M 1) £ HARVARD UNIVERSITY. »Íte LIBRARY OF THE MUSEUM OF COMPARATIVE ZOOLOGY. CUsaJ t, irp REVISTA / i,(j^r iii'.i. APR "^ \m • MUSEO DE LA PLATA i'ii:ijii)A i-()H P K ^\ N C I S C O 1 ^ MORENO I iiinln.lor V ríivclor del Musen T O Iwí: O III REVISTA DEL MUSEO DE LA PLATA DIKIJIDA rOli K R A. X C I S C O P. Al O R E X O Fuudailor V Director del Musco T O 3VL O III LA PLATA TALLERES DE PUBLICACIONES DEL MUSEO I 5 9 2 ■^ <^ V \ LA SIERRA DE LA VENTANA (PROVINCIA DE BUENOS AIRES) .A.FXJ:!>TTES X'PtELIls/EinsrA.IiES RODOLFO HAUTHAL Encargado de la Sección Geolúgica y MÍDeralógica del Museo do La Plata Acabo de hacer uaa rápida escui'sion á las Sierras situadas ai Sud de la Provincia de Buenos Aires, conocidas generalmente con el nombre de Sierras de la Ventana, del Chaco, de Cura- rnaJal, de las Tunas y de Pillahuincó, con el objeto de estudiarlas y hacer una colección petroiii'áfica que hace falta en la sec- ción confiada á mi caruo en este Mu.~.eo y la que debe con- tener la historia geológica y mineralógica del suelo argentino. bastas montañas han sido visitadas ya por varios viajeros y naturalistas. El primero que dio algunas noticias geográficas fué el oficial de ingenieros D. José María de los Reyes, que las visitó durante la « Espedicion á la Sierra de la Ventana», al mando del Coronel Pedro Andrés García. (1). Carlos Darwin, duiMute su viaje por tiori'a desde el Rio Negro hasta Buenos Aires, se detuvo allí algunos días y son exactas las breves noticias que contiene su diario de viaje sobre la Sierra de la Ventana y la de Quetru-geyu, que probablemente es la de Pillahuincó. (2). El iiMa[)a Geológico y Topográfico de los alrededores de Bahía Blanca», puLilicado por Augusto Bravard en 1857, con- tiene una parte de la Sierra de la A'entana, pero no entra en ningún detalle. com[)rendiendo todas las rocas bajo la denomi- nación de Rocas Mctamórficas. Sun exactos é interesantes los datos (|ue da Duoring en el In- forme oficial de la Comisión Científica, agregada al Estado Mayor de la Espedicion al Rio Negro en 1879 (3), sobre la geología y petrografía de la rejion que visitó, es decir la estremidad Oeste [l] Peili'.i Ang-elis. Colección de ilocumeiitoís sobre el Rio de la Plata, tomo \. í'^i Gcolor/ical Obsí'rcations 2° edit. 1876, p. 434, Naturalist's voyage etc. 2» edit. 1870, p. 107. (oi Buenos .\ires, 18t!l. fie la Sierra de Curaioalnl y las jiequeñas jirolongacioncs del Oeste de la Sierra de la ^'entana. El Dr. Eduardo Holmhorg que realizó en 1883 una escursion ú la Sierra de Curamalal, di'i también muchas observaciones exactas. (1 ). El Dr. Eduardo Aguiri'e ha imblicado últimamente un inte- resante opúsculo sobre la Sien-a de la \"entana, (2) que contiene una buena cosecha de datos de valor para el conocimiento de estas montañas. Es una lástima que los señores Heusser y Claraz, (3) au- tores del trabajo mas importante que conocemos sobre la geo- logía de la Provincia de Buenos Aires, no pudieran visitar esas montañas, ocupadas, en la época en que escribieron, por las tri- bus salvajes, los que debieron contentarse con medir trigonomé- tricamentesu mayor altura á la qucasignan de li60á 1170 metros. He dispuesto de poco tiempo para esta ])rimera escursion, que solo tenía por objeto un reconocimiento general, y he de volver en breve á aquellas montañas para continuar el trabajo (]ue he emprendido sobre rejion tan interesante del territorio argentino, la que ha aido muy poco estudiada aún, bajo el punto de vista de mis estudios favoritos. Sin enabargo, considero que las observaciones que he hecho, pueden ser de alguna utilidad desde ya á los que investigan la geología Sud-Americana y doy aqui una rápida reseña de ellas, ¡¡rometiéndome tratar, con mas detenimiento y mayores detalles, la «Orografía y Geología de las Sierras de la Provincia de Buenos Aires», á medida que ade- lanten mis investigaciones. La Provincia de Buenos Aires tiene dos sistemas de mon- tañas los que bien puede ser cjue una vez bien estudiados formen uno solo: el llamado comunmente Sierra del Tandil, Azul, etc., que arranca del Atlántico y se pierde liajo la Pampa, al Oeste de la laguna Blanca Grande, y el de las Sierras de la \'entana y demás, nomljradas mas ai'i-iiía, objeto de estos apuntes. Este último sistema mide mas ó menos cien kilómetros de largo por cerca de cincuenta de ancho, y i'i él pertenecen (omo hemos dicho, las sierras de la \'onlana. del Chaco, de Cura- mahd. do las Tunas y de Pilhduiiiicó, las (|ue constituyen jior su oríííon v la constitución v uniformidml do sus materiales, el (1) La Sierra ile Curamalal. Buenos Aires, 1884. (2) Anale.s de la Suciedad Cient'iñca Ari;eiitiiia, tomo XXXII, p. 20. Biieiiíis Aires, 1891. (3) Kssais pour servir :'; uno descr¡iitioii [iliysiijue ct géoynostiíjue de la I'ro- vincc arffentine de Buenos .\ires. 18C6. i'esto de un antiquísimo sistema de montañas, cuya edad es indis- cutil)lemente mucho mayor que la de la Cordillei'a de los Andes. El ensayar la ivconstruccion lii|iotótica de estas viejísimas montañas, tan desliedlas por la acción de los elementos físicos durante su larga existencia, elementos qué apenas han dejado subsistentes pedazos del gran maciso primitivo, y el restablecer idealmente la grandiosa fisonomía de esta parte del Continente Americano, es un jiroblema tan difícil como interesante y cuya solución respondería ú muchas preguntas que hace la geología histórica pero que (juedarán sin contestación si no se practican serias investigaciones en lo (juc queda del remoto pasado. No tenemos la ])retension de contestar á todo lo que se desea saber sobre el origen, desarrollo y casi desaparición de las montañas del Sud de esta Provincia; nos contentamos hoy con contribuir en la medida de nuesti-as fuerzas á dar alguna luz sobre sus restos (jue estamos estudiando. EiScala i:5ooooí> MI pequeño croquis geográfico que acompaña estos apuntes ( tig. 1) comprende solamente la Sierra de la ^'entana, la parte Oeste pSSSS *K?^ o do lo de las Tunas y parte del Oeste de la de Pillahuincú, que son los pun- tos que hemos examinado y sirve solo l>ai'o indicar con mayor claridad la es- tension y la profusión de los elemen- tos generales, en la constitución de la montaña. En el perfil, (fig. 2) se puede ver que todas las rocas son sedimentarias, que en su oi-ígen fueron depositadas \u¡vi- zontalmente, y que aliora, dislocadas y presionadas, jiresentan una inclina- ción en sus estratos al Sud-Oeste y de 4(1" hasta 70". La dirección de las caicas sigue un rnmlxi N. 50 Oeste mag. y no es ]>aralela á la do la cadena, ha- l.)iendo entre ésta y la dirección do las ;s capas, una diferencia de 20". ;^ La parte mas antigua de estas mon- •" tañas es un conglomerado (¡ue ost,-i '■ • indicado en el cri'xpiis con el número !_• i, el que constituyo el estremo ()este |-| do la Sierra de Pillahuincó y el de las ■^ Tunas, y la margen dei'echa del Sauce II Grande, en su rojion Oeste, hasta 5 n O kilómetros h.ácia la Sierra de la A'ontana. Ll coloi' de este conglome- rado, es en general negrusco-azulojo y su cemento es süiciuso y á menudn arcilloso. Los fragmentos (|uo lo com- ponen son principalmente de cuai-cila. Su tamaño varía entre el de una ave- llana y el de una alberja. Solo mas al Lsto se encuentran fragmentos do una i'oca cristalina, (pii/.á idéntica con el gnoiss encontrado por Darwin al Lste de la Sior-ra de Pillahuincú. ( I ). No he podido visitai' aiin esa [larte do la Sierra do Pillahuinc('i. \" poi' lo tanto, no }iuedo precisar la situación relativa entre el gneiss v el conglo- i-ig. (1) Dni-win Gcol. obsoi'v. 2" c. [kí.í:-. 434. merado. Según los hechos ohservados hasta ahora: aglome- ración y aumento de volumen de los fragmentos de cuarcita \ aparición de fragmentos cristalinos hacia el E., se puede dedu- cir con bastante seguridad que el conglomerado reposa inme- diatamente sobre el gneiss. Kn este conglomerado hay liancos de cuarcita mas ó menos estensos, lenticulares y en foi'ma de cuñas, paralelos al con- glomerado. Estas cuarcitas son compactas, de color amarillo sucio, gris, inclinándose á veces á verdoso, pero nunca blancas ni rojas como en la Sierra de la Ventana. Estas cuarcitas pa- recen ser, á primera vista, contemporáneas del conglomerados, pero bien pudiera suceder cjue fueran mas antiguas, y que for- maron pliegues sobre los que se depositó el conglomerado. Como ya lo hemos dicho, los fragmentos de cuarcita son menos abundantes al O. y mas pequeños, disminuyendo su ta- maño hasta convertirse la roca en una arenisca esquistosa (N" 2 del plano). Estos fragmentos ó granos miden, en la arenis- ca, de 2 hasta 3 mm. de diámetro, y son todos del mismo la- maño. Su color es gris, manchado de blanco brillante por la moscovita que contiene en aliundancia. La moscovita abunda aún mas hacia el O., donde en partes esa arenisca es un poco pizarrosa. Conviene mencionar aquí que á veces esta arenisca es roja, por estar impregnada de óxido de hierro. Las hojuelas brillantes de la moscovita y el rojo del óxido de hierro, le dan un bello aspecto á esta roca. La inclinación y dirección de esta arenisca es la misma del conglomerado. En algunos pliegues de esta arenisca y plegadas igualmente, se encuentran capas pequeñas de esquistos arcillosos, á veces i-icos en moscovita, la que se presenta en hojas delgadas (Véase N° 4 en el croquis;. Si estas pizarras se depositaron originariamente en una capa continua ó si fueron solo depósitos lenticulares en la arenisca, no es cosa que pueda juzgar con seguridad desde ya. pero me inclino á creer que muy probablemente sucedió lo último. La suposición de Aguirre (1) que «El suelo entre la Sierra de Pillahuincó y el estremo de la Ventana debe estar compuesto por este esquisto recubierto de humus vegetal», no corresponde á los hechos que he observado. La roca mas poderosa de esa sierra es una cuarcita, la que ])uede llamarse «Cuarcita de la Ventana», porque forma casi sola la verdadera Sierra de ese nombre. ICsta roca, que ya ha (I) La Sierra Je la VenUina — pag. 10. — 8 — sido señalada por Darwin (1), Doering (2) y Aguirre (3). es compacta y blanca, habiendo perdido por lo general su primi- tiva estructura y color. Las fuerzas que han producido estas montañas, fuerzas sobre las que diremos algo mas adelante, han dado un aspecto pi- zarreño á esta cuarcita, y el color blanquecino de ésta se cambia en rojizo, merced á la solución de hierro de que está impreg- nada. Estos cambios de color producen un espectáculo pinto- resco en la falda S. del Cerro de la "\'entana. La esquistosidad de la cuarcita varía mucho. En algunos puntos el espesor de las lajas de esta cuarcita varía desde un decímetro, mas ó menos, hasta algunos milímetros. Sin ale- jarse de la verdad, puede pues llamarse á esta cuarcita «pi- zarra cuarcítica», como lo hace Doering. Entre los bancos de esta cuarcita se encuentra á veces un mineral talcoso y á menudo en forma de escamas, y cuando es muy abundante, alterna en capas muy delgadas con las cuarcitas. No pienso con Doering que estas escamas son la causa de la esquistosidad: en mi opinión, esta resulta de la presión. Estas escamas se han depositado posteriormente entre las hojas ó lajas de la cuarcita, observándose con mucha fre- cuencia la falta de ellas entre las citadas hojas. En unos pun- tos se las encuentran en abundancia, en otros faltan completa- mente, en otros son poco numerosas, lo que prueba que la esquistosidad de la roca no resulta de ellas. Pero, vuelvo á re- petirlo, para opinar definitivamente sobre este punto y sobre otros fenómenos metamórficos que se observan en las rocas do la Ventana, es necesario aguardar el examen microscópico que de ellas, voy á hacer en breve, y cuyo resultado haré co- nocer conjuntamente con la descripción completa del macizo montañoso que me ocupa. Agregaré á las observaciones ya mencionadas, que en el lado N. E. de la Sierra alta, en una altura de cerca de trescientos metros, existe, depositado sobre la cuarcita y areniscas, un con- glomerado mas moderno, (Véase N° 5 en el croquis) colocado horizontalmente, y que se compone de trozos de rocas, redon- deados, (|ue alcanzan hasta un metro cúbico en muchos casos. El cemento de este conglomerado es silicioso, muy rojo, aún (1) Geol. Obs., 435. (2) Inf. Ofi., p. 350. (3) La Sierra do la Ventana, p. 9. '.) mas que las areniscas citadas, debido ú la gran cantidoil de rixido de hierro (jue contiene. Las fuentes ferruginosas (|ue ¡¡rodujeron este color, debiei'on brotar después del depósito del conglomerado, porque los trozos de rocas que éste contiene son solamente de «blanca Cuarcita de la Ventana » . De importancia mas general para la Geología, son los fenó- menos (jue han dado lugar al origen y formación de estas Sierras y que se deducen de los hechos que tenemos á la vista, que son los siguientes: 1" — Todas las rocas que he observado están plegadas, con escepcion del conglomerado mas antiguo (n" 1), en el que no he notado pliegues, pero que bien pueden existir, pues mi rápida escursion primera no me ha i>ermit¡do detenerme mucho en este examen. 2" — Estos pliegues están inclinados, siendo el faldeo supe- i'ior de ellos mas largo y menos inclinado que el contrario ; este faldeo superior se adelanta sobre el inferior, siendo así convexo el primero y cóncavo el segundo, pero hacia el N.N.E. en la arenisca, estos pliegues son principalmente casi trian- gulares. 3" — Hacia el O. los pliegues son mas acostados, disminu- yendo sus plegadui-as, y siempre el faldeo superior mas largo (|ue el inferior, que se acorta cada vez mas, hasta el punto drinde desaparecen bajo el terreno pampeano, dejando suponer que bajo éste se encuentran estas capas en posición horizo.ital, liabiendo desaparecido totalmente las plegaduras. En los Anales del Museo entraré en mayores detalles, acompañándolos de las planchas fotográficas que ilustran este interesante fenómeno. Estos hechos prueban evidentemente que: 1" La fuerza que produjo estos plegamientos no so ejerció de abajo hacia arriba, sino c|ue la presión se produjo del S. S.O. hacia el N. N.E. y en dirección horizontal. 2" Que cuando se formó esta Sierra existió una masa resistente al \í. contra la que fueron empujadas las rocas antiguas que constituyen la Sierra. Los pliegues que forman la cumbre mas elevada, en los últimos 250 metros de su altura y de los que damos aquí un lijero bosquejo (fig. 3) son una demostración de lo tjue dejamos dicho. Es curioso que en todo el sistema de la Ventana, el lado N. E. de la montaña sea mas inclinado en el sentido de la vertical, lo que también ha observado Holmberg en la Sierra de Curamalal. He observado que en algunos puntos la cuar- cita inclinada en esa forma, se plega sobre ella misma en sen- — 10 — tido cada vez mas vertical hacia el N. N. E., hasta desaparecer dd ^ocltra la arenisca. Este hecho es de duu.dexphcacn.3n porque encontramos que la arenisca se levanta en algunos puntos- sobreb cuarcita hasla una altura de 800 á WO metros sobre el nivel del mar. l-'ig. 3 Otra dificultad es que tal repliegue es solo posible cuando la roca replegada en esas condiciones está cubierta por poderosas capas desoirás que eviten el levantamiento, y cuando la roca se encuentra en un estado plástico. . De que clase han sido esas poderosas capas que cubnenm la hoy cumbre de la Ventana, no podemos aun asegurarlo, pero no es difícil que fueran de una especie de arenisca l^^^^^'^'J^''^^ la que tenemos algunas muestras, y riue es la que hemos men- cionado como levantándose en algunos puntos sobre el ialdeo N N-E. (le la cuarcita? ú otra roca sedimentaria ' -No habrá sido también depositada una parte de la cuarcita en forma de calcáreo, el que transformóse mas tarde en cuar- cita'^ Interesante es el observar cp.e en muchos punto, c ^de la Sierra, á ambos lados, á una altura de_ 400 n^tic. sobre el nivel del mar, está cubierto por una inmen.a in- "uL^on de calcáreo, que no puede haber tenido su origen enelLoess. He hechola mismo observación que Steizner ( Bu- i e p 2G4) deque el Loess no reposa directamente sobre las oSsínforiores á^^, s¡n6 que siempre se encuentra inen.e- diaria una incrustación calcárea de masó menos espe.o i no creo que el Loess haya proporcionado el matenal para la. ca- nas calcáreas que he señalado del pié de la bierra. ^'"¿t^^entrl en los contrafuertes de la Sien. m.,ie,-ni blanca, que es el resultado de la descomposición de la cua a Contiene un silicato magnésico y alumimco y carbonato de cal > cuarzo. — li — No lie oliservado en esta ¡¡rimero visita rocas que puedan aproveciiarse con utilidad para las industrias. El cuarzo blanco (|iie llena las innumerables vetas de la i'oca, no es esplotable. So encuentran bellos cristales de cuarzo hialino, ]jero los de un tamaño regular son raros. Sin embargo, señalaré las cuar- citas ferrujinosas (que también menciona Aguirre l)ág'. 9) en la falda de la Sierro de lo \'entana. No es difícil (|ue la ley di' hierro aumente con la jirofundidad en estas cuarcitas y entonces se tendría en esa rejion una riqueza minero que tanta falta hace en la RepiiL)lica Argentina, en condiciones esplotables. Por lo que se refiere ¡'t la existencia de restos glaciates, men- cionaré solamente que el valle del Sauce Grande, en los puntos (pie he examinado, fué mu\ iirobablemente, el lecho do un antiguo ventisquero. Sin embai'go, allí no he descubierto rocas estriadas, pero la configuración del valle y las muchas lomas redondeadas (roches ntoutoiinécs.) situadas principalmente al Sud- Kste del Sauce Grande, en las faldas de los Tunas y Pillahuincó, indican la existencia de un antiguo mar de hielo. Difícil es hoy decir la edad de estas montañas faltándonos aun los fósiles, peroá juzgar por la clase de las rocas que la componen, creo, con los autores que se han ocupado de este sistema do Sicri'as, que ellas pertenecen al ¡icríodo Arcaico, hurónico pro- baljlemente. Antes de concluir estas lógicas observaciones sobre la Sierra de la ^'entana, cumplo con gusto el deber de manifestar aquí mi agradecimiento ol señor Senador de la Provincia, don Justo A'illanuevo. por las atenciones que me lia dispensado durante mi permanencia en su estonci;i. situado en el centro de mis estudios. R. H. % UN BOSQUEJO Oeoloeía ele Siicl=América GUSTAVO STEINMANN (1) Al presentar un bosquejo de la geología de la América del Sud, me creo obligado á agregar algunas aclaraciones que esplican su publicación. Este bosquejo acompaña á un mapa (|ue hace parte de la segunda edición del Atlas Físico de Ber- c.HAus (Gotha, GusTus Perthes) jiublicacion que se teTminan'i ií fin del año corriente. Además de muchos otros mapas, la parte geológica de este atlas tiene croquis de todos los continentes que representan el estado actual de nuestros conocimientos. Al pre- parar la hoja de América del Sud, he sido ayudado por varios geólogos, los que, como yo, han tenido ocasión de esplorar al- gunas jiartes de ese continente, y especialmente por Orville Derby para la parte del Brasil, y por Luis Brackebush para la parte de la República Argentina, y por muchos otros. Pienso que hay algún interés ¡lai'a la Asociación de Geólo- gos Americanos, en dar á conocer las mayores semejanzas y di- ferencias que existen entre la parle Norte y la parte Sud del gran Continente Americano, y en insistir sobre algunos puntos notables de la evolución geológica de Sud-América. Paso por alto las rocas primitivas aun muy poco estudiadas en Sud-América. Las rocas paleozoicas, son mejor conocidas y ( 1 ) Profesor de Geología on la Universlilad de Freiburg, en Badén. Este trabajo fué leído ante la Sociedad Geológica de América, el 25 de Agosto de 1891 y lo hemos traducido del American Naturalist, Octubre 1891, para hon- rar con él la Revista del Museo de La Plata. F. P. M. \ — li oívecen ¡iraa interés. Con las investigaciones de D Orl)igny, Forbe^ Kavser, Rnthbun, Clarke, OrviUe Derby, y las hechas úUiniamente por el Dr. Ulrich, de Slrasburgo, s.-bre la rica co- lección de fósiles que formé de la meseta central de Bolivia, so han demostrado los dos siguientes interesantes puntos. I Que casi todas las divisiones de los formaciones Paleozoi- cas están representadas en Sud-América por depósitos marinos conocidos por fósiles Cambrianos, Silurianos ( latei'ior y sui^e- rior). Devonianos y Carboníferos. Ha^ta donde llegan nuestros conocimientos, las formaciones Paleozoicos mas antiguas, es decir, las Cambrianas y Silurianas están ííeneralmente mas alteradas y metamortoseadas que las series Devonianas v Carboníferas. De este hecho resulta que las faunas de las últimas formaciones están mejor conocidas (jue las de la primeras. 11 La fauna Paleozoica mas rica conocida de Sud-América, es la de la formación Devoniana. Se han descrito de ella mas de 150 especies. Lo rica y bien conservada colección que recojí en la parte Este de la Meseta Boliviana ha permitido al señor Ulrich demostrar que los depósitos Bolivianos forman un es a- hnn muv importante entre los de Norte- América, por un lado, V los del Brasil. Islas Falkland y África del Sud. por otro. Las pizarras arcillosas muy fosiliferas, las arcillas arenosas y las areniscas distribuidas estensamente en Bolivia y Brasil, son los equivalentes de las areniscas de Orlskany, del Helderbeg superior, v de los grupos de Hamilton de Norle-Amenca. Su fauna presenta un carácter Americano >■ no Europeo, como lo prueban los dos Brariuiopodos mas comunes y mas característicos: !■> Lento coelia flahcUitcs - Este fósil se ha encontrado en Xorte-América, en Bolivia, en las Islas Falkland y en Sud-Alnca. 2" VihiUna pustulosa que es conocida deXorte-America, Brasil, R(-4ivia v Sud-Africa. Teniendo en cuenta por una parte la identidad, por otra la .mieianza de las formas Devonianias de las regiones nombra- das, parece ser casi evidente que un gran mar De^T>nlano ocupo vastas ostensiones de ambas Américas y de Sud-Atrica. Los depósitos Carboníferos parecen ser mucho mas limitados en Sud-América que los Devonianos. La mayo' parte de los .ub-Carboníferos están compuestos por areniscas sm tosUe^,. la existencia del Carbonífero superior, que contiene represen- tantes de Braquiópodos y Gasterópodos distnbuidns universal- — l.J — mente, y del género F/isuIiiia. se conoce en el Perú, Bolivia y en .-ilgunas partes del Brasil. Dui'ante las épocas Perniiano, Triásica y Junisica la mayor jiarte del continente Sud-Americano, lo mismo que en Norte- AmtM'ica, estaba emerjida sobre el nivel del' mar, por(|ue según las investigaciones hechas por Brackebush en la República Ar- gentina, pul' mi en Bolivia. y por Derby en la rejion de Matto Grosso, una gran parte, sino la mayor, de la areniscas rojas consideradas generalmente como de una edad Permiana ó Triá- sica, parece pertenecer á las formaciones (_>etáceas, y probable- mente á la parte mas inferior de ellas. La flora que existió durante los ]iei-íodos Permiano y Triásico en el continente Sud-Ameri- cano, es del mas alto interés. Los yacimientos de carbón del Sud del Brasil y los de las Cordilleras Argentina y Chilena con- tienen muchos representantes de la flora llamada « Glossopteris flora i> conocida del Sud-India, Australia y Sud-Africa. La edad de estos depósitos de cai'bon no es la misma en todas ¡lartes. La Hora del Sud del Brasil ha sido referida al Paleozoico mas moderno, porque contiene algunos tipos Paleozoicos de plantas: los depósitos de la cordillera Argentina y Chilena pertenecen al grupo Rético y en jiarte están cubiertos por depósitos ma- rinos del Lias inferior. .Solo se han encontrado depósitos marinos de las formaciones Ti-iiisica y Jurásica en la parte Ueste del continente es decir, en la cordillera, entre los 5" \' S'y' de latitud .Sud. Los fósiles triásicos son del mismo tipo (|ue los encontrados en California y en el Canadá Occidental : siendo el fósil principal una especie de Psoudomonotis del .urupo de Fs. scuacirciflar/s Gabb. Ln la formación Jurásica se han encontrado casi todos los horizontes en un estado fosilífero, y las ricas colecciones que hicimos en diferentes puntos de las Cordilleras Argentina, Chilena y Pe- ruana nos permiten determinar que la sucesión de la vida or- gánica marina durante ese período, fué casi la misma en la costa del Pacifico, que en l'Án'opa é India Oriental, y que exis- tieron relaciones faunistíeas nui\' intimas entre esas rejiones. En cuanto á la eslension de los depósitos marinos de las épo- cas Triásica y Junisica, existen notable semejanza entre Norte y Sud-América, estando amlias confinadas á una pequeña faja paralela á la costa del Pacifico. Contrastando con esta ¡lequeña estension de las rocas Triá- sicas y Juriisicas, los depósitos Creláccos cubren en Sud-Amé- rica una área muy grande. Se encuenti-an fíVsiles marinos Cre- táceos en casi todas partes en la Cordillera, desde el sud de — 10 — Palagonia hasta ^"enezLlela Oriental, y el seaor W'liite ha des- crito una rica fauna de la romnacion Ci-etácea del Mste del Bi-a- sil. Las invasión de las áreas conlinenlales iioi- el mar ea el período Cretáceo mas antiguo, que se ha. observado en muchas partes de la Europií Central, parece que tuvo lugar en mucha mayor escala en ambas Américas. Sabemos ahora por las in- vestigaciones de Hill y White, que una parte de los estratos Cretáceos de Tejas, considerados en un principio como del Cre- táceo superior, pertenecen á la [larte mas inferior de esa for- mación. La formación Cretácea de INIéjico aparece como una continua- ción directa de los depósitos de Tejas, y á juzgar por nuestros co- nocimientos actuales, han sido muy íntimas las relaciones entre las faunas del Ci-etáceo mas antiguo de esas regiones y las de Venezuela, Colombia y Norte del Perú. Interesa ver ciertos fú- siles característicos del Cretáceo inferior del Norte, reaparecer en el Sud. El famoso género Aucella, ampliamente distribuido en las costas del Pacífico del Norte, ha sido mencionado i-e- cientemenfe por Nikitin como descubierto en Méjico y por ^^'hite en el Brasil, y lo conozco también de los alrededores de Linm asociado con Amonitas del Neoconiiano do I'ÁU'oi>a. El mar Cretáceo (|ue cubrió la parte central de América ^probablemente se estendió mas lejos hacia el Este. ICncontramos, por esto, al- gunas relaciones notables entre las faunas del Cretáceo inferior y las del superior de Sud-América, especialmente de Colombia y Perú, y las del África del Norte y África Occidental. Algunas formas de Buchiceras conocidas de Argel, se encuentran con abundancia en la región Amazónica superior. Los vei'daderos depósitos marinos de la parte central de Am-érica desaparecen en el Norte y en el Sud, y parecen haber sido reemplnzados l)0r depósitos arenosos sin fósiles marinos. Probablemente, gi-an parto de las formaciones de las areniscas rojas que se en- cuentran en el Brasil, Venezuela, Bolivia y en el Norte do la República Argentina, toman el mismo lugar relativo de los se- dimentos marinos del Cretáceo mas antiguo, como sucede prin- cipalmente con las capas de Atlantosaurus, las formaciones de Trinidad y Tuscaloosa en el Norte, subyacentes ó formando un equivalente de ellas. No debo concluir mis observaciones sobre las formaciones Mezozóicas de Sud-América, sin mencionar las dos ¡leculiari- dades siguientes: La primera es cpie completamente indepen- dientes de los deiiósitos marinos cretáceos de la Cordillera en la costa del Pacífico en el Sud de Chile, se encuentran — 17 — areniscas glauconíticas que contienen una rica fauna del cre- táceo mas moderno, especialmente en la isla de Quiriquina. Además de muchas Amonitas y Baculites en parte idénticas con las de Sud-India, esta fauna está caracterizada por la abun- dancia de Gasterópodos de un tipo Terciario. Las capas Cretá- ceas están cubiertas por una formación de lignila, cuya fauna no contiene los fósiles Cretáceos, pero estratigráficamente ambas formaciones están íntimamente unidas. Un paralelismo ton curioso parece existir en estos depósitos del Sud de Chile con el grupo Chico-Tejón de California del Norte. El segundo hecho que señalamos es la abundancia de rocas eruptivas entre las formaciones Triásica, Jurásica y Cretácea de la Cordillera. En el lado Oeste del linde de Chile y Perú, donde predominan los depósitos marinos de esas formaciones, solo una pequeña parte de las rocas está formada por calcá- reos, pizarras arcillosas ó areniscas. Estas parecen, á lo menos, interpuestas entre masas estratificadas de materiales porfirices melafíricos y andesíticos, alcanzando el espesor total de estas estratas varios miles de metros. A juzgar por lo que sabemos hoy, esta es la mas grande área de formación eruptiva del l^empo Mesozoico. La Cordillera de Sud-América es famosa por sus formaciones eruptivas de los últimos tiempos, pero merece no menos atención por sus erupciones sub-marinas durante el tiempo Mesozoico, y por la inyección de la eslrata Mesozoica por rocas graníticas verda- deras y dioríticas. Las formaciones terciarias, bien desarrolladas en la Repú- blica Argentina, han sido divididas por Dóring en un número de grupos. Conformo con las investigaciones de Amegliino, los depósitos terciarios mas modernos de Sud-América muestran una notable peculiaridad. Este paleontólogo descubrió restos de seres humanos, no solo en el Plioceno, sino también en los depósitos miocenos. Debo confesar que comparando las estra- tos Mesoz<;)icas europeas con las de Sud-América, parece que á estas corresponde completamente otra clasiñcacion. Lo que se ha llamado la formación pampeana en la República Argentina, y referido al Plioceno, no es otra cosa que el Loess en Europa, cuya formación se produjo durante los dos últimos períodos de congelación (glatiations). Adaptando este modo de ver al presente caso, lo llamado estrata í^'Iiocena pertenece probable- mente al gran período glacial, y la estrata Pehuelche represen- ta solo los depósitos morénicos del último período glacial. Los depósitos Pleistocenos de Sud-América no han sido aún - 18 - estudiados en detalle, pero los depósitos glaciales que observé en el Sud de Patagonia pueden distinguirse fácilmente en dos diferentes grupos: los de una formación mas extendida y over- arched, que cubre no solo los países bajos, sino también las mesetas de 100 metros de altura; y la formación más moder- na, la Kettlc morainc que se encuentra á lo largo del pié de la Cordillera. La estension de verdaderos depósitos glaciales entre las Cor- dilleras parece ser mucho mayor de lo admitido hasta hoy. Ahora veinte años Raimondi describió verdaderos morenas bien claras de la Cordillera Nevada de Ancache ( cerca de -Q" lat. S. ) que bajaban hasta una altura de 2500 metros sobre el nivel del mar. Yo mismo he encontrado depósitos moreniscos en la Cordillera de Copiapó (28" lat. S. ) cerca de 1200 metros sobre el nivel del mar, y esta observación coincide bien con las he- chas al Norte del Ecuador por Sievers quien encontró rastros de antigua glaciación en la Sierra Nevada de Santa Marta y en la Sierra Nevada de Perija. Estos hechos parecen probar que los períodos glaciales no alternaron en ambos hemisferios sino que fueros contemporáneos. A este respecto nuevos estudios sobre las formaciones Pleistocenas de Sud-América serán de gran valor científico. Además de los verdaderos depósitos glaciales y las forma- ciones cólicas del Loess y Lehm, existen en Sud-América de- pósitos parecidos y de gran estension, especialmente en la me- seta alta de Bolivia. Mesetas y depósitos de tufas análogos á los del Great Basin del Oeste de Estados Unidos, indican una mayor estension del Lago Titicaca en tiempos antiguos, que abarcaba toda la alta planicie, desde el Sud del Perú liasta la frontera Argentina. Parece que esta estension anterior de lagos en Sud-América coincide también con la de los lagos de la re- jion del Great Basin. DATOS TIERRA DEL FUEGO COMUNICADOS POR EL Reverendo THON4AS BRIDGES 1 Christian Mission in Tion'a del Fuego, Febi'uary 18th 1891. In response to the kind suíi'gesti(ins of the devoted and able Director of the Museum of La Plata, & with the hope that the information here giveii will prove interesting to many readers, & heli)ful, I now write the following brief account of the Christian Mission so longestabhshed in Tierra del Fuego, and of my work in ronnection with it, & of the present state of that country & its people and its prospects in tiie futura. Soma forty yaars ago tha Mission was founded by the zea- lous efforts of Capt. Gardiner R. N. who in a voyage previous- ly made through theMagallan Straits was struck with the mise- rable state of the nativos he then met as regards their igno- rance of God. and the immorality of their lives. So funds had been raised, & an equipment forrncd for beginning the Mission. This consisted of tlie generous founder, a Doctor of medicine, a Catechist, Carpenter, & threo pious Cornish flshermen, with a years' provisions, two new Pinnaces fitted wilh all requisi- tas & two small Boats. The party arrived safely at midsummer and after landing them & their goods, the barque that brought tham resumad her voyage. The natives hearing of the wondrous visitors gathered from all sidas in increasing numbers their cupidity rendered them more & more troublesome dangerous, and as none of them knew any English, or tha Englislimen any word of the native language, friendly intercourse became increasingly diffi- cult, and it became avident to the Missionaries that they must either assert their power by using their firearms against the natives, or give up their position & go elsewhere. But by this tima, some months after tlieir arrival, some of them were in very weak health, and so they unhappily determinad to seak an asylum in soma sacluded spot in the country, rather tlian incur the risk of a passage across the ocaan to tha Falklands. So they found their unhappy asylum in Spaniard Harbor, at tha head of Aguirre Bay, whcre they lingered on in daily sickness — 22 — weakness, & liunger, but uplield in ¡i woiirlcrFul maiincr iu :ill muluol fellowship, and rejoicing in tlie love ot' God. Journals were faithfully & regulaiiy kept, and report the exceptional difficulties under which they lived. The fish supply on which they had reckoned proved very disappointing, as did also the birds, and animáis. They also forgot their supply of gun- powder which was taken on by the Vessel. They made scveral trips to Picton Island to take in supplies of their stores, whielí they had taken the precaution to bury there. However the end of it all was, that after the lapse of 8 or 9 months they had all died of sickness & famine. Attempts had been made to forward them supplies from Montevideo & the Falkland Islands without success. At length shortly after the death of the Chief & last survivor, a Schooner from the Falklands was chartered, & came with supplies. On searching for the Mission party at Picton Island; a notice was found painted on a prominent rock "Hasten to Spaniard Har- bor, Aguirre Bay, we are starving. " On reaching the latter place they found it a scene of death and ruin. Natives had been there, ransacked everything burnt the Pinnaces, for the sake of the Iron on them. Such bodies as were found were buried, and all ^^•ritten papers & books carefully collected & sent home. In reply to the carnest prayers of the dying Martyrs and in accord with their wise counsels, the result of their painful experience, the Mission was started afresh, & on a more efficient plan, & met with very considerable success, not however, without many dangers & difticulties. Many earnest & faithful men engaged in its service, and in 1859 a massacre occurred at Wullya, of the Crew of the Mission vessel, & a Catechist, followed by the sacking of the vessel of everything movable by the covetous natives. In 1861 I entered the service of this Mission, my duty being to learn the language of the Natives, & to teach them the pre- cepts & hopes of the Gospel. This course I followed in safety at a Mission Station established in 185G in the Falklands. To this Station some few natives were brought from time to time in the Mission Vessel for instruction in religión and the duties of civilized life, and wevc in due time exchanged for others, and in this Avay many natives had come under Chris- tian influences, and had acquired knowledge of farming &c. Associated with others in this work I continued in its good cause from 1861 to 1886. During these years I had well learned - 23 — the Yahyan language, and reduced it to writing and its struc- ture had set forth in various grammars. ' Many of the people had be(?ome Christians, & had settled down to a life of Ghristian rule, and civilization, cultivating the soil with good results, keeping catlle, making butter, and had even risen to regularly employing liired labor on their farms. Associated with others, I began residence in the coun- try in 1869, & there I liave lived ever since with my family. The prospects of the nativas for some years were most encou- raging, for they had largely improved physically, as well as mo- rally, and at the Mission Station over 30 families had en- closed gardens and among tliem owned, between 70 & 80 head of Cattle, given to the desei'ving among them by the Mission. Also in many places round about, many natives had small cultivations and the liealth of the people was good, and their numbers fast increasing, there being many large families of healthy children, and every indication of progress in every way. The first drawback was through the spread of disease, directly traceable to the visits & improper conduct of Sealers. Scrofula & unclean diseases continued lo develop themselves increasingly, and the people very rapidly decreased, & became disheartened in their works. Finally came measles & other diseases, and in a few weeks swept through the land & took away fuUy two thirds of the survivors. So terrible have been the results that 3000 natives liave dwindled down to less than 300. And a like fatality has befel the other tribes comparati- vely unaffected by the Mission agency. Besides being helpful in improving the natives, the mission has beeñ directly helpful in saving the lives of shipwrecked mariners, who have found kind treatment by the natives & been conducted by them in safety to the Mission station & other points where they could obtain help. These services have been recognised by various European govei'nments, and medals and recompense awarded to the Mission & the natives. One thing is proved incontestably which is that Christia- riity & civilization are good & effectual to raise & bless all races of man equally, and that it is the vices of men that alone tend to their ruin. Since 1886 I have been settled with my family in Tierra del Fuego as a colonist amoug the natives, & dependent chiefly upon their labor, and we have done very well, and done an immense amount of profitable labor of many Idnds, and Ave find beyond doubt that a life of regular work & Ghristian prin- — 24 — ciples is most helpful to tlie natives. We find the nalives work well & happily \\'hen assured of adequate reward. They shear our sheep, make fences, saw oul ])oards & planks oí' all kinds, work well witli the pick & spade, are good boatmen & pleasant companions. We ñnd their labor profitable, more so I think, tlian we should find fliat of any imported labor. Our pjrospects are good, last year the increase of our sheep was 80 %. In íour years our cattlc have incroased from 46 to 150, and our sheep from 140 to 020. The co\\'s yield good milk, and we find dairy work pays very well. The pas- ture of the country is good, but capable of indetinite impro- vement, composed of over 20 varieties of grass, bul chiefly composed of a hard dry grass, which the cattle avoid during summer, ^^■hen they ünd abundance of the better kinds, but in winter thrive Ion it, as it is then almost their solé sustenance, & stands the winters frost & snow perfectly. By labor beau- tiful pastures can be fornied, as the humid clima te greatly favors its growth, & no new kinds need be imported. Under feeding the natural grasses greatly improve. Begond all doubt the induslries of the country will be 1^' Pastural, 2"'^ Wood- culting , 3'^ Mineral, A^^ Fishcuring. Pastural y agricultural pursuits will be extensive in the east & north, owing to the immense extent of good camps, and a suitable climate. All along since our introduction of cattle some 20 years ago they have done exceedingly well, & require no aid during winter, eilher in shelter or food. They show no signs of degeneraling in size or quality, and the rate of increase is rapid, and the health splendid. Sheep thrive equally well, as also do horses. As regards woodcutting. The supply of timber is inexhaus- tible, and is good for all kinds of purposes. The townships of Sandy Point is wholly built of it, as also the Farm buildings in the Falklands. As fuel it is exccllent, und fences made of it last for 20 years. Trees grow to diameters reaching even to G feet, & attain a heiglit of 70 & 80 ft. They consist of 3 varie- ties of American beech, one of which is an evergreen, and the only other of consequence is the Winters bark, the wood of which is soft, & when dry very light. As timber it is of very little account. The finest timber is found some little distance in, and on eastern slopes. For beams and framing for ship & housebuilding it is better ñttled than for boards, as it is very Hable when cut thin to warp & shrink unevenly. It iíi readily sawn. As regards minerals, gold is found in an alluvial deposit - 2o — only right througii Onisin, i. e. the large eastern island, and has yielded good results to tlie working miner for many years. The Islands in the S. E. as Picton, Lennox & New Islands also abound in gold. In the west are many indications of rich deposils of copper, iron & sulphur, and there can be no doubt tliat' other metáis will l)e fonnd. 4) As i'egards fisli. Thesc are found at soasons in immense quantities, there being vast shnals of sprats of two varieties, and four or five kinds of choice fish tliat prey upon the sprats. Besides these are found in tlie rivers and river bays immense quantities of Mullets & Smelt, and in many localities two kinds of Rock cod of good quahty can be hooked at all seasons. Besides there are many kinds of smaller yet valuable fish, chiefíy plentiful tlirough summer and autumn & early winter. Besides these fish there are abundance of the íinest mussels, whelks & other shellflsh. Thomas Bridges. t¡ Iñciíeits ii tle Ufe of M. TI. Briijes COMMUNICATED BY HIMSELF TO HIS FRIEND K. VrORENO Esq. Diiector of the Museum La Plata. Some 12 years ago when re.sident Missionary at Ushuaia, in the midst of .some 500 natives, a party of natives arrived from the south in their canoes to tell us that a shipwrecked party was on an exposed headland of their country Atduaia «New Year's Sound» where they liad been living a considera- ble time, but at length had all died of starvation, and were lying unburied. One of these unfortunates was a woman. The natives had spent considerable time in their passage to us, in which it had been necessary to haul their canoes over a neck of land. Furthermore we learned that Iwo men with their families had visitad the scene of the sad fate of the brave English seamen, but too late to save life. For though Iwo of them still lived, and the natives tried to induce the stronger of the survivors to trust liimself witii them, they could not prevalí, but they left lieside the poor men a bucket of water, & a roast stag, and then took their departure, as they could not haul up their canoe on such an exposed & rugged shore. For several days after, they were unable to return because of a gale, & when they did, both of the survivors were dead. The natives had many days before seen the spread of white canvas, under which the dying men were slielíered from the weather, but they were ah-aid to go eariier, fearing trea- chery from the western Indians, ^^•ho some years before had beguiled a number of them & killed them. At the earliest possible day we went in the Yawl Mission Vessel to ascertain the truth, & to do what we could for the dead. But though our vessel was specially adapted for her work in those tempestuous — 28 — regions, \\c fituad wc could not Ijeat lo ^\■ill(l\\•a^(l IVoiii False Cape Horn. The second time we driÜcd dowii ainong tlie Wollaston Islands & were in considerable danger, drifting liopc- lessly before the S. W. gale during Ihe night among Lslets bul little known. However the Aveather moderated, & we determined to return to the Mission Station, and reach Blaclc Head tlie scene of the Catastropliy í'rom the Avestward. This we did successfuUy afler many delays owing to bad weather, & ancliored noar liy. ^^"e then i'owed to the headland & found the dead bodies lying in a row, l'uUy dressed. The captain's wife was among them. The natives had before this repeatedly visitcd the spot, & taken away for their use all that they could find, but had not touched the dead, save to bring the last two and place them wilh the rest. As far as I can remember there were eleven bodies. On looking about, a diary kept l)y the captain was found, in which we learned that his vessel was the «San Rafael» of Li- verpool, bound to Valparaíso with a cargo of coal. This took fíre, & the ship's party had to ieave her lo her fate. They left in two boats, and the other boat was picked up by a passing vessel. But unhappily at night & during a snow-storm the boats separated, and the captain & his party only too glad to rest, landed on the first land they could reach, and after their boat AA'as smashed against the rocks of their dreadful prison did they flnd out the hopelessness of their lot. They found the promontory abrupl all round, and cut otf froni the land at the back by an impassable cleft, Ihrougli which the rough sea surged continually. They landed there at night in a snow-storm. So they began the lite of death, dealing out with a sparing hand the few stores they had, eking them out with the meagre sliellfish their rocky home supplied. Fortunately they could get firewood, but not of good quality as the busli there was of dwarfed evergreen trees. However they lived there some sewen weeks, when they all rapidly failed & passed away. the living being too weak to bury the dead. The poor captain wrote to his son a day or so before his death telling him that he was then almost blind, and deplora- bly weak and wretched, yet he expressed his carnest wish that his son would live as a Christian should. We found it a difficult matter to bury the dead, because the rock immediately underlay the scanty soil, Avchich was an inseparable nctwork of roots, for owing to Ihe excessive hu- midity the vegetalion was truly wondcrful. We did this last — 29 — sad duty lo (lie un fnrt uñates as bcst \\c could, according lo llie rites of tlie C'nurch of Englnnd. Such property as we could collect & recover from the poor natives we did, & sent it liomo to the authorities and in due time the poor natives were recom- pensed for tlieir humanity & trouble, with a present of £ 40 worlh of clotliing from tlie British government, & we workers in the Mission service were encouraged by a gracious lelter of appreciation of our A\-ork from the Queen. On another occasion we heard a report from the Eastern natives that there was a company of shipwrecked men wan- dering among the outer Islands, & I went to seck & lielp lliem. The season was late in Autumn & the weather was wintry, and frost & snow were everywhere. Our vessel \\'as away in the Falklands. So with a good crew of five Indians and a kid of 14 yiars of aje the son of one of our Catechists I went in (juest of these men. The day was sno^^•y & very cold, and at night overeóme by cold & wet we landed for rest & refresh- ment. It was quite dark, but the natives managed admirablx-, tSc we spent a good night. It frose sharply that night, and tlio next morning the cold was intense, but the air was quite calm & clear. We made all the haste we could round the Eastern & Southern shores of Navarin Island & also circumnavigated Len- nox Island We found traces of the seamen, but they had, as we afterwards learned got safely oñ" to some passing vessel. We were absent from home in our small boat for ten days, & our natives greatly commended themselves to us for their good qualities. On another occasion wisliing to know more of the country I look a boat-voyage with a Calechist, my eldest son, & a crew of six natives in a large whaleboat. The weather was al times as pleasant as at others it was adverse & disagreeable, and we were absent from home, doing much of our tra\elling by night, because the days are so very stormy. The first day Avas so rough that our stores were welted, & we could only get to the westward against prevailing AX'inds by rowing. We met with vorious nativos on our voyage all bcing most friendly. At last we reached Oaiacirr, our furthest point west, and where was the isthmus over which we had deter- mincd to haul our boat, & so get into the inner waters of a large district called Aghaia. It required two days hard work to haul our boat over, and the weather was very stormy & snow — 30 — fell rre(|ueiill\ . We liad to camp in a bñ'^, liul llie next day none of us were the worse for our hardships. As we were sailing down the waters of Agaia wc carne across natives, bul they were so frightened that they hastened away for their lives. They had not seen the boat ascend, & how it carne there they had no idea, and thougli one of our crew was known to them, and a near neiglibour he could not prevail upon tliem to stop, for they were afraid we were « Asasin » íVom the west, wliose only object could be to kill all we met. So we landed at the head of a long creek, and found every thing saturated. During the night it snowed much, but owing to our native crew we had a good night, & they were as always. very cheerful and lielpful. The next day we walked across an isthmus leading us to one of the creeks of Atduaia on the South coast of Hoste Island But it was a perfect scene of desolation in spite of the rank forest growth. As everywhere in western Fireland animal & bird life was \ev\ scarce, and we saw very few signs of human life. We then returned to our hut, and having breakfasted departed, and the weather being fine we rowed well. On the way we landed here & there & to our surprise found cultivation where the natives grew potatoes & turnips. The next day we reached Wullaia the scene of the mas- sacre of the Mission party of cight persons in 1859. Here we also found cultivations & spent a pleasant day. We were surprised to gather ripe & good raspberries as this bush has become quite wild there, having been brought from the Falkland Mission station many years before. During the afternoon which was very fine we spent our time admiring the beautiful scenery, fishing for Saj or Rock cod of wliich we caught some fine specimens, and also in gathe- ring a supply of Shapi. This is a bivalve, with very thin & transparent shells, which are able al pleasure to change their quarters. They adhere by clipping the leaves of the kelp A\'ith their shells, and when conscious of danger by our puUing up however gently the kolp which they weighed down, for they \\-ere a numerous colony, they darted backwards & forwards Init always do\\nward so that it was somewhat difficult to cap- lure them. The natives have reason to speak of them so highly as they do, They are only plenliful in a few favorite places. We reached home at midnight of the tentli day, having rowed most of the way. On another occasion, when the natives were in a highly — 31 — excited state because of blood quairels of many months stan- ding in which many had tuken a chief part, now on one side, noM" on another, aware oí' danger I liad convened a special meeting to guard against an increase of the evil. At Ihis meeting ^^•e were able so to realise to the native mind the danger they were in, & the folly and sin of the course they had been so long following that they at our instigation solemnly promised to help no side, & to do their best to sto[) all l'urlher tlghting & mui'der. No sooner Avas this impression made & these promises given than a large parly of mon prepared for a murderous tlglit with a party then resident at the slation. But they had come too kite, and in a short time they scattered among our people, & no fighting took pkice. It Avas an important crisis. Murders & thefts were numerous, & few men indeed there were whose persons did not attest by many a scar of the quarrelsomeness of the people as a race. They were very ready to take offence, and they ordinarily were very careful not to give offence. Their relations to each other were very much improved when they came under Christian influences, lile & property became secure and each ones rights lespected, and public opinión ruled the community for good. This opinión was however largely rided by US, at our daily meetings for instruction & divine worship. In proof of the superstition that used to prevalí I mention the following. An elderly, and very strong man, and a great rogue had brought me some fish for sale. I let him into the kitchen, & had occasion to go into another room to get the wherewith to purchase it. Having paid him to his saíisfaction he left. Some- time after liaving occasion to use a knife I went to tlie kitchen table to find it, but it was not there. After thinking, 1 carne to the assurance that my fishman had stolen it. I forthwith went alone to his wigwam to accuse him, & regain my knife. Howe- ver he disclaimed all knowledge of the knife, and I could only State the reasons 1 had to believe that he had taken the knife I said I should speak to the people tomorrow on this subject unless the knife was reíurncd. I Ihen went up to my house. Not long afterwards I lieard a great noise of coughing & Vomí- ting, and on opening the door was surprised to find my culprit with my knife in his hand, but all wet. He had just coughed it up he told me. He said he had not stolen the knife, but wishing to convince me he was a true wizzard, his spirit had taken the knife, and now he had brought it up again. He as- ked me not to speak of the subject tomorrow. - 32 — On another occasion a native asked me to speak un liis behalf to reclaim for him an axe that Aruj^awaian had stolen from him, because this Arupawaian was a very violent man, & he was afraid to speak to him. Accordingly that afternoon I went into Arupawaian's wigwam, & after some general & plcasant conversation mentioned tlie object of my visit, and clai- mcd the axe for my client. But tlie man was excessively violent & excited, and would not give up the axe, though he did some time afterwards, when 1 got some of his own friends to back me in my demands. Thomas Bridges. Galálip Desmjtifi é lliistraJo DE LAS HUACAS DE CHAÑAR-YACO (PROVINCIA DE CATAMARCA) POR SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO CATÁLOGO DESCRIPTIVO É ILUSTRADO Pltiacas ele Cl^a.na.r-Ya.co (u PROVINCIA DE CATAJIARCA) LAS HUACAS ^'^^^. '■'''^■•0;^:^ Las Hiiacas ó yacimientos en que se liallaron los objetos que se detallan en seguida, están como á una legua al Este de la cuesta que separa los campos del Fuerte de Andalgalá de los de Belén, al Sud del Camino del Zanjón. El suelo consiste de un Ijurriul bastante firme, pero que una ,yV7 vez pisoteado ó cavado se convierte en polvo corredizo como azogue: en realidad no pasa de ser el limo impalpable depositado por creces, probablemente abajo del agua del inmenso lago que alguna vez ocupó esta altiplanicie. (2) Los cantos rodados que se hallan cerca de las huacas deben haber sido conducidos á mano, como lo mismo las pie- dras de las pircas (3) y corrales (juc por allí abundan. Unos viajeros que Figura 1 pasaban dieron con el montículo del que sobre (1) Los objetos aquí desci-iptos han sido depositados popel Sr. Lafone Quevedo en el Museo de la Plata, con toda su rica colección de antigüedades Cataraarqueñas. (2) De unos 3.000 y más pies sobre el nivel del mar. (3) Pared de cantos colocados en seco ó con barro. — 36 — salían las ollas que formaban las tapas de las huacas A y B (veáse fig. 1). Hoy no es posible saber si los cinco enterratorios estuvieron abajo de un solo otero, allpatauca, mound ó montículo, ó si cada uno contaba con su montón por separado. Los vientos, las lluvias y acaso las crecientes que han reducido á tejas tres de las cinco tapas, primero tuvieron que desmoronar los oteros que las resguardaban. Huaca A La primera huaca hacia el sud, fig. 2, tenía su tapa descubierto, bajo la cual estaba rayando con el suelo un gran tinajón lleno de huesos. La tapa es una hermosa holla ó Iniillqui tiznada con hollin, de forma simétrica, de 5G centímetros en la boca por 5(3 de alto. Alrededor estaban colocadas las tinajas y yuros, pero no se observo si alguna de estas tinajas ocupaba el lugar asignado á otras de igual clase en las huacas B y E. Los yuros ó botellones e\ f son de forma y dibujo elegantes. En el primero los zig-zag, goteras etc., parece que simbolizan agua, co en araucano. En el segundo se repiten algunos detalles con lineas onduladas, cruces maltesas etc., igualmente significativas de agua y acaso de su valor fonético. Pero mejor que todo esto es la grande olla en (jue yacía el cuerpo, como de costumbre, en cuclillas. Las dimensiones de ésta son como sigue : Alto 0.65 Asiento 0.15 Diámetro mayor. . . 0.48 Boca 0.28 y 0.32 Esta olla está en buena conservación, su material bien ama- sado y quemado, y los dibujos son de pintura negra sobre rojo. El exterior ha sido pulimentado con esmero. Las bandas ver- ticales son tres de cada lado. Las del centro forman cruces maltesas de buena forma y elegante colocación, y lo hacen mediante triángulos negros separados por fajas del fondo. Es- tos triángulos deben compararse con aquellos que figuran en las mitras y dalmáticas de las pinturas peruanas. V'éase Wiener « Perú y Bolivia » pág. 739. _ Esta clase de adornos parece que se llamaban liuámpar. Las bandas laterales llevan un tejido de líneas cruzadas. Este adorno sencillo, pero de buen efecto, y terminado arriba y abajo en dos cintas negras, parece imitado de un tra- bajo de tiento ó junco como las precintas más ó menos bor- — ó I — (Figura 2) Y..0 6 garrafo ,.iutad."- fT ü. W iá"-"G' "¿tro yuro 6 Jarra. .1 Tapa. - n Olla funeraria. - C Olla suo.ta. _ D OHa s„oU. - E E Anverso y reverso d. — 38 — dadas con que se asegura un vaso débil ; pero esto no quita que ello pueda contener su valor simbólico : pues, como dice el Dr. W. H. Holmes en sus preciosas monografías sobre la cerámica de la América Septentrional, la mas infeliz de las olle- ras algo pretendía decir con cada punto y cada línea. Kl Sr. Holmes, se guarda muy bien de pretender interpretarlas, mas yo me aventuro ;i inferir que son exorcismos dirigidos á conjurar la mala suerte, y todos tendentes á llamar la lluvia benéfica. Juntamente con las tinajas se empaquetó i)arte de un fémur, cuya descrii)cion se deja al Director del Museo de La Plata. Del cráneo solo se recogieron fragmentos que de mirarlos se liacen tierra. Por el agujero de la tapa se liabia introducido la lluvia con efecto desastroso para los liuesos. A lo que se pudo ver. era braquicéfalo. El cadáver se hallaba rodeado de tierra y estaba tan apre- tada que costaba desprenderla de los huesos y costados. Los vasos c, d, e, f y f , . Nota. — El vaso h corresponde i'i la huaca C. — 40 — ¿Qué quería decir esta disposición de la tinaja? Casual no podía ser. Yo me inclino a creer que era por hacerle muna-muna al enterrado, es decir, hacerle desear, para que con sus ansias de Tántalo hiciera llover. La olla abajera b es inferior en clase y mas delgada que la encimera. Una faja del fondo separa dos cuerpos de líneas cru- zadas al sesgo, único adorno de la urna. Su color es entre bayo y rosado. Afortunadamente, el Doctor Moreno ha logrado restaurar este cráneo al grado de hacerlo servir para algo, y este traba- jo de mi buen amigo me evitará de algún descalabro en mate- ria tan ardua ; pero nadie puede negar que el hallazgo de estos huesos in sHu es de grande importancia para el estudio de las razas argentinas. Una cosa se impone aun al mas lego en la materia, y es que se trata de una raza muy diferente de aquellas á quienes corresponden los cráneos medio Aymaríticos que poseo de la región Calchaquina, y que ya marcharon á ser estudiados por el mismo Moreno. Las ollitas c y d nada tienen que llame su atención, y son menos meritorias en su forma que e y f. De las cuatro, f es la única que lleva dibujo. Estas dos se han repetido en escala mayor, para que se pueda distinguir el dibujo de la segunda. Las asas son de muy elegante forma, y es este un adorno que siempre han sabido aplicar con destreza y gusto. Pero falta que dar cuenta de lo mas curioso de este descu- brimiento, porque cei'ca de la cara del indio ó india se ha- llaba algo que había sido un loro de mosaico de cuentas de malaquita partidas por la mitad. El alma del loro era de palo en su mayor parte apolillado, de suerte que al tocarlo todo se hizo pedazos, quedando únicamente fragmentos del mosaico adherido á la pega. Las cabecitas eran dos, pero la mayor se deshizo en el viaje. Estas cuentas de malaquita eran abun- dantísimas en toda la región y casi no hay yacimiento de im- portancia que no las produzca. El Dr. Moreno, á quien remito lo que se ha podido salvar de esta curiosidad, nos dirá lo que sabe al respecto, no tan solo porque es poseedor de igual reli- quia oriunda de otro punto de la República, sino también por- que en la espedicion Mettfessel enviada por el Museo de La Plata. se halló un cadáver que vestía una cota de malla de las mismas cuentas de malaquita ó Immjcas, como aquí se dice á los abalorios ó huallcas del í'erú. 41 El color de la alfarería es el común entre bayo y rosado con tiznes de rojo encendido. Huaca C Las hiiacas A y B se hallaban en línea más ó menos norte y sud, como á un metro ó poco más una de otra ; y al norte .-• ••. de estas, en forma de corona, 'v se encontraron otras tres á unos 2 ó 3 metros unas de otras. La primera á la izquierda contenía huesos de un adulto, pero en lamentable estado. La tapa de alfarería muy inferior vacia en pedazos á la vuelta de la urna, y debió ser un puco ó taza igual á las que cubrían las huacas D y E. En forma esta olla se rela- ciona con la urna abajera de la huaca A, pero carece de pinturas y pulimiento. En su inmediación estaba una pe- queña tinajita. Al acomodar estos restos hubo una pequeña confusión, pero creo que el Ijuro h que íigura en la lámina de la huaca B sea la que corres- ponda á este hallazgo. (1) Huaca D De este hoyo solo logramos sacar un montón de huesos de párvulo mezclados con tejas de la mas grosera fábrica; entre los huesos estaban algunas cuentas sueltas de malaquita. Huaca E Después de las huacas A y B la que dio mas importantes resultados fué la E, última de nuestra exploración, fig. 5. La tapa, á juzgar por las tejas que rodeaban el hoyo prin- cipal, debió corresponder al tipo de la huaca C, y como alfarería era de lo mas ordinario y peor asado Figura i (1) Véase la lámina de la huaca B. — 42 — A flor de tierra se divisaba el aro de un ImiUquí, negro a y luego se descubrió que al Este, como haciéndole la venia, aso- maba la olla h. El huiUqui era casi igual a la tapa de la Imaca A en forma, calidad, etc., y contenia huesos de un párvido y los 4 vasos c, d, e y f dispuestos a la vuelta del cadáver. Como se verá éstos se han dibujado á media escala del hiiiUcpií ú olla que los contenia. En forma y gusto puede decirse que estos vasos priman sobre todos los demás. De los huesos solo se pudo salvar polvo. Tal vez hice mal de no traerme las tejas de la tapa, pero ya no cabia mas en los cajones, y el tiempo apuraba: la verdad es que entre tanto bueno me parecia que unas tejas ordinarias jiodrian dejarse de lado. La olla a tiene unos 0.50 de alto, i)or 0.44 de ancho; en la boca estii tiznada de hollin, en el exterior aún mancha las manos. A todas luces debe ser obra del mismo artista que Figur.a 5 Ol'a con huesos y tinaj.'is. Olla colocada como en el ilibujo, luro hallado adoutro de a. Tinaja hallada adentro de a. Tuco ú escudilla adentro de a. — 43 — trabajó la tapa de la huaca A. La forma es elegante pero el material ordinario, granzudo y mal asado. A la par y al Este de a se hallaba la tinaja b tal y como se pinta en la lámina. Dos bandas, una diestra y otra siniestra, se cruzan á la altura de la garganta, y el dibujo de líneas cruza- das se interrumpe en el crucero en un cuadro en blanco. El triángulo inferior de las aspas, estas de San Andrés, está ocu- pado por tres cheurrones dentados de abajo. Todo es negro sobre el rosa del material. Arriba de todo lleva una orla den- tada que llena el vacío. Ya se lia dicho cual debió ser el objeto de la inclinación de esta tinaja, y ello esplica como debió liallarse la que ocupaba igual colocación en la huaca B. En lo mejor que estaban cavando se les deshizo el hutllqui 11 bolla y quedaron los escombros en el suelo resultando de cada terrón huesos y los vasos c, d, e y f, tres de ellos de re- gular material, gusto y forma preciosos, y el cuarto una joya. El vaso c, es un jarrito ú yuro con asa bien modelada, pero que carece de pintura. El vaso d, debe compararse con e y f de la huaca A. Los piquilllos etc., todos indican agua y su valor fonético co, mien- tras (¡ue el nudillo ó pupo (ombligo) algo de fálico debe encer- rar: tal vez indique que el niño ei-a varón. El jai'ro e es de linda forma y dibujo. Los quencos 6 líneas, en zigzag, con su valor fonético de co, parece que piden ú ofre- cen agua, y el pupito ó nudillo rejiite lo del yuro, que el en- tei-rado era varón. Pero la pieza mas bella de todas es el 2^iicu ó escudilla f., que en alfarería reproduce las formas de la calabaza. De esto no cabe la menoi- duda porque en lo ovalado y en las hendi- duras que indican la unión con el tronco y la inñorecencia se está revelando el oríjen á que debe atribuirse. Es una verda- dera calabaza i'eproducida en barro. La pintura y pulimento corresponden á la olla abajera de la huaca A y su quencos al jarro e. La falta de asiento ó base indica que debía taparse con ella el vaso que contuviese el de- pósito de agua en el que también podi'ía nadar. Como objetos de cerámica, éste y la olla b de la huaca A son de arte muy superior á lodo lo demás y corresponden mas bien á los objetos que se hallan en fragmentos á la redonda. ¿Qué quiere decir esto? ¿Será posible que los indios también hayan vuelto á utilizai' tinajas, etc., de razas anteriores á ellos? Esto es lo que debe estudiar el arqueólogo porque hasta hoy sería aventurado pretender solucionar la dificultad. Los vasos todos, salvo a \ f son del rosado 6 bayo, general en el vacimiento. OBSERVACIONES GENERALES Mientras no se conozca el resultado de la exploración arqueo- h'igica en el Valle de Calchaqui costeada por el Museo de La Plata y el Tesoro de la Provincia de Buenos Aires, puede decirse que este hallazgo en Chañar- Yaco es el primero de que se ha dado cuenta con algo de proligidad. Yo mismo reconozco que más se ha podido hacer, y en un segundo viaje remediaré faltas de omisión que se cometieron en el primero; pero nadie me negará que esto es mejor que nada y que es un paso dado en dirección á lo practicado por el Señor Flinders Petrie en Egypto. Con trabajos como el del Museo de La Plata y el mió ^se duplicará el valor de las colecciones vendidas por el Sr. Zava- e ta y otros. Una vez reunidos los veinte y tantos objetos exhumados en Chañar- Yaco, advertí que faltaba en ellos el símbolo de la ser- piente tan común en toda esta región. Santa Maria, Andalgalá, Belén, Tinogasta, vamos todo el antiguo Londres y Calchaqui, parece que á porfía nos presentan tejas y demás, cuajadas con serpientes, dragones y otros reptiles. Esta falta, algo significa, y aun que no sea posible expli- carlos, debe notarse porque á la larga llegai'á el momento de resolver la incógnita. En cuanto á material, forma y dibujos algo análogo encon- tramos en la región circunvecina. Huillquis ú ollas como la tapa de la huaca A y urna de la E son comunes en todas partes, como por exemplo la que figura en el margen encon- trada en Andahuala, valle al este de San José, hacia la falda del cordón de Anconquija. Fig. G. En mi cartera con lecha 2G de Junio de 1886 conservo esta nota : « En todo el rio (de Belén parte supe- rior) he visto 3 Huillquis con ¡mpo en vez de asiento. » Fig. 7. ^'s»''^^ ]¿\ jjjipQ ,-, escudilla está reproducida en otra que según mi cartera lialjia servido de tapa á una tinaja de inferior material y sin pintura, hallado en las inmediaciones de la allpataiica, otero ó nwttnd de Cliaquiago, cerca 1,,, 1 . 11 i»TT O líuillqvú del luierte de Andalgala. tig. 8. F¡g. r Este jyuco también es boleado de asiento, y su orilla ó labio lleva picos. Su forma es elegante; el color, el el rojo subido de estas tejas, y el dibujo una faja caracoleada de mucho efecto. Pai'a evitar grandes claros del fondo, la linea exte- rior en lugar de dar vuelta sufre una prolon- '^' gacion y engrosamiento que produce un efecto armonioso. El material es fino y bien pulido, como el de Cha- ñar-Yaco. Los Padres Misioneros nada nos dicen acerca de estos en- tierros en tinajas, porque de los Indios que hallaron en los valles de Calchaqul, sabemos por ellos mismos que eran enter- rados mas ó menos como se acostumbra ahm-a. Aparte de esto, si todos los Indios de no importa qué época, se hubiesen inhumado en ollas, no alcanzaría el país para tanto entierro. Mucho es lo que se halla, mucho lo que se ha venido hallando desde siglos atrás, y mucho mas lo que queda por descubrir; pero, con todo, no corresponde á los 4-0,000 In- dios encomendados por Juan Pérez de Zurita en su trilátero de Londres, Córdoba y Cañete, todas tres ciudades encerradas en el riñon de Calchaquí. Lo mas probable jiarece ser que en una época pre-Colom- biana vivieron en estos valles Indios que enterraban en tinajas, los mismos que desaparecieron ante hordas menos civilizadas, que les aprendieron mal el arte de la cerámica, y adoraban como conojMs, hitacas y qué sé yo, lo que el tiempo iba descu- briendo de los yacimientos antiguos. En otra ocasión hemos de ver que á la par de estos objetos todos mas ó menos artísticos, se encuentran otros de lo mas tosco, en combinación con flechas de hueso y cabezas con de- formación Aymarítica y Puccina. Para los que no conozcan á lo que esto se refiere, estrac- taré aquí lo que hallo en la famosa (.^ Instmccion contra las Ceremonias ése. » . Sevilla 1603, cap. VI. « Los Collas y Puquinas y otras naciones de Indios usan formar la cabeza de los niños en diversas figuras con mucha superstición. 4G — Figura 9 c(En alyuaas partes las hacen muy largas, ((juc llaman (¡coj- lohoma) adelgazándolas y haciéndolas que vengan al molde de unos como bonetes f|ue llaman Clmcu, angostos y luengos. En otras partes hacen las cabezas llanas y anchas de la frente que llaman Palto liorna. Y además del daño que hacen á los niños con esta violencia, usan ciertos sa- crificios al Sol y á los ídolos.» Qayto dice largo y en- hiesto como un cono mien- tras que pallo ó }Mlta es ancho aplastado. Ver Tor- res Rubio in voc. El cráneo restauí'ado por el Dr. Moreno, como él mismo nos dirá, no responde á ninguna de estas deformaciones, y desde que el entierro en tinajas es característico de los Chiriguanos, hay que buscar analogías en esa dirección. Acompaño dos figuras de indiecitos avecindados en Pilciao. Figura 9, son buenos ejemplos de la cabeza cónica : a es oriundo de Belén, b de los Pueblos. Figura 10, a y b son naturales de la altiplanicie del Pucará de Anconijuija, primos hermanos. Indios netos, estos de tez más os- cura que aquellos, todos cua- tro con ojos al sesgo, pero aquellos más que estos. En mi concepto estos responden al tipo Chaquense, aquellos al Ayniarítico. Los cuatros son inteligentes y muy bue- nos músicos particularmente fig. 9 « y fig. 10 b; pero en la Figur.l 10 escuela los segundos priman soljre los primeros El cabello de todos es grueso, lacio y negro. De observar también es que entre las tejas de la Hiiaca no se haya hallado representación alguna de la cara humana, cosa tan usual en toda esta región. — -íí II LAS TEJAS DEL CAMPO Ya se ha visto que en las Iluacas de Chañar -Yaco faltaba en absoluto el simbolismo de la serpiente, y que los objetos de cerámica eran inferiores a lo mejor que se encuentra en estos lugares salvo dos excepciones, la olla A 6, y el 2^uco ó escudilla E f. Concluida la excavación salieron los peones á buscar tejas en todo el campo circunvecino, que está sembrado de fragmen- tos de vasos, que cuando enteros fueron preciosos ; y volvieron trayendo una ponchada de tejas de las que las mejores se reproducirán a([uí, en taniiulo natural. TEJA DE CÁNTARO TIPO DRAGÓN Figura 10. Esta pieza corresponde á la bó\eda de un can- taro cuyo tipo se verá mas abajo. Sobre un fondo bajo se enrosca una serpiente coral, y al dar la última revuelta hacia la cabeza se combina con una cara monstruosa abajo de la cual se desarrollan pies ó manos. La teja es finísima y bien puli- mentada, y su forma debió ser simé- trica y elegante. Fig. IL Basta ver la hermosa tinaja ha- llada en Huasan por el Sr. Blamey para hacerse cargo de lo que eran estas primorosas botijas. Allí tenemos pintados esos dra- gones ó Medusas con cola de ser- piente coral y pies de lagartija, va- sos que sin duda fueron abundan- tísimos en esta región á juzgar por los restos que de ellos se encuen- __ tran. ¿¡r-—-]'y c (/"^ o Los óvalos negros y encarnados >^j[gjj ^--íKL' gg alternan y aun en el grabado Figuran pucdcn distinguirso porque estos a, la teja; ¿66, los cor es; ce, tejas sueltas. llCVan SU Orla nCgTa. r Ig- !-• — 48 TINAJA BLAMEY (COLECCIÓN LAFONE QUEVEDO EN EL MUSEO DE LA PLATA) Figura 12 Esta hermosa tinaja fué hallada en un rastrojo, y por los agujeros que lleva se vé que habia sido compuesta. En forma, gusto y pulimiento es de primer orden. Los óvalos encarnados se distinguen i^er- fecto mente, como también la orla y otras partes rojas de la cara. Esta botija explica \o que fué el original de la leja fig. 11. En este ejemplo la ovala- cion de la serpiente es sen- cilla, pero en una teja ha- llada en Chañar- Yaco, y otras del campo de Pilciao vemos que la ovalacion puede ser doble. El Museo de La Plata posee un hermoso vaso de este tipo re- galado por su Director, el Señor Moreno, que fué adquirido en Pilciao, procedente de las faldas al naciente. Estos hermosos vasos nunca pudieron servir para urnas funerarias: ellos debieron ocuparse con agua ó algún otro líquido, y sin duda se enterrarían en el se- pulcro de algún hombre de impor- tancia. Los modernos han conser- vado la forma, pero cuan distintos son el material y el gusto. Fig. 13. La figura 14 es sacada de una teja que sin duda perteneció á otra tinaja del mismo tipo que la ante- rior, y creo que juiedo decir que Figura 13 son innumerables los ejemplos que ,.„ se podrían presentar de muestras Vaso moderno 1892 I i Nalividad Pihuala de 05rpca de eStOS VaSOS. 49 — Por las razones ya referidas se advierte que los vasos des- critos en los anteriores párrafos nada tienen en común con los hallazgos en las huacas de Chañar- Yaco, si bien son característicos de la re- gión de Andalgalá. Ahora empero pasare- mos á una teja que debe compararse con el puco E f por el baño encarnado y el curioso dibujo de peines tan general en *''^"''''' " todos los valles Andinos de esta parte del Tucuman. Este fragmento formó parte de un imco ó escu- dilla, probablemente de forma esférica, material fino, bien ama- sado, bañado en tierra roja, y sobre este baño van pintadas las dos fajas negras entre las cuales caracolea el dibujo de peines ó tenedores. Los cortes demuestran que el alma de la teja es de greda negra, que tal vez resulte de sustancias vege- tales. Es de advertir sin embargo, que en estos lugares abundan los objetos en greda gris y negra generalmente con grabados de dragones, serpientes, etc. Figura 15. De este tipo poseo una oUita des- barrancada en una creciente del rio de Santa Maria, cerca del Paso, de donde resultaron una serie de cráneos deformados, remitidos hace poco al Dr. Moreno. Dos ejemplares más tengo sacados de Huasan : uno, parte de un puco (fig. 16) que sirvió de tapa á una urna mortuoria ; y otro, una ollita en la que se vé la disposición completa del dibujo. Fig. 17. No quiero rejiroducir aquí la pre- ciosa olla del Pucará en tres colores, negro ante y encarnado, en la que estos peines son de 12 y mas dientes; pero la reservo pai'a cuando dé cuenta de mi colección. Estos vasos serian para contener agua, y ella va simbolizada en estos signos. En Maya el peine tiene valor fonético de c«, y por lo tanto puede sospecharse de equivaler al sonido co, '"^"™ ^'' agua. La teja que se dibuja en la figura 18 es parte de uno de Figura lü Figura IG 50 Figura 18 esos pucos ó escudillas en tres colores, que son tan comunes en las regiones de Andalgala y Santa Maria. Según mi calculo pudo medir unos 0.21 de diámetro. Sobre un fondo ante pálido caracolea una faja de jaqueles oblongos encarnados con rayas negras en los espacios de aquel color ; dos orlas negras diente de serruclio la acompañan y más allá de estas asoma una continuación del adorno en el segundo tinte. Esta taza debió ser de muy buen gusto cuando completa. Hay una forma de vasos muy general en los Departamentos de Andalgala, Belén y Tinogasta, pero por lo visto escasa en Santa Maria; su tipo está de manifiesto en la figura 19, dibujo de un ejemplar hallado en Guasayaco de Belén; pero el Museo de La Plata está dando á luz una hermosa serie de estas urnas en las planchas anexas á sus Anales. Algunas de ellas las conseguí yo en Belén. Los que las hallan las ocupan para depositar agua, pero aun falta ([ue saber el destino que les daban los antiguos; porque si bien es cierto que su simbolismo es acuario, puede referirse á algún sacrificio ó cere- monia tendente á pedir lluvia y término á seca desastrosa. Estas tinajas por lo general son de buen material fino bien amasado, bañadas en tierra encarnada y pulimentadas con pri- mor. El dibujo es negro y se divide en tres zonas : el gollete, el cuerpo y el asiento ó arranque. La primera suele contener escalones jaquelados; la segunda caracoleos culebrinos á veces caras llorosas, etc; y la tercera, líneas rectas ú ondeadas que de la 1* zona caen hacia el fondo. Las orejas ó asas son trasversales y elegantes, colocadas en el arranque del cuerpo, y arriba de ellas muchas veces halla- mos nudillos en forma de reptiles, caras, etc. El labio interior suele adornarse con signos que yo he su- puesto quieran decir co, agua. En el catálogo de mi colección explico todo esto en extenso. Figura 19 Negro sobre rojo. 51 — Con la figura 19 á la vista ya podremos hacernos cargo de lo que fue la tinaja á que correspondió la teja figura 20. Cuando dibujé el vaso de Guasayaco me cayó en gracia el adorno escalonado del ..p^ ^ anverso, pero indiqué el motivo del reverso, ^\^ ) f / que son tres lambrices, precisamente ana- ^^lcs figuras. En algunos, este esqueleto pene- tra mas ó menos en la cápsula central, en otros no. Los hay cuyo esqueleto es compuesto solo de espíenlas pequeñas y aisladas, ya esparcidas en toi-no de la cápsula central, ya convergentes, ya tan- gentes á ella. En otros, el esqueleto forma una cascara ó concha como una red, dentro de la cual existen á veces otras mas pequeñas, á la manera de ciertos juguetes que hacen los chinos. Los Radiolarios de agua dulce, ó Helioxoarios, tienen estructura menos complicada y sus pseu- dopodios son muy finos. Muchos Rhizópodos, tanto Radiolarios, como Foraminíferos, forman colonias, y se puede citar como ejemplos, el Mi/xodictyon sacíale y el Sphceroxoum ovodimare. Así como la Codosiya unihellata es también una colonia de otros organismos parecidos á los Infusorios y llamados Flagclatos ij Flagelarios porque están pro- vistos de uno ó de muchos flagelos que sirven de órganos locomotores á aquellos que nadan independientes, ó que no for- man colonias fijas. Fig. Infusorios Estos Protozoarios, fig. 8, tienen formas determinadas, mem- brana exterior, pestañas vibrátiles, pelos, garras, boca y ano. Tienen ademas una vesícula jmlsdtü y un núcleo que contiene otros corpúsculos llamados micronúcleos. Estos, por el papel que desempeñan en la reproducción, ofrecen curiosos detalles 88 — que lina sido el objeto de asiduos estudios, así como tamliien lo ha sido la manera interesante en que se verifica la reproducción. Algunos Infusorios se reproducen por medio de gérmenes que pasan al través del cuerpo del individuo que los produce. Como el agua á donde pasan á vivir, contiene todo cuanto necesitan para su desarrollo, los nuevos Infusorios crecen y pronto llegan á ser adultos. Otros se enquistan, ya cuando no tienen qué comer, ya para digerir ó para reproducirse. En este último caso, el contenido del Infusorio se divide en dos individuos que se hacen libres cuan- do se rompe el quiste ó parte muerta del inmortal progenitor. La mayor parte se reproduce dividiéndose ó, mas bien, trasformi'mdose en dos: generalmente se se- paran, pero algunos (fig. 9) permanecen unidos y forman colonias conocidas bajo los nombres de EpistijUs, Carchcsium, Zootamniíim , etc., ú todos los cuales comprenderemos bajo la denominación de EpistijUdeos, porque los individuos ([ue forman las colonias están unidos por un pedúnculo mas ó menos largo y fijos por un tallo común en cuyo eje se encuentra un músculo: ó son como el OpJirij- diitm, cuyo cuerpo es tan largo, que participa de \í4^ la extensibilidad que forma el ])edúnculo en los ■""''"' otros Epistylideos. Va\ un extraño Infusorio recientemente encon- trado en La Plata, la parte posterior es tan mus- culosa y larga, que el animal se mueve como un gusano. Los Infusorios, por medio de sus pestañas vi- lirútiles, que mueven con mucha ligereza, hacen entrar la comida á la boca, y también se sirven de ellas como de remos, para moverse en el agua. Comen cualquiera cosa pequeña, y como para estos seres elementales, «hambre» significa exactamente lo mismo que «amor», porque son monocelulares, comen también á otros Infusorios, y sucede algu- nas veces que el que come se parte en dos durante la diges- tión; es decir, se reproduce. Otros, por medio de una especie de hermafrodismo, se unen ;'i otro individuo y se fecundan mutuamente; algunos se reproducen durante ó después de este acto llamado conjugación, pero en otros casos se reabsorben Fig. 8 89 inúíunmonte y no se separan mas, sino que (|uedan formando un solo individuo (|uo despue-; se reproduce. Los Infusorios de que acabamos de hablar, se llaman Cilia- dos. Otros, llamados Acineíos, son pa- i'ásitús que viven en el intestino ú otras cavidades del cuerpo de otros animales y aun de los Infusorios, á los cuales los primeros se pegan por medio de unas prolongaciones como tentáculos. Los Acinetos son parásitos temporalmente, pues se hacen libres cuando han adquirido todo su desar- rollo, por lo cual se les considera como fases del desarrollo de algunos Infusorios. Los Ciliados viven princiiialmcnte en el agua dulce; se encuentran las mismas formas en la de mar, pero estos no han sido aun bien estudia- dos. Tienen la particularidad de que si se sacan del agua y se ponen á secar, puede guardárseles por el tiempo que se quiera, sin que se mueran; cuando se les pone en el agua vuelven á la vida activa como antes. Otras ccflonias de Infusorios, lla- mados Catalacfas, superiores á los l^)is- lilídoiis, alcanzan hasta formar una plánula ciliada exteriormente y cono- cida l)ajo el nombre de Magosphaera plánula. Pero esta plánula. compuesta de células ciliadas, se desagrega, y que la conqionian se convierten eji amebas, las cuales, repro- duciéndose, se trasforman en mórulas y finalmente en nuevas plánulas. Es oportuno ahora recordar (¡ue liay otras plánulas, las cuales, apesar de ser vegetales, su reproducción puede sugerir mucho y dar una idea clara de lo que debe tener lugar en el desarrollo de los Metazoarios; porque en los vegetales, como dijimos antes, la gradación es mas permanente y visible. En las plánulas ve- getales, de las cuales la mas conocida se llama Volvox globator, cuando las células anabólicas, no pueden asimilar mas, son fe- Fig. 9 las células o Infusorios — 90 — runfladas por las células cataljólicas. de la misma pláiuila. De modo que tenemos ai[uí un caso visible de la fecundación y reproduc- ción Ínter se, que en los Metazoarios produce el crecimiento y el consiguiente agotamiento de la asimilatividad que lleva á la separación de los sexos y á la necesidad de la ret'ecundacion. METAZOARIOS Cuando las células que se reproducen llegan á ser mas asi- milantes que las de los Protozoarios que forman colonias como las de los Epistilídcos, por ejemplo, el pedúnculo ya no se desar- rolla, sino que las células (piedan toilas unidas íntimamente, formando un grupo, y cuando las células de este grupo no tienden á separarse como en los Catalactas, todas las células de la plánula se reproducen y se adaptan por dividida especiali- zacion del trabajo, á las conveniencias mutuas, las cuales vienen á serlas del todo. Los primeros resultados de esto es la formación de algunos animales clasiticados con otros muchos que llevan la denominación de Vermes Este nombre sirve para designar los animales de cuerpo cor- to ó 'largo, chato ó cilindrico, con una envoltura músculo- cutánea y desprovistos de miembros articulados. Es muy difícil, y aun imposible, el clasificarlos de una ma- nera claramente limitada. No es posible tampoco determinar con exactitud ni aun siquiera á cu.iles de ellos debe colocárseles en el punto mas bajo de la escala, pues la diferenciación que adquieren uni:)s, les dá una organización superior á otros que, bajo el punto de vista de su facultad asimilante, pueden ocupar un rango mas elevado, si admitimos que la adaptación ó dife- renciación de las dintintas partes de un animal, ó la especiali- zacion de sus órganos, es el efecto de la falta de anabolismo mas exactamente dicho, del exceso de catabolismo, con relación á la cantidad de alimento ofrecida por el medio. Como este desquilibrio existe en todos los animales, no es jiosible deter- minar en todos ellos si la l'alta de anabolismo, manifestada por la especializacion de los órganos, se halla en su período aseen- — 1)1 — dente, ó si, liabiendo vencido la resistencia del medio, la ada])ta- cion adquirida empieza á sur inútil y á disminuir. Ademas, sii- 2¡crior é inferior son términos puramente relativos y arbitrarios, (jue no siem})re son mas fácil de aplicar en absoluto y con )n\)|)iedad á la forma de los animales, que á la posición del sol ó á las extremidades de dos ramas opuestas en una planta. Si admitimos que los animales no ost;'in excluidos de la ley universal de la intermitencia de la forma, estamos obligados á admjtir también que como el protoplasma aumenta siempre su facultad de asimilar y se opone ;'i la resistencia del medio por mcdií) del [>rofeccionamiento de sus órganos para adquirir \)OV todos los medios posibles, el anal)olismo alcanzará un poder suficiente no solo para equibrar, sino también para sobrepasar la resistencia del medio, y entonces tendrá lugar uno de los mas inesperados fenómenos. El jii-imer caso de tan interesante ocurrencia nos lo ofre- cen los Rotíferos Estos ^'ermes, fig. 10, así como otros Vermes inferiores, son también los primeros animales en que se presentan los resultados de una ley á la cual vamos á ver desempeñar un papel de primera importancia en el cambio de forma de los animales. Esta ley es la si- guiente: 1 tomado n veces por suma lulo, es igual á n. De esto resultará que un animal com- puesto de 20 células, será, por lo menos, 20 veces y no 1, su- perior á un ProtozoiU'io mono- celular; porque la suma de las ventajas adquiridas por 20 uni- xJadcs de anintal, vendrá á estar en un solo individuo. Y si en lugar de un individuo formado rig. lo de 20 unidades de animal, tene- mos uno formado por 20 veces 2U unidades, las ventajas serán tan considerables que nos pondrán en este dilema: ó es falso que 1 Xii = ii! él una Iníena especie no desciende de otra biioia — 92 — especie del mismo tipo, sino que todas han evolucionado para- elamente; (¡ue son hermanas ó simplemente prójimas, (i) Los Rotíferos son colonias individualizadas de Protozoarios mas asimilantes que los Epistilideos y Catalactas, los cuales, por estar las células de que son formados, íntimamente ligadas entre sí y especializadas, han adquirido estos Vermes una orga- nización tan suporior á la de otros, que hasta han sido consi- derados como Crustáceos ciliados. La mayor parte de estos microscópicos sores se encuentra en el agua dulce, bajo el musgo ó verdin de los techos, y los hay también que son marinos. Algunos son parásitos en otros animales y se llaman Albertídeos. — Los que viven libres pueden, como los Ciliados, conservarse secos, aunque no por mucho tiempo, sin que se mueran. Los mas lindos son los Filodi nidos. Cuando ponen en movi- miento el aparato ciliar de que está provista su extremidad anterior, mueven el agua >■ parecen un vapor de ruedas que vá navegando. Pero los mas interesantes son, sin duda, el Tro- chosphaera aecuaforíalis, por su instructiva simplicidad; los Flos- culáridos, porque son generalmente fijos y encerrados en un tidío ó en una vaina gchitinosa, ó agregados en grupos y en- \ueltos en una masa gelatinosa (jue en los Couochüus forma una colonia flotante. Lsta manera de agregarse los acerca de cier- tas Lsponjas llamadas HaUsnrcas. No es esto lo único tjue tienen de interesantes estos Rotífei-os; lo es taml)ien el hecho de que las colonias de los Conoquilos son formadas de indivi- duos que son lodos hembras. Los machos son tan diferentes de las hembras, tan peque- ños, tan sumamente escasos y poco necesarios que, por mucho tiempo, se ha creído no existía en los Rotíferos un sexo tan antipático. (2) Las hembras producen dos clases de huevos: huevos de verano, con cascara fina )' que se desarrollan sin ser i'ecundados, y huevos de inmerno, con cascara dura y i'ugosa, puestos en otoño, fecundados y de los cuales nacen hembras catanabólicas, ó partenogenéticas, en la prima^'era siguiente. Algunos otros Rotíferos ó petpieños A'ormes semejantes á los Rotíferos y Uamad'^s Echinodcros, también presentan carac- (1) La palabra especie puede cambiarse por la ríe género, 6 por las de familia ú orden: según los limites que el lector quiera dar á la acción del medio y de la provisión acumulada gradualmente dentro del huevo, y á la palabra variedad. (2) Cuando los machos son muy diferentes de las hembras, se dice que hay diino)-/isiiio se.cita!; cuando son Iguales, puede decirse que hay isonwr/isiiio. — 03 — téi'cs que los acerca de los Artrópodos (bichos con patas articu- ladas) y esto, no siendo ya un heclio aislado, da lugar para creer que el tip(j Artrópodn evoluciona siguiendo, hasta cierta altura, una línea paralela .-'i la de los ^'ermes, de los cuales, los primeros no serán sino las formas mas diferenciadas, y por consiguiente, mas pobres y gastadoras de estos últimos. Tendríamos entonces que distribuirlos á lo largo de aquellas ramas do nuestro árbol genenhigico, en donde están ellos colo- cados: i>ero en este caso, tendríamos (|ue aumentar el número de las ramas, hasta hacerlo igual al de las especies, y darles una forma mas semejante á la de las ondulaciones del mar, ó mejor aun, ¡i la de una planta en la cual las ramiticaciones del tallo y de las ramas representarían las colonias, y las flores los Artrópodos; mientras (¡ue los internodios serian los Ver- mes. De estos, los ([uo llegan mas adelante se llaman Ver- tebrados. Las plantas, y pi'ineijialmentc aquellas de ramillcacion late- ral unípara, como ¡a de la quinoa, por ejemplo, ofrecen una particular utilidad para que podamos, por sus formas, darnos cuenta de la marcha de la evolución, pues esta ha dejado cons- tancia permanente y visible en el esfjueleto de madera de la planta. La diferencia (|ue hay entre la forma de la planta, con la evolución de los animales, consiste en que la planta que tomemos para hacer la comparación, es tan solo un individuo ó ejemplar cuyo catanabolismo ó facultad de unirse con el fruto de su reproducción, vá disminuyendo á medida que el ejemplar crece; mientras que la evolución de los animales se ha hecho por intermedio de muchísimas generaciones de individuos que, sin dejar constancia visible, han acumulado la facultad de repro- ducirse catanabólicamente. De modo (|ue mientras en la planta, el volumen del tallo y de las ramas disminuye liácia las extre- midades, en el árbol genealógico de los animales, lo que podría llamarse el volumen del tallo y de las ramas, aumenta á me- dida que se aleja del punto de partida. El testimonio de su evolución, aunque ha desaparecido con los antepasados, está oculto dentro de los huevos y la mayor perfección puede sei' tal vez una trasformacion compensatoria del número de indivi- duos que produjeran los antepasados. Lo que dejamos dicho respecto de los Artrópodos, explicará su posición en el árbol genealógico, la cual, si bien no es exacta, es indispensable, á causa de la carencia de datos respecto de los nombres de los Artrópodos inferiores que deberian es- cribirse cerca de los A'ermes y de las colonias que figuran en — 9-i — el árbol genealógico. Los nombres de Insectos, Arácnidos y Crus- táceos están para representar solamente á las extremidades su- periores de eada clase. Turbelarias Las Turbelarias, fig. IL son lombrices chatas, ovales, foliáceas ó cestóideas (como cinta); de piel blanda y cilia- da, provistos por lo general de canal digestivo, pero casi siempre sin ano. En su forma exte- rior y organización interna se asemejan á ciertos gusanos parásitos, pero las Turbelarias llevan una vida mas decente, pues no son parásitos sino que viven liln'es en el agua dulce, en el mar, bajo las piedras, en el barro y aun en la tierra húmeda. El cuerpo está todo cubierto de pestañas vibrátiles y [¡rovisto de órganos del tacto de forma y origen análogo á los de ciertos órganos urticantes de las agua-vivas, pero que también se encuentran en muchos Infusorios. Las BhcMocelas son las mas pequeñas de todas, y tan semejantes á los Infusorios, en las ]3rimeras fases de su desarrollo, que es muy r¡g. u difícil distinguirlas de estos Protozoarios. Al- gunas, durante toda su vida, carecen de canal digestivo: de modo que la digestión se verifica en ellas como en los Infuso- rios : por la sustancia parenquimatosa de su cuerpo. En su mayor [¡artesón de agua dulce. Son generalmente hermafroditas, pero se observa en las diferentes especies un gradual aumento en la separación de los sexos, entre los cuales existe un com- pleto isomorflsmo. Lo mismo ([ue los Rotíferos, ponen huevos de verano y liuevos de invierno, cuyo desarrollo está mas ó menos adelantado al tiempo de ponerlos. Unas muy pequeñas, llamadas Microsiomas, cuando están bien alimentadas, se re- producen cornil la lombriz solitaria, y forman una cadena de diez y seis individuos que luego se separan. Las Dendrocelas son anchas y chatas; generalmente con sus bordes ondulados ; la boca está situada hiicia el medio del cuerpo, y el tubo digestivo es ramificado. Unas carecen de ten- táculos, otras los tienen pequeños ó grandes. Algunas carecen — 05 — de ojos, otras tienen dos ó muchos, los cuales, lo mismo que en los caracoles, están por lo general sobre los tentáculos ó en su base. Cestódeos Los Cestódeos, fig. 12, tienen la' forma de una cinta com- puesta de segmentos como anillos chatos de algunas cadenas. Cada uno de estos anillos es un individuo ó proglotis. La cadena ó estróbilo, está fija por un extremo en donde existe un pequeño engrosamicnto llamado la cabeza, ú cscolex. '"^^^hST-^ Fig. 12. — Ttfnia y Botrioccfalo. a. Túnia ó lombriz solitaria, b. Cabeza, c. Ganchos, d. Un proglotis, c. Huevo, f. Embrión con su seis ganchos, g- Dos proglotis del Botriocéfalo. i. Larva ciliada del mismo. La porción del cuerpo, mas inmediata á la cabeza, se llama cuello: es mas delgada que el resto de la cadena, y los anillos se hacen mas visibles y mayores hi'icia el extremo opuesto, por el cual los individuos (¡ue han llegado á su estado adulto se separan de la cadena. — 9(j — Como los sexos estihi separados en un mismo individuo (hermafrodismo), cada uno produce por sí solo los huevos fe- cundados. Estos, por muchas circunstancias, ])ueden lle<;ar al estómago de otros animales. De allí, una vez digerida la en- voltura del huevo y lilii'e el emhrion, emigra atravesando los tejidos y \á á los músculos ú otros órganos en donde se en- quista, y cuando esta carne infestada es comida por el hombre ó por otro animal, el cisticerco se desarrolla y forma un nuevo escolex que produce jior brotes otra nueva cadena, ó estróbilo, conocido bajo el nombre común de tenia ó idombriz solitaria», pero de las cuales hay muchas especies. Nemátodos Los Nsmátodos, son Vermes cilindricos, generalmente muy largos, filiformes y cuyas extremidades terminan en punta. La boca está situada en la extremidad anterior y el ano en la pos- terior. Va\ su mayor parte son parásitos que viven en el inte- rior de toda clase de animales, sea durante toda su vida ó por períodos mas ó menos largos. Otros son siempre libres en el mar, en agua dulce ó en la tierra. Muchos Nemátodos pequeños pueden, como los Ciliados y los Rotíferos, ser desecados y volver ó la vida en un medio húmedo. Los sexos se hallan, por lo general, separados en distintos individuos. Uno, llamado Pelodijtes, es hermafrodita : otro, Rliah- (loncma nigrovenoswn, aunque semejante á la hembra, produce primero células catabólieas, ó espermatozoides, y después se vuelve hembra verdadera y produce células anabólicas, o huevos. Casi todos los Nemátodos se reproducen por medio de huevos •de cascara dura como la de los huevos de invierno de los Ro- tíferos; pero cuando los huevos tienen cascara fina, se desarrollan dentro de la madre y el Nemátodo es vivíparo. Algunos otros do estos ^'ermes presentan otras particulari- dades de gran interés: sea por formar el vínculo de unión con otros A'ermes, ó por su estrecha relación con otros animales. Los Ichtydinos, ó Gcistrofricos, se asemejan tanto á los Rotífe- ros, que hasta han sido clasiticados con estos, mientras que su musculoso exófago y su intestino, los pone en íntima relación con los Nemátodos. Tienen cuerpo vesicular y vermiforme, ci- liado en la cara ventral, y terminado por dos apéndices que — 97 — fonnaii una liorquela. Algunos, lo mi.smo que los Rotíferos, producen dos clases de huevos : huevos de verano, pequeños y de cascara tina, que se desarrollan dentro de la madre, y hue- vos de invierno, de mayor tamaño, de cascara dura y cuyo embrión se desarrolla después de haber sido puestos los huevos. El Eubostrieo tiene una envoltura formada de pelos muy finos, pegados; herencia, sin duda, de alguna Esponja, como lo serán también las espíenlas ciM'neas que poseen los demás Nemátodos. Los QuetosoDÜdcos también tienen el cuerpo cubierto de muy finos pelos, y })arecen ser la forma de transición entre los Ne- mátodos y el muy intei'esante género Sag/fta, para el cual se ha establecido el orden de los Quetonatos La gástrula esférica, como ya lo sabemos, ha ad([uirido su forma por el exceso de desar/'ollo de su primitiva mem- brana interior, sobre la fulminante ó exterior. De la gástrula mas pobre y mas vacía de esta forma, que se ha diferenciado sin agregarse, han tenido origen los Sagitta. Son pequeños gusanitos marinos, como de un centímetro de largo, de forma de Hecha, trasparentes, con nadaderas laterales y la cola terminada en nadadera horizontal, formada de finos radios unidos ¡¡or una membi-ana. A cada lado de la boca, dos grupos de ganchos lijeramente encorvados que les sirven de órganos de prensión, les han valido el nombre de Quetonatos. Si fijamos la atención en el lugar que ocupan en el árbol genealógico los Vermes que estamos estudiando, fácilmente se comprendei'á la imitortancia que tienen todos ellos. Son efecti- vamente, con los demás animales colocados cerca de ellos, el punto de convergencia ó de divergencia de otras muchas formas, según se hagan individuos simples y libres, por medio de la unión íntima y adaptación de sus partes, ó se fijen y agreguen en forma de colonias. Hay otros muchos Vermes mas, pero si fuésemos á estu- diarlos todos sin interrupción, tendríamos ahora que dejar muy atrás á otros animales que debemos conocer antes. A fin de evitar saltos Linéanos demasiado grandes, y aun cuando tenga- mos que hacer muchos pequeños, pasaremos á los V 'J8 Celenterados Este iiomljre significa que la cavidad digestiva de los ani- males así llamados, es simplemente la misma cavidad visceral, {koilos, cavidad; entera, intestinos), y se refiere ¡irincipalmente á aquellos animales que conservan la forma primitiva de las gdstrulas con muy poca variación: [)or lo cual es á estos ani- males á los que mejor podría dai'se el noml)re de Gastreados, el cual nos permitiría incluir, á mas de las Esponjas, otros animales con tubo digestivo distinto. Los Celenterados se llaman también Cnidarios, porque, excep- tuando las Esponjas, sus tejidos contienen pequeñas cápsulas con un hilo arrollado en espiral y llamadas cnidoblastos ó nema- toquistes. Estos órganos son mici'oscópicos y secretan una sus- tancia venenosa que produce una sensación igual á la de la ortiga. Como la ortiga se llama akaléphe, en griego, Aristóteles dio ese nombre á los Celenterados que nadan libremente como las agua-vivas. Al estudiar los Celenterados, nos sucederá como cuando en las primeras lecciones de lectura encontramos palabras de una, dos ó tres letras, antes de saber leer de corrido. El Celente- rado, esa frase sencilla de la Zoología, revela con cierta esjiecio de sinceridad, muchos secretos muy difíciles de descubrir en los animales superiores A ellos. El velo que los cubre en estos es, en el Celenterado, mas trasparente; y si no creemos sean seres excluidos de las leyes que rijen á todos, lo que ellos nos dicen de sí mismos, debemos tomarlo como la verdad de lo que i)asa en los demás. Son, efectivamente, como una ciudad en construcción. Se vén casas sin concluir; los cimientos para otras; pilas de ladrillos y demás materiales para las que se están construyendo, y liasta se vé cómo se verifican estos trabajos. Los Celenterados se llamaban también Zoolitos, porcjue los mas de ellos tienen tanto de común con las plantas, que poi- niuclio tienqjo se ha creído no eran animales. Como los unos y las otras no son sino ramas de un mismo tronco, par- cialmente divergentes solo por acumulación de diferencias inti- nitamente pequeñas del pnitoplasma, vamos á estudiar los Celenterados y los demás animales, comparándolos con las plantas y también con nosotros mismos. Nada debemos temer — 09 — del antropomorfismo, desde r¡ue ya saljemos que tomándolo al revés podremos comprender la naturaleza con la mayor cla- ridad. En la mayor parte de los Celenterados, las gástrulas, lo mismo que el proglotis de los Cestódeos y el fruto de la repro- ducción de otros muchos animales, mientras reciben con faci- lidad lo que necesitan para sus gastos, ó fulminación, lo pasan muy bien; están con la boca mas ó menos abierta según su glotonería ; crecen y echan brotes como una planta en buena tierra, hasta formar una colonia de gástrulas en distintos grados de desarrollo. Pero estos brotes, cuando el medio no dá mas y la madre no puede proporcionarles todo lo necesario para sus ya exageradas necesidades, se desprenden de la colo- nia madre y van á buscar la vida por su cuenta, llevando consigo el capital recibido de sus padres. Como este capital es mas ó menos considerable solamente en i'elacion con las as})iraciones del nuevo ser, encontraremos idguna discordancia entre lo que nosotros creemos ser superio- ridad y lo que se tiene por tal. Pero como hemos elegido para nuestra clasificación la facultad de asimilar, como principal factor en la evolución de los animales y como secundario la especializacion de los órganos, vamos á formar el tipo de los Celenterados, ó Gastreados, con las siguientes clases : Espongiarios. Hydroideos. Acalefos. Antozoarios. Briozoarios. Espongiarios Estos Celenterados, llamados hoy Pseudo-Celenterados, .son tan asimilantes, tan femeninos ó anab(Micos con relación á su fulminatividad ó masculinidad, que son los Celenterados mas esencialmente semejantes á los mas anabólicos organismos: á los vegetales. A causa de esto, la forma de verdadera gástrula no se observa en su desarrollo, porque este, siendo el camino regresivo que lleva al animal á su estado adulto y forma defi- nitiva, es únicamente en este último estado que se acercan de la forma de gástrula. 100 Lo que conocemos con el nombre de esponja, no es sino el esqueleto de unas llamadas Euspongias, porque son Irlandas y elásticas. Las Halisarcidas, ó Mixospongias, son gelatinosas, sin esqueleto alguno ó con algunas esitículas aisladas y son de formas muy irregulares. Todas las demás tienen esqueleto mas ó menos sólido, ya calcáreo, ya tiliroso, córneo ó silíceo, y el cual sostiene un tejido contráctil, tapizado por células en ese estado del protoplasma, que los zoólogos llaman Flagelarlos. En tamaño son muy variadas, tanto por el número de indi- viduos de que están formadas, el cual puede ser de uno ó de muchos, cuanto por el tamaño de ellos, que puede ser á veces tan solo de unos pocos milímetros. Al exterior se vén las aber- turas de los canales inhalantes, por los cuales el agua lleva el alimento al interior de la Esponja, y circulando por estrechos canales, sale por otros mayores, llamados canales exhalantes y cuyas bocas se llaman ósculos. La variabilidad que hemos visto en los Rhizópodos, la en- contramos repetida en todas las par- tes del esqueleto de las Esponjas, á tal extremo, que se ha llegado á decidir que no es posible hacer una completa clasificación de las EsjHin- jas. La forma de las espíenlas y principalmente la naturaleza de los tejidos del esqueleto, son los carac- teres menos variables y sirven para hacer las principales subdivisiones. En las Esponjas fibrosas ó silíceas, fig. 13, el esqueleto está formado de fibras córneas y de espículas silíceas de l'ormas muy variadas, que suelen alcanzar un largo considerable. En algunas, las espículas están unidas formando redes envueltas por capas de sustancia córnea ó silícea, á veces sólida como piedra. Las calcáreas, fig. 14, tienen el armazón forma- do por espículas calcáreas, ^* " ya simples, ya formando estrellas de tres ó de cuatro radios. Las colonias de Esponjas Fig. 13 — ini — son por lo general dioicas, es decir ({ue cada colonia es de sexo diferente, y se reprodurcn por Ijrotes ó por medio de gér- menes ó (jcmitltts: grupos de células envueltas por una mem- brana que á veces es una cascara dura compuesta de partículas silíceas, y que como los I'rotozoarios enquistados y los huevos de los Cestodeos, quedan por algún tiempo detenidos en su desarrollo. Otras se reproducen por huevos que á veces se desarrollan dentro de la misma Esponja. Hydroideos Bajo este nombre comprenderemos los Celenterados verda- deros, inferioí'es, fijos, reunidos en colonias ramificadas, rara vez aislados y que por lo general producen brotes que por mayor desarrollo de la parte interna de la gástrula, han tomado la forma de un quitasol. Son, como lo indica su posición en el árbol genealógico, los Celenterados que ocupan la parte inferior del centro de divergencia de todas las ramas, del mare-niagimm de la Zoo- logía. Las dos ramas mas bajas son las de aquellos Hydroideos en los cuales las gástrulas mas asimilantes no han podido alcanzar el mayor desarrollo de su parte interna, á causa de la excesiva consistencia de su protoplasma con relación á su asimilatividad, y en lugar de dilatarse y tomar la forma de quitasol, se han alargado en forma de tubo ó de campana y no S3 han separado de la colonia fijo. Por intermedio de ciertos individuos muy egoístas, han dado origen á los Briozoarios y estos á otros animales. Aquellos Hydroideos cuyas mas egoístas gástrulas han conservado mas su estado amiboideo, han alcanzado la forma de quitasol, ó de una pequeña campana, y se separan de la colonia fija. Luego, estas pequeñas campanillas flotantes, llamadas me- dusas hi/droidens, han dado origen á los Antozoarios, Braquio- podos, Acalefos, Moluscos, etc. Los Hydroideos, ó Hydroxoarios, figs. 15 y 16, son colonias de pólipos, en foi-ma de césped ó de árbol: en la mayor parte de ellos los pólipos están rodeados de una capa quitinosa, córnea, gelati- nosa ó calcáj'ea, segregada por los pólipos que forman la colonia. — 102 — El tallo y las ramificaciones son recorridas en su eje por un canal que comunica con la cavidad visceral de cada pólipo. La forma y posición de estos varían según las funciones de cada uno en la colonia, como también según las diferentes colonias de Hydrozoarios; pero las diferencias mas importantes proceden de ser en estos Celenterados en los que se verifica el paso de una á otra forma de gástrula. La estructura de los pólipos es, por lo general, muy simple; principalmente en aquellas colonias 'cuyas funciones son desem- peñadas por individuos distintos, ú órganos. Hay unos que no hacen mas que comer y se llaman (jasteroxoidos. Otros ha}" que se contraen con mucha facilidad y se retuercen en espiral : son los dadilo-.oiíJos, ú órgano del tacto. En medio de los i)ri- meros se encuentran otros sin boca ni tentáculos; estos son los pólipos cjue producen los huevos ó los brotes. Estos jjrotes consisten en pólipos ó en medusas que á veces producen por brotes otras medusas. En los demás animales, los productos que se esperan de sus progenitores son en la forma de huevos ó de espermato- zoarios, pero en los Hydrozoarios es tan gradual el calanabo- lismo, que es todo el órgano reproductor el que se sejjara, tomando primero la forma de medusa. Algunos no }iroducen — 103 — estos óriianos independientes; en muclios, los extremos opues- tos de la sexualidad permanecen siempre unidos á la colonia: su forma de medusa se modifica completamente y quedan re- ducidas á simples partes la colonia. El aumento de calor ó de alimentación basta para hacer que las medusas destinadas á separarse permanezcan unidas á la colonia: las que se separan sufren una metamorfosis mas ó menos completa. Los Hydrozoarios se dividen en Hydrocoralíneos, Tubiilarios y Campanidarios . Los Hijclrocomlíneos se llaman así por su semejanza con los Antozoarios ó Coralarios. Forman un esqueleto calcáreo con celdas tubulosas, en donde los gasterozoides están rodeados de numerosos dactilozoides mas pequeños y sin boca. En los Tubularios, los pólipos son ya desnudos, ya cubiertos de un peridermis tubular, córneo ó quitinoso. A este grupo pertenecen las Hydras de agua dulce, fig. 16, que son largas gástrulas tubulares, aisladas, y cuyos brotes se separan de la madre. Estos pólipos aisla- dos, pueden reproducirse cor- tándoles en varias parles ; cada una de estas, por pequeña" que sea, reproduce el animal com- pleto; y si se le dá vuelta como á un guante, la parte interior desempeña las mismas funcio- res de la digestión como antes Je dársele vuelta. Los TubuliU'ios marinos son los mas numerosos y variados por las formas de los pólipos. En las llamadas Espongicolideas ó Tecomeditsas, no se ha observado aun la separación de los sexos ó «reproducción sexual», como se llama. Los Campamdarios están rodeados de un tubo córneo ó qui- linosa, que se ensancha en la forma de una campana en derre- dor de cada pólipo y dentro de la cual puede este retraerse. Fig. 16 Acalefos Los Acalefos son colonias libres ó ambulantes, é individua- lizadas. Por su oríjen, desarrollo y estructura, difieren mucho — 104. — de los Hyrlrozoarios, pero casi todos están comprendidos en una misma clase bajo el nomitre de Hydromedusas, á la manera de una serie de líneas entrecortadas, cuyos espacios vacíos hubiésemos cubierto alternativamente con otra serie de líneas también cortadas. Gráficamente podría esto representarse así: Esta especie de solución de continuidad, alternante, ó para simplifica)', solución alternante, se nota por primera vez, en las Hydromedusas, porque en la forma de Medusa, la máscara de la forma, como decía Diderot, es tan trasparente ó, mas bien, tan visible, que en lugar de engañar, revela la existencia de otras medusas ijue han sido entresacadas para clasificarlas como procedentes de un origen muy lejano, porque difieren de un Acalefo como un punto difiere de una línea formada de puntos. Pero, como debemos suponer, cuando una medusa Hydroidea pudo alcanzar un grado de asimilatividad suficiente para producir elementos bastante coherentes como para poder unirse intimamente y para adaptarse á llevar una vida libre y completamente individualizada, el animal (¡ue ha de resultar de tan diferentes aptitudes, debe también ser muy diferente de la parte ú órgano de una colonia incoherente de un Hydrozoario ó de un Acalefo; debe ser como un caracol ó una concha. Como entre los Hydrozoarios y los Acalefos, la solución alter- nante es mas gradual, ó con un número mayor de series de líneas separadas, que entre los demás Celenterados, debemos dejar atrás á los Antozoarios y Briozoarios, y seguir ahora con la Acalefos, pero principiando por los superiores y yendo hacia atrás hasta llegar á los Briozoarios. Formaremos el grupo de los Acalefos con los siguientes Ce- lentei-ados: Medusas, Sifoiióforos y Ctenóforos. Medusas Si tomamos la forma, como el principal y mas importante de los caracteres, es imposible separar estos Celenterados de los Hydrozoarios. Ademas de algunas Medusas de existencia tija muy dudosa, aunque muy semejantes á los Hydrozoarios por otros caracteres, hay también otras Medusas de campana gelatinosa y dura, y — lo:) — cuyos tentáculos soa tnnibieii dui'i>s, i[ue ú veces se reproducen por medio de lirotes y forman un racimo de Medusas que lue- go se separan. Otras son una cami)ana ó saco profundo, formado de cuatro partes iguales y con cuatro largos tentáculos ó cuatro haces de tentáculos. Han sido clasificadas alternativamente como Hydrozoarios y como Acalefos. Las Medusas vei'daderas, ó Discóforas, son grandes, formadas de ocho partes iguales; su campiuia gelatinosa es mas gruesa y su organización mucho mas complicada que la de las medusas Fig. 17 Hvdroídeas. Las figuras 17 y 18 representan algunas de estas Acalefos. Su origen es siempre completamente diferente del de las Hy- droideas, y la manera en que se desarrollan tampoco es la misma en todas ollas. La Pelai/ia se forma directamente de un huevo que produce una sola gástrula, la cual toma gradualmente la forma larval común á las demás Medusas y conocida con el nombre de Ephiira, fig. 19 y 20, y después la de una Pclagía adulta. En las demás, la plánula, ó doble plánula, so tija, toma la forma de lOG un i)(_ilii) Inmodo scijfistovw, íig. 21, el cual, después de producir por brotes otros scifistomos, se señnla en mu- chos segmentos que son peí] ño- ñas Kfiras pues- tas unos sobre otras como una pila de platos. De esta forma que ahora toma el nombre de estróbilo, fig. 22, se se- paran una por una las nuevas Medusasyconti- núan creciendo hasta adquirir un desarrollo Fig. 19 Vista de abajo Fig. 18 Fig. 20 Vista de frente que es enorme de la Medusa adulta con el de SI se compora el volumen larva de (|ue procede. Las Discól'oras, se dividen en Monostomas y Rhixostuinas. Los Monostomas, tig. 18, tienen una sola boca, ancha y rodeada por cuoti'O brazos; los bordes de la comitono son ondeados, llevan ¡¡or liliimenlos marginales, ó bien haces de largos íilamentos bajo lo cam- pana, ó sino, bandas de ten- táculos cortos en lo porte supe- riíir. Ln las Bliixostoinas, los bor- des do la boca primitiva están soldados y al derredor de ellos hay ocho brazos con numerosos y pe(|ueños chupadores ó vento- sas en lugar de bocas: la cam- jiana, ó (|uitasol, carece de fila- mentos marginales. Fig. 17. 22 (a) Mf^o,, u^sJr -^■_§. Fig. 22 (c) \ — 107 Sifonóforos Los Sifonóforos son los Acalefos mos semejantes á los Hv- drozoarios; pero ea vez de ser fijos y i-amificados, son colonias libres y mas individualizadas de gáslridas de diferentes formas: fijas á un tallo libre y contráctil, formado por la gástrula pi-i- mitiva, madre de la colonia: de modo que ese tallo es también un canal por el cual el líquido nutritivo circula constan- temente por toda la colonia. Está casi siempre provisto, en su extremidad su- perior, de uno vejiga aéreo, ó jmeuniatú- foro, por medio del cual la colonia se mantiene en posición vertical, y á veces es de dimensiones considerables. Las formas polipoideas ó medusoideas de las gástrulas, se han modificado se- gún las funciones que cada una desem- peña en la colonia, y están todas tan ligadas una á la otra y a toda la colonia, (jue es muy raro se separen de ella antes de alcanzar á su madurez sexual. Solo en los llamados Velelliclos ó Dis- coideos, los órganos reproductores, no satisfechos con lo que reciljen de su ía- milia, se separan de ella y viven inde- pendientes desde antes de haber agotado su catanabolismo. Los sexos vienen en- tonces á estar separados en individuos distintos pero de igual forma. La figura 23 representa uno de los Sifonóforos, pero sus formas son muy variadas. Todos son muy urticantes, y el llamado Fisalia lo es tanto que hasta puede causar la muerte de un hombro. Son también los mas preciosos animales del mar; tienen la trasparencia del cristal y los mas variados y puros colores del arco-iris. 108 Ctenóforos Estos Acalefos, figs. 24 y 25, son mas ó menos esféricos, cilíndi'icos ó cestoídeos, y comunmente con dos largos filamen- tos laterales. Su cuerpo es también gelatinoso; está señalado por ocho paletas ó costillas nata- torias, formadas de pes- tañas vibrátiles con- crescentes y que dan al animal la apariencia de una naranja sin cas- cara ó de un melón. La boca está en uno de los polos y nadan con ella hacia atrás. Como el cuerpo de estos Acalefos muestra mucha tendencia á deprimirse, desde el principio de su desarrollo, en vez de estar compuesto por ocho partes iguales, como el de los Discóforos, parece estar formado de solo cuatro partes dobles; de modo que su forma exterior es muy variada y mas ó menos deprimida. Solo las llamadas Teniatas ó Cesio'íclcas, son completamente chatas y como cinta ; tienen solamente cuatro costillas bien desarrolladas y nadan por medio de movimientos ondulatorios de su cuerpo. Fig. sm^^^^SvifS! Fig. 24 levando la boca hacia abajo. Antozoarios Las gástrulas de que están formados los Antozoarios, ó Co- rales, fig. 20, también se llaman pólipos. 1mi lugar de ser colonias libres é individualizadas, como los .\calefos, son tijas como los Hydrozoarios; pero difieren de estos no solo por el mayor tamaño y por la forma mas recojida de los pólipos, sino también por ser en estos mas complicada la estructura de la cavidad diges- tiva, la cual posee un tulio exofáguico y está dividida i)or ta- — loo .í?>.f biques radióles, llamados repliegues mesentero'ideos, los cuales comunican entre sí en el fondo de la cavidad y de allí, por medio de canales ramificados, con las pai'odes internas del cuerpo de los pólipos, de tal manera, que el alimento tomado por cualquiera de ellos aprovecha á todos los demás. Como estos animales son casi todos fijos y se reproducen por bro- tes, se ap,'regan en colonias mas ó n.enos numerosas; desde el pólipo simple y solitario, nacido de un huevo fecundado, hasta en un nú- mero muy considerable de pólipos. En el desarrollo de las colonias, la reproducción catanabólica — tan impropiamente llamada asexual — tiene lugar por medio de brotes que crecen en diferentes partes del pólipo : en la extremidad inferior, en los lados del cuerpo, cerca de la boca, y aun en ella misma: en el perísto?iia (peri, en derredor; stoma, boca). Los que producen brotes mas distantes de la boca, los de pedúnculo mas largo, y por consi- guiente, los mas pobres, son los Cormdarios, pues están los pólipos unidos por medio de vastagos como raíces, y cada individuo ocupa una pequeña celda muy semejante a la de los Hidrozoarios y de algunos Briozoarios. Algunas colonias no son invariablemente tijas, sino que tienen su parte inferior, sin pólipos, metida en el fondo fangoso del mar; á veces se desprenden de él, se dejan llevar por las olas y adquieren así cierta individualidad. La división del trabajo es lo mas limitada que puede ser: cada pólipo desempeña por sí mismo todas las funciones de su vida, y tan solo la producción de los elementos sexuales está repartida en individuos distintos, los cuales ó están todos mez- clados en una misma colonia, ó repartidos en colonias dioicas. En algunos se encuentran individuos hermafroditas ; en ellos, los huevos y los espermatozoarios so forman los unos al lado de los otros en un mismo repliegue mesenteroideo. El esqueleto es calcáreo, córneo ó silíceo y mas ó menos sólido ; á veces tiene la consistencia de la piedra y es de muy variada estructura. El eje sólido de un Alcionario llamado Ysis hippuris, está formado por partes calcáreas y córneas, alterna- tivamente. Las partes calcáreas son de un blanco puro y las córneas de color oscuro, de modo que el eje parece todo ani- — lio — Hado. Oíros carecen de esqueleto: se desprenden de donde se lialiían fijado y pueden cambiar de lu,ü,ar, llevados por el agua ó tal vez por su voluntad. Se llaman Actiniarios ó anémonas de mar; son en su mayor parte solitarios, hermafroditas y comun- mente de tamaño considerable. La gran variedad que presentan los Antozoarios en sus for- mas, es debida á la estructura y naturaleza de la sustancia de que están compuestos sus esqueletos, ¡í las diferencias de los pólipos que los producen y al modo variado de su crecimiento y del desarrollo de los brotes. Habitan todos los mares y prin- cipalmente los de las zonas cálidas. La mayor parte se fija cerca de las costas, y su esqueleto forma los arrecifes de coral, ó atols, que son muy peligrosos para los navegantes y (|ue vienen á ser a veces origen de nuevas islas. Se dividen en Alcionarios y Zoantarios; á los cuales agregare- mos ¡os CaJicoxoarios. Los Alcionarios, ú Ociactinios, tienen ocho tentáculos bi pinados é igual número de repliegues mesenteroideos no calcificados. En los Zoantarios, ó Poliactinios , todas esas partes son en nú- mero de G ó de un mfiltiiilc de G. Los tentáculos son simjjles y formando círculos en derredor de la boca. Los Calicoxoarios son intei'esantes porque se parecen tanto á las Medusas, que algunos zoólogos los clasifican como Acalefos, mientras otros los consideran mas próximos de los Antozoarios. Estos pólipos medusoideos son muy pequeños, parecen un scifistomo y tienen la forma de una copa cuyos bordes, alar- gados en ocho diferentes partes, forman ocho brazos provistos en su extremidad de muchos tentáculos cortos. El centro ó fondo de la copa, es alargado y forma un pedúnculo por el cual el animal se ha fijado. Son siempre solitarios, y aunque no se reproducen por brotes, son notables por la facilidad que tienen de recobrar su forma, reproduciendo las partes mutiladas. Briozoarios Los Briozoarios, figs. 27 y 28, son los Gastreados mas pequeños de todos, y en términos generales, inferiores á los Antozoarios liajo el punto de vista do su facultad asimilante. Han evolucio- nado con un capital inferior al de estos; pero gracias á la exi- íiiiidad de sus dimensiones v á la habilidad tradicional v — 111 — característica de tocios sus antepasados, de vivii' :i expensas de otro, han conseguido hacerse dar una colocación en la clasifi- cación zoológica, muy inmediata ú la de otros animales mucln) mas honorables, pues sus antepasados, en lugar de comer ¡'i otros despacio y parcialmente, se los tragaban enteros. Los Briozoarios son, pues,. -como los hombres que han he- redado una fortuna robada. Pero como no se debe condenar á nadie sin oirlo antes, es tan solo por un deber de justicia que ocupan un lugar tan bajo en nuestro ;'irbol de clasificación: pero al mismo tiempo, trataremos de disculpar el parasitismo de sus antepasados. Si desechamos el antropomorfismo y aceptamos la teoría de la evolución, como la mas parecida á la verdad, veremos que el parasitismo, si bien muy variado en formas y grados, es la ley universal que rije á los organismos, y que en los animales es la continuación del desarrollo directo, durante el cual, el espermatozoario saca del huevo, de la hembra y del medio, los alimentos necesarios para satisfacer su virulencia ó facultad de asimilm-. l'.sta facultad, aumentando de generación en genera- ción, por efecto de la continua fecundación, llega á tal punto, que el alimento ofrecido por el medio llega á ser insuficiente, y el parasitismo es la consecuencia. Siendo así, pues, como el parasitismo, ¡o mismo que el de- sarrollo directo, varía princi¡)almente [lor su duración, podemos derlucir que cuando dura por toda la vida del animal, ha de tener lugar en este el paso á otro animal de rango muy superior. El parasitismo a que los Briozoarios deben su heredada su- perioridad y alta clasificación zoológica, debe haber servido para hacer la transición, no solo entre los ¡•espongiarios y los Hy- drozoarios, sino también de los Briozoarios a muchos animales pequeños que respiran directamente de la atmósfera. Brioxoario quiere decir animal musgo, nombre que se les ha dado porque el aspecto de las colonias que forman es el mismo de esa ciase de vegetales. Habitan principalmente en el mar, pero abundan también en el agua dulce, en las aguas estancadas y en los rios de poca corriente. Se fijan sobre cualquier objeto: piedras, madera flotante, yerbas, etc. Las colonias que forman son de muy reducidas dimensiones; el cuerpo de cada indivi- duo, ó x,oec¿a, es sumamen'e pequeño, á veces microscópico, y están todos dispuestos en un orden muy regular. Algunas co- lonias se extienden como una membrana, otras son macizas como un polipero, ó forman una cascara sobre los cuerpos en que se fijan. — 112 — La con^isloncia de íqs Briozonrius es córneo, íjelntinosa ó ■oalcúi'oa. Las diferentes configuraciones de los individuos y las posiciones en que se agregan, producen uno variedad osoml)ro- :sa en sus colonias. Los individuos desempeñan distintos fun- ciones en la colonia; en algunos Briozoarios hay unos individuos que son los cazadores ; tienen una especie de tenaza de forma semejante ó la cabeza de un pájaro, llamada avicularia, y son los (|ue matan ó agarran los pequeños organismos ú otras par- tículas alimenticias demasiado grandes para ser comidas; en otros, los cazadores no tienen tenazas sino un largo filamento muy movible, llamado vibracularia, y es lo que pone constante- mente en movimiento el agua, con lo cual el alimento es puesto al alcance de los cazadores ó de los encargados de comerlo ; otros, llamados ovicelas. construyen los huevos, los cuales, á veces, salen ya fecundados. Estos huevos son, en algunos, muy seme- jantes á las gémulas de las Ivsponjas. En algunos, los huevos se desarrollan en el agua; en otros van i'i una especie de nido, en donde tiene lugar la incubación. De estos huevos nacen á veces individuos que ya se han reproducido dentro de él y cons- tituido una pequeña colonia; otros son al nacer individuos simples que mas tarde se fijan y forman colonias jior la producción progresivas de nuevos brotes que se forman \a al exterior ya dentro de los individuos. En algunos, estos individuos se separan de la colonia, pero por lo general (juedan siempre unidos al que los produjo. Los mas inferiores (juedan siempre aislados, ya cada indi- viduo fijo por un largo jjedúnculo, ya muchos unidos por un estolón ó vastago como el de las frutillas. — Estos Briozoarios se llaman Eiüoproctas, porque la boca y el ano están situados mas adenti'o que en los demás, ó Ectoproctas (Ex, fuera de; entos, den- tro: proxtos, ano. j La primitiva cavidad de la gástrula y la organi- zación de la larva de los Briozoai-ios superiores, queda perma- nente en el estado adulto de los Entoproctas. Los Briozoarios se parecen tonto ó los Hydrozoarios, que por mucho tiempo se los ha reunido en un mismo grupo. Pero nosotros debemos considerar ó a(|uellos Hydrozoarios t|ue no producen medusas libres, como el tronco de donde los Briozoarios han tenido origen por medio de solución alternan- te; mientras los demás Hydrozoarios que producen medusas libres, .serán los que han evolucionado en dirección ascendente y dado origen á las ramas superiores. Los Briozoarios superiores se llaman Ectoproctas, porque el ano está situado fuera del círculo de tentáculos. Según la ma- 113 ñera en que están dispuestos los tentáculos, y según que ten- gan ó no una lengüeta movible, llamada eiústomo, se dividen en GimnoJemos y Fihctolemos. Los Gimnolemos, ú Estelmápodos, íig. 27, son casi todos de mar; carecen de epístomo y lle- van un círculo completo de tentáculos sobre un disco llamado lofóforo. Son los Briozoarios mas numerosos y variados, y de consistencia córnea ó mas ó menos calcárea, y á veces gelatinosa. Los FilactoleDws, ó Lopliopodos, fig. 28, son de agua dulce ; sus numerosos tentáculos están en dos hileras paralelas, sobre un lofóforo en forma de herradura, y están provistos de un epístomo movible. Los individuos de la colo- nia son relativamente grandes y semejantes los unos á los otros; tal vez ¡jortiue comunican entre sí mas directamente que los Gimnolemos. Pertenecen á este orden los Cristatelideos, que son colonias ambulantes, trasparentes; los individuos están dispuestos en SUS A fié Fig. 27 Fig. 28. hileras ovales, concéntricas, sobre un pié común. También liay una variedad de los PlumateUdeos llamados Frcdericela sultana, que son colonias movibles. Estos Briozoarios se encuentran en el fondo de los lagos de Suiza. Nos vimos obligados á interrumpir el estudio de los Vermes, para evitar la misma dificultad (jue tendríamos si quisiésemos estudiar la fisiología vegetal por medio de hojas, flores, frag- mentos de tallos y de otras partes de diversas plantas, que encontrásemos repartidas eu diferentes montones. Pero ahora que ya tenemos una idea general de la fisiología vegetal de los — 11 i — animales, seguiremos estudiando los demás, lomando por sepa- i-ado cada uno de los grupos en que la clasificación los ha acomodado. Toca su turao ahora al 2" orden de los Vermes chatos, ó Plathelmintos, llamados Tremátodos Son gusanos parásitos, chatos, generalmente foliáceos y rara vez cilindricos; provistos de ventosas, boca y canal digestivo, pero sin ano. En lugar de ser largos y compuestos de muchos segmentos, ó proglotis, como el tenia, son simiiles. cortos, ovales ó foliáceos, y puede considerárseles mas r^ bien como escolexes aislados, que en vez de bro- tar proglotises, su cuerpo se segmenta en Cerca- ños, íig. 29, que adquieren una organización mas elevada que la de los proglotis de los tenias. Algunos, como el saguaipé, pueden vivir en el canal digestivo ó en otros órganos de otros anima- les, por lo cual se les llama endoparásitos, y Monos- tomos ó Dístomos, según el número de sus ventosas. Los que tienen dos ventosas en la extremidad an- terior y una ó varias en la posterior, se llaman Poltstomos; son generalmente ectoparásitos, como las sanguijuelas lo son accidentalmente y viven pegados A las bran- quias de los peces. La historia del desarrollo de muchos de estos Vermes es sumamente instructiva. En- tre un individuo adulto y su inmediato des- cendiente adulto, aparecen por lo menos cinco formas diferentes que se suceden en diferentes medios y huéspedes. Del huevo fecundado, nace un embrión ciliado, acuático; este entra en un caracol y se trasforma en un Espo- roquiste, fig. 30, lleno de Cercarlos ó de Redias, fig. 31. La Redia, en un nuevo huésped, puede dar otra generación de Redias que producen Cercanos, y estos, cuando son tragados por otro animal, alcanzarán al estado de saguaipé adulto cuando lleguen al intestino, hígado, etc.. Fig. 29. de un último huésped. — 115 — La Reclia de algunos Dístomos marinos pi'oduce Cercanos unidos por las colas y formando masas globulosas que nadan libremente en el mar; como si fuesen un principio de colonia cuyos individuos se separan por el creciente egoísmo de cada uno de ellos. El Diporpa, cuando ha llegado á su estado adul- to, se une á otro individuo y ambos se sueldan por el medio de sus cuerpos y forman una X. En este estado se llaman Diploxoon. Algunos Diporpas nunca llegan á su madurez sexual perfecta; se quedan solterones y mueren sin dejar sucesión. En el Oijrodactijlus, muy pequeño Polistomo hermafrodita, el cuerpo de la madre contiene las hijas, nietas y biznietas, encerradas las unas den- tro de las otras. El estudio del desarrollo de los animales pue- de ser mas ó menos claro é instructivo, ó mas ó menos incomprensible y engañoso, según sea mas ó menos elevado el rango de cada animal; pero rig. 31. siempre se debe tener presente lo (¡ue dijimos á propósito de los Protozoarios y de los Rotíferos: Los Metazoarios no solo son colonias mas ó menos numerosas y coalescentes de Protozoarios mas ó menos calcáreos ó silíceos, sino que son también los múltiples de otros Metazoarios mas simples y cuyo desarrollo será simultáneo; porque el huevo es un Metazoario en estado ultra-amibóideo, y cuyos Protozoarios — llamados cé- lulas, en cierto estado de diferenciación, ó merides ó xoonites, según la mayor ó menor coalescencia de las agrupaciones de células — tienden todos á adaptarse á las necesidades del todo; es decir, van á especializarse. En este trabajo de especializacion» en esta evolución interna, en que empieza á bosquejarse un pescado, por ejemplo, no vamos á ver Radiolarios, Filodinidos ni Ectoproctas, porque estos son animales del todo adaptados y cuya adaptación principió en una dirección determinada y terminó después de haberse agotado la provisión maternal. Por el contrario, en el animal cuya embriología estudiemos, todas las partes tienen á su disposición todo el capital acumulado por la madre, tienen mucho mas anabolismo y carencia de cal y de silico. De modo que con tantas ventajas, el nuevo individuo no se detendrá á cada paso de su desarrollo, como tuvo que hacerlo la serie de sus antepasados. Sin embargo, como la asimilación y el alimento están limi- — IIG — tados conforme á la virulencia comunicada por el elemento masculino y á la cantidad y calidad del alimento almacenado en el huevo por el anabolismo do la madre, resultará fiue los fenómenos de aumento de volumen y de diferenciación, lla- mados desarrollo, serán simultáneos y presentarán fases tanto menos persistentes cuanto á mas remotos antepasados perte- necieron exclusivamente. Cuanto mas abundante sea el ali- mento, tanto menos notables serán los efectos de esa falta de alimentos, que dio á los antepasados su forma definitiva. Es generalmente admitido hoy, que el desarrollo del individuo (ontogenia) es una repetición abreviada del desarrollo de toda la serie de los antepasados (filogenia). Pero esta opinión, te- niendo por l¡ase la analogía que existe entre las formas de desarrollo de algunas especies y las de otros animales adultos, inferiores, nos enseña que todos los animales obedecen á unas mismas leyes fundamentales, y por lo tanto, nos enseña también que la analogía no puede ser el medio seguro para descubrir cuál ha sido la serie de formas recorrida por los antepasados de una esijccie; porque las series, no solo son en extremo variadas en la gradual adaptación de sus órganos, sino que también son todas })aralelas entre sí, en cuanto á las formas. Además, el hecho de que en el desarrollo de animales muy diferentes se observan formas muy semejantes, mientras varían entre una especie y otra del mismo género, y el desacuerdo que reina entre los naturalistas que han estudiado el desarrollo de una misma especie, en diferentes individuos, hacen suponer varíe también en los diferentes individuos, y rjue cada uno tenga el suyo exclusivo á él dentro de ciertos limites. Todo, pues, con- tribuye á hacernos desconfiar de la utilidad del estudio del desar- rollo para descubrir con bastante exactitud cuáles han sido los antepasados y cómo es, exactamente, la evolución de la forma del protoplasma animal. Por el contrario, el desarrollo de los animales inferiores, que se verifica fuera del huevo, en el medio exterior, es el que puede darnos una explicación mas clara y ge- neral del desarrollo de otros animales en los cuales este es tan oscuro, no solo á causa déla simultaneidad en el desarrollo de las diferentes partes del futuro animal, sino también por las mas ó menos precoces coalescencias, reabsorciones, variaciones de dife- rentes grados y saltos de adaptación que no tienen que recorrer. Por consiguiente, la segmentación de las Móneras y demás Protozourios; esa manera de comer de los Infusorios, llamada conjugación; la reproducción por brotes, de los Celenterados y otros animales; la generación alternante y los curiosos fenó- — 117 — menos de reproducción y desarrollo de los Trcm;Uodo5, j\Iedu- sas, etc., son los que pueden darnos innumerables datos de gran valor, gracias á su sencillez, para comprender no solo el desarrollo de los demás animales, sino también su genealogía, ó historia de su filogenia. Rhincocelos Los Rhincocelos, ó Nemertinos, son generalmente largos y chatos, y se distinguen de las Turbelarias, no solo por ser largos y generalmente cestoídeos, sino también por su organización superior y mayor tamaño. Tienen en la cabeza dos fosetas ciliadas y están provistos de una larga trompa tubulosa y pro- tráctil, armada á veces de un estilete grande y varios pequeños. .Su cavidad visceral parece estar dividida en varias partes, como si estos animales fuesen formados de varios segmentos en serie lineal, como una sanguijuela ó como una cadena de Micros- tomos; pero los Nemertinos, siendo mas asimilantes, esos segmentos habrán quedado unidos, formando un solo individuo. Su catanabolismo es muy notable, pues pueden recobrar su forma reproduciendo las partes mutiladas. En las especies cuyo cuerpo se rompe fácilmente, una sola fracción de él puede reproducir el animal completo si las circunstancias son favo- rables. En tamaño son muy variadDS, juies los hay desde medio centímetro hasta de quince y aun mas pies de largo. Viven casi todos en el mar, bajo las piedras, en el barro ó nadando libremente. Algunas especies viven en tubos ó vainas que cu- bren con una sustancia mucosa; otros son parásitos y aveces tan parecidos á las sanguijuelas, que estuvieron clasificados como tales, bajo el nombre de Malacobdelas. Los Nemertinos rara vez son hermafroditas; los sexos están separados en individuos distintos pero isomorfos. Los huevos se desarrollan por lo general después de haber sido puestos. En algunas especies se desarrollan dentro de la madre, y aun en el ovario mismo. — 118 — Gefíreos Los Gefíreos, cuyo nombre significa fuente, porque se creía eran la transición ó puente entre un puente y otro puente, son las gástrulas llenas, ó completas, de algunos Antozoarios, indi- vidualizadas sin agregarse. Son casi siempre de forma alargada y cilindrica: viven en el mar á mucha profundidad, bajo las piedras, ó en las grietas, dentro la arena, etc. Se dividen en Aquetas y Quetífcros; á los cuales se ha agre- gado también los Tuhícolas. Los Aqitetos, ó SipuncuJídcos, son muy largos; la boca está situada en la extremidad proboscidiforme (en forma de trompa) y generalmente retráctil del cuerpo, y está frecuentemente rodeada de tentáculos ciliados. El ano está en la parte dorsal, á veces cerca de la extremidad anterior, pero el intestino es muy largo, ya recto, ya describiendo muchas circunvoluciones. Los Tuhícolas tienen la boca rodeada de tentáculos formados de muchos filamentos branquiales, que en la cara dorsal se encorvan en forma de asa y delante de la cual está el ano. La piel secreta un tubo de quitina, dentro del cual viven á la manera de otros ^'ermes cuyo cuerpo está formado de anillos y con los cuales han estado clasificados an- teriormente. Estos Gefíreos Tubícolas, cuyo nombre genérico es Foronis, pre- sentan en su desarrollo mucha ana- logía con los Sagita, y algunos zoólo- gos niegan deba consideriírseles como verdaderos Gefíreos. Los Quetífcreos, ó Equiurídeos, son de cuerpo largo y muy contráctil; es- tán armados de dos fuertes cerdas en la cara ventral y á veces tienen tam- bién dos círculos de cerdas en la ex- tremidad posterior. La boca está en la base de la trompa, la cual puede al- canzar gran desarrollo y bifurcarse en su extremidad, (fig. 32) ó |)uerle tamljien ser corta y ancha. Los machos son rig. 32. — 119 — á veces muy pequeños y viven como parásitos de las hembras. El cuerpo, aunque en estado adulto no está señalado por ta- biques internos, exceptuando el tiue separa la cabeza del resto del cuerpo, durante el desarrollo está señalado en quince seg- mentos. Enteropneustas El cuerpo de estos ^'ermes, fig. 33, cu\o nombre genérico es Balanoglosus, está cubierto de pestañas vibrátiles y dividido en varias regiones, de las cuales una contiene las branquias. La región anterior es muy contráctil y sirve al animal para la lo- comoción; es una trompa gruesa, separada del resto del cuerpo por un pescuezo seguido de un collar ancho y musculoso, cerca Fig 33. de cuyo borde anterior está situada la boca. El ano es terminal. La parte media de la región branquial y toda la caudal est.-in claramente señaladas en anillos. Viven en la arena, metidos hasta el pescuezo, y su cuerpo secreta mucosidades en lugar de un tubi) sólido. 120 — Anélidos Cuando la gástrula esférica se individualiza sola, se forma un Sagita ; y seguramente otros muchos de los Vermes ya es- tudiados, cuando se haga mas asimilante. Pero cuando el pro- ducto de la reproducción catanabólica de esa forma de gástrula no se une en un todo coalescente, sino que se segmenta en otras varias gástrulas que se agregan en serie lineal, el único animal que puede resultar de este agregado de gástrulas, es un Anélido inferior, compuesto de un reducido número de gástrulas esféricas ; es decir, un Arquianélido. Hay una gran variedad de estos Anélidos inferiores : pero como no se llaman ni Arquianélidos ni Vermes, sino Artrópodos, y además, algunos de ellos son superiores á otros Vermes co- nocidos bajo el nombre de Anélidos, debemos ocuparnos pri- mero de los Pol/gordios; el eslavon de unión entre los ^'ermes de que acabamos de tratar y los Anélidos marinos, y conti- nuaremos luego con los demás Anélidos, llamados Hirudineas y Quetópodos. Poligórdios La combinación de los caracteres de estas pequeñas lombri- ces es tan particular, que se las considera como una forma de transición entre los Nemátodos, los Gefíreos y los Quetó- podos. Su desarrollo es de los mas interesantes; y si comparamos la forma de sus larvas con las de otros Anélidos llamados Nereis y Quetópteros, encontraremos hechos muy instructivos para descubrir el origen, no solo de los Anélidos marinos, sino también de otros muchos animales. Son pequeños, largos y finos; con dos tentáculos en la ex- tremidad anterior y dos fosetas ciliadas, á alguna distancia hacia atrás de los tentáculos. La boca tiene dos labios salien- tes y el ano está á veces rodeado de ocho espinas ó de dos bordes desiguales, y cerca de él hay un círculo de veinticuatro tubérculos que sirven al animal para fijarse. En la edad adulta, el cuerpo no está dividido exteriormente en anillos separados — 121 — por líneas trasversales bien marcadas, pero la segmentación está indicada por dilataciones del tubo digestivo y por la pi'C- sencia de tabiques internos. Los sexos están separados, ya en individuos distintos, va en uai;> mismo. Hirudineas Las Hirudineas, ó Discóforas, mas comunmente llamadas San- guijuelas, son Vermes formados por la agregación lineal, no de unos pocos anillos, sino por muchos segmentos, cada uno de los cuales está compuesto de un corto número (3, 4 ó 5) de anillos, ó gástrulas, si no esféricas en el sentido geométrico de la palabra, pertenecientes, sí, al mismo tipo zoológico. El cuerpo es generalmente chato, como el de los Tremátodos, y tan parecido al de estos, que algunos zoólogos las reúnen al mismo grupo. Los anillos de que se componen los segmentos son muy cortos, á veces se distinguen difícilmente y aun ijue- dan del todo confundidos. El órgano principal para fijarse es una gran ventosa en la extremidad posterior y generalmente otra pequeña en la parte anterior, delante ó en derredor de la boca. Esta está hacia el lado ventral y provista de tres peque- ñas máxilas con finísimos dientes; i') tienen una trompa exten- sible ó un apéndice en forma de cuchara. Por la piel secretan un lífjuido mucoso y una sustancia viscosa que se endurece y sirve para envolver los huevos en un capullo, el cual, lo mismo que el esporoquiste de los Tremátodos, contiene muchos hijos. Casi todas las Hirudineas son hermafroditas. Viven en el agua, en el barro y aun en la tierra seca; ya caminan fiján- dose por medio de sus ventosas, ya nadan por medio de un movimiento ondulatorio de su cuerpo. Cuando la ocasión se les presenta, se fijan en la piel de los animales de sangre ca- liente y chupan hasta hacer una buena provisión de sangre (jue les sirve para mucho tiempo; otras son parásitas que están siempre pegadas á las branquias de los peces; otras se ali- mentan de lombrices. Su organización interna es muy adelantada. El Sr. Saint Loup, que las ha estudiado prolijamente, cree encontrar en una Hirudínea rudimentos de cuerda dorsal y de esqueleto in- terno. Las mas interesantes para nosotros son las Histriohdelídeas, pues en ellas vemos los primeros ó los últimos vestigios de la j^22 diferenciación que encontraremos muy adelantada aun en los Artrópodos. Tenemos en ellas una región cefálica, distinta de lo demás del cuerpo, y en la extremidad anterior y posterior. órganos locomotores especiales, semejantes á pies. El cuerpo es parecido á la larva de un Díptero, y en la extremidad pos- terior tienen dos apéndices articulados, muy movibles; además, los sexos son separados en individuos distintos. Estas Hirudí- neas pueden, pues, ser consideradas como la forma que cierra definitivamente el paso entre los Anélidos liermafroditas, y los Artrópodos, en los cuales los sexos están separados en dis- tintos individuos. Quetópodos (1) Los Quetópodos son Vermes libres, ó no parásitos, con raras excepciones; compuestos de anillos ó segmentos que corres- ponden á los segmentos de los órganos internos y que son por lo general todos iguales. Apesar del nombre que llevan, no todos tienen pies, ó pm-ápodos; cuando estos no existen, las cerdas están implantadas en las criptas, ó poros, de lo piel, y si su número es muy reducido, tales Quetópodos se llaman Oligóquetos La forma de estos Anélidos es muy simple; carecen de pa- ra podos, ó pies rudimentarios, de tentáculos y de todo otro apéndice, excepto de cerdas; tampoco tienen ojos, sino simples manchas pigmentarias. Solo unas pocas especies viven en el mar; en su mayor parte son de agua dulce ó viven en el barro ó, como la lombriz, en la tierra húmeda. Son también lierma- froditas. Ponen los huevos aislados ó, como las sanguijuelas, encierran muchos denti'o de un capullo, y en el de la lombriz de la tierra, un solo embrión ó muy pocos, se desarrollan co- miendo á sus otras hermanas menos voraces ó no fecundadas. Los Nais y Chaetogaster son formados de nn corto niimero de anillos y se reproducen por brotes. El Chaetogaster produce fre- cuentemente cadenas de cuatro, ocho y aun diez y seis individuos, cada uno compuesto de tres anillos y la cabera. El Nais también se reproduce por brotes, pero solo en la primavera y el verano; (1) Chaiic, cerda; 'podos, pié. — 123 — en el oti^ño. hubiéndose agotado su catanabolismo, los sexos se sej)aran y entonces se reproducen por medio de huevos fe- cundados. En otros Oligócjuetos acuáticos de mayor tamaño, Vi Oliyóquetos limtcolas, llamados Tulnflcidos y Lumhr indinos, las cé- lulas reproductoras, masculinas y femeninas, se forman del •> al 12" segmento. Poliquetos Estos Quetópodos son do una organización externa superior á la de los Oligóquetos; bien que es muy difícil establecer una línea de se])aracion entre ambos, porque los caractéi-es que los distin- gue se hacen menos marcados y desaparecen completamente. Son exclusivamente de mar; los segmentos de su cuerpo están por lo general provistos de apéndices mas ó menos numerosos y muy variados, y que sirven para la locomoción y [¡ara las funciones de la respiración y del tacto. « Los cirros presentan una gran variedad de formas y á veces difieren en las diversas partes del cuerpo del mismo animal; son apéndices tenlaculiformes, simi)les ó articulados, ó cónicos y con un artejo especial en su base. A veces aumentan en anchura y se trasforman en esca- mas, ó élitros, que cubren el dorso del animal y constituyen una verdadera coraza. Las cerdas presentan una gran variedad: son filiformes, corvas, chatas, en foi'ma de lio?, de aguja, de flecha, etc., y pueden ser tan numerosas que cul)ran los lados del cuerpo, ó todo el dorso del animal con un tupido pelo de as- pecto metálico y l)rillante. Además de los cirros, se encuentra frecuentemente br;ui(ju¡as iiliformes, ramificadas, en haces, en forma de peines: ya limitadas á la región media del cuerpo, ó extendidas sobre toda la parte dorsal ó solamente sobre la ca- beza y los segmentos anteriores». El número de segmentos que componen el cuerpo de los Polííjuetos. varía desde unos pocos hasta una cantidad muy considerable ; de modo que el largo de ellos varía en conse- cuencia. La reproducción se efectúa de todas las maneras posibles : por brotes y por medio de huevos. Por lo general, los sexos están separados en individuos distintos y son por lo común isomorfos, aunque á veces es tan completo el dimorfismo sexual, que los machos y las hembras fueron en otro tiempo conside- rados como pertenecientes á distintos géneros. Solo en algunas especies la separación de los sexos está limitada al mismo — 12-i — individuo. Estos Poiíquetos liermat'roditas pertenecen principal- mente á la familia de los SerpuUdeos . La reproducción por brotes alterna con la reproducción por huevos; el individuo nacido de un huevo se reproduce pi'imero por brotes que se separan de la madi-e, y mas tarde, i)or medio de huevos que á veces ya estallan formados antes de haberse separado de la madre el brote que los produce. Los Poiíquetos son todos del mar y se dividen en Nercideos y Tabicólas. Los Neréideos, ó Errantes, viven libres, ya nadando ó arras- trándose en el fondo, ya escondidos entre las algas, entre los mejillones, etc. Los Tubícolas, ó Sedentarios, no pueden ser sepa- rados de los Neréideos, por el mis- -^?.-te,"i ,, aM^ ^^'-^ ™of''^'o ciLic hace difícil separar TQ^M|-;^j/ á los Poiíquetos de los Oligóquetos. '^wí'^ Viven fijos dentro de tubos hechos jJX ds variadas sustancias y consisten- cias. Fig. 34. Algunos viven en agu- jeros ó tubos hechos en el barro, ó se cubren de una vaina mucosa que adquiere mas ó menos consistencia, ó se hace calcárea ó tan dura como piedra. Otros hacen sus tubos con granos de arena, pedacitos de con- chas ó con cualíjuicra otra cosa (¡ue pase á su alcance; pegan todas esas partículas ó las mezclan con la se- creción de ciertas glándulas y co- locan la masa en el borde de los tu!)0s que van construyendo. Algunas especies arrastran sus tubos como los caracoles; otros agujerean las rocas calcáreas. Así como cuando en una numeración en la cual enconti-amos la serie 1, 3, 5, 7, etc., decimos que faltan los números 2, 4, 6, etc., así también podemos decir al estudiar los Anélidos, que faltan aquellos agregados simples de la gástrula esférica, ([ue se han individuaUzado y diferenciado completamente, sin agregarse. Será imposible llenar esta solución de continuidad si no recuri'i)nos á ese tipo de animales llamados Artrópodos, los cuales reúnen, como lo veremos, todas las condiciones re(¡ue- ridas para ser considerados como los agregados simples y mas diferenciados, de gástrulas esféricas; es decir. Anélidos cortos, individualizados sin agregarse en forma de Anélidos largos ó sea agregados compuestos de otros agregados. M0% mmk — 125 — Artrópodos Como lo hemos visto ya, cuando la gástrula esférica se reproduce y se agrega, esta agregación forma una larga serie de anillos, 6 segmentos, la cual se llama un Anélido cuando se individualiza y adapta. Pero cuando esa reproducción y separación empiezan á ser reprimidas, no porque el producto tenga, por falta de alimento, que separarse ¡¡ara hacer vida propia, como en los Anélidos, sino á causa de las exigencias del todo, esa reproducción — llamada á veces crecimiento y a veces brotes — viene á quedar limitada á aquellos puntos que se hallan en buenas condiciones de reproducción catanabólica. Pero aun en estos puntos fa^•o- recidos, esta reproducción viene ú ser mas ó menos coartada por las exigencias del lodo y por cierto fenómeno (|uímico de que nos ocuparemos muy luego. De modo que todas las gás- trulas se ven obligadas, con mas ó menos premura, á adap- tarse á las conveniencias del todo, á especializarse y constituirse en órganos del nuevo individuo. Los animales así organizados son los ^'ermes superiores á los Anélidos inferiores, é inferiores á los superiores, y llamados en general Artrópodos (Arihron, articulación; jpodos, pié). El fenómeno químico, á que podemos atriiiuir la diferencia- ción de los órganos, es la condensación de la cal y de la sílice contenidas en el protoplasma en cantidad relativamente mas ó menos considerable. Al exceso y á la carencia de estos dos cuerpos les hemos visto ya desempeñar un j)apel tan importante en la formación de los animales ya estudiados, que puede decirse que la cal y la sílice son los principales elementos conformadores del pro- toplasma animal. Pero como ambos no tienen unas mismas propiedades, es permitido clasificar de pasivo, á la cal, cuya propiedad consiste principalmente en formar el esqueleto ó armazón ; y de activo, á la sílice, cuya propiedad principal con- siste en formar la trama fina de los órganos, y solo su exceso sirve para la formación de esqueleto mas ó menos sólido. Los Artrópodos son Anélidos detenidos en su reproducción catanabólica, por agotamiento de esta facultad y por la conden- sación de las sustancias contenidas en su protoplasma. Todo esto ha dado lugar á la adaptación de las gástrulas producidas en el período de decadencia de su facultad reproductora; á la formación do órganos mas perfectos, ó mas adecuados á todas — 126 — las funciones de la vida. Asi es que mientras los Vermes solo pueden arrastrarse ó nadar, los Artrópodos son aptos para ejecutar movimientos complicados: corren y trepan unos, saltan, nadan ó vuelan otros, y todos con muclia ajilidad y destreza. El cuerpo presenta, en muchos de ellos, tres regiones distintas: la cabeza, el tórax y el abdomen. La primera lleva los órganos de los sentidos y las piezas de la boca. El tórax lleva los apén- dices que sirven para la locomoción: pies y alas; muy comun- mente está soldado con la cabeza y constituye un rcfaJotórax. El abdomen casi siempre estii desprovisto de miembi'os; cuando existen, se llaman pies abdominales y concurren á la locomoción, ó sirven para la respiración ó para llevar los huevos. Los anillos de que se compone el abdomen son visibles porque la fusión de ellos no es completa; lo es mayor en el tórax, y en la cabeza es tan completa que parece formada de una sola pieza, cuando no está completamente soldada con el tórax. Los sexos son separados en individuos distintos. Solo los Tardígrados, casi todos los Cirrípodos y algunos otros Crustii- ceos ( Cijmotóideos y el cangrejo llamado Gibia mayor) se ha en- contrado son hermafroditas; pero en todos los demás, cada in- dividuo es macho ó hembra y presenta, según su sexo, completa diferencia en su forma y organización. Bien que, á veces, apenas si se puede distinguir la hembra del macho, y aun apa- recen en los Insectos y Crustáceos algunos individuos en los cuales la mitad del cuerpo es hembra y la otra macho. Todos los Artrópodos se reproducen por medio de huevos, y en todos los grupos se encuentran algunas especies cuyos huevos se desarrollan dentro de la madre, la cual es por lo tanto vivipara. ¡Muchos Artrópodos presentan en su desarrollo un fenómeno muy notable, llamado metamorfosis {meta, cambio: morplié, forma). Esta es completa cuando la forma y organización de la larva son muy diferentes de las del animal adulto; pero cuando el cambio consiste simplemente en el desarrollo de algunas partes del cuerpo, la metamr>i-fosis se llama incompleta. En los Insectos, los de metamorfosis incompleta son por lo general de una organización inferior á los de metamorfosis completa; porque la escasez de alimentos, debida á la falta de anabolismo de la madre, ha hecho anticipar el trabajo de dife- renciación en el hijo. Esta diferenciación ha tenido lugar dentro del huevo, ya sea después de puesto el huevo, ya cuando aun se hallaba en el interior de la madre. Los de metamorfosis — 127 — completa son por lo general superiores, porque son relativamente mas anabólicos, y la madre puede ofrecer mas alimento al hijo, el cual puede conservar un estado mas amiboideo, tomar la forma de Anélido. vivir mas y asimilar mas, ó, por lo menos, almacenar mas alimento, a favor del cual podrá alcanzar un grado superior de organización cuando le llegue la hora fatal de la difei'enciacion completa. En los Crustáceos es tan gradual el cambio de forma, ó se verifica por medio de tantos y tan pequeños cambios, que ape- nas si se puede considerar su desarrollo como una metamor- fosis. Algunos Artrópodos presentan otra clase de metamorfosis, llamada regresiva. Tratemos de ex])licarnos este nuevo fenómeno. En un huevo de gallina, por ejemplo, están contenidos todos los elementos necesarios para que el pollito se desarrolle y viva durante cierto tiempo. Las gástrulas comen, se reproducen y también trabajan con suma inteligencia. Pero la provisión se agota, y llega á tal extremo la escasez de recursos, que una sublevación general tiene lugar dentro de la cascara y el pollo nace. Los órganos del recien nacido son excelentes para vivir dentro de una cascara de huevo; pero las plumas no son bas- tante abrigadas en su nuevo medio; el pico no puede levantar un grano de maíz, etc., etc., pero el pollo puede comer, y poniendo en juego la inteligencia de su protoplasma, seguirá el camino de la adaptación y metamorfosis progresiva, y crecerá porque come y aprenderá porque estudia. En los animales que tienen metamorfosis regresiva, sucede lo contrario. Cuando el animal nace, se pega á otro animal; es decir, se hace parásito. Se encuentra también en un medio muy diferente ahora de aquel en que vi\ía ; ]iero este nuevo medio es mucho mejor que el interior de su huevo : las gástrulas encuentran el alimento con mas facilidad y abundancia, y se hacen haraganas ; en vez de estudiar, no hacen sino comer ; pierden todo lo que habían adelantado en diferenciación y se hacen mas amébicas. Si poseían buenas herramientas, las cam- bian por otras, mas aparentes, sí, pero inferiores; se hacen un animal feo, un parásito repugnante y perjudicial. Sin embargo, es necesario tratar de disculpar á los pequeños. Cuando el animal nace, sea de un huevo, sea directamente de la madre, su asimilatividad lo obliga á comer y absorber mas, y cuando los órganos y aptitudes adquiridas, no bastan para permitirles vivir en el nuevo medio, el animal se hace parásito — 128 — porque lia llegado al límite de organización y virulencia ó osi- milatividad, incompatibles con la escasez del medio, y el cual no i)uede ser fi'j'nrjueado sino por medio del parasitismo. Los Artró])odos se dividen en Ilexdpodos. Ouicóforos, Miriá- 2)odos, Araciwidcos y Crustáceos. Hexápodos Los Hexápodos, ó Insectos, son los Artrópodos que respiran directamente de la atmósfera y que se distinguen de los demás Artrópodos principalmente por tener el cuerpo claramente divi- dido en tres regiones distintas : la cabeza, el tórax y el abdo- men. El nombre de Hexápodos responde al número de sus patas. Con muy pocas excepciones, todos tienen alas y vuelan con mas ó menos facilidad. Es curioso y muy interesante, sin duda, el hecho de ser en las hembras (¡ue las alas faltan mas co- munmente. Son anabólicas y por eso no se devoran tanto á sí mismas como lo hacen los machos. La cabeza lleva, además de los ojos, tres pares de apéndices pertenecientes á la boca, y un par de antenas que son los ór- ganos del olfato y del tacto y presentan gran variedad de formas y tamaños. El tórax, formado de tres anillos, está unido á la cabeza por un adelgazamiento y lleva tres pares do patas y dos de alas. El abdómicn está formado, por lo general, de nueve ó diez anillos unidos por membranas. Es la parte mas blanda del cuerpo y contiene los órganos de la digestión y de la re- producción. Si nos fijamos en el número de las partes de que se componen estos Artrópodos, veremos que parecen estar formados por la repetición de 1+3 partes ; como los brotes del Quetogaster. En la cabeza tenemos el número 1+3 ; la cabeza con los tres seg- mentos del tórax representan 1+3, y el tórax con el abdomen son 3X3=0. ¿Cuál será el mínimo común múltiple de los Insectos? Los sexos son por lo general fáciles de distinguir ; á veces son tan diferentes, que los machos y las hembras de algunos Insectos fueron considerados como pertenecientes á especies ó á géneros distintos. Casi todos son ovíparos; algunos salen del huevo estando este dentro del cuerpo de la madre, y nacen en estado de larva; otros nacen ya con su envoltura de ninfa: estos Insectos se llaman impíparos. (Continuará) Nitas ó sea priicipíos de Graiática iacafl SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO (Coíielusion). — Vc'aso pftgina 424 dol tomo II. Yo hube deseado. la b. ta S. 1. Tom dissiá Pl. 1. Tomr dissiá 2. Lactom dissiíi 2. Lactom dissiü 3. Lactom nissiii 3. Lactom nissité Nota — Aquí entran las partículas Tom y Lactom, que según parece se intercambian con alguna irregularidad, pero i|uc acaso tengan su uso especial, Lactom parece que dice — yn Inüic. Yo había deseado. S. 1. D" - issi - á Pl. i. Lactcmrdissiá 2. Tomd - issi - a 2. Lactomdissiá 3. N - issi - a 3. Lactomnissité Nota — La r en éste y en el anterior tiempo en I" de plural parece ser sincopacion de la partícula ar. Yo desearé. la S. 1. D' - issiaó Pl. 1. Ard - íssíqo 2. D - issiaó 2. Ard - issioo 3. N - issiaó 3. N - issiteó Nota — La terminación ó es característica de futuro y coi-- responde al ám del Abipon. Por lo que se vé muy Iiien pudiera suceder que ó sea por óm. No deja de advertirse cierta cadu- cidad en la letra m como se verá en seguida. La oo por ao es efecto de asimilación. Yo habré deseado . S. L Tom dissiá Pl. 1. Tom dissiá 2. Ardissiá 2. 3. Lactom nissiá 3. Lactom nissité 130 — Desea íú. etc. S. 1. •1. Dissiá accomi 3. Xissia eeca Pl. 1. Ardissio ocom 2. Dissia accami 3. Nissitú eccuá XoTA — Dice Dobrizhofler, » el modo imperativo (enAbipoiij no sufre mudanza ». pero no agregó la colocación del pronom- bre como lo hace Tavolini. Accami Dissiá sería, Tú dices Dissid Accami » Di tú Que yo deseé. S. 1. D-issi-ó 2. D - issi - ó 3. N - issi - ó Pl. 1. Ardissio 2. Dissió 2. Nissitó Nota — Este es el futuro con una ligera sincopacion. Yo desearla . S. 1. Dissiaquet 2. Dissiaquet 3. Nissiaquet Pl. 1. Ardissiaquet 2. Dissiaquet 3. Nissitequet Nota — • Este tiempo condicional parece que lleva la partí- cula qitct, que en Dobrizhoffer figura como Jcef, «si», conjunción. y puede ser final ó inicia! Que vo haya deseado. S. 1. Quectar Dissiá 2. Quedar Dissiá 3. Quectar Nissiá Pl. 1. Quectar Dissiá 2. Quectar Dissiá 3. Quectar Nissité Nota — Aquí reaparece la conjunción ó partícula verllal quet aumentada con ar y i'cforzada con c en razón del aumento si- lábico. \"éase el ejemplo (pie d;\ Dobrizhoffer. «Ket greenr'ani g'Dios (/rJiOpiciii Ket — Si tú fueras bueno amarías á Dios. — Ket «si», se repite tanto en la condición como en el — 131 — condicionado». (La /•' es esa r gargarizada, que Techo dice se produce a moda de torbellino en la garganta). Si yo hubiera deseado. S. 1. Queectomr Dissiá Pl. 1. Queectomr Ardissiá 2. Queectomr Dissiá 2. Queectomr Di.ssió 3. Queectomr Nissiá 3. Queectomr Nissitó Nota — Nuevamente es Dobrizhoffer que nos saca de apuros; este autor dice que cmüa es después que; y como el a Abipona puede ser o SMocoví, vemos f(U6 queectomr puede ser por T me ama 1) llama 1) irae Ncoict-iva Dogarn-ivá Nodo-iva Navavar-ivá ijo te Soyarnaguá (?) Soya r nagua Niavigui -L )) » OIJC Ñagayarniavii — 134 — 5. e Pcd'v me honra Daqq-ivú Saguiuguá 6. » » dice ta Ynn-ivá Yssinnargua 7. » » )> Ennap iva 8. )i » toca Yaschila-ivú Sassiliarvi'i 9. » » aguarda Yalia-ivá Saliaguá 10. » » nombra Nanneccapi-iva Yschiqquiappeaguá 11. )) )) )) Eyeccapi-ivá 12. » » manifiesta Yagact-iva Saccactiarva 13. » )) habla Deeetaca-ivá Sictariy 14. )) )) vé Yavan-ivá 15. » » quiere Ncoict-ivti Chocoictarvá (1) 16. Tú lUC quieres Nchocoict-ivo 17. Tú iw Die quieres Mesichocoict-ivá (1) Aim ichocoictagan — i/o te quiero nnictio. FLECCIONES COMPLETAS Querer. Sing. El me Ncoict-iva El te Ncoict-arvá Pl. El nos Ncoictava El os Ncoictava Hablar. El me Deectacaivá El te Deectacarvá El le Deectacarvaú Pl. El nos Deectacoová El os Deectacarvá El habla Deectacá Tú me Yctari Ver. El re Ya va na. El me Yavanivíi El te YvanagLii'i El lu Ya vana Pl. El nos Yavanoguá El os Yavaniarvii El los Yavanló — 135 — Decir . Yo te Aim Ysinniappeguá^- Pl. To os Ysinnappearguú » Ysinnaippcnrguá Yo les Ysinló o Tit me Acc Ynniappiivá Tu le Ynniai)pega Tu nos Ynniorvá Tu les Ynni riégalo Aguardar . Ped. me Yalia-ivá » te YaTiarvá » Jo Ya lia Pl. Ped. nos Yalivvii os Yaliarvii los Yalialó El. me. te. etc.. dice. El me Ennapiivá 'ta n te Ynniappegarvá ía » le Ennapegá o o Nos te Ysincaguá » le Yssincapperló Vos me Ynniivii ta » le Ynniapegá b Ellos me Ennerappivá » te Ynnirapperguá » le Ennerappegá Pl. El nos Ennaperguá o El os Ennai'vii ta _ El los Ennalú Pl. Nos os YsincargUi'i » los Ysinnarló Pl. Vos nos Ynniapperguá » les Ynniapegalo Pl. Ellos nos Ennerapperguá » ros Ynnirapperguá » les Ennaló De futuro. Yo te haré llamar — Silactarniravo-vel-So\arairav(j Üir. Nos te Occom Ñagayarncavá Pl. Nos os Ñagayarngá ), lo Ñae'arncii » los Ñagayarnark) — 136 — Yo me, te. lo, oigo. etc. Yo me Aim Ñagaynnlta Pl. )) te (1) Ñagayai-nova Yo os Ñagayarnovii )) ¡o Ñagayarnú » los Ñagayarnavá Pedro me. te. lo. etc. Pedro me e Ped. Nagayarnivá Pl. Pedro nos Nagayarnorvá » te Nagayarnarvá » os Nagayarnarvíi » lo Nagayagan » los Nagayarnov¿\ Servir. Nos te Oceom Ñaguennorguá Pl. Nos os Ñaguencagua o » lo Ñaguengá » los Ñaguennarló Aborrecer. Yo, me, te, lo, etc. lo me Dioqr|UÍaltá Pl. )) fe Dioqquiagavii Yo os DioqquiagavLi » lo DioqcjLiiá » los Dioqquiaíó Pedro me, te. etc. o Pedro me e Ped. Noqquiaivá Pl. Ped. nos Noqquiarvo o » te Ñoqquiarvá » os Noqquiarva i> lo No([quiá » los Noqquialó Aquellos se aborrecen — Eccua Doqquiancactay n Aquel me Noqijuiatá (2) Aquellos nos Ñoqquiarvá o » te Ñoqquiarvá (3) » os Accami loqquialté I) lo Noqf[UÍata » los Loqquiacaté (1) La o aquí es por '( mudanza del Mocoví. (2) Esto debe ser eri'or. (3) Segunda forma — .\ccami loiiquLalté. - 137 A borrecer Tú te Doqquialta » me Doqquiaivá )) lo Doqquiarctii )) nos ArdoqquiarVa I) ¡os Doqquialó Nos nos Ai'doqquialtá » te Ardoq(juiarvá » lo Ardoqquiti )) os Ardoqquiarvá » los Ardoqquiarló Ante todo vemos aquí: Sing'. 1. Caso régimen de Aim — iva. 2. » » » Accami — arva — agua — eguá — arguá — rgua . 3. I) » » Ecca — ryaa — á — ló — egá — rió. 0 0 o Pl. 1. )) » » Occom — ava — oova — oguá — orvá — ergua. 2. » » » Accami — avá — arva — (i) arva — ai'- 0 guá — arva. 3. » » » Eccua — egaló, arló, aló. En pocas palabras, todos ellos son formas sincopadas de los pronombres con la terminación va, menos la tercera, que siempre se ajusta a otras reglas, por cuanto no bay pronom- bre absoluto de esa persona, y se tiene que suplir con cual- quier demostrativo. La forma gucí es por na ó ira, fonetismo español. En la segunda persona, las variantes en r, g, rg, responden :i mudanzas fonológicas de estos idiomas, tratándose de dichas letras, que según la combinación se ladean á la guturacion ó al gargarismo, ó á las dos cosas juntas. Todo ello no pasa de ser esto : acc — va = a(g)uá ( ar — vil = ar(g)ua í ad — va = ar(g)uá = rguá La a y la e iniciales pueden ser eufónicas, no obstante que la a también puede ser característica de segunda. — 138 — Nota i-^ — En el vocabulario Mocovi del señor Pellesclii, hallo : ¿Mu-ju-üribá? — i Me quieres"! Mesirujutirabá — No te quiero Aquí está el iva = me aba = te Nota 2^ — En los apuntes que recogí de boca del indio toba López, está lo siguiente : Yo te quiero — Yugpitaó (por Scopitaó) Tu me quieres — Marugpicheü El me quiere — Merkpicheuá Que no lo quiere — Saragpitauá (1) Aquí se destaca el euá = me aó = te LXXXiri CASO RÉGIMEN DE 1=' PERSONA Prefijo Di — Rom; anee me Yo te la El me conoce Di-aden ta » ofende Di-een Aim Sadini )) » )) » arrastra Di-avoglen- h.o » Savoglini » » ofende Di-nssovat » » » pregunta D"-innat » Sinnactii (I) Yo le jiregunté: — ¿cómo se dice — yo no te quiero? — Ah! contestó; ¿cuando lo dice que no lo quiere? etc., etc. — 139 El me manda Di-iiá Aim Silarii » » mata Di-aba t » Saroactii » » (lestierra Di-aTat » Salacti n » cid Di-acTícte » » )} llevar ía Di-g.-it Sigactii » » )) Di-avéli » » pega ovagán Sovarni » » castiga » 0 » 1) honro Sammastii » » confesar Sichococtarnarni El me » te » lo » nos Ldialot Dalactii YaTat Larra la t Destierrra, etc. » os Laraaiactii » los Yaiacté Tú 7ne Diaiamartinió b Tú me levantards — Diadanisimi'i La / está de más, y es adverliial: >a so dijo que es prefijo que siempre puede acumularse. ELECCIÓN COMPLETA Maldecir Yo. me. te. lo. etc. Yo me Aim Nischioennelta Pl. » te Sischinniapéh lo os Sischenniapelí » lo Sischionnapéh )> los Sischioennapé Pedro, me. te. etc . Ped. mee Vea. Dischoennapch Pl. Ped. nos Ardisclioennapelí » te Dischiinniapelí » os Ardischiinniapeh » lo ischoennapeh » los isclioennapé 140 Xosoíros nos maldecimos — Nischoennaltá Nos fe Sischieanagi'i Tú te Niscliünnillá I) lo Sischoennori » me Dischiinni )> os Sisclioennai'i ■■) lo Yschinni )) /os Sischoennagaé » /os Yschioinnió Aquellos se inaLliccn — Nischoenneltá Ellos me Dischoennelta Ellos nos Ardischoennerapelí " fe Ardiscliiiiiniapeh -> os » •> lo Yschoennerapeh » los Yschoennapé ARTICULACIÓN ta El LDi — me Pl. Larr — i\'os El D — te Lara — Os El Y — lo Y — Los LXXXI\' CASO RÉGIMEN DE 1' PERSONA Subtijo ileh — Romance me Yo te El me llora Noinnilelí ÑoyeniaTéh FLECCION COMPLETA Llorar Sins,'. ^Yos te Occom Ñovencarléli Pl. Xos os Ñoyencarléh ,> lo Ñovennarléli » los Ñovennarlegot — 141 Ellos me. le. etc. Ellos me Eccui\ Noyindüléh Ellos »os Noyendorléh o » fe . Novinnirarléli- » lo Novendeeléli » os NoNendorléli » los Noveiilogót los ¡ne. te. ele. Vos me Accnnii Noyinnüléh » lo » Noyinniatque I 'os nos Noyinniapegorléli Novinniarléh Noyinniapelgot Vos los ^ Noyinniapilgue Novinniiléh En este ejemi)Io liallamos: Sing. 1. Aim --yo 2. Accami — in 3. Pei'sona — r Pl. 1. Occom — Nosotros r 2. Accami — Vosotros 3. Persona — que pueden simplificarse así: régimen iléli aléh, arléh, irarléh léh, eléh, atqué o orléli, arléh o rléh, arléh ta ía ííi orlegot, logót. elgüt, Igué, iléh Sing. 1. i — léh 2. rar — léh 3. e — léh Pl. 1. or — léh ar — léh 2. r — léh ar — léh la 3. e — Igot 1 léh 142 — Lxxx^' CASO RÉGIMEN DE 1» PERSONA Subfijo / — Romance >ne Yo te b.n e Ped. El me ama Avov-i Aim Savarri la e Ped. El me siente Navacta-i » Nigai El me (quieta Ypactarin-i » Spactarrini El me baufña Yoccorigu-i-lcaih ( 1) » Soccoriguilcaiiiú La explicación mas sencilla de esta forma es la de una Y de tercera persona que equivale al sub-ñjo va ó leh y en pri- mera sufre sineopacion con la i de esa persona. LXXXM FLECCIONES EXCEPCIONALES Lastimar — Savé linné — Yo. etc. Sing. Yo me Ave inne Pl. Yo os Save Dinnidii ta i> te Save dinnidii » los Save Linnecté » lo Save linné Pedro se lastima Pedro se Lavé dinnidii Pedro nos e Ped. ave ardinné » me e Ped. ave inné » os » ardinnidii )) te » ave dinnidii » los » ave linnecto » lo )> ave linné (1) Literalmente; Yo mojo-to la tu-cabcza. — 143 — Aim eseccapegá accaini maschi yo nombro te jefe En las frases sueltas está lo siguiente: Esaniardó — Yo fe doy. Yo te di Esanniarrnó — Yo te daré Esanné — Yo le doy Esammó — • Yo le daré Nañanimmó — Tu me darás Nañanidimmó — ■ Dámelo Aqquictoctó — Dámelo Nañanidim — Dármela Traer Traeme Noddocó — Yo te traigo Ñoddoa LXXXVII RESUMEN De los cuadros resulta que los verbos admiten varias formas de transición. 1* Caso régimen como subfijo del verbo, constando este de una sincopacioa del pronombre con terminación oa, na ó ha. 2* Que en lugar de va etc. lleva la terminación léh. 3=^ Que suple el lelí ó va con i ó y. 4* Que prefija el caso régimen estando el sujeto incluido en la forma personal del tema. Aparte de estas cuatro clases se encuentran algunos ejem- plos excepcionales, pero que son insignificantes, y no afectan las reglas. Parece que las variantes oa, va, ba, na, giia no son mas que defectos del fonetismo castellano, que no distingue bien entre estos sonidos. — 144 Apesar de lo dicho en el capítulo de las declinaciones estoy por creer que hasta aquí no se descubi'en mas que dos formas análogas en el Mocoví y Abipon, las que corresponden á la 1" V i"- clase. LXXXVIII ADVERBIOS Dohrizhot'fer dice que en Abipon los adjetivos suplen las veces de adverbios, y que se conjugan con partículas de tiempo. Es probable que otro tanto suceda en Mocoví. Al ser tan es- caso él de noticias sobre estas partículas, no jjuedo yo ser muy abundante tampoco: y mas bien me he limitado á dar en forma tabular todas las partículas y voces que bajo cualquier pretesto puedan tener algo de adverbial en su significado. En ello no se funda hipótesis alguna y el orden alfal)ético que se observa facilita toda referencia. Mas tarde es posible que se logren datos que nos faltan, ya porque del Mocoví se publique algo que no conocemos, ya por- que del Toba, Abipon, etc. se recoja mucho de lo que existe en MS. Muchas de las voces suenan mas bien á pronombres que á adverbios, pero por las partículas que las acompañan he creído poderlas incluir en este lugar. LXXXIX Enseguida seda el Cuadro de muchas palabras que sonde uso adverbial: ía Aguinium M/n/ lejos Actaiguequerdap¡iigom Por ai-riba Actainqueraaguim Por abajo 145 — Aschinaectaguerdappiííom Asehintague eda lavarschi; Aschintaague cda aquini laqueidicta L — inicial Lactam v Lavam ta Lactom ta Layam, Layamsquee Leyocte ta Lavarschiguim la Lavarschigom Loctaqueen Loctomque Leva — Scavit Limmoctia Limmennata Por arriba Muy arriba por Poniente Por abajo Dictinori El amanecer Diomal (Di, en duda) Después que (f!) Dictiarni Por, del, por la parte del Este Enneguí idí Ahora, en este momento Eppelavel fff Media noche ííl Eppé t^ Noche Ennegui Ennanaagaá Hoy Ennegui Hoy, ahora Edá Así Enná Ahí Igualmente Partícula de tiempo ¡casado Casi Casi Casi. Yo casi he comido ¿Cuántas veces? Del Poniente Por, del, por la parte del Oeste De tiempo pasado Habíais, habéis En Toba — otro Becien Peden M — inicial Mes — Mes - y - assapet Mesca — Mesca - assevelék Mecca ? Mala cea? ta Mevaqué eccá? Mactaiqque? Mennectaqué? o Macticagué? Madien ? Signo de interrogación No. Ko quiero No. Ko obede-.co ¿A quién'? masculino ¿A quién'! femenino iDónde ha nacido'! ¿ Dónele ha ido'! [.Dónde está fulano'! ¿,De dónde vino'! ¿.Por qué no comes! UG - Mallen ? Mennectari? IMinnictari ? jMactilquerague? M — con pronombre Maccami Meccaquen? Malaccaquen? Maccaquen? Moyoctequen '? Monnictragué? Mescoyoigué Mescovocte la " ^ Meen cadenarti? ta la Mennectá daammactigui ¿Por qué'! ¿.Cómo está fidano'! l.Cúmo estás'! ¿De dónde venís? Como Como Id ó ros ¿. Quél masculino ¿ Qué"! femenino ¿Con quién'l femenino ¿Con muchos"! ¿Dónde estáis vos"! Muy cerca Poco ¿Cómo te llamas'! ¿Cómo te apellidas! Mesca, Sea ¿i\or ¿JSonnc. Minni Como, Asi la Mancoppa? ¿Hace macho tiempo'! Nomala Ahora, mas tarde Nomalavit Ahora mas tarde ta Nomaycmmé Después de Nomanagata Mas tarde Nomascanavilni » 1) ía Nomasca Antes de NomaneoppíA yemmé Mas tarde de Nomocti Partícula de futuro Nomalocti » » Nornasca Antes de ta Nigangaigué ¿Adonde habéis ido'! ta Nectee Mañana ia Nectee leyá Pasado mañana Nomaloctia Cuando (creyere etc.) Nam Mas Nectee noniallarnecteectá Mañana por la mañana Necteecta Media noche ( temprano ) — 147 — Om, Orna r Oicteu Q inicial Quischigué ncoppá Quer Aaquini Quennegué ? Rdappigom Sea vel Mesca Scaecca Uí Scancoppá Sea vi t Scavit leva Squeppé Sfiueppeleyá SíiLieppeleyáúh Slevocco iíí Slessoctiáquedappigom Tómale Toctraecca te Tom s Tomaloctrae Tomar U, ó Uh Después Mucho Partlcu la, ii i terrogan te Hace mucho De por abajo ¿ Qué"! ( sentí ) De por arriba. Norte ¿jYo"? ¿ Nonne'l No, nada No hace mucho Ayer Anteayer Anoche Ante noche Anteante noche Mucho Muy lejos Ahora, después de poco Nada Partícula verbal de pasado había Otra vex. Haber de futuro Mucho El Sr. Pelleschi da ahaa — sí^ Dobrizhoffer dice que Háá es el sí mujeril. Todas estas expresiones y partículas merecen un estudio minucioso que las analice y ponga en claro todo su valor léxico y gramatical ; pero por ahora no me es posible hacerlo yo, li- mitándome á llamar la atención sobre la partícula interroga- tiva M. El mana Quichua es muy conocido, y aunque significa no, cuando no es de mando, también puede usarse como el Latin nonne para introducir pregunta. Mact y mactah son pronombres interrogativos en Maya ó Yucateco, lengua en que Ma es no. Pero lo mas importante de todo sería hallar identidad ra- dical entre esta INI y el pa interrogativo del Guaraní porque yo — 14S — sospeclio que dehe existir esla ley fonética en el Guaraní y otras lenguas más ó menos sus ¡¡arientas : ¡n-]}. Como Tavolini no dio el cuadro de las palabras adverbiales, dejando (¡ue se adivinasen de las frases, conviene reproducir ac[uí todo lo que encontramos en Dobrizboffer y (|ue puede tener algo de analogía con las expresiones Mocovícs. Men Como, Así Amlii Después que Latam Cosí Men ¿ Acaso no ? M De interrogación Mik Id id Tengase presente que las consonantes iniciales todas son articulaciones; que a 6 ci puede ser o vel ó del Mocovi, y que t con aumento silábico requiere refuerzo con c. Con esta ad- vertencia se vé la analogía entre las partículas. El leí «ya» como partícula verbal de pretérito es común á las dos lenguas. En cuanto á las partículas auxiliai-es de verbo, Tavolini las cita así : Habría — Quet Hubiera habido — Quectar Mejor sería llamarlos adverbios de tiempo y conjunciones: ta Tom — Tiempo jmsado Quet Sí ta Lactom — ya Quectar Cuando En Toba la fleccion temporal se efectúa mediante las par- tículas Callaga — antes Cómele — después Quecalcata — antes, que Toba Quecallagá — antic/uainente » Yách — casi (=yak) » Estas deben compararse con el Amia — después Abipon la — antes, ya » Kánigra — antes » Om, orna, omal — despites Mocovi la — ya, antes » ta Había - - Tom ta Casi - - Lactom — 149 — Una circunstancia es muy digna de ser atendida : l;an- en Abipon y ccilínga en Toba, son partículas iniciales de tiempo pasado en la conjugación. En Quícbua ñaca vel yaca, también dice — poco tiempí) ha. — La terminación de pretérito en esta lengua es — )'ca — (|ue en Santiago se reduce á - ra, de suerte que parece como si el m bastara jiara señalar el tiempo pasado, ra que siempre anda cerca del la. En todas las lenguas se usa acumular partículas de un solo valor léxico, como en nuestro conmigo, endenantes etc., asi que parece como si rea fuese un r« + ca que sería anagrama de ca-\- ra, por sincopa — craógra. En los [ironombres se ha visto que hay analogías: Quícliua Romance Chaíjuense y mi Y Kliam tü \ Akami ■ / ham asi que muy bien puede haberla taml.iien en otras partículas. En Quichua ña es - >a - y ñaca es por n - yaca yaca con refuerzo n. Ni esta lengua ni las demiís de toda esta parte de nuestra América distinguen entre la y y la 116 I mojada; de suerte que ya y Ja pueden muy liien ser una sola dicción, pues ambas sig- nifican ya. Es curioso como el español también confunde el ya, pues decimos : • ya viene — futuro, y ya vino — pasado de suerte que en nuestro idioma como en el Chaquense pode- mos meter el ya sin mucho miramiento, pero con esta adver- tencia, que nuestro ya ha venido de un jai>i Latino. Nota — A propósito de la confusión de la II y y en todo el interior daré este ejemplo: «Telegrama: Vayasi no llega toda- vía etc. El Vayasi era por Wallace, un nombre inglés, y el que puso llega y otras voces españolas bien, se confundió tan luego como tuvo que escribir la II estranjera. — 15U — xc DE LA APOSICIÓN Y digo aposición como se dice afijo, de aquella partícula que puede ser pre ó i^osposicion : es un aljsurdo llamar preposición á una partícula final de régimen, y hace falta una palabra que exprese una de estas que tan luego puede ser final como ini- cial. Esto en cuanto al nombre que debemos dar á la partícula. Ahora por lo que respecta á la aposición, bien [¡oco es lo (¡ue hay que observar, porque Tavolini no dejó nada especial acerca de las últimas cuatro partes de la oración. En Abipon tenemos una guia segura, pues Dobrizlioffer tiene varios párrafos en que li'ata de las diferentes partículas. Men, Mek. Ken, Enekra. son: cu y n con ó sin ¡iiorinticnto. Alge, Elge -- sobre ) Queda — a! ] Uueda ', Quera Haraá ) ) Quera — a! Naraá \ — con En Mocoví hallamos estas frases : Rlaim enna ¡.Para mí es pa-o? Quenná aim Esto es para mí Aquí está el ken á ó para. Este mismo qiícn en Malaccaquen etc. pai'ece ijue equivale á nuestro a vel con: qne tamjjien es el Latin á ó ab. Barcena dedica un capítulo, á estas partículas, ¡lero me li- mitaré á reproducir solo algunas de ellas. Edá — prefijo — cuJ. in, d Saic edá, nohic roij á casa Yni — así, sccninlnin Naeaenapet ini lo dice así ¡ja lo está diciendo así — 151 — Eaá — por = por dónde Enalavú — /'or fu casa Mi ni — hasia Mi ni — noli i e liasta casa Ni — de quietud — in, en Ayem ni ibó estoy en mi casa de mi en casa lula — Inicia Saic edá üjó Voij Inicia mi casa Fastas aposiciones Tobas se compai-an bien con otras que hallamos en los ejemplos de Tavolini: son pronombres demos- trativos, adverbios y a¡)osiciones. Parece indudable que a las partículas iniciales M y Q siem- pre }iuede dárseles el valor de lo que en Romance se dice \n-Q- líosicion. XCÍ CONJUNCIONES Muy pocas son las que podemos asentar con seguridad, pero al interpretar los textos es probable que resulten algu- nas más. Tenemos conocidos: Alam pero Calal pe7-o Char (1) y Yyá co«, también lleva fleccion Legti mas M (inicial) couio, que Maccami co>nv tú 6 vos (1) Ex.: cactai char-dactai — n.\ACI0X DE AUMENTO Ya se lia tratado del simple plural, aparte de las cuales hay las siguientes partículas: Uh — i'taij, iiuiclio, en. cantidad. Lipi — inucheclumhre, aglomeración, cantidad, nvmero. Sácte — agrupación. Uh vel u se subfija á adjetivos >' verL>os: Yaloláuh — Yo enfermo muy i. e. yo estoy, etc. r e Pedro añarayeuli — Pedro es fortisinio Pelleschi en su vocabulario trae estas voces que explican el valor léxico de la partícula ith vel ú. Aluc(|ué — Macho Aluuc — Grande Mesca-lúh — Chico i. e. no grande No puedo creer (¡ue los Abipones carezcan de esta partícula; acaso su raíz se contenga en la voz latenc, grande. En Toba la tenemos : Tocoij ! Tocoij ! nomacalii ¡Jesiis! qué frió tan gtande! Noensaü — Muy bueno Layordó — Mucho (López) La voso ü — Muchos (Barcena) Lecha — ■ Mucho » En esta lengua n tínal hace superlativo, como lo dice el P. Bi'ircena. — 155 — Lipi, rippi ó ipi, es otra ¡lartícula final muy característica de los tres idiomas. Yalé — Hombre YaTeripiii — Gcnie Layenalipi — manada Navatipi — totoral Abipon Joalé — liombre Joaliripi — ¡nachos hombres Xota — Esta J latina debió escribirse con y en castellano, porque á esta letra corresponde, como se desprende de la \oy. Mocoví. Ait — vincha en Abipon Ait ipi — niuij vincJio Va\ el Toba no hallo esta terminación, pero ella debe existir. )7:. terminación cíe árbol En 2'A- acaban muchos nombres de árbol en Abipon — como: A|ioik — chañar üaik — algarrobo blanco En Mocovi tiene el mismo uso : Naccalmaih — ombú Ammai)pih — algarrobo Dudasnik — dnraxno Mansanik — nntnxano A[ipiguinik — ñandubag It, material de la cosa (^omo en Abipon la terminación it se refiere al material de lu cosa. Alivit — j)ared de Alavá — fierra Xcoippadit — corral de Ncoippá — leña, palo ¡Mocoví a qui — de vaso continente Abipon reki — Esta es partícula final; ex., gr.: Ectaqqui, jarra. En Abii)on — 15G — Dobrizhof'fer dice que es rcki; uno de los ejemplos que dá es ñeetr'ki, copa, que es la propia voz E-cta-qqiii ; ex. gr.: Abipon Ñeet — beber ta Mocoví Nieét — beber Literalmente, la voz dice : algo en que beber. El mejor ejemplo es ossoetctcirqui «faja», lo que contiene el cuerpo Lassót: aquí se vé la forma completa r,qui — o Ennerarnaqui — tintero Saca — sin Esta partícula debe ser la misma que sea, no ; su valor se deduce de las siguientes combinaciones : ia r Cocte-saca — tuerto — Cocte r Licti-sacca — rengo Lquelagat-saca — manco Quilacca — cieejo Sai ó Sacte — lugar en que Sat ó Sacte, Hat — en Abipon , Dice Dobrizhoffer que «hat» indica el suelo nativo de ciertos árboles ó de ciertos frutos : Nebokehat — un, palmar de Neboke». En Mocoví tenemos: Ectoniqque — penca Ectonessácte — pencatial La partícula final sat indica el lugar donde tal ó cual cosa crece; como: Nocolalatelsat — cañaveral. Appalorsat — pajonal Puede decirse que corresponde al Romance por al en roble- dal, etc. — 157 — Xo es imposible (¡ue algo tenga en coman con la termina- ción : Sanavirona sacat — pago — Obsérvese la nueva correlación fonética : S — Mocoví = H — Abipona XCIV PREFIJOS DE VERBO 3D y 3Sr Entre estos el principal es la N, que juntamente con la D sirve para reforzar los verbos débiles. Ambas partículas pue- den ser también articulación pronominal, y la D, ya sea sola ó vocalizada, en algunos verbos es caso régimen. La N inicial parece que á veces tiene valor reflexivo. Ex.: Osso-i-nni — tú desmidas Nosso-i-nni — tú te desnudas La L ó El dá fuerza de tiempo pasado y representa el Id del Abipon. Es la partícula que Humboldt ya había señalado como característica de pretérito. La M inicial de infinitivo — Ex. : Mesdiscictii maagactii — ¿Ko quieres manifestarlo? Véase la D. — 158 - xcv PARTÍCULAS DE VERBO En Mocovi tenemos varias partículas que sabemos que son postizas, porque admiten el aumento de segunda persona entre el tema y la terminación: su valor aun no está determinado en todos los casos. Las principales observadas son las siguientes: A — d otro Simple La primera y mas importante partícula es la ¿i — á otro. He aquí los ejemplos: Asqjiile - i - á fu focas Eppoct - i - á fu focas Accom - i - á fu tomas Evan - i - a Aqqu - i - á fu res fu sanfifcas Accact - i - ¿í fu ordenas Doqquia- i - á tu aborreces D - iss - i - Ll fu deseas ó codicias Doct - i - á fu temes Dovect- i - á tu sosjjcchas mal 'n lindo ejemplo es este : ia Accá — oir Accat - i\ — ordenar - i - e liacer oir á otro. A á Otro Compuesto Yac - ov - i - augué Edan - i - akque Massacti - aguit Doinn - i - anni Daqqu - i - anni Savay - aguit Lasso - V - alék tu te quedas tu buscas ¡tas respuesta? tu quedas, otro sale á ti te pica víbora ¡10 me había juntado fu ofendes — 159 — Ad - i - apék tu lanceas Yn - i - apék tu dices Yqu - i - appeguá tu, nombras Yppict - i - aé tu tnalicias Y'l - i - aó fu pones Sidann - apque Yo busco, estoy buscando En todos estos ejemplos se puede suplir á otro con otro, etc. En cuanto á la terminación apele posible es que sea por tapek, y entonces no corresponde á este grupo. Alta — mismo La terminación alta es reflexiva, y en Tavolini su uso más frecuente es en las transiciones yo, me, tu, te, etc. El siguien- te es un buen ejemplo : Xevan - i - alta tu te miras i. e. « // mismo Apék i'e¡ — Apqué ^"éase rt — Compuesta. ta Z Avot Del ejemplo que se dá parece como si mas bien se tratase le una construcción como la latina — est mil/i, est tibí. ti _ Ynn - i - a\ot — tu lo tienes Su traducción literal acaso sea : ello de ti es ó hay Ct i'el Ctat reí ctá reí Te Parece que esta partícula inicial equivale á nuestro csfd, y sirve para conjugar adjetivos : Tcadiccá — Yo estoy grueso ' Tcadeccaí — tu estás grueso Tcaleeccá — él está grueso Tcadeeccá — nosotros estamos grttesos IGÜ Como final la encontramos en los siguientes ejemplos: Lili - i - ctá — tu estás soltado Onn - i - ctaé — rsiar aquí Onn - i - ctani — estar Nota — ta parece que significa estar : la c es simplemente eufónica. Cták Su A'alor se deducirá de los ejemplos : Ainn - ctiik — tiras con fusil Ennar - t;ik tiras con cascote Avigu - 1 - ctáh — tiras tí ti Appogoñ - i - cták — arrancas yuyo Ennarn - - cták — reparas Esta terminación parece que combina el ctá de arriba con la terminación k vel h que denota individuo, de suerte que puede considerarse como una especie de — yo el que estoy ha- ciendo tal cosa. Ctó Tal vez combinación de Ct con ó, que puede ser partícula que indique movimiento. Ejemplo: Niguinn i - ctó tu corres Ignoro su valor, pero aquí van los ejemplos \\o - \ - o ta Lyacaa - y - é Yac - Ov - i - e Yppict - i - aé tu antas tu vas allí cerca. tu te quedas, otro se rá tu malicias Obsérvese como en el último ejemplo se combinan las dos partículas á y e. IGl ta r o Gát }■ Gan ó Con Estas dos partículas parece f[ue son de hacer, y correspon- den ni red y fn» del Abipon: K\.: Sagát - Manifestar Savoagn — Castigar Myagat — Llover Guc — de dirección Este significado se deduce de los dos ejemplos que van en seguida : ta Aa - i - guc — • tu vas "por aUá Coacl - i - gutí — ta sigues camino Guc — compuesto con O OccoyfU't - i - ogué — tu aflojas Yac - Ov - i - augutí — tu te quedas El segundo ejemplo lleva :\ mi'is la partícula á, que se su- pone signitK(ue á otro. Gué — compuesto con cve Llyacca - y - evegué — tu, andas allí de casa En todos estos ejemplos puede resultar que la gu no sea más que ablandamiento de una k para recibir la é lina!. Guit De esta partícula nada se sabe, y son ejemplos de su uso: A(|quict - i - guit — tu, coiinilijas Oppil - i - guit — • //( vuelves á juntarte Acconiit- i - ftuit — sírvase — 1G2 - Casi jinrece como si esta partícula correspondiese á nuestro re, otra vex viás. Guit — en composición con A Massact - i - aguit — Ihífí rcsp^csfo? Sava\a - y - aguit — ■ yo me liahria jmiicido Lék — acaso, el que Esta terminación })arece (pie es ]iortic¡¡)al y compuesta ele / + ék. Avact - i - lék — Iií dcsiapas Lék — en composición con A Lasso - y - a lék — l>i ofendes Aquí entra la idea de á otro. Con V Ópp - i - levek — tu vuelves En esta terminación cnli-a la T', (pie seg'un parece indica movimiento. \^éase VO. Ni vcl Nni — Iluminación de Verbo Neutro Osso i - nni t)t desnudas ta Yyagann i - ni tu dejas trabajo Pacta rr i - ni tu aprietas Annact - ni tu caes yTí 1 - ni tu pones Ov - nni tu fe lcva)7tas Nennan - ni tu te acuestas Nosso - nni fu fe desnudas Navact - nni tu- te destapas Dcnnoct - nni tu- te apeas Ladammarn - i - nni fu- te desocupas Doinn - 1 - anni tu (juedas. otro sale Da(i(|u - i - anni ú ti te pica viliora — 1G3 — l'il or-i-iuti hace creer i|ii(' iiiii puedo ser terminaci.iu do i-ellc.\iv(>; sin embargo no se puedo a.scíj,urar: la N y D inicia- les mas i)ien corresponden á la idea de ser, como se despren- do do Ids ejemplos citados y otros muclios. Lo [¡rohaljlc os (juo el ni final sea forma do vcrljo sustantivo. Los dos .ejemplos do a compuesta con iin(\ encierran el co- nocido valor de esa partícula. • NNi - — compuesto con A Véase N¿ ad lin, Ña Su \aliir li'xieo so derivará del ejoniplo : Nappo - i - ñ;i — lu. te destapas. >Sc delio leiier présenle, (jue ña so analiza asi: ii - ij - d. La partícula reliexiva os la primera ;*. O Del ejonijilo lialir;'i (pío deducir su \ulor. 1 .Cíj - y - (') — tú le desoldifjas X\u - i - (I — tú JMIICS Oi>pilid - i - ó — tú vuelves, saliendo de una parle O — combinada con Guc Occoyarl - i -oguó — til aflojas Yac - Uv - i - aug'uó — tú te qncdus O — combinada con A Y 1 - i - aó — tú po)ics No es imposible que esta O tenga algo que ver con la idea de movimiento. Kií — Oicti Hacer . Kn Abipon Kachil es — yo Iim^o — y Dolii'izholTei' ritii la voz como partícula (|uc onira para íbnnai' un lema de verbos de hacer (al i'i cual cosa. Las leyes fonológicas ya demostradas nos enseñan á buscar la o n(pii>lla en el a esta; á conocer el chicheo como equivalente de /'', \ :i dejai' eufónico de t con aumento silábii'i). Ja c como recai-ao Analizado asi vemos (jue tenemos el verbo iS'-oc^ — vo bago — ia que tanto se parece al vcrbn S-octc-\o empiezo. Lsla [¡.irticula tal vez sea la de estos verbos. Ychocoictó Nectoclió Yschoiclinni Nchcoictevelí Querer Pcsnr llcstitiiir. Pagar Cansarse Einpexar Soecleeguc ta Mesycliocoicto — Disr/ustar - i - e hacer que no tciKja gitslo Pck cslar con — ndo. Es muy posible que exista esta partícula separadamente; en tal caso apéh y tapck serían comíjinaciones de a y ta con pck. El valor léxico que Dobrizhoffer dá á tapék, lo que se lia diciio de a y ta, el valor participial de la terminación ek y de la pai'- ticula spa en Quichua, todo confirma la hipótesis que pck es más ó menos el ei(uivalente morfológico de nuestro mío. Véase Tapéc. Que — mudanza por Guc. La G y la Q responden á exigencias fonéticas de sintaxis, como sucede con /.: y h. A'éase e y ¡jaé. Son ejemplos : Edan - i - ak(|ue — tu buscas Sidann - i - ap(|uc — ¡jo busco ó estoy buscando 1. líck / Ve?- ejemplos. — 165 - 1. liani •2. Rck 3. Sch 1. Nahirt'l - i - rani tti pierdes 2. ligan - i - rék l¿i lanjas 3. Aim Nii\';inic¡scli ijo soy caslijj \'c'anso las Ici'iriinacicmes ek v )ü. ScliÍL;u¡m — de abajo para arriba. Uiin - i - scliigLÜm — tu te levantas Dennoct - i - schiguiín — tu montas \\\ valiir lóxici") de csla terminación [tuedc conipi'ol)arse con la iialaliiM (|ue dice — Ciclu — La vocal i puedo mudarse ú o. it, ole. \^óase uin. Tapec y Tari — Están eon — ndo. vTaitee \ Tari, tlice Duliri/dinlTei', anexada á la üUima silalia del voi-l>o, denota una acción que aiiora osla comenzada.» l.is dos pai-lieulas se en-euenli'an en Mocovi : Ex. gi-. De Tapck ó Apek Yniapók — Decir — estar diciendo Ñaga^arncficlápeh — Estamos escuchando De Tari. Adenactarni — Pensar i I'aelaiTini — Apretar i.it Ychococlarni — Confesarse — 16G — l,ii ti'i'iiiiiiacion ek es pci'son'il, p delje soi- |i;irtic¡|)ial. y la t un i¡i(lic(3 denioslrativo que puede ó no uniilii'rie soyun las exigencias l'onéticas de tal n cual combinación: el romance scri'i el qíic está con el pailicipio en -mh. La It |mii- k es nuidan/.a frecuento en esto idioma. r,a p puede comparai'sc cun la p Ouicliua (;n .s7>« — (eruiina- cion participial ipie se usa cuando el sujeto del ¡lai'ticipio es el mismo (|U(! el del verlx) principal. Te o ()\arn -i - ti; — pégale al vuballo cu que vas L'm — Inicia ai'riba. Oi|quis - 1 - uui — til. aitlics L.onnis - i - uní — ta te Ivcaiitas. Esta es ¿¡articula de movimiento li.'icia arriba; que debe com- [)arai'se con la otra, schiíjnini. \\\\ Abipon, (',¡elo e-; — ipiínn — y este am sin duda es el iiin Mi.tcoN'i. En ai|ucl oi-o, ú espermatozoario, tiene á su disposi- ción una buena provisión de alimentos con cjue satisfacer su virulencia. La partenog-enesia es excepcional en algunos Lepidópteros; en oti'os tiene lugar regularmente. Las larvas, llamadas ortigas, son de diferentes colores y comunmente están revestidas de gran variedad de pelos ; por lo general se alimentan de sustancias vegetales. La cabeza de las orugas es la parte mas dura del cuer- po; siguen á ella tres pares de patas torácicas y dos ó cinco pares de falsas patas en los anillos abdominales. Cuando se fijan y se convierten en crisálidas {chrysos, oro), son generalmente notables por el brillo metálico de sus colores. Muchas se encierran en un capullo, del cual poco tiempo después ó en la primavera siguiente, sale el insecto adulto, y «muere» mas ó menos inmediatamente después de fecundar ó de poner sus huevos. Los Lepidópteros se dividen en Microlepi- dópteros, Geometrinos, Noctuinos, Bombicinos, Es- fingíncos y Ropaloceros. Los Microlepidópteros, tig. 4G, son Maripo- sas muy pequeilas y delicadas, con antenas largas y finas, y las alas unidas por retina- culos. Las larvas de algunas especies viven en el agua; otras en hojas arrolladas, en el parenquima ó en otras partes de las plantas, en los géneros de lana, en las pieles, etc. Las Geometrínas, tlg. 47, son generalmente de cuerpo delgado ; alas grandes, dobladas durante el reposo sobre el dorso ; antenas con un artejo grueso en su base. Las orugas tienen cinco ó seis pares de pa- tas. Para caminar, fijan sus patas anteriores, acercan de estas su ex- tremidad posterior, la fijan y levantan su ex- tremidad anterior para fijarla mas adelante; de modo que hacen para caminar, como el que mide algo por las cuartas de la mano. Las Nocturnas, ó Mariposas nocturnas, son de colores os- curos y cuerpo ancho, estrechado hacia atrás ; las alas son Fig. 46 Adulto y Crisíilida Oruga Fig. 47 — 182 — grandes, tendidas sobi-e el dorso dui'ante el reposo; patas largas, provistas de fuertes espolones. Las larvas, en su mayor parte, se trasforman en crisálida en la tiei-ra. Las Bonihicinas son también nocturnas, de cuer¡)o pesado y cubiertos de pelos escamosos muy tupidos, á veces lanoso; an- tenas cjuetiformes, pectinadas en el macho : las alas, tendidas sobre el dorso durante el reposo, son anchas y sin retináculos. Las hembras son gruesas y pesadas, vuelan muy poco y son á veces vermiformes. Los machos, por el contrario, son ágiles y vuelan también de dia. En estos Lipidópteros es en los que la partenogenesia es mas frecuente. Las Esfingíneas tienen por lo general una larga trompa con la cual chupan el néctar de las flores, sin posarse ni dejar de mover las alas con rapidez. El cuerpo es largo y acuminado en su extremidad. Las alas anteriores son angostas y las pos- teriores pequeñas. Tienen un vuelo rápido y las alas son hori- zontales durante el reposo. En algunas especies las alas son des- nudas y trasparentes. Las orugas tienen un cuerno anal. Las Ropalócems tienen alas muy grandes, verticales durante el reposo y por lo general son de colores vivos y muy variados. Las antenas terminan en un botón. En las hembras de las especies llamadas Vanesa y Papilio, se presentan dos ó tres varie- dades que se creía ser otras tantas especies distintas. Los Coleópteros, tig. Kinfa (.Fjg. 48) Larva •48, están caracterizados principalmente porque sus alas anteriores, que en los demás Insectos son las mas desarrolla- das, en los Coleópteros (¡coleos, estuche) tienen excesiva consistencia y están tras- formadas en apéndices que son mas bien perjudiciales. Durante el reposo, los bordes internos de los élitros (ely- fron, envoltura) están aplicados exacta- mente el uno junto al otro; á veces están separados ó son muy pequeños: pueden también cruzarse el uno sobre el otro, ó aun estar completamente solda- dos. En este caso el Insecto no puede volar. Debajo de los élitros están las alas membranosas, colocadas horizontal- mente sobre el abdomen y plegadas al través; cuando están desplegadas pre- — 183 — sentaii una extensión considerable. La forma general de estos Insectos es también diferente de la de los demás. El segmento anterior del tórax, que en los demás Insectos está soldado con los otros dos, en los Coleópteros está separado y es mas ó menos independiente en su desarrollo, mostrando mayor ten- dencia á unirse con la cabeza. Esta es mas ó menos desarrollada é independiente de este primer segmento. Los segmentos medio y posterior son mucho mas pequeños y están unidos al abdo- men, con el cual son mas ó menos, ó aun completamente coa- lescentes; de modo que en estos Insectos, las alas y dos pares de patas parecen pertenecer al abdomen. Las piezas de la boca son propias para masticar. En sus gustos y costumbres se parecen á los Dípteros ; su metamorfosis es también completa. Las larvas son generalmente largas; ya apodas y vermiformes, pero con cabeza ya formada, ya tienen, además de las patas torácicas, rudimentos de patas en los anillos posteriores del abdomen. Algunas son acuáticas; otras son parásitas ó ladronas que se alimentan de la miel hecha por otros Insectos de un orden diferente. Todas se ali- mentan de las mismas sustancias que los adultos, las cuales consisten en sustancias animales ó vegetales. Los Coleópteros son los Insectos mas variados y numerosos, y los que mas han llamado la atención de los naturalistas, por sus estrenas formas y hermosos colores ; así como la consistencia de sus integumentos, haciendo fácil su conservación, ha con- tribuido á que sean hoy los Insectos mas estudiados. No es estraño, pues, que la naturaleza haya sido tan pródiga en es- pecies de Coleópteros. Los Hymenópteros son mas interesantes, porque su vida, ó lo que de ellos se sabe, no está encerrado en límites tan es- trechos como son los pequeñísimos detalles de la forma exterior de esas momias animadas, llamadas escarabajos. De modo que al estudiar los Hymenópteros nos divertiremos mas porque tam- bién hemos de aprender mas. Estos Insectos tienen sus cuatros alas membranosas {hijmen, membrana), trasparentes y con pocas nervaduras ; las anteriores son mas grandes que las posteriores y estas están, como en los Lepidópteros, unidas á las anteriores por medio de pequeños — 18 i — g-anchos. Algunas veces las alas faltan en uno de los sexos, 6 en las oljreras de algunas de las especies que viven en sociedad. El cuer[)0 es generalmente delgado ; la cabeza es movible, con ojos grandes que casi se tocan en los machos; las antenas poi' lo general tienen en su base un artejo grande que lleva una serie de anillos pequeños, que se dobla hacia un lado, ó son completamente rectas. Las piezas de la boca son propias para masticar y lamer; algunas de estas piezas se asemejan á las de los Coleópteros ó de los Ortópteros. El abdomen rara vez está unido al tórax en toda su anchura; por lo común está unido por el primero ó por los dos primeros anillos que se han adelgazado y forman un fino pedículo. El número de seg- mentos de que se compone el abd(3men, varía entre tres y nueve. y se termina en las hembras ya por un taladro {terebra), ya por un aguijón (ocnleus). Estos caracteres son los que sirven para dividir los Hymenópteros en Terehrancios y Aculeatos. Su meta- morfosis es completa. Los Terehrancios son aquellos cuyas hembras están provistas de un oviscapo ó taladro que sobrepasa la extremidad del ab- domen y puede á veces estar retirado dentro del cuerpo. Según la manera en que sus larvas se alimentan, se subdividen en Fitófagos, AgallícoJas y Entomófagos. Los Fitófagos tienen el abdomen sésil, es decir sin pe- dúnculo. Sus larvas se parecen á las orugas, de las cuales se distinguen por el número de sus patas, el cual puede ser de tres pares ó de nueve á doce. Las hembras ponen sus huevos bajo la epidermis de las hojas; la picadura produce un añujo de savia que penetra los huevos y los hace aumentar su volumen. Las larvas se alimentan de las hojas ; viven comunmente en sociedad durante su primera edad y se trasforman en crisálida dentro de un capullo. En algunas especies tiene lugar la par- tenogenesia. Esta es mas frecuente y aun i-egulai' en los Agallícolas, fig. 49, Te- rehrancios, cuyo ab- domen está unido por un pedículo y cuyas larvas carecen de pa- tas y aun de ano. En ^g^„^ estos Insectos, la par- y. ^j, tenogenesia alterna con la separación de los sexos, y en algunas especies se dice es la única manera de reproducción. s — 185 — Es muy curioso, por cierto, encontrar la partenogenesia en Insectos de grupos tan diferentes como los Hymenúpteros, Le- pidópteros y Rhíncodos, que se desarrollan á expensas de sus- tancias vegetales vivas. ¿Nosen'iel jugo délos organismos mas partenogenéticos, ó catanabólicos, lo que dá esta propiedad á los Insectos? Los Entomófagos tienen el abdomen pedunculado. Las larvas son por lo común jjarásitas de otros Insectos ó se alimentan de sus larvas, y carecen de patas y de ano. Los mas interesantes para nosotros son los Pteromálidos. Son generalmente muy pequeños y de colores vivos; sus alas carecen de nervaduras ó tienen una sola. Las larvas son pará- sitas de las larvas de toda clase de Insectos y aun de otras larvas parásitas. Uno, llamado Platygaster, es parásito de esas lai'vas vivíparas de Cecidomya, que apenas tienen unos pocos milímetros de largo. Los huevos carecen absolutamente de pro- visiones alimenticias y todo su protoplasma es empleado para la formación de una larva muy semejante á esos bichitos del agua llamados Ciclopes, y mas aun á los Rotíferos. Estos son hechos muy instructivos ; pero siempre debemos tener presente que si bien la analogía es el medio mas útil para descubrir la verdad, puede también ser causa de error en el estudio de las diferencias peculiares que resultan de la com- plicación de los distintos factores en la evolución de los ani- males. Los Pteromálidos pueden ser ó Rotíferos superiores, ó Cíclopes no acuáticos, deformados por el parasitismo, en otra dirección diferente á la que deformó á otros Ciclopes, ó Copépodos: todas pueden ser formas paralelas, de los mas inferiores Ar- trópodos que empezaron á tomar su forma típica desde una fase mas ó menos temprana de su desarrollo. Los Icneumónidos, otra familia de los Entomófagos, depositan sus huevos dentro ó sobre el cuerpo de una oruga ó de la larva de algún otro Insecto, y las del Icneumónido se alimentan á expensas de las sustancias de las larvas de una mariposa, por ejemplo, sin hacerla perecer; pero cuando están por tras- formarse en crisálida, devoran á la victima y no dejan de ella sino tan solo la cascara ; de modo que de la crisálida de una mariposa se ve salir un Hymenóptero. Las Hormigas, Avispas y Abejas forman el sub-órden de los Aculeatos, ó Hymenópteros, cuyas hembras están provistas de un aguijón venenoso, retráctil. El abdomen está unido al tórax por medio de un pedúnculo, y sus larvas, lo mismo que (..) 186 Obrera Hemltra las de los Entomófagos y Agallícolas carecen de patas y de ano. Las Hormigas viven en sociedad formada de diferen- tes clases de individuos, fig. 50. Los machos y las hem- jjras tienen alas, pero las obreras son ápteras ; son hembras degeneradas, cuya facLÜtad de reproducción ha sido artificialmente trasfoi'- mada en actividad y en un mero instinto de amor ma- ternal, lillas son las encar- gadas de cumplir con los deberes que en las sociedades humanas son desempeñados por individuos que son á la vez ciudadanos, obreros y padre ó madre. De modo que como la división del trabajo hace la perfección de las funciones, las larvas de las Hormigas es- tán mucho mejor cuidadas que las nuestras. Jamás se vio á una Hormiga con su larva en un brazo y cocinando ó barriendo con el otro ; ni á una hormiguita con una pierna rota por descuido de la niñera ó porque esta estaba conversando con un zángano. Y si ellas pudieran disponer de un instrumento equivalente á nuestro vidrio de aumento, es decir, de un microscopio, es muy probable que nos considerarían como los mas atrasados de todos los Insectos. Pero las Hormigas son animales muy pequeños, formados con muy poco ó muy fino protoplasma, y por eso han podido ¡dcanzar mucho antes una perfección relativamente mayor que nosotros, quienes, estando formados con mucho y muy ordinario protoplasma, las acciones del medio no han podido obrar con tanta eficacia. La división del trabajo ha perfeccionado tanto los sexos, que las hembras no hacen mas que producir huevos, y los machos son tan perfectos espermatogéneos, que cuando han trasformado en futuras Hoi-migas toda la parte viva de su cuerpo, quedan reducidos á cascaras vacías y entonces el antropomorfismo nos hace decir que «los machos se mueren». Con respecto á sus relaciones con otras naciones, algunas Hormigas parecen estar menos adelantadas que nosotros, pues los destrozos y las matanzas que hacen á otras nos recuerdan la civilización de algunos pueblos primitivos ; como el de los Asirios, por ejemplo. Otras especies están mas humanizadas, pues solo viven del robo. La vida de las Hormigas, su inlcli- — 187 — gencia, han despertado la atención de los observadores, y se han escrito muy buenos libros sobre ellas. Las Avispas son mucho mas variadas que las Hormigas. Los Crisídidos, 6 Avispas doradas, son de un brillo metálico, azul, verde ó rojo cobrizo. El abdomen es solo de tres, cuatro ó cinco segmentos. Las hembras ponen en los nidos de otros Hymenópteros. En los Heterogíneos, las hembras son muy dife- rentes de los machos, son generalmente sin alas y también ponen sus huevos en el nido de otros. Las Cavadoras viven so- litarias, tienen las patas largas y provistas de espinas ó agui- jones. Las hembras hacen sus cuevas en la arena, en el suelo ó en la madera seca, y ponen los huevos en el fondo del agu- jero. Algunas llevan el alimento diario para la larva ; otras al- macenan en una celda cerrada toda la provisión necesaria para el desarrollo de la larva, provisión que consiste en Insectos. En este caso, no matan al Insecto, sino tan solo lo paralizan introdu- ciendo el aguijón entre alguna de las articulaciones del tórax hasta el ganglio ventral inmediato, para lo cual mas comun- mente se montan sobre el Insecto de que quieren apoderarse y lo «desnucan». Las langostas les dan mucho trabajo, inútil casi siempre, pues estas se defienden poniendo sus patas posteriores sobre la parte vulnerable ; la que se descuida es trasportada a la puerta de la cueva de la Avispa, en donde esta se afana inútilmente por introducir una presa mucho mas grande que la cueva. Otras inspeccionan los trenes que pasan, y se llevan las moscas que van de pasageros. Los Véspidos, ó Avispas verdaderas, tienen antenas acodadas. Algunas son solitarias ; otras viven en sociedad. Las hembras de las solitarias hacen sus celdas en la arena, ó con barro sobre los árboles ó en las paredes, y las llenan con miel ó, mas comunmente, con insectos, orugas ó arañas. Las Avispas sociales hacen celdillas mas pequeñas pero numerosas, regu- lares y hexagonales, con madera triturada y unida en hojas que cuando se secan toman la consistencia del cartón. Todas estas celdillas están unidas y colgadas á las ramas de los ár- boles por medio de un pié común. En estos Hymenópteros, lo mismo que en tantos otros anima- les, la separación de los sexos aparece solamente al fin del ve- rano. «Los machos se mueren» pronto después de sus bodas, y las viudas pasan el invierno bajo las piedras ó la yerba. Cuando llega la primavera, salen y cada una principia á formar su colmena. Durante la primavera y el verano, la vieja matrona pone huevos de los cuales no nacen hembras y machos, sino — 188 — jóvenes matronas catoníibúlicas y obreras grandes. Como en estas nuevas hembras y obreras, el fermento del hambre no se ha agotado aun, ellas continúan reproduciéndose sin ser fecun- dadas y ponen huevos (jue también se desarrollan; pero ahora nacen de ellos esas hembras completamente agotadas y dispép- ticas que nuestro antropomorfismo llama «machos». Es tan solo á íines del verano, ([ue reai)arece la separación de los sexos. Los machos y las hembras nacen de los últimos huevos de la señora mayor y de los de algunas de aquellas obreras mas anabólicas y menos activas, cuya vida, en vez de haber sido gastada bajo la forma de trabajo, se ha acumulado bajo la de protoplasma empleado en la reproducción. Los machos y las hembras se remontan en el aire, como los Efiméridos, y después de esta ceremonia, ó vuelo nupcial, solo las verdaderas hem- bras continúan viviendo hasta el año siguiente; y no solo los machos se «mueren», sino también los pobres solterones y sol- teronas se dispersan y perecen gradualmente en la mas triste soledad. Los Apkios, ó Abejas, tienen patas anchas, principalmente las posteriores, y el primer artejo de los tarsos está provisto de una escobilla de pelos. Las alas anteriores no se doblan. El cuerpo es mas ó menos velloso. Algunas son solitarias ; otras viven en sociedad y hacen sus nidos en las paredes, en el suelo ó en los huecos de los árboles. Muchas son parásitas, no hacen nido y ponen sus huevos en los nidos de otras. Las Abejas poseen, respecto de los sexos y de la reproduc- ción, conocimientos mucho mas adelantados que los de todo otro ser viviente conocido; y la división del trabajo y su mo- ralidad son tales, que sus sociedades parecen ser organismos cuyas partes están muy próximas á unirse en un solo indivi- duo. Las Abejas no solo saben hacer los machos (zánganos) y las obreras, sino que también saben cebar ó abonar el i)ro- toplasma catabólico, á fin de hacerlo mas capaz de desempeñar mejor su misión. Saben también cómo hacer una hembra \>ev- fecta, ó «reina», como se llama el órgano anabólico de la colonia. Pero la llamada jrina parece mas bien una prisionera y es el ovario, cebado tamlñen, ó abonado, del organismo-colmena. En las Abejas, solo «los machos se mueren» poco tiempo después de sus bodas; las obreras y las madres pasan el in- vierno en la colmena, calentándose mutuamente y alimentán- dose de sus provisiones de miel y polen. En la primavera, la Abeja madre, después de ser fecundada, parece un individuo herma frodita, pues contiene un depósito de espermatozoarios. — 180 — I'illa pone diferentes clases de liuevos: huevos fecundados, de los cuales nacen hembras ú obreras, y huevos no fecundados, de donde salen los machos. Las obreras pueden accidentalmente poner huevos, pero estos no producen sino machos. Cuando son accidentalmente fecundadas, pueden también poner huevos que dan hembras verdaderas. Esto parece ocurrir á consecuencia de un descuido de las obreras, en dar demasiado alimento á la larva. Onicóforos Estos Artrópodos, llamados también Protraqucatos en lugar de Postraqueatos, son, así como los Miridpodos (cientopies) los mas parecidos a los Anélidos; tanto, que estuvieron clasificados con estos hasta que se descubrió que respiran por tráqueas (1) y ([ue sus patas son articuladas y no simples parápodos como las de los Anélidos marinos. Son de cuerpo largo y vermifor- me, compuesto de catorce á treinta y mas anillos, cada uno con un j)ar de patas cónicas, rudimentarias, terminadas por dos garras. La porción anterior del cuer])0 forma una cabeza claramente distinta, con un par de tentáculos y dos ojos. Las pocas especies conocidas hoy, forman el género Peripatus. Ha- bitan en la América del Sur, la Nueva Zelanda y el Cabo, y viven en la tierra húmeda, bajo las hojas, etc. Miriápodos Estos Postraqueatos también se parecen ú los Anélidos, pero algunos se parecen también á ciertos Crustáceos; y aun á los Insectos por su respiración traqueal, por la forma de su cabeza y por su organización interna, á excepción del sistema nervioso, que se asemeja mas al de los Anélidos. Las hembras son generalmente mas grandes que los machos. Los Miriápodos se dividen en Quilonatos y Quilópodos, y se distinguen fácilmente por sus antenas, por la forma de los (1) Tubos ramificados distribuidos en todo el cuerpo y que comunican con el aire exterior por medio de espiráculos ó agujeros llamados estiijinas. 190 Fig. 51 anillos de su cuerpo y por el número de patas que lleva cada anillo. Los Quilonatos, fig. 51, tienen antenas cortas; cuerpo mas ó menos cilíndi'ico, generalmente muy largo y compuesto de diez á ochenta anillos. Las patas anteriores, ó to- rácicas, están general- mente dirigidas hacia la boca. Los tres anillos torácicos, y á veces los dos ó tres siguientes, llevan un solo par de patas; los demás, excepto el séptimo en los machos, llevan dos pares cada uno, colocadas sobre la cara ventral. Unas series de poros situadas a cada lado del dorso, dan salida á un líquidn corrosivo é infecto que sirve al animal como medio de defen- sa. Cuando algunos de estos Miriápodos salen del huevo, tienen solo tres pares de patas, como los Insectos adultos, pero continuando en su desarrollo se vuelven mas semejantes á los Anélidos. Los Quilonatos viven en la humedad, bajo las hojas ó los escombros, y se alimentan de sustancias vegetales po- dridas. Los Qiiilúpodos tienen antenas largas y cuerpo generalmente deprimido, y un par de fuertes patas-máxilas. Cada anillo lleva un solo par de patas, y tocios están cubiertos en la cara dorsal y ventral por chapas sólidas de quitina, unidas por membranas. Las patas están insertas á ambos lados del cuerpo. Se alimen- tan de otros animales, los muerden con sus patas-máxilas y los matan introduciendo en la herida la secreción de las glán- dulas del veneno. Si tuviésemos que hacer iigurar á los Myriápodos en el cuadro de clasificación, la forma de árbol de este exigiría que escribiésemos el nombre de los Quilópodos cerca de los Ai'ác- nidos y de las Llirudlneas, y el de los Quilonatos cerca de los Insectos y de los Oligoquetos. — Tanto los Myriápodos como los Onycóforos, debemos considerarlos, lo mismo que las His- triobdelas, como las formas que ligan á los Anélidos con los Artrópodos; las formas menos diferenciadas de estos, y por consiguiente, superioi'cs bajo el junito de vista de su facultad asimilante, ó anabolismo. lUl Aracnóideos Bajo este nombre eslún comprendidos los Artrópodos y otros animales que están ó parecen estar provistos de solo cuatro pares de patas torácicas, y cuya región cefálica no está sepa- rada del cuerpo por un pedículo ni por límites claros. Se divi- den en Tardígrados, Pif/iiogoii/deos, Acarios, LinguatuUdeos, Pseudo- scorpioiiídeos, Falángidos, Solífitgos, Araneidos, Fedipalpos y Escor- pionídeos. Los Tardígrados, fig. 52, son Aracnóideos muy pequeños, cuyo cuerpo no está dividido en cabeza, tórax y abdomen, sino que es ver- miforme, con cuatro pares de pa- tas rudimentarias no articuladas y terminadas por algunas garras. En la extremidad anterior tienen una ventosa á veces retráctil y pa- recida á una pequeñísima copa de cristal. Las patas posteriores están colocadas en la extre- midad del cuer^DO. Viven en las. aguas estancadas, entre las algas, bajo el musgo, etc., y carecen de órganos respiratorios. Estuvieron anteriormente clasificados como Rotíferos, y así como estos y los pequeños Nemátodos, poseen la facultad de recobrar su actividad vital después de haber estado desecados. Son liermafroditas. Fig. 52 Los Pignogónidos, fig. 53, son Aracnóideos tan dudosos como interesantes. Se llaman también Pantópo- dos, con tanta mayor propiedad cuanto que sus patas han tomado tal desarrollo — ya en largor ya en grosor — en proporción al resto del cuerpo, que este ha quedado rudimentario, mientras las patas forman, con mucho, la mayor parte del animal. La parte central del cuerpo se prolonga hacia adelante como un rostro cónico, en cuya base salen unos apéndices en ibrma de pinza, y debajo de él otros semejantes ya á patas ya á pinzas. Lo mas curioso de estos animales es que en lugar de tener un solo estómago, tienen nada menos que nueve, ó sea uno divi- — 102 — Fig. 51 dido en nueve partes, ocho de las cuales, con sus correspon- dientes glándulas sexuales, están contenidas en las ocho patas y alcanzan hasta el último artejo. El noveno estómago, ó la no- vena parte de él, ocupa el centro del cuerpo y está reducida á un pequeño tubérculo en cuya extremidad está el ano. Estos Artrópodos viven en el mar, entre las algas, en las colonias de Hidroídeas, etc. Estuvieron clasificados como Crustáceos, á algunos de los cuales se asemejan mas que á los verdaderos Aracnóideos. Sin embargo, su organización interna los aleja mucho de los Crustáceos y los acerca de ciertas «estrellas de mar » . Los Acarios, fig. 54, son por lo general pequeños, á veces casi microscópi- cos. El cuerpo es mas co- munmente grueso y reco- gido; no dividido en re- giones distintas, pues la cabeza, el tórax y el abdo- men están confudidos en una masa común, y solo rara vez presenta algunas señales de división. Los integumentos, formados de quitina, presentan una superficie ondulada ; pue- den ser mas gruesos en algunas partes y formar bandas si- métricas ó gruesas láminas, y llevan pelos ó cerdas en algunos puntos. Sus cuatro pares de patas, así como las piezas de la boca, son de formas tan excesivamente variadas como es su género de vida. En su mayor parte son ¡¡arásitos en los vege- tales ó en los animales; muchos viven libres en el mar, en agua dulce ó en la tierra, ó son alternativamente libres y pa- rásitos, siendo parásitos en su estado de larva y libres en la edad adulta. Las larvas, lo mismo que los Insectos adultos, tienen solo tres pares de patas, y dos en algunas especies. Los sexos están separados en individuos distintos, los cuales difie- ren en tamaño, forma, y á veces hasta en el género de vida. Las hembras, como es de suponer, son mas grandes que los machos. Los Dematófilos, cuando nacen, son vermiformes, con el aij- dómen largo y anillado, pero que se hace mas corto y mas grueso después de la primera muda durante su vida de pará- sito en el interior de la piel de los mamíferos. Los Sarcóptidos producen la sai'na. Tienen cuerpo corto, pero el Dermaleichuf. <|ue no peneti-a en la piel, tiene abdomen largo. Los T¿ro(/li- — 193 — fidos viven en el queso, en los Insectos y en las sustancias vegetales; su cuerpo es mas ó menos alargado. Los Ixódidos son generalmente grandes y chatos, con un escudo dorsal só- lido. Viven en las plantas, pero las hembras y las larvas son parásitas en los reptiles y mamíferos. A ellos pertenece la garrapata. El bicho colorado {Tetranychus molestissimus) es de la familia de los Trombldidos . Los Fitóptidos tienen abdomen largo y anillado, y los dos pares de patas posteriores están atrofia- dos. \'iven en los vegetales, y sus picaduras producen agallas ó deformaciones de la corteza. Los Hijdrdcnidos son acuáticos y por lo general de colores vivos; las patas son adaptadas para nadar. En el Diplodontiis, los apéndices anteriores del ce- falotorax, llamados palpos, están provistos de pinzas. Los Linguatulídeos, cuando están encerrados en el huevo y reducidos á un escaso alimento, empiezan á hacerse Artrópo- dos, pero después, cuando se libran de su prisión, se hacen parásitos, y como ya son ricos, no necesitan de herramientas tan perfeccionadas como las de los Artrópodos; se deshacen de ellas y se trasforman en gusanos feos y haraganes. Son entonces de cuerpo largo y anillado, á veces chato y formado en su mayor parte por el abdomen, el cual ha adquirido un de- sarrollo enorme á consecuencia del parasitismo. Los machos son notablemente mas pequeños que las hembras. Los Pseudoscorpionídeos, fig. 55, son Aracnóideos muy peque- ños, semejantes i'i los Escorpiones por su forma exterior, por las piezas de la boca y por sus miem- bros anteriores provistos de pinzas ; pero se parecen mas á los Acarios por la simplicidad de su organización. Su ab- domen, chato y relativamente grande, está formado de diez ú once anillos; es de muy diferente forma del de los Es- corpiones y carece siempre de aguijón venenoso. En su desarrollo presentan una forma larval semejante á la de la mavor parte de los Crustáceos. Viven ^. .. Ijajo la corteza de los árboles, bajo el musgo, en los libros viejos, etc., y corren muy ligero hacia los lados y para atrás. 194 Los Falámjklos, fig. 56, tienen los patas muy largas y del- gadas: los piezas de la boca, ó qiielíceras, son en forma de pinzas. El abdomen está señalado en seis ó nueve anillos, y unido, ó no separado del tórax, el cual principia á lomor mayor desarrollo que /■■ I \ '^ el alidúmen; en algunas especies, este I \ está oculto ]ior el cefalotorox, de modo que las potas participan de ese mayor '''^' ""^ clesarrollo. Los Falángidos tienen lo particularidad de que los machos producen células anabólicas, ó huevos, en el mismo órgano que las catabólicas, ó esperma- tozoarios. ■ Los Solíftigos tienen el cefalotorax dividido en dos regiones; la anterior lleva las piezas de la boca, que consisten en dos fuertes pinzas verticales y dos ó tres pares de patas, de las cuales el par anterior está trasformado en palpos ; la porte posterior del cefalotorax lleva dos ó tres pares de patas y está unida al abdomen. Este es cilindrico y compuesto de nueve ó diez segmentos. Los Araiieidos, nal de una glándula de ó Arañas veixladeras, fig. 57, tienen el cuerpo dividido en dos regiones : cefalotorax y abdomen, unidas por un pedículo. Los palpos, ó miembros anteriores, son mucho mas pequeños que las patas, á las cuales se asemejan en las hem- bras, pero en los machos tienen una conformación diferente y sirven para poner á sus hambrientos hijos en el lugar debido, es decir, dentro del cuerpo de la hembra. Las queliceras se com- ponen de una fuerte pieza basilar, que tiene una ranura en la cara interna y un artejo terminal, ó garra, la cual puede dolilarse dentro de la ranura y en cuya punta desemboca el ca- veneno. Cuando el animal muerde, — 195 — el líc|uido secretado se derrama en la lierida hecha por la garra y causa la muerte casi instantánea en los animales pequeños. Los cuatro pares de patas son generalmente largas, se terminan por dos garras pectinadas en su borde cóncavo y mas abajo de estas hay generalmente otra garra mas pequeña que es reemplazada, á veces, por una escobilla de cerdas. El abdomen no presenta señales de segmentación, pues todos los anillos se han unido durante el desarrollo y forman una sola pieza; es grande é hinchado, sobretodo en las hembras. En su extremidad hay cuatro ó seis pezones llamados hiladeras, cu cuya superficie se abren los conductos que dan salida á una sustancia viscosa que el aire endurece rápidamente y que constituye los hilos con que las arañas hacen sus telas por medio de las garras de sus patas. Los canales ó poros por donde sale la sustancia de que se forman esos hilos, son de una finura prodigiosa; baste decir que en algunas especies, cada ¡!Ílo es la reunión de mas de mil hebrillas. Las Arañas no tienen metamorfosis como los Insectos superiores ; cuando salen del huevo tienen ya la forma general y la organización del anhnal adulto ; pero solamente después de la primera muda es que abandonan el saco dentro del cual se han formado y que pueden tejer sus telas y cazar su presa. Los hilos, precursores aquí, del viento Norte, y llamados babas del Diablo, (hilos de la Virgen, en Europa) son la obra de las Arañas jóvenes, en las cuales parece que es mas activa la secreción que los produce. En los Insectos, también son los jóvenes los que producen la seda. Todas las Arañas se ali- mentan de animales vivos, y los medios de que se valen para apoderarse de su pres;a son muy variados. Según el número de sus pulmones, ó sacos pulmonares, los Araneidos se dividen en Tetrapneumóneos y Dipneumóneos. Los Tetrapneumóneos son generalmente grandes ; con tres, cuatro ó, rara vez, seis íiiladeras y cubiertos de pelo. No tejen telas, sino hacen largos tubos ó tapizan sus cuevas con un tejido fino y tupido. Algunas cierran la entrada con una tapa fija por una visagra. La Terafosa avicnlaria es tan grande y fuerte que puede matar un pájaro pequeño. Los Dipneumóneos tienen seis hiladeras y dos sacos pulmo- nares. Son las Arañas mas comunes y sus numerosas especies han sido clasificadas en siete grupos ó triL)Us diferentes, según sus costumbres, el número y la distribución de sus ocho ojos, y según la forma de sus órganos. Hay especies acuáticas, cuyos nidos son campanas impermeables, como las de los antiguos — 196 — buzos, y pueden correr sobre la sui)erficie del agua con la misma facilidad que puede hacerlo sobre la tierra el animal mas lieero. Los Fedipalpos se parecen á los Escorpiones, pero mas aun á las Arañas. El abdomen es, como en estas, separado del oefalotorax por un pedículo, pero está compuesto de una serie de once á doce anillos distintos. En los TeUfomis, los últimos segmentos del abdomen son muy delgados y se terminan por un apéndice muy fino y también anillado. Los palpos maxila- res son muy fuertes, terminados ó por fuertes garras espinosas como en las Arañas, ó por pinzas didáctiles. Las patas ante- riores son muy largas y finas; parecen largas antenas. Lo mismo que los Araneidos, tienen ocho ojos y glándulas vene- nosas en sus quelíceras; se parecen también por la organiza- ción de su sistema nervioso. Los Frinos son vivíparos. Los Escorpionídcos, fig. 58, se parecen tanto á los cangrejos, ([ue estuvieron clasificados en un mismo grupo. El cuerpo está compuesto de tres partes: cefalotorax, preabdómen y postab- Fig. oS domen. El cefalotorax lleva cuatro pares de patas y palpos muy desarrollados y con fuertes pinzas. Está unido al preab- dómen por toda su anchura y ambos forman una sola pieza. — 197 — El pre;ib(lúnien es bien desarrollado, cilindrico y formado de siete anillos; el postabdomen es mucho mas delgado y com- puesto de seis segmentos; está doblado hacia arriba y lleva en su extremidad un aguijón venenoso. Son vivíjjaros y presentan pocas diferencias sexuales; los machos tienen pinzas mas fuer- tes y un postabdómen mas largo. Crustáceos Estos Artrópodos llevan en sus integumentos las sustancias duras con que los Anélidos hacen sus tubos. Su forma exte- rior presenta una completa gradación en el desarrollo de las distintas partes del cuerpo y de sus apéndices, principalmente en los pertenecientes al tórax. Esta región muestra tal tenden- cia á crecer i'i expensas de la cabeza y del abd(Jmen, y alcanza tal desarrollo sobre las demás regiones, que los Crustáceos podrían mas bien llamarse Torácicos. Los Anélidos, como hemos visto, crecen ¡i lo largo, y tanto, que con frecuencia se separan del exceso de su crecimiento ó adquieren un largor extraordinario; pero en los Crustáceos, el crecimiento en longitud se detiene desde su principio y se de- sarrollan en latitud, form.ándose anchos segmentos con varia- dísimos apéndices provistos de cerdas, tan características de los Crustáceos como de los Anélidos. Este desarrollo á lo an- cho, principia muy temprano, de modo que la larva del Crus- táceo toma comunmente una forma llamada NanpUiís, en lugar de tomar la de Trocósfera, como se llama á la que desarrolL'in- dose en longitud, produce los Anélidos. Las antenas que poseen todos los Insectos y que desaparecieron en los Aracnóideos, las encontramos de nuevo en los Crustáceos; pero ahora es en número de dos pares que reaparecen; como si el Nauplio, con sus tres pares de apéndices, representase tres «cabezas» pri- mordiales, en vez de una, como se cree generalmente. Como la coalescencia de los segmentos ó anillos de que se compone el cuerpo, y la forma general de este y de sus partes, presentan una completa gradación, es muy difícil dar una descripción general de estos Artrópodos. Con muy raras excepciones, todos viven en el agua y respiran por medio de branquias. Los Crustáceos se dividen en tres grupos principales, que son: Eniomostráceos, Malacostráceos y Gigantostráceos. — IOS — Eníomostráceos Son los Crustáceos mas pO(¡ueños y de organización mas simple: cuya forma general y tamaño, así como el número y forma de sus órganos son sumamente variados; pero se encon- trará muchas relaciones entre ellos si se compara las formas de desarrollo de los unos con las del estado adulto de los otros. Por la simplicidad de sus formas de desarrollo y de su estado adulto, los mas inferiores deben ser considerados como los animales que primero han tomado la forma de Crustáceos, y por consiguiente, los Entomostráceos inferiores, actuales, deben ser los Crustáceos mas modernos. El grupo se compone de los órdenes siguientes : Fillópodos, Ostrácodos, Copépodos y Cirrí- podos. Los Fillópodos (pJnjllou, hoja) tienen patas foliáceas, ó remos. El cuerjio, corto ó largo, es muchas veces segmentado; casi siempre está ó cubierto por un ancho escudo, ó mas ó menos completamente encerrado en una concha bivalva. Se dividen en dos sub-órdenes: Cladóceros y Branqidópodos. Los Cladóceros, fig. 59, son muy pequeños, tanto, que en las escuelas de aquí se enseña que son Infusorios. Tienen el cuerpo comprimido, y á excep- ción de la cabeza, está todo encerrado en una concha bi- valva; con un par de antenas trasformadas en paletas anchas y bifurcadas, y cuatro ó seis pares de patas adaptadas para nadar. Los machos son mas pequeños que las hembras, pero tienen las paletas mas fuertes y los ojos mas grandes. En la primavera y el verano, ó cuando las circunstancias son favorables, las hembras, lo mismo que las de los Rotíferos, producen huevos de verano que se desarrollan por partenoge- nesia en el interior de la madre. Estos huevos contienen abun- dante alimento y se han formado de la manera ordinaria : absorbiendo las células mas hambrientas á las que lo son menos, y también sacando el alimento directamente de la san- gre de la madre. En ciertos casos se ha observado que el des- arrollo de los huevos ha tenido lugar en la misma larva de un Fig. 59 — 199 — Cladócero, cuando estalta todavía dentro del cuerpo de la ma- dre. En el otoño, ó cuando el alimento empieza á escasear, la separación de los sexos empieza y se efectúa en el orden si- guiente: primero aparecen los individuos partenogenéticos, ó catanabólicos, luego los hermafroditas, mitad machos y mitad hembras, y, por último, las hembras y los machos separada- mente. Estas hembras ponen huevos de invierno, algunos de los cuales no han sido fecundados y no se desarrollan. Los ([ue han sido puestos después de la fecundación, pueden desar- rollarse aun después de haber estado desecados cuando el agua en donde estaban se secó, y hasta se ha constatado que no se desarrollan si antes no han estado desecados por algún tiempo. Los Cladóceros viven en el agua dulce y en la de mar, y se les llama comunmente Pulgas de agua. Algunos se Ajan por la cabeza ó por el dorso, como los Cirripodos; otros tienen el abdomen muy largo, cilindrico y anillado. Los Brcmquiójwdos, íig. 60, son inmensos si se les compara con Fig. GO ¡os Cladóceros (á veces cerca de dos centímetros de largo). Tienen también una organización interna mas complicada y un mayor número de miembros; á veces tienen cuarenta pares de patas. El cuerpo es claramente segmentado; puede ser largo y sin escudo, pero mas comunmente está cubierto por un escudo chato, fig. 00, ó encerrado en una concha bivalva. Son casi exclusivamente de agua dulce y se ha observado que cuando uno de ellos permanece en agua salobre, toma un tamaño y una forma tan diferentes, que se le ha creído per- tenecer á otro género, y que cuando el agua se hace aun mas salada, sigue variando y toma los carac- teres de otra especie de ese género. Su reproducción, sexualidad y desarrollo de los huevos, son análogos á los de los Cladóceros. Fig. Gl — 200 — Los Ostrácodos actuales, iig. G2, son muy periueños. Su cuerpo está completamente encerrado en una concha bivalva, muy semejante i'i la de un mo- lusco bivalvo, y mas ó menos quitinosa ó calcárea. Ambas valvas están unidas en el dor- so por un ligamento elástico. Y se abren en las extremidades y en el lado ventral, por donde salen algunos pares de miem- bros que sirven para la loco- moción. Casi todos los Ostrá- En la concha (Fig. 62) codos son marinos: mu\' pocas especies viven en el agua dulce. Los Copépodos, tlg. G3, son de cuerpo largo, rara vez acha- tado en forma de escudo: casi siempre desprovisto de envoltura tcstácea, y jior lo general es claramente articulado. La cabeza está soldada al primer segmento del tórax, t?on el cual forma un cefalo- torax con cinco pares de apéndices. Si- guen luego cuatro anillos torácicos, cada uno ó solo tres de ellos con un par de patas birremadas. El abdomen está tam- bién compuesto de cinco anillos, carece de miembnxs y se termina por una pe- queña nadadera caudal, l)ifurcada y pro- vista de cerdas. Por lo general, las hembras llevan sus huevos en dos sacos colocados á ambos lados del abdomen. Estos Crustáceos viven principalmente en el mar, pero se encuetran muchos en el agua dulce. En su mayor parte son parásitos; algunos son libres, otros viven libres y parásitos alternativamente. Cuando las hembras se hacen parásitas, se desfiguran mas ó menos, y á veces se deforman tanto, que sin el conocimiento de su desarrollo y organización interna, se les tomaría como ^'ermes parásitos. (Fig. 64). Los machos son muy diferentes de las hembras; son siempre ágiles y mas pequeños. La fecundación tiene lugar en el tiempo en que los sexos son menos diferentes, es decir, cuando el catanabolismo apenas Fig. Ü3 — 201 empieza á agotarse. Los maclios se pegan á las hembras y se hacen verdaderos pigmeos, mientras las hem- bras crecen enormemente á consecuencia de \í\ fecundación y del parasitismo, viniendo de ese modo á ser ellas las intermediarias entre el hambre y el aHmento, y sus hue- vos el rende \-rous de la masculinidad y fe- menilidad. Fig. G4 Los Cirrípodos, en su edad adulta, son fijos y están encerrados en una concha for- mada de cuatro, cinco ó mas piezas, (ñg. 65); pero durante su juventud son libres, y en ciertas fases de su desarrollo se asemejan á los Ostrácodos y Copépodos adultos y libres. Cuando se fijan se adhieren por la extremidad anterior, por medio de la secreción de una «glán- dula cementaría», cuya abertura está cerca de la extremidad de las antenas anteriores; de modo ([ue la cabeza queda frecuentemente hacia abajo y la extremidad posterior hacia arriba. Esta lleva seis pares de patas en forma de sarcillos, ó cirros, provis- tos de cerdas y que sirven para mover el agua y atraer el alimento contenido en ella. En tal posición, el animal pa- ^'^' ^"^ rece un niño pequeño, acostado de espaldas y jugando con sus piernas levantadas. Si los Crustáceos son los mas torácicos de los Artrópodos, los Cirrípodos son mas que Crustáceos, mas que torácicos: son cefálicos, pues el abdomen lia desaparecido durante el desarro- llo, y en el estado adulto ha quedado reducido á casi nada mas que el ano. Todo lo que en los otros animales está con- tenido en el abdomen, en los Cirrípodos ha caido á la cabeza y parte anterior del tórax. La extremidad anterior, ó región cefálica, presenta diferentes grados de desarrollo; está por lo general encerrada toda dentro de la concha, pero muchas veces crece fuera de ella en la forma de un pedúnculo mas ó menos largo y grueso. Las piezas de que se compone la concha también presentan 202 — Fig. 66 una gran variedad de formas y tamaños. Los que carecen de pedúnculo ó tienen uno rudimentario, y cuya concluí está cu- bierta de una tapa ú opérenlo movible, se llaman Operculados. Los que tienen un pedúnculo mas ó menos desarrollado, se llaman Pe- duiícidados. Fig. G6. Hay Cirrípodos de otras formas, que difieren mas ó menos de los Cirrípodos verdaderos y que son parásitos mas ó menos deformados. En uno, llamado Alcipe lampas, en- contramos un macho muy curioso, pues se halla reducido al mas alto grado de adaptación y simplicidad que pueda alcanzar un espermatogé- neo. En otros, el cuerpo está for- mado de once segmentos y se parece á la larva de un Insecto. Otros no son sino un saco con un haz de filamentos ramificados, que introducen en el cuerpo de otros animales para chupar sus jugos. Estos Cirrípodos, llamados BJu'xocé falos, pasan de la forma de un lindo Ostracodo llamado Ctjpris, á la de un parásito deformado. En los Lernaeodiscits, la piel lleva algunos apéndices formados de a\cinco lóbulos que contienen embriones!» Con respecto á sexos y reproducción, lo que los Cirrípodos nos enseñan hasta ahora no tiene mayor interés, pues carecemos de los datos necesarios sobre ellos. En su mayor parte son hermafroditas; pero la separación de los .sexos es gradual en ellos, y en algunas especies, el mismo individuo, no solo pasa del catanabolismo del desarrollo al hermafrodismo, sino que también pasa de este á la com- pleta separación de los sexos en individuos distintos. Por la atrofia de los órganos masculinos en el individuo hermafrodita, este se convierte en hembra. Los machos son muy jiequeños \' se adhieren á las hembras como parásitos ó mas bien como estimulantes del «hambre». 203 Malacostráceos Bajo esta denominación establecida por Aristóteles, se com- prende aquellos Crustáceos cuya or- ganización mas elevada y formas relativamente mas constantes, per- miten clasificarlos en grupos mejor determinados. Hay, sin embargo, algunas especies cuyo lugar no ha sido aun bien determinado porque pertenecen tanto á los Filló- podos cuanto á los Malacostráceos. Fig. 67. Los verdaderos Malacostráceos parecen estar formados de trece segmentos que llevan igual número de pares de apéndices; de un abdomen de seis anillos con un par de patas cada uno y una nadadera caudal en su extremidad. Los diferentes grados de coalescencia y desarrollo de todas esas partes, dan una gran variedad de formas á estos Crustáceos. Los dos grupos prin- cipales en que se les ha dividido se llaman Artrostrcíceos y Tora- costráeeos. Artrostráceos Este grupo está formado con aquellos Malacostráceos Guyo cuerpo está formado de tres partes mas ó menos coalescentes: cabeza, tórax y abdomen, y cuyos anillos torácicos, en número de siete ó menos á veces, son todos claramente visibles y llevan cada uno un par de patas. Los seis segmentos anteriores están todos unidos y constituyen la cabeza ó el cefalotorax con seis pares de apéndices que son : dos pares de antenas, un par de mandíbulas, dos pares de máxilas y un par^de, patas-máxilas. El abdomen presenta diferentes formas y desarrollo en los dos i'irdenes que forman el grupo, los cuales se llaman Anfípodos é Isópodos. \ Los Anfípodos son generalmente de cuerpo largo y compri- mido; pero los hay de cuerpo corto y ancho. El abdomen es largo y mas ó menos doblado hacia la cara ventral y con los — 204 — tres pares de patas posteriores dirijidas liácia atrás. Los siete pares de miembros torácicos llevan las branquias y tienen el l)rimer artejo mas ó menos ensanchado, principalmente en los cuatro primeros pares. En los Lemodipodos, el abdomen está completamente atrofiado y carece de patas ; las anteriores están insertas muy cerca de la boca. Los Orevetinos, fig. G8, tienen la cabeza y los ojos pequeños, pero largas las antenas. Las patas posteriores son bien desa- rrolladas y á veces muy largas. El Ccrajms tubularis vive en un tubo membranoso. pf^T? Fig. 68 Fig. 69 Los Eiperinos, fig. G9, tienen la cabeza y los ojos grandes; las antenas son generalmente pequeñas. Algunas de sus patas suelen estar provistas de pinzas ó de fuertes garras prensiles. Los Isópodos, fig. 70, en vez de ser largos y comprimidos, son cortos, anchos y mas ó menos deprimidos, ó de forma abovedada. El abdomen está muy redu- cido en desarrollo y en el número de sus anillos, los cuales j)ueden ser cinco ó sola- mente uno; de modo que el cuerpo es elíptico ú oval. Sin embargo, hay muchos Isópodos que se asemejan á los Anfipodos; lo cual nos muestra una vez mas la falta de líneas de separación. Las hembras y las larvas de los Isópodos llamados Anisópodos, son parási- tas en los peces; los machos son diferentes de las hembras y viven libres. Gran número de Isópodos son parásitos y mas ó menos de- formados por la metamorfosis regresiva. Los machos son mas ó menos diferentes de las hembras y generalmente pigmeos ; Fig. 70 — '2o:> — á veces «inueren» poco después de la fecundación, mientras las hembras crecen enormemente y se deforman. Los Cimoiokleos son hermafroditas ; pueden ser machos en su edad temprana y volverse hembras después de la muda. Toracostráceos VÁ cefalotorax de estos JNIalacostráceos está compuesto del mis- mo número de segmentos que el de los Artrostráceos; pero en vez de ser claramente distintos esos segmentos, están todos ó casi todos cubiertos por un escudo dorsal y lateral. Los miembros, de los cuales trece pares pertenecen ai cefalotorax y seis al abdomen, son de diferentes formas y mas ó menos desarro- llados. Su organización interna es superior á la de todos los demás Artrópodos. Comprenden tres órdenes distintos : Cuiná- neos, Estomápodos y Podoftalinarios. Los Cwnáccos presentan en su desarrollo mucha con los Isópodos, y en su estado adulto con las larvas de los Toracostráceos superiores. El escudo cefalotorácico es muy pe- ([ueño, cubre solo la cabeza y dos ó tres anillos torácicos. Tienen dos patas-máxilas y seis pares de patas, de las cuales las an- teriores son bifurcadas ; el abdomen es delgado y en los ma- chos lleva dos, tres ó cinco pares de patas y termina en apén- dices caudales ; en las hembras carece de patas. Los Estomápodos, tíg. lí, son largos ; alidómen muy grande y cuyas patas, bien desarrolladas, llevan manojos de branquias. El escudo cefalotorácico es blando y corto, no cubre los tres ó cuatro últimos anillos del tórax ni está soldado con todos los que cubre. La ca- beza, ó parte anterior del cefalotorax, es movible ; lle- van los ojos colocados sobre pedúnculos y las antenas, de las cuales un par tiene una •- í^.í^ v/¡ ancha escama con cerdas en sus bordes. El sexto par de Fig. 71 — 206 — miembros cefalotorácicos es muy desarrollado y constitu\e patas prensoras, y el anillo á que pertenecen es tanto menos desar- rollado. Estas patas, así como el par precedente y las tres posteriiires, estiin á los lados de la boca. El sexto y último anillo del abdomen lleva un par de patas trasformadas en nada- deras V una ancha nadadera caudal. Los Podoftalmários, lo mismo que los Estomápodos, tienen los ojos sobre pedúnculos ; pero el excesivo desarrollo del sexto par de apéndices cefalotorácicos de los Estomápodos ha desa- parecido en los Podoftalmários y está distribuido en todo el cefalotorax, el cual es mas grande, cubre todos los anillos con su escudo y produce miembros de muy diferentes formas. Los Esci\ópodos, fig. 72, son pequeños y de una oi'ganizacion interna muy simple. Las patas cefalotorácicas y las patas-m^'lxila.^ son todas muy semejantes y todas sirven para la locomoción; es- tán compuestas de dos piezas, una de las cuales es una rama mas grande t|ue la princijjal. El cuerpo es largo y el abdomen bien desarrollado; las patas abdominales son comunmente tan i'u- dimentarias en las hembras como grandes en los machos. Al- gunos no tienen metamorfosis en su desarrollo, pero otros pasan primero por la forma larval de los Entomostráceos, llamada Náuplio y después por las de los Podoftalmários superiores. Estos Escizópodos tienen á veces ocho ojos pequeños en el tórax y en el abdomen. Los machos son tan diferentes de las hembras, que estuvieron anteriormente separados en géneros diferentes. — 207 — Los Decápodos tienen solo cinco pares de patas cefalotorá- cicas, pero estas son generalmente mucho mas desarrolladas que las de los Escizópodos, y con pinzas mas ó menos fuer- . tes, principalmente en el par anterior, en donde una sola de las patas puede ser tan grande que exceda el tamaño de todo el cuerpo del animal. En el desarrollo de su parto anterior, ó cefalotorax, y en la consiguiente disminución de la posterior, ó abdomen, los De- cápodos presentan una perfecta gradación. Se los ha dividido por el medio, en Macruros y Braqiduros {maleros, grande; bmchys, corto; oiira, cola). A alguna distancia de la línea de división, los Macruros, íig. 73, tienen abdomen grande, mas largo que el cefalotorax; con cinco pares de falsas patas y terminado por una gran nadadera cau- dal, ó telsou. Uno de los pares de antenas lleva dos ó tres flagelos; las del siguiente par llevan uno solo, pero están pro- vistas de una ancha escama orlada de cerdas. El cuerpo es mas o menos comprimido, y sus integumentos pueden á veces estar muy endurecidos por depósitos calcáreos. Algunas espe- cies de estos Decápodos pasan en su desarrollo por la forma de Náuplio, y la forma larval siguiente, llamada Zoca, se pa- rece á un Cyclops. Los Braqnmros, fíg. 74, por otro lado, pero también á alguna distancia de la línea de separación, son los mas cortos de los Decápo- dos. Mientras en los Macruros hay tendencia á la compresión y á crecer á lo largo, en los Braquiuros hay mas tendencia á la depresión y á crecer á lo ancho. El cuerpo de los Braquiuros está casi completamente formado por el cefalotorax, el cual ~ Fig. 74 es de formas diferentes, mas ó menos y á veces excesiva- — 208 — mente acortado; con cinco pares de patas también de muy dis- tintas formas y tamaños, principalmente las del primer par, las cuales están provistas de pinzas. Las del último ó de los últimos pares, pueden tener la forma de nadaderas. El abdo- men es la parte mas reducida del cuerpo, principalmente en los machos. En estos es mas pequeño y con uno ó dos pares de falsas patas trasformadas; las hembras tienen cuatro pares ([ue sirven para llevar los huevos, y en ambos sexos, como si la fuerza do coalescencia que obra en el tórax ejerciese atrac- ción sobre los restos del abdomen, este está doblado bajo el tórax, donde se aloja en una cavidad eslernal. Los ojos y un par de antenas se doblan dentro de pequeñas cavidades. Gigantostráceos Estos Crustáceos son casi todos fósiles. sentados solo por el género Limulus, fig. 75, \ Hoy están repre- con el cual se ha formado el orden de los Xifosuros {xiphos, espada). Estos tienen un par de antenas tras- formadas en patas delgadas y provistas de pinzas; las piezas de la boca también están trasformadas en patas terminadas por pinzas, y por garras las del segundo par ó del segundo y tercero. El cefalotorax es muy grande y abovedado, cubierto por un escudo mu) dui'o y redondo. El abdo- men es chato, mucho mas pequeño, he- xagonal y también cubierto por un escudo,' con puntas aceradas, movibles, y termi- nado por un aguijón movible y en forma de espada. En el lado ventral del abdo- men hay cinco pares de falsas patas cu- biertas por dos anchas chapas que llevan las láminas branquiales. Las larvas ca- recen do aguijón y son semejantes á los Crustáceos fósiles llamados Trilohitas, que eran muy numerosos y variados en las antiquísimas capas del Cambriano infe- rior. Los Xifosuros son muy grandes; viven dentro de la arena ó del barro y se encuentran en el archipiélago Indio y en las costas occidentales de la Améi'ica del Norte. Fig. 209 — Equinodermos Kstos animales cuyas formas pueden verse en las figuras 77 á 80, constituyen uno de los tipos mas separados. Pero como la hipótesis de la generación «espontánea» parece no tener una base bastante sólida, estamos en la necesidad de admitir que los Equinodei'mos descienden de otros animales de un tipo inferior á ellos; y en la de averiguar cuáles pue- den ser sus antepasados. La larva del Equinodermo llamado Comátula, fig. 76, puede darnos una idea provisoria de ello. Un Vermes, descendiente del pólipo mas asimilante de un Antozoario; es decir, de un pólipo lleno, ha- biendo llegado por la continua refecundncion en la serie de sus antepasados, á un alto grado de asimilatividad, produjo un huevo <[ue se desarrolló en una larva cuatro veces "V^Í^V mas catanabólica que el Vermes antepasado, íS'/ y el cual, en vez de uno, produjo cinco indi- viduos unidos, pero no completamente coa- lescente. Esta familia — ó tal vez la madre de los cuatro hijos — habiendo secretado cier- ta cantidad de sustancia calcárea, cayó por su peso al fondo del mar, en donde se fijó y produjo un pedúnculo, como el Cypris de los Cirrípodos y como las larvas de otros mu- chos animales fijos. Este ú otro análogo puede haber sido el origen de los Crinoídeos, fig. 77. Mas tarde, cuando la asimilatividad del animal y la provisión acumulada en los huevos aumentó mu- cho, el cáliz de lo que hubiera sido un Crinoideo, no pudo quedar erguido, y como una flor sobre su débil tallo, se dobló por su propio peso; la boca, que antes estaba hacia arriba, vino á quedar hacia abajo, y el tallo se separó ó fué reabsorbido durante un periodo mas ó menos adelantado del desarrollo. Los Equinodermos parecen como si hubiesen sido mas ó menos deprimidos por su propio peso en una dirección mas ó menos perpendicular al eje principal de su cuerpo. En efecto, encontramos en ellos todos los grados de depresión y de regu- - 210 — laridad, desde la Holoturia vermiforme y simétrica, hasta el Erizo de mar, ea forma de escudo y torcido. La larva de una Holoturia, en cierto estado de su desarrollo, es muy semejante a un pólipo de Antozoario. No tiene tallo porque las Holoturias son mas bien Vermes á los cuales la composición química de su protoplasma se opone a la solida- ridad y perfección de sus órganos, y dá á las Holoturias una organización mas análoga á la de los Equinodermos que á la de los verdaderos ^'ermes. Las analogías que existen entre los verdaderos ICquinodermos y las Holoturias, no serán, pues, sino un caso de solución alternante, de tal naturaleza, que pone á las Holoturias sobre la línea natural de separación, existente entre los Equinodermos y los Vermes. De modo que si los Vermes no fuesen los verdaderos puentes entre dos márgenes muy diferentes en el reino de los animales, el nombre do Gefí- reos (pítente) correspondería solamente á las Holoturias. Los Equinodermos son, respecto de los Antozoarios, lo que son los Acalefos respecto do las Hidromedusas y los Cristate- lídeos respecto de los Briozoarios. Son colonias ambulantes de individuos mas asimilantes, cuyo producto de reproducción catanabólica ha quedado unido mas intimamente que los indi- viduos de una colonia de Antozoario, formada por brotes; mientras (¡ue en los Equinodermos, los brotes se han consti- tuido en un todo mas individualizado y muy diferente de una colonia fija, cuyo producto se ha agregado mas independiente- mente y por eso en mayor número de individuos. Las diferencias entre un Antozoario y un Equinodermo son muy grandes, pero entre ambos ha)- un ^^ermes, un puente ó Gefireo que llena la solución de continuidad, establecida por el filomorfismo. Uno de los caracteres distintivos de los Equinodermos — además do la forma pentagonal de su organización — son las incrustaciones calcáreas de sus integumentos, provistos por lo general de puntas ó espinas y que constituyen un dermato- esqueleto ó cota de malla, mas ó menos sólida ó mas ó menos movible, formada por la justaposicion de piezas calcáreas. En las Holoturias, las incrustaciones calcáreas están diseminadas en los integumentos y consisten en pequeñas concreciones de formas determinadas en las distintas especies; son de forma de ruedas, anclas, flores, etc. El aparato locomotor de los Equinodermos es muy curioso; consiste en un sistema de canales que rodean el exófago y se continúan en todos los rádioc-.. Estos canales se llenan de agua - 211 — del mar; el movimiento de las pestañas vibrátiles de que está revestido el interior, hace ir el agua á unos apéndices exterio- res, pequeños tubos 'contráctiles. La' presión del agua dilata esta especie de pies llamados tubos auibulatarios, que como son contráctiles, se fijan en el suelo por medio de una ventosa (¡ue tienen en su extremo, y al contraerse arrastran al animal. Los sexos son tan exactamente i^^uales, que solo pueden distinguirse por el diferente color de los elementos sexuales ó con el auxilio del microscopio. Algunas especies son hermafro- ditas ; otras muchas reproducen con mucha facilidad cualquiera parte de su cuerpo que se les corte, y aun se dividen espontá- neamente: es decir, continúan reproduciéndose «asexualmente», como se dice cuando el fruto del catanabolismo se separa. En su desarrollo tienen }>or lo general una metamorfosis muy complicada, y en algunas de sus fases, las larvas se parecen á las de los Celenterados ó ií las de algunos Vermes. Los Equinodermos se dividen en cuatro clases: Grinoídeos, Astcroídcos, Holoturioídcos ij Equinoldeos. Criiioideos 77, tiene la forma de cáliz ") ^^ ( ^1^ -^l.)V El cuerpo de los Crínoídeos, fig ó de disco, del cual salen bra- zos articulados, simples, bifur- cados ó ramificados, provistos de pequeños apéndices llama- _ dos 2^í7i2tlas. Son lijos por me- dio de un tallo taml)ien calcá- reo, pentagonal y articulado, del cual algunas especies se separan en su edad adulta y viven libres, si bien los indi- viduos son completamente sc- dentai'ios. El tallo y la cara dorsal del cáliz y de los brazos están cu- biertos de chapas calcáreas, y de una piel dura la cara su- perior de los brazos y del cáliz, donde están situados la boca y el ano. Este es excéntrico, pero Ja boca está por lo general en el medio del cáliz. Fig. ' — 212 « Los órganos reproductores presentan grandes analogías con los de los Asteroídeos. En uno de los géneros actuales, son cinco pequeñas arborizaciones que empiezan en el disco, se dividen cada una en dos troncos principales y se prolongan en los brazos de donde salen á derecha é izquierda ramas que entran en las pínulas. Solo las ramas terminales, situadas en las pínulas, secretan los productos sexuales; los troncos son estériles. » Los Crinoídeos son en su mayor parte fósiles muy antiguos. y casi todas las especies actuales viven en los mares muy profundos, en donde los animales parece conservan una forma mas primitiva, ó mas fósil, por decirlo así. Asteroídeos Las Estrellas de mar, fig. 78, son Crinoídeos cuyo proto- Fig. 78 plasma, siendo menos calci'ireo con relación li su mayor asi- milatividad, les ha permitido alcanzar mayor desarrollo y tomar — 213 — una forma mas aplanada que á los Crinoídeos propiamente dicho. Los Asteroídeos están caracterizados por su forma de es- trella regular y generalmente pentagonal, y cuyos brazos son mas ó menos desarrollados, ya sea en largo ya en ancho. Sobre la cara superior, el esqueleto es por lo general coriáceo, ó tiene chapas calcáreas sobre las cuales se encuentran peque- ñas eminencias, puntas ó ganchos, y en los bordes una hilera de chapas mas grandes, llamadas «chapas marginales». En la cara ventral, también rodeada de chapas marginales, está situada la boca en el centro de la estrella; de allí irradia por el medio de los brazos un surco profundo que lleva los tubos ambula- torios. Los Asteroídeos se dividen en Ofiurídeos y Estelerídeos. Los Ofiurhleos tienen los brazos delgados y muy largos, chatos ó cilindricos, que se adelgazan, ó empiezan á ser bra- zos, á muy corta distancia del centro del cuerpo. Los surcos ambulatorios están cubiertos por chapas calcáreas, de modo que los tubos ambulatorios salen á ambos lados de los brazos. Estos son flexibles, se mueven en todas direcciones, principal- mente hacia adelante y hacia atrás, y parecen serpientes. .Estos Equinodermos cai'ecen de ano. Su metamorfosis se simplifica mucho en algunas especies vivíparas. En otras, cuando el animal sale del huevo, tiene ya la forma del adulto. Los Estelerídeos tienen los brazos anchos, tanto, á veces, que no son sino los ángulos mas ó menos salientes del cuerpo; y aun cuando son angostos, contienen, como las patas de los Pantópodos, una parte del tubo digestivo y de las glándulas sexuales. Los surcos ambulatorios no están cubiertos por chapas calcáreas y los tubos ambulatorios salen en el medio de los brazos. El ano está situado en la cara superior. 214 — Holoturioideos Las Holoturias, ó Pepinos de mar, fig. 79, son cilindricas y vermiformes; sus integumentos son bj jjandos y coriáceos, en vez de estar cuijiertos por una cascara só- lida, como los de- más Equinodermos : las concreciones que contienen están dise- minadas y consisten en pequeños cuerpos de formas determina- das según sean su- perficiales ó estén situadas mas profundamente en la piel. La boca ocupa la extremidad anterior del cuerpo y está rodeada de tentáculos ramificados que pueden ser reti'ai- dos dentro del cuerpo. En la extremidad posterior esta el ano. ó cloaca, por donde el agua penetra hasta los órganos de la respiración, los cuales son ramificados y se llenan y vacían á voluntad del animal. El sistema muscular de su envoltura músculo-cutánea tiene, como en los Vermes, un gran desarro- llo. Cuando se las incomoda á las Holoturias, se contraen con tal fuerza, que despedazan todo su cuerpo ó vomitan los intestinos por el ano; pero después lo reproducen de nuevo; otras pueden trasformar toda su piel en mucosidades. Algunas están provistas de tubos ambulatorios, ya regular- mente distribuidos en sitios determinados, ya diseminados en todo e! cuerpo. Otras carecen completamente de tales pies. Las primeras se llaman Pedatas y son dioicas, ó sea de sexos separados en individuos distintos. Las últimas se llaman Apo- das; son hermafroditas y á veces el mismo individuo produce en la misma parte del mismo órgano, huevos y espermatozoa- rios, alternativamente. Equinoídeos Estos l']quinodermos, fig. 80, pueden ser considerados como Ci'inoídeos muy gruesos ó anchos, cuyos órganos de reproduc- Fig. tO Cortado cion, en vez de separarse en l'orma de bi'azos muy ramificados, han adquirido, gracias ti la continuada fecundación en ios antepasados, mayor poder para reproducii'se catanahólicamente; de modo que todo lo que en los Crinoídeos es ramificaciones y tallo, ha quedado unido en los Equinoídeos y les ha dado mayor volumen; mientras las piezas calcáreas del Crinoideo han sido relegadas al exterior y forman la cascara de los Equinoídeos. La forma de estos Equinodermos es globulosa , oval ó discoidea . Están rodeados de una cascara sólida , formada de piezas calcáreas, poligonales, con puntas ó espinas de for- mas muy variadas, articuladas sobre pequeños pezones ensan- chados en su extremidad en la forma de una pequeña pastilla redonda. Los tubos ambulatorios salen por numerosos poros de las piezas mas pequeñas de la cascara, llamadas piezas am- bulacrales y que forman los radios. Según la mayor ó menor rcgulaiúdad de sus formas, se les divide en Regulares, CUpcastrokleos y Espatango/deos. Los Regulares tienen la boca en el centro de la cara inferior del cuerpo y está provista de cinco dientes encastrados en una armazón calcárea. El ano está situado en la parte superior, cerca del punto central donde convergen los radios. — 216 — Los Clipcastroídeos son deprimidos, en l'orma de escudo. La boca es también central y provista de dientes, pero el ano es excéntrico. Los Espatangoídeos son muy irregulares, mas ó menos ova- les ó cardiformes: la boca es excéntrica v sin dientes. Moluscoideos Bajo este nombre comjirenden los zoólogos, además de los Briozoarios, otros animales que no son ni Briozoarios, ni Gefí- reos, ni Quetópodos, ni Moluscos, porque tienen igu.tl parte de todos. Estos animales llevan el nombre de Braquiópodos Se llaman también, y con mas propiedad, Espirohránqidos , porque tienen á los lados del orificio bucal, unos apéndices muy largos, arrollados en espiral cónica. Estos apéndices sirven al animal para atraer las partículas alimenticias, y también como órganos de la respiración. Se parecen mucho á los Moluscos Lamelibranquios, porque su cuerpo está cubierto por una concha bivalva; pero mientras que en estos, una valva cubre la mitad derecha y la otra la izquierda del animal, en los Braquiópodos, una cubre la [larte anterior y la otra la posterior. Estos animales, fig. 8L son fijos, ya por medio de un pedúnculo mas ó menos largo, que sale por un agujero del gancho formado por una de las valvas, ya por un pedúnculo largo que sale entre las dos valvas. Actualmente se encuentran muy pocas especies de Braquió- podos, relativamente á las que existían en épocas geológicas tan remotas, que su existencia en esas épocas concurre, con otros muchos hechos ya conocidos hoy, á aumentar el número de contradicciones que hay en esas antiguas hipótesis que sobre la formación de la Tierra y sobre sus relaciones con el Sol, se enseña en las escuelas v en los libros. Fig. 81 — 217 Tunicados Los Tunicados deljen su nombre á una envoltura llamada túnica, con que está cubierto el cuerpo de estos animales. Esta envoltura puede ser blanda, coriácea ó cartilaginosa, ó contener concreciones calcáreas ; es por lo general de varios colores, trasparente como cristal, ú opaca y formada de una sustancia celulósica. La presencia de esta sustancia en los Tunicados, corrobora la opinión de que los vegetales deben á la celulosa aquellos caracteres que mas los distingue de los animales; y si no hay confusión de causas y efectos, aun dá lugar á creer que si los Tunicados no fuesen celulósicos, serían mas verte- brados ellos y menos terrestres y de una vida mas activa sus descendientes. En efecto, los vegetales son organismos tan celulósicos como poco activos. ¿Cuál será la causa y cuál el efecto? El cuerpo de los Tunicados tiene generaleraente la forma de una bolsita ó la de pequeño barril, y la superficie de la túnica es lisa, verrugosa ó á veces espinosa. Por su desar- rollo y organización interna, son superiores á todos los demás animales ya estudiados ; presentan muchas mas analogías con los Vertebrados, y algunos de ellos aun con los Mamíferos. La separación de los sexos alcanza en ellos tan solo hasta el hermafrodismo. El origen de los Tunicados solo se podrá encontrar en los Equinodermos ; y las formas que los ligan á estos, en las Apendicularias, las cuales, así como los verdaderos Vermes, se han diferenciado conservando en sus integumentos una consistencia menos calcárea y una organización ¡iropia para una vida mas libre, activa y gastadora. En los Tunicados, á causa de ser ellos los mas inactivos de los invertebrados superiores, encontraremos casi todos los grados de estabilidad y de independencia que hemos visto hasta aquí en los demás animales: el animal casi completamente individualizado y simple como los Vermes; el individuo simple, fijo y menos coalescente; la agregación en colonias fijas, de par- tes mas ó menos unidas, y las colonias ambulantes y que na- dan libremente, como los Acalefos. En su desarrollo y reproducción aprenderemos muchos hechos que serán muy instructivos y muy útiles para com- — 218 — prender el desarrollo de los demás animales, si admitimos que el desarrollo de un animal dado debe ser explicado por el de otro animal inferior á aquel cuyo desarrollo se estudia, y no por lo que este muestra en el suyo propio. Porque el estado amiboideo del individuo durante su desarrollo, no deja ver toda la realidad, pues la cubre con un velo impenetrable. Siempre liay en él un salto, una abreviación que lo oculta, pero que no teniendo lugar en otro animal mas inferior, podremos descubrir en este lo que el estado amiboideo no nos permite per- cibir en aquel. De modo que el desarrollo de los animales inferio- res viene á ser, respecto del de los superiores, lo que son las sustancias colorantes usadas en las preparaciones para el mi- croscopio: hacen visible lo que no podría verse sin ellas. Hay cuatro clases de Tunicados : Copelatos, AsckUas. Piroso- mkleos v Taliáceos. Copelatos Bajo este nombre que significa remador, comprenderemos dos formas de animales diferentes, que unen los Tunicados, por un lado con ios Equinodermos y por otro con algunos de los Vertebrados. Los Copelatos son, pues, las dos extremidades de los Tu- nicados. Estas dos extremidades, aun cuando no son iguales en ta- maño, forma ni organización, son semejantes por el lugar cpie ocupan en nuestro árbol genealógico, como los Tunicados que por la unión muy íntima y la especializacion de sus partes constituyentes, se han hecho un todo completamente libre é individualizado. Estos animales se llaman Ápendicnlarios y Leptocardios . Los Apendictdarios, fig. 82, son muy pequeños Copelatos que nadan libremente en el mar; provistos de un largo apéndice caudal y á veces de una concha trasparente, de la cual pueden desprenderse si algún otro pj^ g, animal los agarra para comérselos. En su organización interna se asemejan mucho á los Lepto- cardios, principalmente por tener los rudimentos de una espina dorsal primitiva, llamada cuerda dorsal ó notocorda. — 2 LO — Los Leptocardios, fig. 83, también son Tunicados completa- mente individualizados y adaptados á la vida libre, lo mismo Fig. 83 que los ^'ermes, Vertebrados y demás animales completamente individualizados y gastadores. «El cuerpo lanceolado del Anfioxo {amphi, en ambas extre- midades; oxys, agudo) alcanza próximamente el largo de dos pulgadas; es atenuado en ambas extremidades y está provisto de un rudimento de nadadera dorsal y de un rudimento de na- dadera anal, que carece de radios y se continua con.la nadadera caudal ensanchada. Está atravesado en toda su longitud por un cordón gelatino-cartilaginoso, ó «cuerda dorsal», que se adel- gaza hacia adelante y hacia atrás y se termina en extremidades redondeadas. Arriba de la cuerda, formada de una serie de discos, está situada la médula espinal. La boca está situada en la cara ventral, cerca de la extremidad anterior. Es una hendidura alargada, rodeada de un cartílago en forma de herradura, com- puesta de varias piezas y provista de cirros. Existen varias especies de estos Copelatos semi-vertebrados y abundan en las costas arenosas del mar del Norte, del Mediterráneo y de la América del Sur. Ascidias Las Ascidias son Tunicados fijos, cuya forma es la de una pequeña bolsa (aslidion, bolsita) con dos aberturas: boca y cloaca, situadas casi siempre la una cerca de la otra y que sirven para dar entrada y salida al agua necesaria para la respiración y que contiene 'as sustancias que sirven de alimento. En su edad adulta, todas son fijas. Las Monascidias, fig. 84, son solitarias y de un tamaño relati- vamente considerable. Algunas suelen reproducirse por brotes, 220 — Fig. 84 á veces en muy tein|irana edad; y aun cuando estén muchas juntas, nunca están unidas ni por una envoltura común ni por vasos san- guíneos. Su manto, ó túnica, es resistente, cartilaginoso y ya opaco, ya hialino y traspa- rente. Una de ellas tiene una concha bivalva. Otras se reproducen por brotes que forman una colonia ramificada y cuyos miemliros están unidos ó separados por medio de estolones ramificados y en forma de raíces, y por los cuales están todas ligadas por una circulación común, durante un período mas ó menos largo de su existencia. Las Sinascidias (syii, juntos) fig. 85, son reuniones de nume- rosos individuos envueltos en un manto común y formando pequeñas colonias de consistencia blanda y de colores vivos. Casi siempre un número determi- nado de individuos se agrupa en derredor de una cioaca común, formando colonias circulares ó de forma de estrella y adheridas á las piedras. El cuerpo es ya simple, corto ó largo, ya com- puesto de ó dividido en dos ó en tres regiones llamadas tórax, abdomen y postabdómen. En una, llamada Botnjllus, fig. 86, el desarrollo, ó la reproducción catanabólica, como lo llamamos, se verifica con una gradación muy instructiva y que el antropomorfismo ha explicado por medio de una serio de parricidios. Cuando los órganos sexuales del Botrilo empiezan á formarse, en- tonces cesa el canibalismo de los hijos que se comen á sus madres, y la Ascidia está ya en aptitud para fecundar otros huevos en donde el canibalismo empezará de nuevo. Fig. 85 Fig. 8G Pirasomideos Estos Tunicados, fig, Fig. 87 87 no son libi'es, propiamente dicho, son mas bien colonias sueltas de As- cidias fijas, (¡ue ilotan en la superficie del mar y tienen la forma de un dedal. Los individuos que forman la colonia están colocados perpendicularmente al eje del dedal y unidos por un tejido — 221 — gelatino-cartilaginoso. La boca de cada uno está hacia la super- ficie exterior y las cloacas desembocan en la extremidad opuesta, en un canal común que ocupa el eje de la colonia. Los individuos adultos producen un solo huevo en el ovario. En este huevo se desarrolla un embrión semejante á una As- cidia y que estando aun dentro del huevo produce por brotes cuatro pequeñas Ascidias colocadas en derredor de una cloaca común, dejada por la primera Ascidia fundadora de la colonia. La pc(|Lieria colonia sale entonces del huevo y continua en su desarrollo por medio de brotes sucesivos producidos por los in- dividuos que se van formando. Taliáceos Los Pirosomídeos no son colonias libres, porque el agua que se mueve — lo mismo que la fuerza de un caballo, del vapor, del viento, etc. — es un motor visible. Cuando no existe un motor visible, la cosa que se mueve se dice tiene «voluntad», y á veces ((libre albedrío». Pero los Taliáceos no son colonias sueltas de Ascidias fijas, porque sus partes constituyentes son mucho mas coalescentes y están todas adn[itadas á las distintas necesidades del todo ; tienen voluntad y se mueven liljremente en el mar por medio de movimientos rítmicos de contracción y expansión de su cavidad respiratoria. El cuerpo es ya cilindrico, ya seme- jante á un pequeño barril, tiene la consistencia de la gelatina y la trasparencia del cristal. La boca está en la extremidad anterior y la cloaca en la posterior, cerca de la cara dorsal. Los Taliáceos se dividen en Doliólidos y Sálpidos. Los Doliólidos tienen la forma de un pequeño jjarril, y bandas circulares que semejan los arcos ; carecen de túnica ó tienen una muy fina. El tubo digestivo es largo y recto; los ovarios contienen muchos huevos, de los cuales salen individuos con un estolón dorsal, semejante á una cola y que produce dos clases de individuos, algunos de los cuales son de forma muy estraña. La reproducción y el desarrollo de los Doliólidos son muy complicados. Los Sálpidos, fig. 88, son cilindricos, achatados, con bandas musculares circulares ó cruzadas y túnica gruesa. El tubo di- gestivo y demás visceras están reunidas en una masa redonda. Fig. 88 llamada «núcleo» y contenidas en una especie de cavidad visceral. Los individuos herma froditas for- man cadenas, ó á veces verticilos; cada uno de los eslabones produce un solo huevo, en el cual se desar- rolla un embrión que crece en el interior de la madre, unido á ella de una manera análoga á la de los Mamíferos. Cuando nace la pequeña Salpa continua creciendo y viviendo siempre solitaria; pero cuando se lia desarrollado bastante, todas las partes de su cuerpo concurren para formar un pequeño brote llamado genniíieno ó estolón prolífero, el cual se trasforma en una nueva cadena de Salpas. Los eslabones de esta cadena son todos hembras durante su primera edad, pero se hacen hermafroditas cuando el catanabolismo se agota por la separación de los elementos gastadores ó catabólicos del orga- nismo; porque se acabó la fuerza recibida con la fecundación. Como ya sabemos que la reproducción por brotes, ó «asexual» como tan impropiamente se la llama, difiere del desarrollo so- lamente por la limitación y separación del producto del cata- nabolismo — separación causada por la falta de anabolismo — podemos decir que la generación llamada alternante, es la generación menos alternante que dar se pueda. Porque en ella, las fases de desarrollo, intermediarias entre un individuo se- xuado y su inmediato descendiente sexuado, están llenadas por uno ó mas descendientes catanabólicos, ó «asexuados», el cual ó los cuales son intermediarios diferenciados, y no hay entre los dos individuos sexuados el salto tan grande que en los Vertebrados, por ejemplo, separa á los hijos de los padres. La generación alternante es mas bien una diferenciación mas continua; porque lo que hay en ella de alternante es tan solo las formas del producto del catanabolismo. En los Taliá- ceos, como en otros animales en que tiene lugar la generación alternante, la relativa escasez de anabolismo trae la diferencia- ción, la limitación y la se[)aracion del fruto del catanabolismo, y hace á este fruto mas separado y visible que en los Verte- brados. En estos, como son mas anabólicos, y por consiguiente mas amiboideos, el producto queda mas unido, ó coalescente, 223 y menos visible, y la reproducción catanabólica es mas conti- nua.... si no alternante a muy largos intervalos. Moluscos Exceptuando los Acaloibs, todos los demás animales ya estu- diados son los descendientes de solo dos formas de gástrulas: la esférica y la de la figura 5, y hay entre ellos diferencias bastante considerables para haber sido necesarios muchos nom- bres diferentes para distinguirlos. Los que vamos á estudiar ahora, no solo son los derivados de todas las ramas laterales, que han evolucionado en línea divergente ó hacia arriba, sino que son también los derivados de cuatro formas distintas de gástrulas. A pesar de esto, no tienen todos ellos sino un solo nombre; se llaman Moluscos (conchas, caracoles y pulpos). En efecto, las gástrulas de que tienen origen los Moluscos, son de las formas fundamentales siguientes U^^^— ™-/'~n- Cuan- do las gástrulas de todas estas formas se reproducen catana- bólicamente y forman un Acalefo, el producto de esa reproduc- ción es un agregado de dos veces cuatro partes en los Ctenóforos; de ocho en las Medusas y de mayor número, pero menos coales- centes, en los Sifonóforos. Pero cuando una sola de esas partes se separó de la mas asimilante de las medusas hydroideas, bajo la forma ultra-amiboidea de huevo, este no se desarrolló en una co- lonia de Hidrozoarios ni en un Acalefo, sino tan solo en un indivi- duo simple pero del todo coalescente y autónomo; es decir, en un Molusco, el cual vino así á ser, respecto de los Hidroídeos superio- res, lo mismo que los Nemátodos, Tremátodos, Quetópodos infe- riores y Gefireos son respecto de los Hidroídeos inferiores y de los Antozoarios. Pero las gástrulas de los Moluscos, siendo mas coa- lescentes y amiboideas que las de los Antozoarios y Equinodermos, los tubos ó cubiertas sólidas que secretan son de menos consis- tencia que las de los Quetópodos, y consecuencias de ello son el crecimiento asimétrico y la forma en espiral de los caracoles. Las formas de las partes sólidas exteriores de los Moluscos son variadísimas, sin embargo de no ser todas ellas derivadas sino de cuatro formas fundamentales distintas, que, en rigor, pueden reducirse á tres: U'"'^— — • Do estas podemos sacar todas las de los Moluscos conocidos. Explicarlo por escrito, de una manera comprensible, sería casi imposible ; pero será. 224 — por el contrario, muy fácil darse cuenta del origen de esas formas, haciendo de cera ó con una pelota de goma elástica, las gástrulas de las figuras indicadas y buscando con ellas las posiciones de que pueden resultar las distantas formas de los Moluscos. Las de los Lamelibranquios son las (¡ue pueden presentar mayores dificultades á primera vista, á causa de la chamela, ó visagra, y de los 7mtes (1); pero si comprimimos nuestra gástrula artificial, de manera á doblarla por el medio, veremos que a cada lado del doblez se ha formado una superficie convexa, que puede indicarnos el origen de los nates. La charnela resulta de la atrofia de la parte que, á causa del doblez, ha sufrido dilatación al exterior y compresión al interior, y en cuyo eje neutral, solamente, ha podido principiar á desarro- llarse lo que se llama el ligamento de la concha. Si bien es variada la forma de las partes sólidas exteriores de los Moluscos, tanto menos lo es, hasta cierto punto, la forma del cuerpo mismo del animal. Así es que mientras que aquellos animales que ocupan igual número de ramas infe- riores representan G Tipos principales (Celenterados, Vermes, Artrópodos, Equinodermos, Moluscoídeos y Tunicados) con 16 clases distintas, los Moluscos, siendo los derivados de las cuatro ramas inferiores, son todos de un solo Tipo. Los Moluscos se dividen en las cinco clases siguientes : LavieUbránquios, Escafópodos, Gasterópodos, Pterópodos y Cefalópodos. Lamelibranquios Estos Moluscos, fig. 8D, tienen el cuerpo comprimido y rodeado de una piel ó manto cuyas dos láminas laterales están unidas por un ligamento en la liarte que corresponde al dorso ^^^!_^^v del animal, y secretan, por lo í(í\ '^^kT — I2t. general, dos valvas, la una de- "^ — "^"^"^^^^^ recha y la otra izquierda, que '-"""'"'"***si«^^>;;;— jjTf??^ cubren el cuerpo del Molusco, como las tapas de un libro. '^' Los bordes del manto no siem- pre están separados en toda su extensión; frecuentemente están (1) So llama nale ó ápice, la pequeña eminencia que ocupa el centro de los arcos que describen las capas calcáreas de las conchas. — 225 — soldados el uno al otro en mnyor ó menor extensión ; cuanto mayor es esta y tanto mas pequeña la abertura de los bordes del manto, tanto mas se desarrollan en la parte posterior dos prolongaciones ó tubos contráctiles, llamados sifones. Estos pueden alcanzar un largo considerable, y como las dos aber- turas de las Ascidias, sirven para dar entrada y solida al agua que lleva el alimento, y que bañando las láminas bran- quiales, sirve para la respiración. — En aquellos cuyos bordes del manto están libres en toda su extensión, el agua circula por dos orificios ó hendiduras situadas la una mas arriba de la otra, en la extremidad posterior. — En el lado opuesto está el 7»'e, llamado así, porque es el órgano para la locomoción en aipiellos Moluscos que tienen que moverse ; pero está mas ó menos atrofiado ó falla del todo en los menos movedizos ó en los que son fijos. Es un apéndice carnoso y retráctil; su forma y dimensiones son «muy variables y aun puede estar del todo trasformado en aparato hilador del Uso, hilos sedosos secre- tados por una glándula y por medio del cual el Lamelibrán- quio se fija temporal ó permanentemente. La separación de los sexos es gradual en la clase. V.w los mas de ellos, están separados en individuos isomorfos. Muchos son hermafroditas ; en otros, un mismo individuo produce en la misma parte del mismo órgano y alternativamente, los elementos sexuales femeninos y los masculinos. Escafópodos Los Escafópodos, fig. 90, tienen la forma de un tubo largo, cónico, encorvado y abierto en ambas extremidades. Estuvieron clasificados co- mo Gasterópodos, ó caracoles, con el nombre de Cirrobránquios , á causa de F.g. oo sus dos manojos de tentáculos protráctiles y semejantes á cir- ros, y los cuales sirven como órganos de prensión y de respira- ción. Esta se efectúa también por la superficie del manto. El pié es de tres lóbulos y, lo mismo que los Lamelibranquios, carecen de cabeza bien distinta. 226 Gasterópodos Cuando las gástrulos de todas jas formas ya mencionadas, tienen bastante consistencia, con relación á sus dimensiones, para no doblarse por su peso, de la manera que lo hacen las de los Lamelibranquios, el Molusco que se desarrolla dentro de ellas se llama Gasterújjodo (Caracol). Figs. 91 y 92. Fig. 01 Si nos representamos mentalmente todas las formas posi- bles de gástrula, que sean de la mas variada y gradual con- sistencia, y forzando nuestra imaginación les damos todas las posiciones que pueda ocurrírsenos ; combinando de todas maneras estos factores, podremos hacernos una idea de la variedad de las formas de las partes sólidas de los Gasterópo- dos. No es posible, pues, describir en términos generales sino tan solo el cuerpo blando del animal que se ha desarrollado dentro de esas gástrulas. Los Gasterópodos (gasta; vientre) tienen la cabeza mas ó menos distinguible y nadan ó se arrastran por medio de un pié carnoso, situado debajo del cuerpo. Están provistos de dos ó cuatro tentáculos y de dos ojos colocados ya en la base, ya en la extremidad de uno de los pares de tentáculos. En la parte superior del pié y encerrada dentro de la concha, está la cavidad visceral, la cual se adelgaza hacia su extremidad y es por lo general arrollada en espiral. La concha es casi siempre formada de una sola pieza ; su capacidad permite contener mas ó menos completamente el cuerpo y el pié cuando el ani- mal se retrae, ó puede ser tan pequeña que quede oculta dentro del espesor mismo del manto. Mas frecuentemente se desprende; de modo que el animal adulto carece de concha. En aquellos que son completamente desnudos, ó sin concha, se encuentra comunmente glándulas numerosas, que secretan filamentos análogos al biso, ó mucosidades, ó cuerpos semejantes á los nematoquistes de los Celenterados, ó existen en toda la piel verdaderos nematoquistes. Estos jNIoIuscos, pues, han trnsfor- mado su concha en veneno y se han vuelto Acalefos. En los Gasterópodos, los sexos ó, como por redundancia se dice, la «separación de los sexos», es aun mas gradual que en los Lamelibranquios. Principia desde el principio en algunos Opistobránquios y en el Helix Iwrtcnsis, ó caracol de los jardines, en los cuales las células de la misma vejiguilla, ó folíenla, se hacen anabólicas y estacionarias («huevos») en la superficie ó pared interna de la folíenla, mientras las del centro continúan haciéndose mas y mas catabólicas, y, segmentándose diminu- tivamente, se trasforman en espermatozoarios. Este es un hecho muy instructivo en el estudio del desarrollo, para com- prender la causa de la «segmentación superficial» y de la for- mación de la «blastosfera»; su significado es este: las células mas liambricntas van á la 'periferia. Unos pocos Gasterópodos son vivíparos; sus huevos se de- sarrollan dentro de la madre; pero casi todos los demás ponen huevos y los arreglan de muy distintas maneras. Las principales divisiones de los Gasterópodos son los órde- nes siguientes: Frosobránquios, Heterópodos, Pulmonaclos y Opisto- bránquios. Los Prosobránquios están separados de los Opistobránquios por la diferente posición de los órganos de la respiración con res- pecto al corazón y á su aurícula. Componen la mayor parte de los Gasterópodos; están provistos de concha y los sexos están separados en distintos individuos, de los cuales los machos son por lo general mas pequeños que las hembras. Sus huevos están encerrados en una cascara común, que á veces es cór- nea. Todos estos huevos empiezan á desarrollarse, pero unos pocos ó solo uno continúa desarrollándose; los demás paran y sirven de alimento á los mas liambrientos y aclelfófagos (adelphos, hermano; phacjein, comer). Los Placóforos tienen la concha formada de ocho piezas trasversales, movibles; lo mismo que los anillos de los Isó- podos, y el animal puede enroscarse en bola. No tienen ni tentáculos, ni ojos, ni cabeza. La piel lleva muchas cerdas ó espinas mas ó menos quitinosas ó calcáreas y cubre los bor- des ó el todo de la concha. Por su forma v organización inter- — 228 — na, son los Moluscos que mas se parecen á los Gefíreos, pues no hace mucho se han descubierto algunos animales {Neomenia y Quetodenna) que pueden ser considerados tanto como Molus- cos Placóforos, cuanto como Gefíreos. Los Heterópodos, fig. 93, tienen cabeza grande; su región anterior se prolonga hacia adelante en forma de trompa, en cuya extremidad se halla la boca. Son gelatinosos y traspa- rentes. La región anterior y media del pié forman una nada- dera pi'ovista por lo general de * una ventosa; la región poste- rior está trasformada en un largo apéndice caudal. Los sexos están separados en individuos distintos. Los Puliuonados son hermafroditas; viven en el agua dulce ó sobre la tierra. Están provistos de un pulmón y respiran en el aire; algunas especies pueden respirar' en el aire y en el agua. La concha varía en consistencia: puede ser gruesa ó fina, grande ó pequeña, ó puede faltar del todo. La Limaza, por una glándula situada en la extremidad de la cola, puede secretar en un momento una gran cantidad de mucosidades, lo mismo que los Escorpiones secretan veneno. Los Opistobránquios, fig. 94, tamlnen son hermafroditas: ó tienen una concha rudimentaria, ó carecen de ella completamente. Hay especies que por su organi- zación interna pertenecen á los Prosobránquios. La respiración se efectúa por medio de branquias situadas á uno ó á ambos lados del cuerpo, bajo los bordes del manto; ó respiran por la piel provista do apéndices simples ó arborescentes, ó de branquias colocadas sobre el dorso. Fig. 04 229 Pterópodos Estos Moluscos, figs. 95 y 9G. son todos pequeños; los mayores no exceden de unas pocas pulgadas de largo. El cuerpo, ó es todo recto, ó tiene su parte posterior arrollada en espiral. La boca está en la extremidad an- terior, ya rodeada de dos tentáculos y seis apéndices protráctiles, ya con dos brazos provistos de ventosas. La región cefálica es mxas ó menos distinguible de lo demás del cuerpo, ó se continúa con este. Mas atrás de la boca o de la cabeza, dos nadaderas laterales sirven al animal para nadar con los movimientos caprichosos que caracterizan el vuelo de las ma- riposas. Son hermafroditas, viven en alta mar y pueden su- mergirse rápidamente retrayéndose dentro de la concha, de la cual algunos carecen. Fig. 05 Fig. 96 Cefalópodos Los Moluscos de esta clase, figs. 97 á 100, están caracteri- zados por tener la cabeza bien distinta de lo demás del cuerpo, con dos grandes ojos laterales, y en derredor de la boca un círculo de ocho ó diez brazos, ó de numerosos tentáculos pro- vistos, en su cara interna, de una ó dos hileras de ventosas ó de ganchos. Por medio de ellos se adhieren fuertemente á los objetos que abrazan, ó se sirven de ellos para caminar ó nadar, así como también para apoderarse de su presa. Los brazos pueden á veces estar unidos en su base por una membrana que forma un em- budo al rededor de la boca. Al- gunos, llamados Deaipidos, tie- nen, además de los ocho brazos, un par de largos brazos ten- taculi formes, que están provistos de ventosas ó de ganchos solamente en su extremidad. Otros, como el Nautilus, fig. 97, Fig. 97 — 230 — tienen en lugar de ]3razos, un círculo de numerosos tentáculos. La piel está desarrollada en rededor del cuerpo, formando un saco musculoso cjue envuelve las visceras y cjue generalmente se ensancha á ambos lados y forma dos nadaderas carnosas, mas ó menos desarrolladas. Los Cefalópodos con ocho brazos, ú Odápidos, fig. 98 y 99, care- cen de conclia ; los que tienen diez, ó Decápidos, fig. 100, tienen con- cha rudimentaria é interna. El Nautilo y la hembra del Argonauta, fig. 98, son los únicos Cefalópodos actuales provistos de concha externa. En este último es delgada y parece una navecilla. En los Cefalópodos fósiles y en el actual Nautilo, es arrollada en espiral y dividida por tabiques trasversales en cierto núme- ro de cámaras colocadas una después de otra, lo mismo que las celdas de ciertos Foraminíferos, llamados por eso Helicostegos (helicos, hélice; steye, cámara), y de los cuales solo la anterior y mas grande está ocupada por el animal; las otras cámaras comunican entre sí por medio de un tubo central que atravisa los tabiques y contiene una prolongación del cuerpo del ani- mal. La organización interna de los Cefalópodos es con mucho la mas adelantada de todos los demás animales ya estudiados, y solo comparable con la de los Vertebrados, á la cual se asemeja por su esqueleto interno, cartilaginoso. Un hecho sumamente interesante es que en estos Moluscos, el vitelo, ó yema del huevo, no está adherido á la cara ventral, como en las aves, sino á la cabeza, y comunica jjor debajo de la boca, con el vitelo encerrado en la cavidad visceral. ¿No serán colonias individualizadas de Moluscos, los Vertebrados de las ramas superiores de nuestro Árbol Genealógico? Es también muy digno de llamar la atención la analogía que existe entre la armadura de la boca de algunos Moluscos superiores, con algunas piezas del esqueleto interno de los Vertebrados. Los Cefalópodos son dioicos. Los machos y las hembras son mas ó menos diferentes; siendo en el Argonauta que exis- te el mayor diiormismo sexual. En muchos de ellos, uno de los brazos del macho se hace un heetocotilo; llamado así porque á veces se separa del animal, se mueve por sí mismo por algún tiempo, y fué descrito por Cuvier como un Ayermes, bajo el nombre de Hectocotyhts ociopodis; no sin motivo justificado, pues según algunos naturalistas, se han encontrado liectocotilos que á mas de sus centros nerviosos ganglionares y aparato genital, tenían también tubo digestivo, cavidad visceral y corazón. Sería este un curioso caso de reproducción « asexual » en el — 231 — mas superior de los Invertebrados, y en el cual la mas move- diza de las partes sexuadas se separaría de las «asexuadas», lo mismo que se separa en algunos Celenterados. Según el número de sus branquias, los Cefalópodos se di- viden en Tetrabranqiiiados y Dibranquiados. Los Tetrabmnquiados son casi todos fúsiles; la figura 97 es la de una de las pocas especies actuales. Los Dibranquiados, por el contrario, son principalmente los que viven hoy. El más celebrado es el Argonauta, tig. 98, que los antiguos lla- maban Nautilus. « La concha parece una nave, y es un curioso « espectáculo cuando el mar está en calma, ver á esos Moluscos « pasearse en bandadas numerosas sobre la superficie de las « ondas, echando al viento, como una vela, sus dos brazos Argociuta hembra, con dos brazos en la posición fabulosa. (Figs. 08 y 99) « dilatados, y sirviéndose de los otros seis como de remos. Si « las olas se ajitan, ó si sobreviene algún peligro, el Argonauta « recoje sus brazos dentro de la concha, se concentra en ella « y desciende al ibndo del agua. La antigüedad nos ha dejado, « respecto de esos animales, una multitud de fábulas, bien « poéticas á la verdad, pero perfectamente increíbles sobre ese 232 — Espírala (Fig. 100) teorías antiguas, dernas. « liijo del ciclo, que enseñó á los hombres el arte « de andar por los mares. » Antiguamente, ¡tantas fábulas bonitas, de esta clase, que hubia ! — Por una parte, moluscos, pes- cados, estrangeros ó Viracochas que salian del mar ó bajaban del cielo á enseñar á los hombres; por otra, naciones fundadas por niños, con manos ó sin manos, salvados de las aguas ó de otros peli- gros, y criados por lobas, ó por hijas de reyes; — y hoy no hay mas de esas fábulas. — ¿Habrá ha- bido algún cataclismo en la mente humano, que la ha trastornado así? — No; acaso todo consiste en un simple cambio de palabras, hecho dentro de las oscuras sombras del amor propio, y por el cual hoy se llama fábulas y leyendas á muchas y teorías y doctrinas ií muchas fábulas mo- Vertebrados Los Vertebrados son los animales que tienen esqueleto interno, formado principalmente por una serie de piezas mas ó menos óseas y distinguibles, llamadas vértebras, y que cons- tituye la columna vertebral. Esta aloja la médula espinal en una cavidad limitada por apéndices dorsales, y presenta ade- más, apéndices ventrales, ó costillas, que concurren á formar la cavidad que contiene los órganos de la vida vegetativa. En aquellos que están provistos de miembros, estos nunca exceden el número de cuatro. La forma exterior de los Vertebrados presenta uno perfecta gradación y numerosas variaciones, desde la globulosa ó esférica de un pez llamado Diodon, hasta lo alargada y tina del Ofidio (vívoros) ; pero con mas ó menos facilidad puede distinguirse en todos, seis regiones distintas, que son antagonistas en su desarrollo. Estas regiones son : a, la craneana (cabeza), que encierra los órganos centrales, ó mas concentrados, de la sensibilidad y de la voluntad; b, la cervical, que es un pe- dúnculo grueso, por medio del cual comunican la cabeza y el — 233 — cuerpo ; c, la dorsal, que lleva los miembros anteriores y los órganos centrales de la respiración y de la circulación ; d, la luminar, con los órganos centrales do la digestión ; e, la sacral, que lleva los miembros posteriores y los órganos de la repro- ducción, y f, la caudal (cola). Prescindiendo de la forma que mas comunmente se observa en los Peces, por ser la arquetípica ó primitiva del Vertebrado, veremos que el Ofidio es ó ¡¡arece ser todo cuello y cola ; que en las Tortugas predomina el desarrollo de la región lumbar ; en las Aves el de las regiones dorsal y sacral. En la Ballena y en los Cachalotes predomina el desarrollo de la cabeza (ó la boca), mientras que en las demás regiones han conservado mas la forma arquetípica, desaparecida en los demás Mamíferos provistos de miembros bien desarrollados. Los demás caracteres anatómicos que distinguen á los Vertebrados de los demás animales, así como aquellos que sirven para distinguirlos entre sí, pertenecen á otra rama de la zoología, fundada por Cuvier, llamada anatomía comparada y que no conocemos aun. El tipo A'ertebrado es el que resulta de la agregación de un cierto ni'imero de gástrulas que han alcanzado un alto grado de catanabolismo y amebicidad. Así es que se encuentra indicios de rudimentos de e.squeleto interno en una Hirudínea ; mas marcado en el Anfioxo, y gradualmente mas y mas caracterizado en los Peces llamados Ciclóstomos, Selacios, Ga- noidos, y en los demás Vertebrados. Las diferencias que separan al Vertebrado, del Invertebrado, no pueden ser una objeción en contra de la teoría que hace descender á aquellos de estos últimos ; porque el vacío que parece existir, ofrece un solo espacio para una de dos hipótesis que reclaman su colocación. — De la jirimera, que consisto en hacer desaparecer intermediarios amiboideos, hipotéticos, no nos ocuparemos, pues aunque sea tan cómoda como todas las que nos in'oporcionan con qué suplir nuestra ignorancia, falla por lo mismo que en lo que aprendimos de Geología, falla la antigua teoría de los cataclismos : «.Las fuei'xcis que han modifi- cado la superficie del globo son las mismas que obran actualmente.)) La segunda es mas sencilla y merece nuestra preferencia. Es la misma ó la misma clase de cataclismo que hemos observado en la página 29 , con el ejemplo de la mesa dada vuelta por dos niños. Ahora no haremos mas que presentar otra comparación. Las comparaciones, como las metáforas, son indispensables para bosquejar las ideas nuevas, cuando — 234 — las palabras, demasiado concretas siempre, no son todavía convencionales. Lo mismo que para hacer este libro se ha necesitado cierta cantidad de papel y tinta y determinados trabajos, sin cuyo con- curso no hubiera podido ser igual á lo que es, así también para qus se íbrme un Vertebrado, ó animal del noveno rango, supondremos se requieren tres zoonitas, ó animales del sépti- mo rango ; ó sea un conjunto de tres veces trece gástrulas zoológicamente esféricas y en alto gradó de asimilatividad y de- sarrollo. Siempre que el límite requerido no sea alcanzado, el hijo del animal octavo, intermediario, será de igual forma que sus pa- dres; pero cuando la especie, impelida por la reiterada y continua fecundación durante muchas generaciones, haya adquirido bas- tante virulencia y «amor», para alcanzar la medida requerida de catanabolismo, entonces tendrá lugar en el huevo un «cata- clismo» de la forma y del rango, y desde el principio de su desarrollo, el embrión empezará á tomar una forma muy dife- rente, y después alcanzará un tamaño muy superior á los de sus antepasados. De modo que de un Anélido, de un Taliáceo ó de un Cefalópodo, nacerá un Vertebrado que vendrá á ser como una tortilla de Anélidos, de Taliáceos ó de Cefalópodos, que ya no se sabe de qué ha sido hecha. Cuando después de haber armado una máquina se encuen- tra una pieza de sobra, puede decirse con toda seguridad que la máquina no está completa y que no andará bien. Del mismo modo, cuando en una teoría se encuentra un hecho constante ó una ley no tomada en cuenta, se puede decir con la misma certeza, que la teoría no está completa y que acabará por des- hacerse. El hecho constante que no se ha tenido presente al armar la teoría de la evolución sin intermitencia en el cambio de forma, es el siguiente : todos los animales tienen forma cerrada. Lo cual equivale á decir mas detalladamente, que todos los animales toman en su desarrollo la misma forma de sus ante- pasados; y á medida que se acercan de ella, el excedente del desarrollo, incompatible con la conservación de la forma here- dada, se desprende bajo diferentes formas: 1^ Gasto ocasio- nado por la mayor ó menor actividad de su vida. 2^ Repro- ducción, siempre en relación á la actividad de la vida. S'' Si se les corta una parte, la reproducen de nuevo, mas ó menos completamente, hasta que la forma vuelve á cerrarse. Recordando ahora cuanto hemos aprendido sobre la diferen- ciación y la reproducción de los animales, veremos que el — 235 — desarrollo consiste en aumento de volumen y de estructura; y como sabemos experimentalmente que lo disminución dol anabolismo que trae el aumento de volumen, vá acompañada del aumento progresivo de la estructura que lleva al animal á su estado adulto, podemos admitir que la estructura (catabo- lismo) aumenta porque se gasta el anabolismo. Y como el anabolismo disminuye porque se gasta con el crecimiento, todo cuanto produce tiende a separarse porque no puede quedar unido á un individuo (ó parte de él) cuya asimilatividad (ana- bolismo) ha disminuido muclio y principia á cerrar la forma del animal. Su producto, así, no solo tiende á separarse, sino también á adquirir estructura, á diferenciarse, y se separa de su progenitor en todos los grados de diferenciación (1). Cuando la forma está completamente cerrada, el producto del animal es un huevo (célula de anabolismo agotado) ó es- permatozoarios (células de catabolismo agotado); cuando es menos cerrada, el desarrollo del producto es mas adelantado, y entonces se dice que el catanabólico individuo se reproduce . «asexuahnente». En ambos casos, en todos los casos, el producto (gasto y reproducción) es el trop-plein de la forma, y el nuevo ser se desarrolla hasta el completo agotamiento de su cata- nabolismo, la difinitiva separación de los sexos y la consiguiente necesidad de refecundacion, la cual está siempre en relación con la actividad del gasto. Como la fecundación aumenta mas y mas el poder de asimilar, y como existen todos los grados de actividad de la vida, podemos creer que por la fecundación continuamente repetida, el gasto causado por las acciones del medio, llegará á ser casi igual al anabolismo de un individuo, y que, llegado á tal punto, una nueva fecundación hará que el catanabolismo del hijo suyo ex- ceda á sus necesidades, ó gasto, con una diferencia excesiva- mente pequeña, y entonces, esa misma pequenez de la diferencia será precisamente el factor necesario del «cataclismo» ó transi- ción repentina de una forma de animal á otra muy diferente. Cuando la facultad de asimilar, llamada anabolismo, alcance á equilibrar ó á sobrepasar la falta de ella, que dio á los an- tepasados su estructura, forma y prematura separación de sexos, el nuevo organismo empezará á desarrollarse, ó repríKlucirse catanabólicamente. Pero como este será mas asimilante que su madre, y su facultad de asimilar se gastará solamente á medida (1) Debemos no olvidar que catabolismo es lo mismo que limitación, segmen- tación y separación, todo lo cual no es sino distintas formas de reproducción. — 236 — que sea satisfecho, el produelo de su re|)roducc¡on catanabólica permanecerá unido en un todo mucho mas grande y de muy diferente forma de la de su antepasado, compuesto de una sola de las partes componentes del nuevo org-anismo. De modo que el Vertebrado vendrá á ser un múltiple del Invertebrado que haya llegado á un alto rango de evolución. Ei salto ([uc hacemos, de la forma del Invertebrado á la del Vertebrado, no es, pues, sino una aplicación de la ley de la continuidad con intermitencia en el cambio de formo, en virtud de la cual, el protoplasma pasa de la forma simple de 1, á la compuesta de n. Apesar de que la clasificación de los animales está hoy muy adelantada, sin embargo, cuando se estudia una ciencia que es necesario subdividir en partes distintas, se tropieza con grandes dificultades para establecer líneas morcadas de separación entre esas partes. En Zoología, estas dificultades aumentan á medida que se asciende en la escala de los animales, y en el tipo de Vertebrado llegan á dejar subsistir una confusión tal, que hace presumir existe todavía una subdivisión análoga á aquella de BicJios, que hemos creido hai'ía un principiante. Los Vertebrados se dividen en cinco clases : Peces, Anfibios, Reptiles, Aves y Mamíferos. Peces Son los \'ertebrados de sangre fría, que viven en el agua y respiran por branquias. Aunque tienen una forma semejante, hay, sin embargo, infinitas variaciones en sus detalles. Las diferentes regiones en que está claramente dividido el cuerpo de otros "\'ertebra- dos (cabeza, cuello, tórax y abdomen), en los Peces están todas gradualmente unidas á la región caudal, ó urosonia {oiira, cola; soma, cuerpo), que es mas ó menos desarrollada y constituye el principal órgano de la locomoción. El a'tao está por lo común situado cerca de la extremidad posterior, pero muy frecuente- mente se halla hacia la parte anterior, y aun bajo la garganta. Su posición indica el límite entre la región caudal y la termi- nación de la cavidad visceral, la cual comunmente forma parte del tronco. El cuerpo es mas ó menos alargado, generalmente comprimido, algunas veces cilindrico, esférico ó deprimido. Su forma exterior se hace mas variada aun a causa de las nada- — 237 — deras que llevan en lugar do miembros. Estas son de dos cla- ses: unas son horizontales, luircs y colocadas en donde los demás Vertebrados llevan sus miembros; otras son impares, verticales y situadas sobre el lomo, cerca del ano y en la extre- midad del cuerpo, la cual es siempre una «cola» mas ó menos desarrollada. El número, la forma y estructura de las nadade- ras son muy variables y sirven de caracteres para las subdi- visiones secundarias. La piel presenta también p;ran variedad: es á veces lisa, viscosa y completamente desnuda, pero por lo general está cubierta de escamas ó de escudos óseos, de dife- rentes formas, estructuras y tamaños, producidas bajo la epi- dermis y muchas veces enteramente cubiertas por ella. A veces son tan pequeñas que parece faltan del todo; pero mas comun- mente son chapas sólidas, mas ó menos flexibles, que se cu- Ijren una á la otra como las tejas de un techo, ó consisten en núcleos óseos, distribuidos irregularmente en toda la piel ; pueden también ser grandes y estar todos unidos formando una coraza. Los sexos están casi siempre separados en individuos dis- tintos. Solo algunas pocas especies son hermafroditas, habién- dose observado casos de hermafrodismo en Carpas, Lenguados, Bacalaos y Areques. Los Peces son generalmente ovíparos ; pero hay algunas especies vivíparas, principalmente en las Rayas y Tiburones, en los cuales el embrión puede estar unido á la madre de una manera muy semejante á la de los Mamíferos. También se ha observado la segmentación en los huevos no fecundados de algunos Peces. La mayor parte de los Peces vive en el mar; otros en los rios, lagos, etc. Muchos de los primeros no van al agua dulce, pero algunos cambian de residencia en la época del desove. Pueden vivir poco tiempo fuera del agua, y mueren tanto mas pronto cuanto mas grande es la abertura del oido, la cual es una hendidura situada luu-ia el borde posterior del opérculo, ó tapa que cubre la cavidad branquial. El Bagre llamado Pimelodiis sapo, y las Anguilas, pueden vivir mucho tiempo fuera del agua. Algunos pueden pasar de un rio á otro por tierra, y el Anahas scandens trepa á los árboles por medio de los apéndices espi- nosos del opérculo. Hay también otros Peces que pueden volar, por medio de sus nadaderíis pectorales ti-asformadas en alas. Los Exocetos y los Badijlópteros son muy conocidos con el nom- bre de «Peces voladores». Algunas pocas especies son pará- sitas. — 238 — Habiendo escluiclo á los Leptocárdios, como Vertebrados de- masiado novicios y muy dudosos, los verdaderos Peces se di^'iden en Cidóstomos, Gaiioídeos, Dipnóeos, Tcleósteos y Condrop- terigios. Cidóstomos Los Cidóstomos, ó Marsipohyánqiiios {iiiars/pion, pequeña bolsa; hrandiion, branquia), son vermiformes, de piel lisa, desnuda y viscosa, á veces de colores vivos y con algunas hileras de po- ros. Son cilindricos, carecen de nadaderas pectorales y ventra- les, per(í llevan una doi'sal, sea á lo largo del lomo, sea sola- mente en la extremidad posterior, arriba y abajo de ella. La boca es circular y propia para la succión; parece mas bien una ventosa, si bien los labios pueden á veces juntarse y for- mar una hendidura longitudinal. A ambos lados de la parte anterior llevan seis ó siete sacos branquiales. El esqueleto es todavía muy rudimentario, representado solamente por piezas cartilaginosas de la columna vertebral y por el cráneo. Los Mixmoídeos, fig. 101, se parecen tanto á los ^'ermes, que estuvieron clasiñcados como tales. La boca, ó ventosa, carece de labios y está rodeada de liar- bülas. Los sacos branquiales comunican con el exterior, ya por una abertura común, situa- da sobre la cara ventral, ya por '^' seis ó siete orificios separados, á cada lado. Los ojos son rudimentarios y escondidos bajo la piel. La extremidad posterior está rodeada de una nadadera angosta. Estos animales viven en el mar, escondidos en el fondo fangoso. Apesar de su aspecto inofensivo, son parásitos muy temibles, pues se pegan al cuerpo de otros animales, lo perforan, penetran en él y lo chupan hasta no dejar mas que la piel y el esqueleto. Los Fetromixóiitidos (pctroii, piedra; mijxcin, cliupar), ó Lam- preas, fig. 102, son mas ó menos vermiformes y generalmente mas grandes que los Mixinos; uno de ellos es como de dos metros de largo. La ventosa carece de barbas, pero tiene labios car- nosos que pueden juntarse y formar una boca longitudinal. Además de la nadadera caudal llevan dos nadaderas dorsales. — 239 — Viven en el mar ó en los rios. Estos animales tienen meta- morfosis en su desarrollo, y viven poco, tres ó cuatro meses. Boca de la Líimproa Fig. 102 después de haber llegado á su estado adulto. Este, lo mismo que en los Insectos, dista poco del de completo desarrollo, ó «muerte por senectud», como lo llama el antropomorfismo. Ganoideos Los Ganoideos son una sub-clase muy heterogénea de los Peces, pues está formada con los Teleósteos inferiores y pri- mitivos, y con los Condropterígios cuyo protoplasma, siendo mas consistente, ha secretado mas sustancias sólidas. El es- queleto es ya cartilaginoso, ya óseo; pero la piel presenta gran- des escudos óseos, dispuestos en hileras longitudinales sepa- radas, ó chapas ó escamas estriadas y cubiertas de esmolte, de una forma peculiar y característica, ó lleva escamas redon- das y flexibles, semejantes por su colocación á las de los Peces mas comunes, ó Teleósteos. Solo por excepción está la piel completamente desnuda. El carácter principal de la mayor parte de los Ganoideos {ganos, astilla;) es la presencia de una especie de escamas óseas, en forma de láminas alargadas, que se llaman fulcros, situadas sobre el borde superior y radio anterior de las nadaderas, ¡n-in- cipalmente sobre la caudal, y dispuestas en una ó dos hileras. Las branquias están contenidas en una cavidad de cada lado y cubiertas por un opérenlo. Como es muy indecisa la línea de separación entre estos Peces y los Dipnóeos, Teleósteos y Condropterígios, para hacer- los figurar en el árbol genealógico, hemos tomado indistinta- mente los nombres de los tres órdenes que nos han sido nece- sarios : Placoclermos, Crosopterigios y Condrósteos. — 240 — Los Ganoideos eran muy numerosos y variados en formas, en las épocas geológicas antiguas. Los Plocodermos, los mas antiguos vertebrados fósiles que hayan dejado restos de su existencia, tenían el cuerpo cubierto de anchas placas óseas, y eran de tan estraña organización, que cuando se descubrieron sus restos se creía habían pertenecido á Trilobitas, á Bran- quiópodos, á Cangrejos, á Insectos, á Tortugas. Eran verdade- ros Crustáceos vertebrados. Las especies actuales son muy pocas. La figura 103 es un Condrósteo muy conocido bajo el nombre de Estunjou. Estos Peces son en extremo fecundos; la hembra de una especie muy lüg. 103 grande y llamada Acipcuscr huso, produce tantos huevos, que ellos solos representan la torcera parte del peso del animal. Como sabemos que los huevos son las células mas asimilantes que se han comido á sus hermanas, podemos creer que aumen- tando siempre la asimilatividad, la misma adelfofagia que tras- formó á una célula en huevo, trasformará también al huevo de un Esturyon en otro animal muy diferente de un Esturyon y muy superioi' ¡i él en tamaño y organización. Teleósteos Los Teleósteos constituyen la sub-clase mas confusa de los Peces, y también la subdivisión mas variada, numerosa y co- nocida, por cuanto las especies que la forman abundan en todos los países, en el mar y en el agua dulce, y es la que mas aprovecha el hombre para su alimento. Son los Peces cuyo esqueleto es mas duro ú osificado (teleios, acabado; osteon, hueso), el cual, sin embargo, está muy lejos de ser tan macizo y acabado como el de los Vertebrados superiores. Las brán- — 241 — quias están, como en los Ganoideos, guardodas en una cavi- dad común, cubierta por el opérenlo. La piel está, por lo general, cubierta de escamas flexibles, colocadas como las tejas de un techo. Se dividen en Lofobránquios, Fledognatos, Fisóstomos, Anacanti- nos\ Acaiitópteros. Pero como los caracteres usados para su clasifi- cación sistemática no tienen valor alguno para nuestras inves- tigaciones acerca de la evolución de los animales, nos ocupa- remos tan solo de lo mas indispensable para dar de ellos una idea muy general o incompleta. Los Lofobránquios tienen las brán(juias en forma de borlillas ó lóbulos, unidas á los arcos bi-anquiales y cuya abertura bran- quial es muy estrecha. El cuerpo es largo y está cubierto de una coraza de finos escudos óseos; las mandíbulas son largas, en forma de trompa y en su extremidad está la pequeña boca, sin dientes. Las nadaderas son también pequeñas, pero á veces son tan grandes que parecen alas. «El macho de los «Caballitos de mar», tiene una bolsa en la superficie inferior de su cuerpo, en la cual los huevos son incubados y en donde los hijos per- manecen por algún tiempo. Un naturalista americano es de opinión que á mas de su función de protejer á los hijos, la bolsa de los Caballitos de mar desempeña también funciones de nutrición. Cree, como resultado de observaciones hechas en el desarrollo de estos peces, que en cierto modo, el interior de la bolsa ofrece alimento á los pequeñuelos. Si esta observación resultase ser exacta, pondría al Caballito de mar en relación mas estrecha aun con esos cuadrúpedos que como la Comadreja protejen á los hijos dentro de una bolsa, y también los ali- mentan á la vez». Los Plectognatos, así como los demás Teleósteos que estudiare- mos en adelante, tienen branquias pectinadas, las cuales consisten en unas series de flecos rojos, semejantes á los dientes de un peine y llevadas sobre arcos que representan la costilla del peine: todas están contenidas en una cavidad común, de cada lado, cubiertas por el opérenlo. La piel de los Plectognatos es gruesa, ya cu- bierta de grandes escudos óseos, ya de chapas finas con espinas — 242 — triangulares, ya de escamas rhomboidales duras. Puede también presentar una superficie áspera, debido de pequeños cuerpos óseos, como los de la iiiel de los Tiburones. Los Fisóstomos, Anacantinos y Acantóptcros están caracterizados principalmente por la estructura de los radios de las nadaderas, por la posición de estas y por otras particularidades menos importantes de su organización interna. Estos órdenes son, por supuesto, los mas numerosos en especies ; baste decir que estas ascienden á mas de siete mil, mientras que todas las demás sub-clases de Peces y órdenes de Teleósteos son tan solo como seiscientas especies en todo. A los Fisóstomos pertenecen muchas especies de Anguilas. tan parecidas á las serpientes, á las lampreas y á algunos Anfibios. El Gimnoto, ó Angui- la eléctrica, posee un fuerte aparato eléctrico. A otras fami- 1,^. lyi lias de los Fisóstomos perte- necen los arenques, fig. 104, sábalos, bagres, salmones, dentudos, el zurubí, el dorado, las sardinas, las palometas, etc. A los Anacantinos pertenecen otros Peces semejantes á las serpientes, pero mas ó menos comprimidos y cuyas nadaderas dorsales y ventrales son largas y están unidas á la caudal. El ano está situado á mucha distancia de la boca; pero á veces, como en el lenguado, por ejem- plo, la cavidad visceral ocupa una muy pequeña parte "del cuerpo, cerca de la cabeza; lo demás de él es todo carne y con un esqueleto fino. Los Exo- ^'''^•^°^ cetos. fig. 105, así como otros peces voladores, tienen grandes nadaderas pectorales y por medio de ellas pueden volar un poco. Los Acantópteros componen la mayor parte de los Teleósteos Y son los mas variados en formas y tamaños; talos comc> los — 243 — pejerreyes, las truchas, el pez-espada, las corvinas, el atún, las lisas, etc. La figura 106 es el interesante Zoarccs rívipanis; una de las formas de Teleósteo, que mas sugieren si la comparamos con la de los renacuajos. Condropterigios Los Condropterigios, ó Selacios, tienen el esqueleto cartila- ginoso, ó menos mineralizado que el de los Teleósteos y de algunos Ganoídeos. La piel también es menos mineralizada que la de los Ganoídeos y de algunos Teleósteos ; y lo que es muy sugestivo, los hemisferios cerebrales son notablemente grandes y presentan los primeros vestigios de las circunvulaciones que distingue al de los Mamíferos superiores. Como los Selacios descienden (ó ascienden, mas bien) de una rama más larga y alta, que ha conservado ó acumulado por mas largo tiempo su estado amiboideo, su organización es mas sim- ple, mas á la antigua, que la de los Vertebrados pertenecientes á las otras ramas, y cuyo protoplasma, siendo menos anabólico, ha adquirido una organización mas adelantada. Lo mismo que una persona joven, cuando está creciendo, conserva los carac- teres infantiles mas que otra de la misma edad pero cuyo creci- miento se detiene y la hace entrar en su estado adulto. La forma exterior de los Condropterigios difiere de la de los demás Peces — excepto de los Ganoídeos, á los cuales son mas ó menos semejantes — principalmente por sus grandes nadaderas pectorales y abdominales. La piel, como la de algunos Plectog- natos, carece siempre de escamas; pero contiene una infinidad de pequeños núcleos óseos, que le dan una superficie áspera como papel de lija ; ó presenta chapas oseas con espinas agudas, principalmente en la región caudal. Delante ó detrás de la na- dadera dorsal, ó cerca de la cola, existe á veces una gran es- pina ósea, (¡ue sirve de arma defensiva, ofenderse á sí mismas; pues cuando se las pesca se enojan tanto que cla- van en su mismo cuerpo y repetidas veces su daga en forma de sierra. Las branquias de los Selacios son muy diferentes de las de los Teleústeos y Ganoídeos. Se parecen á las de los Ciclóstomos, pues en vez de ser libres dentro de una cavidad bran- (juial, es til n tijas en toda su longitud por el mar- gen externo, á los tabiques de sepa- ración entre los cinco, seis ó siete sacos branquiales en que están encer- radas. Estos sacos se abren al exte- i-ior y cada uno por separado, ya sea á los lados, ya sobre la cara ventral; rara vez comunican al exterior por una sola abertura de cada lado. Los Condropterigios se dividen en Plagiosionws y Holocéfalos. Los Plagiostomos tienen la boca tras- versal, en forma de hendidura curva; casi siempre situada en la cara inferior del hocico y distante de la extremidad de este. El cuerpo es mas ó menos fusiforme, y mas ó menos grueso en su extremidad posterior, según sea el desarrollo de las nadaderas. En las Rayas, fig. 107, las pectorales son tan gr-andes, que dan á estos animales la forma de un ancho disco, mientras el cuerpo termina en una cola mas ó menos delgada . Pero entre los Tibu- rones, fig. 108, de extremidad poste- rior gruesa, y las Rayas de cola del- gada, liay todos los grados interme- diarios : Tiburones como Rayas y Ra- vas como Tiburones. Parece haber alguna relación entre la gi'osura de la cola de las Rayas y el grado de desarrollo en (jue nacen los hijos, pues las Rayas de cola delgada frecuentemente ponen huevos de cascara córnea, chatos y cuadriláteros, con un largo fila- mento en cada ángulo y que se desarrollan fuera de la madre; mientras las Rayas de cola gruesa son muy comunmente viví- paras. En los Tiburones, las relaciones entre la madre y el hijo son mas íntimas. No solo están los huevos provistos de una abundante yema, ó vitelo, y envueltos en una tela, ó córioii, muy lina, al través del cual pasa el alimento suministrado por la madre, sino que en muchos Tiburonos vivíparos las relacio- nes del hijo con la madre son casi tan íntimas como en los ^ilamífcro.-.. Algunos Tiburones alcanzan grandes dimensiones, pues los hay hasta de 15 y aun mas de 20 metros de largo. Los Holoccfalos, ó Quimeras, flg. 109, tienen la cabeza grande y de forma muy esti-aña; ojos desmesuradamente grandes y sin pái'pados; boca pequeña y silunda debajo del hocico; con una sola abertura branquial de cada lado y opérenlo pequeño y membranoso; piel lisa y cola larga y teliforme. A una de las especies conocidas de Holocéfalos, como si no fuese bastante significativo el nombre de Quimera que se le lia dado, se le llama también monstruosa. Tal vez las fábulas de las sirenas y de las mermaids, no son sino antiguas teorías para explicar las apariciones en las costas de Italia y de la Gran Bretaña, de los cadáveres de algunas Quimeras mas monstruosas aun; es decir, mas semejantes á un ser humano. Apesar de que la experiencia nos enseña todos los dias que las iabulas tienen siempre un fondo de verdad y mucho de instructivo, estamos todavía demasiado enamorados de nosotros mismos, para dar á esas fábulas toda la importancia que en realidad tienen; y respecto de las Sirenas, si es que hoy no existen, es también demasiado aventurado el asegurar que no hayan existido antes. — 240 — Dipnóeos Los Dipnóeos {dis, dos; pnoé, respiración) fig. 110, han sido clasificados ya como Peces, ya como Anfibios, ya como Repti- les ictioídeos (1). Por su conformación exterior y por muchas particularidades de su organización interna, se acercan de los Peces, principalmente de los Ganóideos, con los cuales los cla- rig. nu sifican algunos zoólogos, mientras que por otros caracteres se acercan mas de los Anfibios. En el agua respiran por branquias internas que son en número de cuatro ó mas, pero cuando aquella se seca respiran por uno ó dos pulmones el aire ó los gases de los pantanos ó rios en que viven. El cuerpo de estos animales es largo y semejante al de una anguila; cubierto de escamas redondas, y se termina por una cola comprimida, con una nadadera continua, que en el lomo va hasta la mitad de él y en el abdomen hasta el ano. La ca- beza es ancha y chata, con pequeños ojos laterales; las narices están en la extremidad del hocico; tienen dos nadaderas pecto- rales y dos abdominales situadas muy atrás y son muy seme- jantes las unas á las otras. Anfibios Los Anfibios forman la transición entre los Peces, ó Verte- brados de cola gruesa (urosoma) y que respiran en el agua (1) Ychthi/s, pez; eidos, forma. — 247 — por medio de Itránquias, y los Reptiles, los cuales tienen ó carecen de patas y respiran en el aire por medio de pulmones. En efecto, los Anfibios todos están provistos de dos sacos pulmonares, y además, sea durante su juventud, sea en su estado adulto, poseen tres -ó cuatro pares de branquias, ya encerradas en una cavidad cubierta por la piel y comunicando al exterior por una hendidura, ya colocadas exteriormente y en forma de apéndices bipinados ó arborescentes. El cuerpo puede ser corto y deprimido, pero por lo general es largo y cilindrico, ó comprimido y terminado por una región caudal, ó urosomo, ya completamente atrofiada en la edad adulta, ya de dimensiones mas ó menos considerables, según el menor ó mayor desarrollo de los miembros. La piel es casi siempre lisa y viscosa; secreta mucosidades ó líquidos cáusticos, que pueden ser á veces venenosos; rara vez presenta anillos algo gruesos, revestidos de pequeñas escamas análogas á las de la piel de los Reptiles. Los Anfibios se dividen en los órdenes siguientes : Apodos, Uroddos y A?iuros. Los Ajjodos, fig. IIL son vermiformes y sin miembros ; cubier- tos de escamas muy pequeñas, formando anillos trasversales. Por Fig. 111 su aspecto exterior y por algunos caracteres de su organización interna se parecen á las víboras, pero difieren por otros. Viven bajo de tierra, como las víboras, y se alimentan de larvas de insectos. El nombre de Cecícidos, que se les ha dado, es debido á estar sus pequeños ojos cubiertos por la piel, de modo que estos animales parecen ciegos. Los Urodelos son de cuerpo largo y redondo, terminado en un urosoma largo y comprimido. Generalmente tienen dos pares de miembros cortos y débiles; los posteriores están tan distan- tes de los anteriores, que la parte media del cuerpo y á veces :i8 todo él, se nrrastra penosamente por el suelo; pero en el agua sirven de remos y acudan ú la larga cola ])ara nadar con mu- cha agilidad. Lo mismo que los Cecílidos, tienen los ojos muy pequeños y escondidos bajo la piel, que es trasparente. Se di- viden en Ictioídeos y Salamandrinos. Los Ictioídeos, fig. 112, alcanzan un tamaño considerable ; en la edad adulta conservan la misma forma que los Salamandri- nos ]iresentan como fases transitorias de desarrollo. Los Pe- renibráiiquios, además de los pulmones, tienen á cada lado del ^50-- Fig. n2 cuello tros pares de manojos i'amiHcados de jranquias, que algunos {Derotremos) pierden á medida que se acercan de su estado adulto, pero queda vui orificio branquial de cada lado. El Axoloil adulto es un Ictioídeo mientras vive en el agua, y se trasforma en Salamandrino ( Amhhjstoma) en la tierra Los Salaniandrínos, íig. 113, en su edad adulta, carecen de branquias y de orificio branquial, y los ojos estiin provistos de párpados. Por su forma, se asemejan mas ó menos á los Lagar- tos, y, así como los Camaleones, jioseen la facultad de cambiar de color. Las Salamandras terrestres son vivíparas; dan á luz treinta ó cuarenta larvas á la vez ; pero estas larvas son muy pequeñas. La Salamandra negra, dos veces en el año, por lo menos, pare dos pequeñuelos ya formados, cuyo origen es muy interesante. Un gran número de huevos se acumula en los dos úteros, pero en cada uno de estos, solo uno de los huevos Fig. n3 — el mas pesado tal vez, pero seguramente el mas hambriento — es el único que se desarrolla comiendo á los demás ; es decir, por adelfofagia. (Contiiniará.) EL VERBO ESTUDIO FILOLÓGICO -GRAMÁTICO SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO EL VERBO ESTUIJIO KILOLOOICO = ORAN/[ATICO I ¿Qué es un verbo? Hé aquí una pregunta que es más fácil para hecha que para contestada. El inglés Lindley Murray decía, que es una palabra que sig- nifica, ser, estar, hacer ó padecer, á lo que podría haberse agregado, y que en Castellano se modifica en razón de Grupo, Conjugación, Clase, Voz, Modo, Tiempo, Persona y de esas concordancias de género, número y caso á que están sujetas las formas participiales. Sin duda esta definición ofrece más de un blanco al que los críticos podrán apuntar con sus pedre- zuelas ; más como hasta hoy nadie ha acertado en dar otra que no incurra en iguales ó mayores deficiencias, valga la que yo ofrezco por ahora, que lo que escribo no es para enseñar gramática al que no la sabe, sino para adelantar una jornada en la revolución iniciada por el gran gramático Americano Bello. No por esto quiero decir, que Bello sea responsable de las ideas é hipótesis que aquí expongo, sino que él fué el primero que levantó el grito de libertad contra la tiranía de las aulas en materia gramatical ; y yo, cual montonero en mis montañas de Catamarca, pongo lanza en ristre para derribar algunos gi- gantes más de la idea preconcebida, que á puño cerrado califica de Latino todo lo que encuentra en la noble Lengua Castellana. II GRUPO Esta es una palabra que puede decirse innovación en la Gramática Castellana. La uso en su sentido natural, si alguno hulla otra (|U(3 más le cuadre, que me la hi-inde, pues yo voy al grano, y es, que el A'erbo Castellano se alista en dos grandes divisiones ó grupos desconocidos hasta ahora por nuestros gra- máticos, que no tienen ojos ni oídos para más que para el Latin y las Irregularidades. Se dijo ítLatiii», callen los igno- rantes; se dijo «Irregularidad», santa palabra, que con su egida incontestable salva toda dificultad — y á mansalva, ha dado muerte, ó se la está dando, al teutonismo Español, vigoroso abolengo lingüístico cjue dá el mentis á tanta teoría que corre acerca de la «Raza Latina»: ¡ los Latinos que no tenían gente para poblar su propia campaña, poblaron todo el Litoral Eu- ropeo, Mediterráneo y algo más ! Pero vamos á nuestro asunto, que en este capítulo es el de las dos grandes divisiones ó grupos del verbo castellano. Esta agrupación se rige á lo que se vé, por reglas de pro- sodia, ])ero su causa de origen es indudablemente otra. El jM-imer grupo consta de los verbos cuyo perfecto es un tema grave de primera y tercera persona, como de haber, hube; el se- gundo, de los verbos cuyos perfectos afectan las formas agudas, como de créxco, crecí. Aquí cabe la pregunta: ¿Esta agrupación de los verbos cas- tellanos en dos grandes divisiones y que de suyo se impone, es por ventura obra de la casualidad, de la irregularidad inor- gánica de esta lengua, ó responde á cánones cuya analogía, apunta en dirección á las lenguas teutónicas"? De este punto primordial de Gramática Castellana, han hecho caso omiso los que sobre esta materia han escrito : la incuria de nuestros filólogos, la erudición de los alemanes, todo se ha estrellado ante ese incubo que todo lo aplasta y esteriliza— la idea preconcebida de que en el Castellano no hay salvación po- sible fuera del Latin. Cualquier principiante advierte que estos dos series de Hec- ciones verbales nunca pudieron confundirse en un solo grupo gramatical. Amar, Amé, ) Estar, Estuve. ) Deber, Debí, [ y Querer, Quise \\\\v, \\\\, ] Decir, Dije. ) Alguna razón poderosísima de abolengo idiomático tuvieron nuestros abuelos al hacer esta distinción tan marcada en sus flecciones verbales. Si se alega que estas variantes solo res- ponden á irregularidades caprichosas, nada tengo que contestar: pero la ciencia no admite este recurso, y más de un filólogo — 2:)3 — inglés ha dicho que las « irregularidades » se inventaron para encubrir la ignorancia ó la flojera de los gramáticos. Desgraciadamente, no poseo el Alemán, así que' no puedo utilizar como deseai-ía el trabajo de Diez y de Foerster ; pero algo he podido sacar en limpio, y sobre todo de este último en su « Spanische Sprachlehre » (Berlin, 1880). Lo que resalta en este autor es, fpie el español viejo poseía mas verbos con perfectos graves, (¡ue el moderno, lo que casi equivale á decir que ella era la forma más usual en la antigüedad, ó sea que tiene más de antiguo que de moderno; porque puede resultar que en cuanto á España una forma sea tan vieja como la otra, • y tan usada, mientras que lo que verdaderamente esta pi-obado es, que el español moderno ha preferido la forma con perfectos agudos, como que parece que todo cambio se ha efectuado de aquella á esta. Pues bien, dado el liecho que el Castellano conserva dos tipos de verbos, con total prescindencia de conjugación, fuerza era estudiarlos por separado, y no relegarlos al catálogo de verbos irregulares, basurero de las riquezas de gramática á que la Academia ha desterrado todo cuanto la lengua castellana tiene de mas típico y curioso. Veamos la fleccion completa de ambas formas y en seguida trataré de dar alguna explicación que por lo menos merezca ser triturada en el moi-tei'o de la filología bien entendida. VERBOS AGUDOS 1. Am - é Pl. 1. Am - a - ¡nos. 2. Am - á - ste, 2. Am - a - steis. 3. Am - ('», 3. Am - á - ron. VERBOS GRAVES 1. Pus - e, Pl. 1. Pus - \ - iiios. 2. Pus - i - ste, 2. Pus - i - steis. 3. Pus - o, 3. Pus - ié - ron. ¿A qué responden estas diferencias prosódicas en la I-'' y 3^ personas del singular? ¿Qué más tiene amar que poner para que sus perfectos anden otro andar V No decir nada al respecto, adocenar unos verbos con otros porque sí, y se acabó, no es digno de la filología ¿qué digo? ni de la Gramática Castellana: — 254 — verdad es que esta ton solo se ocupa en la lengua hablada en el dia de lioy, y parece que la historia de la lengua patria y do sus voces nada le importa al español. Empero alguna razón debe poderse dar que en algún tanto explique esta aparente anomalía, y esta es la que se me ocurre. El español se inclina ó las palabras de sonidos graves, y cuando las tenemos agudas, debemos suponer apócope de la sílaba final, ó sino síncopa de dos en una. Así, pues, en una forma como la de amé, lo que hoy decimos en dos debió sonar alguna vez como tres sílabas. ¿Qué es pues lo que falta? Es un canon muy admitido entre los filólogos, que cualquiera de las tres letras t, p, c, puede desaparecer del medio de una palabra cuando se halla encerrada entre dos vocales, de suerte que cañé según el canon pudo proceder de am -\- t, j) ó c -\- terminacion personal, ó sea ani ~\- d, v ó g -{- terminación per- sonal, porque la í, _p ó e mediales en castellano tendrían que reaparecer en las formas vocalizadas, d, v, g. Acerca de la // nada observaré por ahora, porque ella corresponde al dialecto Catalán ó Lemosin, del que no se trata ; quedan pues la d y la V como letras que han podido existir en los perfectos graves antiguos. ¿Por cuál nos decidimos? Los latinizantes, como es natural abogan por la v, y se sacan esta cuenta : (1) Amavi > amái > amiie > amé. ¿Dónde está la prueba histórica de tal cambio? Suposición por suposición, hipótesis por hipótesis, tan bueno sería lo mió como lo de otros, lo que falta es la prueba histórica, y en su defecto la analogía y la verosimilitud. Ocurramos ú Foerster. Este autor que ha reunido mucha erudición en su tratado, á lo que yo he alcanzado á ver, no trae un solo ejemplo que haga en favor de una forma viejo- española amare ; — por el contrario, cita las formas estide, estido por estuve y estuvo. andido, etc. por anduvo, etc. en trido » entró, catido » cató dcniandiido » demandó En estas reliquias del idioma viejo, vemos aun vigente la d índice de tiempo pasado, que ei-a racional suponer fuera la El signo > dice, resulta en. — 255 — forma típica de los perfectos hoy agudos, dados los abolengos de la lengua castellana. Aquí está la prueba histórica de la existencia de perfectos en d contra la mera hipótesis de los perfectos en v, ó sea la forma latina que tan violentamente se nos ha impuesto. No se crea que yo he confundido el participio con el per- fecto. Foerster los cita como ejemplos de la S'' persona del per- fecto de indicativo. Lo único mió son las tres últimas equiva- lencias que nada hacen ni en pro ni en contra del argumento. Pues bien, procediendo por analogía, amé debió proceder de una forma amade ó amide, cuya degeneración sería la siguiente: atnáde > amáe > amé\ todo ello de perfecto acuerdo con los cánones recibidos, y con lo que yo, hace un año y más, había sospechado. Mi artículo fué remitido á Inglaterra al filólogo inglés Skeat, quien por toda respuesta me encomendó á Monlau, Diez y Foerster: poseía yo aquellos autores, pedí éste, y el resultado es el presente estudio. El argumento pues hoy descansa sobre esta base : Foerster no ha aducido prueba alguna histórica que haga en favor de la derivación amé de amavi, mientras que los ejemplos que el mismo cita nos enseñan que es una d y no una v la letra que falta. La fleccion completa sería esta : 1. Amade, > amáe = amé. 2. Amadste > amaste, 3. Amado, Plural > a»! cío = Plural amó 1. Amádmos > amamos, 2. Amádsteis > amasteis, 3. Amádron, > amaron. Procediendo pues por analogía sacamos en limpio que la inmensa caterva de verbos graves en ar, er é ir, con toda na- turalidad pudo ajustarse á la fleccion en ade ó ide etc. ¿Se pro- tenderá que las formas que cita Foerster, á saber : estude, estado, estodieron, andido, andidiste andidieron, andado, andodieron, y las otras ya citadas, son las únicas que nos ofrece el idioma viejo? Difícil es creerlo, y en todo caso de la forma en v no nos dá ni un solo ejemplo, lo que importa confesar, que cuanto más atrás se llega, más de la d tenemos. Con qué naturalidad deducimos las formas modernas debí, corrí, viví, morí, de otras antiguas debidc, corrido, riride, moride. — 256 — sin nada de esas violentas metátesis á que recurren los latini- zantes para armonizar sus reglas con las de sinn, es, fui. En fin, hipótesis sin prueba filológica es la de suponer una V caduca en los perfectos agudos; pero esta prueba nos la da el mismo Foerster en favor de la d, vice v, desde luego es ve- rosímil, es lógico, es científico, inclinarnos á la hipótesis que los verbos agudos españoles desciendan de una forma de per- fecto terminado temáticamente en d. Concédase esta hipótesis y ¿qué resulta? Confesión palmaria de que el español formó sus perfectos graves con d y que por lo tanto corresponde al tipo de lenguas teutónicas. Esta d de tiempo pasado basta y sobra para determinar que una lengua europea cualquiera, tenga vinculaciones teutónicas. Que las tenga el Español es lo más natural, y lo más ajustado á su historia y etnología. ¿Por qué andar á barquinazos por sendas extraviadas, cuando tenemos el camino real por delante? Pero ya se vé, somos raxa latina y hablamos una jerga del bajo latin, y lo que no sea esto se combate por todos á capa y espada . Si concedemos que los verbos agudos han podido des- cender de perfectos teutónicos en d nos lanzamos de lleno en otro teutonismo más, nada menos que aquel de verbos fuertes y verbos débiles, es decir, verbos que forman sus perfectos con recargo de acento y mudanza de vocal radical, y verbos que se valen de una simple d final para dar la idea de tiempo pasado. Así pues, piíse de imner, sería verbo fuerte, amé de amar, verbo débil. La lista de estos verbos fuertes fué antes mucho más larga, como se puede ver de los ejemplos que cita Foerster, de verbos (¡ue hoy son agudos y antes fueron graves ; así creer hacía crovo, conocer, conúvo y conúgo, etc. Ahora bien, el Español tiene verbos fuertes y verbos débi- les, es decir, que su gramática emplea uno de los recursos típicos de las lenguas teutónicas. Esto bastaría para probar que por mucho que el Español tenga del Latin, no por eso ha olvidado su especialidad de origen, la agrupación de sus verbos en dos grandes divisiones: verbos fuertes y verbos débiles. Foerster, autor latinizante por excelencia, dice que Mee, vine y vi, de hacer, venir y ver, proceden de feci, venl, vidi, y tiene buen cuidado de acentuar la prosodia, porque estos ejemplos hacen en favor de su hipótesis. Un poco mas abajo está : fuxe = leiú ex fiigio, fugi, — 257 — verbo que liabiendo sido fuerte ó grave, se ha liecho débil ó agudo. ¿Cuál es la historia del cambio"? ¿De dónde se puede sacar una v que sirva para trastornar la prosodia de este tema? ¿No es lo más verosímil que la forma huí resulte de otra ante- rior fugidcl Hipótesis por hipótesis, esta es más aceptable (¡ue cualquiera otra. Procedamos : si según Foerster vine, etc., proceden de reñí, etc., en razón de prosodia latina, ¿por qué querer hace quise, siendo que el Latin dá qucesivi, y vicir hacía vesquí, hoy virt, siendo que el latin hace de vivo vixi, tema grave hasta más no poder? Todas estas cosas tendrán su exiilicacion secundwn suam latinitatcm, pero ¿la dá Foerster? ¿Puede escribirse gra- mática histórica sin darse cuenta de todo ello? Otro es el pro- ceder que observan los filólogos cuando se trata de las lenguas teutónicas, pero para España reservan sus castillos en el aire, y nosotros los tragamos enteros batiendo palmas, y creyendo ([ue somos una gran cosa, como que lo somos, pero no por el (;amino en que nos estrechan. Mas no acaban aquí los comodines de los filólogos: Como venir hizo vine, pori|ue los latinos hacían de venio vení, Foers- ter tenía que explicar la anomalía poner, puse, de jjono, posui, y lo hizo así, si no interpreto mal su texto : « Derivado del Latin \\x\giiv posit, posiit, poserunt; ó de no, se « lo puede incluir en la clase de los perfectos por atracción: (( posui, pousi, pose 6 puse. » Convendría saber dónde era que se usaba el posit, y si hay alguna prueba histórica de esta metátesis de la u. Foerster siempre dá ejemplos del idioma viejo, cuando los tiene á la mano; desde luego es racional suponer que donde faltan es porque no los hallaba. Si esta metátesis de la supuesta u es mera hipótesis, yo le salgo al encuentro con esta otra : la o > u, en perfectos graves de caber, haber, saber, etc., respon- de á lo que los Alemanes llaman ablaut, es decir, trasforma- cion de la vocal temática en razón de tiempo ú otra circuns- tancia. La misma gradación de las vocales que encontramos en el Inglés y otros idiomas teutónicos, tan notable en sus verbos fuertes, la tenemos en el Español; así take, «tomar», hace tooh (tuk); forsáke, «abandonar», etc., forsook, como nuestro cate?-, hace cupo, saber, supo, etc. Y no es esto todo, pues el Inglés ha sufrido las mismas modificaciones: — 258 — Vif'jo Medio Kuevo tal;e tole tuk saber sopo supo Se entiende que tole y tule se escriben con ortografía caste- llana, que para el caso es mejor que la inglesa. No se crea que aquí acaban las analogías, pues chaid (chide). reconvenir, hace chid, do, hacer, did, etc., se podrían comparar con hacer, hice, etc. A propósito de los perfectos fuertes, Foerster dá una inte- reseante lista del idioma viejo : fis, rin, pus, vid, adux, quis, pris, por hice, etc. : él lo atribuye á la iigura apócope, pero ello no excluye la analogía con los perfectos fuertes de las lenguas teutónicas hasta en la forma monosilábica. Los filólogos alemanes, y en sus aguas los ingleses y fran- ceses, no han querido hacerse cargo de una circunstancia muy grave que afecta la lengua castellana, punto que se ha oculta- do á los mismos españoles, obcecados como viven con sus vendas seculares del origen latino de su lengua. El Castellano podrá ser latino en su vocabulario, pero el genio de su gramá- tica es eminentemente teutónico, cosa que resalta en los verbos como en ninguna otra parte de la oración; basta un ejemplo de esta verdad para comprobar el aserto: los tiempos que no existen en el Teutónico son los que más se parecen á los La- tinos, y como aquellos carecen de futuro, tampoco lo tiene el Español; unos y otros se valen de una frase para expresar la idea de lo que se está por hacer. Si el Español era tan buen Latino, por qué no se amparó de cosa tan útil como serían las formas futuras de su lengua madre? El que tenía cacumen gramatical para decir cupe de caber, hube de haber, quise de que- rer, á fuerza de puros Latinos, como quien dice, pudo haberlo alcanzado" también para decir y oír habebo, capiam, etc. La ver- dad es que un Godo podía hacerse cargo de un habe, hube. que reproducía reglas de su propia lengua, pero ese habclio sería peor que hebreo para él, y en el acto dijo aber e de ó e de aber, que es el inglés. I haré to. I wiU haré, etc. : en una palabra, el futuro español como el teutónico en general, no es una forma gramatical sino una frase completa con su sinco- pacion en el tema abreviado, sin ella en la i'rase analítica. He de haber Haber he do = habré — 259 — La prosodia del lema habré nos enseña que representa, no haber e, sino haber c de. En resumen, una cosa se ha probado : que no lia\- razón alguna á priori por la que no debamos aplicar A los verbos españoles la clasificación teutónica que los divide en fuertes y débiles, ó sen graves y agudos; antes al contrario á j^osteriori. si hemos de juzgar por lo que dice Foerster, todo es confusión y capricho, si no adoptamos los métodos teutónicos: las prue- bas tjue dá este autor son contraproducentes por lo que res- pecta á su hipótesis, mientras que se prestan con toda senci- llez'y naturalidad en apoyo de la que aquí yá consignada. Digo, pues, que la lengua castellana como las demás teutó- nicas, sus primas, divide sus verbos en dos grupos, el uno fuerte y el otro débil : los fuertes son aquellos cuyo tema en el perfecto es grave; débiles, los que usan de la forma aguda. Como se podrá ver, los verbos fuertes son comunes á todas tres conjugaciones. 1^ Andar — anduve 2'^ Caber — ci'qw 3'' \en\v — vine Nota — Los verbos fuertes son pocos: eran más, y acaso en tiempos remotos fueron muchos; pero igual cosa sucede con los verbos ingleses : ambas lenguas han perdido la facul- tad de hacer nuevos verbos con fleccion fuerte, y con el tiem- po no es imposible que desaparezcan los pocos que quedan, fósiles lingüísticos del abolengo suevo-vándalo (1) eslabón que encadena el español con las demás lenguas teutónicas. III LA CONJUGACIÓN En el último capítulo se ha tratado de la agrupación de los verbos castellanos en dos grandes divisiones, fuertes ó graves, y débiles ó^agudos: ambos grupos se reparten entre tres ("on- (1) Digo suevo-vándalo, porque tengo mis dudas acerca del Gótico, que más bien correspondería al Catalán y Lemosin en general, como heredero directo de la monarquía Tolosana. — 260 — jugaciones que se determinan [lor la vocal que pi-ecede á la r final del infinitivo, así: P en a como amar, amé » andar anduve )) deber debí » hacer, hice » pedir. pedí » venir. vine La pai'tieularidad de estas tres conjugaciones es la siguiente: (|ue la 2'"' y la ^^ ya no se usan para formar nuevos verbos, así que pueden llamai'se conjugaciones estériles, mientras que la I'' es la que se lia usurpado el derecho de imponer la ley á toda voz advenediza del idioma. Que esto es así se deduce de los siguientes neologismos : de control — controlar » corral — acorralar )> peal — pealar, (enlajar por los pies ó manos). » charque — charquear {hacer charque). » carne — carnear [hacer carne). » pala — palear. El catálogo pudo aumentarse indefinidamente, pero basten estos ejemplos. ¿Por qué no se dijo charquir \ carner, q\.c.1 Por- (|ue el Español se ha olvidado de todo recurso verbal que no sea el ya ó a de primera conjugación : el ya en pal-ear, el a en conirol-ar. En todos los casos el verbo que se forma corresponde al grupo débil. Sacamos pues en limpio que la conjugación con vida ó fértil es la 1% y que las otras dos son muertas ó esté- riles, en otras palabras, son un fósil lingüístico, como lo son también los verbos fuertes. Cuál sea la forma mas vieja, eso lo averiguará la gramática histórica con su copia de manuscritos en la mano, pues yo no cuento ni con la obra de Amador de los Pvios. VA objeto de este trabajo es despertar el interés de hombi-cs competentes, no el de escribir un tratado completo de GramiUica Castellana. Una advertencia haré, y es, que mientras no se agote el estudio de las lenguas bajo-alemanas, no es prudente decir nada acerca del origen de por lo menos una de las conjugaciones castellanas. Después de escribir lo de arriba me he impuesto de lo que Adley (Aimmins dice en su Gramática Frisona^ \). 50, á propósito de su 2'' Conjugación ó sean los verbos débiles: — 2G1 — «Para i'orinar el presente se arrima á la raíz la partícula (( v/rt, antes aya, ó de no, ó en su l'orma a.» Cummins incluye en esta conjugación á \evbos corao salnje. salvast, acre, nerist, sélce, sélcisf, así (|uc él no distingue entre las formas en as é is de 2*. Aquí cabe la pregunta ¿es posible que algo de esto haya también en las conjugaciones castellanas? La contestación es fácil : todo puede ser menos la paz octaviana afor-yar > afuero (1) mudanza de o en ue (innlaut) en razón de la metátesis de la y auxiliar ; oi = lie en razón de la degenei-acion típica de o en u é i en e { ablaut). ¿Dónde está este ya ó //, })artícula auxiliar de verbo? se me dirá, y yo contestaré: en todas partes, en tengo, en rengo, en doy, en voy, en hay, en haya, en vaya, etc., etc., sobre todo en el Asturiano y Montañés yes, ye, yia, yias, yia etc., por eres, es, era, eras, era, etc. Adviértase que los únicos tiempos que pueden ser teutónicos son los presentes de indicativo, imperativo y subjuntivo, con (1) > signo que dice, resulta on. — 205 — sus pasados simples: y solo en estos es que hallamos la mu- danza, á diptongo aparente ó encubierto, según el acento, pues acerté, e':e., sigue la regla de acertamos, etc., haija acertado como forma compuesta (¡ueda eliminada. Parece, pues, que se lia probado suficientemente cuál es el origen y naturaleza de las iii-cgidaridades que proceden por mudanza de vocal orgánica en diptongo en los temas de pre- sente acentuados en la sílaba radical. ]. a primera conjugación con infinitivos en «r, se subdivide en las siguientes clases: 1*^ Tema sin cambio alguno de vocal oi'gánica. 2^ Tema que muda la c orgánica del tema en ie, por metá- tesis de la partícula auxiliar y, con degeneración de ei en ie. 3^ Tema que muda la o oi'gánica del tema en tie, por metá- tesis de y con degeneración de oi en ue. Otra clase más tenemos en esta conjugación que llamaremos la G'''; ella consiste en esto: verbos en ñ y II que conservan la ye causativa en todos tiempos y modos. l']sto resulta de que la ñ = ¡ly y la ¡I = ly. ^'erbos como jugar ya han sufrido el ablant ó degeneración vocal en su tema de origen, así que reciben el iimlaut, sin más mudanza que la de // en e. Esta clasificación, que esta bien distante de ser la de la Academia, no se le ha ocurrido ni á Bello ni á Foerster, pero en mi concepto debe ser tenida en cuenta y refutada con ver- daderas pruebas filológicas. Si pasamos ahora á la 2-'' y 3^ conjugaciones, basta con re- producir lo dicho, pues los verbos del tipo entender y mover, discernir)- morir, se corresponden por idéntico razonamiento con acertar y contar. En el caso de morir y de dormir, la persistencia de la ti en las personas en que los otros verbos vuelven á la vocal orgánica, acaso responda á un efecto de degeneración (ablaut) más completa. Por lo que respecta á la 3-' conjugación, tenemos una clase de verbos en idr que son especialísímos, pues estos conservan la partícula auxiliar y de una punta á la otra de la fleccion; porque es menester confesar que formas sincopadas como J/ui- mos, etc., responden á recursos de ortografía moderna, como que la i es ni más ni menos (jue yi, forma (¡ue se oye entre gente vulgar; por ejemplo, en Catamarca es muy común la forma oyer por oir. En igual caso se hallan raer, creer, roer, verbos en que campea la y sin disimulo, aunque á veces asimilada por la e temática, como en el caso anterior se hacía por la i. Caer y oír. — 266 — ([Lie también llevan la i auxiliar, tienen que pasar á los verbos cuya fleccion se maneja por g, coi-relativa de y. Adquirir liace lo que dif^cernir, solo que como la vocal orgánica es ya i, i se queda, y á i se muda cuando asi conviene. Aquí cabe la pregunta ¿ por qué razón el Español ha metido la y auxiliar en unos verbos y no en otros? Para m'í la con- testación es de pura cronología. Los Teutones que primero en- traron á lo Teutón, adoptaron voces, sometiéndolas á sus giros gramaticales, y esto harían con todo ó casi todo lo que se in- trodujo en el habla vulgar. INIás tarde entraron la literatura y las aulas, eminentemente latinizantes, y al introducir neologis- mos, lo harían como nosotros incorporando cada voz en toda su pureza, desechando cada vez más los giros teutónicos, adop- tando con avidez los latinos. La historia nos dirá cuál es verbo más viejo en el idioma antiguo, si amar ó querer. En Inglaterra el tilólogo inglés ya distingue y se hace cargo de las diferentes carnadas de voces, y sus argumentos se fundan en la historia de cada una ras- treada hasta los siglos más remotos de la era Anglo-Sajona. Libros como los de Monlau, Diez y Foerster serían imposibles hoy en Inglaterra, porque allí se conoce la historia de cada letra, de cada sílaba, á fuerza de compulsar documentos y de comparar dialectos. ¿España qué ha hecho en este sentido? Diez y Foerster, alemanes ambos, son los únicos que algo han escrito, pero ¿en qué se fundan? La contestación es muy sencilla: en una idea preconcebida de que no hay más norma para nuestro romance, que las reglas de sum, es, fui; que el Latin parió el Español, y que lo que no se ajusta á este axioma debe ser relegado al ca- nasto de irregularidades, otras tantas pruebas de la barbarie de los Españoles que en tantos siglos y con tanta fuerza de afuera no han acabado de olvidarse (inconscientemente) que algo habían heredado de sus abuelos los Godos y sus primos los Vándalos, Suevos y demás. VERBOS EN ZCO Y ZGO Entramos ahora á lo cjue parece más sencillo, pero que en realidad es lo más difícil de la tarea que me he propuesto sacar. Ahí está el axioma filológico que inculca : « Desconfiad de las omofonías aparentes entre dos palabras dadas». Crezco, dice Monlau, es del Latin crcsco, y podr;í ser cierto por razones léxicas, morfológicas ó fonéticas, pero nos falta la — 267 — prueba histórica, y en cuanto á la fonética tenemos un estorbo muy grande, y es la x,. De ninguna manera se ha probado rjue nuestra x. sea la s Latina, y esta basta para hacer zozobrar la explicación recibida. El mismo Foerster nos suministra pruebas de que la % es degeneración de una d, letra igual ñ la th inglesa. Ex. gr.: Guznian — Goodman — Buen homlire Juzgo — Judi - co Ozgo — Audio — oigo Es pues probable que estos verbos llamados incoativos, se formen así: tema + d + S'o vel co; es decir, que al tema se le hayan agregado dos partículas de fleccion verbal, que corresponden al inglés do, liago ó estoy en, y go, voy. El Godo precisamente usaba la foi'ma tmi-ian, do, auxiliar de verbo, que fácilmente se sincoparía en dg o de. Verbos como padecer no deben su forma incoativa al Latin, porque este dice patior y nada más: empero se comprende lo que hizo el Godo: Tomó el infinitivo pati degenerado en pade, le agregó el d{o) y el go vel co, y saüó padedco = padezco. Este uso de la d sola se advierte aun en el Latin, en que ver- bos como tundo, pendo, hacen tunsum y pensum, cuya d no es orgánica^ sino recurso accidental de fleccion. Pero más: el mismo conozco, que tan á Latin suena, acaso no lo sea. Foerster dá el perfecto eomivo ó conugo, como si la voz fuese compuesta de con y haber y no se puede prescindir de las formas. Inglesa, Knoio, y Mesogoda, Kunnan, «conocer», y Kann-ynn «hacer conocer», todas procedentes de la raíz gnd ó gan. Nosotros con nuestro seseo falseamos la fonología española, pero el Castellano al usar la c nos encamina hacia la d suaví- sima de esta lengua. Como se verá en la mayor parte de los ejemplos, la c no puede ser orgánica, es simple partícula de fleccion, y no se puede negar que la c ante e 6 i en castellano sea una t 6 d degenerada. Tomemos otro ejemplo : ofrezco. Sin duda será del Latin offerre; pero es el caso que aun en el Anglo-Sajon se encuen- tra el verbo offrian, así que el tema ofr ú offr, le cuadraba al oído teutónico, y así como el Anglo-Sajon le arrimaba ia = co, el Godo le arrimaría dco, aumentándole esa d que hace el in- coativo de un verbo causativo. — 208 — Convensri que no puedo citar ejemplos de e.sto, pero tam- ¡)Oco pudieron los filólogos alemanes hacer esta ecuación sin pruebas: Z \-eI C = S a(|uello puede resultar ciei'to como lo es verosímil, esto es, un puro aserto lanzado al acaso. Hasta a(jui solo me he ocupado en la x, ó mejor escrito c de crezco, etc., y falta ahora que ti-atar de la partícula tinal co, que no trepido en colocar en la misma falange con el go de tengo, pues una y otra partícula son caducas, y de ninguna manera orgánicas en el tema radical de cada verbo. De esto se deduce que en la tleccion crc.co, creces, etc., la c de segunda persona es la í; ó p de primera. Como el go en tengo, 2)ongo, vengo el co en crezco, obedezco, etc., solo se halla en la primera persona del presente de indi- cativo, singular, y en todas las personas del presente del sub- juntivo en ambos números. l']ste singularísimo recurso gramatical puede comparai-se con este otro del Anglo-Sajon: luf-ian — amar. Indicativo - - Presente Síd guiar Plural 1. Lufige 2. Lufia 2_ Lufást 3. Luíüd 3. Subjuntivo — Presente 1. 2. 3. 2. ■ Lufige 2. > Lufi^'cn 3. Tomemos otro ejemplo, esta vez del Frison viejo, primo muy inmediato, como el Anglo-Sajon, del Meso-Godo. Es el verbo débil salvja, salvar, que arrima el ya auxiliar. Indicativo — Presente Singular 1. Salvye 2. Salvast 3. Salvath Plural 2. '. Salvvath 3.^ ' 2G9 Subjuntivo — Presente 1.) 1.) 2. Snlvve 2. 3. ) ' 3. ) La annlogia de este ejemplo con el anterior es bastante com- pleta, y se salle que los [ilurales siempre son algo más anó- malos que los singulares. Pero falta lo mejor todavía. Skeat en su Gramática Meso- Goda. hablando de los verbos dcl.)iles en ya dice lo siguiente: « Una excepción particular es digna de ser notada. Ciertos « verbos en yan como sok-iaii, «buscar», se apartan de la re- <( gla dada en la segunda y tercera personas del singular y (( segunda del plural, en el presente de indicativo, y en la se- « gunda de ambos números en el imperativo. En lugar de i '( usan e en estas personas. Así, pues, el presente de indica- » tivo de solc-ian, es: SJDgular Plural 1. Sok-ia 1. Sok-iam 2. Sok-eis 2. Sok-eith 3. Sok-eith 3. Sok-iand Subjuntivo 1. Sok-ian 1. Sok-iaima 2. Sok-iais 2. Sok-iaith 3. Sok-iai 3. Sok-iaina Estos ejemplos son sacados de dos lenguas fósiles, la Goda de 400 A. D., la Anglo-Sajona digamos de 1000 A. D., y de una arcaica, la Frisona, pero que aun se habla. La historia, pues, del recurso gramatical este, es bien completa, y si lo encontramos en el Castellano ¿qué razón hay para no empa- rentarlo con sus congéneres de abolengo teutónico? La única ([ue yo hallo es la idea preconcebida que domina á todo el que aborda el estudio de nuestra lengua. Compárese este ejemplo con a([uellos, y dígase si no se imponen las analogías: Indicativo - - Presente Singular Plural 1. Pade-c-c-0 L Pade-c-e-mos 2 Pade-c-e-s 2. Pade-c-e-des 3. Pade-c-e(t,) 3. Pade-c-e-n(t) Subjuntivo — Presente i. Pnde-c-C-a 2. Pade-c-C-as 3. Pade-e-C-a(t) 1. Pade-c-C-amos 2. Padi;-c-C-ais 3. Pade-é-C-an(t) La degeneración C > G > Y es notorio, y verbos como ju\(jo. nos enseñan la confusión que existe entre c y g en estas comliinaciones. Foerster nos dá un ejemplo aun mas satisfac- torio : oxga ú u\cu — oiga oxgo ú oxeo — oigo La degeneración de g en y se advierl;e en ley de lex, legis ; rey de rcx, regis: grey de grex, gregis, etc. Esta mudanza no se limita ;d paso del Latin al Romance, pues el Berlinés y otros dicen : Yud Yod Yeb por Gud God Geb De lo diclio resulta que los verbos incoativos en xco del Es- pañol pueden no ser idénticos con los que acaban en seo del Latin, y son una clase más que tiene que agregarse á la se- gunda y tercera conjugación, porque así como tenemos vaxco, naces de nacer, tenemos también hixco, luces de lucir. De estos conducir y sus afines pertenecen al grupo de \'erbos fuertes ó graves. Esta clase quedará definida asi: Verbos incoativos que se valen de la combinación xc en los tiempos presentes, primera persona en singular de indicativo, y todas en ambos números de suljjuntivo. La Gramática de la Academia dice « que toman una x antes « de la c radical en algunos tiempos y personas » ; pero esto no es muy exacto, pues la c no es radical en conocer, padecer. etc. La verdad es que la « = {■ es constante, mientras que la c á lo que se vé, es la partícula intrusa. Asir se dice que hace asgo, mas como Foerster dá también la forma ctxgo, está claro que es una s por f, y cjue en nada se diferencia de los verbos incoativos sino en degeneración ortográfica, cosa muy usual en todas las lenguas. RAER ROER Estos son verbos curiosos, porque la misma Academia no establece su fleccion definitiva. Baigo, raes. Rayo, raes, etc.; lioigo, roes. Boyo, roes, etc., son lormas que corresponden á — 271 — !a clase quinta, tiiio caigo, caes: letra epentética en primera de presente en indicativo y en todas seis personas de subjuntivo. TAÑER — MULLIR Por lo que respecta á tañer y midlir y sus irregularidades, dice la Academia que ellas se originan « de no prestarse en (( nuestra lengua la II ni la ñ á ])rcceder á los diptongos io, ie, « formando sílaba con ellos»; pero no nos explica el por qué de esta cosa. La ñ ya en sí es iiy y la //, ///, de suerte que si fuésemos Catalanes y no Castellanos, escribiríamos: Tan-)o Tan-yernos Tan-yes Tan-yeis Tan-ye Tan-yen Tan-yo Tan-yera, etc. y así: Muí - yo, etc. Estos son ejemplos completos de la conjugación por y que corresponden á otra sub-clase de las conjugaciones segunda y tercera á que aplicaremos el número 6. Estos verbos como engañar, mellar, pertenecen ú la sexta clase en que la ye causativa es constante en todos modos y tiempos. PEDIR — reír — REÑIR Verbos como ijedir, rcir, reñir, etc., al producirse la metá- tesis, en lugar de formar el diptongo ie, se asimilan las dos vocales en una i acentuada, por alguna ley que se me escapa ; pero la variedad en el lanlaid es una de las especialidades de estos idiomas. Muy bien puede ser porque van seguidas de una d y ñ, pues rio la tiene oculta. A veces las lenguas incons- cientemente adoptan formas anómalas para evitar anfibologías y esto puede liaber sucedido aquí : la verdad es que ])edamos, reamos, ceñamos, sentamos, etc., podrían dar lugar á confu- siones. No es posible en un trabajo como este distinguir perfec- tamente entre los cambios simpáticos de vocales, y las metá- tesis umláuticas con sus correspondientes degeneracione abláu- ticas ; pero lo dicbo basta para proporcionar pistas que nos saquen del caos de irregularidades á clasificaciones tan exac- tas, si bien variadas, como esas de las demás lenguas teutij- ni(;as. — 272 — VALER — SALIR — CAER — TRAER — VENIR — TENER — PONER Los verbos valgo, salgo, caigo, traigo, vengo, tengo, pongo, se reducen á la clase de a(|uellos que usan la g como recurso gramatical en la primera de singular, presente de indicativo, y todas las |)ersonas del presente de subjuntivo: desde luego, en cuanto á giro fleccional, pueden agregarse á los incoativos en xco, si bien vengo y tengo sufren una metátesis de la g mu- dada en i, que los liga con verbos de la clase entender y cernir. Los tres primeros son verbos débiles, con perfectos agudos, los cuatro últimos fuertes, con perfectos graves. La irregularidad del futuro es curiosa, pero según yo creo, no pasa de ser un recurso eufónico. Así como omne al degene- rar en omre llamó á si una h epentética é hizo hom-b-re, así teneré al volverse tenré, no tuvo mas remedio que intercalar su d haciendo ten-d-ré. Estas epéntesis de b y d por causa de eufonía, son bien conocidas en la filología. El arcaísmo temé, porné, etc., parece que responden i'i metátesis del género de Garhiel por Gabriel, ¡mrde por padre, etc. Estos verbos corresponden á la clase sexta, si bien venir y tener por la mudanza umláutica afectan la fleccion de segunda también. Conviene comparar las formas portuguesas paño, teño, sin dejarse engañar por la h de la ortografía de ese idioma. HABER — CABER — SABER Estos tres son verbos fuertes de la segunda conjugación, pero que se valen de una fleccion á primera vista de todo punto anómala. Los temas radicales son habe, cabe y sabe, que al sincoparse en he, qué, sé, siguen cánones I)ien conocidos de fonología ro- mance : cabe > (*) ca'e 'y cce 'y (pAé, etc. En los casos de lie y sé se producía una voz libre de toda confusión poripie hay (|uo saber que el reflexivo se no es muy viejo, y que más bien se usaba antiguamente en su forma ye y je; pero qué se hallaba en diferente caso, y se exponía á confusión con el relativo que. ¿Qué hizo, pues, el Castellano? se buscó una ¡lartícula análoga á do y go, to y co, que lo sei'ía *) El signo > equivale ;i resulta en. — 273 — un po, y so la ai'rimó á sus présenles en la forma acostum- brada, á saber, primera persona en singular de indicativo, y todas en subjuntivo. Esta particularidad debe tenerse en cuenta, porque en reali- dad \i\ ;d fondo de la cuestión, y por lo menos es punto para discutido muy seriamente. Asi como estos tres verbos se vinculan en cuanto á la sin- copacion de abe en e, no sucede lo mismo ¡nir lo cfue respecta á la partícula de C|ue se vale hnbcr en el subjuntivo, porque la forma haya apunta en dirección ;i un tema combinado con y ó sea '/ consonante. En Catamarca aun se oye liey como también ni/doy, [lero más seguro es x\nglo-Sajon hccbbnn, en que la segunda b está por y y bace sospechar que baya existido una forma haby. La degeneración abláutica que resulta en esto a > o > u es de abolengo teutónico propia de vei'bos fuertes, ó sea con perfectos graves. Por lo que respecta á la p intrusa, no creo que sea dege- neración de la b, sino más bien sustitución, así como en An- glo-Sajon hcebbe es por hcebyc. l'lsta segunda b que desaparece en el perfecto ha;fde, debe representar la p de quepo y sepa. Basta ver la fleccion completa para hacerse cargo de la analo- gía que puede existir. Habban — liabcr Indicativo Subjuntivo 1. Haebbe 1, 2, 3. Habbe 2. Hafast vel Hcebbe 3. Hafath Pluial Plural 1. 2. 3. Habbat vel 1. 2. 3. Habbon reí Halialh Habban Este no es un verbo aislado, pues lybbeii, vivir, sigue la misma regla, ^'éase Rask. Gram. A. S. Lo curioso es que en el singular el Anglo-Sajon dobla la h donde el Español coloca la p; los plurales siempre son más variados y se notan diferencias de consideración entre dialec- tos reconocidamente hermanos, por ejemplo, el Anglo-Sajon usa una forma común á las tres personas, el Godo distingue entre las tres, como el Latin y el Español. Pues bien, ya hemos averiguado que un dialecto del bajo Alemán usa el mecanismo fleccional b en primera de singular indicativo, y primera, segunda y tercera personas subjuntivo. — 274 — precisamente donde el Es])oriol intercala su p,- más como la p medial del idioma viejo degenera en b, como en cabe de ccqrin. por comi)ensacion ó viee-versa b degenera en ¡r. por eso el Alemán llama á la baranda paranta y á la parranda bamnta. Esta es, pues, la explicación que me doy del quepo, quepa, sepa, etc. Las raíces cab, sab, pasaron á ser : caebbe > (juepo, quepa saelibe > se(po), sepa, por desaparición de una b y endurecimiento de ¡a otra. La p medial Latina tiene que mudarse en b, así que no puede citarse como abolengo de nuestra p; y la caducidad de esa b radical está más que comprobada en las sincopaciones he, sé y que(po). El filólogo español tiene que reconocer que la p medial del Latin se vuelve b : esta es la regla, y el omis probayidi será del que pretenda establecer la excepción de una interequivalencia de p con p medial en ambas lenguas. Esta explicación se ajusta al genio de la fleccion verbal castellana, que arrima una partícula auxiliar á la primera per- sona singular del presente de indicativo, y á todas del mismo tiempo del subjuntivo. Que se busque y pruebe otra explica- ción más verosímil, y yo seré el primero en aclamarla; pero las que tenemos hasta ahora nos lanzan en el mar de los ca- prichos, sin norte ni brújula, porque en vano buscaremos estas cosas en la Gramática Latina, que si alguna vez pecó con la misma regla se arrepintió de ello antes de escribirse la litera- tura que ha llegado hasta nuestros días. El verbo haber hoy se conjuga de un modo, pero el idioma vulgar en España y América conserva la forma aícja, a'fgas, etc., que por analogía debió proceder de un aigo sincopado en ey como dogo en doy. El ay impersonal parece ser una reliquia mas de esta fleccion moribunda. La h de haber es más bien un recurso de ortografía moderna; punto este que debe estudiarse seriamente. El Español viejo al conjugar así: i'cproducia el Anglo-Sajon lufige — lutást — lufátli : la t y th tíñales sufren apócope en Español. DOY — SOY — VOY — ANDOY «Doy, toma este verbo por irregularidad up'' ¿/". 'ü'-'e la Academia. ¿Será esto así? Imposible. La fonología castellana exige (jue donde encontremos una // final sustituyamos una g ó c para llegar a conocer el abolengo del tema de que se trata; de suerte (jup los tres pi-imeros verbos deberán escribirse así: Dog jxjr Doy, Sog l'cr Soi/, Yo^ por Voy. Esto me lo había sospechado tiempo ha, pero buscaba alguna prueba que oponer al 'i'allo de irregularidad aplicado por la Academia, hoy la tengO y creo que es concluyeme. Dialecto Veneciano 3I¡ doy, Yo doy, „ ' Catalán v Ir,, ,. ,- , . •■ ¿iOCll. 10 sov, , \ alenciano \ )) 1 Catalán Vaig, Yo voy. Nadie puede ne,£íE"' ^li-ie los Godos penetraron en ambos países, desde lyego la pri'eba étnico-histórica hace en favor de la hi- pótesis. En esta forma el abolengo de doy y voy se está brindando: doy no es más qv^e la raíz teutónica tak, tok, que dice dar; y vog del teutónico* ^'^'^dí icay, camino, todos del Sánscrito valia, camino, é íntimfJiriei^^e ligado con el teutónico yo, ir, en razón de la mudanza l-V^^ de rascones hizo gascones, y de warden, yuar- diaii, etc. La verdad -^^s que son temas teutónicos modificados en su fieccion por Ir-'S influencias latinizantes; compárense I i. Lufige, Voy, Doy, 2. Lufást, Vas, Das, 3. Lufáth, Va, Da, Y se verá que tenemos analogía de giro gramatical. Las demás irregularidades son curiosas, pero necesitan un estudio especial; ir no está tan lejos de yo como parece, por (|ue un yir nos daría la g que buscamos. En tvenf, «fui», del in- glés tenemos la /' en la ic, y siempre tropezamos con la sospecha de un fuúk, hidde. — 276 — Soy es un verbo más difícil y pi'efiero trntnr de él en nn arficulo por sepnrado. El niisnio Foei'ster da sovc, son'sf, soro vel siivo como el ¡perfecto. V.veo (\uc no esté probado que soij sea la misma palabra que sum, y esto es lo único que sentaré aquí. La forma catalana socli tiene de explicarse como también la posibilidad de c/ue soy sea una degeneración de un tema haity, raíz emparentada con el auxiliar haby, halg ó harg. «Andoy» se dice en Catamarco, puede ser un amei-icanismo, pero puede también ser ui; fósil lingüistico introrlucido por los primitivos pobladores españoles. Por lo demás es un verlx) fuerte de la 1" conjugación. La palabra andar en sí se lia burlado de los mejores filó- logos, entre ellos de Liltre, y no saría propio entrar á discu- tirla en este estudio; pero me permiito sugerir la hipótesis de que el an sea la palabra en en sen alleK En este coso la d seria una letra epentética introducida, como U\,„'.en tendré iior eufonía i >quu ^ un andoy por anvoy. El Catalán dice : \is 2}>'0o 1 inte yo tu ell me n te'n se' n vaig, vas, va . Este verbo que hace infinitivo aiiar, en eu perfecto, toma la forma ani, añares, ana, etc. Se vino hacia mi es, se'n vinguv cap (i mi; se fué es, se'n va anar. IR HABER Estos dos verbos se presentan bajo dos asf.iectos contradic- torios. Por su terminación de infinitivo son de |2^ y 3^ conjuga- ción, pero sus excentricidades de fleccion no se\ ajustan á esto. Voy, vas, va, iba son de I'' y lo mismo he, has, ha, han. Esta anomalía es inexplical>le si nos atenemos á las 'analogías La- tinas, pero no lo es así si Imscamos en el Frison y otras len- guas del mismo abolengo : salvjc, salvast, salvath, hacen ver como el je de l'^ perst)na puede jiasar á nu ast, ath de 2*\' 3*. (1) La verdad es que ir parece ser un \'erbo defectivo; pero voy y sus tiempos análogos se derivan de un tema gó ( como "\'as- cones de Gascones) intimamente emparentado con el ingl'.és way, y alemán iveg. En Angio-Sajon yo voy es, ic ga y el im- perativo es gd. En Frison, el tema es gu-n-ga (;on n epéntica. (1) Este párrafo se ha escrito después de terminado este articulo. En Meso-Godo este vei'lio es f/oggan con pasado en iddija y una vez (jaygida. En Cotamorca se dice vulgarmente ¡jir,\o que puede ser otm fósil del idioma viejo. El iddya Gótico nos explica las formas ir, iré, ido, etc. El imperati\'o re es puro teutónico y responde á un ge, go ó ga. ERRAR — ERGUIR Estos dos verbos corresponden á la primera y tercera con- jugaciones respectivamente del tipo acertar y cernir. Las formas Tjerro y gcrgo deben su // á recurso de ortografía, pues la tal ye no pasa de ser una / consonante, desde luego nada tienen estos verbos que pueda eliminarlos de la clase que hace dijitongos cu ic. Hoy la / griega está desterrada del alfa- beto español, pues solo corresjiondía á voces del W\)0 Crisólogo etc., cuya i es una verdadera y griega, ó sea u francesa. Ha sucedido con estos verbos lo (|ue con aquellos en ñ, que nos hemos dejado engañar con una letra (¡ue no es niuguna. sino un sonido combinado (¡ue se escribe con n y el signo cir- cunflejo encima, que indica sincopacion. Hasta aquí los dos verbos se ajustan i'i una sola regla, pero el segundo erguir se destaca solo como ejemplo típico y de la mayor importancia. La Academia ha estampado las dos formas irgo, yergo, irya, yerga, etc. y en ellas yace el secreto de conju- gaciones como pedir, indo, etc. Aquí se ve como el antiguo es- pañol podía optar entre las dos formas umJáuiicas ie vel 1. El tiempo y mayor estudio acaso nos indique el canon que rige á estas diferencias en la duplicación de la vocal acentuada del tema en los presentes de indicativo y sulijuntivo: no sería extraño rjue algo tuviesen c|ue ver con la d y r letras con in- terparentesco muy conocido de los filólogos. Por lo jironto, pues, ya sabemos que la i acentuada en pzV?o etc., es modificación del diptongo ie en cierno y su prueba la proporciona el verbo irgo = yergo. Conviene pues dividir los verbos que uiiilaufan así en división por separado digamos -i^- clase. DECIR — HACER Estos verbos merecen una especial mención, porque si bien aquel en su uvilaut ó diptongación por metátesis se ajusta al tipo de pedir y seguir, tiene su irregularidad aparte que á algo responde. — 278 — Seguir hace sigo, sigues, etc. Decir de digo, dices, etc. La Academia expone lo que hace decir en su fleccion, pero nada oxpHca acerca del modus operandi y mientras tanto el es- tudiante pregunta ¿,[ior qui" decir hace digo, dices y seguir, sigo, sigues "! ¿quemas tiene la una g que la otra para que nos lance en esta anomalía? Monlau quiei'e que seguir sea un infinitivo bárbaro por sequé seguir», sin probarnos como la q latina pudo volverse g, cuando i'i la vista está que coquo hizo cueco, cueces, es decir que la q se volvió c y no g. Liquor d;'i licor; verdad es que aequus liace igual. Torqueo hace torcer, etc. Todo esto debe explicarse. Yo más bien creo que seguir viene del A'erbo gótico salean emparentado con el inglés seck (sik), «buscar» que se ajusta al fonetismo español que ablanda la k medial en g: la degenera- ción de la a en i (ablaut) va ya iniciada en el ejemplo inglés. Seguir pues es un verbo de abolengo teutónico y sigue una regla, decir lo es de latino y se ajusta á otra; pero aun así creo yo que tal vez responda á otra de las regias (|ue he dado, pues sospecho que su tema primitivo haya sido diego con refuerzo de la gutural, recurso conocido entre los verbos teutó- nicos. El imperativo di nos dá un tema puro y que también pudo servir para formar digo que, como sé, restauraría las formas latinas con el umlaut correspondiente en las otras personas del mismo tiempo. En el subjuntivo se reproduce la g epentética como la p en quepa, etc. Está pues claro que digo es otro de esos verbos cuyo meca- nismo es este: Letra epentética en las siguientes personas. En 1^ del singular, en presente de indicativo. En todas, del presente de subjuntivo. Este verbo deberá clasificarse como fuerte de la 3^ conju- gación, y clase \a\ío erguir, en cuanto al umlaut, y upo 2}rodu.\co en cuanto al aumento epentético. El verbo que mejor explica decir es hacer, pues sus excen- tricidades son de análogo género, que con sus infinitivos viejos (A. D. 1250) facier y faxier parece que encierran una forma faxgo, etc. Decir se escribía también decer, dixer, dixir. Hacer es también verbo fuerte de 2^ conjugación y su clase la de decir. Sin duda la tendencia á degeneración en la f y la consiguiente confusión posible con a\go de asir, introdujo la supresión de la z en fa:go, faxga, etc. PLACER — YACER — ASIR Estos tres verbos son an-'tlogos á los anteriores decir \ hacer, solo que usando de xc/ donde estos se limitan á la g. Su clasi- ficación corresponde á los verbos del tipo conozco, produxco, con g en reemplazo de c. En cuanto á grupo el primero es fuerte, éstos débiles. En cuanto á Asir Monlau cita á Diez quien dice que en es- pañol viejo se escribía Axir. Uno y otro quieren que Asir venga del Latín napiscire^ov apiscor» y asi será porque ellos lo dicen, pero esto no pasa de ser una etimología por el estilo de París = Lutecia. Ea verdad es que la x- puede representar la degeneración de una d ó t que hiere una e ó i. desde luego axffo podría deri- varse de un abolengo ades, ari'emeto que en forma reflexiva en (jue lo usamos puede querer decir me acojo á. Más ¡irudente sería por ahora decir que este verbo es de derivación oscura sin olvidar que está el verbo inglés seixe, «apoderarse de», que parece tener parentesco con el francés, saisir, forma que equivale al bajo latin sadré y al Alemán viejo saxjan. Una vez explicada la desaparición de la 5 inicial esta derivación se impondría, y es cosa que no la creo difícil, porque la s inicial es muchas veces posliza y responde á una partícula degenerada. Sea de ello lo que fuere, el punto, en cuanto á ñeccion, no admite de duda, y eso es lo que por ahora nos importa. Yacer con su yaxco, yaxgo ó yago, etc. nos pone de manifiesto la confusión que aveces se dejaba sentir entre lastres formas; y es racional suponer que respondiesen á diferencias dialécticas. Placer con sus variantes plega, plegué, plaxca, nos es igual- mente útil. VER Verbo de la 2=* conjugación (jue hoy se usa en forma sin- copada. Merece ser estudiado en los manuscritos mas antiguos junto con seer, porque en uno y otro tema falta la d de origen. La fleccion de ver según parece fué antes — tú, vees, él vee, ellos veen, tú veis, él vei, ellos vein, como si se tratase de un tema vcdyo. — 280 — CAER TRAER Estos dos verljos con sus formas caigo, caes, caiga, etc., traigo, traes, traiga, son regulares, de su grupo y clase. La e de abo- lengo al herir la g se muda en i. Por lo demás siguen la regla de digo, dices, valgo, rales, salgo, sales, cu cuanto á la g epen- tética. La Gramática de la Academia nos dá este dato histórico : Uso antiguo IMüderuo Cayo — Caigo. Gaya — Caiga. Oyó — Oigo. Oya — Oiga. Trayo — Traigo. Tra\a — Traiga. Mdo — • Valgo. Va la — Valga. Dormió por Durmió. Morió por Murió, etc., etc Estos .dos son ejemi)los de degeneración de la vocal orgá- nica en el uso moderno, á la par de copo por cupo, etc. ÍMi Catamarca es muy común oír decir cagcr, tragcr, etc. HUIR Este verbo corresponde i'i la clase que comiO reñir y contri- huir, conservan la y causativa en todos tiempos, modos y per- sonas, pero es digno de especial mención por la fleccion de él que aun sobrevive en Catamarca. Aquí con generalidad se oye: Húigo, Huyes, Huye, Huyimos, Huy'is, Huyen, Huyía, Hayí, Haiga, etc. En tal estado el verbo corresponde á mi 5^ clase. — 281 — RESUMEN Hasta aíiLií se ha probado que el verbo Esitañol se subdi- vide en Grupos, Conjugaciones y Clases. Los Gru]ios son dos : el primero de los verbos Fuertes, el segundo de los Débiles, determinados ambos por su prosodia. VA primero ó fuerte, se distingue i)or la forma grave de sus pretéritos perfectos en primera y tercera pei'sonas del singular y tercera del plural. La vocal radical del lema sufre degenera- ción abláutica, es decir, (jue adelanta un grado ó dos en la morbosidad de su sonido. El segundo ó débil, hace perfectos agudos, sin degradar su vocal orgánica. Esta división en Fuertes y Débiles, es un mecanismo gra- matical eminentemente teutónico. El existe ó no, pero sí re- sulta que sí habrá que confesar que es de abolongo teutónico y no latino. * Las Conjugaciones son tres, y se determinan por l.i vocal que precede á la r final del infinitivo. l,os tei'minados en ar son de i)rimera. Los terminados en er son de segunda. Los terminados en ir son de tercera. Las apai'iencias hacen en favor del abolengo latino, pero las apariencias engañan á veces, y en filología como en todas las ciencias. Lucere, dicere, etc., que hacen Inrir, decir, obliga á una comparación con la tendencia alemana de acabar sus vei'bos modernos en iren. Clase es la subdivisión de las Conjugaciones, sean del Grupo que fueren. Ellas son varias, i)ero por alioi-a me limi- taré á dar las que más resaltan, por(|ue este es un estudio y no un trabajo. completo. Las clases se determinan según la forma con ipi(> se pré- senla 1,1 primera persona de singular en el presente de indi- — 282 — calivo, con relación en algunas i'i la forma de la soyunda per- sona del mismo. 1* Ckise — l'lsta toma el tema primitivo \ le arrima la ai'li- culacion personal sin más cambio. 2'' Clase — En esta hay metátesis de una Tp temática i|ue pro- duce duplicacinn iinihUitica de la vocal acentuada en la raíz del vei'lio. Mediante este umlaiil y la degeneración del diptongo (|ue resulta, ó sea ahlaut, la vocal acentuada i-adical queda mu- dada en if y su fór-mula sería esta : Consonante -f ic -\- consonante -f terminación pei'sonal. Si falta la consonante inicial i se ti'ueca en y, es decir que se acentúa su valor de consonante. Ex. gr.: de errar uerro, de erguir ycryo. 3" Clase — Esta sustituye la ie con tie, y por lo demás pro- cede como la segunda. La falta de consonante inicial se suple en este caso con otro recurso teutónico — Ex. gr.: de oler, Imelo. Este sonido hue no es niiis (|ue una e con lo u consonante, ó sea la w inglesa. En lengua vulgar se oye y dice güe. 4* Clase — En esta el diptongo ei de la segunda parece que sufi'e sincopacion en i, como de pedir pido, de erguir irgo. Este último ejemplo con su variante yergo, nos enseña que se tr.ata más bien de una diferencia dialéctica. S'' Clase — A esta corresponden todos aquellos verbos que en la primera persona intercalan una letra epentética entre el tema vei-bal y la desinencia personal, este que es recurso limi- tado á la primera pei-sona en el indicativo, afecta á todas en el subjuntivo. Digamos que esta letra es x, la fórmula en las personas consabidas será: Tema verbal -{- x -\- articulación personal. La X podrá ser c, p, g, //. Ü-' Clase — Verbos con u, II ó terminados en iiir que con- servan la y causativa en todos modos, tiempos y personas, como vocal cuando la sigue una consonante, como consonante cuando hiei'e una vocal. En estas cinco últimas clases resalta el abolengo tcuti'mico: solo una lengua Goda, ^'and;'dica, Sueva, ]»udo abundaí- así en mecanismos y fonologías de esta naturaleza. Estos giros son ágenos ¡i la lengua Latina, pero su regularidad se esta- blece desde el momento en (|ue busquemos analogías leutcmicas y escandinavas, pi-eviniéndose que muy mal haremos de hacer caso omiso de las eslavas. — 283 — Esta, ií grandes rasgos, es la verrladei'a clasificación de las conjugaciones españolas. Dejo de lado algunas irregularidades y excepciones, ])()i-([ue este no es un Iralado completo del verbo; pero si he logrado convencer que algo más hay en nuestra hermosa lengua (|ue i-edrojos latinos, l)astará para que se haga la lu/ donde hoy todo es tinieblas, y entonces no se escapará rincón ni anomalía ([ue no se someta al criterio de hombres imbuidos en los principios de la verdadera gram.itica castellana, pni'(]ue no se puede llamar gramiUica castellana aquella que elimina todo lo más característico de ella, en razón de que no se ajusta al «Nebrija» y á sus reglas de sam, es, fui. No es aquí el lugar de tratar del Nombre, pero como esta- mos discutiendo el wnlaiit \ ablaut españoles, si ellos existen como creo liabcrlo pnibadó en los verbos, deben halhu'se tam- bién en los nombres: Ex. í;i-.: Piedra de Petra Hueso » Os Huevo » Oiiim Cierto » Ccrtum tluei-do » Cor Cuerpo )) Córjuis Anyello Casticlio Dialecto Leones Poquiello Yei-mo de Eremns Yerro » Error Bueno )) Bu 11 lis Todos estos son buenos ejemplos del uinlnnt. Ejemplos de ablaiit ó degeneración, serian: Floccns Frons Fleco de Frente )) Culebra » Coluber Ex. Diez. Coz de calx y otro de aller, responden á sincopacion de al = au = o Por qué esta I se muda en II, nadie ha explicado hasta aquí. En mi concepto, es electo de sustitución: la partícula demostrativa / equivale á la otra o vel n, y de ello resulla la ecuación al = au. — 284 — Toda vo/ qiiH so adoptase se trataría ;d estilo in!j,l(''s, ha- ciendo ternas análop,-os á prettij, hojuij/, fi/ttj, mcriij. irl/rn-¡/, jerry, jury, etc., por ejemplo, certum, se adoiitaría en su Ibi-ma radical coi, de ccrt se liaría ccrty y de éste ciert, á f|ue se a^reíiaría la terminación o cai-acterística del castellano. La forma liointij est;i llamando 1m oIim Imcn, y (|uien sabe si jyretUj no tiene algo (|uc ver con prieto, aunque aquel vocablo dice bonito y este negro. VOZ V\ Castellano tiene \(;i/, activa y [lasivii; ex. gi".: amo y .so/y amado. — La voz activa podrá ó no derivarse del Latin, pei'o la pasiva nunca deijió proceder de tal aljolengo. Yo soy amado, I ' am lo ved. Je suis aimé AMOR ¿En cui'd dirección apuntan las analogías? La contestaciou se impone: yo soy amado es un giro á todas luces tcut(')nico, y el i'esto de la conjugación responde al mismo lii>o. La IVirmula teutónica es : Pronombre personal + Verijo sustantivo + participiíi fie pa- sado del verbo que se conjuga. El mecanismo latino es otro. El filólogo español del porvenir, hasta pondrá en duda si el participio amado se deriva del Latin amaliis; porque la d en ¡oved hace sospechar que la misma letra en amado proceda también ilo teuti')nico abolengo. MODOS El Español como el Teutcinico y el Latin, tiene los modos Indicativo, Imperativo, Subjuntivo, Infinitivo y Participio, de.sde luego tan puede remontarse á un aljolengo latino como á otro teuti'mico; es cuanto puede decirse acerca de este punto. TIEMPOS Los tiem|)Os se hallan colocados en muy distinto terreno, pues el Castellano rivaliza con el Latin en la abundancia y — 285 — coniplieaciuii de ellus. iiiÍlmiIims (|U(' el Teuttniieo solo tenía presente y pnsado de imiieativo y subjuntivo, presente de ini- pei-ali\"o. inliaili\'os y parlii-ipins. Aquí justamente es diuide se irnta la mezcla de gramáticas cu Castellano. INDlCAI'l VO PRESENTE JMi los verbos regulares, este tiempo pudría i-epularse latino, pero UM así los llamados irregulares que son eminentemente Iculiuiiros, como ya se ha dcmosti-ado : amo será Latin, pero oiijo no ha podido serlo. iMPERFECrO Afjuí encontramos dos formas, una en ha. otra en ia; de la pi'imera. el oído y vista dicen que es latina ; un estudio más detenido acaso demuestre otra cosa; pero de la segunda ¿(|ué podrá asegui-arse? Foerster quiere fjue sea poi- iba, i[h)a, pei'o falta la prueba histórica. Kn contra de esta hipótesis están las formas anticuadas de em, yia y ycra, y como un imperfecto puede formarse de un i)i-esente con el imperfecto del verbo sustantivo, como en Inglés I was lovhuj, se concibe que de una raíz jjccl se podía hacer j^ed-ia. Siguiendo esta analogía es que .sos])echo que el ba en amaba no sea más que el iras inglés sin la s. No ignoro que iba es un cjem[)lo de lleccion latina en un verbo de tercera conjugación ; pero las anomalías de este verbo en los más de los idiomas europeos, lo ponen fuera de com- bate como ejemplo típico de fleccion temporal en alguno de ellos. Finalmente, se ha probado al tratar de este verbo, (|ue ir es vei'bo de la primera conjugación, por mucho que su infini- tivo diga otra cosa; así que la excepción resulta no ser nin- guna. En cual(]uier caso el imperfecto es tiempo latino y no teu- tónico, y debiera ajustarse ¡i estas y no á aquellas formas. El Francés se distancia aun más de la forma latina. 286 Pretérito perfecio El I'^sjpiiñiil us;i (liis foi'iniís, la ruoi'lc y la dúbil, t» sea la grave y la aianl'!. \''Á I.atin no hace esto: todas las termina- ciones de sus |>er['ectos son ■ de igual valor prosódico. Pude será ó no será potui. dije ¡lodrá ser dixi, pei'o la i linal en uno y olr'o caso es igual. VA G(^dii tenia verl)0s fuertes y eran mo- nosilábicos en el perfecto, de suerte que resultaban ser graves y algo más, porque cargaban el acento sobre la sílaba radical. Los verbos débiles o agudos cargan la voz sobre la sílaba advenediza del perfecto, cosa (|ue contraría el genio del idinma esj)añol, adicto á las palabras graves. Se des])rende pues que amé, etc., es forma sincopada, y como encontramos un he amado, se deduce que amé puede ser ainadc, aiitde, amé. Los ejemplos citados por Foerster, estido , calido, etc., lo cdui- ¡jruelian. Una vez admitida esta hipótesis, de lleno tienen (|ue confe- sarse (¡uo la d en l'^spañol como en Teutónico es caractei'ística de los ¡jerfectiis déíjiles. V.n mi concepto, los ejcmplns que cita Foerster no dejan lugar á duda, b'.l pasado es tiempo teutónico y encontramos analogía precisamente donde deberíamos encon- (rai'la. La forma cduqileja lie amado es eminentemenle teuti'mica, como se verá en el Frison, Inglés, etc. Pretérito i'luscuamperfecto Este es tiemjio compuestd. Habia «/«r/ffe cnri'esponde ;'i I liad loved y no á amarcram. El teutonisnn» dd ejemplo es|)añol está de manifiesto. Futuro 1" l']l Teutón carei'c úq futuro, el Caslcllano lainlii(Mi: a(piel idioma s(,' \;de de una fi-ase, este de otra : el liigh's flice I sliall love, el Español amare ó he de amar. Esta forma es la analítica de aquella, y nos en.seña cuál es el verdadero abolengo de la foi'ina nuestra. Amaré jam.is |)udo proceder de (iniar he, pori|ue en tal caso el acento se hubiese (¡uedado en amar. K\ l'lspañol rehuye las lerminaciones agudas, sobre todo en voces que acaban en vocal, pero cuando hallamos que esta véi acentuada estamos sabiendo que hubo pérdida de sílaba ó letra: ainar-c-de |)or regla del fo- — 287 — netisnio castellano puede liricer aiiiarc y amaras de, amarás, que do no ser la sincopacion (enía de sor amaras. ICsla explicación destituye toda analogía con un alico amare, supuesto, porijue la verdad es ipie la fuerza de futuro, vá en- cei-i'ada en la partícula de. Ni hr ni amar son futuros en nues- tra lciii;iia, j>ero una í/c con inlinilivn siempre expresa una idea de ;di;() (pie esli't por ser. V\ l'lspañol como sus denii'is pi'inios teutónicos careciendo de fiilurd. íiizo caso omiso del fiilnro hitimí que no comprendía y se fornii'i uno nuevo ;'i su modo teutónico. Futuro 2" Si amé es por amári, qué le costaba al Ivspañol hacer de amavero, amero, (> cualquiei' otra sincopacion. Pora expresar este pensamiento usamos el giro teutijnií'o hr de haber amado, que está bien distante de ser el Latin amarero, pues uno á otro se parecen como un lebrel á un elefante. Imperativo La distancia es muy corta del Latin al Godo: el Español pudo adherirse al uno y decir que era el otro. SUBJUNTH'O PRESENTE La semejanza entre el Esi>añol y el Latin es grande en al- gunas clases, pero también el Godo se inclina mucho al Latin, así que una pequeña modificación pudo candjiar una forma en oti'a. Ln los verbos de la 5'' clase el teutonismo de este tiempo está muy marcado. Un estudio de las formas Frisonas explica como el propio ame, ames, etc., puede reproducir una fleccion Teutónica. Imperfecto .si solo se tratase de los verbos de la primera conjugación, fácil sería derivar su abolengo del Latin, porque esta lengua nos enseña como la terminación arera puede sincoparse en ara; pero es el caso tpie furnias como debiera, debiese, siquiera, si- guiese, etc. requieren un original debenja, debesye, siguisije, que mediante metátesis umlaútica y asimilación de vocales podían — 288 — producir las formas modernas: serían formas arcaicas del \erbo ser a|)licadas al lema verbal: y las partículas »•?/« y sye podi'ían com|)ararsc con war y loas del Teutónico. l'",n Castellano viejo yie, ijitt, ijcra son formas e(|uivalentes, así que s/e y sia se cor- respondei'ían también y sia es lo mismo que sea. La tercei'a forma en ria i'esponde á otro mecanismo como se comprueba con frases como esta, amar vos- ia, en (|Uo se \t! que '/« es partícula aplicada al tema con r 11 nal. Esta termina- ción parece que se relaciona con la de Ins imperfectos y es parte del verbo sustantivo. Perfecto Este es un tiempo cominiesto con haija. y ol ¡¡articipio de pa- sado, si es que así debemos llamar este tema en d, desde luego no es como amaverii/i, una verdadera forma gramatical, sim'» un recurso sintáctico, l'jl giro es teutónico y no latino. PLUSCUAMPERrECTO Este es otro caso como el anterior. El giro sintáctico se re- duce á combinar el imperfecto de subjuntivo del verbo auxiliar haber con el participio de pasado ó sea adelantar un tiempo al anterior: esto no es una forma como aniarissein. y si no es ¿cómo puede derivarse del Latin? Futuro Formas como amare, debiere, siguiere, deben compararse con el inglés were, que nos da la terminación re. Werc es en rea- lidad un futuro en su significación. En latin diríamos (|ue ei-an imperfectos de este mismo modo á no ser el umktitt áo los dos últimos ejemplos; pero nn si' de donde so sacaría el 1'uliu-n análogo en Latin. Futuro compuesto Hubiere de amar, es sintaxis y no ñeccion de verbo: su orí- gen no puede ser latino. I N F I N 1 T n' O S PRESENTE Que escoger tenemos entre el Latin en re y el Teutíinico en an, en ó iit. La fnrm.i foral/o n n/ciieal/o es muy conucida; y como la / modci'na representa en nuiclios casos la i/ antigua. — 289 — como el por en, ella por ena: se concibe que el Español viejo pudo conjugar sus verbos con este tiempo acabado en n, deben, piden, etc. Una voz como orden es un fiSsii de es'os. Ord es pa- labra en escandinavo, orden el sustantivo que llamamos presente de infinitivo que hecho nuevo tema forma ordenar, que á su vez hace ordenamiento, etc. Pero quiero que sea forma Latina. Pasado Haber amado y amavisse en nada se parecen, no así aquel y este: to have loved: el mecanismo es idéntico. Futuro ¿Qué tienen en común haber de amar y ainaiaruui esse? Have to lave es un giro de idéntico valor sintáctico, si bien el ejemplo inglés no expresa exactamente el sentido del español: ambo son de futuro, pero este encierra algo más de obligación que aquel. Have to love sería tengo de amar. Futuro compuesto Haber de haber amado en su ])artícula de, como en el caso terior contiene la idea de futu Esta forma nada debe al Latin. s anterior contiene la idea de futuracion. Este de es el to inglés. PARTICIPIOS presente ¿A qué origen deben atribuirse nuestro amando, debieyído, siguiendo? Amans, debens, sequens no explican todas las dificul- tades, ¡jorque si bien fació hace faciens, esta i medial corres- ponde á la i del tema, no como en Castellano que resulta de ttmlaut. En Meso-Godo tenemos: Riun-ands corriendo. Lag-iands poniendo. Hab-ands habiendo. En Alemán se usa la terminación ende ; en Frisio, findand es «encontrando», en Anglo-Sajon se usa la terminación en ende y puede decirse, que la nd es característica de los partici- pios de presente en las lenguas teutónicas; no hay razón pues para atribuirle al Castellano un abolengo esclusivamente Latino. — 290 — La o final entiendo yo que es el demostrativo antiguo o, cuyo femenino es a, y que nada le debe á la ó de ablativo en Latin. I']l umlaut ó diptongación por metátesis de i en la 2^ y o" con- jugación responde á un tipo teutónico. Pasado El Latin carece de este participio en la voz activa, así que el Castellano salió á buscarlo en otra parte, y lo halló en for- mas teutónicas análogas al inglés loved, «amado», / have loved, «yo he amado». La d en ambos es característica de tiempo pa- sado, la o como se dijo antes es un demostrativo, ergo, pro- nombre de 3^ persona. Futuro Habiendo de amar y habiendo de liaber amado, dependen para su futuracion de la partícula de tan característica de este tiempo. ¿En qué se parecen estas dos formas al futuro latino en rus? El inglés se vale para ello de una frase, de suerte que este mecanismo es también sintáctico y no fleccional. Gerundio No quiero entrar á discutir esta parte del verbo porque no hallo esa analogía que algunos pretenden entre las formas La- tinas y Españolas, si hemos de estar al valor léxico de ellas. Gerundio seria en Latin el habendi en amor piara habendi, que en romance se expresaría asi: « La gana de tener más». ¿Por qué no se dijo teniendo y no tener, si estamos tan su- jetos al padrón latino? Creo que la contestación es — porque tener y no teniendo es el derivado verbal con fuerza gerundiva. Los ingleses usan el participio en ing antes ende, en este sentido; pero los gramáticos ingleses llaman á este derivado usado así iin infinitivo. Hemos llegado al fin de la fleccion temporal y hemos ha- llado que bien poco puede ser de abolengo latino dudoso, y mucho derivado de un origen cierto teutónico. Todo esto hace en fa^wor de la hipótesis que el alma de la Gramática Castellana es teu- tónica, por más que su vocabulario sea Latino, como que en mucha parte lo es. Un estudio prolijo y critico de los manuscritos más antiguos descubiertos y por descubrir, puede poner en limpio mucho de 291 — lo que aquí os mera sugestión; pero aun eliminándose esto, ([uedan pruebas palmarias de que no somos tan latinos como í^■e nos ha querido hacer tragar. Desinencia personal Las terminaciones que indican persona se limitan á cinco tipos principales: 1 1 — 0, 2 — s, 3 (t). Pl. 1 — mus, 2 — is, Z n (i). 2 1 — a. 2 — s, 3 (t). Pl. 1 — mus, 2 — is, 3 n (t). 3 1 — e ó i, 2 — ste, 3 0, i. Pl. 1 — mus. — steis. 3 ron. 4 1 - e, 2 — ás. 3 á (t). Pl. 1 — mus. 2 — eis, Z n (t). 5 i — e, 2 — es. 3e (t). Pl. 1 — mus. 2 — eis. 3 en (t). Latin 1 — 0, 2 — s, 3 t. Pl. 1 — mus, 2 — tis. 3 nt. 30-Godo 1 — avel 92 — s. 3 th. Pl. 1 — m, 2 — ih. 3 ?ifZ. En el presente nosotros indicamos la persona con ciertas letras como lo hacían los Godos y los Latinos, helas aquí : Pl. Español 1 — o 2 — s 3 - (t) 1 — mos Godo — a vel o — • s — th — m 2 — is por des — th 3 — n por nt — nd Latin — O — S. — t. — mus. — tis. — nt. Las letras características son comunes a las tres lenguas, por lo tanto no son privativas de ninguna. Cierto es que en 1" y 2* personas del plural hallamos unas terminaciones ics y es que no se advierten en el Godo, pei-o acaso estas respondan á algo que se nos escapa i^or ahora. Las lenguas teutónicas son eccéntricas en el plural. En An- glo-Sajon las tres personas se confunden en su terminación; en Frison Viejo sucede otro tanto, pues la terminación ath sirve para todas tres; mientras que en Alemán acaban por en en 1^ y 3^ personas y la 2^ por et. — 292 — El Castellano que rehuye ciertas terminaciones, y que parece que echó mano de cuanto le convenía, sin tener en cuenta |)ara nada los axiomas que prohiben la mezcla de gramáticas, suplemento sus plurales de P y 2^ persona con algo que les faltaba para ser más armoniosos según sus oídos. Falta aun (¡ue determinar cual fué la inlluencia mas enérgica entre los Castellanos arrinconados en las sierras Cantábricas, si la Goda, la Vándala ó la Sueva: esto podría explicar muchas anomalías. Imperfecto Desde que el Godo admite a como desidencia de I-'' persona se explica el a en yo amaba, etc. Se alegará que se ha perdido la m del Latin, pero á esto se contesta, que no está probado que no la haya perdido también el Godo. En mi concepto toda o de la íleccion personal Goda, Latina y Castellana procede de esta degeneración: ami > am > au > o. La mi ó m i)arece que es el pronombre personal en su forma arcaica, pero la caducidad conocida de la m y su tendencia á vocalizarse en u produjeron las novedades de la fleccion en la forma que la conocemos. Perfecto En este tiempo el Castellano usa tres series de terminaciones: Fuertes Débiles Pl. 1 — e 1 — é 1 — i 2 — ste 2 — ste 2 — ste. 3 — o. 3 — ó 3 — ió, é. 1 — mos. 1 — mos. 1 — mos. 2 — steis. 2 — steis. — steis. 3 — ron. 3 — ron. 3 — ieron. Comparemos esto con los dos al)olengos rivales Godo Iniík's 1 2 3 — i. 1 - — sti. 2 - — t. 3 - Auglo-Sajon - was. - wast. - was. 1 — was. 2 — wast. 3 — was. Alemán 1 Lufode. 2 Lufodest. 3 Lufode. 1 2 3 Hatte. Hattest. Hatte. — 293 — Resulto, pues, que en las dos personas en que el Castellano más se parece al Latin, más se parece también al Teutónico, y en la tercera persona nuestra o se aparta sola. ¿Cómo puede hacerse dijo de dixit, ni vino de venit'! Estas son etimologías violentas que se deducen de corrupciones arbitrarias inventa- das ad-hoc. La verdad es que esta o es un pronombre de ter- cera persona, el mismo que figura en a-mand-o, en a-mad-o, etc., y que hoy se usa como artículo en Portugal : en 1250 aun servía como tal en Castilla. La t final no pasa de ser un pronombre de tercera; la o lo era también, y el Castellano inconscientemente sustituiría el uno por el otro, con gran provecho de la lengua, que puede jactarse de este giro fleccional de tanta novedad y gracia. Si hubiese terminado sus perfectos fuertes en consonante ¿cómo distinguirlos prosódicamente de los débiles? La tercera persona de plural será latina, pero no está pro- bado que nuestra r no proceda de una rf Goda. La terminación característica de tercera persona en este idioma es idedun. que fácilmente dá iedun. El tiempo dirá si ledun puede ó no ser ierun\ mientras tanto desertor y resertor se confunden hasta el dia de hoy, como varias otras palabras del mismo género ; y aun podemos sospechar que la partícula latina re, de repeti- ción, proceda de un di, dos veces. Sería curioso que ésta, la mas latina de todas seis perso- nas, resultase no serlo; y, sin embargo, hablando en términos de filología, no debería sorprender sino á aquellos para quie- nes la hipótesis del abolengo latino es una verdad eterna. El Frison conjuga así en el pasado: 1. Salvado i. \ 2. Salvadest Pl. 2. [ Salvadon 3. Salvade 3. ) Aquí tenemos el primo hermano de nuestro salvé, salvó, salvaron. FUTURO Si mi derivación de este tiempo se halla bien fundada, las desinencias personales siguen la regla del verbo auxiliar he, lias, ha, (|ue de enclíticas pasan á ser sílabas agudas por apó- cope de la partícula final de. — 294 — IMPERATIVO De todos los modos y tiempos, éste es para mí el mas inte- resante, y por las razones que se darán. Puede asegurararse que es un axioma de Gramática Castellana que en el imperativo se halla la forma más sencilla de los temas verbales; así, a)?ea, debe, surce, nos di'in la clave de sus respectivas flecciones. La e en siioxe, que no responde á la vocal característica de la conjugación, se debe á que el Castellano no puede acabar sus voces graves con i, razón por la cual al adoptar palabras ex- tranjeras como charqui, chasqui, chiisi, etc., las convierte en charque, etc. Esto es un disparate, alegará el crítico, porque la Acade- mia dice que los verbos irregulares admiten una i, etc., y esta voz admiten, demuestra que se trata de algo advenedizo; mien- tras tanto, cuando mandamos decimos: acierta, acuerda, pierde, muere, etc., etc. Este argumento será válido si la Academia tiene razón de calificar estos verbos de irregulares, y de explicar su meca- nismo con un — admiten esta letra y aquella, etc.; — pero en mi concepto, formas como acierta, etc., precisamente son la prue- ba palmaria de que la hipótesis lanzada en este estudio des- cansa sobre una base científica. El imperativo emplea la forma más sencilla del tema verbal, y en este caso el tema verbal es una forma causativa, no acertar, sino acertijar. De una raíz cert se ha formado un verbo causativo mediante el prefijo ver- bal a, tan común en Castellano, y el sub-fijo y; así : a + cert -f y Este tema por la metátesis que produce umlaut, y las dege- neraciones abláuticas ya explicadas, se convierte en a-ciert-a. La última a característica de conjugación es cronológica y no orgánica, esto es, resulta de la época en que se adoptó y usó el tema. Acertar, pues, y los verbos análogos, son verbos causativos, y como tales, su tema tiene que ser aciert, etc., porque de lo contrai'io dejarían de ser verbos causativos, por cuanto esta propiedad la deben á la partícula y, y no á otra cosa. Este razonamiento nos trae al terreno de que la forma más sencilla del tema acertar, es aciert. Resulta, pues, que lo que á primera vista parecía un ai'gu- mento fuerte en contra de la hipótesis aquí expuesta y del — 295 — axioma que se trata de establecer, es realmente una prueba acabada, que hace en favor de una y otra cosa. La Academia y los filólogos han pasado por alto este pre- cioso mecanismo de nuestra nol)lo lengua, vastago de otra no menos noble, uno de tantos dialectos del grupo Teutónico. En Meso-Gótico el imperativo de los verbos causativos, es : Singular — ci Plural — yith En Castellano, que afecta la metátesis umláutica tenemos: Acierta y Acertad Pierde )) Perded Cierne )) Cernid Esta d en el plural representa la ih del anterior idioma, y nadie negará que esta analogía es mucho mas verosímil que la otra. Doce, Doceto y Docete, Docetote. El Castellano goza cuando puede subfijar una e enclítica á una d final. ¿Por qué no con- servó la que tenía á la mano en la muestra latina? Porque el que manda con rabia y con imperio, se acuerda de la lengua que mamó con la leche de la madre y no de la otra, que la reserva para sus cumplidos de salón ó de aula. Cuando el Español mandaba, era Godo ; cuando estaba de buen humor y la echaba de hombre culto, se inclinaría al Latin. La fh final, nuestra d, es característica del plural de los imperativos en el Meso-Godo, como lo es también esa d en los nuestros; es pues un absurdo emparentar éstos con el Latin en tis, mientras no se pruelie que no deben ni pueden deri- varse del abolengo Teutónico. Yo mismo me sorprendo de la importancia de la prueba derivada del imperativo. Cuando escribí el encabezamiento de estos párrafos, estaba muy distante de conocerla, y solo caí en ello al tener que explicarme la aparente anomalía de los imperativos en ie, tce, é i, con el tema umlautado, donde de cajón tenía que presentarse en su forma más simple. No es esta la única lección que podemos aprender de los imperativos : formas como sal, ¡jon, di, nace, nos dan á cono- cer el A-alor puramente epentético de las partículas conjugati- vas que se ingieren en la primera de singular del presente de indicativo, y de todas las personas del mismo tiempo en sub- juntivo. 296 En Frison el imperativo es 2. Salva Pl. Salvvath contra Salva Pl. Salvad Esto, seguramente, es algo más que casual. Subjuntivo Las terminaciones personales de todos los tiempos de este modo, se reducen á este paradigma : Singular 1. a vel c, por am ó cm 2. s '¿. a vel e, por at o et 1. Plural ■mus 2. eis. 3. n por nt. Todas estas terminaciones son tan derivables de un abolen- go teutónico como de oti'o latino, y me refiero á lo dicho an- teriormente, para no incurrir en repeticiones prolijas. En Frison tenemos salvye en todas seis personas del pre- sente. Infinitivo y Participios Lo único que en estos se parece á terminación personal, son la o y la a de las formas en ando, endo, ado, ido, ada, ida. En mi concepto, esta o y esta a son los demostrativos ó artículos del Castellano viejo, usados como subfijos al modo escandinavo, y no los ablativos Latinos que se ha pretendido. RESUMEN En los Tiempos y Desinencias personales, nada hay que obligue á derivar la lengua Castellana de un abolengo Latino, y sí mucho que nos incline á buscar otros en direcciones Teu- tónicas. — 297 — CONCLUSIÓN He llegado al término de mi estudio, y por cierto á un punto bien distante de ese limbo en que descansa la Gramática Castellana con su ejército de irregularidades, que son otros tantos españolismos preciosos de los que la Academia no se ha dado cuenta, ni se la dará nunca mientras dure la obceca- ción de los filólogos en dirección del padrón Latino. Dos son los puntos en que realmente fundo el valor de este estudio, porque concedidos ellos, todo lo demás se cae de su peso, y esta caida importará nada menos que la subversión completa de lo que hoy es Gramática Castellana, y aun algo más, puesto que se tendrá que confesar que en una lengua puede haber mezcla de gramáticas, lo que se niega en absoluto por los filólogos; axioma contrario á la razón y á la experien- cia, si bien ajustado á la lingüística artificial de las aulas. Los dos puntos á que me refiero son: la agrupación en verbos fuertes y débiles y la existencia en Castellano de verbos causativos cuyo tema se forma con aplicación de la partícula ij. Ambos recursos son eminentemente Teutónicos, y digo y sostengo, que el haber negado el origen teutónico de nuestra gramática es un crimen de leso abolengo, y ha producido fu- nestos resultados en el desarrollo de la filología española, y aun en el del idioma mismo. La distinción entre los dos grandes grupos de verbos caste- llanos se impone á primera vista, y, filológicamente hablando, solo un hombre sordo y ciego puede contentarse con la ningu- na explicación que las gramáticas que corren dan de éste, el mas típico de los recursos fleccionales de nuestros verbos. A nada parece que responde que unos sean graves, otros agudos, en sus perfectos, una irregularidad insulsa todo lo explica, y este mecanismo vigorosísimo y pintoresco del idioma viejo se confunde en la masa de irregularidades sin cuento. jY los Españoles de la Península se contentan con esto! Yo no; y, aunque sólo, gritaré: — Expliqúese todo esto, dése la razón de lo que sucede, que si el Inglés ha podido ponerse en limpio á pesar de sus enredos dialécticos, que más eran laberinto que otra cosa, con más razón el Español que ya cuenta con mucho camino andado por sus primos teutónicos. 298 — En cuanto á los verbos causativos, es asunto para estudiado por aquellos versados en las leyes de umlaut y ablaut; pero no me negarán ellos que algo se ha alegado que merezca ser oído, que se hayan dado razones donde antes se decia : « admite tal ó cual letra», que era lo mismo que no decir nada. Yo pretendo que la partícula y sea un recurso trascenden- tal del mecanismo fleccional castellano, y que su presencia sea universal en los verbos causativos: de manifiesto en las for- mas acierto, recuerdo, etc., oculta y asimilada en acertamos, pe- dimos, etc., etc. Voy mas allá, pues sospecho que aun en amar y sus congéneres tengamos una forma modificada del mismo verbo causativo y su partícula, y me fundo en esto: El Frison viejo es un idioma intermedio entre el Anglo-Sajon y el Gótico y en él tenemos verbos causales del tipo salvja, salvar, cuya fleccion es la siguiente; INDICATIVO PRESENTE Singular Plural 1. 2. 3. Salvye Salvast Salvath 1. ) 2. 3. ) Salvyath Pretérito 1. 2. 3. Salvade Salvadest Salvade 1. ) 2. 3. ) Salvadeu SUBJUNTIVO PRESENTE Salvye — en todas seis personas Compárese esta fleccion Frisona con esta otra sacada del Anglo-Sajon: Presente Singular Plural 1. Lufige (amo) 1. 2. Lufast 2. 5- Lufiad (d=t]i) y Lufige 3. Lufath 3. - 299 — Pasado 1. Lufode 1. 2. Lut'odest 2. 3. Lofode 3. Lufodon \' Lufedon SUBJUNTIVO PRESENTE 1. ) 1. ) 2. > Luflge 2. / Lufion o. ) ó. Imperativo 2. Lufa 2. Lufiad (d=tli) Infinitivo Lufian i\Iil años no han bastado para acentuar más la diferencia entre el Anglo-Sajon y el Frison : las formas son idénticas. ¿Qué le falta al verbo amar ó salvar para ajustarse en su flec- cion á estos dos? Solo aquello que debe faltarle. El Español afecta la o como desinencia de primera persona en presente de indicativo, y elide la t ó d finales. El Inglés dice hoy : I haré, ihou liast, he ha/h ó has Nosotros. Yo he, tu has, él ha Frison Ih hebbe, fliii hast, hi héth. A. Sajón Ic hahbe, thil hcefst, hccfd {(l=th) Latin liaheo, hales, liahet. ¿Cuál será el prototipo de la forma española, el Latin ó el Teutónico? Que conteste la filología empezando por derivar he de habe y de habeo y haciendo ver cuál es la degeneración más ajustada á los cánones que rigen en cada lengua. — 300 - VA Alemán, el mus moderno de los dialectos Teutónicos, con- juga Jiabcr así : 1 Habo, 2 Hast, 3 Hat. Pl. 1 Haben, 2 Habt, 3 Haben. Esta fleccion está apuntando en dirección al Español, que en todo se parece al tipo Teutónico, en nada al Latino. La ca- ducidad de la t final en nuestra lengua es tan notoria, que no hay que probarla, y para el que no sabe diré, que has y ha derivados de habes y habet debieron haber hecho hes y he (t). Si no me he equivocado el pretérito Frison, nos está brin- dando la forma original de los verbos débiles. Español Frison 1 Salvad - e, 1. Salvade, 2 Salvad - ste, 2. Salvadest, 3 Salvad - o. 3. Salvade. Plural Plural 3. Salvaron. 1,2,3. Salvadon. La d por r de tercera persona nada de extraño que tiene, desde que lengua se sabe que salió de dinga ó dingua ( l=r ) y aun hoy el hombre del pueblo dice resertar y no desertar, rerdar, y no verdad. ¿Qué diremos de la forma compuesta, ik hebb, salvad, yo he salvado, es ó no es la nuestra? El imperativo es otro recuerdo del nuestro. 2 Salva — Pl. 2 Salviath Verdaderamente podríamos decir que nuestro verlio salvar, es un verbo que ha perdido su ¡j de causativo, y que los verbos de 1* conjugación pertenecen á una sulidivision de la o'^ clase, que ha perdido su y epentética. ¿Por qué no lo decimos"? Por- que nos hemos inclinado al padrón Latino, y no al Teutónico. Los reyes Godos dominaron en España, pero acaso los Sue- vos y Vándalos hayan dado más habitantes á las sierras de Burgos, último baluarte de los refugiados del Guadalete, y por — 301 — eso notamos en el Castellano más semejanzas al Anglo-Sajon y Frison que al Godo. Lo diclio basta para hacer ver la suma importancia para nosotros del estudio de las lenguas bajo-alemanas, sobre todo de aquellas que rodean á las del tipo Frison y Sajón viejo. Acor- démonos una vez y todas que el Godo entró á la región lati- nizante como la lengua de oil en la lengua de oc. El Francés modifica el Provenzal pero no lo destruye, porque la base de uno y otro es la misma. La ventaja que ofrece el Frison es la de ser el idioma bajo- aleman de tipo más arcaico que lioy se habla. Dice Adley Cummins en su gramática del Frison viejo : « esta es su especialidad que hasta tiempos, por decirlo así, « modernos, conservaba su pureza arcaica, así que mientras « otros dialectos de la lengua común se modificaban en direc- « cion á sus formas medias y modernas, este se hablaba sin « corromperse en su país de origen.» Quiere decir, pues, que al Frison viejo no puede acusársele de latinizar, aun cuando el verbo salvya sea una voz Latina, ([ue ha heredado en común con el Inglés, etc. ¿Quién con esta fieccion á la vístase atreverá á asegurar que «;««;• se conjugue á la Latina? Es más fácil probar y explicar la pérdida de la tj que nos falta, que desentenderse de una analogía tan resal- tante como esta; y ahora se comprende como es que el Español tenga tanta facilidad de formar verbos débiles del tipo amar ó salvar, porque no hace más que hacer un tema causativo con el arrimo de a por ya. Pocos sabrán que yes y ye son formas Asturianas y arcaicas de eres y es, y que era, eras, etc., se encuentran como yera, yeras, etc. Se vé pues que la y podía desaparecer. Asi salga y sala, rnJgo y vala se equivalen, y se hace uno cargo (|ue pudo hal^er temas antiguos amgo, amyo, salvyo que en la fieccion hiciesen amas y salvas, etc. ; estos serían verbos causativos en que la y no producía duplicación umláutica por no jjrestarse á ello la vocal a. Yo no pretendo haber hecho más que ai)rir una senda en un bosque hasta ahora impenetrable, la paciente erudición del Alemán, el buen sentido del estudioso Inglés, y la brillante sencillez del Francés, apurarán los descubrimientos que aquí solo se inician; pero á mi me cabrá la satisfacción de haber dado el primer paso en este sentido en los remotos valles de Andalgalá, á dos mil leguas de la madre patria, sin más apa- — 302 — rato critico que mis lenguas de indios, y algunos libros sobre filología teutónica. He aplicado los cánones de estos idiomas al nuestro, y he visto que el resultado corresponde como una fórmula algebraica cuando se sustituyen números concretos por cantidades abstractas ; es pues racional exigir que la Academia suspenda sus juicios, y no se avance más allá en el camino latinizante mientras no estudie á fondo todos los abolengos posibles de esa lengua que hoy rivaliza con la Anglo-Sajona por la grande extensión en que se habla. A todos interesa co- nocer la historia de la propia lengua, y aquí vá esta primera contribución. Habré errado en noventa y nueve por ciento de lo que he dicho, pero uno por ciento que salga cierto, bastará para que cambie la faz de las cosas. Colon al descubrir las Américas creyó que eran las Indias; se equivocó, pero descu- bierto quedó nuestro Continente. Yo creo haber hallado que las supuestas irregularidades del Verbo Castellano desaparecen si les aplicamos un abolengo Bajo-Aleman ; podré equivocarme al quererlo emparentar con tal ó cual dialecto determinado, pero será siempre alguna rama del árbol teutónico la clave del misterio. Yo empecé este estudio inclinándome á la filiación gótica, fundándome en la idea que todos tenemos de que la España era la monarquía occidental de los Godos : pero con el tiempo me convencí que el ^'erbo Castellano responde á analogías, no Godas, sino Anglo-Sajonas y Frisonas, que nos enseñan que nuestro teutonismo procede de un origen ^'ándalo, Alano, Suevo, etc. Desde ya apelo al buen criterio de Menendez Pelayo y otros amantes de la noble, si nobilísima Lengua Castellana, para que por su conducto y mediante su aceptación lleguen estos apuntes á noticia de hombres como Foerster, Gustavo Grceber, Skeat y otros que han escrito sobre la materia. La España dijo el Latin es nuestra lengua madre, y el resto de la Europa contestó amen. Hoy desde el último rincón de la República Argentina se levanta una voz de protesta contra este falseamiento de la verdadera historia del Castellano. Muy bien sé yo que al aceptar este trabajo se incurre en herejía contra los dogmas de la filología moderna, que pretende que no puede haber gramática mezclada. En materia de cien- cia rechazo todo dogma, que no se funde en hechos, y á mi vez alego que la esterilidad de la filología española, se debe en gran parte á esa funesta práctica de querer atribuir todo — 303 — el mecanismo gramatical de nuestra lengua al abolengo La- tino. No me faltan otros argumentos en apoyo de mi tesis, pero los reservo para otra vez. Este estudio es un viaje de descu- brimiento, otros, más avisados, que corrijan el derrotero, pero por cualquier camino que andemos al Teutonismo llegare- mos. Pilciao - AudalgalA (Catamarca) Febrero 28 de 1892. Samuel A. Lafone Quevedo. APUNTES U EE&IOI Si-iilM DEL ALTO LiiY Y SUS AFLUENTES CON UN CROQUIS GEOGRÁFICO Dr. JOSEPtl DE SI BMIRADQKII ApuDtes solre la nm lÉ-uM Sel Alio Línay y sus aflueiites CON UN CROQUIS GEOGRÁFICO f) R . J O S E P H DE S I E M I R A D G K I El croquis adjunto es el resultado de un viaje de cuatro meses, durante los que he recorrido el terreno en cuestión en todas las direcciones. A pesar que no he tenido instrumentos de precisión para determinar la posición geográlica de los pun- tos principales, me atrevo á creer, sin embargo, que la publi- cación de mis apuntes, hechos únicamente á la brújula y cro- nómetro, no sera sin interés, principalmente en el momento actual, en que ios argentinos están ocupados de la cuestión de límites, Y tanto mas, cuando la carta del señor Rohde, la única que existe, está muy distante de ser exacta. LCsta carta no es en verdad mas que un croquis muy mal levantado, frecuentemente aún sin haber visitado los parages dibujados en la carta, de modo que se encuentran en ella, por ejemplo, grandes lagos, como el Lago de las Manzanas, que en realidad no existe, mien- tras que no se ven en ella cadenas de montañas muy impor- tantes como la de las Angosturas las que, sin embargo, de- sempeñan un pa[)el notable en la topografía general del país. Tengo que advertir que la primera edición de la carta del Sr. Rohde, es mucho más exacta que la segunda, lo que no deja de ser extraño. Dejando á un lado la polémica, me ocuparé ahora de la descripción del terreno del acto Limoy. La meseta de arenisca oligócena Mesotheriían Marshi, que se entrevé en toda la extensión del profundo valle del Rio Negro, desde Choele-Choel hasta la Colonia Roca sigue sin interrupción las orillas del Limay, hasta los alrededores del Fortín Nogueira; solamente, en lugar de la arenisca y conglomeradas de color blanco, está formada por capas mas antiguas, distinguiéndose por su color rojo encendido. No hemos podido desgraciadamente encontrar fósiles, exceptuando troncos de árboles petrificados — 308 — en la arenisca superior (blanca) sobre la orillo derecba del Rio Negro, en las inmediaciones de Roca. La edad de la are- nisca roja queda aún problemática. La arenisca blanca oligó- cena le está sobrepuesta de un modo concordante, y las dos tienen una inclinación apenas perceptible hacia el Este, de suerte que la meseta, que no tiene mas de 300 metros de al- tura, en los alrededores de Cboelc-Clioel. á pesar de su estra- tificación horizontal, se levanta paulatinamente hacia la cordi- llera, avanzando hasta 900 metros de altura absoluta. El carácter geográfico do la llanura es siempre el mismo: una superficie completamente plana, cubierta de una capa de guijarros graníticos y porfíricos, ordinariamente cimentada por una masa calcárea que contiene siempre sal marina, la que da un gusto salado á todo doi)(')sito de agua estancada formado por las lluvias. Este depósito superficial, esparcido en toda la Pampa Central y considerado por la mayoría de los geólogos como depósito glacial no puede ser según nuestra opinión, mas que un depósito marino, probablemente mioceno, p'ues ocupa en las regiones donde se hallan golfos pliocenos, un nivel superior, coronando la cima de las rocas que limitan los golfos mas re- cientes. La Sierra Roca no existe en realidad; no es mas que el borde escarpado del profundo valle del Limay en su confluencia con el Neuquen. Solamente después de haber pasado el pequeño arroyo Pichi-Picun-Leufu, cerca del Fortin Nogueira viejo, se entra en la región montañosa , donde el núcleo de gneis granítico, como también las capas terciarias de ai-enas rojas y blancas, están trastornadas y atravesadas en todo sentido por erupcio- nes andesíticas modernas. La región comprendida entre el valle pantanoso de Pichi- Picun-Leufu y la corriente del rio Collon-Curá está ocupada por numerosas colinas y valles profundos y fértiles. Del paisaje del desierto patagónico, con sus numerosos salitrales y de ma- leza espinosa, se pasa allí á un paisaje variado, onduloso, desprovisto de maleza, pero cubierto casi en toda su estension de excelentes pastos, sobre un suelo arcilloso y húmedo. Se encuentra allí en todas partes agua en abundancia y filones metalíferos entrecruzan la región poblada hasta ahora casi es- clusivamente por indios Ranqneles. La cima mas elevada, situada casi en el centro de la región, es de una altura aproximada de l."J00 metros. Se pueden observar en la parte central hermosos ejempla- — 300 — res de metamorfismo por contacto de lás nreniscas trasformodns en cuorcitas y jaspes, en la vecindad de las lavas negras andesí- ticas, que solo forman rara vez pequeños picos poco elevados, encontrándose ordinariamente bajo la forma de desbordamien- tos horizontales. Se encuentran en toda la región indicios de la acción glacial, principalmente en la parte meridional. La parte boreal, en la orilla izquierda del Catalin y Collon-Curá supe- rior, forma una meseta horizontal de lavas y escorias, que descan- san sobre tobas estratificadas de un color blanco. La meseta se levanta á 250 metros mas ó menos sobre el nivel del rio y presenta bordes cortados á pico, accesibles únicamente por numerosos «barrancos». Hacia el Norte se estiende una vasta meseta, elevada mas ó menos de 1000 metros, dominada por algunos picos aislados. En el lecho del Rio Catalin están a descubierto esquistos ne- gros, probablemente cretáceos ó jurásicos. En medio de la meseta, que separa los ríos Catalin y Alu- miné, se vé elevarse hasta 2000 metros de altura una cadena estrecha, em]iinada, compuesta de gneiss y granitos, que no se estiende hacia el Norte mas allá del punto á donde le hemos señalado. Mas lejos, hacia el Norte, hasta las fuentes del Bio-Bio, no se ve mas que una sola llanura cubierta de lavas y de escorias, derramadas horizontalmente en una altura con- siderable, que cae verticalmente hacia el valle del Aluminé. Los numerosos picos, que se ven en esta región en la carta de Rohde, son pura fantasía. Los flancos de la Cordillera de Catalin (El nombre de Chachil no es conocido de la gente ^del país) están cubiertos por maleza de hojas, mirtos y manzanos. Sobre la cumbre se encuentran los primeros bosquecillos de pinos (Araucaria chilensis), muy numerosos sobre la caída occidental de la misma cordillera, pero no bajan hasta los valles. Las dos riberas del Aluminé son desiguales. La izquierda eS escarpada, formada por el borde de la meseta alta y la cordi- llera de Catalin; la derecha, ligeramente ondulada, está literal- mente cubierta de numerosos cráteres, cuyos productos han formado un suelo fértil, cubierto de ricos pastos, y en los lu- gares mas bajos, de maleza de hayas y de mirtos. Recien entre Pulmari y el Lago Aluminé se encuentra un terreno mas árido, compuesto de lapilli de piedra-pómez. La ribera izquierda del alto Aluminé, está cubierta hasta la cumbre de bosques de abetos, que son mas escasos en la ribera opuesta. — 310 — Después de haber atravesado un desfiladero estrecho, entre rocas graníticas cubiertas de abetos y cipreses, entramos en el hermoso valle del lago Aluminé, que no es, como se creía, la fuente del rio de este nombre, el que nace á algunas leguas mas al norte, sobre la meseta, muy cerca del Bio-Bio, y, ali- mentado por numerosos manantiales, pasa únicamente por el lago sin aumentar la cantidad de agua traida. En la salida como en su entrada al lago, el rio Aluminé mide una anchura de veinte á treinta metros, y lleva una cantidad de agua bastante considerable. El lago está rodeado del lado norte por el borde de la meseta, del Oeste por varios picos poco elevados que forman parte de un volcan vecino, y del sud son una pequeña cadena volcánica. La cordillera chilena pasa un poco mas al oeste. No he podido visitar la región entre la Sierra de Malleco y el curso del Chemen-huin y no me ocuparé de ella, haciendo úni- camente constar que el volcan de Quetrupillan, punto central de las medidas tomadas, está mal colocado en todas las cartas existentes. He tomado todas mis direcciones sobre este pico elevado y visible de muy lejos, y como resultado lo he ano- tado en un lugar muy diferente del que ocupa en la carta de Rohde, que corresponde casi exactamente al volcan de Rinihue en la primera edición de la carta mencionada, él no puede ser otro que el Quetrupillan, porque es el único pico que sobre- pasa mucho la cresta de la cordillera. La posición del pueblo de Junin (Huinca-Meillen ) en rela- ción con los puntos conocidos, es diferente de la que le da el señor Rohde. El hermoso y extenso valle de Chemen-huin, te- minado por un desfiladero en su extremidad, tiene la forma que le ha dado en mi croquis, haciendo una notable vuelta hacia el Norte, no lejos de su embocadura. La distancia en línea recta desde CoUon-cura á la emboi;adura del Quilquihué es de 7 leguas. En la embocadura de Quilquihué el valle se divide en dos ramas de igual fuerza, la una pasa al Norte y en seguida al Oeste desde Junin hasta el lago de Huechu-Lafquen: la otra sigue la misma dirección occidental hasta el pié de la Cordillera Chilena. El valle de Quilquihué, muy ancho, recibe por la de- recha un afluente del arroyo Chapelco y cruza sin interrupción la primera cordillera traquítica de Chapelco,- después de lo cual el valle se divide en dos ramas, una ocupada por el Quilquihué da una vuelta hacia N. O. para concluir á una legua mas lejos en el gran lago Lolo, largo de 5 leguas, y la otra, dirigida hacia / — 311 - el S. O. posa al cabo de una legua por el bello valle de Maipú, ocupado por la tribu del Cacique Curu-Huinca y derrama sus aguas hacia el Pacifico. La cordillera al Norte de Junin es muy baja. Desde la montaña de Chapelco, de 2400 metros de elevación hacia la embocadura del Traful, se extiende una cadena traquítica con- tinua, empinada, que termina con numerosos picos en puntas y agujas. Los lagos de Lolo, Traful, Nahuel Huapi, están situados al Oeste de esta primera cordillera. La altiplanicie, entre la cordillera y el Collon-Curá está cu- bierta de moraines glaciales y cortada en tres terraplenes que des- cienden gradualmente hacia el Este y que están cubiertas de buenos pastos. Los valles de los Rios, que bajan hacia el Collon- Curá poseen una vegetación de arbustos de maiten (mirtos), la Cordillera abunda en bosques de cipreses hasta la embocadura del Traful, punto donde la cadena traquítica pasa al otro lado del Limay y está casi enteramente desprovista de vegetación. Los valles del Traful y Rio de las Manzanas forman en sus partes inferiores desfiladeros cubiertos de peñas, ensanchándose en sus re j iones superiores en hermosas praderas rodeadas de montañas y de bosques. El Lago de las Manzanas no existe. Desde la embocadura del Traful hasta el valle y lago de Nahuel-Huapi, el Limay forma un desfiladero estrecho y muy pintoresco, pero, con excepción de las orillas mismas del Rio, casi desprovisto de vegetación. La dirección del Alto Limay es mucho mas torcida hacia el Sud-Este, de lo que aparece en las cartas actuales; por consi- guiente, la punta oriental del lago está situada mucho mas al Este. La anchura del brazo oriental del lago Nahuel-Huapi no pasa de 2 leguas y la mayor anchura en el medio del lago no es mas de 5 leguas. La forma general del lago es la de una media luna, tenien- do un apéndice del lado S. O. — un brazo estrecho, encerrado entre rocas escarpadas. El número de islotes rocallosos, de los que no he podido anotar que mas los principales, es más ó menos de 30. La ribera Norte del lago es ondulosa y forma dos valles grandes, regados por dos torrentes pequeños, la Sud y S. O. es inaccesible á causa de sus montañas excesivamente escar- padas y casi siempre, aún en pleno verano, cubiertas de nieve y envueltas en neblina. La ribera S. E. es baja, cubierta de depósitos glaciales y — 312 — formando terrrados. Hay que notar que generalmente no se encuentran depósitos glaciales en ninguna parle en las Cordi- lleras mismas, cuyos contornos escai'pados no se prestaban para la formación de ventisqueros. No se encuentran moraines sino sobre la meseta entre el pié de la corditíera y los valles del Limav v Collón -Cura. Dr. Joseph de Siemiradgki. La Plata, Mayo 1892. DATOS SOBRE TIERRA DEL FUEGO COMUNICADOS POR EL REVERENDO THOMAS BRIDGES February 18l,h 1891. Al Señor Director. Museum La Plata. Willi iiuicli i)le;isLiro in rcply to your request I write the following- liriíM' & Irulhfiil accnimt n{ Tierm del Fuego lioping tluis to interest tiie general reailor. & to he\p any who may be Ihinking- of seeking a living there. P^irst with re.spect to the nativas of the cuuntry. Tliese form three tribes, each having it.s own language, and these are .quite distinct, the one, from the other. The Alaculut' tribe occupies the West ¿c Norlh West of the country, the Ona the East & Norlh l'lnst. & the Yalignn (he Southern district. The Alaculuf are quile iintouched by any Cdn-istian inñuences, iiut are so lew in nuudjer, & so scattered as virtually to be non existent, with respect to any difMculties they could raise to the inten- ding SGttler. They certainly do not numher 200. They are a canoe people like the Yaligans, from whom lliey differ only in language. Sealers from Sandy l*oinl, the Falklands, & North America have for many years decimated them with their tire arms. I have lieard of instances even when the sealers finding the natives sealing on islets whei'e they expected good success, have shot uff the Indians for sjjoiling their success. If their is iiny difference between the Alaculuf & Yaligan tribes physically the Alaculuf are superior somewhat, in size & vigour. They also have more beard & eyebrows than the Yaligans, and are darker in complexión. The tiu'ec tribes tind their chief subsistence on the shores, in the large and varied supplies of excellent mussels, linipets, whelks, sea eggs &c, they find there. They also catch iish abundantly with lines, spears, & temporary weirs. These Hsh are of many kinds & of very good quality including Rock cod, rock fish, mulJets, smelt, sprats, and some 5 kinds of larger fish that prey on the sprats. They materially add to their food supplies liy the geese, ducks & other birds of the country & their eggs, which are obtained in considerable quantities. Of animáis, the Alaculuf hunt the deer found on the Patago- nian coast, and also the guanaco, & other animáis ofthatland. The Yaligans hunt the guanaco found on Navarin Island & Oni- sin, as do also the Ona, the principal inhabitanls of the latter country. The Ona find the Cururas, or Tucutucus a good food supply. From the sea, all three tribes tind seáis of three or — 314 — mni-o kinds, ottpps of tliree kiiu.ls it many kinds of wlinles & j>or|)OÍses, a vory large addition to tlieir foiul supplies, besides inaking iinpor(aii( uses of llicii' lumes, for spear lieads, splittei's & bafk sli'ippers: of Iheif sinews, for lisli linos, bowsLi'ings, fisli uets, & lines Inr general uses: of tlie'ii- skins, tbey t'urní manijes, leggings shoes & caps, of lli(> fcatliei's lliey fnrní liead bands, & linder, nf I lie web l'ei'l of lai'gei' sea bii'ds (lir\" inake balls to play witli. Of tbe baleen oi' tlie wliales uniulh Ihcy fiad I he best mate- rial fiir sewing serurely togelliei' llie difl'ei'ent |iieces of tbiek bark of wliich tliey form tlieii- eaníios, and for sewing togetlier llieii- bark buckets & bailers, and also for making their nooses for catcliing bii'ds, & small animáis. The nalives reudily make fire by striking together two pieees of firestone or pyrites, & using tbe down of ^^•ater birds, or the fungus Puff ball, as tindei'. Of the wing & leg bones of liirds they formed good sewing awls. of the leg bones of guanacos ihey niade excelleul chisels like splittei's, invaluable in the making ofspear shafts, paddles. & edge pieees for strengthening their bark canoes, slioulder blades they found useful as meat dishes. larger shells tbey usad as cups, otiiers as oíaiaments, \\liilst of one kind of mussel remarkable for its fine grain & hanhiess tliey formed by breaking them in to shape, & grinding Ihem to a good edge knives to cut theii- hair, & meat. & ch¡p|)ers lo sliapen their paddles, lances, lít bone lance points. Tliese were of differenl sizes & sbapes accdi-ding to the special object of the niaker, whether for killing whales, seáis, porpoises, or fnr lisli & birds. Besides the spears the natives of each tribe also usad bows & arrows, & slings. The Yaligan tribe used the bo\\' much less than their neighlioui's, as they were less forest-hunters Iban they, & formed their fine spears for moi-e effectual in obtaining sea bii-ds. lisb, seáis, porpoises &c whilst hunting in their canoes. Like the esquimo the Yaligans also lVe(|uenlly killed seáis by spearing them from the shore, having the spear sliafl secured to their persons by a thong. Of the skins of the hair seal tlie nati\es cut out good thongs for many uses, especially for use in clilf chinbing in cjuestof aggs Se stags of many kinds. They also found tbe thong of the graatest service in keeping Ihemselves in fil position whilst culling tlie bark for their canoes on standing trees, & afterwards lowing it to the ground. I bave also sean a seal-net made of hide, and the Alaculuf were accustomed lo use such over tbe mouths of caves. - 315 — Or the fi.'ullptp of seáis & fisli oating birds the people formed \('i-y good bags tbr all kinds of jiurposes, chiéfly ho\\ever for sausnge & oil bags. 'I'hcy very dexterously poinl thoir arrows with agate Hint. or i;hiss, preferring the latter. 'l'hey (ind the sinewy tail of the (iller yields them a tine siipply of sli-ong thread for binding Ihe [loint securely into the ai'i'ow or spear head. The natives before the introduction of iron never attempted lo ciit a tree down witli any stone implement, but resorted to fii-e as the easier way of getting tlie tree down. They would then liuní off such a length as they wished & then would with bone splitters & stones for driving them in would split' the piece in- to such strips as they wished. They have of course special ñames Inr every opera tion & for every kind of tool, and whilst they attempted no ornamentation, yet took great interest in making their several articles as perfcct as possible. They used no hooks with llioir tish linos, with which they seldom canglit tish more than 3 Ibs weight, but they used at the end of the line a tough pliant noose, formed of a strip of the tough covering of the lower end of quills. This is wonder- fuUy strong, and with it they formed a perfect noose, in which they secured the bait. They ñshed from the canoe, and used round stones, with a groove cut in them to receive the line as sinks, to carry the line down (|u¡ckly. These sinks the Yaligans cali Shashi. The fish having taken the bait the tisli woman hauls the line up, and as soon as the físh is well within reach she deftly seizes it, without attempting to pul! it out of the water, in which case the weight of the fish alone would result in the escape of the fish by disgorging tlie bait. They practised a very effectual way of catching cormorants. Tliey attached 4 or 5 short lines to a wooden hoop. At the end of these lines they lied 3 little splits of wood well pointed, in such manner that the points oponed out somewhat. The bait was tied to the outer & bound ends of the splits. When the bait \\-as swallowed from the bound end the points converged «St oíTered no resistance, but when the bird wished to disgorge it could not, because the [loinls now opened being foremost & stuck in the throat. In using the nooses before mentioncd it was customary to erei't fences of sticks, leaving here & there spaces for the birds, geese & ducks to pass through. In these gaps were placed nooses well secured. In passing, the geese would be — 316 — f"aui;iil liy llie neck. iV stniií.uh' lili tliey rlioil. In llus \\íiy geese specially wei-e cmi,^ht in <'onsi(lernl)le numl)ei's, in the little víilleys of pasture leading duwn to lakes. The Ona tribe have no canoes, as their coast is wiUioul harbours & sheltering islands, and also ihey have no trees in the major part of Lheii- (■(»iinti-y lo make them willi. Foi- Uiis reason they have been known by the ñame Foot Indinns, tu distinguish them tVom the Canoe India ns. The Ona aro in language, manner of hfe, slature, & iihy- sical condition of their oountry identical with their brotliren across the Magellan Strait, the Tehuelches of Southern Pata- gonia. Having gathered some hundreds of Ona worils, and compared them wúh the Tsonaca oí- Tehuelches they were found largely to coincide. liut the Ona not having horses ore not bowlegged like tlie Patagonians. but are straiglit limbed active & strong of foot. The are & have been for a number of years most unhappiiy circumstanced as regards gold miners & farmers & other visitors to their country. Being found a hindrance, & source of danger by these new coniers, they have universally been shot down, as often without cause, as in reprisal for harm done by them, in the way of stealing & killing horses, cattle, & sheep. And cerlainly the pooi' hidians wIki should Ije a help, and ought to be made so by the new comers, are found in the way, and a nuisance, and are treated accordingly, and as the country is more & more occupied by settlers so more surely & swiflly the natives that were, be no more. Nothing but the timely & kind, determined action of government will effect a remedy to this improper & unhappy state of things. Tlie na- tives can be made usefui tarín hands. and with reasonable maslei's make faithful i^ efhcient servants for all kinds of work. I speak after many years experience both as a missio- nary and employer. When paid according to their work they are susceptable of great industry it perseverance. The great difficulty of happy intercourse lies in the difference of lan- guage. The Ona are a tall. stout people, and their numbers ai'e said to be thousands. i dniri lliink they are 1000, h'om investigations I made of their numbers. Their country is a good one, abounding in guanacos, geese, ducks, tucutucus, swans, & llamingos, but their chief supplies they get from the shore, in the way of shellfish, fish, seáis, otters, & sea birds. The Yaligans of whom I have already incidentally said so much I need now say little, l'urther than to state their number - 317 — iiiiw lo 1h' áhoiil .'520, \\ liilsl ."{O yt.'íirs nnn tlii'\ were 3000, ns l'nlh |irn\'('il liy lisls of fiiiiiil¡es (lien l:il\i'ii l>y me. Tliis de- ci'eíise is cliicll) ów'in,:^' tu ¡injiorted deseases as m-easles, smallpox iVc. Amon;;' (liis li-ilie tlie ('.lir¡st,¡an Mission al, (Josh()\'ia has AA'orked liv tan.ulit i'or smne 33 years, :iiid with good surcess as far as iinppovenienl ¡ii lite aufl rnanaers of the natives ;ind also in llieir pliysical Ijeneíit every A\"ay. Tlieir deciniatioii is not iiwiiig- tü the ("lii-isliiin Mission, Iml In Ihe sins of visitors to the country. and Ihe ari'ival of disease through their means not before known by the natives. Also the iinmoraUty cons- tantiy prevalent among Iheni resulted in a high death rate, chiefly from disease of a sci'ofulous and pidiminar) desei-ip- lion, in |>art no doubt owing to tlie prevalency of boisterous, wet & eold Aveather. The natives of al! pai'ts had even in for- nier times hly liis canoe & heavy wood for his spears. 'I'he l)ushes coinpi'ise masses of cnrranls. fnsciiias lenadnra, an arlnitus like iiush. tlie seariet enibotlH-inin llie while flowe- ring verónica, tln^ee vai'ieties of l)eri)er'is, and llie pricls are well covered witb pastures, which improve as yon approach Ihe central parís of the island. This island is towards the soulh west & all along its south coast bounded by a deep belt of high mountain land abounding in glaciers, and dense forests of beeelí trees. The two culminating points of the country are found in this district. and are some 8000 ft, & are calied Darwin & Sarmiento. This inountainous belt sepai-ates the sunny & dry nortli from the cloudy & cold south, but even here the climate is less rainy & more sunny than in the gioomy west, & there are very pleasant reaches of good grass land fronting the lower slopes of this mountainous range, which runs from Cape San Diego in the East, to Cape Brecknock in the west over 300 miles. This mountain district is difficult to ])ass, because of the dense woods, the height of the mountains, the steepness of iheir sides, ihe moss covered fíats full of trees that run among — 319 — tlie uioLiiitains ovor which a liorsc cannül pass. The bell ol' mountains extends also a distance of 30 miles or more inward. SoLitli ol" it are louad no lizards, tucu-tucus, leru-terus, ñor flamingos. Swans are occasionally seen, also all land birds are iimcli less abundanl. Snow lies ionger on the low lands & iii gi-eatei- depth, >.^ all lakes are frozoii tlirougli Ihe winler, but yet catUe & slieep thrive, as preved by iiiany years 6X[>e: rienoe. Also you can grow with success Gabbage, cauliflower, carrots parsnips, leltuce & potatoes, but no kiad of grain, ñor fr-Liil trees or nuts ofany description. Paslurage of many kinds of grasses however are good, and it is not necessary to assist either slieep, cattie, or horses through the Winter either in the matter of shelteror of food. The Wdods alternating with pasture, and these frontage lands being a succession of hills & Valleys of every description afford abundant sheltei-, and the ever- greens in the woods supply cattie with excellent fodder. Yet north of llie mounlains there is nuu-h less snow, a far better growtii of grass, and a mucli im[iroved average temperature all the year round, resulting in lessened difficulties in Winter & far better results in the cultivation of the soil, in better crops of tlie same vegetables and small fruits, and even grain growth for home use, but not for export. Also in no part of Tierra del Fuego can any fruit or nut trees be grown success- fülly. But very decidedly the pastures of Ouisin are superior lo the pastures of the Falklands. The difference between the Falklands and Ona pampa land is less heat in summer and less cnjd in there tlian liere, hut more snow in tlie Falklands than Ouisin and more rain in summer.' The farmers draw- backs in Ouisin will be the same as those in Patagonia as regards fuel & wood. 1 believe the best district for settiers in Ouisin will be found the lo\\'er slopes, & frontage lying north of the inoun- tain range, where must be aliundance of streams and alterna- ting pasture & forest lands, wlience the camps northward can be sujiplied with abundance of wood for all pui'poses. This district comprises a good camp of 100 miles from North to South, & from the Atlantic to the heads of Useless Bay & Admii'alty sound, a large part of which is Argentine territory. All this district, and the lands also south of it is a large gold district, especially towards the eastern parís. Tlie island New-Picton & Lennox and the Eastern part of Navarin Island & the South East coast of Ouisin has yielded much gold, especially Sloggett Bay & neighbourhood, where gold is s — 320 — round h\ larger flakes & nuggets than elsewhere, & more plen- tifully. Tliere are ai present cióse upon 50 working men in these parts working & doing very well indeed. Most oF these come in small crafl witli supplies of provisions for six or more months. Tliey seek a good beacli, and put up Iheir tents. They remove the upper layers of sand & grit. and wash tlie lowcr |)arts, and in Lliis lind Ihr gnld. In some [larts so Hne as fn require copper }ilates wa.slicd with mereui-y. Many thou- sand pOLinds worth of gold liave Ijeen found, often in consi- derable nuggets. Thei-e seems every reason to helieve tliat llie gold field at Sloggett Bay is praclically inexhaustible, because of the extent and depth of Lhe deposit. This field fronts Slog- gett, Bay as a sloping and abrupt bank of conglomérate niixed witli masses of clay. ít is the waste of this bari'anca eaused by weather and the sea that yields the rich gold dp|iosits of the beach below. Sloggett Bay has been almosl continuously worked for 3 years, and yet continúes to yield good results. 1 like not to make a random guess at the aniount gathered liut I know it has been very large. The fish of Tierra del Fuego must eventiially becnme ¡m- portant, as they are large in (pi,-inl¡l\. and \ariely, biit ai-e scarce through the w Ínter. As regards other metáis than gold tliei'e is every reason lo helieve that in so extensive a región of varied mountains much valuable metal must be stored up for lhe future. No one need be afraid of the climate, as the coldest weather in winter is also the calmesl, clearest & pleasantest, and the winters are much less wimly than the summers. Cresses for salads, & celery foi' soups abound, and the berries are not to be despised. The supply of firewood is most plentiful, and sheltered positions for camps are i'eadily found. The chief difficulty of gold workers in Sloggett Bay & neighbourhood are the lack of sheltered coves for landing & securing Vessels. Two vessels have already been lost in Sloggett Bay, & boats have been ovcrliu-ncd by the rollers tlint alrnost constantly get on the shore, yet these parts in spite of these drawbacks present the best prospects to miners, as the yield is so much greater. Persons going to these parts should pro- vi le themselves with stout clothing and boots. I should have said that continued frosty weather in winter seriously inter- feres with the winters work, but this does not extend over 3 niitnths. Thomas Bridges. ENSAYO MITOLÓGICO E)l Culto de Xonapa. LOS HIMNOS SAGRADOS DE LOS REYES DEL CUZCO SEGÚN EL YAMQUI-PACHACUT SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO / ENSAYO MITOLÓGICO EL OXJXjTO IDE TCDl^ j^:E* J^ LOS HIMNOS SAGRADOS DE LOS REYES DEL CUZCO Segtin el "Va m qui Paclnactati Antiíjüedades Peruanas. Edición de Jí.imenex de la Espada — 1S79 INTRODUCCIÓN En el Instituto Antropológico de la Gran Bretaña ;é Irlanda, se dio una conferencia por el doctor Eduardo B. Tylor, su Presidente sobre «Los límites de la religión de los salvajes». Las ideas y observaciones propuestas por este distinguido antropó- logo, merecen nuestra mas seria atención, porque tratan de puntos que tienen que preocupar á todo americanista. El doctor Tylor considera que es un error craso querer atri- buir á salvajes creencias religiosas que en realidad correspon- den á naciones educadas, y a la vez considera que muchas de las ideas religiosas entre aquellos, se han desarrollado por el contacto de la civilización y se deben á tres causas princi- pales: 1* La adopción lisa y llana de la enseñanza extranjera; 2" la conversión de dioses inferiores, pero realmente criollos, en un dios ó diablo supremo, mediante una exageración de su impor- tancia ; 3* la aplicación de vocablos criollos, que sirven para designar clases enteras de seres del otro mundo, por ejemplo, almas y demonios, como nombres individuales que correspon- dan á alguna deidad, buena ó mala. El señor Tylor quiere que mucha parte de las tradiciones religiosas de las tribus de América se deban á los Misioneros de la Conquista (y no cabe duda que estos dieron un tinte de lo mas cristiano posible á todo lo que oyeron de boca de sus catecúmenos); desde luego el sabio inglés atribuye al viejo — ¿11'4 — mundo una leyenda ó tradición cualquiera, por el hecho de la asimilación á que la han sometido los que nos la conservan. El nos dá muchos ejemplos, como ser aquel del Diluvio uni- versal, que sin duda habrá derivado muchos de sus detalles de la leyenda judaica, pero esto de ninguna manera puede ex- cluir la posibilidad de recuerdos genuinamente americanos de uno ó mas cataclismos por el estilo de aquel del Génesis. El océano Pacífico encubre con sus aguas un vasto continente su- mergido, que con las cumbres mas elevadas de su red de cor- dilleras nos ha dejado en herencia los archipiélagos del Mar del Sud, con sus fantásticas coronas de coralina. Las costas de nuestro continente denuncian el flujo y reflujo de grandes mo- vimientos terrestres y submarinos, mientras que el mar Caribe nos conserva las ruinas de una parte, talvez máxima, del con- tinente que habitamos. Las costas de Europa acusan liundi míenlos de vasta extensión. Dados estos antecedentes, ¿sería acaso prudente negar la existencia de razas descendientes directas de los damnificados por aquellas convulsiones de la naturaleza? No, por cierto: la geografía física de nuestro continente, indica que aquí también rupti. sunt omnes fontes abijssi magna', et cataracta cceli apertcB sunt (Gen.; Gap. Vil, v. II). Los misioneros interpretarían á su modo la tradición, apropiándosela al diluvio universal, error que de ninguna manera puede afectar el valor hist(!irico de la tradición primitiva. Montesinos en sus «Memorias» del Perú, con ser que soña- ba con el diluvio, con Ofir, etc., con una lógica que no todos le reconocen, dá cuenta de cataclismos mas que suficientes en que fundar tradiciones como las que cita el doctor Tylor, y les asigna una fecha que no puede remontarse mas allá del co- mienzo de nuestra era. Es significativo que las razas mas civilizadas de ambas Américas, excepción hecha del Yucatán, se hallan en la región andina, como si se hubiesen refugiado en las montañas hu- yendo de las aguas. La excepción que se hace no es ninguna, porque falta que conocer lo que se encerraba en los hundi- mientos que han producido el golfo de Méjico y el mar Ca- ribe. En el viejo mundo, la civilización antigua estaba limitada á los puertos de mar y ríos, probándonos hasta la evidencia que de ultramar recibieran esa civilización con que nos deslumhran. Cordilleras altas tiene el viejo mundo, pero el salvaje las com- partía con el oso y el lobo, y esto hasta tiempos comparativa- — 325 — mente modernos. En América, recien en Méjico, en Quito y en el Cuzco, se halló la última expresión del adelanto del hombre en el Nuevo Mundo. Desgraciadamente, la incuria y el fanatismo de los primeros conciuistadores, destruyeron la documentación que pudo hacer- nos conocer los orígenes de la civilización americana; y el poco conocimiento de lo que nos ha quedado, ha encaminado á los sabios del 'ramo por sendas que muchas veces son extraviadas. La liistoria simétrica del Inca Garcilaso de la Vega, tiene mas adictos que las «Memorias», mucho mas enredadas y menos simpáticas de Montesinos. Por suerte, la época presente des- confía de las galas literarias, y sabe sacar partido hasta del escritor mas pesado, comprendiendo que no es posible despre- ciar listas de soberanos (|ue nos conservan los historiadores, únicamente porque ofrezcan mas diiicuitades que la que nos dá un autor ameno, que corta el nudo goi'diano eliminando difi- cultades y confeccionando una relación corrida, que mas bien responde á las exigencias del arte que á la verdad histórica. El doctor Tylor es una autoridad y un eslabón mas en esa cadena de ingleses, que, como Forlong, Frazer, Robertson y Smith, se ocupan en averiguar á fondo el origen de las creen- cias religiosas del hombre en su primer estado; pero al mismo tiempo, nosotros, los americanos que aspiramos al rango de americanistas, debemos preguntarle si al querer atribuir á los misioneros cristianos todo lo que huele á judaismo ó cristia- nismo en lo que se cuenta de las tribus bárbaras y salvajes del nuevo continente, se ha hecho cargo de lo que sabían y creían en materia de religión los mejicanos, los peruanos y algunas otras de las naciones mas favorecidas de nuestro con- tinente. El misionero pudo destruir la tradición escrita, pero no así la oral, y cuando la consigna en sus apuntes, la viste con cir- cunstancias de que espera sacar partido; mas tarde viene la mitología comparada, y rechaza la tradición en su traje euro- peo, sin darse cuenta de lo que fueron para las naciones infe- riores Méjico, Bogotá, Quito, el Cuzco, etc., con todo su ade- lanto religioso y civil. ¿Cuál es el trabajo que se haya hecho para conocer á fondo lo que los Incas creían, enseñaban y toleraban? Según consta de lo que corre impreso, para ellos todos los dioses eran buenos, y los propios los mejores ; pero mucho habrá que leer y estudiar antes que podamos hacernos cargo de lo que eran las creencias positivas de la dinastía de los Incas. Una cosa. — 326 — sí, nos enseña Montesinos, que por cierto estuvo muy distante de conocer las ideas avanzadas ó que hoy se adhieren los estu- diantes de la mitología comparada: en sus «Memorias» vemos que Pirua era el dios que invocaban los antiguos peruanos, que sin duda es el espíritu reproductor de la mies ; de suerte que en América, como en tantas otras partes, el vulgo adoraba á un Numen que se relacionaba con el poder reproductor de la tierra. No es posible hacer aquí el resumen de lo que Frazer nos cuenta en su libro «The Golden Bough» (La Rama de Oro"), pero esto se puede asegurar, que si él hubiese conocido las «Memorias» de Montesinos y las ceremonias de los estancieros y labradores peruanos, hubiese aumentado un capítulo mas á su importante y erudita obra, y cuidado que se trata del año 1890. Como se verá mas tarde, el mismo Montesinos dá á la voz pirua el significado de troje ó depósito de todas las cosas, pero lo caliHcaba de gran dios que superaba á un crecido número de otros de menor valía, y también como en la página 73, lo pone á la par de la «Madre Tierra que llamaban Pachamama». La etimología de la palabra iñrua, depende de varias circuns- tancias, porque ante todo hay que saber si es originaria de la Lengua General ; mas si nos sujetamos á ésta, la morfología de la misma obliga á dividirla así: Tir-ua. El ^^<^ puede conside- rarse como partícula demostrativa, y la verdadera raíz será ^j/r, cuyo valor léxico aun no está determinado, si bien puede sos- pecharse que algo tenga en común con la forma Iniilca ó itilca. nombre antiguo del sol en Aymará, y que aun se conserva como apellido de familia bajo las formas bilca y filca. Yo también creo que las razas mas salvajes de la América, como por ejemplo las del Chaco, en su religión se limitaban á creer en brujos y brujerías, pero cuando éstos adelantan en civilización y llegaban á traer alguna idea de un dios superior, ya sea Pachacama, ya Yllaticci A'iracocha, ya Tupa ó cualquier otro, no es científico atribuir á los misioneros cristianos lo que con igual ó mejor derecho, podría derivarse de influencias americanas: pruébese primero que ni en Méjico ni en el Perú existía el concepto de un Dios Supremo, y recien tendrá valor el argumento del doctor Tylor. En todo el mundo parece que reconocemos á un bajo pue- blo esclavo de hecliiceros, y dominado por su temor á los genios del mal, y otro [)ueblo que se sobrepone al i)rimero en lo político y religioso en que campea la idea de la Unidad Suprema. Esto no obstante, en el Nuevo como en el Viejo mundo, vemos á la raza superior acudir á los dioses de la inferior en — 327 — sus flaquezas y desgracias, como también á la inferior adoptar el dios de la superior para sus dias de gala. Miles de años no han alcanzado para estirpar las supersti- ciones del viejo mundo, y conocida la práctica de los misio- neros de utilizar todo lo que encontraban á la mano para el fomento de la enseñanza cristiana, es lógico suponer que mo- dificasen preocupaciones arraigadas, y que no inventasen creen- cias. A un indio que no tuviese tradición de un diluvio, poca impresión le haría la relación del de Noé, y así de las demás leyendas: por eso no son estas universales en todas las partes á donde penetraron los misioneros. En la «Instrucción contra las Ceremonias y Ritos que usan los indios, conforme al tiempo de su infidelidad», llegamos á conocer muchas cosas que se relacionan con las creencias re- ligiosas del pueblo en general. El estudio de estos datos fácil- mente podría extenderse á muchos capítulos; pero una cosa resalta de la «Instrucción»: que ella se refiere mas bien á lo que respecta á las supersticiones generales, porque los Incas y la nobleza luego se hicieron cristianos, y en seguida se olvi- daron de Pachacama, de Viracocha y de Tonapa, mientras que las otras advertencias no estarían demás aun para los sacer- dotes de la actualidad. El alto pueblo con educación é inteli- gencia capaz de apreciar la idea del Dios Trino y Uno de los cristianos, en seguida abandonó el propio Dios Supremo sin que les quedase rastro de él; y si algunos resabios aun se encuen- tran, corresponden mas bien á la superstición vulgar. Interesado en hacer conocer un capítulo oscuro de la histo- ria religiosa del Perú, me he resuelto á tratar en los siguientes párrafos de los himnos con que el Yamqui Pachacuti ha sa- lado su curiosa relación. No puede dudarse que sean originales y correspondientes á la época precolombiapa. Lo que mas llama la atención es la referencia á un culto de Tonapa, que por su novedad merece ser estudiado. Que algunos pretendan identifi- carlo con Santo Tomás, en nada afecta la realidad de la tradi- ción ; y la etimología probable de la palabra nos induce á creer que solo se trata de un epíteto solar, con valor léxico de revo- lución ó giro. Es curioso que el término Tonatiuh contenga la misma raíz tona que se advierte en Tonapa, y ambas, según parece, con significado de sol ó cosa giratoria, lo que produce fuego. Las relaciones que cito adelante hablan de Tonapa como de un ser civilizador ; y el nombre de Tonatiuh se lo daban á Hernán Cortés, porque lo tenían en calidad de emanación solar. — 328 — Pasaremos ahora á estudiar la relación de Pachacuti en la parte que se refiere á los himnos antiguos y culto de Tonapa. Lo QUE DICE XlMENEZ DE LA EsPADA DEL TrATADO DE DON JuAN DE Santacruz Pachacuti. Intr. xliii y iv. « Dánle al tercer tratado de este libro su verdadera origina- lidad y mérito, la sangre y naturaleza del autor, indio por todos cuatro costados, y nó de los orejones cuzqueños, sino de raza collahua, enemiga de los Incas y poderosa antes que estos apa- reciesen dominando en la sierra peruana, sin embargo de lo cual refiere sus hechos sin propósito de rebajarlos y habla de sus personas ingenuamente y sin ofensa de su memoria y al parecer de la verdad. Nada afirma de su origen solar ó divino; atribuyeles uno de sentido común, aunque influido de los dones milagrosos del célebre Tunapa, que él dudaba si sería el apóstol Santo Tomás, pero que hoy lo es sin género de duda por mu- chos americanistas. Porque eso sí, don Juan de Santacruz quiere mostrarse católico cristiano a toda costa, convirtiendo siempre que puede en nuestros diablos los antiguos espíritus de los huacas, y sustituyendo la intervención bondadosa ó severa del incomprensible Huiracocha en ciertos hechos materiales y ex- ternos, ó en la conciencia de los Incas por la de Jesu-cristo ó la de su Eterno Padre. Afortunadamente todas estas cosas saltan á los ojos á pesar de la indiana algarabía en que nos comunica sus conceptos el buen Pachacuti, especie de Quichua con pa- labras castellanas cuya prosodia y régimen es imposible acomo- dar, no digo á la lengua de Cervantes, pero á la de un traductor de novelas francesas; y el discreto conocedor de las antigüedades y del carácter de los indios peruanos, tiene bastante con la simple lectura del texto, tal como lo publicamos para saber lo que de él ha de tomar ó dejar. La circunstancia de encontrarse junto con otros M. SS. del Dr. Francisco de Avila, y anotado además por el sabio visitador, sobre abonar su interés, nos presta alguna luz acerca de la fecha en que debió escribirse, y que yo pongo no lejos de los años 1G13, en que el P. de Avila terminaba de su puño un extracto de la serie genealógica de los Incas, según los comentarios de Garcilaso de la Vega, y comenzaba la primera de las visitas que le encargó el Arzo- bispo de Los Reyes. — 329 — El tomo que contiene la relación de Pachaculi y los papeles del Dr. Francisco de Avila, perteneció al P. Flores, y hoy se guarda en nuestra Biblioteca Nacional». De la curiosa algarabía reproducimos ejemplos siempre que se ofrezca, agradeciendo al Sr. Ximenez de la Espada su im- portante publicación que nos ha dado á conocer cosas que por lo menos merecen ser investigadas á fondo. II Los ABOLENGOS DEL YaMQUI DON JuAN DE SaNTACRUZ PaCHA- cuTi. P. 231. Ant. Perú. «Yo Don Joan de Santacruz Pachacuti Yamqui Saleamaygua, cristiano por la gracia de Dios Nuestro Señor Señor, natural de los pueblos de Santiago de Hananguaygua y Huringuaiguacan- chi de Orcusuyu entre Canas y Canchis de Collasuyo, hijo le- gítimo de Don Diego Felipe Condorcanqui y de D" María Guay- rotari ; nieto legítimo de Don Baltazar Cacyaquivi y de Don Francisco Yamquiguanacu, cuyas mujeres, mis agüelas, estón vivas; y lo mismo soy bisnieto de Don Gaspar Apoquivicanqui y del general Don Joan Apoyngamaygua; tataranieto de Don Bernabé Apohilas Urcunipoco y de Don Gonzalo de Pizarro Tintaya y de Don Carlos Huanco, todos caciques principales que fueron en la dicha provincia y cristianos profesos en las cosas de nuestra Santa fe católica. Como digo, fueron los pri- meros caciques que acudieron en el tambo de Caxamarca á hacerse cristianos negando primero todas las falsedades y ritos y ceremonias del tiempo de la gentilidad enventados de los enemigos antiguos del género humano, que son los demonios y diablos en la lengua general se llaman haptñuñu achacalla». V'- Entre los Collahuas, yamqui era el tratamiento ó apellido que se daba a los más nobles de los primitivos pobladores de aquella comarca, y cuyo origen era una fábula. (Es-pada). Nofas 2* Hapuñuñu ó Hapií/ñuñu — Fantasma ó duende que solía aparecer con dos tetas largas que podían asir de ellas. (Gon- zález Holguin). Este mismo lexicógrafo nos impone que Jtapu quiere decir, la tierra mollidá polvorosa que levanta polvo, mientras que happi 330 es «coger» ó «asir». Los dibujos que se acompañan, figs. I y II, corresponden á objetos traídos de Belén (Catamarca), que por lo pro- nunciado de los pechos parece que deberían corresponder á la idea de estos Hapiñuñu. El primero es un idolillo de barro rosado de esos que con tanta frecuencia se encuen- tran en toda la cuenca de lo que antiguamente fué Londres. Las ba- ses de los cuernos tronchados, los ojos al sesgo, la boca cuadrada y la perforación de las orejas para pendientes es todo muy típico de esta clase de objetos: pero asi como este se distingue por las naturas de la mujer asi otros idolillos las llevan del hombre. La figura nú- mero dos es un vaso ó botellón de as manos apun- Fig. I. — Col. Lafoue, Museo de La Plata. greda y color rosa; así como en la figura !'■' tan al ombligo ó loiipu, así en esta se inclinan hacia pechos ó ñuñn. (S. A. L. Q.) Achacalla — La ch en es- tas lenguas es un chicheo o engrosamiento de la t, así que debe buscarse mas bien como Atacalla. Oa y lia son partículas de ador- no y encarecimiento , y Aian ó Atancaij, según G. Holguin, es ¡a ventura en cualquier cosa, el hado propicio. Como AtahuaUpa se escribe también Ataii- huallpa se concibe que Ata y Atau pueden ser dos modos de escribir la mis- ma palabra. Esta orto- grafía del nombre del fa- moso Inca nos aleja del todo de etimologías galli- .«**) Fig. II. — Col. Lafoue, llusco de La Plata. — 331 — náceas, porque lo convierto en «Rodela de la Buena Ventura», es decir, que se le aplicó uno de los epítetos solares. También podría interpretarse asi, «Protector afortunado». Esta raíz ó radical cliau debe compararse con las siguientes voces del Qui- chua y Araucano: Quichua Araucano Chau centro Chau Padre Pun-chau dia Chaun empollar huero Mas tarde veremos como en América existe el símbolo T tan conocido en el viejo mundo bajo el nombre de tau. (S. A. L. Q. ). III Pachaguti cuenta quien era Tonapa ó Tarapaca. p. 23G. «Y passado algunos años después de haberlos ido y echado á los demonios happimifws y achacallas desta tierra an llegado entonces á estas provincias y reynos de Tabantinsuyo un hom- bre barbudo, mediano de cuerpo y con cabellos largos y con camissas algo largas, y dicen que era ya hombre pasado mas que de moco, que trayeya las canas, hera flaco, el qual andaua con su bordón, y era que enseñaba á los naturales con gran amor, llamándoles á todos hijos y hijas, el qual no fueron oydos ni hecho caso de los naturales, y quando andava por todas las provincias an hecho muchos milagros, etc. bisibles ; solamente con tocar á los emfermos, los sanaba el qual no trayeya interés ninguno ni trayeya hatos, el qual dicen que todas las lenguas hablaua mejor que los naturales, y le nom- bra ua Tonapa ó Tarayaca Vi racochnnpacJiayach ¿cachan ó Pacchacan y Biehhaycamayoc Cunacuycamayoc. Notas 1^ Tarapaca quiere decir, «Águila». Pacchacan quiere decir, «Siervo» ó «Criado». Vicchaicamayoc quiere decir, «Predicador». El Visitador de Idolatrías en el Perú, Doctor Francisco de Avila). Si Tarapaca realmente quiere decir «Águila», en ello debemos reconocer un atributo fúlico-solar. — 332 — 2^ Cunacuycamayoc, mas ó menos dice lo que Vicchaicamayoc; porque cimacuy es — Miconsejar», «predicar» — y camayoc — el que es entendido en tal ó cual cosa». Por lo que respecta á Tonapa y Tarapaca conviene tener pre- sente lo que sigue: que ¡la y ca es probable que sean simples demostrativos, y que tuna es la piedra voladora de un molino. En el tema tara se vislumbra algo que suena á trituración y ambas voces mas bien parece que por su etimología deberían corresponder á la idea del virabarquin de sacar fuego. (S. A. L. Q. ). lY Pachacuti casi quiere decir que Tonapa sea Santo Tomás. P. 236. «Pues se llamó á este barón Tonapa viraeocJiampácachan, pues no será este hombre el glorioso apóstol Sancto Tomás? «Este barón dizen que llegó al pueblo de vn cacique llamado Ápotampo, cuyo sujeto fué al pueblo y dizen que llegó muy can- sado en vna fiesta quando estaban en las bodas, y así por el Ápotampo fueron oydos sus razonamientos con amor, y los In- dios del sujeto los oyieron mala ganas; al fin por aquel dia fué huésped el peregrino, el cual dizen que dio un palo de su bordón al dicho Ápotampo, reprehendiéndoles con amor afable y por el dicho Ápotampo los oyieron con atención, recibiéndole el dicho palo de su mano, de modo que en un palo los rece- bieron lo que les predicaba, señalándoles y rayándoles cada capítulo de las razones. Los viejos modernos del tiempo de mi padre don Diego Felipe, suelen decir que caci caci era lo man- damiento de Dios principalmente los siete preceptos; no les faltaua solamente nombre de Dios Nuestro Señor, y de su hijo Jesucristo Nuestro Señor les faltaua, que el público notorio entre los viejos; y las penas eran graues para los que quebran- tauan. «Este barón llamado Thonapa dizen que andubo por todas aquellas prouincias de los Collasuyos, predicándoles sin des- cansar, hasta que un dia entraron al pueblo de Yamquesupa, pueblo principal, en donde fueron echados el barón con gran afrenta y vitoperio; el cual dizen que muchas veces dormían en el campo sin otra ropa mas de que trayeya camissa larga y manta y libro; el cual dicho Thonapa dizen que los maldijo al — ooo — diclio pueblo de que vino á azer anegados con agua, y el dia de oy se llama Yamquirupacocha, ( la ) laguna que los Indios deste tiempo casi todos lo saben que como antiguamente hera pueblo principal y agora es laguna. Lo uno dizen que en un cerro muy alto llamado Cachapucara estaba ó abía vn ydolo en figura de mujer, (1) á el qunl dizen que Tunapa tubo gran odio con el dicho ydolo, y después le echo fuego y se abrasó el di- cho cerro con el dicho ydolo, rebentándoles y derretiéndoles como una cera el dicho cerro, que hasta el dia de oy ay seña- les de aquel milagro espantable, jamás oydo en el mundo. Y lo otro milagro sucedió en los Quinamares: dizen que con amo- rosas palabras los comencó á predicar en un pueblo en donde abía gran fiesta y banquetes de unas bodas en donde los in- dios de aquel pueblo, sin hacer caso de las predicaciones de Tunapa, y assi fueron maldecidos, convirtiéndolos en piedra que hasta el dia de oy se echa de ver; y lo mismo sucedió quél en Pucará y otras partes.» Y muchas cosas mas cuenta Pachacuti. «Este barón, dizen que andando predicando, llegó á los An- des de Caravaya, y en ella hizo una cruz muy grande, y los trajo por sus ombros asta ponerles en un cerro de Carapucu etc., etc.» Después lo apresan á Tunapa y lo salva un «mancebo» de «muerte cruel» Los dos se embarcan en una manta que les sirve de balsa. « Después de haberse ya librado de las manos « de aquellos bárbaros, estuvo buen rrato encima de una peña « llamada Titicaca, y después de alli dizen que pasó por Te- « quena, hacia Chacamarca, en doude le bió un pueblo llama- « do Tiyaguanaco. Y como se partió de aquel lugar, toda la « gente questauan baylando se quedó hechas piedras, comber- « tiéndese, que hasta el dia de oy se echa de ver». Y así se perdió Tunapa. Nota Por no ser demasiado prolijo se ha omitido el trozo en que se cuenta como Tunapa «llegó á los Andes de Caravaya, y en ella hizo una cruz muy grande, y los trajo por sus ombros, asta ponerles en un cerro de Carapucu Carapucu quiere decir cuando cantan cuatro veces muy á la madrugada una abe llamada pucitpuco)). (1) A este ydolo offrecian personas. Pachacuti. — 33i — Pasemos por alto las etimologías de Pachacuti y fijémonos en los valiosos datos que inconcientemente nos proporciona : Tunapa, un nombre con epíteto solar, se presenta con bordón, es decir, el palo ó tirso ; emblema de virilidad, y derriba un ídolo femenino, y sus enemigos se convierten en piedras. Todo esto apunta en dirección á los dos cultos, el de la natura del hombre y de la mujer. V Si Tunapa no es Santo Tomás acaso resulte ser algún Dios. Pachacuti pregunta ¿Pues no será este hombre el glorioso apóstol Santo Tomás? — y nosotros dejaremos la contestación donde el Yamqui la dejó. Lo que se deduce de la relación que citamos es que era Tonapa una divinidad de la Mitología Andina. Esto es lo único que por ahora nos importa saber. Entre las naciones Guaraniticas el nombre de Tupa se apli- caba hasta al mismo Dios nuestro, de suerte que debe consi- derarse que el tal Tupa debió ser un Dios tan parecido al de nosotros los Cristianos, que sin idolatría pudo usarse en toda la América guaranizante. El signo '^ importa una nasalización, así que Tupa suena Tunpa. Por otra parte esté la voz Quichua tan conocida. Tlmpa — nombre de honor equivalente á Señor, v. g: A TJuipaij Dios ó Señor Dios. Thupac — cosa resplandeciente. Mossí-¿m voc. De todo esto resulta que el nombre Tonapa era un epíteto solar. En la p. 240 Pachacuti dice lo siguiente : «Sacando aquel palo que abía dejado el dicho Tunapa, el « qual palo se llamó Tupaguari, y dos aquülas, de oro pequeños <( con que abía bevido el dichoso Tunapa se llamó tupacuri ». Tliupayauri — el cetro real, vara, insignia real del Ynca. Tupacuri ( Thupacochor? ) plancha de oro y piedras engastadas en que se ponia la masccapaycha ó borla, que con Thupa- cochor hacian la corona real del Ynca. 335 — Thupa. Aquilla cosa real, que toca al Ynca. "\'aso de oro ó plata. jNIossi. in voc. Fig. 3 Así en Egipto se usaba la palabra Bu, que á la vez era el Sol y el Rey. La « Relación Anónima » que Ximenez de la Espada publica entre sus «Antigüedades Peruanas» pp. 158 y 159, vemos dos tiaras, las mismas que formaban la mitra del Vilaoma, cuando en las «fiestas mas principales acudia á los templos del gran Ylla-Tecce ó del Sol ó de Pintan. Esta tiara se llamaba Víla Chucu, (fig. 3,) sobre la cual se ponia lo que venia á ser propiamente la mitra, un armason en que una patena de oro á manera de Sol se encerraba en una dia- dema cubierta de cha- pas de oro y de pedrerías, y abajo de la barba llevaba una media luna de oro. La ori- lla superior iba adornada con plumas de guacamayo. En este estado la mitra se llamaba Huampar Chucu, «casquete de triángulo», (fig. 4). El estudiante de las Mitologías y su simbolis- mo no dejará de advertir, que todo es fálico en este cajiacete y su tapa, em- pezando por el nombre. "N^erdad es que la voz Chucu ha adquirido el valor léxico de casquete, mas Chucu en su forma tucu, en Ca- tamarca al menos, á veces Fig. 4 — 33G — tiene otro significado que es el de « meter » ó « internar », y con este sentido la hallamos también on el Araucano. El cimero que consta de un mortero con su mano, ó sea una taza con pistón es un verdadero lingam-in-yoni ; y los cuatro adornos á moda de hebijones son á todas luces cuatro naturas de mujer, muy parecidas á los símbolos de igual clase que se conservan en los artefactos antiguos del ^'iejo Mundo. La funda exterior ó mitra deja tapados á la taza y pistón, pero ostenta un Sol en gloria, cuya colocación no deja lugar á duda. Pora mayor abundamiento tenemos la media luna en el barbiquejo. Todos estos ornamentos pues nos hablan de un culto falo- solar mezclado con la idea del fuego, indicada por la raiz tu; y que esta raiz existía se comprende desde que en la región Quíchuo-Argentina aun se oye Uaj, «qué calor», titcu «coleó- tero grande que alumbra», y tutu, «fuego». Curioso es que el autor Anónimo hable de « YUa-lecce, ó del Sol ó de Piruan sin mas comentai'io; pues ello confirma lo que cuenta Montesinos, que Pirua era lo mismo que Ylla-ticci Viracocha, el Pi-incipio Reproductor del Universo. El Tupayauri, ó bastón de Tonapa y las dos Aquillas ó vasos son también típicos del culto falo-solar, y estas nunca faltan en el correspondiente simbolismo del viejo mundo. En cuanto al Huampar Chiicu véase la curiosa procesión de figuras en la obra de Wiener sobre Perú y Bolivia, que aqui se reproduce (fig. 5): los hombrecicos estos llevan capacetes y dalmáticas de triángulos. En el Viejo Mundo el triángulo era el símbolo de la mujer. Fig. 5 — 337 — VI El Yamqui Pachacuti cuenta quien era Apo Manco Capac i" Ynca. P. 240. « Dizen que aquel dicho palo que liavian dejados el dicho Tunapa, estregándoles en las manos del dicho Apotampo, se combertió en oro tino en el nacimiento de su descendiente, llamado 3Ia>icopaci/nca, cuyos ármanos y ermanas eran ciete, llamados Ayarcacld, Aijarriicho, Aijaroca etc. El qual dicho Apo- mancocapac, después que murió su padre y madre llamados Apotampo, Pachamamaachi, biéndose ya sin padre, guérfanos y siendo ya hombre, hizo la rreseña de su gente, para ber que fuerzas tenia para el nuevo conc|uista que pretendía hacerlo, >• como se halló algunas dificultades y contradiciones, y como le bió todo aquello, hizo su concierto con sus hermanos para buscar tierras tomando sus bastidos ricos y armas sacando aquel palo que había dejado el dicho Tunapa, el cual palo se llamó tupa- yaiiri, y dos aquillas de oro pequeñas con que había benido el dicho Tunapa se llamó tupacuri, y llamando á sus hermanos, y ansí se jtartió házia el (;erro de donde sale el sol ó mediodía. » Muchas cosas mas y muy curiosas cuenta el Yamqui, que no san para reproducidas en esta vez, y mas conviene reforzar el testimonio de Pachacuti con el de Montesinos en sus Memo- rias Antiguas pp. 4 y 5. (( Llegaron los primeros cerca del paraje que hoy es el Cuzco, en tropa y forma de familia, y según la cuenta de los amautas eran de cuatro hermanos, llamados Ayar Manco Tupac, Ayar Cachi Tupac, Ayar Anca Tupac, Ayar Uchú; y de cuatro her- manas, cuyos nombres eran : Mama Cora, Hipa Huacum, Mama Huacum, Pilco Huacum. » Estos tres hermanos de Manco, que fueron Ayarcachi, Aya- ruchu y Ayaraoca van designados con nombres que se prestan á toda clase de etimologías ; pero esto puede concederse que ati es una raiz que dice vencedor, conquistador, algo de poderoso, acaso gigantesco. Así como achi es por ati, también uclm es por utu — «pequeño» — siguiendo la ley de mudanzas fonéticas de estos idiomas, en que la t ante la i sufre chicheo, es decir que se engruesa. Aoca dice — «guerrero»' Sería curioso que estos tres hermanos de INIanco Capac pre- figurasen las naciones gigantescas, pigmeas y belicosas que quedaron sometidas á la dominación de los Reyes del Cuzco. — 33S — Hipótesis por hipótesis es tan racional como la otra de ([ue Tonapa puede ser Santo Tomas. Por lo visto, los padres de Manco Capac eran Apotanqoo y Pachamamaachi. En la nota del Dr. Avila consta que él consi- deraba que Apotampo era Paccarectampii : esto es» el Tamputtohco, ó Ventana por donde amaneció ó fué procreado el fabuloso Manco Capac. Apotampo, parece mas bien nombre de lugar (jue de persona ; pero ello no importa que en la antigüedad lampo no pueda haber significado niguna otra cosa. Pachamam:i es el nombre que se dá en muchas partes al Numen Local ó Genius Loci. Pachamamaachi, sería al ati de la Pachamama : Ati según parece es graiidexa, poder y muchas otras cosas más. Sencillamente podría interpretarse — La principal de las Pachamamas. Xofa La veneración por la Pachamama es tan común hoy en nues- tras Sierras como en tiemiDO de la Conquista : en las hierras y otras fiestas campestres recibe ella sus primicias, las que se entierran en un hoyo preparado qara el efecto. Parece que se trata de la fuerza femenina del Universo. El otro nombre Pachacamac, equivalente de Yachachic se re- fiere á un Creador ó hacedor de nuevo de alguna cosa, que en este caso es el Universo. Aun no se ha podido establecer el sexo á que realmente correspondan las raices que figuran en estas dos palabras. Dada la morfología Quíchu-a es mas que probable que estas dos voces contengan una doble raiz cuyas consonantes en el primer caso serian c y m, y en el segundo ¡j y t. También es muy posii)le que la m en mama sea de mas- culino y no de femenino, porque al fin es palabra cfue no puede asignarse exclusivamente á la idea de madre, pues en Aymará más bien dice grande y algunas otras cosas: esto en cuanto al uso antiguo de la palabra, porque después de la Conquista puede asignársele el significado maternal. VII Oración que inventó el viejo Manco-Cáp.\c ynca con intención DE HALLAR AL Señor DE CIELO Y TIERRA. {Á^ta dcl Doctor Fran- cisco de Arila p. 248. ) u Y en este tiempo dizen que el dicho Manco-Cápac siendo ya muy biejo, solian dezir quando oraba por la prosperidad de su hijo, hincados las rodillas, diziendo anssi : » 339 Himno de ]\1anco CáPx\.c Toxto cDiucudado Ali Uiracochanticricápac (1) Cay carichacon Cay uarmicachon Uilca ulcaapu (2) Hinantima (na?) Acliicchacamac (3) Maypin canqui Mana choricayquiman Hananpichum Hurinpichum Quinraynimpichum Capacosnoyqui Haynillabay Hanancochamantarayac. Hurincocha Tiyancayca Pachacamac Runahuallpa (4) Apoynnayquicuna (5) Camman Allcañañiyuan (ñauiy?) Riacytam (Recsiytam?) munay- qui RicLiptiy Jachaptiy Unanchaptiy Hamuttaptiy Ricucanquim (Ricuwankim ? Jachauanquim íntica, Quillaca Ppunchaoca Tutaca Pocoyca , (1) Nota I. (2) Nota II. (3) Nota III. (4) Nota VI. (5) Nota V. Traducción O Uiracocha Señor del Universo: ( Ya sea este varón. Ya sea hembra. El SeTwr del calor ij de la gene- ración ) : Así como quien. Hace soi'tilegio con scdiva ¿ Adonde estás ? Si ala no fuera tu hijo ; Ya sea de arriba, Ya sea de abajo, Ya del rededor de Tu rico trono 6 cetro; Óyeme, Desde el mar de arriba en que permaneces. Desde el mar de abajo. En que estas, Creador del mundo, Hacedor del hombre, Scíior de todos los Señores, A ti Con mis ojos que desfallecen Por verte, ó De pura gana de conocerte. Pues viéndote ijo. Conociéndote, Considerándote, Entendiéndote Tú me verás. Me conocerás; El Sol, la Luna, El Dia, La Noche. El Verano, I 340 Tuxto fiiincudadu Chiraoca Manam yancaclio Camachiscam Purin Unanchascaman Tupuscamanmi Chayan Maycanmi Tupayauricla Apacliinai'canque Hayñillauay Oyarillauay Manaracpas Saycoptiy Uañuptiy Traducción El Invierno, Ko cu balde Ordenados, Caminan Al lugar scñcdado, A sit término Llefjaii Cuakiuiera que sea doquier Tío cetro real Llevas : Óyeme, Esciicheime No sea eme Me canse. Me in llera. Y después desto siempre los acordalja de Ttonapa, doziendc Runa huallpac Papachacam Yanansi ; Cahuay ari, Chayari yuyallahuay : Cozco capac Churatamuyqui Apu Tarapaca Thonapa pacta (1) Varoptiypas Capac ruracta Moscoyquicta Concahuacrac Huañupliyri Yuyaycunayta Callpanchanquitacmi, Payllanquitacmi; Recsichillahuanquiman Pichum carean Achachus cachón : Canquiman happiñuñu. Llasacatic manchachic: Ricsilhivman ! Del Criador de los houihres, Que Papachaea Su siervo es dicen ; Míralo pnes; Por tanto acuérdate de mí. Rey del Cuxco Yo te pongo de paso • Señor Tarapaca Tiionapa ■mira vio Desfallexca yo. g A tu noble hacedor, A tu cnsueiio Olvidaras todavía ? Y muriendo yo Mis sentidos Comportarás también, Recogerás del misino modo O si me hicieras conocer Quién eres Sea lo (juc dix que fuere. Ojalá fueras ini fantasma A una pesadilla que dá miedo ¡ O si conociera! (1) Nota VI. :5il — Texto t'Uniciidmlo Ynchallnyman ! Allpamanta camaquey, LLutaquey, ricullahaay, Pim canqui liuallpac? Uiiu machum cani / O si supiera! Tú ([lie me criaste de la tierra Y del barro me formaste, míirime pues : ¿ Quién eres, Criador ? Mitij viejo ya yo soy. (( Diziendo todo esto, dizen que comenro á ber si los hallaua y topaba con el Hazedor, si acasso por ventura etc. los mando quemar encima de la manera de un altar, un cordero blanco : este se dizen arpay; y como nu vio nada ni nadie le respondió, mando que ¡i un hijo suyo mas hermoso de todos, de tarnafu» de ciete ocho años, los hizo de aspacoy corlándole la cabeza y echando la sangre en el fuego para que el humo lo llegase al Hacedor del cielo y tierra. De todas estas cosas jamás lo res- pondieron en Curicancha. » La traducción de arriba es el resultado de larga correspon- dencia con el ilustre é ilustrado lingüista P. Mossi. Las en- mendaturas y la base de la versión castellana son ambas de él, pero en las notas siguientes se propondrán algunas variantes en la interpretación. El Himno es hermoso y tiene todos los visos de la autenticidad. Xota I. Uiracochaiitlcricapac. Según González Holguin, la voz ticri dice «origen», «principio», «["andamento», «cimiento», «causa». debiéndose advertir que la ce doble es simplemente una gutu- racion fuertísima, y más bien un sonido y no una combi- nación como resultaría de los signos castellanos. Esta fuerte guturacion con frecuencia suena con s, y es probable que resulta de alguna Je con sonido más ó menos gutural. Más que probable es que la voz encierre una idea fídica, la fuerza reproductiva de la naturaleza, ya sea hembra, ya sea macho, ya hermafrodítica. Algo de esto debe entenderse á estar al paréntesis que sigue. La palabra Uiracocha, que es el equivalente idiológico, si bien no fonético de Pinta, al decir de Montesinos y otros, indica un culto en que prima la idea del Arca ó Mujer, es decir, los iM-ganos femeninos; porque la palalira cocha que dice «mar» indudablemente se rehere al seno de la hembra, y que muy bien puede representar en este caso la famosa idea del Lin- ijam-in-yoni. — 3Í2 — La Pirua ó «troje», que era el modu antiguo de designar al dios Uira cocha. ¿Qué era si no el arca ó vulva en que se en- cerraba la mazorca del maíz, en la famosa ceremonia llamada Aymoray, cuando encei'raban la mamacara en su respectiva 2ñrua y le hacían mil ceremonias? Lo que éstas eran se sabe por la «Instrucción contra las Ceremonias y Ritos que usan los Indios». Sevilla 1603, en el Capítulo de las fiestas de cada mes. En todo esto resalta el culto a las fuerzas reproductoras, hembra y macho en cópula de la naturaleza. Nota II. Este curioso paréntesis viene á confirmar la hipótesis de la nota anterior. En medio de su invocación salva Manco Capac los respetos al sexo dudoso hermafrodita de su divi- nidad, con la expresión ya sea varón, ya sea hembra ese Sol, Señor del Falo. En mi concepto esta es la verdadera tra- ducción del verso, porque Uilca ó Vüca era el antiguo nombre del Sol entre los Aymaraes, ó como quien dice, entre los Peruanos Viejos. Qué razón hubo para este cambio de nombre es lo que falta que saber, siendo lo más probable una modificación del culto y su simbolismo. La voz Uilca ó Vilca dice también «bomba» ó «jeringa», valor léxico muy significativo, si aceptamos que le raíz idll ó vill diga «falo». La terminación m no pasa de ser el pronombre demostrativo, así que el estudiante debe buscar el significado del sonido tiil, vil, hil, pil, fil, y aún ¡nil y jil. Como apelativo son comunes las formas vilca y fdca; pil se encuentra en la voz 2ñlco, nombre de un pájaro cuyas plumas servían para adorno, siendo conocido el valor fálico de ellas; vil, mil, pil \ jil son terminaciones comunes en nombres de lugar, y en la combina- ción Famayfil, antiguo nombre de Belén, desde que huama poi- fama dice «inventor», ó «creador» muy bien podemos tener una expresión, que refiriéndose á cerros con forma falica, diga el (.(linga» ó «falo de dios». En cuanto á Ulcaapu la traducción de P. Mossi pone de manifiesto que él considera la voz ?í?ca como sincopacion de iillu. «falo» y el demostrativo ca. La frenología quichua más bien indica que seria tillaca la forma extensa, y jior lo tanto me inclino ii creer, que tratándose de lenguas y oídos Aymaraes la voz haya sido nllu-raca, que de la manera más natural, dado el leleo Aymará, ¡¡asaría por síncopa á sonar iillca, que diría lin/j(im-in-yoni : interpretación ésta muy del caso desde que acaba- — 343 — ba de decir el suplicante que la divinidad á que se dirigía podio ser de uno ú otro sexo. La voz inti es sospechosamente femenina en su formo, pero faltan datos para poder examinar ó fondo lo etimología de esta voz. Los idolillos que se encuentran en todas partes tan luego presentan las naturas del hombre como de la mujer, y esto es común al Perú, Argentina, Chile, etc. No es necesario repro- ducir aquí los idolillos fálleos que abundan en todos los libros que tratan de esta materia. En la conclusión se volverá á tratar de este asunto. Kola III. Achicchacamac voz derivada del tema aehih, «el hechicero sortílego que adivina por suertes, haciendo saltar la saliva de la mano, ó el sumo de coca hacia donde está lo perdido»: González Holguin: in voc. Esto parece que indica que Manco Cápac buscaba lo que había perdido, algo superior á esos dioses andróginos que nos pinta la arqueología. Kola iV. Runahuallpa, voz es esta propia de Dios cuando hace ó forma sus criaturas. Muy de observar es la raíz hiiaU que encierra el significado de círculo ó giro, y que muy bien puede referirse al torno del alfarero ó á la tarraja de sacar fuego. Koia V. Apoyrmttyqiiiciina. No me satisface la interpretación — Señor de todos los Señores, pero esto debe resultar de alguna cor- ruptela en el texto. El P. Mossi sin duda deriva la voz del tema apiinnac, «él que no tiene superior»; pero falta que explicar la forma plural y la partícula yqni. En la Quichua Argentina existe un verbo ina. «hacer», pero no es fácil que sea derivado de esta raíz, y por ahora tendrá que valer la interpretación dada desde que no se ofrece otra mejor. Kota VI. Thonapa. Este curiosísimo nombre del siervo de Uiracocha parece que se relaciona con el tema Ttonay, «piedra de moler». La iníer-relacion que existe entre las ideas de Sol y moler — 344 — inducGii á creer tiue ])uede haber alguna correlación entre las voces Thonapa y Ttoucí//. No es posible creer cjue Pachacutí haya inventado un nuevo individuo en la Mitología Peruana; pero también es raro que no se haya propagado más la noticia de este importante perso- naje. A lo que se vé es un epíteto solar, el primero de los siervos de Dios, pues eso y no otra cosa dicen los agregados Papachaca y Tarapaca. VIII De la muerte de Manco CApac. p. 250 «Y entonces los hablan hecho elegirá los ombres de buena bida, para como manera de sacerdotes, para que llamaran y alcansaran y conocieran que donde estaua el Hazedor del Cielo y tierra, porque como había bisto y hallado la poca debucion de su hijo SincJitroca; y entonces á esos electos para á manera de sacerdotes los abía encargado el dicho ilfancopac diziendo: Himno Texto enmcutlado Cusi simirac Cusí callurac Punchau cay tuta Huacyanquitac Sacicuspa Ttocyanqui ( tuyanqui ) Ichatacpas Cusinchicpi Quillponchicpi? Mayman tapas Runahuallpac Apu ticci capac Uyarisunqui? Cayta nisunqui : Camtacca INIayñec mantapas Hinata viñaypas Cay camayoclla. Jamunqui ? ( Llamanqui ) Versión castellana Todavía con alegres palabras, Y con alegres jjromesas, D/'a á esta noche También Uainaras Y despnes de haber aganado Te hartaras Qiiiiá En nuestras alegrías Y aun en nuestros festines'! De dónde pues El Hacedor de los hombres, Señor Bueno del Universo Te oirá''! Esto te dirá: Tú pues, De qué parte Así no mas siempre Haciendo esto Vienes'! — 3Í5 - Y así. esto deputado, abian tenido siempre el cargo como de sacerdote, y jamás tuvieron respuesta de Dios ni otra cosa. Mientras el biejo Mancocápac acabóse la vida, etc.» En seguida cuenta el Yamcjui Pachacuti de los hiiacanquis, esas «pedresuelas muy redondas» y otros hecliizos que roban el corazón, y que dice se descubrieron por primera vez en tiempo de Sinchiroca : de muchas otras cosas también habla el buen Colla. Estos huacanquis ó «soncocqm chinacoc» hoy se llaman hiiacanquülo en la región catamarqueña, y dicen que lo tiene el que se hace querer de todas. Poco ó nada hay que oljservar acerca del texto de este himno; liero es una de las joyas que nos conserva Pachacuti, que nos da á conocer como pensaban y escribían aquellos hombres ó por lo menos, los Amantas y Qui'po-camayoc cima que apuntaron y conservaron estas tradiciones. Así como así podría el himno corresponder á cualquier culto, pero no se debe exigir de todos el mismo interés mitológico. IX Capacyupanqui conjura al mismo demonio Cañacgay. Yauirca. p. 2(j0 Cuenta Pachacuti que el «ynga Capacyupangui» hizo aparecer ei Hitaca nCañacgiiaij Yauirca)^ y después de un diálogo. «Dizen que este demonio de aquella cassa salió dando gritos como truenos y rayos, y desde entonces dizen que todos los guacas siempre los tenía á los yngas, y que los yugas también los acostumbrauan el yacarcay (conjurar) como conjurándoles en nombre del Hazedor deziendo anssi » : Texto corregido Hananpachap Hurinpachap Cochamanta rayacpa, (1^ Camaquenpa Tucuy atipacpa Sinchi ñahuiyocpa iManchay ttemyocpa Cav cari cachun In nomine Traducción Del cielo, De la tierra, Del que yace en lo profundo de los mares; De su Creador, Del todopoderoso Del que tiene ojos fuertes. Del dueño del herridero espantoso, Sea este varón (1) Acaso Coatí; cap. XIII nota I. 346 Toxio corregido Cay l)uarmi cachua Ó sea esto mujer, Ñispa camacpac Dicieiido que para el Hacedor. Sutin huarmi, Mujer se llama, Camachiyqui. Pues bien yo te invoco Pim canqui? ¿Quién eres? Maycanmi canqui? ¿Y cuál eres tú? Ymactam ñinqui? ¿Qué dices? Rimayña Habla jmes ya. Los genitivos, como muy bien observa el traductor, estarían en el aire si no dependiesen del texto Castellano, pues hay que suplir «en nombre» que allí rige «del Hacedor» y á este geni- tivo corresponden los demás epítetos de la invocación ó conjuro. Y sigue el Yamqui : «Y assi, dizen que con estas palabras los hacían temblará todos los guacas, aunque no los habían dejado el hacer cajm- cochacocay, etc. ; que si estos yngas obieran alcansado la ley evangélica, etc.; como y con que amor los creyera en Dios! Porque entonces los demonios y diablos, como á gente sin letras y simples ignorantes ydiotas, y con poca facelidad se apoderaron haciéndose señor absoluto, siendo tiranos antiguos». a Con foca far.eUd.ad )y se comprende que el Yamqui recelaba estar tan impuesto en todas estas idolatrías. El Presbítero Mossi agrega esta importante nota: Capa la palma de la mano. Cochacu encoger la mano. Cay el ser. La palabra entera dice — encogimiento de manos. El ect. se refiere á algún acto de invocación ó exorcismo en que entraba agua clara alzada en la palma de la mano. El Dr. Avila en su nota dice que yacacani es conjurar; y el Presbítero Mossi agrega lo siguiente — ñacarcay de ñacarini — «maldecir», «comprar», «afligir». De mi cosecha agregaré lo siguiente : la ?/ y ñ se confunden en Quichua, ni hay que ex- trañarlo, porque ñ no pasa de ser // reforzada con n. Obsérvese la nueva duda acerca del sexo del Dios que se invoca. Probablemente sería la fórmula recibida en toda petición á los dioses de aquel Olimpo. Vale la pena de comparar este conjuro con los que usaban los Caldeos y otros, según nos lo cuenta Lenormant en su «Maien si la Nuestra cara Vuestra cara Su cara (de ellos) forma que se dá es universal, ó si las |)artícalas agregadas varían según la palabra ; en este caso se darán mas ejemplos con voces que signifiquen parles del cuerpo, porque así se comprenderi'i mejoi- la r^gla del caso. Debe espresarse también si estas letras postizas pueden mu- darse del princi[)io al fin de la palabra ó á la inversa. También conviene dar las pin'lículas cpie dan la idea de multitud, como por ejemplo, las ipie de hombre hacen gente, de caña cañaveral, do yeyua, manada, etc. IV NOMBRES ADJETIVOS Lo pr¡uii:^ro (pie hay que notar es la colocación del adjetix'o, para sabei' si se dice hombre bueno ó buen hombre, dando algu- nos ejemplos. En seguida se explicará si hay que decii' buen hombre, buena mujer, como entre nosotros, ó si i>ne:n sir\e [lara todo. Debe observarse si en las palabras que correspondan á estas: cristiano, cristiana, paisano, paisana, puelche boml:)i'e ó mujer, distinguen el sexo al nombrarlos. Dense ejemplos como estos : Buen hombre Buenas mujeres Buenos hombres Linda casa Buena mujer Lindas casas — 407 — Dense las equivalencias de estas frases : Pedro es mas bueno que Juan Juan es mas alto que Diego Antonio es monos grueso que Gabriel Felipe es muy alto Gerónimo es lo mas alto (jue hay Bautista es tan alto como Manuel Yo soy bueno Tú eres bueno Él es bueno Nosotros somos buenos Vosotros sois buenos Ellos son buenos. Kn seguida se expresarán los numerales, 1, 2, 3, etc ; y los ordinales primero, segundo, tercero, etc. PRONOMBRES Dense las palabras equivalentes á todo lo que sigue: Yo Nosotros Tú Vosotros Él Ellos Averiguando si hay plui-al separado para solo dos, y si distinguen un plural que excluye al que oye hablar. Esta casa es mia Este, Esta Esta casa es tuya Ese, Esa Esta casa es suya (de él) Aquel, Aquella Hlsla casa es nuestra Estos, Estas Esta casa es vuestra Esos, Esas Esta casa es de ellos Aquellos, Aquellas Se explicará también con ejemplos si se distingue entre el modo de estar de las diferentes personas, como ser: parado, acostado, sentado, y si cambian algunas letras según el sexo de la persona que lo está. — 408 — En los sustantivos se lia pedido ejemplos de frases estas;: Mis ojos Nuestros ojos Tus ojos Vuestros ojos Ojos de él Ojos de ellos Otro, Otra Yo mismo te lo di Otros, Otras Él mismo te lo dio Alguno, Alguna y plural es Tu mismo me lo diste Alguien Yo mismo me lo puse Mismo, Misma y plura es El mismo se lo puso Tu mismo te lo pusiste Yo te quiero Tu me quieres Yo lo quiero Tu lo quieres Yo os quiero Tu nos quieres Yo los quiero Tu los quieres Él me quiere Nosotros te queremos Él te quiere Id lo id Él nos quiere Id os id Él os quiere Id los id Él los quiere Vosotros me q uereis Ellos me quieren Id lo id Id te id Id nos id Id lo ■ id Id los id Id nos id Id os id Id los id Se expresará si en los demás verbos se dice del mismo modo, y si hay diferencia se darán ejemplos de las variantes. Por ejemplo, se puede hacer con dar y castigar, lo que se ha hecho con el verbo querer. ¿Quién es este hombre? ¿Quién es esta mujer? ¿Quiénes son estos hombres? ¿Quiénes son estas mujeres? ¿De quién es esta casa? ¿A quién le doy esto? ¿Para quién es este pan? ¿Con quién está Juana? ¿Por quién pide Pedro? ¿Qué casa es esta? ¿De qué es esto? ¿Para qué es esto? ¿A qué vas allá? ¿Con qué cuentas? ¿De qué es la faja? ¿Porqué vienes? ¿En qué pondrás esto? ¿Cuál de los dos viene? ¿Cuáles caballos son? — 409 Yo soy el que vine Tú eres el que viniste El es el que vino Nosotros somos los que vinimos Vosotros sois los que vinisteis Ellos son los que vinieron VI VERBOS Si posible fuere, debería expresarse aquí si todos los verbos se conjUf^an de un solo modo 6 si varían según los casos. Lo conveniente es que se dé ejemplos de todas las formas, empe- zando por las más usuales, y así hasta el fin. Como no se puede adivinar cual sea el verbo tipo, se pone uno cualquiera, que se sustituirá con el que convenga. Indicativo Presente Yo quiero Tú quieres Él quiere Yo quería, etc. Yo quise Tú quisiste Él quiso Nosotros queremos Vosotros queréis Ellos quieren. Imperfecto Pretérito Nosotros quisimos Vosotros quisisteis Ellos quisieron. Pluscuamperfecto Yo había querido, etc. Futuro i" Yo querré Tú querrás Él querrá Nosotros querremos Vosotros querréis Ellos querrán. Futuro 2° Yo habré querido, etc. Imperatii'o Quiere Quered. — ilO — Subjuntivo Presente Yo f[uiera Nosotros queramos Tu (|Lueras Vosotros queráis Kl (|uiera Ellos quieran. Imperfecto Yo querría, ijuisiera ó quisiese, etc. Pretérito Yo haya (juerido, etc. Pluscuamperfecto Yo habría, hubiera ó hubiese querido, etc. Futuro 1° Yo hubiere (|iierido. etc. Infinitivo V Participios Querer Queriendo Haber querido Habiendo querido Haber de querer Habiendo de querer Si las conjugaciones son varias, se dará un ejemplo de cada una, y so expresaní si es indispensable agregar el yo, tu, etc. Si hay verbo ser y estar, se dará la conjugación conqdeta de ambos. VII ADVERBIOS De Lugar Aquí l'lnh'ente Allí Dentro Allí Fuera Acá Arriba Allá Al)ajo Acullá Delante Cerca Detrás Lejos Encima Donde Debajo Adonde Junto 411 ? Tiempo Hoy Presto Ayer Pronto Anteayer Siempre Mauana Nunca Ahora Jamás Antes Ya Después Mientras Luego Aun Tarde Todavía Temprano Ogaño Pasado mañana Antaño I^eije expresarse si estos adv nos antes ó después del verbo. Vengo acá Vas allá ^'a lejos De Modo Ando bien Andas mal Anda como yo ¿Cuál vino? Anda despacio Habla bajo Todos salvo Juan Están conforme De Cantidnd Como mucho Comes poco Come bastante Casi morí Harto siento Es tan bueno Tan Menos De Coiupuracion Mas Esto mas Quiero mas á Pedro Quieres menos á Juan erbios se ponen todos ó algu- elc, y con ejemplos así: \'amos cerca Vais abajo Van arriba. Andamos asi Andáis apenas Andan recio Dale duro Sube alto L,o hizo adrede Buenamente Malamente. No comemos nada Es muy i)ueao Muy Casi Tanto sé Tanto Mas. Estoy mejor Estás peor — 412 — De Orden Primeramente Antes En seguida Después Últimamente Be Afirmación Si Es verdad Cierto Siempre De Negación No Jamás Nunca Tam|ioco No quiero que vayas Ni te doy ni te quito No salgas Nunca vuelvas Jamás te daré Tampoco te lo pido. De Duda Acaso Quizá Acaso vaya Quizá vayas ¿Dónde vives? ¿Adonde vas? ¿Cuándo vienes? Donde lo dejes lo encontrarás Adonde vayas te seguiré Cuando vengas avisa ¿Cómo está el enfermo? Estoy corno ayer Me lo dijo como en amenaza Juan es tan bueno como Pedro Tan malo como tú Huyó como cobarde Siempre vengo de noche Nunca vienes de dia. a ante bajo cerca con Pr eposicioncs desde según en sin entre so hacia sobre hasta tras — 413 — contra para de por Pedro da maiz á Juan Diego va al Pueblo El maiz está bajo de techo Francisco vive cerca del rio Pli'icido tiene lazo con argollas Fernando está con D. Pedro Los Indios niarchan contra el enemigo María vive contra el rio Ramón tiene un anillo de oro Pedro viene del pueblo La estancia es de muchos Desde ayer que no como Desde aquí hasta el Pueblo Desde mañana hasta pasado Venancio vive en casa Tú vives entre los Indios Yo vivo entre los cristianos Tu vas hacia el Pueblo El pan es para mí, para tí y para él El pan es para nosotros, para vosotros y para ellos Por tí lo hago No irás por allí Él irá por el rio Por no ahogarme no cruzo el rio Según dices tú no es cierto La carne está sin sal Huevos con tomates Pedro está sobre la casa Juan está atrás de la casa Voy tras tí. Conjunciones Pedro y Juan vienen Ni Pedro ni Juan vienen Dice Juan que vengas Dice Pedro que compres pan ó carne Aunque mandes no traeré Lo esperé pero no vino ¿ Con que dices que te quiere mal ? No vino por que estaba ausente. — 411 — hiterjecdones Se dai-;in las esclamaciones mas usuales tanto las limpias como las sucias, dándose también el signiiicado literal. Para el vocabulario se recomienda los siguientes grupos. Grados de Parentesco. Partes del cuerpo y alma. Individuos del género bumano, sus estados y edades. Todo el ajuar del caballo. Animales é insectos. Vestidos y sus relativos. Términos de las creencias ó religión. Tiempos y estaciones. Cosas de pitar. Cosas de estudio. Casa, rancho y sus palies. Cocina y sus i-elativos. Cosas que usan los indios para el campo. Condimentos. Plantas, árboles y yerbas. ALGUNOS VERBOS ÚTILES Amar Haber Ir Llorar Hacer Temer Ser Restituir Yo robaba Pensar Comprar Vender Traer Salir Dormir Ofender Yo tocaría Coser Morir Fornicar Responder Maldecir Escuchar Tomar Sei'vir Cori'er Pedir Perder Llamar Mentir Acabar Desmayar Maliciar Caer Levantarse Nombrar Yo^ saludo Deber Sufrir Decir 415 Poner Desear Poder Dejar Pesor Trabajar Comer Dar Esperar Llevar Yo destierro Querer Oir Parecer Yo siento Estar Yo rempujo Huir Apearse Arrastrar Yo engaño Aflojar Entender Tirar Creer Hacer fuego Bautizar Hacer hervir Mandar Alegrarse Yo espanto Subir Hablar ^'oy por allá retir; Yev Yo bebo Tropezar Yo crio Venir Estar sentado Mirarse Yo me acuerdo Yo castigo Yo bailo Yo j uego ó voy á j ugar Buscar Llegar Fijar Rendirse Yo entro Yo me canso Hervir Yo aborrezco Brillar Lastimar Yo ordeno Manifestar Yo arranco yuyo Preguntar Yo atropello Matar Yo ayudo Confesar Santificar Apretar Tener Beber Yo me lavo Llueve Yo me desocupo Truena Yo andaré Tocar Hallar Jugar Quemar Yo acompaño Asar Yo plancho Calentar Se agregarán todos los mas verbos que se puedan. — 416 — Sería muy útil tratar de conseguir el Padre nuestro traduci- do lo mas literal que se pueda, y se ruega al que lo haga, que cuando haya que cambiar la frase, porque el indio no siempre puede reproducir nuestro romance, se dé el equiva- lente de cada palabra. Samuel A. Lafone Quevedo. VIAJE A LAS ]VIisiones ARGENTINAS Y BRASILERAS POR EL ALTO URUGUAY JUAN B. AMBROSETTI PARTE DESCRIPTIVA / AL LECTOR Acabo de efectuar una escursion por la espléndida región de las antiguas Misiones, y tratando de apuntar en mi diario de viaje las observaciones que hoy presento, bien ó mal escritas, creo que habré contribuido á hacer conocer parte de un terrri- torio que hasta ahora ha sido poco estudiado. Escribo para todos: la parte cientíñca la encontrará el lector en los apéndices. He oído decir á un amigo, dando su opinión sobre un libro: es muy bueno, sobre todo en los capítulos en que el autor se ha olvidado de que era un hombre de ciencia. Debo hacer constar también que he tenido la suerte de que el agrimensor nacional don Juan Queirel, uno de los pionners de la primera hora de Misiones, me cediese su diario de viaje durante la mensura practicada de los campos de los señores Ambrosetti y Storni, el que puljlico casi íntegro, intercalando sus páginas llenas de datos interesantes, entre las mías. Al señor Queirel debo también muchas de las fotografías que acompañan este trabajo. El diario de viaje del señor Queirel se hubiera perdido segu- ramente, porque con su modestia habitual, no creyéndolo de importancia, habíalo archivado; felizmente, accediendo á mis ruegos, me lo entregó, y hoy, al publicarlo junto con el mío, me hago un deber de consignarlo; y como no quiero vestirme con las plumas del grajo, los capítulos que le pertenecen lle- varán el título de Expedición Queirel, é irán colocados en su lugar correspondiente, á fin de no alterar el plan general de la descripción. 420 — CAPITULO I DE BUENOS AIRES A SANTO TOMÉ Abordo del Rlvadavia. — El viaje hasta Concordia. — De Concordia á Monte Ca- seros. — El Alto Uruguay. — Abordo del Ibera. — De Monte Caseros á Santo Tomé. — Estadia en Santo Tomé. — La Santa Tomeana. Después de almorzar sobre la cubierta del vapor Rivadavia, nos paseábamos de popa á proa mientras cruzábamos frente á la isla de Martin García. La conversación con otros pasajeros recayó sobre la región que íbamos á recorrer: el Rio Uruguay, que nos divide de las repúblicas Oriental y Brasilera. Qué arteria fluvial, qué comer- cio importante se desarrolla en sus costas, qué capitales in- mensos trasportan los buques que surcan sus aguas capricho- sas y puras ! El Uruguay en bajante, mostrándonos las puntas de las temi- bles piedras de su fondo, ó ya crecido ocultándolas completamente, interrumpe ó activa el vaivén de ese hormiguero de buques y vapores de todos los registros y tamaños posibles, que vacíos ó cargados navegan en él, llevando en sus bodegas las obras del progreso humano para contracambiarlas por las de la natu- raleza creadora. Qué porvenir grandioso le espera al Este argentino, con la base que hoy tiene de centros de población á cual mas rico y campañas fecundas y abundantes de colonias prósperas! Oualeguaychú, el activo Departamento de Entre-Rios, con sus colonias de rusos, que en nuestra tierra, gracias á la amplia libertad de que goza todo el mundo se han modificado, coadyu- vando al progreso común; con sus cuatro saladeros, su gran graseria, su fábrica de aceites vegetales, su aserradero á vapor, sus tres molinos y su inmensa fidelería que elabora anualmente un millón de kilos, con las maderas de sus montes y sus re- baños de hacienda mestizada, tiene vida propia que aumenta todos los dias. Es necesario conocer la ciudad de ocho mil habitantes, bien edificada, con sus líneas de tramways y ferro - carril que la une á los demás pueblos de la Provincia sirviendo de — 421 — puerto á muchos de ellos, como Villaguay, colocado en el cen- tro de la temida selva de Montiel, que hoy repercute los silba- tos del progreso que lleva la locomotora. Frayhentos, sobre la costa Oriental, que debe su vida al sala- dero Liebig. La Concepción del Uruguay, la antigua capital de Entre-Rios, ciudad intelectual fundada en 1778, cabecera del ferro-carril Central Entreriano, con sus magníficos edificios, sus calles macadamizadas, su tramway á vapor, su puente muelle, obra notable que cruzando bañados é islas le da un puerto magní- EN VIAJE fico, su industria bastante adelantada, su comercio de carbón, su Colegio Nacional, el primero de la República que educó en sus aulas tantas eminencias nuestras, y la sociedad educacio- nista, única en su género, la Fraternidad, que tanto bien re- porta á los estudiantes pobres. Eran las once de la noche cuando después de recojer los pasajeros, perdíamos de vista las últimas luces del Uruguay. Al otro dia llegamos á la gloriosa ciudad de Paysandú, la Numancia moderna, el orgullo de gran parte de sud-americanos, en donde argentinos y orientales, unidos por un estrecho vínculo — 422 — de ideas, sucumbieron bajo sus débiles muros de ladrillo ante una escuadra que los bombardeaba a mansalva y diez mil hombres que sofocaron con su masa el esfuerzo de sus 600 defensores. No soy partidista, pero sé admirar el valor, el patriotismo y el amor á la libertad y me saco el sombrero con profunda veneración ante sus héroes, llámense San Martin, Garibaldi, Koscusco, Leandro Gómez, Daoiz, Cambrone, Bentos González etc. Pero llegamos ú Colon, puerto importante por serlo de la cé- lebre colonia San José una de las primeras fundadas por el general LA COSTA ENTKEKIAN'A Urquiza, hoy muy próspera. Esta colonia ha sido la base de todas las demás del departamento que son seis; su comercio es importante; tiene un gran saladero. Después de Colon pasamos por la colonia Yeruá bastante próspera; y á las 5 de la tarde llegamos á Concordia, el Bordeaux argentino, la ciudad mas industrial de Entre-Rios, cuyas 881» hectáreas plantadas de viña forman la base de su gran porvenir. El aspecto de Concordia es de los mas agradables ; está situada frente á la ciudad del Salto Oriental, último punto á que llega, por causa del Salto Grande, la navegación del Rio — 423 — Uruguay; tiene un comercio muy importante por ser cabeza de la línea del ferro-carril del Este Argentino que lo une con Monte Caseros de la provincia de Corrientes, donde se reanuda la navegación tomando el rio el nombre de Alto Uruguay. Su Aduana es la 4''' en importancia que posee la República. Tiene dos grandes saladeros, una destilería, un gran molino, una fábrica de aceite vegetal, una graseria y jabonería, fábrica de lenguas conservadas, un aserradero, una curtiembre, una gran sociedad viti-vinícola y grandes viñedos que, sumados reúnen 1.500.000 plantas, todo lo que concurre á dar á esta ciudad una gran actividad que hace que no parezca ciudad de provincia. Bajé á tierra y al otro dia temprano tomé el ferro-cari'il con destino á Monte Caseros y puerto del Ceibo. Parado en la pla- taforma empezé á observar el trayecto que recorríamos. Todos los alrededores de Concordia son capaces de satisfacer al mas exigente. Los viñedos, bien cuidados, puede decirse que rodean la ciudad; todos perfectamente plantados en líneas rectas, cercados con buenos alambrados y de árboles de toda especie, destacán- dose de en medio de ellos, bonitos edificios; cuando concluyen los viñedos, empiezan los maizales. Se pasa la estación Gualeguaycito y se llega á F'ederacion, cabeza del departamento de su nombre, situado sobre la Barranca del Uruguay, frente al pueblo oriental de Constitución, pero mucho mayor que éste. El porvenir de Federación además de su espléndida campaña, está en la plantación de la viña que se ha iniciado bajo muy buenos auspicios, contando ya con mas de 500.000 cepas plan- tadas. De Federación se vá á la Estación Chajarí, plaza importante de la colonia Villa Libertad, que tiene actualmente 4000 habi- tantes, en su mayor parte italianos, con 6000 hectáreas sembra- das, 4 molinos y un [uieblo que cuenta con más de 50 casas, muchas de ellas modernas, 40.000 árboles frutales y 10.000 forestales. Los colonos se dedican á cultivos varios, predomi- nando el trigo y maíz, y se ha empezado la plantación de la viña de la que ya existen 40 hectáreas. De Chajarí sigue el tren rodando entre campos cultivados, hasta que empiezan á verse los bañados del rio Mocoretá que limita en esta parte Cor- rientes con Entre-Rios. Pasamos su gran puente y sobre la línea de Corrientes se encuentra el gran Saladero Mocoretá: cru- zamos por la Estación Naranjito y á las 12 1/2 llegábamos al pueblo de Monte Caseros, la Concordia de Corrientes. _ 424 — Monte Caseros esta situado frente al pueblo oriental de Santa Rosa, mucho mas importante que este, sumamente comercial, con calles muy anchas y de edificación muy buena. Cuando esté concluido el ferro-carril á Posadas adelantará mucho más: hoy es además cabeza de la línea del ferro-carril que por Mer- cedes irá á Corrientes. Después de media hora, partimos para el puerto del Ceibo sobre el Uruguay, donde me embarqué otra vez en el vapor Ibera en dirección á Santo Tomé. Al otro dia pasamos por delante de la gran fábrica de aceite vegetal del Senador Baibiene y llegábamos á la ciudad brasilera de Uruguayana. PUERTO DEL SALTO ORIENTAL Uruguayana, como todas las ciudades brasileras, tiene un tinte sui-géneris, apesar de su aspecto moderno ; allí las casas son todas de teja española, con ventanas vidrieras de guilloti- na. Sus calles son rectas y anchas; tiene algunos edificios no- tables, como la Municipalidad, el gran cuartel que se halla en los suburbios, el teatro y la iglesia no concluida aún: estuvi- mos hasta la mañana del dia siguiente, pudiendo por consiguiente recorrerla con detenimiento. La ciudad se hallaba entonces en plena revolución contra Deodoro da Fonseca, así que no se veían sino aprestos militares. Allí están siempre de guarnición un regimiento de infantería y otro de caballería que entonces habia confraternizado con el pueblo, declarándose abiertamente revolucionarios. — 425 — Salimos de Uruguayana y 20 minutos después llegábamos á la ciudad de Paso de los Libres que se halla enfrente. Antes se llamaba Restauración, pero en el año 1873, le fué cambiado el nom- bre conmemorando el pasaje en ese punto del general Paz con sus compañeros, cuando la guerra entre Unitarios y Federales. La ciudad de Libres es menor que la de Uruguayana: sus calles son muy arenosas en general; está bien edificada, tiene bonita plaza y una iglesia con dos torres: la mayoría de las casas como en Uruguayana están techadas con teja española, excelente según me han asegurado para los climas cálidos. Lo que llama la atención es la profusión de naranjos colo- sales que se hallan por todo el pueblo. Libres estará pronto unido á Monte Caseros por el Ferro- carril que va á Posadas. Cerca de Libres pasa el arroyo Yatay, donde se dio la céle- bre batalla del mismo nombre, durante la guerra del Paraguay. Salimos de Libres y fuimos á parar cinco minutos á San Martin de Yapeyú: no pude bajar á tierra, pero de la toldilla del vapor contemplé con profundo respeto, sobre la barranca, el hoy pequeño pueblo, que fué cuartel general de los jesuítas y cuna de nuestro gran San Martin que pasó allí sus primeros años, aspi- rando el perfume de los azahares de naranjos seculares, llevados por la brisa de la tarde y en quien al contemplar el delicioso pano- rama del Uruguay, quedaron grabados para siempre ese amor al suelo y ese cariño á la América que le hizo despreciar los ho- nores y la vida en una de las cortes más fastuosas, por la fé de ser un dia el libertador de la mitad de un continente. De Yapeyú fuimos á la Cruz, pueblo de los jesuítas tam- bién, cuyas ruinas están por el suelo, conservándose solo como recuerdo un cuadrante solar que es lo primero que los habitantes muestran al viajero: éste tiene una inscripción latina, que tra- ducida quiere decir: Desde que sale hasta que se entra el sol, sea bendito el nombre del Señor. Como á las 10 de la noche llegamos al pueblo brasilero de Yta- qui ; lo que llama en él la atención, es el gran arsenal y la es- cuadra brasilera que se halla allí fondeada. Pasamos al pueblo de Alvear situado enfrente; seguimos viaje esa noche y al otro dia de mañana anclamos en San Borja, antigua reduc- ción de los jesuítas situada en la costa brasilera. Este pueblo se halla como á una legua de la costa, pero en el puerto se ha for- mado una aldea. En San Borja hay también otro gran cuartel co- mo el de Uruguayana, teniendo de guarnición un regimiento de caballería. — 420 — De este punto pasamos á la ciudad de Santo Tomé, costa argentina, que fué en otro tiempo reducción de los jesui- tas, de los que solo quedan como recuerdo las innumerables piedras talladas de sus edificios que constituyen hoy los cercos de las casas. El espíritu de progreso que reina allí ha hecho tabla rasa de todos esos recuerdos y la ciudad, bien delineada, es de aspecto moderno. Posee muy buenos edificios y se conoce que todo el progreso se debe a la iniciativa particular ; la acción del gobierno no se manifiesta para nada. Está situada sobre una barranca alta rodeada por el Norte por el gran Arroyo Ytacuá que en tiempo decreciente cubre una gran extensión de tierra. La Municipalidad ha hecho arreglar la bajada al puerto y hoy EL S.\LTO ORIENTAL no presenta los inconvenientes de que antes se quejaban algunos viajeros. Sus alrededores son espléndidos, no se ven sino chacras, donde la agricultura ha tomado gran desarrollo. Hay un Club muy bueno; la sociedad es muy seria y como fenómeno social debo hacer constar con satisfacción que en Santo Tomé no se juega ni existe lujo de uinguiM especie. He tenido ocasión de observar la sociedad en la Iglesia, en los bailes, en su casa y en la calle y he quedado encantado de su sencillez en todo sentido; recordaba mis primeros años cuando Buenos Aires se conservaba aun como lo describe el señor Calzadilla, cuando todo el mundo vestía con sencillez, cuando no se conocían los artiñcios de la moda actual en nuestras mujeres las que no os- tentaban mas lujo que las flores y su gracia infinita. Sin embargo, hay muy buenas fortunas y sólidas, pero allí todo el mundo trabaja y el que ama el trabajo y se educa en esa escuela, no puede ser esclavo de las modas. El comercio de Santo Tomé es muy importante: hay casas muy fuertes que giran gran capital. El señor don Justino Grané, á quien iba recomendado, me presentó á su hermano don Manuel Grané, su socio en las grandes plantaciones que tienen en las chacras del ejido. Los hermanos Grané son muy progresistas y don Justino tiene además de las plantaciones de tabaco, un ingenio de caña en Chimiray y un ingenio de yerba en Saracurá; el primero entre Santo Tomé y Concepción y el segundo entre ésta y San Javier. La destilería de caña de Chimiray está tan bien dirigida que sus productos pueden competir con el mejor rhum^ y la yerba del ingenio de Saracurá es una de las más acreditadas por la proligidad con que está elaborada. Don Manuel Grané tiene verdadera pasión por la agricultu- ra; me invitó á visitar las chacras, á lo que accedí gustoso. Tuve gran satisfacción con esta visita : toda la peonada y los colonos son criollos, los que dan muy buenos resultados, demostrando así que el criollo tratado como se debe y ayudán- dolo, es tan trabajador y tan bueno como el extranjero. Yo los he visto trabajar hasta el dia Domingo y todos muy contentos; sus casas son muy bien construidas, con pozos de agua riquísima, parrales, árboles frutales, verdura de toda clase y mu- chas flores. En las chacras se plantan arroz, maiz, tabaco, papas, batatas, mandioca, cebada, maní y porotos. Los arrozales dan muy bien; aprovechando el desnivel del terreno se riegan con- tinuamente por medio de zanjas de una ó dos punteadas de pala. La clase de arroz es excelente y de gran rendimiento; últi- mamente se habían sembrado unas 40 hectáreas y se preparaba mucha tierra para el año siguiente. La tierra es muy fácil de trabajar, es bastante suelta y la capa vegetal muy gruesa. El tabaco dá expléndidos resultados: preparada muy bien la tierra que de por sí es mullida, se trasplanta de los almacigos, no necesitando mas que un poco de riego los primeros dias y un pequeño carpido para que la planta se levante lozana. Un ejército de gallinas, poderoso auxiliar para este género de plantaciones, recorre el tabacal comiendo todos los gusanos é insectos. El tabaco se cosecha en forma de tabaco negro. — 428 — Su elaboración es la siguiente: arrancadas las hojas verdes, se tuercen en forma de cuerda, las que se cuelgan en un gran galpón; todo el jugo de las hojas que va destilando el tabaco se recoje y se vuelve á mojar este con aquel hasta que queda al punto; después es enrolla en un palo y se hacen tam- borcitos que se cubren con un tejido de tacuara ó de chala, exportándose en esa forma. Yo tenía la creencia que solo del Brasil venía el tabaco negro, pero después de recorrer personalmente los tabacales del Alto Uruguay, he visto que es muy importante su pro- ducción. Los demás productos dan de un modo asombroso debido á ese clima privilegiado, en donde la vegetación desplega lujo de desarrollo imposible de describir; solo el verde que los naranjos tienen basta para hacerse una idea de su lozanía. Se ha instalado una comisión de propaganda agrícola. La Santo Tomeana, debida á los esfuerzos de los vecinos, que dará sin duda óptimos resultados. Tan lejos estamos en Buenos Aires de la rejion misionera que poco ó nada se sabe del incremento que allí ha tomado la agricultura. Antes de salir para Concepción tomé varios datos que publico por su importancia. El arrox produce con resultados tan satisfactorios, que en este año se podrán recoger unos doscientos cincuenta mil kilogra- mos, y antes de dos años se exportarán de 300.000 á 400.000 kilogramos anuales, sin contar con lo que allí se consume, todo debido principalmente á los esfuerzos y actividad de los señores Manuel Grané y Artigas Hnos. ; estos últimos poseen una má- quina perfeccionada y construida en Buenos Aires, la que movida por agua podrá elaborar cien bolsas diarias de arroz descas- carado y limpio. El tabaco rendirá como mínimun 28 á 30.000 kilos anuales, los que en su mayor parte se exportan en forma de tabaco negro. La yerba mate ha empezado á plantarse en grandes cantidades habiendo ya unas 3.000 plantos. Los naranjos toman un de- sarrollo extraordinario, hallándose más de 15.000 plantados. Han empezado á cultivarse los ananás con buen resultado. El 7naíx da de un modo asombroso; he traído espigas como nunca he visto y son seguras dos cosechas al año, sin gran traba- jo. La mandioca, la batata y el poroto se desarrollan con vi- gor y sirven de abundante alimentación á las clases pobres. La caña de axticar promete brillantes resultados; funcio- nan el ingenio de Carruchos, la destilería de Chimiray y mu- — 429 — chos otros pequeños trapiches particulares que fabrican raspa- duras. Se han remitido para ensayo á Buenos Aires cantidades considerables de materias textiles como el Higueron, la Mira, Caraguatá, Ouambé, etc., que tanto abundan por allí y serán dentro de poco artículos de fuerte exportación. Si siguiese la paz en la República, como es de esperar, dentro de pocos años y ayudada por la emigración, la región misio- nera se habrá trasformado. CAPITULO II EL ESTE MISIONERO De Santo Tomé á Concepción. — Concepción de la Sierra; sus ruinas. - El mapa de Del Vasco. — Arrozales. — Vias de comunicación. — En viaje á San Javier. — El rio Santa Maria. — Incidente al señor Queirel. — Descripción de las ruinas de Santa Maria, por el mismo. — El ingenio de Saracurá. — El arroyo Itacuaré. — Las carretas y los bueyes. — La fiesta del Espíritu Santo. — San Javier — Ruinas en el monte. — Don Juan C. Calvo. — El comercio de maderas. — Las balsas y los catres. — El cerro del monje y su leyenda. — Reflexiones sobre el porvenir del Este Argentino. De Santo Tomé salí á caballo en dirección á Concepción de Misiones, acompañado de D. Felipe Vignolo y de un peón, Fortunato Romero, que llevaba de tiro un carguero. Echamos la tropilla por delante y vadeando el Arroyo Itacuá, seguimos por entre campos ondulados, pasando los arroyitos Pariopa, Ibirá-ocai, Itiyo-ara, el Ciríaco y el Garabí; llegamos á Carruchos, último pueblo de Corrientes donde existe un gran ingenio de azúcar, y empezamos á entrar en la región de la Sierra ; atravesamos el Arroyo Chimiray, límite de Misio- nes con Corrientes, paraje en el que el señor don Justino Grané posee un ingenio de Caña y una Colonia en formación. Pasados los arroyos Las Tunas, Concepción y Capivarí, entramos en el pueblo de Concepción, el primero de las Misiones. Concepción es un pueblo moderno, ediñcado sobre el mismo terreno que en otros tiempos ocupaba la antigua reducción de los jesuítas, quienes le dieron el nombre que actualmente tiene. No conserva, como Santo Tomé, más recuerdos de la poderosa orden, que las piedras que posteriormente fueron aprovechadas en las construcciones actuales. Hasta no ha mucho, existía el frontispicio de una gran iglesia, pero un jefe político, so pretexto de que no ofrecía se- guridad, lo hizo demoler ; esta reliquia de pasados poderíos, — 430 — tenía seis grandes santos de piedra colocados en nichos ; pero como no se contaba con grandes elementos para bajarlos, se ■procedió á enlazarlos y tirarlos de este modo al suelo, fractu- rándose todos en la caída. Aun se encuentran algunos pedazos, cuerpos sin cabeza, sin brazos, etc., restos de aquella sacrilega descensión á lazo actual. La Municipalidad más progresista, ha hecho nivelar calles y arreglar su preciosa plaza. Cuenta Concepción con muy buenos edificios particulares. Tiene un comercio importante, hallándose casas con capital muy fuerte y bien surtidas como la de Justino Grané, Artigas Hos. y Arribara sucursales de las casas matrices de Santo Tomé, las CARRUCHOS de Solís y Pinasco, Almeida y Pernigote, Gerónimo Picazza y varias otras. Posee un Club social y la sociedad es muy sen- cilla en sus costumbres y trato. Concepción es característica por el buen humor desús habitantes: no faltan diversiones familiares. Don Alberto Ratier, gerente de la casa de don Justino Grané y don Juan José Aguerriberry me acompañaron, presen- tándome á muchas personas, entre ellas al señor don José Ayala, Presidente de la Municipalidad, á quien debo muchos datos útiles y atenciones. Entre varias cosas me mostró como curiosidad, el mapa de Del Vasco, del año 1881. ¡Qué diferen- cia entre éste y el que ha publicado el Instituto Geográfico Ar- gentino recientemente! Pero en su tiempo sirvió de mucho, — 431 — no obstante que la porte pertinente á las Altas Misiones está completamente equivocada. Como parte de territorio nacional, no tiene Concepción casi vida política, lo que es una gran suerte, de modo que sus habi- tantes se ocupan únicamente de trabajar, animados de un espí- ritu de progreso increíble. Estuve también con el señor jefe polí- tico, capitán don Pedro Rebollo, el que goza de grandes simpa- tías. Me dijo que la policía casi no tenía nada que hacer, pues fuera de uno que otro cuatrero, casi nunca había presos lo que habla mucho en favor de la moralidad de sus habitantes. Actualmente hay en construcción unos veinte edificios, todos muy buenos. El principal comercio de Concepción es el de la yerba y tabaco negro, del que exporta grandes cantidades anual- mente. El ejido esta colonizado. Los señores Artigas H°' y Arribau, han empezado la plan- tación del arroz, teniendo ya mas de treinta hectáreas sembra- das bajo un plan científico, dirigido por un ingeniero agrónomo, quien ha hecho construir los canales y obras de irrigación necesarias. Estos agricultores han llevado últimamente una máquina moderna para descascarar el arroz, fabricada en Buenos Aires, y como muchos propietarios han seguido su ejemplo, hoy puede asegurarse que la superficie total sembrada con arroz, pasa en la Concepción de cien hectáreas. Concepción se halla situada sobre una sierra, y su puerto que se encuentra á dos leguas de ella, frente del arroyo del mis- mo nombre, se comunica con Santo Tomé por medio del vapor, «Cuñatay» palabra que significa ó equivale á muchacha en len- gua guaraní, vapor que hace dos viajes semanales en combi- nación con los que van al puerto del Ceibo. También tiene una línea de mensagerías que la une con Posadas, haciéndose el viaje en dos dias con comodidad, en combinación con la de Santo Tomé. Cuando el viajero está en Concepción, lo menos que se le figura es encontrarse en Misiones; esa faz y ese espíritu mo- derno lo despistan completamente, y si no fuera por los grandes naranjos y las piedras cúbicas de los cercos, ni siquiera se so- ñaría que allí hubieran habitado losjesuitas. Después de tres dias de permanencia en Concepción nos diri- jimos á San Javier, pasando los arroyos Persiguerito, Persiguero Grande y el célebre rio Santa María, uno de los más grandes que conozco por allí, el que corre por la falda de un cerro donde hubo también reducción jesuítica y cuyas ruinas se encuentran denti'o del monte. — 432 — En este paso, al cruzar el señor Queirel con sus carretas en viaje para San Javier, se le rompió el eje á una de ellas, y como tuvieron que hacer otro nuevo, le sobró tiempo para vi- sitar las ruinas de Santa María. Transcribo de su diario la descripción del incidente y de las ruinas : « Dia 11, — Aunque se tuvo en proyecto madrugar, no se consiguió. A las cinco de la mañana nos levantamos, y púsose el tren en movimiento; pero como según decía nuestro capataz, Pedro Lucio, los bueyes estaban alunados, (y yo digo que era UNA CALLE EN CONCEPCIÓN él), no fué fácil uñirlos á los yugos, y así solo se pudo conse- guir salir a las siete. Esto es tradicional en estas activas gentes, las que en todos sus movimientos llevan el cadencioso paso del buey. Por la costumbre, sin duda, de lidiar con tanta calma con estos animales, acompañando á la voz de mando uYugo boij-y-boy- boy», ellos también acompasan sus movimientos, pudiéndoseles confundir, si no fueran las formas que revisten, con ((boi/-y-boy.n A los diez llegamos al paso de Santa María, arroyo ({ue dista una legua de las antiguas ruinas del pueblo jesuítico Santa María — 433 — la Mayor. Conseguimos pasar una carreta entre esos zanjones y caminos destruidos y llenos de pozos. Lo que no consegui- mos con las otras, y mayormente con una, que cayendo una de sus ruedas en esas zanjas, fué imposible sacarla sin que en los esfuerzos de tira y afloja, no se le hubiese roto el eje. Esta fué la peor desgracia. Eran las cuatro de la tarde cuando con mu- cho trabajo pudo estraérsela con las cargas al lado opuesto del paso, y allí fué necesario entrar al monte, cortar un árbol, la- brarlo, agujerearlo y dejarlo listo, cosa que solo se consiguió al día siguiente. Este momento no lo desperdicié en atender á mis escursio- nes por los alrededores del siniestro hasta llegar á Santa María la Mayor, ó ruinas del pueblo antiguo de ese nombre. En trance tan fatal como la ruptura de un eje, vino llegan- do por casualidad á nuestro encuentro el mayor Diógenes Garrido, que es actual dependiente del señor Ackerley, comer- ciante de Concepción en yerbas y frutos del país. Este señor Garrido, que vive por aquí, y que debía conocer los lugares que me proponía recorrer, fué invitado á que me acompañara, buscando yo con este paseo medios de distraer los malos ratos que me tenían preocupado con la pérdida de tiem- po por la rotura de la carreta. Aparte de que entraba en mi itinerario de viaje hacerle al templo de Santa María una visita, puestos en marcha mi com- pañero Felipe Viñolo, Mayor Garrido, un baqueano paraguayo y yo con la máquina fotográfica, nos dirigimos en busca del zapatero Jacob, hombre antiguo de estos lugares, y para quien venía dirigido desde Concepción, á fin de que me acompañara á recorrer todo lo más interesante que ofrecen las antiguas ruinas. Como ya llegásemos al mismo lugar y para ir á casa de Jacob debíamos perder tiempo, lo hicimos llamar á éste por un antiguo morador y vecino inmediato al lugar en que estábamos, mientras mi compañero Vignolo y yo penetrábamos por entre las picaditas en el gran monte que cubre tan preciosos re- cuerdos. Yo seguí con Winchester en mano un gran murallon que se conserva intacto y por la ¡tarte interior, que corre de O. á E., y en el sentido en que el pueblo se extendía. Cuando éste con- cluyó, siempre trepando per entre zarzales y bosques, y bus- cando á derecha é izquierda el mejor claro por entre el follaje para introducir la cabeza, después el cuerpo y luego mudar las piernas subiendo y bajando escombros; entraba á veces por — -i34 entre aberturas bien á escuadra que debieron ser ventanas 6 jiuertas sin ninguna duda en otro tiempo, así seguí separado del compañero, quien con su buena escopeta Lafoucheux, se di- i'igía en otro sentido. Cuando, por las construcciones, comprendí que esas ruinas indicaban los suburbios del pueblo, doblé al Norte unos trescientos metros para dirigirme después al Oeste buscando el centro. Recorriendo en medio de un silencio imponente y misterioso que traía á mi memoria la alegría de otros tiempos en esas calles desiertas é invadidas por exhuberante vejetacion, hoy al- bergue de fieras, pájaros é insectos, oía solo atrás de mi el eco de una que otra piedra que al trepar hacía rodar de los escom- bros. Llegué á la puerta de un sótano que debía ¡haber ocupado el subsuelo de la iglesia y llamé á mi compañero con dos atronadores gritos ¿, era quién sabe uno de tantos secretos que respondían entonces á las previsiones de los hijos de Loyola? El templo fué como no lo dudé y mas tarde me lo explicó el buen don Jacob, el edificio en cuyos cimientos se encontraba el sótano. A mis gritos solo vni silencio sepulcral respondió. Encamí- neme hacia el mismo rumbo y al poco rato oí ruido de golpes i'i un árbol, luego á una piedra, siguiendo hacia ese lugar siem- pre trepando ruinas y troncos caídos y carcomidos por la acción del tiempo, encontré á mi compañero que trataba de sacar una lialdosa incrustada entre las raíces de un gigantesco Anchico caído por los vientos. A pesar de sus deseos de en- contrar inscripciones, nada halló, era simplemente una de tan- tas que cubrían el piso del interior del templo. El tiempo amenazaba lluvia y pronto nos tuvimos que al- bergar bajo un arbusto abovedado hasta que pasasen las pri- meras gotas del chubasco. Se comió precipitadamente un mal asado churrasco y nos dirijimos al rancho mas inmediato y donde debíamos esperar nuestras carretas, creyendo ya arreglado el eje roto. A poco rato de estar en buena conversación con un brasi- lero casado con una amable correntina y antiguo ocupante de ese lugar, llegó nuestro esperado Jacob. Hombre de mirada afable, alto, algo encorvado por los años, pues revela tener C5 á 70, alemán, antiguo poblador y como liemos dicho de oficio zapatero, entró después de saludarnos á ofrecerse por si queríamos visitar las ruinas en su compañía. Se le notó un viso de alegría en su semblante al aceptarle la -Í35 — — 436 — proposición y exponerle que teníamos además el objeto de verlo para lo mismo precisamente. Nos dirijimos nuevamente á ellas. Con nuestro nuevo va- queano que caminaba por delante, á pié, á trancos largos y re- sueltos del hombre que marcha en la estrecha picada, sin te- mor de tropezar en los troncos cortados ó enredarse en las lianas ó zarzas del sendero. El alemán don Jacob ha adquirido todas las maneras y costumbres del hombre de las selvas, mudo casi siempre, solo conversa cuando se le interroga. Al rato me pasó un gajo de yerba arrancado con la mano, diciendo — «Yerba mate» luego siguió con firme tranco su camino siempre silencioso. En esta segunda visita á las ruinas jesuíticas poco ó nada nuevo observamos, solo obtuve unas fotografías de ellas aun- que la luz me era muy desfavorable. El templo es el único edificio que se conserva con muros laterales mas altos, que tienen aun dos y tres metros de alto; su frente que nada ofrece de parti- cular, tiene forma de caballete con dos aguas, de orden inferior comparados con el de San Ignacio Mini de la costa del Paraná y el de Concepción antes de la demolición del año 72. Después de haber igualmente visitado una capillita con dos santos con la cara ya carcomidas, una virgen y otro que no puede distinguirse si sería santo ó santa, todo quemado, que ocuparon la antigua iglesia, nos despedimos de nuestro buen Jacob, con protestos de buena amistad, y nos dirijimos á nues- tras carretas á verlo que se hacía allá, pues ellas no aparecían. Una vez llegado al campamento encontré á nuestro capataz Seo Pedro Lucio, tomando la medida para el eje con una gra- vedad tal que se hubiese dicho estudiaba la solución de un serio problema de geometría aplicable á la carpintería. Todo ese dia so pasó en el ti-abujo del eje, así que nos re- solvimos á armar nuestras carpas, para la cena que fué una sopa de galleta, agua, sal, grasa y un poco de charque. Dia 12 — Eran las 2 p. m. cuando se paró la carreta para ensayarle el nuevo eje. «Al fin nos movemos» me dije. La espe- ranza de llegar alguna vez á San Javier volvió á animarme, cuando un nuevo desencanto me hizo rascar la cabeza y fruncir el ceño. El eje salió con media vara mas largo y de consiguiente las escopleras para acuñar las ruedas á él distaban una cuarta de cada lado. Nuevo contratiempo, nueva demora. Nuestro capataz siempre impasible, conservando su grave- dad habitual, mirando reflexivo la obra equivocada y después de haber discurrido sin duda la solución del nuevo problema — 437 - que era acortarlo de un golpe de hacha dijo: uConio nonhobiese de errar d midida; isto acontece en todo traballo npurado»\ Y esto alu- diendo á mi que de vez en cuando le repetía, «¿cuándo estará pronto el eje, capataz » ? Debe saberse que el trabajo de un eje se hace ordinariamente en 3 horas fácilmente y nosotros habíamos empleado 30 horas ó diez veces mas tiempo; juzgúese de la actividad de nuestro Seo Pedro Lucio y cuánto podíamos esperar de él. Por lin al eje le llegó su plazo; quedó en estado de usarlo y á las 4 de la tarde marchamos adelante. » Hasta aquí el diario del señor Queirel. Llegamos con un calor tremendo después de pasar un puente rústico, pero sólido, al ingenio de Saracurá situado .sobre el arroyo del mismo nombre, propiedad del señor don Justino Grané. Encontramos allí al encargado, don Homero Ratier, cuyo buen trato aprovechamos, dándonos uno de los baños mejores que he tomado bajo la rueda motriz del ingenio. Después del baño pasé á visitarlo. El Ingenio de Saracurá es para moler yerba. El edificio es un gran salón rebocado y blanqueado con una gran rueda motriz de 3 metros de diámetro movida por el agua del arroyo Saracurá que se trae por medio de un desvío y ca- nales á propósito. Esta rueda se halla fuera del edificio, comunicando al inte- rior por medio de un eje grande; este eje está provisto de once series de tres palos largos, colocados equidistantes alrededor de él. Detrás del eje se hallan once pisones verticales grandes de madera, cuadrados y con la punta inferior cortada en forma de escoplo y forrada de fierro. Los pisones se hallan sueltos entre dos vigas paralelas al eje, agujereados de manera que permitan á los pisones el subir y bajar con facilidad y los que tienen en su parte media y entre la distancia de las dos vigas una pieza de madera que sobresale hacia afuera. La rueda al girar hace mover el eje: los palos del eje, al dar vuelta éste, alzan los pisones, agarrándose de la pieza de madera saliente; una vez alzado el pisón, el palo zafa y el pisón cae con fuerza dentro de una batea de madera donde se coloca la yerba. Los palos del eje están alternados de manera que continua- mente se levantan unos pisones mientras caen otros, así que trabajando, hacen un ruido como cuando dos herreros ma- chacan fierro, sintiéndose seguidos los golpes pero alternados. Habiendo yerba, el ingenio puede trabajar dia y noche y moler muv bien 130 arrobas diarias. — 438 — Por medio de trasmisiones se aproveclaa también la fuerza motriz de la rueda para mover una serie de molinitos norte- americanos que elaboran harina de trigo ó de maíz, esta úl- tima tan bien hecha, que cuando es de maíz blanco parece de trigo. El Ingenio tiene además casa de admnistracion, gran galpón y tres casitas muy bonitas para los empleados, todas de cedro con techo de'ítablitas de la misma madera. Después de una buena cena y dormir bien, al otro dia salimos temprano para San Javier: pasamos el famoso arroyo de Itacuaré, muy grande, con sus orillas barrosas en donde vimos unas carretas encajadas, á las que habian puesto diez yuntas de bueyes que desesperados hacían, por los pinchazos, gritos y chicotazos dados con un alambre doblado, esfuerzos terribles entre en barrial para sacarlas, lo que consiguieron después de un rato, crujiendo horriblemente en medio de la algazara y las interjecciones de los carreros. Encontramos á Don Guillermo Ackerley que iba hasta Cumanday á un obraje de maderas que allí tiene, así que fuimos compañeros de viaje hasta San Javier. El camino es cada vez mas lleno de monte; repetidas veces encontramos pequeños cementerios en medio del campo con su corral de palo á pique y 4 ó 5 grandes cruces de ma- dera llenas de trapos que los deudos les ponen á guisa de coronas. Cerca del cementerio A'imos á un gru¡)0 de promeseros que andaban pidiendo la limosna del Espíritu-Santo. Esta es una de las tantas costumbres curiosas que existen por allí. Varias personas hacen por cualijuier causa la promesa de pedir esta limosna. Una vez reunidas, van montadas á caballo á la casa de al- gún vecino, donde se guarda la bandera del Espíritu Santo que generalmente es colorada con una paloma de trapo blanco re- cortada y cosida en el centro ; el asta en vez de lanza ter- mina i)or un ramo de ñores y la adornan además con cintas. Para que las cosas se hagan bien es necesario que acom- pañen á los promeseros un tambor y un acordeón. Una vez reunidos cuatro, seis ó más también, ¡lombrcs y mujeres se largan á caminar leguas y leguas, parando en las casas de los vecinos ó delante de los viajeros ; entonces los hombres se descubren, toca la música, una de las mujeres se adelanta y con voz de llaulin desafinado empieza á gritar la — 439 — limosna para el Espíritu Santo; recoge lo que le dan, toman un mate mezclado con algún «Padre Nuestro» ó «Ave María» y siguen otra vez su marcha. Cuando han reunido algunos pesos vuelven á depositar la bandera y festejan al Espíritu Santo con sendos tragos espiri- tuosos y bailes que concluyen por espiritualizarlos más ; mien- tras que otros con un fervor á prueba de todos los espíritus buenos ó malos se preparan y combinan otra jira espiritualista LOS PROMESEROS DEL ESPÍRITU SANTO (I) para que el espíritu de la farra continué y no dejo de cernirse sobre ellos espiritualmente. Contribuí á mi vez y seguimos andando. Pasamos dos desplayadlos y el arroyo de la Portera y llegamos á la casa de negocio del señor don Manuel Fraga, antiguo yerbatero de nuestras Misiones, las que conoce palmo á palmo. Este señor tiene sobre el arroyo dos ingenios de moler (1) Esta fotografía la dubo al señor clon Juan Queirel, quien la sacó cerca de la misión de Corpus; dá una idea exacta de los promeseros en viaje. — 440 — yerba que en ese momento no funcionaban. Son del mismo sistema que el de Saracurá. Después de andar dos leguas, entramos en la picada que conduce á San Javier. Antes de llegar al pueblo empezamos á ver entre el monte, el antiguo pueblo jesuíta del mismo nombre, completamente destruido. El monte lo ha invadido todo ; grandes pedazos de paredes se encuentran de pié ; todavía se ven algunos cuartos sin techo y con las paredes incompletas, pero llenos de árboles; por el suelo, trozos de columnas y piedras de todas formas ; todo escondido y cubierto por esa vegetación exhuberante c|ue parece se empeñase siempre en querer borrar el pasado. Esas son las ruinas de San Javier, total nada : todo fué destruido é incendiado por el famoso general Chaga. Llegamos á San Javier. Fui á parar á casa de los señores Dasori y Antunez, comer- ciantes de esa plaza. El calor de ese día era sofocante : feliz- mente nosotros llegamos á las diez, pudiendo librarnos algo de ese sol terrible. El pueblo de San Javier está sobre una barranca del Rio Uruguay, frente al parage denominado Cerro Pelado, que se halla en la costa brasilera. Es el último pueblo del Alto Uruguay. Hoy se compone de unas 50 casas, la mayor parte mal edi- ficadas; puede decirse que recien empieza la edificación de él; en esta se emplea como principal elemento la madera. Apesar de todo, en San Javier hay mucho comercio de yerba, tabaco y maderas; depende de Concepción: hay un solo Comi- sario y el Juez de Paz; los vecinos han hecho una solicitud para que se cree una municipalidad, la que una vez instalada lo haría progresar mucho, si es que no les sirve de manzana de discordia. Con el señor Juan Calvo, juez de paz del punto, fui al de- pósito de maderas que tiene sobre la costa del rio. Sobre la barranca, pilas enormes de maderas de cedro unas en trozos y otras aserradas, durmientes, tablas de todas las dimensiones, esperaban su turno para ser acondicionadas en los catres que las deben conducir aguas abajo. Las maderas se transportan aguas abajo en catres ó en bal- sas. Las balsas se emplean puramente para las maderas de boya, como ser el cedro, la canela de brego, laurel negro, canela amarilla, laurel blanco, timbó, etc. Para hacerlas se — 441 — echan las vigas al agua y allí se unen unas á otras por medio de ataduras hechas con Isipó que es una enredadera muy abundante por esos montes. Las vigas se colocan unas al lado de otras y de trecho en trecho se ponen sobre éstas otras cruzadas. El tamaño de las balsas varía según el número de piezas: las hay de 20, 40, 50, hasta 100 metros de largo. Su conducción es fácil : sobre ellas van los balseros que llevan grandes remos para ayudar y dirigir su marcha; uno ó dos de estos, mas lar- gos y colocados en una de sus cabeceras, les sirven de timen. Los catres se usan para llevar maderas duras que no boyan, como ser el angico, la grapiapuña, el turumá, la cabriuba, el lapacho, la guayubira, la tayuba, el guayubá, la caña fistola, etc. Sobre la barranca, donde la creciente pueda cubrirlo y ha- cerlo flotar, se arma el catre. Primero se hace el plan, que es formado de palos gruesos de loro en forma de parrilla: ésta tiene 22 metros de largo por 6 á 7 de ancho. Todo bien asegu- rado con cuñas y tarugos de madera atados con alambre ó isipó. Sobre esta parrilla se colocan perpendiculares otros palos de .3 á 4 metros de largo, de manera de formar una especie de jaula: dentro de esta jaula se van colocando á los lados madera de boya y en el centro los durmientes ó las vigas de madera dura. Una vez lleno el catre se le forma arrilja otra parrilla como la de abajo bien asegurada á los palos laterales con tarugos y alambres. Los catres calan por lo general de 7 á 8 cuartas. Otros hacen los catres de madera dura y le colocan á los lados boyazon de tacuaras, troncos y raigones de maderas de boya. Pero esto lo hacen los que no saben trabajar, por cuanto en vez de poner todo eso que no sirve, podrían elejir buenos trozos de maderas de boya que en los puertos donde se llevan los catres siempre podrían vender á buenos precios, mientras los tacuaras, los raigones y ramazones ni para leña sirven. El hacer catres no es tan fácil, se necesita mucha práctica. Los catres mal hechos, se quedan generalmente sobre las islas ó se deshacen por el camino. El isipó no se presta tanto como el alambre para estos. Cada catre tiene su dotación de personal, sus remos y ti- mones; cuando son muchos se unen unos á los otros, de ma- nera que puedan destacarse fácilmente y se llevan á remolque de un vaporcilo ó solos aguas abajo. La conducion de ellos, ofrece muciio trabajo y sus conductores deben ser muy baqueanos del rio, porque si se van sobre una isla. allí se quedan y difícilmente salen. También cuando hay tor- menta, es necesario amarrarlos bien á la costa para que no se pierdan ó no se deshagan al chocar en las barrancas. Cerca de San Javier, un poco al Norte, como una legua, se halla el célebre cerro del Monje, donde según la tradiccion allí se retiró en 1852 él monje italiano de las «aguas santas» que vivía en el Brasil, y el que al hacer cavar la tierra para plantar una cruz, vio surgir una agua milagrosa que según los creyentes cura todos los males. En ciertas épocas se efectúan grandes romerías de perso- nas que van con botellas para llevar la tal agua milagrosa, pero «es necesario ir con fé, sino el agua no sale». No visité esa fuente, pero D. Juan Queirel que la visitó de vuelta de su viaje, le dedica en su diario las siguientes líneas: Dia P de Abril — Después de desayunarnos quisimos com- pletar la jornada, haciendo una visita á la fuente milagrosa del Cerro del Monje. El lado mas accesible del cerro es por la casa de D. José Antonio, que se halla sobre las barrancas, pues por el puerto que le corresponde al camino, es no solamente mas distante sino también la subida es mas fatigosa. De la casa de José Antonio á la capilla hay 800 metros mas ó menos, que se ca- minan ascendiendo siempre por una estrecha picada abierta en el monte. En la cumbre del cerro, en una especie de pequeña planicie limpia de bosque y rodeada por unas cuarenta palmeras dis- puestas en círculo, se halla la capilla en el centro. Lo que sor- prende al llegar aquí es la belleza del panorama que se abarca con la vista. Dando espalda á la capilla que se halla recostada hacia el monte y mirando al S. S. E., se divisa una agrupación de casas debajo de unos altos montes á unos cuatro kilómetros mas ó menos, cortando la visual un recodo del rio Uruguay: es San Javier, y los montes son los que guardan las ruinas de la antigua reducción. Mas al Sur la costa brasilera presenta su accidentado suelo con el famoso cerro Pelado con sus rozados y plantaciones y en medio de éstos la colonia alemana de re- ciente formación. Forzosamente tiene que detenerse uno admirando tanta belleza. Pasada esta primera impresión nos pusimos á buscar la célebre fuente milagrosa. A 20 metros al Oeste, en el centro de una gran piedra hay un agujero que mide 0.15 de diámetro cavado cilindricamente, conteniendo agua hasta 0.40 de profun- didad. Este agujero se hallaba tapado con una teja de barro y dos s — 443 — jarritos de lata puestos encima nos indicaban por los datos que tomamos que debía ser la fuente milagrosa. Efectivamente, no deja de ser una rareza el hollar en plena corona del cerro un surtidor de agua tan rica y potable. Uno de mis peones, Manuel, me observó al verme dispuesto á sacar agua que había que decir antes á otro que allí estu- viese: Déme un poco de agua por el amor de Dios. Para no con- trariar su creencia le respondí que ya lo habia hecho y bebí un jarro encontrándola muy buena, pues también era buena la sed que me había hecho dar la subida al cerro. La capilla estaba abierta; en un altar se hallaba un santo, el Señor de los Desiertos, medía de rodillas 0.70 de alto. Por la antigüedad de la escultura y comparada con otras efigies de santos que he visto de esa época, no es de las peores obras. Aún conservaba, aunque deteriorada, la primitiva pintura. A la izquierda de este hay una purísima Concepción en igual estado de conservación, pero esta efigie guarda menos propor- ciones estéticas que la primera. Tapado por un paño desculirí un cráneo que tomé y examiné: está perfectamente conservado; después supe que perteneció al primer monje que en tiempo de los jesuitas habitó la hermita. El hábito que tienen estas imágenes está cubierto de col- gajos de toda especie, como ser, manos, pies, cruzes de cera y papel picado, cintas é infinidad de objetos ofrecidos por las personas devotas; todos por cierto muy pobres y de ningún valor». La capilla es de tablas y estaba recien pintada, pues eran los dias Santos en los que todo el vecindario se reúne y hasta vienen de San Luis del Brasil, 15 leguas de Santa Rosa y de mayor distancia á pasar y cumplir sus promesas en la Se- mana Santa. Mas al Oeste y á poca distancia hay una caída de agua de cuatro metros en forma de chorro; esta es la fuente donde se bañan los enfermos y que, según esa buena gente, cura asom- brosamente cualquier enfermedad. El que está imposibilitado para bañarse se cura tomando el agua de la primera fuente. Dándonos por satisfechos de nuestra escursion emprendimos nuestro regreso. Hasta llegar ú la barra de Concepción, no dejamos de en- contrar grupos de gente á pié, á caballo, en canoas; lo menos unas doscientas personas que se dirigían á cumplir sus pro- mesas al Cerro del Monie. Esa noche, sentado en el patio mientras gozaba de la brisa fresca con una luna espléndida que iluminaba ese suelo que tanto se presta á la fantasía, me puse á reflexionar siguiendo las espirales de humo de mi cigarrillo. Al otro dia, debía cruzar al Brasil y quién sabe hasta cuando no volvería á ver un pedazo de suelo argentino. La idea de ser extranjero en un país extraño, tan distinto en usos y costumbres, me hacía en ese momento querer mas mi tierra y pensaba en el porvenir grandioso que tendrá la re- gión que acababa de recorrer en tan pocos dias. Cuántos centros de población; qué de productos varios: cuán- ta riqueza en formación, que un dia, desarrollándose, llenará ese mismo rio que hoy apenas surcan pocos vapores y algunas canoas, de embarcaciones de todo género, y el hombre, ese su- premo luchador, ese terrible enemigo de la naturaleza que con su cerebro vá pudiéndolo todo, haciendo saltar las vallas que hoy se oponen, abrirá ese edén al trabajo, á la industria y al comercio. El Este argentino que todo lo produce desde el trigo hasta la viña, la caña de azúcar, el tabaco, el café y las maderas, tiene un inmenso porvenir. Porvenir no lejano, porque marchamos á pasos de jigante, con todos nuestros defectos y nuestras des- gracias, porque en nuestro fondo hay grandes tesoros de senti- mientos nobles y elevados que anteponiéndose á las miserias del momento, nos arrastran al progreso y á la civilización; por que no somos egoístas, sino demasiado liberales, siendo los primeros en recibir con los brazos abiertos al hombre trabajador de cualquier nación, raza ó religión, sin preguntarles de dónde vienen, como se llaman, ó en qué Dios creen. CAPÍTULO III EN EL BRASIL Mis compañeros de viaje — El Cerro Pelado — Marcha á caballo — Viaje tremendo — Los rozados y plantaciones — El paso del Gramado — La barba de chivo — El putcheron — Cómo nadan los caballos — Desesperación de un Dandy — Por una pistola — Noción que por allí tienen de las distancias — Inmi- g^rantes que emigran . Salimos de San Javier á las 7 a. m.; fuimos hasta el paso que queda á unas 10 cuadras, estuvimos esperando al balsero una hora y entramos en la balsa, navegando hacia la costa brasilera. — 440 — Mis compañeros de viaje eran Don Felipe Vignolo de 28 años, oriental, vaqueano del alto Uruguay, por haber hecho varios viajes con la Comisión de límites y con algunos agrimen- sores, y Fortunato Romero, de GO años, oriental también, que no había perdido una revolución en su tierra desde Paisandú hasta el Quebracho. Llevábamos 8 caballos, mi perro Grapau, dos bruacas con víveres bastante bien surtidas, dos carabinas remington, un rewolver de caballería, mucha íe y muy buen humor, dispuestos ;'t liacer el viaje sin preocupación de cualquier mal ralo (\ue tuvi(h"amos que pasar, lo que nos valió no poco. La balsa donde íbamos la formaban dos canoas colocadas ])aralelamente y unidas entre sí por un piso de- tablas sobre el que liabía una especie de baranda, y en ella no cabían sino 4 caballos por vez, así que tuvo que hacer dos viajes. El río es muy tranquilo en el paso: el balsero brasilero á quien llaman Tamandúa, acompañado de su mujer que lleva un sombrero de hombre, reman los dos, y nos pasaron en un momento al otro lado. El punto donde nos liallamos se llama Cerro Pelado, por estar situado cerca de un cerro completamente desprovisto de vegetación en su parte superior. Esto sucede á veces ; entre Concepción y San Javier, hay varios; uno de ellos es pelado en parte, pareciendo una cara á la que hubiesen afeitado un lado. De allí luimos d la casa del teniente don Antonio Fernandez, (jue se halla á dos cuadras, para quien llevaba cartas : me re- cibió muy bien y me dio otra para su hijo que habita en Santo Angelo. Montamos á caballo y empezamos á marchar en dirección ú la casa de D. Martiniano Fernandez, distante de allí dos leguas. El trayecto que recorrimos se puede decir que fué entre el monte, puesto que las abras son muy pequeñas. Los cerros en su mayor parte están rozados y plantados de maiz y de mandioca ; vistos á la distancia presentan un buen golpe de vista. Como el camino del Cerro Pelado á Santo Angelo no estaba muy bueno, resolvimos tomar, aunque mas largo, el de San Luis; así visitaría, además, los principales pueblos jesuítas de las Misiones orientales del Uruguay. A las dos horas llegamos á la habitación de D. Martiniano Fernandez, quien tiene una espléndida casa de madei-a con todas las comodidades. — 447 — Este señor nos trató sumamente bien y tuvimos que hacer noclie allí. Al otro dia temprano seguimos en dirección al paso del Gramado sobre el Rio lyuhy grande. Pasamos una picada como de una legua y media que vá entre cerros muy fuertes; c! camino se hacía cada vez peor. Salimos de la picada y llegamos á la casa de don Manuel José da Silva Decco, dirigiéndonos al Rio lyuhy por un camino que debe ser igual al del inlierno; el suelo es sumamente pe- dregoso con grandes cliilcales : no podíamos andar sino al tranco, siempre subiendo y l.iajando cen-os y con un sol l:)as- tante fuerte, los caballos sudaban y de vez en cuando se que- jaban. Fué un viaje tremendo que se prolongó hasta San Luis. En el paso, llamamos al canoero y se empezó á desensillar y arreglar todo para pasar los caballos a nado. El Rio lyuhy es ancho; tendrá cien metros mas ó menos y es muy cerrentoso. Los caballos, resabiados sin duda, no querían echarse al agua; pasé primero con dos caballos y mientras navegábamos me fijé en la cara que ponen los caballos cuando nadan. Llevan contraídas las narices cerrándolas tan fuertemente (|ue toman un aspecto de ferocidad; necesitando respií'ar de vez en cuando las abren con fuerza, y dando un resoplido violento las vuelven á cerrar nerviosamente en seguida. Yo que he }msado á nado, prendido de la crin, muchas veces, y que he lidiado mucho en viajes, nunca me había fijado en este detalle; solo esta vez lo observé por la comodidad de estar en la canoa viendo los caballos desde arriba. En una de las pasadas llevamos 4, uno de ellos nos pegó un susto, medio se quiso ahogar, felizmente estábamos cerca de la costa y pudimos salvarlo. Finalmente, después de una buena hora nos desocupamos, llegando á las 6 á casa de D. Manuel Ferrer da Silva, que estaba de putcheron. 1^1 putcheron es un modo sencillo y económico para hacer un rozado y divertirse al mismo tiempo. Es costumbre guaraní y tiene algo de comunismo que los jesuítas empleaban en todos sus trabajos; me trajo á la me- moria nuestras antiguas yerras. Cuando uno quiere rozar, os decir, echar al suelo derri- bando todo, una cierta extensión de monte, generalmente una cuadra cuadrada para quemarlo y sembrarlo después, se invita á todos los vecinos para hacer un putcheron. — 448 — Todos aceptan, y el dia señalado se presentan con sus ha chas y foisas, que son una especie de hoz corta y gruesa con mango largo, y que emplean [lara cortar los isipós y árboles, pequeños. Al amanecer entran á rozar y derribar en medio de gritos y chanzas, lanzando alaridos de alegría cada vez que cae un árbol corpulento atronando los aires con el ruido infernal de su ramazón al quebrarse. Todos se esmeran en el trabajo para presentarse guapos ante las muchachas que también concurren á la invitación, tomando de vez en cuando un trago de caña, elemento indispensable de todo putcheron. Una vez que han concluido, van á cenar los platos mejores que ha podido preparar el dueño de casa. He aquí el menú del putcheron en que me encontré, y en el que tomé parte como comensal: Fariña de mandioca; fariña de maiz; gallinas hervidas; car- ne de chancho frita; carne de chancho hervida; carne de chan- cho asada; mazamorra con leche y fariña; agua fresca; caña; mate cimarrón. La fiesta termina con baile que dura hasta el amanecer. Entre los concurrentes al putcheron en que tomé parte, me llamó la atención uno de ellos, que sobre una camisa de tra- bajo se había puesto una gran levita de merino negro con tres botones atrás. Los pantalones, negros también, para no ensuciarlos se los había arremangado hasta la rodilla, mostrando un par de pier- nas de bronce y un pié de verdadero montaraz. Cuando llegó, venía con botines y cañas de botas, pero para el trabajo se los había sacado, y para el baile solo se puso la levita. En cuanto á las otras pilchas, qué importaba, ya les había hecho hacer acto de presencia y eso bastaba. Como le ponderase la levita, me dijo, dándose importancia: — Vea, u signor: o dannado do alfaiate me fiz tan mal este trage, que fico como un gafanoto pulador. (1) (1) Vea, señor: el sastre maldito me hizo este traje tan mal, que quedo como una langosta saltona. (Continuará) índice La Sierra de la Ventana (Provincia de Buenos Aires), por Rodolfo Hauthal 3 Datos sobre Tierra del Fuego, comunicados por el Reverendo Thomas Bridges 19 Catálogo descriptivo é ilustrado de las Huacas de ChaSar-Yaco, por Samuel A. Lafone Quevedo 33 Descripción de algunas alfarerías Calchaquíes, por Juan B. Ambrosetti. 65 La Evolución de los Animales, por Matías Ramos Mexía (ContinuacionJ . 81 Notas ó sea principios de Gramática Mocoví, por Samuel A. Lafone Que- vedo /^Conclusión) 1 "¿9 La Evolución de los Animales, por Matías Ramos Mexía (Continuación) . 169 El Verbo, por Samuel A. Lafone Quevedo 249 Apuntes sobre la región sud-andina del Alto Limay, por el Dr. Joseph de Síemiradgki 305 Datos sobre Tierra del Fuego, comunicados por el Reverendo Tilomas Bridges 313 El culto de Tonapa, por Samuel A. Lafone Quevedo 3¿1 Noticias sobre algunos cetáceos fósiles y actuales de la República Ar- gentina, por Francisco P. Moreno 381 Instrucciones del Museo de La Plata para los colectores de vocabu- larios indígenas, por Samuel A. Lafone Quevedo 401 Viaje á las Misiones Argentinas y Brasileras, por .luán B. Ambi'osetti. . 417 c — V •/ La correspondencia relativa al Museo de La Plata y sus Anales r Revista, debe ser dirijida á FRANCISCO P. K40REN0. DIRECTOR DEL MUSEO DE l,.v PLATA. Provincia de Buenos Aires. — República. Argentina La correspondance relative au Musée de La Plata, ainsí qu'aux Annales et á la Revue de cct établis- senient, devra étre adressée á FRANCISCO P. ISIOKEXO. DIRECTEÜR DU MUSÉE DE LA l'LATA. Province de Buenos Aires. — Rópublique Argentine. Revista del Museo de La Plata. Pl. i. ALFARERÍAS CALCHAQUÍES (La niil.id del tamaño natiual i Revista del Museo de La Plata. Pl. II. alfarerías calchaquies (2/8 del tamaño Datiual] Revista del Museo de La Plata . Pl ,>^ .i~í ^^Í0. G. Baiíeb del TALLERES DEL MUSEO NOTOCETUS VAN BENEDENI - Moreno. ^ 3 2044 1 06 266 422