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Full text of "Books about Maghreb and Andalus"

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a 197539 



ESTDDIOS CRITICOS 



1>K 



Historia arabe espaiiola 



(SEO-XJ3ST1DA. SBRIE) 



POii 



FRANCISCO GOD ERA 



De las Reales Academias Espafiola y de Ea Historia 



» 





MADRID 

IMPRENTA IBERICA — E. MAESTRE 

Pozas, 12. Telefono 3.854 

19(7 



Los Benlmeruan en Merida y 

Badajoz (1). 

Iniciado, a petition o indication de mi 
querido amigo D. Eduardo Saavedra , el 
examen detenido de mis papetetas de apun- 
tes, con objeto de reunir lo que, refereute a 
Badajoz y a Abemnerudn el Hijo del Gatlego, 
hubiera yo reunido; pues deeeaba que yo 
proporeionara los datos posibles a un su 
amigo, que prepava o tiene escrita una Hia- 
toria de Badajoz, reuni los datos mAsimpor- 
tantes de este trabajo y vedacte unas cuar- 
tillas, bastantes, del mejor modo que me fu6 
posible, con objeto de que fueson remitidas 
al intevesado; pero leida* por ml al Sr. Saa- 
vedra, encontro que era dificil que mi tra- 
bajo pudiera ser bien extractado por quien 



(1) {Esto trabajo fuf> publicado on h\ Ilevixta dr- Aia- 
,,,-m. numoroa do Abril ft A K o*to do 1903, liabtfiidone 
heoho tirada aparto para romitirla a los aminos]. 



- 2 



no fuese arabista, dada la complicacion, que 
resulta y las muchas dudas, que se ofrecen 
por la escasez de noticias para comprender 
la marcha de los sucesos, y me invito a que 
escribiese y publicaae un trabajo especial 
con todos los detalles, q «e me f uera facil re- 
unir; el cual trabajo despuespudieraser apro- 
vechado por su amigo. Ampliado el estudio, 
hasta el tftulo ha debido modificarse, inciu- 
yendo lo relativo a Merida, y entrando en 
realidad en el trabajo todo lo mas impor- 
tante y curioso, que referents al Algarbe 
de Alandalus tenfa anotado de los autores 
arabes, y lo visto por primera vez con mo- 
tivo de aclarar las noticias anotadas. 

Si no fuera por el propfaito de que pronto 
puedan aer aprovechadas las noticias que 
han sido el punto de partida de este trabajo, 
es muy poeible que no lo pnblicara; pues me 
quedau cabos sueitos que atar, y quizA pu- 
dfera conseg-uirlo; pero si me decidiera a in- 
tentar esto, es segnro que no se publlcaria 
en mucho tiempo, ya quo mis aficiones de 
otro genero me han de tener aislado de mis 
libros arabes durante algunos meses. 

Merida, la poblacidn de Espaiia que mas 
resistencia opuao a los conquistadores mu- 



v^ '->? 






k. ■■ 



3 _ \ « J^ 

sulmanes, aunque por fin hubo de rendirse 
a las arm as de Muza sin llevar la resistencia 
al ultimo extreme, fu6 tatnbi£n de las mAs re- 
beldesaladominacimi de los principes Ome- 
yas, papel que compartio eon Toledo y hasta 
cierto punto con Zaragoza, las ties ciudades 
que con m&s frecueneia se rebelaron contra 
la dominacion de los Omeyas. 

Proximamente desde mitad del siglo in de 
la hdgira hasta fines del mismo, y aun en- 
trado el siglo iv, la rebelion de Omar Aben* 
hafsiin y demAs rebeldes, aliadossuyos o no, 
estuvo a punto de aniquilar el poder de los 
Omeyas; a esta empresa coadyuvaron tara- 
btGn rebeldes del OccidonLe, aunque en ge- 
neral no hicieron causa conuin con Aben- 
hafsiin: durante este medio siglo representa 
un papel importante en M6rida y despu6s 
en Badajoz una fainilia, cuya procedencia 
se ignora, aunque se vislumbra, figurando 
varios individnos, si bien solo de uuo de ellos 
tenemos noticias algun tanto detalladas: los 
autores le Uaman Abenmerudn el 6allego t 
diciendo que se le did este sobrenombre por 
sua relaciones de alianza con Alfonso III el 
Magno, y sin embargo, algiin autor hace fl- 
gurar en Merida en fecha bastante anterior 



4 -- 

un Abenmerudn el Gallego; por esto, para 
estudiar la historia tie esta faxnilia v enla- 
zarla, en lo posible, con los diferentes jefes y 
poblaciones con quienes estuvieron en rela- 
tion los Benimeruan, reiuiimos las Noticzas 
que referentex al Alga?-be de Alandalus en 
todo^ el siglo in de la heyira y principios 
del iv, o sea desde el POO al 317 {815 a 029 
deJ t C>) } encontramose?ilQ,\atitoresdrabes(l), 
T6ngase entendido, para evitar 1 1 que el 
lector quede defraudado de la esperanza de 
encoutrar noticias almndantes y enlaxadas 
de la domination Arabu en el Algarbe en 
este periodo, que solo podemos ofrecer noti- 
cias sueltas, y que nosotros no hemos de for- 
mar empefio e.u rolacionar entre si, hecboa, 
que por hoy ae uos presentan aislades; y en 
muchos casos no haremos mas que dar la 
traduction del texfo ftrabecorrespondiente, 
reproduciendo nuestras papeletas por orden 
cronoltfgico. 

En el hiatoriador Abensaid encontraroos 



(1) [De algunos de cston sncesos h.-i t.ratado ol seiior 
General Burgueteen mi Uhro KkctimcaciionesIIi8t6*- 
R1CA8,— De GuadaUte a Covadonffa tj primer stylo tic Ut. Rt\- 
conquista de A-tturUtx* Madrid. 1915], 



— o 



una noticia, que no hemos visto e-^ otros au- 
tores: dice que <en el alio 201 (81(1, 7 de J- G.) 
los de M6rida rompieron con AlhAquem, al- 
zAndose con el mando Meruc'm hijo del Ga- 
llcgo* (1). 

Hasta cierto pnnto parece que quizA pu- 
diera ponerse en duda este dato, ya que en 
niuguua otra parte encontramos mencLo* 
nada ni la rebelioti de M&rf da, ni la memoria 
de este Meruan hijo del Gallego, y pudiera 
sospecharse que la notieia se refiere al Aben- 
meru&n, de quien se tratarft despues; pero 
eomo el dato es terminante v a nada cono- 
cido se opone, debe admitirse, aanque sea, 
como sueledecirse, a beneficio de invditarlo: 
[de este Meruan, si no hay errata en el tex- 
to, puede suponerse que procede el uombre 
de la familia de tos Benimerudn. (Hijos o 
descendientes de Meruan)], 

Dos anos despuGs encontramosmeneionado 
en Abenalatir otro suceso referente a esta 
region, del cual tampoco teneraos noticlas 
por otro autor; dice: «en el ano 203 (818/ 
de J. C.) aparecio en Alandahis un hombre 



(1) Ms, Ar. de la Real Ac, de la Historia, n, 80, fo 
lio 267. 



- ft — 

conoeido por Alualad, que se rebeio contra 
el prfncipe, quien euvio contra 61 un ejer- 
cito, que le sitio en la ctudad de Beja, de la 
quesehahia apoderado: apretado el sitio, 
fue tomada la ciudad y Alualad fue cargado 

de cadanas> (1). 

No tenemos noticia do que la rebelion de 
Merida del ano 2U1 fuera sofocada por Alha- 
quem, ni por su hijo y sucesor Abderrah- 
man [I, que le sucede en 206: del ano 210 nos 
da el mismo histoiiador Abensaii uua noti 
cia curiosa en extremo, si el texto se inter- 
prets eu el sentido que parecen exigir las 
palabras empleadas, una de las cuales sola- 
mente es dudosa un cuanto a la lecfrra; diee 
asi: «en e) aiio 210 (825/ 8 ) Abderrahtnan el 
emir mando a su goberoador Gbabir, hijo de 
Malic, que eligiese de su famiiia (o de sus 
hijos) un suplente para el mando y que pu- 
aieae en moviniiento sus bareos para sitiara 
Toledo y Merida, y (habiendo salido) con- 
quisto muchos castillos de Galicia. (2). 



* t i.i-^ J « 



(1) Abenalatir, tomo VI, pAg. 257. 

(2) Ms. Ar. de la Ac, n. 80, fol. MS y>* **- ^5* J 



Como en ningiin otro autor encontramos 
indicacion alguna de sucesos de este ano, que 
puedan relacionarse con lo que dice Aben- 
said, nos abstenernos de toda consideraeion, 
dejando que el lector haga de este testo el 
aprecio que crea conveniente. 

Al ano siguiente 211 (826/ 7 ) se refiere la 
carta de Ludovico Plo a losdeMArida, exci- 
t&ndoles a la rebelion y ofreci^ndoles pro- 
teceion: es verdad que algunos autores supo- 
neu dirigida la carta a los de Zaragoza, no 
a los de M6rida. 

De esta carta hetnos hablado en otra par- 
te (1), indicando, por errata, que fuft escrita 

en el ano 876 por 826; alll combaMmos la idea 
de que hubiera sido dirigida a los de Mferida, 
por no recordar entonces que esta eiudad 
hubiera iniciado ya su resistencia a los pre- 
cipes de Cordoba: constando hoy que por 



Jo* 20,Ln wJauls A^a. .U ***- ^*\^»J 

[Tengase on cuentaque, para losarabes, Galicia com- 
prendia gran parte de Castilla la Vieja o mas). 
(1) CoUccwn <U EsUidios drabes tomb VII, pag- 208, 



V 



™ 8 - 

esta fecha ya se habia manifestado la rebe- 
lion desde el afio 2 ; )1, se hace mAs admisible 
que Ludovico Plo hubiera en tab! ado relacio- 
nes con los rebeldes o descontentos, p^ra po* 
nerse do acuerdo contra el enemigo eomun. 

En el ano 213 (828/ 9 ) se. inician en Mfirtda 
sucesos, que se desarrollan en los anos si- 
guientes y do los cuales tenemos noticias 
eslabonadas entre ki, suministradas por au 
tores Arabes y cristianos. 

Abenalatir, antique de ordinario narra los 
sucesos por riguro^o ordeu cronologico, ha- 
bla de la rebclion de MArida en el ano 213, 
uanando las varias eampaiiae a que dio 

lugar en aiios posteriori, diciendo que *los 
de e^ta ciudad dieron muerte al gobernador, 
eucendiendo laguerra civil: al saber la no- 
ticia T el emir Abderrahman envio contra 
ellos un ejArcito, que los sitio, destruyendo 
sua sembrados y urbolado, con lo que hubie- 
ron de volver a la obediencia, y en garantia 
de rtata les fueron tornados rehenes; pero 
habiendo regresado a Cordoba el ejercito 
despu6s de haber derribado el muro de la 
almedina {el recinto fortifieado), como les 
hubiese envfado ordeu de tra&ladar al rlo los 
stllarea del muro, para que el pueblo no in- 



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- i) — 

tentara su reparation, al ver esto, volvieron 
alarebolion, y apoderandose del goberna- 
dor, renovaron la construction del nniro v 
lo fortificaron*. 

<A1 entrar el ano 2U (829-830), el emir 
Abderrahman marcho con sas cjtimtos con- 
tra MGrida, Uevando consigo los rehenesque 
tenia en su poder: en cuanto salio para com* 
batirla, los de la ciudad le enviaron un men- 
saje y rescataron los rehencs a carnbio del 
gobernador, a quien tcnian prisionero, y 
otroa u otro inns: el emir, no obstante, los 
sitio,— merodeo por el pais y se volvio a Cor- 
doba. Luego, en el a no 217 (832/a), envio con- 
tra elloa otro ejireito, que. sitio la ciudad, 
retirAudose despurts de un largo sitlo: al en- 
trar el ano 218 (8;13/|), el emir envio un nue- 
vo ej6rcito, que conquisto la ciudad, la que 
hubleron de abandonar las gcntes de inal 
vlvir y los revoltosos.* 

«De 6stos era un hombre liainado^Iahmud, 
hijode Abielchabar, el de MGrida, al cual si- 
tio el emir Abderrahman con uugran cuerpo 
de ejArcito; hab:Andole combatido seriamen- 
te, le derrotaron, dando muerte a miiehos 
de sua soldados: perseguido elresto por la ca- 
ballerfa, por las niontaQas, loa aniquilaron, 



— 10 — 

matando, cautivando y dispersAndolos, Mah- 
mud, con los soldados que se habian salvado 

con 61, marcho hacia Monte Salud (1) (^^ 

L JL-) y habiendo enviado el emir un ejerci- 

to en el ano220(835 J. C), Mahrnud y los su- 
yos abandonaronla fortaleza, huyendohaeia 
Galicia (2) en rebi postrero de este ano (3): 
un destacamento enviado en persecution de 
losfugitivosfufe derrotado por Mahmud, apo- 
der&ndose de cuanto llevaban, siguiendo 
luogo su camtno: alcanzados por casualidad 
por el grueso del ejercito del emir, tuvieron 
un combate; pero luego se separaron unos 
de otros y siguieron su rnarcha: alcanzftdbs 
de nuevo por otro destacamento, 6ste fufi 
derrotado, apoder&ndose Mahrnud de todo y 
proaiguiendo su marcha hasta llegar a la 



(1) Ks dificil fijar la correspondent de este y de 
otros do los nombres do Lugar, ttitados ob este trabajo; 
el Monte- &alud o Monsahtd aqut citados, no pureed que 
deba identificRrse coa ftl Nonsalud, dehesa en el ter- 
mino de Nogalos, do dondo toma el tifcolo de Marqaes 
de Alonsalud: noa inclmamos a creer que el Monsalud 
aqui citado debe estar al Norte de Batinjoz, no al Snr, 

(2) En el texto dice -r^ ^ por **a*i^? 

(3) De 3 de Abril aide Mayo de 835. 




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— 11 - 

ciudad del Mino? (1), a la que acometio con 
impetu y de improviso. apoder&ndose de 
ella, de la que se llevo cuantas bestias y 
comestibles habia: habi6ndola abandonado, 
llegaron al pais de los cristianos, apoder&n- 
dose de una fortaleza de 6stos, en la que 
permanecieron cinco afiosytresmeses.hasta 
que los sitio Alfonso, rev de los Gallegos (left 
llamaFrancoa), quiense apodero del castillo, 
mataado a Mahraud y a los que estaban con 
61: esto sueedia en el ano 225, eu el rnes de 
racheb (8 de Mayo a de Junio de 840)> (2). 
Abensaid uos da noticia* curiosas repecto 
a la muerle de Mahrnud, decuyascampaiias 
no hace mencion especial en lo que de su 
obraconocemo?;dice asi: <En el ano 225 mu- 
rio Mahmud, hijo de AbdeichAbar, el bere- 
ber, el valiente, el rebelde de M6rida» cuyas 
guerras eon los soldados del emir Abderrah- 
man dxiraron mucho, siendo cfelebres sus en- 
cuentros: habia huido hatfa Alfonso y querla 
voWer a la obediencia del Sult&n: estaba en 
tin castillo de Galieia, y habiGndole hecho la 



f lj &*}.* av-X* ^Valencia do Mino on Portugal? 
(2 AbenaUUir, tomo VI, pAgs. 259 y 260. 



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— 12 — 

guerra Alfonso, se desboco su caballo en una 
batalla, y dando contra una eneina, le mato, 
permaneciendo en el suelo largo rato: pues 
loscaballeros cristianos que eslaban en im 
cerro no se atrevian a acercarse, temiendo 
que fuese un ardid de su parte* (1): se ve pol- 
es te textoquo Mahinud, si el autor estaba 
Men enterado, trataba de volver a la obe- 
diencia del Sultin: la circunstancia deque 
MahmudfueraberebBr podia prcsumirse por 
lagranimportancia que los bereberos tuvie- 
ron en MArida, pero quizA no consta por otro 
testiinonio. 

Abenjaluun y Auouairi dan tambifri noti- 
cia de estos suce&os con esca&as variantes, 
oraUiendo aUun dftalle y afiadiendo algiin 
otro; si en do solo de, notar que Abenjaldun 
omlte la eampaua del afto 218, que involucra 
con la del afio 220. 

Abenadari menciona la campana del auo 
217, iiivoluurAndola eon la del afio sipruien- 
te y diciendo solo que fuft sitiada M6rida. y 
apretado el aitio, mtichos imyerou, y otros 
muchos fueron muertos. 

El autor andnimo d&l Ajhar machmua, refi- 

(1) Ms. Ar. do la Acadomia, n. 80, fola. 272 v. y 27H r. 



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. — 13- 



nondoae probablemente a estos sucesos. aim- 
que de un modo miiy vago, pondera la gene- 
ros.dad de Abdorrahman con lo, de Mcrida 
diciendo .que deques de si«t« anos de rebe- 
Hon, cuandoaprotadoel sit.ioyabie.tns bre- 
chas.lonsoldados «e prenaraban al ,^alto 
para evitar la matan.a y afroeidades consi- 
{TUientes a una ultima resistenda, nrnndo re- 
tirar los soldados y lei-anto el MHo: reeono- 
cidos los de Morlda le cnnducta tan Sero- 
sa, leenvlaron merisajeros a prestarle obe- 
rtioncla*: esto dice «1 (exto, annqne sin fij ar 
fechas; pero como l.-i rebelion so inicio en el 
a»o -313, y Mcrida so rimlio on ol ->> 8Pgull 
cierto alitor, riwu-tarfa.. lo.s siete afion, .1 
»>ea la eircunstaiHjfa do q„e f uora al sjtio e] 
emir en persona, lo i.,is,„ Cj ue lo de que la 
sumision f ucra en gtf), solo la eneueutro en 
Abenjaldun. 

Pudiera sospecharse quo. el mtor deUjbar 
machmua se refiera a la su.niaion de M6rlda 
despues de la rebelion del ano 201, do la que 

como hemos visto, a6lo conocemos alguna in' 
dfcacion. 

Los Cronicones crlsfti&nos hacen mencidn 
de la llegada de Mahmud a Galicia; pero le 
supooeu reclbido por Alfonso el Ca 3 to con- 



— ■14 — - - 

tra quien despues ae revel a en el castillo de 
Santa Cristina (1), qua parece ae 13 habia 
dado como resideucia: comnnicada a Alfon- 
so, que estaba en Oviedo, la aoticia de que 
Hafamnd habia intentado aaquear la provin- 
cia de Galieia, y se habia refugiado en el 
caatilllo de Santa Cristina, reunio nuraeroso 
ejercito— marcho contra 6.1, y habiendoie si- 
tiado , Mahmud fue muerto en el primer cho- 

que(2). 
Loa autores de los Cronicones dan las noti- 

ciasdeun modo vago: el Silense, el croni- 
c6n que sin dud a da mas detaltes, supooe 
la llegadadeMatimudaAsturias en el aiio 
30 del reinado de Alfonso, sea en el afio 821 
de J. C. (205 6 206 de la hfegira), fecha indu - 
dublementeequivocada y nada menos que 
en quince afios: afiade el autor que a los sie 
te afios ae reve!6 contra su protector, y que 
reunidas numerosas f uerzas se puso a devas- 
tar toda la provlncia de Galieia: sabido esto 
por Alfonso, acude con. an ej6rcito y el bar- 



(t) Castillo do Santa Cristina, on el partido de Sa- 
xria, junto al rio Hiiio. 

(2) Espaiia Sai/rada, tomo XIII. Cronicdn AUieidenae, 
br. 153. Cronkoa Sebastian*, l.fcg. 488. 



15 



baro, aunque confiaba en su belicosa multi- 
tud, reraiendo el impetu del ejercito real, se 
refugia con los suyoa a un castillo (que dicen 
ser el de Santa Crfstina): el R vy rodea el Cas- 
tillo con muchos miles, y asaltadas al mo 
mento las murallas, matan a Mahraad on el 
primer encuentro, y su cabana es presentada 
al Iley: en el mlsmo dla, seguu el autor, hi- 
cieron gran matanza contra los demas insur- 
gentes de los israelitas, muriendo eu esta 
batalla cincuenta mil barbaros (I): numero 
que tambieri consta en la Cronica do Sebas- 
tian de Salamanca, al cual, e! lector, seg-un 
su eriterio, podra qui tar uno, dos o tres ceros. 
En documento publicado por el P. Iiisco, el 
mlsmo rey D. Alfonso rofiere estos nconteci- 
mientos en donaeion hecha a la Iglesia de 
Lug-o en la Era DCCCLXX, o sea 870, puesto 
que el editor la refiore al afio 832; pero es el 
caso que este ailo correspontiea parte de los 
niios 216 y '217 de la heglra, y por tanto el do- 
cumento narrando la muerte de Mahinud es 
anterior en siete u ocho afloa al suceso na- 
rrado. 

Ante la gran ilscrepancia defechas qtie a 

(l) \EapaSa ftagradn, tomo XL, p&g. 370. 



— 1G — 

la rebelion y muerte de Mahmad atribuyen 
loa autores Arabes y cristianos, £cuAl debere 
mos aceptar? A la generalidad de los lecto- 
res parecer& que no puede caber duda de 
que hay que aceptar 3a cronologia que re- 
sulta de los autores cristianoa. ya que tene- 
moB el testimonio, no ya de autor contem- 
por&neo, sino actor del sueeso: asi puede pa- 
recer a primera vista; pero examinemos la 
cuestiou prescindicndo del supuc?to docu- 
ments de D. Alfonso a la jglesia de Lu^o, 
ya que su autenticidad, puesta antes en 
clurla, ha de resultar nuiy quebrantada, si no 
pleuamente demostrada la falsi ficaeion. 

Los autores Arabes que hemoa citadc, re- 
Heren eon detailed y de uu modo ordenado 
y cronoiogico la hiatoria o los hechos en que 
interviene Mahmud, con formes en casd todo, 
y sin que en la narration aparezca ningun 
detalle alnertatnente inadmisible, como ve- 
remos que sucede en lanarrncion de los Cro- 

nicoues latinos. 

Los documentos cristianos, fuentes para el 
conocimiento de !a historia de Mahmud en 
sub relaciones con Alfonso el Gasto, son los 
Cronicones de Sebasti&n de Salamanca, el 
Albeldeuse y el Silense. 



— 17 — 

El Albeldense T el m£s parco de lostres Cro- 
nicones, da noticias que vamos a analizar: 
no cita feeha alguna, y es admisible todo lo 
que dice (1): que «3Iahmud (Mahamut), hu- 
yendo del rev de Cordoba, habia sido reclbi- 
do ben6volamente en Asturias por Alfonso, 
y que despuGs, habiendose rebelado en Ga- 
licia en el Castillo de Santa Cristina, fu6 
muerto en batalla por el rey y tornado el 
castillo con todo !o que habia en 61*. 

El Cronicon Jlamado de Sebastian de Sa- 
lamanca da m&s detalles: de uu modo indi- 
rect flja algo la fecha de la lleg-ada de 
Mahmud a Asturias, pues habiendo hablado 
de sucesoa correspondientes al ano 30 del 
reinado de Alfonso (ano 821 de J. G* — 205 y 
206 de la h6gira), afiade que <Mahmud 
(Mahzemuth) llpgo a Asturias en el tiempo 
inmediato de este reinado*, subsequente 
hujus regni tempore: permanece en Astu- 



(1) tSuogue tomporo quidam do Spania, nomi- 
ne Mahamut a Itege Cordubetis© fugafcus, cum suis 
omnibus Asturins ab hooi'rincipe est susceptue. Pos- 
toague ad roboUi.um in Gallecift in Castro Santre 
Christinas perversum, ibidem euin hie Rex prralio in- 

torfecit: Casbrumque ipsum cum Omnibus robuK atiis 
oepit.* Espana Sagrada, tomo XIII, pkg. 453. 

2 



- 18 - 

rias siete a&os, y en el octavo, reunidoun 
ej6rcito de sarracenos, roba a sus conveci- 
nos, y por fin se dirige al castillo de Santa 
Cristina, donde es sitiado por Alfonso, que 
se dirige a 61 desde Oviedo: Mahmud muere 
en el primer eneuentro, — es invadido el cas- 
tillo, y son degollados cincuenta mil sarra- 
cenos, que desde Espaiia (la Espafia musul- 
mana) Uabfan acudido en auxilio del rebel- 
de (1). 



(1) .Subsequent© itaque hujus regni tempore adve- 
niens quidam vir nomine Mahzmuth fagitivus a facie 
Regie Cordubensis Abderrahman, cui rebellion em 
diuturnam ingesserat, civis quondam Emeritensis, 
suacGptus ctomencia regia in Galleecia, ibique per 
septem annos moratas est: octavo vero anno aggrega- 
ta manu Sarracenorum convicinos prrodavit eeque 
tutandum in qoodam Castellum, quod, vocatur San- 
ota Christina, contulit, Quod factum, utregalibusau- 
ribufl nuotiatum est, prfl&movens Exercitum, Caetel- 
lum, in quo Mahzmuth erat, obscdit, acios ordinat, 
CasteHum belfatoribus vallat, moxque in prima con- 
gressione certaminis famoaissimus illo bellatorum 
Mahzmuth occiditur, cujus caput Regis aspectibus 
pi-feaentatur, ipsumquo oestrum invaditur, in quo 
quinquaginta milia SarracenorumJ qui ad auxilium 
ejus ab Hispania connuxerant, detruneantur, atque 
felieiter Adefonsus victor reveraus est in pace Qve- 
turn.* Espana Sagrada f tomo XIII, pags-. 488-J89. 



-- 19 - 



Losdos Crouicones citados pudieron to- 

mardelatradiclonlameiDoriade estos su- 
cesos poco anterlores, con la diferencia de 
que el segundo se manifiesta credulo hasta 
lo ridiculo, admitiendo, k el vulgo lo eonta- 
ba asi, que en el castillo de Santa Cristina 
habian podido reunirse cinouenta mil sa - 
rraeenos y dejarse degollar por el ejercito 
de Alfonso el Casto, ejercito que, reuni do de 
prisa, es seguro que no Uegaria al numero 
de I03 enemigos. 

El autor del Cronicon de Silos, posterior 
en casi dos siglos al suceso, quiere dar mas 
detalles y afiade alo-o a la r*lacion anterior: 
flja en el aflo 30 del rein ado de D. Alfon- 
so la llegada de Mahmud, quien despues de 
sieteafiosde estancia en Galicia, ensober 
beeido, conspira contra el Rey y su reino, y 
se propone, no el robar a sus eonveciu'os, 
sino devastar toda la provlncia eon las va' 
liosas fuerzas de moros, que habfa reunido: 
pero aunque conflaba en sa belicosa y nu- 
merosa hueste, al saber que habfa Uegado a 
Galicia el rev Alfonso, temiendo el Impetu 
del ejercito real, se retira a un castillo, en 
el que es muerto en el primer encuentro, 
muriendo en la misma batalla o guerra cm- 



- 20 -- 

cuenta mil bArbaros (1): no dice si fuerou 
muertos dentro o fuera del castiilo. 

De los tres testimonies cristianos aducidos. 
solo el m&s moderno fija la fecha de* la entra 
da de Mahmud en Galicia, y pnr tan to la de 
su muerre, que viene a coincidir ion la fecha 
que los autores ftrabes asignan a !a rebelion 
de M6rida, que con las alternativas meneu-- 
nadas dura siete o nueve aiios, al rabo de 
los cuales el rebelde so refngia en el reino 

de Asturias. 

Lob autores cristianos ca.i nada sabeu de 
los anlecedentes de Mahmud, sino que era 
de M>rida, y que hula de) emir Abderrah- 
man de Ctirdoba, contra quien se habia re- 
belado en M6rida; en las palabraa del Si- 
lense se trasluce algo de las derrotas que 
hizo sufrir a las tropes del emir al retirarse 
desde Monte Salud al lerritorio de los cris- 
tianos: tambi6n parece que tenia idea, aun- 
que vaga y conf usa, de que se hubiera pues- 
to de acuerdo con el emir de Cordoba, o que 
quisiera volver a su obediencia, ya quo su- 
poneu que lebabian llegado auxilios. 

Como hemos visto t Ids autores Arabes dan 



(1) Kapcvna Sagrada, tomo XVII, jiag. %*$< 



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— 21 ~ 

notlcia bastante detallada de los uicesos, y 
eon lo que dicen eotre todos, se explicau 
bastante Men los acontecimientos; pues ha- 
biendo tenido Mahmud una parte activa en 
la rebelion de Mfirid ■, se eomprende que, al 
rendirse 6sta 5 se retirara con sus parciales y 
se abriera paso por el pais Bometido al Sul- 
tAn de Cordoba hasta ll^ar a Galicia y que 
Alfonso lo recibiese o hiciese las paces con 
61, desputo de haberse apoderado de un Cas- 
tillo: los autores crUtlanos nada saben de los 
antecedentes de Mah nud. sino que se habla 
rebelado contra el emir Abdurrahman, lo qne 
hasta cierto punto es verdad, pues habia In- 
tervenldo en la rebelion de M6rida, corao 
uno de los mas imporlantes sin duda, pero 
no por su euenta. 

Si el Silense consig-na mm fecha en coutra- 
diccion con la que dan los autores Arabes, 
con^te que es autor muy posterior al suceso 
y quo los dos mAs antiques y casi coetaneos 
no fijan fecha; por tanto, no puede decirse 
que haya contradiction con lo que dicen los 
autores Arabes; el hecho de admitlr los Cro- 
niconesde SebastiAn de Salamanca y del Si- 
lense, la muerte de cincuenta mil sarracenos 
en el castillg de Santa Cristlna, prueba la 






22 - 

falta de criterio de sus autores, y lo poco que 
hay que liar de sua asertoa, a no ser para los 
BUce>os de su tiempo. 

Frobado que la tnncrte de Mahmud debe 
referiraeal afio22f> de la h6gira (de 12 de 
Noviembie de RbQ a 80 de Octubre de 840), 
no hay para qu6 diseutir el eontenido del do- 
cuments del ano 832, en el que se supuso por 
los falsarioa que Alfonso el Casto nan-aba 
eflte suceso: por lo menos habria que admitir 
que estft equivoeada la fecha. 

Volvamoaya a la narracion de los sucesos 

poBteriore* al ano 213 'de 22 de Mar&o de828 

a 10 do Marsso de 829), en que seinitiaron ics 
auceaos en loa que ii^uro Mahmud. 

Abcnalatir y Auouairf, entpleando casi las 
mifcinas palabras, dicen iue en el alio 214 (de 
1 1 do Marzo de HUft a 27 de Febrero de 830} 
«Abderrnhrnan el Osne-ya, seiior de Alanda- 
Iuh. marchri contra la cuidad de Beja, que es- 
(aba en rehclion, y *e apodero de eila a viva 
fu&rzft* (Ij: Abcnalatir aiiade que la rebe- 
Hon diiraba desde la srdlcfon de Mansur. 

Corno el uoinbro de este Mansur rebelde, 



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(1) Abtmltitir, tomo VI, pfLfr, 29;f. Anouairi r l&B. ara- 
Uo de in Roal Academia do la Historia, n. 60, fol. 26 v. 



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- - 23 — 

no lo eiicontramos consignado en parte al- 
g-una, fuera de Abenalatir, no sabemos de 
cuando databa la rebelion de Beja, sofocada 
en el ano 214. 

En el ano 220, pero despues, sin duda, de la 
suraision de Merida y de la fuga de Mahmud, 
debio pasar algo grave en e&ta ciudad, ya 
que el emir Abderrahinan. despues de haber 
salido de Cordoba aparentando dirigirse a 
Toledo, did el mando de Galatrava a Abu- 
samaj, dejando con el- muoha infanterfa y 
eaballeria: el emir se adelanto, segun dice 
Abenadari.aloudistritoa del Algarbe, donde 
Yahya el de Merida habia engafiado a Sulei- 
man, hijo de Martin, echandote de Merida: 
estabiecido este en las cumbres de loa mon- 
ies, el emir acampo junto a el eu esta expedi- 
tion, y eucontrandose Suleiman apretado 
en el castillo, salio de noche, y al marchar 
dio contra una piedra iisa, que habia en <•! 
suelo, resbalo en ellael caballo y cayo el j(- 
nete, muriendo en el acto: encontrado pnr 
un hombre, le corto la cabeza y pretendi6 
que le habia muerto; pero despues se supo 
la verdad (1). Tampoco deestos sucesos pue- 

(1) Abenadari, tomo II, p»^86. 



— 21 — 



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1 yi 



do dar aclaracion alguna, por no encontrar 
mencionados a estos dos individuos m&s que 
en Abenadari. 

En el aflo223(837/ 8 ), nos dice Abenadarf 
que el emir Abderrahman hizo que su her 
mano Alualid galiera de expedition contra 
Galicia, en la que entro por ta piierta del 
Occidente con una division del ej'6rcito, que 
concuico el pals, haeiendo imichas eonquis- 
tas (pSg. 87), 

Hasta ei aiio 251 (de 2 de Febrero do 865 a 
21 de Enero de 860) no eucuentro noticia al- 
guna que se reiiera a esta region, a no ser 
en la parte biogr&fica y literaria, que en este 
mo men to no nos interesa. 

Abderrahman, hijo de Afe-ru&u, hijo de 
Yunu8,conocidopor el Hijo delGallego{ Aben- 
alchaliquf), natural de M6rida y jefe (Imam) 
de los rebeldes, como le llama Abenhay&n, 
es el que principahnente representa la resls- 
tencia de los muladles y berberiscos del AN 
garbe at poder de Cordoba: de Al y de su fa 
milia se escribierou libros; pero, por desgra- 
Cia, no han llegado a noaotros, y s61o tenemos 
noticias aueltas, que por hoy parece aventu- 
rado eintetlzar, y, por eso casi nos limifcamoB 
a traducir los textos. 



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Adabl pone la biografia de AbenmeruAi] 
bajo el numero 1045; pero da pocas noticias 
se limita a duclr: • Abderrahaman, liijo de 
MeruAn el Galle^o. denominacion que tomd 
de su pais, fu6 de los que se rebelaron (sa- 
Heron) en tiempo de los Ramomeyaa en 
Alandaliis: con noticias suyas ye escribieron 
llbroa: hace meodon de £1 AbumohAmed All , 
hfjo de Ahmed (historiadoi)» (l). 

Abenadari (pi^. 139 y WO del tomo U) 
dice, sin cltar fechas, at hahlar de los rebel- 
des en general, que -de ellos fu£ Abderrah- 
man, hij'o de MeruAn, conocido por el Galle- 



([) niUiothera Arahu-Ilixpnixn* tomo III, bio^r. 1045, 
[Do osto histormdor, poH ff nUb distinguido, a quion 
fle Mania A&cii/ifL*vi m , ar h» puE>li<*ado rcciontomouio la 
trarluccion castoMana do una ob™, t n io no varilamos 
en rocomoiidnr ofirazmouto a quien dop^e formarae 
una ideaoxaotAde \% moral mmuimana, bion diforonto 
delaqiiodoolla ttana no s< r ( ]o <d vulffo. siuo nun In 
gontedo iotras: la o^ra, puMicadrt por la Juuht para 
Ampliacidn <te estudiw e inrestigaeiones ritntifiras. - CtiHTHO 
M Ebtudioh ui&T6uwos t titular: Los Uakactkkks 
v u conducta.-Tratado dk moral fraotioa pou 
Allium azah i>k Cofcuoiia. -TRADUCO16N KSPA- 
NOLA por Miouku Asi.w-Madrid, 1916. Prooio 5 pc- 

flot^-Precedo un Prolog dol traductor on xxxi pA- 

pi nan). 



— 26 — 

go, que ae establecio en Badajoz \ MGrida, y 
abandonando la reunidn (quizd el te/rritorio 
del Mam), se hizo vecino de Ins cristianos y 
mas amiyo de eUosque delos drabes** Aben 
alcutiya (pAg. 88) dice que *a fines del rei- 
nado de Mohamei I (de 288 a 273), se altera- 
ron las cosaa, y ia primera guerra civil, que 
le aobrevino, fu6 la salida de Cordoba hacia 
el Algarbe, de Abderrahman, hijo de Me- 
ruAn, el Gallego, que era de sucomitiva, 
orlginario de la region del Algarbe y de los 
muladtea.,.* 

• AbenmeruAn, afiade, era fiircligente, as- 
tuto y en penetracioa para el mal uo habla 
quleti le avenfajase: unido a Saaduo el Sa* 
ranbnquf? ayudd a los infietes, causando 
grand m acrid enles al Lslam, acciiientes que 
serla largo recorder, viniorjdo en su ret?elidn 
a csiar nitre H Islam y la infidelidad.* 

Dozy (If ha expuedtn con superior habili- 
dad \f\* nntirfas rpfertwite* a las hnzanay de 
AbenmeruAn; pero de palabrns no muy v\r- 
ras de Iob autores Arabee, le ha adjudicad-- 




(1) liiMtotre *tt* mumlttianr. it* t Kprfgtte jutqu* a tac*<inrt< 
>U i'Antlftlvusit par Un AimaraxiAtx (7I1-J110), tomoll, }>£' 



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-4: 

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- 27 - 

un papel que en mi sentir no sofio en desem- 
pefiar: dice Dozy: .Habiendo AbeomeruAn 
reunido su bauda a otra, compuesta igual- 
mente de renegados de M6rlda y de otros 
piintos, predico a xus compatrioias una nue~ 
va religion, que era un termino medio entre 
el istamUmo y el cristianismo, y coueluyo 
una alianza con Alfonso III de Leon, el alia- 
do natural de todos cuantos se rebelaban 
contra el SultAn.* 

Las palabras traducidas por Dozy, predico 
a sus compatrioias una nueva religidn, que 
era un Urmino medio entre el islamismo y el 
tristianismo , parecen ser de Abeuhay&n, y 
traducidas literalmente dicen: abandond la 
reanidn y se acerco o hizo vecmo de la gente 
delainfidelidad; y en contraposicion aesto, 
dice despugs, refirifindose a su reconeiliacion 
con el emir, que abandond la vecindad o pro- 
ximidad de la infidelidad, y se acogio a la 
obediencia. 

Abenadari empiea casi las misinas pala- 
bras en el testo citado poco ha, y quehemos 
subrayado: algo menos explicito est4 Aben- 
alcutiya en el texto tambiSn transcrito: 
creemos, por tanto, que no hay fundamento 
suflciente para asegurar, 111 mucho menos, 




- 28 — 

que Abenmeru&n tratase dc fundar una 

nueva religion. 

En Abenjaldun es dondeencuentio la men- 
cion m&s antigua cle AbenmeruAn el Galle- 
go, si bien lo queatribuye al auo251, proba- 
blemente corresponds al a no 255, como vere- 
mos luego: despu6s de haber hablado de una 
expedicion enviada por el emir Moh&med 
contra Alava y Castilla en el afio 251, dice 
que «luego, el emir Mohdmed salio personal - 
mente de expedicion en el ano cincuenta y 
uno (y doscientos) hacia el pais delosG-alle 
gos, matanilo y destruyendo: habitindose se- 
parado de 61 Abderrahman. hijo de Meru&n 
el Gallego con lo* mulariies, que estaban 
con 61, se fueron al eonfin o Hmite (del te- 
rritorio musulm&n) y (Abderrahman) se alio 
con Alfonso, rey de G.ili da» (1). En honor 
del historiador Abenjaldun debemos inani- 
fesfar que este error que resulta del texto 
impreso, en mi sentir es cast scguro que no 
le es imputable y que debu tenerse como 
errata dnimprentao decopia, pues el autor, 
at mencionar varios aucesos de un mismo 
ano, no repite la fecba, como sucede en este 



fl) AbcniaUlun, odiciAn del Cniro, tomo IV, pkff. 131 



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- 29 - 

caso, si suponemos que no hay errata de 

copia. 

Ano 254 de la hegira (de 1 de Enero a 19 
de Dlclembre de 868). 

Dice Abenadari: *En el afio 254, el emir 
Mohamed salio hacia Merida, aparentando 
prepararse eontra Toledo: habia en Merida 
una fe-ente que se habia rebelado: cuando el 
emir salio de Cordoba y se hubo adelantado 
algunas etapasen direccion a Toledo, torcio 
hacia Merida y acampo cerca de la ciu- 
dad: los de Merida, que estaban bajo la sal- 
vaguardia del emir y desenidados, se de- 
fendieron dentro de la almedioa durante al- 
gunos dias, al cabo de los cuales, habiendose 
adelantado el emir hacia el puente, hubo 
alii un fuerte combate, y tornado el puente, 
el emir uiandd destruir una de sus piiastras, 
siendo esto causa de la sumision de Merida, 
cuy os moradores prestaron obediencia, so- 
metiendose a que saiieran de ella sus eapita- 
nes, que lo eran entonces Abderrahman, 
hijo de Meruan; Abenxaquir, Makhul y 
otros, gente fuerte, valiente y brava: estos, 
y cuantos se parecieron a ellos, salieron para 
Cordoba eou sus familias e hijos, quedando 
de gobernador de la ciudad Said, hijo de 



- < i; 



— 30 - 

Ab&s, el Corxi, quien mando destruir e! 
muro, no quedando sino la alcazaba para los 
gobernadores que fuesen a M6rida» (1). 

Abenaiatir (2), al referlr esta campana, 
aclara algiin tanto lo sucedido en M6rida, 
diciendo que «en el ano 254 la gente de M6- 
rida, del pals de Alandalus, renovo la rebe- 
116n contra Moh&med, hijo de Abderrahman, 
seiior de Alandalus, siendo la causa de ello 
el que habi6ndos» rebelado de antiguo con- 
tra el emir Abderrahman su padre, que los 
habia sometido, expukando a muchos de 
ellos, ahora se habian remiido en M6rida 
los expatriados, volviendo a la rebelion y 
sedicion; el emir Moh&med hubo de marchar 
contra ellos, y Iob sitio y apreto, obligAndo- 
les a entregarse y prestar obediencia: el 
emir los traslado a Cordoba con sus rique- 
zas, destruyendo el mnro de M6rida, en la 
que fortified el lugar que habfan de habitar 
los gobernadores separados de todos ellos?> 

El Arzobispo D, Rodrigo (3) meuciona 
esta rebelion de M6rida, refirifendola al ario 



(I) Abenaiari, tomo II, I>A&rs. 302 y 103. 

("2) Abenaiatir, tmno VTI T pA#. i27, 

01) Roderici Tohfnni, Hi&toria arabum, p&g. 24. 






- 31 — 

218 de la hegira, fecha que, como se ve, no 
plied e adinitirse. 

Ano 255 (20 de Dicierabrc de 868 a 10 de 
Diciembre de 869). 

Abenjaldtin tlene un epfgrafe que dice: 
Noticias de tos rebel de* y el principal de 
ell os Abenmeruan en Badajoz y Lisboa. 
Aunque en la pag. lift habia dicho, o apa- 
rece por errata de copistn, que la expedi- 
ciou del emir Mohamed a tierra de Galicia 
y la rebelion de Abe timer nan tuvioron lu- 
garen el ano 251, aqul, empleando o repi- 
tfendo casi las mismas palabras, dice que 
file en el ano 255, y pasa inmediatameiite a 
mencionar los sucesos del ano 263, que raon- 
cionaremos luago. 

Ano 261 (de 16 de Octubre de 874 a 6 de 
Octubre de 875). 

Dice Abenalatir (1) que . eQ el ano 261, 
Abenmerudn ol GalJogo huyo de Crtrdoba 
•t-rlgiendose al castillo de Alanje? (2), del 
cual se apodero, fortificandose on el: el emir 
Mohamad, habiendo ido contra 61, sitio el 

(I) Tomo VIT, KB*. 

(2! K! editor ha puoato { i J^^ sr ' i*", jutvirtioii- 
iio quo on ol nodico so lee . i-«3r j i*,l£ , 



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- 32 



cafltillo durante tres meses, llegando las co- 
aas a tal punto quelos sitlados hubieron de 
comerse las bestias, por lo quo Aheiimeruau 
pidi6 perdon, que le fuft concedido, y se re- 
Uro a Badajox*. 

Abonadarl (pAgs. 104 y 105) confirma este 
relato, anadiendo algiin detalle, como es el 
de que <con Abemneru&n huyeron algunos 
hombres de Mcrida; — que eJ emir habia coi- 
tado el agua a Ins sitiados y los habia com 
batido con mAquinas, y hasta explica el que 
fl e perrnitiese a AbenmeruAn el retirarse a 
UadajoA, diciendo que 6ste se habia lamen- 
tado de hu debilldad {pesadez de la espalda) 
y de *u inal e&tado, por loqueel emir le per 
rnitift el retirarse a Badajoz y establecerse 
en lo que an ten era una alqucria*. 

Dice Abenaaid que, scftiui AbeuhayAn, el 
primero de Ion ISenimoiuan que conttruyo 
la flhnedfna de Bartajoz y coineuzo a Ilevar 
H porte o aire do Iob Sultanas, fuft Abde- 
rrahman, hijo de Meru&ti el Gallego, eo el 
aHo 261, y que bus descendlentes la hereda- 
ron (i). 

<i) Mr. Ar. do In AoActamta, n. 80, foL 11*0= *$ ^ 



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- 33 - 

Ario 262 (de 6 de Octubre de 875 a 24 de 
Septiembre de 876). 

• En ef aiio 262 el emir Mohamed envio a 
su hijo Almondir con un oj6rcit/i contra el 
Gallego, que estaba en Badajoz, el cual, at 
saber la uoticia, la abaudond y entro' en 
Alburquerque? (1) (S/), donde fue si- 
tiado en el mes de Xaual (28 de Junio a 27 
de Julio de 876) con muerfce de muchos de 
sus soldados* (2). 

Abenadari (pag. 105) narra esfca campafia 
con mas detalles dieieudo: «En el ano 262, 
Almondir. hijo del emir Mohamed, sali6 
contra Abctimeruan: pra cairt (jefe de Ksta- 
do Mayor?) Haxim, hijo d& Abdelaziz, que 
habia sido la causa de la huida de Abenmo- 
ruan, porque en presencla de los visires le 
habia dicho «el perro ?.s niejor que tu» y 

uUr rf ^^ -V= W J* J.I c ,l>". 

(1) Acerca de este nombre v£ase ana oota posterior. 

(2) Abmalatir, tomo Til, pag. 212. 

3 



„ 34 - 

mando abofetearle (golpoar la nuca de 61), 
llevando ai coirno la humiliacion?, por lo 
que (Abenu eru&n) huyo con sus compaiie- 
ros (o so! dados), y esto con noticia larga.* 

*Abenmeru&n habia edificado a Badajox 
como castillo, v lo habia hecho o convertido 
en domicilio fijo, introduciendo en 61 a la 
gente de M6rtda y otros de los que le acom- 
pafiaban para el mal: euando liego a Aben- 
meruAu la noticia de que el ej6rcito se diri- 
gia contra 61, se traslado de Badajoz y se 

establecio en y T > AlburquerqueP, re- 
unlendo en 61 la gente de M6rida: el ej6rcito 
(del emir) acatnp6 en las cercanias del casti- 
llo, euando H&xim ya habia enviado A Mon- 
tesalud? caballerla e infanteria para defen* 
derlo, pues Saadun el Romeri? (1) habia en- 
trado (2)... con un socorro de los cristianos, 
aparentando tener poca gente, lo que el go- 
bernador de Montesalud habia comunieado 
a H&xim., el cual creyo que 6sta era la oca- 
8i6n (de caer) sobre Saadiin, y se apresuro a 



(1) \*$) ^*_f" no parece que sea patronimico orien- 
tal, pues no consta en el Diccionarto de Asoyuti: £ser& 
patronimico de poblacion de Alandalus? 

(2) Faltan palabras on el texto. 



- 35 - 

separarse del ejercito sin preparative* y sin 
armas con poca caballcrfa: habi6ndose ace* 
lerado, paso terrene escabroso, apartAndose 
del ejfercito, le cogieron lugares estrechos?; 
(los enemigos) ie presentation combate, en el 
que recibio alg-unas heridas, muriendo mu- 
chos de sus soktados, y ra> endoprisionero el 
mismo HAxim: cuando la noticia del desas- 
tre llego al emir MohAmeti, se detuvo en el 
acto y dijo: arsto es el resultado de sufalta 
personal por su ligereza y precipitaci6n». 
Despufis (el emir) envio a su hijo en sustitu- 
cion de H&xim, que habla venido a ser pri- 
sionero eu poder de AbenmeruAn, a quien 
habia abofeteado en su detencion en C6rdo- 
ba; pero Abenmeru&n hi6 g-eneroso con 61 1 
le honro y obsequio, en vez de vengarse de 
lo que habia hecho con 61. * 

Abenaljatib (1) narra estos sueesos con me- 
nos detalles, con la particularidad de llamar 
a Abenmeru&n, Mohamed, en vez de Ab- 
derrahman: tambi6n debemos notar, por lo 
que pudiera contribuir a fijar la patria de 

SaaduUj que le llama ^"Uj _*•*)! Almosa* 



(1) Ma Ar. de la Acadomia, n. 37 fol. 151 v< 



— 30 — 

rartbaquif en vez de JL\3 ^.J| Asaranba- 

qui t que es como generalmente le llaman los 
au tores. 

Abenalcutia (pig, 89), aunque sin fijar la 
fecha, refiere osta campana tarabi6n con al- 
gunavariaute,como es lade que de los nobles 
y los clientes de los Omeyasy de los Arabes, 
murieron en torno de HSxim cincuenta hom- 
bres, y que hecho prisionero, Abenmeru&n 
y el iSoranbaqui (Saadiin) «le enviaron como 
presente a Alfonso, decnyo poderse rescat6 
en 150,000 (monedas de plata u oro)»: la fe- 
cha del rescale se fijard, despu6s. 

A continuation de lo anterior, pone Abe- 
nalcutia la narration de sucesos, que resul- 
ta dificil fijar. 

<Luego, dice, se manifesto Abenmerudn 
(enemigo del emir) y vino a ser con esto el 
jefe de los muladies en el Algarbe, siguifen- 
dole en esto su companeroel Soranbaqui* 
(Saadun): despu6s de haberse marchado el 
ej6rcito (del emir), Abenmem&n sali6 con el 
suyo, que era grande, h&cia la cora o distri- 
to de Sevilla, que atraves6, apoderihtdosedel 
castillo deTablada? (Talyata) y do los que 
estaban en 61: adelantAndose mAs, molest6 



- 37 -■ 

el distrito de Nlebla, entrando lurgn en Oso- 
nova: en la que fortified un raoi.ic llamado 
Secor? [Seco?] ji^ Ol. y consolido todo el 

Algarbe, sembrandoeldesordenenel:habien- 
dose prolongado el enojo del emu- Mohamed 
por 61, le envio un confidente que le dijera: 
*oh, tu, nuestro disgusto por tu eausase pro- 
longa, como tu disgusto por nosotros; haznos 
saber tu opinion (tns deseos). y les (sic) con- 
testo: mi deseo es que se me deje libre 

JjyuJl Albasranal? para restaurarla, for- 
tifisarla y poblarla; conservarft ia invoca- 
cion (a nombre del emir), pero no se adheri- 
ra a mi, tributo ui obediencia en cosa algu- 
na, ni prohibition: este Albasranal estaba 
frenfce a Badajoz y entre ambas estaba el 
rlo: fugle concedldo el construlr [reatauraro 
tortificar] a Badajoz a! otro iado del rlo para 
que fuese del partido del Islam, como ae 
habla convenido con 61: hizose asf, pero lue- 
go, deseando I-Iaxjm tomar venganza de el 
dijo al emir Mohamed: *ciertaraente Aben- 
meruan se ha rebelado contra nosotros; pues 
el y sus soldados se trasladan de un lugar a 
otro y ya tiene una capital? (Medina) rodea- 
da de casas,alcszares y jardines; saldr6con~ 



■» * i-' ^+- \ **~? -* 



3? 



- 38 - 

tra 61 y espero que Dios me dar& la victoria; 
saiga conmigo el prlncipe Abdala*: entre 
Abenmeruan y Haxim habia mediado dis- 
gusto (ira), estando aqu61 en Cordoba, y se 
marcho a Sevilla y luesyo desde alii a Niebla: 
cuando Abenmeru&n se entero (de lo ocurri- 
do), couiprendiendo la cosapor su inteligen- 
cia y perspicacia, escribio al emir Mohdmed 
diciendo: «ha llegado a mi noticia que HA- 
xim ha salido hacia el Algarbe, y no dudo 
que ha formado el proposito de vengarse de 
mi, porque teugo un castillo y un recinto 
(amurallado): juro por Dios que, si pasa de 
Niebla hacia ml, inceudiarfe a Badajoz y des- 
pues volver6 a mi estado primitlvo con rela- 
cion a ti>. Cuando el emir leyosu carta man- 
do que el prlncipe y IIAxim regresasen, y 
efectivamente se volvieron.* 

Ano 263 (de 24 de Septiembre de 876 a 13 
de Septiembre de 877). 

Dice Abenadari: (p£gs. 105 y 106) <En el 
ano 263 Almondir, hijo del emir Moh&med, 
aali6(deC6rdoba), tomandoc-1 camino deMfe- 
rida; cuando esto llego a noticia de Abenme- 
ru&n, abandono a Badajoz, junto a la cual 
acampo el general de Almondir, Abualid, 
hijo de GAnlm, destruyendo sus easas: Aben- 



- *■ 



39 - 

meru&n se adelanto hacia el pais del ene- 
migo.* [De los cristianos]. 

Abenjaldun (t. IV, pkg. 131) nana esta 

niisma salida de Almondir, aiiadieodo sobre 
lo dicho que Abenmeru&n, a] pasar por jun- 
to a M6rida una parLida de soldados de AI- 
mondir (una taifa), salio de la ciudad con 
muchos infieles que habia llamado en su au~ 
xilio, y mato a todos aqueiiossin dejar uno 
Abenalatir (t. VII, pag. 215) anade deta 
lies iinportantes. diciendo que, cuando Al 
mondir paso de M6rida seguido de 900 jine 
tes de su ejercito en direccion a tierra de 

enemigo, salieron contra 61 muchos crUtia 
nos, que habian preparado una embosca- 
da? (1), y habiendo peleado con esfuerxo y 
resign acion, murieron muchos cristianoss 
luego, el hijo del Gatlego y los snyos de entre 
los cristianos preparaion nueva emboscada 
contra lo.^ 700 (que quedaban^ — pusieron en 
ellos sus espadas y los mataron sin dejar 
uno: Dios les haya reeompunsado. 

Ailo 264 (de 13 de Septietnbre de 877 a 3 
de Septiembre de 878). 



.**> 



(1) /£■» en la forma X a , aegun Dozy, significa to- 
mar precauciones . 









' Ji 



— 40 - 

Abenadarl (p£g. 106) dice que en este ano 
(264) fu6 puesto en libertad H&xim. 

Abenaljafcib (1) indica esto mismo con al- 
g-iin detalle administrativo e indicaciones h 

del car&cter de H&xfrn. 

De la prisiori y rescate dan noticia, hasta 
cierto punto detallada, nuestras cronicas: el 
Cronicon de Sampiro (2) dice que en tiempo 
de Alfonso III *cierto general de Espana y 
proconsul, llamado Abohalit, hecho prisio- 
nero, fu6 llevado a presencia del Rey y se 
redimio entregando cien mil sueldos por su 
reecate*; m&s detalles encontramos en la 
Crdnica Albeldeme, en la que se lee *que 
presentadoa Alfonso en Oviedo, al redimir- 
se despu6s, entrego en rehenes dos herma- 
pos, un hijo y un sobrino, hasta que pa^ro al 
Rey cien mil sueldos de oro*. 

Segun el texto de la Crdnica Albeldense 
podria creerse que la prisi6n de HAxlm o 
Abohalit, no su rescate, tuvo lugar en esfca 
feeha, pues dice: «Era 915 Consul Spanise et 
Mahomat Regis consiliarius Abuhalit bello 



(1) .Ms. Ar, de la AcatL, n. 37, foL 351,. 

(2) Espana Satjrada, tomo XIV, pag. 454. 



. — * 



- 11 

in fines Gallectee capitur*; pero es. soguro 

que en esto hay inexactitud (I). 

En est© mismo alio de 264 salio para Gall- 
eiauna expedicien a las ordenesde Albarr6, 
hijo de MAlic, quien,segun Abenadarl, entr6 
en Galicia por Coimbra, merodeando por alii 
y destruyendo sus bienes (2). 

Ano 265 (de 3 de Septiembre de 878 a 23 de 
Agosto de 879). 

Rescatado H6xim del poder de Alfonso 
(de Abenmeruan segiinAbenjatdiin, tomoIV, 
pftgina 133), se flrmo la pass con la condiciAn 
de que Abenmeruan se estableeiese de nue- 
vo en Badajoz, como efectivamente lo hizo 
en este ano, y habiendo elevado sus muros, 



(1) La circunstancia de quo los autores arabes 11a- 
men a este general H&xim, hijo de Abdolaziz, y nues- 
troscronicones ledononnnen Abtthalit o Abohalit, y aun 
de algun otro modo, pudinra hacer suponer alguna 
confusion de notnbreon unos oon otros; nadade esto: 
el Abuhalit do los croniconos es el Abujalid Haxim, 
hijo de AbdolaaiK, de quien hablan muchos autores 
arabes; si bien es verdad que moncioii&ndolG por inoi- 
ddncia, omiten el sobrenombre o ctmya Abujdlid: s6lo 
en Adttbi, bio^rafia 1423 de nuestra Bibliotheca Arahico- 
Hi&pana, tomo III, encuentro el aobrenombre, oon qae 
lo designan los cronioonos cristianos. 

(2) Abenaduri t tomo II, pag- 108. 



: =fT >S| 



- 4a 



se invistio de ambos imperios (es decir, se 
declaro independiente): {en virtu d de esto) 
se cambiaron sus relaeiones con Alfonso que 
iehizo la guerra, y (Abenmeru&n) abando- 
no la casa de la guerra (el territorio cristia- 

no) 3 estableci6ndose en Antena? &v^-k3| en 

las partes de Merida (1), forfific&ndola, pues 
eataba en ruinas: AbenmeruAnse apodero 
de lo que pertenecla a ella del pals de Leon? 

i*Ji y de lo que pertenecla al pais de los 

Gallegos, agreg&ndolo a Badajoz: el emir 
Abdala se apresuro a ir a Badajoz. 

*Estaba con 61 (Abenmerudn) en tierra de 
la guerra Saadiin (el Soranbaqui), valiente 
y esforzado adalid en la guerra, que se habia 
rebelado con 61, y cuando Abderrahman se 
establecio en Badajoz, Saadiin se rebelo en 

uno de los castillos entre Coimbra i\:il* y 
Beja; luego se apodero de Coimbra y se in 



(1) Ksta pobf;icion ser& probnblemente laquenues- 
trOB cronicones meneionan de un modo muy vario 
Antensa7n i Alteram o Antenam, siondo osta la forma qne 
so parece mas a la palabra Arabo, sin quo esto signifi- 
que que sea mas exacta: refiriAndoso sin duda a fooha 
al#o posterior, dicon de Alfonso III que <Anteimm 
vero paceacquisivit*. 









r _ 



t 

V 

i- 






i 



- 43 - 

vistio tambifin con anibos imperios hasta que 
le mato Alfonso en una de las guerras que 
tuvo con el«> 

Abenhav&n da alguna noticia m&s de este 
Saadun, dicieudo: <Saadun, hijo de Fatha el 
Soranbaqul?, fu6 aliado de Abderrahmau el 
Gallego, rebelandose contra el Sultfcn en el 

eastillo *'i v ->^ ^^-{1) entre el Tajo y 

Coimbra: en tiempo del emir Moh&med lehi- 
cieron priaiouero ios normandos en la costa 
de la Espaiia occidental: un comeiciante ju- 
dio le rescato, pensandogananelar, pero Saa- 
dun sefugo... y se interno en un inoute que 
de 61 se Uamo Monte de Saad&n y eutre Conn- 
bra y Santarfen, aliamiose con muslimes y 
crialianos: ..* le ocurricron coaas graudes 
hasta que Eu6 muerto por Alfonso de Ga- 

lieia> (2). 

■En tiempo del emir Moh&med, se rebel6 



(1) El norabre de osto cantillo podHft loorae Cafaha- 
rtteia o con cualoRquiera otras vocale*: mi ainipo ©1 
Sr, D. KdwardoSftavodra, 0,01.1 cambio mny aencilloou 
la dtstribuoion do los puntos, nos propone que qniaA 

debaieerse *'■• *ft** FigueirueloT Figutiro?, villa ro- 
poblada por tin infante da Portugal on ©1 fljglo xu. 

(2) Mb. citado, fol. 17 v. 



_*v- 



- ■ s l 



41 - 

en la frontera Mohamed Abentequit, de la 
tribu de los Masamudas, y se dirigio a M6ri- 
da, en la que entonres habia un chund de 
Arabes y de (individuos de la tribu de) Co- 
tama, a quienes echo de etla mediante un 
ardid, estableci6ndose alii con su pueblo, los 
Masamudas.* 

«Cuando Abentequit se apodero de Meri- 
da, se dirigieron contra 61 los ej£rcitos de 
C6rdoba, y Abderrahman AbenmeruAh vino 
desde Badajoz para auxllfa-le {al ej6rcito?): 
le sitiaron durante algunos meses y luego 
se fueron: liabfa en M6rida muchos Arabes, 
Masamudas v Cotamas: Moh&med Aben- 
tequit, ( ;sirvi6ndose de un ardid?, echo a 
los Arabes Cotamas y allegados y se que- 
do en Mdrida con su pueblo, inovi6ndose 
gran discordia entre 61 y Abderrahman 
Abenmurii&n, seiior de Badajoz, por causa 
de la alianza contra 61 y haberle hecho la 
guerra: AbenmeruAn 1« derroto varias ve- 
ces, una de ellas en Fuentes de Cantos? 

C^ x £', donde los Masamudas fueron rodea- 
dos (asaltados) y cortados del ala de Aben- 
taquit, quien pidio tropas a Saaddn el So- 
ranbaquf, senor de Coimbra?, quien no le 
sirvi6? y se exalto la gloria de Aben- 



V 



JA 



/ 



^ 






— 45 - 

nieruan sobre ellos, aflrm&ndose su poder.» 
*Abenhafsun solicito la alianza? de Aben- 
ineru&n en el territorio de su mando; pero 
se defendio (se exeuso): lueg-o, a continua- 
tion de esto, murio ( Abenmeruan) en el 
ano (i) en tieinpo del emir Al)ia!a, obtenien- 
do el mando su hi jo Meiuan (2), que causo 
daiio a los bereberes limitrofes, muriemlo 
luego a los dos nieses He mando * 



(1) La fecha est/i en bianco en el toxto impveso: 
nuestro ainiso M. Rarrau l)ihi£0 b» tenido Labondari 
do oxatninar los lis, nums. 1529 y 1=>10 ilo la niblioto- 
cado Paris, fol. GO v., y rasulta la misma ausonoin de 
fecha* 

(2) En el toxto imprest) dice Atalcr-rahman, y lo 
miamo en el Ms. de Paris 1529, moncionado on la nota 
anterior, se^un nos infortna nuostro amigo, afiadien- 

do que el nombre cJ*^J "^' 0& *^ tachado; en el 

Ms. n. 1519 de la misma Bibliotonsi, copiado en Cons- 
tantinopla en los anos IH\16 y 1K37: afiado nuestro 
amigo que el copista, bastante ne^ligento, ha dojado 
de marcar el bianco de la fecha despuoa do la palabra 

A.<v***> , y 011 V0Z ii e } oombro (•t*" s *^ ' *V* & j quo 



-i'j '"* * 



flffura en ol tcxto improso, puso .-■L?/' * do dondo 

resalfca que el sucosor de Abdorraliman Abonmcrnan 
fue su hijo Meruan: esto parece acceptable, por lo quo 
voromos dospucs on una indicacicVn quo no habfamofl 
podido entonder. 



46 - 

«El emir Abdala dio el gobierno de Bada- 
joz a dos emires Arabes, acogifeudose los que 
quedaban de la familia de AbenmeruAn al 

castillo de £)_y- gXitna?: quedaban dos des- 
cendientes. a saber, MeruAn y Abdala T hi- 
jos de MohAmed, bu hijo, y un tlo de ambos 
llaraado MeruAn>: slnindicarsi la estancia 
de los descendientes de AbenmeruAn en di- 
cho castillo fu6 larga o corta, afiade *que 
salteron de £1 y se refngiaron con los lilti- 
raos partidarios de su abuelo Abderrahman: 
pueatos en deaacuerdo los dos emires de Ba* 
dajoz^ el uno mato al otro, y esto debia su- 
ceder hacia el afio 280, como veremos luego*. 
Ano 271 (de 29 de Junto de 884 a 18 do 

Juuio de 885). 
Abenjaldiin, deapuSs de narrar sucesos. 

del ano 271, aflade: *Marcho H&xim contrfl- 
AbderrahmAn AbenmeruAn el Gallego y le 

sitl6 en el castillo de Moutemolln? w^> 
Jj*), volvi6ndose pronto(aC6rdoba): Aben- 

meruAn (desde Montemolln?) hizo una in- 
cursion contra Sevllla y Fuente de Cantos?, 
flj&ndose luego en Monte Salud, en el quo 
ge defendi6 contra el emir, que hubo do 
hacer la pax eon AbenmeruAn," que des- 



47 



pues permanec^o en la obediencia hasla q Tl 
jnurio el emir llohamed* (tomo IV, pAg-j- 
ita 131). 

Con referenda a este afio 271 dice Abeaa- 
latir (tomo VII, p&g. 292); «En este alio Mo 
b&ined, sefior de Alandaliis, envio contra 
Badajoz un ej6rcito a las drdenes de su hijo 
Almondir: Abeumeruftn el Galiego, que se 
habfa rebelado en ella, como cjueda dicho 
la abandono, dirigi6ndose al eastilio del (1) 

(a^t A.;**!) o 'ij& r *M , en ei que se fortiaco, 
y Almondir incendio a Badajoz.* 

Ano 272 (de 18 de Junio de 885 a 8 de Ju- 
nto de 886). 

El mismo Abenalatir (pag. 295) vuelve a 

mencionar el eastilio de * -c ^;„| fl , diciftn- 

do que en el afio 272 el seuor de Alandalus 
envio (un ej6reito) contra Abenmeruan el 
GaliegOj el cual estaba en el caatillo de 

&jc f]!^] tatJ en el que le sitiaron y apre- 
taron. 



(i) El nombra do esta localidad podria transcribir- 
se, para dar do el alcana idea, Awir gara o Asna ara., ad- 
virtiendo, como en casos analogos, que eaten to das 
las combinacioiies de vocalos. 



— 48 - 

Abenadarl menciona esta campana di- 
ciendo que «en el ano 272, Abdala, hijo del 
emir MohAmed, aeompanado del caiii HS- 
xim, salio de expedici6n dirigi6ndose al Al- 
garabe contra Abenmeni4n, que estaba en 
el monte ... *^£e ^— !, sitiaodole y comba- 

tifindole*. 

Ano 275 (de 16 de Mayo de 888 a 6 de 

Mayo de 889). 

Dice Abenhay&n (1) que en el ano 27o 
Abderrahman Abenmeru&u el Gallego pidio 
al emir (Abdala) la confirmation o renova- 
cion del nombramiento de goberuador de lo 
que tenia en su poder, de Badajoz y su dis- 
trito, y que el emir accedio y le nombro*. 

Ano 276 (de 6 de Mayo de 889 a 25 de Abril 

de 890). 
A pesar de haber prestado obediencia al 

Sult&n y de que Gate le reconocio la espeeie 

de soberanla sobre Badajoz, se conoee que 

Abenmeru&n estaba siempre dispuesto a me- 

rodear por el pais Umitrofe a su pequeno es- 

tado; pues en el ano siguiente, habiendo los 

deMGrida hecho un gran negocio invadiendo 

el territorio de Sevilla, Abenmeru&n no quiso 

k. 



0) Me. del&Bibl. Nacional, a. 6085, fol. 39. 



- -^ 



i 



- 49 — 

ser menos, y adelant&ndose con su ej6rcito 
hasta llegar a ^Mora?, a tres parasangas de 
la capital, fij&ndose alii, hizo incursiones en 
torno de la poblacion durante algunos dfas, 
sin que nadie pudiera salir contra 61 en los 
contornos, ni opon6rsele, hasta que habiendo 
conseguido lo que deseaba, se retiro (1). 

Hasta este afio los autores hacen mencidn 
de Ab^umerudn como rebelde eu Badajoz, al 
mencionar los lebeldes en el principio del 
reinado de Abdala. 

Abenatjatib mencioua como rebelde en 
este tiempo, en Beja del Alrnagrib, a Abdel- 
m61ie Abeuabialchauad, sin que de 61 diga 
otra cosa (2). Tambi6n menciona como re- 
belde en Santa Maria (deAlgarbe) a un Abu- 
bdquer,hijo deYahya: Abenadarf(3) le llama 
BSquer, hijo de ¥ahya, hijo de B6quer, di- 
\{ ciendo que se rebe!6 en Santa Maria, del 

|| distrito de Osonova, a la que tomo por corte, 

g fortifieAndola, poniendo en ella puertas de 

^ hierro, y d&ndose aires de sult&n, como Ibra- 

fi him Abenh&chach en Sevilla. 



is 



(1) Ms. rielaBibL Nacionat, n. 5086, foL 51.— Dozy , 
h Jlistoire, t, II, ptig, -238* 

(2) Ms, Ar, de la Acndomia, n. 37, fol. 154. 

(3) Tomo II, pig. Ut. 






- 50 — 

Abenhayan (1) amplia bastaate las noti- 
cias referentes a la rebelion en Santa Maria 
de Algarbe, no solo ampliando algun tan to 
lo que dice Abenaljatib respecto a Abube- 
quer, a quien llama Bequer, sino dando 
tambien notieias de su padre y de su abuelo. 

Dice asi: «Bequer, hijo de Yahya, hijo de 
Bequer, se establecio en Santa Maria de U 
cora de Osonova, fortificandola y poniendo 
en ella puertaa de hierro, forradas de obra 
admirable?: tenfa administraeioo, provisio- 
nes y gente valiente, d&ndose el tono que 
Ibrahim Abenbachach (en Sevilla): tenia 
consejeros, secretarios y un eiervo encar- 
gado de todo lo que estaba bajo su obedien- 
eia, eon el hospedaje de los forasteroa, de 
modo que el viajante se encontraba seguro 

como entre los suyos. 

(Su padre) Yahya, hijo de Bequer, hijo de 
Zadlaf, fu6 quien se rebelo en la cora de 
Osonova: su abuelo Zadlaf era ageml (espa- 
fiol o cristiano), cliente de Bequer Aben- 
nachad, en honor del eual llamo Bequer a 

su hijo. 
Yahya se rebel6 eon los muladies en tiem- 



(1) Ms. oitado, fol. 11 v. 



— 51 — 

po de Moh&med. apoderAndose do Santa Ma- 
ria: muerto 61, le sucedio su hijo (B6quer), 
que manifesto deseos de volver a la obedien- 
cia, entablando negoei-iciones con el emir 
Abdala, quo le dio el mando de su ciudad, 
fijando su rasidencia en Silves en medio de 
la cora o distrito: (B&qner) pennanecio en la 
alianza de los maladies y achemies, separado 
de los arabes, siguiendo la conducta de la 
gente del Gallego, seiior de Badajoz: asl 
permanecio hasta su muerte, acaecida al 
principio del reinado de Abderrahman(III),» 

Al rebelde de Beja, a quien Abenaljatib 
llama Abdehn61ic Abcnabialchauad, Abena- 
darl le llama Abdeiineiic Abenabialchamaa, 
y aiiade que toino por corte a Beja, de la que 
fie habia apoderado, fortific&ndoseenel Cas- 
tillo de M6rtola, muy f uerte y bieu provisto: 
Abdelm61ic estaba aliado por este tiempo 
con AbenmeruAn, seiior de Badajoz, y Aben- 
b6quer de Osonova, unidos contra quien les 
hiciese la contra (pAg. 140). 

AbenhayAn (1) dice lo mismo que «Abena- 
dari respecto del rebelde establecido en Beja, 
con la linica diferencia de llamarle como 



(1) Ms. do la Bibl. Nscional, d. 5085, fol. U v. 



_ j _ H 1 _^-. _ ■_ _^ 



.:-. V> 



" ^"^^ 



— ■- 



— 52 - 

Abenaljattb, Abdelm6lic Abenabicbauad: 
tampoco fija fecha a estos sucesos*. 

Hacia esta fecha proximamente puede su* 
ponerae que se refiere la muerte de Abde- 
rrahmanAbenmeru&ndeBadajoz;--el nom- 

bramionto de su hijo Meruftn para reempla^ 
zarle en el mando;-y la muerte de 6ste alo* 
dos meses, seguida de los sucesos que se han 
couBignado anterior men te a contiuuacion de 
hechos que correaponden al aiio 2G5. 

Ano 285 (de 28 de Enero de 898 a 17 d& 
Enerode899). 

Abenadari (1) y AbenhayAn (2) nos dan 
noticta de que «en el ano 28~> Ab^s, hijo de 
Abdcla/Jz, saiio de expediciori contra el Cas- 
tillo de <-;Alburquerque? (3) y Monte de Aiba- 
ranis, dando muerte a AbenyAmin y Aben- 
manchul, cuyas fortalezas tomo>. 



(1) TomoIT, p&#. 143. 

(2) Ms. do la Bibl. National, n. 5085, fol. 93 r. 

(3) Es muy problera&tica la correspondoncia del 

ncmbre J$ j> ^ ^ con iAlbttrquerque?: Dozy 

crey6 que ora Caracueij, \o que parece acoptablo por 1& 
grafia; poro no creemos quo haya de estar tan distante 
de Merida y Badajoz, segun la referenda que ae hace 
anteriormente - 






- 53 - 

Aiio 286 (de 17 de Enero de 899 a 7 de 
Etiero de 900). 

Se ha dicho antes que, muei-to tferuan, 
hijo y sucesor fie Abderrabman Abetimeru&n. 
el Galleg-o, hacia el aiio 276 a los dos meses 
de la muerte de su padre, el emir Abdala 
dio el mando de Badajoz a dos ffobem ado- 
res: estos se pusleron pronto en desacuerdo, 
y el uuo ma*6 a! otro, quedandose solo en el 
mando y probablemente se declararla inde- 
pendieute, al rnenos de hecho; pues auade el 
autor que en el aiio 286 el emir Abiala es- 
calo la ciudad y mato al rebelde, apoderan- 
dose de Badajoz. 

Ano 288 (de 26 de Diciembre de 900 al 16 
de Diciembre de 9D1). 

A diez por andar del mes de racheb de este 
aiio, o sea el dia 10 de Julio del ano 901, 
se daba junto a Zamora una batalla en- 
tire miulimes y cristlanoa, batalla conocida, 
segiin dice Abenhayan, por el dia de Zamora: 
el ejercito musulman derrotado en este te- 
rrible encuentro, no era de tropas de Cor- 
doba, sino de voluntarios dela fe, que fana- 
tizados por un sant6n musulman, como di- 
rlamos hoy, se proponian aniquilar a los 
cristlanoa: de esta campana que mencionan 



- 54 — 

nuestros autores eristianos, danoticiasminu- 
ciosas Abenhay&n, las cuales ya aprovecho 

Dozy (1). 

De esta campaaa solo interesa a nuestro 

prop6sito el indiear que rmichos o la mayor 

parte de los voluntarios procedfan de Jfe- 

nda, Badajoz y Toledo, reglones que ocupa- 

daa en gran parte por berberiscos, parece 

estaban m&s predispuestas a seguir las pre- 

dieaciones de los santonea o profetas, eomo 

llama el Crontcon de Sampfro al eausante de 

esta hecatombe. 

Afio 302 (de 27 de Julio de 914 a 17 de 

Julio de 915). 

Seguu Abenjaldun, (t. IV, pAg. 141) eu el 
afio 302, ei rey de los Gallegos, Ordouo > hijo 
de Ramiro, hijo de Bermudo, hijo de Fruela, 
hijo de Alfonso, hijo de Pedro, salio contra 
la frontcra, asolando la region de M6rida y 
apoderaudoae del eastillo de Alanje: en dea- 
quite, Abderrahman (III) envl6 contra el 
pafs de Ordono a su visir Ahmed, hijo de 
Abda, que lo devaatfi. 
" El Cronicdu de Silos, aunque retraaando 



(1) AbenJutydn, Ma. n. BOSS do la Bibiiotooa Naoio- 
iiaI, fol. 99a 103, 



— 30 — 

en cuatro anos la fecha, parece referirse a 
esta caiupafta de Ordouo IT, pues conviene 
en lo mfts importante, a saber, en la devas- 
tation de la provincla de M6rida, en la toma 
del castillo de Alanje, al que llama Gastrum 
coluhri, que los Caldeos, dice, Hainan ahora 
Alhanze (1): aiiade que fueron muertos todos 
los bftrbaros que defendian el castillo, lie- 
vandose cautivos to das sus mujeres e hijog, 
y botin inmenso de oro, plata y oraamentos 
deseia: lo quo anade lueg*o, que todos los 
moradores de Jl^rida, con su Rev (lease go- 
bernador), salieron hasta Badajoz con innu- 
merables regalos pidiendo la paz, serA una 
exaggeration patriotica (2), 

(1) Kl nombro , »- x ' v ' Li*^"^ rnstillo do AUtn- 

} e, correspond**, o es unsi traduction del Cttfttrttm ntitt- 
brii, o vioovorsM; nos incliiiiiutoa a esto ultimo y n quo 

g\ noml>ri L/^ N ^ t*J" ""^ aunquo li torn 1 men to 

puodo traducirso par Citfttrnm >»ltthrii, nadn tiane quo 
ver con <wtehra t $\\\Q quoosol Castillo tie Alhanw* uno do 
los personages man importanlo* quo tomarnn parte 
con Muku on la conquista de Espafia. 

(2) JSsjj, -SVfl , t, XVII, pa#. :>*7: <I#itur rhih) rpgni 
sui quarto ab expttgnatioiio Mimromm quiefleore non 
austincnifi, poractia compondiis, ultra Emcritonftem 
urbem hoatilitor proficistur. Sod ot castramfMitatus. 



— 56 — 

Ario Htl (21 de Abril de 923 a de Abrll - 

de 924). 

En lo que podriamos llainar necrologfa del 
auo 311, consigna Abenadarl (t, II, pag- 19ft) 
la muerte de Abdala, hi jo de Moh&med, hijo 
de Meruan el Galle^o, seiior de Badajoz, a 
quien maLaron algunos de los suyos, Este 
texto, que aunque claro en si, resultaba 
ininteligible por falta de antecedentes, re- 
sulta perfeetamente claro alcompararie con 
lo que dice AbenhayAii (1) que <Abdala, hijo 
do MohAmel, hijo de Ahderrahmau, habia $ 

estado en Cordoba en rehenes y- que el go- f 

bierno de Badajoz Ilego a 61 despu6s de su i 

abuelo y de su tfo»; y efectivamente, hemos 



quum totam E'rovinciam horrifero impotn vastarot, 1 

Cuprum Colubri, quod nunc, a Chaldajis Alhanze no- ■ 

mhtatur, invasit, Interfootisquo quos inibi invemt ; 

4 

barbaric, omncs cor urn mulieres nt parvulos cmn in- \ 

mcnso auri at argonti, sericorumquo oruamentorum \ 

poudera in patriam rapuit, Oui omnes Emeritonses | 

cum Itoffo eorum ftadalio-z Civitate obviam exeuntes. f 

ourvi prtmiquo pacem obnixius postulando et innu- 
merabUia imiuera obtulerunt. Ipse vero victor, et 
pn&da onuatus, in Campostrum G-othorum Provin- 
ciam revertitur.* 

(1) Mfi, dolaBibl. Nucional do Madrid, n.5085, fo- 
Ho 11 r. 



r 



— 57 - 



visto que muerto Abderrahman Abenme- 
ru&n T le sucedio su hijo Meru&n, segi'm 1# 
variaute de Abenjaldiin en el Ms. inim, 5019 
de Pan's, variaute que aclara a maravilla lo 
que el texto impreso no permitia adivinar. 

Alio 3 to {de 25 de Febrero de 928 a 13 de 
Febrero de 929). 

Dice Abenauarl (t. II, p^g- 211) que en el 
ano 316 el alcaid (general) Ahmed Abenelias 
salio de expedicion contra los distritos del 
Algarbe, concjiiistando sin combatir las eiu- 
dades de M6rida y Santar6n, cuyos morado- 
res se presentaron medtante el amAu, obte- 
niendo la mayor benevole.icia. 

Ailo 3i7 (14 de Febrero de 929 a 3 de Fe- 
brero de930>. 

Muerto Abdala AbeumeruAn, no sabemos 
qui6n recogio su herencia del gobierno de 
Badajoz; pareceseguro que algun Individ no 
de su familla hcredara el cargo, ya que en 
el afio 317 nos dice Abenadarl (I) que Abde- 
rrahman salio de expedicion contra Badajoz 
para hacer la guerra a sus moradores y a 
Abenmerufin, que era rebelde: Badajoz hubo 
de ofrecer una resistencia muy seria, ya que 



(t) Toino II, pftsrs, 2Ua2l(». 



*.i----^: v- v* _ 






- 58 - 

despu6s do veinte dias, Abderrahman, sin 
levantar el sitio, cuya continuacion enco- 
mendo a uno de sus generate*, Ahmed, hijo 
de Ishac, marcho haua la parte de Mgrida, 
y aunque volvio pronto a Badajoz, salio lue- 
go para otro panto dirigifindose a Beja: el 
sitio de Badajo/, debio de continuar con va 
ria fortuna, pues indica el autor que bubo 
diferentes eneuentros, repiti6ndose las vic- 
torias contra la gente de Radajoz, de cuyos 
vecinos fueron enviados (a Cordoba) setenta 
prisioneros, los cuates fueron muertos de- 
lante del alc&zar de Cordoba: sin embargo, 
la eiudad no pudo ser tomada hasta el ano 
siguiente, en el que, cansados del largo sitio 
y apurados todos los recursos, los vecinos y 
Abenmeru&n pidieron el aman, que les fuG 
concedido, sieudo trasladados a Cordoba 
Abenmerti&n el 6allego s su familia y sus m&s 
valientes soldados, vinien4o a ser Badajoz 
desde e^ta fecha una de tantas coras o dis- 
tritos sometidos a Abderrahman III, 

En la misma campana del ano 317, larga- 
mente narrada por Abenadarf, fueron con- 
quistadaa o sometidas por Abderrahman III, 
Beja y Osonova. 

Cuando Abderrahman se retiro del sitio 



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- 59 - 

de Badajoz por segunda vez, encargando su 
continuacion al general Ahmed, hijo de 
Ishae, se traslado a Beja, a la que Ueg6 el 
domingo, principio del mes chumada pos- 
trero (11 de Julio de 929), comenzando imue- 
diatamente el ataque: habi6ndose adelan- 
tado el priucipe con precaution hacia Abde- 
rrahman, hijo de Said, hijo de M&lic, que 
estaba en ella, y habiGndole hivitado a la 
obediencia, el rebelde se escuso poniendo 
dificuitades, en vista de lo cual fueron em- 
plazadas las maquinas de guerra, y formaii- 
zando el sitio, murieron muehos de los sitia- 
dos: habiGndose derrnnVbado una de las to 
rres de la almedina con los que estaban en 
ella, fueron 6stos degollados delante de la 
tienda de campana del principe, con lo que 
Abderrahman y la gente de Beja pidieron el 
perdon, que el principe de los creyentes ies 
concedio, somettendose ellos; salidos de la 
almedina, fueron trasladados a Cordoba, 
entrando el Emir de los creyentes en Beja, 
de la que dio el raando a Ahdala, hijo de 
Omar, hijo de Maslama, mandAndole cons- 
trulr una alcazaba para residencia de los 
gobernadores: la estancia de Abderrahman 
en Beja fu6 de quince dias. 



- - fin 



Luego se dirigio a Osonova, acampando 
junto a ella el Junes a siete por au-Jar del 
mismo ines (2 dp, Agosto de 1329): en * -, l eauiino 
se habla apoderado del cast.il la do $Aluaia? 

plisyl ,^^- donde encontro riquezas, pro- 

vfsiones y arrnas pertenecientes a J&Iaf , hi jo 
de Bequer, seiior de Osonova. de todo lo cual 
se apoderaron como botin: luego se presen- 
taron mensajeros de JAIaf, hijo de Bftquer, 
manifestando arrepo.ntimiento y prestando 
obediencia,., los d« la region maiiifestaron 
gran deseo de que Abricrrahmati, hijo de 136- 
quer, fuese conservado en su gobierno, pon- 
derando su laudable procedcr, y el principe 
lo concedio como le pedlan, dejAndole parte 
del tributo anual... v de hecho ciertainde- 
pendencia, easi como feudatarin, 

Habfendo tornado Abdetrahman ITI el tl- 
tulo de Emir de los creyentes nn el ano 316, 
y sometidos en poco tiempo todos los rebel- 
des, que hablan hecho vacilarel trono de los 
Omeyas en los reinados anteriores, puede 
deeirse que la fispana musulmana alcanzo 
en estos afios la unidad que no habfa teuido 
antes; pero que habia de durar poco, ya que 
no Heg6 en realidad a un siglo. 






V 



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RESUMEN CRONOLOClCOl 1 ) 



Hg. A ho. 



o 



6 



8 



201 (=816/ 7 ) (2). MeruAu hijo del Galle- 
go se alza on Mfirida. 

205<=818/ 9 ). Alualad rebelde en Beja: 
vencido y cargado de cadenas. 

210(=825/ 6 ). ChAbir hijo de MAlic, go- 
bernador, recibe orden do ir contra 
Toledo y Merida: opera en Galicia. 

211 (=826/ n ). Carta de Ludovico Pio a 
los de Mtirida o Zaragoza. 

213 (=828/ ). Robelion on MGrfda: dan 



muerte al vali: onviado un ej6rcito se 



(1) [Dada la complication de Ion rucssos narradow 
on esto trabajoy la vaguomid do las fechas, dolas oun- 
les pocas pueden darso oomo sojfuras, homos redacta- 
do est© resumen, en vista doL eual croemos quo pitorio 
verse alga mas clara la marcha de los sucosos: me* 
recen y nocositan estudio especial Ioh tros porsonnjos 
citadoa con mAs frocuonoia: Mahmun, Abdorrahmfln 
Abeomoru&n y Saadun.) 

(2) Esto indica quo el aiio 201 do la hegira corros- 
pondo a part© de los aiios 816 y 817 de Jeaucristo. 



,_ -_--l _ , v l^^^,'. -*T*-n -* 



n-j _^-+ 1-. . ■-^+V_'Y-' ' ^"- T" v4- V T ^-- "■ = 



— 02 



P ag. Ano. 



someten y tienen que entregar rehe- 
nes, pcro vuelven a la rebelion y se 
apoderan del uali. 
9 214 {=829*830). El emir va contra M6ri- 
da con loa rehenes, que canjea por el 
uali: sin embargo los sitia, merodea 
por el pals, y regresa a Cordoba. 

22 214, Abderrahman II va contra Beja y 

la somete, estaba en rebelion desde 

Manstir. 
9 217 (=882/ 3 ). Otro ejGrcito es enviado 
contra M6rlda. La sitii, pero se retiro. 

12 217? Sitiada M6rida, muchos huyeron, 
otros fueron tnuertos. 
9 218 (=833/ 4 V Un nuevo ej6rcito conquls- 
ta la ciudad, que abandonan la gente 
de mal vivir y los revoltosos {entre 
ellos Mahmud): noticias de 6ste. 

10 218. Mahmud huye de Merida y perse- 
guido y derrotado se refugia en Mon- 
te Salud. 

23 220 (=835), Algo grave en Merida. El 

emir sale de Cordoba, aparentando 
dirigirse a Toledo; en Calatrava nom- 
bra uali de ella a Abusamaj con quien 
deja fuerzas, y el emir se adelanta al 



~:- 1 ^ 



63 



Algarbe donde Yaliya el do Xlferlda 
habia engauado a Suleiman, hijo de 
Martin, echandole de Merida: estable- 
cido en las cumbres de los monies, el 
emir le sitia en el castillo, y apretado 
Suleiman, huye, cao de su caballo 
v muere. 

13 220. Generosidad de Abrlerrahman con 
los de Mfirida, que reconocidos pres- 
tan obediencia, p- 2, 

10 220. Enviado uu ejGroito contra Mahmud, 
abandona la fovtaleza de Monte Salad 
y huye a Galicia, pero derroto a un 
destaeamento que le alcanzo y tuego 
a otro, y siguiendo hasta llegar a la 
ciudad del Miiio? se apodero de ella: 
luego la abandonaron, y llegaron al 
pais de los cristianos, apoderAndose 
de una fortaleza de esfcos, en la que 
permanecieron cinco aiios y tres me- 
ses: noticias cristianas de Mahmud. 

21 223 (= 837/ 2 ). Espedicion de Alualid, 
h .rmano del emir, a Galicia: entra por 
Occidente y hace rnuchas conquis- 

tas, 
11 225 (=839-40), En el raes de racheb Al- 



4 ... ■■- , iJM-tvb.. -A- - 



- 64 



Pag. A no. 



fonao sitia a Mahmud y lo mata y a los 
suyos (Mayo-Junio 840). 

22 225, JIuerte de Mahmud. 

21 251 (=365/ 6 ). Abderrahman ben Mer- 
u&n ben Yunus, el Gallego, repre- 
senta la resistencia al poder de Cor- 
doba. De 61 se eacribieron libros que 
no se conaervan: 25 Adabi le llama 
Abderrahman ben Jleru&n el Galle- 
go, p. 26 noticias. 

29 254 (=868). El emir MohAmed salio para 
Sfferida aparentando ir contra Toledo: 
despues de algunas etapas torcio ha- 
cia M6rida en rebelion, por el regreso 
de losexpatriados en la rebelion an- 
terior; pero la gente, aunque descui- 
dados, se defcndieron en la almedina, 
y habi6ndose adelantado el emir, hubo 
un fuerte combate, y tornado el puen- 
te, fu6 destruida una de sus pilastras 
y la eiudad presto obediencia, salien* 
do de ella para Cordoba como en rehe- 
nes Abderrahman ben MeruAn, Aben- 
x&quir, Makhnl y otros; qued6 de ua- 
11 Said ben Ab&s, quien mandd des- 
trulrel muro- 






Go - 
Pag. A flo, 

31 '255? {=863/ n ), AbenmemAn rebelde en 
Badajoz y Lisboa: expedicion del emir 
Moh&med a Galicia, 

28 255? El emir Mohamed saiio contra Ga- 
licia: Abderrahtnan ben MeruAn se 
separa con los maladies a sus ordenes: 
se va al confin del territorio musul- 
mAn y hace alianza con Alfonso. 

50 260? (=87^/j)- Yahya hijo de B6quer beu 
Zadlaf se rebelo en hi cora de Oso- 
nova:cuando?; -antes de 276? en tiem- 
po de Mohamed en Santa Maria: le 

sucedio su hijo BGquer, que hizo pa- 
ces con Abdala, que le dio el mando 
de su ciudad, Santa Maria; se fijo en 
Silves, y permanecio en alianza con 
muladies y agemies, siguiendo la con- 
ducta de Abenmeruan el Gallego, se- 
fio r de Badajoz, 
31 261 (=874/ fi )- Abenmeruan el Gallego 
huye de Cordoba y se apodera del Cas- 
tillo de Alanje? y se fortifica: el emir 
va contra 6i, le sitia durante tres me- 
ses y Abenmeru&n pide perdon, que 
se le concede y se retira a Badajoz, 
enfermo: este Abderrahaman ben Me- 



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66 - 



Pag. Ano. 

— ■ - 

ruan fue el primero tie la familia que 
se fortified en Badajoz y se dio aires 
de Sultan en 261 y le heredaron sus 
descendientes. 

33 262 (=875/6). Almondir, hi jo del emir, va 

contra el GallegO; qulen abandona a 
Badajoz y se estableee en Alburquer- 
que, donde fue sitiado: con el prlnclpe 
ibaHaxim, enemigo de Abenraeruan , 
causa de sus huida. 

34 262. En la campana de este ano Haxim, 

enganado por una noticia dada por el 
uali de Moute-Salud, creyo ocasion de 
caer contra Saadun el Romeri, y se- 
parandose del ejercito del principe 
tuvo un encuentro con el ejercito (de 
Saadun?) y hecho prisionero de Aben- 
meruan, que fu6 generoso con su ene- 
migo; pero de acuerdo con Saadun lo 
enviaron a Alfonso y hubo de res- 

catarse. 
36 26... Abenmeruany Saadun jefes o alia- 
dos de los muladies despues de la cam- 
pana del 62.— Retirado el ejercito de 
Cordoba, Abenmeruan sale con el su- 
yo hacia la cora de Sevilla, y mero- 



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— X 



- 67 — 
Pig. Ano. 

deando se apodero del castillo de Ta- 
blada? y habiendo molestado a Nie- 
bla, entro en Osonova, fortiflcando a 
Monte Seco? y consolido todo el Al- 
garbe. 
38 263 (— 876/ 7 ). El priru her. Almondir sa- 
le contra M6rida. Abenmeruan, al sa- 
berlo, abandona a Badajoz o M6rida: 
el ejfercito real sufre derrotas de parte 
de los cristianos aliados de Abenme- 
ru&n. 

40 264 (=S77/ 8 ). Rescate de Ilftxitn. 

41 261- Expedicion de AlbarrG, hijo de Ma- 

lic, en Galicia: merodeo. 

41 265 (=878/ 9 l, Hescatado HAxim, se hizo 

la paz, y Abenmerudn se establecio 
enBadajozjCOino independiente?o feu- 
datario: rompio con Alonso, quien 1c 
hizo la guerra, y se establecio en An- 
tena? hacia M6rida. 

42 265? Cuando Abderrahman Abenmeru&n 

se establecio en Badajoz, dejando el 
pais de los cristianos? (de la guerra), 
Saadun, que estaba con 61, se rebel o 
entre Coimbra y Beja: luego se apo- 
dero de Coimbra, declar&ndose inde- 



BS 



Pag. Ano > 

pendiente hasta que le mato Alfonso 
en una de las guenas. Noticias de 
Saadun ben Fat ha el Soranbaqui? 

46 271? (=884/-). J)espu6s de 271 HAxiin 

va contra Abderrahinan AbenmeruAu 
v le sitia en Montemolin? volvi6ndose 
pronto a Cordoba, 

47 271. MohAmcd envia confra Badajoz un 

ej6rclto a las ordenes del piincipe 
Motidir: AbenmeruAn, que se habia re- 
belado, la abandono, dirigiAndose al 

castillo de tj&j*--- I? en el cual se for- 
tified, y Almondir incendio a Bada- 

joz. 
47 272(— 885/ fl ), AbenmeruAn estaba en el 

castillo ifi& ( A-M? donde fu6 sitiado y 

apretado por ejfircito del emir: iba 
con el 6jercito Abdala. hijo del emir 
MoliAnied, acompaiiado de HAxim. 
44 2,., En tiempo de Moh&med (238 a 273) se 
rebela en la frontera de MGrida y se 
apodera de 6sta, Moh&med Abente- 
quit, de la tribu de los Masamudas: 
tropas de Cordoba fueron contra 61 y 
le sltiaron durante alguuos meses, sin 



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- 69 - 

Pag. A nc. 

rendirle: Abderrahman AbenmeruAn 
de Badajoz, enemistado con Abente- 
quit, auxilio? a los de Cordoba. 

44 2... Derrotado Abentequit (de MSrida) 

por Abderrahmaii Aben:noruan de Ba- 
dajoz, pide auxilio a Saadiin, senor 
de Goimbra?, qui en no le ayudo. 

45 27... Abonhafsun solicito la alianza de 

AbenmeruAn en el territorio de su 
mando, pero no In obtuvo: luego mu- 
rio AbenmeruAn en tietnpo de Abdala 
{275 a BOO), sucodiAndole su hijo* 

1G 27... Desde Monternolfn? Abenmei-u&n 
hizo una inclusion contra Soviila v 
Fuente de Cantos? fij&ndose luego en 
Monte Salud, donde se defendio con- 
tra el emir, quien hubo de hacer la 
paz con AbenmeruAn, quo permane* 
cio en la obedieneia hasta la muerte 
del emir Moh&med (27;S). 

38, El emir Mohamed entro eu arreglos 
mediante confidente: aceptadas las 
condiciones de Abenineru&n (casi in- 
dependencia en Badajoz), el arreglo 
estuvo a punto de romperse por la in- 
tervention de HAsim, que ya habfa 



--** 



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TO - 

Pdg. Ano. 

salido con el principe her. contra el 
Algarbe. 

48 275 (=888/ ft ). Abderrahman el Gallego 
pide al emir (Abdala) la eonfirmaeion 
del nombramiento de gobemador de 
lo que tenia en su poder de Badajoz y 
su distrito y el emir accedio. 

48 276 (=889 890). Habiendo los de M6rida 
invadido con proveeho el temtorio de 
Sevilla, AbenmeruAn no quiso ser me- 
nos, a pesar de haber prestado obe- 
dienciay adelantAndose uonsu ej6rci- 
to hasta Mora a tres parasangas de la * 

capital (Cordoba?), so fijo all I para me- 
rodear durante algunos dlas, sin que 
nadie se atreviera a opouersele, y 
conseguido su objeto, sc retiro. 

51 276, Abdelmelic Abenabialchauad o Abe- > 

nabialchamaa rebelde en Beja, se for- | 

tiftco en el castillo de Mertola: aliado * 

de AbenmeruAn de Badajoz y Abenbe- j 

quer de (Xsonova. [ 

52 276? Muerte de Abderrahman Abenme- 

ruAn de Badajoz; nombraimeuto desu 
hijo Mem An para reemplazarle , el 
cxial muere a los dos mese.s. 



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... 7i __. 

Pag. Ano. 

46 276? EI emir Abdala? (rauerto MeruAn a 
los dos meses de mando), nombra dos 
ualies Arabes: la descendencia de 
Abenmeru&n se acoge al castillo de 
Hj^: quedaban un Meru&n y Abdala, 
hijos de Moh&med, hijo de Abderrah* 
man, y otro MeruAn, tlo de 6stos: solo 
se anade que salieron del castillo y se 
renuieron con los iiltimos partidarios 
de su abuelo Abderrahman. 

49 276? Abdelmfel'ic Abenabialchouad rebel- 
de en Becha del Alcnagreb, 

49 276? AbenmeruAn mencionado como re- 
rebelde hasta este afio. 

49 276? Abub6quer ben Yahya o B&quer 
ben Yahya ban Bequer, rebelde en 
Santa Maria, del distrito de Osonova, 
que fortifico, ri&ndose el tono que 
Ibrahim AbenhAchach en Sevilla, 

52 285 (=898/ 9 ). AbAs ben Abdelaziz sale de 

expedition contra Alburquerque y el 
Mqnte de Albaranis y da muerte a 
AbenyAtnin y Abenmanehul. 

53 286 (=399 90O).Muerto MeruAn hi jo y su- 

cesor de Abderrahman AbenmeruAn 
el G-allego, el emir Abdala dio el man- 



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J- - _ .- \. 



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**-Vii£i*^a^ 



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1- $ 



72 - 



Pig. Ano. 

clo de Badajoz a dos gobernadores, de 
loa cualeSj pronto el uno mato a! otro 
y probablemente se declaro indepen- 
diente, hasta que el emir en 286 esca- 
16 la ciudad y lo mato, apoder&ndose 
de Badajoz. 

53 283 (=900/!). Batalla del dia de Zamo* 

ra entre cristianos y voluntarios de 
M6rida, Badajoz y Toledo, fanatiza- 
dos por un santon. 
51 300? (=912/ 3 ). Yahya ben B6quer, rebel- 
de en Silves. muere a principios del 
reinado de Abderr&hman III. 

54 302 (=914/5). Ordoiio, rev do los Galle- 

gos, asola la frontera de M6rida y se 
apodera del castillo de Aianje, c. 29. 
El Silense lo pone cualro anos des- 
pu6s. 

54 302. En desquite, Abderrahman III en- 
via contra el pais de Ordoiio a su vi- 
sir Ahmed ben Abda. 

56 311 (=923/0- Muere? Abdala, hijo de 
Moh&med, hijo de Merufin el GallegOj 
aeaor de Badajoz: le mataron alguaos 
de los suyos: otro dice que Abdala, 
hijo de Moh&medj hijo de Abderrah- 



*- 



^^^f 



-.- 73 .... 

Pag. M\o. 

man, que habia est ado en lehenes en 
Cordoba, obtuvo el gobierno de Bada- 
joz despues de su abuelo. 

57 311? Muerto Abdala Abenmeru&n, pare- 
ce que el gobierno de Badajoz siguio 
en su familia. 

57 316 (=928: : ft ). El caid Ahmed ben Elias 
sale contra los distritos del Algarbe, 
conquistando sin resistencia M&rida y 
Santar6n. 

57 317 (=929-930). El emir sale contra Ba- 
dajoz, que con el rebelde Abenmeruan 
ofrece una seria resistencia, pues a los 
veinte dias el emir encomienda la con- 
tinuation del sitio a Ahmed ben Ishac, 
marcho haciaM6rida, v vuelto aBada- 
joz, salio iueg'o contra Beja: Badajoz 
no fue somctria hasta el a no siguien- 
te(318). 
317. Abderrahman III somete a Beja j 
Otouova: al retirarse de Badajoz por 
seguuda vez se fu6 a Beja, donde in- 
vitado el rebelde Abderrahman ben 
Said ben MAlic y puestas diflcultades, 
se formalizo el sitio, y el rebelde y los 
de Beja se sometieron, y el emir dio 



^-Jl.T*aJ 



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— 74 - 



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*-3 



Pag. Ano- 

el mando a Abdala, hijo de Omar, hijo 
de Maslama. 
60 317, El emir Abderrahman III, desde 
Beja, yasometida, se dirigio a Osono- 

va: en el camiuo se apodero de P **•", 

caatilLo donde Jftlaf, hijo de Bequer, 
senor de Osonova, tenia sus tesoros de 
los que se apodero: luego Jalaf y la 
gente de Osonova prestaron obedien- 
cia, y a peticion del pueblo, el emir 
dio el mando a Abderrahman, hijo de 
B6quer, dej&ndole casi como funda- 
tario, pues le dejo parte del triboto 
anuab 
22 Documento de Lugo del 832? falso o 

apocrifo- 



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Familia real de los Benitexufin (1). 



Corta y precaria fu6, principalmente en 
Espaiia, la dominacion de los Almoravides, 
llamados como auxiliares por Almotamid de 
Sevilla y dem&s reyes de Taifas contra las 
armas de Alfonso VI; derrofcado 6ste en la 
batalla de Zalaca, el vencedor Yusuf , en vez 
de acosarle en Toledo, corno parecla natural 
que lo intentase por si o por sus generates, 
si los cuidados dom6sticos o de su reino le 
ilamaban a Marruecos de no modo apre- 
miante, deja de hacerlo, y liamado de nue- 
vo, atraviesa el Estreeho, mas para interve- 
nir y aprovecharse de las rencillas y divisio- 
nes de los reyezuelos nioros, que para com- 
batir a Alfonso VI, rehecho pronto de su des- 
calabro. 



(1) Trabajo publicado en la Neuista dc Aragon t nu- 
111 tiros de Marzo, Abril y Mayo rle IQOiJ, 



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70 



-— 2* 



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No es mi proposito narrar la historia de 
este periodo, que en bosquejo queda hecha 
en libro especial (1); pero habiendo tenido 
necesidad para uno de mis iiltimos trabajos 
de discutir la personalidad de alguno de los 
individuos mAs imporbantes de esta familia, 
despuSs de los cuatro que ocuparon sucesi- 
vamente el trono en el espacio de sesenta 
anos, aprovechando los datos reunidos en- 
tonces, me propongo dar noticia de todos los 
individuos de la farailia que encuentro men- 
cionados en los autores, datos que podrau 
servir para que no se conf itndan !os hechos 
conoeidos de unos con los de otros indivi- 
duos de la misma familia, cosa muy f&ctl, 
dada la variedad do nombres con que a vo- 
ces es designado un mismo individuo, y de 
la frecuente repeticion de unos mismos nom- 
bres, 

Yusuf) hijo de Texufin } el primero y mas 
notable de los cuatro principes de esta di- 
nastia, y verdadero fundador del imperio de 
los Almoravldes, asiste al principio de su 



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(1) Decidendi >/ deftuparicidn de las Ahnoravi'ies en Es- 
2iaila.—CoUcdon de Kslu<liov antbes, tomo III. Zara o- 
za, 1899. 



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— a — 

desarrollo, durante los reinados de Yahya, 
hijo de Omar, v de su hermano Abub6quer, 
ejerciendo ya en este tiempo (de 448 a 480 
de la hfigira) una inlluencia tan preponde- 
rant^ que los aiitores cuentan genernlmente 
su reinado desde el ano 450. 

Yu&uf habia nacido en el pais de Asahra 
(desierto) eu el ano 400, segun AbenalcA 
di (1). o en 410, segun puede inferirse de 
Abenjalicau, que le supone muerto a los 
no vent a aiios de vida y cincxienta de rei- 
nado. 

El Cartas y otros autores hacen su retrato, 

dietendo que Yusuf era proporeionado de 

cuerpo, de color castano, delgado, de meji- 
Has poco salientes, voz clara, ojos negroa, 
. nariz aguilena T cabello creapo que le Ilega- 
ba a los lobulos de las orejas y de p&rpados 
unidos. Murio el 8 de moharrem del ano 500 
(=4 deSeptiembrede 1106). 

Entrar en m&s detalles seria hacer la his- 
toria de este largo e importante reinado, 

Hermanos de Y&suf: uno o doa son los her- 



[\) Abenalcadi, ^-A^ *> #^^ M aseua de las citas 
aeercadetos sabtos que estiwieron en Fes, cdicion litogra- 
fiada en Fez, p'lg- ^42, 



— 78 



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manos de Yiisuf, de quienes encueutro noti- 

cias. 

Ahdala, hijo de Texnfin; de este dice 

Abenjalican-l), en la biografia de Yusuf, 
que fuft et primero que reunio a los fufcuros 
Aimoravides, y Irs exdto a la guerra haci6n* 
doles concabir deseos de apoderarso del pais: 
inurio en una batalla contra los Bargauatas 
y fuft reemplazado en el mando por Abubfe- 
quer, hijo do Omar (qui/A. por Yahya, hijo 
de Omar). Kl autor no dice que Abdala fuese 
hermano de Yusuf, y no deja de per alg-ua 
tanto ram; pero 1ft llama hijo de Texufin 
[aunque puede tvaducirse por de&cendiente 
de] y, por tanto, parece hcrmann, 

Mohdmed, hijo de Texufin: le encuentro 
mencionado dos veces, sin que pueda asegu- 
rarse que se trata del mismo individuo: el 
autor de la obra Alholal almauxia dice que 
al retirarse Ymmf del sitio de Aledo, envio 
nn ej^rcito had a la parte de Valencia, po- 
niendo ai frente de el a Mohdmed, hijo de 



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^L'c'i oA ?* 



Muerteft df 'os IiomJ^cx ilustres, 



por Abeiijitliciui, pdi-cion dol Cairo, ano 12**9 «J© In lie- 
^ira, tomo III, pftjf- * *■ J y *'#■ 



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- 79 - 

Texufin; no dice que fuera hermano de Yu- 
suf (1), y puede sospeeharse que no lo fuera, 
ya que figurando treinta aaos antes como 
general o jt-.fe de importancia el emir Abu- 
bequer Sir, hijo de MohAmed, hi jo de Texu- 
fin, y suponiendo que en 454 tuvlera unos 
veinticineo afios, el padre MohAmed tendrla 
por lo nienos cuarenta y en la fecha de que 
se trat-a setenta o mAs; y si es verdad que no 
hay inconvenient© en que un general en ver- 
dadero activo servicio tenga setenta aiios, 
no deja do ser un poco raro. 

Lasegunda menci6n que encuentro de 
este personaje, consta en la inscription so* 
pulcral del que supon&o nieto suyo, Aburno- 
hdmed Sir, hijo del emir Abubdguer (Sir) } 
hijo de (Abub&quer) Mohdmed, hijo de Te- 
xufin (2). 

El emir Abub&quer Sir, hijo de Abubdquer 
AJoh4med t Mjo de Texufin; de este persona- 
je, el mAs importante sin duda de los que a 
Ifls<6rdenes de Yiisuf intervlnieron en la 



(1) Dozy, Loci de Ahbadidto, tomo IT, prig, 203, 

(2) Hublicamos dichn >nscripoi6n sopttlcral en ol 
BtiUtin ile to Real Academta de Ja Ili&ktria, tomo XLI, cu«- 
deruo de Janio, J alio y Agosto do 1902. 



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- 80 



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eonquista de Espaiia por los Almoravides, se 
encuentrau baatantes noticias en los auto- 
res arabes, no todas aceptabies, y algunas 
de las m£s importantes quiza debamos atri- 

buirlas a su hijo. 

En el aiio 453 de la hegira (26 de Enero 
de 1061 a 14 de Enero de 1062), cuando Abu- 
bequer, hijo de Omar, nombro a su primo Yu- 
.su/'gobernador del Almagrib, entregandole 
en realidad el mando supremo, Yusuf paso 
revista a las tropas almoravides en nuraero 
de cuarenfca mil, y eligiendo cuatro capita- 
nes de su confianm, dio a cada uno de ellos 
el mando de cinco mil hombres: uno de estos 
cuatro capitanes era Sir, hijo de AbuMquer 
el Lamtuni: con la cooperation de estos cua- 
tro capitanes Yusuf somete en poco tiempo 
la mayor parte del territorio de las tribus 
bereberes, resisti6ndose unas, y reconocien- 
dole sin resistencia otras (1). 

Eu el ano 467 (de 27 de Agosto de 1074 a 
15 de Agosto de 1075), Yusuf divide el go- 
bierno del Almagrib en varios dlstritos, dan- 
do a Sir, hijo de Abub6quer, el mando de las 



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0) CartA*, pAg. 80. 



- 81 -- 

cludades de Micnesa y de los paises de Me- 
queiala y Fezan (1). 

Hasta la batalla de Zalaca uo encuentro 
nuevas noticias referentes a miestro emir 
Sir: ea ella tiivo una participacio:i impor- 
tante; pues iniciada la batalla y Oaqueando 
la division de las tropas espaiiolas de los di 
ferentes reyes de Taifas, mandadas por Al- 
motaraid de Sevilla, Yiisuf envio en su auxi- 
lio a Sir, hijo de Abubftquer, al frente de las 
cabilas del Almagreb, Zenetas, Masamudas, 
Gomeres y demds tribus bereberes, y Yiisuf 
Be dlrigld al campamento de Alfonso con los 
lamtunas y almoravides, prendiendole fue- 
go, eatratagema que le valio la victoria; 
pues el ejercitocristiano, por correr a defen- 
der el campamento, se desorgaDizo (2); eslo 
sueedla el viernes 12 de racheb del ano 479 
de la hegira (23 de Octubre de 1086) (3). 

Durante el sitio de Aledo por Yuauf en el 
ano 481, surgidas diferencias y grande ene- 
mistad entre Alraotamid de Sevilla y el rev 
de Murcia Abenabdelaziz, los dos unicos re- 

(1) Cartas, pag. 91. 

(2) Cartas, pag. 95. 

(S) Puede verso para esta feoha, Ooleeciou de EsliuUos 
lira'.e ■, tomo III, pag. 226. 

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jcs de Talfas que habtan acudldo al llama- 
mi ento tie Yiisuf en eBta segunda venida a 
Alandaius, Almotamid comiguio indisponer 
a Yi'uuf contra Abenabdelnziz, hasta el ex- 
tremo de mandarle prender. order, que eje- 
cuto uuestro Sir (en el tcxto ; --<), hijo de 
Abubequer, quien preudio al de JIurcia, en- 
tregandolo a Almotamid (Cartas, <)9), de 
cuvo poder consiguio evadirse. 

En el aiio 4H3, vuelto Yiiauf a Marruecos, 
en el mes de ramadan despuca de su toroera 
venida a Alandaius, en' la cual destrono a 
Los reyes de Granada y Malaga, Abdala y 
Temim.hijosdeBoloquin, resuelvesinduda 

arrojar la mascara, y organizando nuevos 
ejercitos se propone destronar a todos o a la 
mayor parti- de los reyes do Taifas; trasla- 
dado a Couta, desde alii envia a Alandaius 
un fuerte ejereito a ias ordenes de Sir, hijo 
de Abubequer, y de otros eapitanea-. dandole 
instrucclones, pero sin decirle nada acerca 
de Almotamid de Sevilla, con quien seguia 
en buenas relaciones, de modo que Sir crela 
que el de Sevilla saldria a reclbirle como 
amigo (1); pero no solo no lo Mao, sino que 

(1) CarUs, pfc«- lOO.^Abonalabar, apud Dozy, Loci 
de At'hfKtidis, tomo II, p&g- Si. 



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— S3 — 

se preparo a la defensa; en virtud de cuya 
actitud, Sir, bajo su responsabilidad o con- 
forme a instrucciones de Yiimf , intimi a AL- 
motamid que entregase el pais, a lo que, na- 
turalmente, se nego (1). 

Antes de estrechar a Almotaraid on Sevi- 
11a, Sir, segun algunos autores, conquisto a 
Ja6n, Cordoba y demSs fortalezas de Almo- 
tannd por medio desu capiUu Bata, queen- 
tio en Cordoba el mi6icoles 3 de safar (2) 
del ano 484, y antes de fin de mea se habia 
apoderado de Baeza, Ubeda y Segura, no 
queddndoie a Abenabed rods que Carmona 
y Sevilla (Cartas, p&g. 100). 

El autor an6nimo de !a obra Alholal al- 
mauxia cueota de otro modo .la conquista 
de estas poblaciones, pues indica que Yusuf 
desde Ceuta enviocuatro ej6rcitos:-— el pri- 



(1) No esfcan conformos Ios autores respecto a la 
condocta de Yuanf eon Abonabed de Sevilla: unos s\i- 
poiien que le habia ofrecido ami e tad y que estaba dia- 
pueeto a no faltar a su palabra; pero que ante el desvlo 
del de Sevilla, que concibio sospeohas muy fandadaa, 
hnbo de tratarlo como a los denies, 

(2) Segiin Abeoayatib, apud Doay, Zocide Abbadidis, 
tomo II, pAg. 178, C6rdoba fu6 tomada en chumada 
poatrero por Mohamed Abenalhaoh. 



84 - : 



luero a las ordenes de su primo (era sobrino) 
el emir Sir, hijo de Abub£quer, con el encar- 
go desitiar a Almotamid, roanddndole que, 
una vez terrninado este negocio, se dirigiese 
contra el territorio de Almotauaquil Aben- 
alaftas; al frente del segundo ej6rcito puso a 
Abdala Abenalhach, con orden de sitiar a 
Alfatah Almamun, hijo de Almotamid, que 
estaba en Cordoba; un tercer ejfercito a las 
ordenes de Abuzacarla Abenuasinu recibio 
el encargo de destronar a Almotaeim de Al- 
merla, y por fin el cuarto, a laa ordenes de 
Charur el Hoxam debia operar contra Ye- 

zid Arradi, hijo de Almotamid, que estaba 
en Ronda (1): partleron efeetivamente los 
cuatro ejfereitos, qued&ndose Yusuf en Ceu- 
ta a esperar los acontecimientos. 

Tomada Cordoba en chumada postrero por 
Bata o quiaA por Abuabdala Moh&med Abe- 
nalhachensafarde eate afio484, pareceque 
el rey de Sevilla, vi6ndose ya amenazado 
muy de cerca, concluy6 alianssa con Alfon- 
ao, quien envio en su auxilio 20.000 jinetes 
y 40.000 infantes, al deeir del Cartfo (p&gi- 






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(1) A pud Dozy, Loci de Ahhadi&i*, tomo II, p&g- 204. 



- - 85 — 

un 95) (1), contra quienes Sir envio a su en- 
cuentro a Ibrahim, hijo fie Ishac el LaiiHu- 
nf . al frente de solos 10.000 jinetes eleeridos. 
quienes derrotaron cerca de Almodovar al 
ej6rcito de Alfonso. Segiiu un texto de Aben 
cardabtis, Sir habia tenido ya uu encuentro 
con los cristianos mandados por Albar-FA- 
nez(apud Dozy, Abb., tomo II, pftgina 26). 
Sir pudo apretar el sitio de Sevilla T de la 
que so apodero el domingo a (0 por andar, 
o sea a 20 de racheb del alio 181, a los cinco 
meses de la toma de Cordoba (2). 

Meses antes, el s&bado 17 de rebi prlmero, 
Sir se habla apoderado de Carmona (Car- 
tas, 100), y con esto y la derrota de los cris- 
tianos habla quedado en condicioues de apre- 
tar el sitio de Sevilla. 

Terminada la suniision de Sevilla, el emir 
Sir, hijo ds Abub^quer, se dirigi6 contra Al- 



(1) Anouairi, npud Dozy, Aftbadidia, tomo II, pigi- 
na 163, 

(2) Adabi, Bibliothwa Arahico-hispana t tomo III, pa- 
giua32. Anouairi, apud Doxy, Locide Abbadidis, tomoll, 
patina 136; Abonaljatib, en la misma obra, tomo II, 
n&gina 178; otros autores (el Carta?, pig. 101) fijan el 
dia 22 domingo, poro el 22 fue in arte s. 



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(1) ApudDozy, Xuci tf<? AfcMdirfw, tomo II, pag. 44. 
02) ApudDozy, Loci de Ahbadidis, tomo II, pag. 44. 









- 8 



u — 



mrrta, *egiin Abenalatir (1), aimque, como 
hemos dn-ho con el alitor del Alholal almau 
xict) la mision de destronar a Almotaslm ha- 
bia sido eneomendada al tercer cuerpo de 
ejercito, mandado por Abuzacarla Abenua- 

sinu, 

Tomara o no parte en la sumision de Al- 
merla, y nos inclinarnos a esto ultimo. Sir 
euiprenflio pronto la segunda parte de la 
mision que le habia sido eneomendada de 
destronar al rev de Hadajoz Omar Abenal- 
aftas, por mis que 6ste le habia ayudado 
contra el de Sevitla, y tornada 6sta se habia 
vuelto a su reino, sin pensar, segiin parece, 
que iba a ser tratado con mas dureza quesu 
rival Almotamfd; puessi 6stefu6 desposetdo 
de su reino y llevado prisionero a Agmat 
para permanecer en prision basta su muer- 
te, Omar fu6 destronado y luego muerto 
juntamente con sus dos h^jos Alfadal y Ala- 
b&s, sin mis comideracion de parte del vcn- 
cedor que la do conceded^ ver la muerbe de 
sua hijoa para acrecentar con el aumento de 
sufrimiento el m6rilo de su resignation (2). 



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37 



Con la toma de Badajoz por Sir los almo- 
ravides quedaban dnenos de la parte occi- 
dental de la Espana musulmaua, y en la par- 
te oriental, segun Abencardabus (1), eran 
va dueiios de Almeria, Murcia. Denia v Ja 
tiba, d6 las que se habia apoderado MohA- 
med Abenaixa (de quien se tratara luego), 
auuque este aserto exigir£ dimension espe- 
cial, pues ai menos en todas sus partes no es 

exacto, 

Bastante tiempo despues de la sumision 
de Sevilla y Badajoz por Sir, y estando 6ste 
en Sevilla, sin que pueda fijarse el ano s se 
rebelo en Arcos Abdelchabar hi ja, de Almo- 
tauiid. v sin duda habiareunidobastant.es 
partidarios, pues se defendio durante algu- 
nns meses contra las fuerzas de Sevilla, man- 
dadas por Sir, y ami despu6s de su unierte, 
ocusionada por una fleeha que contra 61 Un- 
7,6 un arquero, los suyos se defeiHieron por 
algiiu tiempo hasta que por fin hubieron de 
entregarse (2). 

Dada la fecha de este acoutecimiento, que 



(1) Apud Dozy, Loci de Abbadidifi, tomo II, pag. 21. 

(2) Abenjacun, apud Dozy, Loci de AbhadU\is y tomo I T 
paginas64y 149. 



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podeinos referir hacia el aiio 490. ningima 
noticia encuentro que se refiera al emir Sir 
hasta el ano 5(U, en que segiin el Cartas 
(p&g. 105) seapodero de Santarfeii, Badajoz, 
Portueale (Oporto), Evora, Lisboa (1) y todo 
el pals del Algarbe en el mes de dulcada, 
dando cuenta inmediatamente al prinoipe 
de los muslimes Ali, hijo de Yiisuf- El autor 
Afiade a continuacion que Sir murio en el 
ano 507 en Sevilla, donda fu6 enterrado, en- 
trando a ocupar el gobierno de Sevilla Mo- 
hAmed, hijo de FAtiina, quiea a su vez murio 
en el ano olO. 

EI parte oficial de Ja toma de SantarGn, 
eserito en estilo muy alambicado por el poe- 
ta Abenabdiin, nos ha sido conservado por 
A.bdelu&hid el de Marruecos (p&g. 99 de la 
edicion Dozy). 

La toma de SantarSn por el emir Sir est& 
confirmada por Jos Cromcones de Lisboa y 






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(1) Alg-unos de estos nombres estan tnal oscritos on 
el texto impreso, pero no cabe dutla respecto a su oo- 
rrespondencia: on el texto del hiatoriador moderno 
Ahmed Aiiasirl sb lee lo mismo que en el Cartas, pero 
sin las erratas; tomo I T pa#. 125* [Sospeoho que en Ma- 
rruecos ciroulan textos del Cartas m&s oorrectos, que 
el que tenomos impreso en Europa]. . 



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■ - 89 - 

.Coimbra, Ieyendose en el primero: *M r & 
1149 Rex Cyrus cepit Santarem sept. Kal. 
Iunii. (1): el de Coimbra dice lo mistno, con 
la variante de un dia y errata en la era, que 
yaadvirtio el editor: «I U Era U19 (j e g e 
1149; pressa fuit Ciuitas Sancta Erene a Re- 
ge Hir VIU.Kal. lunii* (2). 

l.a fecha que a la toma de Santaren asig- 
naii los au torts arabes citados, con.dde con 
la que dan los Cronieones con mas precision, 
pues dicen que fue en 25 6 26 de Mayo, y el 
raes de dulcada del aiio 504 coinprendio des- 
de 11 de ilayo a 9 de Junio de 1111. 

El emir Sir, hijo de Abubequer, de quien 
estamoa tratando, <;era primo o sobrino car- 
nal do Yusuf, hijo de Texuffn? Hasta hace 
poco era imposible resolver esta cuestion, 
ya que de log autores conoeidos uno le supo- 
, nia primo y otro sobrino carnal: hoy, gra- 
cias al descubrimiento de la iapida'sepul- 
eraldeuu hijo suyo, no cabe dnda que el 
llamado emir Sir, hijo de Abubequer, era 



(1) Cltronicon Lusitanum, Esp. Sag., to mo XIV. pa- 
gina 420 do la segunda edicidii. 

(2) Chronicon Cwiionbricense, Esp. Sag,, torn o XXIII. 
p&gina 331. 



90 



hijo de Mohamed, hermano de Yxisuf (1), 
Abumohdmtd Sir, hijo del emir Abubi- 
quer, hijo de Mohdmed, hijo de Texufin, de 
quien nos da noticia la lapldasepulcral des- 
cubierta en Cordoba, y quo murio al medio 
dio dla del domingo 22 de xaaban del auo 
517, era personaje de la familia real eomple- 
tamente desconocido, o quia* mas bien eon- 
fundido o eoglobado con su padre, respecto 
de euyos hechoa nos ouurre la duda de si se 
habr'an atribuido al padre parte de los he 
chos del hijo, y nos fundamos en lo siguiente. 



(1) Publicamos esta inscripcion an '©1 BoUfm de la 
Real Academia de la Ilistoria, tomo XLT. pag- 142 y si- 
guientes. Aproveohaodo la oportunidad, harcmos una 
rectificacion que en la lectura de una palabra nos ha 
propuesto el Dr. Sey.bold, distinguido arabista e hie- 
panofilo de la Universidad de Tubioga. Hondo con 
dudaleimos ^^"*» olDr.Seyboldsuponeqnedebe 
leers© -■*-^' va , on cuyo caso el significado es muy na- 
tural, diciendo que Sir haUa mucrto al medio dia del do- 
' mingo, en vez do suponor que habia muorto de alguna 
enfermedad especial, cuyo fii^nificado no comtase en 
los Dicoionarios: la lectura propuesta es muy acopta- 
ble, aunque lo retoroido del ultimo trazo haga algun 

t&nio violento el euponerlo _,• ra en vez de J- ye:\&. 
iuterealaci6n de una letra * oabe sin violehoia. 



- 91 - 

Re*ulta ram que el emir Sir, hijo de Abu- 
bfequer, figure de tin morio activo en un pe- 
riodo de mas de chicuenta afios; pues ie ve- 
mos nombrado por Viisuf como mio tie los 
cuatro capitanes o generates puestos cada 
uno al f rente de 5,000 hnrnbres en el aiio 453, 
torn and o parte en ios hechos de annas niAs 
importantes hasta la totna de Santar^n en 
504, y muriendo en 507. 

En la mente de Ios autores arabes es hi- 
dndableque al atribuira Sir, hijo de AbubG- 
quor, las eanipanas y hechos de annas men- 
clonados, aD&daulc o no e! tftulo de emir, se 
refiercn al personaje que figura desde el ano 
453; pero como tanto el como sn hijo se ila- 
maban Sir, hijo de Ahubequer (I), no seria 
de extranar que los autores arabes hubieran 
confmulido dos persona jes en mm, y que la 
fecha 507 que so da como de la muerte del 
padre, sea la del hijo eon omisionde! nume- 
ral j^^ diez y equivocation que nada tendria 
de extrano, dado que el autor equivoca bas- 
tantes fechas. 



(1) Al exporter eat-as ideas en eJ trafoajo citado <piV- 
ffinaUo), on hi«ar de Sir, hijo tie AhuhSqua;! e jiuho trcs 
voces Ahtti/A/uer Sir. 



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- 92 — 

Puede Duestra sospecha apoyarse con ta 
consideracion de que, dada la importancia 
de los servicios que a Yusuf habia prestado 
el emir Sir, ea raro que on tiempo de AH 
fuera relegado a un segundo lugar o puesto 
subalterno, al ser nombrado gobernador ge- 
neral de Alandalus Temim, hermano de All. 
Tampoco parece probable que hubiera deja 
da de asistir personalmente a la expedici6n 
inandada por Temim, e! hdroe por fuerza de 
Uclfes, ya que su larga y probada experien- 
cia y el prestigio de su nombre le indicaban 
para dirigir la expedition, que solo nominal- 
mente dirlgla el prmcipe, pues consta que 
dos de loa generates o jefes hubiaron de en- 
ganarle para que no abaudonara el campo, 
Por estas consideracionea nos parece bas- 
tante probable que el emir Abub6quer Sir, 
hi jo de Abubfequer, sobrino carnal de Yiisuf , 
v su brazo derecho, debi6 de morir ai.tes 
que su tio, y teuiendo un hijo en qui en coin- 
cidian las particularidades de llamarae Sir, 
hijo de Abubdquer, se le confundio con au 
padre y que murlo en el aiio 517 como dice 
la inscripcitin, no en 507 como dice el alitor 
del OartAs, si bfen atrihuye esta fecha a la 
muerte del padre. 



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- 03 — 

QuizA al Sir, hijo, se le designa tambien 
con otros nombres, que, no estAn en contra- 
diccion con Jos de Ahumohdmed Sh\ hijo de 
Abubequer (Sir), hijo de {Abubequer) Mohd- 
med, hijo de Texu/in, aunque a de^ir ver- 
dad ofreeeu algima difieultad: como gober- 
nador de Cordoba en el alio 510, encontra- 
mos mencionado un Abuyahya, hijo (o des- 
eendiente) dc Texufln: pudiera a primera 
vista supon6rsele hijo de Texufln, hijo deAH; 
pero como cuando All entvo a reiuar en el 
ano 500, tenia veintitr6<5 anos T resultariaque 
en 510 el abuelo del gobernador contaba 

solo trciuta y tres alios, lo que no puede ad- 

milirse. 

Pudiera tambien suponerse quo el gober- 
uador de Cordoba Abuyahya, hijo o desceu- 
diente de TexufJii, nada tuvieraque ver con 
la familia reinante; indudablemente que es 
posible; pero como el nombre Texufln en 
este perfodo solo eonsta de un modo induda- 
ble en la familia real, creemos que a ella 
pertenecla el Abuyahya, probalidad que se 
confirma con la consideraci6n de ejercer car- 
go tan importante; pues eonsta por los auto- 
res, y lo manifiesta expresameute Abenalja- 
tib, que en este periodo y en el siguiente la 



. .\: ^ :-*>- 



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4^1 



94 — 



mayor parte tie los gobernadorbs pertene- 
clan a la familia reinante: podemos por tan- 
to sospechar que, adeinas del sobrenombre 
Abuniohamcd, que le da la inscription, lie* 
vaba tainbign el de Abuvahva. siendo uno 
de tantos casos en quo un individno nsaba 
variedad de nombrss por los de varios de 
sus hijos que ya tuviera o pudiera tener, 
pu^s la cunya se tomaba a voces, sin, o antes 
de tenor hijos. 

Hijos uwYtisuF, hijo dkTj-xl'fin, 

De seis hijos y cinco hijas encuentro noti- 
cia en los autores- 

Ali, hijo de Yusuf. Muerto Yusuf, le suce- 
dio en el mando su hijo Ali por disposicion 
del padre, a pesar de que quedaba descen- 
dencia del hermano mayor AbuMquer Sir> 
euyo hijo Yahya se rebelo en Fez,; pero hubo 
de someterso pronto. 

NacidoAli enCeuta en el auo477(l)deuna 
esclava crisUana llamada Marino (MaiioP) y 



si 
I- 

:; 






(I) Al>e i ij ali n:\u dioo quo nacio en ol a no 490, pero la 
docena es orrata del copista por 70, ya quo ..*li x P~* 

4 

y . . t£* " J fte confiuidou eon inucba facilidad. 



it 



- Do - 

deques Madrede Alhasan (I), at tiempo de 
subir al trono tenia veiutilr^s anos. 

Abenahadi, de quicn estkn tornados estos 
datos. diet que «era b'anco de color, uiezclu- 
do con rojo, de talle perfects, torcido de ros- 
tro, de dientcs separados, d i nariz aguilena, 
ligero de mejillas, de ojos ncgros y cabello 
caldo>. Murio a 7 de racheb del alio 587, 
aunque Abenalcadt dice 53!), despmis de un 
reinado de treinta y siete aflos (2). 

Abubequer Sir, hi jo de Yiisuf. El antor del 
Cart&a, al meneionar los hijos de Yusuf, 
nombra a Abubequer (pAg. 88), y despurts, al 
hablarde la batella de Zalaca. dice que. Yu- 
suf despufis de eila se volvlo por la muerte 
dean hijo Abubfiquer, a qui en habia dejado 
enfermo en Ceuta (pAg. J)S). El autor de la 
obra Kitabo alivtifa (H) es al«-o mis explfci- 
to, pues dice que euando Yiisuf se prepara 
ba despuds de la batalla de Zalaca a eu- 



1) Abonalfadi, pAg*. 2*11.— EL Cartas le llama It** 



tout a 



Camra.' y tambi6n pg llamaba , . y ^* ! . ^-* \t* 
id fiermasura. 

j-J? J'jira mas dotallos v£m*-o P^^Jemki i; 'h^tpiu-k-ion 
\h IvR Almorfnictve. 
(iJ) Dozy, hoci de Ahhatlirtia, tomo II, pa#, #*. 



96 



L l" r "• t 



trar en el pais de los crlstianos, le llego 
carta de la muerte de su hijo mayor, so- 
breviniendole por esto grau daflo, pues no 
pudo presciudir de raarchar al lado opuesto 
por causa de este gran infortunlo. 

Solo por el autor del Alholal almauxia co- 
nozeo el norabre propio de este hijo de Yu- 
suf, pues al hablar de la batalla de Zalaea, 
dice que Yusuf se volvio por la muerte de su 
hijo Abubequer Sir (1). 

De un hijo de este Abubequer Sir, encuen- 
tro noticias en los autores. 

Yahya, hijo de Abubiquer {Sir-) y nieto de 
Ytiwf, que a la muerte de su abuelo estaba 
de emir en Fez, por de pronto no quiso re- 
tonocer la soberanta de su tio Alt y se rebe- 
16; pero presentandose pronto All al frente 
de sub tropas, y habiendo comprendido 
Yahya que no podia resistirle, huyo de Fez, 
entregandola a su tio All, que hizo su en- 
trada el dia 8 de rebia postrero, o sea a los 
tres meses de la muerte de Yusuf: afiade el 
antor, que se dice que, al acercarse a Fez, 
All escribio a su sobrino Yahya, invitando- 
le a la obediencia lo mismo que a los seques, 



I 



(1) Dozy, LoeideAhbadidis, tomoll, pfrg. 201- 



!!»-• = 



- 97 - 

y que habiendo Yahya explorado el estado 

de ammo de la poblacion, se conyencio de 

su impotencia y salio de Fez, huyendo hacia 

donde estaba el emir de Tremecen, Mazdali 

a quien encontro en el rio Moluva, que se 

dirigia a prestar obediencia al emir de los 

muslimes Ali: Yahya conto a Mazdali lo ocn- 

vrido, y habieudole este salido gara H te de 

que All le perdonaria, se diri^ieron ambos 

a Fez, quedaudo Yahya oculto hasta obteiier 

el perdon, que Ali concedio sin diflcultad, y 

prestada obediencia, Ali le dio a ele^ir entre 

vivir en Mallorca o retirarse al DeSerto, es 

decir, al pais de Asahra, desde donde, segun 

el mismo autor. aalio para el Hlchaz e hizo 

la pereg-rinacion a la Meca; de all! volvio al 

lado de su tio, a quien pidio le permitiese 

sei- de 8u comitiva y vivir en la capital o 

corte, Marruecos, como se lo p^rmitio, per- 

maneciendo alii algua tiempo; pero habieu- 

do eoucebido sospechas de que Yahya se le- 

vantara contra el, Ali le prendid y le envio 

a Algeciras, donde permauecio hasta que 
rnurid (1). 

Bastante antes de estos sucesos se eneuen- 

(I) Cnrtfcs, p&gs. 102 y 103. 



jsrreEfi^s 



: ^..\ -i.';.".*;- 1 " ; > ■**;- v.:-...;- ,x.^«- -*■«*.- j-f. " 



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(1) Tomo Vlr p£gs. 187 y 188, y tomo 1, pfrg. 245 de la 
edici6n de Argel. 

(2) Tomo I, p&g. 123. 



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I 



- 98 - 

tramencionado este Yahya, nieto de Yiisuf, 
pues Abenjaldiin (1) y el moderno historia- 
dor de Marruecos Ahmed Anasiri (2) dicen ■ 
que en el ano 493 Yiisuf envio a Alandalus 
con encargo de destronar a los reyes de Tai- 
fas, a su nieto el emir Yahya, hijo de Abub6- 
quer, a quiea se unieron los generates Mo- 
himed, hijo de ALhach, y Sir, hijo de Abubfe- 
quer, quienes destronaron a todos los reyes, 
menos a Almost&in de Zaragoza. 

Esta noticia parece equivocada en la fe- 
cha, que debe ser 483, ano en que vuelto 
Yiisuf a Marruecos despu6s de su tercera ve- 
nida a Espana, dio orden de despojar a los 
reyes de Taifas, si bien es verdad que lo que ^ 

afiade Abenjaldiin y auu el destronamiento ; 

de los reyes de Taifas de la parte oriental y 
norte es posterior, [y pudiera corresponder 

ai aiio 493]. 

Otras noticias encuentro que podrfan re- 
ferirae a este Yahya, hijo de Abub6quer, 
pero que en mi sentir m&s bien se refleren a 
otro personaje llaoiado tambi&n Yahya, hijo "* . 



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- 99 

do Abubequer, que, como veremos Iuego, re- 
sulta nieto de All, no da Yusuf. 

Abutdhir Temim. Al meucjonar el autor 
del Cartas los hrjos de Yusnf, despuGs de All 
pone a Temim, a quien en otros lugares 
llama AbutAhir Temim: sin que el lugar en 
que Ie menciona pueia tomarse por mi indi- 
cio de su mayor importancia respecto a los 
otros hermanos, quizA de ning-un otro tene- 
mos tantas noticias de haber intervenido, si 
bien con poca gloria, en hechos tan impor 
tantes: la mayor parte de estas noticias es- 
t&n tomadas del Cartas. 

En el ano 467, al hacer Yusuf ta distribu- 
cioc del gobierno de las ciudades y territo- 
ries quo dominaban los Almoravides, dio a 
su hijo Temim el mando de Jas ciudades de 
Agrnafc y Marruecos, de los paises de! 8ns y 
de lo restante del pals de Irs Masamudas, y 
de los paises de Tedala y Temesna (p&gi- 
na 91), donde probablemente seguia man- 
dando al tiempo de darse la batalla de Zala- 
ca, pues Yusuf escribio dando euenta de la 
victoria a Temim Almoiz, gobernador de la 
ciudad {ik>\\\ _.^L^) (p£g. 96), locuci6n 
que casi podemos asegurar que ee refiere a 1 
gobernador de la capital, que era Marrue- 






— 100 ■■ 



cos, y del hecho de dar a Temim el titulo sul- 
tanico de Almoin, podriamos inferir sin gran 
violencia la mayor importancia que enton- 
cea tenia Temim respecto a sus hermanos, 

incluso el mismo All. 

Temim, a pesar de que por ser de bastan- 
t e mas edad que AH (1) podia aspirar a ocu- 
par el trono de su padre, no tuvo inconve- 
niente en reconocer la soberanfa de All, 
s iendo el primero en prestarle homenaje, di- 
ci6ndonos el autor del Carras (pag. 102) que 
cuando murio su padre Yusuf , All le envoi- 
vio con sua vestidos, y saliendo de la estan- 
cia, asido de la mano de su hermano Abutahir 
Temim, anuncio a los Almoravides la muerte 
de su padre, y habiendo Abutahir pueato su 
mano sobre la de Ail, le proclam.6, diciendo a 
los Almoravides: levantaos y proclamad al 
emir de los muslimes, eomo lohicieron cuan- 
tos estaban presente? de los Lamtunas y de- 
mas cabilas de los Sanhachas, alfaquies y 
ar.cianos de las cabilas, llevandose a cabo de 
este modo la prociamacion en Marruecos. 



(1) All tenia veintitr6s alios y Temim hacia treinta 
y tres que habia sido nombrado gobernador de Ma- 
rruecos. 



■ 



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101 — 



Al ano slguiente, Ali r.eksvo del cargo de 
gobernador del pais de Alinagrib a su her- 
mano Terniua, poniendo en su lugar al cald 
Abuabdala, hijo de Alhach (pag, 103). 

Ai ser relevado Te-mim del gobieroo del 
Almagrib, probablemente recibio el de Gra- 
nada, pues alii le eucontramos al auo si- 
guiente, cuando hubo de salir al frente de 
la expedicion, en la que hizo el papel del 
h&roe por fuerza, gaaando la bafcalla de 
Uclea {pigs. 103 y 104) (1). 

De dos expediciones de Temim a la Fron- 
tera superior Uevadas a cabo despufes de la 
campana de UclGs, tenemos notieias, amique 
vagas y sin que puedan fijarse las fe- 
chas: ambas debieron ser poco anteriores al 
ano 512, en que fu6 tomada Zaragoza por 
D, Alfonso el Batallador. /** 

La mis concreta y hoy conocida es la e 
pediclon emprendida con objeto delevantal^ 
el sitio do Zaragoza, de la cual dicen mies- 
tros autores que un mimeroso ej^rcito man- 
dado por el emir Temim, hermano de Ali, 
llego a tres leguas de Zaragoza; pero que no 




<i) V6aae para mas dotalles iiuestro libro Decad&ueia 
desaparicion de los Almoramdes en Kspana, pags, 9 y 2li9 a 



crey6ndose con fuerzas sufieientes para re- 
sisiir el hnpetu de los soldados de Alfonso, 
se retiro: de estc sueeso no se habta encon- 
trado mencion ni mdk-acion alguna en los 
autores &rabes; pero ultimamente la hemos 
encuntrado en Abenalabar (1), quien en la 
biografia de AH Abenisam dice que tfeatesa- 
116 de Zaragoza en compaiiia del predieador 
Abuzaid, hijo de Montiel, y presentflndose 
al emir Ahut&hir Ternim, Mjo dc Yiisuf, le 
hablaron de parte de lagentede Zaragoxa 
de ios preparativos del euemigo para el corn- 
bate, v que asustado Ternim con esta noticia 
se retiro con los ejftrcitos, siendo esto la cau- 
se del 6xito de los criatianos hasta que se 
apoderaron dc la ciudad*. 

Sin in'licar fecha, pero refiri6ndolo sin 
duda al afio oil, hace mencion el autor del 
CarUs {pig. 106) de una expedicion manda- 
da por Ternim para socorrer a Lerida y Za- 
ragoza, sitiadas por Alfonso: habiendo salido 
de Valencia, pues era vail del Oriente de 



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(1) Tomo Iir do la Tecmila, pftjr. Hi, ms, oxistente en 
©1 Cairo, del quo teuemos copia fotografica, d© cnyo 
contenido dimos cuenta a la Rool Academia d© la His- 
toria. Tomo XXXII del Jioletin, pags. 103 y 101, 



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1= 



103 



Alandalus, y habi6ndosele unido con sus 
lvspeetivas fuerxas Abdala, hijo de Mazdall, 
y Abuyahya, hijo de Texufiu, gobernador 
de Cordoba, se dirigieron hacia L6rida, y 
habiendo tenido un gran combate con Al- 
fonso, 6st« se retiro rechazado y pesaroso 
despu6s de haber empleado todos sus esfuer- 
zos en corabatirla v de haber muerto sobre 
ella mfts de diez mil hombres: vuelto Temim 
a Valencia v en vista de Jo sucedido. Alfonso 
envio a pedir auxilio a las extremidades de 
los Francos para combatir a Zaragoza, y 
efectivamente, acudieron como hormigas y 
lango^tas- 

Del sitio de L6rida por Alfonso o por el 
eonde de Barcelona en este tiempo, no tene- 
raos noticia alguna en nuestros au tores (1), y 
la relacion que haci el autor &rabe es poco 
creible en sus detalles, y aim pudiera sospe- 
charse que se retiere al hecho de que acaba* 
moj de dar cuenta. 

La ultima noticia que encontramos de Te- 
mim se refiere asu nombramiento de gober 
nador general del pais de Alandahis, pues 



(1) Decadencia, y tUsaparicibn de los Almoravides, ±>k- 
gina 250. 



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dice el autor (p. 106) que, en el ano 515 Ali 
paso a Africa (a la parte opuesta) y dio el 
mando de todo el pais de Alandalus a su her- 
inaao Terrnm, el cual siguio en ese mando 
hasfca que murid, el ano 520 T viniendo a ocu- 
par su puesto el emir Texuffn, hi jo de All. 
Auadamos por fin, como complemento de 
las noticias referentes a Temim, que estuvo 
casado con Zeinab, hija de Jbrah ; m 7 hijo de 
Tiflluit (o como deba leerse), jefe almoravld, 
padre, segun parece, del gobernador de Za- 
ragoza Abub£quer. hijo de Ibrahim, hijo de 

Tiflluit (1). 

Entre los hijos de Yiisuf se menciona a Al- 
moiz, de quien solo encuentro noticia de su 
oxistencia y de haber sido enviado por su 
padre al frente de un gran ej6rcito a sitiar 
a Ceuta antes de pasar a poner en ejecucion 
el desea de Almotamid de Sevilla de que vi- 
uiera en su auxilio: Almoin sitio a Ceuta 
hasta toniarla en el mes de rebia prlmero del 
ano 477, daiido cuanta inmediatamente a su 
padre Yusuf, que estaba en Fez hacieudo 



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(t) Ab^nalabar, tomo III, ms. fotografindo, pagi- 
na 308.— ~V£ase nuGfltro libro Deaadencia y desaparicion 
de lot Almoravides, pags. 22 y 279. 



105 - 

los prcparativos para pasar a Alandalus 
(Cartas, p. 93). 

Como el nombre Almoin es tltulo sultAnieo 
con mAs frecuencia que uombre propio, sos- 
pecho que el hecho se reBera a AbutAhir To- 
mim, que como hemos visto llevaba ese tltu- 
lo, y nada tendria de extrano que los auto- 
res arabes hubicran hecho dos personajes tie 
uiio, menciouado de difereutes modos. 

Abuabdala (Mohdmed), hijo de Aixa, De 
este hijo de Yusuf encontramos noticias que 
indudablemeute se refieren a 61, y otras va 
rifts mAs hnportantes, en las que se le men- 
clona con los nombrea de MobAmed, hijo de 
Aixa, sin que se diga que era hijo de Yusuf. 

Abenalabar en la biografia de Ibrahim, 

otro hijo de Yusuf, dice (1) quo antes de Gste 
(hasta 508) habfa estado de vail de Murcla 
Abuabdala, conoculo por el hijo de Aixa t 
nombrado por su padre para eate cargo al 
principio de la conquista, no habiendo capi- 
tAa que le igualase en valor, en constftnela 
en el trabajo en pro de la religi6n, nl en el 
cuidado en la obediencia; tuvo muchos en- 
cuentros coa los cristiauos y fu6 qulen con* 



(1) Btbl. At. hie., tomo IV, p&g* 56. 



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— 106 - 

quisto el fuerte Castillo de Aledo: desempeno 
este uiaudo hasta el afio 508, en que a con- 
secuencia de haber sido derrotado en la ba- 
talia del Puerto (Congost de Martorell), per- 
dio la razon, y fue reomplazado por su her- 

inano Ibrahim (1). 

Estassonlas unieas noticias refereniea a 

Abenaixa, en que consta que fuese hijo de 

Yusuf. 
iMohamed,hljodeAlxa,eselmiamoAbuab- 

dala, hijo de Aixa? Creemos que si, y que el 
autor del Cartas, que le llama c rr! ■>■+=** 
;:-.e, v Abencardabiis en los textos publlca- 
dos por Dozy (2) no tuvierou eonocimiento 
de que fuera hijo de Yusuf, pues de otro 
modo es probable que lo hubierau dicho. 

Por otra parte, casi Biempre resulta que 
qulen se llama Abuabiala por sobrenombre, 
tiene por nombre propio Mohan.ed, y vice- 
versa, y, corno vamos a ver, los hechos atri- 



* 7 



(11 Do labatalla del Puerto watamos por primer* 
vm on el ton.« XL, p*g. 51 y siguientes del Boletin S* 
to Acidemia, y deques en Decadencia y desapanaon <U to 

Almoravides, pa<*. 272. 

(2) Dozy, Loci & A&tadidfa, tomo II, P*K ■ 25, y ■K« n «" 
rf, W , seguada edici6», tomo II, pag?- XXIV y xxv. 



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- 107 - 

buidog a Mchamed, hijo de Aixa, en parte e«- 
tan corao indicados en Abenalabar en el tex- 
to de que nos homos servido. 

Resulta ademas, que nlnguno de k,s dos 
autores estaban may bien enterados de los 
aconteexmientos en que intervino el Abuab- 
dala Mohirned, hijo de Yusuf y conocido por 
el hijo de Aixa, F 

Hacia mitad o fines del aHo 484, segun pa- 
reee, despues de la tei-cera venida de Yusuf 
a Espafia y de su regreso a Marruecos, Moha- 
med, hijo de Aixa, toma el mando de una di- 
vision de almoravides, que conduce a Mur- 
cia.atacando a una division de crlstianos 
que es puesta en derrota, matand., a muchos 
ybacsendo no pocosprisioneros: en se°- U ida 
depuso al rev de Murcia v marcho a Denia' 
cnyo rey Abemnochahld, al aproximarse 
Mohamed, hijo de Aixa, se embarco, buscan- 
do ud asilo en la corte de, los Beulheroad (en 
Bugla) (1). v 

Cuando Abenaixa hubo tornado posesi6n 

(1) Esta noticia, como advicrto Dozy, m tk eqaivo- 
oad* p U6s on Denia reinaba SaleIma])j hjj0 de M , nd . r 

y moto de Almoctadi* do Zaragoza, quo habfa de spo - 
seido de Denia a su yerno AH: do Suleim,n, como rev 
de Oema, hay monedas do los aftoa 48*. 48J v (85 y 



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m L-'iLij..v.L-un*v'"-|-^'-r - 



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— 1.08 - 

de Denia, fue a visitarle Abenchahaf, cadi 
de Valencia, pidiendo que le acorapaiiaae: 
Abenaixase uego a ello, alegando que su 
preaencia era neeesaria en Denia, pero le 
dio un ejercito a las ordenes de AbennAair, 
y llegados a Valencia dieron muerte a Alca 
dir: esto sueedia en el aiio -185 (1). 

Despues de est~s noticias, no muy exactas, 
eomo acabamos de ver, referentes al Moha- 
mad, hijo de Aixa, solo eneuentro la meuci&n 
hecha por el Cartas (pftg. 101) de que Moha- 

med (le llama ^ .^ P<>r ^ U c r- j| > m 
uno de los dos jefes que aeomejaron a Te- 
mim que no levantara el sitio de Ucl6s. A 
esto personaje se reftere Abenaljatib. Manus- 
crito Ar. Ac, niicnero 34, folio 172 v., 
en la biografla de *.vU ^ ^^,cuando 
al hablar del padrastro de este, rf ^ 



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quizk de 493: corao rey de Tortosa so conocon de los 
auos484, 4SS, J89, 491 y 492.-Vives, obra citada, pa- 
gma219y siguientea. 

(1) Alcadir fue muerto, do en el ano 4£5, sino on iftt: 
la cronologla de los reyes de Valencia, que dimos eo 
nuestra Numimdttoa, pag> 276, tomai.dola de Abeiyal- 
dun, debe rectificarse por laa monedas y loa naevos 

textos. 



109 — 



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.j\ ^.U £.<,a, j^*i| oXJi , ^JJ| j.j^ji 

Yahemos visto que en suceaos porteriores 
el Mohamed hijo de Aixa, figura eomo Abu- 
abdala, hijo do Yusuf, y conocido por el hijo 
de Aixa. 

El emir Abuishac Ibrahim, hijo de Yusuf, 
conocido por el hijo de Taayyasta? w— .a*;, 
es otro de log hijos de Yusuf que se encuen- 
tra meneionado en los autores (1). 

Queda indicado que Ibrahim reemplazo a 
su hermano Abuabdala en el gobierno de 
Murcia despues de la batalla del Congost de 
Martorell en el an o 508, en virtud del cual 
desastre Abuabdala habia perdido la razon. 

Instalado Ibrahim en el gobierno de Mur- 
cia y trasladado, segiin parece, al gobierno 



(1) Cart&s, pag. 88. -Almacari, tomo II, pag. 759. 



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r J-.> f J i-.'-.Hr b V-^^rO"— " 1 — t -I 



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2.-J S 



--- 110 - 

de Sevilla, tocole dirigir la expedieion que 
termino en la batalla de Cutanda. sufriendo 
una gran derrota cou muerte de 20.000 vo- 
luntaries (1). 

Parece que, caido e^i desgracia a conse- 
cueneia de la batalla de Cutanda y eonfisca- 
dossus bianes y aunlos de sus allegados (2), 
se retiro a Marruecos, muriendo en el cami- 
no de Segelmesa. donde fu6 derrotado de 
nuevo sin que sepamos por qui en. 

Ibrahim fue sin duda aficionado al estu- 
dio, contandonos Abenalabar que, estando 
el emir en Murcia, quiso oir las leeciones del 
gran maestro Abuali Asadafl, y a' eff cto 1b 
envio su visir dicifindole que deseaba estu- 
diarbajo su direction las tradiclones, insi- 
nuandole que fuese (All a su palacio), a lo 
que contesto: para eso doy las leeciones (me 
sieuto), y repetida ia insinuacion, repltio la 
raisma respuc?ta: el visir le rogo despues si 
le serla posible hacerlo en su estancia, y con- 



(1) Veaso aoerca de la batalla de Cutanda lo que 
dijimos e» el tomo VIII, pag. 317 y siguientos del Bo- 
utin de la Real Aeadtmia de la Historia, y despues en De- 
cadenckt y desapariciun de los Almoravides. pags. 13 y 366. 

(-2) BiU. Ar. his., tomo IV, pag. 5ft. 



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vino con e! en ir despues de terminar la en- 

sefianza de sua discfpulos y do Ievantar la se- 
sion. 

Que Ibrahim, hijo de Yusuf, era hombre de 

letraa lo pruebau ademas las relaeiones que 

tenia con los Hteratos mas distinguidos : 

Abenjacan le dedico su Iibro Collares da oro 

nativo, o como dice Abenjalican (1), lo colec- 

ciono con su nontbre, yel medico Abdelmelic, 

hijo de Zohar, o sea uno de los Abenzohar', 

escribio para Ibrahim una de sua obras, titu- 

lada: El junto medio acerca del mejoramien- 

to de los cuerpos (2), obra q ue el autor tej- ■'^"'' 

mino en el afio 515. 



\ 



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) 









(lj Torao III de la eriicion del Cairo, pag. J59,— 
Almacari. to mo II, pkg, 759. 

(2) BiW. ^r. his., tamo IV, pa^ 616. Como ol texto 
deostabiografia est* publicado conformo al codico 
del Escorial, cuya ultima parte es do letra may mala 
y texto muy incorrocto, y despues homos tonido oca- 
sion doaproveohar, por habersoiios facilitado genero- 
fameiito un excelonte codice que on el Cairo poeeo ol 
distinjjuido bibliofilo Suleiman Pacha, aprovochamos 
la oportimidad para corregir ©1 titulo do osta obra, quo 

debeleerso -^3^ wUT en vob de *^*3 - - 

* 

Eti ol tftulo do la otra obra del misrno autor en vez do 
C? ^' J -* deboloerse sU'J-,*, como consta od Hachi 



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- 11-2 - 

Entre loshijos de Yusuf menciona el Car- 
tas a Raquia y Cuta, de quienes no encuen- 
tro otra indication, resultando que no puede 
haber completa aeguridad de si se trata de 
nombres de var6n o hembra: el nombre >>*j 
figura en mis papeletas como nombre de mu- 
jer dos veces,mincacoino devaron; por tan- 
to, podemos admitir que se trata de una hija 
de Yusuf; el nombre '*>£ no aparece nunca 
como nombre proplo, y parece que deba sn- 
ponerse nombre de mujer, ya que los nom- 
bres de varon, si no estan aootados todos, 
puede suponerae lo esten la mayor parte, su- 

cedienlo lo contrario en los de mujer, que 
ae citan poquisimas veces: adeinas la termi- 
nacion femenina * uos lleva a suponerla 
nombre de mujer, aunque no deje de haber 



I 



Jalifa. que monciona eata obra, pcro no la otra: apro- 
TOd.ando ol codice del Cairo, adomas de que D. Julian 
Ribera, nuestro disoipulo y amigo, catedratico de la 
Univorsidad de Zaragos-.a , sac6 excelonto fotografla 
de Ja parte inedita del c6dice, nosotros cotejamos la 
parte ultima do lo publicado, anotando en nuestro 
e.jemplar las muchaa variantes, imp or can tea algunas, 
que resultan desda la pag. 543 do nueetra edicion hasta 
la 641: notas quo ponemos a diaposicion do los arabis- 
tas, a quienes mteveaen ospecialmente. 



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- 113 — 

bastantes nombres de varon que llevan la 

torminacion de femenino: la particularidad 

de que la radical o>/ no exista en arabe, 

uos podria hacer sospechar que el nombre 

fuera bereber, o bien, quiza mejor, que esta 

por iV^pero tampoco asi la encuentro conio 
nombre propio. 

Temima hija de Yusuf . Si de las dos ante- 
riores no se dan mas noticias que el nombre, 
en cambio de Temima, de quien no hace 
mencion el Cartas al hablar de los hijos de 
Yusuf, encuentro noticias curiosas en dos 
autores, que ponen su biografia, si bien el 
posterior, Abenalcadi, dice que la toma de 
Abenalabar (en su Tecmila), como es la ver- 
dad, dice lo siguiente: 

-Temima, hija de Yiisuf, hijo de Texufin, 
bermana de All, hijo de Yiisuf, tenia por so- 
brenombre Madre de Talha: era perfecta de 
hermosura, sobresaliente de inteligencia; 
celebrada por sus buenas maneras y nobleza 
de caracter: habftaba en Fez: vi61a cierto 
dla uusu secretario, a quien habla man da- 
do rendir euentaa, y habiendo salido hacia 
el con este motivo, cuando mir6 a el, cono- 
cio lo que le paaaba, y recito los dos versos 
siguientes: 

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- 114 — 

Ella es el sol, su mansion en el cielo; el 
placer del corazon (produce) un gran pe- 

same. 

Tu no puedes subir al sol, y el sol no pue- 

de bajar a ti.» 

Abenalcadi, despu6s de insertar las mis- 
mas palabras, anade: *Hace mencion de ella 
Abenalabar al final de su Libro acerca de 
las mujeres, y efectivamente trata de ella 
como de otras mujerea ilustres al fin de su 

libro.* 

Puede muy bien suponerse que Yiisuf tu- 

viera otros hijos, de los cuales no quedan 

noticias; el sobrenombre o cunya que lleva- 

ba de Abuyacub, puede darnos a entender 

que tuvo uq hijo Uamado Yacub, si bien el 

hecho de llevar un sobrenombre de esta cla- 

se no prueba con seguridad que hubiera te- 

nido un hijo. 
*De otras dos hijas de Yiisuf eneuentro no- 

ticia; de la una *& Fonnu, consta su nom- 
bre y el de dos hijos o descendientes su- 
yos; de la otra no conocercos el nombre, pero 
si el de su marido, y como veremos, quizft el 
de una aumerosa e iluatre descendencia. 
Fonnu o Fonu tuvo un hijo llamado Alt, 



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- 115 - 

hijo de Abubequer, eonocido por el hijo de 
Fonu: de el solo sabemos que estaba de go- 
beraador en Granada en el aiio 539 cuando 
Jasublevacion de Abenadha contra los Al 
moravides, y que murio en la misma ciudad 
durante el pen'odo de revueltas en que in- 
tervienen Abenadha, Abenhud y Abenabu- 
chafar de Murcla (1); como el antor una vez 
llama a Ali hijo de Abubtquer, podemos su- 
poner que este ultimo era el nombre del pa- 
dre, Abubequer, y no sabemos mas de la fa- 
milia. 

Pocos afios antes encuentro citado un 
Mohamed, hijo de Yahya, hijo de Fonmi, go- 
bernador de Tremecen en el aiio 533 por los 
Almoravides y que murio en una batalla 
contra los Almohades (2). 

Suponiendo que el y '.* del texto sen una 
variante del •& que pone Abenaiabar, ten- 
driamos aqui un nieto u otro hijo de Fonu; 
me inellno a creer que fuese un hijo, cuyo 
padre Yahya serla el Abubequer menciona- 
do anterioraiente como marido de Fonu, 



(1) Dozy, Notices, \>kg. 208 y siguieutes. 

(2) Abenalatir, tomo X, p4g. 408. 



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- 116 - 

aisnque pudiera entenderse que Yahya era 

hi jo de esta. 

De la otra hija de Yusuf sabemos que es- 
taba casada con el emir Abubequer, hijo de 
Ibrahim, Abentifiluit o Tefalut. goberuador 
que fue de Granada en el afio 500 y luego 
de Zaragoza, donde mui'i6 dandose aires de 

rey en el afio 510 (1). 

No indiea el autor el nombre de la prince- 
sa, ysiquede ella tuvo un hijo, del cual 
descendia el celebre Yahya (hijo de All, hijo 
de Gania?): aoapechamos que la celebre fa- 
milia de los Benlgaoia, reyes de Mallor- 
ca (2), y los dos hermanoa Mohamed y Yahya, 
hijos de Gania, que tanto figuraron en Alan- 
dalus durante el reinado de Ali y afios des- 
pues, procedla de esta hermana de All. 

Aunque tuvi6raoioa seguridad de que los 
Beuigania procedian de la familia de los 
Benitexufln, uo podriaioos iuclulr en este 
trabajo a sus indivlduos, porque lo harlan 



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'(1) Abenaljatib, Ihata, p&g. a42 del toxto impreso 

del tomo I . 

(-2) Para las noticiaa de Mallorca on este periodo 
vease nuestra Decadencia y fasaparitibn de los Almoravidee 
en Espana* 



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- 117 — 

nricho mAsextenso, ademfts de que, casi todo 
lo que de ellos sabemos relativo a .Espaiia v 
Malloiva, lo hubimo* da inclulr en el traba- 
jo citado. 

Huos de AlI. 

El autor del Cartas (pftg. 102), hablando 
de los hijos de AN solo cita a Texufin Abu 
bfequer que le sucedici y a Sir, aunque mfis 
adelante mencioua, eomo no podia menos 
de suceder, a Ishae, que tambiAn llego a 
ocupar el trono despu6s de la muerte deTe- 
xufln: veremos que adem&s constan otros. 

Sir, hijo de All, Poco y no bueno es lo que 
sabemos de Sir, hijo de AH y de una eselava 
cristiana Ilamada Camar: nombrado princi- 
pe heredero por su padre en 522 (1) y envia- 
do a Alandalus su hermanoTexufin,comove- 
remos fuogo, o porque no tuviera dotes 
para ello> o porque no se le presentara 



(1) Algun autor dice en o2B; poro como otros clicon 
522 y hay varias inonedas de Almeria, Marruocos y 

Sovilla, en las quo ya figura con el tifculo do ~Ji 

**",* I j no pued© caber duda respecto a la fecha del 

nombramiento, m&sime teniendo en cuenta quo tam- 
bien las hay de este mismo ano 522 sin este tltulo, con 
&\ cual figrara despuea hast a ©1 afio 533 en que muere. 



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ocflsion, el priucipe heredero Sir no se dis- 
tiuguio en cosa algima sino en la envidia 
que tenia del nombre y celebridad de su her. 
mano Texufin: Abenaljatib pone en su boca 
estas palabras conferenciando con su padre 
aeerca de esto: «Ciertamente el mando de 
que me has creldo digno, no me eleva en 
comparacion de Texufin. asi que 61 ya ha 
reunido celebridad y alabanza con exclusion 
de mi y ha obscurecido mi nombre, inclinan- 
do hacia 61 toda la gente del reino, de modo 
que no hay para ml en comparacidn de ft! 
nombre ni reuuerdo.* Con esto Sir consiguid 
que su padre acordase destituir a Texufin 
del mando de Alandalus y le ordeno trasla - 
darse a su corte (Marrueccs): en virtud de 
esta orden, Texufin salio de Alandalus a mi- 
tad del afio 531 532, y llegadoa Marruecos, 
vino a ser de ios muchos que estaban a las 
ordenes de su hermano Sir y a su pucrta 
como uno de sus hachibes; pero no duro rau- 
cho tiempo este estado violento, porqne Dios 
llevo a cabo la muerte del ernir Sir de un 

modo denigrante a^.^I i\j^*l ^J>- como 
sedira al hablar de su nombre, dice ei au- 
tor; pero, por desgracia, la biografia de Sir, 
que el autor promete y estaria en la Ihata, 



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- 119 — 

qu" pudiSramos llaraar grande, no est& en la 
que tenemos, que, como dijimos en otra par- 
te (1), es un compendio de los dos o m&s que 
sin duda se hieieron de obra tan importante. 
Dozy {2) creyo encontrar un texto que ex- 
plique aigo de esta muerte de Sir, y efecti- 
vamente, el autor del Alholal almauxia dice: 
*Abub6quer se elevo en dignidad durante su 
vida r ;y se juzgo un leon?, pues era violento 
y valiente: su padre le encarcelocargado de 
catenas en Algeeiras hasta que muri6 su 
hi jo (de quiftn?) o un hijo que tenia (segun 
lino de los codices) de edal de diez v seis 
afios.» 

Este texto nos parece muy obscuro y quizA 
no se refiera en su origin a Sir; pues si feste 
imirlo de diez y seis anos en 533, cuando fu6 
declarado prmcipe heredero eu 522 tendrfa 
cinco, y como luego hemos de ver que muer- 
to 3ir ? All tuvo escrupulos y no se atrevio a 
pasar este tituio a su hijo Ishac, porque no 
habla Ilegado a la pubertad, no parece muv 
probable que se hubiera prescindido de esta 



(1) BoUtin de la Academia, tomo XVI, pAg, UPO, y Mi- 
sion lmL t pag". 174. 

(2) Locide Abbadidia, tomo I, page. 18 y 19 nota. 



ciroui]*mieia al nomhrar a Sir pilncipe he- 
redero. AdemAs, do las rnonedas resulta que 
o.l nonibre deSir figura en ellas hasta elaiio 
de fiu inuerte, y si hubiera sido encarcelado 
por su padre, e* probable que Ib hubiera 
destitufdo do! tltuio de prlncipe heredero. 
como podrlan citarae casos, y el mismo AH, 
aiios despufts. pernio en ricatitiiir a Texufln, 
cuya vida pasamos a reseiiar. 

Texufin,hijodeAH, Mucrto All, el aeguu- 
do de los prlncipes de esta dinastia el 7 de 
racheb de) a no 5:17, al dla slguiente es reco- 
noctdo como emir de las Muslimes sn hijo 
Texufln, que, como hemes viatoal tratar de 
An hermano Sir. hahla sido proclamatlo priu- 
cipe heredero a la inuerte de 6ste en el 

ano bWX 

Dice Abenaljatib (1) haciendo su retrato 

moral: «era bravo, intrApldo, buen jinete y 

do biiena fig ura, dado n la vida devota, cui- 

dadoso de las eosas legales, propenso a las 

prActieaa de Iob perfectoa y a los libros de 

Ioj moridin (Adeptos): se dice que nunca 

bebl6 bebida e&pirituoaa, ni escuchd una 

cautatriz, ni ae cuid6 una sola vezde lasco- 



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(t) Ihaia, toxto improflo, tomo l t \\hg. 2&Q. 



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_ 121 ~ 

sas en que los principes se entretienen>; y no 
se crea que por set devoto y abstineute des- 
de sus tieruos aiios, descuidase las eosas del 
gobierno, que se le encargaron muy pronto; 
pues di6 mucho que senfcir a los cristianos en 
las muehas campanas que contra ellos llevo 
acabo, ycomo dice el mismo Abenaljatib 
a! hablar de su entrada en Granada, *ase- 
guro las fortalezas, eerro las frouteras, ex- 
cit6 los exploradores y se dirigio a la expla- 
nada de palacio, donde puso los largos ban- 
eos y las garitas, tom&ndola para almac6n 
de armas y estaneias de los peones; castigo 
a los jefes; construy6 el abrevadero; fabrico 
eseudos y tejio cotas de malia; limpio los 
cascos y las espadas, unio la caballerla; 
construyo mezquitas en las fronteras y una 
para si en el alc&zar; fn6 constants en dar 
audiencia para enterarae de las injusticias 
y leer los billetes (de reclamaciones), contes- 
tando (a ello); escribla la firma (en los docu- 
mentos), honraba a los alfaqules y sabios y 
todas las semanas dedicaba un dla a la 1ns- 
pecci6n*. 

A pesar de aus excelentes cualidades como 
principe, el dios Exito no le favoreci6, en 
e&pecial en lo& criticos momentos de su exal- 



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- 122 - 



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tacion al trouo; pues en los auos anteriores 
durante su gobierno en Alaudalus, mAs de 
una vez habia combatido con fixito a los cris- 

tianos. 

^CuAndo vino Texufin por primera vez a 
Alandalus? No es facil responder a esta me- 
gunta: por ei relato que de la segunda veui- 
da de Ali a Alandalus hace la Cronica de Al 
fonso VII, deberia suponerse que Texufin 
asiste a eata campana, y despuAs a! regresar 
su padre a Marruecos recibe el gobierno de 
Alandalus, pretendiendo el aulor de la Cro- 
nica enterarnos hasta de las palabras con 

que Ali le constitula rey sobre todos los re- 
ye-t r principes y capitanes de la Kspaiia mu- 
mlmana\ pero resulta que Texufin, si habia 
nacido, tenia rnuy pocos afios, pues que 
su padre Aii contaba solo veintieineo; Ali 
dio el gobierno de Alandalus a su hennano 
Abut&hir Ternirn, de quien hernos hablado 

antes. 

A la muerte de TVmim en 520debemos re- 
ferir la primera venida de Texufin a Espa- 
fia, const&ndonos por los autor eg (1) que 



(1) Cartas, pags # 106y 107.— Ahmed Anasirf, tomo J, 
pftginal2G. 



- 123 - 

imterto Temim, hermano de All, en el ano 
520 le sucedio en el mando Texufiu, hijo de 
Ah', quten habiendo pasado a Alandahis con 
5.000 jinetes, salio iimiediatamente contra 
Toledo, uno de cuyos castillos totno, y, en el 
mismo afio, vencidos los cristianos con gran 

matanza en * — ha ^M ^jox-m, les tomo :iu eas- 

tillos en e,l Occidente: en los autores cristia- 
nos no encuentro noticia de esta campafia 
de Texufin, cuva importancia probablemen- 
te estari exagerada. 

La Cronica de Alfonso VII relieve a la 
cainpana de Talavera del ano 50:} parte de 
lo que correspondo a £sta dot 520(1), y quizft 

4 

de la siguiente del aiio 522, 

Hemos visto al dar el bnsquejo biogrAfico 
del prlncipe heredero Sir, que al mismo tieni- 
po en que 6ste era nombrado para tan alto 
cargo, su hermano Texufin recibla el go- 
bierno de Granada y Almerla y lueg-o el de 
Cordoba, unido esto a lo que ya tenia, y son 
de notar las palabras de Aboualjatib, quien 
dice «y penso dar a su hijo Texuffn el go- 



(1) Devwlencia it desaparivion de Uiti Ahuuru tides r ytk- 



— 124 — 

bierno de Alandalus, y le dio (pero le dio 
solo) el gobierno de Granada y Ahneria» (1). 
Texufln se encarg-6 del gobierno de Gra- 
nada, adonde llego el 17 de dulhicha, o sea 
el ultimo mes del aao &23, como dice Abenal- 
jatib (pag. 281), aunque suponemos que fue 
en el 522; pues resultarla muy raro que hu 
biera tardado mas de un aflo en tomar po- 
sesion, pudleramos decir, de su reino, yaque 
en Granada tuvo visires, gobemadores y se- 
cretaries, entre estos al historiador Abube- 
quer Asairafi, que escribio una hiatoiia de 

los Almoravides hasta el afio 530 y despues 

la continuo (2). 

InstaladoTexufin en Granada, se ocupo en 
su mejoramiento, siendo afortunado en la 
defensa del imperio, sirviendole la fortuna, 
que le libro en las guervas contra los almo- 
hades y en los grandes encuentros que tuvo 
con los cristianos, con lo que se extendio su 
reputacion, siendo causa, como se ha dicho, 
de la envidia de su hermano Sir el principe 



(1) Dozy, Loci de Ahbadidis, tomo I. pfcg. 18.— Uiata, 
texto impreso, tomo I, pftg. 279. 

(2) V£aso la Viogrnfia de Asairafi on la IJtata, to- 

molIT T p&K. 108. 



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- 325 — 

heredero de su padre, y de que fuera llama- 
do por 6ste a Alarruecos en el ano 531, 

La unica expedicion de Texuftn, quo en- 
cuentro elara en Ins autores Arabes y cris- 
tiaoos, es la llevada a cabo en cl ano 621, 
dici6udonos Abenaljatib (phg. 282) que ha- 
biendo salido en ramadAn de este ano con el 
ej6rcito de Granada y los voluntaries, y ha- 
bi6ndosele unido el ej6rcito de Cordoba, se 
dirigio al castillo de Azeca del distrito de 
Toledo, que el enemigo habia tornado como 
punto de apoyo para hacer daiio a los mus- 
limes: reumdo un fuerte ej6rcito coutra un 
coude muy eelebrado, que habia en 61, 
le sitio, y desplegado el ataque, lo tomo a 
viva fuerza, matando a los que habia en 61, 
conservando la vida de su alcaide (\j£i »j 
en el texto) Fern&ndez y de los caballeros 
que estaban con 61: eon esto dio la vuelta ha- 
cia Granada, donde fu6 reeibido por lasgen- 
tes que salieron a su encueutro, como no se 
habia visto otra vez. 

Con menos palabras y con mfis detalles, 
aunqueequivocandoalgo lafecha^anoticia 
de esto el autor de los Anales Toledanos (1), 



U) Kspatia Sagrada, tomo XXI1J, pftg. 405. 



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— 126 - 

con estas palabras: «Vino el Key Texfin 
con gran huest dc Almoravedes 6 priso Ceca, 
6 priso el Alcaet Tel Fernandez £ mato 
CLXXX omes. Despues prlso Bargas, e mato 
L omes. Despues vino a Sant Servand e ma- 
to XX omes. Era 1166.* 

La fecha 1 128 do J. C. coincide con ciuco 
dlas del afio 521 de la hAgfra, con todo el 
522 y seisdtaa del 523, y como hemos vieto 
que Texufln no llego a Granada hasta los 
ultlmos dtas del aflo £>22 principios de DU 
ciembre de 11^8, deberemos admitir que el 
testo de los Anales ToUdanos usta equivo- 

cado en la fecha. 

Tambten la Croniea de Alfonso VII nos 
da noticias detalladas de esta campana, 
aunque sin fijar la fecha, anadiendo a lo di- 
cho, que el castillo de Azeca habfasido repo- 
blado por Tello Fern&ndez, nn capitAn de 
Saldana,y que destruido el caplillo hasta 
los clmientos, todos los cristianos, casi 300, 
fueron muertos, y Tello Fernandez con mu- 
chos cautivos fu6 llevado a C6rdoba T y de 
Cordoba al otro lado del mar, a la easa del 
rev All, et ultra non est reversus in ter- 
ram nativitatis -sum (1). 

(i) Kspafkt Sagrada, tomo XXI, pk#. 361. 



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127 - 



La desgrana de Telio Fernftndezy los su- 
voa debio de impreslonar mucho al einpera- 
dor, ya que en varios pasajes de la Crouica se 
Invoca el recuerdo do- lo sucedido en Azeca, 
para excitar a tomar venganza de ello, 

Del aiio 525 nos indica Abenaljatib una 
campaua de Texuffn, diciendo solo que en el 
mes dc safar acometio al enemigo, que apre- 
taba a Oreja? (*XJJ en el texto). 

Como por una parte no es segtiro que se 
trate do un sitio de Oreja, y por btra, las in- 
dicaciones que se haeen en la Crouica del 
Emperador son muy vagas desde el pun to de 
vista cronologico, no podemos saber si en ]a 
Crdnica se hace mencion o no de esta cam- 
paua; para emprender esta investigacion 
con alguna esperanza de resultado, seria 
preciso ir fijando la eronologfa do este pe- 
riod o, identilioando en lo posible la perso- 
nalidad de los drabes que on ella figuran. 

Del ano 526 encontramos mencionadas por 
Abenaljatib dos campaflas de Texufln, des- 
coiiodda la primera, segiin creo, y obscura 
la segunda, a pesar de estar mencionada 
tambtAn por otros autores. 

En rebf primero de 526, dice Abenaljatib, 
se tuvo noticia de la salida del enemigo de 



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Toledo hacia Cordoba; pero *e adelanto el 
emir Texufin: luego se oirigio contra el 
enemigo con poca gente, y dcjando la impe- 
dimenta en Arjona?, pues (el enemigo) se ha- 
bfareunido en laorilla de <;Antatas? ,J~*\i \ 
o (J^.^— I y del Guadalimar j**- - j?^; an- 
duvo corriendo de noche y se encontro con 
el enemigo en la alqueria de *^1 j>— (»--! ___,* 
en la copia de la Academia); trabada la 
batalla eoirel enemigo, las espadas cogieron 
bu presa, llegando la muerte hasta el ultimo 
de ellob y (Texufin) se volvio r ;rico? 
Con las indicaeiones que se hacen de la 

marcha de esta expedicion, no es fa-cll reco- 
noeerla, y saber hacia donde se dirigio Te- 
xufin, pues solo el nombre de Arjona y el 
de Guadalimar son baataute aeguros para 
tomarlos como pun to de partida en lainves 
Ugaci6n geogralica, a que parece convida ]a 
mention de nombrei propios desconoeido*. 

Al ano fijGparecereferir tambien Abenal- 
jatibotra expedicion de Texufin, de parte 
de la cual dan noticias concretas otros auto- 
res tanto arabes como cristjanos. 

«A fines de e=te ano (o en otro ano), el ene- 
migo s»M6 hacia el pais del islam, auiane- 



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— 129 — 

clendo sobre Sevilla a rnitad de racheb (1); 
el emir Abuhafs Omar, hijo de All Abeual- 
haeh, sal; 6 a su encuentro, siendo vencido con 
algunos muslimes, murieudo todos con 61, y 
acampando el enemigo a dos parasangas de 
Sevilla, matando y cautivando. Llegada la 
noticia al emir Texitfin, recorrfd las jorna- 
das (acelero la marcha) y entro en Sevilla, 
que habia sido apretada, y cuya campina 
habia sido desolada: Tesufin se propuso cas- 
tigar al eneinigo, que se habia dirigldo ha- 
cia la parte de Badajoz y Beja, y reunidas 
mimerosas fuerzas de gente escogida, mar- 
ch6 hacia el enemigo, que encontro cerca de 
Zallaca (2), derrot&ndolo, matando a muehos 
y haciendo prisioneros a ofcros; esta victoria 
fu6 ilustre, anade el autor; no hubo otra 
igual, y en chumada de este aflo Texufin se 
' volvI6 vencedor a Granada* {3). 



(1) Como rachob ea el septlmo mes del ano, no &e 
ccunprendo lo quo dice elautor a fines de este ano 9 y para 
interpretar las palabras por en Giro aiio, o ©1 ano ei- 
guiente, nos parece el giro violaoto- 

(2) Se indican detallos de la organizaoidn de la ex- 
pedicion y de laa diferentes clasea de tropas: testo 
mtiy inoorreoto que despues de depurado, seria ou- 
rioso estudiar* 

(3) Ihata, texto impreso, p6g. 233. 

9 



- 130 — 

Por el texto deL autor, podria suponerse 
que todo esto se reflere al auo 52fi; pero re- 
auitan dos anacronlamoa: primero la muerte 
del emir de Sevilla a mitad del auo, habien- 
do salido el enemigo hacia el pais del islam a 
fines de 52G, y el aegundo, el que regresaae a 
Granada en el mes de chumada (5.° y 6.° 
me*): probablemente el conjunto de la na- 
rracion se reftere a varios aims, y, como 
vamos a ver, comprende sucesoa de 526, 

527 v 528. 
La Cronica do Alfonso VII da noticia de- 

tallada y exacta de la primcra parte de esta 
campana, diciendo que, nombrado Rodrigo 
Gonzalez prlncipe de la Milicia de Toledo y 
genor de toda Extremadura, subio a tierra 
de Sevilla y destruyo toda la region: vieudo 
osto el rev de Sevilla (gobernador), reunio 
un gran ejerclto y salio contra el campa- 
mento del consul, quien fuo a su eneuentro, 
y trabada la batalla, el rev de Sevilla cay 6 
y murio, mtiriendo con el muchos magnates 
y capitanea: el consul peraiguto a los fugiti- 
vos hasta las puertaa de -Sevilla haciendo 
mucho botln (1). 

(1) EsimZa Sagrmhi. tomo XXI, i>Aps. 3(*i y BG6. 



I 



i. 

$ 



■£ 



- 131 — 

Los Anales Toledanos^ como deordinario, 
dicenm&sen menos palabras: «Entro el Oon- 
de Rodrigo Gonzalez con grand huest en el 
Axaraf de Sevilla,. 6 lidio con los moros 6 
veiicitflos e mato al Rev Omar en Azareda. 
Era 1170* (1). 

Lafecha, Era 1170;— 1132 de J. ft, corres- 
ponde a diez meses del ano 526 y dos del 527, 
por tanto coincide con lo que dice Abenalja- 
tib, aunque sin resolver la cuestion del ano: 
tambi^n nos da el nombre del rey (goberna- 
dor) de Sevilla Omar, resultando en esto en 
desacuerdo con el autor irabe: el nombre 
del punto en que fu6 muerto Omar, Azare- 
da, consta en Edri&i. 

Lafecha del encuentro y el nombre del 
jefe moro parece se resuelven de un modo 
diflnitivo en lo que cabe T por el testimonio 
de Abenalabary de Abdelm61ic el de Ma- 
rruecos (2): ambos autores dicen que el go- 
bernador de Sevilla Omar } hijo de Mac&n o 
Macur, fu6 rauerto en el mes de raeheb del 
ano 526. 



(1) Espaita Sagrada, tomo XXIII, pa#. 389. 

f2j Abenalabar, tomo III, fotogtafiado, v&g, 210,— 
Abdftlm&ic el do Marrueeos, Ms. aim. 1632 d&l Esoo- 
rial, fol. 26r. 



— 132 — 

Queda la divergencia del nombre del go- 
bernador de Sevilla, a qulon Abenaljatib 
llama Abuhafs Omar.hijo de Abenalhaeb (1): 
con estos nombres podria ser uno mismo con 
el Omar hijo do Macun, aunque es poco pro- 
bable; con una de las variantes es imposlble: 
por tanto, por hoy parece deberemos admi- 
tir que se reiieren a doa personajes diferen- 
tea, y nada tiene de particular que se meu- 
cionen dos jefes, cuando la derrota fue tan 
iin porta ute. 

La expedition de Texufln a Badajoz, que 
por referirse a contlnuacioii de la muerte del 
gobernador de Sevilla eu 526, ofrece difioul- 
tades eronologicas, se aelara algun tanto por 
lo que dice la Cronica de Alfonso VII,— algo 
por el Alholal almauxla,—y mas por lo que 
dice el mismo Abenaljatib en otra obra. 

Dice la Cronica sin fijar fecha y a conti- 
nuacion de la campana de Sevilia, «que por 
el mismo tiempo, eodem tempore, uno* mag- 
nates de Salamanca, vioudo que el coude Ro- 



(I; Ms. ilo. 1ft Ctih-ff'n'm Gaiianw'S, num. CXL1I, fo- 
lio li:i r.: on Rl tcxto iitinrcso, pa*. 2H3, lo llama Abu- 
ch;far, hijo de Alhiu-h, y en lft oopia dc la Aoadomla, 
mi. ar. mim. Bl. tomo I. fol. ll», Abw-hafar Xoham*l t 
hijo <!e Alhtuh . 



\ 



i- 



— 133 - 

drigo Gonz&lez entraba en tierra de Sevi- 

]la, entrarou sin jefe en tierra de Iiadajoz, 
haciendo nmebo botin: el rev Texufin, que 
habia reunido un gran ejercito para ir con- 
tra el conde, ai saber que iiabia nuerto el 
rey de Scvilla, temio ir alii, y sabienrio que 
otros cristianos estaban en tierra de B:ida- 
jot, los siguio y acanipo junto a ellos; ha- 
biAndotes enviado a preguntar quu'Mi era el 
jefe, respondieron: todos somos prineipes v 
capitanes de mtestras pcrsonas, do lo que 
se alogro Texufin, y aniniando a los suyos 
derrot6 a los dc Salamanca, numendo todos 
susaoldados y peones, no quedando siuo muy 
pocos que huyeron a una de eaballo; Texu- 
fin se volvio n Cordoba, y anado la Cronica 
que no basto esta desgracia a los de Sala- 
manca, pnes en aquel ano y los siguientcs, 
tres voces ies sucedio lo misino hasEa quo hi- 
cieron penitencia* (1). 

Como se ve, la Crdnica no fija focha, si 
bien parece indiearquo salferon al mismo 
tiempo o muy poco despu6s que Rodrigo 
Gonz&lez; pero parece probable por la mar- 
cha de los sucesos que salieron animadoa por 



(1) Kapana Sagrttda, tomo XXI, pfcgs. JJfltf y mi. 



■T. "■ 



_ i_ _ _h ij-*. 



— ~~ « 



- 134 



la derrota de los de Sevilla, no al mismo 
tierapo o antes como pareceindicar el texto: 
aclara quifines eran loa cristianos que esta« 
ban por Badajoz, que no eran los vencedo- 
res de Sevilla, como podia inferirse de las 
palabrasde Abenaljatib: en lo que no pare- 
ce estar bien eaterado es en asegurar que 
Texufiu temiese acometer a Rodrigo Gon- 
zalez al tenernoticia de la muerte de Omar, 
pues resulta, que al saberlo en Granada, sa- 
H6 hacia Sevilla, donde ya no estaban los 
guerreros cristianos cuando llego Texu- 
fin. 

El autor del Alholal almauxia, despu6sde 
celebrar de un modo general las expedicio- 
nes y batallas de Texufin, diciendo «que no 
marcho sino aparente (visible) y no volvio 
sino vencedor», cita la expedition de Bada- 
joz como muy celebrada, y empleando mu- 
chas de las f rases que emplea Abenaljatib, 
dice que volvio a Cordoba en el afio 528: 
ninguna mencion se hace de los suoesos de 
Sevilla, 

Abenaljatib, en otra de sus obras (1), da 



l 



(1) Fol. 107 r, do mi copia del Ms. Ar. mim. 1617 
do la Biblioteca do Argol: osta parte no exiete on el 



— 135 — 

mas noticias de esta campafia de Texufin, 
dictendo, tomdndolo del historiador Asaira- 
fi, <que en el aiio 527 llego al emir Texufin 
la noticia de que magnates y cristianos se 
habiau dirigido a la region de Badajoz, Be- 
ja, Evora y la region occidental; reunido un 
gran ej&rcito, Texufin raarcho contra ellos, 
derroto a ios cristianos, rescatando los cau- 
tivos {1) T y se voivio a Granada en chumada 
postrero del aiio 528*. 

De lo dicho parece inferirse que la cam- 
pana de Badajoz no fu6 como continuation 
del desastre de Sevilla, adonde acudio Te- 
xufin, antique tarde, y que probabiemente 
se volveria aGranada, y que los magnates de 
Salamanca emprenderian la campaua que 
les fu6 tan funesta, no al ver que el conde 
Rodrigo Gonzalez se preparaba para ir a Se- 
viIla,sino despues de haberse enterado del 
6xito feliz obtenido por el Conde. 



Ms. Ar. iiun>. '.11 do la Academia: v£aso acerca de 
csto Mr. el Bolelfn de la Heal Academia de la Historia^ 
tomo XVI, pag. \m» 

(1) La Cr6tiica dico quo ioa flristianos, antes de tra- 
bar la batalla, mataron a todos los cautivos, tan to 
hombres como mujores, por temor de lue, tomando 
las arrnas, alteraseii ol campamento. 



- 136 — 

De otra campafia de Texufin nos da noti- 
eias Abenaljatib en la obra ultimamente 
mencionada, campana que aparece tambien 
en la Cronica de Alfonso VII, aunque con 
earaeter diferente, si bien coinciden en una 
de las circunstancias mas espcciales, en el 
hecho de que Texufin fuera sorpreudido, 
abandonado por los suyos, excepto muy po- 
cos, y tomada o atacada su tionda. 

La" Cronica de Alfonso VII, sin fijarfecha 
e incluyendo la expedicion en el periodo in- 
ter medio entre la destrucxion de Azeca (afio 
524) y la de Sevilla (ano 526), dice que el rey 
Texufin y los reyes (gobernadores) Azubel 
de Cordoba y Abeir/eta de Sevilia, unidos a 
los demas reyes, prineipes y capitanes de los 
moabitas y agarenos, reunido un ejercito 
corno las arenas del mar, pensaban venir de 
improviso sobre las ciudades de Toledo, re- 
duci6ndolas a la nada: salidos de Cordoba, a 
los pocos dlas Uegaron a Lucena (campum 
Lucenise), donde acamparon; asi las cosas, 
sucedio que cierto dia mil soldados selectos 
ybien armados de Avila y Segovia, acorn- 
pafiados de gran turba de peones, subian por 
un camino que conducia a la campiiia de 
Cordoba, y al saber que el rey Texufin y su 



*■ 



I 



— 137 — 

cauipamento estabau en el campo de Luce- 
ua, se eucomendaron a Dios del cielo, a San- 
ta Maria y a Santiago para que los ayudaseu 
y defendiesen: reclbido el comejo divino, fi- 
jaron las tiendas en el punto en que se en- 
contraban, y dejanclo para su cnstodia la mi- 
tad de los infantes, con la otra mitad v los 
soldados (caballeros) bien armados o apare- 
jados, anduvieron desde despues del medio- 
dia y hacia la hora cuarta de la noche ca- 
yeron sobre el campamento del rev Texufin, 
en el que se produjo una gran confusion; 
pero acudiendo a las annas muchos moabitas 

y agarenos, comonzaron a pelear, trabAn- 
dose una gran batalla: gTau parte de los sa* 
rracenos murio y los deinas huyeron a la des- 
baudada: el rev Texufin futi herido de una 
lanzada en un .muslo, y hubo de hulr monta- 
doen un caballo sin silla: vuelto a Cordoba 
fu6 curado por sus medicos, pero quedo cojo 
para toda su vida (1). 

AbenaJjatib (2), tomAndolo del historiador 
Asairafi, y Bin fijar fecha, cuentaeste hecho 
como uno de los que prueban la constancia 



(1) Espaiia Sagrwla, tomo XXI, piig. IW>i. 

(2) Fol. 107 v. do mi copia. 



-*- 'K Sr-" r-. ■ 



. — 1 



- 138 - 
del emir Texufin, pues sorprendido de noche 

en .U->M 0°^''* y dis P ersada3 ° f ugitivas 
las tropas, y acometlda su tienda, supo de- 
fenderae rodeado de enemigos, con pocos de 
los auyos, que no llegarian a 40, y aun pudo 
uno de sua criados matar a un conde de im 
bote de lanza, atravesandolo de parte a par- 
te y ech&ndolo de la si Ha. 

Se ve por lo dicho, que la narracion de 
la Cronica rosulta exacta en el fondo, por 
mas que en algiin detalle pueda ser exa- 
gerada, como nos parece lo de que huye- 
ra en un caballo sin silla, y el que de la 
herida que recibio,quedara cojo para toda 

su vida. 
Segiin la Cronica del Emperador (1), <en 

Octubre del ano 1134 (ultimo mes del 528 y 
primero del 529), el conde Rodrigo Gonza- 
lez fue reemplazado en el mando de Toledo 
y Extremadura por Rodrigo Fernandez, 
quien reunido el ejercito de Toledo y los ca- 
balleros v peones de Castilla, invadio el pals 
enemigo,* haci6ndole mucho dano, desolando 
todo lugar que pisaron y recibiendo mvteho 

(1) Espanit Sagrada, tomo XXI, pigs. 337 y 368. 



J 



- 139 — 

oro y plata, vestidos preciosos y toda clase 
deganados: sabido esto por el rey Texufln, 
irritado, convoco a todos sus amigos, a I09 
jefes desu ejercito y de los caballeros: ade- 
mas vinieron ejercitos mereenarios de oU-ob 
reinos e isfas y marinas, y del otro lado del 
mar grandes ejercitos de arabes y rooabitas, 
de modo que eran innumerables los soldados' 
ballesteros y peones. eon los que pensaba 
destrufr elcampameuto de los cristiauos, sa- 
liendoles al encuentro en Almont; habiendo 
Rodrigo Fernandez animado a los snyos con 
arenga, que el cronista copia, y pedida la 
proteccion divina, se trabo la batalla, en la 
que murieron mucbos miles de sarracenos, y 
vencido Texufln hubo de hufr el y todo su 
ejercito*; esto dice el cronista con detalles 
tan poco probables, como el de que para re- 
chazar una agreaionse esperase la llegada 
de ejercitos mereenarios reclutados fuera de 
Alandalus. 

Aunque Texufin no asistio personalmen- 
te a la batalla de Fraga, en la que fue 
derrotado D. Alfonso el Batallador en el 
mes de ramadan de 528 (17 de Julio de 
1134), merece consignarae que eata victoria 
fu6 obtenida durante su gobierno, y que des- 



MuiMmux 






- 140 — 

de Cordoba tomo parte en la campaua (I). 
El autor del Allwlal almauxia (2), despues 
de la expedicion de Badajoz, que fija en 528, 
menciona cod detalles euriosos otra expedi- 
cion de Texufin contra los crlstianos, que 
tratabau de fortificar la montana del Alca- 
zar cuya correspondeneia no sabrlamos de- 
terminer: dice el autor, que los crlstianos, 
habiendo reunido un gran ejercito, devasta- 
ban el pais; aabido esto por el emir Texufin, 
reunio a loa jcfes de los almoravides para 
oonsultar su opinion respecto a salir al en- 
cuentro del eneraigo, y contestaron: «el im- 
perio es nuestro... y cuando todos hayamos 
muerto roartires contigo, el poder sera de 
quien Dios qui era*; reunio luego a los ara- 
besyle contestaron: .acomete al enemigo 
con nosotros y no hagas que nos acoinpafie 
nadie mas.; Uamo por fin a los zenetas y a 
su acompanamiento (su guardia) y dijeron: 
«lacontestacionesobrar.....Acord6,pues,lo 

que todoa aprobaban, y fortalecidos sua ani- 






(1) Para mas .letalles vtaao nuestro lihro lHm<Untia 
y desaparkion (U los Ahnorai-idcs, pfcgs . 1ft y 16S. 

(2) Ms. Ar. do la Academia, num. X de la ejection 
Oayangos, fol, "*8v. 






\ 



l 






- 141 — 



mos, salio con la mnltltud a laguerrasanta, 
y hablendo sabido que el enemigo so dirigia 

afortiflcar el ^iM J^ monte del Alcazar, 

apresuro el encuentro con ellos y los recha- 
zo hasta el ultimo fuera de camiuo durante 
muchas luillas, mataudo a nuichos fugitlvos 
y cogiendo mucho botfn de bestias y ar- 
mas.-. Texufln se volvio a Cordoba, habitai- 
dole concedido Dios mAs de lo que le habian 
proinetido (sus consejeros). 

De esta campaiia de Texuflu mnguna otra 
indicacion encuentro en los autores Arabes 
ni cristianos, y por tanto, nada mas puedo 
decir de ella, amique si debo liamar la aten- 
cion del lector al hecho de que Texufln con- 
sul tase la expe,licion con tros entidades rai- 
litares: los jefes do los almoravides, los Ara- 
bes y los zenetas con la guardia personal; la 
cootestacioii parece indicar como silos al- 
moravides conocioran que su imperlo se de- 
rrtimbaba, 

Segiin el CartAs, a los auos 528, 530 y 531 
(pAg, 103) correspondeu trea campanaa, que 
vamos a indicar. 

Dice de la primera, que en el auo 528 el 
emir Texufln f u6 de expedicion contra El 



- 142 - 



puente de Mahmud (1) y entro en el a viva 
fuerza (con la espada). 

A continuaeion dice el autor: «Y en el 
afio 530 el emir Texufin derroto los ejercitos 
de los cristianos en Falls Atiya. aniquilando 
a muchos de ellos; y en el aiio 531 entro con 
la espada en la niudad de Caracud, no de- 
jando persona viviente: poi- fin, en el aiio 532 
el emir Texufin paso do Alandalus a la par- 
te opiiesta, despues de haber hecho la expe- 
dtcion de Ocsonova, de la que se llevo 600 
cantivos, despues de haberla tomado a viva 

fuerza. » 
Al hablar de Sir, hermano de Texufin. 

hemos visto que, segun Abenaljatib, A!i 11a- 
mo a Marruecos a su hijo Texufin por los 
celos de su hermano Sir, a cuyo servicio co- 
mo principe heredero hubo de ponerse Te- 
xufin, qiiien llego a la corte de an padre y 
hermano a mttad del afio 5.-5 1 . 

lEs esta la verdadera fecha de la marcha 
de Texufin de Alandalus? Como se ve, los 
dos autores arabes est&n discordes, no solo en 
el auo, sino tambiftn quiza en el fondo; pues 



t 



(1) J'trcnfc de Aljrantw o liodao on Portugal, segun el 
Sr. Snnvedra, Geografia de Kspana del E-irwi, pAg. ->J, 



U3 - 

el Cartas nada hulica de la rivalidad de Sir 
que parace se aviene inal con el aparatoron' 
que All recibea Texufln; pues si le llamaba 
por las exigences de Sir, no se concihe quo 
le reclblesa con aparatosa ecrcmonla, sa- 
liendo a recibirle a su llegada a Marruecos 
«conadorno grande y alcgrandose con el» 
Abenalatir (tomo X. pag. 4(i\t) conslgna 
tambien la fecha iWl, pero suponiendo, con 
maniBesto error, que habia muertoSlry que 
Texufln fue nombrado prlncipe horedero al 
llegar a Marruocos. 

La Cronica del Emperador consigna la 
ida de Texufln a Marruecos a lines del ailo 
532 o entrado el 533, pues que lft SU[)0ne pos . 

terior al fracaso del sifcio de, Corin, iniciado 
o acordado en Julio do 1 i:w . pnrt0 de los mo- 
seslO." y 11." del aiio 5:i2): el sitio de Coria 
por el Hinperador debio durar alguuos inesos 
antes de que .se eonveneiese de quo le era 
Imposiblo tomarla. a pesnr de las maquinaa 
que contra ella so emplcaban; por lo que, ce- 
dlendo a la desgracia, como dice la Crdnica, 
pues habia mnerto do una flecha e! jefe o 
consul de la mllicla de Toledo, Rodrigo Mar- 
tinez, el Emperador se retiro a Salamanca y 
los demas cada uno a su casa. 



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— 144 — 

Despues de esto, afiade la Cronica, e! rey 
Texufin marcho a ilarruecos a la casa de su 
padre el rey All, llevando consigo a muchos 
cristianos, que llaman muzarabes, que de an- 
tiguo habitaban en tievra de los agarenos: 
tambien se llevo a todos los cautivos que 
encontro en sus dominios y los puso en las 
ciudades y castillos con los demas cristianos 
para hacer frente a los muzmotos (masa- 
mudas, los almohades), que conquistaban 
toda la tierra de los moabitas (almoraW- 

des) (1). 
Las palabras de la Cronica combinadas 

con lo que dice Abenaljatib (2), a saber, que 
All llamo de Alandalus a su hijo Texufin en 
el aiio 533 y le nombro principe heredero, 
nos hacen sospechar que la Hamada de Te- 
xufin fue motivada por la muerte de Sir, y 
que si este habia tenido envidia de la gloria 
de su hermano Texufin, las cosas no habian 
llegado al extremo que consigna el autor de 

la Ihata. 

Es lo cierto que, muerto el principe here- 
dero Sir en el aiio 533, es proclamado en su 



(1) Espana Sagrada, tomo XXI, pag. 3T3. 
(-2) Ms. Ar. Academia, num. 37, fo). 250 v. 



I 

r 



— 145 — 

lugar Texufln, no sin que raediaran gesfcio- 
lies que merecen consignarse. 

Muerto Sir, su madre Camar aconsejo a 
Ali que nombrase principe heredero a su hi- 
jo Ishac, muy querido de ella, que habia di- 
rigido su educacion ai quedarse hu^rfanode 
madre, y Alf Je contesto: «tlene muy poeos 
auos y no ha llegado a la pubertad; sin em- 
bargo, reunir6 en ia mezquita a las gentes, 
nobles y plebeyos y les someter-6 la elec- 
cion (1), ysi ladefieren ami, har6 lo que 
me aconsejas: reunlo efectivamente al pue- 
blo (las rentes) y les propuso el asunto, y 
todos a una voz contestarom Texufln; y no 
autorizdndol* la constitucion del estado (el 
gobierno) a oponerse a ellos, nombro a Te- 
xufin, haciendograbar e! nombrede6ste en 
los dinares y dirhemes, juntamente con el 
suyo, confiri6ndo!e Ia inspection en los ne- 
gocios del estado* (2). 

Este hecho es muy notable, porqueprueba 
que el gobierno de los principes almoravides, 



(1) les contare (Lo a ue pasa) sogun las vftriantos 
del texto, 

(2) Pagina 279 del tomo I de la lhata, improso en el 
Cairo, 

10 



' v. 



146 -- 



de heeho, y aun de derecho, y easi podriaroos 
decir que poi' la constitution, »° era tan ab- 
solute como generalmente se supone. 

Keconocido Texufiii como Principe here- 
dero, parece que imnediatamente hubo de 
poneree al frente de los ejereitoa para com- 
batir a los ahnohades, contra quienes no fue 
aforiunado; pues como dice a continuaci6n 
Abenaljatib, <el mando fiui contra 61, no para 
el, en oposicion a lo que Dios habia hecho 
por el en Alandalus*. donde los autores su- 
poneu que nunca volvio de una campaua 

aino vencedor. 

Fuera por el desgraciado exito de Texufln 
».n sus guerras con los ahnohades, o bien por- 
que la sultana Camar no cesara de intrlgar 
por bu aliijado, llamftmosde asf, Ishac, es lo 
eierto que All, viendo que no se cumplia lo 
que habia esperado fie Tesufin, auguro mal 
de el (de su reinado) y penso destltuirle y 
transferir el principado a su hijo menor 
Ishac; pcro uo tuvo tiempo de lievar a cabo 
su prop6sito, que habfa comenzado a reali- 

zar, Ilarnaivdo al valf de Sevilla (A*el eo- 
dice G-ayangos) para que fueae director (xe- 
que) de su hijo. 



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■■■■ r. _ 



— 117 - 

JIuerto All ol 7 de racheb del afio 537 (26 
deKuero de 1 1 i:j). Ie sueede Texufin, de 
cuyo rcinado en lo referente a Espaila nada 
tenemos que afiadiv a lo que dijimos en otro 
trabajo (i). 

Hespecto a la fecha do su muerte anadi- 
vemos algun dato: el aulor del Alholal al~ 
mauxia, ponicndola en el mes de ramadAn 
con la gcneralidad (nimque pone L><) por 27), 
consiffna < f ue reinrt das afios y dos meses,' 
quo cs el Mcinpo que media desde el 7 de 
racheb del aflo Ml a ramadaii de frfi). no 
dos anon menoa dos meat's, como dieen otros, 
y que por errata dijimos <pa»\ 2t<S). qill , ofe( .! 
tivamento corresponden al tiempo marcado. 

La fecha mas probable de la inuerte do 
Texufin nos parccc la que indican las moue- 
das, afio 510. como expusintos en ol trabajo 
citado. 

Por lo desfavorablc ,v, en mi soutlr, poeo 
justiftcado, raorcceconslsiiarse el juicio quo 
de Texufin consigua o! arzobispo D. Ko- 



(1) ColtcciAn ,le Estudios ti rales, tomo HI, pftjr. 27 y si- 
guieiitoii. CorrUanno Ins feohnn quo dimos an la iift- 
jrmn27. line;, G: on ol dfa do! moi ho wtan contoston 
los nu tores. 



^^^-- _■ _- 



-= - - 



- 148 — 

drigo (1), quien dice, tomandolo quiza de 
algiin alitor arabe: «Despues de Ali reino su 
hijo Tessephin, vil de animo y de virtud, 
que se cuidaba mas de las Injmticlas que de 
la defensa de la patria, y porque vieron que 
estaba rnuy ajeno de actos de rev, se insu- 
rreccionaban contra el en todas partes, y 
todosy en todas partes se rebelaban einfes 
taban con guerras interminables, de modo 
que perdio casi todo el reino*: efectivaroen- 
te, en Alandalus todos se rebelaban poco 
antes de su muerte, y aeosado por los alrao- 
hades' en Marrueeos, no pudo sofocar la rebe- 
lion de los arabes espauoles, y la generalidad 
de los autores, sacrificando al Dios Exito, 
condenan la memoria de Ali y de Texufin 
eonio de reyes iucapaces de todo acto levan- 

tado. 

Ishae, hijo de Ali.—M hablar de Texufin 
hemos indieadoque,muerto Sir en el ano 533, 
su madre Camar aeonsejo a Ali que nom- 
brase principe heredero a Ishac, nino de 
pocos anos; pero que Alt no pudo acceder a 
los deseos de la Sultana por haberse decla- 
rado el Consejo en favor de Texufin: AH 



t -._ 



(1) Historia arabum, p&g. 38. 






' 'I 



— 149 — 

intentoo se proponiapoco ante3 de su muerte 
destltulraTexufin yreemplazarle con Ishac; 
pero do tuvo tiernpo para llevar a cabo su 
proposito: a ia muerte de Texuflu, aunque 
habia sido proclamado prlncipe hevedero su 
hijo Ibrahim, le sucedio su hermano Ishac, 
por aclamaeion del pueblo, vista ia incapa- 
cidad de Ibrahim, que era un uiflo (1), sin 
que pudieia decirse que el proclamado era 
un hombrc, y mas para las clrcunstanclas en 
que recibia el mando. 

La fecha flja de la muerto de Ishac v sus 
circunstancias no son fAciles de determiuar: 
proclamado en Marruecos a la muerte de su 
hermano, o despu6s de ia destitucion de su 
aobrino Ibrahim, si efectivamente 6stelleg6 
a ser proclamado, los alrnohades sitian la 
ciudad en 541, ydespu6s-deun sitiodenueve 
meses, segiin la generalidad de los autores, 
de once segun otros, los sitiados, ya en ei 
ultimo extremo, hicieron una salida, en la 
que fueron derrotados y hecho prisionero 
Ishac, o lo fu6 despu6s del asaito de la ciu- 
dad y presentado a Abdelmumen: auuque 
6ste quiso perdonarle por sus pocos anos, 

(1) El Alholal dice quo se rebe!6 contra su sobrino. 



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-- 150 — 



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pues parece no habfa Itegado a la puber 
tad (1), !os magnates no se lo consinlieron, 
y coino no obraba en contra de su dictamen, 
hubo de entregarles a ishac, lo mismo qne a 
Sir, hijo de Alhach, uno de sus valientes 
guerreros, que habla sido hecho prisionero 
al mismo tiempo y quo tambifin habia sido 
presentado a Abdelmumen, ambos cou !as 
mantis atadas por la espalda: esto fu6 en 
xaual del afio 541, pero Abenjalic&n parece 
indicar que fu6 en el aiio 542, pues dice que 
el sitio duro once meses y que Abdelmumen 
se hospedo en el alcAzar de Marruecos yaen 

el ano 542, 

TambiAn Abenalatir (tomo X, p&g. 412) 
suponelatoma de Marruecos y muerte de 
Ishac, despufis do un sitio de once meses, en 
el ano 542, y como el Alholal almauxia, to- 
m&ndolo del historiador Abenalyasa,diceque 
sugobierno duro dos anos y m&s de diez dias: 
si la muerte deTexufin hay que fijarla segun 
laamonedasenelano540, habrAqueadmitir- 
setambiftn que la fecha de la muerte de Ishac 
est& adelantada eu la generalidad de los au- 



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<1) AbeajalicAn, tomo III, p&g. 163, edici6n del 
Cairo, 






- 151 — 

tores, y que hay que aceptar !a del ano 542 
que consig-nan otros. 

Los Anales Toledanos, con su acostumbra- 
do laconismo, coufirman esta niisraa fecha 
para la toma de Marruecos, y, por tanto, 
para la muerte de Ishac, con estas palabras: 
<E1 rev Abdelmumen priso Marruecos e des- 
truyo los Almoravidea. Era 1184. (=1J48 
de J. C. ™ de 7 de xaaban de 542 a 16 do 
xaaban de 513), antique me pareceque la era 
debio ser 1183; puea de otro modo resulta la 
toma de Marruecos hacia fines del ano 542 v 
debio ser al princlpio, ya que, aegun el Alho- 
lal almauxia* Abdelmumen se dirtgio a Ma- 
rruecos en moharrem del ano 511, y si el si- 
tio duro once meses, la conquistade la corte 
de los Almoravides debio toner lugar a fines 
del ano 541 o prinaipios del 5*2. 

Otros hijos de Ali.—Da otros siete hijos do 
All, Abuchafar (probablomeute Abuhafs) 
Omar el Mayor,— Temim,— Ibrahim,— Daud, 
— Omar el Menor, — Mozdai y TiyAn, casi s6- 
lo conocemos los nombres por el Alholal al- 
mauxia (1); de Ibrahim auade que hizo la 



(1) Ms, do In Caleccion Qayangos^ n.° X t folio 52 v. 
[hoy on la Biblioteca de la Aoademia do la Historia.J 






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-■■ 152 



peregririaclon (a la Meea; y de Tiyin que 
era el menor, 

Azobair, hijo de AH.— Solo una mencion 
eucuentro de este hijo de AH: dice Abdelua- 
hid (1) que en el ano 5L7, enviado Abdehnu- 
men contra Marruecos, )e salio al encuentro 
un ej6rcito de almoravidcs a las ordenes del 
emir Azobalr, hijo de All, hijo de Yusuf; Ira- 
bada la batalla en un pun to cerca de Ma- 
rruecos, Hamado la Albufera, fueron derro- 
tados los almohades con gran p6rdida: no en- 
cuentro m&s noticias de Azobair. 

Zeinab, hija de All.— De esta hija de All 
no tenemos mAs noticias que la de baber sido 
exceptuada de la venta coino esclava, al 
venderse el botin de la toma de, Marruecos 
por Abdelmumen: la excepcion fue hecha en 
consideracion a su marido Yahya, hijo dels- 
hoc el Masufi, conocido por Vandamdnf 

^ m ^AX**} 9 el cual habia dejado alosde su tri- 

l>u, entrando en la obedienciu de Abdel- 
mumen (2), 

De una hija de Zeinab y de Yahya el JIa- 



3 



(1) Edicidn Dozy, pAg* 13S. — Traduction de Fag- 
ft) AlholaJ, fol.H9 v- 



r. . J-. . 



- 153 - 

mar, que no sabemos si sera el mi s „ 10 Vahva 
que acabamos tie mencionar, hace meucion 
Abenaljatib en la biograffa de Abuchafar 
Ahmed AbeuaMya, quien parece se caso con 
esta U), y, como veremos luego, estuvo casa- 
do tarabien con otra priucesa de la misnia 
fawilia. 

Quiza pudieran-.os asignar a All un hijo 
llamado Alhamn, ya que lo* autores le dan 
el sobrenombre o cunya de Abnthasdn (pa- 
dre de AJhasdn); pero quoda iiidicado que e l 
uso de uu sobrenombre de esta clase no im- 
plica, como pudlera s.uponerse, la existeiicia 
de un hijo de este nombre. 

Hijo de Texufin. - VA unico hijo de Texu- 
fin, de quien teneinos noticias, es Ibrahim; 
dequieu ya hemos dicho al tratar de su pa- 
dre que, a pesar de haber sido proclama- 
do Principe heredoro, probablemente en el 
ano 539, ya que de este aiio y del siguiente 
hay monedasdeau padre, en las que se le 
da este tltulo, o no fu6 proclamado a la 
muerte de Texufin, o fue destittifdo a los po- 
cos dlas y reemplazado por su tio Iahac; en- 
viado por su padre a Marruecos en xaaban 



(1) thata, toxto impruao, pAg. I'M. 



- 15-1 — 

del afio 539, por el temor que tenia por esta 
cludad (1), p«rece q\ie all! fue proclamado 
v destituido a los pocos dias: es de suponcr 
que en Marrueeos aufrlera las consecuencias 
del sitio y que murlera en el, pues tratados 
los almoravides eomo infieles, por tactaarse- 
les de dar cuerpo a la Divinidad, los almo- 
hades mataban a los hombres y cautivaban 
a las mujeres y ninqs ('2); asi es que el autor 
del Alholal almauxia indica que f ueron lle- 
vadoa al campamento Ishac (texto Abuis- 
hac) las mujeres y los hijos de la gente de 
Marrueeos, habiendo sido muertos en el dia 
del asalto o de la entrada mas de 70.000 bom- 
bres, ademas de los 120.000 que dice hablan 
muerto de bambre, la cua! habia llegado al 
estremo de comerse los cadaveres y de que 
en las careeles se mataran unos a otros para 

alimentarse (3). 

El Mahdi, que acompanard al profeta 

emir de los muslimes Yahya, hijo de Abubi- 
quer, hijo de Ali, hijo de YAsuf, era un per- 



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1 



(1) Dozy, Notices, pag. l&i. 

(2) Ilisloria de lleqttinez; Ms. Ar. do la Academia, nu- 

mero 49. 

(3) Alholal ahnauxia t fol. Bi y siguiontos. 



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— 155 — 

sonaje desconocido hasta hoy en sus preten- 
siones, que nos haa sido reveladas por una 
preciosa moneda de oro, acuiiada en Ceuta 
en el aiio 543. 

Antes de tratar de Investfgar quien pueda 
ser este persouaje, describamos la moneda 
adquirida recientemente por nuestro amigo 
y compaiiero de Academia D. Antonio Vi- 
ves; ea ella -so lee lo siguieute: 



I. A. centto *13| ^' *J| ^ 






No hay Dios sino Dios; 
Mahoma es el mensajero de Dios; El Mahdi 

que acompaflai-a al Profeta, el Emir 

de los muslhnes Yahya, hijo de Abub6quer, 

hijo de Ali, hijo de Yusuf. 

En la orla de esta Area, la leyenda ordina- 
lla de los dinares aimora-vides- 



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156 -- 



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II. A, centro A-* - El imam 

J a — s siervo de 

V 

*J J I Dios 



U*S| ,. lft ;-.i1 ^**1 el Emir de los ere 

ventes, el Aba- 



si. 



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■ En la orla. w^ **=*J- " jVV' ' - \ 

ajU, Era eZ nomftre rfe Dio.v clemente y mise- 
ricordioso, fue acufiado este dinar en Ccuta 

aiio 543. * 
Lo especial de esta moneda es el tftulo de 

^"ompajlord of Profeta, apllcado al T^urtfe 
ios muslimes Yahya, hijo de Abubiquer, 
hijo de All, hijo de Yusuf- 

Tambien llama la atoncion el que Ceuta, 
que en el afio 540 se habla somatido eapon- 
taneamente a los Almohades, sigaiera des- 
pues el movlmiento de rebelion contra ellos 
y de adhesion a los antiguos dominadorea, 
diferenciandose do Cordoba y Grauada, que 



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— 157 — 

tambten acunaii moueda de tipo almoravid; 
pero en vez de proclainar a un prlncipe de 
la dinastla de los Almoravides, como hace 
Ceuta, aqu61Ias parece que reconocieron ex- 
tlnguida la famiiia, conslgnando en sus mo- 
nedas lo que podriamos llaniar un responso, 
poniendo en ellasla plegaria Oh, Vios, ten 
compasion de los piincipes de los muslirnes 
los Beaitexufin (1). 

Ni los de Cordoba en 542, ni los de Grana- 
da, en 515, eonocen a este Mahdl de la Cami- 
lla de los Benitexufin, que les era entonces 
tan sfmpAtica, probablemente porquo en 512 
no habla comeiuado la farsa, que con segti- 
ridad habfa terminado en 5-15. 

Las altemativas del dominio de Almora- 
vides y Almohades en Ceuta en los afios 
de 540 a 544 resultan poco elaras en los au- 
tores y merecen estudio especial, ya que 
esta monoda nos suministra un dato nuevo e 
irrecusable, 

liendida Or An desputis de la rauerte de 
Texufln en 510 y tomada tambidn Fez, Ab» 
del mum en se dirige a Marruecos en 541, y 
en el camino le Hega la noticia de la sumi- 



(l) Vives, obra citada, inimoroa de 1073 a 1983. 



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— 158 — 

sion de Ceuta, de la que nombro vali a Yu- 
suf, hijo de Majluf (1). 

Poco despues, en el aflo 542 6 543 (2), los 
de Ceuta se rebel an contra Abdelmumen, 
dando muerte al vali Yiisuf y a sus almoha- 
de8, cuyos cadaveres queman: el cadi Iyad, 
instigador de la rebelton segiin algun au- 
tor (3), pasa a Alandalus buscando apoyo 
para su causa, y avistandose con Yahya 
Abengania, que !e saiio al eiicuentro en Al- 
geeiras, le pide un vali, que es designado en 
la persona de Yahya, hijo de Abubequer el 
Sahraui, quien escapado (^era este Yahya 
el iudicado en el texto copiado en la pagi- 
na 13?) de Fez (mas bien de Tremec6a) cuau- 
do fue siliada por Abdelmumen, se habia 
rehigiado en Tanger, pasando iuego a 
Alandalus: establecido en Ceuta, Yhaya el 
Sahraui ayudo a las tribus de los Bargauata 



(1) AbeiijaldYin, torao VI, pig. 233.- Ahmed Ana- 

airi, tomo I, papf. 113. 
(9) Por Abenfarhun, Ma. num. 3213 de la Biblioteca 

do Tunez, resulta quo la rebolion do Ceuta, o el alte- 

rarselos negocios de los Almohades fue on el aiio 513.— 

Lo mismo consta en la J hat a do Abcnaljatib, tomo III, 

folio 153 v. del Ms. Ar. do la Aeademia, niim. 34. 

(3 Abendinar, edicion de Tiinez, pag. 110. 



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- 159 - 

y Decala en su rebelion contra Abdelmu- 
men: puede sospecharse que al iniclarse 
esta campaiia. en la que fuA dorrotado 
Abdelmumen, se babria iniciado la farsa 
de la mision de Yahya, toinando e! dic- 
tado de Mahdl, farsa que duro muy poco, 
pues habiendo vuelto Abdelmumen con nue- 
vo ojercito, los aliados fueron vencidos, y 
fugitive) Yahya, hubo de pe:iir el aman.que 
le fue eoncedldo por Abdelmumen, ante 
quien se preseuto a prcstar obediencia: el 
cadi Iyad, a pesar do haber sido el inspira- 
dor de la rebelion, tambieu obtuvo el amau, 
y retivado a Marrueuos, murio alii en ol aiio 
mis mo o en el siguieute, a mitad del 5-14 (1): 
a la ciudad su le impuso el castigo de derri- 
bar sus mnrallas (2). 

Ahora bien, 4 Yahya, hijo de Abubcquer el 
Sahraut, de quien ha'blan los autoi-ea, es el 
Yahya, hijo de Abubequer, hijo de Ali, hijo 
de Ytlsuf que ligura en la moneda de Ceuta 
del auo 543? Indudablemonte, y la razon es 



(1) Abenpascual, biogr. 972. 

(2) Abeujaldun, tomo I, cdicion de Slano, pag. 1)09. 
Tomo VI de la edicion del Cairo, pa ff . 233. -Cartas, 
paginaa 124, 176. -Ahmed Anasiri, tomo I, phg. 145. 



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— 1G0 - 

obvia: ambos dominan en Ceuta y son reco- 
nocidos por los Almoravides: la divergencia 
es puramente negativa, pues se reduce a que 
los autores no dicen, quiza porque no lo sa- 
bian, que Yahya era nieto de All y que ha- 
bia tornado el tltulo de Mahdi, titiilo des- 
mentido inmediatamente por el exito, pues, 
si fu6vencido, no era iuvencible, coino loha 
desersegun la creencia musulmana el ver- 

dadero Mahdi (1). 

^De quien era hijo el pretendido Mahdi 

Yahya, toda vez que tauto la moneda como 

los autores omiten el nombre de su padre, 

dandonossolo la cunya Abubiquer, que sa- 

bemos llevaron al menos dos de los hijos de 

Ali, Texufin y Sir? Un texto de Abenala- 

bar (2) resuelve en parte estas dudas, pro- 

bandonos que no era hijo de Texufin, sino 

sobrino, pues dice hablando de la muerte de 

Texufin «llego la noticia de su muerte al 

hijo de su hermano, llamado Yahya, hijo de 

Abubequer, hijo de AH, hijo de Yusuf, couo- 

cido por el hijo de la del Sahara, que estaba 



(1) V6aso Ze Mahal depuis Us origins de V islam jusqu'H 
nos jours, par James Damesteter. Paris, 1886. 

(2) Dozy, Notices, pag. 198. 



— 161 — 

en Tremeceu (sitiada entonces 539 por Ab- 
delraumen) y ealtendo de ella eon su gente, 
ia entrego». 

Tenemos, por tanto, que ol Yahya hijo de 
Abub&qucr no es hijo de Texufin, aino de un 
hermano suyo; aunque solo de Sir sabemos 
que Uevaba la cunya de Abnbequer, pndie- 
ran llevarla otros; sin embargo nos incliua- 
mos y casi tenomos segurf dad de que era hijo 
deSir, ya que, por circuu stand as que des- 
conocemos, los que se llamabaii Abubequer 
Sir, ordinariamente son meneionados por la 
cunva. 

Del texto (poco ha transcrito) de Abcnala- 
bar, parece que nuestro Yahya estaba de go- 
bernador de Tremec6n, ai ser osta ciudad ai- 
tiada y tomada por Abdclmumen en 539, se- 
gun el autor (1), aunqun por otro texto del 
mismo, tornado de otra fuente, parece que el 
vaU de Tremecfin era AbuhAquer, hijo de 
Massdalf (2): de todos modos resulta que Tah- 



(i) Una monoda do Toxnfin, acuiiada on TremocGn 
on 540, parece sor pruoba con cluy onto do que la fecha 
dol sitio osta equivocada. 

(2) Dozy, Recherches, prim era edicion, pa^. 133,— 
Dozy, Jtecherches, seg-unda odicion, tomo I, pa£. LIV\ 

II 



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— 162 — 

ya, el futuro Mahdi, estaba en Tremecen y, 
que al tener notieia de la muerte de su tio 
Texufln, Tremecen f ue entregada a los Al- 

mohades. 

Otras dos noticias encuentro que pueden 
referirse al Yahya hijo de Abubequer, de 
quien tratamos; pero ambas ofrecen dudas 
de diversa Indole y pudieran referirse al nie- 
to de Yusuf , Yahya, hijo de Abubequer Sir, 
el que se reve!6 contra su tio Ali al ser eate 

pro clam a do. 

Abenalabar, en la biografia de Obaidala, 
hijo de Almotasem de Almeria, liuico indivi- 

duo de la familia que por de pronto se puso 
al servieio de los Almohades, dice que acom- 
pafld al emir Yahya, hijo de Abubequer, en 
su expedicion a Toledo (1): como de los po- 
cos datos que suministi a la biografia no pue- 
d'e calculate ni aim el tiempo en que tuvo 
lugar Iw campaiia, no podemos caleularsi se 
trata del misrao indivlduo, a quien como he- 
mos visto, llama en otra parte Yahya hijo de 
Abubequer el Sahraui, o si e* el nieto de Yu- 
suf, de quien se hablo antes y a quien podrla 
y pareee referirse la notieia que sigue. 



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(1) Dozy, Notices, pag. 175, 



- 163 — 

Hablando de Abuchafar Ahmed Abenati- 
ya, visir y secretario de Abdelmumen, dice 
Abdeluahid (I) que estaba casado con una 
hija de Abubequer, hi jo de Yusuf, hi jo de Te- 
sufin, la cual era conocida por la hija de la 
del Sahara, y su hennano Yahya, caballero 
almoravid, celebre entre ellos, era conocido 
tambien por el hijo de la del Sahara; este 
Yahya era considerado entre log Almohades, 
quienes le habian dado el maudo de los Al- 
moravides que habian aceptado el uuitaris- 
mo, y de este modo siguio cousiderado y 
hom-ado, como mereeia, hasta que cayo en 
desgracia de Abdelmumen; pues este, ha- 
biendo lleg-ado a su notiela al^uoos hechos y 
diehos de Yahya, se Incomodo contra el: en 
su consejo hablo de esto y parece que penso 
prenderle: Ahmed Abenatiya, temiendo por 
lavida de su euiiado, enearg-6 a su mujer 
que avisase a su hermano Yahya, a flu de 
que al ser Uamado por Abdelmumen se fin- 
giese enfermo y, a ser posible, huyese a Ma- 
llorea: avisado por su hermaua, Yahya evi- 
toel primer golpe; pero una indiscrecion, 



(1) Abdelaalud, edicion Dozy, pigs. 143 y 173 de la 
traduccion, porFagn&n. 



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— 164 - 

nor la cuai se entero Abdelmumen de la des- 
ieattad de su visir, fue causa de la muerte 
de este y de la prision de Yahya, que sigmo 
preso hasta su muerte. 

Estos sucesos se refiereu al aiio d38 en que 
fee muerto el visir y secretaire de Abdelmu- 
men, y despues, no sabemos cuando, morirta 
Tnlacarcel e. emir Yahya, hi]o de Abube- 
quer, el hijo de la del Sahara. 

;Este Yahya, a quien Abdcluahid aupone 
nieto de Yusuf, es nieto de Ali, de quien es- 
tamos tratande? Creo que si y me incline a 
creer que Abdeluabid omitio en la genealo- 
gla las palabras J* ^ la coincident de 
que si son diferentes, «ean ambos hijos de 
La del Sahara y que tomasen de ella la de- 

nominacion de fttfo de la del Sahara, aun- 
q uenoe,i m posible,nodejariade S evrara 

Estanson las noticias que hemes podido 
reunir acerca de individuos de la fam.ha de 
Iob BenitOBufln: a medlda que se vayan e>- 
tudiando mievos testes, impresos o manus- 
critos, puede darse per seguro que 8 e encon- 
traran nueves dates, ya referentes a los per- 
sonajes mencionades, ya a etros de lo. cua- 
les hov no encontramos noticias. 



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D. F. de B. y sus Cartas para llustrar la 
hlstoriade la Espana arabe(I), 

En un informe que tuve el honor de leer 
ante esta Real Academia (2), hube de hacer 
apreclaciones baatante duraa acercadelas 

Cartas para ilustrar la historia de la Es- 
pana drdbe, obra escrita por D. Faustmo 
Muscat, quien las publico, firmAudose D, F, 
deB. 

En el trabajo a que me refiero, hube de 
probar que lay uoticias que a los autores 
ftrabes se atribuyen por D, F, de B., relati- 



(1) Trabajo publicado on el Boutin de la Real Acade- 
mia de to Hietoriay tomo IX. 

(2) Informs acerca do la Historic de Oaravaca y de 
su Santisima Cruz, obra escrita por el Sr. P. Quintfn 
Basy Martinez, pnblicado en el Jioletin de la Acade- 
mia, tomo VIII, pags. 429-439. 



\ - 



- 168 -- 



vas a tos primeros alios de la dominacion urn- 
sulmana en Murcia y su provincia, no po- 
dian proceder de tales hientea; pues nada 
paracido se encuentra en los muchos auto- 
res arabes que hoy andan en manos de los 
arabistas. Como la pi-ueba, purauiente ne- 
gativa por su nattralcza, pudiera parecer 
inauficiente, habiendome tenido que lfmitar 
al examen de lo que a Murcia y su provincia 
se refiore, he creido oportuno consignar en 
un ligero escrito algo de lo que entonces 
hube de anotar para estudiar la euestion 
eon el cuidado que el encargo de la Acade- 
mia requeria, y que no hubiera podido en- 
trar en el informe, sino a lo sumo por via 
de nota, que resultando muy extensa, tuve 
por mejor omitir. 

Las apreciaciones que hice acerca de las 
Cartas de D . F . de B. podi-an parecer de- 
masiado duras, e innecesarias en cuanto a 
los senores academicos; pcro no lo son para 
muchos de los que cultivan los estudios his- 
toricos; pues aunque ya el Sr. Lafuente 
Alcantara dijo mas que yo, calificando a 
D. F. de B. de falsi ficador , y a sus cartas de 
dignas compaHeras del cronicdn de Luit- 
prando, del de Flavio Dextro y de la histo 



* 



— 169 — 



via de Tarik Ahentarigue (1), no por eso hail 
caido en el deserfedito que merecen: por for- 
tuua los ejemplares de estas Cartas escasean 
bastante. 

QuizA conviniera que con esta obra y 
otras analogas se hiciese lo que hizo el se- 
fior G-odoy Alcantara con los fatsos cronico- 
ties; pei'Oj por si esto no se hace, mo permiti- 
r6 afiadir algo a lo dicho, que de un modn 
directo prucbe la poca fe que merecen los 
text-os de D. F. de B, 

La manor parte de tales textos est& to- 
raada de Adh-Dhabbi, que nosotros homos 
publicado; y estos textos son los menos im- 
portantes, porque nada dicen que no encon- 
tremos en otros autores, excepto el tratado 
de Teodomiro, que quizft no ha sido conser- 
vado por otro autor. 

«E1 segundo de los autores que legobier- 
na, dice D. F. de ]3. cs Ahmed lien Ahmed 
Ben Ahmed el Azdi (pag. XCIII) (cuya bio- 
grafia pono Adh-Dhabbi, quien nada dice 



(1) Ccleccion de ohms amhigas de hhtoria y geografia t 
que publica la Rail Academia de la Hisloria t tomo I. Aj- 
bar Machmua (coloccioii do tradiciones), traducida y 
anotada por D. Emilio La f acute y Alcantara, Madrid, 
1867, pag. 19, nota2. fl 



170 



'Si 



£ ji 



de que Ahmed escribiese historia); D. F. de 
B. dice que Azdi torno principalmente las 
noticias de Jos anales que escribio Abde-r- 
Rahm&n II y de cuya autoridad se vale, asl 
como se sirvio Adh-Dhabbi.> 

En parte alguna recordamos haber visto 
que Abde-r-Iiahm&n II escribiese anales, y si 
efectivarnente Adh-Dhabbi cita una vez (p&- 
gina223)unAbde r-Rahm&nben Al-Haquem 
como historiador, no dice, ni se infiere, que 
sea el prlncipe espailol de este nombre; pues 
euando (en las p&gs. 16, 66, 261, 438, 456 y 
492) se refiere al principe, lo dice expresa- 
mente: muchas veces se refiere Adh-Dhahbi 
a un historiador Abde-rahm&n ben Abd- 
Allahben Abde 1-Haquem, que es muy posi- 
ble sea el mismo citado anteriorraeute, y 
que en 6ste se hayan suprimido nombres; 
pues Abde r-Rahm&n ben AUHaquem, prin- 
eipe o no, es desconocido como historiador 
por el Dr. Wiistenfeld (1), y ei autor, con 
quien suponemos la equivocaci6n> es cono- 
cido de todos, pues esta impreso, y en 61 
no figura lo que al Abde-r-Rahmdn ben 






(1) Bit Geschkhischreiher der Araber itnd ihre Werke, von 
F. Wustenfeld:Gottiogeii J 1882. 



- 171 — 

Al-llaquem atribuye el Azdi de D. F. de B. 
Aiiade el autor de las Cartas .que en se- 
gundo lugar el Azdi autoriza sus narrativas 
con la autoridad de Ahmed beu Mohamed 
ben Ahmed ben Saaid Aben Amer Aben el 
Ghesur, el cual consta por el Dhabbi murio 
en 318 de la hegira*. 

Las noticias que tenemos del tal supues- 
to historiador, difieren bastante de lo que 
dice D. P. de B. En primer lugar, ni Adh- 
Dhabbi ni Aben Pascual, que ponen su bio- 
grafla, dicen que escribiese historla en que 
pudiera apoyarse despues el Azdi, y ambos 
dicen que murio en 401, no en 318. 

El Dr. Wustenfeld, en su obra dedicada a 
dar noticia de !os historiadores arabes cono- 
cidos, no menciona al tal historiador ni con 
esos nombres, ni habiendo muerto en Jos 
a5os 318 6 401: por tauto, no parece aventu- 
rado asegurar que D. F. de B. se fingio o 
creyover en los autores arabes estas histo- 
rias y estos historiadores, cuando lo que de- 
bio ver en Adh-Dhabbi fue que otros habian 
contado tradiciones con referenda a Ahmed 
ben Mohamed ben Al-Chesur, es decir, que 
habian sido diseipulos suyos. 

Ofcro de los autores que sirven de arsenal 



r x ■ 

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-- 172 - 

a D. F. de B. es Jasan Aben Aabder el La- 
gui, cuvo nombrc integro dice: «segiiu el 
Dhabbflue Jasam ben Melic ben Abu Aab- 
det el Lagui, que murio en 420 de la hegira: 
este tomo bub noticias de uu eacrltor ante- 
rior llamado Aben Saaid ben Junas.que 
murio en 347 de la hegira. Vaiese ademas 
de un tal Aben Kathan, que habia escrito 
antes; mas como hubo mucbos que tuvieron 
este nombre y no dando Jasan mas senales 
que determines tampoco puedo dar sefias 
individuates de quieu sea» (pag. XCIV). 
Vearnos quien es el tal historiador el 

Lagui. 

Aben Paacual y Adh-Dhabb( ponen labio- 

grafia de Aben Abdah Haccan ben Malic 
ben Abu Abdah, que murio en 416, segiin el 
primero, diciendo el segundo que murio an- 
tes de 420: en cuanto a- que escribtese histo- 
ria, ninguuo de los dos blografos lo dice: 
tampoco el Dr. Wuatenfeld le conoce como 

historiador. 

Dice D. F. do B. que el Lagui se apoya 
principalmente en la autoridad de Abea 
Saaid ben Yunas, cuyo nombre para nos. 
otros es Abu Caid ben Yunus. 

Efeetivamente consta que Abu Qaid ben 



f 



173 



Yiimis escribio de historia, y aunque parece 
raro, ai tratar de Egipto cita a nuichos es- 
patioles; y como Adh-Dhabbl tomo mucho de 
61, citAndole, al menos SO veces, una como 
Abu Caidj ofcras como Abu Caid ben Janus v 
otras como Aben Junus, pudo tambieu el La- 

■ 

gui, si escribio historia, tomar mucho de 61; 
pero de todos niodos resulta raro que en las 
muchas voces que 1p cita Adh-E>habbi, nun- 
ca diga las cosas inuy especiales, que segiin 
D r F, de B. tomo de 61 su autor favorlto el 
Laguf y en especial que de Habib ben Abu 

Abdah, etiya biografla con el tratado deTeo- 
domiro toma de Abu Caid, uada diga que 
no conste por otros autores, excepto lo del 
tratado, 

Podria sospecharse que al ver D. P. de 
E. las muchas veces que Adh-Dhabbj cita al 
kistoriador Abu ^aid ben Janus, creyo que 
a nadie major podia atribulr las noticias 
con las cuales habla de intentar resolver 
tantas cuestiones hiatoricas. «E1 cnarto es- 
critor de cuyas noticias me aprovecho, dice 
D, F, de B., es Mohamed Abud Abd Allah, 
que llega con su escrito al 300 de la hfigira: 
6ste no usa como loa dem&s citar a otro al- 
guno anterior. Escribe como original* (p&- 



— 174 -- 

gina XCIV), D. F. de R. cree que este 
Mohamed es el Mohamed ben Aamer el 
Shadfi Abu Abd Allah, cuya biografia cons- 
ta en Adh-Dhabbi y Aben Al-Abbar, quie- 
nes le citan como illscipulo de Abu AH ben 
Coccai-ah; pero D. F. de R. entendio la eosa 
m&s que al rev6s, y cree que Abu A!i ben 
Coccarah y otros le citan como autoridad en 
suseseritos. 

Es verdad que, despues de todo, solo resul- 
ta probado que el pretendido historiador 
Abu Abd Allah Mohamed, de que se sirvio 
D. F, de B. 7 no debe identificarse con el dis- 
cipulo de Aben Coccarah, Mohamad ben 
Omar ben Mohamed As-Sadafi, que figura 
en las biograflas 22-4 de Adh-Dhabbl y 112 
de Aben Al-Abbar en su Atmdcham; pero po- 
dra decirse, y hasta cierto punto con razon, 
que si no es 6se, sera algun otro, imposible 
de dsterminar; pues tomando la cunya Abu 
Abd- Allah casi todos los que se Hainan 
Mohamed, como con este nombre figuran en 
la obra del Dr. Wiistenfeld nada menos que 
169 historiadores, habla que buscar el que 
guio a D. F. de B. entre todos 6stos, y los 

r 

no pocos, principalmente espanoles, que fal- 
tan en dicha obra } en la cual el diligentisi- 



— 175 - 

rao investigador no pudo incluir los que solo 
constau en manuacrltos ineditos, corao suce- 
de con easi todos los del Eseoriat. 

«E1 quinto escrltor de que tomo mis prin- 
cipales notieias, dice D. 1\ de B. es Abd e) 
Melic ben Jabib.» Este es historiador eonoci- 
do y ademas se conserva en la Biblioteca de 
Oxford una de sua obras que trata de la Ms 
toria de Espaiia: D. F. de B. dice que tenia 
■presente este tratadito: un poco raro me pare- 
ce que llame tratadito a una obra, que en el 
codice de Oxford consta de 201 pagiuas (1): 
no teng-o anotadas las notieias que D. F. de 

B. toma de este escritor, que no deben ser 
muchas. 

«E1 sexto, anade, es Abu el Jaseu Aali el 
Majzumi, que trata de la serie de los Reyes 
Omiades de Cordoba* (pag\ XCV). 

Nada encuentro acerca de este historia- 
dor, ni auu en el mismo Adh-Dhabbi, quien, 
sagiin D. F. de B., lecitasin expresion de la 
epoca en que vivid: en mis indices de Adh- 






(1) Vide BMiotheco- Bodltyana? codieum manuscript 
rum orientalium Catalogi partis secunda v&lumen prtmunt 
Arabicos complectens, confecit Alexander Nicoll, Oxo- 
nii, MDOCOXXI, pftg. US. 



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— 17G - 

Dhabbi no encuentro niugun 
c **jirr\ que deberia correspouder al Abu 

el Jasen Aali el Majzumi del autor de las 
Cartas ilustratiuas du la historic, de Espana: 

es muy posible que en vez de ^zj^f I Us- 

ve otro patronimieo: pero de todos modes e& 
muy raro que no pusiese el nombre de algu- 
no de los ascendientes, lo que se omite pocas 
veces, y de ordinario solo al tratar do per- 
sonajes muy conocidos, o a quienes se cita 
mucho: entre los historiadores anotados por 
el Dr, Wiistenfe! tampoco encuentro niugtin 
Ali que se parezca a 6ste. 

Para compietar )a particularidad de los 
Ms. preciosos que poseia D, F. de B., aiiade 
que estos cinco tratados ultimos con otvos 
varies recogio en un cuerpo de obra Abd 
Allah ben Ajmed ben Mohamad ben Ahmed 
ben Aaisi ben Manthui\ reaidiendo en la 
ciudaddeTremec6neiielano5S2 dela h6gi- 
ra (pag\ XCVT): aiiade D. F. de B. que nin- 
guna otra noticia tenia de este autor, por 
m&sque habla acudido a Adh-Dhabbi, en el 
cual encoatro noticias del padre y del abue- 
lo: tampoco nosotros encontraraos noticia al- 



< 






- 177 - 



guna de dicho historiador, nl aun en la tan 
citada obra del Dr. Wttstenfeld: del padre y 
del abuelo encontramos las que vio D F de 
B. y algunas mas que constan en Aben Pas 
dial, quien lo mismo que Adh-Dhabbi pone 
las biografias de ambos con algunos mAs de 
talles eu la del padre, y por eierto que si V a 
resultaba algun tanto raro que e! hijo escri- 
biese sosenta y dos aiios despues de la muer- 
te del padre, sabiendo por Aben Pascual 
que este nuirio de ochenta y cuatro anos 
result* el hecho algun tanto mas raro, pero 
sierapre muy posible. 

Si en el eontenido historieo los autores de 
quienes toma sus noticias D. F. de B. ofre- 
cen la particularidad de narrar lo que nin- 
giin otro autor de los eonocidos, en el len- 
guajede que se sirven resultau no menos 
especiales, pues emplean palabras que no 
constan en la misma acepcion en los demas 
autores ni en los Diccionarios. 

En especial en los nombres propios geo- 
graficos los autores predileetos de D. F. de 
B. dan muestras a cada paso de que no co- 
noclan muy bien nuestra geografia. 

En cuanto a los nombres propios que cita 
D. F. de B. y que quiza no constan en otvos 



1-2 



<- -:-_ ■ 



- 178 — 

autores, serla improba tarea el probar que 
estan mal inventados, y que un autor Arabs 
antiguo no pudo emplear tales nombres para 
representar el de tal o cual poblacion espa- 
nola: basta fijarse en algunos de los conoci- 
dos y cuya transcripcion no tuvo presents 
D. F. de B. al confeccionar sus textos, por 
mfts que los hubiera visto bien escritos, aim- 
que no muchas veces. 

El terriiorio de Galicia llamado constan- 

temente por los Arabes h&^ parecfa mAs 

natural que no lo hubiera escrito <L«^le 

corao lo escribe siempre D. F. deB P en los 
textos de au invencion, en los cuales habia 
de dar noticias detalladas de este territorio, 
en especial al tratar del primer periodo de 
la reconquista: tambi&n el nombre de Tude- 
la lo habvla visto en los autores Arabes, pero 

no reeordando que se escribe *U^3" , eacri- 

bio siempre ih.0 1 , 

Entre los nombres propios de personas 
tambien habrla visto bien escrito el nombre 



de c*3j 



JL^**-i pero como habia de des- 
empenar un papel m&s importante y figurar 






■ 

i- 



: 



— 1(9 — 

en los textos de su invencion, olvidandose 
de como Io habia visto escrito, lo transfor- 
mo en -Wi-. 

En el nombre del padre del gobernador 

^UJi r ^~ „, : . ; t ..^ c Amba9ai vi6 im 

punto de mas layendo .*=*■«, y discurrien- 
do sin duda acerca de la etimologia del nom - 
bre Cehegtn, se le ocurrio el nombre *^~ 

y alia estnvo a mano el texto, que tratando 
de la ciudad de Cehegln dijese quien lahabia 
fundado (pag. XXXVIII), resultando que 
eltal pei-sonaje ^-, que f u „da una po- 

blacion en EspaQa, no conata por los auto- 
res conocidos que estuviese en nuestra pe- 
ninsula; ademas de que escrito el nombre 
de un modo correcto no podia dar iugar 
al nombre de la ciudad de Cehegin, pues 
de QoliaUm o Qahhn, diffcil seria sacar 
Cehegin; bien que no seria mucho mas ad- 
misible sacarlo de (jochaim o QacUm. 

En cuanto a palabras comunes empleadas 
deun modo impropio, eitaremos JaS matar 
por JjU o JjU; combatir:- M permane- 






. 



- 180 — 

cer empleada tambifen muchas veces por 

A* levantarse contra uno, 7-ebelarse, en cuya 

acepciones mfts propio el empleo de la pa- 

labra Aj: *^^ mi cornbate por Ja* wtuerie 
yotras, y no queremos sigmfiear con esto 
que D. F. de B. no conociese la leng'ua £ra- 
be sino que es nmy diferente entender lo 
escrito y escribir en forma correcta. 

Con lo dicho creemos haber probado de 
un modo general, en euantoestas cosas pue- 
den probarse, que las Cartas UustraUvas de 
la historia de la Espana drabe, si no est&n 
escritas con textos fingidos en su mayor par- 
te por el autor, carecen por completo de 
autoridad por apoyarse en documentos no 
conocidos y cuya exiatencia es muy poco 

probable* 






>..| 



Embajadas de princlpes cristianos en 
CGrdoba en los ultfmos anos de Alha- 
quern II <[). 



La corte de Abderrahman III, y ]a de su 
hijoy sucesor Alhaquem II, habfan preseii- 
ciado espeetaculos por domas halagiieiios 
para el amor propio musulman, al ver lle- 
g-arasus puertas principe? cristianos que, 
ensus luchas defamilia, o destronados por 
sua pueblos o rlvales, imploraban el auxilio 
de los califas de Cordoba. En los liltlmos 
anos del seinisecular reinado de Abderrah- 
man Illhablan sido recibidos consolemnidad 
extraordinaria dona Toda, reina regeute de 
Navarra; su hijo D. Garcia y el destronado 
reydeLeon, Sancho el Crmo, que, echado 
deaureinoporsupvimo Oi doflo el Malo, ha 



(lj Trabajo pablioado en el Botetin de la Real Acade- 
mia de la Ilistoria, tomo XIIl. 



- 182 - - 

bia ido a contar sus cuitas a su abuela doiia 
Toda, la cual, no pudiendo con las fuerzas 
de Navarra restaurar en el trono a su nieto, 
hubo de pasar por la humillacion de pedir 
la proteccion de Abderrahrnan, quicn 3a 
concederia sin dificultad, aunquc con su 
cuenta y razon, como era de suponer. 

No conccemos la descripcion detailada de 
esta recepcion, sino indicacioncs generates, 
que nos hacen formar una idea grandiosa 
de la magnificencia que en tales casos se 
desplegaba (1); lujo y aparato que Alha- 
quem II tuvo tambt6n ocasion de manifestar 
en la recepcion de alguna otra ilustre dama 
que, como la reina de Navarra, se presenta- 
ba en Cordoba como rnedianera autre el ca- 
lifa AlhAquem y su hijo Rodrigo VelAz* 
quez (2), condede Gaiicia, o del Algarbe, 
como veremos que le llama Abftn HayyAn al 
mencionar una nueva embajada de cste mis- 
mo conde. 

Si, como tenemos en el medio tomo del 



(1) Dozy, Uistoire dts muxulmana d'Eapagne, jusgu'a \a 
conquUcdv VAndalonaic par Us Almoravhks. Loyde, 1861, 

tomo III , p&g- 86. 

(2) Idem, tomo III, p&gs. 105 y 235. 



i 



- 183 — 

Ahnoktabis la historia no completade cinco 
anos del reinado de Alhaquem II, tuvnha- 
mos el tomo integro, podriamos formarnos 
idea exacta del niimero de enibajadaa que 
llegaron a Cordoba en cstos auos, y proba- 
blemente encontrariamos alg-una, referida 
eon todos sus detallea; pues con haber sido 
las do los ultimos afios meoos importantes, 
por cuanto las embajada** pareco que solo 
tenlan por objeto hacor declaraciones, no 
siempre sinceras de amista 1 y cast snmisiAn, 
y no concuniendo circimstaiuias excepcio- 

nales en los einbajadores, sin embargo la* 

reeepeiones son rnny ostentosas- 

Por riesgracia la narracion de la primera 
embajada que se conserva en el manuscrito 
Ah la biblioteca de Cidi Ilanuula en Constan- 
tlna (1), no estA Integra, pues faltan algu- 
nas palabras: pero aun puerlo rehacerse casi 
por complete (folios 2, 5 y (!). 

A fines de xab&n del aiio3G0(=970) lle^a- 
ba a CArdoba una embajada del conde de 
Barcelona Borrell I, hijo deSunyor; era el 



<1) Veaso la noticia do osto mnuuscrito on ol to- 
mo XIII del Boletin ite la Real Academia th la HiatOria, p&- 



- 184 — 

embajor el conde Bon-Fil o Bon-Filio, hijo 
de Sinder&dof (1), confidente tie Borrell, en- 
eargado de las fortalu^as y negocios graves. 
El objeto de la embajada parece haber sido 
dar al califa noticias de Borell, hacer pro- 
testas de verdadera obediencia y amistad 
(clientela o patronazgo), present&ndoie co- 
mo regalo -*;0 esclavos entre hombres, muje- 
res y ninos; cuantos habia podido encontrar 
en la corte y los confines do su estado; pues 
creyo que nada serla m&s grato al califa. El 
conde Bon-Fill iba acoirpanado de 20 mag- 
nates de Borrell, y entrre elios se notaban 
los enviados del conde Guitard (2), adclan- 
tado de Borrell en Barcelona, loa cuales lle- 
vaban tambi6n su carta para el califa, e 
iban acompafiados de tres caballeros. 



- 



U) El nombro <lol condo Borrell, hijo de Suniyor, 
no ofrece dificultad, lumque pocas voces rcsulta bieji 
escrito; el del ombajador Bon Fill o Filio, hijo, Begun 

creemos, do Sindorcdo, no rcsulta tan claro i*)^ 

(2) El nombro do est© conde J^*>& noa yarecosera 
Quitard, apellidoijue auii hoy se consorva en Catalu~ 
u& t y iigura on antiguos documentos del archivo de 
Barcelona, 






- 185 — 

Acompaiio a los embajadores, en todo o 
parte del viaje, Hixem hen Mohammad ben 
OtsmAn, oficial de la guardia (i) y capit&u 
en Torfcosa y la cora (o distrito) de Valencia. 
La coimtiva parece que se habia hospedado 
en el campamento de Fahs At$aradik y y 
despufis, al Uegar al puente do Cordoba, en 
la almunia de Namr, en la oriila del Gua- 
dalquivir; esto tenia lugar el inartes, a fines 
de xab&n del afio <%0 (=27 de Juuio de 971 
de J. C). 

Dejando sin duda a la comitiva fnstalada 
en su alojainiento, el gobernador de la fron- 
tera de Valencia se presento al ealifa en 
Medina Azzahra y le dio euenta de su eo- 
inelido; el ealifa mando honrar la mansion 
de lo3 embajadores, y el sAbado inmediato, 
a 4 de ramadhAn (1.° de Julio de !)71), fue- 
ron reeibidos en audiencia sotcrniie, si bien, 
como era natural, la solemnidad no fufi ex- 
traordinaria. 

Sentado el ealifa, como de coatumbre en 



(1) ftb »^*M ^_^^.L^* so trarluco ^enorftlmonte 
por prefecto da la ijuardia; pero como rosulta t\a Abfin 
IlayyAoquo oran varios los quo Dovaban Htuios i^ua- 
los, lo trnducimos por ojicial de la guardia. 




— 18G - - 

tales casos, en el trono en la plataforma del 
salon oriental de audiencias, salon que daba 
a los jardines, fueron llegando los wazires. 
quienes se sentaron por su ordeu, ocultau- 
dole a las miradas (1-); de entre ellos por la 
parte de la derecha el wa/.ir y kaid Galib 
ben Abderrahman, y debajo de Al, KAglm 
ben Mohammad ben Thomlos, waxir y pre 
fecto Uoficial?) de la familia feintendente de 
palacio?)j a la izquierda prestaba el miamo 
servicio el wazir y gobemador de Cordoba 
Chafar ben OtsinAn, y debajo de 61 el gober- 
nador de Medina Azzahra Mohammad ben 
Aflah: en busca de los embajadores de Bo- 
rrell salio Xahwar (ben Abderrahman) ben 
Axxeij,acompanado deun piquete delchund, 
y algunos de los principales cristianos de 
Cordoba, que habl an deservir deint6rpretes. 
Al adelantars© Xahwar, ya los embajado- 
dores llevaban lo^ regalos de Borrell para el 



(1) Al vorbo correspondionto ^^-^^^j no Je en- 
ouentro sitfnificado ektro para esto caso: sogxtn Frey- 
tag signifioa tevit, ohterr.it: aegiui M. Dozy (Supplement 
aux Dietionnairw), liablando de im prfucipc, fiignifica 
tenerte cncerrado, serucstrarle de la sociedad de los hombres, 
sustracrte a tod/ts las nriradus, ni/iguna do cuyas acopcio- 
nea paroco dar suntido claro. 



+ 



- 187 — 

califa, lo3 cuales consistiaii, corao se ha di- 
chOj en 30 cautivos entre hombres, mujeres 
y ninos. ^con hermosos vestidos do soda v 
annas? (l): Xahwar condujo a los embajado- 
res a sus asientos en las salas de estancin del 
chund (<jel cuerpo de guardia?) en Medina 
Azzalira, hasta quo estuviese completo el 
preparativo de la audiencia del callfa: diose 
la orden de entrar, y entrarou, yendo delan- 
te do todos el conde Bon-Fill... (2), y cuando 
^estuvieron? en la puerla de la sa!a en que 
estaba el trono, so postraron... hasta que 
llegaron ceixa del caiifa, cuya mauo besa- 
ron,.,, y permanecieiulo en pie, entregaron 
el escrito r ;do Worrell?: mirolos el califa, v 
abrio la conversation con pregmitas acorca 
del estado do Borrell, su amo, v do su pais, 
recordAndoles el buen eoncepto de su pue- 
blo para con 61 y su huena corresponden- 



ts No ostoy KO£iiro do entendor bien Ins palabrftR 



i^J t 

(2) Faltan pAlabras en el original, y csto indicnmoA 
con los puntos. 



? 

j 



— 188 — 

cia (1): los embajadores dijeron lo que ies 
plugo, y los int^rpretes deelarabau al califa 
lo que declan los embajadores y a ellos lo 
que 6ste decia; terniinada la sesion, Xah- 
war ben Axxeij se marho eon ellos a la al- 
oiunia de Nasar, el campamento, que se le 
habia preparado para serviles con su gente; 
el califa dio orden de levantar las cadenas 
de los esclavos, para que f uesen condueidos 
a sus moradas, cuya orden fu6 cumplida. 

El tesorero en Medina Azzahra, Ahmed 
ben Ibrahim, por haber sido encargado de 
^acompafiar? a los enviados de los rebeldes 
y de aeerearse a ellos, dijo en alabanza del 
califa unoa versos, de los ouales se copian 
einco, 

Cuando fu6 s&bado (no sabemos qu6 dia 
del mes xawal) (2), el califa celebrootra au- 
diencia en el trono del salon oriental del 
ale&zar de Azzahra, saliendo.,H ben Chau- 






(2) En el teste falta el nombre del mes; pero como 
laegro 86 citfl el mes de xawal, indioando que se ha, 
mencionado antes, lo suplixaes aqui* 



— 189 — 

sAn (1.) acoinpanado de un piquete de calm- 
llerla en busca del eiche Bon-Fill; rodeAban* 
los varios cristianos de, Cordoba, que habfan 
de servir do inttf.rpretes, y llegadosa presen- 
cia del califa, cumpHeron su comelido; el 
califa mando ,. del comitente de ellos Bo- 
rrel en contestacion al escrito de <M, v dio a 
Bon-Fill, su enviado, los grandes ^regalos? 
que correspondiau a los esclavos a quienea 
habia dado libertad, y dio a conocer a ellos 
lo que hablan de decir a Borrell de su parte, 
y le proponia acerca del fin de la obediencia 

(pazcntro Barcelona y Cordoba); Bon-Fill 

y sua compaiieros fueron nutorlzados para 
regresar, y se les dieron los regalos, vestidos 
y acAmilas segun sus calegorlas.*., satiendo 
de Cordoba, de regreso, a mitarl de xawal 
antefochado (10 de Agosto de 971). 

De esta embajada cnviada a Cordoba por 
el conde de Barcelona Borrell I, no sabeinos 
que se conserve noticia «n otra parte; al 
menos M, Dozy, en su ULstoire des musul- 



(I) En el toxt.o no sg conflorvii m&a quo ol ultimo 
oJomonto del nombro do ssto ompleario; mas adolanto 
figuran on el mauuflcrito do Aben JIayykn fcroa perso- 
najos, fitleimdn, Obada y Abderrahmdn, descomliontos do 
Abu CJtau.cdn. 



- 1U0 



mam, ninguna referenda hace a la uiisma, 
ni la encoutramos mencionada en la Histo- 
ric, de Catahma ) de miestro compauero el 
Sr. Balaguer, 

Al dia siguiente de haber salido de Cordo- 
ba el conde Bon-Fill y los suyos, el califa 
Alh&quem II celcbro audicncia con las ma- 
yores solernnidades de costurnbre para reci- 
bir a otros embajadores de principes cristia- 
nos; pues el sabado a L6 de xawal (11 de 
Agosto de 971) el califa se sentaba en el tro- 
110 del salon oriental del alcazar de Azzahra 
pararecibir a los embajadores, que se ha- 

blan rennido en sii puerta; preseuciaron la 
solemnidad los wazires, y ^estabau al lado? 
del califa sus hachibes, segun costurnbre, y 
lae diferentes clasea estaban de pie dentro y 
fuera del alc&zar. 

Entraron los primeros los enviados de San- 
cho ben Garcia, seiior de los Bascones (Gar- 
cia I de Navarra), que eran el ^Abad Basal? 

■>l ; *M JU«? (1) y Velasco, kadhlde Navarra? 



t 



-■ 



(1) La ledum do este nombre es muy dndosa: en- 

contrftmoa oacrit.o -^->-*-^' J L "-- > » Mo recuerda el 
Sr. Fita q-ue en 29 do Junio delano97i era ya obispo 
de Pamplona y abad de Loire D. Bias I. 



- 101 — 

*;-■-■ (1), con cada uno de los cuales ibau 
dos de los magnates del rev. 

A coQtinuacioii se preseuto al califa el 
arif AbdelmGlic, que venia de la corte de El- 
vira, hi ja de Rauilro JI (2), con su embajador 

^->\ I (3); entraron desputs Habib ben Tha- 
wila y Oaada, como enviados do Fernando 
ben Filin beo Comes do (?) Talamanca (4); 



(1) N(* es soguro quo diga kbadl o jucss do Xararra, 

p«es las lotras ^t-*0 no tienott pimto alguno, y nun 

Ol trnzo del ; pudiorn spr -* yrosultar kndki pot- man* 
dato dr rl, 

(2) Dona Elvira ora hi.ja do Ramiro 11 y tntora da 
su sobrino Itamiro III; f\u"> rolitfio^t en *>1 oouvento do 
San Salvador do I.oon. (Dozy, IfLvtoirc, tomo III, pu- 

gina io*;o 

Of) El nombro -_^-!, ai esta bien oscrito, nos 
pAroco puramento Arabo. 

(4) Los nombroft dolosonvindoftRON ptiramcnto ara- 
bos; los do] podcrdanto ofreoen no poena difintiltados; 
solo ol nombro propio no ofroeo duila, pues resulta 

Gflcnto *5^Uj ^j-^3 ^ , lfi J-5 r; - J..0i # i 

FmJjJrtmi/) (Fernando) hen iFilin? hen Come*; la pnlabra 
quo fiiguo a Comes, o OuM/fc, poch-ia loorso&itaniffnm, ad- 
mitiondo altruna pp.piofia modi/icacion; mejor podrla 
leorao Talamanca, y tAmbion pndiora ser nombro de 
persona. 



=_ 



— 192 - 

luego entro Garcia ben r ;Aton? (1), mensaje- 
ro tie Garcia ben Ferrando ben Gundisalbo, 
sefior de Castilla y Alava (2): a continuation 
se presento <:Ximeno? (■*>)> enviado de Fernan- 
do ben Axxur, con mis dos compauero Fe- 
rrando Elgas (y Flgas) su compauero. y por 
(in entraron do= e-nviados del condc Gonza- 
lo (4), f^uleim&n y Jalaf ben Oaad. 

Cada grupo de representantes dio cueuta 
del estado de sn pals, y cumplio lo que le 



(1> El ii ombre de csro mansa.jnro dol eondo tie Oas- 

tUla D. Garcia, hijo do KwrnAn Gonzalez, no ofroco di- 
ficultad: la ofrece, af, d! nomhro do su ]>adro o ascen- 

diontOi pucs osta eacrito ^}J X ' -r *-^ : Garcia 
biMi ^Atoii? 

(-2) Los aut^res arabos cari siomprc juntan al nom- 
bro de Castilla el dc Alava; mucbas voces dicen 

c. ^iilj hj.tr/iAtiUosj traduciendo la palabra *U- V *** 9 » 

(;[) Si no los nombres. law porsonalidados do envia- 
dos y onviantc mo Hon dewconocidaa ; ol quo envla 

men.sajeros a la enrto do Alhaquom II os J-^—'Jj-* 
J^'*** Cj' Fmutiulo (° l^ordilaudo) £en A.r:mr t £Fvmtin 
Anm'ircz?: Iok onviados aon *^-*—! jXimanoT y (leg. 
iT**"j) if*' -Xii^* Fernando Ei^aa, o y^Kl^aa? 
(4) Quien aea eate conde Gonzalo no lo se. 



l 



- 193 - 

habia encargado su principal acerca de pe- 
dir Ja continuaciou del vinculo de la paz: se 
contesto a todos /favorablemente?. v des- 
pufis de hab6rseles hecho grandes regalos, 
se marcharou a su poderdanto (folios 32 v., 
23 r.). 

EI s&bado a 6 de dzulhicha (1) de este 
mismo afio 360 (I, de Octubre do 971) hubo 
otra recepcion de embajadores, tambiAn en 
el alcAzar de Asczahra, llegando a presen- 
cia del califa en el orden siguipute: el ca- 

lifa acerco a su persona al Abad jMaleht 

■>L\*M _JLj (2) j enviado de Elvira, hija del 

difunto rey Ranriro* la cual regenteaba el 
reino por el rey sucesor, Raimro ben San- 



(1) En e) toxto no so hare mcticion exproflH do mos 
ni aiio: dioe solo csahado soisdins pastulos del mismo 
mos s pero la. focha inmedmta uiiteriar es dol mea do 
rizulhicha, y croomos quo so refior© al ano#60, doapuGs 
do la intorposicidn do oclio folios dol original, quo se 
roitarort al afio ^vt. 

(2) No hay acguridad on ol iiombro doeato on via* 

do, quoparoce ^-^i ^ 3 o ^ ?: os oasi soguroquo 

C C 

lo llama el Ahad ^ La* J J . 



i:t 



— 194 — 

cho ben Ramiro, sefior de Galicia eu esta 
gazdn; el callfa ae entero del enviado (de au 
cometido), y Gste so sali6, entrando luego el 
conde gXimerto? ben Garcia ben Sancho, el 
que eatuvo "en rehenes por su hermano San* 
cho ben Garcia, senor de Pamplona (1); luego 
entraron Jami$ ben Abu ^elitk , ir: * ^^ 

L ft !L c A t senor de Castilla (2), y Didaco ben 

iQebritti enviado de Abdn Axxur (3). 

Con los agemles iban de los principales de 



(1) Del c'ondo Ximeno hen Garciaben Sancho es decreer 
que no hablon nuesuus cronicas, pues si Sr* I). Barto- 
lom£ Martinez , on bh obra Sobrarhe y Aragon, tomo 1, pa- 
gina 379, hac* menciou de doa bijoa del rey Oarcfa 
Sanchez AbarcaT, de Panoho, que lesucede, y de JEta- 
miro; en el texto ae hafola con toda olaridad de uh con- 
de Ximeno. hermano.del rey Sancho, por quien esfca- 
vo en rehenes en Cordoba. 

(2) Ko ee quien paede ser oste ^-' * ^T.' ^j~*+^ 

k*l— Jamis ben Abu falilh, a quien llama Aben Hayy&n 
Senor de Castilla: sospeoho que en el texto ha de faltar 

la ralabra enviado. 

(8) Este AUn Axxur t que envia legados a C6rdo- 
ba ? serA, el mismo Fernando hen Axxur que figura ante- 
rlormente y vuelve a ilgurar despues, tin que conate 
de donde era aefior; el nombre de sa enviado Didaco 

i3A^i n0 p^receqne pueda ofrecer dificultad en en 



---^_r>"_ 



-■-r 



-\ 



— 195 — 

los cristianos de Cordoba, el kadhf de ellos 
Asbag ben Nabil (I), sn obispo lea ben Man- 
sur (2), su conde Maawia ben Lupo {$) y el 
metropoiitano de Sevilla Obaidallah ben Ka- 
$im (4), quienes Servian de truchimanes; el 
califa se enteio de lo que llevaban de parte 
de sus comitentep, y recibida coutestaci6n 
satisfactoria se fueron a au cammo (fo- 
lio 33 v.)- 

De sola una embajada hace menci6u Ab6n 
HayyAn eu el decurso del afio 361. 



lectern, poro ol do ru padro o as^ondionlo -^ *?£» 

jjXebril? no m*» suona a nombro ospanol, y metios a 
nombro Arnbo. 

(1) M. Dozy (!Ii#loirc t tonio Til, pftjj, 103), fundiulo on 
ot-ros toxtop, llama a ^ato; obispo do Contoba. 

("2) No so si do osto obispo do Cordoba so haco ihoji- 
cidn on otra parte: M. Dozy, on la ol>ra citada, no lo 
nomhra; tampoco conata on Almiikknri. 

(3) Tampoco do osto condo do los cristianoa do 06 r 
dobft onouentro notidn algunn. 

(4) M. Doxy {Hislnire, tomo III, pAff, J03) llama a 
Obaidallah hen Ka?im JiotropoHtano do Tolodo: on ol 
manuecritodo Aben Hayynn ((olios 83 v. y 88 v.) so lo 
llama MotropoHtano do Sovilla: quMoxtos morozcmi 
mas fe, los oonaulUdos por M. Doiy o los do Abon 
HayyAa, os cuostidn quo habr&a de disctitir tosnficto- 
nados a eatos ostudioa. 



/•' 



)■" 



— 196 - 

El domingo, a 9 por andar (en el texto 
dice 7) de chumada 1.° (10 de Marzo de 972), 
llego a Cordoba el _,*Ul (1), conocedor de 
la via oculta?, enviado del emperador de 
Constantinopla, elevado (recientemente) al 
trono delosrums:-habia intentado matarle 
(al emperador anterior?) (2) este magnate 
(o rey) que enviaba este sii legado al califa 
Almoctansir billah: era su nombre (el del 
emperador?) Abu Awemickin? (^Zemisces?) 
y no era de familia real, sino de los domes- 
tieos(prefeclode la proviucia oriental) de 



(1) Lapalabriv 



i.W! no oonsta en el Diccionario 
de Freyta" ni en el Supplement cwx Diclionnaires <le M. 



Dozy: At^oyufchi, en su 
por u")** ■ ***** 



la explica 



el conocedor de la vida oculta: no 



comprendo qu6 quiftodeoir Aben Ilayyan al aplicar 
osto epitoto al ombajador bizantioo. 
(2) El texto rosulta dudo^o por el uso no nxuy cla- 
' ro del pronombrc arabe; asf, no veo claro quifen inten- 
ts dar muorte a quien; en la cunya c »*"'*- J? 
puedo vorse e\ sobren ombre Zimisces del emperador 
Juan, quo reemplaz6 a Niceforo Focas, cuyo nombre 

parece cstar desfigurado en la palabra ^ J j ,. ' 



■ ■ ==* 



— 197 - 

Jaforun (Nicfiforo) su antecesor, en cuyo lu* 

gar se proclamo independiente: el califa 
honro al enviado, mandando hospedarle en 

la almunia de gAlbanti? A-Ol y que se le 

dieran amplios estipendios, 

Hasta fines del auo B62 no eiacontramos en 
Cordoba embajadores de prlncipes cristia- 
nos; el martes a 22 de dzulhicha (23 de Sep- 
tiembre de 973, el califa celebro sesion so- 
lemne para recibir, no s61o a embajadores 
de prlncipes cristianos, sino que en la mis- 
ma sesion fueron recihidos, primaro, aislada- 
■mente de los enviados cristianos, los de va- 
rios jefes de tribus de la costa de Africa; y 
despu6s que 6stos fueroti despachachos con 
las solemnidades correspondientes, se Ilam6 
a los embajadores de los reyes de los age- 
mies, presentandose los primeros los envia- 
dos de Sancho hen Garcia hen Sancho t seiior 
de Pamplona; luego se presentaron los en- 
viados de Fernando Anxurez; a continua- 
clon los de los Banu Gdmez (1), y por fin los 



(1) Los Banu Gomez, condes de Carrion, figuran. po* 
cos aiios dospuis, (V6ase Dozy, Hi&toire, tonio III, p&- 
ginas 215 y 278.) 



— 198 -■ 



de Rodrigo Vddzquez (1), conde del Algarbe; 
todos cumplieron io que llevaban de parte 
de sus comitentes, y pedida la contestacion r 
obtuvieron sus regalos {folio 83 v.). 

La narracion de dos recepciones de em- 
bajadores en el auo 36B merece particular 
estimacion, ya por los detalles que da el 
autor respecto a nombres de personajes, ya 
por un incidente desagradable que en una 
de ellas ocurriera. 

A 17 de safar del aiio 363 (17 de Noviem- 
bre de 973), el califa AlhAquem AhnoQt&nsir 
billah se sentaba en el trono en el alc&zar 
de Azzahra con el mayor aparato y adorno; 
presenciabau el acto loa wazlres y las dife- 
rentea claaes de la servidumbre, haciendo de 
hachibes para estf. acto, segun costumbre, 
los rnayores de ellos; el califa recibio prime- 
ro, no como enviados, »ino al parecer s61o 
para curnpllrnentarle, a varios indlviduos 
do la familia de loh Banu Hatum de Africa; 



(i) M. Dozy le llamn o.omio gall ego (Jlistoire, t. Ill, 
p&g, 100); Abun HayyAn Io llama conde. del A (garlic (del 
Qccidente), rti bien cs verdad que el manuscrito doOons- 



tantina dice 



,*»! 



por 



*ji 



j y que, por tan* 



to, podrfa decirso quo era conde de los drahes. 



^~tt' . 



-_ _ ™ > "l_ 



— 199 - 

despuAs entraron a presencia del califa los 
enviados de Elvira, tia y regente del rebel- 
de rey de Galicia, y hablaron de parte de 
su poderdante, comenzando el discurso con 
una ^injuria? Interpretaba a la letra el dis- 
eurso de ellos Asbagben AbdallahbenNabil } 
kadhi de los cristiauos de Cordoba, noinbra- 
do para esto por los agemies; el califa le 
acrimfno en el acto, y aeercAndose al tru* 
chiin&n le echo de su pre&encia a vox en gri- 
to, tnandando que se retirasen los embaja* 
dores, a quienes hizo algunas ameuaaas; 
imputd al int6rprete sus crimenes y mand6 

separarle y destituirle del cadiazgo de los 
cristianos, rebaj&ndole; hiego hizo saber a 
los euviados el disgusto a que le habia lie- 
vado por parte de ellos; Ziyad ben Allah, 
oficial (o prefecto) de la caballerta, los re- 
ctbloen su casa, en el palacio del chund (en 
el cuartel), ^couferenciando con ellos?, y ba- 
clGndoles saber que, de uo haber tenido la 
inmunidad que lea daba su carActer, hu- 
bieraa sido castigados himedlatamente; 
atribuyo la culpa de la represion al int6r- 
prete Asbag, por haberse adolantado, como 
lo hizo, con tan malas palabras; tambiGn le 
ech6 la culpa de las fuertes amenazas, ha- 



— ^JS—^- 



200 - 






condoles saber por quGelemir tie los ere- 
yentes habia hecho llegar .1 elios el castigo 
duro y enArgico; para quo sirviera de ense- 
nanza a estos rebeldes y lo tuviesen en t. en- 
dido, por lo que hacian llegar a 61 de pala- 
bras, pues estaba mvestido por olios y por 
sus compaiieros los enviados de los rebeldes; 
(suponia) que si asi no f ueva, no lo hubiera 
anadido por su euenla. 

El jurisconsuito Ahmed ben Arux, el de 
Mor6n, recibio orden de salir para Galicia 
corno enviailo a la rebeldo Elvira, en compa- 
uta de los embajadores de fista, que regresa- 
bau de Cordoba; a Ahmed se unio Obaidallah 
ben Katjim, el Metropolitauo, como interpre- 
ter y salieron con los enviados, que se mar- 
chaban, a fines del datado mes de racheb, 

Estaba entonces en la parte del Algarbe 
Mohammad ben Motarrif, y recibio comuni- 
cacion inand&ndole salir con el los (foK 88 
r, v v. del manuscrito de la Academia, 79 r. 
y v. del original). 

En el mes do xawal del ano 363 (23 de Ju* 
nio a 24 de Julio de 974) T llego a Cdrdoba el 
wal! de la frontera de L6rida y Monz6n, Mo- 
hammad ben Rizak, acompanando al en- 
viado del conde Borrell, al conde Guitard, 



- 201 — * 

gobernador de Barcelona y uno de sus mag- 
nates (1), el cual iba seguido de aigunos de 
los suyos con carta para el califa, record&n- 

4 

dole su amor, su clientela y alegrla por su 
salud, deseandole que se renovasen. 

Tambi6n entro el conde ^Axdak ben Omar 
Daud? (2), embajador de Ot6n, rey delos 
francos, con su correspondiente carta, repi- 
tiendo el gregalo? :luego se adelanto Esteban 
ben ^Inik?, enviado del obispo ^Harix?(3); 



(1) Aqui se interrumpe el sentidoen el texto; orel- 
mos que faltaban hojas eii el original despues del fo- 
lio 95; pero ultima men to hemes viato casi con segari- 
dad quo los folios do 22 a 29 inclusive debtan esfcar a 
continuacion del 95, pnes casi todas las Pechas do estos 
ooho folios rosultan exactaa on cuanto ai dia do la se- 
mana, si se supo^en del nno 363, 

(2) Sospecho que, ami para los alomanesj ha do ser 
dificil averiguar a qu6 uombre antiguo pueda corres- 
ponds el del conde >* c ^^ (* l^-i-l o) *^ l*i.**» V** 

**\^ i quo vierie a Espaiia cotno embajador del sml^J 
peradorOton. Conocida ©b la relaeion de otra embaA$ 
jada de eate miemo emperador Oton al call fa Abde-\^ 
rrahm&n III, mios veinte ados antes. 

(3) Aeste *^' „tf ^jt^M Esteban ben Ibico, 
\4*-^-A— *' Ifijgo?) se le llama enviado del obispo 
\J~*j¥- j que deapues se esoribe ir J ^ > y paede 



- 202 - 

Nuiio ben Gundisalbo (1), seilor de Castilla, 
tambien con su correspondiente carta, supli- 
cando reoovar la paz, y ^pidiendo humilde- 
mente? su continuation por la uecesidad de 
la prolongation en esta fecha: tambien se 
adelanto Pelaez ben £uyth, enviado de Fer- 



tomarso por el nombre del obispo, o como de la po 
blacion: esto Viltimo sc dedueiria do un modo mduda- 
ble del otro taxto, on el que no sole llama enviiido, 



Rino 









hen iTZigo? obi*}* do..- Seila un enviado del obispo de 
GoronaV Gotmaro IT, obifcpo Gerund en *e, que vivio 
ano» antes, y la fecha do cuya muorte no os conocida, 
tuvo rolaftioncs Hterarias con ALhaquam IT, cuando 
aun vivfa su padre; os poco probable que vivtesc aiin 
<m 1174: el enviado Estebitn lo sorla por ol sucesor de 
Gotmnro U on ol obispado do Gerona, cuyo nombre 

podrfa verse muy alterado on la palabia ^ J J^~ 

veaso aeerfia do Ootmaro II y su CmiiVtf, enviada a 
Alhaqucm II , ol ormlito trabajo del arademico senor 
JFernaiuless y GonKalesfi, Jioletin de la Ileal Acidemia de la 
Hi&tvria, tomo J, jiaff. 165 y sitfuientes. 

(1) Comool oondodo Castilla on ofttos aiios era don 
Oarcia, hijo do Kernan Gonzalez, es do suponcr que 
esto Nuiio ben Gundisalvo {Nuno Gonzalez) sen, no 
Seflor de Caitilla, sino onviado fiuyo, como tambien se 
ha indicado ya al bablar .lamis ben Abu Xelith. 



— 203 — 

nando Anxurez (1) con su carta, pidiendo la 
renovacion de la paz,..; el califa hospodb a 
todos, honraudo sua alojamientos (fol. 100 v. 
y 23 v. y 24 r.). 

El s&bado, 9 del mes de dzulkada del afto 
363 (81 de Julio de 974), el emir de los cre- 
yentes se sento en el trono del aleAzar de 
Azzahra en sesion de gran honor: los dife~ 
rentes ordenes de empleados estuvieron de 
piedentro y f uera del alcdzar, faaeiendo de 
hAchib a la derecha del eallfa el wazir, k&- 
tib y gobernador de Cordoba, Cha&far ben 
OtsmAn; y debajo de 61 (o a sub 6rdeoea) el 
jefe de la caballeria y de la famllla (^tnten- 
deote de palacio?) ZIyad ben Aflah; unian 



(1) Enviante y onvsado son poco o imda conocidoss 
el Fordilaotfo bon Axur (aFotdiVii Anauroa?), que en 
VAms oca&ionos onvia monnajeros a la corte de Alha- 
quern II, qtiizii sea hyo do Asur Gonzalez, eonde de 
Monz6n, a qui on Ranairo II nombr6 oonde do Rat ilia 
en reemplazo de Fern A a Qojizale&; Vuelto este ft su 
condado, nada sabemos de Asur Gonzalez y su doaaexi- 

deneift (Dozy, Hiatoirc, tomo HI , p»g, ,70); ol ir*^f 

(Ja^-i* ^jf iT** 0J */** {*}? * <1" loemoa 

Pttii&shtnzCerUh?, y que podra leerao domuoh&s ma- 
neraw, no sabemo* qui6n sea. 



_r 7-2 



^ Y "1 



— 204 — 

las dos nlas con los hachibes, series de los 
oriados segiin sus categorias, y el califa hizo 
llegar a si al enviado del rebelde de Barce- 
lona, Guitard, goberuador de ia misma cm- 
dad por parte de su pri.iclpe Borrell ben 
Sunver, que presento su cscrito (sus creden- 
ciales), haciendo presente la permanencia 
delaobedienciay iivmeza de su conducta. 
Despu6s 11 ego Axdaco, enviado de Oton, 
rev de los francos, qulen presento tambiAn su 
escrito- renovando la aSUnza y asegurando- 
la- a contirmacion Uegaron KsUba ben jlni- 

co* obiapo do.,., v Nww ben Gundisalbo, se- 
iior de Castllla, y Peldez ben Xerith , enviado 
de Fernando ben Anxur: estoa dos presenta- 
ron sus e&crltos y dijeron lo que se les Labia 
mandado de la alegria por la permanencia, 
pues vasabia por 61 quo se .japreauraba .a 
comervaria?; a ambos se dio la contestacion 
y les fueron enviados los correspondientes 
regalos, recibiendo licencia de marcharse a 
su camino en la ultima deeena de dzulhicha 
(fol. 101 del manuacrito de la Acaderaia, 

96 r. y v. del original). 

El estudiar y oomentar el contenido de 
cada uno de los textos, que he procurado 
traducir con la mayor exactitud possible, hu- 



- 205 



biera sido trabajo demasiado larg-o, y que 
cae ya dentro de aficiones particulares: 
Qui6nes sean eada uno de los principes o 
magnates quo envian etnbajadas a la corte 
de Alh&quem II, no es facil determiuarlo, y 
en todo easo, para intentar hacerlo, se nece- 
sitan aficiones y conocimientos raglouales, 
que yo no tengo: foa dedfcados especialmen- 
te a la historia de Cataluiia y de las diferen- 
tes comarcaa del Noroeste de la Peninsula, 
que constituyeron est-ados mAs o menos in 
dependientes, son los llamadoa a identiflcar 
tos noinbres de ios embajadores menciona- 
dos y el car&cter de quieues los enviaban: lo 
poco que sin revolver niuchos libros podia 
yo hacei'i va indicado en las notas correa- 
poudientes. 



Embajadores de CastMIa encarcelados en 
Cordoba en los tiltfmos afios de Alh&~ 

quem [i (I), 



d- H 



^ 
^ 



En el penultimo mes del afio 363 de la h6- 
gira (Julio, Ag-osto de 974) se presentaba 
ante el califa Alh&quem II la ultima emba- 
jada, de que uos da noticia Aben Hayy&n 
eu el tomo del Almoktabis, existente en 
Constantina: las relaeioues entre la corte 
del califa y los condes de Castilla y dem&s 
principes cristianos, que parecian muy cor- 
diales, eran s6Io una tregua aconsejada por 
las circunstancias por las que habfan atra- 
vesado los estados cristianos del Norte y que 
estaban dispuestoa a romper en cuanto cre- 
yeran que era oportuno hacerlo, 

Aunque porlas palabras de Aben HayyAn, 
al referir la recepci6n de los embajadores, 



(U Publicado on el tomo XIV del Boletin de la /leal 
Aeademia de la Historia. 



- 208 - 

podriacreerse que en la ultima decena del 
mes de dzulhieha habrian saiido parr, su 
pais, parece debe antendcrse que recibidos 
en audieneia de despedida, fuciron autoriza- 
dos para raarcharse, y que se prepararian a 
hacerlo, cuando al dfa siguiente Uegaron a 
Cordoba noticias may graves, que quiza 
sorprendieran tanto a los enibajadores, co- 

roo al mismo califa. 

El sabado a 21 de dzulhieha del aiio 3G3 
(22 de Septiernbre de t*74), llegaba a Cordo- 
ba la noticia de que el conde de Castilla, 
Garcia, hijo de Ftrndn- Gonzalez, roinpien- 
do la pax que tenia paetada con el califa, y 
cuya eontinuacion pedla con insistencia por 
medio de sus enviados, el jueves, 11 del mis- 
mo meB (el 11 era miereoles) (2 de Septiern- 
bre de 974), habia acometido el castillo de 
Deza y territorios inmediatos, que consti- 
tulan el g-obierno de los Banu Amril; que 
preaentada labatalla, o mejor dicho, acep- 
tada por los del castillo, Garcia habia que- 
mado los sembrados y llevadose muchas ca- 
ballerias; que Zarwel y Madhe, hijos de 
Amril, gobemadores de la region, habian 
saiido tra8 el con su gente, recobrando ga- 
nados y botin y matando algunos rebeldes 



- 209 — 

de los que se llevaban la presa; pero que 
Uabieudo salido contra ellos considerables 
fuerzas de cabalierla, que los marranos ba- 
bian etnboscado y con las cuales no conta^ 
ban los musliues, se habia tr.abado una ba~ 
talla en el lugar conocido por Falls Albarca 
(Alboreea) en las inmediaciones del castillo 
de Madhe, muriendo 6ste de uualanzada. 

Al recibir el califa esta notlcia, mand6 
despedir a loseuriadoa del maldito Garcia, 
a cuyo efecto se adelant6 a ellos un correo 
intim&iidoles que se jnarehaseu; pero no s6lo 
se negaron a ello, sino que quisieron matar- 
le,yiuegose marcharou; iumedlatamente 
el califa hizo salir en pos de ellos a Afiah, 
intendente en el cuartol de caballeria, con 
un escuadr6n de SO a 40 caballos del chund, 
entre Iob euales iban Teaabau ben Ahmed, 
el destituldo Ho^ain ben Ibrahim y otros, 
qulenes habiendo alcanzado a los fugitives, 
que separ&ndose del camino se habJan ocut- 
tado en imo de los barrancos de <;Caracuey? f 
los echaron a su pesar de un mode muy 
duro, siendo dura la cArcel de ellos. 

El texto que pouemos a contlnuacidm y 
traducimoa literalmente t no ofrece 'grandes 
diflcultades. 

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- 210 — 



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jj*) ^-OL w6; UiM c^<> & J- 



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(1) EnlacopiadolaAcadomia ^j°K^ - 

(2) aV^ 5 ' on lacopia de la Academia. 

jgj *■>* , en la copia do la Academia: sospechamos 

debaleorae **^ 5 M ouyo signifieado mpii^nctfl, nos 
parece major quo los de vioUnc.ia o infortunio, quo daas 
las otras leeturae. 



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- 211 ~ 

-wit (1) 'il^h 1«."K| ^*;J| ^ ^£| 



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(1) O ?^j onlaaopiade la Acndomia. 



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jMy r -JI J*— "^ U *~* **»-^ 1 pi 

(1) Falta i*ls euln copiadela Academia. 

I- t 

(2) En el original *?** > • 



- 213 






4=AjJ 



ju:. « 






<Relacion de la noticia del motivo que 
llevo ai rebelde Garcia ben Ferdinando, se- 
nor de Castilla y Alava, a quebrantar la paz 
a seguida de haber manifestado ardiente 
deseo de que so prolcmgase, y do haber en- 
viado sus mensajeros y de haberla consoli- 
dado, aprovechando la ocasion dc estar oeu- 
pado el sultAn con la giierra de los que se 

le habian rebelado en la tierra de onfreute 
{al otro lado del Estrecho) y de haber en- 
viado los may ores de sus capitanes y la ma- 
yor parte de los soldados del chund al otro 
lado del mar para combatirios, y de haber 
hecho este tirano causa comun con la ma- 
yor parte de los tiranos cristlanos y de los 
que (jrodeaban? 1) ©1 pais del islam; pero 



(I) Faroco quo on Gate tosto fiobra In oonjuncion y; 
de otro modo no podomoa oxplicarnos quitiiGs eran 
eft to s quo rod oa ban ol pais do islam y con qui6ne& ho 
pueo do acuordo D. Garcia, ademas do los roboldea 
<5riatiatiOS, 



- 214 — 

no produjo esto la protection de Allah para 
la gente de su coalicion, sino que hizo caer 
sobre el enemigo las oonsecuencias de su 
jimpudencia! y abyecci6n, 

»E1 sAbado a 8 por andar de dzulhicha 
(22 de Septiembre de 974) lleg-6 desde la 
frontera de en medio la noticia de la sii- 
bita ruptura de la pax de parte del tirano 
Garcia ben Ferdinando ben Gtindisalbo, se- 
fior de Castilla, a coHtinuaci6n de haber 
raanifestado ardiente doseo de confirmarla, 
—la noticia de la celeridad con que habia 
salido contra el pais de los muslimes y de la 
Incursion de sus gentes de gaerra contra el 
eastillo de Deza (1), y lo que habia inmedia- 
to del distrito ie los Banu Amril ben Timlet 
en la maflana del jueves 11 (2) de d'/nlhicha 
(3 de Septiembre de 974) de dicho ano (303 



■ (1) Coi-rospondiendo bion eat© nombr© al de Deza, 
parooe que no puede dudarse de que so habia de esta 
poblaoion on la provincia cle Soria, yaque haciaaque- 
lla parta debfa estur el distrito que goberno Amril, 
de cuyo nombre quedan rocuerdos en el arroyo de 
Torre Amrii, que paea por Novierca, al norte Ho Deza 7 
como me advierte mi amigj ol Bxomo. Sr. D. Eduardo 
Saave-ira. 
(2) El juoves era 12, no 11 del mes. 



- 215 



de la hAgira),— que la gente del castillo ha- 
bla presentado la batalla, y que 61 habla 
tncendiado las niieses 1 lev An dose muchas 
caballerias de los musllmes; pero que Zar- 
wel y Madhe, hljos de Amril ben Titnlet, 
walles del distrito, habiau salido traa 61 con 
los que salieroii con ambos de entre sus sot- 
dados y habfan recobrado el ganado vaeuno 
y dem&s presa, matando algunoa rebeldes 
de los que llevaban el botin; pero que ha- 
biendo aalido contra Io* muslimea, de una 
emboscada de los marranos, mucba caballe- 
ria, con la que los mualimes no conlaban, 
se trabo por algiin tiempo eutre elloa un 
combatei el cual, habi6ndose agravado, el 
capitAn Zarwel fu6 atravesado de un bote 
de lauza, por cuya herida repiraba (era por 
ella respiracion o vida de 61) y murio m&r- 
tir (la misericordia do Allah sea sobre 61}, 
acometiendo con su escuadrdo: tuvo lugar 
la batalla ea el dla mencionado, en el lugar 
conocido por Fabs Albaracat (Albareca^ &e- 
giiu cree et Sr. Saavedra), en Ia3 mmedla- 
ciones del castillo de Madhe. 

*A1 llegar eata notlcia al caltfa, mand6 
expulsar a los enviados del maldito Garcia, 
los cuales hablan llegado y estaban en su 



216 - 



corte para fortificar el negocio de la paz, e 
iban a volverse con la contestation que- el 
prlncipe les habia dado el viernes anterior, 
cumpliendo el ardieute deseo de 61 (dfi Gar- 
cia). Adelantose hacia los enviados un forA- 
nik (correo), y habi6ndo!«s mandado que se 
marchasen, ellos se negaron y quiaieron ma- 
tarle y luego se fueron su viaje; pero el sul- 
Unmandosalir tras alios a Aflah, waquii 
(intendente) en el cuartel de la caballeria, 
con un escxiadroo de 30 a 40 de los principa- 
lis del chund, entre los cuales estaban Tsaa- 
ban ben Ahmed, el dcstituldo Hoyain ben 
Ibrahim y otros, acompaMbalos numero de 
gentea de varias clases: alcanzados en un 
valle o barranco del pais de Caracuey (1), 
donde se hablan eseondido separAndose del 
camino, los embajadores fueron enviados (a 
Cordoba) del modo m&s violento (2) y fu6 
dura la c&rcel de ellos.* 



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(1) Diflcil es Bnponor que los fueitivos no fueron 
alcanzadoa haata Uegar a Caracuel, si es poblaoion di- 

* ferent© do la quo alguna vez consta escrita ^$J J* ■ 

i i 

Yaout (IV, 263) oacribe £ J 
(9) Lapalabra *— ^j-^<* no existe en los dicciona- 



- 217 - 

No dice elautorcuAi fu£ posteriormente 
la suerta de los eccareelados embajadores, 
pues no vuelve a hablar de ellos: es de supo- 
nerqucla prision durai a bastante tiempo, 
al meuos hasta los primeros aQos del califa- 
to de Hisem II; pues las relaciones de am- 
bos estados no mejoraron en los dos ultimos 
anos del califato de Alhftquem, antes Men, 
debieron agriarse con el extraordinarlo, 
aunque inutil esfuerzo, que poeo desp\i6s 
hicieron los prlncipes cristianos del Norte 
para apoderarse de San Esteban de (rormaz, 
cuya tentativa es muy posible que costase 
muy cara a los encarcelados embajadores, 
quienes si salieron con vida, y es verdad lo 
que nos dice Aben HayyAn de su impruden- 
ciacon el correo, que les intimara la orden 
de marcharse, quizi en ninguna otra corte 
de aquel tiempo hubieran sido mejor trata- 
dos o menos maltratados. 

El pals en que se din la batalla en que se 



rios en la acepci6n de soparacidn o ©xpulsidn; poro 
parece quo ol sentido tiene quo aor qua fueron eoha- 
dos con lamas dura expulsion, y como a continuaoi6n 
ditf© que eu carool fue dura, es preclso admit.ir quo 
fueran llevados a 06rdoba, 



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- -rf"7 



218 - 

inicia la guerra entre D. Garcia de Castilla 
y Alhaquem II, perteneeta a los Banu Am- 
ril, familia sin duda bereber, de la que sos- 
peeho que no teniamos noticia alguna en 
los libros publicados, y de lacual Aben Hay- 
y.an nos proporciona datos que ereo oportu- 
no continuar aqui, por el interes que tienen 
para la historia de las provincias de Soria y 

Zaragoza. 

Al folio 37 verso del original, 40 verso 
delacopia de la Aeademia, leemos lo si- 
gulente: 



.^i'i—ll iijli^t J-a: 



w,.-^ 



il 



.S. 












.a) I 



(1) Eq ol original este jiombro e=ta eserito *J?J 

en la copia de la Aeademia ^ -?;-*-*- l ) nosotroa 

leemos _• **"" el fronterizn sin tonior de equivocar- 
nos, aunque en naestra ctfpia procuramo* reproducer 
el original con sua mismas dudas. 



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■"T 

i 



- 219 - 

'A fines de raeheb de eate misrno afio (361 
=17 de Mayo de 972) el califa AlmoQtancir 
billah conflrio a los cinco bijos del difunto 
Amril ben Timlet el fronterizo, a saber, a 
Abderrahmau, Haquem, Madhe, Galib y 
Zarwel, la investidura sobre el distrito de 
su padre Amril, repartiendolo entre ellos 
por estar satisfeeho de los mismos, siendo ;sa 
ludados! en presencia do, los wacires, en el 
palacio de estos, doode fueron investidos 
con los trajes de honor, y despedidos con 
las espadas elevadas, como se habia hecho 
con los Banu Razin stis contemporaneos: 
con esto se volvieron a su pais muy euvidia- 
dos (por los honores de que hablan sido ob- 
jeto). » 

Poco despues vuelve Aben Hayyan a ha- 



(1) En nuestraeopia »~L.,> imitando el original. 



-. -■> ? .-£; 



-- 220 - - 

blar de loa mismos personajes, riando noti- 
cias mas eoncretas del distrito que habia 
gobernado Arnri), y que ahora se distribute 
entre los hijos por r«comendacioii de GAlib. 
generallsimo v j^fedft la frontera superior. 
Dice asi, en el folio 5J9 r.xtn del original, re- 
pltiendo en parte la noticia anterior y reft- 
rifendose a la tnisma fecha: 



^1 



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4-i.j . ,»V^ l « [ /*W-"-J *¥-^' r Sa -J J^*jj 



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^.M -^J J-- ^Oi Jl -^ 

'tJJ *-*-? J"~ ^ f^X- *- s — '*-* ^^ 



«A fines de racheb del mismo afio (361=17 
de Mayo de 972) Ueg6 (a C6rdoba) uu esert- 
to del wazir y generallsimo Galib ben AT)- 




s 



— 221 



derrahman, ilevado por GAlib, Zarwel y 
Haquein, a quienes (el generalfslmo) des- 
cribia coino valientes y de firme resolucion, 
aconsejando que fuesen investidos del go- 
bierno de su padre Amril ben Timlet; acce- 
diose a esto, y Abderrahman de entre ellos 
fu6 investido del mando del castillo de 

J.j.3*.' ^Budie!? (1) T Gdlib quedo con el mando 

del castillo de ****•£> gAtcca? , su hermauo 
Madhe con el de ±**j *w Peiia Eoya $Villa* 

rroyaP (2) y su hermano Zarwel con el de 
iLAsrv^cil, hoy monasterio de Piedra? (3), 

siendo todos ellos obsequiados con trajes 
de honor y conregalos.* 

Nada se (Hue en este ultimo texto de II A- 
qnom, a quien en el anterior se menciona 



(1) Kxisto ol do Budiel, quo pasa jior Almadroiios, 
cerca de las ruinas do mi cnsUUo on t^rmitio do Cms- 
tojottj se^iin mo dico ol Sr Sanvadra. 

(2) Sospoclia ol Sr. Snavodra si aeria La Pcfta do 
ALcftzar, junto al rio Garabantcs. 

(J) La palabra $j?^^+^}\ piedrecittt* co r re spoil do- 

r&h Xj-B-lii Piedra. Monasterio dr Piedra/: asi lo sow* 
pecba ol Sr, Saavedra. 



222 — 



= :""^fi 



el segundo entre tos cinco hijos del difunto 
gobernador Amril; corao el castiilo de Deza, 
que fu6 el bianco de la incursion del conde 
D. Garcia de Castilla, no se cita en este re- 
parto, en el cual no se asigna porcitin a H&- 
quem, a pesar de haber sido uno de ios tres 
que llegaron a Cordoba con la carta de re- 
cotnendacion del generalisimo, wall de Me- 
dinaceli, sospeehamos que HAquem serfa et 
designado para gobernar el castiilo de Deza, 
que no seria de los menos importantes. 

Aunque no podemos fijar los nombres ac- 
tuates de los caslillos gobernados por los 
Banu Ainril, nl el del punto donde se dio la 
batalla, parece casi seguro que estaban com- 
prendidos los de Deza y Ateca, y que los 
otxos, cuyos nombres no son tan claros, co- 
rresponderian tambi6n a las actuates pro- 
provincias de Soria y Zaragma. 



i 
t 




Campana de Gormaz en el afio 364 de la 

hegira (1). 

Desde que el conde de Castilla D. Garcia, 
rompiendo con la corte de Cordoba, cuando 
sus embajadores erau recibidos con el ma- 
yor aparato, intento un golpe de mano en 
el territorio que a nombre de AlhAquem II 
gobernaban los hijos de Annil (2), las rela- 
clones de todos los principea cristianos espa- 
iioles con la corte de los califas debieron in- 
ter r u m p i r s e bruscamente, pues en Abeu 
Hayy&n no euuontranios ya indicaciou al~ 
guna de embajada**; pero on cambio nos da 
noticias rauy concretas e interesantes delos 
preparativos para la guerra y de las previ- 
soraamedidas tomadas por el califa AlhA- 



(1) 21 do Soptiombre do 974 a 10 do Septiombro de 
976 do J. C. (ArMculo publicado on ol totno XIV del 
ItoUtin de la Real AcatUmia de la iritttoria.) 

(2) Voase HoUtin de ta Real Acadcmia de la HiMoria, 
tomo XIV, pi g# 187 y eiguientos. 



- 224 - 



quern; y si nada sabemos de lo que en este 
sentido hicieran los cristianos, es.de supo- 
ner que no descuidarian csto i;egocio, dado 
el numeroso ej^rcito que los principes coli- 
gados llegaron a reuuir, y que el ataque 
procedio de ellos, no de los musulmanes, si 
heraos de creer lo que nos dice Aben Hay- 

yan. 

El estar e! generalisimo G£lib con las me- 
jorea tropas haciendo la guerra al otro lado 
del Estrecho, pudo inducir al conde de Cas- 
tilla y denies principes cristianos del Norte 

a romper )a tregua, cuya continuacion es- 
taba pidiendo por medio de sus embajado- 
res; pero si los cristianos contaron eon la 
ausencia de las mejores tropas y de los m&s 
distinguidos generates, no supieron aprove- 
charse de esta circunstancia; pues antes de 
que la presencia de G&lib en Alandalus pa. 
reciese urgente, i;egresaba de allende el Es- 
treeho con toda felicidad y lleno de laure- 
les, Jlevando como en triunfo en pos de si 
a los principes Edrisitas, cuya sumieion le 
habia sido encomendada con estas palabras, 
que le dijo Alb£quem: *Parte, y ten cuida- 
do de no volver sino como vencedor; pues 
ten entendido que no podr£s hacerte perdo- 



3 



f 



" 5. 






- 225 



nar una derrota, sino muriendo eii el cam 
podebatalla* (1). Cumplido el encargo a 
las mil maravillas, salvo el que costase de- 
masiado dinero el sobornar a los jefes eue- 
mlgos, el miercoles a 3 del tnes de moharrera 
del ano 364 (2), el wazir y generalising Ga- 
hb ben Abderrahman acampaba cerca de 
Cordoba junto al rlo Guadajo., iuvirtiendo- 
se los dias Biguleutes hasta el sabado en los 
preparation para la solemne entrada en 
Cordoba y para la recepcion por el califa 
que le recibio con toda solemnidad en el sa- 
lon oriental del Alegar, salon que daba a 
los jardines y a la azotea superior (3) 

Poco despucs del regreso de Galib y de 
aouerdo con el, en rebia primero del mismo 
ano 361 (4), se hicieron nombrannenfcos de 
gobernadores para los castiilos de la fronte- 
ra del centro, asig.iando a eada uno m ,-as- 
tillo: Aben Hayyan (fol. 113 r . v v.) cita los 
nombres de los agraciados, siendo de la- 
ll) Dozy, HUloin <l e3 nmulmans, tomo m & m 

• MJ Oorre 9 po.idea28de8eptiembr9delOT4deJ.C 
m La dwcpipciin do esta esplindida fiesta ooupa 
dies pAg.nas en , a copia do] mannsorjto de Xben ' 

y&n, que p 0F ee la Aeademia, fol. 107 v. a 112 v 
ffl De 19 do Noviembro a 18 de Diciembre de 97.J. 

IS 



— 226 - 



mentar que no consignara del niismo modo 
los nornbres de los castillos: es de notar el 
hecho de quo el territerlo gobernado antes 
por un personaje, se distribuye entre siu 
hiios como se hizo notar respecto a los hi- 
joss de Amril, y aqui se dle« lo mlsmo de los 
de Yahya ben Uudzail ben Uaxhi, a cnyos 
hiios lea, -Mohammad, -Haxim, -Ahmed, 
-I ca (otro?>,-Obaidallah,- All, -Ibrahim 
v Lupo ae asignau los castillos Inchudos en 
el diploma a favor de sii padre a mitad del 
relnado del mismo Alhaquem. 

Enfermo cl califa desdo el lunos 12 de re- 
bla prlmero ha*ta el vien.es 28 de rcbta se- 
gundo (1), durante esto tie-nno no pudo ocu- 
pars» de los negocios del Est ado, y no eons- 
taqueso tomase medlda alguna cor. re.la- 
cion a ia guerra; pero en esta ultima fecha. 
aunque no completarnente restableddo, pu- 
do redbir al wazir y gobernador de Cordo- 
ba Chaftfar ben Otsman y otros, hasta que a 
10 de racheb (2) se eonsidero completarnen- 
te reatablecido de su enfermedad, celebran- 
dose el acontecimiento con recepcion solem- 






:■ 



(1> I>e 30 do Noviembre de 974 a 2tf Uo Knero do Wb. 
(2) 26 do Murzo do 97&. 



— 227 — 

ne, que serepiti6 al dla siguiente ante el 
principe heredero Abu Ahvalid Hlxem. 

A los poeos dlasj a mitad del mismo moSi 
«1 califa hizo salir oficiales de la guardia y 
alguoos otros personajes, enviftndolos a las 
diferentes coras de Alandalus. con objet© 
de mover A la gente a tin de que tnviesen 
preparados los caballos, quo habtan de ir en 
la aceifa prtixima, que e&te aiio debta en- 
viarsesegun costumbre por haber roto eu 
este tlempo (la alianza) el mayor de lo& ti- 
ranoa de loa gallegos, cuyo fjftrcito estabB 
ya sobre la geute do las froiiteras orienta- 
tes, y el ealifa estabaconmovido contra ©Uos 

por esto. 

Entre los enviados con este motive esta- 
ban: *el oficlal dela guardia superior tfahyft 
ben Obaidallah ben Yahya ben ldris, que 
fuG adserito a las coras del Norte; el oflcial 
taniblAn de la guardia superior y capitin 
del mar, Abderrahman ben MohAtned ben 
Ramahap, fu6 adscrito a loa diatrltos orien- 
tales de Todroiv, Valencia y Tortoaa. que 
e& la ultima; otro oflcial de la guardia su- 
perior, Ahmed ben MohAmed ben Qaftd el 
Cha&farit, fu&a Santardn y sub dlstritos, y 
un oflcial de la guardia media, cuyo nombre 



- 228 - 

no menciona, salio para las restantes coras 
del Norte y Algarbe acompanado de algu- 
nas peisonas» (fol. 121 r.). 

Por 103 mismos dias, tambi6n a mitad de 
racheb,ae recibian noticias do Gormaz, a 
las que Aben HayyAn destina ud. capitulo: 
dice que <a mitad de racheb llegaban nott- , 
cias de la frontera central, de haber acam- 
pado junto a Gormaz el ej6rcifco del enemi- 
go, de los infieles, con multiuid degallegos, 
vascones, gentes de Castilla y Pamplona, 
quienes haciendo traicion a su clientela, y 
rompiendo el tratado de pnz, habiati rodea- 
do ei eastillo, el sAbado a dos de xaabAn(l), 
prosentando la batalia (a los muslimes, pro- 
t6jalos Allah), quiene* saliercn contra ellos 
y Ins alancearon, matando gran niimero de 
in6eles, y habidndo pasado la noche junto a 
ellos los acomstieron por la manana, el do* 
mingo, con lo mAs fuerte de su £poder?: tra- 
bado combate contra los infieles, 6stos procu- 
raron dar largas; pero los ejArcitofc se confun- 
dieron sobre el rio Duero, sitiando el Casti- 
llo de Gormaz: el enemigo de Allah escribiA 
a los que quedabau en su pais, pidtendo tro- 

r .■ 

m' m 

(I) 17 de Abrilde97& 

1 ^ j ■ ■ 



229 - 

pas y provisione3; pues todoa habian roto la 
paz y sido p6rfi los con el pacto*. 

■ EI califa, en cuanto llego !a notfcta, se 
apresuro a acelerar los anxilfos de su Rente 
y a enviar el ejfireito en la expediei6n acos- 
tumbrada de la aceifa, la expedicion anual, 
<jacordando? dar el mando deeila a auclten* 
te, el mayor de sus capitanes, y espada de 
su venganza (l) f el waxir y generalising 
Abu Tomam Gallb ben Abderrahtnan.* 

cEl jiieves a 7 de xa&bAn (2) el califa Al ■ 
h&quem, acmnpauada de su htjo el principe 
heredero, y del gobernador Chaftfar ben 
OtsmAn, re^ibio en <?aufliencia privada? a 
GAllb, con quien conferflnni6 acerca del ne- 
gocio de Ja frontera y do los ej^rcitos eno- 
migos , discurriendo acerca del apresura- 
miento de los socorros, mandAndole prepa- 
re ree para esto y para tomar el mando de la 
acelfa, que habia do Ir contra los criatiauoB: 
GAltb acept6 el encargo, y al despedlrle de 



(1) a^jlOi ^JU- verdogo «»i, ©noargftdn de 

djeontAr Ira Bootonclfts que pernOfiilmonto d* ol my: 
on Las mil y una nochew sale Uaarnr oon eato cargo on 
tiompo do Hhtora Arraxid (not* de Rlbara). 

(2) 22doAbrUdo975. 



- 230 - 



5 ■ 



laaudiencia, el califa le honr6 con lo que 
nioguno de los califas de Alandatus habfa 
honrado nunca a emir ni capitan alguno, 
visti<£ndole un traje de honor, cinendole dos 
preciosas espadas de la, armeria real, y man- 
dando que se le diese el titulo de Dztt-aggei- 
fain (el de las dos espadas). > 

<E1 s&bado a 9 de del mismo mes, salla 
Gilib de Cordoba con la mayor solemnidad, 
despidi6ndole el calif* desde la azotea que 
estabasobre la puerta de la Azuda (1), le- 
vantando las manos a Allah, pidicndo la 
proteccton de los muslimes bajo la direccion 
de G&lib; el principe Ilixem, que estaba con 
sn padre, iraito lo heeho por 6ste, y las gen- 
tea acoinpanaron a GAilb hasta que dejo de 
trfts las casas de Cordoba, y al fin de aquel 
dia acampo junto a AVadi Xug> (2). 



{\) La pit\nbrn A zuda j qnG^esnnalGlossairedes moU 
espagnols H portwjais derive.* clc I'aral'e, par MM. Dozy ot 
Engolmami, *e cmploaba en Urn acojuMonQs do represa 
de agun y mdquina hidrdulica, tonin tamhien U do operti- 
CUlunt, cuttierkr: veaso Glosario etimoJogico de l(t3 paUibras 
tspanolasde origett oriental, por IX h- do Kguilaz: deesta 
acepcion quiza provonga el aiombro do la puerta do la 

Azuda. 
(2) El rio Guadfljoz, sogiin mi amigo eJ excolontisi,- 

irio Sr. D. Eduardo Saavedra. 



■'I 



i 







™ 231 — 

Pocos i^ias antes, el lunes 4 del inismo mes 
de xa&b£u (1), aunque la narracidn est A 
despuSs en Aben Hayy&n, <el prlncipe he- 
redero Hixem llamaba de parte de su padre 
al ofieial de la guardla media Abderrahman 
ben Yahya {16ase Abu Yahya Moh&med( 
ben Mohammad ben Haxim el TocbibI, man- 
dAndole de parte de su padre el califa que 
apresurase su marctaa a Zaragoaa su pais, 
adonde dobia ir como cap=Un; y habiendo 
recibido un vestido de honor, en vista de la 
urgeueia salio al dta siguiente, martes 5 del 
mes, verifieAndose la salida con mucho apa- 
rato: tambi6n a Mohammad ben ^Fuertes?, 
de una ilustre famiiia do Zaragoza, sele dio 
la orden de salir para !a frontera de Ara- 
gou>. 

*EI jueves 14 de xaabAn (2) salio haciaia 
frontera superior el paje mayor (3) ^ahal, 



(i) 19 do AbrUdo975. 

(2) 20 doAbrUdo975. 

(3) LftspaUbras ^^J! ^AJlM, < f uo so traducen 
porjefede los eunucos, doben tenor otra acopoidn; pues 
roaultan varios con osto mlsmo titulo, y O3to pareoo 
indioamn cartoon atribnciones diforentes quo la * 
que dobfa ejorcer el jefede Jos oanuaofl* 



— 232 - 

por haberio pedido asl Galib, con objeto 
de que le ayudase; y efectivamente llego 
adonde estaba GAlib con una multitud del 
ejArcito, con una taifa de los tsclavos del 
quinto y los arqueros: tambi6n salio (para 
unirse con GAlib) MohAmfcd ben Ahmed ben 
Omayya ben Xohaid (1), nombrado teso- 
rero de las rnuchas riquezas que se envia- 
ban a G£lib para sufragar I03 gastos del 
ej6rcito de la aceifa.* 

« El s&bado 20 de xawal (2) llegaba a Cordo- 
ba la notieia de lo que Allah habia coneedi- 
do V habia hecho por mano de liaxik el 
Bargawathf, capitan de L6rida, y de haber- 
ae apoderado del malvado Maan ben Abde- 
laziz el Toehibi, eonocido por Aben Alah- 









■ 



1 . 

(i) En el texto pareoo leorse L^££"*. 



j 7 cuya 



raiz no consta; del varbo , ^ >^ »o cxiste forma x 
con significado aceptable: osde r i}^"> forma x, nom- 

brado tesorero (indinacioa do Ribora). 

(2) Aunque en el texto, lo mismo que on nuestca 
copia, se cita ol mes de xiwal, dobe oreerse que se re- 
fiere al meade xaaban, aunque no sale bien la. cuenta; 
Abu Alahwas llogo a Cordoba en el mosde ramadhan; 
por tanto, no pado ser hocbo prisionero en el mes si- 
guiente, xawal, sino en el anterior, xa&ban: la narra- 
oion de los euoe&os acaecidos en xawal viene deapues. 



- 233 — ' 

was, de quien se habia apoderadcr sin pae- 
to ni esttpulacion alguua: este Abu Alaha- 
was habia abandonado el puesto (1) siete 
aiios antes, uniGndose a los enemig-os de 
Allah, los politefstas, con algunos de sus 
companeros (2), y auxiliaba a \oa infieles 
en los catninos de los limttes de los muslf- 
mes, y les inanifestaba las partes d6biles 
acechando ocasioncs contra los imislimes: 
luego etitro en un castillo de los aliados y 
tribntarlos, que pagaban el tributo a los 
capitanes de L6rida, la estrema: llamftba 
se el castillo, castillo de Arroxh (3), en el 
cual se apoyaba, e indnjo a la geute que lo 
guarnecia a romper lo pactado, hacieudose 
61 sefior de! castillo: cuando Ilego el tiernpo 
de pagar el tributo, Raxik, el kaid de I*6ri- 



(1) En cl texto cL«3*J) ,o a: I Jj. cuy(> 

sentido no estoy segnro de entoiuler: habia sido dosti- 
tnldo o eeparado de su do&tino (nota de Ribera), vide 
Doay s — a^£>j mas Men habia abandonado sa destine 

(3) La palabra i=A , sisnifica un numoro inferior 
a diez. 

(3) &&*t'l ^^^7 *E1 castillo dol rozo?,- Gasti- 

llonroy?, segun sospecha ol Sri Saavedra. 



- ■!"- 



— 234 --- 

da (1), envio a pedir que pagasen el tributo 
segiin costumbre; pero se defendieron de el, 
buscando refugio en el desearriado Abu 
Alahwas y apoyaadose en 61; Kaxik se pre- 
paro a dirigirse contra ellos, y habiendo re- 
unido ante si el chund y los voluntaries, 
raarcho hacia el enemigo, acampando junto 
al eastillo, y comenzo a combatirlos, euan- 
do 6stos habla'n cerrado las puertas y se ha- 
bian refugiado en su fortaleza.. 

«Ua conde, que habia en esta region, tuvo 
noticia de que Raxik los estaba sitiando, y 
habiendo reunido su caballeria, se dirigio a 
ellos con objeto de ayudarles: llegado esto a 
noticia de Raxik, le corto el paso antes que 
el eonde llegase a ellos; presentandole la 
batalla, en lacual le derroto, matando al- 
gunos rebeldes, cuyas cabezas envio a la 
puerta de la Azuda (en Cordoba); el conde 
pudo salvarse en la derrota.* 

« Raxik continuo el sitio del eastillo apre- 
tando a sus defensores e intimandoles se 
separasen del audaz Abu Alahwas; en vir- 



5- 



(1) En el texto, Raxik no parece sujeto de la ora- 
ci6n,paesdioe l? &£> \ , pero ere o so bra el L 



— 235 - 

j 

tud de esto (1) enviaron un mensaje a Ra- 
xik, asegurando que harian salir a Abu 
Alahwas y sub compafieros, a condicion de 
que a elloB les perdonase y se contentase de 
parte de ellos con el pago del tributo, y que 
eilos reconocerlan la clientela de la paz, 
volvfendo a la obediential habiendoles con- 
cedido esto, les garantizo con juramento, y 
le hicieron la entrega de Abu Alahwas y sus 
compaueros, y se aseguro de ellos.* 

<Apresurose Eaxik a eseribir {a Cordoba), 
daudo cuenta de lo sucedido, y se le contes- 
to dandole las gracias por su accion y ala- 
bando su procedimionto: se le mando que 
eaviase al malvado (Abu Alahwas) y sus 
compaueros a la puerta de la Azuda: a el 
le fue enviado un regalo precioso, consis- 
tente en un magniflco traje de honor, en el 
cual habia una espada adornada, <;de alto 
precio?, asignandosele ademas un hermoso 
caballo con (,..)» (2). 



(1) El texto aparcce obscm-o, pnes en f -_.(_« I , 
^.i-^CJ^ ^A.^j pareoo que falta la coty"unei6n 

(2, Ed el texto leo £j\j ^^ ,„J| j^.S. 



r" 



286 — 

«EI domingo a 8 de ramadhAn (I) llegaba 
atado a Cordoba Abu Alahwas Maan ben 
Abdelaziz el TochibI, con diez dp- bus com- 
paiieros, atados tambkUt, y delante de ellos 
las eabezas delos magnates rie los iufieles, 
que habian sido mnertos en el campo por 
causa de 61:cran 17 cabezas, eiban levanta- 
das sobre lanzas, y fueron puestas en alto 
en la puerta de la Azuda de! AScAzar de Cor- 
doba.* 

«E1 lugarteniente (2) de la almedina Mo- 
h&med ben Cha&far ben OtsmAn rcclbio 
orden de encerrar a todos ellos en la prision 
de la cftrcel (3) y de encargarse de ellos: las 



^ 



4 

I 

w 

{ 

t 

■4 






i_d >£_,* JLa-W*, cuyan dos ultimas paiabrus, que 
pueilon traducirso, con adomos (do motal) fuudidos, 
noontiondo. Rihcra soHpaahii puedaser ±£,j£* * 

(1) ftl 8 de Gftto moft fu& sa-bado, y oorrcspondio a 
22 do Mayo de 1*75. 

(2) Tan to en mi copia como eu la de la Acadomia 

dico \^JlW*j poro oreo dob© leorae ^_^ » pu 

lo primoro no me hace eentido< 

(8J cUMI .y=F*" i J quiza fuora una carcol 
especial, de modo que ,£.*-Ull wa oomo nombre 
propio. 



os 






- 237 — 

cabezas de los infieles f ueron puestas en alta 

en su lujar respeetivo, frente a la puerta de 

la Azucla.* 

fRaxik el Bargawathi recibio ordeu de 

entregar el gobferno de su distrito Rth'ida, 

Uonzon ysas pertenencias al cllente Il&xim 

ben Moh&med ben HAxhn el Tochibi (1), 

luego de la vuelta de este del otro lado del 

EstrCL'ho y de reunirse con el 6j£rcito y al 

general isi mo Galib ben Abderrahman, lo 

cual se cumplio.* 

«Ei martesj a cinco por audar de xaa- 



(H Aunquo tan to ei> mi copia comoon la do la A ca- 
me 



domia so loo >L;: * (i yf ^^ .»" , J *"-*! no 



C 



\ 



rabo duda do quo <lebo loerso _v" -X$? tm tf +£X& 

K ^S>. puos asi so cita varjuH voces a esto porsonajo 

X 

vxi los folios G r M Itt v., 7-1 v. y 77 r., y ademas coincide 

con ol cuadro gcnoalotfico do Ior Tochibfes, quo resul- 

tado Ian noticias do Abort Hnznm, y quo pubHcamoa 

on el tomo XII, pa^. 490 y ai^mentes del Bohthi de la 

Real Am'Umia de la Historia\ Rt bion nllt esto persona jo 

rosnlta llamarso Hixom bon Mohamed bon Haacim: 

pudiora sor que ontro los kormanoft donconeoidos hu- 

bicraalgano del nombro Hftxim. 



■. 

""■-__- 



- 238 - 

bin (1), Abdelaziz ben H&cam el Tochibl, 
capit&n de la guardia media, fufi adelanta- 
do a ia guardia siiperior, ^uies habia venido 
deaobre Alhachar?{2); luego, ilatnole el prln- 
cipe Abu Alwalid a sn rnsidencia, el jueves, 
a tres por andar del mismo rnes, y mandole 
de parte de su padre eJ priucipe de los cre- 
yentes, que apresurase su salida para et dis- 
trito dft Daroca y sua powesiones con objeto 
de fortifiearla, y que luego ?e reuuiese con 
el generalisimo GAlih ben AbderrahmAn en 
el ejfircito ayudado (por Allah) y q ie per- 

maneciese ton fil.» 

• A fines de xaubdn (:i) He^aron noticias de 
]a Frontera, de que el wnzir y j;enera1Isimo 
habla acampado junto al ^a.stillo de Baraho- 
na(t)e! s£bado a 7 por andar (del mismo 
mes), v que so habla detenido alll hasta que 



1 



7 



(1) El 24 do xaubAii,o sea a cinco pr>r andar, era do* 
minpo: quiEa doba leerso ciuco (noches) andadas, y asi 
rosulta bion, 

(2) CasMllo en Ja oumbro tie una montaita, no lejos 
de Couta, el cual ora el punto rortiticado y do rofugio 

dGlosBanuK:enon,(DoKy I 7/js/oiVc T tomolII, pag, 126). 

(3) UdeMayodo&75. 

(4) En el original so lee siempre . ^ *» >j 9 que el 
Sr. SaavGdra croe flor B&rahona, 



— 239 — 

se les uniesen algunos de los rezag-ados del 
child: lueg-o, se adelanto a Berlanga (1), y 
luego al monte del mediodla del castillo de 
Gormaz, <<;sitiatio? (2) sobre la orilla del rlo 
Duero, interniedio entre el pals del islam y 
el castillo de Gormaz: encoutrolo ( f ;el r(o de 
Gonna*?) lleno, hnposibilitado de ser aco- 
metido; los in fifties impedlan el paso de los 
vados, cerrAndoies completamente el casti- 
llo. al que rodeaban por todas partes (8) con 
tropas que no podlan contarse. ui tenian fin: 
ademAs habfar. colocado sobre el rlo explo- 
radoros con mucha caballeria y peoncs de 
todas clases: el wazir GAlib se abstuvo de 
acometer <jpor necesidad? (1) y dispuso su 
ejfercito, colocftndose contra ellos frente a 
los tugares do los vados a semejanza de los 



(1) En el original i,JUj ,j ; en la copiii ftiUJ I . 

(2) En la copia i a^^^'tj I o i &^a-' ■ . 

ffl En la copia ^aJiiVt .ijS" ^.-l' »e> J*5 

cayo fijgnificfldo no estoy s&guro do haber oiitcudicio. 
(4) Itkaa*. 



■:^:^..m 



-m 



< 



- 240 - 

enemigos, con caballeria e infanteriaj lle- 
gando el cuidado al extremo de la custodta> 

(fol, 120 r. a 127 r.). 

«A principios del mes de ramadhan (1), vo- 
luntarios de Cordoba se (jofrecieron? (2) a 
ealir hacia la Frontera superior en auxilio 
de la gente de la misma, y comcuzaron (3) a 
pedir un dia y otro ir a la guerra santa eon 
sus riquezas y personas: el sxtltan admiro lo 
que habia de entusiasmo de los vohintarios 
sin estar adscritos, alabando la bondad de 
ia prueba de eilos.,. (4) y llegaron a Cordo- 
ba notieias del ejftrcito de haber tenido un 
encuentro los centinelas' de Ios muslimes y 
los de los infioles en la orilla del Duero el 
sAbado a 7 fie ramadhan...! (5): encjientro 



+ 
I 



,i 






(1) L5de Mayode97r> 

{2) , Of oL_"_J animarse; en ol toxto ^ , ? 

vorbo quo no cousta on la forma VI ui aan en el Sup- 
plement aux dtctionnaires de M. Dozy. 

(3) Mi verbo ^J x^v en la VIII forma tione la acep- 

ci6n de concitar, quo aquf sera, reilexivo. 

(4) Dojan dc rraducirso tres o cuatro Ifoeas, que 
tratan de las limosnas que hizo el oalifa, cuyo texto 
ofrece bastantes dificaltadog. 

(5) Sigue jafUnrU , . t J* Ass^l £**r *^J|? 



._ ■*- 






— 241 



que desde el dta anterior hablan inioiado 
los dos grupos de guardadores de los vados, 
ataeandose linos a otros. 

«Lueg*o, los nuislimes hicieron creer a los 
cristianos quo loe observaban, que se decla- 
rahan en fuga, hasta que paso hacia elloa 
gran niimero (de iufltiles) sob re ios cnales 
cayeroii, trab&ndoseungran combateal otro 
lado tie! rio, y encendiAndose las almas de 
los nuislimes, coiitiiiuaron. la batalia. siendo 
ellos (los muslimes) menos en niimero que 
los otros, y habiendo peleado tnucho rato (1), 
obtuvieron de ellos ventaja: liego 6ste co- 
mienzo a noticia del wassir v kaid G&iib. 
que estaba en sus tieudas, y !e disgusto, y 
montando en el acto cou !os hombres, que 
tenia lUtos, Hegaron a ellos; Allah conmo- 
vio a los iuHeles, por lo cual estos acometie- 
ron con fuerza hauia el rio, y las espadas 
hacfan presa en los ouellos y espaldas de los 



J*-**! ^Ji C i^x> i^$yi-i-* m 1 u ^ 



^O' 



fjae no cntendomos. 
(1) Aunque on el texto dice I *S s,:^ stiponemoft 

que debo aor ]j_> J^-'j pues del vorbo \JLS lo no 
aonsta tenffft en 'uso forma III. 



16 




- 242 ■• 



(1) Las palabraR ^X^^c^k O^L^Vj &i * Lw o **$ 
iS L^- _■'.«>* **5U ^Litfj eon rliftciles do tra* 
ducir por la einommia do algunan do ollas- 



* 4 



(2) Kn el toxto sigue A; r=F"^ H 
*jp..^i<* palabras quo no loo y monoa ontiondo* 

(3) En ol original *-£-J *»•, bg preocupaba de 

olios. 



■1 t 



^-4 



■. j 



eristianos, haciendo en eilos gran matanza, 
no salv&ndose sino quien se aprestiro a arro- 

jarse (en el rio): en el campo de batalla que- 
daron tendidos de los sacerdotes de ellos, 
los magnates, ecrea de 20 hornbres, cnvas 
cabezas fueron eorfcadas, quitAndoIes eseii- 
dos v velmos eoinol<Ho> i^ v annas cubier- 

tas, todo lo ciial fue presa para los musli- 
mes...* (2), 

*R'. wazir y ffenerallsimo Galib ereyo que 
la inspection (serfa) perfecta y la provision 
general trasladando el campamento a IJa- 
rahona y que e! ojOixito se moveria do aqui 
para allA en su llanura,.. (3) liasta que se 
viniesen a 61 los ejiSrcitos y se fijarau alii 
los del chund, pues la trompeta ya se habia 
generalizado en los distritos de la Fronte- 



S 



— 243 -- 

ra... (1) ^hacia el ejftreito y el esperaba que 
contra los enemigos do Allah se hiciesen 
fuBrtes alg-unos jefes para resistir a los que 
encoiitraseu y las emboscadas en los cami* 
nos, el molestarle (2) por causa del aparta- 
miento del cjercito del pais <\A islam?* (3). 

■ CAlib Ilevo a cabo su proposito, trasla- 
d&ndose a Harahona, obrandode cste modo 
por estar en medio del pais; fijado el cain- 
paniento, volvio a su proposito, subiendo 
hasta el principio ((*;del eainno raso?) para 
espiar desde alH la ocasion; el estableei- 
miento del campamenfo do Harahona tuvo 
lugar el domingo, a S de ramadliAn* ( \\ 

«EI juevfs a 12 del misuio mes, llcgo a 
CArdoba e! .iefe do los cunucos (o) AlchatV 
fari con cartas de los encuontros do varias 
ciases de los chund, de los siervoa, lanceros 
y allegadizos, que iban de expedicion en 



(1) En ol original siguo J| £,} **«£.* LaO*.-.:x 

U ^ ' 

(.N«,*)| palabras quo no tratfuzco, 

(2) Ed ol toxto *£&, »a^H , quiza UmXJ. 

(3) Todo osto pArrafo rosulta muy obscuro para mf. 

(4) Se hft diolio antos quo ol 8 fu6 sabado. 

(5) Tongas presente lo dicho on una nota anterior. 



1- - 






- 244 — 

auxilio del wazir y kaid GAlib, con series 
de ac6milas que llevaban variedad de auxi- 
lies, provisioues y especies de instrumentos 
y in Aquinas de guerra: Uevabalos desde el 
alc&zar de Cordoba, y se eaUbleeieron los 
ordenes djformaroii las filas?) entre las dos 
puertas, de AchannAn y de la Azuda, eon- 
gregAudose el publico con objetode contem- 
plarlo: en este dia se reunieron (pasaron la 
noche; entails AnneLw? (I); luego el vier- 
nes imnediafo se movio de alH, ocultando 
sus joruadas.* 

• El juevori, 19 del mUrno mes (2), salio el 
oflciai d« la yuardia* KAyim ben Mohftmed 
ben KAijiiri b=Mi Tmnlos, como caftan y au- 
xiliar del wazir y kaid Galib: su salida fu6 
magnifies, vistosa, con ejfircito estrepito- 
so (;i) t compueslo do dases del ejercito, cn- 
va conduction habia pedtdo: la eleccion fu6 



■i 



i 

x 

S 



(1) JsiLoj! ^jo^ra* - 

(2) KJ 19 *U> mmjidhaii, o so;i.ft 11 por andar dol aiio 

(3J "En el t.©xto bo loo ■^■^ , quo segiui Freitag 

Kignifica camino regio: supongo doba loorao 

que tieno la ncepcion quo damos on la traducciou. 



J 



- 245 — 

diflcil, recayendo sobre ellos, de entre elios 
los que Uegaban y de entre los arqueroa y 
voluntai'ios de la guerra sauta: en este dia 
se reunieron en el llano de la almmila que 
toraa nombre de <jA.laj? Abu Alh&quem (1) a 
pocos momentcs (2) o pocos minutos de dis- 
tancia del gran rio (Guadalquivir): a la ma- 
Sana siguienta continue su marcha.* 

*Ei s&bado 23 del mismo mes (era domiu- 
go) fue depuesto de la guardia superior 
Ahmed ben Oaad el Cha&farf y de la guardia 
media Yala ben Ahmed ben Yala por enojo 
eoutra ambos, recibiendo orden de renuirse 
alejArcitoy am bos emprendioion su caini- 
no: los tres heruianoa, Basil, Abdelhamid y 
Obaidallah^hijos del oflcial de la guardla 
superior Ahmed ben Abdallah ben Basil, 
sin que mediara disgusto contra ellos T reei- 
bieron tambi6n la orden de reunirse al ej6r- 
cito y de hacer la campaua con el waztr y 
generalising GAlib: los tres marcharou a su 

deatino.* 



(2) Aunque fin eltexto dice \J>UliJLj snpone- 
raos dobe leerse Ok&Iwv , 



- 246 — 






<A los pocos dfas hubo de salir hacia el 
ej6rcito con los anteriores Ismail ben Ax- 
xeij: Abderrahman ben Ahmed ben Mo- 
h&med ben Alyax recibio el raando de la 
tesoreria del vlaje, reciMendo orden de sa- 
car el dinero, que se enviaba al generalisi- 
mo y em pi endio au viaje.* 

A juzg-ar por las indicaciones de Aben 
Hayyin, que, "como hcrnos visto, da minu- 
ciosos detalles de los preparativos para la 
guerra, auotando aljfunas manifestaciones 
del entusia.smo religiose, grautU> debio ser 
en el mes de ramarfhaa el fervor de los ver- 
daderos creyentes do Cordoba y la expecta- 
tiva por recibir noticias del fceatro de la 
guerra, noticias que no l-ardaron en Ilegar, 
afendo para los mustimcs todo io satisfaefco- 
rias que podian esnerar: Aben Hay van nos 
las ha conservado con bastantes detalles, 
dedic&ndolos el ultimo capftulo del volu- 
men, que se conserva en la biblioteca de 
£idi Hamuda en Constantiua, cuyo capftulo 
dice asi, traducido todo Io mils literalmente- 
que nos ha sido posible: 






- 247 - 

Relation de la maldad contra la gente 

de Gormaz. 

«Ei lunes a 10 por andar del mes de xa- 
wal (1), llego (la noticia) de la gran victo- 
ria y la gran hazaiia con la derrota de los 
cnemigos de Allah, !os infieles congregados 
contra la gente del castillo de Gormaz, y de 
haber retrocedido de i**I t defraudadoa de lo 
que habian esperado; pucs Allah Jos humi- 
116 y privo de su auxiHo, ensaliamlo a los 
muslimes y ayudAndoIes: esta refciraria de 
ellos aeontecio el martes a 11 por andar de 
dielm mes (2), a los setenta v cuatro dias de 
haber acampado junto a iM y de haber em- 
prendido el sitio.> 

< Los rebeldes infield, que ?e habian eo- 
ligado contra Gormaz y le habian rodea- 
do, eran Sancho ben Garcia ben Sancho, 
el vascon, senor de Pamplona; su parienta 
por afinidad, Garcia ben Ferdinando ben 
Gundisalho, senor de Cnstilla y su distri- 
to; Fernando ben Axxur, senor de f ;Pena- 



(1). El 10 de xawal, o sea a 10 por andar, fuk viornos: 
«l 19 corresponde a 2 do ilulio ilu 975. 
(2) El 15 do ©ate mes fiie Junes, 



- 248 



-_- - >Vt! 



** 



fiel? (l}y sus mmediaciones; los Bauu Gomez, 
seiiores de Aiava y los castillos, y otros, quie- 
nes rodearon el castillo con un ejfercito de 
60.000 homhres, y aun se dice que eran mfts, 
ej6rcito compuesfco de v**riedad de infieles, 
enviado por su rev, Ramiro ben Sancho ben 
Ramiro, jefe de 3a coalition de elios para 
esto, y de los auxilios que les habla envia- 
do, juzg&ndolos tartlos y d&biles en su pro- 
posito, arguyfendolos de impotencia y re- 
prochandoles cuando no pudieron aporterar- 
se de 61: asi que, en vtrtud de esto, se habla 
dirigido alii, desde su eorte, la ciudad de 
Leon {destruyala Allah): habia ido con un 
ejGrcito estrenitoso, acompafiado de su tla 
la infiel Elvira, la que habla roto el pacto, 
la cual no cesaba d^ fortificarlo y de pedir 
su continuacion: su espiritu le indujo al 
error de declarar la guerra, y llego a ellos 
con el hi jo de su hermano {Ramiro HI), 
acampando entre sus so!dados,> 

<Con esto (con la presencia de dona Elvi- 
ra) se fortificaron los animos (de los cri&tia- 






(1) Lo que transcribimos Pena-fiel| en el original 
osta dndoso ^JjnX? &.*$ , 



>^:=s.' 



3tt: 



_ ■_ - 



- 249 - 



nos) y se humlllaron sus-euellos, renovando 
la proclamaeion; el maldito (Ramiro) dirlg'io 
el combate contra la gente de Gormaz du- 
rante algunos dias con sus soberbios fami- 
Hares; pero Aliah le volvio decrfipito y le 
postro en tierra ante su rostro y le irrito 
con ia mucrte de...* (1), 

*Lueg"0» el limes, a mitad de xawal (2), con- 
viuieron en acometcr a la geute de Gormaz 
v en prepararsc a la peiea, convinieudo en- 
tre alios (3) en aconieterlos y en no hi van- 
tar ma no hasta haberlos acometido o venci- 
do. o que Allah cumpiiese con elios lo que 
tuviese deeretado acerca de ellos: de- este 
modo aconietieron contra el castillo con el 
grueso de! ej6reito, y habi&ndose aeercado, 
perinanesieron adheridos a 61, pues no du- 
daban de eonquistarlo, y no estaban ineier- 
tos de entrar en 61; pero habiendo salido 



(1) En cl texto <>J L>^ J.X&J , cuyo si^nificado no 

aoiorto: pudiera quiza traducirse *por la muerte do 
su auegra o cimada*. 

(2) 23 de Juniode 075. 

(3) Aungua la frase ^l/M j'-M> segun M- Dozy 

signifiea rcflexionarj aqut pareee que dobe tra&ucirse 
por acordar. 



250 - 



contra eUo* Jos musllmes, confiaclos en Allah, 
y pidiendo su proteccion, se trabo una gran 
batalla corno la mAs fuerte que habria en- 
tre... (1), fueron grandee los clamores (2; v 
se enardecieron ; y ios imislimcs fueron 
en... (3) corno un solo hombre en lanzar dar- 
dos contra ios infieles y en at'Ometer para 
combatirlos, crevemlo morir, pues ya hablan 
dedicado su iutencion a Allah, que hizo des- 
cender robre alios sti eonsfancia, y les ayudo 
con a us Angeles, laitzando el terror en las 
person as de Ins infieles, a q^rienes Allah des- 
tituyo de auxilio y puso en derrota, sepa- 
rando su muHitud y dispersaudo sus ej6rci- 
tos: ios muslimes pusicron sus lanzas y es 
padas en las gargantas y espaklas de los in- 
flelesj que huJan sin vol verse para nada, 
hasta que en su fuga lleparon al extrenio de 
su eampament.o, y pasaron ol lugar de la 

turbacion de ellos, pues Allah habla diaper- 
sado su rnultilud (4), y habia infundido el 



. 






a) 

(2) 
(3) 



En el original , v J 1 >l.3S' J t,J| , >a j . 

Pareco Icorso L§a1a£i o L^- A.+& # 

En el toxto ^ tf *■-, pero parocc dobo loorse i 



- 251 — 

terror en sus corazones, preparando a los 
muslimes en la retaguardia de su ejercito y 
en sus dos alas grandes com bates y campos 
de batalla, de los cuales les hizo dueiios por 
su decreto y por su gloria, e hizo que no se 
adelantasen nmcho en.su persecucidn...* (1). 
<Los infieles en su hufda se detuvie- 
ron... (2) de la gente del castillo, y Allah 
les hizo ver su protecci6n (^3es hizo oreex en 
su proteccion?): acordaron separarse de ellos 
y dejarlos, y efectivameute, se separaron de 
ellos en el acto, y coustern^dos abandona- 
ron el campamento, pues se habfan apode- 
, rado con perfidia de muchas de sus tieudas, 
impedimenta y provisiones, abandon&ndo- 
las (3): algunos de sus jefes se habitm ade- 
lautado hacia otros civticAndose mutuamen* 
te y vituperandose, y se separaron como los 
de Qaba (4), segun su proposito.* 

*La gente del caslillo, ayudada por la 



Sigae aA^-S^lJ US^Jj *ja? Hj | J-ci. | , que 



(1) 

do entiendo Irion. 



&) ^ J^U J.k j\i. 

. (3) t^xc Liissv* , 



<4) Dispersarse como los de ^a-ba: Locnclon prover- 
bial may nsada. 

t 



- 252 — 

proteccion de Allah, salio tras la retaguar- 
dia, que estaba privada de provisiones? (1), 
mataadOj robando y pillando lo que habia-n 
abandonado en su maldito campamentOj en 
el cual prendjeron fuego, volvi6ndose a sus 
fortalezas salvos y poderosos: en el acto es- 
cribieron al wazir y capitan Gr&lib, que ha- 
bia salido al eampo raso inmediato a ellos 
para ayudarles: le contaban lo que Allah 
habla hecbo con ellos y vencido por medio 
de los mismos: el wazir envio la noticia de 
esto al califa AlmoQt&nsiv billah en la mafia- 
na del mi6rcoles, a 13 por andar de xawal, 
y en el acto monto con el grueso del ejfir- 
eito, y aeampo junto al castillo de Gormaz.* 
*Despu6s, en la tarde del jueves, a cineo 
andadas de xawal (2), Heg6 carta de el, dan- 
do cuenta de haber arveglado el estado de 
la gente de Oormaz y del ejGrcito delante de 
61, y que aproveehando la <*luna nueva? (3) 



(1) En el texto *£AJajL* l£°) «I ue n0 encuentro. 

(2) En el texto dice andadas; pero parece debe ser 

$or andar* n 

(8) Lapalabra 8,c y Begun cocao so sapongavoca- 

lizada, sigaifLca peresa o desidia, olutta nueva; si leemoa 

j$ lc signifioa potter; no s6 en que aoepci6n debe fco- 

marae aquL 




~ 253 — 

iba a emprender una entrada en el pais del 
marrano, infractor de pactos y cobarde Gar- 
cia ben Ferdinando ben Guudisalbo, con su 
ejArcito, apresurAiidose en elio, si queria 

Allah.* 
Cuando fufi juevea, a 3 del ines de Dzul- 

kiada (1), llego (a Cordoba) la notfcia de la 
victoria sobre el enpmig-o de Allah, Garcia 
ben Ferdinando, y el olicio del wazir y kaid 
Ozua^eifain Galib ben Abderrahman. cx- 
plicando la noticia de la batalla, la entrada 
en la tie mi de los iufieles y su salida de ella 
como vencedor: envio su conuiniciirioii en la 
tardo del viernes a 4 por amlar del mes de 
xawal ('2) en el acto de volver de ia expe- 
dition contra el euemi^o de Allah, Garcia 
ben Ferdinando (pi£rdale Allah): recordaba 
que habia humillado (\i) su liannra; apode- 
rAndose de la mi tad? (1) do las mieaes de los 



(J) 15 do Julio do 075. 

(■>) 1 1 23 de xawal enijaoves, y corrospondo a 8 do 

Julio. 
(3) En ol toxto liny ol vorho ^-1^! > quo no coufita 

on los JHccionaiios on la forma IV; jiero como on la I 
significa trifwr (nit y lo traducinios do esto morto por hn- 
millar o envilcccr. 
{4) En ol texto • £«s:| quo loo ■^fl-^aii | , 



254 — 



> 



infieles y de sus otros bienes? (1), queiaando 
sus casas y matando a cuantos eogio en la 
llanura, que algunos de ellos habitaban: 
contaba que el ejArclto so habla apoderado 
de los aembrados de San Esteban, destruva- 
la Allalh, al eiitrar y satir de 61; pues habla 
sido su acampar al tiempo de dirigh-se a las 
inmediacioncs de sus ^murallae?* (2;. 

« El rebelde Garcia ben Saneho, picrdale 
Allah, estaba cerca de, 61 con un grande e 
impetuoso ojftrcito, y penso, Allah lo rc-prue- 
be, que iba a pelcar con 61, por lo que se di- 
rigio bacia 61 con objetode eneontrarle a la 

salida de la llanura de Langa *&d y sus de- 
pendencias: adam&s, onvlo alguna. caballe- 
rla hacia los vados del via Duero, preten* 
diendo aprovoehar la ocasion; pero Allah lo 
cxtormino sin esperanza, y los nmslimes hi- 
rieron a los inlieles, que habla enviado alii, 
confinmlndoles el encuentro; pero no sostn- 






(i) Eo mi copia £} c jV; on lad&la Acadomia *?&* t 

(2) La palabra corroe|iotidionto ^2) < tieno muy 

diforontes acopciones, segun la vocaliEacion que so le 
euponga: arrdbal o forlaiczas nos parecon las dos aoep- 



tables on osto caso. 



— 255 - 

vieron los golpes (i) y huyeron del modo 
m&s vergonzoso, siendo muertos del modo 
111A3 grave: sua restos se refugiaron en los 
bosques y en las cuevas de los moutes, pues 
habian sido derrlbados (rauertos) de los no- 
tables de ellos los peones, o de a pie, y de 
los jine.tes numero considerable: vA ejfircito 
acainpo al occidente de Sao Estebait, y et 
marraiio Garcia con sn ej6rcito ^amenaxa* 
ba? desde 61 por lo que lloraba sx? ojo y los 
ojos <ift ellos de (a destrucci6n de sus sem- 
brados, el incendio de sus habitaciones y la 
ptfrdida de sus medios de subsist-encia.* 

«Los muslfmes se volvieron salvos, ricos 
y contentos: la gloria sea a Allah* seflor de 
los imwdos: el parte del wasslry kaid Dzua<?- 
yeifaiu, dando euenta de esto, fuG leldo en 
las dos aljamas de Cordoba y AzzaHra el 
viernes a 4 del tnes de Dxulkiada de este 

auo» (2), 

Conio parte de esta cainpafia debe consi- 
derate otra derrota que sufrieron los crls- 
tianosj y de la cual ya di ligera noticia al 



(1) En ol Diccionario no enouentro la palabra 
^j] y+& en aentSdo acap table. 
(8) 16 da Julio de 975. 



- 256 - 






esludiar la historia de los Tochibles de Ara- 
gonjacuya familia pertenecia uno de los 
jefes que habia aoudido al socorro de Gor 
maz, v que al rettrarse a Zaragoza con las 
fuerzas de su mando, tuvo otro encuentro 
con los cristianos, quienes, si henios de er< er 
a Aben HayyAn, no salieron uiejor parados 
que en Gormaz: couio al hablar de los To- 
chibles no hice m&s que dar las indicaeiones 
principalis de este suceso, mo pareee opor- 
tuno continual* aqul la traduccion del texto, 
va que he procurado darla de to que puede 
considerarse comienzo y parte principal de 
la campana de Gorinaz: a continuaciou de lo 
narrado poco ha, anadc el autor coino en 

capitulo a-parte: 

«Y siguio{l) a esta victoria (la de Gonna»} 
la victoria que anuncio un parte del oficial 
delaguardia y general en Zaragoza, Ab- 
derrahm&u ben Yahya ben Moh&uied (16a- 
se ben Abu Yahya Moh&med) ben IIAxini 
el TocMbi, en !a que daba cuenta de que al 
volver del ej6rcito, el martes, a 7 por andar 



(1) En mi ooiiia ^— ^^J^J Gn la ,fo la Acadomia 



! ;^ 



llego. 




v -^i^' 



- 257 - 

de! mcs do xawal (1) habia caido sobre la 
huella del marrauo Kamiro beu Sancho (2) 
a qiiien habia <?asustado? aleanzAndole en su 
seguimteuto: que habia enviado esplorado- 
res esiablecidos en el monte de la Bardena 

"bljj en la parte opuesta del rfo Ebro, di- 
ctendole ^monta sohre un caballo de la imil- 
titud, que a manera de ladrdn invadiese 
desde antes de amanecer hasta el dfa? y 
no ceso de difuudirso el apellido de gue- 
rra a vista del eneoiigo, on las iumedia- 
ciones de la alqucria, o pueblo de Ester- 
cnel (3) a! mediodia de Tudeta, a una para- 
sauga de eila, por el camiuo que va desde 
Zaragoza: algunos soldados de la caballerla 
ligera se extendieron por derecha e izquier- 
da, robando ias ovejas que encontraron, e 
hlcieron prisioneros a cinco hombres de lo& 



(1) rtdo Julio deOTj. 

(*J) Parcco quo est.o Kiimhu bon Sancho ora her ma- 
no <tol rey do Navai'ra. Garcia; a] monos consta quo 
tenia un hcrinano do osto iiombro: veaso MarUno/, 
D. Bartolora^ Sohrarhc y Aragon, tomo I, pag. 31K>, 

&} jj$jZ+v] Eslercuol, dospoblftdo a dos logiuw 

jnstas do Tudela, on la carrotera que va ft Zaragoza. 
BOgiiD me dice el Sr. Saavedra. 

37 



- 258 — 



que cazaban por la region: (Abderrahman) 
con su gente smovio? hacia la region de los 
infieles, enviando alguna cabalieria para 
acecharlos, y habienrlo Ilegado a la cabeza 
del vado por la parte de la ciudad, se encon- 
traron, y se trabo la batalla, y babiendose 
enardeeido, se rcunio con ellas el oficial de 
la guardia Abderrahman ben Yahya (lease 
Abu Yahya) con el grueso del ejercito: 
cuando le vieron los enemigos de Allah, se 
pnsieron a huir, retrocediendo, y abando- 
naron lo que habian robado: de ellos fueron 
derrlbados cinco rebeldes al salir del vado, 

de los euales uno fue conservado para inte- 
rrogarle acerca del numero de ellos, y dijo 
que Ramiro ben Garcia (1), pierdale Allah, 
habla salido del castillo de <;Sos? ..---, su 
residencia, con 500 jlnetes, pensando que el 
oficial de la guardia Abderrahman no se ha- 
bla apartado lejos del ejercito de Galib: de 
eatos f>00 jinetes, habla enviado '200 jinetes 
ligeros, permaneciendo los mejores (2) en 



(1) Pareco que doba leorso Ramiro ben Sanclio ben 
Garcia, O Bamiro hormano do Garcia, para que sea el 
raierao pereon&je citado antes. 

(2) De la palabra que traducimoa por loe mejorta, en 

el original s<Mo se lee »*il... 




- 259 — 

una emboscada cerca del rfo: el ofieial de la 

guardia Abderrah'nan slgui6...» (falta una 
linea en el original). 

<Cuando el marrano vio riesde el lugar do 
ail emboscada 3a marcha hacia 61, y quo su 
caballerla ligera era c ;rodeada?, salio con su 
gente, y encontrAndosa los dos ej£rcitos so 
trabo la batalla por largo rato... ^1), Allah 
praparo la derrota de los politeistas, hacien- 
do gracia de sua espaldas a los muslim^s: 
estoeraonel centro del dfa: los muslimea 
ae extendieron en huollas do ellos, bigniftn- 
dolos hasta desputa do la oracion do la pues- 
ta del sol, do modo quo amenazaron los 
campos de Klcastil J- ---^ ! ri), su lu?ar de 
refugio (o su forfcaleza): su jefe lUmtro ben 
Sancho se salvo herido, pues Allah Ic habla 
afiigido, envilecido y llonado de dolor on cl 
eombate, y a no haber sido por los niontes, 
a los que se retiro, y por los bosques, quo los 
cubrfan, uiertamente Allah le hubiera apo- 
derado de 6f y no se le hubiera escapado.* 

«A1 caer de la tarde, los muslimos se vol- 



(2) Unoaatillo, segun croe ol Sr. Sa&vodra. 



-- 260 



••&-- 



V-* ' 



vieron vencedores y ayudados: la salud ha- 
bla rodeado a todos ellos: por la estrechex 
del tiempo y por el ^adelantamiento? del 
dia. de las cabezas de los prineipales se cor- 
taron 33 cabezas, entre ellas la de Fortiin 
ben hnpo y lugarteniente de Hamiro en el 
castillo de Sos; - la de Ximeno Fortiin f ;ilajo- 
nes? (1),- la del guia -Jliiigo? b*n Velasco (2), 
-la cabeza (en singular) de sus do$ compa- 
iieros, Iiiigo ben Galindo, adalid, y Garcia 
ben Celith, adalid (3): de sus cabaUoe f ;!lev6? 
47 caballos, adf,mAs de los que fueron des- 
jarretados: de la provision del uiarrano fu6 
cogida una bandera de unit: ho valor y un 
cuerno ^a.rogante? hicrustado de pkUa, que 
con las cabezas cortadas fu£ enviado a la 
puerta del *Sultftn (^a la coite?); en ei cam- 
po de batalia murieron mftrtires trcs inus- 
limes, uno de ellos del chuud, y los otroa 



r 



i 



(\) , t***??* i J» »-* ^.-' on cl original: hay un 
pueblo llamailo jV«^oji*>» on el imrtido do Jjich. 
(2) oXiX y: - *£■>. 



J.a)j»M ls ft L- c r; *ft-y&j. 




v ^== 



- 261 -- 

dos de la gente de la ciudad de Tudela.* 
cEl parte de esta victoria fufi lefdo en las 
aljama* de Cordoba y Azzahra el viernes... 
(falta una linea); el oficial de laguardia su- 
perior (llcgo?) a Cordoba, llevando la ban- 
dera y el cuerno, que fueron expuestos al. 
publico sobre el jioste de madera? (1 ) frente 
a la puerta de la Azuda del Alcdzar de C6r- 
doba segun costumbre, y la gloria sea a 
Allah por esto: no hay senor fuera de 61. > 

De todos estos sueesos tan prolijamente 
narrados por Abon Hayyan, sospecho que 
ulnguna notioia se tenia ni por )o que dicen 
nuestros cronistas (2), ni por lo que consta 
en los antoros Arabea conocidos hasta aho- 
ra; pues M, Dozy, que eon tanta diligemda 
estudlo la historia de este perlodo, aprove- 
chando cuantos datos Se Huministraba su 



(1J Ed mi copia .^.*V_ss: I $y \ e " tA <1q Jfl 

Acndemui, inojor, , ^«*sr | , 

(2) Kl Ohromcon dc tiampirv, quo tormina con \t\ his- 
toria do Ramiro III. y quo dobla dar maa notioias, 
nadadioo do estos sucesoa, aeoguraudo que tuvo paz 
con los sarranonofl, Hahuit pacem cum Sarracenis: nftda 
dicon tnmpoco los Croniconen y Annate* publioadotf on 
-el tomo XXIII de la Ktpana Sagrada, ni I), Lucas de Twj. 



- J ^- 



> 



262 — 



profunda erudicson, poco o nada dice refe- 
rente a operaeiones militates en este afio 
de 364, limitftndose a una Hgera y poco 
exacta indicacion tomada de lo que dlcen 
Aben Adzari y Aben Jaldiin. bajo cuya 
autoridad dice que *los cristianos, alen- 
tados por la enfermedad del califa y por 
la ausencia de las ntejores tropas, hablan 
comenzado las hostilidades en la primave- 
ra del ano 975 (364 de la htigira) y que 
ayudados por Abu Alahwas Maan habian 
puesto sitio a muchas fortalezas musulma* 
nas* (1)— segiin Aben Hayy^n las hostili- 
dades eomenzaron antes—; los cristianos no 
sitiaron rn£s fortaleza que la de Gormaz t 
y la alianza del Tochibf Maan con los cris- 
tianos nada tuvo que ver eon estos sueesos, 
aunque su derrota coinctdio con ellos; pues 
su alianza con algunos cristianos inmedia- 
tos a L6rida era bastante anterior, y por lo 
visto no habfa preocupado a! califa, por no 
considerarla de importancia. 

No entra en mis propositus, ni cuadraria 
a mis estudios, el entrar on el an&lisis de es- 
tos sucesos desde el punto de vista politico 



(1) Dozy, Hisioire d C 3 musulmans, tomo III, p&g. 131. 



=S S K. 



- 263 — 

para apreciar las relaeiones y modo de ser 
de los pueblos que tomaron parte activa en 
esta campana, ni mucho menos podria es- 
tudiarlos desde el punto de vista militar, ya 
que Gormaz y San Ksteban de Gormaz fue- 
ron el bianco de muchas empresas, ya de 
parte de los cristianos, ya de los musul ma- 
nes: personas competentes hay en la Aea* 
demia que podrS-n emprender estos estu- 
dios, si creyesen que el asunto lo mereee: al 
iiltimo individuo de la Academia b&stale 
dar a conocer estos hechos, ya que tuvo la 
suerte de encontrar el libro que quizd, sea el 
unico donde se conserven estas noticias. 






Anteproyecto de trabajos y pubHcacIo - 
nes arabes que la Academla debJera 

emprender (I). 

Cuantos se interesat; par el progreso de 
los estudios historicos en Espaiia van com- 
prendiendo que nuestra (listeria de la Ednd 
Media tienequeser deficiente, mientras no 

se conozca mejor el perlodo arabe.cuya his- 

toria pocos son los que creen hoy que estA 
heeha, como pudo creerse por algiin tiempo, 
luego de publicada la tan couoclda obra de 
D. Josft Antonio Conde. 

Mucho se ha hecho dcspuAa, prlncfpalmeu- 
te por el infatigablo Sr. Doxy, jjnton sin duda 
alsfuna ha hecho mAs que todos los otros jun- 
tos; pero quizA err6 el camino, queriendo 
slntetizarla historia cuando no habia bas- 
tantes datos pnblicados y dtacutfdos, aunqne 
se aprovech6 de cuantos documentor Arabes 



(l) Publication el torao XVI del Holetin <!*■ la Real 
Arademia de la Historia, 



t 



- 206 -- 

y cristiaDOS se conoclan en Europa: su his- 
toria no abarca mas que la mitad del perlo- 
do arabe en Espana, y aun para la parte es- 
crita por el hay bastante que discutir, aiia- 

dir y recti ficar. 

Personas ajenas a los estudios arabigos, 
pero ansiosas de conocer lo que de miestra 
historia arabe puede saberse hoy, creen po- 
sibledellenarestevaefo.y atribuyen a apa- 
tia de los que a tales estudios nos dedlcamos 
el que no llenemos este hueeo de miestra his- 
toria. ^Tienen razon los que asi piensan? 

Creo que no. Convengo en que quiza- pudie- 

ra y debiera escribirse un Manual de histo- 
ria de los drabes de Espana, que desterrase 
de nuestras clases los muchos errores que, 
partlendo del falsario Faustino de Borbon, y 
poco escropuloso Conde y escritoree mas 
atentos a intereses de escuelas que a los fue- 
i-os de la verdad, han adquirido carta de na- 
turaleza (1). Si el historiador de las cosas de 



(1) Hay autorqae por defender las ideas de oiertft 
escuela afirma que los arabes al vonir a Espana onta- 
ban muy Uustrados, y que ya ilorecfan, out re otrasde 
Oriente, las escweJas de Fez y Marruecos, poblaoiones 
que no existian ni habian de existir en bastante 
tieinpo. 




- 267 — 

Ios arabes de Espana supiera limitarse a na- 
rrar lo averiguado y mas importante de la 
historia externa, sin pretender entrar mu- 
cho, ni quiza poco, en filosofia de la historia, 
ni en la vida fntima del pueblo inusulman, 
ni en las relaciones con el pueblo cnstiano 
muzarabe, ni con el iudepeudiente del Nor- 
te, porque de todo esto se sabe nuiy poco, 
por no haberse estudiado, quiza piuliera es- 
eribir la historia sin grandes riesgos de que 
su libro a los pocos ailos fuese una calami- 
dad que mereuiera ser quemado por mano 
del verdugo, como sucederfa si pretendlera 
escribiv una verdadera historia de los arabes 
de Espana, a no ser que consiguiera ver por 
intuicion lo que esta poi- averiguar; pues 
con los pocos datos que hasta ahora hay bien 
estudiados en lo refarentea la historia inter- 
na, seria una temeridad querer filosofar par- 
tiendo de'bechos poco o mat avoriguados. 

En este estado de cosas, <jquejconvendrfa 
hacer? 

Sise tratadeun particular aislado obran- 
do por su cuonta y rieago, todo lo que hicie- 
se estaria bien hecho, con tal que en sue tra- 
baj'os este guiado por el amor a la verdad: si 
estudia puntoa especiales y ios ilustra eon 



V 



-■l 



- 268 — 

monografias, la historia patria tendra que 
agradecerlemucho, y el publico le agrade- 
ceria m£s el que, aprovechando los datos hoy 
conocidos, escribiese una Historia de los dra- 
bes en Espana; pero eon los trabajos particu- 
lars aislados es casi soguro que imoca se 
llegar& a poder escribir una buena historia, 
a no darse la coincidencia deque durante 
variasgeneraciones hubiesequienes uno tras 
otro consagrasen una larga y bien aprove- 
chada vida a estos estudios, complotando y 
rectificando 16 hecho por los anteriores. 

No eiendo posible que los esfuerzos indivi- 
duales lleguen en mutho tiempo a poner a 
nadie en condiciones de llenar este vaefo, y 
no pudiendo, cooio es cousiguiente, llenarlo 
tampoco una Oorporacion, si a ello no se pre- 
para con mucho tiempo, me propongo indi- 
car lo que, en mi sentir, habria que hacer 
para que dentro de veinte anos } por ejempto, 
estuviesen las cosas en condiciones de que, si 
nacia un genio, o, si se quiere, un hombre de 
talento con voeacion a estos estudios, eneou- 
trase el terreno en condiciones de poderse 
desarrollar y dar sazonados frutos. 

Para e&to, en mi opinion, se necesitarla lo 

siguiente: 



* 



269 — 



1.° Publicar previamente el mayor au- 
mero posible de textos Arabes: calculo que 
deberian publicarse cien volumenes, como 
los de mi Bibliotheca Arabico-hispana; la 
mayor parte deellos de autores espauoles, 
cuyos textos darian oeasion a la publicacion, 
de muchas monografias. 

2,° Para facititar el trabajo de los futu* 
ros investigadores seria preciso que en algu- 
na de nuestras bibliotecas se formase una 
coleccion !o mas completa posible de las 
obras pnblicadas en el extranjero, y bueu 
numero de papeie^is de referenda. 

Estos dos puntos me propongo desarroliar 

en este hi forme. 

Podr£ parecer exagcrado el mimero de 
cien vuhimenes d« textos ar&bigos que digo 
deberian publicarse; pero de seguro que no 
se agotarla lo que hoy eeta disponible en las 
diferentes bibliotecas de F/uropaj pues ape- 
nas hay un libro de histona general Arabe t 
o particular de una poblaciono claee, donde 
no se trate de moros espanoles; notese que, 
como hace pocas noehes tuve oeasion de ha- 
cer presentea la Academia, en su bibfioteca, 
en la coleecI6n de libros &rabes, hay obras 
in6ditas e importantes que, trataudo esclu- 



■■-■r:i 



r 



— 270 - 

siva o casi exclusivamente de cosas de Espa- 
fla, darlan para dieciocho o veinte volii- 
menes, 

Adem£s. si el Estado, o la Acaderaia en su 
representacion, se propusiese trabajar de ve- 
rasen este sentido, convendria mucho tenev 
de uu modo permanente en Marruecos, Tu- 
nez, Constantinopla y Egipto, agentes en- 
tendidos que gestionasen la adquisicion de 
libros importantes, y esto solo me pareceria 
hacedero, combinando las eosas de modo que 
nuestros agentes diplom£ticos o int6rpretes 
en dichos puntos se eligiesen entre jovenos, 
que a los requisitos ordinarios anadtesen el 
faaber esl-udiado de vcras el Arabe cl&sico 
en nuestras Universidades, y que despues \ 

aprendiesen el vulgar, lo que seria m&s 
cuestion de pr&ctica que de estudio 

Se dirft que seria imposible publicar ciea 
volumenes en pocos anos, cuando apenas se 
ha publicado nada entre nosotros; yo creo, 
sin embargo, que no seria dificil organizar 
las cosas de modo que en Espana pudieran 
publicarse euantos tomos se quisiera, como 
se publican en eastellano, y me consta que 
hay impresor que eon tres meses de tiempo 
tendrla organizado el servicio: en realidad, 



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- 271 — 

al emprender la publication en grande esca- 
la, al pagar cada volumen iunpreso, no se 
haria mAs que adelantar las 7.000 pesetas 
que calculo habrla de costar por todoa cou- 
ceplos, y si por de pronto no podrian prepa- 
rarse mAs de dos o tres tomos por afio, no 
pasarla mucho sin que pudiere publicarse 
iwavor inimero. 

Se eomprenderA que al hablar de publicar 
textos arabes en estas condiciones, me refie- 
ro a solo el texto; pues la traduction, aun de 
las pocas obras queen mi sentir pudieran 
traducirse, exige mucho mAs tiempo y orga- 
nization especial. 

La traduction de textos Arabes casi solo 
puede hacerse de ltbros impresos previamen- 
te y que se hayan leldo mucho, para fijarse 
en las palabras o frases dudosas o diflcilea, y 
por eso exige el concurso de dos o mAs iadi- 
viduos, uno qxie hag-a el trabajo primero y 
mAs pesado, o sea una traduccidn pievia, y 
uno o mAs que revisen, no por formula, si no 
con vcrdadero interns y libertad, circuns* 
tancias no fAciles de reunir: por el examen 
detenido que en estos dlas he tenido necesi- 
dad de hacer, de algunas traduccionea de 
una misma obra, me he convencido de que 



\"-I* 



- 272 — 

e& casi iniposible que uno solo haga una bue- 
na traducclon; pnes dada la indole y obscu- 
ridad que para nosotros presenta la lengua 
drabe en ciertas frases, con facilidad se ilu- 
siona uno, y solo podria qniza evitar estees- 
collo siguiendo el precepto de Horacio: no- 
numque prematnr in annum ^ pues en este 
tiempo tendria ocasion de advertir lo que de 
primera intention no hubiera visto. 

Publieados cien volumenes de textos, se 
tendrian los maleriales para e&eribir la his- 
tora de log Arabes en Kspaiia; pero como na- 
die con solas sus fuersjas habla de acometer 
la ardua empresa de estudiarlos despacio y 
tomar las notas correspondientes, serfa pre- 
ciso faciliLarel trabajo de todos, haciendo 
papeletasde varias clases, y asi, a niedida 
que fuerati publicAndose los Sextos, serian 
aprovechados eon faeilidad: calcuto que el 
numero de papelctas podria llegar a 200.000, 
que podiian hacerse por 10.000 pesetas, pa- 
gando a 5 el ciento, que no seria mal pagar 
en las condiciones que propongo. 

Las series de papeletas que deberian ha- 
cerse, y que yo en pequena escaia he ido ha- 
ciendo para mi uso y el de mis amigos, son 
las siguientes: 









1 K 



_--^- 



- 273 - 

l. a De individuos por nombres propios, 
pero haciendo adem&s papeletas de refe- 
renda por log sobrenombres, apodos o por 
los nombres m&s caracteristicos de alguno 
de sus ascenaientes. 

2. a De nombres geogr&ficos. 

3. a De nombres bibliogrAficos por au- 

tores. 
4, a BibliogrAficos por tttuloa. 

5, a Papeletas historicas. 

Papeletas biogrdfieas.—De todo individuo 
de qui en se haga menclon en los autores, de- 
beria hacerse la papeleta eorrespondiente, 
con la indieaeion coucreta del autor y p&gi 
na en que se le menciona: estas papeletas 
son muy fftciles de hacer, pues no hay mAs 
que copiar en papeletas sueltas los indices 
de las obras que los tienen; por desgracia no 
en todas se ha hecho, pero desde hace algu- 
nos afios se va haciendo en la mayor parte 
de los llbros que se publican ea^Europa: de- 
berta de'todos modos comenzarse por los mu^ 
ehos llbros de blograflas, y aun serla muy 
bueno poner en la papeleta los datos mAs im- 
portantes contenidos en la biografia, como, 
yo las tengo hechas de todo lo publicado en 
los seis (hoy diez) tomos de la Bibliotheca 






— 274 - 



Arabico-hispanct) anotando en cada una, si 
consta, el ano de nacimlento y muerie, po- 
blacion en que nace, cargos que desempena 
y toda eireunstancia inuy especial. 

Las papeletaa tomadas de indices podrlan 
hacerlas jovenes de nuestras Universida- 
des que hubiesen esfcudiado confruto ei cur- 
bo de Lengua arabe: a mi me han hecho algu- 
nos miles, copiAndoiartde los indices que yo 
habia hecho de Ahfoi Adza? % ij el Kavthds, el 
Ajbar machmua, Dozy, Loci de Abbadidis y 
otroSj y pagAndoles a 10 reales ciento, se da- 
ban por muy satisfechos, y babrfa sietnpre 
quien las hiciera, pues en muchos casos cada 
papeleta no exige mis que el copiar un cuar- 
to de linea. 

Papeleta^por sobrenombres. — Como entre 
los Arabes, dado su sistema genealogico, es 
muy enojoso determinar la personalidad, di- 
ciendo, por ejemplo, Abu Beguer Mohdmed, 
hijo de Atwalidj hijo de Mohdmed } hijo de 
Jdlaf, hijo deQttleimdn } hijode Ayub t el Fi- 
hri, el de lortosa, el conocido por Ab&n Abi 
SandaJca, muchas veces, en especial despufis 
de habe'r nombrado ya a un individuo, se le 
notnbra como en abreviatura; asi, al indivi- 
duo anterior se le llama Abu Bequer el Tor- 




- 275 — 

toxi o Aben Abi Randaka^ que vienen a set 
como tin apellido miestro: otras veccs se 
meneiona a los individuos por nn apodo, o 
por el apodo de nno de sns ascendientes, ila- 

m&ndole *^^| el Rubio o Abin Alahmar 

.^a^! , r '| A descendiente del Rnbio t 

El hacer papeletas, o mejor dicho, el orde- 
narlas atendiendo a esto, pues para hacerlas 
no hay m£s que copiar las ordinarias y sub- 
rayar el apodo, es de sum a importancia, 
prescindietido de que en muchos casos es de 
necesidad; asi es, que ya los mismos autores 
Arabes hirieron algo de esto. AfQoyiithi, en 
su Diccionario de los gramdticos (manuscri- 
to num. 5010 de la Biblioteca de Tiinez), al 
terminar su obra (fot. 271 ver.)» pone un 
apfendice, que puditiramos llamar de pape- 
letas de referenda, por orden alfab6tico de 
alcuimias, sobrenombres honorificos y apo- 
doSj y comenzando por la letra ,_&)! alif t 
dice ^Xj ^| <El bbedzi (o sea el de Ubeda) 
hay muchos; el mAs conocido entre los men- 
cionados es»: verdad queeste procedimiento 
no determina perfectamente al individuo, 
pues es preciso saber quifines hansido cono- 
cidos por el de bbeda, y despu6s saber a cuAl 



- 276 — 

de ellos se refieren en un caso dado; pero 
^tiene menos inconvenientes nuestro proce- 
dimiento, no empleando de ordinario mfig 
que un apellido, y a lo sumo los dos, pater- 
no y materno? 

Aun a trueque de aparecer esagerada- 
mente insfsteate en esto, para hacer com- 
prender de un modo pr&ctieo los grandes 
seivicios que reportaria nuestra historia 
Arabe de tener muchas papeletas por este 
procedimiento, ine limitar6 a copiar algu- 
nas de mi coleccion, solo iniciada. 

La primera de las papeletas de este g6ne- 
ro, que me viene a la mano, est& ordenada 

por el nombre -A $ llam^ndoselos tres indi- 

viduos que haata ahora est&n en ella ,,*.-» I 

<- : m el descendiente de mi padre ^ viniendo a 
encontrarse juntos 

su hi jo 






i 




4 * 



— 277 — 
v su nieto 

En lapapeleta^L^I c r;l jiben -Aiafi&aF (ei 

descmdiente del que vendia agujasj, se han 
reumdo tres individuos, que parece nada 
tieuen de cotniin m&s que el descender de 
vendedores de agujas, que probablemente 
son todos diferentes; en la papeleta iumo- 
diata hay otros cuyos descendientes se agru- 
pariau con los anteriores, pues 61 se llamaba 
por apodo Alabbar (el vendedor de agujas), 
y por tanto sus descendientes serlan cada 

uno de ellos X^ c t:'| ^n Alabbar. 

Con el sobrenombre i^rv?^' ^r:' ^beii 

Alabrax (el deseendienie del pecoso o que tie- 
ne-mcmchas en la caret), se han reunido dos 
papeletas pertenecientes a tin mismo indivl- 
duo: en una de ellas queda disimulada su 
procodencia de renegado, por la omisi6n del 
nombre Fortun, que lleva el abuelo: por el 
lugar que las papeletas correspondientes 
ocupan por el sistema comiin de los nombres 
propios, no es posible sospechar sean ambas 



"jwft 



— 278 — 

papeletas de un mismo individuo, pues resul- 

tan muy separadas, y al examinar la una no 
es f&cil recordar la otra. 

Eate ejernplo puede servir para probar la 
necesidad de hacer papeletas dobles, triples 
y hasta cuadruples algunas veces; pues la 
papeleta del individuo mencionado, cuando 
se le llama Abu*Allcagim Jcttaf } hijo de Yu- 
$uf, hijo de Fortuity el de Santaren, conoci- 
do por AMn Alabrax, debe colocarse.tam- 
bifen coino AMn Fovtun^ y de esto raodo se 

encuentra con euatro individuos, a quienes 
podriasaludar como parieutes proximos, por 
descend! en tes todos de a] gun Fortun\ pero 
que creemos sean todos diferentes, pues no 
coinciden en otra cosa. 



I 



V. 



Con el nombre ^tX^ \ y] AbenAhma- 

dus, o coino deba vocalizarse, se reunen tres 
papeletas; dos referentes a un inismo Indivi- 
duo, de quien en una sh omite la particula- 
ridad de que era tambiAn conocido por 

;U ,it)i r ;i, contra cuyalectura llama la 

atencion la papeleta del otro individuo, que 
parece ser padre del anterior, y era conoci- 
do no por c^SjfiJl ^*l Abin Alkarkabi y 






™ 279 — 

sino por ^L^iJj ^jj AMn Alkarabaki? (el 
descendiente del de Caravacd). 

Indicaciones como 6stas, que pueden sal- 
var muchos pequeuos errores, se podrian ci- 
tar muchfsimas, sin m&s que recorrer las pa- 
peletas que tenemos hechas. 

El Sr. Shnoaet, en su reciente publicacion 
Glosario de voces ibericas y latinos emptea* 
das por los mozdrabes^ ha dado a conocer 
apodos de personajes moras que han pasado 
a ser apellidos castellanos: bastantes m&s 
aparecsrian en tales papeletas, con la parti- 
cularidad de que, al reu&irse, podrian com- 
pararse con facilidad, y algunos que de pri- 
mera impresion nos parecen apodos espano- 
les, al eneontrarse tambidn en personajes 
orientales, dirig Irian la critica por rumbos 
m&s seguros. 

Papeletas geogrdficas.—Si tantafalta hacc 
un Nomsncldtor geogrdfico de la Edad Me- 
dia para fijar bfen la correspondeucia de 
ciertoa lugares poco menciouadospor losdo- 
cumeutos antigucs, no es menor la neceai- 
dad de anotar los datos geogrAficos firabea 
que cons tan en los diferentes autores; pues 
rezinidas las citas de una poblacion o de un 
nombre, anotando al mismo tiempo los deta- 






— 280 — 

lies determinantes que constan en el texto, 
corao distancia a otro punto o direccion des- 
de uno dado a otro, se podria fijar con 
alguna certeza la correspondence, para la 
cual, hasta hace poco, en general solo se ha 
atendido al sonido de la lectura que ha oeu- 
rrido, haciendo caer en equivocaciones la- 
uientables al mismo diligente investigador 
Sr. Dozy: hechas much as papeletas, ellas so- 
las resolverian cuestiones que la mas exqui- 
sita critica hoy no puede resolver. 

Papeletas bibliogrdficaa por autores.—En 
primer tfermino, deberian hacerse papeletas, 
por autores, de todos los cat&Iogos que se hu- 
bieran publicado, y desputs, de todas las 
obras que tengan indices de esta clase, refi- 
riendo las obras de cada autor a la papeleta 
de 6ste: hecho eslo, los que en lo sucesivo tu- 
vieran que clasilicar nuevos cddices &rabes, 
tendrlan muoho adelantado para sus traba- 
jos; pues* si constaba el nombre del autor, ya 
seria f Acii averiguar las obras que hubiera 
eserito, ya que todas las conoeidas, existen- 
tes o no, habrfan ido agrup&ndose en torno 
del autor. 

Papeletas bibliogrdficas por titulos. — Como 
muchas veces en los manuscritos o impresos 






- 



— . > 



- 281 



consta el tltulo y no el autor, seria preciso 
hacer indices por titulos, reuniendo en una 
papeleta.todos los titulos iguales, indieando 
los nombres de los autores siempre que cous- 
tasen: qniza conviniera tomar como base el 
Diccionario de Haehl Jalifa, aunque no S pa . 
receria mas litil eomenzar por averiguar lo 
existente, reduelendo a papeletas los cata- 
logs publieados, y eon esto se tendria en un 
catalog de un uso eomodo los de todas las bi- 
bliotecas publieas y privadas mas importan- 
tes, pues casi todas han publicado el suyo 
No se crea que esto que proponents es 
cosa nueva: en las bibliotecas bieu organiza- 
daa, en las que se ha pensado en serio el pre- 
parar elementos de trabajo para estudlos de 
estegenero, se tem'an catalogos manuscritos 
de las bibliotecas que no los tenian impresos 
y aun han debido de hacer algo o mucho de lo 
que proponemos; pues solo asf se eomprende 
que al tratar de un libro cualquiera puedan 
decir si existe o no en otras; verdad es que, 
respecto a cada li bro, se puede examinar ca- 
talogo por catalogo, para ver si se conocen 
otros ejemplares; pero apenas se concibe esto 
con relacion a los catalogos que no tienen 
indice alfabetieo de autores y titulos. 



— 282 — 



Hechas las series de papeletas que quedan 
indieadaa, su solo examen haria surgir la 
idea de muehas monograttae, para cuyos tra- 
bajos no habrla mas que repasar las papele- 
tas y evacuar las citas correspondient.es: por 
muchos aiios que Dios me conceda de vida, 
no podria vo estudiar y organizar los datos 
que mis papeletas me ofrecen para otras tan- 
tas monograflas, en que pudiera tratar de los 
cargo* administralivos que tengo anotados 
en las papeletas de los individuos que los 
desempenan.-de los historiadorcs drabes es- 
panoles,-manuscritos que se conservan de 
autores espanoles,-autores drabes espanoles 
por orden cronoUgico, - idem por gineros,— 
idem por regiones-etnografia probable de 
drabes y bereberes, segiin los patronimicos 
que mas generalmente llevan los individuos 
de una region, y otros muchos que a cada 
uno ocurririan segiin sua aficiones y estu- 
dios; y adviertase que, teniendo yo apenas 
la decima parte de las papeletas que en es- 
tas series resultarian, a medida que creciese 
el niimero de datos, repitiendose algunos, 
surgirian nuevas coinparaciones y la idea de 

nuevos trabajos. 

Podra decirseme, y con razon, que propon- 



- 283 - 

go lo que no pueda haeerse sino aunando los 
esfuerzos de muchoB, y que la Academia no 
puede pensar en proyectos tales, pues do 
cuenta ni eon personal suficiente ni con re- 
cursos para tal erapresa; yo ereo, sin embar- 
go, que podria haeerse mucho,yque nose 
necesitan grandes recureos para tener per- 
sonal subalternoapto para trabajar en la 
preparacion de los textos que debieran Im- 
primirse y en la forniaeion de papeletas: aun 
a trueque de parecer inmodesto, eomo prue- 
ba de que puede haeerse lo que propongo 
sin grandes reuursos, recordarfi que, si pido 
la publicacion do eieia volumenes, yo, avu- 
dado de mis diseipulos, llevo publicados seis 
(hoy diez), mas de la vigesiraa parte; y si 
pido 200.000 papeletas, qufza tenga yo mas 
de la declma parte, todo hecho con escasos 
reeursos. aunque apoyado por la Academia 
y secundado geaerosamente por jovenes con 
vocacion a estos estudios, a quienes, si be 
recompensado su trabajo menos de lo que 
merecian, mas de una vez han propuesto se 
rebajase lo asignado a cada trabajo: pagan- 
do algo mas la Academia, pero sieinpre por 
trabajo hecho, no dudo de que encontrarla 
entusiastas colaboradoros de tan patrioti- 



■ --: ■ _- - 



284 - 



ca empresa;ysi, con ocasion de lo que yo 
he podido hacer, se han aficionado a estos 
estudios Ires o cuatro jovenes, que pue- 
de decirse tienen probada ya su vocacion 
v aptitud, aunque no para el publico, con 
ocasion de lo que propongo, se manif estarian 
y llegarlan a consolidate otras vocaciones 

y aptitudes. 

Lo que he tenido el honor de proponer a 
la Academia exige para su ejecucion un pla- 
zo que, si es algo largo para nosotros, como 
particulates, para la vida de la Corporacion 
es realmente muy corto, y aun una buena 
parte de los que hoy nos sentamos en estos 
sillones veria el resultado: quienes hubieran 
de ser estos, sdlo Dios lo sabe M *lM. 



* 

■2 



Caslri defend ido (1). 

Dozy, en la primeraedicfon de&usMecher- 
ches sur VHistoire politique et UtUraire de 
VEspagne pendant le moyen dge } en uu ca- 
pitulo que titulo Vn relieur maladroit et les 
historieris de I'Espagne, hizo graves eargos 
a Casiri, por no haber advertido que el codi- 
ce de Ab6n Alabbar, niim- 1654, estaba mal 
encuadernado y por tanto las biografias in- 
terpoladas. 

La sagacidad crltlca de Dozy y sus gran- 
des conoeimientos de nuestra historia pu- 
dieron llevarle a desembarazarae de la con- 
fusion que la copia de uu manuscrito mal 
encuadernado tiene que producir en el lec- 
tor; pero sospecho una cosa que no era ver- 
dad: el c6dice de EI Escorial no e&U mal en- 
cuadernado, al menoa en la parte a que el 

(1) Pablicado en el tomo XX del JioUtin de la Renl 
Academia de la Historia, 



- 286 — 



critico se reflere; el mal precede de mas 
atras; del codice o codices anteriores, y la 
prueba es muy clara, examinado el manus- 
crito. Asi, entre otras cosas, teuemos que la 
biografta de Abdala ben Abdelaziz, conoci- 
do por Piedra seca, que consta en la pagi- 
na lU del texto publicado, Notices sur quel- 
ques manuscrits arabes, en el codice de El 
Escorial comienza al folio 61 v. y sigue 
al 62 r„ donde despu6s de los tres versos pu- 
blicados por Dozy, pag. 113, siguen otroa 
que se creerla perteneceu a la misma bio- 

grafia, que contimia con la que en el c6dice 
Escurlalense consta al fin del folio HO r. y 
111 v., donde termina a mi tad de la pagina. 
Se ve, pues, que la culpa no fue de Casi- 
ri, aunque si fue gran m6rito de Dozy el co- 
nocer esta y otras interpolaciones, que vie- 
nen a bacer mas diflciles los estudios arabi- 
gos, ya que son muchos los libros mal encua- 
dernados, en los cuales es relativamente fa- 
eil restablecer el orden; pero cuando el des- 
orden procede de codices anteriores, la eosa 
se hace muy dlflcil, y no puede pedirse que 
la conozca el que publica el texto por prime- 
ra vez. 




Un escritor marroqui del slglo XVII, lm- 
portante para nuestra hlstorla(l)' 

Hace algun tiempo, al dar euenta a la 
Academia de los manusci-itos arabes adquiri- 
dos para su biblioteca, hice la imiicacion de 
haberme sido remitido entre olios im ejem - 
plarlitografladodela conocida obra ffisto- 
Ha de Fez, vulgarmente llamada el Karthas. 
No insist! en la particularidad de estar lito- 
grafiada, porque crei ser un caso aislado, de- 
bido a algun moio listo que vendia como ma- 
nuscritos ejemplares litografiados muy tos- 
camente: despues de alguuos raeses, con oca- 
sion de ciertoa manuscritos arabes preseata- 
dos en la Bibliotoca Naeional proponiendo 
su adquisicion, al examinarlos por indica- 
ci6n de mi querido discipulo D. Pedro Roea, 
vimoa que uno de ellos no era manuseritol 

tt) Publicado en el tomo XXII del BoUtin <le la Real 
Academia de la Hisloria. 




- 288 - 

sino litografiado en Fez en el afio 1284 de la 
hegira, o sea en nuestro 1867, con la cireuns- 
taneia de que la litografia parece tenia ca- 

racter oficial. 

Recientemente he tenido noticia de otro 
libro impreso, o raejor dicho litografiado en 
el aflo ultimo, y habiendolo adquirido inroe- 
diatamente por mediacion de mi amigo 
M. L. Leriche, de la legacion franceaa en 
Tanger, que me habia dado hi noticia y 
0freci6 facilitarme su adquisicion, me pro- 
pongo dar conocimiento de e! a la Acade- 
mia; pues aunque el libro no sea de Mstoria 
de Espafla, contiene no pocas notieias que 

nos interesan. 

Contemporaneo o poeo anterior a Almak- \ 

kari, que no le menciona, nuestro eseritor, 
llamado Abu Alabbas Ahmed ben Mohdmed j 

ben Ahmed ben Ali ben Abderrahman hen 
Abu Alafiya, conoeido mas generalmente 
por Aben Alkddhi, debio de nacer en Micne- 
aa en el ultimo tercio o mital del siglo x de 
la hegira, pues que en el afio 1003 escribla la 
obra que tengo a la vista, y en ella cita 
otra* dos o tres que ya habia eacrito, y co- 
noeemos otra escrita pocos afios despues. 
La obra en cuesti6n titiilase »j ->.-?• 



-- 




; J -v* 



- 289 - 

^U iij^ ^-=^1 ^ Jo. ^ ^ ^LXa^t 

^iscwa ardiente de la adquisicidn de la den- 
tin acerca de los personajes importantes que 
moraro?i en la ciudad de Fez, Como puede 
inferirse por el titulo, es una historia de 
Fez, no en forma de tal, sino por medio de 
las biografias de los personajes de dicha ciu- 
dad o de los que, sin ser naturales dela mis- 
ma, fijaron en ella su residencia por m£s o 
menos tiempo. 
Aunque el plan general de la obra es bio- 

F 

gr&fico, eomo por via de introduction trata 
de la venida a Oecidente del fimdador de la 
dinastia de los Edrisitas,— de la fundacion 
de Fez, — y antes de la geografia del alma- 
greb,— de sua pobladores, — de las excelen- 
cias de Fez, — y de sus construceiones on las 
diferentas 6pocas } aunquc de ello haya de 
volver a tratar en la biografia del perso- 
naje correspondiente. En estas construceio- 
nes figuran las llevadas a cabo en la mez- 
quita principal por Abderrahman III con el 
dinero cogido a los cristianos, y las que cin- 
cuenta anos mAs tarde fueron debidas al 
hijo de Almanzor, Abdelm61ic Almudaffar, 
cuya conducta en Fez eelebra el autor. 

19 



- 290 — 

Con motivo de hablar de la mezqtiita, da 
la serie completa y seguida de los predica- 
dares que en ella ejercieron este cargo, des- 
de el que fu6 nombrado por ios almohades 
al entrar en Fez, porque sabia la lengua be- 
reber en ^542? hasta los tiempos del autor, 
ano 1000. 

Al tratar de las obias llevadas a cabo en 
Fez y en ofcras poblaciones en las diferentes 
Gpocas, algunas veces hace mention de las 
inscripciones conmemoratiras, indicando ai- 
guna vez que se conservaba en su tiempo, 
por lo cual es muy probable que se conser- 
ven aiin hoy. 

Las biograffas estAn por orden alfab6tico, 
comenzando por las de los individuos que 
dominaron en Fez, con euyo motivo incluye 
las biograflas de Abdelm6fic Almudh&ffar, 
hijo de Almanzor; de los cuatro principes al- 
moravides, YuQuf, All. Texufln e Ichak, y 
de algunos de los almohades y merinies que 
dominaron en Alandalus y eu Fez, 

Como es natural, dada la eomunicacion 
que habia entre los muslimes de Fez y Alan- 
dalus, muehos de los de alia vinieron a Es- 
pana y los de aqui fueron a Fez, circunstan- 
cias que se hacen notar eu las biograflas 



-* 



i 

z 



- 291 ~ 

respectivas; y como el autor llega a tiempos 
que no abarcan los diccionarios biogr&ficos 
conocidos, pues el mas moderuo refcrente a 
Espana es Ab6n Aljalib (tnitad del si~ 
g'lo viii), de aqui que la obra de Ab6n AlkA- 
dhi trate de muchos personajes de quienes, 
entre los aufcores conocidos, solo Almakkari 
hubiera podido darnos noticia. 

Son muchos los literatos espanoles y ma- 
rroqules de los siglos vn al x de quienes no 
teniamos noticia, o solo algunas uiuy vagas, 
y de quienes eucontra:nos las biografias en 
Abfin Alk&dhi. 

Eti la iectura rftpida que de dicha obra he 
podido hacer, he anotado al tnargen cuanto 
me hu parecido de algun interns para nos- 
otros, y hechas despnGs las papeletas eorres- 
pondientes, results, fijAiuioine en los histo- 
viadores de que da noticia, que casi todos 
ellos eran desconocidos en Europa, al menos 
el Dr. Wustenfeldno los menciona, ni vo te- 
nla nota biobibliogrftfica de ellos: de los 
veinte escritores de historia queresultan en 
estas condiciones, oeho son espaiioles y doce 
marroquies o de patria dudosa. 

Pero si de un modo directo, y dando noti- 
cias coneretas, apareeen en Ab6n Alk&dhi 



- 292 - 

veinte historiadores que me eran desconoci- 
dos, de un modo indirecto aparecen muchos 
m£s: al indicar lap fuentes de donde torna las 
noticias referentes a cada personaje o acon- 
teeimiento, cita multitud de autores que si, 
bastantes, quizA la mitad, me son conocidos, 
hay otros muchos que no recuerdo haber 
visto citados; hasta noventa y seis son los 
que tengo anotados t*omo fuentes de las noti- 
cias que da el autor; y si bien hay varios 
que figuran de dos o mas modos diferentes, 
puede asegurarse que los historiadores cita- 
dos son mAs de cincueuta, siendo los m&s 
aprovechados por el autor un Abarnasi Abu 
Alabbas Ahmed ben Ahmed ben Zaruk, Aben 
Azzobair, Alkotani Abu Abdald Mohamad 
ben Abdelquervm Alfandalawi, Ab4n Alja- 
tihj Aben Alahmar } Ab4n Jdtima, AbenAlab- 
bar } Aben Gazi, Aben Foriun y Abin Abdel 
melic, citados muehas veces, alguno de ellos 
con referencia a varias de sus obras. 

El autor escribia en el aiio 1003, si bien 
en algun punto (p6g. MO) cita la fecha de 
1007, aunque, como veremoa luego, consta 
que vivfa en el aiio 1010. 

r 

Las obras que cita, compuestas antes que 
la que nos ocupa, son tres, que algo o mucho 



- 293 - 

debieran tener de historicas, ya que las cita 
para indicar que en ellas habia tratado de 
puntos que mencfona corao de paso. Estas 
obras son: 

Luna de la conjuncidn } exposicidn de la per- 
la de las buenas rnaneras, 

9 a m^£-ll c a1\jl*J| Breves selectas, 

3,a JLs-vsriJl if ji Perla del resplan- 

dor (ih 
Como de ordinario, por el titulo no pode- 

mos formar concepto de la naturaleza de las 
obras escritas por Ab6n Alk&dhi; pero te- 
niendo en cuenta que las cita con motivos 
historicos, podemos asegurar que algo te- 
nlan de tales, pues la pri nigra est&citada 
con motivo de la entrada en Fez en el afio 
646 del principe merlnt Abu Yahya ben Ab- 
delhak; la eita tambiGn, aunque solo con el 
titulo de Exposicidn de la perla de las bue- 
nas maneras (p&g. 127), con motivo dg la 



(i) Estas obras 2 * y U a y algunas otras estan cita- 
das en la obra publicada por M. Houdas, *&j* i 
y pueden verse en la papeleta de ^g* LaJ * tjj, ' * 






-4 



- 294 — I 



entrada en Fez de Mohamad ben Tumard, y 
por fin (p&g- 343), con motivo de !a historia 
de Zeinab, la niujer de Yiupuf ben Texufin: 
de las otras dos obras solo encuentro una 
cita en la pAgina 351, diciendo que en ellas 
habia hecho mencion de las obras de su 
maestro Abu Rdsid Yakub ben Yahya, 

Ya que de la importancia de estas obras 
no podemos juzgar, aigo podemos decir de 
otra que couocfamos antes, y la cual por fal- 
ta de tiempo no habiamos estudiado deteiri- 
damente como veremos merece. 

Entre los manuscritos de nuestro querido 
maestro et Sr, D. Pascual de Gayangcsfigu- 
ra con el xnimero XVII del Cat&logo una 
obra H , de la cual, al hacer la papeleta, puse 
la inuicacidu de que parecla ei autograft) 
del autor, concluida de escribir en 21 de 
^Dzulhicha? del aiio 1010, y que me parecJa 
muy importante para ios estudios bibliogra- 

flcos. La obralleva el titulo ^ ^^iJl ^\j 

_ Lxr-wiJI J^iL«"aJ ^Uc M que busca la 

felicidad en las mejores tradici^nes verdade- 
ras, Confieso que la mala tetra, cuya circuns- 
tancia anot6 en la papeleta, fue causa de 
que no la estudiase con m&s detencion, cou-? 



— 295 - 

tribuyendo a elto tarabi6n la idea equiuoca- 
da de que un libro de autor tan moderno 
habia de carecer de importancia para el es- 
tudio de nuestra historia externa, ya que la 
parte puramente bibliogr&fiea entouces me 
interesaba poco. 

Hoy estoy convencido de que las dos obras, 
que de nuestro autor poseemos, sou de gran 
interes para el conociraiento de la historia 
de lodo el Occidente musulrnArjj o sea el al- 
magreb, prineipalmente para la delos siglos 
de! vii al xi de la h6gira, de fcuyos tiempos 
se tienen pocas noticias y en general equi- 
vocadas; pues, sin saber por que, casi todos 
habiamos aceptado la idea de que desde el 
siglo xiv de nuestra era Jos marroquies 
habian retrocedido, cayendo poco menos que 
en la barbarie, cuando to que hicieron fu£ 
estacionarse o andar a paso de tortuga; y 
como la Europa desde dicha fecha anduvo 
a paso de gigaute, se ha creido que se habian 
estacionado o retrocedido. Gomo dice el re- 
verendo P. Lerchundi, tan conocedor, en lo 
que cabe, del estado de Marruecos y de su 
modo de ser, «los marroquies est&n en el si 
glo xiv, y uos empenamos en que han de es- 
tar en el siglo xlx». 



V 



— 29G — 

+ 

De la leciura de este libro, lo mismo que 
de la de otro escrito en Tunez casi en nues- 
tros dlas (hace sesenfca anos) e impreso el 
ano 1283 (1866 J, C.) (1), infiero como muy 
probable, aunque no tuviera otras razones, 
la eistencia en Fez y en Tunez de muchos 
libros que serian do la mayor importancia 
para nues*ra historia: en am bos autores en- 
cuentro citadas obras que no tenemos en 
Europa; y como citan del mismo modo obras 
que indudablemente tienen a inano, como 
las tenemos nosotros, y otras que por sernos 
desconocidas se sospechaba fuesen citadas 
solo por referenda, para mi es casi seguro 






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&(i ;u i*si>ji\ =!l^i j *a£01 "L*&^£\ 



l^£t*\ ftj)! J-*5 -J] 5 iv.fi>* , .-Ji|. B ,^3C J.A=k* 






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i\ ,=.U)) A^ 



^**** J j x '* bJ^Xj**} £(j m&lnia pttra aecrea tie los entires 

de Africa (Tunez), obra del ihiico de su ttempn, y erudito de- 
an regidn el xeqite Abu Ahdalti Mohdmed el Bechi, el Ma?udi, 
una de loBjefes de los catibes del imperto Ittnecino, impresa 
en la imprenta del imperii) tuneainoi en su capital la 
guardada, ano 1283 i2G de Mayo de 1865 a 5 de Mayo 
del866). 




— 297 - 

que Ab6n AlkAdhi habfa tornado notas de los 
muchos historiadores que (^ita T los cuaies, si 
existian aprincipios deLsiglo xvji, existir&n 
hoy del mistno modo; pues el imperlo de Ma- 
rruecos no ha pasado por ninguua crisis que 
pudiera explicarnou la desaparicifri de sus 
libros: asi, en los manuscritos venidos de 
all£, en las uotas marginales puestas en el 
siglo pasado encontramos una prueba aut6n- 
tica de que el estudio de la historia, aim la 
de la Espaiia autigua, no les es indiferente: 
recu6rdese a este propostto lo quo tuve oca- 
sion de mauifestar al dar cuenta a la Aca- 
demia de la copia de Ab6n Aljatib, adquirl- 
da para nuestra biblioteca, copia hecha ao- 
bre la existente en la mezquita de Tiiuez, la 
cual habia sido hecha en Fez hace cuarenta 
afioa. 

La existencia en Fez de litograffa, al pa- 
recer con car£cter ofieial, cuyo hecho me 
parece poco o nada conocido en Europa, 
hace,creer que el comercio de libros debe de 
estar bastante desarrollado; y si la litogra- 
fia ha funcionado desde su instalacion, de- 
ben ser muchos los libros reproducidos de 
este modo, y es muy posible que entre ellos 
los haya de verdadera importancia para el 



H" . 



- 298 - 



=.«* 






** 



conocimiento de nuestra historia, como el 
que ha motivado este niodesto trabajo, que 
someto a ia consideration de !a Academia, 
con objeto de Hamar la ateneion de la mis- 
ma, por si algiin dia fuera pcsible gestionar 
de mi modo mAs eficaz la adquisicion de ma- 
nuscritos e impresos que, curcpliendo con el 
encargo de la nrisma, yo sigo gestionando 
desde aqtif, aunque con poco 6xito o al me- 
nos de un modo muy lento, 

[En vista de )o expuesto, la Atrademia 
acepto la idea de gestionar para la adquisi- 
cion de Iibros Arabes en Fez, y el Sr, Direc- 
tor encargo al Acad6mico Sr. Marqu6s de la 
Vega de Armijo, Ministro de Estado a la 
sazon, que puesto de acuerdo con el que 
suscribe, ge&tionma io conveniente, aprove- 
chando la presencia en Fez de agentes espa- 
iioles: se escribio encargando Que se adqui- 
rlese un ejeroplar de cada una de las nbra& 
que hubiera en venta en Ja Litografj'a oficial 
(o libre), y quesegestionase adernSs la copia 
de la seccidm historica del CatAlogo rie los 
manuscritos de la Mezqulba principal, no en- 
cargando la copia de todo el Cat&logo para 
obviar dificultades, que habrian de presen- 
tarse , sobre todo, en gestiones oficiales, 



- 299 - 

aimque f uesen oficiosas: la contestation fu6 
que los moros naia sabian (o querian saber) 
de libros litografiados en Fez, y que los libros 
de la Mezquita mayor habian sido entrega- 
dos por el SuUAn a particulares distinguidos, 
para librarlos de un posible saqueo de parte 
de los europeos: nuestros candidos agentes 
aceptaron como bueua la contestation de los 
moros, a quienes creyeron mejor enterados 
que el Ministro ylaAcademia; pudieran y 
quizA debieran haberse seguido las gestio- 
lies, yero por tal camino se ereyo iniitil.] 




Investlgaclones acerca de la dominaclbn 
&rabe bajo los Omeyyahs en Orients, 
por el Dr. G. van Vloten (1). 



Algunavez, en trabajos anteriores, he te- 
nido ocasion de lamentarme de que, en ge- 
neral, los arabistas extranjeros hay an aban- 
donado el estudio de nuestra historia por 
otros mas nuevos, a los que convidan las 
corrientes moderuas y los may ores etemen- 
tos de que por cada dia se puede disponer. 

Sin que en la mente del autor sea una ex- 
cepcidn a la tendencia indieada, encuentro 
una memoria de un sabio orientalista de la 
escuela de Leyden, que ha teuido la aten- 
cion de remitir a la Acaderaia su trabajo, 
que si al parecer no tiene relacion alguna 
con nuestra historia, estudlado afondo, pue* 




(I) Pxiblicado en oltomo XXVI do! Roleti n de la Real 
Academia de la Historia. 



— 302 - 

de expiicar muchas cosas de ios comien- 
zos de la domiuacidn Arabe en Espana, y 
en mi sentir habrA d& modificar bastante 
nuestras ideas respecto at carActer de la con- 
quista,o mas bien, delas consecuencias de la 
misma; pues aunque respecto a Espaila no 
tuvi6rainos dato alguno, que eonGrmara los 
nuevos puntos de vista del arabista holan- 
dos respeeto a la mala y aim p6sima adminis- 
tracion de los Omeyyahs y a las pocas sim- 
patias que haeia ellos tuvierau los pueblos 
conquistados, deberfamos suponer quo la si- 
tuaeion del pueblo espaiiol respecto at pue- 
blo conquistador era la misma que la de los 
pueblos de Oriente, el Irac y el Joras&n, que 
son los dos pueblos en queprincipatmente se 
desarrollan las ideas y los hechos que estu- 
dia el Dr. G. van Vloten, por liaber ocasio- 
nado, en su sentir, la caida en Oriente de la 
dinftstla de los Omeyyahs; aunque podr& a 
muehos ocurrir la idea de que Espaiia no de- 
bio de participar de las aspiraciones que pro- 
dujeron tal caida, ya que acogio en su seno a 
uno de los individuos de la familla Omeyyah 
y le elev6 al trono; pero hay que tener en 
cuenta las circunstancias de la elevacion de 
Abdoderrahm&n I, muy diferentes de como 



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) 

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— 303 — 

se hau explicado y siguen expiicAndose por 
muchos de tos no arabistas, y aim 6stos qui- 
-di no se hayan fijado lo bastante en las cau- 
sas que facilitarou ias 'aspiraciones de Ab- 
derrahmAn v ias maquiav61icas gestioues de 
su clieute Beder- 

El Dr. G. van Vloten escribio su tesis doc- 
toral desarrollando el tema Origen del par- 
tido de Ion Ahhasidas en el Joramn (1) y am- 
pliando en realidad el misnio tenia, 011 virtud 
de nuevos estudios T ha escrito ahora una di- 
sertacion que titula Investigations acerca 
de la domination drabe, los Chiltas y las 
Gree?icias Mesidnicas durante d calif ato de 
los Omeyyahs (2) T memoria que me propong-o 
ex ami nar con objeto de llamarla atencidn 
acerca de algunas de las ideas en ella enun- 
ciadasj que creo mis interesantcs. Anadir6 
a conthmacion las noticias y consideraciones 
que con aplicacion a la historia de Espafia 
me ban parecido de alg'una oportunidad. 



U) De Opkoinst tier Ahhasirten in Khora&an. Loido, 1890. 

(2) Recherche* sur la domination araJte, ie Chiittume, et 
les Croyances messiaiiiqucs sous le khalifat de$ OmaijadcA, 
par'Gr. van Vloton* Amsterdam, 1891, <Kxtr. des M6ni. 
Ac. dos Sc. d'Amstordam.* 



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— 304 - 

Las tribus irabes, que en los primeros 
tiempos de la predicaclon de Mahoma se ha- 
blan manifestado poco dispuestas a admitir 
la nueva doctrina, solo la aceptan por la 
fuerza, abandonAndoia luego a la muerte 
del profeta; pero sometidas por JAlid, la Es- 
pada de Mahoma^ en cuanto comienza el pe- 
rlodo de las conquistas con objeto de some- 
ter t no de convertir, a los incr6dulos f eambian 
de conductay se hacen los paladines de la 
religion que antes soportabau a dura? penas: 
eeta transformation se debe a que la nueva 
religion les ponia en condiciones propicias 
para f ejercitar sus instintos guerreros, que 
debfan ser recompensados en esta vida y en 
la.otra: en 6sta, poniendo en sus manos las 
riquezas de los vencldos; en la otra, en cuan- 
to la guerra santa les abrla de par en par las 
puertas del paraiso {pag. 2). 

Lacondicion de conquistadores y conquis- 
tados, no de predieadores y conversos, era 
muy clara y seneilla en la prdcticaprimitiva 
mulsumana: si un pueblo se sometia sin resis- 
teneia, quedaba con el libre ejercicio de su 
religion y su administracion propia, pagan- 
do rm tributo personal, que parece que no 
era excesivo, y de esto procedio quizA el que 



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— 805 — 

los sirios y egipcios, oprimidos con los im- 
puestos, no ofrecieran gran resistencia, eomo 
tampoco la poblacion agrlcola de Irac, 

Si un pueblo se negaba a someterse, y lo 
era a viva fuerza, los musulmanes tenian el 
derecho de saquear el pafs, de matar a los 
hombres y de reduclr a esclavitud mujeres y 
ninos: las tierras se las dejaban, en general, 
con la obligation de cultivarlas en beneficlo 
de los musulmanes (pAg. 2). 

De la condicion a que quedaronsometidos 
los eristianos de Espana, deapuds de la con- 
quista, podemos formarnos idea por las capi- 
tulaciones de Mfirida, Orlhuela y Carcasona, 
y por la escritura del moro de Coimbra, si 
este documento mereciera algun crSdito. 

Capitulation de Mirida. Poco o nada 
concreto nos dice; pues solo se pone la indi- 
cation de que *los bienes de los muertos en 
el dfa de Ja emboscada, los de los que se ha- 
bian retirado a Galicia (al Noroeste) y los 
bienes de las iglesias se adjudicarlan a los 
musulmanes (1). Segun el te^to del Ajbar 



(1) Aben Adzari, t. II, pag. 17.— Aben Alatsir, t. IV, 
pag. 4£l.—Almakkari 9 t. I, pag. lli.—Annowairi, ma- 
nuscrito Arab 8 de la Academia. num. 60, iol. #4. 



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(1) Fatho-l-Andalutf* Historia de la conquista tie Espana: 

c6dice arabigo del siglo xi , dado a Iuk por primera vez, 

traducido y .anotado por D. Joaquin de Gonzalez, 

fagregadodiplomatico do S. M... Areel, 1889, pag. 10. 

(3) Puedo vorso la capitulacion de Orihuela, entre 
ofcras obras, on el Esludioxohrela invasion de tos drabts en 
Eepana, por D. Eduardo Saavodra, do la Real Aoada- 
mia de la Historia. Madrid, 1893, pag. 128. 



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— 306 - 

Machmua (pag. 18), las riquezas y alhajas de 
las iglesias serian de Muza. La cronica ano- f 

nima titulada Conquista de Alandalus (I) li- 
mitala capitulacion al pago del tributo per- 
sonal, que no fija, y serla ol establecido en 
Oriente para la generalidad de los pueblos 
conquistados: sin duda los otros histonado- ]{-. 

res, que no incluyen el tributo personal, lo 
darlan por corriente. 
Capztulacidn de Orihuela. Por esta capi- 
, tulacidn, en virtud de la cual Teodomiro 
quedaba como independiente en Orihueta y 
su territorio, el impuesto personal, que de- 
blau pagar los cristianos, consistla ea una 
moneda de oro (dinar), que habia de pagar 
cada uno (2); cuatro almudes de trigo, cuatro 
de cebada, cuatro azumbres demostOjCuafcro 
de vinagre, dos de miel y dos de aceite: los 
slervos habian de pagar la initad. 




- 307 - 

Capttulacion de Carcasona. Cuando en 
ei afio 107 el emir de Alandalus, Ambaca ben 
Xohaim el Elguelbl, llega a Carcasona y la 
sitia, sus moradores entregau mediante capi- 
tulacion la mitad de su distrito, los prisio- 
neros rausulmancs que tenian, y lo que a es- 
tos habian quitado: ademas se comprometen 
a pagar el tributo personal, a ser juzgadoa 
«omo gente de dzlma (judios y cristianos pro- 
tegidos por los musulmanea mediante el tri- 
buto personal), y a estar en guerra o en pas 
con aquellos con quienes lo estuvlese el 
«mir (1), 

Escritura del moro de Coimbra. Este do- 
cumonto, de cuya autenticidad ya dudd el 
Padre Florez (2), perteneco indndablemente 
a epoca muy posterior, y lo mas que se le 
podra reconocer es que el documento sea le- 
gitimo, pero que se haya alterado la fecha. 

De lo expuesto resulta que la ocupaeidn 

muaulmana no puedeconsiderarse eomo una 

• infusi6n de raza, ui como victoria religiosa, 

sino mas Men como una oeupacion a mano 

armada, cuyo caracter se manifiesta clara- 



(1) Aben Alatsir, t. V, pig. 101. 

(2) Kspana Sagrada, t. X, pig. 359.. 






— 308 — 

mente en la organizacion que para consoli- 
dar la conquista establecio ei segundo califa 
Omar, y que por no preatarse a adaptacion 
pa?ifica fue causa de trastornosshi cuento{l) 
Se>un las prescripciones de Omar, todo 
musulmau era soldado del islam y podia ser 
llamado a defenderlo espada en mano, te- 
niendo a su vez derecho a una retribucion 
pagada por el Est-ado. 

L En los paises conquistador las tropas que- 
daban acantonadas en los puntos estraUgi- 
cos, y como ies estaba prohibido adquirir 
tierr&s, se habian de mantener del douativo 
(paga del Estado), de los impuestos en espe- 
cie, que se exigfan a los conquistados, y del 
botln en nuevas incursiones en pais eneraigo 
o que se suponia tal; asi que la ocupacion 
Arabe ofrecia el espect&culo de un pueblo 
que vive a costa de otro (p£g. B) (2), 



(t) Puode verae parte de esta ortfaniaacion en of fo- 
lloto Inatitutwnes juris mohamtttedani circa helium contra 
eos qui <lb islamo aunt alient, e dtiobus Al-Codurii codicibus 
nunc primum arahice edidit, latino verlit, glossaritimque adje- 
cit. Em. FricLCar. Hoseumullcr.-. Lipsisc, Miicccxxv, 

(2) Algunas de las aserciones del autor, como lo 
de que los soidados no piidioran adquirir tiorras, pa- 
rece que estA en contradicoion con lo que con refe- 



* 1- 




— 309 — 

Este estado de ocupaeionrio podia noenos 
de ser provisional, y por bueno que fuese 
para su tiempo, a la larga se habia de hacer 
intolerable: el gran error de los califas fu6 
el no sabeilo modificar. 

La cuota del tribiito establecida por Omar 
no parece exagerada a los que han estudiado 
esta cuestion, y el modo de percibtr o recall- 
dar este tributo fu6 el mismo que se usaba 
antes de la conquista, y hasta se conserva- 
ron los recaudadores indig*ehas. Si hubiera 
sido posible que por una y otra parte se ob- 
servase lo pactado, principalmente por el 
pueblo conquistador, quixA las asperezas y 
rozamientos de ambos pueblos se lntbieran 
auavizado y se hubieran formado nuevos 
pueblos; pero la conquista y ei consiguiente 
enriqueeimiento del pueblo Arabe trajo con- 
sigo un cambio de costumbres, que habia de 
influfr no poco en las relaciones de ambos 
pueblos. 



reiicia a Espaiia di<*o un autor ©spauol, quo publico 
M. Dozy, Reckerckea sur l r hi$toire ct la UUcrat ure del' Es~ 
pagne pendant le moyen age, par It- Dozy.., Secoudo edit., 
t. I, Loydo, 1.860, p. SO, Troisieme Edition, revue et 
au^rpent6o. Leyde, 1SS1, t. I f p. 74. 



3 



- 310 — 

Si los primeros conquistadores dieron en 
ciertos casos pruebas de desinter6s y abnega- 
cion por la causa comim, pronto el egoisnio 
y la avaricia se apoderaron de los hombres 
del ,-desierto bajo la influencia de riquezas y 
lujo, que afluyen de todas partes, lujo m&s 
propio para corroinper que para suavixar laa 
costumbres deloshijos del desierto. 

Efectivamente, el autor cita ejemplos de 
riquezas Inmensasacumuladas desdelos pri- 
meros tiempos/y en confirmation de que el 
afAn de riquezas era las mas de las veces 
causa de empresas contra los llamados incr6- 
dulos en los palses limltrofes del Joras&n, no 
faltan casos de exaeciones irritantes enes- 
tremo contra poblaciones como Samarcanda, 
que ya se habfan entregado pagando 700,000 
monedas de plata, 

Ya desde los primeros califas, adem&s de 
Jas exacciones de los gobernadores y qu& 
pudi^ramos suponer en provecho propio, fal- 
tando o modificando la cuota de la contribu- 
tion personal , se aumento 6sta, hasta el pun- 
to de que en tiempo de Otsm&n, el Egipto, 
que bajo el gobernador Amru ben Al&s pro- 
ducia dos millones de dirhemes, en tiempo de 
su inraediato sueesor producia cuatro millo* 



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- 311 — 

nes, por cuanto el tributo personal se habia 
elevado de dos dinares a euatro, segiin afir- 
ma Van Kremer. 

El aumento no debio de parar en esto, 
pues luego en tiempo de Moawia se eita un 
nuevo aumento mandado expresamente por 
el califa, por m&sque el wall observaba que 
no se podia aumentar, porque era faltar a lo 
pactado; pero los principes Omeyyahs decian 
que el Eg-ipto habia sido ocupado a viva 
fuerxa, y que por tanto los habitantes eran 
esclavos y se les podia tratarcomo se qui- 
siese. 

En Mesopotamia, Ziyad ben GrAnim, wall 
de parte de Omar 1, de propia autorldad ha* 
bia fijado la cuota de la contribucion perso- 
nal en un dinar, ademAs de la contribucion 
en especie (lo de Teodomiro); este impuesto 
fu6 modificado por el wall Dahak en tiempo 
de Abdelm61ic, haciendo un nuevo censo y+ 
obllgando a que cada uno declarase sus pro- 
ductos: con esto el tributo se aumento en tres 
dinares sobre uno que importaba antes. 

Respecto a los aumentos que en Espana 
sufriera el tributo personal, tenemos muy 
pocas noticias, o mejor dicho, ninguna; pues 
como observa el Dr. G-. van Vloten, los Msto- 



- 312 -- 

riadores Arabes tiencn en ta*i poco a log pue- 
bloH soineiido*, quo por regla general nada 
dicen de ellos: en realidad solo eu la cronica, 
llamada hasta hace poco de hidoro Pacen- 
#e, y hoy del Anonimo de Cordoba , encontra- 
mos alguna vaga notk-ia. plied Ioh aumentos 
del erario*se confutiden las mds de, las veces 
con las exacciones personates do los emires, 
de que habremos de dar cuenta _despu6s. 

De Amba^a, que gobierna la Kspaiia mii- 
sulmana desde el ano lOJi al U>7 de la hAgira, 
noa dice el Anonimo de Cordoba quo exigio 
dobles tributos a los cristianos (I), y aunque 
de sus palabras no resutta bastante claro si 
eataduplieacion de tributos fuA para el flsco, 
de todos modos es un dato que debe tenerse 
inuv en cuenta. 



(1) Nthnero 52-.. Furlivix vero ohrcplionihm per tacer- 
torum cttneos tionnutlcts cii-itatcst v?l castella demntilando sti- 
muUil; aicqite vectigalia Christ ianis duplicata &ragita»i8 % fa&- 
eibus konorum apud Hispaniaa vatde triumpltat* Espana 
Sagrada, tomo X. Al#unas variantoa de eatos textos, 
tornados da la Eapafla Sagrada, piiedon verse en la obra 
del P. Tail ha ii, Anonyms de Cordouc — Chroniqtte ritnie des 
d&rniewr rots de Tolcde et de la conqucte de VEspagne par les 
arabea, 6dii£e et annoteo par lo P. J. Tailhan, do la 
Gompagnfe de J&ms* Paris, 18S5, 






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- 313 - 

El miamo autor nos da noticia de una exac- 
cion enorme, que podna tomarse como au- 
mento de tributo, pues dice que Abuljatar 
inulto a Atanaildo, s*icesor de Teodomiro, en 
27.000 sueldos (1). En los autores &rabes no 
encuentro indicacton alguna que se refiera 
a aumento do tributo. 

Los tributos ordinarios, y aim to^ cxtraor- 
dinarios, hublerau resultado muy tolerables 
en comparacion de las e.xaccioues arbitra- 
rias de ios walies, cuyo cargo era conside- 
rado como muy propio para restablecer la 
fortuna comprometida: la misma palabra 
empleada eu la lengua para expre^ar el go- 
bierno, noa dice de un modo gfvAfico como 
era considerada la provincia, que el wall se 
comia u ordeiiaha como una camella (2): a 
tal putito llegaron las cosas desde los prime- 
ros tlempos, que Omar I, en virtud de las 
quejas de los adminlstrados, recouociendo y 
pasaudo por losabusos, dispuso que se toma- 



(1) Nnraoro 3)9... sed post modicum Alhoozzam Hex His- 
paniam adgredictis, nescio quo furore arreptus, non modica* 
injurias in cum ( Athanaildum) attuttt, et in ter navies millia 
solidoritm damnavit, 

(2) No rocucrdo habor visto ompleadas osaa fraaoa a 
<luo so rofioro ©1 autor. 



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..... 314 — 

se nota de lo que los gobernadores poseian al 
obtener et cargo, y que al regreso entregaseo 
la mitad del excedentesobrelosgastos de ad- 
ministracion. Asf vemos a Jloawia hacer en- 
trega en la tesoreria de Medina de la mitad 
deloquehablaadquirldo, qued&ndole de este 
modo recouocida la posesion de la otra mi* 
tad: subido despufes al trono, Moawia exige 
que sus funeionarios stgan la misma pr&eti- 
ca; no eran solo los waltes quienes se enri- 
quecian con indebidas exacciones: los subal- 
ternos hacian lo mismo, couio podria supo- 
nerse aun sin pruebas; asl tenemos que se 

did el caso de que el gobemador pidiese al- 
guna vez que no se tomasen cuenta a los su- 
balternos, hechuras suyas, y que para evitar 
estas dificultades, en el Irac se diese el en- 
cargo de la recaudacion a los seuores terri- 
toriales persas, de quienes nose hacia tan 
dificil el no tolerar tantos abusos. 

Con referenda a Kspana, solo en el eitado 
Andnimo de Cdrdoba encontramos notlcia de 
ias exacciones que pudi^ramos llamar perso 
nales do los emires; en 61 encontramos da- 
tos bastante concretos respecto a la mala e 
InmoraJ administraci6n. 

A)go de c6mo se portara Muza y del caati- 






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y 




- 315 — 

go que recibio, veremos despuGs: el Andni- 
mo no le acusa de rapiua, sino de cruelda- 
des y perfidia; pcro si de tm inodo concreto 
nada dice de los gobiernos de Muza, Abdel- 
aziz y Ayub bajo este concepto, lo dice indi- 
rectamente : al monos por lo que consintie- 
rau; ya que dice del emir Alahor que ingre- 
so en el erario lascosas quitadascomo triba- 
tos a los cristianos paclficos, y castigo a loa 
moros por los objetos robados (1). 

AQ^amah o Zama, sucesor de Alahor, nom- 
brado por el piadoso y justiciero Omar II (2), 
ahonda todavia mAs en la iuvestigacion 
de lo defraudado al tesoro eu los auos ante- 
riores, pues haciendo el cataatro como se le 
habfa encargado, averigua loa predios, cosas 
manuales y todo cuanto los Arabes conserva- 
ban en comun de lo robado al principio, y 
parte lo Cntrega para que se diatribuya por 



(1) Niimcro '1?f... In Hitspanin rent Alahor,.* res abttita* 
pacifica# Chrtstianis ob i-eHigatiu tht*nauri& publicis ittferendit 
instaural. Mauris ilwlum flittpaniin eoibimcanttttaa pirnax 
pro thesauris abstiQuais irroyat. 

(2) Numoro JrJ... Qttiowar vacante omni j)r<rtio UtnttcfHi- 
nignitadft et patientun in Reyno extiiity ut hactenun tantwt ei 
honor tttusquc refcratur, ut non solum amtia, sell eti/tm ah 
e-rternia prtc ettuctis retroactis Prhtcipibits bcatifkttur. 



— 316 — 

suerte entre los soldados, y parte, tanto de 
lo mueble como de lo inmueble, lo adjudica 

al fisco (1). 

Los merecidos e imparciales elogios que de 
A^oaraah o Zama y de Omar hace el Andni- 
mo, aparecen naturalinente justificados por 
las indicaciones de los autores Arabes, que 
dan noticia de las ordenes dadas por Omar 
a.Awamah al encargarle el gobierno de 
Alandalus, para el eual le nombro por haber- 
se fijado anos antes en su religiosidad, al no 
prestarse, como ocho de sus uueve corapa- 
fieros, a jurar que en las cantidades llegadas 
a la corte, de los tributos sobrantes despu6s 
de los gastos legales, nada habia que no 
se hublese exigido conforme a derecho (2)- 
No carece de importancia este hecho, al pa- 
recer ioaignificante, y el que nada se hi- 
cfera por el califa contra los dos, que, &\ 
negarse a atestiguar la legalidad de lo re- 



el) Nmnero 48— proprio stylo ad vwtigalia inferenda 
dtscribiU Pr&dia et manmlia, vel quidquid iUud est quodolim 
pmdabilit&r indivifium retemptabat in Hiapanit gens omnis 
Arabica, sorU sociis aividendo, partem reliquit militibus di- 
videndam, partem tx omni re tnobUt et immobili fisco associate 

(3) AbmAlateir, t. V, p&g. 4Q.-Conqui$la de Espana, 

pAff-33. . 



~ 317 - 

caudado, indicaban bastante su no legali- 
dad, ya que al ser nombrados para presen- 
tar las rentas al califa debieran ser perso- 
najes do categoria, que stipieran como se ha- 
cia la recaudacion. 

Con 3a muer te de Omar II desaparecen, 
como. observa el autor, los buenos propositus 
de justification para con los pueblos someti- 
dos a los musulmanes, v si Zama no hubiera 
muerto en la batalla da Tolosa, pronto hu- 
biera sido snstituido por otro que profesara 
otras ideas de gobierno. 

Reemptazado Zama por Amba^a despufis 
de la interinidad de AbderrahmAn, el mievo 
emir exeita con ftirtivas habifidades algu- 
nas ciudades y cast) I los, y asi, exigiendo de 
los cristianos doblados tributos, se goza en 
Eapana eon los honores (1). 

Tras el corto e iuterino gobierno de Odzra, 
Jahya ben Calema, gobernador terrible, en 
expresion del Andiximo^ se agita cruel du- 
rante casi tres aiiosi y duro de car&cter, caa- 
tiga a los sarraeenos (los Arabea) y a los mo- 
ros por las cosas que antes habian robado 



(1) Toxto oitado antoriormonte • 



- 318 — 

pacificaznente y devuelve muchas a I03 cris- 

tiauos (1). 

Cortos son tambi6n Ios gobiernos de Odai- 
fa: Otm&n ben Abu Neija, Alhaitaam, Moha- 
mad ben AbdalS. y Abderrahman (aiios 110 a 
114), luego los cristianos espaiioles tienen 
que sufrir casi por cuatro aiios las exacciones 
e injustieias de Abdelm61ic 3 quien encontran- 
do la Espafla a pesar de tantas y tan gracdes 
guerras, tan abimdante de toda clase de bie- 
nes y tan floreciente despuis de tantos dolo- 
res, que pudiera compararse a una granada 
en Agosto, de tal modo le imponesu petulan- 
cia easi durante euatro afios, que, debilitada 
poco a poco, queda exbausta y sin esperau- 
za de rehaeerae (2). 

Suc6dele Okba,que, al deeir delos autores 
Arabes, fu6 justo y religioso, con cuyo juicio 
esta conforme el Anonimo de Cdrdoba, 
quien dice de 61 que castigo a su predecesor 
y jueces, que intento hacer el catastro, y 



(i) Niimero 51.. Saracenus lahia nomine monitu PWn- 
cipum succedenSj terribilis potestator fere trknnio crudelis 
excestuat, atque acri ingenio Hiapaniw Saracenos et Mauros 
pro pacipcis rebus olim ablatio exagittzt, atque Christianis 
plura restaurat. 

(2) Niimero 60 del mismo Anonimo de Cdrdoba* 






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- 319 — 

que absteni6ndose do todo oculto donativo, 
a nadie condeno sino por la justicia de su 

propia ley. 

Queda tambifin citado antes el elogio que 
hace de la conducta de Omar II, No exami- 
naremos la conducta de los sucesores de 
Omar en el califato; pero debemos hacer 
mencion del ealifa Hixem ben Abdelm^lie, 
de quien dice que aunque al principio se ma* 
nifesto bastante justo, dominado despuGs por 
la avaricia, reunio por medio de sus jefes 
tantas riquezas en Oriente y Occidente, 
corao nadie habia reunido, y por eso las Ren- 
tes se rcbelaron contra 61; y efectivamente, 
durante sa califato de veinte anos, desde el 
105 al 125, estallaron rebeliones en Oriente y 
Occidente, saliendo a la superfleie las gestio- 
nes del partido de los Abbacies, que muy 
pronto habia de concluir con la dinastla 
Omeyyah en Oriente. 

Bajo los ultimos Omeyyahs, dice el doctor 
van Vloten, la corrupcion era general: lo 
primero que hacia ungobernador era encar- 
celar a su anteeesor y a sua hechuraa, y po- 
ner en libertad a los que a su vez hablan 
flido enearcelados bajo el regimen anterior: 
JAlid el Quesrl, waif de, Irac, sacaba de su 



r: 



- S20 - 

cargo 20 millones de dirhemes, y la suraa de 
sus malversaeiones se calculaba pasar de 
100 urillones: Yu<;iif ben Omar, que le suce- 
dio, le hizo encarcelar con 350 de sus em- 
pleados, y tuvo medio de arrancarle m&s de 
70 millones, y esto, como se comprenderd, 
no sin saberlo el califa Walld II, sino con su 
escandalosa connivencia; pues Attabari nos 
dice que Yuquf ben Omar compro del caMfa 
Walld a su antecesor, es decir, que compro 
el derecho, o mejor dicho, la autorizacion, 
de saearle cuanto dinero pudiese. 

Admilida la exactitud de esto estado de 
cosas, se cornprende cuAI habria de ser la 
conducta de los gobernadores y dem&s subal- 
ternos de la administracion para arrancar 
dinero de rnanos del pueblo conquistado, en 
especial de las ultimas clases. Quieu ?e haya 
fljado en el modo de ser de la administra- 
ci6n marroqul, eompreuderA el estado de los 
paiaes sometidos al dominio musulmAn* 

Antes de declarar insolvente a un emplea- 
do depuesto, se le sometia a atroces tormen- 
tos: ya se le exponla a un sol abrasador, su- 
pllclo que se agravaba derramaudo aceite 
sobre la vlctima; ya se le colgaban piedras 
al cuello, o se le obigaba a sostenerse sobre 






— 321 - • 

un pie horas enteras: a\go de esto se dice 
que se hizo con Muza, 

La eonducta de los ealifas AlwaSidytpu- 
leim&n con el conquistador de Alandalus, y 
que nos parecia inexplicable, se hace com- 
prensible a Ja hiz de las notlcias de casos 
analogos v hasta cierto punto sistemAticos; 
yaque, segun esto, los Omeyyahs partian del 
supuesto de estrujar a los gobernadores, y 
aun quizA de ponerios para estrujarlos. 

Aunque parezcan fabulosos los tesoros que 
a Oriente llevara Muza, procedentes de 
Alandalus, y de su gobierno de Ifriquiya, si 

ten em os en cuenta ,las inmensas riqnezas 
acumuladas en \a parte norte de Africa du- 
rante las dominaciones romana y bizantina, 
no parecer&n tan exagerad/is: de AbdalA beu 
Qaftd, el primero de ios conquistadores en 
Africa, dicen algunos autores (l)que, inuer- 
to el usurpador Gregoiio y saqueada la ca- 
pital Stiff etui a, recibio 800 quintales de oro 



(1) Aben Adzari, 1. 1, p&g, 7»— Attn Dinar, pftg. 24,— 

AmtQu-ttirt, Mtimiflcrito Arabo do la Hoal Acadorniartela 
HistoHa, num. (JO, fol. 78 vor.— Merrier, t. I, piVg, lift*- — 
Ilisioire de I'Afriiji/e. septentritmale (Berb£rio) depute /ca l 
Umps lex plun recttlet jusi/u' a la conqttele frartftttec (ItfJO), par 
Ernest Mercior. Paris, 1888. 

21 



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322 — 



de los rum (bizantinos) por dejarlos en paz. 
Respecto a la conducta de Muza, las no- 
iicias de Jos autores Arabes son contradieto- 
riaa, y por tanto iambi6n lo son respecto a la 
conducta de los califas Walid y Quleiman, 
que al parecer se portan con excesiva dure- 
za con el conquistador de Espaiia: por ahora 
nos parece lo m£s veroslmil y aceptable que, 
acusado Muza ante Alwalid luego de la con- 
quista por sus exacciones, verdaderas o su- 
puestas, y por haberse adjndicado indebida- 
mente parte del botiu, que no le correspon- 

dla (ya hemos visto que, segiiu una version, 
en la toma de M6rida se adjudico las rique- 
zas y alhajas de las iglesias), fu6 llamado a 
Oriente con sa 6mulo y lugarteniente T&rik: 
que el catifa Alwalid, quiz£ porque diese 
como rauv creible cuanto de Muza se decia, 
y estuviese como predipuesto, segun la tra- 
dicibn de su familia, a pedir cuentas al de- 
puesto emir, no !e recibio bien, y que de 
acuerdo o sin acuerdo con Tarik, le quiso 
probar de un modo terminante que, al menos 
en lo de la llamada mesa de Salomon, men- 

tfa y habfa obrado mal, atribuy6ndose la 
gloria de haberla encontrado. Muerto Aiwa- 
lid antes de dos meses sin haber tenido tiem- 



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— 323 — 

po de ultimar ol negoeio, Culeiman, sucesor 
en el califato, se encargo de hacerlo, v le 
trato con i-ig-or, so pretexto de habersepor- 
tado mal en su gobierno; aunque los autores 
en general no dejan bien paradala memo- 
ria del califa, pues suponen a Culeiman re- 
sentido con Muza por no habere prestado a 
hacer durarsu viaje unos dias mas, esperan- 
do que en ellos muriese Afwalid, y por tan- 
to fuesen para el los cuantiosos regalos des- 
tinados al califa: este hecho parece poco pro- 
bable, por mas que lo refieren muchos histo- 
riadores arabes; pues antique Walid estuvie- 
se ya bautante enfermo, no parece que pu- 
diera esperarse su pronto fallecimiento, ya 
que aim estuvo en estado de poder vecibir a 
Muza y enterarae de las cosas de Espafia, 
aunque no admitamos el lieeho del mal reei- 
iiimiento, que tambien indica el Andnimo de 
Cdrdoba. 

Muerto el califa Walid, le sucede su her- 
mano guleiman, que, multa a Muza en 
100.000 (dinares), y en proporcion a los de- 
mas jefes que con el hablan Uegado de 
Alandalu?, siendo la causa de ello el haber 
llegado a R|| uo ticia que se hablan adjudica- 
do los hombres del qninto (o tierras del quin- 



- 324 — 

to) sin consultar al califa (1). Esta version, 
que solo enconfcrainos en estos t6rminos en el 
autor de la obra Conquistade Espana^ des- 
conouida hasta baee poco, nos hace sospe- 
char que fueran llairados a dar explicacio- 
nes de su no rnuy correcta conducta, uo solo 
Muza y T&rik, sino tainbi6n otros jefes, y la 
mala conducta de todos nos explicaria algo 
de la singular prevision de Tank, al arran- 
ear uu pie de la llamada mesa de Salomon, 
para en su dia poderlo presentar coino prue- 
ba de su aserto de que 61, y no Muza, la 

habla encontrado. 

TambiGn con estas noticias podra expli- 
carso quizA el que a pesar del castigo o con- 
tribueidu a que fu6 condenado Muza, si- 
guiera despu^s en regulares relaciones con 
el califa; pues lo que con 61 habla hectao 
nada tenia de particular, y de seguro que 
no sorprenderia al mismo Muza. 



(1) El autor citaclo de la Conqttista de Espana, pagi- 
nas i5 a 20.— "Respect o a la palabra ajma^a, ciue iraclu- 
cimos loe hombres del quinto, vease Dozy en ©I texto ci- 
tado: estos hombros del qiiiri to oran los etpaiioles, «iuo 
habian quedado cultivando las tierras adjudicadas al 
fisco, como quinta parte del bothi do los puntos con- 
quistados a viva fuerza. 



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- 325 — 

Como en supuesta verdadera conexion 
con el castigo de Muza se reiiere la conducta 
del califa £uleim&n con Abdelazi^, muerto, 
segun unos, por orden suyaj sin que tnviera 
conocirntento previo de ello, segun otros; 
cuestion dificil de fijar eu cuanto a la inter- 
vencion del califa, y a las causas que a ello 
le determiuaran, pero que nos parece tiene 
poca o ninguna conexion con la suerte de 
Muza. 

Convlniendo el Dr. G. van Vloten eu que el 
sombrfo cuadro de la administration de los 
Omeyyahs tra^ado por 61 noes apticable a 
todos los paises, ei a todo el periodo de su 
dominacion, hace sin embargo dos observa- 
ciones: i. a Que dada la indiferencia de los 
autores &rabes con respecto a los pueblos in- 
dlgenas, quizA uo conocemos la mitad de los 
sufrimientos a que se les sometia. 2. a Que 
los hechos conocidos, aunque incompleta- 
mente, y si se quiere, algun tanto aislados, 
justifican la mala opinion emitida acerca 
del gobierno de los primeros califas y de los 
Omeyyahs, y conflrman el juicio de que la 
conquista no fu6 cuestidn de propaganda re- 
ligiosa, sino un pillaje m&s o menos sistemA- 
tico. 



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- 326 — 

Estas palabras del Dr. G. van Vloten pare- 
ceran duras y exageradas a la mayor parte 
de !os lectores, que se habrAn formado de Ma- 
homa y del islamismo una idea imiv diferente: 
siempre nos ha parecido un mito lo de! fana- 
tismo arabe por la propagation de su reli- 
gion: encontramos en su historia fanatismo 
o entusiasmo conquistador, no producido, 
Bino ayudado por el espiritu religioso, pero 
religioso solo en el seiitido de que las creen- 
cias musulnianas, de que se \ j a derecho al 
paraiso el que muere en la guerrasanta, ha- 
cian y bacen que no tengan temor alguno a 
-la muerte, y que su espiritu belicoso, pero 
belicoso s61o por el botln, se desarrollara 
m£& v mas. 

En los escritores &rabes que hablan de la 
conquista de Occidente, muy pocas veces he- 
mos encontiado mencion de intereses reli- 
giosos: de los jefes. y en general de todo el 
ejfircito despxi^s de una expedici6n m&s o 
menos larga, se dice que volvieron victorio- 
sos y ricoSj que mataron, cauiivavon, hicie- 
ron mucho botin, deatruyeron y volvieron 
xalvos; en la historia de Africa en los prhne- 
ros tiempos del islamismo y conquista, dos o 
tres veces encontramos algun hecho de pro- 






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- 327 — 

paganda religiosa; en la historia de Espaua, 
nunca (I). 

Se dir& que los contribuy elites tenlaii al- 
giin medio de librarse de las exigeuclas del 
fisco. £No podlan abandonar sus propiedades 
y adoptando las creencias musulmanas colo- 
carse de parte de los conquistadores, para de 
este modo ser partisipes del botiu que ellos 
mismos les hablan proporcionado antes? Si, 
podlan hacerlo, y hay que convenir en que 
desde el principio la mayor parte de los se- 
nores rurales persas tomaron este partido; y 
no les fu6 mal, ya que la importancia que te- 
nian en el antfguo rggimeii les aseguraba 
una gran infhiencia sobre sus autiguos sub- 
ditos, simples cultivadores; y graeias a sus 
conocimientos del pals y de sus habitant.es, 
consiguieron hacerseconferir empleos lucra- 
tivos de la nueva administraci6n; pero la 
suerte de los simples trabajadores fu6 muv 



(1) Entiendaso quo docimos esto roppecto a los iu- 
teresos roH^iosos do los puebios conquistados, por 
cuya conversion ai islamismo 110 vemos quo trabaja- 
ran los conquistadores do Alundahis: quealgunosGmi- 
resy principes, y aim particulates, levantaran moz- 
quilas para uro de los mufculmanos, es euostfon miiy 
diferento. 



— 328 -- 

difererite: su conversion al islamismo no hizo 
mas que producirles una amarga decepcion, 
pueB que el orgulio nacional de los arabes 
conquistadores, y la codieia. que ea ellos se 
desarrollo, ofrecievon uu obstaoulo insupe- 
rable al mejoratniento de la suerte de la 
raza oprimida, cuya condicion social y dere- 
ehos politicos examina el autor a continua- 
tion (pags. 13 y siguientes). 

Al aceptar el islamismo, el nuevo musul- 
man entraba a formar parte de una tribu 
arabe, en general dela de aquel ante quien 
habia hecho'la profeai6n de fe, tomando el 
tltulo de maula o clieute: esta relaclon de 
maul a en un principio no suponia inferiori- 
dad, ni por consigulente desprecio; pero 
pronto tomo un caracter diferente y aun 
opuesto, desde que el numero de los clientes 
aumer,t6 mucho con los nuevos conversos; 
nsl que a los clientes se les apltco el titulo 
de -V« siervo o esclavo, y como a estoa, se 
lea designaba por el prenomen; no podian 
eontraer matrimonio sin licencla del patro- 
no; en Ids ejercitoa formaban cuerpo apar- 
te y haata tenian mezquitaa propias, no pu- 
dlendo entrar en las de los arabea; nada ex- 
presamejor el desprecio con que eran mi- 



— 329 — 

rados los clientes, como la sentencia vulgar, 
de que se hace eco el alitor espaiiol Aben 
Abderrabihi, de qu,e solo hay tres cosaa que 
anidan la oracion f a saber: el contacto de un 
perron de un asno y de un maula^ y al 110 
indicar el autor que esto se dijera solo en 
Oriente, iudica que el desprecio de los mau- 
las era general, 

Respecto a Alaniahi3 debemos advertir que 
no recordamos haber ballado alusidn alguna 
alospuntos tratados enlos p&rrafos anterio- 
res, aunque hs muy posible que algo digan 
los autores y no nos hayamos fijado en ello. 

Pudiera suceder que, aunque los tnautas 
como musulrnanes nuevos f uesen mal mira- 

r 

dos por sus correligionarios, oficialmente 
fuesen todos iguales autela administracitin; 
pocas noticias se tienen, pero son suficien- 
tes para poder juzgar de su triste eondict6n. 
En el Irac, donde como en Siria y Eglpto las 
tierras habian sido tomadas a viva fuerza, 
viniendo a ser bienes inalienables del Esta- 
do, los colonoa siguieron cultivAndolas, pero 
teniendo que pagar un impuesto territorial, 
ademAs del personal que pagaban todos los 
soraetidoB; al convertlrse al islamismo se li- 
braban del impuesto personal, pero no del 



- 330 



r 



territorial, y como 6ste se hiciera muy duro r 
muchos abandonaban sus tierras para vivir 
en las poblaciones, mexclados con los con- 
quistadores, sirviendo como 6stos en el ej6r- 
cito,si sereclaman sus servicios; llegado este 
caso, era natural que los clientes se creyesen 
con ig-uales derechos que los musulmanes 
viejos, y nada tiene d^ extrafio que 6stos no 
profesaran las mismas ideas. 

La oposicion de los dos partidos se mani- 
festo pronto en una insurreecion de los des 
contentos en tiempo de Merwan I (afios 64 a 
65); habiendose rebel ado Mojtar, Arabes y 

persas se unieron a 61, pero pronto cambia- 
ron las cosaSj pues al ver los arabes que 
Mojtar concedla igual sueldo a los musulma- 
nes persas, y que el numero de 6stos aumen- 
taba, los Arabes le negaron su concurso, 
«Nada exasperaba tanto a los arabes de 
Cufa como ver que Mojtar concedla a !os 
maulas su parte de botln y le decian: Nos 
has tornado nuestros maulas, que son et botin 
que AI& uos ha destinado con toda esta pro- 
vincia, Nosotros les hemos dado la libertad, 
esperando la recompensa de A1&; pero tu no 
haces caso de ello y los haces participes de 
nuestro botln.* 



5 - 

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1* 






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- 331 - 

La creencia del destino superior de la raza 
Arabe debia llevar a una negacion absoluta 
de los derechos mievos, que scereaban cons- 
tantemente on los palses ocupados; el con- 
quistador Arabe, cuya mision terminaba con 
la conversion de los pueblos vencidos, no po- 
dia deeidirse a abandonar el fruto de sns 
conquistas. 

El nuniero creciente de renegados, cuyo 
eapiritu de rebelidn se habla manifestado 
claratnenta con Mojtar en el (rac T preocupa- 
ba al gobierno de Damasco, cuyas rentas 
disminuian cada vez mAs en virtud do las 
miinerosas deserciones de la pobtaeion rural. 
Para remediar este estado de cosas, fuG de- 
signado llachach, enviado coino wall por 
AbdelmiMic y <iespu6s por su sucesor Walid, 
La politiea del nuevo gobernador se resnTne 
en pocas palabras: las poblacionea del Irac, 
centre de ia oposicion de los maulas, debian 
volver a ser lo que liabian sido antes, el 
cuartel general de las tropas Arnbes, y los 
manias, que hablau alimentado la esperanza 
de igualarae a sus correligionarios, se vieron 
forxados a volver a sus tierras y a pagar el 
tribnto como antes; esto produjo una nueva 
reboli6n, al frente de la cual se puso Abde- 






*. *-■ 






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1 



rrahm&u Alachat, pero que fu6 ahogada en 
sangre por ei terrible Hachach. que asolo el 
pais, de modo que durante su gobierno el 
Irac producia 25 milloncs, cuando poco an- 
tes las rental llegaban a 120. 

En realidad Hachaeh no era el unico, ni 
quizA el mAs responsable de la tiranla que 
hubo do ejercer, puea obraba como goberna- 
dor de la corte de Damasco. De aqui que las % 

medidas tomadaa por 61 destruyeron laespa- 
ranza que los clientes y nuevos conversos 
habian concebido de igualarse a la ra/a do- 
minadora; de aqui la consecueneia casi in- 
evitable de que el prolongado descontento de 
la raza oprimida produjera tarde o tempra- 
no la caida de los Omeyyahs, porque el siste- 
ma administrative, que se habia implantado 
bajo su mando, no tenia razon de ser, ya 
que se fundaba en la dominacion de la raza 
Arabe sobre los pueblos eonquistados. 

Las condiciones en que se desarrol!6 la 
conquista y administraclon del JorasAn, re- 
sultan muy parecidas a las del Irac, y como 
aqui los seiiores territoriales hicieron en ge- 
neral causa comtin con los conquistadores, 
en el JorasAn y regiones del Asia central los 
pequenos prlncipes hicieron lo mismo, por 






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- 333 — 

conservar bu preponderancia, quedando de 

hecho como verdadcros scnores. De aqui que 

los efeetos fueran los mismca, e! mismo des- 

potismo sobro la ultima clase y el mismo des- 

contento general. 

Debio ofrecerse a la consideraeion de los 

cultivadores del Joras&n la misma idea que 

a los del Irac, la de eonvertirse at islamisino 

y librarse dc la contribucion personal; pero 

esto contrariaba los interescs de los califaa y 

princlpalmente los de los gobernadores, o 

m&s bleu, perceptores deimpuestos y de los 

prmcipes, recaudadores en sus pequeiios es- 

tados, 
Quiza no desempeiio otro papel Artobas, 

el hijo de Witiza, de quicn dice Aben Hay- 

yan (1) que era jefe de los ciistianos y re- 

caudador del impuesto que 6stos pagaban. 

Aben Alcutiya, que es quten mAs notieias da 

de Artobas, no mencioua su cargo de recau- 

dador, siuo el de haber sido el primer Conde 



(i) Dozy, Reaherches, 2.* odiciAit, t. I, pug-- 86.— Iliftio- 
ric de la Qonqutte <lc UAndatoitsie, p&r Ibn Elqouthiyn. 
Toxto y fcraducoion por M. O, Hondas on ol llecueil <U 
textes et de traductions, publics par les profoB.sours de 
TKcolo des Laiiguos oriontales vi van tea a- Tocension 
du Gojigros des Orion talis tea de Stockholm. 



384 - 



do los cristiauoa, sus relaciones con Abde- 
rrahmAn I y sus muchas riquezas, 

Quiza el haberaceptado el cargo de recau- 
dador, cargo siempre odioso, pudo ser causa 
deque despu6s sc atribuyese a los hijos de 
Witiza, que los tres quedaron ricos, la trai- 
cion en el trance de la batalla: los tralos con 
TArik pudieron ser muy bien para que les 
dejase la propiedad de sus biencs, cuya con- 
tribucion, lo mismo ellos que los demAs cris- 
tianos, pagarlan al emir o at Estado, a cuyas 
pretensiones podia muy Men TArik acceder, 
ya que la alternativa impuesLa por los mn- 
sulmanes era la de convertirse al islamismo 
o pagar el tributo. 

Pin ultimo tdrmino, el mismo Tcodomiro 
en fiu llamado reino de Orihueia se sometio 
por el tratado a lo mismo quo en un princi- 
pio debieron de iutimarle, a saber: que ae 
hiciera uiusulmAn o se sometiese al tributo 
personal, como lohizo; si en el tratado no ae 
hace mencion de tributo territorial, es por- 
que 6ste lo pagaban basta los musulmanes. 

Omar II, quizA el uuico califa Omeyyah 
verdaderamente religioso, en cuyos actos pe- 
sabau mAs I03 interesea del islam que los del 
fisco, mando a su gobernador del JorasAn 



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- 335 — 

que no se exigiera el tributo a los conversos. 
Las conseeuencias fueron las que podrian es- 
perarse: el uumero de los conversos aumento 
rApidamente, pero en otro tanto dismimiye- 
ron los ingresos del erario. 

El fracaso fiuaneiero fu6 causa do que el 
gobierno hiciese como que no crefa sincera 
la con version, y que por lo tanto se cxigiesen 
garantias; se trato de exigir rigurosamente 
la cireuncision y el conocimicnto del Coran; 
pero todo fuo en vano, y fu6 preciso volver 
al tributo o resignarse a perder el frato de 
laconquista. El califa parece que se resig- 
naba a esto, y Ilego a propouer la evacua- 
tion de la Transoxiana, cuya idea no parece 
haber sido tomada en consideration, v aun 
parece probable que despuAs de la muerto 
subita de Omar, huho de vol verse al tributo 
para llenar el deficit, pues pronto estalla 
la guerra contra los Arabes, que fueron echa- 
dos de los campos y hubieron de encerrarae 
en las fortalezas. 

Tambi6n penso Omar It en abandouar la 
fibnquista de AJandalus; lo dicen termtnante- 
mente varios autorea (1), y el autor descono- 

(1) Abcn Atatsir, t. V, pag, 373.— Aben Adiari, t. II, pi- 






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- 33G — 

cido del Ajbar Machmua se lamenta de que 

Omar no tuviera tiempo de llevar a cabo su 

proposito (1). 

Hubo, aiios despu6s, nuevas tentativas ge* 
nerosas de transaccion, en tiempo del ealifa 
Hixem ben Abdelmfelic; pero siempre tenian 
que dar el misrno resultado, pues el proble- 
ma era insoluble por haberse fundado el sis- 
tema adrainistrativo bajo la crencia general 
de los Arabes de los primeros tiempos de que 



gina 2d.— Ajbar Machmua, pa*?. ^3, y d an tor do la Con- 
guista tie Alandalus, pag. ^t- 

(l) Kn el tcxto publicado por Dozy, f^tado anterior- 
mento, no solo no so coniirma e&to, sino quo so dice 
lo contrario: *quc una comision do Jos soldados de 
Muza ftipa Orionto y se presento a Omar 11 porque 
Zaraa o A^ama quoria hacer participes a sus soldados 
do las propiedados que aqnellos habSan rccibido; que 
pidioron permiso para volver a sua antiguas habita- 
ciones y que los soldados de A^carna les reem plaza- 
gen fii» *>paiia, adonde el ealifa les mando volver 
connrmandoles en sus posesionos, y dando otras a los 
goldados de A^ama>. Kste texto, do autor de fines dol 
aiglo V, al que dio importancia Dozy, noa parece de 
mu y poco valor respecto a la epoca primitiva, por 
cnanto asegura bastantes cosas que parece estan en 
cootridiccion con lo que dicen ofcros autores, y con lo 
quo respecto a Oriente adraite el Dr. G. van Vloten; 
mereceria un nuevo estudio. 



- 337 — 

elbotin permanente de los pueblos someti- 
dosera el fruto legitime de su entusiasmo 
por el islam; por el eontrario, los no arabes, 
que perteneciendo a los pueblos sometidos 
hablan aceptado el isUmismo por uno u otro 
motivo, no podian conformant con la idea 
del privilege si no se les hacia part.cipes de 
61, y como el privilegio deja de 8er tal, si se 
extiende a todos, de aqu( i a insolubilidad 
del problema, que habia que piantear de 
otro modo. 

En realidad esta fue la mision de las sec- 
tas musulmanas, que apareeieron en Oriente 
desde los primeros tiempos, y cuyas tenden- 
cy o transformaciones se notan mejor o se 
dan a conocer en el Jorasan y en el Irac; 
pues en las sublevaciones, de que ligera' 
mente hemos hecoo lndicacion, y el autor 
estudia detallamente, intervienen de un 
modo o de ofcro los adeptos o propagadores 
de las nuevas doctrinas, cuyo papel en estas 
luchas seria largo y muy dificll de determi- 
uar, pues para esto habria uecesidad de co- 
piar gran parte del trabajo del Dr. G. van 
Vloten. 

Ademas de los partidarios de la dinasti'a 
de los Omeyyahs, que para la mayoria de los 

23 



— 338 — 

Arabes de bu tiempo representaba el partido 
del orden y de! islam , hay que tener en cuen- 
ta la existencia de trea sectas, cuya infiuen 
da no deja de tener importaneia en los suee- 
sos polifcieos de los primeros tiempos hasta la 
caida de los Gnieyyahs y aun bastante des- 
pu6s: 

1,° El partido mediums o de los angaries 
{defensores de Mahoma)^ que perteneciendo 
a la raza yemeni de los drabes considera- 
ban el advenimiento de los Omeyyahs al ca- 
lifato como una victoria obtenida contra 
ellos por sus antiguos enemigos paganos y 
modhariee de la Meca. Este partido desapa- 
rece luego coino tal , y solo queda de 61 ia an* 
tlpatla o antagonismo ds tribu. 

2,° El partido xiita } legithoistas, ac6rrl* 
mos defensores de los derechos atribuidos a 
la fa mill a del Profeta, princlpalmente del 
califato de AH y de sus descendientes; parti- 
do que debi6 de tener adeptos en Espafia, o 
que al menos se adhieren a 61, cuando al- 
gulen sabe explotar esta idea. 

3.° El partido jarichi, o que podrlamos 
llamar republicans, que algiin autdr mo- 
demo asimila a los calvinistas: los iarichfes 
queriari que el califato fuese electivo entre 



- 339 - 

Iop rnAs dignos, sin atender al origen del in- 
dividuo: 6ste era el partido mAs intransigen- 
te y sigue si6ndolo. 

La 6poca arabe de la lucha de estas fac- 
et ones termina en el califato de Abdelm61ic 
(afioa 65 a 66). Despu<5s del periodo de las 
conqnistas, los antiguos partidos, menos los 
ansarfes, que desaparecen como partido, en- 
tran de nuevo en la lucha, pero tomando el 
aspecto social y regioso al mismo tiempo; 
desde Omar II (anos 100 a 101 J, los jari- 
chies se hacen los defensores de los pobres y 
oprimidos, maldiciendo a los tiranos e ira- 
plos: parece que la mayor parte de los pue- 
blos subyugados, que se hablan convertido 
al islamismo, aeeptaron las doctrinas de 
los jarichies, o al menos resulto que todas 
las protestas contra la tiranla del gobierno 
de los Omeyyabs enarbolan la bander a ja- 
richf, lo mismo en Africa que en el jfe- 
men . 

Los jarichies tuvieron en Alandalus gran 
importaueia, pues que los bereberesde Afri- 
ca y Espana f ueron siempro partidarios de 
esfcas doctrinas. En el perfodo de que trata el 
doctor van VIoten, solo vemos que tales doe- 
trinas tuvieran influeneia manifiesta en la 




- 340 — 

sublevacion general delos bereberes en tiein- 
po de Okba (anos 116 a 123), cuya subleva- 
cion, sea dicho de paso, no puede atribuirse, 
como se hace de oidinario, al resentimiento 
que tuvieran los bereberes por hab6rseles 
adjudicado las peores tierras, siendo elEos en 
realidad los verdaderos conquistadores; se 
hablan instaiado en puntos buenos y malos; 
distritos importantes de Andalucfa estaban 
poblados en masas por bereberes, y no fue- 
ron los liltimos en rebelarse. Al haeerlo en 
tiempo de Okba, no hacian m&s que seguir el 
movimiento iniciado en Africa por sus her- 

mauos. 

En realidad, ya antes de la sublevacion 
general en Africa y en Alandalus del aoo 
117, hubo algiin movimiento que casi podria- 
mosasegurarque, al menosen sn predisposi- 
cion, obedece al infhijo de las mismas doetri- 
nas. Ya en el ano 113 se subleva en la Cerre- 
tania, aliftndose con e! eonde Eudon, el moro 
o bereber Muuuza, del cual sabemos muy 
poco, pero el Andnimo de Cordoba nos dice 
de 61 que al saber que en los Ihmtes de la 
Libia eran oprimidoslos suyos, baciendo paz 
con los francos se prepara contra los sarrace- 
nos de Espafia, se subleva y muere en la de- 






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- 341 — 

inanda de un modo tragico, que uo es del 
caso recordar aquf (1). 

En tiompos posteriores varias veces sale a 
la superficie en Espana la infiueiicia de las 
doctrinas jarichles; y de algun descendiente 
de D. Julian consta por Aben Alfaradhi, que 
introdujo en Eapafia los libros del Irac, que 
sospechamos fuesen los de los jarichles (2). 



Creo haber puesto de manifiesto con lo di- 
cho que el trabajo historieo remitido a nues- 
t'ra Academia por el Dr. G. van Vloteu, es 
muy digno de apreeio, y auuque parece por 
el tltulo que ninguna conexion tiene con 
nuestra historia, la tiene y grande; muchas 
de sus ideas habran de ser tenidas muy en 
cuenta por los que estudien la historia arabe 
de Espaiia en su primer perlodo y aim en pe- 
riodos posteriores: cuantos hayan de tratar 
de los arabesy de la propagation del isla- 

U) Numero T>S ., mats e.r Jfaurorum gentc, nomine Mu* 

nut, attdiens per Libipc fines jtidieum stcua tcmeritate opprrmi 

*uos, paecm nee mora agcnx cum Francis, tyratnudcm iliko 

prwparat adversw Hispaniw Sarraeeno*. 

V2) Rohtin de la Heat Aeademia de In Ifistoria, t. XXI 
pag. 496. 



- 342 — 

mtsmo deade el punto de vtsta de la Historia 
Universal, podran saoar no poco provechn 
deialecturn del trabajo Recherches sur la 
Domination arabe, U Chiisme, et les Cro- 
yances messianiques sons le khalifat des 
Omayades (1). 



(1) Hemos manifostado francamonte nuestro juioio; 
peto como es muy facil que nos hayamoa equivocado, 
serfamuyda desear quo loa arabiatae espa&oles qua 
lean eates paginas y recuerden heohos de la historia 
de Alandalufl, que puedan detmrtuar Ins apreciacio- 
nefl del Dr. Q. van Vtoten con relacion a las cosas de 
Oriente, o las del autor del informe en lo que a Espa- 
fia fle reflere, las eypuslesen al publico de loa no ara- 
bistas.a fin de que no se acepten cie*ameate ideaa 
que dospues hayan de aer dBsoohadas: con esto se 
haria nn sefialado.servicio a la historia patria. 




INDICE 



Los Benimeruan en Merida y Badajoz. 1 

Pamiiia Real de Ios Benitexuf Jn 75 

D. F. de B. y sus Cartas para ilustrar 
la historia de la Espafia arabe 167 

Embajadas de prineipes cristlanos en 
Cordoba en Ios ultimos afios de 
Alhaquem II , X81 

Embajadores de Castllla encarcelados 
en Cordoba en lo3 ultimos afios de 
Alhaquem II 207 

Campafia de Gormaz en el ano 364 de 
la hegira 223 

Anteproyecto de trabajos y publica- 
ciones arabe« que la Academia de- 
biera emprender 265 

Casirl defendido 2S5 

Un eseritor marroqui del siglo xvn, 
importante para nuestra historia . . 287 

Investigaciones acerca do la domina- 
ei6n Arabe bajo Ios Omeyyaha en 
Oriente, por el Dr. G. van Vloten. . 301