahan, en cuya ca- pos la aplicación a ef-

fa fe contaban no me- tos minifterios, no fe-

nos que trefcientos ra ageno el que fe

diez y ocho criados, empleen en aquellas

-y la veréis en la Ef- acciones, que preten-

criptura, aplicada al día en fus hijas la

trabajo, aún de la co- Grande y Venerable

Gen. c. 2Ína: Accelerd tria fa- Juana de LeítonaCj

1 8.^.6. ta JimiU commifce, & empleos por losqua-

fac fuhdnerícios panes, ks logró de la Silla

Opulenta en rique- ApoíloÜca, por boca

zas, fmgular en no- de Paulo V. los glo-

bleza era Rebeca, Ef- riofos renombres de

De-

Dcbora, Jae!, y Ju- to odio ayan pcríe- <lith de la Milirante guidclos Hcrcgcs, ya Iglcíia; empleos en impidiendo fus Fun- fin, á que bajando de daciones, ya abrafan- los primeros eftrados do en llamas los Coa- ^le Francia y Efpaña, ventos fundados^ ca- lían aplicado las ma- da Fundación ha fido nos y el corazón mu- una Conquifta, y ca- lchas nobiliflimas Se- da Con quilla deipu es ñoras en las ClaíTes de de mucho padecer , la Enfeñanza, inftru- pero con que yaloc!» yendo á las Ninas de con q varonil conf- todas Claflcsé Y con tanciaí te acuer* .quanto fruto de hs das, Sagrado Choro d/2 Ciudades, que gozan Virgenes, de las glo- fus Fundaciones! riofas Fundadoras de Y íi acafo quifie- Agen, q aífaltadas ea íeis ver en eftas Reli- fu Barco de una Vanda giofas otras acciones -de Fiugonotes, carga- lieroicas , índices de -dos de armas, enca- mas efplc.ndor en la radas las efcopetas , Fortaleza cara^lerifti- quandolas aconfcja- cadeHeroínasyAma- ban los Pafageros fe zonas gloriofas de la ^uitaílcn el Habito, y .lglefia,yo os las pudie íe disfraz aííen por fcr la referir. No encon- Religiofas de la Com- ttrareis en lasHiítorias pariia de MARÍA tan Eclefiaílicas Religio- odiadas y perfcguidas ias,á quienes con tan- délos Hereges. Eífc

D no^

2.6

no^rcfpoíiikro aque- dcftrozaJo por precír lias valcrofas Hcroi- pitado un Cochc^pro- nasjüo cñimamos tan ximo ya alprecipicio poco !as Divifas de Ef- el otro, caminabais a pofas de] Esüs^y Hijas pie, tan fereno el ani- de María, q por con- mo, tan rifucno el fervar nueftras vidas femblantCjComo fios queramos ocultar cfte divirtierais en aine^ gloriofacaradler/con nos Jardines. Yo me él nos han de ver los acuerdo de aquellas enemigos de la Fe y noches, en que pro- la Religión, y íi ha de ximos ya a vueftra facrificarnos fu facri- Nave los Piratas, tur- iego furor, hemos de bada la tripulación, prefentarnos al facri- quando todos corriaá ficio con la Divifa de confufos á la preven - Efpofas de Jefu-Chrif- ctoii de las armas, pa- to. Mas no, no necef- ra una fangrienta de- bito regiítrar vueñras fenfa, manteníais en Hiítorias pata tener vueíira cámara la miC- ^muchos exéplares ác ma quietud y foíliega fingular fortaleza j yo que en el mas retiró- me acuerdo muy bien do Convento. Eftoy de aquella, con que mas padecillcis poc en tenebrofas noches, fervir á México, perdido el camino en- De tanra Sabidu- •tre los rigores del In- ría y Fortaleza íi.m- ^\ierno, los embarazos pre caractcriílica en ^ue caufan la& lluvias^ la Enfcnanza de MA- ^^- RÍA,

^7

ría, parece confe- cfpcranzas, haftaque qucncia nacüiraldic- me alcnrabü una voz gro ttliz ac la Funda- de Mugcrcs fuerces^ cioiij pero fe opone el que me dccian; Según fjgnifirado de aquella la prudencia humana primer Colú na: Dens tiene V. IL tazón, pe- eamjiatuit, como que ro ella es cauía de folo Dios pudo levan- Dios, que fe ha de tar aquel Templo con gobernar por princi- tanca Dirección, can pios y diólamenes fu* dieílra Enfeíianza, y periores á la pruden- tan robufta Fórrale- ciz humana^ la Pun- za* Y quanto me ale- dación fe hará, y con grara me fuera licita felicidad, ya lo veos una pachetica defcrip D^us eamftamit^ y de cion de las dificulta- nada me arrepiento, des, opoficiones, tra- Toda la gloria en bajos, que ha fido nc- la Fabrica de aquel ceífario fuperar y ven- Magnifico Tem,plo, la cer haíla lograr eíta atribuye á Dios en el Fundación en el efta- Epigraphe de la Co- do prefcntel Enccn- lumna Salomón; pero ees fi, que os vierais fm olvidarfe de fus convencidos á decir: defvelos y expenfas Deus eam fiamit i y para fu perfección : qii a n t a s veces fla - ^dificans adificavt Do- ^^^ ^ qucaba ya mi cora- mum in hal^itacUlíim s. f'^i^. zon, faltaba el alien- tunm. Toda la gloria to, y íozobraban mis en la conftruccion de

D t efte

i8

eíieConvéto y Tcm- ejfís Emmantdd . Ma-

ploy la acribuimos á nucí h¿v fido el Salo

Dios: DeHsJlattii tyVirds won opulentOyCl Sa*

aunque nos finjamos lomon labio, gue ha

olvidados del único, o vencido las iníupera-

principaliffimo Sabio bles dificulcades, que

y liberal Salomón, de ha contraftado- inven-

que fe ha valido el Se- cibles obílaculos á la

ñor,, no fe olvida fu erección de eíle Tem--

Apoce. Magcftad: Qm viceñt^- pío, á la perfección de

^ ^^' faciam ilíum Columnam efte Convento. Erija-

inTemplo: Una triun- le pues, una Colum-

fal Columna, dice el na triunfa^ pongafe

Señor j le erigiré en el en ella el nombre de

Templo al Vencedor Manuel falca de co*

de las dificultades. Y lores dará fangre

para que no dudemos corazón ) pues ha fa-

á quien fe le debe la bido vencer, lo que

vidoria, dice el mif- quizas no podemos-

mo Señor, que efcul- difcurrir. pira en la Columna Señor, íi porque'

triunfal fu nombre vence dificultades, le

nncwo: fcriiam fíf' aveis de erigir una

fer eum mmm rntum m- triunfal Columna ca

Víim, El antiguo nom- el nombre de Ma-

bre de Dios^ era Jeo- nuel, qué haréis para

vah, el nuevo, nos di- perpetuar fu nombre,

ce líalas, que es Ma^ pues ha vencido im-

ifaiasy. Hucl; f^ocaHtHmomcn poflibks? Yquéim-,

i9 poíTibles? Los que nofs tos fon los que ven- dice el Evangelio: Di- ció Zaqueo^ erigien- midwm honorum meo- do fu Cafa tn Ttm« rumdopaHperihuSyí^ fi pío; (la duda que Za- ^uíd aliejucm defrauda- quéo^ aunque toda- W, redda quadruplum. via noera Obiipo, lo- Señor, dice Zaqueo, graba los doc^^s de lo defde luego doy la que avia de fer, pues mitad de mis bienes daba canco mas de lo á los pobres, y pago que cenia> y eftos ion quatro por uno á los los impoífiblcs vcnci- que he defraudado en dos por el llimó. Ma- algo. El Señor S. Am- uuel,á quien fe le de- broíio es de fencir, be le van car la Col u na- que todas las rique- na en el Templo, los zas de Zaqueo, eran tiépos mas efcalos, las ganadas por fraudes: neceíTidades focorri-

Thom ' éi^^ ^^^"^ ^^ P ^^fp^' ^^s ^^ mayor nume-

inCac. ntyquando ifle perventt ro, las rencas mas ex-

ad grariam^ cui cenfus tenuadas, q en qual-

ex fraude-^ pues fi co- quiera ocro tiempo;

das las riquezas de Za- mas con todo eíTo, a

quéo fon agcnas, co- mas de dar la micad

mo á demás de dar la de los bienes a los po-

micad de lo que tiene bres, da quatro tan-

á los pobres,paga qua- tos mas de lo que tie-

tro tantos mas de lo ne al culto Divino ^

que es ageno? Eftos da en fin, feis veces

fon impoíribks, y ef- mas de lo que recibe

5 1 eji

tn rentas* O, y que Aüguítioj qno aquc- debida es la Columna lia Columna que a n* en que brille el nom- tes avia férvido vaga bre de Manucll de Maeílra y Diredo- Gozaos pues ya, ra, que cníeñaba en dichofas Hijas deMA- fu nación el camino, RÍA Sanciflima, pues fe coloco en el Tem- gozáis el termino de pío : Nempe Columna xirín. vueftros defeos, el ob- nuhisy cjuét antea fuper ^xoduí, jeco de vueílras an- parvo tabernáculo extra íias y fatigas, y veis cafira conftiterat. Ya erigida en triunfo la gracias á Dios, que Columna, que os fir- aquella Columna,que vio de guia en vuef- fiemprc llevó ala vifta tras peregrinaciones, vueítra Fundadora en No le aquietaba el fus viagcs, defde la corazón de los Ifcae- Nueva Vizcaya hafta litas, aun viendo ya la Europa, y defde fus concluido aquel Tem- Playas haíla el Con- pío, marabilla de el vétodeTudela;aque- mundo , y continua lia mifma Columna, fatiga de fus defeos, que os firvio de guia* halla que vieron en y fe miró como Pa- cí aquella Columna, trocinio defde Tude- que ) les avia férvido la halla México, fe de guia en fus traba- halla ya dominando joíos viagcs ; Nehula elle Templo, Uenan- j.Rcr^* implevít Domum Domi' áo con fu prefencia *^* '°* m, efto es, explica San de gloria , y aíTegu-

ran-

rando las cfpcranzas de la firmeza. Efcul- pid en ella el nuevo nombre de Dios Ma- jnuelj clamad al Cielo con aquellos afeólos y cxpreflíones, que oy nos enfeha la Iglefia: O Emmanuel, Rex¡^ Le^ifer nofler^exfeBatio gentium^ Cr fuhatio eO'

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rum y cumplid fcrVo' rofas con Vücllro San- co Infticuto, para que no cotentas con vueC- tra fola perfección, lo- gréis introducir con vueftra enfeñáza mu- chas de vueftro fexo en el Templo de la Gloria: Quam mihig 0* voíis^ 0*c^

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