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Orientaciones

SUMARIO

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La aristocracia en el arte . Daniel Restrepo

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en Centenario Claveriano

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Notas históricas sobre el templo, casa y restos de San Pedro Claver.

Jaime Alvarez

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en El Maestro de Claver

P. Alonso de Sandoval . Juan Manuel Pacheco

en Pedagogía

La orientación profesional en los colegios

en Crítica Literaria

Trayectoria poética de Aleixandre . .

Julián Ibáñez Gil

Luis Alonso Schokel

en Arte

Signo, gracia y tradición de la bienal hispanoamericana .

M. Sánchez Camargo

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en Revista de libros

Historia, Literatura, Religión, Sociología.

X:

Libros colombianos: Etnología, Historia, Literatura, Religión.

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en El mes .

Vida nacional. I Internacional. II Administrativa y política. III Económica. IV Religiosa y social. V Cultural.

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TOMO XLU SETIEMBRE 1954

Sumarie:

Orientaciones

La aristocracia en el arte .

Centenario Claveriano

NUMERO 208

- -

Daniel Restrepo 129

Notas históricas sobre el templo, casa y restos de San Pedro Claver.

Jaime Alvar ez 133

El maestro de Claver

P. Alonso de Sandoval . Juan Manuel Pacheco 146

.

Pedagogía

La orientación profesional en los colegios . Julián Ibáñez Gil 156

Crítica literaria

m

Trayectoria poética de Aleixandre . ... Luis Alonso Schókel 167

Signo, gracia y tradición de la bienal hispanoamericana .

M. Sánchez C amargo 185

Revista de libros

Historia. Literatura. Religión. Sociología. Libros colombianos: Etnología. Historia. Literatura. Religión . 188

El mes

I Internacional. II Administrativa y política. III Económica. IV Re¬ ligiosa y social. V Cultural . (42)

LA REVISTA SE PUBLICA TODOS LOS MESES, MENOS EN DICIEMBRE Y ENERO

Suscripción anual para Colombia . $ 8,00

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V ida Nacional 1

(Del al 31 de agosto de 1954)

SUMARIO

/ Internacional. Visita de Mr. Kaiser. Diplomáticos.

// _ Administrativa y política. El Presidente: elección, toma de posesión,

discurso de posesión. El nuevo gabinete. Gobernadores. La asamblea nacional constituyente: reintegración, debates políticos, aprobación del voto femenino, formación de los consejos administrativos. Los partidos: jira de la» dirección

liberal.

III— Económica. El café y la baja de su precio. Sucursal del Banco cafetero. Bonos de congelación de fondos. Industrias: la nueva refinería de Barrancabermeja, balances industriales. Comercio. El problema de los arroceros. Ganadería.

¡y _ Religiosa y social. Congresos marianos en Santafé de Antioquia, Tunja

y Zipaquirá. La «catedral de sal». Misión en Bogotá. Peregrinación claveriana. Social: visita de doña María de Madariaga; convención colectiva del trabajo en Barrancabermeja. Fallecimientos: coronel Rojas Pinilla, Tulio E. Tascón. Accidente

aéreo.

V— Cultural. Nuevo rector de la Universidad Nacional. El ministro Caicedo Ayerbe y la reforma de la educación. La Academia antioquena de historia.

Arte. Deporte.

I - POLITICA INTERNACIONAL

Visitante

El rico industrial estadinense, Henry J. Kaiser, después de visitar varios cen¬ tros industriales del país, declaró que en Colombia es posible montar ya una fábrica de automóviles, con una pro¬ ducción aproximada de 10.000 anuales, y una fábrica de laminación de alumi¬ nio en Cali. «De la visita del magnate, como se le llamó, dice Semana (VIII, 23), quedó una buena impresión: de que

Colombia es tentadora para la inversión de los capitales extranjeros».

Diplomáticos

El nuevo embajador de Bolivia, se¬ ñor Armando Arce, presentó credencia¬ les ante el presidente de la república el 3 de agosto.

0 Igualmente presentó sus credencia¬ les el 26 de agosto, el embajador de Chile, señor Carlos Vargas, abogado in¬ temacionalista.

II - POLITICA Y ADMINISTRATIVA

EL PRESIDENTE

Elección presidencial

En la sesión plenaria de la Asamblea nacional constituyente, del 3 de agosto, fue elegido presidente de la república, para el período constitucional de 1954-

1958, el teniente-general Gustavo Rojas Pinilla. De los 74 diputados votaron por Rojas Pinilla, 66; por el doctor Lau¬ reano Gómez, 8.

Los diputados liberales, después de votar por el teniente-general Rojas Pi¬ nilla, declararon, en una constancia.

1 Periódicos citados en este número: C., El Colombiano ; Ca. El Catolicismo ; DC., Diario de Colombia ; DGr., Diario Gráfico; E., El Espectador ; JS., Justicia Social; Pa., La Patria; R., La República; Sem., Semana; T., El Tiempo.

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que ocupaban su sitio en la asamblea constituyente «no como voceros de nin¬ gún directorio político, sino como man¬ datarios directos del pueblo liberal». (R. T. VIII, 4).

A su vez los diputados laureanistas explicaron en otra constancia por qué se abstenían de votar por el candidato de la mayoría, y lo hacían por el doctor Laureano Gómez (DGr. VIII, 4).

La prensa conservadora comentó, en general, favorablemente la decisión de la Asamblea al elegir como presidente al teniente-general Rojas Pinilla. «Se ha dado el paso de mayor significación pa¬ triótica, comentaba La República (VIII, 4), en el camino de asegurarle al país la continuación de un sistema de gobierno que traduce, no solo la consolidación de los beneficios ya logrados, sino la ini¬ ciación de una nueva y fecunda era de progreso, de paz y de justicia». Y El Colombiano (VIII, 4): «Como colom¬ bianos y como conservadores celebra¬ mos con alborozo la elección del teniente general Rojas Pinilla para la presidencia de la república».

El Tiempo guardó silencio. El Espec¬ tador decía en su editorial del 4 de agos¬ to: «Aunque el señor presidente Rojas Pinilla pudo haber sido reelegido en for¬ ma más brillante, más grande, más co¬ lombiana a lo que se opuso exclusi¬ vamente el partido conservador ante su nuevo gobierno, que esperamos se inspire en los mismos ideales por él enunciados el 13 de junio de 1953, nues¬ tra posición será de patriótica y respe¬ tuosa expectativa».

Toma de posesión

En el salón elíptico del Capitolio na¬ cional, el 7 de agosto, ante la asamblea nacional constituyente, el teniente-ge¬ neral Gustavo Rojas Pinilla tomó po¬ sesión, de su alto cargo.

Dióle posesión el presidente de la asamblea, doctor Mariano Ospina Pé¬ rez. Al hacerlo dijo el doctor Ospina

en su discurso: «En reconocimiento de vuestros servicios y atendiendo solo a los grandes intereses de la Patria, esta augusta Asamblea os ha consagrado co¬ mo presidente constitucional de Colom¬ bia para el período que hoy empieza, y os ofrece su sincera y leal cooperación para el cumplimiento de vuestros nobles propósitos de plena restauración de las normas republicanas y de pronto retor¬ no a la normalidad jurídica, en un am¬ biente de conciliación política y de con¬ cordia nacional».

Discurso del presidente

En su discurso de posesión dijo, en resumen, el presidente: La especial sig¬ nificación de este acto me compromete ante Dios y ante el pueblo a consagrar la totalidad de mis energías a ser digno de las tremendas responsabilidades que acabo de asumir. Por fortuna me alienta la seguridad de que tengo detrás de a la nación unida, como lo demuestran el respaldo popular multitudinario y la forma como he sido elegido. Mi gobier¬ no ha venido inspirándose en las ense¬ ñanzas de Cristo y ha procurado cum¬ plir los deberes que ellas comportan. Aceptando el gran principio de que el hombre es un ser social no vamos a per¬ mitir que entre nosotros prospere el in¬ dividualismo, pero tampoco nos dejamos alucinar por el espejismo del estado to¬ talitario.

El gobierno impedirá que por encima de la moral cristiana se instaure un concepto materialista del hombre y de su tarea. Combatiremos el perjurio, el cohecho, el prevaricato, la venalidad y la arbitrariedad como vicios que minan a las sociedades, y buscaremos no ya la seguridad elemental de vidas y ha¬ ciendas sino la seguridad jurídica, base fundamental de todo pueblo culto. El ejército tiene que ser el civilismo arma¬ do de Colombia.

No podría negarse que no fueron siempre felices nuestras prácticas en el terreno político; nuestros dos partidos,

JARABE DE GUALANDAYr (Producto J. G. B.).

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en las disputas por el poder, al abando¬ nar la solución de la fuerza, adoptaron como sustituto el sentido hegemónico del gobierno y el desborde pasional en las formas de la oposición. La organi¬ zación electoral se orientaba a resguar¬ dar el predominio del partido acampado en el poder. El fraude electoral se con¬ virtió en una institución. Por dos veces, es cierto, ofrecimos al mundo el nota¬ ble espectáculo de una trasmisión pací¬ fica del mando entre los dos partidos históricos, pero es la verdad que en nin¬ guna de las dos ocasiones logramos ha¬ cer la consolidación pacífica del poder político.

La realidad política de Colombia, en los últimos años, no fue satisfactoria. Sufrimos el temible impacto del desor¬ den mundial causado por la última gran guerra. No sería justo atribuir a hom¬ bres o partidos responsabilidades que nacen en buena parte de situaciones históricas anteriores y superiores a su propia actividad. Lejos de entregar al escarnio una generación de conductores civiles a quienes tocó la amarga suerte de ver deshechas entre sus propias ma¬ nos las penosas conquistas del viejo ideal republicano. Pero es la verdad que para el 13 de junio de 1953 había hecho crisis nacional una agitada época de desvíos y desórdenes que manifestaban la disolución del estado de derecho. La nación lo comprendió así cuando, desde el primer instante, otorgó a las fuerzas armadas la confianza para mantener el orden y la paz.

Colombia atraviesa hoy una de las situaciones más prósperas de su historia debido a los mejores precios del café y a la orientación técnica de nuestros pro¬ gramas de fomento. La preocupación fundamental del gobierno es aprovechar esta bonanza para que sus frutos lle¬ guen especialmente a las clases menos favorecidas. Para ello ha tenido que lu¬ char contra muchos y poderosos intere¬ ses egoístas. Así ha sucedido con las medidas destinadas a contener la infla¬ ción. El gobierno tiene la obligación de impedir que la inflación arrebate al pue¬

blo sus salarios por el alza sucesiva del precio de subsistencia.

Una de las primeras preocupaciones del gobierno fue poner fin a la violencia política, lo que aparejaba la reincorpo¬ ración de los desplazados a su lugar de origen y la ayuda económica para reor¬ ganizar su vida. Este fue el objeto de la prima de rehabilitación y fomento, con¬ tribución de carácter extraordinario. La sola valorización de las empresas y tie¬ rras en los lugarse afectados por la vio¬ lencia es el ciento por uno de lo que el gobierno pidió para esta empresa. La reforma tributaria de 1953 tuvo por ob¬ jeto no elevar el monto de los tributos, sino variar su incidencia con un sentido mayor de justicia. Ahora que la tormen¬ ta contra la reforma se ha calmado, ve con satisfacción que el país empieza a comprenderlo así.

El gobierno no será un competidor de la iniciativa privada. Las obras en que se ha empeñado son fundamento y es¬ tímulo para el desarrollo de la iniciativa individual; tales, la empresa siderúrgica de Paz de Río, el regadío de los llanos del Tolima, el plan vial, etc.

El reciente gravamen cafetero no es un impuesto sino un ahorro en provecho exclusivo del gremio. Con su producto y a través del Banco cafetero se están financiando ya, en los principales depar¬ tamentos cafeteros, programas de elec¬ trificación rural y de caminos vecinales. Una de las realizaciones de que se enor¬ gullece mi gobierno es la fundación del Banco cafetero, cuya importancia se ha hecho ya evidente.

Igual importancia ha tenido el Ban¬ co Popular, que ha despertado el inte¬ rés en otros países de América. La po¬ lítica bancada del gobierno ha sido de protección y de amplitud, manteniendo a los Bancos al servicio de los intereses supremos de la economía nacional.

Para aumentar la producción agrícola el gobierno tiene varias iniciativas, en¬ tre ellas la de lanzar un bono al merca¬ do, cuyo producto se destinará a la im¬ portación de maquinaria agrícola, que la Caja Agraria distribuirá a precio de cos-

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to, pagadero en diez años. Para ofrecer a los agricultores la posibilidad de ad¬ quirir nuevas tierras, a precios econó¬ micos, se incorporarán los baldíos al to¬ rrente de la producción agropecuaria y se redistribuirán las deficientemente uti¬ lizadas, sin que ello implique despojo ni lesión de intereses de terceros.

Colombia tiene las mayores posibili¬ dades para el desarrollo de la industria ganadera. A través del Banco Cafetero y de la Caja de crédito agrario se inicia ya la importación de las mejores espe¬ cies. La creación de la federación nacio¬ nal de ganaderos no puede retardarse más.

Hay que hacer una verdadera revo¬ lución agraria, que no consiste en la violencia y expropiación, sino en una completa planeación que señale las dis¬ tintas regiones económicas y fije las unidades de cultivo. El plan esbozado por el eminente americano señor David Lilienthal sobre los valles del Cauca y del Sinú, cuenta con toda la simpatía del gobierno, que solo espera un plan¬ teamiento más minucioso del mismo para entrar a estudiarlo.

Complemento necesario de la agricul¬ tura es el fomento de la industria. Co¬ mo paso inicial el gobierno se propone lanzar una emisión de valores con des¬ tino a la importación de maquinaria y equipos para nuevas industrias. Para asegurar el florecimiento de la indus¬ tria se está adelantando un vasto plan de electrificación nacional de pronta realización.

Hablando luégo de la educación anun¬ ció el presidente que el gobierno se pro¬ pone nacionalizar la escuela primaria y regresar al bachillerato de formación clásica sobre las bases de la intensifi¬ cación del estudio y simplificación de materias. Se propone además una re¬ forma total de la universidad para con¬ vertirla en el estado mayor de nuestra cultura. El Instituto colombiano de es- pecialización técnica, creado para pre¬

parar al personal directivo, ha venido aumentando considerablemente sus re¬ cursos.

Es necesario, dijo más adelante, que servicios como la educación, las obras públicas, la agricultura, la higiene y las comunicaciones, estén a cargo de de¬ partamentos técnicos, desempeñados con la continuidad y. coherencia que reclama toda buena administración. Es preci¬ so también asegurar la estabilidad a los funcionarios públicos y la posibi¬ lidad de ir escalando las posiciones su¬ periores con su honestidad y compe¬ tencia.

Uno de los problemas que preocupa al gobierno es el de la propaganda pro¬ testante. La unidad católica ha sido indudablemente el fundamento más só¬ lido de la nacionalidad. La propaganda protestante no conduce tanto al au¬ mento del número de protestantes, sino a la pérdida de toda fe religiosa y al inevitable ingreso en el comunismo. En nuestra América nacionalismo y cato¬ licismo se confunden. La propaganda protestante no es conveniente para los intereses de una nación como Colombia, sólidamente organizada sobre las bases de la cultura cristiana, que ve en esas campañas proselitistas el mayor peli¬ gro para la unidad nacional.

Las fuerzas armadas de Colombia no aspiraron jamás al poder político, pero en los momentos de crisis, entran al ejer¬ cicio natural de sus deberes, al mante¬ ner el esquema de la sociedad civil y consolidar los cimientos la paz. Des¬ de un principio han buscado la unión y concordia de todos los colombianos. Para llegar a la sincera unión de los partidos es esencial que desaparezcan las pugnas internas.

La política internacional la ha hecho el gobierno con la colaboración de los dos grandes partidos históricos. Así pu¬ do resolver el caso del asilo del doctor Haya de la Torre y realizar una brillante tarea en la conferencia de Caracas.

Jarabe de Gualanday J. G. B. Purifica la sangre.

«Combinados armoniosamente, termi¬ diciendo, los tres conceptos que for¬ man el lema de las fuerzas armadas. . . y practicados con fe e inquebrantable voluntad, la paz, la justicia y la liber¬ tad, forman el cauce salvador para la reconstrucción de la patria y la mejor garantía de que realizaremos plenamente la aspiración de que vuelva a ser Co¬ lombia nación conductora en la América hispana».

El nuevo gabinete

El nuevo gabinete presidencial quedó integrado en la siguiente forma:

Ministro de Gobierno: doctor Lucio Pabón Núñez.

Ministro de Relaciones: doctor Eva¬ risto Sourdís.

Ministro de Hacienda: doctor Carlos Villa veces.

Ministro de Justicia: doctor Luis Ca¬ ro Escallón.

Ministro de Guerra: brigadier general Gabriel París.

Ministro de Agricultura: doctor Juan •Guillermo Restrepo J.

Ministro de Trabajo: doctor Cástor Jaramillo Arrubla.

Ministro de Minas: doctor Pedro Ma¬ nuel Arenas.

Ministro de Fomento: doctor Manuel Archila.

Ministro de Salud: doctor Bernardo Henao Mejía.

Ministro de Educación: doctor Au¬ relio Caicedo Ayerbe.

Ministro de Comunicaciones: briga¬ dier general Gustavo Berrío Muñoz.

Ministro de Obras Públicas: capitán de navio Rubén Piedrahita.

Seis, nombres nuevos figuran en esta nómina: Caro Escallón, Restrepo Ja¬ ramillo, Jaramillo Arrubla, Arenas, Ar¬ chila y Piedrahita. Todos los elementos civiles pertenecen al partido conser¬ vador.

Gobernadores

EE3 En reemplazo del doctor Luis Caro

Escallón, nombrado ministro de jus¬ ticia, fue designado gobernador de Cun- dinamarca el ingeniero Ignacio Umaña de Brigard. Gobernador del Huila ha sido nombrado el coronel Gilberto Mon- toya Gaviria.

IE1 El doctor Roberto Salazar fue de¬ signado alcalde de Bogotá.

LA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE

Reintegración

El acto legislativo número 1Q de la asamblea nacional constituyente auto¬ rizaba al presidente de la nación para escoger los nombres de los diputados que debían reintegrar la asamblea. La di¬ rección liberal nacional envió al jefe del estado una lista de 150 candidatos de su partido para las 22 curules que le fueron concedidas en la Anac. En la car¬ ta que acompañaba esta nómina pro¬ testaba nuevamente la dirección por no haberse concedido al liberalismo una representación numérica igual a la del conservatismo (T. VIII, 1).

El 1? de agosto el presidente dictó el decreto en que designaba los nuevos diputados: 12 conservadores y 22 li¬ berales. (R. VIII, 2).

Grande fue la sorpresa de la dirección liberal al advertir que solo 22 nombres de los designados por ella habían sido tenidos en cuenta. Esta sorpresa se re¬ vela en el editorial de El Tiempo titu¬ lado Sencillamente inverosímil. Este pa¬ so dado por el gobierno lo juzgaba un sacrificio de todo lo que significaba el régimen del 13 de junio como esperanza de redención para la república, y un rechazo de parte del gobierno del apoyo oficial del liberalismo. (T. VIII, 2).

La dirección liberal, después de una larga deliberación, lanzó una declara¬ ción en que desautorizaba la presencia de sus partidarios en la Anac (E. VIII, 3). Refiriéndose a esto, declaró el mi-

Kola Granulada J. G. B. tarrito rojo. Da fuerza, vigor y energía.

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nistro de gobierno, Lucio Pabón Nú- ñez, que por lo menos en dos ocasiones el jefe del estado había advertido a la dirección liberal que tendría en cuenta sus candidatos, pero que se reservaba el derecho de elegir aquellos liberales, dignos de concurrir a la asamblea, cu¬ yos nombres no aparecieran en las lis¬ tas. (R. VIII, 3). Esto mismo lo repi¬ tió pocos días después el mismo presi¬ dente en carta a la dirección liberal. (T.VIII, 6).

No todos los diputados liberales obe¬ decieron la orden dada por la dirección de su partido. 14 diputados ocuparon su sitio en la asamblea, después de decla¬ rar que lo hacían no como voceros de un directorio político sino como manda¬ tarios directos del pueblo liberal.

Comisiones

Los diputados de la asamblea consti¬ tuyente fueron repartidos en las siguien¬ tes comisiones: para estudio de los títu¬ los i, ii, in y iv de la constitución; estu¬ dio de las reformas del órgano ejecuti¬ vo del poder; estudio dejas reformas del poder judicial y consejo de Estado; estudio de las reformas del régimen de¬ partamental y municipal; estudio de la reforma de la fuerza pública, hacienda pública y reforma de la constitución; de justicia interna; de credenciales.

Debates políticos

Varias sesiones públicas de la asam¬ blea fueron consagradas a los debates políticos: posición de los diputados li¬ berales en la constituyente, y ataques del grupo laureanista al gobierno. Abe¬ lardo Forero Benavides, diputado libe¬ ral, en su discurso del 10 de agosto, se refirió a la falta de unidad en los diri¬ gentes del partido liberal y a las contra¬ dicciones de su política; José Jaramillo Giraldo habló a su vez de la necesidad de modificar los cuadros directivos del liberalismo, frente a los nuevos hechos. El ex-ministro de gobierno, Luis Ignacio Andrade, fue el principal orador del sec¬ tor laureanista. Su discurso del 20 de agosto se encaminó a probar que la

asamblea no era autónoma, «estamos representando una comedia, la comedia del cuerpo soberano del país» y abogó por el regreso del doctor Laureano Gó¬ mez. Le replicó el ministro de gobierno, Lucio Pabón Núñez.

Voto femenino

En la sesión del 25 de agosto fue aprobado en votación nominal el acto legislativo que concede a la mujer el de¬ recho activo y pasivo del sufragio. Vo¬ taron afirmativamente 60 diputados, y ninguno en contra, ya que los diputados que estaban en desacuerdo con esta me¬ dida se abstuvieron de votar.

El texto de este acto legislativo es el siguiente:

Acto legislativo A? 3 de 1954. Reforma¬ torio de la Constitución Nacional « por el cual se otorga a la mujer el derecho activo y pasivo del sufragio ».

La Asamblea Nacional Constituyente

DECRETA :

Artículo 1 ° El artículo 14 de la Cons¬ titución Nacional quedará así: «Son ciuda¬ danos los colombianos mayores de veintiún años.

La ciudadanía se pierde de hecho cuando se ha perdido la nacionalidad. También se pierde o se suspende, en virtud de decisión judicial, en los casos que determinen las leyes.

Los que hayan perdido la ciudadanía po¬ drán solicitar rehabilitación».

Artículo 2 9 El artículo 15 de la Consti¬ tución Nacional quedará así: «La calidad de ciudadano en ejercicio es condición pre¬ via indispensable para elegir y ser elegido, respecto de cargos de representación política, y para desempeñar empleos públicos que lleven anexa autoridad o jurisdicción».

Artículo Queda modificado el artícu¬ lo 171 de la Constitución Nacional en cuanto restringe el sufragio a los ciudadanos va- roñes.

Dado en Bogotá, a 25 de agosto de mil novecientos cincuenta y cuatro.

Consejos administrativos

Varias fórmulas se debatieron en la Anac para la formación de los consejos administrativos en los departamentos y municipios, sustitutos de las asambleas y cabildos. Los diputados liberales sos¬ tenían la tesis de la paridad de los dos

partidos en ellos, y los conservadores la fórmula de voto incompleto. El 18 de agosto se llegó a un acuerdo entre con¬ servadores y liberales. La fórmula del acuerdo quedó redactada en los siguien¬ tes artículos:

Artículo Los Consejos Departamentales estarán integrados por diez miembros, en los departamentos de menos de un millón de habitantes y por doce en los que excedan de esta cifra.

El Gobernador tendrá voz y voto en el Consejo.

En los Consejos de doce miembros éstos se elegirán así:

Dos, de distinta filiación política pertene¬ cientes a los partidos tradicionales, por el Presidente de la República y diez por la Asamblea Constituyente, por el sistema del voto incompleto, correspondiendo a la ma¬ yoría seis miembros y cuatro a la minoría.

En los consejos de diez miembros se ele¬ girán dos por el Presidente de la República, de distinta filiación política pertenecientes a los partidos tradicionales, y ocho por la Asamblea Nacional Constituyente, por el sis¬ tema de voto incompleto, correspondiendo cinco a la mayoría y tres a la minoría.

Artículo Los Consejos Administrativos Municipales estarán integrados por ocho miembros en los municipios de menos de cincuenta mil habitantes y por diez en los que excedan de esa cifra.

Por cada miembro principal habrá dos suplentes personales, que los reemplazarán en sus faltas accidentales y absolutas.

El período de los concejos municipales es de dos años contados a partir del primero de diciembre del presente año.

El alcalde tendrá voz y voto en tales corporaciones.

Artículo En los Concejos Municipales integrados por ocho miembros éstos serán nombrados por el Consejo Departamental, siguiendo el sistema del voto incompleto, cinco por la mayoría y tres por la minoría ; y en los de diez miembros, seis por la mayoría y cuatro por la minoría.

Esta fórmula no fue del agrado de la dirección liberal nacional, la que decla¬ #que no podía aceptar «de ninguna manera la fórmula arbitraria acogida por la Asamblea. . . La dirección liberal se niega a aceptar el título de minoría política que ha expedido al partido la asamblea constituyente, y en consecuen¬ cia desautoriza la participación del li¬ beralismo en las llamadas corporaciones

transitorias, no solo porque se le ha^ señalado una proporción contraria a toda realidad, sino porque, además, tales cor¬ poraciones ya no podrán sustraerse a las influencias políticas de la fracción- conservadora que arbitrariamente irá a controlarlas» (T. VIII, 20).

La elección de los consejos adminis¬ trativos para la capital de la república y de los departamentos se efectuó en la* sesión plenaria del 31 de setiembre. Las nóminas no fueron de la satisfacción de- todos, en especial en el campo conserva¬ dor, como se manifestó en las constan¬ cias dejadas por varios diputados (DC,. IX, 1).

LOS PARTIDOS

Jira de la dirección liberal

Con el objeto de cambiar ideas con los jefes seccionales del liberalismo e in¬ formarlos sobre la convención del par¬ tido que se reunirá en el mes de octu¬ bre, inició una correría por la nación la dirección liberal. Respondiendo a la car¬ ta en que la dirección liberal comuni¬ caba al presidente de la república esta jira, decía el ministro de gobierno:

El gobierno destaca en tal comunicación estas dos afirmaciones:

1 Q) El propósito que anima a ustedes co¬ mo jefes liberales en este caso, es el de contribuir principalmente a «afianzar la po¬ lítica de paz y concordia», lo cual es hoy necesidad suprema de la República;

2 ?) De acuerdo con las disposiciones en vigencia, y con las necesidades de la nación, en la anunciada correría no habrá reuniones o manifestaciones públicas, sino diálogos en privado con sus copartidarios.

f

La primera etapa de esta correría comprende las ciudades de Medellín, Manizales, Pereira, Armenia, Cali, Po- payán y Pasto. (T. VIII, 25).

Director de La República

Nuevo director del diario conserva¬ dor La República ha sido nombrado el doctor Silvio Villegas, periodista cal- dense de larga trayectoria.

(49)

BANCO DE

Balance en

ACTIVO

ORO Y DEPOSITOS EN EL EXTERIOR:

Oro físico y Depósitos a ta orden en Bancos del

Exterior . ’.Q . $ 427.173.332,28

Aporte en oro Fondo Monetario Internacional ... 24.365.543,69

Valores Autorizados . . . ... 8.463.000,00

Total de reserva legal .

CAJA Y DEPOSITOS ESPECIALES:

Fondos en el exterior .

Billetes nacionales .

Moneda fraccionaria .

Otras especies computables .

460.001.875,97

19.772.920,60

5.405.851,00

371.302,22

95.938,05 25.646.011,87

á

Total de reserva . . ... ... ... ... ... 485.647.887,84

Otras especies no computables . 76.344,76

Total de caja y bancos del exterior .

CONVENIOS INTERNACIONALES . . .

PRESTAMOS Y DESCUENTOS A BANCOS AC¬ CIONISTAS :

Préstamos:

Vencimientos antes de 60 días . 1.199.000,00

Vencimientos antes de 90 días . . 1.250.000,00 2.449.000,00

Descuentos :

Vencimientos antes de 30 días . 33.554.668,02

Vencimientos antes de 60 días . 31.006.941,39

Vencimientos antes de 90 días . 30.909.934,42

Vencimientos a más de 90 días . 98.816.508,47

Descuentos de Damnificados (Decretos 1766 y 2352 de 1948):

Vencido . .

Vencimientos antes de 30 días . . ...

Vencimientos antes de 60 días . .

Vencimientos antes de 90 días .

Vencimientos a más de 90 días .

Descuentos Decreto 384 de 1950:

Vencimientos antes de 30 días .

Vencimientos antes de 60 días .

Vencimientos antes de 90 días .

Vencimientos a más de 90 días . .

PRESTAMOS Y DESCUENTOS A BANCOS NO ACCIONISTAS:

Préstamos:

Vencimientos antes de 60 días .

Vencimientos antes de 90 días .

PRESTAMOS AL GOBIERNO NACIONAL:

Vencimientos a más de 90 días .

PRESTAMOS A OTRAS ENTIDADES OFICIALES:

Vencimientos antes de 60 días .

Vencimientos antes de 90 días . .

PRESTAMOS Y DESCUENTOS A PARTICULARES: Préstamos :

Vencimientos antes de 30 días Vencimientos antes de 60 días Vencimientos antes de 90 días Vencimientos a más de 90 días

Descuentos :

Vencimientos antes de 30 días . 14.053.704,76

Vencimientos antes de 60 días . 23.887.867,87

Vencimientos antes de 90 días . 28.026.517,00

878.163,00

551.300,00

796.148,00

1.926.993,98

194.288.052,30

68.420,25

121.417,80

29.052,00

209.973,75

12.492.979,40

14.737.695,35

9.152.975,35

10.445.815,66

30.346.217,31

2.400.000,00

6.300.000,00

6.500.000,00

4.500.000,00

4.152.604,98

65.968.089,63

LA

31 de

485.724.232,60

640.667,87

*

196.737.052,30

12.921.843,20

64.682.703,67

8.700.000,00

31.676.200,00

11.000.000,00

70.120.694.61

REPUBLICA

Agosto de 1954

INVERSIONES:

Acciones del Banco Central Hipotecario . * . .

Documentos de Deuda Pública y otros .

*

APORTE BANCO INTERNACIONAL DE RECONS¬ TRUCCION Y FOMENTO .

APORTE EN M/C. FONDO MONETARIO INTER.

NACIONAL .

DEUDORES VARIOS .

CUENTAS POR AMORTIZAR DECRETO 2057

DE 1951 .

EDIFICIOS DEL BANCO . . ...

PLATA QUE GARANTIZA LOS CERTIFICADOS

DEPOSITOS EN BANCOS AFILIADOS .

DEPOSITOS EN OTRAS ENTIDADES .

OTROS ACTIVOS . .

TOTAL DEL ACTIVO . $ 1.359.144.088,98

1.000,00

.243,81 303.455.243,81

13.649.317,91

73.123.780,45

10.893.176,02

10.840.900,00 15.944.441,30 216.000,00 20.387.500,00 1.379.250 00 27.051.085,24

PASIVO

BILLETES DEL BANCO EN CIRCULACION ... S DEPOSITOS:

De Bancos Accionistas . .' .

De Bancos no Accionistas .

Del Gobierno Nacional .

Judiciales .

De otras Entidades Oficiales .

De Particulares .

Otros Depósitos .

GOBIERNO NACIONAL DEUDA INTERNA ... ACREEDORES VARIOS:

Gobierno Nacional .

Otros Acreedores .

Total del Pasivo Exigible .

BANCO INTERNACIONAL DE RECONSTRUCCION Y FOMENTO .

CAPITAL Y RESERVAS:

Capital Pagado .

Fondo de Reserva .

Reservas Eventuales .

CERTIFICADOS DE PLATA EN CIRCULACION

FONDO MONETARIO INTERNACIONAL (No en-

cajable) .

OTROS PASIVOS .

^TOTAL DEL PASIVO . $

PORCENTAJES DE RESERVA:

Reserva legal para Depósitos .

Reserva legal para Billetes .

Reserva total para Billetes . . .

647.217.636,00

231.424.386,52

39.078.017,79

200.623.697,40

7.505.773,26

12.474.794,85

1.097.780,24

1.109.772,88

9.931.002,47

11.401.722,86

493.314.222,94

2.226.747,06

21.332.725,33

1.164.091.331,33

12.169.971,51

23.198.000,00

13.181.884,51

28.637.395,79

65.017.280,30

216.000,00

73.111.963,85

44.537.541,99

1.359.144.088,98

15.00 % 60.00 % 63.06 %

TIPOS DE DESCUENTO:

Para Préstamos y descuentos . * %

Para Obligaciones con Prenda Agraria . . . . . . . . \ ¿y

Para Operaciones sobre productos en los Almacenes Generales de Depósito . 3 9o

El Gerente, El Subgerente-Secretario,

LUIS-ANGEL ARANGO EDUARDO ARIAS-ROBLEDO

El Auditor, JAIME LONDONO GONZALEZ

III - ECONOMICA

r

Café

Gran alarma causó en los centros ca¬ feteros de Colombia la medida cambiaría adoptada por el gobierno del Brasil, en virtud de la cual los productores de café brasileño pudieron bajar hasta un 16,5% el precio de su artículo. Esto les era posible pues se les dio facultad de ven¬ der en el mercado libre el 20% de los giros provenientes de las exportaciones del grano.

Consecuencia de esta medida fue la baja del café colombiano en Nueva York de 81,5 centavos de dólar a 69.

La Federación nacional de cafeteros, después de estudiar en reunión especial, la situación del mercado, declaró en un comunicado que las medidas brasileñas «no ofrecían la gravedad que algunos han querido darles, ni constituyen pe¬ ligro para la estabilidad de los precios de nuestro café en los mercados de con¬ sumo. En estas condiciones la Federa¬ ción ha resuelto redoblar sus esfuerzos para comprar los cafés que se encuen¬ tran en poder de los productores, a los precios establecidos con anterioridad, de $ 390,00 la carga de pergamino corrien¬ te de 125 kilos, y de $ 400,00 la carga de pergamino limpio, en todas las plazas del país». (R. VIII, 17).

El ministro de hacienda, Carlos Villa- veces, comunicó a su vez:

a) Las nuevas disposiciones cambiarías tomadas por el gobierno del Brasil, no afecta¬ rán el precio del café colombiano en el ex¬ terior, ya que éste venía' cotizándose a un precio inferior al brasilero. Si se provocare alguna alteración inicial en el mercado, ésta será sin duda transitoria.

b) La Federación Nacional de Cafeteros mantendrá los precios actuales de compra en el interior. No hay razón por tanto para que se presente pánico en el mercado, y los productores no deben escuchar las noticias alarmistas de los sectores interesados.

c) La cosecha colombiana de 1953 a 1954 se encuentra vendida en su totalidad. Los colombianos aspiran a vender su café al me¬

nos a 128 dólares el saco que es el precio- actual del reintegro y seguramente podrán hacerlo, dadas las condiciones del mercado y la proporción entre el consumo y su abas¬ tecimiento.

d) Las operaciones de los últimos días que han marcado precios inferiores, se deben principalmente a liquidación de contratos o a tanteos de los especuladores internaciona¬ les. No hay que colaborar con ellos.

e) El gobierno nacional y la Federación Nacional de Cafeteros tienen recursos e ins¬ trumentos suficientes para hacer fracasar cualquier maniobra tendiente a quebrar ar¬ tificialmente los precios actuales del café, que son apenas remuneradores. En este em¬ peño patriótico el gobierno cuenta con la colaboración irrestricta de las entidades fi¬ nancieras.

f) El gobierno espera que los órganos de difusión hablados y escritos rechacen toda campaña terrorista y presten su concurso para llevar al ánimo de los productores un clima de confianza en el porvenir económico del país.

Muy pronto el café colombiano su¬ bió a 75 centavos. Prácticamente la ofer¬ ta del café colombiano en el exterior está en manos de la Federación^ la que mantiene los precios corrientes en el mercado interno y espera con calma el desarrollo de los sucesos.

Los cafeteros nacionales insisten sin embargo ante el gobierno en que se re¬ baje el precio de reintegro y se elimine el gravamen a la importación del café.

El gerente del Banco de la República en las notas editoriales de la Revista del Banco, comenta así la situación del mer¬ cado cafetero:

No es en. modo .alguno fácil prever el curso del negocio en los próximos meses. Dependerá ello, en grado sumo, de la actitud futura del Brasil, donde el premio de las* divisas libres podría decaer por la oferta adicional de los productores, dando origen a perturbaciones que conducirían eventual¬ mente a la revisión del nuevo sistema.

Cuanto a nosotros, la situación es menos confusa bajo todos aspectos. A pesar de lo que invariablemente había ocurrido, regían en el extranjero precios inferiores para las

¿Tiene su niño tos ferina? dele Bromoformina J. G. B.

(52)

calidades de Colombia, cuya cosecha ha sido ya exportada este año, salvo reducidas can¬ tidades. ' ,

Con vigilante cuidado venía observando el gobierno, de otra parte, el desarrollo de los fenómenos mundiales relacionados con la industria. A comienzos del año, el Eje¬ cutivo suspendió el ascenso automático de un punto y medio cada mes, fijado desde marzo de 1951, para la compra de los giros cafeteros, que se estabilizaron así a razón de $ 2,3845 por dólares de los Estados Uni¬ dos. Decretos expedidos en marzo y mayo crearon el gravamen sobre los contratos de exportación del fruto, cuyas sanas finalida¬ des demuestran de modo incontrovertible los recientes hechos. Se rechazaron las con¬ tinuas sugestiones acerca de la modificación del tipo de venta de divisas. Las obvias ven¬ tajas de la estabilidad cambiaría dijimos en la entrega de marzo no deben desechar¬ se ante el simple anuncio de un superávit, cuya naturaleza temporal es generalmente admitida, existiendo sólo discrepancias res- >pecto de su duración.

Declinará, desde luego, el saldo previsto de la balanza de cambios. El cálculo que mencionamos en junio según pormenores transcritos en el informe de gerencia está fundado en la observación minuciosa de las ^cuentas internacionales en largos años, que •revela cómo las entradas del segundo se¬ mestre exceden a las del primero. Los cóm¬ putos fallaron en julio tan sólo por una de¬ ficiencia de US $ 1 millón. Lo que ocurra (de agosto en adelante afectará necesaria¬ mente aquella cifra, que corresponde a un -simple anuncio estadístico, distinto del pre¬ supuesto de divisas aplicado por varias na¬ ciones de Sur América entre ellas el Bra¬ sil , donde el método, por lo que respecta a erogaciones, mantiene una vigencia positiva.

Si el país sufre una pérdida evidente con «1 descenso de las cotizaciones externas del «afé, dispone de medios adecuados para que las gentes vinculadas a esa actividad reciban justa compensación de sus esfuerzos; y no carece de recursos para satisfacer la de¬ manda normal de importaciones.

Acontecimientos como los que dejamos •enunciados traen consigo la ventaja de re¬ cordar a los pueblos el camino de la aus¬ teridad en la gestión de las finanzas públi¬ cas y privadas. En épocas prósperas, es tarea difícil eliminar gérmenes de expansión in¬ moderada. Y la lucha contra presiones se¬ mejantes, tropieza con escollos que en oca¬ siones parecen insalvables. Ante la opinión nacional se acredita hoy a la política cam¬ biaría de los últimos meses, por el alto sen¬ tido de previsión que la inspiró.

Banco cafetero

Con la bendición y entronización del Sagrado Corazón, hecha por Monseñor

Buenaventura Jáuregui, obispo auxiliar de Medellín, se inauguró solemnemente en esta ciudad la sucursal del Banco cafetero, el 6 de agosto. Es su gerente el doctor Victoriano Toro Echeverri, y sub-gerente Alberto Muñoz Duque. (C. VIII, 7).

Bonos de congelación de fondos

El anuncio de la emisión de bonos de absorción obligatoria con el propósito directo de verificar una congelación de fondos, motivó un memorial firmado por los presidentes de la asociación nacional de industriales, de la federación nacio¬ nal de comerciantes, de la asociación bancaria, de la asociación colombiana de ganaderos, y de la asociación nacional de exportadores de café, en que se de¬ claran en contra de tal medida.

Los supuestos económicos y financieros, dicen, que movieron al gobierno a pensar que era necesaria una contracción de moneda del tipo de la proyectada, reposaba íntegramente sobre la realidad del mercado cafetero y de unas perspectivas cuya modificación no se puede desconocer ni subestimar.

Si con anterioridad a tales alteraciones existían poderosas razones en contra del es¬ tablecimiento de normas coercitivas que pu¬ dieran producir un impacto en el desarrollo económico y restar capital de trabajo a los sectores económicos dedicados a la produc¬ ción, cuyo incremento debe estimularse po: ser el mejor remedio para combatir la in¬ flación, en lo cual están empeñados los gre¬ mios económicos que representamos, nos pa¬ rece evidente que ante las nuevas circuns¬ tancias y frente a las incógnitas del mercado internacional del café y su consiguiente re¬ percusión en la balanza de pagos del país, no sólo resulta innecesaria sino contraindi¬ cada y peligrosa la imposición de una nueva carga que va a golpear fuertemente a vastas zonas económicas y a provocar de manera inevitables un ambiente de zozobra y de in¬ certidumbre. .

Por las razones expuestas y en cumpli¬ miento de las responsabilidades inherentes a nuestra representación, solicitamos muy respetuosamente y con todo encarecimiento que se impulsen los admirables planes de fomento agrícola anunciados por Su Excelen¬ cia utilizando recursos distintos al de medi¬ das coercitivas y a nuevas cargas para los contribuyentes que seguramente vendrían a afectar la producción de otras zonas de la economía y que, por otra parte, no tienen justificación por el aspecto monetario dadas las características actuales del mercado ca¬ fetero. (R. VIII, 28).

INDUSTRIAS

Refinería

Con asistencia del presidente de la república y de varios ministros del des¬ pacho ejecutivo se llevó a cabo en Ba- rrancabermeja la bendición e inaugura¬ ción de la nueva refinería de petróleo, el 28 de agosto. Ha sido construida por la Foster Wheeler Corporation, por con¬ trato con la empresa colombiana de pe¬ tróleos. Su costo fue de $ 96.691.000,00 sin contar los oleoductos.

Los productos refinados que producirá son los siguientes:

Barriles por año

Propano Comercial . 250.000

G. de Aviación 100/130 . 554.000

Gasolina Motor . 5.230.000

Solventes . . ... 37.700

Tractorina . 284.000

Kerosene . 488.000

Diesel Oil (ACPM) . 800.000

Fuel Oil Liviano . 2.490.000

Fuel Oil Pesado . 1.835.000

Aceite lubricante . 210.000

Asfaltos . 607.000

Según el gerente de la empresa na¬ cional de petróleos, Francisco Puyana Méndez, el país no tendrá ya que im- portar gasolina para aviación, y dentro de poco estará la refinería en condiciones de abastecer el consumo de la gasolina motor, del kerosene y del aceite Diesel. En cuanto al fuel oil queda una apre¬ ciable cantidad para la exportación.

De acuerdo con las estadísticas de consumo y los cálculos realizados la re¬ finería abastecerá al país en la siguiente proporción:

Gasolina de aviación . 100 %

Gasolina de motor . 78 %

Tractorina . 22%

Kerosene . 78 %

Diesel . 68 %

Fuel Oil . 128%

(R. VIII, 13, 28)

Balances industriales

0 La fábrica de tejidos Coltejer, cu¬ yo patrimonio es de 117 millones de pe¬

sos, tuvo de utilidades en el primer se¬ mestre de este año $ 9.517.871,03. La fábrica ha adquirido nuevos equipos de maquinaria, con el fin de aumentar y diversificar su producción. La junta de accionistas aprobó un aumento de capi¬ tal, y un dividendo de $ 0,13 mensuales por acción. (C. VIII, 11).

0 La compañía colombiana de ta¬ baco liquidó en el primer semestre $ 8.994.999,30 de utilidades. Se aprobó un dividendo de $ 0,22 mensuales por acción y un extraordinario de $ 0,26.

0 La compañía de cementos Argosy la principal productora de cemento en Antioquia, obtuvo una utilidad líquida de $ 1.886.494,97, lo que supone un au¬ mento de $ 266.446,55 sobre el semes¬ tre anterior. Cementos del Valle liquidó un saldo de utilidades de $ 1.946.801,88; tiene esta fábrica terminado el ensanche de sus equipos, pero debido a la falta de energía eléctrica solo puede operar con él parcialmente. Mármoles y ce¬ mentos de Nare obtuvo de utilidades $ 1.112.236,5 2; su producción diaria es actualmente de 500 toneladas. (C. VIII, 28).

'•‘S

. * I

COMERCIO

Situación general

En un reportaje concedido por el doc¬ tor José Restrepo Restrepo, con el que se iniciaron los reportajes económicos en la televisión nacional, dijo el pre¬ sidente de Fenalco:

La actual situación del comercio co¬ lombiano es buena. En los meses que van corridos del presente año las ventas han sido satisfactorias, debido a dos circunstan¬ cias muy favorables : a los buenos precios: del café, que han traído dinero y han mejo¬ rado la capacidad de consumo del pueblo co¬ lombiano y en segundo término debido a la consolidación de la paz, de la tranquilidad, que son la base única y firme de toda pros¬ peridad. Mientras estos dos factores sean sos¬ tenidos: buenos precios del café y paz en el interior, no solo el comercio sino toda la

Insecticida Satanás J. G. B. el pavor de los insectos.

(54)

1

economía colombiana tendrá que ser próspera y brillante.

j m

Congreso de abarroteros

Convocado por Fenalco se reunió en Bogotá, los días 20 y 21 de agosto, el congreso nacional de abarroteros. Una de sus principales conclusiones fue esta:

Solicitar encarecidamente a la Asamblea Nacional Constituyente y al gobierno na¬ cional:

Primero La expedición de normas que encaucen la actividad del Estado a satisfacer primordialmente las necesidades públicas esenciales del país.

Segundo Que el Estado no invada los campos pertenecientes a la iniciativa privada sino en igualdad de condiciones a las de los contribuyentes y ciudadanos en general. (R. VIII, 26).

AGRICULTURA

Arroz

La importación de 16.000 toneladas de arroz, de las cuales 6.168 correspon¬ dían a la corporación de defensa de pro¬ ductos agrícolas, movió a la federación nacional de arroceros a dirigir, por me¬ dio de su gerente Daniel Gómez Tama- yo, una carta al presidente de la repú¬ blica, en la que exponen la grave situa¬ ción de la industria arrocera en el país. «Según informaciones, dice, de nuestros comités seccionales, ha comenzado a pre¬ sentarse en los distintos mercados arro¬ ceros del país una fuerte baja de los precios, y por lo mismo, una alarman-

IV - RELie

Congresos marianos

0 En Santafé de Antioquia se clau¬ suró el congreso diocesano en honor de la Inmaculada Concepción de María el 15 de agosto. Se ha dicho que este con¬ greso ha sido el más extraordinario acon¬ tecimiento religioso de la ciudad en sus cuatro siglos de vida. Presidió el con¬ greso Monseñor Guillermo Escobar Vé- lez, obispo auxiliar de la diócesis. Se hallaron presentes a los actos de clau-

te paralización de actividades». DC. VIII, 7).

En conversaciones sostenidas en Bo¬ gotá entre delegados de los arroceros y los funcionarios de la corporación de defensa de productos agrícolas (ina), se llegó a un acuerdo, cuyas bases son: fijación de los precios mínimos del arroz, con una justa y razonable remu¬ neración para los productores; compra por parte de la corporación del arroz paddy y blanco en los departamentos productores; no importación de arroz en tiempo de la recolección de la cosecha colombiana; medidas para impedir el contrabando. (R. VIII, 15).

GANADERIA

Crédito

La junta directiva de la Caja de cré¬ dito agrario autorizó a todas sus ofici¬ nas del país para elevar el cupo de cré¬ dito para actividades ganaderas y para conceder a sus clientes nuevos servicios crediticios. La Caja puede prestarle a una misma persona hasta $ 50.000, con un plazo de tres a cinco años. (Sem. VIII, 23).

Exposición

En la exposición realizada en La Ceja (Ant.) 27 ganaderos antioqueños pre¬ sentaron 233 ejemplares de ganado Hols- tein, cuyo valor total se calcula en un millón ochocientos mil pesos. (Sem. VIII, 30).

>A Y SOCIAL

sura el arzobispo de Medellín, Monseñor Joaquín García Benítez, el obispo de Santa Rosa de Osos, Monseñor Miguel Angel Builes, y el gobernador del de¬ partamento de Antioquia, brigadier ge¬ neral Pioquinto Rengifo. El venerado cuadro de Nuestra Señora de Chiquin- quirá de la Estrella fue traído a la ciu¬ dad, en artística carroza, en devota y nutrida peregrinación. Concurrieron de¬ legaciones de todas las parroquias de la

<55)

diócesis, entre ellas 30 indígenas de Ura- bá. Durante los días del congreso se .abrió una exposición de cuadros ma- rianos. En uno de los actos el poeta Jorge Robledo Ortiz declamó una bella poesía mariana Raíces de la raza. En la despedida de la Virgen de la Estrella habló el doctor Fernando Gómez Mar¬ tínez, director del diario El Colombiano y alcalde de la ciudad. (C. VIII, 14, 15, 16; Ca. VIII, 27).

E La diócesis de Tunja celebró su congreso mariano diocesano del 11 al 15 de agosto. El 11 hizo su entrada en Tunja la venerada imagen de Nuestra Señora de Monguí, que venía a presidir los actos del congreso. Tomaron parte en él Monseñor Angel María Ocampo, obispo de la diócesis, Monseñor Nor- berto Forero, administrador de la dió¬ cesis de Pamplona, y Monseñor Miguel Medina, obispo auxiliar de Cali, los dos últimos hijos de Boyacá, y el goberna- dor del departamento, doctor Alfonso Tarazona. Entre los oradores del con¬ greso se contaron el doctor Rafael Azu¬ la Barrera, ex-ministro de educación, quien disertó sobre El Mensaje de Fá- tima, el coronel Manuel Agudelo, ex¬ ministro de comunicaciones y el secreta¬ rio de gobierno Carlos Alberto Olano, quien rememoró la devoción del pueblo boyacense a la Madre de Dios. (R. VIII, 16; Ca. VIII, 27).

(El En Zipaquirá se abrió el 1 1 de agos¬ to el congreso mariano diocesano, en el que participaron delegaciones de nume¬ rosas parroquias de la diócesis. El día de clausura tuvo lugar la bendición de la magnífica «catedral de sal», impar¬ tida por Monseñor Tulio Botero Sala- zar, obispo de la diócesis.

«La catedral de sal»

La llamada catedral de sal es un am¬ plio templo construido por el Banco de la República en una de las galerías de las minas de sal de Zipaquirá, a 120 me¬

tros de profundidad. Los planos son del arquitecto colombiano José María Gon¬ zález Concha, quien falleció antes de ver terminada su obra; la concluyó el ar¬ quitecto español Alfredo Rodríguez Or- gaz. Consta el templo subterráneo de cuatro naves separadas por grandes ar¬ cos tallados en la roca salina. La pri¬ mera nave, a la izquierda, es la del na¬ cimiento de Cristo, y en el fondo se halla la gruta del pesebre. La segunda, la nave del bautisterio, corresponde a la vida pública del Señor, y en ella se halla una piscina, símbolo del Jordán. La nave principal es la de la redención, y su ábside lo forma un calvario, en que se destaca una desnuda cruz. La última nave está consagrada a Nuestra Señora del Rosario de Guasá, patrona de los mineros. El templo mide 25 metros de altura y 110 de largo; la nave princi¬ pal mide 13 metros de ancho. (R. VIII, 15; DGr. VIII, 14,15).

Misión en Bogotá

En la segunda quincena de agosto una gran misión general se predicó en Bogotá. Estuvo a cargo de 200 misio¬ neros de diferentes órdenes y congrega¬ ciones religiosas, repartidos en 70 cen¬ tros misionales. Se abrió la misión con un desfile en el que tomaron parte todos los párrocos de Bogotá y los 200 misio¬ neros, desde la iglesia de las Nieves has¬ ta la basílica primada, en donde el emi¬ nentísimo cardenal Crisanto Luque de¬ claró abierta la misión. Los últimos ac¬ tos fueron una concurrida procesión de penitencia con la venerada imagen del Señor de Monserrate, bajado de su san¬ tuario; un desfile de antorchas que ter¬ minó en la plaza de los Mártires, en donde se celebró el santo sacrificio de la misa en 65 altares, distribuidos en toda la extensión de la plaza, y se re¬ partieron millarse de comuniones; y la magna procesión con numerosas carrozas que se concentró en el parque de San Diego, en donde se dio término a la misión con una misa vespertina oficiada

Antipalúdico Bebé J . G. B . la alegría de su hogar.

(56)

por Monseñor Emilio de Brigard, obis¬ po auxiliar de Bogotá, y una alocución del eminentísimo señor cardenal.

Peregrinación claveriana

Después de recorrer el país las vene¬ rables reliquias de San Pedro Claver regresaron el 30 de agosto a Cartagena, por mar, en la fragata Almirante Padi¬ lla. La recepción que le tributó la ciu¬ dadanía de Cartagena fue apoteósica. Hablaron en ella Monseñor Rubén Isa- za, obispo auxiliar de la diócesis, y los doctores Raimundo Emiliani Román y Moisés Planeta.

SOCIAL

Enfermeras

Doña María de I'_ddariaga Alonso, presidente nacional de la Salus injir- morum, asociación católica de enferme¬ ras de España, y vicepresidenta del co¬ mité internacional católico de enfer¬ meras, vino a Colombia con la finali¬ dad de organizar filiales de la asociación en Bogotá y Medellín. (E. VIII, 17, Sem. VIII, 30).

Convención de trabajo

El 7 de agosto culminaron las con¬ versaciones sobre el pliego de peticio¬ nes presentado por el sindicato de tra¬ bajadores a la Empresa colombiana de petróleos (Ecopetrol) con la firma de una convención colectiva, que dejó sa¬ tisfechas a ambas partes. La convención sigue en sus líneas generales la firmada entre la International Petroleum Limi¬ ted y la Sintranal (Cfr. R. J. n. 207). El aumento general de salarios es del 6%; a todo trabajador que reciba casa, dentro del plan de habitaciones que

adelanta la Ecopetrol en Barrancaber- meja, le será entregada la suma de $ 3.600,00 para amortizar la primera cuota; el pago de jubilaciones se hará sobre el último sueldo. (JS. VIII; R. VIII, 10).

Fallecimientos

0 En Bogotá, el 6 de agosto, el coro¬ nel Arturo Rojas Pinilla, hermano del señor presidente de la república. Había hecho estudios de medicina en las uni¬ versidades de Bogotá, Barcelona y Ma¬ drid. Acababa de regresar de España en donde era ministro consejero de la em¬ bajada.

En Bogotá, el 22 de agosto, el doc¬ tor Tulio Enrique Tascón, natural de Buga, en donde había nacido en 1889, abogado. Fue representante y senador de la república; ministro de correos y te¬ légrafos de 1930 a 1931, y de minas > petróleos de 1946 a 1948; rector de la Universidad Libre y del Externado üc derecho. Escribió Derecho constitucio¬ nal colombiano, Historia de la conquista de Buga, Historia de Buga en la colonia, y Nueva biografía del general José María Cabal.

Accidente aéreo

La empresa colombiana de aviación Avianca, después de cuatro años de ser¬ vicio intercontinental, sufrió su primer accidente aéreo en este servicio. El avión HK-163, procedente de Europa se vio obligado a aterrizar en el aeropuerto militar de Langens, de la isla Terceira. una de las Azores. Al continuar su viaje se estrelló contra una colina vecina. Pe¬ recieron los 9 tripulantes, entre ellos el capitán Octavio Zuluaga, y los 21 pa¬ sajeros.

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V - CULTURAL

Universidad nacional

Rector de la Universidad nacional de Colombia fue nombrado el doctor Jorge Vergara Delgado, quien desempeñaba e1 rectorado de la Universidad del Valle. El nuevo rector tomó posesión de su car¬ go el 10 de agosto. Las últimas palabras de la conferencia en que explicó a la nación sus planes de trabajo en la rec¬ toría de la universidad, fueron estas:

Inmediatamente entraré a estudiar los problemas pendientes en las diversas facul¬ tades, pero pido a los profesores y estudian¬ tes el mínimo de plazo para formarme un concepto. Mientras tanto les solicito muy encarecidamente que no provoquen ningún conflicto que viniera a plantearme otros pro¬ blemas y a retardar así la solución más ade¬ cuada o hacerla fracasar definitivamente.

Yo soy un representante del gobierno en la universidad, suscribo y defiendo todos los postulados que su confesión de fe católica y bolivariana ha promulgado y con esto au¬ tomáticamente me siento un representante de los estudiantes. Por lo que a hace, des¬ pués de cumplir las bases de la reforma universitaria que trace al ministro del ramo, y dejar establecida la tónica espiritual que debe conformarla, pido al gobierno que me deje regresar a mi Valle, cuyo paisaje me obsede, en cuya tierra reposan mis mayo¬ res y los huesos de la progenitora de mi hogar, que desde el cielo me conforta y me ayuda en el cumplimiento de la grave responsabilidad que he tomado ante Dios, ante la patria y ante el futuro de las jóve¬ nes generaciones de Colombia.

0 En la rectoría de la Universidad del Valle ha reemplazado al doctor Ver- gara, el doctor Mario Carvajal.

Reforma educacional

En el discurso que pronunció el nue¬ vo ministro de educación, doctor Au¬ relio Caicedo Ayerbe, para agradecer el homenaje que se le tributó en el res¬ taurante Temel, anunció una reforma to¬ tal en el ramo de la educación.

No tenemos universidad, dijo, sino

una serie de escuelas profesionales. Nos falta universidad en el sentido clásico medioeval y profundo de la palabra. El gobierno está dispuesto a revisar pieza por pieza los elementos que hoy com¬ ponen nuestra universidad y a convocar un congreso de rectores para cambiar con toda nitidez ideas.

Desde 1904 el país ha sufrido más de quince reformas en el régimen de su bachillerato. Hemos cambiado todos los pénsumes, añadiendo materia a materia, desde las 22 contempladas inicialmente hasta las 86 señaladas en la reforma de 1936.

Hemos cambiado de criterio, pasando del bachillerato clásico al bachillerato técnico, y del bachillerato informativo al bachillerato cíclico. Hemos hecho ins¬ trucción pero no educación; hemos he¬ cho información pero no conformación. De ahora en adelante la atención del Estado va a caer sobre la juventud en¬ tre los 12 y los 18 años. Vamos a librarla de sus 86 materias; vamos a simplificar el bachillerato; a hacer un bachillerato elemental de cuatro años y un bachi¬ llerato, donde no haya más que cuatro o cinco horas diarias. Y después de ese bachillerato dos años de orientación para las materias de técnica matemática, o de ciencias naturales o de humanidades. No vamos a especializar sino a orientar.

De todos los programas enunciados por el gobierno ninguno más audaz ni más nuevo que el anhelo popular de nacionalizar la escuela primaria. En 1953 la población escolar de Colombia estaba calculada en dos millones y medio de niños, y de estos solo recibie¬ ron escuela un millón y pico.

Otro problema fundamental es el de la orientación técnica y artesanal de nuestras masas. Colombia es un país de profesionales eximios y un país de obre-

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ros ineficaces. Hay que dar dignidad humana al taller; hay que predicar que más ,vale un electricista eficiente que un mal abogado, un buen fundidor que un médico de moral laxa. Vamos a hacer de este punto concreto de la industriali¬ zación y técnica artesanal uno de los pilotes del ministerio de educación (DC., R., VIH, 31; T. IX, 3).

Academia antioqueña de historia

Cincuenta años de fundación celebró, en agosto, la Academia antioqueña de historia. Él gobierno nacional, con este motivo, otorgó a la benemérita corpora¬ ción la Cruz de Plata de la Orden de Boyacá, la que fue entregada solemne¬ mente por el gobernador de Antioquia al doctor Emilio Robledo, presidente de la Academia. Entre los actos celebra¬ dos se contó un homenaje al único so¬ breviviente de los miembros fundado¬ res, Gabriel Arango Mejía (C. VIII, 28).

Asamblea médica

En Manizales se instaló el 12 de agos¬ to la xn asamblea general de la federa¬ ción médica colombiana. El presidente de la federación, doctor José del Car¬ men Acosta, expuso en su discurso inau¬ gural los temas de estudio: expedición de un código de moral médica, plan de construcción de habitaciones para mé¬ dicos, actualización de la cuota de auxi¬ lio mutuo. (Pa. VIII, 13; Sem. VIII, 30).

Teatro

En el Teatro Colón fue estrenada por la compañía española de Ulloa La Jaula de cristal , obra de Oswaldo Díaz Díaz, laureada por la sociedad de autores de Colombia. (Sem. VIII, 16).

f . t

Arte

0 En el salón Gregorio Vásquez de li Biblioteca nacional expuso 65 de sus obras el pintor español Luis Borobio Navarro.

0 La artista barranquillera Miryam de Córdoba presentó, en su primera ex¬ posición, en las Galerías centrales de arte de Bogotá, 41 óleos, 14 pasteles y

11 acuarelas.

0 En las mismas Galerías el escultor vallecaucano Homero Henao exhibió 20 de sus obras.

Deporte

0 Cali fue la sede de los vn juegos atléticos nacionales. Para su realización destinó el gobierno nacional la suma de

12 millones de pesos. En atletismo fue¬ ron superados varios récords nacionales; Jaime Aparicio en 400 metros planos; Carlos H. Zea en salto alto, con 1,83 m.; Alberto Lemos, en salto largo con 7,48 m.¿ Diego Fernández, en salto triple, con 14,55 m. En natación se distinguió Gilberto Martínez, vencedor en 100 me ¬ tros mariposa, 400 metros libres y 1.500 metros libres. El equipo de Bolívar ob¬ tuvo el campeonato en béisbol; el de Boyacá en basquetbol; el del Valle el de fútbol. Se efectuaron también com¬ petencias en ajedrez, billar, ciclismo, tiro, patines, golf, tenis, ping-pong, etc. Cartagena fue escogida como sede de los vm juegos que se celebrarán en 1958.

0 El ganador de las carreras automo¬ vilísticas del iv circuito central colom¬ biano fue William Greibling, quien sin vencer en una sola etapa, ganó la prueba por tiempo.

Orientaciones

La aristocracia en el Arte

por Daniel Restrepo, S. J.

LA Tesis que pretendemos desarrollar es la siguiente: «Hemos de ser demócratas en Filosofía Política, pero aristócratas en todo lo que mira al Arte». Entendemos por Filosofía Política aquella parte de la Filosofía del Derecho que estudia los sistemas y métodos que han de regular las relaciones civiles de las sociedades humanas en prosecución del fin propio de esas sociedades, que es el bienestar común y la harmonía de los ciudadanos por la benevolencia y la paz, el orden en la justicia y la guarda de los derechos.

Es, en una palabra, la ciencia del gobierno. Y en esa materia filosófica, como es bien sabido, existen varios sistemas : el monárquico, el aristocrático y el democrático, con sus respectivas ramificaciones. Entre esos sistemas los amantes de la Democracia creemos, fundados en sólidos argumentos, que el más justo, el más benéfico, el más capaz de sostener la felicidad del conglomerado social es la Democracia.

No entramos a discutir esta verdad, sino que nos dirigimos a nuestro objeto: La Aristocracia en el Arte. Damos este nombre de aristocracia a la elevación, distinción, elegancia de formas y noble presentación del mis¬ mo Arte, así como decimos aristocráticos los modales y gestos y finura en el trato y cierto aire de superioridad que aparta de lo ordinario y plebeyo. Igualmente se dan en las manifestaciones del Arte unas maneras cultas y propias de artistas penetrados de la dignidad del Arte y otras maneras y formas que desdicen, de la nobleza de las creaciones ideales que tienen por objeto embellecer la vida y deleitar la vista y el oído, y con ellos la mente de aquellos que consideran y contemplan las producciones del Arte.

Aristocracia de la oratoria Nuestra primera observación, para la

Oratoria a la que los antiguos llamaron con razón «Reina de las Artes». Parece como si el solo nombre de orador colocara ya al que va a hablar como en un plano de tal superioridad sobre los oyentes, que les exige respeto a quienes se aprestan a escucharle para recibir en sus mentes las ideas que van a brotar del orador, y a sentir en sus corazones las impresiones que del corazón del orador van a difundirse para llenar los ajenos corazones. Y este mutuo respeto que imponen las circuns¬ tancias, pide que el orador en sus ideas, en la expresión de ellas y en los modales de su presentación se muestre elevado, digno, superior a toda vulgaridad y que a su oración aun tratando asuntos sencillos y triviales y hasta a un auditorio de modesta posición social y de exigua educación, un tono de distinción y de cultura, que haga más estimable su discurso, más ape¬ tecible aquello a que se pretende arrastrar las voluntades de los que oyen.

Aun en aquellas actuaciones festivas o jocosas en que se pretende ex* citar la hilaridad, es preciso que el orador, si ha de estar a la altura de esta aristocracia de que venimos tratando, evite cualquiera idea, cualquier vo¬ cablo o ademán propio de hombre vulgar ya que esto es una profanación del Arte. Seamos oradores aristocráticos.

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DANIEL RESTREPO, S. J.

La aristocracia en la poesía También la Poesía tiene su aristocracia.

A pesar de la libertad que el vuelo ar¬ tístico da al poeta, este no debe en la expresión de sus ideales descender de un plano de elevación, nobleza y dignidad que los oyentes o lectores tienen derecho a exigir, con tanto mayor razón cuanto mayor es el grado de educación que ese público ostenta. En otros términos, el poeta debe ser leído por personas de fina educación, de sentimientos depurados de ilus¬ tración más o menos vasta, y que esperan del artista respeto y delicadeza en sus sentimientos. Esa aristocracia del Arte poética, no exige que el asunto de la composición sea precisamente de carácter noble y elevador; pueden cantarse muy aristocráticamente asuntos triviales: El Copetón de Bayona Posada, El Arboloco , de Gasas, El Mosquito de La Fuente, y tantas otras poesías, inspiradas en asuntos de poca monta y si se quiere prosaicos, demuestran que esas cosas pueden inspirar creaciones muy delicadas y dignas de ser oídas por los más cultos. Pero en esas mismas composiciones y aun en otras de asuntos elevados, puede haber en la expresión maneras impropias de esa aristocracia. Y vamos a distinguir entre las bajezas de las materias elegidas y las que puede haber en la expresión.

Falta de aristocracia en el asunto Puede pecarse en este sentido, o

por desvergüenza en presentar al público creaciones poéticas que ensalzan lo impúdico o lo impío, o por cantar trivialidades y futesas que ni aun por la forma son dignas de gente de buen gusto. Ejemplos de este género de lo trivial se hallan a cada paso en autores que «criaron buena fama y se echaron a dormir», como dice el adagio. Ejemplos en nuestra literatura Colombiana, no queremos presentar por no herir a los devotos de ciertos poetas o poetastros. Hasta materias del todo impúdicas se han tomado por asunto de composición poética, los cuales han hecho un mal inmenso a los jóvenes y escandalizado a las personas honestas. Esto no es aristocrático en Arte porque no es caballeroso en el trato social. A fe, que el Maestro Valencia no hubiera recitado ante un concurso de Señoras su traducción del Panfila de D'Annunzio: eso no hu¬ biera sido elegante ni caballeroso. . . Pues lo que no se ha de recitar delante de Señoras, de verdaderas señoras, ¿cómo se da a la publicidad para que caiga en manos de niñas inocentes? Estas cosas son un desdoro de la majestad de la poesía por primorosas que sean tales composiciones. Recor¬ damos haber conocido dos, hace muchos años, obra de César Gonto, de las que la una parecía destinada a deleitar a mozalbetes corrompidos y la otra solo podía leerse en una taberna de arrabal . . .

No profanéis el arte sublime de la Poesía ostentando en vuestros versos esa falta de pudor, pues os haréis reos, no solamente de culpa de inmorali¬ dad, sino de haber repudiado el título de aristócratas del Arte, manchando con ordinarieces y plebeyeces el manto de Melpómene que los grandes poetas de todos los siglos han respetado. Recordad cuán delicada y casta¬ mente cantaron sus amores Arboleda a su «angelical Sofía»; a Julia, Gu¬ tiérrez González: Garó padre a Delina; Gasas a su dulce Margarita.

Aristocracia de la expresión poética La expresión del ideal poético

pide también formas aristo créticas. Primeramente en el buen gusto de las imágenes, tropos y figuras y luégc por la exclusión de tono prosaico en el lenguaje. Se defrauda de sus derechos a la poesía, cuando se emplean vocablos no conformes con el

LA ARISTOCRACIA EN EL ARTE

131

idealismo que ha de respirar toda la creación artística. En otros términos, el lenguaje poético debe ser para no desdecir de la elegancia aristocrática del Arte, todo idealidad. Creemos que en esta palabra «idealidad» se en¬ cierra cuanto exige el buen gusto al lenguaje poético. El menos perspicaz echa de ver que expresiones como estas «hablando en general», «por lo que a me atañe», «los obstáculos circundantes», «las flaquezas de nuestros prójimos» y mil más, son expresiones que no tienen cabida en la poesía. Lo mismo es preciso decir de innumerables palabras: nombres vulgares damos a muchas cosas que pasan perfectamente en la conversación familiar y en escritos de otro género que el poético, y que en una creación poética resultarían, no solo prosaicos, sino ineptos y viles: sean ejemplo las voces pescuezo, cogote, espinazo, patada, manotada, zapatería (por poner algunos entre millares).

Todo el lenguaje poético ha de participar de la idealidad de la creación. Un vocablo inepto para ser idealizado no tiene lugar en la poesía. Aquel

Y sinembargo soy más feliz,

resulta infeliz en extremo por esa voz «sinembargo» que no tiene nada de ideal. Otro «poeta» declaraba que había hallado la satisfacción cumplida de sus amores y que «definitivamente» se quedaba con el último. Y qué decir de estos versos:

Por supuesto, en mi mente Esta existencia que aburridamente

Su recuerdo se agarra, y fortalece Aguanto apenas. . .

Este rebasa los linderos de lo prosaico y entra en el dominio de lo plebeyo, inadmisible para cualquier aristócrata del Arte. Tampoco son aristocráticas las expresiones extravagantes y remilgadas. Así como vemos que en la sociedad las personas de más elevada alcurnia y títulos nobilia¬ rios más merecidos, suelen ser sumamente sencillas en su trato, y es esta una de las señales de auténtica aristocracia, así en la poesía: la naturalidad, la sencillez de expresión aun en las producciones de más elevado lirismo, son garantía de la más fina y culta inspiración. No es preciso apelar a Gar- cilaso o a Fray Luis, a Zorrilla o Núñez de Arce, a Racine o Moliere o Lord Byron, que florecieron cuando reinaba aún el buen gusto heredado de los clásicos. Examinemos en nuestros grandes poetas y en Europa a los contemporáneos Glaudel, Padre Alarcón y Pemán, por ejemplo. . . Qué distinción, qué nobleza de apostura, que aristocracia de modales poé¬ ticos. LTn joven aficionado a la poesía nos leyó hace bastantes años, mucho antes de esta bárbara irrupción piedracielista unos versos en que fingía haber visto a un ángel del Cielo que «escanciaba lágrimas carmesíes». Y otro se extasiaba ante la belleza del «dáctilo azul». Preguntado si sabía lo que era dáctilo, contestó que él comprendía que era algo muy delicado de la poesía griega.

Todo un Valle-Inclán, nos salió en su Karma , con esta estrofa:

Yo quiero alzar mi eremitorio Latín Hor aciano, y grimorio

En medio de un huerto latino: Bizantino.

Pasando por alto el galicismo o barbarismo de «grimorio», podíamos preguntar al Señor Valle-Inclán, ¿qué Latín surgió en Bizancio que fuera como caricatura, o germanía, jerigonza, o jerga, o «argot» (como se goza en decir el lenguaje modernista), que pueda parearse con el Latín Horaciano? El mismo autor de Karma concluye así:

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DANIEL RESTREPO, S. J.

Y sea, labrada de piedra

La casa karma de mi clan;

Y un día decore la yedra

Sobre el dolmen de

Valle-Inclan.

Gracioso sería ver el epitafio que sobre ese dolmen se hiciera grabar en Latín Horaciano y «grimoire» bizantino, el aristocrático poeta. Confesamos nuestra ignorancia en este punto; pero hacemos notar que el tal «gri¬ moire», aunque talvez en otra ocasión hubiera sido oportuno, aquí no parece una apostura académica.

Lo sicalíptico ¿Qué decir de lo sicalíptico? b Sin negar la tesis de que

puede hallarse belleza artística en un objeto moralmente malo, ya que verbigracia, un himno al suicidio, pésima obra moral, puede ser estéticamente laudable, decimos que lo sicalíptico desdice de la aris¬ tocracia artística de que tratamos. La razón es porque, como hemos dicho, el autor de una obra literaria tiene el deber de respetar el pudor de sus lectores entre los que puede haber niñas inocentes y jovencitos que odian todo lo que puede manchar su pureza: y no es digno de un autor caballeroso ultrajar así sentimientos delicados. Lo que dirías ante una reunión de damas y niños, por temor de ser tenido por desvergonzado, no lo estampes en tu escrito, por ingenioso y delicadamente alusivo que te parezca: A tu esposa, a tu hija, no consentirías se dijeran esas cosas y se sugirieran pen¬ samientos maliciosos y de olor a cosa torpe. No es elegante, no es aristocrᬠtico, decir a gente culta expresiones que podrían ser aplaudidas en una taberna o en una de esas casas cuyo nombre ignora el pudor.

La aristocracia en géneros lq creemos que puede aplicarse en

inferiores de literatura su tanto a los géneros literarios que llama¬

mos demostrativos, los cuales sin ser ora¬ toria ni poesía están destinados a enseñar deleitando, como dijo el Venusino. Todo entra en el arte literario y aunque ocupe un lugar modesto en el teatro de las creaciones estéticas, tienen también un objeto noble y elevado y capaz de hacer mucho bien, como pueden hacer mucho mal si se desen¬ tienden de las normas morales que el Arte tiene el derecho y el deber de señalar a cuantas obras de la palabra hablada o escrita forman parte de lo que llamamos, literatura artística.

Y compendiando las ideas expuestas en esta nuestra modesta tesis, con¬ cluimos diciendo que existe en las artes literarias una distinción, una cul¬ tura que aquilatan la producción estética y la hacen propia de las inspira¬ ciones del literato, ya en la oratoria, ya en la poesía, ya también en los di¬ versos modos del género meramente epidíctico o demostrativo.

La aristocracia de otras artes Sin capacidad para emitir juicio en

materia de arte musical y de artes plásticas vislumbramos sinembargo aquella distinción aristocrática en las obras musicales y en pinturas, esculturas, etc. Dejamos a los peritos en estas artes el disertar sobre este asunto y de instruirnos sobre lo que podría llamarse aristocracia en ellas.

1 Esta palabra, que como es sabido se forma de dos elementos griegos, syn y kalipto, debiera ser sincaliptico, como sintético, sindéresis, síntoma.

Centenario Claveriano

Notas históricas sobre el templo, casa y restos de San Pedro Claver

por Jaime Alvarez, S. J.

HASTA que apareció hace dos o tres años el documentado libro Car* tagena de Indias del historiador español Marco Dorta, se había creí¬ do que el templo de San Pedro Claver en Cartagena había sido testigo de los ministerios sacerdotales del Santo cuyo tricentenario de la muerte estamos celebrando. Aun algunas biografías aparecidas en España a principios de este año, así lo escriben equivocadamente, pero Marco Dorta trae el dato, aunque muy escueto, de que el templo fue construido a principios del siglo xvin.

¿No será posible obtener mayores noticias sobre este grandioso mo¬ numento que, si no le cupo la gloria de recibir la visita de Claver, le tocó el honor de guardar sus venerandos restos? A eso tiende este pequeño trabajo de investigación, hecho muy aprisa para atender una obligante so¬ licitud y sin contar con los libros que hubiera deseado, pero con la esperanza de que más tarde lo podré completar.

El templo de San Pedro Claver es «el más monumental y de mayor importancia arquitectónica de Cartagena de Indias», y hasta se ha llegado a decir que es «la primera joya arquitectónica de la República». La fachada está labrada en piedra de tonos dorados, y la fábrica toda fue construida con resistencia suficiente para contrarrestar la prueba de las bombardas Desde el principio llevó el nombre de San Ignacio, pero al ser expulsados los jesuítas en julio de 1767 y ser destinada la casa poco después para Hospital regentado por los religiosos de San Juan de Dios, se le cambió el nombre al templo por el de este santo, nombre que conservó hasta 1889 en que la Sagrada Congregación de Ritos, a petición del limo. Sr. Eugenio Biffi, nombró titular del mismo a San Pedro Claver, canonizado el año anterior.

Fecha probable de SU construcción Parece que hay que poner la ter¬ minación del templo entre 1735 y

1740. En el año de 1657, el l9 de marzo, el Padre Provincial Gaspar de Cugía hizo trasladar los restos de San Pedro Claver, que estaban en a antigua iglesia, del suelo a un nicho en la pared. El Padre Manuel Mejia S. J. en su Reseña Histórica sobre San Pedro Claver agrega que ochenta y dos años más tarde fueron colocados (ya en la iglesia nueva) en una de las columnas que sostienen la cúpula al lado del Evangelio y que allí per¬ manecieron hasta 1889 en que fueron trasladados al altar mayor. La suma de esos ochenta y dos años da el de 1739. Es de suponer que uno de los números principales, si no el principal, en el programa de inauguración del nuevo templo lo constituiría el traslado a él de los restos del \ enerable Padre Claver, de la vieja capilla en donde habían reposado desde su

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JAIME ALVAREZ, S. J.

muerte. Aunque Antonio de Ulloa, que llegó a Cartagena en 1735, habla de «la nueva iglesia de los jesuítas que acababa de construirse», sin embar¬ go esa frase no dice necesariamente que ya la iglesia estuviera en servicio sino que mas o menos estaba terminada. Otro viajero que visitó deten!-’ damente a Cartagena en 1748, el ilustre jesuíta Padre Bernardo Recio, cuyo testimonio citaremos a menudo más adelante, dice que «vio su sepulcro (el

a , \nPedr° elevad° e" la pared del arco mayor en la hermosa fábrica de la iglesia nueva acabada pocos años ha, que con muy festivo aparato se dedico algunos anos después». Creo que para que se pueda decir con ver¬ dad «pocos anos ha», esos años no deben pasar de diez. Se terminaría lo que se suele llamar la obra negra del templo en 1735; se inauguraría en

entL ?74? 1¡74dd0 de aS reh<l“,as de San Pedro y «algunos años después»

entre 1742 y 1744 seria consagrada. Si estas fechas coinciden con la realidad,

como me inclino a pensar, la ceremonia de consagración del templo la

debió efectuar un hijo de Cartagena, el limo. Sr. Diego Martínez y Garrido

que gobernó la Diócesis de 1741 a 1744 y es uno de los doce obispos que la

i ustre ciudad ha dado a la Iglesia. Con base en estas fechas podemos su-

. i _ ^ * ^ . , , . , . . pues en menos de

d,ez ° (qu!"f anos > con las dificultades de aquellos tiempos habría sido muy difícil levantar un edificio de esa magnitud. El templo de la Compa¬ ñía en Popayan, de menores proporciones, se empezó en 1735 y se terminó treinta y un anos después; su costo ascendió a cerca de doscientos mil pe¬ sos. La iglesia de Santo Tonbio en Cartagena, que es muy sencilla y tres o

Il730°aV1736)maS Pequena que ,a de Ios iesuítas> íue construida en seis años

¿Quién fue el arquitecto de este grandioso templo de San Pedro Cla- ver Para mi fue una gran satisfacción el encontrar en un documento, hasta ahora muy desconocido si es que no del todo ignorado en Colombia que el constructor del monumental edificio, admiración de los turistas y orgullo de los cartageneros fue un Hermano Coadjutor de la Compañía de Jesús. La noticia la da el ya citado Padre Recio: «Sobre todo me delei- aban, dice, las funciones de aquella iglesia, la mejor de Cartagena, acaba¬ da pocos anos ha por un nuestro Hermano gran arquitecto» '. ¿ Cómo se llamaba ese Hermano ? Es lastima que no lo hubiera dicho el Padre Recio que tan detallista aparece en toda la relación de su viaje. Habrá que seguir buscando su nombre para entregarlo a la gratitud de los habitantes de la Heroica y agregarlo a la lista gloriosa de Hermanos Coadjutores jesuítas que en nuestra Patria han realizado una gran labor cultural y civilizadora ya en las misiones del Orinoco y Magdalena, ya en Bogotá manejando la primera imprenta y atendiendo a la primera botica, o construyendo tem! píos grandiosos en Cartagena, Popayán Pasto y otras ciudades.

Nos cuenta el P. Recio que «era aquella iglesia la mejor de Cartagena y qiie sus funciones le deleitaban. La asistencia era grande y muy útiles los ejercicios de dos Congregaciones del Sagrado Corazón de Jesús y de la Buena Muerte». Esto indica que ya el Colegio tenía buen número de je¬ suítas y asi se podía atender esmeradamente al culto de la iglesia. El Padre Astrain dice que en 1753 había en el colegio once sujetos 2. Por el Padre Recio sabemos también que estando el Virrey Don Sebastián Eslava en Cartagena «yema a confesarse en nuestra iglesia dando con ello gran edifi¬ cación». Allí le sorprendió el ataque a la ciudad por los ingleses comanda- d°l P°r e A,mirante Vernón, y derrotándolo, se cubrió de gloria junto

l Compendiosa relación de la Cristiandad de Quito. (Madrid, 1947), pág. 567.

Historia de la Compañía de Jesús en la Asistencia de España, t. vi, pág. 434.

CENTENARIO CLAVERIANO

135

con el valiente Don Blas de Lezo. ¿Gomo no iba a ser condiciada Cartagena si llegó hasta acumular veinte mil quintales de oro?3. Así se explica uno sus murallas con los 27 baluartes y las 230 piezas de artillería de grueso calibre que la constituyeron en la primera plaza fuerte de todo el Continente

Americano.

Sucesores de San Pedro Claver Pero volviendo a nuestro templo en

el que tanto florecía como vimos el

culto divino, ocurre preguntar antes de continuar su historia: ¿Los negros, los hijos preferidos de Claver también eran atendidos? Porque a no pocos he oído criticar a los jesuítas dizque porque abandonaron el ministerio su¬ blime que santifico al «Esclavo de los esclavos». Pero la historia, maestra de la verdad, los desmiente afortunadamente. Porque si Claver tuvo un antecesor que le sirvió de guía y maestro en el duro apostolado, tuvo tam¬ bién sacrificados sucesores que, estimulados por sus heroicos ejemplos con¬ tinuaron cuidando de aquellos pobres negros por todos abandonados. Re¬ cordemos que un día el anciano Padre Claver, recogido en su celda y me¬ dio tullido, oyó animación en la casa y preguntando el porque, le dieron la que él llamó «noticia preciosa»: Un Padre había llegado de España para bautizar negros. Medio arrastrándose fue a buscarlo y tuvo lugar entonces la conmovedora escena que leemos en su vida cuando el P. Claver ^ se arrojó a sus pies para besárselos derramando lágrimas de gozo. El recién llegado era el P. Diego Ramírez Fariña de la alta aristocracia española y consejero de Felipe IV, que pidió ser destinado a la evangelizacion de los esclavos negros | había venido en el navio del marques de Montealegre que estaba casado con una nieta de San Francisco de Borja. Fue, pues, este Padre el inmediato sucesor de San Pedro Claver. ¿Quienes fueron los otros? Ninguno de sus biógrafos antiguos o modernos lo dicen. Pero no me desanimé por esto e impulsado por el cariño que profeso al Santo, logre dar con los nombres de algunos de ellos y espero algún día completar la lista. Son: el Padre Pedro Liner que nació en Viena, entró a la Compañía ya sacerdote en 1722 y partió para Nueva Granada en 1723. Fue profesor en el Colegio de Cartagena, dedicándose como San Pedro Claver, al apostolado entre los esclavos negros 4. El Padre Francisco Rauber , alemán nacido en Steinhart, Baviera, el 8 de octubre de 1690; entró a la Orden en 1711 y partió en 1723 a Nueva Granada, donde trabajó continuamente entre los indios. Tomó luégo la cura de almas entre los esclavos negros. Fue rector del colegio de Santa Fe de Bogotá. Falleció en 1763/64 5. El P . Dionisio ]\1 orales, de quien se lee en la vida del P. Recio que «apenas entro la em¬ barcación en el puerto de Cartagena, cuando vino a visitarles este jesuíta octogenario, sucesor de San Pedro Claver en el ministerio de instruir y bautizar a los negros que del Africa eran conducidos a Cartagena» b. El P. Agustín Salazar , «que después de haber gloriosamente trabajado en la misión del río Sinú se hallaba allí (en el colegio de Cartagena) de operario y por descanso tenía a su cargo la tarea, que tanto ennobleció al venerable padre Pedro Claver, natural de Verdú, y honor de aquel colegio; esto es, la instrucción de los negros bozales. Confieso, dice el P. Recio de quien es la relación en su segunda pasada por Cartagena en 1766, que por tener alguna parte en tan útil ministerio le acompañé y me gocé cuando trate

a los negros» 7.

3 Papel Periódico Ilustrado, N? 93, pág. 328.

4 y 5 Sierra, Los Jesuítas Germanos en la conquista espiritual de

(Buenos Aires, 1944), p. 403.

6 y 7 O. c., pp. 27, 568.

Hispano- América^

136

JAIME ALVAREZ, S. J.

y

El P. Astrain trae el informe del P. Provincial Pedro Fabro en 1750 donde dice que «suele haber en el colegio de Cartagena un Padre dedicado exclusivamente al cuidado espiritual de los negros». Obsérvese el «suele haber», que indica claramente la presencia permanente en aquella casa de algún jesuíta para atender a los negros. Por eso el mismo Padre Astrain agrega: «Se ve que continuaba después de un siglo el fervoroso espíritu de an edro Claver, que tanto se había ilustrado en este penoso ministerio» 8.

Continuando la historia del templo hemos de recordar que en las di-

ZrC^\7 U-HT* qUC ato.r,mentaron a Colombia a mediados del pasado £*?•’ el templ° fue convertido en cuartel, en depósito de armas y aun en

LnaciLTuugar samo. " SePU'Cr° contemplaba e" sil—o la pro-

, . En988b al regresar de Europa el gran devoto del Apóstol de los negros Monseñor Eugenio, Biffi, obispo de Cartagena, transido de dolor ante el lamentable estado del templo que guardaba el más rico tesoro de la ciudad! se propuso restaurarlo. Consiguió del Gobierno la entrega del sagrado edi- ício y acompañado del P. Brioschi su secretario y futuro sucesor, se di¬ rigió a la iglesia y postrados ante el sepulcro del Beato lloraron amarga- mente por la desolación del santuario. El pavimento estaba cubierto por mas de dos palmos de tierra lodo y basura ; los altares destruidos, las pa¬ redes cubiertas de una capa de salitre y con inscripciones indignas. Sa- leron de allí devorados por el celo de la casa de Dios y el honor de Claver-

ohrd,eX°Ií 38 ! maS’ .r,eco£ero" Hmosnas y empezaron con entusiasmo la

hwft«d 3 res‘aurac,on- 9.Va"do el temP'° es“*vo más o menos decente invito a una solemne pontifical y a espléndidas funciones en la tarde para

clisando íCmbrf de.1886’ en bonra del santo jesuíta. En adelante siguió ebi ando la santa misa todos los lunes en un altar portátil que hacía co-

ocar delante del sepulcro del Beato. Gastó enormes sumas de dinero en

un irXtrn y,,enCay° a, ItaHa ,al artista áenovés Vittorio Montárselo un soberbio altar de marmol por el estilo de los altares del templo de la

nnunziata, con un hermoso sarcófago para las venerandas reliquias. Cuan-

?2 00n fV° ter"^.nado dl° orde" de ^ue lo embarcaran. El solo flete costó 12.000 francos. Es un altar precioso cuya base es de mármol oscuro con vetas

claras y con tres lindas gradas de mármol de Carrara. En los lados hay dos graneles escudos finamente labrados: el de León XIII y el de Monseñor ,. Las columnas de marmol jaspeado pesa cada una dos toneladas y media y tienen cuatro metros con veintidós centímetros de largo. En el centro está

CK S“ ,subhme, exaltación: la mirada hacia el cielo, las manos cru- ? das sobre el corazón y dos angeles que le presentan una cruz. El altar

tolTnvfr-d° C, 2 mafz° de 1888‘ E1 Pavimento del presbiterio y de *°da.. !g esla e* de marmol blanco y negro. Las paredes del templo fueron repelladas con la preparación llamada «marbelina». Encargó a Italia dos artísticas vidrieras con motivos alusivos a la vida de Claver que fueron colocadas en el coro y en el presbiterio. El pulpito de mármol es una obra acabada y guarda perfecta armonía con el bellísimo altar.

Uno de los mas valiosos objetos de la Exposición Vaticana, tenida con ocasión del jubileo sacerdotal de León XIII, se encuentra en el templo de

Sed/lTn0 9 aver; es.taba de. Ministro de Colombia ante la Santa

of deJ 9)r' -f°aquin F. Velez informo a Su Santidad sobre el empeño pues- to por Monseñor Biffi en la reparación y ornamentación del templo. El

8 O. c., vii, p. 449.

CENTENARIO CLAVERIANO

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Papa, gratamente impresionado, prometió mandar a ese santuario un regalo importante. Ese regalo fue un precioso órgano que le había sido obsequiado en su jubileo por sus antiguos diocesanos de Perusa. Fue construido por el célebre Morettín y es una reproducción en pequeño del magnífico ór¬ gano de San Juan de Letrán. Entre el teclado y las flautas de metal hállase una inscripción latina que traducida dice: «El día 31 de diciembre de 1887, a León XIII Pontífice Máximo, que celebra sus bodas de oro, la Arqui- diócesis de Perusa, recordando todavía a su antiguo Pastor». Para conseguir este obsequio para Cartagena se interesó no poco el Eminentísimo Cardenal Ledóchowsky. Con dolor hay que decir que la carcoma y el salitre no ata¬ cados a tiempo, lo destruyeron casi totalmente.

La cúpula de la iglesia es moderna, obra de Gastón Lelarge, y aunque esbelta y grandiosa, desentona con el conjunto arquitectónico del templo que tenía antes un bello capacete, como puede apreciarse en las fotogra¬ fías antiguas. Las torres, en cambio, dejan conocer por la carroña negra que las cubre los doscientos y más años que llevan soportando los rayos de un sol tropical. La puerta central, como toda la fachada, es de piedra labrada y encima de ella hay un hermoso rosetón con un vitral finísimo que repre¬ senta al santo a la orilla del mar con sus queridos negros. En el interior del templo se conserva un hermoso cuadro de San Francisco Javier, de Vás- quez, copia del P. Santiago Páramo, S. J.

Por decreto del 22 de noviembre de 1888 y a petición de Monseñor Biffi, la Sagrada Congregación de Ritos designó como titular de la iglesia, que desde la expulsión de la Compañía se llamaba de San Juan de Dios, a San Pedro Claver, con todos los honores y privilegios que de derecho co¬ rresponden a los Santos Titulares de las iglesias.

Casa y aposento de San Habiendo sido construido el templo actual Pedro Claver en Cartagena de los jesuítas en Cartagena en el siglo

xviii, es claro que no lo pudo conocer San Pedro Claver. ¿Habrá que decir lo mismo de los viejos claustros en don¬ de viven hoy los jesuítas que forman lo que se llama Residencia de San Pedro Claver? Afortunadamente no. El Santo Apóstol santificó con sus penitencias nocturnas, con su fervorosa oración y su heroico apostolado !a que debemos llamar por eso Santa Casa de Cartagena. Es verdad que la primitiva casa en que vivió el Santo los primeros años de su estancia en Cartagena fue desalojada por los Padres, a causa de que los vecinos por haber levantado muy alto las paredes de sus edificios, veían sin dificultad todo cuanto se hacía y pasaba dentro del colegio. Era tan reducida, que no podía contener sino un número insignificante de Padres, así es que se veían obligados a habitar dos en cada cuarto o celda. Además estaba ro¬ deada de una multitud de tiendas y tabernas que turbaban continuamente el reposo y el silencio de los Padres 9. En estos primeros años tuvieron que vivir de limosna, pues la casa no tenía ninguna dotación ni finca alguna, hasta que sin duda por algún legado se hizo posible la construcción de un buen edificio que como intento probarlo, es el mismo que hoy ocupa en gran parte la Residencia de los jesuítas y en el cual vivió muchos años San Pedro Claver.

9 Vida de San Pedro Claver por un socio del Apostolado de la Prensa, Madrid, 1912, pág. 37. Esta Vida sigue fielmente las declaraciones de los testigos en el proceso de Beati- tificación.

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Gomo más adelante se verá se sabe con toda certeza cuál fue el apo¬ sento en que murió San Pedro. Este aposento queda en un entresuelo, entre el primero y segundo piso ; ese entresuelo supone los dos pisos y por eso se llama así. Por tanto, si existe el cuarto en donde murió, es claro que tienen que existir desde el tiempo del Santo los pisos que forman ese cuarto y los que con él limitan. Insisto, pues, en que con excepción del frente (en donde quedaba la vieja capilla), del tercer piso y de algunas otras reformas se¬ cundarias que pudieron ser posteriores se puede afirmar que la actual Re¬ sidencia es la misma casa que habitó San Pedro, por lo menos durante los últimos quince o veinte años de su vida que fueron precisamente los más cargados de méritos.

El edificio del colegio tuvo que terminarse años antes de 1645, época que parece haber sido económicamente la más desahogada. Ese año cua¬ renta y cinco la pobreza del colegio era ultra-franciscana, como se lee en la cédula real fechada en Valencia el de diciembre de ese año y en que aparece que el Padre Baltasar Gumilla, Procurador General de la Pro¬ vincia de las Indias, había representado a su Majestad que el colegio tenía una deuda de cincuenta mil pesos, no tenía fundación y se sustentaba de limosna10. Cincuenta mil pesos en ese entonces era todo un capital. ¿Qué pudo originar esa deuda? No parece aventurado afirmar que sólo la cons¬ trucción de un gran edificio, como sería un colegio grande de cal y canto.

En 1666 todavía se estaba pleiteando con la Corte el problema de la muralla que obligaba a los jesuítas a tumbar parte del colegio, y «ese pleito va muy mal» escribía aquel año desde Madrid el Padre Gaspar de Cugía -al Rector de Quito n.

En 1684 no había pobreza sino miseria y crecidas deudas. El siguiente relato, a la vez que nos muestra la situación de nuestro colegio nos sirve para apreciar cada vez mejor el temple de nuestros misioneros y los sacri¬ ficios que se impusieron para sembrar la fe en las tierras de América. En este año de 1684 se embarcó en Cádiz una de tantas expediciones de misio¬ neros jesuítas para las Indias Españolas; en ella venían algunos Padres alemanes. El Padre Jorge Brandt, en carta de l9 de febrero de 1686 al Provincial de Bohemia, le cuenta que:

Salidos de Cádiz el 30 de septiembre de 1684, llegaron, después de una navegación llena de sobresaltos y peligros, el 26 de noviembre, a Cartagena, con la dulce pero vana esperanza de poder allí reparar nuestras fuerzas quebrantadas y erigir nuestros espíritus oprimidos por los sufrimientos del grande hambre, ardiente sed, calor sofocante, bravura del mar, hirientes ofensas, burlas y escarnios. En Cartagena se encontraron con que el colegio de la Compañía apenas podía alimentar a sus pocos miembros y estaba lleno de deudas. Debieron los viajeros, para alimentarse, vender, poco a poco, sus libros y cuanto objeto traían. Tanta miseria deter¬ minó que enfermaran el P. Antonio Speckbacher, da Passau, y el P. Pablo Schmidt, que, en la ocasión, escaparon a la muerte por verdadero milagro... En Portobello nos apeamos en el colegio de nuestra Compañía, pero también éste era tan pobre, que hemos sufrido allí más que en el de Cartagena en una palabra, donde llegábamos, el hambre y la sed habían tomado la delantera 12.

En 1691 el Padre Vice-Provincial Juan Martínez Rubio informó a Roma el estado pobre y precario de nuestros colegios. Dice además que el de Cartagena no tiene sino cinco Padres: rector, procurador, un ministro

10 Manuel Mejía, S. J., San Pedro Claver de la Compañía de Jesús. Reseña histórica de su vida y de su culto en Cartagena. Cartagena, 1918, p. 55.

11 Jouanen, Historia de la Compañía de Jesús en la antigua Provincia de Quito, Quito, 1944.

j, p. 226.

12 Sierra, o. c., pág. 123.

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apostólico y dos operarios. Además otro que por su edad está totalmente impedido 13.

Cuatro años después el Visitador de la Provincia, P. Diego Francisco Altamirano informaba que los colegios del Nuevo Reino no podían contri¬ buir a los gastos comunes, porque apenas tenían lo necesario para el sus¬ tento de sus propios moradores 14.

En 1697 se ve que vivía la pobreza aposentada como madre en el cole¬ gio, pues en la invasión pirata de este año aparecen relatados con detalle los robos hechos a otros conventos y ni se menciona el de la Compañía.

Creo que de lo dicho se deduce que la casa que actualmente habitan los jesuítas en Cartagena fue construida antes de morir San Pedro. Las razones se pueden resumir así: 1? En ella se encuentra ciertamente el cuarto en donde murió; 2? En los cincuenta años siguientes no pudo ser construida, porque como ya se demostró no había dinero casi ni para co¬ mer, mucho menos para levantar un gran edificio. 3? No conozco ningún documento que permita decir que se edificó después del año 1700, y El P. Recio que en 1748 habla de la iglesia nueva terminada pocos años atrás, no dice lo más mínimo sobre colegio nuevo.

Veneremos, pues, con especial amor esa Santa Casa , morada de uno de los más grandes santos y de tantos religiosos insignes cuyas virtudes po¬ dría la iglesia declarar heroicas. Ella ha sido además, a través de tres siglos un espiritual oasis para los hijos de Ignacio de Loyola que, fatigados por una larga y penosa travesía emprendida en busca de las almas, o con el corazón atravesado por la ingratitud humana que los perseguía porque ha¬ cían el bien, encontraban a la sombra de sus amplios muros, descanso, con¬ suelo y estímulo para seguir caminando con la cruz.

Allí, los restos de Glaver, el mártir incruento, infundieron fortaleza en los ánimos adoloridos de los doscientos treinta jesuítas que, entre sep¬ tiembre de 1767 y marzo de 1769, se postraron ante su sepulcro y celebra¬ ron el santo Sacrificio en su aposento, antes de abandonar la Patria ini¬ cuamente desterrados por Garlos III 15. «Pocas casas ha tenido la Compa¬ ñía de Jesús, dice el P. Fernández, en que se haya servido a Dios con más fineza y perfección y ninguna que haya padecido tanto de persecuciones y pobreza, dotada de estos bienes desde su primera fundación, efectos ine¬ quívocos de lo mucho que Dios la amaba y el demonio la aborrecía» 16.

Cuarto donde dormía San Pedro Claver San Pedro Glaver no murió en

el mismo cuarto en que pasaba las noches. En mayo de 1917 el P. Luis Londoño, superior de los jesuítas en Cartagena, descubrió el aposento de la feliz muerte del santo. ¿Existirá también el cuarto en donde tomaba por las noches un breve descanso, y se comunicaba con Dios en oración fervorosa y disciplinaba duramente su cansado cuerpo? Yo creo que sí; y creo que es el mismo que se suele mostrar como tal a los peregrinos que visitan a la Santa Gasa de Carta¬ gena. En él coinciden a cabalidad los datos que sobre su cuarto vieron los testigos en el proceso de beatificación; «Un estrecho, desacomodado y ló¬ brego cuchitril que quedaba sobre la portería». Confieso que cuando co-

13 Astrain, o. c., vi, pág. 636.

14 Jouanen, i, pág. 297.

15 Jouanen, o. c., H, pág. 613, ss.

16 Mejía, o. c., pág. 52.

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JAIME ALVAREZ, S. J.

nocí este cuarto por primera vez y me dijeron que en él tomaba San Pedro su descanso nocturno, no lo quise creer, tan miserable es; pero al conocer más tarde la descripción que de él hicieron en el proceso, ya no lo dudé. El cuartucho de que hablo mide aproximadamente un metro con cincuenta centímetros de ancho, dos con treinta de alto y cuatro de largo, y es muy oscuro, pues en vez de ventanas solamente tiene dos pequeñas y profundas

i#i . ! elo. Es ta en el extremo del edificio

hacia el oriente y lindando con la calle, en una especie de torreón que cla¬ ramente muestra su antigüedad; en el centro tiene una pequeña puerta que da a otro cuarto más amplio y éste a su vez al cuarto en que murió el Santo. El año pasado se descubrió una puerta que comunicaba el segundo cuarto con una especie de descanso y que da la impresión de haber sido una tribuna o coro de la antigua iglesia, lo que está muy de acuerdo con lo que se lee en su vida; por allí se podía bajar también a la portería.

La existencia actual de ese precioso cuarto se confirma a la maravilla con el testimonio explícito y valioso del citado P. Recio que dice textual¬ mente: «El pobre aposento en que vivió , está reservado como capilla». El P. Recio escribió esas palabras en 1773 contando lo que había observado en 174| [y 1766> de donde se sigue que, al derribarse la antigua iglesia (1730 a 1740) no sufrió nada el cuarto del P. Claver. Al ser expulsados los jesuítas en 1767 el colegio fue convertido poco después en hospital administrado por los grandes amigos de San Pedro, los Hermanos de San Juan de Dios. No hay la más mínima noticia de que en los años posteriores se hubiera derribado o construido algo que hiciera desaparecer el santo aposento. Quiera Dios Nuestro Señor que muy pronto se pueda obtener mayor certeza sobre el «lóbrego cuchitril» que fue testigo mudo de los éxtasis sublimes y de los sobrehumanos vencimientos de uno de los más grandes santos de la Iglesia, así como la obtuvo el P. Londoño al hallar felizmente el otro apo¬ sento, antesala del cielo, pues que de allí salió el santo anciano a celebrar con los ángeles y bienaventurados la fiesta de la Natividad de Nuestra Se¬ ñora, el 8 de septiembre de 1654. La manera como se realizó aquel dichoso acontecimiento la cuenta así brevemente el P. Daniel Restrepo, S. J.:

Existían, dice, desde los tiempos coloniales dos lápidas que recordaban a las generaciones la morada de San Pedro Claver en aquella casa: la inscripción era esta: «En este aposento muño el V. P. Pedro Claver el día 8 de setiembre de 1654». La primera de las lápidas se hallaba arrinconada en el viejo casón que había pertenecido a la Compañía, y la segunda en un altar de la iglesia catedral; pero imposible saber a qué aposento de la casa habían de adju¬ dicarse. Por diligencias del P. Londoño, después de picar las paredes de cuatro de los cuartos de la casa, en el quinto se halló un hueco exactamente de la medida de la lápida; y sobre la puerta de entrada del mismo cuarto, el lugar que precisamente correspondía a la segunda lapida. Celebróse el hallazgo con misa especial del Excmo. Sr. Brioschi, Arzobispo de Car¬ tagena; y más tarde, decentemente aunque con suma pobreza dispuesta la habitación, se dedico al culto el 8 de setiembre de 1918, por medio de la bendición solemne que después de celebrar de pontifical en nuestra iglesia practicó el dicho señor Arzobispo 17.

Con motivo del año tricentenario de la muerte de San Pedro, la habi¬ tación ha sido restaurada descubriéndose las antiguas vigas que estaban cubiertas con un feo cieloraso, se cambio el piso de baldosa moderna que le habían puesto por uno de ladrillo antiguo y se coloco un hermoso altar de madera tallada.

. Sabido es, escribe el P. Pedro Leturia, S. J., que mientras el apostolado de San Fran¬ cisco Javier tomó la forma de una peregiinación heroica, el de su hermano e imitador el

17 Restrepo, La Compañía de Jesús en Colombia (Bogotá, 1940), pág. 321.

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Apóstol de Cartagena fue la fijeza perseverante en un punto, al que Dios le traía las almas para que no gastase tiempo en buscarlas. Síguese de aquí un hecho digno de atención: para recoger las reliquias y recuerdos de Javier, hay que recorrer medio mundo; en cambio, la memoria de los trabajos apostólicos del Esclavo de los esclavos, se concentra casi por com¬ pleto en una ciudad, en un Colegio, en una celda.

Este es el punto de vista desde el que hemos de mirar la casa de la Compañía de Jesús, en la antigua Cartagena de Indias, hoy capital del departamento de Bolívar en la república de Colombia. No es, como el castillo de Javier, mera cuna de un gran misionero; ni como la casa solariega de Loyola, marco bendito, pero efímero de los primeros arranques de una santidad admirable: es, el consuelo del apostolado todo de San Pedro Claver, uno de los más duraderos y fecundos que conoce la Iglesia, y el relicario en piedra de sus virtudes y milagros, fuera del cual apenas le quedan por recoger al historiador sino recuerdos del niño o del estudiante, ninguno o casi ninguno del apóstol.

Esta observación se aplica con singular exactitud al aposento donde murió el santo. En aquel cuarto recibía y doctrinaba a sus queridos esclavos con tanta frecuencia que más de una vez hubo de sufrir por ello las murmuraciones de algunos moradores del Colegio; allí instruía a los negritos intérpretes y catequistas que con expresa licencia del P. General compraba y mantenía en casa con limosnas de sus amigos; cuando enfermaban, allí los reco¬ gía él mismo, acostándolos en su propia cama y cuidando de ellos con cariño de madre, alguna vez por cuatro meses consecutivos; de aquel sagrado recinto, salpicado primero con la sangre de asperísimas flagelaciones, salía a media noche cargado con una cruz y coronada de espinas la cabeza, y bajando las escaleras de piedra, hacía lentamente el Viacrucis en el cercano y silencioso claustro; en aquel cuarto pasó los cuatro últimos años de su vida tullido y cubierto de llagas, sin más cuidados apenas que los de un negro ingrato y brutal, ni más refrigerio que el de hacerse sacar a veces en un silla al coro de la Iglesia, donde pasaba largos ratos orando en silencio por la raza predilecta de su corazón; finalmente, aquella humilde celda es la que invadieron en tropel amos y esclavos al tener noticia de la agonía de su común Padre, y donde, rodeado de sus hijos, murió plácidamente el santo anciano el día del nacimiento de la Virgen, 8 de setiembre de 1654.

Difícil será señalar reliquia más estrechamente unida a santo alguno, que ese aposento, cifra y recordatorio de la vida del Esclavo de los esclavos: a su sombra se deslizaron cerca de 40 años de penitencia y Apostolado, y sin salir de la ciudad que lo encierra, bautizó San Pedro Claver más de 300.000 negros 18.

Historia de los restos de San Pedro Claver La Divina Providencia

ha velado amorosa¬ mente por los sagrados restos del inmortal apóstol de Cartagena. Múltiples ocasiones se presentaron para que tan venerandas reliquias hubieran des¬ aparecido o al menos hubieran sido profanadas: Invasiones de piratas he¬ rejes que no respetaron lo más sagrado; la expulsión de los jesuítas con el odio consiguiente a todo lo que llevara el S. J.; la guerra de la indepen¬ dencia ; las contiendas fratricidas, las varias persecuciones a la Iglesia, y sobre todo los años en que el templo fue horrendamente profanado por la soldadesca. Con todo, ese sepulcro glorioso permaneció intacto. Al morir el Santo en 1654 fue sepultado en el suelo. En 1657 se le colocó en la pared, comprobándose entonces que aún estaba incorrupto. Cuarenta años más tarde ocurrió algo que pudo ser fatal: El 8 de abril de 1697, el vigía de Zamba anunció que había a la vista veintidós embarcaciones entre gran¬ des y chicas. Eran piratas franceses que venían comandadas por el Barón de Pointis. El 13 se acercó el enemigo hasta el baluarte de Santa Catalina, navegando hasta el de Santo Domingo, cambiándose algunos tiros. El do¬ mingo 14 principió el bombardeo de la plaza. Arrojaron sobre la ciudad más de dos mil bombas que destruyeron gran parte de las casas y algunos templos. Una de las bombas cayó sobre nuestra iglesia y arruinó el altar y la custodia, estando en velación el Santísimo, pero nada sucedió a los restos. Estaba entonces de Rector de nuestro Colegio el P. Fernández Zapata, pues así lo dice en su informe el valeroso don Sancho Ximeno 10.

18 El Siglo de las Misiones, Bilbao, nov. 1920.

19 Boletín de Historia y Antigüedades, Bogotá, 322, pág. 751. Mejía, p. 56.

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JAIME ALVAREZ, S. J.

Terminado el nuevo templo (1735 a 1740) se trasladaron a él los restos y fueron colocados en la columna que sostiene la cúpula del lado del Evan¬ gelio, a dos metros de altura. La loza que lo cubría es de mármol negro con labores y arabescos. En el centro tiene un cuadro con esta inscripción en letras doradas: «Sepulcro del Venerable Padre Pedro Glaver de la Com- pañía de Jesús. Murió a 8 de setiembre de 1654». Arriba están las tres letras J. H. S. En forma de óvalo hay otra inscripción que dice: «Aprobó las vir- tudes del V. P. Pedro Claver en grado heroico la Santidad de Benedicto A1V Pontífice Máximo». Esta lápida estuvo antes adornada con una mol¬ dura de madera tallada y dorada, en cuya base veíase al santo bautizando a los negros, y esta inscripción: «Bautizó el Venerable Pedro Glaver, en cua¬ renta años de ministerio, trescientos cincuenta mil negros». Pero esta mol¬ dura desapareció. Al trasladarse los restos al altar mayor, la lápida fue colocada en el interior de la sacristía sobre la puerta. A principios de este ano de 1954 fue de nuevo colocada en el primitivo lugar.

.En esa columna estaban los restos cuando la iglesia fue profanada con¬ virtiéndola. en cuartel, como antes se ha dicho. Sin embargo, durante este tiempo ardió siempre delante del sepulcro una lamparita. Leamos la rela¬ ción de un testigo presencial:

Al pie de la columna donde se hallaba la tumba del Apóstol de los negros, se veía una mesita, cubierta con una carpeta vieja y rota, sobre ella dos ramos de flores artificiales, en pésimo estado, y una lamparita de aceite en medio, que nunca dejó de alumbrar. Esa lamparita Ja alimentaba cada día, con fervor y constancia heroicas, una negra, llamada Concepción Villa- mil, antigua esclava de Doña María de Jesús Navarro, quien la había dado tal encargo y le proporcionaba el aceite. Cada mañana se dirigía al templo la humilde devota de Claver: Entraba silenciosa, sin hacer caso de los insultos y burlas de los soldados; componía la lamparita; oraba ante la tumba del Apóstol y, salía para volver al día siguiente, a cumplir aquel deber sagrado que le había sido impuesto. Los soldados no se oponían, entre otras razones porque aquella

lampara les servía para encender sus cigarros y para los otros menesteres que en los cuarteles se ocurren.

San Pedro Glaver se llevó a esta su humilde devota para recompen¬ sarla en el cielo su fidelidad, el 5 de septiembre de 1918, a la edad de 95 años 20.

En 1851 con ocasión de la beatificación de Glaver, abrió el sepulcro el limo. Sr. Obispo Pedro Antonio Torres, debidamente autorizado por la Santa Sede 21. Se extrajeron entonces los dos fémures y las dos tibias, según consta en el acta que se extendió. Un fémur y una tibia se enviaron a Roma y los otros dos huesos quedaron en poder del limo. Sr. Obispo para repartir reliquias. Se sabe, además, por una instrucción que mandó la Con¬ gregación de Ritos a la Curia de Cartagena, que anteriormente se habían extraído pequeños huesos; probablemente sería cuando fue declarado Ve¬ nerable en 1748.

Doloroso es lo que nos cuenta un Padre Jesuíta que, junto con sus Her-

20 Mejía, o. c., pág. 57.

u f E,St^ °b¡spo n,acíó en Popayán en 1791. Se ignoran sus padres, pues recién nacido fue llevado al Convento de la Encarnación, en calidad de expósito. Le dieron el apellido de las señoras que lo criaron. Ya sacerdote se distinguió como capellán de la famosa batalla de Pi¬ chincha, en la que se coronó de gloria el Mariscal Sucre. Allí conoció Bolívar al P. Torres y e d,, o: «He hallado lo que necesito. Usted será el Vicario del Ejército de Colombia que hbertara al Perú». Como capellán estuvo en las batallas de Junín y Ayacucho, y en esta última recibió un balazo en el pie derecho cuando administraba la Extremaunción a un herido. (Gre¬ gorio xvi le dispenso, por sus méritos y virtudes, lo de su nacimiento, y fue elegido Obispa de Cuenca, después de Cartagena y en 1854 trasladado a Popayán. (Gonzalo Uribe V., Pbro., Arzobispos y Obispos Colombianos, Bogotá, 1918, p. 77).

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manos en religión y con el señor Ledochowski, llegó a Cartagena desterrado por Mosquera en agosto de 1861: después de muchas peripecias en el viaje, dice, llegamos a Cartagena. Entramos de noche y fuimos a alojarnos a 1& casa del señor Medina, que entonces era el obispo y quien nos recibió con mucho amor y caridad. La primera salida que hicimos fue a conocer el tem¬ plo de San Pedro Claver que encontramos abandonado y en estado de ruina. Los restos del entonces Beato, estaban incrustados en la primera columna, del lado del Evangelio y al pie, estaban enterrados los restos de un pro¬ testante. Con el corazón atravesado de dolor, por tal profanación, salimos para decir luégo el adiós a la Patria, y, partir en busca de tierra hospitalaria que nos recibiera. Llevábamos por fortuna una insigne reliquia de nuestro ilustre Santo, regalada por el limo. Sr. Obispo.

En 1888 con ocasión de la solemne canonización del Apóstol, Mgr. Biffi abrió la tumba del nuevo Santo para examinar los restos. A las 6 a. m. del 28 de febrero se dirigió el limo. Sr. Obispo al templo de San Pedro Claver acompañado de unos pocos sacerdotes y algunas personas. Hizo una corta oración delante del sepulcro y dio orden que se procediera a abrirlo. Fueron instantes de enorme angustia para el Prelado y los allí presentes, por temor a que los preciosos restos hubieran sido extraídos en tantas vicisitudes por las que había pasado el templo, sobre todo cuando perforaron las paredes buscando un pretendido tesoro de los jesuítas. Pero no, allí estaba el ver¬ dadero tesoro de la Compañía en Colombia ! Apenas se quitó la lápida apareció un cajoncito. Bajóse y con toda reverencia se colocó en el altar lateral, preparado expresamente de antemano. Acercóse entonces el limo. Sr. Obispo y lo examinó atentamente. El cajón estaba perfectamente con¬ servado. Los sellos que llevaba eran semejantes al sello puesto al margen del acta arriba mencionada, que se conservaba en la Curia Episcopal, y estaban todos intactos. Se quitó la tapa y aparecieron los restos del Santo Varón que tantos sacrificios soportó por el bien de este país.

No pudo contener su alegría el limo. Sr. Biffi, cuenta Mgr. Brioschi de quien es la relación que estamos leyendo, y exclamó: «¡Alabado sea Dios! Aquí está nuestro Santo, demos gracias a la Providencia por el se¬ ñalado favor que nos ha hecho», y postrándose ante el altar rezo tres Pa¬ drenuestros en honor de San Pedro. Enseguida, para mayor seguridad se llevó la urna a su aposento.

El cajón que contenía tan preciosas reliquias es de manzanillo y lleva unas chapas regularmente talladas. La del frente representa las armas de la Compañía; las de arriba y de los lados son rosetones y flores. El encha¬ pado de uno de los lados no existe, pero se sabe de una manera cierta que se perdió antes de la beatificación del Santo, puesto que en el acta de que hemos hablado se hace notar precisamente la falta de las chapas del lado izquierdo. Parece increíble que después de tantos años la madera de aquel sarcófago estuviera tan admirablemente conservada. Por más que se exa¬ minó no se encontró el menor deterioro. Y adviértase que es ese el mismo cajón en que se colocaron las reliquias de Claver cuando la Santidad de Benedicto XIV lo declaró Venerable a saber, en 1747; porque en la época de la Beatificación no se hizo otra cosa que el verificar si los restos estaban en el sepulcro, y después de extraídas unas reliquias, con autorización de la Sagrada Congregación se cerró nuevamente el antiguo sarcófago.

Al día siguiente se llamaron dos facultativos para formar una lista exacta de las venerables reliquias. He aquí las que se hallaron: El cráneo intacto, una escápula, un húmero, un radio, el esternón, el hueso sacro, los

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JAIME ALVAREZ, S. J.

huesos coxales, quince costillas, catorce vértebras, un astrágalo, un cuboide, cuatro huesos del carpo, tres huesos del metacarpo. De estos últimos se extrajo uno para darlo como reliquia a la iglesia de Sincé.

Fueron definitivamente colocadas todas las reliquias en una urna de metal dorado con cristales y expuestas a la veneración pública. Se dejó descubierto el cráneo y los otros huesos se pusieron en una bolsa de tela y se cubrieron con una casulla regalada por el Reverendísimo Sr. Cardenal Ledóchowski. Muy justo era que se diera esta prueba de deferencia al Eminente Purpurado, quien se ha tomado siempre el mayor empeño en la canonización del Apóstol de los negros.

Ahora el inmenso tesoro que la Providencia ha confiado a Cartagena para su custodia, están en la mesa del altar mayor de mármol mandado hacer por el limo. Sr. Biffi.

«¡Vele Dios eternamente para impedir que sacrilegas manos profanen esos sacros despojos ! Bendiga a la ciudad que los cuida, y proteja al país entero que tiene el honor de poseerlos» 22.

En la tarde del 24 de abril de 1954, año tricentenario de su muerte y con motivo de la peregrinación con sus restos por toda la república, se sacaron de la urna de metal y se colocaron en una de finísima madera, artísticamente trabajada en Pasto por los señores Zambrano, notables ta¬ llistas. Está dorada al fuego y mide dos metros 17 centímetros de largo, cincuenta y nueve centímetros de ancho y cincuenta y nueve de alto. Se cambió la casulla por otra muy bella fabricada por las RR. HH. Salesianas en Bogotá y debajo de ella se puso el alba, que antes no tenía. Los restos reposan sobre un edredón y un cojín de seda blanca.

Salidas triunfales de los Pocas personas en Colombia y aun en Car- restos de San Pedro Claver tagena sabrían decir las veces que los des¬

pojos mortales del Santo han recorrido triunfal mente las calles y plazas de la ciudad que años atrás contemplara atónita sus heroísmos diarios durante treinta y ocho años.

La primera vez fue aquel día de setiembre, el más triste para la ciudad de Cartagena, cuando muerto «el buen Padre», y deseando todos contem¬ plarlo por ultima vez, hubo necesidad de organizar con su cadáver una pequeña procesión por las calles cercanas a la iglesia 23.

La segunda, tercera y cuarta vez fue cuando con motivo de su cano¬ nización en 1888, celebró Mgr. Biffi, un triduo solemnísimo los días, 3, 4 y 5 de marzo. Por la tarde se sacaban en procesión las reliquias del Santo por los diferentes barrios de la ciudad y con una numerosa asistencia de fieles 24.

El 8 de setiembre de 1906 el Padre Rufino Beristain, S. J., gran devoto de Claver, promovió una gran fiesta en su honor y paseó triunfalmente las reliquias por las calles de la Ciudad Heroica. Fue entonces cuando el Concejo Municipal de Cartagena lo reconoció como Apóstol de la ciudad y lo adoptó por su hijo benemérito 25.

En marzo de 1916 se celebró el tercer centenario de la ordenación sa-

22 Brioschi, Un Apóstol de dos continentes, Cartagena, 1940, pág. 498 ss.

23 Brioschi, Vida de San Pedro Claver, París, 1889.

24 Brioschi, Un Apóstol de dos continentes, pág. 502. Mejía, 67.

25 Mejía, o. c., 73.

CENTENARIO CLAVERIANO

145

cerdotal y primera Misa de San Pedro Glaver. En nuestra iglesia se tuvo un novenario de sermones, que terminó con una solemnísima procesión en que iban los restos del Santo llevados por distinguidos caballeros 26.

Al año siguiente (1917), San Pedro fue nombrado por la Santa Sede, a petición de todo el Episcopado colombiano, Patrono secundario de Colom¬ bia. Por ese motivo, la fiesta del 9 de setiembre de ese año fue muy solem¬ ne, con Pontifical por la mañana y procesión por la tarde con las veneran¬ das reliquias 27 .

El pasado año de 1953, y para dar principio al año tricentenario de la muerte del Apóstol, se organizó el día de su fiesta una grandiosa procesión por la noche, en la que iba la sagrada urna en medio de un mar de antorchas. En la plaza de la Aduana dirigió una vibrante alocución a la muchedumbre el Excmo. Sr. Obispo de Barranquilla, Mgr. Francisco Gallego Pérez.

Ese mismo año se repitió el homenaje el 7 de diciembre. Los Congre¬ gantes Marianos de Colombia, reunidos en Cartagena en el primer Con¬ greso Nacional de Congregaciones Marianas masculinas, obtuvieron per¬ miso para llevar en hombros por las calles los preciosos restos del gran amante de María y modelo perfecto de congregantes.

Por último, y es ya la décima vez, el 25 de abril de este año, y después de rendírsele un grandioso homenaje por las autoridades eclesiásticas y civiles y por todo el pueblo de Cartagena, salió el Santo en urna nueva y preciosa a recorrer por primera vez los dominios que la Santa Iglesia con¬ fió a su cuidado y protección cuando le nombró Patrono de Colombia. Durante cuatro meses recibirá las jubilosas aclamaciones de todos los co¬ lombianos, y de millones de bocas saldrán alabanzas para el humilde je¬ suíta que se humilló hasta llamarse y ser «Esclavo de los esclavos para siempre».

Este Santo Apóstol, merece el nombre de bienhechor insigne de Colombia, padre y protector de la raza más despreciada en nuestra democracia, elevador de su cultura, defensor de sus derechos, maestro de los sociólogos en la manera de solucionar el problema social de las relaciones entre los ricos y los pobres. Y ¡lo que es la justicia humana! No se eleva aún una estatua, un monumento profano que atestigüe la gratitud nacional 2S.

Eso se dijo en 1936, y hoy tenemos que repetir lo mismo, pues aun continúa la indiferencia nacional para con su insigne bienhechor. Hasta la misma ciudad de Cartagena, ¡cosa increíble!, que ha perpetuado en el mármol el recuerdo de sus innumerables héroes, no tiene un pedestal en donde se yerga con su mirada amable y triste su «buen Padre», su «ángel de paz», su «hijo adoptivo y benemérito», su «santo».

Correspondió a los pobres, al Círculo de Obreros de San Pedro Claver la gloria de levantar el 15 de enero del presente año claveriano, en el patio del antiguo convento de San Francisco, de su propiedad, la primera estatua que se le erige en Colombia a aquel «cuya vida fue tan admirable que, des¬ pués de la de Cristo, dijo León XIII, ninguna como esa había conmovido tan profundamente su alma».

Santa Rosa de Viterbo, junio de 1954.

20 y 27 Luis J. Muñoz, S. J., Notas históricas sobre la Compañía de Jesús restablecida en Colombia y Centro América, Oña. 1920, pág. 145.

28 J. M. Fernández, S. J. y Rafael Granados, S. J. La Obra civilizadora de la Iglesia en Colombia, Bogotá, sin fecha, p. 24.

El maestro de Claver

P. Alonso de Sandoval

por Juan Manuel Pacheco, S. J.

( Continuación)

JUNTOS todos se comenzaba la catequesís. El Padre debía ante todo adaptarse a la capacidad intelectual de los intérpretes, para que no cambiaran sus ideas y dijeran algo muy diverso de lo que explicaba. El genio ardiente del P. Sandoval hubo de sentir muchas veces el freno severo de su dominio propio. No pocas veces, en mitad de la catcquesis, se cansaba el intérprete y pedía al padre que procediera inmediatamente al bautizo. Al no hacerlo se retiraba enfadado y era menester buscar otro intérprete que continuara la interrumpida labor 33.

Con acierto pedagógico indica el P. Sandoval que la catcquesis debía reducirse a muy pocas nociones, expuestas toscamente, adaptándolas a la capacidad de los negros y repitiéndolas con insistencia 36. La instrucción comenzaba con la necesidad del bautismo para ir al cielo. Seguía luégo una sumaria explicación de los principales misterios de nuestra fe, y por último una preparación para recibir el bautismo. «Puestas las manos, explica el P. Sandoval, y con afecto en la voz, delante de un crucifijo acomodado, que es bien llevar siempre para este fin, digan: Oh Dios grande, Dios y Señor bueno, duéleme mucho mi corazón por los pecados que he hecho, con que te he ofendido; yo tengo deseo de servirte de aquí a adelante; no quiero Señor en ninguna manera ir al infierno ; llévame Señor al cielo» 37.

Terminada la instrucción se procedía al bautismo. Resumiremos lo que sobre el modo de administrarlo escribe el P. Sandoval. Catequizados estos adultos, se les manda se laven todos muy bien con quietud y sosiego las cabezas en dos o más bateas o lebrillos de agua, que para este efecto estarán ya preparados, y esto para que el agua bautismal pase a toda la piel de la cabeza, y por reverencia al bautismo ; para lo cual se les advierte que este lavatorio no es el agua de Dios.

Hecho esto se vuelven a sentar, y van viniendo los que se han de bautizar sin condición, de diez en diez, primero los hombres y luégo las mujeres hincándolos de rodillas, puestas las manos con toda devoción y quietud posibles, a la redonda de una fuente de plata o de una media batea, cuando no hay otra cosa más a propósito en que caiga el agua, y el Padre sacer¬ dote de la Compañía se pone una estola y vuelve a hacerles allí a cada uno de por las mesmas preguntas y exhortaciones breves que hemos dicho, por medio de los intérpretes, para que tengan voluntad de recibir el baptismo, y para que tengan fe, esperanza y caridad y con¬ trición, o por lo menos atrición de sus pecados. Y persuadido ya el Padre que están bastante dispuestos, se les pone a todos diez un nombre de los más comunes, que puedan pronunciar, haciéndoselo repetir para que no se olviden de él y los unos lo puedan acordar a los otros, si por caso alguno se olvidare, diciéndoles que con aquel nombre se han de llamar y conocer de allí adelante por cristianos e hijos de Dios, dejando y olvidando el con que de antes se

3o Sandoval, fol. 271 r.

36 Sandoval, fol. 273 v.

37 Sandoval, fol. 279 r.

EL MAESTRO DE CLAVER

147

nombraban de su tierra, porque era nombre de moro, de gentil y de hijo del demonio. Tam¬ bién entonces se les señala a todos aquellos diez por madrina o padrino el mismo interprete que sirvió de lengua, o otro algún moreno o morena ladina de su casta que se halla presente, o el que algunos deílos señalaren, advirtiéndoles brevemente a los unos y a los otros de su obligación y la que les corre de enseñanza, según su capacidad y oportunidad... Luégo se les echa al cuello un galano rosario, con su medalla de plata pendiente que corre por cada uno, con su vela de cera encendida en la mano, habiendo oportunidad, mientras el Padre les echa el agua con un jarro de plata, o el mejor que se halla, a cada uno de por en la cabeza y cuerpo (guardando toda la decencia y decoro posible), juntamente con las palabras de la forma baptismal, que cae en una porcelana o fuente de plata que tiene el hermano compa¬ ñero del Padre, las más veces de rodillas a sus pies; todo para conciliar en los neófitos mayor reverencia y aprecio. Baptizados ya, antes que se levanten y se mezclen con los que no lo están, se íes ata una mediana medalla de estaño, pendiente de un recio hilo al cuello, que caiga al pecho y se divise, para que se conozca estar ya baptizados. Estos apartados y sentados, llegan otros diez, hasta que por este orden, poniéndoles otro nombre, se concluye con el baptismo de los que se han de baptizar sin condición, así hombres como mujeres 38.

Seguía luégo casi en la misma forma el bautismo de los que se bauti¬ zaban sub conditione. Se les advertía que si otra vez querían derramarles agua en la cabeza dijeran que ya se les había echado, aunque no por eso los dejarían de llevar a la iglesia a tomar la sal y recibir los santos óleos y tener sus padrinos, «cuya falta es la que todos en siendo algo ladinos te¬ men, y porque niegan ahincadamente no haber sido baptizados, y menos¬ preciar cualquier género de baptismo que no sea con la solemnidad que ya ven se administra en la iglesia, al cual se les sigue fiesta y boda» 39.

La medalla que recibían en el bautismo la conservaban estos pobres es¬ clavos con grande estima. Si la perdían, no se cansaban de buscar al Padre para obtener otra nueva.

No todos los negros recibían fácilmente el bautismo. Algunos de ellos, especialmente entre los yolofos, mandingas y mitombos, profesaban el islamismo y se mostraban reacios a aceptar la fe católica.

Contradicciones La cruz es el sello de todas las obras divinas. No podía

faltarle al apostolado del P. Sandoval. Empezaron al¬ gunos a murmurar de aquellos bautismos, como de rebautizaciones sacri¬ legas. Otros criticaban la poca reverencia con que eran administrados pues, alegaban, debían ser hechos en la iglesia, con toda la solemnidad de sus ceremonias y por los sacerdotes a quienes competía.

No fue difícil al Padre Sandoval probar la invalidez del bautismo que recibían aquellos esclavos en los puertos africanos. Lo quiso hacer por vía jurídica. Ante el alcalde de Cartagena presentó el P. Sandoval, el 19 de julio de 1610, a Alonso de Proenza, a Pedro Fernández Daveyra, y a Felipe Rodríguez, capitanes y maestres de buques negreros quienes testificaron: «Dos o tres días antes que los navios partan para estas partes, va el Padre Vicario, o visitador en su lugar, a él y se pone el sobrepelliz y estola, y manda subir los negros que están debajo de cubierta arriba, así aprisionados como están con sus corrientes y grillos los más de ellos; y luégo toma dos dellos niño y niña y los baptiza solemnemente, como Nuestra Santa Ma¬ dre Iglesia lo enseña, con todos los ritos y ceremonias; luégo llama a los demás negros varones y hembras así aprisionados y les va echando el agua, diciendo la forma del baptismo; empero antes ni después del baptismo en forma del no les enseña cosa alguna ni les dicen lo que es aquello, ni se los pueden decir en tan breve espacio por ser tantos y de tan diferentes y varias

38 Sandoval, fol. 282 r. - 283 r.

39 Sandoval, fol. 284 v.

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JUAN MANUEL PACHECO, S. J.

lenguas, ni menos les habla por otra lengua que sepa o entienda las suyas, ni tampoco les piden su consentimiento para lo que han de recibir, ni ellos lo dan por no saber que es aquello el santo baptismo, pues a lo que parece no han tenido nunca lugar ni ocasión de haberlo entendido ni menos re¬ parado nadie en decírselo» 40.

Esta misma declaración la firmo después Antonio Jorge capitán del navio Nuestra Señora del Amparo» En 1613 el piloto del navio Nuestra Se - ñora de la Piedad, Domingo Fernández, el maestre del mismo navio, Al¬ varo Núñez de Sosa y el capitán Marzal de Silva juraron lo mismo 41.

Vino en ayuda del P. Sandoval la información sobre el bautismo de los esclavos negros hecha en Sevilla, en noviembre de 1613, por el arzobispo don Pedro de Castro y Quiñones. «Grandemente nos hemos consolado de ver el papel que V. R. nos envió del decreto del Sr. Arzobispo de Sevilla, le escnbía el P. Manuel de Arceo, en 1617; parécenos que ha vuelto Nues¬ tro Señor por su causa y tantos trabajos de V. R., y los ha querido comen¬ zar a premiar a acá con este buen apoyo, con lo cual queda este ministerio tan válido, que ya nadie se atreverá a opugnarle ni a reclamar contra él. También me holgué mucho de saber el grandioso bautismo de los 450 negros que ha sido gran obra y en que Nuestro Señor es muy servido v glori¬ ficado»42.

Una defensa del modo como administraba el bautismo compuso el mismo Padre Sandoval titulada Pregúntese si es lícito baptizar los morenos de Cartagena como los padres de la C ompañía los baptizan. En ella responde a las objeciones que se le hacían. La Iglesia, escribe, quiere que se guarden las ceremonias todas del bautismo siempre que no haya riesgo de la salvación de los que se han de bautizar. Y este riesgo existe cuando se trata de los negros esclavos que vienen en las armazones. Muchos llegan enfermos, en peligro de muerte. Para los sanos vale también «porque la descarga que aquí se hace no para aquí, sino para otras partes a donde hay también em¬ barcaciones y quizá más peligrosas que las de los puertos de donde vienen» 43 y no se sabe quiénes van a quedar en Cartagena y quiénes no, y no conviene exponer el bien espiritual de todos para que dos o tres se bauticen después solemnemente. A los amos de los que quedan en Cartagena se les advierte que los deben llevar a la Iglesia a su debido tiempo para que se completen las ceremonias 44. Los religiosos de la Compañía de Jesús tienen concedido de la Santa Sede un privilegio especial para administrar estos bautizos; se los concedió Pío V en 1569 y lo confirmó más tarde Gregorio XIII.

Este escrito lo aprobaron en Cartagena los jesuítas más notables de

40 La fecha de esta información es la que da el mismo P. Sandoval, en su obra, fol. 245 r. El Archivo Romano S. J., Nov. Regn. et Q. 14, Hisíor. i, fol. 89, se encuentra una copia de esta información hecha en Cartagena el 27 de mayo de 1614.

41 Sandoval, fol. 245 r.

42 Copiada por el mismo P. Sandoval, lib. iv, fol. 66 v.

43 Eran frecuentes los naufragios de los barcos negreros. El P. Sandoval narra cómo una fragata que salió de Cartagena para Portobelo, con 25 españoles y 120 negros, acabados de bautizar, naufragó a poco de salir del puerto (fol. 71) ; en otra ocasión, en el bajío llamado de los Negrillos, a vista de Cartagena, naufragó uri navio con 900 esclavos, de los que solo se pudieron salvar 30.

44 El mismo P. Sandoval explica en su obra sobre los negros por qué no se los llevaba a bautizar a la iglesia: «vienen tales que no pueden ir allá, porque muchos vienen enfermos, muchos flacos y transidos, que no se pueden tener en pie, todos desnudos y muchos del todo, y en todo tan asquerosos todos y tan brutos en sus acciones que no es decente llevarlos a la Iglesia, así en armazones y manadas, porque no fuera más que entrar en ella una de anima¬ les muy inmundos» (fol. 287 r.).

EL MAESTRO DE CLAVER

149

entonces: los padres Gonzalo de Lyra, Manuel de Arceo, Luis de Santillán y Baltasar Más, todos ellos provinciales; los padres Antonio Agustín y Francisco de Victoria, profesores de teología; el padre Hernando Núñez rector del Colegio, etc. Se adhirieron a este parecer el obispo de Arequipa, Fray Cristóbal Rodríguez, O. P. entonces de paso por Cartagena, Fray Alonso de Avalos dominico, Fray Vicente de Mallol agustino, Fray Gaspar de Villalobos franciscano.

No contento con esto envió el P. Sandoval su escrito a España. Allí recibió la aprobación de los teólogos jesuítas de Madrid, Sevilla y Cór¬ doba 45.

Un compañero El trabajo era agobiaaor para el P. Sandoval. Es verdad que

la congregación de los negros ladinos estaba en 1615 a cargo del P. Juan de Barrios46; pero sobre los hombros del P. Sandoval pesaban todas las fatigas de la catequización de los negros bozales. Y hacía ins¬ tancia a los superiores para que le dieran un compañero. El padre General, Mucio Vitelleschi, le escribía el 8 de enero de 1616: «Cónstame de lo mu¬ cho que V. R, trabaja en ayudar espiritualmente a los morenos que aportan a esa tierra, pero habiéndome informado della el P. Juan Vásquez y del buen celo con que incansablemente les asiste, me ha parecido avisar a V. R. que prosiga en esa obra de tanto servicio de Nuestro Señor, y para que se vaya cada día haciendo más, encargo al P. Provincial que le de quien pueda ayudarle y sucederle cuando Dios llame a V. R. para darle el premio tan debido a semejante ocupación y empleo de tantos años» 47. En efecto en carta al Padre Lyra, el P. Vitelleschi le indicaba que sería bien señalar a alguno que ayudara al P. Sandoval 48.

Un año después, el 6 de septiembre de 1617 escribía nuevamente el P. General al P. Sandoval: «Cuanto yo pudiera hacer en orden a promoverse el partido y ministerio de los morenos, esté V. R. cierto que lo haré con mucho gusto por tenerle lo que toca a ministerios de prójimos, y más a los que son tan destituidos como esos pobres, con los cuales huelgo que V. R. está tan bien empleado, y se lo agradezco con todas veras y afecto; y escribo apretadamente al P. Provincial que le provea de compañero que le acompañe y ayude a continuar esa obra tan digna de hijo y operario de la Compañía» 40.

El escogido para compañero del P. Sandoval fue un joven sacerdote que acababa de ordenarse en Cartagena, el Padre Pedro Claver. Claver no sólo iba a proseguir la obra de su maestro sino que lo superaría en heroísmo y santidad. El día de su profesión firmaría la fórmula de sus votos aña¬ diendo a su nombre: «Esclavo de los esclavos para siempre».

Viaje a Lima Este año de 1617 el P. Sandoval hubo de ir a Lima para

arreglar algunos asuntos económicos. El P. General sin em¬ bargo desaprobó este viaje, y lo hace con palabras que son un elogio para Sandoval: «No quisiera, escribe al P. Provincial Manuel de Arceo , que el P. Alonso de Sandoval hubiese ido al Piró por ese negocio, dejando el

45 Este escrito se encuentra en el Archivo Rom. S. J. Nov. Reg. et Q. 14, Hist. i, fol. 98 ss.

46 Vitelleschi a Barrios, 6 de setiembre de 1617.

47 Vitelleschi a Sandoval, 8 de enero de 1616. El P. Sandoval la copia en el lib. jv de su obra, cap. XI.

48 Vitelleschi a Lyra, 8 de enero de 1616.

49 Vitelleschi a Sandoval, 6 de setiembre de 1617. La copia Sandoval en el lib. ív, cap. XJ.

15D

JUAN MANUEL PACHECO, S. J.

ministerio de los negros en que con tanto ejemplo y con tanto servicio de Dios y bien desas almas estaba tan bien empleado; y a la verdad pudiérase haber echado mano de otro que no hiciese tanta falta; y por más que haga el P. Juan de Cabrera cierto es que no podrá llegar con mucho a lo que con esos pobres hacía el P. Sandoval» 50.

No hay que colegir de esta carta que por entonces San Pedro Claver no tuviese a su cargo la evangelización de los negros. El mismo santo en carta al P. General de 23 de julio de 1617 le comunicaba que andaba ocu¬ pado en el cuidado de doctrinar y ayudar espiritualmente a los morenos 51. Quizá fue el P. Cabrera el primero en quien se pensó para compañero del P. Sandoval, y esta información era la que tenía el P. General al escribir su carta.

Los meses que pasó el P. Sandoval en Lima no solo los aprovechó para arreglar los asuntos que habían motivado su viaje, sino para componer el más importante de sus libros: De instauranda /Ethiopum salute. Aunque terminado en Cartagena, no pudo ser escrito en esta ciudad. Basta hojearlo para quedar sorprendido de la abundante bibliografía de que dispuso su autor. El pobre e incipiente colegio de Cartagena no disponía de una tan rica biblioteca.

Nos consta al menos que al regresar el P. Sandoval de Lima traía en

su equipaje los originales de su importante obra. Así se desprende de lo

que le decía el P. Vitelleschi, al contestarle una carta escrita por Sandoval el l9 de mayo de 1620:

Pésame que no le hayan tratado con la caridad y agazajo que V. R. merece, según he

colegido de la suya del de mayo de 1620, y estimo y agradezco el buen ejemplo que en

todas partes da ayudando en todo lo que puede a la salvación de gente tan necesitada como son tanto número de negros, como en esas provincias hay; las cosas que V. R. me escribe juzgo que serán de importancia en orden a ejercitarse este ministerio con fruto, y así me aprovecharé de ellas encargándoselas al P. Provincial del Perú, a quien también avisaré que procure alentar algunos operarios que atiendan a esa pobre gente.

El libro que ha hecho V. R. de procurando Ethiopum salute lo puede dar al P. Provincial que yo le escribo señale allá revisores que le vean, y en aprobándole le envíe a Sevilla al P. Escobar, el cual tendrá orden de lo que ha de hacer 5 2.

El escritor En 1627 apareció en efecto en Sevilla la primera edición de

su obra sobre los esclavos. Púsole por título: Naturaleza , policía sagrada y profana, costumbres y ritos, disciplina y catecismo evan¬ gélico de todos etíopes, por el P. Alonso de Sandoval, natural de Toledo, de la Compañía de Jesús, Rector del Collegio de C artagena de las Indias 5S. La licencia del P. Provincial Florián de Ayerbe está fechada el l9 de abril de 1624.

Está dividida en cuatro libros, cuyos títulos son:

Libro I De las principales naciones de Etiopes que se conocen en el mundo y de sus condiciones, ritos y abusos, y de otras cosas notables que se hallan en ellas.

Libro II De los males que padecen estos negros, y de la necesidad de este ministerio, cuya alteza y excelencia resplandece por varios títulos.

Libro III Del modo de ayudar a la salvación de estos negros en los puertos de adonde salen, y adonde llegan sus armazones.

50 Vitelleschi a Arceo, febrero 7 de 1618.

51 Vitelleschi a Claver, 17 de junio de 1618.

52 Vitelleschi a Sandoval, 1621.

53 Hay de esta edición dos ejemplares en la Biblioteca Nacional de Bogotá.

EL MAESTRO DE CLAVER

151

Libro IV De la estima grande que nuestra sagrada religión de la Compañía de Iesús siempre ha tenido, y caso que ha hecho del bien espiritual de los morenos, y de sus gloriosos empleos en la conversión de estas almas.

No era esta la primera obra que publicaba el P. Sandoval. En 1619 en Sevilla había sido editada su traducción de la biografía de San Francisco Javier que había escrito en portugués el P. Juan de Lucena, S. J. 54. La dedicatoria a la Provincia de la Compañía de Jesús del Perú y al P. Juan Sebastián, la había firmado Sandoval en Cartagena el 2 de diciembre de 1615 55.

De nuevo en Cartagena En mayo de 1620 se encontraba nuevamente el

P. Sandoval en Cartagena. Un importante car¬ go, no exento de dificultades, confiaron por entonces los superiores al P. Sandoval: el de procurador general de la Provincia. Su oficio era buscar recursos económicos para sostener a los jóvenes estudiantes jesuítas, cubrir los no pequeños gastos del Provincial en sus visitas por las casas de la Provincia y los cuantiosos que demandaba la traída de nuevos jesuítas de España.

En su nuevo cargo de procurador no abandonó el P. Sandoval su mag¬ nífico apostolado entre los esclavos, trabajando a una con San Pedro Claver. En las cartas annuas correspondientes a los años de 1619-1621 se habla de varios Padres, sin citar sus nombres, consagrados a este ministerio, «el más glorioso empleo que la Compañía tiene en esta ciudad» 56.

Según el P. Fernández, por esta época el P. Sandoval se dedicó más a las misiones por la costa atlántica, dejando a Claver el cuidado de los negros de Cartagena. En uno de sus viajes llegó hasta Maracaibo, y de regreso a Riohacha estuvo a punto de caer en manos de los belicosos indios salvajes 57.

Nuevos dificultades El demonio, envidioso del bien que se hacía entre

los esclavos, atizó de nuevo la discordia. Venía de donde menos podía esperarse. Motivos muy distintos del celo de las almas se habían atravesado. Empezó a murmurarse que los jesuítas «lo hacíamos, dice la mencionada carta annua por comodidades e intereses tempora¬ les, y que nos metíamos en mies ajena, y que no teníamos privilegio de baptizarlos fuera del artículo de la muerte y donde no hay curas como aquí ios hay». No eran solo murmuraciones. Era el mismo obispo de Cartagena,

54 El P. Juan de Lucena, S. J. nació en la población de Troncoso (Viseu) en 1549, entró en la Compañía de Jesús en Coimbra en 1565, estudió en Evora y Roma, fue un notable predicador, murió en Lisboa el 2 de octubre de 1600. En este mismo año apareció en Lisboa su Historia da Vita do Padre Francisco de Xavier, que es una obra clásica de la literatura portuguesa y de gran valor histórico. (Cfr. G. Schurhammer, S. J. y I. Wicki, S. J. E pistolee S. Francisci Xaverii, Monumenta Histórica, S. I., t. i, p. 86*).

55 El título de la traducción del P. Sandoval es: «Historia de la vida del P. Francisco Xavier y de lo que en la India Oriental hicieron los Religiosos de la Compañía de Jesús. Compuesta en lengua portuguesa por el Padre loan de Lucena, natural de la villa de Troncoso. Y traducida en castellano por el P. Alonso de Sandoval, natural de Toledo^ ambos de la misma Compañía. Con privilegio. Impreso en Sevilla por Francisco de Lyra. Año 1619». (Cfr. José Toribio Medina, Biblioteca Hispano- Americana, t. H, n. 693, p. 184).

56 Annua de 1619-1621. Archivo de la Academia de Historia de Madrid, t. 129, fol. 257-289.

57 Cfr. Fernández, lib. n, cap. 2.

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JUAN MANUEL PACHECO, S. J.

Fray Diego de Torres Altamirano 58, el que escribiendo al monarca español se quejaba de estos bautismos, «pues pudiéndose hacer públicamente y con la solemnidad que requieren estos baptismos, no sería bien que con per¬ juicio parroquial celebren este sacramento los Padres, pues el privilegio que tienen es general y con muchas limitaciones, como de los autos verá V. M., y no se ha de entender que con una concesión general y limitada quisiera Su Santidad abrogar el derecho parroquial tan antiguo» 59.

Esta carta revela que la oposición había tomado volumen. Todo un proceso judicial se había entablado en torno a los bautismos de los negros bozales. Los jesuítas llegaron a nombrar juez conservador que defendiera sus privilegios en contra del prelado. Esta última medida desagradó al P. General: «Pena me ha dado, escribía al P. Antonio Augustín, rector del colegio de Cartagena—, el disgusto y pleito que V. R. ha tenido con el señor obispo sobre el baptizar de los morenos, y de ninguna manera hizo bien en nombrar juez conservador contra su señoría, que esto podría ser ocasión de que nos privasen de este privilegio, por aprovecharnos de él contra los prelados eclesiásticos; si esto pleito no se hubiese compuesto V. R. lo deje luego y no baptizen a nadie sin licencia del señor Obispo» 60.

Cuando esta carta llego a Cartagena el pleito se había solucionado. «To¬ da la ciudad, se dice en las cartas annuas de esos años , nos ha defendido publicando cada uno lo que había experimentado en su casa y de sus ami¬ gos, y en las armazones, y que íbamos sin otro interés más que del cielo, antes gastando en bien de los negros algunos reales, con que se quietó esta tempestad a gloria de Nuestro Señor y buen nombre de nuestra Com¬ pañía».

La solución vino por misma. Los jesuítas rogaron al prelado que se dignase nombrar algunos curas y prebendados que les acompañasen en la catequización de los esclavos, y bautizasen a los que acababan de llegar en los navios. «Pareció bien el medio, narra el P. Cassani, y los sujetos señala¬ dos acudieron el primer día con gran gusto, el segundo con alguna repug¬ nancia de su estómago y cabeza, y el tercero faltaron enteramente rendidos al asco, a la fatiga, y sin paciencia para convencer y rendir a bozales que apenas se gobiernan por razón» 61.

Rector del OoleQio No sabemos si lo penoso del cargo de procurador u

otros motivos movieron al P. Sandoval en 1623 a pedir su traslado a la Provincia del Perú. Tres cartas, con intervalos de un mes, escribió en este sentido. Pero el P. Vitelleschi le disuadió. Más aún, en 1624, le nombraba rector del colegio de Cartagena, «por la satisfacción que tengo de la grande religión y santo celo de V. R.» 62.

El colegio, durante su gobierno, informaba el mismo P. Sandoval, pro¬ cedía con observancia y se atendía con celo a los ministerios propios de la Compañía. Aprovechó especialmente su cargo para fomentar el apostolado

’s Fray Diego de Torres Altamirano, franciscano, obispo de Cartagena, era según Gil González Dávila y Antonio de Alcedo natural de Trujillo, según Córdoba Salinas de Lima. Fue Comisario general del Perú para los franciscanos. En 1617 fue electo obispo de Cartagena y consagrado en Lima por el arzobispo don Bartolomé Lobo Guerrero. Murió el 10 de diciem¬ bre de 1621, según testimonio del escribano de Cartagena, Alonso de la Fuente.

59 Carta de Altamirano al rey, fin de julio de 1621. Archivo general de Indias, Audiencia de Santafé, leg. 228.

. 00 Vitelleschi a Augustín, 1622.

01 Cassani, 467.

02 Vitelleschi a Sandoval, 15 enero de 1625.

EL MAESTRO DE CLAVER

153

de su predilección: la evangelización de los esclavos. El P. Vitelleschi na solo le aprobaba sino que le incitaba a ir más adelante: «Agradezco a V. R., le decía, el santo celo con que los alienta y afervora [los ministerios] en especial el de los morenos, que en esa ciudad es tan importante y de tanta gloria de nuestro Señor; ruego a V. R. encarecidamente que lo lleve adelante y procure que vaya siempre en aumento, que la necesidad de esa pobre gente es tan grande, que obliga a que hagamos todo lo posible por socorrerla y ayudarla» 63.

Tampoco descuidó el P. Sandoval al centenar de niños que en las aulas del colegio daban los primeros pasos en el camino de las letras. Las clases alternaban con dramas y representaciones, a que eran tan aficionados los jesuítas de entonces. En una de ellas se representó la conversión de San Ignacio. El P. Sandoval recibió una amonestación del P. Provincial por haber permitido que saliesen dos muchachos en traje de mujeres G4.

No le faltaron más amargos sinsabores. No se entendió, por ejemplo* con el inquisidor de Cartagena, don Agustín de Ugarte y Saravia, quien se entremetía más de lo conveniente en el gobierno interno de los jesuítas. «Avise al P. Sandoval, escribía el P. General al P. Ayerbe, que hable con el respeto conveniente de los ministros de la Inquisición» G5.

Tampoco faltaban súbditos descontentos de su modo de gobernar, como aquel a quien el P. Vitelleschi escribía:

Muchos bienes díceme del P. Rector Alonso Sandoval, que es un ángel, que tiene mucha caridad, que ha acomodado el colegio y lo ha desempeñado en gran parte de lo que debía, y que lo espiritual está muy en su punto, [pero en otra carta del mismo mes] vuelve V. R. los ojos y da contra el dicho P. Rector diciendo que su capacidad no es más que para obras mecánicas o para ser procurador, que le falta de todo punto lo prudencial del gobierno, y que así hace notables yerros, que cada día da capelos enormes y despropor¬ cionados, y prosigue V. R. largamente la misma materia. ¿Es posible que en tan poco tiempo. . . se mudó tanto el dicho P. Rector que de buen superior se hizo tan inepto como V. R. lo pinta » 66.

Sin embargo no se puede negar que el carácter del P. Sandoval tenía algo de severo cuando el mismo P. General comunicaba al P. Provincial las quejas que se había recibido sobre la sequedad y rigidez del rector de Cartagena 67, y al mismo P. Sandoval aconsejaba tratar con gran caridad a todos sus súbditos, pues le notaban áspero, desabrido y riguroso °8.

Una medida que tomó el P .Sandoval, acosado sin duda por las estre¬ checes económicas del colegio, disgustó profundamente al P. Vitelleschi. Fue el haber enviado a un hermano coadjutor a Gaboverde a vender lien¬ zos y bálsamo. «Menester es que V. R. averigüe bien lo que hay en esto, escribía el P. General al P. Ayerbe, Provincial— porque si es verdad que el rector de Cartagena ha enviado a dicho sujeto a que haga lo que queda dicho . . . merece que luego al punto sea depuesto de su oficio y que le den otra grave penitencia» 6!).

63 Vitelleschi a Sandoval, 8 de setiembre de 1625.

04 Vitelleschi a Ayerbe, 8 de setiembre de 1625.

65 Vitelleschi a Ayerbe, 2 de febrero de 1628.

66 Vitelleschi al P. Vicente Imperial, 21 de setiembre de 1625.

67 Vitelleschi a Ayerbe, 21 de setiembre de 1625.

68 Vitelleschi a Sandoval, 2 de febrero de 1628.

63 Vitelleschi a Ayerbe, 2 de febrero de 1628.

154

JUAN MANUEL PACHECO, S. J.

El H. Jerónimo Valerio, que fue el enviado a Caboverde tuvo una penosa odisea. De regreso ya, el barco en que venía fue atacado por los holandeses; el H. Valerio perdió cuanto traía y solo pudo salvar la vida alcanzando a nado la costa durante la noche. «Podemos entender, comen¬ taba el P. Vitelleschi, que Dios quiso castigar con esta desgracia la cudicia que tuvo el P. Sandoval» 70.

Poco antes de dejar su rectorado toda la Provincia, por boca de la Congregación Provincial, había tributado al P. Sandoval un homenaje po¬ cas veces visto en la Compañía. El P. Provincial, Luis de Santillán, propuso, como uno de los postulados que debía elevar la congregación al P. General, la profesión solemne de cuatro votos para el P. Sandoval. Las actas de la congregación dicen fielmente traducidas: La congregación

respondió unánimemente placet, y cada uno ensalzó los méritos de tal varón digno de toda celebridad, ni hubo alguno que dudara en llamarlo apóstol en todo el sentido de la palabra, puesto que fue el primero de todos en dedicarse con ardor al cuidado y catequización de los etíopes en estas regiones de las Indias, y ha bautizado sesenta mil adultos, después de instruirlos con increíble fatiga y paciencia, sin cuidarse de su vida y soportando la hediondez de los cuerpos putrefactos y de las negrísimas heces, atraído por la belleza de las almas, con suma mortificación de los sentidos y perseverancia de muchos años; y en este ministerio la Compañía ha merecido tantas alabanzas de todo género de personas que cree un deber inter¬ ceder, con gran deseo, para que se alguna muestra de agradecimiento a tal hijo 71.

No juzgó conveniente el P. General acceder a este postulado, por ser contra las costumbres del Instituto y abrir la vía a graves inconvenientes. «Estamos persuadidos, añade, que la sólida virtud del P. Alonso no querrá lo que repugna a las leyes de la Compañía» 72.

Esta respuesta no obstó para que quince años después, el P. Juan de Toro, elegido procurador de la Provincia ante el P. General, por la con¬ gregación provincial de 1642, llevase este aparte en la memoria de lo que había de pedir al P. General: «Profesión para el P. Alonso Sandoval, aten¬ to a que sabe la lengua de los negros y haber trabajado incansablemente en sus catecismos y conversión por más de treinta años, y baptizado por su mano más de cuarenta mil, y ser hombre docto en moral y haber impreso un gran tomo de procuranda /Ethiopum salute, llena de resoluciones mo¬ rales importantísimas para los casos que en aquellas tierras se ofrecen» 73.

El nuevo General, P. Vicente Garafa, al responder a esta petición, es¬ cribía: «Hallo cerrada la puerta para la profesión del P. Sandoval por los muchos y justificados motivos que tuvo el P. Mucio para haberla negado en varias ocasiones» 74.

Los últimos años Incansable continuaba el P. Sandoval sacrificando su

vida por los esclavos. La ancianidad se acercaba. Quiso emplear sus últimos años en completar y perfeccionar su libro sobre los negros, para darlo de nuevo a la imprenta. La segunda edición se publicó en Madrid en 1647, con este nuevo título:

Tomo I. De instaurando /Ethiopum salute— Historia de Etiopía, naturaleza, policía sa¬ grada ) profana, costumbres, ritos y catechismo evangélico de todos los etíopes con que se restaura la salud de sus almas. Dividida en dos tomos, ilustrados de nuevo en esta segunda

0 V itelleschi a Santillán, 6 de febrero de 1630.

_!, Congregación Provincial de 1627. Actio 8. Archív. Rom. S. J. Congr. Prov. t. 61, f. 218.

4 2 Ibid. Responsa, f. 238.

73 Memoria de lo que el P. Procurador de la Provincia del Nuevo Reino ha de pedir a N. M. R. P. General. (1642). A. R. S. J. Congr. Prov. t. 71, f. 194.

74 Respuestas, 8 de abril de 1646.

EL MAESTRO DE CLAVER

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Impresión con cosas curiosas y Indice muy copioso, por el P. Alonso de Sandoval de la Com¬ pañía de Jesús, natural de Toledo. Dirigido al M. R. P. M. Fr. Francisco de Figueroa, mi hermano, de la Orden de Predicadores, definidor de la provincia de San Juan Baptista del Perú, hijo insigne del convento del Rosario de Lima 75.

Solo se publicó el primer tomo. Parece que esta nueva edición estaba ya preparada en 1637, fecha de la aprobación del obispo de Cartagena, Fr. Luis de Córdoba Ronquillo; sin embargo el P. Sandoval debió seguir tra¬ bajando en ella, pues las aprobaciones se escalonan desde 1641 a diciembre de 1644, fecha en que la da el nuevo obispo de Cartagena, Fray Cristóbal de Lazárraga 76.

Hacia 1641 llegó a Cartagena en un navio negrero una esclava grave¬ mente enferma. Un horrible tumor traía en la mejilla, por el que respiraba, escribe el P. Hazañero, «como si fuera una chimenea, un anhélito a manera de espeso humo, con un tufo tan pestilente que solo para ella se había re¬ servado una grande sala, para que no inficionase a todos los demás» 77.

Fue San Pedro Claver a prepararla para el bautismo. Aquella heroica caridad le costó la salud. Herido del contagio hubo de reducirse a la cama. Durante aquella enfermedad reveló Claver un secreto que le había con¬ fiado el P. Sandoval. El heroísmo continuo de una vida quedaba manifiesto. Sandoval habíale confiado: «cuando le avisaban que llegaba un navio de negros al puerto, le sobresaltaba un sudor frío y mortal, acordándose de las fatigas inexplicables y trabajos indecibles que le había costado acudir a los antecedentes, sin que la experiencia de tantos años se le hubiesen facilitado» 78.

Claver había caído. Pero quedaba Sandoval, quien no tardó en presen¬ tarse en el cuarto de la esclava enferma. También él quedó herido del con¬ tagio y estuvo a punto de perder la vida 79.

Los diez últimos años del P. Sandoval no son desconocidos. En 1651 una violenta epidemia, desconocida por los médicos, hizo su aparición en Cartagena. La muerte penetró implacable en el colegio de los jesuítas y se llevó consigo nueve religiosos. Entre los enfermos estaba también el P . Sandoval. Por dos años una terrible enfermedad, que fue para él un mar¬ tirio purificador, le clavó en la cama. Tumores purulentos se habían apo¬ derado de su cuerpo. El día de Navidad de 1652 el Señor le llamó por fin a recibir el galardón de su heroísmo.

75 Cfr. Medina J. T. Biblioteca Hispano-Americana, t. ii, n. 1106. 70 Cfr. Ledos, p. 35, nota 2.

77 Hazañero, 129.

Ibid.

79 Ibid.

Pedagogía

La orientación profesional en los Colegios

por Julián Ibáñez Gil, S. J.

I - EL HECHO-PROBLEMA

1 - La edad de las graves decisiones

EL célebre P. Cappart S. J. aduce el testimonio de un escritor contem¬ poráneo quien señala certeramente un hecho, el de las tremendas dis¬ yuntivas que se presentan a un hombre, precisamente en su edad ju¬ venil: «Me espanta pensar son sus palabras , que la vida entera de un hombre se sigue de dos o tres y de dos o tres no, pronunciados de los die¬ ciséis a los veinte años. ¿Quieres este trabajo, esta posición, este país, este maestro, esta alianza, esta profesión, esta vida. . . ? ¿Sí o no? Respondes y está dicho todo. Carrera determinada, fija, quizá insoportable; trabajo de¬ terminado, fijo, tal vez impracticable; hogar escogido, fijo, quién sabe si intolerable. Lo dicho, hecho; y así hasta el último día» *.

Edad de las decisiones graves, la edad juvenil. De aquellas decisiones que enrumban definitivamente una vida, con la trascendencia temporal y eterna que tiene este elegir derroteros. La edad de nuestros jóvenes. Los que tenemos entre manos como Sacerdotes, como educadores, como padres de familia, como dirigentes y formadores.

Decisiones que, quiéralo o no el muchacho, se le impondrán irremedia¬ blemente. Hay que tomar partido ante las disyuntivas. Y estas bifurcacio¬ nes las impone la vida. Luégo, se le impondrá el hecho de una decisión. El es incompatible con el no. Hay que elegir. Escoger ruta en muchas cosas* y atenerse a las consecuencias.

Si el problema se afronta de la manera más fácil, es decir, más frívola, casi la solución se reduce a un juego de azar, que sería ridículo si no tu¬ viera tanto de dramático. Se escoge un camino vital, una profesión o un estado de vida, con la actitud mental de quien no mide las consecuencias de sus actos, y adhiere a cualquier moda, a cualquier ejemplo, consejo o sugerencia, para eliminar en la responsabilidad de una deliberación que gravemente le compete. Demasiado frecuente este caso para no preocupar¬ nos, en realidad no es el más generalizado. La mayoría de nuestros jóve¬ nes afrontan el problema de su porvenir, con la sinceridad de quien sabe lo que puede seguirse de esas disyuntivas. Pero no basta la sinceridad de su planteamiento, para que la solución sea acertada. Y la experiencia de¬ muestra la verdad de esta afirmación.

2 - Existe el problema

El problema, un hecho ante el que no cabe sino una aceptación mental, es el porcentaje impresionante de los muchachos que, concluido su Bachi¬ llerato, fracasan en la elección de carrera universitaria.

1 Pierre Cappart, S. J. Manuel des Corrieres. Aux éducateurs et aux jeunes gens. Col* lection Jéciste. Louvaln. 1930. Pag. 14.

LA ORIENTACION PROFESIONAL EN LOS COLEGIOS

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El P. Palmes, en su magnífico estudio sobre la diagnosis de la voca¬ ción profesional en los Colegios, apunta las cifras siguientes que son mera¬ mente expresión de uno de tantos casos : En una promoción de la Facultad de Derecho comenzaron 160 estudiantes; de ellos solamente se graduaron unos 50, esto es, el 31,25% ; de estos 50, a los veinte años de terminada la carrera, tiempo en que podían apreciarse los resultados y éxitos obtenidos, solamente 5, es decir el 10%, la ejercían en algunas de sus diversas ramas. Según los cálculos de otro profesor, citado en la misma obra 2, el 70% de los alumnos que, tras el Bachillerato habían iniciado estudios de una carre¬ ra no la habían terminado. Porcentajes de un 30% a un 50%, señalaban hace poco, en una encuesta realizada por nosotros entre estudiantes bogo¬ tanos universitarios, la proporción de los que acaban los estudios, con rela¬ ción al número completo de la promoción, en el primer año de Universidad.

Sería verdaderamente interesante un trabajo estadístico sobre estos porcentajes exactos. No lo pretendemos ahora nosotros. Nos basta subra¬ yar este hecho doloroso, que cuantitativamente (en sus derivaciones socia¬ les, por ejemplo) puede aumentar en gravedad con los porcentajes elevados; cualitativamente, aunque se diera en muy pocos (y ello desafortunadamente no es así) siempre sería grave.

Gomo educadores buscamos soluciones; al menos sugerir algún camino que nos lleve a ellas. Prescindimos por lo tanto de mediciones exactas acer¬ ca de la realidad-problema, apoyándonos firmemente y ello nos basta en la verdad de esa realidad triste.

Pero como nos parece poco estudiada la trascendencia personal y so¬ cial de este hecho, permítasenos apuntar seguidamente, siquiera sea en esquema, la lógica marcha en pendiente que se sigue de una desacertada elección. Quizá ello nos acercará a esa realidad sensible, a veces más con¬ vincente, por cuanto más concreta, que las meras tablas frías de estadísticas reducidas a números.

3 - Trayectoria esquemática del fracasado universitario

Nos hallamos ante un caso de tantos: El muchacho que quiza se en¬ contraba perfectamente centrado en su Colegio, tanto en el ambiente esco¬ lar estrictamente tal (estudios, disciplina, etc.) como en la trama compleja de su vida social dentro y fuera del centro educativo. Joven que incluso daba pie a muy buenas esperanzas respecto a su futuro profesional, aten¬ didas las cualidades de su carácter, inteligencia, espíritu emprendedor, etc.

Llega este joven a la Universidad, con una elección de carrera mal resuelta. Empezada la nueva vida se da cuenta del paso en falso que ha dado, y tiene planteado el problema de su primer fracaso: Existe ya porque la cosa no es de poca monta, y él puede medir la gravedad del error - un hombre joven , con conciencia de fracaso en su vida , desde el principio . Los términos de este enunciado no requieren mayor comentario.

Sintiéndose descentrado y sin atractivo por una carrera que sabe no es la suya, imposible es que la estudie con entusiasmo. A lo sumo soporta sus nuevos estudios. Quiza, por una reacción sentimental frecuente en su edad, odia lo que antes le había alucinado, y ve sus estudios como un tormento cada vez más pesado.

2 Fernando M* Palmés, S. J. La Diagnosis de la Vocación Profesional en los Colegios de la Compañía de Jesús. Subirana. Barcelona. 1929. Pá¿. 25.

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JULIAN IBANEZ, S. J.

Pronto —consecuencia lógica de ese estado radical de su espíritu, que no ha de aplicarse a tal estudio sino a más no poder vienen frecuente¬ mente las primeras calificaciones bajas, lo cual aumenta su amargura, ya que sabe perfectamente que en este camino difícilmente podrá igualar a' sus compañeros, y más improbablemente sobresalir entre ellos.

Compañeros quienes, suponiendo que acertaron y siguen con gusto el camino emprendido, están cada vez más distanciados espiritualmente del fracasado; este puede con ellos compartir entusiasmos, ideas y proyectos en todo lo que no sea precisamente aquello que ocupa la mayor parte de su tiempo ya que es preparación de su vida futura: sus estudios, su carrera, r al advertir la seguridad que sus compañeros tienen en su ruta, cada vez mas conocida, y mas amada, él, inseguro y descontento, saborea el estado espiritual tan frecuente y tan doloroso en un universitario: la soledad y el vacio interior, con sentimiento cada vez más exacto de su aislamiento.

Dos hipótesis pueden continuar la trayectoria del caso: Que decida

cambiar de estudios, o que los continúe, a pesar de saberse descentrado en ellos.

En la primera suposición, el muchacho ya no afronta el problema de la elección segunda con los arrestos, ilusiones y entusiasmos que se requieren para un principio de camino. Sabe qué sabor tiene el fracaso, y teme un segundo error. Temor en ningún modo infundado, pues él ya conoce casos y casos (su mismo problema le hizo escudriñador de historias similares) en que alguien tuvo que cambiar tres o más veces de Facultad y estudios. La conciencia del tiempo perdido —un año, dos...— con la importancia que tal factor tiene en la futura vida profesional, ha de acentuar las tintas som¬ brías de una solución que, en todo caso, no le hará recuperar ese tiempo sino a costa de esfuerzos duplicados o deficiencias en su preparación.

Segunda hipótesis: Por razones de cualquier índole (económicas, de carácter, etc.) no se decide a cambiar de estudios, y, a duras penas, llega a graduarse.

Empieza entonces la fase más grave de esta trayectoria. Hasta enton¬ ces era un individuo quien sufría las consecuencias de un error inicial Ahora, cuando el joven graduado constituye una familia, y su hogar depende de su vida profesional, ya no es él sólo sino sus seres más queridos los que han de sufrir estos efectos. Efectos naturales también, y lógicos: Difícilmen¬ te podra rebasar la medianía entre sus colegas quien no pasaba de mediano entre sus compañeros de estudios. La competencia profesional pronto le hará reducir pretensiones y presupuesto económico. El ambiente diario, en el ho¬ gar, evidentemente llevará como uno de sus factores ese malestar externo

/ ^ , ento interior, así como de las limi¬ taciones económicas no aceptadas. ¿No tienen su causa en esto _ hasta

donde llegan las consecuencias...— problemas muy serios en la vida con¬ yugal, y en las relaciones paterno filiales? Y si nuestro profesional busca desesperadamente una «salida» para esta situación familiar molesta, ¿no se encuentra en peligro ¡nminiente de escoger esa salida por las sendas de la inmoralidad, precisamente en el ejercicio de esa profesión que, dig- namente ejercida, no soluciona sus problemas?

Hemos esbozado apenas la trayectoria de tantos (recordemos los por¬ centajes mencionados al principio) que equivocaron su elección de estudios superiores. Y no hemos rebasado, en nuestro estudio, los límites familiares. tLn su trascendencia social, las consecuencias son tanto o más temibles,

LA ORIENTACION PROFESIONAL EN LOS COLEGIOS

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como apunta Mallart 3, y confirma la experiencia de tantas convulsiones y tragedias públicas en nuestros días.

4 - Conclusión evidente

Queremos expresarla, aunque se desprende sin esfuerzo alguno de los hechos expuestos.

Un efecto universal, constante, exige causas de las mismas caracterís¬ ticas. Un hecho humano, por serlo, proviene de causas complejas con múl¬ tiples conexiones e interdependencias 4.

Indagar, en la medida de nuestras fuerzas, al menos las principales raíces de este hecho, cuya gravedad es patente, será el segundo paso de este estudio, y una posibilidad de investigar sus posibles remedios.

II - RAICES DEL PROBLEMA

5 - Advertencia preliminar

Aunque más adelante hemos de ampliar esta afirmación, cuando ex¬ pongamos los principios, que, a nuestro juicio, deben regir la Orientación Profesional, creemos conveniente insistir, desde ahora, en una verdad que, no tomada así, en toda su amplitud y peso, puede llevar a intentos de solución ineficaces por excesivamente simplistas.

La desorientación y las crisis juveniles universitarias y profesionales' no son sino una parte o faceta de un problema más extenso; también más profundo. Son el aspecto educativo y profesional, en sus últimos estadios, de una impreparación y desorientación básica frente a la vida .

Podremos ir señalando a su tiempo, aun cuando sea también esquemᬠticamente, las no pocas áreas de interés vital, los no escasos problemas tras¬ cendentales que suelen quedar irresueltos o desenfocados, lamentablemente, en la formación de nuestro Colegios, por otra parte tan eficientes en mu¬ chas facetas (parciales, por lo tanto, aunque importantes) de su labor pedagógica.

Al señalar, pues, las raíces que a nuestro juicio producen estos tristes frutos de fracaso juvenil universitario, sobreentendemos todo este problema conjunto que llamamos «desentrenamiento» o impreparación para la vida real, aunque, claro está, ponemos énfasis, dada la finalidad concreta de nuestro trabajo, en su aspecto escolar (en los centros superiores de en¬ señanza) y profesional (en cuanto supone introducción personal a la vida técnica de una carrera superior).

Y de este hecho, complejo por humano, reunimos por claridad sis-

3 «Los defectos de orientación profesional repercuten muy desfavorablemente en la vida económica; pero son tanto o más perturbadores en el orden social.

No sólo el productor mal orientado rinde menos de lo que rendiría para la colectividad de que forma parte, sino que él mismo tiene menos ingresos y menos satisfacciones en el trabajo. Encontrándose insatisfecho, siembra insatisfacción a su alrededor. Los mayores con¬ flictos de la vida del trabajo y de la convivencia social, de la misma manera que los mayores vicios, han sido alimentados por personas que no se encontraban profesionalmente en su lugar». (José Mallart. La Enseñanza Profesional en España. Vimar. Madrid. 1944. Pág. 7).

4 Cfr. el acertado estudio esquemático que de esas causas hace el P. Llanos, en la generación universitaria de la post-guerra española (1936-1939). José M^ de Llanos, S. J.~ Defendiendo y Acusando. Studium. Madrid. 1950. Pág. 117.

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JULIAN IBANEZ, S. J.

temática las causas o raíces principales en dos grandes grupos de influen¬ cias: las que provienen de ese imponderable, no menos eficaz por menos concreto, que llamamos «ambiente general» o «social» de nuestros pueblos (conjunto de criterios, ideas directrices, prácticas causadas y causantes de dichos criterios y de su evolución) ; y en segundo lugar, —por ahondar ya, en lo posible, el terreno de nuestro estudio las que llamamos «raíces edu¬ cacionales», o motivantes directamente nacidos en el ambiente específico de un Colegio,

ó - Raíces sociales del problema

A) RAICES REMOTAS

Será insistir en un tema demasiado sabido para nosotros, católicos, que observamos la realidad desde el punto de vista supremo: el de Dios. Ahora, bastará subrayar que el problema de que tratamos es también un aspecto de la crisis que está atenazando al mundo desde su apostasía oficial. Se trata ele un eco más, provocado por la suicida actitud del hombre, que, has¬ tiado de la fuente de aguas vivas, araña la tierra para conseguir cisternas de desolación 5.

El eficiente educador y formador de juventudes P. José María de Lla¬ nos, en su valiente libro Defendiendo y Acusando dirigido a los universita¬ rios españoles, analiza, en mesa redonda con un grupo de ellos, las causas del pecado de egoísmo, casi absurdo en un joven, pero lamentablemente real «n no pocos ambientes juveniles:

Os prometimos responder, dando nuestra opinión sobre aquellos cuatro pareceres uni¬ versitarios acerca del egoísmo. Unos decían que la causa era la carestía de la vida ; otros, que la compentencia y el porvenir cerrado de las carreras; otro, que el hambre de matrimonio; el ultimo anadia aquello del asco ante la hipocresía social...

Somos egoístas porque el supremo valor de nuestra vida (supremo en cuanto que es el primero, y lo es llenando el noventa por ciento de nuestra vitalidad) se reduce y asienta en el Indiscutido e Indiscutible YO. (Por eso, quizá, la filosofía de los valores, la filosofía de las irradiaciones practicas del YO, es la que ahora priva).

Y lo somos porque no somos cristianos, entediendo por cristianismo aquel mensaje de vida que Cristo Jesús trajo a los hombres y que estrenaron los hombres con tal afán, que compraron esta «vida» con la sangre.

pasado muchas cosas desde entonces : unas, buenas, porque esa vida aún corre por las fuentes de la Iglesia; y otras, malas, porque los hombres, a fuerza de tanta sabiduría en artes matemáticas e ingeníenles, seguimos canalizando y subcanalizando, subterraneando y pantanizando tanto esta «vida», que algunos prácticamente se creen que ya no corre.

Y el mundo, según se avieja, tiene más sed y tiene más YO. Porque cuando la vida de Cristo no corre por nuestras venas, queda espontáneamente sustituida por la vida propia, y el supremo motivo no es ya el misterio cristiano centrando nuestra existencia, sino el misterio del YO, que se pone a luchar por ser, como lucha el matorral con el ambiente, como lucha el lobo, como lucha el cafre. Pero todo ello de saco y corbata, y con un libro de filosofía bajo «1 brazo 6 7.

Abandonado, en la práctica, el mensaje de Cristo, que escandalizó y con razón al mundo pagano, nos quedamos con el paganismo dando sen¬ tido a nuestra vida, que, desde entonces deificó las tres concupiscencias que señala el Apóstol ', retratando esquemáticamente tal mentalidad pagana: hambre de la carne, hambre de los ojos y soberbia de la vida. Hoy, con sus

5 Jeremías, II, 13.

® Llanos. Defendiendo y Acusando. Ob. cit. Págs. 119-120.

7 Epist. i Ioann., ii, 16.

LA ORIENTACION PROFESIONAL EN LOS COLEGIOS

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traducciones modernas multiformes, que suavizan la crudeza de expresión, conservan su medula, al hablarnos de «confort», «medios económicos», «autonomía», vocablos epicenos que tantas cosas encubren.

Gomo primera consecuencia, la anarquía de valores, mejor, la cuidadosa regulación de éstos, de acuerdo con esos criterios paganos. Y, ya en una aplicación a nuestro tema, la aberración social que estima en más a un deportista que a un intelectual, a un futbolista que a un catedrático, y ma¬ nifiesta esa estima según su tarifa de remuneraciones económicas 8.

Gomo consecuencia más general y trascendente, esa revolución coper- nicana, rectificación total del Cristianismo y por ello proclamación nueva y refinada de la paganidad , que analiza con tanta exactitud Fulton J. Sheen cuando habla de la moderna plaga egotista, que hace del «ego» (es decir según su terminología del «yo» bajo y vulgar que vive en todo hombre) el centro de la propia vida:

Cuando el ego domina nuestra vida afirma , vituperamos pequeñas faltas en los de¬ más y excusamos grandes errores en nosotros mismos; vemos la paja en el ojo ajeno e igno¬ ramos la viga en el nuestro. Somos injustos con los demás y negamos que haya falta en nuestra actitud; otros hacen lo mismo con nosotros y decimos que debieran conocer mejor las cosas. Odiamos a otros seres y a ese odio lo calificamos de «celo»; halagamos a otras personas te¬ niendo en cuenta lo que pueden hacer en nuestro favor, y a esto lo llamamos «amor»; les mentimos, y a esas mentiras las justificamos denominándolas «tacto». Somos remisos para defender en público los derechos de Dios, y a esto lo calificamos como «prudencia»; proce¬ diendo egoísticamente hacemos a un lado a otros seres, y esa actitud es ante nuestros ojos «procurar nuestros justos derechos»...9.

Y cuando una sociedad, un ambiente general que se introduce y priva en todas partes, como un aire que se respira, lleva tal principio indiscu¬ tido e intocable de egolatría, fácil es explicarse frases ya manidas de puro aceptadas como aforismos prácticos que también rectifican sutilmente la palabra de Dios. El nos dijo que «nuestra vida es lucha» 10 11, entendiéndola en un sentido de milicia contra lo que es deforme, lo que pugna por rebe¬ larse en nosotros frente al orden universal querido por Dios. El mundo moderno habla de la «lucha por la vida», dándole una interpretación que convierte al hombre en lobo para el otro hombre. Y ese principio de que «hay que luchar» (es decir, hay que enfrentarse ante el hermano como ante un enemigo) por conseguir «la vida» (es decir, el triunfo pagano en la vi¬ da), ha pasado a ser, inconcebiblemente, hasta aliciente pedagógico para estimular a los niños con vistas a su futura vida post-escolar n.

8 «Universitario Bien, pero yo añado una causa más; si a eso sumas la tragedia de que, por un lado, la sociedad nos empuja a estudiar, y, por otro, se ríe de los que estudian ofrecernos un porvenir económico cerrado frente a esas orientales situaciones económicas de los que no estudian, creo que se nos puede aún disculpar más. Nunca la sociedad ha coac¬ cionado más para que todos tengamos una carrerita, y para cuatro puestos, miles de solici¬ tantes; y nunca, al mismo tiempo, el dinero ha estado más lejos del valor intelectual. Total, que la excesiva competencia nos amarga, la escasa remuneración de un futuro tan costoso nos reamarga, y la inicua comparación con los frutos de los hombres de negocios hace de^ nuestra amargura egoísmo, y de los buenos...» (Llanos. Defendiendo y acusando. Ob. cit . Pág. 118).

9 Monseñor Fulton J. Sheen. Eleva tu corazón. Difusión. Buenos Aires. 1952. Pág. 8.

110 Militia est vita hominis super terram (C'est-á-dire un Service de guerre, et non pas une lutte, un combat, comenta J. Vigouroux. La Sainte Bible Polyglotte. Roger et Chernoviz. Paris. 1902. T. IH. Pág. 697, nota).

11 Hacemos la precisa aclaración respecto al sentido de nuestras palabras, con el siguiente párrafo de Charmot, a propósito de la lícita y noble emulación escolar tan mal interpretada por algunos: «Aussi saint Paul nous dit: “Aemulamini”: soyez emules. L'émulation, est le contraire de la jalousie, comme l'amour est le contraire de la haine. (...). La jalousie veut étre seule. L'émulation, au contraire, veut des rivaux. On peut etre jaloux de ses rivaux mais

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JULIAN IBAÑEZ, S. J.

Y tienen que ser psicólogos no católicos, pero con honradez científica, quienes levanten la voz de alerta frente a esa posición pagana y sus tremen¬ das derivaciones. No nos bastaba la palabra de Dios, que curaba el mal antes de que naciera. Ahora hemos de oír el análisis de este mal, hecho por el escalpelo frío e implacable de un médico que lo diagnostica:

No es milagro que la madre moderna afirma el Dr. Fritz Künkel al menos temporal¬ mente se vuelva «nerviosa». Su yoísmo ( Ichhaftigkeit ) la hace irritable e impaciente, o in¬ quieta y recelosa. Se torna demasiado condescendiente o demasiado áspera, en su actitud. Afemina al niño o lo amedrenta. Y los demás adultos cometen también las mismas faltas, en los dos mismos contrapuestos sentidos (o demasiada blandura o demasiado rigor). Y siem¬ pre cabe establecer, entre las causas, una discupable componente «objetiva», a saber, trabajo excesivo, ignorancia e insuficiente preparación del educador, y, junto a eso, una componente «no-objetiva», a saber, yoísmo, mezquindad, frivolidad o desbordamiento afectivo. Así, todo niño está en peligro de que su carácter se pervierta; en primer lugar porque vive en un tiempo que está cargado de muchas circunstancias antivitales y, en segundo lugar, porque los hombres de esta época, con los cuales tiene que habérselas el niño, poseen en conjunto rasgos de carácter más o menos yoístas 12.

Más adelante, en la misma obra, analiza el resultado de esta proyección yoística de los padres y educadores sobre los hijos, encontrando en ello la explicación de una postura fundamentalmente egolátrica en esos mismos hijos:

Frecuentemente (por esta educación sentimental, yoística) los niños son mimados e in¬ timidados. a la vez, por educadores especialmente angustiados. Aprenden precozmente que no deben exponerse a los peligros de un mundo malévolo, que no pueden prescindir de la protección de los adultos, ni exigirse ninguna clase de fatiga o privaciones. La ansiedad y el temor a la responsabilidad se transmiten, de esta manera, de la generación adulta a la más joven, y ello en formas especialmente pronunciadas, si los niños son especialmente sensibles, débiles o enfermizos. (En naturalezas más recias, sin embargo, esta educación lleva a menudo a lo contrario: los niños se vuelven temerarios, exigentes y desconsiderados) 13.

Llegan estos niños a ser jóvenes, y encontramos en tal intoxicación de sus primeros años (intoxicación de ambiente social y familiar) la explica¬ ción de eso que llamábamos «absurdo», por darse en la edad de las grandes generosidades y de las sublimes entregas, al absurdo de un egoísmo intelec¬ tual y social, que desprecia a sus hermanos menos favorecidos 14, traicio¬ nando con ello su misma misión de intelectual, que ha de ser cultivado precisamente para servir de luz a quienes no tuvieron tal cultivo; egoísmo individualista, que se manifiesta en crisis del patriotismo verdadero (no verbalista) 15 ; egoísmo de preocupación absorbente por los intereses pro-

alors rémulation est tombée. Les partenaíres au jeu sont des émules: ils se touchent la main á la fin du combat. Le coureur veut un entraineur qui le dépasse, pour forcer sa marche; puís il partage avec luí le fruit de la victoire. L' émulation est á base d'entr'aide (subrayamos nosotros) ; tandis que la jalousie est á base de malveillance et de maljaisance. (Fran^ois Char- mot. L’Art de se former l'espñt et de réusstr au Baccalauréat. Gigord. París. 1944. Págs. 124-125).

12 Fritz Künkel. Del Yo al Nosotros. Nuevas orientaciones de la psicoterapia dialéctica. Miracle. Barcelona. 1952. Pág. 57. Cfr. también: Alfredo Adler. El sentido de la vida. Ed. Cultura. Santiago de Chile. S. f. Págs. 31 y 40.

13 Künkel. Del Yo al Nosotros. Ob. cit. Pág. 63.

i-* «Odi profanum vulgus», escribió Horacio. Pero esto es sólo una señal de su debilidad y limitación. Aspirando como aspiraban los humanistas paganos a los más elevados ideales, se sintieron absolutamente incapaces para comunicarlos a las masas. Les faltaba la caridad». (Jaime Castiello, S. J. Una Psicología Humanista de la Educación. Jus. México. 1947. Pág. 28). ¿No es ésta la actitud mental (pagana) de muchos de nuestros intelectuales?

15 Certeramente señala el P. Herrera Oria: «Un defecto grave que se ha notado en estos últimos tiempos es la falta de ciudadanía, precisamente en aquellas clases que más preparadas debían estar para ello: en las clases de mayor cultura, en aquellas que desde los diez a

LA ORIENTACION PROFESIONAL EN LOS COLEGIOS 163

píos, que convierte al mundo en un sistema planetario en torno del pro¬ blema personal.

A manera de comprobación, como prueba de que nos basamos en hechos y no en mera apreciación subjetiva, permítasenos aducir aquí sintética¬ mente el resultado estadístico de un trabajo de investigación experimental realizado por nosotros en Bogotá, año 1953, sobre un grupo de 140 jóvenes colegiales de 69 curso de Bachillerato, pertenecientes a distintos colegios y clases sociales 16.

El perfil colectivo, según el Test Caractereológico de Berger 17, basado en la clasificación tipológica de Heymans y contrastado en sus trabajos coordinados con Le Gall y Le Senne 18, es el siguiente:

Emotividad

Actividad

Secundariedad

Amplitud campo consc. Combatividad

Egocentrismo Intereses sensoriales Afectividad Pasión intelectual

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

7

¥

En el factor «Egocentrismo», el porcentaje exacto sobre los 140 mu¬

chachos era el siguiente:

Egocéntricos . 78,5%

No-Egocéntricos . 21,5%

Comentando este desconcertante resultado, que con la impasibilidad de los números nos señala la seriedad de un hecho, indicábamos ya en las conclusiones de tal investigación que «lo creíamos contrario a la psicología juvenil, opuesto a las magníficas potencialidades de estos mismos jóvenes» y analizando los resultados comparativos de este perfil caractereológico con el de «prospección psicológica» e «intereses ocupacionales» en el mismo

los diecisiete años se han formado en los Centros de enseñanza secundaria y quizás después en las Universidades. La ciudadanía no es otra cosa que el sacrificio por el bien común, por la colectividad. Es antagónico de la ciudadanía, el egoísmo brutal que en momentos difíciles para la Patria pudiera traducirse por aquella frase vulgar: «Sálvese quien pueda, aunque la Patria se hunda». (Enrique Herrera Oria, S. J. Cuestiones actuales de Pedagogía. Gráficas «Halar». Madrid. 1933. T. i. Pág. 156).

16 Julián Ibáñez, S. J. Diagnósticos previos en un Curso de Orientación Profesional. Principios. Técnica. Resultados estadísticos. Univ. Javeriana. Facs. Eclesiásticas. Bogotá. 1953.

17 Gastón Berger. Traite pratique d'Analyse du Caractére. Presses Univ. de France. Pa¬ rís. 1950.

18 Andró Le Gall. Caractérologie des enfants et des adolescents a l'usage des parents et des éducateurs. Presses Univ. de France. París. 1951. Rene Le Senne. Traite de Caractéro¬ logie. Prtses Univ. de France. París. 1952.

164

JULIAN IBAÑEZ, S. J.

grupo de estudiantes 19, concluíamos: «Estas psicologías jóvenes sufren , del mundo que les rodea, un contagio de vejez. Y acusamos a la sociedad (y sociedad somos nosotros todos) de estar marchitando los más puros en¬ sueños juveniles (sacrificio, ideal patriótico, profesión concebida como un servicio, comunidad social vivida en hermandad...) con el señuelo de ideales raquíticos, que prescinden del prójimo y de las grandes empresas del espíritu por asegurar un bienestar propio, reducido las más de las veces a pura tranquilidad económica» 20.

B) RAICES INMEDIATAS

Este ambiente, pegajoso y penetrante, condiciona y marca, ya en con¬ creto, los cauces inmediatos por los que el joven va a resolver su problema profesional. Nutre las raíces próximas, sociales también, de su fracaso,

Evidentemente, mermado su campo mental por ideales tan mezquinos, el joven (y en ello se ve impulsado y alentado por sus familiares y amigos) lo que ante todo busca en la Universidad es un título ; algo que le capacite legalmente para obtener el mayor rendimiento económico, y con ello la vida más fácil y agradable.

Pero el título, si no responde a una realidad personal y acredita una técnica adquirida y una satisfacción vocacional lograda, nada significa en la vida post-universitaria. No sin fundamento anota Mallart que «no es raro encontrar casos en los que, a una relativa facilidad para estudiar y adquirir un título, suceda una incapacidad para el ejercicio de la profesión correspondiente» 21. Además de que esta concepción tan utilitarista y mez¬ quina de la Universidad, a la que se considera según expresión de Laín Entralgo «con un rudo y significativo epígrafe, expendiduría de títulos pro¬ fesionales» 22, influye en la depreciación del ambiente universitario, que insensiblemente, de «un lugar donde no se trata otra cosa sino de letras» en alto clima de inquietud intelectual, como densamente la define Huarte 23, pasa a ser una transitoria y superficial convivencia de quienes en ella paradoja y síntoma sólo buscan «las salidas» 24.

19 Comentábamos entonces: «Esto quizá explique la notable quiebra de intereses sociales y políticos, con la desproporcionada alza de los intereses económicos que arroja el Diagnóstico Prospeccional (con mengua de los intereses religiosos, evidentemente)».

Y el conjunto (egocentro-economía y afectividad, también centrípeta) quizá ésta es nues¬ tra opinión tiene el curioso efecto de desviar (¿anular?) los intereses teóricos, quitándoles pasión por el estudio y aplicándola a cosas más «prácticas». Resultado: Jóvenes que podrían descollar en una cátedra o en un trabajo profesional teórico, dados sus predominantes intereses reales, reducen ese interés a mera curiosidad, y ni siquiera piensan en posibilidades de consa¬ gración a la ciencia pura. Las consecuencias, de ser cierta esta hipótesis, serían muy lamentables.

Coherentemente con esta concepción de utilidad en la vida, encontramos preferencias pro¬ fesionales marcadas por las carreras técnicas y los trabajos (negocios, sobre todo) agronó¬ micos. Excelente interés, si al menos en un aceptable porcentaje se ve compensado por quienes se dediquen a las ciencias supremamente orientadoras, como son los estudios filosó- fico-humanísticos y los jurídico-sociales, por los que realmente se aprecia notable descenso porcentual de intereses. (Ibáñez. Diagnósticos Previos... Ob. cit. Págs. 71-72).

20 Ibid., pág. 72.

21 Mallart. Enseñanza Profesional en España. Ob. cit. Pág. 9.

22 Pedro Laín Entralgo, Rector Magnífico de la Universidad Central de Madrid. La Universidad en la vida española. Discurso de apertura del año académico 1951-52- ^Publicado en «Mundo Hispánico», febrero 1952).

23 Juan Huarte de San Juan (o el Doctor Juan de San Juan). Examen de Ingenios para las ciencias. Edición comparada de la príncipe (Baeza, 1575) y sub-príncipe (Baeza, 1594). Prólogo, sumarios, notas y preparación por Rodrigo Sanz. Madrid. 1930. i (iii), 64-65.

24 Recomendamos a propósito de una concepción integral y cristiana sobre la misión de la Universidad y el universitario, en sus múltiples y trascendentales aspectos, las ideas

LA ORIENTACION PROFESIONAL EN LOS COLEGIOS

165

Este criterio de inmediato y miope utilitarismo, se constituye en norma y árbitro de selección que designa el ordenóla medida y proporción de las materias de estudio en el Bachillerato. Gráficamente describe el P. Gastie- lio esta mentalidad, profundamente anti-humanista y por ello anti-humana:

La actitud utilitaria en la educación —dice— puede exponerse sumariamente en esta forma: un niño, por ejemplo, se dedica al estudio de las lenguas para hablar correctamente y llegar con el tiempo a ser, digamos, un buen abogado. Otro estudia las ciencias que lo capa¬ citan para ser un médico o un ingeniero digno de tal nombre. Mas ni uno ni otro necesitan saber mucha historia. La historia trata de hombres y cosas que ya no existen. Es, por tanto, inútil. En cuanto a la Filosofía, se reduce a palabras huecas y seductoras. La Religión es un tanto más útil, ya que hace a las gentes «respetables», estabiliza la sociedad y puede actuar a manera de calmante sobre las masas, cuando éstas se agiten y perturben en demasía. En consecuencia, debe también enseñarse al pueblo la religión, para que aprenda a comportarse bien y ser paciente en la adversidad. En otras palabras, el verdadero criterio de utilitarismo en la educación es la utilidad inmediata y práctica en términos de dinero, comodidad y poder. Debe hacerse de los hombres profesionistas eminentes, ya que siéndolo ganarán mucho dinero, vivirán una vida cómoda y serán felices 25.

Pero inmediatamente pone el dedo en la verdadera llaga, en lo can¬ dente de un problema que esa visión utilitarista deja perfectamente irre¬ suelto:

Es indudable que los hombres deben ser negociantes eficientes y ciudadanos felices; pero esto que se dice tan fácilmente no se obtiene sino a costa de gran dificultad. Es un hecho que los hombres no pueden ser felices si no son buenos: una sociedad de malhechores no es una sociedad, es más bien un caos y un infierno sobre la tierra. Ahora bien, es asimis¬ mo verdadero que la formación que produce la eficiencia práctica no es ninguna garantía de moralidad en el hombre. Mientras más instruido es un hombre, mayor peligro constituye para la sociedad si llega a ser un malvado. De aquí la importancia de la educación con miras a una vida genuinamente humana. La educación digna de su nombre quiere formar profesionistas eficientes, pero lejos de contentarse con eso quiere hacerlos al mismo tiempo buenos, en el sentido moral de la palabra 26.

Y por otra parte, el ansia de una indebida autonomía económica que lo libere de la dependencia familiar y le permita llevar «vida de graduado» sin serlo, a no pocos estudiantes universitarios les impone una mentalidad de cuasi-negociantes lo más diametralmente opuesta al desinterés del ca¬ marada y del amigo que ayuda al compañero necesitado, y lo mas semejante al tipo del «vividor» que sabe obtener ingresos por medios siempre mas o menos discutibles 27. Las consecuencias que de esa posición primera pueden seguirse en la futura vida profesional de esos muchachos, por si solas se

Este criterio de selección utilitaria y predominio de lo económico, hace que, aun planteado el problema de la elección, ésta se resuelva sobre una base tan falsa como peligrosa. Primeramente, con un solo gesto, se suprime un problema previo: el estudio y elección de un estado de vida. Actitud tan inconsciente e irracional que Pierre Cappart, no duda en calificarla de «renegar de la evidencia»

de los compendiosos trabajos y conclusiones publicados por Pax Romana, referentes, tivamente, a sus Congresos Internacionales de 1946 (España) y 1952 (Cañada). (XIX Con gre so

Mundial de Pax Romana. Gráficas Reunidas. Madrid. 1946). '¥'0 ' ilf y,» de Llaóoi J Romana). Lethielleux. Paris. 1953). Asimismo la magistral obra del P. José M d Llano 5. J Formando juventudes. Studium. Madrid. 1950 (Especialmente en su Segunda Parte. «Puntos de Renovación Universitaria». Págs. 61 as.; «Puntos de Renovación Profesional», lago. ss.). 25 Castiello. Una Psicología humanista. . . Ob. cit. Pág. 162.

26 Ibid. Pág. 163.

27 Cfr. Llanos. Defendiendo y Acusando. Ob. cit. codicia». Pág. 141; «Nuestros siete pecados capitales».

28 Cappart. Manuel des Corrieres. Ob. cit. Pág. 15.

(«El pecado de vuestra generación: Pág. 160).

la

166

JULIAN IBAÑEZ, S. J.

Pero hay más: En la misma elección de carrera, sigue primando de tal manera el criterio económico-utilitarista, que, casi hipnotizados por los ingresos de tal o cual profesión (sin parar mientes en que tales ingresos procedan más que de una ocupación específica, de la competencia de quien la desempeña), poco o nada se preocupan muchos de nuestros jóvenes, en buena parte por inconsciencia, de buscar una carrera que adecúe sus capacidades y colme sus intereses profundos. Reducen la elección a una escala de tarifas, a un estudio del contrato do ut des , en el cual ellos pondrán determinado número de horas y cierta cantidad de dinero, en matrículas y material, y la carrera les devolverá (negocio redondo) una renta vitalicia con posibilidades crecientes. ¿Orientación profesional científica? Ni pen-

J | 1 ^ ^ ^ o menosprecio de un diagnóstico tan

«idealista». Crudamente, desde 1894, había señalado Parsons: «El adistra- miento de un caballo de carreras y la crianza de pollos y ovejas han llegado al máximo grado de perfección Que puede lograrse con el uso de la inteli- gencia. Pero la educación de un niño, la elección de su vocación, se dejan principalmente al azar, sin más plan que el que determina el viejo principio de la lucha por la existencia y la supervivencia de los más aptos» 29.

Después, la realidad total, despreciada al solucionar tan parcialmente el asunto de elección, se encarga de un desengaño tanto más amargo cuanto que envuelve —lo veíamos en el capítulo i— la bancarrota de las ilusiones mas intimas, y el principio de caminos muy turbios.

( C ontinuará)

Crítica literaria

Trayectoria poética de Aleixandre

por Luis Alonso Schókel, S. J.

| - El poeta consagrado A mediados del siglo veinte español, Aleixandre

es ya un poeta consagrado. Con todas las conse¬ cuencias que este adjetivo incluye. Lo han consagrado la fama y el entusias¬ mo de muchos jóvenes discípulos poéticos. Lo ha consagrado la Academia de la Lengua, adonde llegó armado de méritos propios y de la mano de un buen amigo. La consagración oficial y publica se ha de apoyar en valores intrínsecos y objetivos: Aleixandre puede presentar varias series de poemas de insigne calidad, ha creado un estilo personalísimo, abriendo posibilida¬ des al lenguaje (aunque después, con muy buen acuerdo, ha renunciado a la explotación sistemática de tales hallazgos) ; al reincidir en fórmulas pecu¬ liares de su estilística, ha caído a veces en el manierismo ; pero es una ma¬ nierismo que acompaña a rica sustancia interior. Lo malo es el traspaso del manierismo a los imitadores, a la escuela. En fin, y es lo máximo, Aleixan¬ dre ha creado su mundo poético, que es la gran aspiración de un buen

poeta.

Todo esto son caracteres reconocidos del poeta Aleixandre, el consa¬ grado. Ahora bien, a los consagrados les sucede una cosa inevitable. Gomo pasan irremediablemente a la posteridad, caen en manos de los eruditos. Los buenos poetas, en vida, caen en manos de los críticos; después de muertos, en manos de los eruditos. Y ya sabemos lo curiosos, lo pesquisi¬ dores que son los eruditos. No se contentan con el poeta, y le averiguan el árbol genealógico; no se contentan con sus criaturas, los poemas, y les buscan el origen, los antecedentes, los borradores y ensayos, la trayectoria. Si descubren un poema inédito, brincan de alborozo, y lo publican con una larga introducción y un comentario; y a lo mejor el poema quedó inédito porque el poeta no lo consideró digno del público; o si le parecía digno, pensaba que no anadia nada a su maciza producción. Pero el erudito es así, y a los eruditos les deben mucho los poetas.

Al erudito le interesa muchísimo la evolución del poeta, desde los pri¬ meros pasos. Y es justo, porque los primeros tanteos, los primeros influjos son clave preciosa para muchos elementos de la obra poética. Hubo una época en que se exagero el afan retrospectivo: mas que el gran poema, la gran obra de arte, interesaban los borradores, la primera redacción provi¬ soria. No nos extrañamos, ni protestamos de que a los eruditos les interesen los apuntes escolares, los papeles abandonados, incluso aquellas líneas que al poeta consagrado le daban un poco de vergüenza. Este interés es, en fin de cuentas, un homenaje del erudito al poeta.

Pero también sucede que a veces el poeta en vida se adelanta al eru¬ dito. Por un motivo o por otro, el poeta recorre sus apuntes personales: este poema no me atreví a publicarlo entonces, este otro lo eliminé porque era pura reiteración, este tercero es cosa de ocasión que no encajaba en el conjunto, este cuarto es bueno, pero llego tarde a la imprenta, y lo publique

168

LUIS ALFONSO SCHOKEL, S. J.

en una revista. ¿Convendrá publicar este grupo disperso de poemas? se pregunta el poeta. Y en su decisión pueden entrar varios factores: unas veces puede ser el motivo económico, otras veces el empeño solícito de un amigo, que enciende esas poquitas ganas semiconscientes que no faltan, otras es el editor enamorado de los papeles impresos en el Banco como de los papeles escritos por el poeta ; en fin, el alma humana es compleja. Por un motivo o por otro, —y conste que me parecen legítimos— el libro sale a la luz pública. La crítica alaba, naturalmente, porque el poeta es un con- sagrado, y no vale quedar mal, o porque es un amigo, y hay que quedar bien. ”er° no suelen decir en público lo que sabe muy bien el poeta: es decir que aquel libro no añade nada sustancial a su producción, que incluso resta un poco, que mejor hubiera sido guardar el material para la futura edición de las obras completas apartado «poemas inéditos, otros poemas» _ .

Urgiendo el criterio, yo diría que algunos poemas ni siquiera en las obras completas se deberían recoger, mientras vive el autor 1.

Otros poemas, si no desdicen de la futura edición de obras completas, tampoco vahan la pena de un libro aparte. Y es, en mi opinión, el caso del libro penúltimo de Aleixandre, Nacimiento último. La crítica, naturalmente, ha alabado el libro reciente del poeta Aleixandre. Lamento no estar con- torme. Creo que este libro no añade nada sustancial a los méritos del autor: que incluso rebaja un poco ; creo que en el libro hay algunos poemas bue¬ nos, especialmente los paradisiacos, aunque sean reiterativos; creo tam-

el hbro ,n?ateria poética inerte; y creo que, en conjunto, Nacimiento ultimo es un libro mediano, que si no fuera por el nombre del consagrado, no hubiera interesado a los lectores ni a los críticos. Pero al ma¬ nifestar sinceramente mi opinión, no pretendo condenar la decisión del au¬ tor; no digo que Aleixandre haya hecho mal en publicarlo, quiero decir que hubiera hecho mejor en no publicarlo en forma de libro, para eso están las revistas; y quiero también decir que la crítica hubiera hecho mejor en mani- testarse con mas independencia. Los que esperamos con interés el libro Historia del corazón desde que conocimos algunos de sus poemas, hemos

llevado a mal el que quisieran entretener nuestra espera con esa mediana colección de versos dispersos.

2 p j núcl© j i

nn, ¡ ai . ° j6. Q Per° olvidemos el pequeño error para ocuparnos de poesía Alejandrina los aciertos. Aleixandre ha creado un mundo poé-

... tico, como los grandes poetas. Nos interesa analizar

y descubrir ese mundo, hallarle su unidad profunda. No digo «el argumento» de sus poemas o de su poesía, porque el mismo argumento puede deberse a muy diversas fuerzas internas. Ni siquiera digo el «tema», porque el tema poético «mar», por ejemplo, puede tener signos discrepantes. Digo la unidad profunda, o sea el núcleo interior que ordena y organiza el argu¬ mento, que enraíza y vivifica el tema. Esa unidad profunda es una fuerza expansiva que sale afuera para conquistar, incorporar, para imponer su orden a todo lo que asume.

Según Dámaso Alonso el tema central de Aleixandre es la vida. Es de¬ cir, muerte y el amor , o lo que es lo mismo, El Universo , la Creación .

aegun Bousono es lo elemental , lo primero , como única realidad afectiva del mundo .

Ur6 1 ¿?°"oce el lector el tomo de poesías completas de Pemán ¿se ha fijado en la primera dC poemas de adolescencia y juventud? ¿valía la pena publicar tantas ristras de

VCIjUj

TRAYECTORIA POETICA DE ALEIXANDRE

169

Las frases de Dámaso Alonso tienen un sentido profundo cierto; pero en la forma son capciosas. La vida no equivale a la muerte, al amor y al universo. Si en un caso equivalen poéticamente, es que hay un núcleo o fuerza que los identifica, y esa fuerza sera la unidad profunda del poeta. Pero interpretando las frases de Dámaso Alonso en un nivel hondo, mis resultados coinciden con los suyos, aunque procedo por un camino mas analítico, menos intuitivo. Comienzo delimitando la fuerza interior: en una poesía esencialmente comunicativa, esa fuerza interior se manifestará in¬ tensa y extensamente. Pues bien, en Aleixandre podemos decir que la fuer¬ za interior es el Amor. Repase el lector títulos de libros: Espadas, (fuerza agresiva) como labios (símbolo erótico). El segundo título es equivalente: La destrucción (fuerza consuntiva) o el amor. Pasión de la tierra , Desamor , Historia del corazón. En el título Sombra del paraíso el amor no está ex¬ plícito pero por la lectura del libro sabemos que aquí reina la fuerza del amor, amortiguada en esa blanda destrucción que es la sombra. Del mismo modo que en Historia del corazón , el corazón, que es el amor, se. trasforma en esa sombra que es la historia. Creo que no aguzo el ingenio al decir que casi todos los títulos de Aleixandre son equivalentes, y que todos expre¬ san como fuerza interior el amor:

Tierra

pasión

espadas

labios

destrucción

amor

sombra

paraíso

des¬

amor

historia

corazón

A lo largo del estudio se comprenderá la trayectora de estos títulos amorosos. Si después de los títulos de los libros, repasa el lector los títulos de los poemas, se confirma el aserto: El más bello amor , Poema de amor , Unidad en ella , Ven siempre , Ven , ven , Corazón en suspenso , Se querían Total amor. Y donde el título no es explícito, lo es muchas veces el poema; porque el toro, el mar, la nube, la cobra son puros símbolos titulares que se aclaran en el poema.

#

3 - La gama del amor No hemos conseguido mucho averiguando que el

amor es la fuerza interior de Aleixandre. Porque el amor es una fuerza tan universal y múltiple que, a fuerza .de abarcar muchas cosas, no define a ninguna. Antes del cristianismo, nadie tan. auto¬ rizado en la materia como Platón. Aquel día los personajes de su diálogo se han impuesto como tema obligado de su disertación el amor. Erixímaco, médico pedante, considera el amor como un fenómeno fisiológico Pausa- nias es un filósofo aficionado que reviste sus teorías, no muy morales, en brillantes formas míticas, para explicar el origen y naturaleza del amor. Pausanias cumple un honesto oficio revistiendo de formas originales y su¬ gestivas sus ideas no muy profundas3. Agatón es un retórico perdido: no le interesa el amor, sino sus frases medidas, pesadas, bruñidas; no le interesa el contenido de sus frases, sino su música y correspondencia ; Agatón hace un alarde de su destreza retórica tomando como pretexto el amor . Aris-

2~Con menos pedantería dice algo parecido Lucrecio, y la reciente estadística de Kinsley

también se queda en lo biológico animal. . , . 0

3 ¿Ha faltado en España el Pausanias en el banquete literario o poético.

4 En la reciente poesía española no han faltado los Agatones que han abusado del amor para ensartar sus habilidades retóricas, buena parte del Garcilasismo, incluidos algunos nombres muy dignos por otros aspectos poéticos.

170

LUIS ALFONSO SCHOKEL, S. J.

tofanes, fiel a su fama y a sus escritos, explica el amor con un mito bur- leseo y malicioso, en el cual se encierra una parte de verdad sugestiva. Cuenta la historia de los primitivos hombres redondos que Zeus seccionó y lanzo a la tierra, donde cada mitad busca su complemento 5.

Le toca la vez a Sócrates, y pronuncia su maravilloso discurso, joya altísima de la literatura occidental. El amor es una ascensión que comienza con la contemplación deja belleza corporal y va subiendo por la belleza terrena espiritual, hasta llegar a la suprema belleza total, que coincide con la suprema idea del bien, y que es Dios.

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amor Ataóionílrino KS ,an.ampja esa denominación del amor, que amor Alejandrino hemos logrado muy poco con decir que la unidad

j i , poética de Aleixandre es el amor. Hace falta en-

cuadrarle con mas precisión. Poesía popular amorosa, idealización rena-

h^owle Al8'103 r|C Sap Juan de la Cruz’ tono plante del xviii, todo queda lejos de Aleixandre. Empezamos a empalmar con el romanticismo. Para

Iladnrmal!t,C?'S e 3m°r CS l"" pathos una Pasión; algo desbordante y arro¬ llador, o tristísimo y gemebundo. El amor alejandrino es del primer sig- no: es una arrolladora pasión*. 1 8

En el modernismo rubeniano el amor es un factor sensual y sexual* es deseo y angu.dez, formas tangibles, los mitos griegos pasados por galantería dieciochesca*. También el amor alejandrino es fundamental! mente sensual y sexual, voluptuoso y carnal.

Mas tarde adviene el judío vienes, Segismundo Freud. Descubre en el hombre una caverna primaria sepulta, que llama el subconsciente. Y en la caverna encuentra un personaje mítico o una fuerza total, que es la

l ’\‘ ° y ,que exp‘lca toda la Vlda del hombre. Toda la actividad humana se reduce de una forma u otra a esta subterránea y turbia libido. El amor aleixandnno es claramente de este signo 8.

Linea romántica de pasión, línea modernista de sensualidad carnal

^Alejandre3 ^ ,b,d°! coordenadas se inserta la labor poética

5 - La cuestión moral La pregunta es inevitable: si Aleixandre canta la

... , , H'b.jdo, ¿es un poeta pornográfico, inmoral? No

es posible responder de golpe. Con determinadas condiciones es legítimo

El amor como tema burlesco ha tenido éxito en todas las épocas. Pero no todos los

r.-L an Vnn 3 C?Sta .dcl am0r Saben mezclar> como Aristófanes,. una lumbre de

idealidad en sus hallazgos ingeniosos. e

7 SUS 1fctu.ras ímP<>rtantes han figurado Bécquer y los románticos alemanes.

Kuben es el primer gran poeta que impresiona a Aleixandre. rreud ha sido una lectura decisiva en su vida.

TRAYECTORIA POETICA DE ALEIXANDRE

171

exponer temas inmorales en las obras literarias. No es este el momento de exponer tales circunstancias. La Biblia, por motivos religiosos, narra la historia de las hijas de Lot, de Tamar y de Betsabé, y las narra con un estilo realista; por lo tanto, no podemos condenar a priori la admisión de elementos o de hechos inmorales en la narración; hay que ver si la causa lo justifica.

Otras veces la cosa en no es inmoral, sino legítima y honesta; por ejemplo, el acto matrimonial. Pero estas cosas y otras semejantes prohíbe revelarlas el pudor. En tal caso la cosa en no es inmoral; pero es inmo¬ ral presentarla de una forma determinada. Todavía el pudor no tiene unos límites matemáticos, y también puede existir una razón mayor para am¬ pliar el límite. Por ejemplo, Ezequiel, en la caracterización de los dos reinos, Israel y Judá, como dos hermanas corrompidas tiene frase rápidas que a nosotros nos resultan crudamente realistas; pero no es moroso. En cambio, el Cantar de los Cantares presenta el amor divino en términos de amor humano, y contiene expresiones del deseo erótico y descripciones morosas del cuerpo de la amada, que no son para todos los lectores ni para todas las ocasiones 9.

En el caso de Aleixandre podemos decir: Por el texto de los poemas, podemos calificarlo de inmoral en algunos temas; en otros muchos tenemos que calificarlo de gravemente impúdico, porque trata explícita y morosa¬ mente temas que el pudor prescribe evitar. Y en este punto es Aleixandre uno de los poetas más atrevidos de nuestro Parnaso y rivaliza con algunos poetas paganos. Muchos poemas de Aleixandre pertenecen al grupo de obras literarias que la Iglesia suele proscribir.

Tratamos aquí la cuestión moral. La solución negativa deroga algunos valores estéticos, no todos. No destruye los valores de forma, las riquezas de imagen, los aciertos de expresión. Pero estéticamente puede anular tales valores: cuando el lector normal es arrastrado por sugestiones extraes¬ téticas que positivamente inhiben la fruición estética.

Hay lectores capaces de hacer la distinción; puede haber técnicos o críticos o artistas que gusten el puro valor poético sin enviscarse en la materia impúdica. Aun así, ¿puede ser cualquier tema objeto de la poesía? Se pueden cantar objetos feos bellamente. La poesía de signo expresivo ¿puede ocuparse en expresar cualquier clase de sentimientos? La cuestión no está aún resuelta. Ortega, hablando del romanticismo, decía «proclama un derecho y olvida la obligación ajena, sin la cual todo derecho es injusto y estéril. Cada cual tiene en arte derecho a expresar lo que siente. Muy bien, con tal que se comprometa a sentir lo que debe». En lo cual se re¬ fiere Ortega no precisamente a deber moral, sino a deber estético. Es decir, considera que no todo sentimiento es objeto artístico de expresión. Claro está que esto lo escribía Ortega hablando de la deshumanización del arte; pero, de todos modos, su opinión da validez al problema.

Pero resulta que el afán expresivo de los románticos es una ingenuidad junto al esfuerzo expresivo de los superrealistas, donde se alista Aleixandre. Y hay que tener en cuenta esta filiación, porque el problema es distinto cuando se trata del pudor de la forma corporal o del pudor del sentimiento expresado. Pero de esto tendremos que tratar más adelante.

En resumen, no se puede dar una respuesta total a la espinosa pregunta. Pero, en general me inclino a pensar que muchísimos versos de Aleixandre

9 San Benito prohibía a sus monjes leerlo al anochecer.

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LUIS ALFONSO SCHOKEL, S. J.

son injustificables moralmente, y bastantes lo son estéticamente. Al estudiar el proceso se aclarará la cuestión.

COMIENZA LA TRAYECTORIA

No es exacto analizar a Aleixandre como un bloque estático y unifor¬ me. Será homogéneo, porque la fuerza es una pero es dinámico, porque la fuerza se desarrolla. Voy a intentar seguir esas etapas aleixandrinas, ade¬ lantando una consideración importante: que las etapas son algo fluido e in- terferente; no se pueden señalar límites precisos, como los mojones que dividen matemáticamente la carretera. Aquí no manejamos matemáticas, sino fuerzas vivas, que se adelantan y retrasan, se insinúan o reiteran, avan¬ zan yendo y viniendo como la marea.

6 - Primera etapa Aleixandre, de la mano de Freud, baja al pozo del sub¬ consciente, y encuentra en él el légamo turbio de la libido. No es extraño, haciendo la bajada con tal guía. Fijarse bien: el primer libro donde Aleixandre proclama o expresa su descubrimiento se llamaba La evasión hacia el fondo , antes de llamarse Pasión de la Tierra 10 . El primer libro citado de Aleixandre está muy cerca del superrealismo puro, y por lo tanto es impurísimo. La libido es un auténtico caos vital, es una fuerza desordenadora. Los superrealistas han querido exaltar lo instintivo, como lo supremo vital. Pero lo vital es siempre orgánico; la fuerza vital tiende a organizar, a ordenar; es por naturaleza anticaótica. La muerte, que desorganiza y corrompe, no es fuerza vital, sino antivital; es el cesar de la fuerza ordenadora, y la invasión de las fuerzas desorde¬ nadas. Pero para los superrealistas, la fuerza vital es radicalmente desor¬ denadora, confusiva. Y el hombre, en vez de microcosmos, es microcaos. Me parece que el descubrimiento vital superrealista de superrealismo puro es una falsificación poética, es antihumano y antivital. Pasión de la tierra está, muy cerca de esta cenagosa impureza. Pasión de la tierra está todavía muy dentro del superrealismo. Lo cual no significa automática¬ mente que esté dentro del arte; más bien lo contrario. Estamos acostum¬ brados a considerar el superrealismo como un movimiento artístico; ha¬ bría que mirarlo como un movimiento más amplio. Según la promulgación del movimiento, «es un automatismo psíquico puro mediante el cual se intenta expresar el funcionamiento real de la mente... excluyendo todo control de la razón y toda preocupación estética o moral». Es decir, lo artístico no está incluido; a lo más, está excluido.

La indagación psiquiátrica de un paciente con «complejito» es super¬ realismo ; los dibujos auténticos de un maniatico-depresivo son superrealis¬ mo; el chaparrón verbal de una histérica aguda es superrealismo. Pero todavía no son arte. En cambio, puede haber un auténtico arte superrealista. Pero notemos que, en tal caso, el superrealismo es adjetivo. Este arte, que ya ha producido obras buenas, busca elementos de inspiración en el sub¬ consciente, pero actúa sobre ellos con la fuerza orgánica creadora, que es una fuerza total de la psique. Es decir, el superrealismo en tanto llega a ser arte, en cuanto renuncia expresamente a ser puro.

10 A título de curiosidad recordamos que uno de los últimos libros de Juan Ramón se titula Animal de fondo; otro de Labordeta, Sumido 25; y el famoso de Giménez Caballero, Yo, inspector de alcantarillas.

TRAYECTORIA POETICA DE ALEIXANDRE

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7 - “Espadas como labios* Apliquemos el resultado al segundo libro de

Aleixandre n. Espadas como labios comienza a superar el mecanismo puro , comienza a cribar y organizar, comienza a a realizar labor artística. Nada más comienza.

El amor que impera en este libro es la libido brutal, como fuerza turbia, inmunda, caótica, confusiva. Es muy significativo el poema que titula El más bello amor, porque el título parece un manifiesto: el amor es algo bestial, infrahumano, arrollador, revuelto; la técnica expresiva se pone al servicio de la fuerza desordenada: «Abrazo viscoso, resbaladizo infinito, respirando tinta espesa, besos como manchas, fruta bestial, mordisco», por efecto de la fuerza caótica los seres se confunden: un tiburón en forma de cariño, la posesión consiste en el mar, las nubes se convierten en mejillas. Y esta violenta expresión de la libido es llamada la verdad «la verdad la verdad la verdad es ésta que digo» y la fuerza expresada, la libido, es apellidada El más bello amor.

De este estilo hay muchísimo en Espadas como labios; hay casi todo. Espadas como labios es casi unas variaciones sobre el tema. Por cualquier rincón del libro nos sorprenderán « caricias , vientres, pubis, pudridero, hu¬ medad lasciva, labios obscenos, beso ambiguo, saliva, palabras sucias, etc.». Es ciertamente todo lo revuelto que arriba arrastrado viscosamente por esa fuerza espesa y subterránea que es la libido.

Muy significativo de la tendencia es un doble procedimiento estilístico. Valverde y Bousoño lo han estudiado como puro elemento estilístico. A mi me interesa verlo en relación con la actitud poética. La imagen con «o» es en este libro esencialmente confusiva. No se trata de comparar, de relacio¬ nar; ni siquiera de fundir dos seres, sino de confundir. La partícula grama¬ tical «o» está usada con intención o con resultados caóticos. Porque el cos¬ mos es esencialmente distinción y ordenación de seres. Y el caos es lo in¬ distinto, confuso e inordenado. Continuamente tropezamos con el procedi¬ miento confusivo, caotizante: «ninfas o peces, niebla o plata dura, senda o girafas, arena o luz o sombra».

Otro elemento estilístico es la supresión de los signos ortográficos, co¬ mas, puntos. Este sistema había sido utilizado por otras escuelas poéticas; podremos por tanto decir que es polivalente o convencional. En nuestro caso, responde a la misma fuerza interior confusiva; es un recurso para disolver en caos el orden gráfico y gramatical. Un tercer recurso estilístico es el de las llamadas enumeraciones caóticas; el mismo nombre indica la tendencia hacia lo desordenado, confuso.

Si Pasión de la Tierra apenas tenía que ver con el arte, Espadas como labios es el comienzo en dirección artística; pero todavía tiene poco que ver con el arte.

Dámaso Alonso opina de este modo: «Pasión de la tierra, hermoso libro de poemas en prosa». Del segundo dice «no cabe duda de la existencia de una fase selectiva, en la que la razón elimina los elementos menos expre¬ sivos... (Y ojalá este filtro de selección fuera aun más tupido, porque todavía pasan a la obra elementos inexpresivos, lastre inútil)».

Yo también llego a una conclusión matizada, pero de signo contrario.

11 Prescindo de Ambito, donde el poeta es todavía una figura de escuela sin personalidad suficiente.

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LUIS ALFONSO SCHOKEL, S. J.

En este libro hay frecuentes ramalazos de poesía autentica y original, re* lámpagos estremecedores en el caos que fermenta, versos de voz profunda que encuentra su articulación impensada. Es decir, hay muchos elementos poéticos ; pero casi no hay poemas. Le sobran al libro abundantísimos ele¬ mentos poéticamente impuros; domina en el libro la confusión extra-poé¬ tica ; sobre todo, falta la unidad y conciencia creadora indispensable para que surja el poema, como obra entera y cerrada de arte.

En este sentido dije que Espadas como labios (salvo alguna excepción) tiene poco que ver con el arte. Si interesa este libro, es por lo que significa en la trayectoria; no por lo que tiene de aportación perdurable. Si interesa, es porque Aleixandre no se quedó allí, sino tomó impulso ascensional.. Interesa como el trampolín que desdeñan y alejan los pies del bañista. Si Aleixandre se hubiera quedado en esta etapa, no sería el poeta que ahora es, ni valdría la pena su inserción en las historias de la literatura (a no ser como fenómeno).

Pero lo curioso es que hay una serie de poetas, jovenes o no tan jóvenes, que están tomando esta etapa de Aleixandre como algo firme e imitable, como ideal de un esfuerzo, por ejemplo, Marrodán, pródigo de palabras y más palabras sin razón; Labordeta inmerso o sumido en pozos extrapoé¬ ticos. Yo les aconsejaría a estos aspirantes a grandes poetas que imitasen a Aleixandre en sus etapas posteriores, y que no gastasen el tiempo en repetir experiencias que ya están hechas y superadas. O si quieren tomar impulso con la bajada, que lo hagan en privado y sin gritárselo al público de las revistas poéticas.

El superrealismo puede ser magnífica cantera de poesía; pero no es cantero. Es decir, puede servir espléndidos materiales poéticos; pero ha de interferir el poeta, para elaborarlos. Aleixandre lo comprendió a tiem¬ po, e inicio rápidamente la ascensión, la superación.

LA VIA DE LA SUPERACION

No pretendo afirmar que la trayectoria cuya descripción emprendo haya sido siempre tarea consciente y refleja del poeta. Muy bien puede haberle guiado su poético. Sus obras nos delatan claramente esta trayectoria que llamo superación.

Al decir superación, indicamos que el elemento superado se conserva y traspasa a zona superior, en riqueza, o pureza o en amplitud. Si el ele¬ mento no perdurase, habría que decir «eliminación». La fuerza interior el amor como deseo sexual y como acto erótico, persisten en Aleixandre: son la vital raíz. El poeta descubre —o entrevé, o acepta a ciegas— que aquella fuerza ha sido confusiva, caótica, impurísima, muy poco poética en su estado inicial. Gomo no puede renunciar a ella, porque es la fuerza ins¬ piradora, busca superarla, es decir, trasportarla a un plano superior, donde pueda subsistir ordenada, purificada. En la trayectoria de Aleixandre hay una heroica y patética lucha por vencer esta impureza inicial. La lucha es

tan enérgica y empeñada, que a los pocos libros, ha llegado al paraíso o al recuerdo.

Algunas de las siguientes superaciones están por lo menos apuntadas en tspadas como labios.

TRAYECTORIA POETICA DE ALEIXANDRE

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8 - Primera superación: La ironía La ironía conserva el tema, la fuer¬ za, como objeto de burla, como pre¬ texto para reír. Recordemos el elogio de Aristófanes en el Banquete. El Vals es un ejemplo patente: presenta un salón elegante, donde imperan las buenas formas sociales, el elegante biendecir de buen tono , las palabras limadas. El poeta llega, y con una mueca brutal descubre todo lo que se oculta bajo aquellas convenciones. Aparece la libido desnuda, y el poeta se ríe irónicamente; orquestado por la risa burlona del autor, todos com¬ prenden lo que significaba ese disimulo a fuerza de abanico insistente y el dulce de cristal pintado de verde y las demás buenas formas de buena sociedad.

Está bien claro el recurso de la superación. Claro está que Aleixandre no se ha burlado de la libido, sino del afán de disimularla bajo correctísi¬ mas convenciones sociales. Pero en el poema como totalidad, tenemos el elemento nuclear, trasportado a un plano de ironía: se cumple lo que exi¬ gíamos en la definición de superación.

Al mismo género pertenece Salón , también de Espadas como labios; la ironía se hace acre, alcanza el grado de sarcasmo en C on todo respeto.

Y la línea se prolongará en el libro siguiente con el poema Cada cosa, cada cosa.

9 -Segunda superación! La forma Creo que ningún poema representa ín¬ tegramente esta manera de superación ; porque Aleixandre escribe poesía de tipo expresivo. Pero en muchos poe¬ mas las bellas formas plásticas significan un elemento de suma importan¬ cia. La forma corporal es una realidad de belleza objetiva. Sería necio decir que la belleza corporal es inmoral; sería tachar al Creador del hom¬ bre. La belleza corporal puede ser objeto de fruición estética desinteresa¬ da. En la vida existe un nexo normal y casi ordinario entre la belleza y el deseo. Es un mecanismo o un proceso providencial y pretendido por Dios. El Creador ha querido poner al servicio de la gran fuerza amorosa ©so tan grande que es la belleza. Sócrates definía en su discurso el amor «la generación en la belleza». Ahora bien, ese deseo que induce la forma bella es con frecuencia turbio, desordenado; de tal calidad o intensidad, que apaga la auténtica fruición estética.

La escultura griega toma esas formas vivas bellas; las idealiza y tras¬ pone al estado de arte puro. Y produce la belleza corporal como objeto de ' contemplación. Algunas escuelas apuran la idealización, estilizando las for¬ mas. Se llega casi a un concepto sacral de las formas bellas.

Es cierto que la forma estatuaria puede inducir el deseo, y consecuen¬ temente impedir la contemplación artística. En esta inducción pueden in¬ tervenir diversos factores; sobre todo en las costumbres o sicología del público. Pero es innegable que el escultor ha buscado la idealización.

En cambio puede haber autores que han pintado o esculpido con mira¬ da lúbrica. En tal caso el deseo queda de alguna manera incorporado a la obra, manchándola aun estéticamente. Comparad la Venus de Cirene con La maja vestida, o con la Olimpia de Manet. Aun en estos casos puede algún contemplador desatender la cualidad que enturbia, y sorprender la belleza en pura fruición estética. Esto ya no es tan fácil.

En artes no representativas, sino expresivas, la cuestión es bastante más difícil; pues lo que pretenden trasmitir es la vivencia interior, que*

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LUIS ALFONSO' SCHOKEL, S. J.

con mucha facilidad será el deseo turbio; también puede ser el deseo pu¬ rificado. Un gran ejemplo es el bellísimo soneto de Dámaso Alonso Oración por la belleza de una muchacha , de signo idealizador, idealismo petrar- quista a la moderna.

Los griegos ejercieron el culto de la forma para la contemplación; en el primer Aleixandre la forma no era para la contemplación, sino para el tacto. La forma era lo viscoso, lo resbaladizo, lo espeso: calidades táctiles, objeto de la turbia libido con su impureza total.

Si encontramos en Aleixandre un surgir de formas plásticas, contem¬ pladas, modeladas, luminosas, podemos decir que adviene un estadio de auténtica superación ; aunque no sea plena. Pues bien, en el siguiente libro, La Destrucción o el Amor , hay mucho de eso. Este libro incluye muchí¬ simos elementos de formas contempladas, aunque casi siempre asociados a la inevitable tracción erótica. En este sentido diría que este libro tiene un punto importante de relación con Rubén. El nicaragüense cultivó la belleza de las formas plásticas, contempladas con deseo.

El P. Aparicio ha estudiado muy bien lo plástico en la poesía de Aleixan¬ dre. Sin repetir ideas, me interesa insistir en el significado que esa plas¬ ticidad tiene en la trayectoria aleixandrina.

Qué espléndido museo de formas bellísimas, fulgurantes, se podría montar con versos de La Destrucción o el Amor:

La diminuta imagen de oro nocturno (del cervatillo que luce en los ojos)

al descubierto en los cuellos allá donde la arteria golpea

El rumor del bosque siempre virgen se levanta como dos alas de oro

De pronto faltaba como un mar que desprecia la arena

brillo de un sol que entre mis manos deslumbra

un espejo donde la luna se contemple temblando (el mar)

el sol se rompe ardientemente para iluminar en redondo el paisaje vencido

el trueno rumoroso que rueda como solo una cabeza separada del tronco

Gomo la lucha interna de la superación ha sido vital, también la esti¬ lística registra las huellas del cambio. En efecto, nos encontramos con estas nuevas fórmulas: «la menguada presencia de un cuerpo de hombre que jamás podrá ser confundido con una selva».

Aquí hay comparación y acercamiento de dos seres : hombre y selva ; hay una fusión sentimental de ambos ; pero están expresamente distingui¬ dos. Fusión, no confusión. He aquí el enorme avance estilístico respecto del libro anterior. Y desde luégo, aparecen de nuevo los ordenadores signos gráficos.

Muy significativo es el poema Después de la muerte. Hay en él una fusión de seres; pero distintos y ordenados. El poeta, arrepentido de la anterior confusión, exclama:

la realidad que vivo

la dichosa transparencia en que nunca al aire lo llamaré unas manos,

en que nunca a los montes llamaré besos

ni a las aguas del río doncella que se me escapa...

y al final de este poema, el poeta se siente triunfador en la altura del divino contagio, contemplando allá abajo el mar «esas aguas espesas que como labios negros ya borran lo distinto». Aleixandre, desde la altura poética de este nuevo libro, contempla triunfador la confusión indistinta que dejó allá abajo, en el libro anterior.

TRAYECTORIA POETICA DE ALEIXANDRE

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La comparación es instructiva: conviene prolongarla. Tenemos tarn- bien en este libro una explícita bajada: Mina; pero qué distancia poética de las bajadas cenagosas de antes. El subconciente es la mina subterránea donde el poeta, consciente y dueño de sí, baja a encontrar los materiales. El superrealismo como adjetivo y el poema como auténtica obra de arte

conclusa.

Soy el sol que bajo la tierra pugna por quebrantarla como un brazo solísimo que al fin entreabre su cárcel y se eleva clamando mientras las aves huyen...

Hay otro poema que ilustra patéticamente la lucha de la superación. El símbolo es clarísimo: es el combate de lo abismal, sumergido, oscuro, fangoso, por liberarse y ascender hacia la luz y la libertad. Lástima no poder copiar el poema entero. Vayan algunos versos con la recomendación al lector de leer íntegro el poema. Se titula Sin luz,

el fondo de los mares donde el negror no ama, donde faltan aquellas algas amarillas que el sol dora en las primeras aguas.

Arriba las espumas, cabelleras difusas, ignoran los profundos pies de fango, esa imposibilidad de desarraigarse del abismo, de alzarse con unas alas verdes sobre lo seco abisal y escaparse ligero sin miedo al sol ardiente.

De nada sirve que una frente gozosa se incruste en el azul como un sol que se da, como amor que visita a humanas criaturas.

La fuerza interior, núcleo poético de Aleixandre, es aquí elevadora, iluminadora. Existe, subsiste, pero superada. Apunto fugazmente en el primer libro:

todo está dichosamente presidido por el mediodía . . .

una inmensa mariposa de brillos...

va y viene en forma de belleza en forma de transcurso

La superación de la forma contemplada, sólo apuntada en el primer libro, se está realizando en el segundo. Pero no lo olvidemos, en forma de lucha patética. Por eso, en La Destrucción o el Amor, junto a poemas en que la forma es para la contemplación, hay poemas en que la forma es para el tacto. Hay poemas donde la libido vuelve a desordenarse como una fuerza brutal: Quiero pisar, Mañana no viviré. Poemas donde vuelve a imperar la confusión y el caos. Estos poemas son peso muerto en el libro; o recaídas, o etapas sin fecha; siempre testimonios de que la trayectoria de superación tiene perfil de combate.

10 - Tercera superación: Lo cósmico Esta tercera superación es de

enorme importancia. Quizás la de mayor intensidad poética. El deseo erótico subsiste; pero ya no es el arrebato individual del poeta, sino un momento o un punto de la total fuer¬ za cósmica. Notemos que la fuerza es cósmica: expresamente anticaótica. El poeta podrá ser en un momento el centro delimitado de esa fuerza to¬ tal; en otros casos será uno de tantos astros en la órbita universal. Ya el deseo no es más que una manifestación de la fuerza una e inmensa, o el vínculo que liga al poeta al movimiento universal 12.

12 Como en algunas elegías de Rilke.

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Esto lo han observado y desarrollado Damaso Alonso y Bousoño; pero en otra perspectiva. Por eso quiero detenerme un poco para mostrar cómo estamos en la misma y única trayectoria de la misma y persistente fuerza erótica.

Podemos decir que apuntó el movimiento en unos versos del primer libro Espadas como labios , en el poema Toro:

toro de cien poderes

frente a un bosque parado de espanto al borde...

Silencio vastedad de esta hora Cuerno o cielo ostentoso... mar brillante y caliente anca pujante y dulce abandono asombroso del bulto que deshace sus fuerzas casi cósmicas como leche de estrellas Mano inmensa que cubre celeste toro en tierra.

En La Destrucción o el Amor la superación se consuma; y es lo más importante del libro. Notemos de paso que esta superación es un paso más en la trayectoria ; y por lo tanto incluye la precedente superación de lo plástico. Algunos de los ejemplos citados en el apartado precedente encajan también en actual. También hay que notar que esta nueva superación no esta realizada en términos de lucha, sino más bien en términos de exalta¬ ción. Por ella ha cuajado La Destrucción o el Amor en un magnífico libro de poesía: original e impresionante13.

Veamos algunos ejemplos: La selva y el mar. Este magnífico poema presenta la creación entera, viva, traspasado por la fuerza unitaria- las

de '¡os <!cL?ob° eS’l C de/f,le de.los anima'es, el pájaro; frente a la serenidad «cielos azules» «frente al mar remotísimo que como la luz se retira».

solo:

«Unidad en ella»: el título es bastante claro; he aquí dos versos tan

rostro amado donde contemplo el mundo nunca podrá destruir la unidad de este mundo.

En Ven siempre, ven oímos que «la destrucción de los mundos es un .cora?.°,n ?u.e totalmente se abrasa». En otro poema «una música total anta invadiéndolo todo». El poema A ti, viva es gemelo de Unidad en ella, con mención explícita del mundo, la creación, la tierra y el mar, el sol y el lucero, el mundo absoluto. En Quiero saber el mundo todo es uno Se podrían citar también Luz , Soy el destino , Sólo morir de día , Cobra , Las águilas , Se querían, Total amor . Y con gran claridad enumerativa, Ja pri¬ mera parte de El desnudo:

Tanto amor en las aves

en esos papeles fugitivos que en la tierra se buscan, en ese cristal indefenso que siente el beso de la luz, en la gigante lámpara que bajo la tierra solloza iluminando el agua subteránea que espera.

Tú, corazón clamante que en medio de las nubes o en las plumas del ave, o en el secreto tuétano de los tigres, o en la piedra en que apoya su cabeza la sombra.

Tú, corazón que dondequiera existes como existe la muerte.

^ finalmente, habría que citar el libro como unidad mayor, de la cual los poemas serían estrellas en una constelación total.

13 Salvo las recaídas ya indicadas.

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TRAYECTORIA POETICA DE ALEIXANDRE

Este que es un libro de poemas ; que vale, no sólo como etapa curio¬ sa, sino como realización duradera. Todavía sobran cosas en el libro, por su dudosa calidad poética. Pero lo que hay de positivo desborda y supera.

- Cuarta superación: Lo mítico Temporalmente es posterior. En el

movimiento ascensional creo Que

también es posterior es decir superior, más elevada. En calidad poética creo que decae algo. La superación de lo mítico apunto levisimamente en Toro de Espadas como labios y en Cobra de La Destrucción o el Amor .

En rigor podríamos concebir el proceso así: tomemos el deseo erótico presente y personal y trasladémoslo a la zona imaginaria,, fantástica del tnito; todavía encerrados en los límites concretos del individuo; (¿pero sería esto mito auténtico?). Algo parecido a lo que hacían los simbolistas en su explotación sistemática de mitos helénicos o helenísticos. Algo de fronteras todavía limitadas y abarcables. Este sería un paso previo; el si¬ guiente sería trasladar lo mítico limitado a las dimensiones cósmicas. En este sentido podríamos decir aproximadamente que a lo mítico de Rubén sigue le cósmico de Aleixandre. Pero si queremos mantenernos dentro de nuestro poeta, en su trayectoria personal, pienso que el proceso no es así, sino más bien: primero se da la superación cósmica —que ha incluido la superación de la forma contemplada . Ese cosmos vibrante de amor único y total, aunque es un cosmos ordenado y armónico, no es puro e inocente. Aleixandre siente intensamente, no digo reflejamente, pero con poética intensidad, que su deseo erótico continúa siendo terreno, turbio; se siente confusamente hombre caído en un mundo arrastrado a la caída, siente el propio dolor de que su amor haya de ser así, y siente el universo solidario de su dolor. Y tantea la salida, la superación. Es decir, ni quiere renunciar a ese deseo, que es su virtud poética, pero si trasponerlo a una zona superior donde se elimine el pecado; donde el deseo subsista, pero inocente. Gomo esto ya no es posible en el mundo real, crea el mito como expresión de sus ansias, como formula de sus vivencias. Este mito es el Paraíso, en el que se cierne un tiempo primordial (como en los antiguos mitos religiosos), donde preside la luz, donde reina el amor inocente, donde la madurez o plenitud vital es infantil por la inocencia.

Apuntó apenas este camino en Espadas como labios , poema Libertad:

El aroma el no esfuerzo para perdurar para ascender

para perderse en el deseo alto pero lograble

pero apuntó tan tímidamente, que en el mismo poema se frustró total- mente :

Porque yo soy escéptico

la libertad en fin para acaso consiste en una gamuza

en esa facilidad de abrillantar los dientes

de responder con mi propio reflejo a las ya luces extinguidas.

En aquel libro no había sitio para el secreto deseo de pureza o purifi¬ cación, ni para el mito como expresión poética de ese deseo.

En La Destrucción o el Amor hay muchas cosas que. están esperando un ligero toque para trasladarse a la edad mítica, paradisíaca: por ejem¬ plo, Aurora insumisa , Paisaje y multitud de versos sueltos. La superación se realiza y consuma en Sombra del paraíso. El titulo es bien significativo

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y los títulos de muchos poemas no le son menos ¡ Criaturas en la aurora. Diosa , Ciudad del paraíso, Los inmortales, Mar del paraíso, Nacimiento del amor, Luna del Paraíso . Y sobre todo, si consideramos el libro como unidad superior, en donde todo, sin la mención explícita, está trasladado a la era original e inocente del amor. Digo esto, porque algunos poemas sacados del contexto del libro recordarían demasiado al tiempo actual, no inocente de La Destrucción o el Amor .

Gomo ejemplo citaré algunos versos entresacados del poema Criaturas en la aurora:

Vosotros conocisteis la generosa luz de la inocencia... una mano purísima dice adiós a los hombres... entre las luces nuevas, entre los puros céfiros primeros... desnuda, pura, inviolada...

Allí nacían cada mañana los pájaros, sorprendentes, novísimos, vividores, celestes.

Las lenguas de la inocencia no decían palabras...

¡Pájaros de la dicha inicial, que se abrían

estrenando sus alas, sin perder la fota virginal del rocío!. . .

...las inmarchitas horas matinales, imagen feliz de la aurora impaciente...

El placer no tomaba el temeroso nombre de placer, ni el turbio espesor de los bosques hendidos, sino la embriagadora nitidez de las cañadas abiertas, donde la luz se desliza con sencillez de pájaro.

Por eso os amo inocentes, amorosos seres mortales de un mundo virginal que diariamente se repetía...

Pero Sombra del Paraíso, por su calidad mítica moderna, enseña cosas mas hondas que el mito, antes del cristianismo, pudo ser una creencia re* ligiosa, pudo representar una fe y una ansia de cosas posibles. Pero el mito, después del cristianismo, no pasará de formula poética, no llegará a creen¬ cia. Por esta razón, en Sombra del Paraíso, donde todo debería ser puro, inocente y feliz, se siente mas dolorosamente el fallo del mito. Primero, porque se ye claramente que el mito es fórmula de un deseo imposible; y contra la ciudad mítica erigida en lo alto, baten constantemente los asaltos de la realidad impura. Cuando no se cree vitalmente, tampoco se puede creer poéticamente; sobre todo en unas poesías de signo expresivo. Por eso Aleixandre avisa ya desde el título: del Paraíso nos hemos quedado con la sombra. Y en el paraíso de Aleixandre existe una serpiente, que es la mujer (Como serpiente ) , existe un Destino trágico, que disimula la tra¬ gedia en falsas glorias de misticismo panteísta; existe la Muerte en el pa¬ raíso y existen Las manos de un muerto.

Y la desesperanza llega explícitamente a términos patéticos. Así por ejemplo, Destino de la carne canta el desengaño, que la cercana sombra del paraíso hace mucho más trágico:

cuerpos desnudos, fieles al cansancio del mundo... carne marchitamente eterna, siempre, siempre cansada... desengañada siempre. Siempre carne del hombre sin luz... la vida sin esperanza. . .

monótonamente iguales bajo los cielos hoscos.

Este paraíso, tan poéticamente construido, tan bien enclavado en eda¬ des aurórales, tiene una brecha, un fallo. Brecha fatal e inevitable que va a ser la puerta de salida y de salvación. Gomo el paraíso es fingido, de pre¬ caria realidad poética, la salida será una salvación poética, una superación,

TRAYECTORIA POETICA DE ALEIXANDRE

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un paso adelante en la intensísima trayectoria que venimos persiguiendo. La semilla de corrupción que ha caído en el paraíso son los hombres. Dura muy poco el tiempo en que la tierra «sola pura de sí, nadie la habita. Solo la gracia muda primigenia del mundo, va en astros, leve, virgen, entre la luz dorada». El tiempo en que el fuego todavía no es pasión, es puro, está amenazado por el hombre:

Todo el fuego suspende la pasión. ¡Luz es sola!

Mirad cuán puro se alza hasta lamer los cielos, mientras las aves todas por él vuelan. ¡No abrasa!

En concreto, es el poeta, con su carga pretérita de impurezas, quien hace imposible la pureza soñada de este paraíso. El poeta que va contem¬ plando serenamente la belleza virginal, paradisíaca, (El desnudo ) , pero no sabe concluir el poema quedándose en la pura contemplación inocente.

12 - Quinta superación: La melancolía Ante la convicción defi¬

nitiva de la inocencia im¬ posible, acrecentada por el cansancio vital que comienzan a acumular los años, la salida del paraíso conduce hacia la nostalgia, hacia la melancolía. Esta superación tiene bastante de eliminación; pero todavía persiste el deseo como recuerdo y nostalgia.

Ñervo cantó un día:

o

Dios mío, yo te ofrezco mi dolor:

¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte!

me diste un amor, un solo amor, un gran amor. Me lo robó la muerte ...y no me queda más que mi dolor.

Acéptalo, Señor:

¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte!

y Antonio Machado cantó en una ocasión semejante:

Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.

Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.

Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.

Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.

El amor convertido en nostalgia, en dolor, fuente maravillosa de ins¬ piración poética. He aquí que Aleixandre titula su nuevo libro 14 Historia del Corazón: el amor se hace historia, es decir, recuerdo, y es una supera a fuente de inspiración.

Es natural que la insatisfacción hubiese apuntado ya mucho antes; pero eran momentos pasajeros en la fiebre de la libido, o en la exaltación cósmica. En Espadas como labios tales momentos no están registrados. Un apartado de La Destrucción o el Amor se titula Elegías y poemas elegiacos; allí en¬ contramos el bellísimo poema La Luz, de impresionante musicalidad, y es curioso que el tema visual de la luz sea tratado tan musicalmente. Es un poema con verdadero halo poético de ensueño y melancolía: casi resonancia de Bécquer a tantos años de distancia

¿Y el hombre? Nunca. Libre

todavía de ti,

humano, está ese fuego.

Luz es, luz inocente. ¡Humano: nunca nazcas!

14 Todavía no ha salido cuando escribo este estudio.

182

LUIS ALFONSO SCHOKEL, S. J.

¡Ay amorosa cadencia de los mundos remotos, de los amantes que nunca dicen sus sufrimientos, de los cuerpos que existen, de las almas que existen, de los cielos infinitos que nos llegan con su silencio!

Al mismo grupo pertenece la bellísima Canción a una muchacha muerta .

Díme por qué tu corazón como una selva diminuta espera bajo tierra los imposibles pájaros, esa canción total que por encima de los ojos hacen los sueños cuando pasan sin ruido.

En Sombra del paraíso también hay elementos de este nuevo estilo poético. Los poemas Destino de la carne , ya aludido; Al cielo , No basta , Aunque en ellos el patetismo todavía no se ha remansado plenamente en melancolía; están a medio camino.

En Historia del corazón la nueva superación impera desde el título. Nueva etapa de signo musical y aplacado; de gran intensidad poética, a juzgar por los poemas sueltos que nos ha adelantado.

Hay un poema que se llama Separación y otro Ausencia; títulos sig¬ nificativos en contraste con los libros anteriores, donde todo era presen¬ cia, y presencia total. En el poema Ausencia leemos:

En vano vienen y van sombras lentas, las oscuras presencias que mis ojos que no miran ignoran.

Que mis oídos que no oyen

no escuchan. Que mi corazón que no siente

no golpea en amor.

En la misma presencia hay un agudo sentimiento de incapacidad ; des¬ conocimiento exacerbado en el momento de la posesión que parecía total, pero no lo es ni lo puede ser: No te conozco:

Sobre la ebriedad del amor. . .

yo sufro de soledad, oh siempre allí postreramente desconocida.

Cuando la unidad de amor grita su victoria en la ya única vida,

algo en no te conoce...

Pero yo, sobre el hondo misterio, desconociéndolas.

Oh, cuán dolorosamente no te conozco.

En el poema Mano entregada el tacto moroso se convierte en musicali¬ dad; música profunda en la que no faltan las notas tristes:

sintiendo bajo la piel alada el duro hueso insobornable, el triste hueso adonde no llega nunca el amor. . .

Y que una zona triste de tu ser se rehúsa.

Visita a la ciudad , con su misterioso y sugestivo final, trasforma en recuerdo presente el primer encuentro, logrando un clima de inocencia e idealidad.

13 - Situación actual y posible evolución Hemos recorrido la tra¬ yectoria del poeta Alei- xandre hasta el último libro. Siempre ha sido fiel a la fuerza inicial y al movimiento de superación en etapas sucesivas. Las etapas eran los cuatro libros Espadas como labios, La Destrucción o el Amor, Sombra del paraíso , Historia del corazón . Siempre conservaba algunas pretéritas soluciones, y apuntaba hacia nuevas futuras evoluciones. Nos interesa repasar, para concluir, la situación actual del poeta.

TRAYECTORIA POETICA DE ALEIXANDRE

183

Aleixandre ha ido elevando la calidad de su amor, tanto en la dimen¬ sión ética como en la poética; a medida que se vencía lo turbio, la poesía se acendraba. Hay que suponer que el poeta continuará su trayectoria en alguna línea nueva. Parece llegado el momento para iniciar una nueva as¬ censión de signo platónico, hacia bellezas y deseos cada vez más altos.

Una flecha perdida, un verso, nos inquietó en Espadas como labios .

como presentimiento de formas sobre el mar ¿Son almas o son cuerpos?

Un clamor patético nos sacudió dos veces en la sombra del mítico pa¬ raíso. Aquí las citas tienen que ser generosas. Primero el poema No basta:

Pero no basta, no basta

la luz del sol ni su cálido aliento.

No basta el misterio oscuro de una mirada.

Apenas bastó un día el rumoroso fuego de los bosques.

Supe del mar. Pero tampoco basta...

El cielo alto quedó como vacío.

Mi grito resonó en la oquedad sin bóveda...

Sobre la tierra mi bulto cayó. Los cielos eran solo conciencia mía, soledad absoluta.

Un vacío de Dios sentí sobre mi carne...

Allí sollocé sobre el mundo.

¿Qué luz lívida, qué espectral vacío velador, qué ausencia de Dios sobre mi cabeza derribada vigilaba sin límites mi cuerpo convulso?

Todavía quisiera, madre,

con mi cabeza apoyada en tu regazo,

volver la frente hacia el cielo

y mirar hacia arriba, hacia la luz, hacia la luz pura, contemplar el azul, la esperanza risueña, la promesa de Dios, la presentida frente amorosa.

¡Qué bien desde ti, sobre tu caliente carne robusta, mirar las ondas puras de la divinidad bienhechora!

¡Ver la luz amanecer por oriente, y entre la aborrascada nube preñada

contemplar un instante la purísima frente divina destellar,

y esos inmensos ojos bienhechores

donde el mundo alzado quiere entero copiarse

y mecerse en un vaivén de mar, de estelar mar entero,

compendiador de estrellas, de luceros, de soles,

mientras suena la música universal, hecha ya frente pura,

radioso amor, luz bella, felicidad sin bordes!

Así, madre querida, ,

puedes saber bien lo sabes, siento tu beso secreto de sabiduría

que al mar no baste, que no basten los bosques, que una mirada oscura llena de humano misterio, no baste; que no baste, madre, el amor, como no baste el mundo...

En este poema hay versos que podían ser programáticos de la nueva ascensión: lo cósmico superado en la unidad celeste y divina «el mundo alzado quiere entero copiarse» ; donde el amor subsiste, pero se ha hecho de verdad «radioso amor, luz bella, felicidad sin bordes».

Otro esfuerzo de evasión o de elevación hacia la verdadera no mí¬ tica altura, es el poema Al cielo:

El puro azul ennoblece mi corazón. Sólo tú, ámbito altísimo inaccesible a mis labios, das paz y calma plenas al agitado corazón con que estos años vivo...

Sólo por ti mi frente pervive al sucio embate de la sangre.

Interiormente combatido de la presencia dolorida y feroz,

184

LUIS ALFONSO SCHOKEL, S. J.

recuerdo impío de tanto amor y de tanta belleza una larga espada tendida como sangre recorre mis venas, y sólo tú, cielo agreste, intocado,

das calma a este acero sin tregua que me yergue en el mundo.

Hundido en ti, besado del azul poderoso y materno,

mis labios sumidos en tu celeste luz apurada

sientan tu roce meridiano, y mis ojos

ebrios de tu estelar pensamiento te amen,

mientras así peinado suavemente por el soplo de los astros,

mis oídos escuchan al único amor que no muere.

Una etapa de religiosidad auténtica podría ser el nuevo momento de la trayectoria. Poéticamente no significaría corte ni ruptura, sino nueva superación. Superación de lo cósmico en la plenitud divina, de lo falso mítico en lo religioso auténtico, de la nostalgia doliente en la serena resig¬ nación. ¿Es legítimo, poéticamente, esperar esta nueva etapa? Tenemos una posibilidad; pero junto a los signos indicadores positivos, acechan los signos negativos: los poemas o versos en que se consuma un movimiento de descenso; cuando la fuerza del deseo, siempre viva, arrastra hacia abajo la altura redentora. La estrella, símbolo claro de elevación, dispuesta a elevar el amor hacia su luz, es violada por el deseo del poeta en Sombra del paraíso:

Ah, estrella mía, desciende! Aquí en la hierba sea cuerpo al fin, sea sangre tu luz

El movimiento de descenso está también explícito en un poema del último libro. Se trata de un caso por demás significativo. El título es pro¬ metedor: Alma mía; porque hasta ahora sólo ha interesado el cuerpo. Re¬ cordemos que Sócrates mandaba subir de la belleza corporal a la belleza espiritual del alma. El alma está intuida por el poeta con profundidad metafísica no contenida en el recipiente del cuerpo, sino modelándolo; auténticamente incorporada, informante; y el cuerpo informado es el re¬ velador del alma:

con su irrupción misteriosa de bulto vivo... como un cuerpo maravillosamente investido.

Ondas de alma..., alma reconocible... alma olorosa, espíritu que se realiza, maravilloso misterio que lentamente se teje, hasta ser como un cuerpo, hasta ser un cuerpo...

en su sola realidad de cuerpo advenido...

Pero la consecuencia de esta profunda intuición será un entregarse más ardientemente al cuerpo. Resulta que el movimiento ha sido perfectamente inverso. En vez de ascender de la belleza corporal a la espiritual, como quería Sócrates, Aleixandre baja de lo espiritual a lo carnal.

Y ahí se ha quedado por ahora. ¿Cuál será la nueva etapa? Algo nuevo tiene que venir, porque la dinámica de este poeta nos hace suponer con derecho que continuará su línea de superación infatigable. Todavía quedan zonas más altas para futuras superaciones del amor aleixandrino. Pero por ahora no podemos decir si vencerá la fuerza ascensional, o si el vuelo poé¬ tico se frustrará definitivamente.

Roma, mayo 5 de 1954.

Arte

Signo, gracia y tradición

de la Bienal Hispanoamericana

por M. Sánchez Camargo

LAS treinta mil personas que los diarios de esta capital de Cuba la Bella han registrado en una sola jornada, como visitantes de la ex¬ posición bienal hispanoamericana, son el mejor exponente de un acontecimiento. El Palacio de Bellas Artes, magnífico edificio que se ha erigido en medio de la ciudad gracias a esta coyuntura, es orgullo de His¬ panoamérica, pues puede competir, con mucha ventaja, sobre el de París, Sao Paulo, Venecia, Estocolmo y otros lugares famosos de citas pictóricas. Dentro de un ordenamiento arquitectónico, puramente funcional, la belleza ha surgido en el movimiento de las masas, en los grandes espacios y en el empleo de los más diversos materiales que han logrado un museo verdade¬ ramente excepcional. Una rampa de suelo de goma conduce a los diferentes pisos, divididos en salas a las que una disposieión especial permite dar las más diversas medidas; pero el relato de los patios, jardines para la esta¬ tuaria, de la acertada luminotecnia nos llevaría a unos límites de espacio que reclama la pintura que se extiende por este Palacio como gran ban¬ dera plástica que ya es imprescindible en el juego artístico del mundo.

El signo de la bienal ha adquirido en sus dos convocatorias un «aire» tradicional. Parece como si el gran certamen tuviera ya muchos años de existencia, y este concierto plástico hispanoamericano tan decisivo en sus diferentes aportaciones nos diera después, en la depuración de sus re¬ súmenes y resoluciones un estado artístico que es necesario en la historia de la pintura.

Los fallos que se han producido han confirmado, felizmente, los mu¬ chos augurios sobre el signo y proyección de este certamen. Pichardo, el arquitecto cubano, autor del proyecto del palacio de bellas artes, ha ad¬ quirido una nombradía internacional al concedérsele el gran premio de arquitectura que se ha traducido enseguida en varios encargos para realizar obras en Norteamérica; pero es acaso en la pintura en donde, por su canti¬ dad y calidad, era más difícil encontrar una discriminación que satisfaciera a tantas miradas puestas sobre el certamen. Tres nombres pueden resumir el criterio del jurado, atento a definir, con el juicio más amplio, diferentes estados de la pintura. Son estos los de Sunyer, Ortega Muñoz y Pedro Flores

Sea el primero el caso del artista a quien le llega el premio, por pri¬ mera vez, a pesar de sus largos años dedicados a la pintura y ausente de todas las exposiciones. Los lienzos de Sunyer fueron siempre una larga labor para buscar a la pintura un último secreto, y una expresión defini¬ tiva. El postimpresionismo pudiera servir para calificar estos cuadros, cla¬ ros, diáfanos, en los cuales las figuras se sumergen en un acuarium trans¬ parente, o en un fondo de luz nacarada donde dentro de ella el color se

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REVISTA J AVERIAN A

imprime con una intensidad que no se descubre en primera intención por la aparente levedad del trazo. Joaquín Sunyer —dentro de otra trayectoria plástica— puede ser un caso semejante al de Vázquez Díaz, tanto en la fidelidad a una plástica determinada y personal que no ha cambiado en el paso de los años, como en la constante aspiración de hallar dentro de «su» regla una definición absoluta. El galardón se denomina «Gran Premio a la obra en conjunto de un pintor».

La «sorpresa» de la bienal la ha dado la concesión del gran premio a Ortega Muñoz. Ortega Muñoz es extremeño, solitario, viajero, misántropo, y hombre silencioso. Su apostura es la de un caballero del cretense. Habla poco, apenas se le ve, y muy rara vez expone su obra. Se recluye largo tiem¬ po en un perdido rincón de Extremadura y allí pasa los días, desde las auroras violetas hasta los crepúsculos cárdenos, desentrañando el desolado paisaje de la apartada región. Sus cuadros son el fiel trasunto del alma de la tierra. Y como una imagen aproximada podíamos decir que servirían para ilustrar versos de San Juan de la Cruz o palabras totales como las que decía aquel fuerte San Pedro Alcántara, extremeño también. Su raíz y parentesco aparece bien claro: Zurbarán. Con Ortega Muñoz se pasa por alto toda una mala época de pintura regionalista y anecdótica y se entra en una pintura mística, ascética, depurada, con caracteres cartográficos paralelos a los que perseguía aquel Juan González, Juan Cris, quien lanzó su primer manifiesto cubista desde la vieja ciudad de Valladolid para enseñar después a los pintores desde París lo necesario que era pensar y meditar ante el milagro del color y los pinceles puestos en la mano de

un pintor.

Ortega Muñoz ha pasado casi del anonimato a la fama. Ahora en las galerías internacionales se ha aumentado su conocimiento. Sus figuras fan¬ tasmales, apenas hechas con color, en esqueleto de color, sus extraños bo¬ degones donde las cosas están tan medidas y precisas como están en el or¬ den perfecto de Zurbarán, su pintura escueta y simple, tan hondamente su¬ geridora, ha constituido la gran «sorpresa» al serle concedido el gran premio de la bienal, que ha confirmado una misión a cumplir por este certamen.

Otro nombre es el de Pedro Flores, el pintor largo tiempo radicado en París, de los llamados, pésimamente llamado «rebelde» que como Domín¬ guez o Clavé han acudido a la larga y ancha llamada de la bienal, a quien se le ha concedido el gran premio Ciudad de La Habana. Luego la lista se haría interminable para reseñar las obras de peruanos, argentinos, boli¬ vianos, cubanos, ecuatorianos, filipinos, chilenos, españoles, que han sido premiados con premios de muy elevada cuantía y en representación de todas las tendencias, desde la abstracta hasta la «primitivista». Y es digno de destacar cómo las concepciones del abstractismo han sido más numero¬ sas —fenómeno importante que merece otro guión— y como las obras ads¬ critas a este movimiento —calificación superior a la de la escuela— han estado dedicadas en su mayoría a la representación religiosa.

Dos grandes grupos han dividido la aportación española. Los que pu¬ diéramos llamar «nueva escuela de Madrid» y «nueva escuela de Barce* lona», bien definidos en sus teorías estéticas. El primero presidido por un acento lírico y el segundo por un signo científico. Se pudiera decir que estos dos grandes grupos con numerosos nombres cada uno tienen como norma plástica el sentimiento o el pensamiento. Su trascendencia es grande y sus consecuencias en el tiempo importantes.

ARTE

187

De los envíos hispanoamericanos han sido los más interesantes los del Perú, Chile y Argentina, y Bolivia. En todos ellos existe un poso indigenista de un excepcional valor, que hace pensar en las valiosas aportaciones que Hispanoamérica ha hecho a la pintura del mundo, de una manera con¬ tinua y de cómo la firma que las ha descubierto se perdió en las calles de París para tomar otros nombres y otros apellidos olvidando los verdaderos orígenes. Hay que hacer la gran revisión hispanoamericana que por equi¬ vocar caminos y por rodearse de una misma y machacona literatura pro¬ pagandística, aunque jugando en ella valores muy ciertos, perdió su geo¬ grafía para mezclarse y nutrir núcleos plásticos que han aprovechado, sin reconocimiento, de los hallazgos que en la extensa Hispanoamérica han hecho los artistas que se escabullían luégo en el anónimo de París. Por ello este camino de Madrid, cita sólo lugar de cita de los afanes dis¬ persos ha conseguido, entre otras muchas cosas, el crear un lugar donde el arte de los pueblos hispanoamericanos sea conocido entre ellos, y ha sido curioso observar entre los miembros del jurado el conocimiento, casi recién estrenado, de pinturas afines sólo separadas por una frontera; pero lo suficientemente alta para que no se supiese fuera de ella nada; de los artistas que trabajaban tan cerca unos de otros.

La bienal ha permitido que el arte hispanoamericano se conozca a mismo y entre sí, y que sea la convocatoria de España, generosamente, la que haga que la llamada espiritual reúna en salas comunes los deseos dis¬ persos de un continente y que se hallan desconocidos entre sí. La bienal es la isla donde se citan los barcos que proceden de una misma tierra y de diferentes puertos. Por eso el gran abanico hispanoamericano se ha abierto ahora lleno de sugerencias y de valores en un catálogo común que no ne¬ cesita traducciones para que todos los entiendan.

La escultura ha tenido en el certamen una lucida representación y es en donde más se han acusado valores diversos de Hispanoamérica. Ante ellos se recordó la bella aportación colombiana de hace dos años, en el gran estreno de la bienal, y se han hecho notar nuevos nombres de magní¬ fico porvenir. La cerámica ha sido otro triunfo hispanoamericano, que no puede causar extrañeza conociendo las realizaciones populares de los dis¬ tintos países, tan singulares en su invención, tan originales en la concep¬ ción, y tan atrayentes en sus expresiones. No cabe ni siquiera un resumen ante cerca de dos mil obras tras una rigurosa selección que en el co¬ mentario particular y sobre los méritos concretos de cada artista tiene a su favor el agrupamiento definitivo de un arte, con características muy di¬ ferentes, pero que obedece a una misma cultura y a unos parecidos orí¬ genes, y cuyas diferenciaciones, afortunadamente muy acusadas, formadas en unión ejemplar, tiene para un estudio en todos los órdenes una importancia capital. No es sola la pintura, la escultura, la arquitectura o el grabado los aspectos que pueden beneficiarse de este contacto. A su com¬ pás y en su apoyo, un aliento espiritual surge de esta convocatoria que tan firmemente ha citado, ahora en La Habana, a los pueblos que hablan igual lengua, y creen en el mismo Dios, y que desean llevar al espectáculo del mundo, estremecido y temeroso, la seguridad de la esperanza y la cer¬ teza de que muchas naciones aspiran a que el espíritu triunfe y lleve para siempre a los hombres, la ventura y la paz.

Revista de libros

Historia Arocha Moreno, Reyes.

Literatura Franchet, Spíllmann.

Religión Chevrot, Sheen, Thils.

Sociología Lebret, Belaúnde.

Libros colombianos: Etnología Giraldo Jaramillo.

Historia Arias.

Literatura Arias, Carvajal, Castañeda. Religión Cortés Lee, El Sagrado Corazón y

el sacerdocio.

HISTORIA

+ Arocha Moreno Jesús. Las ideas polí¬ ticas de Bolívar y Sucre en el proceso de la fundación de Bolivia. 16 X 23 cms., 52 págs. Imprenta Nacional, Caracas, 1952 El pre¬ sente ensayo es una de las manifestaciones más elocuentes de la suficiencia de Arocha Moreno para este género de trabajo histó¬ rico. ¿Por qué? Porque sintetiza de una manera envidiable el asunto que estudia. Con precisas y contadas pinceladas, bosqueja, en primer lugar, la situación geográfica e his¬ tórica del Alto Perú antes de la batalla de Ayacucho (1824), para pasar, luego, a pin¬ tar las circunstancias difíciles en que se encontraba el mariscal Sucre al libertar el Altiplano. Y aquí está precisamente el pro¬ blema, que el escritor venezolano plantea inmediatamente: unas provincias, pertene¬ cientes poco ha, al Virreinato de. la Plata, han sido liberadas ahora del dominio espa¬ ñol por las tropas colombianas. Arocha Mo¬ reno desarrolla estupendamente su tesis, en¬ tonces, llegando al quid de la cuestión.. Se vale para ello de una sólida documentación, basada en los escritos de aquellos, que con seriedad y sin apasionamientos, han investi¬ gado el proceso de la fundación de Bolivia. Además, para aclarar conceptos y fijar po¬ siciones, rebate a fuerza de argumentos y de citas, admirablemente entretejidas, los ten¬ denciosos escritos de algunos historiadores que diatriban la actuación de Bolívar y de Sucre. Por lo demás, el ensayo goza de las cualidades imprescindibles de este género histórico: serenidad e imparcialidad de jui¬ cio, respeto de las opiniones ajenas. Por su parte el estilo contribuye a esclarecer el asunto y a revestirlo con recatado adorno. Por último, dejamos establecido que el lec¬ tor al hojear estas páginas, tendrá al cabo de su lectura, una concisa y cabal idea acerca del problema. Esta fue la intención del au¬ tor. Nada más.

Luis Alberto Leal, S. J.

+ Reyes Antón no. Caciques aborígenes venezolanos. Tercera edición. Con 50 ilus¬ traciones y aumentada en varios capítulos. 22 X 15 cms. 328 págs. Caracas, Imprenta nacional, 1953— Notablemente ampliada pre¬ senta por tercera vez el conocido literato venezolano, Antonio Reyes, su bello libro

Caciques aborígenes venezolanos. Son ava¬ ras las historias en las biografías, de estos caciques, pero Reyes, como él mismo dice, los ha mirado desde el umbral del ensueño, y ha tallado sus legendarias figuras en tor¬ no a este monumento a la raza indígena que es su libro. Allí se puede contemplar a Guaicaipuro, el más temible adversario de los castellanos; al valiente Tiuna, de cora¬ zón de niño, asesinado traicioneramente por los de su misma raza; al prudente Manaure; al heroico Sorocaima. Un mérito grande de este libro es el haber hecho populares en Venezuela a varios de estos legendarios ca¬ ciques.

.7 M. P.

LITERATURA

+ Franchet, Claude, La maison de Basine. En 8? Collection «Ruban Bleu» Bonne Presse, París Esta novela que me¬ reció el premio George Sand de 1946, es ciertamente interesante por varios aspectos^ pero el mérito principal radica en el acierto del autor al retratar de una manera per¬ fecta, en dos tipos característicos de perso¬ nas, la realidad de una sociedad que se de¬ bate entre dos polos opuestos: nobleza y egoísmo; interés mezquino y concepción al- truística de la vida. La novela se reduce a grandes rasgos a lo siguiente: Una buena «solterona», bastante pobre ella, se convier¬ te gracias a un acertado negocio que la saca de pobre, en el centro de atracción de todo el poblado. Sobrinos que antes no se digna¬ ban mirarla comienzan a frecuentar asidua¬ mente su casa. La ventura de Basina, viene a poner de manifiesto el rastrero interés de un joven, que al vislumbrar la posibili¬ dad de una respetable herencia, abandona a su prometida para poner su metalizado co¬ razón en una sobrina de la nouvelle riche. Otro pretendiente en cambio de la misma joven le permanece fiel sin ofuscarse por el resplandor del oro. Contrastes vivos, rea¬ les; estampas arrancadas del drama cuoti¬ diano de la humanidad.

Luis de la Espriella B., S. J .

+ Spíllmann, José, S. J. Una víctima del secreto de la confesión. 12® edición. \c X 18,5 cm. 400 págs. Editorial Herder, Barce-

REVISTA DE LIBROS

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lona, 1953 Doce ediciones en castellano lle¬ va esta maravillosa novela del P. Spillmann. Es el mejor elogio y la mejor recomendación que de ella puede hacerse. Fundado en un hecho real, histórico, que a últimos del siglo pasado conmovió todo el orbe cristiano, el autor sabe hábilmente desenvolver la trama de su relato dándole tal interés y amenidad que el lector queda prendido en ella hasta llegar al emotivo desenlace. Es la historia de un joven sacerdote francés en cuya casa se comete un crimen del cual por las cir¬ cunstancias y pruebas parece él el autor. Aunque sabe quién es el asesino, no puede delatarlo por vedárselo el sigilo sacramen¬ tal, ya que apenas cometido el homicidio el criminal se lo confesó. El lector se encuen¬ tra ante el ejemplo magnífico de un hombre que se aviene a sufrir una condena que otro mereció, antes que faltar al secreto de la confesión que le exigía su dignidad de sa¬ cerdote. En suma, Una víctima del secreto de la confesión en su nueva edición deleitará e interesará a quienes por primera vez lo lean. Los que ya se adentraron una vez en sus páginas, se alegrarán de que esta deli¬ ciosa obra esté de nuevo a su disposición.

RELIGION

Chevrot, Mgr. Les dimanches d'été. Instructions Paroissiales. 18 X 12 cms., 292 págs. Bonne Presse, París Después de La rencontre du Seigneur publica este eminente orador sagrado esta nueva colección de ins¬ trucciones pastorales, que se extienden del va al xvii domingo después de Pentecostés. Como siempre, estas instrucciones, tan ricas •en doctrina e ideas, son ante todo prácticas. Se dirigen especialmente a los veraneantes, que se encuentran lejos de sus parroquias y de su clero, para reanudar de alguna manera los lazos que los unen, aflojados forzosa¬ mente en este tiempo del año. Basta con¬ sultar el índice para advertir cuán prácticas y vivientes son estas instrucciones. Estudia, en estas instrucciones, ya nuestra adopción divina, ya la utilidad de las tentaciones, o el sacramento de nuestra redención, o la mi¬ sericordia del Señor. Presenta al fariseo y al publicano, al Samaritano, la elección que se impone entre Dios y Mammón. En fin aborda la actitud del cristiano frente a la muerte, los designios de Dios, la unión entre los cristianos, la divinidad y humanidad de Jesucristo. Un cristiano no puede menos de encontrar en este libro un aumento de su fe y su amor a Cristo, de quien habla Mons. Chevrot con tanta competencia y unción pastoral.

Sheen, Fulton J. Life is worth living. 20 X 13,5 cms. 271 págs. McGraw-Hill. El nombre de Monseñor Fulton J. Sheen ha traspasado las fronteras de los Estados Uni¬ dos y se ha hecho popular en todo el mun¬

do. Sus ya numerosos libros han sido tra¬ ducidos a los principales idiomas. Pero Monseñor Sheen no es solo un escritor. Sus programas en la televisión estadinense son los más populares de la gran nación, y son seguidos con entusiasmo por millones de personas. Este libro responde al deseo de estos millones de televidentes: el libro en¬ cierra una serie de charlas o conferencias pronunciadas por Monseñor Sheen en sus programas de televisión. Sus temas, variadí¬ simos, se mueven en el extenso círculo de las preocupaciones del mundo moderno. Un día habla del carácter de los irlandeses, y otro de la misión de los Estados Unidos frente al co¬ munismo, que es el buitre sepulturero de una civilización en decadencia. La sicología de los niños de diez años es el tema de una de sus conferencias, y a esta sigue, poco después, otra sobre Rusia. Una de las más interesan¬ tes es la titulada La muerte de Stalin, pocos días antes de que Moscú anunciara su muer¬ te. Sin embargo, todas estas conferencias guardan una unidad, pues solo son capítulos de una sólida filosofía de la vida. Capítulos escritos con toda la agilidad del estilo mo¬ derno, en el que se entremezclan la anéc¬ dota y el apunte humorístico, pero que le¬ jos de ser superficiales, sorprenden por lo original y profundo de su concepción.

J. M. Pacheco

Tiiils, G. ¿Apóstoles o testigos f ¿Tras¬ cendencia o encarnación? 19 X 13 cms., 98 págs. Colección Cuestiones actuales, Des- clée de Brouwer, Bilbao, 1953 El autor da un conspecto general de la evolución espi¬ ritual y teológica de nuestra época, y estudia tres actitudes doctrinales o tres clases de cristianos frente a la situación religiosa de nuestro mundo. El cristiano de carácter li¬ beral, que cumple con sus deberes religio¬ sos y organiza un mundo profano autónomo; el cristiano de encarnación, que intensifica su vida interior con miras al apostolado, y el cristiano de la trascendencia que vive de Dios y obra en este mundo por añadidura. Cada uno de estos grupos está convencido de que posee la verdadera concepción del cris¬ tianismo. En la controversia entre el cris¬ tiano de encarnación y el de trascendencia, busca la solución aunando ambas tenden¬ cias, pues el verdadero cristianismo y el es¬ píritu de la Iglesia es la unión de la con¬ templación y la acción. Capta pues de una manera completa y sintética la evolución del movimiento religioso moderno, y orienta a los cristianos para que comprendan mejor a los demás, se estimen mutuamente y se entiendan mejor en la única caridad de Cristo.

H. Wolff, S. J .

SOCIOLOGIA

^ Lebret, L. J. Civilisation. 14 X 19 cms., 222 págs. Les éditions ouvriéres. Economie

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REVISTA J AVERIAN A

et humanisme. París, 1953 En forma su- gerente, por los cuadros retrospectivos de las civilizaciones pasadas, el autor nos da a conocer sus reflexiones sobre el mundo actual y sus problemas, especialmente eco¬ nómicos sociales. El capítulo dedicado al sacerdote-obrero, problema tan de moda, se halla tratado con todo la circunspección que merece el tema y con todas las precauciones que ha recomendado la Santa Sede en cues¬ tión tan espinosa como la presente. El auto.* divide la materia en cinco partes, que a su vez tienen diversos capítulos: I, liminaires;

II, tableaux; III, Portraits; IV, Elan et pe - santeur; V, discours de choses, Discours de Dieu. El acierto capital de esta obra está en el estilo movido, iluminado por recons¬ trucciones imaginativas. Como obra de di¬ vulgación ha de tener mucho influjo en las masas y en el público a quien está destinada.

No es la primera obra del autor, sino que ya en la misma colección se ha distinguido por sus obras personales o en colaboración ; lo mismo que en otras editoriales, demos¬ trando en todas ellas una preocupación cons¬ tante por los problemas sociales a la luz del Evangelio y de las Encíclicas.

G. Andrade, S. J.

+ Belaunde Cesar. Organización profe¬ sional corporativa. 19 X 14 cms., 407 págs. Club de Lectores. Buenos Aires, 1953 El tema es actual como pocos. Vivimos en un mundo cuya evolución gira en gran parte en torno del problema social. En su solución se presenta por una parte el capitalismo con su concentración de capitales; mientras que el comunismo por la otra levanta bandera al parecer victoriosa. En medio con la solu¬ ción acertada se halla la Iglesia con sus re¬ presentantes los Papas. Una de las solucio¬ nes prácticas a este problema, atacada por unos y defendida por otros es la del cor- porativismo. En el presente libro César Be- laúnde se propone exponer la doctrina de este punto y con una competencia pocas ve¬ ces lograda. La primera parte doctrinal es un examen de los orígenes del actual régi¬ men económico. Después será el estudio de¬ tallado y concienzudo de la doctrina y sus principios sociales y económicos. Bajo esta doctrina entra de lleno la organización de

Libros C o

ETNOLOGIA

+ Giraldo Jaramillo, Gabriel. Temas de antropología e indigenismo. 22 X 16 cms.

95 págs. Publicaciones de la sociedad colom¬ biana de etnología. Bogotá, 1954. Bajo este título ha reunido el activo secretario de la Academia nacional de historia una serie de estudios etnológicos, escritos en diferentes épocas. Son ellos: Clasificación del hombre

las profesiones, según rutas trazadas por los antiguos y los modernos como Pío XII. «Es ya tiempo de abandonar las frases vacías y de pensar con la Quadragessimo anno en un nuevo ordenamiento de las fuerzas produc¬ tivas del pueblo». Para el cumplimiento de este ideal se requerirá un doble elemento: Vinculación entre el empresario y su tra¬ bajador y la difusión de la propiedad em¬ presarial en contra del régimen capitalista. Expuesta la doctrina solo le queda al autor, explicar el régimen profesional con sus ven¬ tajas y peligros. Está consagrada la segunda parte del libro al estudio de los regímenes corporativos, en distintos países: Italia, Es¬ paña, Portugal, Holanda. Con esto se cierra el presente libro donde hemos hallado lo fundamental de la presente doctrina, en una exposición clara y segura según normas rec¬ tas y definidas.

VARIA

Herders Bildungsbtich. Der Mensch in seiner Welt. Mit 97 Bildtafeln. 24 X 15,5 cms., 792 págs. Herder, Freiburg, 1953. Es una modernísima y oportuna enciclopedia que agrupa todos los conocimientos del actual saber humano alrededor del hombre. Pre¬ senta, en primer término, al hombre en el curso de la historia, desde la creación hasta nuestros días. Explica luégo su cuerpo, su sicología, sus relaciones sociales. Los si¬ guientes capítulos sitúan al hombre en el mundo del derecho, del arte, de la ciencia, de la economía. Aquí se encuentran conci¬ samente explicados los últimos adelantos de las ciencias, v. gr., en los campos de la fí¬ sica atómica, de la relatividad, etc. Las úl¬ timas grandes secciones se titulan El hombre y la filosofía y Dios y el hombre. Solo el índice general de la obra ocupa 17 páginas, y en el registro final se hallan 3.800 palabras claves, que facilitan la consulta de la misma. Más que un repertorio informativo esta en¬ ciclopedia es una guía orientadora en todos los problemas humanos, desde el punto de vista católico. La edición va acompañada de 97 artísticas ilustraciones de página entera y está presentada con la clásica pulcritud con¬ que lo hace la casa Herder.

P. C.

lombianos

americano, en el que adopta la propuesta por el argentino José Imbelloni; El cementerio indígena de los Santos, buen estudio sobre la tribu de los guanes; Don Juan Bautista Toro y la situación de los indígenas, artículo de fecha remota, en que paga algún tributo a la leyenda negra antiespañola, a propósito de una frase de este insigne eclesiástico: As¬ pectos históricos de la alimentación indígena;

REVISTA DE LIBROS

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El general Rafael Uribe precursor del in¬ digenismo, y Viaje a San Agustín de don José María Gutiérrez de Alba.

P. C.

HISTORIA

+ Arias Juan de Dios. Una institución cultural Santander eana. (1929-1954). Biblio¬ teca Santander, vol. xxii. 21 X 16 eras., 186 págs. Bogotá, 1954 Veinticinco años cumplió el pasado 20 de julio la activa Academia de historia de Santander. Ya en 1908 se había fundado en Bucaramanga un centro de es¬ tudios históricos, pero su vida fue efímera. En 1928 el doctor Martín Carvajal, como director de educación pública del departa¬ mento, presentó a la asamblea de Santander e hizo aprobar un proyecto de ordenanza por el que se creaba el Centro de historia de Santander. La sesión inaugural de este Cen¬ tro se celebró el 20 de julio de 1929. Fue su primer presidente Simón S. Harker. Hoy, después de 25 años de ininterrumpidas la¬ bores, puede esta Academia presentar, con legítimo orgullo, los 22 volúmenes de su Biblioteca Santander, los 234 números de su revista Estudio, y la adquisición y arreglo de la casa de Bolívar en Bucaramanga. Esta glo¬ riosa historia es la que describe, en detalle, Juan de Dios Arias, en la primera parte de este libro. La segunda parte es un completo índice de los 15 tomos publicados de la revista Estudio, por orden de autores y por orden de materias. Nadie ignora la gran uti¬ lidad que tales índices prestan a los aman¬ tes de la historia nacional Son ellos un in¬ dispensable instrumento de trabajo.

J. M. Pacheco.

LITERATURA

+ Arias Juan de Dios. Folklore Santan- dereano. Tomo ii. Biblioteca Santander, vol. xxiv. 22,5 X 16 cms. 189 págs. Bogotá, 1954. En 1942 publicó Juan de Dios Arias, en bella edición, el primer tomo de su Folklore san- tandereano. En él recogía más de un millar de coplas. En este segundo volumen figuran las leyendas populares, las supersticiones y agüeros, las canciones de cuna y los juegos infantiles, los repiques de campanas, los ro¬ mances, las adivinanzas y los refranes de las recias tierras santandereanas. Viene a su¬ marse esta nueva obra a la ya abundante colección de libros colombianos que recogen el folklore de nuestro pueblo, base para un estudio científico del mismo. Arias no se contenta con trascribir las leyendas o los ro¬ mances, sino que, en ocasiones, indica su posible origen y sus conexiones con los de otros pueblos.

P. C.

+ Carvajal, Alberto. Obra Poética. 21 X 14,5 cms. 257 págs. Cali, 1954— Alberto Car¬ vajal ha reunido en este volumen las poe¬

sías publicadas en sus dos libros Ritmos breves (1922) y Salmos y elegías (1942). Carvajal es un auténtico poeta. Basta leer para convencerse de ello el broncíneo so¬ neto Popayán o el delicado poemita Inge¬ nuidad amable. Si intentamos clasificarlo en alguna de las escuelas literarias, él se nos adelanta a decirnos que quizás en algunos de sus poemas aliente una vaga influencia del parnasianismo o del simbolismo, pero que, en todo caso, surgieron sus versos li¬ bres de las preocupaciones de escuela. Al¬ berto Carvajal se mantiene dentro de los cánones de la escuela clásica, «sin preten¬ der romper normas eternas de claridad, de armonía y de ética». En el estudio que cie¬ rra su libro titulado Las escuelas y las reac¬ ciones literarias dice hablando de las nue¬ vas orientaciones de la poesía: «Una poesía sin base ideológica, intelectual, que desdeña, por prosaica, la historia o la anécdota, una poesía fragmentaria que obedece a lo in¬ consciente y quiere solo despertar un senti¬ miento, todo lo hondo e inefable que se quiera, pero solo un sentimiento, poesía va¬ ciada en versos caprichosos, ininteligibles casi siempre, y ajenos a toda regla de métri¬ ca, es algo que mi pobre interlocutor no com¬ prende, y mi voluntad, por dispuesta que se halle a la benevolencia, no puede aceptar».

P. Ceballos

+ Castañeda Morales, José Antonio. Clamores. 21 X 15 cms. 186 págs., Madrid, 1952 Con un interesante prólogo de Luis Vidales aparece la tardía pero fecunda obra de Castañeda Morales, desacostumbrada¬ mente clásica dentro del marco cultural que lo rodea. Discípulo y admirador de Guillermo Valencia, a quien dedica sus mejores estro¬ fas, la Sinfonía del dolor, su mundo poético es, sinembargo, receptáculo de la más variada inspiración. El pecado y la gracia disputan momentáneamente la preferencia en el alma de este nuevo alumno de «las flores del mal». Admite, en veces el desmaño señoril, en la forma pulidamente parnasiana. Es más afor¬ tunado en la forma libremente pareada, de idiosincrasia inimitable, que en el soneto ajustado, o el romance Garcialorcano. En todo caso su obra «está llamada a ocasionar el más vivo asombro o el estupor que nos embarga ante lo inacostumbrado».

Augusto Angel Maya, S. J.

RELIGION

^ Cortes Lee, Carlos. Sermones inéditos. Tomo i. Figuras de la Pasión. Panegíricos. Biblioteca de autores colombianos, vol. 72 20 X 12,5 cms. 514 págs. Ministerio de edu¬ cación nacional, Bogotá, 1954 Monseñor Cortés Lee es uno de los maestros de la oratoria sagrada en nuestra patria. Ha sido llamado, con justicia, el Crisóstomo colom¬ biano. Sus oyentes se sentían cautivados por

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REVISTA J AVERIAN A

su elocuencia sobria, vigorosa, persuasiva. Muy escasos sermones suyos habían sido hasta hoy publicados. Gracias a la tesonera diligencia del P. Roberto Pardo Murcia, S. D. B. la Biblioteca de autores colombianos puede presentar el primer tomo de esta mag¬ nífica colección de las oraciones sagradas de Cortés Lee. En el presente volumen se en¬ cuentran la bella serie de sermones titulados Figuras de la Pasión, y los Panegíricos, entre los que se destacan los varios consagrados a la Madre de Dios. Monseñor Cortés Lee bien puede clasificarse entre los oradores clásicos. Sus sermones de grandiosas líneas arquitectónicas se desenvuelven en amplios y majestuosos períodos, sin recargos de ador¬ nos retóricos, en los que resalta lo profundo de la idea y lo vigoroso de la argumentación. El teólogo y el erudito dan en ellos la mano al sagaz sicólogo y al experimentado direc¬ tor de almas.

P. C.

El Sagrado Corazón y el sacerdocio . Traducción del francés por José Vargas Ta- mayo S. J. 17 X 11 cms. 238 págs. Editorial Granamérica, Medellín, 1954 El mejor elo¬ gio de este libro lo hizo San Pío X, por medio de su secretario de estado, cardenal Merry del Val, en carta al primer editor del mismo, P. Alfredo Charrier, S. J. «Exponer, dice, las sublimes relaciones de intimidad y de amor entre el Corazón de Jesús y el corazón del sacerdote, las conmovedoras ar¬ monías entre el Corazón de Jesús y el sa¬

cerdocio; recordar todo lo que el divino Maestro ha hecho por los que él llama «sus amigos»; hacer sentir al sacerdote la grave necesidad de formar su corazón, y de ins¬ pirar su vida en este modelo inefable del Corazón de Jesús: he aquí un tema del más alto interés. Las almas sacerdotales,, lo mismo que las que se ejercitan en la vida interior y se han formado en una solida piedad, hallarán en estas páginas edificantes y saludables consideraciones...». La primera edición se publicó sin nombre de autor, y muchos atribuyeron la obra al P. Charrier, su editor. Pero su verdadera autora era una oculta religiosa visitandina, la Madre Luis Margarita Claret de la Touche, favorecida del cielo con especiales ilustraciones. Tres partes generales contiene la obra: el sacer¬ dote, creación del amor infinito; las virtu¬ des sacerdotales; y el amor del Verbo en¬ carnado a sus sacerdotes. «La obra es exce¬ lente comentaba el competente teólogo P. Bainvel S. J., en la Revue d'Apologé- tique , elevada, profunda, piadosa; y todo ello con un calor contenido y una discreta sobriedad de toques, sin nada de trivial, y por consiguiente sin rebuscamientos ni refi¬ namientos. Los sacerdotes, para quienes está escrito este libro, lo leerán y reelerán; digo mejor, lo meditarán cort gusto y provecho». La traducción castellana, obra del P. José Vargas Tamayo, S. J., bien conocido en los centros literarios de Colombia, no deja nada que desear.

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