Y Digitized by the Internet Archive in 2010 with funding from University of Toronto http://www.archive.org/details/viagelaisladepue0Oledr VIAGE A LA ISLA DE PUERTO-RICC ENELAÑO 1797. Na, y » e A $ a y r y 0001 0 A pura ell AS A VIAGE ISLA DE PUERTO-RICO EN EL AÑO 1797, 4 EJECUTADO POR UNA COMISION DE SABIOS FRANCESES, DE ÓRDEN DE SU GOBIERNO Y BAJO LA DIRECCION DEL CAPITAN N. BAUDIN, CON OBJETO DE HACER INDAGACIONES Y COLECCIONES RELATIVAS A LA HISTORIA NATURAL; CONTENIENDO OBSERVACIONES SOBRE EL CLIMA, SUELO, POBLACION, AGRICULTURA , COMERCIO, CARÁCTER Y COSTUMBRES DE SUS HABITANTES: POR ANDRES PEDRO LEDRU, uno de los naturalistas. de la expedicion, miembro de la Sociedad de laz Artes de Mans, de la Academia Céltica de Paris, del Mu- seo de Tours, y ex-Profesor de Legislacion en la Escuela central de la Sarthe, TRADUCIDO AL CASTELLANO POR D. JULIO EL. DE VIZCARRONDO. ———4 Y PUERTO-RICO. IMPRENTA MILITAR DE J. GONZALEZ. 1863. SEP 1 1966 , | S RS ITY OE ¡008% 1118387 2 Y Aja PIÑA Y V BALBAS ISABEL 38 PONCE,P. R, OY; AL LECTOR. Nada hay indiferente en la historia de los pueblos: sus datos al parecer de menos im- portancia, pueden ser antorchas. luminosas que aparten las tinieblas de una tradicion mal conservada, Ó hagan visible un hecho envuelto en la oscuridad de los tiempos: su revelacion puede poner en nuestras manos el roto hilo de la historia y guiarnos con pié seguro por la estraviada seda. Por eso, aparte del mérito científico de la obra que Me propongo verter á nuestra hermosa len- gua castellana, he creido de no escaso interés los sucesos y cuadros que en ella se bosque- jan y que son para nosotros una pág na hermosa de la última mitad del siglo diez y ocho. A | La obra de Mr. Ledru será otro mas de esos datos que, esparcidos hoy, caerán un dia bajo el dominio de algun hábil colector que ge propongil encado nina y dar vida y mo- vimiento ú sus DE as históricas. , (6) Al decidido amor á las letras que ha ca- racterizado en todos tiempos á mi distinguido amigo el Ledo. D. José Julian de Acosta, de- be el pais tener hoy' en su seno el único ejemplar del libro que traduzco. Cuando vi- sitava Acosta la Capital de Francia comple- tando su carrera científica, su espíritu escu- driñador lo llevó 4 desentrañar de entre los innumerables puestos de libros viejos que apenas mira el viagero indiferente en las ori- las del Sena, tal vez el último ejemplar de una edicion agotada y que tanto se roza con la historia y la flora de nuestra preciosa Isla: á él debe, pues, Pnerto-Rico el conocimientó de este libro, que yo, con menos habilidad, pero con no tantas obligaciones que emBar- guen mi tiempo, he querido dar 4 conocer al pais 4 quien deseo ser útil. En TRADUCTOR. +. INTRODUCCION. Objeto del viage.—Cartas del Ministro de Marina.—Instrue- ciones á los naturalistas de la expedicion.—Salvocon- ducto del Almirantazgo inglés. —Cartas del autor á su ma- dre y ¿4 Mr de Jussieu.—Relacion de los marinos y na- turalistas de la expedicion. . , El Capitan N. Baudin servía en la Marina francesa cuando la paz del año 1783, cuyo intérvalo desarrolló en él un gusto decidido por las expediciones científicas. Deseoso de recorrer como naturalista observador, el mis. mo Océano que tantas veces habia surcado como militar, púsose bajo los auspicios del Gobierno de Austria é hizo su primer viage 3 los mares del Sud por los años 1786 y 1789, el cual dió por resultado la hermosa tolec— cion de plantas vivas que enriquecen hoy el Jardin Imperial de -chosibrun. Infatigable Baudin en sus exploraciones, emprendió poco tiempo despues otra expe- dicion desde 1793 basta 1795, y zarpando de Trieste en la fragata Jardinera, visitó la China, las islas de la Sonda, el Indostan, el db Gabo de Buena Esperanza, Q€c., 4c.; pero desgraciadamente, combatido 4 su regreso por un fuerte huracan, tuvo que recalar á la isla española de la Trinidad, en la América, para depositar en ella los restos de su pre ciosa coleccion de Historia Natural, salvudos del naufragio. Componíase la coleccion de ciento no- venta y cinco especies de plantas vivas, una gran cantidad de conchas madréporas, pe- trificaciones, minerales, peces, insectos, cua- drúpedos, aves embalsamadas, dc. - Baudin llegó 4 Francia el 8 de Junio de 1796, y ofreció su coleccion al Gobierno: el Directorio aceptó la ofrenda, y dispuso que la urca Bella Angéli-a, de 800 toneladas, surta en el Havre, se alistase para hacerse á la mar al mando del Capitan Bandin, dirigiéndo- se'4 las Antillas para recoger las colecciones que habia dejado allí depositadas; y con el. fin de asegurar mejor el éxito de la operacion, se acordó el nombramiento de cuatro natnralis- tás que debian acompañarlo con este objeto, ocupándose al mismo tizmpo en hacer inves: tigaciones relativas al objeto de la expedi- CLON. ; El Ministerio de Marina confió á los Pro- fesores del Museo de Historia Natural la * eleccion de los colaboradores de Baudin, (2) y cúpome la honra de ser uno de los elec tos 'en mi calidad de botánico. Inciden- tes diversos, y de los que me ocuparé mas adelante, vital á nuestro viage distinta di- reccion de la que nos señaló el Gobierno. Un temporal uos arrojó á las Islas Cana- rias; y los Ingleses, que se habian ya adueña- do de la isla española Trinidad, se opusieron 4 que llevásemos á cabo núestra mision, cuan- do arribamos á ella; y despues de ocho dias de permanencia en aquellas aguas, el Capi- tan, que no queria volver de las Antillas sin corresponder de algun modo á la confianza que en él depositára el Directorio, por no regresar con las manos vaelas, por decirlo así, resolvió tocar sucesivamente en las islas daxmreses y en la de Puerto-Rico. Antes de entrar en materia, creo de mi deber advertir al lector las fuentes de donde he tomado los detalles que no son hijos de mis propias observaciones. Mi primer cuidado, al llegar á las islas que recorrimos, fué siempre investigar el nombre de las personas cultas que en ellas residian, y, procurándome su sociedad, oir de su propia boca los informes que me eran necesarios: á muchos de esos señores soy deudor de preciosos objetos de Historia Natural y datos del sistema económico: de 2 a y (10) | las colonias, cuyo cuadro pretendo bos- quejar. Entre estos, debo hacer particular mencion de aquellos á quienes quedé liga- da por el doble vínculo de la amistad y el : agradecimiento; y son Mr. Clerget, Comi-— sario de Francia en las Islas Canarias y re— sidente en Tenerife; el Sr. Marques de Villa nueva, Gentil hombre de Cámara de $. M.; el Doctor en Medicina Don Domingo Savi- ñon; y los Señores Cambreleng y Cologau, descendientes franceses, todos residentes en aquellas Islas. En igual deber estoy respecto 4 Mr. Desson de Saint-Aignan, colono fran- cés en la Trinidad; Mr. Michel, Comisario de nuestra nacion en San Thómas; Mr. de Maleville, Gobernador General de las islas danesas, residente en Santa Cruz, y sus dig— nos convecinos el distinguido botánico Mr. West, y el literato Mr. Charles Vanderbourg, conocido por sus estimables producciones; y por último, los Sres, Paris, Comisario fran— cés en Puerto-Rico, y Raiffer, médico de nuestra nacion residente en esta Isla. El Caballero de Azara, Embajador espa= ñol en Paris, tuvo á bien facilitarme las car— tas de las Canarias y Puerto-Rico por Tomás Lopez: el Sr. Cavanillas, célebre botánico, me proporcionó la Historia de las Canarias por Clavijo, y la de Puerto-Rico por Soto— (11) Mayor; y + Me Buache, primer hidrógrafo de la Marina francesa, puso 4 mi disposicion el mapa de Santa Cruz que publicó Oxholm en Copenhague el año de 1799. Para evitar repeticiones en el curso de la narracion, debo advertir que los grados de longitud y latitud á que aludo en ella, cuan- do no hago escepciones, son siempre con re- ferencia al meridiano de Paris. —Las medidas itinerarias están calculadas en leguas marj- nas de 20 al grado, que se componen de 2,850 toesas, Ó 5,554.75 metros. Siendo las posiciones geográficas objeto de la mayor im- portancia, he procurado siempre traer en su apoyo las mas respetables autoridades. He sido testigo de muchos abusos, y estaba casi en el deber de señalarlos y apu»- tar las reformas que en mi juicio debieran introducirse en varios ramos de la adminis- tracion pública; pero he tenido un especial cuidado en no manchar mi pluma, como lo han hecho no pocos escritores, con sarcasmos é ironias contra el carácter español, sus sa- cerdotes y su culto religioso: ese género po- co delicado se confunde con la sátira, tan fá.- cil de lastimar el agradecimiento y la jus- ticia. El historiador imparcial 1o emplea j jamás en los cuadros generales de un pueblo el co- (12) lorido que solo conviene á alennos de sus individuos: cónstame bien que las colonias que fundaron los Europeos no se hallan to- das á la misma altura respecto á ilustracion, industrias é ideas liberales; pero las causas de estas notables diferencias dependen solo de la historia general de los progresos del espíritu humano, y de la duracion de algunas instituciones, unas favorables y otras contra- rias al desarrollo intelectual. Sin embargo, en todos los pueblos civilizados la mayoría debe necesariamente ser virtuosa, es decir, compuesta de hombres que practican actos útiles á sí mismos y 4 la sociedad en que vi- ven: si así no fuese, la organizacion social tendria que disolverse forzosamente; por eso las imputaciones injuriosas, que tienden á mancillar la masa de una nacion, son tiros mal asestados, que solo prueban la maldad del crítico. Los habitantes de Tenerife, así como los de Puerto-Rico, no ceden en moralidad á ningun pueblo conocido, y superan 4 mu- chos en lo sincero de su amistad y en la ge- nerosa hospitalidad que los caracteriza, divi- diéndose con los Españoles. de la metrópoli estas dos preciosas cualidades que los distin- gen: la sobriedad y el cumplimiento religio- so de su palabra. ¡Cuántos crímenes públi- (13) cos, cuántos desórdenes domésticos no at- rastra consigo en otros paises el hábito de la intemperancia y la perfidia! Despues que regresé 4 Europa, el Capi- tan Baudin visitó nuevamente á Tenerife, y uno de los sábios de esta expedicion, M. Bory de Saint-Vincent, ha publicado unos Estudios sobre las Islas Fortunadas, obra re- comendable, tanto por la historia de los guan= ches, pobladores primitivos de las Islas Cana- rias, como” por la descripcion geográfica de aquellas Islas; sin embargo, he creido que su aparicion no se oponia á que diese yo á co- nocer mis ideas sobre el mismo objeto. La estadística de un pais interesante por su cli- _ma y producciones, así como por la variedad de sus habitantes, ofrece siempre un vasto cuadro en que pueden á un mismo tiempo ejercitarse varios pintores: tal es la marcha de las ciencias; edificio inmenso cuyos ci- mientos arrancan desde las primeras edades del mundo, y que cada generacion ha sabido ensanchar. id oo io sd bre or apa 190 pp y En $ E Elcoded: a bj E ; | ce 45 do NN | e e A ¿ A ! A h 140 ¡MS 0 RAS: Lo 7 $ CARTA DEL MINISTRO DE MARINA Y LAS COLONIAS AL CIUDADANO JUSSIEU, DIRECTOR DEL MUSEO NACIONAL. DE HISTORIA NATURAL DE PARIS. ñ HEN Paris, 26 Fructidor año 4. (12 de Setiembre de 1796.) Pongo eu vuestro conocimiento, que he aprobado la propuesta que me hicisteis de los cuatro naturalistas y el físico que deben embarcarse en la urca Bella Angélica que, al mando del Capitan Baudin, saldrá del Ha- vre para la Isla española de la Trinidad en busca de objetos de Botánica é Historia Na- tural. | No dudo que esos jóvenes, 4 quienes ha- beis sabido inspirar el amor á las ciencias, y cuyo talento conoceis, secundarán cumpli- damente al ciudadano Baudin, contribuyen- do al mejor éxito de una expedicion que de- - be dilatar la esfera de aquellas, Seguro de que creereis necesario guiar los 16) pasos de esos naturalistas en las investigacio- nes que deben emprender, os suplico que les deis las instrucciones, necesarias sobre las diferentes partes de Historia Natural que mas particularmente deban cultivar. De acuerdo con vuestra indicacion, he señalado 4 los ciudadanos” Ledru y Mauger 'el sueldo anual de 3,000 libras, y 1,600 al ciudadano Riedle; 4 los que se les anticipará un trimestre de sus asignaciones para los pre- parativos del viage. Firmado, —Z'ruguet. | : CARTA DEL MISMO AL AUTOR. A Paris, 26 Fructidor año 4. Y (12 de Setiembre de 1796.) Ciudadano: Pongo en conocimiento de U. que, debido á los informes que me ha da- do sobre sus talentos el ciudadano Jussieu, director del Museo de Historia Natural, le. he elegido para que ex su calidad de natura-. lista se embarque U. en la urca Bella Angé- lica, que debe partir para la Isla española de la Trinidad. | Por las instrucciones que 4 indicaciox mia le dará ese sábio naturalista, y bajo la direccion del ciudadano Baudin, Capitan de dicho buque, se ocupará Ú.. en reunir obje: tos de Botánica é Historia Natural, formando colecciones que vengan á enriquecer el Mu. seo Nacional. | No dudo, ciudadano, que al celo que le anima por la ciencia, asociará U. ese espíri- | 0 3 : 2 tu conciliador que debe reinar entre todos los que cooperan á esta empresa; y espero que el ciudadano Baudin solo tendrá que ha- cerme elogios de los esfuerzos de todos en corresponder á la confianza que, tanto el ciu- dadano Jussieu, como yo mismo, hemos de- positado en UU. Firmado, —Truquet, A _ _ QqPEEEE- KE _cE uo q ONOOIit[IA A AAA INSTRUCCIONES : g REDACTADAS POR M. DE JUSBSIEU PARA LOS NATURA- LISTAS, DE LA EXPEDICION. Prepárase un viago en beneficio de la His- toria Natural, y el Gobierno francés ha'ele- sido hombres versados en esta ciencia para que, trasportándose á la desembocadura del Orinoco en la América, reunan los diversos objetos que ofrece aquel suelo tan poco co- nocido de los naturalistas. El viage se verificará en un buque al mas" do del Capitan Baudin, que ha pasado la mayór pato: de su vida en investigaciones del mismo género, y que cifra su gloria en el enriquecimiento de las galerías y los jar- dines de plantas y zoológico del Museo de Historia Natural. Los Profesores del Museo, que han pro-- puesto el viage á nuestro Gobierno, formado el plan y elegido los colaboradores del Ca. - pitan Baudin, tienen al mismo tiempo el en cargo de redactar las instrucciones que sir (20) van á cada cual para llenar mejor su cometi- do, á fin de que no se omita nada de cuanto pueda interesar á la ciencia y sacar el mayor partido de sus ilustradas escursiones. Los individuos electos son los ciudadanos Ledru, botánico, Mauger, zoólogo, y Ried- ler, jardinero, y en calidad de auxiliares los acompañan los ciudadanos Tufet, físico del “buque, y Advenir hajo,- discípulo de la Es- cuela de Minas. El Capitan, familiarizado con viages de esta índole, con la mayor prevision se ha provisto de todos los objetos y materiales ne- cesarios al mejor éxito de su empresa. Los viageros electos están bien penetra- dos de la índole de su mision, y hé aquí por- que está de mas estimular su celo, puesto que ai designarlos se tuvo ya en cuenta sus bue- nas disposiciones: conviene, sin embargo, se- ñalar los deberes comunes áú todos, así como los individuales. , Ante todo es conveniente recomendar á todos la concordia, una esmerada union y una constante disposicion á auxiliarse mútuamen- te en sus distintos cometidos; deberán con- servar esa preciosa amistad, de concierto siempre con el Capitan Baudin que, muy co- nocedor y esperimentado 'en“esas escursiones de Historia Natural, debido “¿los repetidos (21) viages qúe con ese objeto ha practicado, puede proporcionarles los mejores documen- tos y ponerlos en el camino mas conveniente en ese género de trabajo. En esto estriba principalmente el feliz éxito de la expedi- cion. Los naturalistas deberán aprovechar el tiempo de la navegacion en consultar los li- bros que lleven á la mano, en preparar sus cuadernos y materiales para la disecacion de las plantas, y sus cajas y redes para los in- sectos; observarán los animales marinos que tengan ocasion de ver en el tránsito, así co- mo los que habitan las costas y las desembo- caduras de los rios, y-los que acompañan al buque en su travesía. No deberán olvidar la interesante familia de los zoófitos: llevarán un diario descriptivo de cada objeto, y ade- mas otro, en el que se consignen dia por dia todos los incidentes y la historia del viage, agregando las observaciones de toda especie que crean convenientes al objeto. Si durante la navegacion se viesen obli- gados á arribar á algun pais, aprovecharán la oportunidad para estudiarlo, reuniéndose todos para recoger en poco tiempo el mayor aúmero de objetos. Tan pronto como lleguen á la Trinidad, objeto principal del viage, se apresurarán á (22) reunir datos y utilizar el tiempo, indagando al efecto cuál sea la localidad mas rica e: producciones naturales. Grande esmero aconsejo en ganarse la confianza y el afecto, tanto de las autorida- des, como de los habitantes, haciéndoles com- prender que su_mision es puramente científ- ca y que solo van en busea de productos na- turales; empresa que, lejos de perjudicar la colonia, deberá producirle grandes benefi- jos, porque los descubrimientos científicos son siempre ventajosos al pais en que se ha- cen. Para que no se descuide ninguna de las importantes partes de la Historia Natural, cada cual deberá hacerse cargo de la que le es propia. j Fl ciudadano Ledru se consagrará espe: cialmente á los vegetales; disecará los ejem- plares de plantas que le parezcan nuevas, que serán casi todas las que encuentre; las reunirá en herbarios, y pondrá á cada cual una targeta que contenga el mismo número del diario. Como'necesariamente deberá faltarle tiem- po para sus minuciosos trabajos, le aconsejo el laconismo en las descripciones, consignan. do tan solo en sas libros los caractéres fugi- tivos de las plantas que desaparecen con su (23) vida, sin cuidarse de aquellos que sobreviven al individuo y pueden estudiarse aun des- pues de seco. | Conviene mucho consignar el nombre: vulgar que se dé á la sola sitid en el pais, el lu- gar en que vive, el suelo, la exposicion, su MS propiedad y uso: y examinará sl esos vegetales destilan naturalmente Ú6 por inci- sion jugos particulares, en cuyo caso los ca- racterizará, sile fuese posible, recogiendo cul- dadosamente una parte de ellos. que designa- rá siempre con el mismo número y nombre, En toda la familia de los gestífer Os se en- cuentra jugo: la de las terebentináceas, las euforbiáceas, las coniferas y algunas rosa- seas lo ofrecen tambien; pero estos jugos va- rian conforme las BE Tambien deberá observarse el hier y hora dela florescencia para formar el calenda- rio y reloj de Flora, y anotará en la targeta de cada especie que conserve el dia en que la recogió: consignará si la planta es del mú- mero de aquellas cuyas hojas se cierran por la tarde y abren por la mañana, ó si esta pro- piedad se manifiesta mas ostensiblemente du- rante el dia, como sucede á la sensitiva. Como el interés de la ciencia exige que se multipliquen los objetos de estudio para distribuirlos en distintos Ingares al alcance (24) de los estudiantes, se recomienda á los botá- nicos que conserven varias muestras de ls misma especie, tomándolas en sus diversos estados y particularmente durante el tiempo de la fructificacion. La experiencia nos ha enseñado en Fra» cia que los granos cogidos en los individuos secos de los herbarios, nacen mejor que los tomados de las plantas en otros paises y con- servados luego en cartuchos de papel; lo cual se explica lenta El grano que se con- serva en el herbario sigue insensiblemente alimentándose de la savia que quedó en el individuo, y naturalmente llega 4 adquirir la madurez conveniente, conservándose fresco, merced á. esa continua nutricion; pero los que se guardan en papeles están privados de esa ventaja, porque se cogen antes de madu- rar y por consecuencia se secan muy pronto. Esto se advierte mas fácilmente en los gra- nos que tienen el embrion muy pequeño y encerrado en una gran peripiema, en las ru- biáceas, por ejemplo, cuyos granos viven di: fícilmente en Francia si nose toma la pre- caucion de conservarlos frescos, depositados en alguna fruta pulposa cuya descomposicion ácida se detenga á tiempo. Se recogerán maderas del tronco de to- das las especies de árboles, y muy particu- (25) larmente de las que parezcan convenir 4 las artes. Se examinarán los cultivos que estén en práctica en el lugar que se visite, estudiando sus ventajas, la naturaleza del terreno que sea mas propio ú cada cual, y las precaucio- nes que tomen los labradores al cosechar los granos, | En el estudio de las plantas, y al deter- minar la naturaleza y el sabor de los frutos domésticos de que pueda alimentarse el hom- bre, será conveniente conservar algunos en po- tes bien acondicionados para que lleguen á Francia en estado de comerse. Varios medios se han puesto en planta para la conservacion de las frutas; pero el mejor y mas simple, y que ha producido resultados mas satisfacto- rios, consiste en colocar las frutas en un bar- _ril perfectamente cerrado y el cual se coloca dentro de otro mayor lleno de agua, que tam- bien se cierra, teniendo cuidado de reponer el agua que se pierda para que se conserve siempre lleno: el agua de mar puede emplear- se en este experimento. | El florista debe secundar siempre en to- das sus operaciones al botánico, y se encar- gará especialmente de recoger y cuidar los granos: dirigirá la construccion de las ca- jas en que se trasporten las plantas vivas, y (26) de acuerdo con el botánico elegirá las que se han de conservar en este estado: escogerá los piés mas á propósito para su reproduccion, prefiriendo las plantas jóvenes, por ser mas fácil su conservacion y conduccion, colocán- dolas cuidadosamente en las cajas y en tierras análogas á su suelo natural. En estas mismas cajas, Ó en otras si fuese conveniente, sembra- rá los granos en distintas épocas de la nave- 'gacion, para que nazcan en el viage: durante la travesía se ocupará constantemente del cui- dado de sus plantas, regándolas cuando con- venga, sin olvidarse, al hacerse á la mar, de que se embarque el agua necesaria 4 este obje- to, teniendo en cuenta la cantidad diaria que requieran y la duracion del viage, y reponien- do la provision en todos los puntos donde to- que para ponerse al abrigo de la escasez. Al desembarcar las plantas en Francia, presenciará la operacion y acompañará al bu- que en su subida por el Sena hasta el Museo, teniendo cuidado de que se le proporcione uno capaz de contener desahogadamente las colecciones, y que pueda al mismo tiempo pasar con libertad por debajo de los puentes de Paris hasta llegar ú las mismas puertas del Museo, para evitar el trasborde de los objetos. El ciudadano Mauger, zoólego, reunirá los animales de todas las clases, y muy parti- (27) cularmente aquellos que considere nuevos, multiplicando los individuos por las razones dichas, y los disecará segun los sistemas cono- cidos para formar colecciones. Al separar las pieles para prepararlas, en- tregará el cuerpo del animal al anatómico, que hará de él el uso conveniente; pero an- tes de verificar la separacion de la piel, cui- dará que algunos de sus cólegas, práctico en el dibujo, bosqueje la forma y actitud del animal, para que sirva de guia este diseño 4 los que rellenen y armen las pieles en el Mu- seo y puedan acercarse á la verdad. Al mis- mo tiempo anotará en el diario que al efecto lleve, y bajo números que se correspondan en- tre sí, las observaciones mas interesantes que hiciere sobre el pais, las costumbres, uses, formas, tamaño,. color y organizacion exte- rior de cada animal, sobre todo, de aquellos que por su novedad considere mas dignos de mencionarse, separando los que coja en distintos distritos, y cuidando de anotarlo así sobre cada caja para evitar confusiones. Ademas de los animales que se destinen á los gabinetes de Historia Natural, seria conveniente reunir algunos vivos, en parti- cular, los que puedan aclimatarse en nuestro suelo, los domésticos, por la utilidad que re- portan, y los que tengan una organizacio» | (28) especial y de cuyo estudio pueda la ciencia sacar algun partido, así como los de colores vistosos y formas bellas; y de acuerdo con el Capitan, estudiará la manera de conservar- los y de que lleguen á Francia sin sufrir acci- dente alguno. Para mejor conseguir este re- sultado, seria conveniente que, 6 mas de sus cuidados personales, lleve consigo un núme- ro de hombres entendidos y acostumbrados 4 esta ocupacion para que la secunden, invi- tando al mismo fin á sus compañeros de via- ge, que encontrarán en esta fácil tarea una distraceion que amenize las molestias y mo- notonia de la navegacion. | El principal encargo del ciudadano Tu- ffet es la conservacion de la salud de los in- dividuos que componen la expedicion, y la asistencia de los que se enfermaren; así pues no cesará de aconsejar 4 sus compañeros de viage la sobriedad en el comer y la circuns- peccion al llegar á la América, en cuyos pai- ses han sido víctima muchos infelices, casi al pisar sus playas, solo por no ser pareos en el uso de las frutas nuevas para ellos, y por en- tregarse á la sensualidad é intemperancia. Debe pues recordarles 4 menudo que están en el deber de conservarse para mejor llenar la mision que les ha confiado su Grobierno, al que deben dar cuenta de sí mismos, como (29) deben darla á los sabios de su patria de las observaciones que hicieren y que aguardan con ansiedad para dilatar la esfera de las ciencias, Iguales consideraciones deberá tambien tener presentes el Capitan, que bien penetra- do del espíritu éíndole de esta empresa, con- siderará como uno de sus principales deberes salvar cuantos obstáculos se presenten para obtener un éxito feliz. El ciudadano Tuffet tiene ademas otra mision que: llenar como anatómico, y se le excita 4 secundar al zoólogo tanto en sus in- vestigaciones como en la preparacion de los animales: es tambien de su especial encargo la diseccion de los animales, la preparacion de sus esqueletos, la conservacion que de al. unas de las partes de sus cuerpos convenga hacerse en alcohol, y la descripcion de las que no le sea posible conservar é importen conocerse y estudiarse: en una palabra, se en- cargará de todo lo que concierne á la orga- nizacion interior de los animales. Al ciudadano Advenir, mineralogista, so- lo debo encargarle el exacto cumplimiento de las bien redactadas instrucciones que di- rectamente ha recibido del Administrador de la Escuela de Minas, y le aconsejo que reuna un número suficiente de minerales, pa- (30) ra que pueda el Museo dividir con esa Es- cuela el fruto de sus trabajos. Las instrucciones generales que se han dado á sus dignos compañeros de viage, son extensivas al mineralogista: su especial en- cargo es la mineralogía y todo lo que á esta ciencia atañe; pero así como sus colegas lo ayudarán en la parte que es de su cargo, de igual manera deberá. éste, en reciprocidad, secundar los esfuerzos de aquellos, El Capitan es el gefe de la expedicion y su centro: 4 el pues corresponde elegir los lu- gares y la época en que deban visitarse: dis- pondrá las marchas y sus preparativos, ins- peccionará la conservacion de las coleccio- nes, y se encargará de la manera y medios de trasportarlas: de su experiencia-en esta -cla- se de viages, así como de su celo, depende el éxito de esta importante empresa. A AA A - _ _ ___ —-_ -PKA) De vuelta á San Patricio, manifesté al Capitan el descubrimiento que habia hecho, yal dia siguiente nos trasportamos todos al lugar indicado, con los instrumentos necesa- rios para arrancar del limo el mas hermoso de los helechos, cuya eleccion se dejó 4 Banu- din; pero la operacion no era fácil: primero nos fué necesario levantar al pié de la planta un dique para vaciar el agua que bañaba sus raices; despues, mientras que el Capitan y Riedlé, azada en mano, arrancaban el hele- cho, Maugé y yo separábamos sus delicadas hojas, entrelazadas con las de los arbolillos vecinos. Terminada la operacion, mis tres compañeros cargaron el helecho sobre sus (53) honibros, mientras que yo marchaba delante para abrirles camino, con sable en mano, ú través de los bejueos que embarazan los sen- deros. Sin embargo de que la tripulacion n se ha- bia quedado á bordo, no permanecia ociosa. Los oficiales Laroche y Gaumond dirigían, segun las instrucciones de Baudin, los traba- jos necesarios para el armamento del Triunfo y para nuestra vuelta 4 Europa. El carpinte- ro, preparaba mástiles y vergas de respeto; abria en dos las malas barricas, vacías de agua, y formaba con ellas tinas destinadas 4 recibir nuestras plantas vivas. El piloto, el calafate, el velero se ocupaban en trabajos - relativos á su clase; el contra—maestre hacia llenar de agua dulce las barricas buenas, pa- ra el consumo de la tripulacion; y el sobre- cargo presidia las compras de géneros y pre- paraba sus cuentas. Todos los dias una canoa expedida por los oficiales atravesaba la bahia, remontaba el rio de Puerto-Nuevo, nos llevaba provisio- nes de boca y despachos, y volvia para el Triunfo con las órdenes del Capitan. Este feliz empleo del tiempo evitaba el fastidio á la tripulacion y la arrancaba de los desór- denes 4 que arrastra la ociosidad. CAPITULO II. Viage del botánico á Fajardo.—Camino agradable de Cangrejos á Loiza.—Descripcion de Fajardo. Fe Dos meses y medio hacía que recorria yu los alrededores de San Patricio, 4 cuatro 64 seis leguas de distancia, para conocer las produceiones vegetales; y ya tenia curiosi- dad de visitar otras comarcas de la Isla, so- bre todo algunos anillos de esa cadena de montañas que la atraviesa en toda su lon— aitud. 'Baudin, deseoso como yo de fijarse en otra parte, me encargó que hiciese un recono- cimiento hasta el pueblecillo de Fajardo, si- tuado en la costa oriental de la Isla, á cator- ce leguas de San Juan, á fin de buscar allí algun alojamiento conveniente para. nuestro género de ocupaciones. Partí el 5 de Novientbre, acompáftido (55) de un guia y provisto de cartas para algu- nos A á los que me proponia pedir de paso la hospitalidad. Despues de haber pasado las fortificacio- nes avanzadas de la ciudad y haber andado durante una hora por un terreno arenoso, cubierto de acacias (mimosa), icacos (chry- sobalanus icaco L.), pajuiles (anacardium oc- cidentale L.) y otros arbustos, llegamos á la boca de Cangrejos, que se ha hecho célebre desde que los Ingleses operaron allí su infruc- tuoso desembarco el 17 de Abril de 1797.* No hay en ella ni puente, ni barca para la comodidad del pasagero ; nos vimos obliga- dos á pasar esta peligrosa boca con agua hasta la cintura, dirigiendo nuestros caballos por los arrecifes: el océano” bate con furor esta especie de dique natural que se adelan— ta un metro bajo el agua. Cada ola levanta- ba nuestras monturas, que iban bambolean— do; y la cima de las olas, reducida á lluvia por el viento norte, bastante fuerte, nos mo- Jaba completamente. Los habitantes de Cangrejos, casi todos negros ó mulatos, han comprado con su in- dustria la RO de que gozan. Aunque “* Véase la relacion de este acontecimiento mas adelante. (56) habitan un suelo árido, cultivan con buen éxito muchos frutos y legumbres para el con- sumo de San Juan. Este pueblecillo cuenta ciento ochenta casas y sobre setecientos ha- bitantes. | El territorio de esta comarca es inunda- do en parte por un lago de agua salada y abundante de pesca, cuyas orillas están cu— biertas, en muchos lugares, por manzanillos (hippomane mancinella L.) Desde la boca de Cangrejos hasta el rio de Lciza, cuatro leguas mas léjos, el camino es uno de Jos mas agradables de la Isla. Traza- do á orillas del mar, entre dos líneas de ar-- bolillos siempre verdes é impenetrables ¿ los rayos del sol, se parece ú las calles de nues- tros bosquecillos, cuya sombra y verdura ofrecen al amigo de los campos un agrada- ble paseo. | Atravesamos sin apearnos el lindo pue- blecito de Loiza, que contaba en 1778 mil cuatrocientos dos habitantes y ciento tres casas; y está situado cerca de la embocadu- ra del rio que lleva su nombre. Durante tres horas continuamos andando cerca de la ori- lla del mar, por un terreno arenoso en medio de vastas sabanas * cubiertas en muchos 1n- * Nombre dado á los pastos del pais. (57) vares de palmeras, de comocladias (como- cladiía intergrifolia, Com. dentates L., C. ili- eifolia Sw.), de uveros (coccoloba uvifera, excoriata L., O. diversifolia nivea Jacq. ), de piñas, de naranjos y de plátanos. El suelo se hace mas compacto y mas cu- bierto, á medida «ue se aleja uno de las cos- tas y se interna en los campos; pero los cami- nos son menos cómodos. Muchas veces nos vimos obligados ¿ atravesar montañas cu-— biertas de hermosos árboles; pero las cues- tas son tan rápidas y malas, que nuestros ca- ballos, aunque habituados 4 estos senderos, bamboleando 4 cada paso amenazaban sepul- tarnos en el lodo. Estas dificultades provienen de la hume- dad contínua del suelo, mantenida por la sombra de las ramas que pendian sobre nues- tras cabezas, y el inconcebible descuido de los habitantes, que cuando tienen que abrir- se un camino por los bosques, se contentan con tumbar los árboles que les incomoda», sin cuidarse de la direccion que los mismos árboles toman al caer. Veinte veces nos de- tuvieron troncos enormes, atravesados en el sendero y que permanecerán allí hasta que sean reducidos á polvo por la accion de los metéoros. En fin llegamos á Fajardo po-* co antes de ponerse el sol, S (58 ) Yo llevaba una carta de recomendacion para Don José ***, rico colono que hacía largo tiempo se habia fijado en aquella par- te de la Isla, y obtuve por su parte la mejor acogida. Su casa está construida en la ci- ma de un montecillo, por cuyo pié corre un arroyo. Desde aquella 'elevacion la vista se esparce sobre una vasta sabana que embelle- ce una eterna verdura, dividida en praderas ó en campos de cañas, de en medio de las cuales se elevan aquí y aliá otros montecillos alslados cubiertos de árboles montaraces y de café: algunas cabañas diseminadas en las llanuras Óó en los flancos de las colinas ani- man este lindo paisage. | Allí pasé ocho dias entregado alternati- vamente á los - «placeres de la sociedad, de la caza y de la botánica. Don José me acom- pañaba muchas veces en mis herborizaciones, que él dirigia hácia los lugares mas favoreci- dos por Flora. Yo empleaba estos paseos en. hacerle preguntas sobre las producciones y el comercio de aquella parte de la Isla. Al dia siguiente de mi llegada y despues de un almuerzo frugal, compuesto de café, casabe y leche de coco, conforme al uso del pais, mi huésped me condujo al pueblo de Fajardo, construido circularmente al rededor de una gran plaza. En 1778 habia.en él mil (59) cuatrocientos cuarenta y cuatro habitantes, ciento cincuenta mil cabezas de ganado, y doscientas cincuenta y cuatro casas: desde aquella fecha, tanto la poblacion como los productos han aumentado casi en una mitad. Su territorio férti: y bien regado da mucho café, arroz, tabaco y maiz; y al presente se cultivan allí con buen éxito el aligodonero y la caña de azúcar. Desde el pueblo seguimos por espacio de una hora el curso del rio: llegados 4 la embocadura, nos subimos so- bre las rocas que guarnecen el camino; sen- tados allí á la sombra de una palma, contem:- plé con placer el terrible elemento euyas olas se rompian á mis piés en las puntas de los arrecifes, abalanzándose en largos chorros espumosos. La costa oriental de Puerto-Rico presen- ta muchas puntas y sinuosidades profundas: todos los ángulos que la forman han sido producidos por el impulso constante de las olas y los vientos. Estos parages son peli- grosos 4 causa del gran número de i¡slo- tes que la naturaleza ha sembrado allí en un espacio de cerca de doce leguas cuadradas. Cuéntanse mas de cincuenta; y todas sirven al comercio de contrabando. Estas islas no pueden ser frecuenfadas mas que por embar- caciones ligeras. Las costas son imuy abun- dantes en pescado; y se ve tambien una gran variedad de pájaros. _ _ _ __ _ ___————_—_ __ _____——=__ _ _ _ _ _____==== CAPITULO III. Iosques de Aybonito.-——Doña Francisca.—Baile cam- pestre.—Lindo bosquecillo.—Vuelta á San Juan. No pude descubrir en Fajardo alojamien- to propio para los naturalistas, y partí de es- te pueblo el 11 de Noviembre, acompaña- do de un guia que me proporcionó Don Jo- sé; pero en vez de seguir el camino ordinario que conduce á San Juan, tomé á la izquier- da el sendefo de los bosques, á fin de apróxi- marme á las altas montañas de Aybonito, famosas por las cascadas, los sitios pintores- cos y los árboles preciosos que se encuentran en ellas: despues de cinco horas de marcha llegué 4 su pié. Mi guia iba delante en el bosque, conduciendo nuestros dos caballos de mano; yo le seguia, separándome aquí y allá para coger flores; y frecuentemente me (61) detenia para admirar las bellezas de aquellos lugares salvages. Qué deliciosa frescura bajo aquellas ar- querías de verdura! El sendero que seguía- mos estaba guarnecido de árboles de una al- tura y de un volúmen extraordinarios, entre los que distinguí la higuera de hojas de lau- rel (ficus laurifolía Lom., Dict. 9). Sus rar ces poco profundas, pero horizontales y como acostadas en la tierra, sostienen un enorme tronco piramidal de siete á nueve metros de altura, sobre cerca de dos de diá- metro. Su cabeza coronada de hojas lanceo- ladas y del mas hermoso verde, domina casi todos los árboles que la rodean. De los ángu- los de sus ramas salen nuevos ramos muy de- rechos, de color amarillo tostado, que vienen á implantarse en tierra. La higuera apoyada así en su base, por largas ramas que se ase- mejan 4 los brandales del mástil de un bu- que, desafia impunemente las tempestades. - Tournefort en los Pirineos, Jussieu en el Perú y Linneo en la Laponia, entregados al estudio encantador de la Botánica, se olvida. ban de comer y de beber.... Allí, detenido por mil cuadros que la naturaleza me ofrecia á cada paso, perdí la ruta y me extravié. Ocupado completamente en el placer de co- ger flores, no me apercibí de que el sol esta- (62) ba en los dos tercios de su carrera; pero bien pronto una nube espesa vela el horizon- te; un viento del sudeste, precursor de las tempestades, sopla por mi izquierda; oigo los eritos de las cotorras que abandonan la lla- nura y se refugian en el bosque..... De repente cae á torrentes una lluvia fria... Inútilmente busqué el tronco hueco de un árbol que pudiera servirme de abrigo; en un instante fuí inundado.... Llamé en vano á mi guia. ... Ignoraba en dónde estaba y qué camino debia seguir: el temor de pasar la noche en aquellos bosques, en medio de los - perros salvages que se encuentran allí mu- chas veces, aumentaba mi inquietud. Para colmo de infortunio, estaba sin víveres, sin capa, sin ropa para mudarme; todo lo tenia mi gula.... Al cabo de una hora cesó la tempestad. Dichosamente tenia conmigo ar mas de fuego; las descargué varias veces pa- ra llamar 4:mi conductor, y este pobre mu- lato, que me buscaba hacía largo rato, al oir la señal de mi angustia, voló 4 mi socorro. Empero, la noche se aproximaba y está- bamos á cuatro leguas de distancia del pueblo mas cercano. Al salir del bosque no descubrí mas que una vasta llanura en la que no se veia una sola cabaña... . Mi guia me dijo entonces: , detras de aquel platanal que limita nuestro (63). horizonte, hay una hacienda; ese es el único asilo en que podemos pasar la noche... Va- mos allá..... Andábamos paso 4 paso se- gun estaban de malos los papa: Y AMMEA al fin 4 la casa de Don Benito ***, situada cerca de las orillas del Loiza. Yo coito ago- nizante de cansancio y de frio, y apenas te- nia fuerzas para hablar. Generosa hospitalidad, virtud de nuestros antepasados, que se encuentra todavia en los pueblos que han conservado costumbres sen: cillas y en los hombres sensibles 4 las necesi- dades de sus semejantes, yo gozo tus dul- zuras en la casa del huésped bienhechor que me ha ofrecido un asilo !.... Sabiendo Don Benito que yo viajaba por órden del Gobier- no francés, con el consentimiento de la corte de Madrid, me invitó á permanecer en su ca- sa muchos dias, anunciárndome que aquella parte de la Isla estaba enriquecida con todos los dones de Flora. .Hícele mil preguntas sobre las plantas y los pájaros que se en- cuentran allí, y me prometía. para los st- guientes dias, agradables escursiones en me- dio de los bosques, cuando vinieron á anun- ciarnos que la mesa nos esperaba. ... Venga usted, me dijo, una comida frugal nos espe- ra; y si no encuentra usted en ella la sun- tuosidad de las mesas de Europa, será usted (64) compensado con la salubridad de lós senci- llos platos que le ofrece la amistad.... En- tramos al comedor... Dos niños vestidos la criolla jugueteaban al rededor de la me- sa... Llamad á Francisca, dijo el padre... ¡Cuál fué mi sorpresa al ver entrar un mo- mento despues áuna jóven de diez y seis años apenas, mas hermosa y mas fresca que todas las que habia visto en América! Largos cabellos negros y rizos flotaban so- bre sus espaldas : llevaba por tocado un pa- ñuelo amarillo con listas azules que envolvia negligentemente su cabeza y cuya orilla an- terior trazaba una línea curva sobre su fren- te: su trage secomponia de un vestido blan- co de algodon, ajustado por debajo del seno ' y cuyas mangas cortas dejaban ver comple- tamente desnudos sus brazos de alabastro. .. Pero su belleza es superior 4 mi pobre des- eripcion... ¡Cómo pintar el fuego de sus ojos, los delicados perfiles que dibujaban su rostro, el colorido de su tez, sebre la que la naturaleza habia sembrado todas las rosas de la primavera. ... aquel talle esbelto y lige- ro, y aquellas formas torneadas por el amor! Un aire de candor y de ingenuidad embel!le- cia aun mas aquella encantadora figura, enya vista me hizo estremecer. Disculpe usted la timidez de mi hija, me (65) dijo Don Benito; no está acostumbrada á ver extrangeros.—Esa misma timidez, res- pondí, hace el elogio de esta señorita: su belleza es mas seductora bajo el velo de la modestia. Á estas palabras, que no pude pronunciar sin emocion, Francisca se son- rojó y, bajando los ojos, se sentó á la me- sa entre su padre y yo. La proximidad de aquella hermosa niña, el solo roce de sus vestidos, electrizaba mis sentidos; y cada movimiento de su cuerpo, cada palabra de su boca producian un delirio involuntario en mi alma: jamas convidado alguno se en— contró en una posicion tan penosa como la mia. ... Don Benito me hacía mil pregun- tas soúre la Francia, sobre la revolucion, so- bre.el héroe vencedor de Italia; pero ocupa- do enteramente de la hermosa Francisca, no veia ni ola mas que á ella, y mis respuestas á las reiteradas preguntas del padre, adole- cian frecuentemente del desórden y de la turbacion de mis ideas. Al dia siguiente despedí á mi guia de Fajardo, porque D. Benito tuvo la bondad de prometerme otro para acabar mi viage. A Dios todos mis proyectos de herborizacion en las orillas del Loiza.... Volví á ver á Francisca mas fresca todavia y mas 'se- ductora que la víspera.—Al lado de usted, (66 ) le dije aproximándome á ella, olvido las lla- nuras y los bosques de este pais: en vano buscaria en ellos flores mas rosadas que las de su rostro. Aprecio demasiado los instan— tes que usted me permite pasar á su lado, para que trate de robar uno solo á la dicha de verla. 2 Francisca conocia algunos aires de nues- tras mejores canciones, y las ejecutaba en la guitarra con tanta gracia como maestria : yo la acompañaba con la voz, y admiraba enton- ces el movimiento alternativo de su seno, el coral de sus labios. ... Mi boca inclinada li- seramente hácia ella respiraba su aliento. Empleé los dias siguientes en visitar las plantaciones de caña, las de café y los talle— res de mi huésped. ¡Qué diferencia, pensaba yo, entre esta hacienda y muchas de las que he visto hasta hoy! En aquellas un amo ava- ro y cruel tiene sin cesar la verga de la tira- nía y aun el hacha de la muerte suspendidas sobre la cabeza de sus desgraciados negros: aquí estos africanos no tienen mas que el nom- bre de esclavos, sin sufrir las cadenas; bien vestidos, bien alimentados, con una robusta salud, trabajan con celo para un colono bien- hechor que dobla sus ganancias aliviando las desgracias de aquellos, Durante mi permanencia en casa de Don + Ed: e A ¿o E : Pd id ¡ (67) Benito, fuí testigo de un baile que daba el mayordomo de la hacienda para celebrar el nacimiento de su primer hijo. La reunion es- taba compuesta de cuarenta á cincuenta crio- llos de los alredecores, de uno y otro sexo. Algunos habian venido desde seis leguas de distancia, porque estos hombres, de ordina- rio indolentes, son muy apasionados por el baile. La mezcla de blancos, mulatos y ne- gros libres formaba un grupo bastante origi- nal: los hombres con pantalon y camisa de indiana, las mugeres con trages blancos y largos collares de oro, todos con la cabeza cubierta con un pañuelo de color y un som- brero redondo galoneado, ejecutaron sucesi— vamente bailes africanos y eriollos al son de la guitarra y del tamboril llamado vulgar-— mente bomba. Habiase preparado, en un aposento con- tiguo, una mesa compuesta de crema, café, sirop, casabe, confituras y frutas: estas eran piñas, aguacates, guayabas, zapotes, cocos maduros ó en leche.' En este último estado el coco ofrece una bebida deliciosa; en vez de la almendra que no está aun formada, pre- senta un licor blanco, semejante en el gusto á la leche azucarada. Las confituras eran, una marmelada azucarada de guayabas, naranjas, calabazas, albaricoques, mameyes y papayas. (68) Al siguiente dia, Don Benito me propu- so un paseo con su familia. Condújome á un bosque algo desviado, y me dijo al entrar en él: “ Aquí tiene usted un templo campestre, “cuyos cimientos echó la naturaleza y al que “mis débiles manos han añadido algunos “adornos. ” Admiré la ingeniosa Dame de aquel lindo retiro. : | A poca distancia del rio, al pié de un montecillo coronado con los mas bellos árbo- les de la Isla, aquel industrioso colono ha plantado arbustos que forman, con su reu— nion, una gruta en que se respira siempre el fresco. Las flores de color escarlata de la ponciana elegante, las de la eritrina y las de la clitoría multíflora, contrastan con las de la franchipana blanca, con la brunsfelsía y b19- nonta color de leche: el amarillo de la pare- linsonia hace resaltar el violeta de algunas campanillas. Numerosas enredaderas de as- pecto agradable, y entre ellas muy particu- larmente las granadillas, serpentean al re- dedor de aquellos arbustos, y sus ramos entrelazados forman guirnaldas y festones que dan al paisage un efecto sorpren— dente. | —Desde que salí de Europa, me dijo Don Benito, vengo con frecuencia á este lugar colega Ñ adorar al Eterno y llorar la muer- Me (69) te de una esposa querida, cuya perfecta imá- gen es Francisca. j Volvimos á la casa por una calle de plá- tanos que une un cañaveral á una colina ves- tida de cafetos. El padre rodeado de sus bu- lliciosas hijas nos guiaba llevando en la ma- no una podadera, y Francisca los seguia á alguna distancia: ofrecíla mi brazo, y estre- ché ligeramente su mano contra mi corazon, y al pasar bajo las ramas de una ertrina, lla- mada árbol inmortal, vimos á nuestro lado un ramo de flores del mas precioso encarna- do; cogílo, y Francisca me permitió que-lo prendiese sobre su seno. —Hermosa amiga, le dije, el carmin de vuestras megillas imita la púrpura de esa flor cuyo nombre es el emblema de los senti- mientos que me habeis inspirado: ¡qué des- graciado soy, amiga mia! apénas os he cono- cido, cuando un deber sagrado me separa de vuestro lado para nunca, quizas, volver á ha- llarme en las felices márgenes del Loiza.... Sentia flaquear mis rodillas, é iba ya á arro- jarme á sus pies, cuando sus hermanas cor- riendo hácia nosotros vinieron á invitarnos 4 tomar parte en sus juegos. El 18 de Noviembre me despedí de mis hospitalarios amigos, manifestándoles mi re- conocimiento con toda la elocuencia que me (10) inspiraba el agradecimiento y la amistad, y al separarme de ellos, enternecido, sentí correr las lágrimas por mis megillas. Don Benito me colmó de atenciones, y me obligó á ofrecerle que los visitaria cun frecuencia en el pueblo, adonde pensaban regresar muy pronto; mientras tanto Fran- cisca con los ojos bajos guardaba un profun- do silencio; pero tenia en sus manos las flo- res de eritrina que le habia regalado, y fin- gía respirar sus perfumes. El pesar que me causó la separacion de tan amable familia me preocupaba lo bastante . para que pudiese pensar en otra cosa duran- te mi camino; paséme el dia entero cabal- gando detras de mi guia, que en vano me di- rigia la palabra de vez en cuando para ha- cerme observar, ora la magestuosa altura de las montañas, cuyas faldas recorríamos, ora la belleza de las flores que se mecian sobre nuestras cabezas, ÚÓ la rara construccion de una cabaña que se levantaba en la llanura... Llevaba 4 Francisca sobre mi corazon, y el resto de la naturaleza aparecia muerto á mis ojos... . Así llegué á San Juan sin dejar, por decirlo así, los bosques «le Loiza. Baudin solo aguardaba mi llegada para salir de San Patricio y fijar su residencia en otro lugar de la Colonia. Poco tiempo des- (11) pues aceptó el ofrecimiento que de su casa le hizo el rico propietario Don Fernando Ca- sado, la cual se hallaba al pié de las monta- ñas en Canóvana, jurisdiccion de Loiza: fijó- se allí con mis colegas Maugé y Riedle, y du- rante cuatro meses se ocupó de los trabajos relativosála Historia Natural; miéntras tanto quedéme yo en San Juan en casa del Doctor Ratffer, tanto para atender á la conservacion de los herbarios y plantas vivas depositadas en la Fonda del Correo, cuanto por restable- cer mi salud. Despues de mi salida de Fajardo, mi vida en San Patricio fué bien triste: las continuas incursiones por los bosques y sabánas panta- nosas alteraron mi salud, y el 7 de Enero de 1798 fuí atacado de una fiebre gástrica in- termitente que se manifestó con síntomas alarmantes. Cubrióseme todo el cuerpo de una erupcion exantemática de tres centíme- tros de espesor y un decímetro de estension: enflaquecí, perdí el apetito, y el estómago dejó de funcionar: al verme en este estado el Capitan me hizo conducir á la casa del Doctor Rarffer en la ciudad. El restablecimiento de mi salud lo debo 4 este Profesor, que duran- te veinte dias me. prodigó todos los recursos - del arte y los cuidados de un cariñoso amigo. - Con objeto de continuar mis estudios so- (12) bre la Historia Natural y Estadística de esa bella Isla, salia 4 menudo de San Juan, y me dirigia á distintos puntos cercanos. El mer- cado de Puerto-Rico se surte de las aves, - frutas y legumbres que conducen diariamen- te á su puerto las lanchas que bajan por los rios de la costa norte: al regreso de esas em- barcaciones me unia 4 sus conductores y subia con ellos, ora el rio de Bayamon ó el de Toa, ora e: de la Vega ó Manatí, y cuando me en- contraba é 4 206 25 kilómplros al interior del pais saltaba á tierra y me dirigia á'cualquier casa, donde seguramente se me recibia con las mayores muestras de hospitalidad; 'una - vez allí, recorria las inmediaciones y regre- saba luego á la Capital por la misma via, car- gado de una gran cosecha de plantas. A es- tos viages debí el enriquecimiento de mis herbarios y el conocimiento del interior de | la Isla y de los usos y costumbres de sus ha- bitantes. CAPITULO IV. Posicion geográfica de Puerto-Rico.—Descripcion de la Capital. —Fortificaciones.—Bahía¿—Noticia de las demas parroquias. La Isla de Puerto-Kico está mal repre: sentada, Ó por mejor decir, desconocida en las cartas de Mercator del año 1625, en las de Samson de 1657 y 1697 (1), las de Jaillot en 1703, y Van Keulen (2). J effreys ha rectificado muchos errores, y cometido al mismo tiempo no pocos (3). La posicion que da á la Isla Soto Mayor (1) Este coloca á San German en el puerto de Aguadilla. (2) Véase. su Atlas publicado en Amsterdan el W año 1720 y los subsiguientes, 4 volúmenes en folio.— La posicion que este geógrafo da 4 Puerto-Rico se ve en sus cartas números 20, 29 y 32, la cual es muy inexacta.—Las bahías de Guánica y "Guay: anilla que ha abierto el Océano al Sud de la Isla apenas se. s. vierten en el mapa, mientras que á la de la Capital le da mayores dimensiones que las que tiene; en fin, Van Keulen no hace figurar á Loyza en su mapa, y en el lugar en que el rio de este nombre sale al mar hace “aparecer una gran bahía que absolutamente existe. (3) The West Indian Atlas, año de 1775, en fo- lio. Este geógrafo (Carta de las Antillas, número 41) exagera la profundidad de los golfos que existen sl Sudeste de la Isla. 10 (14) (1) la copió de Roberto de Vaugondy, que escribió en una época (1753) en que la geo- grafía de las Antillas era apenas conocida: por esta razon no he creido necesario men- - cionarla, D'Anville (2), Bellin (3), Bonne (4), Gu- - (1) Historia geográfica, civil y política de la Isla de San Juan Bantista de Puerto-Rico, Madrid, año de 1785, en 8vo. (*) (2) Carta de la América Septentrional, año de 1746. (3) Carta reducida del Golfo de Méjico y de las islas de la América, año de 1794, en su Hidrografía francesa, Paris, año de 1756. —Atlas marítimo, año 1764, tomo 1*, número 75. En esta última coloca Be- tin 4 1la Capital de la Isla muy al Este y San German muy al Oeste, representando mal la entrada de las bahías de Guánica y Guayanilla. (4) Atlas para la Historia filosófica de Haynal, año de 1780, y Atlas de la Enciclopedia metódica, 1787. (*) Mr. Ledru ha trocado el nombre del editor por el del autor del libro á que se refiere.— Don Antonio Valladares de So-- to Mayor, solo fué el que dió á luz el libro en Madrid el año de 1785. El autor de la Historia geográfica, civil y política de la Isla de Puerto-Rico fué el Padre D. Figo Abad, que la escribió por órden del Conde de Florida Blanca, y que no llegó á imprimirla; cayó mas tarde el inanuscrito en mapos de Valladares de Soto Ma- yor, y habia ya comenzado su edicion como un libro anónimo, cuan- do supo el nombre de su autor, de quien obtuvo permiso para darlo á luz. El Secretario de este Gobierno D. Pedro Tomás de Córdoba, autor de unas Memorias geográficas, históricas, económicas y esta- dísticas de la Isla de Puerto-Rico, publicadas en 6 tomos en 4? el año de 1831, en la imprenta de este Gobierno, reimprimió la obra del Padre Iñigo, que forma todo el primer tomo de sus Memorias.— En la actualidad, mi distinguido amigo el Ldo. D. vosé Julian de Acosta se ocupa en preparar una nueva edicion del libro dek Padre Isigo, que ilustrará de copiosas y eruditas anotaciones. —(Nota del traductor.) (15) thrie (1) y otros muchos, han trazado el pla- no de la Isla en una escala muy pequeña El mejor plano de Puerto-Rico es el de Tomás Lopez (2) publicado en español y en escala de seis líneas por legua marítima. Dé- bese á Don Cosme Churruca, oficial de la ma- rina* española, un plano exacto de la ciudad y bahía de San Juan (3): el que se repre- senta en la carta de bellin, es muy inferior á este (4). | _Apesar de las observaciones de muchos astrónomos viageros y de los trabajos de al- gunos geógrafos modernos, no se ha fijado todavia con la exactitud necesaria la posi- (1) Geografía moderna, traducida del inglés al francés por Val Kenaer. Atlas, año 1804, carta nmú- mero 35. , (2) Map» topográfico de la Isla de San Juan de Puerto-Rico y la de Vieques, con la division de sus partidos, Madrid, año de 1791. (*) (3) Plano geométrico del puerto y capital de la Isla de Púerto-Rico, levantado en 1794; encuéntra- se en la coleccion de cartas de la América, publica- das por la Direccion de trabajos hidrográficos, Ma- drid, año de 1780.—Gran atlas, compuesto de 15 car- tas, grabado en Paris el año de 1810 por órden del Ministro de la Marina Española. (4) Atlas marítimo, año de 1764, carta 76. (4) Mr. Ledru, acompaña al libro que traduzco una corta de Lopez; pero una simple mirada sobre sus contornos y la posicion de sus pueblos bastaria á revelar al hombre menos conocedor le la topografia de nuestra Isla, que está muy lejos de merecer el nom- bre-que lleva; tal es el desconcierto que se advierte, no solo en sus detalles, sino en sus mas característicos rasgos. —(N. del T.) (16) cion de log principales cabos de la isla de Puerto-Rico (*). Esta Isla, una de las gra Antillas y cuya forma aproximada es la de un paraleli- pípedo, 6 cuadrilátero oblongo, termina al Nordeste por el Oabo San Juan; al Este Nor- deste por el de Piñero; al Sudeste por la Punta de San Francisco 6 de Mala Pascua, al Sudoeste por la de Oabo-Rojo; al Nor-noroes- te porel Cabo Boriínquen, y al Noroeste por el de la Aguada. dodo Cada uno de estos promontorios no pue- de ocupar sino un punto dado en el globo; pero este punto varía mucho en longitud y latítud bajo la pluma de los geógrafos mo- (*) Mas de medio siglo hace que Mr. Ledru lamenta la falta de un plano correcto de nuestra Isla, y apesar del dilatado período transcurrido desde entonces, aun no se ha llenado tan considerable vacio.—Varios planos de la Isla han ido apareciendo sucesivamen- te, y el último publicado no ha adelantado al que le precedió sino en la correccion de algun error demasiado notable.—En la fecha en que se da á la prensa esta traduccion, la mejor carta que se co- noce es la que lleva el nombre de D. Francisco Coello y publicó la Direccion Hidrográfica de Madrid el año de 1851 segun las rectificaciones que suministró el entendido Director de Obras públicas Don Manuel Sanchez Nuñez, entonces Ingeniero militar en esta plaza; sin embargo, aun deja mucho que desear, y sus inexactitudes saltan á los ojos por do quiera que los ingenieros encargados de trazar las vias de comunicacion en la Provincia, corren sus instrumentos; estos facultativos encuentran de contínuo que no solo es incorrecta la posicion que se ha dado á los pue- blos, sino que el perímetro de la Isla, en muchos de sus detalles, . está bastante léjos de ser lo que representa. el plano de Coello.— Del celo y laboriosidad del actual Director de Obras públicas de la Isla, debemos esperar que muy pronto poseeremos una buena carta topográfica de ella y que tanto reclaman, no solo las ciencias á industrias, sino la buena administracion del pais.—(YN. del T.) HATE: ed A A ES A A A CUT) - dernos mas acreditados, segun puede verse por el siguiente cuadro: Caño be San Juan Ó PUNTA DEL NORDESTE. Segun Longitud. Latitud. pe 30 IO DOM DA 66 Vi AB BD Tomás Lopez 311525” de longitud del ; meridiano de Tenerife, que equivalen al | | de Paris.... 67%54' 35”... 1840” 11”. Carta del Océa- no Atlántico er MA... 68" 11125”... 1829 .... Conocimiento | | de los tiempos. 67% 5330”... 1824 .... Mayores diferencias: en longitud 20” 35” y en latitud 16' 11” | Caño PIÑERO. Este cabo no se representa con exactitud sino en la gran carta de Tomás Lopez.—Los otros geógrafos, léjos de mencionarlo, indican una bahía en el lugar en que el Océano ha formado un promontorio: este cabo se ade- lanta hácia el mar en la costa oriental 8 (78) aproximadamente, al Este del meridiano que pasa por el cabo San Juan. Cao San FRANCISCO Ó PUNTA DEL SUDESTE. Segun Longitud. Latitud. DO. is. 68. BO cz UA y Mi?” DORADO aus GRAY 1 os 18MAT. Bor Tomás Lopez 310% 59 del meridiano de Tenerife, igual | Ade Pana... 090 1 1750 53”. Diferencia en longitud 20” 30” y en lati- tud 20'13” CaABO-RoJO Ó PUNTA DEL SUDOESTE. . Segun Longitud. Latitud. Borda. ras!» CIDO O”. LO Boañe 2,0 O A + 0 Tomás Lopez, : segun el me- ridiano de Te- nerife 30920” 36” Ó sean del ; EN de Paris. 0.0691 39" 30% IPR: Conocimiento de los tiempos. 69% 29 39”... 1756” :... (19) Diferencia mayor en Noni 21' y en la- | ip 10 59” | CABO DE LA ÁGUADA Ó A DEL NOROESTE. Segun Longitud. Latitud. A —— (_——_ INN —- DOLÍA o... CIDO eos LO UE Bomne ...... dd O A P. Iñigo 309" 30” del meri- diano de Te- nerife, Ó sean dede Paris. 6% 53 ...:.. LO a Tomás Lopez JUOUA”. 30” meridiano de Tenerife, igual MAPAS. 6954 30”... 18.30.20": Diferencia mayor en longitud 32' 6” y en latitud 17” 40” El cabo Borínquen termina al Oeste la lí- nea casi horizontal que forma la costa septen- “trional de Puerto-Rico, y queda 6' mas al Norte y 8' 30” ménos al Occidente que el ca- bo de la Aguada. Entre los diversos autores citados, meré- “cenos mayor crédito la opinion de los redac- _ tores del Conocimiento de los tiempos. (80) Respecto 4 la Punta Sudeste de Puerto- Rico, que estos últimos Profesores no han de- terminado, debe colocarse 45” mas al Sud que la del Cabo San «Juan, puesto que la Isla tiene por esta parte 15 leguas de Norte á Sud; y 493” mas al Este que Cabo-Rojo para hacer las 31 leguas de largo que cuen- ta por esta direccion, ó segun el Conocómien- to de los tiempos, el Cabo San. Juan está á los 18 24” de latitud y Cabo-Rojo á los 69* 29' 30” de longitud. El Cabo Mala Pascua ú del Sudeste de- mora pues en los 67* 58” 30” de longitud y 17% 39 de latitud. : Resúmen. Longitud. Latitud. —_—_—__—_— — Cabo Nordeste ú de San Jia. Vin. 67% 53 30” 18% 24”... Punta Este-Nordeste | ó de Piñitro.. 1%. E y ae e Cabo Sudeste, San Francisco ó de Ma- de Pastña. Eb. 67 OR Cabo Sudoeste 6 de - | Cabo-Rojo....... 69* 29" 30% 17-56... Cabo de la Aguada ú | Oeste-Noroeste..... 69" 25” 4” 18"27' 20” Cabo Borinquen 4 | Nornordeste....... 69% 16 34” 18-33 20”, (81) Se sabe que un minuto de grado terres- tre es igual 4 una milla, ó sea un tercio de legua marítima. La Isla de Puerto-Rico en su mayor es- tension, que es de Este á Oeste, está dividi- da por una cadena de altas montañas, de las cuales arrancan algunos anillos con direccion al mar hácia el Norte y el Sud; esas diversas ramificaciones cubiertas de bosques, encier- ran en sus intérvalos fertilísimos valles baña- dos por mas de cincuenta arroyos y rios (1). Cuatro de estos últimos son navegables has- ta mas de dos leguas de su desembocadura. La parte mas alta de esta cordillera hácia el Este, es la montaña de Luquillo, y por el Sud las de Aibonito cuyas elevadas cimas se ven con frecuencia cubiertas de nieve (2). (1) Mr. Ledru manifiesta poco conocimiento del pais que des- cribe, al estimar en cincuenta el número de rios y arroyos que corren por sus campos. Puerto-Rico es uno de los paises mas fa— vorecidos de aguas corrientes, y sorprende que en sus estrechos límites puedan alimentarse mas de mil y doscientos arroyos y rios como son conocidos. —(N. del 7.) : (2) El lector no podrá menos de estrañar con nosotros ta- maña exageración. Las nieves son desconocidas en nuestra Isla, como lo son en todas l:s Antillas. Tal vez la semejanza de las palabras nuage, nube, y neige, nieve, haya dado lugar a un error de imprenta. Segun la narracion del escriter francés, parece que concede la mayor altura á las montañas de Aibonito, cuando ¡a mas elevada de nuestra isla es la de Luquillo, cuyo punto mas ál- to, el Funque, está á 1,554 piés de elevacion sobre el nivel del mar, y /se distingue desde el Océano á60 millas de distancia. —(N. *del T.) ) 11 | (82) . Estos dos puntos elevados se descubren des- de el mar á gran distancia, y sirven de guia á los buques que navegan de Europa al Gol- fo Mejicano. La mayor estension de esta Isla de E Este 4 Oeste es de 402 leguas, desde el cabo Pi- ñero hasta el dela Aguada, y su mayor an- chura 15 leguas desde el cabo de San Pran- cisco al Sud, hasta la desembocadura del rio Sabana al Norte: su circunferencia aproxi- mada es de 120 leguas, y su superficie ep- cierra 720 leguas (1). San Juan, Capital de la Isla de Puerto-Ki- co, está situada en la costa norte, 4 la estre- midad occidental de un islote de dos millas marítimas de estension de Este 4 Oeste, y media de ancho aproximadamente: esta len- gua de tierra se une á la isla principal por el puente llamado San Antonio, que separa la bahía del Océano. - La ciudad está bastante bien construida: contiene doce calles, de las cuales seis corren de Este á Oeste, y seis de Norte á Sud, cor- (1) Las dimensiones de la Isla, segun los datos oficiales co- nocidos hasta el dia, son en su estension longitudinal de Este á Oeste, 30 leguas y 1,100 piés; su latitud de Norte á Sud, 11 le- guas y 14,000 piés, y su perímetro, siguiendo por las costas la línea tortuosa y cortando las bahías, puertos y ensenadas por sus entradas, es de 90 leguas. La superficie de la Isla próximamente es de 33 leguas. —(N. del T.) Ñ , (83) tándose todas en ángulos rectos: estas últi mas, trazadas sobre un plano inclinado, pro- porcionan á los habitantes de la parte al- ta una preciosa vista, que se estiende so- bre el Océano, la bahía y los campos ve- cinos: las calles mas largas son las de Este á Oeste y miden aproximadamente 260 me- brick | El aire que se respira en San Juan es puro, vivo y siempre templado por las fres- cas brisas que dispersan esa turba de in- sectos alados tan Sie en el interior del pais. La ciudad ofrece tres distintas clases de casas: las de las personas ricas son general- mente espaciosas, con grandes puertas y ven- tanas para dar lugar á la renovacion del aire, construidas de piedras, adornadas de un lar- go balcon, y cubiertas de un techo plano y ¿mdd de ladrillos: estas especies de terrados ó azoteas, tienen la ventaja de recoger las aguas llovedizas que se conducen ¿4 unas eorandes «cisternas para los usos domésticos, sirviendo al mismo tiempo de paseo en to- das las épocas del año, por respirarse Allí un alre puro y agradable. Los aposentos de es- tas hermosas casas están mal repartidos, y casi desnudos de adornos y muebles, echán- dose de menos en ellos la elegante comodi- (84) dad que ostentan los de las otras colonias (1). Los vecinos que solo gozan de mediana fortuna, los comerciantes y los artesanos vi- ven en pequeñas casas de mampostería, te- chadas de ladrillos y de un solo piso. La última clase de la sociedád se alberga en chozas construidas de cañas y cortezas de palmas, que cubren con paja: estas chozas forman los bárrios esteriores de la ciudad. San Juan posée una Catedral, un Con vento de Domínicos, otro de Franciscanos, una Comunidád de Monjas del Orden del Cármen y un Hospital militar fundado en 1615 (1) El lujo, esa lamentable necesidad de las sociedades mo-— dermas, abriéndose paso hasta nuestra apartada Antilla, ha dester- rado de ella, desgraciadamente, la vida patriarcal de nuestros abue- los, y sus.costumbres sanas y sencillas. Aquellas modestas y espa- ciosas Casas, desnudas de adornos y esquisitos muebles, han desaparecido, para dar lugar á otras de construccion moderna, estrechas y poco ventiladas, donde viven compactas mas personas que las que aconsejan los preceptos higiénicos. La poblacion no ostenta ya el risueño aspecto que tan bien describe nuestro histo- riador D. Iñigo Abad; aquellos huertos y corrales en que á la sombra de las palmeras, plátanos y papayos se deslizó tranquila la infancia de nuestros padres, están hoy cubiertos de mamposteria, y las modestas viviendas pintadas de blanco, albergues de paz y de ventura, nose ven ya á l? luz de la luna, como nidos de deli- cias, entre los árboles, plantas y flores que fingian un bosque. La poblacion ha aumentado considerablemente, y faltando espacio para las nuevas fábricas, se ha aprovechado el último pal- mo de tierra, y se levantan nuevos pisos sobre las casas bajas que existen. Indudablemente nuestra ciudad ha gamado mucho en arnato, y Mr. Ledru apenas conoceria el lugar que describe.—(V. del T.) ; (85 ) [1]. La Iglesia no ofrece al ojo del artista co- sa alguna digna de ocupar su atencion, y los Conventos no tienen ni bibliotecas ni cuadros de valor. | El Arsenal, nuevamente construido sobre (1) Mr. Ledru, que en su descripcion parece seguir al Padre Iñigo, equivoca la fecha de fundacion del que se llama hoy Hos- pital Militar, eon el de la Concepción situado sobre la muralla cerca de la Real Fortaleza. Segun el historiador citado, se estable- ció este asilo en 1615 por órden de S. M. para alivio de, los veci- nos que tan generosamente pelearon contra el general Balduino; pero probado con los documentos que dió á luz Tapia en su Bi- blioteca histórica, que la invasion del caudillo holandés fué el sá- bado 26 le Setiembre de 1625, la fundacion del Hospital, á ser cierta la disposicion del Rey, debió ser en una fecha posterior á «esta. —Entre esta asercion y la del Canónigo de esta Santa Iglesia D. Diego de Torres Vargas, que escribia el año de 1647, hay una notable contradiccion, pues este asegura que el referido Hospital fué fundacion de un vecino: de los antiguos y ricos, llamado Fran- cisco Juancho, vizcaino de nacion. El Hospital del Rey, bajo la vocacion de Santiago, que así se llamaba, estaba situado en la plaza principal frente al Cabildo, y no era otra cosa que unas cuantas casas particulares unidas entre sí: á su espalda y dando frente á la calle de la Fortaleza estaba el Cuartel ¡de San Cárlos, cuyo cuerpo de guardia ocupaba la esquina que es hoy café de la Zaragozana, y que por esta causa se ha llamado hasta aquí esquina de San Cárlos. El Hospital Militar que hoy existe, y que llevó tambien el nom- bre de Nuestra Señora de la Concepcion, de donde viene el error del P. Iñigo, fué fundacion del Sr. Obispo D. Manuel Gimenez Pérez, que lo dedicó esclusivamente álos pobres, y dió principio á su fábrica en 1774, concluyéndolo seis años despues, apesar de los innumerables inconvenientes y hasta persecuciones con que lo asediaron sus gratuitos enemigos; pero necesitando mas tarde el Gobierno un lugar donde “acomodar los enfermos militares, y te- niendo sobrado espacio el Hospital del $Sr. Gimenez Perez, pues admitia con facilidad hasta 500 individuos, convino pasarlo á ma- nos de aquel con la espresa condicion de dejar una sala de 30 ca- mas para igual número de enfermos pobres, de cuya asistencia se encargaria la Real Hacienda. Este pacto solemne ha venido guar- dándose hasta hoy, y los enfermos desvalidos siguen gozando la preciosa herencia que les legara tan virtuoso Prelado. La fundacion, “ pues, del actual Hospital Militar y de pobres, tuvo lugar en 1774, en que dió principio ásus trabajos el Sr. Obispo Gimenez Perez.— (NV. del T.) (86) un plano regular, es el único edificio público que merezca visitarse: en vano buscaria el viagero manufacturas ó colegios.... El pue- blo yace en la mas completa ignorancia, los frailes y algunas mugeres enseñan á un corto número de niños los elementos de la religion y la gramática, y las siete décimas partes de la poblacion de la Isla no sabe leer [1]. y (1) Felizmente este cuadro tan triste como verdadero ha cam- biado favorablemente. No solo existe hoy una escuela pública en cada pueblo, donde puede el pobre recibir gratuitamente la instruc- cion primaria, sino que en muchos de ellos se sostienen tambien otras para niñas con ignales ventajas, y en las principales pobla- ciones hay colegios y liceos que” llenan cumplidamente su mision. En el Seminario Conciliar que fundó á sus espensas en nuestra Capital el inolvidable Obispo Gutierrez de Cos, en el año 1831, y que hoy se encuentra bajo la hábil direccion de los RR. PP. de la Compañía de Jesus, puede la juventud alcanzar el grado de Bachi- ller en artes que le abre las puertas para emprender cualquiera de las carreras literarias; y los que se inclinan al Sacerdocio completan en él todossus estudios. La Sociedad Económica de Amigos del Pais, obra del bien intencionado Ramirez, sostiene hace años clases gra- tuitas de idiomas, matemáticas, dibujo y geografía, y el Gobierno que ve hoy en la ilustracion del pueblo la base mas segura de prosperidad y órden, costea cátedras de náutica, agricultura y comercio, y en estos momentos se ocupa de ensanchar la esfera del saber en nuestra provincia, perfeccionando la instruccion primaria y secundaria, y dotando el pais de institutos donde puedan adqui— quirirse ¿quellas carreras de mas aplicacion en él. Segun las últimas noticias estadísticas publicadas oficialmente, asisten á las escuelas de la Isla cerca de 4,000 niños, v de las 538,308 almas que tenia la Isla el 25 de Diciembre del año'1860, se encuentra que saben leer 51,250, lo que prueba cuanto hemos adelantado en ilustracion desde que escribió Mr. Ledru, y cuanto mas aun desde que el * conde O'Reilly, apenas hace un siglo, dirigía estas palabras á S, M, en la memoria que le encomendó formular sobre el estado de nuestra Isla en 1765: “ Para que se conozca mejor cómo kan vivi- do, y viven hasta ahora estos natural:s, corviene s ber, que.en toda la Isla no hay ms2s que dos escuelas de niñes, que fuera de Puerto-Rico y San German pocossaben leer, que cuentan por épo- “eas de los Gobiernos, huracanes, visitas de Obispo, arribos de flo- tas Ó situados; no entienden lo que son Jeguas, cada uno cuenta la jornada á proporcion de su andar, €c. €c.”—(V. del T.) (87) En 1765 el Gobierno de Madrid envió á Puerto-Rico al Conde de O'Reilly :«paza au- mentar sus fortificaciones: las que hoy exis ten, construidas Ú alteradas segun el proyecto de este ingeniero, hacen la plaza casi ines- pugnable. Los puntos mas importantes son el castillo de San Cristóbal y el del Morro: el primero domina todo el Este de la ciudad desde el mar hasta la bahía; sus baterías, que se dirigen á todos los puntos de esta línea, concéntranse en su mayor parte en la puerta construida ú la entrada del islote de que he- mos hablado, y que es la sola comunicacion por ticrra entre la Capital y el resto de la colonia: la plaza de armas” es muy espaciosa y puede un batallon maniobrar en ella con facilidad; está esta rodeada de casamatas, casernas y almacenes á prueba de bom- bas, y la domina el fuerte llamado el Caballe- ro, guarnecido con 22 piezas de artillería que cubren la ciudad y sus alrededores. Visto este castillo desde la llanura esterior presenta dos líneas de baterías, una sobre otra, y separadas entre sí por grandes fosos. Estas fortificaciones están todas flanqueadas de reductos guarnecidos de caminos cubier- tos, y de minas y contraminas, la mayor par- te de las cuales, abiertas á pico entre las rocas, están coronadas de grandes cañones. (88 ) Desde el castillo de San Cristóbal por el Norte hasta el del Morro, defienden la ciudad una muralla de 1,800 metros de estension y seis baterías colocadas en los puntos mas ac- cesibles de la costa, que por todas partes se ve erizada de peligrosos arrecifes. El Morro [1] construido á la estremidad occidental de San Juan, está defendido por la parte del mar por tres líneas de baterías que concentran sus fuegos hácia la entrada del puerto: la parte del castillo que mira hácia tierra está rodeada de una fuerte muralla flan- queada por dos bastiones armados de artille- ría gruesa que domina todo el espacio com- prendido entre este castillo y la ciudad, cru- zando sus fuegos con los de San Cristóbal. — Las cuadras, almacenes y algibes de este fuerte son 4 prueba de bombas, y sus minas se comunican por una puerta pequeña .con otra batería construida 4 flor de agua en la misma entrada del puerto, y que puede ser- vir, tanto para recibir socorros, como para co- municarse con otro fuerte llamado el Cañuelo. (1) Posicion astronómica 18% 29 latitud y 68% 25-23” longitud [ Conocimiento de los tiempos].—Segun el capitan Chur- ruca, est: posicion corresponde á 18 29” 10” latitud y 50% 48* 50” longitud, meridiano de Cádiz, La posicion geográfica del castillo del Morro es latitud 13" 28 40” Norte; y latitud 3 h. 59” 45” al Oeste del Observatorio de San Fernando.—(V. del 7.) . (89) Este castillo está construido sobre una ro- ca aislada en medio del canal que une el. Océano y la bahía, de modo, que los buques que entran tienen que pasar á dos tiros de fusil de las baterías: es verdad que si un enemigo osado se apoderase de la costa Nor-nordeste de la Isla y avanzase hasta la punta de Palo- Seco, situada, frente al Cañuelo, podria desde allí dea esta batería; pero le cañones del Morro le impedirian continuar adelante. Desde este fuerte, siguiendo el rededor de la bahía hasta San Cristóbal, defiende dá la ciudad una muralla flanqueada de reductos, 4 mas de cuatro fuertes llamados la Perla, Santa Helena, San Agustin y Santa Catalina: todas estas obras están erizadas de gruesa artillería. Hay en la muralla dos puer- tas muy frecuentadas: la una conduce al puer- to, que se encuentra al salir, y la otra de que ya he hecho mencion, pone en comúnicacion ¿4 la ciudad con el resto de la Isla. Además de los almacenes de pólvora establecidos dentro de las fortificaciones, hay dos mas, fue- ra de la ciudad: el uno á orillas del mar, y el otro en la bahía en un pequeño islote llamado - Miraflores. Las fortificaciones avanzadas de la plaza no son menos formidables; la primera, el San Gerónimo, está construida sobre una roca 4 12 (90) orillas del Océano; la segunda, San Antonto, está cimentado sobre pilotes, en un lugar cenagoso; y sus fuegos se dirigen hácia la punta de la costa del Nordeste, donde el ene- migo podria intentar un desembarco. La rada 60 bahía de San Juan, de que he hablado ya, tiene de largo tres millas y me- dia marítimas, y como cuatro quintos de an- cha, pudiendo contener de 3 4 400 buques, y con una profundidad de 2 á 7 brazas. Unas cuantas boyas y estacones colocados á lo largo de la bahía indican al piloto el ca— mino tortuoso que debe seguir para no se- pararse del canal estrecho y peligroso. Dos is- lotes de poca importancias llamados Las Oa- bras y La Cabrita, y ún-gran número de ro- cas ú flor de agua, no permiten que entren los buques sin práctico. En17.. la Anftrite, fragata francesa que mandaba M. de la Tou- che, se estrelló sobre estos arrecifes por no haber tomado esta precaucion. Cuando se viene de un largo [1] es nece- sario acercarse al Morro y gobernar de modo que pueda contestarse á las preguntas que al pasar el buque hace un oficial del castillo [ 2|: (1) Nota comunicada por el capitan Baudin. (2) Esta costumbre hace pocos años que cesó: un empleado al pasar el buque cerca del castillo, preguntaba su nombre, el lugar de donde venia, los dias de navegacion, €.* €£.2—(N. del T.) E (91) el buque debe seguir siempre cerca de tierra hasta llegar aproximadamente Este y Oeste de la primera puerta, donde se ancla en 6 6 7 brazas: regularmente el práctico toma allí el buque y lo conduce al puerto, donde hay buen ancorage: la mar sube un metro aproxi- madamente. La aguja varía 4” 23” N.E. Diferencia de meridiano entre San Juan y Paris 4h. 53" 42” [1]. Trazado ya el cuadro de la Capital, con- viene bosquejar el de las otras parroquias de la Isla, de las cuales no he dicho nada aun, to- mando por punto de partida, hácia el Oeste, la misma bahía que baña los muros de la - ciudad. 1 CosTA NOROESTE DE PUERTO-RICO, DESDE LA CIU- DAD DES. JUAN, HASTA EL CABO BORINQUEN, VEINTE LEGUAS Y MEDIA. 1. Bayamon. Este pueblo, situado le- gua y media al Sudoeste de San Juan, tiene 1,803 habitantes; sus tierras pantanosas se ven á menudo inundadas por las grandes ave- nidas del rio que lleva su mismo nombre, y (1) Conocimiento de los tiempos. (92) el cual va á vaciarse al Oeste de la bahía, despues de recorrer seis leguas y media en todo su curso [1|]. 2. Toa-Baja. A dos leguas de Beputaón: alimenta 2,597 habitantes pobres en su ma- yor parte, y que á no ser por la abundante pesca que hacen en las desembocaduras de sus rios, no podrian subsistir con los mez- quinos productos de la tierra [2]. Las orillas del rio Toa son muy cenagosas y cubiertas de mangles, hácia la parte del mar, en los que se alberga un inmenso número de ratas, rep- tiles y hormigas, que infestan las casas y des- truyen las siembras. 3. Toa-Alta. Se encuentra una legua mas arriba, á orillas del rio, y tiene 3,071 almas: su territorio produce mucho cacao silvestre y de mediana calidad; debido 4 la salubridad del clima se ha establecido allí un hospital militar para convalecencia [3]. (1) Este pueblo se fundó en 1772: su poblacion actual, se- gun la última estadística oficial publicada en 1861, es de $8, 125 al- mas; á mas de los frutos menores, se cultiva tambien en el "partido alguna caña de azúcar.—(V. del T ) (2) Este partido es hoy bastante rico, sostiene muy buenas haciendas de caña, á mas de los otros cultivos.—Su fundacion fué en 1745, y apesar de haberse desmembrado una parte de su terri— torio para formar el nuevo pueblo del Dorado, tiene una poblacion de 2,979 almas.—(V. del T.) ( 3) Su poblacion actual es de 4,321: se fundó en 1751 y su riqueza consiste en la crianza de ganado y cultivo de frutos meno- res. El hospital de convalecencia á que se refiere el autor desapa- reció hace tiempo; pero en 1857 volvió á este punto la tropa, de donde tuvo que regresar por no mejorar su condicion.—(N. del T.) . (93) 4. La Vega. Legua y media mas arriba del rio, tiene 1,230 habitantes: las tierras de la jurisdiccion són excelentes, pero poco cul- tivadas, pues sus colonos se dedican con pre- ferencia á la crianza de ganados en las espa- ciosas sabínas que se estienden entre el rio de la Vega y el de Síbuco; el primero de es- tos recorre en su curso nueve leguas, y el se- gundo, menos estenso, arrastra en su corrien- te arenas cargadas de lentejuelas de oro, de que en otros tiempos se hacia un comercio importante. Del rio Síbuco al pueblo de Ma- natí [3 leguas] el terreno es arenoso, inculto y despoblado (1). 5. Manatí. Que se encuentra sobre el rio de su nombre, y á legua y media distante del Océano, ocupa un hermoso valle muy fértil y bañado de aguas corrientes: viven en el partido 3,553 habitantes que prosperan de- dicados al cultivo de la caña de azúcar, café, arroz, maiz, habichuélas y otros muchos ve- “getales alimenticios (2). El sobrante de los “frutos que cosechan, despues de atender ¿su propio consumo, lo llevan á San Juan, apesar (1) Vega-Baja, á que se refiere el autor, basa hoy su riqueza en las haciendas de caña: su poblacion es de 7,971, y su fundacion fué en 1776.—N. del T.) , (2) Este partido es hoy muy rico: tiene buenas haciendas de caña. Se fundó en 1738 y su poblacion es de 11,559.—(WV. del T.) (91) que el camino es casi instransitable. Sin em- bargo de las ventajas que ofrece una llanura tan fértil y un rio bastante navegable, y que se presta á la explotacion de las maderas de sus bosques, el habitante de este lugar es po- bre y perezoso (1). De Manatí 4 Arecibo hay tres leguas y media, y el terreno es muy quebrado y montuoso. | 6. Villa de Arecibo. Su situacion es en la desembocadura del rio de su nombre, y en el que no puede entrar ningun buque que cale mas de tres metros de agua, por los bancos de arena que obstruyen el paso.—Hay en todo el partido 5,155 habitantes, dedicados (1) El traductor se creeria cómplice de la injusticia con que se califica el carácter puerto-riqueño desde muy remotos años, si al traducir esta frase no protestara contra su impropiedad. El Pa- dre Iñigo, y antes y despues que él otros muchos, han caido en lo que ha venido á ser hoy una vulgaridad: el Puerto-Riqueño es tan activo y laborioso como el que mas, cuando se le coloca y rodea de los elementos indispensables á despertar la movilidad. Agena de este sitio seria la completa demostracion de esta verdad; baste solo apuntar que la mayoría de nuestros campos están cultivados por brazos libres que atienden con abundancia á su propio susten- to, y que los nueve mil esclavos que escasamente están dedicados á las faenas agrícolas en las haciendas de caña, no pueden ser los que produzcan los seis millones de pesos que aproximadamente exporta el pais en azúcar, ron y mieles.—La calificacion de perezosos con que se ha querido tildar siempre el carácter de los Puerto-Riqueños es tan vulgar como injusta, y en-otro terreno, y con las estadísti- cas agrícolas de otros paises para compararlas con la nuestra, se demostraría hasta la saciedad con la irresistible lógica de les nú- meros que quizá en punto á laboriosidad estemos muy por enci- . ma de muchos pueblos que se titulan activos.—(WV, del T.) e A E A a ¿o 2 (95) al cultivo del arroz, maiz, tabaco y ála crian- za de gran número de ganado vacuno: tan indolentes como los de Manatí, no saben uti- - lizarse de la posicion ventajosa en que los ha colocado la naturaleza. El rio de Arecibo na- ce en las alturas de la cordillera que atra- viesa la Isla en toda su estension de Este á Oeste (1). 7. Utuado. Este pueblo se encuentra cerca del hacimiento del rio Arecibo: el partido tie- ne 1,226 habitantes pobres, y aislados del res- to de la Isla; pero robustos, sobrios y felices. Esta buena gente cultiva el café, maiz, arroz y las legumbres suficientes para su propio consu- mo, y conducen á los pueblos de la costa del Sud: mucho palo de tinte, recinas y otros pro- ductos de sus bosques, que se exportan para el estranjero (2). : Viniendo de Utuado al puerto de Arecibo se presentan á cada instante los puntos de vista mas variados y amenos. El rio que hay que atravesar treinta veces desde Utuado á Arecibo forma en su carrera dilatadas y gra- ciosas curvas, que al par que embellecen el (1) El partido de Arecibo es muy rico: el pueblo se fundó - antes de 1788 en que fué declarado Villa, y su poblacion actual es de 20,179 almas.—(Y. del T.) (2) La fundacion fué en 1739, su poblacion es de 14,950 almas.—(V. del T.) (96) paisage fertilizan los campos en que se ven pastar numerosas manadas de vacas, mulas y caballos, er como los mejores de la Isla. De Arecibo al rio de de [ dos leguas | las tierras están incultas y desiertas: los bos- ques se ven cuajados de abejas silvestres que los vecinos desdeñan cultivar, y sin cuidarse de la miel solo aprovechan alguna cera para el servicio del culto divino. El espacio que media entre Camuy y el rio de Guajataca [tres leguas] está cerrado de árboles entrelazados de lianas que hacen el paso intransitable. Muchos de estos vegeta- les se cubren de olorosas flores que embalsa- man la atmósfera con sus gratos perfumes, entre los que se hace sentir la vainilla (1). De estos bosques se estraen durísimas ma- deras, que se utilizan en la construccion de embarcaciones para la navegacion costanera. Un colono de Puerto-Rico, D. Antonio de Matos, posée en estas inmediaciones una estension de cuatro leguas cuadradas de ter- reno, de las cuales las noventa y nueve par- tes están solo pobladas de perros y toros sil- vestres. | 8. La Tuna. A la orilla izquierda del rio (1) Epidendrum vanilla L. po sa SS ti A a a it ss A (97) | Cuajataca, está poblada por 1,405 habitantes dedicados al cultivo del arroz, maiz, tabaco, un poco de café y algodon, y surten de frutos menores y aves al inmediato puerto de Agua- dilla: los vecinos de este partido, debido á la salubridad del clima, se distinguen por su ro- bustez, y se consideran los mas saludables de la Isla y los que mayor vida alcanzan, pues abundan entre ellos los centenarios (1). Pasando el pequeño puerto de la Isabela, donde se guarecen las embarcaciones meno- res, y atravesando la quebrada de los Cedros, que solo trae agua en la estación de las llu- vias, se empiezan 4 encontrar montañas cu- biertas de bosques hasta el cabo Borinquen en que termina la costa Noroeste de Puerto- Rico. Al rededor de este cabo hay muchos bajos y peligrosos arrecifes. 9,9 CosTA OCCIDENTAL DESDE EL CABO BORINQUEN AL NORTE, HASTA CABO-RoJO AL Sun, 19 LEGUAS, COMPRENDIENDO EN ELLAS LAS PRINCIPALES SINUOSIDADES. 1. Aguadilla. Precioso pueblo en el seno (1) Este pueblo hace tiempo que desapareció, y cerca del - Jugar que ocupaba está la /sabela, fundado en 1819 y con 11,134 habitantes en todo el partido.—(N. del T.) | 13 (98) de un golfo formado por el cabo Borinquen y la punta de la Aguada, cerca de la desem- bocadura de un pequeño rio llamado Oule- brina. Este puerto ha sido muy visitado por los corsarios franceses desde 1792; su fondo es bueno, y el ancorage seguro: muchas flo- tas podrian fondear en él áun mismo tiempo, y los buques acercarse hasta treinta metros de la playa: de sentirse es que esté tan abier- to á los vientos y sin defensa alguna. El navegante que arriba á la Aguadilla encuentra en todos tiempos abundantes fru- tas, legumbres y viandas, 'un clima delicioso, y un pueblo afable y social. La flota de Cór- doba en 1772, yla de Ulloa en 1776, arriba- ron á este puerto. y un gran número de los tripulantes las abandonaron para fijarse en este partido, donde tambien se encuentran muchos Canarios, que arrastrados por el de- seo de hacer fortuna emigran 4 las Antillas. La poblacion de este partido en 1778 era de 1,321 almas, y de entonces á esta fecha casi se ha duplicado (1). Su territorio, corto y no muy fértil, produce tabaco y café: los veci- nos, cuya mayoría se ha enriquecido en el comercio, se surten de los pueblos vecinos - (1) Aguadilla se fundó antes de 1775, y su poblacion actual asciende á 12,710 almas; la importancia de este partido como agricultor y comercial crece de dia en dia.—(V. del T.) (99) del interior, entre los que se cuenta Moca á dos leguas de distancia, y cuya poblacion aproximada es de 1,200 almas (1). 2. Pepino de de Vegas. Dista cuatro le- guas y media del Octano, y está situado al pié de las montañas: debido á su ele— yacion sobre el mar, goza una temperatura bastante fresca; su territorio contiene cerca de 1,243 habitantes dedicados en su mayor parte al cultivo de los frutos menores, y á la crianza de gran cantidad de ganado (2). -3. San Francisco de la Aguada. Se en- cuentra una legua mas allá del rio Culebri- nas, y su situacion es á orillas del mar en un hermoso valle bastante pantanoso é inundado á menudo; el territorio, que es muy dila- tado, está en su mayor parte inculto: sus ha- bitantes ascienden 4 4,814 y hacen un gran comercio de contrabando. El cabo de la Aguada, á dos leguas de San Francisco, es el punto mas oceidental de la Isla (3); de aquí (1) La fundacion fué en 1774, y su actual poblacion es de 9,832 almas.—[W. del 7] [2] Se fundó este pueblo en 1752: la poblacion del conti es hoy de 11,734 almas. —[Y. del T.] [3] Desde este punto hasta el cabo del Engaño, la mo mas occidental de la Isla de Santo Domingo, media la distancia de 32 112 legnas. Segun Bonne, en su Atlas Enciclopédico metódico, la situacion de este cabe es 71% 2 2” de longitud oriental, y el de la Aguada 69% 25 4”; la diferencia es, pues, de 1% 36 58” 6 97 cerca de 97 millas equivalentes á 9713 de leguas = 32 118 de leguas. (100) al Fiíncon las tierras son generalmente bajas y bañadas por cuatro arroyos poco caudalo- sos (1). 4. El Rincon. Situado en la punta llama- da Calvache, tiene 1,340 habitantes que cul. tivan en sus valles la caña de azúcar, café, maiz, y sobre todo el arroz. El camino del Rincon 4 Añasco atraviesa en toda su esten- sion una ancha zona de estériles arenas (2). Añasco. Se ha fundado á una legua distante del mar, cerca de los bosques de Guamwravo, célebres en la historia de Puerto- Rico por la muerte que se dió en ellos al jó- ven Salcedo, 4 quien ahogaron los indios en 1511 para esperimentar sl los españoles, sus ' conquistadores, eran ó no mortales. El puer- to de Añasco es inaccesible la mayor parte del año; las tierras del partido son húmedas y mal sanas, y los habitantes que ascienden á 3,628 son en su mayoría mulatos y se dedi- can al cultivo del café, arroz, tabaco y legum- bres, y crian además mucho ganado: las ex- portaciones se dirigen principalmente á la costa de Carácas y consisten en melado, ma- 2 [1] La fundacion de este pueblo se ignora por su antigiiedad; declaróse Villa en 1778, y su actual poblacion es de 9,612 almas.-— [V. del T.] (2) La fundacion fué en 1770, y tiene de poblacion hoy 5,168 almas. —( Y. del T.) sr Sa MER AIE (101) deras de construccion y cueros, y la impor- tacion mayor es de harina y muebles. Cerca del nacimiento del rio de Añasco hay una mina de p+ritas, que revela la exis- tencia de metales aun mas preciosos, y que has- ta la fecha nadie ha intentado explotar (1). 6. Mayagúez. Está sobre el rio del mismo nombre, á dos leguas y media de Añasco; sus tierras aunque secas, fértiles y variadas se ven casi incultas; la poblacion del partido as- ciende á 2,210 almas, y el cultivo principal es el arroz y café; pero se encuentra mucho ga- nado. En el rio de Mayagiez se hallan tam- bien partículas de oro, que los vecinos ven con indiferencia: la poca profundidad de su embocadura solo permite el paso á las em- barcaciones pequeñas: desde este rio hasta Cabo-Rojo, siete leguas, corre el camino ú4 través de fértiles llanuras, abundantes en aguas corrientes (2). | 7. Cabo-Rojo. Termina al Sud la costa oc- cidental de Puerto-Rico; el partido del mismo nombre tiene 1,540 habitantes dedicados al cultivo del arroz, maiz y tabaco en un suelo (1) Se fundó en 1793: su poblacion es de 12,339 almas. —(J. del T.) ; (2) Su fundacion fué en 1763: su poblacion asciende á 31,186 almas, y hoy por su agricultura y comercio es uno de los puntos mas importantes de la Isla. Para que el lector pueda formar una (102) pantanoso: el puerto es pequeño y solo admite buques de poco porte, y las costas están eri- zadas de arrecifes. La naturaleza ha abierto cerca del cabo un golfo estrecho y profundo, donde los vecinos han establecido salinas de que se alimenta una parte de la Isla (1). idea de la proporcion en que están las riquezas de los principales puntos productores de la Isla, he creido conveniente agregar el si- guiente ESTADO que demuestra el comercio de importacion y exporta- cion por las Aduanas y Depósito Mercantil de la Isla de Puerto-Rico en el año 1861. Aduanas. Importacion. Exportacion. Depósito Mercantil............. .. $ 377,690.26 $ 103,824.46 e 3 ¡Puerto-RicO........... 3.102,781.54 852,460.21 El Mayagiloz .cp6oyo co. 1.927,437.83. 1.223,287.29 .. o APPO 1.429,495.88 1,104,449.77 SS Eq ATTOJO coooconccnoronas 289,791.81 751,379.53 38 SS JNaguabo ..oomomoooooo: 100,930.87. — 393,669.60 3 3 >f Aguadilla............... 515,485.94 482,909.98 M3 MArecibO...ocmooommoo.. 338,198,29 455,257.80 Gi E y [ Cabo-RojO......o.o...- 6,034.86 Y, 2 8 Y Humacao. ....ooooc...- 978,093.63 2 a S, Fajardo ..... rd 190,875.03 557 oa amlla. .... e. Se 175,625.20 3 SS [ Salinas. ..ooooo0ooooco.- 45,577.42 a Importacion total... $8.676,811.42 $6.063,444.78 (Y. del T.) : (1) Se fundó en 1771, y tiene de poblacion 15,783 almas.— (Y. del T.) 2 e (103) ds COSTA MERIDIONAL DE PUERTO-RICO, DESDE CA- Bo-RoJo AL OESTE, HASTA EL CABO DE SAN FraANcisco Ó DÉ Mana PAscuA AL ESTE, 30 LEGUAS. 1. San German. Está á tres leguas de la costa y 4 21 de San Juan; sus pobladores pertenecen á las familias mas antiguas y dis- tinguidas de la Isla: fundólo Soto Mayor,en 1511, y quemado por los Caribes al siguiente año, lo levantó de nuevo el capitan Toro. Despues de la Capital, San German es la po- blacion mas importante de la Isla, tanto por el número de habitantes como por sus privi- legios: ascienden aquellos á 9,123, dedicados principalmente á la crianza de ganado y cul. tivo del algodon, arroz y café en sus dilata- das tierras: la parte Este y Sud del partido es árida y montuosa; pero la que se estiende hácia el Norte y Oeste posee los mas fértiles. terrenos de la Isla, y las llanuras producen los mejores frutos de la Colonia. Los produc- tos de San German se exportan en su mayor parte para la Guaira. Al Sudeste de esta ciudad está la bahía de Guánica, que el mar ha abierto en la eos- (104) ta y que se considera como la mejor de la Isla: sus dimensiones son de dos leguas de largo y una de ancho, y el fondeadero es tan seguro, que en medio de los mas fuertes temporales no corren peligro alguno en ella las embarcaciones. Los Ingleses hicieron en sus costas un desembarco el año 1743; pero los escarmentaron en el acto las Milicias del pais, _obligándoles 4 reembarcarse (1). 2. Yauco. Se encuentra á dos leguas del mar: la costa por esta' parte de la Isla está rodeada por un lado de arrecifes, y por el otro presenta una cadena de montañas incul- tas, por cuya falda corren los rios Cañas y Ventanas que bañan las fértiles vegas en que viven 2,647 habitantes, dedicados al cultivo del arroz, maiz y tabaco (2). La bahía de Guayanilla, no muy léjos de Yauco, es muy espaciosa y ofrece las mismas ventajas que la de Guánica; su entrada es bastante ancha, y se presta por tanto á dar abrigo 4 los buques de guerra. Desde Yauco (1) El autor confunde el pueblo de Guánica que fundó Sote Mayor cerca de San German el año 1510, y que lo abandonó el mismo por las plagas de mosquitos que molestaban á los poblado- res, con la ciudad de San German (que así se llamaba entonces) fundada tambien en 1510 por el valiente capitan Miguel del Toro. San German tiene hoy una poblacion de 41,339 almas.—(. del T.) (2) Yaueo se fundó en 1756: su poblacion actual es de 13,724 almas. —(V. del T.) ; (105) á Ponce, que hay tres leguas y media, sigue el mar estrellándose sobre el cordon de arre- cifes que rodea esa parte de costa. 3. Ponce. Es un partido de importancia tanto por su poblacion que asciende á 5,733 almas, cuanto por si estension y por sus co- sechas de café, que en algunos años se elevan á 47,000 fanegas: los cerdos que se crian en este partido son de una carne excelente. El pueblo está situado á la orilla occidental del rio que lleva su mismo nombre, y como á una legua distante del mar. Las tierras secas y áridas en muchas partes, en otras están cu- biertas de montañas 4 que prestan su sombra los mas hermosos árboles de la Isla. El rio de Ponce desagua en un golfo de una legua de ancho y con un fondo muy limpio; la entra- da está defendida de los vientos del Sud por un islote desierto llamado Caja de muerto, que tiene una milla de largo (1). De Ponce á Coamo hay seis leguas de dis- tancia, y la costa aparece estéril y desierta. (1) Ponce, así como Mayagiez, es hoy un partido muy rico y cuya prosperidad crece de dia en dia: la villa es muy dilatada . y pintoresca, y sus habitantes se recomiendan por su afabilidad. Para su importancia agrícola y mercantil, consulte el lector el cua- dre anterior de importaciones y exportaciones de las Aduanas de la Isla.—Su fundacion fué en 1752, y sus habitantes ascienden hoy á 28 ¿1566.—(MV, del T.) 14 — | (106) | Las orillas del Jacagua están cubiertas de bosques: este rio desagua en el pequeño gol- fo llamado Boca- Chica, que sirve e de a al comercio de esta costa, 4, Coamo-Arriba. A dos leguas del Oct no, tiene 4,797 habitantes: el clima essano y templado. Las tierras, aunque no de la mejor. clase, producen café, arroz, mala y en general toda clase de vegetales (1. 5. Ooamo-Abajo, que está á la desembo- cadura del rio de su nonibre, es célebre en la Ísla por su fuente de aguas minerales, cuya temperatura se eleva hasta 28" del termó- metro de Farenbeit y de las que se despren- de un:olor sulfuroso que se, disipaal instante; bebidas estas aguas en gran cantidad, sirven tes contra la supresion del menstruo, las dificul- . tades de la orina y las obstrucciones del' bajo vientre. Si el local permitiese el estableci- miento de una casa de baños, podrian ém- plearse estas aguas para la curacion de-las parálisis recientes, los reumatismos y todas las - enfermedades producidas por la condensacion- (1) Su fundacion fué en 1640, y su poblacion es de 5,849 almas. En 1778 tomó el nombre de Villa.—N. del T.)' (107) de la linfa y las debilidades del sistema ner- vioso (1). De Coamo á Guayama, siete leguas y tres cuartos, la cósta en general es arenosa y cu- bierta de vigorosas palmeras, eon solo dos ar- royos muy pobres de aguas. 6. Guayama, que está 4 una legua del mar, cuenta 5,120 labitantes que cultivan el . arroz, maiz, café y malagueta, y exportan pa- ra el extrangero mucho ganado y excelentes maderas de construccion. El pueblo tiene mas de 200 casas, y el territorio confina con el de Cayey de Muesas, que está á seis leguas de distancia de Guayama en direccion al Norte. La poblacion de Cayey llega solo 4 302 indi— viduos, que viven felices y contentos en un valle muy fértil y bajo un clima delicioso, al *pié de las montañas de Aybonito. El rio de. Guayama marca la division de _dos terrenos de naturaleza enteramente dis- (1) Coamo-Abajo se declaró pueblo en 1841 con el nombre de Santa Isabel de Coamo: su poblacion es de 2,145 almas. La fuente de aguas minerales á que se refiere el autor se ha utilizado para el establecimiento de una casa de baños de efectos tan mara- villosos, que constantemente acuden allí enfermos de dentro y fuera de la Isla 4 recuperar su salud. Su actual dueño, D. José Usera, acaba de montarlo de una manera tal, que lo pone á la altura de los mejores de su clase. De sentirse es que estas prodi- giosas aguas no hayan llegado al gabinete del químico, para que poseyésemos el análisis cuantitativo y cualitativo, tan necesarios para su acertada aplicacion en las dolencias humanas.—(N. del 7.) ed (108) tintos: las tierras de la derecha son general- mente áridas y arenosas, miéntras que las de la izquierda se reputan como de las mas fér- tiles y de mas pintoresco aspecto (1). 4,9 Costa ORIENTAL DE PueErTOo-RICO, DESDE EL CABO SAN FraNcIscO Ó DE MALA PASCUA, AL SUD, HASTA EL CABO SAN J UAN AL Nor- TE, 18 LEGUAS. Md ee 1. Humacao. Está á seis leguas de dicho cabo, y el viagero encuentra en todo el trán- sito románticos y pintorescos sitios á que dan vida y movimiento numerosos ganados, cam- piñas cultivadas y bosques. En este suelo fa- vorecido por la naturaleza y bañado por tres arroyos, la vegetacion se ostenta mas rica y mas variada que en ninguna otra parte de la Isla, El pueblo se ha construido 4 una legua del mar. El partido cuenta una poblacion de 1,769 habitantes, dedicados en su mayor par- (1) Guayama es hoy un partido importante por sus grandes haciendas le caña: su fundacion fué en 1736, y tiene 8,457 al- mas. (NV. del Ty y » PP” . AAA e Ys el " MN? (109) te á cultivar un poco de café, algodon y maiz; los marineros y soldados de Humacao se con- sideran como los mejores de la Isla. Por su delicioso valle corre el rio de este nombre, cuyo nacimiento está 4 cinco leguas de su desembocadura, que solo da paso 4 embarca- ciones pequeñas (1). Pasado el rio Daguao y despues de doblar el cabo Piñero al Nordeste, se dirije el via- gero hácia el Nor-nordeste atravesando una costa montuosa y llena de pantanos: esta es- tension de tierra la cruzan los rios Majaguas, GCañuelo y Fajardo. La distancia que media entre el cabo P+- ñero y la Isla de Vieques, llamada tambien Isla de Cangrejos 6 Borinquen, es solo de cin- co leguas: esta Isla tiene tiene siete leguas de largo y dos de ancho: sus terrenos son férti- les y no faltan aguas corrientes: los bosques son abundantes y ricos, y en sus costas hay muchos golfos con bastante fondo, y ademas un buen puerto que visitan menudo los bu- ques de cabotaje de San Tomas, San Juan, San Martin y Santa Cruz, que van ácortar y exportar maderas. La posicion geográfica de esta Isla, segun Borda (2), es á los 18" 2” (1) Se fundó en 1793, y tiene de poblacion 10,40 almas. — (N. del T.) E Véase el tomo 2.” de sus viages, pág. 161. (110) de latitud y 67* 54 30” de longitud, y se- gun Bonne (1), álos 18” 7” 7” de latitud y 67 34” de longitud. Los Españoles, que se titulan dueños exclusivos de Vieques, ni sa: can partido alguno de él, ni menos permi- ten que se establezca allí ninguna otra na- cion (2). 07 Cosra NorDeste DE PuErTo-RICO, DESDE PL CABO SAN JUAN EN QUE TERMINA LA COSTA ORIENTAL Y COMIENZA LA DEL NORTE, HAs- TA LA CAPITAL, 133 LEGUAS. En el espacio que media entre el cabo San Juan y Loiza (3), siete leguas y media, corren los rios de Aguas-Prietas, San Mar- tin, Sabana, Luquillo, Rio- Grande, Herrera (1) Atlas Geográfico-Enciclopédico-Metódico. (2) Véase lo que sobre Vieques dice Raynal en su Historia Filosófica, pág. 178, lib. 12.—Masson Je Morvilliero, Geografía Enciclopédica.—Cassau, Memorias de la Sociedad de Emulacion, tomo 4.—Montelle, Geografía on Física y Política, tomo 15, pág. 94 [*]. , (3) Se fundó en 1719, y tiene 6,476 almas.—(N. del T.) [*] Nuestros títulos sobre la isla de Vieques son indisputa- bles: bastaríanos su contínua posesion desde el descubrimiento de la América; pero hay ademas otras razones en que fundar nuestros derechos. Las tierras descubiertas por Colon y sus heróicos eom.- pañeros á la sombra del estandarte de Fernando é Isabel, eran el | (111) y Loíza: el único navegable es este último, que corre catorce leguas de Sud á Norte, desde su nacimiento 4 su desembocadura. Su- biéndose este rio, y como á ocho leguas dis- tante del Océano, se encuentra la pequeña colonia de Cáguas, compuesta de 640 habi- tantes establecidos en uno de los mejores terrenos de la Isla; pero casi sin vias de co- municacion para exportar sus frutos é impor- - tar los artículos necesarios para su subsisten- cia (1):por último, los pueblos de Guaynabo “primero y mas legítimo título que asegur-ba su señorio. Descubierta, visitada y conquistada la Isla de Puerto Rico por vasallos «spaño— les, nunca dejó de pertenecer á la Corona de Castilla, y Ja isla de Vieques por su posicion topográfica en las aguas.de aquella, á mas de ser española por esta circunstancia, fué visitada la primera vez por-las Milicias Puerto-Riqueñas el.año de 1514 á, las órdenes del Gobernador Cristóbal. de Mendoza, que á la cabeza de un puñado de valientes, salió de San German en persecucion del Cacique caribe Jaureybo, que ,por vengar la muerte de su hermano Cacimar, acababa de hacer una correría por nuestra Isla: alcanzado por los nuestros, murió el Caribe y muchos . de sus compañeros, volviendo Mendoza á San Germ: n con las pi-- raguas que arrebató ¿l enemigo en Vieques: fué pues visitada por nosotros antes que poe otros la citada Isla. Hay mas, por su Bula fechada en Mayo de 1493, el Papa Alejandro VI nos reconoció el dominio de estas islas y prohibió que se acercasen á ellas los in- dividuos de otras maciones, bajo la pena de excomunion mayor. He aquí una parte de este importante documento: “(Quibus cuwmque - personis, cujus cumque dignitatis, etiam: imperiales et regalis sta- "tus, gradus, ordinás, vel conditiones, sub excomunications late se- lentice pena, quam coipso, si-contra feerint, incurrant, districtius (1) La hermosa carretera que une á Cáguas con la Capital, ha sido su casi único elemento de prosperidad: este partido crece en riquezas de dia en dia, y apenas se echan allí de menos las co- modidades que disfrutan los pueblos de las costas. La fundacion de Cáguas fué eri 1775, y su actual poblacion monta á 11,540 al- mas.—(V. del T.) | » (112) (1) y Rio-Piedras (2) cerca de la" Capital, y los cuales tienen 1,284 almas el primero, y 1,636 el segundo. inhibermus, ne ad insulas, et terras firmas inventas, ct invenien- das, detectas et de tegendas, versus occidentem et meridien, fa- bricando et construendo lincam, a polo artici ad polum antarti- cum, sive terre firme et insular invente et inveniende sinl versus Indiam, ant aliam quamenmque parttn que linea dislet a qualibet insularum que vulgariter nuncupantur de los AZARES Y CAPO V£RD, centum lencis versus occidentem el meridiem, ut pre- fertus, promercibus habendis, vel quasis alia de causa accedere praesumant, absque vestra ac haeredum et successorum vestrorum licencia especials. La Bula de Alejandro VI debió quedar subsistente hasta 1635, pues en 12 de Julio de este año, á pedimento del Cardenal Riche- lieu, suspendió el Papa Urbano VIII aquella censura para permitir que los Padres Pélican Griffon, Nicolás y Raymond, de nacionali— dad francesa, pudieran pasar á las Antillas para predicar y catequi- zar á los Caribes: este especial permiso confirmó nuevamente los derechos reconocidos á nuestra nacion sobre estas islas: derechos indisputubles en todas aquellas de que no nos hemos desprendido, Ó por efectos de guerra Ó por acomodamientos diplomáticos. Es verdad que en 1647, los emprendedores Ingleses intentaron adueñarse de Vieques (Crab Island) por indicacion de John Pi nard, que á la cabeza de una espedicion la ocupó para unirse á al- gunos de sus compatriotas que ya habian empezado á cultivarla; pero tambien es cierto que tan pronto como llegó á noticia de los Puerto-Riqueños la invasion estrangera, volaron á la isla y pa-aron á cuchillo á todos los intrusos, é igual suerte cupo á los Fran- ceses, que seguidamente intentaron establecerse en ella, y de los que solo sobrevivieron cinco, que en la fuga pudieron alcanzar las cimas d+ los montes, para escaparse mas tarde cuando los nuestros regresaron a su Isla. El abandono en que por consecuencia natural estuvo siempre (1) Se fundó en 1723, y su poblacion es de 5,132 almas: es- te partido, uno de los mas antiguos de la Isla, es al mismo tiempo uno de los mas pobres.—(NV. del T.) DY (2) Ni su proximidad á la costa, ni la carretera que por tantos años ha- “unido este pueblo con la Capital, han podido arran- carlo de su precario estado, apesar de ser el quinto pueblo que se fundó en la Isla el año de 1714.—La pobreza de sus tierras parece que se opone á su prosperidad: su poblacion actual es de 5,212 almas. —(N. del T.) . CAPITULO V. Historia de Puerto-Rico desde el año 1493 hasta el de 1765.—Relacion del sitio de San Juan puesto por los Ingleses el 17 de Abril de 1797 y levantado el 1. de Mayo siguiente. Aunque la Isla de Puerto-Rico fué des- cubierta por Colon desde 1493, -su conquista Vieques, parecia aguijonear el deseo de los estrangeros vecinos que, sin aprovechar los escarmientos, jamás desmayaron er su pro- pósito de apropiársela; así vemos, que el gobierno Danés estendia en 7 de Setiembre de 1687 á favor de Adolfo Smit, título de go- bernador de Santómas, San Juan, Pequeño y Gran Pasage é Isla de Vieques; y que aun en 1690 su sucesor Heins, se opuso á que los Brandemburgueses se instalasen en ella, pues la miraba como ter— ritorio Danés dentro la esfera de su mando. Si se recuerda el triste ' estado en que se encontraba entonces [1690] la Isla de Puerto-Ri- co, atacada de contínuo por los corsarios y ejércitos de naciones enemigas, inculta y despoblada, y sin mas comercio que la expor— tacion de 4,007 quintales de gengibre y 10,000 cueros, recibiendo el Obispo sus diezmos en casabe, pues apenas corrian algunas mo-— . nedas, sin una sola tienda en que comprar lo mas preciso, y sujeto el comercio al trueque ó cambio de cosa por cosa, sin médicos ni boticas; si se tiene pues presente el estado de abandono y pobre- za en que estuvimos hasta el año 17683, cuando pasada la última guerra nscional empezó el gobierno á ocuparse de su fomento, no - seestrañará que se viese con tanta indiferencia la pequeña isla de Vieques, mas indiferente aun por su proximidad á la de Puerto- 15 (114) por el Capitan Juan Ponce de Leon no tuvo lugar hasta el año 1511, á costa de grandes penalidades y sangrientas batallas con los in- dígenas, que defendieron heróicamente su li- bertad, prefiriendo morir con las'armas en la mano, antes que ser sepultados vivos en las minas á que los condenaba la avaricia. Los detalles relativos á las primeras guer- ras y á la conquista de esta Isla pueden verse en los historiadores españoles Herrera, Ovyie- do, Juan de Castellanos y el Padre Iñigo. Apesar de mi propósito de no dar mayores dimensiones úesta obra, no he podido resis- tir la tentacion de tomar de estos autores las. dos siguientes extraordinarios anécdotas que tuvieron lugar en aquellos desgraciados tiem- pos, y que prueban la profunda ienorancia de Rico, que por su estension y feracidad ofrecia mas ventajas á los colonos. Sin embargo, fa desde 1729 empezó el gobier no de por Eo 2 visitar de vez en cuando la vecina isla, y á principios de este siglo, no teniendo brazos sobrantes con que atender á su fomento, permitia á los vecinos de Santómas y Santa Cruz que se estableciesen en. ella y la- brasen sus tierras, y anterior á los años de 1789, el Capitan Gene- ral de Puerto-Rico nombraba comandantes de la clase de paisanos, á quienes confiaba el gobierno político y militar de la isla. El Ge- neral D. Salvador Melendez, que gobernó esta Provincia desde 1809 á 1820, hizo construir por los años de 1816 al 17, un fuerte - * sobre un-cayo en Puerto Real al Sud de aquella isla, y en 1839 el gobierno de España nombró Gobernador de l» isla á D. Teófilo - A Le Guillen, de nacionalidad francesa, concediéndole el grado de. A Teniente Coronel, para que con mayor prestigio gobernase la co- | lonia. ; Llegó el año 1845, y debieron renovarse las antiguas pretensio- nes de considerar la isla de Vieques como agena á la Corona de España, cuando el Excmo. Sr. Conde de Mirasol, que gobernaba entonces esta Provincia, puso término á ellas, ocupándola militar- mente con una guarnicion de infantería y artillería, y ordenando é AU losindígenas, y hasta donde puede el fanatis- mo ultrajar la humanidad. Habíanse reunido secretamente unos cuan- - tos Oaciques para tratar sobre los medios de sacudir el yugo que se les habia impuesto: los mas tímidos, imbuidos en la creencia que los españoles eran inmortales, propusieron, que antes de acometer empresa aleuna, era con- veniente el cercioramiento de: acuel aserto por medio de algun experimento decisivo, y acogido el pensamiento, se dió la delicada co- mision al Cacique Broyoan, gefe de un canton situado cerca del rio de Añasco. | - La casualidad quiso favorecer los desig- nios del Cacique, haciendo que llegase has- ta su territorio un jóven españ llamado Salcedo: acogiólo el gefe indígena con las la. coustruecion del fuerte Isabel 2.*, junto 4la poblacion que hoy existe. Desde entonces se estableció un gobierno regular en la isla compuesto de una Junta de visita y un Comandante Militar, destino que fué creado desde 1843, á la muerte de Mr. Guillen. He aquí pues en resúmen la historia de esa pequeña isla. Vie- ques está al Este de Puerto-Rico, entre los 18% 4” y 18* 10” latitud N. y entre los meridianos 58% 5 57 18” y 59 16” al Occidente del meridiano de Cádiz: su figura es mes y estrecha, y dista 3 leguas de Puerto-Rico y 6 de Santómas. Su mayor estension de E. á O. es de 6% leguas y su mayor anchura 14 . Las tierras de Vieques son - Como las de Puerto- Rico, arenosas en la costa, y de superior cali- dad en las llanuras ¿el interior. Aunque lentamente, la isla va desarrollando sus riquezas, y segun el último censo tiene hoy una poblacion de 2,979 almas, distribuidas en los barrios de Pueblo, Ferre, Florida, uerto Real, Llave, Punta Arenas, Mosquitos y Mu- las. Los productos de sus riquezas ascendieron en 18683 á $5226,328 segun declaracion de los propietarios, en la forma siguiente: log . de la Riqueza urbana $14,546, los de la agrícola: $130, 596, los de la pecuaria 7,056, los de la mercantil sis, 220 y los de la in— dustrial $31,110. _N. del T.) (116) mayores muestras de deferencia, y al despe- dirse, le dió algunos indios para que le acom- pañasen y guiasen porel camino, instruyéndo- les secretamente del plan que habia pre-- meditado en cumplimiento de su mision. Al llegar á las orillas del Guauwrabo, uno de los indios indicó á4 Salcedo que su- biese sobre sus espaldas para atravesar el rio; aceptó el desgraciado mancebo la proposicion, y cuando estuvieron en el agua, lo sumergie- ron en ella hasta que cesó de dar señales de vida; estrageron el cadáver, y colocado á la orilla, en la duda de si estaba ó no muerto, comenzaron é pedirle perdon por la desgra- cia sucedida, y. le decian: “Señor Salcedo, perdonad que cav4mos con vos, levantaos para seguir nuestro camino. ” Continuó esta co- media por tres dias hasta que la putrefaccion del cadáver los convenció que sus conquista- ' dores eran tan mortales como ellos: esta no- ticia fué la señal de una insurrección general: cayeron los indios de golpe sobre los espa- ñoles, asesinándoles un centenar. Cuando supo lo ocurrido el Capitan Juan Ponce de Leon, se puso á la cabeza de los re- fuerzos que habia recibido de Santo Domin- go y empezó á ejercer crueles represalias pa- ra vengar la muerte de sus hermanos con la sangre de sus enemigos. Numerosas partidas F (117) de españoles recorrian los campos con el hier- ro y el fuego en las manos para subyugar á los indios, mientras que otros, con perros amaestradosén esta clase de guerra, cazaban en los bosques á los que se habian refugiado allí. - Entre estos animales conserva la historia el nombre de uno que por su instinto y fero- cidad llegó á ser el terror de los indios Puerto-Riqueños: llamábase este perro Be- cerrillo, (1) y era tal su instinto, que sabia distinguir los Europeos de los Americanos, y: conocer cuál indio era amigo y cuál enemigo de sus amos, á los que defendia valerosamen- te lanzándose furioso sobre los que los ata- caban. ] E Cuéntase de este perro que se encontró una vez con una india que llevaba unos des- pachos al comandante de un puesto español; iba ya á arrojarse sobre ella, cuando la mujer enseñándole la carta, le dijo: “Perro Señor, (1) Este perro de triste celebridad, llegó á hacerse tan útil á los conquistadores del país, que se Je señaló á su dueño igual suel- do que 4 un soldado ballestero: un hijo suyo, llamado Leoncillo, acompañaba al adelantado Vasco Nuñez de Balboa en la Tierra Firme, y de él dice Fernandez de Oviedo en su libro 16.0, cap. 11: que ganaba una parte é áveces dos, como los buenos hombres de guerra, y se las pagaban al dicho adelantado en oro y en escla— vOS.,....-. Becerrillo murió en una de las invasiones caribes, en el rio de Loiza, herido de una flecha envenenada. (WN. del T.) (18) yo voy ú llevar esta carta de los cristianos 4 los otros; no me hagais mal, perro Señor.” A estas UM Becerri) olió la carta, y co- nociendo que era de sus amos, dejó á la muger que “continuase su Camino. Aun no estaba la Isla completamente pa- cificada, cuando una plaga de hormigas se presentó destruyendo las flores y los frutos y esterilizando una gran parte de las labran- zas. Poco tiempo ds padBia vencedores con- tagiaron á los vencidos comunicándoles la viruela, dándoles éstos en cambio el vergon- zoso mal que ataca las fuentes de la vida (1). - (1) La creencia de que América fué la cuna del funesto mal con que la n«turaleza parece castigar al licencioso sensualista, ha subsistido hasta nuestros dias, en que las investigaciones científi— cas é históricas, en sus esfuerzos por perseguir hasta su orígen tan vergonzoso mal, han redimido á la América de esta tan triste, cuan injusta responsabilidad. La coincidencia de presentarse mas osten - siblemente esta calamidad física en casi toda Europa poco tiempo despues del descubrimiento del Nuevo Mundo, dió fé á tal creen- cia; supúsose que la espedicion de Cárlos 8.% contra Nápoles, don- de poco tiempn despues se encontraron en contacto con los Espa- ñoles los individuos de casi todas las naciones de Occidente, fué el medio de rápida propagacion que encontró ese terrible azote de la humanidad; no desmentida en su orígen la gratuita asercion, pasó confirmándose de historiador en historiador, hasta nuestros dias, en que ha podido probarse hasta la saciedad, que lejos de haber recibido en América los Europeos el mal de que se trata, fueron estos los que allí lo llevaron. La confirmacion de esta verdad se encuentra en el libro publicado eu Venecia el año 1823, titulado Lettere sulla sto- rice de mali veneri, di Domenico Thiene, en que el autor eon una abundancia de citas científicas é históricas persigue el mal (119) Los Caribes de las Islas de Barlovento, que habian venido en auxilio de los indios Bo- rinqueños, comenzaron á invadir las costas de la nueva Colonia, cayendo de improviso sobre los nacientes pueblos para saquearlos é incendiarlos, retirándose luego con el botin. Desde 1511 4 1530 sufrió la Isla seis de estos sangrientos ataques, y en este último año dos furiosos huracanes asolaron la Colonia. La mayoría de los Españoles, cansados de luchar con las contrariedades de los elementos y de paso á paso, hasta encontrarlo en una época anterior al descubri- miento de la América: tambien referimos al lector á una eru- dita nota con que Prescott, el feliz historiador de los Reyes Cató- licos, refuta ese cargo que se ha hecho á la América, fundándose: 1. Que ni Colon ni ninguno de los historiadores de sus dias men- . cionan en sus minuciosas eorrespondencias la existencia de ese mal; 2.2 Que los trabajos de Navarrete posteriores á la obra de Thiene lo confirman así, 3.2 Que pasaron 25 años de descubierta la América sin que se supiese de un solo sifilítico procedente de ella: por el contrario, siempre se encontró el mal viniendo de la Francia; 4.9 Que antes de la espedicion de Cárlos 8.2 contra N ápo- les ya se conocia el mal en Francia: por consiguiente no puede atribuirse su contagio á los Españoles procedentes de América; y MX Que muchos historiadores hablan de su rápida propagacion an- “tes que Colon saliese á descubrir el Nuevo Mundo. Pero si alguna ' duda quedase respecto al orígen de este mal, la desvanece una car- ta de Pedro Martir al sábio portugués Add Barbosa, profesor de griego en Salamanca, fechada en 5 de Abril de 1488, cinco años antes que regresase Colon de América, y en la cual se habla del morbus gallicus, describiéndole con todos sus síntomas y caracte— res. El vergonzoso mal de que nos ocupamós no nació pues en América: lejos de eso, fueron los Eurepeos los que lo introdujeron en ella.—(Y. del 7.) ; * > (120) los hombres, abandonaron la Isla en 1532 pa- ra establecerse en la de la Trinidad; pero los unos murieron náufragos en la travesía, y los otros víctimas de las venenosas flechas con que los recibieron los indos de aquella Isla. En 1595 el almirante Drake, despues de sus ataques por las costas del Perú y Tierra- Firme, saqueó la ciudad de S. Juan é incendió los buques que 'se hallaban en su puerto (1.) Tres años despues, el duque de Cumber- land desembarcó en la Isla y destruyó á san- ere y fuego muchos de sus partidos, dándose luego á la vela cargado de despojos y lleván- dose diez cañones arrebatados á los sitiados, Esta espedicion, sin embargo, le costó .400 hombres, que murieron víctima de las enfer— medades epidémicas. (1) Drake no logró desembarcar sus tropas en nuestro puer- to, apesar de sus grandes aprestos de 40 lanchas, 25 buques, en- tre estos seis galeones, 3,000 ¿infantes y 1,500 marineros, tenien- do nosotros por toda fuerza 750 hombres. (Véase la descripcion de este ataque en la Biblioteca Histórica de Puerto-Ríico por Tapia, fol 404.) Rechazado Drake vigorosamente en sus repetidos ataques los dias 22, 23 y 24 de Noviembre de 1595, tuvo que retirarge sin causarnos mas daño que elincendio de la fragata Magdalena y la pérdida de 40 hombres que muiieron, unos en el incendio del bu- que, y otros heridos en la pelea, miéntras que el invasor dejó en nuestro peder 9 lanchas y perdió 400 hombres, entr: ellos el gene- ral Juan Aquines y dos de los principales gefes de la espedicion.— Cúpole 4 los Puerto-Riqueños la gloria de haber sido los prime- ros, quizá los únicos, que hicieron retroceder á tan vnliente cau- dille, célebre por sus triunfos y hazañas en las costas de la mé: rica Española.-—(N. del IA (121) En vista del cúmulo de desgracias que pesaban sobre la naciente Colonia, la corte de España determinó al fin venir en su socorro aumentando las fortificaciones del Morro, em- | pezadas desde el reinado de Felipe II, envian- do algunas tro] .s y municiones, y llaman- do nuevamente í los indígenas (1) y colonos que se habian refugiado en las otras Antillas. Los sucesos justificaron bien pronto la opor- tunidad de esas medidas. En 1615 una escuadra inglesa (2) désem- (1) El autor estaba mal informado: los indígenas desapare— cieron casi por completo desde el año 1534, veinte y cinco años — despues del reconocimiento de la Isla por Ponce de Leon: en 26 de Febrero de este año los gobernadores de Puerto-Rico decian en su carta al Emperador: “De cuatro años acá el óro afloja, los indios - se han:acabado.” Parece que diez años despues hubieron de apa- recer algunos rezagados, pues el Obispo Bastidas en una co- municacion al Príncipe y Consejo, les decia: Se puso en libertad á los indios naturales de la Isla, que conocieron tan señalada merced. Serán chicos con grandes, sesenta.—Biblioteca Histórica de Puerto-Rico.) (2) La invasion á que se refiere Mr. Ledru, ni fué in- elesa, ni ocurrió en- 1615. el Padre Iñigo, á quien sigue el autor francés, la fija tambien en ese tiempo: fueron los Ho- landeses los que en Setiembre delaño 1625, bajo el mando del General Balduino Enrico, atacaron la Capital, y pusieron si- - tio al castillo del Morro, donde se habia refugiado el puñado de hombres que despues de un sitio de veinte y siete dias hicieron una desesperada salida y batieron al enemigo, obli- gándolo 4 reembarcarse con pérdida de 400 hombres y una «de sus mejores naves. El héroe de esta gloriosa jornada fué el valiente Puerto-Riqueño Capitan D. Juan de Amézquita que mandó el ataque y dió muerte con su propia mano al segundo gefe enemigo. —El modesto monumento que se. ve á izquierda del paseo en el campo del Morro, se erigió para conmemorar este honroso hecho de armas; es esta una gloria mas de que se enorgullecen los Puerto-Riqueños. La minuciosa descripcion de este sitio puede verse en la Biblioteca Histor- ca de Puerto-Rico.—¡N. del T.| 4 16 Desi e (122) barcó sus tropas, que se apoderaron de la Capital, cuyos aproches no estaban aun for- - tificados, y sitiaron al Morro; pero la guarni- cion bajo el mando del Gobernador D. Juan de Haro, hizo unas salidas tan resueltas y vigo- rosas, que batidoel enemigo en diferentes ata- quesse refugió precipitadamente en sus naves. Ew 1673, Bertraud Ogeron, famoso gefe filibustero, intentó dos veces invadir la Isla: rechazado *valerosamente, huyó dejando en tierra muchos prisioneros, 4 quienes los yen- cedores condenaron á los trabajos de las for- tificaciones de San Juan. En 1678, el conde Estren, que mandaba una escuadra inglesa de 22 velas, intimó la rendicion de la plaza, con la amenaza de re- ducirla 4 cenizas; pero un furioso temporal arrojó sus naves á la playa, y los soldados que pudieron salvarse del naufragio cayeron prisioneros. No mejor suerte cupo á la otra invasion inglesa, intentada por las costas de Arecibo el año 1702: el valiente Correa, ca- pitan de Milicias, á la cabeza de un puñado de Puerto-Riqueños, los dispersó con tanta. inteligencia y acierto, y supo aprovecharse tan bien de las ventajas de un terreno apro- pósito para emboscadas, que el enemigo ba- tido y desacertado, se ocn Vergonzosa- - mente. ITA E (123) Estos triunfos exaltaron el valor de los Puerto-Riqueños de tal modo, que resolvieron tomar la ofensiva y armaron algunos buques corsarios, conlo que consiguieron alejar de sus costas por muchos años los piratas que infestaban la Isla. Ya empezaba € prosperar la Colonia, cuan- do un suceso des-raciado vino 4 sumirla en la mayor consterna«ion. A costa de grandes sa— crificios habíase armado una flotilla con 500 * tripulantes; bajo la escolta de un buque de guerra de 50 cañones, y apenas hecha ála mar, sorprendida «por una tempestad, se perdió toda: este desastre arruinó un gran número de familias: desde entonces, comprendiendo mejor sus intereses, renunciaron los Borin- queños álos peligros de una guerra ofensiva, y aplicaron su actividad al comercio y 4 la agricultura; sin embargo, la Isla continuó en * su estado lastimoso hasta el año de 1765 en que la corte de Madrid empezó á ocuparse de una de sus mejores posesiones del Nuevo Mundo, poniéndola bajo un buen pié de de- fensa. | Orgulloso el gobierno Británico con su fá- cil conquista de la Isla Trinidad, concibió el vasto proyecto de adueñarse sucesivamente "de las demas Antillas Españolas. P Los inine: ¡sos aprestos y prepar atlvos de 3D) guerra que se hacian en la Martinica daban fundamento 4 creer que el fin secreto de la espedicion era la Isla de Puerto-Rico (1): estas congeturas se confirmaron bien pronto. En la mañana del 17 de Abril (1797) se señaló una escuadra enemiga compuesta de 72 velas que fondeaba en la ensenada de: Cangrejos (2). Tocóse generala seguidamen- te, y se distribuyeron en los puntos esenciales con las armas é instrucciones necesarias, un regimiento de línea incompieto, y las cinco compañías de caballería y diez y ocho de infantería de Milicias. El castillo de San Cris- tóbal, cerca de la Puerta de tierra, se confió á D. Felipe Ramirez, Comandante inteligente, el del Morro al Comandante del Real Cuer- po de Artillería, el de San Antonio á D, (1) Las noticias que doy sobre este sitio las he redactado segun los apuntes que me han facilitado en Puerto-Rico algunos de los oficiales franceses que contribuyeron á sh defensa de la plaza. (2) Golfo situado sobre la costa Norte de la Isla, al Este de la Capital, y el cual se comunica con un eran lago de agua salada, dos kilómetros al interior. —La escuadra inglesa al mando del vice-almirante Harvey se componia de 7 navíos, uno de ellos de tres puentes, 6 fragatas, 2 corbetas, 4 bergantines y 53 trasportes, conduciendo 5 regimientos ingleses, 4 de . alemanes, 1,500 zapadores y 600 artilleros, á las ór- denes del general en gefe Albercombrie. (125) , Ienacio Mascaró y Homar, y el de San Gerónimo ¿4 D. Teodomiro del Toro, y se colocaron en los lugares mas convenientes de la bahía diez y ocho lanchas cañone- ras 4 las órdenes del capitan de fragata Don Francisco de Paula Castro, pariente del Gro- bernanor. y A las primeras señales de alarma, sobre 300 Franceses que se encontraban en la Ísla vinieron á la Capital y se presentaron al Go- bernador llevando á la cabeza al ciudadano Paris, cónsul de Francia en la Isla, para su- plicarle que les permitiese compartir con la guarnicion el honor de defender la Colonia: el Gobernador aceptó agradecido una propo- sicion que era para él prenda segura de vic- toria, y esta noticia reanimó el pueblo (1). De los voluntarios franceses se destinaron 50 al castillo del Morro, que defendia la en- trada del puerto, 50 al de la Princesa, frente á la Puerta de tierra, 60 á las baterías de Santa Helena y San Agustin que protegen la (1) El lector tendrá ocasion de admirar en esta relacion la sangre fria con que Mr. Ledru atribuye al puñado de Franceses que se encontraron presentes en el sitio, todo el mérito de la de- fensa, y no estrañará hasta dónde lo arrastra el entusiasmo propio de.los de su nacion, si á su cualidad de Francés añade la circuns— tancia de ser Gascon. Para llamar la atencion del lector sobre las exageraciones de Mr. Ledru, subrayamos de intento Mis Sian ges de este artículo.—(MN. del T.) - dos, dos servidos por Franceses y cuatro por r « (128) , entrada de la rada: 50 artilleros á las ¿ral de Barron (1) fueron 4 reforzar la guarni- cion de San Gerónimo, y otros 60 se incorpo- raron al destacamento de 200 hombres del regimiento P'ijo que al mándo de los señores Vizcarrondo, Linares y Toro recibieron ór- den de mantenerse al frente del enemigo en. 3 la costa de Cangrejos, para oponerse al des- embarco del enemigo con seis cañones roda- s f Españoles. Los Franceses, impacientes por medirse con los Ingleses, noaguafdan que se enganchen los caballos á los cañones que ser- vian, arrástranlos ellos mismos por mas de una legua, y vuelau al campo del combate haciendo resonar el aire con sus cantos guer- reros, y pasan la noche en el lugar del des- embarco. Al siguiente dia, Con las primeras luces de la aurora, recibió Barron órden de salir 4 la descubierta para reconocer la posicion y q las fuerzas enemig s, y poco tiempo Gespues regresó anunciando que una columna de In- gleses, fuerte como de 1,200 hombres, empe- zaba. 4 avanzar. Comenzada la lucha y des: . ago "a (1) ' Estos 50 Franceses del San Gerónimo y los 60 del, cam po volinte fueron los únicos que se batieron, pues los de los otros puestos no tuvieron ocasion de disparar un tiro. ¡Á ellos debió Puerio-Kico su salvación, segun Mt." Ledrat!-(N. del E.) "> -I A pues de una resistencia heróica, tuvieron que replegarse las fuerzas españolas clavando y abandonando cuatro cañones, entre ellos uno de los que ¿su cargo tenian los Franceses: los republicanos, exasperados .por la idea que aquella arma serviria de trofeo al enemigo victorioso, vuelan nuevamente 4 Cangrejos, y una feliz casualidad coronando su audacia, pone otra vez en sus manos la pieza abandonada, que conducen en triunfo á la ciudad: * los otros cañones cayeron en po- der de los Ingleses, que superiores en fuerza y protegidos por los fuegos de su escuadra desembarcaron sobre 3,000 hombres estable- ciendo su cuartel general en la casa episcopal situada en Cangrejos. Este edificio, situado sobre una colina dis- tante dos leguas de la Capital, y como á una del mar, le pareció el mas conveniente al ge- neral Albercombrie, tanto porque desde allí descubria un vasto horizonte, cuanto porque dominaba su campamento y su flota, y alcan- zaba á ver los movimientos de los Españoles. Para estorbar que los Ingleses se apode- rasen del almacen de pólvora situado en la punta de Miraflores y hácia el cual se acerca- ban, dispuso el Gobernador que se desocupase, protegiendo esta operacion tanto laslanchas ca- ñioneras de la bahía, como los fuegos continuos > (128) de los castillos de San Gerónimo y San Anto- nio concentrados todos en el espacio que me- diaba entre el almacen de pólvora y las líneas enemigas; y despues de dos dias de trabajo pudo salvarse una parte de la pólvora arrojan- do el resto al mar: de esta precipitada opera- cion resultaron dos hombres muertos, cuatro heridos y seis prisioneros. El dia 19 dispuso el Comandante de San Gerónimo quemar las casas que habia por aquellas inmediaciones, y de que podia utili- sarse el enemigo, tanto para guarecerse en ellas cuanto para ocultar sus movimien- tos. A las cinco de la tarde entró en la ciudad una patrulla conduciendo un oficial inglés herido, que espiró ántes de llegar á la casa del Goberriador.: A | A las siete, el Teniente de Rey Don Be. nito Perez salió con mil hombres para situar- se entre el castillo de San Gerónimo y las nuevas trincheras del enemigo, 4 fin de estor- barle los trabajos de fortificacion que levan taba para batir el fuerte. A las nueve un destacamento mandado por Linares salió hácia Bayamon con obje- to de rechazar al enemigo, que intentaba pe- netrar por aquel territorio, y allí hizo siete prisioneros americanos, entre ellos un. Capi- (129) tan, á mas de dos negros que trataban de pa- - sarse á los Ingleses. A las diez de la noche, viendo el Gober- nador que el fuego del enemigo caia sin ce- - sar sobro el fuerte San Antonio, dió órden al valiente Mascaró que lo defendia, para que levantase 4 su espalda una batería de dos piezas. Durante la noche pretendieron los Ingle- ses batir las lanchas cañoneras de la bahía; pero la artillería de los fuertes les apagó sus fuegos prontamente. El mismo dia se presentó al Gobernador un parlamentario con la siguiente carta: | A bordo del navío el Pr íncipe de Gales, _4 18 de ai de 1797. Señor: Nosotros los Comandantes en Gefe de las fuerzas británicas por mar y tierra en esta parte del mundo, creemos nuestro deber an- tes de dar principio á algunas hostilidades, el intimaros que rindais la Colonia de Puer- to-KRico, y:lo que de esta ai á las ar- mas de $. M. B. Estamos dispuestos en este momento á conceder á vuestra persona, á la guarnicion y á los habitantes las condiciones mas favora- bles, con la proteccion en la continuacion 17 (130) de sus actuales goces de la religion, de. las propiedades y leyes; pero si por desgra- . cia rehusais aprovecharos de nuestras ofer- tas, sereis responsables de las consecuencias que se sigan, como de la variacion de los términos en que despues haremos, seais tra- tados. Tenemos el honor de ser, señor, vuestros mas humildes y obedientes servidores. — Ralph Albercromby.—Henry Harvey. A $. E. el Gobernador ú Oficial Coman- dante en Gefe de las fuerzas de S. M. C. en San Juan de Puerto-Rico. Don Ramon de Castro contestó á esta carta en el tono que cuadra á un gefe va- liente é incorruptible: 4 Excmos. Señores: He recibido el pliego de VV. EE, de es- te dia, intimándome la rendicion de la plaza de Puerto-Rico que tengo el honor de man- dar; y defenderé como debo á mi Rey Cató- lico hasta perder la última gota de sangre. Esta circunstancia me priva de admitir las generosas ofertas que VV. EE. se sirven ha- cerme en él, particularmente 4 mí, á mi guarnicion y habitantes, los cuales, como su gefe, están dispuestos á vender caras sus vi- E 81) das; y espero que en su defensa obtendré la gloria que he conseguido de la nacion bri- tánica en el puesto del Wilage, cercano á Panzacola, en el año pasado de 1781. E Nuestro Señor guarde á VV. EE. muchos años como deseo. Puerto-Rico 18 de Abril de'1797.— Ramon de Castro. Excmos. Sres. D. Ralph Albercromby y D. Henry Harvey. El Oficial encargado de poner esta con- testacion en manos de los gefes ingleses fué D. Miguel Palatino, que 4 su regreso dió cuenta circunstanciada de la entrevista que con ellos tuvo. Desde el principio del sitio ondeaba el pabellon francés al lado del es- tandarte español en todas las fortificaciones de la plaza y sus líneas de defensa, ménos en el castillo de San Antonio donde no habia franceses (1). El almirante Harvey no sdtisfecho con la vista del pabellon francés, y queriendo cer- ciorarse de la significacion de los distintos pa- bellones enorbalados sobre los mismos pues- tos, preguntó á Palatino si habia muchos re- be (4) Como verá el lector por los documentos oficiales que si- guen, el pabellon francés solo se enarboló en el castillo de San Gerónimo, por complacer el Gobernador á los individuos de esa nacion que allí se encontraban.—(V. del T.) (132) publicanos empleados en la defensa de la plaza. —Ignoro cuantos hay, contestó el ofi- cial; pero donde quiera que venis flotar el pa- bellon tricolor, allí se encuentran ciudadanos franceses. ( El Gobernador en consecuencia dirigió al Almirante inglés la siguiente comunicacion: Excmo. Señor: | El Oficial parlamentario D. Miguel Pala- tino, que en la mañana del dia de ayer pasó á entregar á V. E. mi contestacion al oficio del dia anterior, me ha manifestado haberle V. E. insinuado, en vista de la insignia del pabellon francés, enarbolado en uno de los cas- tillos de la plaza de mi mando, inmediato á la del Rey mi amo, no sabia con cual de las dos naciones debia entenderse V. E. La es- trecha alianza de la república francesa con la nacion española me hizo condescender á permitir á un corto número de ciudadanos franceses, que sirven voluntarios á mis órde- nes, el uso de su pabellon en el puesto que les he señalado, permaneciendo en el sitio de pre- ferencia el español que V. E. habrá visto en los otros castillos; pero sin embargo, para ab- solver dudas que en cualquiera concepto pudieran ofender el honor de las armas es- pañolas, mandaré luego que reciba la con- (133) testacion de V. E. que se arrie el pabellon francés, 4 fin de que no dude que con quien. se ha, de entender es con el Brigadier de los Reales Ejércitos de S. M. C. Don Ramon de - Castro, Gobernador y Capitan General de la plaza é Isla de Puerto-Rico, el mismo que sa- tisfará á V. E. en cuanto se le ofrezca, como le manda su Rey y le dicta su honor y cono- mientos militares, que no ignora la nacion británica. Nuestro Señor guarde-la vida de V. E. muchos años como deseo. —Puerto-Rico 20 de Abril de 1797.— Ramon de Castro. Excmo. Sr. D. Henry Harvey, Comandante de las fuerzas navales británicas en estos ma- res. El Almirante inglés contestó el mismo dia en los términos siguientes: Príncipe de Gales dsc. á 20 de Abril de 1797. Señor: Tengo el honor de haber recibido la car- ta de S. E. por D. Miguel Palatino sobre el asunto de la bandera de la república francesa que se halla enarbolada en el castillo de -Puerto-Rico; esta fué una pregunta hecha al oficial solo por curiosidad, por lo poco co- run que ha sido por lo general el observar (134) banderas de dos diversas naciones enarbola- das al mismo tiempo. Queda á la disposicion de S. E. determinar qué bandera debe enar- bolarse en sus castillos en adicion á las de España. Tengo el honor, señor, de ser su mas obediente y humilde servidor.—Henry Har- vey.—A $. E. Don Ramon de Castro, Gober- nador de Puerto-Rico. En consecuencia de este suceso, el Grober- nador indicó á Mr. Paris la conveniencia de retirar el pabellon tricolor cuya vista ofusca- ba al enemago. Los desertores ingleses pasados ú los Es- pañoles les informaron que un ingeniero francés al servicio del enemigo habia muerto de un balazo en el acto de reconocer el fuer- te San Gerónimo; que empezaban á faltarle los víveres al enemigo; que la vista del pabellon francés lo había desanimado mucho; y que la mayor parte de los emigrados de que se com- ponia el ejército invasor, esperaban solo una ocasion favorable para pasarse. Mientras que la guarnicion recibia con el mayor contento esta noticia, los Ingleses á las nueve de la noche atacaban con una fuer- za respetable los puestos avanzados: empren- dióse la accion con gran calor por una y otra parte, y mientras que el fuego de las filas a Lo e AA (135) detenia en su camino al enemigo, el coronel de las Milicias, La Brussiére, de orígen fran- cés, salió precipitadamente á la cabeza de 1,000 hombres para flanquearlo: este movi- miento, unido á los fuegos cruzados del fuer- te y de las lanchas cañoneras, obligó al ene- migo á replegarse en desórden. Con objeto - de asegurarse de la buena disposicion en que se encontraba el ánimo de los franceses que formaban parte de la espedicion, Mr. Paris envió al campamento enemigo, y al mismo si- tio indicado por los desertores, la siguiente proclama en que la voz de la patria resuena como el llamamiento que hace ú sus estra- viados hijos la madre tierna y cariñosa. $» A TODOS LOS FRANCESES QUE SE ENCUENTRAN BAJO LA BANDERA INGLESA EN EL ATAQUE CONTRA PUERTO-RICO. Nuestra nueva alianza con España, y la manera hospitalaria con que se ha conduci- do con nosotros el Sr. Castro, Gobernador de Puerto-Rico, han despertado en el corazon de los Franceses que en la actualidad residi- mos en la Isla, esa sensibilidad que les es na- tural y los sentimientos propios de su grati- - tud. Los principios que profesamos nos impo- nen el deber de ofrecerle una prueba de (136) abnegacion, y hemos aprovechado con entu- siasmo la ocasion que se nos ofrece de com- partir con él los azares de la guerra, uniéndo- nos 4'su ejército para rechazar al comun enemigo que lo amenaza. Los poderosos medios de que ha sabido rodearse, sus talentos militares y el de los ge- fes que lo secundan; el valor de nuestros com- pañeros de armas y el de todos los que lleven el nombre que os queremos conservar, nos aseguran una completa victoria. Las ventajas de la localidad y la fertilidad del suelo nos ofrecen un porvenir dichoso, y nuestra felici- dad vendria á turbarse con el recuerdo amar- go de haber sepultado entre las ruinas de nuestros enemigos á esas víctimas del va-. lor, á quienes la voz de la naturaleza nos pro- hibe desconocer. El mismo cielo nos ha visto nacer, la misma madre nos ha alimentado, los mismos lazos nos han unido, y si una vez se han roto, culpemos solo á la intriga y la am- bicion de una familia estrangera. Conocemos los sentimientos que os ani- man, y queremos respetarlos porque nos es comun la fuente en que nacieron: ..... honor del nombre francés fué AR vues- tra guia: nosotros no conocemos otra; pero hemos obrado en sentido contrario y quizá distemos poco en estar acordes; nuestra di- (137) _vergencia es solo en la palabra y en la direc- cion de los medios. Cuatro años de incertidumbre en una vi- da penosa y llena de fatigas; cuatro años de grandes é inútiles esfuerzos é injusticias de parte de vuestros gefes, y la seguridad de sus ingratitudes, deben ya demostraros la fra- gilidad de sus promésas y la falsedad de los principios que os hacen sostener por su inte- rés privado, tan diametralmente opuestos á los vuestros. - En nombre del Gobernador Castro os ofrecemos que os recibirá como un buen pa- dre, que encontrareis en él un defensor, un protector que reemplace nuestra madre co- mun, y nosotros por nuestra parte os abrimos los brazos para estrecharos en ellos como hermanos y amigos verdaderos. Venid pues á dividir con nosotros esta paz y tranquilidad tan difíciles de hallar en otra parte, y encontrareis un camino abierto para volver un dia al seno de la patria, gozando unidos mientras tanto de los beneficios de un Gobierno sabio y protector que nos brin- da un asilo seguro, y nos garantiza la tran- quila posesion del fruto de nuestra industrio- sa actividad. 18 (138) Con afecto y consideracion somos vuestros, compatriotas queridos. Parts, gefe de las tropas francesas. El Gobernador añadió á esta proclama la siguiente confirmacicn: Será inviolable mi palabra: por ningun motivo faltaré á ella: acogeré con la mayor complacencia 4 todos los Franceses á quienes se dirige este exhorto; y bajo esta seguri- dad, los aguardo con los brazos abiertos. Puerto-Rico, 22 de Abril de 1797. - Castro. Este llamamiento produjo parte de los buenos resultados que debian esperarse, y cerca de cincuenta emigrados vinieron á agruparse bajo las banderas españolas, ar- diendo en deseos de volver sus armas contra los Ingleses; pero apenas llegados á la ciudad, .en pago de su comportamiento fueron redu- cidos á prision: el Gobernador, suponiendo sin fundamento que su venida podia ser ob- jeto de una traicion, los hizo encarcelar á todos, con escepcion de dos, y á pesar de los esfuerzos de Paris, los Franceses siguieron arrestados hasta despues del sitio. Mientras que entre las baterías de la pla- € (139) za y las de los enemigos se sostenia sin cesar un fuerte cañoneo, un gran número de par- .tidas diseminadas por el campo asaltaban de contínuo los diferentes puestos ingleses; uno de estos destacamentos, 4 las órdenes de D. Francisco Andino, Síndico del Cabildo, al par que buen militar, hizo 33 prisioneros, que vinieron á confirmar los detalles dados ya por los desertores respecto al desaliento entre las tropas inglesas y su falta de víveres; súpose por ellos que los Ingleses habian desembar- cado 4,000 infantes, 1,000 obreros, toda su artillería, y que tenian construidas cuatro baterías. Peg El 23 llegaron á la plaza nuevos deser- tores diciendo que los Ingleses no tenian ya que comer, que las tropas estaban muy desa- lentadas y que las pérdidas del enemigo mon- taban á 200 muertos, sin contar un crecido número de heridos. Desde el princio del sitio se habia traba- jado sin descanso para rodear la ciudad de fosos, trincheras, caballos de frisia, €c.; con- cluidas estas defensas el 24, pudieron los Es- pañoles desde entonces tomar la ofensiva con - mas frecuencia: en este dia hicieron los pues- tos avanzados 14 prisioneros. - Con objeto de batir mas de cerca los fuer- tes San Antonio y. San Gerónimo, bastante . (140) maltratados á aquélla fecha, levantaron los Ingleses una nueva batería de tres piezas, en una posicion muy ventajosa llamada el Olúm- po: una” bomba disparada del fuerte San An- tonio cayó con tanto acierto en las trincheras inglesas, que ¿juzgar por la terrible explosion que causó, se creyó que algunos de sus pol- vorines habia sido incendiado: esta circuns- tancia produjo mucha confusion en las filas enemigas. En la tarde de este día se acercó al fuerte San Gerónimo una fragata de 44 cañones y le disparó algunas andanadas; pe- ro los fuegos de una culebrina del fuerte la hicieron retirar. El San Gerónimo, acribillado por las ba- terías inglesas, era ya solo un monton de es- combrox; tres garitas de mampostería habian sido destruidas, así como las troneras: la bóve- da estaba ya llena de grietas, y todo parecia decir ¿los Franceses que abandonasen aquel fuerte, abierto por todas partes y que ame- nazaba convertirse en su propia tumba; pe- ro aquellos hombres habian jurado sostenerlo hasta el último momento aunque tuviesen que sepultarse entre sus ruinas: levantaron parapetos con sacos de tierra, y atrinchera- dos tras esas débiles murallas continuaban disparando al enemigo balas y bombas con un entusiasmo inestinguible. Los Españoles A (141) que al mando de Mascaró estaban encarga- dos de defender el castillo de San Antonio, sostenian con igual decision y valor 'el ho- nor de sus armas: aunque rodeados de es- combros. sus fuegos llovian sin cesar sobre el enemigo, que se desalentaba al ver tan - heróica como inesperada resistencia: las ba- las enemigas habian derribado tres veces el pabellon español, y otras tantas lo clavó nue- vamente en su puesto el valiente Mascaró. Advirtiéndose que los palos de las caño- -neras que defendian la bahía servian de di- reccion á los Ingleses para enfilar sus fuegos, se dispuso desmantelarlas, y que guarnecidas con pacas de algodon, para resguardarlas de las baterías inglesas, volviesen nuevamente á sus puestos. El 25 dispuso el Gobernador que Don Pedro de Cordovan saliese á dar una sor- presa al enemigo, olvidándose de que la eje- cucion de un plan que puede dar resultados decisivos solo debe confiarse á gefes espe- rimentados y en quienes se hallen reunidos el valor y la prudencia: seguido de 80 hom- bres que se habian puesto 4 su mando, co- metió Cordovan la imprudencia de atacar de frente á un enemigo excesivamente superior en número, y la mayor parte de los desgra- ciados que lo acompañaban murieron hechos | (142) trizas: los pocos que se libraron de la muerte llegaron en desórden á las lanchas que los ' habian conducido á aquel sitio. Animados los Ingleses por tan pequeño triunfo, persiguieron 4 Cordovan hasta su reembarque, y en esta escursion descubrie- ron la ventajosa situacion de- Miraflores pa- ra levantar cerca del almacen de pólvora una batería, desde donde podian lanzar á la ciu- dad bombas y granadas: hiciéronlo así, y algu- nos de los numerosos proyectiles que caian sin cesar sobre la capital incendiaron un al- macen de víveres: las lanchas cañoneras de la bahía recibian de vez en cuando algunas descargas, pero D. Francisco de Castro que las mandaba las hizo retirar mas de una vez para evitar su destruccion. Una patrulla inglesa habia hecho prisio- nero en su misma casa, junto con dos escla- vos suyos, á un Irlandés llamado Nigle, que residia en la Isla hacia mas de 25 años: puesto luego en libertad fué á la capital é informó al Gobernador del interrogatorio á que lo habia sometido el general Alber- cromby. | —Hay mucha agua en la ciudad? —La necesaria para mas de seis meses. —Hay mucha gente en ella? —És tanta, que apenas hay donde álojutse: (143) —Y los Franceses ¿son muchos? — Ignoro á cuanto ascienden. Al oir estas respuestas el general inglés hizo un gesto de desesperacion, y dijo que habia sido engañado, tanto .respecto á: las fuerzas de la Isla, cuanto 4 la disposicion en que se encontraba el ánimo de los Puerto- Riqueños.-—Con efecto, la Isla tenia sobre las armas 16,000 hombres de infantería y 500 de caballería, inclusos los reclutas de la Isla-- - que entraban diariamente en la plaza para defenderla. Presentáronse ese dia cinco de- sertores, y dijeron que las bajas del enemigo por muertes y deserciones ascendian ya á 600 hombres. Constábale 4 los Ingleses que eran los Franceses los que defendian el castillo de San Gerónimo, cuyos fuegos les hacian tanto daño, y furiosos de verse á raya por tan in- vencible obstáculo que hacia inútiles sus ma- - yores esfuerzos, batian con encarnizamiento aquel fuerte, que acribillado de bombas y de balas y abierto por todas partes, era ya solo un monton de ruinas. Una bomba enemiga habia reventado dentro del mismo fuerte é hizo 16 heridos, en sutmayor parte de peli- gro, entre ellos dos oficiales: tan pronto como el Gobernador supo esta ocurrencia, á fin de evitar la muerte segura que amenazaba á | (144) los defensores de aquel puesto, propuso á Mr. Baron que lo evacuase retirando antes las municiones; pero aquel valiente contestó por sí y 4 nombre de sus compañeros de ar- mas, que habian jurado todos defender aquel puesto y preferian morir sepultados en sus ruinas antes que abandonario. ' La seguridad de una plaza en estado de sitio exige precauciones extraordinarias, que en tiempos de paz se juzgarian tiránicas: de- bido á esta circunstancia -el Gobernador re- dujo á prision á nueve extrangeros irlande- ses, daneses, franceses y americanos, la ma- yor parte de ellos domiciliados en el pais. El 28 á las diez de la mañana se dieron á la vela algunos de los buques de la escua- dra inglesa, y comenzaron 4 dar bordadas frente al puerto, y por la tarde redoblaron sus señales fingiendo prepararse para un ata- que general: en consecuencia dispuso el Go- bernador doblar los destacamentos. A las seis de la mañana del siguiente dia se oyó un terrible fuego de fusilería hácia el puente de Martin Peña: era este el resultado de un ataque que hacian á los Ingleses los Oficiales Lara y D. José Diaz, de las Mil:cias _ de Toa—Alta, á la cabeza de 1,200 infantes, y dos compañías de caballería de dicha arma: con gran audacia y valor consiguieron atra- or (145) , ) vesar el puente, y nunca hubieran retrocedi- . do, á no haberles destacado el enemigo fuer- zas considerables de su cuartel general, situa- do á corta distancia de aquel sitio, y encon- trarse delante con una batería enemiga: in- timidados los Ingleses con tan inesperado ataque, volaron el puente por medio de una mina, en cuya explosion murieron veinte de los suyos que no tuvieron tiempo bastante para huir. Dos horas despñtd de este suceso, el va- liente D. José Diaz cometió la imprudencia de avanzar mas allá de lo conveniente, y he- rido de úna bala, quedó muerto en el acto. Por la tarde se presentó un gran número de desertores é informaron á los defensores que el enemigo habia perdido mucha gente en los ataques de aquel dia, que los gefes de mar y tierra no marchaban de acuerdo ha- biendo entre ellos grandes animosidades, que desalentados por el ataque sufrido aquella mañana y las considerables pérdidas de howm- bres, parecián resueltos á levantar el sitio. Poco tiempo despues se vió arder las male- zas y arbustos que rodeaban el campamento enemigo, lo que indicaba que trataban de favorecer su fuga por aquel medio. El dicho unánime del crecido número de desertor es que se presentaron el 30 confirmó 19 (146) | esa suposicion, Temiendo el enemigo un ata- que combinado de todas las fuerzas de la Isla, se reembarcó con tal precipitacion que dejó en tierra una gran cantidad de armas y mu- niciones. Al recibir esta noticia dispuso el Gobernador que se hiciese un reconocimien- to por Miraflores y la boca de Cangrejos pa- ra cerciorarse de la verdad, y no tardaron * mucho en volver los que salieron á practi- carlo, anunciando que el campo estaba libre de enemigos, y que por todas partes se en- contraban armas y municiones, habiendo lle- sado á contar hasta, 9 cañones de gran ca- libre, 6 morteros, 2 obuses, mas de 500 bom- bas, 14 carros y 40 escalas, sin mencionar la pólvora, fusiles, sables, balas, carnes, harina, tiendas, en una palabra, todas las municiones de guerra v el material necesario para un ase- dio: fué talla precipitacion con que levantó el sitio el enemigo, que no tuvo tiempo ni - aun para reembarcar cinco caballos pertene- cientes al general Albercromby. Los tres primeros dias del mes de Mayo se emplearon en reparar los estragos causados, capturar los " desertores y dispersos del enemigo que va- gaban porllos montes, recojer las armas y municiones del campamento inglés, y preparar la fiesta con que debia celebrarse la entrada de los vencedores en la ciudad. » e e E — (147) El dia 4, al son de una música marcial, entraba en la Capital el ejército victorioso cargado con los despojos del enemigo: iban 4 la cabeza el Gobernador, el Teniente Rey y el Estado Mayor, y los seguia el Real Cuer- po de Artillería, el Regimiento Fijo, la Mi- licia Colonial, y los Voluntarios Franceses con la bandera desplegada que conducia el ca- pitan Paris. _Marchando en este órden se dirijió el ejército á la Catedral, donde se cantó un so- lemne 7e-Deum: esta ceremonia religiosa al par que guerrera parecia mas tierna y ma- gestuosa al contemplar las banderas de Es- paña y Francia desplegadas á ambos lados del altar, como un monumento de victoria consagrado al Dios de los ejércitos, y una prenda de alianza entre dos naciones amigas y generosas. Este fué el fin que cupo á ese sitio imprudente que emprendieron 6,000 Ingleses envanecidos con la fácil conquista de la Trinidad, contra la plaza mas fuerte de toda la América Española, despues de Cartagena y la Habana, y defendida por una guarnición al mando de un digno gefe. El enemigo perdió 150 hombres prisio- neros, 250 muertos y 310 heridos, mientras que los defensores solo tuvieron 100 muer- tos y 243 heridos. | z » (148) CONCLUSION. Así como la historia condena á la maldi-' cion pública al cobarde que traiciona la cau: sa sagrada de la patria, del mismo modo consigna en sus anales el nombre esclarecido del ciudadano que ofrece su generosa exis- tencia en aras del bien público: por eso que- remos presentar la honrosa relacion de los valientes de una y otra ¡nacion que supieron . distinguirse durante el asedio inglés, NACIONALES. Don Ramon de Castro, que gobernaba la Isla de Puerto-Rico desde el 20 de Marzo de 1796, merece el reconocimiento de la nacion por haber aumentado la fuerza arma- da de la Isla, provisto de víveres los.alma- cenes y de armas los arsenales: apenas se en- contró amenazado, dió pronto término á las obras de defensa que tenia comenzadas, desplegando durante el sitio los talentos de un general activo 4 quien en gran parte debe España la conservacion de tan preciosa Ísla, —Tan pronto como llegó á4 su noticia la de- claracion de guerra entre Inglaterra y Espa- ña, se ocupó en aumentar la guarnicion de e HINA Bu >< (149) la Isla, reforzando con doscientos cincuen- ta hombres la escuela práctica de artillería: hizo acopio de harinas y salazones para seis meses: trajo de Loiza, Fajardo y Humacao cuatrocientos setenta y cuatro hombres pa- ra completa: el rgimiento Fijo, cuya fuer- za, unida á las 1:3 compañías de Milicias Co- loniales, y artillería y mineros, solo hacian un total de 3,160 hombres: considerando insig- nificante este número de combatientes para la defensa de la Isla, organizó una compañía de 107 veteranos licenciados y otra de 108 catalanes: para atender á los trabajos necesa- rios de la defensa de la piaza, organizó otra compañía de negros esclavos; y por último hizo un llamamiento general á todos los ha- bitantes de la Isla, excitándolos 4 que vola- sen 4 la defensa de sus hogares: esta patrió- tica exhortacion produjo todo el efecto que era de esperarse. ¡ D. Benito Perez, Teniente Rey, encarga- do de la complicada diréccion de todas las operaciónes relativas 4 la defensa de la pla-: za, buen militar, lleno de valor, pundonoroso, activo é infatigable: veíasele tan pronto en los puestos en que se reclamaba su presen- cia, como en su oficina despachando con. prontitud é inteligencia todos los asuntos. del departamento confiado á su celo. (150) M. de Saint-Just, Capitan francés del re- gimiento Fijo, que hacia 15 años se encon- traba al servicio de España. | D. J. Pardiño, Oficial inteligente que no se separó un momento de las trincheras. A estos nombres debemos añadir los de. D. José Vizcarrondo, Oficial jóven y lleno de valor que acababa de llegar de España, donde merced á sus talentos habia alcanzado el grado de Teniente Coronel; Lizon, Oficial del regimiento Fijo, quien para estimular á sus soldados cargaba sobre sus propias espal- das los sacos de tierra con que se hacian los parapetos; D. Emilio Andino, Ayudante de plaza; D, Vicente Andino, Oficial de Milicias; Pons y Mendinueta, Oficiales de Artillería. El sargento de Milicias Couro hizo una salida y se apoderó de 17 prisioneros, entre. los cuales se encontraba el Capitan inglés . Dower: llevado á la presencia del Goberna- dor para que le diese cuenta verbal de ese hecho de armas, tuvo este la debilidad de ofrecerle en recompensa 200 pesos; pero el valiente sargento, indignado de una retribu- cion que apareceria á sus ojos como el justi- “precio de su valor, contestó dignamente á S. E. diciéndole: “Mi General, no ha sido el interés quien me ha movido en este hecho: haga V. E. mas justicia á mis sentimientos, (151) y no: dude que consideraria una gloria mo- rir porsalvará mi patria, * Al oir esta respues- ta el General ofreció 4 Couro el empleo de Subteniente. FRANCESES. qn 2 los nombres de Paris y Baron, ya honrosamente citados, debemos añadir los si- guientes: Lobeau, Capitan del corsario Le Trion- phant. - Daubon, Capitan del corsario 1 Espiégle Ein segundo en mando de Baron. Roussell, Larrac, Mallet y Chateau, Ayu- dantes de campo del ciudadano Paris, es- puestos contínuamente al fuego de las bate- rías enemigas, y siempre en movimiento de unos d otros puestos para activar el servicio en todas partes. Bernard, Capitan de presas, y uno de los artilleros del fuerte San Gerónimo, encarga- do de la puntería de un mortero que mane- jaba con tanto acierto, quela mayor parte de sus bombas caian siempre sobre las baterías inglesas; fué él quien voló el polvorin que tenia el enemigo en la batería que levantó en el ip HA (152) SANIDAD MILITAR. El hombre sensible que consagra sus ta- lentos, vigilias, y no pocas veces su propia sálud en alivio de la humanidad doliente, es un ser precioso que merece el agradecimien- to de sus conciudadanos. No satisfecho el médico con visitar los hospitales en que res- pira los miasmas pútridos de una atmós- fera pestilente para darle al enfermo los so- corros del arte, estiende sus beneficios á los pobres que le miran como á su protector y en cuya alma agobiada por los padecimien- tos y la miseria, derrama el bálsamo conso- lador de sus cuidados. El médico sirve á la sociedad, ora como magistrado Integro, ora co- mo órgano impasible de las leyes, 9 como filóso- fo profundo cuyos luminosos escritos ensan— chan la esfera del saber y trazan á los hombres la senda de la felicidad: su tierna solicitud prolonga de contínuo la existencia ya de un padre amoroso, ya de una fiel esposa 6 de un digno ciudadano........ Pero en ninguna parte brilla mas su heróico sacrificio como en el campo de batalla, en que de dia y de noche se ufrece en medio de la muerte á ali- viar las víctimas que lo rodean, y cubierto de honrosas heridas se presenta á su patria » . (153) con el doble carácter de médico y soldado valeroso. Honrosa mencion debemos hacer de la sanidad militar de Puerto-Rico, que tan tier- no y sublime ejemplo ofreció durante el si- tio. | Al frente de todos debemos colocar al jóven Geunon, cirujano francés del corsario L' Espiégle, que no se separó un instante del - fuerte San Gerónimo, aun en los momentos de mayores peligros, socorriendo durante el dia y la noche los numerosos heridos en aquel puesto. Despues de Geunon, figuran honrosamen- te D. Francisco Oller, discípulo de la escue- la de Barcelona, y cirujano mayor del hospi- tal de Puerto-Rico, así como el Doctor Luis Raifler, médico de Paris, incorporado á la Universidad de Santo Domingo. 20 ea: CAPITULO VI. | Administracion política y civil. —Ingresos.—Epgresos.. —HRégimen eclesiástico. La Isia de Puerto-Rico está gobernada por un Comandante (General, de Real nom- bramiento, cuya residencia es en San Juan: tiene bajo su superintendencia todos los ne- gocios civiles y militares, y 4 sus órdenes la fuerza armada; preside el Tribunal de Hacien- da, y oye eonsu Asesor todas las apelaciones civiles y criminales que se hacen de los fa.- llos de los tribunales inferiores: sin embargo, de su decision puede apelarse dla Audien- cia de Santo Domingo. | La corte de Madrid, al cesar.en su man- do cada Gobernador, nombra un juez de re- sidencia para tomarle cuenta de sus gestio- nes. Map Y La administracion general está divi- e, En (155) dida en dos departamentos que abrazan todos los pueblos de la Isla, y sus cabeceras son San Juan y San German. La jurisdiccion del A de San Juan comprende toda la parte de la Isla si- --tuada entre la costa oriental, el rio de Ca- muy al Noroeste. y el de J Nested al Sudes- te, abrazando d.ez y ocho pueblos: el resto de la Isla pertenece al departamento de San Grerman, que encierra catorce pueblos, La “administracion de cada pueblo está encomendada á un Cabildo 4 Municipalidad s central, compuesta de dos Alcaldes ordina- rios, seis Regidores, dos Alcaldes de la her: mandad, un Síndico y un “Secretario, bajo la presidencia del Gobernador, ó del Asesor en su ausencia. Los Alcaldes ordinarios entienden en to- dos los negocios civiles y criminales de su partido, y los regidores cuidan de los abas- tos de provisiones del pueblo, y de fijar el precio de los artículos de consumo. Los Alcaldes de la hermandad se ocupan de la tranquilidad pública, y tienen bajo su custodia las personas sumariadas. El Síndico desempeña el honroso encar- _go de defender los derechos del pueblo. El Tribunal de Hacienda se compone del Gobernador, su Asesor, un Tesorero y el (156) Contador, cuyas atribuciones son el recaudo de los impuestos, derechos de Aduanas y demas contribuciones reales, y dispone el pago de la tropa y los gastos necesarios pa- ra la conservacion de las fortificaciones, entendiendo en todo lo relativo al fisco. En cada partido hay un Alcalde nombra- do por el Capitan General, con el título de Teniente 4 Guerra, cuya mision es cuidar del material de las Milicias ó - Guardias na- cionales, atender á la seguridad pública, ins- peccionar las prisiones y la reparacion de los caminos, entender en el reparto y recauda- cion de las contribuciones, y publicar las le- yes, todo con arreglo á las disposiciones é instrucciones del Grobernador bajo cuya auto- ridad se encuentra. Las Milicias gozan las Mismas preroga- tivas que las tropas de línea, y sus Oficiales intervienen en la formacion de causas de los individuos de sus cuerpos,. y en todo lo que á ellos se refiere. Las Milicias Puerto-Riqueñas son muy útiles, y ellas han sido las que mas de: una vez han salvado la Colonia de los ataques de las naciones estrangeras: en 1778 se componia esta fuerza de 1,900 hombres de infantería y 200 de caballería. +: y p . Es "be ? (157) INGRESOS Y EGRESOS. Los ingresos del fisco consisten en los si- guientes artículos: 1. Diezmos percibidos por cuenta del go- bierno.—Hasta 1765 solo produjeron 81,000 libras; pero en 1778 ascendieron 4 230,418 libras, y si en las recaudaciones hubiese mas exactitud y buena fé producirian el doble. 2.” Derechos de alcabala de 24 p. S sobre todas las ventas que se hacen en la Isla.—En - 1778 montó este ramo á 20,000 libras, y en 1797 á 36,000: término medio anual 28,000 libras. 3.2 Derechos de aduana. —Hasta 1765 solo producian las aduanas 6,000 libras; pero despues de la ley que abria el puerto de la Capital al comercio de todos los bu- ques salidos de la Metrópoli, los productos han ascendido á 45,000 libras en 1776, y en 1778 montaron á 80, 000. 4.* La estampilla ó marca de los ¿id á razon de 3 francos 22 céntimos por cada ne- gro ¿mportado en la Colonta.—Hasta 1780 ese tributo solo ascendió á 5,000 libras, tal era el número de africanos que se importaba fraudulentamente. Despues de la ley de 25 - de Enero de 1780, que dió por terminado el (158) e * privilegio de la Compañía, y dejaba á los co- lonos en libertad de proporcionarse ellos mis- mos del estrangero los esclavos que nécesi- tasen, este ramo de ingreso ha el ai 5. El impuesto de 12 p. 2 sobre el ron fabricado en la Colonia, pda en 1778 35,000 libras; y en 1790 cerca de 50,000, y si el gobierno permitiese su libre exporta- , cion para el estrangero se elevaria al doble de esta suma. Y 6.” La contribucion de 82 céntimos sobre cada porcion de tierra de 97,657 metros. (25,708 toesas) cultivadas, y 51 céntimos por las que están dedicadas á pasto: este im- puesto, cuyo producto se destina al vestido de las Milicias, no basta á cubrir lo pS este importa, pues en 1786 solo ascendió 4 7 e libras. + "SOJUELA ( . a o es y y 089 'p8P"I TVIO L, SoQuea] 8l6'glp |'***'"*“IvIiOL (159) 3 MOL A "uoJoda9u0;) e] ap pegidsop [op “pI A A A a e o : . 000081 corso BRIONI SUL op “PI q 000/080'I A E **e_10JUBJur ap oquamurSoy un op "pr f E 006" OE e *** “0110 [9P O[ISEO TOP SOJSeH $ e 009 8 "ee. *** *sO0IMDOBUIAL Y SO DP “PI f e 008/8 ES Le Ss 002 2 * -sogsondurt op so103d9991 $0] 9p "PI | , 0072 *'QUISIOL) [9P BN[YJ Y] DP SOLQULIBU ZT 9Pp “PI : 00P'6 e *B119.089], 9P SOJULIOYO € S0[ AP - “PI E A RS as - 00P'3 U90BUI Y Ppatno 19p “pI a 0081 A *paeno) Top “PI E 000,9 e EA selBo sel 9p JOPYyuo;) 19p “PI A 00009 * ***"1O019P SOIL e suda A "saJ0 LM sauepnAy_sop ap PA ES 00001 * *"SOAB|9S9 DP PIB] A 0 CT HOAWA oquecavs 19p "PER US AOIROS > 107 E E SBUAApY: "SOUL 000” » ME, TS MORE 208 A PI $ 000,88 EN A 00€ | 10Pvuloqor) op opreng $ “so0uel] 81p 86% . [00 ** 0?" SOWIZAI “28,1 9p Out 719 uo so[y soJser) :22/T1 19 SOSOAJUT (160) RESUMEN. E A 413,918 fr. a O 1.484,580 ,, Déficit......... 1.070,62 fr. El enorme déficit que se advierte en el estado anexo lo cubre el situado anual que viene de Méjico y que monta 4 2.439,290 libras: el excedente de esta suma se aplica -á cubrir otros gastos no comprendidos en el citado estado, á saber: el Cuerpo de Ingenie- ros, Artillería, Caballería, reparacion de for- tificaciones y otras obras públicas, algunas veces otro regimiento mas de infantería .se- gun las necesidades de la guarnicion, las aten- ciones del culto, administracion civil, tribu- nales, «c. Hasta hoy el gobierno no ha señalado ninguna cantidad fija para la construccion de caminos, educacion pública, dc. | Nora.—No presento como auténtico el anterior estado. La administracion pública en Puerto-Rico está envuelta en tantas sombras y misterios que apenas puede un extrangero penetrarlos.—Tanto el desarrollo de la agri- cultura como el del comercio y poblacion (161) desde el año de 1789, y sobre todo, despues de la invasion inglesa, han debido alterarse considerablemente las cifras de los distintos ramos. > | Un tribunal eclesiástico compuesto del Obispo, un Vicario general, un Provisor y un Fiscal, entien len en todos los asuntos ma- trimoniales, eclesiásticos y beneficiales; pero sus decisiones en caso de apelacion deben confirmarse por la autoridad secular: dos Vi- carios delegados de ese tribunal residen el uno en San.Juan, y el otro en San German. - El Obispo de Puerto-Rico es sufragáneo del Arzobispo de Santo Domingo: Puerto- Rico ha tenido 36 Prelados desde el año de 1512 en que se erigió el Obispado, hasta el actual Sr. Gimenez Perez. Todos los Curas de la Isla son de nombra- miento Real: el Obispo presenta tres candi- datos al Gobernador, que elige uno; los Curas reciben sueldo del Estado, que varía de 1,500 libras á 1,000; pero algunos con sus obvenciones reunen hasta 6,000 libras de en- tradas. | La Isla contaba en 1788: 62 sacerdotes “seculares, 45 frailes Franciscanos y Domíni- cos. y 19 Monjas. Estas, que son muy pobres, encuentran en el público caritativo los me- dios de cubrir sus necesidades.—El estado 21 (162) | eclesiástico no tiene en Puerto-Rico tantos privilegios como en la Metrópoli: sus propie- dades urbanas pagan las mismas contribucio- nes que las de cualquiera vecino particular. ¿Por qué España no imitará este ejemplo? Las ceremonias religiosas son muy nume- rosas en esta Isla, y particularmente las que se dedican al culto de María. Admira ver con cuanto fervor, tanto los hombres como los niños, y sobre todo las mujeres, acuden á las procesiones del rosario, que se repiten de noche+dos veces por semana: reúnense de 3 4 400 devotos, y colocados de dos en dos marchan á paso lento, llevando cada cual una linterna en la mano: tras ellos van los frailes cantando las letanías de la Vírgen al son de las guitarras que componen la or- questa; y un pertiguero, que lleva ur estan- darte rodeado de campanillas y farolitos, cier- ra el cortejo: esas procesiones nocturnas, que duran tres Ó cuatro horas, salen de la Iglesia, bien á las diez de la noche, bien á las doce, y recorren las calles muy despacio, detenién- dose de vez en cuando delante de la puerta de algun devoto que acostumbra dar limos- nas al Convento. ee CAPITULO VII Mezcla de razas.—Usos y costumbres. —Poblacion.— Productos agrícolas.—Comercio. —Temperatura. —Huracanes.—Enfermedades. El matrimonio, ese primer lazo de las fa- milias, ha unido entre sí los Españoles, los 1n- dígenas y los negros importados de Africa: esas mezclas, al par que los. efectos del clima, han producido diversas razas de hombres, cada una de ellas con su color, su carácter y su fisonomía propia. En el estado actual de cosas se cuentan en Puerto-Rico cuatro clases de habitantes bien distintos. 1.2 Los blancos europeos: el clima infin- ye en ellos con mas ó menos vigor, y por lo general son delgados, enfermizos y los mas instruidos é industriosos de la Isla. 2.2 Los criollos, ó blancos nacidos en (164) América: son bien formados, ágiles, hospita- larios, valientes, buenos marinos, pero in- constantes, poco activos y celosos de los eu- ropeos. El aire salino de las Antillas marchita muy temprano la hermosura de*las «criollas: son estas pálidas como si estuviesen conva- lecientes, envejecen antes de treinta años y mas pronto aun las que abrazan el matrimo- nio; sin embargo, esas mugeres lánguidas al parecer y que nadie creeria capaces de sufrir las menores fatigas, son incansables en el bai- le, manejan un caballo con la mayor'destre- za y son muy voluptuosas: por lo general las mugeres del Sud de la Isla son mas hermo- sas y tienen mejores colores gua las de la par- te Norte. 3. Los mulatos forman la mayor parte de la poblacion: compréndese en esta clasl- ficacion los descendientes de blancos y ne- gras: tienen la piel color de canela, los ojos pequeños y tiernos, y el cabello crespo: pero son de estatura grande, bien formados, y mas fuertes y laboriosos que los blancos y los criollos: la mayor parte de los mulatos abrazan la carrera de las armas, se dedican al cultivo de las tierras, ó emprenden algun oficio. | 4. Los negros ó son esclavos venidos de Africa ó nacidos en las Antillas: estos últi- (165) mos se dividen en libres ó esclavos que ar- rastran como sus padres la cadena de la servidumbre, y aquellos con el nombre de libertos, se dedican, ora 4 comprar y vender, ora ú e Ó piscadores. " Los blancos puros sin ninguna mezcla de os estraña son muy raros. Raynal calcula que ascienden estos ú4 28,887, pero no creemos que lleguen ni á la mitad: las ra- zas están tan cruzadas que lo que mas abun- da son los rostros atezados. En la siguiente tabla puede verse el re- sultado de las mezclas de esas distintas razas. Un blanco y una negra engendran un mulato. Mulato y negra > grifo. Grifo y negra sa marabu. Blanco y mulata pa cuarteron. Blanco y cuarterona ta meztizo. Blanco y mestiza y terceron. Blanco y tercerona e blanco. USOS Y COSTUMBRES. Los habitantes de Puerto-Rico han here- dado de los antiguos indígenas junto con su fragilidad su desinterés, hospitalidad y otras muchas virtudes que los distinguen, conser- vando al mismo tiempo la aficion ¿los licores fuertes y la vida sedentaria del indio. | (166) -Encuéntranse en los campos alguna que otra casa de mampostería bastante bien distri- buida, pero generalmente las construyen del mismo modo quelo hacian los antiguos Indios, variando un tanto, segun las exigencias del clima y de la localidad. Clávanse en tierra de doce ú veinte ma- deros unidos entre sí por medio de otros trasversales, y á dos metros de elevacion se forma el piso con tablas, que tiene regular- mente de quince á diez y seis metros cua- drados, y se cierra el todo con yaguas ata- das á unas cuantas varas que rodean el edi- ficio aseguradas á los principales maderos, y el techo se cobija ó con las mismas yaguas, ó con hojas secas de cañas: los bordes inferiores del techo se hacen salir á alguna distancia, tanto para defender los costados de la casa de la lluvia, cuanto para evitar el calor y. protegerla: de los vientos. Esta clase de ca- sas se dividen interiormente en tres depar- tamentos; el del frente, que es muy abierto, sirve para tener en él los niños y desempe- ñar algunos de los trabajos caseros: en el se- gundo, que tiene grandes puertas, se colocan los muebles y los utensilios de cocina: el últi- mo, mas estrecho y cerrado, sirve de almacen y dormitorio para la familia: en vez de vidrie- ras, que solo servirian para conservar el calor (167) en el interior delas habitaciones, úsanse en las ventanas cortinas de gasa, rejas Ó contraven- tanas. El calor no permite el uso de colcho- nes, y ordinariamente “se duerme en catres forrados de lienzo: los ricos colocan sobre ellos un gran pabellon de gasa Ó muselina á que llaman mosquitero, y el cual permite la circulacion del aire y no deja pasar los 1n- sectos. Los muebles están en consonancia con la casa: en ella no se encuentra tapicería, Có- modas ni cristales: las sillas son algo cónca- vas, y sus asientos son de madera Ó cuero: los utensilios de cocina están reducidos á al- guvas Ollas de barro, y vasijas hechas con la corteza del coco ó la higuera: tampoco se ve en ellas chimeneas, y se hace el fuego en medio del aposento, entre cuatro piedras brutas, donde se coloca el puchero en que se cuece el alimento. La comida ordinaria de estos pacíficos colonos consiste en una olla podrida cowm- puesta de arroz, batatas, ñames y calabazas, condimentada con pimienta: por pan usan el plátano crudo ó asado, tortas de casave y queso seco; sus bebidas son agua, café y le- che, y les sirven de postres las frutas de la época, como el coco, aguacate, guayabas, ma- meyes, ác. Los que gozan de alguna fortu- (168) na ó viven cerca de los pueblos acostum- bran tomar un poco de vino.—Téngase en cuenta que trato de pintar solamente las costumbres de la mayoría de los habitantes, pues los colonos ticos viven como los euro- peos, y en sus casas se encuentran licores, vinos, muebles, £c., y su manera de vivir se asemeja mas á la delas grandes ciudades. Vuelvo á tomar los pinceles para acabar mi primer cuadro. Los niños de ambos sexos hasta la edad de diez á doce años acostum- bran ir desnudos, ó sin mas vestidos que una camisa. Los hombres llevan por lo regular un calzoncillo de algodon de color que les llega hasta los talones, una camisa, un pañuelo ata- * do á la cabeza, y sombrero de paja ó fieltro guarnecido de un galon de ore: rara vez usan medias y zapatos, y nunca salen sin ir armados de un sable: al entrar en sus casas su primer cuidado es prender el cigarro y echarse en la hamaca: estas camas colgantes se hacen de los filamentos de la pita, ó de la: corteza del árbol de majagua: para servir- se de la hamaca se atan sus dos extremos á los ángulos opuestos de un aposento: las per- sonas ricas usan hamacas de tejidos de al- godon con franjas ó encajes, que importan . de Carácas y de la Habana. ; (169) La misma sencillez se observa en los ves- tidos de las mugeres: generalmente van des- calzas, y por todo vestido llevan unas enaguas de color y una camisa blanca con Jas mangas muy rizadas, pero tan holgadas que con fre- cuencia descubren el seno: llevan el cabello peinado hácia at:ás y recogido con una pei- neta, y la cabezu Ó la dejan descubierta del todo Ó se atan á ella un pañuelo de color; cuando van á la Iglesia ó á hacer visitas se calzan, se ponen un trage mejor y se echan sobre la cabeza un velo largo que les llega hasta la cintura; pero al regreso se quitan el vestido de lujo y vuelven á ponerse el trage de casa. La mayoría de estos colonos son de una pereza é indiferencia inconceb'bles. Dueños de una de las mejores islas del Nuevo Mun- do, podrian con facilidad aclimatar en su suelo todas las producciones de la Europa y la India, y rodearse de envidiable bienestar. Los quehaceres todos se encomiendan á los esclavos: los de labranza, €c., los desempe- ñian los que llaman de tala, y los de la casa los hacen los domésticos, de modo que los amos no hacen absolutamente otra cosa que aquellas que no pueden encomendarse á un tercero: acostados en sus hamacas, se les ve pasar el dia entero, ora rezando el rosario, 22 (170) ora fumando; sus hijos, que se educan lejos de las poblaciones, crecen sin educacion y sin mas sociedad que la de los negritos de uno y otro sexo, fomentándose entre ellos una gran familiaridad de que nacen perni- ciosos hábitos, y luego hácense crueles con sus esclavos. La circunstancia de haber en la Isla gran número de rios y carecer de puentes para atravesarlos, los malos caminos, las constan- tes lluvias, Jos pantanos, la carencia de fon- das v lo despoblado que se encuentra el - pais; todo hace indispensable el uso del ca- ballo: de él se sirve el colono cada instante, ya parair ála misa, coucurrir á un baile, hacer visitas, Uc., 4c.—$i se trata de hacer un viage de dos 6 tres dias, le basta hacer su provision de plátano, casave y queso, y allá á la noche cuando encuentra una choza se hospeda en ella hasta el siguiente dia, eí que sigue su viage, y de no, se detiene en medio de los bosques, cena de lo que lleva, pone á pastar su caballo, y colgando su hamaca de las ramas de un árbol, á la sombra de un ba- nano 6 de una helicoma que lo proteja de la lluvia, se entrega al sueño, sin que lo tur- be temor ninguno: los que se ejercitan en el comercio de contrabando hacen con. la mis- ma facilidad navegaciones de 30 y 40 leguas (171) por las costas, ó de isla en isla, en una simple canoa á que adaptan una vela y un timon. POBLACION. “Por lo general la poblacion de un pais está en razon directa del número de sus pro- pietarios. La aplicacion de esta verdad en Puerto-Rico, dice larazon por que la Isla so- lo contiene la sesta parte de los habitantes que podria sostener. Exterminada la mayor parte de los indígenas por sus conquistado- res, repartiéronse estos entre sí los despojos del pueblo vencido, y cada soldado ó en»- pleado tiraba por su parte muchas leguas cuadradas de sabánas Ó bosques, Esta viciosa distribucion con que se dió principio al re- parto de las tierras en la Isla, ha continuado hasta nuestros dias por ventas ó por heren- cias: de aquí nace que se vean inmensos territorios poseidos por unas cuantas fam- lias, que faltas de brazos, no pueden cultival ni la milésima parte de las tierras que les pertenecen: gran número de valies, y fertilí- simas llanuras favorecidas con los mas ricos dones de la naturaleza, yacen incultos, y solo aguardan que la mano del hombre los cubra de ricas y abundantes cosechas. | Antes de 1778 acostumbraban llegar á la (172) Isla anualmente muchos Españoles y Cana- rios, guiados porel deseo de hacer fortuna, y muchos de ellos, aunque traian sus pequeños capitales para dedicarse á las labranzas, les era imposible obtener concesiones de tierras, v obligados á mantenerse vagando en las poblaciones, concluian por ser el azote del pais: en presencia de los males que ocasio- naba á la prosperidad del pais aquel estado de cosas, dispuso el Gobierno en su edicto de 14 de Enero de 1778, que las tierras incul- tas y baldías de la Isla se repartiesen entre los habitantes que no tuviesen las suficientes, y aun entre los que careciesen de ellas to- talmeute: estos últimos, 4 quienes se da el nombre de agregados, montaban en dicha época 47835. El cumplimiento de esas dispo- siciones ha empezado á dar sus ventajosos re- sultados, aumentando rápidamente la pobla- cion y los productos agrícolas del pais. La poblacion de la Isla en 1765 solo ascendia á 44,883 individuos de todos colores: en 1772, montó á 70,250 habitantes, en 1778 se con- sideró en 80,660, de los cuales 6,530 eran esclavos, y últimamente en 1794 llegó á 136,000, entre ellos 17,500 esclavos. Este úl- : timo censo se practicó por disposicion del Gobierno á fin de calcular las fuerzas de que podia disponer la Isla durante la guerra, y Ñ ds AA a j (173) hallar la relacion entre la poblacion libre y la esclava (1). - -(1) Los siguientes cuadros manifiestan el estado actual de nuestra poblacion segun el último censo, practicado oficialmente el dia 25 de Diciembre de 1860. Poblacion blanca. Varones.| Hembras.| TOTAL. í > ro A A a, Nacionales establecidos ......... 151,694| 145,150| 296,844 Idem. ktranseuntes.......... 1,298|- 561 1,859 _Extrangeros establecidos ......... 1,976 329 1,405 Idem transeuntesS.......... 281 40 321 154,349| 146,080| 300,429 Poblacion de color. Varones. | Hembras.| TOTAL. Nacionales establecidos ......... 160,362| 139,692| 280,054 Idem transeuntes.......... 468 299 767 Extrangeros establecidos ......... 982 652 1,634 Idem tramseuntes.......... 253 43 296 142,065| 140,686| 282,751 Resúmen por sexos y clases. TOTAL. A rn, 300,429 241,055 41,136 — 583,180 Varones. | Hembras. Ps AA o PE TES A 154,349| 146,080 A O 120,397| 120,618 DEPOLOR ¡ Esclavos............. 21,668| 20,068 296,414| 286,766 El total de habitantes de la Isla segun aparece del resúmen precedente solo asciende á 583,180 habitantes, pero el número verdadero es el de 583,308; la diferencia de 128 que se observa entre ambos consiste en que estos individuos se hallaban navegan- do en la noche del 25 al 26 de Diciembre, por lo que no pudieron ser clasificados.—(V. del 7.) (174) PRODUCTO DE LAS TIERRAS. Segun Raynal, «en 1.? de Enero de 1778 tenia la Isla de Puerto-Rico 77,384 reses, 23,195 caballos, 1,515 mulas y 94,058 cabe- zas de ganado menor. En las fincas rurales, que ascendian á 5,681, se cosechaban 2,737 quintales de azúcar, 1,114 de algodon, 11,163 de café, 19,556 de arroz, 15,216 de maiz y 7,458 de tabaco. La reproduccion anual del ganado en los 234 hatos que existian enton- ces en la Isla, era de 11,364 reses, 4,334 ca- ballos, 952 mulas y 31,254 cabezas de gana- do menor. Desde entonces han aumentado considerablemente esos productos y particu- _larmente el ganado, el azúcar, algodon y café. En 1775 la Colonia exportaba para el ex- trangero sobre 45,049 arrobas de café sin descascarar, pues no existian las máquinas aparentes para esa operacion, y debido á es- to los precios que se obtenian eran muy bajos. Las cosechas de plátanos, mañioca y ha- bichuelas se han aumentado tambien en la misma proporcion que la poblacion. El arroz y habichuela dan muchas veces hasta tres cosechas anuales, produciendo un ciento por uno de beneficio. (175) En algunas huertas se cultiva la manza- na, la pera, la viña, la alcachofa, el espárra- go, varias especies de coles, la zanahoria, la 3alsifi, la espinaca y otras legumbres euro- peas; pero generalmente las plantas impor- tadas de las zonas templadas no se repro- ducen en este clima, y la que prende la ata- can los insectos seguidamente. Hemos dicho que la superficie de la Isla de Puerto-Rico se calcula en 720 leguas cuadradas, (1) que á razon de 1,000 hombres por legua podria sostener fácilmente 720,000 habitantes. La agricultura, pues, está muy léjos del grado de perfeccion que pudiera te-' ner.—Vese un gran número de colonos dispersos en sus vastos dominios satisfechos con cultivar el arroz, yuca, maiz, plátanos, batatas, Qc., que les basta para atender á sus necesidades, y unidos á estas cosechas tienen la leche de sus vacas, la lana de sus ovejas, los productos de la caza y la pezca, y el precio del ganado que venden al extran- gero, y miran con indiferencia infinidad de (1) Las dimensiones de nuestra Isla, segun apuntes oficiales, son las siguientes: su longitud de Este á Oeste es de 30 leguas 1,400 piés: la latitud de Norte á Sud 11 leguas y 14,800 piés: su perímetro concibiendo una línea por las costas que corte sus ba- hías, puertos y ensenadas 90 leguas y su superficie aproximada es de 330 leguas. —(N. del T.) | (176) | preciosos vegetales que crecen espontánea- mente en la Isla, tales como el achiote (Bixa Orellana Ly, el cacao (Broma cacao L), la quina (Cinchona Caríbea L), el añil (Indi gofera añil Lam) que podrian cuitivar en grande escala como la caña y el café. Hay aun otras causas que han detenido hasta hoy el progreso de la Colonia 4 pesar de los esfuerzos del gobierno. 1. El trabajo personal, merced á una ab- surda preocupacion, está envilecido 4 los ojos de la generalidad: la agricultura, la pri- mera y mas honrosa de las artes, está entre- gada á manos de los esclavos como una oecu- pacion envilecida y deshonrosa (1), de modo que 17,500 hombres son los únicos encarga- dos de satisfacer las necesidades de 136,000 habitantes. 2.” La falta de caminos, puentes y esclu- sas. Si tuviesen salida las aguas estancadas, sl se atravesase la Isla de grandes carreteras que al par que facilitasen el trasporte de sus frutos permitieran la libre circulacion del aire, Puerto-Rico seria indudablemente una (1) Si un blanco sirviese á otro blanco, ambos se deshonrarian ante la opinion pública. El insulto mas grande que pudiera el orgullo dirijir á un criollo se- ria decirle que tiene parientes en la costa. | (177) de las Colonias mas fértiles del Nuevo Mun- do, y no tardaria mucho tiempo en ser una de las mas ricas y saludables. 3.” La prohibicion que existe de vender al extrangero los frutos del pais. * 4. El nirgun uso que se hace del arado que pudiéra em]. earse con grandes ventajas en el cultivo de: arroz, maiz y batatas. COMERCIO. Hasta el año 1778 el comercio de Puer- to-Rico con España y las otras posesiones de - - esta nacion fué de poca importancia.—Los correos 6 paquebotes (1) exportaban de la Isla una pequeña cantidad de café, malague- ta, y algunos cueros que hacian en total un valor anual de 100,000 francos. Estas expor . taciones han dotado mucho. Ademas de los objetos mencionados, lís- paña exporta de la Isla azúcar, gengibre, algodon en bruto é hilado, guayacan, naran- jas y otras frutas, é introduce en cambio al- (1) Por un edicto de Cárlos II fechado en 1764 se - establecieron paquebotes que salian mensualmente de la Coruña para la Habana ó Puerto-Rico: desde allí se expedian á su llegada otros buques menores que conducian la correspondenciaá Veracruz y Portobelo, desde donde se distribuia por todo el continente. 23 (178) gun vino, aceite y granos, que llegan ex- clusivamente á la Capital, mientras” que los extrangeros comercian con los demas puertos de la Isla. | La mayoría de los habitantes; y en par- ticular los del interior de la FAli no con- sumen otros artículos que los que produ- ce el pais, pero los que viven en las costas E an ¿ los extrangeros harina, vino, acei- », aguardiente y salazones, así como telas pl hilo y algodon, armas, quincallería, alha- jas y los vestidos que usan. La preferencia que se da á las mercancías extrangeras so- bre las españoles nace de que estas, siendo inferiores en su Clase, son al mismo tiempo mucho mas caras que las francesas É£ Inglesas que vienen á ofrecérseles en sus mismas cos- tas, tomando en pago productos coloniales. Este tráfico ofrece á los colonos un beneficio de 25430 p S que tendrian que perder si fuesen á proveerse á la Capital, que es el úni- co puerto habitado para hacer el comercio. - En efecto, la distancia que media entre la capital y las principales poblaciones de la Isla; el mal estado de los caminos, la falta de puentes y barcas para atravesar los rios, dificultan el trasporte de los frutos, y los costos duplican su valor: un simple ejemplo bastaria para probar esta verdad: el trabajo (179) de un hombre vale en la Isla cuatro reales diarios, y el de un caballo ocho: estos ani- males no pueden cargar regularmente sino dos fanegas de café 6 sean ocho arrobas, que 4 doce reales cada una hacen un total de noventa y seis reales Ó sean doce pesos: su- pongamos que 1:11 colono que reside á vein- te leguas de la Capital, quisiese enviar allí un saco de café; el viage dutaria por lo me- nos dos dias para la ida y dos para la. vuel- ta, y teniendo doc+ reales de gastos cada dia, tendria de costo el saco de café seis pesos, de modo que el colono perderia en solo la conduccion la mitad del valor del ca- fé, teniendo ademas en cuenta que en- la Capital pagaria los derechos establecidos; por eso, pues, prefiere venderles á los extran- geros que llegan constantemente á todos los puntos accesibles de la costa y los que en cambio le ofrecen mercancias mejores y mas baratas que las españolas. | | Santo Domingo, Jamaica, Santa Cruz y. San Tomas son las islas que mas ventajas sa- can del comercio clandestino, y. las dos últi- mas exportan por este medio la mayor par- te de su ganado, caballos y cueros. —El ex- trangero que conoce la situacion del colono impone á este la ley, y €l mismo es el que fija el precio de lo que vende y lo que a s 2 (180) compra, quedando aquel sin embargo muy contento del negocio, y dispuesto siempre á 4 tratar con el primer navegante que quiera acercarse á sus costas. El contrabando se hace mas frecuente- mente con los puertos de Fajardo, Humacao, Guayama, Coamo, Ponce, Yauco, Cabo-Rojo, Mayagúez, Añasco, Aguadilla, Isabela y Are- cibo. | Una considerable parte de los víveres que se consumen en el pais se importan del extrangero. Los Estados-Unidos lo abastecen «de harinas: la Habana le da cera y azúcar blanca; la Margarita sal y pescado salado; Santo Domingo tabaco y cerdos, y Costa- Firme arroz: el numerario del pais se emplea casi todo en proporcionarse esas subsistencias, que sin embargo, le cuestan menos que sr se las procurase en la misma Ísla. Esos abusos tan nocivos á los intereses de la Isla como á los del fisco, subsistirán tanto tiempo cuanto existan esas leyes repre- sivas que prohiben al colono las comunica: ciones por mar con la Capital, adonde po- drian llevar sus frutos, so pretesto que los buques empleados en ese tráfico pueden ocu- parse en el negocio de contrabando. - Desde que España está en paz con la Francia, y ambas naciones en guerra con la (181) Inglaterra, nuestros intrépidos corsarios han conducido á los distintos puertos de la Isla mas de doscientas presas hechas 4 su comun enemigo: la-venta de esos buques ha surti- do al pais de toda clase de mercancías, y puesto en circulacion gran cantidad de di- nero: esta riqueza accidental morirá con la paz, á menos que el Gobierno no rompa las trabas que mantienen estacionaria la prospe- ridad real de la Colonia.—Si la corte de Ma- drid decretase la libertad de comerciar con los puertos de la Isla, aunque solo fuese por treinta años, Puerto-Rico veria triplicar bien pronto sus productos, los navegantes que im- ponen hoy sus leyes al colono se convertirian en tributarios suyos, y los ganados, las made- vas y todos los frutos del pais contarian con un mercado seguro (1). (1) Para que juzgue el lector del estado actual de nuestro co— mercio, llamamos su atencion sobre las siguientes cifras. A de las principales producciones de la Isla de Puerto— Rico en 1862, comparada con la de 1861. pen. 1861. En 1862. 00 A de caña, bocoyes....... 2,7291. 1,8173 Algodon, libraS..........o........ 173,505 | 133,042 E A IO 131.055,4:71 ¡428 802,587 CIO LAA IEA 13.902.296 | 12. 578, 727 Cueros, libras....... nds 8 ed 407,889 600, 854 Ganado mayor, CabezasS...........: 5,896 FL "805 Miel de caña, bocoyes.............. | 40,595) 31 "8504 a IS A '7.163,821 | -8.950,725 r (182) TEMPERATURA. Puerto-Rico está bañado de contínuo por los vientos del Este que reinan generalmen- te entre los trópicos, y empiezan á soplar” casi siempre desde las ocho de la mañana hasta la cinco de la tarde (1). Importaciones y exportaciones en 1862, con expresion de, sus procedencias y destinos. Procedencias y destinos. | Importacion. | Exportacion. OA iS eo E $2.055,355 73'$ 499,324 31 Isla de: Cuba........-.......| 161,279 291 "1124798 Santo-Domingo ...... dei 36,795 93| 42,536 30 Antillas extrangeras......... 2.559,628 45| 469,095 44 . Estaslos-Unidos ............ -2.206,053 54| 1.976,133 47 ANA 0 ¿38 MA de me a 30,588 00 Bremen y Hamburgo........| 407,405 717| 215,626 61 A IEA RRA 147,823 89 118,404 18 LA RO QA 126,474 58] 236,403 30 Holanda.3.......... A ER RN 5,390 40 Inglaterra. ............2....+| 1.320,264 85 1.970,917 13 Vimextel 2d Do... 3h. 22,667 52 1,302 50 Canadá y Terranova..... .. 155,358 78| 116,987 10 Torarzs.......'$9.199,108 331$5.793,961 72 (1) El termómetro expuesto al aire libre en el si- tio en que estaban depositadas muestras plantas ha dado los siguientes resultados. En los meses de Ju- lio, Agosto y Setiembre, en los dias en que la atmós- fera estaba despejada y la brisa no soplaba muy fuer- te, se sostenia el mercurio entre los 28 y 29 grados de las once de la mañana á las dos de la tarde; pero cuando nublaba y la brisa se presentaba fuerte, des- cendia de 26 á 24 grados durante el mismo intérva- lo: en el resto del dia se advertian variaciones muy frecuentes, y por la noche la elevacion ordinaria del líquido, fué de 16 á 17”; solo en tiempos lluviosos | descendió á 15 grados. ¿Al A AA | (183) Los vientos del Sud y del Oeste traen consigo tan abundantes lluvias, sobre todo en los meses de Agosto 4 Enero, que inun- dan los campos y comunican á la atmósfera Movimiento de buques con carga en 1862. ENTRADOS. SALIDOS. B :. s|TPonelads.¡Buqs Tonelads. A td 357| 34,9313| 302] 27.038] Americanos. ..... MN 230| 35,7213| 259| 42,2984 Bremeses ........ dt y 14| 2,6403| 22 5,1703 Dinamarqueses.............. 7 804H 10/ 1,5144 o AN A 43| 2,448H T79| 8,707 Hamburgueses......... LU 11| 1,7694] 18| 3,395 Hannoveriados.............. 4 8894|- 1,216 CUOIASES lis 17| 1,037 | 14| 1,0044 O iii «.| 246| 28,571 | 385] 61,539 DORIEOOS iii 2 ds | 184 763 Oldeniburgueres «...ooioo.ooo. 10| 1,8093 16| 2,517 EOEIGUESOS . 2.0000 (q00....0. 1 24 273 IA da Esa o << 2 1 204 408 IAS 10| 1,869 | 12] 2,2544 ASA A É 1044 209 VOS 2 Y19 43 ¿Totales....-. 955/113,1274/1134]148,9503 Derechos recaudados por las Aduanas. ¿Derechos de importacioD.............. $1,384,131 95 Id, d6 Exportacion. ...+o...o.o..mo 10,526 43, A IN 137,325 03 Derechos de Aduanas en 1862.......... $1.532,083 41 Ta. A 9 RS y, SA ri 1,495,741 59 Aumento en 1862......... 36,341 82 A (N. del T) A (184) una humedad de que provienen á menudo ciertas enfermedades endémicas; pero no se hacen sentir tanto en la bahía de Puerto-Ri- co, porque esta se encuentra al pié de la ciu- dad, que por la elevacion que tiene le sirve de abrigo. Por esta circunstancia las carnes se alte- rán en poco tiempo: el cadáver de una res ú de un caballo dejado al aire libre, se encuen- tra á los cuatro dias corrompido y devorado por millares de insectos y gusanos que se re- producen con una fecundidad asombrosa (1). (1) Las observaciones termométricas que presenta Mr. Le- dru son tan pobres y aisladas, que apenas merecen se fije en ellas la atencion. Sensible es en verdad que no tengamos fuente propia donde acudir para ofrecer al lector algunas observaciones que diesen una ligera idea de la meteorología en Puerto-Rico, y en su defecto tenemos que acudir á los estudios practicados en las islas vecinas, que por su posicion en el mismo grupo en que figu— ra nuestra Antilla, debe haber mucho de comun en su climatología. Segun Moreau de Jonnes, el punto mas alto del termómetro , que observó en Port-Royal, Martinica, fué 35% cent., y Knox, que por la minuciosidad de sus estudios parece haber hecho obser- vaciones constantes en San Tomas desde 1843 á 1851, dice que el grado mas alto observado por él en di ha isla en el mes de Se- tiembre de 1851 fué de 33.3% cent., mientras que La Sagra en igual mes en la Habana encontró la mayor altura del centígrado, segun sus propias observaciones en siete años-consecutivos 30%, Sin embargo, Humboldt refiriéndose al clima de la Habana dice que el termómetro que se ha visto en Paris 4 38%4 cent. no sube en Cumaná sino á 33% en Veracruz en trece años contínuos de obser- vaciones solo alcanzó una vez á 32% y en la Habana lo vió oscilar Ferrer entre 16% y 30%, y cita como cosa extraordinaria encontrar en los apuntes que le habia proporcionado Robredo, que en 1801 € po (185) HURACANES. Si los huracanes, el azote mas destructor de las Antillas, son producidos por los vien- tos del Norte y del Oeste que al encontrar- se chocan con una violencia irresistible, ar- habia llegado el centígrado á 344, admirándose del dicho de La- : chenaie que asegura haber visto el termómetro cent. en Santa Rosa, Guadalupe, á la altura de 39%3 á la sombra: Humboldt lo duda y desconfía de la exactitud del instrumento que se empleara en la observacion. La temperatura mas baja observada por Knox en San Tomas fué de 18,1 cent.: en Port-Royal, Martinica, solo se ha visto en 20.5% y Chauvelan registra 19.44% en San Pedro de dicha isla. La Chenai en sus observaciones en Santa Rosa, Guadalupe, ha ' visto descender el líquido hasta 18.5% Robredo asegura como cosa extraordinaria haber observado el centígrado en cero en la. Habana, y La Sagra da como el descenso mínimo en dicha ciudad observado por él en el mes de Marzo 13.3. Respecto á la temperatura media de todas las Antillas dice Humboldt en sus Des Lignes Isothermes que es de 27.5% cent.; pe- ro Knox utilizando las últimas observaciones practicadas encuen— tra ser 26.9%, de manera que entre sus apuntes y los de Humboldt hay la diferencia de 0.6% cent.: he aquí los datos en que se funda: Temperatura media, Habana. iovi.... Segun Ferrer......... 25.7% centígrado. Santo Domingo ... ,, M. St, Mery... 26.20 hS Barbadas.......... ys "Di. Walberg... 26,89 EN Mariinies......... TS O a 27,20 pa Jamaica... .m... se Blade... . 21,80 dd II ica y A o 27.20 A Guadalupe........ la “Morena. dl BL si e AS: »» Humboldt...:.. 26.90 A Temperatura media de estas Islas...... 27.170 centígrado. (186) rasando con cuantos cuerpos sólidos encuen- tran en su marcha (1), es indudable que la ventajosa posicion de Puerto-Rico, colocado al Nordeste de las Antillas, lo protejen regu- larmente de los estragos de esu terrible cala- midad.—Los huracanes, que son raros en la Isla, tienen la particularidad de no sentirse á un mismo tiempo en toda ella: generalmven- "te atacan, bien la costa Norte, bien la del Sud, y muy á menudo algun punto aislado: en 1740 uno terrible asoló el territorio de Ponce, en El lector recordará que Mr, Ledru en la página 81 de esta traduccion dice, que las montañas de Aibonito se ven con frecuen- cia cubiertas de nieve, y ese error que el traductor ha considerado de imprenta, lo cita Humbolt, Knox y otros. Reasumiendo, y á falta de observaciones en nuestro propio territorio, referimos al lector á las pructicadas en la isla de San Tomas que por ser la mas cercana á-la nuestra es con la que mas | puntos de contactos debemos tener. Termómetro.—De 11,000 observaciones hechas sucesivamente por Knox, resulta, que el mayor grado en que vió el Cent. fué en Setiembre de 1851 4 33.3” y el punto mas bajo 18.1% Cent.: la temperatura media de esta Isla segun Krebs es de 27.22 Barómetro.—-Sa movimiento medio anual es .2de una pulgada, de 29.38 4 30 pulgadas. Lluvias.—Las caidas en San Tomas ali 1828 hasta 1839 fueron en Enero 2.6 pulgadas inglesas s, en Febrero 2.8, en Marzo -2.7, en Abril 2.8, en Mayo 5.0, en Junio 3.1, en Julio 3,5, en Agosto 5,1, en Setiembre 5.6, en Octubre 5.1, en Noviembre 5,7, y en Diciembre 2.8: total medio de lluvias en los 11 años citados 46,8 pulgadas inglesas.—(V. del 7.) (1) Raynal, libro 10. Otros escritores atribuyen á la electricidad la causa de este azote (Mentelle, Greo- grafía matemática, dec., tomo 1.” página 534). (187) la costa meridional de la Isla, y destruyó un considerable número de palmas, La noche del 22 de Agosto de 1772 fué una noche de luto para. toda la Colonia: des- de las once de la noche á. las tres de la ma- ñana la tempestad lanzaba su soplo destruc- tor, ora del Este. ora del Norte ó del Sudeste; á cada ráfaga de viento se sucedia una cal- - ma que duraba de seis á ocho minutos, pero esa tranquilidad aparente parecia el silencio de las tumbas; seguidamente el viento se cambiaba con furor al lado opuesto á su primera direccion, y se desencadenaba con violencia, durarido cada ráfaga cerca de me- dia hora. Esa tempestad, que vino acompa- ñada de lluvias, rayos y temblores de tierra, produjo grandes estragos: arrancó los árbo- les de raiz. inundáronse los campos, las plan taciones desaparecieron, é infinidad de des- graciados murieron sepultados en las ruinas de sus casas (1). | (1) Las tormentas mas ruinosas que se rccuerdan son: la de Santa Cruz el año 1514, que arruinó la Isla y produjo grandes carestías y hambres; la: de Vuestra Señora del Rosario en 1527, que destruyó la Capital; la primera de San Mateo en 1575; la de San Leoncio en 1615, que destruyó la Catedral; la que arruinó á Ponce en 1740; otra que causó grandes males en toda la Isla el 28 de Agosto de 1772; una en que sufrió mucho Ponce en 1806; la gran tormenta de San Mateo en 1819, el mismo dia que la del año 1575; la de Santa Ana el año 1825, y por último, la de Vuestra Señora de los, Angeles en 1837.—(N. del T.) (188) ENFERMEDADES. La simultánea accion del calor y la hu- medad, las f.ecuentes lluvias, los pantanos, una atmósfera impregnada á menudo de va- pores nocivos, particularmente en las llanu- ras donde el aire circula difícilmente 4 tra- vés de los bosques, y los vientos del Sudoeste y del Norte, ocasionan á menudo sérias s enfer- medades. , A estas causas físicas y propias del clima de la Isla, hay que agregar las accidentales y morales. —La falta de ejercicio, el inmode- rado uso de los licores y bebidas cálidas, los - desvelos, las pasiones del amor llevadas á $u último grado; todo revela la efervescencia que produce en la sangre la calor. De aquí nacen esas terribles enferme- dades que se ceban en los europeos tan pronto como. llegan al pais: las mas comunes son: . 4 o El tétano á que están espuestos, no solo los recien nacidos, hasta el sétimo dia, sino las personas de cualquier sexo y edad que imprudentemente salen al aire libre bus- cando alivio al calor que los agobia y cubre de sudor: á igual eniermedad se esponen los heridos. (189) 2. Las fiebres intermitentes en los cam- pos; y en las poblaciones las intermitentes, malignas y tercianas. 3. Las fiebres catarrales ocasionadas por la frecuente variacion de temperatura en la misma localidad. | 4. La peripneumonia, la ophtalmia y la hidropesia, consecuencia de las fiebres mal tratadas y de las obstrucciones. 5. La sarna: una tercera parte de la po- blacion padece ese vergonzoso mal, por falta de aseo y de medicamentos convenientes. 6. La buba que termina 4 menudo por la crabe, especie de mal que ataca á los mús- culos y á la piel, y que causa al paciente agudos dolores.en las palmas de las manos y las plantas de los piés. 7. La viruela, enfermedad que no se co- noció en la Isla hasta la llegada de los Hu- ropeos. 8. Las enfermedades venéreas: este mal es muy difícil de curar por la mezcla de ra- zas, y la reunion de muchos virus que atacan á menudo á un mismo individuo. 9.2 La disenteria, consecuencia necesaria del relajamiento de los órganos, ocasionado por la calor. El mejor preservativo que puede em- plearse contra esas enfermedades destructo- (190) ras, es la moderacion y la sobriedad en todos los goces de la vida (1). (1) Véase lo que sobre las enfermedades de las Antillas y del continente Sud-Amerieano dice el Dr. Leblond en la memoria que presentó al Instituto el 19 Mesidor año 13, publicada en el Monitor el 8 y 19 Termidor del mismo año. En esas regiones abrasadoras la influencia del clima sobre la economía animal está subordinada á la direccion de los vientos, á la sequedad 6 humedad del suelo, y 4 su elevación sobre el nivel del mar, in- fluyendo tambien la diferencia de razas de hombres que habitan en la zona tórrida. Generalmente los hombres degeneran en razon directa á la disparidad de la temperatura que exista entre el país en que na- cieron y aquel adonde se fijan. Por esta circunstancia los negros oriundos de Africa se acostumbran fácilmente á las calores de la region cálida; los mulatos y demas gentes de color nacidos en el país, participan de la constitucion de los negros, y 4 medida que el individuo se acerca al blanco por medio de los cruzamientos, va perdiendo gradualmente su vigor natural. Los blancos originarios de las zonas templadas, al llegar á las regiones tropicales, sufren una alteracion que se manifiesta por el excesivo sudor, erupciones ó fiebres: estos síntomas son la verdadera naturaliza- cion que aclimáta al individuo: los que proceden de paises frios, al pasar á las Antillas se esponen á los peligros de las fiebres pútridas, maligñas, y auná la fiebre amarilla. ) “Generalmete hablando, dice el Dr. Lind, los hombres que pasan del lugar en que nacieron á pai- CAPITULO VIII. Anécdota particular del autor. La buena fé debiera ser el lazo que unie- se ú las naciones, aun cuando sus gobiernos se encontrasen en guerra, y ú la sombra de una recíproca benevolencia formar de todas ellas una sola familia. La sociedad civil tie- ne por base las virtudes filantrópicas que —- ses lejanos, pueden compararse á los vegetales que se trasplantan á un suelo estraño en donde solo pue- den conservarse y aclimatarse á costa de grandes cui- dados.” (Ensayo: sobre las enfermedades de los Euro- peos en los paises cálidos, 177 75 traducido por La Chaume en 1785). Tambien puede consultarse la Memoria sobre las enfermedades de Santo Domingo y sus remedios, por el difunto Bourgeois, secretario de la Jnnta de Agricultura del Cabo, inserta en los Viages intere- santes por diversas colontas, por Nougaret, el año 1788, páginas 410 á 504. (192) inspiran á cada hombre el deber de socor- rerse mútuamente cualquiera que sea su pa- tria, su eulto, y sus opiniones. Debido 4 estos principios, fué que me creí obligado á hacer el siguiente servicio 4 un crecido nú- mero de ciudadanos europeos y del Nuevo Mundo. . ep Durante nuestra residencia en Puerto— Rico un corsario francés apresó un buque americano llamado la Lllice, que al mando del Capitan Harvey salió de Lóndres para Nueva-York en Agosto de 1787, y buena presa lo llevó á la Capital de la Isla, donde se vendió. Entre los artículos que llevaba á su bordo se encontraron dos balijas con cer- ca de mil cuatrocientas cartas dirigidas á los Estados-Unidos por comerciantes de Italia, Holanda, Hamburgo, Altona, Ostende, Bre- men y Petersburgo: una feliz casualidad hizo que cayesen en mis manos aquellos papeles casi al mismo tiempo en adas iban á arrojarse. al fuego. Mi primera intencion fué emplearlos en envolver mis plantas; pero al comenzarlos á - leer comprendí bien pronto que en ellos iba - envuelta la fortuna, el honor y la tranquili- dad de infinidad de personas pertenecientes á todas las clases de la sociedad, y desde aquel momento consideré aquellas cartas co- (193) mo un depósito sagrado que debia devolver á sus legítimos dueños, mas aun, cuando en ellas no encontraba nada que pudiera, lastimar los intereses de la Francia. Las cartas habian «llegado 4 mis manos en el mayor desórden: reuní aquellos frag- mentos del mejor modo que pude, y despues de algunos dias de trabajo los organicé for- mando once paquetes que entregué y envié 4 distintos individuos de los Estados-Unidos para hacer llegar las cartas á sus títulos. Esta fué mi conducta en aquellas circuns- tancias, con la que creo haber cumplido un deber de justicia, cuyo recuerdo conservaré por siempre como una de las acciones mejo- res de mi vida: dirigiendo aquellas mil cua- trocientas cartas ¿sus dueños hice un señalado favor á millares de ciudadanos, 4 buenos agrónomos, esposas, 4 muchas madres carl- ñosas en ambos continentes, 4 quienes la pér- dida de ellas hubiera tal vez sumido en el dolor y el infortunio!!! Ojalá que la Francia, la Inglaterra y los Estados-Unidos, esas na- “ciones nacidas para estimarse mútuamente, pudieran estrechar los lazos de una amistad constante y sincera, ála sombra del interés comun y en bien de la humanidad! 25 CAPITULO IX. Historia natural de Puerto-Rico. Los rios de Luquillo y Sibuco al Norte de la Isla, el de Mayagiez al Oeste, y el de Maunabo y Daguao al Este, arrastran en sus corrientes partículas de oro. Segun los indicios ciertos que se presen tan, tanto en el territorio de Yauco como en el de San German existen depósitos de oro, y no es ese el solo metal que existe oculto en las entrañas de la Isla. Ya hemos hecho mencion de las aguas minerales de Coamo, y en este partido se encuentran trazas de ha- ber existido allí minas de oro en explota- cion. El rio de Loiza corre por un terreno ferruginoso, y en las montañas de Añasco se encuentran piritas y marquesitas que presen: tan á la simple vista partículas de oro y pla- (195) ta combinadas con el cobre, el azufre y el arsénico. Las capas esteriores de sl montañas por lo general son de una arcilla roja ú blanca, es decir, una mezcla de ocre ó de creta: la de las llanuras es mas negra y menos compacta; pero tanto unas como otras son ricas y férti- les. La fecundidad de las tierras es el resul- tado de las lluvias que inundan la Isla du- rante el invierno, así como del crecido núme- ro de, rios que la bañan todo el año, del abundante rocío de la noche, y de los des- pojos de los árboles que la influencia del clima descompone y reduce á tierra vegetal. Las costas, aunque mas arenosas, se prestan sin embargo al cultivo de las palmas de co- co, al del maiz, batatas, habichuelas y otras legumbres. La Isla no tiene tantas aves y reptiles como se encuentran en otros paises de la zona tórrida situados entre los mismos paralelos; pero en cambio posée una inmensa cantidad de insectos, produce una gran va- -.Triedad de plantas, y en sus costas y rios hay eran abundancia de peces. ARTÍCULO PRIMERO A ANIMALES VERTEBRADOS (2). Mamíferos.—Aves.—Reptiles.—Peces. MAMÍFEROS (3). La relacion de los mamiferos de Puerto- Rico es muy corta: los domésticos los ha re- cibido todos de Europa. Los caballos, aunque pequeños, son muy ágiles y desde muy jóvenes se les doma, ha- ciéndoles adquirir una especie de paso que llaman andadura. Los mejores caballos valen de ciento á ciento cincuenta pesos: general- (1) Los animales cuyos nombres llevan un asteris- co se han dado á conocer en Francia por Baudin y Maugé, y se cncuentran' depositados en las galerías del Museo de Paris. | (2) Espina dorsal formada de una série de peque- ños huesos llamados vértebras.—Médula espinal.— Corazon.—Sangre roja. (3) Corazon con dos ventrículos.—Sangre caliente. —Mamas (animales vivíparos). (197) mente se les ve pacer en libertad por las sabanas, donde se les deja 4 veces hasta un año sin usarlos: esta clase de vida los acos- tumbra á sufrir sin peligro el rigor de la in- temperie y las variaciones de la atmósfera; pero los hace indómitos, y les pone el pelo muy áspero. Otros se tienen á pesebre, y se les alimenta con yerba verde, con tallos de batata y cogollos de la caña de azúcar, que es un excelente forrage. Para impedir la de- generacion de las razas se hace el cruzamiento con caballos importados de los Estados-Uni- dos 6 de Europa. Las mulas, aunque pequeñas, tienen mas fuerza y resistencia que los caballos, y su pi- sada es mas segura. Los habitantes de la cos- ta meridional venden una gran cantidad de ellas á los extrangeros, que las prefieren á las de las otras islas y las aplican al servicio de sus trapiches. Kn general los toros y las vacas se ven gordos, y son fuertes. Algunos estancieros ricos cuyas posesiones son muy extensas, como la de Canóvana en la parro- quia de Loiza, poseen hasta 300 reses que dejan pastar sueltas y se reproducen en los bosques, y cuando tienen necesidad de ellas las cazan con perros amaestrados en este ejercicio. | ] Los cerdos son pequeños, pero tienen los (198) colmillos de dos á tres pulgadas de largo y la cerda erizada como jabalíes; pero dege- neran muy pronto en un clima que sea Ó muy cálido 6 muy húmedo.—Los colonos dan dos ó tres de estos-cerdos por uno de raza española: muchos de estos animales se encuentran monteses, y su carne es muy de- licada. | En la gran cordillera se encuentran algu- nos perros descendientes de los que importa- ron en el pais los primeros conquistadores del Nuevo Mundo; van siempre en bandadas y atacan á los animales de gran tamaño: cuando se les coge jóvenes, se les domestica con facilidad. Las ratas han sido importadas en el pais por los buques Europeos, y se han multipli- cado de una manera tan rápida, y son tantos los males que causan, que han llegado á ser una calamidad para la Colonia: estos anima- les destructores han sufrido las influencias del clima, alcanzando mayor tamaño que los de Europa: tienen la cola cenicienta, algo erizada, y las orejas echadas hácia atrás. Conócense en Puerto-Rico tres especies de murciélagos, el llamado fer de lance, (Vespertilio hastatus. Gmel, 47), el turcon vo- lador, ( Vespertilio molossus. Gmel, 49), que es el mas comun, y el vampiro ( Vespertilio (199) spectrum. Gmel, 49). Este último, mas daño- so que los otros, acecha á los animales dormidos, les chupa la sangre y dá menudo les hace pasar del sueño á la muerte; tienen la lengua como la de la ruseta de las Indias orientales (_Vesperíilio Vampyrus. Grmel, 45), puntiaguda y c-izada de papilas duras y muy finas echa las húcia atras: de ella se sirven como de un taladro ó barrena para atravesar la piel de su víctima y chuparle la sangre: su lugar favorito son los dedos de los piés del hombre: los colonos dan á esta clase de murciélago el nombre de perro vo— lador: su tamaño es igual al de una ardilla. AVES (1). Aves trepadoras (2). «* El papagayo de corona roja y' vien- tre purpurino. | Psittacus dominicensis. Buff, 7992.] (1) Corazon con dos ventrículos. —Sangre caliente. —Sin mamas. —Plumas.—Alas.—Animales ovíparos. Nora.—Los nombres latinos que no lleven indica- cion ninguna se han tomado de la tabla de Daubin. (2) Tienen dos dedos de los piós hácia atras. Es- tas aves trepan por los árboles para buscar las frutas ¿insectos de que viven. (200) * La cotorra pavona. Buff. 407. [ Psit- tacus guyanensts |. El ara Óó guacamayo rojo pe Ara aAracanga. La cotorra de collar. Psittacus chemical Buff, 642. - El sincialo ó cotorra de cola larga del ta- maño de una oropéndola. Buff, 642, 550. Psittacus rufirostris (1). El pico rayado de Santo Domingo. Picus siriatus. El pico roclbitado pequeño de Sauto Domingo. Briss., tom. 4., fig. 2. Pica passe- r NUS. * El pico de Puerto-Rico [ Anales del Museo de Historia Natural, pág. 285. | Picus portoricensis. Macho y hembra. * El pico variado de la Jamaica. Picus Carolínus. Buff, 692. * El pico de las Antillas. Buf£, 195. P1- CMS Major. Gm., 436. * El pico verde de Bengala. Picus ben- yalensts. * El euco ó cuclillo. Buff. 772. [Grito (1) Estas cotorras tienen el vuelo muy alto y el grito muy penetrante y desagradable: van siempre en bandadas numerosas y su carne es muy ea y dura. (201) desagradable, cola larga y abigarrada |. Cu- culus vetula. Macho y hembra, El cuco ó cuclillo cendrillardo. Cuculus Domintcus. * El cuco ó cuclillo de los paletuvios. Buff, 813. Cuculus minor, Gun. 2d Macho y hermbra; * La tamacia de Santo Domingo. Buff, 206, fig. 2. Bucco Cayanensis. Var., B. » El ani de las sabanas. Buff, 102, fig. 2. Orotophaga ant. Macho y hembra, El ani de los paletuvios, llamado impro- pliamente papagayo negro. Crotophaga major. AVES DE RAPIÑA (1). * El buitre mercader Ó6 urubu. Vultur aura, El halcon de las Antillas, 6 águila masfe- ni. Aguila Antillarum, * El esmerejon de la Carolina. Falco spar- rertus. Buff, 465. El esmerejon de Santo Domingo, águila pequeña. Aquila nudicolls. * Una especie de mochuelo que tiene (7) Pico corvo, duro, puntiagudo y doblado há- cla abajo: piés cortos, y los dedos armados de uñas muy fuertes. 26 (202) mucha semejanza con el mochuelo chillon [Strix ulula. L. | pero su pico es mas grande y fuerte y mas encorvado: tiene el vientre de un color rosado uniforme, y sobre el pe- cho solo tiene algunas manchas longitudi- nales. | * El harfango. Strix nyctea. Buff., 458. * El mochuelo de Santo Dota: Ap dominacensas. * El mochuelo nudípedo. Strix nudipes. Tiene de largo diez y nueve centímetros, el plumaje de un color leonado oscuro por en- cima y blancuzco por debajo: tarsos protan: gados, desnudos y pardos. . GORRIONES (1). El pitirre de Santo Domingo. Tyrannus pipira. | + * Lag aurora negra pequeña, papamoscas de las Antillas. Buff, 566, fig. 2. Muscicapa ruticilla. Macho y Mea * El becafigo corona de oro. Buff, 298. Muscicapa coronata. (1) Las uñas algo corvas, dedos de adelante libres y sin membranas, ó unidos hasta la primera articula- cion. Un solo dedo hácia atras y plumage y pico muy variado. | (203) El papamoscas de vientre amarillo, ape- nas del tamaño del ruiseñor. Muscipula Oa- yanensts. La griveta de Santo Dil a especie de mirlo. Turdus awro caprtllus. - El burlon, 6 mirlo color de ceniza, espe- cie de tordo. Turdus polyglotus. . El mirlo de cuello negro. Turdus ater. El mirlo: aceitunado de Santo Domingo Falgo mas grande que la curruca]. Tardus Hispamolensts. * El tordo ó zorzal ceniciento de las . Antillas. Buff, 560, fig. 1. Turdus plum- beus. | * El mirlo del Labrador. Turdus Labrado- ríus. Macho y hembra. Gm., 832. El culi-amarillo de Santo Domingo. Orto- lus Domintcensts. Gan., 391. El tángara ó esclavo, muy parecido al tordo. Tanagra Dominica. El verderon de pico grueso. Loxia Do- mintcensts. * Una especie nueva de lola á quien se ha dado en francés el nombre de bou- vreuill. Loxia Portoricensis. Su tamaño. es como de diez y siete centímetros, pico ne- gro, corto y fuerte; todo el plumage muy negro: sobre la cabeza y debajo del cuello de un color rojo ferruginoso: los piés y las (204) uñas negras. Dado á conocer po Maugé. Macho y hembra. : El emberiza Ú verderon aceitunado, algo mas grande que el abadejo ó reyezuelo. Em- beriza olivarea. * Un cuervo semejante al de Europa, pe- ro con el pico cruzado. - Corax cructrostra. Tiene las dos mandíbulas replegadas una sobre otra: esta estructura del pico no puede ser una disformidad accidental como preten- de Daubin. El pico es un órgano tan esencial en las aves, que la menor variedad en su for- ma debe influir en los hábitos del animal, * Una corneja parecida por su tamafío á * la corbina europea [corvuscorone L]|. Las plumas son de un hermoso negro guarneci- das porsu base de «otras plumas menudas blancas, muy suaves y finas: la cola redonda y mas larga que las alas.—En el Museo se ha colocado con el nombre de corneja de plumon blanco. Corvus leuco griaphalus. Estos cuervos son frugívoros, y su carne aunque algo negra puede comerse. La urraca Ó picaza de las ¿tilda Cor- vus cartbeus, * El abejaruco ó paro azul. Buff, 3, fig. 2. Parus cerulews.. | Una especie de ruiseñor de un gris os- curo con algunas plumas blancas; algo ma- - (205) yor que el de Europa, pero menos armonio- so, y al cual se le domestica fácilmente. * Una curruca ósilvia negra con la espal- da blanca. * La curruca ó silvia de cueilo amarillo. Sulvia penstlis. -* La: curruca tachonada de la Luisiana. Motacilla novoboracensts, 152, 1. : El becafigo tachonado del Canadá. Mota- cilla astava. Var., B. El becafigo tachonado de la Luisiana. Motacilla cestiva. B., 58, 1. El becafigo curruca oscura. Motacilla um- -—bria. Buff, 709, 1.. El becafigo de enla amarillo. Buff, 731, fig. 2. Motacilla Ludoviciana. El azucarero. Certhia flaveola, * El bimbelé, una especie de pardilla. Silvia palmarum. : * La curruca ó silvia de pecho amarillo. Motacilla mistacea. * La golondrina de a Domingo. Buff, 545., fig. 1.—Hirundo *Dominicencis. Gm., de 025. Una tercera parte mayor y menos ne- : gra que la de Francia, y mas grande y ne- gra que la de Santo Domingo. * El martinete ó vencejo de collar blan- co. Hyrundo Cayanensis. Buff, 725, 2 (206) | * El azucarero trepador. Oertia flaveola. Eduards. El Martin pescador. moñudo. Alcedo Al. cyon. Var. L Gm., 452. * El manaquin organista. Buff, 809, fig, 1: precioso pájaro del tamaño del jilguero francés. Pipra musica. Gm., 1,004. - El manaquin rupicola. Pipra rupicola. Entre la brillante clase de pájaros, mos- cas y colibrís (1) hay que admirar: - El verde nacarado. Trochilus Domintcus. Gm., 489. al, El plastron blanco. Trochilus margarita- ceus. El plastron negro. Trochilus mango. El pájaro mosca pequeño. Trochilus mi- numus. Gm., 500. GALLINÁCEAS (2). Puerto-Rico recibió de Europa las aves (1) Cuántas veces en mis escursiones botánicas he contemplado lleno de gozo el vuelo rápido de esas preciosas aves con sus alas abiertas perpendicular- mente, reflejándose sobre sus plumas los mas ricos y variados colores, y las veia pasar de las mimosas á las franchípanas, bignonias y otros arbustos de flo- res odoríferas, para libar la miel de sus corolas ! (2) Los dedos delanteros reunidos en su base por una membrana. Pico convexo por encima. Aves gra- nívoras y de vuelo pesado. (207) de corral, el gallo, el pato, el pavo real, el pavo comun; de Méjico se introdujo el hoco negro [crax alector|, y de Guinea la gallina de ese nombre llamada tambien pintada | Nu— mida meleagriís] que importaron en las An- tillas los Genoveses en 1508: las plumas de esta ave, que en Africa hace el aguaje que se ve enlas perlas, han sufrido alguna modifica- cion en su color, bajo la influencia del nuevo clima: las de ratito tienen blanco el vientre, el interior de las alas y las estremi- dades de esta: las hay domésticas y silves- - tres: estas, aunque mas pequeñas, tienen un sabor mas delicado. En las sabanas é inmediaciones de los bosques se encuentran: > | * La paloma tórtola. Columba Carolinen- sis. Buff, 175. * La paloma de cabeza. blanca. Columba leucocephala. | Muy parecida á la siguiente, solo que tiene blanca la parte superior de la cabeza ]. | | * La paloma caribe. Columba Caribe. Gm., 773. » La paloma bermeja de Cayena. Colum- ba Martinica. Buff., 141, Var. B. x (208) Ñ AVES DB COSTA (1). La garza real. Ardea egretta. La cangrejera azul de cui pardo. Ar- dea corulescen. * El pico abierto, de pico largo y agudo. Hans scolapaceus. La garza real de la Luisiana ó cangrejera bermeja de cabeza y cuello vada. Ardea Ludoviciana, did La becacina. Seolapax gallinago. La alondra de mar. Tringa cinclus. * El pluvial ó pardal dorado. Charadrius aureus. * El pluvial ó maubeca. Parra calóbía AVES NADADORAS (2). El flamante, del órden de los flamencos. Phonicopterus ruber. En las orillas del rio Loiza. El semormujo de Santo ES Oo- lymbus Domintcus. (1) Tarsos altos, piernas desnudas por debajo.— No nadan, pero entran en el agua para pescar. (2) Piernas y muslos cortos; los dedos unidos en- tre sí por membranas, ó largos y aplanados 4 mane- ra de remos. + (200) * El pato montes silvador, de pico negro. Buff, 804. Anas Arborea. 3 La gercela de cuello espinoso. Buf 967. Anas spinosa. * La gercela rosada de cuello largo, Anas: Dominica. | * El pato gingon. Anas Americana 526, Gm. | * La gallinita sultana. Hydroganilla Mar- Unica. * La gaviota. Hydrogallana. cloropus. El pelicano blanco. Pelecanus onocrotalus. La gran go:ondrina marina. Sterna fula- - gínosa. : y REPTILES (1). Lagartos (2). 1.2? El lagarto tupinambis, como de un metro de largo, es muy comun en el territo- rio de Ponce, y muy pacífico. Llámasele monitor, porque en algunos lugares de la - América, particularmente en el Perú y en el Brasil, acostumbra acompañar al caiman ) [Lacerta alligator | y la lacerta caudiwverbera ¿+(5) Corazon con un ventrículo, sangre fria y sin mamas (animales ovíparos). (6) Cuerpo sin concha ó cubierta; cuatro patas con po corvas, mandíbulas con dientes engastados en ellas. 27. (210) anunciando con un silbido raro la proximidad de esos reptiles peligrosos. qa 2. El anolis Ó lagarto gostroso, [ Lacerta strumosa Gm., 1,067] muy vivo y ágil, y tan manso que se pasea tranquilo dentro de las habitaciones y sesube aun sobre las mesas: este reptil es muy comun en losalrededores de las casas en las tierras bajas: huye del calor y se presenta regularmente cuando acaba de llover 6 hácia la tarde: su estension es de doce ¿quince centímetros. El anolis tiene en la region del pecho una especie de pape- ra Ó vegiga de un rojo pálido que dilata y contrae á su antojo, introduciendo en ella el aire: regularmente tienen lugar esas dilata- ciones cuando se hace oir ó se irrita. 3.” El lagarto escupidor | Lacerta sputa- tor. Gm., 1,076] que apenas tiene seis centí- metros de largo: tiene el cuerpo de un gris .. oscuro por la parte superior y blancuzco por el vientre; estos colores están entrecortados por once fajas Óó anillos de un pardo casi negro: “Vésele correr al rededor de las mu- _rallas, y. es muy manso; pero cuando lo irritan lanza sobre su enemigo un esputo negro y venenoso que inflama seguidamen- te la parte atacada: de aquí es que le-yie- ne el nombre de escupidor; la inflamacion de su esputo se cura aplicando á la parte (211) afectada un poco de alcohol, azúcar ó al- canfor. 4. El lagarto iguana | Lacerta ?guana. Gm., 1,062] muy comun en las costas de Fajardo. Sus colores son muy variados y vistosos, y tanto su carne como sus huevos - son un buen alimento: se les caza con perros ó con lazos, y se domestican con facilidad: tienen de ancho dos centímetros, y metro y medio de largo; pero la cola forma las dos terceras partes de esta estension: esta espe- cie de lagarto lleva sobre su cuerpo un gran número de mitas parásitas | Acarus 1guane. Gm., 295], que viven y se reproducen á es- pensas suyas. 5.” El lagarto ameiva | Lacerta ameiva _Gm., 1,070] cuyos colores de vistosos matl- ces varian con la edad: tienen muy grande la papera Ú vegiga, y se les encuentra á me- nudo sobre y rocas al Oeste de Guayama, y su carne puede comerse: el ejemplar que yo ví tenia cuatro decímetros y medio de largo. 6.” El lagarto de dedos largos, [| Lacerta principalas. Gm., 1,062] su color es azuloso y el rabo dos veces mas largo que el resto del cuerpo: tiene el cuerpo cubierto de ra- yas oscuras á distancia de un dedo unas de , otras: la penúltima. articulaciones por de- (212) “bajo mas ancha que las otras: sobre el cuello ' lleva una larga membrana semejante á la de la iguana, la cual dilata 6 contrae á su vo- luntad, y es muy manso: el que yo tuve oca-' sion de examinar tenia tres decímetros de largo. 7.2 El lagarto de rabo espiral [ Lacerta rapicanda. Cin: 1,068] da mide dos ú tres decímetros. Pocas son las culebras que hay en el fa- vorecido suelo de esta Colonia: las que con mas frecuencia se encuentran son: 1. La cobela | Coluber Colubella. Cd 1,095] de un gris algo oscuro, pero mas comunmente casi negras, con infinidad de li- niecitas trasversales. Las variaciones que se advierten en su color deben indudablemente depender de su edad. La cobela casi nunca llega á tener un metro de largo: encuéntrasele con frecuencia en las orillas del rio Toa. 2.-La culebra de cabeza negra | Coluber malanocephalus. Gm., 1,095], de seis d ocho decímetros de largo, cuerpo liso y sin nin- guna aspereza; cabeza negra con algunas cin- tas blancas: encuéntrasele á menudo á orillas de las quebradas y en los lugares pantanosos.. 3.0 El boa traga-ratas, | Boa murina. Gm., 1,084] color verde mar, vistosos jaspes sobre (213) la parte superior cerca de la cabeza, y por el vientre parda con manchas negras; tiene de largo cerca de un métro; se alimenta de las ratas que persigue 4 veces aun hasta dentro de las casas, por lo que los habitantes reco- nociendo su utilidad jamas las matan; ningu- na de estas culebras es venenosa; á átida que envegecen se van poniendo negras, y crecen hasta adquirir grandes dimensiones. 4.” La rana chillona. | Rana ocellata. Lin. Gm., 1,052.-——Encyc, guadr. ovíp., pág. 655]. 5.” La rana de los árboles. [Rana arborea Lin. Var. M. Rana Americana rubra. Seb. Gm., 1,054. ] Estos dos reptiles viven regularmente en los árboles en los lugares húmedos, y hacen de noche un'ruido -muy penetrante y desa- gradable. PECES (1). En las costas de Puerto-Rico se encuen- tran grandes cantidades de peces. A mas de los que ya hemos dicho que viven en las Antillas, (la sierra, el tiburon, el volador, el delfin, el dorado y el manatí) los que con (1) Cuerpo desprovisto de columna vertebral y de esqueleto articulado.—Sistema nervioso.—Vasos san- guíneos ó invaso- dorsal. (214) mas frecuencia se pezcan con anzuelos, per- tenecen 4 las siguientes clases de la ictio- logía. CARTILAGINOSOS (1). Muchas especies de rayas. La balderaya murciélago. Lophius vesper- tilio. Gm., 1,480.—Comestible. . | La.balderaya manchada. Lophvus histrio. Gm., 1481.—Comestible. | La ballesta monoceronte. Balistemonoce- ros. Gm., 1462. ae La ballesta vieja. Balíste vetula. Gum., 1,467.—Comestible. El cofre de dos espinas. Ostracion bican- dalis. Grm., 1,441. | El cofre sin espinas. Ostracion triqueter. Gm., 1,441.' El erizo oblongo. Tetrodon oblongus. Gm., 1,446 El dos-dientes espina larga. Diodon hys- trax. Gma., 1,448.—Comestible. El dos-dientes espina corta. Diodon'atin- ga. Gm., 1451. á El hipocampo ó caballo marino. Syngna- tus Hypocampus. Gm., 1,457.-—Comestible. (1) Cuerpo blando, no articulado, provisto de un manto de forma variable. (215) ÁPEDOS (1). «La lamprea. Murena helena. Cm., 1,132. -—Comestible. PECTORALES (2). El dorado. Perca chrysoptera. Gm., 1,314. La becuna ó espadon, Perca, que crece hasta los veinte y cuatro decímetros. El escorpena marrana. Scorpena scofra. Gm., 1,215. El uéodon ahumado. Choedon A Gun., 1,263.—Comestible. El quetodon arqueado. Chcetodon arcuatus. Gm., 1,243. El Moon estriado. Olicetodon striatus. Gm., 1,249.—Comestible. El quetodon cirujano. Choetodon chirurgus. 'Gm., 1,259. —Comestible. El quetodon lanceolo. Choetodon lanceola- tus. Gm., 1,254. El esparo embridado, de cerca de seis (1) Corazon con un ventrículo.—Sangre fria.— Bronquios en vez de pulmones.—Sin patás.—Aletas sostenidas por medio de rayos. (2) Aletas guarnecidas de cartílagos en E de huesos. (216) centímetros. Sparus capistratus. Gm., 1250, —Comestible. El escombro pelámida. Scomber pelámis. - 1,330.—Comestible. | ABDOMINALES (1). Elpez trompeta. /stularia tabacaria. Gun., 1,387. El aterina pez de plata. Atheriína ment- día. Gm., 1,596. | El pica thrissa. Gm., 1,406. Dos espe- cies, una comestible, y la otra venenosa y ta- chonada de manchas amarillas. El yeneno de este pez ataca solo las nervios, y no úá la sangre. | El papagayo de cuatro dientes. Tetrodon testudineus. Grm., 1,444. El mujol ó mulo. Mugal albula. Gun., 1,398. El pequeño pez de espada. LEsox brast- ltensis. Gma., 1,393. El teuthis hepatus. Gm., 1,362. (1) Sin aletas inferiores. ARTÍCULO SEGUNDO. ANIMALES ¿¡NVERTEBRADOS (1) Moluscos.—Crustáceos. Arácnides.—Insectos.—Radiados.—Pólipos. MOLUSCOS (2). La jibia comun. Sepra officinales. Gm., 3,149. La jibia calamar. Sepia loligo. Gm., 3150. Una jibia mas pequeña que la odicinale Sepia media. Gm., 3,150. Llámanse impropismente uvas de mar [uvoe marine]á los huevos de jibias que el mar arroja sobre las playas y de las cuales traje yo algunas de Puerto-Rico. El oscabrion escamoso. Chiton squamosus. Gm., 3,203. (1) Aletas inferiores por debajo del pecho. (2) Aletas inferiores detras de las del pecho. 28 (218) El oscabrion puntuado. Chiton punctatus. Gm., 3,203. El oscabrion jaspeado. Chiton marmora- tus. Gm., 3,205. El belantí ó bellota marina tulipa. Bala- nus tintinnabulum Lin. Lepas tintinnabulum. 'Gm,, 3,208. El balanita estriado. Balanus striatus. La coronalla testudinaria, Lam. Lepas tes- tudinarius. Gm., 3,209, que se adhiere or- dinariamente 4 la concha de las tortugas. Baudin y Maugé han dado á conocer en Francia una gran cantidad de conchas ter- restres y marinas, la mayor parte sin deter- minar; muchas son totalmente desconocidas y deben constituir no solo especies, sino gé- neros. Las mas notables de esa coleccion son: -—— Lalepada de ocho rayas. Patella octo-ra- diata. Gm., 3,699. E Lalepada mitra pequeña. Patella mitrula. Gm., 3,708. La lepada abovedada. Patella fornicata. Gm., 3,693. Crapidula fornicata. Roissy, hist. nat. de los moluscos, 5,238. El haliotido acanalado. Halioti pa A culata. El nerita peloronte. Nereis PA Rois- sy, 5,273. A A Ñ NS a (219) La helicina de Mauger. Helicina Mauge- 72. Daub. Meth. conch., página 65. El sueco. Turbo pica. Lin. Monodonta pica. Lam. La Turitella ¿mbricata. Roissy, 5,308. Turbo imbricatus, Lin. La acatina vriada. Achatina variegata. Roissy, 5,354. Bulla achátina variegata. Gm... 3,424. La bula ampolla. Gm., 3,424. Bulla am- pulla, TN La bulina boca rosada. Bulinus hoemas- tomus. Roissy, 5336. Helix hoeemastoma. Gm., 3,649. La helice clausilia. Helix clausilia. Dra- parn. ad La porcelana bermeja. Cyprea fusca, (nueva especie). | La columbela mercader. Columbella mer- catoría. Roissy, 66. Voluta mercatoría. Gm., 3,446. La columbela rústica. Columbella rustica, 1447. Voluta rustica, L. ; La mitra pontifical. Mitra pontificales. Lam. Voluta papalis. Gm., 3459. Var. B. El Dolium olearium. Roissy, 6, 39. Bue- cinum olearium. Lin. El Dolvum pomum. Roissy, 6, 41. (220) ' El cornudo de rocas. Murex cornatus. L. y el Murex ramosus. Gm., 5,528. El Pírula melongena. Roissy, 6, 67. Mu- rex melongena. L. La fasiolaria-tulipa. Fasciolaria tulipee. Roissy, 6, 67. Murex tupila. L, La turbinela capitel. Turbinella capitelum. Roissy, 6, 81. Voluta capitellum. L. El Strombus gigas. Roissy, 6, 8l. La caña escamosa. Chama ¿imbricata. Lan. La vénus verrugosa. Venus verrucosa. L. La vénus mercenaria. Venus mercenaría. L. La vénus manchada. Venus maculata: L. La sanguinaria rosada. Sanguinolaria rosea. Lam. E La tela de cebolla. Anomia epiphium. L. La donaca. Donax trunculus. Gm., 3,263. La telina rosada. Tellana rosea. Gm., 3238. El arca velluda. Arca pilosa. Gm., 3,314. El arca de Noé. Arca Noé. Gm., 3,306. CRUSTÁCEOS (1). Tanto en las playas del mar como en las faldas de las colinas cercanas al Océano se - encuentra un gran número de cangrejos, en-. (1) Cuerpos y membranas articuladas, cubiertos de una piel conchosa, dividida en muchas piezas. (221) tre los cuales los mas comunes son: el ruri- cole (Cancer ruricola. Gm., 2,966) llamado así porque vive generalmente en tierra, y solo va á las orillas del mar para bañarse y depositar allí sus huevos, * El cangrejo corredor (Cancer cursor. Gin., 2,963) designado con este nombre por- que corre por las tardes con gran celeridad hácia la orilla del mar: estos crustáceos se reunen en bandadas, se buscan, se huyen, se baten y los vencedores matan algunas ve- ces áú los vencidos. Aunque son muy peque- ños, muerden fuertemente el baston que se les presenta, y no seria prudente andar des- calzo entre ellos. * El cangrejo enano | Cancer minutus. Gm., 2,965] que vive comunmente en el fu- cus natans. Tambien se le encuentra entre los despojos que arroja el mar constantemen- te sobre las playas. El cangrejo coralino [ Cancer corallinas. Gm., 2,968 |: tiene el cuerpo de un encarna- do muy vistoso, y mas ancho que largo, y el carapacho trilobulado. El cangrejo manchado | Cancer macula- tus, 2,968 |, es mas ancho que largo, y ador- nado por encima con cinco ó slete manchas de un rojo color de sangre, y el carapacho trilobulado. (222) * El cangrejo defensor [ Cancer defensor] mas ancho que largo, armado de una fuerte espina larga y puntiaguda, y el carapacho cuadridentado. | * El cangrejo granulado [ Cancer granu- latus, 2,973] mas ancho que largo, convexo, granulado; las patas anteriores muy gruesas. Este crustáceo se acerca rara vez á la orilla y solo puede cogérseleintroduciéndose uno dentro del mar. * El cangrejo pintado [ Cancer grapsus 2,967]: el peto ó corcelete lo tiene plegado de ambos lados y en la parte anterior biden- tado: sus colores son variados. Durante el dia se le encuentra siempre por las orillas del mar buscando su alimento. * El cangrejo longimanus [ Cancer longi- manus 2979] tiene cada lado de la concha guarnecida de cinco dientes: hasta ahora solo se conocia este cangrejo en los mares de Oriente. * Dos especies de grapsos. ( Cancer tenui- crustatus et grapsus cruentatus. Latreille.) El escilaro de las Antillas. [Scyllarus eequinoctialis. Fabr. ] Las crevetas y crevetinas, poco numerosas en especics, son muy abundantes en número, y proporcionan un abundante alimento. A. (223) las orillas del Océano se pezca el Cancer squilla, 2,988. El Cancer pennaceus, 2,988. La creveta gamara [ Cancer gammarus 2,985 |, muy semejante á la creveta de arro- yos [ Cancer pulex] pero mas pequeña. La saltadora ó piojo de mar [ Cancer lo- custa, 2,992], un poco mas grande que la creveta de arroyos; y en las aguas dulces de los rios de Loiza, Toa, «c., dc., se encuentra el Cancer carcinus, 2,986. ARÁCNIDES (1). El escorpion leonado [Scorpio griseus. Degeer]. | - El escorpion de América | Scorpio amer?- canus. Gm., 2,962] mas pequeño que el de Europa y Africa; pero las picadas que da con las lancetas, movibles en que termina su co- la articulada, son mas peligrosas. Encuéntra- sele con preferencia en los lugares oscuros y húmedos de las casas, bajo las piedras, en- tre los troncos de árboles podridos, éc., dc. Su picadura produce inflamacion y fiebre, y se cura aplicando sobre ella un hierro moja- do en aguardiente. (1) Estigmatos y cortados por la respiracion.— Ojos.—Patas articuladas.—Sin metamórfosis. (224) Las arañas carnívoras y guerreras han debido propagarse rápidamente en una isla cuyo clima favorece tanto la multiplicacion de los insectos: las que con mas frecuencia se encuentran en Puerto-Rico son: la araña de penacho [ Aranea clavipes, 2,954 |, la tu- berculosa [ Aranea mammata. Olivier] la can- criforme [ Arnaea cancriformis, 2,955 |, la te- tracanta [ 4ranea tetracantha 2951 |, la reclusa [Aranea nidulans 2955 | y la avicular (Aranea avicularis 2,957). El peto de esta última, á quien los habitantes llaman huavá, es de un color oscuro, chato y ovalado, y el abdómen negruzco, cubierto de vellos y terminado en tubérculos; las patas son gruesas y muy ve- lludas, tienen como seis centímetros de lar- go, y armadas de fuertes garfios, y la planta tiene un color de oro brillante: sus pinzas y tenazas tienen dos centímetros de largo y son dentadas. Esta araña es la mas grande que se conoce en su especie y su mordedura * suele ser mortal; el mejor remedio contra ella es el jugo de la caña de azúcar tomado como alimento. Muchos galeodos. Los cuadrúpedos domésticos alimentan, como sucede en Europa, infinidad de insectos parásitos que se adhieren á su piel, se intro- (225) ducen en ella, les chupan ha sangre y los atormentan. En los bueyes y los caballos se encuen- tra la mita americana (4Acarus americanus. Gm., 2,926) y la garrapata (Acarus ricinus, Gm., 2,926): la primera tiene el cuerpo elísto, ovalado y el color rojo oscuro con una mancha blanca: la segunda es: ovalada y redonda: estos insectos sirven ásu vez de pasto á las aves. | El ani de las sabanas, y el ani de los pa- letuvios, se montan sobre la espalda de los cuadrúpedos que pacen por los prados y les arrancan los insectos, introduciendo el pico en las. llagas de la piel para perseguir las garrapatas que se anidan en ellas. * La escolopendra malhechora [ Seolopendra malsitaus. Gm., 3,016]. Este horroroso in- “=secto, no tan peligrosó como el escorpion, tiene ocho ojos, veinte pares de patas y vein- te artículos en cada antena: el cuerpo lo tie- ne compuesto de veinte y dos segmentos y algunas veces llega á tener hasta diez y siete y diez y ocho centímetros de largo: su color es castaño oscuro, los ojos negros y. la parte superior de la cabeza roja. * El zulus fuscus, Gm., 3,020, parecido en su color al ¿2ulus arenoso de Europa, pero mucho mayor. Tiene el cuerpo compuesto (226) de sesenta y cuatro anillos y doscientas cua- renta patas; encuéntrasele en los lugares hú- medos y entre la corteza podrida de los ár- boles: este animal no es peligroso. iwsBoTOS (1). Despues de la de los pólipos, la familia de los insectos es la mas numerosa del reino animal. Toda la sagacidad de los Fabricius, de los Olivier y de los Latreille no bastaria á conocerlos todos, descubrir su organizacion, y pintar sus costumbres y metamorfosis; me ceñiré, pues, á indicar los insectos estudiados por nosotros y de los que hemos dado cuen- ta en Francia. Los que con mas frecuencia se encuentran en Puerto-Rico pertenecen á los siguientes órdenes. COLEÓPTEROS (2). Lucano interrumpido. Lucanus iterrup- sus, L. Encyc, 21. [| Passalus. Fab. | (1) Sufren una ó muchas metamorfosis: en su es- tado perfecto tienen ojos, antenas, estigmatos y seis patas articuladas. (2) Dos alas plegadas bajo fuertes estuches, boca provista de mandíbulas. (227) Lucano elafosero. Lucanus elaphus. Fab. Ency. 4. * El pasales pentafilo. Passalus pentaphy- llus. Latreille. (Antenas en masa y cinco arti- culaciones. Estrias de los elitros, y los costados del corcelete ó peto, puntuados). * Pasalus duntado. Passalus dentatus. Fab. | * Pasales, una variedad de la anterior, - * Escarabajo. Scarabaus anobarbus. Fab. -Gm., 1,532. * Escarabajo titan, macho. «Scarabwus tytanus. Fab. Gmel., 1532. - * Escarabajo, variedad del anterior. * Salton marcado. M. signata. F. Encyc., 45, | * Salton castaño var. Melolontha castanea. Encyc, 45. > Salton dudoso. M. dubra. Encyc, 51. * Salton barbudo. M. barbata, Latreille. (A manera del salton dudoso, de un color os- curo, luciente, liso, estremidad del abdómen velluda). * Salton cilíndrico, variedad. M. cylindr:- ca. Cuerpo de un pardo oscuro luciente y punteado: cubierta un poco sesgada, elitros de un pardo mas claro, cuerpo cilíndrico, ta- maño del salton rojo (M. fusca); pero algo mas estrecho. (228) * Carabe aplanado. Carabus complana- tus. Fab. . * Lamia escorpion. Lamía scorpio. Oliy. Encyc, 11. * Lamia.... (cuatro esp. indet.) -* Bupresto cóncavo. Buprestis ¿mpressa. Fab. Encyc, 67. * El taupín esmeralda. Elater virens. Fab. * Taupiín (nueva especie) mas largo y estrecho que el taup2n ferruginoso. El peto muy menudamente puntuado. llitros estria- dos muy puntuados y de un leonado menos oscuro que el del resto del cuerpo. Antenas y patas de un castaño claro. | * Tres especies mas de taupin, sin deter- minar. ! ; | * Teleforo, N. E.: tiene alguna semejanza con la cantárida rayada (Cantharis vittata. Fab.) Borde esterior, sutura, y línea central de los elitros de un rojo pálido sobre un fon- do ceniciento Oscuro. Los insectos designados simpletqmente con el nombre de moscas de fuego, presentan por la noche un precioso espectáculo. Cuén- tanse en la Isla muchas especies: los de la primera (fulgores) tienen al rededor de los ojos un círculo brillante de licor fosfórico, y se les ve vagar entre las cañas de azúcar. Los insectos de la segunda especie llama- ml j (229) dos en castellano cocuyos | Elater phosphoreus E., noctilucus L. | tienen cerca de las alas dos . ampolletas pequeñas de licor luminoso, y su yuelo instantáneo ilumina la atmósfera alter- nativamente, segun estienden ó recojen las alas. ( Las moscas de fuego de la tercera clase llamadas cucubanos [lamprys] (1) son mas grandes y mas luminosas que las otras: de no- che cazan los pequeños insectos de que se alimentan: tienen llena la parte posterior de su abdómen de una materia tan luminosa, que al volar dejan tras sí un rastro centellante: uno solo de esos insectos da luz bastante pa- ra poder leer ó escribir. Los habitantes del interior de la Isla se sirven de ellos para alumbrar el camino en las noches oscuras: las mugeres los usan como adornos en el pelo ó prendidos á: sombrero, y hacen tambien co- llares que brillan asombrosamente: esta pre ciosa especie pierde su propiedad fosfórica cuando se les tiene cautivos; pero vuelven á recobrarla tan pronto como se les pone en libertad. ] * Diápera, * Opatro [oparum clathratum F. Gm., 1,634]. * Opatro, [tres especies sin (1) Hemos dado á conocer las especies llamadas lampyre margine y lampyre fauve. Enc. nos. 19 y 34. (230) $ determinar]. * Prion, * Calidea, [ Callidium ylabratum, Latreille]. * Calidea, [dos espe- cies sin determinar]. * Tragosito, Tragosita carobovdes, F. * Tragosito verdoso, Tragosita virens, F. * Tragosito [dos nuevas especies]. * Crisomela, * Altica de corselete ó peto blanco, Altica albicollis, Oliv. Enc., 8. * Al- tica bicolor, Altica bicolor, F. Enc., 14. *Alti- cas de otras siete especies sin determinar. * Galeruco [alguna semejanza con el G. de Jamaica |. Gralerucos [tres especies nuevas]. * Crioceros [cinco especies indeterminadas]. * Brento nasal. Brentus nasutus, EF. Enc., 7. * El gorgojo anular. Curculio anulatus, L. Enc., 154. * El gorgojo palmista. Curculio palmaran, L. Enc., 3. * El gorgojo, Curculio sexguttatus, E. Enc., 173. * Gorgojo, Curcu- lzo virid: ajfinis, Latreil, * Gorgojo. Curcu- lio punctato ajfinis, 1d. * Gorgojo. Curculio nigro affinas, id. * Gorgojo de cuatro espe- - cies distintas sin determinar. * Casido. Coe- cinela, de dos distintas especies sin deter- minar. , ORTÓPTEROS (1). El Kakerlak ó blatto americano. Blatta (4) Dos alas plegadas bajo estuches blandos: bo- cá provista de mandíbulas. - (231) americana. L. Este perjudicial insecto se ha multiplicado asombrosamente en las casas, azucarerias, buques, Gc. La forma chata de su cuerpo blando y flexible, se presta fácilmente á su introduccion por las abertu- ras de las cerraduras, dentro de los banules, roperos, almacenes, 4c., roe las telas, deterio- ra los muebles mal cuidados, daña Úó con- sume los comestibles, y derrama sobre los - metales un licor fétido que los oxida: corre con agilidad, huye de la luz, se pasea sobre las personas dormidas, y deposita 4 menudo sus larvas dentro las cajas de harina ó de ga- lletas. * Blato de nueya especie sin determinar. Los gatos destruyen una gran cantidad de blatos. Un grillo (EFrillus assimilis, Gm., 2,060) semejante al de Europa (Grillus domesticus, 2,060), con la diferencia, que los dos hilos en que termina el abdomen son bífidos en su extremidad. | La cigarra Ó topo-grillo (Achaeta grillo- talpa. Fab. ), como una cuarta parte mas 3 per queña que la de Europa. * Langostas, cuatro especies nuevas: una desconocica hasta aquí, y las otras muy pa- recidas á las locusta myrtifolúa Fabr., locus- ta acuminata, idem, locusta lilifolia, idem. (232) Manta jamaiquina. (Menta jamaicensis Y. Ency., 42).—*Manta cingulata L. Ency., 49. * Fasmos, seis especies indeterminadas. NEURÓPTEROS (1). * Termito ó termes morio. Termes mo- rio. Y. Ñ * Ascalafo [cinco especies indetermina- das]. : | * Panorpo, 5 mosca escorpion, que se acerca al panorpo tipulario. L. (Bittacus. La- treil.) > | HIMENÓPTEROS (2). Teneumon, cuatro especies nuevas. Las hormigas de Puerto-Rico [ Formica atrata fotída, saccharivosa, omnivora, dec., | son mas fuertes y se multiplican con mas ra- pidez que las de Europa: nada se escapa de la voracidad de estos insectos que se introdu- cen por los mas pequeños intersticios y arra- san con cuanto encuentran. Las mas sorpren- dentes son las que en francés llamamos pous des bois y enespañol comegen: pertenecen estas (1) Cuatro alas desnudas, abdómen desprovisto de aguijon. (2) Cuatro alas desnudas y desiguales; boca pro- vista: de mandíbulas y de una trompa, — rd (233) al género termes, y en comunidad construyen una especie de colmena redonda, bien en los árboles, edificios 6 en la misma tierra, y á la cual dan á veces hasta dos metros de circun- ferencia: el interior se compone de celdas ir- regulares hechas con una sustancia amarillen- ta, friable, que se calcula ser el escremento del mismo insecto; desde esta colmena parten in- finidad de caminos cubiertos, eompuestos de la misma materia y como de un centímetro de ancho, los cuales suelen estenderse hasta un cuarto de legua de distancia, y protegidas de este modo, llegan á las plantaciones de caña de azúcar, bocoyes de melado, éc., y en * su tránsito devoran cuantos insectos se les presentan. El comegen es pequeño, de color rojo y armado de mandíbulas tan fuertes que roen las maderas mas duras y en un mo-, mento taladran las comunicaciones que nece- sitan: la manera de destruirlo es arrojando agua hirviendo sobre sus colmenas.. * Pepsis estrellado. Pepsis estrellata. F. * Espexos, tres especies indeterminadas. * Clorion icneumono. Chlorion ichneumo- neun. Fab. Y E Las avispas son tan numerosas como mo- lestas: conócense muchas especies, entre ellas la attenuata, flavipes, americana, tricolor, li- neata, Gm., 2,748, dc., y una gran variedad: A (234) de ellas solo se trajo á Paris la phthisic.. Fíjanse estos insectos, unas veces bajo los vuelos de las casas, Ó en sus balcones, y allí fabrican sus avisperos del tamaño de la mitad de un huevo, y las mas silvestres se ocultan en las aberturas de los árboles y aun - en la tierra. Todas ellas atacan á los anima- les, son voraces, y hacen la guerra á los de- mas insectos. Al ver la multitud de abejas silvestres que se multiplican en la Isla con tanta faci- lidad, no podia menos que lamentar la ne- gligencia de los habitantes que no se les ocurre utilizarse de ese precioso insecto cul- tivándolo en colmenas, como hace tiempo lo practican los colonos de la Isla de Cuba, y de lo que obtienen felices resultados. En Puerto-Rico se contentan con coger dentro de las cavidades de los árboles, en los bos- ques, la cera y miel que depositan allí las abejas silvestres: son estas de un color ne- gruzco y brillantes; se fijan en los troncos de los árboles viejos, y cambian fácilmente su domicilio; la cera que producen es de un color oscuro, y los naturales la solidifican mezcléndola con cera blanca, pero la luz que de ella se obtiene es algo débil, y la miel que se aplica á loz mismos usos que la de Europa, se agria al poco tiempo de estraida. (235) * Nomade. * Bembex signata. I. Enc., 2. * Hyloeus. bo LEPIDÓPTEROS (1). Millares de mariposas (2), bómbices (3), falenas y noctuelas (4) embellecen el follage de los arbustos y el verdor de los campos; y el color de sus pintadas EA brillantes alas disputa sus matices á las preciosas y variadas flores. HEMÍPTEROS (5 ). * Cigarra. * Cigarron. / (1) Cuatro alas membranosas, cubiertas de un polvo escamoso. (2) Papilio asterias,—p. asius,—p. anchises,—p. turnus,—p. protesilas,—p. stelene,—p. achilles,—p. teucer,—p. Carinenta,—p. ricini,—p. Charitonia,— p. melpomene,—p. piera,—p. sesia,—p. senne,—p. portlandia,—p. carice,—p. thais, —p. acis,—p. pro- teus, —p-. crisias, Pab. y ademas otras treinta especies indeterminadas. Véase Gm., 2,225. (3) Phalena hesperus,—p. cecropia,—p. polyphe- mus, —p. prometheus,—p. crythrine,—p. luna,—p. credula sulphurata,—p. hyalinata,—p. estuata,—p. costata,—p- pyraliata,—p. politata,—p. sybaris,—p. nitoeris, dyc. Gm., 2,400 dc. (4) Noctua Mba. Fab., d:c., y 19 especies mas, indeterminadas. (5) Dos alas ocultas bajo elitros cuales un chupador en vez de mandíbulas. (236) * Chinche | Címex victor. Gm.. 2140]. * Ligeo. Macrocéfalo. Oinitcoidlena Swed. DÍPTEROS (1). El mosquito, especie de cinife (2), es un insecto sanguinario y muy comun en los lu- gares húmedos, en los bosques y en las ori- llas de las quebradas: atormenta de contí- nuo á los hombres, y muy particularmente al Europeo recien venido: su picada causa una ligera inflamacion, y el aguijon con que penetra la piel pasa á veces á través de los vestidos. Cuando me detenia un instante en medio de los bosques para examinar las plantas, millares de mosquitos se agitaban en mi der- redor, y se lanzaban sobre mi cara y manos, y estendiendo sus largas y delgadas patas para: encontrar apoyo, introducian de pronto en la carne su aguijon penetrante, observába- los y veia hincharse gradualmente su abdómen con la sangre de mis venas, que se derra- maba sobre-mi cútis; entonces para vengar- me de ellos los aplastaba de un solo golpe. —— (1) Dos alas desnudas y un chupador. | (2) Culex pipiens. Gm., 2,886. * (237) Los mosquitos de América, así como sus semejantes los cinifes comunes de Europa, tienen el cuerpo ceniciento y el abdómen rayado con ocho líneas negruzcas; pero son mas largos y gruesos. El cinife maringouin | Oulex pulicariz. Gm. 2,888 | aunque apenas tiene dos milíme- tros de largo, no es ni'menos cruel, ni menos incómodo que el mosquito, y tiene los mis- mos hábitos y vive en los mismos lugares que aquel. * Tábano de patas diras Fi abanus rustpes. Latreil. * Tábanos, dos especies indeterminadas. * Mosca. * Sirfo. ÁPTEROS (1). La nigua | Pulex penetrans. Gm., 2,924 | especie de pulga muy comun entre las gen- tes pobres y desaseadas: este insecto se in- troduce en las partes callosas de los piés, debajo de las uñas y en los talones, y al poco tiempo crece hasta el tamaño de una lente- ja [Ervum lens. L.] en virtud del desarrollo de sus huevos que lleva sobre el abdómen (1) Trompa articulada, y sin alas. (238) envueltos en un saco. Si no se estrae á tiem- po esta pulga, germinan sus huevos dentro de la carne y se produce una úlcera. de difí- cil curacion: los desgraciados esclavos, con- denados á andar descalzos, tienen á veces 150 y 200 niguas 4 un tiempo, y de aquí viene que á casi todos los negros de al. guna edad se les vea con los piés baldados y tumefactos: las negras tienen un talento espe- cial para estraer las niguas, hacen la operacion en un instante y por medida de precaucion contra el tétano, ponen sobre la herida ceniza de tabaco. Es sabido que muchos «nsectos toman el color del vegetal con que se alimen- tan, y así sucede con los piojos en el hombre, que se vuelven negros cuando se alimentan en los individuos de este color. RADIADOS (1). Las aguas de la rada de San Juan, que rara vez agitan las tempestades, alimentan infinidad de radiados equinodermos (2) la- (1) Cuerpo sin cabeza, patas articuladas, cerebro y médula longitudinal; órganos dispuestos en forma E rayos. (2) Los equinodermos están cubiertos de un cue- ro ó de una concha formada de muchas piezas reuni- das: son tentáculos, armados de espinas articuladas y provistos por su parte inferior did una boca orbicn- ar. (239) cios Ó blanduzcos (1) cuya estructura deli- cada y "cubierta frágil resistirian difícilmente á la accion de los mares tempestuosos: son estos algunas especies de los esquinos | Lchr- nus araneiformis,—e. reticulatus,—e. cartbe- rum, Gm., 3,182, dec.,] Asterias [ Asterias re- ticulata,—a. araneica,—a. granularis, Gm., 3,160] holoturias, [ Holothuria physal+s, Gm., 3,139] y medusas [| Medusa unguiculata, Gmn., 3,159]. PÓLIPOS (2). Los pólipos ó zoófitos, son unos animali- llos casi microscópicos que viven encerrados en celdiilas calcáreas corneas, coriaceas Ó fI- brosas: residen en el mar y de continuo es- tan removiendo su fondo, y se multiplican asombrosamente por yemas ú botones. Pare- ce que la naturaleza los ha destinado ád gene- rar la tierra calcárea. Bajo las aguas que bañan las costas de las Islas Danesas y la de Puerto-Rico se encuen- tra un considerable número de producciones zoófitas: las mas comunes son: las madrépo- (1) Cuerpos blandos, gelatinosos, transparentes y sin espinas. | (2) Cuerpos blandos, gelatinosos, sin otro órgano. conocido que un canal intestinal cuya entrada sirve de boca y de ano. (240) ras [1], miléporas [2], coralinas [3], espon- jas [4] y górgonas [5]. Baudin y Maugé presentaron en Francia muestras de todos los esquinos, madréporas, esponjas y górgonas citadas en las dos últi- mas secciones. (1) Madrépora lactuca,—m. virginea,—m. murj- cata,-m. porites, m. astroites,-m. galaxea. Gm, 3,756, - dec. Madrépora prolifera. Sloane, Jamai.. 1, 18, 3. (2) Millepora alcicornis,—-m. compressa. Gm., 3,782, dc. (8) Corallina opuntia,—c. corniculata;—c. fragi- lísima,—c. penicillus. Gm., 3,836, doc. (4) Spongia fistularis,—-spongia aculeata,—-Sp. officinalis, —sp. oculata. Gm., 3,817, doc., sp. labirin- thiformis, sp. nov. (5) Gorgonia anceps,—£, pinnata,—g. sanguino- lenta,—g. setosa,—g. juncea,—g. ventalina,—g. fla- 2 bellu. Gm., 3,798. poda A ARTÍCULO TERCERO. , TOPOGEAFIA VEGETAL. Mientras que la primavera en Europa cu- bre nuestros campos de flores, nuestros prados de verdura y da á nuestros arroyos frescura y movimiento, y la sombra de sus bosques inspira al alina una dulce melancolía tan so- lo interrumpida por el trinar de las aves, y el sencillo cantar de los pastores; la natura- leza presenta en América un aspecto dife- rente: aquí se encuentran bosques tan anti- guos como el mundo, y ¿los que no ha to- cado el hacha del leñador; y mas allá monta- Tías en su primitivo estado, en las que se ven los vestigios de las revoluciones del globo. En Europa, tanto tiempo habitada por pueblos civilizados, el hombre ha destrui- do inmensos bosques, y multiplicado el cul- tivo de las tierras para cubrir sus necesida- | 31 (242) des, el y imperio de Flora se ha estrechado, mientras que el de Ceres ha ensanchado sus límites. , En una gran parte de la América en-que la naturaleza se ve salvage aun, ó por mejor decir, se encuentra virgen, hállanse por do: quiera los restos de su primera juventud, y el botánico encuentra vasto campo en don- de ejercitar su ciencia: en ese estado se en- - cuentra la isla de la Trinidad, y nunca cesa ré de lamentar haberla visitado tan solo una semana, porque 2,000" ingleses armados de cañones y bayonetas se opusieron 4 que pro- longasen su permanencia en ella cinco pacífi- cos naturalistas. Puerto-Rico tambien ofrece ese espectá- culo; y debido á su fertilidad, posicion y estension, se ha visto enriquecido con los mas bellos vegetales del Nuevo Mundo. La tem- peratura de esta Isla cambia, puede decirse, de legua en legua, 4 medida que el viagero se aleja de las orillas del mar para internarse en el interior de sus tierras. Una ancha zona de arenas forma Casi completamente la primera faja, que abraza muchos campos cultivados y estensas sabanas cubiertas de gramíneas y arbustos. Del cen- tro de esas llanuras arrancan varias cadenas de montañas irregularmente agrupadas y cu- (243) biertas de bosques, y en sus faldas se encuen- tra la sensitiva y el ananas, mientras que sus cimas se ven coronadas de nieve [1]. En el siguiente bosquejo que presento de las producciones indígenas de Puerto-Rico he seguido la car! + topográfica de la natura- leza, que ha cul, erto la Isla de plantas en razon del suelo y la temperatura, sin consul- tar nuestros sistemas y métodos. En las sabanas arenosas, y sobre las rocas álas orillas del mar se encuentra el tripsac hermafrodita, eleusinas, palmeras, bactris... El avoira de guinea, el palmito flabeliforme, la pita, el uvero de racimos, la wolkameria espinosa, yerbamora mamiforme, la poliga- ma y la roja punzante, los cestraus, el saca- buche de las Antillas, los sebestos, el arbohol y el cuamoclit Ú flor de cardenal, la franchi- pana blanca, los jaquinieros de brasaletes, el elefantopo áspero, los pectis, la caletasia de la Jamaica, la partenia multifida, la alionia en- carnada, el argenone de Méjico, el caquil marítimo, las masámbeas, las helicteres, la waltheria americana, la coretrogina, los tri- bulus, el farnaco, muchos cactos, la turnera ulmifoglia, icacos, el campeche espinoso, la > (1) Véaselo que sobre esas nieves hemos dicho en las notas de lasípáginas 81 y 184.—(/. del T.) (244) vuilandina bonduque, galegas, estilosanta vis- cosa, el comocladia, los dodones, euphorbias, el medicinero, el manzanillo, el croton, el amyris marítimo, el alcaparra, la ptelea vis- cosa, la acacia de Puerto-Rico, la eritrea ar- busto, ¡os heliotropos, la dentelaria, la ron- deletia triflora, la gardenia, el corosol ó anona, la aristolochia trilobulada, eugenias, mirtos, amarantos, cadelaris, amarantinas, patagonas, Uc. | Las lagunas de aguas de mar estancadas producen avicenas, mangles y paletuvios que sirven de apoyo 4 muchos arbolillos trepado- res, como la bignomia equinocctal, y el Pao Ó hipocrateacea, Érc. | Las CIEnegaS y pantanos, Ge., alientan un gran número de ciperaceas, Pati enas, selr- pus, sonchus, killinga, paspalos, de los que muchas forman nuevas especies, saetas, hojas de sauce, menianto de las Indias, poligalas, bugneras, lindernias, la ofiorriza mitrada, las jusieas, los esquinomenos, el ponga de las Indias, la salvagesia de Cayena, úc. En las sabanas del interior crece abun- dantemiente un eran número de gramíneas, el sagú ó palma de palmitos, el cocotero de las Indias, las cornelinas v efermerides, los amarilis, pancréros, aguacateros, hermania so- nora, rivinas, petiverias, verbena, chénopo- (245) dum capitada, el caprario biflora, la bellado- na, oja de nicotiama, coquerete, granada, la calabaza, la asclépiadea de Curazao, muchas de las plantas singenesicas, tales como la caca- lia de hojas porosas, ' el agerate ' que se ase- meja á la coniza, el elejsantopo de espiga, los bidens, los coreopsis y la oldenlandia de corimbo, malvas, malacra, uranias, ubutilon, guayabos, aracias, clitorias, crotalaria, tra- vias, las espermacoceas y la vernonia de hojas plateadas, €c. A las orillas de los rios prestan su som- bra el jaro, Óó arum, la albahaca silvestre, la bignonia elegante, la lobelia de flores largas, la quetmia hoja de tilo, los pterocarpus, la legnotis elíptica, la acacia flor de haya, la egifila de la Martinica, las callicarpas, «c. A la sombra de los árboles grandes, al pié de los bosques, y al rededor de las llanu- ras cultivadas, se encuentra el panizo de hojas largas, y el panizo arborescente, las farelas y las oliras, el ananas silvestre, la alpinia de ra- cimos, el balicero ó caña de Indias, el gen- vibre, el uvero, las acantaceas y carmantinas chionanthus, el árbol guitarra, la duranta, tepocan, muchas solanáceas, la aota cerbera, las aroideas de la Martinica, eupatorias, y conizas, grategal, ciococo de baya blanca, phsycotrea, malpigias, porteneaceas ovala- (246) das, pavonas, achiote, la pulios, mirtos, gra- nadas, melástomo, hirtellas, muchas casias, la. erythrina, el yviro, la esparcilla, la geofra sin espinas, la securidaca esbelta, el cajuil, el conara penado, el pimiento, el ligisto, fime- lias, cissus, logerías, la varonia, globulosa, las laugiers, la brunsfelsia, la guateria de hojas asperas, «c., «. Los bosques y las montañas montuosas ofrecen aeridas, polipodios, doradillas, pte- ris, adiante 6 culantrillo de pozo, y en gene- ral una gran variedad de helechos, interesan- tes todos por su olor y fructificacion; el co- cotero de Guinea, heliconias laureles, zapo- teros, calmitos de hojas doradas, la quina caribe, siderites d árbol de hierro, el cafeto, monos permatica, la aralia, el ginsen elegan- te, el nipiero, la cupania de América, la clusia rosada ó higuera maldita, el mamey albaricoque, las naranjas; la canela blanca, la trichilia, la caoba de muebles, la caoba de tablas, mirodias, quesmeyá piramidal y la quesmeyá de siete hojas, el caco, la guazn- ma ulmifoglia, el canango alt», el guayacan, el laurel malagueta, la cats de racimos, la italba, el angelino de racimos, el mombin mirabolaño, el gomara de América, el clavi- llo, sablina, higuera, árbol trompeta, la enci- na negra de las Antillas, la marisonia de : (247) j América, el lodoño ó6 loto, y los gome- ros, Gc. Al pié de estos árboles encúentranse im- plantados á menudo los pothos, polipodiofili- lide y el polipodio de nervadura compacta, aerida, limonero, la doradilla sauce y adiam- thun, la hemionita lanceolada, el pteris li- near. En su tronco viven el acróstico serbal, el polipodio pelosilla y dragontea, el pteris lanceolado, la acacia y la bignomia garra de gato, el cacto parásito; y en sus ramas se ven el loranta, caraquato, bromelias, «c. La mayor parte de estos drboles están tan entrelazados de bejucos que se hace difí- cil llegar hasta el lugar en que se encuen- tran. Las margraviaceas ombellas, las bigno- nias, paulinias, banisterias, dolicos, granadi- llas, acacias, algarrobas, la erythrina, la vai- nilla y otros muchos arbolillos de agradable aspecto, se enlazan con sus ramas, pasando de uno á otro árbol, descienden nuevamente hácia la tierra y se arraigan en ella para re- producirse, y de ese modo se ven cubiertos muchos kilómetros cuadrados. ADICION A LA HISTORIAS NATURAL DE PUERTO-RICO, POR M. SONNINL1. Mi primera intencion fué solamente dar una idea sucinta de los animales no mencionados por Mr. Le- dru, y en el primer volúmen de esta obra cumplí el de- ber que voluntariamente me habia impuesto, inútil para el naturalista, pero que no deja de ofrecer algun interés á los que desconocen la historia natural, Una larga enfermedad desconcertó mis planes, y contrariando mi deseo, hizo caer la pluma de mi ma- no. Interrumpidos mis trabajos, creí no deber dete- ner por mas tiempo la publicacion de una obra que ya tantos periódicos habian anunciado como próxima á ver la luz pública, y que así los hombres de la cien- cia, como el público inteligente, aguardaban con im- paciencia; las adiciones que hubiese podido hacer al libro no hubieran nunca compensado la tardanza de su publicacion tan deseada, y mi silencio, pues, en este caso era casi un deber: esplicado este, paso á terminar mi trabajo con algunas nociones de historia natural referentes á la Isla de Puerto-Kico. (249) Las especies de papagayos que tiene Puerto-Rico son: | El ara ó guacamayo rojo pequeño, de los que ya he hablado en la página 300 del primer volúmen, el papagayo de corona roja, y la cotorra de collar. La cotorra [ Psittacus GCuianensis] es una especie muy comun en los p.ises de la América Meridional que están cercanos al ecuador: los individuos que la componen se reunen regularmente en bandadas numerosas que paran haciendo grande ruido: salen de los bosques en que viven, y se lanzan sobre las plantaciones de café, que devastan á menudo. La cotorra pavona aprende á hablar muy fácil- mente, y es tan arisca, que apenas permite que se la toque ni acaricie: su cola es casi tan grande como el cuerpo, y el plumage es todo verde oscuro; pero las hay tambien amarillas, y algunas veces se encuentran con plumas encarnadas bajo las alas, y con manchas de este color sobre ambos lados del cuello, que es un distintivo de su mayor edad. El sincialo [ Psittacus rufirostris], es otra especie de cotorra, cuyo plumage es todo de un color verde amarilloso, con plumas amarillas bajo las alas y en la cola: su pico es negro, y el iris (le un hermoso amarij- llo color de naranja. El tamaño de este pájaro es cas] igual al del mirlo. Sincialo es el nombre qte dan á esta cotorra en Santo Domingo, y se ha adoptado como una denom!:- nacion específica: este pájaro es muy bullicioso; pero su charla no molesta, porque aunque hable mucho lo hace siempre bien. M. de Humboldt acaba de dar á conocer su opi- nion respecto á la facultad de articular palabras con que la naturaleza ha dotado á algunas especies de papagayos y cotorras, mientras que otras del mismo 32 (250) género, como las aras, no aprenden nunca á imitar la voz humana. Segun las bellas observaciones del célebre viagero, esa notable diferencia proviene de la conformación de los hioides. Los papagayos que at- ticulan palabras tienen ese hueso delgado “y afilado hácia la punta, mientras que las aras, por el contrario, sus hioides tienen una masa extraordinaria: el espa- cio entre los dos ángulos está en parte lleno de una membrana ósea que se estrecha hácia la punta y es- tá adherida á un hueso cuadrado que tiene de ancho mas de un cuarto de pulgada: este singular apéndice en las aras, Ó sea ese hueso en forma de espátula que entra en la puuta de la lengua, es el que le quita su flexibilidad [1]. Hay varias especies de picos. en Puerto-Rico. 1.2 El pico rayado de Santo Domingo | picus striatus| tiene plumas encarnadas sobre la cabeza, gri- ses en la frente, la garganta, y el espacio comprendido entre el pico y los ojos; rayas aceitunadas sobre el fondo negro de debajo del cuerpo; unas manchas amarillas sobre las alas, que son de color negruzco; encarnado sobre la rabadilla, gris oscuro bajo el cue- llo y en el pecho, y el cuello negro. 2. Una especie mas pequeña, como del tamaño de una alondra, bastante parecida á la anterior espe- cie en su color, solo que los rayos en vez de tenerlos sobre la espalda y en la estremidad, cortan el cuerpo por debajo con líneas blancas y pardas alternativa- mente: este es el pico aceitunado de Santo Domingo | Picus passerinus|, muy raro en Santo Domingo y mas comun en el continente. 3. M. Maugé descubrió en Puerto-Rico un pico (1) Viage de Humboldt y Bonpland, segunda parte, pág. 17. (251) desconocido hasta aquí de los naturalistas, y cuya descripcion dió Daubin en los Anales de historia na- tural, pág. 285, bajo la denominacion de Pico de Puerto-Rico [ Picus portoricensis]. Este pájaro es del tamaño del mirlo comun; sobre la cabeza, cuello y espalda es de un color negro oscuro con algunas aguas verdosas; las alas y el resto del cuello de un negro mate; la garganta, el frente del cuello, centro del pecho y del vientre de un encarnado color de sangre; los lados del pecho y vientre, así como de bajo de las alas, color de tabaco; el frente de los ojos, el borde de los párpados y la rabadilla blancos, y el pico y los piés negros. El grito de este pico es me- nos áspero y mas sonoro que el del pico verde de Europa; apenas se deja oir en la estacion de las llu- vias, y jamás. en los grandes calores; es muy vivo en sus movimientos, pero muy precavido cuando salta, y se alimenta de larvas é insectos. 4.” El pico de las Antillas difiere poce, sl es que en algo difiere, del pico variado de Europa | picus major]; por consiguiente, no creo necesario detenerme por mas tiempo en esta ave. El cucofó cuclillo [cuculus ventula] es algo menor que el cuco de Europa, sus colores no son brillantes como los de aquel; pero conserva siempre cierto aire esmerado y cuidadoso que agrada á la vista: sus par- tes superiores son de un gris oscuro; el frente del cuello y pecho de igual color, pero tirando á cenicien- to y formando un matiz rojizo sobre el fondo gris; el resto del cuerpo es de color leonado, las alas de un encarnado ' vivo terminando en color aceitunado; la cola blanco gris, y las puntas de las plumas blan- co puro, tiene la lengua cartilaginosa y termina en frenillo. Este animal es muy útil, pues se alimenta de in- (252) sectos, legartijas, ratones y otros animales nocivos que pululan en los climas cálidos y húmedos de la América; á esta cualidad se agrega la de domesticar- se fácilmente, y hacerse tan manso, que llega á aca- riciársele y dejarse tomar en la mano. ] Guenau de Monbeillard llamó cendrillardo á una es- pecie de coco de la América, cuyo color dominante es el gris ceniciento, y su tamaño igual al del pájaro malo. La tercera especie de cocos es el coco de los pale- tuvios ó viejecito [cuculus seniculus, Lath.] Su pri- mer denominacion ya dice los lugares en que vive, entre los paletuvios que crecen á las orillas de los lugares pantanosos, y se alimenta de insectos y par- ticularmente de la oruga grande que devora estos árboles. En la Guayana, donde es muy comun esta especie, hice la descripcion del macho . y de la hem- bra: el primero es de un color gris ceniciento claro encima del cuerpo y de las alas; desde el ángulo del ojo parte una faja longitudinal de un gris mas osen- ro que marca las sienes: la parte inferior del cuerpo y por debajo de las alas es amarillo: las plumas lar- vas de la cola, Ó cuchillos, terminan todas en blanco y color de tabaco, tanto por la parte de arriba como por la de abajo; pero las del medio son enteramente vris: los piés y dedos son negruzcos. * Los colores de la hembra son mas claros que los del macho, y tanto en la garganta como en la sima alta del pecho tiene manchas blancas. M. de Azara, que tambien examinó estos cucos en el Paraguay, aunque solamente en verano, dice que su nido se asemeja al de las palomas, y su postura de tres huevos es de un color blanco verdoso: por lo de- mas, esta ave no es muy arisca; tiene las plumas sua- ves, su forma es elegante y por instinto dispuesta á la familiaridad. (253) Habíase dado el nombre de darbudas á unas cuan- tas especies de aves del Africa y América que tienen debajo del pecho algunos pelos duros y rectos incli- nados hácia adelante; pero Buffon, que escribió la historia de los pájaros con toda la sagacidad propia de un génio superior, separó las aves barbudas del antiguo continente de las del Nuevo Mundo, y dió á estas últimas el nombre de tamacia con que los natu- rales del Brasil distinguen á una especie de ese gé- nero. Esas tamacias, propias de los climas cálidos de la América, tienen el aspecto sucio y desagradable; la cabeza muy abultada termina en un pico corto, con- vexo y rodeado por su base de pelos duros y rectos; los áedos colocados uno adelante y dos hácia atrás, del mismo modo que los papagayos y los picos, cocos y anis, forman los principales caracteres de la con- formacion esterior de las tamacias. Su natural está muy en armonía con el aspecto que presenta; triste, solitario, silencioso, estúpido y perezoso, se le ve pa- sar horas enteras inmóvil sobre la misma rama en el lugar mas recóndito del bosque: vuela muy razas ve- ces, y es muy difícil llegar hasta ellos porque se escapan sintiendo el menor ruido: su alimento consis- te generalmente en insectos de los de mayor tamaño. La tamacia que Mr. Ledru vió en Puerto-Rico es la llamada ¿amacia de cabeza y garganta negra [bucco cayanensis|: toda la cabeza es amarilla, menos la frente, en que tiene una mancha encarnada, y enci- ma del ojo se le ve tambien una marquita de igual color: ambos lados de la cabeza, la espalda, la cola y las alas son negras, y las partes inferiores del cuer- po amarillas. Encuéntrase esta especie comunmente en los bosques de la Guayana, donde la he observado muchas veces. (254) El ani es aun mas grosero que el tamacia y so- bre todo nrás raro, tanto por su forma como por sus hábitos: este es el nombre con que se conoce en el Bra- sil esta ave, muy parecido al que le dan los del Para- guay: en nuestras Colonias de América las llaman bouts de petun, papagayo negro, pájaro. diablo, dc.: el plumage del ani es negro, así como sus piés y pi- co, que es corto, mas ancho que largo, corvo, muy aplanado por ambos lados, arqueado y alto; su len- gua es chata y delgada bácia la punta, el cuerpo es largo y esbelto; las alas cortas y dos dedos 'ade- lante y dos hácia atrás. Este pájaro tan feo y sombrio tiene la cualidad que no se encuentra en los de otras especies mas per- fectas, y es la de ser manso y sociable. Los anis vi- ven, anidan y empollan en comun, y nunca se pertutr- ba la paz que reina entre esas familias apacibles y nu- merosas que jamás se separan: este natural apacible no lo pierde el ani ni aun en la esclavitud, y des- pues de domesticado es dócil y cobra cariño á su señor. Dícese que aprenden á hablar tan bien como los papagayos; sin embargo, á pesar de haber vivido por largo tiempo en un pais en que son muy comu- nes los anís, jamás he visto uno que articulase una sola palabra: es verdad que habrá pocos que se ha- gan cargo de discípulos semejantes, cuyo mal olor los hace incómodos: esta circunstancia que se comu- nica á su Su y el mal sabor de ella, les garantiza la vida, pues á eso se debe que nadie los persiga ni perturbe la paz de esa sociedad que la naturaleza parece haber elegido para modelo de las demas. Conócense dos especies de anís: una tan grande como el grajo de Europa, que se encuentra en los paletuvios, y á quien los criollos de Cayena llaman diablo de los paletuvios [crothopaga major], y la otra on — A (255) - j que frecuenta las sabanas y como de la mitad del ta- maño de aquel, conocido por diablo de las sabanas [crotophuga ani]. Mr. Ledru hace mencion de dos aves de presa, de - las que ya he hablado en el tomo primero; á saber: el águila pequeña |aquila vel faleo nudicollis], y el buitre mercader ó urubu [vultur aura]. Respecto de esta última consignaré las siguientes observaciones de Mr. Humboldt [1]. “Los buitres urubus, dice este sábio, se reunen á veces en bandadas de cuarenta y cincuenta. Cuando el aire está sereno se remontan á una elevacion con- siderable, y diríase que la gran transparencia de las capas de aire Jos invita á recorrer un gran espacio de terreno que en otros tiempos no podria penetrar su vista perspicaz.” i Mr. Ledru indica otras dos aves de rapiña, que existen en Puerto-Rico. 1.2 El alcon de las Antillas ó águila masfeni [ fal- co antillarum| del tamaño de un falcon grande y co- lor de tabaco; es menos voraz é indómito que las "otras aves del mismo género, ataca solo á los reptiles débiles: se coje fácilmente con lazos, y deja que se le acerquen: de aquí que los naturales lo llaman en su modo de hablar pájaro infeliz. 2. El esmerejon de Cayena ó esmerejon de la Carolina [ falo sparrerius] se encuentra al mediodia de la América, desde la Guayana hasta la Carolina: el color dominante en su plumage es un rojo vinoso, menos oscuro por debajo del cuerpo que por encima; tanto á ambos lados de la cabeza como por detrás de esta tiene algunas manchas negras sobre un fondo ceniciento; las alas son color de tabaco oscuro; la co- (1) Obra ya citada. (256) la de un rojo negruzco termina en negro puro con un feston blanco. Esta especie es tan variada en sus co- lores, que á menudo los naturales las han presentado como especies distintas en las obras que han dado á la prensa, y aun han considerado al macho y á la hembra como aves diferentes. Los naturalistas que formaban la espedicion die- ron á conocer en Francia cuatro aves nocturnas er- tudiadas en Puerto-Rico, dos de las cuales las ha descrito Mr. Ledru: ocúrreseme decir una palabra respecto del mochuelo harfango y del mochuelo ó gran mochuelo de Santo Domingo. Háceseme difícil creer que el harfango [strix nyctea], que es un ave partien- lar del Norte de América, se encuentre en Puerto- Rico, y segun toda apariencia creo que la especie de que se trata es del variadísimo género de los mochue. los que se acerca mucho al harfango; creo, pues, que el ave que indica Mr. Ledru no es otra que un gran mochuelo todo blanco muy parecido al harfan- go, del que se encuentra un ejemplar depositado en el Gabinete de Historia natural en Paris. El mochuelo de Santo Domingo [striw domini- censis] se distingue de las otras especies por su pico, que es mas grande, mas fuerte y encorvado que el de las otras, y se diferencia del mochuelo comun por el color rosado que se estiende por igual sobre el vientre, y por tener menor número de manchas sobre el pecho. Hay algunas especies de aves que tienen tanto del pegaregorda como del papamoscas, con quienes las han confundido la mayor parte de los ornitolo- gistas, y les han dado el nombre de tiranos para sig- _nificar su fuerza, audacia y perversidad: á uno de esos pequeños tiranos muy comun- en la Guayana» Paraguay, Antillas, doc., le han dado unos el nombre (257) | de titiri, y otros el de pipirt por su manera de cantar. M. Latham cree con mucho fundamento que este pá- jaro deberia clasificarse entre las aves de rapiña [/a- nius tyrannus] pues el titiri es de instinto sanguina- pendenciero, intrépido, pertinaz, y se enfurece cuando se le acerca otro animal: no teme ni al hom- bre, y si su cuerpo correspondiese á su ferocidad se- ria el mas peligroso de los tiranos del aire: afortuna- damente, el ¿itiri es del tamaño del mirlo: el pájaro á que voy refiriéndome tiene, así como las demas aves de su mismo género, el pico largo, fuerte, en- corvada la punta, y la lengua aguda y cartilaginosa: el color de sus partes superiores es un gris aceituna- do, y el de las partes inferiores tira á blanco; la parte superior de la cabeza es color de naranja en los ma- chos, y amarilla en las hembras. Entre algunos indi- viduos de esta especie suelen advertirse ciertas dife- rencias en el color, y por lo tanto hay razon de creer que el titir¿ de Cayena, y el pipir? de Santo Domin- go, aunque muy parecidos entre sí, pi á dis- tintas especies. Se ha dado el nombre de papamoscas á unos pá- jaros que se alimentan de moscas y de otros insectos volátiles y que, así como los tiranos, á quienes se pa- recen mucho, tienen el pico muy largo y guarnecido de bigotes en su base, casi triangular, y la punta cor- va. La naturaleza ha colocado un gran número de especies é individuos de este género en los climas cálidos, donde con tanta rapidez se propagan los in- “sectos, con el fin de que los persigan de contínuo y hagan al hombre de esos paises el servicio de atajar la prodigiosa reproduccion de esos animales incómo- dos y nocivos, que de otro modo habrian cambiado por completo la faz de los paises mas ricos y bellos de la tierra, convirtiéndolos en campos de soledad 33 (258) adonde no hubiera podido poner la planta ningun hom- bre. En Puerto-Rico hay des especies de estos útiles cazadores, la aurora negra pequeña [muscicapa ruti- ciila] algo mas grande que el povillot francés, y que reune en su plumage los tres colores con que ha for- mado Buffon su denominacion; y el papamoscas de vientre amarillo [muscicapa cuyanensis] que tiene al rededor de la cabeza una especie de diadema blan- ca, y una corona color de naranja sobre la coronilla: el cuerpo por encima es color de tabaco y la gargan-- ta blanca. En la América vive un número muy considerable de pájaros pequeños que por su forma y colores tien- den á confundirse con el tordo ó zorzal, la curruca, los papamoscas, dsc., con los que tienen tanta seme- janza qúe es muy difícil distinguirlos: me refiero á los becafigos. El corona de oro [sylvia coronata. Lath.], así como las otras especies, pone sus huevos en el Norte de América y pasa el invierno en el Sud: ade- mas de su corona color de oro lleva una especie de diadema negra toda al rededor de la cabeza, pasando por sobre los ojos: el color de encima del cuello, es- palda y pecho es azul de plomo; la rabadilla amari- lla, las alas y la cola negra, y el cuerpo por debajo todo blancuzco. El beeafigo tachonado [silvia aestiva Lath.] tiene los mismos hábitos que el becafigo coro- nado: la cabeza y-partes inferiores son de un hermo- so amarillo; manchas rojizas en el pecho y ambos lados del cuerpo, y las partes superiores verde acei- tunado: entre este pájaro y el becafigo del Canadá descrito por Brisson, no hay diferencia ninguna. Con. la denominacion de becafigo de cuello amarillo des- cribió Buffon dos pájaros del mismo género. La espe- -cie que M. Ledru indica es el becafigo de cuello ama- rillo [silvia ludoviciana. Lath.] que tiene ambos la- (259) dos de la cara color de ceniza: esta distincion, de que no puede prescindirse tratándose de pájaros, ha sido determinada por M. Vieillot. Ademas de los dos atributos que designan el nombre compuesto de esta especie, tiene sobre las partes superiores tintas de un verde aceituna oscuro, ligeramente teñido de amarj- llo en las partes superiores, manchas rojizas sobre el amarillo del pecho, blanco amarillento sobre el vien- tre, y sobre las alas dos fajas blancas trasversales. El pájaro que indica M. Ledru con el nombre de griveta de Santo Domingo es el tordillo Ó zorzal pe- queño de Santo Domingo, [turdus auro—capillus]. Al contrario de los demas tordos, acostumbra éste hacer su nido en tierra en medio de las hojas secas: pone cinco huevos blancos con pintas color de tabaco, y solo anida en los Estados—-Unidos: es muy retraido y apetece la quietud de los bosques donde se le en- cuentra cerca de los arroyos: su tamaño es aproxima- damente igual al del cujaliar, y lleva una corona color de naranja mas brillante en los machos que en las hembras: ambos lados de la cara los tiene blancos, el pecho amarillento, tachonado de negro, y el resto del cuerpo es pardo rojizo en las partes super lores y * blanco en las inferiores. El durlon ó mirlo color de ceniza [turdus polyglo- tus. Lath.] es un ave famosa por los encantos de su flexible y sonora voz: jamás pude verlo en la Guaya- na en donde hay tantas y tan variadas aves, porque no pasa nunca mas allá del mediodia de la América; pero M. Vieillot, que lo estudió con el detenimiento que acostumbra en sus investigaciones ornitológicas, me lo ha hecho conocer con la siguiente nota que ha tenido la bondad de facilitarme. ““ Parece que las diferentes posiciones y pasiones “* del burlon determinan los diferentes cantos que le (260) <« son peculiares. Si está tranquilo y exento de temores “ gu canto es fuerte y lánguido; y si desciende al “ suelo, es fuerte y precipitado; si se remonta en “el aire, sus gorjeos parece que siguen gradual- “* mente los movimientos de sus alas; si se inquieta, ““ su canto tiene frases breves; cuando se enfurece, ya “ solo lanza gritos agudos y contínuos; os acercais á “* su nido, y su tono es triste y suplicante, y al alejaros ““ manifiesta su alegría desplegando toda la belleza “ de su voz, á la que da entonces toda su estension. “ A estas brillantes cualidades se agrega que canta ““ contínuamente en todas las estaciones del año, y . ““* que amigo del hombre se alegra solo al verlo y por ““ eso vive siempre vecino á los lugares habitados. Su “* delicioso canto ha hecho que en Santo Domingo “ le llaman ruiseñor; pero su voz no tiene la melodía “ ni la dulzura que la de este pájaro, y es tal la fuer- ““ za de su canto, que no podria sufrírsele dentro de “ un cuarto. Como una hora antes de la salida del sol comienza á cantar, y cesa unos momentos des- pues que se pone, pero ni aun en sus épocas amoro- “* sas lo hace de noche como acostumbra el ruiseñor; ““ mueve la cola en direccion perpendicular, y lévala “ 4 menudo alta y abierta, en cuyo caso deja caer las ““ alas: atrevido y valiente, se bate con las aves pe- * queñas de rapiña y las lanza del árbol en que vive; . “ y se alimenta de insectos, frutas carnosas y granos “ de pimientos. ” El durlon canta no tan solo con gusto y espresion, sino que tiene el don de imitar el grito y canto de los demas animales: con muy poco trabajo se le acos- tumbra á vivir en la jaula, y el poco cuidado que re- quiere su sostenimiento lo paga con creces la belleza de su canto, que imita la voz de cuantas animales lo rodean. (261) El tamaño de este pájaro es igual al del malo, solo a que es algo mas largo: sobre:los ojos tiene un semi- círculo blanco, todas las partes superiores de su cuer- po son de un gris ceniciento, las inferiores de un blanco sucio y sus alas negruzcas. El pájaro que presenta Buffon, ó mejor dicho Mombeillar, con una placa negra en la garganta, y al que consideran como una especie de mirlo bajo la denominacion de mirlo de garganta negra de Santo Domingo [turdus ater], no es verdaderamente mirlo. Ya Mauduyt habia hecho esta observacion en la Enci- clopedia Metódica, y M. Vieillot la ha confirmado. en el Nuevo Diccionario de Historia natural; las plumas son de un gris color de tabaco, y en toda la parte su- perior del cuerpo y en la inferior de un amarillo ver- doso, tachonado de negro: la parte negra del pecho y la garganta está rodeada de una ancha faja rosada. . El iylli 6 chili es un. pájaro que á primera vista no ofrece nada de notable, y sin embargo pertenece en gran parte á la historia dela geografía, habiendo dado su nombre á una gran estension de tierras de la América del Sud. La palabra chil? es la espresion del grito de esta ave y ha venido á servir para deno- minar el pais que lleva ese nombre, en donde es muy comun este pájaro [tardus ater]. El macho de esta es- pecie es enteramente negro, con una mancha amarilla bajo las alas, y su canto es dulce y sonoro. Las plu- mas de la hembra son color de ceniza oscura, menos en la garganta y el vientre que las tiene blancas: ha- ce su nido sobre los árboles con tierra húmeda: su postura es de cuatro huevos; la carne tiene un olor desagradable, y no puede vivir en el cautiverio. Con mucha impropiedad se ha dado el nombre de mirlo [turdus labradorius] á una especie de turpial negro brillante con algunas aguas verdes y purpurinas. (262) Las gentes de Santo Domingo llaman esclavo do- rado á uno de los mag hermosos pájaros de América, al que los ornitologistas han dado el nombre de ca- rouge de Santo Domingo [oriolus dominicensis]. La parte baja del vientre la tiene de un amarillo brillan- te; lá rabadilla, las piernas, bajo las alas y las peque- ñas cubiertas superiores; y este color resalta mas por el contraste que hace con el negro. El carouge vive en las palmeras y cuelga su nido en forma de bolsa: su natural es feroz y atrevido, y su canto corto y fuerte. La hembra, segun dice M. de Azara, pone comunmente tres huevos blancos con pintas rojas : á esta especie le dan en el Paraguay el nombre de guirahuno, que quiere decir pájaro negro, fastidioso. Tambien llaman esclavo en Santo Domin- go á una especie de ¿ángara [tanagra dominica]: este esclavo no es el verdadero, y lo equivocan por la costumbre que tiene de visitar los palmistos en que pasa la mayor parte del año. El fondo de su plumage es color de tabaco por encima y blanco oscuro por debajo. El verderon es una especie de verderon [loxia do- minicensis] que no tiene nada de particular ni en la distribucion de sus colores ni en sus hábitos. Por en- cima es verde color de tabaco, por debajo rojo oscu- ro y las alas negras: este es su modesto vestido. Hé aquí lo mas importante que. se me ocurre decir sobre esta nomenclatura. CAPITULO X. Término de la espedicion.—Regreso á Francia. Terminada la mision de los naturalistas en Puerto-Rico, dióse ála vela el Triunfo del puerto de la Capital el 13 de Agosto de 1798, despues de tomar todas las precaucio- : nes que la ciencia indica para proteger las plantas vivas que conducian á través de los distintos climas que tenian que cruzar hasta llegar á Francia, y contra los cambios consl- guientes de la temperatura. Sorprendidos por un temporal que principió en la noche del 20 al 21 de Mayo, y que continuó amena- zando á aquel puñado de hombres entusias- tas por mas de 48 horas sueltas, las pesadas cajas de tierra en que iban plantados los ar- bustos, siguiendo los movimientos del buque, corrian de uno ¿otro lado, y gravitando á veces todas juntas sobre un mismo cos- (264) tado, hacian mas peligrosa su situacion: aba- tidos los vientos el 23 al mediodia, cesaron los temores, y continuaba el buque su peno- sa navegacion, cuando avistaron un buque armado que resultó ser un corsario de su pro- pia nacion. El 2 de Junio por la mañana se descubrieron las costas de Inglaterra, y dos horas despues la Ninfa, una fragata enemi- ga, daba caza al buque y mandaba á su bor- do un bote armado para examinar su docu- mentacion; pero en vista del salvoconducto del almirantazgo inglés y de los objetos que -constituian el cargamento del buque, se le permitió continuar su marcha: aquella misma tarde otro crucero inglés, disparándoles un tiro, los hizo detener; y visitado nuevamente el buque, tuvo Baudin que pasar á la nave enemiga Minerva, y habiéndosele negado su arribada al Hayre, se le obligó á que hiciese por el puerto de Dieppe. Vuelto Baudin al Triunfo, y despues de una nueva visita ene- miga, alcanzó la espedicion el puerto de Te- camp el 7 de Junio. Los objetos con que la espedicion en- riqueció el Museo de Paris, fueron los si- guientes: 450 aves empajadas. 4000 mariposas é insectos. 200 conchas. (265) Y cajas de madréporas, cangrejos, gór- gonas, esponjas, 4. 200 muestras de maderas. 1 caja de minerales de San Thomas. 4 Cajas de granos conteniendo sobre 400 diferentes especies. 8000 plantas secas en herbarios, formando 900 especies. , 207 cajas y barriles con 800 plantas y arbustos vivos pertenecientes á 350 especies. [N. del T.] 34 INDICE. Página —— PRÓLOGO DEL TRADUCTOR. ....«...oocoo.oo.» , 5 IyrroDuccION.—Objeto del viage.—Cartas del Ministro de Marina.—Instrucciones de M. de Jussieu á los naturalistas de la espedicion. —Salvoconducto del Almirantazgo inglés.— Cartas del autor á su madre y á M. de Jus- sieu.—-Nombre de los marinos y naturalistas de la espedicion.— Apuntes sobre el viage des- de Francia á Santómas, por el traductor.... 7 CarítuLO 1.—La espedicion sale de Santó- mas en un nuevo buque.—Llegada á Puerto— Rico.—Fiestas en la Isla.—El capitan y los naturalistas fijan su residencia en el campo.— Las ocupaciones ordinarias.—Trabajos en el a a o ADA A a 43 CaríruLo 1.—Viage del botánico á Fajardo.— Camino pintoresco de Cangrejos 4 Loiza.— Descripcion de Fajardo.....;¿..«.......... 54 CapríruLO 111.—Bosques de Aibonito.—Doña Francisca.—Baile campestre.—Precioso bos- quecillo.—Regreso 4 San Juan............ 60 CaríruLo 1v.—Posicion geográfica de la Isla.— Descripcion de la Capital. —Fortificaciones.— Rada.—Noticias sobre los demas pueblos de A A A da 13 CapíruLo v.—Historia de Puerto-Rico desde el año 1493 hasta el de 1765.—Relacion del Li) | Página A sitio que pusieron los Ingleses á San Juan el 17 de Abril de 1797 y que levantaron el 1. del siguiente mes de Mayo........ ........ 113 CapíruLo v1i.—Administracion política y civil. —Ingresos y egresos.—Régimen eclesiástico. 154 CapíruLo vir.—Mezclas de razas.—Usos y cos- tumbres.—Poblacion.—Productos agrícolas. 163: CarítuLO vur.—Anécdota particular del autor. 191 CapíruLo 1x.—Historia natural de Puerto-Rico. 194 AxrrT. 1-—Animales vertebrados.—Mamífe- ros, 'Aves, Reptiles, Peces.—Aves de rapiña, Gallináceas, Aves de costas, Aves acuáticas, Reptiles , Lagartos, Peces, Cartilaginosos, Ápodos, Pectorales, Abdominales.......... 196 Arr. 11. —Animales invertebrados. —Molus- cos, Crustáceos, Arácnides, Insectos, Radia- - dos, Pólipos.—Moluscos, Crustáceos, Insec- tos, Coleópteros, Ortópteros, Neurópteros, Hymenópteros, Lepidépteros, Hemípteros, Dípteros, Ápteros, Radiados, Pólipos...... 217 Arr. mn. —Topografía vegetal... nr 241 ADICION Á LA HISTORIA NATURAL DE Pro.- Ricos «por: Mo JORDAN 248 CaprítuLO x.—Término de la espedicion.—Re- reso A ram in 263 Ton $ F Ledru, André Pierre | 1961 Viage a la isla de Puerto- | 14,38 Rico. PLEASE DO NOT REMOVE CARDS OR SLIPS FROM THIS POCKET UNIVERSITY OF TORONTO LIBRARY DA o dc « DE gu a ui e, CAU A A . A es ie ir y: e > , A A A O A AL AA a pt UA AAA A ' pr O Y LO a gn A AI A A ” 0 A " a '“ A A ESCENA ya AAA A S A O RS AE A A a ke ESTAS A Y RAE AAA AA RS Al A A A o EINER MASA a rd a ARA AR A AR Ac A PARRA RAS Ds de A ANA SAA IA a e A AS un? A OA A O A lc po tir ina A A o LA A ld ds » Pron "y t0S + Ja O E RO e IIA lA E mad FAN A A A A ES AD nn E Bl 5 E os 0 ra y Ta A a SSA AAN PS A A A 7 ED A AE AA DO A BASI O, Sl, AA 5 Pri sd Pe, nl Pd Is Peto ARRAY a YA LARES Ml PI II IAE A Bl MA A AA A A iS E TSE A e A e ar da Li RO a Ei ".- A A did A pS q qu tb 109 la lr Apr AE ru. e) Bodi P0A arm. ERA AE a ar POSI Po Ip da O E a WA A O A RSE y AA , Apr e do is a mae mb mr de pe Ay a NAAA AA AAA , A A A e o a pa Ml a E CB Pu MAS ANS e bd 7 Jo A AI IA mo. . 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