Eduardo Devés - Carlos Díaz
EL PENSAMIENTO
SOCIALISTA EN CHILE
Antología 1893-1933
iP EDICIONES DOCUMEN
Eduardo Devés — Carlos Díaz
El pensamiento socialista en Chile
Antología 1893 1933
AMERICA LATINA LIBROS NUESTRA AMERICA
EDICIONES DOCUMENTAS
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AMERICA LATINA LIBROS
NUESTRA AMERICA EDICIONES
El pemaniíento socialisra
en Chile. Antología 1893-1933
La$ opiniones emitidas por los autores de
esta obra Son ¿e su exclusiva responsabilitiad y
no compcometen a las editoriales que lo
publican.
© Eduardo De vés V,
Carlos Díaz G,
Inscripción N^ 68.040
Primera edición, noviembre 1987
Producción:
Ediciones Documentas
Diseño y montaje:
Ang;ela Murúa
Impreso en Chile / Printed in Chile
i
Prólogo
Esté libro "Orígenes del Pensamiento Socialista en Chile" de Eduardo Devés y
Carlos Díaz es doblemente meritorio por lo que aporta al conocimiento de este
aspecto de la historia política chilena y por lo que significa su publicación en los
momentos en que la "herejía" socialista es execrada diariamente por el mundo
oficial. Seguir el rastro y descubrir los discursos, conferencias, crónicas y artículos ■
publicados, algunos, hace ya casi un siglo en revistas y diarios siempre de escasa
circulación y corta vida, guardados en archivos modestos y poco conocidos,
merece el reconocimiento de quienes creen en el vigor y futuro del socialismo. I as
esperanzas, sueños y amarguras que esos escritores expresan no se han desvanecido
pese a la noche tenebrosa en que hoy se'Ies publica.
El modesto e ilusionado artículo que se incluye en. esta colección bajo mi
nombre fue escrito hace 56 años, a los 21 años, en los días en que presidía el
Frente Civil Obrero— Estudiantil que se había constituido en Valparaíso a la caída
de Ibáñez para evitar su restauración. En. esos días todo era optimismo y ánimo de
lucha y los jóvenes nos creíamos en el umbral de grandes cambios. El futuro fue
distinto pero la realidad social que motivó nuestra acción y pensamiento siguen
esencialmente iguales y obligan a permanecer en la trinchera. La evolución social
es lenta y difícil, llena de reacciones imprevistas y estoy seguro que casi todos los
dirigentes sindícales y políticos, escritores, profesores y militantes citados en este
libro como pioneros del pensamiento socialista estarían en la brecha si todavía
vivieran. Todos creyeron y se afanaron por la realización de sus ideales, por una
justicia y fraternidad más cercanas. Algunos pagaron sus sueños con la vida. Los
períodos de esperanza fueron breves y se ahogaron con sangre y violencia. Cada
cierto tiempo hemo; tenido que reiniciar nuestra tarea hasta el nuevo y definitivo
amanecer. En eso estamos pese al tiempo y a la edad.
Pero el mundo es uno solo y millones de hombres de otras latitudes han
librado con éxito sus luchas de liberación aunque nosotros permanezcamos
todavía en las tinieblas. Un balance somero de los cambios, operados después de la
segunda guerra mundial nos muestra al antiguo imperio colonial derrotado, tanto
en el Asia como en África.
China, liberada de sus opresores seculares; Vtetnam, triunfadora sobre el
yanqui; India, dueña de su destino; Irán, escogido bajo el Shah por los EE.UU.
como guardián de la riqueza petrolífera del Medio Oriente, transformado en su
enemigo mortal; Angola y Mozambique, libres del .amo portugués; Etiopía, nido
de la reacción africana bajo Haile Selassie, pionero hoy de reformas socialistas;
Aden, pivote vital del imperialismo británico, gobernado por fuerzas de avanzada;
Argelia y Libia, colonias antes de Francia e Italia, activas repúblicas antiimperialis-
tas. En América Latina el fenómeno increíble de dos países considerados por
EE.UU. como esfera natural de su dominio y punto esencial de su estrategia
militar: Cuba y Nicaragua, desafiando el poder imperial y proclamando a todos los
vientos su derecho a determinar libremente su destino. Y no dejarenios de
mencionar un hecho cuya trascendencia es enorme. Brasil, durante largos años el
socio favorito de EE.UU. en América del Sur, ha desahuciado este patronato y
decidido unir su destino más estrechamente con Argentina y Uruguay. En el
hecho esto significa transformar a la Organización de Estados Americanos,
hechura norteamericana, en un cascarón vacío.
Todos estos fenómenos no significan por sí solos la construcción del
socialismo, pero son el paso previo e indispensable para llegar a él. Mientras el
Pentágono y Wall Street, es decir, los cohetes y el dólar dominen a los pueblos, no
habrá justicia ni paz en el mundo, y todo lo que conduzca a su contención y
rechazo abrirá caminos a la libertad de los pueblos.
La cronología de este trabajo de Devés y Díaz pone de relieve las materias que
más preocupaban a los ideólogos en cada etapa. A fines del siglo pasado, Víctor
Arellano polemiza con prelados católicos 'sobre tópicos político— religiosos; a la
vuelta del siglo surge el socialismo ácrata y el idealismo revolucionario con Olea y
Escobar y se publica el catecismo socialista de Alejandro Bustamante. Aparece
luego la figura señera de Luis Emilio Recabairen, líder sindical, maestro de
multitudes y dirigentes políticos, que tiene entre sus discípulos a Malaquías
Concha, Manuel Hidalgo, Carlos A. Martínez, Ramón Sepúlveda y muchos otros
que dieron vida a nuevas vertientes políticas y otganizaciones sindicales.
Tras los pronunciamientos militares de los años 1924—25 y la dictadura de
Ibáñez, en julio de 1931, el levantamiento de la marinería en septiembre, la
elección y caída de Montero en 1932, surge, breve pero ardiente, la República
Socialista el 4 de junio de 1932. Un volcán en erupción durante 11 días que dejó
encendida la llama que daría origen el 19 de abril de 1933 al Paltido Socialista por
la fusión de la Nueva Acción Pública, la Orden Socialista, Acción Revolucionaria
Socialista y el Partido Socialista Marxista.
Quiero cerrar estos recuerdos con las palabras del querido maestro y amigo
8
Eugenio González, escritas el 22 de enero de 1925, insertas en estas pagináis y que
ayer como hoy deben estremecer la conciencia de los chilenos:
"Si no somos un pueblo decrépito, irremediablemente perdido, dentro de
poco habrá en Chile una revolución. Hay que agitar el pensamiento y la voluntad
de esa revdlución. Cuando el horizonte político se cierra, como hoy día, no queda
otro recurso ni otra esperanza. La oligarquía latifundista y bancaria se ha
adueñado del Estado para detener, quizá por cuanto tiempo y por qué medios, el
progreso emancipador del pueblo. Es preciso hacer un esfuerzo máximo, llegar, si
es necesario, hasta el sacrificio, para derrocar, de una vez por todas, a los viejos
expoliadores de la nacionalidad y abrir vías anchas y libres al desenvolvimiento de
la justicia. Todos los pueblos que son algo. más que carnaza de esclavitud y
abyección, escribía en alguna parte, tienen gestos soberanos cuando se trata de
defender la libertad amenazada, de instaurar la justicia preterida, de restablecer el
derecho ultrajado. Y, ¿por qué nosotros no habríamos de tener uno de esos gestos
salvadores y creadores de valores nuevos? A la violencia se debe responder con la
violencia. Queremos un movihiiento del pueblo, que comience en torno a un
programa mínimo de beneficio colectivo, y vaya en el decurso de los hechos,
encontrándose con proyecciones nuevas y perspectivas insospechadas",
Federico Klein
Introducción
E! propósito que ha guiado los afanes por recopilar el pensamiento socialista
generado en nuestro país entre fines del siglo XIX y la década de 1930, no ha sido
otro que el hacer una contribución al conocimiento de las principales ideas,
organizaciones y personajes que de uno u otro modo lo fueron perfilando.
En el desarrollo del pensamiento socialista de la época a que nos referimos,
existen algunos hitos o corrientes fundamentales de las que trataremos de dar
cuenta, sin querer por ello, establecer una periodificación ascendente.
Los primeros escritos del socialismo chileno tjue conocemos provienen del
publicista Víctor José Arellano Machuca, cuyos textos poseen un carácter acadé-
mico y polémico, pero que no se enmarcan en la acción de un partido político ni
tampoco de organizaciones obreras. Arellano actuó como un solitario defensor del
ideario socialista a través de la prensa y el folleto, y salió particularmente, a la
palestra para reivindicar .sus ideales frente al ataque sufrido a causa de la pastoral
antisocialista de Mariano Casanueva, a la sazón Arzobispo de Santiago.
El segundo capítulo de esta antología está formado, a diferencia del anterior,
por el pensamiento de un conjunto de a^tadores políticos, reunidos en torno a
diferentes organizaciones. Este grupo con un marcado tinte ácrata y conformado
especialmente por Luis Olea, Alejandro Escobar Carvallo, Esteban Caviedes,
Magno Espinoza,- Marcos de la Barra y José Gregorio Olivares; orienta su pensa-
miento y acción a la organización y educación de los trabajadores de Santiago,
mediante la edición de distintos periódicos.
El capítulo tercero lo constituye el socialismo más moderado, evolutivo y
paríame ntarista de Alejandro Bustamente y del Partido Socialista (antes Francisco
13
Bilbao/. Se define esta corriente como opuesta al Partido Conservador y al
anarquismo, con lo cual marca claramente una diferencia con el grupo del
capítulo anterior. La orientación es más política y menos agJutiva organizativa; la
actividad a través de la prensa es menor y no es, por cierto, una finalidad
considerada el propiciar la revolución social.
La persona y los escritos de Luis Emilio Recabarren, entregan material para el
cuarto capítulo. Aquí se ha querido mostrar a través de textos de 1905, 1907,
1912, 1916 y Í923; las concepciones de Recabarren sobre el socialismo y como
evolucionan sus postulados, desde miembro del Partido Demócrata a su concep-
ción comunista. Es destacable como los viajes y contactos con el extranjero
marcan fuertemente los cambios en el pensamiento de Recabarren.
El socialismo del centenario está constituido por los escrit<ffi de distintas
personas que embarcadas en la creación de un nuevo Partido Socialista y asumien-
do la herencia demócrata y la experiencia argentina y europea, pretenden organi-
zarse de manera más estable y efiqiente. Estos esfuerzos proporcionan los textos
para estructurar el capítulo quinto. Grupos en Magallanes, en el norte salitrero y
en la capital coinciden en una serie de postulados, cuya culminación ocurren en
1912, con la fundación del Partido Obrero Socialista (P.O.S-J,
Textos de los herederos y colaboradores más cercanos de Recabarren, confor-
man el material del capítulo sexto. En él transcribimos distintos escritos de
Ramón Sepúlveda Leal, Carlos Alberto Martínez, Manuel Hidalgo Plaza y Elias
Lafertte Gaviño. El pensamiento de estos socialistas, cuya acción se desarrolla a
partir de la fundación del P.O.S., y con más fuerza e independencia en la década
del 20, está marcado tanto por la presencia de Recabarren como por la constitu-
ción de partidos y organizaciones sólidas y estables a cuya formación ellos
contribuyen fuertemente. La revolución soviética es, a nivel internacional, el
acontecimiento que más influye en su teoría y práctica. La adopción del marxis-
mo es la característica más peculiar de su pensamiento en contraste con toda la
tradición anterior.
El séptimo capitulo, está dedicado a las agrupaciones socialistas, surgidas entre
1931 y 1932, y que con posterioridad, confluyen en el Partido Socialista de Chile.
Al observar las orientaciones que sustentan estos grupos se constatan pluralidades
de perspectivas políticas y filosóficas. El abanico doctrinario se desplaza desde el
socialismo moderado y evolutivo hasta el de aquellos que propugnan una revolu-
ción radical, capaz de acabar, lisa y llanamente, con el régimen capitalista.
Algunos documentos relevantes emanados de los sucesos de la República
Socialista del 4 de junio de 1932, nos permitieron elaborar el capítulo octavo.
Cabe destacar las particularidades que poseen los textos presentados, pues en ellos
están contenidos los elementos centrales del primer plan de gobierno socialista en
Chile. Es la ocasión en que por primera vez, quienes se declaran socialistas se ven
enfrentados a la posibilidad de materializar de manera global sus postulados. Por
ello, en estos escritos se acentúan, como es obvio, materias específicas de gobierno
más que cuestiones doctrinarias.
Finaliza esta recopilación documental con textos de las más importantes
personalidades que dieron origen al Partido Socialista de Chite. Para el capítulo
14
noveno, hemos seleccionado escritos de Eugenio Matte Hurtado, Eugenio Gonzá-
lez Rojas, Federico Klein Reidel y Osear Sclinake Vergara. Debido a lo heterogé-
neo y variado de las temáticas que abordan cada uno de ellos, resulta difícil hacer
una caracterización del capítulo. Wo obstante, liemos privilegiado los textos que
contengan aspectos doctrinaric«, críticas al sistema social y, en fin, concepciones
acerca del Partido Socialista deseado.
Los folletos, artículos de prensa y demás documentación, presentados en esta
recopilación han sido ordenados cronológicamente. Así, pues, en términos genera-
les, cada capítulo contiene un conjunto de textos que giran en torno a idénticas
temáticas, amén de conservar un orden secuencial, dado por la fecha en que se
publicó el escrito respectivo. Además se debió considerar el caso presentado
cuando los textos pertenecían a un mismo autor, en tales ocasiones, optamos
por la alternativa de reunirlos y ordenarlos de manera sucesiva, ello porque resulta
a todas luces más conveniente el hacerlo así. Por lo tanto, la ordenación no
indicará el haber otorgado más importancia a un determinado personaje o texto.
Por otro lado, y con el objeto de hacer más fácil y motivadora la lectura de
cada una de las secciones en que dividimos el libro, se decidió agregar al comienzo
de cada capítulo una breve presentación,
Hemos considerado en esta recopilación aquellos textos en que sus autores se
definieron como "socialistas", opuestos al capitalismo como sistema económico y
al liberalismo como ideología. Pero este criterio general, se especificó según los
casos en oposición a las doctrinas demócratas o anarquistas, en relación a la
Segunda o Tercera Internacional, o a la revolución del 17 y a la construcción del
socialismo en la URSS.
Tal como en cualquier esfuerzo encaminado hacia el rescate y compilación de
fuentes documentales, nuestro intento adolece de las limitaciones propias que
impone un trabajo de este estilo. Algunos folletos, textos y artículos de prénsanos
fue imposible ubicar. Tal situación se presentó, por ejemplo, con la carencia de
documentos relativos al Partido Socialista surgido en Magallanes, en 1912. Tam-
bién se presentaron dificultades para la elaboración del capítulo de los fundadores
del Partido Socialista de Chile, pues la mayoría de ellos no escribieron folletos,
sólo utilizaron las páginas de algjunos periódicos para difundir su pensamiento. De
igual modo, hay que dejar consignada la imposibilidad de conseguir todas las
declaraciones de principios correspondientes a las distintas agrupaciones socialistas.
Con todo, en las páginas siguientes, nuestros lectores podrán encontrar una
secuencia de documentos, que sin duda alguna, posee un valor singular y propio,
además de traernos los fundamentos iniciales del "ideario socialista", que aun hoy
día conservan líneas y perspectivas dignas de ser conocidas.
15
Capitulo Primero
Víctor José Are lian o y el primer socialismo
I
f
Los escritos de Víctor José Arellano Machuca que presentamos en esta recopi-
lación poseen el márito de ser los primeros textos publicados pot un chileno que
utilizan los conceptos "socialismo" y "socialista" de manera sistemática y en su
acepción actual,
El folleto titulado El catolicismo y el socialismo impreso en 1893, merece fi-
gurar inaugurando una recopilación documental sobre los orígenes, del pensamien-
to socialista en Chile, pues en él por primera vez se expone con relativa claridad el
bagaje doctrinal de este ideario, aun cuando tales postulados sean enunciados en
relación al Catolicismo de la época. Tal particularidad se deriva del objetivo preci-
so del trabajo, cual es refutar la pastoral antisocialista de Arzobispo de San-
tiago, don Mariano Casanova. Sin embargo, eUo no resta virtudes al texto de Are-
llano, (jue al responder algunas de las afirmaciones del eclesiástico va revelándose
como un cuito propagandista del socialismo. Caracterfstica que se hace evidente
al comprobar que sus argumentos los refuerza de modo permanente con citas de
autoridad de científicos y filósofos. Su folleto tiene por objetivo rebatir las con-
cepciones sobre el desenvolvimiento de la naturaleza, el desarrollo histórico, el
papel de la Iglesia y las ideas sobre el socialismo de Casanova. Ala Iglesia Católi-
ca, él opone la religión socialista, la cual tendrá sacerdotes que no van a ser más
que "predicadores de moral y consejo, amigos, guías y consoladores. Habrá tam-
bién sacerdotisas para las mujeres. Los templos serán hermosos y magníficos pero
desprovistos de todo emblema y en ellos reuniráse la multitud para oír instruccio-
nes morales y filosóficas, y adorar al Creador universal".
19
De un sentido mucho más cercano a nosotros es el segundo folleto que publi-
camos, El capital y el trabajo, que data de 1896. En él, Arelkno realiza un análisis
de la "organización social y la misión de los gobiernos según los economistas";
para ello se afirma con mucha mayor fuerza en los autores socialistas clásicos que
en su anterior escrito. En éste sobre el capital y el trabajo las citas de Marx y
Engels se ven aparecer una y otra vez, llegando de este modo a la concKisión que
existe un antagonismo evidente entre ambos factores de la producción. Específica-
mente, realiza un análisis respecto al Chile de su época destacando una serie de
vicios de la organización social de nuestro país. Según él, hay una "injusta organi-
zación del trabajo", lo que genera de manera sistemática "abuso y desmoraliza-
ción". De acuerdo a las palabras de Leonardo Eliz, prologuista de la obra de
Arellano, éste veía en cí socialismo el "único regulador de la felicidad y la riqueza
de los pueblos modernos".
20
EL CATOLICISMO Y EL SOCIALISMO
I.
Réplica a la Pastoral del Arzobispo ¿e Santiago
de Chile, don Mariano Cásanova.
Valparaíso: Imprenta del A rrayán, 1 893,
págs. 4 - 26.
Este trabajo fue publicado «i "El Journal", de
Quique.
Lo escribimos, porque ninguna defensa de
las ideas socialistas hemos leído que haya trata-
do a fondo la cuestión falseada por el Sr. Casa-
nova-
Algunas publicaciones clericales se han ocu-
pado de "El Catolicismo" y "El Socialismo",
pero con el objeto de zaherirnos personalmente,
sin discutir principios.
Mal que pese a quienes no quieren compren-
derlo, sólo la revolución social sídvacá a Cliüe de
la postración moral y material en que se en-
cuentra.
Despreciamos, pues, los arañasos de la ol^r-
quía y del frailismo; este folleto será el primero
de una serie que publicaremos debatiendo sin
embozo la reforma social de nuestro país.
Llamaremos las cosas poi sus nombres: al
crimen político y religLOSo lo exhibiremos ante
el desprecio popular.
Sólo un aplauso a^ardamos: el de )a clase
productora, donünada hoy por la intriga y la
audacia de malvados perillanes! ■■■
" ¿Qué mal ha hecho a la humanidad la reli-
gión católica? ¿Cuál es el crimen de que se la
acusa? Estas preguntas no han tenido aúrt res-
puesta. {Pastoral del señor Arzobispo, de fecha
23 de abril de 1893, inserta en "El Porvenir" de
Santiago}.
"El Socialismo establece como un derecho la
igual repartición de íos bienes de fortuna entre
todos los eiudadanos y contó consecuencia la
aholició» de la propiedad ¡Guerra a los ricos!
N es la consigna del cotmimsta; y la derivación
lógica de esta consigna es el despojo o destruc-
ción de la propiedad particular". (Id.)
Üustrísimo y Reverendísimo señor:
Vuestra ultima pastoral contiene errores
tan graves, que no puede un honrado libre
pensador dejarles pasar sin contestación.
Os pido un poco de tolerancia para oír-
me.
Preguntáis qué mal ha hecho a la humani-
dad la religión católica, a la cual atribuís
divino origen.
Para contestaros ilustrísimo señor, debo
principar por donde debió empezar Su
Sefloría: demostrando la falsedad de ese ori-
gen divino.
Según Moisés, seis mil años ha que vues-
tro Dios creó la tierra para colocar en ella a
criaturas formadas a au imagen y semejanzaj
seis mil años que creó, asimismo, el sol, la
luna y los demás planetas, —el ciclo, en una
palabra—, para alumbrar la tierra y manifes-
tarnos su poder.
¡Seis mil años! ¿No habéis pensado algu-
na vez en la torpeza de esta aseveración?
¡Qué conocimiento de la geología! ¡qué
profiíndidad de la historia!
Seguramente ignoráis. Reverendísimo se-
ñor, que por medio de caracteres escritos
sobre jaspeados mármoles y brufiido acero,
un pueblo del Asia,- ta China, prueba una
civiliración de cincuenta y cuatro núl años;
hace doce niil que conoce el uso de la pólvo-
ra y diez niíl que testifica la invención de la
imprenta. Peto, ¡qué! , ¡ si vuestro Dios tam-
bién lo ignoraba! Ni aun conocía lo que
había creado; de la existencia de América no
t^ní? la más pequeña idea; del África, d
Asía, y la Europa, tampoco conocía su ex-
tensión. . . Es tan torpe vuestro Dios, que
habiendo creado al^sol para alumbrar la tie-
rr;^ permite a éstsi que evolucione alrededor
de! primero en trescientos sesenta y cinco
días con sus respectivas noches, horas y mi-
nutos; tan torpe es, que ignoraba, según Moi-
sés, que había creado la tierra de forma
cóncava, que mantenía el equilibrio sobre el
eje de sus polos y que ¡nadaba en el fluido de
los aires!
¡ Vuestro Dios autor de la creación!
¿Queréis decirnos qué hacía esa deidad antes
de dichos seis mil años? ¿Yacía en el caos?
jLa íaz la creó según vuestra liturgia j ¡Y
decís que formó al hombre a su Imagen y
21
:>eniej;inza! ¡ Los fósiles que de 1u$ entrañas
del globo terráqueo son extraídos y que de-
muestran muchos miies de años de antigüe-
dad a vuestra creación, maiiifiest»n que debe
ser bastante íiermoscj vuestro Dios! . , .
[La verdad es que desde que la tierrü se
hizo habitable, eníriindose y solidiíicándose
han transcurrido tantos millünes de años!
La versión de que los animales y los insec
tos fueron esparcidos ya formados, mat^ho y
Iiembra, hace seis mil años, tiempo es orden ya
pase a la categoría de las curiosidades.
Probado está que la organización física del
hombre es la resultante progresiva de la orga-
nización de los mamíferos. Si ios primitivos
Adanes y Evas existiesen actualmente, los
miraríais como animales distintos de nuestra
especie. Hoy misino en eí África y en la
Tierra del Fuego, que es nuestro propio terri-
torio, es fácil encontrar seres humanos en
quienes se revela la ínnperfección del pasado:
seres que no saben por cjué viven, no pien-
san, ni tienen U más pequeña noción del
planeta que habitan; seres que se nos pare-
cen, pero irracionales, y sin mira, jllustrísi-
mo señor! Anatómicamente, el cuerpo hu-
mano es igual al de los mamíferos; sus hue-
sos contienen mineral, aun tenemos órganos
atrofiados inútiles, y si observamos ios pri-
meros meses de nuestra concepción, ¡vere-
mos que en el seno de la madre, nos transfor-
manios de moluscos en cuadrumanos!
Es el progreso quien se ha manifestado a
través del tiempo, en los sentidos y en el
cerebro de la serie animal; el progreso que
sigue transformando nuestra especie en e¡
orden material e intelectual.
Esto no lo podéis desmentir, Reverendísi-
mo señor: esta basado en la demostración
exacta de la naturaleza humana. Luego vues-
tro Dios no ha creado la tierra, porque es
demasiado ignorante para haberla creado; no
ha creado al hombre: ¡ese Dios, material y
espirituatmente, no existe tal como Jos cató-
licos lo suponéis! ¡ Entonces vuestra religión
no tiene ningún origen divino! . . .
Preguntáis señor, con cierta candidez;
— "¿qué mal ha hecho a la humanidad la
religión católica? ¿de qué crímenes se le
acusa? ".
1 Camilo Fiamniarioii, "Historia de la Tierra y del
Progreso",
Aunque debiera, puesto que solidarios
os hacéis de ello , quiero no recordaros las
hazaña de Moisés, qujcn en sólo una ocasión
fanatizó turbas para arrojarlas sobre 23.000
hombrea, los cuales fueron asesinados en
nombre de la religión que fundaba. Os habla-
ré de fechas posteriores a Jesús de Nazareth,
ese gran socialista, imitador de Platón--; es
decir, ¡desde que os valisteis de su üvatigelio
para encubriros con el nombre de católicos!
El mayor de los cn'menes que ha cometi-
do y comete aún la religión católica es haber
mantenido siempre fanatizada e ignorante a
una gran parte de la humanidad. Enemiga de
todo progreso, la religión católica ha llenado
el mundo con torrentes de sangre, con
crímenes que no han tenido igual en la tie-
rra.
Principió su poder con el Emperador Cons-
tantino, {íanto venerable para la Iglesia),
quien, guiado del amor a la nueva religión,
ultimó a su hijo en holocausto de su grande-
za, . .
Esparcido el catolicismo por Francia, Es-
paña y otras naciones, en todas partes sem-
bró la desolación.
La espada y la cruz fueron sus insignias.
Intolerante e hipócrita, encendió las ho-
gueras de la inquisición y preparó las matan-
zas horrorosas; la de San Bartolomé y de las
Vísperas Sicilianas, ordenando con feroz sa-
ña el exterminio de los valdenses, de los
albigenSes y de los hussitas.
La destrucción de esos millares de seres,
¿no lo consideráis un crimen, señor Arzo-
bispo?
Decís que "obra de la religión católica es
todo lo que hay de grande en el mundo
moral".
¡Blasfemáis, Reverendísimo señor, al ha-
blar así! ¿Dejáis a tu Dios en lugar secundo
al vuestro? ¿O le hacéis responsable de las
iniquidades de la religión católica? . . .
Pero, ¿qué habéis hecho y qué hacéis en
el orden moral por el adelanto de la humani-
dad? Principiando por la base de la organiza-
ción social, habéis condenado la igualdad de
los hombres. Condenáis la libertad y sólo
admitís la fraternidad entre ios círculos que
os pertenecen. Así no es extraño oíros decir
a vos mismo que dais a la autoridad "un
í>ríj¡e>i clti'iito que la reviste a los «jos de los
pueblos de un carácter augusto y sagrado,
22
que le procura mayor ascendiente sobre los
subditos. Este altísimo origen, agregáis, en-
noblece la obediencia, porque no es sola-
mente al hombre a quien se rinde, sino al
hombre en cuanto es respresentante de
Dios e instrumento visible de su justicia y de
su bondad",
¡Qué absurda lógica! ¿Y si ese hombre
es tan infame como un García Moreno o un
Francia? —"La religión le dará mayor garan-
tía del respeto y obediencia debidos a los
depositarios del poder público".
Deja lo anterior establecido que la volun-
tad del Dios católico se manifiesta en las
obras buenas como en las malas. De esta
suerte queda colocado al nivel del hombre,
con sus mismas pasiones y debilidades, ¿En
qué queda entonces su superioridad mo-
ral? ",
Su Señoría Ilustrísima no ha pensado,
seguramente, que "lo infinitamente bueno
no puede hacer nada malo, como lo infinita-
mente malo no puede hacer nada bueno",
Ejíponéis que "las ciencias, las letras y las
artes, deben al catolicismo sus más espléndi-
dos triunfos".
¡Permitidme, señor, que ría de vuestra
ignorancia supina! ...
¿Católicos fueron Confucio, Licurgo, Pla-
tón, Tales y Sócrates? ¿Catóiicos fueron Je-
sús y Mahoma? ¿Galileo, Nev/ton, Kepler, D'
Alembert, Franklin, Descartes, Davy, Cuvier.
Benvenuto Celíini. Bernardo de Pallissy, Lin-
neo, Foulton, Jacquard, Humboldt, James
Watt, fueron católicos?
¿Homero, Virgilio, Milton, Shakespeare,
Lord Byron. Schiller, Montesquiell, Dante
Alighieri, Federico de Prusia, Rousseau, Na-
poleón, Voltaire, todos esos grandes genios
eran partidarios del catolicismo?
En el día, ¿ Lesseps y Edison, son católi-
cos? ¿Católica es la mayoría de los pensado-
res del universo? ...
¡Callad, mejor, señor Arzobispo!
Lo que siempre habéis procurado, es aba-
tir al libre pensamiento!
Enemigos de la luz, mal podéis amarla.
Esta misma América, a despecho vuestro,
es libre.' Por eso divinizabais la corona de
Fernando VII,
2 Pío Vil y León Xli condenaron la revolución
americana.
Mas, hablemos un poco de vuestras doc-
trinas. Sentáis en ellas el precedente de que
el hombre que posee dinero puede salvarse,
aun siendo criminal. A las puertas del catoli-
cismo no se entra con las manos vacías. Para
nacer católico es necesario pagar, igualmente
para casarse, para vivir, para obtener el per-
dón de la impiedad, para morir y para que
después de muerto el alma no vaya al purga-
torio o al infierno,,.
Una pregunta, y no os sonrojéis por ella: ^t
— "Si desearais. Reverendísimo señor, tener
un hijo, y antes de concebirlo, supieseis que
iba a ser la más infeliz de las criaturas, estan-
do en vos el evitar su concepción, ¿le daríais
el ser? Claro que no, porque no tendríais
corazón para ello, ^E
¿Cómo, entonces, vuestro Dios, que lee el "
presente y el porvenir, permite que sus hijos
vayan a calabozos tan horrendos como los
del infierno? ¿Es posible que les dé existen-
cia para comp!acer.?e en verlos sufrir? ...
jAsí lo aseguráis los monjes Católicos.
Luego, vuestro Dios es un monstruo, que
crea horrores para dar regalías a sus represen-
tantes en la tierra!
"Los detractores del clero, para ser eor.se-
cuentes, debieran proscribir sin piedad todas
las profesiones, porque en todas ellas hay
abusos inevitables. Pero los abusos, verdade-
ros o supuestos, de! estado sacerdotal, no
son en verdad más que pretexto para apartar
a los pueblos de la religión".
¿Los abusos del estado sacerdotal, sort un
pTetexto de odio contra la religión católica,
seftor Arzobispo?
La lujuria de! Papa Alejandro VI; la fero-
cidad de Sisto V, el asesino de Enrique IJI;
los horrores de Torquemada, ese monstruo
de intolerancia y de orgullo; los crímenes del
Padre Aldao, —brazo derecho del tirano ar-
gentino Rosas— quien se complacía en des-
cuartizar por su propia mano a los enemigos
de la tiranía: a vuestros ojos, ¿es sólo un
pretexto de odio a la religión católica? ...
Pero, olvidaba que vuestro Jefe infalible,
desde siglos ya tiene prohibido a los hombres
el ocuparse de los deslices de las Santidades:
"El Papa, -que, en calidad de Pontifex
Maximus, es el representante de Dios sobre
la tierra- reina con poder absoluto sobre
pueblos y reinos: juzga a todos y cada uno, y
23
nadie puede juzgarlo en este mundo ".
Soy demasiado temerario al continuar tra-
tatidc) este punto, pues, con todo el poder de
que está revestida Su Señoría ílustn'sima,
bastará una palabra suya para que el Dios
católico descargue sus iras y me quite la
facultad de pensar. . ,
Hará mencionar los abusos que cometís
diariamente, no bastará todo el papel que
existe en el globo. Sun ellos tantos, que
todtis los días, según decís, pasáis sujetos a
nuevos ayunos y nuevas penitencias; tantos,
que pasáis la vida temblando ante la conse-
cuencia de vuestros pecados. . . ¡La concien-
cia es acusadora! . . .
¡Los Vicarios de Cristo! ¡Los sustitutos
del Redentor! Dais al Papa atributos nada
menos que de Vi-Dios sobre la tierra. . . A
é¡, mejor que a nadie, puede aplicarse aquel
pasaje de la Biblia: ,£l hombre de pecado, ei
hijo de perdición, que se sienta en el templo
de Dios como Dios! ".
Desde la creación del Papado, sólo un
Vicario ha conocido la virtud y la grandeza
del alma: el ilustre Ganganelli.
(...)
Y, ¿cuál fue la suerte del justo Gangane-
ili? — Un sacerdote que vestía manteo igual
al que vos usáis, señor Arzobispo, fue indu-
cido por los cardenales a acabar con esa
preciada existencia, introduciendo el veneno
en los alimentos í^ue se le servían. . .
¿Esto no es un crimen, es un pretexto de
odio, Uustrisimo Señor? . . .
"La doctrina socialista es antisocial,
porque tiende a trastornar las bases en que
Dios, autor de la Sociedad, U ha estableci-
do".
Eso dijisteis, Itustrfsimo señor, y, ¿cómo
probasteis que vuestro aserto era verdade-
ro? — [Mintiendo con la fatuidad de la igno-
rancia y de la mata fe!
Sabed que cada uno de los socialistas cree-
mos en la Divinidad más que por todos voso-
tros juntos; pero no la rebajamos hasta co-
mérnosla y confundirla con la inmundicia. , .
¿Por qué creemos en la Divinidad? Por
esta poderosa razón, admitida también por
3 Bula "Uiiam sanctum" expedida en 1303 pur
Bonifacio VI [I.
4 2° Tesaloniccnses, v, 2, 3 y 4.
Voltaire: puede el hombre transformar la
naturaleza obedeciendo a una ley de progre-
so; pero jamás podrá crear la fuerza y la
materia que da la vida al universo.
Sin pretensiones de saberlo todo, como
vosotros siendo que ni mentir sabéis, nos
limitamos a reflexionar con Locke: "Yo no
sé cómo pienso, lo tjue sé es que nunca he
pensado como no sea por medio de mis
sentidos. Que haya sustancias inmateriales e
inteligentes, no pongo en duda; pero que
pueda Dios comunicar la inteligencia a la
materia, lo dudo mucho. Respeto el eterno
poder, y sé que no me compete limitarle; no
afirmo nada, y me ciño a creer que hay
muchas cosas más posibles de lo que se pien-
sa",
V llegamos a esta conclusión^ -"Dios es
todo lo que existe; todo es eterno. Dios,
siendo soberanamente inteligente, cada una
de las partes que lo constituyen está dotada
de una porción de inteligencia".
Ahora si al decir vos, sefSor Arzobispo,
que nuestra doctrina "tiende a trastornar las
bases en que Dios establece la sociedad", os
referís al Dios Católico, estamos conformes.
Veamos por qué.
La base divina del catolicismo ha sido
tomada de los ensueños dei primer apóstol
socialista. Esos ensueflos fueron coticebidos
en su tiempo sólo como un aliciente para la
virtud y un freno para los tiranos y los malos
sacerdotes, Hoy os escudáis con ellos los
católicos para explotar a la humanidad y
sumida en la ignorancia. Nosotros que en
todo nos amoldamos a las transformaciones
del progreso, es justo tratemos de demoler lo
perjudicial y lo inútÜ. Los dioses y los santos
de palo hacen falta al fuego de muchos hoga-
res; ¡los brazos inermes de los sacerdotes de
mentira, los han menester las artes y las
industrias!
La doctrina socialista tuvo por cuna a la
Grecia, Fue Platón qirien la presentó al mun-
dos en sus libros memorables La República y
Las Leyes: Platón, ¿!o oís sefior Arzobispo?
Porque si no sois tan ignorante, como apare-
céis, debéis también saber que lo sobrena-
tural de vuestras doctrinas es un plagio des-
carado de la moral de Platón.
En su libro Las Leyes, Platón proclama la
igualdad absoluta en la relación social de los
individuos; igualdad regida por el orden, el
24
amor a la justicia y la conciencia del deber.
Antes aún que la época de Cristo, los
Esenios practicaban una vida que concuerda
con las teorías de Platón: los historiadores
judíos Josefo y Füón y el pagano Plinio,
están al respecto acordes en sus reíaciones.
.1. . .)
Dice su Reverendísima que "la desigual-
dad de condiciones no es obra del liombre
sino de la naturaleza, o sea de Dios, que
reparte desiguaiinente sus dones".
Muy mal padre es entonces vuestro Dios,
cuando estatuye e! odio entre sus KLjos; cuan-
do permite que junto a U morada del gran
señor, un semejante, un hermano, perezca de
hambre y de frío. . .
Los socialistas no culpan a Dios de los
males que aquejan al ser humano. El origen
de todos esos males está en la ruptura de la
unidad del hombre con sus semejantes.
Todos tenemos igual derecho a las como-
didades de la vida. ¡El polvo del magnate,
una vez en la tumba, no es superior en valer
y atributos al del harapiento!
Su ilustrísima dice que "el socialismo tie-
ne por consigna la destrucción p despojo de
la propiedad particular".
Su Señoría es muy candido; quiza tomo
por cierto algún chisme de confesionario o
de sacristía. . . Ningún apóstol del socialismo
ha consignado en sus escritos tal despropósi-
to; es Su Señoría Ilustrísima quien primero
lo consigna.
impóngase el señor Arzobispo de las doc-
trinas que aún no conoce, con sus años y su
inspÍTación divina :
"El sistema de comunidad de bienes se
entiende universal mente del repartimiento
igual, entre todos los miembros de la socie-
dad, sea del fondo mismo de la producción,
sea del fruto del trabajo de todos.
"Los socialistas no sólo no admiten sino
que rechazan con todas sus fuerzas este re-
partimiento igual de la propiedad, que cons-
tituiría a sus ojos una violencia mayor, una
injusticia más indigna y escandalosa que el
repartimiento desigual que tuvo tugar por la
fuensa de las armas y por la conquista.
"Piden sí la abolición de todos los privile-
gios de nacimientos, sin excepción y, por
consiguiente,/£i des trucción de la herencia, el
mayor de estos privilegios, el que los com-
prende todos en el día, y cuyo efecto es
dejar abandonada al aCaSO la repartición de
los privilegios sociales, entre el escaso ntime-
To de los que pueden aspirar a ellos; y conde-
nar la clase más numerosa a la depravación,
ignorancia y miseria.
"Piden que todos los instrumentos de tra-
bajo, las tierras y capitales que forman en el
día del fondo desmenuzado de las propieda-
des particulares, sean explotadas por asocia-
ción y con jerarquía, de modo que la tarea
de cada uno sea la expresión de su capaci-
dad, y su riqueza la medida de sus obras.
" Los socialistas no pretenden atentar a la
constitución de la propiedad, sino en tanto
que consagra para algunos el privilegio impío
de la ociosidad, esto es, el vivir del trabajo
ajeno; y en tanto como abandona al azar del
nacimiento la distribución social de los indi-
viduos"'.
Así, no admitimos que os hagáis sacerdo-
tes en busca de comodidad mal adquirida; las
inmensas riquezas que poseéis las considera-
mos más útiles en las arcas del Estado, al
servicio de las artes y de las industnas.
Son otros templos y otros sacerdotes los
que necesitamos.
Los sacerdotes socialistas no son más que
predicadores de moral y consejo, amigos,
guías, y consoladores. Además de estos sa-
cerdotes, que deben ser Casados, habrán
también sacerdotisas para las mujeres.
Los templos serán hermosos y magníficas,
pero desprovistos de todo emblema y en
ellos reuniráse la multitud para oír instruc-
ciones morales y filosóficas, y adorar al Crea-
dor universal. El culto es sumamente senci-
llo, y Carece de toda práctica y ceremonia
que huela a superstición y pueda conferir a
los sacerdotes un dominio cualquiera".*
Nada de latines ni de recogimientos pia-
dosos. De la tribuna socialista queda deste-
rrada la mentira.
"Amar a Dios en nosotros y en los
otros"; hé ahí el primordial precepto socia-
lista.
¿Cómo podrá realizarse este principio de
la solidaridad y comunión de todos los Kom-
5 Opúsculo dirigido a la Cámara de Diptuadws de
Frani:iii cu 18,18, por Bazard y Enfantin.
(¡ Cabul, "Viaje a Icaria",
25
bres? "Por la apíicición cada vez más com-
pleta de la libertad, de la fraternidad y sobre
todo de la igualdad, palabras que correspon-
den a la fórmula del hombre que es a la vez
sensación, sentimiento y conocimiento. La
libertad que expresa la manifestacicm exterior
de la vida, se refiere a la sensación, pues el
hombre social no puede ejercer su actividad
sin hallarse en comunicaciórt con sus seme-
jantes, y experimentar para con éstos una
afección de benevolencia o de enemistad.
Ahora bien, la ley que debe regir estas rela-
ciones es ta fraternidad, ley procedente del
sentimiento. ¿Pero por qué deben presidir a
las relaciones humanas la libertad y frater-
nidad? La inteligencia responde que porque
todos los hombres son iguales. Asi la igual-
dad corresponde al conocimiento y, bajo el
punto de vista científico, es la razón de ser
de las dos otras partes del símbolo republi-
cano, el fundamento lógico de la libertad y
fraternidad".
Con la aplicación perfecta de estos princi-
pios, destruidas quedan las rivalidades, la en-
vidia, los celos, el odio, la codicia, los homi-
cidios, los hurtos y las violencias.
Así ia humanidad quedará Ubre de jueces
y de abogados, pues, ¿de qué podrían servir,
no habiendo delitos ni causas?
Vuestro infierno mismo será inútil, pues
no habrá que mandar allí ni malvados ni
tiranos ni malos sacerdotes ni criminales. . .
Propagáis que los socialistas pretendemos
la comunidad de mujeres; con ello nos supo-
néis un crimen: el socialismo prescribe ''que
un solo hombre se halle unido a una sola
mujer; pero enseña que la esposa debe ser
igual aj esposo y que, según la gracia peculiar
que Dios ha deparado al sexo más bello, sea
éste asociado en la triple función del templo,
estado y familia, de modo que el individuo
social, que hasta aquí ha sido sólo el hom-
bre, sea en adelante el hombre y la mujer a la
vtz" - (Baíard).
"Según la voluntad de Dios, lo superfluo
de los ríeos debe ser herencia de los pobres".
¿Estáis en vuestro sano juicio, señor Ar-
zobispo? ¡Qué afán de rebajar a Dios hasta
vuestro nivel moral!
A los ojos del socialismo, ningún ser nece-
sita de !o superfino de los demás. Los bienes
serán adjudicadas; "a cada cual según su
capacidad; a cada capacidad según íits
obras".
[Eso es equitativo, eso es justo!
"Nada tienen en este mundo, (los pobres)
pero pueden tener todos los tesoros del cielo
en el otro".
¡Ah! [sabía yo que habríais de llegar
allí! [Qué ingenio! , qué consuelos los de Su
Señoría: os quedáis con todo lo que vale
positivamente, disfrutáis de goces y comodi-
dades, rehuís el trabajo y, en cambio, nos
dais a nosotros lo superjluo de vuestra mesa,
nos arrojáis de la sociedad, nos encomendáis
la carga del trabajo, nos condenáis a la mi-
seria y a las prisiones, y todo, ¿n cambio de
qué? - ¡de los tesoros del otro mundo! ...
¡Charlatanes, charlatanes, sin más Dios ni
ley que el propio bolsillo y la satisfacción de
todas vuestras pasiones: sellad el labio, que
ya cansados estamos de todas vuestras mi-
serias e ingratitudes! ,,,
[Nos explotáis como a siervos y queréis
todavía engañarnos como a animales! ...
Ha llegado la hora en que os midamos de
igual a igual; en que os pidamos cuenta estre-
cha de vuestra conducta, del detecho que
tenéis para oprimirnos; ¡en que nos probéis
por qué, siendo los más inútiles, pretendéis
valer más que nosotros! ...
Que nadie se elimine del trabajo; que las
leyes tengan por objeto mejorar laclase indi-
gente y establecer progresivamente la igual-
dad; nada de impuestos sobre la pobreza, ni
sobre los objetos de primera necesidad y el
trabajo; instrucción obligatoria; [he ahi lo
que necesitamos, lo que pedimos los socialis-
tas!
¡Nada de monjes inútUes, ni de banque-
ros innecesarios!
No toleramos la capitalización, porque el
capital es un instru^nento de trabajo que
debe hallarse siempre a la disposición de la
sociedad; la capitalización, además de ser
nociva y amenazadora, tal como está consti-
tuida en el día, da pretexto a los individuos
para no pagar su deuda de trabajo y desaten-
der sus deberes y derechos sociales.
Trabajar según sus fuerzas, facultades y
aptitudes, tal es el deber; consumir según sus
necesidades, tal es el derecho económico y
científico,
£1 catolicismo es contrario a la ley de
vitalidad, porque si todos los hombres se
hiciesen fraües y las mujeres monjas; ¡si el
26
voto de castidad no fuera una mentira, ,en
menos tie treinta años quedaba concluida la
raza humana',
Si el catolicismo siempre ha perseguido de
muerte al socialismo, es justameme porque
el triunfo de éste traerá su caída inevitable
«n el futuro. Vivos por la inquisición fueron
quemados los socialistas Gíordano Bruno y
Savonarola; Campanella fue arrojado a un
calabozo después de Kabérsde sometido al
tormento siete veces en veinticuatro horas;
Vanini fue arrojado a las llamas después que
el verdino le hubo arrancado la lengua; Ra-
mus pereció a manos de asesinos de manteo;
Bacon fue encarcelado por sospechoso de
hechicería y Tetesio y Harrington murieron
envenenados por manos católicas! ...
Y todo, ¿por qué? Por haber propagado
el socialismo, doctrina que encarna el con-
junto de medios que deben hacer cesar el
estado de languidez que postra y consume
las naciones y la mala intel^encia que reina
entre sus miembros, tanto por las equivoca-
ciones arraigadas con;50 por el choque de
intereses. Su fin mediato es la transfigura-
ción de la humanidad por la justicia, la belle-
za, la salud, la riqueza, ta armonía; su ñn
mediato es la extinción del pauperismo, la
abolición de la prostitución, la difusión de
lasliices: la felicidad humana.
Ésto no va contra Dios, señor Arzobispo
de Santiago, esto va contra aquellos seres
inútiles, cual vos, sobre cuya tumba no pue-
da grabarse este epitaBo:
Pasó haciendo el bien.
Víctor] . Arellano
Valparaíso, mayo de 1893.
ORGANIZACIÓN SOCIAL Y
MISIÓN DE LOS GOBIERNOS
SEGÚN LOS ECONOMISTAS
Hl Capital y el Trabajo
l'alparaíso: TipOf<ráfía Nacional de
P.N. Pino, ÍS96, Págs. 46-61.
Hemos ya descrito y comprobado que la
propiedad eil el presente carece de una distri-
bución que esté en armonía con la moral y el
derecho.
La economía política establece su base
fundamental sobre aquellos privilegios. En
efecto, sin la propiedad, tal como está en el
día constituida, esta ciencia no podría tener
aplicación.
Tal se desprende lógicamente de las doc-
trinas sustentadas por los más notables eco-
nomistas. Así lo estatuyen Malthus y Sis-
monde de Sismondi; Adam Smith en su obra
La riqueza de las naciones; en su Tratado,
Juan Bautista Say; Droz en su Curso de Eco-
nom ta Política; en sus Principios John Stuart
Mili; Roas i en el Curro de Economía Política
y Enrique Baudrillart en su Manual,
Veamos como discurre la escuela econo-
mista y las Conclusiones a que arriba.
Alonso Martínez, pensador español, con
muy claro discernimiento, hace la siguiente
exposición, en su B'.ítucíio sobre la l'ilosofía
del Derecho:
"La sociedad es un hecho natural y se
mueve, como ía tierra, en virtud de leyes
generales preexistentes; no existe, pues, pro-
piamente hablando, una ciencia social, sino
sólo una ciencia econótriica que estudia el
organismo de la sociedad y la manera como
ésta funciona.
"Los hombres se reúnen obedeciendo al
instinto de la sociabilidad. Y ¿cuál es la
razón de ser de este instinto? Las necesida-
des que se sienten y que les ocasionan goces
o sufrimientos, según que las satisfagan o no.
"Reunidos por el instinto de la sociabili-
dad se establece entre ellos, por el impulso
del interés, una cierta división del trabajo,
seguida necesariamente de cambios, fundán-
dose así una organización, mediante la cual
el hombre puede satisfacer sus necesidades
mucho más completamente que lo haría si
viviera aislado.
"El objeto de la sociedad es, por tanto, la
satisfacción de las necesidades del hombre; el
medio, la división del trabajo y el cambio.
"En el número de las necesidades del
hombre se cuenta una de una especie par-
ticular y que representa un papel inmenso en
la historia de la humanidad, la de la seguri-
dad.
"Los hombres, ya vivan aislados o en so-
ciedad, están ante todo interesados en con-
servar su existencia y el fruto de su trabajo;
y como el sentimiento de la justicia es débil,
y desde el origen del mundo, desde Caín y
27
Abel, se han cometido innumíríibles atenta-
dos contra la vida y !a propiedad, de aquí la
necesidad de fundar estos establecimiento*
llamados gobiernos para asegurar a cada uno
la posesión pacifica de su persona y de sus
bienes".
Demostrada como ha quedado la ninguna
injerencia que en la dirección de la sociedad
actual tienen los proletarios; Careciendo és-
tos, como carecen, de bienes materiales; de-
dicados desde la cuna al sepulcro al servicio
de los dueños de la propiedad; abatidos no
sólo por sus privaciones sino también por la
ignorancia y el fanatismo que contribuyen a
envilecerles, está demáj casi decir que los
establecimientos llamados gobiernos nada o
bien poco les favorecen.
El Estado, siendo por los monopolizado
res de los bienes de la tierra impulsado y
dirigido, mantiene e! actual orden de cosas, y
no es de ruda comprensión que no íian de ser
los hombres de gobierno quienes se despren-
dan de su omnímodo poder y de tas prefe-
rencias que se han creado, absorbiendo las
comodidades de la vida.
"En el sistema de la libertad natural,
-dice Adam Smith- el soberano no tiene
más que tres deberes que cumplir, de alta
importancia sin duda, pero en fin tres debe-
res claros, sencillos y al alcance de las inteli-
gencias más comunes. El primero es defender
la sociedad contra los actos de violencia de
otras sociedades independientes. El segundo
es de proteger en cuanto le sea posible a cada
miembro de la sociedad contra la injusticia o
la opresión de cuálcjuíera otro de sus conciu-
dadanos, o más claro el deber de establecer
la policía y la administración de justicia. El
tercero es construir y Sostener aquellas obras
públicas y las instituciones que el interés
privado de uno o de muchos particulares no
podría decidirlos a iniciar o sostener, porque
nunca las entradas serian bastantes a com-
pensar el gasto que ellas demandasen".
El proletariado, naturalmente que no está
de acuerdo con las ilegalidades de hecho
establecidas. Luego, contra éí va el primero
de los deberes del gobierno.
¿Hay justicia más cara que la de Chi-
te? ¿Pueden los obreros pleitear un mes de
jornal arrebatado por el patrón, sin que en el
curso del juicio tengan que hacer el desem-
bolso de otro tanto como lo que cobran, en
derechos y gastos judiciales? ...
Bastiat es aún más explícito:
"Basta que el gobierno tenga por instru-
mento necesario la fueria, para que sepamos
cuáles son los servicios privados que pueden
ser legítimamente convertidos en servicios
públicos. Estos son aquellos que tienen por
objeto mantener todas las libertades, todas
¡as propiedades y todos los derechos indivi-
duales, prevenir los delitos y los crímenes, en
una palabra, cuanta concierne a lí pública
seguridad. Los gobiernos tienen todavía otra
misión. En todos los países hay propiedades
comunales y bienes cuyo uso corresponde
proindiviso a todos los habitantes: tales son
los ríos, los lagos, los caminos. Desgraciada
mente también todos los Estados tienen deu-
das. Pertenece a todos los gobiernos adminis-
trar esta parte activa y pasiva del dominio
público. En fin, de esas atríbucjones se deri-
va una tercera: la de cobrar los impuestos
indispensables para costear la ejecución de
los servicios píiblicos. Así: velar por la segu-
ridad pública, administrar el dominio co-
mún, percibir las contribuciones; tal es el
círculo raciona! en que deben circunscribirse
las atribuciones de los gobiernos",
A estas ingeniosas bases de un gobierno
protector, y a su bien combinado método de
acción, han respondido los adversarios de la
actual capitalización, por intermedio de uno
de sus hombres más sobresalientes, Federico
Engeis:
"El Estado moderno no es más que la
organización que se da a sí misma la socie-
dad burguesa para poner todas las condicio-
nes de la producción capitalista al abrigo,
tanto de los ataques de los capitalistas indivi-
duales, como de los obreros. El Estado mo-
derno, cualquiera que sea su forma, es esen-
cialmente una máquina capitalista, ei Estado
de tos capitalistas, y, por decirlo así, el capi-
talista colectivo Ideat. Mientras mas fuerzas
productivas acapara, más se transforma en
capitalista colectivo real y más explota a loS
ciudadanos. Los obreros siguen siendo asa-
lariados, proletarios. La relación capitalista
entre explotador y asalariado subsiste toda-
vía; sólo que, llevada al extremo, ha efectua-
do un cambio. La apropiación por el Estado
de las fuerzas productivas, no es la solución
del conflicto; pero contiene lus elementos de
ella.
28
"Esta solución no puede ser otra que el
reconocimiento práctico de la naturaleza so-
cial de las fuerzas productivas modernas, es
decir, igualar los medios de producción, de
apropiación y . de cambio, con el carácter
social de dichos medios. Este fin no se conse-
guirá hasta que la sociedad, abierta y franca-
mente, no tome posesión de las fuerzas pro-
ductivas, demasiado poderosas ya para so-
portar otra dirección que la suya". (Socialis-
mo Utópico y Socialismo Científico).
EL CAPITAL Y EL TRABAJO
Afirmar, pues, que no existe antagonismo
entre lo que hoy es tenido por capital y el
trabajo, es decir, algo que está fuera de la
razón y de la experiencia positiva.
Por riquezas o bienes se entiende "todo lo
que sirve para satisfacer las necesidades y
placeres materiaíes o morales de los hom-
bres".
El capital, ya sea fijo o en circulación, es
riqueza.
Riqueza es la tierra y tamtién capital.
De aquí surge de nuevo la anterior cues-
tión; habiendo la mayor parte de los ricos
heredado sus capitales, que sólo de hecho les
pertenecen, basta e'ste origen, ilegal de su
riqueza a constituir ei antagonismo entre
esos capitalistas y los trabajadores.
Esta es una espina en la garganta de los
poderosos de la tierra...
¿Cómo se produce la riqueza? "Por me-
dio del trabajo del hombre".
Es en tal labor donde la escuela economis-
ta cree señalar el seguro derrotero para que
el capital, tomado como el principal impul-
sor, descubra más riquezas,
"Absteniéndonos de reincidir sobre esta
cuestión controvertida —dice Baudrillart-,
definiremos desde ahora la economía políti-
ca: la ciencia que tiene por objeto el estudio
de la manera cómo se produce la riqueza, se
cambia, se distribuye y se consume. Pues
como nada de esto s^e veriñca sin trabajo y
sin cambio, y como por otra parte estas
operaciones y estos cambios no se realizan al
acaso, de aquí se sigue que las leyes que
presiden el trabajo y el cambio, forman e)
verdadero campo de la ciencia económica".
Esas leyes, carecen de justiciero espíritu,
puesto que afianzan el absoluto predominio
dei capital sobre el trabajo, que es también
capital, como en pocas palabras lo vamos a
demostrar.
El talento, la capacidad, son capitales;
luego, el hombre es también un capital.
Si las herramientas, los edificios, tos ins-
trumentos de las industrias, las monedas, las
mercancías, etc., forman lo que se llama el
Capital, ¿con cuanta mayor razón no lo es el
hombre, que, siendo también materia pro-
ductiva, por medio de su talento o capacidad
da valor y utilidad al metal, a los árboles, a la
ttetca?
En nacionalidades como la nuestra, no
sólo estas ideas se dejan de tomar en cuenta,
sino que de una manera franca el capital
explota al trabajo.
Trabajo, —según Cousin— "es el desenvol-
vimiento del poder productivo del hombre,
el ejercicio de su fiíerza constitutiva".
A lo que debemos agregar que el trabajo
es una condición de perfeccionamiento del
individuo y de la vida social.
No to comprenden así la mayor parte de
nuestros capitalistas.
El trabajador no tiene garantías. Vivien-
do, como vive, en medio de una sociedad
convencional, no encuentra igualdad en las
funciones, apuyo en la desgracia, ni la justa
remuneración de sus servicios.
Ejerce ía servidumbre de las máquinas o
de las Jierramientas, considerado por los ca-
pitalistas sólo como un seguro medio de ate-
soramiento.
Antiguamente, escribe Luis Blanc, "las
corporaciones estaban organizadas de mane-
ra que el compañero de hoy fuese propie-
tario mañana; pero desde que los medios de
producción se hicieron sociales y se concen-
traron en manos de los capitalistas, todo esto
cambió: el trabajo asalariado, antes la ex-
cepción y el complemento, fue la re^a y
la base de toda la producción; antes ocupa-
ción accesoria, ahora acaparó todo el tiempo
de trabajo del productor; el asalariado de un
día se convirtió en as;ilariado perpetuo. La
separación se había efectuado entre los me-
dios de producción, concentrados en manos
de los capitalistas, y los productores, reduci-
dos a no poseer más que su fuerza- trabajo.
El antagonismo entre producción social y
29
apropiación capitalista se afirma íqitio anta-
j;onisino entre proletarios y burgueses".
7, El Sotialismo científico orgaowado en Aícmí-
riia -y aún podtmos decir i.|ue el de Bélgica, Ffan-
(lia t Italia , clasifica de este modo la evolución
etoiióriiica cú Su relación con el pasado, el ptesetlte
y t'! potvtnir:
I, Sveifilad de h F-dail MeS<i. Pequeña produc-
ción diuidida. Medios de producción adaptados al
iisu individual, y, por tatitii, primitivos, mcujuinos,
de ef[.'ctus muy limitados, poseídos por el produc-
tor mismo. Producción para el conaumo inmediato
del productor o de un señor feudal. Só)o allí donde
hay excedente de productos sobre ei consumo, se
ofrecen éstos a la venta, entrando así en el cambio;
producción de mercancías en estado naciente, pero
llevando ya en su seno d germen de la dmJrgurii
social en la producción.
II. kiívolvcián capitalista. Transformación de la
industria por la cooperación simple y por la manu-
factura. Concentración de los medios de prodiit-
eión, tiasta enronces esparcidor, en grandes talleres,
es decir, su transformación de íntjíuijuiijpí en sacia-
Íes, transfor:Tiación que apenas alcania al cambio,
y, por consecuencia, conservación de las antiguas
formas de apropiación. El tapitdisfa a¡)arece; se
hace propietario de los medios de producción y se
apropia lo.i productos, convirtiéndolos en mercaii-
cíai. I,a producción se convierte en acto social; el
f ambiOi y con él la apropación, siguen siendo actos
itijividuiiles; el prodiicto social es apropiado por el
capitalista individual. Antagonismo fundamental,
origen de todos los antagonismos dentro de los
cuales se agita nuestra sociedad.
-s) Separación del productor de los medios de
producción. Condena del trabajador a vivir asalaria-
do. Antagonismo entre el í'folfttariiido y la hurgue
lía.
b) Desarrollo, principalmente merced a la gran-
de industria, desde fines del siglo XVI 11, de la
acción de las leyes, reglamentando la producción
de mercancías. Lucha desenfrenada a causa de la
concurrencia. Antagonismo entre la organización
social de la producción en cída fábrica y la anar-
quía social en la producción general.
c) Por un lado, pefeccioriamiento del inaquinis-
tno, necesario a todo industrial merced ala compe-
tencia, que equivale a la destitución siempre cre-
ciente de los obreros, creando así el ejército indus-
trial de reserva; por otro, extensión ilimitada de la
producción, obligatoria asimismo para el industrial;
por ambos lados, desarrollo sorprendente de las
fuerzas productivas, exceso de la oferta sobre la
demanda, exceso de producción, amontonamiento
en los mercados, crisis decenales, círculo vicioso:
aquí superabundancia de medios de producción y
de productos; allí superabundancia de obreros sin
trabajo y sin medios de existencia; pero estos dos
motores de ¡a producción y del bienestar social no
pueden reunirse porque ia forma capitalista de la
producción impide obrar a las fueriss productivas
y circular a los productos, a menos de cambiarse en
fitpittfí, COía que no permite la misma superabun-
Et derecho del trabajo, la actividad del
hombre ejercida para el bien, no es practica-
do en Chile por la casí totalidad de los hom-
bres de fortuna.
El ocio domina de tai modo a los gomo-
so* de la aristrocracia, cjue viven exclusiva-
mente dedicados a ios goces de la gula y del
más torpe sensualismo-
Los vicios les impiden adquirir aquellos
sólidos conocimientos ejue se obtienen por
inedio de un estudio constante y bien tÜngi-
do.
¡Sus naturalezas, corrompidas por luju-
riosos desarreglos, sólo resisten la vida de la
molicie: en los coches van al paseo y duer-
men durante laicas huras de! día para ocultar
con el manto de la noche sus nuevas y desas-
trosas correrías!
En un país abundante de riquezas natura-
les, como Chile, vemos a los ancianos prole-
tarios, agobiatíos por el trabajo, sin tener
muchas veces una cama en los hospitales
donde reposar en las tremendas horas de sus
dancia. £1 antagonismo llega hasta el absurdo, t'í
modo de producción se rebela contra la forma deí
cambio. La burguesía se muestra incapaz de dirigir
en lo sucesivo las fucrza^s productivas sociales.
d) Reconocimiento parcial de! carácter social de
las fuerzas productivas, que se impone basta a los
capitalistas; apropiación de los grandes organismos
de producción y de comunicación por sociedades
por acciones, y más tarde por el Estado. La bur^e-
sía, convertida en clase inútil, deja que sus funcio-
nes activas sean efectuadas por asalariados.
III. Revijlución proletaria, solución de los anta-
gonismos. El Proletariado se apodera del Poder
público y transforma, mediante dicho poder, en
propiedad pública los medios de producción socia-
les, que escapan de manos de la burguesía, y por
este acto los despoja de su carácter de capital; da
plena libertad de arraigarse a su carácter social, y
hace posible la urganií.ación de la producción so-
cial, siguiendo utl plan predeterminado. El desarro-
llo de la producción bate que sea un anacronismo
la existencia de las clases .sociales. La autoridad
política del Estado desaparece con la anarquía so-
cial de la producción. Los hombres, dueflos ya de
su modo de asociación, se hacen dueños de la
Naturaleza, de síniisn»os: se hacen libres.
Llevar a cabo este acto, que liberará el mundo,
es la misión histórica del Proletariado moderno.
Estudiar detenidamente las condiciones históricas y
al mismo tiempo el carácter específico y las conse-
cuencias incvítablea de este acto; dar a la clase
llamada a !a acción, y hoy (ipriinida, el completo
cofiociniiento de las condiciones y de la naturaleza
de su propia acción inminente, esa es la misión de
la expresión teórica del movimiento proletario, del
Socialismo científico.
30
achacosas etifermedades.
¡Y pensar que los dispendios que los ricos
de Santiago hacen en sus caballerizas, bas-
tarían para proporcionar vestuario, constan-
te alimentos y medicinas, a veinte mil desa-
venturados! ...
No solo existe antagonismo entre capita-
listas y trabajadores; más aún, !ia llegado a
ser una verdad desesperante para el pueblo
que los primeros alimentan sus riquezas con
las necesidades de los últimos.
Basta que se confabulen unos cuantos ri-
cos, que los representantes de algunas socie-
dades anónimas lo acuerden, para que se
haga la disminución de jornales a los opera-
rios.
El trabajador tiene que optar entre este
dilema: vende sus fuerzas por muy poco más
que un mal alimento, o abandona la fábrica.
De nada le sitve SU anterior contracción,
los años de servicios, los músculos debilita-
dos por las pesadas labores y vigilias, los
dedos de sus manos rotos por las máquinas o
las herramientas. El dilema es terminante.
De este modo, el trabajador es obli^do
tributario del capitalista.
Con bastante razón dice, pues, Marx en su
obra Bl Capital: "La ¡ey que siempre equili-
bra el progreso y la acumulación del capital
y el exceso relativo de población, sujeta más
sólidamente el trabajo al capital que las cade-
nas de Vulcano retenían a Prometeo en su
roca. Esta ley establece una correlación fata!
entre la acumulación del capital y de la mi-
seria, de tal suerte, que acumulación de ri-
queía en un polo, implica igual acumulación
de pobreza, de sufrimientos, de ignorancia,
de embrutecimiento, de degradación moral,
de esclavitud, en el polo opuesto, y en la
clase que produce su propio producto en
forma de capital".
¿Se persiste aún en decirnos que el traba-
jo percibe del capital justa recompensa?
No sucede tal, en Chile al menos.
Muchos millares de ttabsyadores chilenos,
por ejemplo, se ocupan en la industria tu
tractiva, o sea. en e! laboreo o extracciones
de las minas. Ei salario que se les designa
fluctúa entre dos y ocho pesos diarios, sien
do cuatro el término medio.
Pero, ¿perciben esos valores?
Los perciben, sí, nominalmeyíte. en con
traseñas o fichas que sólo son admitidas en
las tiendas y despachos que el sindicato i> el
propietario tienen establecidos. ¡Y todavía,
son explotados en la calidad de los géneros, en
el peso de los artículos y hasta en e! subido
ínteres que cobran por dar a las fichas el
valor real en metáÜco! ...
[El precio de la jornada de trabajo y de
la mano de obra, ha aumentado considera-
blemente! dicen lo,* capitalistas usurarios.
Sí que ha aumentado; pero ese aumento
no reporta en beneficio de los trabajadores.
El obrero ocupado en la industria manu-
facturera que hace diez años ganaba un peso
cincuenta centavos de jornal, al cambio de
veintiocho peniques, gana ahora tres pesos al
cambio de dieciocho peniques. ¡Una mise-
ria! porque los géneros, la habitaciones y
los artículos de primera necesidad, no sólo
han duplicado sino triplicado su valor de
cotización o arrendamiento.
Así, por ejemplo -y por más pueril que
parezca a algunos que aquí lo consignemos--,
un saco de papas que diez años atrás costaba
dos pesos, se obtiene ahora por cuatro; ta
carne, que sólo valía 5 centavos la libra y el
pan, del cual se daba antes 8 por 5 centavos,
han sufrido un alza considerable; los huevos
de gallinas que antes se compraba uno por
2.1/2 centavos, se obtiene hoy por 8 centa-
vos, y, para no continuar citando, los fréjo-
les, ese obligado alimento de los menestero-
sos chilenos, de 25 centavos que antes valía
el decalitro, cuesta ahora 75 centavos! ...
¿Qué los trabajadores no hacen uso de un
derecho al declararse en huelga?
Esta afirmación no sólo carece de verdad,
pues también hiere con doble filo a los aca-
paradores de fortunas.
Ante las imperantes leyes, ¿tienen o no
derecho los capitalistas para hacer cesar el
trabajo en sus establecimientos?
-Que respondan por nosotros los sindica-
tos salitreros de Tarapacá que, principiando
el año 1896, de la noche a la mañana parali-
laron la extracción de sus productos, dejan-
do por esto sin pan y sin hogar a millares de
trabajadores y sus familias.
Ahora bien: si se ■ reen facultados los
capitalistas no sólo paia disminuir Ujs sala
ríos sino aún para dejar cesantes slti previo
avi.so a los operarios, cuando así lo creen
conveniente a sus intereses; por qué, ;cün
cien veces más razones, no han de tener ios
obreros el derecho de cobrar el valor en que
estiman sus fuerzas y aptitudes, v declararse-
^1
eti huelga, si se muestran tercos los capitalis-
tas?
¿Qué pipel representa entonces en el
inundo la libertad? ...
; F.s que no hay un gobierno encargado de
regularizar estas continuas desarmonías? ¿O
es que ese gobierno no considera de su mi-
sión e! propender a la abundancia de la ela-
boración industria! y al sostenimiento del
derecho de trabajo?
Sí que existe ese gobierno, pero ahora, y
por desgracia obrará aún niuctio tiempo, co-
mo parte interesada.
Para significar la acción de los encargados
de la seguridad pública, cuando "una otra
sociedad" ataca a la sociedad de los capit^i-
les, creeiTios del caso reproducir aquí lo í^ue
Le Fígaro de París dijo el 1° de mayo de
S. ¡Protección al trabajo y a la industria! Vanas
palabras en los labios de nuestros gobernantes. La
csladístita nos demuestra que el libre cambio sigue
tiacieiidfi un papel funestísimo para la industria
chilena. Nuestros gobernantea parecer obstiriados
en matar la producción nacional y el noble y em-
prendedor espíritu de industriales y trabajadores.
Conocidü es ya el resultado ijue dieron las últimas
iocomotoras que el Estado encariñó al extranjero;
resultaron inútiles armatostes, que ha iido menes-
ter adaptarlos a nuestras vías y túneles! ¿A cuán-
tos obreros y familias chilenas se les arrebata ei pan
con estos criminales derroches? La riquraa públi-
ca, ¿cuánto deja de utilizarse, por no fabricarse
aquí esas locomotoras? Pero, aún nuestros gober-
nantes no se dan por convencidos de la convenien-
cia de preferir a La industria y al obrero nacional
para protegerles cíjw los trabajos del Estado. Conse-
cuentes con este modo de pensar, contratan buen
número de ijit presiones fiscales en el exterior, y,
corno por vía de ejemplo, en 1896 el Presidente de
la República ha encargado, pagando en sonantes
libras, todos sus muebles a Europa! ...
Onct' miilo'it'^ de pesos van anualmente al ex-
tranjero en pago de los siguientes productos que se
nos importa, productos de ^^ue es abundante para
su elaboración nuestro suelo; manteca de cliancllo,
quesos, sal cornún y refinada, harina flor, fréjoles,
aceite de linaza, aceite de olivos, almidón, canas-
tos, betún para zapatos, cola, jarcias de cáflamo.
Seda para bordar, ají, azúcares, escobas, cristalería,
plumeros, botellas, damajuanas, azufre, dulces con-
fitados, cebada común, loía, vidrios planos, trigo,
sacos vacíos, perfutnería surtid^, calzado surtido,
maíz, jabón de olor y frutas en conserva. ¿Qué
pensarán de nosotros en el extranjero al hacernos
estas remisiones? Seguramente que somos o muy
pródigos o extremadamente holgazanes,
En 1895 ha contratado nuestro gobierno en
Europa equipo y artículos para el Ejército y Arma-
da por un valor aproximado de cuatro millones de
pesos. ¡Cómo sí no se pudieran fabricar en Chile
correajes, tela para colchones, guantes, ropa de
paño, cantimploras, sillas de montar, frazadas,..!
1890, a propósito de Ir manifestación socia-
lista obrera, pidiendo !a reducción de la jor-
nada de trabajo a ocho horas diarias:
"E) corresponsal de un diario húngaro
preguntaba recientemente al prefecto, qué
dase de medidas debían según él adoptarse
eti Pesth contra la manifestación proyectada"-
" Aconseje a sus totiípatriotas respon-
dió el señor Lozé que hagan lo que noso-
tros haremos, es decir, matarla etr ia (hchÍíj-
ción, arrestando primero a los principales
promovedores".
" El sistema ha dado buenos frutos". ,
"La Bolsa ha subido 35 céntimos. Tal ha
sido la moral del día".
Que vengan luego los partidarios de Ben-
tbam a hablarnos de la aplicación de la es-
cuela utilitaria.
Por más que la fórmula de este sistema
subjetivo se extienda al interés general, el
utilitarismo es inaplicable de justiciero modo
mientras subsista la actuül organiíación del
trabajo. El nos va llevando más rápidamente
al abuso y a la desmoralización.
Desde el punto de vista antropológico y
moral, ¿acaso hay dos hombres que tengan
una misma idea sobre lo que es útü?
Ei materialista, ¿concordará con el modo
de pensar de! idealista? ...
Tiene aún mucho que evolucionar el mun-
do social para que lleguemos a hacer que
ciertas doctrinas no sólo sean verdaderamen-
te útiles para los usurpadores de la tierra y
sus riquezas; esto es, cuando la religión social
esté reformada, cuando el espíritu de los
hombres esté fijado sobre el bien y las condi-
ciones de una cultura arnu'mica en la socie-
dad; entonces será llegado el mometo de
cantar el hossana de la común felicidad.
Pero en tanto, como dice Kant, "el arbi-
trio de uno no puede concÜiarsc con el arbi-
trio de otro, según una ley general de liber-
tad", debemos, los hombres de trabajo, bus-
car otro camino que nos ponga en relación
con nuestros derechos, sin aguardar nada fa-
vorable de la presente organización social y
política.
El capital es nuestro vecino, interesado en
acrecentarse mediante nuestra debilidad de
condición social,
¿Le pediremos ut> consejo?
¿Tenderemys hacia él los brazos en solici-
tud de su ayuda?
¿Dimitiremos? ...
32
Capitulo Segundo
El socialismo ácrata
Eii 1896, comienzan a actuar en Santiago dos agrupaciones de carácter socialista:
el Centro Social Obrero y la Agrupación Fraternal Obrera. El Centro Social Obre-
ro se constituyó con algunos disidentes del Partido Demócrata y trabajadores in-
dependientes. Orientó su acción hacia la difusión del ideario socialista y hacia la
denuncia de los problemas cjue aquejaban a los sectores postergados de la socie-
dad, mostrando especial preocupación por los trabajadores urbanos e industriales.
La conferencia pública fue el medio privilegiado por el cual la entidad realizaba
su acción de propaganda ideológica. Ramírez Necochea cita las conferencias dicta-
das el 17 de octubre de 1897: "El militarismo y el socialismo"', a cargo de Luis
Olea; "El socialismo y la religión", a cargo de Ricardo Zañartu; "Las huelgas",
a cargo de Josd Gregorio Olivares, y "Unión y protección mutua", a cargo de
Andrés Acevedo. En forma paralela nació la Agrupación Fraternal Obrera dirigida
por el ya citado Olea y Marcos de la Barra. Ambas entidades en el curso de su cor-
ta existencia realizaron algunas actividades en común pues sus objetivos casi no
diferían, Así es como en 1897 decidieron fusionarse, dando origen a la Unión
Socialista. En esta agrupación encontramos reunidos a los máximos exponentes
de lo que será la acracia hasta el centenario. Posteriormente, en 1898, la Unión
Socialista se transformó en Partido Socialista, continuando parecida línea de
acción y pensamiento.
Los textos reproducidos en este capítulo conforman un conjunto representa-
tivo procedente de este grupo de agitadores articulistas— poetas que plantearon
por vez primera la necesidad de terminar, usando como medio la rebelión— revolu-
ción, con el régimen capitalista y las formas de explotación generadas por el. En
I
35
reemplazo, proponen un sistema socialista que traería la felicidad y la armonía
universales.
Este capítulo se inicia con un artículo suscrito por alguien que usó el pseudó-
nimo Karl Marx y que resulta notable al explicar los propósitos que guiaron al
Centro Social Obrero. Hemos incluido también un evditorial de "El Proletario",
órgano oficial de la Unión Socialista, en que se informa de la celebración de una
asamblea pública constitutiva de la organización, texto en el cual se afijma que
"convencidos de los perniciosos efectos del régünen autoritario, que bajo diferen-
tes fonnas nos tiraniza, sosteniendo el robo, la explotación y el privilegio trabaja-
mos por su desquiciamiento total". Reproducimos igualmente el Program:i de la
Unión Socialista, cuyo artículo primero afinna que "tiene por objeta implantar
el socialismo en Chile",
A continuación hemos agrupado algunos textos de Luis Olea, quien tuvo im-
portante participación diez años después en lo sucesos de Santa María de Iquique.
Este, en artículos de combate, se define como lanzado a la palestra cu defensa de
los derechos del proletariado; como quien ha arrojado al estercolero el pan claudi-
cante de ía absurda teología, como quien no tiene más Dios que el santo amor a
ía humanidad, ni más leyes que las muy sabias e inviolables de miestra madre natu-
raleza; como aquel que no irá a la guerra porque no es criniinaJ, porque antes de
quitar la vida a otros desgraciados como yo —dice- le arrancaré el alma del cuerpo
a todos quienes son causa de nuestra miseria.
Hemos recopilado, asimismo, algunos escritos de Alejandro Escobar Ckirvallo,
quien ya desde 1897, a los 20 años, adquiere y otorga una cierta identidad al con-
cepto de redención de la humanidad, idea básica que marca la concepción de los
ácratas por tantos años. Su posición, mezcla de evolución y revolución, ie liace
decir que la conquista del poder se hará por la "aplicación combinada de las leyes
natunUes de Carlos Darwin, con las leyes económicas de Carlos Marx, o sea la pro-
ximidad de la última fase de la evolución natural, la revolución económica,
pol ítico— social ",
Magno Espinoza, otro dé los integrantes de este grupo, señala en el artículo
¡La utwva era! que al iniciar la publicación del periódico (El Proletario) no los
ha "guiado otro propósito ni otra ambición que el de ser útil y ayudarles a nues-
tros compañeros de trabajo y de miseria en la ludia en que estarnos empeñados
para que pronto veamos realizado el gran pmblenia filosófico; emancipación social
de los trabajadores".
Esteban Caviedes, en unos artículos acerca de las sociedades de resistencia, ya
el año 1902 llama a sus compañeros a incorporarse a estas organizaciones si desean
"tener buenos sahirios, trabajar la jornada de ocho lioras e impedir la explotación
hecha al trabajo"; si desean "derribar la fortaleza de la explotación capitalista" de
«nodo que se inicie "para los trabajadores chilenos una era de Libertad, Justicia y
ÍMcnestar'V Este mismo Caviedes en otro artículo concluye: "Por todo estoy soy
libertario. Sí, me llamo rebehle. Sí, por esto me llama anarquista".
Hemos incorporado igualmente un texto de Jostí Gregorio Olivares, presidente
tlel Piirtido Socialista, quien concibiendo al puebhi como un Eázitro, trata ele seña-
lar las causas de ia postración en que se encuentra dicho pueblo v con él toda la
36
ación, Afírnia que "un momento verdaderamente cri'tico ha llegado hoy para
lile" y que por tatito "la reacción se iinpone", "el despertar se hace necesario,
imparta cjue ¿ste sea violento como la erupción de un volcán''.
Es dcstacable el artículo de Úrsula Bello de Larracheda quien llama a los "sol-
dados del trabajo" a incorporarse al socialismo para apresurar "la hora sublime dir
la redención del esclavo por el esclavo".
Marcos de la Barra, a través de un monólogo social tjue representa las reflexio-
nes y enseñanzas de un anciano trabajador, nos quiere mostrar, de un lado, lo que
era la vida del obrero en la e'poca y las situaciones a que se encontraba expuesto
cuando sus fuerzas se agotaban y, por otro, lo que debe hacerse para que esto se
transforme y solucione. Entre ios inspiradores de su pensamiento destaca, en la
antigüedad, a Cristo, Platón y Sócrates y, durante los tiempos modernos, a Hugo,
Marx y Zola. En razón de esto exclama como sentencia final: "¡Socialismo!
¡Socialismo!- Este viejo te desconocía obcecado por su conciencia encadena; mas
hoy saluda tu brillante concepción y recibe henchido de júbilo los esplendores de
tu benéfica alborada".
Sin ser en el orden el último documento, hemos dejado para el final la men-
ción del texto de "El Martillo", Somos Socialistus por cuanto se trata de un escri-
to ya no procedente de un individuo sino de una organización, el Partido Socialis-
ta recién ftindado.
Dicho texto está dividido en dos partes, !a primera una serie de cuatro consi-
derandos y la segunda un conjunto de medidas programáticas, 28 en total. Se pue-
de afirmar que en este texto se sintetizan las concepciones del gmpo de socialistas
ácratas, que constituyen ei segundo capítulo de nuestra recopilación. Queda claro
en el documento la inspiración en los grandes clásicos del socialismo; la filosofía
materialista, el proyecto revolucionario, el afa'n emancipatorio. Queda estampa-
da igualmente la gama de reivindicaciones y denuncias que se han venido reiteratu
do: la mejora de las condiciones de vida y trabajo, la crítica a la ideología opreso-
ra, al patriotismo, a la religión, al militarisnu).
Sin avanzar más en los preámbulos, por demás ya extensos, invitamos al lector
a proftindizar por sí mismo en los escritos que vienen a continuación.
37
EL SOCIALISMO EN CMlü.
El (Jrito del Puebla
Santiago, N<-' 2 '29.XI. 1896). pág. 2
Las ideas para esparcirse no respecan na-
da.
Cruzan nlareí como el Atlántico, para lle-
gar al cosmopolita Buenos Aires y levantar
apóstoles A millares.
Atraviesun soberbias cordilleras, como los
Andes, para sentar su^, reales en el indolente
Chile y convertir a hijos del pueblo, acos-
tumbrados a besar la mano del verdugo que
los azota, en hombres libres que luchan ñn
miedo por emancíparje del tutelaje burgués.
Y las ideas redentorait del socialismo, dci-
pués de arraigarse Srnte mente en el proleta-
riado argentino, penetnin en Cbile y priiíci-
pian su obra bienhechora.
El "Centro Social Obrero" te funda bajo
esas bases.
Principió su prop^anda poco a poco pero
£irme y segura.
El pueblo, es decir, los explotados por los
zángano-s de la colmena chüena, dudan, se
confunden ante séníejante audacia y tratan
de esquivar el bulto.
La burguesía, o lo que nosotros hemos
dado en llamar aristocracia, se encoje de
hombros con desprecio^ es un movimiento
aislado, dice, y lajiza una carcajada burlona,
pero algo forzada.
Los gobernantes o más propiamente di-
cho, los terneros del presupuesto continúan
indiferentemente repletándose los bolsillos
de condoritos y echándose mascadas tras
niascadíis de ¡a sabrosa carne del proletario.
Pero las ideas continúan propagándose.
Los hijos del pueblo abriendo los ojos y la
bandera roja del socialismo cobijando após-
toles.
De cuando en cuando se suceden chis-
pazos que dan a entender a los tímidos y
cobardes que cuenta con fuerzas, con ele-
mentos para emprender la campaña franca y
abierta.
¡Alerta, hijos del pueblo!
[Basta de desigualdades!
¡Basta de explotación!
El "Centro Social Obrero" os ^;uarda,
necesita vuestro concurso.
Los tiempos han cambiado.
Ayer esclavos, sin más derechos que la
multiplicación en benefício de los amos, sin
más recompensa que los azotes del mayoral,
;im mas patrimonio que las marcas puestas en
las espaldas para reconocernos; hoy trabaja
dores y explotados por el capital, tiranizados
por leyes inicuas inventadas por una casia
enemij^ para favorecerse, y mañana... quién
sabe, mañana si podamos Uarrurnos sobera
noif ...
(A la obra, a la acción, sin vacilaciones,
que el porvenir es nuestro!
K^rl Marx
Santiago, noviembre 28 de 1896.
LA UNION SOCL4LISTA
El Proletario
Santiago, N° 3 (i 7.Í0.1897), pág. 1
Sección Editorial
La Unión Socialista celebra hoy con el
carácter de preparatoria, su primera Asam-
blea pública para dar a conocer el programa
y preparar los trabajos necesarios a su próxi-
ma inauguración.
La solemnidad de este acto y el significa-
tivo alcance que él tiene, revelan imperiosa-
mente la preferente atención y el laudable
esfuerzo de los hornbres que han echado
sobre si la responsabilidad de tan magna
obra.
El Partido Socialista no es una utopía en
Chile, sino una necesidad. No es una quimera
su org)inÍ£acLÓn, sino una brillante realidad
que dentro de poco conmoverá al mundo
.político; y deber es de todas las clases prole-
taria* y de los que piensan libremente, con-
currir al llamado de la Unión Socialista, que
trae en su bandera, Ja reforma social para
redención de los oprimidos,
Su programa, que hoy será aprobado y
que pronto verá la luz pública es tan secun-
dario y transitorio como lo es la institución
misma, pues el programa definitivo será pre-
sentado a la consideración de la Asamblea,
cuando ésta se organice en el carácter de
partido: pues hoy la Uiúón Socialista es sólo
38
una agrupación cuyo principal objeto es pro-
pagar y dar a conocer Jas teorías doctrinañas
del Socialismo, organizando así la ba^e en
que ha de fundarse el partido.
Los que lucháis sinceramente por el bien
de los pueblos, debéis venir a cobijaros bajo
la bandera universa] tjue simboliza el amor y
la fraternidad entre los seres humanos.
Vosotros, los que amáis el arte y las cien-
cias; los que habéis luchado estérilmente
contra los obstáculos que la sociedad actual
ha puesto en el camino de vuestras legítimas
aspiraciones por lo grande, lo noble y lo
bello, los que no habéis podido volar Hacia el
ideal de vuestros anhelos de progreso porque
la cadena de la miseria os lo ha impedido,
debéis venir a formar en el partido que va
tras la conquista de la nueva era de la justicia
y de !a igualdad universal.
Convencidos como estamos de los perni-
ciosos efectos del régimen autoritario, que
bajo diferentes formas nos tiraniza, soste-
niendo el robo, la explotación y el privilegio,
trabajamos por su desquiciamiento total,
yendo contra todo eí orden existente para
construir Sobre sus ruinas los cimientos de la
Sociedad perfecta bajo un régimen de igual-
dad, de justicia y de libertad.
Para llegar a realizar esta obra titánica que
necesita de! esfuerzo poderoso de todo un
pueblo, se organiza la Unión Socialista, que
en su propaganda llevará las buenas nuevas a
los que sufren y anhelan el bienestar en
Común de la colectividad universal.
PROGRAMA DE LA UNION SOCIALISTA
El Proletaria
Santiago, NO 3 (Í7J0.1S97), pág. 4.
Art. 19 Se funda en Santiago de Chile una
Agrupación Política denominada "Unión So-
cialista" y tiene por objeto implantar el So-
cialismo en Chile.
Art, 29 Trabajar por la unión y protec-
ción entfe los hombres de trabajo.
Art. 3<^ Procurar la org-inización de Cajas
dé resistencias para los casos de huelgas, soli-
citando al efecto la cooperación de los gre-
mios en general.
Art. 49 Abogar porque el trabajo de los
obreros no exceda de 8 horas diarias,
Art. S<? La instrucción del pueblo gratui-
ta y obligatoria.
Art. 69 Separación de la i^esia del Esta- A
do. ■
Art. 79 Instalación de escuelas nocturnas
y talleres profesionales en todos los departa-
mentos de la República.
Art. 89 Fomento de las artes e industrias
y fuerte gravamen a los artículos de lujo.
Art. 9Q Abolición de la pena de muerte,
azotes y prisión perpetua. S
Art. 10. Reforma del sistema penitencia- W
rio, en el sentido de procurar Xa. rehabilita-
ción del detenido.
Art, 11. (a) Basar el cobro de contribución
en el tanto por ciento, (b) Exceptuar del
pago de contribución a los negocios cuyo
capital no exceda de 100 pesos y a los talle-
res menor de 200 pesos, eliminando del ava-
lúo las herramientas manuales, cuando el va-
lor de ellas no exceda de ésta cantidad.
Art, 12. Derogación de la ley que declara
delito la embriaguez.
Art, 13. Reorganización de ía justicia de
menor cuantía responsable y pagada por el
Estado, Destitución inmediata de los actua-
rios de mayor cuants'a que no se amolden al
arancel judiciai.
Art. 14., Reorganización total de la poli-
cía de seguridad como base de garantía para
todos lo.s Kabitantas,
Art. 15. Fundación de casas protectoras
de la infancia y mendicidad.
Art, 16. Mejoramiento de la higiene y sa-
lubridad pública.
Art. 17, La igual repartición de empleos y
cargos públicos sin retención de ellos,
Art. 18, Estricta observancia de la ley de
comuna autóttoma.
Art, 19. División de las propuestas públi-
cas para dar cabida a los pequeños capitales.
Art. 20. Fundación de un montepío ñscal
o municipal en todas las ciudades y cuyo
interés por el dineto prestado no exceda de
dos por ciento.
Art. 21. La elección de presidente de la
República será directa.
Art. 22. Las funciones de los diputados,
senadores y municipales serán rentadas.
Art. 23. Supresión del militarismo bajo la
base del desarme universal.
Art. 24. El Presidente de la República no
39
tendrá ninguna facultad extraordinaria.
Art. 25. I,a Constitución del Estado de
acuerdo ton las doctrinas socialistas.
Art, 26. Se declara tjue este Programa es
secundario y sólo adoptable a la "Unión
Socialista", pues, tunando se inaugure como
Partido, habrá que aceptar el Prograrna Uni-
versal.
NUESTRA PROPAGANDA AL
PROLETARIADO
El Proleídrio
Santiago. NO 2 {Í0J0.Í89 7) . pág. 1 .
Sección Editoriiti.
Arroja hoy "El Proletario", el segundo grano
de arena para fustigar con el látigo de la
ra^ón a los que conculcan los derechos del
hombre de trabajo, sosteniendo la injusticia
social en c|ue está basada la sociedad presen-
te, pa.ra robustecer la propaganda ya iniciada
en hojas sueltas o folletos destinados a dar a
conocer las teorías filosóficas de la doctrina
socialista.
A) lanzarnos a la palestra en defensa de
los derechos del proletario, que durante tan-
tos siglos Ka sido la bestia de cai^a desti-
nada a producir para la burguesía, procurare-
mos por todos los medios posibles encaminar
exclusivamente nuestra propaganda hacia
este noble fin, dando a conocer al proletaria-
do los deberes y derechos que le correspon-
den en la colectividad humana, porque sería
una vergüenza que al despuntar la aurora del
siglo XX los pueblos no hayan empezado la
conquista de la Nueva Era de emancipación
social, en cuyo horizonte, hoy tan sombrío,
alumbrará mañana esplendoroso el sol dé la
libertad.
Para conquistar este ideal supremo, prin-
cipiaremos por probarle hasta la evidencia
que la patria, los dioses, la ley sólo son so-
fismas ridículos destinados a subyugarle para
mantenerle en el servilismo en que por inex-
plicable aberración aun todavía se encuentra
para exclusivo beneficio de sus explotadores,
Le haremos comprender que de nada le
sirven las conquistas de las artes y el saber, ai
ellas sólo han de beneficiar a los hombres del
privilegio: que de nada sirven el vapor y la
electricidad aplicadas de mil maneras a la
mecánica e industrias si éstos le arrebatan
los medios para procurarse su subsistencia;
de nada le sirven cuantos pasos se dan eu el
camino de! progreso, mientras no haya con-
quistado primero la emancipación bajo el
régimen de la libertad sitt trabas de igualdad
absoluta. Queremos que comprenda su ab-
yección para que, penetrado de la injusticia
que le aplasta, pueda con el corazón desespe-
rado, exclamar con nosotros en presencia de
tanta ignominia;
- ¡Filosofía humana! ¿cuál es tu obra?
¡Derechos del hombre! ¿dónde os encon-
tráis?
¿Pueden responder los sostenedores del
réginien actual lo que sucederá el día en que
bien poco se necesite del brazo del hombre
de trabajo, cuatido lo haya absorbido absolu-
tamente todo la mecánica? ¿Qué hará el
proletario entonces? ¿Se morirá de hambre
o pedirá vindicación del ultraje de tantos
siglos proclamando su emancipación y des-
truyéndolo todo para conquistarse el indiscu-
tible derecho al pan?
¡Los emplazamos para entonces!
Por hoy estimamos necesario declarar que
sólo nos limitaremos en nuestra propaganda
humanitaria a propender por los medios per-
suasivos y legales a que "El Proletario" con-
tinué su tarea progresiva, iluminando con los
fulgurantes resplandores de la razón y el
derecho el atrofiado cerebro de nuestros her-
manos que aun todavía no se han penetrado
de las teorías y propósitos de nuestra doc-
trina.
En conclusión, enviamos nuestro saludo a
nuestros compañeros que combaten en de-
fensa de los derechos del proletario y a la
prensa en general con quien deseamos man-
tener cordiales relaciones.
Luis Olea
40
LA filosofía y SU NEGACIÓN
El Proletario
Santiago. N» J (17.X. tS97), págs. 2 y 3.
ra Marcial Cabrera Guerra.
ímpañero:
Disculpad que para dedicaros estas líneas,
dé el bello nombre de compañero, que es
itíiQ si dijéramos el santo y seña entre los
te pensamos libremente, nivelando en igual
altura la herramienta del obrero con la plu-
ma del artista intelectual.
Me disculparéis, por cierto, pues tengo,
datos que habéis profundizado la cuestión
social y casi os acercáis a nuestra doctrina
con vuestras convicciones, que por creerlas
sinceras y espontáneas, os decido este humil-
de trabajo, que no tiene más niérito que ser
la franca expresión de las doctrinas de un
oprimido, que tiene hambre y sed de justicia.
El origen de la filosofía se pierde en la
noche de los tiempos, conjuntamente con d
origen del hombre; siendo en consecuencia
un derecho absoluto y sagrado inherente a su
existencia misma.
Al nacer a la vida el ser hunjano, trae
aparejado en su existencia el gran principio
absoluto del pensamiento y el raciocinio,
siendo esto umversalmente reconocido como
inviolable y sagrado por los libres pensadores
del orbe entero; puesto que el cerebto, obe-
deciendo a una ley natural ha necesariamen-
te de agitarse, revolucionando dentro del te-
rreno de la lógica, por más absurda y desca-
bellada que ésta parezca.
¿Por qué entonces se despoja al hombre
de su santa prerrogativa, para imponer la
fiíeria, la abyección y el servilismo?
¡Ah! es que la justicia que ejecuta la ya
carcomida sociedad que aun todavía se im-
pone, es sinónimo de necio egoísmo, de abe-
rración abyecta, del servilismo ruin y de la
infamia más consumada.
Los que sólo por sarcasmo hoy se apelli-
dan como libres pensadores, atacan con
igual, sino mayor rudeza que los fanáticos e
imbéciles, el g?**" principio, origen de la filo-
sofía (el pensamiento) hasta más allá del
inconmovible pedestal que él tiene en el ce-
retro humano, cumpliendo así el salvaje afo-
rismo, aquél (que el qUe no piensa como
pienso yo debe eliminarse de la vida huma-
na).
¿Adonde iríamos a parar si se llegara al
absurdo de practicar semejante teoría?
Que respondan los escritores que defien-
den a la sociedad presente y que sufriendo
los reveses consiguientes a las luchas políticas
han sido encarcelados, o flagelados, o tortu-
rados y hasta pagado con la vida el gran
delito de emitir una opinión contraria o ad-
versa a determinada doctrina.
Que respondan tas víctimas del despotis-
mo que gimen en las prisiones condenadas a
trabajos forzados, con el grillete al pie some-
tidos a horribles torturas por el solo hecho
de proclamar como suyas las filosóficas teo-
rías de Proudhon.
¿Acaso han robado o asesinado?
¿Cuál es su delito? No es otro que pensar
de diferente manera de los que nos gobier-
nan; y si algunos de ellos cargan el puñal o la
dinamita, es sólo como el supremo y único
recurso de la desesperación porque compren-
diendo las prerrogativas de su personaJidad
h tunan a, no pueden tolerar a más del omino-
so yugo que los aplasta, los vejámenes y
persecuciones de que son víctinfias.
Nosotros, los socialistas revolucionarios,
no queremos contrariar el desenvolvimiento
natural de las leyes de la naturaleza; no que-
remos la destrucción ni aun la lucha ardiente
que suele conducir a fatales extremos, sino la
lucha empeñada con los medios pacíficos de
la razón contra la imposición, de la sana
filosofía contra el sofisma y la mentira: que-
reifiús armas más leales y más humanitarias
que el acero que hiere; queremos que se
reconozcan nuestros derechos para |>ensar
libremente y emitir nuestras opiniones con
toda libertad, sin erabas que aherrojen la
libre discusión; y sólo entonces cuando se
nos concedan todas esas franquicias a que
tenemos sobrado derecho, aguardaremos
confiados y satisfechos en que la luz alum-
brará por sí sola el atrofiado cerebro de
nuestros compañeros de miseria, y que el
carro del progreso seguirá siempre adelante
acercándose hacia el ideal de la sociedad
perfecta que hará de la tierra, la mansión de
la felicidad, en que los hombres dejarán de
Ser fieras para ser todos hermanos animados
41
por un común propósito (el amor a la huma-
nidad).
Pero, ¿por acaso tenemos algún derecKo
desde el inoment<.> en que los gobiernos nos
declaran tuera de la ley como Sostenedores
de doctrinas estrafalarias? .
Yo no cünozco más derechos que los de
la Kumillación cuando lai demás fieras huma-
nas ejercitan sobre rtosotros sus derechos tan
humanitarios y encomiásticos del palo y ten-
tetieso; de las cárceles y cadenas; de la tortu-
ra y del asesinato; ú el dejarse atar para ser
conducido al matadero de las guerras donde
los hombres se destruyen unos a otros, agu-
E^ndo el ingenio de la táctica para hacer
mejor uso de las máquinas de guerra que han
inventado para destruirse con más ferocidad
que las mismas fieras.
Y porque no aceptamos este estado de
cosas, que consideramos instdtante a nuestra
condición humana, se nos declara fuera de la
ley, lo que bien poco nos importa, puesto
que no la queremos, porque donde ella se
impone como principio de autoridad, allí
concluye la libertad.
Lo que nos duele es que nos calumnien,
que nos desprecien y escarnezcan, conside-
rándonos como una lepra asquerosa en esta
comunidad malvada, en que por cruel sar-
C'ismo o amarga burla a los derechos del
hombre, se llama mundo social a un corral
de fieras en que se devoran y despedazan los
unos a los otros.
Nosotros somos los malvados y los parias,
que hemos arrojado al estercolero el pan
claudicattte de la necia y absurda teología;
no tenemos más Dios que el santo amor a la
humanidad; ni más patria que el mundo, sin
fronteras que dividan a los pueblos; sin más
leyes que las muy sabias e inviolables de
nuestra madre Naturaleía; sin más ambicio-
nes que las muy santas de la igualdad de
medios para vivir y sin más gloria que la de
que todos por iguales medios puedan en las
mismas condiciones escalar el templo de la
verdadera y única gloria (la gloria del saber),
conquistada en la bendita lucha de la civiliza-
ción y del progreso.
Luis Olea
REFUTACIÓN AL ARTICULO DE
A. DESTER, TITULADO;
"LA RELIGIÓN DE UN COBARDE",
Ld Irotnhix
Santiago. ,V" f {Ob-O} 1898), págs. 5. 6 y 7-
Un anónimo de dudosa autenticidad, sirvió
de base al articulista de La larde para hilva-
nar con cínico desplante, un cúmulo de erro-
res y mentiras, inspiradas por esa perversidad
maquiavélica innata en los ¡ebreles que desde
la prensa burguesa defienden el corral de la
tiranía,
Empieza el arti<;uHsta por anatematkar la
propaganda socialista, que, a su juicio, mor-
diendo el corazón del pueblo, es bajo mil
títulos infame. ¿Sabe el señor A. Dester, qué
es la cuestión social? Debiera saberlo mejor
que nosotros, los obreros, mantenidos en la
ignorancia, puesto que él, ha podido gozar de
los privilegios de! monopolio intelectual. Pero
en todo caso, es una maldad inicua que
individuos que presumen de liberales, califi-
quen de infame la propaganda de la reforma
social, que hará desaparecer la injusticia, las
desigualdades odiosas y las miserias que afli-
gen a ia humanidad, para establecer la ver-
dad, la salud, la vida, el amor, la felicidad y
la armonía en la futura sociedad humana.
Esa propuganda infame, no sólo va mor-
diendo el corazón del pueblo, sino que va
tomando por asalto, con la fuerza de la ra-
zón, una por una, las fortalezas de la burgue-
sía, hasta ayer inexpugnables. Las Cátedras,
las Universidades, el Arte, etc.
Esa propaganda infame, va dando palidez y
brUlo a las nuevas fases de la roca diamantina
del pensamiento; va desviando de su primiti-
vo rumbo, a la ciencia económica, a la filoso-
fía y al;estudio sociológico.
Por cierto que los insultos lanzados al
Socialismo, no alcanzarán ni a enlodar los
tacones de sus gigantes apóstoles; Zola, Tols-
toy, De Amicis, Ibsen, Kropotkine, Bakouni-
ne, Malatesta, Tarrida Mármol, Turatí, Lugo-
nes. Ingenieros y mil más, que son los glorio-
sos jefes del movimiento revolucionario uni-
versal.
El anónimo en cuestión hizo también re-
cordar al articulista que en Santiago, no ha
mucho, celebraron una reunión esos mismos
socialistas sin patria, reunión que, según el
escritor de La Tarde, fue disuelta a garrota-
42
■&m¡
'^m^.
Luis L. Olea Castillo
HpD>s por el verdadero pueblo. Endéndase que
el verdadero pueblo del señor A. Dester, fue
reclucado a peso por cabeza, en los antros
del vicio y ele la corrupción, que para deter-
minados casos, mantienen y amparan las au-
toridadeü locales, con los sencillos nombres
de; cancha de juego y reñideros de gallos.
El señor A. Dester, valiente Quijote, caba-
llero montado en su indignación y atmádo
de una pluma venal y corrompida, arremete
contra los molinos de viento del anónimo,
denunciando la llaga social, y simulando dis-
j;utir con el desgraciado que lo escribió.
^H Haced cuenta que ese desgraciado soy yo,
y escuchad: —No iré a la guerra porque no
soy criminal, porque antes de quitar la vida a
otros desgraciados como yo, le arrancaré el
alma del cuerpo a todos los que son la causa
de nuestra miseria. No iré a la guerra porque
no tengo patria, porque la patria del hombre
es el mundo, y en su estado actual de putre-
facción y desconcierto ni ese nombre mere-
ce; mucho menos podré (imitar mi preferen-
cia a un pedazo de la tierra, que siendo toda,
toda, el patrimonio de los hombres, no me
pertenece porque me ha sido arrebatada por
los ladrones burgueses. No iré a la guerra,
porque Codas ellas solo persiguen un interés
económico, a costa de la sangre proletaria,
utilizable solo para los dueños de la tierra y
del capital. No iré a la guerra, porque la
guerra es el crimen de las naciones y el
suicidio de los pueblos- No iré a la guerra
porque no tengo una choza, una renta, o una
libertad que defender. No iré a la guerra
porque no quiero que mis carnes sean flage-
ladas por el látigo del cuartel, para imponer-
me el servilismo y la obediencia. No iré a la
guerra, porque no quiero ostentar en mi
frente, limpia, la afrentosa mancha de la
disciplina y de la esclavitud militar.
No iré a la guerra, porque no quiero ni
debo cambiar mis pinceles y mis brochas,
por el rifle y d largo cuchillo de los asesinos
inconcientes y salvajes, y, por fin, no iré a la
guerra porque no tengo la cobarde ferocidad
y el instinto sangumarío de que tan triste-
mente hacen gala A. Dester y demás patrio-
teros oportunistas y explotadores, que pien-
san ir a la guerra a conquistar manchados
galones, crecidas rentas, enlodados laureles y
triste fama...
No me interesa un ápice la suerte de lo
que vosotros llamáis "patria"; esa cruel ma-
drastra del explotado, que muchas veces nos
niega hasta el sagrado derecho de vivir. Des-
de niño la sociedad me despreció, arrojándo-
me a las playas de la miseria, y queriendo
conjurar mí cerebro y mi corazón, me enve-
nenó el alma con los preceptos de una reli-
gión infamante y degeneradora. Cuando jo-
ven, esa misma sociedad, para la cual la vir-
tud es una maldad, el honor una palabra, los
altares mostradores, la esperanza una locura,
y el amor un engaño; esa misma sociedad me
tomó escéptico, pesimista y desg-aciado.
Hoy la sociedad de vuestra patria, con SUS
injusticias, con sUs errores, con sus orgullosas
necedades, con sus miserias, con sus crapulo-
las orgías, con sus vicios contra— naturales,
»on sus crímenes, con sus desmedidas ambi-
ciones, con sus saqueos, con su política, con
sus desgraciados horrores, con sus tristes
glorias, y con su envidiable organización co-
lectiva, no merece de los hombres honrados
y trabajadores —entre los cuales me creo
yo— más que un escupo en la frente y una
bofetada en el rostro.
Mi deber es luchar, sembrar la semilla re-
volucionaria, en cualquier situación y donde
quiera que viva. No vacilaré; por el contrario;
iré siempre adelante, desplegando el trapo
rojo de los rebeldes.
Decís, candido o cínico Dester, que la
sociedad me construyó escuelas, abrió cami-
nos, tendió puentes, fundó hospitales y pro-
tege mi vida. ¿No habremos sido nosotros
los que hemos abierto los caminos, construi-
do puentes y edificado palacios? Los hospi-
tales, donde el mísero va a morir, si los
funJó la sociedad, lo hizo para poner térmi-
no a la mendicidad, sin sacrificar sus intere-
ses, porque ellos son, como los templos, co-
mo las cárceles, sostenidos con el producto
del trabajo de los que aún no están enfermos
o inválidos. Vuestros argumentos carecen de
verdad.
Cuando decís que la doctrina social es
fantasía, locura, periodo crítico de cerebros
enfermos de neurotismo, no sabéis lo que
decís.
La protección que me dispensa la socie-
dad, es obligarme a construir las cárceles en
que seré encerrado el día en que, sin trabajo,
hambriento y desesperado, tome donde haya
de supérfluo, lo necesario para satisfacer por
43
un instante, las necesidades que la naturaleía
me impuso.
Los beneficios de la Escueta de la ciencia
y de las artes, no son el patrimonio de los
proletarios, sino el privilegio de determinada
clase.
La sociedad que me coloca en el caso de
morir de hambre y degradarme hasta pedir
una limosna, no debe esperar nada bueno Je
mí. Al contrario, ine complaico en empla-
zaría para el día aquel, en que ya no tenga
fuerzas para trabajar, o no encuentre donde
ganar mi sustento. No seré yo el que cometa
la debilidad de pedir una limosna, legalizan-
do así la miseria en que la injusticia social
coloca al trabajador; no será, por cierto, el
cobarde suicidio, el extremo a que me ha de
conducir la desesperación.
Yo no quiero la degradante gloria de ser
aclamado por los bestiahumanos inconscien-
tes, de ser festejado con himnos marciales, y
de morir al pie de una trinchera, en defensa
de una patria que no existe.
Nuestro ideal que agiganta a tos pequeños,
no es "la religión de un cobarde"; porque
cobardes no fueron los que derramaron su
sangre en los días gloriosos de la Comuna, tú
los que sirvieron de holocausto en Mont-
juich; ni tampoco son ni serán cobardes los
que apresuran el día de la liquidación, a
quienes el ideal señala como ptemio, una
bala mercenaria o el acero de la soldadesca.
Somos un conjunto incomprensible de
poesía y prosa, de amor y odio, de fe y
escepticismo; somos una mezcla extraña que
emulsiona lo bueno y lo malo, donde fer-
mentan las ideas contrarías que hacen esta-
llar el rayo de luz que ilumina el cerebro en
los instantes de duda, a semejanza del cho-
que eléctrico que alumbra los espacios. Ese
rayo de luz, cuando rasga laí tinieblas del
error, nos hace ver que la ley, la patria, la
religión y la propiedad, no- son más que
absurdas creaciones de los hon:íbres de una
época crítica en la Historia de la Humanidad,
creaciones que, mediante la sugestión, la
mentira divinizada, el error explotado y el
estupro de la conciencia infantil, han podi-
do, para castigo y afrenta del género huma-
no, mantenerse hasta nuestros días aurórales.
Para predicar la verdad, Sócrates no desde-
ñó la cicuta, Cristo afrontó el Calvario, Gaii-
teo despreció la vida, Lutero, Colón y Rava-
chol sacrificaron sus intereses y batieron la
tormenta.
Si nuestra propaganda es criminal, a vues-
tro juicio, combatidla con hidalguía en e!
terreno de la discusión; pero no nos calum-
neis cobardemente. La obra es común y en
beneficio general de la especie humana. Ella
es grandiosa, y por consiguiente, pueden
prestarle su concurso todos aquellos burgue-
ses cuyos principios de moral no estén en
pugna con los verdaderos intereses de la co-
lectividad social. Ella traerá para tas genera-
ciones venideras, la más absoluta igualdad
ultrafísica, para que todos los seres puedan
con iguales medios lidiar en el torneo del
progreso, sin odiosas ventajas, y que codos
puedan recoger las legítimas glorias que sólo
se conquistan en el campo del saber y del
trabajo.
Nuestro deber es combatir la mentira y la
maldad, y ensalzarla verdad y la justicia.
Los enemigos del pueblo de Chile no son
los argentinos, peruanos o bolivianos; son el
hambre y la miseria, el fanatismo religioso y
la explotación de las clases trabajadoras por
los burgueses y capitalistas.
¡La paz y la confraternidad universal! Hé
ahí la grande enseñanza socialista. La Gue-
rra, si no es posible evitarla, sólo debe tener
lugar contra sus infames instigadores: los
zánganos explotadores y ladrones, que com-
ponen la burguesía chilena,
I'Uis Olea
Santiago, mareo de 1898.
NUESTRA RESPUESTA
El Proletario
Santiago, NO 2, (Í0-Í0-Í897), pág. 2.
A ''Hl Heraldo Hvangélico", De Valparaíso.
En la montaña de la vida, el hombre honrado
y trabajador, atado a la roca de la miseria, vé
que le roe sus entrañas el hombre águila, que
vive sin trabajar. Es el Sacrificio de Prome-
teo.
En el vergel del hogar, la mujer, cegada
por la ignorancia y vencida por el hambre,
sacrifica su cuerpo y enloda su alma, por un
44
plato de lentejas. Es el abuso del matrimo-
nio. En el sucio escenario social, elaboran la
depravación de la humanidad, la sodomía, el
onanismo, la embriaguez, la religión, la pro-
piedad, la explotación, la gloria, la prosritu-
ción y el voto de castidad.
Estos son los virus de la llaga social.
En el ciclo intelectual, agobiados por !a
miseria, apagan las luces del cerebro, los ar-
tistas, los filósofos, los inventores, los natu-
ralistas y los aítrólogos. Esta es la causa del
estrago científico de la humanidad.
En el teatro político la supervivencia de
los más perversos, la mJidad de las leyes, la
incompetencia de los gobernantes, la mala
organización del Estado, y su existencia son
las causas de la guerra; el crimen de los
pueblos, y del homicidio: el crimen de los
hombres.
La Solución de estos grandes problemas, es
la que tiene en su programa el Partido Socia-
lista; partido universal, compuesto de los
hombres que trabajan para viviir, de los hom-
bres que no roban, por medio del capital, el
producto del trabajo de otros hombres.
Para llegar a la meta de sus designios, el
Partido Socialista, proclama: "la conquista
del poder".
La conqubta del poder, no se hará por la
guerra de cada explotado contra su explota-
dor (atentado) ni pot la de todos los explota-
dos contra todos los explotadores, (celielión)
sino por la científica aplicación combinada,
de las leyes naturales de Carlos Darwin, con
las leyes económicas de Carlos Marx, o sea,
la proximidad de la última fase de la evolu-
ción natural, la revolución económica, políti-
co—social.
La táctica revolucionaria, no da ajmparo a
las luchas por patria, religión, estirpe y otras
miserias, que la harían descender al fango de
las demás aspiraciones de! hombre.
El Partido Socialista, próximo a inaugurar-
se en Chile, rama del Partido universal, es el
ejército redentor al cual deben afiliarse todos
los hombres que aspiren a la redención de la
humanidad.
¡Venid a nosotros!
Alejandro liscobar y Carviillo
En Santin^o de Chile, a íí de octubre de
1897.
LA SUGESTIÓN PATRIÓTICA
El Martillo
Santiago, No / (03. 07. í 898), pág. 2.
En estos días de crisis bélica universal, nada
más oportuno que dilucidar claramente la
tan debatida cuestión del supuesto senti-
miento patriótico y de la existencia real o
abstracta del ídolo: Patria.
Sobre este importantísimo tema, se pue-
den escribir muchas y muy extensas páginas
nuevas, pero al hacerlo para la presente pu-
blicación, reduciré cuanto me sea posible mi
rápido estudio.
La Patria es un ser abstracto, como Dios,
pero su existencia implica una determinada
organización social que nunca Ka existido en
la época histórica, y si existió, fue como una
forma natural de la vida prehistórica, duran-
te la cual, no se concebía la abortada exis-
tencia de la Patria. Esta institución, no tiene
siquiera la consistencia de las demás institu-
ciones que sirven de columnas al presente
edificio social (Iglesia, militarismo. Derecho,
Propiedad, etc.).
La Patria no ha dado en ningún país civili-
zado una sola señal de su existencia, real o
abstracta. Su concepción obedece en parte a
un decadente y fantástico lirismo político.
Y, casi siempre, a un aborto de la ambición
burguesa, cuya percepción por las clases
oprimidas es obra de un paciente trabajo de
sugestión colectiva. (Prácticas religiosas. Ins-
trucción pública y Moral, etc.).
Cuando todos los individuos que compo-
nen una raía, cualquiera que ella sea —salva-
je,' bárbara o civilizada- vivieran en una fe-
cunda región cuya riqueza y fertilidad les
permitiera constituir una absoluta e indivisi-
ble Sociedad de iguales; donde el trabajo
fílese el objeto de la vida, y ésta un efecto de
la solidaridad —consciente o intuitiva—; en
que la libertad y el derecho, bajo todos los
aspectos, permitieran el libre desenvolvi-
miento de las artes, las ciencias, las indus-
trias; y doftde los niños, los inválidos y los
ancianos fuesen mantenidos con dignidad,
provecho y holgura, por esa misma Sociedad
que prosperaba a impulsos de la solidaridad,
con el exceso del producto del trabajo nacio-
nal o voluntario de sus individuos aptcis;
entonces podría, con algún tinte de verdad.
45
decir el hombre: ¡tengo Patria! . Su patria
sería el seno de esa sociedad que cuidaba de
su existencia y facilitaba su desarrollo y feli-
cidad, Y, admitido todo esto, suponiendo
que liinícrQÍe a esta comarca, hubiera un
país cuyos habitantes fueran todos locos, y
envitiiosos de la felicidad de SUs vecinos,
invadieran su territoTSo, llevando por divisa
el robo y la matanza, tendríamos, entonces a
los pacíficos y felices miembros de esa Socie-
dad, en bI caso crítico de deber empuñar el
rifle o el euchülo para impedir la desmem-
bración de su ll^atria y la disolución de su
familia. A este deber, no se sustraía ningún
miembro útil de la Sociedad, dando vida, por
primera vez, en el mundo civilizado, al fe-
mentido y explotado serjíimienío/KJtrióííco,
Este sentimiento sería natural; despertaría
en el individuo, por primera vez, como des-
pierta en el niño el primer amor.V su inten-
sidad sería tanto mayor cuanto más puro y
menos impuesto o inculcado hubiera sido en
la raza.
Pero en una sociedad -que no lo es-
compuesta de tres clases; una que goza, do-
ntíina y bolgazanea; otra que vive en la mi-
seria, en el vicio, en el trabajo foríoso y en la
esclavitud disfrazada; y la última qtie explota
la maldad de la prirAera y el servilismo de la
segunda; en una seudosociedad —como son
todas las contemporáneas -en que una reli-
gión oficial, estúpida y criminal, una Moral
restrictiva, utilitaria y obligatoria, una Edu-
cación servil, degenerativa y embrutecedora,
y una Servidumbre política, social, reli^osa
y económica, detienen el Progreso, disu^ven
la Familia, destruyen la Felicidad y hacen
degenerar la Raza, sería el sentimiento pa
triótico, un rasgo característico de locura
social o colectiva, El patriotismo, como todo
sentimiento que no es animal, es reflejo. Y
todo sentirniento reflejo, es síntesis de las
iiíi presión es favorables a él, recibidas del am-
biente.
Luego, como no existe causa sin efecto, ni
efecto ?in causa, el escaso y débü sentimien-
to patriótico que apenas palpita en ios indivi-
duos ignorantes, estdpidos y fanáticos, es
sólo el resultado de una larga labor intelec-
tual de sugestión o hipnotismo de las clases
interesadas, sobre las clases llamadas a defen-
der los intereses de las primeras y la vida de
leídos. Esta labor intelectual, la sintetiza ía
Historia y la pone en descubierto 1ü enseñan-
za de! Estado y ta propaganda de la Iglesia
su concubina como también, la política
mercantil de las clases dominantes.
Para corroborar lo expuesto, bástame de-
mostrar que los móí patriotas, \o& capitalis-
tas, ios industriales, los hacendados y, en
general, todos los burgueses que predican
gratuitamente la redición de. la patria, contra-
rrestan su propaganda y sus doctrinas patrio-
teras, con su conducta política, social y mo-
ral. Así, vemos que los industríales y los
hacendados prefieren para sus trabajos a los
extranjeros que - ptjr encontrarse fuera de m
patria- arriendan sus servicios con arreglo a
la mejor forma de explotación y peor de
servilismo; los banqueros emplean sus capita-
les en otros países, donde mayor interés les
aporten, sin consultar para nada el adelanto
de su Patria; y los empresarios o agricultores
Colocan los productos de. su suelo y el traba-
jo de sus connacionales, en los mercados
extranjeros, donde alcancen mayor precio,
sin tomar en consideración las crisis o las
necesidades del consumo de la sociedad en
que vegetan y de los Koijibres que ellos recla-
man para que les defiendan sus intereses y
labren sus Campos o muevan sus fábricas. Es-
to basta para dejar establecido que elpafrío-
tünto de las clases que gobiernan y de los
hombres ricos o burgueses sólo consiste en
una máscara con que intentan cubrir su
egoísmo real en contra del egoísmo aparente
de la clase trabajadora y de los despojados de
la ricjueüa,
He probado ya que la Patria es el aborto
de una clase social, engendrada por el egoís-
mo de esta misma clase. Y que el falso íenfi-
miento patriótico, es como el amor de la
mujer coqueta— ficticio, interesado, fementi-
do y absurdo.
No niego yo que hay individuos degene-
rados por el fanatismo patriótico, como tam-
poco niego que los hay por el fanatismo
religioso; pero sostengo que unos y otros son
simplemente, consecuencias de una moral es-
túpida, en una sociedad antagónica. Son mi-
crobios sociales generados por la putrefac-
ción de las instituciones coercitivas que com-
ponen el gobierno del régimen burgués.
La concepción Patria, como la hipótesis
Dios, no tiene razón de ser. Explicado ya el
origen, la formación y la existencia de ios
sistemas planetarios, y la vida de los mundos.
46
-w
»»
1. 1 a
Alejandro Escobar Carvallo
la existencia de Dios, pasó a ser la visión de
un ridículo fautoclie. Así, estudiada ya la
constitución social y el nacimiento de sus
falsas instituciones la existencia (Je la l'atria
fue desde entonces, un engafio, una mentira
y un absurdo.
¡Se fueron los Dioses y los Reyeíi Des-
pués huirían, en vergonzosa fuga, los últimos
ídolos de esta época de barbarie refinada.
Entonces sobre las ruinas de la Keligíón de
Dios y de la Piítria, se levantará la Religión
Social. Es decir, ¡sobre la Filosofía del Estó-
mago U FUüSofía del Cerebro!
Alejandro lUcobar y Caniallo
zar nuestra actual organización.
Durante muchos siglos el proletario viene
siendo la carne de cañón, la bestia de carga,
en todas las circunstancias de ¡a vida. El
proletario es quien empuíia el fusil y si es
necesario, derrama su sangre generosamente
cuando esa divinidad que llaman Patria, se
encuentra amenazada por una guerra civil o
internacional y sus hazañas y sus heroicos
sacrificios son sepultados en el silencio o
revestidos del incógnito.
Si alguna catástrofe o desgracia asuela al-
gún pueblo del país o de alguna nación veci-
na, es el roto quien se quita el pan de la boca
para llevárselo a los desgraciados y hacerles
menos triste su situación.
(Continuará)
¡LA NUEVA ERA!
1:7 ¡'roletario
Santiago, N» 2(ÍO.tO. ÍS97), pág. 4.
iLA NUEVA ERA!
Hl Proletario
Santiago, Nc 3(17.10. i 897), pags. J y 4.
Al imciarnos en la publicación de nuestro
periódico no nos ha guiado otro propósito ní
otra ambición que el de ser útil y ayudarles a
nuestros compañeros de trabajo y de mise-
rias, en la gran lucha que estamos empeñados
para que pronto veamos realizado el gran
problema filosófico: "emancipación social
de los trabajadores".
Muchos se han creído que los que forma-
mos las filas del Socialismo, vsmos trabajan-
do en el desconcierto de las instituciones del
país, que empleamos medios ilegales y qUe
fomentamos la rebelión armada; han llegado
a creernos anarquistas, pero reprobamos esas
teorías, porque creemos que por estos me-
dios no lograremos jamás ver realizado nues-
tro pensamiento sino crearnos obstáculos y
desprestigiar los nobles ideales que sustenta-
mos.
Todo el mundo sabe que la revolución
social es todo aquello que trata de innovar lo
perjudicial por lo bueno y legal; reforma de
la constitución de la actual sociedad, y al
emanciparse el proletario se destrona la bur-
guesía; tenemos, que somos revolucionarios
y en muy alto grado.
Pero, basados bajo las leyes de la justicia y
el derecho, que jamás serán desmentidos en
la doctrina del Socialismo,
Planteada así la cuestión entramos a anali-
(Conclusión)
Pero no sucede lo mismo con los burgueses,
si alguno de éstos va a la guerra y mediante
la valentía de los soldados comete una bri-
llante acción, luego su nombre es publicado
en grandes caracteres por la prensa en gene-
ral y es declarado benemérito; después, vuel-
ve al seno de los suyos, se retira del ejército
y sigue disfrutando de sueldos fabulosos aun-
que no tenga necesidad de ellos; St éste mue-
re, se organizan suscripciones, se le compran
suntuosas casas a la familia y como si esto no
fiíera suficiente, el Estado les concede por
vía de pensión de gracia diez veces más que
lo que necesitan para vivir holgadamente;
pero si e! roto muere en acción de guerra o
queda inválido para toda la vida, se le da una
suma que, vergüenza da decirlo, no les alcan-
za ni para cubrir las necesidades más apre-
miantes de su vida.
Si algún aristócrata hace algún legado por
pequeño que sea, su nombre aparece en los
diarios como gfan filántropo, caballero de
.sentimientos magnámimos, cuando no ha he-
cho más que dar lo que gasta en un momen-
to en tomar unas cuantas copas át cham-
paña.
Al roto jamás se le reqonocen los sacrifi-
cios, el roto tiene obligación de trabajar para
47
mantener a un sinnúmero de zánganos que
viven, bsjo diversos títulos, en la holgazane-
ría, explotando sudores y trabajos a los que
tantü se sacrifican para llevar a su familia un
mendrugo de amargo y negro pan; y cuando
éste se siente desfallecer por falta de fuerzas
para trabajar o le aqueja alguna enfermedad
se le abren las puertas de un hospital donde
entra para no salir más y, en seguida, a
aumentar el número de los que van a la foía
común.
Las Columnas de este periódico serían es-
trechas para enumerar cuanta diferencia exis-
te con la organización de la actuiíl sociedad.
Y después de tanta injusticia, ¿hay obre-
ros que acompañan y se dejan explotar por
nuestros propios verdugos? Porque verdugos
son, como dijo el ilustre filósofo y primer
socialbta cbiJeno, los "reyes, príncipes, aris-
tócratas, sacerdotes del culto blasfemadores,
los militares sin conciencia o máquinas hu-
manas de destrucción, los abogados de toda
causa capitalista sin corazón, los jueces de
venganza y odio, los legisladores Corrompi-
dos o débiles, los comerciantes que son due-
ños' del pan del pobre, los que comercian
carne humana por medio de la prostitución y
los que compran y venden a esclavos, los
corruptores de la juventud —a lo que noso-
tros le agregaremos — , los patrones que ex-
plotan nuestro trabajo en cambio de un mi-
serable jornal".
"Guerra sin fin a esa gente para la cual
juicio terrible se le espera, pero no olvidéis a
los Criados de esos verdugos y que se llaman
en unos países jesuítas, en otros hipócritas, y
en todas partes se- les debe llamar encarna-
ción del vilipendio".
"Ellos son los justificados de toda causa,
los inventores de teorías para absolver todo
crimen y todo criminal".
"Habladores sin fin, cuando se necesitan
actos, eruditos del crittíen que siempre en-
cuentran en las bibliotecas títulos para toda
infamia".
El único que combatirá e.íta clase de gente
será el "Socialismo", porque será compuesto
de obreros, por gente de trabajo, por proleta-
rios en general, donde no tendrán cabida los
aristócratas, que invocando el dulce nombre
de "Democracia", forman en las filas del
pueblo para explotarlo siempre que encuen-
tren ocasión; es por eso que los hombres de
buena voluntad, que aman su propio bienes-
tar y el de su familia, no deben e-ícuchar
impasiblemente el llamado que le hacen sus
compañeros de trabajo, y es un deber de
todo proletario engrosar las filas del Socia-
lismo, que será el único defensor de los inte-
reses del pueblo.
El Socialismo, al venir a tomar parte en el
concierto de los partidos políticos de Chile,
viene desempeñando un papel tomo el de
Cristo entre los judíos, que era esperado por
éstos para su redención; también el Socialis-
mo viene a Chile a redimir a la clase obrera
por la cual combatjrá sin tregua a la burgue-
sía para la felicidad de Chile,
Magno Espinosa
LAS SOCIEDADES DE RESISTENCIA
La Luz
Santiago, JV" 6 (2^ quincena.
L t 902), págs. ¡ - 2.
Muchos trabajadores miran con desconfianza
la asociación de la Resistencia; pero nada
más absurdo y erróneo que ese concepto.
Que el trabajo es el único capital que
produce, es una verdad tan grande como esa
montaña llamada Cordillera de los Andes. Y
que reconocen hasta los más empedernidos
burgueses qlie visten lujosas prendas, tienen
elegantes coches, extensas haciendas o gran-
des fábricas donde explotan a los trabajado-
res, como si se tratara Je bestias de carga-
Esos zánganos insaciables tienen el más exac-
to conocimiento que sólo el trabajo produce
y saben, también que ellos no aportan ni un
ápice dé esfuerzo material ni intelectual y,
sin embargo, con la mayor desvergüenza e
inmoralidad, se apropian indebindamente de
siete octavas partes de lo que producen los
trabajadores, dejando a estos seres tan útiles
a la humanidad, sumidos en la eterna mise-
ria, debido al despojo que se hace de su
esfuerzo manual O intelectual, despojo tole-
rado por todos los códigos del mundo.
Se entiende que los trabajadores no han
sancionado tales códigos y, sin embargo, al
calor y tolerancia de ellos se les explota,
oprime y extermina...
48
V'
liguiendo ta lógica natural de los aconteci-
mientos reales y positivos, los trabajadores
debieran ser los individuos más ricos del glo-
bo terrestre, puesto que Jo único que produ-
cen es el trabajo; pero ¡oh, sarcasmo! los
trabajadores que producen la riqueza poseen
abundancia de hambre, miseria, cansancio y
fatig.T.
¿Habéis ido al campo alguna vez, amigo
lector? Allí es donde está subsistente la más
negra esclavitud y la más bárbara de las ex-
plotaciofies que pudo concebir la ambición
de los ricos burgueses capitalistas.
En invierno y verano la jornada dei traba-
jo principia, para los campesinos, a las 4 de
la mañana para terminar a las 7 de la nocbe,-
por el mísero sueldo de 20 centavos al día y
una alimentación por demás mezquina y mal
condimentada, compuesta de un poco de
fréjoles y dos panes regularmente nutritivos.
En la primera de tas estaciones mencionadas
es muy penosa la vida del infeliz campesino.
Trabaja recibiendo la lluvia encima de su
cuerpo y con un hielo penetrante que le
trasmina hasta los huesos. Sus ropas son su-
cios andrajos, sus pies desnudos sólo calza-
dos con unas pobres ojotas para impedir, en
parte siquiera, que las espinas le desgarren
los pies; en la noche, al terminar su trabajo
abrumador, tiene por cama un montón de
paja, en el cual duerme enterrado hasta el
cogote. Si quiere darse un día de descanso, el
tirano patrón le hace prender como un mal-
vado y le coloca en un instrumento de supli-
cio llamado barra, pues, el patrón representa
allí ta autoridad y al pobre trabajador no le
queda más que inclinarse y seguir su marti-
rio, atado a la cadena de la esclavitud.
En estas condiciones, esos héroes del tra-
bajo labran la tierra, arrojan la semilla y
cuidan del sembrado hasta recoger el rubio
granj de trigo, el que limpio y relumbrante,
como raudal de oro, pasa al granero del privi-
legiado patrón, que no se da más trabajo que
reducirlo a dinero para engrosar su fortuna y
extender más sus haciendas y explotar ma-
yor número de seres humanos.
Ved, ahora, en las poblaciones la vida del
trabajador,
Desde las 6 de la mañana concurre a ta
fábrica o taller hasta las seis de la tarde, por
un jornal mezquino y muy bien calculado
para medio comer y escasamente vestir; tra-
bajar sin ppder reservar mi un solo centavo
hasta que se agotají sus fuerzas físicas y
entonces no le queda al obrero más camino
que mendigar un pan de puerta en puerta;
pero ni en la mendicidad se le deja libre,
pues la burguesía, la misma que explotó y
acumuló lo que él produjo con su esfuerzo y
su vida, le mira boy con asco y ordena, a los
esbirros de la autoridad, <jue le conduzcan a .
la cárcel y de ahí a la presencia de un ogro,
llamado juez del crimen, el que con todo
cinismo le notifica, en nombre de la ley, que
le está prohibido mendigar en el barrio don-
de residen los burgueses, bajo pena de 30
pesos de multa.
¡Oh, maldad humana de la actual socie-
dad corrompida! Poner en prisión a las
víctimas y dejar libres e inclinarse respetuosa
ante los criminales explotadores que labra-
ron la desgracia de tantos .seres dignos de
mejor suerte.
Todas estas maldades que vienen perpe-
tuándose a través de los siglos, se deben, en
gran parte, a la cobardía e imprevisión de los
trabajadores, pero hoy ya vuela por el mun-
do entero !a grande idea de las asociaciones
de resistencia, sociedades que tienen la alta
misión de unir a todos los gremios de traba-
jadores para imponer a los capitalistas ta
jornada del trabajo y la tarifa de salarios y
reclamar que se reconozca el trabajo como
capital productor, es decir, que tengan los
trabajadores opción, a lo menos, al cincuenta
por ciento de la ganancia líquida que obtuvo
el capitalista en el taller, fábrica o hacienda,
y si los patrones o jefes se negaren a aceptar
estas justicieras peticiones, los trabajadores,
pon* su parte deben negarse a seguir trabajan-
do, deben declararse en huelga y por ese
eficaz medio contener todos los abusos que
se presenten.
Pero ante todo, Unión y solidaridad.
(-os capitalistas se han encargado de decir-
nos, por intermedio de su prensa as;dariada,
que la resistencia es idea subversiva, pero
ésta es una burda falsedad que debe desechar
todo trabajador consciente, por cuanto la
resistencia es el uso de un derecho legal al
alcance de los hombres Sibres.
Con que, compañeros, el que desee ser
libre, tener buenos salarios, trabajar la jorna-
da de ocho horas e impedir la explotación de
los capitalistas hecha al trabajo, venga a la
4^
sociedad de resistencia, desde donde se derri-
bará la fortaleza de la explotación capitalista
al empuje de los proletarios unidos y princi-
piará para los trabajadores chilenos una era
de Libertad, |usticia y Bienestar.
Hstebatt Cuviereí
LAS SOCIEDADES DE RESISTENCJA II
t^ii Luz
Santiago, A'ü 8 (2" quincena, ¡I. 1902), pág. 2.
Es admirable observar la facilidad que tienen
para enriquecerse los capitalistas o explota-
dores del trabajo de los obreros, en todas
partes del mundo, al mismo tiempo que los
productores van arruinándose más y más,
Tiasta llegar ai báibaro extremo de que en
diversas partes del globo, miles de trabaja-
dores perecen de Kambre.
Palpables están todavía los trágicos suce-
sos del pueblo de Milán (Italia), donde los
trabajadores, instigados por el hambre, se
lanzaron al saqueo de las panaderías, hacien-
do caso omiso de !a.s bayonetas que les pre-
sentaban los esbirros del capitalismo y la
autoridad.
Ahora se repiten los mismos dramas del
hambre en el Austria y hombres, mujeres,
niños y ancianos juegan su vida por un pe-
dazo de pan para acullar los gritos tan signifi-
cativos del estómago hambriento.
Esto que sucede boy en Europa, tendrá
que ser el desenlace obligado en todos los
pueblos de la tierra, donde haya acapa-
radores que se apropien o hurten la riqueza
que produce e! trabajo y que por legítimo
derecho pertenece a los trabajadores que lo
produjeron con su esfuerzo y actividad.
Ante nuestra vista han pasado muchos ex-
plotadores que se han convertido en millona-
rios, mediante la ley infame de la explota-
ción al trabajo ajeno; hoy están como pagi-
nas perpetuas de esa negra historia los
Edwards, los Gallo, los Matte, los Besa, los
Cousiño, los Subercaseaux, los Vicuña, etc.
Todos estos individuos son millonarios chile-
nos y si han acaparado millones, no será el
producto de su trabajo, sino el producto de
millares de trabajadores que han dejado su
existencia misma en las minas, en la agricul-
tura, en los ferrocarriles, en la industria fa-
bril, etc.
Allí está acumulado el trabajo de varias
generaciones de trabajadores, que han muer-
to de miseria y cansancio, aplastados en las
minas o destrozados en las máquinas o de
cansancio, neurastenia o tuberculosis en la
insalubre oficina y en el mortífero escrito-
rio...
El gran libro de la experiencia debe hacer
meditar prolundamente a los trabajadores y
estudiar la más eficaz manera de poner un
poderoso dique a la explotación capitalista,
que trae en pos de 'sí una eterna esclavitud y
martirio y un sudario de muerte para la clase
proletaria.
Ese dique, ese muro, donde se estrelle y
taiga arrollada la autoridad y la bur^esía
capitalista y explotadora, no puede ser otro
que la asociación de resistencia, la Federa-
ción Internacional de Trabajadores qUe, to-
mando por patria el tnundo entero, adopten
u¡i' acuerdo general para combatir con efica-
cia y energía todos los males sociales y todos
los explotadores habidos y por haber; una
asociación previsora que calculando práctica-
mente lo que necesita una familia para su
consumo obligado y para vivir holgadamente
y dejando un regular fondo de reserva para
las eventualidades de !a vida, imponga por
medio de la unión, un salario mínimo y una
Jornada de trabajo más en armonía con el
cuerpo humano e imponga, asimismo, su le-
gítima participación en el producto del tra-
bajo de ios trabajadores.
Esto sólo será un intersticio hacia los infi-
nitos y dilatados horizontes de la sociedad
libertaria y de justicia, donde no habrá amos
y esclavos, donde seremos hermanos y todos
trabajaremos por gusto; cultivaremos el arte
y la ciencia y tendremos a la humanidad de
pie, fuerte, robusta y creadora, amante de la
libertad y la justicia, cada cual consumiendo,
según sus necesidades, y trabajando según
sus fuerzas.
Tr.steban Cavieres V.
50
POR QUE SOY LIBERTARIO
La Campaña
Santíago, N^ í 7 (09.1!. 1902], pág. 2
Cuando extiendo mi vista hacia el campo y
veo con horror que el hacendado es dueño
absoluto de [a vida, dei honor y del trabajo
(íel infeliz que se llama inquviino y que este
último está condenado a servir de mácjuina
de producción, mientras tenga vitalidad en
su cuerpo y energía en sus nervios, y que
cuando se agote su salud será despreciado
como cosa inútil o bestia gastada y entre-
gado a todos los horrores del hambre, de la
miseria y de la injusticia, y lo que él há
producido con su esfuerzo, ha ido a parai a
manos del afortunado amo o, más bien di-
cho, del explotador hacendado, entonces, di-
go yo, ¿no hay un solo hombre honrado
entre todos los que aceptan la autoridad, las
leyes, el capital y el salario que denuncie esta
maldad y que impida tanta infamia? ¿No
existen autoridad, consejo de estado, con-
greso ni municipio que impidan cometer tan-
to crimen en la persona de los trabajadores y
que estos seres, enteramente iguales en natu-
raleza al privilegiado bur^tié^, sólo sirvan de
pasto a la explotación, a la miseria, a la
injusticia, ala metralla, en tiempo de guerra: ai
sable del esbirro, en tiempo de paz, a poblar
las cárceles y presidios por delitos que sólo se
cometen impulsados por el ambiente en que
vivimos.
y yo que reconozco en cada ser un heima-
no, maldigo el corrompido régimen autori-
tario que engendra los verdugos que oprimen
a los trabajadores y desprecio a los politique-
ros que contribuyen a eternizar este estado
de corrupción, que trae consigo el hambre, la
miseria y los sufrimientos para la clase más
digna y más laboriosa, y da felicidad y poder
despótico para los haraganescxplotadoresdel
trabajo ajeno...
Si, por todo esto soy libertario. Sí, me
llamo rebelde. Sí, por esto me llamo anar-
quista.
mo allá; los trabajadores de ambos sexos, son
verdaderos esclavos del capital; ellos trabajan
de día en día, de semana en semana, de mes
en mes, de año en año y de siglo en siglo, sin
otro producto para sí que vivir eternamente
sitiados por el hambre, las privaciones y las
injusticias.
La jornada del trabajo es por demás abru-
madora; pero los insaciables explotadores ca-
pitalistas siguen tan inmoral tranco, respal-
dados por la autoridad, sembrando el orbe
entero con ios cadáveres de los metiesterosos
que caen a millares agobiados de miseria y
cansancio...
Los hijos de ios trabajadores no pueden
concurrir a la escuela, sino para aprender los
más rudimentarios conocimientos de Jas pri-
meras letras, debido a la miseria de sus pa-
dres, pues tienen que ir los vastagos, cuando
puedan manejar una herramienta, a vender
sus brazos al privüe^ado capitalista.
Cuando los trabajadores sufren las conse-
cuencias de la falta de trabajo, porque así lo
han querido los capitalistas y las autoridades,
y se atreven a protestar, entonces se les pone
al frente las bayonetas y se les hace callar a
golpe de Sable.
Por todas partes se ve el fracaso más com-
pleto de toda la actual organización social; la
ola de desmoralización Codo lo invade; los
partidos políticos son rodajes inútiles que
sólo sirven de escalón para entronizar tiranos
ambiciosos, para encubrir los grandes Pana-
maes y para matar las energías revolucio-
narías de los trabajadores, acostumbrándoles
a que sean unos entes que codo lo piden por
favor y por intermedio de los celebérri-
mos diputados o senadores, especie de como-
dines políticos que sirven para nada y mu-
chas otras cosas.
Por el amor que tengo a la humanidad y el
deseo de ver felices a todos los seres, traba-
jaré con todas mis fuerzas y energías por el
desquiciamiento de esta sociedad corrom-
pida y de explotación, y porque, florezca la
ideal sociedad libertaria y comunista.
Amigos libertarios de todo el mundo: os
saluda un nuevo compañero.
El sombrío cuadro de la condición de los
trabajadores del campo, tiene muy pocas va-
riantes para los trabajadores de las grandes
ciudades; la explotación no tiene límites ci>-
Hsteban C^avierex
Santiago de Chile, diciembre de 1 901 .
51
EL 1 o DE MAYO
í;7 obren' tAbre
uaru. \" í Oí fJ5 )yM5.. l>a^. I
Tiemblan los tiranos y los explotadores cuan-
do se aterca esta feclia memorable que re
tuerdct n los trabaj^idores las más prepotentes
de las rebelioneí que registran lo.í anales de
la historia, a través de la interminable y
sangrientii tragedia que viene soportando la
clase productora con los bárbaros atropellos
de la autoridad y el robo de los capitalistas,
hecho al trabajo fecundo del hombre de
manf) callosa y de la mujer obrera que deja
su existencia en el insaludable taller.
En las grandes poblaciones donde afluyen
trabajadores de todas partes de! mundo, es
allí precisamente donde están los más gran-
des explotadores y donde surgen también los
grandes ideales y se muestran en tocía su
potencia los hombres libres. Así pasó en
efecto con la Gran ¡ornada de Mayo. Tuvo
por cuna, el año 1886 en la ciudad de
Chicago, en los Estados Unidos de Norte-
américa, donde 200,000 trabajadores decla-
raron la huelga, exigiendo de los explota-
doces la jornada de ocho horas.
Aquel acto de la manifestación de la
libertad fue ahogada con !a Sangre de cinco
de los más esforzados luchadores que la
autoridad sacriñcó; siguiendo malévolas insi-
nuaciones de la burguesía explotadora. Por
esta causa al brillar el sol del 1° de Mayo,
todo trabajador consciente abandona el tra-
bajo y levanta el grito de protesta contra la
autoridad y contra la burguesía que sacrifica-
ron aquellos libres que midieron su empuje
con los esbirros para derribar una parte de la
esclavitud del taller. No ha sido perdida esa
sangre generosa: porque hoy el 1*^ de Mayo
es universalmente recordado, y las manifesta-
ciones de protesta se oyeron desde el Japón
hasta esas pampas salitreras.
Mirad al nervado y vigoroso minero que
horada la montaña de granito para extraer de
las entrañas de ta tierra el carbón, el hierro,
el cobre, la plata y el oro. El ha creado
grandes fortunas y ha hecho grandes millona
rios, tales como los explotadores: Vicuñas.
(Irtusiños. Várela, Mac Iver. OÜva. Chace,
('untha y Tor(). y tantos íitros que se han
enriquecido con los esfuerzos del brazo del
trabajador; pero loda la gran familia de
productores que han arrancado aquellas ri-
quezas, vegeta en la miseria y sigue en su
eterno elaborar para poder obtener el pan
negro para sus hijos. Y cuando ha reclamado
una pequeña mejoría para su pobre existen-
cia, se les ha contestado por las autoridades,
defensoras de los explotadores con el es
tampido de los Mausser, dejando heridos y
sin vida a los más animosos de aquellos
héroes del trabajo.
Mirad ahora al trabajador saUtrero, que
con el empuje de su brazo ha extraído y
elaborado de la árida e ingrata Pampa del
Tamarugal. que ha ido por todos los merca-
dos del mundo en los buques de vapor y
vela; por aquellos valientes marineras repor-
tando a los gobiernos y a los explotadores
millones de millones de rubias libras esterli-
nas. Y el operario ganando un pobre jornal,
en miserables fichas para que forzosametite
las inviertan en sus mismas pulperías. Las
asociaciones que se Kan fundado con ánimo
de detener la expiotación, han sido persegui-
das por las autoridades por negros escaraba-
jos con el sarcástico nombre de jueces, y
todavía más, los malvados burgueses enga-
ñando la buena fe de los trabajadores les han
arrojado h cizaña de la política para dividir
la familia obrera y detener sus energías
revolucionarias.
Mirad al trabajador de las grandes ciuda-
des; tendiendo líneas ferrocarrileras, dando
vida y movimiento a !as grandes fábricas y
talleres, y enriqueciendo al Estado y a fos
explotadores y al i^ue lo trabaja cada día más
pobre, haciéndole día a día más difícil la
lucha por la existencia, aumentando el nú-
mero de desocupados, rebajándoles los ¡orna
les y encareciendo las miserables pocilgas
donde vive. V cuando se ha levantado recia
mando su derecho el (¡obierno le ha mostra
do las puertas de las cárceles, el militar e! tUo
de su espada, y el político audaí el enjambre
52
de sus mentiras para dejarle burlado en sus
justas exigencias y encadenado a su existen-
cía de miserias y sufrimientos. Todos los
trabajadores reciben una miserable ración de
hambre y son los que dejan en las rudas
tuteas todo su vigor físico, agotadas sus
íiierzas y enfermos del dolor universal <[ue
agobia a Ioü trabajadores, e! cansancio y así
siguen su eterna tarea oyendo ei crujir de sus
hue.íos.
Junto con el Hermoso Mayo de Luz; debe
levantarse la clase oprimida del campo, de las
minas, de las salitreras, de la marina y ciuda-
des; desplegando todas sus energías y rebe-
liones, protestando de todas las injusticias y
explotaciones, proclamando la sociedad li.
bre, la propiedad común y la pa.tria univer-
sal.
Al empuje de los libres, no quedará ert pie
ningún Gobierno, ni código, ni ningún explo-
tador, ni vestigio siquiera de la actual socie-
dad del mal.
De pie, erguida la frente y a la obra,
proletarios del mundo, a crear la sociedad
libre arrullada por los cantos de Mayo del
pueblo rebelde.
t-'stehan Cavieres K
Santiago de 1903.
LÁZARO...
El Martillo
Santiago, N^ 2 (24.07 1898), pág. 1.
¡Pobre Puebloí
La mano capitalista lo arroja hoy al abis-
mo de la bancarrota y de la miseria.
Esa mano fatal, levantada durante tantos
siglos para imponer vasallaje a la humanidad,
ae levanta hoy fuerte y prepotente para
aplastar a un pueblo, que no lia cometido
más crimen que haber sido y ser- demasia-
do paciente para mantener la espada de
Damocles suspendida sobre su cabeza.
Doloroso es decirlo pero el instintu de la
conservacipn lo requiere , el pueblo chileno:
ese pueblo robusto y viril, pintado en las
innumerables páginas Je escritores naciona
Us y extranjeros, es lii-y el juguete desprecia
ble, que se arroja a puntapiés a la letrina.
después de haber servido de diversión al niño
mimado que lo compró.
La miseria, palabra espantosa que pinta «1
embrutecimiento de un pueblo, Ka colocado
su trono, rodeado de una corte de pestilente
cieno, sobre los campos vírgenes de Chile,
para cobrar el tributo de su soberanía.
El a^o y la usura de los banqueros; el
robo de los empleados públicos; el lujo de la
Iglesia; el quijotismo de la guerra; el lecho
dorado de la prostituta, y la sodomía de los
representantes del pueblo; hé ahí la causa
del catacUsmo económico.
La resignación de la bestia; la individuali-
dad del anartjuista; el fanatismo religioso; la
ñdelidad del perro al amo que le da de
patadas, y la ignorancia del salvaje: hé ahí
sus principales factores,
Ei momento verdaderamente crítico ha
llegado hoy para Chile.
Sin crédito en el extranjero; agotados
todas los recursos para mantener la pa2
armada y la preponderancia militar; dirigidos
sus intereses por el elemento papista, inepto
y corrompido, llega hoy al último extremo
de la decadencia, asumiendo el humillante
papel de pueblo anémico, desprestigiado y
cobarde.
La reacción se impone.
El despertar se hace necesario, no importa
que éste sea violento como la erupción de un
volcán.
El njtgtdo del león acosado, manando san-
gre por sus heridas, debe repercutir en las
puestas de la Moneda y palacios soberlsios,
para que los cobardes lebreles comprendan
que aún está vivo y aún siente hervir sangre
'relíelde en sus arterias,
No queda otro recurso.
El hambre no abandonará tan tuego el
hogar del trabajador.
Es sólo el principio del fin.
Las fábricas y talleres cierran ya sus puer-
tas; el capital extranjero se enmaleta y emigra
en busca de países menos desgraciados que el
nuestro.
Las masas trabajadoras, sintiendo rugir et
hambre en sus estómagos, recorren las calles
con la locura de la desesperación en sus
cerebrcis.
Los gritos hambrientos de los niños y el
sollo>:o convulsivo de la mujer interrumpen
ya la monotonía de la negra noche en los
53
arrabales de la ciudad.
¿Continuará así el pueblo, dejándose con-
sumir lenta y resignadainente, por la mise-
ria?
¿Habrá perdidu ya todo deseo de liber-
tad?
Lo dudamos.
/. Gregorio Olivares T,
I NOSOTRAS!
(A los soldados del trabajo)
/;' / Proletario
Santiago, (ÍO.X. 1897).
Se acerca el moníento de levantar la aitotada
cerviz ante los explotadores de nuestra labor.
La hora sublime de la redención del esclavo
por e) esclavo, no está lejana.
Nosotras, antes de ver a nuestros hijos,
morir por el hambre, alzamos la voz para
infundir valor a nuestros hermanos que lu-
chan > y paca maldecir a los que, por medio
del capital, nos arrebatan el pan de nuestros
hijos.
¡Arriba, compañeros! La lucba está em-
peñada. [Luchad hasta vencer! Defendamos
nuestros derechos tantos años usurpados por
la mano enguantada del burgués.
Nosotras, las que hemos cifrado nuestro
porvenir y bienestar en la ruda labor de los
hombres del trabajo, las que tenemos hijos
que cuidar s instruir, las que soportamos las
injusticias y desigualdades del actual régimen
Socia!, nos adherimos, entusiastas, a ia falan-
ge de los nuevos redentores de la humani-
dadr ¡LOS SOCIALISTAS!
Con la bandera desplegada al viento, mar-
charemos unidos, los soldados del trabajo, y
las que mitigamos ¡os pesares y las miserias,
de esos hombres que no tienen más culpa
que la de ser honrados, o trabajar para vivir.
Hombres y mujeres, viejos y niños, corred
a formar en el PARTIDO DE CLASES, en el
que trae envuelto en su programa, la igual-
dad de los seres en la "lucha por la vida".
¡Acudid, compañeros!
Úrsula Bello de Larrecheda
Santiago, octubre de 1897.
DON PASCAL GUERRA.
MONOLOGO SOCIAL.
iinsayo. Santiago, Imprenta La Si*t Rival,
lS99,págs. 16-27.
"Yo ten^o mi divisa y ella me rejuvenece...
¿pata luchar... ¡bah! ... no lucharé, pero mis
años y mis canas serán un libro abierto don-
de los míos aprenderán... sí, aprenderán por-
que la experiencia es la escuela más convin-
cente del hombre y ellos no serán como yo...
¡mísero de mí! ... engañado por falsas apa-
riencias, seducido por absurdas teorías, me
he precipitado a lo más hondo del abismo,..,
la muerte moral carcomiendo partícula por
partícula a la existencia de la materia... ¡el
poema funerario del dolor y la ingratitudl ...
¡la encarnación de la vida, sin luz y con som-
bras, siempre sombras, es la vida proletaria
arrastrada como la serpiente bíblica para que
le quebranten su cabeza! ...".
"Y así, el esclavo blanco que sacuda la
legendaria coyunda con que le atan al igno-
minioso yugo y grite a sus hermanos con el
acento de la desesperación; ¡No más esclavi-
tud! ¡Luchemos por la libertad de hecho y
con derecho! No queremos más leyes que
nuestras leyes; desechemos viejos tutelajes,
que nada nos sirven, porque queremos que
nuestro propio bienestar y el de la colectivi-
dad, sea obra de nuestra preocupación...
... ¡Ah! ese sería un rebelde, trastornador
del orden... ¡qué de cosas! ... Inclinar la
frente y someterse pacientemente a los cri-
minales golpes de la. tiranía, es el galardón de
un buen ciudadano, respetuoso del orden y
las leyes ( j? )
Así... así como yo, ¿eh? ... Que aniquüé
el vigor de mi juventud en trabajar y sufrir
esperanzado en la quimera que nos represen-
tan, como las mutaciones teatrales y que el
incauto contempla como !a realidad; les dé
crédito, honra y provecho, después como a
la bestia deslomada e inútil, me dejan aban-
donado, solo con mis dolores y pobrezas,
con los recuerdos de un pasado amargo y
tenebro.ío y expuesto a los furiosos venda-
vales del presente a cuyo rigor, caeré tro-
chado, como la encina secular en medio de la
encrucijada...
Já, já, já... he aquí un buen ciudadano...
¿para qué más? ... Me he ceñido sobre mi
calva los laureles y los mirtos de la fama ano-
54
a... já, já, já... el frío que me tiene ateri-
¿o, el Kambre que me acosa, el candil que
agoniza... ¿qué más premio? — ¡la Patria y la
Sociedad, tu ama, tienen de todo! ...
"De seguro que uno de los tantos necios
que se complacen en herirnos con sus sarcas-
mos y que hacen de la sátira una consueta de
fantoches, cuando no sirven para otra cosa,
me diría simulando compasión;
"¿Por qué no has ahorrado de tu traba-
jo, Pasca!? "
"Sería una linda pregunta... Como si eí
trabajador pudiera ahorrar, a más de lo que
economiza paia atender a sus principales
necesidades y... ¿y las sanguijuelas? "
"Además, ¿cómo podrá ahorcar un pobre
que sólo percibe lo necesario para no fallecer
de hambre? V aún porque esas precauciones
son necesarias a los dueños del poder, de la
tierra y del oro, para que el hombre pueda
mantenerse en pie y seguir en la reproduc-
ción del capital y sus mujeres en la reproduc-
ción de la raía... de la máquina— humana,
elaboración indispensable para la niultiplica-
ción de los esclavos con apodos de CIUDA-
DANOS LIBRES? "
"Gana el pobre para su alimentación y la
de sus hijos para tener fuerzas y seguir en la
construcción de los palacios, hermoseán-
dolos con las maravillosas creaciones que su
genio artístico le inspira, en labrar los cam-
pos, elaborar las minas, teniendo por com-
pensación de sus sacrificios, una mala cama
de un hospital o la marmórea lápida de una
Morgue".
"Alguno que me escuchara diría que pro-
clamaba el ocio en todas sus partes.,, equivo-
cado estaría... Declaro como el programa del
Socialismo: "A la igualdad de producción,
igualdad de consumos".
"Porque es inhumanitario, es criminal,
que el pobre trabaje como bestia, -en cambio
de un menguado salario; que si tiene para
vestirse, no le alcanza para comer, y en estas
duras alternativas se ve asediado, perseguido,
ya por las deudas, cuando es honrado; o por
tobo cuando se cansa de serlo,
"Y la Sociedad, que se atribuye el dere-
cho de castigar a! ladrón, ¿por qué no se
preocupa de mejorar ia condición del que es
honrado? ¡Eso no me conviene! , dirá con
soberano desprecio...
"Pero, ¿para qué preocuparse de la clase
proletaria cuando tiene a su alcance el mons-
truo de tres cabezas, que acallará las quejas
de la opresión? ... El clero demoledor con su
fementida doctrina encargado de aniquilar el
criterio popular; los dirigentes o estado civil,
dictando leyes de restricción y servilismo y
el militarismo, encargado de hacerlas eje-
cutar, como mayoral de acero, erizando sus
fauces de cañones y bayonetas, cuando el
pueblo pretende reconquistar sus derechos
usurpados y escarnecidos.
" I Esa es tu PATRIA, Pascal Guerra; recu-
rre a ella en tu triste situación y obtendrás...
el manicomio, porque te creerán loco!
"Me creo que estoy desvariando,., pero..,
¡Eh! ¿quién es? ¡no! ,ja la puerta que
sigue! ... ¡muy bien! ... ¡buena noche! ...
jsí, Se lo agradecería bastante! ...
No tengo nada de sueño, a pesar que
serán cerca de las once... pero, será preciso
reposar, ¿a qué seguir divagando? ... me
creía calentarme con un fuego que ya no
existe... como los viajeros aquéllos, que en la
oscuridad Creyeron Calentarse toda la no-
che... con los ojos de un gato.,. ¡Ay, qué
cansado estaba! ... Así... el candil todavia no
expira... bueno, tanto mejor... alcanzo a
desnudarme y después... que haga lo que
quiera... ¡Uf! , ¡qué helada está la cama! , si
parece que tuviera nieve! ... ¡Ah! ... ensegui-
da el capotito y eso es... ahora, me quedo
muy sí señor y venga el día de mañana... si
acaso quiere...
[Ah, verdad! ... que el joven que vino a
ver al vecino me prometió traerme algunos
periódicos... ¡muy bien, mucho que se los
agradeceré! ... En días pasados me trajo La
Aniorcha, de Valparaíso, elegante y magnífi-
co periódico... un poco más doctrinario en
su literatura y es perfecto... en fin, la cosa
avanza y se conoce que la juventud se pone
de pie y proclama la igualdad universa!".
"Sí, pues, ya era necesario que la sabia
sentencia del insigne e inmortal socialista
CARLOS MARX, principiara a germinar en-
tre los hijo.s del pueblo",
"La emane ipacióti Je los trabajadores
es obra de tos trabajadores mismos"
de lo contrario, siempre será juguete de los
manejos maqiii;ivélico.5 de los caudillos que
se presentan como patrocinantes de sus inte-
55
reses Y no son utra cosa que mercachifles de
mala ley'"
"Pero, es necesario, para lucKar, que e)
pueblo tenga tirterio propio y un amplio
conocimiento de las circunstancias que le
afectan... ¿qué sé yo? .-■ bien, que no sé
nada; que no he sido otra cosa que bestia de
carga, pero, que al fin, a nadie se le escapará
la razón profunda que asiste a aquella máxi-
ma de Danton, que dice:
"Después del pan. la snstntcción es la
pritnera necesidad del pueblo".
¿Qué siento? ... ¡Están dando las do-
ce! ... jyo creía que era más temprano! ...
¡qué hacerle, pues; después darán...! ... To-
do sUencio y quietud, parece que el mundo
de los vivos hubiera desaparecido, al soplo
vengador de algún genio poderoso, encarga-
do de pulverizar tanta iniquidad, tanto*
crímenes y latrocinios, ¿quién no pensará
como yo, que en esta tranquilidad majes-
tuosa se encierre tanto dolo y corrupción? '.
"Siempre, al pensar de este modo, se
viene a mi memoria una hermosa producción
Je! eminente poeta Soffia, de "Lo que es un
planeta", que dice:
"Un mundo penoso, mezquino y doliente
Do el hombre devora su sino inclemente
Do avara la tierra, tris larga fatiga,
Por gracia concede tan sólo una espiga;
Mortales ingratos, ciudades impuras;
Costumbres innobles, falaces y duras;
Otj^uUo en los grandes y en pocos rtobleza;
La muerte do quiera sembrando tristeza;
Siniestras envidias, que al mérito ocultan;
Pudor que se rifa, descaros que insultan;
Cubiles de fieras, desiertos sin sombra;
Coléricos males, miseria que asombra:
Discordias que encienden la bárbara guerra;
Furores que bañan de sangre ía tierra.
Traición, egoísmo, venganza, recelos...
¡Todo esto es un astro brillante en los
cielos! ".
"Siempre causa impresión lo grande, lo
bello; donde realza la verdad en toda su
amplitud, como dicha poesía, que manifiesta
patentemente el caos en que nos encontra-
mos, debido esto, al predominio de los con-
quistadores de! mundo, que han hecíio de él,
vin gigantesco colmenar, activo e inusitado;
pero los unos, los zánganos O parásitos,
apropiados de lo que no les pertenecía, se
han encargado de su dirección, dictando
leyes, aplicando castigos, inventando falsas y
simulando rivalidades entre unos y otros, por
medios políticos o manejos ocultos de sus
instituciones, quedando en resumen: {]Ue el
trabajo y producción de la infeliz abeja el
pueblo se lo repartan tLiitigablemente, sien-
do así, una indivisible familia, irresponsable
y poderosa... yo me lo creo así... algo de
historia: "
"Que no conforme con ese atentado a los
derechos individuales, quisieron prescribir en
absoluto al hombre- mácjuina del hombre-
mono, a la mujer- abeja de la mujer - zánga-
no, se organizaron en castas, señalando al
hombre máquina y a la mujer abeja el campo
de osamentas y desperdicios y les llamaron
¡PLEBEYOS! Hicieron trabajar al hombre-
máquina, el que penetró a las entrañas de los
montes y les trajo oro, se precipitó en las
ondas del mar y les trajo perlas, recorrió ío
desconocido y les trajo piedras preciosas;
luchó con las bestias de Íos bosques y les
trajo marfil, piele.s y sederías; el hombre-
mono y la mujer— zángano erigieron altares
de oro, piedras preciosas, ébano y marfil; se
cubrieron de pieles y ricas sederías, buscaron
sacerdotes de Morloc y sacrificaron al hom-
bre—máquina y a la mujer abeja y ante la
sanare de las víctimas, jur.iron su casta de
¡NOBLES! ...
"Que el hombre- máquina y la mujer-
abeja se entregaron silenciosos a sus faenas,
con la marca abyecta sobre la frente; pero
más tarde resonaron las voces potentes de
Cristo, Platón, Sócrates, que proclamaron la
igualdad y fraternidad universal,., se levanta-
ron y escucharon.,, creyeron... pero la tira-
nía representada por el hombre- mono, aca-
lló la voz de los apóstoles y ellos durmieron
en la postración... ¡había sido un sueño! ...
El siglo XIX levantó otros hombres y la
tiranía no podía acallarlos porque bambo-
leaba y no podía sostenerse... Hugo, Marx y
otros prohombres que no me acuerdo desper-
taron a los pueblos modernos y estos ya no
durmieron... renacieron y principiaron a agi-
tarse en medio de ia vorágine de los mismos
opresores; hoy día un Zola, luchador con-
temporáneo y otros, sostienen. y defienden la
causa de la humanidad y los pueblos y las
legiones proletarias gritan y aclaman uníso-
nos al concierto y el Ubre albedrío del
hombre... ¡qué hermoso será para la juven-
56
tuH obrera luchar por la reivindicación cíel
pasado, la regeneración del presente y el
bienestar del futuro! ... ¡Oh, eso es todo! ...
Luchar y luchar, porque en este estado y
actual organización, todo se convierte en una
remora para el adelanto de los pueblos... Y
yo... ¡para qué recordar nuevamente mi
situación! ,., ¡Mejor será imitar a los vecinos
qve duermen como Urón! ... Mis pensamien-
tos me han llevado a teorías que estaba muy
distante de imaginarme... ¡Bah! ¿El candil
cuánto rato ha que se apagaría? ... Los pietas
dicen que cuando se cierran los ojos del
cuerpo, se ve con los ojos de! alma... pues,
yo estaría viendo con ellos la gran hecatom-
be social que se espera, si el despotismo
desoye la voz de justicia y libertad que
repercute en los ámbitos del universo...
" ¡Vaya, Vaya! ... se me han olvidado mis
dolores y mis recuerdos, al pensar que la
^an evolución invade por doquier todos los
hogares, condiciones y edades... ¡muy
bienl ... olvidaré mis propios sentimientos y
la venganza que entre las brumas del tiempo,
oigo y respeto, será dedicar los pocos años
que me restan para luchar al lado de la esa
juventud intrépida, valiente... ellos formarán
tni familia... ¡ellos serán el oasis en el desier-
to de mi vida; cerrarán mis ojos en los
últimos momentos y no me dejarán, como la
burguesía a miis seres queridos, revuelto en la
cloaca, en un corrupto muladar, siendo pasto
de los cerdos y aves de rapiña... y yo... yo
lucharé si algún día necesitan defender la
santa Libertad en medio del humo y el
estampido del cañón mercenario, mi cuerpo
será la base de la barricada... ¡Oh, sí, lo
juro! ".
"¿No he de jurarlo? ... Cuando mis años
que llevo transcurrido en esta malhadada
vida» ha sido una continuada serie de sufri-
mientos, vejámenes e ingratitudes a causa de
los burgueses y de los que pretenden serlo...
que al fin, cuando el árbol está caído, todos
de él hacen Uña... en la fábrica y en todas
partes, donde he manifestado mi modo de
pensar, he recibido burlas y escarnios y han
creído ridiculizarme diciéndome por apodo:
el Patriarca don Pascal Guerra... No seré un
Patriarca, pero legaré a la juventud el libro
de mi vida consignado en pocas y breves
palabras, sencillas pero amargas:
"Mirad jóvenes obreros el libro de mi
vida: mirad estas llagas profundas que manan
sin cesar gotas de sangre, savia de la vida;
mirad estos surcos amoratados que cruzan
mi cuerpo en todas direcciones; estas fibras
sanguinolentas cortadas unas, por las despó-
ticas punzadas del indiferentismo; estos cabe-
llos blanqueados por el curso de los años y
Jas grandes decepciones; estas perláticas y
encallecidas manos, renovadas centenares de
veces por el eterno roce de la herramienta,
instrumentos de la esclavitud; ¡estos son los
signos del cautiverio bajo la furia de una
Sociedad retrógrada e inhumanitaria! ... en
vosotros está la salvación del proletariado; a
vosotros os Coca levantar la bandera del
apostolado del credo fraternal, de la reacción
humana, levantando el espíritu del siglo que
caduca en brazos del más estupendo de los
egoísmos... en vosotros está la iriuerte de la
tiranta y la vida de la libertad...
"¡SOCIALISMO! ¡SOCIALISMO! Este
viejo te desconocía obcecado por su concien-
cia encadenada; mas hoy, saluda tu brillante
concepción y recibe henchido de júbUo los
esplendores de tu benéfica alborada...
"~ ¡Qué Morfeo me cubra con su manto y
mi nuevo despertar será... día de e&peranza y
brillante expectativa para la lucha futura! ".
Marcos De Id Barra
SOMOS SOCIALISTAS
El Martillo
Santiago, iV» 1 (03.07.1898), pág. 4.
a) porque luchamos por la implantación de
un sistema social en que todos los medios de
producción estén socializados, en que la
producción y el consumo se organicen libre-
mente de acuerdo con las necesidades colec-
tivas, por los productores mismos, para ase-
gurar a cada individuo la mayor suma de
bienestar, adecuado en cada época al desen-
volvimiento progresivo de la humanidad;
b) porque consideramos que la autoridad
política representada por el Estado, es un
fenómeno resultante de la apropiación priva-
da de los medios de producción, cuya trans-
formación en propiedad social implica, nece-
seiiamente, ia supresión del Estado y la
57
negación de todo principio de autoridad;
c) purque creemos que a la supresión de
todo yugo económico y político seguirá
necesariamente la de la opresión moral, ca-
racterizada por la religión, lü candad, la
prostitución, la ignorancia, la delincuencia,
etc.;
d) porque, en resumen, queremos al indi-
viduo libre de toda imposición o restricción
económica, política y moral, sin más límite a
su libertad que la libertad igual de los demás,
PROGRAMA mínimo DEL
PARTIDO SOCIALISTA CHILENO
1. La unión y protección tnutua entre loí
hambres de trabajo.
2. Jornada de 8 horas para los adultos y 6
para los niflos de 12 a 15 y prohibición de
todo trabajo industrial a menores de 12
aJTos.
3. Supresión del trabajo nocturno en los
talleres y fabricas, o en su defecto, doble
remuneración.
4. A igualdad de producción igualdad de
salario.
5. Atención preferente a ¡os trabajadores
agrícolas y mineros.
6. Creación, por medios electivos, de
Consejos departamentales, compuestos de
patrones y trabajadores, para vi^ancia de
fábricas y talleres, y para solucionar conflic-
tos que sobrevengan entre unos y otros,
rentados por el Estado.
7. Responsabilidad efectiva de los patro-
nes en accidentes del trabajo.
8. Impuesto directo y progresivo sobre la
renta y fijación del máximo de la fortuna
individual.
9. Abolición de los monopolios y privile-
gios; división de toda propuesta pública y
concurrencia pública a ella,
10. Protección eficaz a !as artes e indus-
trias, y fuerte gravamen a los artículos de
lujo,
11. Instrucción laica, gratuita y obligato-
ria hasta los 12 años; creación de escuelas e
institutos nocturnos, talleres profesionales y
agrícolas en todos los departamentos de la
República, sostenidos por el Estado.
12. Mejoramiento de la h^iene y salubri-
dad pública por medio de dispensarios gra-
tuitos, con asistencia diaria de médicos ren-
tados y medicinas a disposición de las clases
pobres, en cada comuna del departamento.
13. Fundación de casas protectoras de ni-
ños desvalidos y ancianos, y prohibición en
absoluto de la mendicidad,
14. Supresión de todo pago por derecho
de Sepultación.
15. instalación de montepíos fiscales en
todos los departamentos de la República,
cuyos préstamos no podrán exceder de un
2% mensual, y con plazo de un año paralas
restituciones.
16. Abolición de la pena de muerte, azo-
tes y prisión perpetua; reforma del sistema
penitenciario reemplazando las cárceles por
establecimientos o colonias penales indus-
triales, agrícolas o profesionales.
17. igualdad de instrucción y derechos
civiles al hombre y a la mujer,
18. Separación de la Iglesia y de! Estado.
19. El poder judicial elegido por votación
popular y por tiempo determinado. La justi-
cia de "menor cuantía", gratuita y costeada
por el Estado.
20. Las funciones legislativas rentadas.
21. Absoluta libertad de imprenta,
22. Sufragio universal.
23. Severo castigo al fraude, cohecho elec-
toral y juego de bolsa.
24. Supresión de toda facultad extraordi-
naria al Presidente de la República.
25. Reorganización de la policía, bajo una
base de garantía para todos los ciudadanos.
26. Supresión de los ejércitos permanen-
tes.
27. RevocabÜidad de los representantes en
caso de no cumplir el mandato de sus electo-
res.
28. El Partido para dar cumplimiento a
este programa, trabajará por todos los me-
dios legales para llevar a la representación
nacional el mayor número de representantes.
Partido Socialista
El Comité Ejecutivo de este Partido está
compuesto de los siguientes individuos:
J. Gregorio Olivares T,, presidente; Abra-
ham Contalba, tesorero; Francisco Garfias
M. y Andrés Acevedo C., secretarios; J. Luis
Santander, Dionisio Hormazábal y M. de la
Barra, vocales.
58
¥
Capitulo Tercero
\
El socialismo * *científíco ' '
Este socialismo "científico" contrasta fundamentalmejite con el de corte revolu-
cionario reseñado en el capítulo anterior. Se gesta a partir sobre todo de la perso-
nalidad de Alejandro Bustamante y en el seno de dos organizaciones políticas: el
Partido Obrero Francisco Bilbao y el Partido Socialista, continuador del primero.
El Partido Obrero Francisco Bilbao se flindó en 1898. En sucesivas asambleas
verificadas en los años 1898 y 1899 fueron aprobados tanto una Profesión de Fe
como un Programa, que se cuenta entre los textos reproducidos a continuación.
En dichos documentos esta organización habla, en nombre de la libertad y el pro-
greso, contra el servilismo del pueblo y la opresión ejercida por la oligarquía; pre-
tende combatir el pauperismo y alcanzar la emancipación social, para lo cual pro-
curará por el sufragio hacerse representar en los poderes piíblicos. Según Marcelo
Segall ambos documentos habrían sido redactados por Ricardo Guerrero, quien
sería el primer marxista chileno.
El Partido Socialista (antes Franciso Bilbao) se constituyó en 1900, cambian-
do el encabezamiento del programa anterior que era contra "el Partido Conserva-
dor y la oligarquía en general" por otra formulación: "antagónico al anarquismo,
al Partido Conservador y a la oligarquía en general". Esta prioritaria definición
contra el anarquismo, reiterada en el programa, marca muy nítidamente las dos co-
rrientes del socialismo chileno de fines del siglo XiX. Así, en la promesa que debe
prestar todo nuevo militante se recalca que debe obrar "por actos pacíficos y de
orden", cosa que es muy significativa si se la compara con el lenguaje (no con la
acción) de la acracia en la misma época.
En seguida, transcribimos algunos textos del ya citado Bustamante, princi-
61
pal ideólogo de esta corriente. Es particularmente relevante su Catecismo Socia- I
lita, que se inicia con una cita de Bilbao, considerado tácitamente como el gran
procer de la emancipación ideológica y social de Chile. Este catecismo se estructu-
ra como un diálogo entre un demócrata y un socialista, diálogo mediante el cual el
segundo va explicando al primero una serie de nociones que apuntan a convencerlo
de la caducidad de su doctrina, y la superioridad del ideario socialista, concebido
en lo esencial como la doctrina que alcanza '*la suprema perfección humana en el
terreno filosófico, de la historia y de la sociología experimental, lo que es un don
del sentido común".
Tal VÉ2. lo más destacable de esta corriente es el afán por reivindicar lo científi-
co, en oposición al socialismo "anarquista" y al "evolutivo". Toma su nombre de
científico, dice Bustamante, porque "está basada su doctrina en la Justicia, Li-
bertad e Igualdad Legal de la raza humana, por esta razón rechaza perentoriamen-
te la lucha de clases (no) odia a los ricos, porque sabe por experiencia propia que
la única fuente de riqueza es la labbt diaria, pues el esfuerzo del humano brazo es
el línico capital productor".
62
PROGRAMA i RE&LAMENTO
DEL
FAirriDO SOCIALISTA
ANTES "FRANGÍ SCO BILBAO"
PROGRAMA DEL PARTIDO OBRERO
I FRANCISCO BILBAO
Aprobado por las Asambleas Federales reunidas
en Santiago de Chüe a 10 de abril de 1H98 y
a Í2 de febrero de 1899. Scuitiago: Imprenta y
Litografía Chile, 1899, págs. 2 - ? y 16.
I
PROFESIÓN DE FE
El Partido Obrero "Francisco Bilbao", decla-
ra soletnnemente en nombre de la libertad y
de[ progreso que el servilismo del pueblo h«
Stdü la razón soberana porque la oligarquía
imperante nos Iva oprimido por espacio de
cuarenta mil años.
[Esta explotación es odiosa porque divide
' la sociedad en dos ramas desiguales: la
aristocracia dominante que siendo dueña ab-
soiuta del suelo y de ios elementos de traba-
jo dispone de todas las fuerzss coercitivas
del Estado para defender sus injustas regalías
y privilegios, usurpando a los trabajadores las
siete octavas partes de lo que producen; y la
otra es el proletariado que no poseyendo
más que la fuerza vital de su brazo es la dase
oprimida. Por esta raíón, mientras los usu-
fructuarios viven en la molicie y el, fausto, la
totalidad de los hombres Je trabajo perma-
nece en la ignorancia, en la esclavitud, en el
fanatismo y en la miseria más desesperante.
En esta monarquía hereditaria, disfrazada
con el nombre de República, a pesar de la
gran extensión de tierras baldías, la propie-
dad territorial exige que los ocupantes sean
capitalistas,
Mientras la clase rica sea duefía de su
libertad de acción, del sucio y del poder, no
hará sino explotar cada día más a los obreros
y para mayor desgracia nuestra, en esta obra
inicua est^ auxiliada por la anarquía, por el
servilismo de una. democracia espúrea y pa!»-
ciega, por ¡os privilegios que otorga el Estado
y por la acumulación de la riqueza en unas
cuantas manos egoístas.
Por consiguiente, el proletariado, o per-
manece inerte como Prometeo, para ser cada
día más esquilmado por el buitre de la
avaricia, o se levanta unísono para defender
políticamente sus intereses preparando así su
emanicipación del yugo capitalista por me-
dio del sufragio.
No sólo la existencia física de los obreros
exige que entremos en acción coinün, sino
también los altos principios en que descan-
san los derechos del hombre, ,del sentido
Común y de la justicia, cosas que están en
abierta pugna con el actual orden de cosas.
Como se colige por lo ya dicho; el vasalla-
je económico del proletariado es la única
causa de los males que afligen al pueblo, de
la miseria social, del fanatismo religioso, del
envilecimiento intelectual, de la ^orancia y
de la corrupción política; por esta razón la
libertad económica, base de las demás liber-
tades, no podrá imperar mientras los obreros
no sean dueños del total fruto de su trabajo,
tanto más hoy que los que colaboran menos,
son los que poseen más,
Esta evolución social resistida con tenaci-
dad por la oligarquía reinante, sólo puede ser
llevada a feliz termino con marcha pasiva y
perseverante basada en la unión política de
todos los hombres de trabajo.
La regeneración humana no podrá llevarse
a cabo sino transformando el rnonopoUo
industrial de los elementos de trabajo en
propiedad común, es decir, de todos los
habitantes del Estado.
El arma poderosa con que el obrero ha de
operar estas saludables reformas sociales, es
el sufragio; siempre que la clase dirigente
respete los derechos políticos de los trabaja-
dores, y no nos arrastre con Sus abusos I
electorales a otros medios más desagradables
para detener en su obra de destrucción a la
aristocracia que llega a disfrazarse como el
lobo de la fábula, a fin de falsearnos ese
sagrado derecho, con la suave piel del corde-
ro, bajo los nombres falsos la dernocracia y
anarquía.
La democracia en una República no tiene
razón de ser, porque es sinónimo, como no
tendría tampoco razón de ser un partido
republicano; esto está bueno para las monar-
quías donde el pueblo no es elector ni puede
ser elegido...
Aquí se nos impone la dura necesidad de
63
decir que la democracia en Chile es la más
asquerosa fórmula de! despotismo plebeyo,
es la tendencia más repugnante de la anar-
quía comunista disfrazada con el nombre de
defn<}crada, es, en una palabra, el reverso de
esa tendencia universal del oprimido cual es
la independencia del ser humano en el socia-
lismo científico, que es la suprema perfec
ción de lá sociedad. Esta democracia sui
generis está al servicio mercenario de la
oligarquía y engaña al pueblo con la exporta-
ción hipócrita con que proclama Una falsa
libertad, igualdad y fraternidad, para encade-
nar cün la sinfonía armónica de la palabra
que es antagónica a la cosa misma, la buena
fe e ignorancia de una parte de la clase
trabajadora. Bu vma palabra, ese partido con
más propiedad debiera Uainarse acto-crático.
El evangelio del pueblo, o sea, el Pro-
grama del Partido Obrero "Francisco Bil-
bao", es el único que representa las verdade-
ras aspiraciones y tendencias de las clases
trabajadoras.
Por esta causa se desprende que !a eman-
cipación intelectual y legal de la clase obrera,
debe ser obra del artesano mismo.
En fin, para cornpletar nuestra redención,
se impone como ley de armonía social, la
nivelación y reglamentación de la propiedad,
el capital y e! trabajo, obra llamada a hacer a
todos los hombres libres e iguales, declaran-
do como profesión de fe, que el trabajo del
humano brazo es el único capital productor.
En esta virtud, el Partido Obrero "Fran-
cisco BUbao" hace un llamamiento al pueblo
trabajador para que venga a alistarse en
nuestras filas y defienda su emancipación
sintetizada en e! siguiente programa político:
PROGRAMA DEL PARTIDO OtVRERO
"FRANCISCO BILBAO"
I
Artículo primero. - El Partido Obrero
"Francisco Bilbao" es antagónico al Partido
Conservador y a la oligarquía en general y su
existencia tiene por objeto combatir el pau-
perismo, el vicio, el error, la ignorancia y el
fanatismo. En consecuencia, pondrá todos
los medios que estén de su parte para obte-
ner la emancipación social, económica, poli-
tica y religiosa de todos los habitantes de!
Estado.
Para conseguir estos ideales, procurará
por medio del sufragio obtener representa-
ción en los diversos poderes públicos.
Art. 29 El partido aboga por la innova-
ción del Pacto Social,
EN ESTA VIRTUD PR(X:LAMA
11
Art, 39 La modificación de nuestra Carta
Fundamental.
Art. 49 La Repüblica mixta con un Cío-
bieriio Central y Congreso Unitario.
Art. 5? Elección de los Intendentes, Go-
bernadores y Jueces para tramitar los expe-
dientes judiciales, en votación directa del
pueblo, por un período de tiempo determi-
nado.
Art. 69 Completa autonomía de todos
los Poderes Públicos.
Art. 79 Constitución de las mesas recep-
toras por el Colegio de Vecinos inscritos en
los Registros Electorales de la sección, por
voto acumulativo.
Aft. 89 El Presidente de la República de-
be ser elegido en votación directa del pueblo,
junto con los Senadores y Diputados y dura-
rá como éstos, tres años en sus funciones.
Art. 99 Responsabilidad fiscal en caso de
prisión indebida, pues la libertad individual
debe ser garantida por el Estado en todas sus
más latas manifestaciones sin que nadie,
salvo delito ínfraganti que merezca pena
aflictiva, pueda ser privado de su goce más
amplio ni a pretexto de guerra exterior,
revolución o seguridad de la República,
Art, 10, Completa libertad de imprenta,
de conciencia, de reunión y de tribvma.
Art, 11. No podrán ser Senadores, Dipu-
tados, Ministros de Estado ningún pariente
hasta el tercer grado o de afinidad con el
Presidente de la República,
Art. 12. Suspensión del derecho electoral
a los sacerdotes, militares, marinos, policía,
sirvientes domésticos e ínquilinos, por care-
cer en absoluto de la libertad que requiere el
sufragio; a los que sean conocidos cotno
viciosos consuetudinarios; a los que hayan
sido condenados o estén procesados por
delitos que merezcan pena aflictiva, a causa
dr. la falta de idoneidad que requiere el
64
derecho de ciudadanía.
Art. 13. Disolución del Ejército perma-
nente y servicio obligatorio en la Guardia
Nacional para todos los propietarios, aunque
sean extranjeros y ciudadanos en posesión de
derecjios políticos, salvo el caso de guerra
exterior en que todos los chilenos sin excep-
ción deben servir a la colectividad.
Art. 14. La guerra es una calamidad pú-
blica condenada por e! Partido y el Progreso
y sólo en caso extremo, puede ser acordada
por el pueblo en plebiscito y para concluir
con ella aboga por un Congreso Internacio-
nal de Arbitros, nombrado por las naiciones,
para dirimir todas las diñcultades de los
países.
Art. 15. El Estado no reconoce más auto-
ridades que las que tienen su origen en la
soberanía popular, ni ampara religión oficial
alguna,
EN RELACIÓN AL MEJORAMIENTO
SOCIAL, EL PARTIDO SOSTIENE:
[I!
Art. 16. Amplia protección a la Industria
Nacional.
Art. 17. 19 Trabajo legal de 8 horas para
los adultos;
29 Fundación de escuelas profesión ales i
39 Enseñanza laica, gratuita y obligato-
ria, acompañada de un aprendizaje de arte u
oficio.
4Q La instrucción debe comprender el
manejo de las armas y sus derivados, y
59 Igualdad civU y educacional del Kom-
bre y de la mujer.
Art. 18, El trabajo material de los niños
menores de 15 años no podrá exceder en
ningún caso de tres horas,
Art. 19. Protección del Estado, en favor
de los ancianos, enfermos e inutilizados por
el trabajo y la guerra,
Art, 20. Organización de la asistencia pú-
blica en favor de las congregaciones laicas de
obreros, que tengan por divisa el socorro
mutuo y el ahorro,
Art, 21. Adquisición de las habitaciones
con&truidas sobre suelo ajeno por amortiza-
ción y la construcción fiscal y municipal de
casas para obreros, pagaderas con el arriendo
a largo plazo.
Art. 22. El contrato mutuo y obligato-
rio.
Art. 23. Libre introducción de la materia
prima que no se produzca en el país o no
alcance a abastecer sus necesidades,
Art. 24. Garantía a los capitales e indus-
trias extranjeras que se establezcan en el
territorio de la República.
Art. 25. Libertad de profesiones con res-
ponsabilidad criminal y como consecuencia,
suprimir los impuestos que gravan el trabajo
y los alimentos. Las contribuciones sólo
deben pesar sobre las propiedades territoria-
les y sobre los capitales que excedan de
cinco mil pesos.
Art. 26, Remuneración de los Senadores
y Diputados por los municipios de las pro-
vincias o departamentos que representen.
Art. 27. La única autoridad que debe gi-
rar billetes es el Estado, a fin de poder llegar
paulatinamente al régimen del padrón de
plata, único sistema monetario estable para
servir honradamente las necesidades del Esta-
do y del Pueblo productor.
Art. 28, El Partido combate los fraudes y
el comercio electoral como una amenaza a la
existencia de la República.
Art, 29. El Partido condena el voto vitali-
cio de profesión religiosa o de castidad,
como contrarios a la moral y leyes naturales,
Art. 30. Las leyes penales deben estar
basadas en relación a la instrucción que
posea el delincuente.
Art. 31. La pena de muerte debe ser abo-
lida y sustituida por presidio perpetuo en
talleres penales, para que el reo, o los reos,
con el producto de sus trabajos, sufraguen
su» 'gastos penales, mantenga* a su fairdlia y
a la de su'víctima con preferencia.
Art, 32. La propiedad territorial sólo de-
be durar ochenta años; vencido este plazo,
será rematada en subasta pública por el
Estado y entregado el valor a sus legítimos
poseedores.
Art. 33. Justicia gratuita en todos sus
órdenes y la existencia del jurado para fallar
toda clase de delitos,
Art. 34. Los bienes de la Iglesia han sido
adquiridos con el dinero de la colectividad y
Como su imperio no es de este mundo, deben
volver al Estado.
Art. 35. Salaria mínimo legal para los
operarios, ñjado por una comisión de esta-
65
dística obrera, con arreglo a los precios de
los artículos de primera necesidad.
Art, 36, Prohibición del trabajo a las mu-
jeres cuando éste sea poco higiénico o con'
trario a las buenas costumbres.
Art. 37. Responsabilidad pecuniaria de
los patrones en los accidentes del trabajo,
garantida por una fiiOía en circulante metá-
lico, depositada en las cajas de \m Sociedades
Obreras, proporcional al número de trabaja-
dores empleados a los peligros que presente
el trabajo o industria.
Art. 38. Remoción de los representantes
deÜ pueblo por eJ Partido que representen,
siempre que falten al progralYU que se han
impuesto o se les ha trazado.
Art, 39. Explotación de todos los talleces
fiscales por la.s Sociedades Obreras.
Art, 40. Establecimiento de un Jurado
permanente, para dirimir las dificultades ^ue
se susciten entre los trabajadores y tos patro-
nes.
Art, 41. Promulgación de una ley agraria
que proteja al inquilinaje y a los agricultores
en general.
Art. 42. Para acabar con el feudalismo o
sea el monopolio del suelo, debe circunscri-
birse d derecho de propiedad, establecién-
dose por una ley que ninguna institución o
persona, pueda poseer en las ciudades más de
una cuadra cuadrada o sus equivalentes, en
pequeñas propiedades, ni más de cien en las
partes rurales.
Art. 43. El derecho de legados, herencias,
donaciones y capellanías debe ser limitado
por el Estado,
Art. 44. El Partido aboga por la coloniza-
ción, estableciendo el derecho del primer
ocupante sobre los terrenos baldíos del Esta-
do, en una extensión que no exceda de cien
cuadras.
Art. 45. El Partido combate la empleo-
manía como una plaga nociva al progreso de
las clases trabajadoras y al bien social en
general.
Director de turno.— Marcos Yáñez.
Directores.- Nicasio Retamales.- AveÜ-
no González.— Eduardo Cubillos.— Enrique
Soia,— Teodoro GautKier.- Horacio A, Bati-
faulie.- Carlos González,- José T. Mujica,—
Adolfo Peralta.- José F, Rocuant H.- Clo-
domiro Maturana.
Sñcretario. - Ricardo Guerrero.
Prosecretario. José A. Blanco.
Tesorero. Alejandro Bustamentc.
Doy fe que esta copia está conforme con
el original.— Blanco, prosecretario.
PROGRAMA DEL PARTIDO
SOCIALISTA ANTES
"FRANCISCO BILBAO"
Aprobado por las Asambleas Federales reuni-
das en Santiago de Chile a 5 de abril de 189S
y a 12 de febrero de 1899 con las reformas
introducidas por las Asambleas Federales
reunidas de la c<ipit<fl el í^^ de mayo y 12 de
octubre de 1900.
Santiago, Imprenta y Litografía Esmeralda,
1901,págs.3~7yl5.
PROGRAMA DEL PARTIDO
SOCIALISTA ANTES
"FRANCISCO BILBAO"
I
Artículo primero.— El Partido Socialista es
antagónico al anarquismo, al Partido Conser-
vador y a la oligarquía en general, y su
existencia tiene por objeto combatir el pau-
perismo, el vicio, el error, la ignorancia y el
fanatismo. En consecuencia, pondrá todos
los medios que estén de su parte para obte-
ner la temperancia, la emancipación social,
económica, política y religiosa de todos los
habitantes del Estado, por medio de la ense-
ñanza laica, gratuita y obligatoria, acompa-
ñada de un aprendizaje de arte u oficio.
Para conseguir estos ideales, procurará,
por medio del sufragio, obtener representa-
ción en los diversos poderes públicos.
Art. 29. El partido aboga por la reforma
de nuestra Carta Fundamental.
En esta virtud proclama
11
Art. 3Q. La República mixta cotí un Go-
bierno Centra! y un Congreso Unitario,
Art. 49. Elección de ios Intendentes, Go-
bernadores y Jueces, para tramitar los expe-
dientes judiciales, en votación directa del
pueblo, por un período de tiempo determi-
nado.
66
m
^^f Art. 59. Completa autonomía de todos
[os Poderes Públicos.
Art. 69. Constitución de las mesas recep-
toras por el Colegio de vetiiiüs inscritos en
los kegtitros Electorales de ia sección, por
voto acumulativo.
Art. 79. El Presidente de la República de-
be ser elegido en vota.ción directa del pueblo,
junto con los Senadores y Diputados y dura-
rá, como éstos, tres años en sus funciones.
Art. 89. No podrán ser Senadores, Dipu-
tados, ni Ministros de Est^ído los parientes
hasta el tercer grado carnal o de afinidad con
el Presidente de la República, ni ocupar pues-
to público alguno.
Art. 99. Responsabilidad fiscal en caso de
prisión indebida, pues la libertad individual
debe ser girantida pot el Estado en todas sus
más latas manifestaciones sin que nadie, saJ-
vo delito infraganti que nnerezca pena aflicti-
va, pueda ser privado de su goce más amplio,
ni a pretexto de guerra exterior, revolución o
seguridad de la República.
Art. 10, Completa libertad de imprenta,
de conciencia, de reunión y de tribuna.
Art. 11. Reforma de !a ley de elecciones,
en el sencido de suprimir el derecho electoral
a los sacerdotes, militares, marinos, policías,
inquilinos y a los que-carezcan en absoluto
de la libertad que requiere el sufragio; a los
que sean conocidos como viciosos consuetu-
dinarios y sodüiTiitas; a los que hayan sido
condenados o estén procesados por delitos
que merezcan pena aflictiva, a causa de la
falta de idoneidad <jiie requiere el derecho de
ciudadanía. Esto incluye la reforma del voto
y de la forma de emitirlo.
Art. 12. La guerra es una calamidad públi-
ca condenada por el Partido y el Progreso, y
solo en caso extremo, puede ser acordada
por el pueblo en plebiscito; y para concluir
con ella, aboga por un Congreso Internacio-
nal de Arbitros nombrados pof las naciones,
para dirimir las dificultades d« los países.
Art, 13. Disolución del Ejército perma-
nente, y servicio obligatorio en la Guardia
Nacional para todos los propietarios, aunque
sean extranjeros, y ciudadanos en posesión
de derechos políticos, salvo caso de guerra
exterior en que todos los chilenos sin excep-
ción deben servir a la colectividad.
Art. 14. El Estado no reconoce más auto-
ridades que las que tienen su origen en la
soberanía popular, ni ampara religión oBcial
alguna.
En relación aJ mejoramiento social,
el Partido sostiene:
[II
Art, 15. Amplia protección a la Industria
Nacional,
Art. 16. 19 Trabajo legal de 8 horas para
los adultos;
29 Fundación de escuelas profesionales;
39 La instrucción debe comprender el
manejo de las armas y sus derivados;
49 Igualdad civil y educación del hombre
y de la mvijer.
Art. 17. El trabajo material de los níílos
menores de 1 5 años no podrá exceder en
ningún caso de tres horas.
Art. 18. Protección del Estado en favor
de ios ancianos, enfermos e inutilizados por
el trabajo o la guerra,
Art. 1 9. Organización de la asistencia pú-
blica en favOr de las congregaciones laicas de
obreros, que tengan por divisa el socorro
mutuo y el ahorro.
Art. 20. Adquisición de las habitaciones
construidas sobre el suelo ajeno, por amorti-
zación, y la construcción fiscal y municipal
de casas para obreros, pagaderas con el
arriendo, a largo plazo.
Art. 21. El contrato mutuo y obligatorio
en toda clase de trabajos, servidumbres o
arrendamientos hechos por escritura pública
ante el jues: de distrito, de subdelegación o
notario, según el monto de la obÜgacióii,
Art- 22. Abolición de las füiaciones o ma-
trículas en los trabajos honestos y profesio-
nales.
Art. 23- Libre introducción de ia materia
prima que no se produzca en el país o no
alcance a abastecer Sus necesidades.
Art. 24, Garantía a los capitales e in-
dustrias nacionales o exttanjeras que se esta-
blezcan en el territorio de la República.
Art. 25. Libertad de profestones con res-
ponsabilidad criminal y, como consecuencia,
suprimir los impuestos que gravan el trabajo
y los alimentos. Las coritrtbuciones sólo de-
ben pesar sobre los bienes raíces y sobre los
capitales que excedan de cinco mil pesos.
67
Art, 26. Remuneración a los Senadores y
Diputados, por los Municipios de las provin-
cias o departamentos que tepresenten.
Art. 27. La única autoridad que déte gi-
rar billetes es el Estado, a fin de poder llegar
paulatinamente al régimen metálico, único
sistema monetario estable para servir honra-
damente las necesidades del Estado y del
Pueblo productor.
Art. 28. Ei Partido combate los fraudes y
el comercio electoral como una amenaza a la
existencia de la República,
Art, 29. El Partido condena el voto vitali-
cio de profesión religiosa o de castidad, co-
mo contrarios a la moral y a las leyes natura-
les,
Art. 30. Las leyes penales deben estar ba-
sadas en relación a la instrucción tjue posea
el delincuente.
Art. 31. La pena de muerte debe ser abo^
lida y sustituida por presidio perpetuo en
talleres penales, para que el reo, o los reos,
con el producto de sus trabajos, sufraguen
sus gastos penales, mantengan a sus familias
y a las de sus víctimas con preferencia.
Art. 32, Reorganización de las policías so-
bre base civil y organización de una sección
especial en cada Comisaría, en el carácter de
cuerpos de bomberos rentados por la autori-
dad de quien dependa esta institución de
segundad pública.
ArC. 33. Justicia gratuita en todos sus ór-
denes y la existencia del jurado para fallar
toda clase de delitos.
Art. 34. Salario mínimo legal para los
operarios, fijado por una comisión de esta-
dística obrera, con- arreglo a los precios de
ios artículos de primera necesidad y fijación
de los sueldos por la misma a ios empleados
públicos y privados, con sujeción a la misma
regla económica.
Art. 35. Prohibición del trabajo a las mu-
jeres, cuando este sea poco higiénico o con-
trario a las buenas costumbres,
Art. 36. Responsabilidad pecuniaria de
los patrones en los accidentes del trabajo,
garantida por una fianza en circulante me-
tálico, depositada en las cajas de las Socieda-
des Obreras, proporcional al número de tra-
bajadores empleados y a los peligros que
presente el trabajo o industria.
Igual obligación afectará al Estado, insti-
tución, empresa o persona que por descuido
o negligencia causare daños o perjuicios a
terceros,
Art. 37. Remoción de los representantes
del pueblo por el Partido que representen,
siempre que falten al programa que se han
impuesto o se les ha trazado.
Art, 38. Explotación de todos los taUefes
fiscales por las Sociedades Obreras.
Art, 39. Establecimiento de un Jurado
permanente para dirimir las dificultades que
se susciten entre los trabajadores y los patro-
nes y entre los empleados y sus jefes.
Art, 40. Promulgación de una ley agraria
que proteja al inquilinaje y a los agricultores
en general,
Art. 41. Para acabar con el feudalismo, o
sea, el monopolio del suelo, debe circunscri-
birse el derecho de propiedad, establecién-
dose, por una ley, que ninguna institución o
persona, pueda poseer en las ciudades más de
dos cuadras cuadradas o sus equivalentes, en
pequeiías propiedades, ni más de 500 en las
partes rurales.
Se exceptuarían de esta prohibición los
establecimientos industríales y los paseos pú-
blicos de propiedad fiscal o municipal.
Art. 42. El derecho de legados, herencias,
donaciones y capellanías debe ser limitado
por una ley.
Art. 43. El Partido aboga por la coloni-
zación nacional, estableciendo el derecho del
primer ocupante sobre los terrenos baldíos
del Estado, en una extensión que no exceda
de 500 cuadras.
Art. 44. El partido combate la empleo-
manía como una plaga nociva al progreso de
las clases trabajadoras y al- bien social en
general y proclama el trabajo para todos los
habitantes del Estado.
Art. 45. El Partido condena, con toda
energía, los privilegios sobre monopolios, es-
tancos o gravámenes que afecten, directa o
indirectamente a los artículos de consumo.
Promesa de estilo que debe prestar todo
correligionario al ser aceptado en la
Asamblea como miembro del Partido
Presidente. Prometéis por la libertad, pro-
greso y íelicidad'universal de los hombres de
trabajo, cooperar pqr todos los medios que
estén a vuestro alcance, a fin de obtener
por actos pacíficos y de orden, el imperio de
68
^H^ ideas socialistas que son las únicas que
^haeen la felicidad de los pueblos y la emanci-
pación social, política, económica y religiosa
del proletariado en general, para labrar la
dicha de vuestros tiijos y conciudadanos con
kyes protectoras promulgadas por el Estado.
^^ El ciudadano. Sí.
^» Presidente. - Prometéis asimismo respetar
los mandatos y resoluciones dei Partido y
obrar conforme a ellas y votar en todai las
elecciones por los candidatos que la mayoría
designe cualquiera que sea el elegido y fiacer
propaganda en su favor.
Hl ciudadano. - Sí, prometo.
Presidente.— Si así lo hiciereis que la ita-
turaleía os sonría y premie, si no, que os
castigue el desprecio de los compafieros que
os escuchan para ejemplo de vuestros hijos y
conciudadanos. Quedáis reconocido como
miembro del Partido con todos los derechos
y prerrogativas, que os acuerdan el Programa
y Reglamento General.
Artículo Transitorio
Este Programa y Reglamento sólo será sus-
ceptible de modificaciones en conformidad a
su artículo 16.
Santiago de 1899.
Presidente de la Junta de Vigilancia: Alejan-
dro Bustamante,
1er. Vicepresidente: Ricardo Guerrero;
2do. Vicepresideate: Francisco Pinto S^; Te-
sorero: Manuel Maureira; Directores: Hora-
cio Augusto Batisfoulie, Onofre Goniález,
Gaspar Oleaj Arturo Valdés, Manuel Lira,
José del T. Vásquez, Nicasio Retamales,
Juan Villarroel, Enrique Soza, Arfstides Vás-
quei; Secretario; Abdón Góngora; Prosecre-
tario: Eduardo Wolleter,
Comisión de Hacienda: Presidente; Esta-
nislao del Canto; Vocales; Juan de D. Ley-
ton, Teodoro Gauthier, Adolfo Peralta; Se-
cretario; José F. Rocuant H,
SOCIALISMO
JBÍ Trabajo
Santiago, NO 4(03.09.1899), paga. 1 - 2.
El socialismo no es hijo de la necesidad, del
odio a los ricos, ni de los climas, ni de las
fórmulas de gobierno, sino que por el con-
trario proclama el imperio del trabajo para
que la sociedad se componga de ricos, por
esta razón, se define diciendo que es la igual-
dad civi] y educacional del hombre y de la
mujer ante sus semejantes, con idénticos de-
rechos para disfrutar de las leyes naturales en
razón directa de su trabajo o capacidad;
porque ante su idea redentora, el trabajo
intelectual o material es el único capital pro-
ductor, es por esta razón natural, que quiere
que todos trabajen y tengan pan. ■
El socialismo es antagónico al anarquis-
mo, porque dice: a cada uno según íu traba-
jo, y el anarquismo: a cada uno según sus
necesidades. El socialismo pide el imperio de
la justicia como e! único medio de que desa-
parezcan los odios entre clases y por consi-
guiente que no tenga razón de ser el anar-
quismo utópico e irrealizable, porque el
anarquismo es el" suicidio del Estado, y como
este acto, para ser ejecutado necesita el pen-
samiento ánico, no puede ser aceptado por
la sociedad que es multipensadora. Luego el
anarquismo es un imposible.
El socialismo no pretende la comunidad
de bienes, porque esta es otra utopía que va
contra la ley natural de los climas, del traba-
jo, del talento individual y de la fuerza mate-
rial_ que siempre sacrifica a los débiles en
favor de los más robustos, por otra parte, el
socialismo no procura ninguna idea religiosa,
porque sabe que su misión no está más allá
de la tumba, sino aquí, cuando el hombre
marcha con sus necesidades sobre la superfi-
cie de la tierra, mascando hambre y engullen-
do grandes sorbos de ardiente sed, y no
preíRriendo ninguna idea religiosa, no puede
ser comunista, pues los únicos seres que
practican el comunismo porque otros traba-
jan para mantenerlos, son ciertos centros re-
ligiosos, que se llaman comunidades, centros
inmorales que corrompen con sus pestilentes
vicios la moral de los pueblos creyentes.
El socialismo es un anuncio de progreso
comtin a todos Ic^ hombres, es la suprema
69
perfección humana, siendo todo esto, no
puede obedecer a ciertos climas de determi-
nadas razas o países, porque rvo es planta
tropical o acuática, sino una tendencia uni-
versal que marcha al mejoramiento del Konv
bre en todas las manifestaciones de sus nece;-
lidades, tanto físicas como morales, he ahí
por qué se le ve luchar en los países monár-
quicos por la libertad más amplia y por el
imperio de la República Federal, y en las
repúblicas, por la igualdad legal, la instruc-
ción, el mejoramiento social y itviterial y el
impeño de la justicia sin desgastes ni retar-
dos.
En Alemania refrena al poder imperial, en
Bélgica impone al rey Leopoldo sus leyes
$abi<tj y moderadas, en Francia lucha contra
los privilegios de una república nominal, im-
perialista en el fondo, en la república Suiza
gobierna con leyes tan sabias y humanitarias
que son copiadas por el rcStO de la vieja
Europa y con ser un pueblo débil en núme-
ro, aunque grande en ciencias, industrias,
artes y libertades, es el espejo en que se
miran y salvan las grande» potencias de la
fuerza bruta.
Siendo esto conocido por experiencia,
¿por qué la América habría de esperar estar
invadida por la gangrena para proclamar el
socialisnio como faro de la salvación ameri-
cana? Eso sería un error, porque la sabi-
duría no está en curar un mal sino en saber
evitarlo y el único medio de evitarlos niales
que puedan azotarnos más tarde está en la
implantación del partido socialista de una
manera científica y justa, he aquí ahora ex-
plicado el por qué lo hemos implantado con
el nombre de Partido Obrero "Francisco Bil-
bao".
Las democracias no tienen razón de ser,
porque son calmantes, medios de transación
entre el pueblo y sus explotadores que si es
verdad que quitan una parte del poder a las
clases privilegiadas, en cambio no realizan
nada en favor de las necesidades del pueblo,
y una vez en el poder sólo cambian el nom-
bre del tirano, de noble en plebeya, de autó-
crata en demócrata, he aquí explicado ei por
qué del temor que tiene el socialismo a las
democracias, esa aventurera que con el nom-
bre de libertad, igualdad y fraternidad vende
los derechos del pueblo al mejor postor, no
hay tirano que no se haya titulado demócra-
ta, Marat era demócrata, García Moreno era
demócrata, Cronwel era demócrata, Francia
era demócrata. Melgarejo era demócrata, Ro-
sas era demócrata, Pierola es demócrata y
aquí en Chile Errázuriz, Pedro Montt, Carlos
Walker, son íntimos amigos de los demócra-
tas.
t
No hay mal que el pueblo haya recibido
que directa o indirectamente no le haya veni-
do de las influencias de esa meretriz que
llaman democracia.
La democracia, ya lo hemos dicho no
resuelve nada en favor del pueblo, por eso la
han abandonado en Alemania, Francia, Ru-
sia, Bélgica, Italia, Suiza y España, adoptan--
do todas estas naciones el socialismo como la
salvación de los males que las aquejan.
Sólo el socialismo salva a los pueblos,
porque es instrucción, trabajo, progreso, li-
bertad y felicidad humana.
En otros -artículos seguiremos explicando
lo que es el socialismo, lo que pide a la
justicia y a donde dirige su rumbo vivificante
y salvador, para hacer la eterna dicha de los
hombres, en sus grandes manifestaciones de
paz, de trabajo, de ilustración, de libertad,
de unión, de igualdad y de justicia, haciendo
desaparecer en una verdadera fraternidad las
actuales divisiones e injusticias sociales.
AlejandTO Busiamante
ALEJANDRO BUSTAMANIE.
CATECISMO SOCIALISTA.
Santiago. Imprenta Franco— Chilena,
1900, pigs. 1,5-6,11, 19, 28 y 30.
CATECISMO SOCIALISTA
"El Socialismo reclama; somos el deber, el
ideal, que queremos propagar y arraigar en
los pueblas por medio de la palabra, de los
gobiernos y de las leyes; es la vida de la liber-
tad. Nada posee, pero todo es de todos, co-
mo el aire que se respira. Es dueño del pensa-
miento humano, porque reclama la libertad
del pensamiento; no concibe el privilegio. Su
soberanía, su propiedad, su pensamiento y
su amor, es su derecho, su deber, ."iu gobier-
no, su obediencia; y no se le antoja ser e!
Único poseedor de la luz y del amor.
70
&■
í-
ALEJANDRO BUSTAMANTE
Catecismo Socialista
-»*«--
"El stíciallsmo esclama: somos pI
dfhpr, el j(t(ial qm (morcinos pro-
pagar i arraigar en los pirphlos por
medio di.' la palabra, ñc los goliit?nios
i (le las h'Ví's; oí es la vida óa la li-
bertad. Nada jjoset', pero todo, es tía
todos, (■orno él airi? ijne se rf.'spií'a.
Es diieiio del |H'3isanii"'iilo himiano.
porqm* proeiaiüa la IíIhtLíuI de! pcii-
samicitlü: iit! concihc e! priviJejir».
Su sülieranía, su propif-dad. su peti-
sa miento i su amor; es su derecho, su
delMT, su gobierno, su «¡w^dieiicia i
no sp le antoja sor el ñiiieo poseedor
do la luz i dol amor.
Su alma si' ai)re al universo, vivt;
en iodo, lodo vive enélíhouito es
otro yo.— Libei-tad, igualdad, fralcr-
nidad".— Bí'ftno.
— <El soí-ialisnio os la suprema p<T-
feccion íiiimana».— /'oíWíi tíazna.
«El socialismo es un anuncio do
uroírreío. de jusíieia, de lÜRTtad, de
i¡:ii!ildad i de íraternid;id. Su rioríi^ i-s
l;i politira, la litiertad reli-
jii ración luiiversal i la total
piiii.i. i:,iij vifl Iraltajoi».— Ciwiríírr,
(Discurso pronunfiado en las Cor-
tes españolas en ^i-íí'Mi 'i-i i'i 'le
Oetutire do 4871).
— "La economia jwliíie-a nxlania de
la lei. la juslieia uuíversal: el spcialis-
)iio le pide adamas, la ' ■ del
doirma de la fraiernid.".t
—"El socialismo dotw sei- adecuado
a ios tendencias, rostunihri-
sidades i progretiü de cada fi.
: ii>:iio dt'l hUmaiJO braze n
in, 1 «uleo eapHíil prodiie
ter -líR.
^'i^aJr^^^'^^^
SANTIAGO DE CHILE
IflOO
Su alma se abre al universo, vive en todo,
todo vive en él: hombre e& otro yo. Libertad,
igualdad, fraternidad". Bübaa.
-"El Socialismo es la suprema perfección
humana". Pardo Bazán,
—"El Socialismo es un anuncio de progre-
so, de justicia, de libertad, de igualdad y de
fraternidad. Su norte es la economía políti-
ca, la libertad religiosa, la federación univer-
sal y la total propiedad del trabajo. Cautelar,
(Discurso pronunciado en las Cortes espa-
ñolas en sesión del 19 de octubre de 1871).
—"La economía política reclama de la
ley, la justicia universal: el Socialismo le pide
además la realización del dogma de la frater-
nidad. Bastiat.
-"El Socialismo debe ser adecuado a las
tendencias, costumbres, necesidades y pro-
greso de cada nación". Bebel,
-"El trabajo del humano brazo o ingenio,
es el único capital ptoductor. El Autor.
EN EL TALLER. DIALOGO ENTRE UN
DEMÓCRATA Y UN SOCIALISTA.
Demócrata.— ¿Sois socialista?
Socialista,- Sí, gracias al estudio, al tra-
bajo y a la experiencia.
D,— ¿Por qué decís por gracia?
S.— Porque ser socialista es alcanzar la su-
prema perfección humana en el terreno ñlo-
sófico, de la historia y de la sociología expe-
rimental, lo íjue es un dan del sentido co-
mún.
D.— El nombre de socialista, ¿de dónde lo
tomasteis?
S. - De la sociedad, porque Socialismo
significa mejoramiento social dentro de la li-
bertad, el orden, el estudio y la justicia.
D.— Según eso, ¿qo¿ cosa es ser socialista?
S,— Ser partidario de la igualdad del hom-
bre y de la mujer ante sus semejantes, para
disfrutar con idéntico derecho de fas leyes
naturales, en razón directa de su trabajo o
capacidad,, pues el Socialismo cientíñco no
acepta el injusto monopoJio del Capital, que
es muerto, sobre la labor industrial que es la
vida y savia de una nación, porque ante su
ley natural, el trabajo intelectual o material
es el único capital productor.
D,— ¿Por qué decís Socialismo científi-
co?
S.— Porque hay tres clases de socialistas, a
saber: Socialistas revolucionarios o anarquis-
tas, que persiguen la lucha de clases, para
sobreponer al proletariado a la clase aristo-
crática y media, forjando por este. medio una
casta privilegiada. Este Socialismo se llama
revolucionario porque rechaza la acción ple-
biscitaria del pueblo y lo espera todo de la
propaganda por el hecho, es decir, del puñal,
del veneno y la dinamita. El programa anar-
quista pretende además la comunidad de
bienes, sosteniendo el peregrino axioma eco-
nómico de que cada ser dehe poseer en
relación a sus necesidades. Utopia que no
podrá realizarse mientras los hombres no
sean iguales en fuerzas, capacidad, inteligen-
cia, moral y salud, Supongamos (jue a cierto
número de hombres les diésemos una hacien-
da igual a Cada uno, al cabo de cierto tiempo
veremos que unos tienen más que otros,
porque la inteligencia, falta de vicios, mayor
trabajo y esfuerzo, como a la vez la riqueza
del suelo en bondades, el clima, la calidad o
nttyor abundancia de aguas, habrá hecho a
unos más ricos y felices que a otros. Si no
podemos conseguir que tres relojes anden
iguales, ¿conseguiríamos que algún día mar-
chen de acuerdo los hombres en fuerzas,
inteligencia y moral? Aun los indios verán lo
imposible de esta poética alegoría. Ocupé-
mosnos ahora del Socialismo evolutivo, éste
sin aceptar los torpes medios de propaganda
de que se vale el Socialismo revolucionario
no se desentiende de la participación política
del obrero en la cosa pública de los Estados
y funda su resistencia a los abusos det capital
en la organización de gremios, para que
impongan a los patrones sus pretenciones
por medio de huelgas y barricadas. Viene por
i71
fin el Sociaiiimo científico, que toma este
nombre porque eatá basada su doctrina en la
Justicia, Libertad e Igualdad Legal de la raza
Kumana, por estas razones recliaza perento-
riamente la lucha de clases, porque ante la
anidad humana que proclama, iio acepta que
entre los hombres puedan haber en el sentí-
do de los privi]egios mayores ni menores, no
concibe tampoco la diferencia de ctistas, ni
odia a los ricos, porque sabe por experiencia
propia que la única fuente de riqueza es la
labor diaria, pues el esfuerzo del humano
brazo cü el único capital productor, en esta
virtud sostiene al reverso de su antagónico y
antítesis, el Socialismo revolucionario, que
cada hombre debe poseer en relación a su
trabajo y cada trabajo en relación a sus
fuerzas o capacidad. Este Socialismo que
también es conocido con el nombre de So-
cialismo democrático no rechaza la organiza-
ción de los gremios de resistencia, sino que
por el contrario los fomenta bajo la inteli-
gencia del socorro mutuo que hace más
llevadera la lucha del obrero por la vida y en
algunos casos justifica las huelgas como su-
prema y doloiosa necesidad de defensa con-
tra la explotación. Como s.e ve, este Socialis-
mo todo lo espera de la acción política de
los hombre» de trabajo y de sus filas no
excluye a ningún individuo, grupo o fracción
que de buena fe venga a luchar por sus
altruistas ideales de redención del proletaria-
do en general, que es el más necesitado.
c-..}
D.— ¿Qué entendéis por obrero?
S.- Nosotros consideramos obrero a todo
hombre que material o inteíectualmente tra-
baja por el progreso y bienestar de la colecti-
vidad humana.
D.- ¿Cuál es la consigna del socialista?
S.— La fraternidad social.
D.— ¿Por íjué?
S.— Porque los hombres deben ayudarse
mutuamente como hermanos, a fin de mejo-
rar la condición general que de hecho redun-
dará en bien de cada uno en particular.
D,— ¿Cuáles son las causas que perjudican
ese mejoramiento?
S.— La ignorancia, la avaricia y la falta de
dignidad.
D.— ¿Por qué decís la ignorancia?
S.- Porque la escasez de conocimientos
científicos en que intencionalmente mantie-
nen los diiijientes al pueblo trabajador, hace
que éstos ignoren sus derechos y los conoci-
mientos Qtües con que debieran defenderse
unidos como un solo hombre de la tiránica
usurpación de sus derechos, de la explota-
ción ignominiosa de su trabajo y, en fin, sea
dicho en Conjunto, para defender su Sobera-
nía política oponiéndose con todas las ener-
gías vitales a la vil mercancía del voto, que es
la enfermedad, causa y fin de todos los males
que afligen en la esclavitud al hombre de
trabajo.
D.— Me parece también que inculpasteis a
la avaricia.
S.— Sí, porque el egoísmo de los gobier-
nos y de los patrones son la principal causa
de la situación económica de los trabajado-
res.
El gobierno fija contribuciones y gabelas
que tienen que sufragar los industriales y por
ende el obrero, con menoscabo de la justa
remuneración de su trabajo y alimentación.
Los impuestos, no hay que olvidarlo, sólo
deben establecerse en beneficio de la utilidad
común; es así como se hacen grandes y
felices los Estados. Estos impuestos percibi-
dos por los poderes públicos, fomentan el
progreso y sus instituciones, razón porque
antes de imponerlos deben ser muy medita-
dos y mejor estudiados, a fin de evitar que de
un modo indirecto vengan a gravar las necesi-
dades más apremiantes de los hombres de
trabajo. Porque los impuestos y derechos
sobre las materias de consumo hacen que los
ciudadanos se aumenten escasamente y en
malas condiciones, causas que aumentan
muy poderosamente la mortandad de los
adultos,, que no pueden resistir por su debili-
dad al desarrollo normal de las enferme-
dades, principio que a la vez hace que los
niños mal nutridos crezcan estériles y raquí-
ticos, siendo a menudo presas de enfermeda-
des crónicas que les impiden trabajar por
muchos años y a veces por toda la vida;
hecho que como hemos dicho antes, recarga
el consumo y disminuye la producción en el
sentido práctico de la Economía Política y es
de lógico sentido común, que aumentándose
el consumo de los que producen, los que
guardan y mantienen a estos enfermos tienen
que disminuir su alimentación en desmedro
72
de su propia rotustei y salud.
Otro factor que contribuye a aniquilar la
existencia del obrero, es la expropiación que
le hacen los patrones de su trabajo manual,
remunerándole únicamente una parte de las
ocho Cjue produce. O bien, que fuera de este
inhumano despojo le hacen trabajar un tiem-
po excesivo que además de gastarle la vida,
es otro apéndice del robo legal que se le
¡TMpOJJC por la ley del hambre, pues cada
minuto de exceso en el trabajo representa
una cantidad de producto líquido que entra
a engrosar \z$ ganancias del patrón.
D.— ¿Qué entendéis por falta de digni-
dad?
S.— Que el operario venda su trabajo en
perjuicio de sus compañeros de gremio, por
falta de solidaridad y uni6n, a un precio que
no representa ni el valor intrínseco de los
artículos de primera necesidad y lo que es
más grave aún que se presten para que los
patrones por intermedio de sus personas
hostilicen a sus mismos compaReros de infor-
tunio. Esta depravación moral de nuestros
hermanos de trabajo, está auxiliada podero-
samente por el servilismo que produce en e!
pueblo el fatal imperio de los vicios y la
embriaguez, que invanden nuestras capas so-
ciales desde el Presidente de la República
hasta el último mendigo, vicio que convierte
al proletario en miserable esclava de los ricos
neos y en parias de su propia tierra natal, y
todo-gracias al flagelo que concluirá de exter-
minar a estos jóvenes países que principian a
retrogradar en el camino de la civiliíación
por la influencia de ese dios alcohol, que ya
ha enterrado en el idiotismo, impotencia,
servilismo y raquitismo, a la antes noble y
viril raía araucana.
D.— Y, ¿qué entendéis por artículos de
primera necesidad?
S.— La habitación, ei alimento.'el vestido,
etc.
D.- Eso sería atacar la libertad de ense-
ñanza y del aprendizaje voluntario.
S.- No pienso lo mismo, porque así co-
mo la colectividad tiene el derecho de abrirle
la boca a un suicida para darle a beber él
antídoto del veneno que ha apurado, así
también e! Estado, soberano sobre todos los
soberanos, tiene el deber y la obligación
ineludible de instruir de un modo obligato-
rio, gratuito y laico a todos sus habitantes, a
fin Je darles a conocer en el libro, el antído-
to de todos los males que envenenan a la
humanidad,
D.— ¿Por qué creéis que la enseñanza
debe ser laica?
S.— Para que sea uniforme, pues los inte-
reses del Estado son contrarios a los de la
Iglesia, por tanto se repelen y como en dos
afirmaciones opuestas sólo una puede ser
verdad, pues aquí no cabe la neutralización,
resulta entonces que la verdad es la que debe
eitseilarse sin contrapeso alguno. Así, por
ejemplo, la Iglesia enseña que el mundo tiene/
siete mil años y que todo es obra de asuntos
revelados a la fe; la ciencia, por el contrario,
con hechos irrefutables, atestiguados por los
fósiles y el carbón de piedra, prueba de un
modo concreto que el mundo tiene más de
cien mil años y que todo lo 'que existe
obedece a leyes físicas, eternas e inmutables.
Estas dos opiniones aunque se repelen, son
enseñadas en la actualidad en todas las escue-
las del país, con gran escándalo de los hom-
bres que con frialdad miran estos hechos
ridículos, lo que domo hemos dicho, es una
barbaridad que no debe ser tolerada por el
Estado, pues no es posible que éste pague
para que en una sala se enseñe la verdad y en
otra la mentira, Si la verdad es la que
enseñan los dogmas de la fe, está demás la
física, la química y las matemáticas que
refutan eSas torpes aseveraciones, Y si por el
contrario, la verdad es la que afirman las
ciencias exactas y naturales, están demís las
dogmas de la fe que han dado en llamarse
revelados, pues la verdad ya lo hemos dicho,
ha sido, es y será, una,eterna e inmutable; he
aq\if, entonces, por qué creemos que la
enseñanza debe ser laica,
D.— La enseñanza laica la creo peligrosa.
S.— La única medida que puede producir
finitos óptimos al porvenir de la Patria y de
la historia, es la educación forzosa para
todos los habitantes de la República, gratuita
y laica. De este modo, ningún ciudadano
podrá abstenerse de participar Con el óbolo
de su voto al mejoramiento de las institucio-
nes sociales y al absoluto bien de la patria.
Tendríamos por consecuencia lógica, el an-
helado Sufragio Universal,
La instnicción es el maná celestial que ali-
menta e! espíritu y profundiza la moral con
el raciocinio establecido sobre bases inamo-
73
viblcs, ElU da a conocer al hombre sus dere-
chos sobre la parte de !a naturaleza que tTi-
plota, sobre taso cíe dad a que está ligado para
opinar, deliberar y trabajar por la felicidad
universal.
El Gobierno debe fundar con preferencia
bibliotecas públicas departamentales, a c^rgo
del Erario, para difundir en el pueblo el
entero convencimiento de lo que es en el
dominio de los derechos morales y legales,
centro del poder colectivo. La instrucción
difundida de este modo, traería como efecto
lógico y absoluto, el imperio de las ideas de
progreso. Colocaría a nuestra vacilante Re-
píiblica a la vanguardia de los demás países
de la América Latina.
Anexa a esta obra esti la de fundar
escuelas irvdustnales que abran a nuestro
pueblo nuevos ho(;izontes de labor que arre-
baten la importación al extranjero y hagan
más compartidas y con mejores resultados
las tareas de nuestros industríales. Estos ta-
lleres de instrucción facilitarían, por otra
parte, la enseñanza de ios infelices huérfanos
de ambos sexos entregados para su salvación
a la filantropía del país, dándoles labores
útiles que les proporcionen una vida holgada,
que los aliente junto con la Eatria, pues sólo
la ociosidad y. su legítima consecuencia, el
fanatismos, asesinan el progreso y libertad de
los pueblos. A más de estas ventajas, seríala
mejor herencia otorgada a ellos por el único
padre que han conocido, el Estado.
Ya que hablamos de industrias, nos ocu-
paremos de indicar, a grandes rasgos, algunos
pequeños medios que podrán subsanar en
algo los graves ma3es que la aquejan. El más
capital, por no decir el único, es la falta de
protección que existe en las alturas sociales
para utUiíar el producto de nuestros opera-
rios; de aquí nace que sea débil e incierta por
la constante desconfianza que amaga al Capi-
tal.
Td es la causa por que el taller no
aventura, ni se arroja a empresas progresistas.
jQué distinta cosa sucedería si a imagen y
ejemplo de Alemania, Francia o Estados
Unidos del Norte, prestásemos nuestro apo-
yo, consumiendo únicamente los productos
nacionales aunque adolecieran de algunos
defectos!
Si las máquinas de nuestros estableci-
mientos industriales fuesen obra de nuestros
obreros, etc., quitaríamos al extranjero cotí
nuestras elaboraciones, liasta la introducción
de la materia prima.
Si el Estado subvencionase las industrias
útiles, invenciones y obras nacionales de
genera] importancia, si todos concurriésertíos
en su apoyo, ya personal, ya colectivamente,
daríamos un glorioso impulso a las indus-
trias, haríamos la eterna felicidad de núes-
tros operarios, que redundaría sobre noso-
tros mismos, con gran economía en el consu-
mo directo de nuestras mismas obras. Reali-
zado esto, industria y capital quedarían en el
suelo nativo.
Una vez que consigamos que nuestras
fábricas puedan competir con el comercio
extranjero, mandando sus productos y ma-
nufacturas a los mercados de otros países,
entrarán a las aduanas de la República, en
cajnbio de nuestros artefactos, libras esterli-
nas, cesará la desquisiadora lucha de o re ros y
papeleros, tendremos el cambio a 48 peni-
ques y circulará el oro sobre una base fija e
inalterable, Pero, mientras este hecho no
pueda realizarse, por doloroso que sea, debe-
mos servimos para todas nuestras transaccio-
nes de una moneda abundante, que dé vida
real a esas mismas industrias que nos traerán
el oro. Dado el estado actual del país, este
circulante no puede ser otro que el padrón
de plata y en el último de los casos, el papel
moneda garantido y valorizado por el Esta-
do.
Aparte de esto y por razón directa, se
hace indispensable un fuerte recargo aduane-
ro a las industrias extranjeras, para que, en la
imposibilidad de la internación, nos reporten
como utilidad vital la enseñanza y construc-
ción de sus útües de comercio, por medio de
sucursales constructoras, ubicadas en nuestro
territorio.
La amplia protección a la industria nacio-
nal y la supresión de impuestos para la
materia prima; con esto las teorías pasarán
de hecho a la más grata realización de una
esperanza, largo tiempo acariciada por el
pueblo.
Todos los ciudadanos, sin excepción, de-
ben revestirse de amor cívico para llegar -a
tan feliz resultado, sin olvidar un segundo,
este fraternal precepto: "Primero que la
familia, está la Patria; y a vanguardia de la
74
patria, está la humanidad". Completa liber-
tad de industria sin gravamen de ninguna
especie, complementaría el ideal de la victo-
ría acariciada día a dia en la desmantelada
mesa del laborioso obrero, aumentándose
como es natural, el salario del industrial o
empleado, en razón directa con la competen-
cia y producción de su trabajo, pues la labor
del humano brazo, es el único capital pro-
ductor, y no es justo que algunos gocen en la
regaifa y holganza, los ajenos y mal remune-
rados sacrificios. Estos ideales son para noso-
tros algo como lo que son para los creyentes
los dogmas de la fe.
D,— ¿Qué entendéis por fe?
S.— La grosera negación de la razón hu-
mana, que manda al hombre creer en absur-
dos que son rechazados por sí solos y de un
modo perentorio, por el criterio, la ciencia y
!a lógica de los acontecimientos reales y
positivos,
D.— Según eso, ¿no creéis en Dios?
S.— En el de los deistas espiritualistas, no.
D,— ¿Por qué?
S. - Porque no ha tenido principio y lo
que no ha principiado es la nada y es sabido
que de la nada, nada se Hace.
Porque es un ser vivo e inteligente; por
tanto debe y tiene que ser derivado, lo que
nos conducin'a a una inñnidad de dioses más
numerosos que la especie humana, puesto
que lo( dioses son seres poderosos, eternos e
inmutables.
Porque Dios tal como se lo figuran los
deístas, es venal y parcial, tanto que le
agradan las ofrendas y las adoraciones del
adulo; acciones que, según los interesados
que se titulan sus ministros o delegados,
inclinan su voluntad eterna e inmutable; y
porque siendo Dios la suprema fuerza, debe
necesariamente nacer de la materia, pues
aquella sin la materia no ejtistirfa y al let
fuerza o materia, deja de ser espíritu ^rado-
ío sabio y omnipotente.
Poi último, todos sabemosquela materia
cambia a menudo de forma; aún más, no ha
tenido principio ajeno a lo que vemos y
palpamos, ni tampoco tendrá fin, porque es
y será eterna.
D.- ¿De dónde habéis sacado todo esto?
S.— De la fJosofía racionalista.
D.-- ¿Por qué decís racionalista?
S.— Porque es hija de tos sentidos, de la
experiencia y de la razón aplicada.
D.— ¿Qué entendéis por filosofía?
S.— La aplicación de la razón a los actos
de la vida humana.
D,— Hay muchos estadistas que creen que
la guerra es necesaria.
S.— No sólo los estadistas, es decir, los
políticos venales desean las guerras, sino aún
las democracias que sueñan con laureles,
negocios, granjeos y victorias.
D.— Si no hubiese guerras los pueblos se
llenarían de trabajadores y nos moriríamos
de hambre.
S.— Vuestras teorías, si las aceptásemos,
llevarían al mundo a la ruina y a la desoía-
ción, pues, según vuestro modo de pensar,
no debe haber medicinas, médicos, ni hospi-
tales, para evitar la muerte de los seres
humanos, No debe castigarse a los asesinos,
porque estos alivian a la naturaleza del exce-
so de población. Y siguiendo, así, vuestras
doctrinas, iríamos a parar demasiado lejos.
D.— ¿Y acaso en cuestión de guerra los
socialistas, no piensan como nosotros?
S,— Vemos la medalla por el reverso, es
decir, campos de Marte sembrados de miem-
bros mutilados por la metralla, los sables, las
bayonetas y los cañones.
Cadáveres despostados por los explosivos,
heridos, locos por el dolor y la fiebre, que se
arrastran regando el suelo con su sangre, que
lanzan lastimeros quejidos, en proporción de
mil soldados por cada oficial; vemos aJ retro-
ceso ocupando el camino por donde antes
marchaba el progreso, cí hambre en el hogar
de los pobres, obreros y proletario»; la mise-
ria golpeando a las puertas de la República,
por 1% paralización de las industrias y la
agnctiltura; madres viudas por la barbarie de
la guerra que, para salvarse del ayuno, del
frío y de la desnudez, tienen que prostituirse
junto con sus hijas; huérfanos que, por la
falta del padre sacrificado al genio de Itxí
batallcis, principian por mendigar por las
calles un pan, única caridad que nos ofrece el
catolicismo; estos niños no pueden ir a la
escuela porque el tiempo les falta para ganar-
se el sustento diario; y así, paso a paso, por
la vergüenza perdida en la mendicidad a
causa del hambre y la ignorancia, llegan,
escalón por escalón, a la cúspide del crimen
y al patíbulo: mutilado» devueltos inválidos
75
y enfermos del campo Je operaciones béli-
cas, que no pueáen producir y solo aumen-
tan e! Consumo, tal es, en toda su desnudez,
fa ganga que ofrece la guerra.
La guerra es la dictadura militar en su
forma más repugnante, por eso no dejaremos
jamás Je combatirla ios que, verdaderamen-
te, y no por wiibición ni negociados, hace-
mos de la democracia un culto y de nuestro
honor Un escudo.
Los del Partido Socialista amamos mis a
Grecia, enseñando a la madre del mundo,
que a Roma, conquistando a Atenas y demo-
liendo a Cartago.
La guerra, con su bagaje y séquito Je
destrucción, nos priva dé los mancebos más
robustos, lo que impide el desarrollo físico
del género humano, contrariando con ello a
la naturaleza que siempre sacrifica a los más
débiles en favor de los más robustos, ley
inderogable en la batalla Je la vida; la guerra
quita a las familias los jóvenes mejor consti-
tuidos, los mata o los devuelve a ía generali-
dad en triste invalidez, lo que, como hemos
repetido antes, disminuye el número de tra-
bajadores, aumentando de un modo crecien-
te, el de los consumidores, perjudicando de
un modo directo los productos de la cierra,
recargando las tareas, el comercio, las indus-
trias y debilitando, al mismo tiempo, el
organismo de las razas posteriores a él en
línea recta.
D.— ¿Parece que quieren mal a la Demo-
cracia los Socialistas?
S.— Nada de eso, porque socialismo de-
mocrático es la suprema perfección humana;
pero sucede muy a menudo que los que se
dicen demócratas en estos países, no son
otra cosa que populacheros vulgares, que
engañan y adulan al pueblo inconsciente y
vicioso, para satisfacer sus crirmnales ambi-
ciones.
Para un Socialista la Democracia es la
forma de gobierno en que el pueblo ejerce la
soberanía, dictando y sancionando las leyes
por si mismo, para que impere sobre todos
los habitantes del Estado,
Este sistema está basado en la igualdad
política.
Ningún partido llamado democrático ha
realizado jamás estos ideales, sino que, por el
contrario, cuando ha sido gobierno, a su
nombre, han consumado los mayores críme-
nes, vicios y tiranías; de ahí hace el despt{
ció que se ha tenido por ellos en todos lo
Estados modernos, donde ningún partid<
fuera de los Estados Unidos, conserva ts
peregrino nombre. A este propósito dic
Proudhon, acaso cuando ha escrito con ina
yor razón: "La democracia es positiva, 1
democracia es el ostracismo de las capac
dades y el caudillaje de individuos oscuroi
impotentes, envidiosos y turbulentos. La di
mocracia es retrógrada, demasiado servU, ra
trera y vive de constantes transacciones, qn
la hacen contradecirse a cada paso; un día i
fanática, y a las 24 horas es atea, según seai
las conveniencias personales de sus ambicia
sos mandarines; la democracia no tiene me-
dio alguno para resolver los problemas socia-
les por más que usa la mascarada de decir
que representa los genuinos intereses del
pueblo; la democracia es heterogénea, cora-
puesta de patrones y trabajadores, de inte-
reses encontrados, razón porque jamás podvá
hacer ni resolver nada, pues heriría, con
cualquiera de sus determinaciones, a una
parte de sus componentes; he aquí explicado
entonces el por qué de sus eternas transaccio-
nes; la democracia es para el pueblo mas
pequdicial que una monarquía por su creci-
do bagaje de empleados y favoritos".
De esta prostitución universal de la demo-
cracia, nace la duda fundada que se tiene de
esos aventureros políticos que se declaran los
paladines de su causa, para traicionar y
vender diariamente los que debieran ser sus
más puros ideales; por esta razón .se ha visto
que, hoy por hoy, no triunfen en los comi-
cios públicos ni en las luchas eleccionarias o
plebiscitarias los hombres más virtuosos e
inteligentes, ni tos más útUes y de más sanas
ideas, si no los políticos más acaudalados y
personales, que hacen que los electores y
representantes demócratas, se pasen de un
campo a otro, sin atender a la bondad de las
ideáis y virtud de los ciudadanos, sino al
mayor jornal que se les ofrezca por su
incondicional concurso.
D.— En nuestro país, mal que le pese, la
democracia es mejor que el Socialismo, por
más que adolezca de algunos vicios, pues no
estamos preparados para el Socialismo.
S.- Esta fue la misma razón que se nos
dio para combatir nuestra independencia, la
misma que se alegó pata atacar el sistema
76
republicano; cuando se dictó lat ley de matri-
monio civil y cementerios laicos se hizo valer
nuevamente este mismo y cadavérico argu-
mento.
D,— El Socialismo no le veremos imperar
aquí ni en cincuenta años.
S.- Mayor razón para que empecemos
desde luego la propaganda; así disfrutarán de
sus beneficios nueitros hijos, mientras que si
empezamos dentro de cincuenta años cuan-
do, estemos preparados no lo gozarán ni
nuestros nietos.
D.- ¿Es suficiente con la democracia?
S. ■'- No, porque no resuelve nada, ni signi-
fica nada, como trataremos a probároslo. La
democracia y el liberalismo, tan contados
por los políticos de nuestro país, no consti-
tuyen ningún sistema de libertad, ni respon-
den tampoco a las necesidades ni el bienestar
del mayor número: necesitáis que otra vtt os
definamos "qué es la Democracia".
La palabra democracia se deriva del griego
y se compone de dos partes que, traducidas,
dicen demo, pueblo y cracia, gobierno. Así
es que en el presente siglo, la democracia se
entiende por la forma de gobierno, en que el
pueblo ejerce la soberanía, delegándola en
tus representantes que dictan, sancionan y
aplican las leyes por que se rigen los Estados.
Dicho esto, esperamos que estaréis de
acuerdo con nosotros en que la democracia
es sinónimo de República y monarquía elec-
tiva y constitucional, por la forma en que el
pueblo deiega su soberanía; así es que, en un
Estado de este género, es obligación de todo
ciudadano ser demócrata, sin que en ello
haya mérito el que menor. En Chile, tan
demócratas son los conservadores, como los
radicales, los demócratas o los liberales, pues
todos expresan su voluntad por medio del
sufragio.
La democracia es causa de una forma de
gobierno y los nombres que dan el usufruc-
tuar de los partidos son efectos de las necesi-
dades del pueblo. Dentro de la democracia
tienen cabida todas las ideas; pero eso no
quiere decir que ias confundamos en una
misma cosa, porque la nube tempestuosa no
es el rayo( ni el rayo nube, por más que !a
electricidad se contiene en la nube misma.
El Socialismo no es la democracia, pues es
sólo una necesidad de mejoramiento social
que se expresa, sí, dentro de las tendencias y
formas democráticas de gobierno.
Hablamos antes de fracasos democráticos
porque, como la definición lo dice, dentro
de su existencia caben todas las libertades,
Como todas tas tiranías y, por desgracia, estas
últimas han sido hasta hoy el fruto espúreo
de la democracia, favorita asalariada de las
tendencias reaccionarias, con que se disfraza
la venda que ciega la libertad de los pueblos.
La democracia es adaptable a todas las
formas de gobierno y el Socialismo sólo se
aviene con las fórmulas de libertad y el
mejoramiento de la condición social de los
pueblos,
Sólo la manifestación del Socialismo cien-
tífico, no el revolucionario, labra la felicidad
de todos los hombres, haciendo imperar la
sublime trinidad del progreso: libertad, igual-
dad y fraternidad.
Un publicista, ahora tiempo, quiso definir
fa democTacia al decir que es la fórmula de
gobierno en que han de tetier solución todos
los problemas sociales a cuyo impulso se
agitan actualmente las conciencias y se con-
vulsionan las sociedades.
En esta profunda definición, el arcicidista
resolvió hábilmente la Repíiblica socialista,
no la democracia, es decit, no el origen, sino
la manifestación de la causa democrática que
se llama Socialismo o Radicalismo, según sea
el nombre del partido que quiera esas refor-
mas o tendencias sociológicas.
D.— El hambre, los climas y los odios han
engendrada el Socialismo.
S.— Estáis equivocado.
El Socialismo no es hijo de las necesi-
da(^s, del odio a los ricos, ni de los climas,
ni de las fórmulas de gobierno, sino que, por
el contrario, proclama el impecio del trabajo
para que la sociedad se componga de ricos.
D.— Igual cosa piden los revolucionarios.
S.— No; sufre usted una equivocación,
pues éstos condenan el trabajo como humi-
llante para el hombre, sosteniendo que la
protesta contra la explotación de los capita-
listas debe ser la ociosidad de los traba-
jadores. Aún más, el Socialismo científico es
antagónico al anarquismo, porque dice, a
cada uno según su trabajo y el anarquismo, a
cada uno según sus necesidades. El Socialis-
mo pide el imperio de la justicia como el
único medio de que desaparezcan los odios
entre las dases y, por consiguiente, que no
77
tenga razón de ser el anarquismo utópico e
irrealizable, porque el anarquismo es el íuici-
dio del Estado; y como este acto, para ser
ejecutado, necesita el pensamiento único, no
puede ser aceptado por la sociedad que eí
mukipensadora, Luego e] anarquismo e$ un
imposible.
El Socialismo no pretende la comunidad
de bienes, poi<]ue ésta es otra utopía que va
contra la ley natural de los clinnias, del
trabajo, del talento individual y de la fuerza
materia] que siempre sacrifica a los débiles
en favor de los más robustos; por otra parte,
el Socialismo no procura rúnguna idea reli-
giosa, poique sabe que su misión no está más
lUá de la turaba, sino aquí, cuando el hom-
pre marcha con s.us necesidades sobre la
superficie de la tierra, mascando hambre y
engullendo grandes sorbos de ardiente sed; y
no preñriendo ninguna idea relig;Íosa, no
puede ser cornunista, pues los únicos seres
^uc practican el comunismo anárquico, por-
que otros trabajan para mantenerlos, son
ciertos centros religiosos, que se llaman co-
munidades, centros inmorales que corrom-
pen con sus pestilentes vicios la moral de los
pueblos creyentes.
D,— ¿Cómo se podrá arreglar la cuestión
capital y trabajo?
S.— La relación del capital y del trabajo
se arreglaría por medio de la mutua utilidad
y el capital es el trabajo acumulado y el
trabajo . diario la fuerza activa; productora;
sentadas estas verdades debemos ahora anali-
zar las formas en que se asociarían para
desarrollar las ganancias. Supongamos una
empresa comercial cualquiera, en que el capi-
tal esté representado en la asociación por
útiles y salarios y el trabajo esté representa-
do sólo por el esfuerzo del operario y su
inteligencia.
Todos los meses se hace balance del nego-
cio y deja al capital, que es el único que
gana, según el orden actual, diez mil pesos de
utilidad líquida; esta ganancia en un año
representa una suma de ciento veinte mil
pesos, capital saneado, cantidad que lia sido
amasada, centavo a centavo, únicamente por
e) brazo del trabajador, auxiliado de un
modo pasivo por el capital, que representa,
como hemos dicho antes, la dieta del obrero;
siendo indulgentes con el capital, déte repar-
tirse esa utUidad por iguales partes, entre el
capital y el trabajo, es decir, sesenta mil
pesos a los trabajadores y el resto a los
patrones; esta gracia que se le concede al
capitalista, no es tanto por el dinero emplea-
do, que sólo debía gozar, en justicia, de un
interés judaico, cuanto por el peligro que ha
corrido en la empresa; item más, el pago que
le corresponde como obrero intelectual, al
peculio ingenio, que es el nervio de todas las
empresas, por estas razones y otras que
podríamos aducir, abogamos por el contrato
mutuo y obligatorio para toda clase de em-
presa, ohiigaciones o negocios, en cuyos
contratos se estipularán las recíprocas obliga-
ciones; de este modo, todo empleado o
trabajador, será un mediero de su jefe o
patrón, interesado en un cincuenta por cien-
to de la industria o empresa, y si es destino u
obligación, al fiel cumplimienta de lo estipu-
lado, esto hará que el socio industrial cuide
con más interés que si fuere propio, el aporte
del capitalista, que tratará de centuplicar,
poique sabe que en el buen negocio le va el
fruto de su trabajo, y, por su parte, el
capitalista tendrá más descanso y confianza
en el particular interés de sus socios, quienes
por la felicidad mutua, tratarán de salvaguar-
darlo, aun de los males, que no pueden
prever la ciencia y actividad del hombre.
Tal es, podemos decir en pocas palabras,
la relación científica y equitativa, que debe
reinar entre el capital y el trabajo, para hacer
a cada persona, dueña de lo que produce,
hoy que los ociosos explotan a los ignorantes
y trabajadores y los que elaboran y producen
más, son los que nada tienen y menos disfru-
tan de la felicidad que a otros proporcionan,
D. - Usted parte de un error, al creer que
el brazo es el capital más productivo; yo
pienso que el dinero es la primera fuerza
productora de un país.
S.— Para probar que la fuerza del humano
brazo es el único capital productor, aun más
que )a inteligencia misma, nos bastará un
ligero examen comparativo de estos elemen-
tos. Supongamos dos haciendas iguales en
tamaño, muy ricas, ambas con los útiles ne-
cesarios para la explotación, pero faltas de
hombres; a la primera mandamos cincuenta
literatos de los más distinguidos, cincuenta
médicos, cincuenta abogados, cincuenta co-
rredores de bolsa, cincuenta arquitectos, cin-
cuenta militares, los más hábiles; cincuenta
78
ingenieros, cincuenta profesores de los más
ilustrados, cincuenta banqueros y cincuenta
frailes; y a la segunda, por eí contrario, mati-
dattios ios hombres más rudos y torpes, elegi-
dos en la siguiente forma; cincuenta peones,
cincuenta carpinteros, cincuenta mineros,
cincuenta lapateros, cincuenta albaniles, cin-
cuenta curtidores, cincuenta mecánicos, cin-
cuenta rateros conocidos y cincuenta vagos;
al cabo de dos años vamos a visitarlos, y nos
encontramos con que los primeros han con-
sumido, sin hacer produdir, las existencias
que les fueron entregadas, mientras que los
de la segunda hacienda, habrán renovado las
herramientas inutilizadas en el trabajo, ha-
brán curtido cueros, hecho zapatos, fabrica-
do carbón, muebles; habrán descubierto y
explotado minas, sembrado, cosechado y
mejorado las existencias del fundo, lo que
nos prueba una vez más, que el trabajo deí
humano brazo e ingenio es el único capital
productor, que está por encima del cálculo
de los agiotistas y de los delirios literarios de
algunos garduñas que pululan por las impren-
tas, vendiendo su pluma con la misma facili-
dad que los rateros venden SU mano furtiva
al mejor postor.
D.— Por lo que me habéis dicho, se ve que
la propiedad es un robo y la riqueza un
crimen.
S.-- Estas palabras son de San Juan Cri-
sóstorao, repetidas por Prondhon y acepta-
das como principio exacto por los comunis-
tas anárquicos. La propiedad es el derecho
positivo que tiene el primer ocupante sobre
los terrenos baldíos, los tesoros sin dueñas y
laí invenciones de su ingenio, propiedad va-
lorizada después, con el trabajo del cultivo o
la preparación de! terreno. Esta es la propie-
dad adquirida por derecho primitivo, que
por lo que hace a la propiedad otorgada por
el Estado, es más legítima aún. El suelo, el
agua, etc., es propiedad de la colectividad
común; el gobierno es el jefe que representa
legalmente a la colectividad social; por tanto,
puede vender el derecho de cierta extensión
de terreno o usufructo en beneficio de esa
misma colectividad, por cierta cantidad de
dinero que^ aprovecha el conjunto social del
Estado, representado por el gobierno, en
bien de todos. Si esto no sucediera así, nadie
trataría de trabajar, para adquirir, inventar o
ser útil a la sociedad. En cuanto a la riqueza
que sea un crimen, es una demencia, pues se-
gún eso, sería un crimen el trabajo, puesto
que la riqueza es el trabajo acumulado por el
brazo, el ingenio o la suerte del descubri-
dor, etc.
D.— Decidme ahora, ¿por qué una frac-
ción de nuestros socialistas sin ser revolucio-
narios, ni evolutivos, siguen un camino
opuesto al Socialismo alemán, francés, suizo,
belga y sueco, que son los que me parecen
más perfectos?
S.— Según mi modo de ver y entender, es
debido a que eí primer Socialismo que se
Organizó en América, nos vino de Italia, don-
de hacia esa época, el pasaje entre la ciencia,
la bomba de dinamita y las barricadas que
siguen a las huelgas; de ahí nace este confe-
stonismo, pues, los maestros socialistas de
estas jóvenes repúblicas, han sido- discípulos
de Malatesta, y se dicen socialistas, tal como
lú han hecho antes los anarquistas Bacounini,
Kropotkine y otros. Estos socialistas creen
que la forma política del Socialismo demo-
crático es mala y perniciosa y que sólo el
Socialism.o de acción es el que tiene mérito.
Esto no necesita comentarse, porque salta a
lá vista que más ha hecho en Italia la pluma
de Edmundo de Amicis, que el pufíal afortu-
nado de Ángel Bresci, [hay en el mundo,
setenta ramiñcaclones socialistas, más o me-
nos con sus respectivas escuelas y adeptos;
pero estas escuelas escarmenadas, sólo se re-
ducen a tres familias de que ya hemos habla-
do al principio de la obra).
El verdadero socialista ante todo debe ser
ilustrado, puesto que persigue el Gobierno
dándole preferencia a los m4» aptos y prepa-
rados Je sus compañeros; debe ser estadista,
estudioso, corregidor del orden social que
hoy impera y no destruir por el placer de
demoler y matar, tal como lo pretende el
anarquismo en acción. Por más que busca-
mos no vemos cuál de estos flamantes socia-
listas metamorfoseados, se encontraría con
la preparación de un Ferrati, un Amicis, un
Bobio o un Caballoti, que son los reformado-
res de la nueva y científica escuela italiana
que se asimila en todo a la evolución alema-
na de Marx y Bebel y a la rusa de León
Tolstoi, para dirigir un Estado autónomo.
La desgracia nuestra ha sido que los italia-
nos que han inmigrado a la Argentina traje-
sen las doctrinas de Malatesta; y como en el
79
I
Plata han sido los primeros en organizarse
como partido político, de aKí nos viene que
nos lleguen ideas defectuosas, atentatorias y
enfermas. A esta fuente infecciosa ha sido a
donde han hnjado a beber sus utopías todos
los que en nuestro país han dado en llamarse
socialistas libertarios; de ahí nace el cosmopo-
litismo y variedad ininteligible de sus teorías
sociológicas.
Casi todos nuestros compatriota* han to-
mado como maestro al ciudadano de la hu-
manidad Adrián Patoni y a Leopoldo Lugo-
nes, caballeros que tienen muchos ribetes
revolucionarios que los hacen pertenecer a
tas filas avanzadas del anarquista Bacounini,
por más que éstos sólo propagan las ideas
más simpáticas del anarquismos no digo lo
mismo de los hermanos Justo e Ingenieros,
personas más preparadas que las anteriores
para difundir el verdadero Socialismo demo-
crático.
Patroni, por ejemplo, sostiene el odio a
los ñcos, cosa que no es socialista sino prin-
cipio anárquico; establece, como cuestión
dogmática, la lucha de clases (lucha significa
antítesis, choque, quitar o despojar a otro
por la fuerza para disfrutar su propiedad,
colocándose en su lugar, lo que es contrario
a la justicia y a la razón); este criterio sería
mantener el orden actual existente, en peo-
res condiciones, pues despojaría a los ricos
para colocar en su lugar a una clase prole-
taria sin preparación, la que menor, llena de
odios y rencores, que se entregaría de lleno a
la ociosidad, a las venganzas y al abandono
más completo, matando de esta manera los
rudimentos de orden y civilización actual,
que al fin y al cabo, por'malos que parezcan
serán inejores que ese caos con que sueñan
los socialistas revolucionarios.
Por otra parte los ricos, inútiles como son
para los trabajos materiales, pues se han ha-
bituado, como los zánganos a vivir del traba-
jo ajeno, en el fausto, la lujuria y ociosidad,
sólo consumirían sin producir, amparados
por la ley anárquica de a cada uno según shs
necesidades, hecho que aceleraría más pron-
to la ruina del Estado organizado por la gran
revolución, en la inclinada pendiente de la
ignorancia, los crímenes de la fiíerza bruta y
de las salvajes pasiones.
El socialismo arrtiela la felicidad de todos
los hombres, sin distinción alguna de color,
círculo, personas, grupos, pueblos, castas
que no concibe ni acepta, razas privilegiadas,
pues para él no hay mayores ni menores, por
que juzga iguales a todas las personas ante
los derechos naturales que hacen idénticos al
rey hombre con el hombre esclavo e indigen-
te; no pensar así es crear una casta privilegia-
da del proletariado, moral que rechaza en
absoluto el sentido común, la justicia, !a
libertad y !a encarnación sublime de todas
estas virtudes, el socialistno científico.
El mentor de los noveles socialistas de
allende los Andes, señor Patroni, ha sido uno
de los fundadores del socialismo sui generis
que ya hemos analizado y que se titula socia-
lismo argentino (cosa que no nos haCe gracia,
porque se deriva de aígentum). Este socialis-
mo está circunscrito a la Argentina, siendo
que debe ser universal, por más que se dife-
rencie en cada país según las necesidades del
pueblo y tendencias del Estado, que unos
son más o menos cultos y que otros gozan de
mayor o menor libertad; de ahí nacen las
exigencias más o menos limitadas del socia-
lismo en cada país.
80
Capitulo Cuarto
Evolución de la idea de socialismo en
Luis Emilio Recabarren
primera serie de escritos de Luís Emilio Recabarren Serrano que reproducimos
en este capi'tulo está referida al tema democracia y socialismo (1), Están fechados
en septiembre de 1905 y corresponden al periodo en que Recabarren se desempe-
ñó como presidente de la mancomunal de Tocopilla, redactor de "El Proletario"
y dirigente del Partido Demócrata, A trave's de estos artícuíos es posible observar
la poca diferenciación que atribuye en la ¿poca a "democracia", "socialismo",
"acracia" y "comunismo". Es asi' como Recabarren sostiene que no hay gran dis-
paridad entre lo que denomina "socialismo evolutivo" y "democracia", dado que
ambos ideales tendrían como base común la libertad. Sin embargo, por otra parte,
presentarían diferencias en cuanto a la "sociabilidad", es decir, al mayor o menor
grado de preocupación por los problemas que aquejan a los trabajadores. Expresa
también que el socialismo evolutivo engendró al "socialismo revolucionario" o
"anarquismo", doctrina sometida a una feroz campaña de desprestigio por parte
de la burguesía, pues contaría con algunos méritos en su favor, entre los que se
destacará la gran sociabilidad. No obstante los merecimientos que destaca en el
anarquismo, descalifica los medios planteados para conseguir la emancipación del
proletariado. Rechaza la "revolución armada", declarándose partidario de la
"acción metódica" y consciente del pueblo.
De un segundo momento en el desarrollo de sus concepciones sobre el socialis-
mo, reproducimos dos artículos centrados también en las comparaciones entre de-
1 Estos artículos en "El Proletario" no aparecen firmados por Recabarren, a la sxtán dU-eeiar de dicha
periódico. Es claro, sin embargo, que le pertenecen, y para afirmar esto hay una Serle de raionea que no es
del caso exponer en esta oportunidad.
83
raocracia y socialismo, escritos en Argentina y reproducidos en "La Reforma" de
Santiago en diciembre de 1907. La obligada salida del pai's permitió a Recabarren
tomar contacto con el Partido Socialista trasandino y añí avanzar más en la pre-
cisión de sus ideas, sobre todo por oposición a las doctríaai demócrata y anarquis-
ta. Es en esta época que se abre con mucha fuerza a la recepción de ideologías y
experiencias polftico-socialés internacionales. Tanto sus nuevas lecturas como su
práctica al lado de los militantes argentinos, lo llevan a decantar más su pensa-
miento y a proponer francamente el cambio de nombre del Partido E>emócrata
chileno, del cual era miembro aún, por Partido Demócrata. Socialista.
En 1912 publica su folleto El Socialismo, en el cual expone con detalle sus
concepciones al respecto. Es en realidad esta obra la muestra cabal de la madura-
ción en Recabarren de su ideario, a la vez <jue se constituye en una suerte de mani-
fiesto de la nueva organización que se funda ese mismo año en Iquique: el Partido
Obrero Socialista, A partir de ese momento y por bastante tiempo, Recabarren se
va a dedicar a defender el socialismo, de manera a veces encarnizada^ y a despresti-
giar a los demócratas a los que pasa a considerar como aliados "vendidos" de la
oligarquía. Una de sus grandes banderas va a ser, por tanto, la independencia de
clase.
Reproducimos a continuación algunos artículos del año 1916 que, por una
parte, confirman y reiteran los postulados del aiío 1912, y, por otra, incorporan
muy nítidamente una nueva dimensión al socialismo de Recabarren: el cooperati-
vismo. Por esta época se hace muy insistente en la formación y desarrollo de coo-
perativas como medio privilegiado para establecer un sistema que termine con la
explotación y el capitalismo.
Terminamos este capítulo con textos 'del período comunista, en el cual sus
concepciones generales y, en particular, sobre el socialismo son influidas por la
experiencia soviética. Su tesis fundamenta! es que en Rusia se está construyendo
el socialismo y que la manera soviética de concebir el proceso revolucionario le
parece legítima. Es decir, su concepción del sistema socialista pasa a ser, en lo
esencial, ya no cooperativa sino regida por el modo centralizado, como se está
llevando a cabo la construcción de una nueva sociedad en la tierra de Lenin.
84
¥
Luis Emilio Recabarreti y Alejandra Escobar CarvaUo
DEMOCRACIA Y SOCIALISMO
Él l'roletario
TocopHla, NOíiO (23.1 X. 1 90S), pág. 2.
III
Ld Libertad y lu Democracia no pueden sub-
sistir íin la igualdad de coridieioties, (El
Programa de la Dernocracia, por Malaquías
Concha, pág. 23).
El Socialismo evolutivo, tiene la misma
base de la democracia: la Libertad; y como
diferencia de ideales no tiene sino la acción
en la sociabilidad, o sea una mayor amplitud
de exposición hacia las primordiales necesi-
dades de la£ clases trabajadoras.
El Socialismo argentino —que citaremoi
como ejemplo por ser un pueblo fronterizo —
tiene su base política en las mismas socieda-
des obreras, sirviendo al mismo tiempo dos
grandes aspiraciones de los trabajadores, o
sea la exposición del artículo 19 del progra-
ma demócrata; t-a emavcipacíón política, so-
cial y econórnica del pueblo.
Aspira al mejoramiento material y moral
de las clases trabajadoras, abandona el prejui-
cio caduco de las religiones y busca para la
libertad todas las concepciones que es posi-
ble ir obteniendo por medio de la evolución.
La igualdad tiene también un templo en el
Socialismo y, en la administración colectiva
de las rentas públicas, se promete encontrar
la. Igualdad que anhelamos todos los proleta-
rios, como principio de la felicidad mundial.
La propaganda socialista ha principiado
hace sóio unos cuantos años y en las últimas
elecciones obtuvo su primer diputado al Par-
lamento.
La acción de un individuo en un gran
Congreso, que lo mira como su más encarni-
zado enemiga, puede considerarse completa-
mente nula; sin embargo, después de los últi-
mos acontecimientos en la vecina república,
la voz del compañero Palacios vibró indig-
nada contra eí despotismo y las arbitrarieda-
des desartoUadas por el Poder Ejecutivo con-
tra las clases trabajadoras; y, como era natu-
ral, su defensa influyó para que disminuye-
ran las persecuciones que se habían erigido
en sistema, aur» después del estado de sitio.
La primera influencia del Socialismo ar-
gentino ha sido puesta correctamente al ser-
vicio de la causa de la Libertad.
¿Qué no se ha obtenido la Libertad ni se
han realizado los principios del Socialismo?
Sabemos perfectamente que no puede ha-
cerse esta observación, pero se la formula
con el fin de obstruir la verdad.
La evolución del Socialismo deberá ten-
der a realizar sus principios; mas como es
imposible que la acción sola de un individuo
pueda alcanzarlos, necesita previamente la
acción de la Colectividad, Precisnla Unión de
las clases trabajadoras pata que, haciéndose
representar en el poder, destruya con las
mismas armas, las armas que se han creado
para esclavizar al pueblo.
El Socialismo argentino, como la demo-
cracia chilena se han dado un programa
mínimo, es decir han establecido principios
fundamentales de donde habrán de arrancar
todos los pormenores para llegar a transfor-
mar la sociedad privilegiada que hoy deí-
potiza al mundo entero.
Dentro del Socialismo europeo existe la
propaganda comunista e individualista, ten-
diendo ambas ideas a la consecución de la
felicidad social de la humanidad.
Comunistas e individualistas luchan, pues,
dentro de la política para obtener, por la
evolución paulatina del sistema administrati-
vo, la realización del ideal libertario.
Si lieaamos al final de la jornada, nada
importa la senda que tomemos, si de buena
fe adoptamos la que cada cual estime de más
fácü practicabilidad.
la democracia y d Socialismo marchan
paralelamente hacia el bienestaj- de la huma-
nidad, hacíala redención de los oprimidos.
Y luego de estas teorías bellísimas, esbo-
zadas así rápidamente, nació el Socialismo
revolucionario, o sea el anarquismo, de que
nos ocuparemos en el próximo artículo.
85
DEMOCRACIA Y SOCIALISMO
El Proletario
Tocopilh, NoHí (26.1X. i 903), pág. 2.
IV
La Libertad y la Democracia no pueden sub-
sistir sin la igualdad de condiciones.— (El
Programa de la Democracia, por Malaqufas
Concha, pág. 23).
El SocialÚHio evolutivo engendró el So-
dalUtno revolucionario, nuevo ideal <jue el
autoritarismo y la bui^esía calificaron con
la denominación de anarquismo, como un
anatema de fuego a los revolucionarios que
tenían la osadía de ponerse frente a frente a
todo el poder de las bayoneta», de los reyes,
de tos gobiernos.
Los socialistaí revolucionarios al mismo
tiempo que aceptaron el reto, adoptaron la
anarquía y expusieron en frases sublimes el
ideal, la aspiración que debiera formar el
concepto único de la humanidad.
Los anarquistas copiaron la Naturaleza en
su esencia, llegando a la conclu&ión de que la
Libertad absoluta engendrará la felicidad
universal, aspiración qwe debe sentir todo
corazón bien puesto.
De la libertad absoluta tiene necesaria-
mente que derivarse la abolición de la pro-
piedad, de los gobiernos, de los ejércitos, de
las fronteras, de las religiones, de la política
y de todo aquello qtle sea un freno para la
libertad Individual.
La anarquía es belleza, es amor, es justi-
cia, es libertad, es igualdad, es grandeza, es la
estética de la naturaleza, del arte y de la
humanidad; es, en Hn, el exquisito sentiinen-
talbmo de las palpitaciones de todos los mun-
ds.
Se observa por los indoctos el anacronis-
mo que envuelve la etimología propia de la
palabra en nuestro idioma; pero esa misma
idiosincrasia no se afectó absolutamente
cuando entre nosotros mismos no se distin-
guía a los conservadores sino con el nombre
de pelucónes y a los liberales con el de
pipiólos.
¿Por qué en ellos no se tomaba en consi-
deración la etimología ni el chilenismo bái-
baro que envolvían aquellas expresiones con
que se enorgullecían peluconeí y pipiólos.
Se ha observado también por cierto» faná-
ticos del estado presente, que ¡os anarquistas
han asesinado a los reyes, a los prínct))efi a
los presidentes. A esta observación podría
contestarse con loa millones de asesinatos
legales conletidos poc los personajes asesina-
dos; pero vamos a la Verdad, a U concepción
de esos anarquistas.
Estos son seres más sensibles que todos
los demás; presencian los asesinatos, los v^á-
menes, los atropellos a un pueblo y van a
salvar a ese pueblo de la mano, criminal que
les destroza, ofreciendo en holocausto tu
existencia, porque los anarquistas que ban
ejecutado a un tirano lo han hecho con la
conciencia exacta de la responsabilidad que
arrostran ante el mundo; son nihilómanos
dignos de su causa.
Las grandes inteligencias mundiales que
han tratado este ideal, lo han reputado como
el summun de la perfección humana.
La sociabilidad es para tos anarquistas la
humanidad; la naturaleza debe producir sus
esplendores para todos; la ciencia debe ilumi-
nar todos los cerebros y si el mundo escala el
empíreo con sus grandezas, de esas grandezas
debe gozar la humanidad entera.
Podrá esta doctrina ser un ideal impracti-
cable por ahora, porque el egoísmo y la
ambición detienen la Verdad y la Justicia;
pero nadie se atreverá a negar el empirismo
de tan bellas ideas.
Zola, en su "Trubajo", vio una sociedad
anarquista feliz, llena de amor, de fraterni-
dad y de grandezas.
Belamy en su obra "Mirando hacia atrh",
escrita en 1884, describe una ciudad nueva
del si^o XX, donde todos sus habitantes go-
zan de una absoluta igualdad, con un trabajo
reducido alcanzan todas las comodidades
apetecibles, sin necesidad de gobiernos, de
ejércitos, ni de monedas.
Ni Zola ni Belamy fueron anarquistas,
porque la palabra no hace la Verdad ni for-
ma la conciencia, el espíritu, el deber honra-
do de los individuos.
Estos dos pensadores, esos dos videntes
de la Sociedad de mañana, Uegan a la finali-
dad por distintos caminos: el primero evolu-
86
^|te:
ando y el segundo por medio de una
conflagración envuelta en torrentes de san-
gre. Es que el carácter, el ambiente, los me-
dios de lucha, la situación geográfica misma
de los pueblos, imponen resoluciones diver-
sas.
A propósito, recordamos a un gran finan-
cista chileno —otero— que trataba de con-
vencer a un campesino, más o menos acomo-
dado, citándole los medios como se había
Uegago al régimen metálico en Francia, Ingla-
terra, Alemania, Estados Unidos, etc.
Nuestro campesino contestó sencillamen-
te: Todo eso está muy bien, pero hágame
usted finanzas Angolínaj, que es lo que yo
necesito.
Esa misma razón ea la que nos impulsa a
exponer la forma que, dentro de nuestro
criterio, debemos adoptar para buscar la feli-
cidad en el ambiente en que vivimos.
DEMOCRACIA Y SOCIALISMO
El Praletario
iTocapilla, NO íi2 (J0.IX.190S), pág. 2.
Libertad y la Democracia no pueden sub-
sistir sin la igualdad áe condiciones.— (El
Programa de la Democracia, por Malaquías
Concha, pág. 23).
Dentro de la Democracia o dentro del
Socialismo, la Libertad individual es el prin-
cipio único de la felicidad universal.
Además el mismo principio tiene también
el Socialismo revolucionario. ■
Los tres campos de la lucha proletaria
tienen, pues, un mismo principio y, natural-
mente, deben propender a una finalidad
idéntica.
Ahora, en los dos primeros campos se
busca el fin por medio de la evolución, mien-
tras en el último se va directamente a la
revolución,
La íevolución no puede ser simplemente
una reforma o transformación de las institu-
ciones, porque entonces estaríamos perfecta-
mente de acuerdo en nuestro modo de obrar;
por consiguiente, según esta teoría se hace
necesaria la revolución armada.
No sostendremos, con la mistificación de
algunos que el mismo hecho de la revolución
armada priva de la libertad a los que ño
participan de nuestro ideal; pero sí, estamos
en la obligación de aportar nuestro concurso
a la más rápida solución del problema.
A este fin se encamina el estudio que
hacemos de los medios que el proletariado
pone en práctica para la lucha de emancipa-
ción que sostiene.
Pues bien, para abatir el sistema capitalis-
ta actual por la revolución armada, necesita-
ríamos ejércitos superiores a los que actual-
mente mantienen lóS gobietnos, bien equipa-
dos, bien armados, con suficientes víveres
para una campaña; o bien que fuera un esta-
llido espontáneo de todos tos pueblas, un
levantamiento unísono, irresbtible, capaz de
sobreponerse instantáneamente a todos los
ejércitos.
Para el primer caso se necesitarían millo-
. nes de pesos, debiendo contar anticipada-
mente con la voluntad decidida de los com-
pañeros que formaran aquel ejército.
En el segurtdo caso, debemos siempre
contar con la decisión y el convencimiento
general del proletariado.
Para alcanzar una u otra cosa, necesita-
mos la más activa propaganda en favor del'
ideal; y por más actividad o más medios con
que se cuente para realizar la obra, es imposi-
ble llevar * todos el convencimiento inmedia-
to. Se necesita entonces la obra paulatina
para formar el gran ejército revolucionario,
que ha de dar vida a la emancipación proleta-
ria y al nuevo estado social concebido por
los filósofos de la anarqu ía, '
¡Qué habrá de llegar un día en que el
pueblo comprenda sus derechos y esté dis-
puesto a tomar la libertad que se le ha
usurpado, es indiscutible!
Todas las grandes ideas principiaron lo
mismo: allá en un pesebre, entre las minas
de la miseria, en las concavidades asfixiantes
de una mina, en las soledades de un irunenso
campo; allí brotó un genio cuyos destellos
debían iluminar al mundo.
Pero todos los genios y todas las sublimi-
dades de la Verdad se estrellaron siempre
contra el egoísmo, contra la ambición, con-
ñ
87
tra la maldad y contra las tiranías.
Vinieron los continuadores de la obra y
aprovechando en favor del ideal cada paso,
cada palabra, cada inspiración, lograron esca-
lar la cima.
Todos los ideales, todos los mitos han ido
cayendo uno en pos de otro, para levantarse
uno nuevo por la misma ley de la evolución.
Así triunfará el ideal de la Libertad absoluta
como un principio inrnutable de la Natura-
leza.
Pero ese triunfo no lo coronará un rayo
imprevisto, sino la acción metódica, decisiva
y grandes a que deben concurrir todos los
pueblos,
DEMOCRACIA-SOCIALISMO
La Reforma, Santiago, 2 2 ¡diciembre/ 1 907
Sus diferencias —lo que debe preferir el pue-
blo— ¡Estudien los Demócratas!
LA PROPIEDAD ANTE LA
DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO
I
Hasta hace poco tiempo he creído que la
Democracia y el Socialismo eran más o me-
nos una misma idea, una misma cosa, o que
ambas se completaban, que no tenían otra
diferencia que el nombre, Sin embargo, el
estudio y mi presencia desde hace algunos
meses en las filas socialistas de esta nación, el
ambiente nuevo que respiro me llevan hacia
otro terreno más eficaz y más completo que
el de la Democracia y me hacen comprender
más exactamente ít diferencia que entre am-
bos ideales existe.
He estudiado de nuevo ambos programas;
el demócrata y el socialista, ¡y cuan enorme
es la diferencia! El programa demócrata
aparece pálido, insignificante, probando con
sus expresiones la poca capacidad moral e
intelectual de los obreros de Chile. Sólo con-
tiene un programa de reformas por realizar
sobre las instituciones existentes, ampliándo-
las, suavizándolas, democratizándolas, pero
dejándolas siempre lo que son: instituciones
coercitivas de la libertad dominadas por la
burguesía.
La democracia proclama reformar institu-
ciones, democratizarlas.
El Socialismo proclajna la desaparición de
las instituciones inútiles y el reemplazo de
algunos por otros completamente distintos,
socialiiándoloí.
He dicho que la democracia sólo contiene
un programa de reformas y le falta una de-
claración de principios en que se expresan las
bases científicas de sus ideales del porvenir.
Democracia es e\ gobierno del pueblo, por
el pueblo y para el pueblo.
Socialismo es la socialización común de !a
propiedad de la tierra y de los medios de
la producción.
Más claro:
La Democracia quiere que el gobierno sea
formado por pueblo, que vengan a. él ios
obreros y legislen en favor del pueblo^ pero
que exista siempre gobierno.
Este sistema adolecerá siempre de la esta-
bilidad de la tiranía autoritaria. Quien sea
que gobierne tendrá gobernados a quienes
impondrá la ley y tendrá descontentos que
conspirará en su contra. Ejemplos: La orga-
nización de las instituciones obreras y del
mismo partido tienen su base en la democra-
cia, y su misma condición orgánica la hace
engendrar diferencias, tiranías y despotismos
que palpan tos mismos obreros.
El Socialismo acepta el gobierno sólo co-
mo forma primitiva y transitoria para esta-
blecer y consolidar la forma de la sociedad
socialista, que será resistida por la burguesía
hasta mucKo tiempo después de producida la
revolución que transforme el orden social.
El Socialismo quiere la socialización de
la propiedad de la tierra en el sentido de que
sea la sociedad la propietaria y que asegure a
cada cual la habitación amplía, saludable y
segura, y suprime al propietario individual
que acapara las habitaciones, las encarece y
hace vivir a los pobres en condiciones inhu-
manas.
La democracia sólo habla de colonización
como medio de establecer la pequeña propie-
dad. Pero actualmente vemos que el Estado
regala sus tierras a empresas ricas, y cuando
la democracia llegue, caso de llegar a ser
gobierno, ya no habrá tierras que sirvan de
base a establecer la pequeña propiedad.
La aspiración socialista de suprimir e! pro-
pietario individual acaparador, asegurando a
todos los individuos y familias su hogar hi-
88
giénico es muy superior, y preferible a la
idea demócrata. El que es propietario de su
habitación en ef régimen socíalLsca continua-
rá de igual modo.
Hoy asustaría a muchos esta idea de ex-
propiación que sustenta el Socialismo y que
sin duda esta expropiación será sin indemni-
zación. Pero, ¿acaso no procedió en peores
formas la revolución francesa confiscando
los bienes de la nobleza y el clero? ¿Acaso
todas las revoluciones que han transformado
un orden de Estado no han confiscado sin
iitdemíiizacióji?
La conGscación que hará la revolución
triunfante del Socialismo será sin indemniza-
ción, puesto que el nuevo Estado asegurará a
cada individuo su bienestar sin más condi-
ción de que coopere a la producción útil.
Esta es, rápidamente esbozada, una aspi-
ración socialista, que la democracia no con-
cibe y deja muy lejos.
Si los demócratas de hoy llegan a com-
prender que es necesario proceder como
piensa el Socialismo en esta materia, ¿por
qué oponerse a introducir en la declaración
de principios del Partido una firmación cate-
górica de esta naturaleza, qtie demuestre an-
te el mundo lo que piensa el trabajador en
este sentido y que alimenta a ese mismo
pueblo a cooperar a ese mismo Estado?
La fórmula democrática llevada hasta el
hecho, ¿cambiará el régimen de la propiedad
en el sentido de aliviar la miseria del pueblo
y de aseglararle un hogar confortable?
No. En absoluto. Entonces la democracia
no satisface la aspiración del presente d^ los
proletarios, y una aspiración que no cumple
un anhelo debe repudiarse y sustituirse por
otra mejor.
La Democracia es vaga, indefinida en esta
materia; aspira a mejorar la situación, pero
los medios de que se vale no le servirán.
El Socialismo es preciso y claro y define
francamente la situación, asegyrándole a ca-
da ser un hogar, en donde quiera que viva.
¿Cuánto se sufre hoy con la carestía de
los hogares? ¿Cuánto se sufre con el abuso
de los propietarios de casas y conventillos?
Todo esto lo sabe bien el pueblo, y los
demócratas que batallan a diario deben con-
vencerse que ganarán moral y materialmente
optando por la afirmación socialista y dejan-
do a lut lado la democracia como cosa pasa-
da de moda. ¿Habrá cobardes, miedosos?
A los obreros organizadores se nos persi-
gue de todos modos, nos llamemos socialis-
tas, demócratas o socios de las sociedades de
resistencia.
El capital y la autoridad sólo quieren ver
en nosotros unos esclavos mudos y serviles.
Yo espero que los demócratas inteligentes
de todos los pueblos estudien detenidbunente
este nuevo aspecto, escriban sobre él y si es
posible den conferencias de propaganda en
todos los pueblos para interesar a las asamr
bleas en el estudio de estos problemas socia-
les a Bn de educar de un modo más efícaz el
elemento que marcha a la abolición del pre-
sente régimen burgués, aunque en una forma
poco definida en Chile.
En el siguiente artículo, analizaré el So-
cialismo y la democracia en el terreno indus-
trial de la burguesía capitalista, la enorme
diferencia de ambos conceptos y ventajas
inmensas que inclinan la balanza a favor del
Socialismo.
£n este análisis, en esta confrontación de
ideas no persigo otro objeto que contribuir
con mi pequeño esfuerzo intelectual a la
democracia del día, e influir para que la
organización política de Chile pueda figurar
en la organización del Socialismo Internacio-
nal realmente bastante ignorado en Chile.
Así, pues, hasta mi siguiente artículo.
Luií E. Recabarren S.
Btienos Aires, 1907,
DEMOCRACIA Y SOCULISMO
La Reforma, Smitiago, 2B ¡diciembre I t9Q7
Sus diferencias -lo que debe preferir el pue-
blo— j Estudien los Demócratas!
EL SISTEMA INDUSTRIAL Y CCMUERCIAL
BURGUÉS ANTE LA DEMOCRACIA Y
EL SOCIALISMO
II
El programa de la Democracia no soluciona
eí problema del sistema industrial y comer-
cial del capitalismo burgués,
Se limita solamente a pensar en supiimlr
o aminora los derechos aduaneros y supri-
89
mil los impuestos sobre los artículos de con-
sumo, creyendo de este modo abaratar mu-
cho la vida y hacerla más fácil para el prole-
tariado que hoy agoniza entre las garras del
capital, Pero la democracia se ha olvidado
que dejando #n pie el sistema industrial que
actualmente obliga la existencia y concu-
rrencia de patrones y obreros, dejará indefi-
nidamente establecida y legalizada, como en
U actualidad, la explotación y la opresión
que el patrón hace al obrero.
Si la democracia llegase a imperar con SU$
ideales en la legislación de sti país, suponien-
do que redujera los impuestos aduaneros y
los sobre los artículos de consumo, los patro-
nes a su vez rebajarían los salarios con el
pretexto de que la vida era barata y quedarían
los obreros en la misma situación,
La ley no podrá obligar al patrón a pagar
un salario determinado, porque no sería po-
sible legislar sobre esta materia en que con-
curren factores tan distintos unos de otros,
como ser: la diversidad de competencia, la
antigüedad y el carácter de los obreros como
su conducta en el trabajo, Al mismo tiempo,
existe la variedad de formas y condiciones de
trabajo, que se multiplican hasta lo infinito.
La democracia podría establecer una ley
que fijara el salario mínimo, por ejemplo,
dos pesos diarios. Esto daría resultado peor.
Un patrón obligado a pagar este salario a un
obrero que en su concepto no podría ganar
más de un peso y medio, se lo quitaría a otro
obrero que ganaría justamente un salario de
tres o cuatro pesos.
El abuso patronal tampoco puede regular-
lo la ley. Hoy apenas se cons^ue suprimir
por medio de la unión de loi obreros, que a
veces son fuerza capaz de imponer la ley a
los patrones. Estp prueba a la vez que la
organización obrera puede más que la legisla*
ción parlamentaría.
Si el pueblo aspira a la conquista del
Parlamento, en mi concepto, no se hace te-
niendo la confianza de que sea el Parlamento
el que todo lo corrija, sino porque en caso de
que eJ pueblo tuviera mayoría parlamentaria,
el gobierno que estaría en Sus manos no se
pondría con las fuerzas militares al servicio
del capital, como ocurre hoy, sino que ocu-
rriría lo contrario.
Vemos, pues, que por el lado qu|e se anali-
ce e! sistema democrático no soluciona el
principa] problema, que es la situación eco-
nómica de los obreros, hoy en manos de los
capitalistas sin conciencia.
Veamos, entonces, cómq el Socialismo
soluciona este problema en beneficio de
todos, sin excluir a la clase patronal.
El Socialismo quiere la socíalÍ2ación de
Las máquinas, herramientas y todo instru-
mento de trabajoj es decir, que desaparezcan
los patrones y propiedades, que todas estas
cosas pasen a ser propiedad común, patrimo-
nio de todos los individuos que necesitan
servirse de la misma maquijiaria, para producir
todo lo que es átjl para conservar la vida
humana.
Los patrones, que hoy son los intermedia-
rios que usufructúan del beneficio que atroja
un producto fabricado, entre el precio de
fábrica y el de venta, que constituye la
explotación al obrero que lo produce y al
obrero que lo consume, no se irían a morir de
hambre por terminar su carácter de explota-
dores, Actualmente trabajan reservándole
para ellos el trabajo de vigilancia o adminis-
tración, en el nuevo régimen trabajarían
siempre en lo que ellos sintieran más de su
agrado.
No sería posible detenerse a estudiar en
un artículo las bases de estricta justicia que
impulsan al Socialismo a sostener este princi-
pio de abolición de la clase patronal con su
sistema de industrias y de comercio, reem-
plazado por la socialización de la maquinaria
puesta al servicio de la humanidad, repartien-
do entre todos los beneficios que resulten de
eUa,
Las fábricas y talleres industriales son
actualmente verdaderos presidios donde los
trabajadores pasan recluidos allí hasta 14 o
16 horas por día, entregando todas sus fuer-
zas al capital avaro e insaciable, entregando
hasta su vida por las consecuencias y por los
accidentes del trabajo.
La democracia no remedía este hecho, no
lo soluciona satisfatoriamente y en conse-
cuencia, ella nada podrá hacer en beneficio
de los proletarios dentro de este sistema. El
capitalismo industrial seguirá su acción de-
vastadora arruinando vidas y hogares, devo-
rando eternamente energías proletarias. La
democracia sería impotente para detener su
obra, cualesquiera que fueran las leyes o
reformas que se introdujeran. El sistema
90
1
continuaría siendo siempre el mismo.
En cambio, ya lo hemos dicho, el Socialis-
mo soluciona radicalmente este problema,
haciendo propiedad nacional o internacional
la maquinaria y todas las fuentes de produc-
ción. De este modo, solamente, es como
puede tener término este vergonzoso sistema
de explotación y cómo podrá el proletariado
emanciparse económicamente y liberarse pa-
ra siempre de todas las tiranías y explotacio-
nes.
La democracia no es el ideal moderno del
proletariado ni puede serlo ya en esta época.
La democracia es un ideal propio de los
burgueses que hicieron la revolución a la
monarquía y al absolutismo, creando la re-
pública democrática, como exijte en Fran-'
cia, Estados Unidos y pueblos centroameri-
canos. La democracia es el gobierno del
pueblo por el pueblo. Pues bien, en Chile
existe nominalmente ese gobierno desde el
momento que se le entrega a la libre elección
popular.
No hay leyes que impidan a la democracia
actual de ChÜe ser poderosa y capaz de ser
mayoría en el gobierno: es la ignorancia o
desconfianza unida a la corrupción del pue-
blo lo que le impide gobernar.
La legislación chilena es en alto grado
democrática, y quizás el único país sud-
americano. La República Ai^encina no cuen-
ta con leyes de comuna autónoma, ni con la
totalidad de los municipios electivos, ni con
leyes electorales amplias que entregan al
pueblo la propia generación de las eleccio-
nes, ni tiene el voto acumulativo, ni las
asambleas de -electores que controlen de
cerca la labor de los municipios, y toda esa
legislación democrática burguesa, narcótico
para adormecer incautos y candidos.
El pueblo ya sabe lo que es eso y sabe que
toda la legislación democrática no es capat
de suprimir ía ignomirúosa explotación que
hace U burguesía capitalista y gobernante de
Chile. Reflexionemos con debida detención
y veremos que el sistema industrial y comer-
pial que lleva en sus entrañas las <trmas
destructoras del proletariado no puede ser
reformado y democratizado, sino que nece-
sita la socialización como único recurso de
suprimir esta espantosa y eterna gueri'a entre
patrones y obreros.
Si estas ideas expuestas hacen reflexionar
a los demócratas, deben pensar que se hace
indispensable variar nuestro programa en for-
ma clara, franca, porque el Socialismo no
admite confusionismos, ni tampoco es de los
hombres conscientes mistificar los hechos.
El Socialismo es una idea humana, que
tiende a introducir la solidaridad entre todos
los individuos; es un ideal altruista y genero-
so que debe exponerse sin timideces a la luz
del día.
En el siguiente artículo analizaré la cues-
tión salarios dentro del sistema Socialista, y
cómo se operaría en el reparto de las labores
de producción y de consumo a fín de com-
pletar este artículo en que hemos desarrolla-
do la socialización de las industrias y del
comercio.
Luií E. Recabarren S.
Buenos Aires, 1907.
EL SOCIALISMO
Extractado de:
Julio César Jobet, Jorge Barría y Luis Vítale.
"Obras Selectas de Luis
Emilio Recabarren".
Santiago: Empresa Editora Quirnan'tú, 1971,
págs. 145 - 149, 156 165, t 74- 177 y 229 ■
231.
DOS PALABRAS DE PRESENTACIÓN
El socialismo, por su nombre solo, tiene
muchos enemigos, así como tiene también
apasionados defensores y propagandistas.
AI hacer este trabajo queremos servir a los
socialistas y a nuestros enemigos.
Creemos que toda persona que llegue a
comprender completamente eí socialismo no
podrá rechazarlo y concluirá por ser un
abnegado defensor, en la convicción de que
esta doctrina es la única que, llevada a la
práctica, realizará realmente la felicidad hu-
mana. Creemos, además, que la doctrina
socialista es lo más fácil de llevar a la
práctica.
Por esta convicción queremos expresar,
elementalmente sí, lo que és socialismo.
Con esta explicación, nuestros amigos
completarán sus conocimientos y tomarán
argumentos suficientes para propagar la doc-
91
trina y para defenderla Je los ataques injusti-
ñcados del enemigo.
Con esta explicación creemos servir tam-
bién A los que desconocen el socialismo. Los
que crean inaceptables nuestras doctrinas,
tomarán en este líbrito el conocimiento de
ella y podrán atacarla en donde encuentren
sus defectos.
Queremos, pues, que especialmente lean
este libríto los enemigos del socialismo.
La presentación de la doctrina la hacemos
metódica y ordenada para facilitar su com-
prensión y su desarrollo.
Solicitamos, pues, un poquito de atención
«obre tas páginas siguientes.
Los enemigos del socialismo presentan
siempre esta doctrina distinta de lo que en
verdad es, para de ese modo aumentarle más
sus enemigos y presentarlo de más difícil
realización.
Es necesario no confundir la doctrina
socialista con parte del movimiento obrero
en él cusí intervienen los socialistas.
En el movimiento obrero hacia la eman-
cipación, suelen verificarse actos que hieren
e! sentimiento de justicia y que, los socialis-
tas, a veces no pueden ni prever ni evitar.
I
¿QUE ES EL SOCIAUSMO?
El socialismo es una doctrina de estructura
precisa y definida, que tiene por objeto
modificar las defectuosas costumbres actua-
les, proponiendo otras más perfectas.
La base esencial del socialismo consiste en
la abolición o transformación de lo que
ahora se llama propiedad privada, plantean-
do en su reemplazo la constitución de la
propiedad colectiva o comün.
Se entiende por propiedad privada la po-
sesión y usufructo individual sobre la tierra y
sus productos, sobre las herramientas, má-
quinas y medios de producción, de cambio y
transporte.
La consecuencia de la propiedad privada
es la coexistencia de patrones y obreros y la
explotación que hacen los patrones del tra-
bajo de tos obreros.
Como consecuencia de la existencia de
patrones y obreros, existe tambiín el gobier-
no político de los países con todo su cortejo
de opresiones y tiranías.
Se entiende por propiedad colectiva o
común la abolición de la propiedad indivi.
dual o privada, de maneta que la tierra, loj
edificios, las maquinarias, lierramientas y
todo cuanto existe producido por el trabajo
del hombre sea utilizado por todos y para
todos, repartido en la justa proporción que
cada cual necesite según sus gustos.
La transformación de la propiedad priva-
da en colectiva no significa en ningún caso
un despojo de los bienes necesarios al indivi-
■ dúo en beneficio de la colectividad.
No se piense que con esta transformación
los ricos de hoy vayan a ser pobres mañana.
Eso no sería socialismo, sería solamente
cambio de posesión de la riqueza.
La existencia de la propiedad privada y su
consgaración presente es la causa matri2^ de
todos los males existentes. Por eso es que el
socialismo ha nacido Como remedio ineludi-
ble para ese mal social.
Si el socialismo es la abolición de los
imaginarios derechos sobre la propiedad pri-
vada, el socialismo se presenta entonces co-
mo una doctrina de la más perfecta justicia,
de verdadero amor, y de progresivo perfec-
cionamiento individual y moral.
El socialismo es, pues, desde el punto de
vista científico, una doctrina económica que
tiene por objeto aumentar los goces humsr
nos.
El socialismo es, pues, desde el punto de
vista social, una doctrina de sencimientos de
justicia y de moral, que tiene por objeto
suprimir todas las desgracias ocasionadas por
la mala organización de la actual sociedad
para que la vida sea vivida en medio de goces
perpetuos.
Para probar que todo esto es justo y de
fácil realización, continuaremos con explica-
ciones detalladas y precisas.
LOS DEFECTOS ACTUALES EN LA
ORGANIZACIÓN DE LOS PUEBLOS
En el presente, como en el pasado, los
pueblos viven oprimidos bajo el yugo de una
constitución defectuosa que produce inmen-
sos males.
Todos los vicios, todos los delitos, todos
los crímenes, el inmenso desarrollo de la
prostitución, son consecuencias de la mala
92
^P^stitución de los pueblos y de su toleran-
cia por los individuos que sufren las conse-
cuencias.
■; En rnedio de esta presente maJa organiza-
6n social, muchos individuos luchan por
vivir lo mejor posible, sin preocuparse de que
los medios sean honrosos o deshonrosos.
Así, unos viven comerciando con la pros-
titución de la mujer; otros viven robando por
medio del garito o de comercios ilícitos;
otros, explotando inicuamente la ignorancia
y el hambre.
¿Cómo podremos llamar honroso el me-
dio de fortuna que muchos empleados fisca-
les se buscan, dando libre progreso a la
prostitución, al juego, a la borrachera, con
tal que esto les produzca una renta perma-
nente y segura que les permita acumular una
fortuna para vivir holgadamente? Ese medio
de vid^ es indigno.
Dentro de la doctrina socialista se consi-
dera que la naturaleza, ayudada por el hom-
bre y la máquina, produce de sobra todo lo
que se necesita, y entonces todos pueden
vivir a sus anchas con el fruto de su trabajo
^honrado y ahviado.
Hh El pauperismo o miseria. Consecuencia de
^V mal» organización social, como hemos
dicho, es la miseria repugnante que domina
sübrc el mayor número de los habitantes de
^tpdos los pueblos.
^B Podríamos asegurar que de cada 100 habi-
tantes en el mundo, 80 viven mal, sufriendo
la miseria,
■ (...)
Por eso a] socialismo tiene la absoluta
certidurrtbre de su victoria, puesto que el
socialismo no es otra cosa que la perfección
en progreso incesante para multiplicar los
goces de todos los seres humanos, o sea la
abolición de todas las causas que producen
desgracias y miserias.
Todos tienen derecho a vivir bien.
La transformación de la propiedad no eS
Otra cosa que el perfeccionamiento del dere-
cho.
La forma de la actual propiedad limita y
hasta suprime el derecho a vivir bien; por esa
raaón, la base del socialismo está en la
transformación radical del derecho a la pro-
piedad.
RAZONES DE EXISTENCIA
DEL SOCIALISMO
Todo cuanto existe debe tener una razón de
su existencia.
La palabra socialismo es la derivación de
los fenómenos y problemas sociales conden-
sados en la palabra socialismo.
La doctrina socialista es el producto filo-
sóñco de esos problemas sociales.
El socialismo tiene diversas razones de
existencia que explicaremos en capítulos
separados para cada razón.
Lo expresado en los capítulos anteriores
ya serían bastantes razones constituyentes
de la necesidad del socialismo.
Los capítulos anteriores representan los
defectos de la sociedad actual y con su
conjunto de desigualdades sociales, políticas
y económicas, que tantos daños causan a la
humanidad.
Pero todos esos defectos que demuestran
la necesidad de corregirlos, no bastan toda-
vía, puesto que muchos defienden todo lo
existente y sólo admiten mejorar por caridad
la mala vida de los desgraciados y quieren
que cada cual busque su mejoramiento por
medios ilícitos, habiendo medios honrosos.
En medio de tanto defecto que causa
miserias dolorosas, el socialismo nace allí
como un remedio único y necesario.
El socialismo surge entonces, exponiendo
su sublime doctrina de justicia, de amor, de
derecho, estrictamente legal y natural.
Para justificar el derecho del socialismo,
explicaremos en varios capítulos las distintas
rabones que constituyen su base de acción,
RAZONES HISTÓRICAS
Para combatir al socialismo se invocan argu-
mentos de todas clases y entre ellos muchos
históricos.
Se llega a decir que el socialismo es
irrealiaable sólo porque va a transformar
todo lo que se ha hecho con el trabajo de
tantos siglos.
Otros dicen que si el socialismo llega a
realizarse, será después de muchos siglos.
También el presente es obra de muchos
siglos.
■
93
Las transformaciones sucesivas de los pue~
bios. Casi todos los pueblos del mundo se
han transformado tnodificando todas sus
costumbres sociales y políticas.
La Francia era una monarc|uía constitu-
cional, con Un gobierno aristocrático ayuda-
do por eJ clero. El pueblo y las clases media
e intelectual vivían en el ambiente propio de
la monarquía y, sin embargo, concibieron y
ejecutaron la trajisform ación adoptando el
sistema republicano. (Recabarren alude a la
Revolución Francesa),
Se abolió la monarqul'a de derecho bere-
ditario y se estableció la República ^con
presidente elegido y renovado.
Se abolió la propiedad feudal y se confis-
caron muchos de los frtitos del feudalismo.
Podríamos decir que la Revolución creó la
propiedad industrial y desarrolló la propie-
dad privada o individual, al abolir la propie-
dad feudal.
Si se aceptó que la Revolución Francesa
transformara la propiedad, ¿por qué el socia-
lismo no podrá cambiarla en forma más
prC^resista todav/a?
Una buena parte del mundo aplaudió y
aceptó la acción de Francia.
La Revolución Francesa no sólo produjo-
efectos en Francia, sino que su ejemplo
repercutió en el resto del mundo y en los
países sudamericanos transformó la propie-
dad por medio de la revolución.
¿Cómo se constittiyó la propiedad en
Chile, Argentina, Perú, etc.?
Por medio de la revolución violenta y de
la expropiación con las anuas en la mano.
Producidas en estos pafses la revoluciones
tendientes a constituirlos en naciones inde-
pendientes, confiscaron la propiedad de de-
recho español y expropiaron a todos los que
no aceptaban el nuevo régimen o que no
eran nativos.
Estas transfonn ación es de la propiedad
han sido y son aplaudidas y consagradas
hasta el presente, porque se trata de actos
realizados ya por la clase rica, pero cuando
se supone que el socialismo dirigido por el
proletariado pudiera realizar confiscaciones
o expropiaciones en beneficio de la colectivi-
dad, entonces se alian irrazonables griterías
contra el socialismo,
En las revoluciones de 1810, la Argentina,
Chile, Perú, etc., transformaron los Estados
y expropiaron la propiedad, aboliendo todoi
los derechos monárquicos y feudales en estos
suelos.
Todos esos actos se realizaron en el nom-
bre del pueblo.
Si la razón que obró entonces ha sido
aceptada, con mayor lógica se aceptará U
razón socialista.
En CKUe, como en los demás países,
existe una ley que autoriza al gobierno para
declarar de utilidad nacional los terrenos que
sean necesarios para los servicios públicos o
comodidades locales.
Ese mismo criterio, ampliado a un grado
superior de justicia, podría aplicarse dentro
de la acción socialista: declarar todo de
utilidad nacional y para la explotación colec-
tiva.
La gran China, vieja nacionalidad con
tradiciones carcomidas y antiquísimas, ha
entrado a la vida moderna presente realizan-
do muchos actos de transformación, tanto
en la vida pública como privada.
Organizó su régimen político de gobierno
pasando al Estado republicano democrático,
desde la monarquía absoluta y despótica,
¿No es esto una prueba de que todo se
puede transformar y esínodificable?
Si el socialismo es una doctrina que,
introducida en la vida social, política y
económica, aumenta los goces y felicidadej
con sólo ir modifícando paso a paso las
costumbres, tiene en el pasado una razón de
SU revolución. El mundo ha sido en su
carrera hasta el presente una cadena de
transformaciones. El socialismo será una
transformación inevitable. Lo que hoy hace-
mos los socialistas es guiar a esa transforma-
ción para que no se desvíe del espíritu de
amor y justicia que debe serle inseparable.
La acción revolucionaría violenta. En el
pasado, casi todos los progresos políticos,
sociales y económicos de ios pueblos se han
realizado por medio de la violencia sangrien-
ta.
Pero felizmente, a medida que ha avanza-
do el tiempo, la violencia ha disminuido.
Si Francia tuvo tanta sangre para conver-
tirse en República, casi en la misma época
los Estados Unidos de Norteamérica realiza-
ban su transformación en condiciones más
honrosas.
Turquía, Portugal y China han realizado
94
sus transfortnaciotias con menos violencia.
Así, las acciones socialistas ya realizadas,
han llevado muchas el sello de La violencia
sangrienta, pero poco a poco, a medida que
se organizan los socialistas, en sus actos van
disminuyendo la violencia sangrienta.
Todas las acciones del presente tienden,
p ues, a suprimir toda violencia.
^■FZú acción revolucionaria legal. El socialis-
^ffo cada día se acoge más a la acción revolu-
cionaria legal, obrando directamente, como
puede, sobre la legislación, la fiscalización y la
administración desde las ya numerosas bancas
que ocupa, en los diferentes países, en el
Congreso y en los municipios.
Si llamamos revolucionario al socialismo
es porque no admite otra palabra el pensa-
miento y la acción que se realizan para
transformar este mundo lleno de miserias y
desgracias en un verdadera paraíso de felici-
dades y goces.
La acción revolucionaria legal del socialis-
mo quedará ampliamente tratada más ade-
lante, en los capítulos que describe los me-
dios de acción del socialismo.
La tendencia perenne hacia la transforma:-
ríón. En apoyo de nuestros pensamientos
podemos invocar los hechos de la historia.
La historia del mundo es ta historia de las
transformacioties y del progreso.
Un descubrimiento ha motivado y obliga-
do 'el nacimiento de otro descubrimiento, y
así, en una cadena sucesiva de hechos jamás
interrumpidos, se han modificado las cosas,
los seres y sus leyes. El hecho de que la
humanidad siga su cainino ya empezado de
continuar modificando las cosas, los seres y
las leyes, ese hecho soto constituirá el cami-
no hacia la realización del socialismo que
nin^na fuerza puede evitar, puesto í[ue
nada han podido detener el progreso hasta su
grado presente.
Estos hechos de la vida ya vivida por el
mundo son la prueba má.s formidable de que
el socialismo llegará a su completo triunfo.
La acción presente de los socialistas no
solo se limita a destruir los obstáculos, seila-
lando la historia como prueba y justificando
la doctrina, sino que también avanza cons-
truyendo todo lo que puede con su acción
creadora, como lo expresamos en algunos
otros capítulos.
Desde el pasado hasta hoy. En el momen-
to presente la generalidad de los individuos
no medita sobre el espacio de tiempo que
habrá necesitado cada progreso para reali-
zarse.
Por ejemplo, el ferrocarril no cuenta con
ciento cincuenta años de existencia y no
cabe duda de que los vehículos de transporte
cuentan cerca de dos mil años de existencia.
Ha sido menester ese la^o período para
llegar a esa hermosa perfección presente que
aún no se detiene.
¿Cuántos millones de días han sido me*
nester para llegar a obtener la radiotelegra-
fía?
Es triste reconocer gue en el momento
presente se celebra y se goza de todo lo que
hoy existe sin pensar que a cada progreso los
egoístas de Codos los tiempos ponían mÜ
obstáculos de todas clases.
Ponían obstáculos los que creían que sólo
del cielo podían venir los inventos.
Las empresas de carretas pusieron mil
obstáculos a] ferrocarril.
A^í, hoy la carreta de las costumbres
burguesas pretende impedir que avance por
la vía de la conciencia humana la fuerza
imponderable de la justicia socialista.
Desde hoy hacia el futuro. La acción
socialista desde hoy hacia el futuro se presen-
tará, cada momento, más fácil y su marcha
será de más en más rápida, porque los me-
dios de que dispone el socialismo de hoy
hacía el futuro son, como todas las cosas,
más perfectos.
Por ejemplo, si en el pasado para trans-
portar cien sacos de trigo se necesitaban
cinco carretas con varias yunta;s de bueyes y
diez horas para recorrer sesenta kilómetros,
hoy esa operación se puede hacer en una
hora y en una bodega por ferrocarril.
Resulta un trabajo mil veces más simple.
Así también el socialismo dispone hoy de
medios poderosos para realizar sus propósi-
tos. El libro, la tribuna, el periódico, el
diario, el folleto, la conferencia, el teatro, la
organización, su representación en Congresos
y municipios, todos esos medios cada día
rnás poderosos acercan la era de la vida
socialista, porque todos esos medios irán
convenciendo a los burgueses de que se vivirá
mucho mejor dentro del régimen socialista
que con la organización actual de la socie-
95
dad, y también irán haciendo desaparecer
todas las ignorancias y groserías actualej del
pueblo para convertirlo en un elemento rege-
nerado, instruido, pensador y progresista.
Los niños de hoy, instruidos en el ambiente
sociali.íta, K^rán yí, tan cerca, inmensa lábor
sobre sus hijos que más adelante formarán la
modalidad socialista dominante.
RAZONES ECONÓMICAS Y CIENTÍFICAS
A las razones de carácter histórico que prue-
ban que el socialismo es una circunstancia
normal de la vida e inherente al progreso,
que no puede desconsiderarse, presentare-
mos en este capítulo razones que completan
las anteriores.
La^ economía y la ciencia se encargan de
colocar al socialismo en el sitio preponderan-
te que le corresponde.
Sólo seres degenerados pueden negar el
socialismo o mirarle como despreciable e
insignificante.
A las razones histórica.s agregamos ahoni
razones económicas y científicas que están
más estrechamente ligadas a la vida presente,
Factores que produce» la riqueza. La
riqueza no es producto de un individuo ni de
una sociedad. La riqueza es producto co-
mún.
Cuantas riquezas posee el mundo reparti-
das en todas sus naciones, son el producto
del trabajo y de la inteligencia de la humani-
dad realizado en miles de años.
La riqueza no puede producirse sino con
el concurso comün y en la época presente la
encontramos reducida a dos factores: el capi-
tal y el trabajo, que explicaretnos en párrafos
siguientes.
Para explotar y gozar de las riquezas
minerales de Sudamérica, 3os españoles tuvie-
ron que traer herramientas compradas en
Inglaterra y en transportes construidos Con
elementos diferentes, en lo cual tomaron
parte muchas razas.
Hoy día, como antes, para muchas indus-
trias se necesita reunir elementos de las
distintas partes del mundo, en las cuales
trabajan obreros de distintas razas y condicio-
nes y capitales internacionales.
Todo esto es dicho en prueba de que por
mucho que se individualice la propiedívd del
producto, éste no puede dejar de ser fruto
del trabajo de comunidades de trabajadores.
Por esto, si hay una ley que compele al
trabajo común, el socialismo deriva su doc-
trina de esa lógica estrictamente vinculada a
la naturaleza de ta vida.
El capital. La sociedad presente alega que
sus comodidades son fruto de su capit.il,
olvidando intencionaltnente que el capital no
ha podido existir sin un trabajo primero, que
después de convertido en capital ha sido
disfrutado por los qUe no han realizado el
trabajo.
El capital se formó en el pasado con el
trabajo realizado por millones de esclavos a
quienes no se pagaba salario.
El capital continúa formándose en el pre-
sente y aumentándose incesantemente con el
fruto del trabajo que no se paga a los
obreros, puesto que hoy día a un obrero que
produce diez ie dan como salario dos. El
resto pasa a ser capital.
El capital así form.ido en el pasado y en
el presente, constituye por hoy un factor de
riqueza y con él se realizan gigantescos nego-
cios para la felicidad de unos pocos, con el
sacrificio y dolor de muchos.
En la región salitrera se ha constatado que
cada trabajador produce al fisco, solamente,
la enorme suma de 2.500 pesos anuales. Si
esta suma ía da a] fisco como contribución,
si el obrero no recoge arriba de 2,000 pesos
por salarios al año, si el capital se lleva otro
producto grande, ¿cuánto es lo que produce
cada obrero y cuánto le toca a él?
(••■)
Como el socialismo es la abolición de la
propiedad privada como Único medio de
perfeccionar la vida, las circunstaticias ya
expuestas de lo que son el capital, el trabajo
y la maquinaria dan por sí solas pruebas
suficientes en abono de la razón que guía a!
socialismo para establecer una sociedad so-
bre la base de la propiedad común.
Los medios que más adelante se exponen
darán a conocer la facilidad con que se
llegará al estado de propiedad común.
RAZONES MORALES
El socialismo no sólo acude a la ciencia, sino
también ai sentimiento.
La ciencia es la comprobación matentáti-
ca de nuestra razón, de la razón de ser de la
96
1
I..
^^Ktrina socialista.
^HpEl sentimiento es ]a razón moral.
^V Sí b rigidez de U ciencia pudiera sei
bicomprensible para los cerebros menos cul-
tivados ó para los que han vivido acostum-
bridos a los viejos moldes de las costumbres
antiguas, el sentimiento sano y puro no
^^lede cerrar los ojos a ta verdad.
HB ¿S«rá justo que un trabajador que trabaja
los seis días de la semana con honcsdez, sin
vicios, reciba un salario <^ue apenas le alcanza
para comer él con su compañera y sus hijos?
La mujer trabaja en la casa, puesto que
una familia de tres niños ya absorbe todo el
tiempo de la mujer, a menos que se deje
abandonados a esos niños, como ocurre en
muchos casos.
Si el salario apenas alcanza para malvivir,
ese mismo salario será más insignificante en
cada ocasión que un accidente, común en ia
^^a, perturbe ese hogar,
^H|pna enfermedad en cualquiera de los
^^membros de esa familia aumenta enorme-
mente la miseria.
^=Pues éste es un caso muy común.
¿Es justo eso? ¿Es justo que el patrón de
ese obrero aumente diariamente, multipB-
cando sus goces, su fortuna de reserva, sus
comodidades, mientras sus obreros perecen
de miserias?
Si desde el punto de vista del sentimiento
constatamos las injusticias de la organización
social, la lógica de ese sentirniento nos dice
que debemos poner nuestra inteligencia al
servicio del perfeccionamiento de la socie-
dad, para que poco a poco vayamos hacien-
do desaparecer todas las causas que produ-
cen la infelicidad humana.
Sí la aspiración socialista puede resumirse
en que ella consiste en que todos los seres
humanos tienen derecho a ser felices y gozar
de todos los productos del trabajo humano
en combinación con la naturaleza, dos fuer-
zas formidables acuden a dar la razón a la
doctrina socialista.
La ciencia, que prueba matemáticamente
que el dueño del producto es el productor.
El sentimiento, que demuestra la justicia
y la raión de la ciencia.
El setitifniertto de justicia. Sólo en los
seres refinadamente groseros y degenerados
y depravados puede no aparecer jamás d
sentimiento de justicia, pero en las personas
llamadas buenas, con o sin educación, el
sentimiento de justicia se revela, aparece y
señala las cosas como son.
La educación influye poderosamente para
localizar el sentimiento de justicia y para
hacer concebir en sus detalles y amplitudes
ese sentimiento.
La doctrina socialista y el sentimiento de
jijsticia son una misma cosa.
Muchas personas de nuestro mundo ac-
tual logran concebir el sentimiento de justi-
cia en el momento presente, pero sin enla-
jarlo con el pasado, y se encuentran con
obstáculos y dudas insuperables debido a la
falta de análisis histórico retrospectivo hacia
el pasado.
Una persona de muy buenos sentimientos
se encuentra en presencia del siguiente caso.
Es un ejemplo:
Don Juan ha herfdado de su señor padre
un gran establecirniento minero que en la
actualidad está avaluado en 500.000 pesos y
produce, una renta de 50.000 pesos anuales.
Además, el padre de don Juan dejó al
morir, en el Banco, 500.000 pesos, varias
casas y sus respectivos mobiliarios,
Don Juan sigue trabajando en la industria
y toma posesión de su herencia, considerán-
dose propietario legítimo, y sobre todo
considerando esa fortuna en su poder de
procedencia honrada.
Don Juan, joven, en posesión de ese
capital s^ue trabajando y multiplicando su
fortuna,
¿Cómo se resuelve la honradez o la falta
de honradez en este caso?
Muy sencillo.
El padre de don Juan tenía 300 trabaja-
dores en las minas.
La fortuna qae el padre de don Juan
acumuló fue trabajando en las niinas. El
padre de don Juan era obrero minero. Se
descubrió y pidió una mina, la trabajó solo
primero, acompañado después hasta llegar a
tener 300 trabajadores.
La venta del metal producía para pagarlos
salarios y dejar un saldo en el Banco.
Después de veinte años de trabajo en las
minas, muere el padre de don Juan, legando
esa fortuna como la hemos descrito.
¿Cómo se acumuló esa fortuna? Traba-
jando solo el padre de don Juan, ¿habría
logrado formar esa fortuna?
97
No, eso es imposible.
El trabajo Konrado de un Kombre solo no
permitirá jamás acumular fortuna.
Esa fortuna se formó debido al trabajo de
esos 300 trabajadores. Cada uno de esos 300
trabajadores ha contribuido con una cuota
en esa fortuna.
¿Como va apareciendo ahora el concepto
de lo que es el sentimiento de justicia?
Mientras don Juan, a la muerte de su
padre, hereda esa fortuna, ese capital, los
hijos de los trabajadores de esas minas no
han heredado nada, aun cuando sus padres
fueran honrados y sin vicios,
;(• ■ ■)
DIFERENCIAS ENTRE LA
DOCTRINA SOCIALISTA Y OTRAS
DOCTRINAS QUE PRETENDEN
RESOLVER LA ARMONÍA SOCIAL
Ninguna doctrina existente en el mundo
puede por sí misma resolver el problema de
la felicidad.
Sólo le está reservada esta virtud al socia-
lismo.
No se Come esta afirmación por fanatismo
o petulancia, pues probaremos que esta afír-
mación es exacta.
Si son . las doctrinas religiosas, muchas
dejan el problema de la felicidad para alcan-
zarlo en una segunda vida y procurar que en
el mundo se renuncie a los placeres huma-
nos.
Si son las doctrinas de la democracia
moderna, cifran la felicidad en el mediocre
progreso que pueden ofrecer las demo-
cracias.
Todas estas doctrinas carecen de base
efectiva para producir el perfeccionamiento.
Si todas conservan la propiedad individua]
Con el derecho a su progreso y al egoísmo
que ese sistema encierra, es inútil que aspiren
sinceramente a ningún mejoramiento ni per-
feccionamiento efectivo.
Porque precisamente el socialismo trans-
forma la propiedad individual, perfec-
cionándola en colectiva o común, es que
adquiere su fuerza poderosa de verdadero
progreso del cual no puede nacer sino felici-
dad.
La propiedad individual será siempre mo-
tivo de egoísmos.
La propiedad colectiva será siempre base
de progresos, porque el espíritu se ensan-
chará para producir mayores comodidades
colectivas.
No existiendo e! egoísmo de la propiedad
privada, del progreso para mí, se abrirá por
sí sólo el espíritu a superiores invenciones.
Lo que nos pertenece a todos merecerá el
amor de todos.
Mientras haya propietarios y haya quienes
nada posean, no podrán evitarse la explota-
ción y la opresión.
No podría objetarse que cada individuo
debiera tener entonces una propiedad,
porque tampoco ün sistema así produciría
nada átil.
Cuando no haya propietarios, no habrá
desposeídos. Todo lo que haya sobre el
mundo pertenecerá a todos, porque será el
resultado del trabajo anterior de todos.
La hermosa como perfecta y admirable
organización económica que ya han princi-
piado los trabajadores, y que avanzará cre-
ciendo y perfeccionándose, será el instru-
mento administrativo de todas las cosas que
requieran administración,
Pero lo que es el gobierno habrá desapa-
recido por innoble a los destinos del hombre.
Todas las invenciones nuevas lian produ-
cido siempre admiración y desconfianza.
Una anciana creerá que viaja mejor en un
coche que en un automóvil y sin embargo
ambos vehículos tienen los mismos peligros.
No se ha vivido nunca en un régimen
socialista. Nadie tiene razón experimental
para declarar que una vida en régimen socia-
lista sea buena o mala. Nosotros pedimos
que se ensaye, que se ponga a prueba.
Convencidos como estamos de que el
régimen socialista es muy superior y de que
ninguna doctrina le es comparable, pedimos
a todos que estudien y comparen.
Para todos los progresos de la vida que
hoy constituyen parte de la comodidad hu-
mana, ha habido graves obstáculos e incon-
venientes, que han sido vencidos a fuerza de
perseverancia y de experiencia.
A medida que se haga experiencia sobre la
doctrina socialista y sus modos, se irá obte-
niendo el convencimiento de su supe-
rioridad.
Muchos viven bien hoy, pero a fuerza de
actos bajos e innobles. En el futuro socialista
todos vivirán bien por medios nobles y di^
98
nos, lo que enaltecerá más la personalidad
human»'
LECTOR:
Si la doctrina socialista la encontráis justa
en su hermosura, grande en su nobleta, y
(figna de conducir la vida humana, no miréis
los inconvenientes que se presentan para su
realiratión.
Si tenéis inteligencia o si aspiráis a inteli-
gencia, agregad vuestro individual concurso
solamente a la obra propia del progreso y
con eso sólo contribuiréis poderosamente a
establecer la vida socialista.
La inteligencia progresando sobre el fu-
turo salvará todos los obstáculos y los impo-
sibles que hoy se imaginan los temerosos de
la vida nueva.
LECTOR:
Si sentís en vaestra persona íntima la
nobleza y la mora! para proceder conforme
a un criterio de verdadero amor y justicia,
podéis decir que ha penetrado en vos el
noble ideal socialista.
Socialismo es moral y es amor.
Socialismo es justicia y es libertad.
Socialismo es progreso, progresando.
Porque todo esto existirá abundante en el
mundo futuro, es que el socialismo asegura
su triunfo y la felicidad completa de los
seres,
¿QUE ES EL SOCIAUSMO?
LaAurora, Taltal, í3H0fÍ9í6
Ningún obrero, ningún empleado pobre,
combatiría al Socialismo si primero procu-
rara saber qué cosa es el Socialismo,
Pero no sucede así. Hablan contra el
Socialismo sin saber qué es, o hablan toman-
do por base cualquier mentira propalada.
fQué es el Socialismo? El Socialismo es
solamente el progreso llevado a todas partes
donde sea necesario el progreso. Se busca
primero para los pobres, porque son los que
necesitan más que otros del progreso.
El progreso es bienestar y comodidad: Es
salud y alegría. Por eso queremos el progreso
para las clases pobres; por eso llevamos la
propaganda socialista hasta el corazón del
pueblo.
Queremos que tos obreros, los empleados,
las familias pobres, todas las gentes de bue-
nos sentimientos se ocupen de investigar sí
efectivamente el Socialismo traerá el bienes-
tar presente y ftituro de Codas las gentes.
Nosotros aseguramos que sí. El Socialis-
mo es el progreso para todos. Por lo tanto es
el bienestar para todos. No es justo que se
pretenda sustraer al bienestar a nadie. Todos
tienen derecho al bienestar,
¿Qué e! Socialismo es un imposible? Eso
lo dice quien no conoce el Socialismo y
quien no quiere el progreso y el bienestar
para todos.
Y ¿cómo se ítiti imponiendo las ideas
socialistas? Poco a poco, como lo vayan
permitiendo los acontecimientos.
Una sola circunstancia, entre otras, dará
paso triunfal definitivo al Socialbmo y al
pueblo: la instrucción y la cultura. Por eso el
Partido Socialista reparte instrucción, ilustra-
ción y cultura por medio de su prensa pro-
pia, de conferencias, de teatro socialista, con
obritas educativas.
Y como la acción de la educación progre-
sa a pesar de todo, el Socialismo penetra
poco a poco entre el mundo sin que ningún
inconveniente pueda detener su progreso.
Hasta hoy el Socialismo ha progresado en
todos los países del mundo. El SociaUsmo no
es un imposible, desde el momento en que
sólo significa progreso y bienestar. Su reaÜ-
zacjón va verificándose sin que nada ni nadie
lo impida. El Socialismo para ir realizándose
agrupa a los proletarios en sociedades que
tengan por objeto la conquista del bienestar
económico, político y social. Dos formas de
lucha adopta el Socialismo para el mejora-
Tiiento de los pueblos.
— Lucha económica, y
— Lucha política.
La Lucha económica se desarrolla en dos
ormas distintas;
Por el mejoramiento de! salario; y
Por el abaratamiento de la vida.
Estamos seguros que todos ios obreros y
los empleados aspiran a tener un mejor
salario o sueldo y alimentación y demás
medios de vida más baratos, pero esto no se
podrá conseguir mientras obreros y emplea-
dos permanezcan alejados de las filas socialis-
tas.
99
Es necesario agruparse. Es necesario afi-
liarse al Partido Obrero Socialista para ir
formando ía fuetíü que dé ei bienestar a Eos
pobres. Y mientras los pobres resistan o
posterguen la formación de esa fuerzai no
habrá bienestar. Organizados los obreros
dentro del Partido Sociali.'ita, podrán conse-
guir mejoría en sus salarios. Fuera del Parti-
do Socialista sólo ganarán explotación. Orga-
niíados los obreros, en número abundante,
dentro del Partido Socialista podrán conse-
guir el abaratamiento de la vida, establecien-
do almacenes, panaderías y mercados ^ue
influyan para disminuir la carestía de la vida.
Fuera del Partido Socialista sólo habri
carestía y escasei.
Luis E. Recabarren S.
(Continuará)
EL SOCIALISMO
LaAuTora. Taltal 20110/1916
¿QUE ES EL SOCIALISMO?
Continuación.
La lucha por el mejorarrsiento económico, es
para el Partido Socialista de toda preferen-
cia. Pero sus resultados no podrán ser eííc»--
ces mientras seamos unos pocos los que nos
unimos y batallamos.
Acerquemos, pues, las relaciones frater-
nales de los obretos, para tener la fuerza
suficiente que es necesaria para realizar el
mejoramiento proletario.
Si la humanidad Ka luchado tantos años
por mejorarse y progresar y no lo ha conse-
guido con todos los ideales puestos en lucha,
preciso es abrir camino a este nuevo ideal
que constituye una nueva estructura econó-
mica industrial y comercial, totalmente dife-
rente a lo que ha sido costumbre hasta la
fecha y que suprime la explotación del hom-
bre por el hombre, que es la causa de todas
las miserias, de todos los vicios, de todas las
ignorancias y de todos los crímenes que
sufrimos.
£n el triunfo de las ides económicas del
Socialismo, se cifra todo él bienestar social y
moral de la humanidad. La forma de la
organización económica del Socialismo es el
principio de la organización futura de la
humanidad.
La constancia y la perseverancia en esta
obra será la base del triunfo.
La lucha por el mejoramiento económico
es el todo del Socialismo. Por eso los obreros
y los empleados de preferencia, deben estu-
diar estas cuestiones para decidirse a coope-
rar a La construcción de la fuerza socialista
qué ha de implantar las teorías econójnitas
del Socialismo.
La lucha política sólo tiene valor transito-
rio y secundario para el Socialismo. No tiene
otro objeto que hacer que las leyes no
continúen oprimiendo y explotando ai pue-
blo y traba-jar para su derogación.
La acción política del Socialismo, es para
colaborar la labor que los obreros hagan en
sus organizaciones.
-¿QUE ES EL SOCIALISMO? repeti-
mos nuestra pregunta.
El Socialismo es la realización de todo
progreso, tanto en el individuo como en la
sociedad. Donde no haya progreso no habrá
Socialismo.
Y como nadie, absolutamente nadie pue-
de considerarse enemigo del progreso, á
nadie es enemigo del progreso, nadie es
enemigo del socialismo. Lo que falta es
solamente comprender el socialismo, darse
cuenta de su acción, de sus medios de lucha
y de la transformación que va poniendo en
práctica.
Si el socialismo es el progreso; es bueno
entonces y debe ser investigado. Todos qui-
siéramos evitar los sufrimientos y tos extra-
víos humanos, pero sólo se conseguirá por Ja
acción del socialismo y mientras se retarde la
humanidad en comprenderlo, más se prolon-
garán los horrores del sufrimiento y los J
horrores en que vive. J
¿QUE ES EL SOCIALISMO? Socialismo
es abolir la miseria, la ignorancia, la explota-
ción, la tiranía, el vicio y todos los defectos
humanos que el buen sentimiento y la educa-
ción puedan suprimir. Abolir todos estos
defectos es progreso -y eso es socialismo. No
es imposible abolir todos esos defectos y que
es fácil abolirlos probaremos en las cortas
páginas de este folletito.
¿Qué es el socialismo? Es el progreso, es
eJ bienestar, la alegría, el amor, la justicia, U
100
I
I
Jptolodidad, en ñu codo aquello que ayuda a
constituir el vecdadeio progreso del índivi-
¿ uo y de la sociedad.
Hv Y ¿cómo llegaremos a alcanzar una vida
^"Sf tan llena de belleza? ,¿cámo se realizará
el socialismo? Eso es lo que explicaremos en
seguida en la confianza de que todos nues-
tros lectores leerán juiciosamente.
¿COMO SE REALIZARA EL
SOCIALISMO?
Hemos dicho que el socialismo es el progreso
en su marcha permanente y el progreso
llevado a todo (o que sobie el mundo existe
y puede existir.
Mienctas haya un pobre no habrá progre-
so, y mientras haya un pobre querrá decir
que hay explotación y opresión y esto no es
progreso.
¿Cómo llegaremos al más avanzado pro-
greso?
Organizándose los proletarios en la si-
guíente forma:
En cada pueblo, ciudad o faena se organi-
zarán en una asamblea o sección todos los
obreros y empleados que quieran hacerlo,
aunque sean pocos, porque todas las cosas
principian en pequeño. Si el grupo organi-
zado es pequeño, reasumirá en s{ todas las
siguientes aspiraciones:
Mejoramiento del salario y condiciones
generales del trabajo, de tal manera que el
proletariado trabaje en condiciones humanas
y de justicia.
Abaratamiento de la vida creando con ese
fin cooperativas, según lo permitan los recur-
sos de que dispongan los grupos.
Luis E, Recabarren S.
(Continuará)
EL SOCIALISMO
La Aurora, Tdtal, 27(1011916
¿COMO SE REALIZARA
EL SOCIALISMO?
Continuación
Tomando parte en las elecciones de munici-
pales y congresales para alcanzar una repre-
sentación que le sirva para influir en el mejo-
ramiento económico social del pueblo.
Si los agrupados tienen la esperanza de ser
numerosos, por vivir en una ciudad industrial
más o menos poblada, el grupo seguirá la
siguiente marcha: Primero agrupará reunidos
todos los que se incorporan en una sola
organización, pero cuando haya más de dieü
afiliados de una misma profesión, nombrarán
una comisión adtni*tistr<itiva para atender a
sus necesidades económica y gremiales a ñn
de mejorar cuanto antes el salario y las con-
diciones del trabajo, Asf se hará con todos
los oficios que vayan teniendo más de diez
afiliados, La recaudación de las cuotas que
cada afiliado debe p^ar se hará por et teso-
rero de U comisió» administrativa que nom-
bre cada sección gremial que se constituya, y
de esta cuota el 33 por ciento pasará a ia caja
central de la respectiva organización del Par-
tido Obrero Socialista. (Bs decir de la cuota
que se f^e será un tercio para la caja electo-
ral y de educación y dos tercios para las
necesidades sociales y económicas).
Esta forma de organización por oficio,
que surgirá del seno mismo del partido, tiene
QOiT^o progrania de trabajo y por misión in-
metliatai
—Unir el mayor número de obreros deJ
mismo oficio, siendo a la vez cada afilíadc
miembro del partido y de la sección gremial;
—Educar a los afiliados por medio de con-
ferencias continuas, libros, manifiestos, dia-
rios, etc., en lo que es exactamente el socia-
lismo, en la misión que desempeñan estos
organismos y en las ventajas graduales que se
conquistan con la educación y con la organi-
zación;
—Mejorar el salario según sea el costo de
la vida;
—Dignificar la condición del productor,
como el artífice supremo de la humanidad
elevándole sv cultura y su ilustración, pues
101
en el progreso de la cultura y de la educación
dé los individuos cifra el Socialismo toda su
base de triunfos. Sin cultura no puede haber
socialismo,
—Mejorar las condiciones de trabajo, de
manera de hacer desaparecer toda forma de
explotación, de opresión y de abyección;
—Obtener que en cada faena sólo trabajen
obreros afiliados a la sección gremial del
partido, para garantizar así el progreso per-
manente que vaya conquistando la organiza-
ción;
—Y dedicarse en forma permanente a to-
do aquello que eleve y dignifique al ser hu-
mano, desarrollando un programa ilimitado
de labor educativa.
Todo esto puede ser un programa que se
realice tanto en pequeño como en grande y
sus beneficios puedan usufructuarse gradual
mente progresivos.
De esta manera, el Partido Obrero Socia-
iista organizado en una ciudad cualquiera,
podría llegar a componerse de varias seccio-
nes: (tantas como grupos gremiales se consti-
tuyan), sin perjuicio de las organizaciones de
educación, teatro, etc. Cada grupo gremial
tendrá una comisión administrativa com-
puesta de individuos de su mismo gremio.
Luis E. Recabarren S.
Continuará
EL SOCIALISMO
La Aurora, Taltal, 03/J1/Í9Í6
¡COMO SE REALIZARA
EL SOCIALISMO?
Continuación
Los grupos, secciones o sociedades gremiales
(como quieran llamarlos) se ocuparán de to-
do aquéllo que afecte el mejoramiento eco-
nómico de su oficio y a la vida de la familia;
pero cuando la acción económica tenga nece-
sidad de la cooperación de varias otras sec-
ciones profesionales, como para actos políti-
cos, se reunirán como si fuera del Partido
Socialista, bajo la acción del comité adminis-
trativo del partido.
Cuando el número de secciones de oficio
pase de dos, cada grupo debe nombrar dos
delegados que lo representen en el comité
administrativo central del Partido Obrero So-
cialista para cooperar a la labor administrati-
va y educacional que los comités desarrolla-
rán y ejecutarán.
Con esta nueva forma de organización el
Partido Socialista vendrá a ser una verdaderj
federación de sociedades gremiales, fundadas
y alentadas desde su propio seno, de tal
manera que el comité administrativo de una
agrupación central socialista, vendría a ser a
la vez la mesa áii-ectiva del comité de U fe-
deración gremial de cada localidad-
La caja del Partido Obrero Socialista se
formará como lo determine cada organiza-
ción según sean sus necesidades y desarrollo,
pero siguiendo más o menos el rumbo indica-
do; es decir la tercera parte de la cuota a la
caja de gastos políticos y las otras dos terce-
ras partes a la caja social, que será para
atender las acciones económicas en que Se
empeñe la acción gremial.
Si los grupos agregan otra clase de benefi-
cios, como socorro para enfermos, o pjrs
desocupados, deben agregar la cuota corres-
pondiente para esos ftnes. Con esta teoría
habrá una sola clase de organización obrera
en cada pueblo o región, pues estimamos
innecesaria y aún dañina toda forma de orga-
nización que aparezca en duplicidad, por
cuanto la división de organismos esteriliza la
labor emancipadora de los obreros.
Si el Partido Socialista en estas condicio-
nes desarrolla eñcazmente su acción contra
el actúa! sistema industrial, y con una organi-
zación así tan esencialmente democrática, es
lógico que todos los obreros le presten su
activa cooperación, para verificar la reden-
ción de los oprimidos.
Esta forma de la organización socialista,
marchando de progreso en progreso; perfec-
cionando de época en época su propia lormí
de organización; sü forma de acción; sus
conquistas en el terreno de la lucha, han de
ir poniendo al productor (al obrero) en pose-
sión absoluta de su producto, o sea el fruto
de su trabajo; hasta llegar por la marcha áe
esos progresos a la abolición de toda forma
de explotación u opresión.
De la misma manera que el ser humano
tiene que pasar por un proceso de muchos
102
■iHos en (jue et organismo progresa, d&sde el
día que nace hasta gue adquiere e! mayor
desarroílo de su conciencia; este mismo pro-
ceso porque el ser humano pasa para alcan-
lar e! mayor progreso personal, y llega a
conseguirlo, ese mismo proceso es indispen-
sable pira las agrupaciones de individuos que
buscan el mejoramiento humano.
Si vemos en el hombre el progreso inevita-
ble en el desarrollo de su propio organismo;
pues nace sin saber hablar, ni andar, ni ali-
mentarse, ni trabajar y sin embargo todo
esto lo adquiere, en cualquier clase social
que viva y en el desarrollo de su organismo.
Así también cuando unidos un grupo de
obreros, damos vida nueva a un organismo
colectivo, si cuidamos el desarrollo como se
cuida el desarrollo del niño alcan/aremos
inevitablemente su progreso como el caso
anteriormente citado.
¿Qué es la edad? Las distintas fases del
individuo.
El niño es primero que el hombre, en Un
mismo ser.
Al niflo lo reemplaza el joven,
Al joven lo reemplaza el hombre.
Al hombre lo reemplaza el anciano.
Por todas estas fases pasa un mismo ser.
Así también por la acción progresiva de
los organismos socialistas la explotación del
trabajo desaparecerá, como desaparece el
niño, cuando surge el joven, como desapare-
ce el joven cuando avanza el hombre.
Y al desaparecer la explotación desapare-
cerá con ella la clase patronal capitalista, (en
cuanto clase), para ser reemplazada [como el
hombre reemplaza al joven) por la nueva
estructura social que el socialismo ha creado
con sus secciones profesionales de oficio,
destinadas a actuar en el perfeccionamiento
y progreso de las relaciones entre obreros y
patrones.
La creciente acción de "las secciones gre-
miales de oficio, fundadas en el'seno de cada
asamblea socialista, organizada por ciudades
o regiones;
La creciente educación de estos mismos
organismos, cuya fuerza de cultura influirá
sobre ta misma clase capitalista et» que actúe;
Las crecientes conquistas económicas que
obtenga, por mejoramiento del salario y par-
ticipación proporcional de las utilidades;
Llegarán a anular toda forma de explota-
ción y opresión.
¿Cómo se realizará el socialismo''
Sólo con el progreso individual, que hará el
progreso colectivo de la humanidad. Mien-
tras el individuo y la sociedad no progresan
no triunfará eí socialismo, Y para alcanzar
toda esta total aspiración, es que los socialis-
tas se organizan, como Sé explica en estas
páginas; para educarse y perfeccionarse en el
seno de la organización y para que esta orga-
nización sea hoy la base, principio y forma de
la organización de la sociedad humana del
porvenir susceptible a superiores perfeccio-
nes a medida qtie las imponga el tiempo.
¿Cómo se realizará el socialismo? He ahí
explicado ya parte de las acciones y formas
con las cuales la organización socialista reali-
zará tan hermoso ideal de hacer de la huma-
nidad una sola familia que sepa amarse infi-
nitamente y en la cual trabajen todos inspira-
dos en el amor mutuo que deben prodigarse
pata alcanzar siempre el máximo de ielicidad
individual y colectiva. Y eso que acabamos
de dejar trazado además de ser muy fácil
realizarlo, ya está empezado y muy avanzado
en varias naciones.
A esta acción que el socialismo va reali-
zando en forma inevitable, y cuyo tiempo de
proceso nadie puede medir ni calificar; (así
puede ser poco o mucho el tiempo que nece-
site, pues, dependerá del progreso que haga
la educación y la cultura en cada individuo y
en cada agrupación);
A esta acción llamada gremiali el socialis-
mo agregará también la organización coope-
rativa, cuya fuerza de reemplazo a las formas
capitalistas nada ha podido disminuir nt de-
tener el presente.
Este nuevo factor: la cooperativa, lo tra-
taremos en un capítulo separado.
Si este trabajo lo vuelve usted a leer,
comprenderá mejor, pues mientras más lo lea
lo comprenderá más y se dará cuenta cabal
de su fácil realización. Vuelva, pues, a leerlo
detenidamente.
Luü E, Recibarren S.
Continuará
103
EL SOCIALISMO
La Aurora. Taltal }ojt2lí9Í6
EL POR QUE DEL SOCIALISMO Y
DE SUS MÉTODOS DE LUCHA
Continuación
Bl sistema industñd del presente produce
forcunas para sus propietarios y miserias para
los obreros que son l&s verdaderos producto-
res.
El obrero es explotado en su trabajo por-
que el capitalista se apodera de la mayor
parte del producto, sin que el obrero, en el
presente régimen pueda evitarlo. "El capitalis-
ta estimándose propietario de máquinas y de
instrumentos realiza su explotación en doble
forma;
— Explota al obrero en el salario, o sea en
el costo de la producción; y
—Explota al pueblo consumidor en la ven-
ta de los mismos productos, a precios eleva-
dos, que le agota totalmente sus pequeñas
rentas.
Además de esta explotación, por la forma
o sistema en que se desarrolla el movimiento
industrial, existe un mecanismo comercial e
industrial que aumenta los inteimediarios,
que contribuyen a la carestía de los produc-
tos o sea al encarecimiento de la aumenta-
ción y demás medios de vida.
Este sistema industrial y comercial, esta-
blecido actualmente en todo el mundo, ade-
más de Consamar una explotación tan inícua
al trabajo humano, y de explotar la vida
misma poniéndole precio, realiza un segundo
crimen, pues esclaviza y tiraniza a casi todo
el mundo.
Tenemos, pues, como resultado del mis-
mo sistema industrial que rige, explotación y
esclavitud, que establece juntamente igno-
rancias y miserias, y por ellos sufrimientos y
crímenes que hacen horrible la vida,
¿Es posible vivir así? ¿ Es posible tolerar
esa clase de organización social de la vida?
¿Es posible que la inmensa mayoría de la
humanidad esté sometida a la tiranía de la
explotación y de la esclavitud? Claro que
no.
Los que hemos tenido la suerte de com-
prender el inmenso mal que este sistema de
explotación produce, no podemos callar ante
la indignidad, no podemos someternos sin
protestar.
Todas las desgracias humanas, desde ef
leve delito de robo, hasta el crimen de la
guerra; todas las miserias morales, desde el
egoísmo hasta la insidia infame, todo el in-
menso bagaje del mal que azota la tierra,
todo es producto directo de la organización
industrial presente que somete a sus leyes
todo lo que vive y todo lo que muere.
Y como todo eso para esta época de su-
perior comprensión, y para el porvenir, es
inaceptable; por eso es que el socialismo
viene a proponer una nueva organización in-
dustrial, con la cooperativa socialista, que
aumentará la riqueza social de manera que
habrá aumento de comodidades y de place-
res para todos sin excepción. Si' podemos
vivir bien, ¿por qué no vivir bien?
Esto es el socialismo; resolver el problema
de la cuestión Social, de modo que cese la
explotación y con ella la esclavitud y todo su
cortejo de males. Consideramos muy grande
el mal que produce a la humanidad el régi-
men industrial presente. Por eso queremos
transformarlo, perfeccionándolo,
Así como se ha transformado el sistema
político de los pueblos, desde los viejos regí-
menes absolutos, feudales, monárquicos des-
póticos, hasta el constitucional, comunal, de-
mocrático.
Así como el sistema de locomoción y
transporte se ha transformado y ha pasado
por una época de perfeccionamiento, hasta
el momento actual,
Así como el sistema de máquinas en todas
las industrias y como el sistema de vestuario;
así como el sistema escolar; en fin así como
en todas las cosas en el mundo han venido
transformándose y cambiando sus condicio-
nes.
Así aspiramos los socialistas, a transfor-
mar y perfeccionar el sistema industrial, para
suprimir la explotación, la esclavitud y todos
los crímenes que se derivan de este sistema-
Algunos alegan el derecho de propiedad y
de fortuna adquirido por herencia, de tJ
modo que lo consideran una propiedad indis-
cutible.
Luís E. Recabárren S.
Continuará
i 04
Luis Emilio Recabarren
i
EL SOCIALISMO
La Aurora, Taltal 8/Í2J1916
ÉL POR QUE DEL SOCIAI,ISMO Y
SUS MÉTODOS DE LUCHA
Cor
bntinuacion
No hay fortuna acumulada, nunca, que no
sea el producto de la explotación a otras
personas; explotación tjue les ha quitado su
bienestar.
Si la fortuna la ha obtenido por trabajo
de fábrica u otras formas donde haya media-
do para ello la actuación de los trabajadores
Y empleados;
Esa foituna es el fruto de salarios mal
pagados y por lo tanto explotados.
Si la fortuna es el fruto de comercios por
renta de mercaderías, se habrá acumulado a
costa del hambre, robando ala multitud con
precios caros sobre los artículos de consumo.
Fuera de estas dos formas viene la fortuna
uirida por usura.
He ahí la manera como la humanidad
colectiva se ha quitado su bienestar para
dárselo a unos pocos, ¿Ha sido eso justo y
moral ?
£1 socialismo no pretende quitar aquello a
los individuos para devolverlo a la colectivi-
dad.
No pretendemos volver atrás. Solamente
pretendemos ir reglando, ir perfeccionando
de hoy en adelante el sistema industrial de
manera de ir procurando la desaparición de
toda forma de explotación y de esclavitud.
Como resulta bastante molesto obligar a
'a clase patronal a someterse a medidas dicta-
das por los obreros, y sólo algunas pueden
ser impuestas "nos parece" que nuestro siste-
ma Cooperativo es mucho más fácil, aunque
parezca más largo. Es más fáci] establecer,
[por ejemplo), una fábrica de zapatos, desa-
tiollarla, darte ilimitados progresos, obtener
■^on ello que abarate el zapato, mejore en
calidad, que los obreros ganen más salarios y
ellos mismos en calidad de accionistas se
ganen las utilidades; es más fácil todo eso
hecho por la cooperativa, que obtener de
*uia fábrica burguesa que suprima la explota-
ción, que trabaje con buenos materiales, que
reparta sus utilidades entre todos los que las
producen. Reflexionemos sobre esta expre-
sión.
Ej desarrollo de la cooperativa socialista
es, a nuestro juicio, el sistema más apropiado
para verificar lo que llamamos la "abolición
de la propiedad privada", la "socialización
de la sociedad", la "expropiación capitalis-
ta", el establecimiento del "régimen colecti-
vo", la "verificación del colectivismo".
Porque la acción cooperativa desarrollada
con todas las fuerzas obreras y con todo el
empuje consciente, revolucionario de todos
los socialistas, sería EL MEDIO más eficaz,
con menos éxito combatido, y de rápido
desarrollo para la creciente acción del socia-
lismo mundial,
£1 día que tod^s las industrias liayan caí-
do en manos de las cooperativas socialistas;
el día en que todas las acciones intermedia-
rias de las industrias y comercios estén en
manos de cooperativas socialistas, ¿no habrá
desaparecido de hecho la clase capitalista,
absorbida por el cooperativismo?
Y ese día, ¿de quién serán las fábricas, las
faenas? Sencillamente de todos, ¿Quién to-
mará para sí las utilidades? todos.
Una ley de expropiación sería resistida: Si
una ley ordenara clausurarse una fábrica, y
proteger una que recién se instale, levantaría
protestas indignadas. Pero si por la compe-
tencia comercial una fábrica se eleva y se
engrandece produciendo la clausura y liqui-
dación de varias, el hecho se produce y se
acepta como una cosa natural, normal y to-
dos se conforman.
Esta será la acción de la cooperativa:
Clausurar todas tas industrias burguesas de U
clase explotadora, por poderosas que sean, a
medida' que la fuerza cooperativa vaya cre-
ciendo y tomando impulsos poderosos.
Esta clase de acción es la aceptada por el
atavismo y la traición impecantes. Pues si
esas mismas nos sirven para luchar^ luchemos
con ellas.
El día que el sistema industrial esté en
manos de las cooperativas socialistas, ese día
se simplificará la labor industrial y se redu-
cirá a lo necesario, de manera que vendría
una evidente y efectiva economía que au-
mentaría los goces sociales y haría la tran-
quilidad de todo el mundo.
He aquí en breves expresiones expuesto el
POR QUE del socialismo.
Ante tanto malestar que produce la mala
organización de Ja sociedad capitalista, cuya
105
única base es la explotación del Kombre, es
preciso adoptar un remedio, un sistema que
mejore y que ennoblezca la vida.
Y como la sociedad capitalista, elk mis-
ma, no lo hará, no trabajará por elevar la
condición moral e intelectual de los indivi-
duos, ni por suprimir ta explotación y la
esclavitud cjU£ se deriva, como nada de eso
hará, no hay otro remedio que producir el
desarrollo de la acción cooperativa; basada
en la acción gremial de los trabajadores y
con la cooperación de la acción política para
abolir los privilegios que dan a la clase capi-
talista superiores ventajas.
He ahí el por qué de la acción socialista;
para supritnif dentro del más riguroso con-
cepto de justicia y de moral, toda forma o
costumbre social que explote, que oprima y
que envilezca a la raza humana.
El efecto que va produciendo la creación
y desarrollo de la acción cooperativa con su
carácter socialista para concurrir a la "expro-
piación capitalista", es inmejorable. Educa al
individuo en un nuevo método o sistema
cuya base es de verdadera justicia y moral, y
va así preparando las bases del más hermoso
porvenir, que dará alegrías a todos. No po-
dríamos hacer en las breves páginas de un
folleto, toda una construcción social nueva.
Pero la dejamos al metjos señalada en todas
sus formas generales.
Loa que se interesan por el bien humano,
estudien por sí mismos, busquen otros libros
en que completen sus conocimientos. Los
socialistas de todas partes resuelvan hasta
qué punto es indispensablemente más urgen-
te desarrollar esta fuerza revolucionaria que
puede vivir, alimentarse y crecer en todo
sitio donde haya podido agruparse siquiera
un centenar de familias.
LuisE. Recabarren S.
Continuará
EL SOCIALISMO
La Aurora, Taltal 15/12/Í916
Conclusión
EL POR QUE DEL SOCIALISMO
Y DE SUS MÉTODOS DE LUCHA
La acción gremial es muy necesaria para evi-
tar el exceso de esclavitud que el industrial
desarrolla, podría llegar quizás a verificar la
expropiación del capital. Pero, vemos que la
acción de la cooperativa es mucho más efi-
caz, y sobre todo si cooperativa y gremio
marchan guiados por los principios socialis-
tas. Agregando a estas dos fuerzas la acción
política del socialismo completamos un ba-
gaje de medios de lucha que bastan para
operar la necesaria progresiva marcha de la
conciencia popular, puesto que estos medios
de lucha; gremio, cooperativa y política, só-
lo tienen valor desarrollados y aplicados con-
juntamente por elementos conscientes, capa-
ces de saber lo que hacen.
Gremio, cooperativa y política, dentro de
todo organismo socialista forman una escue-
la positiva, de experiencia práctica DE LO
QUE DEBE SER la vida que educa a los
afiliados en las verdades necesarias para el
presente y para el porvenir y son los planos
de la sociedad futura.
Gremio, cooperativa y política, además
de ser una escuela, son medios de tucha,
instrumentos de creación y de desarrollo de
la sociedad de mañana.
"No acepto Incendiar y destruir una fábri-
ca para construir sobre sus ruinas una nueva,
superior". "Prefiero crear, construir una fá-
brica nueva, moderna, al lado de una fábrica
vieja, anticuada".
Todas las ventajas estarán de parte de la
nueva fábrica.
No quiero destruir la humanidad (o el
mundo), no, porque nacería otra humanidad
que debería recorrer el mismo largo, abyecto
camino que ya ha recorrido triste y dolorosa-
mente la actual humanidad.
Pienso que podemos escoger y seleccionar
con nuestra acción educadora, convertir con
nuestra verdad, atraer con nuestras rabones,
y formar y crear una nueva humanidad, su-
perior, llena de bellezas y alegrías.
Y esto ya está empezado. En cada rincón
106
B
^^Kla tierra hay un pequeño grupg de socia-
BHtas, que obran todos de acuecdo, íin cono-
cerse, pero los guía una misma doctrina, un
mismo amor.
Ellos son la nueva humanidad. La euna de
la moderna humanidad.
Por eso, el gremio, la cooperativa y la
política son medios honrosos y dignos que
en manos amorosas y honradas crecerán lo-
zanos. Son la única escuela de ía. humanidad
de hoy, serán la vida hermosa sin lágrimas
del porvenir.
[RAZONEMOS LÓGICAMENTE
Como dentro y cerca del elemento proletario .
siempre hay críticos que sólo sirven para
fomentar desalientos, para dificultar la unifi-
cación obrera, y para hacer Creer que los
inconvenientes son más graves que lo que en
verdad son, se hace preciso responder a las
siguientes preguntas, que ojalá cada lector se
dedicara a su vez a razonar.
¿Tendrá algún valor, podrá servir de fuer-
» emancipadora o redentora, la aicción gre-
mial y cooperativa, sin llevar en su seno la
doctrina socialista? ¿Qué misión desempeña-
ría el gremio y la cooperativa sin socialis-
mo?
Nosotros consideramos que sin doctrina
socialista, ia acción gremial y cooperativa tiO
reportarían ninj;ún beneficio a los obreros
organizados. Al contrario, sobrevendría el
cansancio. Sostener el gremio para pedir
siempre aumento de salarios; sostener y crear
cooperativas para abaratar un poco la vida,
no nos libraría jamás del régimen de explota-
ción y opresión.
Si el gremio no lleva por finalidad de su
acción de abatir la clase patronal para reem-
plazar el régimen actual de explotación, por
un régimen de cooperación; si la cooperativa
no lleva por propósito monopolizar indus-
trias y comercios, a fin de suprimir la explo-
tación y la miseria; si frremio y cooperativa
no llevan estos propósitos; será inútil luchar,
porque las conquistas que pudiéramos hacer
hoy, las perderíamos marrana, por la falta de
una doctrina precisa. Si gremio y cooperativa
no llevan en su seno doctrina socialista, ¿qué
doctrina llevarían?
Volved, pues, lector, a leer detenidamente
estas pocas páginas hasta que vuestra inteli-
gencia se dé cuenta cabal de la importancia
de la acción socialista para determinar el
bienestar completo de la humanidad.
Hemos dejado claramente explicado, (co-
mo es posible dentro de tan pocas páginas)
lo que es el socialismo, "su por qué", y
cómo se realizará. Ahora solamente falta que
los lectores de este folleto puedan compren-
derlo bien. Quien bien lo comprenda debe
ayudar al progreso de la organización socia-
lista, porque no basta reconocer la bondad
de [as ideas y aceptarlas, es preciso llevarlas a
la práctica, como queda indicado en las
páginas anteriores.
El socialismo es una doctrina que puede
ser abrigada por todos los seres humanos,
sean obreros o no. Corresponde prijneranien-
te a ios obreros organizarse para realizar
todo el programa de este ideal. Pero los que
no son obreros pueden también cooperar
muy eficazmente a tari hermosa obra de
redención humana. Aumentar la dicha debe
ser toda nuestra acción.
Hemos de advertir que no culpamos » la
clase capitalista por su creación esclavizado-
ra, porque estimamos que obra a impulsos de
fuerzas heredadas del pasado, y por eso
nuestro afán perfeccionador.
{*) Con el presentK número ponuirios fin ai
licrmosii fnllctito del cainnrada Rccabarrcn.
Luis H. Recabarren S.
LA RUSIA OBRERA
Y CAMPESINA
Marzo de í 923.
Existen ya muchas publicaciones sobre la
Rusia de ios Trabajadores, ya sean escritas
con pesimismo o con optimismo, a favor y
en contra, según el modo de pensar y el
estado de ánimo de cada escritor. Algunos
han escrito después de haber visitado aquel
país, Por cierto, algunos escritores fueron »
llusia a ver el comunismo estabíecido por los
comunistas y como no lo encontraron en la
forma y manera que su imaginación capri-
chosa se trazara, declararon después que los
comunistas habían fracasado.
Yo fui a Rusia, enviado delegado al 4°
Congreso de la Internacional Comunista y al
2'^ Congreso de la Internacional de Sindi-
107
catos Rojos. V fui a Rusia llevando en mi
convicción de que los comunistas no habían
podido construir todavía la sociedad comu-
nista en Rusia, por las razones que se leerán
en el transcurso de estas páginas, y que con
el poder político y económico en sus manos
se ocupaban desde el 7 de noviembre de
1917 en acumular los elementos para la
construcción de la sociedad comunista que
tenemos trazada en nuestros programas y
aspiraciones. Este modo de apreciar la situa-
ción de Rusia durante los cinco años transcu-
rridos y predicados durante el mismo tiempo
en Chile, es lo que lia formado en la masa
trabajadora organizada de este país una idea
clara y sin equívocos de la verdadera condi-
ción en que se desenvuelve la creación de la
sociedad comunista en Rusia.
Con este criterio, con la constante infor-
mación que nos proporcionábamos sobre la
marcha de ios acontecimientos de Rusia, yo
fui a aquel país a ver el trabajo realizado
hasta la fecha que habrá de conducir al
proieiaríado a la edificación del comunismo;
no iba, pues, a ver funcionando el comunis-
mo como muchos, ingenuamente o malévoía-
mente se ¡o quieren imaginar. Repito, yo iba
anheloso a ver cuajnto trabajo se había avan-
zado ya en la preparación de la sociedad
comunista.
Sobre lo que vi y constaté durante ios
cuarenta y tres días que estuve en Moscú, he
escrito algunos artíctilos, cinco de jos cuales
se publicaron en "La JVacíón" de Santiago.
Esos artículos y las conferencias que he da-
do, después de mí llegada, de regreso de
Rusia, coleccionados y con agregados que
completan ias informaciones, son el material
que hoy ofrezco en este tnodesto folletito,
con la intención de llevar a !os lectores una
información real de lo que hasta la fecha
lleva construido el proletariado que en Rusia
tiene hoy en su poder la suma del poder
político y económico; después de haber des-
truido despiadadamente todo el mecanismo
de la sociedad capitalista explotadora.
Se me podrá observar que cuarenta y tres
días no son suficientes para reconocer e
informarse de todo lo que es necesario en un
país que ha cambiado tan fundamentalmente
su régimen social, político y económico.
Pero yo responderé a eso que yo no fui a
Rusia, a. buscar detalles, que para este objeti^
vo no los necesito, fui solamente a constatar
fo más fundamental, con lo cual se construi-
rá el porvenir.
Fui a ver si la clase trabajadora tenía en
sus manos efectivamente el poder político,
Con el Cual garantice la conservación en sus
manos el poder económico. Fui a ver sí U
clase trabajadora tenía en sus manos la direc-
ción de! poder económico, con el cual irá
construyendo su bienestar. Fui a ver si la
cíase trabajadora había abolido ya definitiva-
mente todo el estado de explotación capita-
lista y de tiranía. Fui a ver si la expropiación
de los explotadores estaba ya completa-
mente consumada en Rusia. Fui a ver si
habría posibilidad de restauración dei siste-
ma capitalista. No fui en busca de menuden-
cias y detalles. Para recoger lo fundamental
me alcanzó el tiempo. Y pude ver con
alegría, que !os trabajadores de Rusia, tenían
efectivamente en sus manos toda la fuerza
del poder político y económico, y que pa-
rece imposible que haya eti el mundo una
fuerza capaz de despojar al proletariado de
Rusia de aquel poder ya conquistado.
Pude constatar además que la expropia-
ción de los explotadores es completa, de tal
raanera que jamás volverá a Rusia un régi-
men de explotación y tiranía, como el que
todavía soportamos en Chile. Pude conven-
cerme, que no me había engañado anteriar-
rriente, cuando he predicado en este país,
que el proletariado de Rusia tiene en sus
manos todo el poder para realizar su felici-
dad futura y va reuniendo los elementos para
construir la sociedad comunista, como verda-
dero reinado de justicia social. También pu-
de saber cómo la clase trabajadora tomó en
sus manos todo el poder y las responsabilida-
des del caso, y cómo por medio de la
dictadura proletaria, lo conservará en su
poder impidiendo que la burguesía derruin-
bada pretenda reconquistarlo, V el detalle de
eso, que es lo fundamentalmente interesante,
es lo que relato en este folleto.
El proletariado de Chile, recogerá de la
lectura de este folleto, muchas enseftanEss
para sus actividades futuras, que le permitan
avanzar con éxito hacia el derrumbe del
estado capitalista, que es la causa del estado
de tiranía y de explotación que nos vemos
obligados a soportar.
No creo haber mirado la nueva organíza-
108
Ibn de Rusia, con ojos üptimistas y benévo-
(, lo cual no lo consideraba de utilidad
ra mis propias convicciones. He examina-
do sí los fundamentos establecidos ya en
Rusia, son los fundamentos que se necesitan
para la Construcción de la sociedad Comunis-
ta. Y es ese examen el que me lia convencido
de que el pueblo de Rusia tiene en sus manos
los elementos que se necesitan para la cons-
trucción de la sociedad comunista.
También quise convencerme si las condi-
ciones deJ pueblo ruso eran más propicias
para ¡á revolución y para el comunismo que
las condiciones en que se encuentra el prole-
tariado de Chile para acometer la misma
empresa y creo no engañarme si aseguro que
al proletariado de Cliile sólo le falta disci-
plinar un poco más su organización política
y económica, para e'ncontrarse en capacidad
de realizar la Revolución Social que expro-
piará todo el sistema tJe explotación capita-
lista y que termine definitivamente con el
caos capitalista incapaz de producir el bie-
nestar social que reclama la población de
Cliüe.
Es de esperar que después de la lectura
reposada de este corto folleto, cada proleta-
rio sepa tomar el sitio que le corresponde
para encaminar sus actividades hacia la reali-
zación del programa de combate del comu-
nismo que destruya este sistema capitalista
que ya ha probado de sobra su tota! incapa-
cidad para dar ai pai's ningún bienestar.
Continuar en la inactividad o a la espera
de ilusorias promesas que se renuevan sin
cesar, para mantener la esperanza de los
crédulos que desgraciadamente son siempre
los incapaces; continuar en esa condición, es
mantener e! malestar permanente para todos,
malestar que desde hace treinta años se hace
sufrir al pueblo de Chile, engañándolo con
promesas que no han tenido otro objeto que
prolongar el estado de explotación capita-
lista que permite a unos pocos hacerse millo-
narios en poco tiempo, mientras la mayor/a
de la población permanece en la más vil
jTiiseria.
Dar al pueblo los medios para terminar
con su malestar es, entre otros, el objetivo de
este folleto.
Luis E. Recabarren S.
109
Capitulo Quinto
El pensamjento socialkta hacía ¡910
., *. ..-^^ -^ *■»->, - . .'
Era necesario dar cuenta del pensamiento socialista hacia 1910 sin reducirlo a la
figura de Recabarrcn; es por eílo que íiemos quendo establecer un capi'tulo espe-
cífico, aunque puede parecer algo d<5bil. En efecto, entre 1909 y 1915 hubo una
serie de iniciativas, agrupaciones, periódicos, etc., que en diversas regiones del
país produjeron un pensamiento de corte socialista y llevaron a cabo diversas
acciones tendientes a difundir y tnaterializar dicho ideario. Fuera de Ja zona sali-
trera, las regiones más destacables son Santiago, Valparaíso y Magallanes, aunque
de esta zona austral no hayamos encontrado un documento lo suficientemente re-
presentativo como para ser incorporado a esta antología.
Reproducimos, para comenzar, el [^a^runi<j del Partido Socialista Obrero de
1909. El texto aparece firmado por Recabarren, pero imaginamos que representa
a un grupo de personas, aunque en realidad no tenemos noticia que este partido
Se haya constituido verdaderamente. En el texto citado se define a la sociedad co-
mo dividida en dos grupos: burguesía y proletariado. En razón de ello se postula
como objetivo líltimo de la agrupación "la completa emancipación de la clase
trabajadora, es decir la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una
sola, de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e
inteligentes".
Es mucho más destacable que el programa del partido antes citado, por su sig-
nificación, el Programa y Regluttwnto del Partido Obrero Socialista, debido segu-
ramente también a la pluma de Recabarren y, en todo caso, publicado como apén-
dice a su folleto [íl Socialistno, del cual ya hemos hablado en el capítulo anterior.
Según este programa, que dataría de 1912, el "socialismo es una doctrina por la
I
113
cual se aspira a transformar la constitución de la sociedad actual por otra más jus-
ta e igualitaria". Se señala también Ljue el fui de las aspiraciones del Partido Socia-
lista" es la emancipación total de la humanidad, aboliendo las diferencias de
clases y convirtiendo a todos en una sola de trabajadores, dueños del fruto de
su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes, y la implantación de un régimen
en que la producción sea un factor común y común tambie'n el goce de los produc-
tos". Se ve en lo que acabamos de citar que algunas frases son textuales de docu-
mento de 1909, lo que, si bien por un lado muestra la confirmación y desarrollo
de una Ij'nea, por otro lado hace pensar que Recabarren, qui^a's algo solo, llevaba a
cabo estas iniciativas.
Se ha colocado, en. segundo lugar, un texto procedente del mismo partido
aunque no con carácter de oficial. En dicho escrito, llamado Leyes Sociales, se
aborda un tema poco frecuente en la producción intelectual obrera y socialista de
la época. Normalmente el trabajador trató de solucionar los problemas de condi-
ciones de vida y trabajo por sí mismo, sin recurrir al Estado, por lo cual el tema de
las leyes sociales es relativamente poco tratado en su prensa y folletería. En todo
caso en el artículo que" presentamos se destaca suficientemente que los trabajado-
res no deben esperar que los gobiernos hagan desaparecer las diferencias sociales o
los sufrimientos propios. "No, eso no depende de ellos. Eso es cosa nuestra;
cuando nosotros organizados contemos con fuerzas suficientes para exigirles, ellos
se apresurarán a concederlo. Es nuestra fuerza la que les hace ceder".
Es interesante consignar, justamente en oposición a lo que acabamos de seña-
lar, un artículo aparecido en el periódico "La Internacional" dando cuenta déla
fundación el 20 de octubre de 1912, en Santiago, del Partido Socialista "en medio
del entusiasmo de varios centenares de trabajadores manuales e intelectuales afec-
tos a la idea". Este partido nombró presidente a Andr¿s García y secretarios a
Manuel Hidalgo y Alberto Martínez. IDe estos dos últimos se tratará en el capítulo
siguiente. Viene reproducido en este documento la Plataforma lilec toral de Hidal-
go como candidato a municipal, en la cual se propone una serie de medidas en
beneficio de la clase trabajadora como son, entre otras: "liberación de los impues-
tos municipales a todos los artículos de consumo", "jornada de ocho horas y fi-
jación de un salario mínimo", "creación de casa de socorro", "fomento de las
habitaciones obreras".
Por último reproducimos eí texto de doña Sara B. de Armijo, intitulado íll
Socialismo y la Mujer, artículo por el cual ella pretende explicar el sentido del
término socialista, orientando su redacción especialmente a las personas de su
mismo sexo. Fundamenta esto en que "puesto que la mujer está llamada a cumplir
los deberes más sagrados del hogar, debe darse a ella instrucciones sobre el socialis-
mo". En razón de este objetivo insta a los trabajadores socialistas a "dar luz a
vuestras compañeras"; mas ello no debe hacerse "bruscamente, ni con violentas
imposiciones". Y esta enseñanza es necesaria pues, según la autora, "el socialismo
será la base fundamental que en el porvenir ha de traer la paz y la felicidad de
nuestros hogares".
114
PROGRAMA DEL PARTIDO
SOCIALISTA OBRERO
hí Socialistti, Saritiaj¡o. 7 1 agosto ' í 909
Consideriindo que esta Sociedad es injusta
porqUii divide a sus miembros en dos clases
desiguales 'y antagónicas; una, la burguesía,
que, poseyendo los instrumentos de trabajo,
es la clase dominante; otra, e! proletariado,
que no poseyendo más que fuerza vital, es la
dase dominada;
Que la sujeción económica del proletaria-
do es la causa primera de la esclavitud en
todas sus formas: la miseria social, el envile-
cimiento intelectual y la dependencia políti-
ca;
Que los privilegiados de la burguesía están
garantizados por el Poder Político, del cual
Í valen para dominar al proletariado;
ppor otra parte,
Considerando que la necesidad, la razón y
íjusticia exigen que la desigualdad y el
antagonismo entre una y otra clase desapa-
reican reformando o destruyendo el estado
social que los produce;
Que esto no puede confundirse sino trsns-
formando la prcpíedad común de ia sociedad
entera ;
Que la poderosa palanca con que el prole-
tariado ha de destruir los obstáculos que a
transformación de la propiedad se oponen ha
de ser el Poder Político, del cual se vale la
burguesía para impedir la reivindicación de
nuestros derechos.
E! Partido Socialista declara que tiene por
aspiración:
IQ La posesión de! Poder Político por la
clase trabajadora,
(En este artículo ha de tenerse en cuenta
que será como medio de lucha y en tanto se
organiza la nueva sociedad en la que el poder
político quedará abolido)-
2<? La transformación de !a propiedad
individual o corporativa de instrumentos de
trabajo en propiedad colectiva, social o co-
mún,
(Entendemos por instrumentos de traba-
jo, la tierra, las minas, loa transportes, las
fábricas, máquinas, etc.J.
3*? La organización de la sociedad sobre
la base de la federación económica, e! usu-
fructo de los instrumentos de trabajo por las
colectividades obreras, garantizando a todos
sus miembros el producto total de su traba-
jo, y la enseñanza genera! científica y espe-
cial de cada profesión a los individuos de
uno u otro sexo.
49 La satisfacción por la sociedad de las
necesidades de los impedidos por edad o
padecimiento.
En suma: el ideal del Partido Soci;JÍsta
Obrero es ia completa emancipación de la
clase trabajadora; es decir, la abolición de
todas las clases sociales y su conversión en
una sola, de trabajadores, dueños del fruto
de su trabajo, libres, iguales, honrados e
inteligentes.
Este tema daría para muchas columnas,
pero la pequenez del periódico no lo permite
y por eso sólo encarguemos a los buenos
compañeros sepan suplir con la propaganda
verbal u oral lo que aquí queda sin expre-
sarse.
Luis E. Recabarren S.
LEYES SOCIALES
El Socialista. Santiago, Í0-Ó7-1909
EDITORIAL
Continaamentti son grandes nuestras quejas
por la falta de algo que nos favorezca mate-
rialmente, dada nuestra situación. En eftcto,
los trabajadores, los productores de la gran
riqueza social, el engranaje de esta gran
máquina que pone en moviraiento toda la
humanidad repartiendo dádivas y tesoros a
los unos, lágrimas y miserias a los otros, son
realmente los que en peores condiciones de
vida se encuentran; mientras que, los que su
esfuerzo queda limitado a ver entrar por las
puertas de sus palacios esas riquezas, gozan
de las más grandes comodidades,
¡Cuando veáis una casa en !a que el lujo
rebosa hasta salir por loi huecos de las
paredes, pensad que en ella vive un holgazán
esperando que vuestros cuerpos hayan suda-
do los productos para su riqueza y su lujo!
Comparadla después con la hedionda pie-
za que vosotros ocupáis en aquel sucio con-
ventillo, aquella pieza que sirve de comedor,
dormitorio, cocina y pieza de recibir, la
acequia riega vuestra puerta exhalando per-
115
Rimes capaces de demostrar que aquí se ha
reunido hace muy poco tiempo un congreso
de higiene. La desigualdad no puede ser máü
grande y notoria. ¡Y aún hay quien niégala
luch* de cUses!
¿Esperáis que los gobiernos dicten leyes
que eviten esta desigualdad? ¿Pensáis que
ellos puedan ocuparse alguna vez de mejorar
vuestra situación?
No; eso no depende de ellos.
Eso «s cosa nuestra; cuando nosotros
org»nizado3 contemos con fuerzas suficien-
tes para exigirles, ellos se apresuraran a
concederlo; mientras tíos vean desunidos,
desorganizados y criticando nuestra manera
de proceder, sin llegar a comprendemos unos
a otros, no harán nada por nosotros. Es
nuestra fuerza la que les hace ceder.
Son varios los países que ya tienen, con
más amplitud unos que otros, leyes que
favorecen a la clase trabajadora; pero estos
países son aquellos en que más se Ha demos-
trado la asociación y la unión de aspiraciones
del proletario.
Alemania, Bélgica, Austria, Francia, Ingla-
terra, Dinamarca, Italia, Holanda, Noruega,
Portugal, Suiza, España, Norteamérica y Ar-
gentina son naciones que, unas más, otras
menos, gozan de alguna de estas leyes. Cierto
es que ninguna de ellas las íia adoptado en
conjunto y sí en parte, peto lo que una no
tiene, lo tiene la otra y por ello podemos
apreciar sus ventajas.
Por ejemplo, en España un obrero que se
hiere en su trabajo, es retribuido por el
patrón con la mitad de su sueldo, además de
satisfacer los gastos de su curación. La pérdi-
da de un miembro del cuerpo, está clasifica-
da en una cantidad, según la parte que sea la
destruida, La muerte de un obrero tiene su
indemnización en la familia del mismo.
La mujer está imposibilitada de acudir a
los trabajos durante los dos meses anteriores
a su alumbramiento y dos meses después del
mismo, sin que por esto se le pueda retirar el
puesto que ejerza. Hay una infinidad de
leyes más en éste y otros países, y en Francia
se está discutiendo actualmente el pago de
contribución a los poseedores de propie-
dades o capitales, para atender con ello a la
creación y sostenimiento de indemnizaciones
por imposibilidad de dedicarse al trabajo los
obreros inútiles o ancianos. Inglaterra ha
creado una ley por la cual los capitalista!
están obligados a satisfacer al estado uní
contribución clasificada según los capitales,
para atender al sostenimiento de los obrero!
sin trabajo a causa de las crisis periódica
como la hace poco habida.
Todo esto no es el fin de nuestras aspitjj
ciones; no es sino un pequeño descanso
nuestra larga y fatigosa marcha y desd
luego, nos beneficia.
Estas leyes sirven, como garantía de
alcanzado por nuestra fuerza.
Si nosotros lográsemos disminuir la jorna)
da de nuestro trabajo, tan pronto como
nuestra desorganización existiera y acaeciera
una de las crisis industriales tan frecuentes
ya, los patronos se aprovecharían de ello
para hacernos volver a trabajar en las mismas
o peores condiciones que antes estuviéramos.
Pero si nuestra fuerza ha sido tan potente
que haya logrado que esta disminución de
tiempo de trabajo sea ley del Estado, ampa-
rados por ella podremos resistirla.
Para esto debemos unirnos y crear poten-
tes asociaciones, sostener un partido capaz
de llenar todas nuestras aspiraciones y qut,
mientras llega el día de finalizar nuestro
deseo, alcance las mejoras a que haya oca-
sión.
En estas condiciones está el Partido Socia-
lista Obrero. El único que reconoce la lucha
de clases, el único enemigo de la propiedad
privada, el único que aspira a la completa
igualdad, el Único cuya política eS sincera,
seria y honrada, el único en fin capaz ds
alcanzar la emancipación de la Humanidad.
PROGRAMA Y REGLAMENTO DEL
PARTIDO OBRERO SOCIALISTA.
EXPOSICIÓN DE PRINCIPIOS
Extractado Je: Julio César Joherí, Jorge D<t ■
m'a y Luis l'itale. "Obras Selectas de Luis
Emilio Recaharren". Santiago: Empresa Edi-
tora Nacional Quimarttú, 197¡,piígs. 232
237.
Socialismo es una doctrina por la cual se
aspira a transformar la constitución de la I
sociedad actual por otra más Justa e iguali-
taria.
Consideramos que esta sociedad es injusta
desde el momento que está dividida eti dos
clases: una, capitalista, que posee las tierras,
las minas, ¡as fábricas, las máquinas, las
116
herramientas de labor, la moneda y, en fin,
posee todos los medios de producción; otra,
li clase trabajadora, que no posee otra cosa
más que su fuerza muscular y cerebral, la
cual se ve obligada a poner al servicio de la
clase capitalista para asegurar su vida, me-
díante el pago de una cantidad denominada
salario,
Que este salario no corresponde al pro-
ducto total del trabajo corporal o mental
que el obrero realiza, sino que es una ínfima
parte de este producto, y que éste obedece
únicamente a la necesidad de dotar de ali-
mento al hombre y cuya cantidad está sujeta
a alteraciones según las necesidades de ia
industria o la afluencia de productores.
Considerando además que esta supre-
macía no proviene de ningún efecto natural,
sino del acaparamiento violento llevado a
efecto por la clase capitdista.
Considerando también que el ambiente de
vida actual es defectuosa, corrompido, mí-
sero y lleno de ignorancia para aquellos que
no forman parte de la clase privilegiada.
Que los privilegios de la burguesía están
garantizados por el poder político, el que
tiene en sus manos y con el cual dispone de
las fuerzas opresoras: ejércitos, policías, le-
gislaturas, etc.
Por otra parte:
Considerando que la necesidad, la razón y
la justicia e?cigen que la desigualdad y el
antagonismo entre una y otra clase desapa-
rezcan, reformando o destruyendo el estado
social que ios produce.
El Partido Socialista expone que el fm de
sus aspiraciones es la emancipación total de
la humanidad, aboliendo las diferencias de
clases y convirtiendo a todos en una sola de
trabajadores, dueños del fruto de su trabajo,
libres, iguales, honrados e inteligentes; y la
implantación de un régimen en que la pro-
ducción sea un factor común y común tam-
bién el goce de los productos. Esto es, la
transformación de !a propiedad individual en
propiedad colectiva o común.
Exponemos, también, que para realizar
estos fines transformaremos en lo posible el
medio ambiente social, salvándole de igno-
rancia, vicios y perjuicios.
Realizaremos lucha política para arreba-
tar a la burguesía el poder político domi-
nante en el actual estado de cosáis; rea-
lizaremos obra de saneamiento político, lle-
vando a las diputaciones representantes de
nueiitra clase que impongan nuestro pro-
grama; invadiremos Us municipalidades para
hacer obra de higieniz ación en las pobla-
ciones, abolir los impuestos a los artículos de
necesidad para la vida, y haciendo que los
servicios de utilidad general estén en manos
de las mismas municipalidades y no sirvan
como objeto de lucro de particulares.
Crearemos fábricas y almacenes coopera-
tivos de orden general, para evitar la carestía
que los comerciantes particulares tratarán de
imponer.
Organizaremos a los trabajadores de todos
los gremios y oñcios en Federaciones de
Defensa, con cajas de fondos dedicadas
esencialmente al sostén de las luchas entre el
capital y el trabajo.
Todos estos actos se realizarán ciñéndose
al siguiente programa mínimo, que servirá
para que, dando mayor facilidad a ¡OS e.^plo-
tados para instruirse, regenerarse, dándoles
mayor libertad, más comodidad, mejor ali-
mento, más salud, en fin, vida más humana,
transformen su medio de vida v se capaciten
para lograr el fín de nuestras aspiraciones.
PROGRAMA irtlNlMO DE
MEJORAMIENTO SOCIAL.
MEDIDAS DE ORDEN POLÍTICO
Para lograr la conquista del poder político, el
Partido Obrero Socialista procurará obtener
las siguientes medidas:
Perfeccionamiento de nuestro sistema po-
lítico y administrativo,' reformando o
creando leyes que garanticen el derecho elec-
toral, de asociación, de reunión, de prensa, de
fiscalización, de seguridad y toda clase de
garantías.
Supresión de los ejércitos permanentes.
Supresión del presupuesto del culto y
clero y nacionalización de sus bienes.
Reforma del Código Civil, reconociendo
la igualdad de los sexos. Sumarios públicos y
jurados popuiarés para cada clase de delitos.
Abolición de la pena de muerte.
Abolición de la Cámara de Senadores y
Consejo de Estado.
Sustitución del cargo de Presidente de la
República por una comisión ejecutiva elegida
directamente por el pueblo.
117
MEDIDAS DE ORDEN ECONÓMICO
Creación de una moneda cupón oro y de
valor estable. Abolición de los impuestos que
encarecen la vidtt de los pueblos. Abotictón
de los impuestos y patentes que gravan la
industria y las profesiones útiles. Impuesto
directo y progresivo a la renta y a las
propiedades de intnuebles y terrenos. Im-
puesto a los legados o donaciones.
Creación de una Cámara de Trabajo en la
que estén representados los trabajadores, con
oficinas en toda la República, que estudien
las necesidades de la industria y de los
productores y se encarguen de resolver los
conflictos suscitados entre el capital y el
trabajo. Reglamentación y fiscalización del
trabajo, por obreros nombrados por los dis-
tintos gremios. Fijación de la jomada máxi-
ma del trabajo y el salario mínimo.
Responsabilidades de los patrones, garan-
tizadas por el Estado, en los accidentes del
trabajo. Pensión a los ancianos a inválidos.
Supresión de todo trabajo a trato o pieza.
Supresión del trabajo de la mujer durante
la noche o en los meses de embarazo y del
niño analfabeto.
Fundación de barrios obreros con medios
de transporte cómodos y económicos.
Creación de casas de maternidad para los
niños que tengan que dejarse en abandono
por las madres, ya durante las horas det
trabajo o por desgracia.
MEDIDAS ESPECIALES PARA
LOS TRABAJADORES DE LAS
FAENAS SALITRERAS O MINERAS
Pago de salarios en moneda nacional y aboli-
ción de! sistema de fichas o vales.
Supresión total de las pulperías de orden
obligatorio, Fiscali^ación de los objetos de
consumo y de las pesas y medidas.
Medición y examen de! caliche por técni-
cos nombrados de acuerdo con los trabajado-
res salitreros. Seguridad en la ejecución de
las faenas, adoptando sistemas especiales
para evitar los accidentes del trabajo.
Urbanización de los campanientos.
Higienización de las casas de los trabaja-
dores, adoptando mejores materiales, elevan-
do sus techos, pavimentando sus pisos y
ventilando convenientemente las piezas.
Higtenización de los pueblos de la pampa,
REFORMA DE LA ENSEÑANZA
La instrucción será laica, obligatoria y gratui-
ta para todos los niños hasta los catorce
años.
Aplicación preferente de los recursos del
Estado a la enseñanza primaria..
Suministro de alimento gratuito a los
niflos durante et día, como asimismo de
ropa, libros y útiles escolares-
Pomento de escuelas nocturnas y de pro-
fesionales.
Creación de colonias escolares.
Exposiciones frecuentes de labores, pro-
ductos agrícolas, industriales y de arte.
Y por fin;
El Partido Obrero Socialista realizará to-
das aquei\{is medidas de orden político o
económico que la necesidad y la experiencia
aconseje», mejorando siempre la condición
moral y material del proletariado, elevando
su intelectualidad, su nivel moral, corrigien-
do sus vicios y aboliendo las fuentes que se
lo proporcionan, organizando especialmente
en sociedades de oficios a todos, para que
sean capaces de influir en la evolución del
medio ambiente que ha de transformar el
actual orden de cosas en sociedad de benefi-
cio comím.
PARTIDO SOCIALISTA CHILENO
La internacional.
Santiago. .V» t f 15.111.191 J), págs. 4-5
El 20 de octubre de 1912, se echaron las
bases del Partido Socialista, en medio del
entusiasmo de varios centenares de trabaja-
dores manuales e intelectuales afectados a la
idea.
El Partido justificó su existencia por me-
dio de un manifiesto que lamo al país, en el
que exponía, que en vista del olvido en que
se tenía a los trabajadores en las esferas
legislativas, se imponía la necesidad de orga-
nizar a los trabajadores para la defensa de sus
intereses de clase, y para procurar el progre-
so de toda la colectividad nacional.
En la Asamblea fundadora se nombró el
Comité Directivo del Partido, que quedó
118
constituido en la forma siguiente:
Presidente, Andrés García.
Secretarios, Manuel Hidalgo y Alberto
Martínez.
Tesorero, Alberto Chávez.
Vocales: Luis Zuloaga, Carlos Narvaez,
Antonio Rdrtiríguei, Juan de D. Zúñiga y
Daniel Cuevas.
£1 Partido ha celebrado dos conferencias
de propaganda, en su espacioso local de la
calle de Brasil. La primera estuvo a cargo de
Manuel Hidalgo, y en ella se explicó la
Razón de ser del Partido Socialista en Chile.
El conferenciante demostró cómo la revolu-
ción de la Independencia no fue otra cosa
que una transformación de la decoración
administrativa del país, ya que las reivindica-
ciones preconizadas por los revolucionario*
no tenían ninguna trascendencia social ni
económica. Que la obra de los partidos en
nuestros cien aña& de vida republicana se
había ajustado dentro de los estrechos mol-
des de una política puramente individualisCa
y autoritaria, por lo cual se hacía indispensa-
ble empezar desde luego a desarrollar una
actividad incesante para procurar el desen-
volvimiento integral de la clase obrera de la
República,
La segunda conferencia la dio Cirilo Mar-
tín, y fue un parareis entre la actividad
socialista económica y la actividad anarquis-
ta. El jtnarquismo, dijo, desconoce la com-
plejidad del vasto problema social, desarro-
llando una acción puramente política, y
descuidando la creación de los nuevos orga-
nismos económicos que deberán asumir la
gestión de la producción en la sociedad
emancipada del porvenir. Menciona la obra
revolucionaria práctica de las cooperativas
europeas, que con su obra anti— capitalista
instauran desde luego una nueva forma eco-
nómica social, y manifiesta —como lo había
hecho antes Hidalgo— que el Partido Socía-
Ibta no es un partido puramente electoral,
sino sobre todo un organismo de transición,
que presidirá la época de transformación del
actual régimen capitalista por la nueva orga-
nización socialista mundial.
El 20 de febrero se celebró una velada
fúnebre en rememoración de Rafael Abrigo,
antiguo propagandista del Socialismo en
Chile, cuyo panegírico pronunció M. Hidal-
go, haciendo destacarse las dotes brillantes
de orador y periodista del malogrado lucha-
dor obrero.
Andrés García dio en aquel mismo acto
una conferencia, en la que dio cuenta de la
legislación obrera de todos los países, y
terminó la velada con la recitación de una
inspirada poesía de Domingo Gómez Rojas.
El Partido se ha ocupado de trabajar por
la organización obrera, y bajo sus auspicios
se han constituido los sindicatos de armado-
res, palanqueros y cambiadores y el de los
dependientes de comercio.
Con motivo de la nulidad de la elección
municipal de 1912, el gobierno llamó a
nuevas elecciones para el 30 del corriente
marzo, y el Partido Socialista acordó en ni
Asamblea de 2 del actual, tomar parte en
esta campaña electoral. En la Asamblea del 9
se verificó la elección y resultó favorecido
por los votos de sus correligionarios, el ac-
tual secretario de la Agrupación, Manuel
Hidalgo, que lleva la siguiente
Plataforma Electoral del Partido Socialista
L^ Agrupación Socialista de Santiago en sus
dos Últimas asambleas, discutió y prestó su
aprobación a la siguiente Plataforma Electo-
ral confeccionada por el directorio y que
será la pauta que el candidato a municipal
por la Agrupación tenga en el cumplimiento
de su cargo, si el pueblo, como se espera, da
sus votos ai candidato socialista.
El programa es el siguiente:
Plataforma Electoral de la Agrupación
Socialista de Santiago. Candidato a munici-
pal, el ciudadano Manuel Hidalgo:
1. Liberación de los impuestos municipa-
les a todos los artículos de consumo,
IL Establecimiento de las cantinas escola-
res y protección a las colonias escolares.
IlL Establecimiento de ferias libres y de
puestos municipales de pan, carne y otros
artículos de primera necesidad,
IV. Jornada de ocho horas para los em-
pleados y trabajadores municipales y fijación
de un salario m ínímo.
V, Establecimiento de gotas de leche mu-
nicipales en todos los barrios obreros.
VL Creación de Casas de Socorros en las
comundas donde habiten tnás trabajadores y
existan más fábricas y talleres.
VIL Restablecimiento del servicio de Gi-
119
necología.
VIH. Fomento de las habitaciones obre-
ras.
IX. Fomento por el Municipio de las Bi-
bliotecas Populares y protección a las escue-
las nocturnas para adultos.
X. Inversión de loí fondos municipales en
proporción a la cuota que aportan los contri-
buyentes.
Xt. Admisión de la competencia en los
medios de locomoción.
XII. El fomento por todos los medios, de
la instrucción púMica y en general, toda
medida que tienda a favorecer y beneficiara
las clases laboriosas.
£l acto de la proclamación del candidato
se efectuará el próximo sábado, a las 9 de la
noche, en el local Avenida Brasil, esquina de
Moneda.
EL SOCIALISMO Y LA MUJER
El Socialista. Santiago, 30.04.1913
Cuántas de mis compañeras que miran dis-
traídas el epígrafe de estas cortas líneas,
ignoran el significado de !a bella palabra
Socialismo, y quizás creerán que eila signifi-
ca perversidad, por no llevar incluido e!
catolicismo.
¡No, compañeras! El socialismo será la
base fundamental que en el provenir ha de
traer la paz y la felicidad de muchos hogares.
Mas, no esperéis que esa felicidad os caiga
de lo alto, ¡tío! Es preciso que unamos
nuestros esfuerzos a los de los compañeros,
para que consigamos pronto el fin a que
aspiramos. Pues que la mujer está llamada a
cumplir los deberes más sagrados del hogar,
debe darse a ella instrucciones sobre el socia-
lismo-
Pongamos un ejemplo: Un compañero es
un socialista asiduo, casado y con varios
hijos. Su esposa es una mujer esclava de sus
deberes y fiel observante de la religión católi-
ca. Los días de fiesta asiste a misa ella, o
manda a su familia. Cuando ya ella cree que
algunos de sus hijos tiene la edad convenien-
te, le hace confesarse y luego que haga su
primera comunión.
Como antes dijimos, él es socialista con-
vencido, pero ¿de qué le sírvecuando no hace
propaganda ni en su propio hogar, en el seno
de su familia, ni hace que su compañera le
secunde en la persecución de su ideal? Más
tarde, en vez de tener hijos libres e instrui-
dos, los tendrá católicos, ipostólicos, roma,
nos.
Ya veis, compañeros como sois vosotros
los que debéis dar esa luz a vuestras compa-
ñeras. Debéis explicarles muy bien la finali-
dad del ideal: si ella es razonable, pronto se
convencerá. Mas, no debéis tratar de incul-
carle bruscamente, ni con violentas imposi-
ciones.
Más de alguna compañera contestará que
no, y no se dejará persuadir por su com.pañe-
ro, ni quebrantará su fe religiosa, herencia de
sus antepasados.
Muy bien, compañeras, desde que socialis-
mo no admite opresión, esclavitud o imposi-
ción de voluntad; mas, no rechacéis al que
anhela daros luí, <jue desea guiaros por la
senda do debe brillar vuestra figura a la par
que la del hombre. No. En tal caso, rechazad
la mentira y no vayáis a posaros en la tablilla
del confesionario, y humillada ante un ser vil
y falsaria, a comunicarle secretos vuestros y
ajenos y a pedirle perdón, y esperar unos
cuantos signos cabalísticos trazados sobre
vuestra cabeza, acompañados del "yo te
absuelvo".
Sin embargo, compañeras, todavía no
quiero entrar en lucha contra el confesiona-
rio, sólo quiero comunicaros lo poco y nada
que comprendo yo del socialismo.
El socialismo será la redención de la
mujer, porque el compañero se halla penetra-
do de que !a esclavitud no debe ni puede
existir, de manera que, la mujer para él no es
un fantoche ni un ser despreciable, como era
mirada en los tiempos de antaño, (y todavía
hay quienes creen que no ha terminado la
esclavitud de la mujer), sino una compañera
a quien se debe prodigar respeto.
También vosotras debéis comprenderlo de
igual modo y habréis así labrado la felicidad
de ambos.
No debéis abusar del ideal diciendo "no
hago esto o lo otro, y yo me porto así o asá,
porque mi compañero es socialista y quiere
la libertad, de manera que no puede casti-
gar". No, compañeras, debéis procurar lí
conformidad de ambos.
120
En un próximo número expondré más
ideas sobre mi modo ds pensar de la doctrina
socialista.
Sara B. de Armijo
PARTIDO OBRERO SOCIALISTA
DE CHILE.
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
FA Socialista.
Vdpamtso. NO 3 (í4.V'l¡l.19t5),pág. 3
La doctrina que cifra el desenvolvimiento de
k Humanidad en que todos los hombres
puedan disponer de los medios de conoci-
miento Y de producción, es el Socialismo.
Considerando;
Que la sociedad presente es injusta, desde
el momento en que está dividida en dps
clases- una, la capitalista, que posee lai
tierras, las minas, las fábricas, las máquinas,
las herramientas de labor, la moneda, y en
fin, posee todos los medios de producción;
otra, la clase trabajadora, que no posee otra
cosa mas que su fuerza muscular y cerebral,
la cual se ve obligada a poner al servicio de la
clase capitalista para asegurar su vida nne-
diante una cantidad llamada salario;
Que este salario no corrresponde al pro-
ducto total del trabajo corporal o mental
que el obrero realiza, sino que es una ínfima
parte de este producto, que responde sola-
mente a la necesidad de dotar de alimento al
hombre, y su cantidad está sujeta a alteracio-
nes, según las necesidades de la industria y la
afluencia de productores;
Que esta desigualdad no proviene de nin-
gún efecto natura!, sino del acaparamiento
violento llevado a efecto por la clase capita-
lista;
Que mientras los trabajadores vegaan su-
midos en la ignorancia, !a miseria y la abyec-
ción, los capitalistas disfrutan del saber, las
riqueías y del poder del Estado; con estas
armas defienden sus privilegios, se apropian
de la mayor parte de lo que producen los
trabajadores y les ceden en la forma de
Salario sólo lo estrictamente indispensable
para que sigan sirviéndoles en la producción,
Deslindado el campo entre capitalistas,
poseedores de todos medios de producción,
y trabajadores, que son los que en realidad
producen y no poseen otra cosa que su
fuerza muscular e intelectual, en e! seno de
la sociedad ha estallado una lucha de clases:
los primeros por afirmar sus privilegios, los
áltímos en reivindicación de sus derechos.
La razón, la necesidad, y la justicia, exijen
que la desigualdad y el antagonismo entre
capitalistas y trabajadores desaparezcan, co-
rrigiendo el estado social que los produce.
En chile concurren los factores que plan-
tean el problema social en forma aguda;
ignorancia, en proporción del 60% de analfa-
betos, y gran parte de los que han aprendido
a leer, cargan ufanos la venda de un fanatis-
mo irracional; miseria, que hunde su garra en
el 93% de la población, quedando un 7% de
privilegiiidos, capitalistas o rentistas; y ab-
yección que encadena todos los habitantes a
una oligarquía sin entrañas que se adjudica !a
instrucción, la fortuna y el poder a los cuales
se sienten predestinadas un reducido número
de familias.
Dada esta situación, las ^rupaciones so-
cialistas de Chile constituyen en eí país el
Partido Obrero Socialista y llaman al pueblo
trabajador a alistarse en sus fil;ts de partido
de clase para suprimir las diferencias de
condición, convertir a todos los hombres en
una sola clase, de trabajadores inteligentes,
iguales y libres, y para implantar un régimen
en que la producción sea un factor común y
común también el goce de los productos:
esto es, la transformación de la propiedad
individual, en propiedad colectiva o común.
El Partido Obrero Socialista se declara
libre de todo dogma, por lo tanto laico, y
aspira a que sea también laico.
Por tanto: Realizaremos lucha política
como un medio para quitar a la burguesía el
poder político, a fin de que cese de ser
. instrumento de dominación; realizaremos
obra de saneamiento político, llevando a las
diputaciones representantes de nuestra clase
que impongan nuestro programa; invadire-
tnos las municipalidades para hacer obra de
higienización en las poblaciones, abolir los
impuestos a los artículos de necesidad para
la vida y haciendo que los servicios de
utilidad general estén en manos de las mis-
mas municipalidades y no sirvan como obje-
to de lucro de particulares.
k
121
Crearemos fábricas y almacenes coopera-
tivas de orden general para evitar la carestía
nue los comerciantes particulares tratarán de
imponer;
Organizaremos a los trabajadores de todos
los gremios y oficos en federaciones de
resistencia con cajas de fondos dedicados
esencialmente al sostén de las luclias entre el
capital y el trabajo.
Todos estos actos se realizarán ciñen-
dose al programa, que servirá para que,
dando mayor facilidad a los explotados para
instruirse y regenerarse, dándoles mayor li-
bertad, más comodidad, mejor alimento, más
salud, en fin, vida más humana, transfonnen
su medio de vida y se capaciten para lograr el
fiti de nuestras aspiraciones, de hacer lamas
perfecta igualdad social y económica entre
los seres humarios.
Programa de mejoramiento poHtico
Reemplazo de sistema penitenciario por
colonias que regeneren socialtnente y mejo-
ren económicamente a los penados,
Incompatibilidad absoluta para desempe-
ñar los cargos de Ministro de Estado, Sena-
dor o Diputado a los abogados representantes
o gestores de sindicatos o firmas capitalistas.
Supresión de la interdicción jurídica
del criado doméstico.
Supresión de las restricciones inconstitu-
cionales de la libertad de asociación introdu-
cida en el Código Civil,
Socialización de los bosques, ferrocarriles,
minas y de las caídas de aguas propias para
fuentes de energía eléctrica.
Restablecimiento de las asambleas de
electores.
Supresión de las fórmulas religiosas como
solemnidad en los actos públicos,
Propiciamiento de la fundación de tribu-
nales de paz y de cuerpos de codificación
internacional.
Para obtener i a conquista del poder político,
íl Partido Obrero Socialista procurará obte-
ner las siguientes medidas:
Perfeccionamiento de nuestro sistema po-
lítico y administrativo, reformando o crean-
do leyes que garanticen el derecbo electoral,
de asociación, de reunión, de prensa, de
fiscalización, de seguridad y toda clase de
garantías individua le.í y sociales,
Supresióti de los ejércitos permanentes.
Confiscación de los bienes de la igi^ia y
separación de la iglesia y del E.vlado.
llefonna del Código Civil reconociendo la
igualdad áü los dos sexos,
Susnarius públicos y jurados populares
para cada clase de delitos.
Abolición de la pena de muerte.
Abolición de la Cámara de Senadores,
Consejo de Estado y Comisión Conservadora
e ¡incorporación del régimen parlamentario,
perfeccionándolo, en la constitución políti-
ca.
Establecimiento de la dieta para los car
gos de elección popular.
Elección directa de Presidente de la Repú-
blica.
Keforma de la legislación penal conforme
ü la teoría moderna de la pena.
Reforma de la enseñanza
La instrucción será laica, obligatoria y gratui-
ta para todos los niños hasta los 1 4 años,
debiendo crearse escuelas primarias en todos
los puntos de la república donde haya veinte
o más niños en edad escolar.
Aplicación preferente de los recursos del
Estado a la enseñanza primaria.
Suministro gratuito de alimentos a los
niños durante el día, como asimismo, de
ropa, libros y útiles escolares.
Fomento de escuelas nocturnas y de pro-
fesionales. Creación de colonias escolares.
Exposiciones frecuentes de labores, pro-
ductos agrícolas, industriales y de arte.
Obligación de los municipios de tnantener
en su respectivo territorio municipal escuelas
talleres o de artes y oficios según las necesi-
dades y características de cada localidad.
Democratización de la enseñanza nacional
en el sentido de que siga progresivamente
desde h escuela primaria a la universidad.
Apoyo eficaz al personal docente del
Estado.
Mejoramiento económico
Abolición de la propiedad privada.
122
A.«0 I
üAKTIACO (CMILEIi i BG JVMO Ot tse«
WiK. •
EL SOCIALISTA
— { ÓRGANO DE LA AGRUPACIÓN SOCIALJSTA DK SANTIAGO |—
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Una págma más
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"Bí Socialista''^ penóáico perteneciente a la Agrupación Socialista de Santiago.
Estabilidad del valor de !a moneda prefi-
riendo e) padrón de oro. Abolición de los
impuestos que encarecen los consumos del
pueblo.
Excensión de la contribución directa para
las casas obreras, entendiéndose como tales
las que se avalúen de S 8,000 abajo y siendo
únicas.
Abolición de las partidas que gravan las
profesiones ÚtUes.
Impuesto directo y progresivo sobre ta
renta en general, y sobre la renta del suelo,
legados y donaciones entre vivos.
Repartición gradual de los impuestos:
proporcional cuando gravan a persona del
contribuyente y progresiva cuando gravan su
patrimonio.
Impuesto proporcional sobre las tierras
baldías en particulares convirtiéndose gra-
dualmente en progresivo.
Facultar al Ejecutivo para suprimir el
impuesto sobre artículos monopolizados de
consumo corriente de procedencia extran-
jera.
Facultar a la municipalidad para expro-
piar a su precio venal los artículos nacionales
de primera necesidad que se bailaren acapara-
dos, rematándolos al precio de costo más los
gastos de la operación.
Legislación especial sobre el contrato de
trabajo, sobre la base de restricción eti venta-
ja de los trabajadores, de ios contratos entre
operarios y propietarios.
Obligación del patrón de velar por el
operario en orden a su salud, instrucción y
previsión, asegurándose k indemnización de
los accidentes del trabajo que lo interrumpan
por más de tres días con la garantía del
Estado,
Inembargabilidad total del 80% de los
salarios inferiores a 3,000 pesos por año.
Sanción de nulidad para ios pagos de
salarios que no se efectúen en la moneda
metálica o fiduciaria de curso legal.
Fijación de un salario mínimo en adjudi-
cación de trabajos por cuenta del Estado o
"e los municipios.
Preferencia para el pago a obreros y em-
pleados sobre toda clase de créditos.
Nombramiento de tribunales mixtos com-
puesto por mitad entre obreros y patrones
Encargados de ventilar y resolver todas las
dificultades que mejoren entre unos y otros
y de estudiar las leyes sociales de carácter y
urgentes las cuales serán propuestas a !a
consideración legislativa.
Reglamentación y fiscalización del traba-
jo, por obreros nombrados por los distintos
gremios. Fijación de !a jornada másima del
trabajo y eí salario mínimo.
Responsabilidad de los patrones, garanti-
zada por el Estado, en los accidentes del
trabajo. Pensión a los ancianos o inválidos.
Supresión de todo trabajo a trato o pieza
y reglamentación del trabajo a domicilio.
Supresión del trabajo de la mujer durante
ta noche o en los meses de embarazo y del
nifto analfabeto.
Fundación de barrios obreros con medios
de transportes cómodos y económicos.
Creación de casas de maternidad para los
niños que tengan que dejarse en abandono
por las madres ya durante las horas del
trabajo o por desgracia.
Creación de cajas de seguros y retiros y
seguidamente implantación de un sistema de
seguros subvencionado por el Estado.
Seguro contra ti paro forzoso con cargo a
los patrones y garantido por el Estado.
Medidas especiales para los trabajadores de
las fuerzas salitreras o mineras
P^os de salarios en moneda nacional y
abolición del sistema de fichas o vales.
Supresión total de las pulperías de orden
obligatorio. Fiscalización de los objetos de
consumo y de las pesas y medidas.
Medición y examen del caliche por técni-
cos nombrados de acuerdo con los trabajado-
res salitreros. Seguridad en la ejecución de
las faenas, adoptando sistemas especiides
para evitar los accidentes del trabajo.
'Urbanización de los campamentos.
Higienización de las casas de los trabaja-
dores adoptando mejores materiales, elevan-
do sus techos, pavimentando sus pisos y
ventilando convenientemente las piezas.
Higienización de los pueblos de la pampa,
Y por fin:
El Partido Obrero Socialista, realizará to-
das aquellas medidas de orden político o
económico que la necesidad y la experiencia
aconsejen mejorando siempre la condición
moral y material del proletariado, elevando
su intelectualidad, SU nivel moral, corrigien-
do sus vicios y aboliendo las fuentes que se lo
proporcionan.
123
Manuel Hidelgo Pla:a
Capitulo Sexto
El socialismo de los discípulos de Luis Emilio Recabarren
smos otorgado el carácter de ^'discípulos" de Luis Einñio Recabarren a cuatro
estacados miembros del socialismo. Ellos son; Ramón Scpiílveda Leal, Carlos Al-
;rtü Martínez, Manuel Hidalgo Plaza y Elias Lafertte Caviño.
Iniciamos la compilación documental de este capítulo con los artículos de
Ramón Sepdiveda. Este distinguido conductor político y social de la zona de Val-
paraíso, ocupó la secretaría general del Partido Obrero Socialista (POS) en el pri-
mer congreso de la colectividad efectuado en mayo de 1915, Con posterioridad,
desempeñó idéntico cargo en el Partido Comunista (PC). Luego de su expulsión
del PC en 1927, concentró sus energías en las organizaciones sociales y obreras de
Viña del Mar y el puerto. Reingresó a la actividad política como militante de la Iz-
quierda Comunista y, cuando esta tienda se fusionó en el Partido Socialista de
Chile (PSCh), integró sus filas como un militante más. £n el PSCh, pennaneció
por espacio de 34 años, hasta su muerte acaecida el 19 de abril de 1970.
Sepdiveda Leal, en los textos que reproducimos, centra sus preocupaciones
en contenidos de índole moral que deberán desarrollar los socialistas. Se pronun-
cia por cultivar la franqueza, la lealtad y la honradez como virtudes esenciales en-
los militantes, Asimismo, concede gran relevancia al adoctrinamiento, puesto e'ste
es el único medio para conseguir "Verdaderos prosélitos". El hombre que pretende
formar se inspira en su concepto de socialismo que presente en Hducúctón socialis-
ta, donde plantea que ei socialismo es una doctrina amplia y extensa "que abarca
desde el más insignificante problema ético individual al más complejo problema
moral social o colectivo". De un tono distinto resulta el escrito titulado Política
^'brera, en el cual aboga para que la formación del Partido Laborista sea un paso
L
127
más del proíetariado hacia los principios doctrinarios sustentados por los socialis-
tas nucleadüs en tomo a la Federación Obrera de Chile (FOCH), Finalizamos la
secuencia de escritos de Sepúlveda con un manifiesto dirigido a los obreros del
campo, las ciudades y las minas, en el que será posible observar la influencia de la
revolución rusa; especialmente, cuando habla de ía toma del poder por parte de
los obreros utilizando "todos los medios que a su alcance estén".
Proseguimos con la presentación del pensamiento de Carlos Alberto Martínez,
quien otorj^a en todos sus textos gran relieve a la unidad de los trabajadores.
Considera la unidad y )a solidaridad como divisas fundamentales que le permitirán
al proletariado transformar el orden capitalista. Destaca la relevancia que tienen
los centros de educación, los periódicas y la conferencia pública como medios
para difundir el ideario socialista. Un artículo coyunturai motivado por la agtitud
del Ministro Guarello, presidente del Partido Demócrata ante la huelga de los
trabajadores ferroviarios, ie permite hacer un contrapunto entre lo que es un
partido tradicional, "de orden", y un "partido de clase", defensor de los intereses
populares. El artículo Unidad obrera ¿qué te has hecho? es merecedor de un
comentario más extenso, pues en él analiza !a situación por la cual atraviesa la
FOCH, hacia 1923, cuando es posible vislumbrar una ostensible debilidad de hi
organización, Martínez, a la sazón secretario general del organismo sindical,
plantea que al realizar un balance desapasionado fluye un saldo en contra y
advierte que puede aumentar, mientras los patrones consolidan posiciones. En
estas contíiciones los trabajadores serán los únicos responsables de haber retrasfido
su "propia liberación", fndica como causa fundamental de esta situación al
sectarismo que pruna en el seno de la organización laboral, el cual ha originado
"una lucha endemoniada en que nada se respeta", y en la que unos y otros tratan
de imponer sus "doctrinas y métodos". Concluye el artículo haciendo un
dramático llamado a la unidad: "Cese ya esta lucha funesta. ¡Ni blancos, ni rojos, ni
amarillos! ¡Solamente explotados! Defendámonos como tales".
Luego de alejarse de la FOCH, continuó interviniendo en ios más importantes
acontecimientos políticos de la época. En 1931, junto a Eugenio Marte Hurtado
participa en la fundación de la Nueva Acción Pública (NAP), arribando al Partido
Socialista de Chile cuando se concreta la unión de las distintas agrupaciones de
carácter socialista que lo originan.
De Manuel Hidalgo, reproducimos dos textos en los cuales se encuentran
contenidos aspectos sustanciales del marxismo. En Cristi; del capitalismo, lleva a
cabo un análisis de la situación político -social de Fiancia, Italia y Alemania, al
finalizar la primera conflagración mundial y, con tales elementos de juicio, se
permite presagiar e! derrumbe inminente del capitalismo y el advenimiento
incontenible de la "revolución social" y del socialismo. Una intervención, ante el
Senado de la república en 1 927, siendo mihtante del Partido Comunista; y hajo el
título de ilc'Señti histórica sobre el deseuvolvirncnto del couiuiiisrno, le posibilita
llevar hasta ei seno del Parlamento los postulados centrales de la doctrina de
Carlos Marx, así como una resuelta defensa de la revolución rusa. Hacia comienzos
de la década de 1os treinta, Hidalgo Plaza se convierte en una personalidad con
vuelo propio en la escena política nacional, hecho que le significa ser nominado a
128 ,
la presidencia de la república. Tiempo antes, había encabezado una pugna con un
sector de! Partido Comunista, provocando una escisión y la fundación de la
Izquierda Comunista, entidad política ijiie en 1936 se une al Partido Socialista de
Chile.
Cerrantos el capítulo con algunos escritos de Elias Lafertte, quien inició su
actividad política en el notte salitrero en estrecha colaboración con eí líder de los
[rabajadores de la época, Luis Emilio Recabarren. Lafertte en los textos reprodu-
cidos nos muestra gran interés por la realidad del movimiento sindical, donde la
FOCH desempeña un papel de primerísimo orden (' ). Plantea la conveniencia de
constituir una central sindical única en la que tengan cabida los sindicatos legales.
De ij^al modo, le parece conveniente dirigirse a los afiliados en la Federación
obrera de Chile, que realiza una convención en el puerto de Valparaíso, para
explicar el significado y alcance que puede tener la conferencia Panamericana del
Trabajo, que en esos instantes se inaugura en la capital, resumiendo todo su
planteamiento al decir que los trabajadores nada tienen que esperar de estos
eventos. Lafertte, luego de la división provocada por el sector encabezado por
Manuel Hidalgo, dirige el sector oficialista del Partido Comunista (Tercera
[nteriiacional), transformándose en líder de la colectividad.
(1) Laiiientableniente los textos de Lafertte no son los óptimos para los propósitos de esta recopilación. Nüs fue
imposible encontrar algún eicrito de carácter doctrinario anterior a los que incluí níús.
129
EDUCACIÓN SOCALISTA
Hl Socialista
Valparaíso, NO 8 Í7.IX.1 915), pag. 3.
Es imprescindible para ta concepción y am-
plio desenvolvimiento de nuestra doctrina so-
cialista que nos demos cuenta de la moral
que inspira e inspiró a aquellos que por
medio de la deducción científica e histórica
dieron formas concretas y rumbos definidos
a nuestras teorías.
Ante la sabia ley del progreso nada se
detiene, la suprema naturaleza de la vida en
su infinita evolución todo lo transforma, las
razas y tos pueblos, los hombres y sus con-
ceptos, sin que nada escape a este feliz
desenvolvimiento de la humanidad, y el so-
cialismo que es hoy Ja aspiración contempo-
ránea de toda una clase que sufre y más que
aspiración, según el concepto de la historia
es la humanidad en marcha hacia la solución
del más grande de sus problemas; tiene tam-
bién que sufrir transformación inherentes a
toda evolución.
A mediados del siglo diecinueve, Federico
Engels y Carlos Marx daban forma concisa y
sólidos principios a la doctrina socialista que
hasta entonces no había sido sino un con-
junto de ideas vagas y confusas que el prole-
tariado europeo no podía concebirlo, y que
si obraba en este sentido lo hacía sólo
inspirado en su propio sentimiento de clase
explotada.
El talento de Marx nos ha dado doctrinas
económicas de gran trascendencia social, co-
mo asimismo su empuje que le colocamos
Como el primer agitador entre sus contempo-
ráneos; pero Marx no es mero agitador; en él se
encarnó el pensamiento y la acción, fruto
esto de ana profunda convicción de sus
teorías con lo que consigue formar una
escuela política que como solución al inicuo
estado capitalista, que con su individualismo
egoísta alimenta la cruei explotación del
hombre por el hombre, la presenta en cruen-
ta lucha, contra todos los prejuicios imperan-
tes, alimentando el alma proletaria con un
porvenir Heno de esperanzas.
Estas teorías que poco a poco, de esfuer*
zo en esfuerzo, derrumban montañas de
seculares egoísmos, y pasando mares y fron-
teras se encarnan en la conciencia de )as
masas proletarias, para uniñcailas al unísono
de la más vasta y justa aspiración humana;
no han nacido al calor de una mentalidad
enfermiza ni del sentimentalismo espectulati-
vo.
Marx por medio del análisis del progreso
de la humanidad, probó que la sociedad
capitahsta en la vorágine de su gran desarro-
llo especulativo y absorbente arrastrará inevi-
tablemente al proletariado a la conquista de
sus derechos económicos, haciendo por con-
secuencia de esto, del socialismo una teoría
exclusivamente materialista.
Ko se puede desconocer que en cuanto al
lado económico de la cuestión social esto es
una verdad; pero, ¿el concepto moralista de
nuestra escuela político— social, es una escue-
la exclusivamente materialista?
Los hechos nos demuestran que las nece-
sidades económicas, si bien son un factor
que empuja ¡os pueblos hacia su liberación,
no son más que una pantalla del gran caos
moral que pierde los sentimientos de los
hombres, base única de todas las miserias
sociales.
El problema económico es una etapa pa-
sajera en el proceso de la vida de la humani-
dad y que si los hombres tuvieran un elevado
concepto moral lo solucionarían con relativa
facUidad; pero ¡no lo harán fácilmen-
te! ¡Antes que hombres somos un hacina-
miento de egoísmos y bajas pasiones!
La razón de que el socialismo es una
escuela materialista seria absoluta, si el socia-
lismo sólo fuera una teoría económica, pero
el socialismo, lo estimamos tan amplio y
extenso que abarca desde el más insignifican-
te problema ético individual al más complejo
problema moral, social o colectivo.
Obrar sólo a impulsos de las necesidades y
de los intereses es propio de los hijos de esta
sociedad capitalista llena de hipocresía,
Si el hambre y la miseria fuera el único
acicate que inspirara nuestros actos de socia-
listas, el socialismo no pasaría de ser sino
131
una cuesdón de estómago.
Somos el presente y el socialismo está en
los primeros reflejos de su desarrollo en
América. Nuestro criterio se tiene que per-
feccionar con el frutos de las enseñanzas de
los que ya han avanzado las prirneras jorna-
ctas, en esta azarosa lucha en pro del pro-
greso.
Si erróneas interpretaciones ha hahido en
el criterio y la concepción socialista, observe-
mos con desapasionamiento y Llegaremos a la
conclusión que la causa ha sido esperarlo
todo del materialismo económico y de mu-
chos teorizantes de nuestras Slas que no son
más que intelectos perdidos, absorbidos por
el presente.
La rigurosa escuela de Marx excluye de
hecho todo sentimentalismo como parte in-
tegrante de la evolución histórica. Hace vein-
te años nadie se hubiera atrevido a negar esto
sin pasar por un neurótico enfermizo; pero
hoy que nubes rojas por el fuego del cañón y
la metralla, empañan el espacio entristecien-
do la vida con el espectáculo más sangriento
y más horroroso que jamás lamente soñó, se
pueden comentar estos problemas y analizar-
los ya que esta fratricida hecatombe huma-
na, nos hará meditar ante el triste cuadro de
la amarga experiencia,
Ramón Sepúlveda Leal ,
energías SOOALISTAS
El Socialista
Valparaíso, NO 26 (22. 1.Í9Í6
fg-
En esta sociedad donde prima la hipocresía y
la mentira; que ha educado los hombres y
formado sus conceptos en un ambiente de
convencionalismos políticos y morales; que
talan la flor de sus buenos sentimientos,
sacrificando la sinceridad y la franqueza que
dignifica y levanta los hombres, inspirados
por una hipócrita educación, !iija de la farsa
que predomina y que tiende a malearlo todo.
En una sociedad formada por hombres de
estas condiciones, decimos nosotros, no se
puede ser franco ni sincero, sino a trueque
de ser para ellos, para los graves, un exalta-
do, un loco, un peligroso.
Nosotros usamos y debemos usar una
varonil franqueza que debe ser fruto de la
entereza de ánimo de los hombres que aman
que luchan que sienten y tienen valor para
romper este cuadro social que desde la cuna
moldea a los hombres y castra su natural
instinto.
Así debe ser nuestra educación socialista,
Grandes y fuertes, justos y nobles para la
crítica, tanto ajena como nuestra.
La franqueza, la lealtad y la honradez
deben de hacer carne en nuestros sentimien-
tos y sólo esto nos llevará a la formación del
hombre; del hombre que nosotros los socia-
listas queremos formar, y hacia el cual tien-
den nuestros esfuerzos.
Esta franqueza y sinceridad, que con altu-
ra de miras tendemos a desarrollar; (no hay
que dudarlo) asusta^ horroriza, a los graves
del presente,
]Oh! los graves,,. Los prudentes, fueron
la remora del progreso en todos los tiem-
pos...
Dejémosles que piensen; que sigan medi-
tando.
Nosotros hemos de ser así, envueltos en el
inmenso torbellino de la vida, con la poten-
cia del que es fuerte, haciendo de la justicia
un aquilón caeremos en la brecha, más nues-
tras energías quedarán incrustadas en el pro-
fundo surco del corazón de las futuras gene-
raciones.
Muchos son los Intereses que se dañan
este proceder, pero por ericima de todas
cuestiones de grupos, de hombres, han
de estar los actos y las acciones que los
deberes de socialistas nos imponen.
Demolamos vicios, esttrpemos bajas pasio-
nes, de frente y con altura de miras y no
importa que no se nos comprenda ni que la
hipocresía tergiverse nuestros actos.
Sigamos adelante. Esta es nuestra obra.
Así debernos desarrollar nuestras energías so-
cialistas,
RámoTt Sepúlveda Leal
132
I
^ORIENTÉMONOS DEFINITIVAMENTE
^Ht fíí Socialista
^mi^alparm'so, N^ 62 {07.X.t9l6¡. pág. f .
Los que nos hemos formado una pequeña
conciencia de todo el valor que encierran
nuestras teorías soci^istas; nos complace grarv
demente cuando vemos cuino al calor de la
idea, hun nacido por todo el país entidades
socialistas, pequeños o nurnerosos grupos
que se han cobijadot bajo nuestra bandera de
regeneración.
Los aconcecimiencos nos han llevado a
conocer la labor redentora, de educación y
perfección de casi todos los grupos del país;
Olas de un análisis frío, de una madura y
honda reflexión, de los más sinceros de nues-
tros sentimientos, nos han surgido estas pre-
guntas:
¿Secan realmente socialistas todos los gru-
pos que este nombre llevan en el país?
¿Habrá una verdadera conciencia doctri-
naria en las tres terceras partes de los afilia-
dos de las diferentes secciones?
Yo no quiero presumirme de justo ni de
serlo tüdo, pero es el caso que cuando estas
cosas de raii vital interés para el porvenir del
proletariado nacional vienen a la mente, con-
üdero una cobardía callarlas, y más, si direc-
ta o indirectamente creo que pueden dar
alguna utilidad práctica a nuestro naciente
organismo político— económico.
He notado mucho afán en' formar seccio-
nes, bien por todo el provecho que pueda
dar, pues yo creo, que antes que las seccio-
nes se forman, debemos tratar por los me-
dios y las fuerzas que a nuestro alcance estén
de formar los hombres que doctrinariamente
estén capacitados para formar las secciones.
Formar grupos de moral tieterogénea,
beodos los unos, abstinentes los otros, sin
Una verdadera conciencia de nuestro doctri-
narismo social considero que es caer en la
rutina de todos los partidos burgueses que
no tienen otra nnisión que una mentida plata-
forma política.
Ser socialista es para mi ser un pedestal
de regeneración, base inamovible de nuestra
futura sociedad de justicia y amor; por esto
(^ada uno de nosotros debemos procurar ser,
Wodelos tanto en público como en el hogar,
esto es hasta donde humanamente podamos.
Así quiero, así debemos exigir de cada uno
de nuestros afiliados; lo demás es farsa, trai-
ción e hipocresía.
¿Es este un fanatismo nuestro? No, el
fanatismo es liierza ciega que oscurece la
razón.
¿Exceso de celo? Sí, tenemos celo por
nuestra idea, porque las amamos, porque vi-
vimos pata nuestros ideales, porque con to-
das las ansias de una ardiente pasión lucha-
mos por la redención de los pueblos y vemos
en nuestras doctrinas la razón de nuestras
aspiraciones.
Es necesario, pues, que una mayor fuerza
anime a loi convencidos y antes <jue formar
secciones con sendos títulos, multipliquemos
los centros de cultura y educación socialista,
cuna, escuela única que podrá Itaccr verdade-
ros prosélitos para nuestro partido.
No debemos confundir nuestra organiza-
ción doctrinaria con los grupos heteroeéneos
que se cobijan, guiados soto por el aguijón de
la necesidad económica en las filas de los
nacientes organismos sindicales.
Vamos a las filas sindicales sí, formemos a
la vanguardia nosotros, los convencidos y
tomemos el puesto que alH nos corresponde
con verdadera conciencia del fol que debe-
mos desempeñar en la lucha económica.
Orientemos a conciencia la causa obrera j el
sindicalismo por el verdadero sendero de la
lucha de clase, Mas no confundamos esto
con nuestra doctrinaria organización. Yaque
los sindicatos de Chile, salvo alguna excep-
ción, son nada más que grupos de obreros
que sólo hacen de la asociación una cuestión
de estómago.
Ramón Sepúlveda Leal
LOS I.W,W. Y LOS SEUDOS ANARQUISTAS
La Comuna, Viña del Mar.
NO 47 (29.1.1920), pág. 1.
Hay en Estados Unidos una organización que
se llama "Trabajadores Industriales del Mun-
do". Ellos nos cuentan que esta ot^anización
tiene ramiñcaciones en diferentes países, pe-
ro a nosotros no nos consta, y entrfe la pren-
sa obrera que nos llega tampoco hemos teni-
133
do noticias de su existencia en otra parte que
no sea en la tierra del dólar.
Aquí, en Viña del Mar y Valparaíso, hay
un grupito de compañeros que pomposamen-
te se fiacen llamar anarquistas, esto es entre
bastidores, porque en público no se animan a
decir lo que son, a excepción de dos o tres
sinceros que hay entre ellos.
Estos coleguitas, irresponsables, cotno to-
dos los que ignoran lo que verdaderamente
son o quieren ser, tienen el ánimo de dar
vida en Viña del Mar a una sección de la
sociedad que tiene su asiento en Estados
Unidos, Esto, a pesar de la distancia, la falta
de comunicaciones exactas y otros inconve-
nientes, no tendría nada de particular, si
estos buenos compañeros, para conseguir su
objeto, no apelaran al pelambre, la mentira y
!a calumnia.
El martes último hicieron circular una
proclama en la cual, para hacerse propagan-
da, mentían, tanto como el guatón Becca, y
con toda la perfidia, propia de su refinada
envidia e inorancia, hablaban de que nos
habían dado más de mi! pesos para nuestra
prensa, no diciendo quién los había dado
para dejar en la duda a quien leyera la pro-
clama.
Mal camino llevan, pues, los compañeros
de Chamorrito,
Con mentiras, difantaciones y calumnias
no van a hacer nunca nada.
Lo único que hacen es hacerle compañía
a Becca.
Si la Federación Obrera de Chile les pare-
ce mala, luchen como verdaderos idealistas,
con altura de miras, como hombres de bien,
como obreros de doctrinas; pero no hagan lo
de los charlatanes, no mientan miserable-
mente, porque los trabajadores, por atrasada
que esté su mentalidad, saben discernir entre
la mentira y la verdad y los castigarán, como
lo han hecho hasta ahora, con el desprecio.
En cuanto a los obreros que dieron dinero
para comprar nuestra prensa, ya saben que
no sólo luchamos contra la maldad de Becca
y todos sus secuaces, sino también contra
toda U podredumbre del Gobierno y de la
oligarquía.
Y sabrán además como, en estos momen-
tos difíciles para el proletariado, nos atacan
estos sendos revolucionarios con mentiras
monumentales.
Ramón Sepúheda Leal
política obrera
La Comuna, Viña del Mar.
NO U0(06.Kl.}920),pág. 1.
Pronto se discutirá en el seno de todos los
Consejos de la Federación Obrera de Chile
una circular en la cual la Junta Ejecutiva
Federal invita a una convención, a objeto de
acordar la formación del Partido Laborista,
El acuerdo es trascendental y de por sí
harto delicado, pero los elementos dirigentes
de nuestra federación sabrán afrontarlo con
la inteligencia y el tino que el caso requiere,
de manera que queden armonizadas las doc-
trinas que hoy imperan y animan los pasos
en las filas de nuestra organización.
Al Partido Obrero Socialista se le crea con
esto una situación muy especializada y com-
pleja, donde si media un espíritu de alto
interés y armonía obrera, no sabríamos decir
a dónde iríamos a parar, ni cuáles serían los
efectos de un mal paso.
En efecto, los socialistas en varias regio-
nes del norte formamos el conjunto y la
completa opinión de un gran número de Con-
sejos y de miles de Federados.
Los socialistas con la frente altiva de la
que siempre hemos hecho gala, hemos lu-
chado con nuestra bandera doctrinaría des-
plegada, triunfando e imponiendo por la ra-
zón y la lógica nuestros principios en todo
terreno.
Somos, pues, una gran fuerza doctrinaria
potentemente organizada tanto en orden
económico como en el moral y que tienen
que respetar quien quiera cambiar la fax ¿e
los hechos consumados.
En algunos sitios del centro del país, y
especialmente en Viña del Mar, hay fuerías
vivas y activas que responden a la bandera
reivindicadora del Socialismo.
Si somos pocos numéricamente, y relati-
vamente hablando, nuestra inñuencia es de
peso dentro de la organización.
Somos los socialistas, donde quiera qut
actuemos, elementos vitales de las fuerzas
obreras de la Federación y es un hecho que
para la formación de) Partido Laborista, ten-
drá que haber por la ñierza de las ct>sas, una
consideración especial de alto interés para el
proletariado chileno, hacia las fuerzas organt-
134
R.amón Sepúíveda Leal
»das de! Partido Socialista.
Porque es necesario que, miriLudo serena
juiciosamente, no se nos puede colocaren
la situación con los demás partidos políticos,
ni tampoco jungársenos como a cualquier
hijo de vecino.
Hf Si es por ta unión práctica de i as fuerzas
^ael proletariado chileno por lo que se piensa
organizar dentro de la Federación el Partido
Laborista, en muy buena hora, lo aceptamos
y lo patrocinamos como ya. hemos dado
pruebas en la localidad, pero, que esto sea un
paso sincero que dará el proletariado hacia
su evolución política, acercándolo más hacia
nuestros principiosi socialistas, y que de la
próxima convención de Santiago surja la fór-
mula que pueda hacer UNA, las fuerzas po-
líticas de los trabajadores sin que de ninguna
manera se pretenda ahogar nuestros princi-
pios doctrinarios, ya que en ellos descansa
■odo el progreso de! proletariado universal.
t Y si así se obra, no hay duda que de la
convención surgirá una comunión estrecha
de las fuerzas organizadas con ¡os grupos
socialistas a través del país, y habremos dado
un gran paso por la evolución política del
proletariado chileno que, hasta ayer, fue pas-
to de la especulación y de las ambiciones de
la burguesía.
Ramón Sepúlveda Leal
¡OBRERO DEL CAIVÍPO, LAS
CIUDADES Y LAS MINAS!
La Comuna. Viña del Mar.
NO 122. (29.L1921),pág. i.
EDITA Y decídete A SER HOMBRE
El labrador vive en el campo trabajando de
sol a sol por un miserable salario que nunca
alcanza para satisfacer sus necesidades.
En las ciudades, el obrero vive esclavo del
patrón sujeto siempre a la tiranía de los ricos
o capitalistas que se llaman dueños de la
tierra y de las máquinas.
En las minas el minero arranca de los
filones el carbón, que es fuente de toda
>a energía de las industrias, sin que nunca sus
esíiierzos sean recompensados, ya que unos
cuantos señores que ni siquiera conocen las
minas, sin más títulos que los que ellos se
han dado, se las dan de dueños de ellas
gozando de sus productos.
Y mientras el labrador en el campo, el
minero en la mina y el obrero en las ciuda-
des, producen las riquezas y los frutos nece-
sarios a la existencia; en jas ciudades una
pequeña multitud que habítalos palacios, que
ocupa los grandes paseos, vive la vida de la
regalía, de la abundancia y del gran lujo.
Son los capitalistas y sus familias, son los
hombres que, sin más títulos que los que les
dan injustas leyes heciías por eílos mismos,
se han apropiado de la cierra, los mares y las
minas.
Son los burgueses, los explotadotes que,
ajTiparados por la fuerza que nosotros mis-
mos los trabajadores, les damos y les hemos
dado, se aprovechan de nuestra ignorancia
engañándonos con un pequeño saJario, mien-
tras se roban el fruto de nuestro trabajo,
llevando una vida de continua holganza, lujo
y derroche.
Esto no puede continuar, el hombre que
trabaja en et campo, las ciudades y las minas
debe recibir íntegro el fruto de su trabajo.
No es posible que unos cuantos estén
usufructuando de la mansedumbre de los
trabajadores.
No es posible que mientras los trabajado-
res mueren de anemia, faltos de higiene y
alimento, ellos los privilegiados continúen
gozando de iiuescco trabajo.
Esto debe terminar, y para que concluya
hay que acabar con el régimen capitalista
que significa servidumbre y explotación. Y
para que esto sea una realidad, se debe empe-
zar porque el campesino se apropie de la
tierra y no entregue Sus productos a nadie.
Porque el obrero en las ciudades, se adue-
ñe de las maquinarias y se apropie de las
fábricas.
"Porque él mismo se apropie de los teso-
ros que arranca de las entrañas de la Tierra".
Y para que esta apropiación sea segura y
no corra riesgo de perderse, es indispensable
que el Gobierno esté también en poder de
los obreros.
Los obreros son la mayoría de los habi-
tantes y son los que todo lo producen, de
consiguiente, ellos deben mandar y para esto
deben conquistar el Gobierno por todos los
medios que a su alcance estén.
135
Nada de esto es imposible, codo se puede
realizar el día que el campesino, el minero y
el obrero quieran h^cerloi el día que quieran
derribar sus tiranos y conquistar su libertad.
Para hacer algo que se^ útil y bueno,
nunca puede ser temprano.
La vida puede ser feliz si los hombt-es
saben y son capaces de conquistar su felici-
dad,
¡Campesino! ¡Obrero! ¡Minerdl
¡Medita y decídete a ser Kombre!
Ramíitt Sepúlveda Leal
NO SON UTOPIAS
Acción Obrera. Santiago,
m 2 (2da. quincena U.Í9Í6), pág. 1.
Contra toda opinión interesada en negar el
desacToUo que en el seno del proletariado Co-
ma nuestro ideal socialista, que es ideal de
amor, de justicia y de libertad, es innegable
que día a día nuestras filas aumentan y bro-
tan del seno de la gran masa obrera, fuerzas
pensantes y conscientes que toman al ideal
socialista cotno el objeto de sus esfuerzos y
aspiraciones.
A los elementos que con buena o mala
fe nos presentan predicando utopías, alimen-
tando sueños y quimeras, oponemos siempre
nosotros hechos reales que justifican nuestra
labor de redención.
No es ni puede ser utopía, el anhelo de
conseguir para la clase explotada, la libera-
ción del yugo capitalista.
No puede ser utopía, el propósito al-
truista de poner término alguna vez, al régi-
men tan irracional como injusto que entraña
el hartazgo de unos pocos a costa de la mise-
ria, de las privaciones y del hambre de mu-
chos,
No pueden ser sueños y quimeras, la ne-
cesidad de que el elemento obrero, que con
su músculo y su cerebro es progreso y es vida
de las naciones y del mundo, se coloque en
una situación que diga relación con su cali-
dad de productor de todo lo escistente.
Nada de justo ni humano tiene el hecho
de que quien produce y fabrica artículos de
lujo para la clase usufructuadora de este régi-
men y construye palacios^ idsta harapos y
habite pocilgas^ infestas.
Utopía es el deseo de la clase burguesa
de que este régimen que es maldad, que es
burla sangrienta, perdure, a despecho de- las
legiones de hombres explotados y oprimidos
que anhelan ei advenimiento de otra socie-
dad no apoyada en la explotación odiosa del
hombre por el hombre.
El régimen del trabajo abrumador, ma-
tando por millares a !os hijos del pueblo y la
pereza enriqueciendo a los capitalistas, no es
justo.
Necesita transformación.
Y ésta no podrá hacerla, sino la acción
tesonera y consciente del proletariado con
$us grandes armas, la unión y la solidaridad.
Conscientes de que no aspiramos, sino a
algo realizable, a algo rii utópico ni quiméri-
co, debemos activar nuestra obra. El princi-
pio de la jornada está en unirnos.
Procedamos, entonces, sin demora.
C. Alberto Martínez
LECCIONES DE LA HUELGA
DE ORDEN, NO DE CLASE
Acción Obrera. Santiago.
NO 3 (Ira. quincena 111.1916), pág. 4.
La acritud del partido demócrata con motivo
de la actual huelga ferroviaria, merece algu-
nas refíexiones.
Es cosa sabida de todos los que de cerca
han seguido el movimiento de los trabajado-
res de la Empresa de los Ferrocarriles, que la
conducta observada por el Ministro, señor
Guafello, presidente del partido demócrata,
ha sido en todo contraria a los intereses de
tos obreros que ese partido dice defender y
representar.
Y esta opinión ha tenido que tomar con-
sistencia, ante la actitud maniSestamente
torpe del Ministro demócrata, al ponerse al
servicio incondicional de la clase burguesa
gobernance, para contrarrestar un movimien-
to cuyo éxico ha de traer un mejoramiento
económico para los obreros de él sostenedo-
res.
Esta aceitad —del partido demócrata de-
bemos decir, parque nadie ha levantado su
136
fl
en ese partido parü protestar de los actos
su primer ministro- , debe dejar una 3ec-
ón amarga a los obreros que hasta aquí, de
«na fe, han tenido alguna esperanza en
[tie ese partido, at contar con representantes
locados en las altas esferas gubernativas,
aria algo por cumplir con lo estatuido en su
Programa o Declaración de Principios.
El hecho de estar como ministro dilatan-
lo el estallido de un movimiento justo con
promesas que jamás fueron cumplidas, la ac-
titud servil de permanecer, en vísperas del
movimiento ferroviario, hasta horas avanza-
das del amanecer tomando n:iedidas, como
ministro, para hacer fracasar una huelga que
era el único remedio para vencer la testaru-
dei de consejeros ferroviarios sin conciencia
del cumplimiento de sus deberes; la mala fe
de dirigir al primer mandatario de la Repú-
blica un telegrama que es un salivazo en ple-
no rostro, no sólo a los obreros ferroviarios,
sino al proletariado nacional, declarando in-
justiEcado un tnovimiento que tiene como
objeto principal reclamar de un abuso y ex-
plotación de todos reconocida y aun de re-
presentantes de partidos burgueses; todo es-
to creemos que quita personería a un partido
para apropiarse el título de defensor de las
clases trabajadoras.
No se defiende al proletariado, traicio-
nando sus intereses y rebajando su dignidad,
sindicándolo como atrabiliario e injusto
Cuando reclama lo que a él le pertenece legí-
timamente.
La dase trabajadora, sencilla y ruda mu-
chas veces, no ha podido por maldad o por
mero capricho, aunar diez mil voluntades a
fin de abandonar las faenas durante un largo
lapso de tiempo. No,
Ha habido necesidad que el hambre y las
privaciones golpearan a las puertas de esos
diez mil hogares obreros, para constreñirlos a
entablar lucha con las autoridades directivas
de la Empresa ferroviaria. Esto está amplia-
mente justificado.
Siendo esto así, un ministro que se dice
representante genuino de un partido popu-
lar, debió ponerse sin reticencia de parte de
los obreros que reclamaban justicia.
Esto es de sentido común; no admite tér-
minos medios.
O se es defensor de los intereses obreros o
se es servidor de los intereses de la clase capi-
talista, esta vez representada por el Consejo
Consultivo de la Empresa de los Ferrocarri-
les.
Se defiende al ministro, arguyendo que
no pudo ir más allá ante la resistencia que le
oponía el Consejo Consultivo de la Empresa
y que en tal taso corría peligro su puesto de
Ministro.
Pobre es e! argumento. Ante la testarudez
del Consejo, el señor Ministro pudo decir al
Cíobierno y al país encero, que alguien había
demás en esta circunstancia.; o el Ministro o
el Consejo Consultivo.
¿Qué caería el Ministro?
[Honrosa caída, en defensa de los intere-
ses de diez mil hogares obreros!
Caída propia de un Ministro y presidente
de un partido popular.
Esto no sucedió.
Y esto tal vez es una felicidad porque esta
huelga, también dirigida como justa, ha pre-
sentado la oportunidad de dejar en descu-
bierto a un partido que hasta ayer pregonaba
de ser el defensor único de la clase trabaja-
dora.
El partido demócrata -es, pues, un partido
de orden; no es un partido de clase, que es el
que el pueblo necesita.
Un partido que pospone los intereses
obreros al deseo y necesidad de mantener un
Ministro en las alturas, no puede ser popular.
C. Alberto Martínez
EL TRIUNFO SOCIALISTA
, EN LA ARGENTINA
El Socialista. Valparaíso.
NO 49 (08. VU.191 6), págs. 2-3.
Trabajo leído por el Compañero C Alberto
Martínez, en una sesión de Ateneo de la Sec-
ción Socialista de Santiago.
La concentración conservadora, con sus
componentes radicales, constitucionales,
cívicos y amarillos o socialistas, no logró de-
rrotar al Partido Socialista. Logró si impedir
que éste triunfara con la mayoría, pero esto
no es una derrota, ya que todos los partidos
de la reacción juntos, unidos ante el peligro
socialista como llaman al avance de nuestro
partido, no lograron, con toda la tempestad
desencadenada sobre él, doblegar la voluntad
de 42.000 ciudadanos que supieron manta-
137
ner^e firmes en sus puestos, desalando codas
las iras, todos los combates de partidos y
hombres que no usan armas hidalgas para
vencer al enemigo.
Si las diputaciones a ocupar en esta cam-
paña, fueron ganadas por radicales y íocialis-
tas, es lógico que cabe asegurar que estos ^on
los dos partidos victoriosos.
Antes de la campaña del 2 de abrU, había
en el Parlamento argentino 8 diputados so-
ci^istas.
Correspondía a dos dejar sus asientos por
terminar su período y quedaron en conse-
cuencia 6 diputados.
Después de la campaña, hay 9 diputados
socialistas, se ha ganado un asiento con la
elección de tres en la elección del 2 de abril.
Y a esto se le llama la derrota socialista.
Si la elocuencia de los números nos dice
que hubo aumento en la representación par-
lamentaria a pesar de todas las defecciones y
ataques de los partidos conservadores, cabe
entonces decir que a más de no ser derrota la
de nuestro partido, es ella una victoria hon-
rosa.
No han disminuido los votos, tomando en
consideración los obtenidos en 1914, que le
dio el triunfo a 7 diputados, no se ha con-
fundido el Partido Socialista con ninguna or-
ganización enemiga; ha quedado libre de trai-
dores o amarillos; ha aumentado la represen-
tación parlamentaria, y lo principal, se han
deslindado lis posiciones entre la burguesía,
compuesta de radicales, católicos, demócra-
tas, cívicos, etc., y proletariado con su parti-
do de clase, auspiciador inteligente de la or-
ganización sindical,
Los que andan tras los éxitos fácdes e in-
mediatos, ¿podrán decir que ésta es una de;
frota, sin caer en !a afirmación de lina false-
dad?
Descontada ya la incógnita en números y
hechos verídicos, cabe hacer algunas otras
consideraciones,
¿Hasta qué punto puede tomarse como
un fracaso recibido por el Socialismo, ta pér-
dida de una campaña electoral?
¿Existe una semejanza entre el Partido
Sociahsta y los demás, que la pérdida de un
puesto de diputado, entrabe o detenga la
labor siempre intensa de nuestra fuerza ?
Imaginaos un Partido Radical, un Conser-
vador o un Liberal sin un solo diputado o
senador en el Parlamento.
Dada la falta de doctrina en estos partidos
y su aspiración única de llegar a tener pre-
ponderancia en los gobiernos a objeto de
usufructuar de ellos es natural que el hecho
de no tener representación sería un golpe de
muerte dado a esos partidos.
Ahora bien, la finalidad del Partido Socia-
lista, ¿es la lucha política? No.
La lucha política es utilizada por nuestro
partido sólo como medio para llegar al cam-
bio de régimen que entraña nuestra doctrina.
Es uno de los medios que usamos armóni-
camente con la acción sindical cooperativa y
educacional, tiene que traer beneficios al
proletariado.
La característica de nuestro partido, es la
lucha de clase llevada a todos los terrenos y
¿i una derrota se recibe por una campaña
electoral, ésta no tiene para nosotros más im-
portancia que la que le damos a cualquier
accidente de nuestra vida ordinaria.
La doctrina socialista no vive de triunfos
eíectorales.
En muchas ocasiones, cuando la actividad
de los componentes del partido son necesa-
rias en el afianzamiento sindical o coopera-
tivo, se hace caso omiso de la;s luchas electo-
rales que pudieran distraernos tiempo y acti-
vidades,
La acción educadora del Socialismo no se
resiente sin representantes en los parla-
mentos; y antes bien nos estimula a perse-
verar en la labor tesonera y ardua por desa-
rrollar, ya que podrían sernos perjudiciales
algunas fáciles victorias electorales.
Ejemplo o comprobación de esta afirma-
ción la tenemos en este país, donde las fuer-
zas socialistas, hoy escasas, mantienen activa
campaña a. través de toda la república y ha-
cen obra práctica por la educación y organi-
zación del proletariado.
Una acción tesonera, sin tregua en ningún
momento y por ninguna circunstancia, en
defensa del elemento que trabaja.
El centro de educación, la tribuna, el pe-
riódico socialista no tienen descanso, haya o
no campañas electorales.
Es característica de nuestro partido una
guerra cruda y sostenida contra todos los
privilegios.
Donde haya un abuso o una injusticia,
donde haya un derecho vulnerado, ahí esta
138
^^Hieción socialista dejándose sentir.
^^P Nuestra labor es, pues, permanente, no es
^^bor de choclones ni de mítines electorales,
y no está, por lo tanto, sujeta la marcha Je
nuestro partido ai triunfo o a la derrota
recibida en una remoción de parlamentos.
Un traspiés en cualquier* de ios campos,
'fea en el sindical, en el cooperativo o en el
político, no hace sino darnos mis tríos en la
campaña, ya que é! nos demuestra que falta
c ultura, educación en la clase trabajadora.
^^B Y como la cultura y ^ucación popular
^^TO se refuerza, cruzándonos de brazos, redo--
bjan las actividades socialistas, hasta alcanzar
el grado necesario a oponer a la tiranía
capitalista y gubernativa, la acción inteligen-
te del proletariado emancipado.
C. Alberto Martines
UNIDAD OBRERA, ¿QUE
TE HAS HECHO?
Federación Obrera
Santiago, No 793 (JO. V.Í923), pág. 1.
No podemos y honradamente no debemos
tampoco negar, que en la actualidad en
cuanto a consistencia, unidad, espíritu de
acción y de lucha en el seno de nuestras
organitadones, estamos en archi triste situa-
ción.
Hecho un. examen desapasionado y justo
de lo que fuimos y de lo actiiaimente somos
en materia de organización, tenemos que
reconocer un gran, un enorme saldo en
contra.
jfíuayl de nosotros si este saldo continua-
ra en aumento, mientras a la iíiverSa, la dase
patronal consolida posiciones en todo el
país, de preferencia en los grandes centros
industriales para perpetuar su predominio.
Varios son, sin duda, los factores que nos
han traído a la situación vergonzosa en que
estamos; que lejos de siíeiiciar o disimular,
QebeA'os tener la honradei de coníesar, bus-
cándole explicaciones y remedios.
De entre estos factores, hay, sino talvez
uno que es matriz y en mayor escala el
determinante principal de la situación esque-
lética en que están los otrora fuertes y
Compactos núcleos obreros.
Este factor, no único, lo repetimos, sino
principalísimo, no es otro que la mil veces
funesta lucha de predominio que en ei seno
de la organización obrera han trabado en
forma agria y encarnizada, las diversas co-
rrientes ideológicas.
Entregadas estas corrientes a una lucha
endemoniada en que nada se respeta, se ha
convertido eí campo obrero en un campo de
Agramante monstruo.
Mientras se discuten y se trata de hacer
prevalecer teorías, doctrinas y métodos de
todos los colores del arco iris; mientras se
motejan los organizados que van quedando
en las fitas ya de rojos, de amarillos o de
blancos; hay una clase patronal que sin
discutir toma cada día más sólidas posiciones
con el exclusivo fin de abatirnos.
Ea clase patronal nu discute entre sí;
credos ni doctrinas:defiende intereses y el
éxito de sus trabajos, es favorecido en forma
para ella magnífica por nuestra lucha intesti-
na.
La unidad patronal es un hecho tangible,
innegable; y justificación viva de la Asocia-
ción Patronal cada día más soberbia.
Mientras nosotros jugamos a las montone-
ras y haciendo un gran es^erzo mental, nos
cataíogamos en el color que más nos agrada
sosteniendo una verdadera guerrilla con los
colores Contrarios, ya por muy desteñidos o
muy acentuados; hay un trabajo metódico y
perseverante de la clase patronal en nuestra
contra.
No sólo necio, sino propio de traidores es
oponerle a U unidad patronal otra arma que
no sea la unidad obrera consciente, discipli-
nada, libre de esta campaAa de mezquinda-
des y de odios que nos hace aparecer como
aliados fieles de la clase patronal para estor-
bar la obra de nuestra propia liberación.
Si hacemos un examen de conciencia,
comprendamos que inconscientemente esta-
mos deteniendo el movimiento obrero favo-
reciendo, a costa de la bancarrota nuestra el
auge de la Asociación Patronal con todas sus
ramificaciones.
Nunca será tarde para detenernos en la
corriente en que estamos,
Cese ya esta lucha funesta. ¡Ni blancos,
ni rojos, ni 'amarillos!
¡Solamente explotados!
Defendámosnos como tales.
Carlos Alberto Martínez
139
CRISIS DEL CAPITALISMO
Federación Obrera
Santiago. NO 76^ (Oí. VJ923), pág. 2.
La concepción marxista del materialismo
histórico, como determinante del progreso y
transformación social; se comprueba cada
día con mayor evidencia a pesax de la nega-
ción que ciertos revolucionarios sentimen-
tales hacen de ella, y a pesar también de los
desesperados esfuerzos de los reaccionarios y
estatistas burgueses, pues el determínismo
económico arrastra a la actual sociedad a su
total y cornpleta transformación.
Los conservadores del actual régimen so-
cial, no conseguirán ponerle vallas al progre-
so que significa la caída del régimen econó-
mico burgués, porque sus esfuerzos resultan
inútiles anee el progreso realizado, ante las
conquistas alcaniadas y ante los triunfos
obtenidos; por avanzadas revolucionarias de
la clase productora.
Al término de la monstruosa guerra
europea, el proletariado de los países belige-
rantes, estaba anestesiado en su conciencia
por un patriotismo morboso, que lo había
llevado a las trincheras a matarse como
fieras, para defender los privilegios económi-
cos de sus amos, los capitalistas, y gracias
sólo a la Revolución Rusa, pudo sacudirse de
su siniestra pesadilla, que lo había llevado a
negar todo un posttdado de sacrificios y
dolores, al defender unas fronteras donde
sólo vegetaba como esclavo y una bandera
cjue en manos de los capitalistas, no alcanza-
ba a tener siquiera las proporciones de un
taparrabos.
La revolución rusa, concreción de las
aspiraciones proletarias del mundo, invadía
el foco de su filosofía igualitaria, sobre el
cuadro misérrimo del proletariado europeo,
vencido y desheclio, arra&ti-ándose misecable-
mente a los pies de sus amos, lo rehabilita y
lo levanta, señalándole el rol histórico que
está Uamado a desempeñar en la caída del
régimen burgués.
El proletariado europeo, prostituido de su
ro! histórico, rindiendo homenaje Kasta el
sacrificio a lo que había negado ayer: la
patria, parecía condenado nuevamente a se-
guir vegetando bajo Va férula del más odioso
despotismo capitalista, cuando U sacudida
que da al mundo la revolución rusa, lol
despierta o lo hace penetrarse de su misérri-í
ma situación, y éste se yergue y se levantaJ
arroja los falsos ídolos que había levantado,!
tomando nuevamente el camino que lo Ueva-¡
rá a su total liberación.
Primero es en Francia donde los partidos]
y sindicatos obreros acusan a la clase capita-l
listaj de pretender ahorcar a la Europa, conl
la más despiadada de las expoliaciones comoJ
es la que en buenas cuentas significa el Trata-j
do de VersalleS. Vemos, a pesar de la ola de
patrioterismo que invadió a la clase obrera
francesa, tomar nuevamente e! puesto que le
señala su rol de clase y empujado por el
determínismo económico, que fatalmente
arrastra al mundo coritemporáneo a la cevo-
iucíón social.
Hoy vive la Francia sobre un volcán, ¡ ojalá
que éste estalle cuanto antes para bien de la
humanidad!
No menos interesante que lo que pasa en
Francia, está ocurriendo en Italia, donde, sin
duda alguna, el capitalismo juega su tiltima
carta.
Terminada la guerra, una ola de renova-
ción y justicia social agita intensamente al
proletariado italiano, por todas partes, se
veían brotar fuerzas que empujan a la revolu-
ción social, pero los directores obreros estu-
vieron por debajo de las circunstancias y del
momento histórico qUe les tocó actuar.
De nada sirvió que el Partido Socialista
obtuviera 156 diputados, que los obreros de
Milán tomaran las fábricas, ni las revueltas
revolucionarias de los campesinos de Reggio,
Emelia, pues los directores vacilaron, no se
atrevieron a lanzarse a la revuelta, y de estas
vacilaciones aprovechó la clase capitalista,
para fundar el fascismo, producto contradic-
torio, producto híbrido, nacido del miedo de
la clase burguesa, de la cobardía de los direc-
tores obreros.
pero, el fascismo es, según nuestro con-
cepto, la última etapa que recorrerá Italia,
para precipitarse en la revolución social,
Pero, es sin duda alguna, uno de los más
graves síntomas de la crisis capitalista, lo que
en estos momentos ocurre en Inglaterra.
Todos sabemos que por un convenio táci-
to en el mundo capitalista, Londres es consi-
derado como la tesorería del mundo. Lon-
dres es así como el corazón que distribuye
140
en el mundo capitalista la savia de sus venas
de oro, paralizado éste, se producirá la catás-
trofe del mundo capitalista. Puestien:
En la última elección, el total de los votos
socialistas llegó a la cifra imponente de
4.251-011 siendo que el partido que obtuvo
mayoría en la Cámara de los Comunes sola-
mente logró reunir 5.467,871 votos.
Con tal motivo, U representación socialis-
ta acaba de bacer una presentación a la.
Cámara de los Comunes, que es el más serio
peligro que en estos momentos se cierne
sobre el mundo burgués.
El carácter monumental de ese peligro
puede deducirse de los términos de la mo-
ción presentada por Phillip Snowden, a la
consideración de la Cámara de los Comunes,
"Que en vista del fracaso del sistema
capitalista para utilizar y organizaren forma
adecuada los recursos naturales y el poder
productivo, así como para ofrecer a gran
parte de la población un tipo adecuado de
vida, y creyendo que la causa de ese fracaso
está en la propiedad y control privados de
los medios de producción y distribución,
esta Cámara declara que el esfuerio legislati-
vo debería dirigirse a la supresión gradual del
sistema capitalista por un orden social e
industrial basado en la propiedad pública y
control democrático de los instrumentos de
producción y distribución".
Siguiendo el proceso evolutivo, franca-
mente revolucionario que hace poco que
Hamon seíialaba al movimiento obrero britá-
nico, y que se evidencia en la presentación
Phillip Snowden, puede afirmarse que la
crisis capitalista es cuestión de poco tiempo.
Ai formular Marx su materialismo históri-
co, decía; El Mundo capitalista lleva en sus
propias entrañas los gérmenes de su propia
destrucción.
Manuel Hidalgo
RE SE NA HISTÓRICA SOBRE EL
DESENVOLVIMIENTO DEL
COMUNISMO
La Defensa Obrera. Tocopilla. N** 500
(09.1.1927), pág. 1.
Exposición hecha en el Senado de la Repú-
blica poT el senador Manuel Hidalgo Plaza.
Las consecuencias de estas ideas de absoluto
desenvolvimiento económico, sin otro ali-
ciente que el interés del capitalista en la
sociedad burguesa, no harán sino mantener
la más absoluta libertad para la explotación
del obrero. Esto es lo que caracteriza al
régimen capitalista, al régimen individualista,
que se afirma en el detecho de propiedad,
tan discutido en estos momentos en toda la
humanidad.
En la mitad del siglo pasado, cuando esta»
ideas dominaban en el mundo, cuando el
régimen capitalista imponía soluciones y pa-
ra defenderse creaba el militarismo, que de-
bía crecer paralelamente a la producción
industrial, aparece el fundador de la escuela
socialista, Karl Marx. Para este hombre el
problema social, no es un problema de senti-
mientos ni de ética, sino que un problema de
producción.
(...)
El proceso evolutivo de toda la humani-
dad es un proceso económico en que luchan
dos clases y en que se determina ia evolución
de la sociedad que hemos llamado materialis-
mo histórico, A este respecto dice Karl
Marx: "Mientras subsista «1 actual régimen
de propiedad; mientras exista la forma de
organización social que hoy tenemos, ,será
total y absolutamente imposible la libertad
para el obrero. Porque en la actual organiza-
ción social, en el régimen capitalista en que
vivimos, el obrero es un verdadero esclavo
del salario". ¿Cómo se forma el capital? "El
capital —dice el sociólogo— es un monstruo
que para vivir y crecer necesita alimentarse
de trabajo vivo".
Para obtener ésto, ¿qué hará el capitalis-
ta? Si un capitalista tiene un millón de libras
esterlinas y lo mete en una caja de fondos,
después de un millar de años se encontrará,
al abrirla, el mismo millón de libras esterli-
nas. Pero si ese capitalista, en vez de guardar
el millón de libras esterlinas, compra máqui-
nas y materias primas y, por último, compra
141
la actividad musculaf del hombre, por io que
él llama su valor en uso, incrementará su
capital en tanto cuanto deja de pagar » Sus
obreros.
¿Qué es eso del valor en uso, del valor en
cambio que dice Marx, o sea la teoría de la
plusvalía? Si a un obrero le paga el c^italis-
ta seis pesos diarios, él puede obtener esos
seis pesos en cuatro horas de labor del
obrero; pero como el capitalista lo aprove-
chará por su valor en uso, por el máximo de
producción, entonces hará trabajar al obrero
diez horas, y estas seis horas que deja de
pagar al obrero, es lo que constituye la
plusvalía en el régimen capitalista. Pero los
enemigos de la doctrina de Marx, los partida-
rios de la escuela liberal, dicen que el obrero
es dueño de trabajar o de no trabajar. El
obrero no es dueño de trabajar o de no
hacerlo.
El obrero está determinado a trabajar. Ko
tetliendo más medio de subsistencia en la
actual organización social que la venta de la
fueria de sus músculos, no puede sino some-
terse a la férrea dictadura del régimen del
salario. No hay posibilidad de que el obrero
se escape de esto. No teniendo otro recurso
para vivir, tiene que vender su esfuerzo para
ganarse el sustento.
La única libertad real y positiva en el
régimen actual es la libertad económica;
todas las demás son subsidiarlas o subconse-
cuenciales de ellas,
Mientras la humanidad no sea capaz de
libertarse de este fardo que pesa sobre ella,
la libertad de los humildes y desposeídos no
será sino un mito.
Los prosélitos de la escuela liberal se
exaltan cuando se ataca el derecho de pro-
piedad, y hombres que han defendido las
funciones del Estado guardián, como Spen-
cer, se asombran de que la escuela comunista
sostenga que el Estado debe ejercer tuición
sobre todas las actividades que se desenvuel-
ven en su seno,
¿Qué es el capital? Es el resultado de un
gran proceso de cultura y de trabajo. Todo el
progreso de !a humanidad adquirido a través
de tantos siglos y después de tantos sacrifi-
cios; todos los conocimientos humanos, las
obras literarias, pictóricas, escultóricas, cien-
tíñcas; todas las manifestaciones de cultura
y civilización; el propio edificio en que nos
encontramos, todo esto es capital. La defini-
ción más completa que puede darse acerca
de lo que es capital es diciendo que es
trabajo acumulado. Este traje que visto es
capital, pues presupone una enorme colabo-
ración social, desde el pastor que cuidó las
ovejas que produjeron la materia prima hasta
el muchacho de la sastrería que fue a mi casa
a dejarlo. En todo esto hay un proceso de
colaboración de individuos de todas las lati-
tudes, de todas las lenguas y de todas las
razas.
Entonces, ¿es el capital al que nosotros
atacamos!' No; es ai capitalismo, es a este
régimen monstruoso que descansa en el dere-
cho de propiedad, es decir en la producción
socializada y en la apropiación individual del
producto.
Marjc observa en sus críticas al régimen
capitalista que éste lleva en su seno los
elementos de su propia destrucción, pues el
hecho de agrupar a las masas obreras en las
fábricas y en las minas le ha dado a ésta el
enomne valor que tiene en la actual organiza-
ción.
NO 502(í3.}.í927},pág. i.
Me va a perdonar el Senado que continúe
molestando suf atención, para seguir el desa-
rrollo de mis ideas.
Había pensado terminar en esta sesión
mis observaciones; pero la escasez del tiempo
y la latitud del tema, van a obligarme, sin
duda alguna, a imponer un nuevo sacrificio
al Senado en la próxima sesión.
Decía en la sesión de ayer, señor Presiden-
te, que el régimen capitalista había creado la
más odiosa de las servidumbres de la clase
obrera.
Venía observando los cambios en la evo-
lución que había operado el capitalismo en
las industrias de todo género. Analicé las
influencias que respecto al salario tenía esta
organización económica; pero aliora debo
señalar un tercer factor que Karl Marx ha
llamado la reserva del ejército trabajador, es
decir, aquellas legiones de seres hambrientos
y desocupados que el régimen capitalista ha
ido paulatinamente poniendo al servicio de
su estupendo desenvolvimiento con el auxi-
lio de la ciencia. La ciencia, que pudo ser
142
una manifestación de progreso; la ciencia,
que pudo haberse traducido en un factor de
bienestar general de la hunianidad; que pudo
haber sido un factor de utiJidad general, no
ha sido sino el dogal más duro par» la clase
trabajadora con la invención de la maquina-
ria.
Con ia difusi6n de la maquinaria de toda
especie, desaparece el obrero y aparece el,
proletario.
Es cierto que el Derecho Civil burgués le
ha concedido al obrero la inembargabilidad
de sus herramientas, considerándolas una
prolongación de la personalidad humana,
una prolongación del músculo; pero el prole-
tario ahora no tiene nada de esto. La maqui-
naria, al reemplazar al obrero, da origen a un
pavoroso problema que se llama el parcela-
miento del trabajo, y esto ha producido el
verdadero ejército de desocupados, de ham-
brientoSf y también va a cercenar la persona-
lidad de! obrero, va a hacerle unilateral la
producción, va a implantar ta especialidad en
la actual organización industrial del mundo.
El obrero es incapaz de realizar por sí mis-
ma, como en la Edad Media, la obra de las
corporaciones; no podrá hacer en los tiem-
po$ actuales ninguna labor total o un objeto
completo.
(...)
Me voy a permitir recordar en este ce-
náculo de hombres cultos, que el actual
pensamiento filosófico fíie anunciado por un
hombre que existió hace 26 siglos; este
hombre fue Heráclito de Efeso, con su teoría
del vitalismo. El pensamiento de este hom-
bre obscuro para SU tiempo, que afirmaba
que ningún objeto se ve bajo la misma forma
y que nunca nos bañamos dos veces en las
mismas aguas de un río, se renueva en el
actual siglo produciendo enortne revolución,
y sos ideas que se generaron hace 26 siglos,
son interpretadas por Bergson en su obra
"La Evolución Creadora", cuya idea central
es el impulsó vital original.
Siguiendo el orden de renovación de las
ideas Blosóficas, podríamos acaso señalar a
Demócrito de ser el creador de la teoría
química de atomismo.
Lo único que en realidad podemos seña-
lar, es que los grandes conceptos de hombres
que nacieron hace tantos siglos, no fueron
Comprendidos en su tiempo y ha sido necesa-
rio que pasen 26 siglos para que sus ideas
sean apreciadas en el momento presente.
Igual cosa ocurre con el proceso que ha
venido agitando a la humanidad, respecto de
las ideas de igualdad y fraternidad humanas;
ha habido necesidad de que estas ideas se
expresen en una forma accesible a los hom-
bres, por medio de una ordenación científi-
ca. A esto concurre la crídca del répmen
capitalista que ha hecho Karl Maix; a esto va
a concurrir la interpretación materialista de
la historia; y a esto, también, concurrirá la
crítica formidable a nuestra actual organiza-
ción social.
Ya podemos ver cómo nos encaminamos
a la solución. Ya vemos cómo cada día el
Estado interviene más y vemos cómo cada
día et derecho de propiedad que sustentaban
los romanos, del uso y del abuso, no es
posible en la época contemporánea.
(■ • ■]
Puedo afirmar, señor Presidente, que la
enorme concurrencia de la producción en su
tendencia de rebasar los mercados y vaciarse
en otros, es la resultante de la organización
capitalista de los Estados. Esto se observa
tanto en el orden internacional como en el
local de un país. Si los capitalistas subordi-
nan a sus influencias económicas las masas
de obreros, también en el orden internacio-
nal las grandes naciones cuya capacidad in-
dustrial y económica es inmensa, subordinan
y sujetan en !a esclavitud económica a los
Estados más débiles. Tal es el caso que está
ocurriendo en la actualidad con la América
Latina, frente a los Estados Unidos y
Europa.
La lucha que culminó con la catástrofe de
la gran guerra, había tenido su gestación en
esta lucha de los mercados y en las leyes
proteccionistas, que eran imposible conte-
ner.
■{...)
La guerra europea estuvo a punto de
hundir para siempre aj mundo en la más
horrible barbarie. Pero quiero anotar simple-
mente las ventajas que ese movimiento tuvo
para las clases capitalistas, que veían a los
matadores sacrificar a las multitudes más
dignas de considefftcíón, a la juventud, a los
elementos de trabajo, en forma brutal, no
por defender lo que podía ser un arresto de
nobles sentimientos, sino por defender Itis
143
mercados ^ las marcas de fábricas,
NOS03(i5J.1927},pág. 1.
En la sesión pasada había entrado a anali-
zar la influencia que el maquinismo tiene en la
situación servil, de expoliación y explota-
ción, en que se encuentran las clases trabaja-
doras. Pero el señor Senador a quien contes-
to, dijo que este régimen de organización
social era el que había contribuido a fortale-
cer y mejorar la condición material de los
trabajadores y de sus familias.
En respuesta a esta aseveración, debo
decir que no se encontrará en las pá^nas de
la historia una desorganización más absoluta
y completa de la fajnilia como la determina-
da por el régimen capitalista, acentuada espe-
cialmente por el maquinismo.
La desorganización producida en la fami-
lia obrera por el maquinismo trae aparejado
otro problema creado por la actual organiza-
ción: la existencia del ejército de los ham-
brientos, ía reserva de los desocupados. Y
como la tendencia capitalista es tratar de
producir lo más barato que sea posible,
porque a esto tiende el régimen del maqui-
nismo, se ha ido desplazando al obrero de las
fábricas para reemplazarlo por mujeres y
niños.
Este problema que existe en todos los
países, constituye una de las más graves
preocupaciones de los legislüdores que pro-
curan librar al niño y a la mujer de la^
perniciosas consecuencias de las industrias
nocivas, en defensa de la raza.
Para conseguirlo, siquiera en parte, ha
sido necesario prohibir el trabajo nocturno
de tas mujeres y niños, alejarlos de estas
industrias nocivas, a las cuales se veti arras-
tradas por la brutal explotación que gerce el
régimen capitalista sobre las madres y sobre
los niños.
(••■)
Entro a considerar la hipótesis más intere-
sante de las ideas de Marx respecto a la
revolución social, Dice este pensador que e!
capitalismo ha dividido de una manera pro-
funda a la sociedad en dos clases: los posee-
dores y los desposeídos de las clases sociales.
Cree que en el desenvolvimiento cada vez
más intenso, más grande y más trascendental
del capitalismo, va a empezar a caer la gran
dirección capitalista cri algunas manos, y al
otro lado, dice, estarán las enormes multitu-
des de los desocupados, los hambrientos, los
pobres. Llegará un día tal, agrega, que esta
Concentración va a producir automática-
mente la expropiación de la clase capitahsta,
y así se producirá de hecho la revolución
social.
Sin embargo, esta doctrina del automati-
cismo de la revolución social, de la expropia-
ción de la clase capitalista, por haberse redu-
cido a unas cuantas manos, va a sufrir una
modificación fijndamental, porque Marx na
pudo darse cuenta de que en el curso del
desenvolvimiento del régimen capitalista iba
i aparecer una tercera clase, que ha servido
de una especie de corcho para que entre el
capital y el trabajo, no se produzca el cho-
que que Marx creía que debía producirse.
NO305(Í8J.Í927),pág. 1.
(...)
Pero antes de entrar a considerar la revo-
lución rusa, vamos a estudiar brevemente en
qué consiste este régimen tan defendido en
el mundo anterior a la revolución del pueblo
ruso.
Todo el mundo recuerda con horror que
en Rusia antes de la revolución se disponía de
la libertad de la hacienda y vida de los
ciudadanos, sin que hubiese ninguna ley que
protegiera al individuo.
Este es el dnico país cuya organización
había sido repudiada por la humanidad) y de
que Constituía una vergüenza para la civiliza-
ción.
Voy a dar lectura de un párrafo escrito
por un hombre que no es comunista. En una
exposición que hace en su libro "Rusia
Nueva", el escritor J ulio Alvareí del Vayo, y
en que solamente se concreta a explicar lo
que vio en Kusia, dice:
"Por un momento nos sentimos transpor-
tados a la Rusia anterior a 1861.
El campesino ruso es un objeto más en !a
propiedad de su señor.
Puede venderlo a capricho, junto con la
tiena en que trabaja o por separado, como
una cabeza de ganado cualquiera.
Es a la vez SU amo y Su juez. Puede
condenarle a las docenas de golpes de knut
que le parezcan apropiadas o enviarle a
144
beria para c^ue muera allí, sí los agentes
Bcargados de su transporte no prefieren
tshacerse de él «n el camino.
Interviene, además, en la vid» de familia
Jel campesino: él es quien autoriza a las hijas
de aquél a casarse, llevando a menudo su
iurisJicción al extremo de probar antes por
sí mismo )a capacidad de procrear a sus
subditas, siempre que se trate de mucha-
chas cuyit belleza las hace acreedora a tal
honor".
(■■•)_
Continúa el escritor en los siguientes tér-
minos:
"Así vivió la Rusia de! siglo pasado, bajo
un régimen cuya cabeza visible, el Zar, era
visitado por los monarcas de los países de
Europa y gozaba de la benévola amistad del
SuniQ Pontífice,
Así vivió Rusia, sin que el mundo civiliza-
do, tan estremecido sesenta años después, al
sentir el formidable aletazo de una revolu-
ción que tenía su primer antecedente en
aquel régitnen de ignominia, se sintiese ma-
yormente perturbado, por la vecindad de un
país en que ocurrían tales cosas".
Señor Presidente, cuando se analiza la
revolución rusa y cuando se dice que el
régimen comunista ha producido el desastre
en este país, se hace una total abstracción de
lo que recibieron los revolucionarios de la
Rusia anterior. . .
I
^P Se ha hablado mucho del régimen de
terror que ha venido imponiendo la Checa. Y
yo digo, ¿acaso la Checa no viene a ser una
copia del tribunal de Salud Pública implan-
tado por la. burguesía en la revolución fran-
cesa? ¿Acaso no sabemos todos que durante
la revolución de la independencia americana
existió la Logia Lautarina, que entre otras
ordenes, dio la de encarcelar, enjuiciar y
fusUar a los Carrera y a Manuel Rodríguez?
¿Se puede decir, acaso, que cometieron
esos errores los hombres de U revolución
americana o de la revolución francesa, algu-
nos de los cuales pasaron por las mayores
persecuciones creyendo realizar un ideal de
fraternidad y de libertad humana? ¿Pudo
acaso imaginarse alguno de los promotores
NO 506 (20. 1. 1927), pág. 1.
de la revolución americana que al tratar ellos
de darnos independencia y de constituir
nuestra personalidad política como nación
soberana, el pueblo iba a pasar a ser un
rebaño de los terratenientes, tjue la Repúbli-
ca iba a ser una parodia en la cual unas clases
debían subordinar y explotar a las otras? No
tuvieron jamás ese concepto, Y el hecho de
que durante un siglo no hayamos podido
realizar la República, no quita, mérito, en mi
concepto, a la idea que inspiró aquella re-
volución, como los errores de la revolución
rusa no quitan mérito tampoco a los hom-
bres que van a realizar, contra toda preven-
ción en contrario, y aún peligrando existen-
cias tan preciosas como la del honorable
señor Carióla, el ideal de la humanidad.
Pero cuando se había, como aquí lo he-
mos oído, cuando se afirma que la revolu-
ción rusa es la retrogradación de todo, yo
pregunto; ¿no nació esa revolución en el
momento mismo en que la humanidad, per-
dóneseme la expresión, llegó a la cúspide de
la bestialidad, cuando la ciencia y el acervo
de todos los conocimientos acumulados du-
rante siglos se pusieron al servicio de la
destrucción para producir una catástrofe y
una carnicería como nunca la hab/a presen-
ciado el mundo? ¿Se podía esperar otra cosa
del pueblo ruso después de ese espectáculo
sin igual, y cuando todavía los propios pla-
nes de! Estado Mayor del Ejército ruso eran
vendidos por los capitalistas a los alemanes
para que éstos, con pleno conocimiento de
los Lagos Ma surianos, mataran allí sin temor
a millones de infelices proletarios?
(...)
NO 508 (23.1.1937). pág. 1.
(...)
Se nos habla de los horrores de la situa-
ción en que, después de la revolución rusa,
viven en aquel país los obreros, los estudian-
tes y los profesores, o sea, los intelectuales.
Se nos dice que viven en la más horrorosa
miseria. Sin embargo, el gobierno ruso al
proceder al arrendamiento de las habita-
ciones, toma muy en cuenta las condiciones
económicas de los arrendatarios. Dice a este
respecto el informe :
"Cabe aquí consignar las palabras que
escuchó Gorky de labios de Lenin, sobre el
i^
M5
valor de las íd«as políticas, opinión que nos
explica también su evolución en el terreno
económico: "Teorías e hipótesis, dijo el
dictador al novelista, son pata nosotros sim-
ples instrumentos de trabajo, no objetos
sagrados".
No obstante estas disposiciones, siempre
las habitaciones en Rusta tienen un precio
módico.
Se nos ha dicho gue en Rusia no se había
pretendido ni se pretende otra cosa ^ue la
muerte de los hombres de cierta cultura. En
Rusia, en realidad, vemos que están al frente
dei gobierno los hombres de mayor capaci-
dad intelectual que hay en aquel país.
(...)
NO 509 (2S. 1.1927), pág. i.
(...)
Se afírma que la revolución rusa no ha
tenido influencia alguna en ia evolución del
mundo, y yo sostengo lo contrario. Si no se
hubiera producido la revolución rusa no se
habrían consignado eji el Tratado de Versa-
lles, que puso término a la guerra europea, al
tratar de las condiciones del trabajo en las
naciones que lo suscribían, aquellas palabras
de Enfantiu, discípulo de Saint Simón, que
constituyen un verdadero aíote para la clase
capitalista, según las cuales no puede existir
en sus territorios la explotación del hombre
por el hombre y para el efecto se consulta-
ron en ese pacto numerosas disposiciones
que tienden a proteger al obrero y a mejorar
sus condiciones de vida. Sin la revolución
rusa, que ha conmovido tan hondamente las
bases de la actual organización social, habría
sido totalmente imposible obtener ese resul-
tado.
Si observamos los efectos de esta revolu-
ción, tendremos que convencernoSj por más
que queramos echarnos tierra a los ojoS de
que asistimos a una de las más profundas
transformaciones qu« Ka experimentado la
humanidad, aún cuando no nos demos cuen-
ta de ello.
(...)
NO Sil (29 ,1.1927). pá^.f.
Este mismo régimen que tanto se defien-
de, el réginien constitucional, ¿no debió
acaso barrer con los privilegios y con loj
absurdos conceptos de los gobiernos pot
derecho divino ? I,a vida de la humanidad no
es sino una constante demolición de formas
y privilegios para dar origen a una organiza-
ción social más perfecta.
En estas condiciones, los comunistas cree-
mos que las clases obreras tienen sólo dos
Caminos para lograr una transformación de la
actual organización social; o bien tratar de
conquistar el poder por medio del voto
popular, lo que es tardío y problemático, o
bien van. directamente a la revolución social,
que es la norma que la Humanidad ha adop-
tado cada vez que ha querido acabar con una
organización y llegar a otra forma de gobier-
no.
Y es de advertir que la bumanidad'no ha
dado jamás un sólo paso en el camino del
progreso que no haya sido regado por la
sangre de los que creyeron que debía darse a
la sociedad una organización mejor. Sí los
comunistas nos cruzáramos de brazos, sin
luchar por esta reorganización social, la
transformación de la sociedad se ve riñe aria
en todo caso, pues es un error creer que las
revoluciones las hacen los hombres; las revo-
luciones se producen principalmente por el
egoísmo de los que impiden todo avance que
lleve a los pueblos a un régimen de mayor
justicia.
Tal vez habría sido ¿til que hubiera hecho
algunas observaciones para poner de. mani-
fiesto la obra realizada en Chile por los
gobiernos del régimen capitalista; pero he
preferido no empequeftecer el debate hacién-
dolo descender del terreno de las ideas.
(...)
EXIJAMOS EL CASTIGO
DE LOS ASESINOS DEL
PROFESOR ANABALON
Justicia. Santiago. (IV época).
N"4(2S.L193J),pág. 4.
Estimado c amarada:
Hemos recibido del "Comité pro-Justicia
y Libertad Manuel Anabalón Aedo", una
circular en la que se nos comunica la masca-
rada que se está desarrollando en tos tribuna-
les de justicia de Valparaíso en que \os
146
asesinos Rencoret, Gormaz y Encina son
defendidos por el presidente del Colegio de
Abogados del vecino puerto, Adolfo Valdi-
vieso, abogado de la banca y de bertes
finna's imperialistas, y miembro destacado de
la oligarquía.
Los asesinos disfrutan ampliannente de las
columnas mercenarias de la prensa burguesa
para defenderse con groseras mentiras que
son un insulto a la dase obrera expoliada por
estos criminales.
Por todo lo anterior el Comité pro-Justi-
cia y Libertad "Manael Anabalóii Aedo" ha
acordado solicitar la cooperación de todos
tos organismos de la Federación Obrera de
Chile, a fin de Llevar a efecto un comicio
simultáneo en todo e! país, el que tendría
lugar el domingo 29 del presente con ei ña
de expresar la más enérgica protesta y de-
nunciar la Complicidad, debilidad del Gobier-
no, de la justicia burguesa, de la prensa
capitalista y del propio capitalismo, frente a
estos crímenes y a sus asesinos rentados.
Durante estos comicios se liaría presente que
eí proletariado del país se resolviera a desen-
cadenar huelgas parciales, huelgas políticas
que le demostraran a la burguesía que esta-
mos dispuestos a exigir el castigo de los
asesinos a sueldo de la clase obrera.
Al término de todos los comicios en eí
país deberán leerse las conclusiones, que
deberán ser transmitidas telegráficamente al
Presidente de la República, presidente del
Senado, de la Cámara de Diputados, entre-
gando copia a la prensa local.
Firmarán las organizaciones de la locali-
dad respectiva y los telegramas serán costea-
dos por suscripción popular hecha en los
mtsmcis comicíchs al ser leídas las conclusio-
nes.
Aparte de estas conclusiones deben apro-
barse otras declaraciones relacionadas con
los propósitos de la clase obrera, estudiantes,
empleados, maestros y campesinos referentes
a la formación del "Frente Único", Comités
de Lucha y resoluciones de seguir luchando
y agitándose indefinidamente hasta obtener
el triundo de las reivindicaciones que se
persiguen. Debe agregarse a estas declara-
ciones las relacionadas contra la guerra, el
hambre y la reacción.
Por nuestra parte exhortamos a dar cum-
plimiento a toda esta labor ligando todo este
trabajo a la lucha por la libertad del compa-
ñero Eudocio Ravínez y demás presos perua-
nos que han caído en las garras del chacal
Sánchez Cerro. Con la perSOtia del Compañe-
ro Ravínez están ligadas las grandiosas luchas
de los mineros de Morocha, Malpaso y Ora-
ya: la huelga insurreccional de los petroleros
de Tarara; la huelga de los trabajadores
agrícolas de la zon» azucarera y algodonera,
y muchos otros movimientos del proletaria-
do peruano. La vida de Eudocio Ravínez,
secretario general del P.C. {Secc. Peruana de
la LC.), y a cuya acertada labor y posición
revolucionaria se debe la creación y desarro-
llo de la Confederación General de Trabaja-
dores del Perú (adherida a la C.S.L.A.) y las
de los demás compañeros peruanos están en
peligro. La FOCH, exhorta a todos sus orga-
nismos sindicales revolucionarios nacionales,
a todos los sindicatos para que se movilicen
inmediatamente por la libertad de E. Raví-
nez y de todos los luchadores presos en el
Perú. Debemos ligar todas las manifestacio-
des pro-castigo de los asesinos de Anabalón
con la libertad de los presos peruanos. Dé-
mostraciones ante los consulados peruanos,
Enviad inmediatamente telegramas de pro-
testa al Gobierno de! Perú exigiendo la inme-
diata libertad de Ravínez y demás presos
peruanos.
¡Viva ta lucha anti-guerrera y anti-impe-
rialista de los trabajadores peruanos!
Elias Lafertte
LAFERTTE DESDE
MONTEVIDEO SE DIRIGE
AL CONGRESO SINDICAL
DE VALPARAÍSO
Justicia. Santi^o. (V época),
NO 2 (Ira. Semana. VI. 193S), págs. 1-4.-
Montevideo, 20 de mayo 1935.
A los delegados al Congreso Sindical de
Valparaíso.
A todo el proletariado de Chile.
"Queridos camaradas y anaigos; Por la
presente dirijo un fervoroso y fraternal salu-
do proletario a los delegados al Congreso
Sindical y al combativo y heroico proletaria-
147
¿o de Chile, exhortándolo a sellar la unidad
sindica con el más amplio espíntu soUdaño.
Lamento no poder saludaros personal-
mente por encontrarme fuera del paú. La
Confederación Sindical Latinoamericana,
que en estos momentos desarrolla una am-
plia labor por la unidad sindical continental,
ha exi^do mi colaboración en mi caráctei de
miembro de su Comité Ejecutivo.
El Congreso de Valparaíso, convocado
por la Confederación de los Sindicatos Léga-
les, puede Ueg^r a tener una gran trascenden-
cia para fortalecer el sentimiento unitario
que vibra en las masas obreras de Chile, para
defender las conquistas arrancadas a los ex-
plotadores en innumerables luchas, para en-
carar con toda fuerza la lucha por las peticio-
nes que en centenares de pliegos están mani-
festadas por los obreros de todas las indus-
trias.
Compañeros: la Federación Obrera de
Chile, consecuente con su lucha por la uni-
dad, va a este Congreso con el más amplio
espíritu de cordialidad y de compañeiúmo,
presentando proposiciones concretas para lo-
grar la unidad sindical de todas las fuerzas
organizadas y formar con ellas una sola
Central Sindical en la que tenpn cabida los
obreros y organizaciones de todas las tenden-
cias, hombres y mujeres, jóvenes y adultos".
Después de indicar algunos aspectos de la
situación económica de los obreros ocupados
y desocupados, los ataques de los explotado-
res nativos Y extranjeros, y las acciones
unitarias de la clase obrera, la carta conti-
núa:
"Las condidones en ks cuales se encuen-
tra el proletariado de Chile, exigen pasos
decisivos para realizar la unidad, no obstante
todas las trabas que impone el Código, del
Trabajo, que impide que los sindicatos pue-
dan agruparse pof industria o confederación
en una sola Central, Debemos luchar para
romper todas las trabas que impiden la for-
mación de tos sindicatos industriales. Con la
unidad estaremos en condiciones de defen-
der las reivindicaciones de la clase obrera, de
las masas explotadas, de defender las con-
quistas impuestas por el proletariado en his-
tóricas luchas e imponer nuevas conquistas.
Compañeros: Mi larga vida de obrero de
las salitreras, irdnas y talleres de la provincia
de Tarapacá, mi intensa vida de luchador
obrero, encarcelado, deportado, perseguido
en Chile y otros países, creo que me da
derecho a llamar a mis viejos camaradas, a
todos los militantes de la Federación Obrera
de chile, de la Confederación de los Sindica-
tos Legales, de la Confederación General del
Trabajo, de los sindicatos autónomos, a Us
amplias masas obreras de mi país e invitarlos
a hacer todos los esfuerzos para realizar la
unidad. Estoy convencido de que no hay
divergencias que puedan impedir este paso y
de que todos los obstáculos deben ser allana-
dos.
La unidad nos dará la fuerza necesaria
para mantener en alto la bandera de lucha
por las reivindicaciones obreras, por el dere-
cho de organizar los sindicatos únicos, para
luchar contra la tendencia a restringir o
Umitar la libertad de reunión, huelga, a
mantener prensa y locales, contra la ínter-
vención de los aparatos del Estado en las
actividades sindicales.
Camaradas: en el Campo internacional
hay un intenso movimiento hacia la unidad.
La Internacional Sindical Roja propone a la
Internacional de Amsterdam realizar la uni-
dad sindical mundial, La Confederación Sin-
dical Latinoamericana se dirige en estos mo-
mentos a todas las centrales sindicales de
América del Sur y del Caribe, de todas las
tendencias, proponiéndoles concertar acuer-
dos para acciones conjuntas contra la guerra
del Chaco y el fascismo, por el aumenta de
los salarios y el seguro para los cesantes e ir
hada, la unificación de todas las fuerzas
obreras en una gran Central Sindical Conti-
nental. En Brasil se acaba de constituir, a
base de la unificación de numerosas federa-
ciones sindicales "ministerialistas", de sindi-
catos autónomos y de la antigua C.G.T. del
Brasil, la gran central del proletariado brasi-
leño: la Confederación Sindical Unitaria de
Brasil. En Argentina se están unificando
distintos sindicatos por industria y lo mismo
sucede en otros pafses. El proletariado cli lle-
no no puede permanecer dividido ni estar
fuera de este gran movimiento unitario.
Camaradas: Ausente del país, pero sir-
viendo siempre la causa del proletariado,
hago el más ferviente y caluroso Uamado a
todos para que el Congreso de Valparaíso sea
un ^an paso para llegar a fundir en una sola
organización sindical a todas las fuerzas orga-
148
I
Elfos Lafertte Caviño
sacias, a todo e! proletariado de nuestro
jís, para que no quede ni un solo obrero
iera de la Central unificada, para conquistar
lestras reivindicaciones y lograr nuestra
tal uniñcación.
Como en todas las horas de mi vida, estoy
I vosotros en mi puesto de lucha.
Eh'as Lafertte G.
SEAMOS
INTERNACIÓN ALISTAS EN
LOS HECHOS
Justicia. Santiago. (V época).
V-No Í3 (5ta. Semana.VlII.i935), pág. 3).
íii el mes de agosto el proletariado latino-
americano recuerda su más grande jornada
de internacionalismo: las grandes luchas poi
la libertad de SaCco y Vanzetti y contra sus
verdugos los imperialistas de Nueva York y
de Washington. Además, el mes de agosto, en
el que se desencadenó la guerra europea de
1914, ha sido un mes de luchas internaciona-
les contra la guerra. Por consiguiente, es
necesario analizar algunas de las otUgaciones
internacionales que corresponden a la Fede-
ración Obrera de Chile.
Podemos asegurar, que nuestro interna-
cionalismo se limita en el mejor de los casos
a resoluciones, comentarios de prensa, y en
algunos problemas fundamentales ni siquiera
a este trabajo propagandístico que algún
valor siempre tiene.
En la lucha antiguerrera podemos consta-
tar que es realmente escandaloso el retraso
en que nos encontramos. Durante toda la
gtierra del Chaco nuestras actividades fueron
principalmente agitativas, sin una verdadera
movilización de masas. La tregua impuesta
por el desarrollo de la situación en los países
beligerantes mismos, y por el creciente des-
contento continental, no ha encontrado en-
tre nuestras organizaciones y sindicatos en
general Ja debida movilización, que contribu-
ya a cambiar realmente la "tregua" en una
verdadera paz democrática.
De los artículos no hemos pasado, lo <]ue
se necesita es que los artículos sean guías
para la acción, y no escondites oportunistas.
Una mancha para nuestras organizaciones
es la ausencia de lucha solidaria con el
proletariado alemán, y particularmente en
defensa de su líder, el gran marino de Ham-
burgo; Ernesto Thaelmann. Cuando el mes
de agosto nos refresca la memoria con las
grandes luchas en defensa de Sacco y Van-
zetti, cuando recordamos que la vida de los
cónsules y embajadores yankis estaba llena
de zozobras por las protestas de las masas,'
cuando sus bancos y grandes empresas (Na-
cional City, Agencias Ford y demás explota-
dores imperialistas), se llenaban de inquie-
tud. ¿No produce rubor de! bandidaje que
encarcela, tortura, destierra, decapita y des-
potiza a todo un pueblo y a los líderes más
destacados del proletariado alemán e interna-
cional, flameen sus ensangrentadas banderas,
sus oprobiosas esvásticas en las astas de las
banderas de sus consulados, embajadas, ban-
cos y grandes empresas comerciales? El pro-
letariado yanki ha dado un nuevo ejemplo de
lucha y solidaridad llevando a miles de obre-
ros a los muelles del vapor "Bremen", y pese
a todas las precauciones policiales, arreando
Y pisoteando la bandera esvástica, símbolo
de la más negra reacción.
Mussolini, el otro más grande puntal de la
reacción Europea declara con Un cinismo
digno de los conquistadores de la edad me-
dia, y realiza sus planes de conquista de un
pueblo hermano, sin que hasta el presente
haya sido llevada a sus embajadas y consulta-
dos la menor protesta; lo mismo puede
decirse de los crímenes del Japón en China.
¿Es que el pueblo y el proletariado chileno
no responderían? Claro que respondería, lo
demostraron en sus luchas solidarias con
Nicaragua, y es claro Nicaragua, por tradicio-
nes nacionales es más sentida, pero es nues-
tro deber con nuestra agitación y trabajo
hacer comprender a las masas sus deberes
con el pueblo abisínio y otros.
Aunque en el caso de la revolución cuba-
na hicimos mayores esfuerzos agitativos y de
organización, como fue la lucha contra la
Conferencia Panamericana, la huelga que se
realizó en algunas industrias; la insuBciente
solidaridad continental es parcialmente res-
ponsable del entronizamiento de los verdu-
gos Batista— Godfery—Mendieta. Y nuestras
luchas en solidaridad con el pueblo cubano,
son hoy asimismo tan urgentes.
I
149
El gobierno de Benavides ha perseguido
con una criminalidad brutal a los comunistas
y apristas. El gobierno chileno concluye
tratados para deportar los heroicos luchado-
res comunistas y apristas que emigren a
nuestro país, y estos crímenes ni siquiera son
mencionados en nuestra prensa.
Sería internúnable la lista de fallas de
nuestro insuficiente internacionalismo, y
quiero referirme particularmente a la cues-
tión de la unidd.d continental e internacional.
La I.S.R. a. la que fuimos afiliados desde casi
su fundación por nuestro querido gran líder
Luis E. Recabarren, se encuentra embarcada
en una gran labor de unidad internacionaJ,
necesidad histórica en la lucha contra el
racismo, y es una cosa realmente escandalosa
que nuestro trabajo por llevar a cabo la lucha
unitaria de nuestra Internacional se haya
limitado a la SIMPLE PUBLICACIÓN DE
UNA DE SUS PROPOSICIONES en "Justi-
cia". Pero hasta el presente la Junta Ejecuti-
va no ha dado su palabra a sus organizacio-
nes y partidarios, al proletariado en general
sobre la unidad internacional. Esto es real-
mente censurable y debe ser rápidamente
enmendado, no sólo con una declaración
platónica, sino organizando en los sindicatos
discusiones, tomando resoluciones y movili-
zando a la rnasa en general no sólo por la
unidad nacional, sino por la unidad interna-
cional.
La importancia de la solidaridad interna-
cional es cada día mis evidente. La revolu*
ción cubana en nuestro propio continente
nos lo ha demostrado; y el gran triunfo de
las luchas contra el proceso de Leipzig, que
arrancó de las manos de los verdugos a
nuestro gran líder Dimitrov, y a sus compa-
fícros para citar dos ejemplos, uno positivo y
otro negativo.
Nosotros también recordamos con cariño
y agradecimiento proletario, la gran ayuda
que nos ha prestado la Internacional Sindical
Roja y la Confederación Sindical Latinoame-
ricana, no sólo en el esclarecimiento de
nuestros problemas, con la ayuda ideológica,
que nos ha hecho capaces de luchar contra la
reacción ibaAísta, que nos ayuda hoy en la
realización de la unidad, sino prestándonos
ayuda cqn hombres que han venido a com-
partir con nosotros el trabajo y los riesgos de
la lucha. Sólo quiero recordar que la reac-
ción y los crímenes de los explotadoi
chilenos y su aparato de persecución no haq
sido sentidos a través de informes, sino en el
cuerpo mismo del Secretario de la C.S.L.A.,
nuestro querido c amarada Miguel Con treta*,
golpeado por los verdugos de la reacción
ibañista y por otros camaradas que conocea
las cárceles de Chile. Y sin embargo, cuando
durante meses se encontró encarcelado por
el gobierno de Justo, el camarada Contreras
y. González Alberdi, nuestra lucha por su
liberación fue realmente lamentable.
Debemos cambiar esta situación. Luchar
contra el regionalismo, provincialismo pe-
queño burgués que infiltrado en nuestro
movimiento, lo restringe en su acción sola-
mente a las esferas nacionales. DeTjemos.
combatir toda tendencia a caracterizamos de
"excepción" las teorías de que la I.S.R. está
muy bien para los países europeos, pero no
para nosotros, etc. Nuestro querido líder
Recabarren debe ser nuestra inspiración tam-
bién como modelo de internacionalismo,
quien siempre supo levantar el espíritu inter-
nacionalista, no sólo en palabras, sino en los
hechos, como lo comprueba su participación
en el movimiento revolucionario argentino)
donde su aporte es hoy reconocido y que lo)
camaradas argentinos kan querido siempre
retribuir.
Eltm Laffertte
150
SOBRE LA CONFERENCIA
DEL TRABAJO
Justicia. Santiago. ( V época).
NO 23 (Ida. Semarta.¡.í9}6), pág. 3.
Dos son los alcances poHticos sociales que
caracterizan a la actual Conferencia Paname-
ricana del Trabajo, los cuales las masas obre-
ral deben sacar conclusiones y utilizarlas con
toda amplitud para su propio mejoramiento,
ganando mejores posiciones en las conquistas
impuestas en la legist ación social y que loa
favorece, imponiendo nuevas reivindicacio-
nes, extendiendo éstas a nuevos sectores, los
cuales están desposeídos, o no llegan hasta
ellos los beneficios de estas conquistas, como
ocuire con tos obreros agrícolas e inquilinos
de todo el país.
La antigua y abundante legislación obrera
de este país, que tiene "fama de ser la más
avanzada", no se cumple ni en un insigni-
ficante porcentaje; es entorpecida y burlada
en las formas más variadas, se ha eliminado
con toda habilidad y audacia por medio de
re^amentos y decretos caprichosos, todo lo
favorable a los obreros y que ha sido con-
quistado a través de luchas gigantescas y
memorables a lo largo de todo el país. Queda
demostrado que no basta luchar e imponer el
triunfo o un mejoramiento, sino que éste
debe ser permanentemente vigilado para que
se cumpla, para que no sea burlado ni entra-
bado con nuevas disposiciones que vengan a
anularlas; y en esta ocasión con motivo de la
Conferencia Panamericana, debemos eni-
prender una vasta campaña en el sentido de
hacer cumplir todas las partes beneficiosas
ot la legislación, haciendo ver a cada obrero
los derechos que han conquistado y que sólo
por su deseo nocijniento de negligencia de su
parte se burlan con toda impunidad por los
patrones apoyados por el Gobierno.
A la -vez debemos preparar nuevos y
amplios proyectos con otras reivindicaciones
que respondan a las actuales necesidades de
los trabajadores.
La asistencia de delegaciones obreras de
otros países, que es el otro aspecto impor-
tante de la Conferencia a realizarse, debe ser
utilizada para mostrar a estas delegaciones, la
forma en que se cumple esta "avanzada
legislación" y que tomen nuestra rica expe-
riencia de que no basta tener a 3a letra tan
abundante legíslaciónj el haber aprobado el
mayor número de convenios internacionales,
sino que hay que hacerlas cumplir con la
fuerza organizada de los obreros.
La presencia de delegaciones obreras en el
territorio chileno, será motivo también de
exteriorizar nuestro interés de estrechar lai
relaciones con los trabajadores de otros paí-
ses y de dar pasos importantes par» el enten-
dimiento de la unidad continental, iniciando
los trabajos preliminares para la formación
de una sola Central Sindical de todo* los
países de las tres américas, con la orientación
y espíritu solidario mis ainplio.
Nada hay que nos impida obtener el m&t
amplio entendinúento en este sentido y así
como luchamos consecuente y abnegadameit-
te por constituir una sola Central del Proleta*
riado Chileno a base de. las fedftiaciones por
industrias y de los sindicatos en general, así
también debemos luchar poique durante la
estadía en Santiago de las delegaciones obre-
ras, logremos un entendimiento en el orden
continental que permita rápidamente constir
tuir la Continental de todos los obreros de la
ciudad y del campo de toda la América.
Ante la proximidad de la fecha de la
realización de esta Conferencia y la lentitud
en que marchan los trabajos nuestros, el
deber está en apurar el tren de agitación y de
preparación de los trabajos que las maaas
obreras quieren hacer llegar al seno de la
Conferencia.
La cuestión central y el acento debe ser
colocado, no en las informaciones que man-
da Ginebra, ni en tos preparativos que el
gobierno está realizando en estos últimos
días, frente a la proximidad de la fecha, sino
en el interés que debemos despertar en todos
los sectores industriales, llevando a cada sitio
de trabajo, a cada organización, barrio o
sector nuestra palabra y acción para interesar
a los trabajadores desde el punto de vista de
sus intereses de clase y no la interpretación
que quiere darle el Gobierno y los patrones,
seculares enemigos que nunca podrán intere-
sarse por los obreros sino que siempre miran
sus propios, intereses, pero que con actividad
y en forma engafiosa quieren confundir a tos
trabajadores, haciéndoles creer que ellos se
preocupan de su mejoramiento.
Debemos movilizar al unísono con las
151
masas de obreros a las amplias masas de
obreras, jóvenes y niños en general, ya que
en la orden del día, con toda habilidad, se ha
colocado un punto especial.
Que esta fuerza tan importante que ha
tornado parte en la producción, en especial
en los productos manufacturados, manifieste
ampliamente su sentir, Ueven sus reivindica-
ciones, hasta la Conferencia y se hagan oír
con sus propias representaciones y conquis-
ten su mejoramiento que es a ía vez nuestro
propio mejoramiento. Tenemos el deber de
defender y apoyar a los obreros jóvenes y
niños en el triunfo de sus aspiraciones.
La importancia que se ha dado a las
preparaciones y alcances que tendrá esta
reunión, de representantes de Gobiernos,
patrones y obreros casi todos nombrados por
sus respectivos Gobiernos, no está confián-
dose sólo a las resoluciones y proposiciones
que de ellas allegan sino de ta acción que
deben desarrollar las masas obreras y trabaja-
doras para exigir pronunciamientos favo-
rables a sus intereses.
Los alcances estarán determinados por li
movilización que se haga con anterioridad e'
la y después de la Coníerencia por parte di
las masas obreras de ¡a ciudad y el campo
no por las fuerzas estatales y patronales qu
en ella participan.
E. Lajjertti
31/X11/35.
152
Capitulo Séptimo
El pensamiento de las agrupaciones socialistas
hacia 1930
L
En las páginas siguientes, el lector podrá encontrar lo esencial de toda la
documentación que nos ha sido posible ubicar, referida a las agrupaciones
suciatistas, que en abril de 1933 se fusionan, originando el Partido Socialista de
Chile (PSCh).
Iniciamos la publicación con textos pertenecientes al Partido Socialista
Marxista, que parece ser la primera agrupación de carácter socialista en (lindarse,
pues se constituyó el 4 de agosto de 1931. Sus orientaciones doctrinan as resultan
tajantes. Rechazan la "democracia burguesa", propiciando una "democracia sin
capitalistas". Vale decir, propugnan la exclusión del ejercicio deí poder político de
todos aquellos elementos ajenos a la "clase de los productores". Tal realidad la
conciben en una "república socialista", ya que su instauración significará la
transformación radical de orden existente. No obstante lo anterior, no descartan
el intervenir en las contiendas electorales, pero sólo como un instrumento para
disciplinar y organizar a la clase trabajadora. Estos conceptos aparecen en el
Manifiesto del partido socialista. Declaran su adhesión al "socialismo marxista" y
se catalogan de "partido de clase". Su objetivo final es el "establecimiento de una
sociedad sin clases".
Continuamos la compilación documental con textos pertenecientes a la Nueva
Acción Pública (NAP), entidad política que realizó su primera asamblea el 15 de
agosto de 1931, constituyéndose como tal. |..a NAP propicia la "evolución",
puesto que considera a la realidad social profundamente cambiante, tal como a las
necesidades, las ideas e inclusive la ética. Postula, asimismo, la urgencia de
desarrollar la educación en tanto sólo ella entregará solidez al nuevo régimen
155
basado en los "derechos de la sociedad". De igual modo, y sin presentar
contradicción con lo planteado más arriba, declara ser partidaria de la revolución,
porque así es posible arrancar el poder de las manos de la oligarquía y convertir en
realidad el "ideal napista".
La Orden Socialista (OS), se fundó el 17 de octubre de 1931. En su
Declaración de principios, que reproducimos, plantea el establecimiento de un
nuevo orden en el que mediante la socialización de las tierras c instrumentos de
producción, se logrará la distribución equitativa de la riqueza. Tal sociedad
permitirá a todos sus componentes satisfacer las necesidades materiales y espiri-
tuales mínimas, y por ello, deberá reinar la armonía y él progreso. El principio
ideológico fundamental de la OS es el socialismo de estado, explicitado en los
manifíestos y "edictos" que reproducimos, y que será posible implantar por
intermedio de la dictadura de la cíase trabajadora, reemplazándose en consecuen-
cia el régimen capitalista por el "Orden Socialista".
El Partido Socialista Unificado (PSU), nace de la fusión del Partido Socialista
Revolucionario y del Partido Socialista internacional, en agosto de 1931. Se
define como un "partido de clase", cuyo cuerpo teórico está sustentado en la
"concepción materialista de la historia". Plantea la conquista del poder político
para los "productores", haciendo de este modo posible" la solución del problema
económico, ejemplificado por la dominación que ejerce la "clase parasitaria"
sobre los sectores laboriosos dé la sociedad. La liberación sólo se logrará con la
socialización de los medios e instrumentos de producción.
La Acción Revolucionaria Socialista (ARfe), quedó estructurada a comienzos
de 1932. La ARS se plantea como intérprete y representante de la opinión
mayoritaria del país, especialmente de los sectores populares evidenciados en el
gobierno de junio {república socialista). Manifiestan haberse organizado para servir
a la revolución socialista, único medio que posibilitará al país salir de la
desorganización y caos observado durante la última década.
Finalizando el capítulo hemos decidido transcribir la declaración del
secretariado del Frente Único Socialista, organismo que representa el prir^er paso
concreto dado por las distintas agrupaciones socialistas, que culmina con la
fundación del PSCh, Además, añadimos la Declaración de principios y el Acta de
fundación de esta nueva colectividad que emerge a la escena política nacional.
156
►
I
I
i
Marmaduke Grove Valhjos
SE HA FORMADO EN
SAN FELIPE EL PARTIDO
SOCIALISTA MARXISTA.
MANIFIESTO
Agitaciótt. Aconcagua. iV" 2
(}6.VII.¡931),pígs.2 3.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
£1 Pürtido Socialista es un paitidu de clase
que intenta coliesiuiiur y educar política-
mente a los obreros, empleados y profesiona-
les que en este momento viven al ma.rgen de
toda acción política y de lucha de clases o
que RÚlitan equivocadamente en los partidas
políticos burgueses. Por este medio aspira ;á
conseguir que estos elementos se di&cipíinen
en la lucha por conquistas económicas que
son la base de las conquistas políticas y
culturales. Y quiere que estos elementos
lleguen así a estar preparados para que en la
hora oportuna reconozcan como única fila la
de aquellos que luchan por la implantación
del socialismo integral.
POSICIÓN DOCTRINARIA
Nuestro f'artido acepta como doctrirta. el
Socialismo Marxista. La doctrina socialista
marxista para este partido deberá ser practi-
cada en uni sociedad fiítura entregando el
poder a los sindicatos de ciase.
A través de la lucha de clases en el
momento presente tendemos at estableci-
miento de una sociedad sin clases.
Queremos que, sobra la base de la solu-
ción previa del problema de ia producción,
se realice la fase ulterior de la aspiración
socialista, que es alcartzar la liberación del
individuo.
Este partido declara que estará siempre en
la oposición mientras dure el régimen capita-
lista y que en ningún momento suscribirá
alianzas con los partidos burgueses.
CONQUISTAS INMEDIATAS
1. Desconocimiento de la Deuda Pública
Contraída a partir del estabiecimiento de la
dictadura militar.
2. Solución del problema de la cesantía
mediante la confiscación inmediata de las
tierras improductivas y el establecirriieiito de
las cooperativas de producción agrícola.
3. Establecimiento del salario mínimo y
reducción de la jornada de trabajo a 6 horas.
4. Decomisación de las fortunas y bienes
raíces de los funcionarios y adeptos del
régimen militar, cuyo origen, mediante pro-
ceso público y ante un Tribunal de Sanción
Nacional, no puedan explicar,
5. Limitación de ta propiedad raíz a aque-
lla extensión que un padre de fiunilia, en
unión de ella, pueda cultivar.
6. Nacionalización por el Estado de todas
laí fuentes primarias de producción; Salitre,
Carbón. Minerales, Gas, Electricidad.
7. Dictación de leyes que prohiban la
entrega al capitalismo extranjero de la explo-
tación de las riquezas del subsueio, caídas de
agua, etc.
8. Supresión progresiva de las tuerzas de
mar y tierra. Supresión de todo crédito de
guerra. Disolución del Cuerpo de Carabine-
ros y su reemplaío por una Policía de Orden.
Clausura inmediata de las Escuelas Militares
y Navales, Luchará al mismo tiempo porque
se establezcan iguales conquistas en los de-
más países.
9. Solución del problema de los arriendos,
empe'iíando por una moratoria general.
10. Solución inmediata del problema de
la compraventa de los sitios a plazo y de
arrendamiento de terrenos.
11. Impuesto al capital financiero.
12. Entrega de la fundación educacional a
las organizaciones magisteriales, dando la
debida injerencia en el estudio de los proble-
mas educacionales y en la dirección de las
escuelas a los delegados de los estudiantes.
13. Igualdad de derechos civiles y políti-
cos para la mujer,
14. Establecimiento inmediato del divor-
cio, con disolución del vínculo.
15. Supresión del régimen presidencial y
su reempla:£o por una cámara tínica legislati-
va y ejecutiva a la vez que elija de su seno un
Cuerpo Colegiado,
1 6. Dictación de leyes contra el avance de
los imperialismos económicos extranjeros.
17. Socialización completa del Derecho.
18. Derogación del actual Código deE Tra-
bajo y revisión completa de todas las leyes
sociales.
157
"MANIFIESTO DEL
PARTIDO SOCIALISTA"
La Verdad. Órgano oficial del Partido
Socialista (Marxista).
m i (09.]X.31),pág. 2.
Compañeros:
El capitalismo cuyas crisis mundiales y
parciales frecuentes, periódicas, han tenido
la rara virtud de poner en claro íu débil y
enfermiaa estructura, ensayará todavía el
empleo de nuevos desesperados recursos (ta-
les como el de la dictadura militar que acaba
¿e caer) para ocultar a las masas su avance
creciente hacia el ocaso definitivo. Todavía
podrá engañar una vez más al mundo, recu-
rriendo a una nueva guerra de exterminio, de
proyecciones nunca igualadas, para desviar la
inocente atención del proletariado sin educa-
ción política hacia enemigos imaginarios. Así
acostumbra resolver el capitalismo las deso-
cupaciones obreras, la cesantía, hambre de
millones y millones de seres arrojados perió-
dicamente a la desesperación por las crisis
industriales y agrícolas del sistema capitalis-
ta. Todavía, empleando la mentira de sus
agentes oñciales, podrá mostrar a las masas,
como causa de tales fenómenos, el odio del
país vecino al cual es necesario atacar y
exterminar. Así lo ha solucionado aparente-
mente sus propios errores. Decimos aparen-
temente, porque la guerra última, servida y
amparada hasta por los socialistas traidores
de toda la Europa, no ha hecho sino abrir,
mostrar al desnudo las llagas de su precipita-
da descomposición,
Dentro del régimen capitalista en el cual
una minoría opresora, que ha llegado a ser
abúlica, se ha apropiado la tierra, las maqui-
narias,, herramientas y útUeS de trabajo, sino
también a atar a] yugo de una explotación
creciente e ignominiosa a toda su descenden-
cia.
Iníitilmente han esperado los productores
que ia migaja de las leyes sociales que jamás
podrán cumplirse, directa o indirectamente
por los capitalistas, pusiera fin a sus males.
Uno tras otros los gobernantes burgueses
han explotado no sólo nuestra paciencia sino
hasta nuestros mejores anhelos de servir leal-
mente la causa de los trabajadores que for-
man la verdadera opinión públitít, porque
son los que. de verdad, hacen el destino de
los pueblos y escriben con su sacrificio la
historia de la humanidad. El afán desmedido
de beneficio agregado al acaparamiento siste-
matizado de los medios de producción, ha
convertido a toda la humanidad en una
enferma atada a los' pies del organismo lepro-
so del capitalismo internacional.
Ahora estamos en el período álgido de la
última crisis de esta sociedad llamada de
orden y que no es sino la sociedad del caos,
de la miseria frecuente y del desorden. Millo-
nes de hombres fueron sacrificados en una
guerra infernal y culpable para asegurar la
paz del mundo. Millones y millones de hom-
bres caen otra vez bajo la garra de una guerra
mucho más inhumana, mucho más implaca-
ble: la desocupación mundial con su cortejo
de diarias angustias y de muertes anónimas.
Frente a este enerrdgo común que está en
todos los rincones del mundo, es una trai-
ción y una cobardía permanecer indiferen-
tes. ¿Es que hay honradamente alguien que
pueda serlo? ¿No amenaza el hambre a todos
los hogares, no ameniza una nueva guerra a
los hombres de todas las latitudes? Y nues-
tros países, esclavos económicos, víctimas
del imperialismo económico del extranjero,
factorías del capitalismo financiero interna-
cional. Condenados ya a años y años de
trabajo y de miseria forzados para pagar
deudas que los productores no autorizaron,
¿se han cíe salvar con las declaraciones inge-
nuas y entusiastas de nuestros gobernantes?
Ellos saben que el enemigo está entre ellos
mismos, qye echa raíces en sus propias filas.
¿Hasta cuándo lo ocultan? ¿Temor, bajeza
o cinismo ?
Nosotros no inventamos la realidad actual
que la sufren y la sienten todo.s los hombres.
Y nuestro partido no ha intervenido política-
mente en la creación de estos fenómenos y
no tiene porqué encubrirlos. Ahí está el
fruto de la democracia: decadencia económi-
ca por agotamiento de las fuentes de produc-
ción; un sistema educacional que no hace
hombres para el trabajo, sino para el exa-
men; miseria política, cristalizada en el ac-
tual Parlamento que no tiene procedenci»
popular, y prostitución moral manifestada
en la debilidad del gobierno para detener al
cidpable máitimo.
Un pueblo hambreado no puede ser dig-
no. Y serán • inútiles las proclamas y las
isb
metafísicas recetas morales. Los esclavos
económicos no pueden ser políticamente
libres- No serán libres aunque así lo declaren
algunos políticos deshonestos. O algunijs go-
bernantes que ensayan por milésima vez sus
gastados e inútiles procedimientos. O algunas
sendas individualidades limitadas por un
egoísmo sin medida.
Estamos cansados de la canción agorera de
la democracia burguesa. Creemos en una sola
democracia. £n la democracia sin capitalistas.
En la democracia con una sola clase social, Li
clase de los productores. Nosotros no quere-
mos el poder dentro de este orden económico.
Dentro de la sociedad burguesa el poder polí-
tico es un órgano y un medio de corrupción y
fracaso.
Nuestro partido declara una vez más que su
labor primordial Será el robustecimiento de
los sindicatos de clase.
Construiremos una sota fuerza al lado de
los oprimidos y levantaremos una sola ban-
dera; el estüblecimietito de la República So-
cialista. En ella, desaparecido el problema de
la desigualdad económica de los productores,
que Sé traduce en la opresión política y en li-
mitación cultura!, en eila y sólo en ella po-
dremos convertir el trabajo efi alegría y la
justicia en lema común. Aceptamos momen-
táneamente la lucha electoral, como un me-
dio de disciplinar y organizar nuestras fuer-
zas, pero es la transformación radical del ré-
gimen de producción económica la mira que
verdaderamente nos interesa.
No somos utopistas, pero tampoco sere-
mos reformistas. La realidad social será nues-
tra consejera inteligente para indicarnos los
mejores caminos. Para no olvidar nuestros
fines, tenemos principios.
Una bandera de combate en íos momen-
tos actuales es nuetro programa mínimo.
Nuestro partido llama a reconocer filas, a
estudiar y a luchar en su seno a todos los
hombres y mujeres de Chile, que siendo
productores acepten nuestra doctrina. Sabe-
mos que la democracia que fracasó con sus
partidos políticos y después con su órgano
de defensa más querido, el ejército, puede
todavía permitirnos respirar otro poco de
opresión, ya que no podrá solucionar defini-
tivamente ningún problema, Para evitarlo una
fuería doctrinaria disciplinada, inteligente,
poderosa, nos es necesaria.
Por el Partido Socialista.- Osear Alva-
rez. Ramón Alzamora,- Tomás Huitado.-
Carlos Matus.- Genaro Torres.- Eliodoro
Domínguez.- Arturo Salces.
MENSAJE AL PUEBLO
DE CHILE DE LA 'NUEVA
ACCIÓN PUBLICA"
Justicia. Valparaúo. W 2
(22.1111. Í9jl),pág. 1.
Una ineptitud de treinta años, tumbo tras
tumbo, ha producido por fin el descalabro
moral, ideológico, económico y social, de la
República. Existen, sin embargo, fuerzas sa-
nas e incontaminadas, que enlazadas estre-
chamente a la juventud y al pueblo, podrán
reconstruir a la Nación.
A ellas toca ahora la grave tarea de afron-
tar las difíciles circunstancias y de recons-
truir el país sobre bases de honestidad, efica-
cia y justicia.
Los buenos elementos, los que trabajan,
los que sufren, los que experimentan en
carne propia los errores de los dirigentes,
están profundamente hastiados y desilusio-
nados de los antiguos partidos, de sus eter-
nos y elocuentes personeros y caudillos mili-
tares. No quieren promesas mesiánicas; sólo
quieren realidades constructivas y progresis-
tas. Comprenden también que estas aspira-
ciones sólo pueden alcanzarse mediante la
agrupación de los hombres sanos alrededor
de ideas sanas, que se lleven a la práctica
firmemente.
Este es el origen y el objeto de la "Nueva
Acción Pública", que formada por la juven-
tud y el pueblo de Chile, y en consorcio con
las juventudes y pueblos de Hispanoamérica,
luchará enérgicamente por el restablecimien-
to moral y económico de la Nación y por !a
liberación de los trabajadores de la inteli-
gencia y del brazo,
No se trata de una mera agrupación polí-
tica, sino de una asociación civilista, militan-
te, cultural y sindical que, despreciando los
añejos prejuicios y odios de clases, mira al
fondo de lo^ problemas y ve su solución.
Trabajadores intelectuales y manuales,
vosotros, los explotados de todos los regíme-
nes, chilenos de verdad, unios a nosotros en
la grande obra de la reconstrucción nacional.
159
Desafiemos y venzamos las artimañas de lo
afSejo y el escepticismci ie los indiferentes.
¡Paso a la "Nueva Acción Públi-
ca"! ¡Paso ala "N.A.P,"!
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
DE LA N.A.P.
MENSAJE AL PUEBLO DE
CHILE DE LA "NUEVA
ACCIÓN PUBLICA"
(CONCLUSIÓN)
Justicia. Valparaíso. NO 3
(01JX.193í),págs. 2-3.
"La Nueva Acción Pública" es fuerza ejecuti-
va de juventud y pueblo, organizados como
institución civilista y militante, sometida a
un ntmo vital de constante evolución.
Proclama que el hombre tiene derecho a
vivir para alcanzar su completo desarrollo
físico, intelectual y moral, y debe producir
para satisfacer sus necesidades y contribur
proporcionalmente a ías de la sociedad, sin
ser esclavo de la producción.
Afirma que la educación debe habilitar al
hombre para alcanzar dicho desarrollo inte-
gral y para se^ útil a la comunidad.
Propende a la dígiíifieación de la familia
como salvaguardia del futuro económico,
cultural y moral del individuo, y por conse-
cuencia, de la Nación.
Reclama la defensa del niño y de la raza,
el combate a las enfennedades y vicios que la
minan, y el perfeccionamiento de la legisla-
ción de! trabajo, previsión y asistencia social.
Propicia la Ubre agrupación profesional de
los trabajadores del cerebro y del músculo.
Tiende a corregir los defectos de la actual
organización económico -socia] y a reempía
zar progresivamente e! desorden y desequi-
librio existentes, por un orden y equilibrio
que culminen en ía socialización de los me-
dios de producción.
Sostiene que el poder público debe ser
una fuerza inteligente que oriente, guíe,
regule y aimonice todas las actividades del
pueblo.
Aboga por el mantenimiento de la unidad
política de la Nación, sitt perjuicio de procu-
rar la más amplia descentralización adminis-
trativa para dar vida económica efectiva -i las
provincias.
Anhela que el país conquiste su completa
independencia económica y se baste a sí
mismo.
Su campo de acción próxima es la Patria.
Más allá de sus fronterast el Continente
[ndoamericano y la Humanidad.
La NAP une a sus miembros por los
vínculos todopoderosos de !a libertad y de la
fraternidad, que desea extender a los pueblos
y a los hombres, y que completa reconocien-
do la jerarquía del mérito y de la disciplina
en la idea y en la acción.
Con respecto al momento actual:
La NAP sostiene la necesidad de la unión
efectiva de los elementos civiles, especial-
mente ia inmediata de los sindicatos profe-
sionales, y de una candidatura presidencial a
base de un programa que concuerde con su
declaración de. principios.
PROGRAMA DE ACCIÓN INMEDIATA
1. Salvación impostergable del contribuyen-
te, liberándolo del peso inerte del complica-
do organismo tributario actual, que debe
substituirse por un sistema más simple, livia-
no y equitativo, que permita la convalecen-
cia de las fuerzas productoras del país.
. 2. Inauguración de una gran jornada de
cooperación social, auspiciada por e! Estado,
con el fin de dar trabajo, comida y techo a
los desocupados de la clase media y del
proletariado.
3. Solución del problema de la deuda
externa, aliviando al país de su peso insopor-
table.
4. Procurar 1» elasticidad del circulante
para aliviar las actividades productoras, sin
160
I
quebrantar el valor de la moned»,
5. Dirección técnica de las fuerzas econó-
micas del p-AÍa, de acuerdo con un plan <}ue,
partiendo de la realidad actual, abarque en
forma escalonada el proceso integral de la
producción, circulación y distribución, y que
tenga por finalidad la organización racional
de U industria y de la agricultura sobre la
base de estudios de coitos de la producción
que aseguren un incremento constante de la
renta nacional, y la expansión de la riqueza
en el mercado interno y externo.
6. Coordinación general de los rnedios de
transportes terrestres, fluviales y marítimos,
teniendo por base el programa genera! de
expansión económica nacional y las caracte-
rísticas de especiaíización de las diversas
zonas productoras del país.
7. Perfeccionamiento del crédito agríco-
la, industrial y minero, haciéndolo fácU,
abundante y barato.
8. Represión de la especulación, combate
de los intermediarios inútiles, procurando
establecer un régimen de distribución de los
artículos alimenticios de primera necesidad,
como servicio social cooperativo controlado
por el Estado.
9. Simplificación de la Administración
Pública, dando a las provincias servicios des-
centraliíados y facultades de fiscalización.
10. Inauguración de un régimen riguroso
de reserva y garantía para el Estado de las
fuentes de riqueza del mar y del aire, de los
ríos y montes, del suelo y del subsuelo,
11. Ayuda decidida a los agricultores que
trabajan; implantación de impuestos progre-
sivos a las tierras cultivables e inexplotadas;
formación de agricultores eficientes y protec-
ción de arrendatarios y aparceros progresis-
tas.
12. Reemplazo de la conscripción militar
obligatoria por cuerpos cívicos voluntarios
en que los oficiales y suboficiales de las
fuerzas armadas instruyan a los ciudadanos,
13. Resguardo de la Educación Pública
de experimentaciones improvisadas o de re-
formas precipitadas, a fin de crear una at-
mósfera serena de estudio que permita consi-
derar los problemas de fondo de la enseñan-
za primaria, secundaria, técnica y superior,
para obtener el perfeccionamiento integral
de los educandos, su aptitud técnica y eco-
nómica y la respetabilidad y estabilida-d del
magisterio.
14. Mantenimiento y perfeccionamieiito
de la le^slación del trabajo, asistencia y
previsión social, como una etapa inicial de la
era en que las clases trabajadoras tengan las
posibilidades económicas y de bienestar que
les corresponden en una organización nacio-
nal de la economía,
15. Implantación de una legislación que
proteja y dignifique las actividades familia-
res, productivas y cultural de la mujer y que
le asegure una justa independencia y respeta-
bilidad,
16. Ampliación de la legislación de nne-
nores, investigación de la paternidad y adop-
ción; protección a las madres viudas y solte-
ras.
17. Asistencia social obligatoria preferen-
te del Estado y previsión social impuesta
legalmente a los ciudadanos; independizán-
dola efectivamente de la Caja fiscal.
18. Protección de la maternidad, de la
infancia y de la raza, combate del alcoholis-
mo y de las enfermedades sociales.
19. Independencia efectiva del Poder Ju-
dicial del Ejecutivo y Legislativo, a fin de
resguardar ta libertad de los ciudadanos,
20. Impulsar decididamente la abolición
de las clases sociales por medio de la dignifi-
cación del trabaja, extensión de la cultura,
respeto a las conciencias y establecimiento
de la escueta primaria única del Estado.
21. Restauración de la autonomía muni-
cipal.
22. Iniciación de una gran campaña sud-
americana para que, con la cooperación de
la^ fuerzas afines de la juventud y del pueblo
de nuestro continente, se concreten las fór-
mulas de una política de realizaciones prácti-
cas de cooperación internacional indoameri-
cana,
ORGANIZACIÓN
La NAP está formada por elem_entos selec-
cionados, independientes y sin taras políti-
cas de la juventud y del pueblo. No es una
iniciativa circunstancial, sino la germinación
de un movimiento extendido desde hace
cerca de un año a todo el país. Su acción
tiene cuatro aspectos: cultural, militante,
político y sindical.
Precisados ampliamente los aspectos
161
anotados en la próxima Convención General
d* la NAP, diferenciándose de las organiza-
ciones políticas existentes, realizará una acti-
va labor cultural constructiva por intermedio
de sus sindicatos y por organismos de sólida
especiaÜzación, tales como la Academia, la
Universidad Social y el Instituto Técnico
Económico. El aspecto sindical se manifiesta
en organizaciones profesionales libres, y el
militante y político an cuerpos disciplinados.
En cada localidad existe un Comité Ejecu-
tivo, que se subdivide en Comités Político,
Sindical, Militante y Cultural, que rigen su
respectiva actividad. El Comité Ejecutivo
coordina y dirige el coJijunto de las activida-
des. En Santiago existe además, un Comité
Central Ejecutivo.
Quien desee ingresar a la NAP debe indi-
car por escrito y bajo su firma, edad, profe-
sión u ocupación, si está o no inscrito, su
conformidad con la declaración de principios
y antecedentes personales. El Comité Ejecu-
tivo respectivo acepta o rechaza la solicitud.
Por el Comité Ejecutivo de Santiago:
Eugenio Matte H., Claudio Arteaga I., Jorge
Schneider L,, Carlos Alberto Martínez, Die-
go Guzmán, Manuel Segundo Lillo, Dector
Waldo Vila, Guílletmo Izquierdo Ataya, Lui;
Quiroga, Filoromo Vásquez, Luis Rojas, Al-
berto Patino Mac-lver, Enrique Mozo, Rene
Court, Alfredo Weber, Isaías Maturana M.,
Luis Pray, Luis Ignacio Pérez, Jfuan Ortiz de
Zarate, Humberto Miranda, H. Carvajal, A.
Peyresblanquez y M. Piva.
Por el Comité Ejecutivo de Valparaíso;
Luis Thayer Ojeda, Alfredo Betteley y Juan
B, Soto.
Por eí Comité Ejecutivo de Concepción:
Robei'to Quinlan, Lus A, Ramos y Teodoro
fiel mar.
Por el Comití Ejecutivo de CbilUn; Doc-
tor José Binimela.
Por el Comité Ejecutivo de Curicó: Anto-
nio Court y Rudolf Ravanal.
Por el Cornité Ejecutivo de San Antonio:
Juan Segovia,
Por el Comité Ejecutivo de Los Angeles;
Miguel A, VittinL
Por el Comité Ejecutivo de Collipulli:
Carlos Rebolledo.
(Siguen las firmas por los repre.sentes
autorizados de los conútés restantes del
país).
POR QUE SE LLAMA
NUEVA ACCIÓN PUBLICA
Acción, Órgano de la Universidad Social
de la Nueva -"Iccíoh Púhlic-a. Santiago.
_No i (02,Vl.32},pág. i.
Porque contrariamente a lo que han iiecho
los partidos políticos, que tratan de imponer
una ideología, esté o no de acuerdo con las
realidades, la NAP liace la s«ya basándose en
las necesidades y realidades del momento
actual, lo que la hace ser profundamente
evolutiva.
Porque no quiere que sus finalidades se
queden en el pape! mientras el partido se
preocupa sólo de ía política y de las gran-
jerias del Gobierno, como ocurre general-
mente, sino que quiere hacerlas rápidamente
realidades, por medio de sus tres organismos
principales. Poder Inteligencia, Poder Volun-
tad y Poder Armonía.
Porque la lucha social y cultural que' en
estos momentos realiza y seguirá realizando,
no está destinada a favorecer solamente a sus
partidarios y simpatizantes sino que a todos
los <;hiienos, principalmente a las clases tra-
bajadoras, y por eso tiene abiertas sus puer-
tas para todos los que se interesen por la
obra de reivindicación social.
LA NAP Y EL
ESTADO SOCIALISTA
Revolución. Talca. U.E, N<^ i
(í2.Vl.32),phg.í.
Silencios arríente nuestra querida y activa Ins-
titución ha contribuido al derrumbe de los
antiguos moldes que encausaban las activida-
des públicas de este suelo. Laboró y constru-
yó un programa que en la actualidad es el
que ha prometido cumplir fielmente la Junta
de Gobierno que preside y que dirige los
destinos de la nueva República Socialista.
/Ülá en los puestos de mayores responsa-
bilidades nuestro compaftero Eugenio Matte
impone los principios de redención social
Canto tiempo anhelados, tantas veces olvida-
dos por los antiguos dirigentes del Gobierno
y coopera junto con Carlos Alberto Martínez
y otros al afianzamiento definitivo de nues-
tro programa de acción que cristaliza sintéti-
camente en el programa que el Gobierno ha
162
ofrecido a la consideración y ¡J estudio de
este pueblo.
No debemos por un insta^nte dar cabida ni
a vacilaciones ni a temores, debemos luchar,
simplemente luchar, coordinando nuestros
cotnunes esfuerseos al afianzamiento de las
nuevas conquistas alcanzadas porque debe-
mos tener presente sübre todos los riapistas
que nuestra tendencia se llama: NUEVA,
porque contrariamente a lo que han hecho
los partidos políticos, que tratan de imponer
una ideología, esté o no de atuerdo con las
realidades, la Nap hace la suya basándose en
las necesidades y realidades del momento
actual, lo que la hace ser profunda y esen-
cialmente evolutiva; ACCIÓN, porque no
quiere que sus finalidades se queden en el
papel mientras el partido se preocupa sólo de
la política y de las granjerias del Gotierno,
como ocurre generalmente, sino que quiere
li acerías rápidamente realidades, por medio
I de sus tres organismos principales, Podtr
Inteligencia, Poder Voluntad y Poder Armo-
nía; PUBLICA, porque la lucha social y
cultural que en estos momentos realiza y
seguirá realiiando, no está destinada a favo-
recer solamente a sus partidarios y simpati-
zantes sino que a todos los chilenos, princi-
palmente a las clases trabajadoras, y por eso
tiene abiertas sus puertas para todos los que
se interesen por la obra de reivindicación
social,
Los ideales nunca mueren, larga y penosa
suele ser k jornada de los que en ellos se
alienten para llevarlos hasta la cima del
triunfo. Momentáneamente pueden sentirse
vacilaciones pero los que han llegado a hacer
de ellos uno de los aspectos vitales de su
asistencia, tienen la obligación de miponerse
inte los desmayos, de luchar contra todo lo
(jue quiera hacerlos zozobrar en su noble y
grande tarea hasta alcanzar en definitiva el
triunfo anhelado.
En la actualidad los Napistas tenemos la
obligación de cooperar, dt alentar y de
unirse férreamente para conseguir la realiza-
ción del programa de nuestro partido, que es
la bandera de esta revolución, que ha hecho
de nuestro programa- un postidado de reden-
ción social.
N.
■apií
LA NAP PROPICIA:
Acción. Órgano de la Universidad Social de ía
Nueva Acción Pública. Santiago.
MO 2(11.VU!.32),pÁg. 1.
LA EVOLUCIÓN,
Porque su programa está basado sobre la
realidad que es eminentemente evolutiva,
realidad económica, realidad étnica, realidad
social,, realidad Ética. Los problemas, las
necesidades, las ideas, todo evoluciona a
medida que el mundo progresa, a medida
que el pensamiento humano ahonda en ei
misterio del Universo que nos rodea. Asimis-
mo los programas de los partidos, que son
una orientación colectiva, el cerebro común
de un gran grupo, deben adaptarse a estas
realidades, y no tratar de imponer ideologías
de otros tiempos.
LA EDUCACIÓN,
Porque comprende que no hay movimien-
to social sólido que no esté basado en un
fervoroso concepto que se haya hecho carne,
en la carne del pueblo. Así la democracia
liberal Ka vivido durante ciento cincuenta
anos, porque las gentes creían en unos dere-
chos del hombre, inconmovibles y respeta-
bles y que hoy es necesario hacer supeditar
por los derechos de la sociedad.
Esto significa formar un concepto nuevo,
CQn fuerza de persuación y calor de la vida y
para hacerlo hay que educar hondamente.
Para eso la NAP tiene Universidad, instituto,
Academia, Seminario, Propaganda, etc. Por
eso es educativa.
LA REVOLUCIÓN
Porque solo arrancando el poder de las
manos que quieren conservar los viejos con-
ceptos, es como puede hacerse una realidad
el ideal Napista, acelerando de ese modo la
educación del pueblo en las nuevas ideas y
llevando a la realidad lo más rápidamente
que la inercia social lo permita, los principios
que palpita en nuestro programa y las
realidades que impone la Justicia Social.
163
LA VANGUARDIA SOCIALISTA
Primer órgano de Chile de tendencias
socialistas. Santiago. N" 1 (ll.XIlJi),
pág. 5.
LA ORDEN SOCIALISTA HACE
DECLARACIÓN DE SUS PRINCIPIOS
LA ORDEN SOCIALISTA es una organiza-
ción doctrinaria cuya finalidad es el estable-
cimienco evolutivo de un nuevo orden, en el
cual, mediante la socialización de la tierra y
de los medios e instrumentos de producción,
impere un régimen de distribución de la ri-
queía que permita a todos los individuos que
conviven en sociedad, la satisfacción total de
sus necesidades materiales y espirituales, co-
mo base de la armonía y progreso sociales y
como medio de alcanzar la liberación inte-
gral del ser humano.
POSTULADO FUNDAMENTAL
La Orden Socialista declara que su principio
ideológico fundamental es el SOCIALISMO
DEL ESTADO, en razón de ser el más per-
fecto sistema de organÍ7,acÍón social que ha
producido la mente humana, en cuya virtud
sostiene:
POSTULADOS POLÍTICO- SOCIALES
Que el ESTADO SOCIALISTA es un orga-
nismo político, económico y social destina-
do a regir la sociedad civil, ejerciendo el
poder público con fines de proteger los dere-
chos sociales y naturales de los individuos,
de dirigir el progreso económico y cultural
de la comurádad y de encamar la perma-
nente evolución de sus instituciones funda-
mentales.
II
Que el Estado Socialista debe organizar la
sociedad en forma que el orden económico
esté constituido por una sola CI.ASE SO-
CIAL PRODUCTORA, cuyos miembros co-
laboren económicamente al bien común y al
progreso general de la Comunidad,
Ilt
Que es función esencial del Estado Socialista
organizar la PRODUCCIÓN, CIRCU-
LACIÓN, DISTRIBUCIÓN y CONSUMO de
los BIENES ECONÓMICOS, coordinando la
aplicación del TRABAJO a los MEDIOS DE
PRODUCCIÓN, repartiendo directamente
los PRODUCTOS resultantes y controlando
su uso ulterior.
IV
Que es función esencial del Estado Socialista
otganiíar la EDUCACIÓN E INSTRUCCIÓN
y proporcionarlas a todos los miembros de la
Comunidad, como un medio de conseguir, i
través del perfeccionamiento moral, inte-
lectual y físico del individuo, su integral
liberación económica, social y política,
V,
Que es función esencial del Estado Socialista
proporcionar TRABAJO a todos los iniem-
bros aptos de la Comunidad y proveer ala
organización económica de la existencia ¿t
los individuos inhabilitados para ejercerlo.
VI
Que es fvinción esencial del Estado Socialista
proporcionar a todos los miembros de U
Comunidad pertenencias residenciales o ha-
bitactonales en donde puedan desarrollar su
EXISTENCIA PRIVADA.
POSTULADOS ECONÓMICOS SOCIALES
Vil
Que siendo la TIERRA y sus MEDIOS DE
PRODUCCIÓN, el único ORIGEN de los
BIENES ECONÓMICOS requeridos pata sa-
tisfacer las necesidades humanas, no pueden
ser objeto de propiedad privada, y pertene-
cen exclusivamente al Estado,
VIH
Que siendo el TRABAJO, entendiéndose por
tal ta aplicación de las facultades mentales o
físicas del hombre a los MEDIOS DE PRO-
164
iUCClON, el atributo de que disponen los
dividuoE pacA alcanzar la satisfacción de
necesidades materiales y espirituales, no
líe ser objeto de EXPLOTACIÓN; y que
ítlstítuyendo el únito FACTOR de la PRO-
CCION, corresponden exclusivamente a
los individuos que io ejercen, la totalidad de
os BIENES ECONÓMICOS resultantes.
IX
m
Que siendo los INTRUMENTOS DE PRO-
UCCION aquellos BIENES ECONÓMICOS
e sin satisfacer directamente ninguna nece-
sidad humana, son producidos por el hombre
con el exclusivo objeto de aplicar adecuada-
mente sus facultades mentales y físicas a los
MEDIOS DE PRODUCCIÓN para crear
PROVISIONES, no pueden ser objeto de
propiedad privada, y pertenecen exclusiva-
mente al Estado.
tie siendo las PROVISIONES aquellos BIE-
lES ECONÓMICOS que satisfacen directa-
lente las necesidades materiales y esptri-
les del hombre, mediante su USO o CON-
JMO, no pueden ser objeto de ESPECU-
iCION, ni su suministro estar sometido a
ÍNCURRENCIA, en cuya virtud corres-
iinde exclusivamente al Estado, PRODU-
CIRLAS , de acuerdo con las necesidades de
1 Comunidad y DISTRIBUIRLAS entre sus
pifembros en relación al TRABAJO aportado
cada cual a su PRODUCCIÓN.
XI
je siendo la PRODUCCIÓN la creación de
JlENES ECONÓMICOS destinados a satisfa-
|«r directa o indirectamente las necesidades
Materiales y espirituales del hombre, y resul-
odo únicamejite de la aplicación de TRA-
PAJO a los MEDIOS DE" PRODUCCIÓN,
toda actividad que no incida en la aplicación
de las facultades mentales o físicas del hom-
bre a dichos MEDIOS, es ESPECULACIÓN,
y como tal, no puede participar de los PRO-
DUCTOS DEL TRABAJO.
XII
Que siendo el DINERO un medio para facili-
tar la CIRCULACIÓN y DISTRIBUCIÓN de
los BIENES ECONÓMICOS, corresponde ex-
clusivamente al Estado ecnitirlo en represen-
tación del VALOR de dichos BIENES, con
el objeto de retribuir a los individuos los
PRODUCTOS de su TRABAJO, enten-
diéndose por VALOR de los BIENES ECO-
NÓMICOS, la medida del TRABAJO aplica-
do i su PRODUCCIÓN.
MANIFIESrO DE LA
ORDEN SOCIALISTA
Lii Libertad. Santiago. N" t32
(01.U2), pág. 4.
La Orden Socialista es una organización doc-
trinaria cuyo principio ideológico fundamen-
tal es el Socialismo de Estado, en razón de
sei el más perfecto sistema de organización
social que ha producido la mente huniana.
Su ñnalidad es asumir la totalidad del Poder
Público, empleando los recursos evolutivos'
de acción económica, social y política a su
alcance, con el objeto de implantare! Orden
Socialista en substitución integral del Orden
Capitalista imperante.
Mediante la socialización por «1 Estado de
la Tierra y de los medios e irtstrumentos de
producción, el Trabajo^ intelectual o manual,
constituirá el único medio de existencia, y
los beneficios resultantes de su ejercicio se-
rán di s tribu id o ü íntegramente entre los indi'
viduos que lo ejercen. Terminará así la espe-
culación y explotación del hombre por el
hombre que el capitalismo tiene establecidas
como bases de su prepotencia y como facto-
res de enriquecimiento.
La Orden Socialista repudia totalmente
los hábitos y procedimientos de la política
profesional, derechista o izquierdista, que ha
imperado hasta ahora en el Gobierno del
Estado y considerando anacrónicas e incom-
patibles' con el Orden Socialista sus actuales
instituciones y organismos, sólo los acepta
transitoriamente como un medio evolutivo
para la realización de sus finalidades integra-
les.
Al tomar posesión de la suma del Poder
Público, para lo cual aspira reunir en sus filas
165
y bajo su ideología a todos los elementos
sanos y más capaces de las clases trabajado-
ras intelectuales y manuales de la sociedad,
resolverá sin mayor dilación, mediante la
aplicación de los principios de la Nueva eco-
nomía Política, los simples problemas de la
tiora presente, insolubles dentro de los c,on-
ceptos caducos y anticientíficos que in-
forman la acción gubernativa de las clases
dirigentes adictas al capitalismo-
Consciente de que el actual régimen e'co-
nóiTticO" social está en su crisis final y se
derrumba definitivamente bajo el peso de sus
creaciones artificiosas, de sus inepcbs y de
sus arbitrariedades, la Orden Socialista esta-
blecerá, a base de los postulados fundamen-
tales del Socialisrtfo de Estado, itn nuevo
orden, en el cual las aptitudes individuales
puestas al servicio de la comunidad el tínico
origen de sus jerarquías, y en que la satisfac-
ción total de las necesidades materiales y
espirituales del hombre, convertirán, en reali-
dad, la armonía y el progreso sociales y
liará.n posible la liberación integral del ser
humano.
El Comisario General
La Orden Socialista se compone de núcleos
autónomos de acción económica, social y
política, denoiTÜnados cap'ttttlos, formados
por un máximo de 36 tniembros. Los capítu-
los, a su vez, están constituidos por 12 célu-
las, compuestas de 3 miembros cada una.
Para forrttór parte de la Orden, tas perso-
nas que profesen su ideología deberán cons-
tituir capítulos independientes, o bien, ingre-
sar a cualquiera de los existentes, cuyo nú-
mero de miembros se encuentre incompleto.
Para constituir un capítulo basta con or-
ganizar una célula. Con este objeto deberán
reunirse a lo menos tres personas y suscribir
una acta de constitución, aceptando los prin-
cipios fundamentales, el programa integral y
el estatuto de la Orden.
El acta de CCrtstitución deberá ser elevada
al organismo fundador y directivo de la or-
den, denominado el colegio, a fin de que de
acuerdo con las disposiciones pertinentes del
estatuto, sea dictado el edicto correspon-
diente. En las provincias actuará en represen-
tación provisoria del colegio, un delegado
premunido de los poderes necesaiios.
EDICTO DE LA
ORDEN SOCIALISTA
La Libertad. Santiago. N^ i 45
(i4.L32],pág.2.
La Orden Socialista, ante la situación políti-
ca, económica y social porque atraviesa el
país, declara:
l.o— De acuerda con los principios que
informan su ideología, se identifica con el
proletariado manual e intelectual en sus aspi-
raciones de reivindicaciones económica, so-
cial y política y considerando que la causa
profunda de la Crisis que afecta a toda 1*
humanidad, es inherente al régimen capitalis-
ta imperante, concuerda enteramente con el
sentir de las clases trabajadoras al estimar
que los problemas de la época presente no
podrán resolverse definitiva y permanen-
temente sino mediante la substitución com-
pleta del actual Orden económico— social, a
base de la implantación del Estado Socialista
y del desplazamiento total del Poder, de las
clases llamadas dirigentes que hasta ahora lo
han ejercido.
l.o— Las fuerzas reaccionarias sostenidas
por el capitalismo nacional y cosmopolita
que han asumido el Gobierno del Estado, al
orientar, como era fácU presumir, abierta y
descaradamente su actuación gubernativa a
consolidar su precaria prepotencia política y
económica, -mediante ia imposición legal de
medidas dirigidas exclusivamente a someter a
una inicua expoliación material a las clases
trabajadoras, intelectuales y manuales de la
sociedad chilena y empleando COmo único
recurso para sostenerse, la represión coerci-
tiva de las ideas y de las opiniones, ha agota-
do la paciencia del país. La lucha final sin
tregua entre el Capital y el Trabajo ha queda-
do declarada y no deberá terminar hasta que
los genuino: representantes del pueblo, inspi-
rados en las nuevas ideologías sociales, asu-
man directamente la totalidad del Poder Pú-
blico.
3.0— La Orden Socialista, desligada de
toda combinación política existente, repu-
diando los procedimientos y los hábitos de la
política histórica derechista o Izquierdista
que ha hundido el país, inspirada en los
nuevos principios económicas, sociales y polí-
ticos de organiíación y gobierno del Estado y
consciente de que sólo a través de la estrecha
166
unión bajo una aola directiva de los elemen-
tos sanos que viven del ejercicio de su trata-
jo, podrán verse convertidis en realidad los
ideales que los inspiran y evitarse así el de-
rrumbe definitivo de nuestra colectividad so-
cial por la miseria y la esclavitud, hace un
solemne llamado a los eíementos genuinos de
trabajo intelectual y manual para aunar sus
esfuerzos bajo un sólo principio ideoló^co:
el SOCIALISMO DE ESTADO, y bajo un
sólo propósito de acción inmediata: LA
CONQUISTA TOTAL DEL PODER PUBLI-
CO.
4. o— Finalmente la Orden Socialista lla-
ma la atención a los elementos trabajadores
del iiitele<:to y del músculo hacia el peligro
que envuelve para la realización de sus a:ipi~
raciones integrales, su unión o acción con-
junta con los elementos poii'ticos que coní-
tituyen las IZQUIERDAS HISTÓRICAS del
país, cuyos principios y programas son una
mera transacción con el capitalismo en ma-
teria ideológica y cuyos elementos directi-
vos, por sus resabios de doctrinarismo bur-
gués, no son ^rancia de que &\ llegar al
Poder sabrán comprender que ha llegado la
hora de cambiar desde sus cimientos podri-
dos el actual orden de cosas.
El Colegio de la Orden Socialista
ORDEN SOCIALISTA
La Libertad. Santiago.
NO Í57(l6.l.i932),pág. 2.
EDICTO NO 2
1. Las clases reaccionarias que ejercen el
Gobierno deí Estado, continúan abierta-
mente desarrollando e intensificando su pre-
meditado plan de represión coercÍ;tÍva de las
ideas y de expoliación mora! y material de
las clases trabajadoras intelectuales y ma-
nuales de la sociedad. Dispuestas a mantener
a toda Costa una prepotencia política a que
sus fracasos, su inepcia y su amoralidad de
cincuenta años no les da derecho, han orien-
tado toda su acción gubernativa a proteger
los intereses usureros de las cla^ies parasita-
rias de la sociedad y a fomentar. la explota-
ción indefinida del trabajo por el capitalismo
nacional y extranjero que mantiene precisa-
meate postrado el país, pensando que es
posible reconstruir la economí» nacional *-
base de reducir las clases realmente útiles y
productoras de la sociedad, a la más inicua
esclavitud económica que se ha conocido en
el curso de nuestra historia,
2, El caos económico y moral que azota
al mundo, es un fenómeno inherente al
régimen capitalista en que se basa la organi-
zación actual de la sociedad, cuyo principio
fiindamental es la explotación del trabajo
humano en nombre y mediante la absurda
invención del derecho de propiedad privada
individua! sobre la tierra y los medios de
producción. Los problemas que tiene por
delante la humanidad, la miseria general, la
creciente cesantía, la paralización de las acti-
vidades productivas, el hambre, todo el pavo-
roso cuadro de desastre y de dolor en que se
debate son generados inevitablemente por el
sistema capitalista, y en consecuencia, no
podrán resolverse en forma permanente y
satisfactoria, en el grado actual de progreso y
civilización alcanzado por el mundD,sino a
base de cambiar desde sus cimientos el actual
orden económico-social, y esto no podrá
conseguirse sino mediante la conquista de la
totalidad del Poder Público por las clases
actualmente explotadas de la sociedad, cons-
tituidas por los trabajadores intelectuales y
manuales.
3. La Orden Socialista, ante la situación
delineada y ante la manifiesta incapacidad de
las clases que se llaman a si mismas dirigen-
te?, para comprender siquiera los problemas
que deben resolverse, hace un llamado a sus
Olas a los trabajadores del intelecto y del
músculo, obreros, empleados, profesionales,
profesores, industriales explotados, y en ge-
neral, a los elementos sanos conscientes e
idealistas de la sociedad que profesen su
ideología, y que constituyen las verdaderas
fuerzas vivas de la nación, con e) objeto de
organizarse bajo la doctrina pura, integral y
cientíñca del Socialismo de Estado trazada
clara y precisamente por Marx, Engels y
Lenin, y constituir una fuerza m'oral y mate-
rial poderosa, cohesionada, capaz de tomar
el Poder Público y de resolver definitiva-
mente los graves problemas que sin solución
hasta ahora, amenazan sutnit por generaciones
en la obscuridad y en la miseria a un país
pletórico de riquezas naturales y dotado de
167
to¿as las condiciones para alcanzar grandes
destinos.
4. La Orden Socialista no acepta conco-
mitancias con los partidos políticos, sean
derechistas o iiquierdistas, y busca su fuerza
moral y material en los elementos no conta-
minados con resabios de doctrínarismo bur-
gués, consciente de que s6Io mediante la
instauración del Estado Socialista Irttegral,
basado en la abolición de la propiedad priva-
da de la tierra y de los medios de producción
y en el ejercicio jerárquico del poder por los
elementos más aptos seleccionados de las
clases trabajadoras, será posible librar a la
humanidad del estado miserable en que la
mantiene el absurdo régimen capitalista im-
perante.
El Comiíario Genera}
EDICTO DE LA
ORDEN SOCIALISTA
La Libertad. Santiago.
NO 20(16.in.i932),pág. 2.
A LOS TRABAJADORES INETELECTUALES
Y MANUALES DE CHILE
Seis meses de entronización en el gobierno
del Estado de las clases capitalistas oligárc^ui-
cas y burguesas que llegaron al poder en
medio del desconcierto que produjo la caída
de la dictadura, han bastado para demostrar
una vez más la absoluta incapacidad de los
elementos que las forman, y la imposibilidad
de que puedan ser resueltos los graves proble-
mas actuales, mientras permanezca en SUs
manos la gestión de los negocios nacionales.
Estrechamente vinculadas ala banda de explo-
tadores nacionales y extranjeros que han es-
trujado el país, las castas gobernantes han
orientado toda su actuación política a prote-
ger sus propios interesen y los de sus mandan
tes, sometiendo a las clases verdaderamente
productoras de la sociedad, a la más inicua
expoliación de que ha memoria. Amendren-
tando a la opinión pública con supuestos
levantamientos y conspiraciones, pretenden
conservar, mediante la persecución de las
personas y la represión coercitiva de las
ideas, una prepotencia política y social que
se derrumba sola, bajo el peso de la inepcia y
de la podredumbre que le sirven de base.
¡Trabajadores intelectuales y manuales
Chile! Debéis hacer Saber a las clases parasi-
tarias que gobiernan, que las fuerzas vivas V'
sanas de la sociedad que vosotros constituis,
no están dispuestas a permanecer indefinida-
mente indiferentes ante la inepcia con que
los explotadores de siempre y sus dócileij
instrumentos políticos, conducen e! país a.'
su rubia definitiva y someten a una infamanJ
te esclavitud, al pueblo que es dueño de uno!
de los territorios más rjcos de la tierra. Ha
llegado el momento de declarar públicamen-
te que las clases intelectuales de Chile desco-
nocen la pretensión de las castas capitalistas:
ol^rquicas y burguesas de creerse dueñas
del país, y de oponerse al avance de las
nuevas ideas y al acceso al poder de las clases
trabajadoras. Las clases trabajadoras intelec
tuaies y manuales de Chile, conscientes de^
las verdaderas y profundas causas de la crisis
económica y moral en que se debate la
bumanídad, se proponen, precisamente, asu-
mir el gobierno del Estado, con el objeto de
extirpar dichas causas de raíz.
¡Trabajadores intelectuales y manuales de
chile! Haced saber a las clases capitalistas,
que el trabajo es el único factor creador de la
riqueza que repudiáis la absurda mistificación
de que hasta ahora habéis sido víctimas, de
que es necesario el capital para producir tos
bienes económicos requeridos para la satis fac-
ción de las necesidades humanas, que ya no
ignoráis qiíe es precisamente el capital y el
nefasto sistema económico, social y político
que en él se funda, el que ha permitido
expoliar por siglos a ía especie humana, apro-
piándose de los productos del trabajo ajeno
y conduciendo a manos de unos cuantos
audaces, la totalidad de los beneficios resul-
tantes de su ejercicio.
¡Trabajadores intelectuales y manuales de
Chüe! No esperéis nada de las castas que se
llaman a sí mismas superiores: están podri-
das. No esperéis nada de la inmunda politi-
quería burguesa, sea derechista o izquierdis-
ta, nidelos falsos apóstoles de vuestra causa
haciéndose pasar por vuestros defensores só-
lo persiguen crearse situaciones políticas des-
de las cuales postergarán en seguida, median-
te concesiones efímeras, la reivindicación
integral de lo que os pertenece. Sabed que
ninguno, absolutamente ninguno de los pro-
blemas actuales de la humanidad tiene solu-
168
I
ción dentio del accuaJ régimen económico y
dentro de la actual organización capitalista-
democcitica -burguesa del Estado. Sabed
que sólo mediante la implantación del Esta-
do Socialista Integral será posible ax:abar con
la explotación del hombre pgi el hombre y
con la injusticia social imperante.
¡Ttabajüdores intelectuales y manuales
de Chile i ¡Unios! Abandonad todo resabio
que pueda quedar entre vosotros de burgue-
sismo democrático. No busquéis vuestros
conductores en íos demagogos políticos con-
taminados con la inmoralidad y los absurdos
prejuicios reinantes. Formad vuestros cua-
dros en organizaciones jerárquicas y férrea-
mente disciplinadas en las cuales vosotros
mismos, con vuestra propia acción podáis
hacer surgir de vuestras propias filas el JEFE
que ha de conduciros por nuevas rutas hacia
grandes destinos.
H{ Comisario General de la
Orden Socialista
EL PARTIDO SOCIALISTA
UNIFICADO DIRIGE UN
I MANIFIESTO A LAS SECCIONALES
DEFINIENDO LA POSICIÓN
k DOCTRINARIA DEL PARTIDO
■i Avance. Diario Socialista.
^ Puerto Montt. JVC 9 (lO.ViJl), pág. i.
Con el propósito de evitar los equívocos a
que puede dar lugar la profusión de partidos,
que con el nombre de "Socialismo", existen
en el pa/s, la Junta Ejecutiva del Partido
Socialista Unificado ha enviado a las Seccio-
nales de su dependencia el siguiente manifies-
to que constituye la Declaración de Princi-
pios del Partido:
"El Partido Socialista Unificado contiene
el único concepto puro de "partido de clase"
que se basa en la concepción materialista de
la historia y aspira a la socialización de todos
los medios de producción, sosteniendo que
el trabajo es la única fuerza que produce
valor.
Sobre la base de estos principios, dentro
del orden actúa!, el Partido extenderá sus
realizaciones y su labor política como pasos
de avance y de preparación para las conquis-
tas definitivas, posibles para el advenimiento
al poder político de los productores.
Alcanzadas estas conquistait, la doctrina
socialista para este partido deberá ser prac-
ticada integraimente por la sociedad, trans-
formada en igualitarias y productora sin
clases parasitarias, consolidado pgr la solu-
ción del problema de la producción base de
la liberación del individuo entendido como
ser eminentetnente social.
La socialización de íos medios de produc-
ción, antítesis de la propiedad privada; pun-
to básico de 3a lucha de clases y forma que
mira a la completa emancipación de los
productores señala e! partido su orientacióa
definitiva, exenta de confusiones doctrina-
rías y de falsas interpretaciones claramente
dirigidas a la transformación del régimen
socialista y de sus fotmas de pioducción.
El determinismo económico y la concep-
ción material de la historia sitúan a la organi-
zación integral del partido en la organización
industrial y en las formas de producción del
régimen imperante. En consecuencia el parti-
do no puede aceptar esta fórmula para alcan-
zar su objetivo fundamental que la mutación
del régimen económico actual.
Las simples reformas burguesas y cual-
quier acción individualista revestida de socia-
lismo, debe reputarse extraña a la doctrina
pura, falsa, y en todo contraria a la finalidad
suprema de la lucha de clases y a las aspira-
ciones del proletariado consciente.
El partido socialista uniñcado al repetir
que el "socialismo" es un cuerpo de doctrina
de carácter cientíñco que no ha sido refuta-
do jamás con eficacia y que existe como
doctrina general en todo el mundo donde
quiera que el mal dominante llamado capita-
lismo se presente, reafirma el carácter revolu-
cionario y de lucha de clases de que está
saturado en razón de sus principios funda-
mentales y niega en nombre de la ciencia y
de la sinceridad política, toda otra forma de
socialismo de oportunidad.
169
DECLARACIÓN DE
PRINCIPIOS DEL PARTIDO
SOCIALISTA INDEPENDIENTE
Santiago, ¡nip. N. Goroclischer,
193í,págs. 9 - Í9(*)
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
El Partido Socialista Independiente decía
ra:
Primero,- Que es un partido de clase.
Aclaración. - Según nuestro concepto la so-
ciedad está dividida en tees grupos: capitalis-
tas, altos turóc catas y productores. Los dos
primeros forman la clase de los EXPLOTA-
DORES y el último la de los Explotados.
Los gobiernos llamados democráticos es-
tán generalmente constituidos por individuos
de los dos primeros grupos, y la gran mayo-
ría de los partidos políticos obedecen a las
inspiraciones y conveniencias sociales de am-
bos grupos.
El primero, cuya existencia se justifica
porque sustenta principios fundamentales
tasados en el régimen económico que le
garantiza su preponderancia social, ha puesto
al servicio de sus intereses niateriajles los
descubrimientos de la ciencia, la influencia
de las religione!! en la concierici» de los
individuos y de las sociedades: el poder
armado de la fuerza que tiende a reprimir las
nuevas formas de los regímenes sociales; y la
íuefza— trabajo, producto natural del intelec-
to y del músculo, como mercancía que
fluctúa en !a balanza mercantil, subordinada
a los errores del régimen.
El segundo grupo, o alta burocracia, <jue
bien pudiera considerarse como simple ejecu-
tor del capitalismo, ha llegado en algunos
países a con.ítítuir una verdadera casta aun-
que carece de ideales superiores y de organi-
zación definida.
Está formado por los altos funcionarios
de la Administración Pública, por los grandes
administradores y gerentes de l.is empresas
capitalistas y por los conspicuos directores
de las instituciones privadas que actúan so-
bre la suciedad. Sirven el interés capitalista,
O sea a !a subsistencia del régimen económi-
co imperante, a cambio de sueldos subidos.
de falsos honores y prebendas; se oponen a
toda tentativa societaria de los productores
libres; proporcionan a los poderes públicos'
los estudios sobre proyectos de leyes, esta-
dísticas y planes financieros y políticos.
Los individuos de este grupo se lian intro-
ducido en la prensa, en el poder judicial, en
el sacerdocio y en la milicia, y si tío han
llegado a dominar a! capitalismo, es porque
de él se sustentan y porque van hacia él.
Constituyen una fuerza política poderosa
porque han invadido el Parlamento y las
directivas de todos los partidos burgueses.
En este grupo están los jefes vis!ble.=i de los
partidos cuyas luchas se singulariían por una
constante rivalidad práctica ceíca a los go-
biernos y a las grandes empresas industriales.
Instrumentos del capitalismo, buscan la
$aEÍsfacci6n de sus ambiciones sociales en el
arribismo, y la justificación de su fidelidad
en la opresión de los empleados y de los
obreros bajo sus órdenes.
Este tipo de ciudadano es individualista
intransigente y reaccionario, agudo y perspi-
caz; ha sido el causante de todos los errores
y abusos de los gobiernos de fuerza, de los
cuales se ha valido con astucia y sagacidad.
Es cruel con los caídos que antes fueron sus
señores, adula al que gobierna y teme el
avance de las ideas libertarias. El triunfo de
los productores tiene para él los caracteres
de una hecatombe.
El gran burócrata llega hasta el poder
omnímodo y cae para convertirse en indivi-
duo de clase indefinida.
El tercer grupo: de los PRODUCTORES,
lo forman los trabajadores del brazo y de la
inteligencia- empleados, obreros, artesanos,
pequeños industriales y cultivadores agrarios,
a los cuales se ligan los profesionales libres,
artistas, literatos y rdósofos.
Este grupo no necesita de los dos anterio-
res para constituir una sociedad basada en la
satisfacción de todas ias necesidades físicas y
espirituales del hombre. En cambio, los dos
primeros no podrían subsistir por sí solos,
porque todo el fundamento económico del
régimen, que constituye la estructura de la
sociedad, lo encuentran en la clase producto-
ra. Retiremos ésta de la colectividad y el
ediBcio social, perdidos sus fundamentos, se
derrumbara.
El Partido Socialista Independiente nace
en Chile para servir los intereses de los
productores y por eso es un partido de clase.
170
Segundo.— Que su base fundamental es la
concepción materialista de la historia.
Aclaración. - La vida social encuentra las
baseí de suí organizaciones y ía esencia de
todas íMí modalidades, en ios relaciones eco-
HÓwiícíií de los individuos y en el desarrollo
material de los pueblos.
Sin ahondar demasiado en la investigación
de los hechos históricos, porque ello no es
necesario, tenemos que, acaso sea el régimen
capitalista el que ha contribuido incesante-
mente a plantear con caracteres irrefutables
nuestra afirmación científica fundamental.
Por vía de ejemplo diremos: <jue ni la
Revolución Francesa fue un acontecimiento
netamente social, ni la liberación de las
colonias españolas, o pueblos sudamericanos,
un hecho histórico puramente político.
Estos accidente en la vida de los pueblos,
obedecieron a causas profundas que ofrecen
abundante prueba de diferencias económi-
cas.
Las revoluciones que han alterado un
orden político o social determinado en cual-
quier época y parte del mundo, han sido la
expresión práctica de ün efecto cuyas fuer-
las determinantes estaban en la existencia de
una lucha por la forma de vida de ios
pueblos y en las relaciones materiales entre
explotadores y explotados. Las crisis de las
revoluciones, como sus fases más activas, han
estado siempre sometidas ya a la abundancia
de medios materiales, ya al agotamiento de
éstos.
El ideal religioso que inflamaba a los
conquistadores en épocas remotas; el amor
bélico a la patria que encendía el fuego de
las guerras entre naciones, fueron quimeras
que exaltaron, en verdad, el espíritu de los
pueblos. No obstante, declinaron ante la
transformación que Se operaba hacia la mate-
rialidad visible y absorbente de nuestra épo-
ca; y en el fondo de aquel misticismo y de
aquella heroicidad palpitaba la materia sojuz-
gada por las necesidades naturales y someti-
da a la ambición de la riqueza o el poder.
Las cuestiones de orden político, religio-
so, jurídico, Como las expresiones de justicia,
libertad, moral, forman ta superestructura
del edificio social, en tanto que las relaciones
económicas de los hombres y la vida material
de ios pueblos son su fundamento y su
infraestructura.
En el orden de las relaciones entre
productores y detentadores del valor de!
trabajo, esta concepción se manifiesta en la
concentración dc los medios de producción
y, por consecuencia., en el dominio de una
minoría capitalista sobre la inmensa mayoría
formada por los trabajadores.
No es ésta una simple afirmación ideológi-
ca del Partido Socialista Independiente, sino
el eje de su acción doctrinaria, y en esta
virtud, "su afirmación fundamental".
Tercero.— Que se apoya en la teoría del
valor.
Aclaración.- La única Juerza que produce
valor es el trabajo, ya de ¡a inteligencia, ya
del músculo, o ambas unidas en un fin
productor.
La fuería- trabajo es el nervio que mueve
todo el organismo sociaE, y como nos encon-
tramos frente a un régimen económico en el
cual el factor capital asume la función del
nervio vital que es el trabajo, y éste perma-
nece supeditado y sin medios para asumir
íntegramente su función, fuerza es apoyar
toda la ideología de nuestro partido en esta
teoría fundamental,
El origen del valor de todas las cosas de
que el hombre se sirve está en la necesidad
de transformar los elementos de la natura-
leía, y entonces, es el trabajo, ya de la
mente, ya del míisculo, la fuerza que verifica
la transformación y crea el valor individual
dje las cosas.
El hombre Ueva en sí mismo una porción
de fuerza— trabajo que pone en actividad
frente a las cosas para satisfacer sus necesida-
des. Si esta fuersa queda sometida al interés
mercantil se transforma en mercancía, y el
trabajo convertido así en objeto de una
importancia relativa, queda sometido a tas
fluctuaciones de la oferta y la demanda.
Resulta de esto que las necesidades que han
determinado la acción del trabajo pueden ser
o no satisfechas, según sea el interés del
capitalista, pues que no han sido las necesi-
dades mismas las reguladoras de la intensidad
o extensión del trabajo.
Cuando el proceso de la concentración de
los medios de producción, que es una carac-
terística del régimen capitalista, produce la
crisis de k industria y del comercio en una
171
nación o en varias naciones, la fuerza trabajo
no tiene demanda, y, entonces, el productor
se ve en la obligación de ofrecer sus energías
físicas o sus reservas intelectuales a vil precio
para no morir de miseria.
Disminuye, por consecuencia, la demanda
de toda clase de productos y mercancías,
aumenta el número y categoría de las cosas
accesorias y caen en desuso innurnerables
objetos de comercio; entonces se dice que
hay exceso de producción, y mientras los
productores se debaten aterrados por el pau-
perismo, las mercancías y productos se des-
truyen.
El trabajo, como única fuerza C(ue crea
valor, no tiene injerencia en la distribución
de los productos y mercancías que ha creado
y que no salen al consumo en épocas de
crisis. Si saliesen al mercado consumidor, el
precio de ellos descendería a un nivel más
bajo que la parte de valor— trabajo pagada a
los productores, y el capitalismo sufriría un
quebranto peligroso, acaso no mortal. El
quebranto y la muerte se cierne, en cambio,
sobre los productores, los que para evitar el
pauperismo recomienzan el fatal cumpli-
miento de la ley del bronce, sacrificando un
enorme porcentaje de su fueri a— trabajo en
atas de la reconstrucción capitalista.
El origen del valor está en la fuerza- tra-
bajo, y un partido de clase productora tiene
que apoyar necesariamente su doctrina en
esta teoría inamovible.
Cuarto.- Que se orienta hacia la socialiía-
cíón de todos los medios de producción.
Aclaración.- La concentración de los me-
dios de producción (tierras, edificio!;, matfui-
narias, herramientas, etc.) es inherente al ré-
gimen capitalista.
La inalterable marcSia de los factores que
constituyen la acumulación de riqueza, la
absorción creciente y fatal entre los poseyen-
tes, esa fuerza instintiva, a veces incons-
ciente, que guía al régimen capitalista hacia
la concentración de los medios de produc-
ción, va provocando un aumento del número
de productores, y los na poseyentes reciben
en sus filas uno tras otro a los expropiados
de la industria, de la agricultura y del comer
cío.
La industria individual privada) cae venci-
da por la gran industria; la pequeña granja
cede a la gran hacienda; el pequeño comercio
cierra sus puertas ante la competencia de la
distribución directa hecha por el mayorista;
la propiedad individual del pequeño posee-
dor toma el carácter de mercancía, fluctúa
en el comercio de propiedades y se inscribe
en el registro de hipotecas hasta que es ab-
sorbida por el capitalista.
Él régimen capitalista va de este modo eti
camino de ser estrangulado por su propio
mecanismo, según se advierte en el curso ■
normal de su existencia y, con absoluta clari-
dad, en ¡os períodos críticos.
Dentro de este régimen anti-social y antí
—humano, los productos no responden al
cumplimiento preciso de las necesidades hu-
manas, ni en calidad, ni en cantidad, ni en
distribución; sino qu^ pasan a ser objetos de
un comercio sin control y de un mercantilis-
mo ciego e infecundo que marcha instintiva-
mente al caos y a la anarquía.
E! gran fabricante no piensa en lo que la
humanidad necesita para su desenvolvimien-
to y su progreso hacia nuevas formas que le
acerquen más y más a una vida mejor, sino
en extender su clientela al máximo posible
con el máximun de provecho para él.
La concentración de los medios de pro-
ducción es la tendencia natural del régimen y
de cada uno de sus individuos, los cuales
aspiran a ser los arbitros de la producción
mundial para, una vez llegados a esta cúspide
inmoral del capitalismo, explotar a la huma-
nidad entera proveyéndola de objetos, ins-
trumentos o mercancías, de aplicación o USO
periódico que multiplican la reditación de
los capitales, a tal punto que la fuerza— tra-
bajo no alcanza a cubrirla y sobrevienen las
grandes crisis y, por consecuencia, la pauperi-
zación de las masas.
A evitar esta concentración capitalista y
este sistema artificial basado en el mercanti-
tismo, tiende !a socialización de todos los
medios de producción.
La primera fuente de la vida activa es la
tierra; la sociedad toda vive de ella y para
ella; los frutos de la tierra son de todos
porque toda la humanidad los requiere para
satisfacer sus necestdadeFi.
Si la propiedad individual hubiese sido
antes, fuese actualmente o pudiese ser en el
futuro un hecho general posible, nada habría
172
^e hacer en este sencido, y el principio de
|!0piedad privada sería el más respetable d«
bdos.
Nuestro partido sustenta el derecho de
ifopiedad como el más respetable y sagrado
(lando emana de un principio ineluctable,
amo !a fuerza trabajo, por ejemplo. Y aun
Iste derecho está re^du por la übligación de
apleat esa fuerza creadora en la satisfac-
i6n coordinada de todas las necesidades físi-
. y espirituales de la sociedad.
La socialización de todos los medios de
roducción es, en consecuencia, uno de ios
ilás claros fundamentos de la doctrina socia-
lilnto.— Que su acción será en principio
coiucionaria.
daración-— No se trata en esta declaración
una acciórx confiada preferentemente a la
lería, porque la acepción que le da carácter
basa en la capacidad de la inteligencia, en
sabiduría y en el conocimiento de las
rcunstancias en que se actúa,
Nuestra expresión '"revolucionaria" co-
responde al concepto de "transformación",
bara demostrar con ello que no admite refor-
as ni paliativos destinados a prolongar el
estado de anarquía en que vive la sociedad.
La "revolución" en el sentido de asonada,
r|notín, acción violenta, está en pugna con las
leas de capacidad intelectual, habilidad, as-
ida, y en general, con todas esas grandes
audiciones de k mente que dan confianza y
seguridad a los hombres para imponer sus
ioctrinas y practicarlas.
' Los medios violentos son generalmente
fstériles, muchas vetes contraproducentes, y
empre obedecen a cierta incapacidad para
legar a las solucions que se buscan, sea que
adopten por los de arriba hacia los de
bajo o por éstos contra los otros.
Hay ocasiones, sin embargo, en que las
pyes escritas y las leyes naturales justifican
acción violenta de los individuos o de ias
blectividades; el abuso de la fuerza, la usur-
aeión, el atropello a lo que el hombre
tputa su dignidad o su derecho, justifican la
alencia y, en este orden de cosas, nuestro
Mido tío puede excluirse de la regla.
^ rrnando Confalón Quezada, Jorge A . Me-
^na, Huberto Salgado, Albino Pe2:oa, Santia-
go Nihon Barrientos, Joaquín Real Jelves,
Juan Ant. Carvajal. Por el Consejo Ejecuti-
vo Central.
QUEDO ORGANIZADA LA
ACCIÓN REVOLUCIONARIA
SOCIALISTA (ARS).
HA QUEDADO CONSIT TLUDA
COMO EXPRESIÓN DE LA
VOLUNTAD NACIONAL
Nuevoí Rumbos. Santiago.
Año IV. NO 8 (01.XJ2}, págs. 4 - 5.
Como consecuencia de los acontecimientos
políticos del último tiempo y tomo órgano
de ponderables contingentes sociales, dé
obreros manu.iles e intelectuales que hasta
ahora habían permanecido al margen de ¡a
política, acaba de quedar organizada en el
país la ACCIÓN REVOLUCIONARIA SO-
CIALISTA (ARS), cuyo programa, económi-
co y político, después de estudiarlo deteni-
damente, en cumplimiento de los acuerdos
las últimas convenciones, acordó hacerlo
suyo ia Junta Ejecutiva Nacional de la A. G.
de P, de Ch., elegidos delegados de iisás de
treinta organizaciones que concurrieron a la
convención extraordinaria de las vacaciones
últimas, h
Los profesores asociados que ingresen a la
ARS y actúen en ella, lo hacen en estricto
carácter personal, sin comprometer para na-
da a la organización, que como tal, queda al
margen de todo cuerpo político, mientras la
próxima Asamblea Nacional, a reunirse en
Antolagasta, no disponga otra cosa.
Reproducimos a continuación el plan de
Gobierno de la ARS, que como podrá verse,
consulta los puntos fundamentales de la
Asociación, sancionados en la Convención de
Chillan, y reafirmados en la asamblea extra-
ordinatia de junio táltimo: economía sociali-
zada y gobierno técnico— funcional, a base
sindical.
Aceptado el programa que sigue, sólo
queda a ¡os maestros adscribirse a la ARS, de
acuerdo a lo dispuesto en su estatuto orgáni-
co.
PLAN DE GOBIERNO
Economía
173
El problema angular de la desorganización de
Chile es el problema ecottómico. Cambiare-
mos d régimen de la economía liberal capita-
lista por el de la econotnía sociatist?.
La vida económica es la resultante de la
relación entre la producción (riqueía), el
intercambio (valor comercial) y el consuhio
(standard de vida). El crédito (capital) per-
mite el desarrollo de la producción y del
intercambio.
La economía capitalista se caracteriza por
e! libre juego de la producción, el intercam-
bio y el consumo; se funda en la libre
concurrencia, que permite el acaparamiento
y la especulación, y tiene en vista la utilidad
individual. Parte, por consiguiente, de la pro-
ducción, y somete el consumo a las fluctua-
ciones del intercambio.
En la economía socialista el Estado con-
trola la producción, el intercambio y el
consumo, directa o indirectamente; elimina
la libre concurrencia y tiene en vista la
utilidad colectiva. Parte, por consiguiente,
del consumo y amolda a él la producción y
el intercambio.
La producción de Chile está constituida
por la agricultura, la industria manufacturera
y la industria extractiva. El intercambio, por
las casas mayoristas importadoras y exporta-
doras, y por e! comercio minorista- El crédi-
to está constituido por ios Bancos y Cajas, y
el consumió, por las necesidades de cuatro
millones de habitantes.
En Chile, el 60% de la producción agríco-
la está en manos de los terratenientes, y casi
la totalidad de la industria manufacturera y
extractiva en poder de capitales extranjeros.
La industria pe.ítuJera se ejcplotj en muy
pequeña escala.
La totalidad de las casas mayoristas y el
75% dei comercio minorista están en poder
de capitales extranjeros.
El crédito está manejado por intereses
extranjeros y por la oligarquía plutocrática.
El consumo se hace por poco más de
cuatro millones de cliilenos.
El estado del régimen liberal -parlamen-
tario t|ue nos entregó en esta forma, por
servir los intereses de la oligarquía y la
imprevisión criminal de los partidos políticos
a\ capitalismo internacional, puede apenas
ejercer sobre el intercambio, !a producción y
el consumo, la influencia mínima que le
permiten los códigos, los derechos aduaneros
y las leyes sociales.
Los restdtados de este estada de cosas son
los siguientes:
El hecho de que nuestras industrias estén
en manos de empresas ejttranjeras les permi-
te controlar los salarios, el trabajo y el valor
de la moneda. Si por cualquiera razón estas
empresas paralizan sus negocios, las exporta-
ciones cesan, la moneda se desvaloriza y la
cesantía aumenta.
El monopolio del comercio mayorista por
las casas extranjeras, les permite fijar los
precios áel mercado, especular con el valor
de la moneda y esquilmar a los productos y
consumidores nacionales.
El monopolio de los créditos agrícolas
por los terratenientes, que no los invirtieron
en mejorar la producción, sino en gastos
suntuarios, dificulta el trabajo de los peque-
ños agricultores.
Así, la vida económica de la nación queda
a merced del capital extranjero, y cuando las
crisis detienen los negocios del capitaUsmo
internacional, el país queda casi totalmente
paralizado y se produce, no una cesantía de
individuos, sino la cesantía del país entero,
Por esto, haremos que i a producción y el
intercambio se subordinen al interés de los
consimiidores chilenos, no al del capitalismo
internacional o nacional y tenderemos paula-
tinamente a la nacionalización y a la sociali-
zación de toda la riqueza de Chüe.
Los acontecimientos militares del 16 de
junio de 1932, impidieron desarrollar el si-
guiente plan económico de la ARS:
PLAN ECONÓMICO
L— Control
Consejo de Bc(inotttíi Nacional-
El CEN controlará, directa o indirectamente,
por medio de sus organismos técnicos, la
producción, el intercambio y el consumo
nacionales.
Quedarán subordinados a su directiva
máítiina los actuales Ministerios y Departa-
mentos de Hacienda, Fomento, Agricultura,
Comercio, Trabajo, Itnpuesto.s, Estadística.
Agua Potable, Ferrocarriles y Aprovisiona-
miento.
Realizará sus funciones superiores de
I
174
aerdo con los planes periódicos sobre ba-
esCadísticas que revelen las necesidades
íl país y su capacidad económica por me-
ló de los siguientes organismos:
1, ■ Bdtico del Ustíxdo. - El Banco del Es-
ado logrará paulatinamente nacionalizar la
eeción del crédito bancario de acuerdo
^n las necesidades de la producción, el
^tercambio y el consumo.
2.— Casa de Comercio del Hitado. - Se
inizará sobre la base de los Ferrocarriles
Estado que cuentan con instalaciones
áecuadas, personal competente y medios de
insporte y tendrá por objeto regular el
intercambio interno de los productos agríco-
las y manufacturados. Evitará el acapara-
miento y la especulación, y contribuirá efi-
cazinente a la fijación de los precios. (Los
precios no se 6jan mediante decretos],
3.— Organización del Comercio Exte-
rior, - Sobre la base de las aduanas y de la
organización de las caías mayoristas exporta-
doras e importadoras, regulará todo el co-
mercio exterior. Impedirá las fluctuaciones
del cambio Internacional, colocará la produc-
ción nacional excedente en el extranjero,
tomará el servicio de la deuda externa y
regulará las importaciones según las necesi-
dades del consumo y la capacidad económica
del país.
4.- Cooperativas de cotnpras y consu-
mo.!.- Se organizarán dependiendo de los
gremios y sindicatos de producción, en rela-
ción con las organizaciones comerciales del
Estado, para regular el standard de vida.
5.— Sindicizlización obligatoria de todas
las industrias afínes para eliminar la concu-
rrencia, abaratar los productos y evitar las
crisis de sobreproducción.
6.- Organisación de industrias mineras,
jabríles y pesqueras del Estado, para absor-
ber la cesantía, fomentar la producción y
Contribuir a la regulación del salario.
7.— Organización de cooperativas agríco-
las por el Estado, con los mismos fines que ¡a
anterior.
8.— Oficina Central de Estadística y Estu-
dios Económicos, que proporcionará los da-
tos y antecedentes previos de las diversas
organizaciones económicas del Estado, y ela-
borará los planes periódicos.
!!.— Producción
1.- Agricultura.- El attaio de nuestra api-
cultura con respecto i la de otros países
obedece a una mala distribución de la tierra.
Los latifundistas incapaces de explotar sus
predios con sus propios capitales, recurrieron
a créditos caros que emplearon imprevisora-
mente en la época de florecimiento. Mono-
polizando y encareciendo -el crédito, impidie-
ron el trabajo de los pequeños propieta-
rios. Llenos de deudas, ven en la desvaloriza-
ción de la moneda mediante emisiones in-
controladas, la única manera de cancelarlas,
a costa de la ruina nacional. Semejante pre-
tensión es i|nadmisible por inmoral y con-
traria a los intereses nacionales, que están
muy por sobre los intereses de 600 latifun-
distas. Sin embargo, no propiciamos la sub-
división de la tierra. Esta medida, que ha
fracasado en oíros países, fracasará con ma-
yor razón en el nuestro. No es posible dejar
la producción agrícola al arbitrio de la inicia-
tiva particular disgregada.
Controlaremos la producción agrícola por
el Estado, y realizaremos un plan progresivo
de socialización de la tierra, mediante:
a) Concesión de créditos baratos y de
créditos contra productos (cereales, maderas,
etc.], con la obligación de emplearlos en
determinado cultivo o explotación adecuada
a la capacidad de la región y a las necesida-
des del consumo y de la exportación.
b) Concesión de instrumentos agrícolas y
de primas por obreros, en idénticas condicio-
nes.
c) Organización por el Estado de coopera-
tivas agrícolas en los terrenos fiscales y no
cultivados, y en los pertenecientes a las Cajas
de Crédito.
d) Mejoramiento de la producción agríco-
la mediante una mayor fiscalización técnica
y primas a los productos eficientes.
e) Regulación de los precios y seguridad
de la adquisición de los productos por las
organizaciones comerciales del Estado.
2.— Iridustrías. - Pretendemos que la in-
dustria nacional abastezca todo el mercado
chileno de productos manufacturados, sin
que llegue nuestro nacionalismo industrial a
desdeñar los productos del mercado extran-
jero que más convengan a las necesidades del
consumo y al mantenimiento de un alto
standard de vida. El fomento de ía produc-
ción exportable se hará en vista de una doble
L
175
finalidad: asegurar las letras sobre el extran-
jero que exige nuestro comercio de irnporta-
ción, y amortizar la deuda externa entregan-
do productos en parte de pago. Con este
objeto, se fomentará especialmente la pro-
ducción minera de todo orden, hasta saturar
el mercado exterior, sin permitir que se
paralicen las faenas particulares por causas
extrañas a la economía nacianal. Cuando el
precio de venta de un producto Industrial o
minero de propiedad particular represente su
costo de elaboración, pero no cubra los
intereses de la deuda contraída, por sus
propietarios, el Estado se hará cargo de la
explotación, obligándose a devolverla a sus
propietarios en cuanto estos estén dispuestos
a hacerse cargo de la explotación integral.
Este temperamento regirá asimismo para la
Cosach que no podrá en forma alguna me-
rkoscabar el trabajo de las salitrera.; indepen-
dientes.
III.— Intercambio
El intercambio, aspecto parasitario de la
economía, irá tendiendo pauiatinamente ala
distribución. Entretanto, se reprimirán enér-
gicamente la especulación y el acaparamien-
to. El comercio interior quedará regulado
por Irs actividades de la Casa de Comercio
del Estado, y el comercio de exportación y
de importación, sometido al control directo
de la Organización del Comercio Exterior.
IV. ~ Consumo
La suprema finalidad económica del Estado
será levantar el standard de vida nacional
hasta ei límite de la capacidad económica del
país.
Las condiciones del consumo serán, por
lo tanto, atención preferente del Estado, En
torno a sus necesidades, que son vitales para
la economía, se subordinarán ta producción
y el intercambio.
El Estado regulará las condiciones del
consumo mediante:
a) Organización de cooperativas de consu-
mo;
b} Implantación de las restricciones preci-
sas para mejorar el consumo y la producción;
c) Fijación de un salario mínimo nece-
sario, en relación con los precios del merca-
do y con el desarrollo económico del país;
dj Nacionalización paulatina de todos los
servicios públicos, y
e) Departamento de Domiciliación.
V.- Trabajo
Dentro del régimen económico liberal, el
trabajo es una mercancía, y está sujeto a U
ley de la oferta y la demanda.
Dentro de la economía socialista, el traba-
jo es una función social obligatoria. El Esta-
do, tiene, por consiguiente, la obligación de
asegurar a cada ciudadano el salario mínimo
necesario.
VI,— Impuestos
Se reemplazará paulatinamente el actual sis-
tema tributario por uno más directo, que
reduzca los capitales estancados y limite la
renta privada dentro de normas de equidad y
de justicia social.
Ninguna institución privada, de cualquie-
ra naturaleza que ella sea, quedará al margen
del régimen tributario.
Vil.- Estadística
La característica del régimen actual es la
desorganización y !a ausencia de un plan
fundado en hechos reales escrupulosamente
establecidos, que rija la gestión de los nego-
cios públicos.
La ARS estima que la intervención del
Estado debe basarse en un estudio figuroso
de ías realidades nacionales. De ahí la impor-
tancia que la Oficina Central de Estadística y
Estudios Económicos tendrá en la organiza-
ción del Estado.
VIII.— Administración Pública
La actual organización burocrática de la
Administración pública, no sólo es deficien-
te, sino que recarga pesadamente el presu-
puesto fiscal. Al criterio burocrático, inefi-
cai e irresponsable, la ARS opone el criterio
de eficiencia técnica y de responsabilidad.
Cada funcionario tendrá el máxíiAum de
atribuciones, y será directamente responsa-
ble atite sus jefes y ante la nación de la
buena marcha de los servicios de su cargo. Se
fijará un sueldo máximo y un sueldo míniíTíO
en la Administración pública. En ningún
caso el sueldo máximo podrá ser más de siete
veces mayor que e! sueldo mínimo.
El problema angular de la desorganización
176
chilena es el protlema económico. Cambiare-
mos el régimen de la economía liberal capita-
lista por el de Sa economía socialista.
EDUCACIÓN
La estaliilitiaii y el éxito de la revolución
cjescansatl sobre la política educacional.
La educación es actualmente en Chile uno
de los servicios más deficientes, más mal
organiíados y más desvinculados de la reali-
dad nacional.
Ko tiene, en el hecho, otra oiientación
que los restos de la que la imprimieron, hace
más de cuarenta anos, los pedagogos alema-
nes. Las reformas de que se la ha hecho objeto,
inspiradas en un tecnicismo exclusivista, no
consultaron las verdaderas necesidades del
país, ni una nueva concepción económico--
social, ni un nuevo concepto de la cultura y
de su propagación. Así, nuestra educación y
nuestra enseñanza han contribuido grande-
mente a acentuar el desorden social con Su
carencia absoluta de orientación. La ense-
ñanza primaria no responde a sus fines sino
imperfectamente, a causa del poco número
de escuelas, del lamentable estado económi-
co del magisterio y de las deficiencias de su
orientación técnica y social. La enseñanza
media carece de un plan Concordante con las
necesidades de la cultura, de la producción
agrícola e industrial, del comercio y de la
administración, y los liceos se dedican a
preparar sin control alguno generaciones em-
papadas en un enciclopedismo superficial,
iitdividualista y libresco- La Universidad no
es más que un conjunto de escuelas profesio-
nales, incapaz de asegurar a sus egresados
medianas posibilidades de subsistencia en el
campo de su especialidad, porque procede
con la misma falta de previsión y de control
que reina en todos los órdenes de la sociedad
capitalista, porque está desvinculada de las
necesidades culturales y técnicas del país. La
educación de la juventud carece de ideales
definidos que !a oriente» en un sentido de
superación individual y social, y que formen
caracteres enérgicos y honrados, capaces de
orientar a su vez los destinos de la nación.
En lo que se refiere a educación exti»— esco-
lar, las bibliotecas y museos, ricos y bien
dotados, no realizan sin embargo, la labor
que podrían desarrollar, encastillados como
están en sus edificios, sin tratar de ii hacia el
pueblo que no puede ir hacia ellos. La prensa
en chile está casi totalmente controlada por
el capitalismo. La mayoría de los diarios, o
son empresas privadas de la oligarquía, o
arriendan sus columnas para la defensa de los
intereses extranjeros. Con su grotesco sensa-
cionalismo y con su intransigencia reaccio-
naria, la gran prensa ha permitido que se
agrave la depresión moral y cultural de nues-
tro país: La ARSS, paraleíamente a sus
reformas político— económicas, realizará una
reorganización radical de la educación y de
la enseñanza, pues estima que la educación
es, con la economía, una de las funciones
básicas del Estado, y que la conciencia cívica
y la eficiencia social de la nación están en
razón directa con el nivel cultural del pue-
blo. Con este propósito, el Estado: a} Orga-
nizará toda la enseñanza (primaria, media y
profesional) sobre la base de las necesidades
técnicas y económicas del país, reveladas por
la estadística; b) Mejorará las condiciones
económicas del magisterio, y dignificará su
función trascendental para la vida del Esta-
do; c) Hará de la Universidad un foco irra-
diante de estudios e investigaciones de todo
orden; d) Elevará el nivel cultural del pueblo
mediante bibliotecas ambulantes, del Estadoi
c) Hará de la Universidad un foco irradiante,
cursos y ciclos de conferencias populares y
nocturnos; e) Encauzará y protegerá todas
las manifestaciones de la literatura y del arte
(premios literarios y artísticos, editorial del
Estado, teatro del Estado, etc.); f) Ejercerá
sobre la prensa y los medios modernos de
propaganda una tuición orientadora efectiva;
g) Imprimirá a la educación de la juventud y
de las clases productoras un impulso entu-
siasta y dtnátnico que remedie la decadencia
moral y cultural de la nación, e intensifique
la conciencia socialista.
La estabilidad y el éxito de la revolución
descansan sobre la política educacional.
ASISTENCIA, HIGIENE Y
PREVISIÓN SOCIAL
La asistencia, higiene y previsión social, se-
rán funciones privativas del Estado, La ARS
realizará una reorganización de estos servi-
cios sobre nuevas bases y los llevará a su
máximum de eficiencia. Además: a) Propen-
I
177
derá a la socialización de las profesiones
tnédicasi b) Oi^anizacá los deportes como
función del Estado; c) Realizará un plan
integral de educación fíaica y de defensa de
la raza.
La salud y el bienestar del pueblo, y la
defensa de la rara son deberes del Estado.
JUSTICIA
La ARS realizará paulatinamente una revi-
sión completa de la legislación chitena y del
servicio judicial, para concordarlos con las
nuevas bases del Estado. Entre sus reivindica-
ciones inmediatas, figuran: a) El estableci-
miento del divorcio con disolución del
■vínculo; b) El reemplazo del concepto retri-
butivo de la pena y de culpabilidad, por el de
defensa social y peligrosidad del delincuente
(reforma del Código Penal y del régimen
carcelario); c) SimpUíicación del derecho
procesal.
Religión: En lo que respecta a ideas,
propaganda e instituciones religiosas, somos
tolerantes. Cuando las actividades o intereses
religiosos afecten los intereses nacionales,
quedarán, como cualesquiera otros, subordi-
nados al control del Estado.
RELACIONES EXTERIORES
La ARS realizará una reorganización comple-
ta del servicio consular que lo ponga en
condiciones de cooperar efectivamente en el
extranjero a la Organización del Comercio
Exterior. Su política internacional, fuera de
su finalidad econónrúca. tenderá a fortalecer
las relaciones culturales con todos los países
especialmente Con España, y consagrará to-
dos sus esfuerzos a realizar la más; estrecha
alianza entre todas las Repúblicas indo— ame-
ricanas.
DEFENSA NACIONAL
La ARS preconiza una vinculación más estre-
cha de los cuerpos armados a la vida cultural
y económica de la nación, sin perjuicio de
sus labores técnicas. Al efecto, estima el
servicio militar obligatorio no sólo como un
aprendizaje especializado, sino también co-
mo una escuela de cultura física e intelec
tual, de carácter y de disciplina, y propiciará
la intensificación de la labor de aquellos
cuerpos de fuerzas armadas cuyas actividades
están más o menos relacionadas con !a vida
económica del país.
POLÍTICA
La actual Coastitución Política y la forma de
democracia que sustenta, son marcos estre-
chos e inadecuados para el desenvolvimiento
de la nación errlas actuales circunstancias de
La vida social y económica. Se impone, por !o
tanto, cambiarlos radicalmente. La libre vo-
luntad de la nación y de sus representantes
decidirá en qué forma precisa, La ARS sus-
tenta al respecto las siguientes ideas: Bajo la
máscara de un falso liberalismo y de un falso
régimen representativo, ChUe y los demás
países indo— americanos conservan la estruc-
tura política de la Colonia- El régimen repre-
sentativo liberal ha sido, en la práctica, la
representación y el dominio de la oligarquía
latifundista o plutocrática, casi siempre al
servicio del capitalismo extranjero- El coKe-
cho y los partidos políticos manejados por ía
oligarquía, han sido la base de nuestros
parlamentos.
La sociedad política chilena, puede divi-
dirse en dos grupos: ios que trabajan y
cumplen con su deber social de producir a
pesar de las deficiencias del Estado, y lo.<! que
no trabajan (herederos Je apellidos y de
grandes fortunas, especuladores, gestores, al-
tos burócratas) y, sin embargo, dirigen, en su
beneficio y en el de los intereses extranjeros,
el Estado y el trabajo de los demás.
Otro de Iqs vicios fundamentales de Chile
es el centralismo absorbente de la adminis-
tración y de la economía. Los intereses
regionales giran en torno de los intereses
políticos y económicos asentados en la capi-
tal.
La organización política que propiciamos
estructurará y representará efectiva y exclu-
sivamente a las fuerzas productoras. En ella
estarán representados los intereses de toda la
nación y de todos los hombres y mujeres que
trabajan.
La ARS realizará: a) Una constitución
política funcional en que el poder esté en
manos de las clases productoras y el Estado
esté técnicamente oi^anizado; bj Una organi-
zación sindical de la sociedad en
178
1
ideologías partidistas no se demnculen, co-
mo en los antiguos partidos políticos, de los
intereses nacionales; c] Una descentraliza-
ción administrativa, en que el municipio
funcional sea ía célula básica de la organiía-
ción político—económica de! Estado, y en
que la división política del país se subordine
a las necesidades de las zonas económicas.
La ARS no propicia el federalismo como
fórmula de descentralización administrativa.
En los países americanos en que existe sólo
ha servido para crear un mezquino caudillis-
mo local y sofocar las actividades regionales
en aras de! personalismo político .
Ctiuttnuacicíii
ACCIÓN REVOLUCIONARIA
SOCIALISTA. MANIFIESTO
Grove. Órgano del Comité Ejecutivo
Nacionúl Pro-Candidatura Grove.
Santiago. No 3 (14.X.32), pág. 4.
La ARS, no es un partido: Es la expresión de
la voluntad nacional.
La ARS, interpreta y representa la opi-
nión del país y el sentimiento profundo de
las masas populares evidenciados durante el
primer gobierno de junio.
Su voluntad encarna el sentido de la
evolución histórica de CKile; Es la voluntad
unificada de la nación que quiere realizarse.
Su plan de gobierno está inspirado, no en
elucubraciones abstractas, ni en doctrinas
rígidas ni en mezquinos intereses de círculos,
sino en el análisis objetivo de los problemas
nacionales, único capaz de darnos las verda-
deras soluciones.
Queremos lo que el país entero quiere.
Luchamos contra el pasado y contra las
fórmulas caducas del liberalismo económico
y político que no han hecho más que sofocar
la vida de la nación.
Somos la fuerza organiscada de la nación:
tenemos disciplina, tenemos plan, tenemos
hombres, tenemos fe, tendremos el triunfo.
Queremos orden —queremos disciplina-
queremos justicia social.
¿QUE ES LA A.R.S.?
ES UN ORGANISMO DE COMBATE,
DE CONSTRUCCIÓN,
REVOLUCIONARIO Y CREADOR.
Grave. Santiago m 5 (18.X.32), pág. 2.
La política de la nueva generación chilena,
consciente de su época y de su misión, no
puede ser una política de compromisos, de
expedientes, de vacua palabrería asambleísti-
ca y electoral, sino una política de acción, de
fuerza entusiasta, de amorosa voluntad: una
política que tienda fundamentalmente a to-
mar el Estado para realizar desde arriba las
transformaciones económicas y sociales que
ex^e la necesidad histórica.
Hemos asistido al apogeo y al fracaso de
los partidos tradicionales de estilo parlamen-
tario. La farsa democrática del sufrapo uni-
versal indiferencia do y el predominio absor-
bente del dinero disfrazado con las fórmulas
caducas del liberalismo, han quedado en evi-
dencia y están en definitiva bancarrota. Ve-
mos, en cambio, en todas partes, eí desarro-
llo de organizaciones combativas que llevan a
la política im sentido de disciplina, de solida-
ridad y de energía.
Ms este un fenómeno que se advierte en
toda el área de la cultura occidental [Europa,
América), Al despegado individualismo que
surgió de la Revolución Francesa, a la desin-
tegración del Estado, las normas provocadas
por la ascensión desenfrenada de los ins-
tintos de lucro de la burguesía mercantil,
sucede una conciencia realista que mira en el
robustecimiento del Estado y en la fijación
de eficaces disciplinas sociales la base de la
salvación colectiva,
Porque la realidad es amenazadota, así en
las grandes como en las pequeñas naciones:
Crisis de sobfeproducción, mejor dicho, de
consumo; desocupación de grandes masas
proletarias con el consiguiente aumento de la
miseña, de la enfermedad, de la angustia
humana; naufragio de los valores espirituales
y los sentimientos superiores en una lucha
despiadada y egoísta; desmoronamiento de
las instituciones jurídicas y políticas a cuya
sombra se ha verificado el proceso capitalis-
ta.
El régimen capitalista ha cumplido su
misión histórica. Movido por un apasionado
179
impulso expansivo, aplicó y perfeccionó la
maquinaria, desarrolló la industria en ^ado
portentoso, lanzó a través de loí mares y lat
continentes redes sutiles de intereses, dio, en
Bn, una amplitud mundí^ a las formas civili-
zadas de occidente, llevando a las comarcas
más lejanas el genio de la técnica, el espíritu
de lucro y el afán de poderío.
Hoy, el capitalismo empieza a disgregarse
por sus propias contradiccioíies internas.
Mientras hubo campo abierto para el triunfo
de las grandes empresas —mercados vírgenes,
colonias posibles, etc., dentro de una libre
concurrencia nacional e internacional; el sis-
tema pudo niantenerse con potencia y con
esplendor. Pero el perfeccionamiento extra-
ordinario de los medios técnicos de produc-
ción y el acaparamiento imperialista de los
mercados han ido poniendo límites cada vez
más estrechos a las posibilidades de consumo
de una producción cada vez más abundante.
El capitalismo, con sus tormas refinadas
de imperialismo financiero, se Ka tornado
enemigo de la vida, y los pueblos, hambrien-
tos y desnudos en medio de los prodigios
materiales creados por la civilización técnica,
buscan inquietamente nuevos caminos. Los
dir^entes del capitalismo mundial y los go-
biernos que son sus instrumentos, buscan en
agitadas conferencias los acuerdos salvado-
res. Todo es inútil. El malestar cunde. El
sistema está en bancarrota.
Entre nosotros también, como en todas
partes, la Revolución Socialista tendrá que
imponerse como la única posibilidad de sal-
var al país de la ruina económica y del caos
político. Está latente y más poderosa que
nunca en la conciencia de la masa produc-
tora. Inútil es que pretendan ahogarla o fal-
searla los partidos políticos que esperan resu-
citar de entre las ruinas de una democracia
fraudulenta y las fue^^a& de la oligarquía plu-
tocrática movilizadas en su contra.
Para servir a [a revolución socialista se ha
organizado la ARS sobre bases de acción,
disciplina y eficiencia. La ARS no es un par-
tido político más, uno de los tantos surgidos
en el ambiente convulsionado de los últimos
tiempos por obra de grupos personalistas
ansiosos de tener un papel en el tinglado de
la farsa parlamentaria. La ARS es un
organismo de combate y de construcción.
Sus miembros tienen el deber de la disciptina
y del sacrificio, tanto en la lucha contra la
oligarquía plutocrática dominante y las vie-
jas formas políticas y el arribismo oportunis-
ta, como en la edificación de un ordea.;
nuevo.
La organización,interna de la A.R.S. es ua
esquema de la estructura funcional del Esta-
do que propugna. La política oratoria de los
partidos tradicionales, sus bases doctrinarias
muertas y caducas; la heterogeneidad de sus
asambleas, la irresponsabilidad de los jefes
son también el trasunto lamentable de su
futura acción pública en Parlamentos técni-
camente ineficaces para afrontar los proble-
mas que se plantean al Estado. El porvenir
pertenece a los partidos de acción, de claros
fines, organizados a base de grupos sindi-
cales, con una enérgica voluntad de discipli-
na en los militantes, sentido de severa
responsabilidad en los jefes libremente elec-
tos.
La A,R.S, espera reunir en sus cuadros a
todos los trabajadores -manuales e intelectua-
les del país. Sólo cierra sus filas a los que
medran de! trabajo ajeno, a los parásitos
sociales, a los espíritus estrechos y retardata-
rios, a tos incapaces de esfuerzos renova-
doresj a los venales y a los arribistas. Todo
individuo que desempeñe una función de
utilidad social tiene un lugar en la ARS;
Técnicos, obreros, profesionales, empleados
públicos y particulares, estudiantes, artistas,
escritores, cuantos laboran la riqueza espiri-
tual y material de la nación.
La ARS es revolucionaria, es decir, crea-
dora. No pretende el Poder para afianzar la
situación existente y repartir prebendas en-
tre sus parciales, como lo hacen los partidos
políticos parlamentarios. La ARS quiere el
Poder para realizar una transformación de la
economía, de la sociedad y del Estado que,
eliminando el predortdnio de los intereses
particulares, egoístas, permita una organi-
zación justiciera del trabajo y una distribu-
ción equitativa deí bienestar.
La- acción política que preconiza se basa
en el concepto de servicio al Estado. Servi-
cio, no medro. Actualmente los políticos no
sirven al Estado sino que se sirven del
Estado, La ARS quiere eficiencia técnica y
austeridad moral en los dirigentes, férreo
sentimiento de la responsabilidad pública de
sus actuaciones, voluntad de trabajo y de
sacrificio. El prestigio del mando y la disci-
1
IBO
ptina de los militantes es la base y garantía
¿e toda construcción revolucionaria.
Contra el verbalismo democrático y ia
demagogia oportunista, la ARS levanta pro-
pósitos definidos y normas ciaras. No quiere
halagar a las muchedumlires laboriosas con
grandes frases vacías, sino mostrarles su
destino y organizarías para que lo realice de
acuerdo con las posibilidades nacionales y
con el valor de sus fuerzas efectivas.
Por eso la AKS declara Ía guerra a todas
las formas de mistificación política que
corrompen y perturban la conciencia de las
masas: la charlatanería democrático-Uberal,
la superstición legalista, las utopías librescas,
c! doctrinarismo abstracto.
La ARS trae a la política chilena sinceri-
dad y realismo.
iiuales e intelectuales de Chile, a despecho de
las Guardias Blancas o de los organisnnos
oficiales hasta obtener un éxito definitivo y
completo y no aceptará alianzas o pactos de
ninguna naturaleza con partidos o entidades
directa o indirectamente interesados en el
mantenimiento del régimen de injusticia y de
persecuciones actualmente existente.
Secretario Gerteríil del
1-rente Único Socialista
Marmaduque Urove, Eugenio Matee Hur-
tado, Osear ScKnake Vergara, Albino Pezoa
Estrada, Mario Inostrosa, Osear CifuenteS,
Carlos Alberto Martínez, Pedro Uribe, Joa-
quín Real,
EL FRENTE ÚNICO
SOCIALISTA SE DIRIGE A SUS
CORRELIGIONARIOS
Hl Deber. Chañaral A"^ SSl
t (Í2.1.!933).pá¿. 2.
' Trabajadores de ChUe:
Al asumir el poder el señor Arturo Ales-
satidri Palma, el Frente Ujitco Socialista,
integrado por ¡a Acción Revolucionaria So-
cialista (Alí-S], el Partido Socialista Unifi-
cado (PSÜ) y la Nueva Acción Pública
(NAP), reitera su decidida convicción de que
la solución de los trascendentales problemas
que agobian a la República, sólo puede
afrontarse con un criterio verdaderamente
socialista, qiie someta los intereses particu-
lares al servicio de la colectividad, es decir,
efectuando la transformación económico-
social mediante la intervención directa de las
masas organizadas:
En consecuencia, su actitud será de cons-
tante oposición a los gobiernos que preten-
dan mantener el actual régimen individualis-
ta de injusticia social, de dependencia econó-
mica y de explotación de la gran masa del
país por una minoría privilegiada en conco-
mitancia con el imperialismo extranjero.
Declara que continuará la lucha empe-
ñada por las reivindicaciones económicas,
sociales y políticas de los trabajadores ma-
DECLARACIÓN DE
PRINCIPIOS DEL PARTIDO
SOCIALISTA
Consigna. Santiago. /V" /
(19.111.1934), pág. 1.
El partido declara y acepta como puntos
fundamentales de su doctrina íos siguientes:
lo.— Método de interpretación. El Parti-
do acepta como método de interpretación de
la realidad el Marxismo enriquecido y rectifi-
cado por todos los aportes científicos y
revolucionarios del constante devenir social.
Z^,— Lucha de clases. La actual organiza-
ción económica capitalista divide a la socie-
dad humana en dos clases cada día más
definidas. Una clase que se ha apropiado de
los medios de producción y que los explota
en su beneficio; y otra clase que trabaja, que
produce y que no tiene otro medio de vida
que su salario.
La necesidad de la clase trabajadora de
conquistar su bienestar económico y el afán
de la clase poseedora de conservar sus
privilegios, determinan la lucha entre estas
dos clases. La clase capitalista está represen-
tada por el Estado actual, que es un organis-
mo de opresión de una clase sobre otra.
Eliminadas las clases debe desaparecer el
carácter opresor del Estado, limitándose a
guiar, armonizar y proteger las actividades de
la Sociedad.
3<^.— Transformación del régimen. El R¿-
I
181
gimen de producción Capitalista, basado en
la propiedad privada de la tierra, de los
instrumentos de producción, ¿e cambio,
crédito y transporte, debe ne ees ariamente
ser reemplazado por un régimen económico
socialists en que dicha propiedad privada se
transforme en colectiva.
La producción socializada se organiza por
medio de planes ordenados y sistematizados
científicamente, conforme a las necesidades
colectivas.
4^.— Dictadura de trabajadores. Durante
el proceso de transformación total del siste-
ma, es nece.iaria una dictadura de trabaja-
dotes organizados. La transformación evolu-
tiva por medio del sistema democrático no es
posible, porque la clase dominante se ha
organizado en cuerpos civiles armados y ha
erigido su propia dictadura para mantener a
los trabajadores en la miseria y en la ignoran-
cia e impedir su emancipación.
5". Internacionalismo y Antiimperia-
lismo Económico. (,a doctrina socialista e.i
de carácter internacional y exige una acción
solidaria y Coordinada de los trabajadores del
mundo.
Para iniciar la realización Je este postula
do, el Partido Socialista propugnará la uni-
dad económica y política de los pueblos de
Latinoamérica, para llegar a ¡a Federación de
las Repi'iblicas Sociiiistas del Continente y la
creación de una economía antiimperialista.
EL ACTA DE FUNDACIÓN
DEL PARTIDO SOCIALISTA
Posición. Santiago. i\"^ 4.S
(t9.n'.73},pág. Í2.
El 6 de diciembre de 19.34, en, la Notaría
Luí,»! Ay.ócar Alvarez, se ptotocoliió un
resumen del Acta de f-undación y el Progra
ma de Acción lomeciiata del PS, trámite que
se efectuó para legatirar el nuevo Partido.
Sesión celebrada el 1^ de abril de 1933.
para constituir el Partido Socialista
ACTA
En Santiago de Chile, a 19 de abril de
1933 a las 22 horas enla calle Serrano 150,
se celebró ia sesión de constitución del
Partido Socialista con asistencia de los seño,
res Luis de la Barra, Arturo Bianchi, Edmun-
do Bruna, Carlos Cristi, Juan Díaz, Manuel
Fernández, Moisés Gajardo. Luciano Ku!-
cewzki, Roberto Letelier, Guillermo Macen-
Ui, Luis A. Salinas, Justo Venero, Carlos
Bustamante, Hernán Cáete, Luis González,
Carlos Jaramillo, David Jiménez, Luis Lato-
rre, Gerardo López, Luis Rojas, Eduardo
Rodríguez, Eduardo Ugarte, David Uribe,
Luis Vatdés, Jaime Vidal Oltra, Manuel
Zúniga, Héctor Acosta, Ramón Arriagada,
Mario Antonioleti, Daniel Acuña, Javier
Bravo, Fernando Celis, Carlos Caro, Carlos
Charlín, Rene Fuentes, Juan Gómez, Eugenio
González, Marmaduque Grove, Hugo Crove,
Guillermo Herrera, Mario Inostroza, Federi-
co Klein, Alfredo Lagarrigue, Víctor López,
Benjamín Pina, Albino Pezoa, Augusto Pin-
tOi Arturo Ruiz, Zacarías Soto, Osear Sclina-
ke, Pedro Uribe, Antonio Mansilla, Raúl
Boza, Ricardo Echeverría, Carmelo Espino-
za. Osear Fuentes, Enrique GuiUet, Annando
Herrera, Juan Jabalquinto, Eugenio Mate-
luna, Eugenio Matte Hurtado, Humberto
Miranda, Enrique Moió, Osear Pizarro, Luis
Pray, Osear Soto, Germán Schaad, Luis
Tejos, Filomeno Vásquez y Roberto Zimbe-
lli.
El señor Schnake hace presente que se
citó a esta reunión en la que se encuentran
delegados de la Orden Socialista, del Partido
Socialista y de la Nueva Acción Pública, con
el objeto de proceder a la fusión de estos
grupos y de eonstituii el Partido Socialista.
El señor Eduardo Rodríguez expresa en
nombre de la dirección de! Partido Socialista
Marxista cjue éste acepta la constitución del
Partido Socialista, al cual se incorporarán
todos sus miembros, disolviéndose por consi-
guiente, el grupo a que pertenece.
El señor Bianchi, en representación de ia
Orden .Socialista, adhiere a lo expresado por
el seitor Rodríguez.
El seí\or Enrique Mozo, en representación
de la NAP, hace igual declaración.
Finalmente, el señor Schnake, en repre-
sentación de la Acción Revolucionaría Socia-
lista, adhiere a las declaraciones anteriores.
El señor Eugenio Matte declara que queda
constituido el Partido Socialista, se felicita
del éxito que significa para la causa socialista
la fusión de todos tos grupos que luchan por
IH3
Caríoí Alberto Martines
la miplantación de la doctrina y del régimen
socialista y declara que tiene la firme convic-
ción de que la unión de todos los trabajado-
res manuales e intelectuales toñducirá a
satisfacer los anhelos de redención del prole-
tariado.
El señor Marmaduke Grove exhorta a
todos los camaradas presentes a luchar con
fe inquebrantable por el triunfo de la causa
socialista.
Se designa una comisión compuesta por
los señores Eugenio Matte, Osear Schnake,
Eduardo Ugarte, Enrique Mozo, Luis de la
Barra y Arturo Bianchi para que propongan
en la próxima reunión la declaración de
principios del Partido Socialista y para que
se preparen las bases fundamentales del
programa que ha de discutirse en la próxima
Convención.
Se acordó, además, celebrar un Congreso
Nacional del Partido Socialista en octubre
próximo.
A propuesta del señor Eugenio Matte y
por aclamación se designó una mesa directi-
va formada como sigue;
Como presidente don Osear Schnake;
como secretario a don Marmaduke Crove y
como tesorero a don Carlos Albert:o Martí-
nez.
Se levantó la sesión. Firmado: Osear
Schnake Vergara, Carlos Alberto Martínea,
Marmaduke Grove.
183
Capitulo Octavo
\
Los postulados socíaüstas de la República
del 4 de Junio de 1932
En este capítulo entregamos una serie de documentos referidos al 4 de junio
de 1932, con especial énfasis en aquellos textos donde se encuentran las
orientaciones doctrinarias fundamentales que guiaron la efímera República Socia-
' lista.
El Mijnifiesto de los revolucionarios y el documento citulado La Junta de
gobierno al paí:;, contienan, de acuerdo a sus propósitos específicos, las ideas
esenciales que motivan el movimiento de junio. En el primero de ellos, se sostiene
que el cambio de régimen "persigue la liberación económica del país y el triunfo
de la justicia social". Objetivos que sólo se podrán alcanzar con "la organización
de la economía nacional bajo el control del Estado", Rechazan la injerencia del
capitalismo extranjero, inclinándose a favor de la independencia económica. De
igual modo, proclaman autonomía respecto del "sovietismo ruso". El segundo
documento reitera los conceptos generales, desarrollándolos, y finaliza enumeran-
ilii los principales acuerdos de gobierno, entre los que están: la suspensión de los
l;inzamientos para los arrendatarios morosos, cuyas propiedades se encuentren por
ilcbíijo de cierto canon; autorización para el retiro de los objetos empeñados que
sean indispensables para "'la vida y el trabajo doméstico"; amnistía para los reos
por causas políticas y "sociales"; reposición en sus puestos de los profesores
expulsados del servicio; revocación de las medidas de expulsión de los estudiantes
universitarios, sancionados cgn motivo del movimiento "pro -reforma universita-
ria"; y en fin, requisición de las armas en poder de particulares, que pudieran
I. utilizar los grupos contrarios al gobierno.
V Con todo, el P/tin socialista de Alfredo Lagarrigue, Ministro de Hacienda del
187
gobierno socialista, constituye el documento de mayor relieve, L^arrigue, realiza
un análisis global de la economía chilena. Visualiza al país como una mera
"colonia", donde el capital extranjero controla las principales fuentes de riqueza,
el comercio exterior y graii parte de las actividades productivas internas, a través
de la propiedad de (as grandes empresas de servicios públicos y de aquellas
dedicadas al comercio mayorista. Tal situación se ha ido configurando, a juicio de
nuestro autor, debido a la acción de los gobiernos que bajo la inspiración del
liberalismo económico, han cedido la iniciativa al '^imperialismo capitalista". En
los párrafos siguientes, se preocupa por establecer la postración que observa en la
vida económica del país, y las secuelas que tal estado arroja, especialmente, para
los sectores desposeídos de la sociedad.
Más adelante, el plan expone los principales lincamientos que deberán guiar la
economía del régimen socialista. Sostiene que el gobierno tiene tres grandes
finalidades; "alimentar al pueblo, vestir al pueblo y domiciliar al pueblo". Metas
cuyo cumplimiento lo obligan a tomar las riendas de la producción y el consumo.
El Estado, por lo tanto, deberá ejercer un control férreo sobre el crédito, creando
para tal efecto un Banco del Estado; idéntico proceder será Rccesario observar
respecto del comercio de exportación y mayorista, actividades que deberán estar
centralizadas en la Casa de Comercio del Estado. Finalmente, postula la facultad
del Estado para fijar los salarios, medida que será posible con la organización de
Cooperativas de Producción y Consumo,
Concluye, el plan Lagarrigue, planteando un conjunto de "reivindicaciones
inmediatas", necesarias mientras el programa económico no rinda los frutos
esperados, y en último término, agrega los denominados "treinta puntos básicos",
donde se enumeran las principales medidas gubernativas de corte político, social y
económico, que pondrá desde ya en ejecución el régimen socialista.
188
maní FIES rODL LOS
REVOLUCIONARIOS
l^íiMañaim. Santiago. .\'" 23 (QS. \'i.32). pág. 5
V\ cj-o^ en que se encuentra el país n cunse-
i ijencias de su totil bancarrota económica y
mural, nos ha movido a seguir los impulsos
de nuestro patriotismu, derrocando un Go-
bierno nefasto de reacción oligárquica, que
si>!o supo servir lus intereses del insaciable
í .ipitalisniü extranjero, sin importarle las ur-
üKiites necesidades colectivas, la miseria de
Ls clases productoras, la cesantía y el ham-
bre del proletariado.
No nos j^ían ambiciones mezguinas ni
pequeiíos odios; sólo perseguimos la libera-
cmn económica dei país y el triunfo de la
justicia social, ton U instauración de la RE-
i'UBLICA SOCIALISTA D£ CHJLE, alenta-
da por tin alto eüpíritu de nacionalismo cons-
tructivo que asegure a todos los chilenos el
derecho a la vida por medio del trabajo pro-
ductor.
El nuevo rágimen al cual damos toda nues-
tra adhesión, poniéndonos al servicio de un
irresistible anhelo popular, asegurarais orga-
nización de la Economía Nacional bajo el
control del Estado; disciplinará las fuerzas
productoras y hará resurgir, mediante una
acción enérgica, las riquezas chilenas, no pa-
ra satisfacer la codicia egoísta de una oligar-
quía corrompida, sino para bienestar y salud .
ilol pueblo.
Contra las pretensiones dfcl capitalismo
extranjero, mantendrá imperativamente el
deber de afirmar el control de nuestras fuen-
tes de riquezas, entregadas sistemáticamente
hasta ahora, a empresas contrarias al interés
colectivo, laborando así nuestra verdadera
INDEPENDENCIA ECONÓMICA. Al cons-
truir un nuevo orden de cosas, estamos lejos
de las influencias de cualquier IMPERIA-
LISMO sea éste el de la ALTA BANCA EX-
TKANJERA o del SOVIETISMO RUSO.
El hambre, la desnudez 'y el desamparo
que actualmente sumen en la desesperación a
grandes masas de trabajadores cesantes, serán
subsanados de inmediato, recurriendo para
ello a las grandes fortunas, evitando la es-
peculación de los artículos de primera nece-
sidad, prohibiendo los lanzamientos de
arrendatarios sin trabajo y dando techo a los
muchos que ahora nt) lo tiene».
Tenemos la conciencia de interpretar el
sentimiento público. Un clamor unánime de
justicia resuena a lo largo del territorio na-
cional, empobrecido por la negligencia culpa-
ble de sus dirigentes y por el egoísmo de los
privilegiados. El desorden de las fuerzas eco-
nómicas, la crisis de los valores morales y el
juego mezquino de los partidos, ponían Sa
Nación ante un dilema: O EL DESASTRE
FINAL O UN CAMBIO DE RÉGIMEN.
Un impulso de conservación nacional ha
impuesto lo segundo. La acción dei nuevo
régimen irá precisando su carácter y en lo
que realice en bien de Chile estará su más
ah» y perdurable justificación.
Cwurfeí General Revolucionario
reunido en el Hosque
LA JUNTA DE
GOBIERNO AL PAÍS
05. VI. i 932.
Los distintos Gobiernos que se han sucedido
en los últimos años han fracasado rotunda-
mente. \.A economía liberal y el engañoso
formalismo legalista que inspiraron su ges-
tión administrativa y política, los divorcia-
ban profundamente de su apoca y de la
realidad. Todos ellos carecieron, además, de
la energía suficiente para neutraliear la in-
fluencia subyugadora del imperialismo ex-
tranjero.
El proletariado, las clases productoras, la
nación entera, han sufrido los efectos de un
régimen económico-social que permite la
explotación del trabajo, la especulación sin
freno y el imperio de privile^os irritantes.
La creciente desorganización de nuestra eco-
nomía, el dominio cada vez más absoluto de
los intereses extranjeros, levantados y mane-
jados por la plutocracia y la oligarquía, la
negligencia y la ineficacia de loí Gobiernos,
han ido acentuando en forma triaca la mise-
ria del pueblo y la agonía de la nacionalidad.
Ayer, «i íntijno anhelo de salvación que
crecía en la conciencia pública ha podido
convertirse en realidad con el concurso de las
fuerzas armadas. La necesidad de procurar la
organización de la economía nacional sobre
189
h<i!>e^ de lusticiü y de dar al Estado una
estmccurü funciiinal que ;:orrespon(ia a su
lompiejü roülidad presente, era ya de carác-
rer inipustergaíjle.
El iiucvu íiobierno afrontará Con ínergfa
lu resolución de ios problemas sociales, eco-
nómicos y políticos de Chile. No entrabarán
su acción, mezquinas consideraciones perso-
nales u partidaristas y estará lejos de cual-
quiera influencia que vaya en menoscabo de
su fuerza moral. Sólo tendrá en vista el cum-
plimiento de sus propósitos fundamentales:
organizar técnicamente la fuerza productora
bajo el control del Estado, establecer amplia-
mente la justicia social y asegurar a Codos los
cbilenos el derecho a la vida y al trabajo.
Hretendemos iniciar la construcción de
una sociedad mejor que la actual dentro de
las limitaciones naturales que imponen los
recursos del país y sus condiciones históri-
cas. Creemos que para lograrlo el Gobierno
debe inspirar su acción en principios socia-
listas que reflejen las necesidades y los anhe-
los dispersos en el ambiente de nuestro tiem-
po. No es posible encastillarse, disculpándose
con ellas, en la fórmula ya anacrónica del
individualismo liberal, en una superstición de
la Ley Cjue sólo conducen a la paralización
de la existencia socia!.
La justificación histórica de un gobierno
estriba en la acción que desarrolle en benefi-
t;io de la colectividad. Hemos llegado al po-
der para cumplir un programa de renovación
verdadera. Queremos imprimir a todas las
actividades nacionales un ritmo de energía,
de juventud, de eficiencia y de disciplina.
Nuestros propósitos de acción inmediata que
hoy también damos a conocer, así como los
planes generales relativos a la construcción
socialista del Estado, serán llevados a la prác-
tica con fe en sus finalidades salvadoras, y
con la seguridad, de que encontraráji en la
opinión del país, la resonancia moral necesa-
ria para que ninguna fuerza reaccionaria pue-
da malograrlos o destruirlos,
No creemos que se hayan ajiotado las
reservas espirituales de Chile; hay en todas
partes voluntades animosas dispuestas a la
acción pr(}picia, ahora es el moniento de que
entren a desarrollar sus iniciativas. A ellas
nos dirigimos en la confiania de tjue sabrán
■ iJijpcrír eficazmente a la realización del
ideal, lUvos servidnre.'i somos actualmente en
el Gobierno de la República.
Ei crédito debe ser controlado por el Es-
tado en beneficio de la colectividad, para
evitar la explotación de los que trabajan par
el capitalismo.
El Gobierno no aceptará paralización de
las actividades de la producción, por lo tan-
to, ninguna empresa, nacional o extranjera,
podrá substraerse, a pretexto de resguardar
el interés o la ganancia del capital, del cum-
plimiento de la obligación que tiene de con-
tribuir con su producción a la solución del
problema económico.
El Gobierno reconoce su obligación de
controlar al comercio interno y externo, to-
mando en cuenta únicamente el interés so-
cial,
En consecuencia, en sus relaciones con los
mercados extranjeros tenderá a liberar la
economía chilena del yugo del capitalismo
internacional y nacional.
Si es necesario, el Gobierno procederá de
inmediato a tomar por su cuenta las importa-
ciones de azúcar, petróleo, bencina y demás
artículos de primera necesidad,
Para que el Gobierno tome inmediata-
mente el control del comercio interno, pro-
cederá a exigir de las casas nacionales y
extranjeras, la declaración de sus existencias
de artículos de primera necesidad, a fin de
estar en condiciones de asegurarla subsisten-
cia normal del pueblo.
El Gobierno recon,jce como uno de sus
deberes fundamentales asegurar la subsisten-
cia de cada uno de los individuos de la
colectividad, usando de todos los medios de
que dispone el país.
El Gobierno hará efectiva la obligatorie-
dad del trabajo, para que cada cual disponga
del poder adquisitivo suficiente.
Mientras se organiza la economía en for-
ma de que el Gobierno pueda cumplir su
obligación de asegurar trabajo para todos, se
adoptarán las medidas necesarias para dar al
pueblo aUmento, vestuario y vivienda.
Se intensificará bajo el control de las
organizaciones obreras, el reparto de víveres,
ucilizandü también el personal y los elemen-
tos de movilización y de preparación de que
dispone el Ejército,
Mientras el Gobierno pueda cumplir sU
obligación de dar domicilio a toda persona,
asegurará la vivienda al que hoy no tiene con
190
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M.n. Hurt>4D. Miuib» d. U J»u tT CfZ
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N^ucTO Snceía**.
RrlraríntA «73¡
Juramento de la junta de gobierno y ministros, durante la instalación de la efímera República Socialista del 4
de junio de 1932.
que pagarlíi.
El Estado cecoiitice que la propiedad tie-
ne una finalidiid social y que, en consetiiert-
cia, debe sei ejercida teniendo en vista los
intereses de la colectividad.
Para evitar la injusticia que significa la
desigual reparación de la riqueza, se modifi-
cará el siscema tributario gravando las gran-
des rentas.
Mientras esta inodiflcaLión se realÍ7,a, se
impondrá desde luego un impuesto extraiir-
dinariü y progresivo i las furnjnas superiores
a un millón de pesos.
La educación pública será Feorgani:£ada
sobre la base de una auíonomía funcioníJ,
técnica y administrativa.
Este comité tendrá la supervigilancta de
las empresas productítras del Estado, <jue se
crearán con la mira de restablecer nuestra
capacidad de pagos de lus artículos que se
importen del exterior, creando nuevos ru-
bros de eJt portación
Un comité ejecutivo económico asumirá
el control de los procesos de producción y
distribución, a fin de ajustarlos a las necesi-
dades de la colectividad.
ACUERDOS DEL CONSEJO DE
GOfiíERNO CELEBRADO AYER
A MEDIO DIA:
l.o Suspender los efectos de los lanzamien-
tos, en lo .que se refiere a los cánones de
arrendamiento inferiores a doscientos pesos,
mientras se dictan las disposiciones definiti-
vas que consulta el plan económico de la
organización socialista en lo referente a la
domiciíiación de inquilinos y de obreros,
2.0 Autorizar la entrega a los empeñantes
de la Caja de Crédito Popular de los objetos
indispensables para la vida y el trabajo do-
mésticos: máquinas de coser, berramientas
de trabajo manual, prendas de vestir y otras
que se determinarán de acuerdo con el Direc-
tor de la Caja. Estas entregas se harán con
cargo a las utilidades de dicba Caja,
3.a Decretar la amnistía de todos los
presos por causas políticas y sociales.
4. o Reponer a todos los maestros expul-
sados a raíl del último myvimieinto de opi-
nión en favor de los marineros, y a los
separados por el régimen anterior.
5.0 Dejar sin efecto las medidas discipli-
narias adoptadas por el Consejo Universitario
en contra de los ilumnos con motivo de las
Últimas incidencias pro-reforma Universita-
ria.
ó. o Ordenar el requisamiento inmediato
de toda clase de armas que estén en poder de
grupos o individuos que constituyan la guar-
dia blanca u cualquiera otra organización
que atente contra la actual República Socia-
lista de Chile,
7. o Conceder la amnistía a los marineros
cuyas penas fueron conmutadas por el Go-
bierno anterior.
PROGRAMA DE ACCIÓN
ECONÓMICA INMEDIATA DE
LA REPÚBLICA SOCÍALlSrA(*)
Hx ItiUerei ''£¡Sut", Concepción,
Í932,págs.3 - 16
Concepción: Ex '¡'alie res ' EiSur'', 1932.
Durante la evolución capitalista de) Occiden-
te nuestro país se ha ido transformando,
cada vez más, en una colcinia económica,
explotada en comandita, a la cual Je la ha
mantenido dentro de un régimen de libertad
política más aparente que real.
Los Gobiernos, cualquiera que hayan sido
sus orígenes se han visto en la imposibilidad
de pensar siquiera en dirigir la economía; sea
ü causa de la amenaza latente c¡ manifiesta de
los poderes exteriores, sea por la verialidad
con que miserablemente se ha logrado enve-
nenar la lealtad ciudadana.
Es posible seüalar en nuestra historia el
momento en que la gestión económica, hon-
rada y valiente del Gobierno se transformó
en tímida y torpe; propia de la falsedad real
de decisiones que, siendo sugeridas y acepta-
das fuera de nuestra patria, llevaban ocultas
las verdaderas intenciones,
Se ha desarrollado así un pesimismo en
nuestro carácter, que ha paralizado nuestro
desenvolvimiento hasta tal extremo, como lo
demuestra el comercio exterior, que la pro-
ducción exportable, realmente jiacional, es
inferior hoy día a la registrada hace se-
senta años.
Todo ha sido entregado sistemáticamente
al extranjero,
A consecuencia de esta política la admi-
nistración del crédito, el ejercicio del comer-
(•) Conocido como: PLAN SOCIALISTA de Ale-
jandro Lagarrigue.'
191
ció interno y externo v el control de los
salarios y del mercado de los brazos se lian
escapado de nuestras manos.
Hemos visto a los gobiernos y a los
particulares recurrir constantemente aJ crédi-
to exterior para movÜizar la riqueía nacio-
nal; aun se ha recurrido a él en aquellos casos
en que ios arti'culos importados representa-
ban Una parte insignificante de las inversio-
nes.
Por su parte las casas comerciales extran-
jeras han llegado a monopolizar nuestro co-
mercio interno mayorista y gran parte del
minorista y el comercio externo de exporta-
ción e importación está exclusivamente en
sus manos.
Finalmente, empresas extranjeras tienen
en su poder toda la industria pesada de
producción de materias primas y una gran
parte de los servicios públicos.
Las funestas consecuencias de semejante
política son claras:
La anuencia desordenada de los créditos
contra el exterior ha permitido, por una
parte, a las casas y a tas empresas extranjeras
hacer efectivas en el exterior las pingües
ganancias que obtenían en el interior y,
por la otra, ha transformado nuestro país en
un gran comprador de artículos superfluos y
de lujo, ya que no es posible importar ios
créditos sino las mercaderías. Esta última
circunstancia nos ha sido especialmente fu-
nesta para la economía y para e! orden
social, pues ha fomentado una vana prodiga-
lidad en nuestra clase capitalista y un dolo-
roso pauperismo en nuestra clase proletaria.
E) monopolio del comercio por las cosas
extranjeras las ha llevado a ser los arbitros de
los precios en nuestro mercado, arma que
han sabido esgrimir para esquilmar a los
productores y esclavizar a los consumidores.
La entrega a empresas extranjeras de toda
nuestra industria pesada y de gran parte de
los servicios públicos ha puesto en sus manos
el control de los salarios, el mercado de los
brazos y el valor de la moneda.
Nuestra clase privilegiada ba vivida em-
briagada con ios lujos y la molicie que !e
proporcionaba el capitalismo extranjero a
cambio de nuestras riquezas naturales y de Ea
miseria del pueblo. Por eso en la advenediza
burguesía de Chile, más que en ningún país
que se diga libre, se ha evidenciado un mayor
respeto por todq lo que es nacional.
Ahora, cuando el empuje del capitalismo
extranjero se encuentra casi detenido por la
crisis mundial, el país despierta y se da
cuenta de la terrible realidad. Semejamos al
campamento de una mina cuya explotación
haya sido paralizada por sus dueños. LA CE-
SANTÍA NO ES [NDÍVÍDUAL. LA CESAN-
TÍA ES DEL PAÍS ENTERO.
Ante esta situación se hace necesario ac-
tuar en la forma más enérgica y decidida si se
quiere evitar una muerte próxima.
La opinión debe meditar profundamente
sobre la verdadera situación del país y así se
convencerá de que en Chile, más que en
ninguna otra parte, es imposible seguir man-
teniendo gobiernos que se inspiren en los
principios del liberalismo económico.
En realidad, tales principios no son sino la
careta doctrinaria que ha sido utilizada para
entregar al capitalismo extranjero el control
de nuestra eficiencia productora y el de
nuestra capacidad consumidora.
Es de la gravedad misma del mal de donde
ha de surgir el remedio que librará definitiva
mente al pueblo chileno de la explotación
irritante del capitalismo internacional.
Pero el remedio debe ir más allá, debe
liberarlo también de la explotación vergon-
zosa del capitalismo nacional al servicio del
extranjero.
Es preciso reconocet ^ue la incapacidad
manifestada por los sucesivos gobiernos para
resolver los problemas, tienen su origen en la
pretensión de mantener el principio del libe-
ralismo económico que sostiene la indepen-
dencia de los individuos en las gestiones
correspondientes.
Los defensores de semejante teoría misti-
fican la opinión declamando que la organiza-
ción social debe ser tal que todos tengan
iguales posibilidades y afirmando que en ello
estriban la justicia y la equidad.
Por el contrario, es,i doctrina, aplicada al
orden material, es la más injusta desde el
punto de vista social y la más inmoral desde
el punto de vista humano.
En realidad, el único resultado que, en el
hecho, ha producido el régimen liberal, con-
siste en que, haciendo posible que los más
poderosos esclavicen a los débiles, modestos
y humildes, ha asegurado la desigualdad en-
tre los hombres.
192
b
El oficio de los gobiernos políticos ha
quedado reducido al de simples espectadores
de! desconcierto económico, cuando no el de
cómplice del Imperialismo Capitalista.
La verdadera docCrinit ^bertlaciva debe
consistir en dar mayores posibilidades mate-
riales a los más débiles y en limitar la ambi-
ción de los más fuertes.
Si la doctrina del liberalismo económico,
por ser individualista, desconoce el principio
fundamental de toda sociedad, la doctrina
dei colectivismo económico, por ser socia-
lista, debe basarse justamente en él.
Dicho principio establece que toda socie-
dad se organiza precisamente para impedir
que los más fuertes destruyan a los más
débiles. Desde la sociedad doméstica hasta
Us asociaciones internacionales tienen por
objeto inmediato oponer al empuje desenfre-
nado de ios egoísmo individuales o colecti-
vos un poder capaz de resistirlos evitando las
funestas consecuencias de las luchas entre tos
hombres.
Los economistas liberales pretenden dar
un carácter positivo a su punto de vista,
.itirmando que en la luciía económica triun-
farán los más aptos y que este triunfo siste-
mático de los mejores producirá, por selec-
ción natural, el progreso de la especie, y
creen que al defender esto se están apoyando
en Darwin y en Lamarck,
Profundo error que resulta de no haber
definido qué es lo que se entiende por mejor
cuando Se habla del hombre. No se puede
negar que el régimen económico liberal ha
permitido el triunfo de los más aptos y de
los mejores en cuanto a la habilidad para
apoderarse, en beneficio propio, del esfuerzo
ajeno; y es justamente a causa de la selección
natural que en este sentido se ha producido
que la moralidad, o sea, ios valores espiritua-
les de] hombre, no deben ir a buscarse en la
clase capitalista.
Los liberales se refugian también en la
ciencia. EUos sostienen que la ley de la
oferta y ía demanda es una ley natural, que
no se puede contrariar, y que, por lo tanto,
han de fracasar todas las tentativas que
pretendan impedir sus efectos y creen ade-
más que las doctrinas socialistas están en
pugna con esa ley de la naturaleza.
Afirmación gratuita. La ley de la oferta y
la demanda, es decir ía íe^" del desconcierto
ecünóniico, no puede imperar sino en el régi-
men liberal. Bn el régimen socialista no
hay oferta ni demanda; hay sólo producción
y consumo organizados. La nombrada ley
impera, no hay duda, entre los animales
salvajes y en el sistema capitalista.
Sólo un gobierno inspirado en los princi-
pios de que toda sociedad se establece para
impedir que los más fuertes destruyan a los
más débiles, de que la selección no debe
hacerse por las condiciones de ambición y de
que es su función impedir poc medio de la
regulación de la producción y del consumo,
que ejerza sus funestas consecuencias la ley
de la oferta y la demanda, puede orientar su
intervención en la economía nacional en
forma acertada y enérgica, para establecer la
justicia y la equidad entre los hombres
haciendo desaparecer las desigualdades irri-
tantes.
El desconocimiento de estos principios ha
llevado a los gobiernos que se han sucedido
en el manejo de la República a hacer sólo, el
papel de espectadores, ejerciendo, a lo más,
una acción esporádica y discorde, tomando
medidas aisladas que no obedecían a un plan
general y que, por lo mismo, nacían desti-
nadas ai fracaso.
Así lo hemos visto ir de tumbo en tumbo
arrastrando al pueblo de la miseria a. la
desesperación. Todos los buenos propósitos
se han estrellado con !a falta de concepción
del verdadero oficio económico del gobier-
no, pues Se ha pretendido mantener el princi-
pio de la libertad desenfrenada de los indi-
viduos en este aspecto de sus actividades
materiales. , ,■;,
£n la hora presente corresponde a los
gobiernos intervenir en la gestión económica,
a fm de evitar las luchas entre los individuos,
restablecer la justicia y la equidad en el
sentido socialista y de regular la producción
y el consumo en forma que garantice la
existencia de todos.
£n el programa económico del Gobierno,
deben consultarse simplemente las tres finali-
dades fundamentales e inmediatas siguientes:
ALIMENTAR AL PUEBLO, VESTIR AL
PUEBLO Y DOMICILIAR AL PUEBLO, en-
tendiéndose por pueblo el conjunto de los ciu-
dadanos sin distinción de clases ni de partidos.
Como finalidad económica para el porvenir
debe tenderse a mejorar cada vez más, la fpr-
193
ma en que se satisfacen las ñnalidades funda-
mentales y a simplificar y perfeccionar los
procediniiencus para obtenerlas evitando la fa-
tiga y aliviando el trabajo de los homtres.
Paía esto es necesario conseguir que tos
beneficios del trabajo nacional no vayan a
agotarse estérilmente en el lujo y en la
molicie de una clase privilegiada de la socie-
dad.
El Gobierno debe impedir que el hambre,
la desnuden y el desamparo Kagalí su presa
en el pueblo.
Esta debe ser la suprema ley económica
del Estado contra la cual ninguna otra puede
enfrentarse.
Todos los derechos individuales pueden
ser conculcados y todos los privilegios aboli-
dos, como en caso de guerra, cuando así lo
exige la salvación del pueblo.
Para conseguir tas finalidades anteriores,
es preciso, pues, que el Gobierno tome las
riendas de la ptodutción y del consumo en
tal forma que le aseguren el manejo de la
economía nacional.
En otras palabras, el Gobierno debe ser
desde este punto de vista, UN GOBIERNO
BASADO EN PRINCIPIOS DE JUSTICIA
ECONÓMICA Y SOCIAL.
El Gobierno debe disponer de los medios
necesarios para favorecer la producción y
para regular el Consumo. Para favorecer la
producción es preciso facilitar el crédito y
asegurar el mercado y para regular el consu-
mo es indispensable controlar los precios y
fijar los salarios.
Todas estas finalidades pueden ser obterii-
das mediante la acción combinada de tres
órdenes de medidas ¡gubernativas; las prime-
ras encaminadas a dejar en manos del Estado
el monopolio de la creación de los crédi
tos; las segundas dirigidas a asegurar al Es'
tado un control efectivo en las operaciones
comerciales y, las terceras destinadas a capa-
citar al Estado para absorber el excedente de
los brazos.
Las desastrozai consecuencias de la Ley
de la Oferta y la Demanda, sea en el crédito,
sea en comercio, sea en el trabajo, podrán así
ser contrarrestadas por la acción consciente
V previsora del (iobierno, que estará especial
mente encargado de evit^trtas dispurtiendo las
medidas adecuadas. F.sa Ainestu ley que rige
las relai ioneü animales debe ser desterrada de
las relaciones sociales.
A £n de que el Estado Llegue a tomar el
monopolio de la creación de los créditos es
preciso fundar el BANCO DEL ESTADO, el
cual estaría destinado a fomentar la produc-
ción, a facilitar el co^lercio y a asegurar el sala-
rio. Este Banco deberá finalmente absorber
todas las operaciones de crédito, para lo cual
sería preciso llegar a reconocer que la opera-
ción de crear un crédito a favor de un
particular es una función social que no pue-
de ser ejercida sino por la sociedad misma a
través de sus organismos oficiales. Se desco-
nocería por lo tanto, la capacidad legal de
los particulares para concederlo, con lo cual
se obtendría finalmente la supresión de las
deudas que en la actualidad colocan a algu-
nos hombres en condición de esclawtud res-
pecto de otros. El crédito sería administrado
por el Banco del Estado, en vista de su
utilidad social, ya que para administrar una
institución de Estado no puede considerarse
el objetivo de la ganancia personal.
Para asegurar al Estado la intervención
directa en el eiercicio de las otieraciones
comerciales deberá crearse un CASA DE CO-
MERCIO DEL ESTADO que tome el Comer-
cio Mayorista Nacional y el Comercio de Ex-
portación. La influencia de U Casa de Comer-
cio del Estado será doble, en primer lugar, ase-
gurará el mercado a los productores que ahora
se encuentran abandonados a la indecisión
de los precios a que han de colocar sus
productos, circunstancia que es explotada
por los comerciantes extranjeros; y, en se-
. gundo lugar, permitirá controlar los precios a
que las mercaderías serán ofrecidas a los
consumidores. Las exportaciones hechas por
esta Casa de Comercio del Estado suministra-
rán las Letras contra c! extranjero, necesarias
para cancelar sucesivamente los artículos de
primera necesidad que deben importarse, los
compromisos derivados de las deudas exter-
nas y aun las importaciones de artículos
simplemente útiles.
El comercio serí ejercido por la Casa de
Comercio del Estado en vista del interés de
la utilidad social del servicio prestado, sin
atender a la ambición de la (ganancia perso-
nal.
PínaUnente. la fijación de los salarios por
el Estado requiere la organi-zación de las
<^(X)PERATIVAS DE PRí)DUC<ION V DE
194
Se devtiehen los objetos empeñados durante la República Socialista. La primera máguina de coser devuelta
por la Caja de Crédito Papular a su dueña Carmen de Sepúlveda.
)NSUMO, que permitan absorber el exce-
íute de bracos si los hay- Será preciso orga-
íar Empresas del Estacl(.) para !a conítruq-
Són de Obras Públicas y para la explotación
llectiva de las industrias mineras, agrícolas
fabriles cuyo trabajo sed amenazado pur la
^estabilidad a la iniciativa particular. En es-
1 empresas se podrá siempre absorber el ex-
údente de los braxos por medio de ln limita-
ín de lis jornadas y se mantendrá el salario
no a Cm de intervenir en (a determinación
Se la economía particular.
La exploración de las Empresas del Esta-
lo se hará $in considerar la ambición de la
lancia, pues !» utilidad de ellas estará en el
aejüramiento generil de la situación del
leblo.
Por medio de la acción enérgica y acorde
estas tres palancas de la economía gene-
I, el Gobierno logrará resolver e) problema
fcoiiomicü, es decir, hará desaparecer el
jiambre, la desnudez y el desamparo del
¡iueblo.
La política económica que a grandes ras-
os se ha esbozado, no implica realmente
ino seguir conscientemente y en forma siste-
liática la tendencia que espontáneamente y
|n forma desordenada se viene manifestando
L través de los lieclios.
A medida que las actividades económicas
Rse lian centralizado, es decir; que su admínis-
Jtración se ha concentrado en pocas manos,
tíos directores de esas actividades han llegado
Ka ser los árbiíros de !a ejcistencia social y
I como ellos irjspiran su conducta en la AMBl-
^ClON DE LA GANANCIA PERSONAL, es-
tablecen un yugo insoportable para la colec-
['tividad que sólo puede atender el ÍNTERES
3E LA UTILIDAD SOCIAL de los servicios
ÍJJrestados. Se origina entonces una lucha eti-
Itré aquellos potentados y la sociedad; lucha
iolorosa cuyas consecuencias estamos he
lia experimentando.
Los gobiernos políticos se han visto cada
Ivezmáscompelidos a intervenir; por un lado,
coartando la libre expresión de las opiniones
fY manteniendo una aparente tranquilidad
3r medio de la fuerza y, por el otro,
renando las ambiciones individuales, seapor
aedio de leyes especiales, sea creando or^a-
atsmus de Estado capaces de hacerla compe-
(Eencia-
En efecto, con respecto al primer punto.
loy
si miramos lo que pasa en Chile, vemos que
<il Gobierno, decretando el estado de sitio y
obligando a la fuerza armada a impedir la
manifestación de las opiniones, detiene el
ímpetu ciudadano.
Con respecto al otro punto, encontramos,
primero, que la administración de gran parte
del crédito se halla ya en manos de tnstitu-
ciünes del Estado tale.'s como la Caja Nacio-
nal de Ahorros, las Cajas de Crédito y las
Cajas de Seguro y Previsión y que aún los
Bancos particulares se encuentran sometidos
a la legislación correspondiente; segundo,
que muchos servicios públicos, como ser U
mayoría de los FF.CC, de las aguas po-
tables, de los puertos, etc., son administra-
dos por empresas de Estado y que los demás
se encuentran sometidos a leyes especiales y
tercero, que aún en el comercio se inician
con las oficinas de Aprovisionamiento, con
los Warraiits, y con la fijación de precios y
de primas, la intervención del Estado.
Ha llegado pues el momento de acentuar
sin temor b tendencia natural que lleva a la
socialización de todas aquellas actividades
económicas que estén suficientemente cen-
tralizadas, y cuya administración, en benefi-
cio de determinadas personas, significa un
privilegio para ciertos individuos y un peligro
para la colectividad.
En Chile es especialmente fácil la realiza-
ción de semejante política, sin perturbar el
aumento progresivo de la producción y me-
joramiento del consumo.
Para conseguir el monopolio de la Creación
de los créditos por el Estado, bastará resti-
tuir a la Caja de Ahorrcjs su capacidad
bancaria, que le fue arrebatada en 1931 por
el Gobierno bajo la presión de los banqueros
particulares, instituyéndola en BANCO DEL
ESTADO. La Caja de Ahorros cuenta con
135 sucursales o agencias esparcidas a to lar-
go de! país. En 1930 con 145 sucursales, más
que todos los bancos juntos, Hego a contro-
lar el 38% del movirrdento de los créditos.
Esto explica la alarma de los banqueros par-
ticulares. Además el Banco Central deberá
transformarse en BANCO DE EMISIÓN Y
DE DEPOSITO DEL ESTADO, para lo cual
es necesario reemplazar las acciones que ac-
tualmente poseen los Bancos particulares,
Series B y C, por Bonos amortizables a crédi-
to fijo.
Para organizar una CASA DE COMER-
195
CIO DEL ESTADO bastará dar capacidaíi co-
mercial a los FF.CC. del Estado, transformán-
dolos en un gran comprador que tome el con-
trol del comercio mayorista. Deberá dotárse-
les lo más pronto posible de los materiales ma-
rítimos necesarios para hacer el comercio de
exportación y cabotaje a cuyo fin se pueden
ftSociar con los armadores nacionales. La
Empresa de FF. cuenta con todas las instala-
ciones de bodegas y galpones indispensables^
Con el mejor elemento de transporte de que
aquí se dispone y con un personal competen-
te y disciplinado; así es que su transforma-
ción en Casa de Comercio no demandará
gasto de instalación y sólo muy poco perso-
nal técnico^ por lo cual esa transformación
podrá realizarse instantáneamente. Además,
los FF.CC. no necesitarán capital propio
para el ejercicio del comercio, pues ellos
cancelarán a los productores con letras o
cheques que se descontarán en la Caja de
Ahorros y que estarán garantizados por los
productos mismos. El material marítimo ser-
virá para exportar el excedente de la produc-
ción Sobre el consumo y para importar las
deficiencias y también para hacer el trans-
porte de cabotaje cuando sea más económico
que el transporte ferroviario.
Por medio de la acción combinada de los
precios de compra de la Casa de Comercio
del Estado y de las facilidades de Crédito de
los Bancos del Estado, será posible dirigir la
producción orientándola en forma que cada
región se dedique a las explotaciones fabri-
les, agrícolas o minera más paropiadas para
ellas y más útiles para satisfacer las necesida'
des del país.
Para facilitar la formación de las COOPE-
RATIVAS DE PRODUCCIÓN Y DE CON-
SUMO DEL ESTADO es necesario primera-
mente, reconocer que el Gobierno en vista
de la subsistencia del pueblo afirma la obliga-
toriedad del trabajo reservándose el derecho
de impedir la parRÜzación y de reiniciación
de la explotación de toda industria, sea
fabril, agrícola o minera, cuya producción
haya sido reconocida de utilidad pública,
declarándolas Empresas del Estado bajo la
Supe rvigil ancla del Gobierno. Además, debe-
rá establecerse la obligación de las Compa
nías por acciones qué se reconozcan de
utÜidad social, de destinar una fracción de
sus ganancias a retirar del mercado de valores
partes de sus acciones. Así esas empresas
llegarán rápidamente a ser dueñas del SOít de
sus propias acciones, y entonces serán tam-
bién declaradas empresas del Estado bajo la
supervigilancia del Gobierno. En esta forma
se podrán convertir a la explotación colecti-
va, similares a la que actualmente tiene la
Empresa de los FF.CC. del Estado, gran
parte de las empresas particulares; can lo
cual el Gobierno estará en condiciones no
sólo de absorber el excedente de brazos, sino
también de ñjar los salarios.
Por medio de la acción combinada de los
precios de venta de la Casa de Comercio del
Estado y de los salarios fijados por las
empresas del Estado, se podrá' determinar la
economía particular en forma que el consu-
mo de los diversos gremios en las distintas
regiones sea el más adecuado para aquellos y
el más conforme con la producción del país,
EL BANCO DEL ESTADO clasificará sus
créditos en tres tipos generales, a saber:
CRÉDITOS DE PRODUCCIÓN, CRÉDITOS
DE CIRCULACIÓN Y CRÉDITOS DE CON-
SUMO.
LOS CRÉDITOS DE PRODUCCIÓN se
conceden a los productores y se subdividirín
en: Créditos de Instalación y Créditos de
Explotación. Los primeros destinados a pro-
ducir o permitir !a concentración de los
capitales - riquezas, se retirarán a largo plazo,
con garantía de la explotación. Los segun-
dos, destinados a compensar las despropor-
ciones pasajeras entre la producción y el
consumo, se retirarán a corto plazo con
g^iantía de los productos. Estos créditos
serán cancelados por las mismas empresas
productoras.
LOS CRÉDITOS, DE CIRCULACIÓN se
concederán a los comerciantes y se manten-
drán vigentes mientras no se pongan en
circulación las mercaderías pero, serán retira-
dos cuando esas mercaderías se liquiden.
Pero estos dichos créditos son a plazo inde-
terminado. Y serán garantizados por las mis-
mas mercaderías y serán cancelados por tos
comerciantes.
LOS CRÉDITOS DE CONSUMO se con-
cederán al pueblo y se dividirán en créditos
de domicilio y en créditos de subsistencias.
Los Créditos de dumicüiu serán retirados a
largo plazo y tendrán por objeto instalar los
domicilios del pueblo. Los Créditos de Sub-
196
üistencia estarán deütüiüdos a suplir las des-
proporciones traiisitoriaí entre e! consumo y
U producción de los individuos y se recitarán
a corro plazo. Li cancelación de los primeros
se harán por los mismos trabajadores mien-
tras estén en productióti, con garantía de los
salarios; y, la cancelación de los segundos y
también la de los primeros, cuando los traba-
jadores no estén en producción, se harán por
la colectividad por medio de contribuciones
especiales de cesantía, con garantía de la
ric^ueza privada.
La industria, sea fabril, agrícola o minera,
tiene por objeto proveer a tas necesidades de
subsistencias y domicilio del pueblo; enten-
diéndose por subsistencia la alinnentación y
el vestuario. El empleo de la máquina debe
tener por objeto evitar la fatiga de los hom-
bres.
Toda empresa estará obligada a proveer
las necesidades de una cuota determinada de
población. Para hacer efectivo el curíipli-
■ niento de esta obligaición, por parte de las
empresas particulares, se establecerá la con-
tribución de cesantía. De acuerdo coa esta
contribución cada empresa pagará una anua-
lidad fija por cada habitante de menos que
L'Üa mantenga respecto de la cuota que le
i orresponde en la economía nacional, cuota
que le será asignada en proporción del capi-
tal y de la utilidad social de su función. Por
lo tanto, esta contribución se reducirá en
relación con 'el número de habitantes que
Cada empresa mantenga. Esta contribución
hará desaparecer la cesantía y además contri-
buirá a solucionar el problema de la manten-
ción del pueblo; pues las empresas estarán
interesadas^ para conseguir la rebaja de la
contribución, en completar las cuotas de
habitantes que les corresponden. Las venta-
jas que hoy día obtienen las empresas con la
ocupación de los empleados solteros se com-
Lpensará con la disminución de pago de la
Contribución empleando operarios con fami-
£a, Las remuneraciones de los hombreí casa-
dos o con familias a su cargo tenderán
espontineamente a ser mayores que la de los
solteros. En esta forma se soluciona no sólo
el problema de la mantención de los hom-
bres activos, sino también la de las'mujeres,
de los niños y de los ancianos.
REIVINDICACIONES INMEDIATAS
m deber del Estado de proveer a la subsis-
tencia del pvieblo lo obligaría, desde luego,
mientras se hacen sentir los efectos del pro-
grama económico que se ha expuesto, a
recurrir el Crédito de subsistencia para requi-
sar los artículos de consumo de primera
necesidad, tanto de alimento como de ves-
tuario, que hoy día mantienen acaparados
los comerciantes o productores con la espe-
ranza de hacer una injusta ganancia por las
diferencias de precios. Esos artículos serían
repartidos gratuitamente a las familias y a las
personas indigentes por intermedio de los
propios sindicatos y gremios obreros.
La obligación del Estado de dar domicilio
al pueblo engendra intertanto, mientras su
plan de domiciliación no está realizado, el
deber de suspender los lanzamientos, Para no
perturbar la circulación de la economía se
recurrirá desde luego en los recintos urbanos,
al crédito de domiciliación, para liberar a los
actuales deudores d* sus compromisos atra-
sados de arrendamiento y para rebajar el
50* de los cánones actuales. Finalmente el
crídito de domiciliación popular, permitirá
con la garantía del Estado transformar a los
actuales ocupantes de domicilios urbano^ en
propietarios de ellos. En los recintos rurales
se reconocerá itimcdiatamente a los actuales
inquilinos la propiedad de sus posesiones,
situación que se mantendrá hasta que el
Estado les proporcione el domicilio de acuer-
do con su plantle reforma agraria, Por tanto,
en breve plazo, con la ayuda del Estado, se
verán los trabajadores del campo y de la
ciudad en posesión de sus domicilios.
Los Créditos Extraordinarios de sub-
sistencia y domicilio de que el Gobierno ■
tendrá que hacer uso para satisfacer las
reivindicaciones inmediatas del pueblo, se-
rán retirados por medio de contribuciones
especiales garantizadas con la fortuna priva-
La realización del plan económico ante-
rior requeriría la concentración, en un solo
[*] Aquí se interrumpe el PLAN SOCIALISTA de
Lagarrigue, que publicó "Cuadernos de la Econo-
mía Mundial", N" 8, págs. 14—28.
Santiago: Imprenta Ferrarlo, 1932.
197
Ministerio, de las actividades correspondien-
tes. Este MINISTERIO DE ECONOMÍA NA-
CIONAL tendría doí Subsecretarías de Pro-
ducción y de Consumo, tres Direcciones Ge-
nerales; del Crédito, del Comercio y del Sala-
rio; y, dos Departamentos, dé Estadísticas y
de Control.
Medite el pafs sobre las ideas que expone-
mos para solucionar en forma efectiva el más
grave de los aspecto* de la vida nacional. Los
momentos que vive la República son para
soluciones inmediatas; ya no hay tiempo que
perder en estudios dilatorios. Necesitamos
enfocar la naturaleza, gravedad y trascenden-
cia de nuestros problemas fundamentales a
través de un criterio nuevo, conforme con las
realidades vivientes del ciclo histórico en que
estamos,
La obra de transformación constructiva
de la República no puede ser la acción de
unos pocos; es indispensable la colaboración
de todos los hombres de buena voluntad.
A estos nos dirigimos para que compe-
netrados de los principios salvadores que
exponemos, contribuyan con nosotros a la
formación de la conciencia social y a la
realización, a breve plazo, de todos los pun-
tos de este PROGRAMA DE ACCIÓN ECa
NOMICA INMEDIATA, que habrá de traer
la liberación material, social y espiritual de la
República,
REIVINDICACIONES INMEDIATAS
I.-- El crédito debe ser monopolizado por el
Estado en beneficio de la colectividad para
evitar !a explotación de los que trabajan por
el capitalismo.
2.— El Gobierno no aceptará paralización
de las actividades de la producción, por lo
tanto, ninguna empresa, nacional o extran-
jera, podrá sustraerse a pretexto de resguar-
dar el interés o la ganancia del capital, del
cumplimiento de la obligación que tiene de
contribuir con su producción a la solución
del problema económico.
Se pondrán, en consecuencia, en marcha
las oficinas salitreras que se estime cotive-
nii:ntc y que están hoy día paralizadas.
Se intensificará el trabajo de las faenas
fabriles y mineras que estén paralizadas o
que hayan limitado su producción, declarán-
dolas empresas de interés nacional.
3.— El Gobierno reconoce su obl%acióii
de controlar el comercio interno y externo
tomando en cuenta únicamente el interés
social.
En consecuencia, en sus relaciones con los
mercados extranjeros, tenderá a liberar la
economía chilena del yugo del capitalismo
extranjero y del capitalisrno nacional al servi-
cio del imperialismo.
£1 Gobierno procederá de inmediato a
tomar por su cuenta W importaciones de
azúcar, petróleo, bencina, y demás artículos
de primera necesidad.
Para que el Gobierno tome inmediata-
mente el control del comercio interno, pro-
cederá a exigir de las casas nacionales y
extranjeras la declaración de sus existencias
de artículos de primera necesidad, a fin de
estar en condiciones de asegurar la subsisten-
cia normal del pueblo.
4.- El Gobierno reconoce como uno de
los deberes fundamentales asegurar la subsis-
tencia de cada uno de los individuos de la
colectividad, usando todos los medios de que
dispone el país.
El Gobierno hará efectiva la obligatorie-
dad del trabajo para que cada cual disponga
del poder adquisitivo suficiente.
Mientras se organiza la economía en for-
ma que el Gobierno pueda cumplir su obliga-
ción de asegurar trabajo para todos, se adop-
tarán las medidas necesarias para dar al
pueblo ALIMENTO, VESTUARIO Y VI-
VIENDA.
Se intensificará, bajo el control de las
organizaciones obreras, el reparto de víveres,
utilizando también el personal y los elemen-
tos de movilización y de preparación de que
dispone el Ejército, .
Mientras el Gobierno pueda cumplir su
obligación de dar domicilio a toda persona,
asegurará la vivienda al que hoy no tiene con
qué pagarla.
En consecuencia se suspenderán todas las
Órdenes de laníamientu y se arbitrarán las
medidas para liberar a los arrendatarios de
sus deudas atrasadas y para rebajarlos cáno-
nes.
5. El Estado reconoce que la propiedad
tiene una finalidad social y que, en conse-
cuencia, sólo puede ser ejercida teniendo en
vista los intereses de ta colectividad.
Para evitar la injusticia que significa la
198
dwigual repartición d« [» nqu«zü se modifi-
cará el sistema tributario gravando lis gran-
des rentas.
Mientras estü modificación se realiza »e
impondrá de»de luego un impuesto extraor
dinario y pro^esivo a las fortunas superiores
de un niitlón de pesos.
6. A fín de evitar entorpecimientos a la
realización de este programa inmediato de
reivindicaciuneü se procederá a ta disolución
del Congreso y de toda sociedad que coarte
[a libertad de acción del Gobierno.
LOS TREINTA PUNTOS BÁSICOS
DE ACCIÓN INMEDIATA DE LA
JUNTA DE GOBIERNO (*)
Los siguientes son los puntos básicos de una
acción inmediata de la Junta de Gobierno:
1. - Asunción de fa suma del Poder Públi-
co por el Consejo Ejecutivo y su Ministerio.
2.- Disolución del Congreso Nacional.
3- Organización del control de subsis-
tencias con requlsamienco y demás medidas
:ondttcentes que sean necesarias para asegu-
rar el abastecimiento de la población. Distri-
aución de víveres, empleando, entre otros,
los elementos del Ejército.
4.— Fuerte impuesto a todas la« grandes
fortunas, sin excepción, para reunir una su-
ma no inferior a SOO millones de pesos.
5.~ Aumento del impuesto contplemen-
tano sobre laa rentas superiores a i 36.000
anuales, y del impuesto adicional de chUenos
en el extranjero.
6.- Expropiación de los depósitos en mo-
neda extranjera y en oro, pagándolos en
moneda corriente nacional de 6 d.
7.- Irunediata destinación de lo» fundo»
fiscales, de los pertenecientes a los morosos
en falencia ante las instituciones de Crédito,
y de los improductivos por falta de explota-
ción, a la colonización con cesantes, implan-
tando la coloniiación colectiva con cesantes,
bajo la dirección técnica del Estado. Empleo
de los elementos del Ejército en la moviliza-
ción e instalación de colonos.,
8.- Expropiación de los terrenos toma-
dos por el Estado ajusta tasación y hasta la
concurrencia del monto de la deuda hipote-
caria respectiva.
í*) Ct>fiotenios uji pequeño folleto que solt? inclu-
ye estol "Treint» puntos básicos" y sé denomina;
LOS TREINTA PUNTOS. Taltahuíno: Librera e
IrtipieriCa Júidiii. il(.
9 Suspensión de los lanzamientos de
pequeftois arrendatarios en mora y ocupación
inmediata de las casas desocupadas. Empleo
del Ejército e-n esta labor.
10. Indulti> de los marineros condena-
dos por ios sucesos de Coquimbo y Tal-
cahuano, y demás procesados y condenados
por delitos políticos, derogándose }a Ley de
Seguridad Interior del Estado.
11. Apertura inmediata de las Ofícinas
Salitreras que elaboran con procedimiento
Shauks y otros auxiliares de bajo costo de
producción.
12.— Liquidación o reorganización inme-
diata de la "COSACH".
13.- Estanco del Oro por cuenta del Es-
tado y explotación hasta obtener 30 kilos
diarios.
14.— Establecimiento del Estanco del
Yodo, luego del petróleo, fósforo, tabacos,
alcohol y adúcar.
15.— Organización de la producción hasta
obtener el dumping det salitre y yodo.
16.— Monopolio por tí. Estado del comer-
cio exterior.
17.— Ampliación progresiva e incesante
de la socialización det Crédito,
18.- Organización de la "CASA DE CO-
MERCIO DEL ESTADO", anexa a los
FF.CC. para la compra y venta de artículos
de primera necesidad (frutos del país).
19. - Reorganización de los Servicio» EJi-
plomático y Consular para adaptarlos a las
necesidades del comercio exterior.
20.— Celebración de tratados indo-ameri-
canos,
21.— Revisión de los sueldos, pensiones y
jubilaciones, reorganúcandú la planta de los
empleos públicos y municipales, suprimien-
do las reparticiones y puestos inútiles, Fija-
ción de i 36.000 al año como sueldo máxi-
mo, para los servicios fiscales, lemi-fiscales y
municipales.
22,— Reorganización, selección y reduc-
ción de las fuerzas armadas.
23.— Mejoiatniento y extensión de la
Educación Primaria.
24.— Reconocimiento del Gobierno So-
viético y revisión de los contratos con Com-
pafifas extranjeras que importen monopo-
lios.
25. - Prohibición de importar productos
suntuarios (sedas, autos, perfumes) y demás
199
que puedan ser reemplazados por manafac- q"* dictará la nueva Carta Fundamental del
turas nacionales. Estado.
26. Supresión del impuesto al jjanado 28. Creación del Ministerio de Salud
argentino, trigo y materias primas para las Pública estableciendo la unidad de acción en
industrias nacionales de productos aliirtenti- '<■« servicios sanitarios del país.
29,- ReorEanización de la Adiiiinistia-
27.- Estudio de la organización de una ción de Justiciü.
Asamblea Constituyente a base funcional, ^f'- Tribunal de Sanción Nacional.
200
Capítulo Noveno
Los postulados de los fundadores del partidos socialista
de Chile
m
Bajo este título hemos recopilado una variedad heterogénea de escritos
pertenecientes a Eugenia González Rojas, Federico Klein ReideJ, Marmaduke
Grove Vallcjos, Eugenio Matte Hurtado y Osear Schnake Vergara. Para seleccionar
los textos revisamos bibliografía y periódicos de época, colocando como límite
para las transcripciones abril de 1933, fecha en que se funda el Partido Socialista
de Chile (PSCh).
Sin lugar a dudas, las personalidades elegidas son representativas del socialismo
chileno. Los nombres de Matte, Grove y Schnake, poseen un sitio de privilegio no
sólo como animadores de los más importantes acontecimientos de la década de los
treinta, sino que, además, cada uno de ellos se convertirá, en la nueva colectividad,
en líder de primer orden.
El pensamiento de Eugenio González aparece bosquejado en una secuencia de
artículos escritos en 1924--25, años de crisis y alteración del orden constitucional,
^ Visu;iliza al país sumido en una profunda "desorientación" que hace posible
f] cualquier Intento "'renovador", inclusive llega a sostener cjue se vive un
"período revolucionario". Luego de realizar un recuento de la historia política e
institucional, concluye por sostener que el pueblo puede beneficiarse si es que
actúa sin escuchar las "tjuejas de los políticos destronados" ni cae en la trampa de
Lis promesas (.[uc le hacen Ins "miÜ tares entronizados" en el poder.
Marmaduke Grove nos entrega sus planteamientos a través de declaraciones
que ven la luz pública cuando se convierte en el principal artífice del movimiento
del 4 de junio. De ahí que todos sus textos giren en torno a la implantación de la
203
república socialista. Define, el propósito del pronunciamiento en el sentido de
perseguir un "cambio total de la estructura de la nación, aprovecliando y
transformando cuanto se amolde a la nueva situación y construyendo los
complementos indispensables c]ue complementen el edificio total que necesita un
régimeii socialista".
Los planteamientos de Eugenio Matte. posibles de observar en el conjunto de
documentos que publicamos, se centran sobre dos grandes tópicos. Están los que
tienen como referencia las motivaciones y realizaciones que pretende llevar
adelante el régimen socialista de junio. Respecto a ello, manifiesta que ha
participado cti él guiado por su anhelo de terminar con un sistema social basado
en el privilegio de unos pocos y en la explotación de la mayoría. Su meta es
construir una "república de trabajadores", no de esclavos. El segimdo grupo de
textos contiene las orientaciones centrales de la Nueva Acción Pública (NAP),
entidad política de ía cual es su principal ideólogo y gestor. Cabe recomendar a
nuestros lectores el ejercicio de comparar los planteamientos doctrinarios de la
NAP, en el capítulo Vil, y los conceptos que vierte Matte en su exposición ante el
Senado de la república, oportunidad en que hace un análisis profundo del
Progrivna.de la Nueva Acción Pública.
El único texto que corresponde incluir de Osear Schnake es No sotuos nu
partido tnás, del cual existen varias versiones, tanto en folleto como en la prensa.
Sin embargo, consideramos que el texto elegido resulta el más completo. En él
presenta conceptos doctrinarios y programáticos claros, así como un pequeño
balance de lo que ha sido la actuación del PSCh durante sus primeros años de vida
(M-
Hemos dejado para el final la referencia a Federico Klein, socialista de toda
una vida y que nos ha honrado al aceptar hacer el prólogo de esta antología.
Klein, en un escrito titulado Por qué queremos un partido socialista, publicado en
"Ea Verdad^' de Valparaíso, manifiesta que la colectividad tendrá como norma la
exctu.sión de los individuos "contaminados y manchados en la nefasta politiquería
de administraciones anteriores", pues los adlierentes al socialismo deben exhibir
cualidades superiores. Para él, socialismo significa "poseer dignidad, justicia e
igualdad".
(1 I F.l ti-sto df .Sfhnakt esta itii|Hi-w> urijíiualitimti <ii rl (olliui í'íiíiV" ,f V.m./ínM. (I 438) > t>a sido im.iir|i.'
radii (>or tiu cnioiirrarsi- Tixlii alniitm di t'filM jhuitÍhi v ^í^•• i imi(ilii-ríi < un los. ft(.|iitsitns di' «tu
antiiUitilii.
204
KN TORNO AL
MOVIMIENTO MILITAR
justicia. Santiago. \'" Í.300
(03.XL1924). pág. 3.
I- LA ACTITUD NECESARIA
3s hechos qutj con inusitads rapidez se vie-
en sucediendo en nuestro país, obligar a
Itableccr una rígida apreciación de valores y
adoptar, en conformidad con los resultados
esa apreciación una determinada actitud,
ay que examinar coíi frialdad crítica las
laciones, los hombres y los propósitos
lestes en juego a fin de obrar con eficacia
el sentido de las ideas mejores y más
portunas. La desorientación presente es
ropicia a cualquier saludable intento renova-
se; estamos, aunt^ue no ha baya sangre ni
Bolencia ostensible, en un período revolu-
lonario y todas las tuerzas sociales tienen
I imperioso deber de actuar.
Desde estas mismas columnas hemos com-
satido con actitud violenta el imperio de la
Fdmpudicia política, los vicios de toda índole
foue medran en é! dewrden de nuestra demo-
[■cracia embrionaria y, más que todo eso, las
instituciones básicas del régimen capitalista y
autoritario. Nuestra crítica se Ka dirigido, por
igaal, al sistema y a los hornbres y partidos
que dentro de! sistema han aprovechado y
aprovechan la inercia fatalista del pueblo
para satisfacer sus dt:smcdradas pretensiones
de lucro, de explotación y de mando. Hemos
marchado en línea recta conscientes de que
Lontemporizar es claudicar, y por eso, en este
instante de inquietud colectiva tenemos
derecho a maldecir una vez más, íitt ser opor-
tunistas, a los políticos caldos, y a cotidenar,
sin pretender de augures a los militares que
lioy disfrutan de las granjerias del poder.
Fuera de las ratone» doctrinarias que de
ellos nos aparten, hemos encontrado siempre
detrás de las actividades ostentosas de los
políticos, la mentira interesada, el escarnio
de los principios, la befa de las necesidades
públicas. Viven entreteniendo la puerilidad de
la opinión, con el artificio de las grandes pala-
bras. Fuesen cuales fueren, las mayorías po-
líticas que han dominado en la nación, su
obra ha sido desquiciadora, inmoral y reac-
cionaria, favorable sólo a los intereses de las
grandes empresas, de la oligarquía y de la
bancocracia. Voraces en grado in verosímil, los
políticos habían convertido la República en
un vasto sindicato dedicado a la explotación
del pueblo, un sindicato que utilizaba la tan-
dera tricolor cosno matea de sus negociados
y cubría su rapacidad con el velo intengible
del patriotismo y de la ley.
Pero fueron colmando la medida: su auda-
cia llegó a herir a aquellos que eran sus
sostenes legales. Y un buen día, las institu-
ciones armadas, haciendo intérpretes del ma-
lestar reinante y mistificando a los candidos
-■'legión de legiones" con ampulosas de-
claraciones de idealismo democrático, clau-
suraron el Parlamento, señalaron la puerta de
la proscripción al Presidente Alessandri, y
fueron despertando, con el ruido bélico de
sus sables, las arafías burocráticas dormidas
apaciblemente en los rincones de la adminis-
tración nacional,
Las bayonetas ha tenido aquí, como en
todos los países civilizados (? ), una misión
esencial: mantener intacto ese andamiaje de
mentiras, de explotación y de violencia arbi-
traria que es el Estado, No es necesario, pues,
ser demasiado pesimista para pensar que los
militares, cumpliendo sus honestos deberes y
tradiciones, no alterarían en nada sustantivo
lo que hoy se llama despectivamente "ei
viejo régimen". Reemplazarán mentiras de-
crépitas por mentiras más viejas aún, adorna-
rán la fachada de la casa -colonial con decora-
ciones atrayentes; embaucarán al pueblo con
dos o tres leyes que no perjudiquen en mu-
cho a la oligarquía y a la bancocracia, de
quienes, acaso sin que muchos se den cuenta
cabal, oíician como habilidosos servidores. Y
después, si es que, contradiciendo lo que
afirma esa maliciosa comadre llamada His-
toria, no se encariiían demasiado cort el po-
der, cederán su puesto a un grupo solemne
de Pachecos, representantes de la farsa anti-
gua, y en Chile, como en el caso del cuento,
no habrá pasado nada...
Esto es precisamente [o que debemos evi-
tar a toda costa. O nos cruzamos de braíos o
tratamos de avanzar algo siquiera, dando a
nuestras instituciones la flexibilidad nece-
saria para que pueda adaptarse sin rompi-
mientos probables, a las exigencias del pro-
greso social. Los grandes problemas colecti-
vos están entre nosotros absolutannente
vírgenes, y eS urgente examinarlos y resolver-
205
los dentro de lo que permitan las ciícunstan-
cias, la educación incipiente de las masas y la
energía constructiva de los elementos nue-
vos. Recordemos, en tanto, algunos hechos
del pasado que pueden servirnos para fijar
nuestra posición en el presente.
2.- ANTECEDENTES Y
CONSIDERACIONES
Mirando la fuerza de supervivencia del pue-
blo de Chile y la tenacidad con que se aferra
a lo establecido, el observador se queda estu-
pefacto. El cKilecio. aunque otra cosa diga la
leyenda adulona, es sutnido, anodino, enemi-
go de los Cambios, ama las instituciones tra-
dicionales que !e han sido impuestas, reve-
rencia los absurdos en que ellas descansan, y
prefiere vegetar como Job, en un estercolero
de imquidades, a tener alguna vez siquiera, la
. rebeldía de una protesta gallarda.
Nuestro estado social, político y econó-
mico, reposa sobre irritantes privilegios.
Unas cuantas fanrtíJias de abolengo colonial
unidas a otras de advenedizos democráticos
y a unas cuantas empresas extranjeras, son
dueños de la tierra chilena y de sus riquezas
pródigas. La gran mayoría, en cambio, es
miserable; en los campos, el inquilino, vesti-
gio de servidumbre oprobiosa, es un ser en el
que difícilmente se reconoce un semejante;
en las ciudades e! obrero rueda su vida en
taUeres infectos y en los tugurios dantescos
ds; conventillos edificados por clérigos y bur-
gueses de indiscutibles inclinaciones filantró-
picas.
Arriba, en manos de la aristocracia y de la
alta burguesía, el dinero arrancado al sufri-
miento anónimo se transforma en lujo, en
placer, en belleza; e! dolor proletario es lapi-
dado por una carcajada de bacanal. El pue-
blo nutre con su sangre los vicios de una
oligarquía corrompida, enmascarada de hipo-
cresía católica. Y esto, sin duda, es hermoso
y justo. Los ricos y los pobres existen desde
que existe la sociedad conscitiiída; luego, se
trata de una división necesaria, de origen di-
vino, y el que así no lo juígue tiene que ser
un ente peligroso y absurdo. Para resguardar
la tranquilidad de los que tienen, el Estado
vela como una Providencia terrestre, por in-
termedio de la Policía, del Ejército y de la
Magistratura,
El pueblo tiene en el fondo, la psicología ■;
simple de los niños. Con un juguete en sus]
manos, el niño no grita; con una mentira
pintoresca el pueblo no se rebela. La oligar-
quía chilena, comprendiéndolo así, le obse-
quió el principio de la soberanía republicana, ^
Periódicamente se le llama a elecciones y se
le hace creer que elige, sus representantes.
Cuando lo que hace es cambiar de amos. En
verdad, el único provecho que un ciudadano
saca de las actuales elecciones es la suma de
dinero con que a veces, lo gratifican 'los
traficantes del sufragio. Nada cambia, nada
puede cambiar, porque el sistema electoral
está de tal manera montado entre nosotros,
que las corrientes renovadoras encuentran
cerrado el camino del éxito. Por lo demás,
hay que convencerse alguna vei que la cues-
tión social no va a solucionarse en último
término desde (a tribuna parlamentaria, sino
en los organismos proletarios capaces de ex-
terminar el régimen existente.
Las clases poseedoras son las únicas que
han recibido beneficios de la política parla-
mentarla. La historia de los partidos chile-
nos, especialmente después de! 91, es una
crónica policial aumentada de proporciones;
en todas partes, negociados, escándalos, frau-
des financieros y morales, corrupciones inca-
lificables. Para ser hofribre público en nues-
tra tierra se ha requerido reunir la variedad
grandilocuente de Pacheco a las trapacerías
de cualquier negociante inescrupuloso, y ha-
ber leído y meditado con provecho no ya el
clásico tratado de Machiavelo, sino !a biogra-
fía de algún inasible caballero de industria.
¿Cuántos políticos pasean por las calles de
Santiago sólo para demostrar que los Tribu-
nales de Justicia no se han hecho para los
poderosos? Esto en lo que atañe a morali-
dad, que en cuanto a ideas y programas,
"más vale no meneallo". Las doctrinas han
ocupado siempre un íntimo lugar en la con-
ciencia de nuestros repúbiicos.
3.-- ALESSANDRI
Un día se creyó que todo esto iba a
terminar. La situación insostenible de las cia-
ses trabajadoras, el estado genera! del país, la
crisis económica y espiritual hacía presagiar
una inevitable revolución popular. El am-
biente estaba preparado. Ideologías nuevas
atraían el interés de los espíritus y necesida-
206
les imperiosas incÜnaban a las voluntades a
acción subversiva y rotunda. En la eferves-
Kencia colectiva entraban, por igual, factofei
Jocaks e influencias extrañas diseminadas en
atmósfera moral. del mundo porlarevolu-
^ón rusa, el fenómeno sociológico más im-
portante de los últimos tiempos. Hasta en-
tonces nuestros movimientos políticos ha-
ifcían sido obra de la oligarquía dominante;
run elemento impetuoso iba a entrar en esci-
ena: el pueblo. Lentamente, un comienzo de
h conciencia democrática se insinuaba hacien-
[-do temblar, tras las nlurailas coíoniales de
{sus privilegios, a todas las ciases conservado-
[tas de este país,
Y surgió también el hombre representa-
tivo: Arturo Alessandri. Caudillo, energético
inquietador de muchedumbres, agrupó junto
a él a todas las energías fecundas de esta
tierra. Pudo iniciar una ampJia y eficaz reno-
vación de valores, y no hizo nada. Continuó
el juego de la política pequeña; transigió Con
las intrigas de los circuios parlamentados;
accedió a las exigencias de banderías corrom-
pidas. Y esto es lo que nunca será posible
perdonarle: el no haberse atrevido a cumplir
la misión que el pueblo de Chile le confió en
una hora trascendental de su desarrollo de-
mocrático. Alessandri debió gobernar con el
pueblo y prefirió gobernar cor la Constitu-
ción; un parlanientacismo desenfrenado
ahogó en germen sus saludables intenciones,
e hizo de él, que pudo ser el primer ciudada-
no de un Chile enaltecido, un proscrito más
de la copiosa serie que expulsan hacia Euro-
pa los pronunciamientos militares, que se
suceden en esta América adolescente y tur-
bulenta. Alessandri es el malogro más grande
de la política chilena.
í.- APRECIACIONES
SOBRE LA DICTADURA
Un movimiento renovador de cualquiera es-
pecie tenía fatalmente que producirse. El
abuso del parlamentarismo había traído al
país al borde de la bancarrota; el desorden y
la inmoralidad minaban la administración del
Estado; los hombres públicos subastaban Sus
influencias a las grandes compañías en detri-
mento de la nación; y la de los partidos y en
los dirigentes de los partidos sólo se manifes-
taban ambiciones de predominio y de lucro,
El pueblo, este pueblo nuestro que todo se
lo merece por imbécil y paci'fico, se cruzaba
de brazos en una plácida actitud de escépti-
co. Y he aquí que los militares, defraudados^
también en las aspiraciones de su estómago^^f
iniciaron un movimiento, según ellos depura-
dor, suprimiendo de hecho las leyes y las
instituciones orgánicas, y reemplaíándolas
por U dictadura de una Junta Militar. El
disgusto que a todos producía la desvergüen-
za insolente de los políticos Ka impedido a
muchos, hasta ahora, comprender que el ré-
gimen que ha venido a reemplazar al ante-
rior, presenta características altamente sos-
pechosas y es por su esencia reaccionario.
Fortalecidos por el desprecio, notable en
todas partes hacia el parlamentarismo, los
militares se creen llamados a renovar la Re-
pública, para lo cual se ven, estimulados por
las súplicas de la feligresía católica que consi-
dera la caida de Alessandri como una reivin-
dicación. El Ejército -se afirma, por alif-
procede al margen de cualquiera corriente
política y por sobre las sugestiones doctri-
narias. Sin embargo la burocracia, el clero y
la oligarquía se desgaüitan aplaudiendo y
enalteciendo el pronunciamiento müitar; y la
bufocracia, el clero y la oligarquía serán los
únicos que recibirán los'probtemáticos bene-
ficios de la dictadura, ¿Cuál es si no el papel
del Ejército en la sociedad? ¿No ha sido,
ayer, hoy y siempre, mantener las injusticias
constituidas, defender los privilegios de ¡as
castas posesoras responder con la represión a
las peticiones doloridas de la multitud? ¿Có-
mo puede, entonces, esperarse algo que no
sea la perpetuación de la iniquidad social a
consecuencia de los fueros de la oligarquía
chilena, !a retrogradación de nuestras institu-
ciones? ¿Por qué arte de magia, la falta de
aptitud adquiere, de pronto, cualidades
directrices, la pasividad disciplinada se trans-
forma en fuente de iniciativas salvadoras, y
los sostenes del Estado aparecen como ami-
gos de las víctimas del Estado?
Aparte de lo anteriormente dicho y por
poca perspicacia que se tenga puede verse
como el movimiento iniciado por la oficiali-
dad menuda -queremos creer que con las
mejores intenciones del mundo- ha.venido a
ser aprovechada por ios altos jefes y, por
intermedio de ellos, por los políticos valetu-
dinarios de la Unión Nacional. Esto no nos
importa mucho: hemos estado siempre con-
tra las dos combinaciones que luchaban en el
207
redondel del Parlamento, y no moveríamos
on dedo para defender a k Alianza Liberal
en desgracia: pero estaremos prontos a de-
fender, Como sea necesario, cualquiera tenta-
tiva que se pretenda hacer para conculcar las
libertades conseguidas arduamente en un si-
glo de dificultosa evolución política. Dicen
que la intromisión de los militares en el
gobierno ha establecido un precedente peli-
groso; hay más aún; el gobierno militar es ya
un peligro; si el execrado parlamentarismo
de ayer condujo al país al derrumbe finan-
ciero la aplaudida dictadura de hoy parece
conducirlo a una crisis de la libertad cuyas
proyecciones son todavía incalculables,
S.~ LA VERDADERA REVOLUCIÓN
El concepto de revolución lleva envuelto el
de renovación radical, de progreso, de per-
feccionamiento. No hay revolución cuando
se destruye un régimen y se reemplaza por
otro peor, cuando se vuelve atrás. Lo que
han hecho los jnilitares está muy lejos de ser
una revolución; es un simple pronunciamien-
to igual a esos que llenan la historia de ía
España moderna. En el mejor de los casos se
reformarán algunas instituciones demasiado
arcaicas o demasiado inmorales; aunque lo
más probable —dado el personal que asesora
a la Junta de Gobierno— es que el estatuto
orgánico que se dicte sea más reaccionario y
digno de censura que el que hasta hace poco
tuvimos. Ya se insinúan, por ahí, procedi-
mientos que pjefmiten augurar el cariz de las
futuras determinaciones gubernativas. Se ha-
bla con esperanza y optimismo de la Asam-
blea Constituyente que deberá organizar el
Estado, y unos proponen que se haga a base
de gremios, y otros, por elección popular.
Desde luego podemos adelantar una cosa
y es que sea cual sea la forma en que elija esa
Constituyente, bu personal, nombrado direc-
ta o indirectamente por el poder dictatorial,
obrará conforme a sus inspiraciones y dará a
Chile una Constitución que en nada afecte
los intereses de la oligarquía dominante y
que, por lo tanto, beneficiará en muy poco
al elemento popular. Contra esto hay que
estar alerta porque acaso mañana las oportu-
nidades propicias desaparezcan. Estiinamos
necesario constituir una corriente de opi-
nión, extraña a las dos combinaciones políti-
cas en lucha y de base eminentemente
popular, capaz de íníluenciar y de imponer-
se. Los tímidos y los desencantados arguyen
que nada puede intentarse para supeditar a 1»
fuerza reaccionaria que domina en la actua-
lidad. Conviene recordarle a los que así
piensan, que la fuerza que ha producido las
grandes renovaciones históricas han fluido
siempre, generosa y fecunda, en las entrañas
ardientes del pueblo.
El pueblo debe, alpina vez, proceder,
sacudir el yugo de su atávica resignación,
limpiarse el moho de servidumbre tradicional
que le corroe la vida. Este es el verdadero
momento para que actúe. No hay que
escuchar las quejas falaces de los políticos
destronados ni tampoco las promesas pere-
^inas de los militares entronizados. Los
unos y los otros, sólo son servidores incons-
cientes o habilidosos de la oligarquía.
Nada se puede, en consecuencia, esperar
de ellos,
Eugenio González R.
(De "Claridad")
GLOSAS DE UN AÑO TRISTE í
Justicia. Santiago. No 1.378
(21.IJ923),pigs. 1 y4.
LA NECESIDAD DE ADMONICIONES
Vivirnos chapoteando en la vergüenza. Cada
día asoman nuevas mezquindades, inéditas
sordideces morales, ignoradas manifestacio-
nes de ignominia y de estupidez. Estamos en
uno de esos períodos en que todo —hom-
bres, instituciones, esperanzas— parecen nau-
fragar en el caos desalentador de la decaden-
cia, ¿Quién podría juzgar con serenidad a los
hombres que en cada instante lucen a pleno
sol, con inusitada impudicia, su aparatoso y
ambicioso servilismo o su impotencia delez-
nable? ¿Quién podría fijar con la fría
imparcialidad del analista el sentido y el
destina de las corrientes políticas que sacu-
den el ambiente?
Todos somos actores de una comedia que
debe terminar, para salvación de todos, en
tragedia; todos tenemos nuestra parcela de
responsabilidad y es por eso que nuestro
juicio debe tener la alta sinceridad de la
pasión y el brío militante del ataque y de la
208
protesta. Sólo a gritos es posible hacerse oír
de los iordos voraces que pululan en torno a
los intereses del momento; sólo a empellones
ía verdad puede abrirse paso a través del
cúmulo de mentiras que ocupan todos los
sectores de la vida chilena. Hay que decir la
frase ruda, como un latigazo; aplicar el
epíteto violento, como un cauterio; sacudir,
si aún se puede, el oscuro marasmo de la
multitud, execrando a los culpables¡ denun-
ciando a los cobardes y exaltando con
fíirmeza y claridad el deber de la hora
incierta que vivimos.
El año 1924 señala la más honda y triste
crisis de nuestra sociabilidad y nuestra políti-
ca. Valores tradicionales se han venido ai
sucio ilusiones colectivas, han agonizado y
muerto irremediablemente; conceptos cente-
narios sobre los que descansaba aparente-
mente la tranquilidad del país y el desenvol-
vimiento regular de su evolución histórica
han desaparecido, en medio del aplauso
esperanzado de los que parecían adorarlos y
del silencio cómplice de los que estaban en la
obligación de defenderlos. Vivíamos sobre
un andamiaje de engaflos y de añejeces
solemnes, incapaces para la acción clara y
constructiva, fatalistas desengañados de to-
do; y he aquí que un golpe de fuerza, la
audacia fácil e insolente de los militares, ha
puesto en evidencia la profunda enfermedad
moral de la república, los vicios que corroen
el aíma colectiva y la frágil vanidad de sus
valores representativos.
Es por eso que cualquier examen que se
haga de la actual situación en Chile con
dignidad y justeza de juicio, tiene que llegar
a resultados amargos, a términos de admoni-
ción implacable, porque nunca como ahora,
se había puesto tan de manifiesto la miseria
hipócrita de los individuos, la desorientación
de los ideales, la debilidad claudicante de las
voluntades. Hay que ser leales y fijar las
actividades afrentosas para que mañana en
las ferias de la plaza, no se mientan valentías
gallardas que cuando era necesario no se
tuvieron. Hay que marcar, para que todos los
puedan reconocer, a los faranduleros de esta
farsa sin brillo ya que no es posible terminar
con ellos. Sépase más tarde, ai amenguarse
esta marea de inquietud y desaliento, quienes
prefirieron vivir una hora gris cuando debie-
ron vivir una hora roja.
LOS HÉROES DE SETIEMBRE
Hasta los poetas y los guardianes saben ya
cuáles fueron las causas inmediatas del cuar-
telazo del 5 de setiembre; por una parte, una
conspiración fraguada entre los altos jefes
del Ejército y la Marina por la Unión
Nacional; por otra, el espontáneo desconten-
to que estalló entre la oficialidad menuda
por asuntos meramente estomacales^ Hubo
una convergencia de situaciones que fue
habilidosamente aprovechada por los altos
jefes en Servicio de sus planes reaccionarios.
Eso es lo cierto.
Desde un comienzo, es claro, se pretendió
mistificar diciendo que se trataba de un
movimiento de depuración nacional —¿qué
podrán depurar los impuros? — ; que las
instituciones armadas obraban al margen de
las entidades políticas; que se convocaría, en
breve plazo, a una Constituyente amplia, y
tantas otras cantinelas jesuíticas. Natural-
mente nada de eso sucedió y según dicen,
algunos optimistas, malgré tout, debido a
que la Junta de Gobierno, de esencia y
composición reaccionaria, supeditó aJ Comi-
té Müitar de esencia y composición democrá-
tica.
Da risa. Si la oficialidad menuda hubiera
en verdad querido hacer algo para disculpar
su piratería política, pudo hacerlo porque
contaba con la fuerza efectiva. Lo que hizo
fue destruir la Constitución, deportar diplo-
máticamente a su Jefe Supremo, el Excmo.
señor Alcssandri, romper, como los niños
caprichosos, todo lo que hallaba a mano,
para terminar refugiándose en el regazo
matronil de la Unión Nacional. Podemos
equivocarnos, pero lo que dicen los hechos
es esto y no otra cosa.
V he aquí a la ex. República de Chile
transformada en cuartel. Los poderes públi-
cos pisoteados por relucientes oficíales, hé-
roes de flirt y de oficina; las garantías
individuales convertidas en un' agradable
recuerdo; las libertades concedidas por aque-
lla providente abuela llamada Constitución,
valorizadas sólo como objetos de arqueolo-
gía política; y, para mal de males, a la
oligarquía conservadora, a la banca y a la
clerigalía dictando inefables decretos— leyes
y preparando por intermedio de sus más
seguros personeros —profesores cínicos co-
209
mo Amunátegui, Roldan y Dávila y gestores
desvergonzados como Aldunate Solar -las
próximas elecciones que han de consolidar in
eternun sus privilegios y granjerias.
¿Cómo pudo haber candidos de tanta
candidez que pensaran siquiera un solo
instante, en ^ue tos militares iban a mejorar
en algo la corrupción gubernamental y la
angustiosa situación del pueblo? ¿Cómo es
posible, Señor, que haya gente así, tan
desamparada de inteligencia, tan ciega para
lo que es la realidad social y la histórica tan,
tan... candida, Seflor? ¿No se sabe acaso,
cuál es el papel det Ejército en la sociedad,
cuál es su misión, qué elementos lo compo-
nen, qué espíritu informa cada una de sus
actuaciones? ¿Por qué rrdlagro se iba a
convertir violentamente el orden del mundo
para que b Jucidez de criterio pasase a ser
patrimonio de los beocios y la virtud pública
propiedad de los caribes?
Sin embargo, no todo ha de suceder para
mal; el cuartelazo de setiembre ha producido
también frutos agradables para el paladar
revolucionario: Ha relajado la famosa disci-
plina militar e introducido el espíritu de
iniciativa en los que estaban acostumbrados
únicamente a obedecer; ha destruido el
orgullo necio que los mentecatos de esta
tierra, —es decir e! 90 por ciento de la
población adulta- cifraba en el Ejército y la
Marina, y la confianza que en estas institu-
ciones cavernarias se tenía hasta hace pocoi
y, por últinnOr ha producido un descontento
general, una tensión de ánimo, una necesidad
de actuar que pueden aprovecharse, si no
para establecer la arcadia de la utopía por lo
menos para iniciar la trayectoria de la
revolución.
CONTRA LOS POLÍTICOS
Cqn un poco de energía el cuartelazo del 5
de setiembre habría abortado y estaría cata-
logado como un feto vulgar y mal oliente de
esos que llenan la estantería del museo
político de Hispanoamérica. Faltaron hom-
bres de veidad al frente de ta República.
Alessandri nunca supo ser verdaderamente
fuerte, ni cuando todo el pueblo, erigiéndolo
en su caudillo, le pedía la destrucción de la
oligarquía Colonial, ni cuando el Ejército fne
a ponerle condiciones y a exigirle leyes. En
1920 pudo establecer la democracia y no se
atrevió; en 1 924 pudo salvar !a República y
tampoco se atrevió. En presencia de los
militares quiso engañarse, hizo caso a los
políticos timoratos que !o rodeaban, y termi-
nó por abandonar el poder para irse a
lloriquear, primero a la Embajada yanqui y
después, a ta Argentina y Europa, "entrega-
do a la piedad internacional", como ei dice
en su estilo pintoresco y emotivo.
Esto es de lamentar porque el actual
Presidente Constituciünal de Chile es la
única figura digna y de algún relieve que
presenta el paupérrimo panorama de nuestra
política. Tiene talento, es capaz de esas
gallardías románticas que impresionan al
tumulto, habla en un lenguaje lleno de
grandilocuencias proféticas; pero carece de
voluntad y de amplitud ideológica. Eso !o ha
perdido. Subió a la presidencia lleno de
compromisos y, tal vez, impulsado por un
concepto absurdo de la lealtad y la amistad,
se entregó a los dirigentes de los partidos
vencedores y a las camarillas que siempre
pululan hambrientas de fácil botín, én torno
al 'César. No ie atrevió a aventar lejos a los
paniguados, y ahora, debe comprender las
duras proyecciones de su bondad tolerante.
V no sólo tendrá que condolerse por la
república que no supo redimir, sino también
por lo que atañe a él mismo. Nunca se ha .
dado mayor alarde de ignominiosa ingratitud
que la que rodeó en la incertidumbre del
peligro al Presidente Alessandri. Vio a los
mismos que él levantara, muchas veces hasta
del estiércol, marcar el paso tras el penacho
de los generales insurrectos, oyó de labios de
sus propios conmilitones y de los oficiales
que le habían jurado respeto, las palabras
falaces de la traición; sintió derrumbarse en
su alrededor la ilusoria defensa de los agrade-
cimientos a que se imaginaba acreedor y de
las amistades de que se consideraba deposita-
rio.
¡Ah, los políticos de la Alianza Liberal!
¡Mientras la Unión aplaudía desaforadamente
a las instituciones armadas, las incitaba y las
inspiraba, ellos temerosos de perder situacio-
nes vergoniosamente ganadas, lamían las
botas de los nuevos amos, vendían a su jefe
con la paciente sonrisa de los lacayos, y
esperaban confiados en que la humildad de
lu actitud les permitiría conservar sus sillo-
nes en el Parlamento! ¡Sólo una voz recibió
210
^^K el Congreso, con altiveces de protesta, la
^^■ftada de los mititaires sediciosos, sólo una
^^z que fue la de Pedro León Ugalde! ¿Y
los demás? Los demás aprobaban sumisa-
mente y con igual desvergüenza continuaron
aprobando los actos de la dictadura, una vez
que ésta, manifestándose de frente, disolvió
el Parlamento, exigió la salida del Presidente
Alessandrí y comenzó a desarrollar su inep-
cia reaccionaria por medio de incalificables
decretos leyes y medidas coercitivas.
Hay que estar en guardia porque esos
mismos fantoches de gelatinosa espina dorsal
empiezan a moverse ante la proximidad de
una elección i la que ningún partido ni
hombre digno debiera concurrir. Surgen ya
los mismos nombres antiguos; se verifican
concüiábulos de dirigentes; se hacen cálculos;
se mueven influencias. Los partidos de la ex
Alianza Liberal, contra los cuales fue diri-
gido el pronunciamiento de setiembre se
aprestan para concurrir a las urnas, bajo la
tutela de una ley electoral fraguada por la
dictadura. Sépalo, pues, el pobre, el ingenuo,
el bendito pueblo de Chile: los partidos que
se dicen defensores de la libertad y de la
democracia van a concurrir a las elecciones
preparadas por la tiranía para que les den de
limosna algunos diputados y senadores. El
otro camino eficaz y varonil para echar abajc^
a la dictadura no les conviene -porque
entonces entraría de Ueno el pueblo. . . y es
posible que el pueblo, como decía alarma-
do un leader radical, no les obedeciera y
obrara por su cuenta. . .
CONTRA LOS INTELECTUALES
Y OTROS
... Y junto a los políticos, ;qtié admirable
exhibición de pequeñas avideces, de medio-
cridad y de oportunismos.' Un grupo de
civiles que nunca había podido trepar se
constituye en "Liga de Acción Cívica" para
¡aplaudir rastreramente a los detentadores del
éxito. Los grandes diarios de Chile ponían
sus columnas a disposición de los panegiris-
tas de la asonada; adulaban cada una de las
zafias determinaciones del gobierno de fac-
to; y con el mismo empeño' con que
elogiaban antes los actos de la administra-
ción Alessandri, criticaban aquello que mu-
chas veces habían propiciado. No hubo en
esto excepciones salvadoras. Como procedió
"El Mercurio'', arca santa del oficialismo
nacional, procedió "La Nación", el órgano
fluctuante de don Eliodoro Yáñei, Sisifo de
la Presidencia de Chile. Y los demás, en
columna cerrada, rindieron también las ban-
deras que algunas hacían flamear para embo-
rrachar la indecisa y pacata opinión pública.
Para no desentonar del coro grotesco,
"los intelectuales" lanzaron un manifiesto
que hará época en la historia espiritual del
país por la mezquindad de su contenido, lo
anodino de sus exposiciones y la falta de
conciencia cívica, que desde el comienzo
hasta el fin, demostraba. A un inquilino del
Sur, a un abogado, a un clérigo, a un
moralista, a un sujeto, en fin, de mentalidad
rudimentaria se !e puede tolerar que no
comprenda y que opine en forma pueril
cuando se trata de asuntos graves; pero, a los
que se dicen depositarios "de las fuerzas
irreductibles del espíritu", es justo exigirles
lucidez de raciocinio, conocimiento de los
fenómenos sociales y sobre todo, mayor
entereza y dignidad que a cualquier domésti-
co, Ejercen, sin saberlo acaso, un altísimo
magisterio: sus opiniones tienen resonancias
lejanas; forman con su actitud el criterio de
mucha gente vacilante. Y así hemos visto
cómo los conceptos laudatorios estampados
en ese documento de la ingenuidad chilena,
han servido a comentadores reaccionarios en
otros países del continente.
Nuestros "intelectuales" siempre habían
vivido en las alturas seráficas de la contem-
plación, engarzando exquisiteces rítmicas y
orfebrerías bizantinas. El polvo de los cort^
bates democráticos no había irritado jamás
sus ojos habituados a la pureza de las líneas
eternas. Al verlos descender al valle humilde
de la vida cotidiana, esperábamos de ellos el
verbo más puro y más rotundo y más
idealista. Nunca creímos que Alsino, por
ejemplo, supiese tan a. maravillas, la gra-
■ mática parda del oportunismo. Lamentare-
mos esa sabiduría inédita, como lamentamos
los empeños oficiosos ante la prensa argen-
tina del autor de "Un perdido". Probable-
mente, ellos estén, ahora, arrepentidos de
aquel opaco y confitado manifiesto. Quisie-
ron ensayar una postura nueva y lo hicieron
tan mal que se pusieron académicamente en
ridículo. Por lo demás, su actitud ante el
211
movimiento militar chUeivo, no hace sino
confirmar la acusación que les lanzamos
desde estas mismas columnas con motivo de
la protesta por el destierro de Unamuno.
Entonceí protestaron porque la dictadura
estaba bien lejos y no arriesgatan nada;
ahora, como en 1920, la violencia todopode-
rosa estaba en casa y había, por lo tanto, que
aplaudirla. . ■ (1).
Después de todo, no sólo aquí suceden
estas cosas tristes que nos hacen pensar en la
increíble decadencia de la virilidad. En los
círculos más o menos libres y cultos de la
opinión americana se comenta entre gestos
de desprecio y palabras de misericordia las
actuaciones de Chocano y Lugones. Ambos
Sé han dedicado a loar a la reacción y a los
tiranos. El cantor de "Alma América" es una
especie de cóndor, acicalado y adiestrado
para el enaltecimiento det señor Leguía,
presidente de la Cofradía del Sagrado Cora-
zón de Jesús y dueño del feudo del Perú; el
boticario parisino de "Lunario Sentimental",
hace, por su parte, acatarradas frasecitas para
anunciar que "ha llegado otra vez, la hora de
la Espada". Lo más grave es que estos
adocenados caballeros de la métrica se creen
poetas cunnbres y hombres representativos
de América. La obra de ambos es hueca,
altisonante, y carece de ese trágico sentido
de humanidad que hace perdurar en el
tiempo las creaciones del arte. Y sí por la
obra no serán, como decía R. Roüand,
"contemporéneos del porvenir", por su vida,
están ya enterrados en la consideración de la
América juvenil. ¥ con ellos, para nosotros,
los "intelectuales" del manifiesto de setiem-
bre. Hay que lamentar, sí, que el entredicho
internacional no les permitiera asistir a!
Centenario de Ayacucho y brindar en com-
pañía de Chocano y de Lugones, por el feliz
gobierno de Leguía, de baavedra, ae Gómez,
de Altamirano y de todos los sepultureros de
la libertad ganada a golpes de audacia y de
energía, por una generación heroica que, al
parecer, se llevó sus virtudes a la tumba.
Hu^enio Cionzález Rojas
(t)N.debR. E) articulista parece olvidar
que nuestros "intelccrualci'' -en iin gesto heroico
y lleno án jiUivcz - prt^Ccs taran contrík las priincrAs
iiitdidas represivas de la dictadura. En efecto, al
GLOSAS DE UN AÑO TRISTE II
Justicia. Santiago. .V í.379
{22.l.í925),pág. 4.
LADISLAO ERRAZURIZ
El pronunciamiento de setiembre ha culini-
nado con la proclamación de Ladislao Errá-
zuriz como candidato de los partidos unio^
nistas a la presidencia de Chile. El proceso
reaccionario y antipopular que comenzaron
los militares destruyendo las escasas garan-
tías democráticas ofrecidas por el régimen
constitucional y civil ha tenido en esta
determinación su término lógico y la desnu-
da exteríorización de sus peligrosas ñnalt-
dades políticas.
Ladislao Errázuriz representa en el medio
ambiente chileno el arquetipo de la oligar-
quía colonial, apegada a tradiciones putre-
factas, incapa;: de seguir el ritmo actual de la
evolución humana y llena de infatuado
rencor hacia todo lo que signifique progreso,
elevación de fa conciencia pública, avance de
la justicia igualitaria. Representa un postrer
intento de regresión al pasado más lejano de
nuestra vida nacional y un supremo impulso
para ahogar el avasallante desarrollo de los
nuevos ideales colectivos.
La oligarquía chilena ha sabido escoger el
momento y el hombre. El desconcierto de
los espíritus y la apatía de las voluntades
aparecen propicios para afinnar, usando de
la violencia arbitraria y de la audacia polítícaí
los privilegios que empezaron a desmoronar-
se en 1920 cuando, por primera vez en
nuestra historia, entró a la Moneda un
Presidente ungido no por la intervención
gubernativa, ni por el dinero, ni por el fraude,
si no por la fuerza y la fe de todo un pueblo.
Dispone Ladislao Errázuriz de esa altane-
ra insolencia que caracteriza a los déspotas y
de ese torvo fanatismo de casta que lleva al
desprecio y a la negación de los valores
populares. Encarna los intereses de la aristo-
día siguiente de la depuriación de Schweitzer, s«
encararon de frente ton los militares jf públi-
camente les formularon I» sit^uíente preijunta ijue
estuvo a punto de producir un verdaderu trastorno
loctah "Quedaríamos a (gradee idos del Supremo
Gobierno, íí tuviera la bondad dc darnos a conocer
las causas que motivarun l^i departación de Daniel
ScUweitzer^V
212
tracia latifundista y clerical, de la alta banca
y de las empresas insaciables de !a burguesía;
en fin, de todos los grupos interesados en
impedir el desenvolvimiento liberal de Chile,
sumiendo al pueblo en la abyección de una
tiranía política y en la miseria de una
expoliación económica sin control y sin
moral.
Por su acción pasada se puede colegir ío
[Ue será su acción de gobernante. Basta
¡cordar sus actuaciones en las postrimerías
del Gobierno de Sanfuentes, aquel Siuaso
siniestro nunca lo bastante execrado por la
conciencia pública. El tuvo participación
directa en tos inauditos atropellos de aquella
administración abominable; él inspiró desde
un cómodo sillón de la Moneda, el asesinato
de tos obreros de Maj^allanes, el asalto a
mano armada de la Federación de Estudian-
tes y de muchos locales obreros en Santiago
y otras ciudades de la República; él empo-
breció aún más et indigente erario nacional,
ordenando, con mezquinos propósitos de
bandería política, una movilización que es-
tuvo a punto de romper la paz del continen-
te y de arrojar en la tragedia de una guerra a
tres naciones hermanas.
No lo olvide el pueblo de Chile. Ladislao
Errázuriz simboliza las tradicioneí de una
oligarquía sin escrúpulos, Criminal, dispuesta
a todo por satisfacer sus añejas preten-
ciones y resguardar sus vacilantes privile-
gios. El solo nombre de este sujeto —que de
haber justicia en Chile no estaría ya en este
mundo - es un guante de desafío lanzado
groseramente al rostro del pueblo que se
supone sojuzgado por el tacón reaccionario
de los generales de setiembre. Hay que
recoger ese desafío y formarse desde luego la
decisión inquebrantable de salvar el precario
acervo de nuestro progreso político y social
y el decoro del país cerrando el paso, cueste
lo que cueste a Ladislao Errázuriz. Ladislao
Erráíuriz en la Presidencia de Chile consti-
tuiría un peligro y una vergüenza.
¿DONDE ESTA LA SALVACIÓN?
Llevamos cuatro meses de dictadura; se han
dictado innumerables decretos leyes; ha ha-
bido un canibio de secretarios de Estado; se
ha destruido lo poco bueno que había en la
organización chilena y se ha aumentado lo
detestable. Claramente aparece en el poder la
Unión Nacional, y, apoyándola, las fuerzas
armadas. ¿Las fuerzas armadas? Alómenos
ios jefes y ya sabemos que la disciplina hace
lo demás. Es cierto, compañero lector, que
los soldados son hijo.s del pueblo sufriente;
pero una vez dentro del cuartel olvidan a sus
haraposos hermanos, adquieren un alma nue-
va que sólo reacciona a las voces de mando.
Sin embargo...
Se aproxima la fecha de las elecciones,
mejor dicho del simulacro de elecciones y
todavía los partidos derrocados por el cuar-
telazo no fijan stis posiciones. ¿Irán a las
urnas? ¿Se abstendrán? Y sí se abstienen,
¿cómo obrarán? He aquí algunas preguntas
cuyas respuestas desgraciadamente es posible
anticipar. Los partidos de la ex Alianza
Libera], irán de^de luego, a la lucha eleccio-
naria. Prefieren obtener, aunque sea mendi-
gando, unas cuantas diputaciones y senatu-
rías, a actuar en el sentido revolucionario y
extra-norma! que les señalan sus principios y
aún sus bien entendidos intereses. ¿Qué otra
cosa podía esperarse de agrupaciones presi-
didas por un Enrique üyarzún, discreto y
mesurado; por un Guillermo Bañados, arri-
bista y clerical solapado, y por un Eliodoro
Yánez, explotador de la clase obrera? Nin-
guna iniciativa de liberación puede tener su
arranque en esos grupos heterogéneos consti-
tuidos para el medro personal de unos pocos
y el engaño del pueblo.
¿Dónde, pues, está la salvación? Abajo
como siempre, en el pueblo mismo, en la
acción enérgica de los elementos libres y
progresistas agrupados en torno a propósitos
claros y concretos. Actualmente las masas
obreras están, también, desorientadas. Mu-
chos trabajadores creen que el conflicto
presente no les interesa y que es una mera
disputa burguesa. Sostener ese criterio es una
equivocación y denota una estíechez increí-
ble de juicio. La sociedad es un organismo en
que todo se relaciona. La enfermedad polí-
tica afecta a todo el cuerpo social y más que
a nadie, a las clases menesterosas, £s justo y
es honrado decirle al pueblo que no haga
caso a los políticos, pero no es justo ni
honrado decirle que debe cruzarse de brazos.
No, el pueblo debe actuar; este es el momen-
to propicio; estamos en un período revolu-
cionario, y hay que hacer valer en forma
I
213
revolucionaria las aspiraciones de libertad y
de justicia que, dentro del estado de nuestra
evolución colectiva se pueden realizar.
Si no somos un pueblo decrépito, irreme-
diablemente perdido, dentro de poco habrá
en ChUe una revolución. Hay que agitar el
pensamiento y la voluntad de esa revolución.
Cuando el horizonte político se cierra, como
hoy día, no queda otro recurso ni otra
esperanza. La oligarquía latifundista y ban-
caria se ha adueñado del estado paca detener,
quizá por cuanto tiempo y por qué medios,
el progreso emancipador del pueblo. Es
preciso hacer un esfuerzo máximo, llegar, si
es necesario, hasta el sacrificio, para derro-
car, de una vez por todas, a los viejos
expoliadores de la nacionalidad y abrir vías
anchas y libres aJ desenvolvimiento de la
justicia. Todos los pueblos que son algo más
que Carnaza de esclavitud y abyección —es-
cribía en alguna parte— tienen gestos sobera-
nos cuando se trata de defender ta libertad
amenazada, de instaurar la justicia pretérita,
de restablecer el derecho ultrajado. Y, ¿por
qué nosotros, no habríamos de tener uno de
esos gestos salvadores y creadores de valores
nuevos? A la violencia se debe responder
con la violencia. Queremos un movimiento
del pueblo, hecho contra todos los partidos
políticos, que comience en torno a un
programa mínimo de beneficio colectivo, y
vaya en el decurso de los hechos, encontrán-
dose con proyecciones nuevas y perspectivas
insospechadas,
Eugeniú Comálex Rojas
POR QUE QUEREMOS UN
PARTIDO SOCIALISTA
La Verdad. Órgano Oficia! del Partido
Socialista (Marxista). N<^ í
(09.IX.31), pág. í.
Hay instituciones que han tenido ía desdicha
de caer en descrédito frente al vulgo antes
que se conociera su verdadera esencia y sus
más notables fines; y otras que debiendo
merecer ese descrédito, porque son nocivas a
la sociedad, mantienen por tradición, por
costumbre o por simple indolencia de parte
de los individuos llamados a juzgarlas, toda o
gran cantidad de su prestigio. Lo primero
sucede hoy di'a respecto de las ideas socia-
listas que en algunas esferas de la sociedad
que se dicen altas y otras que pretenden
llegar a esa "altura" son consideradas como
desquiciadoras del orden social y desmorali-
zadoras para la humanidad de este siglo. El
segundo criterio de benevolencia en la aprecia-
ción de las instituciones, favorece a los anti-
guos partidos políticos de ios que ese vulgo
partidos políticos de los que ese vulgo
vestido de sedas no quiere desprenderse
porque los reputa paladines y tenaces defen-
sores del orden social actual.
Las ideas son en realidad tan desquiciado-
ras de ese orden social, como ha sido
desquiciador el combate librado por los
estudiantes contra la tiranía de Ibáñez; como
lo ha sido la revolución francesa y rusa
contra la diferencia jurídica y social de
clases, y como lo es por fin la justicia contra
la injusticia, y la moral contra la inmorali-
dad. Toda arma, movitniento o actividad que
destruya un mal es desquiciador con respec-
to a ese mismo mal.
El socialismo como doctrina que trata de
dar a todos los individuos provechosos a la
sociedad, cierta condición de vida, conforme
ai progreso económico, moral y mental de
nuestra época, elevando el nivel del pobre e
indigente y rebajando el de la burguesía
capitalista explotadoraj hace obra decidida-
mente anárquica contra el egoísmo sórdido y
la burda ambición de determinados grupos
sociales.
El más elemental sentimiento de justicia
manda vigorizar esta anarquía y llevarla
hasta su último extremo. Y es este mismo
sentimiento el que mueve hoy día agrandes
falanges humanas que no sólo no temen ni
recelan i.A socialismo sino que lo exigen
renuehamente en la prensa, en el meettng, en
la cátedra y en muchas otras formas suscepti-
bles de despedazar la oposición desgraciada e
infeliz de ta burguesía capitalista.
Ya no es el socialismo ese monstruo con
que se espantaba a los ciudadanos timoratos,
sino que es un fértilísimo campo del pensa-
miento y de la actividad político— social
contemporáneos, en el qud piensa, la juven-
tud estudiantil, las masas obreras y los
intelectuales, sembrar y cotiechar los más
hermosos frutos para el progreso y la felici-
214
dad humanas.
Dividir la propiedad rural y urbana, con-
ceder sü explotación al tjue teniendo aptitu-
des para el trabajo sufre privaciones; dar
participación al obrero y empleado en las
ganancias de las industrias y el comercio;
negar a. las lombrices intestinales exíranjerai
el quilo de nuestras desfallecidas entrañas;
I conceder a todos U posibilidad de educarse
en colegios laicos y elevar al verdaüero
talento cualquiera que sea su origen: hacer
imperar la organización gremial y la coopera-
tiva para excluir a intermediarios rapaces;
todo esto y mucho más, no significa arreba-
tar, pues se le arrebuta a uno y se le da a mil;
no se llama desgobernar, pue-s se anarquiza a
uno y se gobiernan innumeriibies: no equiva-
' le a desposeer, pues por el contrario, socia-
lismo signiHca ante todo poseer; poseer
dignidad, justicia e igualdad. Quien no quiera
que la humanidad llegue -a estos atributos,
quien ampare la inicua diferencia de clases y
propicia el imperio de la injusticia y la
explotación sanguinaria; sólo ese puede lla-
marse anarquista; únicamente él es desquícia-
dor del verdadero orden social.
Estas esclarecidas y poderosas causas son
las que nos han movido a formar un partido
socialista que en poco tiempo más ha de
guiar la maJtrecíia nave nacional a puerto
seguro y a refugio cierto.
Mas, no ba.íta crear un programa ni
pregonar por todos los ■■imbitos del país el
advenimiento de una nueva y feliz doctrina,
es necesario que ella sea abrazada por almas
puras, por inteligencias despejadas y por
caracteres de granito. Es aquí donde nuestra
atención ha de detenerse con tenacidad y
decisión y es también aquí el punto en que
con más violencia ríos hemos de separar de
los viejos y carcomidos partidos CUya vida
consiste, en miembros inscritos, divorciados
de las asambleas; en asambleas divorciadas de
sus directorios y en juntas ejecutivas centra-
les desconectadas espiritual y materialmente
de todas las demás juntas locales. Y son estas
juntas soberanas las que presumen eíicarnar,
como la hostia cristiana el *lma de Cristo, la
t|iiintaeseiicia de los principios, manoseada
fuerza eJectoral de su partido. Y así los
vemos reunirse eiitre gallos y media noche,
embriagando su espíritu con perfumados
habanos y licores extranjeros; abultado el
abdomen, satisfechos con las dulzuras sibarí-
ticas de una vida muelle y regalada, procla-
mando pomposamente al "candidato único"
al que todos los "distinguidos correligiona-
rios" han de dar su voto como un perro la
pata al amo.
Estos candidatos únicos, to son en reali-
dad, pues son magníficos dispensadores de
mercedes políticas, de prebendas administra-
tivas y de "servicios" judiciales; pero es
natural cfiie este amparo imperial sólo alcan-
za a la veintena de miembros que gentil-
mente (y encarnando lógicamente todo el
"sentir" del partido) los exaltaron a tan
favorables alturas.
El partido socialista cuya orientación en
cuanto a principios diverge totalmente de
todos los otros partidos, menos de! comunis-
ta, tendrá como norma estricta; la exclusión
de todos los que han sido contaminados y
manchados en la nefanda polítiqíicrra de
administraciones anteriores; la sinceridad y
la fe en los principios de los militantes en la
nueva causa y la enfrentación con acerada
proa a los jefes venales y desvergonzados de
los partidos políticos que se dicen "de
orden" que desencadenaron en Chile todos
los males que hoy día sufre el pueblo y que
ahora emergen .en todas partes abriendo Sus
fauces siniestras para terminar de devorar los
miseros restos de la riqueza nacional.
El grupo de estudiantes, obreros, emplea-
dos y profesionales que hoy día busca la
solución de la crisis económica, social y
política en la adopción de una nueva doctri-
na llamada socialista, rechaza con indigna-
cióri a todos los elementos que no supieron
defender en el momento oportuno su alma
contra el adulo y el soborno; su partido
contra la corrupción y al pueblo contra la
terribe miseria que hoy le aflije,
h'ederico Klein
215
DECLARACIÓN DEL MINISTRO
DE DEFENSA NACIONAL Y
COMANDANTE EN JEFE DE
LA FUERZA AEREA
La Mañayiíi, Santiago.
NO26(0é.VI.J2),pág. 2.
Entre los cornentarios que el nuevo Gobier-
no ha promovido en diversos Circuios espe-
cialmente interesados en desvirtuarlo y ata-
carlo, porque significa la total ruina de sus
tradicionales privilegios, se hace especial hin-
capié en el liecho de que se trata de un puro
y simple procédúniento militar.
Por eso creo necesario declarar a !a opi-
nión pública del país, en el nombre de la
Junta como jefe de las Fuerzas Armadas, que
el movimiento revolucionario del 4 de junio
ha sido la realización de tas más profundas
aspiraciones del pueblo y no obedece a otro
fin que el de satisfacerlas y remediar con
nuevas y adecuadas soluciones la angustiosa
situación en que un régimen de oligarquía y
de injusticia ha sumido al país.
La desorganización moral, la lenta pero
efectiva corrupción de la conciencia ciudada-
na, consecuencias íneludibUs de la ceguera
de los gobiernos anteriores y de su total
desinterés por los problemas vitales de ia
nación; la influencia desorientadora de la
gran prensa asalariada del imperilismo ex-
tranjero y de los intereses de la plutocracia
gobernante, la falta de partidos capaces de
encauzar coordinadamente los anhelos socia-
les y de analistar con criterio renovado la
compleja realidad actual, Hacían punto me-
nos que imposible toda innovación efectiva
dentro de los recursos legales e inútü todo
intento que no se apoyara en una fuerza
organizada,
£] paso preliminar del cambio de régimen
sólo podía darse, o mediante una revolución
en que el pueblo reivindicase violentamente
- entre la sangre y el saqueo— sus derechos
tanto tiempo postergados, o con el apoyo
que las fuerzas armadas prestasen a un grupo
de hombres conscientes de su verdadero de-
ber ante la inercia de los poderes públicos y
la lenidad de los procedimientos liberales.
La participación de la aviación, ejército y
carabineros en la revolución del 4 d* junio
ha sido meramente la de una fuerza decisiva,
convencida de que su acción era imprescin-
dible y Urgente, y convencida también de
que por Sobre el respeto al caduco legalismo
constitucional estaban el porvenir de la pa-
tria y la felicidad del pueblo. Su injerencia
en la gestión administrativa del actúa! Go-
bierno se reduce a lo estrictamente indispen-
sable: lo que atañe a la dirección técnica de
su ministerio, y todas las fuerzas de su acción
debe ser dirigida a impedir que se desvíe de
la finalidad socialista que-la impulsó a actuar
Contra el régimen oligárquico existente.
El señor Arturo Puga no preside la Junta
de Gobierno en calidad de general retirado
de las filas desde hace varios años, sino en
razón de su prestigio persona! y de su actua-
ción diplomática. Mi roí ha sido el de unifi-
car las fuerzas militares para la feliz resolu-
ción de un estado de cosaos que, como ciuda-
dano, me parecía insostenible.
Esta franca declaración no tiene otro ob-
jeto que desvanecer las imputaciones intere-
sadas y malévolas de los que, simulando la
defensa de una civilidad que no está en ma-
nera al^na amenazada, no hacen más que
defender desesperadamente los restos de una
preponderancia oprobiosa que sienten ya
perdida para siempte y del único régimen en
que podrían mediar sus ambiciones.
Más que todo, confío en que los hechos
impondrán en breve, aún a los espíritus más
recelosos, la evidencia de que la revolución
del 4 de junio responde sólo a los vitales
intereses de la nación, Y que no podrá dege-
nerar en una dictadura militar que está en
pugna con las convicciones que nos guían y
con la actitud ciudadana que siempre he
sabido observar.
(Firmado) Corone/ Marntaduque Crove.
AL PAÍS
La Mañana. Santiago. N° 28
(08.VI..U), pág. 1.
Un anhelo legítimo e incontenible de la gran
masa ciudadana, ha cristalizado en una reno-
vación fundamental de los cimientos de la
República, La voz de los humildes y de los
desam paridos de la fortuna, ese grito formi-
dable de la carne sin abrigo, de las bocas sin
pan y de los corazones sin esperanza, han
216
Marmúduke,GTo\}e Vallejos
encontrado por fin un eco justiciero y surge,
con la biincl«rii de la humanidad en alto, la
nueva República Socialista de CKile.
En su gestación no ha habido ni habrá
ambiciones personales. Justicia y reconstruc-
ción serán sus únicas divisas.
El pasada, con todos sus odios y todos
sus errores, debe quedar sepultado para siem-
pre como doloroso escalón que hubo necesl-
dad de atravesar para llegar a la altura de los
nuevos y puros ideales.
No hay en la nueva República ibaftismo, ni
militarismo, ni grovismo.
Los hombres que hemos asumido las res-
ponsabilidades del momento, hemos hecho
el sacrificio anticipado de nuestras vidas y
encarnamos ideas y principios <iue están por
encima de nuestra permanencia personal en
el poder. Todos nuestros esfuera:os y nues-
tras mejores energías servirán exclusivamente
la santa causa de la salvación nacional y de 1»
reivindicación de los modestos. Triunfare-
mos porque tenemos fe en los destinos de
nuestra raza fuerte y varonil y nos alentará el
afecto inmediato de todas aquellas medidas
que hasta este momento fueron estériles cla-
mores, ahogados sistemáticamente por el
egoísmo y los intereses de unos pocos.
Las fuerzas armadas que permanecieron
en sus cuarteles cuando la voluntad popular
derrocó el Gobierno de Ibáñez, no fueron
comprendidas por aquellos que se atribuye-
ron un triunfo definitivo y que no titubea-
ron en despedazarlas como represalia de que
esas fuerías anhelaran y propiciaran CON
TAL ACTITUD la más amplia civilidad.
Esas mismas fuerias, con una visión clarí-
sima de los verdaderos intereses nacionales,'
han apoyado la instauración de la nueva Re-
pública y vuelven a sus cuarteles para conti-
nuar en su incansable lal>or de hombres dedi-
cados por entero al servicio de la Patria.
HabUr de militarismo entronizado es un
absurdo en estos momentos y la contraposi-
ción de los términos "civilidad" y "militaris-
mo" es sólo un arma hipócrita de la reacción
que se debate en defensa de mezquinos in-
tereses.
La República Socialista cuenta con la
adhesión incondicional de todos los elemen-
tos sanos. Cooperarán en sus labores todos
aquellos que han vibrado con las aspiraciones
de equidad social, y sus bases son tan incon-
movibles como los principios humanitarios
que, cual falange avasalladora, invaden y do-
minan al mundo.
Los que estamos en el poder desarrollare-
mos labor efectiva y acción inmediata.
Pedimos al pa ís cooperación y confianza.
Marmaduke Grot'e
Ministro de Defensa Nacional
DISCURSO DE GROVE
El País. Santiago. NO 1 7
(í2.V1.32),pág. 1.
Los momentos solemnes por que atraviesa la
República nos debe llamar a una honda me-
ditaciión de armonía y de concordia. Cada
uno debe penetrarse del gran deber cívico
que nos corresponde desarrollar en modelar,
cimentar y afirmar la República Socialista de
Chile, móvü fundamental que nos llevar» a
derribar al régimen anterior.
Hay necesidad de convencerse de que no
se trata de tm cambio de hombres en la
dirección de la cosa pública y que, al igual
que en otras oportunidades, ello nos ha lleva-
do al actual estado de cosas, No, ello no es
efectivo. Se trata del cambio total de la
estructura de la nación, aprovechu^ndo y
transformando cuanto se amolde a la nueva
situación y construyendo los complementos
indispensables que completen el edificio to-
tal que necesita un régimen socialista.
Desaparecerá el egoísmo del rég;imen indi-
vidual y desarrollando cada uno al máximo
sus actividades constructivas, aportará al
servicio de la Colectividad, el desarrollo ex-
tensivo que la atención de todos necesita.
Las mujeres y los niños encontrarán en el
régimen socialista toda la atención y amparo
que su función social requiere. Las unas, las
mujeres, por ser las procreadoras y deposi-
tarías de las virtudes de !a raza, las que en
todo momento, en su doble papel de esposas
y madres, sabrán mantener latente el espíritu
de abnegación para llegar hasta el final en k
dura lucha en que debemos desarrollar nues-
tra^ actividades. Los otros, los niños, por ser
los hombres del futuro en cuyos pechos juve-
niles se desarrollará el verdadero amor por
sus semejantes y el convencimiento de que
sólo con la cooperación, con la abnegación y
217
bien entendido espíritu de sacrificio por los
demás, enconcrarán en la nueva Patria socia-
lista la tranquilidad y bienestar que les niega
la actual situación de la lucha egoísta y des-
provista de grandeza en que desarrollan ac-
tualmente.
Laí instituciones armadas, en cuyo nom-
bre como Ministro de Defensa Nacional, me
cabe el honor de Hablar en estos momentos,
sabrán mantenerse unidas y compactas ante
este idea] de bien colectivo. Dedicadas a sus
faenas profesionales, ajenas a las luchas polí-
ticas, serán el gran baluarte donde se estre-
llen los embates de la reacción si es que
pretenden atentar contra la seguridad del
régimen socialisca y permitirán así a la Junta
de Gobierno llevar a feliz término el desarro-
llo del plan integral que ya ha sido bosqueja-
do.
Así como en el régimen capitalista servían
de punto de apoyo a los gobiernos burgueses
para mantener a raya los derechos manifesta-
dos por las clases trabajadoras, serán en el
futuro su mejor sostén y las armas de la
Repílblica que otrora se emplearon contra
ella serán el más sólido baluarte de la justicia
y se aplicarán inexorables contra los que
pretenden continuar en la orgía política, ad-
ministrativa y económica en que se estrangu-
laba la República.
Sin ser una amenaza para nadie, seremos
los grandes defensores de la colectividad chi-
lena y estamos convencidos que con la coo-
peración de los elementos nacionales que
quieran cooperar en tal sentido, contribuire-
mos al afíanzamiento de la República Socia-
lista de Chile que iniciará la era de sus simila-
res en las demás naciones hermanas de este
continente.
Estrechemos nuestras filas, unamos nues-
tros corazones y dediquemos todo nuestro
tiempo al trabajo que ennoblece y a la coo-
peración del bien colectivo que ha de llevar-
nos a la dicha y tranquilidad que tanto anhe-
lamos.
Pronunciado el domingo i 2 de
junio en eí Teatro Municipal
LO QUE NOS DIJO GROVE
TRES HORAS ANTES DE QUE
CAYERA, EL 16 DE JUNIO
La Libertad Electoral. Santiago. N" í
(4ta. sem.lK.32}, pág. í.
LAS PALABRAS DE GROVE
(••■)
1. ¿Cómo se generó el movimiento?
—La evolución natural de la política del
país ha ido arrastrando al fracaso uno por
uno los diferentes Gobiernos dentro de los
principios sociales— democráticos. Las necesi-
dades producidas por las fuentes de produc-
ción y consumo nos han llevado fatalmente
al rechazo de tas medidas, hasta ayer, siem-
pre encaminadas a favorecer intereses perso-
nales de unos cuantos hombres que acapara-
ron desde el nacimiento de la República las
funciones directivas, constituyendo una cas-
ta de privile^oS y prebendas.
En consecuencia este movimiento se gene-
ró por los propios errores de los Gobiernos
anteriores,
2. ¿Medidas contra la reacción?
La fueria inmensa de la opinión pública
que acompaña indudablemente el movimien-
to actual no podrá ser detenida en su lucha
iniciada en pro de la obtención de sus verda-
deros derechos sociales y la reacción al derri-
bar los hombres que actualmente represen-
tan el nuevo régimen que encabezan estos
principios, sólo cometería el más grande de
sus errores, precipitando los acontecimientos
en una horrorosa anarquía o en el más fran-
co comunismo.
Creo que el procedimiento que cabría
oponer a la reacción capitalista, sería el fren-
te efectivo por medio de las masas obreras y
campesinas, ya que el sacrificio de esos cuan-
tos ilusos reaccionarios signifícarfa la felici-
dad de las nueve décimas partes de los ciu-
dadanos.
3. ¿Reformar las instituciones armadas?
Hasta hoy el Ejército en general ha repre-
sentado una fuerza política que se manejaba
con fines también políticos. Es preciso en-,
tonces instruirlo en su verdadera y funda-
mental función social, en la nueva República
Socialista; formar lá conciencia futura de los
soldados que sostendrán los cimientos de
esta ideología, en sus cuarteles como verda-
deros templos de disciplina y organización, y
218'
■
^^Be en todo momento servirán de sostén al
^^preclio de l»$ masas.
^P Crear ha$tíi en el úldmü de sus urganis-
tnos ]a verdadera conciencia de] deber, que
hasta hoy ha sido mal entendido y explota-
do.
NUESTRAS
DECLARACIONES
El Deber. Chuñaral. .\'o 849
(07.IJ3),pág.2.
Liis declaraciones de principios del Frente
Único Socialista han levantado en anónimos
que escriben en la llamada prensa »em "El
Mercurio" y "El Diario Ilustrado", no el
análisis tranquilo que su seriedad y oportuni-
á-^d han menester, sino el solapado y ruin
ataque que caracteriza estos enfermizas e
incomprensivos.
Sin ánimo de entrar en polémicas, mucho
menos con estos inferiores elementos, es in-
dispensable establecer que nosotros escribi-
mos para e! gran publico, para aquel que
verdaderamente iiente y comprende la mag-
nitud de los males que nos aquejan; para
todos aquellos que trabajan y producen, ya
sea por la fuería de sus músculos o por el
fruto de su intelecto; para los que leen y
penetran los momentos de tratiS formación
social -política y económica que se opera en
el mundo y que marcará los nuevos rumbos a
esta humanidad cansada de sufrir y de ser
explotada en este régimen caduco en que
vivimos para los jefes de hogar, que contan-
do con los medios necesarios para la subsis-
tencia de los suyos, tienen sentimientos hu-
manitarios para comprender la injusticia
que significa el que miles de hogares, de
gente trabajadora se encuentren en la miseria
y el abandono a causa de la crisis producida
por el régimen de explotación en que vivi-
mos. Crisis de la cual no son responsables los
trabajadores sin ocupación sino los intereses
capitalistas que permiten la mayor miseria en
circunstancias de superproducción y de de-
senfrenada especulación con los artículos de
primera necesidad a la vista y paciencia de
autoridades incapaces de evitarlo, (me refie-
ro a las que acaban de entregar el mando, en
cuanto a las actuales confiamos en que ter-
minarán con esta vergüenza nacional); y fi-
nalmente nos dirigimos a ¡os desvalidos de
todo orden cuya orfandad y desamparo en-
contrarán refugio en la nueva estructura del
régimen socialista que propiciamos, el cua!
algún día ha de ser una realidad.
Los mentecatos que nos comentan a toda
costa pretenden contirmar mistificando la
opinión con llamarnos los asaltantes del 4 de
junio en circunstancias que la enorme ma-
yoría del país tiene conciencia exacta que el
período del 4 al 16 de junio constituyó
verdaderamente la "República Socialista"
que instauramos a la salida del señor Mon-
tero, período de 12 días que se caracterizó
por la más ainplia libertad de reunión y de
prensa, sin que ningún desmán de la masa
jubilosa de poderse manifestar viniera a des-
virtuar el concepto libertario que nos carac-
teritca.
Hasta el propio Jenaro Prieto que a falta
de argumentos serios en mi contra, sigue con
la baboseada majadería de las libras, file a
visitarme ai Ministerio de Defensa y solicitar
la publicación de un artículo rechazado por
la censura. "Los Cabreados", publicación
que autoricé aun cuando nada tenía que ver
con la censura y sólo para demostrarle la
amplitud de mi espíritu ante los que profe-
san distintas ideologías.
Esos mismos mentecatos saben perfecta-
mente bien que el dinero, la envidia y la falta
de Una alta idealidad de bien público, movió
a Dávila acompañado de Puga y de la alta
jefatura militar, naval y de carabineros, enga-
ñando miserablemente a la masa de estas
instituciones, que son dignas y comprensivas
del mal que aqueja a nuestro país, la movió,
digo, en compañía de los elementos capitalis-
tas reaccionarios para arrojamos del poder y
continuar con un falso socialismo que les
permitió asesinar al pueblo, tratando de do-
minarlo por el terror y saquear las ya escuáli-
das arcas fiscales. Frescos están aún los re-
cuerdos de esos días vergonzosos para que
sea necesario insistir sobre ellos y la opinión
sana y honrada de nuestro país; se ha forma-
do cabal concepto de cuanto sucedió, permi-
tiéndonos mirar con el desprecio que se
merece la opinión de nuestros detractores,
que no tiene ni siquiera el mérito de ser
personal, sino justificativas del salario que les
¡representa vomitar injurias que no nos alcan-
zan. Firmemente convencidos de que la doc-
219
trina socialista será la salvadora y regenera-
dora de nuestro país, continuaremos nuestra
organiración, a fin de fomar el frente único
social- económico que nos permita mantener
una elevada oposición, no obstrucción, sin
descender jamás a la injuria personal, sino
atentos a los principios básicos qiie constitu-
yen nuestro credo: regeneración y justicia
social, para que alguna vez los trabajadores
manuales e intelectuales de Chile, podamos
sentirnos en nuestra patria, libres de persecu-
siones, disfrutando del bienestar a que tene-
mos dercclio, de la consideración que corres-
ponde en todo país civilizado, y de la liber-
tad de pensamiento, que ha sido, es y será
inherente a todo ser humano que tiene la
dignidad para comprenderlo y eí valor para
hacerlo efectivo,
Marniaduque Grave
LO QUE DIJO MATTE. { í )
Crónica. Santiago. N° 202
(tS.V¡.í2),págs. íyS.
"Chile, que durante más de un siglo ha sido
un feudo del que aprovechaban unos pocos,
desde hoy, es decir, desde la implantación de
la República Socialista, se convertirá en un
ancho campo donde todos podrán gozar de
luí para el espíritu y de alimento para el
cuerpo y llegar a ser auténticos ciudadanos y
verdaderos chilenos.
Creemos, firmemente, que los privilegios
y la explotación de las clases laboriosas han
cesado para siempre. Con ello, recobraremos
verdadera dignidad humana, auténtica cali-
dad de hombres. La República Socialista será
una República de trabajadores, no de escla-
vos, sino de dignos, libres y conscientes
trabajadores.
Era un hecho insólito que ChUe, con un
territorio tan vasto y una población tan
pequeña, mostrara en vei de legones de
hombres, miserables caravanas de mendigos,
que alargaban los brazos pidiendo un pan.
Hoy liemos de organizar una sociedad verda-
deramente humana, en que el trabajo esté
controlado por el Estado.
Hay quienes aún temen a la República
Socialista y, por cierto, que injustificada-
mente. Todos los que representen una fuera
efectiva de progreso, riada tienen que temer de
la República SociaUsta. jNo así los que inten-
ten continuar los sistemas de privilegios e in-
digna eJiplotacióii! Para ellos estará pronta la
mano firme del Gobierno.
La República Socialista recobrará la pleni-
tud de la soberanía nacional, aJ mismo
tiempo que resucitará una condición de
nuestra raza que ya se iba perdiendo: la
altivez del chileno. Porque estamos dispues-
tos a luchar firme y decididamente, y cuan-
do se trate de abolir privilegios, el Gobierno
no se detendrá si aparece por allí una mano
extranjera,
No es ésta una hora de odios, venganzas
[li rencores. Es una hora de fe. Por eso os
pido que tengáis fe en que ocurra lo que
ocurra, sabremos cumplir los postulados de
la República SociaUsta,
Los trabajadores manuales e intelectuales
tienen hoy una sola y grande labor: la Je
unirse estrechamente, cada vez más, en defen-
sa del socialismo y permanecer en íntimo
contacto con el Gobierno. Mediante ese
apoyo y ese contacto, el pueblo podrá velar
por que ios postulados de esta revolución se
cumplan.
No tienen temor, por otra parte, el
Gobierno de que las fuerzas armadas se
aparten de su verdadero camino. Yo conozco
hondamente, como se pudiera conocer a un
amigo, a jefes, oficiales, suboficiales y tropas
y os aseguro, sin temor a equivocarme, que en
cada militar hay un buen civil y un cumplido
ciudadano.
Termino recomendando que no ceséis en
vuestra labor, que es grande: id a vuestros
hogares, a vuestros talleres, a vuestras organi-
zaciones gremiales y difundid, repartid a
manos llenas la fe. la confianza y la unión''.
(1) Prongin;ia<Jo el domingo 12 de junio en el
Teatro Municipal de Santiago, en U mahifestafión
ciu<; iifrerió el Partida Demócrata al Gobierno.
220
LO QUt DIJO
EUGENIO MAi I E HURTADO
PARA LA NACIÓN DE
BUENOS AIRES
Gruye. Órgano del Comité Ejecutivo
Nacionat Pro-Candidatura Grove. Santií^p.
N° 8 (23.X.32), pág. I.
¿Cuál es el origen de L Revolución?
— El origen de la Revolución es muy
sencillo, -nos responde. Se encuentra, en la
inconciencia de las fuerzas políticas que
militaban en los parados, que jamás se
dieron cuenta de que en I» trastienda de sus
intrigas y deleznables intereses, se moría de
híiitlbre el pueblo, sin encontrar para sus
necesidades más inmediatas, no digo la ayu-
da, sino, ni la defensa del Estado. Durante
. los meses de junio y julio de 1932 debía
darse curso a veinte mil demandas de lanza-
miento solamente en los Juzgados de Santia-
go, mientras los "políticos liberales" sólo se
preocupaban en repartir sus prebendas entre
los que aprovechaban de esta injusta situa-
ción social.
¿Qué intervención !e ha correspondido
en el origen de esta Revolución a los
militares?
-Los militares, con el pleno concepto de
su responsabilidad que no sólo consiste en
salvaguardar la integridad externa del país,
; sino que también en vigilar la unidad interna
de nuestra nacionalidad, vieron que con
subterfugios constitucionalistas se nos iba
precipitadamente vendiendo al capitalismo
extranjero, cuyos más destacados tentáculos,
, formaban parte del gobierno anterior. La
' nacionalidad se pierde en el campo de batalla
pero se vende en los gabinetes de los
gestores, y cuando la conciencia nacional se
nííistifica, cualquiera fuerza sana tiene dere-
cho a Capturar el poder para reivindicar la
nacionalidad amenazada.
¿.,.?
-Dentro del régirnen que se organiza,
cuya estructura reside en las funciones socia-
les sindicahnente constituidas, los militares
representan una fuerza respetable, como los
profesionales, los obreros o los industriales.
El proceso dé transformación y la pureza de
propósitos que en todo momento han carac-
terizado a esta revolución, nos permiten
afirmar que la posibilidad del militarismo es
una contingencia absurda, que te sirve de
recurso a la oligarquía para desprestigiar la
República Socialista de Chile,
¿Cuál es el carácter que predomina en
esta Revolución?
Esta Revolución, mi querido amigo
nos responde el señor Matte- es la resul-
tante de una larga labor de estudio, durante
la cual mi.K compañeros que hoy día ocupan
los diversos Ministerios y yo, hemos analiza-
do la peculiar idiosincrasia de nuestra na-
ción. El carácter esencial de nuestra Revolu-
ción, es el carácter econóinico. Hasta hoy los
gobiernos democráticos habían aBrmado su
revolucionarismo palabrero en los paliativos
de las leyes sociales, sin tocat en ningún
momento el engranaje económico que cons-
tituye la suciedad burguesa. Muy bien sabían
manejar el habilidoso juego demagógico de
las leyes sociales, porque bien sabían que, sin
tocar la estructura económica, esas leyes, por
la fuerza de los hechos, se iban lentamente
desvirtuando. Así tenemos que, de la Ley de
la Vivienda, promulgada el año de 1925, hoy
día sólo subsiste el Decreto sobre lanza-
mientos. Nosotros no tratamos de engañar ni
de adquirir la fácU popularidad que se
obtiene con los viejos procedimientos enga-
ñosos de la politiquería derrocada; hemos
afirmado que sin una transformación total
de nuestra economía, no podremos trajusfor-
mar la estructura del régimen.
-¿A qué ideología determinada corres-
ponde esta Revolución?
— A ninguna. No se sorprenda; nosotros
tratamos de hacerle a esta Revolución su
peculiar contenido ideológico. Mañana, los
que nos sucedan, podrán llamar a nuestras
ralizaciones con el rótulo que les correspon-
da. Las doctrinas sociales han sido creadas en
la observación de la realidad europea, es
decir, de naciones que seguían el ritmo
siempre intensivo de la capitalización finan-
ciera, -así que, aplicadas en América, cuya
realidad es distinta, - nos postergan las solu-
ciones inmediatas de nuestroi problemas e
introducen el confusionismo. Más que princi-
pios, nosotros traemos soluciones, y esto no
tiene nada de paradojal; las soluciones de
hoy engendrarán los principios que habrán
de dar el cauce doctrinario a nuestra Revolu-
ción.
221
—¿Por qué, entonces, se llama al mo-
vimiento del 3 de junio "Revolución Socia-
lista"?
— Ei individuaiismo liberal contenido en
los principios esenciales de la democracia,
que aparece como cristalización, histórica de
la Revolución Francesa, se ha transformado
en la explotación delictuosa de un pequeño
grupo de privilegiados sobre la enorme masa
del proletariado. Para nosotros la economía
no consiste en leyes abstractas, sino que en
heclios. positivos. La sociedad se organiza
con una obligación recíproca de defensa, en
que al Estado le corresponde el ineludible
deber de garantizar la vida y el bienestar de
los débiles, resguardándoles sus intereses de
la explotación organizada de las clases adine-
radas, Y esto que, con la simplicidad rompe
el convencionalismo revolucionario, es para
nosotros la esencia de nuestra Revolución.
La doctrina económica de nuestra Revolución
es Alimentar al pueblo. Vestir al pueblo y
Domiciliar al pueblo. Por lo demás, todo
Gobierno corresponde a su época de transi-
ción, y el nuestro corresponde en todos sus
aspectos a la época en que Lenin comenzó su
"Nueva Política", tendiente a crear la capita-
lización del Estado, ámco medio, según
Marx, para llegar a la integral socialización
del Estado. Felismente para los que hemos
hecho (a Revolución de junio, [a Historia es
una cosa viva...
— ¿Cuál será la actitud de la Revolución
chilena frente a los Estados Unidos?
—Muy sencilla. Respetar a Estados Uni-
dos, y exigir que Estados Unidos nos respete
a nosotros. El panamericanismo es un error.
Es algo que repudian ia tradición, la Historia
y la raza. Nuestra nacionalidad, que hasta
ayer era una mera metáfora dentro de
nuestra Constitución, empezará a ser una
realidad. Sí en literatura aprecio la imagina-
ción, en política la repudio francamente. La
República Socialista de Chile, no tiene nin-
guna intención de atacar a nuestros amigos
"los americanos", como se les llama a los
ciudadanos de Norteamérica, pero a la vez
declara que su soberanía no sólo consiste en
la libertad para elegir Presidentes o Dipu-
tados, sino que también para organizar su
producción industrial y su consumo de
acuerdo con las propias necesidades econó-
micas de nuestro pueblo. Empezaremos a ser
una Nación, ya que la Democracia burguesa
derrocada nos mantuvo siempre en calidad
de factoría.
¿...?
—América debe comprender, digo Lati-
noainérica, que por encima y por bajo
nuestra."! fronteras, hay algo que nos vincula:
vetas de petróleo que nacen en los llanos de
Venezuela y que mueren en el coraión del
Brasil. Enormes sabanas de salitre que ama-
rran a Perú, Bolivia y ChUe. Zonas forestales
sin solución de continuidad.
Et Derecho Internacional europeo no nos
sirve. Sigamos mejor la vertebración cordille-
rana, el macizo bloque montañoso desde el
Anahuac hasta nuestros Andes, y estaremos
dentro de la Naturaleza, es decir, más dentro
del Derecho.
En América hay un sólo héroe, que es
Bolívar, más que por su eficiencia guerrera,
por su visión de estadista; y la Revolución
chilena ratifica con la acción, después de más
de cien años de disquisiciones académicas, el
pensamiento de Bolívar: La Gran Confedera-
ción Americana, es lo único que justifica
nuestra ubicación en la HISTORIA. Pero,
amigo mío, no me gusta soñar... Los pueblos
de América seguirán la ruca de Chile porque
en la sombra la lámpara que se enciende
señala el camino.
-¿Cree usted que basta la transforma-
ción económica para asegurar el porvenir de
la Revolución de Chile?
-No. Es necesario Crear los nuevos orga-
nismos políticos que correspond-in a los
nuevos organismos económicos. Nuestra eco-
nomía organizará las actividades productoras
del país, y de esas actividades productoras
nacerán los organismos políticos que ¡as
representan. El Sindicato Profesional habrá
de reemplazar al partido político, ya los
intereses de la nación no estarán entregados
a un grupo de hombres que militen bajo las
banrlecías radicales, conservadores o comu-
nistas, sino a las fuerzas vivas y productoras,
funcionalniente organizadas, que constitu-
yen la nacionalidad, E( sistema de "partidos,
políticos", sean cuales sean sus doctrinas,
engendra fatalmente el privilegio de una
clase, e! de la clase que constituye la Junta
Central de los determinados partidos. La
sociedad está constituida por funciones:
obreros, profesores, técnicos, etc., y es muy
222
lógico que el gobierno sea la cristalización de
esíis funciones que formun en el hecho la
vertebriición ecnnómica, por tanto, orgánica
de la nación,
¿Qué ha sido lo más grandioso, lo más
grato para su espíritu durante esta Revolu-
ción?
Decididamente, la ¿tctitud del pueblo,
; Nosotros capturamos el Gobierno sin antici-
padas propagandas, y jamás solicitamos la
incondicional adhesión del proletariado.
Hoy, después de ocho di'as de gestión guber-
nativa, el pueblo que usted ve agrupado en
las calles, está dispuesto a levantar barrica-
das, a matar y morir defendiendo este
Gobierno de hombres hasta ayer desconoci-
dos y alejados del guignof político, que han
llegado hasta la Moneda, con el alma limpia
y con un firme propósito de justicia en et
corazón. En este momento la Revolución no
la defienden los militares, la defiende el
pueblo.
NUESTRO CAMINO
Nueva Acción Pública. Órgano oficial de
la NAP. Santiago, NO í (Í9.1.33), pág. 1.
Este periódico ha de ser el vocero de la
Nueva Acción Pública de un extremo a otro
del país y ha de servir para unir estrechamen-
te, en ln idea y en la acción, a todos los
napistas de Chile,
El "napismo" es no sólo una doctrina de
renovación integral, sino, especialmente, una
actitud mental y sentimiental nueva que
permite a todos los '''napistas" adquirir un
concepto heroico de !a vida que nos permita
afrontar todas las pruebas, todos los peligros
y hasta rendir la vida en aras de nuestros
ideales de perfección individual y de reden-
ción material y espiritual de la colectividad.
No puede obte'nerse un mejoramiento de
las condiciones de la especie por medio de
palabras ex elusivamente. Se requiere, ade-
más, un esfuerzo constante de estudio, de
acción y de sacrificio, organizados en la
forma establecida por nuegtro Estatuto Orgá-
nico.
No cabe actividad napista alaun» ejercida
fuera de tas normas disciplinarias del Estatu-
to, porque no representamos buenas inten-
ciones individuales aisladas, sino un esfuerzo
constante y orgánico por la gran causa de la
redención de los trabajadores intelectuales y
manuales y por la emancipación económica
de Chile e Indoamérica.
Nuestra organización en Núcleos, como
centros activos de labor, de estudio y de
propaganda, ha de llevarse a cabo con
Incesante empuje, bajo la dirección del Co-
mité Local respectivo, y es necesario que los
efectos de sus trabajos de agrupación y
adoctrinamiento se hagan sentir en las ciuda-
des y en los campos.
La Universidad Social ha de ser el gran
centro de extensión cultural, de investiga-
ción técnica y de difusión doctrinaria de
"napismo", a la que todos demos constante
apoyo y colaboración.
Al Poder Armonía queda entregada la
labor depuradora de nuestras filas, —en la
que se debe ser implacable— y debe estar
inspirada por el más alto y el más severo
espíritu de justicia.
Toca, por fin, al Comité Central Ejecuti-
vo ser el órgano sensible e inteligente en la
previsión y firme e incansable en la realiza-
ción de las directivas generales de nuestra
organización, que está muy por encima del
concepto vulgar y gastado de Partido, cual-
quiera que sea su posición, de derecha o de
izquierda.
Esta publicación Uenará su misión esti-
mulando el entusiasmo y la abnegación de
tos napistas y avivando el celo de nuestros
organismos de todos tos puntos del país,
A todos los "napistas" nuestro cordial
saludo en et nuevo áfio que se inicia.
Eugenio Matte Hurtado
223
PROGRAMA DE LA
"NUEVA ACCIÓN PUBLICA"
Eugenio Matte Hurtado. (Sa. Sesión
Extraordinaria en 25 de enero de 1933),
págs. 184- Í94.
El señor Matte
Honorable Senado:
La voluntad consciente y desinteresada
de quince mil ciudadanos me trajo i este
recinto a expresar sus anhelos y a defender
sus ideales, que comparte una porción muy
considerable de la opinión pública nacional.
Hablo, entonces, para dar a conocer a
vosotros y al país, nuestras aspiraciones y
actividades de ayer, de hoy y de mañana.
Las amenazas con que a diario se preten-
de acallar mi voz y debilitar mi voluntad, no
han de impedir que cumpla con mi deber
hasta el último instante.
Es grave error de quienes se creen deposi-
tarios exclusivos de la legalidad, pretender
acaüar por la violencia las nuevas ideas y las
aspiraciones incontrarrestables de los trabaja-
dores. Silenciadas las voces o extinguidas las
existencias de los que hoy encarnan esos
ideales, vendrán otros necesariamente que
continuarán defendiéndolos y aue tendrán la
obligación imperiosa de vengar a los que
hubieran sido eliminados.
La Nueva Acción Pública es una "agrupación
de trabajadores intelectuales y manuales
organizados como fuerza ejecutiva de reno-
vación integral"; y con esto se quiere decir
que no se buscan situaciones o éxitos pasaje-
ros sino Una tcansformación colectiva en la
organización económica, social y política
para crear una sociedad regida por la armo-
nía y la justicia, en que el hombre, aunque
sometido a la ley ineludible del trabajo, esté
libre de las pesadas cadenas y odiosa esclavi-
tud actual a que lo somete la ruda tarea de
satisfacer Sus necesidades Materiales, y pueda
vivir una vida plena, noble y libre y alcanzar
su completo desarrollo físico, intelectual y
moral.
Los acontecimientos quisieron que algu-
nos liombres de sus filas actuaran en el movi-
miento revolucionario iniciado el 3 de junio
y traicionado el 16 del mismo mes.
La pasión política y especialmente los
intereses privados afectados por ese movi-
miento, mantienen una campaña destinada a
desfigurar los propósitos de aquella revolu-
ción, presentándola como un cuartelazo sin
arraigo en la opinión pública y con un pro-
grama utópico, que muy luego había de lle-
var al país al bolcheviquismo o al caos abso-
luto.
Se quiere confundir el movimiento revo-
lucionario desarrollado entre el 3 y el 16 de
junio, con el Gobierno tiránico de Dávila,
instalado en el poder por obra de jefes mili-
tares al servicio de ciertos círculos reaccio-
narios del país y del imperialismo extranjero.
Maliciosamente se oculta el resultado de
la comisión investigadora de los Decretos
Leyes Reservados, encomendada a don San-
tiago Labarca. ¿Por qué no se publica el
resultado de esa comisión? ¿Por qué no se
permite hacer safcer al país que el Gobierno
del 4 al 15 de junio no dictó ninguno de esos
decretos reservados?
Yo denuncio públicamente la complici-
dad de algunos partidos históricos con la
tiranía de Dávila. Complicidad para estable-
cerse, porque lo acompañaron en su gobier-
no para imponer la mordaza a la prensa, el
Estado de Sitio, la Ley Marcial, la encarniza-
da persecución a las ideas y a las organizacio-
nes y, luego, las masacres de obreros y estu-
diantes perpetradas en Santiago y Valparaí-
so, el 21 de junio y días siguientes.
Esta complicidad siguió manifestándose
en la cooperación que destacados elementos
de diversos partidos prestaron al tirano, co-
mo Ministros de Estado y jefes de reparticio-
nes; y también hubo políticos —de eíos mis-
mos que hoy vociferan contra los gobiernos
de facto y reclaman leyes que ahoguen el
pensamiento de avanzada y las voces de ham-
bre y desesperacióil de las masas- que solíci-
tos y cariñosos llegaban a altas horas de la
noche hasta las habitaciones particulares de
Dávila a combinar con éste la forma de hacer
participar en el Gobierno a uno de los más
fuertes Partidos históricos.
Se ve claramente, entonces, que para esas
a^upaciones que hoy se presentan al país
como fanáticas de la constitucionalidad y
legalidad es lo más importante participar en
el Gobierno, y si llega a él con claudicación
224
Eugenio Matte Hurtado
convicciones tuudanientaJes y no de
tra juanera puede ucurrij si se coopera a
la [irania sanguinaria y dilapidíidorii quLe
decir que se busca el Voder por el Poder
ismo, por las influencias y granjerias con
|Ue puede ayudarse a los correligionarios, y
lo con el sano deseo de poseer ei tnstrumen-
Eo fundamental del progreso y de la renova-
ción de la colectividad.
Y este fenómeno, presenciíado con estupe-
facción por los elenientos progresistas del
país, es el mismo que —en escala ascenden-
te— viene produciéndose desde hace muchos
^ños, sin que ninguno de los sucesos doloro-
sos ;icaecidos haya servido de experiencia ni
signifique una reacción contra tan malos
prácticos.
La Nueva Acción Pública nació precisa-
mente,, como una protesta contra el estado
de cosas; pero no como una protesta aislada
y pasajera, sino como una protesta organiza-
da y sistemática y como un esfuerio cons-
tante y disciplinado para inaugurar en Chile
un nuevo orden de cosas, en que los princi-
pios fundamentales y la convicción doctri-
naria no cedan jamás ni un ápice ante ninguna
oferta ni ante ninguna situación.
El Destino quiso someter pronto a nties-
tra organización a severa prueba.
A comienzos del año pasado ta situación
del país iba haciéndose día a día más deses-
perada, porque la desocupación, el hambre y
la miseria iban tomando a más y más hogares
chilenos, al tiempo mismo que a un grupo de
privilegiados le era permitido especular con
el hambre del pueblo —artículos alimenticios
y de primera necesidad— y con el valor de la
moneda, sín que el Gobierno adoptase medi-
da alguna para evitarlo, fundándose en un
liberalismo económico enteramente inadmi-
sible y repudiado por la opinión del país.
Ese liberalismo, que tan cómoda y am-
pliamente, protegía las actividades antisocia-
les de los privilegios no servía para dar ampa-
ro al clamor popular, que no era otra cosa
que voces de hambre y desesperación, gritos
de socorro. A aquellos, la protección legal y
el amparo de la autoridad; a éstos, la lanza y
la bala, aunque se llegara ¡í los repugnantes
extremos de las masacres de Copiapó y Va-
llenar en diciembre de 1931.
Se pretende justificar esa situación, soste-
niendo que el Gobierno estaba empeñado en
reconstruir el orden constitucional y legal,
pero ese argumento es a todas luces delezna-
ble por cuanto no puede concebirse otro
orden constitucional y legal que aquel que
asegure la vida material y espiritual de la
colectividad impidiendo los excesos de los
privilegiados. S
Es un hecho indiscutible que las masas"
populares llegaran a identificar la acción gu-
bernativa ton la de los especuladores nacio-
nales y extranjeros; y es igualmente cierto
que repudiaron y se divorciaron por entero
de semejante Gobierno, Tampoco cabe di-
sentir que gran parte de los elementos políti-
cos que en octubre del 31 dieron el triunfo a
ese Gobierno, en abril o mayo del 32 se
sentían decepcionados y hacían el vacío afl
ese mismo Gobierno.
Se produjo así un estado mental, un con-
senso colectivo, que vaticinaba y anhelaba la
caída del Gobierno a corto plazo. Como
consecuencia de este estado mental, vinieron
tas" acciones -que prepararon el golpe de Es- h
tado que se produjo el 4 de junio. (
De paso quiero decir que esto tenía que
ocurrir fatalmente en un país en que el Con-
greso era impopular por no haber sido elegi-
do por la voluntad nacional y en que el Jefe
del Ejecutivo se había hecho a su vez-, impo-
pular, y en que la Carta Fundamental es
rígida como un riel y no franquea otro recur-
so que el est»lHdo. Y el estallido vino.
Grupos de distintos campos afines concer-
taron sus ideas y disciplinaron su acción para
instaurar una nueva era de Gobierno eficien-
te y popular, que organizase y coordinase la
iniciativa individual, para ponerla al servicio
de la sociedad y desarrollar una actividad
sistemática que annonizase, primero, y fun-
diese, más tarde, el interés particular en el fl
Colectivo,
Desgraciadamente, en el momento de la
acción hubimos de marchar unidos a elemen-
tos que no tenían esos mismos propósitos, y
que, bajo fórmulas socialistas que jamás han
entendido ni menos am»do, ocultaban su sed
de mando y predominio. Fue necesario ven-
cer nuestra porfiada resistencia y nuestra
íntima repugnancia, pero hicimos ese gran
sacrificio en la convicción de que había llega-
do la hora de asestar un golpe de muerte al
individualismo caótico que tenía sumergida a
la República en la miseria y en la desgracia.
I
225
d
Muy otro era el espíritu que nos guiaba, a
mis amigos y a mis que podíamos exhibir
una vida de servicio social modesto, perseve-
rante y sin ambición y que bien comprendía-
mos que lo arriesgábamos todo: .situación,
amigos y aún la vida. Pero a trueque de estos
peligros podía obtenerse una fínatidad supe-
rior; establecer un Gobierno que representa-
se, poi fin, un mejoramiento efectivo de la
situación material y moral del pueblo de
chile, de este pueUo tantas veces postergado
y engañado, de cuyos derechos y anhelos se
hace burla y escarnio, y para quien no hay
pan ni justicia-
Absurdo es también creer que el odio
personal guiaba nuestras acciones, porque no
había causa alguna para ese sentimiento, que
a mi juicio no es ni puede ser el fundamento
de las acciones políticas. Lejos de eso. La
irreconciliable discrepancia y la convicción
de que su Gobierno detenía la evolución del
pií's, no lograron ahogar el pesar que rrle
producía la fatalidad histórica que hacía
chocar violentamente mis ideales con la ac-
tuación del señor Montero, en quien me
complazco en reconocer bellas cualícUdes de
hombre y de maestro.
Es necesario que pensemos y creamos que
los hombres también suelen elevarse por so-
bre las flaquezas y pequeneces que les carac-
teriían y que al servicio de un ideal y de una
convicción de toda la vida, son capaces de
sacrificio y de abnegación; de desafiar la
envidia, la maledicencia, las persecuciones y
hasta el arriesgar la vida, y debéis estar cier-
tos, honorables colegas, que en nuestro gru-
po original había y hay sólo un grande, un
.profundo, un irrenuncíable anhelo: levantar
de su deprimida condición al pueblo chileno
y labrar así la grandeza de Chile, en íntimo y
fraternal consorcio con las Repúblicas de
Indoamérica.
La compañía que, muy a nuestro pesar,
nos impusieron las circunstancias fue, desde
el primer monnento, serio obstáculo a nues-
tros propósitos y nuestra acción constructiva
se veía paralizada ton desgraciada frecuets-
cia por las iniciativas dictatoriales y reaccio-
narias que a cada paso se nos oponían.
No imaginaban los trabajadores de Chile
cuánto había que luchar por mantenerles
íntegras sus pequeñas libertades. Lo aconte-
cido desde el 17 de junio adelante les hizo
comprender plenamente la realidad de la si-
tuación.
La prensa, esta misma prensa mercenaria
que nos vitupera con crudas palabras, que
despreciamos, no ignora lo que habría sido
de ella si no hubiera mediado nuestra fimic
convicción del respeto que merecen las con-
quistas espirituales de ia civilización. Ahora
nos pagan con la confusión maliciosa de dos
períodos que no sólo son diferentes, sino
fundamental e irreconciliablemente antagó-
nicos: del 4 al 16 de junio con su labor
orgánica y disciplinada a favor del pueblo y
det país; del 17 de junio adelante con la
opresión, la matanza, la falta de rumbo y el
loco despilfarro.
A pesar de las dificultades internas y de la
apasionada resistencia del sector capitalista,
el Gobierno del 4 de junio marcó un coefi-
ciente muy alto de actividad y de eficacia y
es así como en doce días dio satisfacción a
diversos anhelos de la opinión en general y
de los trabajadores en especial y abordó la
solución de varios problemas, con tal energía
que habrían bastado horas más para que
hubieran hecho sentir su benéfico efecto,
medidas de positiva trascendencia.
Así, Se procedió de inmediato a suspender
los lanzamientos de los arrendatarios modes-
tos morosos, considerando que la miseria
general era causante de la mora y que ei
lanzamiento agudizaba un mal social sin me-
jorar tampoco la situación del propietario,
Se destinó una suma prudencial a devol-
ver a los trabajadores sus herramientas y
prendas de vestir, en atenciór» a que se trata-
ba de un pequeño sacrificio que el Estado
bien podía hacer para aliviar la desesperación
de los necesitados.
Se domicilió en algunas casas desocupadas
a cesantes, en especial mujeres y niños que
paseaban su miseria y hasta su desnudez por
calles y plazas de día y de noche. La propie-
dad desempeñó así realmente una función
social en momentos críticos para ta Nación.
Nos encontramos con que se hallaban pre-
sos numerosos ciudadanos por tiempo más
dilatado que el de la condena correspondien-
te al delito de que se les acusaba. Otros
venían solicitando su indulto, por razones
bien justificadas, desde largo tiempo. A éstos
se les otorgó lo que pedían y a aquellos se les
normaliaó su situación, con lo que se dio al
226
pueblo ta sensación de que se hacía justicia
para él, !o que no siempre ocurre.
Se indultó a los marinus condenados por
lo& sucesos de Coquimbo y Takahuano, a fin
de que pudieran encontrar trabajo ya que no
era posible reincorporarlos a la escuadra.
A los militantes del llamado "laffertismo"
se les desalojó de las propiedades que no les
Correspondían, sin hacerlos objeto de violen-
cias ni persecuciones injustificadas y contra-
producentes.
Se dividió el Ministerio de Bienestar So-
cial, que abarcaba ramos muy diferentes, en
dos: el de Trabajo y el de Salubridad Públi-
ca, dándose a cada cual, sin incurrir en gastos
mayores, la organización adecuada para de-
sempeñar el rol importantísimo que en la
vida social les corresponde.
Se disolvió el Congr*;so llamado termal,
que tan enérgicamente repudió la opinión
pública, medida cuyo acierto sancionan con
su presencia los honorables Senadores y Di-
putados que integran el actual Congreso^
La acción, inconexa y desorganizada que
durante años y en diversos Gobiernos venían
realizando los distintos Ministerios, fue
reemplazada por una política económica sis-
temática, trazada y coordinada por e) Conse-
jo Económico Nacional, integrado por un
miembro de la Junta de Gobierno y los Mi-
nistros de Hacienda, Relaciones, Fornemo,
Agricultura, Colonización y Trabajo, asesora-
dos de expertos y funcionarios especializa-
dos en las diversas materias qUe iba a tratar.
El Consejo alcanzó a bosquejar un plan
económico general, de acuerdo con el pro-
grama de ia revolución, y acordó diversas
medidas: organización e intensificación del
trabajo en los lavaderos de oro, con miras a
ocupar de 50 a 60 mil trabajadores; comien-
zo de la coloniíación con cesantes, mediante
el sistema de explotación colectiva; prepara-
ción del proyecto de impuesto extraordina-
rio al capital (cupo forzoso), sobre bases
razonables de tasas y plazos de pago; co-
mienzo del proceso de conversión del Banco
Central privado en uno del Estado, para ir al
control del crédito; persecución, de acuerdo
con las leyes vigentes, del tráfico ilegal del
oro y de la Bolsa Negra; preparación de la
solución del problema de ía bencina; adop-
ción de medidas preliminares destinadas a
resolver el problema del salitre, de acuerdo
con el interés nacional; iniciación del estudio
de la solución total del problema del azúcar:
y declaración de utUidad pública y expropia-
ción con indemnización de los depósitos en
oro y monedas extranjeras que significasen
fuga u ocultación de capitales.
Se quiso, así, tonificar el valor de la mo-
neda, que era objeto de la más audaz especu-
lación de unos pocos y restañar las activida-
des del trabajo para entornar el poder consu-
midor y restablecer las actividades de la pro-
ducción. ,fl[
La política de empapelamiento que había
seguido el Gobierno anterior iba a ser deteni-
da, mediante el justo esfuerzo de los pudien-
tes para restablecer la normalidad económica
y social del país.
Estoy bien seguro de que en caso de gue-
rra exterior -fuente de desgracias y horrores
sin cuenta- todos los poderosos de esta tie-
rra habrían de entretar su cooperación pecu-
niaria. En caso de miseria colectiva, cuando
una porción considerable de nuestros conciu-
dadanos vaga hambrienta y desnuda por ca-
lles y campos, lo menos que se puede hacer,
en aras de la justicia social es imponer un
impuesto al capital cuyo producido ha de
dedicarse exclusivamente a restablecer el po-
der consumidor, creando nuevas actividades
al trabajo productor.
La educación pública ocupó de inmediato
la atención del Gobierno, que dictó el Es-
tatuto Universitario -esperado desde hacía
seis meses- y organizó la Difusión Cultural
del Estado (prensa, radio, cine, teatro, edito-
tialj, sin costo para éste y con el propósito
de llevar por todos los medios las luces de la
cultura y de la civilización a nuestros conciu-
dadanos que carecen de ellos. Nos proponía-
mos intensificar la educación primaria, some-
tiendo a doble servicio los locales a fín de
hacer extensivos los beneficios de )a cultura
a los 200.000 educandos que hoy no la reci-
ben. La instrucción técnica iba también a
acentuarse para preparar los elementos que
ha de requerir la expansión de nuestra eco-
nomía; y la acción universitaria iba a llevarse
del campo profesional al terreno de ia cien-
cia y de la alta cultura; y toda la obra educa-
cional inspirada en la solidaridad social y en
el propósito de que se borren las clases anta-
gónicas,
Y todo esto pudo hacerse luchando día a
227
dk con la traición y con la. reacción. Ese es
é fruto de una convicción sincera y de una
voluntad enérgica y disciplinada, que sin re-
parar en Iqs sacrificio» ni en el cansancio, se
entregaron por entero, febrilmente, al servi-
cio del pueblo de ChUe.
La fuerza, la opresión no se usaron ni
para violentar las ideas ni las personas. La
inusitada suspensión de sus labores poi ta
Corte Supreina, acto claro e indiscutible de
carácter político y de clase amagada, fue
solucionada, con benevolencia por el Gobier-
no, que no adoptó ni acordó adoptar medi-
das coercitivas contra sus miembros, eviden-
ciando su convicción de que la independen-
cia del Poder Judicial debe ser respetada y
mantenida en sus más pura y verídica expre-
sión.
No se diga, tampoco que el programa de la
revolución era violento y utópico. Era claro
en su concepción y firme en su propósito,
pero era esencialmente realistat la interpreta-
ción de la realidad nacional y la solución de
sus problemas, usando los medios existentes
y que conservasen la producción.
Ninguna revolución —ni siquiera las de
opereta que liemos tenido en los últimos
afios— puede compararse ni menos aventajar
en su suavidad de métodos y ainplitud de
. libertades individuales, a la del 4 al 16 de
junio. Ninguna revolución liabía ofendido
menos la constitucionalidad y legalidad —a
las que hoy se quema incienso a carretadas—
que la del 4 al 16 de junio.
¿Cómo explicarse, entonces, el sordo ren-
cor, el odio implacable y lleno de mortales
amenazas contra sus hombres más destaca-
dos?
¿Será, acaso, porque fue privado de sus
funciones presidenciales el señor Montero?
Perdonadme que os diga con franqueza
que no lo creo, porque en tal caso los parti-
dos históricos - dueños absolutbs del Gobier-
no a la caída del continuador de Dávila,
Buuiche— habrían reclamado la vuelta a la
llamada normalidad institucional, sobre la
base del regreso de! señor Montero al desem-
peño de su cargo y es el caso que ningún
partido ha hecho tal cosa, sino que, por el
contrario, presentaron nuevos candidatos a
la lucha electoral del 30 de octubre y hoy
acatan y reconocen como Presidente consti-
tucional de la República al ciudadano que
fue proclamado como vencedor en aquella
ludia,
¿O será preciso pensar que es el gobierno
representativo de las clases oprimidas que se
estableció del 4 al 16 de junio y su plan de
acción económica —dé medidas constructivas
y paulatinas— lo que produce esa irritación
que ha sobrepasado en veneno y rabia a lo
mucho que ya ,se habla visto en nuestra
violenta vida política? Este es mi convenci-
miento sincero.
La certeza que adquirió el sector reaccio-
nario de que el nuevo Gobierno -depositario
de la confianza y anhelos de los trabajadores
manuales e intelectuales de Chile— iba a exi-
girle un sacrificio —aunque razonable— de su
situación privilegiada, ha desatado ese odio y
esa pasión. El amor a la Constitución y a la
Ley, es el manto con que se cubre una in-
transigente defensa de los intereses materia-
les, que se niegan al servicio social.
Triste coni;^ción la de un pueblo donde
los ideales, las doctrinas y aun las cristianas
enseñanzas del amor a nuestros semejantes,
son postergados y obscurecidos por una cie-
ga y torpe defensa de los privilepos materia-
let.
Y mientras perdure esta situación ha de
mantenerse la lucha que está planteada: las
clases privilegiadas de la sociedad que se afe-
rran al poder público para mantener sus pri-
vilepos y evitar los justos sacrificios y servir
al imperialismo extranjero; y los trabajadores
manuales e intelectuales de Chile, férreamen-
te mancomunados y resueltos a conquistar el
poder público para realizar un plan profun-
do, peto armónico y progresivo, de libera-
ción y transformación económica social, po-
lítica y cultural de la República.
No completamos en la sombra. Luchamos
a la luz dd día, organizando y adoctrinando
nuestra falange; y así venimos a decirlo clara-
mente al Senado de la República.
Se pretende hacer creer por todos los
medios -entre los que no faltan las amena-
zas de violencia- que el problema de Chile
es un dilema: civilismo o militarismo; orden
y constitucionalidad o ilegalidad o caos.
Nosotros afirmamos que esto es absoluta-
mente erróneo y falso y decimos que el
problema fundamental de Chile -como el de
Indoam erica en general- consiste en que so-
mos pueblos de extensos territorios práctica-
I
228
mente despoblados, de escaso desarrollo in-
dustrial, Uenos Je artículos alimenticios y de
materias primas codiciadas por tos países
europeos y norteamericanos, en general, su-
perpoblados y fuertemente industrialiíadoa,
para transformados en sus usinas en produc-
tos manufacturados, y revenderlos, con enor-
mes ganancias, al mercado chileno e Indoa-
méricano,
A nuestros países les queda una porción
misera de su propia riqueza y la gran parte
de ella va a incrementar el acaparamiento de
algunas grandes empresas o de aigunos pode-
rosos individuos extranjero* y residentes en
el extranjero.
Somos países que, en lo económico, no
hemos salido del período colonial y someti-
dos al vasallaje de las grandes potencias in-
dustriales y financieras.
En lo interno, debemos confesar que
nuestra vida detnocrática es una farsa, que la
representación popular, en su forma actual,
es Una mentira. No otra cosa puede decirse
de un país de cuatro y medio millón de
habitantes en que escasamente tienen y ejer-
citan el derecho a sufragio, 350.000 ciudada-
nos.
Y todavía hay que agregar que el secreto
del voto dista mucho d* ser una realidad y
que, en consecuencia, el cohecho y su con-
trol están perfectamente garantizados por la
aplicación práctica que se hace de la ley
electoral.
De este pernicioso sistema, base en que se
hace descansar el llamado orden institucional
y legül, re$ulta que la opinión del país, poco
después de las elecciones, no se siente repre-
sentada por quienes ejercen el Poder Público,
pues muchos de ellos, lu mayoría, no ha
tomado parte alguna en su designación, y
otros han emitido su voto por una paga y no
por su verdadera idea o afección.
A su vez, los mandatarios que han com-
prado su mandato se sienten mucho más
obligados con sus fortunas y sus privilegios,
fuente positiva de su mandato, que con los
intereses del pueblo que dicen representar, Y
por eso ocurre con tan desoladora frecuencia
que se gobierjie y se legisle más en beneficio
de una clase -de esta clase que puede com-
prar votos- que en favor de los grandes
intereses materiales y morales de la colee ti vi-
dad.
Nuestra incipiente organización económi-
ca y nuestra grotesca representación política,
constituyen el problema fundamental de
Chile; de allí arrancan nuestros descalabros
económicos, políticos y sociales, y es eso lo
que precisa corregir.
Es vano y estéril hablar de civilismo o
militarismo, de constitucionalidad o ilegali-
dad. Hablemos de lo grande y de lo trascen-
dental: alcanzar la independencia económica
de Chile, como parte del gran frente econó-
mico Indoaméricano; y establecer una orga-
nización política, económica y social que
sirva ese propósito y que haga beneficiarios
de las riquezas de nuestros campos, de nues-
tras minas, de nuestros bosques y de nuestro
océano, a las grandes masas que pueden me-
recer el bienestar, por su trabajo, que repre-
sentan la base de la economía, porque son el
consumo que da vida a la producción, que
representan las glorias pasadas y las grande-
zas futuras de la República.
Y no es tan difícU,
Ahí están los enormes campos chilenos,
muchos de ellos despoblados, otros incultos,
y numerosísimos mal cultivados. Las labores
son rutinarias y están a cargo de mayordo-
mos, medieros e inquUinos. Pocos son los
grandes terratenientes que atienden personal-
mente los trabajos de sus predios. Hay cabi-
da en ellos para una población mucho mayor
y son susceptibles de aumentar la produc-
ción y de librarnos de una serie de importa-
ciones, que son consumos y que son materia»
primas para la industria nacional.
Pero la base social de nuestra agricultura
es débü porque la propiedad de la tierra está
en manos de unos pocos, al paso que los
trabajadores, los verdaderos productores
(chacareros, medieros, capataces, inquilinos)
ganan salarios reducidos y están ajenos a tos
benefícios y comodidades de la civilización.
Aspiramos fundamentalmente a realizar la
reforma agraria; inspirada en el propósito de
obtener que no haya Erabajadores sin tierra
ni tierra sin trabajadores.
Nó pensamos arruinar la producción ni
prescindir de la técnica de la experiencia o
de la capacidad de los trabajadores del cam-
po. Lejos de eso. La primera etapa ha de
consistir en llevar a los fundos fiscales, de la
beneficencia y de las Cajas de Crédito, situa-
dos en la zona más o menos central del país.
229
hasu cinco mil hombres con sus familias, los
(jue, mezclados con los actuales ocupantes
¿e esos fundos (chacareros, medieros e Lnqui-
linos) serán organizados en cooperativa.s de
explotación colectiva dentro de cada predio,
conforme a la directiva técnica correspon-
diente y bajo la disciplina det trabajo a cargo
de un administrador y del consejo directivo
de la cooperativa, escogidos de entre los mis-
mos cooperados.
Cada Cooperado recibirá del Estado un
título de estabilidad inviolable mientras
cumpla sus obligaciones re^amentarias de
ttabajo. Tendrá, además, su vivienda y su
pequeña huerta familiar de libre cultivo.
La producción de estas Cooperativas, debe
diñarse preferentemente a nuevos rubros
que reemplacen importaciones y aun que
pueda hasta crear exportaciones. Ocasional-
mente pueden dedicarse a los cultivos co-
rrientes con el solo objeto de completar las
cuotas que exija la alimentaciótt del país.
Otra etapa inmediata debe consistir en
fijar las bases leales y administrativas de
expropiación de aquellos predios no cultiva-
dos, mal cultivados o no trabajados por sus
dueños, para someterlos también a la organi-
zación cooperativa, de la cual no han de ser
excluidos ni el administrador ni el mismo
dueño en igualdad de condiciones con los
demás cooperados.
Y así marchar por etapas sólidas, <jue
mantengan y empandan la producción de
nuestro suelo y vaya dando estabilidad cre-
ciente a nuestro desvencijado ediñcio social.
El privilegio y la explotación, formas ar-
caicas de la economía, deben ceder el paso al
reamen de la cooperación, pero no una coo-
peración complicada y entorpecida por exce-
sivas fórmulas jurídicas o burocráticas, sino
una forma simple y sencilla de trabajo eco-
nómico y disciplinada.
Hay que asegurar, también, él éxito de
tales cooperativas y de la producción agríco-
la en general, mediante una adecuada inter-
vención-del Estado que Ubre a los producto-
res de la explotación a que los tienen someti-
dos los grandes intermediarios y los grandes
exportadores, que son quienes se guardan las
enormes ganancias que, con las diferencias
entre el precio de compra y el de venta,
obtienen de la gran masa consumidora.
El comercio exterior debió y debe ser la
gran fuente del enriquecimiento nacional,
pero en realidad ha sido y es el desangra-
miento organizado. El comercio exterior está
casi exclusivamente en manos de extranjeros
que controlan el mercado nacional de pro-
ductos, que los adquieren en grande escala,
que venden con gr.andes utilidades lo que
alcanza a absorber el consumo interno y que
exportan el sobrante, que les sale gratis. Esas
grandes ganancias se quedan en el exterior,
no vuelven al país.
Este es et secreto de por qué este país
está, propoTcionalmente, más descapitaliza-
do y más desnacionalizado su capital que
hace 70 años.
El Estado debe establecer sin dennora el
control sobre el comercio exterior, para lle-
gar al monopolio tan pronto como se lo
permita la preparación y experiencia de sus
funcionarios.
Demás está decir que la organización de la
Marina Mercante del Estado es una medida
paralela a las anteriores. Y no ha de ser
difícil entenderse cqn los armadores, escasos
de fletes en la actualidad.
El- Control primero y el monopolio des-
pués, del comercio exterior, ha de concen-
trar absolutamente todos los pagos y ajustes
con el extranjero.
La industria del salitre, con sus derivados
y subproductos, ha de ser organizada positi-
vamente de acuerdo con los intereses espe-
ciales de la zona afecta y generales del país,
en forma que se aseguren el trabajo y la
producción, lo que es perfectamente hacede-
ro si se enfrenta el problema con libertad de
criterio y con realismo bastante para coor-
dinar, bajo la dirección y control del Estado,
los esfuerzos de los que por sí asumen la
responsabilidad de su producción y de la
venta de -la misma.
Especial interés debe merecer la creación
de las industrias de productos de yodo que
hoy se preparan en el extranjero con detri-
mento de nuestra economía, Análoga actitud
deben merecernos las manufacturas del co-
bre y del fierro, a fin de crear trabajo y
riqueza, con un miraje constante de hacer
primar el interés colectivo sobre e! indivi-
dual.
La industria está, como la agricultura, de-
sorganizada y anarquizada en materia de ti-
pos y precios, y es incuestionable que organi-
230
zándola y concentrándola puede ganarse mu-
cho en eficiencia y en reducción de precios,
materia c]ue debe estar sometida a comités
de productores y consumidores, toda vez
que el Estado otorga su protección.
El control por ef Estado de las subsisten-
cias, su comercio y sus precios ha de estatle-
cerse de modo que asegure, ante todo, la
alimentación suficiente y barata de toda la
República.
£1 sistema tributario, en estas primeras
etapas, ha de revisarse cuidadosamente, ha-
ciendo caer su peso sobre las grandes fortu-
nas de personas naturales y jurídicas, sobre
las herencias y sobre las grandes rentas ali-
viando la situación de la masa consumidora,
a la que hoy se estruja.
£1 impuesto extraordinario al capital se
impone como una medida de justicia social y
de salvación nacional, a fin de afrontar tas
impostergables tlecesidades de la situación.
Se requieren, asimismo, una severa revi-
sión del Presupuesto Nacional, ñjando una
escala razonable de los sueldos sin extremos
chocantes, un examen circunstanciada por
un Tribunal Especial de todas las pensiones y
jubilaciones, una atención muy preferente al
profesorado, especialmente al primario.
Muctitis otras soluciones interesantes con-
tiene el programa de acción inmediata de la
Nueva Acción Pública y que comparten las
demás organizaciones que actuaron el 4 de
junio y que asumen la responsabilidad his-
tórica de cuanto se hiciera por el Gobierfio
entre esa fecha y el 16 del mismo mes. No
quiero fatigaros en exceso; pero debo referir-
me a una reivindicación inmediata de los
trabajadores que desde ahora planteamos: la
jornada obligatoria de seis horas sin rebaja de
salarios. Esta medida significa la ocupación
inmediata de no menos de 50,000 obreros y
empleados, y el mayor gasto seria costeado
por los empresarios y con la ayuda fiscal, que
destinaría a ese objeto la parte principal de
lo que hoy reserva a alimentación de cesan-
tes.
Lo repito, señor Presidente, los trabajado-
res manuales e intelectuales organizados, cu-
yos idelaes y anhelos os he expuesto, aspiran
a la conquista del Poder Público con una alta
idealidad, para realizar la transformación in-
tegral de nuestra vida económica, política y
social y han de marchar, sin desfallecimien-
to, por el camino que lleva a la posesión por
la colectividad de los medios de producción
y de cambio, para abolir las clases antagóni-
cas que se odian y combaten encarnizada-
mente, y obtener que la cultura, la nobleza
de los sentimientos y la libertad plena de la
existencia sean una realidad de que disfruten
todos los hombres.
La grandeza agrícola e industrial del país
no puede alcanzarse sin mercados y estos
deben obtenerse mediante la construcción de
economías nacionales que sean parte de un
todo armónico; la economía Indoamericana.
No bastan los tratados comerciales, que no
pasan de ser una etapa preparatoria.
Queremos, también, dejar muy claramen-
te establecido que anhelamos llegar a un tipo
de Estado muy distinto del actual, en que la
armonía de los hombres y el equilibrio de las
diversas funciones de la colectividad, lo con-
viertan en un conductor y coordinador inte-
ligente y previsor y no duro y despótico.
Estos objetivos no se alcanzan ni se pue-
den alcanzar de inmediato ni de golpe, por
mucho empeño que se ponga en ello. Se
obtienen por etapas sucesivas y continuadas
con firme voluntad y sin flaquezas doctri-
narias. Pero es necesario luchar sin descanso
por la organización y disciplina de las masas
de obreros y campesinos, que deben ser los
instrumentos de su propia redención, y por-
que estas ideas penetren clara y profunda-
mente en la conciencia pública.
La Nueva Acción Pública, estrechamente
unida a las organizaciones afines con que
coopera desde el 4 de junio, realiza y ha de
realizar sin descanso esta lucha en el Parla-
mento, en las ciudades y en los campos y Ka
de perseguirla tenazmente hasta la realiza-
ción completa de sus ideales, desafiando im-
pertérrita las presiones, amenazas y persecu-
ciones de la reacción y las procacidades del
llamado "laffertismo".
Nuestra línea de conducta es clara y pre-
cisa: oposición doctrinaria inflexible a! Go-
bieriio actual y a todos los Gobiernos que,
cualesquiera que sean sus declaraciones, s^-
nifiquen de hecho, en la realidad diaria, el
ejercicio del Poder Público por las clases
privilegiadas que encarnan la mantención del
régimen individualista.
No tomaremos sobre nosotros, en ningu-
na circunstancia, ni la más pequeña parte de
231
la responsabilidad que incumbe al Gobierno
y a los partidos que lo sostienen, ni aunque se
trate de tan maravillosas y fulminantes con-
cepciones jurídicas y financieras como la lla-
mada liquidación de la Cosach, sometida ac-
tualmente al Congreso; o de la sanción rápi-
da e implacable a los asesinos de Mesa Bell, a
los encubridores e instigadores, que estamos
presenciando.
Honorabte Senado, como dije al comen-
zar, he creído de mi deber expresar clara-
mente nuestras propósitos, pero no querría
terminar sin manifestar mi firme convicción
de que el proceso evolutivo de la especie
humana se cumple fatal y necesariamente,
pese a las ideas e intereses de los hombres.
Toca a los mejores, a tos dirigentes, visliun-
brar el porvenir y prepararle el camino. No
intentamos, con fórmulas vacías de sentido
humano y de impulso vital detener el progre-
so, porque no habremos conseguido otra cq-
sa que producir la avalancha que ha de arra-
sarlo todo. Aprovechemos la experiencia que
nos brinda la historia universal.
El sistema individualista tenía una misión
humana: desarrollar la inteligencia, la inicia-
tiva y el valor, facultades necesarias al hom-
bre par^ someter a su servicio a los elemen-
tos de la Naturaleza. Ya se ha conseguido ese
objetivo y con exceso, porque la iniciativa
individual está convertida de hecho, como lo
demuestra la crisis actual, en enemiga del
hombre.
Corresponde ahora a la humanidad reali-
zar una nueva etapa: la de la cooperación y
la armonía, a la que es preciso llegar organi-
zando y coordinando las iniciativas indivi-
duales, hoy dispersas, antagónicas y en selvá-
tica lucha.
Si a la primera etapa, presidida por el
índividualisrno, debe la especie grandes con-
quistas y progresos, no dudemos que a la
segunda, inspirada por el colectivismo, he-
mos de agradecer en el futuro una nueva era
de prosperidad y de bienestar, en que los
hombres entonen, con d corazón limpio de
mezquindades, un himno al trabajo y a la
cultura redentores.
Ensanchemos el prisma de nuestra visión
y preparemos y realicemos el advenimiento de
una nueva democracia, no de una democracia
simplemente jurídica y política, sino de una
democracia amplia y sólida, de profundo ci-
miento: la democracia económica y social.
Apartemos de nuestras mentes, honora-
bles colegas, la duda y el temor. Miremos de
íirente a] mañana, como al aire puro y vivifi-
cante, y tengamos plena confianza en los
destinos humanos. Confiemos, sobre todo,
en los destinos de Chile y de su raza, inteli-
gente y esforzada, y tengamos la certeza de
que el empuje sistemático de los trabajadores
manuales e intelectuales organizados, del
campo y de la ciudad, ha de redimirnos de
nuestra postración y de nuestra miseria y ha
de labrar la grandeza futura de la República
como parte de !a coordinación económica,
cultural y política de Indoamérica.
NO SOMOS UN PARTIDO MAS
Partido Socialista. Homenaje al
6<^ aniversario del Partido Socialista.
Santiago, Comité Regional delP.S. de
Santiago, i 939. Págs. J - 6.
El Partido Socialista no es un Partido más en
el juego de la política chilena. ES EL ÚNICO
PARTIDO NUEVO. Nuevo por la composi-
ción social de sus bases; nuevo por su orien-
tación, nuevo por sus métodos de lucha,
nueva por su organización.
LAS BASES del partido provienen de la
cíaie obrera y de los sectores medios. Cam-
pesinos pobres, pequeños agricultores, peo-
nes, obreros simples, obreros calificados, ar-
tesanos, profesores, técnicos de todas las ac-
tividades, pequeños industriales, comercian-
tes, universitarios, es decir, todos aquellos
que viven exclusivamente de su trabajo y
cuyo bienestar depende del salario, jornal,
sueldo o pequeña renta, forman nuestros
cuadros de militantes. Es la realización de !a
consta de verdadera y sólida unidad social
y política de la clase obrera, sectores campe-
sinos y clase media del pafs: unidad efícax de
grupos sociales que tienen un interés común
en liberarse de la explotación económica y
política del gran capitalismo internacional y
de la oligarquía nacional: unidad social ca-
paz de formar una República libre y sobera-
na enfrentada a toda potencia política o
económica más fuerte que Chile para hacer
una democracia en que impere el bienestar
económico y la libertad económica. Nuestro
Partida es el resumen de todo un pueblo
unido en sus propósitos de liberar el país, la
232
República y codos los trabajadores del pre-
dominio imperialista. Es la unidad de un
pueblo forjando su historia, haciendo su des-
tino. No es una unidad política circunstan-
cial para propósitos efímeros. No se viene a
nuestro partido por ser intelectual u obrero:
se viene porque se ha adi^uirido la conciencia
revolucionaria del actual momento histórico.
Por eso luchamos contra la demagogia, la
mentira de hacer creer que sólo los intelec-
tuales podrán salvarnos, o que sólo los obre-
ros son los revolucionarios. Por eso es un
atentado a ta unidad de nuestro partido el
divisionismo mentiroso de obrerismo e inte-
lectualismo y quien atenta contra la unidad
del Partido Socialista atenta hoy contra el
futuro del pueblo, pretendiendo destruir su
instrumento de liberación.
NUESTRA ORIENTACIÓN es profunda-
mente realista. Pretendemos conocer la reali-
dad chEena, interpretarla eti su mecanismo
económico y social y hacer del Partido un
instrumento capaz de cambiar esa realidad.
Pretendemos movilizar al pueblo hacia una
acción de Segunda Independencia Nacional,
de la Indepedencia Económica de ChUe.
Queremos poner todo lo bueno de nuestra
tradición histórica, política y social, al servi-
cio de esa acción; despertar la sangre, los
gustos, los efectos, despertar lo heroica que
ha fecundado estas tierras latinoamericanas,
para darle un valor moral traducido en vo-
llintad, espíritu desacrificio y solidaríditd a
nuestra acción, Vamos impulsando la acción
de todo un pueblo, el movimiento de un
pueblo hacia SU liberación, por eso queremos
darle un contenida nacional que abarque
nuestra manera de trabajar, gozar, sufrir y
sentir, para hacer un pueblo nuevo en todas
sus facetas. Somos los instrumentos de la
Revolución que Chile necesita para hacer su
historia dentro de la Historia de Latinoamé-
rica y de la Humanidad en estos días preíla-
dos de un futuro grandioso.
NUESTRO CONCEPTO DE DISCIPLINA
es por eso sólido. Los balbuceos de la His-
toria se hicieron con hordas. La Historia de
ahora se hace con masas organizadas. No hay
acción posible sin organizar, Y no hay orga-
nización posible sin un profundo sentido y
una clara comprensión democrática, lo que
fue aprovechamiento personal de las masas.
Es la única garantía para el aprovechamiento
social de la acción de un pueblo. £s la lec-
ción dada por el partido boSchevique ruso,
copiada por !os fascistas negros y pardos y
hoy base inconmovible de la liberación del
pueblo español. El P. S, ha dado esta noción
de disciplina social a las masas chilenas y con
ella las ha defendido de la politiquería, de la
corrupción personalista y la pequenez moral
de algunos.
Nuestro PROGRAMA tiende a realizar lo
más posible dentro de la realidad contra la
utopía, contra el infantilismo de izquierda.
Las masas chüenas ya se hati empapado de
este criterio y por esto nuestro movimiento
social y político se orienta hacia CONSTAN-
TES REALIZACIONES siempre capaces de
ser superadas. Es el concepto de las etapas
sucesivas ba$ado en la justa comprensión del
proceso dialéctico que ha desplazado a la
comprensión demagó^ca y simplista del fe-
nómeno económico— social. Es éste el con-
cepto que nos obliga a analizar la realidad
ambiente en que debemos actuar y nos evita
caer en la trasplantación de consignas, pro-
gramas y orientaciones extrañas. Es lo que
nos impide confundir la teoría de! Socialis-
mo, igual en todas tas cátedras del mundo,
con la interpretación marxista de cada reali-
dad económico— social.
LA INTEGRIDAD DEL PARTIDO
Seis años de constante superación en nuestro
camino demuestran la fuerza de nuestra inte-
gridad. La hlanduta en todos los aspectos es
cada día reemplazada por una mayor dureza.
Esta dureza es personalidad: no es capricho.
Es conciencia de nuestra responsabilidad his-
tórica que nos hace distinguir entre la unidad
social y política de un pueblo y la acción
común que podemos desarrollar con otras
entidades. La unidad histórica —social y po-
lítica del pueblo.de ChÜe— germinó con el 4
de junio y la ha acrecentado nuestro Partido.
Es la unidad en la comprensión de los pro-
blemas, en la orientaoión, en la táctica, en la
manera de sentir la revolución chilena. Esto
e* distinto a la acción común que podamos
desarrolar cori entidades que representan di-
versas facetas del proceso dialéctico chileno.
Por eso nunca la hemos rehuido. La hemos
buscado, aceptado otras veces, pero sellando
un pacto tácito de lealtad y de franqueza.
233
Así fuimos al Block de Izquierda y así esta- Y ^'^ aceptamos serlo en mano de otros. I
mgs en el Frente Popular. Damos lealtad y Sobre las rumas del Partido Socialista nada ■
franqueza y por eso pedimos también lealtad '^ foi^i edificar: SOBRE UN PARTIDO
y franque/a. RespetLos la integridad de los SOCIALISTA FUERTE. CON PERSONALl-
demás partidos y hacemos y haremos respe- DAD. DURO. PODRA NUESTRO PUEBLO
tar la de nuestro Partido. No queremo. hacer ENCONTRAR SU CAMINO.
a ningán partido juguete en nuestras -manos
Osear Schnake V.
234
IN DICE
Págs.
PROUXiO ■ 5
INTRODUCCIÓN . ■ • 1"^
capítulo I: Víctor José Arellano y el primer socialismo. (Víctor }.
A rellano ' ^ '
El Catolicismo y eí Socialismo 21
Oreanizacióii social y misión de los Gobiernos segím los economistas ...... 27
rl Capital y el Trabajo 29
CAPITULO M: El Socialismo Ácrata, i "Karl Marx") ..... 33
El Socialismo en Chile . 38
La Unión Socialista 38
Programa de la Unión Socialista. {Luis Olea) 39
Nuestra Propaganda al Proletariado 40
La Filosofía y su Negación 41
Extracto de la Refutación al artículo de A. Déster, La Religión de un
Cobarde. {Alejandro escobar) 42
Nuestra Respuesta 44
La Sugestión Patriótica. (Magno l'.spmoza) 45
i La Nueva Era! (lísteban Cavií'rvs) 47
Las Sociedades de Resistencia I 48
Las Sociedades de P.csistencia II , . , . . 50
Por qué soy Libertario - 51
El 1 ^ de Mayo. (Josi- (L (rlivan-í} 52
¡Lázaro! flWsida Bello de Larrcchedaí 53
¡Nosotras! (Marcos ik' ta ñarra 54
Don Pascal Guerra, Monólogo Social 54
Somos socialistas .,..,,. ,.,..,.., 57
l'rograma mínimo del Partido Socialista ('hileno 58
CAPITULO 11 h El Socialismo "Científico" ■ ■ 59
Programa, del Partido Obrero Francisco Bilbao 63
Programa de! Partido Socialista antes Francisco Bilbao, i Alejatidrü
liustamaitte) ■ 66
Socialismo ■ 69
Catecismo Socialista 70
CAPITULO I Vi Evolución de la idea de Socialismo en Luis Emilio Recabarren.
fL. lí. Recabarren) ....,, 81
Democracia y Socialismo 111 , 85
Democracia y Socialismo IV 86
Democracia y Socialismo V 87
Democracia-Socialismo. La propiedad ante la Democracia y e! Socialismo ! . 88
Democracia y Socialismo. El sistema industrial y comercial burgués ante
la Democracia y el Socialismo 89
El Socialismo 91
¿Qué es el Socialismo? '. ' 99
¿Cómo se realizará el Socialismo? 1 01
El por tjué del Socialismo y de sus métodos de lucha 104
La Rusia Obrera y Campesina 1 07
capítulo V: El pensamiento Socialista hacia 1910. {L. il. Recabarren) . . . 111
Programa del Partido Socialista Obrero 115
Leyes Sociales 115
Programa y Reglamento del Partido Obrero Socialista 116
Partido Socialista Chileno. (Sara B, de Artnijo) 118
El Socialismo y la Mujer 120
Partidp Obrero Socialista de Chile, Declaración de Principios 121
CAPITULO VI: El Socialismo de los discípulos de Luis Emilio Recabarren.
(Ramón Septdveda L) 125
Educación Socialista 131
Energías Socialistas • . . 132
Orientémonos definitivamente 133
Los I.W.W, y los seudos Anarquistas , . 133
Política obrera 134
¡obrero del campo, las ciudades y las minas! ¡Medita y decídete a ser
hombre! , (Carlos A. Martínez) 135
No son utopías 1 36
Lecciones de la huelga - 136
El triunfo Socialista en la Argentina ,,,...,... 137
Unidad obrera. ¿Qué te has hecho? (Manuel Hidalgo) 139
Crisis del capitalismo 140
Reseña histórica sobre el desenvolvimiento del Comunismo, (¡-días LaJertteJ . 141
Exijamos el castigo de los asesinos del profesor Anabalón , . 146
Lafertte desde Montevideo se dirige al Congreso Sindical de Valparaíso , . , . 147
49|
Seamos internacionalistas en los hechos 1
Sobre la Conferencia del Trabajo 151
CAPITULO Vlli El pensamienco de las Agrupaciones Socialistas hacia 1930 153
Se ha formado en San Felipe el Partido Socialista Marxista. Manifiesto 157
Manifiesto del Partido Socialista 158
Mensaje al pueblo de Chile de la Nueva Acción Pública . 1 59
Por qué se llama Nueva Acción Pública 162
La N.A.P. y el Estado Socialista - 162
La N.A.P. Propicia .,,... - 163
La Orden Socialista hace Declaración de sus Principios 164
Manifiesto de la Orden Socialista 165
Edicto de la Orden Socialista 166
Edicto de la Orden Socialista N** 2 167
Edicto de la Orden Socialista a los Trabajadores intelectuales y Manuales
de Chile 168
El Partido Socialista Unificado dirige un manifiesto a las seccionales
definiendo la posición doctrinaria del partido 169
Partido Socialista Independiente. Declaración de Principios 170
Quedó organizada la Acción Revolucionaria Socialista ( A.R.S,). Ha quedado
constituida, como expresión de la voluntad nacional 173
Acción Revolucionaria Socialista. Manifiesto 179
¿Qué es la A.R.S.? Es un organismo de Combate, de construcción, revolución
y creador - . 179
El Frente Único Socialista se dirige a sus correligionarios 181
Declaración de Principios del Partido Socialista 181
El Acta de fundación del Partido Socialista - 1 82
(CAPITULO Vi 11: Los postulados Socialistas de la República del
4 de junio de 1932 1^5
Manifiesto de los revolucionarios lo9
La Junta de Gobierno al país 1 "^
Pro^ama de acción económica inmediata de la República Socialista 191
CAPÍTULO IX: Los postulados de los Fundadores del Partido Socialista
de Chile. fUiígcriio González R.) 201
En tomo al movimienío militar 205
Glosas de un año triste 208
Glosas de un año triste IL fl'ecU'TÍco Klein R.) 212
Por qué queremos un Partido Socialista. (Mannatbtke Grovc 1. 214
f>cclaración de! Ministro de Defensa Nacional y comandante en jefe de
la Fuerza Aérea 216
At país 216
Discurso de Grove 21 7
t.o que nos dijo Grove tres horas antes de que cayera el 16 de junio 218
Nuestras declaraciones, (líugctno Matte H.) 21 9
I, o que dijo Matte 220
Lo que dijo Eugenio Matte Hurtado para La Nación, de Buenos Aires . , , , . 221
Nuestro camino '. , , 223
Programa de la Nueva Acción Pública, (Osear Schnakt: V.) 224
No somos un Partido más 232
Más allá de sus propias convicciones, el lecior informado sabe del rol y dolatJQcir
dcncia de la fucr/a socialista en Chile. Es una expresión más de la rcal!dad'pó|ítrca
del país, una instanc ia que hace historia -como es fácil observar en la dramálicá crófúr
ca de los úllimos dccc/os- y que r.-fodifica la realidad nacional a partir de las ideas
esenciales que confomian iu '.cora y la cultura del socialismo universal.
Pero ¿cuáles hansido las fuentes originales del pensamiento socialista en ChileV Es
una respuesta que los dos investigadores y autores de la iccopilación presente comien
zan a d;;r. Lo hacen mediante el paciente y riguroso trabajo de indagación de docu-
mentos históricps, a veces perdidos en el polvo de archivos y bibliotecas, que ños
van rcN ciando el cspcsordcl pensamiento y la acción que genenron el socialismo chi-
leno. Así van apareciendo hechos, personajes, textos e ideas que constituyen el hu-
mus cultural, como partido que -aun con su devenir atormentado- pasa a ser parte
imprescindible de la sociedad chilena.
l!n texto que inte jsará no sólo a quienes se reconocen en las lincas id :aJes.dc esta
íacr¿a política, sino que scr;i también materia de atención del lector y c|el mundo de la
ultura en general.
EDUARDO DEVFS VALDES, nacido en Santiago en 1951, es
doctor de Filosofía titulado en la Universidad de Lovaina (Bélgica)
y en i'istoria, con graduación en la Universidad de Parts.
Se ha especializado en el estudio del pensamientú laiinoamericano
y en historia del movíinienlo obrero chileno. Emre sus obras, apár-
.>: de numerosos artículos y ensayos breves, se cuentan "Escépticos
del sentido", Ediciones Nuestra América, Santiago 19S4; "Rccaba-
r'¿n, escritos de prensa", 4 volúmenes recopiiados junto a Ximena
Cruzat y editados en 1986. .
Ha ejercido durante varios años la docencia en la nutieria de Pensa-
miento Latinoamericano, en la Academia de Humanismo Cristiano.
CARLOS DÍAZ GALLARDO nació en Curicó un día de 1954. Ti-
tulado como profesor de Historia y Geografía en la Academia Supe-
rior de Cicfxias Pedagógicas.
fia privilegiado la actividad de investigador que. ha significado la
producción de diversos y válidos materiales de e.uudio, entre los cua-
les deslaca el Documento, escrito junio a Carlos Sandovai y Rober-
to Figueroa, "Historia de loi trabajadores del carbón. ¡848-1920":
En el transcurso de sus labores invesúgalivas se ha ido especilaaA-
do en la materia histórica del movimiento obrero chileno.