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Full text of "Anales de la Sociedad Española de Historia Natural"

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DE LA SOCIEDAD ESPANOLA \ 


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TOMO TERCERO. 


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MADRID: 


DON I. BOLIVARSEESORERO. 


(o)/Sachadyas|- ED)s gee eS / Nady ee) ails 


1894, 


DE HISTORIA NATURAL. 


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Articulo 27 del Reglamento. Las opiniones emitidas en las Memorias | ubiiea- 
das en los ANALES son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. 7 


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MEMORIAS 


DE 


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CONTRIBUCIONES Ora 8s 
ESTUDIO DE LA GLAUCONITA, 


), SALVADOR CALDERON Y D, FEDERICO CHAVES Y PEREZ DEL PULGAR, 


(Seccion de Sevilla.— Sesion del 5 de Septiembre de 1893.) 


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Ks sabido que con los nombres de glauconia y glauconita se 
designa un curioso mineral, abundantemente distribuido en 
ciertas rocas, y respecto a4 cuyo origen y evoluciones se han 
emitido opuestas hipotesis, sostenidas todavia por mineralo- 
gistas y gedlogos. 

No nos proponemos presentar aqui la descripcién de esta 
substancia, cuyos caracteres, hasta donde estos son conocidos, 
se encuentran consignados en las obras de Mineralogia; sdlo 
recordaremos que es un silicato ferroso—potasico, verde, cris 
talino, que en estado de granos pequenhos, numerosos y redon- 
deados, se halla disperso en el seno de ciertas rocas sedimen- 
tarias, calizas, margas, areniscas y arenas cretacicas de color 
verde, merced 4 la abundancia de granos glauconosos. Las 
rocas margosas y calizas que contienen este mineral son fosi- 
liferas y ricas sobre todo en formas diminutas 6 microscépicas 
de briozoos, coraliarios y particularmente foraminiferos, ob- 


6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 


servandose, como luego indicaremos, estrecha relacién entre 
la distribucion de los esqueletos de dichos seres y la de los 
granos de glauconita. 

Los antiguos mineralogistas confundian estos granos verdes 
con la clorita (1); pero los trabajos sucesivos de Erhenberg, 
Bayley, Reuss, modernamente los de Murray y Renard, y, en 
fin, los recientes y muy valiosos de L. Cayeux (2) han fijado 
de un modo terminante la diferente naturaleza de dichas dos 
substancias minerales. Merced 4 los estudios de estos sabios 
se conocen con bastante precision las particulares circunstan— 
cias de yacimiento de la glauconita, y, en cierto modo, su 
historia geologica; mas no sucede otro tanto en lo que se re- 
fiere a su composicidn y propiedades épticas, cuestiones toda- 
via muy obscuras y que constituyen el preferente asunto del 
presente estudio preliminar. 

La circunstancia de abundar en Andalucia las rocas glau- 
conosas de edad terciaria contemporaneas de la molasa suiza 
y del terciario de Viena, y sobre todo nummulticas, nos hizo 
pensar sisu estudio podria arrojar alguna luz sobre las impor- 
tantes cuestiones ahora enunciadas, y en esta esperanza em— 
prendimos el presente trabajo en el Museo de la Universidad 
de Sevilla, utilizando los materiales extranjeros y del pais que 
en éste existen. Entre ellos nos hemos fijado especialmente en 
los siguientes, de los cuales hemos tallado suficiente numero 
(le laminas delgadas: 

Creta tobacea de Rouen (3). 

Arenisca de Bidache. 

Arena verde del bosque de Bolonia (4). 


(1) Buena prueba de ello es la siguiente nota que figura en la clasica obra de 
A. Burat, dando cuenta de un andlisis de Berthier: «Los granos verdes cloritosos de 
la creta glauconosa han sido analizados por M. Berthier, el cual ha obtenido los re- 
sultados siguientes: 


SHUI Pi ER AA Bs Ss SPR UES SS 0,50 
Protéxido de hierro............ 0,21 
ATUTOUINA, ois s1e'e s 6 onary eters 0,07 
DUS Gira fort caves « )oiticetemringeets iereterey 0,10 
UM EA clclwlolis re ssi Meier betocdele 8 Oil 


(BuRAT: Traité du gisement et de Vexploitation des minérauax utiles, 1? partie, p. 188. 
Paris, 1855.) 

(2) L. Cayeux: Notes sur la glauconite. (Ann. de la Soc. géol. du Nord , 1892.) 

(3) Douvinii: Bull. de la Soc. géol. de France, 3° série, vut. 

(4) MEUNIER: @éol. des environs de Paris. Paris, 1875. 


43) Calderén y Chaves.—ESTUDIO DE LA GLAUCONITA. 1 


Losa de Tarifa (Cadiz), consistente en una arenisca Cuarzosa, 
gris, dura y homogénea, de edad eocénica, muy usada en el 
pais por estas propiedades como losa para pavimentos (1). 

Caliza granuda de Jerez de la Frontera, también eocénica, 
con Nummutites, llamada en el pais martelilla (2). 

Caliza blanca, compacta, con Vummutlites del eocénico infe- 
rtor de Moron (8). 

Arenisca caliza dura helveciense de Sierra Morena, con //e- 
lereostegina costata D’Orb. (4). 

Hemos observado gran conformidad en los caracteres de la 
elauconita de todas estas rocas, que responden a una sola y 
misma variedad, sin que en ninguna de ellas hayamos visto 
la variedad exfoliada de que habla L. Cayeux en su impor- 
tante Memoria antes citada. En general se presenta en granos 
redondeados de diverso tamano, pero siempre pequeno, ya 
dispersa entre los demas elementos detriticos de la roca, 6 ya 
en relacién de contacto con los esqueletos de los foraminife— 
ros, llenando sus camaras, como sucede en la martelilla, en la 
caliza de Moron, y se cita analogamente de muchas otras loca- 
lidades del extranjero. Otras veces el mineral esta disperso 
indiferentemente en la pasta y en relacidn con los organismos, 
como se observa en la creta tobacea de Rouen; y, por ultimo, 
cuando la roca es arenacea, como la glauconosa del bosque de 
Bolonia, contiene los granos ya sueltos, 6, lo que es mas fre- 
cuente, engastados en otros de cuarzo 6 formandoles una cos- 
tra incompleta. 


El color de la glauconita en lamina delgada varia entre el 
verde esmeralda y el de la esparraguina. Esta coloracién se 
aprecia muy bien cuando la seccion es algo gruesa; pero no 
asi los demas caracteres que exigen para su estudio laminas 
excesivamente deleadas. Hay en todas nuestras preparaciones 
algunos granos que, aun en estas condiciones, muestran un 


(1) Macpuerson: Bosquejo geoldgico de la provincia de Cadiz, 1872. 

(2) CaLpERON: Foraminiferos fosiles de Andalucia. (ANAL. DE LA SOC. ESP. DE 
HIstT NAT., tomo xvi, Actas.) 

(3) CALDERON: Los volcanes fangosos de Moron. (ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HIST. 
NAT., tomo xv.) 

(4) CaLpERON: Za Sierra de Peiaflor y sus yacimientos auriferos. (ANAL. DE LA 
Soc. ESP. DE HIST. NAT., tomo Xx.) 


8 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4p 


color pardo, y los de la martelilla de Jerez se encuentran en 
este caso sin excepcion. 

La glauconita se presenta en todos los ejemplares examina- 
dos como un mineral de alta refringencia. Ofrece siempre un 
débil policroismo, que sdlo puede observarse valiéndose de 
grandes ampliaciones, para fijarse aisladamente en uno de los 
pequenos elementos que por su agregacién constituyen cada 
grano de glauconita. En estas condiciones es dado percibir las 
tintas verde-oscuro intenso y amarillo limén claro indicadas 
en el-trabajo de Cayeux, y que nosotros hemos observado me- 
jor que en ningtin otro ejemplar en las preparaciones de la 
losa de Tarifa. 

Como acabamos de decir, los granos de glauconita son ver- 
daderos agregados cristalinos de pequenisimos elementos, 
cuya posicién relativa no obedece @ orientacién alguna. Ast 
es que, examinados entre los nicoles cruzados, se advierte que 
en ninguna posicidn lega a extinguirse la totalidad de los 
granitos; y si en estas circunstancias se enfoca y desenfoca 
alternativamente, se ven puntos que se extinguen en ciertos 
momentos é iluminan en otros, lo que indica su desigual orien- 
tacidn. Fijandose en un solo elemento de los que constituyen 
el grano, se puede notar que se extingue en cuatro posiciones 
correspondientes a dos cuerdas normales durante una rotacién 
completa de la platina; pero hay que notar que las direcciones 
de extincidn no guardan relacién alguna con el sentido del 
alargamiento en aquellos granitos que no son esféricos. 

La estructura de agregado cristalino del mineral que nos 
ocupa explica el por qué no se observa bien el policroismo en 
‘ada grano, pues coexisten en él orientaciones Opticas tan dis- 
tintas cuantas son las innumerables laminas que le compo-— 
nen, dispuestas en todas posiciones con respecto a los planos 
(le vibraciones de los nicoles. 

La glauconita nos parece comportarse indudablemente por 
sus propiedades 6pticas como un mineral rombico. 

Hemos observado que en los granos de color pardo se extin- 
gue entre los nicoles cruzados una superficie mayor de cada 
laminilla que en los verdes. Semejante circunstancia pudiera 
provenir de la alteracion que han sufrido dichos granos par— 
dos, acusada, como luego diremos, por el mismo color en que 
se transformé el verde primitivo. La alteracién consiste con 


(5) Calderén y Chaves.—usTUDIO DE LA GLAUCONITA. 9 


toda probabilidad en una oxidacién del silicato ferroso-pota— 
sico de la glauconita, la cual habra operado la separacidén de 
una cantidad de éxido férrico, capaz de obrar como una subs- 
tancia isédtropa que impregne la glauconita no alterada to- 
davia. 


Numerosos analisis se han efectuado con propdsito de deter- 
minar la composicién de la glauconita. Se ha comprobado por 
ellos que se encuentran en este mineral la sflice, los gxidos 
ferroso y férrico, la potasa, la alumina, la sosa, la cal, la mag- 
nesia y el agua; pero las relaciones entre dichos cuerpos no 
han ofrecido suficiente constancia para deducir de ellas la fér- 
mula de una especie quimica. 

Examinando detenidamente los resultados de los andalisis, 
se advierte cierta relacién constante entre la proporcién de 
silice, a veces la de potasa y la de 6xido de hierro, relacién 
que no se observa, en cambio, en la de la cal, la magnesia, la 
sosa, la alumina y el Oxido férrico. Asi la magnesia varia en 
dos analisis desde 16,6 °/, (Berthier) a 0°/, (D. Rogers); la cal 
desde 3,3 °/, (Berthier) a 0 °%/, (Pisani), y la alimina de 13,32 %/, 
(Dana) a 1,7 (Berthier); la ausencia de la alumina se ha hecho 
constar repetidas veces, mientras que otros la senalan en pro- 
porciones muy distintas; el agua, en fin, sufre variaciones tan 
considerables, que en una glauconita de Villers-sur-Mer, de- 
partamento de Calvados, analizada por Pisani, llega a 3 molé- 
culas, al paso que en la formula consignada en la Huciclopedia 
quimica de Fremy (1) se eleva 4 6 moléculas. Todos estos datos 
han conducido a considerar la glauconita como un silicato 
ferroso-potasico hidratado, en el cual podrian intervenir acci- 
dentalmente las demas substancias encontradas en los analisis. 

Hasta ahora ningtin trabajo sintético se ha realizado que 
pudiera dar luz sobre la composicién y formacién de la glau- 
conita, y en general se poseen muy pocos datos relativos a la 
preparaciOn de los silicatos de protéxido de hierro por via 
humeda. En vista de estas deficiencias, y como intento de una 
reproduccidn de este género, tomando por base la composicion 
atribuida como mas verisimil 4 la glauconita, hemos tratado 


(1) Tomoin; Métauz, 4¢ partie, pag. 113. 


10 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) 


de colocar los elementos de un silicato ferroso—potasico en 
condiciones de formar dicha sal, escogiendo desde luego la 
via humeda, puesto que ésta ha realizado sin duda alguna el 
proceso de la produccién natural de la glauconita. Es un hecho 
conocido que actuando en frio una disolucién de sulfato ferroso 
sobre otra de silicato potasico, se forma un precipitado volu— 
minoso, verde sucio, de silicato ferroso, que se va oscureciendo 
poco a poco. Este precipitado es cristalino y pasa rapidamente 
a sal de sesquidxido, aun en el seno del liquido, tomando un 
color amarillento-rojizo. Teniendo en cuenta que si en lugar 
del sulfato ferroso se empleara el sulfato ferroso—potasico, 
podria obtenerse por doble descomposicién un silicato ferroso- 
potasico, colocamos en un matraz provisto de un corcho a 
través del cual pasaba un tubo afilado en un extremo, sulfato 
ferroso—potasico disuelto, preparado seguin las indicaciones de 
Berzelius (1); anadimos unas gotas de acido sulftrico y un 
trocito de alambre de hierro, con objeto de reducir la sal de 
sesquidxido que en las manipulaciones hubiera podido formar- 
se. Se elevé algo la temperatura, y cuando el ataque del hierro 
tocaba & su término, se anadid un ligero exceso de sulfato 
potasico. Una vez cesado el desprendimiento de hidrdgeno, se 
anadid la disolucién del silicato potasico, y acto continuo se 
produjo un abundante precipitado azul verdoso sucio. Al cabo 
de algunos dias este color se va volviendo mas verdoso, y por 
ultimo, amarillo, merced a la oxidacién; pero si se trata de 
desecar el precipitado en la estufa, una vez recogido sobre un 
filtro, se oxida con suma rapidez y queda sin vestigios de 
Oxido ferroso. 

La elauconita debe, 4 nuestro juicio, encontrarse en intima 
relacion con este silicato ferroso potasico producido artificial— 
mente, en el cual se hallan el 6xido ferroso y la silice en las 
proporciones de 20,4 4 50,1 respectivamente; muy andalogas a 
las que figuran en el analisis de la glauconita de Villers-sur- 
Mer hecho por Pisani (2), que da 20,1 4 54,1 para los mismos 
cuerpos. Segtin este mineralogista, la glauconita responde a 
la formula 

(RO), (Si O,), + 2 HO. 


(1) Traité de Chimie min., vég. et anim. Trad. par Erzlinger et Hoefer, 1845. 
(2) Des CLoizEaux: Manuel de minéralogie, t. 1, pag. 542. 


(7) Calderon y Chaves.—ESTUDIO DE LA GLAUCONITA. Ml 


al paso que en la Hnciclopedia de Fremy (1) se la atribuye la 
siguiente: 


2 (Fe, K) 0, 2 Fe, 03, 9 Si O,, 6 HO. 


Fijémonos por un momento en la primera formula y trate— 
mos de desarrollarla en conformidad con los conocimientos 
quimicos actuales sobre los oxacidos del silicio. El acido silicico 
que originase semejante silicato seria un anhidrido resultante 
de la separacién de una molécula de agua, de dos de acido 
parasilicico, segtin expresa la igualdad 


2 sie Og, —— Hak) =i Oe 


A este acido podria corresponder uno de los dos esquemas 
siguientes: 


HO—Si—O—Si—0—Si—O—Si—O—Si—0O—Si—OH 


|| | | | | || 
0 0 OH OH 0 0 
HO imens OH 
\ gi Si 
HOY’ SE Ou 
0 | 0 
Nae eZ 
an NO 


HO—Si—O—O— Si —OH 


Wie 


La formula consignada en la obra de Fremy no parece, en 
cambio, tener relacién con acido alguno polisilicico. 

Aplazamos para otra ocasién el estudio mas especial del 
silicato ferroso-potasico obtenido como hemos dicho; pero por 
ahora, circunscribiéndonos al asunto del presente estudio, 
sélo nos toca hacer notar la facil formaciédn de dicho silicato 
en circunstancias que bien pueden concurrir en la naturaleza 
para la produccién de la glauconita. 


(1) Encyclopédie chimique, t. 11. Métauz, 4¢ partie, pag. 113. 


12 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) 


Cuestidn obscura y dificil es la del origen de los granos de 
glauconita, asi como el por qué lo hace sélo en esta forma y 
por qué no abunda mas esta substancia en la naturaleza, 
hallandose tan profusamente esparcidos sus componentes. El 
reciente trabajo citado del distinguido gedlogo L. Cayeux con- 
tiene observaciones interesantes sobre este problema de génesis 
mineraldgica, siendo de notar que se aparta de la opinidén mas 
gveneralmente admitida, segin la cual existe una relacidn de 
concomitancia entre la presencia del mineral en cuestidn y la 
de los organismos microscépicos. Supone que los granos de 
elauconita se han formado en el fondo de los mares en que 
vivian los restos fosiles animales que les acompanan, y que 
luego fueron arrastrados con los elementos detriticos de las 
rocas en cuyo interior se encuentran. En apoyo de su manera 
de ver, nota que la glauconita no aparece exclusivamente 
ocupando las camaras de los foraminiferos, sino que con fre- 
cuencia forma granos sueltos dispersos entre los demas ele- 
mentos de la roca. 

Debe advertirse, sin embargo, que el estado de relleno de 
cavidades de pequenos organismos es el mas habitual en la 
elauconita, y que si bien aparece con frecuencia en granos 
sueltos, en estos puede reconocerse las mas veces la forma de 
moldes mas 6 menos borrosos 6 rodados de las camaras de 
dichos protozoos, como lo han indicado ya los paleonté- 
logos (1). 

La cuestidn apuntada es, como se ve, compleja y al mismo 
tiempo capital para la solucién del obscuro problema de la 
glauconita, el cual parece reclama absolutamente la interven- 
cidn de una substancia gelatinosa, como vamos 4 tratar de 
demostrar. 

Los gedlogos que se han ocupado de preferencia en este 
linaje de cuestiones de la quimica del globo, entre ellos 
Roth (2) y Credner (3), han puesto de relieve la poca estabilidad 
de las sales ferrosas naturales que determinaria la total des— 
aparicién de los silicatos de protdxido de hierro de la corteza 
terrestre en la zona superficial, si los procesos de reduccion no 


(1) Zirrey: Traité de Paléontologie. Trad. francesa, t. 1, pig. 67. 
(2) Allgemeine und chemische Geologie, tomo 1, Berlin, 1579. 
(3) Traité de Géol. et de Paléont., (trad. francesa). Paris, 1879. 


9) Calderon y Chaves.—rESTUDIO DE LA GLAUCONITA. 18 


contrarrestaran y se opusieran a esta obra. Entre dichos silica- 
tos, son todavia mas inestables los formados por via himeda 
que los producidos por la ignea, exigiendo su conservaciOn la 
ausencia de toda materia capaz de prestar oxigeno con facili- 
dad. Ahora bien; siendo la glauconita un silicato de protéxido 
de origen submarino, necesita indispensablemente para su 
conservacion la influencia de un medio reductor, que podria 
ser la substancia sarcédica, mas propicia para semejante papel 
que cualquiera otra, cuya existencia, ademas, nos seria dificil 
imaginar. Creemos, por tanto, que la materia gelatinosa que 
existe en suspensidn en las aguas, y sobre todo la substancia 
organizada misma que Henaba las camaras de los foraminife— 
ros 6 las cavidades de otros pequenos seres provistos de esque- 
leto, han sido, sin duda alguna, los agentes reductores a 
favor de los cuales se ha consolidado el silicato de protdxido 
de hierro y de potasio. 

El Sr. Cayeux, haciéndose cargo de la diferencia de tamaiio 
que presentan los granos de glauconita en las diversas rocas 
que los contienen, nota acertadamente que todos ellos varian 
en el mismo sentido y a la par, creyendo poder fijar una rela- 
cidn constante entre el volumen de dichos granos y el de los 
otros minerales detriticos que los acompanan. Nosotros hemos 
comprobado, ademas, en nuestras preparaciones una conexidn 
constante entre la amplitud de las cavidades de los organismos 
y la de los granos de glauconita que la roca encierra. Asi, para 
citar algunos ejemplos, estos Ultimos son macroscépicos y 
abundantes en la caliza de Hetercosteginas de Sierra Morena y 
en la creta tobacea de Rouen; al paso que sélo alcanzan dimen- 
siones microscopicas y son mas escasos en las calizas eocénicas 
con Rotalias y Bolivinas dispersas de la provincia de Cadiz y 
en el barro calizo de Globigerinas de Moron. En todos estos 
casos, la relacién entre los foraminiferos y la glauconita es de 
todo punto manifiesta. 

Nosotros sélo creemos poder deducir de estas observaciones 
la existencia de un proceso consistente en una sencilla reduc- 
cidn operada por las materias animales, prescindiendo por 
ahora de discutir la hipotesis de Sterry Hunt (1), de que la 


(1) Mineral Physiology and Physiography. New-York. (2. edicién). 1889. 


14 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) 


substancia organizada en presencia de las sales de hierro 
disueltas dé lugar a la formacién de sales ferrosas de Acido 
organico, manantial por excelencia de las soluciones fe— 
rrosas. 

Parece perfectamente establecido el hecho de que la glauco- 
nita sdlo se forma en las profundidades oceanicas y nunca en 
las costas ni 4 débil hondura. Tal sucede, actualmente, en el 
llamado /odo de Globigerinas que se elabora en el fondo de los 
mares, y se ha producido igualmente en épocas anteriores, 
dejando formaciones analogas en un todo, como la roca antes 
citada de Mordn y las areniscas glauconosas del cretacico 
superior de New-Jersey. En el valle del Guadalquivir, que ha 
estado sometido durante el periodo terciario y el cuaternario a 
una serie de ascensos y descensos totales y parciales, se observa 
un hecho muy significativo en comprobacidn del aserto que 
acabamos de consignar (1). Los sedimentos que corresponden 
ai formaciones profundas son glauconosos, al paso que estan 
desprovistos de este silicato los producidos 4 menos hondura, 
intercalandose los glauconosos a los no glauconosos. Asi con- 
tienen este mineral las rocas calizas del eocénico; vienen lue- 
go sedimentos desprovistos de él, que son de origen menos 
profundo, y otra vez vuelve a aparecer en la caliza arena- 
cea helveciense con Hetereostegina costata D’Orb., para no 
presentarse después en las demas capas miocénicas ni plio- 
cénicas depositadas durante el periodo de emergencia del 
valle. 

Las teorfas de los Sres. Reuss y Cayeux, no pueden dar cuenta 
de esta coincidencia significativa, relacionada, indudable- 
mente, con las condicioues del medio bioldgico submarino. El 
fondo del lecho del Océano es el receptaculo de una lluvia 
incesante de foraminiferos, cuyas conchas y substancia sar- 
cédica se van depositando y formando alli una materia pastosa 
al mezclarse con otros elementos minerales en un estado de 
notable tenuidad, sumamente favorable para la realizacion de 
los procesos quimico-g@eolégicos. 

Nétese que nosotros no pretendemos que sean tnica y pre- 


(1) CAaLpERON: Movimientos pliocénicos y postmiocénicos en el valle del Guadalquivir. 
(ANAL, Soc. Esp. DE Hist. NAT., tomo xx11, 1893.) 


(11) Calderon y Chaves.—rstupI0 DE LA GLAUCONITA. 15 


cisamente los foraminiferos, los briozoos y los coraliarios los 
agentes que han intervenido en la formacidén de la @lauconita, 
como parecen opinar los que han seguido fielmente en este 
punto la opinidén clasica de Erhenberg (1); pues como indican 
Giimbel y Cayeux, el mineral se presenta 4 veces en forma de 
un barniz en la superficie y en las desigualdades de los eranos 
de cuarzo de ciertas areniscas glauconosas que no puede atri- 
buirse 4 ningtin relleno de cAmaras ni cavidades. En este caso 
el agente reductor debe haber sido la materia or@anica que en 
un estado aproximadamente homogéneo se difunde por el 
fondo del mar. 

Sterry Hunt (2), examinando la cuestidn desde el punto de 
vista quimico, se fija en la presencia de los depdsitos de sepio- 
lita y de talco en los sedimentos terciarios y los considera 
como originados por un mismo silicato pectolitico desconocido, 
cuya relacion de protoxido, silice y agua seria 3:9: 3. Seguin 
este reputado mineralogista se trata de una doble descompo— 
sicidn operada entre la disolucién de un silicato pectolitico 
que tuviera una base potasico-calcica parecido a la apofilita, 
y una sal ferrosa disuelta, la cual resultaria de la reduccién 
de sedimentos que contuvieran Oxido férrico por las materias 
or@anicas. Estas condiciones serian muy a proposito para la 
formacion de la glauconita; y si en lugar de actuar dicho 
silicato con la disolucién de sal ferrosa fria, lo hiciera en 
caliente con aguas magnesianas, se originarian el talco y la 
sepiolita. 

Es facil, en efecto, darse cuenta del proceso de consolidacién 
del silicato de protéxido de hierro y de potasio desde el punto 
de vista de Sterry Hunt, atendiendo 4 que la sustraccidén del 
agua por una parte y los cambios moleculares por otra, deter- 
Minarian ese estado cristalino de la sustancia que recuerda 
algo el del cuarzo granulitico y acusa la probable influencia 
de una sustancia gelatinosa que no se hallé en condiciones 
propicias para que la orientacién de sus moléculas se operara 
con entera libertad. 

Terminaremos observando que la glauconita es un mineral 


(1) Ueber den Grimdsand. (Abth. d. K. Akad. Wiss. Berlin, 1855.) 
(2) Op. cit. 


16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) 


poco alterable; pero no de tal resistencia que no se pueda 
reconocer en ella la obra de los agentes de la descomposicién. 
Hemos observado los granos mas frescos en las rocas de sédi- 
mento quimico mas compactas, y por tanto poco accesibles a 
las acciones atmosféricas; al paso que los granos sueltos de 
las arenas @lauconosas se conducen, como hemos dicho, 4 la luz 
polarizada: su color verde primitivo se ha transformado en 
amarillo y parduzco y ofrecen sus superficies empanadas y 
corroidas. | 

El hecho de que una porcién variable del hierro de la glau- 
conita se halle al estado de sesquidxido, encuentra su explica- 
cidn en un fendmeno de oxidacion, que revelan al microscopio 
ciertos granos de una coloracién verde algo parduzca 6 ama-— 
rillenta, que en su periferia presentan mas exagerado el tono 
amarillento, merced indudablemente 4 la oxidacién. Nosotros 
no hemos notado nunca ésta mas intensa en el centro que en 
los bordes del grano de glauconita. 

Algunas rocas en que abundan los granos de este silicato, 
presentan manchas como de productos terrosos y ferruginosos 
que deben ser con toda probabilidad el resultado final de la 
descomposicion de este mineral; otras veces llenan el interior 
de las camaras de los foraminiferos 6 los bordean, hechos que 
se observan en toda la masa de la martelilla de Jerez; pero 
hasta ahora no hemos tenido ocasidn de observar la serie de 
estados intermedios entre el cambio de coloracién de los granos 
que inicia la alteracién y su completa conversioén en un pro- 
ducto terroso. 


Resumiendo los resultados 4 que nos parece haber podido 
llegar, estudiando los ejemplares de las localidades citadas, 
en lacompleja y obscura historia de la glauconita, diremos que 
este silicato es, 4 nuestro entender, un mineral rdmbico, de 
alta reftingencia y de una estructura semi-granulitica, consis- 
tente en un agregado de individuos imperfectamente desarro- 
llados y nunca orientados. La composicidn de la glauconita 
es, & nuestro juicio, menos complicada de lo que algunos 
autores han supuesto. Creemos haber obtenido por procedi- 
mientos de laboratorio una sal andloga y que puede dar 
alguna luz sobre su @énesis por via himeda, si bien en la 
naturaleza parece haber intervenido con toda seguridad la 


(13) Calderon y Chaves.—rstrupIO DE LA GLAUCONITA. 17 


materia organica como agente reductor que ha obrado de un 
modo lento. Por ultimo, hemos seguido en lo posible la 
marcha de la descomposicion de este silicato, cuyo resultado 
final deben ser ciertas manchas de 6xido de hierro que pre- 
sentan algunas rocas plagadas de restos fésiles de organismos 
microscdépicos. 


ANALES DE HIST. NAT.— XXIll. 2 


NOTAS MINERALOGIGAS. 


NUEVOS WALLAZGOS EN LA PROVING DE SEVICLA, 


POR 


1p. StAc VA DOR (CAT DmRoOmM. 


(SecciOén de Sevilla.— Sesion del 2 de Febrero de 1894.) 


Como materiales, tiles quizas aletn dia para la minera— 
logia espaniola, he reunido en el presente bosquejo algunos 
datos nuevos 6 poco conocidos referentes a minerales y sus 
yacimientos de la provincia de Sevilla. Los ejemplares a que 
en él voy a hacer referencia, han sido recogidos en su mayoria 
por mi en excursiones que he ido realizando en estos ultimos 
anos, 6 por algunos de mis discipulos, y figuran en la colec— 
cidn regional que voy formando en el Museo de la Universidad 
de Sevilla, habiendo procurado remitir también ejemplares al 
de Madrid, de aquellos de que poseia duplicados, con el pro- 
posito de enriquecer la serie de minerales espanoles que se va 
constituyendo en este ultimo, y de que ha empezado a dar 
noticia nuestro distinguido consocio D. Lucas Fernandez 
Navarro. Las colecciones del Museo de Madrid en manos de 
su competente y celoso personal de profesores y ayudantes 
han de ser la base de los trabajos de conjunto, de que se esta 
ya tan necesitado, sobre las producciones naturales de nuestro 
pais; el de provincias llenara su misién si contribuye con su 
modesto 6bolo (tan modesto como son los medios de que dis— 
pone), allegando pequenos materiales, como el presente, para 
tan importantes obras. 


20 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 


Baritina granuda en roca. 


Hace algun tiempo me fueron remitidas de Penafior en con- 
sulta, muestras de una roca gris, compacta, homogénea y 
sumamente pesada. La facies, mas de roca granudo-cristalina 
que de una masa mineral de estos ejemplares, y la existencia 
de puntos y laminillas distribuidos en la pasta 4 modo de 
individuos porfidicos, hicieron creer, aun a personas practicas 
en el reconocimiento de las substancias minerales, que se tra- 
taba de una roca maciza, quizas de una sienita; pero no satis— 
fecho con esta clasificacién, por no explicar la débil dureza de 
la piedra, que se deja rayar facilmente con la punta de un 
cortaplumas, ni la notable densidad de la misma, hube de 
estudiarla macro y microscopicamente, llegando a los resulta- 
dos que voy a indicar 4 continuacion. 

La densidad media de los trozos examinados ha dado la 
cifra de 4,02; su dureza es de 3,5. Al soplete se funde en un 
esmalte blanco y el analisis ha mostrado un gran predominio 
de barita sobre las demas bases, hierro abundante, cal é indi— 
cios de cobre en la parte atacable por el acido nitrico. 

En las secciones transparentes, examinadas al microscopio, 
se ve que se trata de una roca de estructura cristalina, cons— 
tituida predominantemente por granos lamelares de baritina, 
entre los cuales se hallan algunos carbonatos en agregados 
e@ranudos y rara vez en individuos mayores, los cuales, en su 
mayoria, deben ser de calcita. Se perciben también dise- 
minaciones abundantes de hierro opaco, soluble en el acido 
clorhidrico, en gran parte de magnetita, con productos de 
descomposicion en sus bordes, referibles unos al leucoxeno y 
otros al hierro titanado, y, por Ultimo, algunos fragmentitos 
de g@ranate y partes cloriticas, de origen micaceo, al parecer. 

Habiéndome asegurado que la roca de que se trata abundaba 
en Penaflor en términos de constituir grandes macizos, em— 
prendi una excursion en compania de los Sres. Vinsac, Chaves 
y Barras, de la SocrepAD ESPANOLA DE Histor1A NATURAL para 
comprobar este dato y examinar el yacimiento. Nosotros solo 
vimos la roca de baritina formando el hastial 8. de la mina de 
cobre (bornita, calcopirita y pirita cuprifera) de la «Dehesa de 


3) Calderdn.—NOTAS MINERALOGICAS. 21 


Almenara,» al N. de Penaflor, propiedad de D. Gualterio 
Poole. La mina estaba, por desgracia, inundada, lo que nos 
impidié comprobar el espesor y relaciones de la roca, que a 
veces parece estratificada por contener vetas paralelas de 
cuarzo, desde capilares hasta de 1 cm. de espesor. 

Dos circunstancias me parecen dignas de mencionarse en 
la roca de Penaflor: de una parte su aspecto y estructura, tan 
diversos de los que estamos acostumbrados a ver en las bari- 
tinas espanolas; otra el armar este filon de contacto en los 
eneises micaceos, estando el terreno arcaico de la regién des— 
provisto de todo género de formaciones andalogas a la en cues- 
tidn, ni en su composicion, ni en la manera de aparecer. 


Toba de limonita. 


Procedente del Pedroso existe en las colecciones de la Uni- 
versidad un ejemplar de esta variedad, que aunque no es rara 
en ciertas regiones extranjeras, abundantes en Oxidos de hierro 
y sobre todo piritas, no sé que se haya citado todavia de 
Espana. El citado ejemplar es sumamente poroso, obscuro, de 
color de madera de cedro y mate, siendo notable por su lige- 
reza, que se explica bien por consistir totalmente en envol— 
ventes delgados de tallos vegetales é incrustaciones de hojas 
dle Quercus, & veces admirables. Esta toba tiene exactamente 
el mismo aspecto, aparte del color, que las tobas calizas mas 
ligeras, y reconoce, como ellas un origen incrustante. Por eso 
los italianos Haman a semejante sustancia /u/o di ferro. 


Moronita. 


Hallazgos posteriores al precedente trabajo sobre esta sus— 
fancia, realizado en colaboracién con el Sr. Paul (1), me han 
permitido reconocer la extensidn considerable de la notable 
formacion alli descrita en varias direcciones en torno de 
Morén. Constituye manchones de diversa amplitud, llamados 


(1) La Moronita y los yacimientos diatomaceos de Mordn. (ANAL. DE LA SOC. ESP. DE 
HIST. NAT., tomo xv, 1836.) 


22. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) 


en el pais a/beros, y que se consagran al cultivo de las vinas. 
unico al que se prestan. La zona principal y mas ancha de 
estos manchones va desde Morén a Montellano. Reciente- 
mente he reconocido la misma sustancia en una muestra que 
me ha sido consultada con otro objeto, procedente de la pro— 
vincia de Cordoba, entre Aguilar y Puente-Genil, donde se 
dice se halla interpuesta entre rocas calizas. 

En el citado estudio hemos definido la moronita como una 
mezcla de silice y carbonato de cal: la primera forma las 
cubiertas de innumerables y elegantes diatomeas, esqueletos 
de radiolarios y espiculas de espongiarios y celentéreos, al 
paso que el segundo se encuentra principalmente fosilizando 
esqueletos de foraminiferos. Estos ultimos, que hasta aqui no 
habian podido ser reconocidos claramente, se han separado 
por medio del sulfato de sosa, obteniendo asi un verdadero 
barro de Globigerinas, que indica se trata de un depdsito de 
mar profundo. Ningun hallazgo semejante a éste se ha reali- 
zado hasta ahora en Andalucia, pues en ella los foraminiferos, 
aunque abundantes, habian sido encontrados en formaciones 
rizopodicas miocénicas y plocénicas, nunca mas antiguas, ni 
de profundidades oceanicas tan considerables como la que 
revela la que me ocupa (1). 

Los dos componentes fundamentales de la moronita, calizo 
y siliceo, se mezclan intimamente, pero en proporciones muy 
varias segun las procedencias y se@tin la profundidad. De 
aqui resulta que la roca pasa unas veces a un tripoli diatoma- 
ceo casi puro, como acontece en ciertos depdsitos cercanos a 
Moron, y otras a una caliza de foraminiferos algo silicea y 
arcillosa, como en Coripe. Esta ultima variedad constituye lo 
que los franceses Haman dove d Globigérines, considerada 
ordinariamente como equivalente terciario y post-terciario de 
la creta (2). 


(1) Véanse mis precedentes notas: Foraminiferos fosiles de Andalucia (ANAL. DE 
LA Soc. ESP. DE Hist. NAT., tomo xvi, Actas/, y Foramintferos pliocenos de Andalucia. 
(ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HISTORIA NAT., tomo xx11, Actas.) 

(2) M. L. Cayeux, que ha estudiado micrograéficamente la creta de Lille, no es 
partidario de esta opinién, pues cree que esta substancia se ha formado mucho mas 
cerca de la costa que el lodo de Globigerinas, el cual s6lo por excepcidn contiene ele- 
mentos terrigenos, siendo los escasos y pequenos fragmentos minerales que encierra, 
producidos por la actividad voleanica submarina, al paso que la creta aprisiona tnica- 
mente detritus minerales que proceden del continente. 


(5) Calder6n.—NOTAS MINERALOGICAS. 23 


Semejantes diferencias de composicién estén en armonia 
con otras referentes a la fauna '!que en cada caso contiene, y 
parecen indicar variaciones durante la sedimentacién de estos 
depdésitos en la profundidad del mar y consiguientemente en 
la naturaleza de su fondo, los cuales implican cambios corre 
lativos en las condiciones bioldgicas, andlogamente 4 lo obser- 
vado en muchos depositos pliocénicos de la cuenca del Medi- 
terraneo. 

La moronita tipica, tal como la hemos definido el Sr. Paul y 
yo, es la que ofrece el término medio entre la variedad que 
pasa al tripoli y la que lo hace al barro de faraminiferos. 


Caliza cuarcifera de Moron. 


En otro precedente estudio he tenido ocasion de describir la 
caliza eocénica de Moron, compacta, blanco-agrisada, plagada 
de partes espatizadas, que son restos fosiles de briozoos y fora- 
miniferos, entre estos los Vammulites Murchisoni y atessica (1). 
Reducida a laminas delgadas y examinada al microscopio 
ofrece una porcién de inclusiones extranas: nddulos arrinona- 
dos de limonita, granos y vetas de @lauconia rellenando las 
camaras de los foraminiferos 6 sueltos y procedentes de otros 
ya alterados, laminillas de mica y de oligisto, trocitos y 
eranos de una roca eruptiva (diabasita?) y algunos restos con- 
fusos y mal determinables. Pero el mineral que mas me ha 
llamado la atencién entre los que contiene esta caliza es el 
cuarzo, que en la Serrezuela de los Charcos, inmediata a los 
volcanes fangosos, se presenta en cristales hialinos, comple- 
tos (prismas bipiramidados), de 7 a8 mm. por 3 de ancho, vy 
con abundancia en ciertas partes de la roca. 

La presencia y los caracteres de estos individuos cuarzosos 
en el seno de dicha caliza fosilifera, sugieren & mi juicio 
motivos de reflexion que voy a apuntar ligeramenle. 

Sélo puede explicarse la existencia de semejantes cristales 
en la roca, de una de estas dos maneras: por haberse formado 
en su interior, 6 por proceder de una roca mas antigua des— 


(1) CaLpERON: Los volcanes fangosos de Mordén. (ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HIST. 
NAT., tomo xx.) 


24 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) 


compuesta y haber sido envueltos entre la caliza al tiempo de 
la cristalizacién. La primera hipotesis se ha aplicado al escla— 
recimiento de otros hechos analogos, como las calizas carboni- 
‘as marinas de diversas localidades, entre ellas en Espana las 
de los Picos de Europa, que estan prenadas de estas inclusio- 
nes siliceas. El] Sr. Macpherson (1) ha visto en las calizas que 
estan en contacto con la ofita de Biarritz cristales de cuarzo 
de 10 mm. de diametro y finos como palillos de dientes, que 
parecen haberse engendrado dentro de la matriz en que se 
hallan. A un proceso semejante se deben las concreciones 
siliceas de la creta, obrando en estas la accidn dinamica con 
eran energia para poner en movimiento todas las moléculas, 
La silice podria estar contenida en la roca, bien en estado de 
arena 6 en otra forma. M. de la Vallée-Poussin (2) pensaba 
que los cristalitos de cuarzo diseminados en la caliza carbo- 
nica de Bélgica son debidos a la concentracién de la silice de 
procedencia organica contenida en la roca durante la recristali- 
zacion general de la caliza. Esta se halla constituida esencial- 
mente de conchas de foraminiferos reunidas por un cemento 
espatico. Cualquiera que sea el origen, ya organico ya arena- 
ceo U otro, de la silice que contuviera la caliza, ha tenido que 
ser removida y concentrada, a semejanza de lo que se observa 
en las calizas arcaicas de Sierra Morena y de otras regiones. 

Pudiera aceptarse semejante explicacidn para los cristales 
cuarzosos contenidos en la caliza eocénica de Moron, pero yo 
me inclino, sin embargo, 4 ver en ellos un producto de trans- 
porte de rocas mas antiguas, tanto porque entre los mencio- 
nados restos y minerales microscopicos que contiene, algunos 
reconocen indudablemente este origen, como porque las 
superficies de contacto de los cuarzos con la caliza es limpia y 
normal, sin que se descubra en ella nada que acuse fenomenos 
de metamorfismo ni de transporte molecular. En los ejemplares 
que he donado al Museo de la Universidad de Sevilla, se nota 
que los trozos mas abundantes en cristales de cuarzo son 
también los mas ricos en Nwmmulites muy pertectos, sin que 
la proximidad de los cristales haya producido en ellos la 


(1) Comunicacién particular. 
(2) Note sur des banes de calcaire carbonifere renfermant des foraminiferes et des 
cristaur de quartz. (Bull, Ac. R. de Beigique, 3¢ série, tomo xv, nim, 2, 1888.) 


7) Calderon.—NO?TAS MINERALOGICAS. 5 


menor modificacién, lo cual pudiera explicarse tanto por la 
teoria de M. de la Vallée-Poussin, como por la de haber sido 
englobados al tiempo de la sedimentacidn. La tinica dificultad 
que se ofrece para aceptar esta ultima suposicidn es que la 
mayoria de los cristales de cuarzo no solo no se hallan desgas- 
tados ni redondeados, sino que conservan en sus dangulos y 
aristas una pureza extraordinaria, incompatible, al parecer, 
con la idea de que hayan sido separados de otra masa descom- 
puesta y transportados antes de sedimentarse. Esto. pudiera 
depender, sin embargo, de circunstancias especiales en que 
semejantes trabajos se realizaran y que no es facil determinar. 

Ademas de la cuestién apuntada, suscita otra la presencia 
de los cristales cuarzosos empotrados en la caliza eocénica de 
Moron, que no ha sido hasta ahora resuelta satisfactoriamente: 
la del origen de los cuarzos hialinos, hematoideo, ahumado y 
lechoso, que tanto abundan en el seno de los yesos ofiticos de 
ésta como de otras muchas regiones. Generalmente se consi— 
deran como un producto epigénico, aunque sin precisar bien 
su @énesis; pero si se tiene en cuenta que en Mordn, como en 
‘asi toda la regién epigénica de Andalucia y en otras, el yeso 
es un producto de transformacidn de las calizas eocénicas, 
cabe sospechar que dichos cristales existieran en ellas antes 
del cambio del carbonato en sulfato de la roca que los apri— 
siona. Los cuarzos que acabo de describir son incoloros y 
transparentes y no tenidos, como habitualmente se encuentran 
en el yeso; pero también he tenido ocasidn de ver algtin 
jacinto de Compostela indudable en la caliza eocénica men— 
cionada. E 


Inclusiones en el cuarzo de los porfidos 
de la provincia de Sevilla. 


Las secciones delgadas de un gran nimero de rocas porfidi- 
cas de Sierra Morena presentan individuos de cuarzo con 
numerosas inclusiones de forma diexaédrica, como ya lo ha 
indicado el Sr. Macpherson (1). 


(1) Estudio geol.y petrogr. del N. de la prov. de Sevilla. (Bol. de la Com. del Mapa 
geologico de Espaia, t. v1, 1879.) 


26 ANALES DE’ HISTORIA NATURAL. (8) 


Estas inclusiones aparecen unas veces solas y otras alter— 
nando con otras redondeadas. hecho observado también por el 
Sr. J. Boscha (1) en los porfidos de las minas de Tharsis y de 
varios cercanos a los yacimientos cupriferos de la provincia 
de Huelva, y ampliado por el mismo con la observacién de 
muchas rocas andalogas de diferentes localidades de Europa. 
Kn estas, como en las espanolas, se nota que a menudo en dos 
preparaciones de un mismo ejemplar, uno ofrece tales inclu- 
siones y faltan, por el contrario, en el otro. Para mostrar el 
numero y relaciones de todas las inclusiones, tanto diexaédri- 
cas como redondeadas que ha observado en diferentes prepa— 
raciones de porfidos, presenta el autor un cuadro del que 
copio las localidades de la. provincia de Huelva mencionadas 
por él y a las que agrego las de los ejemplares de Sierra 
Morena, que he podido examinar en la forma siguiente: 


tue ap 2 EE ARORICASs: | REDOMDERUAES 
LOGALIDAD: : de Con Sin Con Sin 

inclu- | micro- | micro-] micro- | micro- 
siones.] lito. lito. lito. lito. 

| Sierra Blanca (278 m.) (Huelva) . 4 1 1 2 0 | 

WMilem eet ce cassie ey yeras 1 A 1 0 oO | 
FES 20D: |e aa ep AS [APTLY 1 1 0 3 
BGC OirOv ir acaisint ise oi dese wistehe eee clleaetO > 9 2 4 
| VCE IR AN te ate pe Sec a > 16 5 6 
MOADEZAS IUWDIAS 5 stqiieiss) sicveive fae 13 > 13 0 0 
Me tity Us wee avn rie ees Sae1s > 5 3 5 
Mina La Duquesa (340).........] 15 2 12 0 1 
Castillo de las Guardas......... 9 1 1 3 4 
Montero (Sierra Morena)........ 5 1 2 2 0 
Marmolejo (Sierra Morena)......] 12 > | 10 2 > 


El Sr. Boscha opina que esta diversidad de inclusiones es 
debida & una serie de cambios alternados de temperatura 
durante la solidificacién de la roca. Empieza por sentar que 
con toda probabilidad el orden de consolidacién de los elemen- 


(1) Remarques sur les inclusions de certains quartz des porphyres. Breda, 1885. 


(9) Calder6n.—NOTAS MINERALOGICAS. 7 


tos de los pértidos no ha sido siempre el mismo en todas estas 
rocas, dependiendo de la composicién de la mezecla fundida a 
expensas de la cual se formaron. Una vez comenzada la cris— 
talizacién, ha podido continuar hasta la solidificacién com- 
pleta, lo que se demuestra 4 su juicio por el examen de la 
base cripto-cristalina de ciertos pérfidos graniticos, en la cual 
se encuentran todos los minerales esenciales del porfido mismo. 
Hay que tener en cuenta, ademas, que algunos cuarzos deben 
haberse introducido en el estado en que aparecen en la masa 
de la roca, pues difieren completamente por su /acies de los 
demas desarrollados en ésta. 

Ocupandose el Sr. Macpherson de las inclusiones en el cuarzo 
de los porfidos de Sierra Morena dice: «Ciertas cavidades del 
cuarzo presentan 4 menudo la particularidad de ser moldes 
negativos de la forma cristalina de esta substancia, observan— 
dose algunos diexaedros muy bien caracterizados, hecho que 
no deja de ser de alguna importancia si se tiene en cuenta la 
tendencia en estas rocas a la forma cristalina ». Ss 

«Aunque, considerada en general, la reparticién de estas 
inclusiones es muy irregular, en determinados sitios se observa 
cierto orden. Asi, por ejemplo, se ve que en algunas de las pla- 
cas de cuarzo que existen entre los bordes de los fragmentos 
de feldespato que han sido atravesados por las vetillas de ma- 
teria silicea, segun la direccién de cualquiera de las caras del 
crucero, las inclusiones tienen tendencia a alinearse paralela- 
mente a la misma direccién, cual si el movimiento molecular 
que se iniciaba por la nea de menor resistencia que el feldes- 
pato ofrecia 4 la infiltracién del magma siliceo, se hubiera 
conservado por algtin tiempo fuera ya de su accion directa» (1). 

Conviene notar, ademas, como dato para el esclarecimiento 
de esta cuestién, que en el cuarzo globular de los porfidos gra- 
nitdideos micaceos, son muy raras las inclusiones provistas de 
burbujas, al paso que en las grandes placas de cuarzo ce 
estructura globular abundan mucho y les acompanan nume— 
rosos cristales de apatito. Notase también que el cuarzo empas- 
tado en los porfidos feldespaticos de Sierra Morena, consiste, 
en su mayoria, en restos de cristales preexistentes a las reac— 


(1) Op. cit., pdg. 46. 


h 
toa) 


ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) 


ciones que deben haber realizado la formacioén de la roca; otros, 
en cambio, son de solidificacién. mas reciente. 

Segtin la teoria del Sr. Boscha, si en un cuarzo porfidico se 
hallaba una inclusion de contorno indefinido, vitrea 6 de otra 
substancia que pudiera disolver el cuarzo al fundirse, la forma 
de la materia incluida tendria que cambiar por no ser igual la 
solubilidad en las diferentes direcciones. Si esta se encontrara 
en su minimum normalmente a las caras del romboedro, la 
materia incluida adquiriria una forma proxima al diexaedro. 
«Por efecto del enfriamiento, el cuarzo comenzaria a cristalizar 
regularmente completando el cristal rodeado. Pero importa 
notar que, con toda probabilidad en este proceso, el cristal 
negativo continuara tomando una forma regular, puesto que 
justamente en los angulos nuevamente formados se depositara 
el minimum de materia soluble por unidad de superficie.» 


Fil6n de fluorita en una cantera de yeso. 


Los trabajos de extraccion de la gran cantera de yeso inme- 
dliata al cementerio de Moron, que como he indicado repetidas 
veces, es un producto de metamorfismo de. la caliza eocénica, 
pusieron a descubierto hace poco anos unos curiosos filoncillos 
que han desaparecido ya por la continua labor de que es objeto 
aquel sitio. De uno de dichos filoncillos tuvo la prevision de 
recoger y traerme D. José Angulo unas muestras. y entre ellas 
un grupo de dos bellos cristales de fluorita de 3 ¢m., consis— 
tentes en cubo-octaedros dominantes con caras de triaquis— 
octaedro (0, > 0 >, #0). En una de mis tltimas excursiones a 
Moron, he podido todavia ver en una extensidn de muchos 
inetros el filon de donde se sacaron los cristales y recoger trozos 
de él con objeto de reconocer su estructura. Esta constituido en 
su centro por la fluorita de color verde mar; 4 ésta envuelve 
na zona mas espesa, fuertemente impregnada de materia 
organica, que presenta vestigios de acido sulfurico y fosforico, 
(le allimina y silice, con algo de hierro y sin indicios de fiuor. 
Ml contacto entre el fildn y la roca de yeso en que arma, es 
perfectamente limpio y sin adherencia entre ambos. 

Semejante hallazgo reviste, 4 mi juicio, cierta importancia 
ilesde el punto de vista de la g@énesis mineralégica: tanto por 


(11) Calder6n.—NOTAS MINERALOGICAS. 29 


la edad moderna de este filén de fluorita, especie mineral que 
se reputa antiquisima, como por hallarse cristalizada y en 
cristales relativamente voluminosos, formados evidentemente 
por via humeda. Aqui no tienen aplicacion ni la experiencia 
clasica de Sénarmont ni la de Becquerel para la reproduccién 
de dicho mineral, y se presenta un problema de los mas obs- 
curos. ; 

Es sabido que el fluoruro calcico ha sido considerado como 
uno de los cuerpos esencialmente insolubles y en los que apo- 
yaban los plutonistas la teoria eruptiva de los filones; los par- 
tidarids de la teoria hidrotermal, sin embargo, han probado 
que en éste, como en otros muchos casos, la quimica precipi- 
tada del laboratorio no puede aplicarse a la natural sin ciertas 
reservas. Asi el agua de Carlsbad contiene, entre otras subs— 
tancias. un poco de fiuoruro de calcio, UN !/s99.499, Cantidad 
que, aunque parece insignificante, suma en el transcurso del 
ano un acarreo de 12.500 ke. También lo contienen, segun 
Daubrée (1), las famosas fuentes de Plombiéres y algo de fluo- 
rita existe entre los productos minerales que impregnan el 
cemento y los ladrillos romanos de los antiguos conductos de 
agua de esta localidad, asi como en las hendiduras del granito 
con cristales de fluorita, antes tomados por amatistas, y que 
reconocen un origen hidrotermal. 

Recientes experiencias de Binder (2) han probado que cuando 
actuia el agua, aunque sea pura, bajo una presion alta, disuelve 
en cantidad apreciable ciertos minerales, y entre ellos la fluo— 
rita, tan poco atacable en las condiciones normales. 

Cuanto 4 la edad de esta fluorita es indeterminable de un 
modo preciso; pero, desde luego, posterior a los yesos eocéni— 
cos que atraviesa y anterior al terreno moderno, pues nada 
analogo a esto se presenta en la actualidad en la regién. Los 
Sres. Barrois y Offret (3) citan la presencia de la fluorita en el 
yeso de las Alpujarras que arma. en la parte superior del cam- 
brico, asociada 4 otros varios minerales, pero suponen haya 
sido arrancada de las salbandas pizarrosas por el hinchamiento 


(1) Bull. de la Soc. géol. de France, 2.4 serie, tomo xvi. y Annales des nines, 5." serie, 
tomo xIlI. 


(2) Min. und Petrogr. Mitth., tomo xu, pag. 382. 
(3) Sur la constitution de la chaine bétique. (Compt. rend., 7 Junio, 1886.) 


30 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) 


del yeso al tiempo de su formacién. El yacimiento fiuorifero 
mas moderno de que tengo noticia es el citado por el eminente 
Sr. Scacchi (1) cerca de Pompeya, donde existe un producto 
volcanico consistente en unas tobas calizas sometidas eviden— 
temente a emanaciones fluorhidricas que han operado en aque- 
lla profunda alteracion, y las han hecho cubrirse y penetrarse 
de mica y otros productos secundarios, debidos 4 la influencia 
de dicho poderoso agente. El fluor se halla en las manchas 
Hlanquecinas depositadas por las fumarolas secas en los silla- 
res que rodean a la lava, y este cuerpo corresponde al primer 
estadio de la energia volcanica. ‘ 

No parece inverosimil, en vista de estas observaciones, que 
puedan realizarse en ciertas condiciones desprendimientos de 
fluor libre, que en el caso de que se trata, actuando sobre el 
yeso 0 sobre la caliza antes de transformarse, serian capaces 
de haber producido directamente la fluorita. Es admisible 
también el origen hidrotermal de los filoncillos de Moron, 
analogamente a las formaciones fluoriferas de Plombieéres, 
aunque obrando en circunstancias algo diferentes. Lo que 
resulta indudable es que no son obra de agentes igneos erup- 
tivos. 


Dendrita de turmalina. 


Aunque la turmalina negra es un mineral frecuente en el 
eranito de diversas localidades, me ha parecido digna de 
mencion por su belleza una dendrita de esta sustancia que 
contiene un trozo de granito de Gerena, regalado a las colec— 
ciones de la Universidad de Sevilla por su descubridor don 
Manuel Bueno. 

Ks de notar que en el granito de Gerena es muy rara la tur- 
malina, y en todo el trozo muy espeso en que se halla el ejem- 
plar no he observado ningun otro cristal grande ni pequeno 
(le dicho mineral. De aqui la admiracién de los canteros 
cuando al partir el trozo de granito para sacar de él un ado-- 
quin, aparecié tan curiosa agrupacién, la cual ha llamado 


(1) Breve notizia dei vulcani Nuoviferi della Catania. 1883. 


(13) Calderon.—NOTAS MINERALOGICAS. 31 


también la atencién de varios mineralogistas extranjeros que 
han estado de paso por Sevilla en estos ultimos anos (1). 


Alofana. 


Corresponden a esta especie unos ejemplares de un silicato 
amorfo hidratado con algo de silicato de cobre, que me han 
sido donados procedentes de dos distintas localidades. Uno es 
de Penaflor, aunque no conozco su exacta y detallada proce- 
dencia, si bien me han indicado formaba una capita cerca de 
la anabergita de la mina Awrora (2); el otro de Villagarcia, en 
Badajoz, y ambos bastante analogos y bien caracterizados. 

Aunque disponiendo de escaso niimero de ejemplares y no 
voluminosos, el Sr. Quiroga ha podido ensayarlos, recono- 
ciendo en la disolucién chorhidrica alumina y cobre, observar 
que daban agua abundante en el tubo y precisar su composi-— 
cion, que corresponde 4 la formula SiO’ Al? 5H?0. Estan teni- 
dos de azul celeste por un silicato de cobre, que debe estar 
interpuesto mecanicamente, como se ha observado en otras 
alofanas extranjeras. 

Los ejemplares de Penaflor tienen un aspecto opalino, 
estructura concrecionada, con laminas de diversos colores, 
blanco, amarillento en los sitios descompuestos, y capitas 
azules. 

La alofana de Villagarcia se encuentra en concreciones 
mamelonadas sobre galena y asociada a otros productos 
secundarios. Estos mamelones, de color azul intenso y brillo 
opalino, ofrecen en la fractura una estructura finamente fibro- 
radiada. 

No tengo noticia de que se haya mencionado de Espana esta 
especie mineralogica, Cuyas asociaciones en los dos casos 
citados me parecen ademas interesantes. 


(1) No es extraho que algtin aficionado del pais haya creido poder fundar en el 
trozo correspondiente 4 la otra mitad de nuestro ejemplar el gran descubrimiento de 
fosiles en el granito... ;Qué mucho si hombres ilustrados y en importantes centros 
extranjeros de cultura cientifica han descrito como plantas fosiles ciertas dendritas 
de los meteoritos! 

(2) CALDERON: La sierra de Pefiaflor (Sevilla) y sus yacimientos auriferos. (ANAL- 


Soc. esp. DE Hist. NAT., tomo, xx, 1883.) 


32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) 


Magnetita del cerro del Iman. 


En una precedente nota he hablado de este mineral como 
una de las modificaciones probables experimentadas por los 
magmas ofiticos en la zona epigénica de Moroén. Entonces solo 
conocia los ejemplares hallados en forma de cantos sueltos en 
las inmediaciones de la Dehesa del Roble; pero en una excur- 
sion posterior he examinado esta substancia en un mayor 
estado de frescura y estudiado un importante yacimiento que 
me ha permitido ampliar unos datos y rectificar otros referen- 
tes 4 la historia de esta magnetita. 

El mineral de que se trata esta intimamente unido a la 
moscovita, formando ambos una verdadera roca. La magnetita 
es en su mayor parte granuda, de un negro intenso, brillante 
y de estructura concrecionada en las partes en que domina. 
En las oquedades y planos de juntura aparecen en las super- 
ficies grupos de cristales de la forma (III, 110), de caras curvas 
y de unos4 45 mm. Es muy débilmente magnética y no polar. 

El yacimiento de la roca en cuestidn, explorado en compa- 
fia de D. Miguel Cala, es el Cerro del Iman, en el término de 
Moron y cerca de la Dehesa de los Charcos. Forma un mon— 
ticulo calizo y desde su vértice a 140 m. de altitud hasta la 
base, que median unos 90 m., esta atravesado por la parte 8. por 


Ys 2 SVC 


1. Caliza del eocénico medio metamorfizada.—2. La misma convertida en mairmol.— 
3. Filon de magnetita y sus ramificaciones. 


un filén que aparece descubierto en lo alto en un circulo de 
10 m. Este envia ramificaciones @ la caliza las cuales en los 
sitios denudados afloran como crestoncillos, @eneralmente 
paralelos al filon principal. 

Kn el pais se conoce y ha Wamado de muy antiguo la aten- 
cidn, el filn mencionado, al quealude el nombre de Cerro del 


(15) Calder6n.—NOTAS MINERALOGICAS. 33 


Iman, y tratando de explotarle, los trabajadores habian obser- 
vado ya que los instrumentos de hierro se pegaban @ la piedra 
en ciertos sitios, cuando se intentaba arrancarla. También 
existe, segtin me han asegurado, junto 4 la Sierra de Laita, 
en el sitio llamado las Lumbreras, otro afloramiento igual, 
conocido en el pais con el nombre de Herriza del Iman. 

La roca del Cerro del Iman me parecid. al principio una 
asociacién de talco y magnetita; pero examinados algunos 
ejemplares por el senor profesor Cohen, me Hlam6 la atencién 
sobre la naturaleza del bisilicato, que no obstante su decidido 
aspecto taledideo, pudiera ser una mica, como lo han confir- 
mado las investigaciones ulteriores. En efecto, en vista de que 
ni los caracteres exteriores, ni por desgracia en este caso los 
Opticos, podian decidir la cuestién, hubo que apelar a los 
quimicos, los cuales revelaron que dichas laminas se colorea— 
ban de azul intenso en caliente, mediante la disolucién del 
cobalto, y no en rojizo como lo hubiera hecho el talco. El senor 
profesor Quiroga, 4 quien consulté también los ejemplares, 
ha llegado al mismo resultado, reconociendo la alumina y 
los alcalis con el fluoruro amdénico y el acido sulftirico, sepa- 
rando primero la alumina y el hierro, después la magnesia, 
encontrando la potasa y la sosa en el residuo seco y calcinado 
hasta expulsar las sales amoniacales. En definitiva, por ambos 
caminos se ha podido reconocer en este mineral de aspecto » 
taledideo, una mica, que luego se ha visto era una moscovita 
bastante rica en sosa, puesto que en una laminilla colocada 
en una gota de acido fluosilicico, y dejada evaporar sobre 
acido sulfirico, se formaron cristales de fluosilicato magnée- 
sico, acompanados de otros exagonales abundantes del sédico. 

He indicado todos estos pormenores por tratarse de un 
mineral que proporciona un ejemplo de lo enganosos que 
suelen ser los caracteres exteriores, y de la necesidad de 
comprobar la clasificacién por medio de los ensayos quimicos, 
aun tratandose de las especies mas frecuentes y conocidas. 

Las laminas mayores de la citada moscovita estan cubiertas 
de una costra caliza algo espesa, que contribuye 4 enmascarar- 
las, y cerca de ella hay ademas algo de carbonato de magnesia. 

La magnetita se asocia generalmente 4 la moscovita en 
forma de granos apretados, intimamente unidos a las pajuelas 
de este mineral. Cuando el tamano de uno de estos elementos 


ANALES DE HIST. NAT. —XVIlI. 3 


BE: ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) 


crece, lo hace asimismo el del otro; la magnetita se presenta 
en cristales, la moscovita lo hace también en masas de 
apariencia exagonal muy limpias, de color verde claro, cuando 
no estan empanadas por la costra caliza. En general, por el 
contrario, los componentes se hacen tan pequenos, que la roca 
se vuelve cripto-cristalina, y entonces sdlo en las secciones 
delgadas, y con ayuda del microscopio, se puede apreciar la 
estructura y percibir que consiste en un agregado de granillos 
de magnetita y de pequenas laminas de moscovita con algunos 
productos secundarios. Entre estos dominan laminillas de 
calcita, granos de cuarzo y un mineral en agujas disperso 
cerca de la magnetita, que debe ser una ceolita. 

La composicion de la roca del Cerro del Iman es muy curiosa, 
y debiera designarse con un nombre nuevo si se tratara de un 
material eruptivo primordial, cosa que no puede asegurarse 
ni negarse rotundamente por este solo hallazgo. Kl Sr. Cohen 
se inclina a ver en ella un producto de descomposicion 6 evc— 
‘lucién, aun cuando en ninguna de las preparaciones exami- 
nadas se haya observado resto alguno de los componentes de 
la supuesta roca primordial. De todas suertes, la edad post- 
eocénica de este material y el hallarse en una region atrave- 
sada por tantas erupciones ofiticas de las que derivan produc- 
tos variados, son circunstancias que militan en favor de la 
-idea que sostuve en la citada nota, de que deben referirse a 
ellas, por mas que ninguna asociacién analoga se haya 
encontrado hasta aqui dentro ni fuera de la regioén en la 
proximidad de las ofitas. 


Minerales secundarios en las ofitas de Moron. 


Ademas de los productos habituales en esta clase de rocas y 
mencionados de varias localidades. el término de Morén me 
ha proporcionado una serie de minerales curiosos, ya por ser 
bastante raros 6 nuevos en tales circunstancias, ya por algu- 
nas particularidades que ofrecen. De algunos de ellos he dado 
cuenta en un trabajo precedente (1); mas otros encontrados 


(1) Sur les modifeatiors des roches ophitiques de Moron. (Compt. rend., 8 de Sep- 
tiembre, 1890.) 


(17) Calderén.—NOTAS MINERALOGICAS. 95 


después de la redaccidn de éste, no han sido mencionados 
hasta ahora, por lo cual diré algunas palabras de todos ellos 
para dar idea en conjunto de los procesos evolutivos de las 
ofitas de esta localidad. 


Granate. 


Kn un apuntamiento ofitico cercano a la Dehesa del Roble, 
las modificaciones de la roca han producido minerales que 
hasta ahora no se han mencionado en semejantes yacimientos 
y diversos de los demas de la regién. Entre ellos son particu- 
larmente notables el granate y la wernerita. La roca que 
contiene estos dos minerales ofrece a la simple vista una pasta 
verdosa con pequenos puntos blancos de feldespato, laminillas 
de oligisto y abundantes drusas llenas de una substancia 
mamelonada, rosada 6 amarillenta que, tratada por los acidos, 
se disuelve con efervescencia, mostrando el predominio de los 
carbonatos en su composicion; a estos se asocian productos 
ceoliticos dificilmente determinables. 

Entre la materia mamelonada é6 intimamente adherida a 
ella, se encuentra el granate en forma de filoncillos y en cris— 
tales rombododecaédricos muy completos, negros, resinosos, 
generalmente pequenos y solo por excepcidn del tamano de 
un guisante, y aun de 15™™ & 8™™, En ambos casos se halla 
fresco, con superficie brillante y con sus exfoliaciones perfec— 
tamente marcadas. En las secciones transparentes muestra 
una doble refraccidn intensa, hasta el punto de que podria 
hacer dudar se tratara de un mineral regular, 4 no ofrecer tan 
marcada su forma rombododecaédrica. 

Ya he indicado en mi precedente estudio citado que dicho 
granate es un producto secundario, como lo indica su manera 
de aparecer en las drusas, acompanado de carbonato y ceoli- 


tas, hecho analogo al observado por el profesor Cohen en el ZENCAD 

, = a ie | 4 

basalto nefelinico de Katzenbuckel en el Odenwald. he 

/ 
s \ : 
Wernerita. \- é; 
En las superficies de la misma ofita, cerca del granate y Sy os \ Gy, 

. = F . Pie et a ed! Pe [= 
asociados a laminas grandes de oligisto, se ven unos prismas eae 


36 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (1s): 


blancos muy alterados en todos los ejemplares que he recogido,. 
que a veces miden 2 cm. de longitud por '/, de lado. En una 
muestra remitida al Sr. Quiroga pudo reconocer bien la forma 
tetragonal de estos prismas, 6pticamente negativos y bastante 
birefringentes. La wernerita se encuentra formando costra en 
los planos de la roca mas alterada, siendo ésta la primera vez. 
que se menciona dicho mineral en Espana en estado de ejem- 
plares macroscopicos. 


Aerinita. 


A corta distancia del afloramiento de ofita que contiene los: 
minerales que acabo de indicar, y en una tierra de cultivo: 
inmediata al cortijo de la Dehesa del Roble, existen unos: 
cantos sueltos de otra ofita que ha seguido en su evolucién 
una marcha muy distinta de aquella. La superficie de estos 
cantos expuesta a la intemperie se cubre de una capa azul 
que consiste en ese curioso mineral Hamado aerinita, por 
v. Lasaulx, el cual, como se sabe, pertenece al corto grupo de 
los silicatos amorfos hidratados. 

Habiendo ya dado noticia de este raro hallazgo y mencionado 
las escasas observaciones que pude recoger en el sitio en que 
se encuentran las piedras en cuestidn (1), me limitaré ahora a 
resumir los caracteres de esta aerinita de Moron. 

En el estado fresco es de color azul intenso, de lustre craso: 
y algo hojosa. Se presenta de tres modos: en delgada capa 
adherida a la superficie de la ofita y su contacto con ésta 
perfectamente limpio; en estado de penetracioén en una ofita 
completamente aerinitizada, es decir, convertida en todo su 
espesor en una materia térrea, azulada, descompuesta é 
impregnada de aerinita; por ultimo, en las cavidades irregu- 
lares de cuarzos granudo-cristalinos transparentes, asociados 
i un producto téerreo, que parece haber sido arrastrado en su 
mayor parte por el agua. 

El color azul tan caracteristico de este mineral creo es debido 
i una mezcla de compuestos de hierro y cobre, al parecer 
silicatos; al menos en los ensayos practicados en busca de otro 


(1) Aerinita de Mordn, (ANAL. DE La Soc. Esp. DE HIST. NAT., t. XIX. Actas.) 


419) CalderOn.—NOTAS MINERALOGICAS. 37 


cuerpo a quien imputar semejante particularidad, ni D. Fede- 
rico Chaves ni yo le hemos hallado. 

Poco se sabe todavia respecto 4 la historia de la aerinita, 
que sélo se conoeia hasta ahora de dos yacimientos en los 
Pirineos de la provincia de Huesca y en la de Lérida. La 
escasez de ejemplares en Moron, la delgada costra que forman 
los que se hallan en mayor estado de pureza y el encontrarse 
en cantos sueltos, no han permitido suministrar materiales 
para completar dicha historia; pero de todos modos este des— 
cubrimiento, importante ya en si, permite esperar otros que 
proporcionen materiales suficientes para esclarecer la compo- 
sicidn y proceso evolutivo de la aerinita (1). 


Anfibol. 


A la salida misma de Moron, 4 Poniente, se halla una masa 
de roca eruptiva, que ocupara mas de dos hectareas de exten- 
sidn, formando el cerro del Calvario, notable tanto por si como 
por los minerales evolutivos que contiene. Es una piedra 
obscura, tenaz y de fracturas angulosas, cuyo aspecto difiere 
del general en las ofitas de la regidn, asi como su descompo- 
sicion, que no se hace en esferdides, sino resolviéndose direc— 
tamente en una tierra roja. Todos los ejemplares que he 
tallado estan demasiado alterados para poder estudiar a fondo 
la roca, que ha debido componerse esencialmente de plagio— 
clasa, augita y magnetita, aunque los elementos ferro-magne- 
sianos estan sumamente transformados en productos secunda- 
rios. Ofrece restos de olivino indudables y en algunas secciones 
su estructura recuerda la del melafido. No obstante estas 
circunstancias, los contactos de este afloramiento con las rocas 
eocsnicas, viéndose en el del SE. una potente formacién de 
yesos, y otras razones me hacen suponer no se trate de una 
roca preterciaria, sino de una ofita melafidica. 

Los trabajos de extraccién de la piedra del cerro del Calva- 


(1) El profesor Groth (Tabelarische Uebersicht der Mineralien, 3.4 edic., Braunsch_ 
~weig, 1889) le asigna como composicion probable la siguiente: 
Si'8 O69 (Al, Fe]'!0 (Cu, Fe, Mg]? 18 H2 O, 


[Si O3]'8 [Al 04] [Al, Fe]S [OH]4 Ca, 16 H2 O. 


6 acaso 


38 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) 


rio, que es excelente para el firme de las carreteras y para la 
construccién después de machacada y mezclada con cal, des— 
cubre en las partes que se hallan en descomposicion y formando 
nidos en las leptoclasas, cavidades irregulares que contienen 
minerales secundarios. 

El mas abundante de los minerales en cuestidn es el anfibol, 
que en forma de agujas verde-obscuras 6 verde botella, tras- 
licidas, y en las mas finas amarillo-verdosas transparentes, 
tapizan algunas cavidades cavernosas de la roca. Estos largos 
y delgadisimos cristales se nos clavaban en los dedos como 
agujas invisibles cuando explorabamos la cantera, producién- 
donos una urticacién vivisima que nos durdé mas de dos dias. 
Otras veces forman grupos de prismas mas cortos y apretados 

que parecen musgo nacido en la roca. 
Kn las agujas que por excepcion adquie- 
ren mayor desarrollo, se puede adver— 
tir que consisten en curiosos prismas 
de anfibol, sin que en ninguno haya-— 
mos podido encontrar la piramide hasta 
ahora. 

En estos prismas solo se distingue la 
zona vertical con el ortopinacoide muy 
desarrollado. Las caras IOO, que en el 
anfibol férrico faltan 6 estan solamente 
indicadas, son en estos sumamente lar- 
eas; carecen en cambio de las O10, ha- 

bituales en las hornblendas y llevan ademas las IO. El aspecto 
de estos prismas resulta tabular, como indica la adjunta figura, 
merced a ese desarrollo extraordinario del ortopinacoide, y de 
superficie estriada (1). 


Amianto. 
La misma roca suele presentar de trecho en trecho com 
otros productos mas confusos y no bien determinados, delga- 
das capas de amianto en las antiguas fracturas de la roca. 


(1) D. Federico Chaves del Pulgar me comunica haber encontrado en una pista- 
cita de Maro (Mdlaga) un anfibol con el mismo desarrollo y caracteres que el aqui 
descrito. 


(21) Calder6n.—NOTAS MINERALOGICAS. 39 


Anortita. 


En los sitios donde esta mas descompuesta la roca del Cal- 
vario, particularmente en los planos de juntura de la misma, 
se presenta un mineral en cristales prismaticos alareados, 
blanco grisaceos y de forma extrana. Constituyen grupos 
estrellados, que recuerdan por su aspecto los de la carfolita 
de Schlagenwald, y sus prismas mas enteros miden centime- 
tro y medio de largo por 2 mm. de seccién. Estos cristales son 
demasiado imperfectos para poder precisar el indice de sus 
caras y Sumamente alterables, empanandose y pulverizandose 
con prontitud. Van acompanados de laminas redondeadas de 
oligisto. 

Se trata de un silicato monosimétrico, calcico-aluminoso, 
con poca 6 ninguna agua, cuya composicién corresponde 
exactamente a la asignada a la anortita (1). Hay que advertir 
que constituye una variedad diversa por su aspecto y manera 
de presentarse de todas las conocidas hasta ahora; hasta el 
punto de que no me hubiera atrevido a clasificarla como lo he 
hecho, sin apelar antes a la indiscutible autoridad del emi- 
nente profesor Schrauf, de Viena, a cuyas luces debo muchas 
indicaciones valiosas desde que me ocupo en el estudio de las 
rocas y minerales de Andalucia. 

Se trata evidentemente de una anortita formada por accio- 
nes secundarias, anilogamente a otras plagioclasas reciente— 
mente descritas por Brauns en la diabasa de Friedensdorf, 
cerca de Marburg (2); y aunque se ha citado algun ejemplo 
de esto, es muy imperfecto el conocimiento que atin se tiene 
de semejante génesis. Como es sabido, la anortita es rara en 
las rocas eruptivas, y por eso el hecho de encontrarse en el 
cerro del Calvario, cerca del anfibol en largos prismas, pudiera 
acaso dar luz sobre la produccidn no explicada de ciertos 
agregados de anortita y hornblenda en largos prismas, que se 
han citado de varias localidades extranjeras. 


(1) Dana: Tert-Book of Mineralogy (altima edicién, de 1892). 
(2) Brauns: Albit, Analcim, Natrolith, Prehnit und Kalkspath , Verwitterungs- 
producte eines Diabases von Friedesdorf bei Marburg; Newes Jahrb. f. Min.; 1892. 


40 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) 


Titanita. 


En la misma ofita de la Dehesa del Roble, antes mencionada, 
en un hueco de la roca, he encontrado dispersos cristales 
cortos alterados de wernerita y entre ellos de trecho en trecho 
prismas de anfibol y otros pequefios, pero muy bien confor- 
mados, evidentemente de titanita. Son estos amarillos ana- 
ranjados acaramelados y ofrecen un brillo adamantino muy 
intenso. Los mayores miden 2 mm. de largo por | de ancho; 
y aunque demasiado pequenos los mas limpios para poderlos 
estudiar cristalograficamente, en alguno me parece ver la 
combinacién OOT, IOI, IO, OO, quizas con otras caras que no 
acierto 4 discernir. : 

Por su tamano, color, aspecto y manera de presentarse se 
parecen bastante 4 los ejemplares de titanita de las traquitas 
del lago Laacher estudiadas por G. v. Rath (1), superando a 
estas quizas en perfeccidn las que describo. En la localidad 
alemana yacen como los de las rocas volcanicas de Albano, 
isla Procida é isla de Ponza, en las drusas y se consideran 
producidos por sublimacidn, hallandose a veces asociadas a 
cristales de anfibol que reconocen el mismo origen, segiin la 
descripcion del profesor Arzruni (2). Sin embargo de estas 
analogias, creo que la titanita de Mordn, como los demas 
minerales que la acompanan en las drusas, es de origen 
secundario y que deriva del hierro titanado de las ofitas. 

Debo advertir que este mineral parece muy escaso en la 
localidad, pues en un solo ejemplar le he visto en las drusas 
y aun empastado en la superficie alterada de la ofita. Sin 
embargo, este hallazgo es, sin duda, interesante por tratarse 
de un mineral no mencionado hasta ahora de Espana, ni 
citado en el extranjero de ninguna roca andloga a la ofita. 


(1) Poge. Ann., p. 115, 1862. 
(2) Krystall. Untersuch, an sublimirten Titanit und Amphib. /Zitsungsberichte 
ad. k. preuss. Akad. zu Berlin, 1882.) 


CATALOGO 


DE LAS 


PERIANTIADAS CUBANAS, 


ESPONTANEAS Y CULTIVADAS, 


POR 


Di MANUEL GOMEZ. DE GACMAZA. 


(Sesion del 6 de Diciembre de 1893.) 


El presente trabajo es el complemento del que, con igual 
titulo, se publicé en los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE 
Historia NATURAL, tomo xIx, pag. 213. En aquella parte se 
expuso el catalogo de 70 de las 101 familias que representan 
en Cuba la sub-clase de las Periantiadas, y hoy se ofrece el de 
las 31 restantes, repitiéndose, corregido, el de algunas cuyo 
primer catalogo se anula. 

Los ntimeros entre paréntesis se refieren a las exsiccatas 
cubanas de Mr. C. Wright, y las especies se entienden silves— 
tres, salvo otras indicaciones. Las especies y variedades no 
seguidas de nombre de autor son simplemente a@nunciadas. 


42 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) 


ORDEN I.—DIALIPETALAS. . 


SusorDEN |.—Dialipétalas superovariadas. 


Anondceas. — Menispérmeas. — Laurineas.— Clusidceas. — Dilenidceas. — Ocndceas.— 
Euforbidceas.— Buxeas. - Bixdceas.— Samidezs.— Pasifloreas.— Cruciferas (!).—Me- 
lidceas. —-Anacardidceas.—Sapindaceas.—Sabieas (?).—Viteas. 


Anonaceas. 


Anona squamosa Lin. (Cult.!)—A non. 

— bullata Rich.—Anoncillo, Laurel de cuabal. 

— ILaurifolia Dun.—Anoncillo de Cuba, Laurel de sabana- 

— muricata Lin. (Cult.!)—Guanabana. 

—  Porto-Riccensis (Cult.)\—Guanabana de Puerto-Rico. 

— montana Macf.[A. muricata Lin 8.? Dun Cand.|—@Gua- 
nibana cimarrona, G. de loma, G. amarvilla. 

— Cascarilloides Wr. [ Rollinia Franci-Frias, Morales.|— 
Anoncillo, A. de paredon, A. de sabana. 

— reticulata Lin. [A. glabrata Lin.?; Rich.?; A. mucosa 
Jacq.?] (Cult.!) —Mamon. 

— palustris Lin.—Bagd, Palo bobo. 

— Cherimolia Mill. (Cult.!)—Chirimoya. 

Oxandra lanceolata, H. B."[O. virgata Rich. Uvaria lanceolata 
Sw. Uv. virgata Sw. Guatteria virgata, Dun. Boca— 
vea virgata Benth. y Hook. O. punctuata Wr. ]— 
Saya comun. 

—. Laurifolia A. Rich. [Uvaria Sw.; Guatteria Dun.; Bo- 
cagea Benth y Hook.|—Puwrio. 

Uvaria para-neglecta. [Asimina neglecta Gris.; Uvaria Mora— 

lesi G.-M. nombre (°)|—Pimienta malagueta. 

—  Blaini. | Asimina Blainii Gris.]|— Vaya. 

— neglecta Rich. [Asimina rhombifolia Gris., Uvaria Ri- 
chardia Morales].—Yaya, Palo de lanza. 


(1) Lindceas.—Crasuldceas.—Rutidceas.—Anulando su primer catélogo. 
(2) Leguminosas: apéndice 1. 


(3) Se desecha ese nombre especifico, que se lee en nuestra ora de Cuba (tesis), 30. 


(69) Gomez de la Maza.— PrRrIANTIADAS CUBANAS. 43 


Xylopia lucida H. B." [X. grandiflora Aubl., 8.* Hib.; Benth. X. 
longifolia Cand.; X. Cubensis Rich.; X. Dunaliana 
Planch. y Lindb.; Unona lucida Cand.; Un. Xylo- 
pioides Dun., Ceelocline? lucida Cand.; Un. acuti- 
flora Dun.; Uvaria febrifuga Humb.] — Walagueta 
brava. 
— glabra Lin. [X. obtusifolia Rich.; Habzelia obtusifolia 
Cand.|—Cirio, Pico de gallo laurel, Guabico de sabana, 
Guimba, Palo de bomba. 
— Athiopica Rich. [Unona Dun.]| (Cult.)— Pimienta de 
Guined. 
Monodora Myristica Dun. [Anona Giartn.] (Cult.)— Hnenioso, 
Nuez moscada. 


Menispérmeas. 


Pachygone Cubensis Gris. (1104, 1853).—Chicharroncillo. 
6, angustifolia A. Gray. 
— Domingensis Eichler. [Cocculus Cand.; Hyperbena 
Benth. y Hook.] (28, 1105). 
= axilliflorum. [Anomospermum (Apabuta) axilliflo— 
rum Gris.] (1854).—Chicharron de farallon. 
Cissampelos Pareira Lin. (21).—Pareira brava (tipo y var.) 
7, Gris. [C. Caapeba Lin.) (22), 


Laurineas. 


Acrodiclidium Jamaicense Nees. [Symphysodaphne Cubensis 
Rich.; Aydendron? Cubense Rich.] (481 ('). 
1401, 1410, 1410*).—Zeviza. 
-= Wrightii Meissn. (481 (7), 2854, 2855).—Zaure/. 
Hernandia Cubensis Gris. (1390). 
—_ sonora Lin. (2592). 
Persea montana Spreng. [Phebe Gris.] (476, 1406, 1407, 1411). 
—Boniato del pinar. 


(1) Coleccion de los anos 1460-6}. 
(2) Idem 1856-57. 


44 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (70) 


Persea Cubensis Meissn. | Pheebe hypoleuca Rich.]— Boniatlo 

blanco. 

— sylvestris Rich.—Aguacate silvestre. 

— gratissima Gartn.—Aguacale. 

—  triplinervis [Phebe Gris.; Persea Cinnamomifolia Rich., 
no Kunth.| (482, 1400).—Boniatillo, Boniato blanco 
(tipo y var.) 

gs, Wrighti [Phebe Cubensis Nees.; Ceramocarpium 
Cubense Nees.; Phebe Antillana; 7, Cubensis Meissn. | 
(481, 2590). 

y, Valenzuelana|Pheebe Rich.; Oreodaphne? alba Rich. | 
(2583, 2591). 

Cinnamomum Zeylanicum Breyn; », commune Nees. (Cult.)— 

Laurel canelero. 

Beilschmiedia pendula [Hufelandia Nees.] (485, 486, 1402, 

1403, 1414).—Zaurel de loma. 

Nectandra leucantha Nees. [N. Antillana Meissn. N.? Magno-— 

live folia Rich., no Nees.] (480, 1899).—dA guacatillo, 
Boniato aguacatillo, Baullia. 

_ Willdenowiana Nees. [N. sanguinea Gris., no Rottb. 
N. Cigua Rich.] (484, 2589).—Cigua, Sigua. 

— exaltata Gris. |Oreodaphne Nees. N. Boniato Rich. ] 
(2587, 2588).—Boniatillo, Boniato amarillo, Boniato 
de costa. 

Ocotea cuneata [Oreodaphne? obovata Rich.) Nectandra cuneata 
Gris. Nemodaphne cuneata Meissn. (1412, 1413, 1413"?) 
—Canelillo. 

— leucoxylon [Oreodaphne Nees. Nectandra? longifolia 
Rich., no Nees.] (483, 486, 487, 1398).—A guacatillo. 

6, elongata |Oreodaphne leucoxylon Nees.; 8, elongata 
Meissn.]} (477). 

— floribunda (Strychnodaphne Gris. Oreodaphne Linde- 
niana Rich.| (1404, 1405, 1408, 1409, 2586).— Bonialo 
laurel. 

Laurus nobilis Lin. (Cult.)\—Zaurel comin. 

Cassytha Americana Nees. (488). 


(71) Gomez de la Maza.— PERIANTIADAS CUBANAS., 15 


Clusiaceas. 


Rheedia aristata Gris.—Manaju, Cabima. 
—  fruticosa Wr.—Fspuela de caballero, de los pinares. 
—  Ruscifolia Gris.—MVanajucillo. 
—  elliptica Sauval.—Manaju de costa. 
Garcinia Mangostana Lin. (Cult.)—Mangustdn. 
Calophyllon Calaba Jacq. (Calophyllum).—Ocuw/e. 
Mammea americana Lin. [Reedia Gris.] (Cult.)—Wamey de 
Santo Domingo, M. amarillo. 
Quiina ternatiflora Sauval.—Jcaquillo de las Pozas. 
Clusia rosea Lin.—Copey. 
— alba Lin.? [Tovomita Clusioides Gris.? Chrysochlamys ? 
Clusioides Gris. ?].—Copeicillo. 
— flava Lin.—Omitida por Sauval. 
— venosa Lin. ?—Copeicillo de manglar. 
— minor Lin. ? 


Dileniaceas. 


Tetracera volubilis Lin. (1839) [T. Paeppigiana Schlecht.|— 
Bejuco guard, Bejuco carey. 
— cuspidata Mey. (1843) [Doliocarpus semidentatus 
Garcke; Delima dasyphylla Miq.|— IWantequilla. 
Mata-negro. 
Davilla rugosa Poir. (1840, 1841) [D. Sagraana Rich. |—Bejuco 
colorado, Bejuco guard. : 
e g, ciliata Gris., Cat. 2. (Péppo en herb. Hook.) [D. ci- 
liata Rich. (‘)]. 
Curatella americana Lin. (1842).— aca-buey, Chaparro. 


Ocnaceas. 


Ouratea elliptica. [Gomphia Rich.; G. pinetorum Wr. |—Gua- 
nabanilla del pinar. 


(1) Es erréneo D. ciliaris Rich. 


16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (72) 


Ouratea Ilicifolia H. B.., nombre [Gomphia Cand.] (2117).— 
Guanabanilla de sabana. 
—  nitida [Gomphia Sw.; G. acuminata Rich., no Cand. ?| 
(2115).—Guanabanilla de monte. 
—  alaternifolia [Gomphia Rich.] 68).—Guanabanilla. 
— revoluta [Gomphia Wr.] (1128).—@Guanabanilla. 


Euforbiaceas. 


Euphorbia pilulifera Lin.— Hierba de boca, H. de la nina, Go- 
londvina, Malcasada. 
— Hypericifolia Lin.—/Hierba de la nina. 
— punicea Sw:—/lor de Pascua. 
—— Buxifolia Lam.* ('). 
¢, flexuosa Boiss. 
— Tirucalli Lin. (Cult.)\—Disciplinilla. 
— pulcherrima Willd. (Cult.) 
— splendens Bojer (cult..\—Gvracia de Dios. 
— Jacquinisefiora Hook. (Cult.) 
prostrata Ait. (548, 549).—Wierba de la nina, Golon- 
drind. 
— serpens Kunth (2013, 2014).—Zechera, Hierba lechera 
(tipo y var.) 
e?, Centunculoides Gris. [Euphorbia Kunth] (2012). 
— adenoptera Bertolini [E. dioica Kunt] (557, 2015). 
— trichotoma Kunth (8709).—Zechera marina. 
— cyanogala Wr. [E. Cubensis Boiss.] (2018). 
—  Cassythoides Boiss. (553, 2017). 
— monantha Wr. (1421). 
a Graminea Jacq. (exot. ?) 
e, penduculosa Boiss. [Euphorbia Rich. |] 
a= Leterophylla Lin. (exot.) 
y, Graminifolia Engelm. [. Havanensis Willd.|— 
Lechosa. 
€, geniculata | Huphorbia Ortega; E. Prunifolia Jacq. | 
(554).—Lechosa. 


(1) Es el tipo 6 la var. la exsiccata de Wr., 2016. 


473) Gomez de la Maza.—PrmRIANTIADAS CUBANAS. 17 


Euphorbia microphylla Morales.—Parece una mala determi- 
nacion,. 
Pedilanthus Tithymaloides Poit.—//amo real, Dictamo real, 
Gallito colorado. 
— angustifolius Poit.—/tamo real, Dictamo veal. 
— linearifolius Gris. (1677).—J/lamo real, Dicltamo 


real, 
Dalechampia scandens Lin. [D. scandens; ¢, genuina J. Miill.| 
(2010). 


— denticulata Wr. (2011). 
Pera Bumelivfolia Gris. —Hayabacand, Jayabacand, Yaya- 
bacand. 
— oppositifolia J. Miill—Hayabacand, Jayabacand, Yaya- 
bacand. 
Ricinus communis Lin.—Palma Cristi, Higuereta, Ricino. 
Croton Origanifolius Lam.* (exot.) 
6, discolor J. Mill. («) [Croton Gris., no Willd. | 
— ?Prunifolius Vahl. [Lasiocroton Gris. | 
— niveus Jacq. 
— linearis Jacq. [C. Cascarilla Lin., en parte; C. Hippo- 
pheeoides Rich.] (560, 1967, en parte). 
e, Sagreeanus [Croton J. Miill.| (1967, en parte). 
—  lucidus Lin. (567).—Cuaba de ingenio, Caobilla (tipo y 
variedad), var. (566) ('!) [C. Cubanus J. Miill.] 
— Corylifolius Lam.* (566).—Cuaba de ingenio. 
— craspedotrichus Gris (1963). 
6, adpressus [Croton Wr. y Gris. | 
y ?, scaberrimus [Croton J. Miill.] 
—  stenophyllus Gris (1967, en parte; 1669).—C/lavellina de 
laguna (tipo y var.) 
8, acutifolius J. Mill. (560). 
—  viminalis Gris. (565). 
—  Populifolius Lam.* 
— glandulosus Lin. [C. divaricatus Gris., no Lin.| (568, 
1958, 1959). 
—  lobatus Lin.—/railecillo cimarron (tipo y var.) 
§, intermedius J. Miill. 


41) Coleccion de los aos 1856-57. 


48 


ANALES DE HISTORIA NATURAL. (74) 


Croton Yunquensi Gris. (1966). 


Lindenianus Rich. 

spiralis J. Mill. [C. Astroites Ait.] (1670). 

ciliato-glandulosus Ortega (Cuba ?) [C. penicellatus 
Vent., Rich. ?]. 

clavuliger J. Mill. [C. penicellatus Gris., Rich.?] (1960). 

—Cancilla, Canelillo ? 

albidus J. Mill. [C. flavens Gris., no Lin. ni J. Mill.] 
(1965). 

pandureformis J. Mill. [C. Domingensis Vahl., se@tin 
Gris.] (157). 

maritimus Walth. (1993). 

bispinosus Sauval. 

trigonocarpus Wr. (1972). 

nummulariefolius Rich. [C. Serpylloides Gris.] (569). 

pachysepalus Gris. (559). 

fulvus Rich. 

Francavillanus J. Miill. 

homolepidus J. Miilll. [C. Cascarilloides Vahl.] (1971). 
—Clavellina de laguna. 

Myricefolius Gris. (1969). 

Rosmarinifolius Gris. (1968). 

cerinus J. Mill. [C. procumbens Wr., no Jacq.] (1970). 

spinosus Sauval., no autores (3690). 

pervestitus Gris. (1964). 

leucophlebius Gris. (1962). 

Vaccinioides Rich. 


Acidocroton Adelioides Gris. (8702). 

Mettenia g@lobosa Gris. [Croton globosus Sw.; Ricinus globo- 
sus Willd.] (1973). 

Tournesolia Castanefolia [Caperonia S8.-Hil.; C. nervosa Rich.; 


C. palustris Kunth., Gris.] (1974). 

6, inflata [Caperonia palustris; var. inflata Gris. ] 
(3704). 

palustris [Caperonia 8.'-Hil.; C. Castaneefolia Gris., 
no 8.'-Hil.] (1975). 

candicans [Argythamnia Sw.; Argyrothamnia 
J. Miill.] (570). 


Tragia volubilis Lin. [T. monandra H. B.-|—Candelilla. 


gracilis Gris.—Candelilla. 


(75) Gomez de la Maza.—PERIANTIADAS CUBANAS. 19 


Platygyne pruriens H. B. [P. urens Mere.; P. hexandra 
J. Mill.; Tragia pruriens Willd.; T. hexandra Jaeq.; Acan- 
thocaulon fruticans Klotzsch].—Pringd-mozd. 

Bernardia Corensis J. Miill. [Polyboea, Klotzsch|.—Omitida por 

Gris. y Sauval. 
— microphylla J. Miill. [Adelia, Rich.] (1977). 
a dichotoma J. Mill. (exot.) (‘). 
6, venosa J. Miill. [Bernardia, Gris.| (1425). 
var. [B. intermedia Gris.; B. Mexicana J. Miill:; 
a, genuina J. Miill.: solamente en lo que se refiere 
a Cuba] (1425). 
Acalypha Chamredrifolia J. Miill. [A. reptans Sw.; A. Corcho- 
rifolia Willd.; no Rich.] (1426, 1672). 
, pendula J. Miill. (.) [Acalypha Wr. y Gris.] (1981). 
, fissa J. Miill. (1983). 
«, Glechomeefolia J. Mill. [Acalypha Rich.] (572). 
S, pygmea J. Mill. [Acalypha Rich. | 
n, nana J. Miill. [Acalypha Gris.: A. pygmea Gris.; 
no Rich.] (1984). 
— Hernandifolia Sw. 
a distans J. Miill. [A. virgata Gris.; no Lin.] (1982). 
— membranacea Rich. [A. adenophora Gris.] (1986, 
1986", 1986?). 
_ laxiflora J. Miill. 
— setosa Rich. 
a persimilis J. Miill. [A. Cor. chorifolia Rich.; no 
Willd. ] 
— Havanensis J. Miill. 
—_— cuspidata Jacq. (1985). 
— Alopecuroides Jacq. (571). 
_— tricolor Hortul. (Cult.!)—Acd/i/a. 
— _ polystachya Jacq. (Cult.!)—Acdlifa. 
Ricinella pedunculosa J. Mill. [ Adelia Ricinella Lin.; A. pe- 
dunculosa Rich.] (581, 1425).—Jia espinosa. 
— sylvestris J. Mill. [Adelia Gris.] (1976). 
Alchornea latifolia Sw.—Aguacatillo. 
Leucocroton Wrightii Gris. (561, 562, 1424).—Cuaba amarilla 
(tipo y var.). 


O7 “G 


(1) Es el tipo 6 una var. la exsiccata de Wr., 1671? 


ANALLS DE HIST. NAT.— XXIII. 4 


50 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (76) 


Leucocroton var. [L. flavicans J. Miill.: «. latifolius J. Miill.| 
(1994). 
var. [L. flavicans J. Miill.: 6, angustifolius J. Miill.| 
— revolutus Sauval. (8701). 
— virens Gris. (1978). 

Ditta Myricoides Gris. (1429). 

Excrecaria Caribeea Gris. [E. brachypoda Gris.: Actinostemon 
Caribeus Gris.; A. concolor J. Miill.; 7, Cari- 
beeus J. Miill.: Sebastiania brachypoda Sauval.; 
nombre]. 

— Laurocerasus J. Miill. (exot.) 

8, elliptica J. Mill. [Sapium Laurifolium Gris. | 
(578).—Lechero, Palo de leche (6 y 7). 
y, Laurifolia J. Mill. [Sapium Aucuparium Willd.; 
Stillingia Laurifolia Rich. | 
— lucida Sw. [Sebastiania J. Mtill.|—Saz7/. 
— biglandulosa J. Mill. (exot.) 
4, Daphnoides J. Miill. [Sapium Gris.] (1980). 

— Sagrei J. Mill. [E. Myrcifolia Gris.; Sebastiania 
Myrcifolia Sauval.; nombre] (2006, 2007?).— Wan- 
zanillo del Morrillo. 

= Vahli [Sebastiania corniculata J. Miill.: 9, genuina 
J. Miill.; Microstachys Vahli Rich.] (1979). 

os albicans Gris. [Sebastiania Grisebachiana J. Mull; 
a, albicans J. Miill.: S. albicans Sauval.: nombre, 
en parte] (2003).—Vaiti bobo. 

8, venulosa |Sebastiana Grisebachiana J. Miill.: 
6, virens J. Miill.; E. venulosa Wr.: S. albicans 
Sauval.; nombre, en parte] (2004). 


— pallens Gris. [Sebastiania pallens J. Miill.: x. ge- 

nuina J. Miill.| (1427).—Saiti de hoja menuda. 
68, tenax [Sebastiana pallens J. Miill.; 6. tenax 

J. Miill.; E. tenax Wr. y Gris.]| (2002). 

_ leucosperma J. Miill. [Sapium leucospermum Wr. 
y Gris.] (10002, 20008). : 

— leucogyna J. Mill. [Sapium leucogynum Wr. y 
Gris. | (2000). 

— eglandulosa J. Mill. [Stillingia Rich.; Sapium ade- 
nodor Gris.] (1428). 

— erythrosperma Gris. (1673). 


477) Gomez de la Maza.— PrRIANTIADAS CUBANAS. 51 


Excecaria Cubensis J. Miill. [Bonania Rich. | (1997).—/iligrana 
de costa. 
— emarginata J. Mill. [Bonania Wr. y Gris.] (1998).— 
Filigrana de costa. 
_ sebifera J. Mill. [Stillingia Mich.*|] (Cult.)—A7rdo/ 
del sebo, A. de la cera, Cera. 
Omphalea diandra Lin.—dA vel/ano de costa. 
— trichotoma J. Miill.—A re//ano de costa. 
— hypoleuca Gris. 
— triandra Lin.? (Cuba? Cult.?)— Arellano de Cubar, 
Avellana de América? 
Hyppomane Mancinella Lin. — IWanzanillo, Arbol del diablo, 
Penipeniche, Pinipiniche. 
Hura crepitans Lin.—Haba, Habilla, Salvadera. 
Manihot utilissima Pohl. (Cult.!)—/nea agria. 
—  palmata J. Mill. (exot.) 
6, Aipi J. Mill. (Cult.!)—Swea dulce. 
Jatropha Curcas Lin. |Curcas purgans Adans.; C. Indica Rich. | 
(Cult.!)—Piion botija, P. purgante. 
— multifida Lin. (Cult.!)—Chayo. Don Tomas, Nuez 
vomica cubana, Pinon comico. 
— Gossypiifolia Lin. (exot.) 
6, elegans J. Miill. [Jatropha Klotzsch|.—/railecillo, 
Frailecito, San Juan del Cobre, Tua-tua, Tuatua. 
— diversifolia Rich. [J. hastata Gris.; J. integerrima 
Jacq.] (575).—Peregrina (tipo y var.). 
8, Tupifolia [Jatrofa Gris.| (1953). 
7, pandurefolia G.-M. [Jatropha Andrews.: J. hastata 
Jacq.| (1952). 
*, pauciflora [Jatropha Wr. (1954). 
—_— Angustifolia Gris. (1956).—Peregrina del pinar (ti 
y var.). Ps 
$8, spathulata J. Miill. («) [J. glauca Gris.] (1955). 
a fragrans Kunth. 
— quinquelobata Miller.—Omitida por Sauval. 
— Rangel [J. peltata Sauval.] (') (8689).— Palo santo. 
_ ?[Cnidoscolus sp., Gris., Cat. pl. Cub., 17, esp. n.° 51.| 


(1) Sin relacién ninguna con el J. peltata Steud., exotica; ni con el J. peltata 
Kuntk., también exdtica. 


av 


52 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 


(Wis 


Aleurites Moluccana Willd. (Cult.!)—Noga/l de la India. 


Drypetes incurva J. Miill.—//7weso, Maco. 


— crocea Poitr. [D. glauca Rich., Gris.: no Vahl.] 


_ %, latifolia, J. Miill.—/7veso. 
— @lomerata Gris. (exot.) 


8, Olivacea J. Miill.—Chicharron espinoso. 


a triplinervia J. Miill. 
— mucronata Gris.—Hueso de costa. 


y 


Phylanthus nobilis J Mill. (exot.) 


n, Antillanus J. Mill. [Cicca Antillana Juss. | 

Niruri Lin. [Ph. Niruri; 6, genuinus J. Miill.— 
THierba de la nina (tipo y var.). 

¢, tenuicaulis J. Miill. 

tenuicaulis J. Miill.— Wierba de la nina. 

cyclanthera H. B.°—/Hierba de la nifa (tipo y var.). 

4, gracillimus J. Miill. 

y, Lindenianus J. Miill (2). 

carnosulus Griss.: Wr. » 

pruinosus Rich. 

pentaphyllus Gris.; Wr. [Ph. Niruri J. Miull.; 
S, radicans J. Miill.\—Hverba de la nina. 

acuminatus Vahl {no Ph. Conami Sw.] 

virens J. Miill. [Cicca Wr.|—<A culejo de monte. 

scandens J. Mill. |Cicca Wr.]—Azulejo bejuco, 
Raspa-lengua. 

neopeltandrus Gris. 

Pseudo-Cicca Gris. 

nutans Sw. 

Grisebachianus J. Mill. 

reticulatus Poir (exot.) 

e, glaber J. Mill. {Ph. Jamaicensis Gris.] (Cult.?) 

angustifolius Sw.—Panele/la. 

KpiphyWanthus Lin.— Panete/a (tipo y var.). 

6, dilatatus J. Miill. (). 

7, prelongus J. Miill. 

pallidus Wr.; no Gris. (1950). 

sub-carnosus Wr. (') [Ph. pallidus Gris., no Wr. | 
(1496). 


(1) Que es el PA? sub-carnosus Sauval., Flora, 125? 


479) 


Gomez de la Maza.—PrerIANTIADAS CUBANAS. 


Phyllanthus orbicularis Kunth. 


$, ellipticus J. Miill. 

7, obovatus J. Mill. 

Myrtilloides Gris. 

g. spathulifolias {[Phylantus Gris. | 


erythrinus J. Mill. [Ph. purpureus Gris.; Wr., 


J. Mull.] 
discolor Spreng. 
Williamioides Gris. 
procerus Sauval. 
heliotropus Gris.; Wr.; J. Miill. 
aquaticus Sauval. 
squamatus Sauval. 


ho 


grandifolius Lin. [Ph. Juglandifolius Willd,|— 


Grosella Cimarrond. 
junceus J. Miill. 
micranthus Rich. 
echinospermus Sauval. 
minimus Sauval. 


accidissimus J. Miill.? [Cicca racemosa Lour.]| 


(Cult.)\—G@rosella ('). 


Securinega Acidothamnus J. Mull. [Flueggea Acidothamnus 
EIS. (1999). 
Antidesma Cubana (#7) [Hieronyma J. Miill.] (580, parte).— 


Cajuela (tipo y var.). 


(580, en parte). 


Savia Erythroxyloides Gris. 


Clusiifolia Gris. 

s, intermedia J. Miill. 

fallax J. Miill. 

membranacea J. Miill. 

Laurifolia Gris. 

sessiliflora Willd. [Phyllanthus Laurifolius Rich.; Ph. pu- 
bigerus Rich.|—Avretillo, Maco, Carbonero de costa. 


Callitriche Occidentalis Hegelmenn. 


(1) O Ph. distichus J. Miill. [Cicca disticha, Lin.)? 
(2) Desechandose el nombre empleado en nuestro Dice. Jot., 29. 
(3) Sin relacién con la H. Clusioides J. Miill. [Stilaginella Tul.), exotica. 


6, pallida| Hieronyma J. Miill.; H. Clusioides Gris ()] 


o4 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (80> 


Callitriche deflexa A. Braun. 
Tetralyx brachypetalus Gris. (1995). 


Buxeas. 


Buxus subcolumnaris J. Mill. [| Tricera levigata Gris., no Sw. | 
(1920). 
— Cubana H. B." [Tricera Rich.|— Boj de Cuba. 
— Citrifolia Spreng’. (exot.) 

y. brevipes J. Mill. [Tricera fasciculata Gris. exclusiva- 
mente para parte de la exsiccata de Wr. num. 1919| 
(1919 en parte). 

acuminata J. Mill. [Tricera fasciculata Gris., idem.: 
Tricera acuminata Gris.] (1919, en parte). 

— retusa J. Mill. [Tricera Gris.]| (1921). 

8, gonoclada (Tricera Wr. Buxus J. Miill.) 
— glomerata J. Mill. [Tricera Gris.] (1676). 
— Wrightii J. Mull. [Tricera microphylla Gris.] (1928). 


Bixaceas. 


Letia Ternstremioides Gris.—Guaguasi. 
Xylosma infestum Gris.—//ueso espinoso. 
— Buxifolium A. Gray.—/Hueso de costa. 
— Scheefferioides A. Gray.—/ueso de costa. 
Flacourtia Ramontchi L’Hérit. (Cult.) — Ciruela de Madagascar. 
Bixa Orellana Lin. (Cult.)\—A chiole, Bija. 
Cochlospermum Hibiscoides Kunth.—Bo/ija. 
Canella alba Murr.—Cvrbana. 
Papaya Carica Girtn. (naturalizada!)— Papaya, Fruta bomba. 
—  Posoposa [Carica Lin.]— Papaya cimarronda. 
Turnera Cistoides Lin. 
— viscosa Sauval., nombre |Piriqueta Gris.] 
—  pumilea Lin. 
— hirsutissima Sauval. 
— Ulmifolia Lin.—JWMWavi-Lope. 
— microphylla Desv. 
—  acaulis Gris. 


(81) Gomez de la Maza.— PERIANTIADAS CUBANAS., 55 


Samideas. 


Homalium racemosum Jacq. (1106).—Omitido por Sauval. 
Samyda serrulata Lin. (19?, 1896). 
— grandiflora Gris. (1897).—/’a de lor grande. 
Ludia reticulata |Prockia Meissn.; Banara Gris.] (1882). 
— glaberrima {[Banara Wr.| (1883). 
Guidonia Ilicifolia (') | Valentinia Sw.:; Casearia Valentinia 
G.-M. y Mol.*, nombre]. 

— Aquifolia |Valentinia coriacea Gris.; Casearia Aqui- 

folia Sauval., nombre]. 

_ parvifolia G.-M., Dice. bot., 93. |Casearia Willkd.: 

C. parviflora Rich.; Jaeq.; no Lam.*? ni Willd.; 
Samyda parviflora Lin.; C. decandra Jacq.: 
C. punctata Spreng.|—Quinda. 

— hirsuta G.-M., Dice. bot., 94. [Casearia Sw.|—Raspa- 

lengua. 

— hirta [Casearia Sw.; Samyda tomentosa Sw.] (14?. 

15, 1884, 1885).—J/’a peluda. 
8, glabriora [Casearia hirta Sw.: var., Gris., en par- 
beclsey. 

— ramiflora |Casearia Vahl.; Iroucana Guianensis 
Aubl.; C. hirta Sw.; var., Gris., en parte] (18, 1888). 
—Sia brava. 

, Spinosa [Casearia ramifiora Vahl.; var. spinosa 
Gris.; Samyda spinosa Lin.: Casearia spinosa 
Willd.; C. odorata Macf.; C. aculeata Jacq. | 

— spinescens Gris. [Guidonia Gris.; Samyda Sw.] (13). 


G> 


—JSia prieta. 
— alba [Casearia Rich.] (1890).—J//a blanca. 
_— stipulario [Casearia Vent.; C. lanceolata Miq.: Sa- 
myda arborea Rich.; C. Hostmanniana Steud.: 
C. incana Bert.] (16).—G@uasimilla del pinar. 
— emarginata [Casearia Wr.] (1894). 
8. ramosissima [Casearia Wr.] (1893). 


(1) NoH.B.", Hist. dex pl., wv, 272, nombre y figura. 


55 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (82) 


Guidonia sylvestris [Casearia Sw.; C. parviflora Willd., Cand., 
excluyendo Lin.: Macf., no Jacq., Rich., ni Lam.'?| 
(17, 5942, 595) (4). — Rompe-hueso, Sarna, Sarnilla, 
Sarna de pervo, Lloron, Palo cotorra. 
y. Myricoides [Casearia sylvestris Sw.; var., Myri- 
coides Gris.] (1891, 1892). 
6, sub-opacis | Casearia sylvestris Sw.; var., Gris.| 
CI12). 
— _ preecox [Casearia Gris.] (1889). 
a eriophora (?) [Casearia Wr.] (1895).—d4 gracejo de monte. 
_ Leetioides [Zuelania Rich.; Leetia longifolia Rich.: 
Samyda icosandra Sw.; Z. crenata Gris.; Letia 
crenata Rich.: Thiodia Letioides Gris.; Lretia? 
Guidonia. Sw.: Casearia Leetioides Rich.] (1108, 
1111, 1878, 1879).—Guaguasi. 
— tremula |[Zuelania Gris.] (2640). 
— [Casearia? sp. nov., Sauval., #7. cvb., num. 94.] 
Lunania Grayi Gris.—Zunania. é 
— Sauvalleii Gris. [L. racemosa Gris., no Flook.}J— 
Lunania, 
_ dodecandra Wr.—Lunania. 
—  divaricata Benth.—Zunania (tipo y var.). 
6, pentandra Wr. 


Pasifloreas. 


Passiflora alata Ait. (Cult.;\—Pasionaria. 

— foetida Lin.; Cav. | P. Hibiscifolia Lam.*; P. Gossy- 
pifolia Desy.; P. variegata Mill.; P. hirsuta Lodd.] 
Pasionaria hedioida, P. vejigosa. 

— rubra Lin. [P. capsularis Lin.; Id., s, acutiloba, y y, 
gweminifolia Cand.; P. capsularis Smith. ]—Pasio- 
naria de cerca. 

— maliformis Lin. |P. ornata Kunth.]|— Granadilla de 


WOW. 


(1) Transicion entre el tipo y j. 
(2) Se desecha el nombre especifico que se lee en nuestro Lusayo de Farmacofito- 
logiu cubana, pag. 17, nota 2, ¢.; y en el Dice. bot., pag. 11, art. Agvacejo de monte. 


483) Gomez de la Maza.—PpmrIANTIADAS CUBANAS. 57 


Passiflora Murucuja Lin. [P. coriacea Rich.; Murucuja ocellata 
Pers. ] (Cult.) — WMurucuya, Pasionaria vejigosa, 
P. hedionda, P. hedionda, flor carmin. 
— pallida Lin. [P. Hederacea Cav.?; P. minima Lin., 
no Jacq.: no P. maculata Scan.; P. angustifolia 
Sw.: P. heterophylla Jacq.; Cieca heterophyla 
Moénch.; ‘P. longifolia, Lam.*; P. Warei Nutt.; 
P. suberosa Lin.?; P. lineariloba J. Flook.?}—~Pa- 
sionaria de cerca, Huevo de gallo, H. de gato. 
_ quadrangularis Lin. (Cult.!)—Pasionaria. 
— stipulata Aubl.? (2599).— Pasionaria de las pozas. 
— Berteriana Balbi.—Pasionania de cerca. 
a sexflora Juss.—Pasionaria de cerca. 
_ multiflora Lin.— Pasionaria de cerca, P. vainilla. 
— reticulata Sauval.—Pasionaria. Sm\ 
— pubescens Kunth. 
— holosericea Lin. 
— incarnata Lin. 
—  pedata Lin.—Giiirito de pasion. | 
= Brasiliana Hort. Par. (Cult.)—Pasionaria. 
— ciliata Ait.—Pasionaria de la Candelaria. 
— pendulifilora Bertero.— Pasionaria hedionda, P. ve- 
Jigosa. 
— amabilis J. Hook. (Cult.)\—Pasionavria. 
— oblongata Sw.—P. hedionda, P. hedionda, flor car— 
min, P vejigosa. 


Cruciferas. 


Cheiranthus Cheiri Lin. (Cult.)—A/eli amarillo, A. pajizo, 
Ramo de oro. 
Matthiola annua Sweet (Cult.)—F#ucanto, Cuarentena. — , 
Nasturtium officinale R. Br. (7).—Berro. 
— palustre Cand.—Ribano de agua. 
—- brevipes Gris. [N. palustre Cand.; <?, brevipes 
Cand. | 
Brassica Erucoides G.-M. (4) (Cult.)— Rabaniza blanca. 


(1) Hierba anual, pubescente. Hojas sentadas, runcinado-liradas, dentadas, Peta - 


»* 


58 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (84) 


Brassica oleracea Lin. (Cult.!)—Co/. 
— Napus Lin. (Cult.!)—Vadbo. 
— nigra Koch. (Cult.)— Wostaza negra. 
— lanceolata Sauval., nombre [Sinapis Brassicata Lin.: 
S. lanceolata Cand.; 8. integrifolia Willd., West.:; 
S. nigra Desc., no Lin.; Raphanus lanceolatus 
Willd., no Macf. 
Iberis odorata Lin. (Cult.!)—Carraspique blanco, Zarazd. 
— semperflorens Lin. (Cult.!)—Castillo de plata. 
Lepidium Virginicum Lin. (silo).—Sabe-leccion. 
Cakile maritima Scop. [C. equalis L’Hérit; C. Cubensis Kunth). 
—Perro de costa. 


Linaceas (+). 


Linum usitatissimum Lin. (Cult.)—Zino. 
Krythroxylon minutifolium Gris. (Erythroxylum) (2133).—d r¢- 
bo de piedra, Sibanicu, Cubanicu, Cubainicr. 
— brevipes Cand. (Hrythroxylum). 
£, spinescens [Erythroxylum Rich.] (2134). 
— alternifolium Rich. (Erythroxylum) (2136, 2138). 
—Jiba (tipo y var.) 
8?, pedicellare [Erythroxylum alterniflorum 
Rich.; var. ?, pedicellare Gris.] (2139). 
os lineolatum Cand. (Erythroxylum).—/ib¢. 
— obovatum Macf. (Erythroxylum) [Erythroxylum 
affine Rich.| (2140, 2141).—Avrabo colorado. 
— rufum Cay. (Erythroxylum).—A7abo colorado. 
— squamatum Vahl. (Erythroxylum) (Cuba?) (?). 
— Havenense Jacq. (Erythroxylum) (2137).—J/ha. 
_ obtusum Cand. (Erythroxylum) [{Erythroxylum 
Havanense Kunth., no Jacq.; Erythroxylum 
areolatum Pépp., no Lin.] (86, 1149).—/ib¢. 


los anchos, muy obtusos, blancos 6 algo purptireos cerca de la una. Silicuas ergui- 
das, sentadas. Semillas 2-seriales. Estilo en forma de estoque. Estigma 2-lobado. 
Espana, Baleares, Niza, Sicilia y Oriente.—Sinapis Lin.— Diplotavis Cand. 

(1) El actual catdlogo anula el publicado en los ANALES, t. XIX, p. 225. Se suprime 
el Prythroxcylon Coca Lam.’ (Erythroxylum), Coca de? Peri, por no haber dado resul- 
tado su cultivo en la isla, 

(2) Gris., Cat, 42, lo admite como de Cuba. 


(85) Gomez de la Maza.—prriaANTIADAS CUBANAS. 50 


Crasulaceas ('). 


Bryophyllon calycinum Salisb. (Bryophyllum).— Prodigiosa. 
Vibora, Hoja bruja, Inmortal, Polipo herbdceo, Siempreviva. 

Kalanchoe Aeyptiaca Cand. (Cult.!) 

Sedum cruciatum Desf. (Cult.!) 


Rutaceas (7). 


Ruta graveolens Lin. (Cult. !)—Ruda. 
Galipea Ossana Cand.—Quind del pais. 
Ravenia spectabilis Planch. [Lemonia Lindl.]— Zemonia. 
Pilocarpus heterophyllus A. Gray. [Raputia ? heterophyllie 
Cand. | 
Casimiroa heptaphylla Llav. y Lex. (Cult.!)—Sapote blanco. 
Xanthoxylon emarginatum Sw. (Zanthoxylum) [Fagara emar- 
ginata Sw.; Tobinia emarginata Desv.; Zantho- 
xylum coriaceum Rich.; Tobina coriacea Desv. | 
—Bayua, Bayuda. 
= dumosum Rich. (Zanthoxylum) [Fagara dumose 
Gris. | 
— spinosum Sw. (Zanthoxylum) [Fagara spino— 
sa Sw.; Tobinia spinosa Desv.] 
a ternatum Sw. (Zanthoxylum) |Fagara ternata Sw. | 
—Mate arbol. 
6 ?, tediosum [Zanthoxylum Rich. | 
— stenopterum Sauval., nombre (Zanthoxylum) 
[Fagara stenoptera Gris. |—Chivo, Humo, Limon 
cafe, Limoncillo, Tomeguin. 
— Ayua G.-M. (*) [Zanthoxylum Clava-Herculis 


(1) Anula el catdlogo de esa familia, publicado en los ANALES, t. XIX, p. 226. 

(2) Anula el publicado en los ANALES, t. XIX, p. 227. 

(3) Arbol aguijonoso. Hojas imparipennadas, 4-10-yugadas; foliolos évalo- oblongos: 
6 eliptico-lanceolados, lampifios 6 pubescentes superiormente, pelticido-punteados 
inferiormente 6 sin puntos ?; peciolo aguijonoso. Cimas axilares y terminales, sub- 
apanojadas. Flores 5-meras, con cdliz y corola. 5-ovarios, l-loculares, soldados infe- 
riormente. Esta descripcion fué publicada en los ANALES, t. x1x, p. 228, nota 1, y se 
reproduce actualmente con algunas correcciones. 


60 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (86) 


Cand., no Lin (') ni Lam.*; Z. Caribeeum Lam.*, 
no Gartn. (7): Z. Carolinianum Girtn., no 
Lam.* (3): Z. lanceolatum Poir. (‘)]|.—Ayia, 
Ayuda. 
Xanthoxylon phyllopterum Sauval., nombre (Zanthoxylum) 
|[Fagara phylloptera Gris.] 
— Pterota Cand. (Zanthoxylum) [| Zanthoxylum 
Kunth., en parte?; Fagara, autores, no Lin.; 
Schinus Fagara Lin. ?; Fagara Lentiscifolia 
Willd. (°)|.— Ayia cayutania ?, Espino, Limon- 
cillo, Tomeguin. 
? gracile Sauval.. nombre (Zanthoxylum) [Faga- 
ra Gris. | 
— aromaticum Willd. (Zanthoxylum) [Z. Elephan- 
tiasis Macf.| 
= Juglandifolium Willd. (Zanthoxylum).—4d4 yuda 
blanca, A. hembra. 
6?, Berterianum Cand. (Zanthoxylum Juglandi- 
folium Willd.: 3?, Berterianum) (Cuba ?) 
— duplicipunctatum Wr. (Zanthoxylum ).—4A yuda 
varia. 
— Pistacivefolium Gris. (Zanthoxylum). 
— Bombacifolium Rich. (Zanthoxylum).— Ayuda 
prieta, A. sin espinas. 
Amyris sylvatica Jacq. [A. diatrypa Spreng.; A. Floridana 
Nutt.|—Cuabilla, Cuaba blanca. 
8, Plumiere “Amyris Cand.|—Cuabd de monte. 
—  hbalsamifera Lin. [A. pinnata Kunth.: A. sylvatice 
Rich., no Jacq.; A. sylvatica Jacq., var. Gris.]— 
Cuaha blanca, Palo de roble, Pasafrds del pais. 
— lineata Wr. 
—  axilliflora Gris. 
— maritima Jacq. [A. saussa Fernandez, no Brus. ?}|— 


(1) El Z. Clava-Herculis Lin., corresponde por completo al Y. Mravineum Willd. 
(Zanthoxylum) [Z. Clava-Herculis Lam.* ; Z. Caribeeum Girtn., no Lam.*; Z. Ameri- 
eanum Mill.; Z. ramiflorum Mich *), exdtico, 

(2) V.la nota 1. 

(3) El Z. Carolinianum Lam.« , es sindnimo de una especie exotica. 

(4) Ks la Q. 

45) Erréneamente Sauval admite esa especie como de Gris. 


(87) Gomez de la Maza.— pERIANTIADAS CUBANAS., 61 


Cuaba amarilla de costa, C. de costa, Incienso, I. de 
costa, Palo de incienso, P. de vesina. 
Limonia trifoliata Lin. [Triphasia Cand.]| (Cult.!)— Zimoncilo 
de Cuba?, L. de China, L. de Batavia. 
—  Citrifolia Willd. [Glycosmis Lindl.; G. heterophylla 
Rich. (Cult.!) 
Murraya exotica Lin. (Cult.!))—Mirraya, Muralla. 
Citrus medica Lin. [C. medica Lin.: », medica proper Hook. ('), 
(Cult.!)—Cidra. 

8, Limonum Hook. (Cult.! silv.?) @).—Zim0n (agrio). 

Subvar. 46, Gallo-Limonum (Cult.!) — Limon frances 
(agrio). 

Subvar. c, Peretta [C. Limetta Risso; var. Peretta Cand. | 
(Cult.!)—Zimon de ombligo (agrio). 

6, Limetta Hook. (*) [C. Limetta Risso; var. Limetta 
Cand., en parte] (Cult.!)— Zima. L. criolla, L. de la 
tierra, L. de piquito. 

xy. hibrido ? (Cult.!)— Naranja lima. 

Subvar. 4, Gallo-Lumia (‘) [C. Limetta Risso; var. Li- 
metta Cand., en parte] (Cult.!))—Zimon dulce, L.frau- 
ces dulce. 

— Aurantium Lin. {C. Aurantium Lin.; 7, Aurantium pro- 
per Hook. ] (Cult.!)\— Naranja de China. 

6, melitense (Cul.!)— Naranjita de Malta, N. de sangre. 

y, nobile [C. nobilis Lour.] (Cult.!)—Naranja moreiia. 

6, Bigaradia Hook. (1127).—Naranja agria. 

Subvar. %, pulpee-dulce (Cult.!, silv.?2) — Naranja de 
Cajel. 

Subvar. ¢, Myrtifolia (Cult.!)— Naranjita de San Jose. 
Naranjito del Obispo. 

Subvar. d, macrocarpa (Cult.!)— Zovonja. 

e, Bergamia Hook. (Cult.)— Bergamota. 


(1) The Flora of British India, t.1, p. 514. 

(2) gEs el Zimdn citado por Sauval bajo el nombre de ©. Zimonum Cand.? 
(3) Seccion Limetta. 

(4) Seecién Zumia. 


G2 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (88) 


Meliaceas. 


Melia Azederach Lin. (Cult.)— Paraiso. 
— sempervirens Sw. (Cult.)—Cinamomo. 
Guarea Trichilioides Lin. (exot.) 
y, pallida C. Cand. (63, 107).—Samao. 
Trichilia trachyantha C. Cand. {Moschoxylum trachyanthum 
Gris.] (1134). 

—  Spondioides Sw. {Cupania trachycarpa Gris.] (101, 103). 
—Cabo de hacha. 

—  Havanensis Jacq. |Portesia glabra Gris.: Trichilia gla- 
bra Lin.; Portesia ovata Gris.. no Cav.; Trichilia 
minor Rich.] (2174, 2175).—Siguaraya, S. macho. 

—  trifoliata Jacq. (Cuba?)—Cerezo Silvestre? Ks especie 
dudosa. 

Swietenia Mahagoni Lin.—Caoba. 
Cedrela Glaziovii C. Cand. [C. odorata Gris., no Lin.|—Cedro. 
2zNo existe en Cuba la C. odorata Lin.? 


Anacardiaceas. 


Mangifera Indica Lin. (Cult.!)—J/ango. 
Anacardium Occidentale Lin. (Cult.!)—Waraion. 
Comocladia dentata Jacq.— Guao (tipo y var.). 
6, propinqua Engler [Comocladia Kunth]. 

— platyphylla Rich.—G@uqao. 

— e@labra Spreng.—Omitida por Sauval. 

— intermedia Wr.—Omitida por Sauval. 
Rhus Metopium Lin. {R.Oxymetopium Gris.; Metopium Linnwi 

Engler|.—Guao de costa. 

— venosum Gris. [Metopium Engler]. 

— Copallina Lin.—Aa// de/ pinar, Sumaque. 

— lineatifolia Orteg@a [Rhamnus Cubensis Pers.; Rhamnus 
lineatifolius Schult.: Rhus lineata Spreng.]—Anacar- 
diacea? 

— Metopioides Turcz.—Omitida por Sauval. 

Schinus Terebinthifolius Raddi (Cult.!)—eacimo de rubies. 


(89) Gomez de la Maza.—PprmRIANTIADAS CUBANAS. 08 


Spondias purpurea Lin. |S. Mombin Lin.: 8. Myrobalanus Jaeq.: 
S. crispula Beurling |.—Ciruela campechana. Omi- 
tida por Sauval. 


iS. graveolens Mact.|—/odo. 


L 


— lutea Lin. 
Bursera @umiifera Jacq.— Almdcigo amarillo, A. blanco, 
A. colorado, Cachibi. 
— angustata Wr.—d dmacigo de paredon. 
— glauca Gris.— Ayia pricta. 
—  graveolens Triana y Planch.—Omitida por Sauval. 
—  Guianensis H. B.- [Icica Aubb.; I. heptaphylla Gris., 
no Aubl.; Amyris Guianensis Willd.; Bursera hepta— 
phylla Sauval., nombre; Icica copal Rich., Protium 
Guianense March.|—(Copa/. 
—  altissima H. B.. [Icica, Aubl. Amyris Willd.] (Cult.? 
Cuba?)—Cedro blanco de la Guayanda, C. vosado. 
Hedwigia balsamifera Sw. [Bursera Pers.: Icica Hedwigia Rich. | 
—Palo cochino, Azucarero de montana. 


Sapindaceas. 


Triceros Occidentalis [Staphylea Sw.; Turpinia G. Dorr.] (111, 
1174). 
Melicocca bijuga Lin. (1167, 1168).—Wamoncillo. 
Thouinia trifoliata Poit. (2168).—Chicharroncillo de costa, Copa— 
lillo. 
— tomentosa Cand. (106°). 
— nervosa Gris. [Schmidelia Rich.] (1173, 2169).— Cane- 
lillo, Copalillo. | 
: — pulverulenta Gris. (2284). 
—  rotundata Sauval. 
Huertea glandulosa R. y Pay. [H. Cubensis Gris.] (2276). 
Sapindus Saponaria Lin. (2167).—/aboncillo. 


+ —  inequalis Cand.—Jaboncillo.  . 
Cupania Americana Lin. [C. tomentosa Sw.] (108, 1166) .— 
Guard. 


— glabra Sw. (2166).—G@uara. 
8, multijuga Gris. [C. multijuga Rich.] (105, 1165, 
1586).— Guard, G. de costa, 


6t ANALES DE HISTORIA NATURAL. (90) 


Cupania Cubensis G.-M. (') y Mol.*, nombre [C. macrophylla 
Rich.! (2165).—Guara macho, G. colorada, Guarana. 
8, Richardi [C. Juglandifolia Rich., en parte, hojas: 
C. macrophilla, var.?, Gris.] 
—  sapida Camb. [Blighia Kén.] (Cult.!)—A7rbol de7 seso. 
Ahée de Africa. 
—  apetala Macf. [Ratonia Gris.; C. Juglandifolia Rich.. 
en parte, fruto; C. oppositifolia Rich.] (2180).—MWa- 
CUrLYe. 
— spathulata |Ratonia Gris.: R. apetala Gris., P7. Weright.. 
169, no Flora} (1151, 1604).— Wacurige. 
Nephelium Lappaceum Lin. [Euphoria Nephelium Cand. 
(Cult.)— Rambustin. 
— Lit-chi Camb. { Euphoria Desf.] (Cult.)— Zich/. 
— Longana Camb. [Euphoria Lam.*] (Cult.)--Zougdn, 
Mamoncillo de China. 
Hypelate trifoliata Sw. (2171).—Swicuage de costa. 
— paniculata Camb. (1169).—Saicuage. 
Alvaradoa (2) amorphoides Liebm. (2189). 
— * arborescens Wr. (2190.. 
Dodonea viscosa Lin. [D. Burmanniana Cand.] (2173). 
— angustifolia Sw. (2172). 
Schmidelia Cominia Sw. (106, 1161).—Pa/o de caja, Sanilla. 
= Occidentalis Sw. (102, 1162, 1163).—Palo de caja. 
—_— ‘rigida Sw. (573, 1164). 
— var.?, Gris., Cat. pl. Cub., 46 (2170). 
Paullinia pinnata Lin. (104, 1171).—<Azucarito. 
— Curassavica Lin. (107, 110, 11'72). 
—  fuscescens Kunth. 
Cardiospermum Halicacabum Lin.— Favolitos. 
6, molle Gris. [(Cardiospermum Kunth. ] 
7?, ferrugineum Gris. 
Serjania paniculata Kunth (2162).— Bejuco de corrales. 
— lucida Schum. [8. Ossana Cand.] (109).— Bejuco co- 
lorado. 
—  lLupulina Schum. [S. crenata Gris.] (108", 2161).— 
Bejuco de corrales. 


(1) Flora de Cuba (tesis ) 55. 
(2) Género omitido por Sauyal. 


1) Gomez de la Maza.—puriaANTIADAS CUBANAS. 65 


Serjania var., angustifolia Gris. (2160). 
var.?, parvula Wr. (2164). 
—  atrolineata Sauval.[S. divaricata Gris., no Sw. ] (1587). 
—  albopunctata Wr. [Paullinia triternata Jacq., no Ser- 
jania triternata Willd. | (2163). 


Sabieas. 


Meliosma oppositifolia Gris., Cad., 46 (") (2094). 


Viteas. 


Vitis Caribea Cand.—Parra cimarrond. 
— Labrusca Lin.—Parra cimarrond. 
— vinifera Lin. (Cult..—Vid, Parra. 
Cissus Sicyoides Lin.—U%. 
— quadrangularis Lin.—U%d de vejigatorios. 
— acida Lin.—U0i agrio. 
— cordifolia Lin.—UWi de hoja ancha. 
— microcarpa Vahl. 
— tuberculata Jacq. 
— Wrightiana Planch. 
— subavenia Planch.—U0: de tres hojas, U. macho. 
— intermedia Rich. 
— Grisebachi Planch. 
— rhombifolia Vahl.—Bejuco wb. 
Ampelopsis quinquefolia Torrey y A. Gray. [Partenocissus 
Planch.]|—Bejuco ubi macho, Parrita cimarrona. 
— bipinnata Mich.—Parvrita de playa. 


Nota. Existe mucha confusién en Ja sinonimia de las espe- 
cies y variedades cubanas de esta familia.—Bibliografia. Re- 
pertorio fisico-natural de la isla de Cuba, t, 204, Habana, 1865. 
Planch., Ampelidee, en Cand., Monographie phanerogama— 
ruil, V. 


{1) Entre las Sapindaceas. 


ANALIS DE HiST. NAT.—Xilll. a) 


66 


ANALES DE HISTORIA NATURAL. (92) 


SusorDEN I].—Dialipétalas inferovariadas. 


Enoterdéceas.— Halordgeas. — Rizofordceas. — Melastoméceas (1). 


Enoteraceas. 


Ludwigia microcarpa Mich.* |Isnardia Poir.} 


palustris Ellis. [Isnardia Lin.] 

stricta Wr. [Isnardia Wr. ] 

repens Sw. {Isnardia Cand.] (Silv.) 

6, rotundata [Isnardia repens Cand.; var. rotundata 
Gris. ] 

Clavellina [Jussivea repens Lin.] (Silv.)—Clavellina, 
Fierba del clavo (tipo y var.). 

6, Peploides [Jussizea Kunth. ] 

y, grandiflora /Jussivea Mich. ] 

ramulosa [Jussiva Cand.] 

inclinata [Jussiza Lin.; Jussiza repens Lin.; var., 
inflata Wr.] 

peduncularis [Jussizea Wr.] 

oocarpa [Jussizea Wr.] 

foliosa [Jussizea Wr.; J. variabilis Mey.?; J. leptos— 
tachya Nutt.; J. pilosa Kunth. ] 

acuminata [Jussiea Sw.; J. micrantha Kunze:.; 
J. acuminata Sw.; var., latifolia Gris.] 

decurrens Walter { Jussiw#a Cand.; J. acuminata 
Gris., no Sw.; J. acuminata Sw.; var., longifolia 
Gris. |} 

hirta [Jussiea Vahl.; J. octofila Cand.: en Rich.?; 
J. macrocarpa Kunth.) 

suffruticosa G.-M. [Jussizea Lin.; J. octonervia Lam.*; 
J. palustris Mey.; J. suffruticosa Lin.; var., Ligus- 
trifolia Gris.; J. Ligustrifolia Kunth. ] 

angustifolia [Jussiva Lam.*] 

Sagreana [Jussiwa Rich. ] 


(Enothera rosea Ait. (Cult.) 


(1) Mirtdceas: apéndice 2. 


- 93) Gomez de la Maza.— PERIANTIADAS CUBANAS. 67 


Halorageas. 


Myriophyllon scabratum Mich.* (Myriophyllum) [Potamogeton 
pinnatum Walt.} (2549). 
— sparsiflorum Sauval. (Myriophyllum), 
Proserpinaca palustris Lin. [P. palustris; «, Mich.*; Trixis pa- 
lustris Mitch.] (2550). 


Rizoforaceas. 
Rhizophora Mangle Lin.— Wangle colorado. 


Cassipourea Guianensis Aubl. (exot.) 
g, elliptica G.-M., Dicc. bot., 84. [ Legnostis ellip- 


5 Pts 4 ny = 
tica Sw.; Cassipourea elliptica Poir. ] SAONVALI NS 
t. . 
/ 


Melastomaceas. 
: Z- = 
Rhexia Cubensis Gris. ee. - RN5 
Meriania rosea Tuss. [M. leucantha y purpurea Sw., no Tass @ SY 
M. nana y bifrons Naud.} 
Tibouchina (Acisanthera) quadrata [Acisanthera Juss.; Uran- 
thera dicranophora Naud. | 
— _- pellucida [Acisanthera Wr. | 
_— — adscendens [Acisantera Sauval.] 
— (Artgrostemma) Heteronoma {Heteronoma Cuben- 
se Naud. ] 
= (Nepsera) aquatica [Nepsera] Naud.; Rhexia Sw.; 
Melastoma Aubl.; Spennera hidrophila Miq.; 
. S. Asphalti Crueg.; Aciotis aquatica Don.; Ho- 
monoma aridum Bello] (*). 
— (Pleroma) Micranthella [| Arthrostemma lanceola— 
tum Gris.; Chetogastra lanceolata 
Cand.; Ch. Havanensis Cand.; Ch. lon- 


41) Apuntes para la Flora de Puerto-kico. [ANALES, tomos x y x11). 


63 ANALES DE HISTORIA- NATURAL. (94) _ 


e@ifolia Cand.; Rhexia longifolia Vahl: 
Micranthella lanceolata Naud.; M. lon- 
eifolia Naud.; Pleroma Micrantella 
Sauval., nombre]. 
Tibouchina (Pleroma) squamata [Pleroma squamatum 
Sauval. | 
—_ _— Cubense [Arthrostemma Cubensis Rich.; 
Cheetogastra (Adesmogastra) Cuben— 
sis Gris.; Ch. (Adesmogastra) Origa-- 
noides Gris.; Ch. (Helphestionia) Sa— 
turejoides Gris.; Pleroma Cubensis 
Sauval., nombre]. 
_ (Cheetolepis)... Segtin Bent. y Hook., Gen. pl. 1, 
744, existe en Cuba un Cheetolepis.—Qué especie? 
Henriettea (Henriettella) fascicularis [Osseea Gris.; Henriette— 
Ha Sauval., nombre. | 
— —- punctata [Osseea Gris.; Henriettella ? 
Sauval., nombrel. 
— (Kuhenriettea) parviflora Gris. 
Miconia (Oxymeris) capillaris [Melastoma Sw.; Sagreea Cand., 
Clidemia Gris.; Osseea, Sauval, nombre]. 
— _ hirtella [Melastoma Sw.; Sagrea Cand.; 
Clidemia Gris.; Osseea Sauval., nombre. } 
= a penninervis [Clidemia Gris.; Osseea Sauval.: 
nombre]. 
— (Calycogonium) elliptica [Calyc. ellipticum Sauval.] 
_ — Lindeniana [Calye. Lindenianum 
Naud.; Calyec. Rhamnoideum 
Naud.; Calyc. Wrightianum Gris.] 
= ~- heterophylla [Calyc. heterophyllum 
Naud.] 

— — Baracoana [Calyc. Clidemioides Gris. ] 
— — Rosmarinifolia [Calye. Rosmarinifo- 
lium Gris.] 

_— — angulata [Calye. angulatum Gris.] 

— — stellata [Calyc. stellatum Cand.; 
Calyc., Cubense Gris., Cat., 0 
Rich. ] 

— —_ secundo-angustifolia [Pachyanthus 
angustifolius Gris.]|—Cordobancillo. 


(95) Gomez de la Maza.—PrRIANTIADAS CUBANAS. 69 


Miconia (Calycogonium) secundo-lanceolata [Calyc. lanceola- 
tum Gris. } 
— — plicata [Calye. plicatum Gris. ] 
— — Lima [Clidemia Cand.; Sagreea Naud.; 
Calyc. Gris.] 
— — producta [Calye. productum Sauval.] 
—Cordobancillo. 
— microphylla [Calyc. microphyllum 
Sauval.] 
— (Puchyanthus) Poireti [Pach. Poiretii Gris.; Calyc. 
Cubense Rich., no Gris.]—Cordoban. 
— — coriacea (1) [Sarcomeris Naud.; ach. 
Cubensis Rich.]—ierro del pinay. 

_— — Oleifolia [Pach. Oleifolius Gris. |—Cor- 

dobancillo. 

— — Wrighti H. B.» [Pach. Wrightii Gris. | 

—Cordoban. 

— (Tetrazygia) angustiflora (Tet. Gris.; Tet. Eleeagnoi- 
des Hook., no Cand.; Naudinia argy- 
rophylla Rich.; N. chrysophylla Rich. } 
—Cordobancillo. 

— — semicrenata Naud. [Tet. Gris.; Conoste— 
gia Sw.] 

— — ancistrophora [Tet. Sauval.] 

— — brachycentra [Graffenrieda Gris.c7 Leb 

Sauval., nombre].—Cordobancillo. 

a — Rangeliana Gris. [Tet. laxiflora Naud. | 
—(Cordobancillo, C. de toma. 

— (Conostegia) sub-hirsuta [Conos., Cand.] 

— — Bailloni {Conos.; Clidemioides Wr.) 

-- — Xalapensis [Conos. , Don. ]—Cordobanci- 
llo, flor vosada. 

—  (Eumiconia) rubens Naud. [Cremanium Cand.] 

— — tetrandra Naud. (Tet. Cand.; Cremanium 

tetrandrum Gris. ] 

— — Cubensis Sauval., nombre. Pleurochenia 

Wr. | 


(1) Esla misma de Cand., Prodr., 111, 189 ? 


70 


ANALES DE HISTORIA NATURAL. (96y 


Miconia (Eumiconia) rufa Sauval., nombre. [Catachzenia Gris. } 


a} 


i 


Pinetorum Sauval., nombre. [Catachznia 
parviflora Gris.; Cat. alternifolia Gris. ] 

holosericea Cand. 

impetiolaris Don. 

prasina Cand. [Miconia splendens Gris. } 

levigata Cand.—Cordobancillo de arroyo. 

Kurycheenioides Gris. 

chrysandra Wr. 

Androsemifolia Gris. 

elata Cand. {Diplochita serrulata Cand.] 

Fothergilla Naud. {[Diplochita Cand. } 

delicatula Rich. 

auriculata Cand. {[Tschudya Ibaguensis 
Gris.; Miconia Ibaguensis Sauval., 
nombre. ] 

lanata [Tschudya Gris.; Clidemia Cand.) 

chlorophyla Sauval. 

precox Sauval., nombre. [Graffenrieda 


obtusa Gris.; Tetrazygia Eleagnoides Gris., no Cand.; Cha— 

rianthus obliquus Gris.] 

Osseea hypogilauca [Calycogonium hypoglaucum Wr.] 

echinata [Calyc. echinatum Gris.; Calyc. pauciflorum 
Sauval., nombre; Sagrea pauciflora Naud. ]} 

verrucosa [Calyc. verrucosum Gris. | 

involucrata Sauval., nombre. [Calyc. muricatum Gris.]} 

muricata Sauval., nombre. [Calyc. muricatum Gris. ] 

microphylla Sauval., nombre. [Clidemia Gris. ] 

heterotricha Sauval., nombre. (Clidemia Gris. ] 

aieta (Heterotrichum) nivea [Heterotrichum niveum Cand.} 

(Clidemia) hirta [Clidemia Don.] 


spicata [Clidemia Cand.} 
Wrightii [Clid. Wrightii, Gris.; Ossea 


Wrightii, Benth. y Flook., se@tin Sauval.) 


leucandra [Clid. Wr.; Ossea Wr.; segun 


Sauval.] 


trichotoma [Clid. Wr.; Ossea Wr.; segiin 


Sauval. ] 


neurotricha [Clid. Sauval., nombre; Clid. 


hirsuta Gris., no Sagriea hirsuta Cand. ] 


(97) Gomez de la Maza.— PERIANTIADAS CUBANAS. 71 


Maieta (Clidemia) Valenzuelana [Clid. Rich. ] 
— (Sagra) rubrinervis [Sagrea? Naud.; Staphidiastrum 
rubrinerve Naud.; Clid. rubrinervis Gris. ] 
= —_— macrandra [Sagreea Sauval. ] 
— — scabrosa [Sagrea Naud.; Clid. Gris.; Ossea 
Cand. ] 
— — rufescens[Clid. Gris.; Osseea Sauval., nombre. ] 
— — cinerea [Clid. Gris.] 
a os lanata [Sagrea Naud,; Clid. Gris.; Ossea 
Sauval., nombre. ] 
Mecranium racemosum Sauval., nombre. [Cremanium Gris.] 
— Amyedalinum Sauval., nombre. [Cremanium Gris.; 
Ossvea integrifolia Naud. | 
— coccineum Wr. |Cremanium virgatum Gris., Cat., 
102, no Flora. ] 
Mouriri (') lanceolata Gris. (Mouriria). 
— Myrtylloides Poir. (Mouriria) [Mouriria acuta Gris. ] 
—TJaya cimarrona. 
_ spathulata Gris. (Mouriria) [Aulacocarpus Wrightii, 
Gris.|—MWirto del pais. 
—- Valenzuelana Gris. (Mouriria).— Zedrero, Palo tor- 
cido, Mano de pilon. 
— emarginata Gris. (Mouriria). 


(1) Aust.: Mouriria Juss. 


INSECTOS DE MALLORCA, 


DON FERNANDO MORAGUES Y DE MANZANOS. 


(Sesion del 4 de Abril de 1894.) 


En 1889, en el tomo xvui de estos ANALES, publicamos una 
lista titulada Coledpteros de Mallorca, en la cual se hallan re- 
presentadas 655 especies. Desde entonces hemos continuado 
recorriendo varias localidades y en distintas épocas con objeto 
de encontrar otras especies y coleccionar los insectos de otros 
Ordenes que tan olvidados han vivido siempre en nuestra isla. 

Hoy podemos ofrecer 145 especies mas de coledpteros que, 
unidos 4 los que Hevamos ya publicados, forman un total de 
800 especies. Entre los hemipteros hemos podido reunir unas 
220 especies, las cuales continuamos en esta lista, lo mismo 
que algunos dipteros recogidos por las cercanias de Palma y 
de Manacor, dejando para mas adelante la publicacién de una 
lista de himendpteros, de cuyos insectos podremos ofrecer en 
breve tiempo un respetable niimero. 

Si de aloo pueden servir 4 nuestros consocios los datos que 
ofrecemos, quedamos altamente satisfechos y damos por muy 
bien empleados todos nuestros trabajos y fatigas. 


COLEOPTEROS. 


Cicindela campestris Lin.— Arenal de Son Real (Santa Margarita). Abril. 

Dromius agilis Fabr.— Debajo de la corteza de los Arboles y sobre los 
sembrados. Primavera y verano. 

Metabletus foveola Gylh.—Son Sufier. Mayo. 


74 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 


Metabletus foveolatus Dej.— Lugares himedos y debajo de las plantas en 
los arenales. Primavera y verano. Son Moro (Manacor). 
Amblystomus metallescens, var. niger Heer.— Pollenza (Prat den Bosch). 
Junio. 
Olisthopus glabricollis Ger.—Son Sufer. Mayo. 
Peecilus crenatus Dej.— Debajo de las piedras en la acequia del Prat de 
Son Homs (Palma). Mayo. 
Lagarus inequalis Marsh.— Son Moro (Manacor). 
Harpalus calceatus Duft.—Idem, id. Mayo. 
_ oblitus Dej.—Idem, id. 
Trechus obtusus EKr.—Idem, id. 
Leja Sturmii Panz.—Idem, id. 
Ochthebius foveolatus Germ.—Acequias de Marratxi. Primavera y verano, 
Cyclonotum Hispanicum Kust.— Estanques de Son Moragues (Valldemo- 
sa). Verano. 
Quedius maurorufus Gray.— Son Moro. Mayo. 
Stenus morio Gray.—Idem, id. 
Tachynus rufipes De Geer.—Idem, id. 
Tcenosoma bilineata Steph.—Sobre las flores. Palma. Mayo. 
Scydmenus Helfert Schaum.—Palma, 
Catopomorphus arenarius Hampe.—Son Moro (Manacor). 
Hydnobius punctatus Sturm,— Palma. 
Saprinus rotundatus Fabr.— Vegetales en descomposicién. Palma. Verano, 
Plegaderus sanatus Truqui.—Idem, id. 
Brachypterus Urtice Fabr.—1dem, id. 
— labiatus Er.—Idem, id. 
Meligethes nanus Er.— Pollenza. Junio. 
Pria pallidula Ev.—Palma. Primavera. 
Aglenus major Schaum.—Sobre las encinas en flor. Son Moragues (Vallde- 
mosa). Verano. 
Lemophleus ferrugineus Steph.—Idem, id. 
Pediacus aff. costipennis Fairm.—Idem, id. 
Diochares costipennis Fairm.—Palma. 
Silvanus Surinamensis Lin.—Idem. 
Monotoma brevicollis Aub.—Pollenza. Junio. 
Lathridius transversus Ol.—Idem, id. 
Conithassa minuta Lin.—Idem, id. 
Cartodere ruficollis, var. concinna Mannh.— Valldemosa. 
Melanophthalma gibbosa Herbst.—Palma. Junio. 
Typhwa angustata Rosh.—Sobre las plantas. Primavera. Palma. 
Thorictus piliger Schaum.— Unico. . 
— mauritanicus Lue.—Debajo de la corteza de un tronco seco. Ma- 
rratxi, Junio, 


(3) Moragues.— INSECTOS DE MALLORCA. 7 


Elmis sp.?—Palma. 
Aphanisticus angustatus Lue.— Prat den Bosch (Pollenza), 
Throscus elateroides Heer.—Sobre los cardos. Palma. Primavera. 
anthaxia nigritula Ratz.—Son Real (Santa Margarita). Mayo. 
Cardiophorus procerulus Kiesw.?—Palma. Verano. 
Agriotes Corsicus Cand.—Idem, id. 
Malachius limbifer Kiesw.—Sobre las plantas. Valldemosa. Verano. 
—_— viridis Fabr.—Idem, id. 
_ var. elegans Fabr.—Idem, id. 
Attalus jocosus Er.—Manacor (Santa Margarita’. Primavera. 
— coloratus Ab.—Idem, id. 
Charopus concolor Fabr.—Idem, id. 
Homeeodipnis Javeti Duv.— Valldemosa, Verano. 
Dasytes tibialis Muls.—Idem, id. 
— griseus Kust.—Manacor. Mayo. 
Corynetes geniculatus Klug.— Palma. 
Ernobius mollis Lin.—Idem. 
Apate capucinus, var. nigriventris Luc.—Valldemosa (Son Moragues); Pal- 
ma (Son Suner). Debajo de la corteza de troncos secos. Mayo. 
Rhyzopertha pusilla Fabr.— Manacor. Verano, 
Lyctus impressus, var. capitalis Schauf.— Palma. 
Dendarus insidiosus? Muls.— Son Sufier. Mayo. 
Lichenum pictum Fabr.— Arenal de Son Sufier (Palma). Junto 4 las raices 
de las plantas. Abril. 
Trachyscelis aphodioides Latr.— Toda la isla y casi todo el afio. Se les en- 
cuentra debajo de la arena, 
Corticeus Pini Panz.— En los troneos de pino secos y semipodridos. Son 
Real (Santa Margarita). Abril. 
Jutomus consentaneus Kust.— Debajo de las piedras. Castillo de Bellver. 
Febrero. 
Diastixus crassicollis Kust.—Idem, id. (Raro.) 
Anthicus tristis Schm.—Se les ve correr sobre la arena y en sitios hime- 
dos. Manacor. Primavera. 
—  fenestratws Schm.—Son Moro (Manacor). 
insignis Lue.—Son Mas de la Marina (Manacor); Son Berga 
(Palma). Mayo. 
— mylabrinus Gené.—Idem, id. 
Tomoxia biguttata Gyll.—Sobre el Chrysanthemum coronarium L. Palma 
(Manacor). Primavera, 
Mordella bipunctata Germ.—Idem, id. 
Anaspis maculata Foure.— Santa Ponsa (Calvyid). Junio. 
Larisia Mulsanti Bris.—Idem, id. 
Rhipiphorus subdipterus Bosch.—Son Suner. Mayo. 


76 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) 


Zonitis preusta, var. nigripennis Fabr.—Sobre los cardos. Son Moro (Ma- 
nacor). Raro. Mayo. 
(Edemera basalis Kust.— Sobre el Chrysanthemum coronarium L. Porrasa 
(Calvia). Julio. Escaso, 
Otiorrhynchus meridionalis Gyll.—Santa Maria. Unico. Junio. 
- parvicollis Gyll— También escaso. Alrededores de Palma; 
debajo de las piedras en el torrente de Son Puigdorfila. Abril. 
Peritelus necessarius Gyll.— Palma (Torre den Pau). Junto 4 las raices de 
las plantas que crecen en la arena. Primavera. , 
Chiloneus muricatus Fabr.— Palma. Mayo. 
Geonomus caudulatus Fairm.—Sobre los lentiscos. Otono. Son Moro (Ma- 
nacor). 
Brachycerus algirus Bedel.— Muros de Palma. Marzo. 
Rhytirrhinus clitellarius Bohem.— Palma. 
Phytonomus variabilis, var. sicula Cap.—Son Suner (Palma). Mayo. 
— vicie Gyll.—Marratxi. Mayo. 
Procas armillatus.— Palma. Junio. 
Bagoides suavis, var. chrysochloris Luc.— Pollenza. Junio. Sobre los Ta- 
maria. (Prat den Bosch.) 
Pachycerus mixtus Fabr.—Son Moro (Manacor). Unico. Junio. Trepando 
por una tapia. 
Temnorrhinus mendicus Gyll.— Palma. Marzo. 
Lixus Spartii Oliv.—Valldemosa (Son Moragues). Verano. 
Anisorrhynchus Sturmii, var. barbarus Bohem.—Idem, id. 
Pachytychius hematocephalus Gyll.— Palma. Verano. 
-— sparsutus Oliv.—Idem, id. 
Acalles Diocletianus Germ.— Debajo de las plantas. Cap des Toy (Mana- 
cor). Raro. Mayo. 
Balaninus pyrrhoceras Marsh.—Sobre las encinas. Valldemosa. Verano. 
Tychius argentatus Chevr.—Sobre las plantas. Manacor (Son Moro). Palma, 
Primavera. 
— cinnamoneus Kiesw.—Idem, id. 
—  junceus Reich.—Idem, id. 
— capucinus Boh.—Idem, id. 
Sibinia primita, var. arenarie Steph.—Porrasa (Calvia), Sobre varias plan- 
tas del Prat. Julio. 
Gymnetron pascuorum, var. bicolor Gyll.—Marratxi. Junio. 
Rhinusa noctis Herbst.—Sobre las plantas. Cercanias de Palma. Manacor 
(Son Moro). Primavera. 
Nanophyes flavidus Aubé.—Idem, id. 
— pallidulus, var. liliputanus Bris. —Idem, id. 
Orchestes Ilicis Fabr.—Idem, id. 
Ceuthorrhynchus Chrysanthemi Gyll.—Pollenza. Junio. 


(5) Moragues.—INSECTOS DE MALLORCA, 7 


Ceuthorrhynchus troglodytes Fabr.—Porrasa (Calvia). Julio. 
Rhyncolus reflecus Boh.—Idem, id. 
— gracilis Rosenh.—Idem, id. 
_ truncorum Germ.—Pollenza. Junio. 
Apion seriatosetosulum Wenk. Palma. Mayo. 
— tenue Kirb.—Son Moro (Manacor). Mayo. 
Auletes pubescens Kiesw.— Idem, id. 
Bruchus bimaculatus Oliv.— Sobre el Cistus Monspeliensis L. Son Moro 
(Manacor); Palma, Primavera. 
Phleotribus Olee Fabr.—Salen de los troncos secos de olivo. Toda la isla. 
Primavera y verano. 
Scolytus intricatus Ratz.—Palma, Verano. 
Crypturgus cinereus, var. Numidicus Fer.— Al anochecer se les ve volar 
por los caminos. Palma. Mayo. 
Tomicus proximus Eichh.—Idem, id. 
—  omissus EKichh.—Idem, id. 
— rectangulus Eichh.— En los troncos secos de pino. Son Real (Santa 
Margarita); Palma. Manacor. Primavera y verano. 
Cryptocephalus curvilinea Oliv.— Abunda el mes de Julio sobre varias 
; plantas; en los prados y sitios muy huimedos. Porto-Pi 
(Palma); Porrasa (Calvia). 

— luridicollis Suffr.—Sobre los lentiscos. Porrasa. Verano. 
Chrysomela lepida Oliv.— Unico ejemplar recogido sobre la planta deno- 
minada yulgarmente Lletso (Sonchus). Son Moro (Manacor). Mayo. 
Crepidodera impressa Fabr.—Sobre las plantas. Cap des Toy (Manacor). 

Primavera. 
_ Modeeri Lin.—Idem, id. 
Podagrica venustula Kust.—Idem, id. 
— Perrisii Allard.—Palma, id. 
-- Euphorbie Schr.—Idem, id. 
Thyamis Echii Koch.—Idem, id. 
—  suturalis Marsh.—Idem, id. 
—  tabidus Fabr.—Idem, id. 
— pellucidus Foudr.—Idem, id. 
Plectroscelis tibialis 111.—Idem, id. 
— depressa Boield.—Pollenza. Junio. 
— chlorophana Dft.—Idem, id. 
Cassida hemispherica Herbst.— Son Suan (Manacor). Mayo. 
Tritoma bipustulata Fabr.— Manacor. Primavera, 
Symbiotes pygmeus Hampe.—Idem, id. 
Calvia 14-guttata Lin.— Soller. Junio. 
Propylea conglobata, var. opalina Chr.—Sobre los Tamarix. Palma (Son 
Sufier). Mayo. 


78 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 


Nephus pulchellus Herbst.—Soller. Mayo. 
Scymnus rufipes Fabr.—Idem, id. 

—  abietis Payk.—Manacor. Mayo. 
Pullus subvillosus Goeze.—Idem, id. 

— arcuatus Rossi.—Idem, id. 
Gryphinus lateralis Gy\l.—Idem, id. 


ORTOPTEROS. 


(6) 


Labidura riparia Pall. 
Labia minor L. 
Forficula auricularia L. 

— pubescens Géné. 
Ectobia livida F. 

— — vy. brevipennis Brunn. 
Aphlebia Sardea Serv. 
Phyllodromia Germanica L. 
Loboptera decipiens Germ. 
Periplaneta orientalis L. 

—- Americana L. 
Mantis religiosa L. 
Ameles Spallanzania Rossi. 
Bacillus Rossii Fabr. 
Tryxalis nasuta L. 
Stenobothrus bicolor Charp. 

— pulvinatus Fisch. W. 
Stauronotus Genei Ocsk. 
Hpacromia strepens Latr. 

oa thalassina Fabr. 
Sphingonotus corulans L. 
Acrotylus patruelis Sturm. ° 


(Edipoda gratiosa Serv. 
Pachytylus danicus L. 

(Edaleus nigrofasciatus de Geer. 
Pyrgomorpha grylloides Latr. 
Acridium egyptium L. 
Caloptenus italicus L. 
Euprepocnemis plorans Charp. 
Paratettix meridionalis Ramb. 
Phaneroptera quadripunctata Brun. 
Locusta viridissima L. 
Platycleis grisea Fabr. 

~~ laticauda Brunn. 

— tessellata Charp. 
Decticus albifrons Fabr. 
Ephippigera Balearica Bol. 
(Heanthus pellucens Scop. 
Trigonidium cicindeloides Serv. 
Liogryllus bimaculatus de Geer. 
Gryllus desertus Pall. 

— domesticus L. 
Gryllotalpa vulgaris Latr. 


HEMIPTEROS. 


Odontoscelis fuliginosa Lin.—Palma (Muros). 
— dorsalis ¥. Dall.—Idem. 


Solenosthedium lynceum Fabr.—Sobre los cardos y lentiscos. Palma (Ma- 


nacor). Verano. 


Odontotarsus caudatus Klug.—Palma; Porrasa (Calvyia). Julio. 


Eurygaster Maura Lin.— Sobre los rastrojos y en varias plantas. Palma. 


Marratxi. Verano. 


(7) Moragues.—INSECTOS DE MALLORCA. 79 


Eurygaster hottentota H-S.—Palma; Marratxi. Verano. 
Ancyrosoma albolineatum Fabr.—Sobre el hinojo. Toda la isla. Primavera. 
Graphosoma lineatum Lin.—Idem, id. 
Cydnus flavicornis Fabr.—Debajo de las plantas en lugares arenosos. Pal- 
ma (Son Sunfer; Coll den Rebasa). Primavera. 
Macroscytus brunneus Fabr.—Idem, id. 
Geotomus elongatus H-S.— Idem, id. 
Brachypelta aterrima Feerst.—Idem, id. 
Sehirus morio Lin.—Debajo de las piedras y sobre las plantas. Primavera 
y verano. 
— dubius Scop.—Idem, id. 
— var. melanopterus H-S.—Idem, id. 
Sciocoris maculatus Fieb.—Terrenos aridos; debajo de las piedras. Palma 
(Porto-Pi). Primavera y también en invierno. 
—  Helferi Fieb.—Idem, id. 
Dyroderes marginatus Fabr.— Rastrojos y sobre varias plantas. Porrasa 
(Calvia). Julio. 
Ailia acuminata Lin.—Idem. Marratxi. 
Neottiglossa bifida Costa.—Sobre los juncos. Pollenza (Cala de S. Vicente). 
Junio. 
Stagonomus pusillus H-S.—Idem, id. 
Eusarcoris inconspicuus H-S.—Idem. Manacor (Cap des Toy). Mayo. 
Peribalus distinctus Fieb.—Sobre los rastrojos. Porrasa (Calvid). Julio. 
Carpocoris fuscispinus Boh.—Sobre los cardos y otras plantas. Toda Ja 
isla. Primavera y verano. 
Codophila varia Fabr.—Idem, id. 
Dolycoris baccarum Lin.—Idem, id. 
Brachynema cincta Fabr.— Sobre la Salsola. 
Nezara Heegeri Fieb.—Porrasa (Calvia). Julio. 
-— viridula L.—Sobre varias plantas. Marratxi. Julio. 
— var. torquata F.—Idem, id. Valldemosa. 
— Millieri Mis.— Abundantisima sobre los lentiscos. Son Moro (Ma- 
nacor). Otofio. 
Piezodorus incarnatus Germ.—Marratxi. Julio. 
a var. alliaceus Germ.—Idem, id. 
Rhaphigaster grisea Fabr.— Sobre los morales. Palma. Primavera y ve- 
rano. 
Holcogaster fibulata Germ.—Sobre los pinos. Palma (Son Sufier). Junio. 
Eurydema festivum, var. picta.—Sobre varias plantas. Palma; Santa Mar- 


= 


garita; Pollenza. esi 


Jen 
f ‘ 


— decoratum H-S.— Idem, id. 
— oleraceum J,.—Idem. Palma. : 
Zicrona cerulea Lin.—Idem, id. jX2 


aN 


er 


80 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) 


Centrocoris spiniger F. Hory.—Sobre las acelgas. Toda la isla. Primavera 
y verano. 
Verlusia rhombea Lin.—Son Moro (Manacor). Mayo. 
Haploprocta sulcicornis F.—Sobre varias plantas. Abunda en muchas par- 
tes. Primavera y verano. 
Gonocerus insidiator Fabr.—Se le encuentra en gran numero sobre los len- 
tiscos. Otono. 
Pseudophleus Waltlii H-S.—Son Puigdorfila (Palma). Mayo. 
Ceraleptus squalidus Costa.—Manacor. Mayo. 
Loxocnemis dentator Fabr.— Palma. Mayo. 
Coreus denticulatus Scop.—Sobre las plantas. Gran parte de la isla. Pri- 
mavera y verano. 
Strobilotoma typhecornis Fabr.— Marratxi. Mayo. 
Camptopus lateralis Ger.—Abundante por toda la isla. Primavera. 
Stenocephalus agilis Scop.— Sobre varias plantas y también muy abun- 
dante. Primavera y verano. 
ae neglectus H-S.—Idem, id. 
Therapha Hyoscyami Lin.—Idem, id. 
— var. nigridorsum Put.—Idem, id. 
— var. flavicans Put.—Marratxi. Mayo. 
Stictopleurus crassicornis Lin.—Porrasa. Julio. 
— var. abutilon Rossi.— Idem, id. 
Liorhyssus hyalinus Fabr.—Idem, id. 
— yar. sanguineus Costa.—Idem, id. 
Corizus maculatus Fieb.—Manacor. Mayo. 
—  capitatus Fab.— Palma. Junio. 
— rufus, var. lepidus.—Porrasa. Julio. 
Maccevethus errans Fabr.—Cercanias de Palma. Primavera. 
Agraphopus Lethierryi Stal.— Marratxi. Junio. 
Chorosoma Schillingi Schml.—Idem, id. 
Berytus montivagus, var. meridionale.—Idem, id. 
Lygeus saxatilis Scop.—Sobre varias plantas y debajo de las piedras. 
Palma. Verano. 
— militaris F.—Se le ve por todas partes. 
Melanocoryphus gibbicollis Costa.—Palma. 
Lygeosoma reticulatum H-S.— Debajo de las piedras. Porto-Pi (Palma). 
Primayera y también en invierno. 
Orsillus Reyi Put.—Sobre el romero. Son Moro (Manacor). Mayo. 
Nysius graminicola Horv.—Sobre los rastrojos. Palma. Julio. 
—  stalianus Horv.—Idem, id. 
— LErice Schill.—Porrasa (Calvi). 
—  cymoides Spin. —Marratxi. Julio. 
—  senecionis Schill.—Idem, id. 


(9) Moragues.—INSECTOS DE MALLORCA. 8] 


Cymus melanocephalus Fieb.—Porrasa. 
Henestaris laticeps Curt.—Sobre las plantas en los prados y Ingares muy 
humedos. Primavera y verano. 

—_ geocoriceps Antess.—Porrasa. Julio. 

Geocoris siculus Fieb. — Marratxi. Junio, 

Heterogaster Urticee Fabr.—Abunda sobre las plantas que llevan este 
nombre. Primavera. 

Platyplax Salvie Schill.—Palma; Manacor. Mayo. 
— — inermis Rbr.—Idem, id. 

Oxycarenus Lavatere F.—Sobre las malvas. Palma. Mayo. 

Macroplax fasciata H-S.-- Recogidos debajo de la corteza de los drboles. 
Abril. 

Rhyparochromus preetextatus H-S.—Debajo de las piedras. Son Vent (Pal- 
ma). Marzo. 

Plinthisus Putoni Horv.—Encontrado debajo de la corteza de un tronco 
de pino seco. Son Real (Santa Margarita). Mayo. 

Peritrechus geniculatus Hah.—Sobre las plantas. Palma. Junio. 


_ gracilicornis Put.—Idem. Marratxi. 
_ meridionalis Put —Volando sobre el rastrojo. Son Perot (Ma- 
ria). Julio. 
Microtoma atra Goeze.—Sobre la Santonina. Palma; Pollenza; Manacor. 
Primavera. 


Calyptonotus Rolandri Lin.—Sobre las plantas, y trepando por las tapias. 
Cercanifas de Palma (Santa Catalina). Mayo. 
Xanthochilus saturnius Rossi.—Debajo de las piedras en terrenos dridos. 
Porto-Pi. Son Vent (Palma). Marzo. 
Aphanus inarimensis Costa.—Recogidos con la manga en los campos de 
avena. Manacor. Mayo. 
Emblethis Verbasci Fabr.—En los arenales, debajo de las plantas. Son 
Sufier (Palma). Albufera de Alcudia. Primavera. 
Gonianotus marginepunctatus Wlf.—Idem. Palma. 
Eremocoris fenestratus H-S.—Idem, id. 
Scolopostethus decoratus Hah.—Iden, id. 
— cognatus Fieb.—Idem, id. 
Pyrrhocoris egyptius Lin.—Debajo de las piedras y plantas. Muy abun- 
dante por toda la isla. 
_ apterus Lin.—Idem, id. 
Dictyonota crassicornis Fall.—Palma. Junio. 
Eurycera clavicornis Foure.—Idem, id. 
— . Teucrii Host.—Idem, id. 
Platychila Cardui Lin.—Sobre los cardos, Toda la isla, Primavera. 
Tropidochila geniculata Fieb.—Palma. Primavera. 
- Kiesenwetteri M. R.—Idem, id. 


ANALIS DE HIST, NAT.—XXIII. 6 


82 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 10) 


Monanthia Wolffii Fieb.—Palma, Primavera. 
ood nassata Put.—Idem, id. 

Monosteira unicostata M. R.—Idem, id. 

Hydrometra stagnorum Lin.—Corriendo sobre la superficie de las aguas 
estancadas. Toda la isla, Casi todo el ano. 

Velia rivulorum F.—Idem, id. 

Hygrotrechus najas de G.—Idem, id. 

Cerascopus domesticus Scop.—En las habitaciones, trepando muy pausada- 
mente por las paredes y estando siempre su cuerpo en continuo mo- 
vimiento. Palma. 

Oncocephalus notatus Kl.—Debajo de las piedras en sitios himedos, Cap 
des Toy; Manacor. Primavera. 

Reduvius personatus Lin.—Idem, id. 

Harpactor iracundus Poda.—Sobre la Capularia viscosa, L. Marratxi; Po- 

rrasa, Primavera. 
— erythropus Lin.—Idem, id. 

Coranus cegyptius F.—Debajo de las piedras. Porto-Pi; Palma, Marzo. 

Prostemma guttula Fabr.—Sobre las plantas. Marratxi. Junio. 

Aptus lativentris Boh.—Manacor (Son Moro). 

Nabis ferus Lin.—Sobre los rastrojos y sobre las plantas. Marratxi. Junio. 

Reduviolus viridulus Spin.—Sobre los Tamarix. Son Suner (Palma); Prat 
den Bosch (Pollenza), Junio. 

Salda pallipes F.—Lugares himedos, junto al agua. Cap des Toy (Mana- 
cor). Primavera. 

Leptopus echinops Duf.—Debajo de las piedras. Porto-Pi (Palma). Marzo. 

Cimex lectularius L.— Poco frecuente en esta isla. 

Lyctocoris campestris F.—Sobre las plantas. Palma. 

Anthocoris nemoralis F.—Idem, id. 

_ — var. superbus Westh. 

— sylvestris Lin,—Idem, id. 
Triphleps nigra Woltt.—Idem, id. 

— minuta Lin.—Idem, id. 

Scoloposcelis angusta Rt.—Debajo de la corteza de un pino seco. Son Real 
(Santa Margarita). Mayo. 

Brachytropis calcaratus Fall.—Sobre las plantas. Marratxi, Tex (Soller), 
Primavera. 

Miris levigatus, var. virescens Fall.—Idem, id. 

Lopus lineolatus Brul.—Toda la isla, Vive sobre la flor de los gamones. 

Abril y Mayo. 
— rubrostriatus H-S. 
— albomarginatus Hah. 

Phytocoris femoralis Fieb.— Sobre el romero. Manacor (Son Moro). Mayo 

— varipes Boh,— Arta (Torre de Cafia-mel). 


(1) Moragues.—INSECTOS DE MALLORCA. 


83 


Calocoris secpunctatus Fabr.—Especie abundantisima sobre muchas flores. 


Se encuentran una porcién de variedades. Toda la isla. Pri- 


mavera. 

— var. nankineus Duft.—Idem, id. 

—  sulphureus Rt.—Idem, id. 

— trivialis Costa.—Idem, id. 

— Chenopodii Fall.— Poco abundante. 
— instabilis Fieb.—Idem, id. 


— norvegicus Gm.—Idem, id. 


Oncognathus binotatus F.—Palma, Primavera. 


Lygus pratensis Fabr.—Idem, id. 
Orthops Pastinace Fall.—Marratxi. Junio. 
—  cervinus H-S.—Idem, id. 

Cyphodema instabilis Luc.—Idem, id. 
Peciloscytus cognatus Fieb.— Palma. Mayo. 
Camptobrochis punctulata Fall.—Idem, id. 

_ lutescens Schill.—Idem, id. 
Capsus laniarius L.—Marratxi. Verano. 
Pilophorus pusillus Rt.—Idem, id. 

— confusus Kb. 

Mimocoris coarctatus Mls.—Idem,.id. 
Halticus luteicollis Pz. 
Pachytoma saltator Hah.—Idem, id. 


- 
* 


~~ 


Ate a 
ow 


_ debilis Reut.—Abunda en Palma (Son Sufier). Primavera. 


— minor Costa.—Idem, id. 


Macrolophus costalis Fieb.—Marratxi. Primayera, 


— nubilus H-S.—Idem, id. 
Dicyphus hyalinipennis K1.—Manacor. Mayo. 


Heterotoma merioptera Scop.—Idem, id. Sobre los lentiscos. 


Heterocordylus tibialis Hah. 
Conostethus roseus Fall.—Idem, id. 


— venustus Fieb.-—Sobre el romero. Primavera, 
Pachyxyphus lineellus Mls.—Marratxi. Primavera. 


Macrotylus atricapillus Scott.—Idem, id. 
Psallus ancorifer Fieb.—Idem, id. 


— lepidus Fieb.—Idem, id. Sobre los 4lamos, 
— Crotchi Scott.—Palma (Son Sufier). Junio, 


Atractotomus tigripes M. R.—Idem, id. 


Tuponia Tamaricis Perris.—Sobre los Tamarix, Primavera. 


Naucoris maculatus Fabr. — Palma (Son Pax). En los estanques. Prima- 


vera. 


Nepa cinerea Lin.—Entre el lodo de Jas acequias y torrentes. Palma; Ma- 


rratxi; Pollenza, 


84 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) 


Notonecta glauca Lin.—Comtn en toda la isla y en los estanques y 
charcos. : 

Plea minutissima Leach.— Acequias del Prat de Son Sufier. Abril. 

Macrocorixa hieroglyphica Spin.—Manacor. Mayo. 

_— atomaria Illig. - Idem, id. 

Corixa lugubris Fieb.—Palma (Son Sumer). 

— scripta Ramb.—Idem, id. 

Tettigia Orni Lin.—Especie muy abundante en toda la isla, principal- 
mente en los pinares y bosques en donde mueye una algarabia du- 
rante las horas de sol. Primavera y verano. 

Cixius pilosus Ol.—Soller (Tex). Mayo. 

— nervosus Lin.—Idem, id. 
— cunicularius Lin.—(Raxa). Idem. 

Hyalestes obsoletus Sign.—Marratxi. Primavera. 
—  luteipes Fieb.—Idem, id. 

Oliarus melanochetus Fieb.—Soller. Mayo. 

— pallens Germ.—Palma. Primavera. 
— leporinus L.—Idem, id. 

Hysteropterum grylloides Fabr.—Especie muy abundante sobre los rastro- 
jos. Julio. 

Asiraca clavicornis Fabr.—Soller; Pollenza. Mayo. 

Delphax pellucida Fabr.—Arenal de Son Sufier. Primavera. 

— collina Boh.—Sobre los lentiscos. Manacor (Son Moro). Prima- 
vera. 

Tettigometra virescens Pz.—Palma; Pollenza. 

— impressifrons M. R.—Idem. 

Ptyelus lineatus Lin.—Sobre las plantas y principalmente en los rastrojos. 
Sus larvas se desarrollan dentro de una espuma parecida 4 la 
saliva, la cual se encuentra 4 cada paso en las cafias de los cam- 
pos de trigo, avena y demas. Primavera y verano. 

— campestris Fall.—Idem, id. 

— spumarius Lin.—Idem, id. 

— var. lateralis Lin.—Idem, id. 

— var. marginellus Fabr.—Idem, id. 

— var. fasciatus F.—Idem, id. 

— yar. vittatus F.—Idem, id. 

— var. pallidus Schr.—Idem, id. 
Megophthalmus scanicus Fall.—Manacor. Mayo. 
Idiocerus scurra Germ.—Sobre los dlamos. Marratxi. Junio. 

_— teniops Fieb.—Sobre los lentiscos. Manacor. 

-- socialis Fieb.— Sobre los Alamos. Marratxi. 

— fulgidus Fabr.—Arenal de (Son Sufier). 

Pediopsis Freyi Fieb.—Manacor (Son Moro). Mayo, 


(13) Moragues.—INSECTOS DE MALLORCA, 85 


Pediopsis nana H-S.—Manacor (Son Moro). Mayo. 
Agallia sinuata Mls.—Idem, id. 
—  venosa Fall.—Idem, id. 
Eupelix cuspidata Fabr.—Idem, id. 
—  producta Ger.—Marratxi. Junio. 
Acocephalus striatus Fabr.—ldem, id. 
— carinatus Stil.—Idem, id. 
_ albifrons L.—Idem, id. 
— histrionicus Fabr.—Idem, id. 
Solenocephalus obsoletus Germ.—Porto-Pi. Mayo. 
_ var. conspersus H-S.—Manacor. 
Paramesus nervosus Fall.—Sobre los juncos. Manacor (Cap des Toy). Mayo. 
Abundante. 
Grypotes pinetellus Boh.—Sobre los lentiscos. Mayo. 
Phlepsius intricatus H-S.—Manacor. Mayo. 
Thamnotettix fenestratus H-S.—Idem, id. 
_ Martini Leth.—Idem, id. 
—_ viridinervis Kb.—Palma. Idem. 
Athysanus stactogala Am.—Idem, id. 
—_ obscurellus Kb.—Idem, id. 
— variegatus Kb.—Idem, id. 
Goniagnathus guttulinervis Kb.—Idem, id. 
Deltocephalus striatus Lin.—1dem, id. 
a assimilis Fall.—Idem, id. 
Chlorita flavescens Fabr.—Idem, id. 
Homotoma ficus Lin.— Sobre varios arboles frutales. Mayo y Junio. 


DIPTEROS. 
Sciara hyalipennis Mg. Nemotelus pantherinus L. 
Dilophus vulgaris Mg. — uliginosus L. 
—  humeralis Ztt. —  plagiatus Schin. 
Bibio Marci li. Stratiomys riparia Mg. 

— hortulanus L. Tabanus bromius L. 

— laniger Mg. —  autumnalis L. 
Chironomus tentans F. Anthrax hottentota L. 
Culex pipiens L. — afraF. 
Pachyrrhina histrio F. —  fenestrata Fil. 


Tipula oleracea L. — morio L. 


86 ANALES DE HISTORIA NATURAL, 


Argyromeba binotata Mg. 
Bombylius venosus Mik. 
Ogcodes zonatus Erichs. 
Thereva arcuata Lw. 
Dioctria longicornis Mg. 
—  hyalipennis F. 
Laphria maroccana F. 
Andrenosoma atra L. 
Asilus trigonus Mg. 
Empis fiumana Egg. 
— cognata Egg. 
— pusio Egg. 
Platypalpus flavipes F. 
— bicolor F, 
oo articulatus Mg. 
-- candicans Fall. 
— annulatus Fall. 
Psilopus contristans W. 
Dolichopus equestris Hal. 
Gymnopternus regalis Mg. 
_ cupreus Fall. 


— angustifrons Staeg. 


Orthochile unicolor Loew. 
Liancalus virens Scop. 

_ lacustris Scop. 
Trineura aterrima F, 
Limosina sylvatica Mg. 

—  limosa Fall. 
Scatophaga analis Mg. 

— lutaria F. 

—- stercoraria 1. 

—_— merdaria F. 
Fucellia arenaria R. Desvy. 
(Ecothea fenestralis Fall. 
Helomyza variegata Lw. 

_- affinis Mg. 
Sciomyza cinerella Fall. 
Tetanocera elata F. 
Limnia stictica F. 

Elgiva albiseta Scop. 
Geomyza combinata L. 

— _ tripunctata Fall. 

Scyphella lutea Fall. 


Ephygrobia compta Mg. 
_ plumosa Fall. 
Hydrellia griseola Fall. 
Camarota flavitarsis Mg. 
Chlorops didyma Ztt. 

— leta Mg. 

— notata Mg. 
Siphonella palposa Ztt. 
Oscinis pusilla Mg. 
Mosillus eneus Fall. 

— arcuatus Ltr. 
Piophila nigricornis Mg. 
Sepsis punctum F. 

— violacea Mg. 

— cynipsea L. 

— jlavimana Mg. 
Dacus olee F. 
Trypeta acuticornis Lw. 

—  serratule L. 
Urophora macrura Lw. 

—_ stylata F. 

— quadrifasciata Mg. 
Tephritis cometa Lw. 

— stellata Fuess. 

_ arnice L. 

— conura Lw. 

— ruralis Lw. 

— producta. 

_ leontodontis Deg. 

bardane Schrk. 

—  precox Lw. 

a tessellata Lw. 

— fallax Lw. 

oe cincta Lw. 
Sapromiza plumicornis Fall. 

—  plumicheta. 
Lonchea lasiophthalma Mg. 

— vaginalis Fall. 

— tarsata Fall. 

— __ laticornis Mg. 
Chloria demandata F. 
Phytomiza affinis Mg. 
Cordylura maculipennis Gimm. 


(14) 


(15) Moragues.—INSECTOS DE MALLORCA, R7 


Ceenosia remotella Zett. 
Caricea tigrina F. 
Lispa tentaculata Deg. 
Homalomyia canicularis L. 
Anthomyia pluvialis L, 
Chortophila cilicrura Rond. 
—_ longula, 
Ophyra leucostoma W. 
Hydrotea armipes Fall. 
Spilogaster quadrum F. 
_ duplicata Mg. 
— clara Mg. 
Aricia meridionalis Rond. 

— umbratica Mg. 
Pyrellia cadaverina L. 
Dasyphora pratorum Mg. 
Lucilia sericata Mg. 

— cornicina Fall. 
Musca corvina F. 
Pollenia rudis F. 

Nitellia varia Mg. 
— intermedia Mcq. 


Calliphora erythrocephala Mg. 


Stomoxys calcitrans L. 
Graphomyia maculata Scop. 
Idia fasciata Mg. 
Onesia sepulcralis Mg. 

— floralis. 


Miophora hemorrhoidalis Mg. 


—  depressifrons Zett. 
— cruentata Mg. 


— hemorrhoidalis Mg. 


— agricola R. Desv. 
— setipennis Rond. 
matertata R. Desv. 
Agria affinis Mg. 
— nurus Rond. 
Nyctia halterata Pz. 
Leucostoma analis Mg. 
Sphixapata strenua Perris. 
Miliogramma ruficornis Mg. 
Metopia fastuosa Mg. 
_—  leucocephala Rossi. 


Gonia atra Mg. 
Micropalpus fulgens Mg. 
Echynomyia tessellata F. 

~- magnicornis Att. 
Clairvillia ocypterina Schin. 
Ocyptera rufipes Mg. 

—  brassicaria F. 
Gymnosoma rotundata L. 
Gastrophilus equi F. 
Pipunculus auctus Fall. 

— pratorum Fall. 

— sylvaticus Mg. 

ruralis Mg. 

_ furcatus Schin. 
Melithreptus, var. dispar Lw. 
Catabomba pyrastri L. 
Lasiophticus macularis Ztt. 
Syrphus corolle F. 

—  ochrostoma Ztt. 

—  nitidicollis Mg. 

—  ribesii L. 

—  balteatus Deg. 
Volucella zonaria Poda. 
Eristalis ceneus Scop. 

—  tenax L. 

—  arbustorum L. 

—° teniops W. 
Myathropa florea L. 
Helophilus trivittatus F. 
Syritta pipiens L. 
Eumerus lunulatus Mg. 
Pipiza continua. 

Paragus tibialis Fall. 

— bicolor F. 
Chrysotoxum intermedium Mg. 
Ceria conopsoides L. 
Myopa stigma Mg. 
Occemyia distincta Mg. 

= atra F. 

~ pusilla Mg. 
Conops vespiformis. 
Ornithomyia avicularia L. 


| Hippobosca equina L. 


rave i ‘ ny a ] 
Ipoh nasty 


Nt Corer 


POUR SERVIR 


A LHISTOIRE DES MALACHIDES, 


PAR 


M. ELZEAR ABEILLE DE PERRIN. 


(Sesion del 9 de Mayo de 1894.) 


RPRAALALALRSA ODA AAD 


REMARQUES SUR TROIS ESPECES DE TROGLOPS. 


Trois especes de Troglops, verticalis, furcatus et capita- 
tus, ont été mal appréciées dans ma monographie, au point de 
vue sexuel. Ces fausses appréciations sont attribuables a deux 
causes presque inévitables: les communications insuffisantes 
et absence de données sur le rapprochement des sexes. Grace 
a M. de Uhagon, a ses utiles communications et a ses obser- 
vations judicieuses, je puis rétablir la vérité et m’empresse de 
le faire de la maniére suivante : 

Commencons par déclarer que je n’ai rien a retoucher aux 
descriptions des trois o’, si ce n’est pour le vertex du /urcatus 
qui est, le plus souvent, largement noir. I] est aisé de distin- 
guer ces trois op’ entre eux: le verticalis a les cotés du corselet 
tellement anguleux vers leur moitié que cet angle, sous un 
certain jour, est absolument spiniforme; le /wrcatus, plus 
grand que le capitatus, ales dents de son épistome extréme- 
ment saillantes, le museau tres prolongé, enfin la dent du 
milieu du front développée en une forte lame transverse, au 
lieu d’avoir la forme d’un tubercule. 


90 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 


Il est par contre tres difficile de séparer les femelles. J'ai 
commis une premiere erreur en déclarant que celle du capita- 
tus n’avait pas les élytres en ampoule; j'avais confondu la 
vraie Q de cette espéce avec celle du verticalis quelle copie 
absolument et dont elle ne differe que par le corselet plus 
court, plus dilaté dans le haut, plus étranglé dans le bas, par 
conséquent a cétés beaucoup plus sinués. Cette unique diffé- 
rence est plus aisée a voir qu’a exprimer. Quant a la couleur 
du vertex, elle est, pour les deux, ou noire, ou rouge, indis- 
tinctement.—Ce que j’ai décrit dans mon travail comme Q du 
capitatus, avec les élytres non gonflées, appartient a une nou- 
velle espece marocaine, dont le (7 est inconnu. 

J’ai commis une seconde erreur en rapportant, trés dubita- 
tivement, il est vrai, au fwrcatus une Q despece voisine. La 
véritable 9 du furcatus m’a été communiqué par M. de Uha- 
g@én: elle ressemble beaucoup a celle de capitatus pour la for- 
me du corselet; la forme de ce segment est encore plus exagé- 
rée; il est plus court, plus élargi en avant, plus étranglé en 
arriere; en outre le furcatus 9 differe du méme sexe chez les 
deux autres espéces par sa téte et son corselet d’un superbe 
rouge de cinabre et ses antennes dont tous les articles, y com- 
pris le premier, sont nettement tachés de noir par dessus, 
comme chez le o. 


NOTE SUR LE «CYRTOSUS OVALIS» CAST. 


J’ai décrit en supplément ama monographie, page 400, une 
forme litigieuse de Cyrtosus que j’ai appelée variicollis et que 
jai rattachée avec le plus grand doute au dispar. Le ¢ de ces 
formes aberrantes m’est enfin connu: c’est Cyrtosus ovalis Cast. 
Il résulte de ce fait que: 

1° Cette espéce est trés variable comme coloration d’anten- 
nes d’abord, et surtout du corselet. Ce segment part du rouge 
unicolore (var. avmifrons Kr.), passe par le rouge avec bande 
étroite médiane noire (ovalis type), puis par le métallique a 
bordure latérale étroite (var. variicollis Ab.), puis enfin par 


(3) Abeille de Perrin.—NOTES SUR LES MALACHIDES. 91 


le métallique avec une tache aux angles antérieurs rouge 
(var. maculicollis), pour aboutir enfin au métallique absolu- 
ment unicolore (var. cyaneicollis ). 

2° Que son aire géographique est tres large, puisqu’'elle 
s’étend de l'Espagne jusqu’a la Turquie, en traversant I'Italie 
et la Gréce. La var. avmifronus est extremement rare en Italie, 
et beaucoup moins dans les trois autres royaumes. Par contre, 
les quatre autres variétés paraissent propres exclusivement a 
l'Italie. 

Quoi qu'il en soit, je répete ce que j’ai dit: pour ne compa- 
rer lovalis qu’aux especes rentrant dans les sous-genres Oogy- 
nes et Homogynes, caractérisés par la brieveté relative du deu- 
xiéme article antennaire, ses sujets a corselet plus ou moins 
rouge different des Lethierryi et Marmottani par les élytres 
gonfiés et apteres; des Anceyi, @stivus et Uhagoni par les ély- 
tres concolores au sommet; du longicollis par les quatre tibias 
antérieurs & moitié jaunes; enfin les individus a4 corselet con- 
colore; des cerealis, nitidicollis et Reitteri par ses élytres con- 
colores au sommet, et de /vigidus par sa grande taille et ses 
élytres opaques; le dispar a toujours les tibias et tarses conco- 
lores. Je n’indique tous ces signes que pour les 9; les o” se 
singularisant par les caractéres antennaires que tout le monde 
connait. 

Voici donc le Catalogue des variations de l’ovalis: 


Cyrtosus ovalis Cast. Silb. Rev. tv, p. 28.—Ab. de Per., p. 334, 

Kurop. mérid. 

_ — var. armifrons Kr. Berl. Zeit. 1862, p. 269.— 
Ab. de Per., p. 334. Hisp., Grec., Ital., Turq. 

_ — var. ovalis in sp.—lItal. 

— — var. variicollis Ab. Mon., p. 400.—Ital. 

os — var. maculicollis Ab.—Ital. 

— — var. cyaneicollis Ab,—Ital. f 


92 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) 


DESCRIPTION D'UNE NOUVELLE ESPECE DE MALACHIDE. 


Cyrtosus Uhagoni Ab. 


Subapterus, eneus, elytris virescentibus, capite antice, 7-primis 
antennarum articulis infra, thoracis marginibus anguste latera- 
libus , elytrorumque apice, fllavo—ferrugineis; elytris leviter sub- 
inflatis.— o latet.— Long. 4 mill. 

o” inconnu. 

© Bronzé-verdatre sur le corselet et la téte, verdatre sur les 
élytres qui ont une double pubescence. Téte avec une impres- 
sion superficielle médiane, et, en avant deux sillons obliques 
obsolétes; bronzée jusqu’éa Vinsertion des antennes, ou cette 
couleur est coupée droit; palpes jaunes a dernier article noir; 
antennes courtes, dépassant & peine les épaules, a 1° article 
a peine renflé, 2°" court, 3° et 4° subégaux, les autres de plus 
en plus longs; elles sont noires, sauf le dessous des 4 ou 5 pre- 
miers articles et l’extrémité inférieure des 2 ou 3 suivants. 
Corselet assez court, a cotés droits, convergeant en arriére, a 
angles étroitement arrondis; bronzé-verdatre, sauf une étroite 
bordure latérale orangée, cette couleur un peu plus étendue 
aux quatre angles. Elytres légérement en ampoule, ternes, 
marquées au sommet d’une tache orangée; ailes avortées. 
Pieds métalliques, tarses trés sombres. Dessous verdatre, sauf 
les intersections des segments carnés, ainsi que les épiméres. 

Le o” de cette intéressante espéce est encore a découvrir. 
L’unique 9 que j’aie vue provient de Pena de Francia (Espagne), 
oll elle a été prise en compagnie du Cyrtosus Lethierryi; elle 
m’a été communiquée par M. de Uhagén, quia admirablement 
étudié les Malachides Espagnols et qui a bien voulu m’autori- 
ser & la décrire. Je suis heureux de lui dédier cet insecte. 

Trés voisine de Lethierryi 9, VUhagoni en differe nettement 
par ses antennes d’un quart plus courtes, par ses élytres ter- 
nes, légérement en ampoule et recouvrant des ailes avortées, 
enfin par ses antennes beaucoup moins rouges et ses tarses et 
tibias tres sombres. 


NOTAS PREVENTIVAS 


SOBRE 


LA ESTRUCTURA DEL ENCEFALO DE LOS TELEOSTEOS, 


POR 


mS. RAMON ~ CATAT,. 


(Sesion del 9 de Mayo de 1894.) 


I.—CEREBELO. 


El cerebelo de los peces ha sido estudiado estos ultimos afios 
por Fusari, mi hermano Pedro, Schaper y Falcone. La conclu- 
sion mas general que de estos trabajos se desprende es la 
perfecta uniformidad estructural de la corteza cerebelosa en 
todos los vertebrados, puesto que la mayor parte de los detalles 
de textura descubiertos por Golgi y por mi en el cerebelo de 
los mamiferos y aves han sido confirmados en los peces, batra- 
cios y reptiles. Quedan, sin embargo, algunos puntos dudosos. 
Uno de ellos es averiguar si en los peces existen también los 
pinceles descendentes (Endkorben de Koélliker) que nosotros des- 
cubrimos en las aves y mamiferos; y otro problema por resol- 
ver se refiere a los corpusculos de Golgi, cuyo cilindro-eje no 
ha sido suficientemente determinado. 

La presente nota, que mas adelante ampliaremos en un tra- 
bajo extenso, ilustrado con laminas, tiende 4 disipar estas 
dudas, y tiene por objeto ademas dar cuenta de algunos deta- 
lles sobre la marcha y origen de los pedunculos cerebelosos. 
Digamos, desde luego, que el material de estudio lo han cons- 
tituido el salmon y trucha de pocas semanas (Salmo jfontina- 
lis, Trutta tridea, Trutta lacustris), el barbo y Cyprinus carpio, 
de cortas dimensiones. 

Contiene el cerebelo de los peces, como el de los mamiferos, 


94 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 


tres zonas superpuestas: zona molecular, zona de los granos y 
zona de substancia blanca. 

Capa molecular. Esta constituida esencialmente por la 
arborizacion protoplasmica ascendente de las células de Pur- 
kinje y las innumerables fibrillas paralelas, hijas del cilindro- 
eje ascendente de los granos. Estas fibrillas, descubiertas por 
mi en los mamiferos y aves, confirmadas en los mamiferos por 
K6élliker, van Gehuchten, Retzius, etc., han sido vistas en los 
peces primeramente por mi hermano y después por Schaper y 
Falcone. En el salmon se presentan erizadas de granitos 6 pe- 
quenias espinas colaterales (P. Ramon); y en las partes latera- 
les del cerebelo, dichas fibras acaban libremente a favor de 
una varicosidad. 

Contiene, ademas, la capa molecular pequenos elementos 
nerviosos, fusiformes, correspondientes 4 las células estrella- 
das de los mamiferos y numerosos elementos de neuroglia. 

La neuroglia exhibe disposicién diferente en los segmentos 
anterior y posterior del cerebelo. En el anterior, valvula cere- 
belli, la neuroglia conserva un caracter netamente epitelial, 
pues consiste en células cuyo cuerpo limita la cavidad ventri- 
cular y cuya expansién Unica, después de cruzar indivisa 6 
poco ramificada la zona de los granos, se resuelve en los lin- 
des de la capa molecular en un penacho de fibras ascendentes, 
terminadas en la pia mater por otros tantos ensanchamientos 
conicos. Del trayecto intra-molecular de estas fibras, proceden 
infinidad de excrecencias granulosas que sirven verosimil- 
mente para separar y mantener las fibrillas paralelas. En la 
porcidn espesa del cerebelo (Segmento principal posterior), las 
células de neuroglia corresponden exactamente a las de los 
mamiferos. Estas células, que ya fueron indicadas por Fu- 
sari, residen al nivel de las células de Purkinje, y sus ex~ 
pansiones en numero de dos, cuatro 6 mas, suben a la capa. 
molecular, terminando bajo la pia de la manera indicada. Ha- 
llanse también esparcidas en medio de la capa de los granos, 
y a diferentes distancias del ventriculo, células epiteliales dis- 
locadas, cuya expansion periférica se divide y subdivide como 
las células neurdglicas supradichas en la zona molecular. 
Kstas células establecen el transito morfoldgico y genético 
entre los corpusculos del epéndimo y la neuroglia cerebelosa 
de la capa molecular, 


(3) Cajal.—rsTRUCTURA DEL ENCEFALO DE LOS TELEOSTEOS. 95 


Las células nerviosas de la capa molecular, son fusiformes 6 
triangulares; su cilindro-eje, de marcha mas 6 menos para- 
lela, parece acabar en el espesor de la zona molecular sin con- 
tribuir 4 constituir los pinceles descendentes. Las células que 
originan estos Ultimos residen mas abajo, encima 6 al nivel 
mismo de las células de Purkinje; su cilindro-eje marcha hori- 
zontalmente por la linea misma de estos ultimos corptsculos, 
abarcando en su direccién antero-posterior una gran parte del 
cerebelo. Estas expansiones emiten, de trecho en trecho, unos 
ramitos, ya ascendentes, ya oblicuos, ya horizontales, que se 
resuelven inmediatamente en un penacho de hilos varicosos 
y muy proximos. Estos penachos, en unidn de otros proce- 
dentes de cilindros-ejes semejantes, se adosan 4 la superficie 
de los cuerpos de las células de Purkinje, 4 los que sin duda 
transmiten, por contacto 6 por influencia, la accién nerviosa 
engendrada en los corpusculos estrellados. Las cestas termina- 
les existen, pues, en el cerebelo de los peces, pero no tienen la 
regularidad de las de los mamiferos, ni la terminacién en 
punta de pincel tan acusada en el cerebelo de las aves. 

Kn cuanto a las células de Golgi, muéstranse en su mayor 
parte fusiformes, con largas expansiones protoplasmicas pola- 
res, las cuales penetran en la capa molecular, constituyendo 
una ramificacién terminal muy rica, cuyas ramitas secunda- 
rias son ascendentes y espinosas. El plano de la arborizacién 
nos ha parecido dirigirse en el sentido de la de los corpuscu- 
los de Purkinje. El cilindro-eje procede ordinariamente de 
una expansidn protoplasmica y no tarda en descomponerse 
entre los granos en una arborizaciOn extensa, pero menos 
tupida que la ofrecida por los mismos corptisculos de los ma~ 
miferos y aves. 

Los demas elementos del cerebelo, tales como los granos, 

8 fibras musgosas, se comportan, como ha descrito mi hermano, 
conformando en un todo con la disposicién tan conocida de 
estas partes en los mamiferos y aves. 

Pedunculos cerebelosos. Los cortes antero-posteriores 
y frontales del encéfalo de los peces, muestran claramente tres 
clases de hacecillos de fibras nerviosas aferentes 6 eferentes 
de la substancia blanca del cerebelo. Interin resolvemos la 
cuestidn de la homologia de estos hacecillos, los llamaremos 
para evitar prejuicios y errores y atendiendo a su posicién; 


96 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) 


pedunculo anterior, pedinculo posterior y pedunculo ex- 
terno. 

Pedunculo anterior. [E] grueso de las fibras nerviosas 
que salen del cerebelo por su cara inferior y parte lateral, in- 
eresa en un ganglio mas 6 menos redondeado situado a los 
lados del ventriculo cerebeloso, en el punto de unidn del bulbo 
con el cerebelo. Las células de este ganglio son, ora bipolares, 
ora unipolares. De ordinario, poseen una expansién proto- 
plasmica descendente, terminada libremente en el espesor 
mismo del ganglio, y una finisima prolongacién ascendente, 
nacida ya directamente del cuerpo celular, ya del apéndice 
protoplasmico. La reunion de todas las prolongaciones ner- 
viosas por encima del ganglio, constituye un grueso haz que, 
penetrando en el eje del cerebelo, se esparce por la capa de los 
eranos. De este haz hemos visto salir muchas fibras musgosas, 
pero no nos atreveremos a asegurar que estas fibras sean con- 
tinuacion de las células citadas, por cuanto en el paraje del 
haz de donde se desprenden las musgosas ya se le han incor- 
porado hacecillos provenientes de otras partes del bulbo. 

Este ganglio esta unido al bulbo mediante dos clases de 
colaterales: cortas, nacidas en las fibras del fasciculo longitu- 
dinal posterior, que yace vecino en la cara posterior del bulbo; 
y largas y de gran finura, las cuales emanan de un manojo de 
fibras longitudinales, situado en la parte inferior del bulbo. 
Este manojo es hijo 4 su vez, por bifurcacion fibrilar, de un 
robusto fasciculo descendente que, desprendiéndose de la zona 
de las fibras profundas del techo dptico, se dirige al lébulo 
inferior del cerebro donde se termina 4 beneficio de extensas 
arborizaciones. El haz secundario, del cual parten las colate- 
‘ales para el ganglio cerebeloso, acaba en la cara inferior del 
bulbo en un foco superficial de substancia gris, cuya homo- 
logia con los de la protuberancia y bulbo de los mamiferos 
no osamos todavia establecer. Anadamos atin, que dicho gan- 
elio subcerebeloso recibe colaterales de fibras especiales de paso, 
bastante recias, que desde el bulbo van al cerebelo y cuyo 
origen y terminacidn no hemos podido reconocer. 

El ganglio subcerebeloso yace delante y debajo del cerebelo, 
en plena substancia de éste, por lo cual cabria compararle a la 
oliva cerebelosa de los mamiferos. Mas como ésta parece de- 
pender de los ldbulos cerebelosos laterales y estos no existen 


(6) Cajal.—rESTRUCTURA DEL ENCEFALO DE LOS TELEGSTEOS. — 97 


en los peces, acaso corresponda mas bien el citado ganglio al 
que en los mamiferos se designa con el nombre de ganglio del 
techo. Para resolver este punto son precisas nuevas observa- 
ciones que todavia no hemos logrado realizar. Una de ellas y 
de las mas eficaces seria ver si, de las células yacentes en la 
oliva y foco gris del techo de los mamiferos, proceden fibras 
nerviosas penetrantes en el cerebelo. 

Pedunculo posterior. Del centro mismo de la substan- 
cia blanca del cerebelo procede un haz de fibras mds espesas 
que, pasando por detras del ganglio subcerebeloso y sin sumi- 
nistrarle colateral ninguna, ingresa en el bulbo, dirigiéndose 
hacia abajo, afuera y adelante entre las fibras nerviosas de 
éste. Por su curso y situacién, este manojo nos ha parecido 
corresponder a los pedunculos cerebelosos superiores de los 
mamiferos (Bindearm de Edinger en el cerebro de los selacios). 
Pero nada podemos decir todavia del origen y terminacién de 
sus fibras. 

Detras del ganglio subcerebeloso existe una acumulacidén de 
células multipolares por entre las cuales pasa el pedtinculo ce- 
rebeloso posterior. Los cilindros-ejes de estas células dirigense 
hacia adelante, ingresando en el bulbo. En dicho ganglio aca- 
ban muchas colaterales ascendentes, llegadas de fibras del 
inmediato fasciculo longitudinal posterior. Ignoramos la ho- 
mologia de este ganglio, que no aparece descrito por ningtin 
autor, y que no tiene probablemente conexiones dinamicas 
con el cerebelo, por mas que se halla en continuidad con éste 
y con el ganglio subcerebeloso ya mencionado. 

Pedunculo cerebeloso lateral. Asi llamaremos 4 un 
haz espeso, 4 menudo multiple, que aparece en los cortes 
transversales del cerebelo y bulbo en la parte mas lateral de 
ambos Organos, y que se termina mediante arborizaciones 

libres en un foco gris situado superficialmente en las porcio-— 
nes laterales del bulbo. Acaso corresponda esta masa gris 4 la 
oliva bulbar, y el manojo 6 pedtinculo en cuestidn que a ella 
se dirige, al pedinculo cerebeloso medio. La resolucién de 
este punto reclama aun nuevas y mas profundas indagacio- 
nes. A este fasciculo arriban probablemente muchos cilindros- 
ejes de las células de Purkinje. 

Habenula. Nuestros estudios sobre el ganglio de la habe- 
nula confirman y amplian los recientes trabajos de Edinger y 


ANALES DE HIST. NAT. —X\XIIJ. 7 


08 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) 


van Gehuchten. En el salmon de pocas semanas, la mayor 
parte de las células de este centro son unipolares, y de la rama 
protoplasmica unica procede el cilindro-eje, el cual, en unidn 
de los demas, forma el manojo retroreficjo de Meinert. Este haz 
termina efectivamente, como han reconocido los citados auto- 
res, en el ganglio interpeduncular, el cual, ademas de las ar- 
borizaciones de las citadas fibras, contiene numerosas células 
estrelladas. cuyo cilindro-eje nos ha parecido ingresar en el 
bulbo. 

El ganglio de la habenula recibe dos clases de fibras ner- 
viosas terminales, unas ascendentes, derivadas del nervio dp- 
tico, otras antero-posteriores y ascendentes, arribadas del pe- 
dunculo cerebral, 6 fasciculo basal de Edinger, y cuyas células 
de origen yacen en el cerebro. Estas dos clases de fibras cons— 
tituyen en torno de las células de la habenula un plexo inters- 
ticial muy rico, representado por arborizaciones libres fuerte- 
mente varicosas. 

Recientemente hemos visto también arborizaciones libres 
semejantes en la habenula del raton y rata blanca. Las fibras 
terminales descendian de la Stria pinealis, y acababan por 
flecos 6 rosaceas granulosas, que recordaban las ramificaciones 
llamadas excrecencias musgosas de las fibras de este nombre 
en el cerebelo. 

Bulbo olfatorio. [1 bulfo olfatorio de los peces ha sido 
bien estudiado recientemente por van Gehuchten, quien ha 
demostrado una textura analoga a la que Golgi, nosotros, mi 
hermano, etc., habiamos reconocido en los mamiferas, aves, 
reptiles y batracios. Del resultado de nuestros estudios hare- 
mos aqui solo breves indicaciones. 

Las fibras olfativas se terminan en el salmén por breves ar- 
borizaciones libres, tan sencillas algunas que semejan una 
horquilla de angulo redondeado, Cada arborizacién se pone 
en relacién con un penacho terminal de una célula de la subs- 
tancia eris inmediata. 

Las células empenachadas son pisiformes, y mas 4 menudo 
fusiformes; sus expansiones protoplasmicas, en numero de 
dos, generalmente, no tardan en suministrar ramos secunda- 
rios, cada uno de los que se termina en los glomérulos olfati- 
vos 4 beneficio de un breve y sencillo penacho, comparable, 
yor su simplicidad y figura, a la arborizacién nerviosa de 


G  Cajal._—rsTRUCTURA DEL ENCEFALO DE LOS TELEOSTECS. — 99 


una placa motriz. Todas las expansiones protoplasmicas ter- 
minan en penacho, y no faltan penachos hasta en el trayecto 
de las mismas. En general, el nimero de penachos por célula 
oscila entre tres y seis. El cilindro-eje procede casi siempre de 
una rama protoplasmica, dirigese hacia abajo y hacia atras, 
y, en unidén de los otros, constituye un haz antero-posterior 
situado en el plano inferior de la vesicula cerebral. Después 
de suministrar estas fibras aleunas colaterales a la substancia 
eris superpuesta , el haz olfatorio parece acabar, en su mayor 
parte, en un foco gris situado un poco por delante y debajo de 
la comisura inferior. No hemos podido confirmar la penetra— 
cién de fibras olfativas en esta comisura. La mayor parte dc 
las fibras comisurales provienen de células yacentes en el 
ganglio fundamental del cerebro; en algvin caso hemos no- 
tado que ho se trata de cilindros-ejes directos, sino de colate- 
rales 6 de ramas secundarias de fibras destinadas 4 otras par- 
tes de la vesicula anterior, acaso de las continuadas con el 
fasciculo basal. 

Finalmente, los granos se comportan como mi hermano ha 
reconocido en los reptiles y batracios, es decir, que son células 
unipolares, y su unica expansion, dirigida hacia la perife- 
ria, se resuelve en un penacho de ramas espinosas. 


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UNA EXCURSION 


A LOS 


YACINIENTOS PREHISTORICOS DE CARMONA, 


POR 


DON ANATAEL CABRERA Y DIAZ. 


{Seccion de Sevilla.— Sesion del 6 de Septiembre de 1893.) 


Invitado el que suscribe, asi como mi distinguido amigo 
D. Nicolas de Pineda y Romero, para acompafiar & mi querido 
maestro D. Salvador Calderén y su disctpulo D. Francisco de 
las Barras de Aragon en sus excursiones 4 Carmona, encami- 
nadas 4 estudiar en ella la estructura de los terrenos terciarios, 
aprovechamos la ocasion de visitar, el pasado mes de Agosto, 
los importantes monumentos arqueoldgicos y yacimientos pre- 
histdricos de tan notable localidad. 

Los descubrimientos arqueoldgicos han sido ya asunto de 
interesantes trabajos y articulos aparecidos en periddicos y 
revistas, tanto nacionales como extranjeras, y han dado a Car- 
mona la celebridad que tiene como manantial inagotable de 
investigaciones para el historiador; pero esta localidad no es 
todavia bastante conocida bajo el punto de vista prehistdérico, 
en el que supera probablemente al anterior, merced 4 las re- 
cientes exploraciones prehistoéricas realizadas en ella. Algo se 
ha publicado referente 4 estas Ultimas, y especialmente el 
resumen interesante del Sr. Candau (1); pero unos escritos son 


(1) Unyacimiento prehistérico en Carmona. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE HIST. NAT., 
tomo xxi, Actas.) 


102 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 


de caracter tan general como éste y otros consisten sélo en 
noticias sueltas sobre determinados hallazgos, no habiendo 
sido aun la estacién de que trato asunto de un trabajo de con- 
junto y descriptivo. Con propdsito de lenar en parte este vacio 
fui invitado, tanto por mi ilustrado maestro como por mis que- 
ridos companeros de excursidn, 4 dar cuenta de ella, exten— 
diéndome particularmente en lo que se refiere a la prehistoria, 
invitacién a la que he tenido que acceder, no sin hacer notar 
mi incompetencia para tal empresa que motiva el presente 
ligero estudio. 

La ciudad de Carmona se asienta sobre la cumbre oriental 
de una de las colinas que 4 modo de cordillera limitan desde 
Alcala de Guadaira el valle del Guadalquivir. Estas colinas se 
llaman dlcores, y alcor se dice 4 la roca caliza detritica de na— 
turaleza caliza y porosa que las constituye. Su cima, general— 
mente horizontal, aleanza por término medio una altura de 
200 m. sobre el Guadalquivir, y el caracter de denudacién 
de estos cerros es tan marcado, que desde aquella puede el 
observador hacerse perfectamente cargo del aspecto de peque- 
nas islas que tenian, cuando el valle servia todavia de comu- 
nicacion entre el Mediterraneo y el Océano. Parece estarse 
viendo la ola que azotara los acantilados calizos que avanza-— 
ban sobre el agua: atin proclaman su pasado las bajadas abrup- 
tas y pequenos golfos que llaman, con mucho acierto en el 
pais, puertos. 

Al pie de la elevada meseta de Carmona se extiende la mag- 
nifica y pintoresca vega de su mismo nombre, de fertilidad 
proverbial, rica en olivares y trigos, constituida por una arci— 
lla caliza gris de mucho espesor. 

Siguiendo la serie de capas que se suceden desde el fondo 
del valle hasta las mesetas del alcor de Carmona, pudimos ver 
la posicion relativa muchas veces buscada en vano en otros 
sitios de las diferentes formaciones terciarias del Guadalqui- 
vir descritas anteriormente (1), y encontrar un accidente geo- 
ldgico de extremada importancia: la discordancia entre las 
series pliocénica y miocénica, tan andlogas por lo demas en su 


(1) CALDERON: Movimientos pliocénicos y postpliocénicos en el valle dcl Guadalguivir~ 
(ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. NAT., tomo xx11.) 


(3) Cabrera y Diaz.—yYACIMIENTOS DE CARMONA. 103 


composicion petrografica y en su fauna, que hasta ahora no 
habian podido ser diferenciadas netamente. 

El estudio de esta serie de capas y de la fauna que encie- 
rran, sera objeto de un trabajo especial del Sr. Calderén. Por 
ahora nos limitaremos 4 mencionarlas en su orden de sucesion 
de abajo 4 arriba que es el siguiente: 

Arcilla gris miocénica espesa, del valle de Carmona. 

Arenisca arcillosa miocénica de unos 5 m. de espesor. 

Caliza miocénica amarillenta detritica, explotada como can- 
tera desde la época romana, con restos de escualos y cetaceos. 

Arcilla pliocénica azulada, igual 4 la de la cuesta de Casti- 
lleja, descrita en el estudio citado precedente. 

Arena arcillosa pliocénica gris azulada en estrecha capa. 

Caliza amarillenta, fosilifera, pliocénica, porosa, llamada 
alcor. Esta es de mediana dureza y esta cortada por hendidu- 
ras y surcada por depresiones naturales. 

Si el gedlogo y el paleontélogo hallan motivo de estudio 
interesante en el término de Carmona, al arquedlogo y al an- 
tropdlogo no le reservan menores sorpresas los objetos y restos 
diseminados en torno de la ciudad y particularmente los ente- 
rramientos prehistéricos, en los que se han hallado agrupados 
aquellos ejemplares en un orden distinto de todo lo mencio- 
nado hasta ahora en las obras que de esta ciencia se ocupan. 
A no dudarlo los nuevos descubrimientos y las exploraciones 
del porvenir realizadas detallada y minuciosamente, podran 
esclarecer lo que hasta el presente sdlo como hipdtesis racio- 
nal es dado apuntar. 


IT: 


Lo escogido del sitio, la elevacién y situacién particular de 
la colina en que se asienta la antigua colonia romana Carmo, 
explican que desde los tiempos mas primitivos fijaran alli su 
residencia los diversos pueblos que han vivido en la Peninsu- 
la, dejando huellas de su paso y restos variados correspon— 
dientes a distintas épocas y civilizaciones de los que algunos 
han logrado llegar hasta nosotros, salvandose de la mano des- 
tructora del hombre y de los agentes naturales. 

Nosotros fijamos nuestra atencién en los despojos que se 


104 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) 


remontan a los tiempos prehistoricos, visitando los thmulos en 
que se han hallado estos en su mayoria, y, sobre todo, el inte- 
resante museo formado por el diligente, amable y entendido 
arquedlogo de Carmona D. Juan Pelaez, tanto por medio de 
exploraciones dirigidas y costeadas por él mismo, como por las 
recolecciones de distintos vecinos. 

Los restos que han proporcionado en la localidad mayores y 
mas importantes datos para el conocimiento de la vida de los 
antiguos pueblos a que pertenecen, son los ttiimulos. Mas de 
veinte han sido explorados hasta ahora, pero de ellos sodlo 
nueve han proporcionado objetos variados y de notable impor- 
tancia, respecto a los cuales el Sr. Pelaez nos ha comunicado 
noticias detalladas con la exquisita amabilidad que le carac- 
beriza. 

Al NO. de la poblacion y 4 km. proximamente de ella, se 
encuentra limitado el terreno sobre el cual se asientan los 
tumulos por un pequeno alcor, esto es, un acantilado en forma 
de tajo que corona la colina de arenisca terciaria rojiza. En 
este sitio se hallan abiertas las cuevas de los primitivos mora- 
dores de aquella regién: por la parte inferior sirve de limite 
la carretera general que se dirige a Madrid, y 4 derecha é iz— 
quierda linda con los predios denominados del So/dado y Ace- 
buchal respectivamente. 

Conocidos vulgarmente en aquella regién con el nombre de 
motillas, son los tumulos que hasta el dia se han encontrado, 
de forma proximamente semi-esférica, algo rebajada, cuyas 
dimensiones, tomadas por el Sr. Pelaez, son las siguientes: 


Nimero. Didmetro. Altura. 
1 Lan. 2,50 m. 
2 9 2 
3 13 2 
4 14 2,50 
5 19 2,50 
6 ty 5,40 
f| 19 2,50) 
8 30 | 


Los tumulos niimeros 6 y 8 se conocen en la localidad con 
los nombres de ¢umulo blanco y de D. Modesto respectivamente. 


5) Cabrera y Diaz.—yYACIMIENTOS DE CARMONA. 105 


Empezada la exploracién de los tumulos y después de quita- 
das la primeras capas de tierra, en algunos se encontrd una 
serie de piedras de figura fusiforme de 20a 24 cm. de longitud, 
perfectamente equidistantes entre si, colocadas en circulo, y 
otras mAs pequenas en el centro, al parecer como senalando 
las sepulturas; disposicién que recuerda la forma de las cons— 
trucciones megaliticas denominadas crom/echs. También a la 
entrada de alguna de estas tumbas, y como rodeando a otras, 
existian muchas piedras calizas redondeadas por efecto de la 
alteracién natural y que son muy frecuentes en las regiones 
calizas y pedregosas. Estas piedras, a primera vista, parecen 
informes; pero a poco que se examinen, se advierte que recuer- 
dan como toscos bocetos de varios animales, siendo notables 
unas que imitan la figura de unas gallinas; otras tienen cierta 
semejanza con la cabeza de un perro, y otra, n0 menos curiosa, 
recuerda la de un dromedario. En el espacio que dejan estas 
piedras se encontraban las tumbas propiamente dichas en nu- 
mero de tres 6 cuatro, orientadas de E. 4 O. y labradas algu- 
nas de ellas en la misma roca; median 2 m. de largo por 1 de 
ancho, y en el interior de cada una existian uno y por excep- 
cidn dos esqueletos humanos en un estado de completo desmo- 
ronamiento, pulverizandose al mas simple contacto, por lo que, 
desgraciadamente, no fué posible extraer de alli nada de inte- 
rés. De otras, cuyas exploraciones han sido realizadas con me- 
jor suerte, se han exhumado algunos craneos que existen en 
la coleccién del Sr. Peldez (1). 

Hecha esta indicacién general sobre los tumulos en cuestidn, 
debemos decir algo de ellos mas en particular; pero a este 
fin y para mayor claridad, nos es forzoso adoptar una clasifi-— 
cacion por los objetos encontrados en su interior, siquiera sea 
sta un tanto arbitraria y provisional. 

Los timulos correspondientes 4 los nimeros 6 y 7, puede 


(1) Segtin lo comunicado por este senor, en el interior de otros tiumulos situados 
en otro paraje llamado Cuevas de la Batida, 42 km. de Carmona, existian 18 hornos 
de forma eliptica, cuya base media 1,75 de eje mayor y 1™,25 de eje menor con 0,80 
de altura; Ja boca ofrecia hechura de arco de 0™,50 de altura, teniendo una chime- 
nea infundibuliforme que se ensanchaba hacia el exterior, habiéndose encontrado 
gran cantidad de cenizas y trozos de hueso con inequivocas huellas de haber sido 
calcinados. Nosotros no tuvimos ocasién de visitar este yacimiento apartado del campo 


de los timulos de que nos estamos ocupando. f¢ 


106 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) 


admitirse que corresponden al periodo mas antiguo, aunque 
indeterminable, de la localidad. En estos sélo se han encon— 
trado objetos de pedernal toscamente hechos y que correspon— 
den a tipos primitivos; asi las puntas de lanza y los trozos de 
grandes vasijas de tosco barro, con mezcla de materias extra— 
has, sin ninguna senal de grabado y con apariencias de no 
haber sido empleado el fuego para su coccién, atestiguan el 
caracter de antigiiedad de tales restos. 

Un segundo grupo francamente zeolitico esta representado 
por objetos generalmente pequenos, pero delicadamente talla- 
dos; entre ellos figuran puntas de flechas y de lanzas, cuchi- 
llos de distintos tamanos, sierras, gran variedad de raspadores, 
buriles, punzones, gubias y piedrecillas de variadas formas, 
que parece podian servir como objetos de adorno. Las laminas 
1.* y 2.* estan destinadas a mostrar los ejemplares mas carac— 
teristicos y mejor conservados de este género que figuran en 
el museo del Sr. Peldaez. 

Es notable la variedad de objetos de silex en estos yacimien- 
tos de Carmona. Estan tallados a golpe, como es natural, tra- 
tandose de esta substancia, cualquiera que sea la época a que 
pertenezcan, y entre ellos parecen predominar notablemente 
los buriles, asi como son escasas las puntas de lanza. El em— 
pleo de estos primitivos instrumentos no se abandono con la 
introduccion de industrias mas perfeccionadas, pues se los ha 
hallado, no sdlo con objetos de piedra pulimentada, como 
queda dicho, sino hasta con otros de metal. 

Revelan un caracter neolitico decidido un gran numero de 
hachas, martillos y raspadores pulimentados fabricados con 
distintas rocas que examino el Sr. Calderon. La mayoria pro— 
ceden de nucleos de diabasa, como tuvo ocasién de describir 
este senor con motivo de otra excursion (1), algunos de dio- 
rita, otros de porfirita y pdorfido piroxénicos, de fibrolita, de 
eclogita, exactamente igual 4 la hallada en el Pedroso (2), y 
un hacha de serpentina. Ninguna de estas rocas existe en 
Carmona, pero si varias de ellas al menos en la Sierra Morena. 


(1) CALDERON: Pacursidn por la provincia de Huelva. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE 
HIST. NAT., tomo x1x, Acéas./) 

(2) CALDERON: Lelogita del Pedroso. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE Hist. NaT., 
tomo xvi1, Actas.) 


(7) Cabrera y Diaz.—YACIMIENTOS DE CARMONA. 107 


Entre los objetos de ceramica se encuentra un gran niimero 
de platos, algunos enteros, y multitud de trozos que corres— 
ponden a otros de variadas dimensiones, y 4 vasos, aunque de 
estos no se ha hallado ninguno completo. El barro empleado 
es basto y la factura esta hecha 4 mano; pero, sin embargo, 
presentan artisticos dibujos formados por lineas ya en zig-zag, 
ya circulares, alternando con puntos que figuran rombos, 
como también otras alternando con otros dibujos que rodean 
al objeto. Todos ellos son de caracter geométrico, como lo 
muestran las figuras 6, 7 y 8 de la lamina 3.", elegidas como 
ejemplares caracteristicos entre los muchos que forman parte 
de la valiosa coleccién del Sr. Pelaez. En algunos todas las 
figuras y rayas son dobles; pero es lo mas notable como el 
primitivo artista ha interpretado a veces el claro—obscuro por 
medio de lineas de puntos llenas 6 de fajas dispuestas con in- 
g@enio, segtin muestra la fig. 8 de la misma lamina. 

Se nota, examinando en conjunto la ornamentacidén de los 
barros de Carmona, toda la evolucién, que parte de los ele- 
mentos lineares mas sencillos y llega hasta complejas y visto- 
sas combinaciones poligonales. En ejecucién y variedad supe- 
ran estas lltimas 4 todo lo hallado hasta ahora en la Penin- 
sula, que no es poco. 

Entre los restos ceramicos mas importantes descubiertos en 
el yacimiento que nos ocupa, figura un vaso cuya forma re— 
cuerda la de un crisol de los de uso actual en las operaciones 
delicadas de metalurgia, de 6 cm. de altura por 3 de diame— 
tro; otro puchero de base semiesférica con elegantes ador- 
nos, etc. También se han recogido en estos timulos trozos de 
barro sin cocer, de forma circular 6 cuadrangular, con los an- 
eulos redondeados, presentando orificios, tanto en los angulos 
como en el centro, y que se reputan pesas de telar; amuletos 
curiosos, silbatos, conchas horadadas y una lanza de cobre 
igual 4 las encontradas en el Coronil por el Sr. Candau. 

El resto de los timulos corresponde al tercer grupo de nues- 
tra clasificacién y es notable por la variedad de objetos de 
cobre (1) y de ceramica que ha proporcionado. Entre los pri- 


(1) Ensayados en el laboratorio de la Universidad de Sevilla, han resultado de 
cobre puro, sin indicio de estaho y con muy poco hierro. 


108 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) 


meros sobresalen puntas de lanza y de flecha, agujas y pun- 
zones, un arpon, que prueba conocian la industria de la pesca, 
clavos de cabeza plana, angulares y de gota de sebo, broches 
de formas bien acabadas, entre ellos uno que representa una 
serpiente terminados sus extremos por dos cabezas, como tam- 
bién otros cuyos clavos estan cubiertos de una delgada chapa 
de oro, fibulas y distintos pasadores, etc.; pero lo que llama 
mas la atencién son unos brazaletes cubiertos de ligera lamina 
de oro. Por ultimo, merece especial mencién un anfora encon- 
trada en el timulo numero 3 por su forma elegante y lo per- 
fecto de su construccion, la cual contiene en su interior gran 
nimero de trozos de hueso, probablemente de ciervo y anti- 
lope, y con indudables huellas de haber sido calcinados. Esta 
vasija mide 68 cm. en la circunferencia maxima, por 23 cm. 
de altura. 

No menos notable es un pequefo vaso de alabastro sacado 
del timulo numero 4, que esta finamente pulimentado y cuya 
forma recuerda la de otros descubiertos en Egipto. 

Ademas de todo lo descrito, existian en el interior de los 
tumulos multitud de trozos, generalmente pequenos, de varios 
minerales que al simple contacto con la piel la tinen de varios 
colores, lo cual hace suponer que servian a aquellos hombres 
para adornar su cuerpo. Estos minerales son: una limonita 
terrosa que tine de color pardo; ocre que lo hace de rojo; mala- 
quita de color verde claro y que en las partes mezcladas con 
la limonita da por la trituraciOn un polvo pardo verdoso y un 
lignito negro y bastante ligero que produce un color sombra. 
Dicen que también se ha hallado algun trocito de cinabrio y 
de otro mineral que por la descripcién pudiera ser una calco- 
sina, pero nosotros no hemos visto estos Ultimos. Ninguna de 
las mencionadas substancias existe en la localidad y han de- 
bido ser transportadas de sitios diferentes; y como no reunen 
condiciones para su explotaciOn ni la cantidad en que se hallan 
abona este supuesto, nos parece muy racional el de los seno- 
res Candau y Pelaez de que sean los materiales que servian a 
aquellos hombres para su pintura corporal. De todos modos la 
existencia de estas substancias y la de conchas marinas, ates- 
tiguan las relaciones que sostenian los carmonenses con dife- 
rentes puntos de la costa y del interior. 

La colocacién particular de los esqueletos humanos en las 


(9) Cabrera y Diaz.—yACIMIENTOS DE CARMONA, 109 


tumbas neoliticas, demuestra que fueron enterrados en posi- 
cidn sedente, pues los craneos ocupan un plano mas elevado 
y el resto del cuerpo se halla colocado en un reducido espacio, 
actitud que se observa en los enterramientos de algunos pue- 
blos primitivos. En las tumbas que contienen objetos con ca- 
racter de transiciOn entre la piedra y los metales, los cadave- 
res estaban tendidos, muchos de ellos con los pies dirigidos & 
Oriente y uno evidentemente en cuclillas. Con una sola excep- 
cién habia un solo esqueleto en cada sepultura. 

Los enterramientos resenhados consisten, en esencia, en se— 
pulturas cavadas a cielo abierto y rellenas de tierra, en el caso 
mas sencillo y cubiertos con un timulo en los mas ricos: den- 
tro se colocaron las armas y utensilios del finado y se rellend 
de arena el hueco restante, formando, en fin, un pequeno 
otero encima del todo. La inhumacién de los cadaveres no se 
debe & que aquellos hombres desconocieran el uso del fuego, 
puesto que se ven senales de él en los timulos y otros restos, 
que hacen pensar que alli se practicé la costumbre de las co— 
midas fiinebres como en otras estaciones neoliticas de Europa. 

También al lado de los tumulos y como excavadas en el 
alcor, ampliando quizas con las hachas de silex los huecos 
naturales de la roca, trabajo penoso, aunque posible, existen 
ciertas cuevas espaciosas que es indudable fueron habitadas 
por aquellos pueblos, pues algunas excavaciones practicadas 
en sus pisos han proporcionado objetos de sus rudimentarias 
industrias. 


a 


Los objetos mas interesantes encontrados en Carmona son, 
a no dudarlo, los que se refieren al conjunto de grabados que 
antes mencionamos, notables en alto grado, no sdélo por los 
detalles y elegancia de sus lineas, sino por la finura de su 
ejecucidn y lo que en si representan; pues aunque no ofrecen 
caracteres que descifrar, no por eso dejan de encerrar un in- 
trincado enigma respecto a su procedencia. 

El material elegido para estos trabajos ha sido el hueso, la 
concha de los moluscos y la madera. Todos se han hallado en 
el interior de los timulos correspondientes 4 los grupos 2.° y 3." 


110 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) 


de nuestra clasificacién, donde abundaban, pero desgraciada— 
mente los mas se encontraban en un gran estado de fragili- 
dad, siendo muy escaso el numero de los que han podido sal- 
varse 6 recomponerse, los cuales figuran actualmente en la 
coleccién del Sr. Pelaez. Un atento examen de estos grabados 
muestra que en algunos se ha aprovechado la lamina com-— 
pacta de alevin hueso largo, pero de un espesor tan considera- 
ble, que es de presumir que el animal a que pertenecié era de 
gran talla: 4 veces por su aspecto se tomaria por marfil, por lo 
cual se han sometido, en el Museo de Historia natural de esta 
Universidad de Sevilla, estos ejemplares dudosos 4 un examen 
microscépico que ha declarado su naturaleza dsea. Otros hue- 
sos presentan las dos caras compactas separadas por una ligera 
lamina de tejido areolar, disposicion particular que puede atri- 
buirse 4 algetin trozo de omdplato. Hay grabados no menos 
numerosos sobre trozos de conchas, en cuya fractura y alabea- 
miento especial se reconoce que pertenecen a moluscos bival- 
vos, probablemente del género Unio, y por tanto fluviales. Por 
ultimo, un corto ntiimero de estos restos artisticos estan talla— 
dos en relieve sobre una madera 6 pasta resistente 6 compacta, 
y son notabilisimos por los caracteres que ofrecen, asi como 
por dominar en ellos la fauna como motivo, al paso que en la 
alfareria sdlo se advierte en Carmona la ornamentacién geo- 
métrica. 

La observacion del trazado, la correccién y maestria de las 
lineas inducen a creer que el instrumento empleado para estos 
erabados era metalico y se hallaba terminado en una de sus 
extremidades por una afilada punta. Las figuras estan tan bien 
delineadas, hay tal verdad en su trazado, que no cabe dudar 
de que el artista interpreté con toda fidelidad los modelos que 
tenia presentes. Asi no puede cqnfundirse la cabeza del Aguila, 
ni aun menos los peces, ni las extremidades de un felino con las 
que representan las de un antilope @ otro animal del mismo 
g@énero, dibujado con notable correccién y sentimiento. In las 
figuras 4 y 6 de la lamina 5.* se ven estos animales marchando 
en fila, como también los peces de la figura 3 de la misma la- 
mina, circunstancia que no deja de repetirse en los hallazgos 
de las primeras iniciaciones del arte del dibujo, todavia imita- 
tivo meramente y desprovisto de composicién. El sentimiento 
(le la forma y de la proporcién se revelan en cambio con em- 


{11) Cabrera y Diaz.—yYACIMIENTOS DE CARMONA. ‘11 


puje incomparable en las citadas figuras y en la linda cabeza 
de ave de la figura 2 de la misma lamina. 

En otras figuras, sobre todo la 7, 11 y 12, se encuentran ya 
elementos nuevos y mas complicados.en los que se revelan 
influencias asirias y egipcias, indudablemente importadas, y 
que prestan un caracter nuevo a los preciosos restos de concha 
y pasta en que se hallan grabadas. 

Grandes dificultades se presentan al tratar de indagar la 
edad y pueblo 6 pueblos a que pertenezcan los notables dibu- 
jos mencionados, pues difieren manifiestamente de los descri- 
tos en las obras de prehistoria, como existentes en los museos 
de Europa. Sin pretender resolver tal problema, como mera 
hipotesis, vamos a limitarnos 4 exponer unas ligeras conside- 
raciones que sometemos a personas mas versadas como moti- 
vos de reflexioén sobre extremo tan transcendental para la pre- 
historia de nuestra patria. 

Las investigaciones laboriosas de esclarecidos sabios, han 
logrado reconstituir una de las paginas mas importantes del 
periodo antehistérico; grandiosos monumentos fueron encon- 
trados sin que su valor y sentido pudieran ser justamente 
apreciados hasta hace poco tiempo, quedando asi envueltos en 
misterioso velo los secretos de tantos sucesos; pero desde que 
se han desentranado las huellas impresas por el hombre pri- 
mitivo y ha sido posible seguirle paso 4 paso hasta los prime- 
ros periodos de la vida civilizada, se han ido enlazando los tiem- 
pos prehistdricos con los protohistéricos propiamente dichos. 
Aun quedan, sin embargo, vastas lagunas que llenar y proble- 
mas de capital interés que resolver, y uno de estos es el que 
se presenta en los yacimientos de Carmona por la cantidad de 
objetos tan variados mezclados en confuso montén: unos que 
indudablemente pertenecen a épocas primitivas, existen al 
lado de restos de pueblos mas civilizados, no como sedimen- 
tados sobre aquellos, sino mostrando una fusién sdlo explica- 
ble por haber llegado alli por efecto de relaciones con otros 
pueblos que nunca se confundieron con ellos, sosteniendo las 
costumbres patriarcales enfrente de las distintas invasiones 
del mundo antiguo y conservando su sello de originalidad. 

Asi se explica que estos grabados presentan ciertos caracte- 
res indudablemente egipcios y de aquella gran época en que 
la brillante cultura faradnica dominaba casi toda el Africa 


112 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) 


conocida (1703 a 649 A. J.) civilizacion que se extendidé no sdle 
en direccién del Asia, sino hacia el Occidente, secundandole 
en esta gran obra el pueblo fenicio y aun otros pueblos orien— 
tales mas antiguos, que por medio de las especulaciones marti- 
timas habian pasado de las columnas de Hércules. Es sabido 
que estos pueblos han dejado restos de su paso en nuestra 
patria de indudable autenticidad, como los hallados en Cadiz 
y en varios puntos del Mediodia de Espana. 

Algunos de los grabados que representamos en la lamina 5.* 
son de aquella época, como la flor del loto, la cabeza del leou 
y la mitad anterior de un carnero, los cuales no dejan lugar a 
duda alguna sobre la influencia oriental que en ellos impera. 
Lastima que estos trozos se hallen reducidos a pequenos frag- 
mentos. No menos nos afirma en nuestra creencia la figura es- 
culpida sobre hueso que representa una cabeza humana con 
el tocado tan caracteristico del pueblo egipcio, asi como el 
trozo en que se ven dos antilopes comiendo unas flores de loto 
y como los demas grabados en que figura esta flor y la pal- 
mera, representaciones todas observadas en los relieves y ar— 
tisticos grabados que existen en los hipogeos y templos del 
antiguo Egipto. 

KE] mismo origen puede suponerse a los objetos de oro cita- 
dos anteriormente, pues son conocidos otros analogos fabrica— 
dos en las antiguas ciudades de Tiro y Sidén, tan notables por 
sus industrias. Mas nosotros no somos los Hamados a descifrar 
estos problemas que requieren conocimientos especiales de 
que carecemos; Unicamente hemos apuntado lo conveniente a 
nuestro juicio por si pueden servir como datos para estudios 
mas profundos sobre los yacimientos de Carmona. Sdlo nota— 
remos, para concluir, que con lo dicho se comprendera la pa— 
radoja de existir alli enterramientos prehist6ricos con objetos 
orientales, debido a que los primitivos habitantes, todavia en 
un estado de civilizacién antehistérico, tomarian de los colo- 
nizadores ciertos usos y costumbres. 

No ofreceria menor interés que el estudio de los restos de la 
industria el de los craneos encontrados en estos timulos, sobre 
los cuales nada definitivo podemos decir por hoy; solo indica- 
remos que los caracteres étnicos que exteriormente y a la ligera 
hemos podido apreciar, nos parecen insuficientes para recono- 
cer en ellos ninguno de los tipos que han supuesto los que 


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413) Cabrera y Diaz.—yYACIMIENTOS DE CARMONA. 113 


hasta ahora se han ocupado de este asunto. No dudamos que 
este estudio vendria a descifrar 6 ayudar al menos @ la reso- 
lucién del problema planteado, si bien conviene aplazarlo 
hasta que las nuevas exploraciones proyectadas enriquezcan 
tan valioso material. Lo hallado en estado de utilizarse alevin 
tanto es una calavera y un craneo: la primera parece dolico- 
céfala, de eminentes arcos supra-orbitarios y boveda elevada. 
Los restantes huesos se desmenuzaron al tratar de exhumar- 
los y tampoco se hallaron con abundancia por existir un solo 
esqueleto en cada sepultura, por regla general. Paréceme, 
pues, evidente que es prematuro cuanto se pretenda deducir 
con elementos tan escasos en punto a la raza 6 razas & que 
correspondan los habitantes primitivos de Carmona, sin renun- 
ciar por ello a la esperanza de que las futuras exploraciones 
sean mas fecundas en tan importante respecto. 

Por analogia con lo comprobado en otros yacimientos de 
Andalucia, particularmente en la cueva de La Mujer y de-las 
de Gibraltar, mas que por los datos antropologicos que Car- 
mona haya proporcionado, se hace admisible la opinidn del 
Sr. Sales de atribuir las primitivas industrias carmonenses a 
la raza de Cro-Magnon, ya pura 6 mezclada con otras, pero 
conviene advertir que ésta no caracteriza en Espana ni en Ca- 
narias una época prehistérica bien definida, como sucede en el 
centro de Europa, y que atin demostrado este punto, cosa hoy 
dificil, el problema planteado no quedaria resuelto por eso. Es 
éste muy complejo, presenta elementos demasiado varios y 
fragmentarios para esclarecerle por ahora, sobre todo en punto 
a dilucidar en todo el conjunto de particularidades imperfecta- 
mente bosquejadas en estas paginas, lo que hay aqui de comin 
a la prehistoria europea y lo que se distingue por un caracter 
local y genuinamente espanol, y aun puede decirse andaluz. 

No puedo menos, antes de terminar, de hacer constar mi 
sincero agradecimiento al Sr. D. Juan Pelaez y Barrén, de 
Carmona, por el desinterés y amabilidad con que fuimos reci- 
bidos por él, asi como por la cantidad de datos y noticias que 
nos ha suministrado, haciendo extensiva mi gratitud a4 mi 
distinguido amigo el Sr. Pineda, que con sus habiles dibujos 
se ha prestado galantemente a enriquecer este ligero trabajo 
con la unica parte de indiscutible utilidad é importancia que 
puede ofrecer. 


ANALES DE HIST. NAT. — XXIII. 8 


1l4 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14> 


Explicacién de las laminas. 


LAMINA I. 


Varios instrumentos de silex de tipos cheleano y solutreano. 
(A mitad de su tamano.) 


LAMINA II. 


Instrumentos de silex de tipo paleolitico. (A mitad de su ta— 
mano.) 


Figuras 1 y 2. Tipo solutreano. 
Sierras de pedernal. 
5,6 y 7. Laminas de pedernal. 
8a12. Puntas de flecha de pedernal patinizado. 


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LAMINA III. 


Figuras 144. Hachas pulimentadas. 
5. Gubia, vista de frente y de perfil. 
6,7 y 8. Trozos de ceramica con adornos. 
9y10. Pesas de telar, de barro sin cocer. (Mitad de 
tamano.) 


LAMINA IV. 


1. Pequeno vaso de alabastro. (Mitad de su tamano.) 

2. Anillo de cobre cubierto de una chapa de oro. (Id.) 
Botén de broche cubierto de una chapa de oro. (Id.) 

4. Arpon de cobre. (Id.) 

5. Anfora de barro cocido que contenia trozos calcina- 

dos de huesos de ciervo. (!/, del tamano natural.) 

6. Lanza de cobre. (Mitad de tamano.) 

Trozo de madera 6 pasta labrada figurando una flor 
dle loto. (Id.) 

&. Fibula de cobre. (Id.) 


Fig. 


- 


~ 


(15) Cabrera y Diaz.—YACIMIENTOS DE CARMONA. 15 


Fig. 9. Pasador. (Mitad de tamano.) 
10. Arete de cobre cubierto de oro. (Id.) 
11. Broche de cobre, cuyos extremos terminan por ¢a- 
bezas de serpiente. (Id.) 
12,13 y 14. Trozos de hueso labrado. (Id.) 
15. Trozo de concha labrado. (Id.) 


LAMINA V. 


Figuras 1 a8. Trozosde hueso grabados. (Mitadde tamano.) 
9y 10. Trozo de concha grabado por las dos caras: 
9 anverso y 10 reverso. (Id.) 
ll y 12. Trozos de madera 6 pasta correspondiente al 
mismo objeto de la fig.»7, lam. 5. (Id.) 


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SUR QUELQUES DECOUVERTES PREHISTORIQUES 


AUTOUR DE SEGOBRIGA 


DANS 


LESPAGNE CENTRALE, 


PAR 


BE O.CiA CALS Bip bye SF: 


(Sesion del 14 de Febrero de 1894.) 


INTRODUCTION. 


Au mois de Juillet 1892, j’avais été chargé par le R. P. Fita, 
Villustre archéologue espagnol, d’aller relever, au nom de 
VYAcadémie Royale d'Histoire, plusieurs inscriptions qu’un 
propriétaire d’Uclés, M. Roman Garcia y Soria, venait de dé- 
couvrir sur le cerro (1) de Cabeza del Griego. Je m’acquittai 
de ma mission, en compagnie de M. Garcia lui-méme et de 
son neveu, M. Pelayo Quintero y Atauri, professeur & I’Kcole 
des beaux-arts de Grenade. 

Tandis que, nos travaux terminés, nous prenions un mo- 
deste repas, & ’ombre de notre galera (2), le seul ombrage 
qui se rencontrat alors sur le versant septentrional du mon- 
ticule, il me revint en mémoire une promesse que j’avais 
faite a M. Cartailhac, avant de quitter Toulouse, celle d’ex- 
plorer les grottes des environs d’Uclés et d’y rechercher des 
vestiges d’habitations préhistoriques. Je priai done mes ai- 
mables compagnons de m’indiquer la direction de la Cueva 


(1) Monticule. 
(2) Sorte de char 4 bancs. 


118 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 


del Toro, grotte assez fameuse dans le pays; mais ils ne purent 
me fournir aucun renseignement sur ce sujet (1). Toutefois 
M. Quintero, ayant eu connaissance du but de mes recherches, 
m’apprit aussitot qu’un garde des environs du ce77o venait 
de découvrir, 2 une demi-lieue de la, une sorte de souterrain 
dont nul n’avait encore soupconné l’existence. Ce fut, comme 
pour la célebre grotte d’ Aurignac, un lapin qui donna léveil. 
Le pauvre animal poursuivi par le garde s’était blotti sous 
une large dalle; la dalle soulevée laissa apercevoir un long et 
étroit couloir. Mais personne n’osait s’y aventurer, le garde 
moins que tout autre: «Me da miedo lo sobrenatural— disait-il; 
le surnaturel me fait peur.» Je n’avais aucun motif pour éprou- 
ver les mémes craintes, et je résolus immédiatement d’explo- 
rer la caverne. M. Pelayo Quintero soffrit a prendre pour moi 
des informations plus précises sur le heu de la découverte. Il 
fit plus: quelques jours plus tard, il voulut bien descendre le 
premier dans la grotte et sengager assez avant dans la gale- 
rie principale. Puis il m’invita a l’y accompagner. 

Notre premiére expédition eut lieu le 13 Octobre 1892. M. Al- 
varo Yastzembiec de Yendrzeyowski, médecin et maire d’Uclés, 
s’était joint a nous. 

M. Quintero nous conduisit au bord d’une sorte de puits ver- 
tical, s’;ouvrant au ras du sol, et mesurant deux métres envi- 
ron de profondeur. Cet orifice, qui me parut alors percé dans 
le roc vif, livrait a peine passage a un homme, quand nous y 
descendimes pour la premiére fois. Etait-ce 1a vraiment une 


(1) Cette grotte que je visitai plus tard en Février 1893 ne renferme aucune trace 
dhabitation. C’est une caverne artificielle, creusée dans un massif gy pseux, a 20 mi- 
nutes environ de Bayona, ancienne forteresse qui domine la route de Madrid a Va- 
lence, au point ow elle est coupée par le Giguela. 

Elle se compose de plusieurs galeries horizontales, pratiquées au ciseau dans 
Vépaisseur de la colline et convergeant toutes plus ou moins directement vers une 
sorte de vestibule qui fait suite 4 l'entrée. 

Ces galeries sont basses et jonchées de débris aigus, arrachés aux parois. Il faut 
pour les parcourir se tenir constamment courbé ou se trainer sur les genoux ; mais 
elles empruntent aux lueurs des torches une incomparable beauté. Les multiples 
facettes des cristaux dont la votite est revétue, s’en renvoient les rayons, et donnent 
naissance & mille jeux de lumiére qui prétent a la grotte un aspect féerique. 

Elle est d’origine relativement récente et ne parait guére remonter au deli de 
l'époque romaine. Cornide pense avec raison que les Romains venaient y chercber 
la pierre spéculaire dont Pline parle tout au long dans son Hiséoire naturelle (livre 
KEXVI, ‘Cc. 22°) 


(3) Capelle.—DiCOUVERTES PREHISTORIQUES. — . 119 


issue artificielle? N’était-ce pas plutdt le résultat dun éboule- 
ment? Je ne saurais le dire. Je ne songeai pas & m’en rendre 
compte en cette circonstance, et depuis, des chercheurs de 
trésors, comme il s’en trouve malheureusement partout, la 
jugeant trop étroite, ’ont agrandie pour y passer plus a l’aise. 

Au fond du puits s’ouvrait un couloir de quatre metres de 
longueur, vrai terrier qui débouchait dans la galerie centrale. 
Cette galerie était au début encombrée sur un parcours d’une 
trentaine de métres par d’énormes quartiers de roc, détachés 
de la volte ou précipités du dehors. Une masse considérable 
de terre, venue de l’extérieur, en avait rempli les interstices, 
laissant a peine serpenter entre ces blocs un sentier raide, 
étroit, tortueux, par ott les renards avaient acces dans cette 
immense taniere. 

Je ne saurais dire au prix de quelles fatigues nous pimes 
atteindre la premiere salle, les pieds en avant, la téte clouée 
au sol, les bras collés le long du corps, ayant toutes les peines 
du monde a conserver allumées, sans mettre le feu a nos véte- 
ments, les bougies dont la faible lueur ne servait méme point 
a diriger notre marche. 

M. Quintero, qui le premier avait exploré une partie du 
boyau central, s’était fait notre guide et nous indiquait de son 
mieux les recoins ott il convenait de nous garer: il fallut en 
effet. des prodiges de prudence pour éviter de nous écraser les — 
uns les autres, en faisant rouler devant nous sur une pente 
aussi raide les rochers mobiles qui génaient la descente ou se 
détachaient sur notre passage. 

Nous atteignimes enfin une salle assez vaste ot: il nous fut 
possible de nous tenir debout sans trop de difficulté. 

Le résultat de cette premiere expédition fut de faire naitre 
en moi la certitude que je me trouvais véritablement dans 
une grotte préhistorique. Les nombreux fragments de poterie 
qui jonchaient le sol, les ossements gisant a fleur de terre, 
la fumée dont la volte était noircie: voila bien de précieux 
indices. La suite me montra que je ne m’étais point trompé. 
Mais je dus, ce jour-la, me borner a ces constatations. On ne 
pouvait songer a commencer les fouilles sans avoir auparavant 
rendu le passage plus praticable. Il fallait moins encore pen- 
ser aretirer avec nous de la grotte des objets fragiles ou volu- 
' mineux, tant l’ascension était malaisée. Nous avions employé 
\ 


120 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4 


plus dune heure a descendre jusqu’a cinquante ou soixante 
métres environ de l’entrée: deux heures nous suffirent & peine 
pour remonter, et c’est au prix d’indescriptibles efforts que tel 
de mes compagnons dont la corpulence dépassait la moyenne 
parvint a se hisser le long de la pente glissante et raide, quel- 
quefois presque perpendiculaire, par ott il était descendu sans. 
trop de mal. 

Je n’avais guere qu’un jour par semaine a consacrer & mes 
recherches, et bien souvent des occupations imprévues pou- 
vaient m’empécher de reprendre mon travail au jour fixé. 
Néanmoins je me mis résolument & l’ceuvre: plusieurs de mes. 
amis voulurent bien m’aider tour a tour dans mes explora— 
tions. Il serait trop long d’en dresser la liste: mais il est de 
mon devoir et c’est une joie pour moi de leur témoigner ici 
Vexpression de ma sincere gratitude. Ils m’ont secondé avec 
un dévouement et une intelligence que.de graves et nombreu- 
ses difficultés n’ont pas un instant déconcertés. Aussi n’hésitée- 
je pas a leur attribuer une grande partie de ces découvertes. 

J’ai donné a la grotte le nom de Grotte de Segobriga, parce 
que les ruines de cette ville s’étagent sur le tertre qui la re- 
garde (1). On y trouve les restes @une civilisation primitive: 
des outils, des armes, des ornements, des poteries, des sque— 
lettes humains appartenant a des races dés longtemps dispa— 
rues de ces contrées, des ossements d’oiseaux et de mammife- 
res dont la chair a dt servir de nourriture aux troglodytes. 

Ktudier cette civilisation, ces races, cette faune; demander 
aux débris mémes de la ville quelles furent ses origines pré— 
historiques, tel est objet de ce travail. Je m’aiderai pour ren- 
dre cette étude plus compléte, soit des objets analogues retrou- 
vés ca et la dans le pays, soit des ruines échelonnées de dis— 
tance en distance sur les collines des alentours. 

Ces objets sont de plusieurs sortes: je citerai notamment des 
morceaux de silex, des coquillages perforés, des poincons en 
os, des haches de pierre, des fragments de poterie. Répandus 


(1) J’adopte Vopinion du R. P. Fita qui, aprés Morales, Cornide et d’autres auteurs, 
placent & Cabeza del Griego \es ruines de Segobriga. Malgré toutes les raisons alle- 
guées par Madoz dans son Dictionnaire géographique de VEspagne contre cette opi- 
nion, il semble que les derniéres découvertes aient mis désormais ce point hors de 
doute. 


(5) Capelle.—DECOUVERTES PREHISTORIQUES. 12 


dans toute la contrée, sur les collines, a la surface des champs, 
dans le lit desséché des torrents, si la plupart ont vu bien des 
siécles passer sur eux dun pied dédaigneux, quelques-uns 
n’ont pourtant pas manqué d’attirer lattention des habitants 
de la région. Ici comme en Gréce, & Rome, et plus tard dans 
les Gaules, les céraunies ou pierres de foudre, piedras de rayo, 
ont été et sont encore l'objet de la superstition populaire. Heu- 
reux qui peut en rencontrer une sur sa route: il se croit pré- 
servé par elle de tous les maux présents et & venir. 

M. Luis Valdecabras, député provincial de Cuenca, m’a 
assuré que l’on admettait dans certaines parties de la région 
deux sortes de céraunies: les unes de forme allongée, assez 
épaisses, aux bords latéraux arrondis, préservent de la foudre: 
les autres plus courtes, minces, aux arétes saillantes ou du 
moins plus marquées, sont un précieux talisman contre les 
maladies de toute sorte: les premiéres sont md/es, les autres 
Femelles. 

Faut-il voir dans ces absurdes croyances un vestige de tra— 
ditions antiques? Au dire de Pline, un vieil auteur du nom de 
Sotacus distinguait deux especes de céraunies, Pune noire, 
Vautre rouge, toutes deux semblables & des haches. Celles qui 
étaient & la fois noires et arrondies servaient & prendre des 
villes et des flottes: on les nommait détyles: on donnait a celles 
dont la forme était allongée le nom de céraunies proprement 
dites. Certains en admettaient encore une troisieme espéce fort 
rare et trés recherchée au pays des Parthes, parce qu’on ne la 
trouvait qu’aux endroits frappés de la foudre (1). 

Les éclats de silex se rencontrent plus communément encore: 
ils apparaissent sur tous les points de la région, dissémineés 
dans les sillons des champs labourés ou mélés a la poussiere 
des chemins. Il est du reste fort difficile de savoir a quelle 
époque il faut en faire remonter la taille: car tres peu présen— 


(1) «Est inter candidas et que ceraunia vocatur, fulgorem siderum rapiens. Ipsa 
erystallina, splendoris ceerulei, in Carmania nascens. Albam esse Zenothemis fate- 
tur, sed habere intus stellam concursantem. Fieri et ceraunias, quas nitro et aceto 
per aliquot dies maceratas concipere stellam eam que post totidem menses relan- 
guescat. Sotacus et alia duo genera fecit ceraunie, nigree rubentesque ac similes 
eas esse securibus: iis que nigre sunt et rotund, urbes expugnari et classes, easque 
betulos vocari: que vero longw sunt, ceraunias. Faciunt et aliam raram admodum, 
et Parthorum magis quesitam, quoniam non alibi inveniatur, quam in loco fulmine 
icto » (PLIN., Hist. nat., 1. Xxxvii, 51.) 


122 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) 


tent une forme bien déterminée, et comme par ailleurs on se 
sert dans le pays pour triturer la paille de claies armées de 
ces éclats, il est fort possible que beaucoup d’entre eux aient 
servi a cet usage aprés avoir été recherchés dans ce but. 

Les poincons en os se montrent rarement ala surface du sol 
ot ils demeurent exposés aux intempéries des saisons et échap-. 
pent difficilement a une destruction prompte et complete; mais 
il est assez fréquent d’en rencontrer apres les inondations dans 
les ravins ou sur les flanes des collines. Apres Pinondation du 
14 Septembre dernier, on en recueillit un certain nombre que 
les eaux avaient entrainés jusque dans notre Auveria. 

Quant aux ruines préhistoriques, éparses dans la contrée, 
il faudrait, pour en faire une étude approfondie, beaucoup de 
temps et des moyens que je n’ai pas: je me contenterai donc 
de signaler en passant tout ce qui aura pu attirer mon atten- 
tion sans prétendre faire davantage. 

Dans la premiére partie de ce travail, je décrirai la grotte 
elle-méme et les objets que j’y ai rencontrés. Je traiterai suc- 
cessivement des hommes et des animaux dont j’ai retrouvé les 
restes. Cette étude sera nécessairement incompléte; car les 
fouilles ne sont pas terminées; elles ne le seront peut-étre ja- 
mais. Toutefois puisque je me vois forcé de les interrompre et 
que je ne suis point assuré de pouvoir plus tard les reprendre, 
il me parait opportun de publier dés aujourd’hui les résultats 
que j’ai obtenus. Sil m’était permis d’entreprendre un jour 
les fouilles de la ville elle-méme, j’aborderais alors la seconde 
partie de cette étude, et ferais connaitre les trésors archéolo- 
giques que recélent ces vastes ruines. 

La civilisation des premiers Celtibéres n’est pas sans analo- 
gie avec celles que MM. Henri et Louis Siret nous ont fait con- 
naitre dans leur bel ouvrage: Les dges du métal dans le Sud- 
List de V Espagne. M. Louis Siret a eu Vamabilité de me fournir 
a plusieurs reprises dans une intéressante correspondance des 
renseignements qui m’ont été fort utiles, tant pour la conti- 
nuation méthodique des explorations que pour la rédaction 
de ces notes. M. de Lapparent et Son Excellence M. Federico 
de Botella, inspecteur général des mines, m’ont donné la solu- 
tion de plusieurs doutes relatifs a la géologie du pays (1). 


(1) Je dois au crayon de M. P. Quintero et du P. P. de Bernebruch la plupart des 


(7) Capelle.— pDiCOUVERTES PREHISTORIQUES. 128 


M. Francisco Quiroga y Rodriguez, professeur de cristallo— 
graphie a l'Université Centrale de Madrid, s’est chargé d’ana- 
lyser les roches. La plupart des instruments ou objets en 
pierre, recueillis dans nos excursions, sont passés sous ses 
yeux (1). 

M. Francisco de Paula Martinez y Saez, professeur de Zoo- 
graphie, section des Vertebrés, dans la méme Université, a 
bien voulu me diriger et m’aider dans l’examen des ossements 
et la détermination des espéces. Les pieces douteuses ont été 
soumises & MM. Albert Gaudry et Philippe van Beneden (2). 

De sympathiques encouragements me sont venus de divers 
cotés. En France et en Belgique, des savants distingueés m’ont 
fait Lhonneur de s’intéresser & mes fouilles. J’ai déja cité plu- 
sieurs noms: je ne puis oublier de signaler encore M. le Mar- 
quis de Nadaillac et M. Emile Cartailhac dont les travaux ont 
de nos jours fait faire un si grand pas a lanthropologie. 

En Espagne, Son Excellence M. Canovas, ancien Président 
du Conseil des Ministres, Son Excellence M. Moret, ministre 
de V'Instruction publique, le R. P. Fita et lAcadémie Royale 
d'Histoire, M. Ignace Bolivar, membre du Conseil Supérieur 
de l'Instruction publique, m’ont donné a plusieurs reprises des 
marques de leur bienveillance. 

Je me rendrais coupable d’ingratitude si je ne remerciais du 
fond du cceur tous ces hommes éminents qui m’ont aidé de 
leur concours et secondé de leurs conseils, dans l’ceuvre a 
divers titres si ardue pour moi, que j’avais entrepris de con- 
duire a bonne fin. 

Puissent ces notes jeter quelques lueurs sur les origines en- 
core mystérieuses des civilisations préhistoriques de PEspagne 
centrale et préparer la voie aux chercheurs de l'avenir. 


Uclés, 1 janvier 1894. 


dessins qui accompagnent cette étude. Plusieurs planches m’ont été g@racieusement 
prétées par MM. Siret et par M. le Directeur de la Société d’excursions de Madrid. 
(1) L’examen de ces objets était déja terminé lorsqu’une mort impréyue nous a 
brusquement ravi cet homme aussi éminent qu’aimable et désintéressé. 
(2) M. van Beneden s’était aimablement offert & m’aider dans l'étude des osse- 
ments trouvés dans la grotte; mais la mort l’a surpris avant qu’il ait pu la mener 
a terme. 


124 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) 


CHAPITRE PREMIER. 


La région explorée. 


Avant d’entreprendre l'étude de la civilisation enfouie dans 
la grotte de Segobriga, grotte qui a été le principal théatre de 
nos fouilles, je veux jeter un coup d’ceil sur la contrée au sein 
de laquelle cette civilisation a pris naissance. J’esquisserai 
d’une main rapide lhistoire de cette région, tour & tour fond 
de mer crétacée ou de lac miocene, couverte jadis de luxu— 
riantes foréts, hérissée aujourd’hui de rocs dénudés et stéri- 
les, thédtre, dans la suite des ages, de tant d’invasions san- 
glantes et @héroiques revendications. 

Je parlerai d’abord de la configuration physique du pays et 
du climat qui y régne. 

Un second paragraphe sera consacré a l'étude des terrains. 

J'exposerai ensuite briévement les caractéres principaux de 
la faune et de la flore. 

Je terminerai enfin par un résumé succinct de son histoire 
a travers les siécles. 


Sr 
— 


LA REGION EXPLOREE.—CONFIGURATION PHYSIQUE.—CLIMAT. 


I. Configuration physique.— La région explorée fait partie 
de lantique Celtibérie. La Celtibérie était bornée a ?Est par 
la cordillére de ’Idubéda, chaine de montagnes qui séparait 
autrefois du royaume de Castille celui d’Aragon. Deux ra- 
meaux, détachés de ’Idubéda, marquaient ses limites au Nord 
et au Midi. Celui du Nord naissait au-dessus de Numance et 
courait vers Voccident en formant sur son passage les sierras 
d@Urbion, d’Oca, du Guadarrama. Le rameau du Sud, aux ci- 
mes d’abord peu élevées, mais bientdt coupé de gorges apres 
et scabreuses, n’était autre que l’Orospéda, sur les pentes sep- 
tentrionales duquel s’étaient fixés les Orétans. Cette chaine 


(9) Capelle.—picOUVERTES PREHISTORIQUES. 125 


traversait la province actuelle de Cuenca et l’ancien royaume 
de Valence, puis allait se perdre dans la mer, au deli du cap 
Saint-Vincent (1). 

Elle était limitée dans sa partie occidentale par la Carpé- 
tanie. Mais je n’ai pu étendre mes recherches dans tout le pays 
occupé autrefois par les Celtiberes. La région que j’ai visitée, 
bornée au Nord par la montagne d’Altomira, a ’Ouest par une 
droite tracée de la station de Huelves au Chateau d’Almenara, 
a l'Est par les villages d’Alcazar, Carrascosa, Rozalen, Mon- 
talbo; au Sud par ceux de Hito, Almonacid, la Puebla de Alme- 
nara, est baignée par le Rianzares, le Bedija et le Giguela. 
Elle est montueuse et coupée de vallées fertiles. 

II. Climat.— Les facteurs principaux du climat d’un pays 
sont, d’apres Humboldt, la pression barométrique, lhumidité, 
le plus ou moins d’agitation et de transparence dans lair, la 
tension électrique de l’atmosphere, la force et la fréquence des 
orages, enfin l’altitude et la latitude du leu. Je vais signaler 
les quelques observations que j’ai pu faire pendant un séjour 
de sept ou huit ans, & Uclés, centre de la partie explorée de la 
province. 


(1) Au dela de l’/dudéda, dit Strabon, s’étend la Celtibérie, région vaste et d’aspect 
varié, mais dont la plus grande partie est naturellement abrupte et souvent ravagée 
par les débordements de grands fieuves. Elle est sillonnée par l’Anas et le Tage, et 
cest 1A que prennent leur source cette série de conrs d’eau qui se dirigent vers 
VOcéan occidental. Je citerai parmi eux le Dwirivs (Douro), qui passe pres de Nwinaii- 
tia et de Saguntia. Le Bétis nait dans |’ Orospéda, traverse l’Orétanie et descend vers 
la Bétique. Au Nord des Celtibéres, sur les frontiéres du pays des Cantabres Conisques, 
habitent les Vérons, qui sont eux aussi une branche de la grande émigration celti- 
que; ils ont pour capitale Varia, sise 4 l'un des passages de |’ Lbre. A Ouest de la 
Celtibérie on rencontre quelques tribus d’Astures, de Callaigues, de Vacéens, ainsi que 
des Vétons et des Carpétans: la méme contrée est limitée au Sud par les Orétans et les 
diverses tribus Jastétanes et sudétanes, qui habitent l’Orospéva. L’I[dubeda \a Yorne 
du coté de l'Est. 

La Celtibérie est divisée en quatre cantons; mais les districts de Est et du Midi 
sont occupés par la peuplade la plus puissante , je veux dire la nation des Arvagues 
qui touche au pays des Carpétans et aux sources du 7age. La plus fameuse de leurs 
cités est Nomentia ou Numantia qui fit montre de tant de valeur pendant cette céle- 
bre guerre entre Celtibéres et Romains, qui dura vingt ans. Personne n’ignore en 
effet que les Numantins, ayant détruit plusieurs armées romaines avec leurs géné- 
raux, soutinrent un long siege, enfermés dans leurs murailles, et se laissérent pour 
la plupart mourir de faim, A l’exception d’un petit nombre qui rendit la place... Nw- 
mantia est située 4 800 stades de Cvsaraugusta, ville batie sur le cours de |’Hbre. On 
compte aussi parmi les villes de la Celtibérie, Segodriga et Bilbilis, aux environs des- 
quels eut lieu la lutte entre Métellus et Sertorius. (Strabon, liv. lf, ch. Iv.) 


126 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) 


1. Hauteur barometrique.—Le barométre descend rarement 
au-dessous de 665"™; cependant le 18 février 1892, a 11 h. du 
matin, il marquait 661™™; mais je ne l’avais jamais vu descen- 
dre aussi bas. Cette dépression extraordinaire fut suivie d’une 
violente tempéte, amenée par un courant du SO. La hauteur 
moyenne fut en 1892: 


AADUVICT ee! scx 2.5 jure cider lon regere ee tee 685 
EV ITOD 3s, 05205 wo pictowel chore ke Slo aieraiele 690 
DY ATA:.5, o3012r'acatalaborens eoate eit Sn wiatanay 682 
AS VITAL ars myenc os Sie ke ot ate tare ence tt onc ere 683 
NY AT oS np cise ths ante de U aaeeee eae 683 
JATIN 6k ove, eee ar eeterer tages 687 
OUND, 5 sco aeceretha kas a. ce nae 688,5 
Aout (2¢ quimzaine). 3... 4. 689 
DE PlSMIPTC se oc. CFs cio. tec oe ate clas 690 
CLOGS sis.ciefss si.06% We Selige! ale eke’ 8 679 
NOVemMDY erg as sc PW ate wo tiga wae 679 
Décembre (1° quinzaine)....... 691 


2. Thermometre.—l\ est fort rare que le thermoméetre s’abais- 
se au-dessous de 10° ou 12° centigrades, et qwil s’éléve au-des- 
sus de 40° a Vombre. La température moyenne en 1892 fut la 
suivante: 


Max. Min. 
PADVICE. Sicily crevete bass spatedo ee ae 11 —12 
OVI C Tawieyc os: ytrociersicxetoye cro eiacene 16 — 5 
EDT Scans capris siete erie ake 18 — 4 
PAVIA «fe icere ath stern poe itariteane 22 — 2 
Naiiass Garis aks ae eo aee ens oe a7 0 
JUN ie ein painters aie ada ioe atee ed cee 36 5 
Anes aasane ayepelowine fons rotaickers Poe eke 39 12 
INOW eterers Scoge sonsob asp 35 12 
SOpLemM Hers wise woe ne eie sigs sie 30 11 
GEO DEG 6 oleae won ene oe ree Ba ete 25 2 
Novembre....... RASTER A obs Ce oh ae 25 0 
Décembre (1° quinzaine) ..... . 13 —2 


Les matinées sont en général trés fraiches, méme pendant 
lépoque des plus grandes chaleurs, et il est presque inoui de 
voir sécouler 4 ou 5 jours consécutifsS sans que la brise vienne 
rafraichir la temptrature. 


ql) Capelle.—DECOUVERTES PREHISTORIQUES. 127 


3. Direction des vents.—Les vents du SE., SW., W. dominent 
pendant une grande partie de ’année, spécialement & certai- 
nes ¢poques: ainsi le vent du SW. qui améne d’ordinaire la 
pluie souffle plus fréquemment en Septembre, Octobre et No- 
vembre, si le printemps a été beau. Si au contraire le prin— 
temps est pluvieux, ce qui est arrivé durant plusieurs années 
consécutives, c’est le vent du SE. qui domine en automne. Ces 
deux vents soufflent parfois avec une extréme violence. 

La saison chaude est trés seche: elle commence avec les der- 
niers jours de Mai et dure jusque vers la deuxiéme quinzaine 
dAont. Depuis quelques années il est fort rare d’avoir un prin- 
temps completement beau: on peut méme dire quwil n’y a guere 
ici de printemps et que l’on passe presque sans transition de 
Vhiver a l’été. 

L’hiver est peu rigoureux; mais le vent du N. et surtout 
celui du NE. s’y font souvent sentir a cette époque de l’année. 
Ce dernier a recu dans le pays le nom de Matacabras et il 
y rend le froid beaucoup plus sensible que dans des régions 
plus septentrionales. Les premieres glaces n’apparaissent @ue- 
re qu’avec les premiers jours de Décembre; mais les gelées 
se prolongent parfois jusqu’au commencement de Mai. 

Les orages sont peu fréquents; ils passent @énéralement 
sans éclater: il est des années ott ’on en compte a peine deux 
ou trois; mais il est fort rare que les derniers jours de Juillet 
en soient exempts (1). 


(1) Etat de ’atmosphére en 1892. 


Beas Gem psana cnctioseiio ne sreceier: 126 
PLUM Ce Nee tree suerte arene, Seine ei €5 
Browillar dhe anscr4 see atrtnoe neces Ae dE! 
COUNMEDE Ack sledee saamayeat ace sentria 20 
NWa@e niet s.6 bias puna cemnaciace 105 
OTERO ais owstohclortrciecs ereciicareciteren 13 
IN CID C. sfericuie «ie a7sir lererasitre eeveiceat return 7 
GYresileneeor. CBiecies one Vaso Pade 3 


En 1893, la neige n’est tombée qu’une seule fois et en minime quantité. 


128 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) 


00 


APERCU GEOLOGIQUE. () 


La région qui nous occupe faisait partie, a ’époque des mers 
crétacées, du golfe de la Nouvelle Castille. Ce golfe, compre- 
nant les provinces de Madrid, Guadalajara, Albacete, Cuenca, 
Valence, Murcie et Alicante, communiquait par ces trois der- 
niéres avec la Méditerranée; mais c’est tout pres de Cuenca 
que finit le grand bassin lacustre tertiaire qui embrassait une 
partie de la Nouvelle Castille et de la Manche, bassin dont 
Uclés, Sahelices, Segobriga faisaient partie, et qui se compose 
surtout de miocéne. Ce bassin est limité a PEst par une bande 
crayeuse longue de 130 a 140 kilométres, dont Cuenca occupe 
le centre. 


(1) Il est peu de provinces en Espagne dont la géologie ait donné naissance a plus 
de mémoires que la province de Cuenca. De Verneuil et Collomb, et apres eux M. Jac- 
quot, avaient jeté de précieux jalons dans cette étude; mais les remarquables tra - 
vaux de M. Federico de Botella et M. Daniel de Cortaézar ont enrichi la science de 
nouveaux et précieux documents. 

De Verneuil étudia la géologie de l’Espagne de 18i9 & 1865. On trouve dans les 
Comptes rendus de l’Académie des Sciences diverses notes de ce savant sur la province 
de Cuenca. Plusieurs de ses mémoires sur l’Espagne furent résumés et présentés au 
public en 1864, 6poque ov il publia sa Carte géologique de i’ Espagne. \l y donnait pré- 
cisément plus de développement a la géologie de la partie orientale (provinces de 
Cuenca, Valence, Alicante, Teruel, Guadalajara) qu'il avait tout particuliérement 
explorée. 

Il existe encore d'autres mémoires du méme auteur dans le Bulletin de la Société 
gcologique de France. Un de ces mémoires paru en 1852 (t. x, 2 série) y expose la cons- 
titution géologique des provinces qu’il devait plus tard detailler dayantage dans sa 
carte. 

M. Jacquot fit paraitre en 1866 une étude sur la Serrania ou partie montagneuse 
de la province de Cuenca. On trouverait encore de précieux renseignements dans 
Espana y sus antiguos mares de S. BE. M. Federico de Botella y de Hornos, inspecteur 
général des mines. Madrid, 1892. 

Mais l’ouvrage le plus utile & consulter est la Descripcidn fisica , geologica y agrolo- 
gica de la provincia de Cuenca, par Daniel de Cortdzar, ingénieur des mines et mem- 
bre de la Société géologique de France. Madrid, 1875. 

Les quelques notes que je transcris ne sont qu’un résumé trés succinct de ces di- 
vers ouvrages. 

Je doisaS. E.M. Danielde Cortdzar ia plupart des coupes géologiques qui figurent 
dans ce c\apitre. 


(23) Capelle.—piiCOUVERTES PREHISTORIQUES. 120 


A lOuest. une série de collines cretacees perce les dépots 
miocénes, entre dans la province de Cuenca par Buendia, 
court du N. au 8., en passant par Jabalera et Mazarulleque, et 
vient se dissimuler ca et l& aux environs d’Ucleés sous les cou- 
ches tertiaires. Elle ne tarde pas a reparaitre franchement 
entre Rozalen et Sahelices, ott elle se divise en deux branches, 
dont l'une se dirige vers Almenara et va s’étendre jusqu’au 
delA de Mota del Cuervo: l'autre touche a Almonacid del Mar- 
quesado et finit au SE. de Belmonte. C’est dans la premiére 
de ces ramifications que fut batie la ville de Segobriga. 

La longueur de ces collines est d’environ 100 kilometres: 
leur largeur varie de 2a 6, 

Ces formations crétacées de la partie occidentale sont les 
seules comprises dans la partie explorée. Je ne parlerai point 
des autres. 

Le systéme crétacé de toute la province, et, par consequent, 
des collines dont je viens de parler, présente de haut en bas 
les couches suivantes, d’aprés une coupe prise par M. Corta- 
gar, & Una (fig. 1), au dessus de la grande source des Borho- 
fones, et pouvant étre considérée comme typique: 

1. Calcaires caverneux alternant avec des marnes blancha- 
tres qui constituent sur une grande épaisseur la partie supé- 
rieure de la formation. 

2. Calcaires légerement cristallins, en couches peu epais- 
ses, sur une profondeur de 25 metres. 

3. Sur un métre d’épaisseur, lit de marnes de couleur gris 
de fumée. 

4. Strate calcaire de couleur gris clair, haute de 50 metres, 
présentant en sa partie supérieure plusieurs couches assez 
minces, d’un grain plus menu, d’une texture plus unie, qui 
surplombent sur la coupe comme une corniche. 

5. Second lit de marnes, épais de deux metres. 

6. Calcaire jaurdtre compact, sans stratification bien mar- 
quée; épaisseur: 25 metres. 

7. Calcaire marneux d’un jaune verdatre, alternant avec 
des marnes plus foncées; hauteur totale: 30 metres environ. 

8. Séries de couches de grés feldspathique , décomposées a 
leur surface, profondes de 20 métres. 

9. Conglomérats reposant sur les couches jurassiques. 

Dans les collines de Ouest, cette disposition est générale- 


ANALES DE HIST. NAT. —X’ Ill. 9 


ik 


130 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) 


ment conserveée; mais les diverses strates sont d’ordinaire plus 
minces. Les couches calcaires revétent une couleur foncée, le 
plus souvent rougeatre: les lits @argile et de marne blancha- 
tres qui les séparent ont 


Fig. 1. 


peu d’épaisseur et sont 
parfois assez riches en 
fossiles. 

Comme on le voit, la 
formation crétacee se 


Coupe du terrain crétacé a Via. compose de deux séries 
1, 2, 3. Caleaires.—4. Marnes.— 5. Arkoses. 


de couches, les unes cal- 
caires, les autres arénacées. Ces derniéres sont a la base du 
systeme: elles sont constituées par des quartz a gros grains 
ot se rencontrent des éléments feldspathiques. Ce sont de 
vraies arkoses de couleur blanchatre, bien que souvent ta- 
chées et méme imprégrées par des oxydes de fer. 

La profondeur moyenne de la trame arénacée est d’environ 
100 métres, d’apres M. de Cortazar: on y rencontre souvent 
VOstrea flavella VOrb. 

La série calcaire est constituée, dans les collines, par des 
roches de texture plus ou moins cristalline, toujours métamor- 
phiques et caverneuses. Ces dépdts se montrent sous forme de 


Fiz. 2. 


“ a . 
- s ‘ 2 
oanenl ear “FY tien tnbed ; 
"~~ a - Speer etl + 
I to 


e BR i ryt. P ae , 
? a : 


Taye ee © 


Plissement des collines crétacées a Uclés. 


(15) Capelle.—piCOUVERTES PREHISTORIQUES. 131 


bancs mesurant de 0,20 &2 2 métres d’épaisseur, intercalés 
avec des argiles et des marnes. Ils ne sont pas horizontaux 
comme ceux de la Serrania; mais plisses ou soulevés sans que 
cependant la rupture de leurs axes anticlinaux puisse étre 
considérée comme constante: ces ondulations sont surtout 
sensibles au détroit de Paredes (pl. vi), a travers lequel le Rian- 
zares s'est frayé un passage entre les villages de Huelves et 
Paredes, et au Nord du mo- 


, ’ , : : Fig. 3. 
nastere d’Uclés ott, dit M. de ‘: 
Cortazar, on voit en projec- 3 

‘ fy 


tion horizontale ces couches 


former un arc de prés de 90° ats 
correspondant i un rayon de COS SS 
500 metres (fig. 2). Profil géologigue des bords du Giguela, au 


, a ee Batan del Hito. 
Le terrain tertiaire les lon- : EE ae 
~ Calcaires, marnes et argiles crétacées. 


eeides deuxicbtés It semble, '~;T Mecenosmompholithes etmamnes milo: 
souvent avoir suivi le mou- 

vement des crétes crayeuses et il n’est pas rare de le voir, sur 
le versant Est, affleurer presque au sommet des collines, tandis 
que le versant Ouest étrangement tourmente ne présente que 
des calcaires crétaces 


; a Fig. 4. 
jusqu’a une grande Fs 
Oo 

élévation (fig. 3). 3 2 2 

Au sortir de Saheli- i = EE 


ces, la faille qui sépa- 
re le crétacé du ter- 
tiaire est si marquée 
qu'elle forme, pres de 


we 94415 6 SHA Se 1.8. 776 Oa aed 
Point de contact des terrains crétacé et tertiaire a 
la route et aux por- Sahelices. 
. 1368 Argiles calcaires. 
tes mémes du village, 25 Marnes sablonneuses. 
5 pes he {7 Caleaires semi-cristallins. 
une sorte de fosseé lar- 9 Caleaires argileux fossiliferes. 


Ws Feat a b ¢ Gompholithes, macignos et marnes mioceénes. 
ge et profond (fig. 4). 


Les espéces fossiles recueillies par M. Cortazar dans le ter- 
‘ain dont nous venons de parler sont les suivantes: 


Ammonites Mantelli? Sow. (Rampe de San Pablo, a Cuenca.) 
Globicoucha rotundata D’Orb. (Muela de Valdecabras, etc.) 
Tylostoma Torrubie Sharpe. (Campillo de Paravientos.) 
Natica hispanica D’Orb. (Mota del Cuervo, etc.) 

Crassatella impressa Sow. (Campillo de Paravientos.) 


132 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) 


Cardium hillanum Sow. (Palomera, etc.) 
Avea cenomanensis D’Orb. (Mota del Cuervo.) 
Avicula subpectinoides Reuss. (Cuenca, etc.) 
Ostrea columba Desh. (Cuenca, Mota del Cuervo, etc.) 
— farella D’Orb. (Cueva del Fraile, etc.) 
Rhynchonella contorta D’Orb. (Sahelices.) 
— Lamarkiana D’Orb. (Sahelices.) 
Hemiaster Fournelli Desh. (Cuenca, Mota del Cuervo.) 
— Bufo Brongn. (Cuenca.) . 
Phymosoma Delamarrei Desh. (Mota del Cuervo.) 
— circinatum Agass. (Id.) 
Diplopodia Roissyi Desor. (Id.) 
Salenia scutigera Gray. (Id.) 
Radiolites divers. (Palomera, La Parra, etc.) 


Fig. 5. Bien que les colli- 
( nes, dont je viens d’in- 
diquer sommairement 
la constitution , appar- 
tiennent toutes au sys- 
teme crétacé, le ter— 
rain tertiaire acquiert 


neanmoins un déve— 


. 


Pate tae ee a cepa const 

ble dans la province, 

ou il couvre une superficie de 9.000 kilométres carrés,. et il 
s'étend en larges plaques dans la zone que j'ai exploree. 

Il est constitue en grande partie par des dépots d’eau douce. 
La formation miocéne d’eau douce présente, comme dans le 
centre de la péninsule, trois séries de couches distinctes: la 
série supérieure, composée de calcaires siliceux, la série mo- 
yenne de marnes, argiles et eypses, la série inférieure d’argile 
rougeatre, de macignos et de gompholithes. Cette formation 
est cependant bien loin d’étre partout homogéne. 

Dans la région qui nous occupe, c’est A dire en prenant, par 
exemple, pour centre le village de Sahelices, domine la zone 
des argiles. Les macignos et les gompholithes y sont recou- 
verts dune é@paisse couche de terre argileuse, & laquelle se 
trouvent mélés de nombreux cailloux de quartzite. 

La serie calcaire, qui n’apparait presque sur aucun point de 


(17) Capelle.—DECOUVERTES PREHISTORIQUES. 133 


la région septentrionale, acquiert en revanche un grand dé- 
veloppement dans les environs de Tarancon et de Montalbo. 
Elle est en général superposée aux couches gypseuses Ou assise 
sur les argiles rouges qui remplacent ces dernieres. 

Les gypses abondent dans lancienne Celtibérie; mais ils 
sont plus transparents dans le bassin du Tage que dans celui 
du Guadiana. Il yadu reste des exceptions, et, quoique situés 
sur les bords du Giguela, les gypses des environs de Bayona 
ont eu leur célébrité, dans les temps antiques. «La pierre spé- 
culaire, dit Pline. se divise facilement en minces lamelles. On 
ne la trouvait autrefois que dans l’Espagne citérieure: encore 
son aire d’extension était-elle assez réduite et n’embrassait- 
elle point plus de cent mille pas autour de la ville de Sego- 
briga. Aujourd’hui on la retire de Chypre, de Cappadoce, de 
Sicile: on la méme tout récemment découverte en Afrique. 
Mais nulle part elle n’est d’aussi bonne qualité qu’en Espagne. 
Les pierres spéculaires de Cappadoce sont grandes; mais elles 
manquent de dureté et de transparence: celles de Bologne en 
Italie sont petites, souillées de taches et mélées de silex; elles 
ressemblent a celles que l’on extrait en Espagne du fond des 
puits de mine percés a une grande profondeur » (1). 

La série des macignos et des gompholithes ne fait jamais 
défaut dans toute l’étendue du tertiaire; mais elle est souvent 
recouverte par les argiles et les gypses ou par les formations 
calcaires, et ne frappe pas les yeux. 

Les caleaires et les marnes sont remarquables par la quan- 
tite considérable de magnésie qu’ils renferment. 

Les deux premieres séries sont riches en fossiles. Je signa- 
lerai avec M. de Cortazar les espéces suivantes: 


(1) «Specularis vero (quoniam et hic nomen obtinet) faciliore multo natura findi- 
tur in quamlibet tenues crustas. Hispania hune olim Citerior tantum dabat, nec 
tota, sed intra centum millia passuum circa Segobricam urbem: jam et Cypros, et 
Cappadocia, et Sicilia, et nuper inventum Africa: postferendos omnes tamen Hispa- 
nie, et Cappadocie , mollissimis et amplissimz magnitudinis, sed obscuris. Sunt et 
in Bononiensi Italie parte breves, maculosi, complexa silicis alligati, quorum tamen 
appareat natura similis eis, qui in Hispania puteis effodiuntur profunda altitudine. 
Necnon et saxo inclusus sub terra invenitur extrahiturque, aut exciditur... Inveni- 
tur et niger aliquando. Sed candido natura mira, quum sit millitia nota, perpetiendi 
soles rigoresque: nec senescit, si modo injuria non arsit, quum hoe etiam in cemen- 
tis multorum generum accidat. Invenere et alium usum in ramentis quoque, Cir- 
cum maximum ludis Circensibus sternendi, ut sit in commendatione candor.» (Plin. 
loc. cit.) 


13 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) 


Hipparion gracile Kaup. Planorbis cornu Brongn. 
Lymned longiscata Brongn. Bithynia pusilla Desh. 
— Gouberti Chalmas. Potamides Lamarkii Brongn. 


Planorbis rotundatus Brongn. | Cytherea incrassata Desh. 
— corneus Lin. 


D’apres Prado, les gompholithes et les macignos seraient 
éocenes: les autres formations sont miocenes. Le soulevement, 
qui porta le fond du lac mioceéne a la hauteur ot nous le vo- 
yons aujourd’hui, dut étre fort lent. Les couches ne sont pas 
horizontales mais lég~erement inclinées dans le sens de l’écou- 
lement des eaux. Le courant était donc marqué; mais la pente 
peu rapide. Il y eut cependant de violentes poussées qui en- 
trainérent en bien des endroits la couche calcaire et souvent 
méme les gypses. 

D’ot venaient les grands courants d’eau qui alimentaient 

‘ces lacs tertiaires de Espagne? I] n’est point facile de le pré- 
sumer. Il est cependant prouvé qu’ils ne pouvaient tirer leur 
origine de l’Espagne elle-méme. II est done plausible de sup- 
poser l’existence d’un grand continent, qui venait s‘unir a tra- 
vers les mers a la péninsule ibérique. Cette opinion conforme 
i la théorie de M. Ed. Forbes, en vertu de laquelle l'Irlande 
aurait autrefois communiqué avec cette derniere contrée, n'est 
point en contradiction avec les traditions antiques, et permet 
peut-étre d’expliquer pourquoi les fouilles préhistoriques met- 
tent au jour, sur divers points, des objets analogues a ceux 
que nous ont livrés les découvertes de Schliemann et les civi- 
sations éteintes d'Afrique et d’Asie (1). 


§ Ill. 
FAUNE DE LA REGION EXPLOREE. 
La nature ne présente plus, autour de Segobriga, l’aspect 
to) o 


qu'elle offrait au temps de nos troglodytes et plus récemment 
encore sous les Romains. Les guerres qui, a diverses reprises, 


(1) CORTAZAR, Op. cit. passim. 


(19) Capelle.—pirCOUVERTES PREHISTORIQUES. 7 135 


ont désolé la contrée, ne pouvaient manquer, apres avoir dé- 
truit les villes et dispersé les populations, de semer la dévas— 
tation dans les campagnes et les foréts environnantes. L’im- 
prevoyance des habitants a fait le reste. 

J'ai vu tout autour de Cuenca et dans les environs de la ci/é 
enchantée de magnifiques vallons couverts d’arbres séeculaires. 
Les rochers gigantesques, dont les montagnes s’y couronnent, 
sont revétus d’un ample manteau de verdure, les sources y 
jaillissent a chaque pas, les vents viennent briser dans la ra- 
miure des vieux pins leurs fureurs impuissantes, et la nature, 
vierge encore, épanche de son sein, aux yeux du passant, 
d’incomparables trésors de grace et de fraicheur. 

Tels devaient étre les alentours de Segobriga, lorsque les 
hommes mirent pour la premiere fois le pied sur ces collines: 
tels ils durent se conserver durant bien des siecles encore. On 
rencontre ca et la quelques oasis echappées au désastre uni- 
versel, et il est aisé de voir ce que devait étre autrefois ce pays: 
si admirablement découpé et placé par la Providence dans des 
conditions climatériques vraiment exceptionnelles. 

Mais il est arrive ici ce qui ne tardera pas a arriver la-bas. 
ou c’est par centaines de mille que se chiffrent les arbres qui, 
tous les deux ans, descendent le cours du Jucar, poussés par 
les gancheros. Les rochers dépouillés sont d'une nudité repous- 
sante et tout le pays ressemble a un désert. Aussi est-il fort 
aisé de comprendre combien pauvre y doit étre la faune. 

Les mammiferes ne sont guere représentés que par le renard, 
le blaireau, le liévre, le lapin, le lérot et quelques autres es- 
peces communes a toute l'Europe méridionale. Le sanglier, le 
loup, le cerf, le chevreuil qui peuplaient le pays, a l’époque 
romaine, se sont peu a peu retirés vers les plateaux élevés et 
les gorges profondes de la Serrania ou ont pour jamais disparu. 

Je donnerai dans un chapitre spécial la liste des animaux 
dont j’ai retrouvé les ossements dans la grotte. Je veux me 
borner ici a signaler ceux que l’on rencontre encore dans la 
région explorée. | 

La faune ornithologique est plus riche. Je dois a M. Luis 
Valdecabras, député provincial de Cuenca, de précieux ren- 
seignements sur ce sujet. J’ai compleété ces indications par des 
recherches personnelles et par les données que m’a fournies 
le Catalogo de las aves de Espana, Portugal é¢ islas Baleares, de 


136 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) 


D. Ventura de los Reyes y Prosper (1). Je n’en dresserai pas 
la liste complete; mais je veux du moins indiquer un certain 
nombre d’especes. | 

Les grands OISEAUX DE PROIE ne séjournent g@uere dans cette 
région; mais ils y font, a différentes époques, spécialement 
au printemps et en automne, des apparitions fréquentes. Je 
citerai en particulier: Gypaétus barbatus L., Neophron percnop- 
terus L., Vultur monachus L., Gyps fulvus Briss., Aquila chry- 
saétos L., Aquila pennata Gmel., Milvus regalis Briss., Palco 
cenchris Naum. 

OISEAUX DE NUIT: Bubo maximus Flemm., Olus vulgaris 
Flemm., S/riz fliammea L. 

PassEREAUX: Cypselus melba L..—Ces martinets arrivent en 
troupes au mois d’Avril, et repartent dés les premiers jours 
d’Aout. Ils forment quelquefois de véritables nuées autour du 
monastere d’Uclés.—Airundo rustica L., Alcedo hispida L., 
Upupa epops ., Saxicola enanthe L., Sylvia atricapilla \., 
Regulus ignicapillus Brehin., Lusciola luscinia L., Turdus me- 
pula L.. Lurdus iliacus L.. Corvus corar L., Pica caudata l., 
Sturnus vulgaris L., Passer domestica ., Carduelis elegans 
Steph., Alauda arvensis L. 

GALLINACES: Perdiz rubra Briss., Coturnix communis Bona- 
terre, Otis tarda L., Pluvialis apricarius ., Venellus crista- 
tus Mey., Rallus aquaticus L.. Crex pratensis Bechst., Anser 
cinereus Mey., Anser sylvestris Briss., Spatula clypeata L. 

Les cigognes, si communes dans plusieurs provinces d’Es- 
pagne, n’ont point, a ma connaissance, été rencontrees dans 
cette région; mais on a parfois apercu des vols de grues et 
entendu leurs cris percants. 

Les serpents ne sont point tres varies et n’abondent pas. Je 
signalerai seulement les deux espéces suivantes que j’ai moi- 
méme recueillies: Zropidonotus natrix L., Rhinechis scalaris 
Seba. 

Dans un rayon de plusieurs lieues autour d’Uclés on n/a 
jamais vu d’espece venimeuse. 

Je citerai parmi les sauriens: Blanus cinereus Wagl., Gongy- 
lus ocellatus Forsk, Psammodromus hispanicus Fitz, Lacerta 


(1) Reyes y Prosper: Catalogo de las aves de Espaiia, Portugal é islas Paleares. 
Madrid, 1885. 


(21) Capelle.—pDiECOUVERTES PREHISTORIQUES. 137 


ocellata Daud., Tropidosaura algira Fitz, Platydactylus faceta- 
nus Aldrov. 

On remarque parmiles Jathraciens: Pleurodeles Walllii Mich ., 
Pelobates cultripes Cuv., Pelodytes punctatus Duges, Discoglos- 
sus pictus Otth., Bufo calamita Laur. 

On trouve des tortues sur les bords du Rio Salado; mais elles 
y sont fort rares. 

INsEecTES.—Parmi les insectes, les orthopteres et les carabi- 
ques ont été étudiés avec soin par le R. P. Pantel. Voici quel- 
ques especes caractéeristiques: 

OrtHopTERES: Leplinia hispanica Bol., Discothera tunetana 
Fin. et Bon., Slauronotus crassiusculus Pant., @dipoda Char- 
pentieri Fieb., Cuculligera flexuosa Serv., Ocnerodes Brunneri 
Bol., Scirtobenus grallatus Pant. , Platycleis oporina Bol., Pyec- 
nogaster Graellsii Bol., Saga serrata Fabr., Gryllodes Panteli 
Caz.. Gryllomorpha Uclensis Pant. (1). 

CARABIQUES: Nebria brevicollis Fairm., Leistus expansus Putz., 
Carabus helluo D., Cymindis plicipennis Chd., Lebia cyathi- 
gerd Rossi, Licinus granulatus D., Scarites planus Fabr., Carte- 
rus Dama Rossi, Ophonus Cunii Fairm., Harpalus ibericus Pant., 
H. salinator Pant., Zabrus Castroi Mart., Acorius salinarius 
Pant., Amara sollicita Pant., Penetretus rufipennis D., Tachys 
histriatus Duft (2). 


SIV. 
FLORE DES ENVIRONS DE SEGOBRIGA. 


On cultive principalement dans cette région le blé, la vigne 
et Volivier. On remarque aussi de loin en loin quelques champs 
@anis, de pois chiches ou de pommes de terre. 

La flore spontanée a un caractére mixte. A cOté des espéces 
propres a la zone de Volivier, on rencontre de nombreuses 
plantes de la région montagneuse. Les collines sont en g@éné— 
ral dénudées ou couvertes & peine de plantes chétives et ra— 


(1) R. P. PantrEt: Contribution & Vl Orthoptérologie del’ Espagne centrale. Madrid, 
1886.— Notes orthoptérologiques. Madrid, 1890. 

(2) RP. PANTEL: Catalogue raisonné des coléopteres carnassiers des environs a’ Uclés. 
Madrid, 1888. 


138 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) 


bougties. Seules, celles qui bordent les deux rives du Giguela 
conservent encore quelques bois de chénes-verts, misérables 
vestiges des immenses foréts qui ombrageaient autrefois toute 
la contrée (1). 

I] serait hors de propos de dresser une liste complete des 
plantes qui ont été recueillies entre Altomira et Almenara, 
points extrémes de la région explorée. Je me bornerai a em—- 
prunter aux notes du R. P. Pantel les noms de quelques espe— 
ces, dont les unes croissent sur les collines crétacées du voisi- 
nage, les autres dans les terrains gypseux, d'autres enfin dans 
les stations salées de Montalbo (laguna) et de Belinchon: 

CoLLInes.— Ranunculus gramineus L., R. chlorophyllus L., 
Sumaria spicata L., Alyssum serpyllifolium Desf. , Clypeola 
Santhlaspi L., Tberis primata Gouan., Helianthemum polifo- 
lium DC., Arenaria tetraquetra Gr. et Godr., Linum suffrutico- 
sum L., Rhamnus pumila L., Genista scarpius DC., Paronychia 
mived DC., Pistorinia hispanica DC., Scandyx australis L., Sene- 
cio minutus DC., Jasonia glutinosa DC., Centaurea Scusana Chaix., 
C. collina L., Atractylis humilis L., Andryala ragusina L., As- 
terolinum stellatum Link et Hoff., Coris monspeliensis L., Om- 
phalodes linifolia Monch., Linaria melanantha Boiss. et Reut., 
Teucrium gnaphalodes Vahi., Muscari neglectum Guss., Dactylis 
hispanica Roth., Ranunculus gramineus L., Beuplerum frutices— 
cens L., Plantago cynops L., Mercurialis tomentosa L. , Buphor- 
bia niceensis All., Crocus carpetanus Boiss. et Reut. 

TERRAINS GYPSEUX.—feseda ramosissima Pourr., Helianthe- 
mum squamatum Pers., Gypsophila structum L., Centaurea hys- 
sopifolia Vahl., Erythrea gypsiata Boiss. et Reut., ZTeucrium 
capitatum L., T. pumilum L., Kochia prostrata Schrad., Lyge@eum 
Spartum L., Eruca vesicaria Cav., Mathiola tristis R. Br. 

TERRAINS SALES.—Fyankenia Reuteri Boiss., Herniaria fruti- 
cosa L., Statice echioides L., Salicornia herbacea ., Salsola ver- 
miculata L. 


(1) Strabon parle quelque part des vastes foréts de la Celtibérie. 


(28) Capelle.—pDECOUVERTES PREHISTORIQUES. 130 


pie 


wie 


SEGOBRIGA ET SES ENVIRONS A TRAVERS LES SIECLES. 


Il y a 20 ans a peine, la Péninsule [bérique était comme un 
livre fermé dont personne n’avait encore eu la témeérité de 
rompre les sceaux, et l’on pouvait lui appliquer ce que Hum- 
boldt disait de la terre: «Ce qui est au-dessous est aussi in- 
connu que peut l’étre linterieur des autres planétes.» Mais 
depuis quelque temps, saisie a son tour du vertige universel, 
elle s’est livrée aux explorateurs: les savants ont tourmentee 
de mille maniéres pour lui arracher les secrets de son histoire, 
et ses premieres réponses ont fait présager qu’on trouverait 
dans l’Espagne préhistorique la solution de tant @énigmes 
qui ont surgi tout & coup au sein des restes boulevers@s des 
vieilles générations. 7 

Toutefois malgré des efforts persévérants, on n’a pu recons- 
tituer encore la chaine des traditions antiques. De nouveaux 
anneaux viennent sans doute tous les jours se souder aux an- 
ciens; mais il subsiste tant de solutions de continuité qu’il 
nest pas possible de porter sur les premiers habitants de cette 
contrée un jugement str et sans appel. 

S’'il faut en croire de vieux auteurs, il existait jadis, en face 
des colonnes d’Hercule, une terre privilégiée. L’air en était 
pur, le climat tempéré: le sol portait presque de lui-méme 
tous les fruits de la terre. Les nombreux habitants qui la peu- 
plaient voulurent un jour réduire en servitude l’Kurope et 
VAsie. La Grece et Egypte se soumirent a leurs armes et 
avec elles toutes les provinces du Sud de l'Europe; mais les 
nations asservies ne tarderent pas a secouer leur joug et re- 
foulérent jusque dans le pays d’ow ils étaient venus les flots 
des envahisseurs. Le ciel se mit de la partie; il y eut au sein 
de la terre des dislocations terribles; des volcans surgirent, 
les mers s’éleverent, et du jour au lendemain l’Atlantide dis- 
parut de la face du monde. 

Les prétres Egyptiens qui firent a Solon le récit de cet éve- 
nement en faisaient remonter la date a 9.000 ans avant la ve- 


140 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) 


nue de ce législateur en Egypte, c’est-a-dire pres de 10.000 
ans avant J. C. 

On a youlu se baser sur cette légende pour inférer que le 
centre et le midi de la péninsule furent, au lendemain des ré- 
volutions plocenes, peuplées par des hommes venus de ce con- 
tinent mystérieux. Que faut-il en croire? 

Il est certain que les immenses dépots lacustres des temps 
miocenes, dépdts qui couvrent en Espagne une superficie de 
14.500 kilometres carrés environ, supposent l’existence de 
grands cours d’eau, venant par le Nord Ouest de la Péninsule 
de contrées inconnues, qui unissaient alors l’ Amérique a l’Eu- 
rope. Ces terres disparurent un jour; mais il semble que cette 
catastrophe ait précedé de plusieurs milliers d’années lV’appa- 
rition de Vhomme sur le globe, tant il existe de différences 
entre la faune et la flore de lAmérique du Sud et celles de 
Vancien continent. 

(Juoiquwil en soit de cette hypotheése, il est manifeste que 
Vancienne Celtibérie a été habitée par homme a une époque 
fort reculée. Les alluvions quaternaires du Manzanares a San 
Isidro (Madrid), ont livré des armes et des outils produits d’une 
industrie qui correspond aux périodes chelléenne ou mousté- 
rienne de la France. 

M. Francois Quiroga, professeur du Muséum d'Histoire na- 
turelle de Madrid, voulut bien me faire visiter le gisement en 
question. Cet aimable savant, dont le pére a été lun des plus 
infatigables explorateurs de San Isidro, m’a montré plusieurs 
instruments quwil avait recueillis de sa main dans les sables 
limoneux rubéfiés de la couche supérieure. Prado et Vilanova 
prétendent en avoir rencontré dans les graviers, qui sont im- 
médiatement superposés au tertiaire et font suite aux argiles 
sur lesquelles s’étend le niveau a Hlephas Africanus. M. Qui- 
roga qui suit depuis longtemps les progrés de l’exploitation 
m’a affirmé qu’a sa connaissance jamais objet de ce genre 
n’avait été retiré de strates aussi profondes. Mais la presence 
dun étre humain @ San Isidro pendant la période quaternaire 
n’en est pas moins mise hors de doute (fig’. 6). 

Si lon faisait au centre de l’Espagne de sérieuses explora- 
tions, on parviendrait, je le crois, a rattacher a cette civilisa- 
tion primitive les civilisations de beaucoup postérieures dont 
on retrouve chaque jour de nouveaux indices. Mais un travail 


(25) Capelle.—pECOUVERTES PREHISTORIQUES. M4! 


de ce genre dont M. Louis Siret a entrepris ’exécution pour 
le Sud Est de la Péninsule, demanderait la mise en commun 
de beaucoup defforts et probablement la protection efticace 


in Wea Hh on hia HN est 
ie a seen er ‘a aiaee ye 
eli juice baat fet lit iH or vit 


eee SL Lit] 


ey 


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ketal 
iff mae Ie 


yee 
os Sos ors 1 ——— jivenie a Eps Picamet 2) 


meee 


o So 100 150 ae mé 
Se tt tt J tt 1 St 1 1 1 (Ech me iz) 


Bete 
Be PGeaviers A ainstruments taillés 2? 


3°, fafa apres Frado et Vilenova ) 
“Terliaire (id) 


Coupe du terrain quaternaire a San Isidro, d’aprés M. Louis Siret. 


du gouvernement espagnol, tant sont profondément enracinés 


les préjugés auxquels on se butte parmi les populations et la | 


cupidité mal éclairée de certains propriétaires ou archéolo- 
cues de circonstance 

On a, sur plusieurs points de la province, rencontre divers 
objets se rapportant a lage de pierre. Une des explorations 
les plus intéressantes a été menée a bout en Janvier 1892 
par M. Romualdo Moro, délégué de S. Exe. M. le Marquis de 
Comillas. M. Moro visita la station préhistorique de Perales de 
Tajuna, située a quelques lieues au Nord Est de Segobriga, sur 
la route de Valence & Madrid. Outre les cavernes déja a demi 
explorées de Perales et de Tielmes, il reconnut environ 50 ha- 
bitations creusées dans une muraille de rochers a une hauteur 
qui atteint parfois pres d’une vingtaine de metres, et y trouva, 


a 


142 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) 


au milieu de débris appartenant a l’époque celtiberique ou a 
celle de l’occupation romaine, des indices caractéristiques de 
l’age de pierre (1). 

M. de Cortaizar croit avoir vu des habitations semblables 
aux environs d’'Uclés: mais, malgré des recherches sérieuses, 
je n'ai pu les retrouver (2). 

A quelle époque remontent ces diverses civilisations? A quel 
peuple faut-il les attribuer? Dans l'état actuel de la science, il . 
serait fort teméraire de vouloir méme hasarder une opinion 
quelconque sur ce sujet. Plusieurs auteurs anciens et moder- 
nes ont émis bien des hypotheses: aucune n'est suffisamment 
justifiee. 

Les Tyriens sont les premiers conquérants de la Péninsule 
dont l'histoire nous ait conserve le souvenir (3). Sil faut en 
croire les traditions du pays, ils ont laissé a Segobriga des 
vestiges de leur passage. Mais cette ville fut surtout impor- 
tante au temps des Celtiberes (4). 

Gebhardt (5) croit pouvoir placer vers le milieu du vi° siecle 
avant notre ere la premiere immigration des Celtes en Es- 
pagne. Ces peuplades, chassées des rives de la Garonne par les 
Volsques Tectosages, franchirent les Pyrénées et de gré ou de 
force vinrent s’établir parmi les Iberes (6). D’apres Diodore de 
Sicile, les habitants du pays opposerent d’abord aux fugitifs 


(1) Boletin de la Real Academia de la Historia, t. xx, Febrero, 1§92. 

(2) Descripcion Fisica, geologica y agrologica de la provincia de Cuenca.—1) existe bien 
aux environs d’Uclés plusieurs trous percés dans le roc; mais rien n’indique qu’ils 
aient jamais servi d'habitation. 


naractpevacar exeAQoda: thy mAciotyy autey ex meproucing, nal Et: zeOTseoy 
™ ‘ ‘ 


Tuplors, cita KeAtoic, ob vov Kkzktiénoss vor Briewves nzxdodvtat, ete. (Strabon, 
liv. 111. ch, 4.) 
4) STRABON, Joc cit 
(5) Gupnarpt: Historia de Espana, t.1, p. 28. 
(6) Lucain a consacré dans sa Pharsale ces antiques souvenirs: 
... profugique a gente vetusta 
Gallorum, Celt# miscentes nomen Iberis. 


(Phars., iv. Iv, v. 9 et 10.) 
Martial y fait, lui aussi, allusion dans sa description de la Celtibérie. 
Nos Celtis genitos et ex Iberis. 


(Epigi., lib. rv, v. 49.) 


(27) Capelle.—pDECOUVERTES PREHISTORIQUES. 148 


une légitime resistance; mais ils ne tarderent point a faire la 
paix et & contracter avec eux des mariages (1). 

Segobriga fut, au dire de Strabon, une de leurs principales 
villes, et c'est entre Bilbilis et cette derniere cité qu’eut lieu 
la grande lutte entre Sertorius et Métellus. La guerre des Cel- 
tibéres contre les Romains dura deux cents ans. Ce fut une 
véritable lutte de @éants. Elle est connue dans l’histoire sous 
le nom de Guerre de feu (2). 

Les historiens nous affirment que les Celtiberes furent d’au- 
tant plus prompts a se plier aux coutumes romaines qu’ils 
avaient plus longtemps résisté aux armées de la République. 
Quoiqu il en soit, la Celtibérie se couvrit bientét de places im- 
portantes. On trouve aux environs d’'Ucleés les débris de plu- 
sieurs cités romaines. La plus considérable est sans contredit 
Segobriga: mais on peut aussi visiter prés d’Alcazar une autre 
ville dont les ruines ont livré de nombreuses monnaies et des 
mosaiques remarquables de fraicheur. 

Cest probablement au vur® siecle, lors de linvasion arabe, 
que toutes ces places furent rasées ou livrées aux flammes. 

Aujourd’hui la capitale des Celtiberes n’existe plus, et la 
seule localité vraiment célebre des environs est le village 
dUclés. 

Uclés était déja une place forte au temps des Visigoths: mais 
il faut reporter sa fondation a une date plus reculée: car les 


2 1 \ < n a AGI PS 
(1) Odto: yao to madouov wept tis yuloxs aAArAors Sranoheurioavtes, of TE 


"MWérsee nor of Kekcol. vat ust tata Sradkvidvte- val thy yoiouv zown nator 
BTN GZES ZAL OL INECATOL, AKL WETH TAYTA GLAAVUEVTES ZA THY YWEaY ZOIVY ZATOL— 


wisavtes ett Oléxryawlas moos ahAtAous suvbldcuevon, Orr thy ExyuElav Tateys 
EtUy OY TIS ReOsHvOotas. (Diodore de Sicile, 1. v, ch. 23.) 

(2) Ona donné le nom de Guerre de feu, dit Polybe, a celle qui éclata entre les 
Celtiberes et les Romains. Ce fut une lutte de géants. une série ininterrompue de 
batailles. En Grece et en Asie, un combat, deux ou plus, mettaient le plus souvent 
fin aux hostilités, et les combats eux-mémes cessaient d’ordinaire apres le premier 
choe des troupes. Mais ici il n’en fut pas de meme. La nuit seule pouvait séparer les 
deux partis, et ils se hitaient d’en venir aux mains, dés l’aube suivante, comme pris 
de remords d’avoir interrompu la lutte. Quand on apprit a Rome et le chiffre des 
morts et V’audace des ennemis, et la crainte qu’eprouvait Métellus lui-méme, la 
jeunesse romaine fut prise d’une terreur indicible, telle, au dire des vieillards, que 
jamais la République n’en avait connu de semblable. C’est alors que P. Cornélius 
Scipion demanda au Sénat le commandement des troupes d’Ibérie et commenca la 
campagne qui devait immortaliser son nom. (Polib., Mragm. xiv.) 

Apres deux siécles de résistance , la Celtibérie fut convertie en province romaine 
et son histoire se confondit avec celle de ses vainqueurs. 


144 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) 


inondations ou les fouilles archéologiques ont mis fréquem- 
ment au jour de nombreux vestiges de civilisations antérieu— 
res. Il est méme certain que sur l’emplacement ou dans les 
environs du village actuel se dressait autrefois un village ou 
une ville préhistorique: on a souvent trouvé sur les collines 
voisines et jusque dans la Averta du monastére des poincons 
en os et des haches de pierre. 

Sous les Arabes, Uclés prit encore plus d importance et resta 
pendant quatre siecles un des boulevards de l’Islamisme. A la 
fin du x1" siecle, le croissant y dominait encore. Le mariage 
en quatriemes noces de Zaida, fille convertie du roi maure de 
Séville, avec Alphonse VI, roi de Castille, mit aux mains de 
ce prince la redoutable forteresse. Ici se placerait l'un des épi- 
sodes les plus touchants et les plus célebres de la chronique 
d’Uclés et de Vhistoire de la Péninsule. Mais il nous entraine- 
rait trop loin de notre sujet. On pourra en lire le récit détaillé 
dans toutes les histoires d’Espagne (1). 

Alphonse VI voulut envoyer au secours d’Uclés, assiég@é par 
Témin-ben-Yusef, son fils don Sanche, age de 12 ans et sept 
de ses comtes, a la téte dune armée imposante; mais la vie- 
toire trahit ce jour-la les drapeaux de Castille: Don Sanche et 
les sept comtes périrent les armes a la main. La déroute fut 
bientot générale et les musulmans entrérent ce jour-la dans 
la place. Alphonse mourut de douleur. : 

La bataille d@’Uclés ouvrait aux infidéles les portes de la Cas- 
tille: ils s’y précipiterent. Ce ne fut qu’apres les grandes jour- 
nées de Calatrava et d’Almerie, au mois d’Aout 1158, que don 
Sanche III reprit possession de la redoutable citadelle. 

Uclés n’avait été jusque-la quwune forteresse. Les Templiers 
y jeterent les fondements d'un monastére. Apres eux, les che- 
valiers de Saint-Jean, puis lordre de Saint-Jacques de ’Epeée 
y établirent leur résidence. 

A Vombre du couvent et grace asa position qui en faisait un 
asile réputé inexpugnable, la ville se développa: elle compta, 
dit-on, jusqu’’ 10 mille habitants, eut un évéque et sept pa- 


roisses. 


(1) Je citerai par exemple: D. Luis Garcia Sanz, Nueva Historia de Espana.—Don 
Jos& ANTONIO ConpE, Historia de la dominacioén de los arabes en Espana, sacada de 
varios manuscritos y memorias ardbigas. 3.° parte, cap. xx1v.—JOSEPH LAVALLEE, 
Espagne, t. 1°", p. 256, etc. 


(29) Capelle.—DECOUVERTES PREHISTORIQUES. 145 


Les rois l'accablérent de privileges, et lun de ses alcades 
pouvait écrire: «Je crois qwil n’est pas possible de nommer 
une cité du rovaume qui posséde plus d’immunités. Sil fallait 
seulement les énumeérer toutes, j’aurais besoin d’un gros vo- 
lume.» 

D’apres Agurleta, ce serait a Uclés qu’aurait éte fondée la 
premiére faculté de Théologie catholique de l’Espagne (1). 

Francois I* y fut recu le 29 Juillet 1525, dix mois apres la 
bataille de Pavie. 

C'est enfin au pied méme de l’antique forteresse que le gé- 
néral Victor vint en 1809 se heurter contre les troupes espa- 
enoles. On peut voir dans Thiers le récit de cette bataille (2). 

Tels sont les principaux évenements qui se sont accomplis 
depuis la conquéte de la Celtibérie par les Romains dans cette 
région, témoin de révolutions si nombreuses. J’ai cru quwil 
convenait den esquisser rapidement l’histoire, avant d’entre- 
prendre le récit de mes découvertes et la description du lieu 
méme oti elles ont été accomplies (3). 


CHAPITRE DEUXIEME. 


wa) 
— 


SEGOBRIGA. 


Segobriga est une ancienne cité romaine, d'origine celtibe- 
rique, dont les ruines s’étagent sur la rive droite du Giguela, 
4 trois quarts de lieue environ de Sahelices, gros village de la 
province de Cuenca, dans la Nouvelle-Castille, sur la route de 
Madrid a Valence (fig. 7). 


(1) AGuRLETA: Vida del fundador de la Orden de Santiago, p. 1418. 

(2) Turers: Histoire du Consulat et de l’Eimpire. t. 1x. 

(8) J’ai emprunté tous les détails qui précedent aux Lettres d’Uclés,t.1,n.1, pa- 
ges 19-20. 


ANALLS DE HiST. NAT.— XZIll. 10 


146 


A une demi- 


a er arene TMA SESE Ee eee 


areas en EOE, AO AE 


ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) 


lieue environ de Villarrubio. on laisse la cav7e- 


E DU XVIII SIBCLE. (Dessin de Calvi.) 


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leva, pour se diriger vers les bois qui s’étendent de Castillejo 


1 Torrelengua, 


et au bout d’une heure, on arrive au pied @un 


(31) Capelle.— DECOUVERTES PREHISTORIQUES. 147 


monticule dont le gazon touffu offre, au printemps, un singu- 
lier contraste avec les arides collines des alentours. 

Comme dans toute la Manche, la nature environnante est 
sauvage, le pays désert. A peine rencontre-t-on de loin en loin 
quelque rare moulin égaré sur la riviére. Mais les horizons ne 
manquent pas de beauté. La chaine d’Altomira court du SO. 
au NO. enserrant dans ses plis le royal monastére (@Uclés (1) 


(1) Uclés, tel qu’il existe aujourd@’hui, se compose de trois parties distinctes: le 
village, la forteresse, le monastére. 

Le village.—«A quelle époque et par qui fut fondé Uclés? Les archéologues espa- 
enols ne sont pas d’accord. Tandis que les uns remontent hardiment jusqu’aux 
Oclades dont Oclés aurait été la capitale dés le xrve siécle avant J. C., ou a la guerre 
de Troie et A cet Oclés, fils d’Antiphane et pére d’Amphiaraies dont. Homére fait men- 
tion (/Odyssée, xv, 244), d'autres se contentent d’une colonie phénicienne ou grecque, 
établie dans ces contrées, 4 une époque reculée, mais inconnue...» Lettres d’ Uclés, 
tsT>. Po Li. 

Le village n’a conservé aucun vestige de son ancienne splendeur. Des sept parois- 
ses qui, dit-on , composaient l’ancienne ville d’Uclés, il reste 4 peine une population 
de 1.800 dimes. 

La forteresse.—La forteresse comprend d’abord le mur de premiere enceinte qui 
remonte en grande partie jusqu’aux Maures, car ce n’est que plus tard qu’on a pra- 
tiqué dans langle SO. la porte ogivale des sept Comtes. Une seconde muraille fer- 
mait la citadelle proprement dite. 

Au midi, elle se dresse encore sur le rocher & pic: du coté du village ou la pente 
est plus accessible, elle était flanquée de tours rondes dont on distingue a peine les 
ruines. Surce plateau s’élevent plusieurs ouvrages de guerre. I] ne reste plus de- 
bout que des pansde mur, une grande tour carrée dominant au SE. le passage percé 
dans la pierre, et au Nord deux autres tours dont les sommets sont réunis par un 
pont de briques. 

Le monastére.—Au Nord de la forteresse dont il est séparé par une esplanade taillee 
dans le roc, s’éléve le monastére. C’est un carré assez régulierement orienté dont les 
cotés ont 80 m. de longueur. 

Au milieu de la facade méridionale s’ouvre la porte d’entrée. L'il a d’abord peine 
ase retrouver au milieu de cette profusion de trophées, d’écussons armoriés, de figu- 
res allégoriques, d’animaux fantastiques ou réels, de coquillages et d’ornements ca- 
pricieux. C’est le style du xviue siecle avec tont son luxe de rocailles... 

La cour intérieure offre un aspect imposant avec ses larges cloitres de 44 m. de 
long , ses 36 arcades supportées par des pilastres doriques, et au dessus de la corni- 
che autant de fenétres et de balcons séparés par des colonnes du méme ordre... Le 
pavé est fait de belles dalles; au milieu est une citerne ott se réunissent les eaux des 
toits. C’est un beau morceau de sculpture... 

L’église en forme de croix latine n’a qu'une seule nef avec des chapelles latérales. 
Cest un beau monument d’une longueur totale de 64 m. sur 24 de hauteur. Le dori- 
que y domine... Sous le chceur est le Panthéon, vaste crypte funéraire ot furent 
transportées, avec les restes des anciens chevaliers, les cendres du jeune infant don 
Sanche. 

L’aile orientale renferme le réfectoire dont le plafond est une des curiosités d’Ucleés. 
Trente-six des soixante-quinze caissons octogones qui le composent représentent en 


148 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) 


dont les constructions grandioses s’apercoivent du plateau 
méme qui domine la grotte (fig. 8). A deux heues, au SE., le 
chateau démantelé d’Almenara profile sur le bleu du ciel sa 
noire silhouette. Austeres et brilants pendant la journée, ces 
hauts plateaux de la Castille méridionale deviennent, aux ra- 
yons mourants du soleil, ravissants de fraicheur et de coloris. 
Les soirées @automne y respirent surtout un charme incompa- 
rable, et la premiere étoile a dés longtemps franchi les limites 
de Vhorizon, quand l’ceil émerveillé se détache a regret de ce 
tableau enchanteur,. oti toutes les couleurs, toutes les nuances 
sharmonisent, se succedent et s’effacent tour a tour sur les 
nuages du couchant. 

La butte conique ot s’éleve la ville est connue dans le pays 
sous le nom de Medina ou de Cabeza del Griego. A dater du xime® 
siecle, ces deux dénominations se rencontrent indifféremment 
dans les documents publics; mais des les premieres fouilles 


demi-relief les tétes des grands-maitres légitimes. Tout autour on lit sur la corniche 
une longue inscription... . 

Le grand escaliev pourrait a lui seul donner une idée de la somptuosité du monas- 
tere. Les 80 marches de plus de trois métres de longueur, sont d’une seule pierre et 
forment trois rampes. Celle du milieu arrive a un large palier; les deux autres en 
retour aboutissent parallélement aux cloitres supérieurs. La courbe des vottes qui 
les supporte est curieuse et gracieuse. La balustrade est en fer et de petites colonnes 
carrées la consolident de distance en distance. La cage, ornée d’un grand tableau, 
éclairée par quatre fenétres, avec des moulures et des écussons armoriés au plafond, 
pourrait contenir une maison... La facade occidentale n’a de remarquable que sa 
regularité grandiose... A lextrémité de cette facade en allant au Nord, on voit un 
pan du vieux castillo, pieusement enchiasseé dans les nouvelles constructions comme 
une relique des temps héroiques. Tout pres s’ouvre la porte principale de l’église 
Elle est & deux ordres superposés, corinthien et composite, resserrée entre deux 
massifs contreforts et flanquée de deux tours carrées avec simple balustrade a jour 
depuis que la foudre a renversé leurs fléches. 

La facade septentrionale est nue, froide et austére... La porte latérale de l’église, 
qui s’ouvre au milieu, a, comme la précédente, huit grandes colonnes monolithes en 
ewranit et de deux ordres, ionique et dorien, trés-purs. Elle aurait été batie, dit-on, 
sur les plans d’Herrera, le dernier architecte de l’Escurial. 

La facade éclairée par le soleil levant est la plus ancienne, la plus irréguliére et la 
plus ornementée. La corniche un peu lourde et l’encadrement des fenétres sont char- 
wés de sculptures de la Renaissance trés-fines, mais sans ensemble. Malheureuse- 
ment le temps et quelque peu les hommes en ont maltraité beaucoup. Au milieu de 
tant de figurines, armes, génies, médaillons, feuillages, oiseaux fantastiques, vases, 
fieurs et colonnettes, remarquons l’emploi fréquent des coquilles et la variété que 
artiste a su trouver dans un motif aussi simple et aussi rebelle. 

A Vextrémité Nord de cette facade s’élance un peu lourdement dans les airs la flé- 
che qui domine le chceur, la seule que la foudre ait épargnée. (Lettres @' Uclés, t. 1, 
passim.) 


(-qoniqauiag op “d ep UIsseq) “AELOWD VT INVNINOG AVELVTd—"8 OM 


150 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) 


entreprises vers 1540, les érudits émirent Vavis qu’on avait 
découvert Pemplacement de l’antique Segobriga. 

De nombreuses médailles, des inscriptions relevées dans ces 
derniers temps sur des pierres ensevelies jusqu’au sein d’une 
épaisse couche de décombres ou dissimulées sous les ronces, 
viennent tous les jours corroborer cette opinion. 

Les coordonnées géographiques de la ville sont d’aprés le 
stieler’s Hand Atlas: 


Latitude: ance oes 39°55 N. 
ongitudey. 2.5...) 5°,06 O. (Méridien de Paris.) 


L’altitude au sommet du monticule est d’environ 780 m. 

Place de trés-haute importance, et peut-étre capitale de la 
Celtibérie sous les Romains (1), siege épiscopal au temps des 
Visigoths, Segobriga fut réduite en cendres et disparut de la 
scene de histoire, avant presque d’y étre entrée, & une épo- 
que dont personne n’a pu encore assigner la date précise, 
mais qui, on a tout lieu de le croire, a dv coincider avee lin- 
vasion arabe. 

L’incendie fut si violent qwil n’est pas rare de rencontrer 
parmi les décombres des masses de verre et de fer fondues 
par le feu. 

Les villas qui émaillaient la campagne et dont les vestiges 
se rencontrent encore ca et la le long des débris des voies ro- 
maines subirent le méme sort que la cité: la contrée devint 
déserte et Poubli descendit peu a peu sur ces ruines, envelop- 
pant jusqu’au nom méme que la ville avait porte. 

C’est seulement vers le milieu du xvi® siecle que attention 
publique fut appelée sur ce qui restait de Segobriga. Le 7 Mai 
1529, Don Pedro Guarsia de Almaguer, prieur triennal des 
Santiagistes d’Uclés, posait dans cette ville la premiére pierre 
du monastere dont les somptueux batiments ont survécu a 
Vextinction de Ordre de Saint-Jacques. Uclés n’est qu’a deux 
heures de marche de Cabeza del Griego. Le cervo offrait aux 
architectes une mine inépuisable de pierres de taille; ils ne 
se firent pas faute d’en extraire les matériaux qui furent a 


(1) Pune: Hist. nat., loc. cit. 


(35) Capelle.—pDiECOUVERTES PREHISTORIQUES. 151 


leur convenance. Sil faut en croire le témoignage de Luis de 
Lucena, on mit alors au jour un grand nombre inscriptions 
et Vantiquites (1). 

Les fouilles inaugurées & cette occasion furent reprises en 
1760-1766, Elles se continuérent en 1789, sur Vordre et par les 
soins de M. Antonio Tavira y Almazan. On recueillit & cette 
époque de nombreux objets dont Cornide fait ’énumération 
dans un mémoire publié pour la premiere fois a Madrid en 
1799. Mais les invasions et les guerres civiles, qui depuis pres 
dun siécle ont désolé la péninsule, dispersérent aux quatre 
vents du ciel ces restes de la puissance romaine ou visig‘o- 
thique. 

Les travaux dés lors interrompus semblaient abandonnés 
pour jamais lorsque M. Roman Garcia Soria se remit & l’ceuvre 
avec courage, a ses propres frais tout d’abord, puis aux frais 
d'un riche industriel anglais, M. Thompson. Des fouilles pour- 
suivies avec énergie et persévérance découvrirent avec les 
débris de la cité romaine les restes de civilisations plus an- 
ciennes. Les travaux ne furent pas longtemps continués: mais 
deja le R. P. Fita pouvait écrire en 1889: «Il est impossible de 
parcourir le tertre élevé de Cabeza del Griego et ses environs, 
sans en emporter la conviction profonde quwil y eut la une 
cité romaine de premiere importance. Cette cité fut batie sans 
doute, suivant usage des Grecs, sur une autre ville indigéne 
des Celtibéres. Qui sait sien percant dans le ce77o une tran- 
chée verticale comme le fit le docteur Schliemann sur les hau- 
teurs d'Hissarlik, on ne découvrirait pas, étagés a la facon 
des couches géologiques, les vestiges des divers peuples qui 
ont bati leurs demeures sur les hauteurs de Cabeza del Griego? 
I] n’est pas hors de propos de noter ici que M. Garcia Soria 
possede un certain nombre de haches que l’on rapporte d’ordi- 
naire a la période néolithique ou age de la pierre polie. J’ai 
moi-méme recueilli dans un tombeau chrétien de la basilique 


(1) Une des ces inscriptions, gravée sur une pierre de 1,l4 m. de long sur 0,54 m. 
de haut, a été encastrée dans la facade orientale du couvent. Elle est ainsi concue: 


Caer V Vif. S) e@) en BY eG Able Gis cael: 
Hie Se Bie 


Ici a été enseveli Caius Julius, Celtibére, fils de Caius, dela tribu Galeria. 


e* 


152 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) 


visigothique une hache en silex parfaitement conservée, de 
dimensions minuscules, puisqu’elle mesure a peine deux cen- 
timetres de longueur, mais d’un tranchant tres aigu. Cet ins— 
trument avait pu rouler jusque-la parmi les décombres des— 
cendus de Cabeza del Griego. M. Garcia Soria possede en outre 
une splendide collection d’armes diverses en cuivre pur ou en 
bronze, provenant toutes des flancs mémes de la colline» (1). 

Les prévisions du célebre archéologue ne devaient point tar- 
der a se réaliser. Des que je connus lexistence d’une grotte 
profonde aux environs des ruines, je ne doutai pas qu'elle ne 
fit le point de départ des diverses civilisations qui s’étaient 
succédé a travers les ages, en cet endroit méme. 

On passe, pour se rendre a la grotte. a quelques métres du 
moulin de Medina, en suivant pendant un quart d’heure envi- 
ron le chemin du pont de Lujan. Non loin dun massif de che- 
nes-verts, ce chemin oblique brusquement a gauche vers la 
riviere. I] faut alors ’abandonner et s’engager dans les gorges 
arides de Villalba. A mi-colline, les bouquets d’arbres devien- 
nent plus fréquents; ils jaillissent en général du milieu de tas 
de pierres qui, & mon avis, sont des ruines de maisons. Tout a 
coup la vallée s’élargit et on se trouve en face d’une lande in- 
culte, bordée de coté et d’autre par des yeuses (fig. 9). Les tas 
de pierres d’ou elles sortent sont plus rapproches, et si lon 
examine avec soin les flancs de la colline, on voit serpenter le 
long des ruines, les restes de trois murailles superposées, a la 
facon des murs de soutenement qui retiennent, sur les pentes. 
du Liban, les vignes et les étroites bandes de terre oti elles se 
nourrissent. Ces murailles, baties en pierre seche, sont for- 
mées de blocs assez considérables et inclinées de bas en haut 
dun angle de 20 4 25 degrés dont le sommet serait a leur base. 

J’ai fait fouiller les pierres amoncelées et je suis arrive a un 
sol uniformé de dalles larges et irrégulieres, mais juxtaposées 
de facon a ne laisser entre elles aucun vide. Nayant pas l’au- 
torisation d’arracher les arbres, je n’ai pu pousser plus loin 
mes investigations; mais j'ai tout lieu de croire que la plupart 
des chénes-verts qui bordent la lande, plongent leurs racines 
‘dans des cavernes analogues a celles que j’ai découverte. Ce 


(1) D. Juan pe Dios DE LA Rapa y DetG@apo y D. FIDEL Fita: Lecursidn arqueolo- 
gica a Uciés, Sahelices y Cabeza del Griego. 


AVA OARS op atydvrso0joyq) 


ULLOUD WI aa GHaTTVA— “6 ‘dir 


154 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (33) 


qui semble corroborer cette opinion, c’est que, vers le com- 
mencement du printemps, plusieurs de ces arbres se couvrent 
bien avant les autres d’une nueée de fleurs précoces. I] est fort 
probable qwils vont puiser dans les débris du sol une nourri- 
ture plus abondante et dans les canaux souterrains ot ces dé- 
bris sont accumulés une chaleur constante et plus élevée que 
celle de lair ambiant (1). J’ai constaté moi-méme cette pré- 
cocité dans les deux arbres qui avaient poussé a l’entrée de 
la grotte explorée et dont les racines se distribuaient a une 
grande profondeur dans les diverses galeries. 

‘A chacune de ces grottes ou de ces ouvertures correspondait 
peut-étre une habitation. M. Louis Siret dont Vopinion fait 
autorite semble pencher vers cette hypotheése. Ses nombreuses 
explorations dans le SEK. lui ont en effet permis de se convain- 
cre que la plupart des maisons de certaines villes préhistori- 
ques communiquaient avec un souterrain owt les habitants 
‘pouvaient en temps de siege se réfugier, et oi ils conser- 
vaient dans des puits ou des citernes la provision d'eau dont 
ils avaient alors besoin. 

Au bas de la petite esplanade, vers le sommet de laquelle 
s’ouvre la grotte, et du cdté opposé a Vorifice, se déroule un 
petit torrent toujours a sec, lorsqu’il ne pleut pas. Les eaux y 
apportent souvent, avec la terre arrachée aux flancs des colli- 
nes, des eclats de silex taillés de plusieurs facons: nous y 
avons aussi recueilli deux ou trois scies et un percuteur. 

Les mémes éclats se rencontrent aussi fréquemment dissé- 
minés sur la croupe des collines: quelques-uns affectent la 
forme des pointes de fleche; d’autres n’ont aucune forme dé- 
terminée. On trouve enfin ca et la des fragments de poteries a 
moitié ensevelis dans la terre ou cachés sous les plantes, des 
cailloux roulés que seule la main de homme a pu laisser 
tomber en ce leu, et divers indices qui ne permettent point 
de douter que ce site aujourd’hui désert n’ait vu autrefois 
fleurir une des premieres civilisations. 


(1) On pourrait sans doute attribuer cette précocité 4 un fond de terre plus con- 
sidérable. Je ne crois pourtant pas que la nature du terrain autorise cette supposi- 
tion. 


(39) Capelle.—DUCOUVERTES PREHISTORIQUES. 155 


§ II. 
LA GROTTE PREHISTORIQUE.—ASPECT , PLAN ET FORMATION. 


La grotte s’ouvre sur une pente maigrement boisee, faisant 
face & l'Ouest au tertre de Segobriga, a quelques centaines de 
métres de l’endroit précis ot le Giguela s’échappe du réseau 
‘de collines qui, descendu de la Sierra d’Altomira, va dans la 
direction du SO. s’étendre sur les plaines désolées de la Man- 
che. Elle est percée dans les strates calcaires du _ terrain 
crétace (pl. vi). 

L’ouverture qui donne accés dans la caverne est élevée de 
85 métres environ, au dessus du niveau de la riviere. La gale- 
rie principale, longue de 165 metres, se bifurque en maints 
endroits et donne naissance a de nombreuses galeries latéra- 
les qui courent dans les flanes de la montagne. Elle aboutit 
par une pente d'une extréme rapidité a une nappe d’eau sou- 
terraine. Pour donner une idée de la raideur de la descente, 
qu il me suffise de dire que la profondeur de la grotte est de 
plus de 80 metres: ce qui fait une pente moyenne de 50 centi- 
metres par metre. Ces mesures ne sont pas approximatives: 
elles ont été prises Pune au cordeau, l’autre a l'aide d’un ba- 
rometre. 

C’est seulement vers le troisieme mois de notre exploration 
que nous avons pu découvrir Ventrée primitive. Cette entrée 
avait été murée sur une profondeur de 4 ou 5 metres avec 
d’énormes pierres liées entre elles au moyen d’une argile jau- 
natre, d'une extréme consistance quand elle a durci (pl. vm). 
Elle a probablement été bouchée a ’époque méme ow la grotte 
servait dhabitation. Au-dessus de lentrée ainsi murée, le sol 
avait été completement nivelé. Nous pénétrions, comme je lai 
dit, dans la galerie principale par un conduit latéral qui com- 
muniquait avec l’extérieur. 

A droite de lentrée se trouve une salle ot dix hommes peu- 
vent étre a laise. Elle est comme le point central ou conver- 
gent huit canaux d’inégale grandeur, dont trois ou quatre 
n’ont été qu’a demi explorés. L’un d’eux doit donner sur le 
dehors, si jen juge par les nombreuses racines qui y péné- 


»™ 


156 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) 


trent; deux autres raménent au couloir central, et deux enfin 
vont aboutir a une excavation qui s’ouvre sur la meme galerie. 

Sur le parcours de l’avenue centrale (pl. 1x). a droite et a 
gauche, viennent déboucher de distance en distance dans des 
vestibules un peu plus larges d’étroits conduits en are de cercle 
que nous avons dt déblayer un a un. Ces couloirs renfermaient 
tous une multitude d’ossements, des debris de vases et d’au- 
tres objets de fabrication préhistorique: quelques-uns abou— 
tissent tres certainement a des salles plus vastes. complete— 
ment obstruées, mais je n’ai pu les explorer tous, en particulier | 
ceux qui se trouvent a gauche en entrant. Plusieurs cepen— 
dant ont été déblayés, puis comblés de nouveau avec les mate- 
riaux que les fouilles successives ne cessaient d’amonceler. 
C’est ainsi que nous avons du remplir de décombres une assez 
grande salle désignée dans le plan par la lettre O, puis les 
conduits et les chambres situés tout autour de la sépulture $* 
jusqu’en S*‘. Lors de nos premieres explorations, la chambre 5* 
ne communiquait avec la galerie centrale que par la salle C 
ol nous avions tout @abord établi notre cuisine. 

A-l'extrémité inférieure de cette salle, le couloir principal 
se bifurque et étreint de ses deux bras une sorte d‘ilot de pierre 
contre lequel se sont arrétés en grand nombre des fragments 
de poteries de divers types: ces tessons se rencontrent, a tout 
instant, dans chacune des galeries marquees sur le plan, et 
bien au dela encore, dans la galerie de l’eau et dans les gran- 
des artéres. Je ne crains pas d’exagérer en affirmant que 12 
ou 15 tombereaux ne suffiraient pas a recueillir tous les debris 
de céramique qui ont passé par nos mains. 

Au dela de Vilot, le couloir redescend en sauts brusques et 
précipités; il ne tarde pas a se diviser de nouveau. La bifur- 
cation de gauche nous conduit a une des salles les plus spa- 
cieuses de la grotte. Le sol en est jonché de pierres ¢normes. 
de pots cassés, de blé carbonisé et de charbon de bois. 

Au chevet de la salle, le regard est attiré par une sorte de 
construction en pierre d’aspect bizarre sur laquelle j’aurai a 
revenir plus tard, et qui était sans doute un tombeau ou un 
autel pour les sacrifices. 

Plusieurs galeries de moindre importance partent de ce cen- 
tre qui parait avoir été spécialement habité. Elles renferment 
toutes des débris de charbon et de poteries: dans toutes l’on 


(41) Capelle.—DECOUVERTES PREHISTORIQUES. 157 


remarque de nombreuses fentes bouchées a la terre glaise, 
principalement dans certains petits recoins ou culs-de-sac qui 
semblent avoir servi dhabitation particuliére ou avoir été pré- 
parés pour des sépultures. J’ai trouvé dans l'un de ces der- 
niers un joli grattoir en silex, et dans un autre un fragment 
de torche de résine sans méeche, roulée avec les doigtts et mesu- 
rant & peine la moitié du diametre d’une bougie ordinaire. 
Sur la volte méme de ce réduit nous avons constaté la pré- 
sence de plusieurs taches noires produites par la fumée de ces 
sortes de torches. I] est a remarquer que dans cette partie de 
la caverne les trouvailles sont fort rares, et qwil faut chercher 
longtemps pour se procurer le moindre objet. 

Si au lieu de descendre a gauche vers la salle du blé, nous 
suivons Vallée centrale, nous aboutirons, aprés un parcours 
@environ 100 metres a travers une série de salles plus ou 
moins grandes et en laissant de coté et d’autre de nombreuses 
galeries secondaires, a une excavation vaste et profonde, au 
bas de laquelle commence une nappe d’eau souterraine, dune 
grande limpidité, mais tres chargée de sels calcaires. 

Bien que les parois de la grotte soient généralement tapis- 
sees @un depot de calcaire concretionné dtialaction des eaux 
(infiltration chargées de carbonate de chaux, on trouve dans 
le couloir central peu de stalactites. Le calcaire criblé d’in- 
nombrables trous, percé de niches de toutes grandeurs, est re- 
véetu a la volte dune épaisse couche de fumée sur laquelle 
s'est étendu en maints endroits un léger réseau de brillantes 
cristallisations de carbonate de chaux, dont la transparence 
est remarquable. Dans les salles inférieures, les concrétions 
calcaires prennent des formes plus bizarres et offrent souvent 
laspect de lichens gigantesques tapissant les parois. 

Les stalactites n’abondent guere que dans une galerie laté- 
rale tres humide. Cette galerie débouche par ses deux extré- 
mités dans Vartere principale, mais envoie ¢a et la dans l’épais- 
.seur de la colline d@innombrables ramifications. Nous avons 
suivi durant une matineée entiere la plus importante de ces 
branches sans pouvoir en atteindre la fin. Le passage y est 
dailleurs fort malaisé. Ici ce sont des puits verticaux ot l’on 
ne peut descendre sans se dechirer aux multiples aspérités de 
la roche, la des fentes transversales ot l’on a toutes les peines 
du monde a se faufiler: partout les parois et la votte sont re- 


158 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42 


vétues d’arétes vives et de pointes aigues qui vous mettent 
tout en sang’. 

Cette galerie ne parait point avoir été habitée; il n’y a ni 
fumée a la voute, ni débris de poterie sur le sol. Cependant 
au point culminant de l’are de cercle, dont les deux extrémi- 
tés vont en redescendant rejoindre la grande allée, nous avons 
recueilli des restes humains abandonnés dans l’anfractuosité 
@une roche. 

Tels sont le plan et Vaspect de la grotte de Segobriga: 
quant & son mode de formation, il nest autre que celui que 
Yon attribue généralement a toutes les cavernes du méme 
g@enre qui abondent dans le crétacé inférieur. 

Si je puis en juger par les nombreuses galeries de la caver- 
ne, la montagne dans laquelle elle est percée doit offrir a l’in- 
térieur Vaspect d'une vaste éponge. Beaucoup d’espaces au- 
jour@hui libres étaient sans doute occupés autrefois par des 
masses de sels qui peu a peu ont été dissoutes par les eaux 
courantes: ces eaux chargées d’acides ont aussi agi sur les 
vides préexistants dts a la dislocation des collines. comme il 
est facile de le constater, si lon considére attentivement les 
parois de la grotte sur lesquelles on rencontre des traces ma- 
nifestes d’érosion. Ces excoriations affectent la votite elle- 
méme,. oti l'on remarque une multitude de poches, dans les— 
quelles, si nous suivons Popinion de Desnoyers, se trouvaient 
des dépots de sources thermales ouvertes plus tard par l’action 
des eaux, lors des bouleversements occasionnés par les inon— 
dations diluviennes. Sur les parois ainsi modifiées se sont for- 
mées dans la suite des siecles des concrétions plus récentes 
affectant des formes étranges, ici des stalactites et des sta— 
lagmites aussi variées de grandeur que d’aspect, 1a des arbo- 
risations rappelant les rameaux de Varbre’de Saturne, plus 
loin des couches plissées semblables a un feuilletage géant ou 
méme des figures d’animaux. 


(43) Capelle.—DiCOUVERTES PREHISTORIQUES. 15) 


§ III. 


ETAT DE LA CAVERNE AU DEBUT DE L’EXPLORATION.— LE SCL 
DE LA GROTTE.— FOUILLES DANS LES DIVERSES STRATES QI 
LE COMPOSENT. 


La grotte a été comblée de haut en bas par des rochers et 
des matériaux de nature diverse précipités de l’extérieur dans 
les galeries qui avoisinent l’entrée. Tous les canaux percés 
dans les 50 premiers metres autour de l’avenue centrale et 
figurés sur le plan avaient été envahis par les décombres: au 
dela le passage était relativement libre. 

Dans les conduits obstrués Pétage supérieur était formé de 
blocs de dimensions é¢normes, que deux ou trois hommes 
avaient de la peine & soulever: cette couche de rochers attei- 
enait d’ordinaire la volte méme de la caverne, et s’ils n’a— 
vaient pas roulé plus loin, cest qwils s’étaient arrétés aux 
saillies des parois. Pour les extraire de la grotte, nous avons 
du plus @une fois les briser en fragments de moindre impor- 
tance: sous ces rochers réunis entre eux par de la terre qu’on 
elt dit au premier abord amenée par les eaux, s’étageaient 
des strates de nombre et d’épaisseur peu homogénes, oti se 
trouvaient mélés ou superposés des amas quelquefois consi- 
dérables de terre, de charbon, de cendres, d’os et de débris 
divers. Sur le parcours des 20 premiers metres, on rencontrait 
tout @abord, sous la couche supérieure de pierres, des sque- 
lettes humains entiers étendus en travers de la galerie princi- 
pale, et sur lesquels a dtl rouler jusqu’en bas une prodigieuse 
quantité de décombres. Quelques os portaient encore la trace 
de blessures, notamment un crane frappé sur le vivant de cing 
ou six coups de ciseau ou de hache. 

Au-dessous des cadavres, et, sous les rochers, au dela de la 
zone occupée par les squelettes, s’étaient successivement éten- 
dues plusieurs strates qui semblaient avoir été amenées ou 
égalisées par eau. Les poteries recueillies dans ces diverses 
couches sont rarement entiéres: plusieurs avaient été écrasées 
sur place; car nous avons pu les reconstituer, en recueillant 


160 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) 


soigneusement les debris qui gisaient sous la méme pierre. Si 
j’en excepte les poincons et les éclats de silex ou de quartzite, 
les instruments que lon recueille sont relativement en petit 
nombre, étant donnée immense quantite de tessons qui se 
rencontrent. 

Comment expliquer le remplissage de la grotte, remplis- 
sage quia du coincider avec la ruine complete de la bourgade 
préhistorique @ laquelle elle appartenait? Deux hypotheses 
probables se présentent tout @abord a quiconque a pratiqué 
des fouilles dans la caverne. Ou cette caverne a été comblée a 
la suite dune épouvantable inondation ou apres une guerre 
sans merci. Ce sont du moins les seules suppositions quil me 
paraisse possible de hasarder. Je les donne néanmoins sous 
toutes reserves. 

Il ne faut point s’arréter a Vidée d’une sorte de déluge qui, 
apres avoir inondé toute la région située au-dessous de la grot- 
te, aurait finalement atteint Vhabitation elle-méme. En effet, 
Valtitude de Vorifice supérieur est d’environ 800 metres. Avant 
done qwune inondation de cette nature eut pu s’élever a pa- 
reille hauteur, il ent fallu que toutes les plaines de la Manche 
et une grande partie du Sud et de l'Est de PEspagne, placées en 
contre-bas, fussent submergées. Or, d’apres M. de Lapparent, il 
n'y a pas eu de période diluviale ou glaciaire, postérieurement 
i Vavenement de la civilisation néolithique. D’ailleurs l’énormi- 
té des blocs exclut Pidée dune inondation générale. «Si les cir- 
constances locales, m’écrivait le grand g@éologue, rendent ad- 
missible ’hypothese d’un glissement de terre (comme ceux qui 
se sont produits en Suisse, comblant des vallons importants), 
cest a cette hypothese que je m’arréterais le plus volontiers. 
Sinon, j’admettrais une trombe, peut-étre un dérangement du 
terrain & la suite dun tremblement de terre; mais en aucun 
cas, je ne croirais devoir recourir a une cause générale.» 

Je me rallie pleinement & cette opinion. En effet, les géolo- 
cues américains semblent d’accord pour fixer la derniére ex- 
tension gilaciaire & huit ou dix mille ans avant l’ére actuelle. 
Mais on était alors sur tout notre hémisphere en plein paléoli- 
thique. Depuis lors il y a eu, pendant l'epoque du renne, un 
ou deux retours de ruissellement, attestant une recrudescence 
de Vhumidité; mais tout cela était fini, quand avec la tourbe 
Pépoque néolithique a fait son apparition. Par ailleurs, la ci- 


(45) Capelle.—pD&ECOUVERTES PREHISTORIQUES. 161 


vilisation préhistorique de la caverne parait @tre arrivée a la 
période de transition du néolithique a age du cuivre, peut- 
étre méme 2 lage du bronze. Il ne faut donc pas remonter 
plus haut. 

Il ne faut pas s’arréter davantage, vu la nature des lieux, & 
Vhypothése d’un glissement: il resterait a aborder celle Vune 
inondation partielle, qui aurait coincidé avec un tremblement 
de terre. 

Le pied de la montagne de Villalba est baigné par le Gi- 
guela. Cette riviere n’est remarquable ni par la profondeur de 
ses eaux ni par l’espace qui sépare ses deux rives; mais resser- 
rée ca et la entre deux murs de rochers, elle pourrait par une 
forte crue atteindre un niveau considérable. Une trombe ana- 
logue a celle qui s’abattit sur le pays, le 14 Septembre 1893, 
déracinant les arbres, ravinant les collines, arrachant les ro- 
chers, la terre, les maisons, aurait pu causer ce désastre. Ces 
débris amoncelés peuvent facilement former un barrage, bar- 
rage qui séleverait bientot a une tres-grande hauteur. Son 
Excellence M. Federico de Botella y de Hornos, Inspecteur 
général des mines, m’assure avoir vu de ses yeux un fait de 
ce genre dans je ne sais plus quelle vallée de la Sierra, ot un 
barrage s'étant formé a la suite de pluies diluviennes, les eaux 
furent en peu d’instants portées & une élévation de 20 a 25 
metres et seraient montées plus haut encore si la digue ne se 
fut rompue. De tels phénomeénes, ajoutait-il, sont assez fré- 
quents dans certaines parties de l’Espagne. 

Il y a loin sans doute de 25 a 80 metres, hauteur de Vouver- 
ture au dessus du niveau de la riviére; mais il n'est pas im- 
possible qwun barrage s’étant dressé dans les gorges qui sépa- 
rent le pont de Lujan du moulin de Martin Garcia, l’eau se 
soit subitement élevée dans cette vallée qui, somme toute, est 
assez étroite. 

J'ai moi-méme été ie témoin et failli étre la victime d'une 
crue extraordinaire du Bedija qui, en deux heures a peine, 
devint un vaste fleuve et couvrit immense plaine qui sétend 
au-dessous @Uclés. Si une digue se fat alors élevée entre la 
colline ot est bati le village et celle qui lui fait face au Nord, 
Peau ett promptement coulé au niveau des terrasses mémes 
du monastére. 

Cette hypothese n’est done pas inadmissible: elle explique- 


ANALUS DE HIST. NAT.—XKXIII. 11 


i 


162 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) 


rait méme assez que les habitants, voulant se préserver de 
Vinondation, eussent en toute hate, pour fermer leur demeure 
a entrée des eaux, bati cet énorme mur de rochers liés & Var- 
gile qui nous masquait l’ouverture primitive. L’eau pénétrant 
par les fissures de la colline et montant par les cavités infé- 
rieures aurait alors submergé ces malheureux. J’avais tout 
d’abord penché vers cette opinion dans le mémoire que j’adres- 
sai en Septembre dernier &a Académie Royale d'Histoire; mais. 
étude des squelettes et les nouvelles fouilles que j’ai prati— 
quées m’invitent a hasarder une autre explication qui parai— 
tra peut-étre plus vraisemblable, et qui, & mon avis, doit 
approcher davantage de la vérité. 

Les diverses strates superposées que l’on rencontre sont dues 
a des glissements successifs de terre entrainés par les eaux, 
lors des pluies torrentielles qui devaient abonder dans un pays 
tres boisé en ce temps-la, ou sous les pas des troglodytes. Les 
cendres rejetées des divers foyers ont ainsi pu former.a plu— 
sieurs reprises les nappes que nous avons découvertes sur tout 
le parcours du boyau central. Sur ces couches superposées les 
premiers troglodytes ont cheminé longtemps: puis, désireux 
sans doute de vivre a la lumiére du jour, ils ont bati leur village 
dans le vallon, & lendroit o& ’on remarque encore aujourd— 
hui les monceaux de pierre. Un jour cependant est venu, ou 
attaqués par des ennemis redoutables, ils ont dd redemander a 
la caverne l’asile quelle leur avait autrefois prété; ils ont été 
poursuivis. Les vainqueurs ont violé les sépultures, brisé ou 
pillé le mobilier, et envahi toutes les galeries attenantes a la 
eorande issue. Les défenseurs de la grotte qui avaient succombé 
ont été abandonnés 4 10 ou 15 metres environ de Vorifice. 
Leurs corps, couverts de grosses pierres précipitées d’en haut, 
sont restés étendus, sans autre sépulture, en travers de Vallée 
centrale, ot nous les avons retrouvés (fig. 10). Les assiégeants. 
ont alors fait rouler dans tous les conduits ot ils pouvaient 
atteindre une énorme quantité de terre, de pierres ou de dé— 
bris provenant du sac des habitations supérieures. Puis ils ont 
muré l’entrée sur une épaisseur de plusieurs métres et nivelé 
le sol au-dessus. Les eaux filtrant dans la suite des siécles par 
les ouvertures mal bouchées de la caverne ou par les pores du 
calcaire ont peu a peu détrempé la terre venue du dehors et, 
lui ont donné aprés dessiccation la résistance el aspect d’une 


PREHISTORIQUES. 


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COUVE 


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Capelle. 


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Fic. 10.—Coup2 verticale du couloir central. (Dessin de P. Quintero.) 


Petits lits de phosphate de chaux. 


Couche de cendre. 


é 


ve 


Partie libre. 


a. 


Lit de rochers. 


b. 


tre. 


Débris ealeaires . 


Rochers. 


A 
a 


g. > Terre rouge 


Terre renfermant les cadavres et de 


Cc. 


h. 


nombreuses débris. 


Strate de charbon. 


t. 


d. 


164 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) 


masse boueuse solidifiée, telle quelle serait si elle y avait été 
amenée par une inondation (1). 

Les assiégés prisonniers dans la caverne ont sans doute 
promptement épuisé leurs provisions de comestibles et de lu- 
minaire, et ils n’ont pas tardé a mourir de faim. Cela explique 
pourquoi nous avons trouvé ca et la, a fleur de terre et éche- 
lonnés dans les diverses galeries, des squelettes sans sépul- 
ture, dont la plupart détrempés et dissous par ’humidité se 
réduisaient en poudre au seul contact de nos mains. En deux 
ou trois endroits, aux ossements d’un adulte se mélaient des 
restes d’enfants. Les cranes de ces squelettes ne se rencon- 
traient presque jamais; il n’en subsistait plus qwun cercle de 
poussiere blanche au milieu duquel émergeaient quelques 
dents. 

Nous avons rencontré, je lai déja dit, un de ces cadavres, 
au point culminant d’une galerie lointaine. Y avait-il été 
apporté par les survivants cherchant a se préserver de sa mau- 
vaise odeur? Le malheureux auquel il appartenait était-il 
venu périr la apres avoir longtemps erré pour trouver une 
issue et s’enfuir au dehors? I] serait bien difficile de le dire. 

Un des faits les plus remarquables a signaler dans le sac 
de la caverne, c’est la violation des sépultures. Les peuples de 
Vage de bronze ensevelissaient tres souvent leurs morts dans 
des urnes (pl. x). Dans la grotte de Segobriga cette coutume 
existait aussi; mais de toutes les sépultures que nous avons 
rencontrées jusqu ici, une seule paraissait intacte , et encore, 
comme on le verra plus loin, ne renfermait-elle qwune partie 
du squelette. Partout ailleurs les urnes étaient brisées, les os- 
sements dispersés. La cupidité des vainqueurs avait-elle violé 
ce dernier asile de la mort pour aller jusque dans les tombes 
chercher les joyaux et les armes que l'on déposait d’ordinaire 
aupres des cadavres? Le champ des conjectures est bien vaste, 
et je ne veux pas m’y engager. Quoiquwil en soit, nous avons 
trouvé la grotte dans un état de bouleversement complet, et 
cependant il ne semble pas quelle ait jamais été visitée avant 
nous depuis les Ages préhistoriques. En effet, Ventrée par la- 


(1) Dans cette deuxiéme hypothése , je n’'exclus pas la formation des strates infé- 
rieures 4 la suite de glissements et de pluies torrentielles; mais je parle seulement 
de la couche supérieure de terre beaucoup plus épaisse que les autres. 


(49) Capelle.—prECOUVERTES PREHISTORIQUES. 165 


quelle nous y avons pénétré était totalement inconnue: elle 
navait probablement jamais servi qu’aux fauves de la con- 
trée; car lorsque nous y descendfmes pour la premiére fois, 
nous pumes a grand peine nous frayer un passage a travers 
les décombres avant de rejoindre l’avenue centrale, et la méme 
il fallut faire rouler beaucoup de pierres sous nos pieds pour 
y passer a l’aise. Par ailleurs, comme j’ai eu l’occasion de le 
dire plus haut, l’ancienne entrée était fermée par une épaisse 
muraille batie non & la chaux, mais & laide de l’argile. Or 
cette argile dont j’ai apporté & Madrid quelques échantillons 
est absolument de la méme nature que celle qui servait aux 
constructions intérieures de la grotte. Il est done peu probable 
quelle ait été employée & une époque de beaucoup postérieure 
a ces constructions. De plus, comme elle ne se trouve pas com- 
munément dans le pays et que le gypse au contraire y abonde, 
il n'est guére croyable que ceux qui ont muré lentrée se fus- 
sent servi a cet effet d’une substance aussi rare aux environs 
de la grotte, alors quwils avaient sous la main du platre en 
abondance, s‘ils avaient connu le platre ou s’‘ils en avaient 
soupconné Vusage. Nous sommes donc ramenés a une époque 
fort reculée, et trés-probablement a l’époque méme oti la grotte 
cessa d’étre habitée. 

Passons maintenant & l’étude du sol de la caverne. Ce sol 
est done recouvert de plusieurs couches de terre et de débris 
superposés. Ces couches, en nombre d’autant plus grand que 
la déclivité est moindre, atteignent en certains endroits le 
chiffre de douze, notamment au bas de la petite salle désignée 
dans le plan sous le nom de cuisine, a coté du Kjdkkenmédding. 

La couche inférieure est généralement formée par une terre 
rougeatre mélée de petits cristaux de carbonate de chaux. Elle 
constituait primitivement le sol méme de la grotte. Cette assise 
est maintes fois recouverte par une couche de cendres grise 
ou blanchatre dans laquelle il n’est pas rare de rencontrer des 
débris de charbon & demi-briilé ou méme de bois rouge entiée- 
rement respecté par les flammes, mais rongé par lhumidite. 
Le charbon est quelquefois si abondant qwil forme une strate 
complétement distincte. Dans lun et Pautre cas, on remarque 
souvent dans la cendre de petits lits de phosphate de chaux, 
résidu de la combustion des os, qui attirent les regards par 
leur éclatante blancheur. 


166 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) 


Au-dessus de Vassise du charbon on rencontre une, deux, 
trois, souvent quatre assises de terre. On distingue générale- 
ment par la couleur de cette terre les différentes strates: elles 
sont du reste parfois intercalées d’une seconde couche de 
charbon ou de cendres. J’ai dessiné et fait reproduire deux 
tranchées ot l’on peut voir la disposition de ces strates: lune 
delles est prise de la galerie centrale (fig. 10); autre de la 
salle supérieure, située a Ventrée de la caverne (fig. 11). On 
remarquera dans cette derniére un vase entier touchant par 
un de ses cotés le sommet dune calotte sphérique taillée dans 
la votte et reposant par sa base sur une terre meuble qui a 
envahi la partie inférieure de la calotte. Ce vase n’a pu étre 
porté en cet endroit par un étre vivant: il semble que leau 
seule ait dd le soulever jusqu’au faite de la salle et le laisser 
en se retirant reposer sur la boue; mais dans cette salle la 
terre tres séche et tres ténue ne gardait aucune trace d’inon- 
dation. J’inclinerais donc a croire que ce vase ainsi que deux 
ou trois autres trouvés dans les mémes conditions ont été jetés 
dans la chambre déja presque entierement comblée et portés 
contre la volte par le choc de la terre qui continuait a tomber 
en biais par Pouverture supérieure. 

Telle est la disposition des strates; il me reste maintenant 
a faire Phistorique des fouilles et & dire un mot de la maniere 
dont nous les avons exécutées. 


§ IV. 
HISTORIQUE DES FOUILLES. 


Les fouilles ont commencé en Octobre 1892. M. Quintero ve- 
nait de partir pour Madrid; je me trouvai ainsi privé de mon 
premier compagnon dexpédition; mais nous men continua— 
mes pas moins les recherches commencées. 

Nous ne pouvions du premier coup arriver & une parfaite 
organisation. Comme toute chose au monde, Vexploration de 
la grotte dut suivre la voie du progrés. Les débuts furent tres 
humbles, soit parce que nous ne soupconnions pas encore 
létendue de nos découvertes, soit parce que nous étions con— 
traints de procéder avec prudence. 


451) Capelle.—piicouverrus PREHISTORIQUES. 167 
La grotte en effet est située au milieu Vune région ineulte 

et déserte, dans un ravin caché a tous les regards. Il nous fut 

longtemps difficile @en connaitre le véritable pro riétaire. 
g ] proy 


Fic. 11.—Premiére chambre a droite de l’entrée. (Dessin de P. Quintero.) 


«. Terre a débris.—Sépulture remaniée. e. Débris de calcaires plus ou moins 

4. Lit de charbons, soudés entre eux. 

¢. Couche de cendres mélées de char- | f. Rochers soudés aux parois, sous les- 
bon, quels partent des galeries secon- 


a. Terre rougeatre. daires. 


168 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52> 


Tout le pays environnant appartenait autrefois aux Santiagis- 
tes VUclés ou aux dominicains d’Ocanha. Apres l’extinction de 
VOrdre de Saint-Jacques et l’exclaustration des moines, leurs. 
biens furent vendus & vil prix. Divers particuliers se les par- 
tagerent. Tout ce qui n’entra pas en ligne de compte fut attri- 
bué aux municipalités. I] faut croire que la démarcation des 
limites ne se fit pas d’une facon fort rigoureuse, puisqu’il nous 
fut longtemps impossible de savoir a qui appartenait la grotte. 
Nous ne pouvions cependant passer en pourparlers un temps 
précieux et nous commencdames a explorer la caverne. 
Toutefois il fallait se mettre a l’ceeuvre sans éveiller Patten- 
tion; car, ne pouvant disposer que d’un jour par semaine, je 
devais laisser le champ libre a tout venant pendant les six 
autres journées. Or si l’on avait eu vent de nos travaux, une 
nuée de chercheurs de trésors se seraient abattus sur la g¢rotte. 
Je m’enveloppai done du plus grand mystere. Accompagné 
seulement d’un ou deux de mes amis, j’arrivais & la grotte 
avant laurore: nous en sortions seulement lorsque le soleil 
s'était dérobé derriere Vhorizon. Qui done ett pu soupconner 
qu’a 100 pieds sous terre, nous grattions le sol avec ardeur? 
Les premieres excursions furent consacrées a reconnaitre la 
caverne: nous entreprimes ensuite les fouilles avec méthode, 
en commencant par le bas. Nous cachions généralement dans 
une anfractuosité voisine de ’entrée nos habits et nos vivres; 
puis nous nous laissions glisser le long de la pente rapide 
jusqwau chantier que nous avions choisi. Le travail durait 
de sept heures et demie & midi. A midi, au signal donné, nous 
nous réunissions tous dans une petite chambre dont la volte 
noircie nous disait assez qwelle avait pu servir de cuisine aux 
troglodytes (1): nous y trouvames plus tard en abondance des 
os éclatés et des débris de nourriture et de foyer. A une heure 
et demie, on se remettait &louvrage et lon sortait de la grotte 
a la nuit tombante. 


(1) L’appétit, la gaité, souvent Ja joie d’heureuses découvertes faisaient le meil- 
leur assaisonnement de nos modestes déjeuners. Si un indigéne, non moins curieux 
et plus hardi que les autres, se fit alors aventuré a travers les sombres méandres de 
la caverne, en se trouyant tout a coup face A face avec trois vigoureux gaillards, & 
l'‘accoutrement bizarre, assis devant une table de pierre et vaguement éclairés par 
les lueurs fantastiques de deux lampes fumeuses, il efit cru voir attablés autour de 
leurs festins barbares les troglodytes des anciens Ages. 


(53) Capelle.—pDECOUVERTES PREHISTORIQUES. 169 


Tels furent nos débuts: comme on le voit, ils étaient em-— 
preints d'une certaine poésie. Mais nous ne tardaimes point 4 
nous convaincre que ce mode d’exploration était peu pratique. 
Il ne suffisait point en effet de remuer le sol; force était de trou- 
ver un débouché aux décombres qui s’amoncelaient, élever 
avec les pierres que nos recherches mettaient au jour des mu- 
railles capables de contenir la terre. En un mot sil fallait des 
chercheurs, il fallait aussi des ouvriers. Toutefois avant d’en- 
treprendre en grand les fouilles, je voulus m’assurer de leur 
valeur et me munir des autorisations nécessaires. Je présen- 
tai vers la fin de Décembre aux professeurs du Muséum de 
Madrid les ossements d’animaux que j’avais rencontrés et 
jallai étudier au Musée archéologique les différents types de 
poteries anciennes qui s’y conservent. Tout le monde fut (avis 
que les fouilles devaient continuer. 

Je revins donc a Uclés, décidé a reprendre les travaux. Mais 
jappris, & mon arrivée, qu’un envieux, il s’en trouve partout, 
ayant eu veut de nos fouilles et du but de mon voyage, avait, 
sans autre forme de procés, fait murer la grotte, de sa propre 
autorité et sans en avertir personne. Sur ces entrefaites, nous 
parvinmes a savoir enfin le nom du propriétaire. C’était un 
ingénieur attaché au ministere de l’Instruction publique, 
M. Gregorio Alonso y Grimaldi, résidant & Madrid. Son frére, 
M. José Maria Alonso, était ’administrateur de la propriété. 
Je me rendis chez lui sans tarder et j’en obtins toutes les au- 
torisations désirables. 

Deux jours apres nous revenions & la grotte. Il ne nous fallut 
pas moins @une matinée pour extraire les blocs de rochers 
quwon avait jetés dans le puits: aprés quoi, nous nous remimes 
a lceuvre avec entrain. Les travaux recommencérent vers la 
mi-Janvier 1893: ils furent abandonnés & deux reprises durant 
un mois ou un mois et demi par suite du mauvais temps ou 
du manque de loisirs. Je cessai, faute de ressources, toute ex- 
ploration vers la fin de Septembre, aprés une somme totale de 
quarante excursions environ, pendant lesquelles le nombre 
des travailleurs avait varié de trois & douze. 

Kn Novembre, Son Excellence M. le Marquis de Comillas 
voulut bien nous envoyer un délégué qui se chargeait de nous 
aider dans nos recherches: mes occupations du moment ne me 
permirent malheureusement pas de diriger ces travaux. Le 


170 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) 


délégué revint apres deux jours passés a la grotte, en disant 
quwil n’y avait plus rien a trouver. Je suis cependant d’avis 
que nous sommes loin d’avoir découvert tout ce que renferme 
cette colline ot, sije me base sur les indications de M. Louis 
Siret, ce n’est pas une habitation, c’est un village ou une ville 
en partie souterraine de l’dge du bronze que nous avons re- 
trouvée. Apres quelques journées de travail et de recherches 
persévérantes il ne serait point malaisé, je crois, de démon- 
trer que mes espérances sont légitimes; mais il faut, pour con- 
tinuer les fouilles, des ressources que nous n’avons pas. 

Je terminerai ce chapitre en indiquant la méthode que nous 
avons suivie pour faire le relevé de toutes les trouvailles. Mais 
je dois avouer tout dabord quwil n’est pas possible de juger 
d’aprés la couche ou il aura été trouvé de lage auquel peut se 
rapporter un instrument ou une poterie: car on en trouve de 
semblables a toutes les hauteurs. Je n’ai pas cru pouvoir don- 
ner une idée plus exacte de la composition de ces strates et 
de notre méthode d’investigation quwen transcrivant quelques 
extraits pris au hasard dans notre journal de découvertes. 
Chacun de mes compagnons était tenu de consigner sur le 
papier, le lendemain ou le soir méme de chaque expédition, 
le résultat de ses travaux personnels. Ce sont la les documents 
qui ont servi de base a ce travail. Je les transcris sans y rien 
changer. 


Excursion du 31—1—9s. 


Lieu des fouilles: Diverticule a droite de la galerie princi- 
pale, a peu de distance des lampes.—Longueur, 3 métres; lar- 
geur, 1,50 m.—Ltat du sol, meuble.—Epaisseur variant de 0a 
60 centimetres. 

1° Couche superficielle grattée depuis peu (excursion pré- 
cédente), formée de terre noire, de pierres et de téts. 

2° Couche plus profonde réguliere; strate compacte, for- 
mée (@une pate Lante comme de largile et de tres nombreux 
débris organiques, morceaux de charbon et de bois, ete. 

3° Le reste, tres pauvre en terre, formé principalement de 
pierres, de débris de poteries, os, charbon. 

Objets trouvés: 1° Petit pot: couche superficielle, contre la 
paroi du diverticule. 


(55) Capelle.—bDiCOUVERTES PREHISTORIQUES. 171 


2° Hache en pierre polie, impossible de préciser: je la crois 
des couches superficielles, au-dessus de Vargile. 

3° Ciseau en cuivre: 3™° couche. 

4° Ornement en forme de bouton: s’est montré dans un 
éboulement de la tranchée verticale—probablement du méme 
dépot que la piece métallique. 
Grand morceau de poterie (depuis brisé en deux): 3me 
couche. Renfermait un contenu tout différent des matériaux 
environnants, formant une masse unie, grasse au toucher, 
qui s'est détachée en gardant la forme de la poterie: —fouillée 
avec soin, elle n’a fourni que quelques os. 

6° Petit amas d’os filiformes: couche 3™°, 

7° Ossements divers ca et la. 

' Observation.—Le sol rocheux du diverticule est tres inégal 
et la couche 3™° parait y avoir été amenée par des g'lissades 
successives (des griedas font communiquer avec la galerie).— 
La couche 2™° parait avoir été formée sur place — parmi les 
objets trouvés appartenant a la 2™e couche, il faut signaler 
encore: 

8° Matiere blanche a étudier au jour (structure apparente 
du charbon de bois). 


mo 
9) 


Excursion du 28 —2— 98. 


Place fouillée: La «sépulture?».—Le sol était libre sous la 
grande dalle transversale qui forme volte — mais des pierres 
grosses et moyennes étaient entassées et fermaient l’ouverture 
qui fait communiquer avec Vexcavation continuant sous la 
galerie principale.— Pierres enlevées: excavation visitée.—Le 
sol présentait peu de matériaux a fouiller: tout saupoudré de 
blé qui parait avoir glissé par les fissures de l’amas qui est 
au-dessus (trés important) —charbon, — morceaux de roche 
noircis par le feu.—Tas de blé aggloméré, dont un irisé. 

Sol de la «sépulture» a fourni parties de squelette: 

1° Drenfant (dents, vertébres cervicales, phalanges...) — 
placées superficiellement contre les grosses pierres dont il a 
été question.—Au dessous couche de poussiére d’os. 

2° D’adulte (humérus perforé, partie inférieure du radius..., 


172 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) 


grosse téte spongieuse)... placées superficiellement a l'autre 
extremité.—Au-dessous couche de poussiére d’os. 

La ¢ranchée du sol offrait une épaisseur maxima de 50 cmr.— 
Plusieurs strates distinctes indiquant lVarrivée successive des 
matériaux par glissades.—Les plus profondes formées de pier— 
res, de tessons nombreux et de blé, — tout cela tres meuble. 
Vers la superficie une couche plus réguliere et plus liée par 
de la terre noire. 

Je ne veux point prolonger ces citations qui n’offrent du 
reste par elles-mémes aucun intérét; mais elles suffiront a dé- 
montrer avec quels soins nous avons fait nos recherches. Je 
ne confiais généralement le travail des fouilles qu’é mes amis 
ou a des ouvriers sur lesquels je pouvais compter. Les autres 
s’occupaient a déblayer le terrain précédemment fouillé, @ 
construire des murailles, a rejeter la terre dans les galeries 
déja explorées. Mais quand la tache devenait trop ardue ou 
dangereuse, il était difficile de la laisser tout entiere a nos 
hommes. On verra (apres un exemple comment nous procé— 
dions d’ordinaire dans ces circonstances. Je venais d’assister 
avec un de mes amis 4 l’exploration des trois petites cham— 
bres, faisant suite a la 2™¢ salle: quand ce travail fut terminé, 
nous attaquames de bas en haut le mur de terre et de pierres 
qui obstruait les couloirs supérieurs de communication avec 
la galerie centrale. Il y avait 14 un danger réel, & cause de la 
rapidité de la pente et des énormes rochers qui surplombaient 
sur notre téte, préts a se détacher au premier mouvement de 
la masse de terre qui les tenait assujettis: aussi nous laissimes 
derriére nous tous les ouvriers, leur enjoignant de se borner & 
enlever les décombres & mesure qwils tomberaient. Puis nous 
nous mimes & l’ceuvre. Les pieds appuyés sur la pente raide, 
m’arc-boutant d’un bras contre la paroi de la caverne, de ’au- 
tre je jouais du pic. Quelques gros rochers nous donnerent 
beaucoup de mal; mais ce fut bien une autre affaire, quand 
je me vis tout & coup en face d’une vraie muraille de pierres 
qui obstruaient le conduit. Ce conduit, fort rapide des Pabord, 
devenait ensuite perpendiculaire, de telle sorte que les maté— 
riaux & extraire se trouvaient & peu pres sur notre téte; il y 
avait l& plusieurs métres cubes de rochers, se soutenant & 
peine les uns les autres et menacant d’écraser de leur masse 
quiconque les ferait tomber. 


a 
7) Capelle.— pECOUVERTES PREHISTORIQUES. 173 


I] fallait cependant se résoudre 4 en provoquer l’éboulement. 
Les ouvriers se garérent de leur mieux dans les couloirs voi- 
sins. Quand ils y furent en streté, je les priai de venir me dé- 
gager, le mur une fois démoli. Tout danger sérieux étant ainsi 
écarté, je me garai dans un trou latéral ot je pus m’introduire 
en rampant, et armé d’une longue barre, je commencai du 
fond de ma retraite a saper la muraille par la base. La besoene 
n’était point aisée: j’avais la face contre terre, le corps serré 
comme dans un étau: c’est a peine s'il m’était possible de mou- 
voir les bras. Mais la récompense de nos efforts ne se fit pas 
longtemps attendre. Sous l’impulsion du levier, un des blocs 
se détacha: aussitdt une avalanche de terre et de pierres passa 
comme un éclair devant mes yeux. L’obstacle était vaincu. 
Toutefois ma position n’était pas gaie. Le courant d’air pro- 
duit par la chute avait éteint la lumiére et je me trouvais blo- 
qué dans.mon terrier par les décombres. 

Heureusement les ouvriers accoururent sans retard, et ils 
me rendirent la liberté. Le moment était venu de fouiller les 
débris: nous etimes la joie d’y trouver une abondante moisson 
de poteries et @instruments (1). 


(1) Nous n’avons eu aucun accident notable 4 déplorer, malgré les inévitables 
dangers que présentent toujours ces sortes de travaux. Un jour c’est un rocher du 
poids de plusieurs quintaux qui tombe perpendiculairement sur la téte d’un de mes 
ouvriers: mais celui-ci a le temps de se garer et en est quitte pour la perte de sa cas- 
quette. Un autre jour, j'‘étais adossé contre un bloc énorme qui paraissait défier la 
pioche pour longtemps. Un de mes meilleurs travailleurs s‘appliquait 4 le déchaus- 
ser. Tout A coup un glissement de terre imprévu fait rouler le rocher, dont le faite 
va fort heureusement s’arc-bouter contre la paroi voisine. Sans cela nous ¢tions l'un 
et l'autre écrasés par sa chute. Plus d’une fois, en déblayant une galerie, je fus en- 
trainé par un éboulement et me relevai tout meurtri au milieu des os et des tessons 
préhistoriques que je venais de mettre 4 découvert. 

Le beau temps favorisa généralement notre entreprise; mais nos deux derniéres 
explorations furent,&ce point de vue, moins fortunées que les précédentes. Nous 
fiimes enveloppés le 14 Septembre dans l’épouvantable trombe qui s’abattit sur la 
nouvelle Castille et fit tant de victimes, 4 Villacanas, apres avoir ravagé toute la 
contrée. Nous avions quitté Uclés par un fort vilain temps. Le ciel était terne, gris 
d’acier. Ce n’était plus ce ciel bleu de Castille, ot les peintres d’antan découpaient 
d'ordinaire le manteau de leurs Vierges. Un mauvais vent du SE. faisait rage depuis 
quatre ou cing jours. Lhorizon était cerclé de noir. La journée, qui s’ouvrait sous de 
si facheux auspices, fut plus fructueuse que de coutume, et nous remontdimes vers 
les cing heures du soir, chargés de dépouilles opimes. L’état du ciel avait bien chan- 
gé; le cercle noir s’était retréci; le vent, qui soufflait plus furieux que jamais, avait 
adéja bien de la peine 4 contenir la tempéte. Des quatre heures, deux de mes com- 
pagnons, apres avoir passé la soirée sur la colline, jugtrent plus prudent de regagner 


174 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) 


J’en ai dit assez, je crois, sur la maniére dont nous avons 
procédé aux fouilles. Nous examinerons dans les chapitres 
suivants quels objets elles ont mis au jour et quelle lumieére 
elles projettent sur la civilisation de nos troglodytes. 


Uclés: un seul préféra m’attendre et rentrer avec moi. Laissant en arriére nos ou- 
vriers qui s’attardaient 4 gotiter, nous primes précipitamment notre route a travers 
la colline. Dés que nous en etimes gravi le sommet, il nous fut aisé de voir quel dan- 
ger allait fondre sur nous. Nous espérions pourtant l’éviter encore: cet espoir nous 
donna des ailes; mais il ne devait point tarder 4 étre décu. 

Il n’était pas encore six heures, et déj& un grondement sourd et continu s’élevait 
vers le SO. On efit dit de lourdes et innombrables batteries d’artillerie roulant sur 
un sol rocailleux. Les nuages s’illuminaient de splendides éclairs: des gerbes d’étin- 
celles jaillissaient 4 tous les coins du ciel. Nous volions vers la route de Valence; 
mais l’orage volait plus vite que nous. Les premiers grélons nous atteignirent a la 
hauteur des vignes de Villarrubio. Nous étions 4 plus d’une heure de distance de 
toute habitation. Une choza en paille se dressait au milieu des vignes. Nous youli- 
mes nous y réfugier; mais elle était fermée: ce fut un bonheur pour nous; car une 
heure aprés elle était balayée par l'inondation. 

Je ne raconterai pas les mille et une péripéties de cette odyssée. Aveuglés par la 
foudre, criblés par la gréle, le visage ruisselant d’eau, la respiration coupée par le 
vent, nous allions par cette nuit noire, seuls dans ce pays désolé, nous cramponnant 
lun & autre pour nous garantir des faux pas et éviter d’étre séparés. Ce n'était 
pas de la pluie, c’était une nappe d’eau qui tombait du ciel. Des torrents se formaient 
aux moindres sinuosités des collines, entrainant dans leur course folle les rochers, 
la terre, les vignes, ravinant les chemins, bouleversant les champs. : 

Le chemin creux qui méne a Uclés suit le bas de la vallée. Nous y etimes bientot 
de Veau jusqu’a la ceinture, et le torrent grossissait toujours. Il fallut gagner préci- 
pitamment les hauteurs ot nous trouvames un refuge dans une misérable cabane- 
Crest 1A que nous attendimes, transis de froid, la fin de lorage. 

Cette expédition fut ’avant-derniére, Je revins encore une fois 4 la grotte; puisje 
laissai la pioche pour mettre la main a la plume. 


LA 


PENINSULA IBERICA SEISMICA 


Sus, COlONLAS. 


POR 


EE, DE MONTESSUS DE BALLORE. 


(Sesion del 10 de Enero de 1894.) 


Desde tiempos remotisimos, desde que el hombre atemori- 
zado por tremendas catastrofes causadas por el juego de las 
fuerzas naturales, como huracanes, terremotos, erupciones 
volcanicas, etc., busca sus causas y los medios de precaverse 
de tales peligros, innumerables hipdétesis han sido presentadas 
para explicar estos temibles fendmenos. A pesar de los esfuer— 
zos de los fildsofos antiguos desde Aristételes hasta Plinio y 
Séneca, no obstante los trabajos de los sabios modernos como 
Von Hoff, Mallet, Perrey, Fuchs, Falb y otros muchos, y en fin, 
a pesar de las observaciones de los seismdlogos japoneses é 
italianos del dia, no hay, tal vez, entre las ciencias naturales 
un ramo todavia tan misterioso como la seismologia 6 sea el 
estudio de los movimientos de la corteza terrestre. La meteoro- 
logia moderna se desarrolla brillantemente buscando y descu- 
briendo poco a poco las leyes de los movimientos del aire y de 
los meteoros que nacen en su seno, y todo induce a creer que 
en un porvenir poco lejano se preveeran las tempestades, las 
lluvias y los cambios de tiempo. Ast los peligros temidos para 
las cosechas y la navegacidn, podran, 41lo menos, disminuirse, 
si no evitarse del todo. En cuanto 4 los gedlogos, han estu- 
diado las capas exteriores de la tierra con tanto éxito, que los 
movimientos terrestres ocurridos en los tiempos anteriores a 


176 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 


la venida del hombre, son ahora mejor conocidos que los que 
presenciamos diariamente, y que se manifiestan por terremo- 
tos y erupciones. 

zDe dénde viene tanta ignorancia nuestra, respecto a los 
fendmenos sismicos, mientras que los meteoroldgicos y los 
geologicos son ahora bastante bien conocidos? Es que los pri- 
meros tienen su origen en el interior de la tierra, y 4 una 
profundidad, ora grande, ora pequena, pero del todo inacce- 
sible a nuestros sentidos y medios de investigacion. 

Por esto, en vez de considerar los seismos como fendmenos 
de la dinamica terrestre interna, se han buscado sus causas en 
la atmdésfera, en los espacios césmicos é€ interplanetarios, en 
fin, en todas partes salvo en las del interior del globo, donde se 
producen realmente; sencillo parece enunciar esta verdad, que 
los temblores nacen bajo nuestros pies, y sin embargo, esta 
idea tan logica es muy reciente, y todavia no es aceptada por 
todos. 

Me vanagilorio con haber hasta la fecha hecho grandes es— 
fuerzos con el propdsito de devolver a la geologia un ramo, la 
seismologia, que le ha sido robado por la meteorologia y la 
astronomia. Este es, en pocas palabras, el plan que estoy des— 
arrollando desde hace muchos anos. Después de haber sido 
testigo ocular de numerosos temblores mientras habitaba la 
América central, tan célebre por las catastrofes espantosas que 
tantas veces han asolado San Salvador y Guatemala, el caos 
de las teorias sismicas me parecio cientificamente intolerable, 
y puse una mano atrevida en medio de las contradicciones de 
los sabios que han estudiado los seismos. 

Numerosas leyes habian sido aceptadas, cimentadas en es- 
tadisticas insuficientes. Después de haber recopilado un gran 
ntimero de fendmenos seismicos (mas de 80.000), observados en 
todas partes del mundo, he podido demostrar, por medio de es- 
tadisticas muy extensas, que los temblores no tienen relacion 
alguna con las horas del dia, es decir, con la posicién relativa 
del sol, ni tampoco con las fases de la luna, ni con su distancia 
(apogeo y perigeo), ni con su posicidn relativa al lugar que 
tiembla, y que son independientes de las estaciones astroné- 
micas y de los puntos equinocciales y solsticiales. Todas estas 
influencias habian sido enunciadas, en particular, por el 
famoso seismélogo francés A. Perrey, y ya no subsisten. Por 


(3) Montessus de Ballore.—LA PENINSULA IBERICA. 1i7 


lo que toca 4 la presién barométrica, probé también, por 
medio de mis propias observaciones sobre el Izalco (1880-85) y 
de las del observatorio de Guatemala (1853-63) que sus varia- 
ciones no tienen influencia sobre las sacudidas terrestres, ni 
sobre las erupciones del citado volcan, que se producen re- 
gularmente de cuarto en cuarto de hora poco mas 6 menos. 
A priori, es evidente que las variaciones del peso de la 
columna de aire que descansa sobre el suelo, no puede influir 
sobre los movimientos terrestres. Me falta todavia probar que 
tampoco tienen influencia las estaciones. Entre tantas teorias 
superficialmente sentadas, esta ultima es la Unica que merezca 
refutaciOn seria por medio de cifras, porque si las aguas 
atmosféricas llegan en ciertas estaciones al contacto de las 
capas profundas muy calidas, podria acontecer, que vapori- 
zandose bruscamente, produzcan explosiones, y por consi- 
guiente, sacudidas, 6 bien que disolviendo ciertos estratos, 
estos, hundiéndose bajo el peso de los superiores, sacudan el 
suelo. Estas hipdtesis son logicas, aunque yo las creo falsas. 
La cuestidn queda, sin embargo, reservada. 

Puesto que los temblores de tierra se producen en el interior 
del globo y tienen alla sus causas, alli es donde deben estu- 
diarse. Por desgracia, los estratos terrestres nos son inaccesi- 
bles, cuando menos, 4 una distancia que no basta para el 
objeto. Tenemos que buscar indicios en la superficie, lo que 
embrolla mucho el asunto. Cualquiera que sea el origen geol6- 
gico de los seismos, hay que determinar, en primer lugar, los 
caracteres geologicos y geograficos que diferencian entre si los 
paises en los cuales tiembla frecuente y fuertemente la tierra, 
de aquellos en los que estos fendmenos no ocurren 6 son casi 
completamente desconocidos. Si los seismos resultan tinica- 
mente de las fuerzas geoldgicas todavia en juego, claro es 
que si no se descubren asi sus causas primordiales, la seis- 
mologia, sin embargo, habra dado un paso decisivo. 

Estas ideas no son completamente nuevas. Hace tiempo que 
se ha notado que, por ejemplo, en América, los temblores 
parecen tener relacién con los grandes relieves de la Sierra de 
los Andes desde el Cabo de Hornos hasta el estrecho de Bering, 
mientras que la falda atlantica permanece estable, con excep- 
cin de las partes de alto relieve, como México. Pero la cues- 
tidn del relieve no influye sola, puesto que las faldas de ciertas 


ANALES DE HIST. NAT. — XXIII. 12 


178 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4): 


gwrandes sierras son algunas veces muy estables, por ejem— 
plo, las de los Pirineos, salvo en los alrededores del Béarn, en 
Francia, y otros muchos casos semejantes. 

Los terrenos volcanicos modernos 6 antiguos no son tam— 
poco muy inestables, por ejemplo, en Méjico y en los alrede- 
dores de los volcanes extinguidos de Olot, en Catalufa; del 
Puy de Dome, en Auvernia; del Hifel, en Westphalia, etc. 

No se sabe si los terrenos primarios se hallan mas 6 menos 
sacudidos que los secundarios y los terciarios. 

Algunos sabios han mostrado la influencia de las «fallas,» 
por ejemplo, en Andalucia; pero el hecho recae principalmente 
sobre la propagacién de las oscilaciones sismicas, mas que 
sobre su produccion; la tierra no tiembla en todas las reziones 
muy quebrantadas. Ademas, quién sabe si tiembla mucho en 
aquellas porque estan muy fracturadas, y por consiguiente, 
porque son poco solidas, 6 bien si estan quebrantadas precisa- 
mente 4 causa de los muchos terremotos que las han sacudido 
por debajo desde los tiempos geoldgicos,. 

Por fin, si hasta la fecha las relaciones de los seismos con el 
relieve y la naturaleza del terreno han sido sospechadas, toda- 
via no han sido sentadas de una manera que se aplique a 
todas las regiones en las cuales se notan los temblores. 

Para alcanzar este punto, hay que establecer, en primer 
lugar, una clasificacién entre todas las regiones del globo 
seguin el niimero y la intensidad de los temblores que sufre 
cada una, y por tanto, hallar un medio de representar numé— 
ricamente lo que puede HNamarse su «seismicidad.» Una vez 
hecha esta clasificacién, aparecera claramente el conjunto de 
condiciones geologicas y geograficas favorables a la produc- 
cién de los seismos. 

ZPero como cifrar la sismicidad de una region? 

Generalmente se relata que tal ciudad ha sido sacudida por 
un temblor. No siempre es este punto el centro del fendmeno; 
pero siendo ligeros los temblores, y por consiguiente, los que 
conmueven pequena area, los mas comunes, el verdadero centro 
no estara muy lejos del lugar senalado. Asi, pues, apuntando 
con mi catalogo en los mapas los lugares sacudidos se deter- 
minaran, y de una manera bastante exacta, las regiones seis- 
micas por medio del agrupamiento de estos puntos. Esto se lee 
a.la simple vista en los mapas adjuntos. 


(5) Montessus de Ballore.—LA PENINSULA IBERICA. 179 


Conocidas las regiones hay que calcular sus seismicidades, 
contando para cada una con el nimero medio de los temblores 
y con la intensidad de los que la sacuden; y como en cuanto 
4 este Ultimo elemento no se le ha podido cifrar matematica— 
mente todavia, faltando una escala que no sea convencional, 
como la de Rossi-Forel, queda sélo el nimero medio de tem— 
blores para evaluar la seismicidad. Afortunadamente aconte- 
ce que estos dos factores parecen ser generalmente propor- 
cionales, esto es, que sdlo los paises en los cuales el suelo 
tiembla frecuentemente, padecen de terremotos asoladores, 
que es lo que de antiguo decia el refran: «donde ha tembla- 
do, alli temblara.» Bastara, pues, conocer el nimero medio 
de dias durante los cuales tiembla anualmente la tierra en 
cada regidn, habiendo demostrado en otro trabajo que esta 
unidad es preferible al numero mismo de temblores. Sea § en 
kilometros cuadrados la superficie de una regién determinada 
como se ha dicho antes, y en la cual durante 2 anos un obser- 
vador concienzudo haya notado p dias de temblores, ya peque- 
nos, ya grandes, pero que tengan su centro dentro de ella; 


us 


4 


sera el numero medio anual de dias de temblores en ella. 
4 


1 


y ‘ , - ; 
ie = Sera entonces la superficie de esta regién sacudida me- 
Z 


dianamente un dia al ano. Cuanto menor sea este ntimero. 
mas frecuentemente la regién estara sujeta 4 temblores. Asi la 


Y 


: Sn 35 r 
superficie eae expresada en kildmetros cuadrados dara el 


inverso de la sismicidad buscada. Para mas comodidad se con- 
servara este numero y no se empleara la sismicidad verda— 


dera 2. 
nS 

Practicamente, y segtin que estén los paises mas 6 menos 
civilizados, es claro que la seismicidad deducida de mi catalogo 
se aproximara mas 6 menos 4 su valor absoluto. Por ejemplo. 
es evidente que la seismicidad de la Andalucia se halla mu-— 
cho mejor conocida que la de Marruecos, aunque muy proba- 
blemente sean iguales, 6 cuando menos, poco diferentes. Pero 
lo que importa es el valor relativo, de tal suerte, que las cifras 
deducidas de las observaciones y de las relaciones pongan las 


regiones seismicas en el mismo orden en que hubiesen sido 


180 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) 


puestas con las seismicidades absolutas; en general, el numero 
de los hechos es suficiente para que esta condicion esté reali-— 
zada; en caso contrario se prevendra al lector. 

En los mapas adjuntos de la Peninsula ibérica y de sus colo- 
nias el numero colocado al lado de cada nombre indica el nu- 
mero de dias que ha sido centro de movimiento seismico, y no 
el numero de veces que ha sido sacudido, este Ultimo mucho 
mayor que el primero, pues que de esta manera se desatiende 
el numero de veces que el lugar ha sido comprendido en el 
area sacudida por un gran temblor, teniendo su centro en 
otro punto. 

Ahora siguen algunos pormenores sucintos sobre las 24 re- 
giones, en las cuales se han dividido estos paises, y en el 
orden de su seismicidad decreciente. 

1. Azores.—Seismicidad: 294 km.?—Esta seismicidad muy 
fuerte ha sido calculada, teniendo en cuenta no solamente la 
superficie de las islas, sino también la del mar interpuesto, 
pues es claro que para los archipiélagos en el area sumergida 
debe estar tantas veces como en la emergida el centro de los 
fendmenos seismicos. Por consiguiente, al no tomar mas que 
la superficie terrestre, la seismicidad calculada seria mayor 
que la verdadera en proporcién del area maritima desaten- 
dida. Este error seria mucho mas grave para las pequenas islas 
aisladas, caso en que el método no puede emplearse. 

2. Canarias.—Seismicidad: 2.117 km.?—Esta cifra parece 
menor que la verdadera. Es probable que deberia aproximarse 
mas a la de las Azores, pero los documentos no son suficientes. 

Faltando casi completamente las observaciones, no se ha 
podido calcular la seismicidad de las islas de Cabo Verde; debe 
también aproximarse a la de las Azores. 

3. Puerto-Rico.—Seismicidad: 2.289 km.? 

4. Provincia de las Camarines en la isla de Luzon.—Seismici- 
dad: 2.876 km.2—Esta regidn comprende la parte del 8. de 
Luzon desde el istmo de Atimonan. La seismicidad de las 
cuatro regiones, en las cuales se ha dividido la isla, esta 
bastante bien conocida, habiéndose podido aprovechar las 
observaciones hechas en el observatorio de Manila desde mu- 
chos anos, y las hechas en lo demas del archipiélago y que 
estan publicadas en el Boletin de este establecimiento. 

5. Manila.—Seismicidad: 2.983 km.?— Esta region se ex- 


(7) Montessus de Ballore.—LA PENINSULA IBERICA. 181 


tiende desde el istmo de Atimonan hasta una linea que va 
del golfo de Lingayen hasta la bahia de Baler, pasando por las 
montanas de donde sale el Rio Grande. Manila y las Camari- 
nes tienen casi las mismas seismicidades, de lo cual se deduce 
que los voleanes Taal y Mayon tendrian igual influencia sobre 
la produccidn de los temblores. 

6. Jlocos, en la isla de Luzon.—Seismicidad: 3.714 km.*—Esta 
regidn se extiende al O. de la cuenca del Rio Grande, com- 
prendiendo las sierras intrincadas que bajan al Océano. 

7. Mdalaga.—Seismicidad: 7.262 km.?—Esta seismicidad no 
es tan fuerte como 4 primera ojeada la darian 4 suponer los 
desastres de 1884-85 y de 1804. Es que las ruinas han sido 
muy aumentadas por los defectos de las construcciones en 
Andalucia; en la América central este terremoto no hubiera 
tenido muy gran importancia, ni tampoco en las Filipinas. 
Estas series numerosisimas deben considerarse como fendme- 
nos anormales. Sin esta precaucidn, la seismicidad hubiese 
sido igual 4 353 km.?, asi muy errdnea. 

La regién malaguena comprende el litoral desde la emboca- 
dura del rio Guadalhorce, hasta la punta de Elena, extendién- 
dose en el interior hasta Granada, pero sin abrazar la Sierra 
Nevada, cuya masa parece constituir un obstaculo invencible 
ala propagacidn de los temblores, que refluyen contra ella sin 
poderla sacudir. 

8. Mindanao.—Seismicidad: 7.776 km.?—Esta cifra tendra 
en lo futuro que aumentarse notablemente, cuando puedan 
utilizarse observaciones hechas por mas tiempo en Zamboan- 
ga, Pollok y Surigao. Entonces se determinaran probable- 
mente dos 6 tres regiones seismicas diferentes. 

9. Zimor.—Seismicidad: 7.930 km.2—Este numero, muy 
bien determinado, ha sido deducido de las observaciones 
hechas en la parte holandesa, suponiendo que la seismicidad 
tendria el mismo valor en la parte portuguesa, en la cual no 
se hacen observaciones seguidas. Esta isla pertenece 4 una 
regidn de las mas importantes que se extiende desde Bali 
hasta Timor-Laut en la prolongacidn del eje volcanico javanés. 

10. Valencia y Murcia. —Seismicidad: 8.022 km.?— Esta 
region comprende la costa desde la Sierra Almagrera, al N. 
del rio Almanzora, hasta Valencia, extendiéndose & unos 
60 km. en el interior. 


182 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) 


ll. Zishoa.—Seismicidad: 9.800 km.?—Esta regién se ex- 
tiende desde Setubal hasta la embocadura del rio Litz, es- 
tando sus limites en el interior mal fijados al E. de Lisboa. 
Recordandose las catastrofes de 153] y de 1755, asombrara tal 
vez ver tan pequena seismicidad. Es que estos terremotos no 
pertenecen verdaderamente al continente, pero si al Océano 
Atlantico, sea que se hayan originado en las Azores, sea que 
sus centros hubiesen estado al O. de este archipiélago. 

12. Cuba oriental.—Seismicidad: 12.770 km.?— El Hmite 
occidental de esta regidn corre desde la embocadura del rio 
Canto, siguiéndolo hasta su unidn con el rio Salado, hasta 
Jibara, al SE. del banco de Bahama. Cuba es la parte menos 
sacudida de las Antillas. 

13. Luzon NE.—Seismicidad: 14.124 km.2—Esta regién com- 
prende la costa, al N. de la bahia de Baler y la cuenca del Rio 
Grande. Tiene en la nueva Ecija el importante centro seismico 
de Dupac, estudiado en 1880-81 por el P. Xabert. 

14. Avrchipiélago Filipino, comprendiendo las islas entre 
Luzin y Mindanao.—Seismicidad : 21.050 km.2—Si las observa- 
clones en la isla de Mindoro y las de la granja modelo Carlota 
en la de Negros duraran desde mas anos, este numero tendria 
probablemente que aumentarse. 

No se sabe nada sobre la seismicidad de las islas Calamia- 
nes, Palarran, Jolé, Carolinas, Marianas y Ladrones. Es muy 
probable que la de este ultimo archipiélago sea muy grande. 
pues que en 1849 de la Gironiére, observé veintinueve dias de 
temblores en Umata, isla de Guam, del 24 de Enero al 11 de 
Marzo. Aunque esta serie pueda haber sido anormal, sin em- 
bargo, una seismicidad fuerte queda probable. 

15. Admeria.—Seismicidad: 22.821 km.?—Esta region se 
extiende alrededor de los rios de Almeria y Almanzora, pasando 
hasta Baza, del otro lado de la sierra de Lucar, y abrazando, 
pues, los manantiales del Guadiana Menor. Sin haber des- 
atendido como anormal la serie de 1863, la sismicidad hubiese 
sido mucho mas grande, 6 igual 4 9.244 km.? 

l6@ Cuba central.—Seismicidad: 41.170 km.? 

17. Cataluia.—Seismicidad: 64.590 km.2—Esta region esta 
limitada al O. por una linea que, abrazando la parte superior 


de la hoya del Segre, alcanza el mar 4 la embocadura del Ebro. 
Se notara la poca influencia de los voleanes extinguidos de Olot. 


49) Montessus de Ballore.—LA PENINSULA IBURICA. 183 


18. Andalucia.—Seismicidad: 85.204 km.’—La parte princi- 
pal de esta region es la cuenca del rio Guadalquivir. Esta limi- 
tada al N. por una linea que va de Huelva hasta Linares, 
pasando por Cordoba, y se termina en la sierra de Lucar. 

19. Region de Daussy, parte interior.—Seismicidad: 107.365 
kildmetros cuadrados.—Esta regidn seismica ha sido descu- 
bierta en 1838 por el ingeniero hidrégrafo francés Daussy. 
Este sabio, compulsando los diarios de a bordo de muchos 
navios, se asombré de los numerosos terremotos de mar 
senalados en diferentes puntos del Atlantico situados al FE. 
de la roca de San Pablo entre 1° al N. y 3° al S., y desde 18° 
hasta 26° al O. del meridiano de Paris. Pongo el Atlantico 
en la presente monografia, porque presenta este Océano casi 
unicamente colonias espanolas y portuguesas. Muchas veces 
también los navegantes han visto humo negro salir del mar 
en estos parajes, y los puentes y aparejos de sus naves han 
sido cubiertos por cenizas, muy diferentes de las arenas que 
procedentes del Sahara, y que empujadas por el viento, vie- 
nen, a veces, hasta las Canarias y las islas de Cabo Verde. 
Aqui hay, evidentemente, un volcan submarino, 6 mejor 
dicho, una sierra volcanica submarina, cuyos esfuerzos han 
sido notados por los navegantes, y que forma un anillo de la 
cadena volcanica que casi sin interrupcidn se extiende desde 
las Azores hasta Tristan de Acunha, comprendiendo Madera, 
las Canarias, las islas de Cabo Verde, la roca de San Pablo, la 
Ascensidn y Santa Elena, que para algunos son los vestigios 
del célebre, pero nada mas que hipotético, continente sumer- 
gido, la Atlantida. 

Lo mas cierto es que si los azares de la navegacidn han per- 
mitido el calculo de la seismicidad de esta regidn, podemos 
suponer que es en realidad mucho mas fuerte. Seguin la den- 
sidad y el agrupamiento de los puntos senalados y determina- 
dos por sus latitudes y longitudes, dos regiones aparecen en 
el mapa, una interior en forma de lemniscata aplastada, otra 
exterior en la de una judia. Las seismicidades calculadas, 
pero ciertamente muy erréneas por defecto, son respectiva- 
mente 107.365 y 737.066 km.? 

20. Cuba occidental.—Seismicidad: 128.252 km.?—Hsta re- 
gién esta limitada al E. por una linea que va del fondo de la 
bahia de la Broa al S.. hasta la punta Icacos al N. 


184 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) 


21. Portugal y Espana NO.—Seismicidad: 272.351 km.2— 
Esta regién esta limitada mas convencional que naturalmente 
por las fronteras de ambos paises, y por dos lineas de las cua- 
les una alcanza el Océano al N. de Gijén, y la segunda al O. en 
Setubal, pasando por Olivenza y Beja. 

22. Navarra.—Seismicidad: 301.500 km.?—Ksta region for— 
ma un triangulo, cuya base se apoya en el golfo de Gascuna 
desde Marquina hasta San Sebastian, y en los Pirineos desde 
esta ultima ciudad hasta Orbaiceta, mientras que su vértice 
esta situado en Calahorra y Arnedo. 

23. Hspana central.—Seismicidad: 606.656 km.?—KEsta re- 
gidn comprende lo que queda de la Peninsula, una vez supri- 
midas las regiones seismicas anteriormente descritas. 

Se notara un pequeno centro seismico en las sierras de Al- 
barracin y del Tremedal, pero cuya seismicidad, probable- 
mente escasa, no ha podido calcularse, no siendo suficientes 
las observaciones. Lo mismo ha sucedido para las islas Balea- 
res, a pesar de las de Pablo Boury en 1851 y 1852; debe ser 
bastante fuerte. 

La Peninsula tiene una seismicidad general igual a 83.922 
kilometros cuadrados, mas tedrica que verdadera. 

24. Region de Daussy, parte exterior.—Seismicidad : 737.066 
kilometros cuadrados.—Véase antes nim. 19. 

Estos sucintos pormenores muestran cuantas regiones tienen 
seismicidad bastante mal determinada, 4 pesar de mis trabajos 
y del nimero considerable de seismos sobre los cuales esta 
fundado. Pero la ciencia debe contentarse con adelantar paso 
i paso, y muy 4 menudo, sin atreverse 4 sacar de los hechos 
mas de lo que pueden dar, y sobre todo, sin enganarse 4a si 
misma sobre el alcance de sus descubrimientos sucesivos. Sdlo 
a este precio aumentaran nuestros conocimientos, sin que pa- 
dezca la ciencia al retroceder por culpa de brillantes, pero 
falsas hipotesis. 


Belle-Ile-en-mer, 25 de Noviembre de 1893. 


ESTRUCTURA 


DEL 


CANGLIO DE LA HABENULA DE LOS MAMIFEROS, 


POR 


Demy SR ANION Ww sCATAT:. 
(Sesiodn del 4 de Julio de 1894.) 


El ganglio de la habenula, descrito primeramente por Mei- 
nert, es un pequeno acimulo de substancia gris situado en la 
union de la cara interna con la superior del talamo dptico, en 
el espesor mismo de la estria medular de este érgano (fre- 
nos de la glandula pineal). Segtin aquel autor, de la habenula 
procede un fasciculo de fibras nerviosas que, descendiendo 
oblicuamente por el espesor del talamo, se termina en la subs- 
tancia gris interpeduncular. Este haz ha recibido el nombre 
de vetro-reflejo (Meinert) 6 manojo de Meinert (Forel). 

El ganglio de la habenula constituye un drgano esencial en 
la construccién del encéfalo, pues no falta en ningtin verte— 
brado, y hasta parece adquirir, conforme se desciende en la 
escala animal, un volumen relativo mayor. Las indagaciones 
de Edinger (1), Mayser (2), P. Ramon (3), han aportado muchos 
datos relativos 4 la homologia y conexiones de este centro; 
pero sdlo van Gehuchten (4) ha logrado, gracias al método de 


(1) EpINGER: Untersuchungen tiber die vergleichende Anatomie der Gehirns. IT, Das 
Zivischenhirn. 1&92. 

(2) Mayser: Vergleichend anatomische Studien weber das Gehirn der Knochenfische 
mit besonderer Berucksichtigung der Cyprinoiden. — Zeitschr. f. wiss Zool., BA. 36, 1882. 

(3) P. RamMOn x Casa: Investigaciones micrograficas en el encéfalo de los batracios 
y reptiles, etc. Zaragoza, 1894. 

(4) VAN GEHUCHTEN: Contribution a l'étude du systéme nerveux des téléostéens. — 
La cellule, t. x, 1893. 


186 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 


Golgi, esclarecer la morfologia de las células que lo pueblan 
y el origen de las fibras del fasciculo de Meinert. Confirmando 
las inducciones de Gudden (quien después de la extirpacién 
de la habenula en los mamiferos habia notado una degenera— 
cidn secundaria descendente del manojo retro-reflejo), van 
Gehuchten ha acertado 4 ver en los teleédsteos que dicho fas— 
ciculo se compone de la reunidén de los cilindros-ejes de las 
células yacentes en la habenula, los cuales, después de entre- 
cruzarse en la linea media, acaban por arborizaciones libres 
en el espesor del ganglio interpeduncular. Disposicién pare- 
cida hemos confirmado nosotros en el salmon y barbo de po- 
cos dias (1). 

Pero todas estas observaciones histoldgicas refiérense a los 
vertebrados inferiores. De la estructura de la habenula de los 
mamiferos no tenemos ningtn conocimiento preciso, por no 
haberse aplicado, que sepamos, los métodos reveladores de las 
expansiones protoplasmicas y nerviosas. Lo que sabemos con- 
cierne, mas que a la textura, a la disposicién macroscopica 
y relaciones topograficas de aquel centro. Esta consideracion 
nos ha movido a estudiar con los métodos de Weigert, de Golgi 
y de Cox, el ganglio de la habenula del raton, conejo, cone- 
jillo de Indias, gato y perro. En el presente escrito damos un 
resumen de los resultados obtenidos. 

La habenula de los pequenhos mamiferos es un organo muy 
aparente que afecta la misma disposicion macroscopica que la 
del hombre. Un corte transversal del cerebro intermediario, 
que interese el centro de la habenula, muestra este ganglio 
bajo la forma de un abultamiento ovoideo, recubierto hacia 
arriba y hacia fuera por manojos de fibras medulares (sd7ia 
medullaris), y separado hacia adentro del ventriculo medio, a 
favor de una pequena depresidn. Un examen superficial del 
corte tenido por el proceder de Weigert-—Pal 6 por el carmin 
de Grenacher, revela ya que dicho ganglio no es un organo 
homogéneo, sino que en realidad se compone de dos masas 
grises de estructura algo diversa, que por su situacion distin- 
guiremos en niicleo interno y nucleo externo. 

Niucleo 6 ganglio interno. (Fig.1, 4). Constituye la por- 


(1) S. R. Casau: Notas preventivas sobre la estructura del encéfalo de los teledsteos. — 
(ANALES DE LA Soc. Esp. DE HIST. NAT., 2.4 Serie, tomo 111, 1894.) 


(3) Cajal.mrsTRUCTURA DE LA HABENULA DE LOS MAMIFEROS. 187 


cidn mas caracteristica de la habenula, y se distingue por el 
numero y pequenez extraordinarios de sus células, asi como 
por las tupidas y singulares arborizaciones nerviosas que la 
cruzan. 


Fig. 1. 


=e (A= NUR 
me 8 fe Ranssi\il ‘ 5 
2 2 TT 2 
2 ESAS | 


\\ MI 


Corte transversal de la habenula del conejo adultos. (Método de Weigert-Pal.) 


A, foco gris interno; B, foco externo; C, porcion inicial del manojo retro-reflejo; V, ven- 
triculo medio; DY, porcion superior del talamo; @, porcion de la stria cuyas fibras 
van al foco interno; J; haces de la s¢ria, destinados al foco externo. 


a Células.—Son de talla menuda, casi tanto como los granos 
del cerebelo. En el gato y perro de pocos dias, donde las hemos 
estudiado especialmente, casi todas estas células afectan figura 
estrellada; algunas muestran, no obstante, formas de huso 6 
de pera; su distribucion no obedece a ley alguna, hallandose 
dispersas por el ganglio, constituyendo una masa apretada 
que se limita hacia adentro por el epitelio, y hacia afuera por 
haces de fibras meduladas que la separan del nucleo externo. 

Las expansiones protoplasmicas, en ntiimero de dos, tres 6 
mas, nacen gruesas, marchan en direcciones varias, y cada 
una de ellas emite un numero considerable de ramillas termi- 
nales de contornos asperos, 4 menudo espinosos 6 verrugosos, 
y de curso sumamente intrincado. La poca longitud de las 


188 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) 


ramas secundarias y terciarias, el apifamiento de estas en un 
recinto limitado, asi como el curso laberintico de las mismas, 
presta 4 las células de la habenula un caracter especial que 
permite distinguirlas al primer golpe de vista de cualquier 
elemento de los centros. (Fig. 2, 4.) 


KUNE S 


\ \ SSs Sk 
WER 


Oy St 
NURS XK 


Ganglio de la habenula del perro recién nacido. 


A, células del foco interno; B, células del foco externo; C,corte transversal de las 
fibras de la strta medullaris; D, fascicalo retro-reflejo; a, cilindros-ejes de las 
células del foco interno; J, cilindros-ejes de las del externo. 


(5) Cajal.—rsTRUCTURA DE LA HABENULA DE LOS MAMIFEROS. 189 


En el conejo de ocho dias estas células no han alcanzado la 
plenitud de su desarrollo, afectando una morfologia distinta 
de las adultas. Casi todas se muestran fusiformes, con un tallo 
protoplasmico, grueso y de contorno aspero, 4 menudo diri- 
gido hacia arriba y afuera. Las prolongaciones protoplasmi- 
cas secundarias son poco numerosas, y aparecen recubiertas 
de espinas colaterales 6 de excrecencias verrugosas bastante 
largas. (Fig. 3, @.) 


Ganglio de la habenula del conejo de ocho dias. 


a,células del ganglio interno; J, arborizaciones terminales de las fibras de la stria; 
d, cilindros-ejes constitutivos del fasciculo de Meinert. 


El cilindro-eje de las células del ganglio interno es fino, y 
brota comunmente del cuerpo celular, rara vez de una expan- 
sién protoplasmica. En las células adultas, 6 casi adultas, su 
curso es complicado; 4 menudo asciende para descender des- 


190 ANALES DE HISTORIA NATURAL, . (6) 


pués; otras veces se dirige hacia adentro 6 hacia afuera, do- 
blandose ulteriormente para hacerse vertical: en todo caso, 
después de un trayecto variable, gana la parte inferior y exter- 
na del ganglio, é ingresa en el fasciculo de Meinert. En el 
conejo y raton de pocos dias, el curso del cilindro-eje es menos 
complicado, dirigiéndose desde luego hacia afuera y abajo. 
En el gato y perro estos cilindros-ejes presentan algunas cola- 
terales (en numero de 1, 2 6 3), que se ramifican y pierden en 
el espesor mismo del ganglio interno, como poniéndose en 
conexion con las células de éste; pero-vense también expan- 
siones nerviosas completamente desprovistas de colaterales. 
Una vez que dichos cilindros-ejes ingresan en el haz retro- 
reflejo, conservan su individualidad, sin ramificarse, por lo 
menos en la mayor parte de su trayecto. 

b Fibras nerviosas.— El espesor del ganglio interno de la 
habenula esta leno de arborizaciones terminales de fibras ner- 
viosas desprendidas de los manojos constitutivos de lo que se 
lama la estria medular del ventriculo medio 0 de la capa optica. 
Este es un hecho que puede facilmente observarse tanto en las 
preparaciones de Weigert-Pal como en las de Golgi. Dichas 
fibras son espesas, descienden de la estria medular, inclinan- 
dose de arriba 4 abajo y de afuera a adentro, y poseen envol- 
tura de mielina hasta cerca de su arborizacién terminal. El 
curso de algunas fibras es mas complicado, trazando grandes 
vueltas y hasta recurriendo para terminarse cerca de la estria; 
pero en todo caso acaban en el espesor del ganglio interno, 
sin transponer sus fronteras. 

Tocante a la arborizacién nerviosa terminal, es una de las 
mas notables que nos presentan los centros nerviosos. En vez 
de la ramificacién amplia, difusa y floja que parece ser lo ca- 
racteristico de la terminacion de las fibras nerviosas del cere- 
bro y masas grises centrales, observamos aqui una arboriza— 
cién riquisima, notablemente tupida, de ramitas fuertemente 
varicosas y tan proximas, 4 veces, que 4 nada pueden compa- 
rarse mejor que 4 los plexos apretados que rodean las células 
de Purkinje del cerebelo. Hay parajes en que la arborizacion 
se presenta como un nido de maleza en donde es imposible 
discernir el origen y la terminacién de las fibrillas secunda- 
rias. Por lo comin, antes de emitir las ramas terminales la 
fibra se espesa; luego suministra dos 6 tres ramas que no tar- 


(7)  Cajal.rsTRUCTURA DE LA HABENULA DE LOS MAMIFEROS. 191 


dan en resolverse en verdaderos penachos de hilos groseros, 
varicosos, intimamente entremezclados. Cada arborizacién 
suele contener tres 6 cuatro huecos correspondientes al cuer- 
po de otras tantas celulas nerviosas; por manera que la comu- 
nicacién, al igual de lo ocurrido con otras células centrales, 
no es individual, es decir, de una fibra 4 una célula, sino de 
una fibra terminal a un grupo mas 6 menos numeroso de cor- 
pusculos nerviosos. En ocasiones, las fibras nerviosas emiten, 
ademas de su arborizacién terminal, alguna rama colateral 
previa, también acabada en nidos pericelulares. Por lo demas, 
estas singulares arborizaciones presentan igual aspecto en 
cuantos mamiferos las hemos estudiado: el ratén, conejo, 
perro y gato; solamente varia la extensién de las mismas, que 
es mayor en los animales de gran encéfalo. 

De lo expuesto se sigue, que el ganglio interno, parte prin- 
cipal y caracteristica de la habenula, recibe fibras nerviosas 
de los manojos internos de la stvia medullaris, y por consi- 
guiente, que existe un centro nervioso (aquel donde tienen su 
origen las fibras de dicha estria) que transmite 4 la habenula 
corrientes centrifugas, las cuales, derivando por el fasciculo 
retro-reflejo, van 4 obrar sobre el ganglio interpeduncular. 

4De donde provienen las fibras de la stria medullaris? En 
cortes horizontales seriados del encéfalo del rat6n hémoslas 
seguido hasta la parte anterior del talamo déptico, donde se 
hacen descendentes; pero no hemos logrado determinar sus 
células de origen. De todos modos, cabe afirmar que la s/ria 
medullaris de los mamiferos es un haz homologo del que Edin- 
ger y nosotros hemos descrito en los peces, manojo que Hega 
del cerebro con el fasciculo basal y se termina mediante arbo- 
rizaciones libres entre las células de la habenula. 

Ganglio externo. Consta de células gruesas, estrelladas, 
provistas de apéndices divergentes y de gran longitud, al 
modo de los de casi todas las células del talamo 6éptico y pro- 
tuberancia. (Fig. 2, &.) Estas células, abundantes en la re- 
cvidn inferior del ganglio, estan entremezcladas con manojos 
de fibras meduladas antero-posteriores en la porcién supero- 
externa del mismo. Tales manojos corresponden 4 la mitad 
externa de la stria medullaris. 

El cilindro-eje de algunas de estas células es grueso, sumi-— 
nistra tres, cuatro 6 mas colaterales, distribuidas en el espe- 


192 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) 


sor mismo del nucleo externo (fig. 2, 0), y, después de un tra- 
yecto variable, ingresa en el fasciculo de Meinert, donde des- 
taca por su relativo espesor de las otras fibras constitutivas, 
que son delgadas y provienen, como dejamos dicho, de los 
pequenos corpusculos del ganglio interno. | 

Otros elementos emiten cilindros-ejes que se dirigen hacia 


Fig. 4. 


Arborizaciones nerviosas del foco interno del ganglio de la habenula del 
conejo de ocho dias. 


a, arborizacion simple; ¢, arborizacién doble; 2, corte transversal de la percién interna 
de la stria medullaris; e, origen del haz retro-reflejo. 


9) Cajal.—rsTRUCTURA DE LA HABENULA DE LOS MAMIFEROS. 193 


afuera y aun hacia arriba, suministrando un gran niimero de 
colaterales ramificadas y terminadas entre los cuerpos celula- 
res; pero no habiendo podido seguir dichas expansiones fun- 
cionales durante un trayecto suficiente, no podemos decir si 
se comportan como las de las demas células, contribuyendo 
i formar el fasciculo de Meinert, 6 si llevan un camino dife- 
rente. 

Entre las células del nucleo externo se advierte un plexo 
sumamente tupido, pero formado de hebras finas, granulosas 
(en lo que discrepa del yacente en el foco interno), difusamente 
ramificadas. Es indudable que una gran parte de estas arbori- 
zaciones representan la terminacion de fibras desprendidas de 
los manojos externos de la stria medullaris; pero juzgamos 
probable que una buena porcidn dimana de otras regiones, 
todavia indeterminadas, del talamo 6Optico. Sobre este punto, 
asi como tocante al origen de las fibras de la sf7ia@, son preci- 
sas nuevas y mas profundas investigaciones. ¢Qué relaciones 
tiene la habenula con la glandula pineal y con el nervio 6pti- 
co? Respecto a este Ultimo nervio podemos asegurar que jamas 
penetran sus fibras en la habenula. Nuestras observaciones en 
ratas, 4 quienes se extirpd el globo del ojo, y cuyos centros 
nerviosos fueron tratados por el-método de Marchi, prueban 
que las fibras llegadas de la retina penetran en el espesor de 
los cuerpos geniculados, asi como en la zona profunda de los 
tubéreulos cuadrigéminos, pero no abordan nunca la linea 
media, ni penetran en ninguno de los dos focos grises de la 
habenula. Con todo, debemos hacer constar que en los teleés— 
teos hemos creido notar la existencia de un hacecillo de fibras 
que, saliendo de la habenula, ingresaba en el nervio 6ptico. 
Tegnoramos qué significacién puedan tener tales fibras, que 
parecen haber sido vistas también por Edinger. 

Tocante 4 la glandula pineal, las conexiones que mantiene 
con la habenula son de mera contigitidad. El pedunculo de 
dicha @landula es un haz arqueado de fibrillas que parece jun- 
tar las dos habenulas, pero del cual no se-desprende una sola 
fibra ascendente para aquel érgano. En cambio hemos adver- 
tido en el espesor de la @landula pineal una infinidad de fibras 
nerviosas ramificadas, dispuestas en plexo y a4 la manera del 
que muestran las glandulas verdaderas. Hacia la base de la 
glandula estas fibras nerviosas, reunidas en hacecillos, ganan 


ANALES DE HIST. NAT. — XXIII. 13 


10k ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) 


las paredes de los vasos de la tela coroidea, continuandose con 
el rico plexo simpatico envolvente de las gruesas arterias del 
cerebro. 

En cuanto al modo de origen de la comisura de la habenula 
6 pedunculo de la glandula pineal, nuestras observaciones no 
son todavia suficientes. 


ALGUNAS CONTRIBUCIONES 


CONOCIMENTO DE LOS GANGLION DEL ENCEFALO, 


Hew  S. AMON a GATAT: 


(Sesién del 1.° de Agosto de 1894.) 


I.— Puente de Varolio. 


La morfologia y conexiones de las células de los ganglios 
del puente de Varolio son muy poco conocidas. El primer en— 
sayo con el método de Golgi lo debemos a Livio Vincenzi (1), 
quien describié las células de dichos ganglios como corpuscu- 
los pequenos, fusiformes 6 triangulares, de expansiones rami-— 
ficadas. Kélliker (2) ha tendo estas células en el gato y conejo, 
y ha confirmado las descripciones de Vincenzi, hallando ade- 
mas un plexo intersticial de fibrillas, en gran parte meduladas, 
de que ya habia hablado Bechterew (3). Pero ni Vincenzi ni 
Koélliker, parecen haber seguido lo suficiente los cilindros-ejes 
de las células del puente. 

Nuestros trabajos, realizados por los métodos de Golgi y Vei- 
gert en la protuberancia del gato, perro, conejo de Indias, rata 
y raton blancos, nos permiten dar como seguras las siguientes 
conclusiones. 

Los hacecillos de las piramides suministran, &su paso por la 
protuberancia, una cantidad extraordinaria de colaterales fini- 


(1) VincEenzi: Sesiones de la Academia de Turin. 2.° serie, t. xxxvit, 1889. 
(2) KOLLIKER: Handbuch der Gewebelehre des Menschen. 6 Aufi. 1893. 
(3) BrcHTEREW: Neurologische Centralbiatt. 1885, Bd. 5. 


196 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 


simas, ramificadas y terminadas libremente entre las células 
del puente. Estas colaterales lenan toda la masa gris de la 
protuberancia, marchando en distinta direccion segun su ori— 
cen. Las que proceden de los fasciculos anteriores de las pira— 
mides, se distribuyen en la masa central y siguen en gran 
parte una direccién postero-anterior. Las que proceden de los 
manojos piramidales mas hondos, se pierden en los tabiques 
crises intercalados. Las colaterales y sus innumerables ramifi- 
caciones constituyen en toda la substancia gris de la protube- 
rancia un plexo tupidisimo, en el cual se ven numerosos hue- 
cos donde se alojan las células nerviosas. @ig’. 1, D.) 

Las células de la protuberancia afectan una figura, ya trian- 
eular, ya estrellada, ya de huso, y exhiben expansiones proto- 
plasmicas no muy largas, varicosas, varias veces dicotomiza— 
das y sin orientacién preferente. Su talla es comparable a la 
de los corpusculos de las olivas bulbares. Ocupan estas células 
todo el espacio que media entre las fibras transversales mis 
superficiales y el plano anterior del lemnisco interno 6 porcién 
media de la cinta de Reil. Muchas de ellas rellenan los inters— 
ticios de los haces de las piramides, mostrandose mas 6 menos 
horizontales. (Fig. 1.) 

El cilindro-eje es fino y no suministra colaterales que, caso 
de existir, 6 deben ser poquisimas 6 acaso se desarrollen mas 
tardiamente (nuestras observaciones han recaido en mamiferos 
recién nacidos 6 de pocos dias). El curso de dicha expansion 
es variable para cada zona de substancia gris. Los cilindros— 
ejes nacidos de células situadas delante de las piramides, diri- 
wense comunmente adelante, llegan a la superficie del puente 
y térnanse horizontales para ganar, una vez cruzada la linea 
media, los manojos de substancia blanca del otro lado. En otras 
células, el cilindro-eje marcha resueltamente hacia adentro y 
se contintia con una fibra transversal del otro lado. Pero exis— 
ten también expansiones nerviosas que, ya directamente, ya 
después de inflexiones y revueltas, ingresan en los paquetes 
de fibras nerviosas de su lado, marchando hacia afuera, sin 
pasar por la linea media. En resumen; los cilindros-ejes de las 
células del puente se contintian, las mds, con las fibras de los 
pediinculos medios del lado opuesto, las menos, con las fibras 
de igual naturaleza, pero del mismo lado. Esto no es sino la 
expresiOn de lo que nuestras preparaciones presentan; no po- 


(3) Cajal. pu LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 197 


demos negar la existencia de'células cuyo cilindro-eje se com- 
porte de otro modo; declaramos solamente que hasta ahora no 
se han mostrado en nuestras impregnaciones. 

En los cortes transversales de la protuberancia del raton de 


Fig. 1; 


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Corte transversal de la protuberancia del perro recién nacido. 


A, haces de la via piramidal; B, lemnisco interno; D, plexo nervioso formado por co- 
laterales de las pirdmides; @, célula cuyo cilindro-eje marchaba hacia afuera; 
b, células cuyo cilindro-eje iba hacia el rafe.—Nora: el cilindro-eje esta marcado 
con la letra e. 


pocos dias, es facil seguir los cilindros-ejes de las células del 
puente, a lo largo de los pedtinculos cerebelosos medios, hasta 
los hemisferios cerebelosos, de cuya substancia blanca consti- 
tuyen un factor importante, Hn algunos casos hemos tenido la 
fortuna de perseguir dichas fibras hasta el espesor mismo de 
las laminas cerebelosas, habiendo notado que, de trecho en 
trecho, suministran colaterales ascendentes penetrantes en la 
capa de los granos. La delgadez notable de las fibras de origen 
protuberancial con relacién a las demas fibras constitutivas de 


193 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) 


la substancia blanca cerebelosa} y el hecho frecuente de que 
cuando las primeras se tinen por el cromato argeéntico, las 
segundas permanecen incoloras, contribuyen también a impe- 
dir la confusién de las unas con las otras. 


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Porcién anterior de la protuberancia del ratOn de dos dias. 


A, pirdmides; 2B, lemnisco interno; (, células de la protuberancia; ¢, cilindros-ejes; 
O, colaterales de las pirdmides. 


Pero, como es sabido, los pedtinculos cerebelosos medios 
contienen también fibras gruesas mas tempranamente medu- 
ladas, especialmente acumuladas en el tercio posterior de la 
protuberancia, alli donde los focos de substancia gris disminu- 
yen notablemente. Las experiencias de Bechterew y Mingazzini, 
las de Marchi y las que nosotros mismos hemos realizado por 
el método de las degeneraciones, prueban que estas gruesas 
fibras nacen del cerebelo en las células de Purkinje, y después 
de cruzar el rafe protuberancial, se terminan en la suéstantia 
reticularis y en el nucleus reticularis tegmenti de Bechterew. En 
este punto tales fibras cerebelosas centrifugas actuarian sobre 


(5) Cajal— DE LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 199 


células cuyos cilindros-ejes formarian una via longitudinal en- 
lazada quizas, como quiere Bechterew, con los nucleos de origen 
de los nervios motores craneales, a los que llevaria el cerebelo 
su accion regulatriz. También Kolliker se inclina 4 estimar 
formada la protuberancia de dos clases de fibras, las centripe- 
tas, que saldrian del puente y se terminarian en el cerebelo, 
y las centrifugas que desde las células de Purkinje del cerebelo 
marcharian al puente donde se comunicarian con el hemiste- 
rio cerebeloso del otro lado. 

Nuestras tentativas para tenir por el cromato argéntico las 
fibras del puente Hegadas del cerebelo no han sido acompana- 
das de éxito mas que en el ratén recién nacido. Como muestra 
la fig. 3, C, dichas fibras son mucho mas espesas que las origi- 
nadas en las células del puente, cruzan en hacecillos la linea 
media, pasando muchas por entre los manojos de las pirami- 
des, y al llegar 4 una regién situada por fuera del lemnisco 
medio, no lejos de la raiz descendente del trigémino y detras 
del nucleo del facial, se incurvan bruscamente para tomar 
direccién antero-posterior (fig. 3, #). Algunas de ellas se conti- 
nuan con una fibra longitudinal ascendente 6 descendente por 
mero acodamiento; pero las mas se bifurcan, suministrando ya 
dos ramas iguales, ascendente una y descendente otra, ya dos 
ramas desiguales, de que la descendente suele ser mas del- 
gada que la ascendente. Este caso nos ha parecido ser el mas 
general, aunque se encuentre alguna vez la disposicidn con- 
traria, es decir, que la rama descendente sea mas robusta que 
la ascendente. Finalmente, no es raro notar que, antes de la 
bifurcacion, el tallo nervioso emite una 6 dos colaterales que 
parecen destinadas a la oliva superior (fig. 3). Del curso lon- 
gitudinal de ambas fibras, descendente y ascendente (las cua- 
les no siempre marchan en el mismo plano), proceden colate- 
rales probablemente ferminadas en torno de las células de la 
substantia reticularis y en el espesor de los nticleos del facial y 
de otros nervios motores. 

Sin negar la existencia de fibras comisurales, tales como la 
segunda clase de las mencionadas por Kélliker, ni pretender 
prejuzgar la soluciOn de las multiples cuestiones que todavia 
ofrece la anatomia del puente de Varolio, nosotros nos limi- 
taremos a dar como seguras las siguientes conclusiones ana- 
tomo-fisioldgicas. 


200 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) 


1. El puente de Varolio es punto de origen de la mayor 
parte de las fibras constitutivas de los pedinculos cerebelosos 
medios; estas fibras abordan la substancia blanca del cerebelo, 
de la cual pasan a la corteza de las laminillas, continuandose 
quizas con las Hamadas fibras trepadoras 

2. El puente consta también de fibras de Purkinje del 
cerebelo que, después de cruzar el rafe y descender por él mas 
6 menos verticalmente, se hacen longitudinales en la swbstan— 
tia reticularis del lado opuesto. 

3. Estos hechos, junto con la existencia de las colaterales 
protuberanciales de la via piramidal, arrojan alguna luz sobre 


Fig. 3. 
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Corte frontal de la porcidn posterior de la protuberancia del ratoén 
recién nacido. 


A, haces de las pirdmides; B, lemnisco interno; C, fibras lleradas del cerebelo; 
b, bifurcaciones de estas fibras; D, rafe; Y, region de la oliva superior. 


el mecanismo de accidn del cerebro sobre el cerebelo. Por 
ejemplo: supong'amos que el cerebro envia a los musculos a lo 
largo de la via piramidal, una incitacion motriz voluntaria. Al 
nivel de la protuberancia, y merced a las colaterales supradi- 
chas, una parte de la corriente nerviosa derivara hacia el 
cerebelo por las fibras de origen protuberancial, a solicitar de 
las células de Purkinje y de sus corptsculos subordinados una 
accién coordinatriz de la impulsién motora, que podria descen- 
der a los nuicleos motores del bulbo y médula espinal, ya por 


(7) Cajal— br LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 201 


la segunda especie de fibras protuberanciales, ya también por 
la via de los cuerpos restiformes 6 acaso por las fibras descen— 
dentes cerebelosas de Marchi, yacentes en el cordon antero— 
lateral. Resulta, pues, que el cerebelo tiene noticia de toda 
impulsidn motriz voluntaria y que su concurso parece necesa- 
rio para la ejecucién precisa y coordinada de los movimientos. 

4. La via piramidal se halla enlazada, mediante colaterales, 
con varios focos grises cefalicos y medulares. Por ejemplo: con 
las células de los cuerpos estriados, a favor de las colaterales 
de los fasciculos de la capsula interna; con la substantia nigra 
de Soemering, a beneficio de otras colaterales surgidas de la 
cara superior de los pedtnculos; con las células del puente, y, 
por tanto, con la corteza cerebelosa, mediante las citadas cola- 
terales protuberanciales; y, finalmente, y con ayuda de colate- 
rales de los cordones, con todos los nucleos motores del bulbo 
y médula espinal. 


II.—Ganglios cerebelosos. 


La substancia blanca del cerebelo aloja en su seno, como es 
sabido, varios focos grises que en el hombre son: la oliva 6 
nucleo dentado, ganglio voluminoso situado con el espesor de 
los hemisferios; el xvcleo del techo, foco gris irregular colocado 
por dentro del precedente é insinuado en gran parte en la 
substancia blanca del ldbulo medio; y, en fin, dos pequenas 
masas grises, emplazadas entre los dos ganglios citados, y 
designadas émbolo y nucleo globuloso. 

En ciertos animales, en el gato por ejemplo, estos Ultimos 
focos, forman uno solo (KOélliker). Seguin nuestras observacio- 
nes, en el conejillo de Indias, conejo, rata y raton, sdlo apare- 
cen bien deslindados dos focos grises: uno externo, voluminoso, 
de contornos lobulados, que corresponde a da oliva; otro 
interno, irregular, emplazado en la substancia blanca del 
lébulo medio y recorrido por gruesos haces de fibras nerviosas, 
y que corresponde indudablemente al ganglio del techo. La 
separaciOn de la oliva y del nucleo del techo es perfecta hacia 
adelante, pero hacia atras se aproximan tanto que legan a 
tocarse y confundirse. En las preparaciones de Weigert-Pal, 
notase ademas que, 4 medida que dichos focos se hacen poste- 


202 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) 


riores y se avecinan a la regién de origen del acustico, se hace 
mis aparente un cordén de hacecillos medulados que parece 
unir el nucleo de Deiters con el del techo y en parte con la 
oliva (manojo cerebeloso-acistico ). 

En las aves no existiria, segin Kélliker (1), mas que el 
nucleo del techo; no obstante, Brandis (2) ha descrito reciente- 
mente en el cerebelo de estos animales dos aglomeraciones 
ganglionares, iterna y externa; y si hemos de dar fe a nues— 
tras indagaciones por el método de Weigert-Pal, recaidas en la 
gvallina y algunos pajaros, lejos de haber reduccién en el 
nimero de ganglios y células con relacién a los pequenos 
mamiferos, habria mas bien aumento. Asi en los pajaros, cerca 
de la linea media y lindantes con una cavidad en forma de 
rendija continuada con el ventriculo cuarto, se ven dos gan- 
elios voluminosos que por su posicidn corresponden probable- 
mente a los ganglios del techo de los mamiferos. Por fuera de 
estos focos, y en el espesor de la substancia blanca lateral, 
vense varios grupos celulares que en ciertos cortes aparecen 
unidos, constituyendo una masa gris en forma de semicirculo 
de concavidad superior. El conjunto de estos nucleos forma 
una masa considerable que corresponde quizas a la oliva de 
los mamiferos. Del ganglio interno, 6 del del techo, sale un 
manojo compacto de fibras que se dirige hacia abajo pare 
marchar @ la regién del actstico, mientras que de los focos 
de la oliva proceden hacecillos diseminados, plexiformes, que 
se dirigen igualmente hacia el bulbo. Como ha indicado Bran- 
dis, las mitades laterales del cerebelo se comunican mediante 
una comisura de substancia blanca, que pasa por debajo de 
los nuicleos del techo. 

No solo en las aves sino hasta en los peces, cabe reconocer 
dos acimulos @anglionares bien deslindados en la substancia 
blanca cerebelosa. En los teledsteos hemos tenido ocasion de 
observar (3) que el actimulo interno, probablemente homolog 
al del techo de los mamiferos, consta de células cuyos cilin- 
dros-ejes penetran en el cerebelo para terminar en la corteza 


(1) KétuiKer: Handbuch der Geivebelehre des Menschen. 2 Band, 68 Aufl. 1893. 

(2) Branpis: Untersuchungen iiber das Gehirn der Vogel, 11 Theil: Das Kleinhirn. 
Archiv. f. mikroskopische Anatomie. 43 Band, 1891. 

(3) CaJsaL: Notas preventivas sobre la estructura del encéfalo de los teledsteos. ANALES 
DR LA Soc. Esp. DE Hist. NAT. 2." serie, t. 11, 1891. 


(9) ° Cajal pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 203 


(fig. 4, 4). El acimulo externo se compone de células cuyas 
expansiones nerviosas marchan hacia el bulbo. Kn mi sentir, el 
prejuicio de estimar el ganglio olivar anejo 4 los hemisferios 
y el del techo al ldbulo medio, no descansa en base suficiente; 
y juzgamos mucho mas probable, que dichos ganglios tengan 
representacién en todo cerebelo, cualquiera que sea el des— 
arrollo relativo de los tres ldbulos corticales. 

Estructura del nucleo del techo. Kdélliker, que ha tenido, 


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Corte antero-posterior del arranque del cerebelo en laftrucha de pocas 
semanas, La seccién pasa por fuera del ventriculo cerebeloso. 


A, ganglio de células unipolares 6 bipolares, cuyo cilindro-eje penetra en el cerebelo; 
C, pedinculo posterior; D, ganglio cerebeloso posterior; 2B, pedinculo transver- 
sal; G, fibras del bulbo; /, células de Purkinje; 7, granos; H, lobulo optico. 


por el método de Golgi, las células de este ganglio, las des- 
cribe como corpusculos voluminosos, multipolares, cuyos cilin- 
dros-ejes, dirigidos hacia el pedtnculo, no ha podido seguir 
suficientemente. Entre los mismos yace un plexo de fibras 
nerviosas semejante al que se ve en el nucleo dentado, El 
nucleo globoso posee una estructura analoga, salvo que sus 
elementos poseen menor estatura. 


204 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) 


Segtin Obersteiner (1), entre los dos nucleos del techo existen 
dos comisuras: una formada por la decusacién de fibras que, 
saliendo del lado cerebral de un nucleo, se terminan en el 
lado dorsal del otro, y otra horizontal que junta las porciones 
caudales de los citados nucleos. Seguin Bechterew (2), los 
nucleos del techo engendrarian también un haz ascendente 
que ingresaria en el vermis superior. En nuestras prepara- 
ciones de la rata y raton de pocos dias, hemos podido notar 
este haz de Bechterew, haz que nos ha parecido constar de 
cilindros-ejes originados en las células del techo. De ‘los siste- 
mas comisurales de Obersteiner, los pequenos mamiferos no 
permiten observar sino un grueso fasciculo transversal que 
juntaria ambos nucleos del techo; mas las_fibras constitutivas - 
de este haz, mas que cilindros-ejes comisurales de los citados 
nicleos, parecen tubos entrecruzados llegados de la corteza, y 
que solo tendrian con los ganglios del techo relaciones de 
contigilidad. ‘ 

Tocante a la estructura misma de los ganglios del techo, hé 
aqui lo que nuestras recientes observaciones nos permiten dar 
como seguro. Consta el ganglio del techo de fibras de paso, de 
células nerviosas multipolares y de fibras terminales. (Fig. 5, B.) 

Las fibras de paso constituyen hacecillos que cruzan todo el 
espesor del ganglio, marchando de fuera adentro y de abajo 
erriba, para ingresar en la substancia blanca del lobulo medio... 
De cada fibra, 6 al menos de algunas de ellas, parten finas 
colaterales que se ramifican prolijament2 en espesor del gan- 
glio, y constituyen, en torno de las células, un plexo suma- 
mente intrincado. (Fig. 5, ¢.) 

Las células, yacen entre los haces, algo separadas entre si, y 
afectan figura de huso, 6 triangular, 6 estrellada. Sus apéndi- 
ces protoplasmaticos son largos, se ramifican repetidas veces 
y muestran varicosidades 6 espinas en sus contornos. Bajo el 
punto de vista del tamano cabe distinguir estos elementos en 
gruesos y diminutos; pero no parecen existir entre estas dos 
variedades celulares diferencias de naturaleza. 

Kl cilindro-eje puede seguirse facilmente hasta la substancia 


(1) OBERSTEINER: Anleitung beim Studium des Baues der nervdsen Centralorgane &. 
2 Aufl. 1892. 
BEcHTEREW Arch. J. mikros. Anatomie, 1838. 


(11) Cajal. pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 205 


blanca, en donde por lo comtin cambia de direccién , substra- 
yéndose al examen. En el perro y gato recién nacidos, es siem- 
pre imposible perseguir suficientemente dicha expansién para 
pronunciarse tocante a su paradero; mas en el raton recién 


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Corte frontal del cerebelo y bulbo del ratén recién nacido. 


A, ventriculo; B, ganglio del techo; C, oliva; D, comisura que junta los dos nticleos 
del techo; #, tubérculo actistico; /, fasciculo cerebeloso acustico terminado en 
los nucleos de Deiters y Bechterew; @, nervio vestibular; /, nucleo de Deiters; 
M, substancia blanca de un hemisferio cerebeloso; 7, pedtinculo cerebeloso in- 
ferior; @, célula del techo, cuyo cilindro-eje iba 4 la comisura cerebelosa; 0, célu- 
las cuya expansion nerviosa parecia ir al manojo cerebeloso actstico; e, células 
de la oliva, cuyos cilindros-ejes iban hacia adentro; /, expansiones nerviosas del 
nucleo de Deiters; 7, foco gris triangular; m, facial. 


nacido es relativamente facil ver, sobre todo en las células mas 
proximas a la linea central del l6bulo medio, que la expansién 
nerviosa ingresa en la substancia blanca de las laminillas 
cerebelosas del vermis, y marcha hacia adentro confundién— 


206 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) 


dosé con las demas fibras del eje de las circunvoluciones cere- 
belosas. Puede darse, pues, como probable, que ciertas células 
del techo suministran cilindros-ejes distribuidos en la subs- 
tancia gris cerebelosa; aunque, no habiendo seguido tales 
fibras hasta su remate, no puede excluirse en absoluto la hipd- 
tesis de un curso extracerebeloso, tras de una decusacion en la 
linea media. 

LTibras terminales.—Las hemos visto rara vez, y parecen 
venir de la substancia blanca de las laminillas superpuestas. 
La arborizacion terminal es amplia, de ramos numerosos y 
largos. Estas arborizaciones aparecen mas frecuentemente im- 
pregnadas en las aves. 

Ganglio del techo de las aves. Como ha senalado Brandis, 
el cerebelo de las aves posee un nucleo gris, voluminoso, 
situado a los lados de la linea media, entre la masa prin- 
cipal del cerebelo colocada por encima, y un pequeno lobulillo, 
probablemente homdlogo de la lingula de los mamiferos, 
yacente por debajo. Una rendija vertical continuada con la 
cavidad del cuarto ventriculo separa ambos ganglios que, 
segtin todas las apariencias, corresponden a los del techo de 
los mamiferos. Las preparaciones Weigert-Pal revelan la 
existencia de dos comisuras transversales, emplazada la prin- 
cipal por debajo de los ganglios, y la mas delgada por enci- 
ma. Llamarémoslas comisuras superior é¢ inferior del cerebelo. 
Adviértese también que del ganglio del techo emergen fibras 
medulares para ambas comisuras, particularmente para la 
inferior, y que entre las células yace un plexo de fibrillas 
sumamente tupido. (Fig. 6.) 

La situacion del ganglio del techo es anterior con relacién 
a la oliva. Los cortes transversales comprensivos del cerebelo 
y bulbo enfrente del origen real del patético muestran sola- 
mente los ganglios del techo, que en tal regién adquieren todo 
su desarrollo. Las secciones frontales mas posteriores, que 
corresponden en el bulbo a la regién de origen del nervio ves- 
tibular, exhiben de una manera exclusiva la cadena ganglio- 
nar, sistema de células que parece ser homdlogo @ la oliva. 
En fin, algunos de los cortes comprendidos entre estos limites, 
revelan ambas especies de ganglios: junto 4 la linea media el 
foco gris del techo, algo disminuido en volumen, y hacia los 
lados y abajo la pléyade olivar. Como linea divisoria de la 


(13) Cajal.—prE LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 207 


oliva y ganglio del techo, se halla un plano casi vertical de 
fibras meduladas. 

El método de Golgi aplicado al ganglio del techo del embrién 
de pollo de catorce a dieciséis dias, revela las partes siguien- 
tes: 1.*, células; 2.*, colaterales de fibras comisurales y de 
paso; 3,", arborizaciones terminales. 


Fig. 6. 


SSS SS 


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SSS 


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SSS 


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Corte frontal del ganglio del techo del cerebelo del pollo. Embrion de 16 dias. 


A, prolongacion del ventriculo del cerebelo; 2, comisura inferior ; C, comisura supe- 
rior; a, célula cuya expansion nerviosa se dirigia hacia afuera y arriba; e, d, cé- 
lulas cuya expansi6n nerviosa iba hacia abajo y afuera; Z, fibras terminales que 
llegaban de lo alto. 


Las células son, en general, de gran talla, triangulares 6 
estrelladas, y estan provistas de largos brazos protoplasmicos, 
varias veces bifurcados y ya varicosos, ya espinosos. Bajo el 
punto de vista de la talla, distinguense también estas células 
en gruesas y diminutas. 


208 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (+ 


El cilindro-eje lo hemos perseguido de preferencia en los 
corpusculos voluminosos; es robusto y se dirige, después de 
alguna inflexién, hacia la substancia blanca, continuandose 
con una fibra medular; de su curso a través del ganglio brotan 
una 6 dos colaterales, que se ramifican entre las células veci- 
nas, contribuyendo a complicar el plexo intercelular consti- 
tuido por las fibras terminales. (Fig. 6, ¢.) 

Tocante al paradero del cilindro-eje, hé aqui lo que pode- 
mos dar como cierto: en la mayor parte de los casos, dirigese 
hacia abajo, y, llegado 4 la comisura inferior, se hace trans— 
versal, marchando con las fibras de este corddén de substancia 
blanca. Por lo comun, los cilindros-ejes nacidos en el ganglio 
de un lado dirigense hacia afuera con las fibras comisurales: 
pero se ven también otros que cruzan la linea media, ingre- 
sando en la mitad opuesta de dicha comisura inferior. Aleu- 
nos cilindros-ejes nacidos, por lo comun, de corptisculos exter- 
nos, ganan la substancia blanca lateral, pareciendo ingresar 
en la corteza cerebelosa. 

Las fibras de la comisura inferior no son necesariamente 
comisurales: segtin nuestras observaciones, este Organo repre- 
senta el eje blanco de una circunvolucién cerebelosa, y a su 
nivel, cruzan transversalmente fibras de varias procedencias: 
cilindros-ejes pedunculares; fibras que, arribadas a las partes 
laterales del cerebelo, se ramifican en los extremos de laminas 
del lébulo principal y en los ejes blancos de los hemisferios 
rudimentarios; fibras directas y cruzadas del ganglio del techo, 
y en fin, otras cuyo origen no puede conjeturarse. En suma; 
creemos probable que las fibras de los ganglios del techo pene- 
tran en la substancia blanca de las laminillas, y se distribu- 
yen en la corteza, sin que esto quiera decir que excluimos 
otros modos de terminacion. 

Colaterales.—Algunas fibras de paso, pero sobre todo ciertos 
cilindros-ejes de la comisura inferior, emiten colaterales que se 
ramifican en la regidn interna é inferior del ganglio del techo. 
Estas colaterales son poco numerosas y a veces vienen de fibras 
transversales muy distantes. 

Fibras terminales.—Son cilindros-ejes robustos que llegan al 
wanglio del techo (fig. 6, 6), ya por arriba, del plano de la 
comisura superior, ya por los lados, de la substancia blanca 
lateral del cerebelo. Distinguense estas fibras facilmente de 


415) Cajal.—pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 209 


los cilindros-ejes de los corpusculos del techo, no sélo por su 
gran robustez, sino por las numerosas dicotomias en angulo 
agudo que presentan, en virtud de las cuales originan una 
arborizacion nerviosa terminal de enorme extensidn. El con- 
junto de la ramificacién abarca todo 6 casi todo el ganglio, y 
de la reunién de las ramillas terminales mas finas con las 
fibrillas colaterales antes citadas engéndrase un tupido plexo 
en cuyas mallas habitan los corpusculos nerviosos. 

Olivas cerebelosas; su estructura en los mamiferos. Hemos 
estudiado estos ganglios en el gato y perro recién nacidos, y 
sobre todo en el ratén, donde hemos conseguido las mejores 
preparaciones. Consta la oliva en todos estos animales de tres 
factores principales: 1.°, las células; 2.°, las colaterales nacidas 
de fibras marginales y de paso, y 3.”, las fibras terminales. 

Células.—Se muestran estrelladas, con apéndices divergentes 
repetidamente ramificados y cubiertos de asperezas. Existen 
asimismo células voluminosas y células enanas. No parecen 
existir entre ambas especies de elementos diferencias de situa- 
cién, ni de morfologia y conexiones. (Fig. 5, C.) 

El cilindro-eje es bastante robusto, y después de_ trazar 
alguna inflexidn, ingresa en la substancia blanca, donde 
adquiere direcciones tan varias que es dificilisimo determinar 
su paradero. No obstante, en el raton recién nacido, y en, 
cortes transversales paralelos al arranque de los pedunculos 
cerebelosos inferiores, hemos acertado 4 ver que una buena 
porcién de las expansiones nerviosas de los corptsculos oliva- 
res, dirigense hacia atras abandonando definitivamente los 
hemisferios cerebelosos. En pro de un curso extra-cerebeloso 
ulterior de estos cilindros-ejes milita también el hecho siguien- 
te: en el raton recién nacido las regiones lateral y superior de 
la oliva tocan materialmente los ejes blancos de las lamini- 
llas cerebelosas, y a pesar de lo favorable que es semejante 
disposicion para sorprender el paso de dichos cilindros-ejes a 
la capa de los granos, jamas, en multitud de preparaciones, 
nos fué dado observar un curso semejante. Asi que estimamos 
probable que las células de la oliva no envian sus expansiones 
nerviosas a la corteza cerebelosa, sino a otros centros que por 
ahora no estamos en el caso de concretar. 

Colaterales.—Al\gunas fibras de paso, que en las olivas son 
mucho menos numerosas que en el ganglio del techo, pero - 


ANALES DE HIST. NAT. — XXIII. 14 


210 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16> 


sobre todo varias fibras marginales 6 limitantes de dichos 
ganglios, emiten colaterales que se ramifican y terminan entre 
las células. Juzgamos probable que las fibras progenitoras de 
estas colaterales provienen de la corteza cerebelosa. 

Fibras terminales.—Constituyen uno de los factores de cons- 
truccién mas importante de las olivas. Se trata de fibras espe— 
sas que penetran por la circunferencia del ganglio, y de prefe- 
rencia por el contorno externo y superior, y las cuales, después 
de varias dicotomias, acaban entre las células 4 favor de una 
rica, varicosa y flexuosa arborizacion terminal. Las ramillas 
mas finas son cortas, parten por lo comin en angulo recto, y 
se terminan por una varicosidad. El conjunto de cada arbori— 
zacion lena una gran parte del ganglio, 4 menudo, cerca de 
la mitad. A estas fibras terminales se debe principalmente el 
plexo nervioso intersticial que el método de Weigert-Pal denun- 
cia en el interior de las olivas. Tocante al origen de estas fibras 
terminales, no podemos emitir una opinidn definitiva, aunque 
nos sentimos bastante inclinados 4 considerarlas de proceden— 
cia cortical, es decir, nacidas de células de Purkinje. En 
apoyo de esta conjetura viene la circunstancia de que dichas 
fibras no parecen llegar nunca por el camino de los peduncu- 
los, sino de la substancia blanca de las laminillas cerebelosas 
inmediatas. (Fig. 7, @ y 0.) 

Ganglio cerebeloso-acustico de los mamiferos.—En los cortes 
de cerebelo (ratén) que corresponden enfrente del ganglio de 
Deiters del acustico, la oliva y el nucleo del techo se confun- 
den hacia atras, y parecen prolongarse hacia el bulbo me- 
diante un rastro de células multipolares, generalmente de 
eran talla. Este grupo celular yace en el espesor mismo, 6 
si se quiere en el arranque cerebeloso del fasciculo ceredeloso- 
acustico descrito por varios autores. Las citadas células envian 
todos sus cilindros-ejes al mencionado fasciculo, al cual se in— 
corporan otras quizis procedentes de la oliva y del nucleo del 
techo. De todos modos, nos parece seguro que, si no la totali- 
dad, la mayoria de las fibras del haz que junta el cerebelo con 
la region de origen del acuistico, no proceden de los nucleos de 
Deiters y de Bechterew, como quiere Kélliker, sino de los gan- 
clios cerebelosos, particularmente del grupo celular antes cita- 
do. Estas fibras se bifurcan cerca del nucleo de Deiters y su— 
ministran colaterales que marchan en direccién de dicho 


(17) Cajal—pbr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 211 


nucleo. Tanto las ramas de bifurcacién como las colaterales, 
se terminan a beneficio de extensas arborizaciones entre los 
gruesos corpusculos de los nucleos de Deiters y Bechterew, 
confundiendo sus ramillas con las ramificaciones del nervio 
vestibular (fig. 5, 7). El cilindro-eje de las células de este 
foco es muy robusto y se dirige hacia adentro, quizds 4 cruzar 
la linea media, como se advertia en la preparacién, que repre- 
sentamos en la fig. 5, /. 


Corte frontal de la oliva cerebelosa del ratén blanco de seis dias. 


ay 3b, fibras que se arborizaban entre las células del ganglio; B, laminilla del 
hemisferio vecino. 


Olivas de las aves.—E\ nucleo externo de Brandis, que pro- 
bablemente corresponde & la oliva de los mamiferos, repre- 
senta, mas que un Organo nervioso, una pléyade de tres 6 
cuatro focos de células ganglionares separados entre si por 
masas fibrilares meduladas. Estos focos pudieran, por su posi- 
cién, denominarse interno, externo y superior. Un grupo de 
células continuado con la pléyade precedente, pero colocado 
muy cerca del bulbo, en pleno espesor del pedtinculo cerebral, 


212 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) 


remata por detras la cadena de la oliva. Este foco, descrito y 
figurado por Brandis, ha recibido de este autor el nombre de 
nucleo del pedinculo, y corresponde al nucleo cerebeloso acus— 
tico de los mamiferos. 

No es nuestro animo describir estos focos minuciosamente. 
Por otra parte, el estudio de su posicion relativa y de los haces 
medulares que de ellos proceden, ha sido hecho concienzuda— 
mente por el sabio mencionado. Limitarémonos aqui a expo- 
ner los datos que el método de Golgi nos ha proporcionado en 
los embriones de pollo. 

Las células del nucleo externo, dice Brandis, que ha ensa- 
yado también el método de Golgi, son estrelladas y poseen 
largas y ramificadas expansiones protoplasmicas, que pueden 
extenderse a la totalidad del ganglio. Existen ademas células 
fusiformes 6 esféricas de mas pequena talla, que corresponden 
probablemente a corpusculos de sostén 6 neurdglicos. Entre 
las células yace un plexo de fibrillas nerviosas (Brandis. ) 

Nuestras preparaciones del embrion de polio del duodécimo 
al décimo quinto dia de incubacién, muestran el ganglio 
olivar mas individualizado que en el adulto. En vez de varios 
focos, obsérvase una masa ganglionar prolongada de arriba 
abajo, desde el nucleo del techo y comisura superior hasta el 
nucleo peduncular. Haces mas 6 menos verticales de fibras 
nerviosas separan entre si las células. Los factores de compo- 
sicidn de este conglomerado son: las células, las colaterales de 
fibras de paso 0 marginales y las fibras terminales. 

Las cé/ulas son voluminosas, triangulares, fusiformes 6 es— 
trelladas, y poseen expansiones protoplasmicas dentelladas y 
varicosas de gran longitud. El cilindro-eje ha sido por nuestra 
parte objeto de mucha atencion, y nuestras observaciones nos 
permiten afirmar que, al menos en la gran mayoria de las 
células, dicha expansion se dirige hacia abajo, ingresa en uno 
de los fasciculos verticales que cruzan el ganglio, y va al pe- 
dunculo cerebral y finalmente al bulbo. Este paradero es muy 
facil de notar en los elementos de la mitad inferior del ganglio, 
a causa de la poca distancia del recorrido; en los mas superio- 
res, jamas un corte, por afortunado que sea, nos muestra un 
cilindro-eje por entero. 

El ganglio peduncular de Brandis corresponde, como ya diji- 
mos, al /foco cerebeloso-acistico de los mamiferos. Los cilindros- 


(19) Cajal.—pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 213 


ejes de estas células son espesos y se siguen facilmente hasta 
el bulbo, en cuya region actstica parecen terminar. Kn su ca- 
mino se bifurcan y emiten colaterales que se arborizan entre 
las células de un grueso nucleo situado por fuera del foco ves- 
tibular de pequenos elementos (foco anterior), y el cual corres- 
ponde probablemente al nucleo de Bechterew de los mamife- 
ros. No todas las fibras parecen originarse en el cerebelo; 
algunas nacen probablemente del nucleo de Bechterew, para 
marchar con el pedtnculo hasta los ganglios olivares y de 
techo. Esta disposicién recuerda la descrita por Kélliker en los 
mamiferos. 

Las colaterales de fibras marginales, son a veces tan gruesas, 
que semejan ramas de bifurcacién: sus ramificaciones termi- 
nales contribuyen 4 formar el plexo intersticial y pericelular 
de la oliva. Aleunas fibras que parecen de paso suministran 
también colaterales intra-olivares. 

Las fibras terminales son numerosas y muy robustas; pene- 
tran en el conglomerado olivar por la parte superior y externa, 
sobre todo por el plano medular horizontal que hemos llamado 
mas atras comisura superior, y acaban en el espesor de la oliva, 
a favor de extensisimas ramificaciones, 4 la manera de las 
fibras terminales del techo. 

Aunque nuestros estudios sobre la estructura de los ganglios 
cerebelosos no estan terminados, y no podemos, por consi- 
ewuiente, exponer opiniones terminantes y definitivas, consig— 
naremos a titulo de resumen de nuestros trabajos, que, en 
eweneral, la oliva 6 sus ganglios homologos parecen contener 
células cuyos cilindros-ejes salen del cerebelo; mientras que el 
ewanglio del techo encierra probablemente corpusculos cuya 
expansidn nerviosa se asocia 4 la substancia blanca del cere- 
belo, terminando de un modo que no podemos puntualizar. No 
excluimos, a pesar de esto, la existencia de células que se com- 
parten de otra suerte y hasta juzgamos probable que una parte 
de las células del techo envie sus expansiones nerviosas al 
manojo cerebelo-acustico. Reclama todavia este punto nuevas 
y mas profundas investigaciones. 


214 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) 


III.—Hip6ofisis. 


Las numerosisimas preparaciones que hemos ejecutado re- 
cientemente en la totalidad del encéfalo de los pequenos ma- 
miferos, nos han proporcionado algunos cortes bastante demos- 
trativos de la hipofisis. Consta este drgano, en su porcidn ner- 
viosa, de fibras y células. 

Las células son estrelladas, triangulares y de contorno aspero 
é irregular. Casi todas sus expansiones son cortas y terminan 
a poca distancia en cabos verrugosos y como desgarrados. En 
un caso se mostraba, por excepcion, una expansidn mas larga, 
que recordaba la funcional de los corpusculos nerviosos. Nues- 


{\ 


Corte frontal de la protuberancia y cuerpo pituitario del ratén de dos dias. 
Debajo de la protuberancia se ve el lObulo nervioso de la hipdfisis con un 
plexo nervioso tupidisimo. 


£, pared antero-inferior del !6bulo epitelial de la hipéfisis; D, pared glandular; 
/, fibras nerviosas intra-epiteliales; P, células epiteliales. 


«21) Cajal.—pkr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 215 


tras experiencias no son todavia bastantes para decidir si se- 
mejantes elementos son de naturaleza nerviosa, epitelial 6 
conjuntiva. 

Las fbras nerviosas constituyen el factor principal de la hipo- 
fisis; son finas, varicosas, se ramifican prolijamente y alcan- 
zan tal cantidad, que engendran entre las células del organo 
uno de los plexos mas tupidos y complicados que se conocen. 
Llena este plexo toda la hipdfisis, dejando solamente ciertos 
claros 6 huecos habitados por las células. 

El examen de las secciones longitudinales’ de la hipofisis 
permite apreciar que tales fibras terminales son mera ramifi- 
cacién de un manojo de cilindros-ejes que acompanan al pe- 
diculo, y los cuales, dispersandose en abanico al arribar 4 una 
masa gris residente detras del kiasma é6ptico, toman origen en 
numerosas células nerviosas. Muchas fibras se ramifican ya en 
el espesor del pediculo y acaban cerca de su superficie, me- 
diante cabos varicosos. A menudo, del plexo terminal situado 
en el espesor de la hipofisis, hemos visto salir finas hebras 
que, introduciéndose en la pared epitelial superior del lobulo 
glandular, acaban, mediante ramitos terminales libres y vari- 
cosos, entre los corptisculos epiteliales, no lejos de la superfi- 
cie cavitaria 6 glandular de estos. (Fig. 8, 7.) 


IV.—Origenes del nervio acustico en las aves. 


Otro de los temas al que recientemente hemos consagrado 
nuestros ocios, es el dificil y controvertido del origen del acts- 
tico en los mamiferos y aves. En los mamiferos, nuestras obser- 
vaciones no han servido sino para confirmar las indagaciones 
recientes de L. Sala (1), Held (2) y Kolliker (3) sobre este inte- 
resante punto. Las bifurcaciones, colaterales y arborizaciones 
terminales del nervio coclear en el tubérculo actstico y gan- 
glio ventral; la morfologia especial de las células de dichos 


(1) L Sata: Veber den Ursprung des Nervus acusticus. (Arch. f. mikros. Anat. Ba. 42, 
%. 1, 1€93.) 

(2) Hep: Die centralen Buhnen des Nervus acusticus bei der Katze. (Arch. f. Anat. u. 
Physiol -Anat. Abth. 1&92.) 

(3) A. Konuiker: Handbuch der Geiebelehre, etc. 6 Aufl., 1 Band, 1893. 


216 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22> 


ganglios senalada por Sala y Kélliker; la disposicion terminal 
del nervio vestibular, etc., aparecen en nuestros preparados 
del raton, rata y conejo, tal como han sido descritas por dichos 
sabios y particularmente por el ultimo. 

Mas adelante, y en el supuesto de que nuestras reiteradas 
tentativas de analisis arrojen algunos datos nuevos merecedo- 
res de ver la luz, publicaremos un trabajo de conjunto sobre 


Vi SiLYY 
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Hpk \ E\\\ 


2th 

f \ ( 

WET AW AN CO 
SAN fh Wis ‘heb 


Corte frontal de la regiédn actstica del bulbo del verderén. 
(Método de Weigert-Pal.) 


A, ganglio vestibular posterior 6 de grandes células; B, ganglio vestibular anterior 
6 de pequenas células; C, tubérculo acustico; D, nervio vestibular; 7, via central 
del tubérculo acustico (cuerpo trapezoide?); /#, via vestibular central que se 
cruza en el rafe. 


el tema. Entre tanto, séanos licito amar la atencidn de los 
sabios sobre la disposicién de los ganglios acusticos centrales 
de las aves, donde existe una disposicion terminal de las fibras 
vestibulares sumamente interesante para la doctrina general 
de la conexidn por contacto de las células y fibras nerviosas. 
Poseen las aves cuatro ganglios actisticos bien deslindados, 
cuya correspondencia con los de los mamiferos aparece clara 
para los gang'lios externos y algo dudosa para los internos. 


(23) Cajal.—pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 217 


Los ganglios externos 6 cocleares son dos: uno grueso, pro— 
longado en semiluna y colocado en la parte lateral del bulbo, 
cerca del cerebelo. Este ganglio corresponde evidentemente al 
tubéerculo acustico de los mamiferos. El otro es anterior, menos 
voluminoso, yace a manera de excrecencia en el origen del 
nervio coclear, y esta situado delante y algo hacia adentro del 
tubérculo acustico. Muchas de sus células gruesas y con as— 
pecto de corpusculos ganglionares yacen entre los paquetes 
de la porcién inicial del fasciculo coclear. Corresponde este 
ganglio, indudablemente, al zzc/eo accesorio de los mamiferos. 

Los ganglios internos son otros dos, y por su forma y dispo- 
sicidn discrepan bastante del nticleo dorsal y del de Deiters 
del acustico de los mamiferos. No obstante, como reciben las 
fibras neviosas del nervio vestibular, que en las aves se mues- 
tra singularmente espeso, pueden considerarse como homolo- 
gos a los nucleos de terminacién en los mamiferos de la rama 
vestibular. (Fig. 9, A y B.) 

Ganglios externos. En el ¢wdérculo olfatorio se observan las 
bifurcaciones del nervio coclear y las numerosas ramillas co- 
laterales que las ramas de bifurcacién envian al plexo nervioso 
intercellular de dicho tubérculo. A menudo una de las ramas 
de bifurcacién es mas delgada, y reunida con otras se dirige 
hacia atras, por junto al nervio vestibular, para arborizarse en 
la zona mas posterior del tubérculo acustico (fig. 11, C). Las 
células son estrelladas, pequefas, y poseen expansiones diver- 
gentes, vellosas, que se ponen en relacién con las fibrillas ner- 
viosas terminales (fig. 10, C). Estas constituyen en torno de 
aquellas, como han indicado Held y kolliker, verdaderos nidos 
de hebras varicosas finales. 

El ganglio accesorio tiene células multipolares gruesas, esfe- 
roidales, cuyas expansiones se ponen en contacto con fibrillas 
colaterales y terminales del nervio coclear. 

Ganglios internos 6 vestibulares. Por dentro y detras del 
gangilio precedente vense dos focos ganglionares correctamente 
limitados. Uno de ellos es posterior, mas 6 menos ovoideo, y 
yace y toca en la superficie dorsal del bulbo: consta de volu- 
minosos corpusculos que, en las preparaciones de Weigert y 
las tehidas por el carmin, semejan enteramente células de gan- 
glios raquideos. Llamarémoslo, para no prejuzgar nada, /oco 


r 


posterior 6 ganglio de gruesas células (fig. 10, A). La otra masa 


218 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) 


gris se extiende en faja transversal algo curvilinea por delante 
del foco de gruesas células, y la constituyen una hilera apretada 
de corpusculos algo alargados antero—posteriormente. Llama-— 
rémosla foco anterior 6 ganglio de pequeias células (fig. 10, B). 
Este ganglio abraza al foco posterior, cuyo nivel externo re- 
basa hasta alcanzar la superficie del bulbo, por dentro del tu- 
bérculo acustico. , 

En las preparaciones de Weigert-Pal se ve que tales focos 
yacen envueltos en fibras medulares, recibiendo por fuera 
gruesos haces del nervio acustico, probablemente de la porcién 
vestibular, y emitiendo por dentro dos espesos manojos de 
hebras meduladas que no tardan en fundirse en robustisimo 
paquete, el cual, dirigiéndose hacia la linea media, se entre- 
cruza en el rafe con el del otro lado. Los tubos del grueso ma- 
nojo dorsal (que llamaremos, para abreviar, via vestibular cen- 
tral), una vez entrecruzados, se comportan de dos maneras: 
algunos parecen marchar al foco de pequenas células del otro 
lado, para formar un cordén vestibular directo y cruzado; 
mientras que la mayor parte quizas ganan, ya ascendiendo 
por el mismo rafe, ya por fuera de los manojos del fasciculo 
longitudinal posterior, las regiones centrales del bulbo, regio- 
nes que son probablemente homologas de la substantia reticu- 
laris grisea de los mamiferos. (Fig. 9, 7.) 

La via vestibular central constituye un paquete que se me- 
dula muy tempranamente (ya lo esta en embriones de pollo de 
catorce dias), y que por su posicion y gran robustez presta al 
bulbo raquideo de las aves un sello especial y caracteristico. 

Los ganglios internos 6 de la rama vestibular tienen que 
considerar dos cosas: las células y las fibras nerviosas termi- 
nales. 

Células y fibras del nucleo de gruesos elementos 6 foco posterior. 
—Consta de elementos apretados, voluminosos que, cuando se 
coloran por el cromato argéntico, aparecen esferoidales y de 
contorno aspero. Algunas de estas células parecen carecer de 
expansiones; pero, en general, su contorno emite una, dos, 
rara vez mas apeéndices cortos, groseros, como escotados, que 
prestan 4 estos corpusculos una gran originalidad morfolo- 
gica (fig. 10, 4). El cilindro-eje es bastante robusto, marcha 
hacia adentro y atras é ingresa en la via vestibular central. 

Las fibras nerviosas penetrantes en este foco vienen de un 


(25) Cajal. pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 219 


macizo de tubos de la rama vestibular yacente detras y fuera 
del mismo. Dichas fibras invaden el nucleo de fuera 4 dentro, 
costeando en parte su frontera dorsal, y emiten en su curso 
algunas colaterales. Tanto la rama principal como las colate- 
‘ales, después de alguna dicotomia, se terminan sobre las cé- 
lulas antes citadas, 4 favor de una arborizacién diminuta, de 
ramitos cortos, groseros y completamente libres. Hay arbori— 
zaciones tan pobres, que estan solamente representadas 6 por 
una horquilla terminal 6 por un mero espesamiento irregular. 
Las mas recuerdan en un todo la ramificacién protoplasmica 


Ganglios acusticos centrales del bulbo d2 un embrion de pollo de 14 dias. 


A, foco vestibular posterior; 2, foco vestibular anterior; C, tubérculo actstico; 
D, nervio vestibular; #, via vestibular central. 


digitiforme de los granos del cerebelo. Las arborizaciones que 
rodean las células mas internas del foco son las mas simples 
de todas; las de la porcién externa poseen mas ramillas termi- 
nales. A pesar de todo, la comunicacidn no es individual, es 
decir, que no tiene lugar entre una fibra terminal y una cé- 
lula, sino entre varias fibras y varias células. En la parte ex- 
terna del ganglio obsérvase con fuertes aumentos que el con- 
torno del cuerpo celular queda intimamente abrazado por dos 
6 tres arborizaciones digitiformes que constituyen, reunidas, 
un pequeio nido pericelular. Y 4 su vez, cada fibra suminis— 
tra ramificaciones para dos 6 tres células vecinas. En el lado 


220 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) 


interno del foco, donde yacen también los elementos mas grue- 
sos y mas esferoidales, cada fibra parece rodear una sola cé- 
lula; con todo, examinando con fuertes objetivos, se llega a 


FQ OS 
SU 


ye 
UNIT TT 


=| 
x 
tS 


G, ganglio triangular del suelo del ventriculo; 


el foco posterior; c, colaterales del vestibular, que 
, nacidas de un haz transversal; /, fibras arbo- 


colaterales para el foco anterior 


? 


D, foco vestibular posterior 6 de gruesas células; 2, foco 


ejes de las células de este ganglio. 


via vestibular central; 


; b, arborizaciones simples d 


élulas; F’, 


Fig. 11.—Regién acustica del bulbo de un embrién de pollo de quince dias. 
nervio codear; C, tubérculo acistico ; 


celular anterior 6 de pequenas c 

a,rama descendente del vestibular 

se terminan en el foco anterior; d, 

rizadas en el ganglio triangular; g, cilindros- 


A, nervio vestibular; B, 


percibir en algvin sitio que una sola horquilla terminal puede 
aplicarse 4 dos corpusculos vecinos. (Fig. 11, 0.) 

No existen, que sepamos, arborizaciones terminales tan po- 
bres en ramas y cuyo libre acabamiento sea tan facil de dis— 


(27) Cajal.—prE LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 221 


cernir; sdlo las fibras olfativas de los peces jovenes (teledsteos 
de algunos dias) poseen una arborizacién final que se acerque 
algo, en punto 4 sobriedad de ramillas, 4 las que acabamos 
de describir. Por cuyo motivo, nosotros aconsejariamos a los 
sabios que todavia dudan de la terminacion libre de las fibras 
nerviosas, que elijan como objeto de estudio los ganglios actis- 
ticos de las aves (embriones de doce a quince dias, método de 
impregnacién doble). Grande seria nuestra extraneza si, des— 
pués de este examen, no abandonaban toda reserva sobre la 
comunicacion intercelular por contactos entre células y arbo- 
rizaciones nerviosas terminales. 

Foco anterior 6 ganglios de pequenas células.— Los corpusculos 
de este ganglio forman una oO dos hileras centrales rodeadas, 
tanto por delante como por detras, de una masa granulosa 
comparable, por su aspecto en las preparaciones al carmin, 
con la capa molecular del cerebelo. El método de Golgi tine 
bien estas células, revelandolas ora bajo la forma de estrella, 
ora de huso, ora triangular. Las expansiones protoplasmicas, 
aunque divergen en todas direcciones, se acumulan especial— 
mente en los dos imbos moleculares citados, y se caracterizan 
por las numerosas ramitas secundarias y terciarias que sumi- 
nistran, las cuales son tan abundantes y cortas, que 4 menudo 
semejan penachos terminales 6 arborizaciones penniformes. 
Kl cilindro-eje dirigese hacia adentro, sin suministrar colate- 
rales, 6 ingresa en la via vestibular central. (Fig. 10, 2.) 

Las fibrillas nerviosas \legan de la rama vestibular y pene- 
tran en el ganglio por su cabo externo y cara posterior. Algu- 
nas de las mismas no son fibras directas, sino ramas de bifur- 
cacién 6 gruesas colaterales de las fibras del foco celular pos- 
terior. Cualquiera que sea el origen, las fibras aferentes se 
dicotomizan una 6 dos veces en angulo agudo; las ramas re- 
sultantes abordan la capa molecular posterior bordeante de 
las células del foco, y en tal paraje constituyen una elegante 
fila de arborizaciones nerviosas terminales, de ramitas cortas, 
varicosas, digitiformes, algo mas amplias que las del foco pos- 
terior. Estas ramificaciones se aplican a4 la superficie posterior 
y apéndices protoplasmicos dorsales del cuerpo de las células. 

Ademas de las fibras vestibulares directas que acabamos de 
indicar, existe otro manojo que parece provenir del ramo ves— 
tibular del otro lado, después de pasar por el rafe, con las 


222 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) 


fibras de la via central. Este haz costea la superficie anterior 
del ganglio, y en todo su itinerario por éste suministra, en 
Angulo recto, infinidad de colaterales que abordan el lado ven- 
tral de las células, y se resuelven en otra serie de elegantes 
arborizaciones terminales. Tales ramificaciones son mas ex- 
tensas y complicadas que las del ramo vestibular directo. Las 
ramillas terminales acaban hacia el cabo externo del ganglio 
del mismo modo que las colaterales. En general, nos ha pare- 
cido que la serie anterior de arborizaciones procede del ramo 
vestibular del otro lado, como acabamos de exponer; empero, 
como en el manojo fibrilar que estudiamos hay fibras que no 
hemos podido seguir, no osamos excluir otros modos de ori- 
gen ni de terminacion. (Fig. 11, d.) 

Las dos series de arborizaciones citadas del ganglio de 
pequefias células permanecen, por lo comun, algo separadas, 
llenando con sus ramitas las zonas moleculares lmitantes; en 
algunos parajes, sin embargo, hemos notado que dichas arbo- 
rizaciones rebasan sus propios limites, imbricandose y confun- 
dose las de una serie con las de la otra. 

Seruramente existen otras disposiciones estructurales que 
todavia no hemos logrado esclarecer. Por ejemplo, del ganglio 
6 foco posterior salen ciertas fibras nerviosas que, en vez de ir 
4 la via vestibular central citada, se dirigen resueltamente 
hacia adelante, como hacia la zona reticular, sin pasar por el 
rafe (fig. 11, e). Por dentro, y detras de dicho cordén central 
vestibular y en el suelo del ventriculo, se ve un ganglio cuyas 
células emiten cilindros-ejes que marchan hacia adelante para 
ingresar en las regiones medias del bulbo; y al mismo tiempo 
del bulbo llegan cilindros-ejes terminales que se arborizan 
entre estas células (fig. 11, fy g). Todos estos y otros puntos 
seran objeto de ulteriores pesquisas. 

Respecto 4 la homologia de las partes que acabamos de des- 
cribir con las del aparato acistico central de los mamiferos, 
sdlo podemos decir, que nuestra via vestibular central parece 
corresponder A esos manojos arciformes que, segtin ciertos 
autores, saldrian de los nucleos terminales del ramo vestibular 
para, después de cruzar el rafe, engendrar en la parte lateral 
del lemnisco, un camino actistico ascendente. Nuestro /oco 
posterior, 6 ganglio de grandes células, 4 pesar de su posicion 
al@o dislocada en las aves, nos inclinamos 4 identificarlo con 


(29) Cajal. pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 223 


el nucleo dorsal; en cambio, nuestro foco anterior, 6 de células 
pequenas, no pudiendo asimilarse al llamado nicleo de Deiters 
de la region acustica de los mamiferos, nos inclinamos @ esti- 
marlo como un organo nuevo, peculiar a las aves, y que acaso 
esté en relacién con el sentido de la direccién, tan desarro- 
llado en estos animales, como rudimentario en los mami-— 
feros (1). 


vV.—Cuerpo estriado. 


El cuerpo estriado ha sido investigado a favor del método 
de Golgi, por Marchi (2) el cual ha senalado, en dicho érgano, 
la existencia de los dos tipos celulares de Golgi, y la de una 
red intersticial tupida y complicada 4 donde abocarian fibras 
nerviosas. Dominan en el cuerpo estriado las células del tipo 
sensitivo, es decir, aquellas cuyo cilindro-eje se resuelve en 
una red; por lo cual se inclina Marchi a considerar este gan- 
glio como de naturaleza sensitiva. Mas, como hace notar 
Edinger (3), el cuerpo estriado debe contener también células 
de cilindro-eje largo y descendente; puesto que del ganglio 
cerebral de los peces (Stammganglion) que representa el cuerpo 
estriado de los mamiferos, proceden siempre fibras nerviosas 
que ingresan en el fasciculo basal (dasalen Vorderhirnbiindel), 
manojo homologo de los pedtinculos cerebrales de los ver- 
tebrados superiores. Que del ganglio basal de los peces 
proceden fibras nerviosas que se incorporan al fasciculo 
basal del cerebro anterior, es un hecho demostrado también 
recientemente por Van Gehuchten (4) y por nosotros (5). En 
los reptiles, mi hermano (6) ha logrado asimismo seguir hasta 


(1) El niicleo de Deiters de las aves Se comporta como el de los mamiferos; yace 
por fuera y delante de los dos focos grises descritos y se continta, al nivel del origen 
del fasciculo cerebeloso-actistico, con el nticleo de Bechterew. Las relaciones que 
dicho ganglio de Deiters tiene con el nervio vestibular, no se muestran con entera 
claridad en nuestros preparados. 

(2) Marcai: Sulla fina struttura dei corpi striati e dei talami ottici. Rev. speriment. 
di Frenatr. t. x11, p 285, 1887. 

(3) EDINGER: Ueber d. Bedeutung d. Corpus striatum. Verhandlung d. versammlung. 
siidivestdeutschen Neurologen, in Strasburg, 1887. Arch. f. Psychiatr, t. x1x, Bd. 1887. 

(4) VAN GEHUCHTEN: Contribution & Vétude du systéme nerveux de Teleostéens. La 
cellule, t. x, 2 fasc. 1893. 

(5) Casau: Notas preventivas sobre la estructura del encéfalo de los Teleosteos. AN. DE 
La Soc. Esp. DE Hist. NAT., 1894. 

(6) P. RaMOn: Investigaciones micrograficas en el encéfalo de los batracios y repti- 
les, etc. Zaragoza, 1894. 


224 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) 


el pedtinculo cerebral fibras nerviosas, cuyas células de origen, 
estrelladas y provistas de expansiones espinosas, residen en el 
ganglio basal. En las aves se repite la misma disposicién, se- 
ein nos han ensenado las recientes observaciones de C. Sala (1). 

Nuestros trabajos han recaido en el cuerpo estriado del raton 
adulto y recién nacido, rata blanca, conejo de ocho dias y pe- 
rro recién nacido, y han tenido lugar principalmente por el mé- 
todo doble al cromato argéntico. Los resultados han sido con- 
cordantes y podemos resumirlos en las siguientes proposiciones: 

1.2 El cuerpo estriado se compone de células nerviosas y 
hacecillos de paso llegados de la corteza cerebral. 

2.° Los hacecillos, cuyo curso completo desde la corteza a 
los pedunculos es facil de seguir en el raton recién nacido, 
constan de fibras finas y gruesas; todas ellas cruzan de de- 
lante a atras y de arriba a abajo la masa ganglionar, a la cual 
dirigen, de cuando en cuando, alguna colateral que, emer- 
giendo en angulo recto, se ramifica en torno de las células. 

3." Ninguna de las fibras de los hacecillos arribados del 
cerebro termina en el cuerpo estriado; todas parecen fibras 
de paso que se prolongan hasta la regién de los pedtnculos. 

4." En el conejo de ocho dias hemos logrado observar algu- 
nas fibras gruesas, ascendentes que, separandose de los haces, 
con cuyos tubos venian confundidas, se ramificaban amplia- 
mente, produciendo una arborizacién tan lata, que en un 
caso pudo seguirse en una extensidn superficial de 1 mm. 
Esta arborizacién consta de ramas largas, en gran parte trans- 
versales i oblicuas a la direccién de los fasciculos, que se des-° 
componen dicotémicamente y repetidas veces en ramitos se- 
cundarios de gran longitud y de direcciones varias. (Figu- 
ra 12, ay a.) 

4.*°. Entre los hacecillos residen las células, que son ya estre- 
lladas, ya triangulares, ora fusiformes, ora ovoideas, con dos 
6 mas tallos protoplasmicos gruesos. Casi todas las expansio- 
nes protoplasmicas se dicotomizan varias veces, y estan eriza- 
das de espinas 6 de apéndices verrugosos. (Fig. 12, B y C.) 

5." Las células se dividen en dos tipos: elementos de cilin- 
dro-eje largo, continuado, con una fibra descendente de un 
haz; elementos de cilindro-eje corto, cuyas ramificaciones 


(1) Cxaupi0 Sava: La corteza cerebra! de las aves. Madrid, 1893. 


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SEPULTURE PREHISTORIQUE DE L’'AGE DU CUIVRE. 


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(31) Cajal.—pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 225 


nerviosas se terminan libremente, después de complicado 
curso entre los corpusculos vecinos. 

6." Las células de cilindro-eje corto, pueden dividirse en 
dos variedades: células gigantes de largos y velludos apéndices 
protoplasmicos, cuyo cilindro-eje espeso y de curso variable, 
produce una arborizacién de gran extensidn; y células media- 


Corte antero-posterior del cuerpo estriado del conejo de ocho dias. 


A, fasciculo de fibras bajadas de la corteza cerebral; B, célula de cilindro-eje corto 
de ancha arborizacién; C, célula de igual especie, pero de mas limitada arbori- 
zacion nerviosa; @, fibra ascendente terminal, una de cuyas ramas, d@, se ramifica 
ampliamente; 4, colaterales de las fibras de la corteza;¢, cilindro-eje largo de 
una célula del cuerpo estriado, 


ANALES DE HIST. NAT.—XXIII. 15 


226 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (82) 


nas y pequenas de expansiones protoplasmicas mas cortas, a 
menudo flexuosas y recurrentes, y cuyo cilindro-eje fino se 
descompone en una ramificacion terminal poco extensa pero 
muy complicada. Las primeras parecen servir a la asociaciOn 
de grandes territorios del cuerpo estriado; las se@undas seme- 
jan tener por objeto conexionar grupos limitados de células. 

7... Las células de cilindro-eje largo son bastante volumi- 
nosas y no discrepan mucho morfolégicamente de las otras; 
la expansiOdn nerviosa no marcha inmediatamente a un hace- 
cillo, sino que por lo comuin sigue un curso mas 6 menos trans- 
versal, durante el cual suministra un numero variable de co- 
laterales, hasta que finalmente ingresa en un haz, caminando 
hacia abajo. En algunos casos, al abordar el hacecillo, se bi- 
furca engendrando una rama gruesa descendente y otra gene- 
ralmente mas fina ascendente. El largo trayecto transversal u 
oblicuo que siguen dichos cilindros-ejes antes de incorporarse 
a los fasciculos da lugar 4 que, en la inmensa mayoria de los 
casos, no pueda sorprenderse su paradero, tomandose facil- 
mente tales células como corpusculos del tipo sensitivo de 
Golgi. Cosa analoga sucede en las aves, donde las células que 
estudiamos suministran también muchas colaterales antes de 
ingresar en los hacecillos. (Fig. 12, e y /.) 

8." El plexo interfascicular senalado por Marchi esta cons- 
tituido por cuatro especies de fibras terminales: 1.*, colaterales 
de fibras de proyeccién de la corteza cerebral, es decir, cola- 
terales de los cilindros-ejés descendentes constitutivos de los 
fasciculos del cuerpo estriado; 2.", arborizaciones terminales 
de las dos variedades de células de cilindro-eje corto; 3.*, cola- 
terales de las células de cilindro-eje largo; 4.*, ramas termi- 
nales de fibras ascendentes llegadas al parecer de los pe- 
diunculos cerebrales. 

9." Se ve, por lo expuesto, que el cuerpo estriado de los 
maimiferos corresponde al ganglio fundamental de la vesicula 
anterior de los vertebrados inferiores, pues como en éstos, 
dicho érgano posee células cuyos cilindros-ejes descienden a 
los pedunculos, y arborizaciones de fibras nerviosas ascenden- 
tes, quizas de origen sensitivo. Pero en los mamiferos existe 
un factor nuevo, las fibras de proyeccién nacidas de la corteza 
cerebral y dirigidas a través del ganglio, a cuyas células trans- 
miten, mediante las colaterales antes citadas, corrientes ner- 


(33) Cajal—pbr LOS GANGLIOS DEL ENCHFALO. 227 


Viosas engendradas en las piramides. Todas las fibras de paso 
poseen vaina de mielina; la tienen también las ramas princi- 
pales de las fibras nerviosas terminales; pero carecen de dicha 
cubierta las colaterales de los manojos y la arborizacién ter- 
minal de las células sensitivas de Golgi. 

Para terminar esta nota afadiremos dos detalles. Las célu— 
las proximas al cuerpo calloso se presentan en el raton, co- 
nejo, etc., mas 6 menos paralelas a este cuerpo, y exhiben una 
arborizacién nerviosa terminal de gran complicacion. Las cé- 
lulas del cuerpo estriado, situadas en la porcion inferior de 
éste, entre los eruesos manojos que se condensan para formar 
los pedunculos cerebrales, aleanzan una estatura considera- 
ble, y en su mayor parte nos han parecido de cilindro-eje 
largo. 


VI.— Conexiones distantes 
de las células de Purkinje del cerebelo. 


Como es sabido, de la corteza cerebelosa no descienden a la 
Substancia blanca otros cilindros-ejes que los de las células 
de Purkinje. Las demas células de la corteza cerebelosa (gra- 
nos, células de Golgi y estrelladas de la capa molecular) po- 
seen cilindros-ejes cortos, los cuales se distribuyen en el espe- 
sor mismo de la substancia gris cortical, sin abordar jamas la 
substancia blanca. 

Esto supuesto, nada mis facil que determinar por el método 
de las degeneraciones y la coloracién de Marchi el curso pro- 
bable de los cilindros-ejes de las células de Purkinje. Bastara 
para ello decorticar en los animales una parte de los hemisfe-— 
rios cerebelosos, cuidando de no interesar los ganglios centra- 
les (Olivas, ganglio del techo, émbolo, etc.), ni las grandes 
masas de substancia blanca, y someter las piezas nerviosas, 
una vez induradas en el liquido de Miiller, 4 la mezcla ‘osmio- 
bicrémica de Marchi. Las gotas negras de grasa denunciado— 
ras del asiento de los tubos nerviosos degenerados recaeran de 
modo exclusivo (si la operacién se ha conducido bien y la in- 
flamacion se limita 4 la parte lesionada) en los tubos nerviosos 
de las células de Purkinje. Las demas fibras de la substancia 
blanca, las musgosas y trepadoras, no degeneraran, puesto 


228 » ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) 


que tienen su origen, y por tanto sus centros troficos, en otros 
Or@anos nerviosos. 

Varios son los autores que han estudiado por el método de 
las degweneraciones los enlaces del cerebelo con los demas cen- 
tros nerviosos. Deben citarse, por los esclarecimientos aporta— 
dos a esta cuestion, Veyas (1), Bechterew (2), Monakow (3), 
Mingazzini (4) y Marchi (5). Pero, en general, los autores que 
han extirpado porciones del cerebelo no han procurado reser- 
var los ganglios centrales; y cuando tras la extirpacién ya del 
vermis, ya de un hemisferio, han comprobado en la protube- 
rancia, en las olivas bulbares y en los peduinculos cerebelosos 
superiores degeneraciones secundarias, han debido limitarse 
a consignar que el centro tréfico 6 las células de origen de 
tales fibras degeneradas residia en el cerebelo, mas sin pun- 
tualizar la especie de células, sin decidir, por ejemplo, si los 
corpusculos cuyos cilindros-ejes degeneraron son los de Pur- 
kinje 6 los de los ganglios cerebelosos centrales (techo, ém- 
bolo, nucleo globuloso, olivas). Marchi y Mingazzini, que re- 
cientemente han practicado hemisecciones cerebelosas, no han 
tenido en cuenta esta causa de error; y asi, cuando Marchi 
asegura que las fibras de Purkinje del cerebelo ingresan en 
el cordén antero-lateral de la médula, en la protuberan- 
cia, etc., tales aserciones deben considerarse como meras hi- 
potesis anatomicas. 

Nuestros experimentos de decorticacién cerebelosa han sido 
dos, y recaido en conejillos de Indias adultos. Los resultados 
obtenidos en ambas experiencias concuerdan substancialmen- 
te, y creemos no carecen de valor, ya que las operaciones se 
realizaron con fortuna y la lesién cerebelosa acertd 4 limitarse 


(1) Veyas: Piperim. Beitr. zur Kenntniss d. Verbindungsbahnen des Kleinhirns und 
des Verlaufs der Fuse. grac. u. cuneat. (Arch. Psych. Bad. 14.) 

(2) BecHrerew: Zur Anatomie des Schenkels des Kleinhirns. (Neurolog. Centralblatt. 
1885.) 

(3) Monakow: Laperim. Beitr. z. Kenntniss des Corpus vesti forme. (Arch. Psychiatr. 
Bd. 14.) 

(4) MINGAzzin1: Véanse sus memorias del Jnutern. Monatschrift s. Anat. u. Physiol. 
Bd. 8,9 y 10, y su reciente estudio Sule degenerazioni consecutive alle extirpazioni emt 
cerebellari. Roma, 1894. 

(5) Marcu: Sul lorigine dei peduncoli cerevellari e sui loro rapporti cogli altri centri 
nervosi. Firenze, 1891. 


(85) Cajal.—pE LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO, 229 


perfectamente. Asi, nos parece dificil que ulteriores experien- 
cias de igual clase puedan quitar valor a las actuales. 

Operacion. — Previas las precauciones antisépticas, y con 
toda la rapidez posible, se extirparon en dos conejos de Indias 
varias laminillas cerebelosas de los hemisferios. En un caso 
se decorticaron casi todas las laminillas de la cara superior 
del hemisferio derecho; en otro conejo se cortaron tangencial- 
mente unas cuatro laminillas de igual superficie del izquierdo. 
Los animales fueron sacrificados 4 los catorce dias de la ope- 
racion. La flegmasia habiase corrido muy poco en la substan- 
cia blanca, por debajo de las laminillas decorticadas, y no la- 
bia invadido los gang'lios centrales. No obstante la pequenez 
de lo extirpado, los animales presentaron, con una energia 
proporcional al niimero de laminillas decorticadas, las altera- 
ciones funcionales clasicas que los fisidlogos senalan en los 
animales que han sufrido mutilaciones del cerebelo. 

Indurados los centros nerviosos en el liquido de Miller, se 
coloraron por el método de Marchi, y convenientemente in- 
cluidos en celoidina, se redujeron a cortes seriados. 

El estudio de los cortes mostroé la existencia de fibras dege- 
neradas en los tres pedunculos cerebrales, en armonia con las 
aserciones de Marchi. Se comprobo también la presencia de 
fibras degeneradas en el espesor del vermis y hasta en el he- 
misferio cerebeloso del lado opuesto 4 la lesidn. Como es de 
presumir, el numero de fibras degeneradas resulté mucho me- 
nor después de una decorticacién parcial del cerebelo que des- 
pués de una hemiextirpacidn. La degeneracién guarda tam- 
bién relacién con el numero de laminillas extirpadas, y en los 
dos casos se muestra bilateral, aunque mucho mas intensa en el 
lado de la lesidn que en el opuesto. Expong'amos ahora con orden 
y en forma abreviada la topografia de las fibras de@eneradas. 

Espesor del cerebelo.—Kn torno de la lesién veiase una zona 
de degeneracién difusa que penetraba en el espesor de todas 
las laminas sanas circundantes. Aleunas pocas fibras degene- 
radas podian seguirse dentro de las laminas del vermis y hasta 
la substancia blanca de las circunvoluciones del lado opues- 
to. Kn general, las gotas de grasa quedan circunscritas en el 
eje blanco de las laminillas; pero no es raro ver los rosarios 
de esférulas negras diseminarse por la zona de los granos, 
aunque sin abordar jamas la capa molecular. 


230 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) 


2Qué interpretacién cabe hacer de estas degeneraciones in- 
tracerebelosas distantes? Dos explicaciones principales se nos 
ocurren. O existen, como han afirmado varios autores. fibras 
comisurales y de asociacién que desde las células de Purkinje 
de un hemisferio se dirigen a todas las laminas del opuesto y 
al mismo vermis, 6, habiéndose difundido la inflamacion hasta 
la substancia blanca inmediata del hemisferio cerebeloso, han 
sido atacadas de degeneracidn muchas fibras ascendentes de 
paso llegadas de otros centros, probablemente las musgosas y 
trepadoras destinadas a arborizarse, no sdlo en las lamini- 
llas cerebelosas lesionadas, sino también en el hemisferio del 
opuesto lado. Supuesta esta tiltima hipdtesis, la difusidn de la 
degeneracidn podria comprenderse, teniendo en cuenta dos 
hechos de observacién que recientemente nos ha mostrado el 
método de Golgi, 4 saber: I.°, que muchas fibras musgosas 
antes de penetrar en las laminillas se bifurcan, suministrando 
ramas terminales que se distribuyen en dos circunvoluciones 
inmediatas; 4 veces, dichas fibras emiten largas colaterales 
que, cruzando la substancia blanca, marchan @ laminillas ce- 
rebelosas bastante lejanas; 2.°, que las fibras delgadas llega— 
das de la protuberancia, quizas las llamadas trepadoras, su- 
ministran, & su paso por la substancia blanca de los hemiste- 
rios, colaterales para las laminillas inmediatas. Es claro que 
no cabe excluir tampoco la posibilidad de que las fibras de 
Purkinje se bifurquen 6 emitan, al llegar ala substancia blan- 
ca, largas colaterales consagradas al hemisferio del opuesto 
lado y 4 una parte del vermis, analogamente a lo que ocurre 
con muchas fibras de proyeccion de la corteza cerebral, las 
cuales en su cruce por el cuerpo calloso abandonan 4 éste una 
ramilla colateral; pero esta conjetura no nos parece tan pro- 
bable como la anterior. 

Olivas y ganglios del techo.— Estos organos no mostraban 
ninguna alteracién; veianse en ellos solamente pasar algunas 
pocas fibras degweneradas, pero solamente en los organos co- 
rrespondientes al lado de la lesidn. 


PEDUNCULOS CEREBELOSOS. 


Después de la excisién de varias laminillas cerebelosas de 
un hemisferio, aparecen constantemente degenerados los pe- 


(37) Cajal.—pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO, 231 


dimculos cerebelosos superiores, y la extension de la degene- 
racidn guarda proporcién con el ntiimero de laminillas extir- 
padas. La degeneracién se muestra en ambos lados, pero mas 
extensamente en el lado de la lesién. Las g@otas @rasientas 
pueden seguirse mas alla del entrecruzamiento de los pe- 
diinculos hasta los nucleos rojos de Stilling. Aleunas pocas 
fibras se prolongan todavia hacia adelante, alcanzando el es— 
pesor del talamo dptico (nucleos externo é interno, que en el 
conejillo de Indias no aparecen bien deslindados). 

Es, pues, sumamente probable que la mayor parte, si no 
todas las fibras del pedtinculo superior, sean cilindros-ejes de 
Purkinje. Por lo demas, la idea de que dichos pedtinculos tie- 
nen su origen en la corteza cerebelosa fué ya expuesta por 
Veyas (1). En sentir de Flechsig, dichos pedtinculos traen su 
origen tanto del nucleo dentado como de la corteza cerebelosa, 
y particularmente del vermis. Mas singular es el parecer de 
Obersteiner, quien considera como foco de origen de un tan 
importante sistema de fibras el nucleo globuloso. Marchi y 
Mingazzini afirman un origen cortical y una terminacidn en 
el nucleo rojo del opuesto lado; pero Marchi anade un aserto 
que no parece suficientemente fundado, 4 saber: que el pe- 
dunculo cerebeloso superior reconoceria ademas por origen la 
oliva cerebelosa, al paso que el medio recibiria preferente— 
mente fibras del vermis. La cantidad considerable de fibras 
degeneradas que el pedtinculo cerebeloso superior ofrece des- 
pués de la extirpacion de algunas laminillas (en términos que 
cuando se han eliminado casi todas las de la cara superior de 
un hemisferio aparece degenerada casi la mitad del peduinculo) 
nos obliga 4 considerar nulas 6 muy poco numerosas las fibras 
pedunculares cuyo origen radique en focos grises que no sean 
las células de Purkinje de la corteza. 


PEDUNCULOS CEREBELOSOS MEDIOS. 


Las fibras degeneradas abundan mucho mas en la porcién 
distal que en la proximal de la protuberancia, al revés de lo 
que afirma Marchi, quien después de la extirpacién del Idbulo 
medio del cerebelo vid sobre todo degeneradas las fibras de la 


(1) Loc. cit. 


232 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) 


mitad superior del puente. En nuestras preparaciones, sobre 
todo en las provenientes del conejillo, al que se decorticé casi 
toda la cara superior del hemisferio derecho en aquella regién 
de la protuberancia donde los focos grises abundan (por ejem- 
plo a la altura del trigémino), las fibras degeneradas eran po- 
cas, mientras que cerca del cuerpo trapezoide, alli donde los 
ganglios del puente desaparecen casi por completo, la dege- 
neracion de las fibras transversales que separan los distintos 
paquetes de la via piramidal alcanza considerable intensidad. 
Esto armoniza con los resultados obtenidos mediante el mé- 
todo de Golgi y los que, a favor del de Flechsig, logré Bech- 
terew. En nuestro concepto, las fibras tempranamente medula- 
das de Bechterew, residentes en la porcién inferior del puente, 
vienen de las células de Purkinje del cerebelo; mientras que 
las tardiamente meduladas de dicho autor, yacentes en las 
porciones superiores del puente, tienen su origen en los gan- 
glios de la protuberancia, y no pueden, por tanto, degenerar 
después de las extirpaciones 6 decorticaciones del cerebelo. 

Los haces transversales de fibras degeneradas, después de 
cruzar la linea media, desaparecen a gran distancia de ésta, 
en el espesor de la substantia reticularis grisea, por detras y por 
fuera del lemnisco medio. Este ultimo, asi como la via pirami- 
dal, no presentan senales de degeneracion. En cambio, detras 
de los lemniscos, y en una buena parte de la substancia reticu- 
lar, varios haces longitudinales mostraban gotas grasientas, 
particularmente en el lado contrario a la lesién. El rafe, hasta 
cerca del ventriculo, ofrecia tal cual gota de grasa. Tenemos 
por verosimil que dichas fibras verticales proceden de fibras 
de Purkinje arribadas por los pedtinculos cerebelosos medios 
y decusadas en la porcién honda del rafe. Por lo demas, ya 
Mingazzini ha descrito estas fibras que, segin él, formarian 
fasciculos longitudinales cerca del rafe en la porcién ventral 
de la protuberancia. 

Mis experiencias no me permiten discutir todas las opinio- 
nes que los autores han emitido tocante al curso de las fibras 
protuberanciales, pues es claro que, tratandose de preparacio- 
nes que muestran un corto numero de fibras deweneradas, la 
presencia de estas tendra valor positivo, pero su ausencia no 
autorizara ninguna conclusion negativa. Juz@amos, sin em— 
bargo, probables, pues se armonizan con nuestras experien- 


ee 


439) Cajal.— pr LOS GANGLIOS DEL ENCKFALO, 233 


cias, las opiniones de Gudden, y sobre todo de Veyas, quienes 
afirman que las fibras transversales de la protuberancia se 
terminan tanto en los focos grises de un lado como en los del 
opueste; dictamen a que se inclinan también Marchi, Mingaz- 
zini y Kolliker. Estas fibras terminadas en la protuberancia 
proceden, como ya hemos dicho, de las células de Purkinje, y 
se contintuan mediante una bifurcacion en T con una fibra lon- 
gitudinal (véase el articulo protuberancia de este mismo tra- 
bajo). 

La degeneracion del lemnisco ha sido senhalada por Marchi; 
pero Mingazzini, que ha visto consecutivamente 4 la hemi- 
extirpaciOn del cerebelo la atrofia de parte de la cinta de Reil 
del opuesto lado, se inclina a interpretar, con buen acuerdo 
en nuestro sentir, tales degeneraciones sensitivas como el re- 
sultado de lesiones inflamatorias secundarias de los niicleos 
del cordén posterior. Por nuestra parte, no hemos visto nin- 
guna fibra degenerada en el lemnisco. 


PEDUNCULOS. CEREBELOSOS INFERIORES. 


La observacion de cortes transversales que interesen, a dife- 
rentes alturas, los cuerpos restiformes, denuncia la existencia 
de degeneraciones descendentes en una buena porcidn de las 
fibras arciformes anteriores y externas, que en el conejo de 
Indias se presentan bastante desarrolladas. Casi todas las go- 
_ tas grasientas forman rosarios que, después de pasar por de- 
lante de las olivas y ganar el rafe, penetran en el pedtinculo 
olivar del lado opuesto. Algunas fibras degeneradas cruzan 
por delante de las piramides, descienden por el rafe hasta la 
regidn olivar y se insintan en el ganglio del lado contrario. 
Es posible que una porcion de estas mismas fibras, en vez de 
terminar en las olivas, se entrecruce en el rafe por debajo de 
estas, y vaya a formar fibras longitudinales en el espesor de 
los restos del cordén antero-lateral de la médula. De todos 
modos, se muestran siempre en los hacecillos longitudinales 
de la substantia reticularis alba (porcion dorsal), y aun en la 
substantia reticularis grisea, algunas gotas grasientas dispues- 
tas en series verticales, que se contintian con las que des— 
cienden por el cordén antero-laterai de la médula espinal. 


234 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) 


El examen de las olivas, previa coloracién con el método de 
Golgi, viene en apoyo de los resultados obtenidos por la abla— 
cioén del cerebelo 6 por la mera decorticacién. En el perro, co- 
nejo y ratén recién nacidos, hemos logrado cerciorarnos de 
que las fibras de Purkinje se terminan positivamente entre 
las células de la oliva 4 beneficio de arborizaciones libres, que 
han sido descubiertas recientemente por Kélliker. A menudo, 
una fibra de Purkinje llega al lado externo de la oliva y se bi- 
furca, marchando ambas ramas por delante y detras de este 
centro, hasta acabar entre sus células. Del trayecto de las 
fibras transversales limitantes de las olivas brotan también 
con frecuencia colaterales arborizadas prolijamente entre las 
células, disposicién asimismo observada por Kélliker, y que 
nosotros hemos comprobado en el ratén, perro y conejo recién 
nacidos. Tocante 4 las células de las olivas, nuestras prepara- 
ciones las muestran, como las han figurado Vincenzi, Kélliker 
y Van Gehuchten. Cuanto a la marcha de los cilindros-ejes 
de estas células, nuestros esfuerzos se han estrellado contra el 
curso irregular y complicado de los mismos, que no consiente 
una suficiente persecucién ni aun en bulbos de raton recién 
nacido. Kélliker cree que dichas expansiones marchan al bul- 
bo, a la regidn del cordén lateral, para constituir una via des- 
cendente relacionada quizas con los nucleos motores. En nues- 
tros preparados no hemos logrado confirmar este aserto, ha- 
biéndonos parecido que los cilindros-ejes de tales células cami- 
nan mas 6 menos horizontalmente, en direccién de las fibras 
arciformes llegadas del cerebelo. Este punto reclama todavia 
nuevas y mas profundas investigaciones. 


MEDULA ESPINAL. 


Como ha descubierto Marchi, los cortes de médula espinal 
de los animales que han sufrido extirpaciones de la substancia 
eris cerebelosa presentan fibras degeneradas. En nuestros pre- 
parados las fibras eran poco numerosas, en razon de la poca 
entidad de las lesiones; pero no faltaron nunca ni en la médula 
cervical ni en la dorsal y lumbar. En la cervical, donde las 
gvotas eran mis numerosas, la degeneracién aparecia disemi- 
nada por todo el cordén antero-lateral, concentrandose espe- 


(41) Cajal.—pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 235 


cialmente cerca de la via piramidal directa y en la porcién 
mas periférica del cordén lateral, quizas en la via cerebelosa 
ascendente, cuya topografia en el conejillo de Indias no co- 
nozco de un modo preciso. En uno de los conejillos operados 
(el que sufrid mayor mutilacién cerebelosa), el foco degene- 
rado en dicha porcién exterior del cordén lateral alcanzaba 
mayor desarrollo en el lado de la lesién que en el opuesto. En 
el conejo que experimenté menor mutilacién, las gotas gra- 
sientas eran menos numerosas y no se concentraban en el 
mencionado paraje, hallandose mas bien esparcidas sin orden 
por todo el cordén antero-lateral, aunque con tendencia a con- 
centrarse cerca del surco anterior y hasta en el espesor de la 
via piramidal directa. Importa notar que la degeneracion me- 
dular es bilateral, con predominancia poco acusada del lado 
lesionado. En fin, el cordén posterior carece de gotas grasien— 
tas; sdlo en un caso, y en la regién cervical, hemos advertido 
tres 6 cuatro fibras degeneradas dentro del territorio del cor- 
dén de Goll. 


NERVIOS SENSITIVOS Y MOTORKES. 


Para terminar, mencionaremos un hecho senalado por Mar- 
chi, y cuya interpretaciOn se presta 4 graves errores. Este sa— 
bio ha descrito, como lesiones consecutivas a la extirpacién 
parcial 6 total del cerebelo, degeneraciones en varios nervios 
craneales: el motor ocular comtn, el actistico, el hipogloso y 
el trigémino; y las ha interpretado suponiendo un origen cere- 
beloso de una porcién de las fibras de estos nervios. 

Nosotros hemos confirmado también la existencia de tales 
degeneraciones en los pares mencionados, asi como en el pa- 
tético y pneumogastrico, y hasta en las raices anteriores y 
posteriores de la médula espinal, y no sdlo con ocasién de 
mutilacién cerebelosa, sino también en animales que habian 
sido objeto de la enucleacién de un ojo, de la seccién de un 
bulbo olfatorio, 6 que no habian sufrido ninguna operacion. 
Por consecuencia, juzgamos inaceptable la doctrina defendida 
por Marchi y por algunos sabios del origen cerebeloso de parte 
de los tubos de los nervios craneales. En mi sentir, como ha 
indicado Mayer, los nervios, tanto sensitivos como motores, 
son asiento, en condiciones normales, de fendmenos de regre- 


236 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) 


sion y regeneracion que, cuando son algo intensos, imitan com- 
pletamente las lesiones debidas a las secciones experimenta- 
les de los mismos. Debemos, en consecuencia, ser muy cautos 
en dar significacién a la presencia de gotas de grasa en ner- 
vios cuyos centros troficos no hayan podido ser atacados, ni 
directa ni indirectamente, por el acto operatorio; en caso de 
duda, y cuando no se trate de secciones ejecutadas en los ner- 
vios mismos, los experimentos de contraprueba son absoluta- 
mente indispensables. En cambio, en la substancia blanca de 
los centros, asi como en los nervios Optico y olfatorio (que 
son, mas que nervios, prolongacion de la substancia blanca 
cerebral), el método de Marchi merece plena confianza, pues 
que muestra exclusivamente degeneradas las fibras cuya con- 
tinuidad con sus células de origen ha sido interrumpida, ora 
en virtud de procesos morbosos, ora mediante un acto ope- 
ratorio. 


VII.-—- Terminacion central de las fibras retinianas. 


Nuestro objeto no es estudiar 4 fondo los multiples origenes 
del nervio Optico en los mamiferos, sino indicar sumariamente 
cual es en la rata y raton blancos, animales cuya importancia 
para la experimentacidn histolégica va siendo por cada dia 
mayor, la topografia central de las fibras nacidas en la retina. 

Kn los mamiferos superiores el tema ha sido abordado mu- 
chas veces, ya en su conjunto, ya en sus detalles, por obser- 
vadores tan notables como Gudden, Bechterew, Monakow, 
Ganser, Darkschewstsch, Bellonci, Hamilton, Tartuferi, Sin- 
ger y Miinzer, etc. 

En este ensayo hemos utilizado el método de las degenera- 
ciones y la coloracién de Marchi, usada primeramente en tal 
asunto por Singer y Miinzer. Nuestros experimentos han con- 
sistido en enuclear un ojo 4 dos ratones y dos ratas blancas, 
sacrificar los animales doce dias después y examinar series de 
cortes de los centros dpticos. 

Prescindiremos, por ahora, de detalles, y resumiremos lacé- 
nicamente los resultados obtenidos. 

1. In la rata y raton el entrecruzamiento del kiasma no es 
total, sino parcial, existiendo siempre un pequeno haz que 


ee 


(48) Cajal.—pE LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 237 


marcha a la cinta édptica de su lado sin decusarse. Este peque- 
no haz se situa al principio en la cara superior de la cinta 
Optica. 

2. El grueso de las fibras llegadas de la retina se termina 
en el cuerpo geniculado externo, donde constituye una es- 
pesa capa superficial y varias estrias curvilineas profundas. 
El cuerpo geniculado interno no parece recibir fibras retinia- 
nas; el haz éptico que lo cubre va destinado al tubérculo cua- 
drigémino anterior. 

3. Encima del cuerpo geniculado externo las fibras retinia- 
nas revisten una poco extensa superficie del talamo que co- 
rresponde probablemente al pulvinar de los mamiferos supe- 
riores. La habenula no recibe ninguna fibra retiniana. 

4. Las fibras retinianas mas posteriores del pulvinar 6 de 
la cara superior del talamo se inclinan hacia atras para ingre- 
sar en el tubérculo cuadrigémino anterior, juntandose con el 
grueso paquete de fibras que llega pasando por encima del 
cuerpo geniculado interno. Todos estos conductores retinianos 
forman la capa blanca profunda del tubérculo cuadrigémino 
anterior, marchando, ya oblicua, ya antero—posteriormente, 
hasta agotarse en la entrada del tubérculo posterior. Cerca de 
la linea media, en el fondo del surco que separa las eminen- 
cias bigéminas anteriores, las fibras retinianas se concentran 
en haz antero-posterior. 

5. Las fibras del haz directo marchan al cuerpo geniculado 
externo de su lado, distribuyendo sus fibras como el fasciculo 
cruzado, pero sin alcanzar el tubérculo cuadrigémino anterior. 

6. El método de Golgi nos ha demostrado que las células 
del talamo son estrelladas, fusiformes 6 triangulares, y poseen 
un cilindro-eje largo que marcha, asociado en hacecillos cur- 
vilineos, hacia abajo y los lados, para reunirse a la continua- 
cidn de los pedtinculos cerebrales. 

7. El nervio éptico recibe también fibras centrifugas, como 
han indicado varios autores; en el ratén estas fibras parecen 
tener su arranque en células residentes en las regiones infe- 
riores del talamo, no lejos de la substancia nigra. 


Madrid, 1.° de Agosto de 1891. AY 


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HIMENOPTEROS NUEVOS DE MALLORCA, 


RECOGIDOS POR 
D. FERNANDO MORAGUES (Preseirero), 
Y DESCRITOS POR EL 


Dr. KRIECHBAU MER (ope Monicnr). 


(Sesion del 9 de Mayo de 1894.) 


Siendo (como en efecto lo han sido) tan poco estudiados los 
himendpteros de esta isla, seguramente tienen que encontrarse 
entre ellos multitud de nuevas especies, con las cuales podra 
formarse una lista bastante numerosa é interesante para los 
aficionados 4 este orden de insectos, como ha sucedido con los 
coleépteros, cuyo numero de especies tipicas es ya bastante 
crecido. En 1883 visitaron esta isla el Dr. Otto Schmiedeknecht 
y el Sr. Friesse con objeto de recoger algunos himendpteros, 
pero por la corta permanencia en ella (que sélo fué de unas 
tres semanas), por mas que recogieron una porcién de espe— 
cies y entre ellas varias nuevas, no pudieron visitar sino algu- 
nas localidades y en una sola época. Desde entonces hemos 
seguido nosotros con la aficién a este orden de insectos y 
todos los anos hemos visitado en varias épocas multitud de 
localidades, habiendo logrado recoger un crecido numero 
de especies que daremos 4 conocer dentro de breve tiempo. 
Entre los melificos figuran varias especies completamente 
nuevas, las cuales han sido estudiadas por el Sr. Pérez, de 
Burdeos, y por el citado Sr. Schmiedeknecht; y entre los 
Ichneumonidos ha encontrado el infatigable y entusiasta ento- 
mologo el Dr. Kriechbaumer un numero tan crecido de espe- 
‘cies nuevas, que considerando para esta Sociedad de gran 
interés la publicacidn de estas especies, me ha remitido los 


240 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 


manuscritos para que pueda publicarlas dando a conocer a 
mis consocios esta porcién de insectos hasta el presente des— 
conocidos. Suya, pues, es la gloria de este trabajo, no corres— 
pondiéndome a mi sino solo el haber recogido en esta isla los 
insectos que a continuacién quedan descritos. 


1. Cephus (Philoecus) balearicus Krchb. nov. sp. 9. 
Niger, pronoti margine postico tenui, alarum squamula, 
tibiis anticis maxima parte, posticis basi albis, abdomine 
medio late rufo, alis hyalinis, stigmate piceo, fusco-cincto. 
Long. corp. 7 4/,, terebr. 1/, mm. 
Abdominis segmenta 2-7 rufa, hoc apice, 1 et 8cum valvulis 
terebrae nigris. 
Has. Pollenza. Mayo. 


2. Ichneumon balearicus Krchb. nov. sp. 9. 

Niger, orbitis frontalibus, annulo antennarum, scutello ma- 
culaque segmenti 7 albis, pedibus maxima parte rufis; capite 
pone oculos oblique angustato, postpetiolo punctulato-—sca— 
briculo, coxis posticis scopula nulla, alarum stigmate testaceo. 

Long. 6 '/, mm. 

I. albosignato maxime affinis, defectu scupule ad J. nudi- 
corum Thins. vergens, sed ab ambobus statura minus robusta, 
capite pone oculos oblique angustato et terebra paulo magis 
prominente sat diversus mihi videtur. 

Has. Pollenza. Mayo. 


3. Ichneumon Moraguesi Krchb. ov. sp. 9. 

Niger, annulo antennarum, punctis duobus verticis lineo- 
laque infra alas albis, abdominis segmentis 1-4 castaneis, 
6 et 7 macula dorsali alba, tibiis anticis antice albidis, postpe— 
tiolo punctato, alarum stigmate parvulo nigro. 

Long. fere 7 mm. 

I. bilunulato simillimus sed minor, punctis solummodo 
duobus verticis, sed lineola infra alas albis, antennis apice 
vix attenuatis, abdominis sezwmento 8&8 haud, terebra minus 
exertis, tibiis posticis et alarum stigmate totis fuscis, hoc paulo 
minore, angustiore ab illo sat diversus mihi videtur. 

Has. Manacor. Mayo. 


(3) Kriechbaumer. — HIMENOPTEROS. 24] 


4. Amblyteles fossorius (Gr. e. p.) Wsm. ( va7. nigro- 
scutellata Krehb. 

Ambl. fossorio Wsm. var. 1. (dehn. Amdl., p. 51: L. palli- 
pedi Gr. excl. Q) preeter scutellum nigrum omni modo ad eo 
similis, ut non audeam, hoc individuum ut speciem diversam 
proclamare. 

Has. Palma (Son Suner), Mayo; Aleudia, Julio. 

5. Apeseleticus balearicus Krchb. xov. sp. °. 

Capite thoraceque rufis, metanoto, abdomine, pedibus ma- 
xima parte antennisque nigris, horum annulo et scutello albis, 
capite pone oculos oblique angustato, metanoto bidentato, 
alarum stigmate fusco, squamula nigra, radice pallida. 

Long. 6 mm. 

Habitu toto A. bellicoso Wsm. affinis sed colore diversus. 
Pedes nigri, anticorum femora basi excepta, intermediorum 
femora apice cum tibiis et tarsis anterioribus rufa. 

Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 


6. Pheeogenes (?) balearicus Krchb. nov. sp. 0. 

Niger, seementis 2-4, basi quinti pedibusque ex parte rufis, 
capite pone oculos haud angustato, antennis breviusculis, sat 
validis, apicem versus acuminatis, articulis subnodulosis, 
abdomine cylindrico, segmentis 2-6 latitudine longioribus, 
alarum stigmate fusco, squamula et radice albis. 

Long. 6 mm. 

Coxe, trochanteres, femora anteriora basi, postica apice 
nigra, tibiee rufee, posticee summa basi et apice nigre, tarsi 
postici nigri, albo-sericeo micantes. Thorax et abdomen valde 
elongata. 

Has. Pollenza (Prat den Bosch). Mayo. 


7. Pheeogenes bellulus Krchb. nov. sp. o. 

Rufus, capite (ore excepto), metathorace, abdominis basi et 
apice nigris, antennis basi subtus, coxis et trochanteribus 
anticis flavescentibus, alarum stigmate fusco. 

Long. 5mm. 

Caput transversum, pone oculos vix angustatum, disperse 
punctatum. Antenne abdomine paulo longiores, tenues, sub- 
filiformes, apice acuminate. Metanoti area supero—et postero 


ANALES DE HIST. NAT. — XXIII. 16 


242 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) 


—media vix discretis, hac illa vix latiore. Abdomen sub- 
lineare. Caput nigrum, ore rufo. Antenne rufe, apicem 
versus fuscescentes, articulo primo subtus flavescente. Tho- 
rax rufus, metathorace nigro. Abdomen rufum, segmento 
primo, linea transversa basali quinti, fascia basali sexti 
septimoque nigris aut fuscis. Pedes fulvi, coxis et trochan- 
teribus anticis flavis, posticorum geniculis et apice tibiarum 
fuscis. 
Has. Palma (Son Suner). Mayo. 


8. Ischnus (?) balearicus Krchb. nov. sp. o. 

Testaceus, capite et abdominis apice nigris, antennis fuscis, 
flagello subtus ferrugineo, alarum stigmate angusto, testaceo, 
squamula et radice albis. 

Long. 7 mm. 

Margo superus pronoti in albidum vergit. Abdominis seg— 
menta 5-7 nigra. 

Has. Pollenza. Junio. 


9. Ischnus pictipes Krchb. nov. sp. 9. 

Niger, antennarum annulo albo, thoracis medio toto et apice 
subtus pedibusque rufis, puncto coxarum posticarum et tro- 
chanterum, apice fenrorum et tibiarum posticarum harumque 
macula infra basin nigris, basi ipsa earum et tarsorum posti- 
corum alba, alarum stigmate stramineo. 

Long. 5 '/, mm. 

Inter minores hujus generis, colore antennarum, thoracis 
et pedum sat distinctus. 

Has. Palma (Cala Mayor). Mayo. 


10. Cryptus balearicus Krchb. nov. sp. 9. 

Niger, pilosulus, abdomine glabro, violaceo, ovato-fusci- 
formi, alis fucescenti-hyalinis, stigmate fusco, areola irregu- 
lari, pentagona, nervello pone medium vix fracto. 

Long’. corp. 10 '/,, terebr. 4 mm. 

Intermedius inter Cr. cyanatorem et Cr. murorum Tschek. 
(servatum Thins.), illi forma et colore abdominis, huic magni- 
tudine minore et terebra longiore magis affinis, ab utroque 
pedibus totis nigris facile distinguendus. / 

Has. Santany (Pujol). Abril. 


45) Kriechbaumer. — HIMENOPTEROS. 243 


11. Goniocryptus parvulus Krchb. nov. sp. 

Niger, abdominis segmentis 1 apice, 2 et 3 totis, 4 maxima 
parte, pedum anteriorum geniculis, anticorum tibiis et tarsis 
rufis, tarsorum posticorum articulis 3 et 4 albis, capite longi- 
tudine duplo latiore, pone oculos angustato, antennarum 
articulo 3 latitudine quadruplo longiore, abdomine subfusi- 
formi-cylindrico, segmento primo elongato, angusto, post- 
petiolo petiolo vix latiore, alarum stigmate pallido, fusco- 
cincto, nervello ante medium fracto. 

Long. 5 mm. 

Minima specierum hucusque mihi cognitarum, G@. rustico 
maxime affinis, sed magnitudine minore, tibiis anterioribus 
fere totis nigris, alarum stigmate intus pallido, areola an- 
trorsum haud angustata, tarsis posticis albo-annulatis sat 
diversa. 

Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 


12. Hoplocryptus Mallorcanus Krchb. zov sp. Q. 

Niger, antennarum annulo, macula scutelli et alarum squa- 
mulis albis, tibiis anticis et femoribus maxima parte rufis, 
abdomine tricolore, alarum stigmate angusto, fusco, areola 
antrorsum parum angustata, nervum recurrentem ante me- 
dium recipiente, nervello ante medium fracto. 

Long. corp. 9, terebr. 3 1/, mm. 

H. confactori Gr. (cui dom. Schmiedeknecht in Hunt. Nachr., 
1870, p. 146, perperam scutellum nigrum adtribuit), maxime 
affinis, sed presertim squamulis albis et tarsis posticis totis 
nigris ab eo differt. 

Metanotum costis duabus transversis tenuibus, sec distin- 
ctis instructum. Abdominis segmenta 1-3 rufa, 3 margine api- 
cali nigro, reliqua nigra, 6 puncto seu macula minuta, 7 macula 
magna semiorbitali, 8 parva albis signata. Femora antica fere 
usque ad medium, intermedia basi, postica apice summo, 
tibiw antice extus medio nigra. 

Has. Marratxi. Mayo. 


13. Microcryptus tricolor Krchb. nov sp. ©. 

Niger, antennis tricoloribus, thorace, coxis posticis supra et 
abdominis segmento primo rufis, ultimis albonotatis, alarum 
stigmate fusco, intima basi pallido, areola pentagona, nervum 


244 ANALES DE HISTORIA. NATURAL. (6) 


recurrentem pone medium excipiente, nervello longe pone 
medium fracto. 

Long. corp. 6, terebr. 3/, mm. 

Acanthocrypto flagitatori (Gr.) Thoms. maxime affinis, qui 
autem a forma typica hujus generis (qguadrispinus Gr.) habitu 
toto diversus et cum IMicrocryptis conjungendus mihi videtur. 

Caput transversum, longitudine dimidio latius, pone oculos 
oblique angustatum. Antenne subfiliformes, inter medium et 
apicem vix incrassate. Thorax latitudine duplo longior; meta- 
thorax breviusculus, postice truncatus, costis duabus trans- 
versis approximatis, anteriore subtili, posteriore in margine 
postico partis superioris, infra utrinque supra medium in den- 
ticulum parvum excurrente; area superomedia costis subtilibus 
inclusa. Abdomen depressiusculum, ovato-lanceolatum, g@la- 
brum, nitidum. Antennarum articuli 3 et 4 subtus toti, supra 
apice rufi. Abdominis segmenta 5 apice, 6 et 8 supra tota alba. 

Has. Pollenza (Prat den Bosch). Junio. 


14. Microcryptus contrarius Krchb. zor. sp. es 

Niger, macula mandibularum, fascia transversa (medio forte 
interdum interrupta) clypei et orbitis facialibus albidis, abdo- 
minis medio, femoribus posticis, tibiis anterioribus saltem 
antice, posticis apice excepto rufis, alarum stigmate fusco, 
‘adice albida, squamula nigra, nervello pone medium fracto. 

Long. 5 mm. 

M. perverso meo (Hnt. Nachr., 1893, p. 125) femoribus ante— 
rioribus nigris, posticis rufis similis, sed duplo minor et alarum 
squamulis nigris, nitidis sat diversus. 

Abdominis seemento primo apice, 2-6 tota rufa. 

Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 


15. Phygadeuon anthracinus Krchb. nor. sp. °. 

Niger, antennarum flagello basi subtus rufescente, tibiis 
anterioribus saltem ex parte et femorum anticorum apice tes- 
taceis, capite longitudine dimidia latiore, pone oculos haud 
vel vix angustato, antennis subfiliformibus, basin versus 
paulo attenuatis, metanoti parte declivi medio impressa, utrin- 
que denticulo acutiusculo armata, abdomine oblong‘o-ovato, 
depressiusculo, levi, polito, segmento primo apicem versus 
parum dilatato, medio late et profunde canaliculato, postpetiolo 


or 


(7) Kriechbaumer. — HIMENOPTEROS. "uF 


distincte aciculato, alarum stigmate breviusculo, fusco, basi 
decolore. 

Long. corp. 5, terebr. '/, mm. 

Has. Pollenza. Mayo. 


16. Phygadeuon. balearicus krehb. wor. sp. &. 

Niger, ore pedibusque rufis, tibiarum posticarum apice cum 
earum tarsis nigris, antennarum articulo primo subtus, puncto 
ante alas, coxis et trochanteribus anticis vel anterioribus ala- 
rumque squamula et radice albis, alarum stigmate angustulo, 
piceo, cellula discoidali latitudine paulo longiore, angulo pos- 
tico externo acuto, nervello longe pone medium fracto; abdo- 
mine lanceolato-ovato, planiusculo. 

Long. 5mm. 

Ad Phygadeuones sensum restricto Thomsonii referendus, 
flavimana forma et colore abdominis similis, sed minor, stig- 
mate angustiore, capite postice angustato et signaturis albis 
indicatis maxime diversus. Facies subargenteo-sericea, cly- 
peus parvus,subtriangularis. Metanoti area superomedia trans- 
versa, hexagona, postero-media paulo excavata, costis longitu- 
dinalibus tenuibus tripartita. Abdominis petiolus latiusculus, 
postpetiolus parum dilatatus, irregulariter aciculatus, seg- 
mentis 2 et 3 basi punctulato-scabriusculis, postice cum abdo- 
minis apice levibus. 

Has. Palma (Cala Mayor). Junio. 


17. Phygadeuon micromelas Krchb. nov. sp. oy. 

Niger, nitidus, tibiis anterioribus plus minus piceis, capite 
transverso, pone oculos parum rotundato-angustato, antennis 
corpore paulo brevioribus, filiformibus, alis hyalinis, stigmate 
magno, lato, nigro, radice pallida, squamula nigra, nervello 
pone medium fracto. 

Long. 4 mm. 

Minoribus hujus generis adnumerandus; angulus posticus 
externus. cellule discoidalis fere rectus, inde MMZicrocryptis 
appropinquans. 

Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 


18. Tryphon (Mesoleius) balearicus Krchb. vov. sp. 9. 
Niger, mandibulis medio albis, antennarum flagello et abdo- 


% 


246 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8 


minis segmentorum margine externo rufescentibus, pedibus 
rufis, tibiarum posticarum dimidio basali (summa basi ipsa 
excepta) albo, apicali et tarsis posticis nigris; antennis corpo— 
ris longitudine, setaceis, metanoti area superomedia, triangu- 
lari, impressa, a petiolari indistinte divisa, abdomine ovali, 
depressiusculo, petiolo latiusculo sensim in postpetiolum apice 
multo latiore dilatato, terebra vix exserta, alarum stigmate 
testaceo, basi pallidiore, margine antico et maxima parte pos- 
tico quoque fusco, areola nulla, nervello pone medium fracto. 

Long. 6 mm. 

Habitu toto cum Sphecophaga vesparum (Rtzb.) Wst. quo- 
dammodo convenit, sed antennis longioribus, apice magis 
acuminatis et colore pedum abdominisque plane differt. 

Inter Feersteri genera Sindipnus genus huic speciei proxi- 
mum esse mihi videtur, sed secundum speciem typicam et 
unicam collectionis Forsteriane (8. nigricovis) species nostra 
vix huic generi associari potest. 

Has. Soller (Soller). Mayo. 


19. Bassus balearicus Krchb. nov. sp. 9. 

Niger, ore, clypeo, orbitis internis, lineola utrinque meso— 
noti, puncto ante alas, macula scutelli, annulo tibiarum pos— 
ticarum alarumque squamula et radice albis, antennis subtus 
rufescentibus, abdominis segmento 2 apice pedibusque rufis, 
tibiis posticis tricoloribus, tarsis posticis nigris, alarum stig- 
mate fusco, basi pallida. 

Long. 4 '/, mm. 

Impressionibus transversis segmentorum Basso letatorio F. 
maxime affinis, an ejus var. a Zhomsomnei? sed individua 
transitoria ad hanc speciem mihi nunquam obvenerunt. 

Has. Pollenza. Mayo. 


20. Homoparus bifoveolatus Krchb. nov. sp.2 ¢. 

2. Niger, nitidulus, ore, clypeo, macula media faciei, stria 
subhamata ante alas, lineola infra alas, coxis et trochanteri— 
bus alarumque squamula et radice flavis, coxis posticis basi 
nigris, pedibus ceterum et abdominis medio rufis, orbitis fa- 
cialibus angustissime et antennis subtus rufescentibus; capite 
transverso, pone oculos angustato, supra clypeum foveolis 
duabus magnis et profundis instructo, metanoti nataulis vix 


(9) Kriechbaumer.— HIMENOPTEROS. 247 


ullis, lobo medio late impresso, abdominis apice compresso 
(an fortuito?), alarum stigmate fulvo, areola nulla, nervello 
in medio fracto. 

Long. 5mm. 

An scutellum flavum sit an nigrum, propter acum id perfo- 
rantem dubium est. Metanotum punctato-scabriculum, area 
posteromedia sola distinctiore, magis nitida. Abdominis seg- 
menta 2-4 rufa, 4 macula magna basali nigra. 

o”. Facie tota et orbitis frontalibus flavis, abdominis apice 
haud compresso, lanceolato-cylindrico, segmentis mediis et 
tarsis posticis plus minus infuscatis, foveolis supra clypeum 
multo minoribus, fere punctiformibus differt. An sexus o fe- 
ming hic descriptee ? 

Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 


21. Pimpla semivaria Krchb. nov. sp. Q. 

Nigra, antennis subtus rufis, capite flavo, thorace flavo- 
rufoque picto, pedibus rufis, tibiis tarsisque posticis nigro- 
alboque annulatis, abdomine sublineari, fortiter punctato, 
seementis 1-5 longitudine latioribus, alarum stigmate fusco, 
nervello ante medium fracto. 

Long. corp. 8, terebr. ab origine ad basin segmenti 6, ven- 
tralis 3 '/, mm. 

P. angenti maxime affinis, sed thorace maxima parte rufo 
plane diversa. Caput transversum, pone oculos valde oblique 
angustatum. Thorax latitudine parum longior; mesonotum 
nataulis angustis, postice abbreviatis; metanotum brevissi- 
mum, valde declive, area petiolari excavata, foveiformi. Abdo- 
men usque ad apicem segmenti 2, paulo dilatatum, 3-5 vix, 
6 et 7 distincte angustatis, 2-6 tuberculis majusculis sed parum 
elevatis, instructis. Terebree valvule (post mortem) involute. 

Caput nigrum, orbitis anterioribus et superioribus pallide 
flavis. Antenne fusce, flagello subtus rufo. Thorax albido- 
pubescens, rufus, supra vittis 3 vix indicatis fuscis, lateribus 
utrinque vitta transversa indeterminata propleuras, partem 
superiorem mesopleurarum et metapleuras fere totus occupante 
maculaque pectorali nigris, margine supero pronoti lineolaque 
infra alas, margine laterali et apicali scutelli, lineola vel pun- 
ctis duobus metanoti flavis. Abdomen totum nigrum. Pedes 
rufi, geniculis flavescentibus, tibiis tarsisque posticis fuscis, 


248 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) 


ilarum annulo, horum articulis basi rufescentibus vel albidis. 
Has. Pollenza (Prat den Bosch). Junio. 


22. Pimpla tricolor Krchb. nov. sp. o. 

Niger, thorace pedibusque rufis aut fulvis, ore, clypeo, facie, 
orbitis omnibus, posticis medio late interruptis, antennarum 
basi subtus, lineolis ante et infra alas, postscutello, punctis 
duobus metanoti, coxis et trochanteribus anterioribus flavis, 
tibiis et tarsis posticis nigris, albo-annulatis, abdomine cylin- 
rico, fortiter punctato, segmentis 2-5 castaneis, apice nigris, 
3-5 tuberculatis. 

Long. cca 6 mm. 

Caput transversum, pone oculos valde angustatum. Antenne 
filiformes, basin versus angustate. Ale hyaline, iridescentes, 
stigmate piceo, squamula et radice flavis, areola-trapezoidea, 
obliqua, nervello ante medium fracto. 

Has. Pollenza. Junio. 


23. Pimpla (Epiurus) erythronota (Frst. in coll.) 
Schmkn. Monogr. Bearbeit. d. Pimpliden in Zool. Jahrb. 
Vol. m1, p. 524, 9. 

Habitu toto illi subgeneri Forsteri adnumeranda, in quo 
unica hc species colore rufo mesonoti ab omnibus reliquis 
distincta est, quare determinatio vix dubia. 

Niger, mesothorace et maxima parte metathoracis pedibus— 
que rufis, abdomine castaneo, segmento primo toto, 2-5 mar- 
vine postico nigris, antennis basi subtus rufescentibus, alarum 
stigmate majusculo, flavo, squamula et radice pallidis, areola 
obliqua, trapezoidea, nervello pone medium fracto. 

Longe’. corp. cca. 7, terebr. ab origine in basi segmenti sexti 
ventralis 6, ab apice abdominis 4 '/, mm. 

Has. Pollenza. Junio. 


24. Pimpla (Epiurus) balearica Krchb. nov. sp. 9. 
Niger, pedibus rufis, anticorum coxis, posticorum trochan- 

teribus basi, femoribus apice extremo subinfuscatis, tibiis tar- 

sisque albidis, illis infra basin et apice, his apice articulorum 

fuscis, antennis breviusculis, alarum stigmate latiusculo, flavo, 

nervello pone medium fracto, terebra abdominis longitudine. 
Long. corp. 51/,, terebr. 3, antenn. 3'/, mm. 


(11) Kriechbaumer. — HIMENOPTEROS. 249 


P. brevicornis Gr. et Bnoliane Htg. maxime similis et affinis, 
sed minor, ab illa coxis posterioribus rufis, ab hac sti@mate 
alarum flavo et coxis anticis nigris, ab utraque antennis pau- 
lisper longioribus sat differt. P. eicotome Htg. quoque valde 
similis, sed paulo minor, antennis totis nigris, stigmate paulo 
angustiore, haud obscurecincto, femoribus posticis apice ni- 
gris, tarsorum posticorum articulis tribus primis (in e/coloma 
primo solo) basi albis ab ea differt. 

Has. Palma. Abril. 


25. Pimpla cingulata Krchb. nov. sp. o. 

Nigra, cingulis abdominis rufis, pedibus fulvis, anteriorum 
coxis et trochanteribus albidis, posticorum coxis, tibiis et tar- 
sis nigris, coxis rufo-maculatis, annulo medio tibiarum et 
summa basi tarsorum albis, antennarum flagello basi rufo, 
articulis 6 et 7 (si recte vidi) uno latere erosis. 

Long. corp. Vix 5, antenn. 4 mm. 

Erosione duorum articulorum antennarum in Lampronotus 
vergit, sed propter areolam clausam, abdomen tuberculatum 
et colorem ex parte distincte rufum Pimplis adnumeranda, nisi 
femina adhuc ignota forte genus novum condere jubet. 

Caput transversum, pone oculos oblique angustatum, anten- 
ne tenues, filiformes, apice parum acuminati. Metanotum 
parum declive, postice medio triangulariter impresso. Abdo- 
men cylindricum, apice angustatum, segmentis 3-5 leviter 
tuberculatis, 2-4 margine postico elevatiore, 3 et 5 imma basi, 
4 apice excepto castaneo-rufis. 

Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 


26. Glypta rufiventris Krchb. nov. sp. 9. 

Nigra, abdomine (apice extremo excepto) pedibusque rufis, 
posticorum tibiis apice et infra basin fuscis, tarsis fuscis, his 
et illis basi summa albidis, clypeo fuscobarbato, facie juxta 
eum utrinque argenteo-sericea; alarum stigmate rufo, fusco— 
cincto, nervello pone medium vix fracto. 

Long’. corp. 6 '/,-7, terebr. individ. minoris 3 mm. 

Inter nostrate forte G/. hesitatori maxime affinis, sed abdo- 
mine fere toto rufo ab omnibus speciebus mihi notis, ab illa 
etiam coxis rufis diversa. 

Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 


250 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) 


27. Sagaritis balearica Krchb. nov. sp. ¢. 

Nigra, abdomine pedibusque rufis, basi nigris, plica ventrali 
basi nigra, tibiis posticis summa basi albida, infra eam et apice 
subinfuscatis, calcaribus albis, alis hyalinis, iridescentibus, 
stigmate fusco, squamula et radice albis, areola minuta, petio- 
lata, nervello subrecto, haud fracto. 

Long. 7 mm. 

Propter plicam ventralem basi nigram in sectione | Thomsonii 
collocanda, sed angulus posticus externus cellule discoidalis 
acutus et femora gracilia magis cum sectione 2 conveniunt. 

Caput transversum, pone oculos valde oblique angustatum. 
Thorax cum coxis griseo-pubescens, metanoti area superome- 
dia semiovali, postice aperta et cum posteromedia suborbicu- 
lari confluente, superolateralibus vix divisis. Abdomen sub- 
clavato-cylindricum, post-petiolo latitudine fere duplo longiore, 
depressiusculo, lateribus basi excepta parallelis, apice late rufo, 
segmentis 2 et 3 sensim et parum dilatatis, illo latitudine me- 
dia duplo longiore, rufo, basi late, apice angusto nigro-margi- 
nato, 3 latitudine dimidio longiore, rufo, 46 rufis, supra subin- 
fuscatis, 7 toto fusco. Valvule genitales breves, obtuse, nigre. 

Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 


28. Sagaritis periscelis Krchb. nov. sp. 20. 

Q. Nigra, abdomine basi excepta pedibusque rufis, coxis 
omnibus, posticorum trochanteribus basi, tibiis et tarsis nigris, 
illarum basi summa annuloque medio latiusculo et horum 
basi albis, alis hyalinis, iridescentibus, stigmate pallide fusco, 
squamula et radice albis, areola minuta, petiolata, angulo pos- 
tico externo cellule discoidalis acuto; nervello subrecto, haud 
fracto; terebra sursum directa, leviter curvata, apicem abdo- 
minis parum superante. 

Long. 6 mm. 

Nec in primam nec in secundam sectionem Thomsonii hance 
speciem referre licet, quum plica ventralis a colore totius ab- 
dominis haud discedat. 

Caput transversum, pone oculos oblique angustatum. Meta— 
notum distincte areatum, area superomedia majuscula, pen— 
tagona, basali 2 angustula 1 parva, superolateralibus costa 
obliqua divisis, anteriore cum basali-laterali confluente, poste- 
romedia magna, subhexagona. Abdomen e latgre visum bre- 


(13) Kriechbaumer. —HIMENOPTEROS. 25) 


viter et fortiter clavatum, apice truncatum, rufum, petiolo et 
basi postpetioli nigris, segmentis ultimis supra, certo situ apice 
infra quoque fusco-umbratis, postpetiolo planiusculo, lateribus 
paralJelis, segm. 2 apicem versus dilatato, latitudine apicali 
parum longiore, 3 et 4 subquadratis, 5 et 6 longitudine et lati- 
tudine decrescentibus, transversis, 7 vix prominente, longe 
rotundato. 

co”. Abdomine minus dilatato, metanoti area superomedia 
et posteromedia subelongatis, illa apice aperta et postpetiolo 
latiore a femina differt, quee differenti individuo presenti tan- 
tum propriz mihi videntur, quare ne minime quidem dubito, 
quin hic % cum descripta femina sita conjunctus sit. 

Has. Manacor. Mayo. 


29. Sagaritis trochanterata Krchb. nov. sp. °. 

Nigra, abdominis segmentus subtus et lateribus ex parte 
rufis, mandibularum macula, alarum squamula et radice tro- 
chanteribusque flavis, his supra nigro-maculatis, femoribus 
anteriorum tibiis tarsisque anticis rufis, femoribus mediis basi, 
posticis basi, et apice nigris, tibiis posticis albis, apice et infra 
basin nigris, tarsis posterioribus basi summa albis, alarum 
stigmate stramineo, nervello longe pone medium vix fracto, 
nervo superio tenuissimo, terebre valvulis clavatis. 

Long’. corp. 5, terebr. ?/, mm. 

Caput transversum, pone oculos oblique angustatum, facie 
albo-sericea, juxta clypeum maculis duabus e pilis densioribus 
compositis instructa. Antennee tenues, filiformes. Aree meta— 
noti iis speciei preecedentis similes, supero-laterali anteriore et 
basali laterali ut in illa unitis, sed angustioribus, simul sump- 
tis fere semiorbicularibus. 

Has. Pollenza. Junio. 


30. Sagaritis (?) dorsalis Krchb. xov. sp. 9. 

Nigra, ore flavo, abdomine elongato, subclavato-cylindrico, 
rufo, basi apiceque nec non dorso segmentorum intermedio— 
rum nigris, pedibus albo-rufo-nigroque variis, capite pone 
oculos oblique angustatum, alarum stigmate stramineo, squa- 
mula et radice albidis, areola minuta, petiolata, nervello pone 
medium vix fracto; terebra brevi, valvulis linearibus. 

Long. 6 mm. 


252 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) 


Caput longitudine duplo latius, facie albo-sericea, maculis 
duabus juxta clypeum e pilis densioribus compositis instructa. 
Antenne tenues, filiformes, vix dimidii corporis longitudine. 
Metanotum distincte areatum, area superomedia subhexagona, 
basali media parva, triangulari, acute marginata, basali-late— 
ralibus cum superolateralibus anterioribus confiuentibus, pos- 
teromedia magna, longa, subtriangulari, versus superome— 
diam acuminata, lateribus medio minutissime tuberculatis. 
Abdominis petiolus longus, tenuis, postpetiolus illo brevior, 
convexiusculus, dimidio anteriore sensim dilatato, posteriore 
lateribus parallelis; segmentis 1 et 2 nigris, hoc vix apice rufo- 
marginato, 3-6 rufis, dorso nigro-maculatis, maculis apicem 
versus angustatis, Sensim minoribus, segmenti sexti strigifor- 
mi, segm. 7 toto nigro. Color pedum idem ac in specie preece- 
dente. Alee hyaline, iridescentes, angulo postico externo cellu- 
lee discoidalis parum acuta. 

of (an hujus?). Coxe anteriores plus minus flave, femora 
postica vix apice extremo nigra; abdominis dorsum extensius 
nigrum; que quidem differentiz sexuales et minoris momenti 
esse mihi videntur. Valde autem discrepant arez metanoti: 
area basalis media postice truncata est, superomedia magna, 
subrhombea, costis posterioribus evanescentibus. Queeritur, 
utrum hee forma regularis et constans, an irregularis et ab- 
normis sit, quoad nonnisi pluribus individuis comparatis dis- 
cerni potest. 

Has. Pollenza. Mayo. 


31. Sagaritis (?) Moraguesi Krchb. nor. sp. 9. 

Niger, palpis albidis, macula mandibularum et articulo pri- 
mo antennarum subtus fulvis, abdomine rufo, dorso nigro, 
plica ventrali basi albida, pedibus albo-rufo-nigroque variis; 
capite pone oculos angustato, alarum stigmate pallide piceo, 
radice et squamula albidis, areola majuscula, trapezoidea, pe- 
tiolata, nervello haud fracto. 

Long. corp. 5, terebr. 1 '/, (ab origine 2) mm. 

K minimis hujus generis. Caput transversum, pone oculos 
oblique angustatum. Plica ventralis basi (se@m. 2) flava, in 
segmentis ceteris macula quadrata nigra utrinque notata. Pe- 
des rufi, trochanteribus albis, posticis cum basi femorum ni- 
gris, tibiis et tarsis posterioribus albis, illis apice et infra basin 


nm 
on 
w 


(15) Kriechbaumer. — HIMENOPTEROS. 


nigris, horum articulis apice nigris. Terebra sursum curvata. 
Secundum Thomsonii systema hee species forte ad Angitius 
referenda est. 

Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 


32. Canidia balearica Krchb. nov. sp. o. 

Nigra, nitida, femoribus tibiisque anticis fulvis, illis subtus 
postice nigrolineatis, tibiis posterioribus albis, apice, posticis 
basi quoque nigris, tarsis posterioribus angustissime albo- 
annulatis, ale areola brevipetiolata, radice pallida fulva, squa- 
mula nigra. 

Long. 5 mm. 

Ad 2 divisionem 3 B. Thomsonii (Op. ent., p. 1114) referen- 
da, cujus unica species (C. trochantella), tegulis (squamulis) 
albis differt. 

Caput transversum, pone oculos vix angustatum. Trochan— 
telli postici fulvi, tibiarum posticarum summa basis extus al— 
bo-maculata. 

Has. Palma. Junio. 


33. Casinaria parvula Krchb. ov. sp. 0. 

Nigra, pedibus anterioribus ex parte fulvis, tibiis posticis 
basi summa fulvescenti-albis, medio obscure rufescentibus, 
metanoto per totam fere longitudinem leviter excavato, costis 
duabus lateralibus, antice arcuatum junctis, postice obsoletis 
et canalicula media instructo: abdomine clavato, apice obtuse 
angustato, segmento tertio latitudine longiore; alis hyalinis, 
stigmate, squamula et radice fulvis, areola petiolata. 

Long. 43/, mm. 

Caput transversum, pone oculos oblique angustatum. An— 
tenn filiformes, corpore breviores. Terebra oblique ascendens, 
circa '/, ejus apicem abdominis superans. Pedes anteriores rufi, 
coxis, trochanteribus et femorum intermediorum basi postico 
nigris, trochantellis omnibus plus minus rufis. Cellule dis* 
coidalis angulus posticus externus acutus, areola majuscula, 
breviter petiolata. 

Has. Palma. Abril. 


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CATALOGO 


DE LOS 


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RECOGIDOS EN LOS ALREDEDORES DE MADRID Y EN S. ILDEFONSO, 


POR 


DON AURELIO VAZQUEZ FIGUEROA. 
(Sesién del 9 de Mayo de 1894.) 


Este catalogo dista mucho de contener todas las especies 
que se encuentran en las localidades citadas, pero puede ser— 
vir como uno de los muchos materiales que, reunidos, permi-— 
tiran formar en su dia un catdlogo general de los lepidépteros 
de esta region. 

Mi poca habilidad en la caza de insectos; las ocupaciones de 
mi profesién: el no haber podido explorar ambas localidades 
en todas épocas y otra porcién de circunstancias, dan lugar a 
poder asegurar que el catalogo completo es mucho mayor que 
la lista que doy a continuacion. 

A fin de simplificar el trabajo, comprendiendo en la misma 
nota los insectos de las dos localidades mencionadas, senalo con 
la inicial—M.—las especies cogidas en Madrid, la mayor parte 
de las cuales lo han sido en la Casa de Campo, y con las—S. I. 
—las que han sido cogidas en San Ildefonso y sus cercanias. 

Como dato curioso he puesto las iniciales ev 7. en aquellas 
especies que he podido conseguir criando las orugas (ex larva). 

No senalo las épocas en que se encuentran las diferentes 
especies por no hacer demasiado extensa esta relacién y por- 
que en algunas de ellas no las he anotado, sobre todo en espe- 
cies no conocidas por mi. 


256 ANALES DE: HISTORIA NATURAL. (2) 


Creo que merezca completa confianza la denominacion de 
‘todos los lepidopteros que figuran en este catalogo, pues todas 
las especies que no son muy comunes 6 que presentan alguna 
dificultad para su clasificacién han sido determinadas por el 
Dr. O. Staudinger. 

Poseo también unas 80 especies de microlepidépteros deter— 
minadas y otras tantas sin determinar; pero su estudio es muy 
dificil, y necesito el auxilio de alguno de los naturalistas que 
se dedican exclusivamente a este estudio. Cuando tenga de- 
terminadas todas las especies publicaré la lista de ellas. 


Valladolid, 5 de Mayo de 1894. 


Rhopalocera. 


Papilio Podalirius Z.—M.-S. I. 

— Machaon Z. ex |.—M. 
Thais Rumina Z. ex 1.—M.-S. I. 
Parnassius Apollo Z.—S. I. 
Aporia Crategi Z.—S. I. 
Pieris Brassice Z. ex 1.—M.-S. I. 

— Rape Z. ex l.—M.-S. I. 

— Napi Z.—-M.-S. I. 

— — Vv. Napaere #Hsp.—s. I. 

— Daplidice Z.—M.-S. I. 
Anthocaris Belia C7. ex 1.—M. 

— Ausonia //b. ex 1.—M. 

Se Le 


— Cardamines JZ. 


_ Kuphenoides S¢g7. ex 1.—M.-8. I. 
Zegris Kupheme vy. Meridionalis Zd. ex 1.—M. 
Leucophasia Sinapis v. Lathyri /74.—S. I. 
Colias Hyale Z.—M.-S. I. 

— Kdusa Habr.—M.-S. I. 
— — ab Helice 76.—M. 
Rhodocera Rhamni Z.—M.-8. I. 

= Cleopatra Z.—M.-S. I. 

Thecla W. album Anoch.—S. I. 
— filicis v. AMsculi 7b.—S. I. 
— — ab. Cerri 7b.—S. I. 


ow 


(3) 
Thecl 


Thest 


Vazquez Figueroa.—LEPIDOPTEROS. 


a Roboris Hsp. ex 1.—M.-S. I. 
Rubi Z.—S. I. 
Quercus Z.—M.-S. I. 
Spini Schif.—M.-S. I. 
— ab. Lynceus #0.—S. I. 
or Ballus Fabr.—M. 


Polyommatus Miegii Voge/.—S. I. 


— Gordius Swlz.—S. I. 
— Dorilis Hufn.—S. I. 
— Phileas Z.—M.-S. I. 
— — ov. Eleus /adr.—M.-S. I. 


Lycena Betica Z.—M.-S. I. 


Telicanus Zang.—M. 
Argus v. Hypochiona Ramé.—S. I. 
Astrarche Bgstr.—M.-S. I. 
— v. Allous 76.—M.-S. I. 

Icarus Rott.—M.-S. I. 

— vv. Icarinus Scriba.—M.-S. I. 

— vy. Cerulea Stg7r.—s. I. 
Corydon v. Albicans #7. S.—S. I. 
Argiolus Z.—M.-S. I. 
Semiargus Rott.—S. I. 
Cyllarus Rott.—M.-S. I. 
Melanops #.—M. 


Libythea Celtis Zaich.—M. 
Apatura Iris Z.—S. I. 

Limenitis Camilla Schif.—M.-S. I. 
Vanessa C. Album Z.—M.-S. I. 


Polychloros Z. ex 1.—M.-S. I. 
Urtice Z.—S. I. 

Io Z.—M.-S. I. 

Antiopa Z. ex 1.—S. I. 
Cardui Z. ex 1.—M.-S. I. 
Atalanta Z.—S. I. 


Melitzea Artemis v. Provincialis &.—S. I. 


— v. Desfontainesii 7. S.--S. I. 
Phebe Anoch.—M.-S. I. 


Argynnis Daphne Schif.—S. I. 


Lathonia Z.—M.-S. I. 


— Aglaia Z.—S. I. 


ANALES DE HIST. NAT.—XXIII. 


258 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 


Argynnis Niobe ab. Eris Meig.—S. I. 
-= Adippe v. Chlorodippe H. S.—S. I. 
— — ab. Cleodippe Stgr.—S. I. 
= Selene Schif’.—s. I. 
— Paphia v. Anargyra S¢g7.—S. I. 
— Pandora Schif.— M.-S. I. 
Melanargia Lachesis 46.—M.-S. I. 
o- ~~ ab. Cataleuca Stg7.—S. I. 
— Japygia v. Cleanthe B.—S. I. 
-- Syllius Hdst.—M. 
—_ Ines Hfsgg.—M. 
Erebia Evias Zef.—S. I. 
Satyrus Aleyone Schif’.—M.-S. I. 
— Circe Fabr.—M.-S. I. 
— Briseis Z.—M. 
— Semele Z.—M.-S. I. 
— Statilinus Hufn.—M-S. I. 
—  Prieuri ab. Uhagonis Oderth.—M. 
— Actea Hsp.—s. I. 
Pararge Mera Z.—S. I. 
— Megera Z.—M.-S. I. 
— Mgeria Z.—M.-S. I. 
Epinephele Lycaon Roft.—M. 
— Janira v. Hispulla #O.—M.-S. I. 
— Ida Hsp.—M. 
— Tithonus Z. ex 1.—M-S. I. 
— Pasiphe Hsp.—M. 
Coenonympha Iphioides S¢g7.—S. I. 
— Arcania Z.—S. I. 
— Dorus Esp.—M. 
— Pamphilus Z.—M.-S. I. 
-- — v. Lyllus #sp.—M.-S. I. 
Spilothyrus Alcexe Hsp.—M. 
_— Althe v. Beeticus Ramb.—M. 
Syrichtus Proto #sp. ex 1.—M. 
— Malve Z.—S. I. 
— Sao Hb.—S. I. 
— Carthami //b.—S. I. 
— Alveus v. Fritillum 46.—M. 
Hesperia Thaumas //u/n.—M.-S. I. ° 


) Vazquez Figueroa.—LEPIDOPTEROS. 


Hesperia Lineola 0.—S. I. 
— Comma Z.—M.-S. I. 
_- Acteon Rott.—M. 


Heterocera. 


Sphinges. 


Acherontia Atropos Z. ex 1.—M.-S. I. 

Sphinx Convolvuli Z. ex 1.—M.-S. I. 
—  Pinastri Z. ex 1.—S. I. 

Deilephila Euphorbie Z.—M. 

— Livornica Hsp.—M.-S. I. 

— Celerio Z.—M.-S. I. 
Smerinthus Populi Z.—S. I. 
Macroglossa Stellatarum Z. ex 1.—M.-S. I. 

— Bombyliformis 0.—S. I. 
Sesia Chrysidiformis #spy.—M. 

— Montpeliensis Stgr.—M. 
Heterogynis Paradoxa Ramd. ex 1.—S. I. 
Aglaope Infausta Z.—M.-S. I. 

Ino Statices Z.—S. I. 
— -—  v. Heydenreichii Zd.—S. I. 
— Globularie v. Notata 7.— M. 
— Geryon 4O.—M. 
Zygena Romeo v. Nevadensis Ramb.—S. I. 
—  Sarpedon #d.—M.-S. I. 
—  Trifolii #sp.—S. I. 
— — v.Syracusia 7.—S. I. 
—  Lonicere #sp.—S. I. 
—  Philipendule Z.—S. I. 
—  Hilaris-0.—M. 


Bombyces. 
Sarrothripa Undulana #d.—M. 


-- — ab. Degenerana 4).—M. 
— _ ab. Dilutana 7O6.—M. 


nm 


260 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 


Hylophila Quercana Schif.—sS. I. 
Nola Cucullatella Z.—S. I. 

— Strigula Schif7.—s. I. 

Nudaria Murina #0. ex 1.—M.-S. I. 
Lithosia Complana Z.—S. I. 

—  lLutarella Z.—S. I. 

— Marcida Mn.—S. I. 

— Caniola Hd.—S. I. 

Emydia Striata Z.—S. I. 
Deiopeia Pulchella Z.—M. 
Euchelia Jacobee Z. ex 1.—M.-S. I. 
Nemeophila Russula Z.—S. I. 
Callimorpha Dominula Z.—S. I. 

— Hera Z.—S. I. 
Arctia Caja Z. ex 1.—S. I. 

— Villica ab. Angelica AB. ex. 1.—M. 

— Hebe Z. ex |.—M.-S. I. 

—— Dejeanii God. ex 1.—S. I. 

— Latreillei God.—S. I. 
Ocnogyna Beetica Ramb. ex 1.—M. 
Spilosoma Fuliginosa Z.—S. I. 

— Mendica C/.—S. I. 
Hepialus Sylvinus Z.—S. I. 
Cossus Ligniperda Fabr.—M.-S. I. 
Zeuzera Aisculi Z.—M. 
Stygia Australis Zat7.—M. 
Psyche Leschenaulti S¢g7. ex 1.—S. I. 
Orgya Aurolimbata v. Guadarramensis Stg7. e. 1.—S. I. 

— Antiqua Z. ex 1l.—S. I. 
Leucoma Salicis Z. ex 1.—M.-S. I. 
Porthesia Chrysorrhea Z. ex 1.—M.-S. I. 
Psilura Monacha Z. ex 1.—S. I. 

— — ab. Eremita 0.—S. I. 
Ocneria Dispar Z. ex 1.—M.-S. I. 
Bombyx Neustria Z. e. 1.—M.-S. I. 

— Vandalicia J/7//. ex 1.—S. I. 

—  Trifolii Hsp. ex 1.—S. I. 

— (Quercus Z. ex 1.—M.-S. I. 
Lasiocampa Pruni Z.—S. I. 

— Pini Z.—S. I. 


{7) Vazquez Figueroa.— LEPIDOPTEROS. 


Saturnia Pyri Schif. ex 1.—M.-S. I. 

—  Isabellae Graélls. ex 1.—S. I. 
Harpyia Vinula Z. ex 1.—M.-S. I. 
Notodonta Ziczac Z. ex 1.—M. 

Lophopteryx Camelina Z.—S. I. 
Pterostoma Palpina Z.—S. I. 
Cnethocampa Processionea Z. ex ].—S. I. 
_- Pityocampa Schiff’. ex 1.—M.-S. I. 
oa Herculeana Ramb. ex 1.—S. I. 
Phalera Bucephaloides O. ex 1.—S. I. 
Pygera Pigra Hufn.—s. I. 


Noctuce. 


Acronycta Aceris Z. ex 1.—M.-S. I. 
— Rumicis Z.—S. I. 
— Pontica ex ].—M. 
— Tridens Schif.—M. 
Bryophila Pineti Stgr.—s. I. 
—  Orybiensis 1/ad.—S. I. 
— Fraudatricula ab. Simulatricula Ga.—M. 
_ Algee Fabr. ex 1.—M. 
— — ab. Mendacula H0.—M. 
_ Ravula H0.—M. 
— Muralis Yorst.—M.-S. I. 
_ — v. Par H).—M.-S. I. 
= Perla Fabr.—M.-S. I. 
_ — v. Rojiza.—s. I. 
Agrotis Pronuba Z. ex 1.—M.-S. I. 
— Orbona Hufn.—sS. I. 
— Baja Fabr.—S. I. 
— Xanthographa Fadr.—S. I. 
_ _ v. Cohaesa H. S.—S. I. 
— Puta H).—M. 
— Glareosa FHsp.—S. I. 
— Fimbria Z.—S. I. 
— Plecta Z.—S. I. 
— Simulans Hufn,—M.-S. I. 
— Exclamationis Z.—S. I. 


262 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 


Agrotis Tritici Z.—S. I. 

— — v. Aquilina HO.—M.-S. I. 

—  Conspicua #d.—M. 

— Flavina HS.—M. 

— Segetum Schif.—M. 

— Crassa Hb6.—M.-S. I. 

— Obesa B.—S. I. 

— Trux HO. v. ?—S. I. 

Neuronia Popularis Fadr.—s. I. 

Mamestra Brassice Z. ex 1.—M.-S. I. 
ae Oleracea Z. ex 1.—M. 
— Chrysozona BRA. ex 1.—M.-S. I. 
— Serena Fadr.—S. I. 

Episema Hispana Ramb.—S. I. 

—  Glaucina ab. Gruneri 2.—M. 

— — ab. Hispana B.—M. 
Aporophyla Nigra Hw. ex 1.—M.-S. I. 
Epunda Lychenea #0.—S. I. 

Polia Dubia Dup.—s. I. 

— Chi Z.—S. I. 

— Flavicincta Fabr.—S. I. 

— Xanthomista v. Nigrocincta 77.—S. I. 
Apamea Testacea H6.—S. I. 
Hadena Furuncula 77.—S. I. 

— Ochroleuca “sp.—s. I. 

— Didyma #sp.—S. I. 

— Strigilis C7.—S. I. 

—  Basilinea Fabr.—M. . 

— Monoglypha Hufn.—S. I. 
Cloantha Polyodon C/.—S. I. 
Brotolomia Meticulosa Z. ex 1.—M. 
Mania Maura Z.—M.-S. I. 

Leucania Conigera Fadr.—S. I. 

— Vitellina 7b.—M. 

— Lithargyria Hsp.—S. I. 
Caradrina Exigua Hd.—S. I. 

— Morpheus Hufn.—sS. I. 

— Ambigua Fabr.—M.-S. I. 

_ Quadripunctata Fadr.—S. I. 
Amphipyra Pyramidea Z.—S. I. 


(8) 


(9) Vazquez Figueroa.—LEPIDOPTEROS. 


Amphipyra Tragopogonis Z.—S. I. 
Calymnia Affinis Z. ex 1.—M. 
— Diffinis Z. ex 1.—M. 
— — v. Palida ex 1.—M. 
Panolis Piniperda Panz.—s. I. 
Cirreedia Xerampelina ab. Unicolor Stg7.—S. I. 
Xanthia Fulvago ab. Flavescens #sp.—s. I. 
Xylina Socia Rott.—S. I. 
Cucullia Verbasci Z. ex 1.—M. 
—  lLychnitis Ramd. ex 1.—S. I. 
—  Blattarize Hsp. ex 1.—M. 
Plusia Gamma JZ. ex 1.—M.-S. I. 
Heliothis Dipsaceus Z.—S. I. 
—  Peltiger Schif’. ex 1.—M.-S. I. 
=_ Armiger Hb.—M.-S. I. 
Acontia Solaris #sp.—M. 
—  Luctuosa #sp.—M. 
Thalpochares Respersa Hb.—M.-S. I. 
— Candidana Fabr.—M.-S. I. 
— Purpurea.—-+s. I. 
Agrophila Trabealis Sc.—M. 
Euclidia Glyphica Z.—S. I. 
Catocala Elocata Hsp. ex 1.—M.-£. I. 
— Nupta Z.—S. I. 
—  Sponsa Z.—S. I. 
— Nymphea #sp.—M.-S. I. 
— Conversa #sp.—M.-S. I. 
— Nymphagoga “sp. ex 1.—M. 
—  Promissa #sp.—S. I. 
Spintherops Spectrum “sp. ex 1.—M.-S. I. 
_— Dilucida 4.—M.-S. I. 
Hypena Obesalis #7.—S. I. 
— Obsitalis Hd.—S. I. 
Brephos Nothum //d.—M. 


Geometre. 


Pseudoterpna Pruinata Hufn.—s. I. 
— Coronillaria Hb.—S. I. 


264 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 


Phorodesma Pustulata Hu/fn.—s. I. 
Acidalia Vittaria 7#.—M. 

—  Luteolaria Const.—s. I. 

— Ochrata Sc.—M. 

—  Litigiosaria B.—M. 

—  Sericeata 70.—S. I. 

— - Contiguaria Hb.—S. I. 

—  Spoliata Stg7.—s. I. 

— Hunmiliata Hufn.—M. 

—  Circuitaria Hd.—S. I. 

—  Herbariata Fabr.—S. I. 

—  Turbidaria HS.—M. 

—  Assellaria HS.—S. I. 

—  Dilutaria #d.—S. I. 

—  Deversaria HS.—S. I. 

— Mancipiata Stgr.—M. 

— Marginepunctata Gdze.—M.-S. I. 

— Moniliata Yadr.—S. I. 

—  Inornata Hw.—S. I. 

—  Aversata Z.—S. I. 

— Obsoletaria Ramb.—M. 

— Elongaria Ramb.—S. I. 

—  Rusticata Fabr.—S. I. 

— Ornata Sc.—S. I. 

—  Decorata BkA.—S. I. 

—  Rubricata /abr.—sS. I. 

— Miserata Stg7.—S. I. 

— Emarginata Z.—S. lI. 
Zonosoma Punctataria Z.—S. I. 

--- Pupillaria Hd. v. Palida.—S. I. 
Pellonia Vibicaria C7.—S. I. 
Abraxas Pantaria Z.—M. 

Stegania Trimaculata Vil/.—S. I. 

Cabera Exanthemata Sc.—S. I. 

Ellopia Prosapiaria Z.—S. I. 

Eugonia Fuscantaria Hw. ex 1.—M. 
— Quercaria Hd. ex 1.—M.-S. I. 
— Alniaria Z.—S. I. 

Crocallis Tusciaria BAA. ex 1.—M. 

Urapteryx Sambucaria Z.—S. I. 


(10) 


a) Vazquez Figueroa.—LEPIDOPTEROS. 


Venilia Macularia Z.—S. I. 
Macaria Notata Z.—S. I. 

—  Liturata Cl.—S. I. 
Hybernia Progemmaria 4/.—M. 

— Defoliaria C7.—M. 
Biston Stratarius Hu/fn. ex 1.—M. 
Hemerophila Abruptaria Z7/nd.—M. 
Boarmia llicaria H. G.—S. I. 

—  Repandata Z.—S. I. 
Tephronia Sepiaria Hu/n.—S. I. 
Gnophos Stevenaria B.—S. I. 

— Mucidaria Hé.—S. I. 

— Furvata Fabr.—S. I. 

_— Serraria Gu.—S. I. 
Anthometra Plumularia 2.—S. I. 
Athroolopha Pennigeraria H6.—S. I. 
Fidonia Famula #sp.—M. 
Bupalus Piniarius Z.—S. I. 
Tephronia Cremiaria /77.—S. I. 
Selidosema Ericetaria V7i//.—S. I. 
Enconista Miniosaria Dup.—M. 
Aspilates Gilvaria Fadr.—s. I. 

—  Ochrearia Rossi.—M. 
Ligia Jourdanaria Vi//.—M. 
Heliothea Discoidaria B.—S. I. 
Sterrha Sacraria Z.—S. I. 
Lythria Sanguinaria Dup.—S. I. 
Ortholitha Limitata Sc.—S. I. 
Odezia Atrata Z.—S. I. 
Lithostege Griseata Schif’.—M. 
Anaitis Plagiata Z.—M. 

Chesias Spartiata /ues/.—M. 
Triphosa Dubitata Z.—S. I. 
Scotosia Vetulata Schif.—s. I. 

— Rhamnata Schif.—s. I. 
Cidaria Montanata BAh.—S. I. 

—  Dilutata BkA.—M.?-S. I. 

— Fluctuata Z.—S. I. 

—  Bilineata Z.—M.-S. I. 

-~ _— v. Testaceolata Sig7.—M.-S. I. 


266 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 


Cidaria Elutata Hd.—S. I. 
— Sociata BkA.—S. I. 
—  Ocellata Z.—S. I. 
—  Uniformata Bel/.—S. I. 
—  Ribata H0.—S. I. 
—  Sordidata Fabr.—S. I. 
EKupithecia Assimilata Gu.—M. 
— Pumilata H6.—S. I. 
a — ab. Oxydata 77. 
— Oxycedrata Ramb.—M. 
_- Subnotata H0d.—S. I. 


(12) 


CATALOGO 


DE LAS 


PERIANTIADAS CUBANAS, 


ESPONTANEAS Y CULTIVADAS, 


POR 


D. MANUEL GOMEZ DE LA’‘MAZA. 


(Sesion del 6 de Diciembre de 1893.) 


ORDEN II.—GAMOPETALAS (1). 


SusorpEN I.— Gamopétalas superovariadas. 


Solaéneas. — Convolvuldceas. — A pocineas. — Asclepiadeas.— Escrofularineas. — 
Gesneraceas.— Acantaceas.— Verbenaceas. 


Solaneas. 


Solanum torvum Sw.—Prendedera. 
— esculentum Dun.—JBerengend. 
— igneum Lin. 
y, inerme Dun. 
5, Persiceefolium [Solanum Dun. | 
_— nigrum Lin.—Hierba mora. 
— triste Jacq.— Zabaco cimarron. 
— Boldoense A. Cand. [S. cardiophyllum Dun.; no 
Lindl.] (381, 3023).—/azmin de Italia. 
— Jasminoides Paxt. (Cult.!)—Jazmin de Italia. 
— inclusum Gris. [S. tetramerum Durv.; A. Cand.] 
— tuberosum Lin. (Cult.!)— Papa. 


(1) Véanse los tomos xrx, p. 213 y xx111, p. 41, de estos mismos ANALES, 


268 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (100) 


Solanum indecorum Rich. 

— Callicarpefolium Kunth y Bouché.—Prendedera ma- 
cho (tipo y var.). 

g, asperum [Solanum Valh]. 
y, radula [Solanum Valh ]. 

—  Kdwardi Kunth y Bouché.—Omitido por Sauval. 

— Verbascifolium Lin. (3031). — Prendedera macho, 
P. hedionda, Tabaco cimarron. 

— fragile Wr. (3024). 

—  Havanense Jacq. (3025).— Zomatillo de la Habana, 
Aji de China?—¥l 8S. Havanense, Vellozo, es muy 
dudoso. 

— lentum Cav. (3026). 

os virgatum Lam. (385). 

— Aquartia Dun. (1642). 

_ Crotonoides Lam.* (382). 

— lanceefolium Jacq. (exdt.) 

y?, scabrum [Solanum Vahl] (8028).—A7icon. 
5?, Sagreenum [Solanum Rich]. 

_ Cubense Dun.—No descrito en el Prodromus, omitido 
por Sauval. 

—  Jamaicense Sw. (380). 

— aculeatissimum Jacq. (3029). 

— latifolium Poir. (3030). 

= Chameacanthum Gris. (3634). 

— mammosum Lin. (Cuba?)— Giirito. 

Lycopersicum esculentum Mill. [Solanum Lycopersicum Lin.] 
(Cult.!)— Zomate. 
Capsicum pendulum Willd.—A/ji (tipo y var.) 
8, minus Dun. [C. Havanese Kunth]. 
— baccatum Lin.—Aji guaguao. 
— annuum Lin. (cult.)\—Aji comin, Pimiento. 
Physalis pubescens Lin. (3635?)— Pantomima, Vejiga de perro. 

— angulata Lin. (3637).— Zomatillo. 

6, Capsicifolia Gris. [Physalis Dun.] (Cult.! silv.?)— 
Farolillo. 

y, Linkiana Gris., A Gray [Physalis Nees].—Pantomi- 
ma, Vejiga de perro. 

—  Hermanni Dun. (3636).—Pantomima, Vejiga de perro. 

Lycium Acnistoides Gris.—Pa/lo gallina, Belladona de la tierra. 


(101) Gomez de la Maza.—PrERIANTIADAS CUBANAS. 269 


Datura Stramonium Lin.—Chamico. 
6, Tatula Dun.—Chamico, C. azulado. 
— Metel Lin.—Chamico. 
—  fastuosa Lin.—Chamico de la tierra?, Tunica de Cristo, 
Nangué. 
—  ceratocaula Ortega.—Chamico silvestre. 
— suaveolens Kunth.—Campanilla blanca, Flor de campa- 
na, Floripundio blanco, Arbol de la bibijagua. 
Solandra grandiflora Sw.—Chamico bejuco. 
_ longiflora Tuss.—Chamico bejuco. 
Cestrum nocturnum Lin.—Galdn de noche. 
—  Laurifolium L’Hérit. (1352, 1352*).— Galan de dia, de 
sabana. 
—  hirtum Sw. (886). 
_ album Ferrero. 
—  fastigiatum Jacq. 
— Moquinianum Dun. 
—  odontospermum Jacq.—Omitido por Sauval. 
—  diurnum Lin. (387, en parte, 3032).—Galan de dia 
(tipo y var.) 
y, tinctorium [Cestrum Gris.; no Jacq.?; C. diurnum 
A. Gray?; no Lin.] (376). 
— macrophyllum Vent. (3887, en parte). 
—  Daphnoides Gris. (1351). 
Petunia parviflora Juss. (3638). 
— Nyctaginiflora Juss. (Cult.!)—Petunia. 
—  violacea Lindl. (Cult.!)—Petunia. 
Nicotiana repanda Willd.—Zabaco cimarron. 
— Tabacum Lin. [N. Havanensis Lagasca] (Cult. !)— 
Tabaco. 
— Plumbaginifolia Viv. 
a Doniana Dun. 
Brunfelsia nitida Benth. [B. sinuata Rich.; B. parvifolia Rich.] 
(3021).—Galan de noche, arbusto, Nabaco. 
_— Cestroides Rich. {B. purpurea Gris.; B. Vinciflora 
Gris. | (393, 394, 1349).—Galan de noche morado, 
Lila de las Antillas. 
— Americana Sw.—Omitida por Sauval. 
Schwenkia Americana Lin. [S. adscendens Gris.; no Kunth]. 
— Tabaco cimarron. 


270 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (102) 


Convolvulaceas. 


Argyreia speciosa Sweet (Cult.!) 
Ipomea (Calonyction) bona-nox Lin. [Calonyction megalocar- 
pum Rich.; ©. speciosum Rich. |—/lor de Y, blanca, 
Bejuco de campanillas. 
—  (Operculina) pterodes Choisy.—A/lmorrana, Tomate de 
mar, de flor amarilla. 
— = tuberosa Lin.—Bejuco de indio? 
—  (Schizips) dissecta Pursh.—A guinaldo de almendra. 
a _— pentaphylia Jacq. [Batatas Choisy].— A gui- 
naldo velludo. 
o -—— quinquefolia Gris. [Batatas Choisy]. 
—  (Batatas) Batatas Lam.* (ofrece algunas var.) (Cult.) 
—Boniato. 
— — fastigiata Sweet.—d guinaldo. 
— —  Sidefolia Choisy.—Campanilla blanca, Agui- 
naldo blanco. 
— —  adlterniflora Gris. [I. obtusata Gris.; I. digi- 
tata Lin.; var., Gris.; I. punctata Wr.; 
I. Pes-Capre Gris., Cat. 203? no Sw.?]— 
Aguinaldo de pinares. 
_— —  Jalapoides Gris. 
_ —  calantha Gris. 
—  (Pentadactylis) Cavanillesii Rim. y Schult. 
— —_ triloba Lin.— Marrullero, Aguinaldo 
rosado (tipo y var.) 
6, Kustachiana Jacq. 
—  tenuissima Choisy. 
— (Xanthifos) umbellata Mey.—Aguinaldo amarillo. 
—  (Pes-Capre) Pes-Capre Sw.—Boniato de playa. 
_— — Acetosefolia Rém. y Schult.— Boniato de 
playa. 
 — —_ Martinicensis Mey. [Aniseia Choisy}. 
— — Nympheeifolia Gris.—Boniato de playa. 
a — Imperati Gris. [Convolvulus Vahl.; Bata- 
tas litoralis Choisy; no I. litoralis 
Blum.; I. arenaria Rém. y Schult.; no 
Steud.|—Boniato de playa. 


(103) 


Gomez de la Maza.—PprrRIANTIADAS CUBANAS. 271 


Ipomea (Pes-Capree) sagittata Desf. 


— heptaphylla Gris.—Bejuco de indio criollo, 
morado. 
— dactylophylla Gris. 
— calophylla Wr.—TZerciopelo de monte. 
— Hypargyrea Gris. 
_ precox Sauval. 
(Exogonium) repanda Jacq. 
8, pratensis Wr. 
y, undulata Wr. 
_ arenaria Stend.—Omitida por Sauval. 
microdactyla Gris. 
oe Fuchsioides Gris. 
—_ racemosa Poir. 
— argentifolia Rich.—TZerciopelo solferino. 
(Quamoclit) Quamoclit Lin. [Q. vulgaris Choisy |.— 
Cambustera de hojas menudas. 
(Mina) coccinea Lin. — Cambustera de hojas anchas, 
pune. 
—  Hedervfolia Lin. [I. coccinea Lin.; 8, Hederx- 
folia A. Gray]. 
(Pharbitis) punctata Sauval (no Wr.) 
— Cissoides Gris. 
— Nil Roth.—Manto de la Virgen, Vgusmala 
azul claro. 
— purpurea Lam.*[Pharbitis hispida Choisy]. 
—Aguinaldo purpureo. 
_ acuminata Rém. y Schult. [Pharbitis mu- 
. tabilis Choisy; Ph. calycosa Rich. ?] 
— cathartica Poir.—d guinaldo. 
— Jamaicensis Don.—Omitida por Sauval, 
asi como la var. 
6, glabrata Gris. 
— heterophylla Ortega. 
(Apharbitis) Rudolphi Rém. y Schult. 
(seccién?) commutata Rém. y Schult. 
—  ?Ramoni Choisy. 
—  ?pinnatifida Don. 
—  ?Serpyllifolia Don. 
2 —  ? Falkioides Gris. 


272 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (104) 


Ipomeea ? (seccidn?) ? [Pharbitis Ostrina Lindl., Bot. Reg:, lami- 
na 51.] (Cuba, seguin Benth. y Hook., Gen. pl., 11, 872.) 
Jacquemontia Tamnifolia Gris. [Ipomeea Lin.]|—A guinaldo azul. 
Convolvulus pentanthus Jacq. 
ne micranthus Rém. y Schult. 
— Jamaicensis Jacq. 
— Valenzuelanus Rich. 
— Havanensis Jacq. [Ipomea Choisy; C. ruderarius 
Kunth. ] 
8, corolla-majori Gris. 
o nodiflorus Desr. 
— tricolor Lin. (Cult.)\—Don Diego de dia. 
Evolvulus Alsinoides Lin. 
— arbuscula Poir. 
— sericeus Sw. 
6, argenteus Gris. [Evolvulus Pursh. ] 
— incanus Pers. 
— Serpylloides Sauval, nombre [Convolvulus (Ortho- 
caulos) Serpylloides Gris. ] 
—  nummularius Lfn.—Aguinaldito rastrero. 
— Congifolius Choisy (Habana, segtn Choisy, en 
Cand., Prod7., 1x, 449).—Omitido por Sauval. 
Dichondra repens Forst.—A guinaldito rastrero. 
Cuscuta (Grammica) Americana Lin.—Bejuco fideo. 
a — umbellata Kunth. 
_— = indecora Choisy [C. decora Engelm.] 
— — obtusiflora Kunth. 


Apocineas. 


Allamanda cathartica Lin.—/Jazmin de la tierra, Barbero, Flor 
de barbero. 
Carissa grandiflora Cand. (cult.) 
Thevetia Neriifolia Juss.—Cabalonga, Cobalonga. 
Rauwolfia nitida Lin.—/uevo de toro. 
— canescens Lin.—Pa/lo boniato. 
_ Lamarckii, A. Cand. [R. nitida Lam.*; R. lati- 
folia A. Cand.; R. lanceolata Gris.; Veg. Kav., 
A. Cand. ?] 
= Ternifolia, Kunth.—/yrutillo. 


(105) Gomez de la Maza.—rrRIANTIADAS CUBANAS. 278 


Rauwolfia Alphonsiana J. Mill. [R. parvifolia Spreng.; 8, Cu- 
bana A. Cand.; R. parvifolia Rich.] 
— Salicifolia Gris.—Zirio de paredon. 
— Cubana A. Cand.—dZirio de costa. 
Vallesia glabra Link.—Pa/lo boniato. 
Tabernemontana Citrifolia Lin.—Pegojo, Jazmin de la montanat 
— Laurifolia Lin. (Cuba?) 
— Berterii A Cand. (exot.) 
6, parviflora A. Cand.—Zechoso, Palo lechoso. 
— (dliscolor Sw. 
— apoda Sauval. 
Cameraria latifolia Lin. [Neriandra Havanensis, J. Miill.]|— 
Maboa. 
— retusa Gris.—IMaboa de sabana. 
Strempeliopsis Cubensis [Rauwolfia? Strempelioides Gris.]— 
Palo boniato. 
Vinca (Lochnera) rosea Lin. [Lochnera Reich.|—Vicaria. 
Stemmadenia Galeottiana [Odontostigma Galeottianum Rich. | 
Plumieria alba Lin.—Zivio, LZ. blanco, Aleli blanco, Atabaiba 
(tipo y var.) 
8, glabra Gris. 


aid obtusa Lin. (exdt. ?) fe 
y?, levis Gris.—Zirio amarillo, L. de playa, L. mo- 12% 
rado. fe 
— emarginata Gris.—Z777o0 (tipo y var.) bes % 
8, Sericifolia [Plumieria Wr.] \z- 
- Clusioides Gris.—Zirio (tipo y var.) ‘e, 
8, parviflora [P. obtusa Lin.; 5, parviflora, Gris. ] NY 


_ Filifolia Gris.—Zzrio. 
— rubra Lin.? (Cuba? silv.?)—Zirio tricolor?, L. chu- 
cho?, L. dulce? 
— especie (cult. !)—Zirio de Méjico. 
Malouetia Cubana A. Cand. 
Anechites asperuginis Gris. [Echites Sw., E. Lappulacea Lam.*; 
6, asperuginis A. Cand.| 
Haplophyton cimidum (!) A. Cand. [Echites cinerea Rich. } 
Nerium Oleander Lin. (cult.!)—Adel/a, Rosa francesa. 


— 


(1) En Benth. y Hook., Gen. pl., 11, 723, se lee cimifugum; y en A. Gray, The Gamop., 
i, §2, cimicidum. 


ANALES DE HIST. NAT. — XXIII. 18 


274 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (106) 


Forsteronia corymbosa Mey.—Curamagiiey prieto, Bejuco prieto. 
— Alexandri Gris.—Curamagiiey prieto, Bejuco prieto. 
a (Syringostachyun) Corylifolia Gris. [Thyrsanthus? 
Corylifolius Gris.; Echites spicata Jacq.?; Fors— 
teronia spicata Mey.?] 
Echites (Laubertia) biflora Jacq.—Clavelitos de sabana, C. de 
manglar. 
—_ - =— paludosa Vahl. [E. concolor Hamilt.|—C/a- 
velitos de manglar. 
—  (EKuechites) torosa Jacq.—Bejuco de mangle. 
a rosea A. Cand. [E. Myrtifolia Rém. y 
Schult., no Poir.; Mesechites Myrtifolia 
J. Miill.|—Rosa de sabana. 
— _ repens Jacq. 
_ umbellata Jacq. 
8, longiflora Gris. 
y, crassipes [Echites Rich.] 
oa — litorea Kunth. 
—  (Laseguea) calycosa Rich. 
—  (Mandevilla) Valenzuelana Rich. [Rhabdadenia Wrigh- 
tiana J. Miill.] 
— Sagrei Cand. [Rhabdadenia J. Miill.; 
E. ferruginea Rich. |] 
—  (Rhabdadenia) Cubensis Gris. [Rhabdadenia J. Miill.] 
— - Lindeniana Gr. [Rhabdadenia J. Miill.] 
— (Urechites) Andrewsii Chapm. [E. Neriandra Gris.: 
Neriandra suberecta A. Cand.; E. Ca- 
tesbeei Don. ?| 
a — Jamaicensis Gris. [E. Domingensis Sw., 
no Jacq. | 
— _ suberecta Jacq. [Urechites J. Miill.|—C/a- 
velitos de sabana, de flor amarilla. 


Asclepiadeas. 


arsdenia clausa R. Br. [M. affinis Rich.] (1374) (4).—Curama- 
giiey, C. blanco. (tip. y var.) (?). 


\ 


_ 


(1) Es erréneo 1378, en Sauval. 
(2) Hay que distribuir entre las variedades las exsiccatas de Wr., 1375 y 2970. 


107) 


Gomez de la Maza.—PERIANTIADAS CUBANAS. 275 


Marsdenia 6, campanulata [Marsdenia Gris. ] 


y, bifida [Marsdenia campanulata Gris.; 8, bifida 
Gris. | 

agelomerata Dec.s"? 

elliptica Dec.s"¢ 

‘umbellata Gris. (1) (2972). 

fusca Wr. (2976). 

Saturejifolia Rich.—Omitida por Sauval. 


Metastelma parvifiorum R. Br. 


hamatum Gris. (2959). 

penicillatum Gris. (2960). 

8, brachystephanum | Metastelma Gris.; Astepha- 
nus Cubensis Kunth; £, pauciflora Gris.] (1665, 
2961, en parte) (?). . 

linearifolia Rich. [Amphistelma Gris.] (°) (2957). 

fusculum Sauval. 

Cubense Dec. (3528). 

Bahamense Gris., Cat. 174 [M. Cubense Gris., F7o- 
va, 417, no Dec.s2*; M. Schlechtendalii Chapm.., 
no Dec.2"*} 


Poicilla Tamnifolia Gris. 


ovatifolia Gris. (4. 


Vincetoxicum palustre A. Gray [Ceropegia palustris Pursh.; 


Lyonia maritima Ell.; Cynanchun angustifo- 
lium Nutt.; Seutera maritima Dec.s"°; Cynan- 
chum maritimum Maximo; Amphistelma sa- 
linarum Wr., en Gris., Cat. 175; Metastelma 
salinarum, atribuido 4 Wr. por Sauval, autor 
de este nombre} (2958). 


scoparium A. Gray [Cynanchum scoparium 


Nutt.; Cynoctonum? scoparium, Chapm.; Am- 
phistelma filiforme Gris.; A. Ephedrioides 
Gris.; A. Graminifolium Gris.; Metastelma 
filiforme Wr., segin A. Gray, pero creemos 
que este nombre es de Sauval] (405, 2962, 
2969). . 


(1) Sindénima de la M. elliptica Dec.sne? 

(2) La otra parte es algin Astephanus, segan Benth. y Hook. 
(3) gSerdé Vincetoricum ? 

(4) Véase Astephanus ovalifolius Rich. 


276 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (108), 


Vincetoxicum acuminatum [Orthosia acuminata Gris.] (2966). 
— oblongatum [Orthosia oblongata Gris.] (2967). 
Gonolobus Tigrinus Gris. (1667). 
6, angustifolius Gris. 
_ stephanotrichus Gris. (407, 2969). 
- Ottonis Koch y Bouché. 
Oxypetalum riparium Kunth (406). 
Metalepis Cubensis Gris. (2977?) [Gonolobus Rich., excluyendo 
sinonimia Jacq. ?] 
Lachnostoma maritima |Ibatia Dec.s¢| 
— mollis [Ibatia Gris] (2978). 
Philibertia viminalis A. Gray [Asclepias Sw.; Sarcostemma 
Brownei Mey.; 8S. clausum Rich.] (1666). 
— ? scandens [Fischeria Cand.; Cynanchum crispiflo- 
rum Sw.; Salisb. Gonolobus crispiflorus Rém. y 
Schult.; Holostemma Candolleanum Spreng. ]} 
(1378).—Curamagtiey de costa, Huevo de toro, be- 
juco, Guauro. 
Fischeria Havanensis Dec.s""°—Curamagiiey de costa. 
Astephanus Grisebachi [Tylodontia Cubensis Gris.] (2564). 

— ovalifolius Rich. (403, 2968).—Gris., Pl. Wright., 
520, cita la exsiccata de Wr., 1379.— Esta espe- 
cie sera sindnima de la Poicilla ovatifolia Gris. ? 
(2965). 

— urceolatus Gris. 

o Cubensis Kunth (404). 

Stephanotis longiflora [Marsdenia Rich.] (2974).—Curamagiiey. 

— Vinceflora |Marsdenia Gris.] (2975). 

— floribunda A. Brongn. (Cult.!)—Zstefanotis. 

Hoya carnosa R. Br. (Cult.!)—F lor de cera. 
— especie (Cult.!) 
Calotropis herbacea Wallisch ? (Cult.!) 
Stapelia variegata Lin. (Cult.!)—Astrella, Africana. 
Asclepias Curassavica Lin. (401).—//or de calentura, F. de la 
calentura, encarnada. 
—- nivea Lin. fA. perennis Sauval, no Walt.?] (402).— 
Flor de calentura, blanca. 
— Cornuti Dec.se (Cult.)\—Hierba acolchada, Asclepias 
de Siria. 


(109) Gomez de la Maza.—PrERIANTIADAS CUBANAS. a7 


Escrofularineas, 


Micranthemum (Eumicranthemum) (') orbiculatum Mich.* 
— — (7) rotundatum Wr. 
- (Hemianthus) (*) Nuttallii A. Gray |[Hem. Mi- 
cranthemoides Nutt. | 
_ — punctatum Sauval, nombre 
{[Hem. punctatus Wr.] 
- + multiflorum Sauval, nombre 
(Hem. multifiorus Wr.; 
Hem. erosus Wr.| 
-- — trisetosum Sauval, nombre 
[Hem. trisetosus Wr.] 
— a Elatinoides Sauval, nombre 
{Hemianthus Gris.] 
— a Callitrichoides Sauval, nom- 
bre [Hemianthus Gris.] 
(1640, en parte) (4). 
— — adenander Sauval, nombre 
[Hemiantus Wr. ] 
_ — (*) reflexum Sauval, nombre 
[Hemianthus reflexus Wr.] 
— (Amphiolanthus) Bryoides [Amphiolanthus 
Gris. ] 
— — Arenarioides [Amphiolan- 
thus Gris. ] 
— (seccién?) ciliolatum Sauval. 
— — ? tetrandrum Sauval (°). 
Hydranthelium humifusum Sauval, nombre [Herpestis (Bra- 
mia) humifusa Gris.; Herpestris obovata Pépp.?] (%). 
Encopa tenuifolia Gris. 


(1) Subseccion Lumicranthemum propios. 

(2) Subseccion Micropeplidium. 

(3) Subseccién Buhemianthus. 

(4) La otra parte es la Oldenlandia Callitrichoides Gris.: Rubiacea. 
(5) Subseccion Hemiolanthus. 

{6) Estambres 4-3.— Micranthemum ? 

{7) Herpestis ? 


278 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (110): 


Bonnaya alterniflora Sauval ('). 
Ilysanthes Gratioloides Benth. 
Capraria biflora Lin.—/Zscabiosa, Majuito. 
Scoparia dulcis Lin.— Lscobilla. 
Buchnera elongata Sw.— Fscabiosa. 
— Americana Lin. 
Gerardia purpurea Lin. 
— hispidula Mart. 
— Domingensis Spreng.—Fernandina blanca. 
Synapsis Ilicifolia Gris. 
Russelia sarmentosa Jacq.—Omitida por Sauval. 
—  Juncea Zuccar (Cult.!).—Lagrimas de amor, L. de Ju- 
piter. 
Scrophularia micrantha Desy.; no d’Urville. 
Stemodia maritima Lin. 
=. Durantifolia Sw. 
— parviflora Ait. 
— Ageratifolia Sauval. 
— radicans Gris. 
Conobea innominata G.-M. (?) (3003).—Omitida por Gris. y 
Sauval. 
Herpestis reflexa Benth. 
— repens Champ. y Schlecht. 
_— 8 multistriata Wr. 
— Beccabunga Gris. 
— sessiliflora Benth. 
— rotundifolia Pursh. 
—_ obovata Pépp. (°). 
— Chameedryoides Kunth [H. Cubensis Popp. } 
— Monnieria Kunth.—Gvraciola. 
— Micro-Monnieria Gris. 
Torenia (Nortenia) Asiatica Lin. (Cult.!) — Violeta china. 
Angelonia Salicarizfolia Kunth [A. angustifolia Gris.; no 
Benth.?]— Hernandina (enana y grande). 
Linaria (Hlatinoides) Elatine Mill. (Cult.) 
Antirrhinum majus Lin. (Cult.!)— Boca de dragon, Monigote. 


(1) Ilysanthes? 
(2) Enana, postrada, muy ramosa. Hojas diminutas. 
(3) Véase Hydranthelium. 


(111) 


Gomez della Maza.—PeRIANTIADAS CUBANAS. 279 


Gesneraceas. 


Sesamum Indicum Cand. (exot.) 


y, subindivisum Cand. (Cult.!)—Ajonjoli. 


Crescentia Cujete Lin. [C. acuminata Kunth].— Gira, @. ci- 


marrona, Totuma. 
Cucurbitina Lin.— Wagiiira. 


Schlegelia parasitica Miers (') [Taneecium (*) parasiticum Sw.] 


Bellonia spinosa Lin. 

Niphea pulchella Gris. 

Heppiella rupincola Wr. [Rhytidophyllum petiolare Gris. Cat., 
198, en parte; no Cand.]—Boca de leon. 

Pentarhaphia (Eupentarhaphia) Duchartreeoides Sauval. 


—CHitira macho. 
brachyantha Gris. 


triflora Gris. 
incurva Gris. 
ferruginea Sauval. 
Salicifolia Gris. 
glandulosa Gris. 
verrucosa Dec.s"¢ 
Cubensis Dec.s¢ 


(Duchartrea) viridifolia [Duch. Dec.s"°] (°). 
(Synanthera) humilis [Conradia Mart. ] 


depressa [Conradia Gris. | 

Celsioides [Conradia Gris. | 

Gloxinioides [Conradia Gris. ] 

Libanensis[Gesneria Morr.; Ophian- 
the Hanst.; Conradia Gris.; Rhy- 
tidophyllum floribundum Houtt.; 
Lem. Herinequia floribunda 
Dec-s3¢) 


(1) Sauval hace sinédnimas ambas especies bajo el nombre de Tanecium parasiti- 
cum Sw., lo que es erroneo. Esta tiiltima especie, su sinonimia y demas, debe borrarse 
del catalogo de las Bignonidceas (ANALES, XIX, 264). 

(2) El género Tanecium, admitido modernamente y distinto de Schlegelia, no tiene 
especies cubanas. Ambos son Gesnerdceas. 

(3) Gris., Cat., 199, admite D. viridiflora Dec.sne 


280 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (112) 


Pentarhaphia (Sytnanthera) reticulata [Conradia Gris.] 
8, obovata [Conradia reticulata 
Gris.; 8, obovata Gris. | 
— _ corrugata [Conradia Gris.] 
Rhytidophyllon crenulatum Cand. (Rhytidophyllum).— Boca 
de leon. 

— tomentosum Mart. (Rhytidophyllum) [Rhyti- 
dophyllum exertum Gris.]— Boca de ledn, 
de paredon; Salvilla. 

— petiolare Cand. (Rhytidophyllum) [Rhytido- 
phyllum petiolare Gris., Cat., 198, en par- 
te].—Boca de leon, de paredon. 

~- Wrightianum Gris. (Rhytidophyllum).— Boca 
de leon. 

Tussacia pulchella Reichb. [Besleria Don]. 
Alloplectus cristatus Mart. 
Columnea (EKucolumnea) scandens Lin. 
— tincta Gris. 
-— (CoNandra) sanguinea [Besleria Pers.; Collandra 
Gris.; Alloplectus sanguineus Mart. |] 
Martynia diandra Glox.—Martinia, Alacrancillo, Araia-gato. 


Acantaceas. 


Thunbergia fragrans Roxb. (Silv.)—Zwmbergia. 
y, Nees. (Silv.)\—Zumbergia. 
-- alata Bojer (Cult.!)—<A xteojo de poeta, Ojo de poeta. 
Ofrece algunas variedades. 

— grandiflora Roxb. (Cult.!))—Zumbergia azul. 

— erecta (Cult.!) |Meyenia Benth. | 
Elytraria tridentata Vahl. (Cuba?) 

y, Wrighti (3053). 

Hygrophila hispida Nees. (3056) [Ruellia Rich.] 

Calophanes Cubensis Rich. 

Ruellia geminiflora Kunth (3054) [Dipteracanthus geminiflo- 
rus Nees.; a, procumbens Nees.; D. nanus Nees.|]— 
Fulminante. 

y, canescens Gris. (366) [Dipteracanthus Nees.]—u/- 
minante. 


(118) Gomez de la Maza.—PprERIANTIADAS CUBANAS. 281 


Ruellia diffusa Gris. (Rugel, 741) [Dipteracanthus diffusus 
Nees. | 

— simplex Sauval. 

— paniculata Lin. (3054) [Dipteracanthus paniculatus 
Nees.; Hygrophila paniculata Grosourdy (Hygro- 
phylla)]. 

—  tuberosa Lin. (Silv.!) |Cryphiacanthus Barbadensis 
Nees. ]}—Salta-Perico. 

¢, humilis (Silv.) [Cryphiacanthus Barbadensis Nees.; 
6, humilis Nees.] (‘)—Salta—Perico. 
— (Stephanophysum) Maravilla (3055) [Stemonacanthus 
macrophyllus Nees.] (?)—Maravilla. 
Blechum Brownei Juss. (3057).—MJazorquilla. 
Deedalacanthus nervosus G.-M. (Cult.!) [Eranthemum nervo- 
sum R. Br.]—Azulejo. 
Sanchezia nobilis Hook. (Cult.!) 
Acanthus mollis Lin. (Cult.!)—Acanto, Hierba giganta. 
Barleria Prionitis Lin. (Cult.!) 
Barleriola Solanifolia (3058) | EKranthemum Cubense Spreng’.; 
Barleria Solanifolia Lin.} 
y, humilis (Silv.)-[Barleria Solanifolia Lin.; 8 Nees. | 
S, Lindeniana (Linden 1830). 
«, bispinosa (1342) [Anthacanthus bispinosus Gris.] 
— Saturejoides (3059) [Barleria Gris. ] 
Stenandrium rupestre Nees. (3060). 
— Droseroides Nees. (3061). 
— scabrosum Nees. (1344) [Ruellia scabrosa Sw.] 
_ punctatum Gris. (3062). 
Eranthemum bicolor Schrank (Cult.!) 
= atropurpureum Hort. Angl.? (Cult.!) 
Anthacanthus microphyllus Nees. (368) [A. spinosus Gris.; en 
parte en Pl. Wright. y en Cat. pl. Cub., no 
Nees. ] 
— spinosus Nees.? (*) (869) [A. spinosus Gris.; en 
parte en obras citadas}. 


(1) Corresponden al tipo 6 4 la variedad el numero Wrightiano 1343 y el Ruge- 
liano 742. ; 

(2) La Ruellia Humboldtiana K\otzsch, ha sido recolectada en Nueva Granada y 
dada erréneamente como cubana. 

(3) Especie omitida en Sauval, Flora. 


282 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (114) 


Anthacanthus purpurascens Gris. (3066). 
— tetrastichus Wr., en Gris., Cat. pl. Cub., 198 
(3067). 
Andrographis paniculata Nees. (Cult.) [Justicia Burm.] 
Aphelandra tetragona Nees. (Cult.) [Justicia cristata Jacq.] 
Justicia Origanoides Gris. [Adhatoda Nees. | 

—  (Sarotheca) neo-glandulosa (3065) [Dianthera glandu- 

losa Gris. ] 

—  (Gendarussa) Peruviana Cav., /con., 1. lam. 28 (Cult.!) 

[Gendarussa Peruviana Nees.; Adhatoda furcata 
A. Cand.] 
Adhatoda Vasica Nees. (Cult.!) [Justicia Adhatoda Lin.]—/us- 
ticia, Adatoda. 
Jacobinia (Cyrtanthera) Harpochiloides (3063) (Dianthera Gris.] 

— —- Catalpeefolia G.-M. (Cult.!) [Cyrtanthe- 
ra Hook.|—Cirtantera amarilla. 

— — Pohliana (Cult.!) [Cyrtanthera Nees.; 
Justicia carnea Lindl.; Hostul.; Bot. 
keg.|—Cirtantera rosada. 

_ (Pachystachys) coccinea (362) [Pachystachys Nees. ] 

Dianthera Sagreana Gris. (367) [Rhytiglossa Rich.; Rh. obtu- 
sifolia Nees.; 8, hirsuticaulis Nees.; D. obtusifolia 
Gris.; hirsuta Gris.] gSera una Justicia? 
— Rugeliana Gris. (3064) [D. obtusifolia Gris.; en pl. 
Rugel, 377]. 

— reptans Gris. (364) [Rhytiglossa Nees. ] 

— Peploides Gris. (365). 

— comata Lin. (') (863) [Rhytiglossa Havanensis Nees. ] 

— ovata Walth. (3641) [Rhytiglossa humilis Nees.; «]. 

Fittonia argyroneura Cémans (Cult.!) 

Thyrsacanthus nitidus Nees.; « (?) (la Ossa en herb. Cand.) 

Graptophyllon hortense Nees. (Graptophyllum) (Cult.!) [Justi- 
cia picta Lin. ] 


(1) Enel Prod. no se cita, y se lee: 1.° Rhytiglossa Havanensis Nees. (Greene, 26) 
[Justicia humilis Greene}, 2.° Leptostachya comata Nees. (la Sagra, 601), siendo las dos 
especies sinénimas de la Dianthera comata Lin. , segin Sauvyal; 3.° Zeptostachya Mar- 
tiana Nees.; % (Pépp. en herb. Berl.), omitida por Sauval, sindnimo de la D. comata 
Lin., segtin Gris., Ylora, 456. 

(2) El naGmero Wrightiano 3058 corresponde al tipo 6 4 una variedad. 


(115) Gomez de la Maza.—PprERIANTIADAS CUBANAS. 
Dicliptera sexangularis Juss. (8068).—Gallilos. 
P g 
— assurgens Juss. (1638). 
y, Vahliana (Silv.!) [Dicliptera Nees. | 


Verbenaceas. 


Cornutia pyramidata Lin. 


283 


Stachytarpheta (!) Jamaicensis Vahl. (Silv.!) [S. strigosa Vahl. ] 


—Verbena azul. 


_ angustifolia Vahl.— Verbena de hoja angosta. 


— elatior Schrad.— Verbena. 
— Orubica Vahl.— Verbena cimarrona. 
— mutabilis Vahl.—Omitida por Sauval. 
Tamonea Verbenacea Sw. 
Petrea volubilis Jacq. (Cult.!, Silv.?)—Petrea. 


Espada ameena Rich. [Getzea Gris.; Armeniastrum apicula— 


tum Lemaire].—Rasca-barriga, Arraydn. 
Priva echinata Juss. (Cult.!)—A mor seco. 


Citharexylon (?) villosum Jacq. (Citharexylum) (438).— Rodb/e 


amarillo. 
= cinereum Lin. (Citharexylum). 


= lucidum Champ. y Schlecht. (Citharexylum) (436, 
437, en parte, 1359).—Gudiro santo de costa, 


Palo guitarra. 


— caudatum Lin. (Citharexylum) (3183).—Penda. 
= Berteri Spreng. (Citharexylum Berterii) (437, en 


parte, 1356).—Palo guitarra, Roble amarillo. 


Lantana Camara Lin. (439).—/iligranda. 


—- involucrata Lin. (8165).—Hierba de la sangre, M... de 


gallina, Filigrana cimarrona, Té de costa. 


oa reticulata Pers. (441, 3166, 3167, en parte) [L. odorata 


Gris.; no Lin.|—filigranda. 
— odorata Lin.—/iligrana. 
—  microcephala Rich. 
— trifolia Lin. (1630).—/iligrana de pina. 


(1) O Stachytarpha. 
(2) O Citharerylum. 


284 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (116) 


Lippia Citriodora Kunth (Cult.!) [Aloysia Ortega]. — Hierda 
Luisa. 
— Betulefolia Kunth (3161).—Filigrana. 
— nodifiora Rich. 
— reptans Kunth. 
— micromera Schauer. 
— canescens Kunth. 
— geminata Kunth (3159).—Salvia americana. 
— dulcis Trev. (440).—Orozuz de ia tierra. 
— Stechadifolia Kunth (3163). 
— acuminata Wr. (3162). 
— Myrtifolia Gris. (3160). 
Bouchea Ehrenbergii Cham. y Schlecht. (3660). 
Verbena Urticefolia Lin. (3659). 
— officinalis Lin. (3658).— Verbena. 
—  <Aubletia Lin. (Cult.!)\—Verdbena. 
Duranta Plumieri Jacq. (Silv.! 1358).—Celosa, Violetina. 
Petitia Peeppigii Schauer (428, 1353) [Callicarpa cinerea Rich.?] 
Roble guayo. 
Gmelina arborea Roxb. (Cult.!)—Jobo de Africa. 
—  Asiatica Lin. (Cult.!)\—/obo de Asia.—Una de estas 
especies esta mal empleada, siendo la Gm. parvifolia Roxb. 
Vitex divaricata Sw. (3171).—O/on criollo, Roble giiiro. 
— umbrosa Sw. (1355).—2oble giiiro. 
— Avicennioides Rich. (431). 
— ringens Gris. (3181).—Copalillo, Chicharron de costa. 
— flicifolia Rich. (8168).—Granadillo de costa. 
Callicarpa Americana Lin. (3180).—/iligrana de fruto morado, 
F. de mazorea. 
~- acuminata Kunth (3169).—/iligrana de fruto blanco, 
FP. del pinar. 
oo ferruginea Sw. (430, 1357, 3170, 3171, 3173) [C. fulva 
Rich.]|—Filigrana. 
— reticulata Sw. (3172).—Filigrana de mazorquilla. 
Meiphila Martinicensis Lin.—Zengua de vaca. 
— elata Sw. (428, 1354).—Guairo santo. 
Clerodendron aculeatum Gris. (3174) [Volkameria aculeata 
Lin. | 
— Cubense Schauer (3175).— Oviedo amarillo, Hiel 
de perro. 


(117) Gomez de la Maza.—PprERIANTIADAS CUBANAS. QRS 


Clerodendron Sagrei Schauer (3176).— Oviedo de flor blanca. 
— Lindenianum Rich. (3177) [C. tuberculatum 
Rich.?]|—Rodble guayo. 
—- Ligustrinum R. Br. (Cult.?) 
— fallax Lindl. (Cult.!) 
i especie (Cult.!)—IMi/-flores, Milvosas, Cogelo-todo. 
— especie (Cult.?)—Mil-Nores, Mil-rosas. 
eieeamia nitida Jacq. (3182).—Mangle prieto. 
— tomentosa Jacq. (Silv.!)—Mangle blanco. 


SusorpEN Il.—Gamopétalas inferovariadas. 


Cucurbitaéceas. — Rubidceas. 
Cucurbitaceas. 


Momordica Charantia Lin.—Cundeamor. 
a Balsamina Lin.—Cundeamor. 
Luffa cylindrica Rém. (Cult.!)— A#stropajo. 
— acutangula Roxb.— #stropajo. 
Melothria Guadalupensis Cogn. [M. pervaga Gris. ] 
— Fluminensis Gardn. [M. microcarpa Gris. ] 
Anguria pedata Jacq. 
—  Plumieriana Schlecht. 
—  Ottoniana Schlecht. 
Cayaponia excisa Cogn. | Sicana Gris. | 
— racemosa Cogn. [Trianospermum racemosum Gris. | 
5, acutiloba Cogn. 
—_ Americana Cogn. 
y, vulgaris Cogn. [Trianospermum graciliflorum 
Gris.; Cionandra gracilifiora Gris. | 
Elaterium Carthaginense Jacq. 
Sicydium Tamnifolium Cogn. [Triceratia Bryonioides Rich.] 
Lagenaria vulgaris Seringe (Cult.!)—Giiiro cimarron. 
Cucumis Melo Lin. (Cult.!)— Melon de Castilla. 
— sativus Lin. (Cult.!) — Pepino. 
—  Anguria Lin. (Cult.!)— Pepino cimarron. 
Citrullus vulgaris Schr. (Cult.)— Melon de agua. 
Cucurbita maxima Duchesne (Cult.!)—Calabaza amarilla. 


286 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (118) 


Cucurbita Melopepo Lin. (Cult.!)—Calabaza bonetera. 
Sechium edule Sw. (Cult.!)—Chayote. 
Feuillea cordifolia Lin.—Sécua, Pepita amarga? 


Rubiaceas. 


Manettia coccinea Willd. [M. Havanensis Kunth, Cand. M. cus- 
pidata Bertero].—Cambustera cimarrona. 

— Lygistoides Gris.—Cambustera del pats. 

Ferdinandusa angustata Wr. (Ferdinandea) | Rondeletia Sauval, 

nombre].— Caobilla de sabana, de flor punzo, 
Tatillo. 
— stellata Gris. (Ferdinandea) | Rondeletia Sauval, 
nombre ].—Caobilla de sabana, Encospe, Hatillo. 
— brachycarpa Gris. (Ferdinandea) [ Rondeletia 
Sauval, nombre]. . 
6, hispidula Gris. (Ferdinandea brachicarpa, 
var. hispidula). 

Calycophyllon candidissimum Cand. (Calycophyllum).— Da- 

game. 

Hillia longiflora Sw. 

— tetrandra Sw. 

Exostema floribundum Rém. y Schult. (Exostemma).— Chin- 
chond, Quina, Quina piton, Vigueta,Vigueta naran- 
jo, blanca. 

— ellipticum Gris. (Exostemma).—Chinchona (tipoy var.) 
6, rotundatum | Exostemma rotundatum Gris.] (‘). 
y, triflorum [Exostemma triflorum Gris.] (*), no 
G. Don.] 
_ Caribeum Rém. y Schult. (Exostemma).— Wacagua 
de costa, Cerillo. 
— longiflorum Rém. y Schult. (Exostemma).— Clave- 
lina de vio. 
_ parviflorum L. C. Rich. (*). [Exostemma Valenzuel 
A. Rich.] 


(1) Es error de Sauyal el Hxostemma rotundifolium Gris. 
(2) Cat. 
(3) Es erréneo Zwostemma parviforum L. C. Rich. 


(119) Gomez de la Maza.— PrERIANTIADAS CUBANAS. 287 


Exostema Salicifolium Gris. (/xostemma.) 
- Vavasorii Gris. (Exostemma) [Catesbzea Spreng’. ] 
— purpureum Gris (Hxostemma). 
— Myrtifolium Gris. (Exostemma). 
— Neriifolium A. Rich. (Exostemma).— Agvacejo car— 
bonero. 
a triflorum G. Don. (Exostemma). 

Chimarrhis cymosa Jacq. [Psychotria Chimarrhoides Cand., 
en lo referente al ejemplar cubano de la Sa- 
gra (").] 

Oldenlandia herbacea, Cand. [O. corymbosa Gris., no Lin.?] 

_— Halei A. Gray., Chapm. |Pentodon A. Gray., 
O. succulenta Wr. | 

— Callitrichoides Gris. (1640, en parte (*).] 

— capillipes Gris. 

_ glomerata Mich.* [Hedyotis Ellis.] 

— cerulea A. Gray. (exdt.?) |Houstonia Lin., Hedyo- 
tis Hook. | 

6, patens (Silv.) [Hedyotis coerulea Hook., var. pa- 

tens Ellis, segtin Gris., Hedyotis patens Ellis.] 

— tuberosa Lam.* [Lucya Cand.| 

Macrocnemum Cubense Gris. 

Mitreola petiolata Torrey y A. Gray. 

Portlandia pendula Wr. 

— longiflora Meissn. [Goniantes Sagreana Rich.] 
— Gypsophila Macf. [Gonianthes Lindeniana Rich.] 

Rondeletia odorata Jacq. Rondelecia, Cordobancillo, Careicillo 
de monte. 

— Americana Lin. 

— umbellulata Sw.? [R. Buxifolia, Gris., no Vahl.] 
— Camarioca Sauval. 

— hypoleuca Gris. 

— pedicellaris Sauval. 

oo venosa Wr.—Rondelecia del pinay. 

— Chameebuxifolia Gris. 

— avenia Sauval. 


(1) En lo demas, esa Psychotria es una Uragoga. 
(2) La otra parte es el Micranthemum Callitrichoides Sauval, nombre: Lscrofulart- 
nea silvestre. ; 


288 


ANALES DE HISTORIA NATURAL. (120). 


Rondeletia Phialanthoides Gris.—Rondelecia de cuabal, R. pi- 


ramidal. 

Buxifolia Vahl. [R. Poitei Gris., Stevensia Buxi- 
folia Poit.? | 

Correifolia Gris. 

Tinifolia Gris.—4A dedica, Caobilla de sabana, de flor 
blanca. 

peduncularis Rich. 

microphylla Gris.—Rondelecia de hojas menudas. 

rigida Gris. 

Alaternoides Rich. —Caobilla de sabana, Vigueta 
blanca. 

microdon Cand. 

levigata Ait. 


Rhachicallis rupestris Cand. 
Polypremum procumbens Lin. 
Posoqueria Havanensis Cand. 
Genipa Americana Lin.—Jagud. 


Caruto Kunth.—Jagua, Jagitilla. 

florida G.-M. (Cult.!) [Gardenia Lin. ]—/azmin del Cabo, 
Gardenia. 

aculeata [Randia Lin. R. latifolia Lam.*, R. aculeata 
Gris., Cat. pl. Cub. y Pl. Wright., en parte.J|—Agalla 
de costa, Pitajoni bravo, P. espinoso. 

Clusiefolia Gris.—/Jagua amarilla, J. de costa, Pera 
del mar. 

nigrescens [Randia Gris.]|—Pa/lo cabra. 

ciliolata [Randia aculeata Gris., Cat. pl. Cub. y 
Pl. Wright., en parte, Randia ciliolata Sauval.]— 
Agalla. 

Sagreana [Randia Rich., no Gris. | 

valophilla [Casasia Rich. (!) Randia Gris.}—A7rdol de 
la nuez, Guayacancillo de loma, Rascabarriga amarillo. 

longiflora [Sphinctanthus longiflorus Gris. ] 


Amaioua edulis H. B."" [Alibertia Rich.|—Pitajoni, P. hembra. 


fawifolia Desf.—Pitajoni cimarrén, P. macho. 
Jacquinioides [Alibertia Gris. ] 


(1) En la Sagra Hist. Cuba, descripcion de Ja especie; no lam. 49, que es una Dve- 


nacea silvestre: la Maba Caribea. 


(121) Gomez de la Maza.—prriANTIADAS CUBANAS. 289 


Catesbeea spinosa Lin. [C. macrantha Rich. ]—Calesbea. 
— macracantha Sauval. 
—_ holacantha Wr. 
— Grayi Gris. 
— Phylacantha Gris.—/’a sin hojas. 
Hamelia patens Jacq.—Ponasi, Palo de coral, Coral, Bonasi. 
—  ventricosa Sw.? 
— lutea Rohr.—Panasi amarillo. 
— cuprea Gris. 

Bertiera Gonzaleoides Wr. 

Schradera cephalophora Gris. 

Isertia Heenkeana Cand. 

Gonzalagunia spicata Cand. (Gonzalea).—Vinagrera. 

— leptantha Rich. (Gonzalea). 
— Petesia Gris. (Gonzalea) [Petesia spicata Sw. 

Coccocypselum repens Sw. 

—- nummulariefolium Cham. y Schlecht. 

Cephalanthus Occidentalis Lin.—Avroma de laguna. 

Guettarda scabra Lam.* [G. rugosa Sw.; G. Viburnoide 
Cham. y Schlecht; G. Havanensis Cand.; G. am- 
bigua Rich., no Cand. |—Cuervo. 

— longifiora Gris.—Cuero. 
— elliptica Sw. [G. odorata Lam.*; G. Blodgetii Shut- 
tlew].—Cuero de sabana. 
— Lindeniana Rich.—Cwero (tip. y var.) 
8, reticulata [G. reticulata Gris. | 
a calyptrata Rich.— Cuero de hojas gi anaes, Guayabi- 
llo, Guayabito (tipo y var.) 
8, ferruginea Sauval, nombre [G. ferruginea Wr.] 
_- macrocarpa Gris.—Cuero de hojas medianas. 
— undulata Gris.—Cuero. 
—- rigida Rich.— Cuero duro. 
-- holeocarpa Sauval.—Cuero de hojas menudas. 
— bracteata Gris.—Cuero. 
— retusa Sauval.—Cwervo. 
— zygophlebia Sauval.—Cuero. 
— echinodendron Sauval, nombre [Stenostomum mi- 
crophyllum Gris. | 
~- paucifiora [Stenostomum pauciflorum Sauval; 
St. radiatum Gris., var.]|— Vera. 


ANALES DE HiST. NAT.— XXIII. 19 


290 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (122) 


Guettarda lucida Pers. [St. lucidum Giartn.]— Zlorén, Palo 
lloron. 
aaa nitida [St. nitidum Cand.; St. granulatum Gris.; 
variedad].— Vera. 
-- rotundata [St. rotundatum Gris.]—Caobilla de costa. 
— Myrtifolia [St. Myrtifolium Gris. | 
— densiflora [St. densiflorum Wr.] 
— granulata [St. granulatum Gris. (excluyendo la 
variedad) ].— Vera. 
~- resinosa Pers. [St. resinosum Gris. ] 
~- fasciculata [Chomelia Sw.; Rondeletia leptacantha 
Cand.] 
— triacantha [Chomelia Gris. ] 
Machaonia cymosa Gris.—/spino. 
— microphylla Gris.—Zspino de hojas chicas. 
Krithalis fruticosa Lin.—/ayajabico, Vayajabico (tipo y var.) 
6, odorifera Gris. (') {Erithalis Jacq.] 
—  rotundata Gris.—Huevo de perro, Vibona. 
— parviflora Gris.—Vibona. 
— angustifolia Cand.—J/ayajabico, Yayajabico. 
— ?pentagonia Cand.—Vibona. 
—  Vaccinifolia Sauval, nombre [Chione Gris. ] 
Ceratopyxis Verbenacea Hook. Sr. [Rondeletia? Verbenacea 
Gris.; Phialanthus spicatus Sauval, nombre]. 
Chiococca racemosa Jacq.—Bejuco de berraco, Cainca (tipo y 
rariedad). 
6, Jacquiniana Gris., nombre.—P/. Wright., 508. 
— nitida, Benth. 
— densifolia Mart. (exot.) 
8, Cubensis Cand.— Omitida por Sauval. 
_- anguifuga Mart. (Cuba?).—Gris. y Sauval la omiten. 
-- parvifolia Wulschligel. 
Phialanthus rigidus Gris.—Guacanijo. 
— resinifluus Gris. 
— stillans Gris.—/aragua. 
— Myrtilloides Gris.—J/Jaragua. 
Scolosanthus parviflorus Sauval, nombre [Catesbiea parviflo— 


(1) Var. considerada por Sauval como sindnimo del Z. rotundata Gris. 


(128) Gomez de la Maza.—PprERIANTIADAS CUBANAS. 291 


ra Gris., Sw., Lam.*; Echinodendrum campa- 
nulatum Rich.] (‘).—/’a, Cateshea. 

Scolosanthus crucifer Sauval. |Randia Sagreana Gris., no 

Rich. ] 
— Wrightii Sauval, nombre [Randia Wrightiana 
Gris:] (). 
Chione elliptica Gris.—J/eaquillo. 
— Myrtifolia Gris. 
— lucida Gris. 
Ixora Bandhuca Roxb. [I. coccinea Lin.] (Cult.!)—Santa Rita. 
— ferrea Benth. [Siderodendron triflorum Vahl.]— Zeagua 
de vaca. 
— floribunda Gris. [Siderodendrum floribundum Rich.j|— 
Lengua de vaca. 
— odorata Hook. (Cult.!)—Jzora. 

Coffea Arabica Lin. (Cult.!)—Ca/ée, Cafeto. 

Phyllomelia coronata Gris. 

Morinda Royoc Lin.— Pita raton, arbusto, Raiz de indio, Rui- 

barbo de la tierra? (tipo y var.) 
8, latifolia Gris. 
y, ferruginea Rich. 

Spermacoce parviflora A. Gray [Borreria Mey.; 8S. asperia Vahl.; 
Spreng.; 8S. levis Spreng.; S. hirta Sw.; Mitra- 
carpum hirtum Cand. ] 

= levis Lam.* [Borreria Gris. ] 

— aspera Aubl. [Borreria Perrottetii Cand. | 

— Eritrichoides Gris..—Hierba de Garvo. 

= tenuior Lin.—MHierba de Garvo. 

— Squamosa Wr. 

— Garro |S. radicans Willd., nombre; no Aubl. Dio- 
dia radicans Cham. y Schlecht.]— Hierba de 
Garro. 

— rubricaulis Sauval. 

— Thymocephala Sauval, nombre. 

— Domingensis Sauval, nombre. 

= Strumpfioides Wr. ay 

= simplex [Dioidia Sw.] 


(1) Es erréneo Echinodendro parvifiorum Rich, \4 
(2) Es erroneo Randia Wrightii Gris. it s vA 


292 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (124). 


Spermacoce spinosa Lin. |Borreria Cham. y Schlecht.] 

—— podocephala A. Gray [Borreria Cand.; 8. pygmea 
Sauval.] 

-- Richarsonioides Sauval, nombre (2776) [Richard- 
sonia muricata Gris., en parte]. 

— verticillata Sw. [Borreria Mey.; S. verticillata Lin.; 
var. Americana Lin.]|—Omitida por Sauval. 

— squarrosa Pépp. [Mitracarpum squarrosum Cham. 
y Schlecht. ] 

— sarcophylla [Mitracarpum crassifolium Rich. | 

== leteviride [Mitracarpum Sauval.] 

= Sagreeana [Mitracarpum Cand.] 

— Disdioides [Mitracarpum Rich. ] 

~— Lippioides |Diodia Gris.]|— Hierba de Garro. 

— maritima {Diodia Schum.] 

— rigida Willd.; Kunth.; no Salisb.— Hierba de 
Garr. 

-- villosa Sw. [S. hirta Jacq.; Lin.?|— Omitida por 
Sauval. 

_— ? obscura Cand.—Omitida por Gris.? y Sauval. 

— rubra Jacq. |Crusea Cham. y Schlecht.] 

Richardia scabra Lin. [Richardsonia 8.'-Hil.; Richardia Bra- 

siliensis Gomez]. 

-- muricata Gris. (Richardsonia), en parte (2777).—La 
otra parte es el Spermacoce Richarsonioides. 
Sauval, nombre. 

Coussarea odoratissima |Faramea Cand.]—(Ca/fé cimarron, Ca- 
Setillo, Jujano, Nabaco, Palo de toro. 

— ? sertulifera [Faramea Cand.]— Lechoso? 

Uragoga (Margaritopsis) acuifolia G.-M., Dicc. bot., 88 {Mar- 
cwaris nudiflora Gris., no Cand.; Margaritopsis acui- 
folia Sauval.|—Perdilas. 

— (Euuragoga) muscosa G.-M., Rev. de Cienc. Meéd., 
Habana, 1889, pag. 105 [Morinda Jacq.; Tapogo- 
mea Poir.; Cepheelis Sw.|—Jpecacuana cimarronda. 

— (Geophila) reniforme [Geophila reniformis Don., 
Cham. y Schlecht.; Psychotria herbacea Lin.]— 


Bejuco guard. 
—- (Psychotria) grandis [Psychotria Sw.] 
—- _- marginata [Ps. Sw.; Ps. lasiophthalma 


125) Gomez de la Maza.—PrERIANTIADAS CUBANAS. 293 


Gris., en parte].—Lengua de vaca, Ta- 
pa-camino. 

Uragoga (Psychotria) Brownei |Ps. Spreng.; Ps. Asiatica Lam.*; 
Ps. Celastroides Gris.; Ca?/., en parte, 
no Flora; Palicourea crocea Gris., en 
parte, no Cand.; Ps. puberula Wr.; 
Ps. obovalis Rich.]— Palo moro. 

— — undata [Ps. Jacq.; Ps. nervosa Sw.; Ps. 
stipulacea Sw. ; Ps. oligotricha Cand.; 
Ps. horizontalis Spreng., no Sw.; Ps. 
undulata Poir.; Ps. lanceolata Nutt., 
no Gris., ni Sauval; Ps. Chimarrhoides 

. Gris.; Cand., en parte ?; Ps. rufescens 
Kunth.; Ps. Porto-Riccensis Cand.?] 

— — tenuifolia [Ps. Sw.; Ps. lanceolata Gris.; 
Sauval, no Nutt. | 

— — tubulosa [ Ps. Rich.; Ps. lasiophthalma 
Gris., en parte; Ps. Celastroides Gris.; 
Cat., en parte, no Flora; Ps. longico- 
llis Benth.; Ps. alba R. y Pav.?] 

-— floribunda [Ps. Kunth.]— Omitida por 
Sauval. 

= _— dura [Ps. Smith.j 

= = Laurifolia [Ps. Sw.; Ps. glabrata Sw.; 
Ps. Carthagenensis Jacq.?; Faramea 
erythrocarpa Gris. ] 

- _— coronata [Ps. Gris.]—Zengua de vaca, 
Taburete. 

_- — costivenia [Ps. Gris.]|— Lengua de vaca. 

_— trispicata [Ps. Gris. ] 

= ty auriculata [Ps. Wr.] 

“= — rufovaginata [Ps. Gris.; Ps. evenia Wr.] 

— — uliginosa [Ps. Sw.; Ps. levis Cand.; 
Ps. crassa Gris., Cat. y Pl. Wright.?, 
no Benth.]—Zapa-camino. 

— — parasitica [Ps. Sw.; Ps. crassa Gris., Cat. 
y Pl. Wright.2, no Benth.] — Zapa- 
camino? 

— — nutans [Ps. Sw.; Ps. oligantha Cand.]— 
Tapa-camino. 


294 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (126): 


Uragoga (Psychotria) subulata [Ps. Wr.]— Zapa-camino. 
— _- odorata [Ps. Wr.]—Zapa-camino. 
— _ bialata [Ps. Wr.]—Zapa-camino. 
— — vaginata [{Faramea Gris.; Coussarea 
G.-M., nombre].—Nadbaco. 
— patens [Ps. Sw.] 
— — pubescens [Ps. Sw.]—Zaburete. 
— — Berteriana [Ps. Cand.] 
_ — pyramidalis [Ps. Gris.] 
— — brachiata [Ps. Sw.; Ps. Hebecladoides 
Gris. ] 
_ _ involucrata [Ps. Rich.]—Zadurete de flor 
blanca. 
a — tribracteata [Ps. Wr.; Ps. oligantha 
A. Gray., no Cand.] 
_ (Palicourea) crocea [ Pal. Cand., no Rich.; Gris. en 
parte; Ps. Sw., no Mey.]— Zaburete de 
flor maranuela. 
_ —- Tapa-camino [Pal. crocea Cand.; 8, te- 
nuiflora Gris.; Pal. species? Sauval, 
nombre].—Zapa-camino. 
— — Alpina [Pal. Cand.; Pal. crocea Rich., 
no Cand.; Ps. crocea Mey., no Sw.; 
Pal. eriantha Cand.|— Zapa-camino. 
_ — Pavetta [ Pal. Cand.]—- Zaburete, Tapa- 
camino. 
_ — didymocarpa [ Ronabea? didymocarpos 
A. Rich., Cand.; Pal. didymocarpa 
Gris.] 
-- (seccién?) foveolata (Ps. R. y Pav.] 
Declieuxia Mexicana Cand.? (2733); 6 D. Chiococcoides Kunth? 
Lasianthus lanceolatus [Hoffmannia? lanceolata Gris.; Sabicea 

Moralesii Gris.; Lasianthus Moralesii Sauval, nombre]. 
Strumpfia maritima Jacq. 


(127) Gomez de la Maza.—PERIANTIADAS CUBANAS. 295 


APENDIGE 4. 


Leguminosas. 


Segun se dijo en los ANALES, XIx, 237, solamente se exponia 
el catalogo de las Leguminosas, Mimdseas y Cesalpineas, refi- 
riéndose, para las Papilionaceas, 4 nuestro Hstudio sobre la 
representacion de las Leguminosas Papiliondceas en Puerto-Rico 
y en Cuba. Posteriormente, hemos considerado conveniente 
anular ese trabajo, por lo que necesitamos completar el cata— 
logo de aquella familia con el presente, que se refiere 4 las 
Papilionaceas. 


Vicia sativa Lin. (Cult.)—A /verja. 
— Faba Lin. [Faba vulgaris Ménch.| (Cult.)\—Hada. 
Pisum sativum Lin. (Cult.)—Guwisante, Chicharo. 
Cicer arietinum Lin. (Cult.)— Garbanzo. 
Abrus precatorius Lin.—Peonia, P. de Saint-Thémas. 
Phaseolus lunatus Lin.—/7ijolito. 
_ gibbosifolius Ortega. 
— vulgaris Lin. (Cult.)\—/7ijol. 
— microspermus Ortega. 
a semierectus Lin. [Ph. Crotalarioides Rich. ] 
g, gracilis |Ph. linearis Kunth]. 
y, atropurpureus [Phaseolus F7. Mex. icon. ined.] 
—_ multifiorus Willd. (Cult.) 
-- trichocarpus Sauval. [Ph. ovatus Gris., no Benth.] 
— Clitorioides Mart.? [Ph. Crotalarioides Gris. | 
a Caracalla Lin. (Cult.!) —Caracol real. 
-- tuberosus Lours. (Cult.)—//cama. 
Dolichos Lablab Lin. (ofrece algunas var.) (Cult.!)—/7rijol ca- 
ballero. 
—  sesquipedalis Lin. (Cult.)—Fvrijol grande. 
— melanophthalmus Cand. (Cult.)—/udia de carita, Fri- 
Jjol de carita. 


296 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (128) 


Vigna luteola Benth. [V. glabra Savi.; V. villosa Savi.; Doli- 
chos repens Lin.; D. luteus Sw.; D. luteolus Jacq.|— 
Frijol cimarron. 

— vexillata Rich. [Dolichos vexillatus Kunt.; Idem, 
a, Cand.; Phaseolus vexillatus Lin.]—J/arrullero, Ca- 
racolillos de cerca. 

— unguiculata Walp. [Dolichos unguiculatus Jacq.|— 
Frijol. 

Pachyrhizus angulatus Rich.—/icama dulce. 

Galactia filiformis Bents. [G. Berteriana Cand.] (136, 1593). 

6, Cubensis [Galactia Kunth.] 
— angustifolia Kunth. (1179).—Soplillo. 
— monophylla Gris. 
—  brachyodon Gris. (135, 1180). 
— parvifolia Rich. 
—  odonia Gris. 
—  Rudolphioides Benth. y Hook. [Dioclea Gris.] (1181). 
— impressa Wr. [Dioclea Galactioides Gris. | 

Calopogonium ceruleum Benth. [Stenolobium Benth. ]—//cama 

CLMANTONA. 

Erythrina glauca Willd.—Biucare. 

— Corallodendron Lin.—Piion espinoso, P. de costa. 
— Cubensis Sauval. [E. Corallodendron Gris., Lin.; 
K. enneandra Cand.?|]— Pion de sierra. 

— carnea Ait.—Omitida por Sauval. 

— rosea, autor? (Cult.) 

a reticulata, autor? (Cult.) 

_ Crista-Galli Lin. (Cult.)—Piion frances. 

== velutina Willd.—Piidn real, P. ingles. 

— mitis Jac. (Cuba?).—Piidn de Cuba? Especie dudosa. 

Mucuna pruriens Cand.—Pica-pica. 

—  altissima Cand. 
— urens Cand.—Ojo de buey. 

Canavali (') obtusifolia Cand. (Canavalia) [Canavalia rosea 
Cand.; Canavalia miniata Cand.; Dolichos emargi- 
natus Jacq.|—Cayajabo, Mate de costa. 

— reflexa Hook. h. (Canavalia) [Canavalia miniata 
Gris.?; no Cand.|—O/o de buey, de costa. 


(1) Es erréneo el término Canavallia; Sauval lo emplea. 


(129) Gomez de la Maza.—PprrIANTIADAS CUBANAS. 297 


Canavali gladiata Cand. (Canavalia).—Sop/il/o. 
~~ Cubensis Gris. (Canavalia).— Wale. 
Herpyza grandiflora Sauval. [Teramnus? grandiflorus Gris. ]— 
Papo de yegua. 
Teramnus uncinatus Sw.—Cresta de gallo, blanca. 
Centrosema Plumieri Benth. 
pubescens Benth. 
_ Virginianum Benth. (131). 
6, angustifolium Gris. (1177, 1178). 
oa hastatum Benth. (1591). 
Clitoria Ternatea Lin. (Cult.)—Conchita azul, Bejuco de con- 
chitas. 
— Glycinoides Cand. 
— glomerata Gris.—Conchita. 
— speciosa Cav. (Cuba?)—F7ijol de olor. 
— Cajanifolia Benth. 
Cajanus Indicus Spreng. (Cult.)\—Gandul. 
Fagvelia bituminosa Cand. (Cult.)\—Papito de la reina, Papo de 
la rein. 
Rhynchosia minima Cand.—Peonia chica. 
— Phaseoloides Cand.—Peonia eriolla. 
_ reticulata Cand. [R. macrophylla Rich.]— Peonia 
de semilla blanca. : 
— Caribeea Cand.—Peonia de sabana. 
parvifolia Cand.—Peonia. 
friosema crinitum E. Mey. 
_ violaceum KE. Mey. 
Barbieria pinnata H. B. [B. polyphylla Cand. ] 
Tephrosia cinerea Pers.—Barbesco (tipo y var.) 
6, litoralis Gris. 
— Apollinea Cand.—Omitida por Sauval. 
— Domingensis Pers. 
— rufescens Benth.? 
Gliricidia Cubensis Sauval, nombre | Robinia? Cubensis Kunth.; 
Lonchocarpus Cubense Rich.]|— Peon plumago, 
P. violento. 
—  platycarpa Gris.—Cucharillo, Frijolillo, Jurabdina. 
—  Sepium Kunth [Lonchocarpus Cand.; Robinia Jacq. | 
(Cuba?) 
Corynella inmarginata Sauval. 


x 


298 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (130) 


Corynella gracilis Gris. 
Sesbania Heyptiaca Pers.—A fil frances. 
—  Occidentalis Pers. 
— grandiflora Poir. [4ischynomene Lin.; Agati Desv.] 
(Cult.) 
Indigofera Anil Lin.—A #7. 
— microcarpa Desv. [I. Domingensis Spreng.; Dalea 
Fephrosioides Gris. |—A “7/. 
- Lespedezioides Kunth?—4 “71 cimarron, Siquilete. 
— Cytisoides Thunb. (Cult.) 
— Pascuorum Benth.—<A “7/. 
— tinctoria Lin.—A #7. 
Harpalyce Cubensis Gris.—Cerillo de costa. 
Dalea mutabilis Willd. 
Aischynomene sensitiva Sw. 

— tuberculata Gris. 

— Americana Lin.—Pegd-pegda. 

_ viscidula Mich.* [4#. Brasiliana Cand.; A. fal- 
cata Cand.; AX. paucijuga Cand. Id.; 8, sub- 
scabras Cand.|—Dormidera. 

— tenuis Gris. 

— evenia Sauval. 

Brya ebenus Cand.—Granadillo. 
Pictetia angustifolia Gris. 
— marginata Sauval.[P. ternata Gris.; Sauval; no Cand.] 
Jamaquey, J. de tres hojas. 
_ Poiretia refracta Gris. 
Stylosanthes procumbens Sw. 
— viscosa Sw. 
Zornia Sloanei Gris. 
— diphylla Pers. [Z. angustifolia Smith?. Z. reticulata 
Smith. , Id., 8, puberula Cand.?, Z. gracilis Cand., 
Z. Havanensis Rich., Z. elatior Benth.] 
6, stenophylla Gris. 
Arachis hypogwea Lin. (Cult.)—Mani. 
Desmodium triflorum Cand. 
— adscendens Cand. (Cuba? Cult?) 
— incanum Cand. (D. adscendens Gris., para Cuba, 
no Cand.J]—A mor seco. 
a barbatum Benth.—<A mor seco. 


(131) Gomez de la Maza.—prrIANTIADAS CUBANAS. 299 


Desmodium axillare Cand.— Amor seco. 
— Scorpiurus Desv. 
— spirale Cand. 
— tortuosum Cand. 
oa ciliare Cand.—A mor seco, Pega-pega. 
a= uncinatum Cand.? 
— canescens Cand. (Cuba, Cult.?) —A mor seco, chico? 
— infractum Cand. (Cuba.?, Cult.?).—A mor seco, me- 
diano? 
—_ umbellatum Cand. (Cuba?, Cult.?) 
Lespedeza polystachya Mich.* (Cuba?, Cult.?) — Amor seco, 
grande? 
Eeastaphyllon Brownei Pers. (Ecastaphyllum) | Ecastaphyllum 
frutescens P. Br.]— Péndola. 

— Monetaria Cand. (Kcastaphyllum) [ Ecastaphy- 
llum Plumieri Poir., Ecastaphillum Bentha- 
mianum Miq.|— Péndola. 

Dalbergia Amerimnum Benth.— Péndola. 
Andira inermis Kunth. [no A. racemosa Lam.*]— Sada. 
—  Cubensis Benth.—Omitida por Sauval. 
— microcarpa Desv. [A. retusa Gris.. no Kunth.]— Saba 
amarilla. 
Lonchocarpus pyxidarius Cand.— Palo de caja? 

_ Blainii, Sauval.—Guamda de San Bartolome. 

-- latifolius Kunth.—Guamd de costa. 

— sericeus Kunth. —Guamda, G. bobo. 

Piscidia erythrina Lin.—Guama hediondo, Candeton. 
Behaimia Cubensis Gris.—Guayacancillo de costa. 
Lupinus albus Lin. (Cult.) —Chocho. 
Crotalaria sagittalis Lin. [C. stipularis Desv.; C. Espadilla 
Kunth. | 
— verrucosa Lin. (exot.) 
8, obtusa Cand. (a) [C. cerulea Jacq.; C. angulosa 
Lam.* | (Cult.!) — Cascabelillo. 
— retusa Lin. 
— pterocaula Desv.—Varomera, Marimenda. 
—_ Vilaroi G.-M. y Mol.* [C. pumila Ortega; C. litoralis 
Kunth; C. Lupulina Cand.?|— Maromera. 
— Lotifolia Lin. [C. axillaris Ait.]—Cascabelillo. 
— incana Lin. [C. Cubensis Cand.]—Canavio. 


300 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (182) 


Crotalaria Anagyroides Kunth.? [C. striata Cand. ]— IM/aruga 
(tipo y var.) 
8, paucifiora Gris. 
Sophora tomentosa Lin.—Zambalisa. 
Ateleia Cubensis Gris. [Swartzia multijuga Rich.; Pterocarpus 
gummifer Rich.?]—Guayacancillo bobo, Guamacillo. 
— apetala Gris.—J/... de gallina. 
Belairia spinosa Rich.—/amaquey de loma. 
— mucronata Gris.—/amaquey. 
—  ternata Wr.—Omitida por Sauval. 
Myrospermum frutescens Jacq. (ex0t.) 
8, emarginatum | Myrospermum Klotzsch] (Cult.) 
—Bilsano de Guatemala. 
‘Toluifera Balsamum Lin., Mill. [Myroxilum Toluiferum Rich.} 
(Cult.)— Balsamo de Told. 
8, Peruiferum |Myrospermum Cand.] (Cult.)— Balsa- 
mo del Pert. 


APENDICE 2. 


Mirtaceas. 


En el catalogo de esa familia (ANALES, xIx, 245) se hizo 
inadvertidamente referencia a nuestro Husayo de Farmacofito- 
logia cubana; pero en esta obra no se citan los géneros Myrcia, 
Psidium y Mouriri (Mouriria), por cuyo motivo se expone a 
continuacién el catalogo de las especies cubanas de los dos 
primeros géneros y se hace la correccién adecuada al Mouri7i. 


Myrcia coriacea Cand.—Pimiento de monte, P. malagueta (tipo 
y var.) 
6, reticulata Gris. 
—  splendens Cand. 
—  ferruginea Gris.? 
—  Lindeniana Sauval, nombre [Gomidezia Berg.] 


(133) Gomez de la Maza.—PprnriIANTIADAS CUBANAS. 201 


Myrcia Valenzuelana Rich.—Pimiento cimarron. 
Psidium Guayava Raddi (ofrece alguna var.)— Guayabo agro, 
G. silvestre, G. blanco, G. del Peri. 
—  Calycolpoides Gris. 
—  Guayavita Rich. (ofrece algunas var.)—Guayabo del 
pinar, Guayabita del pinar. 
—  cordatum Sims. 
var.?, parvifolium Gris. 
—  nitidum Sauval. 
— nummularia Sauval, nombre [Calyptranthes Berg. ; 
Kugenia Wr. | 
—  parvifolium Gris.—Guayabito San Antonio. 
—  rotundatum Gris. 
var., triflorum Gris. 
Entiéndase Mouriri spathulata Gris. (Mouriria).—Mirto del pais- 


Disposicién de las familias de las Periantiadas. 


Ademas de las 101 familias que representan en Cuba la sub- 
clase de las Periantiadas, ésta comprende 15, completamente 
exOticas. El total de esas 116 familias, el orden en que se dis— 
ponen, las exdticas en Cuba—que se indican con un aste- 
risco y las que tienen su catailogo en la primera parte del 
actual, se expone en el siguiente cuadro ('): 


Orven I.—Dialipétalas. 


SuporDEN I.—Dialipétalas superovariadas. 


Ranunculaceas. I. Berberideas. I. Dilenidceas. 
Anondceas. Laurineas. Ocndceas. 
Magnoliaceas. I. Ninfeaceas. I. Dipterocarpeas. * 
Monimidaceas. * Malvaceas. I. Sarcoléneas. * 
Menispérmeas. — Ternstremidceas. I. Humirieas. * 
Miristiceas. * Clusiaceas. Euforbiaceas. 


(1) Tomado de nuestras Nociones de Botanica sistematicu. Habana, 1§93, pagi- 
nas 20 y 21. 


302 


Buxeas. 
Empétreas. * 
Cisteas. I. 
Bixaceas. 
Samideas. 
Pasifléreas. 
Hipericaceas. I. 
Tamariscineas. I. 
Violdceas. I. 
Droseraceas. I. 
Sarracéneas. * 
Nepénteas. I. 
Resedaceas. I. 
Cruciferas. 
Caparideas. I. 


ANALES 


Papaveraceas. I. 
Geraniaceas. I. 
Linaceas. I (y II). 
Crasulaceas. I (y II). 
Elatineas. I. 
Cariofileas. I. 
Portulaceas. I. 
Zigofileas. I. 
Rutaceas. I. 
Meliaceas. 
Simarubeas. I. 


Anacardidceas. 
Sapindaceas. 
Sabieas. 
Malpiguidceas. I. 


DE HISTORIA NATURAL. 


(134) 


Poligaleas. I. 
Tremandreas. * 
Voquisidceas. * 
Leguminosas. I (y II). 
Connareas. I. 
Rosaceas. I. 
Moringeas. I. 
Celastraceas. I. 
Dicapetaleas. I. 
Tlicineas. I. 
Olacineas. I. 
Viteas. 
Ramneas. I. 


SuporpEN I].—Dialipétalas inferovariadas. 


Cacteas. I. 
Saxifragaceas. I. 
Litraceas. I. 
Enoteraceas. 
Halorageas. 


Combretaceas. [. 
Rizoforaceas. 
Melastomaceas. 
Mirtdceas. I. 
Lodseas. I. 


Umbeliferas. I. 
Aralieas. I. 
Pitosporeas. I. 
Corneas. I. 


OrveN Il.—Gamopétalas. 


SuBORDEN ].—Gamopétalas superovariadas. 


Ericaceas. I. 
Epacrideas. * 
Diapensiaceas. * 
Lennoéas. * 
Cirileas. I. 
Primulaceas. I. 
Plumbagineas. I. 
Mirsineas. I. 
Sapoteas. I. 
Ebendceas. I. 


Estiraceas. I. 
Soldneas. 
Boragineas. I. 
Hidrofileas. I. 
Polemoniaceas. I. 
Convolvulaceas. 
Gencianeas. I. 
Loganieas. I. 
Apocineas, 
Asclepiadeas. 


Oleaceas. I. 
Escrofularineas. 
Labiadas. I. 
Utricularieas. I. 
Gesnerdaceas. 
Bignoniaceas. I. 
Acantdceas. 
Selaginaceas. I. 
Verbendceas. 
Plantagineas. I. 


SusorpEN I].—Gamopétalas inferovariadas. 


Campanulaceas. * 
Lobélieas. I. 
Estilidieas. * 
Goodénieas. I. 


Jucurbitaceas. 
Rubidceas. 
Caprifolidceas. I. 
Valeridneas. I. 


Dipsdceas. I. 
Calicéreas. * 
Compuestas. I. 


LAS 


CHAFARINAS, 


DON SALVADOR CALDERON. 


(Seccién de Sevilla.— Sesion del 6 de Septiembre de 1894.) 


El escaso conocimiento que se posee de esos penones llama— 
dos islas Chafarinas, 4 los que los ultimos sucesos de Melilla 
han dado cierta celebridad, me habia sugerido la idea de en- 
carecer 4 nuestro distinguido consocio D. Miguel Iborra, far- 
macéutico militar, que fué destinado el ano anterior a prestar 
servicio en aquel puesto, a que hiciera de él un trabajo de 
conjunto sobre su topografia, gea, flora y fauna. Mas habiendo 
sido trasladado este senor cuando reunta los datos para reali- 
zar dicho trabajo, me los ha enviado con sus recolecciones 
renunciando a él por completo. Posteriormente tuve noticia de 
que el sabio oculista, establecido en Sevilla, D. Vicente Chi- 
ralt, habia escrito hace anos una memoria, que permanece atin 
inédita, sobre la Zopografia médica de Chafarinas; y habiéndo- 
me permitido consultarla y servirme de los datos que contiene 
con su habitual complacencia, he creido que, unidos todos 
estos materiales al reconocimiento de los productos recogidos 
por el Sr. Iborra, podrian en conjunto dar idea de la natura— 
leza de aquel pequeno, pero curioso pedazo de tierra espanola, 
casi desconocido hasta ahora. 


NompreE.—Las Chafarinas, islas Ya/arin, Zaffarines de los 
franceses, son las Zres Jusul@ de los gedgrafos antiguos y las 
Djafardn de los arabes. Se han hecho varias suposiciones sobre 
el origen de este nombre; pero como no parecen suficiente— 
mente fundadas, ni el asunto es de importancia para nuestro 
objeto, prescindiremos de tales disquisiciones filologicas. 


304 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 


TopoGRaFia.—Son estas islas adyacentes a la costa N. de 
Marruecos, de la cual distan 14.000 pies, estando al E. de Me- 
lilla y cerca, por consiguiente, de la frontera argelina. Hallan- 
se casi en el meridiano de Almeria, a los 3° 53’ longitud orien- 
tal del de la isla de San Fernando y a los 35° 12" latitud N. 
Distan unas 40 leguas del litoral de la Peninsula. | 

Son tres islotes cuyo nombre y descripcién es la siguiente: 

La llamada isla del Congreso es la mayor y mas occidental; 
tiene cinco cables de N. AS. y 17 de perimetro y su forma es 
casi circular, con excepcidn de una gran cortadura que ofrece 
por la parte O. en un quinto de su extensidn. Su cuspide se 
eleva 4 240 pies sobre el nivel del mar, descendiendo rapida- 
mente hacia el centro del grupo de las islas. Es muy acciden- 
tada, y la sola que ofrece alguna vegetacién, presentando 
asperos barrancos a poniente que revelan, por el aspecto escar- 
pado y agreste de sus rocas, la obra de antigua denudacién 
marina. 

Al ENE. de la anterior se halla la isla de Isabel II, que 
mide unos 10 cables de periferia, siendo la segunda en mag- 
nitud y la mas importante por su posicién céntrica. Su forma 
es aproximadamente circular y llana su superficie, alcanzando 
en su elevacién maxima sobre el nivel del mar 190 pies. En- 
cuéntrase bastante resguardada del viento y su aspecto, al 
decir del Sr. Chiralt, es agradable y animado cuando el puerto 
esta algo concurrido, contrastando con la soledad y aspereza 
de la costa proxima. 

La menor y mas occidental de estas islas es la del Rey, de 
forma sumamente irregular. Su elevacidn maxima sobre el 
nivel del mar es de 170 pies, y la extensién de su superficie de 
un millén de pies cuadrados. El centro es llano y accidentados 
los bordes, estando cortada bruscamente al E. y descendiendo 
suavemente en la opuesta direccién. 

Entre la isla de Isabel II y la del Congreso hay un canal de 
1.200 pies de anchura y otro de 600 entre la primera y la del 
tey. Un puerto que se ha proyectado completar une estas dos 
ultimas islas; puerto que, alin en su estado actual, es el Unico 
refugio sezuro que existe en la bravia costa septentrional de 
Marruecos, donde no hay ninguno otro mediano desde Oran 
hasta el Estrecho. Bien conocidos son los servicios que ha 
prestado durante los ultimos sucesos de Melilla. 


(3) Calder6n.—LAS CHAFARINAS. 303 


Son las Chafarinas unas rocas desnudas, casi sin vegetacién 
ni cultivo y desprovistas de agua potable. Con tales condicio- 
nes y su reducida extensién, claro es que su poblacién no pue- 
de ser numerosa ni tender 4 aumentarse. Seetin el censo de 
1887, contaban con 703 habitantes, de los cuales sélo 104 eran 
mujeres. 

El clima de estas islitas es templado y agradable, pero muy 
huimedo el aire. 

Antiguamente eran refugio de piratas, sin que su historia 
haya ofrecido nada digno de recuerdo, 4 pesar de las averi- 
guaciones hechas con diligencia suma por el mencionado se- 
nor Chiralt. En 1848 el gobierno espanol decidid su ocupacién 
con proposito de fortificarlas, realizindola, con todas las for- 
malidades acostumbradas, el 4 de Enero de dicho ano. Lo mo- 
derno de la fecha desde la cual nos pertenecen estas pequenas 
islas, explica bien la escasez de noticias que de ellas se poseen 
y la carencia de las de nuestros gedgrafos clasicos, que en su 
mayoria son anteriores al mencionado suceso. 


IMPORTANCIA DE LAS CHAFARINAS.—Las opiniones mas con- 
tradictorias han sido expuestas por los pocos que hasta ahora 
se han ocupado de esta cuestidn. Al paso que el Sr. Chiralt 
juzga que debieran abandonarse las islitas que me ocupan, 
después de volar el puerto y sus débiles fortificaciones 6 ven- 
derlas a Francia, hay quien las atribuye un gran porvenir y 
recomienda realizar en ellas obras de consideracién. Ambas 
opiniones tienen su fundamento; porque, si se atiende 4 la 
produccion, las Chafarinas son completamente inttiles para la 
industria y la agricultura, como lo han probado los intentos 
de cultivo de trigo, melones, patatas, etc., y costosas de soste- 
ner, y, en suma, constituyen uno de esos nidos de dguilas, como 
llaman los gedgrafos extranjeros 4 nuestros presidios menores 
de la costa septentrional del Africa; si se toman en cuenta, en 
cambio, las condiciones de estas islas como abrigo 4 las em- 
barcaciones y su posicion estratégica frente al valle del Muluya 
y no lejos de la frontera oranesa, mejora extraordinariamente 
el concepto de su utilidad. 

El puerto de Chafarinas es excelente por hallarse abrigado 
del viento N. por la isla del centro (Isabel II), del de poniente 
por la del Congreso, de levante por la del Rey y el del S., 


ANALES DE HIST. NAT. — XXIII. 20 


306 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) 


unico que tiene acceso a él, esta moderado por la proximidad 
de la costa. Constituye, en fin, un precioso refugio para las 
naves que no pueden aguantarse en las aguas de Melilla, y en 
el porvenir puede ser asiento principal de nuestra influencia 
en Marruecos. Tal es la opinion del Sr. D. Castor Ami (1), quien 
concede toda esta significacién y utilidad al puerto de Chafa- 
rinas, sobre todo convirtiendo su bahia en un fondeadero eé6- 
modo, lo que podria realizarse sin grandes gastos. Por su posi- 
cidn son estas islitas un puerto militar avanzado de la plaza de 
Melilla, y, si como dice el Sr. Ami, llegara un dia a nuestro 
poder el territorio del Cabo del Agua con laextensién suficiente 
para ocupar la boca del Muluya, navegable en alguna exten- 
sin, las Chafarinas adquiririan extraordinaria importancia 
convertidas con poco costo en un gran puerto militar y de re- 
fugio, cuando se construyera una plaza de guerra en el pro- 
montorio del Cabo del Agua y un establecimiento comercial 
en la desembocadura del Muluya. Por el momento son muchas 
las dificultades que se oponen a la realizacion de tan laudables 
propositos, y entre ellos el gran desconocimiento que hay del 
Riff por falta de exploracién y estudio; pero de todos modos es 
indudable que nuestra colonizacién por la parte septentrional 
de Africa debe tener por base a Ceuta, Alhucemas, Melilla é 
islas Chafarinas, y que la empresa exige crear buenos puertos 
y dar 4 estas plazas una cierta autonomia. 

El Sr. Chiralt es de opinién de que estas islas podrian servir 
para establecer en ellas un lazareto, pues su proximidad al 
Estrecho hace la situacién comoda para los buques que, proce- 
dentes de las Antillas 6 Filipinas, vengan a la Peninsula con 
patente sucia y que ahora tienen que ir a pasar su cuarentena 
en Vigo 6 Menorca. 


GEOLOGIA.—Escasos por extremo son los datos que he podido 
reunir respecto 4 la estructura geolégica, hasta hoy descono- 
cida de las Chafarinas; todo se reduce 4 un trabajo, creo iné- 
dito, de D. Ramén Ayala y Sipar, oficial farmacéutico del 
Cuerpo de Sanidad, sobre las cales elaboradas en la isla de 
Isabel IT, en el que apunta algunas consideraciones generales 


(1) Congreso espanol de Geografia colonial y mercantil celebrado en Madrid en 
Noviembre de 1883. Actas, t. 1, 1884. 


(5) Caldero6n.—LAS CHAFARINAS. 307 


sobre el origen de dichas islas, en que no estoy conforme, y a 
una noticia de M. Vélain (1), reproducida por Suess en su fa- 
mosa obra (2), en la que cita la existencia en ellas de traquitas 
y fonolitas. Felizmente el Sr. Iborra tuvo la idea de remitirme 
muestras de varias rocas de las islas, que he podido estudiar y 
constituyen el primer punto de partida seguro para el cono- 
cimiento de su geologia. 

Constituyen las Chafarinas un macizo de rocas volcanicas, 
coronadas por una serie de tobas y unos bancos de caliza sedi- 
mentaria de edad desconocida. 

Las rocas enviadas pueden clasificarse en tres grupos: ande- 
sitas compactas, escorias y tobas, sin que haya entre ellas re- 
presentacién alguna de traquitas ni de fonolitas, no obstante 
la cita de M. Vélain, anterior 4 los progresos de la petrografia 
microscépica. 

Las andesitas son de dos tipos: augiticas obscuras unas, y 
porfidicas rojizas las otras. 

Los ejemplares de andesita augitica obscura proceden de la 
parte anterior y posterior y mas alta de la isla del Congreso. 
Son rocas compactas, obscuras, en cuya pasta destacan crista- 
litos porfidicos de feldespato blanco en los ejemplares frescos, 
y amarillento en los alterados. En las secciones delgadas apa- 
recen constituidas por una pasta microscépica de cristalitos de 
plagioclasa y augita con muchos granos de magnetita. Las 
pequenas plagioclasas creo deben referirse 4 la andesina. 
Existen individuos porfidicos de augita en granos irregulares 
y de plagioclasa, que parecen en su mayoria oligoclasa, algu- 
nos de sanidino y otros grandes de olivino con un espeso bor- 
de de oligisto. En unos ejemplares este ultimo mineral abunda 
mucho mas que en otros, pero en todos ellos el caracter ande- 
sitico de la roca es igualmente manifiesto. Se ven, en fin, al— 
gunas formaciones secundarias de cuarzo. 

Las andesitas augiticas porfidicas de color rojizo remitidas, 
proceden de la isla de Isabel II y de la parte media de la del 
Congreso. Los ejemplares estan muy descompuestos y deben 
a su alteracién una /acies traquitica marcada. De su pasta 
rojiza de distinta intensidad 4 trechos, por la conversién de los 


(1) Compt. rend 1874, t. Lxvitt. p. 73. EP ike yr Od 
(2) Antlitz der Erde, t.1, p. 29?. dey /3 


308 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) 


bisilicatos en 6xido de hierro, destacan cristales blanquecinos 
de aspecto vitreo, y en algunos abundantes secciones de con- 
torno exagonal de mica volcanica, del mismo color rojizo de la 
pasta de la roca. La descomposicion esta demasiado adelantada 
para permitir un examen completo de la estructura y compo- 
sicidn de estas andesitas; pero, desde luego, llama la atencién 
la abundancia de maclas de oligoclasa y sanidino, muy ricas 
en inclusiones. Los bisilicatos porfidicos en los restos atin no 
descompuestos, parecen corresponder ‘todos 4 la augita. En 
ninguna de estas rocas he visto olivino ni productos que indi- 
quen su existencia, ofreciendo en el microscopio evidente 
caracter andesitico. 

En la playa de la isla del Congreso recogié también el senor 
Iborra escorias volcanicas muy porosas, unas amarillento- 
rojizas y otras negruzcas y brillantes. 

Las demas rocas enviadas son tobas de diverso aspecto, que 
por lo visto abundan en las Chafarinas. Unas consisten en 
peperinos rojizos de granos gruesos, entre los que se recono- 
cen diversos detritus de minerales volcanicos, como el que 
procede de la parte media de la isla del Congreso; otras, como 
las recogidas al 8. de la misma isla, son un barro blanquecino 
endurecido, que empasta trozos de diverso tamano de andesita 
negra, y otras, de la parte mas baja de la misma isla, estan de 
tal modo infiltradas de silice, que se tomarian 4 primera vista 
y por su examen exterior por trozos de silex. En la seccién 
delgada se ve que estan constituidas estas ultimas por una 
masa de cuarzo granulitico en la que, 4 manera de nubes de 
distinta intensidad, se difunden elementos ferruginosos ocra- 
ceos y negruzcos, Ultimo resto de la descomposicién del piro- 
xeno. Algunos trozos estan cubiertos de una capa espesa y 
muy bella de hialita. 

La tierra que rellena las hondonadas es principalmente pro- 
ducto de la descomposicion de estas rocas tobaceas y de color 
rojo, abundando en ella el oligisto en laminas brillantes. Este 
mineral, con el alumbre, que se encuentra en algunas partes 
bajas y en las diaclasas de la andesita y el nitro que impregna 
el suelo, especialmente en el lado O. y SO. de Isabel II, cons— 
tituyen las especies que hasta ahora se conocen en las islitas 
en cuestion. 

Descansa sobre las rocas volcanicas mencionadas, segun las 


(1) Calder6n.— LAS CHAFARINAS. 309 


noticias de los Sres. Ayala y Chiralt, entre el N. y el SO. de 
Isabel II y en el centro de la.isla del Rey, una capa de 143m. 
de espesor de caliza compacta, a trechos oolitica, sobre la que 
es sensible no poseer mas datos, pues ella daria quizas la solu- 
cidn de la edad geolégica de las Chafarinas. Se ha indicado 
que es granuda y compacta, comparada por el Sr. Chiralt 4 la 
piedra de Colmenar y empleada como material de construccion. 
Habla también el mismo senor de otras calizas cuya posicion 
no especifica: una hidraulica, explotada como piedra de cal y 
usada en la confeccién de los bloques artificiales en las obras 
del puerto, la cual, ensayada por el Sr. Ayala, contiene perd- 
xido de hierro y de manganeso; otras, blandas, arcillosas, con 
restos fésiles, existen en el extremo O. del Rey y NO. de Isa- 
bel Il, pero se carece de noticias estratigraficas y paleontold- 
gicas respecto a ellas. 

Si se trazara un corte geologico de alguna de las grandes 
cortaduras que ofrecen estas islas, mostrando la sucesién de 
sus rocas y en paraje que ofreciese la serie completa, ésta 
empezaria en la base, y componiendo la mayor parte de la 
masa, por las andesitas; a estas seguirian las tobas y el coro- 
namiento lo formaria el banco de caliza sedimentaria. 

Comparando las rocas enviadas por el Sr. Iborra con las del 
Cabo de Gata é isla de Alboran, que conocia previamente (1), 
y de las que luego se ha ocupado también el Dr. Osann (2), 
me sorprendié reconocer exactamente los mismos tipos hasta 
en los detalles de estructura y composicidn. Hoy se puede 
afirmar, y este hecho tiene una gran importancia geoldgica, 
que la linea de erupciones andesiticas, definida por el Sr. Qui- 
roga (3), que partiendo de Cartagena y Mazarrén, va por el 
Cabo de Gata a la isla de Alboran, alcanza a las Chafarinas, 
atravesando, por consiguiente, el Mediterraneo. Esta linea 
andesitica se caracteriza, tanto por la composicién primitiva 
de sus rocas, como por la abundancia de penetraciones poste- 
riores de silice, segtin acabo de decir ocurre en Chafarinas, a 


(1) studio petrografico sobre las rocas volcanicas del Cabo de Gata éisla de Alboran. 
(Bol. de la Comision del Mapa geol. de Espana, t. 1X, 1882.) 

(2) Beitrage zur Kenntnis der Bruptivgesteine der cabo de Gutu. (Zeitschr. ad. deutsch. 
geol. Gesselis. 1889.) 

(3) La limburgita de Nuévalos. (ANaL. DE LA Soc. Esp. pe Hist. NAT., t. x11, 1884.) 


310 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) 


diferencia de las restantes regiones volcanicas de la Peninsula. 

Tratase de voleanes homogéneos y submarinos, como lo indi- 
ca la abundancia de tobas estratificadas, la falta de bombas y 
lapillis, y sihay algunas brechas con aspecto explosivo deben 
ser resultado de la fragmentacion de las rocas volcanicas nor- 
males. De otra parte, el estar coronadas estas por la capa ca- 
liza, da la prueba definitiva de dicho aserto. 

Un levantamiento gradual de las islas, posterior a la conso- 
lidacién de la roca eruptiva y 4 la sedimentacion de la caliza, 
explica cumplidamente, aqui como en Canarias (1), las nota- 
bles erosiones 4 que deben unas y otras islas su aspecto escar- 
pado. La misma accidn es la que ha dejado separados por 
canales, y en forma de tres islotes distintos, el macizo de Cha- 
farinas, el cual forma un todo armonico que revela ser primi- 
tivamente un solo edificio volcanico. 

Aunque la estratigrafia no ha proporcionado aun datos sufi- 
cientes para poder deducir de ella la edad geolégica precisa de 
las islas que me ocupan, su correlaciOn con las rocas de Gata 
permite esclarecer tan importante extremo. En efecto, los tra- 
bajos del Dr. Osann (2) han mostrado que estas corresponden 
a dos estadios: uno mas antiguo, en el que surgieron las »nde- 
sitas hornbléndicas y micaceas; y otro mas moderno, en que 
lo hicieron las andesitas augitico-hipersténicas y las liparitas. 
A este segundo estadio corresponden parte de las rocas de toda 
la linea andesitica antes mencionada y las que componen las 
islas de Alboran y Chafarinas. 

Las Chafarinas no son ciertamente el extremo de esta serie 
de productos volcanicos y la terminacién, por consiguiente, de 
la linea litoral mediterranea espanola. En las grandes cordi- 
lleras del N. de Africa se sabe existen otras muchas manifes— 
taciones, ora en forma de islas que se alzan en el mar, ora en 
el mismo continente.. Kn primer lugar se encuentra la isla 
Galita y sus subordinadas, constituidas por traquitas y rocas 
doleriticas, 4 lo que se dice, y en Dellys, Oran, cercanias de 
Nemours y otros sitios, las hay calificadas de basalticas. Todas 
estas manifestaciones constituyen el ultimo testimonio de las 


“(1) CaLpERON: Resena de las rocas de lu isla volednica Gran Canaria. (ANAL. DE LA 
Soc. Esp. pg Hist. NAt., t. 1v, 1875.) 
(2) Obr. cit. 


(9) Calder6n.— LAS CHAFARINAS. 311 


acciones que han producido esa serie de relieves sucesivos 
que representan una misma zona de plegamiento que rodea 
de una manera casi continua la cuenca del Mediterraneo occi- 
dental, como lo ha demostrado el eminente Suess (1). 

FLorA.—No se poseen mas datos respecto a las plantas de 
Chafarinas que los recogidos por el citado farmacéutico mili- 
tar Sr. Ayala, de los que he tenido noticia por la memoria del 
Sr. Chiralt, y los que proporcionan los ejemplares remitidos 
por el Sr. Iborra a Sevilla. 

Kl Sr. Ayala cita las siguientes plantas, en su inmensa ma- 
yoria del Congreso y del extremo SE. de la del Rey: 


Bromus. Picridiun. 
Dactylis. Sonchus Tenerrimus L. 
Cynosurus. Senecio Gallicus Will. 


Asparagus officinalis L. 
— acutifolius lL. 

A sphodelus. 

Rumen. 

Chenopodium. 


Leta vulgaris Lu. Barrilla. 


— maritima L. 
Salicornia. 
Hurotia. 
Mercurialis annua L. 
Huphorbia rubra Cav. 
Plantago coronopus L. 


Heliotropium europewm L. 


Anagallis arvensis L. 
Statice sinuata . 


Zacinthia. 
Leucanthemum. 
Calendula arvensis L. 
Bryonia dioica Jacq. 
Holostewm umbellatum UL. 
Sagind. 

Arenaria rubra L. 
Frankenia levis Lu. 
Corydalis capnoides Pers. 
Fumaria densifiora D. C. 
Geranium. 

Malva sylvestris L. 
Tetragonolobus. 
Securigera coronilla D. C. 
Melilotus parviflora Dest. 


— dichotoma Cav. Ferula communis L. Canaheja. 
Tolpis. Daucus (2). 


El Sr. D. Miguel Iborra recogié también plantas en Chafari- 
nas durante unos seis i ocho dias que tuvo disponibles en el 
mes de Mayo; pero la premura de tiempo no le permitid hacer 


(1) Obr. cit. 
(2) He creido conveniente suprimir algunas especies que cita el autor, por nece- 
sitar de confirmacion en opinidn de personas tan competentes como el Sr. Lazaro. 


312 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) 


mayores herborizaciones ni preparar convenientemente los 
ejemplares, los cuales, para colmo de desgracia, estuvieron 
almacenados en sitio himedo y en pésimas condiciones en 
Malaga, varios meses antes de llegar a mi poder. El Sr. Iborra 
contd unas 28 especies en flor en el mes de Mayo, en la isla 
Isabel II y 23 en la del Rey; mas no ha sido posible presentar 
una lista de ellas por las circunstancias dichas. Con todo, el 
Sr. Lazaro ha tenido la complacencia de examinar el desdi- 
chado envio y de remitirme la lista siguiente: 


Setaria viridis P. B. 
Lolium perenne L. 
Hordeum murinum L. 
(Otras gramineas indetermi-— 
nables.) 
Urtica wrens L. 
Mercurialis annua L. 
Salsola (dos especies indeter- 
minables). 
Chenopodium polyspermum A. 
— hybridum UL. 
— album L. var. vi- 
ride Moq. 
Plantago coronopus L. 
Stachys hirta L. 
Marrubium vulgare L. 
Nicotiana glauca Grech. (es- 
capada). 


Ningtn arbol existe en las 


Echiwm vulgare? L. (4j. incom- 
pleto.) 
Convolvulus altheoides L. 
Chrysanthemum sp. 
= (Pyretrum) sp. 
Calendula sp. 
(Hay otras compuestas inde- 
terminables.) 
Spergularia campestris Wk. 
Polycarpon tetraphyllum L. 
Herniaria hirsuta \. 
Lotus edulis L. 
Frankenia pulverulenta L. 
Geranium Robertianum lL. 
Malva rotundifolia L. 
Senebiera didyma Pers. 
Diplotaxis sp. 


Chafarinas, lo cual acusa en 


verdad incuria, mucho mas tratandose de un sitio en que se 
encuentra un establecimiento sanitario. El Sr. Chiralt proponia 
la plantacién de acacias como primer intento de arbolado, cosa 
que seria en realidad bastante facil, como ensayo al menos. 
El Sr. Iborra me refirié el asombro y buena acogida que tuvo 
en el pais la aparicién de una planta que prometia suplir la 
deficiencia de vegetales arbdreos. Se trata de una plantita que 
aparecié en una maceta de un particular y que transportada 
en el suelo formé un arbol de 445m. de altura. Las semillas 
acarreadas por el viento reprodujeron varios individuos, y uno 


(11) Caldero6n.—LAS CHAFARINAS. 313 


de ellos evado al huertecito de casa del gobernador, ha lle- 
e@ado 4 mayor altura que el primitivo, no obstante haber sido 
una vez tronchado por el viento. La planta emigrante, de la 
cual envié este senor ejemplares y semillas, ha resultado ser 
la Nicotiana glauca Grech., que figura en la precedente lista. 

En punto a criptégamas poco es lo que puedo decir, por no 
haber sido asunto estas de recoleccién especial. El lavado del 
caparazon de una centolla ha proporcionado al Sr. Paul bastan- 
tes diatomeas, que estan en estudio. También vinieron con 
otros objetos unos ejemplares de Cystosira fibrosa, segun deter- 
minacion del Sr. Lazaro; y por cierto estas algas llegaron com- 
pletamente cubiertas de unas excrecencias blancas cuya natu- 
raleza no ha podido determinarse. Adheridos a los ejemplares 
de rocas existen algunos liquenes: Physcia parietina L. y una 
Lecanora. Seguin noticias del Sr. Chiralt, en el lado NO. del 
Congreso, en los acantilados mas bruscamente cortados, crece 
un liquen empleado en tintoreria, que compraban los france- 
ses; pero dificil de explotar por los sitios en que vive. Se tra— 
tara sin duda de la Roccella tinctoria D. C., que he tenido oca- 
sion de reconocer también recientemente adherida a rocas 
volcanicas procedentes de las Columbretes, en ejemplares 
remitidos por el profesor D. Eduardo Bosca. 


Fauna.—Los materiales enviados no son suficientes para dar 
una idea completa de la fauna de Chafarinas, y sdlo como 
datos para ella los mencionaré, afadiendo algunas noticias 
que me han sido comunicadas sobre el asunto en cuestion. 

De organismos inferiores es muy poco lo que puede citarse. 
El lavado practicado en el laboratorio del exosqueleto de al- 
eunos crustaceos did un gran numero de foraminiferos y espi- 
culas de espongiarios y celentéreos. Un espongiario del grupo 
Spongelia Nard., se halla sobre una valva de A7ca y también 
fué remitido un fragmento de Astrea. 

No se ha recibido ningtin ejemplar de equinodermos ni de 
gusanos y sdlo algunas espinas de erizo y restos de briozoos 
pudieron separarse mediante el lavado del carapazoén de la cen- 
tolla antes mencionada. 

Los insectos, sin ser excesivamente variados ni abundantes, 
con excepcidn de las molestas moscas, al decir del Sr. Chiralt, 
no dejan de tener representacién en Chafarinas en sus grupos 


314 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) 


principales. Los remitidos, determinados en su mayor parte 
por el Dr. D. Manuel Medina, son los siguientes: 


Sepidium bidentatum Sol. Aphenogaster barbara L. 
Cleonus excoriatus Gyllh. Pheidole pallidula Nyl. 
Pyrrhocoris egyptius \. | Athalia Rose . 
Periplaneta americana L. | Pimpla. 


Camponotus Foreli Em. 


Dos miriapodos se recibieron, aunque llegaron demasiado 
estropeados para poderlos clasificar con certeza: uno es una 
Scolopendra y el otro un Geophilus (probablemente el @. elec- 
tricus L.) Otro tanto sucedié con los aracnidos que venian con 
los anteriores, de los cuales sdlo puedo mencionar ejemplares 
de Lycosa Dufouri EK. Simon, de ZL. sp., de Loxoscelis rufes- 
cens L. Duf. y varios individuos de Zegenaria, de la comin en 
las casas. Se dice que en la isla del Congreso existen alacranes, 
pero no ha sido remitido ningun ejemplar. 

De crustaceos se ha recibido un caparazén ya mencionado 
de centolla (Maia squinado Herbst.); una pata de Carcinus y un 
individuo en alcohol de Anilocra mediterranea Leach. 

Los moluscos remitidos por el Sr. Iborra no han sido escasos 
en ejemplares, pero si en especies, sin ofrecer ninguna notable 
6 rara, y Solo las siguientes: 


Murex trunculus L. Trochus Richardi Pay. 
Nassa varicosa Tourt. — sp. 
Purpura hemastoma i. Haliotis striata Lyk. 
Cyprea pyrum Gml. Patella. 

— sp. (Ejempl. rodado.) | Arca Noe L. 


Turbo rugosus L. | 


A estas habra que anadir, cuando se determinen, pequenas 
especies obtenidas por el lavado del caparazén de la centolla 
y de algunas hierbas marinas secas remitidas con él. El senor 
Chiralt me comunica que abundan ademas el-calamar, la 
gibia y el pulpo, del cual dice haber visto uno que media mas 
de 2m. 

Kn cuanto a los vertebrados las noticias que puedo dar se 
referiran exclusivamente a los informes de los citados senores. 


(13) Calderon. — LAS CHAFARINAS. 315 


Asi respecto a peces, sdlo conozco la lista de los que segin el 
Dr. Chiralt se pescan en torno a las Chafarinas, que son los 
siguientes: salmén, atin, bonito, chora, espetén, sardina, 
arenque, bacalao, merluza, rodaballo, lenguado, murena, con- 
grio, tiburon, raya y por excepcidn algun otro. No han podido 
hasta ahora establecerse alli pesquerias organizadas, por mas 
que se ha intentado dos veces por lo menos; y no es de extra- 
nar dada la situacién y aislamiento de estos penones y la falta 
de elementos que hay en ellos. 

De reptiles y anfibios han sido remitidos por el Sr. Iborra y 
determinados por el profesor Sr. Bosca la muy interesante 
Trogonophis Wiegmanni Kp. y el Bufo viridis Laur., igual al 
de las islas Baleares, hallazgo importante para el conocimiento 
de la fdistribucién geografica de esta especie, que se halla 
también en el N. de Africa y no en la Peninsula, donde le 
reemplaza el B. calamita. 

Algunas aves pasan por las. Chafarinas y otras, aunque 
pocas, anidan en ellas. El Sr. Chiralt ha dado la siguiente lista: 
cuervo marino (Phalacrocorar), gaviota, una paloma silvestre 
que habita en las cumbres y grandes grietas del Congreso, 
codorniz, vencejo, golondrina, alondra, gorrién, tordo, mirlo, 
cuervo, milano, buitre, quebranta—huesos y aguila pescadora 
(A. chrysaétos L.) También el Sr. Iborra me ha comunicado 
que en la isla del Congreso anidan aguilas, gavilanes, cuervos 
y gaviotas, y valiéndose de los confinados, se proporciond un 
pollo de aguila con propésito de criarle y remitirmelo, lo 
cual no tuvo efecto por haber muerto la cria por accidente 
casual. No logré tampoco hacerse con un flamenco que un pes- 
cador maté en el mar y que, por equivocacion, fué enviado a 
Malaga. 

Por ultimo, los mamiferos terrestres estan representados sélo 
en Chafarinas por la rata doméstica, pues aunque corria en la 
localidad la especie de que en otro tiempo hubo alli conejos, 
las opiniones resultan contradictorias y el Sr. Chiralt se inclina 
a negarlo. Parece abundan los delfines y que alguna que otra 
foca (Pelagius monachus Herm.) anida en las sinuosidades cos— 
teras del Congreso. 

Desgraciadamente los envios del Sr. D. Miguel Iborra no 
resultaron tan abundantes como él se proponia hacerlos, ni 
pudieron disponerse convenientemente ni remitirse con la 


316 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14' 


necesaria diligencia, debido todo a la breve residencia de este 
distinguido farmacéutico militar en Chafarinas y al trabajo 
abrumador que peso sobre él por coincidir su estancia con los 
lamentables sucesos de Melilla. Aun asi mi complaciente amigo 
ha prestado un servicio evidente a la ciencia y creo que lo 
indicado es suficiente para probar la utilidad de una excursion 
realizada en condiciones de recoger observaciones y ejempla— 
res para hacer la historia natural de ese pequeno pedazo de 
tierra espahola, que pudiera quizas un dia adquirir una im- 
portancia extraordinaria. 


Anales de la Sociedad espanola de Historia natural. 


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by La Puebla de Alcocer 
lotuivenza 

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C 1a-15-, 
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Alowiuelas- 
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Tere. Cortes dela Frontera 


Cadiz-3- 


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Estrecho de tibra/tar-2- 


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Canartas-Puerto Rtco- Camarines-Mantla 


Ilocos 


Malaga -Mindanao-Timor-Valencta ¥Murca -Lisbow 
Cuba ortental-Luzon WN E.-Archepitlago Filipino-Almerta 
Cuba centrad - Catalufia ~Andalica 

Hegton de Dasssy (Parte tntertor)- Cuba occidental 
Caltcta y Portugal- Navarra 

Espara central 


Regton de Daussy (Parte extervor) 


leyenda de /a intensidad de /as se/smicidades 


Regiones seismicas 


| Cocentaina ~ 


Ranier, Alcoy 
f- =Alcoy 


Linares-6- 


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NUT eee pctecne. 


dela Peninsula Iberica 


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cel foro ENINSULA IBERICA 
La Coruna-3- | Marquina ~Hernani Verto 
/ ‘ a! A le 2 
/ \ Andean Bat LEe 
Eros / \ Dass is 
° Lugo / \Ontate ene He Seo eoy {Sse 
@ Santityo de Composteda-5- if \ e Ariz & ac ity *. 
/ \ Pamplona-2-/ ee iN 
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LA PENINSULA 


IBERICA 


seismica y SUS 


COLONIAS 


POR 
F. de Montessus de Ballore, 
Comandante deArtilleria en Belle-lle-en Mer. 


1894. 


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San Jorge-246- 


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Isla Guam (Marianas) 


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OCEANO AYLANTICO 


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Africa Portuguesa del Este. 


Los Presidios. 


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ACTAS 


DE LA 


BOCIEDAD ESPANOLA . 


DE 


HISTORIA NATURAL. 


Sesion del 10 de Enero de 1894. 
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. 


—Leida y aprobada el acta de la sesién ultima el Presidente 
del ano anterior, D. Maximo Laguna, después de dar las gra- 
cias a la Sociedad, invité al Presidente electo para el ano pro- 
ximo Sr. D. Daniel de Cortazar & que le sustituyera, quien al 
hacerlo did también las gracias a la Sociedad por su eleccion. 

—(Quedaron admitidos como socios numerarios los senores 


Esplugues y Armengol (D. Julio), de Valencia, 
presentado en la sesién anterior por el Sr. Bolivar, en 
nombre del Sr. Bosca, y 


Benedicto (D. Juan) de Monreal del Campo (Teruel), 
presentado en la sesién anterior también por el senor 
Bolivar, en nombre del Sr. Zapater. 


—Se hicieron dos propuestas de socios. 

—HKstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas , acor- 
dando la Sociedad que se diesen las gracias 4 los donantes de 
las regaladas. 

Kl Sr. Secretario leyé el adjunto informe: 

«Los que suscriben, nombrados por la Sociedad de Historia 


ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 1 


ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


wm 


Natural en su sesién ordinaria de Diciembre de 1893 para 
revisar las cuentas de dicho ano presentadas por el socio Teso- 
rero Sr. D. Ignacio Bolivar é¢ informar acerca de ellas a la 
Sociedad, después de haberlas examinado con el deteni- 
miento debido y habiendo encontrado todas las partidas de 
perfecto acuerdo con sus correspondientes justificantes y 
dispuesto todo con el mayor orden y claridad, tienen el honor 
de proponer a la Sociedad la aprobacién de dichas cuentas, 
estimando también que procede otorgar un voto de gracias al 
Sr. Tesorero por el celo y actividad que ha presidido en su 
evestion. 

Madrid 3 de Enero de 1894.—Primitivo ArTIGAS, LUIS DE 
Hoyos Satnz, RAFAEL BLANCO Y JUSTE.» 

La Sociedad acordé por unanimidad conceder al Sr. Tesorero 
el voto de gracias pedido por la Comision. 

—Kl Sr. Secretario leyé también una carta que le habia sido 
dirigida por el socio Sr. Hoyos solicitando en su nombre y en 
el del Sr. Aranzadi autorizacién de la Sociedad para que sea 
publicado en aleman en los Archiv fiir Anthropologie, un tra- 
bajo de ambos senores titulado Avance a la antropologia de 
Espana, impreso en los ANALES de la Sociedad; autorizacion 
que ésta por unanimidad uniéd a la de los autores de la 
Memoria. 

—Hl Sr. Botella presentd a la Sociedad, dando cuenta de él, 
un trabajo de M. F. Montessus de Ballore, comandante de 
artilleria en Belle-Ile sur Mer, titulado Za peninsula cbeérica 
sismica y sus colonias, que pasd a la Comision de publicacion 
por acuerdo de la Sociedad,.y con cuya ocasidn el Sr. Presi- 
dente did breves pero muy interesantes noticias acerca del 
mapa sismico de nuestra Peninsula que el Sr. Fernandez de 
Castro tiene ya concluido y proximo a publicar. 

—El Sr. Hoyos leyo la nota que sigue redactada por el senor 
Aranzadi: 


Observaciones antropométiicas en los Cacerenos. 


En ocasién en que mi objetivo principal era otro muy dis- 
tinto, aproveché algunos momentos para verificar las obser- 
vaciones que hoy tengo el honor de presentar 4 la Sociedad y 
que se refieren 4 23 hombres de 24 4 25 anos de edad, natura- 


DE HISTORIA NATURAL. 3 


les de 11 distintos pueblos de la provincia de Caceres: las cir- 
cunstancias de lugar y tiempo, fueron causa de que las medi- 
das no se completaran por igual en todos y cada uno de los 
23 individuos, lo que hace que el valor definitivo sea, como 
luego veremos, mucho menor para aquellas medidas que, 
como la distancia ofrio-sinfisia sdlo alcanza 4 & individuos, 
que para aquellas otras que abarcan a los 23 hombres. 

Siendo el diimetro antero-posterior maximo de la cabeza en 
su valor medio de 193 y el transverso maximo de 149, el indice 
de las sumas es de 77,5, y por consiguiente cinco veces mas 
proximo que el de los guipuzcoanos al de los Chauias, tres 
veces mas a las Cabilas y nueve veces mas a los M’Zab: el 
indice de oscilacién es de 2,05 y la oscilacién probable del 
valor medio es + 0,43, de modo que podemos admitir que la 
serie no es muy heterogénea y su caracter dolicocéfalo se 
afirma bastante bien, El diametro frontal minimo es de 106, lo 
que da un indice de 70,8, muy proximo al de los vascos y muy 
inferior al de los Chauias. La circunferencia horizontal ofriaca 
es de 551, la curva ofrio-iniaca de 342 y la transversa super- 
auricular de 308, es decir, 20, 3 y 6 mm. respectivamente me- 
nores que las de los euskaldunas; no alcanzando el indice de 
oscilacién mas que a 16,44 y la oscilacién probable del valor 
medio mas que a 3,68 en la primera de las circunferencias, 
su diferencia de menos con relacién a la de los vascos nos ma- 
nifiesta la ausencia del caracter tipico en estos de la platice- 
falia en relacién inmediata con el gran desarrollo de la cabeza | 
en sentido horizontal. 

La longitud de la nariz es de 54,6 y su anchura de 34, lo 
que da como indice nasal de las sumas el de 62,3, no sdlo muy 
superior al de los guipuzcoanos, sino que excede también al 
de los Beni-M’zab, siendo el indice de oscilacion 4,31 y el de 
probabilidad del medio 0,92. La longitud ofrio-sinfisia 136, la 
ofrio-alveolar 89 y la ofrio-espinal 74, con una oscilacion pro- 
bable de + 0,82 en la segunda y de + 1,63 en las otras 4 
causa del menor numero de observaciones, son inferiores, 
sobre todo la primera, a las de los vascos, pero mayores que 
en los Beni-M’zab; con la anchura bizigomatica de 133,5 da la 
ofrio-alveolar el indice facial de 66,8, poco menor que el de 
los vascos y muy superior al de los M’zab. 

La boca es de 48,7 con indice de oscilacién 2,54 y oscilacion 


4 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


probable del valor medio + 0,54, por tanto mas ancha que la 
del euskalduna y mucho menor que la del M’zabita, influido- 
este quizas por mestizaje negro remoto, y por esto no apre- 
ciado en la observacion del Dr. Amat. La abertura palpebral 
es de 27,4 (ind. osc. 1,44, osc. prob. + 0,31), mayor que en el 
guipuzcoano y menor que en el M’zabita, asi como el intervalo 
ocular es de 31,7, algo menor que en los dos pueblos citados y 
la latitud biorbitaria 103,5 se puede identificar con la del 
vasco midiéndola en el borde interno de la apofisis orbitaria. 
La altura de la barbilla es de 36,7, algo menor que en el 
guipuzcoano; la anchura bigoniaca (106,5) da el indice gonio— 
cigomatico de 78,8 con indice de oscilacién 2,24 y oscilacién 
probable = 0,49, por consiguiente superior al que senalé como 
caracteristico en “7 pueblo Buskalduna (San Sebastian, 1889). 
El angulo facial es de 75° 30’, su indice de oscilacién 1,78 y la 
oscilacién probable + 24’, inferior por consiguiente al del 
guipuzcoano. 

La talla es de 1,650, con indice de oscilacién 33,9 y oscila— 
cién probable + 7,6, es decir, algo superior a la del vasco, 
pero hemos de tener en cuenta que, segun advierto en la 
pag. 46 de #/ pueblo Huskalduna el crecimiento no esta 
absolutamente terminado 4 los 21 anos: ademas la seleccién 
para las armas especiales se efectha no solo teniendo en 
cuenta la talla, sino también el grado de instruccion, y quizas 
esto Ultimo motive el que queden sin incorporar a aquellas 
armas muchos individuos de buena talla. La altura del oido 
es 1520, la de la barba 1447 y la del hombro 1360, en relacion 
casi idéntica a la del vasco en cuanto a sus diferencias con la 
altura del vértice. El tronco (sentado) aleanza a 842. 

La braza es de 1688, con indice de oscilacién 17,28 y oscila- 
cidn probable 4,07, menor que la del vasco y la del M’zabita; 
el brazo es de 305, mas corto que en el vasco, y sobre todo, 
que en el Beni-M’zab y Chauia y mas largo que en el Cabila; 
el antebrazo es de 251, mas corto que en el vasco y sobre todo 
que en el Chauia y Cabila y mas largo que en el M’zab; la 
mano es de 181, con indice de oscilacidn 6,31 y oscilacion pro- 
bable = 1,45, mucho mas pequena que en el vasco y en las 
tribus citadas; el pie es de 250, mucho menor que el vasco 6 
igual al de los M’zabitas. La relacién de la mano 4 la talla es 
de 10,9 casi igual a la de las Cabilas; en el pie es de 15,2, poco 


DE HISTORIA NATURAL. 5 


menor que en las tribus citadas y bastante menor que en 
el vasco. 

El color de la piel corresponde alnim. 24 de Broca en 5 indi- 
viduos, al 25 en 9, al 25-26 en 4, al 26 en 3 y al 26-32 en 1, 
lo que da mucha mayor proporcidn del tipo moreno que en 
los guipuzcoanos. El cabello corresponde al nim. 37 en un 
individuo, al 36-42 en 1, al 36 en 2, al 39 en 1, al 42 en 10, 
al 42-41 en 3, al 41 en 3, es decir, mas obscuro que el del 
guipuzcoano; la barba corresponde al nim. 46 en 1, al 43-36 
en 1, al 36 en 3, al 37-39 en 1, al 42-36 en 1, al 42 en 1, al 41 
en 1, es decir, mas clara que el cabello analogamente a lo que 
sucede en el guipuzcoano. El color de los ojos corresponde al 
num. 14 en 4 individuos, al 9-8 en 1, al 4-9 en 4, al 4-3-9, en 1, 
al 4 en 2, al 3-4 en 4, al 3 eh 3, al 2-3 en 3, al 2 en 1; es decir, 
menor proporcion de ojos azules y verdes que en los vascos, 
mayor proporcién de ojos pardo-verdosos y sobre todo de ojos 
pardos y de tono mas obscuro. El ldbulo de la oreja es adhe- 
rente en 3 individuos y poco suelto en 1: la nariz es aguilena 
en 3 y recta en 9. 

Vemos por todos estos datos que los extremenos, por su 
menor indice cefalico y mayor nasal, cara mas corta y ancha 
en la mandibula, ojos mas grandes, menor angulo facial, 
manos y pies pequenos y mayor predominio del tipo moreno, 
se aproximan mas que el vasco 4 ciertas tribus berberiscas; 
sin embargo, no es posible identificarlos con ellas, tanto mas 
cuanto que hemos de tener en cuenta que aquellas no consti- 
tuyen tampoco una raza pura 6 poco mezclada y, verificandose 
el mestizaje con diversidad de razas segtin el pais y las vicisi- 
tudes de la historia, nunca podremos llegar a la identificacién 
que tan facil suele parecer a primera vista. Haciendo las 
observaciones en pueblos mezclados se hace preciso analizar 
cada uno de ellos en sus elementos componentes y comparar 
estos; es lo que todavia no se ha hecho con los berberiscos y 
seria muy util para las comparaciones con el analisis que pre- 
senté en mk Pueblo Huskalduna: por de pronto aparece cierta 
aproximacion del extremeno al elemento que en el vasco 
designé como «mediterraneo.» | 

—H] sr. Ramon y Cajal regalé a la Sociedad ejemplares de 
sus ultimas publicaciones histolégicas, que ésta agradecié pro- 
fundamente. 


6 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


—il Sr. Rodriguez de la Cruz (ID. Ricardo) abogado de los 
colegios de Madrid y Montilla did algunas noticias acerca de 
sus exploraciones arqueologicas y prehistoricas en los alrede— 
dores de esta ultima poblacién, que dieron margen a ligeras 
observaciones de los Sres. Presidente, Botella y Anton. 

—KHl Sr. Cazurro presento el siguiente estudio: 


Datos para la fauna de la provincia, de Madrid.—Mamiferos, 
por M. Cazurro. 


Deseoso de contribuir, eu la escasa medida que mis fuerzas 
lo permiten, al conocimiento de la Zoologia de nuestra patria, 
me ha parecido que no seria ocioso el reunir y recopilar 
cuantos datos pudiera, acerca de los mamiferos que forman su 
fauna, pero como esta tarea, requeria el consultar multitud 
de colecciones locales, esparcidas por todas las provincias, y el 
cabal conocimiento de estas, he tenido que limitar mi modesto 
trabajo al estudio referente 4 una sola regién, la provincia 
de Madrid, y sitios cercanos, acerca de la cual los datos publi- 
cados anteriormente, los ejemplares existentes en las coleccio- 
nes del Museo de. Madrid, y las excursiones por mis maestros 
y companeros y por mi mismo realizadas, me permiten reunir 
noticias sobre la mayoria de las especies que en ella habitan. 

A pesar de los graves defectos, que en estas notas, segura— 
mente aparecen, he creido oportuno el publicarlas, aspirando 
no a dar por estudiado el punto que en ellas me ocupa, sino 
a llamar la atencidn 4 los naturalistas espanoles para que le 
estudien y completen, poniendo de manifiesto lo deficiente 
de mis observaciones. Después de-publicados los catilogos de 
Reptiles y Anfibios de Espana por D. Eduardo Bosca, y de 
Aves, por D. Ventura Reyes y los trabajos de los Sres. Caste— 
llarnau acerca de las Aves de San Ildefonso, y del Sr. Vayreda 
acerca de las de Gerona, es extrano que no se haya publicado 
un catalogo de Mamiferos de Espana. iste hueco es el que los 
zoblogos deben tender a llenar; pero en el estado actual de las 
ciencias naturales en Espana, es atin tarea dificil de desempe- 
nar, por ser muy incompleto el estudio de las faunas locales 
y sobre todo el de los mamiferos de pequeno tamano, como la 
mayoria de los murciélagos, muchos roedores etc., cuya clasi- 
ficacion es siempre dificil. He creido por esto util, tratando de 


DE HISTORIA NATURAL. " 


aportar un grano de arena a la obra de este edificio, reunir 
y publicar los datos que pudiera acerca de la fauna de nuestra 
provincia, persuadido de lo que hace tiempo dijo el P. Torru- 
bia, y que adoptan como lema y principio de sus catalogos de 
Moluscos terrestres de Espana y Aves de San Ildefonso, natu- 
ralistas tan respetables como los Sres. Graells y Castellar- 
nau: «Vayanse formando sucesivamente muchos catilogos, 
de los objetos que produce nuestro suelo, que de ellos resul- 
tard el indice general de la Historia Natural Espanola.» 

No es este ciertamente el primer ensayo sobre los mamife- 
de la region central de Espana, pues ya en 1853 publicoé el 
Sr. Graells, el decano y maestro de la mayoria de los natu- 
‘alistas espanoles, tan competente en este ramo de la Histo- 
ria Natural, una lista de las especies observadas en el area 
matritense, que incluye en las Wemorias acerca del estado de 
los trabajos de la Comision encargada de la formacion de la 
carta geologica de la provincia de Madrid y general del reino, 
que en dicho ano publicé el Director de la Comisién senor 
Lujan. Después de esta lista realmente podra parecer ocio- 
so, que tratado el asunto por un verdadero maestro, yo el 
ultimo de sus disctpulos venga a sacarle nuevamente 4 luz: 
pero es de notar que dicho trabajo es meramente una lista, 
sin otras pretensiones y en la que desde luego se advierte que 
el ntimero de especies existentes ha de ser mayor que el de 
las citadas, y como el tiempo no pasa en balde, las denomina- 
ciones de muchas especies en ellas aceptadas han pasado a ser 
sinonimias de otras, se han adquirido mas datos y de algu-— 
nas en no corto numero (18 especies) no citadas en dicha lista 
se han logrado noticias positivas acerca de su existencia en 
esta region. Estas razones y el ser otra la indole de estas notas, 
me han determinado a publicarlas, sin pretender con ellas 
corregir las obras del que ha sido mi maestro, sino sumar los 
nuevos datos que el tiempo ha aportado a su trabajo. 

Hacer tnicamente una lista de las especies encontradas y 
acerca de las cuales he podido reunir datos autorizados, 
hubiera sido tarea poco provechosa, pues, para el que quiera 
dedicarse al estudio de este grupo, dejaria en pie las mismas 
dificultades que existen. Por esta razén y como creo que el 
conocimiento de la fauna de una regiédn no puede ser obra de 
un solo trabajador, he creido oportuno, tratar de facilitar esta 


8 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


tarea dlos queen ella se interesan, resumiendo los datos nece- 
sarios para que cada uno de por si pueda determinar las 
especies que encuentre y saber sicon ellas aumenta el numero 
de las conocidas como existentes en la fauna de la region que 
se estudia. Por esta razon, tomandolos en gran parte de los tra- 
bajos de Lataste (Catalogue provisoire des mammiferes sauvages 
non marines du département de la Gironde; Bordeaux , 1884), de 
Trouessart (Mammiferes de la France; Paris, 1884), y de Blasius 
(Fauna des Wirbelthiere Deutschlands. Braunschweig, 1857), in- 
cluyo entre estas notas, cuadros para la clasificacién de los dis- 
tintos @éneros y especies y las descripciones de ellas, tan nece- 
sarias para el que empieza a dedicarse al estudio de un grupo 
ya que frecuentemente la mala apreciacion de un caracter al 
aplicar los cuadros, puede conducir a graves errores, que se 
pueden evitar comprobando la descripcion de la especie. 

También me ha sido sumamente ltil, para este modesto 
resumen la obra, clasica entre los zodlogos espanoles, del 
Sr. Martinez y Saez, catedratico de la asignatura de verte- 
brados, titulada Distribucion metodica de los vertebrados (Ma- 
drid 1879) y & cuyo autor debo también dar testimonio de mi 
gratitud por haberme,permitido consultar las colecciones que 
de este grupo y localidad viene reuniendo, desde hace anos, 
con constante celo y laboriosidad en el Gabinete de Historia 
Natural. No debo tampoco omitir, dando a cada uno lo que 
suyo sea, lo utiles que me han sido las obras del Sr. Pérez 
Arcas, maestro de casi todos los zodlogos espanoles; el Ca/d/ogo 
de Aves de San Ildefonso del Sr. Castellarnau en que se citan, 
en su introduccién, diversas especies de mamiferos, propias 
de la regién montana; y los trabajos del Sr. Lopez Seoane, 
nuestro ilustrado consocio, acerca de los mamiferos de Galicia, 
y el catalogo de D. Antonio Machado, mi antiguo profesor, de 
los mamiferos de Andalucia (Sevilla 1869). 

Asi, pues, poca es la parte que a mi me corresponde en este 
modesto trabajo; el mérito y la mayoria de los datos en él con- 
tenidos, son obra de distinguidos zodlogos; los errores que en 
él pueda haber, solamente mios. 

Una observacién debo hacer para terminar: al tratar de la 
provincia de Madrid, realmente incluyo algunas especies 
(Arvicola nivalis, Capra hispanica, Mur tectorum ete.), cauyas 
citas no se refieren, en propiedad, 4 los limites geograticos de 


DE HISTORIA NATURAL. 9 


la provincia, pero que por hallarse positivamente en regio-— 
nes, cercanas 4 ella, es l6gico pensar que existan también en 
la parte que estudiamos, y como por otra parte la fauna de 
nuestra provincia no es en suma mas que la fauna central de 
Espana, no creo pecar por admitir con criterio un poco lato, 
algunas de las especies que en ‘todo el centro de la Peninsula 
existen; en términos analogos alo que el Sr. Graells denomina 
el «Area matritense.» 

Basado en estos fundamentos y con el criterio indicado, 
comienzo hoy por exponer los datos recogidos acerca de los 
mamiferos quirépteros, y sila Sociedad me honra, juzgando 
admisibles estas noticias, en notas sucesivas iré publicando 
los que 4 los demas Ordenes de mamiferos se refieren, que 
segun los datos que he podido recopilar comprenden las 59 
especies de la lista que sigue: 


ORDEN QUIROPTEROS Famitia Soricidos. 
Bogie ncishdos. Sorex alpinus Schinz. 
— vulgaris LZ. 


Rhinolophus ferrum equinum Schrb. Cvaciduneanineas@ied 


— hipposideros Bechs. 


: Pachyura etrusca Sav. 
—_ Blasii Peters. 
Famitia Erinaceidos. 
Faminia Vespertilidnidos. 
Erinaceus europzus ZL. 


Plecotus auritus L. 
Synotus barbastellus E. Geoff. ORDEN ROEDORES. 
Miniopterus Schreibersi Natt. oni wacinedien: 
Vesperugo (Vesperus) serotinus 

‘Scheie Sciurus vulgaris Z. 


— — discolor Famitia Midxidos. 
Natt. Myoxus glis L. 
— ee Schrb. oe rg egy. 
= pipistrellus Schrb. 
aa Reali Nate. Famitia Muridos. 
Vespertilio murinus Schrb. Mus rattus LZ. 


EPA — decumanus Pull. 
Famitia Embalontridos. ; 


— tectorum Savi. 


tin i Sav. 
Nyctinomus Cestoni Sav oe Rene: 


ORDEN INSECTivoRos. | — ‘Ylvaticus 7. HG 
Arvicola (Hemiotomys) amphibius 
Famitia Talpidos. Pall. 
Talpva europea L. — i nivalis? 


Myogale pirenayca E. Geoff. Martius. 


10 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Arvicola (Microtus) subterraneus | Felix domestica. Bris. var. hispa- 
Selys. nica, 
— — ibericus Selys | Lynx pardina Oken. 


— agrestis L. var. arvalis Pall. py 
Famitia Canidas. 


Famitia Leporidos. Canis vulpes L. 


— lupus L. 
— familiaris L. 


ORDEN ARTIDACTILOS. 


Famitia Bovidos. 


Lepus timidus ZL. 
— cuniculus ZL. 


ORDEN FIERAS. 


Famitia Mustélidas. Bachan 


Meles taxus Schrb. Capra hircus L. 
Lutra vulgaris Eraleb. — hispanica Schimp. 
Mustela vulgaris Briss. Ovis aries L. 

—  putorius Z. 


Famitia Cérvidos. 
—  furo Z. 


Martavtoud Canell Dama vulgaris Brooks. 


Cervus elaphus L. 
Faminia Vivérridas. Capreolus europzeus Brooks. 


Viverra genetta ZL. Famitia Suidos. 
Herpestes ichneumon LZ. var. Wid- | sug scrofa L. 

dringtoni Gray. 
ORD. PERISODACTILOS 
Equus caballus LZ. 
Felix catus L. — asinus L. 


Famiuia Félidas. 


MAMIFEROS. 


I. Con una membrana, en forma de ala, que reune los dedos de las manos entre 


si, el brazo y el antebrazo, 4 los costados y 4 las patas y estas con la cola..... 
alae, «/alnlelofoheherapeteleleysiehelwictes@ eielave cave Mi stereieicleye eivioheraters hte ORDEN I. QUIROPTEROS. 


I.1, Extremidades normales, dispuestas para la progresidén. 
1. Dedos terminados en unas. 
A. De tamano pequeno; con caninos y las muelas erizadas de puntas 
CONCHA 16 vinio,e,dofeinacisbrtatehe caiecrte sails ORDEN Il. INSECTIVOROS. 
B. De tamano pequeno; sin caninos, con los incisivos muy grandes, de 


crecimiento indefinido, separados por un hueco de los molares y estos 


CON a COLOMA PLAN. chine sisieistela siete seen etic ORDEN III]. ROEDORES. 
C. Detamano mediano 6 grande; con los caninos muy desarrollados y los 
molares cortantes 6 tuberculosos.............5 ORDEN IV. FIBRAS. 


1.1. Dedos terminados por pezunas. 
A. Dedos en nimero de dos 6 cuatro. Frecuentemente con cuernos y con el 
est6mago complicado ................ ORDEN V. ARTIDACTILOS. 
B. Con un solo dedo aparente, y estomago sencillo y sin cuernos..... op ayeaee 
aisles ahenie, > suitedorstesresecteorrscess ORDEN VI. PERISODAGTinGEs 


DE HISTORIA NATURAL. 18) 


Orden I. Quiropteros 6 MurciGlagos. 


I. Con apéndices membranosos en la nariz y el trago poco desarrollado...........- 
SRE OR Re oS ROR eR ROE Re OO Re eieccniac Co Go IO neny Merri. Fam. 1. Rinoldfidos. 
No comprende mis que un solo génerO ...-. eee ee eee eee Rhinolophus Geoff. 


IJ. Sin apéndices membranosos en la nariz; trago muy desarrollado. 
1. Orejas libres 6 soldadas pero sin formar jamas un repliegue en la frente; 
cola delgada, casi enteramente incluida en la membrana interfemo- 


TE esa ASS CA AUS OCS COO CERO SUI DEC nnn Cc ceerdar Fam. 2. Vespertilionidos. 
a. Orejas soldadas entre si cerca de su base. 

b. Orejas muy grandes, casi tanto como el cuerpo, no dentadas......... 

SADE RCO. BODE MOD OOD CHOU DCR IDOtDao Rraeictomiatetaretar™ Plecotus Geoff. 

b.b. Orejas cortas, anchas y dentadas...........-+..+6 Synotus K, et Bl. 


aa. Orejas libres. 
c. Frente muy convexa y bruscamente elevada por encima del 
hocico (las orejas y las alas como en el género Vesperugo 
TROY LE DIB) ealeetsieicteisieietescicigiereleiere oinieta tus atet=ieveraireya Miniopterus Bp. 
c.c. Frente ordinaria. 

d. Primer premolar superior pequenio 6 nulo; trago poco alargado 
y generalmente encorvado hacia dentro; alas largas y estre- 
CHAS cc cidiets detae cevaect nes srapiere seyaeteieein ulegeiarele Vesperugo Kk. et Bl. 
add. Primer premolar superior bien desarrollado; trago largo y 

generalmente encorvado hacia fuera; alas cortas y anchas.. 
By ara aloe eta are forever sve s ciel ajaterevevayesotefihera oteteheretaiekster a= Vespertilio XK. et BL. 
1.1. Orejas soldadas en gran parte por su borde interno que forma un repliegue 
sobre la frente; cola gruesa y prolongada en mas de su mitad fuera de la 
membrana interfemoral. ..........0.-+-eeeee-s- Fam. 3. Embalontridos. 
No comprende mas que un solo género representado.....  Nyctinomis Geof. 


Fam. 1. Rinoldfidos. 


Cola contenida en la membrana interfemoral; dedo medio 
con dos falanges; la primera en linea recta (durante el reposo) 
con el hueso metacarpico. Narices abiertas en una depresion 
de la superficie superior del hocico, circundadas por apéndices 
cutaneos foliaceos. Sin trago. Huesos intermaxilares rudi- 
mentarios, representados por la delgada lamina Osea, suspen- 
dida desde el cartilago nasal hasta el centro del espacio que 
queda entre los caninos. Molares con pliegues distintos en 
forma de JV. 


GENERO Rhinolophus Geoff. 


Nariz con apéndices foliaceos bien desarrollados, en cuya 
base estan colocadas las aberturas nasales. Dientes: I 33 C * 
Ps; Mo; = 32 dientes. Orejas bien separadas, anchas y des—- 
provistas de trago, pero con un antitrago bastante perceptible. 


12 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 5 


a. Longitud del antebrazo, proximamente 57mm. Segundo premolar superior, to- 
cdndose con el canino, pues el primer premolar es muy pequeno y queda co- 
locado fuera de la linea de los demas. Membrana interfemoral muy aguda... 
pour Deeaie Gaia esis ceials «bie ei wlalolelsrcraieip'seielers <jeje se sta). CELL, Cn TIME CG MELT TL SOs 

a.a. “Longitud del antebrazo cuando mas 49 mm. Segundo premolar inferior pequeno 
y separado del canino por el primero. 

d. Longitud del antebrazo, 40 mm. Membrana interfemoral aguda. Antitrago 

separado de la oreja, por una escotadura agudar La sed/a terminada por 


QUA BTON DM EC KAD) ee oee se aorcte assoc BO stele sistas Rh. hipposideros Bechs. 
6b. Longitud del antebrazo, 446 mm. Membrana alar inserta en el talén......... 
Si tercistesers terete a ova/a vaio alelevs alctatn chal sfers-aye)-Volejc latclere, «ie atsfaieieie/@ Me EL (EaNO LCS TEES aT 


Rh. ferrum-equinum Sc/7/.—Color rojizo, mas claro, blan- 
; : quecino 6 gris en la cara ventral, y mas obscuro en la dorsal; 
Z las hembras mas rojizas que los machos. El apéndice nasal 
¥ presenta los lados de la se//a@ concavos y no ocultando las aber- 
turas nasales. Alas insertas en el talon, mediante un calcaneo 
bien desarrollado. Membrana interfemoral triangular, y de- 
jando libre solamente el extremo de la cola. Crejas mas cortas 
que la cabeza y con la punta muy aguda. 

Longitud: del antebrazo, 0,057; cuerpo y cabeza, 0,060; en- 
vergadura de las alas, 0,350; cola, 0,042. 

Esta especie es abundante en toda la region, especialmente 
en los alrededores de Madrid, en las cuevas, tejados, troncos, 
huecos, ete. 

Madrid! Pérez Arcas, Bolivar! (col. Mus.); Arganda! Collado 
Mediano, Conde! Area matritense, Graells. 


Bh. hipposideros Bechs.—Color rojizo parduzco, sobre todo 
por el dorso, y gris rojizo bastante claro en la cara ventral. 
Apéndice nasal relativamente muy grande, con los lados de la 
sella convergentes hacia arriba y la punta obtusa. Alas inser- 
tas en el talon. Membrana interfemoral angulosa, no tan aguda 
como en la especie anterior, y dejando también libre el extre- 
mo de la cola. 

Dimensiones: del cuerpo y cabeza, 0,042; del antebrazo, 0,040; 
™, envergadura de las alas, 0,250; de la cola, 0,030. 
me Esta especie es lade menor tamano del género, y no abunda 
y tanto como la anterior, aun cuando no es rara en toda la re- 
! e@idn central, sobre todo en las cuevas, en las que 4 veces for- 
| ma sociedades numerosas. 

, Madrid (cueva del Canal!), Cardiel (col. Mus.). 


DE HISTORIA NATURAL. 1S 


Rh. Blasius Pe/ers.—Del mismo color y aspecto que la espe- 
cie anterior, pero de mayor tamano. Se//@ de punta algo mas 
aguda. Membrana alar inserta en el talon y la interfemoral 
bastante obtusa, casi cuadrada. Las orejas mas cortas que la 
cabeza. 

Dimensiones: del antebrazo, 0,046; envergadura de las alas, 
0,210; de la cabeza y cuerpo, 0,050. 

También muy rara en esta regidn. Sdlo puedo referir A esta 
especie un ejemplar que me envid de Collado Mediano, el se— 
nor Conde, y que cedi a las colecciones del Museo. 


Famivia 2." Vespertilidnidos. 


Cola incluida en la membrana interfemoral. Dedo medio 
con dos falanjes, la primera de ellas colocada durante el re- 
poso, en linea recta con el hueso metacarpico. Narices abiertas 
en el extremo del hocico, desprovistas de apéndices cutaneos 
especiales. Huesos intermaxilares pequenos, laterales, separa— 
dos por delante por un ancho espacio. Trago distinto. Molares 
bien desarrollados, con pliegues en forma de W en la corona. 


a. Orejas soldadas la una 4 la otra cerca de su base. 


db. Orejas muy grandes, casi tanto como todo el cuerpo, no dentadas.........- 
ape Ghae la apavsvale ola malivetniel Aetaictoreleteverene ereys ion areticale, atelapars GEN. Plecotus 7. Geafr. 
b.b. Orejas no tan grandes, anchas y dentadas...... Gun. Synotus K. e¢ Bl. 


a.a. Orejas libres. 

c. Frente muy convexa y bruscamente elevada por encima del hocico. 
Incisivos superiores separados de los caninos. Alas largas y estre— 
CUD Seerchaetereieeierore cicicversie slovaaveleetatclaial efeletetete. GEN. Miniopterus Bonap. 

c.c. Frente normal. 
d. Primer premolar superior, pequeno 6 nulo. Trago poco alargado: 
y encorvado hacia dentro. Alas largas y estrechas.. ........... 
ata vofavatelalciarniaadolers\ aravorninvetetscelc fever atarerats GEN. Vesperugo I. et B/.. 
d.d. Frimer premolar superior bien desarrollado Trago largo y gene- 
ralmente encorvado hacia afuera. Alas cortas y anchas......... 
sfelala atetaetatsl alte rs viclelseroieislelsieisiel tole atteiare aaa Ch enw CS NEL ELIIO NL « 


GENERO Plecotus LE. (eo/fr. 


Orejas muy grandes, casi tanto como el cuerpo. Aberturas 


nasales en un canal excavado en el hocico que es agudo. Trago 


: 1—1 1 2 Oe tag 
bastante desarrollado. Dientes: Laas C. Lescant M. 3- 


14 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Pl. auritus Z.—Unica especie de este género, caracterizada 
por tener las orejas sumamente grandes y unidas en la frente. 
Es de color pardo claro blanquecino en la cara ventral. 

Dimensiones: del antebrazo, 0,038; envergadura de las alas, 
0,230; cabeza y cuerpo, 0,047; oreja, 0,037. 

Esta especie no es rara en la regién central. Madrid! Pérez 
(col. Mus.!); Escorial, Graells. Area matritense, Graells. Se la 
conoce con el nombre vulgar de Orejudo. 


GENERO Synotus K et Blas. 


Orejas medianas, anchas, soldadas en la base y dentadas en 


2-2 l 2 3 
los bordes. Dientes I. are, Oz a iy ae Me 


Syn. barbastellus “. Geof7.—Color uniforme, pardo muy 
obscuro, con algunos pelos raros blancos en la base de la 
membrana interfemoral. Hocico grueso. 

Dimensiones: del antebrazo, 0,025; cabeza y cuerpo, 0,050, 
cola, 0,050. 

Es la nica especie de este @énero rara en el area matri- 
tense, y que solo ha sido citada de la vecina sierra, Castellar- 
nau, La Granja; area matritense, Graells. 


GENERO Miniopterus Bonap. 


Orejas separadas, redondeadas y pequenas. Trago redondea- 
do. Frente muy abombada y prominente. Nariz separada del 
labio por una fosita estrecha y vertical. La primera falange 
del segundo dedo, que es el mayor de todos los del ala, suma-— 
mente corta. Cola tan larga como la cabeza y el cuerpo. Dien- 


2 Se oll 2 3 
tes: I. =) CeSP. 3° M. 3° 


Brae ed 
Miniop. Schreibersi .\Vw//ever.—Esta especie es la Unica que 
representa el g@énero en nuestra Peninsula; es de color gris 
claro, algo més rojizo por encima y mas obscuro en la base de 
los pelos; estos se extienden por parte de la base del ala. 
Dimensiones: del antebrazo, 0,043; envergadura de las alas, 
(),280; cabeza y cuerpo, 0,050; cola, 0,056. 
sta curiosa especie es Sumamente rara en la parte llana de 
esta region, pero abunda mas en la montana. En las coleccio- 


DE HISTORIA NATURAL. 15 


nes del Museo de Historia natural existen ejemplares de Ciu— 
dad-Real y Almadenejos! cogidos por el Sr. Bosca, que hacen 
creer existira también en la parte Sur de la provincia de Ma- 
drid; también existen ejemplares del Escorial! y San Ildefonso. 


GENERO Vesperugo K. et Blas. 


Hocico grueso, cubierto de tubérculos glandulares y con las 
aberturas de la nariz en forma de media luna, colocadas en su 
extremo. Orejas pequenas, anchas y triangulares, no reunidas 
en la base y con el trago corto, obtuso y convexo en su borde 
externo. Cola mas corta que el cuerpo. El calcaneo lleva en su 
borde libre un ldbulo cutaneo (lébulo post-calcdneo) mas 6 
menos desarrollado. Alas largas y estrechas. Formula dentaria 
variable. 


a. Solamente un premolar en cada lado de la mandibula superior (en total 32 dien- 
tes). Lobulo post-caleéneo es'recho. Membrana alar inserta en la base de los 
GEDOSIUS LOSHPIES srerclerteioleicisj=rescral = ots ofeser series aie eeYevernveretetc SUBGENERO Vesperus. 

6. Longitud del antebrazo, 55mm. Tamano grande. Las dos Ultimas vérte- 

bras caudales Gnicamente libres ...... ..... Vesp. serotinus Sci). 

4.6. WLongitud del antebrazo, cuando mds 42 mm. Tamano mediano. La ultima 

vértebra caudal solamente libre. De color blanco amarillento......... .. é 

sboccaonoan - Wm Food eoddo By sca lesutabarstepetarsterevate Nay ovoue ate t cre Vesp. discolor \at. 

a.a. Con dos aeeoianes 4 cada lado de la mandibula superior (en total 34 dientes). 

Lobulo post-calcdineo bien desarrollado. Orejas mas cortas que la cabeza con 

su borde externo inserto por debajo del angulo de la boca. .................-- 

SencdcpoccweOnas rabeae ys yvecoiaslers sreneia rc: sleiepaclsreeieiey sickoreeions SUBGENERO Vesperugo. 

ec. Trago securiforme, ensanchado en su punta. Membrana alar inserta 

en el talén 6 por encima de éste. LObulo post-calcineo bien desarro- 

llado. Longitud del antebrazo, 60470 mm... Vesp. noctula Schrb. 

c.c, Trago no dilatado en el 4pice. Membra: a alar inserta en la base de los 
dedos del pie. Talla mediana 6 pequena. 

d. Borde externo de la oreja escotado en su tercio superior. Trago con 
los bordes paralelos. Primer incisivo superior bilobo. Longitud 
del antebrazo, 30 mm.............. Vesp. pipistrellus Scirb. 

d.d. Yorde externo de la oreja apenas cOncavo en su tercio superior. 
Trago con el borde externo convexo y el interno recto. Primer 
incisivo superior de un solo lobulo. Membrana interfemoral con 
DHOrder DIANCO crt nclelaie hd ceordan eee .... Wesp. Kuhii Vatt. 


Vesp. serotinus Sc/7).—Color pardo amarillento en la cara 
dorsal, mas obscuro en la ventral, y sobre todo en las orejas y 
las alas. Tamano grande. Orejas poco mas cortas que la cabe- 
za, insertas al nivel del angulo de la boca, por debajo del ojo. 
Trago dos veces mas largo que ancho. Membrana alar inserta 


16 ACTAS DE LA SOCIEDAD -ESPANOLA 


en el metatarso. Las dos ultimas vértebras caudales libres. 
Dientes: I. S O.—5 ss ee 

Dimensiones: del antebrazo, 0,050; envergadura de las alas, 
0,330; cabeza y cuerpo, 0,072; cola, 0,052. 

Esta especie parece no ser muy abundante en nuestra re- 
gion. Sin embargo, se observa en los alrededores de Madrid! 
y en Aranjuez! En las colecciones del Museo de Historia natu- 
ral existe un ejemplar recogido en Ciudad-Real por el senor 
Bosca con dos pequenos fetos. 


Vesp. discolor Na//.—Color blanquecino. Los pelos son obs- 
curos en la base y de color blanco en su extremo. Tamanho me- 
diano. Orejas poco mas cortas que la cabeza, con el trago corto 
y ensanchado por encima de su porcién media, redondeado 
en el vértice y encorvado hacia dentro. Alas insertas en la 
base de los dedos. Lobulo post-calcaneo estrecho. Dientes: 

1 
Ce Wee 

Dimensiones: del antebrazo, 0,040; envergadura de las alas, 
0,270; cabeza y cuerpo, 0,048; cola, 0,045. 

Cito esta especie por los ejemplares procedentes de los alre— 
dedores de Madrid existentes en las colecciones del Museo y 
recogidos en Octubre por el Sr. D. Gregorio Pérez. 


Vesp. noctula Scdrd.— Color uniformemente pardo claro, 
tirando a rojo. La membrana alar en parte cubierta de pelo 
hasta una linea que une el codo a la rodilla. Hocico corto y 
erueso. Trago securiforme, ensanchado en la punta. Mem— 
brana alar inserta por encima del talon. Lobulo post-caleaneo 
ancho, semicircular. Solamente la ultima vértebra caudal, que 
es rudimentaria, queda libre de la membrana interfemoral. 

2 2 
310: = ae Mis 

Dimensiones: del antebrazo, 0,060; envergadura de las alas, 

0,320 4 0,460; cabeza y cuerpo, 0,076; cola, 0,050. Su tamano es ° 


Dientes: I. 


bastante variable. 

El tinico dato que poseo de la existencia de esta especie, tan 
comin en Europa, dentro de nuestra region, es la referencia 
que el Sr. Graells hace de ella en su citada lista, en que dice 
que es medianamente abundante en el area matritense. 


DE HISTORIA NATURAL. 17 


Vesp. pipistrellus Sc/7/.—Color obscuro; con el pelo largo, 
negro en la base, luego ceniciento y pardo en el apice. Las 
membranas alares obscuras y cubiertas por encima de pelo 
hasta una linea que, partiendo del medio del himero, llegrase 
hasta la rodilla, y por debajo desde el codo @ la rodilla. Talla 
pequena. Borde externo de la oreja escotado en su tercio su— 
perior. Trago de bordes paralelos, redondeado en el apice y 
con el borde externo convexo. Alas insertas en la base de los 


: att 2 
dedos. Lobulo post-calcaneo mediano. Dientes: I. 3; C. +3 P. 3; 


3 2 ‘ 
M.>. 
Dimensiones: del antebrazo, 0,030; envergadura de las alas, 
0,180; cabeza y cuerpo, 0,040; cola, 0,35. 
Esta especie es una de las mas comunes en la regidn, y es 
frecuente en los alrededores de Madrid! Pérez (col. Mus.). 


Vesp. Kuhli \Vatterer.—Color obscuro con los pelos sélo cla- 
ros en su apice y distribuidos también en el ala de una ma— 
nera semejante a la que presentan en la especie anterior; bor- 
de inferior de la membrana interfemoral con una banda blan- 
ca, poco limitada. Tamano mediano. Orejas mas anchas que 
en las demas especies, con el borde externo apenas céncayo 
en su tercio superior y el trago con el borde interno recto y el 
SP Pie, Mis. 


eee 


2 
externo convexo. Calcaneo largo. Dientes: I. aw 


Primer incisivo superior de un solo Iébulo. 

Dimensiones: del antebrazo, 0,033; envergadura de las alas, 
0,210; cabeza y cuerpo, 0,044; cola, 0,035. 

El nico dato que poseo para citar esta especie de nuestra 
regidn es un ejemplar existente en las colecciones del Museo 
y recogido en el Jardin Botanico de Madrid. 


GENERO Vespertilio L. 


Hocico largo y conico con tubérculos glandulares pequenios; 
aberturas de la nariz en forma de media luna, colocadas algo 
lateralmente en el extremo del hocico. Orejas separadas, ova— 
les, mas largas que anchas, con el trago largo y generalmente 
encorvado hacia fuera. Cola mas corta que la cabeza y el cuer- 
po. Lobulo post-calcaneo pequeno 6 nulo. Alas cortas y anchas. 


ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXII. 2 


18 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Vesp. murinus Sc/rd.—Color rojo claro por encima, casi blan- 
quecino en la cara ventral. Tamano grande. Orejas anchas y 
ovales, tan grandes como la cabeza. Trago largo, recto y pun- 
tiagudo. Alas insertas en los huesos metatarsicos, cerca de la 
base de los dedos. Sdélo la Ultima vértebra caudal que es rudi- 
mentaria libre. Dientes: I. = eae Ee = M. = 

Dimensiones: del antebrazo, 0,060; envergadura de las alas, 
0,355; cabeza y cuerpo, 0,073; cola, 0,052. 

Es una de las especies mas frecuentes, y abunda en toda la 
region, tanto en el llano como en los montes. Madrid! Bosca 
(col. Mus.); Escorial! , La Granja (col. Mus.); area matritense, 
Graells. 

Aun cuando no hay dato ninguno que lo pruebe, puede casi 
asegurarse que en esta regién debe existir también alguna 
otra especie de este género como el Vesp. Bechsteini Leisl., que 
se distingue del anterior por tener el antebrazo solamente de 
39 mm. de largo, 6 el Vesp. mystacinus Leisl., ain mas pequeno. 


Famiuia 3.2 Embalontridos. 


Cola que pasa la membrana interfemoral. Primera falange 
del dedo medio doblada durante el reposo en la superficie dor- 
sal del hueso metacarpico. Narices con aberturas circulares 
sin apéndices foliaceos. Orejas muy soldadas en su borde in- 
terno, formando un repliegue sobre la frente. Trago distinto. 
Molares bien desarrollados con pliegues en forma de W en la 
corona. 


GENERO Nyctinomus (Geoff. 


Orejas muy soldadas en su borde interno, formando un re- 
pliegue, con un antitrago en el borde externo. Alas insertas 
en el borde inferior de la tibia. Cola larga y gruesa, saliente 
en mas de su mitad fuera de la membrana interfemoral. 


Nyct. Cestoni Savi.—Color gris negruzco, algo rojizo. Tama- 
ho mediano. Orejas ovales muy soldadas y con arrugias. Labio 
: ae a 2 3 

superior muy extensible. Dientes: 1.3; C. 7; P.>; M.q. 


Dimensiones: del antebrazo, 0,058; envergadura de las alas, 


DE HISTORIA NATURAL. 19 


0,364; cabeza y cuerpo, 0,078; cola, 0,046, de los cuales 0,027 
quedan libres. 

Esta curiosa especie, tinico representante en Europa de la 
familia de los embalonuridos, es rara en todas partes, y se en- 
cuentra en la region submontana del area matritense, Graells! 
Escorial, Martinez! 

—Kl Sr. Secretario ley las actas siguientes: 


SECCION DE SEVILLA. 


Sesi6én del 6 de Diciembre de 18938. 
PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. 


—Se leyé y aprobo el acta de la anterior. 

—Se repartid el cuaderno 2.° del tomo xxu de los ANALES. 

—Se procedié a elegir la mesa que ha de actuar en el ano 
proximo, quedando constituida en la forma siguiente: 

Presidente: D. Salvador Calderon. 

Vicepresidente: D. Romualdo Gonzalez Fragoso. 

Tesorero: D. Manuel de Paul. 

Secretario: D. Manuel Medina. 

Vicesecretario: D. Carlos Canal. 

—Se aprobo el siguiente presupuesto para 1894. 


Pesetas. 
Mozo para repartir las citaciones..... Eons OR aAe 30 
Gastos de Secretaria y Tesoreria ..........0000ce0 10 
FE OMATD. 3 ¢er-eopiehe ots ietdcrs 40 


—E]l Sr. Medina leyé lo siguiente: 


Notas entomologicas. 


Nuestro distinguido consocio Sr. Uhagén comunicé a esta 
Sociedad los datos que poseia acerca de las especies espaiolas 
del género Blaps. Como en dicha comunicacién figuran esca- 


20 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


sas noticias de Andalucia, he creido util consignar las especies: 
de dicho género que tienen representacidn en esta comarca 
consultando las colecciones de nuestro Museo de Historia 
Natural. 


ESPECIES DEL GENERO Blaps. 


Blaps hispanica Sol.— Malaga (Gracian!); Hornachuelos (Cor- 
doba) (Garcia Nunez!); Constantina (Sevilla!). 
— gigas ¥.—Sevilla!; Cazalla (Rio!); Guadalcanal (Sevilla): 
(Calderon!) 
— similis Latr.—Sevilla! 


«Recientemente el mismo Sr. Uhagén se ha ocupado en 
ampliar las noticias que poseia acerca de las especies espano— 
las del género Pimelia y con este motivo consignaré los datos. 
que he podido reunir de dicho género en Andalucia.» | 


ESPECIES DEL GENERO Pimelia. 


Pimelia ruida Sol.—Sevilla! 
— maura Sol.—Chiclana (Cepero!) 
— betica Sol.—Sevilla! 
— costata Waltl.—Sevilla! 
— fornicata Herbst.—Chiclana (Cepero!) 


—KH]l Sr. Calderon did lectura a las siguientes: 


Observaciones sobre el mimetismo cromatico cambiante. 


«El Sr. Murillo, farmacéutico, establecido en esta capital, 
tuvo la bondad de proporcionarme un niunero bastante crecido: 
de camaleones vivos, procedentes de Vélez—Malaga, los cuales 
he podido conservar algun tiempo en tal estado en el Museo 
de la Universidad, con objeto de estudiar sus costumbres, y 
sobre todo la curiosa adaptacién al color de los objetos inme- 
diatos, tan conocida y notable en estos curiosos reptiles. 
Aleunas observaciones quizas nuevas me ha permitido recoger 
esta ocasidn; pero el citado estudio, que era el principal, 


DE HISTORIA NATURAL. 21 


encomendado 4 uno de mis mas queridos discipulos, no ha 
podido realizarse por causas independientes de su voluntad y 
los camaleones se han ido muriendo, como sucede siempre en 
Sevilla durante el invierno, al menos desde hace bastantes 
anos. 

»Como se trata de un fendmeno que excita la curiosidad 
g@eneral y cuya explicacién se pide tantas veces al naturalista 
en esta regidn por los profanos, me ha parecido digna de 
entreteneros con él algunos momentos, siquiera sea poco lo 
nuevo que sobre ella pueda anadir, no habiendo tenido ocasién 
de realizar el estudio micrografico proyectado. 

»Es sabido que el camaleon, reptil de movimientos tardos y 
dificiles, en tierra sobre todo, pasa su vida agarrado con ‘sus 
dedos y su cola prensil a las ramas de los arboles y a las 
pencas de las chumberas, tomando el color del medio en que 
se encuentra, lo cual constituye su nica defensa. Cuando se 
le transporta alternativamente de plantas de color claro a 
otras de coloracidn muy obscura 6 a4 tierras 6 planos pintados 
diversamente, es cuando puede observarse mejor los cambios 
profundos de color que es capaz de experimentar en el espacio 
de pocas horas. Esta propiedad no es privativa del camaleén, 
sino que la presentan también otros reptiles y anfibios, parti- 
cularmente la rana, y aun Cciertos invertebrados, pero con 
intensidad mas débil que aquel 6 dentro de limites menos 
amplios. 

»Mis discipulos y yo hemos observado en nuestros ejempla- 
res que el mimetismo cromatico del camaleén se hace mas 
acentuado y rapido bajo la influencia de la luz, que en la 
penumbra y en la obscuridad, y ademas que se pueden provo- 
car dos coloraciones independientes en las dos mitades del 
cuerpo, derecha é izquierda, las cuales parecen distribuirse 
homogéneamente en cada una de estas dos mitades, lo que 
indica que se halla regida principalmente esta propiedad por 
el sistema nervioso central. 

»La gamma de los colores oscila entre una serie de matices 
infinita desde el blanco hasta un verde tan intenso que parece 
negro, y la serie intermedia consiste en tonos verdosos ama-— 
rillentos y azulados. Me parece que para la produccién de 
ciertos matices brillantes el animal aprovecha también su 
propiedad de poder hincharse 6, por el contrario, adelgazarse, 


22 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


dando asi diferente tensidn a las células de su piel. Al morir 
toman un color negruzco primero y luego blanquecino, nunca 
los verdes y azulados, al mismo tiempo que se contraen y 
arrugan. 

»Las recientes investigaciones de M. Dutartre sobre la colo— 
racion de la piel en la rana, de que ha dado cuenta en el 
Congreso de la Asociacién francesa de Besancon, explican 
muchas de las mencionadas particularidades, como voy 4 in- 
dicar; pero debo hacer antes una indicacién previa para la 
mejor comprensidn de estas investigaciones. 

»Hace bastante tiempo que los anatomicos habian explicado- 
los cambios notables de coloracién de la piel de los cefalopo- 
dos, y particularmente de la sepia en la que el fendmeno es 
magnifico, por modificaciones de forma de las células pigmen- 
tarias, & causa de la contraccién 6 relajamiento de fibras. 
musculares sometidas @ la voluntad del animal. Esas células 
pigmentarias son esféricas, estan situadas en la piel 4 diferen- 
tes profundidades y llenas de granulacioues de pigmento, 
Nevando el nombre distintivo de cromatoforos. Se cree que en 
la periferia de estas células se insertan fibras musculares, 
que al entrar en contraccién, provocan un ensanchamiento 
del contenido pigmentario de dicha células, lo cualse traduce: 
al exterior por manchas de forma estrellada y que producen 
diversos efectos en el juego alternativo de las diferentes capas. 
de cromatoforos. 

»Mas tarde estos descubrimientos se han aplicado al estudio. 
de la adaptacidn cromatica de algunos animales superiores y 
de vida aérea mencionados, encontrandose que en ellos los: 
cromatéforos experimentan movimientos ameboideos, los 
cuales producen su deformacion. M. Dutartre ha comprobado. 
que en la rana estos movimientos se hallan regidos por el 
sistema nervioso central y el simpatico, sirviendo los gang lios. 
de éste de centros secundarios, y que son influidos por la 
accion directa de la luz, el calor y las corrientes eléctricas. 
La luz blanca y los rayos menos refrangibles provocan la con- 
centracién y por consiguiente el aclaramiento del cuerpo; la 
obscuridad y los rayos menos refrangibles, producen, por el 
contrario, la dilatacién de los cromatoforos. Los ldbulos épticos 
son los centros de los reflejos que permiten al animal adoptar 
la coloracién del medio, por lo cual las. ranas ciegas no presen- 


DE HISTORIA NATURAL. 23 


tan este fendmeno de mimetismo. Por eso, aprovechando la 
notable independencia de los dos ojos del camaleén, le coloca- 
mos entre dos planos uno blanco y otro negro, y pudimos 
comprobar la imitacién de ambos colores con independencia 
en cada una de las caras repectivas. 

»M. Dutartre ha encontrado ademas que masas de glébulos 
rojos pueden ser digeridos localmente por células linfaticas y 
presentar todas las formas de los cromatoéforos; asi se producen 
haciendo llegar un haz de luz intenso a la piel completamente 
incolora del vientre. Muchas veces, como cuando se impide 
poner ala hembra y hay reabsorcidn de los huevos, pueden 
originarse manchas que no presentan la organizacién de los 
cromatoforos. 

»Por lo que se refiere al camaleon, yo creo que el fendmeno 
de su mimetismo cromatico es mas complejo que en la rana. 
De una parte la piel es en él rugosa y susceptible de dilatarse 
y contraerse ampliamente en casi todo el cuerpo, cuya facul— 
tad aprovecha para producir tonos de coloracidn de que no 
son capaces los anfibios. De otra, la serie de capas cromatofo- 
ras es en el camaleén muy complicada y afecta una estratifi-— 
ecacidn, en la que parece haber cierta diferenciacién zonar, 
que esta en harmonia con la actividad notable de la piel de 
estos reptiles. 

»Examinando en conjunto el fendmeno de la adaptacién 
cromatica cambiante, llama la atencién el hecho de presen— 
tarse aislado en formas correspondientes 4 grupos muy diver— 
sos del reino animal, como he indicado, lo que hace sospechar 
tenga alguna representacién, siquiera leve, en otras muchas 
en que hasta ahora ha pasado inadvertido, y que sea quizas el 
punto de partida de esa adaptacién cromatica permanente, 
por cuya virtud los insectos y otros artrépodos, adquieren 
definitivamente y con tan rara perfeccidn el color del medio 
en que habitualmente viven. Asi entre los anfibios, vemos el 
cromatismo cambiante en el género Rana y el permanente en 
el Hyla, y entre los reptiles el primero en el camaleén y el 
segundo en los lagartos, tan conocido y notable en Andalucia, 
que la gente del campo distingue inmediatamente los /agartos 
de drbol, de pared y de tierra.» 

—l mismo Sr. Calderon dijo lo siguiente: 

«El dia 1.° del presente mes a eso de las nueve de la noche, 


24 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


las pocas personas que transitaban en Sevilla 4 la orilla del 
rio vieron descender rapidamente un cuerpo luminoso trazando 
en el espacio un dilatado y brillante reguero de fuego, caer y 
sumergirse con gran ruido en el cauce del rio, mas alla de la 
Torre del Oro, levantando una ola circular bastante extensa. 
Tales son las noticias que sobre este fendmeno dan algunos 
periddicos locales con referencia a la narracién de testigos 
personales; noticias que convendria ampliar, sobre todo si se 
confirmara la caida de un meteorito, aunque en tales circuns- 
tancias seguramente seria perdido para la ciencia, merced al 
sitio en que se ha sepultado. 

»También me han participado que este verano ultimo, en un 
dia que aun no han podido precisar, se vid en la Dehesa de 
Benjumea, término de la Puebla de Cazalla, 4 las once de la 
manana, aparecer stubitamente una rafaga luminosa intensa 
y de colores irisados, como de un cuerpo brillante que se pre— 
cipitara, perdiéndose tras de unos olivos. 

»En este, como en el reciente caso de Sevilla, no se percibid 
explosidn, ni esta confirmada la caida de cuerpo pétreo 
aleuno, lo que hace suponer que en ambos se trata de fend- 
menos de la misma indole que el del 8 de Junio del pasado 
ano de que di cuenta en esta Sociedad; es decir, de particulas 
cosmicas aglomeradas que arden en la atmdsfera, resolvien- 
dose después en substancias pulverulentas. 

»Esta interpretacién pudiera, sin embargo, ser rectificada 
por ulteriores averiguaciones que se proponia continuar sobre 
los dos fenédmenos meteorologicos referidos.» 

—Se did lectura 4 un articulo de M. Decaux sobre la destruc- 
cidén de los insectos nocivos al arbolado, inserto en el num. 161 
de Le Naturaliste, lo que motivé algunas observaciones de 
varios socios sobre la posible aplicacién en Espana de los 
parasitos en el exterminio de dichas plagas. 


Sesi6én del 5 de Enero de i894. 


PRESIDENCIA DE D. SALVADOR CALDERON. 


—Se leyé y aprobo el acta de la anterior. 
—Fl Sr. Cafial (D. Carlos) leyé la siguiente nota: 


DE HISTORIA NATURAL. 25 


Ereursion a Cazalla de la Sierra y San Nicolds del Puerto. 


«Con objeto de estudiar los restos prehistoricos que pudie— 
‘an existir en la parte N. de la provincia de Sevilla, emprendi 
hace breves dias una excursién por tales sitios; pero fijando 
principalmente como base de mis investigaciones los pueblos 
de Cazalla de la Sierra y San Nicolas del Puerto, en cuyos tér- 
minos tenia noticias de haberse descubierto algunos objetos 
de dichas edades. 

»Decidi hacer desde luego una visita 4 la Cueva de Santiago, 
distante 30 km. del primero de los mencionados puntos. En- 
cuéntrase la caverna en el cerro que lleva su nombre, que se 
halla por uno de sus lados casi cortado 4 pico, como vulgar— 
mente se dice, pues su inclinacién es muy pronunciada. A los 
pies del mismo, y en la canada que forman el cerro de San— 
tiago y el de las Vacas, corre la ribera de Benalija, cuyas agi- 
tadas aguas, 4 causa del choque con los grandes cantos de 
rocas eruptivas (1) que pretenden oponerse 4 su paso, produ— 
cen fuerte ruido, 4 la vez que la lozana vegetacién de la Sie- 
rra, semejante 4 la de regiones mas septentrionales, da a aquel 
casi inaccesible sitio un aspecto eminentemente salvaje. 

Una vez recorrida la distancia que existe entre Cazalla y la 
Cueva han de ofrecerse algunas dificultades antes de entrar 
en ella, pues en primer término se hace bastante dificil la su— 
bida al sitio donde esta la boca de la misma, y en segundo, 
teniendo tres entradas, es de todo punto necesario hacerla por 
la que se halla al E. de las dos restantes, que es la que verda- 
deramente conduce al interior de la caverna, pues las otras 
son el punto de partida de una larga‘serie de galerias y corre- 
dores en todas direcciones, internandose en los cuales se hace 
luego peligrosa la salida si al efecto no se ha ido echando paja 
i otra sefial indicativa de que aquella galeria fué por la que 
se paso. 

»Penétrase en la Cueva por una especie de abrigo, en el 
fondo del cual se abre un pequeno agujero que da acceso a 
una espaciosa sala que 4 su vez tiene comunicacidn con otra 


(1) Véase CALDERON ¥ DEL Rio: Hpidiorita de Cazallu de la Sierra. (ANALES DE LA 
Soc. Esp. DE HIST. NAT., tomo x1x, péginas 42i-431 ) 


26 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


por una estrecha abertura; pasada esta tercera estancia, en— 
cuéntrase en el suelo del corredor una especie de brocal de 
pozo, de 2 m. de diametro, por donde hay necesidad de des— 
cender, con el auxilio de cuerdas 6 escala, hasta una profun- 
didad de 465 m.: desde este punto comienza a recorrerse una 
galeria muy pendiente y resbaladiza a causa del légamo, pro- 
ducto de las aguas que cuando, llueve, por alli corren, termi— 
nada la cual se penetra en una sala de considerables dimen— 
siones, de techo elevado, conservando en algunos puntos una 
ligera capa de estalagtita, é indudablemente la que mas im— 
portancia ofrece de cuantas se compone la Cueva: ésta no 
continua después, al menos en la parte que he podido visitar, 
en la misma direccién hasta aqui senalada, sino que el ultimo 
departamento mencionado tiene lateralmente otros dos mas. 
pequenos; el de la izquierda esta completamente lleno de 
agua y al intentar penetrar en él por donde habia menos. 
(en el centro de la estancia hay mas de 1 m.) tuvimos que 
retroceder, tanto mi guia como yo, al momento, pues el aire 
esta muy impuro y la respiracién se hace con mucha dificul- 
tad; el de la derecha es bastante reducido, sirviendo de paso 
a otro también Meno de agua. La presencia de ésta en el fondo 
de la caverna se explica facilmente, pues corriendo inmedia— 
tas las riberas de Benalija y de las Barandillas y estando 
aquel mas bajo que el cauce de los regajos, filtranse las aguas 
que estos llevan hasta el interior de la Cueva. 

»Tratamos de explorar, con las pocas herramientas y uten— 
silios que llevabamos el suelo de la gran habitacién antes 
mencionada. Consistiria el primitivo en la capa de estalag— 
mita que hoy se conserva 4 0,75 m. de profundidad, pues las 
aguas han ido formando sedimento que alcanza bastante 
espesor: hacese indispensable, una vez puesta al descubierto, 
romper la estalagmita y debajo de esta encontraranse casi 
seguramente buen numero de objetos prehistdricos. Digo esto, 
porque aparte de dos que recogi de dudosa autenticidad (1), 


(1) En el Catélogo de la seccién de Prehistoria general y del pais, del Gabinete de 
Historia Natural de esta Universidad, se hallan marcados con los nimeros 76 y 119, 
un fragmento de cuchillo y una astilla, ambos de silex, procedentes, segtin las pape- 
letas correspondientes, de la Cueva de Santiago. El Sr. Calderén no ha podido 
darme mds noticias acerca de estos instrumentos por encontrarse en el Museo 
cuando él se encarz6 de su direccién Creo mas bien, pues en Cazalla me asegura— 


DE HISTORIA NATURAL. 27 


creo plenamente que la Cueva ha sido habitada en aquellos 
remotos tiempos, fundandome no sélo en las buenas condicio- 
nes que para ello ofrece, sino también en el siguiente curioso 
dato que no deja lugar a duda: terminada nuestra visita 4 la 
‘averna, y cuando nos disponiamos & salir de ella, observa— 
mos que para subir a la especie de agujero 6 brocal de pozo 
que existe en uno de los corredores, como antes dije, no eran 
necesarias las cuerdas, pues en la roca granitica existen per- 
fectamente labrados siete 1 ocho pequenos huecos 4 modo de 
escalones que facilitan en gran modo la ascensién, y que 
supongo obra del hombre primitivo, pues ala verdad nadie 
iba hoy dia a hacer tales cosas por el solo placer de hacerlas. 

»También visité 4 1 km. de San Nicolas del Puerto la Cueva 
del Fragante, la cual nunca debe haber sido morada del hom-— 
bre por las malas condiciones que para ello ofrece. 

»Cercano a este ultimo pueblo, en el sitio llamado Molino 
de los Nogales, proximo al cual corre la ribera del Huerna, 
tuve la fortuna de encontrar, sin que acerca de él se me hu-— 
biera hecho la menor indicaciédn, un hermoso dolmen. Difi-— 
cultades ajenas por completo a mi propdsito impidieron que 
explorase dicho monumento, cosa que he de verificar tan 
pronto como me sea posible. Daré, sin embargo, algunas noti- 
cias acerca del mismo. Compdénese de grandes piedras en dos 
series, una encima de la otra, que forman sus paredes, estando 
el techo constituido por tres de aquellas; mide exterior— 
mente 9,50 m. de longitud por 8 de latitud; calculando las 
dimensiones de la cavidad interior, dado el considerable 
grosor de las piedras, en 5 m. por 4. Seguin pude observar por 
los intersticios que dejan las rocas el dolmen ha ido rellendn- 
dose de tierra, efecto sin duda de.las aguas, siendo, no obs— 
tante, muy facil la extraccién de la misma 4 causa de lo poco 
compacta que se halla, como procedente de las filtraciones, 
productoras estas Ultimas, al mismo tiempo, de una ligera 
capa de estalagtita, que da al interior del monumento un 
bello aspecto, en la parte que me fué posible examinar. 

»Merced @ haberlas dejado tal como se encontraron, hacia 


ron que nadie habia explorado la Cueva, que dichos objetos hay an sido extraidos de 
la de San Francisco (Guadalcanal), en la cual hizo el Sr. Machado algunas exca- 
vaciones. 


23 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


los anios de 1868 a4 1869, para que el visitante pueda recono- 
cerlas y estudiarlas, me fué dable ver un grupo de sepulturas 
de la edad del cobre existentes en la jurisdiccién de Cazalla, 
en un cerro elevado que limita un valle estrecho, llamado de 
(a Paloma, cerca de la finca denominada de Berlanga, y acerca 
de las cuales escribieron los Sres. Machado (1) y Macpher- 
son (2). 

»Kn el Cerro del Hierro, donde hay escorias pertenecientes 
a las explotaciones que alli hicieron los romanos, recogi 
varios fragmentos de oligisto con destino al Gabinete de His— 
toria Natural de esta Universidad. 

»Un hacha de doble bisel muy desgastada y un raspador de 
fibrolita, la primera encontrada por mi y el segundo proce- 
dente de San Nicolas traje también de la excursidn, para la 
cual me dieron facilidades en grado sumo los Sres. D. José 
Alonso y D. José Neguillo, registrador de la propiedad y mé- 
dico respectivamente de Cazalla de la Sierra.» 

—Se did lectura 4 la comunicacion siguiente del Sr. Gonza- 
lez y Garcia de Meneses: 

«El reciente é interesante trabajo de nuestro Presidente 
D. Salvador Calderon sobre el Origen de los filones metalife- 
ros (3), me ha sugerido la idea de comunicar @ la Sociedad 
algunas observaciones sobre la estructura de ciertas minas de 
pirita de la provincia de Huelva, la cual me parece aporta su 
contingente a las cuestiones tan importantes como dificiles a 
que se refiere el mencionado trabajo. 

»Yo estoy en un todo de acuerdo con el Sr. Calderén en que 
los filones y masas metaliferas se han formado mediante la 
concentracién por via acuosa y superficial de los materiales 
tenuemente interpuestos en las rocas vecinas; asimismo que 
este trabajo ha comenzado depositando las reducciones en las 
fracturas preexistentes del terreno, pero creo que, al menos en 
los casos que voy acitar, no se trata de meros rellenos de 
grietas, sino que el mismo fildn se ha ido fraguando la cavi- 
dad en que yace, dilatandola a4 modo de cuna. 


(1) Congreso internacional de arqueologia prehistorica. Revista de Filosofia, Litera- 
turay Ciencias de Sevilla. Sevilla, 1869, vol. 1, pag. 283. 

(2) Los habi'antes primitivos de Espana. Madrid, 1876, pag. 34. 

(3) L’origine des Nlons métalliferes. (Feuille des Jeunes Naturalistes; 1893.) 


DE HISTORIA NATURAL. 29 


»El adjunto esquema representa la estructura general de 
los filones de pirita de la Cueva de la Mora, los Confesonarios y 
otras de la misma regién, que no cito 
para atenerme sdlo a lo observado 
por mi. 

»E1 macizo rocoso del N. consiste en 
una roca feldespatica, cristalina, su- 
mamente descompuesta, llamada po7- 
jido en el pais; después viene una capa 


6 serie de ellas de pizarra extremada-— 1, Roca cristalina descompues- 


r - ta.—2. Pizarra carbonosa del 
mente carbonosa, ala que.se debe-el  euim: 9. Pizarras:-diversas 


principal trabajo de reduccién del sul- nie Fee rae 
fato aportado por las aguas desde la ™"'* 
roca cristalina antes mencionada. En cierta ocasién, dirigiendo 
los trabajos de explotacién de una de estas minas, vinieron a 
avisarme alarmados de que en las proximidades de la pizarra 
carbonosa se habia sentido de repente una extremada fetidez 
que se propagaba por las galerias. Se trataba de un despren— 
dimiento de hidrégeno sulfurado, que prueba bien la abun- 
dancia de la materia organica en la roca que ejerce el papel 
reductor. Viene después el filon de pirita con su coronamiento 
de limonita, habitual en toda esta clase de minas. El muro 
opuesto se halla constituido por una serie de capas de piza- 
rras arqueadas en torno del fildn y adelgazadas en la parte 
mas ancha de éste, las cuales van recobrando su espesor nor— 
mal por encima y por debajo de la masa de pirita. Los mine- 
ros conocen bien esta circunstancia y saben que al nivel de 
la linea a @ los estratos de pizarra si se cortan en esta parte 
deleada, se precipitan como cunas de punta, descendiendo 
por los planos de estratificacién 6 isos, como ellos dicen. 

»Semejante disposicién revela claramente todo el proceso de 
formacion de estos filones y su gradual acrecentamiento, al 
modo como crece un cristal en el seno de una disolucidn de 
composicion igual ala suya, poniendo ademas de manifiesto 
el trabajo mecanico que se ha ido operando al fraguarse la 
cavidad en que yace el mineral, la cual, como he dicho, creo 
es el producto del engruesamiento del fil6n y no una caverna 
preexistente.» 

«El Sr. Calderén encarecié la importancia de la nota que 
acababa de leerse, manifestandose en general de acuerdo con 


30 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


la interpretacion del Sr. Gonzalez Meneses en sus observacio- 
nes, que podrian quizas aplicarse a muchos casos andlogos. 
Sin embargo, anadid, se exageraria demasiado si quisier 
sacarse de ahi una ley general para la formacién de las cavi- 
dades en que se hallan los yacimientos metaliferos, pues para 
que las cosas hayan podido realizarse en Huelva del indicado 
modo, ha sido preciso el concurso de dos circunstancias que 
no siempre se presentan: la elevaciOn y casi verticalidad de 
los estratos en que encaja el fildn y la flexibilidad de estos, la 
cual les ha permitido ceder al esfuerzo de compresion. 

»Conviene, ademas, tener en cuenta que otras causas ante- 
riores 6 simultineas 4 la precipitacién del metal pudieran 
haber producido el mismo resultado mecanico descrito. Pre- 
cisamente hace pocos anos, M. Stuart Menteath se ha ocupado 
en la Sociedad geoldgica. de Francia (1) de fenodmenos de esta 
indole en la provincia de Huelva. Las pizarras del Sur del 
gran cielo abierto de Rio Tinto van sufriendo un movimiento 
de rotacioén a causa de la excavacion practicada por la extrac— 
cién del mineral, en cuya virtud en vez de buzar al N., como 
lo hacian antes, hoy se inclinan en la opuesta direccion. 
A pocos kildmetros al N., en el camino de Campo Frio, el 
mismo gedlogo ha notado otro ejemplo analogo de volteo de 
las mismas pizarras, sdlo que aqui la falta de equilibrio que 
ha producido el doblez, es la obra de una garganta profunda 
excavada al pie de los estratos por un arroyo que adquiere 
fuerza considerable durante las crecidas. 

»El arqueamiento de las capas levantadas cuando las pre- 
siones acttian en las fallas dejando un vacio en forma de 
béveda por debajo, es un hecho conocido de muchos parajes. 
La famosa gruta del Hecme (Ariége) debe su origen 4 un 
fendmeno de este género. También es muy frecuente obser- 
varle en las capas alzadas de margas ricas en yeso, que el 
agua va disolviendo, sobre todo por debajo, y entonces, faltas 
de cimiento y adelgazadas, se hunden encorvandose de diversa 
manera. 

»Todos los datos precedentes prueban que el fendmeno del 
arqueamiento de las capas alzadas puede proceder de muy 


(1) Sur certains relations entre la géologie et Vart des mines. (Bull. de la Soc. géol. 
de France, 3.° série, t. xvir, 1889.) 


DE HISTORIA NATURAL. 31 


aliversas causas, sin excluir la indicada por el Sr. Gonzalez de 
Meneses. No queda demostrado, por tanto, ni aun en el caso 
que indica el esquema precedente, que el filon se ha fraguado 
la boveda, mientras no se pruebe que antes de formarse éste 
la cavidad tenia sus paredes paralelas, lo cual le parecia muy 
dificil al Sr. Calderon.» 

—Tll Sr. Calderon did lectura 4 la siguiente nota biblio- 
grafica: 


Unionides de U’ Espagne. 


«Con este titulo acaba de publicar el reputado malacdlogo 
M. Henry Drouet un interesantisimo trabajo inserto en las 
Memorias de la Academia de Dijon (4." serie, t. Iv, anos 1893 
y 1894), cuya tirada aparte forma un elegante tomo de 88 pa- 
ginas y dos magnificas laminas dobles. La importancia del 
asunto y la competencia excepcional con que esta tratado, me 
han parecido motivos suficientes para dar cuenta del conte- 
nido de dicho estudio en esta Sociedad. 

»La parte general se compone de una Introduccidn en la que 
el autor expone brevemente la historia de los escasos estudios 
realizados hasta ahora en la Peninsula sobre la familia de las 
nayades y de una descripcidn en bosquejo de los rasgos salien- 
tes de las cuencas de la Peninsula y de su hidrografia en rela- 
cidn con el asunto especial de su trabajo. Esta descripcion, 
con ser deficiente, merece verdadero elogio, tanto por lo difi- 
cil de la empresa, dada la falta de datos de que atin se dispo- 
ne, como por servir de punto de partida para ulteriores inves— 
tigaciones encaminadas a esclarecer tan importantes cuestio- 
nes geografico-zooldgicas. Después de expresar su gratitud a 
los naturalistas espanoles y extranjeros que le han comuni- 
cado materiales para su obra, pasa el autor 4 mencionar los 
unidnidos espanoles, que comprenden 48 especies, y de ellas 
17 nuevas, distribuidas en la siguiente forma: 


Margaritana margaritifera L.—Galicia. 
Unio sinuatus Lmk.—Ebro (Salvana). 
— littoralis Cuv.—Duero, Tajo; frecuente en Galicia y Por- 
tugal. 
— Bigorrensis Mill.—Galicia. 


32 


ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Unio Circinatus sp. n.—Jicar y Turia, abundante (Bosca). 


umbonatus Rossm.—Segura (Bosca); Guadaira (Calderon); 
Genil (Sainz), etc. 
Hispalensis Kob. 
_ var. Calderoni Kob.- Guadalquivir (Calderén). 
— var. Salvadori West. —Guadaira (Calderon). 
rhysopygus sp. v.—Almenara, Castellon (Bosca). 
Gandiensis Drouet.—Jtcar (Salvana). 
subreniformis Bourg.—Gerona (Martorell, Hidalgo, Sal— 
vana). 
Courqguinianus Bourg.—Albufera de Valencia (Debeaux). 
mucidus Mor.—Galicia y Zamora (Macho). 
cameratus sp. n.—Galicia (Macho), y Duero, en Soria 
(Juniez). 
limosellus sp. u.—Duero, Madrid (Macho); Jarama (Hi- 
dalgo). 
decurtatus sp. n.—Duero (Macho); Tajo (Morelet); (Ciu— 
dad-Real (Bosca). 
gravatus sp. 1.—Espana (Dautzenberg). 
dactylus Mor.—Ciudad-Real (Bosca); Villanueva de la 
Serena (Zaragoza). 
Penchinatianus Bourg.—Provincia de Gerona. 
Moquinianus Dupuy.—Galicia (Macho); Gerona (de Chia, 
Salvana). 
Hispanus Moq.-Tand. 
— var. Sevillensis Kob.—Guadalquivir (Calderon). 
— var. sphenoides West. — Guadaira y otros rios 
de Andalucia. 
Valentinus Rossm.—Valencia y Castellon (Bosca é Hi- 
dalgo). 
Turtoni Payr.—Fluvia (Salvana, de Chia y Serradell). 
Requieni Mich.—Gerona (Salvana, de Chia). 
atharsus Bourg.—Valencia (Hidalgo). 
Aleroni Comp. et Massot.—Gerona y Barcelona (Salvana, 
de Chia, etc.). 
Graellsianus Bourg.—Albufera de Valencia (Bourguignat). 
Almenarensis sp. n.—Almenara, en Castellon de la Plana 
(Bosca). 
Belicus Kob.—Guadaira (Calderon). 
callipygus sp. n.—Ciudad-Real (Bosca). 


DE HISTORIA NATURAL. 33 


Unio turdetanus sp. n.—Moron (Calderén). 


Anodonta littoralis Drouet.—Gerona (de Chia, Salvana). 


lativostris sp. n.—Gerona (Salvana). 

mollis sp. n.—Valencia (Salvana); Gerona (Debeaux). 

Betica Kob.—Guadaira (Calderon). 

Calderoni Kob.— Guadaira, abundante cerca de Se- 
villa (Calderon). 

melinia Bourg.—Albufera de Valencia (Bosca, Sal— 
vana, Hidalgo). 

adusta sp. n.—Albufera de Valencia (Bosca). 

Castroi Bourg.—Valencia, abundante. 

regularis Mor.—Galicia. 

glaucina sp. n.—Galicia (Macho); Gerona (Salvana). 

prasing sp. n.—Galicia (Dautzenbere, Macho). 

nobilis sp. n.—Albufera de Valencia (Bosca). 

bicolor sp. n.—Albufera de Valencia (Bosca). 

Martorelli Bourg.—Albufera de Valencia (Salvana, 
Bosca, Martorell). 

submacilenta Serv.—Albufera de Valencia (Servain). 

viriata Serv.—Albufera de Valencia (Bosca, Hidalgo). 

Valentina sp. u.— Laguna de Almenara, Castellon 
(Bosca). 

emaurata sp. n.—Albufera de Valencia (Bosca) (1). 


Todas las especies inéditas descritas en la Memoria del se- 
hor Drouet estan representadas en dos magnificas laminas 
dobles dibujadas por el conocido artista Arnoul, de Paris, 
acrecentando notablemente el mérito de tan importante tra— 
bajo, por el cual merece su autor los placemes mas sinceros 
de los malacdélogos, y muy senaladamente de cuantos natura— 
listas se interesan por el conocimiento de la fauna espanola. 


(1) En esta lista s6lo hemos mencionado las localidades en extracto. En la obra de 
que se trata se dan mas detalles geograficos y morfolégicos, ademifs de la descripcién 
en latin y francés de casi todas las especies, y mds extensamente de las nuevas. 


ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 3 


31 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Sesién del 14 de Febrero de 1894. 
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. 


—Asiste el Sr. Medina (D. Manuel), de Sevilla. 

—Se leyé y aprobo el acta de la sesién anterior. 

—El Sr. Secretario did cuenta del fallecimiento del socio 
Sr. Camara y Camara (D. José Maria), de San Clemente (Cuen- 
ca), y el Sr. Presidente, haciéndose intérprete de la Sociedad, 
manifestd el sentimiento con que ésta habia oido la noticia. 

—Fueron admitidos como socios numerarios los senores 

Palacios (D. Pedro), de Madrid, 
propuesto en la sesién anterior por el Sr. Cortazar, y 
Esplugues y Armengol (D. Julio), de Valencia, 
propuesto en la sesién anterior por el Sr. Bolivar en 
nombre del Sr. Bosca. 

—Se hicieron siete nuevas propuestas de socios numerarios. 

—Hstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas acor- 
dando la Sociedad se diesen las gracias 4 los donantes de las 
regaladas. 

—E] Sr. Martinez y Saez da cuenta de un trabajo del socio 
P. Capelle, de Uclés, que forma la parte primera del estudio 
de los descubrimientos prehistdricos hechos por su autor en 
una caverna de Segobriga (Cuenca), Memoria que por acuerdo 
de la Sociedad paso 4 la Comisién de publicacién. 

—El Sr. Bolivar leyé la siguiente noticia necrologica que 
le habia sido remitida por el Sr. D. Edmundo Bordage del 
Museo de Paris. 


Noticia necrolégica del Doctor Fischer. 


«El Museo de Historia Natural de Paris acaba de sufrir (el 29 
de Noviembre de 1893) una pérdida dolorosa en la persona 
del Dr. Paul Henry Fischer. 

»Nacido en Paris el 7 de Julio de 1835, Paul Henry Fischer 
empezé sus estudios clasicos y de medicina en Burdeos. Fué 
Interne des Hoépitauxr de Paris en 1859, y doctor en la misma 
Facultad en 1863. Sus estudios de medicina no le impidieron 


_—— 


DE HISTORIA NATURAL. 35 


entregarse con entusiasmo a las ciencias naturales, y en 186] 
entraba con el titulo de Preparador en el Laboratorio de Pa- 
leontologia del Museo de Paris dirigido en aquella época por 
el Sr. d@Archiac. Las investigaciones de Fischer se dirigieron 
especialmente 4 los moluscos actuales y fosiles. Desde 1876 
dirigia el Jowrnal de Conchyliologie, con la colaboracién del 
Sr. Crosse. Del grado de Preparador paso al de Atde-naturaliste 
del Museo (titulo cambiado hoy por el de Assistant). Estudio 
con mucho éxito los animales marinos del litoral de Francia, 
dando a conocer la distribucién geografica y batimétrica de 
esos animales, y las profundidades en que se encuentran mu- 
chos foraminiferos, celentéreos, equinodermos, moluscos, 
briozoarios, etc. Con la colaboracién del marqués de Folin 
empezo el estudio de los animales dragados en aquella 
parte tan curiosa del Golfo de Gascuna, que Iaman los 
franceses «/a@ Mosse du Cap Breton.» Los dos sabios descubrie- 
ron un numero considerable de formas desconocidas 6 que 
recordaban especies que eran solamente conocidas en estado 
fosil. Paul Fischer hizo con el Sr. Delesse investigaciones 
sobre los sedimentos submarinos de las playas francesas. 
Luego fué elegido miembro de la Comisidn de los dragados 
y tom6 parte de 1880 4 1883 4 bordo del Zravailleur y del Ta- 
lisman, en las célebres expediciones cientificas que dirigia e] 
distinguido profesor Milne Edwards. Durante esas expedicio-— 
nes noto Fischer la enorme extensién de una fauna fria carac- 
terizada por sus especies boreales y articas, y su desarrollo 
hasta el Senegal en donde vive bajo de otra fauna que pre- 
Senta caracteres intertropicales. 

»De la lista de los trabajos del Dr. Paul Fischer, lista que 
contiene nada menos de 300 titulos de volimenes, folletos y 
memorias, daremos: Paléontologie de Asie Mineure (con la 
colaboracién de los Sres. d’Archiac y de Verneuil); Mollusqgues 
du Mexique et de VAmérique centrale; Species général et icono- 
graphie des Coquilles vivantes; Animaux fossiles du Mont Léebe- 
von (en colaboracién con el Sr. A. Gaudry); Paléontologie de 
Vile de Rhodes; Cétacés du sud-ouest de la France; Catalogue et 
distribution géographique des mollusques terrestres, fluviatiles 
et marins @une partie de UV Indo-Chine; Sur les caractéres de la 
Saune conchyliologique terrestire et fluviatile récemment eteinte 
du Sahara; Sur la faune conchyliologique de Vile d’Hainan 


36 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


(Chine). A esos titulos hay que anadir sus Memorias sobre la 
fauna malacoldgica de la isla de Lord Howe (Océano Pacifico), 
de Cambodge, de las islas Aleoutieas, del Archipiélago de la 
Caledonia y de la Bahia de Suez. En colaboracién’ con el 
Sr. E. L. Bouvier, publicd Memorias sobre las particulari— 
dades anatomicas de ciertos grupos de moluscos (Sw l’orga- 
nisation des mollusques prosobranches senestres; Sur Vasymétrie 
et Venroulement des mollusques univalves, etc.) Por ultimo escri- 
bid un tratado notable de conquiliologia que hoy dia es cla— 
sico (AZanuel de Conchyliologie et de Paléontologie Conchyliolo— 
gique ou Histoire naturelle des mollusques vivants et fossiles). 
In ese manual el autor ensena que la clasificacién debe fun- 
darse no solamente sobre las formas de las conchas, sino prin- 
cipalmente sobre los caracteres anatomicos. 

»E] Dr. Paul Fischer era Caballero de la Legién de Honor 
desde 1871; Oficial de Instruccidn publica desde 1881. Habia 
conseguido varios premios de la Academia de Ciencias de 
Paris. Habia sido ademas Presidente de la Sociedad Zooldgica 
y de la Sociedad Geolégica de Francia. Paul Fischer era hom- 
bre de profundisima erudicidn. Conversaba con encanto y 
podia con gran facilidad, después de haber tratado asuntos de 
ciencias naturales y de medicina, discutir sobre filosofia, lite- 
ratura y estética. Por lo expuesto se comprendera cuan lamen- 
table ha sido la pérdida y lo unanime del sentimiento experi- 
mentado por la muerte de un sabio cuya afabilidad sélo podia 
compararse con su modestia.» 

—Kl Sr. Secretario leyé la siguiente comunicacién escrita y 
remitida por el socio Sr. Sanchez Navarro (D. Emilio), de Cadiz: 


Noticia de wn caso de xifodinia. 


«A la amabilidad de nuestro buen amigo el R. P. D. Fran- 
cisco de A. de Vera, Director del Museo Arqueoldgico de Cadiz 
y vocal naturalista de la Junta de pesca de este departamento, 
debemos la ocasién de haber podido estudiar un monstruo, 
que, si bien no es de los mas raros, al menos por la especie & 
que pertenece, de la que no es siempre facil procurarse fetos, 
quizas tenga aletin valor cientifico. 

»Este monstruo fué remitido al R. P. Vera por un patron de 

«las parejas del dow de la matricula del Puerto de Santa Maria, 


DE HISTORIA NATURAL. 37 


dentro de una vasija con alcohol débil, y habia sido extraido, 
segtin su descubridor, del vientre de un marrajo. 

»Los individuos que lo componen se hallan unidos por su 
cara ventral hasta llegar 4 las aletas toracicas, 4 cuya altura 
se bifurcan y aparecen dos porciones de torax con sus corres 
pondientes cabezas, las cuales se hallan afrontadas por su cara 
ventral, siendo una mas estrecha que la otra a la que excede 
en longitud. Las aletas toracicas ofrecen la particularidad de 
que mientras que de un lado cada uno de ellos tiene la suya 
perfectamente separada y distinta, de el otro se encuentran 
unidas en toda la longitud del borde lateral que mira hacia la 
cola: en cuanto a las dorsales cada uno tiene las suyas, colo- 
cadas en su sitio normal sin presentarse en ellas ninguna ano- 
malia, teniendo tan sélo una ventral y una anal, de las cuales 
la primera esta provista de los apéndices caracteristicos a los 
machos de los selacios, y se hallan situadas en la parte lateral 
del cuerpo de este monstruo, en la que las aletas pectorales no 
tienen ningtin punto de unidn, y 4 la misma distancia del 
hocico y de la cola 4 que se hallan situadas en los ejemplares 
que no presentan ninguna monstruosidad. 

»El feto se encuentra en un periodo muy avanzado de su des- 
arrollo, siendo su longitud, a partir del extremo del hocico 
correspondiente 4 la cabeza en que aquella es mayor hasta el 
de la aleta caudal, de 11 cm., y de 10 cm. tomada desde el 
extremo de la otra. 

»Segtin la clasificacidn que de los monstruos hace Isidoro 
Geoffroy Saint-Hilaire (1), el ejemplar de que nos ocupamos 
pertenece 4 la segunda clase, monstruos compuestos, y dentro 
de ésta 4 su primera divisién dobles, familia de los sisémidos, 
cuyo caracter distintivo consiste en tener los individuos que 
la componen sus térax en parte 6 en un todo confundidos; 
familia que subdivide en tres géneros: psodimos, cuyos indi- 
viduos poseen dos térax distintos, a partir de la regidn lum-— 
bar; xifodimos, en los que tan sdlo parte del térax se encuen- 
tra confundida y 4 cuyo género pertenece el monstruo de que 
nos ocupamos; y derodimos, en los que los dos térax se hallan 
confundidos, formando un solo cuerpo con dos cabezas. 


(1) Histoire générale et particuliére des anomalies de Vorganisation chez Vhomme et les 
animaus ou Traité de Teratologie. Paris, 1837. 


~~ whe 


33 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


»Los individuos que presentan este género de monstruosidad 
son viables, como lo demuestra el caso, perfectamente com— 
probado de Rita Cristina, monstruo humano perteneciente 4 
este género, nacido en Cerdefa en 12 de Mayo de 1829 y 
muerto en Paris a la edad de ocho meses, atribuyéndose su 
fallecimiento, mas que a otra causa, 4 las malas condicio— 
nes del medio en que se hallaba. Buchanan en su obra (1) 
refiere, que, a principios del reinado de Jacobo IV, nacid, en 
Escocia, un monstruo masculino, perteneciente, 4 juzgar por 
su descripcién, al género de que nos ocupamos, el cual vivid, 
segun dicho autor, veintiocho anos. 

»Regnault en sus Hearts de la Nature, cita un xifodimo, en 
el que dos de sus cuatro brazos se hallaban soldados. 

»Sentimos que los datos tan imperfectos que nos han sumi— 
nistrado sobre la procedencia de este monstruo, y el haber 
estado sumergido durante largo tiempo en una pequena y 
débil cantidad de alcohol, nos impida el poder averiguar con 
seguridad la especie 4 que pertenece, tanto mas, cuanto que 
no poseemos ningtin dato respecto a la madre, sino el de que 
era un marrajo, palabra con la que se designan vulgarmente 
en esta costa a todos los grandes selacios, exceptuando el Sgua- 
tina angelus L., angelote, y la Zygena malleus Risso, cornudilla, 
especies ambas que se pescan con bastante frecuencia en estos 
mares, y de las cuales la ultima se encuentra, como hemos 
tenido ocasién de ver, en gran niimero y muy cerca de las 
playas en la parte O. del imperio del Mogreb, viéndolas nadar 
casi a flor de agua, pues tienen fuera de ésta el extremo de 
sus aletas dorsales, alrededor de los buques.» 

—EI Sr. Secretario leyé la nota siguiente, remitida por el 
Sr. Rodriguez y Femenias (D. Juan J.), de Menorca: 


Algas de agua dulce recogidas en los baiios de Panticosa, 
durante el mes de Agosto de 1893. 


Croococcaceez. 


Chroococcus...—Sitios aguanosos inmediatos a la « Fuente pur- 
gante». 
x OS I a eS 


(1) Rerum scoticarum historia, lib, x:11. 


DE HISTORIA NATURAL. 39 


Gomphospheria aponina Ke.—Idem, id. 
Aphanothece rupestris.—ldem, id. 


Hormogonec Heterocystee. 


Stigonema thermale Borzi.—Sitios aguanosos inmediatos a la 
«Fuente purgante». 
Nostoc commune Vaucher.—Idem, id. 
— microscopicum Carmichael.—Idem, id. 
Scytonema figuratum Ag. (Sc. thermale Ke.)—Idem, id. 


Hormogoneze Homocystee. 


(Oscillarieze). 


Phormidium valderianum Gomont.—Punto de nacimiento de la 
«Fuente termal purgante>». 
— laminosum Gomont.—Idem, id. 
Oscillatoria anguina Bory.—Idem, id. 


La determinacién de las algas que preceden es de toda con— 
fianza, pues las siete primeras lo han sido por el distinguido 
algdlogo M. Bornet, y las tres ultimas por M. Gomont, autor 
de la Monografia de las Oscilarias. 

—Hl Sr. Secretario leyé la nota que sigue del Sr. Fernandez 
Navarro: 


Minerales de Espana existentes en el Museo de Historia Natural. 


(Segunda nota) (1). 


«En la nota anterior que con este titulo tuve el honor de 
presentar a la Sociedad, me ocupé de la primera clase («Ele— 
mentos») del profesor Groth. En mis estudios posteriores he 
revisado parte de los ejemplares de la segunda clase («Com- 
puestos del azufre, el selenio, el teluro, el arsénico, el anti- 
monio y el bismuto»), hasta llegar 4 la pirrotita; es decir, 
los sulfidos, selénidos, teluridos, etc., de los metaloides y 


°. 
(1) Para la primera nota véase el tomo xx de estos ANALES, pig. 109 de las Actus. 


40 ACTAS DE-LA SOCIEDAD ESPANOLA 


parte de los que Groth Hama silfidos, selénidos, teliri- 
dos, etc., de los metales. 

»Pero antes de dar cuenta a la Sociedad de los ejemplares 
que de estas especies posee la coleccién de minerales de 
Espana de nuestro Museo, agregaré a la lista anterior algunos 
hallados después de presentada aquella y haré constar que, 
observados al espectroscopio los azufres rojizos de Hellin, 
gracias a la amabilidad de mi amigo el ayudante de Fisica de 
la Universidad Central, Sr. Gonzalez Marti, me he convencido 
de que, contra lo que yo suponta, no existe en ellos el selenio 6 
existe en cantidad tan pequena que no merece tomarse en 
consideracién. Los ejemplares 4 que anteriormente me refiero 
pertenecen a las especies siguientes: 

»Oro. Un ejemplar consistente en un pequeno trozo de 
anabergita sobre el que se ha depositado el metal en forma 
de pegaduras y en bastante cantidad. Procede de Penafior 
(Sevilla) y ha sido regalado recientemente por nuestro distin- 
guido consocio D. Salvador Calderon. 

»Plata nativa. Dos ejemplares hay que agregar a los ya 
catalogados de esta especie; uno de Herrerias (Almeria) y el 
otro de la mina Sancho Panza en Cartagena. El primero es 
exactamente igual 4 los anteriormente descritos de la misma 
localidad, y en el segundo el metal se encuentra en pegaduras 
sobre un silicato de alumina del grupo de las haloisitas. ‘ 

»Mercurio nativo. Un ejemplar, regalo del Exemo. Sr. Don 
Federico de Botella, en que el azogue esta depositado sobre 
una cuarcita y acompanado del mercurio cérneo y del cinabrio; 
procede de Almadenejos. 

»Cobre nativo. De esta eSpecie hay que agregar tres ejem— 
plares, todos ellos de Rio-Tinto, los tres cristalizados y analo- 
gos 4 los demas descritos de dicha localidad. 

»A llemontita. (As, Sb — Arsenantimon.) De esta especie, no 
citada en mi nota anterior, he hallado un ejemplar procedente 
de Guadalcanal, y que en las colecciones del Museo figuraba 
(indudablemente por la localidad), como mineral de plata. EF] 
arseniuro de antimonio se encuentra sobre una ganga de es— 
pato calizo, formando pequenas masas brillantes que se agru- 
pan en estrellas de ocho 4 doce radios, en algunos puntos de 
las cuales parecen verse caras de romboedros y otras induda- 
blemente de exfoliacidn. Va acompanado de masas esféricas 


DE HISTORIA NATURAL. 4l 


de arsénico nativo constituidas por capas concéntricas, y entre 
dichas capas hay otras finisimas de laallemontita. Ns un ejem- 
plar muy notable, no sélo por su belleza, sino también por 
tratarse de una especie poco frecuente. 

»Pasando ahora 4 los minerales de la segunda clase de Groth 
y en la primera divisidn, he visto representadas en nuestra 
coleccién las siguientes especies: 

»Rejalgar. (As? S?.) Los cinco ejemplares de esta especie 
que he tenido ocasién de ver son de diversas localidades de 
Asturias y ninguno esta cristalizado. Uno de ellos, sin locali- 
dad determinada, se presenta en los planos de exfoliacién de 
un espato calizo bastante transparente, al cual da un aspecto 
extrano; otro se encuentra depositado sobre un cinabrio com— 
pacto (Mieres); otro sobre una pizarra carbonosa y algo ferr— 
fera (Pola de Lena); los otros dos son masas compactas sin 
ganga alguna, manchadas en algunos puntos de oropimente. 

»Estibina. (Sb? S'— Antimonita; Antimonglanz.) Esta espe- 
cie es mas abundante, puesto que de ella se encuentran ca- 
torce ejemplares, de Biobra (Orense), Modela (La Mancha), 
Marana (Leén), Viso del Marqués (Ciudad-Real), Cervantes 
(Galicia), Pola de Lena y Cangas de Tineo (Asturias), La Bo- 
dera (Guadalajara), y Castroverde, San Payo de Muradella, 
Bolano y Sangullo (Lugo). 

»E] de la primera localidad citada es donativo de D. Manuel 
Cazurro y consiste en una masa hojosa, de lustre empanado 
en la superficie. También se presenta en masa el de Modela, 
al cual acompana en bastante cantidad un 6xido hidratado de 
antimonio que probablemente es la cervantita. Kl de Marana 
forma una masa exfoliable en varias direcciones y oxidada 
en muchos puntos de su superficie. De Viso del Marques hay 
dos ejemplares andlogos al anterior. Otros dos hay proceden— 
tes de Cervantes y otro de cada una de las demas localidades 
citadas, todos en masa y sin mas diferencia que el mayor 6 
menor grado de oxidacién de la superficie, excepto el de Can- 
gas de Tineo que se presenta en cristales imperfectos muy 
alargados y dispuestos en formas radiantes. 

»Molibdenita. (MoS? — Molybdinglanz.) De esta especie hay 
ocho ejemplares de diferentes localidades, todos en masa com- 
pacta. En la mayor parte de los casos, el sulfuro de molib- 
deno esta depositado sobre el cuarzo; tal sucede en los de Vi- 


42 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


llacastin y Arroyo de Vegas de Matute (Segovia), Cuevas de 
Salobre (Asturias) y Hoyo de Manzanares (Madrid). Otro de 
esta localidad esta sobre una cuarcita; el de Val de Tejos 
(Leon) sobre otra que también contiene calcopirita, el de 
Torrelodones (Madrid), sobre un granito cloritico y el de Gui- 
narel (Gerona) sobre idocrasa; en este el mineral forma lami- 
nas de contorno confusamente exagonal que se apilan unas 
sobre otras. 

»De la segunda divisién que Groth forma en la clase que 
estoy estudiando, no he visto hasta ahora mas que los tres 
primeros grupos, de los cuales no hay mas representantes en 
nuestra coleccién que las tres especies siguientes: 

»Blenda. (ZnS — Zinkblende.) Hay en la coleccién diez y 
nueve ejemplares de Onate, El Cuadron, Oyarzun , Colombres, 
Ceain y Picos de Europa. Las de Onate (Guiptizcoa) son hojo- 
sas, de aspecto resinoso y de color pardo 6 amarillento; alg@u- 
nos ejemplares tienen como ganga una arenisca con gran can- 
tidad de espato calizo y a otros acompafia ademas la galena. 
Todas ellas son mas 6 menos ferriferas y algunas algo cadmi- 
feras. 

»Las procedentes de El Cuadrén (Madrid), son masas redon— 
deadas de estructura hojosa y color negro, algunas llenas de 
Greenockita en la superficie; contienen gran cantidad de 
cadmio y hierro, algo de bismuto é indicios de cobre. La de 
Oyarzun es de color negro y esta acompanada de galena ho- 
josa y pirita de hierro; es también muy ferrifera, algo cad- 
mifera y da indicios de cobre. El unico ejemplar de Colombres 
(Asturias) esta constituido por una masa negra de estruc— 
tura hojosa, acompanada de nédulos de siderita parcialmente 
limonitizada; contiene muchisimo hierro y algo de cadmio. 
Los de Ceain son los tinicos ejemplares cristalizados y en ellos 
se encuentran como formas dominantes el rombododecaedro 
y el diploedro, es de color negro, esta depositada sobre una _ 
dolomia en parte cristalizada y presenta indicios de hierro, 
cobre y cadmio. . 

»Los ejemplares de mayor belleza son los procedentes de 
las diferentes localidades de Picos de Europa, casi todos ellos 
transparentes, facilmente exfoliables y de colores amarillen— 
tos 6 rojizos; no contienen mas que algo de hierro. Suelen ir 
acompanados de carbonatos de zine, habiendo entre ellos un 


DE HISTORIA NATURAL. 43 


ejemplar procedente de Aliva confusamente cristalizado, y 
otro muy curioso de la misma localidad, en el cual la blenda 
esta contenida entre las mallas de una especie de red forma- 
da por la esmithsonita, demostrando asi la formacidn del car- 
bonato 4 expensas del sulfuro. En estos ejemplares ha sido en 
los que mi profesor Sr. Quiroga hizo los experimentos para 
demostrar las anomalias de las blendas sometidas a ligerisi-— 
mas acciones mecanicas (1). 

»Nicolita. (Ni, As—Kupferniquel; Arsennickel.) Los seis 
ejemplares de esta especie que poseemos proceden de Bailén 
(Jaén), Gistain y Gtiel (Huesca), Carratraca (Malaga) y Vim- 
berdi (Tarragona). El primero es compacto, recubierto de una 
patina de anabergita, y contiene azufre, cobre y antimonio en 
pequenas cantidades; también contienen anabergita los de las 
provincias de Huesca, Malaga y Tarragona. El de Gistain es 
notable por la gran cantidad de azufre que contiene, y el de 
Giiel por estar como empapando una roca serpentinica. Los de 
Carratraca no ofrecén nada de particular, y el de Vimberdi 
consiste en una especie de brecha formada por el Kupferniquel 
y la baritina, con plata nativa y anabergita; en el ensayo did, 
ademas del niquel y el arsénico, plata, cobre, cobalto, azufre 
é indicios de antimonio. 

»Pirrotita. (Fe! S?’—Pirita magnética, Magnetkies.) Cinco 
ejemplares de esta especie posee nuestra naciente coleccion. 
Dos de ellos procedentes de Cazares en la Serrania de Ronda, 
consisten en dos grandes masas de pirita magnética algo mez- 
clada con calcopirita. El otro, recogido por el Sr. Quiroga en 
Marbella (Malaga), consiste en un agregado ya descrito por 
dicho senor (2), formado por piroxeno, clorita y espato calizo 
principalmente; en dicho agregado se encuentra la pirrotita, 
ya en masa compacta, ya en cristales poco determinables de 
facies exagonal. Otro es una pequeha masa recogida por el 
Sr. Vila en Teixidelos (Coruna). El ultimo esta constituido 
por una masa de facil exfoliacién y procede de la provincia 
de Salamanca, sin localidad determinada.» 

—El Sr. Hernandez (D. Carlos) leyé la siguiente nota por 
encargo del Sr. Bolivar: 


(1) ANAL. DE LA Soc. Esp. DE HIST. NAT., XXI, Actas, pig. 115. 
(2) ANAL. DE LA Soc. Esp. DE HIST. NAT., Xx, Actas, pag. 28. 


4} ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


AD COGNITIONEM ORTHOPTERORUM EUROPA ET CONFINIUM. 
I].— Sobre el género Gryllodes Sauss. 


«Dificilmente podran reunirse materiales mas numerosos 
para el estudio de las especies de este g@énero y en especial de 
las espanolas que los que yo he conseguido, gracias 4la ayuda 
que me han prestado mis amigos y corresponsales a quienes 
cito en lugar oportuno, y sin embargo de esto, encuentro 
aun algunas dificultades para la determinacién de las es— 
pecies de aquel g@énero a pesar de lo cual me decido 4 publi- 
car estos apuntes sobre el género Gryllodes, considerando de 
una parte que aunque incompleto representa este estudio un 
adelanto notable en el conocimiento de aquellos insectos sobre 
el que teniamos después de publicado el Prodromus der 
europaischen orthopteren del Sr. Brunner von Wattenwyl, obra 
excelente que ha venido a ser como el punto de partida y de 
referencia para todas las nuevas investigaciones sobre los 
ortépteros europeos, y de otra que adoptando una forma conve- 
niente resultan estos estudios en disposicién de ser continua- 
dos 6 completados por cualquiera otro observador, pudiendo 
desde luego ser utilizado todo aquello en que se ha Hegado a 
un resultado satisfactorio y llamadose la atencidn sobre los 
puntos dudosos, a4 fin de procurar sean objeto de nuevas 
investigaciones. 

»Leén Dufour en 1820 describié la primera especie europea 
de este género incluyéndola en el género G7ryllus con el 
nombre de G@. pipiens; sus ejemplares procedian de Aragon y 
de Cataluna. 

»Fieber en 1853 did & conocer también con el nombre de 
Gryllus otra especie del Sur de Rusia 4 la que llamé @. late- 
ralis. 

»Saussure en 1870 cred el género Gryllodes en el que incluyé 
estas especies y otras varias exoticas. 

»Brunner en 1882 describid en su Prodrvomus otra especie 
europea 6 mejor dicho espanola que es el Gryllodes ibericus. 

»Después de esta fecha se han descrito las siguientes es- 
pecies: 


DE HISTORIA NATURAL. 45 


»En 1885, el Gryllodes littoreus Bolivar, de Talavera de la 
Reina; en 1888, el Gr. Panteli Cazurro, de Uclés; en 1889, 
el Gr. Brunnervi Riggio, de Sicilia; en 1893, el Gr. Kerhkennensis 
Finot, de Argelia y Tunez; y en 1894, el G7. macropterus Fuente, 
de Ciudad Real. 

»De estas ocho especies cinco como se ve son espanolas, y si 
se agrega otra especie inédita que poseo y a la que daré el 
nombre de Gryllodes Hscalere y se excluye el Gr. Brunneri 
Riggio que en mi concepto debe constituir cuando menos un 
subgénero aparte para el que propongo el nombre de @7ryl/o— 
deres y que se caracterizaria por la forma y estructura de los 
élitros del < que son tan cortos que sélo cubren la base del 
abdomen y de la anchura del protérax, careciendo ademas de 
espejo, resultan seis especies espanolas y dos extranhas a 
nuestra Peninsula, de las Estepas del mar Caspio y del Tur- 
questan la una y del litoral africano del Mediterraneo la otra. 

»La dificultad de proporcionarse ejemplares de estos insectos, 
por ser crepusculares y porque su ccloracién es amarillenta y 
se confunde con la del terreno en que viven, ha hecho que 
sean raros en las colecciones y mal conocidas las especies, y 
de aqui que tenga verdadero interés cuanto tienda a poner 
en claro lo historia natural de este género tan interesante. 

»En los Gryllodes europeos hay dos tipos bien distintos que 
son los definidos en el cuadro adjunto por las letras A y 44, 
estos dos grupos se caracterizan por el desarrollo de los élitros, 
forma del espejo y del area apical de los mismos y longitud 
de los caleaneos; pero como no conozco el Gr. Kerkennensis 
Finot mas que por la descripcién, y en ella no se hace men- 
cién de ciertos caracteres, sdlo por analogia incluyo esta espe- 
cie en el grupo del Gr. macropterus Fuente, con el que con- 
viene en el desarrollo de los élitros, y al que creo indudable- 
mente que ha de pertenecer. De estos dos tipos el segundo es 
exclusivamente espanol. 


48 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


GrNERO Gryllodes Sauss. 
1. Elytra ¢ et Q abbreviata, speculo nullo. 


SuUBGEN. Grylloderes nov. 


Grylloderes Brunneri Riggio. 

Naturalista Siciliano, Anno vir, 1888. Acc. di Scienze L. et 
B. A. Palermo, vol. x, 1887-88. 1889, pag. 35. 

»Habitat. Sicilia. 


2. Hlytra o perfecte explicata speculo instructa. 


SugGEN. Gryllodes p. d. 


(MACHOS.) 


A. Elytra apicem abdoniinis superantia, area apicali producta, elongata, 
regulariter reticulata instructa, postice anguste rotundata; vena ra- 
diali ramosa; speculo ovali, valde transverso, vena levissime cur- 
vata divisso; spinis tibiarum posticarum brevibus; calcaria termi- 
nalia tibiarum posticarum brevia. 

b. Elytrorum harpa venulis undulatis tantum duabus............. 
1. G. macropterus Fuente. 
2. G. Kerkennensis Finot. 
bb. Elytrorum harpa venulis undulatis quatuor. 3. G. lateralis Fieb. 

A.A. Elytra apicem abdominis haud superantia, area apicali angustissi- 

ma, irregulariter reticulata, postice late rotundata vel subtruncata, 

vena radiali raro uni-ramosa, prope apicem plerumque ramis uno 

vel duobus parum distinctis instructa; speculo trapezoidali, vena 

angulata diviso; spinis tibiarum posticarum longiusculis; calcaria 

tibiarum posticarum dimidiam longitudinem metatarsi seepe sub- 
attingentia. (Tipo exclusivo de Espana.) 

c. Elytra postice subtruncata, campo apicali nullo, vena radiali 

uniramosa. Corpore castaneo........ 4. G. ibericus Brunn. 

cc. Elytra postice late rotundata, campo apicali angustissimo, vena 

radiali haud ramosa vel tantum prope apicem ramis subindis- 

tinctis instructa. Colore stramineo plus minusye fusco-ma- 

culato, 
d, Calecar supero internum dimidiam longitudinem metatarsi haud 
superans. 
e. Calcaribus duobus superioribus internis insequalibus primo 
diatincte Lon giOTe.. «ins sn08 oko pica 5. G. pipiens L. Duf. 


DE HISTORIA NATURAL. V7 


ee. Calcaribus duobus superioribus internis equalibus. 
f.  Statura majore, colore obscuriore; tibize posticee: dimidiam 
longitudinen femoribus superantes; caput pronoto haud 
PAINS o acidisin win ans Cae cease 3) eni= ., .6,.G. Pantelt Caz. 
ff. Statura minore, colore pallidiore; tibiee posticee femoribus 
dimidio breviores, caput pronoto latius...............- 


E Paieiacs cit dinlé ae vide Cae a tena ents, wet) hak Oe SRA CAPENC | Om 
dd. Calear supero internum dimidiam longitudinem metatarsi 


superans; caput pronoto valde latius.. 8. G. littoreus Bol. 


(HEMBRAS.) 


A. Elytra abdomine parum vel haud breviora, campo discoidali reti- 
culato, vena radiali ramosa. Calcaria tibiarum posticarum omnia 
brevia. Ale adsunt (1)............ 1. G. macropterus Fuente. 

2. G. Kerkennensis Finot. 
3. G. lateralis Fieb. 

AA. Elytra valde abbreviata, campo discoidali venis parallelis longitudi- 
nalibus indivisis haud reticulato, vena radiali haud ramosa; alze 
null; calearia tibiarum posticarum dimidiam longitudinem me- 
tatarsi szepe attingentia. 

b.  Ovipositor tibiis posticis longior; elytra a latere visa longitudinem 
pronoti superantia, 

ce. Calear superior latere interno tibiarum posticarum intermedio 

JONSIGr 2a se. Sad boat ace we Detcn ees 4a Gre ibericus) Brunn. 

5. G. pipiens L. Duf. 

ec. Calear superior tibiarum posticarum intermedio eeque longis.... 

a ieee apaip PING Beene omy Oy Gaekantell Cag. 

bb. Ovipositor tibiis posticis brevior; elytra longitudinem pronoti haud 

superantia. 

d. Caput pronoto vix latium; ovipositor brevissimus, metatarso 
postico brevior; calcar supero internum dimidiam longitudi- 
nem metatarsi haud superans....... 7. G. Escalere Bol. 

dd. Caput pronoto multo latium; ovipositor tibiis posticis parum 
brevior; calcar supero internum dimidiam longitudinem me- 
tatarsl SUPETANE..... 0/6 o..0ce ce cn ecte set) Gama. WUCOnens. Dol. 


(1) Las alas existen en algunos Gryllodes, y hasta pueden ser caudiformes, como 
en los Grylius. Ignoro si en el Gr. Kerkennensis existiran, aunque sean pequenas y 
estén ocultas bajo los élitros; respecto al Gr. lateralis Fieb. supongo las tenga, 4 pe- 
sar de lo que en contrario dicen los autores; puesen la OD que refiero 4 esta especie 
son caudiformes. Después de todo, es cardcter este muy sujeto 4 variar aun en una 
misma especie, como se ve en los GryZlus. 


48 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


CGryllodes macropterus Fuente. 

Stramineus, fusco—maculatus. Caput fusco-rufescens; occiput 
dilutum haud vel subindistincte pallide lineatum, verter fuscus 
inter oculos fascia transversa fusca, frons cum ore straminea. Pro- 
notum antrorsum angustatum o vel ampliatum 9, dorso fusco, 
medio plaga straminea ad marginem anticum extensa, canthis 
haud stramineo vittatis; lobis deflexis pallidis, medio supra fus— 
cis. Ale abbreviate sub elytra abscondite. Femora postica palli- 
da, supra obscure fusco-strigata ante apicem annulo pallido. Ti- 
bie postice dimidiam longitudinem femoribus superantes, basi 
supra subtusque fuscis, condylo pallido spinis marg. superiori, 
extus 5 intus 5 vel 4. Metatarsum parvum, gracile, supra pauci- 
dentatum. Calcaria omnia brevia, calcaribus duobus internis su- 
perioribus eque longis, medium metatarsum haud attingentibus, 
calcar supero-ezternum spinis tibiarum haud superans. Abdomen 
supra fusco castaneum dilute variegatum. 

<<. Hlytra per fecte explicata abdomen superantia, apice anguste 
rotundata, dilute infumata, subpellucida, campo laterali pellu- 
cido, venis tribus a vena radial valde divergentibus, alterisque 
duabus submarginalibus rectis; vena radiali biramosa, ramis 
fexuosis, quorum primo fere a medio vena radiali emisso; harpa 
venis duabus vix flexuosis; speculo ovali valde transverso, vend 
levissime curvata diviso; area apicali producta, elongata, regula- 
riter reticulata. 

Q. Hlytra medium abdominis superantia, intus sese tegentia, 
apicem versus angustata et in apice anguste rotundata, dorso uli 
in feminas Gryllum reticulato; campo laterali venis 4 parallelis 
subrectis atque vena radiali medio uniramosa; lamina supra 
analis magna, oblongo trigona, fusca, flavo-limbata, marginibus 
lateralibus medio plicato-subemarginatis; ovipositor longitudinis 
tibiarum post., rectus vel parum arcuatus, castaneus. 

c7- Long. corp. 14™™; pron. 2™™; elytr. 10™™,5; fem. post. 8™™; 
120. p.. 59; met, 2™™. 

QO. Long. corp. 13"™; pron. 27,2; elyir. "1@™;. fend. POSt. oars 
£20. 9. 5°52; MeL. 27; OVID. on 

Gryllodes macropterus Fuente. AN. Soc. Esp. nu Hist. Nat, 
tomo xxu, Actas, pag. 137. 

Habitat. Ciudad Real. 

Justificado hubiera sido también el nombre de macrocephalus 
por el gran tamano que tiene la cabeza, sobre todo en las hem- 


DE HISTORIA NATURAL. 49 


bras, en ambos sexos es mas ancha que el pronoto, Ns especie 
notable por mas de un concepto; por la coloracién de la cabeza 
en la que estan obliteradas las lineas amarillas tan caracteris- 
ticas en las otras especies, por la longitud de los élitros y la 
forma particular del espejo; por tener alas, aunque rudimen- 
tarias; por la coloracién de los fémures anteriores; por la lon- 
gitud de los calcaneos, todos ellos extraordinariamente cortos, 
y también por la forma de la placa supra anal de las hembras. 


Gryllodes Kerkennensis | inot. 

Stramineus, plerunque castaneo-maculatus. Pronotum antror- 
sum valde angustatum of; lobis deflezis pallidis. Tibie postice 
lertia parte femoribus breviores. 

oo. Hlytra perfecte explicata, abdomen superantia; harpa venis 
duabus vir flexcuosis. 

Q. Hlytra medium abdominis superantia; intus sese tegentia. 

of. Long. corp. 13™™-14™™; pron... 2°™; elytr. 10™™=]1™™; fem. 
post.2; met. p.? 

Oo Hong «COT Ps 13°35 pron. (22753, ly tr. 6™™55 ss fem Posts. 
met. p.?; ovipositor 4™™,2. 

Gryllodes Kerkennensis Finot. An. Soc. Ent. de France. Bul’. 
ent. 1893. CCLU. 

Habitat. ¢ Argelia, Biskra. Mayo; 9 Tunez, isla Kerkennah. 

No conozco de esta especie mas que la descripcidn que ante- 
cede, en la que dejan de describirse 6rganos de la mayor im- 
portancia, como el espejo, el campo lateral y el area apical 
de los élitros, los espolones de las tibias posteriores y otros, a 
pesar de lo cual considero esta especie como muy afine al 
Gr. macropterus Fuente. 


Gryllodes lateralis Fieb. 

Pallide testaceus. Caput castaneum, occiput lineis longitudina- 
dibus 4 stramineis, frons cum ore straminea. Pronotum postice 
distincte latius quam antice, supra castaneo variegatum, lobis 
deflexis ad insertionem fusco-fasciatis, ceterum pallidis. Femora 
postica dilatata, pallida, anguste oblique fusco-lineata. Tibia 
postice eis parum breviores in utroque margine 6-spinose. 

. ¢. Hytra abdomine longiora, postice lanceolato-producta , pe- 
llucida, vena vadiali 5-ramosa? harpa venulis undulatis 4, campo 
apicali veticulato; speculo transver'so. 


ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 4 


i ee ea Sa he ee ee 


50 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


of. Long. corporis 12™™-]5™™; pron. 27™,5; elyir. 8™™-]0™m> 


Sem. post. 8°™,5; tibiar. post. 6™™,8. 


Gryllus lateralis Fieber, 1853. Syn., p. 66. . 

Gryllus pipiens Sauss. Voy. Fedtschenko. Orth., p.31 4 (non), 
tap. to. Vg. 

Gryllodes lateralis Sauss., Mél. orth., fase. v, p. 390. 

Gryllodes lateralis Brunner, Prodr. p. 437. <7. 

Fieber y Brunner solo describen el o. 

Habitat. Hstepas del mar Caspio, Turquestan. 

El Sr. Saussure, en el viaje de Fedtschenko al Turquestan, 
habla de la © de esta especie, que entonces era considerada. 
por dicho autor como el G7. pipiens, y la consagra la brevisima 
frase siguiente: «Q Hlytra squameformia. Ovipositore cercis- 
longiore, sin que dé las medidas de ella, como hace siempre 
que describe los dos sexos de una especie. He prescindido, sin 
embargo, de estos caracteres en la descripcion que antecede,. 
porque para mi es muy dudoso que la 9 a que se hace aqui 
referencia sea la del Gr. lateralis Fieb. El Sr. Saussure, a pesar 
de su buen deseo y de su exquisita amabilidad, no ha podido 
tampoco resolverme las dudas que le he expuesto acerca de 
este punto por haber devuelto a Moscou los ejemplares que le 
sirvieron para su descripcion. 

Seetin el Sr. Saussure el vértice tiene de 4 a 6 lineas palidas, 
el pronoto es subcilindrico, el campo lateral de los élitros es 
ancho, con seis vends sinuosas en el apice y abarcandose las 
unas @ las otras, y la vena mediastina es biramosa (esta es la 
radial de Brunner); las oblicuas ser/an 3-5, 3 principales y 1-2 
incompletas intercaladas; el espejo en ovalo transversal divi- 
dido por nerviacién obtusamente doblada y el area apical en 
triangulo redondeado ocupado por 3 sectores arqueados, trans- 
versos. 

Algunas diferencias que se observan entre esta descripcion 
y la del Sr. Brunner, quizds se deban a que éste sdlo tuvo 
presente el ejemplar tipo de Fieber, y el Sr. Saussure éste y 
los de Fedtschenko; sin embargo, hay algunas, como el nu- 
mero de ramos de la vena radial, que serian cinco segitin 
Brunner y dos segtin Saussure, que no se explican sino por 
errata en la obra del primero, pues tenemos por cierto el que 
solo son dos. 

Después de escritas las anteriores lineas he tenido la suerte - 


DE HISTORIA NATURAL. 51 


de encontrar un Gry//odes entre otros varios ortépteros, que 
debo a la generosidad del Sr. Stolazmann; dichos ortépteros 
proceden de Aschabad, no lejos del Caspio, entre éste y el Tur- 
questan, que, como se ve, es la localidad de donde procede el 
Gr. lateralis. Kl ejemplar a que me refiero es una 2 a la que 
conviene, salvo en lo relativo a su sexo, la descripcién del 
Gr. lateralis Fieb., por lo que no dudo en considerarla como 
la verdadera de esta especie. Este ejemplar viene a4 confirmar 
las conclusioncs 4 que yo habia Hegado en este estudio; el 
Gryllodes lateralis Fieb. corresponde por completo al mismo 
tipo que el macropterus Fuente, caracterizado por el gran des— 
arrollo de los élitros y aun de las alas; pues si bien estos érga- 
nos son variables, y en una misma especie de @ryl/us pueden 
ser caudiformes 6 mas cortas que los élitros cuando menos, 
existen, mientras que en el segundo tipo de este @énero faltan 
por completo, por la presencia de un campo apical prolongado 
y de un espejo transverso en los élitros, y por la brevedad de 
las espinas de las tibias posteriores, que son todas casi iguales 
y apenas mas largas que el espacio que separa unas de otras, 
siendo también muy cortos los calcaneos, puesto que el pri- 
mero del lado externo no es mas largo que la tltima de las 
espinas de las tibias, mientras que en el segundo grupo las 
espinas de las tibias van aumentando de longitud hacia el 
apice de las tibias y son mas largas que el espacio que las se- 
para. Tengo casi la seguridad de que el Gr. Kerkennensis Finot 
debe corresponder a esta misma seccién. En cambio la Qa que 
se refiere M. de Saussure en la obra de Fedtschenko es para 
mi una especie distinta y quizas nueva. 
Hé aqui la descripcién del ejemplar a que me refiero: 


Gryllodes lateralis Fieb. ©. 

Pallide testaceus, castaneo—fusco—maculatus. Caput castaneo- 
rufescens, occipitem versus dilutum, pallide lineatum; frons cum 
ore straminea. Pronotum antrorsum angustatum, supra castaneo- 
variegatum, lobis defleris ad insertionem maculatis, ceterum 
pallidis. Elytra apicem abdominis superantia, dorso uti in femi- 
nas Gryllum reticulato; campo laterali venis 4 haud parallelis 
atque vena radiali biramosa. Ale longe caudate. Femora postica 
supra obscure fusco-strigata. Tibia postice dimidiam longitudi- 
nem femoribus superantes, extus 6 iitus 5 spinose, spina prina 


52 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


margins externi minutissima. Metatarsum gracile, pauci denta- 
dum. Calcaria omnia brevia; calcaribus duobus internis superiori- 
bus eque longis, medium metatarsi haud attingentibus, calcar 
supero-exrternum, spinis tibiarum haud superans. Abdomen supra 
Susco-castaneum. Lamina supraanalis castanea, pallide margi- 
nata, oblonga, lateribus sinuata. Ovipositor castaneus. 

Long. corp. 17=™; pron. 2°™,5; elytr. 11™™; fem. post; 9™™5 Tab: 
POSt DOONAN MCLs LTR DOU Ges 

Habitat. Aschabad. 

Debera tenerse en cuenta, respecto a las dimensiones, que 
han sido tomadas sobre un ejemplar seco que habia permane- 
cido mucho tiempo en alcohol, lo que permite suponer seran 
aleo mayores en vida. 


Gryllodes ibericus Brunn. : 

Castaneus. Caput fusco-castaneum. Occiput utringue lineolis 
pallidis duabus ornatum. Frons rufescens. Pronotum cylindri- 
cum, castaneum, pallide variegatum. Femora postica unicoloria, 
incrassata. Tibia postice eis subdimidio breviores, utroque mar- 
gine 4-Spino0se. 

oO. Hytra supra planissina, apicem abdominis haud attin- 
gentia, postice rotundato-truncata, campo apicali nullo, vena ra- 
diali ramulo unico, harpa venis undulatis 4. 

Q. Lytra usque ad marginem posticum segmenti abdominalis 
primi extensa, rotundata, in margine interno incumbentia, venis 
raris, rectis, indivisis. Ovipositor compressus, distincle decurvus. 

of. Long, corp. 15™™; pron. 25,5; .elyir. 8"™; fem. POSt ae aaa 
10s POSE. DB™,5; 

9. Long. corp. 15™™; pron. 2755; elytr. 3°™; fem. postunees 
tid. post. 5™™; ovipos. 6™™, 

Gryllodes tbericus Brunner, 1882, Prodr., p. 438, fig. 100. 

Habitat. Castroceniza (Burgos), Sanz de Diego. 


Gryllodes pipiens Duf. 

Stramineus , castaneo-maculatus. Caput castaneum, occiput 
lineis longitudinalibus 4 stramineis, quarum internis angustiori- 
bus. Frons cum ore straminea. Pronotum antice et postice sub- 
aquilatum ¢ vel in? retrorsum subangustatum, supra-castaneum, 
lobis deflexis stramineis, vitta media castanea. Femora postica 
pallida, fusco-strigata, exlus ante apicem macula fusca. Tibie 


DE HISTORIA NATURAL. 53 


postice femoribus subdimidio breviores, subtus infuscale, supra 
extus spinis 4 majoribus atque duobus vel tribus minutis , intus 4 
vel 4 majoribus atque 1 minuta. Calcaribus duobus internis supe- 
rioribus calcare externo intermedio distincte longioribus , calcar 
superior intermedio longius, dimidiam longitudinem metatarsi 
Jere attingens vel subattingens. Metatarsum compressum, robus— 
tum, supra 8,6 denticulatum. Abdomen dorso fuscum. 

co. Elytra perfecte explicata, abdomen totum obtegentia, apice 
late rotundata, leviter infumata, pellucida; campo laterali pellu- 
cido, venis tribus completis subrectis, alteraque basali abbreviata, 
vend radiali haud ramosa vel tantum prope apicem, venis duobus 
subindistinctis instructa; harpa venulis tribus majoribus alteris— 
que duabus parvis undulatis, vena prima angulata; speculo sub- 
transverso, trapezoidali, vena angulata diviso; area apicali an- 
gusta, regulariter reticulata. 

Q. Llytra valde abbreviata, a latere visa longitudinem pronoti 
vir superantia, margine interno oblique truncata, leviter incum— 
bentia, venis omnibus subparallelis. Campo laterali venoso. Ovipo- 
sitor tibiis distincte longior, decurvus, dilute castaneus. 

oe ong. corp. \Ar™'s pron. 228s Elyire TO; fem: post. 9; 
0. post. 4™=™ 8-'met. Bost. 3°™. 

Q. Long. corp. 14™™; pron. medio 2™™; elytr. 3™™; fem. post. 
ou 8: Wb. post. 4"™)5; met. post. 2™™,8; ovipos. 7™™, 

Gryllus pipiens Dufour, 1820. Ann. sc. phys. de Bruxelles v1, 
p. 315 et auct. 

Gryllodes pipiens Saussure. Mél. orth. v, p. 391.—Brunn. 
Prodromus, p. 437. 

Habitat. Uclés (Cuenca), Pantel; Camprodon (Catalunia), Mas- 
ferrer y Martorell. 


Varietas CASTELLANUS. Occiput lineis duabus internis oblitte- 
ratis; pronotum disco fusco-castaneo; elytrorum campo laterali 
venis quatuor subrectis alteraque basali abbreviata, vena radiali 
prope apicem venis duabus subindistinctis emittens, harpa venis 
undulatis tantum 3, raro 4. 

Ona (Burgos), R. P. Capelle. 


Varietas wusitanus. Occiput inte? lineas medias linea angustis- 
sima flava pictum; pronotum ¢ antrorsum subangustatum, disco 
Susco-castaneo; elytrorum campo laterali, venis quatuor subrec- 


54 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


tis, externa abbreviata, vena radiali prope apicem venis duabus 
parum distinctis, harpa venis undulatis 4 vel 5; tibie postice 
supra exrtus spinis tantum quatuor quarum prima minuta, calca- 
ribus duobus internis superioribus eque longis, medium metatarsi 
haud attingentibus. 

Sierra de Estrella, Paulino d’Oliveira. 


Varietas VALENTINUS. Statura minore, colore pallidiore; caput 
supra pallide quadri-fasciatum; pronotum disco plaga castanea 
pallida varium, lobis deflecis pallidis fascia fusca angustissima; 
elytra Q longitudo pron. haud superantia, ¢ harpa venulis flexuo- 
sis tribus, duabus majoribus parallelis, altera minuta basim ver- 
sus valde divergente. 

Esta variedad, de color palido y de menor tamano que el 
tipo, se caracteriza bien por tener solo tres venas en el harpa, 
y de ellas dos grandes, paralelas, y una tercera pequena que 
diverge de las otras dos hacia la base, mucho mas que en el 
tipo; de modo que entre su insercion y la de la vena inme- 
diata, media doble distancia que entre las otras dos venas, y 
también la 9, porque los élitros son en ella mas cortos: los 
fémures también son cortos. 

Valencia (Junio) Bosca, Martinez Escalera. 

Los primeros ejemplares que tuve de esta especie fueron de 
esta ultima procedencia y pertenecian, por tanto, a la variedad 
valentina; de ellos envié al Sr. Brunner quien, a su vez, los 
comunicé al Sr. Saussure, de modo que sobre ellos esta he- 
cha la descripcién de este autor en Meélanges orthoptérologi- 
ques, Vv. 


Gryllodes Panteli Cazurro. 

Stramineus, castaneo-maculatus. Caput castaneum, occiput 
liners longitudinalibus 4 stramineis subaeque latis. Frons cum ore 
straminea. Pronotum o& QP antice posticeque eque latum, supra 
castanewn, lobis deflexis stramineis, vitta fusca subinterrupta. 
Femora postica pallida, supra tenuiter fusco-strigata, intus ante- 
apicem macula fusca. Tibie postice femoribus dimidio sub bre- 
viores, subtus infuscalte, supra extus spinis 4 majoribus atque 
altera minuta, intus 4. Calcaribus duobus internis superioribus 
aque longis, calcare intermedio externo viz longioribus, dimidiam 
longitudinem metatarsi distincte brevioribus; metatarsum com- 


DE HISTORIA NATURAL. 5) 


pressum, supra 7-5 vel 7-6 denticulatum. Abdomen dorso strami- 
neo-fusco-variegalum. 

oo. Lytra perfecte explicata, latiuscula, abdomen totum obte- 
gentia, apice late rotundata, pellucida; campo laterali venis tri- 
bus completis subrectis, atque duabus basalibus abbreviatis; vena 
radiali tantum prope apicem ramis duobus flexuosis subindistinc- 
tis emittens, harpa venulis 3, raro 4, undulalis, vena prima for- . 
titer flexuosa sed haud angulata; speculo fere longo ac lato vena 
Sortiter inflexa diviso; area apicali distincte latiore quam in sp. 
precedente (pipiens). 

Q. Llytra valde abbreviata a latera visa longitudinem pronoti 
via superantia, margine interno oblique truncata leviter incum- 
bentia, venis omnibus subparallelis, campo laterali trivenoso. 
Ovipositor tibiis longior, decurvus, dilute castaneus. 

o. Long. corp. 15°"; pron. 27,5; elytr. 8°",8; fem. post. 9,9; 
Lib. post. 5°"; met. post. 3". 

Q. Long. corp. 13°"; pron. 2°"; elytr. 2'",8; fem. post. 8°",9; 
Lib. post. 4°",5; met. post. 2°",8; ovipositor 6". 

Gryllodes Panteli Cazurro, 1888. Ortép. de Esp. y Portugal. 
AN. DE LA Soc. Esp. pr Hist. NAt., tomo xvi, p. 461. 

Habitat. Uclés. P. Pantel. 

Especie muy afine al G7. pipiens del que difiere por diversos 
aracteres que el Sr. Cazurro ha precisado muy bien en la Me- 
moria citada. La circunstancia de haber examinado mayor 
numero de ejemplares me ha permitido rectificar las dimen- 
siones que estan comprobadas sobre todos ellos. Las de los éli- 
tros, comparadas con la del abdomen, dan lugar a4 errores; pues 
éste puede hallarse distendido 6 contraido y sus proporciones 
en relacién con las de aquellos habran de variar necesaria- 
mente. 

Los élitros en el ( son mas anchos que en el G7. pipiens, 
el espejo es mas alto y el espacio que queda entre las venas 
que le circundan y las nerviaciones libres externas es mas 
ancho. 


Gryllodes Escalere sp. nov. 

Stramineus. Caput supra castanewn, occiput lineis longitudina- 
dibus 4 stramineis eque latis. Pronotum antrorsum leviter angus- 
latum ¢ vel in Q subdilatatum, dorso castaneo variegato; lobis 
deflexis fascia castanea valde abbreviata tantum prope marginem 


56 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


posticum perspicua. Femora postica oblique fusco-strigata intus 
ante apicem macula fusca. Tibie postice femoribus dimidio dis- 
tincte breviores, subtus infuscate, supra extus spinis 4 majoribus 
atque altera minuta, intus 4 spinose. Calcaribus duobus internis 
superioribus eque longis, intermedio externo eis subbreviore , me- 
tatarsum compressum supra 7-5 vel 8-6 dentatum. Abdomen dorso 
Suscum, pallide variegatum. 

of. Hlytra perfecte explicata, abdomen totum obtegentia, apice 
late rotundata, apicem versus infumata, subpellucida, campo late- 
rali pellucido, venis tribus completis versus apicem sinuatis atque 
altera basalt incompleta, vena radial tantum prope apicem venu- 
lis subindistinctis emittens: harpa venulis tribus magnis valde 
Hernuosis, atque duabus minutis; speculo vir transverso; area api- 
cali angusta, irregulariter reticulata. 

Q. Llytra valde abbreviata, a latere visa longitudinem pronoti 
haud superantia, margine interno oblique rotundato-truncato, 
venis subparallelis indivisis, campo laterali 3 venoso. Ovipositor 
libiis fere dimidio brevior, rectus, dilute castaneus. 

Oo. Long. corp. 12°°; pron. 2; elyir."1"",d3 Fem. POStL B=? ya; 
HD. post. 4°"; met. 2°",8: 

Q. Long. corp. 10°"; pron. 1"*,8; elytr. 1°",5; fem. post. 6™,5;. 
ib. post. 3°53 met. 2°; ovipos. 1=*55. 

Habitat. Villaviciosa de Odon, Martinez Escalera; Valladolid. 
Rioja. 

Ksta especie es, sin duda, la misma que se encuentra en los 
alrededores de Madrid, y que no he logrado recoger por mit 
mismo, a pesar de haberlo intentado varias veces. La colora— 
cidn palida del insecto y sus costumbres crepusculares son un 
obstaculo casi insuperable para su captura. Solo con duda re— 
fiero 4 esta especie los ejemplares de Valladolid recogidos por 
el Sr. Rioja, por ser todos ellos machos y necesitarse de am- 
bos sexos para determinar con seguridad las especies de este 
e@énero, 

Ocupa un lugar intermedio entre el G7. pipiens Duf. 6 mejor 
el Gr. Panteli Caz. y el littoreus Bol., conservando la forma de 
aquellos y la coloracién de éste, juntamente con la brevedad 
extraordinaria de los élitros y del oviscapto de la 9 que carac- 
terizan esta ultima especie. La dedico 4 D. Manuel Martinez 
de la Escalera, entusiasta entomodlogo que ha puesto una vez 
mas & prueba su habilidad y pericia en la caza de los insectos. 


DE HISTORIA NATURAL. 57 


al capturar los ejemplares que me ha regalado, y por los que 
he hecho la descripcién que antecede. 


Gryllodes littoreus Bol. 

Stramineus. Caput incrassatum, supra fuscoriufescens , pallide 
4 vittatum. Pronotum ~~ antrorsum angustatum vel ampliatum, 
dorso parce fusco-maculatum, lobis deflexis impictis vel breviter 
Fusco-unifasciatis. Femora postica oblique fusco-strigata, brevia, 
libiis haud duplo longiora, subtus breviter infuscata, supra extus 
intusque 4 spinosa; calcar supero-internum, intermedio longius, me- 
tatarso dimidiam longitudinem distincte superans; calcaribus duo- 
bus superioribus externis subequalibus viz longioribus quam spi- 
nam quartam marginis externi; metatarsum angustum supra 6-6 
vel 6-5 dentatum. Abdomen dorso fusco-varium. 

oo. Hlytra perfecte explicata, abdomen totum obtegentia, apice 
late rotundata, apicem versus infumata, subpellucida; campo la- 
terali pellucido, venis 4 subrectis tantum prope apicem sinuosis, 
atque altera basali abbreviata; vena radial indivisa tantum jurta 
apicem venis duabus sinuatis parvis emittens; harpa venis 3 majo- 
ribus valde sinuatis quarum prima subangulata, atque duabus 
minutis; speculo parum transverso; area apicali angusta irregu- 
lariter reticulata. 

Q. Hlytra valde abbreviata, a latera visa longitudinem pronoti 
haud vel viz superantia, margine interno oblique rotundato-trun- 
cato, venis subparallelis indivisis; campo laterali 4 venoso. Ovipo- 
sitor tibiis distincte brevior, rectus, dilute castaneus. 

&. Long. corp. 12; pron. 1°",8; elytr. 8°"; fem. post. 7; 
Hib. post. 4"",2; met. 2°",2. 

©. Long. corp. 13°"; pron. 1°",8-2™; elytr. 17",5-2""; fem post. 
7°"; tio. post. 4°",2; met. 2°",2; ovip. 3°", 5-4". 

Gryllodes littoreus Bol. Le Naturaliste, 7° année, num, 22, 
15 Nov. 1885.—Zsp. nv. de ortép., AN. DE LA Soc. Esp. pr Hisv. 
NAT., tomo xvI, p. 109. 

Habitat. Talavera de la Reina (Toledo). 

No hay ninguna especie que tenga la coloracién tan clara, 
ni las patas posteriores con las proporciones que resultan de 
las medidas apuntadas, sobre todo la longitud de las espinas 
del borde externo, de las que la ultima Hega casi 4 igualar al 
calcaneo superior, asi como la del caleaneo supero-interno, que 
no sdlo es mayor que el intermedio, sino que pasa de la mitad 


53 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


del metatarso; éste es también mas delgado que en las otras 
especies. Por la brevedad de los élitros y del oviscapto de la 
puede compararse con el G7. Hscalere, aun cuando no llega 
dicho caracter al grado que en aquella especie. 


Las especies europeas y circa europeas de este g@énero resul- 
tan del anterior estudio dispuestas de este modo: 


GEN. Gryllodes Sauss. 
Sub genus GRYLLODERES Bol. 
1. Gr. Brunneri Rigg. Sicilia. 


Sub genus GRYLLODES p. d. 


1.* Seccion. Hspecies europeas. 


i) 
Q 


. lateralis /ied. Estepas del Caspio, Turquestan, Aschabad. 
. macropterus /wente. Ciudad-Real. 
. Kerkennensis /inot. Argelia, Tunez. 


wae 
GQ 
ZR 


2." Seccidn. Hspecies exclusivamente espanolas. 


5. Gr. ibericus Brunn. Castroceniza (Burgos). 

6. Gr. pipiens Z. Duf. Cuenca, Aragon, Cataluna. 
var. castellanus Bol. Ona (Burgos). 
var. lusitanus Bol. Sierra de Estrella (Portugal). 
var. vValentinus Bol. Valencia. 

7. Gr. Panteli Cazurro. Uclés (Cuenca). 


Gr. Escaleree Bol. Villaviciosa (Madrid). 
Gr. littoreus Bol. Talavera de la Reina. 


See 


Species mihi ignote et incerteé sedis. 
10. Gr. hebreeus Sauss. Q Palestina. 
11. Gr. terrestris Sauss. Q Turquestan. 
Species incertae. 
12. Gr. sp. (Gryllodes lateralis 9 Sauss.). Turquestan. 


(uedan atin dos especies de Egipto que no cito, por consi- 
derarlas ya como extranas 4 la fauna circa europea. 


DE HISTORIA NATURAL. 59 


—El Sr. Secretario leyé el acta de la Seccién de Sevilla que 
va a continuacion, 


SECCION DE SEVILLA. 


Sesion del 2 de Febrero de 1894, 
PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. 


—Se leyé y aprobo el acta de la anterior. 

—Se did lectura 4 un trabajo de D. Salvador Calderén titu- 
lado: Notas mineralogicas. Nuevos hallazgos en la provincia de 
Sevilla. 

—Se acordé pasara 4 la comisién de publicacion. 

—K] Sr. Calderon did lectura 4 la nota siguiente: 


Recientes trabajos sobre el origen y formacion de los depositos 
de mercurio. 


«El Sr. G. F. Becker, en su Monografia x11 de la Revista 
geologica, de los Estados-Unidos, y recientemente en una 
Memoria consagrada 4 los ingenieros de minas, viene ocupan- 
dose con un interés especial en todo lo referente a los yaci— 
mientos de mercurio (1). A estos trabajos y al interesantisimo 
del profesor Schrauf (2), con ocasidn de los modernos descu— 
brimientos en Idria, se refiere la presente nota, cuyo asunto 
he creido de interés en nuestra Sociedad, por ser Espana la 
naciOn que posee el mas importante depdsito del mundo de tan 
util metal. 

»E] numero de yacimientos de mercurio conocidos es consi- 
derable, pero pocos alcanzan verdadera riqueza industrial, 
pudiéndose citar sdlo en tal concepto el nuestro de Almadén; 
Idria, al S. de Austria; Huancavelica, en el Pert; California y 


(1) Quicksilver ore Deposits with statistical tables. Min. Resourc. of the U. S. Was- 
hington, 1893. 

(2) Ueber Metacinnaberit von Idria und dessen Paragenesis. (Jahrb. der K. K. geol. 
Reichsanstalt, 1891.) 


GO ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


la provincia de Kwei-Chau, en China. Considerado en conjunto 
la distribucién geografica de los yacimientos grandes y peque- 
hos se verifica a lo largo de la gran cadena montanosa de la 
Eurasia, en la cintura volcanica de la costa oriental del Asia y 
al O. de las cordilleras de ambas Américas, es decir, que sigue 
las lineas de mayor perturbacion geologica. 

»Como es sabido, el cinabrio 6 vermellén constituye el 
mineral por excelencia de mercurio; pero desde 1848 ha dejado 
de ser el Unico en este respecto, pues se ha descubierto en 
Baviera y luego en otros sitios, particularmente en la famosa 
mina de Idria, un sulfuro negro explotable. También existe 
en Utah la tiedmanita (Hg Se) en cantidad suficiente para 
constituir una pequena industria durante algun tiempo. La 
tetraedrita mercurial de Hungria ha dado mercurio como. 
producto asociado. En cuanto al metal nativo solo se conoce 
en estado de globulitos asociado al cinabrio; las /agunas de 
mercurio del Rif, de que nos hablaba #7 Jmparcial de hace un 
par de meses, y que tanto llamaron la atencidn de algunos 
lectores, son una pura fantasia. 

»Casi siempre aparecen los minerales de mercurio en la 
proximidad de rocas eruptivas; pero esto es probablemente 
una mera coincidencia sin relacién de causalidad, que se 
explica porque unos y otras estan en regiones trastornadas 
por las fuerzas orogénicas. Por lo demas, dichas rocas son 
unas veces basicas (como las diabasas en Almadén y Baviera 
y el basalto en Persia y California) y otras, por el contrario, 
acidas (como el poérfido cuarcifero en los depdésitos de Vallalta 
y las riolitas en Idria). Tampoco hay regla constante en punto 
ala edad de los yacimientos, pues al paso que unos son tan 
viejos como el de Almadén, otros de América y Nueva Zelanda 
estan asociados a lavas terciarias y hasta contemporaneas- 
Entre los depdésitos mejicanos, unos arman en estratos arcaicos 
y paleozdicos, otros secundarios y terciarios sin mostrar prefe- 
rencia por ninguna roca determinada como acompanante 
habitual. 

»Entre los minerales asociados al de mercurio figuran como. 
principales las gangas cuarzosas 6 calizas y ambas a la vez en 
algunos casos; las de hierro espatico, baritina y sdlo por 
excepcion las de fluorita (Guadalecazar y Huitzuco, en Méjico) 
y yeso (California), aunque éste puede ser de origen secunda— 


DE HISTORIA NATURAL. 61 


rio. También se dice haberse hallado el cinabrio con el borax 
en América, hecho que importaria confirmar dado el origen 
volcanico que se atribuye siempre a este Ultimo mineral. La 
pirita y la marcasita son dos especies que rara vez faltan en 
los depésitos que me ocupan, sin excluir el de Almadén, como 
errdneamente se ha dicho. En Mieres, Asturias, pero sobre 
todo en Huancavelica, acompanan al mercurio el mispiquel y 
el rejalgar; la antimonita en gran cantidad en California; el 
oro lo hace con mucha frecuencia, aunque en corta proporcion, 
en América, y huellas de minerales de cobre son habituales, 
senaladamente de calcopirita, que en pequenas cantidades 
aparece en Almadén, en New-Almadén y en otras minas de 
Méjico y Pert. Menos frecuentes son las platas y plomos mer- 
curiferos 6 los cinabrios argentiferos y plumbiferos, aunque 
de todo esto se conozcan ejemplos, entre ellos aleuna bolsada 
de cinabrio en las minas de zinc y plomo de la provincia de 
Santander; en fin, entre los hallaz@os excepcionales se cita el 
del niquel (millerita) en venas mercuriales en Sierra Nevada y 
en la de Avala, en Servia, y al estado microcristalino en 
otros sitios. 

»Nuestro ilustre compatriota D. Casiano de Prado, que tanto 
ha contribuido al esclarecimiento de la historia de los minera- 
les, del metal objeto de esta resena, decia con mucho acierto: 
«Si el mercurio muestra alguna afinidad, 6 sea alguna prefe- 
rencia, hacia alguna substancia, es por la materia carbonosa 
© bituminosa.» Esta importante afirmacidn ha recibido nuevas 
confirmaciones después de la muerte del inolvidable inge- 
niero, y particularmente en California, donde los betunes 
existen en enorme cantidad junto al cinabrio. Con este hecho 
debe relacionarse el no menos significativo de hallarse el 
azufre libre en muchas minas de mercurio, al modo como se 
deposita por la descomposicién del hidrdgeno sulfurado. 

»Comparando las asociaciones minerales de las minas impor- 
tantes de mercurio, se reconocen grandes analogias en todas 
ellas, pues invariablemente la ganga es silicea, caliza 6 
ambas cosas a la vez, y los acompanantes habituales son el 
betun y con mucha frecuencia la antimonita, de donde deduce 
el Sr. Becker que la historia geoldgica de estas tres substan- 
cias tiene mucho de comun. 

»Tratandose de un mineral tan importante y de antiguo 


62 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


conocido como el de mercurio, es natural que los geolégos y 
mineros se hayan preocupado de las transcendentales cuestio- 
nes referentes 4 su origen, emitiendo varias hipdétesis en ar- 
monia con el estado de la ciencia en la época en que se idea— 
ron. La primera teoria expuesta para explicar el origen de los 
filones de cinabrio fué la del transporte, y se fundaba, como 
es natural, en la volatilidad del mercurio y de su sulfuro. 
El eminente profesor Schrauf, de Viena, ha vuelto 4 desenvol— 
verla actualmente con ocasidn de los depdsitos de Idria, los 
cuales divide en primarios y secundarios; aquellos de origen 
neumatogénico é hidatogénicos estos; es decir, las impregna- 
ciones é incrustaciones de cinabrio que no van acompanadas 
de cuarzo, cuarcita U otras gangas semejantes, son obra de 
vapores calientes, al paso que el cinabrio que se encuentra 
con estas gangas 6 con pirita ha sido precipitado de una disolu- 
cién. Esta segunda via es la tinica probable en concepto del 
Sr. Becker, en prueba de lo cual aduce algunas razones impor- 
tantes. Reconoce que indudablemente el cinabrio se presenta 
en ocasiones como inscrustacién libre 6 casi completamente 
libre de la ganga 6 de los sulfuros que le acompanan; pero no 
encuentra en esta circunstancia motivo suficiente para inferir 
que el mineral se ha depositado merced a la accién subli- 
mante. Sobre todo, la produccion evidentemente simultanea en 
muchos casos del mineral y la ganga no pueden explicarse 
mas que por via de disolucién; de todo lo cual se deduce que 
no hay razon especial para que el cinabrio se haya formado 
de un modo distinto que los demas sulfuros metalicos. Algo 
dice también en favor de esta asimilacién la frecuente proxi— 
midad de los manantiales termales cargados de sulfuros 
alcalinos 4 los depdsitos de mercurio (1). A su juicio es evi- 
dente que muchos de estos han sido precipitados al estado de 
metacinnabarita (Hg? S* seein Schrauf), y ulteriormente con—- 
vertidos en sulfuro rojo 6 cinabrio (Hg 8). 

»Siendo las sulfosales de mercurio y sodio los compuestos 
solubles mas importantes del metal de que tratamos, interesa 


(1) Es sabido que los sulfuros potdsico y sédico disuelven en variable proporcién 
los sulfuros metalicos; el de bario forma sulfosales solubles con el de mercurio, y 
puede, como el de cadmio, en opinién del profesor Roth, tomar parte en la formacion 
de los depésitos de mercurio. 


DE HISTORIA NATURAL. 63 


conocer la accién que sobre ellos ejereen las materias bitumi— 
nosas que acompanan con tanta frecuencia, como queda dicho, 
i los depdsitos de cinabrio. Con este propdsito el Sr. Becker 
prepard soluciones de sulfuro merctrico en sulfuro sddico, 
alcalinizandolas 4 favor del hidrato sédico é hirviendo por- 
ciones separadas con parafina, benzol, naftalina y antraceno. 
Todas dieron precipitado negro de sulfuro de mercurio. 

»E] Sr. Prado opinaba que una parte, por lo menos, del 
cinabrio de Almadén habia sido depositado por sustitucién 
del cuarzo. Esta teoria fué acogida por otros gedlogos, los 
cuales creyeron comprobar en ciertos yacimientos sustituciones 
analogas por eliminacién de diferentes substancias minerales 
y organicas. No es de esta opinién el Sr. Becker, el cual 
encuentra natural que el cinabrio se mezclara con las rocas 
que hallé en sus cercanias al tiempo de su formacidn. pero no 
ve en esto una prueba de sustitucién, y mucho menos en los 
casos en que la disolucién mercurial carece por completo de 
accion sobre la roca asociada. En California ha creido compro- 
bar que cuando una disolucion silicea 6 caliza activa se mezclé 
con otra mercurial y pudieron aquellas empapar las rocas 
compactas, las soluciones indiferentes de mercurio se queda— 
ron en las grietas preexistentes, como si hubieran sido sepa- 
radas por filtracion. 

»Estas consideraciones conducen al gedlogo norte-americano 
a aplicar 4 la formacidn de los depdsitos de mercurio la hips— 
tesis osmotica, segtin la cual la concentraciOén de este mineral 
puede en gran parte ser debida a la accién producida entre 
sus disoluciones y los muros de roca, y la descomposicion de 
las rocas de la comarca, frecuentemente mas avanzada cerca 
de las venas, resultaria de la absorcién de disoluciones de 
gangas minerales por los muros limitantes. Se trata, pues, 
de una especie de concentracién por dialisis. 

»En todas estas hipotesis, como se habra notado, se pres- 
cinde del origen primitivo del mineral y sdlo se trata de 
explicar su concentracion secundaria; bien es verdad que otro 
tanto ocurre con las cuestiones analogs que suscita la proce— 
dencia de casi todos los metales filonianos. No entraré aqui a 
tratar esta materia y me bastara recordar que los gedlogos se 
separan en ella en dos escuelas principales: los actualistas, 6 
partidarios de la teoria de la concentracién 4 expensas de los 


6k ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


materiales dispersos en las rocas cercanas, y los vulcanistas, 6 
sea los que creen que los filones metaliferos se deben a 
emisiones del interior del globo. En otro trabajo he dado las 
razones que militan en favor de la primera escuela y que creo 
dlecisivas. - 

»Los depositos de mercurio se presentan bajo formas varia— 
das: en venas agrietadas 6 reticulares, constituyendo cuerpos 
irregulares (sdocks), impregnaciones y placeres. Nuestro dep6- 
sito de Almadén, que como he dicho, es el mayor del mundo, 
consta de dos amplios filones que cortan en parte la estrati- 
ficacién y en parte la siguen. Disposicidn semejante presentan 
algunas de las mas importantes minas de mercurio, y algunas 
que como séocks suelen considerarse, no son en rigor mas que 
venas que se dilatan a trechos. Tal sucede en el depdsito de 
New-Almadeén, al decir del Sr. Becker, el cual propone pare 
esta clase de disposicién el nombre de chambered veins. 

»El mencionado gedlogo termina la parte tedrica de su 
ultima memoria citada con una observacién importante; a 
saber, que las impregnaciones de cinabrio se presentan usual- 
mente donde esta substancia yace en contacto con la arenisca, 
y rara vez en otras circunstancias. La permeabilidad de esta 
roca, debida al tamano relativamente voluminoso de sus poros 
6 intersticios, hace también imposible & su través la accién 
osmotica. 

»La industria del valioso metal objeto de esta nota ha 
adquirido modernos desarrollos de mucha transcendencia, que 
han sido asunto de interesantes trabajos estadisticos por parte 
del Sr. Randol; pero su exposicioén saldria del cuadro de las 
cuestiones doctrinales bosquejadas que he creido merecian por 
su transcendencia la imperfecta reseha con que quizas he 
molestado mas de lo justo vuestra atencion. 

»Para terminar daré lectura 4 una comunicacidn particular 
que ha tenido la bondad de hacerme nuestro consocio de 
Madrid, el Sr. Fernandez Navarro, el cual se ha querido en- 
cargar de estudiar microscépicamente las rocas cinnabariferas 
de Almadén, aprovechando los ricos materiales del Museo de 
Madrid, y formando un juicio muy fundado sobre la validez de 
las consecuencias sacadas por el Sr. Becker para el problema 
de] origen del citado yacimiento y de sus analogos. 

»La comunicacién del Sr. Fernandez Navarro dice asi: 


DE HISTORIA NATURAL. 65 


»La afirmacion del gedlogo Becker sobre el yacimiento de 
Almadén, fundada en la estructura de las rocas cinnabarife- 
ras, es, & mi juicio, de sobrada importancia para merecer una 
comprobacion detenida y en vista de varios ejemplares distin- 
tos, como he tenido ocasién de hacerlo y voy 4 comunicar 
a usted. 

»El punto concreto de mis observaciones al citado estudio se 
refiere 4 las razones expuestas en él para combatir la teoria de 
la sustitucion: 

«La teoria de Prado de la sustitucién en Almaden, dice el 
Sr. Becker, se funda principalmente en la hipdétesis de que la 
riqueza de las impregnaciones de arenisca silicea solamente 
puede explicarse asi. Con otro motivo me he ocupado de que 
una arenisca cuarzosa sin matriz, compuesta de g@ranos esfé— 
ricos de tamano uniforme, grandes 6 pequenos, apifiados todo 
lo mas estrechamente posible, como balas de canén, dejan un 
espacio intersticial representado por 1—7/3 /2—0.26 apro- 
ximadamente. Si este espacio se rellenara de cinabrio, daria 
una roca que contuviera 48 por 100 de mercurio. La impree- 
nacién mas rica que yo he hallado en Almadén sdlo contiene 
un 33 por 100 de metal. Ademas, muchas secciones que yo he 
hecho de rocas de Almadén muestran que el cinabrio ha cris 
talizado simultaneamente con el cuarzo en los intersticios de 
la arenisca silicea. Las observaciones macroscdpicas revelan 
también que en Almadén el cinabrio ha cristalizado simulta- 
neamente con el cuarzo en cordoncillos (1). 

»Voy a prescindir del argumento por extremo sutil del volu- 
men de los intersticios de una pila de balas y de lo arriesgado 
de la conclusion que de él saca el autor sobre la riqueza del 
metal que asigna a una roca que tuviera tal estructura, con 
una regularidad en los granos y en el relleno, que no existe 
en Almadeén, para tratar sdlo del segundo argumento, que es 
de caracter menos hipotético: el del orden relativo de forma- 
cidn de la roca y el mineral: 

»Los ejemplares que he tallado se pueden referir 4 dos tipos: 
areniscas pizarrosas bituminiferas y verdaderas cuarcitas. 

»Entre las areniscas hay unas que aparecen como un agre- 
gado finamente granulitico de cuarzo, con mucha pirita 


(1) BEcKER: Op. cit.; pag. 19. 


ACTAS DE LA SOC. ESP. — XXIII. 5 


66 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


exaédrica, pero sin cemento alguno que los trabe. En ellas el 
cinabrio esta formando venas en las lineas de fracturas trans— 
versales 6 entre las hojas. sin mas forma que la dada por los 
huecos que ha rellenado. Otras areniscas, que por descompo- 
sicidn de su abundante pirita se fragmentan con gran facili- 
dad, estan constituidas por cuarzo granulitico cementado por 
una substancia silicea que recuerda mucho la calcedonia, sin 
acabar de tener toda su estructura. Contienen estas rocas 
también piritas, micas blanca y negra y algunas ortosas, 
estando en ellas el cinabrio como sembrado entre los granos de 
cuarzo, dentro de los cuales penetra por las roturas y a los 
que rodea a veces casi por completo. 

»Este modo de presentarse el cinabrio se repite en las cuar- 
citas formadas de granos de cuarzo cementados por verdadera 
calcedonia, tan abundante por lo menos como aquel. En la 
riqueza en cinabrio de estas rocas se puede notar una verda- 
dera gradacién: la calcedonia va desapareciendo a medida que 
el sulfuro de mercurio aumenta, como si fuera sustituida por 
éste, que juega en los minerales mas ricos el mismo papel que 
aquella en los mas pobres, es decir, el de cemento que traba 
los granos de cuarzo. Sometiendo 4 una elevada temperatura 
un trozo de la roca hasta que todo el cinabrio se volatilice, la 
cuarcita se vuelve incoherente en términos de desmoronarse 
entre los dedos 4 la menor presion. 

»Insisto en que no he observado un solo caso en las quince 
6 veinte preparaciones estudiadas, de un grano de cinabrio 
que tenga forma propia. Todos absolutamente afectan la que 
les dejan tomar los intersticios del cuarzo. 

»Respecto & los caracteres macroscopicos que ofrecen los 
numerosos ejemplares del Museo de Madrid, no hallo nada en 
ellos tampoco que autorice a pensar que el cinabrio haya cris- 
talizado a la vez que el cuarzo, pues aunque se presentan en 
algunos cristales de ambas substancias, nunca los de cinabrio 
ofrecen la impresién de los de cuarzo y en cambio se suele 
observar, aunque rara vez, que los prismas de éste van en 
parte recubiertos de cinabrio. De otra parte, no entiendo que 
de la cristalizacién simultanea de los dos minerales en algunos 
puntos, pueda deducirse que son coetaneos, mucho mas 
teniendo en cuenta la rareza de los ejemplares con cuarzo 
c.'stalizado. 


DE HISTORIA NATURAL. 67 


»En definitiva, el calculo fundado en el volumen de los 
intersticios de los granos de las rocas cinnabariferas, me pa- 
rece discutible por lo menos, y los caracteres macro y micros 
cépicos de estas, no sdlo no comprueban la teoria del sefor 
Becker, sino que inducen a conclusiones precisamente con- 
trarias a ella.» 


Sesiédn del 7 de Marzo de 1894. 
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. 


—Ke leyo y aprobo el acta de la sesién anterior. 
—Quedaron admitidos como socios numerarios los senores 


Alvarez de Toledo y Acufia (D. Fernando), Conde de Cal- 
tabellota, de Napoles, 
presentado por el Sr. Bolivar en nombre de D. Felipe 
Rodriguez; 


Soldevilla y Canté (D. Juan) y Miguel é Ivizar (D. Manuel), 
ambos de Valencia, 
presentados por el Sr. Bolivar en nombre del senor 
Bosca; 


Vera (D. Francisco de Asis), de Cadiz, y Garcia y Garcia 
(D. Antonio), de Huelva, 
presentados por el Sr. Bolivar; 


Olive y Prieto (D. Federico de), de Madrid, 
presentado por el Sr. Janer; 


Guerra y Salcedo (D. Félix), de Avila, 
presentado por el Sr. Quiroga. 


—Se hizo una propuesta de socio agregado. 

—KEstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor- 
alando la Sociedad se diesen las gracias 4 los donantes de las 
regaladas. 

—1 Sr. Presidente did cuenta 4 la Sociedad del fallecimiento 


68 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


de los dos socios Sres. Sainz Gutiérrez, Catedratico de Org-ano- 
erafia y Fisiologia vegetal en la Facultad de Ciencias, Presi- 
dente que ha sido de la Sociedad; y Calderon y Arana (D. Lau- 
reano), Catedratico en la Facultad de Farmacia, acaecido el de 
ambos el dia 4 del mes actual, consagrando sentidas frases a 
enumerar los servicios cientificos de los dos ilustres Profeso- 
res, y proponiendo a la Sociedad que no sélo constase en 
el acta correspondiente el sentimiento con que ésta habia oido 
tan tristes nuevas, sino que se publicasen en las Actas no- 
ticlas necrologicas de ambos con sus retratos, que podrian 
encomendarse: la del Sr. Sainz Gutiérrez, al Sr. Lazaro por su 
competencia en la especialidad que profesé aquel distinguido 
Catedratico, y la del Sr. Calderén al Secretario, proposiciones. 
que la Sociedad aprobé por unanimidad. 

—El Sr. Secretario leyé la nota siguiente del Sr. Pau, de: 
Segorbe: 


Sobre el trabajo del Sr. Freyn «Neue Pflanzenarten der 
Pyrenaischen Halbinsel.» 


»Su autor, el respetable Sr. Freyn, publico en el vol. 1, nu— 
mero 10 del Bulletin del Hervier Boissier la descripcion de diez 
plantas pertenecientes 4 variedades 6 especies nuevas. Gracias 
i la atencion del autor, que tuvo la amabilidad de mandarme 
un ejemplar, puedo apuntar estas ligeras consideraciones que 
me sugiere su lectura. Suplico ante todo dispense el Sr. Freyn 
mi atrevimiento y lgereza, pues no poca se necesita para 
oponer reparos a tan notabilismo naturalista. 

»l.2 Arabis Reverchoni Freyn m litt. 1892, 1. c., pag. 542. 
Willk. Supl. pr. fl. hisp., pag. 302. 

»La muestra que vino fué colectada en la Sierra de Espa- 
dan, ni mucho menos puede existir en el Pico: es planta 
aragonesa de las sierras de Torrijas (Javalambre) y Sacanet. 
Si existe en Valencia hay que buscarla desde El Toro a Andilla 
por los limites. 

»Esto es secundario, lo importante es descubrir si ea efecto 
pertenece 4 especie nueva, que no lo creo, pues paréceme que 
pertenece esta planta 4 la A. verna R. Br. ya citada y descu- 
bierta en Andalucia. 

»Existen aleunas formas que no parecen iguales a la valen- 


DE HISTORIA NATURAL. 69 


ciana (??). por ejemplo la publicada en el Herbarium normale 
de F. Schulh, noy. ser., cent. 5, nim. 425. 

»No presenta el habito tan idéntico 4 la A. alpina L. como 
dice el Sr. Freyn, pues el tallo sélo lleva una hoja. La forma 
de las hojas si parece igual. 

»2.2 7 5.2 Genista anglica L., 8 pilosa Freyn, et Oicia lusita- 
nica Freyn. 

»No las conozco por ser plantas de Portugal. 

»3.° Trifolium Hervieri Freyn in schedis, 1892. 

»Esta misma forma fué colectada ya anos por mi buen 
amigo D. Bernardo Zapater y la tenia en mi herbario bajo 
T. Zapaterii. Parece ser el 7. stedlatum Asso. 

»4.° Astragalus arragonensis Freyn. A. herolensis. 

»6.2. Valerianella Willkhommii Freyn. V. Martini Loscos. 

»7." Scabiosa tomentosa Cav. 8 cinerea Freyn. 

»Segtin las muestras que el Sr. Reverchon me regald, esta 
forma pertenece a mi Sc. Zurolensis verdadera. 

»8.* Leontodon Reverchoni Freyn in Schedis 1892. Esta 
misma forma que el ano 1887 colecté en Javalambre fué publi- 
cada bajo Z. carpetanus Lg., comparandole con el dibujo que 
nos da su autor en su obra Descriptio iconibus illustrata etc., y 
lam. xxvi, fig. 1.4 No proseyendo muestra clasica es inutil 
repetir lo que pueda facilmente leerse en el sitio indicado. 

»El Sr. Freyn, por otra parte, tampoco nos da las diferen- 
cias que separan su LZ. Reverchoni del LZ. carpetanus, ni deja 
tampoco entender si posee muestra auténtica; por lo tanto, 
permitame siga creyendo que los LZ. Reverchoni y L. carpeta- 
nus Son una misma cosa. 

»9.* Linaria supina Desf. var. glaberrima Freyn. No la 
poseo ni la he visto. 

»10.*° Thymus Porte Freyn in schedis 1891. 

»Véase de esta especie lo que tengo dicho en la Sesidén del 6 
de Julio de 1892 y pag. 112. 

—E] Sr. Hernandez (D. Carlos) leyé la siguiente nota que le 
habia sido enviada por D. Emilio Sanchez Navarro: 

«En una de mis excursiones entomoldgicas, verificada el 
20 de Marzo del corriente ano, en el sitio Namado «Puntales», 
término de Cadiz, después de recoger gran numero de ejem— 
plares de Hrodius tibialis L., Tentyria levis Sol., Zophosis minu- 
1a y Pimelia fornicata Herbst, en tal cantidad, sobre todo esta 


70 ACTAS-DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


ultima especie, cual nunca esperaba, pude notar un hecho 
que me extrano, dada las costumbres de los tenebriénidos. 

»Se trata de una Pimelia que, con una gran brecha en su 
élitro izquierdo, y la mayor parte de sus visceras devoradas, 
corria, con mas velocidad que la acostumbrada, perseguida 
por otra de su misma especie que, cual el buitre de la fabula, 
se cebaba en sus entranas. 

»Raro parece este hecho dada la alimentacién habitual de 
los tenebridnidos, y tanto mas, cuanto que el ejemplar de que 
me ocupo no presenta diferencia alguna en lo que se refiere a 
la dureza y coloracién de sus élitros con los del mas desarro- 
llado y adulto que pueda encontrarse, y 4 mas, teniendo en 
cuenta la constitucidn anatdmica del aparato masticador de 
todos ellos, no puede creerse que la brecha a través de la cual 
una devoraba a la otra, fuera producida por sus mandibulas, 
y si mas bien por haberle caido algtin objeto duro y pesado 
encima, cosa facil de explicar dadas las costumbres de estos 
tenebridnidos, que suelen refugiarse entre las piedras, y que 
con gran frecuencia presentan en sus élitros abolladuras, 
clara senal de estos traumatismos.» 

—El Sr. Hernandez (D. Carlos) presentd, en nombre del 
Sr. Bolivar, la siguiente nota titulada: 


Ortopteros recogidos en las Azores por el Sr. Affonso Chaves. 


«Hl Sr. Barén de Guerne tuvo la atencién de adicionar mi 
nota sobre los ortépteros de las islas Azores ( Orthopteres prove- 
nant des voyages de S. A. le Prince de Monaco dans les Archipels 
de Madeére et des Acores), publicada por la Sociedad zooldgica 
de Francia en el ano 1891, con las especies citadas por Drouet 
en sus Lléments de la faune acoréenne, Troyes 1861, obra que 
yo no habia tenido ocasidn de proporcionarme, completando 
de esta manera la corta enumeracién de las especies recogidas 
por S. A. en Madera, y por el mismo Bardn de Guerne y el 
Sr. Richard durante la cuarta campana del yacht l’//irondelle 
en las Azores. De las cinco especies citadas por Drouet, dos 
figuraban entre las enumeradas por mi y son el Gry/lus bima- 
culatus L. y el Pachytylus danicus L., pues & esta especie 
se refiere sin duda la @dipoda migratoria L., que, segin 
Drouet, recibe en las Azores el nombre de Ga/anhoto, si es que 


DE HISTORIA NATURAL. 71 


con el mismo nombre no se confundieron dos especies y se 
aludid también a la Schistocerca peregrina Ol., como pudiera 
hacerlo sospechar la indicacién de que es insecto muy cono- 
cido por sus estragos, asi como los informes que pudo recoger 
Drouet respecto 4 que este insecto venia de las costas de Africa, 
en tan gran niimero, que a veces el mar quedaba cubierto de 
ellos. Estos hechos no se refieren sin duda alguna al Pachy- 
tylus danicus L., especie que no es devastadora, ni mucho 
menos al Pachytylus migratorius L., cuya area de emigra- 
cidn no alcanza a estas islas. En mi opinidn nace esta confu- 
sidn de que Drouet atribuy6é al Pachytylus danicus L., espe- 
cie comun en las Azores, y que él confundia con el Pachytylus 
migratorius L. los hechos arriba expresados y de los que sdélo 
habla por referencia, los cuales no pueden aplicarse a otré 
especie que ala Schistocerca peregrina Ol., que habra de admi- 
tirse entre las especies de las Azores, faltando dilucidar si esta 
especie vive de ordinario en el archipiélago 6 si solo llega a él 
6 a alguna de sus islas en determinadas ocasiones. 

»Las otras especies citadas por Drouet son la Periplaneta 
Americana L., especie cosmopolita, que los barcos han espar- 
cido por todo el mundo, y que bien podra ser comun en los 
campos y jardines de estas islas, cuando en Madrid la tene- 
mos hasta en el jardin botanico con otras especies exoticas, 
y, por ultimo, los Liogryllus campestris y Gryllus domesti- 
cus L. 

»Con posterioridad a estas publicaciones, el Sr. D. Francisco 
Affonso Chaves, Director de la parte zooldgica del Museo de 
Ponta Delgada en la isla de San Miguel, del grupo de las 
Azores, llevado del interés cientifico de completar el conoci-— 
miento de la fauna de aquel Archipiélago, que tantos descu- 
brimientos le debe en otros grupos zooldgicos, sometid a mi 
examen las especies que recogid en la isla de San Miguel, 
entre las que no solamente he encontrado algunas no com- 
prendidas en mi primera enumeracidn, sino que una de ellas 
es nueva y otra constituye una variedad también nueva y 
pertenece a la familia de los fasmidos que hasta ahora no 
tenia representantes ni en estas islas ni tampoco en las Cana- 
rias, y alin mas recientemente, el mismo sefor me ha hecho 
un nuevo envio de especies procedentes de la isla Santa Maria, 
correspondiente al mismo archipiélago. 


72 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


»Las especies enviadas por el Sr. Affonso Chaves son las 
siguientes: 


Anisolabis annulipes Luc., ejemplares de bastante tamano, 
jovenes y adultos.— San Miguel. 

Forficula auricularia L., las mismas variedades europeas.— 
San Miguel. 

Leucophea surinamensis L., jovenes y adultos. Especie cosmo- 
polita.—San Miguel. 

Holocompsa Chavesi, sp. nov., macho, hembra y jovenes.— 
San Miguel. 

Bacillus gallicus Charp., var. occidentalis nov.; hembras adul- 
tas y huevos.—San Miguel. 

Gdipoda fusco-cincta Lucas; ejemplares adultos de ambos 
sexos.—San Miguel. 

Pachytylus danicus L.; jovenes y adultos.—San Miguel, Santa 
Marta. 

Platycleis laticauda Brunn.; jovenes y adultos.—San Miguel, 
Santa Maria. 

Decticus albifrons Fabr.—Santa Maria. 

Liogryllus bimaculatus De Geer.—Santa Maria. 

»Esta lista aumenta en seis especies las citadas en la enu- 
meracion 4 que me refiero al principio, pero es seguro que 
el Sr. Affonso Chaves ha de descubrir ain mayor nimero de 
ellas por lo que dejo para mas adelante hacer el resumen de 
la fauna ortopterolégica del archipiélago de las Azores y paso 
‘la descripcién de las nuevas formas. 


Holocompsa Chavesi sp. nov. 

oo. Fusca, supra griseo-villosa. Vertex fascia transversa auran- 
tiacea. Pronotum marginibus anguste ferrugineis. Hlytra aleque 
abdomen longitudine superantes. Elytra omnino fusca pars basali 
griseo-pilosa, pone medium macula subtransversa postice sinuata 
Serruginea. Ale infumate, margine antico, medio, stigma albido- 
venoso instrucle. Tibie ferruginee. Abdomen fuscum, disco palli- 
do. Lamina subgenitalis ampla, apice membranacea, emarginata. 

2. Fusco ferruginea, supra griseo-villosa, caput ferrugineo 
lestaceum, frons fusca. Pronotum postice macula Serruginea. 
Elytra abbreviata, fascia transversa formantia, medium meta- 
noli haud attingentia, postice truncata, subarcuatim sinuata. 


DE HISTORIA NATURAL. 73 


Pedes testaceo—ferrugineis. Abdomen avinutissime et confertim 
impresso punctatum, linea media ferruginea, glabra. Lamina 
supraanalis magna, transversa, postice late rotundata; lamina 
subgenitalis apice compressiuscula. 

Long. corporis J 5°™ =P 6™ 

- pronoti 1,2 1,5 
- elytrorum 4,5 1 

San Miguel. 

»La especie es afine a la H. Simonyi Krauss., de las Islas 
Canarias de la que solo el & es conocido, por lo que la compa- 
racién debe limitarse a este sexo. Todo el pronoto esta margi— 
nado de color rojizo mientras que en aquella especie sélo se 
extiende este color por la margen anterior, el escudete es de 
igual coloracién que el pronoto y los élitros, y no negro como 
en la 7. Simonyi Krauss., los élitros carecen del tono violaceo 
tan frecuente en las especies de este género; y las alas final— 
mente tienen una mancha a modo de estigma formada por una 
red de pequefias venas de color blanco de marfil. La 9 que 
atribuyo a esta especie es notabilisima por la forma de los éli- 
tros, es la primera de las especies conocidas que los tenga 
cortos y truncados posteriormente. Dedico la especie al senor 
D. Francisco Affonso Chaves su descubridor. 


Bacillus gallicus, ra. occidentalis. 

Q. Flava vel fusca. Antenne brevissime, mesonoto tertia parte 
breviores, 12 articulate, articulis 1, 3 et articulo apicali longio— 
ribus quam latioribus, articulis reliquis transversis. Pronotum, 
angulis anticis rotundatis, lateribus late sinuatis, disco inequali, 
granoso vel subtuberculato, antice medio canaliculato, margini- 
bus antico et postico medio subtuberculatis, impressione transver- 
sa fere medio sita. Mesothorace cum metathorace valde granoso 
subtuberculati, supra medio carinulati, carinula abdomen, seg- 
mentis primo atque penultimo exceptis percurrente. Mesonoti mar- 
gine antico medio subtuberculato. Femora antica mutica; femora 
intermedia et postica apice subtus utringue 1 dentata, illa meso- 
noto longitudine equalia, ista dimidium segmenti 5* attingentia. 
Segmenta abdominis dorsalia 7, 8, 9, 10 simul sumpta mesonoto 
longitudine parum breviora. Segmentis ultimis dorsalibus, longi- 
tudinaliter subcostatis, segmento penultimo supra medio longitu- 
dinaliter sulcato; segmentum ultimum, segmento 9° parum sed 


we: ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


distincte longius, subcompresso-carinatum postice vir emargina— 
tum, lobis subobligue truncatis, subtus rotundatis, valcula supra- 
anali, medio compresso carinata in emarginatura exerta. Cerci 
segmento dorsali 9 fere dimidio breviori, conici vel triangulares, 
subtus longitudinaliter unicarinati intus prope basim subangulati. 
Segmentum ventrale abdominis 7 nec umbilicatum nec plagia— 
tum. Operculum genitale tectiforme lanceolatum apicem segmenti 
dorsalis G parum superans. 

Long. corporis OQ FO™™ 

—  antenn. 4 
— mesonoti 13 
— fem.ant. 20 
— — inter. 12 
= SH0ST HCG 

Las medidas estan tomadas sobre ejemplares conservados 
‘en alcohol. 

El estudio hecho por nuestro sabio consocio el R. P. Pantel 
sobre los Bacillus de Europa, publicado en estos mismos ANA- 
LES, tomo XIx, paginas 371 y siguientes, es tan perfecto y re- 
sume por tan completa manera cuanto se ha dicho y obser- 
vado acerca de la zoografia de estos animales, que con su es— 
tudio se esta al corriente de todas las cuestiones que entrana 
tan dificil materia, y en posibilidad de publicar los nuevos 
datos que se obtengan sin temor de contribuir 4 complicar 
mas esta cuestion. 

Esta consideracién me ha decidido a hacer la descripcién de 
este Bacillus, que de no existir el estudio del P. Pantel me hu- 
biera limitado a presentar como especie dudosa. Con el mismo 
deseo ya expresado de asimilar estos nuevos materiales al tra- 
bajo en cuestion, he adoptado la misma plantilla descriptiva 
que emplea el R. P. Pantel para la descripcién de las especies 
que estudia; con lo que, no solamente he seguido un modelo 
perfecto, sino que resaltan mejor las diferencias que con las 
especies afines presenta esta variedad. 

Incluyo la forma que describo en la especie B. gallicus Charp. 
mejor que en el B. algericus Finot, porque debo confesar que 
también a@ mi me asalta la duda de si esta ultima forma no 
sera mas que otra variedad de la misma especie europea a que 
me refiero. 

Resulta de la descripcién que antecede, comparada con la 


DE HISTORIA NATURAL. 


de la © del B. gallicus 1. ¢., pag. 393, que la nueva forma di- 
fiere por tener las antenas atin mas cortas, puesto que apenas 
alcanzan ala tercera parte de la longitud del mesonoto, y me- 
nor el ntimero de sus artejos, no teniendo ningtin artejo medio 
mas largo que ancho, sino que todos los intermedios son deci- 
didamente transversos, si bien el sexto y el séptimo, y princi-— 
palmente aquel, son algo mas largos que los otros, pero sin 
llegar siquiera a ser cuadrados; por estos caracteres se apro- 
xima mas la nueva forma al B. gallicus que al algericus; y si 
bien los caracteres tomados de las antenas no tienen una gran 
importancia en este género, no deja de ser notable que la for- 
ma de las Azores se aproxime mas 4 la europea que a la del 
Norte de Africa. El pronoto granuloso, como todo el cuerpo, 
tiene muy acusadas las sinuosidades de sus lados, muy mar— 
cado también el surco medio, que se extiende desde el borde 
anterior hasta la impresién media, la que esta situada proxi— 
mamente 4 igual distancia del borde anterior que del poste- 
rior, é indicadas las granulaciones en el medio de ambos bor- 
des que representan los tubérculos que en el a/gericus alcan— 
zan mayor desarrollo. Los fémures son cortos; los intermedios 
y posteriores sélo tienen una espina en cada una de las quillas 
inferiores, cerca del apice, y estas espinas son dentiformes y 
bastante robustas; los fémures anteriores tienen casi igual 
longitud que el mesonoto, debiendo advertir que en las medi— 
das que hemos dado mas arriba sdlo hemos medido el femur 
con su trocanter, pero no la coxa; los fémures posteriores diri- 
eidos hacia atras llegan 4 la mitad del segmento 5.° del abdo- 
men, esto es, son un poco mas largos que en el gallicus y mas 
cortos que en el algericus. Todos los segmentos del abdomen 
estan aquillados, excepto el primero (segmento mediario) y el 
noveno; el primero de estos dos es convexo y enteramente liso, 
y el noveno, en vez de quilla media, tiene un surco, 6 si se 
quiere dos quillas aproximadas que dejan entre si un estrecho 
espacio. El segmento 7.° ventral del abdomen no presenta ni 
fositas ni placas laterales lisas; no ofrece, en suma, caracter 
alguno digno de mencion. 

Senala también el P. Pantel como distintivo muy constante 
entre el gallicus y el algericus la intensidad de la granulacion 
de los tezumentos, si bien hace la salvedad de que este carac- 
ter es en extremo variable. Con igual salvedad haré constar 


76 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


que la nueva especie se aproxima mas por este caracter al 
algericus , porque sus tegumentos son muy granulosos, perci- 
biéndose los granos hasta en los anillos inferiores del abdo- 
men y mereciendo verdaderamente el nombre de tubérculos 
en los segmentos dorsales de todo el cuerpo; este caracter ad- 
quiere mas intensidad en los individuos de coloracién obscura 
porque en ellos los tuberculitos se acusan mas por el tinte 
pardo obscuro que toman. Finalmente los huevos corresponden 
con bastante exactitud a la forma dada a4 conocer por el P. Pan- 
tel para los del B. gallicus Charp. en estos mismos ANALES. 

Viniendo ahora a la comparacidn de los ejemplares de las 
Azores con los que existen en mi coleccién, ya que las anterio- 
res observaciones estan hechas sobre las descripciones del 
P. Pantel, resulta que el aspecto y forma general es, en efecto, 
la del B. gallicus, que yo mismo he recogido en Villa Rutis 
(Coruna), y que tengo también de Cestona y de Vergara (Gui- 
plizcoa), encontrados estos ultimos por mis amigos Sres. Sanz 
de Diego y Larrinta, y que las tinicas diferencias apreciables 
radican en el nuimero de artejos de las antenas, en lo acci- 
dentado de la superficie del pronoto, en la carencia completa 
de quilla en el segmento mediario, que en los espanoles esta 
indicada cerca del borde posterior, en la existencia de un 
surco sobre el segmento noveno del abdomen que reemplaza 
la quilla que existe en los demas segmentos, y en el desarro- 
llo de los tubérculos que cubren todo el cuerpo mucho mas 
gruesos que en la © del algericus. Debo advertir que en el 
ejemplar de Cestona puede apreciarse en el noveno segmento 
cierta tendencia a convertirse en surco la quilla media, y que 
ademas tengo otra hembra de Tanger regalada por el senor 
Olcese, que concuerda enteramente con los ejemplares de las 
Azores. Estas consideraciones me inclinan 4 considerar por 
ahora este insecto como una simple variedad del 2B. gallicus 
Charp. 


Sesion del 4 de Abril de 1894. 
PRESIDENCIA DE DON PRIMITIVO ARTIGAS. 


—Kil Sr. Secretario lee una tarjeta del Sr. Presidente excu- 
sando su asistencia por ocupaciones. 


DE HISTORIA NATURAL. 7 


—Se lee y aprueba el acta de la sesién anterior. 
—(Queda admitido como socio agregado el senor 


Torres Castellanos (D. Miguel), de Madrid 
o ? b] 
propuesto en la sesién anterior’ por el Sr. Angulo y 
Tamayo. 


—Se hicieron tres nuevas propuestas de socios numerarios. 

—Kstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor— 
dando la Sociedad se diesen las gracias 4 los donantes de las 
regaladas. 

—El Sr. Presidente did cuenta del fallecimiento del socio 
D. Manuel Janer y Ferran, Bibliotecario de la Sociedad, acae- 
cido el 21 del pasado Marzo, anadiendo que como recuerdo que 
la Sociedad consagra a su primer bibliotecario, joven en quien 
la Historia natural patria tenia fundadas esperanzas por su 
laboriosidad, inteligencia y modestia, leeria un senor socio el 
articulo necrologico que acerca del Sr. Janer habia escrito. 

—El Sr. Fernandez Navarro leyo la siguiente noticia necro— 
logica: 


El Dr. D. Manuel Janer y Ferran. 


«Si sensible es la pérdida de aquellos hombres que con su 
talento han podido dar dias de gloria a la ciencia patria, no 
menos deplorable y tal vez mas desconsoladora es la de los 
que, dotados de clara inteligencia, laboriosidad infatigable y 
amor al estudio, bajan al sepulcro sin dejar el consuelo de los 
frutos obtenidos con tan envidiables condiciones. A estos Ulti- 
mos pertenecia el Dr. Janer y Ferran, que a los 25 anos de 
edad, cuando podia afirmar que le pertenecia el porvenir y 
empezaba a ver satisfechas sus modestas aspiraciones, ha falle- 
cido, victima de rapida enfermedad, el dia 21 del pasado mes 
de Marzo. 

»Su vida, corta por desgracia, puede condensarse en la pala- 
bra /aboriosidad; laboriosidad tan grande que le ha costado la 
vida. Hizo sus estudios de segunda ensenanza en el coleg@io de 
Religiosos Agustinos del Escorial, donde, lo mismo que en la 
Universidad central al seguir mas tarde la Facultad de cien- 
cias, fué modelo de alumnos, no sdlo por su inteligencia y 
aplicacion de que dan testimonio las brillantes notas obtenidas 


18 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


en todas las asignaturas, sino también por sus excelentes con- 
diciones como companero, de que podemos hablar sus amigos, 
que éramos tantos cuantos tuvimos la suerte de conocerle. 

»Encontroése a los 22 anos con el titulo de Doctor en Ciencias 
naturales y una historia académica inmejorable; pero lejos de 
envanecerse con ellas, fueron estas condiciones nuevos acica- 
tes que desarrollaron mas y mas en Janer la pasién del estu- 
dio, como lo demuestran las multiples ocupaciones en que la 
muerte le ha sorprendido. Era actualmente Ayudante, por opo- 
sicidn, de zoologia, en el Museo de Historia natural, donde le- 
vaba muy adelantado el arreglo de las colecciones de animales 
inferiores que corrian a su cargo; desempenaba también una 
ayudantia en la Escuela de Artes y Oficios y asistia a su clase 
sintiendo ya los sintomas de su ultima enfermedad; habia sido 
nombrado recientemente Bibliotecario de la Sociedad Espanola 
de Historia natural y como si con todos estos cargos no tuviera 
bastante para Henar su tiempo, atin se ocupaba en explicar en 
diferentes colegios, compartir la direccién de uno de ellos y 
dar numerosas clases particulares. 

»Y aunque parezca mentira después de la enumeracion de 
tantos cargos, todos ellos los desempenaba cumplidamente y 
en todos correspondia a su buen nombre. La Sociedad Espa- 
nola de Historia natural puede dar fe de ello con sélo mirar el 
estado en que hoy se encuentra su biblioteca. Formada ésta en 
su mayoria de las publicaciones periddicas recibidas 4 cambio 
de los ANALES durante los veintidos anos que lleva de existen- 
cia, y sin vocal bibliotecario en todo este tiempo, solo la acti- 
vidad y paciencia de Janer podian en unos cuantos meses 
ordenar tantos y tan variados materiales. Ocupabase en la 
actualidad de ir reclamando los niimeros que de las diferentes 
publicaciones faltaban, para una vez completas todas ellas 
publicar el catalogo; y en esta tarea ha sido sorprendido por la 
enfermedad que le ha robado al carino de su familia y amigos. 

»Maestro, companiero 6 discipulo Janer de casi todos los que 
me escuchais, no tengo que encareceros el entusiasmo que 
sentia por las Ciencias naturales. Dotado de un caracter atrac- 
tivo como pocos, sabia comunicar 4 sus discipulos ese mismo 
entusiasmo, debiéndose a él el que muchos de ellos sean hoy 
nuestros consocios. Por esto he creido que interpretaria vues— 
tros deseos al leer esta nota, para que su insercién en los ANA- 


DE HISTORIA NATURAL. 19 


LES sea considerada como la expresién del sentimiento de 
nuestra Sociedad por la pérdida de su primer Bibliotecario, 
que en los dos meses de ejercer su cargo habia logrado pres- 
tarla ya un servicio de la mayor importancia, puesto que por 
él sera posible consultar nuestra Biblioteca, mas interesante 
por la indole de las publicaciones que la constituyen que por 
el ya considerable numero de volimenes con que cuenta.» 

El Sr. Presidente propuso que la Sociedad, aceptando la 
bien escrita noticia biografica que acababa de leer el Sr. Fer- 
nandez Navarro, la publicase en las Actas de la sesién pre- 
sente como testimonio del sentimiento con que habia sabido 
esta triste nueva, y confiriese el cargo de Bibliotecario al mis- 
mo Sr. Fernandez Navarro que acaba de dar muestras de cono- 
cer perfectamente el estado en que el Sr. Janer llevaba el 
arreglo de la Biblioteca. La Sociedad aprobdé en todas sus par- 
tes lo propuesto por el Sr. Presidente. 

—El Sr. Secretario leyé la siguiente noticia necrolégica que le 
habia sido encomendada por la Sociedad en la sesién anterior: 


Ll profesor D. Laureano Calderon. 


«Este sabio cristalografo y quimico, investigador tan habil 
é inteligente — cualidad rarisima en nuestro pais— como pro- 
fesor claro y brillante, acaba de morir, el dia 4 del pasado 
Marzo, a las seis de su tarde, a los 46 anos de edad. Hijo de 
un antiguo y distinguido periodista y hermano de nuestro 
consocio y bien conocido gedlogo D. Salvador Calderén, Cate- 
dratico en la Universidad de Sevilla, y del publicista no menos 
notable D. Alfredo, nacid en Madrid, en cuya Universidad 
curs6 las Facultades de Farmacia y Ciencias fisico-quimicas, 
entrando muy joven, apenas concluida su carrera, de ayudante 
de Analisis quimico, por oposicién, en la primera de dichas 
Facultades, cargo que desempeno hasta que en 1874 fué nom- 
brado Catedratico numerario de Quimica orgdnica en la Fa- 
cultad de Farmacia de Santiago de Galicia, también en virtud 
de brillante oposicién. Depuesto en 1876 por el Gobierno cuan- 
do la célebre cuestién universitaria, y libre, por tanto, de su 
obligacion oficial, se dirigié primero & Paris, donde se consa- 
gré al estudio de la quimica en el laboratorio del ilustre pro- 
fesor Berthelot, en el Colegio de Francia, y mas tarde 4 Estras- 


80 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


burgo, en cuyo laboratorio de Cristalografia, dirigido por en- 
tonces, asi como la catedra correspondiente, por el no menos 
ilustre profesor Groth, hizo su completa y rapida iniciacién 
en esta Ciencia, pasando muy pronto de alumno 4 ayudante 
de la catedra y director de trabajos practicos en dicho labora- 


DON LAUREANO CALDERON. 


torio, 4 propuesta del Catedratico ya mencionado. Vuelto a 
Espana, y reintegrado en sus derechos de Catedratico, adqui- 
rié el laboratorio quimico particular que en la calle de Carre- 
tas poseian los Sres. Saez, Utor y Soler, y se consagré con 
ardor é inteligencia 4 la resolucién de los problemas indus— 
triales y analiticos que se le presentaban, sin descuidar por 


DE HISTORIA NATURAL. 81 


eso las investigaciones puramente cientificas, hasta que le 
fueron dadas las catedras de Quimica bioldgica é Historia cri- 
tica de la Farmacia en esta Facultad de la Universidad Central, 
que ha venido desempenando de un modo brillante hasta su 
muerte. 

»Dentro de la Quimica era Laureano Calderon el represen- 
tante mas ilustre, si no el inico, de la novisima direccidén de 
esta ciencia que se conoce con el nombre de la Fisico-quimica, 
como demuestran sus numerosas investigaciones termo-qui- 
micas, su notabilisimo discurso inaugural de la Universidad 
Central en el curso de 1892-93, reproducido en la Revista de 
cursos cientificos, de Paris, y juzgado por el profesor Ostwald, 
de la Universidad de Leipzig, uno de los jefes de la Direccién 
antes indicada en Quimica, como una brillante y clara exposi- 
cidn sucinta de los problemas que hoy comprende la Quimica 
g@eneral moderna, y, por ultimo, sus trabajos inéditos, uno ya 
terminado, acerca de las materias explosivas, y otro, que des— 
graciadamente ha quedado en fragmentos, que hubiera cons- 
tituido un Tratado de Quimica general. 

»Como.cristaldgrafo, su nombre va unido al estauroscopio 
mas delicado y exacto que hoy se conoce, que figura en todos 
los microscopios polarizantes modernos, y ha sido ahadido por 
Fuess, constructor en Berlin, a su microscopio mineraldgico— 
petrografico. Conocida de todos los que estudian minerales y 
rocas es la dificultad que ofrece el reconocimiento de la posi- 
cidn exacta de las direcciones de vibracién en los cristales y 
secciones cristalinas, y la inseguridad con que se lleva a cabo 
tal reconocimiento por el método de las extinciones 6 los pro- 
cedimientos de Kobell 6 Brezina. Laureano Calderén resolvié 
este problema de un modo ingenioso sustituyendo el objetivo 
(lel ortoscopio por una placa cortada en una macla artificial 
(le calcita, cuyas dos mitades se iluminan con diversa intensi- 
(lad desde el momento en que ninguno de los ejes de elastici- 
dad del cristal 6 seccién cristalina que se estudia coincide con 
las direcciones de vibracién de los nicoles. El procedimiento 
es tan exacto, trabajando, claro es, en luz monocromatica, que 
el error con que se llega a conocer las direcciones de vibracién 
dle los cristales no pasa de seis 4 siete minutos. Muchos estu- 
dios cristalograficos hizo L. Calderén sobre cristales de pro- 
ductos organicos, entre ellos del azucar de cana, cuyos indices 


ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 6 


92 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


de refraccién, segun los tres ejes de elasticidad y angulos ver- 
daderos correspondientes de los ejes opticos, determindé para 
las luces del litio, sodio y talio; pero el que tiene mayor interés 
mineraldgico, a la vez que espanol, es el de los indices de re- 
fraccién de la blenda de Picos de Europa, que efectué en Es— 
trasburgo sobre 14 6 16 bellisimos prismas tallados sobre ejem- 
plares que en parte le remiti yo, del que resulta que dichas 
constantes dpticas varian en este mineral con la cantidad de 
pigmento que exista en el prisma que se estudia. 

»Ademas de investigador habil y coucienzudo, era Laureano 
Calderén profesor eminente, que exponia las cuestiones mas 
dificiles y abstractas con tanta claridad y brillantez que nadie 
dejaba de entenderle por ajeno que fuese al asunto explicado, 
ni de recordar las brillantes imagenes de que se habia servido 
para cautivar la fantasia de sus oyentes. 

»Un trabajo tenia 77 mente destinado a esta Sociedad, que, 
no obstante hablarle yo de él cada vez que nos velamos, ani- 
mandole @ que le diese forma y terminara, apenas ha llegado 
a’ pasar, desgraciadamente, del estado de proyecto. Debia ser 
una exposicidn breve, sencilla, practica y clara, como todo lo 
que él hacia, de los procedimientos de investigacion cristalo- 
erafica, tanto goniométrica como Optica. Entre sus notas y 
papeles deben existir unos dibujos de gonidmetros y aparatos 
de polarizacién que destinaba a dicho trabajo. 

»La muerte del profesor D. Laureano Calderon ha sido una 
pérdida irreparable para la ciencia espanola por las condicio— 
nes que le adornaban, y mucho mas lamentable en el atraso 
cientifico en que nos hallamos.» 

—Hl Sr. Secretario presentd y did cuenta a la Sociedad de 
un trabajo titulado /isectos de Mallorca, hecho por el Sr. Mora- 
oues y de Manzanos, que por acuerdo de la Sociedad paso a la 
Comisién de publicacién. A continuacién presenté a la Socie— 
dad las siguientes notas de D. I. Bolivar: 


DE HISTORIA NATURAL. 83 


AD COGNITIONEM ORTHOPTERORUM EUROPA ET CONFINIUM. 
Il1.—Hspecies nuevas 6 criticas. 
Aphlebia Janeri sp. nov. 


Nigro-picea vel nigro-rufescens, nitida. Caput inter oculos linea 
transversa pallida ornatum. Pronotum postice subarcuato-trun— 
catum, antice lateribusque favoalbido limbatum. Elytralateratia, 
abbreviata, lobiformia, marginem posticuim mesonoli parum supe- 
rantia, intus oblique rotundata, pallida. Pedes pallidi. Abdomen 
dorso fusco-punctatum, segmentorum margine postica obscure 
pallida, segmento sexrto postice retrorsum declivi, postice emargi- 
nato; abdomen subtus fusco, marginibus flavo-maculatis. Lamina 
supra-analis & obtuse triangularis, Q angustissime transversa, 
rotundata. Cerci pone medium annulo pallido. Lamina subgeni- 
lis § winter cercos obtuse producta, Q magna, postice late-rotun— 
data, integra. 

Long. corporis o Q 6™™,5-8™™, 

Corresponde al grupo de las 44. subaptera Ramb. y carpe- 
tand Bol. Los élitros son estrechos y un poco mas largos que 
el mesonoto y el sexto segmento dorsal del abdomen del & 
ofrece caracteres excepcionales que permiten distinguir esta 
especie de sus congéneres y que quedan expresados en la 
diagnosis. 

Habitat. Tanger, Olcese! 

Me ha sido remitida de la localidad in- 
dicada por mi corresponsal y amigo se- 
nor Olcese, a quien soy deudor de nume- 
rosos materiales para el estudio de la fau- 
na de Marruecos, de los que ya he publi- 
cado algunos en estos mismos ANALES. 


Aphlebia Janeri Bol. 


p : Abdomen muy aumentado. 
Dedico esta especie al malogrado natu- 


ralista D. Manuel Janer y Ferran, ayudante que ha sido, por 
oposicion , del Museo de Ciencias de Madrid y Bibliotecario de 
esta Sociedad, cuya pérdida lamentamos cuantos conociamos 
su excelente caracter, su laboriosidad y el entusiasmo que sen- 
tia por las Ciencias naturales que con tanto provecho cultivaba. 


S4 , ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Aphlebia algerica Bol. 


ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. nat., t. x, 1881, 499, tan— 
lum &. 

A femina differt, abdomine rvetrorsum angustatum, seg- 
mento 6.° postice subsinuato, segmento 8.° postice rotundato, mo- 
dice producto. Lamina supra-analis transversa, rotundata: lamina 
subgenitalis elongata, apice subangulato-rotundata, inter cercos 
producta. 

LONG: COPPOTLS FO PION Sores CLYLT nem. 

Habitat. Argelia, Tanger. 

He recibido los dos sexos en un envio que me ha hecho desde 
Tanger el Sr. Olcese, y he podido convencerme de que el co de 
esta especie es el que ahora describo, rectificando en cuanto a 
éste se refiere la diagnosis que publique en estos ANALEs en el 
lugar citado. 


Loboptera maroccana Sj. j07. 


Nigro-picea, nitida. Thorax lateribus rufotestaceo-marginalus, 
margine inmo angustissime fusco. Elytra lobiformia, vretrorsum 
angustata, mazima parte rufo testacea, mesonolum vis longiora. 
Pedes concolori vel fusco-ferruginel. Abdomen unicolor. segmen- 
forum margine postica minutissime atque subindistincte plicata, 
et pilosa, Segmento 6.0 arcuato producto, medio distincte sinuato, 
segmento 7. in medio transverse producto in lohum votundatum. 
Lamina supra-analis triangulariter producta, apice in Q distinete 
sinuata. Cerci ¢ recti, crassiusculi Q distincte sinuato-in flexi. 

Long. corporis of 10™™; pronoti 3™™; lat. mar. pron, 4°™,5 

- - oN 4 SE a LS ie — - Dum. 

Se distingue de la Z. decipiens Germ. por su mayor tamano 
y por la coloracion. La faja rojiza lategal no se extiende poste- 
riormente mas alla del metatorax: los élitros quedan incluidos 
en ella casi por completo y sobre el protorax se estrecha, con- 
tinuandose a lo largo de todo el borde anterior. Kl abdomen es 
dle color negro-piceo uniforme y brillante, y los segmentos 2a 5 
tienen el borde posterior recto con una franja de pelos dirigi- 


DE HISTORIA NATURAL. 85 


dos hacia atras; estos pelos se implantan en fositas que hacen 
aparecer el borde como ligeramente plegado. 

Los ultimos anillos del abdomen presentan grandes «i- 
ferencias comparados con los 
correspondientes de la Z. deci- 
piens Germ.; el 6." es mas lar- 
@o que los anteriores y su bor- 
de posterior en vez de ser rec- 
to como en aquellos y como lo 
es también en la especie cita- 


: id ob 2 
da, es sinuoso y esta escotado 
en el centro; el 7.° ofrece en Loboptera maroccana Bol. 
: Abd lel le 
el medio un lébulo redondea- Abdomen del o” y de la Q muy 
aumentados. 


do, mas saliente que los an- 

culos laterales del mismo segmento. En la Z. decipiens Germ., 
este borde es recto, 6 casi recto, y es menos saliente que los 
angulos laterales. Por ultimo, la placa supra-anal es triangu— 
lar y en la Q esta ligeramente escotada en el medio. Los cer- 
cos también presentan diferencias sexuales que ya quedan in- 
dicadas en la diagnosis y que pueden apreciarse en la figura 
adjunta. 

No conozco la Z. Fortunate Krauss, de Canarias, que debe 
ser muy afine a esta especie aunque de mayor tamano. Su des- 
cripcién es tan breve que no permite establecer la distincion. 

Procede esta especie de Marruecos y poseia de largo tiempo 
atras los ejemplares de ella que recogi en las inmediaciones de 
Tetuan, pero la circunstancia de pertenecer los dos al mismo 
sexo me ha hecho demorar su descripcién, esperando poder 
confirmar con mayor ntimero de ejemplares las diferencias que 
presenta con la Z. decipiens Germ., como hoy puedo hacerlo 
gracias al Sr. Olcese, de Tanger, que me ha enviado reciente- 
mente numerosos ejemplares de uno y otro sexo. Probable— 
mente reemplaza esta especie en Marruecos a la Z. deci- 
piens Germ.; es posible se refieran a ella las citas de los autores. 


Loboptera minor sp. 70v. 


A. L. maroccana differt; statura multo minore; segmentorwin 
abdominis punctis piligeris subindistinctis, segmentis ultimis 
postice multo minus curvatis. 


86 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Long. corporis & & 6-7". 

Habitat. Tanger (Olcese!). 

Difiere de la anterior principalmente por el tamano, sin que 
existan ejemplares que establezcan el transito de aquella a 
ésta, a pesar de haber examinado gran numero de ellos. La 
comparacion detenida que he hecho de una y otra no me ha 
permitido encontrar otra diferencia que la menor acentuacion 
de las curvas del borde posterior de los segmentos genitales, 
y el ser casi imperceptibles los puntos piligeros que hay a lo 
largo de los segmentos basilares del abdomen. 


Pyrgomorpha agarena Sp. 70”. 


Viridis vel griseo-fusca. Capite pone oculos fascia albida per 
marginem lateralem pronoti continuata. Fronte suaviter bisinua- 
ta, oculis oblongis, oblique positis, parum exsertis, fastigio eque 
longo ac lato. Occipite carinato. Antennis brevibus, marginem 
posticum pronoti haud attingentibus, angustis sed usque ad api- 
cem depressis. Pronoto sulco typico pone medium sito, punctato- 
impresso, rugulato sed haud granoso, lobis lateralibus postice 
sinuatis, margine externa flexuosa, angulo postico rotundato. Bly- 
tris apicem abdominis haud vel parum superantibus, longitudi- 
naliter pluristrigatis. Alis abbreviatis. Spina apicali externa 
tibiarum posticarum nulla SQ. 

Long. corporis o 13°"; antenn. 4°"; pron. 2°”,5; elytr. 6°"; fem. 
post. 7,5. 

Long. corporis Q 20°"; antenn. 5°",5; pron. 4"",5; elytr. 13"; 
Jem. post. 11". 

Habitat. Larache (Olcese). 

Como se ve por las dimensiones, esta especie se distingue 
ante todo de la Pyrgomorpha grylloides Latr. por su menor 
tamano; la brevedad de las antenas y de los élitros constitu- 
yen otras dos diferencias de facil apreciaciOn y, por ultimo, 
hay otras particularidades de detalle que contribuyen a distin- 
guir ambas especies, como son la menor longitud del proceso 
en que termina la cabeza por delante de los ojos, formado por 
el vertex y las sienes que le rodean, y que en la nueva especie 
es proximamente tan largo como ancho, considerado en su 
totalidad, mientras que en la especie comun es distintamente 


DE HISTORIA NATURAL. 87 


mas largo que ancho; sus bordes son al principio paralelos, 
lo que no ocurre en aquella especie. Los élitros en el o llegan 
solo a la mitad de los fémures posteriores, y en la 9 alcanzan 
hasta cerca del apice de los mismos, de modo que en aquel la 
extremidad del abdomen queda a descubierto; la estructura de 
estos 6rganos es también diferente, pues carecen, sobre todo 
en el <’, de las areolas rectangulares dispuestas en series 
entre las venas longitudinales, y que aqui solo se distinguen 
en los élitros de la 2 y hacia el apice, estando todo el resto de 
la superficie cubierto de venas longitudinales muy aproxima-— 
das unas a otras. 

Resulta de los caracteres expuestos que, siendo como es a 
primera vista muy afine esta especie ala P. grylloides Latr., 
difiere considerablemente de ella, y por tanto de todas las de- 
mas especies conocidas. 

El género Pyrgomorpha se ha aumentado desde la publica- 
cién de mi monografia (1) con dos especies descritas por el 
Dr. Karsch (2) (P. picturata Karsch, Kuako-Kimpoko y expli- 
cata Karsch, Nueva Guinea meridional oriental), otras dos 
que yo he publicado (3) (P. linea-alba Bol., Caconda y Angolen- 
sis Bol., de Angola), y finalmente, otra que acaba de dar a 
conocer M. A. Finot (4) (P. debilis Finot, Ain-Sefra, Argelia); 
en cambio ha disminuido en una especie, la P. breviceps Bol., 
de Angola, que en vista de mejores ejemplares que el que me 
sirvid para su descripcidn, he creido deber llevarla al género 
inmediato Ochrophlebia Stal. 


Ctenodecticus Masferreri sp. ior. 


Testaceus, supra cinereus, vitta fusca laterali ornatus. Pro- 
notum lobis defleris fusco-punctatis, postice albido marginatis, 
pitta albida supra striga fusca circumscripta. Hlytra in x haud 


(1) Monografia de los Pirgomorfinos. Madrid, 1881. Tirada aparte de los ANALES DE 
La Soc. Esp. pe HIstT. NaT., tomo x11, ‘1884. 

(2) Beitrige zu Ignacio Bolivar’s Monografia de los Pirgomorfinos Madrid, 1881, en 
Entonologische Nachrichten, Jahrgang xiv. Berlin, 1888. 

(3) Ortdpteros de Africa del Museo de Lisbou. (Jornal de Sciencias mathematicas, phy- 
Sicas e naturaes. 2.* serie. Lisboa, 1889.) 

(4) Bulletin des séances de la Société entomologique de France, 1894. 


88 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


obtecta. 9 ligulata, lateralia, marginem posticum pronoti haud 
superantia. Femora postica ertus vitta nigra atque macula basali 
nigra ornata. Tihie postice subtus spinis terminalibus duabus 
internis nullis. Abdomen segmentorum margine postica subpli- 
cata. Segmentum anale J triangulariter productum, subsulcatum 
apice sinuatum, lobis obtusis. Cerci, segmentum anale vir supe- 
ranti. Lamina subgenitalis apice obtusangulariter excisa; styli 
minutissimi. Ovipositor subrectus, dimidio basali distincte infla- 
tus. Lamina subgenitalis 2 trigona. bifossulata. apice anguste 
CLUS. 
Long. corporiss cio? Ole 


- pronoti 3 3,2 
— fem. post. 7,5 8.5 
— ovipositor. 7 


Habitat. Monserrat, Masferrer! 

Esta especie ha sido recogida por D. Mariano Masferrer, en— 
tomologo barcelonés que ha logrado aumentar con numerosas 
especies la lista ya larga de los ortopteros espanoles. 

Es de tamano intermedio entre el C?¢. pupulus Bol. y el Boli- 
rardi Tare. Toz., y tiene mas analogia por su colorido con la 
segunda que no con la primera de estas especies; pero la ca- 
rencia de espinas internas en la extremidad inferior de las ti- 
bias posteriores la aproxima a la primera. Los élitros estan al 
descubierto en el macho, y en la hembra solo se distinguen en 
forma de pequenios lébulos 4 uno y otro lado del protorax. El 
segmento anal del macho se parece al del C¢. Bolivarii Targ. 
Toz., solo que sus lObulos no se prolongan formando dos espi- 
nas como en aquella especie. — 


IV.— Nuevos datos para la fauna espanola. 


Las siguientes especies recogidas en Panticosa por D. Ma- 
nuel Martinez Escalera 4 fines de Julio del ano pasado vienen 
i determinar el limite extremo del area @eoerafica de aleunas 
especies de la Peninsula y a aumentar el numero de las espa- 
holas con alguna del Sur de Francia que atin no habia sido 
descubierta en nuestro suelo: 


DE HISTORIA NATURAL. £9 


Forficula auricularia Z. Panticosa. 
Anechura bipunctata “adr. Es la primera vez que se cita este 
eénero de la Peninsula. Ha sido recogido en Torta. 

Chelidura sinuata Germ. Panticosa. 
Stenobothrus nigromaculatus /7. Se. Bujaruelo. 

-- stigmaticus RO. Bujaruelo. 

— morio abr. Bujaruelo, Panticosa. 

— vagans eb. Panticosa. 

_ parallelus Ze/¢?. Bujaruelo, Panticosa. 
Gomphocerus maculatus 7hunb. Bujaruelo. 

_— sibiricus Z. Bujaruelo, Panticosa. 
Arcyptera fusca Pa//. Bujaruelo. 
Psophus stridulus Z. Bujaruelo, Panticosa. 
(Hdipoda ceerulescens Z. Bujaruelo, Panticosa. 
Caloptenus italicus Z. Panticosa. 
Pezotettix pedestris Z. Panticosa. 

— Pyreneeus Fisch. Panticosa. 

Antaxius hispanicus Bo/. Panticosa. oa 
Platycleis grisea adr. Panticosa. 


Decticus verrucivorus Z. Bujaruelo. eh 
Gryllomorphus Dalmatinus Ocsh. fe qf 
his 


—KHi Sr. Secretario leyé el acta siguiente: 


SECCION DE SEVILLA. 


Sesi6n del 10 de Marzo de 1894. 
PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. 


—Se leyo y aprobo el acta de la anterior. 

—Se repartio el cuaderno 3.° del tomo xxi de los ANALEs. 

—A propuesta del Sr. Medina se acordé consignar en acta el 
sentimiento con que la Seccidn habia sabido el fallecimiento 
del Sr. D. Laureano Calderén y Arana, hermano de nuestro 
dignisimo Presidente, miembro de esta Sociedad y eminente 
quimico, cuya muerte ha privado a@ la ciencia patria de uno 
de sus mas sabios y ardientes cultivadores. 

~—Se leyo la siguiente comunicacion del Sr. Chaves: 


90 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Un trabajo reciente sobre el origen de los fosfatos naturales. 


«Bajo el epigrate Sur quelques phosphates mineraur noureaur 
ou tres rares et sur la genese des phosphates naturels, y suscrito 
por M. Armand Gautier, ha publicado el Boletin de la Socie- 
dad quimica de Paris, con reciente fecha (5 Diciembre de 1893, 
3." serie, tomos Ix y X, nlm. 23, pag. 884), un trabajo tanto 
mas interesante cuanto que 4 minerales de un origen tan obs- 
curo como los fosfatos se refiere. Después de recordar las di- 
versas teorias propuestas por los mineralogistas en punto al 
origen de los fosfatos naturales, el autor comienza a exponer 
sus investigaciones con la descripcién de la gruta J/inerve 6 
de la Coquille, al S. del Hérault, acompanando esta descrip- 
cién, y la de los fosfatos que en ella yacen, de analisis por él 
practicados, entre los cuales merece mencion el de la roca que 
se encuentra 43 6 4 m. bajo el suelo de dicha gruta. Esta 
roca, de tipo muy diferente al de las fosforitas ordinarias, esta 
esencialmente formada de fluofosfatos de cal y de altimina, 
asociados a algo de arcilla. M. Gautier coteja los resultados 
obtenidos en sus analisis con los de buenos analisis de fosfo- 
ritas ejecutados por M. Lasne, y de la comparacidn deduce 
que en los fosfatos de JZinerve la mitad 6 mas del acido fosf6- 
rico esta unido a la alimina, y que la cal es insuficiente para 
constituir fosfato tribasico 6 bibasico. Tratase, pues, de un 
nuevo tipo de fosforita que, aunque de naturaleza semejante, 
no puede, sin embargo, identificarse con la cirrolita, la her- 
derita y la tavistockita, especies raras que se encuentran en 
ciertos filones cuarzosos de terrenos antiguos. Al lado de esta 
roca existe la érushita cristalizada y el fosfato de alumina 
(Ph O,), Al,, 7 H, O en un estado de pureza casi absoluta, no 
descrito hasta ahora, y para el cual propone M. Gautier el 
nombre de minervita. Este fosfato se halla en polvo blanco, 
constituido por granos cristalinos pertenecientes, segun nos 
parece desprenderse de las observaciones del autor, al sistema 
hexagonal. Después describe la brushita encontrada en las 
hendiduras de ciertas galerias de J/inerve, y cuyo descubri- 
miento en esta localidad ofrece bastante interés, puesto que 
hasta hoy se habia citado solamente de los guanos rocosos de 
las islas Avas y Sombrero. 


_e 


DE HISTORIA NATURAL. 91 


»Entra después el autor en la parte capital de su Memoria: 
en la explicacion de la @énesis de los fosfatos de cal naturales 
tal como se desprende de sus estudios, y de los de otros qui- 
micos y mineralogistas que han tratado la cuestion del origen 
organico de estos minerales. Establece tres categorias de fos— 
fatos. En la primera coloca los que reconocen como origen la 
oxidacion del fosforo del nucleo central del globo, y son el 
apatito, la triplita, la ambligonita, etc., que se encuentran 
constituyendo granos, inclusiones 6 cristales en ciertas rocas 
eruptivas y volcanicas, y en el granito, gneis y pegmatita. La 
segunda categoria comprende variedades de origen hidroter— 
mal, resultantes de la accién de las aguas cargadas de silice 
y de acido carbénico sobre los fosfatos de procedencia ignea 
de la anterior categoria. Finalmente, agrupa los apatitos de 
los filones de los terrenos cristalinos, concomitantes con el 
cuarzo, fluorina y casiterita, con los apatitos compactos de los 
terrenos sedimentarios mas antiguos, con la wavelita, la fis— 
cherita, la turquesa oriental de las brechas del porfido, y con 
los fosfatos mas recientes depositados en formas concreciona— 
das por las aguas termales en las fallas del jurasico, del cre- 
tacico y del terciario, segtin Daubrée. En la tercera categoria 
coloca M. Gautier las fosforitas, que contienen con frecuencia 
como impurezas caliza, sulfato de cal y materia organica ni- 
trogenada, y en las cuales se pueden distinguir a simple vista, 
6 con ayuda del microscopio, restos de seres organizados. Ad- 
mite para estas fosforitas la teoria org@anica, y considera vanos 
los esfuerzos de aquellos gedlogos que buscan su origen en la 
disolucién y depodsito ulterior por las aguas siliceo-carbonicas 
de los fosfatos de origen igneo 6 hidro-mineral diseminados 
en los antiguos terrenos, fosfatos que serian depositados en 
seguida y a medida que se desprendia el acido carbonico con- 
tenido en el vehiculo disolvente, alrededor de los restos ani- 
males y vegetales. «Admitir, dice, como M. Lasne, que los fos- 
fatos concrecionados 6 arenosos provienen de la disolucion de 
los apatitos de los terrenos antiguos, porque, como ellos, con- 
tienen 7 a 8,5 por 100 de fluoruro de calcio, es desconocer la 
afinidad especial de este fluoruro por el fosfato tribasico de 
cal, afinidad tal, que la parte mineral de los huesos de los 
animales, aun en el estado de vida, responde 4 la composicién 
Ph, O,, Ca, (Co;, Fl,, Cl,), que es la misma del apatito, en la 


92 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


cual una parte del fluor ha sido reemplazada, se@vin las leyes or- 
dinarias de la equivalencia, por Cl, y CO,, bivalentes como FI,.» 

»K1 autor atribuye la génesis de estos fosfatos a la fermen— 
tacion bacteriana de restos animales depositados en las ribe- 
‘as, los pantanos y las costas de los mares geologicos. En esta 
descomposicion se origina amoniaco, amidas complejas que 
se dlestruyen con produccién del mismo y de acido lactico, 
hidrogeno sulfurado, hidrégeno y nitrog@eno libres, materias 
fosforadas fijas y volatiles y otras substancias. Distingue en 
este proceso destructivo dos fases: la primera, 6 de reduccidn, 
seguida de otra de oxidacion, en la que, merced al aire y los 
fermentos aerobios, se transforma el nitrdgeno en acido nitri- 
co; el azufre y los sulfuros en acido sulftrico; y el fosforo, que 
se halla al estado de combinacién org@anica, en acido fosforico. 
Asi, pues, los productos finales de la destruccion de las mate- 
rias organizadas son nitratos, sulfatos y fosfatos. Las fuentes 
(le donde estos ultimos derivan son tres, de las cuales consti- 
tuyen la primera los fosfatos preexistentes en el esqueleto y 
los ya preformados en todas las células animales 6 vegetales 
inalterables por la fermentacion. La segunda fuente la consti- 
tuyen fosfatos que proceden de la descomposicioén del prota— 
gon, lecitina, nucleina y otras combinaciones que contienen 
el fosforo al estado de acido fosfog@licérico, y que los microbios 
alteran con produccidn de fosfato aménico. Finalmente, cons— 
titauyen un manantial de acido fosforico los fosfatos que derivan 
del fosforo organico propiamente dicho, tales como se les en— 
cuentra formados en principios poco conocidos, como la plas= 
tina, jecorina, substancias extractivas pécticas, principios fos- 
forados putridos, etc. Estos productos se oxidan en la segunda 
fase del fendmeno para dar dcido fosforico nuevo. La oxidacion 
del fosforo organico se debe, seg@uin el autor, al fermento nitri- 
ficante, y lo demuestra con experiencias cuantitativas hechas 
sobre compuestos fosforados de procedencia organica. 

»Ast producido el acido fosforico, actua sobre el amoniaco 
resultante de la descomposicion lenta de las combinaciones 
amidadas, con produccién de fosfato biamoniacal, que arras- 
trado por las aguas subterraneas reacciona sobre la caliza que 
encuentra a su paso, formandose fosfato bi 6 tricalcico: 


(Ph O, (NH,), H + CO, Ca = PhO, CaH + CO, (NH,), 


DE HISTORIA NATURAL. 93 


» 1 carbonato amoénico se oxida mediante el fermento nitrico 
y acttia sobre el carbonato calcico en exceso, formando nitrato 
dle cal. IH] ataque del carbonato calcico por las aguas amonia— 
‘ales fosfaticas se manifiesta claramente en las @alerias de 
Minerve. 

»M. Gautier aplica la misma teoria a la @énesis de los fosfa- 
tos de alumina, hierro, cobre, etc., y ha verificado experimen- 
talmente la sintesis del primero por la accién de los fosfatos 
amoniacales de origen animal sobre la arcilla. 

»Por ultimo, termina el autor su trabajo con una nota sobre 
las nitrificaciones que acompanan 4 la fosfatizacién. La accién 
del fermento nitrico sobre el fosfato cdlcico y el carbonato 
amonico determina la formacién de nitrato de cal, que es 
arrastrado por las aguas gracias 4 su solubilidad. 

»Como nos lo muestra el excelente y concienzudo trabajo 
del Sr. Calderén, Los fosfatos de cal naturales (1), la teoria or- 
ganica ha sido, entre las ideadas para explicar la @énesis de 
los fosfatos naturales, la que menos pruebas experimentales 
ha presentado en su apoyo. Y aqui radica la importancia del 
estudio de M. Gautier: el cual, sin condenar las teorias del 
antiguo origen y del hidrotermalismo, que admite para sus 
dos primeras categorias de fosfatos, aduce hechos de impor- 
tancia en pro del origen organico de los minerales de una ter- 
cera categoria. La novedad de su trabajo estriba capitalmente 
en el estudio quimico del proceso genético de aquellos fosfatos 
en cuya formacidn parece muy probable la intervencién de 
las substancias organicas, no obstante de que sus observacio— 
nes y experiencias sean en ultimo término comprobaciones no 
mas de la opinion ya admitida tratandose de aleunos minera— 
les de un origen ligado intimamente con los procesos bioldgi- 
cos 6 con la destruccién de los seres organizados. El estudio 
de las circunstancias en las que se realiza la formacién de los 
minerales que revelan deber su génesis 4 semejantes proce— 
sos abre siempre nuevos horizontes 4 la investigacién cienti- 
fica en todas aquellas cuestiones que 4 la evolucién mineral 
se refieren.» 

—Itl Sr. Calderon did lectura 4 la nota siguiente: 


(1) Véanse los ANALEs de esta Sociedad, tomo x1x, 1890. 


9t ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Tratado de Paleontologia por el profesor Zittel. 


«El ultimo tomo hace tiempo deseado de esta obra, que for- 
mara seguramente época en los fastos de la ciencia, acaba de 
publicarse. Y tratandose de trabajo tan transcendental, he 
creido un deber consagrarle algunas lineas, encaminadas a 
difundir su conocimiento entre los que en Espana y en la 
América espanola se interesan por este orden de estudios, y 
en general por las ciencias naturales. 

»Se earecia en todas partes de un doctrinal de Paleontologia 
que siguiera en esta ciencia los progresos de sus hermanas la 
Zoologia y la Botanica, hasta el punto de que por primera vez 
se atiende en la que me ocupa a la estructura histoldgica de 
los fosiles; que siguiera los rumbos que la doctrina transfor— 
mista ha impreso a la Anatomia comparada, dando importan- 
cia capital a los lazos de parentesco de los distintos grupos, y 
que entresacara la substancia de infinidad de monografias 
publicadas en Memorias y Revistas de distintos paises, y la 
presentara bajo un plan sistematico y razonado. Los manuales 
de Nicholson y Briart, por su caracter excesivamente elemen— 
tal, no podian tampoco suplir la indicada deficiencia, y mu- 
cho menos otros alemanes é¢ ingleses traducidos al francés con 
el proposito de servir para la ensenanza superior de la Paleon- 
tologia (1). 

»La empresa de escribir semejante obra pedia un hombre 
dotado de erudicién y perseverancia asombrosas, y que re- 
uniera por igual conocimientos geoldgicos, zooldgicos, anaté- 
micos y paleontologicos, necesarios para poder armonizar los 
datos de la fauna actual con la de las épocas anteriores. El 
profesor Zittel asume felizmente todas las dificiles y multiples 
condiciones que exige la realizacion de empresa tan colosal 
en el estado presente de las ciencias naturales. 


(1) Esta laguna se proponen llenar, aunque en escala mucho mas modesta que la 
obra de Zittel, los Lléments de Paléontologie de M. Felix Bernard, en via de publica- 
cién, y que formara un yolumen de unas 90) paginas. Lo publicado hace esperar un 
libro bien meditado y discretamente escrito para uso de los estudiantes de ensenanza 
superior; mas en manera alguna puede reemplazar 4 la obra de que trato, igualmente 
necesaria 4 maestros y discipulos. 


DE HISTORIA NATURAL, 95 


»El sentido en que se inspira la obra de Zittel es el de con- 
siderar los fésiles como seres naturales, antecesores 6 estadios 
de los actuales, y hacer, por consiguiente, la zoologia y la bo- 
tanica de ellos: no el describir formas y dar nombres a restos, 
aun desconociendo su or@anizacion, como han hecho muchos 
paleontdlogos, y el grupo de los esponjiarios, entre otros, pro- 
porciona singular testimonio de ello. No se propone, por con- 
siguiente, el autor describir especies, pero si dar en cada grupo 
todos los precedentes morfoldgicos para poder servirse con 
conocimientos suficientes de las obras modernas descriptivas: 
y esto es tan importante, que por la carencia de un tratado de 
esta indole los gedlogos se limitaban generalmente a clasificar 
los moluscos y equinodermos que recogian en sus correrias, 
faltos de preliminares en los restantes grupos que les permi- 
tiesen saber apreciar los caracteres de las especies. 

»Profesa el profesor Zittel las doctrinas de los naturalistas 
modernos, pero declarando que se mantiene en el terreno de 
la imparcialidad mas estricta, en los casos en que la Paleonto- 
logia no da pruebas favorables a la teoria de la evolucién. 

»La obra se divide en dos partes independientes: Paleozoolo- 
eia y Paleobotanica: la primera redactada exclusivamente por 
el profesor Zittel, y la segunda comenzada por el famoso 
Schimper y terminada por Schenk, de Leipzig. Ambas se su- 
jetan al mismo plan, segun el cual se exponen sucesivamente 
en todos los grupos los caracteres y la clasificacién, bibliogra- 
fia de obras generales y trabajos especiales sobre las formas 
fosiles y estudio particular de los sub-grupos y @éneros, ter- 
minando con la distribucién geoldgica y filogénica. Ya he di- 
cho que no se describen las especies, pero si se da la diagno- 
sis de los géneros, fijandose particularmente en los que sdlo 
comprenden formas extinguidas. 

»Hechas estas consideraciones generales, voy 4 intentar dar 
una idea del contenido de la obra, hasta donde esto es posible, 
tratandose de un trabajo ya conciso de suyo y que se presta, 
por consiguiente, muy poco a ser extractado. 

»El] tomo 1 de la Paleozoologia comienza con un capitulo en 
que se examinan varias cuestiones preliminares: el concepto 
de la Paleontologia y del fdsil; las relaciones de esta ciencia 
con la Morfologia en general y con la Botanica, la Zoologia, 
la Anatomia y la Embriologia (ontogenia) en particular: y, en 


96 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


fin. la importancia y objeto especial de la ciencia paleontolé- 
gica. Los dos capitulos siguientes se ocupan de los yacimien- 
tos y sucesiOn de los fdsiles en las formaciones g@eoldgicas, 
terminando con una revista historica de esta ciencia, sobria 
de detalles, a pesar de lo cual hemos echado de menos la men- 
cidn justisima que merecian nuestros PP. Torrubia y Feijéo, 
como precursores insignes de la Paleontologia actual. El capi- 
tulo Iv se consagra a la clasificacion, tratandose con este mo- 
tivo de las cuestiones transcendentales de la especie, perfec- 
cién y desarrollo. 

»Después de estos preliminares comienza el estudio de la Pa- 
leozoologia, que inicia exponiendo la clasificacién del reino 
animal, dividido en siete grupos, con arreglo a la del profesor 
Claus. 

»E] resto del tomo 1 esta dedicado 4 los protozdos, los celen- 
téreos (comprendiendo en ellos los esponjiarios), los equino- 
dlermos, los gusanos y los briozoos, tunicados y braquidpodos. 
Es por extremo notable y nueva la amplia parte dedicada al 
estudio de los foraminiferos (68 paginas en la traduccion fran- 
cesa), en la que condensa los bellos trabajos de Brady, D’Or- 
bigny, Reuss, Terquem y otros sabios, asi como la referente a 
los radiolarios (14 paginas), en cuyo grupo era ya conocido 
como profundo especialista el profesor Zittel, por su monogra- 
fia sobre los de la creta superior. Otro tanto puede decirse de 
la dificil clase de los esponjiarios, en la que se fija en la micro- 
estructura como unico medio de determinar cientificamente 
los grupos a que pertenecen. Asimismo en la clase de los co- 
‘aliarios 6 antozdos (106 paginas), tan atrasada en la mayor 
parte de las obras clasicas, se nota la influencia de los moder- 
nos trabajos de Zoologia marina. 

»Sigue el grupo de los equinodermos (255 paginas), parti- 
cularmente notable desde el punto de vista estratigrafico. por 
el gran numero de formas caracteristicas que comprende, aun- 
que menos desde el filogénico por mostrar ya todas sus Clases, 
excepto los holoturidos, completamente diferenciados desde el 
silurico. El tipo de los gusanos, tan importante tratandose de 
la zoologia viva, proporciona muy escasos datos paleontologi- 
cos, por el cuerpo blando y sin esqueleto que poseen estos ani- 
males. Solamente los provistos de secreciones exteriores cali- 
zas (Serpulas. Spirorbis) vy los dotados de placas mandibulares 


DE HISTORIA NATURAL. ' 97 


fuertes han dejado impresiones 6 piezas sueltas, muchas veces 
dudosas, en los antiguos depositos. 

»En el tipo de los moluscos comprende la clasificacién adop- 
tada los briozdos, los tunicados y los braquidpodos, no sin pro- 
testar el autor de lo provisional de semejante aproximacion. 
La parte referente a los briozoos (57 paginas) se halla expuesta 
seg tin los adelantos de la Zoologia moderna, y ofrece, por con- 
siguiente, mucha novedad, asi como la consagrada a los bra- 
quidpodos, en los cuales la estructura de la concha, con los 
medios amplificantes, ha proporcionado preciosos é inespera— 
dos datos 4 los modernos investigadores. Es ademas por extre- 
mo interesante el cuadro de la distribucién geoldgica de estos 
animales con que termina el tomo t, al cual ilustran 560 figuras. 

»El tomo 1 (de 870 paginas, con 1.109 grabados en el texto) 
esta consagrado a los moluscos verdaderos y a los artrdpodos. 
Recopilar en un cuerpo de doctrina lo esencial y mas aprove- 
chable de tanto como se ha escrito sobre los moluscos vivos y 
fosiles, representa una tarea colosal, aun para un sabio de la 
competencia excepcional de Zittel; asi es que mediaron siete 
anos entre la aparicidn de este tomo y el anterior. El autor 
hace notar la predileccién de los gedlogos por la Conquiliolo- 
gia y los errores a que este predominio expone. Es particular- 
mente notable el estudio de la concha de los cefalépodos, como 
todo lo referente al dificil 6 importante grupo de los Ammonites. 

»De los artropodos se conocen representantes fdsiles de todas 
las clases, desde la era paleozdica, aunque las condiciones de 
conservacion fueron desfavorables casi siempre para las for- 
mas aéreas. En cambio los crustaceos, que por efecto de su 
vida acuatica han podido legar numerosos y poco destruidos 
restos, ofrecen mucho mayor interés paleontoldgico que las 
restantes clases de los artropodos. Entre estos ultimos figuran 
en primer término los admirables insectos y aracnidos del 
ambar de Samland con algunas otras procedencias, limitadas 
hasta ahora a Europa y la América del Norte, y que, sin em- 
bargo de su escasez, proporcionan al autor base para trans- 
cendentales consideraciones sobre la distribucién geologica y 
filogenética de estos seres. 

»El tomo 11 se ocupa de los vertebrados, con excepcidn de 
los mamiferos. La antigua clase de los peces motiva un estu- 
dio magistral de la piel y formaciones duras capaces en ellos 


ACTAS DE LA SOC, ESP.— XXIII. 7 


93 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


de fosilizacion, y otro del esqueleto interno. Sigue la clasifica- 
cidn y parte descriptiva, que ocupa 330 paginas. La clase de 
los anfibios ha adquirido también una importancia imprevista 
con los modernos descubrimientos. En punto a la de los repti- 
les, la larga serie de trabajos fundamentales emprendida por 
R. Owen en 1839 habia dado 4 conocer ya la mayor diversi- 
dad de formas fésiles que vivas en esta clase, y ademas el es— 
tudio morfoldgico concienzudo de esos organismos extingui-— 
dos ha ampliado el estrecho cuadro a que los zodlogos clasicos 
la tenian reducida, dandola la extension que muestran las cla- 
sificaciones de Huxley, Cope, Marsh, Bauer y Lydekker. El 
autor se fija luego especialmente en las consideraciones que 
motiva el conocimiento bastante amplio que hoy se posee de 
cada uno de los ordenes y familias de la clase, y muy parti- 
cularmente en punto a los notabilisimos grupos exclusiva— 
mente fésiles (Iehthyosaurus, Plesiosaurus, Pterosaurus y Mu- 
chos otros), de los que el famoso Museo que dirige posee 
tan tinicas riquezas. Por ultimo, la clase de las aves, pobre en 
restos fésiles, aunque entre ellos se encuentran formas por 
extremo singulares, como las mesozdéicas provistas de dientes, 
cierra el tomo 11, que consta de &90 paginas, con 719 figuras 
en el texto. 

»E] tomo tv, recién publicado, y cuya traduccion francesa 
aparecera en breve, se consagra a los mamiferos, y dicho se 
esta, con sdlo enunciar su asunto, el cumulo de dificultades 
que ha tenido que vencer el autor para coordinar un material 
tan rico, pero tan heterogéneo y elaborado con tan diversos 
criterios como lo es el de los animales fésiles comprendidos en 
esta clase. Dando preferencia a los modernos trabajos de Flo- 
wer y Lydekker, la divide en dos subclases: aplacentados y 
placentados, comprendiendo la primera tres Ordenes, mono- 
tremas, alotéridos (multituberculados) y marsupiales; y la se- 
ounda los diez érdenes siguientes: desdentados, cetaceos, si- 
renios, ungulados, tilodontos, roedores, insectivoros, quirép— 
teros, carnivoros y primates. 

»Poco se conoce respecto 4 monotremas fdsiles (el Lehidna 
Owen Krefft), ni del grupo extinguido de los alotéridos, aun- 
que se halla representado desde el triasico hasta el terciario 
inferior; pero de los marsupiales, que en la actualidad estan 
reducidos 4 escasas especies en América y Australia, la Pa— 


— 


DE HISTORIA NATURAL. 99 


leontologia da 4 conocer una rica variedad de formas, no sédlo 
procedentes de las mismas regiones que habitan los actuales, 
sino de otras muchas y apartadas del globo. Desde que el gran 
Cuvier demostré, con general admiracidn de los naturalistas, 
la existencia de marsupiales en Montmartre, los descubrimien- 
tos se han multiplicado, sobre todo modernamente, propor- 
cionando el conocimiento de su organizacién peregrina, tan 
maestramente presentado en la obra de Zittel. 

»Los desdentados fosiles, como los marsupiales, ofrecen una 
serie continuada de maravillas anatémicas y bioldgicas re- 
veladas principalmente por las exploraciones de la América 
meridional, desde el hallazeo de nuestro famoso megaterio 
hasta los ultimos descubrimientos de Burmeister, Ameghino 
y Moreno. 

»En otro respecto es interesantisimo todo lo referente 4 los 
mamiferos marinos, tanto del orden de los cetaceos, cuyos 
restos, abundantes y dificiles de determinar, se hallan desde 
el eocénico, y corresponden a un ntimero crecido de formas 
fosiles cuya sinonimia y afinidades han ofrecido las mas veces 
eran confusiédn, como de los sirenios, en los cuales superan 
notablemente los extinguidos a los vivos. 

»El orden de los ungulados es de una importancia paleon— 
tolégica extraordinaria; asi es que su exposicién ocupa cerca 
de la mitad del tomo tv. Para hacerse cargo de los limites 
que el autor le asigna conviene indicar que le divide en los 
ocho subérdenes siguientes: condilartros (de una de cuyas 
familias es tipo el famoso Phenacodus de Cope), perisodactilos, 
artidactilos, amblidpodos, proboscideos, toxodéntidos, tipoté- 
ridos é hiracoideos. Los dos primeros ofrecen su primera re- 
presentacién en el hemisferio Norte; los toxodontos y tipote- 
rios son exclusivamente sud-americanos y los hiracoideos afri- 
canos y asiaticos. No es posible, dentro de los limites de una 
ligera resena, entrar en el sin ntimero de cuestiones impor- 
tantisimas que viene suscitando desde Cuvier el estudio del 
orden de los ungulados; bastara recordar que entre sus formas 
fosiles figuran los notables condilartros, antecesores de mu-— 
chos ungulados actuales; el complicado suborden de los peri— 
sodactilos con sus siete familias, entre las que se cuentan los 
tapires, los équidos, los rinocerontes y varias formas extingui- 
das cuya filiacién discute el autor; los curiosos tapiridos y ri- 


100 ' ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


nocerdntidos de espaciosa y rica distribucién, desde el eoceno 
(entre ellos el sorprendente Dinoceras mirabile Marsh); los pro- 
boscidios que se inician con el Dinotherium y siguen con los 
mastodontes y elefantes, cuyos seres ofrecen tanta importan- 
cia en Geologia y los ultimos en Prehistoria, y, en fin, los sin- 
gulares toxoddntidos y tipotéridos americanos. 

»El orden de los roedores es abundante en formas fésiles, en 
las cuales se descubren interesantes transiciones entre si y 
con otros grupos de mamiferos. En el de los insectivoros, mas 
rico en representantes extinguidos que vivos, encuentra el 
autor el punto de partida de los placentados y el antecesor 
directo de los quirépteros, que Huxley habia considerado 
como una rama especial de los insectivoros. 

»Sigue al de los quirdpteros el estudio del importantisimo 
orden bajo el respecto paleontoldgico de los carniceros, que 
divide en tres subdrdenes: creodontos, fisipedos y pinnipedos. 
Componen el primero, que subdivide en muchas familias, un 
gran numero de formas extinguidas, las cuales acaban por 
establecer la transicion al segundo, 6 sea el de los carnivoros 
propiamente dichos de los clasicos. En la familia de las canidas 
todo es notable, incluso la cuestidn insoluble del origen de las 
razas de perros domésticos. Lo mismo acontece en la de las 
ursidas, tan afine a la anterior cuando se toman en cuenta las 
formas fdsiles, que osos y perros han sido reunidos en la misma 
familia por Lydekker. Las mustélidas son también numero- 
sas en géneros extinguidos y ricas en especies, y mas que ellas 
todavia las félidas. Termina el estudio de los numerosos car- 
nivoros fistpedos con una consideragién general sobre su dis- 
tribucion en el espacio y en el tiempo, del mas alto interés. En 
cambio el conocimiento que atin se posee de los principales 
fosiles es demasiado escaso para lle@war & consecuencias sinté- 
ticas. 

»E] ultimo orden, el de los primates, comprende en la obra 
que reseno los prosimios, los simidos y los bimanos. Los pro- 
simios forman un grupo dividido en cinco familias; algunas 
de ellas, desaparecidas, han dejado sus restos en el terciario 
inferior de Europa y Norte-América. Los simidos abarcan cua- 
tro familias (hapalidos, cébidos, cinopitecos y antropomorfos), 
de todas las cuales se conocen restos fésiles, si bien escasos é 
incompletos. Es de lamentar la escasez de datos paleontolégi- 


DE HISTORIA NATURAL. 10) 


cos referentes 4 los antropomorfos, por mas que se hayan rea- 
lizado algunos descubrimientos importantes, como el de un 
orangutan terciario en la India. 

»Entrando ya en el estudio de nuestra especie, después de 
establecer sus caracteres generales, combate el orden de los 
bimanos de Cuvier, participando en un todo de las ideas de 
Huxley en punto a la semejanza fisica del hombre y los antro- 
pomorfos. Expone algunas consideraciones sobre la existencia 
de nuestra especie en el periodo diluvial, cuando era contem- 
poranea de animales extinguidos, como lo prueban irrefuta- 
bles hallazgos paleontoldgicos y los de huesos con grabados 
que los representan. Los restos cuaternarios aulénticos del 
hombre son, sin embargo, escasos, hasta el punto de que no 
los cree suficientes para fundar en ellos caracteres de razas 
prehistoricas, ni menos para comprobar el paso del bimano al 
cuadrumano. Asimismo estima insuficientes las pruebas hasta 
ahora aducidas en favor de la existencia del hombre terciario, 
por mas que en principio juzgue el hecho admisible, dada el 
area de dispersidn enorme con que aparecen los testimonios 
de la industria cuaternaria. 

»Cierran el estudio de los mamiferos unas consideraciones 
por extremo transcendentales sobre su desarrollo, origen y 
distribucién. Se sabe que se inician en el triasico, 6 al menos 
en él se han recogido sus primeros restos conocidos (dientes 
de Microlestes y Triglyphus, an craneo de Zvritylodon, un es- 
queleto de Theriodesmus), hallazgos que hacen presumir una 
vasta extension de los animales de esta clase predecesores de 
los de los demas tiempos mesozdicos. Estos ultimos son insec- 
tivoros en las formaciones jurasicas; después viene el creta— 
cico, tan infecundo hasta ahora en restos de mamiferos como 
lo es prédigo el terciario desde el eocénico inferior inclusive. 
Mas adelante el acrecentamiento y pluralidad de la fauna 
mastoldgica sigue en auge, segtin lo testifican varios famosos 
yacimientos europeos, asiaticos y americanos (particularmente 
las formaciones de Patagonia y las Pampas), todo lo cual da 
ocasién al profesor Zittel para desenvolver consideraciones 
valiosisimas, en las que por desgracia no podemos seguirle, 
para no dar a@ esta bibliografia proporciones excesivas. Dire- 
mos sélo que la obscuridad mas completa rodea atin la cues- 
tidn del origen de los mamiferos y de su primitiva dispersidn; 


102 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


que en el periodo terciario los centros genéricos son tres: Aus- 
tralia, la América del Sur (Austro—Columbia) y la Arctogea, 
que comprende Europa, Asia, Africa y la América del Norte. 
En la época cuaternaria las faunas europea y norte-asiatica 
reciben los elementos que les prestan su fisonomia moderna, 
y quizas entre ellos el hombre, por mas que su verdadera cuna 
sea todavia indeterminable con certeza. 

»La parte m esta consagrada a la Paleofitologia, como ya se 
ha dicho, y compone un volumen de 949 paginas con 432 figu- 
ras en el texto. La botanica fosil, aunque hace tiempo habia 
sido asunto de valiosas y multiples monografias, no merecid 
en general, por parte de los paleontédlogos, el mismo aprecio 
que el estudio de los animales fosiles, hasta que el famoso 
Schimper escribid su Zvratado de Paleontologia vegetal. Las 
mismas obras, tan justamente reputadas en su tiempo, de Pic- 
tet, D’Orbigny, D’Archiac, Owen, Marcel de Serres, Unger, 
(Juenstedt y otras, no hacen mérito de las plantas fdsiles. El 
Tratado de Schimper venta a Nenar esta laguna, aunque en 
la forma de un trabajo muy especial y costoso, excesivo para 
los que no buscasen en él un medio de clasificacidn; y por 
estas razones, el profesor Zittel encarecid a Schimper, y a la 
muerte de éste al doctor Schenk, se encargase de escribir la 
parte de Paleofitologia con arreglo al plan y dimensiones ge- 
nerales de la obra, cuyo cometido han sabido llenar en la alta 
medida que era de esperar de la competencia reconocida de 
estos dos profesores. 

»Tal es la obra colosal que pone digno coronamiento a la 
reconocida reputacién del sabio profesor de Munich, y con la 
que ha prestado un inmenso servicio a la ciencia. Ningwtin es- 
tablecimiento en que ésta se cultive seriamente podra dejar 
de poseerla, asi como aquellos particulares que se consagren 
a cualquier ramo de la Historia natural, pues con todos se re- 
laciona el vasto cuadro de la Paleontologia geolégica y mor- 
foldgica a la vez, tal como la presenta Zittel. Y no es que yo 
pretenda hacer el elogio de esta obra, porque éste esta ya he- 
cho en los centros cientificos mas importantes del mundo, y 
por hombres harto mas reputados que el autor de esta ligera 
bibliografia. 

»Pecaria de injusto si antes de terminar no hiciera indica- 
cidn alguna respecto al mérito excepcional de la traduccién 


DE HISTORIA NATURAL. 103 


francesa, debida al doctor Ch. Barrois con la colaboracién de 
MM. Duponchelle, Ch. Maurice y A. Six. No es un trabajo de 
lucro, ni una de esas traducciones que nuestro inmortal Cer- 
yantes comparaba con los tapices flamencos vistos por el revés, 
sino de aquellas pocas en que se conserva la lisura y tez de la 
haz, y en las que a veces se introducen mejoras al primitivo 
original por el propio autor, como sucede en la que me ocupa 
en la parte referente a los protozoos. 

»Lo mismo en la edicién alemana que en la francesa, for- 
“man la obra cinco eruesos tomos, con el mismo numero de 
erabados é igual lujosa impresiOn, en excelente papel y con 
hermosos tipos. Los numerosos grabados intercalados en el 
texto se distinguen por su novedad y notable perfeccién, es—- 
tando en su mayor parte reproducidos ex-profeso del natural, 
bajo la direccion del profesor Zittel y de los autores de la parte 
referente a Paleofitologia.» 

—E]l Sr. Medina dijo que, seguin las recientes observaciones 
de M. P. Marchal, comunicadas 4 la Academia de Ciencias de 
Paris sobre la reproduccién de las avispas, la reina no es la 
unica que engendra en esta especie; pues las conocidas con el 
dictado de obreras 6 neutras ponen también. Los huevos de 
estas se desarrollan partenogenéticamente, sin ser fecundados 
por un macho, y los individuos que nacen de este origen son 
exclusivamente machos. 


Terminada la lectura del acta de Sevilla, D. Blas Lazaro pre-— 
sentd la siguiente noticia necroldgica acerca del Catedratico 
y Presidente que ha sido de esta corporacién, D. Pedro Sainz 
Gutiérrez: 

«En breves palabras habré de dar cuenta a la Sociedad de 
algunas notas biograficas referentes a D. Pedro Sainz Gutié- 
rrez, Presidente que fué de esta Sociedad y maestro y carinoso 
amigo mio, cuyo reciente fallecimiento ha causado dolorosa 
sensacidn en todos nosotros. 

»D. Pedro Sainz Gutiérrez nacid en Ogarrio (Santander) en 
1824, y cursé primeramente los estudios correspondientes a la 
Facultad de Farmacia, terminandolos brillantemente el 16 de 
Enero de 1848, pero su vocacién resuelta por las ciencias de la 
Naturaleza y su deseo de ensanchar el campo de sus conoci- 


104 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


mientos marcaron nuevos rumbos 4 su actividad. En 26 de 
Julio del mismo ano el Ministro de Comercio, Instruccién y 
Obras publicas le nombré Regente de 2.* clase para la asigna— 
tura de Historia Natural en la Escuela Especial de Ingenieros 
de Montes. 

»Existia en aquellos tiempos una numerosa comisidn encar— 
e@ada de formar la carta geologica de Madrid y la general del 
reino y en ella tenia la Facultad de Ciencias brillante repre- 
sentacidn. El Sr. Sainz Gutiérrez fué nombrado en 1850, Auxi- 
liar de la mencionada comisién y en ella estuvo especialmente 
encareado de los trabajos de preparador-recolector de la seccién 
zoologica a las ordenes del Vocal de dicha comision D. Mariano 
de la Paz Graells. 

»Un ano después, en 1851, recibid el grado de Doctor en 
Ciencias Naturales, y en 6 de Abril de 1852 tomaba posesién de 
la catedra de Historia Natural de la Universidad de Granada, 
ganada por oposicion. En 6 de Septiembre del mismo ano se 
le expidié por la Universidad Central el titulo de Bachiller en 
la Facultad de Filosofia. 

»Durante los primeros anos de su estancia en Granada, 
aparte de los trabajos propios de su catedra, coopero eficazmente 
en los realizados por una sociedad exploradora de. Sierra 
Nevada, recogiendo no pocas especies interesantes de la flora 
de dicha regién, parte de las cuales se conservan en el Herba— 
rio espanol del Jardin Botanico de Madrid, al cual fueron 
donadas por dicho senor, parte en el de la Sociedad Linneana 
-Matritense, parte deben conservarse, segtin creo, en la Univer- 
sidad de Granada, y algunas existen en mi coleccién particular 
por haberme sido entregadas para este fin cuando estudiaba 
bajo su direccion. 

»En 1862 presentd a la Sociedad Econémica de Amigos del 
Pais de Granada, una Memoria sobre la utilidad de los montes 
y necesidad de atender a su conservacion, la cual fué premiada 
y publicada por dicha Sociedad, valiéndole el nombramiento 
de corresponsal de la que de igual nombre existe en Zaragoza. 

»También publicd en Granada, en 1863, una obra titulada 
Manual de Mineralogia y Nociones de Geologia, agotada hace 
muchos anos. 

»Estos trabajos, la traduccioén de algunos otros de interés para 
la agricultura, hecha directamente del aleman en una epoca 


DE HISTORIA NATURAL. 105 


en que el conocimiento de esta lengua era muy poco comin 
en Espana, varias comunicaciones cientificas dirigidas 4 diver- 
sas asociaciones y algunas de las cuales han visto la luz 
publica en los ANALES de esta Sociedad, y diversas conferen- 
cias como la pronunciada en 1878 sobre la U¢ilizacidn de las 
plantas criptégamas y que forma parte de las conferencias 
agricolas verificadas en dicho ano en el Ministerio de Fomento, 
son los escritos que de él nos quedan 6 al menos los que yo he 
podido recordar en esta ocasiOn. 

»Fuera de esto, tomd parte activa en diversas asociaciones 
profesionales y de cultura general, siendo Vocal de la Junta 
de Agricultura de Granada, Vicepresidente del Liceo Artistico 
y Literario de dicha poblacién, Presidente de la Asamblea 
Farmacéutica reunida en Granada en 1865, socio numerario 
del Colegio de Farmacéuticos de Granada y corresponsal de 
los de Sevilla y Madrid, igualmente que de la Sociedad Histo— 
légica de Madrid y de la Sociedad Mejicana de Historia Natural. 

»Pero donde el Sr. Sainz Gutiérrez empleo la mayor suma 
de su trabajo fué en la obra activa de la ensenanza, a la que 
puede decirse que consagré su vida. Cuarenta anos de prote- 
sorado universitario, desde 1852 4 1877 en la catedra de Gra- 
nada y desde esta fecha en la de Organografia y Fisiologia 
vegetal de la Facultad de Ciencias de la Central. En Granada 
al par que la catedra, de que era titular, desempendé durante 
varios cursos alguna otra de la Facultad de Farmacia, y du- 
rante otros tuvo 4 su cargo ensenanzas de caracter cientifico en 
el Seminario Conciliar de dicha ciudad. En todas estas ense- 
flanzas, igualmente que en la Universidad Central, ejercid su 
ministerio con verdadero amor y cuidando, hasta el ultimo 
curso que explicé, de todos los detalles con el mismo interés 
que el primer dia. 

»Preciso es reconocer que la ensefianza de una asignatura 
como la Organografia y Fisiologia vegetal, tal como hoy es 
preciso desenvolverla en una Facultad de Ciencias, exige no 
pocos esfuerzos y penosos estudios, por su extensidn actual 
y por los rapidos progresos que en su campo se llevan a cabo, 
pues el programa 4 que ajusté sus lecciones el Sr. Sainz 
Gutiérrez hasta el ultimo ano, ciertamente no podria tacharse 
de atrasado ni aun por el naturalista mas exigente. 

»En un pais como el nuestro, donde los nombres de los que 


106 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


cultivan estas ciencias apenas trascienden fuera del corto 
niimero de especialistas a ellas consagrados, sino en el caso 
de haber intervenido en las contiendas politicas 6 ejercido fun- 
ciones publicas que puedan imponer su conocimiento 4 mu- 
chas gentes, no se puede pedir, ciertamente, que el nombre 
del Sr. Sainz Gutiérrez sea conocido del pueblo; pero entre los 
naturalistas espanoles del siglo xIx merecera siempre ser 
mencionado, y tanto los que de él fueron companeros como 
los que debemos no poco a sus ensehanzas, pronunciaremos 
su nombre con encomio y yo especialmente con muy carinoso 
respeto.» 


Sesion del 9 de Mayo de 1894. 
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. 


—Después de leida y aprobada el acta de la sesién anterior 
el Vicesecretario did cuenta de haber recibido el mapa en 64 ho- 
jas de la Comisién del mapa geologico de Espana, acordandose 
dar las mas expresivas gracias al Sr. Presidente de la Comision. 

—(Juedaron admitidos como socios numerarios los senores: 


D. Aniceto Llorente y Arregui, Catedratico de Agricultura 
en el Instituto de 2.* ensefhanza de Burgos, y 
D. José Sanchez Gomez, de Cartagena, 
propuestos por D. Ignacio Bolivar. 


D. Alfonso Vilanova y Pizcueta, Licenciado en Ciencias, 
de Valencia, 
propuesto por D. Francisco Quiroga. 


D. Rafael Alvarez Sereix, ingeniero de Montes, residente 
en Madrid, 
propuesto por D. Eugenio Guallart. 


D. Manuel Diez Solorzano, de Santander. 
propuesto por D. José Fusset y Tubia. 


—l] Vicesecretario presenté una Memoria del Dr. Kriech- 
baumer acerca de varios himendpteros nuevos de Mallorca, 


DE HISTORIA NATURAL. 107 


recogidos por nuestro consocio D. Fernando Moragues; y en 
nombre de su autor, D. Aurelio Vazquez, un Catalogo de Lepi- 
dépteros de los alrededores de Madrid. Ambas memorias pasa- 
ron 4 la Comision de publicacion. 

Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas acordando 
la Sociedad dar las gracias 4 los donantes de las regaladas. 

—E] Vicesecretario did lectura a la nota siguiente, enviada 
por nuestro consocio D. Carlos Pau, de Segorbe: 


Nota sobre la «Centaurea incana» Lag. (non Ten. nec auct. pl.) 


«Lagasca, en su Genera et species, pag. 32 y num. 397, des— 
cribe ligeramente una planta, que a no citarla en el monte 
Urchillo, junto a Orihuela, seria imposible descubrir con cer- 
teza el tipo 4 que se referia, por indicarla vagamente en otras 
partes de Valencia, Murcia y Granada. Resuelta esta cuestion, 
no cabe duda alguna acerca del verdadero tipo lagascano. 

»Pero es el caso que Tenore did cinco anos antes este mismo 
nombre especifico a otra planta diversa, y por lo tanto preci— 
saba cambiar el nombre como lo hizo Nyman al proponerla 
bajo C. Lagasce. 

»Debiera terminar aqui la cuestidn, pero 4 mi modo de ver 
las cosas, Nyman no dio el nombre de (. Lagasc@ a la verda- 
dera C. incana, de Lagasca, sino a otra especie bien diferente 
y que fué tomada equivocadamente por tal. Did Nyman bajo 
C. Lagasc@, wna especie que nose citaen el Sylloge, Conspectus 
y Supplementum: did ese nombre a la C. Spachii C. H. Schultz. 

»La demostracién se hace evidente leyendo el num. 110 dela 
pag. 426 del Conspectus Flore Europe, en el que, refiriéndose 
a Bourgeau, afirma (con admiracidn) que tiene delante, 6 ve, 
la especie de Lagasca, no siendo asi, pues la muestra que 
tiene delante, colectada por el autor dicho y determinada por 
Dufour, es otra especie, segun los autores y segun la muestra 
que poseo en mi herbario, procedente de las colecciones del 
mismo Bourgeau. 

»Convencido como estoy de cuanto llevo dicho, juzgo preciso 
proponer la planta de Lagasca con nombre diverso, y como se 
trata de un vegetal del reino valenciano, me gustaria que 
llevase el nombre de algun botanico de Valencia, y por esto 


108 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


con gusto la dedico al Sr. Guillén, entusiasta por estos estu- 
dios y jardinero mayor del Jardin Botanico. 

»Ved aqui la sinonimia de las dos especies mencionadas: 

»Centaurea Lagasce Nym., Syll., 33.—C. iacana Nym., Wk. 
(sin Ten. nec Lag.)—C. Spachii C. H., Schultz, ? ‘ined. in. pl. 
hisp, exe. Tunkti Wk. in Wk. et Lee., Prod. 1, 154. 

»Centaurea Guilleniana Pau.—C. incana Lag. |. c. (non Ten. 
nec. aut. pl.)» 

—Kl mismo senor ley6 la siguiente nota del Sr. Bolivar: 

«Como a nuestra Sociedad interesa cuanto se relaciona con 
la fauna espanola, creo conveniente reproducir en las actas 
las diagnosis de las especies nuevas de Espafia que se publican 
en el extranjero. En este caso se encuentra un nuevo lepidép- 
tero que ha sido descubierto por nuestro colega D. Gabriel 
Fernandez Duro en Aranjuez, y cuya descripcién ha publicado 
en el Bulletin de la Soc. Entomol. de France, pag. xci, del 
presente ano, el Sr. P. Thierry—Mieg, quien ha tenido la aten- 
cion de dedicarla 4 su descubridor: 

«LITHOSTEGE DUROATA, 2. Sp.—o. Enverg. 24 mill.—Anten- 
»nes veloutées, presque filiformes. Ailes trés aigiies, les supé- 
»rieures (un gris picoté de noiratre, avec une bande droite, 
»mais oblique, jaune tres pale, large de 1 mill., partant du 
»bord interne, & 2 mill. de langle interne et venant aboutir a 
»la cote (ott elle fait un crochet interne), & 3 mill. de Vapex. 
»Un petit point cellulaire noir. Ailes inférieures dun gris 
»picoté de noiratre, avec une large bande transverse jaune 
»trés pale, faisant suite & la bande des supérieures et se termi- 
»nant au milieu du bord abdominal. Frange des quatre ailes 
»Vun gris jaunitre. Palpes jaundtres, avec lextremité noire. 
»Abdomen blanc, trés court. Dessous des ailes supérieures 
»e@ris noir, avec la bande du dessus vaguement indiquée et 
»Papex jaunidtre. Dessous des ailes inférieures blanc jaunatre, 
»uni. Frange des quatre ailes dun gris jaunatre. Dessous de 
»Vabdomen blanc. Tibias antérieurs armés (un ongle crochu 
»a Vextrémité.» 

»Seguramente no sera esta la nica especie cuyo descubri- 
miento se deba al Sr. Fernandez Duro, a juzgar por el grande 
interés y entusiasmo con que nuestro colega ha emprendido 
el estudio de los lepidépteros de Espana.» 

—l Sr. Fernandez Navarro ley la siguiente 


KE HISTORIA NATURAL. 10) 


Nota bibliografica. 


«Entre los libros recibidos en la sesién anterior por la Socie- 
dad espanola de Historia Natural, figura la primera parte del 
Compendio de Mineralogia, de D. José Maria Latino Coelho, 
publicado por la Academia Real de Ciencias de Lisboa, de que 
el autor es Secretario general. Aunque la parte publicada 
(6 por lo menos la recibida por nosotros), no comprende mas 
que la Morfologia mineral, es lo suficiente para conocer que 
se trata de una obra de indudable importancia, mucho mas 
para nosotros, que no poseyendo obra alguna original de 
Mineralogia, escrita segin los adelantos modernos y con la 
extensidn que ha de tener la del sabio profesor de la «Escuela 
Politécnica» de Lisboa, hemos de recurrir constantemente a 
las publicadas en idiomas que nunca nos son tan familiares 
como el portugués. Esta consideracién, y la de tratarse de 
obra que no esta 4 la venta, me han hecho creer que seria de 
alguna utilidad dar en nuestros ANALES una ligera idea de 
ella, a la vez que la noticia de estar en nuestra biblioteca. 

»Empieza la obra con una introduccién que ocupa unas 
40 paginas. En ella parte de la divisién general del globo 
terrestre para aislar la porcién sdlida, dar idea de lo que 
se entiende por rocas y de aqui pasar a la definicidn de los 
minerales y fdsiles. Al determinar el caracter fundamental de 
los minerales, se sirve de él para establecer sus analogias y 
diferencias con los cuerpos organizados, de cuyas diferencias 
y analogias deduce la individualidad en los minerales, y esto 
le lleva ldgicamente 4 la definicién del cristal, del mineral 
cristalino y del mineral amorfo. Termina esta parte con la 
exposicidn del cuadro general de la asignatura. 

»No es posible, dada la corta extensién que han de tener 
estas notas bibliograficas, hacer en ellas una critica detenida 
de las obras que las motivan, ni yo me creo con autoridad 
bastante para ello en el presente caso; por esto me limitare 
tan sdlo 4 sefalar aquello que me parezca mas digno de fijar 
la atencion. 

»En esta parte de la obra del Sr. Coelho, escrita de manera 
que desde luego denota una cultura general verdaderamente 
envidiable, hay dos puntos culminantes y que seran de verda- 


110 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


dera dificultad para todo aquel que trate de escribir una 
Mineralogia. El primero de dichos puntos es la definicién del 
mineral, el establecimiento de su individualidad y las relacio- 
nes de él con el animal y el vegetal. Afortunadisimo en estas 
ultimas, al establecerlas seguin la materia (propiedades qui- 
micas), la forma (manera de limitar el espacio) y la energia 
(fuerzas, movimiento), no lo ha estado tanto, segin mi modo 
de ver, en la definicidn del mineral, que considera como «un 
»cuerpo de origen exclusivamente inorganico, producido por 
»las fuerzas naturales, sin participacién de la industria huma- 
»na, y, cuando completamente puro, homogéneo 6 siempre 
»dotado de las mismas propiedades fisicas y quimicas». Esta 
definicién excluye del cuadro de la mineralogia cuerpos tan 
importantes como el tripoli, los carbones minerales, el succino 
y tantos otros que todo el mundo considera y seguira conside- 
rando como minerales, 4 pesar de su origen indudablemente 
organico. Y no es salvar la dificultad el constituir con ellos 
un apéndice al estudio de los minerales, queriendo suponer 
que forman el transito de los cuerpos organizados a los inor- 
ganicos, cosa inadmisible en general y expediente muy pare- 
cido al de la formacidn del reino psicodiario en biologia. 
Estos cuerpos son verdaderos minerales y deben entrar por lo 
tanto sin dudas ni distingos de ninguna especie en la defini- 
cidn que de ellos se dé. 

»Respecto al cuadro de la asignatura, la divide el Sr. Coelho 
en Mineralogia general 6 sintética y Mineralogia especial 6 
analitica, anadiendo a ellas como partes complementarias la 
Minerogenia, Tépica, Paragénesis, Petrografia y Tecnologia. 
A la vez la parte general queda subdividida en otras dos, Mi- 
neralogia general propiamente dicha 6 estudio de las propie- 
dades de los minerales y Sistematica; la primera con tres capi- 
tulos se@tin se ocupe de las propiedades referibles 4 espacio 
(Morfologia), 4 energia (Fisica mineral) 6 4 materia (Quimica 
mineral). 

»Como he dicho anteriormente, lo que tengo 4 la vista de la 
obra del naturalista portugués no aleanza mas que a la Morfo- 
logia, la cual comprende las divisiones: Morfologia regular 6 
Cristalografia y Morfologia irregular 6 estudio de los agrega- 
dos cristalinos y de las formas enteramente accidentales. 

»E1 primer capitulo, dedicado 4 los principios fundamentales 


DE HISTORIA NATURAL. il 


de la Cristalografia, empieza por el estudio de los elementos 
geométricos del cristal y de las relaciones numéricas que los 
ligan entre si, consideraciones sobre las diferentes clases de 
formas y establecimiento de los elementos de simetria. Sigue 
a esta parte la exposicién de las leyes cristalograficas con todas 
las consecuencias que de ellas se deducen y la distincién y fija- 
cidn de los elementos cristalograficos, necesarios para el estu- 
dio de las notaciones, que viene después. Contintiia con la 
consideracion de las zonas, y entra, por ultimo, en el estudio 
detenido de la simetria de los cristales, clasificacién de los 
mismos en sistemas y faltas de simetria. 

»Los seis capitulos siguientes estan dedicados al estudio espe- 
cial de cada uno de los sistemas cristalinos, que desi@na con 
los nombres de teseral 6 isométrico, tetragonal, rémbico, 
exagonal, monoclinico y triclinico, y que describe en el orden 
citado. Existe aqui, 4 mi modo de ver, una falta de ldégica, 
pues admitiendo con Tschermak la division de los cristales en, 
de construccién sencilla, de construccién radial y de construc- 
cién perfectamente simétrica y regular, parece lo natural que 
fueran estudiados en el orden de su grado de simetria, bien de 
superior a inferior (isométrico, exagonal, tetragonal, rémbico, 
monoclinico y triclinico), bien de inferior a superior (orden 
inverso). También en los sistemas exagonal y tetragonal creo 
encontrar otra pequena falta de l6gica en el estudio de las for- 
mas exagonales y tetragonales antes de las diexagonales y 
ditetragonales, siendo estas las fundamentales de dichos sis— 
temas y las de simbolo mas general, puesto que sus caras cor- 
tan a distancias desiguales a todos los ejes binarios. 

»Las alteraciones en la regularidad tedrica de los cristales 
constituyen el objeto del capitulo que sigue, alteraciones per- 
fectamente ordenadas segtin que correspondan a cada una de 
las seis condiciones tedricas siguientes: 1.*, formacién con ma- 
teria abundante, espacio necesario y tiempo adecuado; 2.", ca- 
ras lisas y sin solucién de continuidad; 3.*, caras homdlogas 
iguales en forma y extensidn; 4.*, aristas homdélogas exacta— 
mente del mismo valor; 5.*, dimensién del cristal apropiada 
para su estudio; 6.*, continuidad y homogeneidad de la masa 
del cristal. Todas las excepciones que a estas seis condiciones 
se presentan en la naturaleza, son estudiadas con gran exten- 
sion y claridad. 


12. ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 

»E] capitulo con que concluye el tomo se ocupa de la asocia- 
cidn de los cristales (asociacién paralela y no paralela) compo- 
sicién estratiforme de muchos de ellos, crecimiento simultaneo 
regular de cristales de substancias diferentes, agreg@aciones de 
individuos minerales, pseudomorfosis y gonidmetros. No es 
posible ir estudiando cada uno de los asuntos tratados bajo 
estos epigrafes sin alargar demasiado este trabajo. Dejo, pues, 
de verificarlo, limitandome a hacer constar que en él como en 
todos los anteriores, y salvo pequenas diferencias de aprecia- 
cidn, se muestra el Sr. Coelho como mineralogista empapado 
en todas las teorias modernas, y como hombre de cultura ex- 
tensisima del que debe estar orgulloso su pais. 

»De esperar es que la obra comenzada llegue pronto al final 
de su publicacion, prestando con ello un servicio senalado ala 
ciencia en la Peninsula ibérica, pues por las razones que al 
principio decia, este libro sera tan util a los naturalistas espa- 
holes como a los portugueses.» 

—KHl Sr. Presidente, no habiendo otros asuntos de que tratar, 
hizo una brillante disertacidn acerca del pais del petrdleo, 
cautivando la atencidn del auditorio y motivando algunas ob- 
servaciones del Sr. Botella. 

—tl] Vicesecretario ley el acta de la sesién de Abril en la 
seccién de Sevilla. 


SECCION DE SEVILLA. 


Sesion del 16 de Abril de 1894. 
PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. 
—Se leyo y aprobo el acta de la anterior. 


—El Sr. Medina ley6 la nota siguiente: 


Datos para el conocimiento de la fauna himenopterologica 
de Espana. 


«Me propongo por medio de estas notas ampliar y rectificar 
los datos que he venido comunicando a la Seccidn acerca de 
los himendpteros de Espana que poseo en mis colecciones. 


DE HISTORIA NATURAL. 113 


»Estos datos serviran en su dia para formar el Catalogo de 
los himendpteros espanoles; mientras esto no pueda llevarse a 
cabo, creo no sera supérfluo ir consignando las listas de aque- 
llas familias de las que haya terminado su estudio, después 
de resueltas todas las dudas y de examinados los ejemplares 
por reputados especialistas extranjeros. 

»Hoy me limitaré a dar cuenta de los Tentredinidos y Crisi- 
didos, consultados aquellos con los Sres. Konow y Dusmet, y 
estos con el Sr. Buysson. 

»En estas listas sdlo consignaré los datos que arroje el 
examen de mis colecciones: © 


Tentredinidos. 


Abia sericea L.—y. Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real) (La 
Fuente!). 
Amasis jucunda Klug.—7. Idem. 
Hylotoma pyrenaica André.—9. Idem. 
— Rose Deg.—9 5%. Huévar. (Sevilla) (Paul!). 
Cladius pectinicornis Geoffr.—9. Cazalla (Sevilla); Rio! Fuente- 
Piedra (Malaga) (Calderon!) 
Nematus sp. nov.? pavidus Lep. afinis.—Coruna (Bolivar!). 
Emphytus viennensis Schr. 2. Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) 
— — var. Medine Konow.—Hueévar (Paul!). 


»Hé aqui la descripcién de esta nueva variedad publicada 
recientemente por el Sr. Konow (1): . 


«EF. viennensis Schrnk. var. Medine nov. var. Pronoti margine 
posteriore, tegulis, mesopleurarum maxima parte, trochanteribus, 
genubus, tibiis, tarsis flavis; abdominis segmentis dorsalibus 
omnibus—secundo tertioqgue exceptis—late flavo-—marginatis.» 


Athalia spinarum F.—9 ¢*. Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 
— glabricollis Thom.—Q ¢y. Sevilla! Huévar (Paul!); Chi- 
clana (Cadiz) (Lopez Cepero!); Pozuelo de Calatrava 
(La Fuente!). 
— annulata F.—9. Sevilla! Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!). 


(1) Wiener Entomologische Zeitung, x11 Jarhg., 111 Heft (31 Marz 1894). 


ACTAS DE LA SOC. ESP. — XXIII. 8 


114 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Athalia Rosé L.—9 ~. Pozuelo de Calatrava (La Fuente!); Islas 
Chafarinas (Iborra!). 
— — var. cordata Lep.—Q c’. Sevilla!, Dos Hermanas 
(Sevilla!); Cazalla (Rio!). 
— — var. liberta Klg.—co’. Dos Hermanas!, Corufa 
(Bolivar!). 
Macrophya neglecta Wig. var. nigra Konow.—Alcala de Gua- 
daira (Sevilla!). 


»Esta nueva variedad la ha descrito también el Sr. Konow (1) 
recientemente. 

«M. neglecta Kig. var. nigra, n. var. o” et 9. Tota nigra; 
femine alis nigricantibus.» 


»Esta especie es la misma que hace algun tiempo clasifica— 
mos nosotros por un error como Harpiphorus Calderoni Med. 
Aprovechamos esta ocasién para deshacer el error. 


Allantus Beticus? Spin.—9®. Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 
— Hispanicus André.—9 o. Idem. 
_ balteatus? Kriech.—9© oc’. Idem. 
— fulviventris? Mocs.—®. Sevilla! 
— sp. nov?—9®. Sevilla!, Benacazén (Sevilla) (Centeno!). 
Tomostehus sp. nov?—Chiclana (Lopez Cepero!). 


»Tanto el Sr. Konow como el Sr. Dusmet no se han atrevido 
a determinar con seguridad las especies de Ad/antus que ante- 
ceden, por ser bastante dudosos sus caracteres y existir escaso 
numero de ejemplares de cada especie. 

En cuanto al Zomostehus, es un solo ejemplar procedente de 
Chiclana, sin antenas, y por tanto dificil de determinar. 


Crisididos. 


Cleptes afra Luc.—Hornachuelos (Cordoba) (Garcia Nunez!). 
— — var. Medine Buyss.—Idem. 
Notozus productus Dahlb.—Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real) 
(La Fuente!). 


(1) Loc. cit. 


DE HISTORIA NATURAL. 115 


Notozus productus var. vulgatus Buysson.—Idem. 
Ellampus pusillus Fabr.—Sevilla! 
— — var. Schmiedeknechti Mocs.—Sevilla!, Villal- 
ba (Huelva) (Tenorio!); Pozuelo de Calatrava (La 


Fuente!) 
— parvulus Dahlb.—Sevilla!, Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!). 


= auratus L.—Sevilla! 

Philoctetes micans Klug.—Sevilla!, Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!). 
Holopyga fervida Fabr.— Alcala de Guadaira (Sevilla!). 

—  chloroidea Dahlb.—Idem. 

—  gloriosa Fabr. var. amenula Dahlb.—Hornachuelos 
(Garcia Nunez!), Chiclana (Cadiz) (Lopez Ce- 
pero!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 

_ — var. ovata Dahlb.—Hornachuelos (Garcia 
Nunez!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 

Hedychrum lucidulum Fabr.—Hornachuelos (Garcia Nunez!); 
Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 
Chrysogona assimilis Spin.—Sevilla!, Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!). 
Chrysis emarginatula Spin.—Sevilla!, Hornachuelos (Garcia 
Nuinez!). 
— simplex Dahlb.—Hornachuelos (Garcia Nuiez!). 
— angustifrons Ab.—Idem. 
— — var. Castillana Buyss.—Idem. 
— dichroa Dahlb.—Sevilla! 
— purpureifrons Ab.—Hornachuelos (Garcia Nuiez!). 
— Saussurei Chevr.—Idem, Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!). 
—  succinta L. var. Germart Wesm.—Chiclana (Lopez 
Cepero!). 
—  semicincta Lep.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 
—  bidentata L..—Hornachuelos (Garcia Nunez!). 
— — var. fenestrata Ab.—Idem. 
= — var. consanguinea Mocs.—Idem. a 
— — var. integra Fabr.—Calanas (Huelva) (Calyz 
derén!). ct 
— — var. pyrrhina Dahlb.—Sevilla! 
= — var. maculifrons Buyss.—Hornachuelos (Gar- 


116 


ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


cia Nunez!); Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!). 


Chrysis bidentata var. cingulicornis Fors.—Hornachuelos (Gar- 


cia Nunez!). 
cyanopygd Dahlb.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 
analis Spin.—Idem. 
Chevriert Ab.—Hornachuelos (Garcia Nuiiez!). 
— var. pusilla Buyss.—Moron (Sevilla) (Calderén!) 
Tachzanowskyi Rad.—Moron (Calderon!); Pozuelo de 
Calatrava (La Fuente!). 
estiva Dahlb.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 
comparata Lep.—Idem. 
inequalis Dahlb.—Idem. 
ignita L.—Sevilla!, Moron (Calderon!); Huévar (Paul!); 
Cazalla (Rio!); Hornachuelos (Garcia Ninez!); 
Pozuelo de Calatrava (La Fuente!); Coruna 


(Bolivar! 
— var. infuscata Mocs.—Laguna (Canarias) (Ca- 
brera!). 


— var. crucifera Ab. afinis.—Moro6n (Calderén!). 
— var.?—Moron (Calderon!). 
cerastes Ab.—Sevilla!, Moron (Calderén!) 
insoluta Ab. Hornachuelos (Garcia Nunez!), Chiclana 
(Lopez Cepero!). 
incisa Ab. Buyss.—Hornachuelos (Garcia Nunez!). 
cuprata Dahlb.—Alcala de Guadaira (Cabrera!). 
Grohmanni Dahlb.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 
crucifera Ab.—Sevilla! 
micans Rossi.—Hornachuelos (Garcia Nunez!). 
pyrophana Dahlb.—Idem. 
mediocris Dahlb.—Idem. 
Leach Sch.—Sevilla! 
varidens Ab.—Alcala de Guadaira! 
pustulosa Ab.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 
hybrida Lep. Alcala de Guadaira! 


Stilbum splendidum Fabr.—Idem, Puerto—Real (Paul!); Pozuelo 
de Calatrava (La Fuente!). 


—E] Sr. Calderon presentdé 4 la Sociedad los dos tiltimos fas- 
ciculos de la publicacién de los ricos materiales paleontolégi- 


DE HISTORIA NATURAL. 117 


cos recogidos en Timez por M. Ph. Thomas en 1885 y 1886, 
estudiados por este sabio y laborioso gedlogo y por M. A. Pe- 
zon (1). Comprende esta publicacién cerca de 600 paginas de 
texto en 8.° y un hermoso atlas en 4.° de 31 laminas, que con- 
tienen 732 dibujos. De 544 especies descritas, son nuevas para 
la ciencia 209. 

«El estudio de la regién tunecina, todavia poco conocida, 
ofrece para nosotros un doble interés por la situacién de nues- 
tra Peninsula entre la parte de Europa mas explorada y el 
continente africano cuya investigacién detallada comienza en 
la actualidad. Nuestras formaciones geolégicas, asi como las 
faunas que encierran, participan tan pronto del caracter euro- 
peo como del africano mediterraneo y a veces establecen la 
transicidn entre ambos, por lo cual los estudios del caracter 
del de M. Thomas nos interesan vivamente a los naturalistas 
espanoles, tanto por su transcendencia general como por esta- 
blecer los jalones sobre que han de asentarse las consecuen- 
cias sintéticas 4 que llezuemos en nuestras investigaciones. 
Por otra parte, es muy probable se hallen en la Peninsula mu- 
chas de las nuevas formas descritas en esta importante mono- 
grafia de Tunez. 

»Los fésiles recogidos por M. Thomas pertenecen 4 grupos 
diversos, teniendo entre ellos representacién un gran numero 
de clases; pero los equinodermos y los moluscos pelecipodos 
ofrecen una preponderancia muy marcada sobre todos los de- 
mas, lo que indica el caracter sub-litoral de la mayor parte de 
los horizontes de Tunez. 

»El trabajo en cuestién no es una lista descarnada de fésiles 
6 de referencias bibliograficas, sino que ademas de ofrecer 
prolijamente descritas las especies nuevas 6 raras, acompanan 
indicaciones weograficas, morfologicas y estratigraficas a todas 
aquellas que han ofrecido 4 sus autores alguna particularidad 
digna de notarse. La indole y limites mas 6 menos amplios 
de semejantes observaciones no pueden someterse a reglas, 
como alguien ha pretendido; sino que tienen que dejar libre 
campo al criterio del autor, el cual si es maduro, como en el 
caso presente, acrecienta por modo extraordinario el mérito de 
su trabajo. 


(1) £aploration scientifique de la Tunisie. 


118 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


»Naturalmente, falta el complemento a4 esta bella monografia 
paleontologica, el cual ha de hallarse en la estratigrafia de la 
regidn, para cuyo estudio posee M. Thomas abundantes mate- 
riales. Dicha parte estratigrafica ofrecera seguramente, para 
los que nos interesamos en el conocimiento de la geologia de 
Espana, una importancia capitalisima, sobre todo después de 
habernos dado a conocer por el estudio en cuestidn los carac- 
teres generales de la fauna tunecina.» 

—El mismo Sr. Calderén se ocupd en los terremotos de 
escasa duracion sentidos en la noche del 20 de Febrero ultimo 
en varios pueblos de la provincia de Malaga. Segtin noticias 
comunicadas por nuestro consocio D. Federico Chaves, que se 
hallaba a la sazén en Nerja, sintid repentinamente crugir de 
un modo alarmante el techo de su habitacién bajo la influen- 
cia de un movimiento de trepidacién, que se convirtidé en osci- 
lacion. La gente del pais expresaba muy graficamente la for- 
ma de propagacidén de la sacudida, diciendo que era waa onda 
que venia del mar. 

—Se did cuenta de una nota de M. de Coincy, publicada en 
Le Naturaliste, sobre el curioso polimorfismo adquirido por el 
cultivo en una planta exclusivamente espanola, 6 mejor ara- 
gonesa, la Valeriana longifolia Willk. 


Sesion del 13 de Junio de 1894. 
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. 


Leida el acta de la sesidn anterior fué aprobada. 

—KH1 Sr. Presidente did cuenta del fallecimiento del Sr. Secreta- 
rio de la Sociedad, D. Francisco Quiroga y Rodriguez, haciendo 
con frase elocuente y sentida la necrologia de dicho senor. 

Se acordé hacer constar en las actas el dolor que dicha des- 
gracia habia producido 4 los sehores socios y encargar al 
Sr. Calderén que escribiera la biografia del fallecido, 4 quien 
tantos servicios debia la Sociedad. 

—Tll Sr. Presidente recomendd ademas a los senores socios 
que contribuyeran particularmente a la suscripcién abierta en 
favor de la familia del finado, acordandose que con el primer 
cuaderno del tomo correspondiente al presente ano se repar- 


DE HISTORIA NATURAL. 119 


tiera la circular y las listas de la suscripcidn iniciada por 
algunos de los amigos particulares del Sr. Quiroga. 

También se acordé, como manifestacion de duelo, no proveer 
el puesto de Secretario en lo que resta de ano, dejando dicha 
provision para cuando se haga la eleccién de Junta directiva, 
encargandose hasta entonces del desempeno de dicho cargo el 
Sr. Vicesecretario. 

A propuesta del Sr. Presidente se levantd la sesion en senal 
de duelo. 


Sesion del 4 de Julio de 1894. 
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. 


—Se leyé y aprobo el acta de la sesién anterior. 

—Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor- 
dando la Sociedad dar las gracias 4 los autores de las que son 
regaladas. 

—E] Sr. Ramén y Cajal did lectura 4 una interesante Memo- 
ria sobre la «Estructura de la habenula de los mamiferos», 
que paso a la Comisién de publicacion. 

—El Sr. Vicesecretario leyé la nota adjunta que habia sido 
remitida por nuestro consocio D. José Maria de la Fuente: 

«Mis padecimientos reumaticos me obligaron, aunque ya 
pasado el ataque y en buen estado de salud relativamente, a 
buscar en fines de Junio ultimo, como remedio profilactico, 
las renombradas aguas de Archena en la provincia de Murcia. 

»Como después de cumplir con la prescripcion facultativa y 
con los sagrados deberes que siempre acompanan al sacerdote 
adonde quiera que vaya, aun me quedaba algun tiempo dis-— 
ponible, resolvi emplearlo, respondiendo 4 mis aficiones, en 
escudrinar aquellos alrededores en busca de insectos. 

»Desde luego me did muy mala espina, como vulgarmente 
se dice, el aspecto pobrisimo de aquellos cerros, de origen 
indudablemente volcanico, desprovistos casi de vegetacidn, 
llenos de precipicios y tajaduras, y que llaman poderosamente 
la atencién, por su figura extraha, de quien por primera vez 
los contempla. 

»Desgraciadamente salieron ciertos mis temores. Los coleép- 
teros, sobre todo, que eran los buscados por mi, con mayor 


120 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


interés, solo me produjeron unas cincuenta y tantas especies; 
y aun estas mismas, exceptuando algunas pocas, se hallaban 
representadas por escasisimo niimero de individuos. 

»Por falta de medios y tiempo no he determinado todo lo 
que recogi, aunque si lo he verificado con la mayor parte de 
ello. La mas favorecida de aquella faunula es, sin duda alguna, 
la parte que a los Moluscos se refiere, ya sean estos terrestres 
6 fluviatiles. De ellos hicimos amplia cosecha; pero como su 
estudio esta solo principiado, dejamos para mas adelante el 
darlos & conocer. 


Coleépteros. 


Cicindela maura L.—En las margenes arenosas del rio Segura. 
Abundante. 

Lemosthenes tervicola Herbst. var. beticus Ramb.—Un solo 
ejemplar debajo de la corteza de un alamo blanco ( Populus 
alba l.). 

Dromicus linearis Oliv.—Dos ejemplares mangueando los arbus- 
tos de las acequias. 

Orectochilus villosus F.—En los remansos formados por las 
aguas del Segura. Raro. 

Celostoma hispanicum Kiist.— Una docena de individuos debajo 
de las piedras a4 orillas de una charca. 

Stlusa rubiginosa Er. — Debajo de las piedras; en sitios hime- 
dos. Muy raro. 

Pederus rujficollis F.—¥n las orillas del Segura; corriendo por 
la arena. Muy abundante. 

Phalacrus fimetarius ¥.—Sobre varias plantas. Poco frecuente. 

Olibrus bicolor F.—Como el anterior. 

Dermestes sibiricus Er.—Un ejemplar corriendo por un camino. 

Hister 12-striatus Schrk.—En las bonigas. Frecuente. 

— bimaculatus L.—En id. Pocos ejemplares. 
— — var. morio Schmidt.—En los mismos sitios. 
Abundante. 
Saprinus chalcites 11.—Un individuo en una rana seca. 
Onthophagus Amyntas Oliv.—Un ejemplar en una boniga. 
— taurus Schreb.—En las bonigas. Muy raro. 
— Surcatus F.—En los mismos sitios. Algo mas fre- 
cuente. 


DE HISTORIA NATURAL. 121 


Aphodius sordidus F.—Dos ejemplares en una bonigra. 
Geotrupes spiniger Marsh. (puncticollis M in las bonigas. 
Raro. 
— hypocrita Serv.—En las bonigas y en el excremento 
humano. Frecuente. 
Anisoplia floricola F.—Sobre varias plantas. Muy raro. 
Hoplia aulica L. var. chlorophana Kr.—Sobre las flores de la 
adelfa (Neriwm oleander 1.) Frecuente. 
Megapenthes tibialis? Lac.—Un solo ejemplar en bastante mal 
estado. 
Cardiophorus Graéllsi Cand.—Sobre las plantas. Raro. 
Rhagonycha fulva Scop.—En varias plantas, especialmente 
Umbeliferas. Poco frecuente. 
Colotes maculatus Lap. (trinotatus Kr.)—Sobre plantas diversas. 
Raro. 
FHbeus glabricollis Rey.—Como la especie anterior. 
Antholinus jocosus Kr.— Algo mas frecuente que los dos ante- 
riores y en iguales condiciones. 
Tentyria Peirolerti Sol. —Alguin que otro ejemplar corriendo 
por los caminos. 
Stenosis hispanica Sol.—Pegado a las piedras por debajo. Raro. 
Scaurus sticticus Gemingr. (punctatus ego de las 
piedras. Raro. 
Crypticus gibbulus Quens.—Debajo de las piedras. Muy raro 
Scraptia dubia Oliv.—Sobre las flores. Raro. 
Notozus trifasciatus Rossi.— Mangueando las altas hierbas. 
Dos ejemplares. 
Anthicus humilis Germ.— Debajo de la broza algo humeda. 
Frecuente. 
Sitones subcostatus Allard.—Sobre varias plantas. Muy raro. 
— crinitus Herbst.—Como el anterior. Poco frecuente. 
— humeralis Steph.—Debajo de la broza y en las plantas. 
Comun. 
—  lineatus L.—Sobre varias plantas y debajo de las hojas 
caidas. Frecuente. 
Larinus vittatus F. (ursus F.)\—Un ejemplar en un cardo. 
Apion malve ¥.—Con la manga. Raro. 
Cryptocephalus bimaculatus F.—Un ejemplar; ignoro en qué 
condiciones. 
— crassus Oliv.—Sobre diversas plantas. Muy raro. 


122 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Pachybrachys pradensis Mars.—Sobre varias plantas. Poco fre- 
cuente. 

Lochmea crategi Forst.—Un ejemplar cuya estacion me es des- 
conocida. 

Longitarsus tabidus ¥.—Sobre la hierba humeda. Algo frecuente. 

Hispa atra L.—En varias plantas. Raro. 

Scymnus interruptus Goeze.—Un ejemplar con la manga. 


Ortopteros. 


Labidura riparia Pall.—Debajo de las piedras, a orillas del 
Segura. (Larvas.) 

Anisolabis masta Géné.—Un ejemplar debajo de una piedra 
humeda. 

Forficula auricularia L.—Debajo de las piedras y de las corte- 
zas. Comun. 

Loboptera decipiens Germ.—Debajo de las hojas caidas. Raro. 

Periplaneta orientalis L.—En las casas. Frecuente. 

Mantis religiosa L.—Un adulto y varias larvas en los arbustos. 

Ameles decolor? Charp.—Algunas larvas en las matas. 

Empusa egena Charp.—Dos ejemplares sobre la adelfa. 

Tryzalis unguiculata Rhamb.— En los parajes arenosos. Fre- 
cuente. 

Stenobothrus festivus Bol. — Entre la hierba alta y himeda. 

Muy raro. 
a hemorrhoidalis Charp. — Entre las gramineas. 
Raro. 

— jucundus Fisch.—Sobre los juncos; cerca del agua. 
Frecuente. 

Stauronotus Genet Ocsk.—En la hierba seca. Muy raro. 

Acrotylus patruelis Sturm.—Con el anterior. Un ejemplar. 

Sphingonotus cerulans L.—Kn los caminos arenosos. No raro. 
— azurescens Ramb.—Con el anterior. Raro. 

Pyrgomorpha grylloides Latr.—Entre el pasto seco. Un yy unaQ. 

Caloptenus italicus L.—Campos incultos; en larva casi todos. 
Abundante. 

Opomala cylindrica Marsch.— Entre la hierba de las acequias. 
Seis ejemplares. 

Locusta viridissima L.—En los arbustos; junto al agua. Raro. 


DE HISTORIA NATURAL. 123 


Thyreonotus corsicus Serv. —En la hierba de las acequias. 
(Larvas.) 

Nemobius Heydeni Fisch.—Debajo de las piedras, junto al agua. 
Muy raro. 

Gryllus campestris L.—Entre la hierba y debajo de las piedras. 

Raro. 
— burdigalensis Latr.—Debajo de los montones de piedras 

en sitios algo hiumedos. Frecuente. 

Gryllotalpa vulgaris Latr.—En las huertas y sitios humedos. 
Raro. 

Tridactylus variegatus Latr.—Saltando por la arena de las ori- 
las del Segura. Algo frecuente. 


Hemipteros. 


Burygaster hottentota H.-S.—Un ejemplar mangueando la 
hierba seca. 

Rhaphigaster grisea ¥F.—Un ejemplar sobre un arbusto. 

Stenocephalus agilis Scop.—Entre las gramineas. Raro. 

Corizus crassicornis L.—Con el anterior. Frecuente. 

Lyg@us punctato-guttatus F.— Debajo de las cortezas de los 
arboles. Muy raro. 

Piezoscelis staphylinus Ramb.—Debajo de las piedras. Dos ejem- 
plares. 

Dictyonota crassicornis Fall.—Sobre varias plantas. Poco fre- 
cuente. 

Velia currens F.—En las charcas y acequias. No raro. 

Reduvius personatus L.—En el interior de las casas. Raro. 

Pirates hybridus Scop.—En los huertos debajo de las piedras. 
Raro. 

Nabis ferus L.—Un individuo en la hierba seca. 

Phytocoris exoletus Costa.—Sobre diversas plantas. Poco fre- 
cuente. 

Tibicina quadrisignata Hag.—Sobre los arbustos y matas. Fre- 
cuente. 

Hysteropterum grylloides F.—En el pasto seco. Muy raro. 

Huphyllura ole@ Fonsc.—En los olivos. Abundante. 


124 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Lepidopteros. 


Papilio Podalirius L. var. Feisthameli Dup.— En las huertas- 
Dos ejemplares. 
Pieris Daplidice L.—En todas partes. Comin. 
—  brassice L.—En las huertas. Tres individuos. 
— rape LU.—Con el anterior. Mas frecuente. 
Anthocharis Belia Esp. var. Ausonia Hb.—Volando por los ca— 
minos. Frecuente. 
Lycena betica L.—En las flores de algunos arbustos. Raro. 
— Astrarche Bg.—A lasombra de los arboles. Abundante. 
— Icarus Rott.—En las flores de la mielga (Medicago sa— 
tiva L.)\—Frecuente. 
Vanessa Atalanta L.—Un ejemplar en el parque del Estableci— 
miento. 
Pararge Megera U.—Por los caminos. Raro. 
—  <Avgeria L. var. Meone Esp.—En el parque. Algo fre- 
cuente. 
Epinephele Ida Esp.—En el mismo sitio. Raro. 
Cenonympha Dorus Esp.—En los cerros. Cuatro ejemplares. 
Hesperia thaumas Hufn.—Dos ejemplares chupando la humedad. 
Plusia gamma L.—En la maleza y volando aun durante el dia. 
Frecuente. 
Heliothis peltiger 8S. V.— Escondido entre la maleza. Raro. 
Acidalia turbidaria H. S.—Entre las hierbas altas. Dos ejem— 
plares. 
—  ornata Scop.—Con el anterior; muy raro. 


—l mismo senor presentd las notas que se insertan 4 conti- 
nuacidn, debidas al Sr. D. Carlos Pau, de Segorbe: 


Plantas aragonesas recogidas por D. Benito Vicioso, 
de Calatayud. 


Clematis integrata D. C.—Es la forma de la C. Vitalba L. de 
«hojuelas» enteras.—Campiel (nimero que trae la etiqueta: 
el 10).—A esta variedad pertenece la forma mas general de 
Espana. 


DE HISTORIA NATURAL. 125 


Cl. paniculata Thumb.—Forma de la C7. Vitalba L., con los 
segmentos de las hojas profundamente festonado-lobados. Ca- 
latayud, en el término de Val de Herrera, Agosto 93 (num. 575). 

Nota. En mi herbario existe un pliego que dice asi: «Cle- 
matis paniculata Thumb. Jardin Botanico de Madrid, 7 de 
Octubre de 1869.»—Es igual 4 la aragonesa. 

Orra. Todavia no poseo de Espana la forma de segmentos 
foliares festonados. Las de Olba (Aragon), Budia (Castilla la 
Nueva), Collsacabra (Pirineos catalanes) y Segorbe, muestras 
que tengo delante, todas pertenecen a la Cl. integrata DC. 

Adonis estivalis L.—Calatayud, 10 de Marzo y 4 de Abril 
del 93 (num. 8). 

A. dentata Del. var. major Lge.—Idem, id. (La etiqueta trae 
el num. 9.) 

Nota. La especie mas frecuente en Aragén parece ser la 
A. estivalis; siguele a esta la variedad de la A. dentata. Menos 
comun que las dos es la A. flammed. 

No parecen ser constantes los caracteres tomados de la 
espiga, ya densa, ya laxa; asperezas y dientes de los carpelos; 
sépalos lampinos 6 pelosos, segtin muestras espanolas de mi 
herbario. Una de las formas mas curiosas de mi coleccién que 
recogi en Albentosa (Aragon), lleva en la base de la espiga 
carpelos de figura parecida a los de la A. autumnalis L., y los 
restantes de la A. fammea, a la que con seguridad pertenece. 

Ranunculus fabellatus Desf. 4) mollis Freyn.—Campiel (nu- 
mero 5). 

Véanse Willkomm, Suppl., p. 333; Loscos, Supl. 2.°, nume- 
ro 2.612; Supl. 6.°, num. 2.688, pues sospecho pertenezcan a la 
misma planta.—La de Campiel es idéntica a la de las cerca- 
nias de Guadalajara y difiere ligeramente de las muestras 
recogidas en abundancia por D. Antonio Badal en Valdecone- 
jos, La Rambla y Las Parras de Martin.—No he visto las 
muestras del Sr. Reverchon. 

Rk. Alee Wk., forma sublanata.—Orillas de las acequias. (El 
nim. 2).—2. Sceleratus L.—Idem id.—R. Stevent Andrz.—Idem 
(nim. 4).—R. repens L.—Idem (num. 3).—R. arvensis L.—En 
las mieses. 

Ceratocephalus incanus Stev.—C. falcatus Pers.; 8 incanus 
Boiss.—C. falcatus Losc. et Pardo., ser. imp., p: 6; trat., p. 2. 
—Aranda de Moncayo. Mayo 2 del 93. 


126 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Nora. Todas las formas que vi de Teruel pertenecen a esta 
especie, que abunda en la regidn montana. Calavia la indica 
en el mismo sitio que el Sr. Vicioso. 

Otra forma existe en Teruel recogida por los Sres. Zapater y 
Badal dependiente de ésta. El C. incanus Stev., 8 Albarracint 
(Pau, notas, 1, p. 10; 1v, p. 11.) 

El C. falcatus, Pers. no debe faltar en Aragon, pues le tengo 
de la Alcarria. 

Nigella divaricata Beaupré.—Savinian, 19 de Julio de 1893. 
(Etiqueta num. 12.) 

Aconitum vulgare DC.—Collado de las Estacas y barranco de 
Afion, al dar principio a la vertiente oriental del Moncayo. 
19 de Julio de 1893. (Num. 536.) 

A. Lycoctonum L.—Cerca del santuario de Nuestra Senora 
de Moncayo, sobre la fuente de San Gaudroso. (Nim. 535.) 

Delphinium Loscosii Costa.—Vinedos. 

Papaver Argemone C.; P. Rheas .; P. hybridum L.; Roemeria 
hybrida Dl.; Chelidonium majus L.; Hypecoum pendulum .; 
H. procumbens L.; Glaucitum corniculatum Curt.—Cercanias de 
Calatayud. 

Nota. Una forma curiosa de la Roemeria hybrida existe en 
las cercanias de Guadalajara: las hojas menos divididas son, y 
sus lacinias notablemente ensanchadas, sépalos y capsulas 
lampinos, y el estigma es bien diverso. Al principio sospeché 
si tendria un hibrido de dicha Roemeria y el Glaucium corni- 
culatum. Como es un miserable pie la muestra, no me deter- 
mino 4 darla nombre mientras la casualidad no me _ propor- 
cione de nuevo abundantes ejemplares. 

Fumaria parviflora Lam. (nim. 23); /. spicata L. (aim. 25); 
F. officinalis L. (nim. 24.) 

F. Viciosoi (an sp. nov.?)—(Etiqueta nim. 25 bis.)—Hojas de 
la F. rostellata Kaf., frutos de la F. officinalis, aspecto de la 
F. Scramii Aschrs. de las cercanias de Madrid (seg tin las mues- 
tras colectadas recientemente por el Sr. Lomax). La muestra 
recibida se reduce 4 un fragmento desprendido al parecer de 
otro pie. Quizis tengamos un hibrido de la #. officinalis y 
FF. Vaillantii. 

Sarcocapnos enneaphylla DC.—Rocas de Campiel y Villalbilla. 

Raphanus sativus L.—Cerca de los sitios donde se cultiva. 
Matthiola (tristis var.?) hispanica.—No es M. varia ni M. carono- 


DE HISTORIA NATURAL. 127 


pifolia DC.: debe ser M. tristis Br.; mas sospecho que difiere 
de algunas muestras extranjeras. 

Arabis parvula Dufour.—Viene mezclada con la A. awricu— 
lata.—(Etiqueta nim. 48.)—Es planta nueva para la flora 
aragonesa. 

Nasturtium officinale Br., v. siifolia Rechb.—Cardamine hir- 
suta L. (nim. 43). Aspecto dela C. sylvatica Lk., forma ro- 
busta.—Malcolmia africana Br.—Erysimum repandum 1.., 26 de 
Abril de 1893. Marivella (nim. 35).— #. australe Gay. Sitios 
incultos.—A lliaria officinalis Andr. Aranda del Moncayo.— 
Conringia orientalis Rchb.—Sisymbrium Sophia L.—S. Columne 
Jacq.—S. austriacum 8 (nim. 38).—S. Jrio L.— S. Assoa- 
num L. & P. (ribazos y tapias abundantisimo, nim. 28).— 
S. officinale L.—S. hirsutum Lag.—Brassica Napus L. (sub-es— 
pontanea).—Stnapis arvensis L., var. (an S. Schkuhriana Rchb.) 
(Etiqueta num. 45).—Hrucastrum obtusangulum Rehb. (nim. 33). 
—Diplotazis erucoides DC.—D. catholica DC. (nim. 32, nueva 
para la flora aragonesa).—D. viminea DC.—Fruca vesicaria Cav. 
(num. 46).—Hrophila vulgaris DC.—Koniga spinosa Sp. (Rocas 
de Campiel.)—&. Perusiana Nym.—A lyssum serpyllifolium Dsf. 
(nim. 74.)—A. hispidum L. et P. (Mim. 52).—A. linifolium 
Steph. (nim. 73).—Camelina microcarpa Andrz.—Vella Badali 
Pau, forma longifolia et angustifolia. 5 de Abril de 1893. Mar- 
genes de las vinas, rarisima.—JAiscutella auriculata L.—B. ste- 
nophylla Desf., Campiel, Villalbilla, Huermeda, (nim. 54, 
determinacion dudosa).—TZhlaspi perfoliatum L. (ntiim. 60).— 
Athionema saxcatile Br. Aranda del Moncayo. 

Nora. Abunda junto 4 Camarena en la Sierra de Javalam- 
bre; por cierto que la vi en estado de fructificacién y observé 
las siliculas inferiores con dos celdas y las superiores con una, 
invalidando, por consiguiente, la divisidn que establecen del 
e@énero en especies de siliculas biloculares y de siliculas wnilo— 
culares. . 

Cierta forma de este género encontré junto al pico de Pefago- 
losa en Junio del afio 1891; los Sres. Willkomm y Lange la nom- 
bran Ae. sacatile en la pag. 781, t. mm, del Prodr. Fl. Hisp. 
teniendo a la vista la muestra de Cavanilles; este nombre lo 
cambié en mis Notas botanicas por Ae. ovalifolium, y asi ha 
sido admitido por el Sr. Willkomm en el Supp. prodr. I'l. Hisp. 
Hoy, mirada con mas detencidn, me parece bien diversa de 


128 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


las dos, pues su habitc es del Ae. Thomasianum Gay., casi en 
absoluto; y si no fuera por las siliculas, diriamos tener la mis- 
ma forma piamontesa en las cumbres de Pefagolosa. Concuer- 
dan, ademas del habito, en sus hojas todas de la misma forma 
trasovada y empizarradas en tallos completamente herbaceos, 
flores en corimbos densos y formando diminutos cespetes. 
Difiere por sus frutos (jévenes) con estilo alargado como la 
muestra que tengo delante, del Ae. gracile DC. de Macedonia y 
sin escotadura en su punta. También parece que deberan ser 
mucho menores y de otra figura. Como es casi imposible que la 
planta valenciana sea idéntica a la piamontesa, por si resul- 
tara nueva, la propongo bajo Ae. valentinum. , 

Debo rectificar mi opinién expuesta en otra parte acerca del 
Ae. saxatile de Cavanilles, que tomé por Ae. valentinum: siendo 
tan frecuente en las montanas de Teruel la primera, me parece 
que debe existir igualmente en Penagolosa, y esta bien citada 
aunque no se encuentre en la cumbre. 

Lepidium graminifolium L.—L. Draba L.—L. subulatum L.— 
L. campestve U.—L. hirtum DC., forma parviflora (L. hirtum 
8 psilopterum Wk.—L. calycotrichum auct. arag.—L. hirtum 
Mihi.) De Villarroya de la Sierra al Salcedo. 

A esta forma parviflora del LZ. hirtwm pertenecen todas mis 
citas de Teruel y Valencia. El caracter tomado de los pelos de 
las siliculas no es constante, pues llegan a veces 4 ser cubier— 
tas del todo y otras veces carecen de ellos casi en absoluto. 

Hutchinasia petrea L.—Tsatis tinctoris L.—Neslia paniculata 
Dsv.—Calepina Corvini Dsv.—Rapistrum rugosum Berger.—Re- 
seda undata L. (R. Gayana Boiss., num. 96: faltan capsulas).— 
Rk. Phytewmal., forma de hojas larguisimamente adelgazadas 
en peciolo y sépalos muy anchos (an. var. nova?) Etiqueta 
num. 94.—Reseda stricta Pers.; 6 Mayo de 1893; nim. 97. Noha 
sido descubierta en Aragon, hasta hoy, mas que en la localidad 
nombrada por Loscos.—&. lutea L.— R. luteola L., Aranda del 
Moncayo.—A strocarpus Clusii Gay., camino de Aranda a Villa- 
rroya; niim. 93. Unicamente citado en Aragon por Asso hasta 
que el Sr. Vicioso le ha vuelto 4 encontrar, confirmando di- 
cha cita. 

Helianthemun wmbellatum Mill., forme foliis revolutis. Villa- 
rroya de la Sierra.—Z/. eviocaulon Dun., id.—H. hirtwm P. (ni- 
mero 77).—ZH. sguamatum P.—H. intermedium DC.—Z. vulgare 


DE HISTORIA NATURAL. 129 


Gaertu, discolor angustifolium.—H. paniculatum D., naumeros 
80 y 85.—H/. Fumana Mill., Villarroya de la Sierra. 

Viola tricolor L., 6. parvula Lge., prodr. 11, p. 702 (numeros 
88 y 89).—Viola arenarvia DC. Aranda de Moncayo (nim. 90).— 
V. odorata L., numeros 86, 87 y tal vez el 91 del Moncayo.— 
El nim. &7 tiéne aspecto de V. permizta Ford., el 91 de 
V. hirta L. 

V. montcaunica Mihi.—V. cornuta L., vy. micrantha Lee., 
prodr. 11, p. 700. 

No solamente consideraciones geograficas, pues la verda- 
dera V’. cornuta L. no escapa de los Pirineos, sino diferencias 
morfolégicas me inducen 4 considerar esta forma como sub- 
especie de la V’. cornuta L. 

Las hojas son de diferente figura (exactamente ovales), y 
ademas de presentar redondeado el apice, su base no es acora- 
zonada nunca, y aun en las hojas mas bajas presenta el limbo 
cierta decurrencia que casi llegan 4 ser cuneiformes, caracter 
que no tienen las muestras pirenaicas. Las estipulas son laci- 
niadas y el lobulo central es notablemente mayor y mas estre- 
cho que en el tipo. Las flores son tres 6 cuatro veces menores; 
los sépalos no son cuspidados, ni mas largos que la capsula (en 
la V. cornuta aleznados y bastante mayores que la capsula). 
Los pétalos no pueden observarse; inicamente el espolon se ve 
doble mayor que los apéndices sepalinos (en la V’. cornuta ex- 
cede de cuatro veces). 

Julio 1893. Vertiente oriental del Moncayo; numero de la 
papeleta, el 543. 

Franquenia Reuteri Briss., num. 98.—r. pulverulenta L., 
num. 99. 

Githago segetum Dsf.— Melandryum pratense Rochl., ribazos 
de Cam pill.—Si/ene nevadensis Boiss., nim. 129.— 8. Olites Sm., 
num. 163.—S. arvensis Loscos.—S. rubella L., nim. 106.— 
S. portensis L. Sierra de Vicort, nim. 113. (Planta de Aragon 
no encontrada mas que por Calavia.)—S. nocturna L., nume- 
ro 102.—S. conoidea L., numeros 104 y 105.—Saponaria ocymoi- 
des L. Avanda.—S. vaccaria L. var. grandifiora Fisch. ap. DC. 
—Gypsophila Hispanica Wk., nim. 114. 

Dianthus prolifer L.—D. lusitanicus Brot., nim. 109.—D. His- 
panicus Asso, num. 110.—D. laricifolius B. & R.(D. Caryophyl- 
lus Asso, p. p.—D. attenuatus Losc. & Pard. series, 63; trat. 26.) 

ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 9 


130 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Moncayo, nueva para la flora de Aragén. 

Nota. Resulta que el Dianthus Caryophyllus de Asso abarca 
dos especies bien diferentes. La de Orihuela (Sierra de Albarra- 
cin) es el D. c@sius Sin.: la del Moncayo es, como hemos dicho, 
el D. laricifolius B. & R. 

Dianthus. Viciosoi sp. nov. Sierra de Vicort. Espero recibir 
ejemplares frescos para estudiar esta planta que difiere, a pri- 
mera vista, de todos los claveles que poseo-de Europa; tinica- 
mente guarda analogia con el D. Langeanus Wk., de Galicia; 
mas ésta tiene hojas de /beris savatilis, y el de Vicort es bri- 
coideo, crece en grandes céspedes pegados al suelo que hace 
sumamente peligroso el terreno por lo resbaladizo. 

Velezia rigida L. Moncayo. (Sin etiqueta y en compania del 
D. laricifolius, ) 

Cerastium perfoliatum L.—C. vulgatum L.—C. Rie@i Desm., 
nim. 126.—Stellaria media Cyr.—St. neglecta Whe.—Holosteum 
umbellatum L., numeros 123 y 127. 

Arenaria grandifiora All. v. triflora, nim. 119, de Villarroya 
a Aranda.—A. montana L,, nim. 120.—A. serpyllifolia L., ni— 
mero 121.—A/sine tenuifolia Whib.—Spergularia media P., 
numeros 117 y 128.—Sp. rubra P. var. longipes Lee. 

Linum narbonense L., ntimeros 135 y 137.—L. sufruticosum L. 
—TL,. estrictum i. 

Linum austriacum Willk. in Wk. & Lge. prodr. m, p. 550 
(non L. ex auct.)—Z. collinum auct. (non Guss. ex descr.!). 
Vinas de Calatayud. Mayo 93; etiqueta nim. 136. | 

Planta nueva para la flora de Aragon y rara en Espana. La 
daria bajo Z. collinum Guss., siguiendo a los autores que del 
L. austriacum espanol se ocupan, pues dicen es el mismo de 
Gussone; si lo creyera cierto y no lo tuviera por dudoso, al 
menos en parte, que la planta catalana, que no he visto, debera 
pertenecer al Z. /eve Scop. 6 4 otra forma dependiente del 
L. alpinum UL. 

Con el fin de salir de dudas recurri al Jardin botanico de 
Palermo, y diceme el Dr. Ross que todavia no ha colectado esta 
especie en Sicilia. La descripcion que da de su especie Gusso— 
ne no cuadra de ninguna manera en la planta bilbilitana, y 
en prueba de ello aqui la copio tomada de la observacion al 
L. austriacum. 

«In planta sicula folia omnia pellucido-punctata et tubercu- 


DE HISTORIA NATURAL. 181 


lata, multo angustiora ac tenniora (nam fere filiformia), quam 
in planta austriaca; sepalorum nervius medius non usque ad 
apicem productus ut in icone citata (Bchb. 16, t. 5156) sed 
usque ad medium ut in icone Z. sguamulosi Rehb., fig. 5156 b.; 
ita ut inter utrasque species media, ac forsam nova, et tunc 
L. collinum appellanda.» Syn. fi. sic. 1, p. 808. 

Analicemos la descripcion. La planta siciliana lleva toda la 
hoja punteado-transparente, y la muestra que tengo delante 
apenas presenta alguna que otra hoja con reducido nimero de 
puntitos transparentes. Esto nada indica, pues la muestra aus- 
triaca de mi coleccién llévalos, y los llevan igualmente los 
L. Soreyi Jord., L. limanense Lamot, L. alpinum, etc., pero no 
puedo descubrirlos en el Z. perenne, especie mas afine del 
L. austriacum que el L. alpinum. Yo creo que todas las espe- 
cies de la seccién Adenolinum Rehb., presentan los puntitos 
transparentes en mayor 6 menor nimero en el apice de las 
hojas. 

Anade la descripcién que sus hojas son mas delgadas y 
tenues que la austriaca: la planta aragonesa son mas cortas, y 
su anchura, si de algo peca, ha de ser por algo mayor. 

Respecto a la costilla de los sépalos he de consignar que mis 
muestras de Austria presentan en un mismo pie (!) unos ner- 
vios centrales hasta el apice, y otros no van mas alla de la 
mitad de la longitud del sépalo. También he notado que la 
figura de los sépalos varia mucho de la floriacién al periodo 
de fructificacion. 

No parece, en ultimo resultado, nuestra muestra diferente 
del Z. austriacum L., & pesar de presentarse corolas mayores y 
calices menores en la planta aragonesa. La cultivo para estu- 
diarla mejor. 

Malva vulgaris Pers., num. 139.—M. Sylvestris L. 

Lavatera maritima Gou. (L. triloba Asso.)—Rocas del Villal- 
billa, num. 140. 

Planta nueva para la flora del Aragon. 

Althea cannabina L., nim. 142. 

Hypericum perforatum L.; Campiel, Calatayud, Moncayo.— 
H. tetrapterum P.—H. pulchrum .; Moncayo, nim. 544.— 
H. humifussum .; Sierra de Oicort, nim. 156. 

Geranium pyrenaicum L.; num. 148. Aranda.—/. dissectum L.; 
num. 150.—G@. molle L.; num. 147.—G@. rotundifolium L.; nu- 


132 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


mero 145.—@. Robertianum; nim. 153.—G@. minutifiorum Jard.; 
num. 146.—Zrodium ciconium W.—E. cicutarium VH.—#. ma- 
lacoides W.: nium. 155. 

Haplophyllum hispanicum Sp.; forma latifolia pubescens.— 
Ruta Chalepensis L.—R. montana L.—Peganum Harmala lL. 

Pistacia Terebinthus L.; Campiel, nim. 563. 

Genista florida L.; Moncayo.—Argyrolobium argenteum Wk.; 
num. 207.—Ononis Natryx L.—O. tridentata L., v. latifo- 
lia Lge.; nuimeros 166 y 167.—Spartium junceum L.—Anthyllis 
Vulneraria L., var. rubriflora DC.—S. calycibus discoloribus; 
num. 163.—JJedicago orbicularis All.; & marginata Bth.; nume- 
ro 174.—. agriculata W.; num. 209.—M. Gerardi kit.; nime- 
ro 210.—JV. sativa L.—M. minima Lam.; nim. 176.—M. arabi- 
ga All.; en los sembrados; nueva para la flora aragonesa, 
num. 176.—7Zvrigonella polycerata L.; en las tapias.—Velilotus 
sulcata Dsf. var. « et 6.—M. alba Desr. (forma? aragonensis ).— 
M. macrorrhiza auct. arr.? 

Legumbres lampinas, pétalos apenas desiguales, dientes 
calicinalis doble menores que el tubo (esta cortedad no la pre- 
senta ninguna muestra de mi coleccién), obtusos casi iguales, 
bracteolas pequenisimas, microscopicas casi, mucho menores 
que en el tipo. 

La MW. linearis Cav. creo que es sindnima de la JZ. macro- 
rrhiza Wk. (prodr.) et Gr. & Godr. (Flore de France.) 

Trifolium pratense L.; orillas de las acequias.—Z’. hirtum All.; 
num. 180 (nueva para la flora aragonesa).—7Z. arvense L.— 
T. scabrum L.—T. fragiferum L.—T. patens Schré.—/ 7’. agra- 
vium Asso., non L. nec auct.) Penascos de Huermeda, An- 
dia, etc. Nueva para Aragon. 

Dorycnium decumbens Jord. De Aranda a Villarroya (ejem— 
plar malo). 

Lotus siliquosus L. Orillas de las acequias. 
fius Rehb., num. 169. 

Kn Aragon no se conocia localidad fija y cierta (Loscos, 
trat. p. 43); en Espana es planta rara 6 pasa confundida con 


Lotus tenuifo- 


especies afines. Existe y la poseo en mi coleccién ademas de 
Calatayud, del Llobregat y Alcarria. 

Coronilla minima L., 8 australis, nimeros 194 y 197.— 
ITyppocrepis ciliata W.—H. glauca Ten.; Campiel.—Psoralea 
Lituminosa L.; nimeros 278 y 286.—Astragalus hamosus L.; 


DE HISTORIA NATURAL. 133 


nim. 190.—A. sesameus L.; nim. 189.—A. macrorrhizus Cav.; 
numeros 191 y 211. 

Lathyrus tuberosus L. Entre las mieses.—Z. Aphaca L.— 
L. sphericus Retz.; nim. 203.— Vicia peregrina L.; niim. 201.— 
V. sativa L., forma grandifolia; nim. 204.—V. sativa L.; ni- 
mero 205.—V. lutea L.; Aranda del Moncayo.—V. lenuifo- 
lia Rth.; nim. 199.—V. monanthos Dsf.; nim. 212.—Prunus 
prostata Labill., Pena de la Mora. 

Nota. A esta especie pertenece el nim. 425 de Asso segiin 
muestras de Huermeda y Campiel en la Pena de la Mora. 

Prunus spinosa L.; numeros 216 y 217. 

Spire@a Ulmaria L.; Ceruela y Tarazona. (Hojas con el envés 
plateado).—Sp. flabellata Bert.; nim. 223. (Es una lastima 
que la etiqueta no lleve indicacién ninguna. Después de Asso 
no fué colectada en Aragon por nadie.) 

Rubus cesius L.; niumeros 216 y 217. 

Potentilla reptans L.—P. verna L. (var.?) En el Moncayo. 

Geum urbanum L.; en el Moncayo; nim. 213. 

Rosa micrantha Lm.—Agrimonia Eupatorium L.—Alehimilla 
alpina. Encima del santuario de N. 8. del Moncayo. 

Crategus monogyna Jacq., var. segobricensis Pau.; notas bot., 
nuimeros 222 y 571. Orillas del barranco de Marivella. 

Nora. Esta variedad es muy parecida al Cr. Azarolus L.; 
pero es muy facil de distinguir por sus pedunculillos tenues y 
largos y no cortos y robustos. El fruto de un solo hueso la 
aparta de su cercana C. oxayacantha L., y el color rojo vivo no 
lo llevan los frutos del C. Azarolus L. 

Momordica Elaterium UL. 

Epilobium hirsutum L.—EF. parviforum Rtz. 

Lythrum Salicaria Li. 

Tamariz gallica L. Orillas del Jalon. 

Paronichia capitata Lam.—P. carpetana Mihi herd. Orillas 
del Ribota; num. 230. 

Nora. Esta misma forma me fué remitida por el Sr. Lomax 
de los Montes Carpetanos y colectada al pie del Puerto de Gua- 
darrama, en 4 de Junio de 1893. 

Planta muy parecida 4 la P. Avgentea Lam., 8 maurita- 
nica DC., pero por sus hojas mas anchas se distingue perfec— 
tamente 4 primera vista. Al parecer es intermedia entre la 
P. argentea y P. polygonifolia DC. 


134 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Ferniaria annua Lag.; nim. 232. 

Corrigiola telephiifolia Pourr. Campiel, nim. 233. 

Umbilicus pendulinus DC. Sierra de Vicort; nim. de la pape- 
leta, el 97. 

Sedum acre L.—S. album L.—sS. amplexicaule DC.; nim. 234, 
Campiel.—S. altissimum Poir. 

Sazifraga dichotoma Willd.—S. Arundana Boiss.—Pena Ga- 
linda y Val de Vicort, nim. 241. 

S. Albarracinensis Pau, hb. 1890. Campiel, nim. 240. 

Aff. S. carpetane, sed foliis caulinis laciniatis, pedunculatis 
et tenera ab hac districtissima! 

Nora. Este mismo vegetal me fué remitido ya hace anos 
de Albarracin por mi amigo Sr. Zapater; y como no poseo 
muestra alguna con quien pueda unirse, ni conozco descrip— 
cién que le cuadre, le doy con el nombre de mi herbario hasta 
que nuevas recolecciones vengan 4 confirmar 6 negar mi 
teoria. 

S. Tridactylites L. Campiel y Ribota. 

S. paniculata Cav., 8 tenuisecta.—S. Willkhommiana Boiss.— 
S. valentiua Wk. ().—S. Pentadactylis Wi. (é loco Moncayo.) 
Campiel: numero de la etiqueta, el 238. 

Nora. Véase acerca de esta especie & Willkomm, Supp/., 
p. 209: Leresche y Levier, deux exc., pp. 189-191. Loscos, 
Trat., p. 65. 

Thapsia villosa L., 8 latifolia Boiss. Al pie de la Pena Ga- 
linda: mas abundante entre Huermeda y Villalbilla. 

Nota. El Sr. Lange (Wk. & Lge. prodr. 11, p. 77), dice: 
«a per totam Hisp. passim! 8 rarius.» 

Las muestras de mi herbario demuestran. lo contrario. La 
poseo de localidades bien apartadas y todas ellas pertenecen a 
la Th. salmanticensis Clus.— Th. maxima Mill., y no al tipo. 
Sierra Nevada (Dornajo), Montes de Avila (Pico Zapatero), 
montes de Teruel, Alcarria y Sierras Segorbe. 

Daucus Carota L.; nim. 255.—Turgenia latifolia Hffn.; nu- 
mero 245.—Caucalis daucoides L.; nim. 247.—Torilis helve- 
tica Gm.; nim. 248.—Pastinaca sativa L.—Tordylium maxi- 
mum L.; ntiim. 246.—Anthriscus vulgaris P., 8 neglectus Los- 


(1) Nombre impropio: en Valencia no existe. El Sr. Reverchon aprecia poco las 
regiones y... los nombres nuevos que le dan. 


DE HISTORIA NATURAL. 135 


cos & Pardo; nim. 256.—Scandix Pecten Veneris L.—Apium 
nodifiorum Rehb.; num. 251.—A. graveolens L.; nim. 251.— 
Bupleurum opacum Lee.; nim. 244.—B. fili Mihi.—/(B. lenwissi- 
mum L., var. flageliformis Lge., prodr. 11, p. 70). Aranda. 

Nora. Ignoro si esta forma es la misma de los autores ara- 
goneses Loscos y Pardo, que no admiten mas que el B. lenuis- 
simum L. Ni en la Serie ni Zvatado se encuentra la variedad 
propuesta del Sr. Lange que «ni se extiende, ni se ha visto en 
otra parte» fuera de Caspe y Chipriana (Loscos y Pardo, sevie 
imperf., p. 166). 

Lonicera etrusca Sav.; nUMerLOS 257, 258 y 259. 

Rubia tinctorum L.—R. peregring L.; num. 268. 

Galium rigidum Will.; nim. 265.—G. rigidum., v. 8 falea- 
zum Lee.; numeros 264 y 269.—G. Aparine L.; nim 263.— 
G. Vaillantii DC.; nim. 270. 

Planta rara en Espana, en donde apenas se indican en el dia 
mas de dos localidades, y nueva en Aragon. 

La muestra de Calatayud presenta los frutos mas pelosos 
que la de Segorbe; son casi tormentosos y niveos. 

Asperula macrohiza H. & L. Vinas de Jesus del Monte; nu- 
mero 260.—A. arvensis L. 

Crucianella patula L. Aranda del Moncayo.—C?r. angustifo- 
dia L. 

Valerianella olitoria Poll.; num. 272.—V. discoidea Lois. 

Centranthus Calcitrapa Dutr. 

Scabiosa stellata L.; nim. 276.— Sc. monspeliensis Jaq.— 
Sc. maritima L.; numeros 274 y 277. 

El] nim. 277 se reduce a un fragmento, y no obstante, puede 
asegurarse que no existe en Espana forma mas robusta. Es 
preciso colectarla de raiz y cultivarla, no siendo posible pre- 
sentarla completa en herbario por su robustez. 

Cephalaria leucantha Schrad. 

Nota. Procedente de Albarracin existe en mi coleccioén una 
forma de esta familia, afine de la Zvichera collina Nym., y 
diversa, a mi entender, de todas las especies espanolas. Kn mi 
herbario consta, desde el ano 1890, bajo Zrichera longifiora. 

Ks de tallos débiles retrosso-pelosos con su ultimo entrenudo; 
las hojas todas con las lacinias muy estrechas y con alevin que 
otro diente 6 feston y pelosillas. Las corolas se parecen por la 
longitud del tubo, alas de la Anautia hybrida Coult.; en estado 


136 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


seco parecen ser amarillentas con un exterior ligeramente 
rojizo. 

Como esperaba estudiar sus frutos no la describi antes, y hoy 
unicamente me permito decir lo anterior por llamar la atencién. 

Doronicum plantagineum L. Pena Galinda (Campiel). 

Nora. La muestra es un fragmento, pero no tengo duda 
aleuna de que pertenece a esta especie. Comprende el senor 
Vicioso que esta planta no ha sido recolectada en Aragén des— 
pués de Quer (algunos autores dicen Ortega), y que por lo mis- 
mo es inutil encarecer el hallazgo. 

Senecio Doria L. (327).— 8. Tournefortii Lap., & aragonen- 
sis Wk. Moncayo (545).—S. prealtus Bert. (566, 325 y 326). 

Nota. Los S. prealtus Bert. y S. foliosus Salzm., 4 mi enten- 
der, no son mas que una misma cosa. El primero es forma 
lampina; el segundo, lanuginosa; el primero, elevado y hojas 
distantes; el segundo, de menor talla y hojas aproximadas. 

S. adonidifolius Lois. Moncayo.—S. gallicus Chaix.—/S. vis— 
cosus L. Moncayo (543).—S. vulgaris L.—S. minutus DC. (291). 
Planta perteneciente a especie nueva para la flora de Aragon. 

Anthemis arvensis L.—A. Cotula L.—Anacyclus clavatus P.— 
Achillea microphylla W. (333 y 335).—A. Ageratum L. 

Nota. En la sierra de Albarracin, 4 los 1.800 m. de altura, 
se encuentra una forma de este género, descubierta por don 
Bernardo Zapater. Paréceme desconocida y la propongo bajo 
Achillea Zapaterii. 

Aff. A. Ptarmica ..; sed foliis non acutatis, crenatis, squa- 
mis non fusco-marginatis, ligulis latis ovatis, ab illa differt. 
—Syn. A. pyrenaica auct. arag. non Sibth. 

Santolina Chamecyparissus L., 8. virens Willk. 

Leucanthemum vulgare L. Riberas del Jalon. 

Pyrethrum pulverulentum Lag., 8. sulphureum (B. & R.)— 
Chrysanthemum aragonense Asso! Lomas al pie de la sierra de 
Villarroya, en el Salcedo. 

Artemisia A bsinthium L.—Helychrysum Stoechas DC.—H. sero- 
tinum Boiss. (341).—Antennaria dioica G. Moncayo.— Filago 
spathulata Pr. (835).—F. germanica L. (334, 336, 338 y 339).— 
Guaphalium luteo-album L.— Solidago Virga-aurea L. Moncayo. 
—Frigeron canadense L.— Bellis perennis L.—A steriscus aquati- 
cus Less. —Pallenis spinosa Cass.—Inula Britanica lL. (343).— 
I. montana U.—Pulicaria dysenterica G.—Micropus erectus L. 


DE HISTORIA NATURAL. 137 


(337 y 342).—Zussilago Farfara L.—Calendula arvensis L.— 
Echinops Ritro U.—Atractylis humilis L.—A. cancellata L.— 
Xeranthemum erectum Pr.— Arctium minus Schk.—Onopordon 
Acanthium L. (375 y 564).— 0. corymbosum Wi. (378).—Sily- 
bum Marianum G.—Cirsium arvense Scop. (661).—C. lanceola- 
tum L. (Aranda y Calatayud, ntimeros 374, 558 y 583). — 
C. odontolepis Boiss. (372).—C. montcaunicum (C. ferov Calav.? 
Moncayo, nim. 556). 

Afine del C. feroz, pero sus escamas bruscamente lineares y 


densamente lanosas le diferencian del (. echinatum por la forma 


dle las cabezuelas y debilidad de las escamas; de los (. eviopho- 
rum y C. odontolepis, especies sumamente cercanas, por carecer 
de la dilatacién que llevan junto al apice de sus espinas las 
escamas de las cabezuelas. 

Planta muy joven, sin flores y quizas poco diferente del 
C. eriophorum. 

Una forma intermedia.entre esta y el C. montcaunicum 
parece existir en la Sierra de Albarracin (Zapater, Seg.) 

Cirsium monspessulanum All., 7. ferow Wk.—Carduus Marti- 
mii Timb.?—C. Assoi Willk. (var.?)—C. acanthoides Asso ex Los— 
cos! (var.?) 

Nora. El @. acanthoides Asso, segtin Loscos hb.! es mas 
rigido y menos herbaceo, con las hojas mas dilatadas y de 
color verde mas pronunciado; pero no es debido, segtin las 
muestras de Segorbe, mas que al terreno en que crecen. La 
muestra de Calatayud es de idéntica facies é idénticas hojas 
a la muestra de Timbal-Lagrave que poseo, mas no pueden 
estudiarse las cabezuelas, por llevar la muestra colectada por 
Timbal cabezuelas muy jovenes. 

Carduus pycnocephalus L. (375 y 376).—Leuzea conifera DC. 
— Carduncellus monspeliensium All.—Carthamus lanatus Li— 
Centaurea deusta Ten. (var.) 367.—C. linifolia Vahl.—C. Sea- 
biosa LL. (C. cephalariefolia Wk.) —C. ornata W., x. macrece- 
phala (nim. 550 de Villarroya 4 Aranda).—C. ornata W., 8. mi- 
crocephala (An C. ceratophylla Ten.?); numeros 557 y 552. En 
las vinas.—C. dilbilitana Mihi (C..... x deusta); numeros 365, 
364 y 362. 

Nora. Con seguridad hibrida. gEntre la C. deusta! y C. te- 
nuifolia? Es preciso descubrir la otra especie que no he visto. 

Centaurea Cyanus L.—Microlonchus salmanticus DC. (M. Clu- 


138 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


sii Sp.) var. leptocephala.—M. Isernianus Gay et Webb? (forma). 
En Ribota y Campiel. 

Oés. Ignoro si al tipo propuesto por el Sr. Graells pertenece 
la planta de Calatayud que es la misma que abunda en las 
cercanias de Segorbe y en todo Aragon y Valencia; existe en 
el Escorial (Mazarredo ad Societ. Bot. Barcin., anno 1872) y en 
las cercanias de Ledn (Lornat). Es menos robusta en todas sus 
partes que el J/. salmanticus; sus cabezuelas doble menores y 
mas alargadas; escamas mas redondeadas en el apice, que 
lleva la mancha negruzca de forma semilunar y no triangular 
6 puntiforme. Las hojas, siendo menores 6 menos robustas, son 
de la misma forma que el tipo, por lo que no puede pertenecer 
al MW. Jsernianus, que las presenta enteras. Sin embargo, Loscos 
y Pardo dicen, y es verdad: «Hojas enteras 6 pinatifidas son 
caracteres inseguros de poco valor.» Serie imperfecta, pag. 228. 

Crupina vulgaris Cass.—Sonchus aquatilis Pourr. (S. pauciflo- 
rus Kcheand., 8. hieracioides Wk., S. maritimus Cav.) Abun- 
dante en las acequias (523 y 285).—S. denerrimus L. (311, 287 
y 299).—S. asper Will., «. inermis Bischff. et 8. punagens Bischff.; 
num. 312.—S. oleraceus L., «. triangularis Wally. (284), 8.inle- 
grifolius Wallr. (286).—Lactuca Scariola L. (375).—L. sativa L. 
(295).—Z. viminea Pr. Moncayo.—Chondrilla juncea L.— Tara- 
zacum obovatum DC. (298).—Z’. erythrospermum Andrz. (297).— 
T. levigatum Rehb. (300 y 296).—Axndryala macrocephala DC: 
(329).—A. lyrata Pouvr. (A. incana DC.)—A. corymbosa Lamk. 
—A. mollis Asso (280).—A. ragusina L. + A. integrifolia L.? 
(280 bis). 

Nora. Por su vestidura se parece a la A. ragusina; por su 
aspecto, ala A. dentata 8. & S. (A. tenuifolia DC.) de Oriente. 

Sumamente parecida a la dicha ultimamente, siendo muy 
posible que a esta forma, nueva para Espana, pertenezca la 
planta del litoral catalan que poseo en mi herbario, aunque no 
concuerde del todo con las muestras sicilianas. 

Digo esto, por llamar la atencién de los botanicos catalanes 
hacia esa forma. 

TTieracium amplexicaule L. (H. balsameum Asso, H. berardia- 
qum Arv. Tosco!), 529, en el Moncayo.— H. (Pilosella var.) 
velutinum Heg. (281).—H. Pilosella L. &§. grandiforum Wk., 
prodr. Fl. Hisp. 1, 253 (27. macranthum Ten.?) (282).— Crepis 
virens L., 8. runcinata B. (295).—C. pulchra L. (283 y 305).— 


DE HISTORIA NATURAL. 139 


C. fetida L. (313).—C. Taraxracifolia Th. (305 y 388).—C. Rk. Za- 
varacifolia Th., var. pectinata Wk. (Barkhausia heterocarpa 
Boiss. ), 289.— Zollikoferia pumila DC. (308).— Tragopogon 
pratense L. (309).— Podospermum laciniatum DC. (302).—P. de- 
cumbens G. et G. (292).—Helminthia echioides G.— Leontodon 
Hispanicus Mer. (519, Anchis).— Zrincia hispida Rth. (303).— 
T. hirta Rth. (290).—Scolymus hispanicus L.— Lapsana commu- 
nis L.—Rhagadiolus edulis G. 8. glaber.— Hypocheris radi- 
cata L. (310).—NXanthium strumarium lL. 

Campanula rotundifolia L. Moncayo (numeros 532 y 390) .— 
C. Frinus L.—C. Rapunculus L. (288).—C. lusitanica L., 6. Ma- 
tritensis (A. DC.), ntim. 387.—J/asione montana L. (385). 

Nota. En las cercanias de Teruel existe una Specularia 
' perteneciente al tipo especifico Sp. speculum DC., bastante 
curiosa, tanto por referirse a especie poco conocida, como por 
pertenecer a variedad nueva. Los Sres. Willkomm y Lange 
no vieron el tipo de Espana, y el difunto Loscos dice ( Z’ra¢. pa- 
gina 104) que no posee la planta de Zolocha para comprobar 
la cita de la Serie, num. 1.287. 

La muestra de Teruel difiere por sus pedtnculos larguisimos 
y por sus dos bracteas lineales en la base del caliz. La propon- 
20 bajo Sp. spulum DC. 8. Zapaterti en recuerdo de su colector. 

Erica arborea L., forma leptophylla; Moncayo.—F#. Tetraliz L. 
var. Assoana (E. cinerea Asso). Moncayo, junto a la fuente del 
Sacristan (ntim. 522). 

La variedad glabrescens del Prodr. Fl. hisp., 11, 344, es forma 
sin importancia taxondmica (la 7); glandulosa Lge., paréceme 
ser la misma de la Flora selecta, num. 95, de Ch. Magnier. De 
todas y del tipo que poseo de Suecia, Alemania, etc., etc., se 
aparta la planta del Moncayo. 

Jasminum fruticans L.—Vincetoxicum officinale Mch. Riberas 
del Jalon. . 

Nora. Esta planta se me ha extraviado y no poseo mas que 
la papeleta. 

Chlora perfoliata L. f., Hrythrea turolensis Pau, herb. (1886) 
teste Reverchon (Z. Barrelieri Wk. Suppl., p. 329; Rev. pl. exs.) 
Lomas de Marivella (Vicioso), Sierra de Albarracin, cerca de 
Gea, Sierra de Alcala de la Selva, Mora, etc. 

A primera vista difiere por la abertura de sus ramos arquea- 
dos hacia arriba y no rectos como la #. Barrelieri. 


140 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Erythred tenuiflora H. et L. (aim. 395). 

Calystegia Sepium Br.—Convolvulus Cantabrica L.—C. linea— 
tus L.—C. arvensis L.—Cuscuta Epithymum L. (462).—Idem, id. 
var. Aoschyi (401). 

Heliotropium europeeum ..—Borrago officinalis l.—A nchusa 
italica Rech.—Nonnea alba DC.—Lechium vulgare L.—Lithosper— 
mum fruticosum L. Val de Vicort, Calatayud.—Z. officinale L- 
—L. arvense L.—L. apulum Wahl. De Aranda a Villarroya.— 
Myosotis versicolor Sm., 410. Val de Vicort.—Cynoglossum pictum 
Ait.—C. cheirifolium L. (413).—Omphalodes linifolia Mch.— 
Echinospermum Lappula Uchm.—A sperugo procumbens L. 

Datura Tatula L. (forma nueva para la flora aragonesa).— 
Tyoscyamus niger L.—H. albus L.— Lycium europeum L.—Phy- 
salis Alkekengt L.—Solanum Dulcamara L.—S. nigrum W. 

Verbascum Thapsus U.—V. sinuatum L.—Scrophularia aqua- 
tica L. (448).—Sc. canina L.— Digitalis obscura L.—D. tomentosa 
H. L. (abundante en el Moncayo).—D. purpurea L. Panticosa- 
—D. parviflora Jaq. Moncayo. — Antirrhinum Barrelieri Bor- 
(432).—Linaria spartea H. & L. 

Nota. Los Sres. Loscos y Pardo no la incluyeron entre las 
plantas aragonesas; luego puede considerarse como nueva 
para Aragon, & pesar de lo que indican los autores del P7o- 
dromus. 

Linaria hirta Ait.—L. striata DC. (4388).— ZL. simplex DC. (437)- 
—L. melanantha B. & R. (4389).—ZL. supina Desf. (486, 442, 443, 
445, 446, 447).—Z. delphinioides Gay. (440), nueva para el Ara- 
@On.—ZL. spuria Mill. (433).—Z. robusta Loscos! Frecuente en las 
vinas del Pilar (435).— Veronica Beccabunga L.—V. Anagallis L- 
—V. hederefolia L.—V. polita Fr. (429).—V. arvensis L.— 
V. precor All.—Odontites longiflora Webb.—O. rubra P. (499). 
—Ceratocalyx macrolepis Coss. (454).—Orobanche Hedere Dub. 
(455).—Phelipea Muteli Reut.— Verbena officinalis L.—Teucrium 
Scorodonia lL. Moncayo.—Z’. Albarracini Pau. (7. dentatum 
Reverchon pl. exs.).— 7’. capitatum L. (493).— 7. gnaphalodes 
Vath. (492).—A juga Chamepitys Schreb.—Salvia lavandulefolia 
Vahl.—S. clandestina L. (469).— Rosmarinus officinalis L.—Zizy- 
phora acinoides L. (Thymus Acinus Asso). Sierra de Villarroya 
(495 y 456).— Salvia ethiopis L.— Lavandula latifolia Vill.— 
L. pedunculata Cav. (462).— Prunella vulgaris L. (489 p. p)— 
P. hyssopifolia L. (489 p. p.)—Cleonia lusitanica L.—Lamium L. 


DE HISTORIA NATURAL. 141 


—L. amplexicaule L.— Galeopsis angustifolia Ehrh.— Stachys 
purpureum hirta L. (622). 

Nora. Esta muestra es incompleta y merece estudiarse en 
buenos ejemplares por parecer nueva para Aragon. 

Betonica oficinalis L.—Phlomis herba-venti L.— Ph. Lychni- 
lis L.— Ballota fetida Lam.— Marrubium vulgare L.—M. supi- 
num L.—M, Alysson L. (Zaragoza, en el Zorrero).—Siderilis spi- 
nosa Lam. (475).—S. hirsuta L. (555, 479, 478). — 8. pungens Bth. 
(476 y 477).— Nepeta latifolia DC. (474).— N. Nepetella L. var. 
cordifolia Wk. (473 y 554).—G@lechoma (hederacea var.?) macro- 
donta. Moncayo. A G@. hederacea differt foliis subinciso serrato- 
crenatis, tubo corolle parvo. 

Melissa officinalis L.—Calamintha menthefolia Host. (579).— 
Cal. Acinos Clairo. Villarroya de la Sierra, en el Salcedo (494). 
—C. Acinos var., Campul y Villalbilla y toda la provincia de 
Teruel en la region montana. Valencia en Penagolosa (494). 

Nora. Hojas de la C. Acinos, pero difiere por sus peciolos 
largos y raiz perenne. Variedad ¢wrolensis? (Cf. Willk., Suppl. 
p- 148, nim. 2274.) 

No es C. granatensis B. & R. 

La C. alpina BU. y. minor Wk. 1. c. p. 149, se refiere a esta 
misma forma de Teruel. 

Origanum virens H. & L.— Thymus Loscosii Wk. (498).— 
Th. vulgaris L. (464).—Th. Mastichina L. (497 y 496).—AMentha 
rotundifolia L.—M. silvestris L.—M. hirsuta L. (579 p. p— 
M. Pulegium L. (460).—Lycopus europeus L. 

Samolus Valerandi L.—Anagallis arvensis L. var. c@rulea et 
phenicea.—Androsace maxima (563 y 672).—Coris monspelien- 
sis L. 

Globularia cespitosa Ort. (var.?) 

Nota. La figura de las escamas de las cabezuelas es dife- 
rente de las muestras de Aragon, Cataluna y Valencia. Precisé 
estudiarla en mayor numero de muestras. 

Plumbago europea U.—Statice cordata Asso. (St. duriuscula 
Gird. var. procera Willk.?) 

Nota. Cierta forma menor, perteneciente 4 esta misma 
planta, ha sido propuesta recientemente como especie nueva. 
Este vegetal se extiende desde Calatayud, en donde la vi, hasta 
Calamocha; pero no poseo las muestras de Calamocha que 
colecté. 


142 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


La muestra del Sr. Vicioso se reduce 4 un fragmento sin 
hojas y nada puedo asegurar. Es planta sumamente curiosa 
por no saberse hoy la verdadera especie a que Asso dié el nom- 
bre de St. cordata. 

Armeria allioides Boiss. (508).—Arm. montcaunica. (A. alpina. 
6. microcephala Wik. prodr. 11, p. 368). Moncayo (533 y 619.) 

Nota. A las diferencias expuestas en el sitio indicado hay 
que anadir el de las hojas agudas, tallos elevados, aspecto de 
la A. plantaginea W. y aristas calcinales notablemente ma— 
yores. 

Plantago arenaria Wk. (510). 

Nora. Planta nueva para la flora de Aragon. 

Pl. Cynops U.—P1l. maritima U.—Pl. Coronopus L.—P1. subu- 
lata L.—PI. lanceolata L.; albicans L.—Pl. major L. 

Amaranthus retroflezus L. (576).—A. sylvestris Desf. (577).— 
Chenopodium album L. (580).—Ch. Vulvaria L. (572).—Campho- 
rosma monspeliaca L.—A triplex Halimus L.—A . patula L. (567), 
var. angustifolia (568).—Salicornia herbacea L. (524).—Chenopo- 
dium Botrys L.—Polygonum Persicaria L.—P. aviculare L., var. 
segetum L.— Thesium divaricatum Jan.—Avristolochia longa L. 
—A. Pistolochia L.— Mercurialis tomentosa L.— Euphorbia 
pubescens Vahl. (586 y 634).—2#. platyphylla L. (638).—#. pla- 
typhylla (var.) bilbilitana (635).—Angustifolia, radiis umbelle 
bifidis.—#. serrata L. (633, 639, 640, 641).—#. Characias L. 
(636).—2H. segetalis L. (591).—#. pauciflora Duf. (643).—#. fal- 
cata L. (587).—#. Peplus L. (573 y 574).—#. exigua L. (637).— 
EH. helioscopia U.—Parietaria diffusa M. K. 

Alisma Plantago L. et var. lancealata.—Potamogetum densus 
L.—Narcisus juncifolius Lag.—A sparagus officinalis L.—A . acu- 
tifolius L.—Asphodelus fistulosus L. Sierra de Villarroya, cami 
no de Aranda.—Gagea Soleirolii F. Sch. Pena de la Mora, 10 de 
Marzo de 1893. Nueva para el Aragén.—Ornithogalum tenuifo- 
lium Guss. Moncayo.—Muscari racemosum DC.—Allium Ampe- 
loprasum L.—A. spherocephalum U.—Merendera Bulbocodium 
Ram.—A phyllanthes monspeliensis L.—Juncus Tenageia L. t.— 
Arwn italicum Mill., nueva para el Aragén.—TZypha angusti fo- 
lia L., forma elata, robusta, latifolia.—Scirpus maritimus L.— 
B. compactus (K.) (Sc. silvaticus Asso).—Sc. lacustris L.—Se. se- 
taceus L.—Sce. Holoschoenus L.—Carex divisa Huds.—C. glauca 
Scop. 


DE HISTORIA NATURAL. 143 


Alopecuros agrestis L. (602).—Polypogon monspeliensis Desf. 
(593).— Stipa parviflora (601).—Aira umbelle (nim. 598). 

Afine de Aira provincialis Jord.; mas a primera vista se 
aparta por los pies de sus flores inferiores estériles, numerosos 
y después 4 manera de parasol. Las flores carecen de aristas 
por completo. 

En Espana no se cita hoy tipo al que pueda referirse nues— 
tra especie. 

Del A. Zenorei Guss., forma cercana y del grupo (6 seccidn) 
totalmente diversa por sus plumas agudas. EK ignoro si las 
plantas aragonesas indicadas bajo A. caryophyllea Asso, 
A. Tenorei Guss. y A. membranacea Kcheandia; pueden perte— 
necer a mi A. wmbelle. 

Aira flexuosa L. (595).—A vena bromoides Gou. (658).—T77isec- 
tum neglectum R. S. (655).—Ke@leria setacea P. g. ciliata Godr. 
(655).—Poa trivialis L. (657).—Melica Nebrodensis Parl. (594).— 
M. Nebrodensis Parl. 8. inequalis—M. Magnolii G. & G. (605). 

Nora. Ignoro, por no poseer muestra auténtica, si el tipo 
de los autores de la Flora de France es \o suficientemente 
diverso del NV. Nebrodensis Guss., para considerarlo indepen- 
diente: las muestras aragonesas, en realidad, no difieren espe- 
cificamente. 

Comparadas con las muestras de la WZ. ciliata L. de Europa 
boreal, no presentan ninguna afinidad especifica. 

Bromus rubens L. (atimeros 599 y 600).—B. tectorum L. (sine 
num.)—B. mollis L. (nim. 656).— dgilops ovata L.—Brachy- 
podium pinnatum P. B., 8 australe Godr. (nim. 597).—Pod bul- 
bosa Lu., var. vivipara.—Keleria (phleoides var.?) marima.— 
(K. brachytachys DC., det. Costa, in Loscos herb.: leg. Aznarez). 
—K. villosa? Ser. 2193; Trat. 2474. 

Plumas de las flores inferiores de forma diversa 4 las supe- 
riores: tallo solitario.—Merece estudiarse. Planta hibrida? 
(num. 603). 

Loscos no debid considerar esta forma como aragonesa 
cuando nada encuentro escrito en sus obras. 

Adiantum Capillus Veneris L.—Asplenium Trichomanes L.— 
A. lanceolatum Huds.—A. leptophillum Lag. (Rocas a orillas 
del Ribota).—A. Ruta muraria L.—A. septentrionale Hull. 
(Sierra de Vicort).—Athyrium Felix femina Rth.—Polypodium 
vulgare L.—Ceterach officinarum W.—Chara fetida A. Br. 


144 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Nora Unicamente quedan sin nombrar una Zuzula y dos 
fragmentos sin espigas del género Hyuisetum: la Luzula se me 
ha extraviado, y las muestras del num. 607, una parece perte- 
necer al Hyuisetum arvense L., la otra al #. ramosum Schl. 

Orra. Todas las formas aqui nombradas, menos el )7inceto- 
cicum officinale y Plantago alpina Asso, que han desaparecido 
de mi coleccién, existen en mi herbario con el numero citado 
y con la misma papeleta remitida por D. Benito Vicioso. 

—Kl Sr. Vicesecretario leyé las actas de Mayo y Junio de la 
Seccion de Sevilla. 


SECCION DE SEVILLA. 


Sesi6én del 7 dade Mayo de 1894. 
PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. 


—Ke leyé y aprobo el acta de la anterior. 
—E]l Sr. Medina leyo la nota siguiente: 


Datos para el conocimiento de la fauna himenopterologica 
de Espana. 


Mutilidos ‘). 


Mutilla capitata Lucas.—. Moron (Sevilla) (Calderén!); Cons- 
tantina (Sevilla!). 

— calva Latr.—Q. Sevilla!, Huévar (Sevilla) (Paul!); 
Fuente—Piedra (Malaga) (Calderon!). 

— distincta Lep.—®. Calanas (Huelva) (Calderoén!). 

— liltoralis Petgn.—® o’. Sevilla!, Penaflor (Sevilla) (Cal- 
deron!); Hornachuelos (Cordoba) (Garcia Niimez!): 
Fuente-Piedra (Calderon!); Chiclana (Cadiz) (Lopez 
Cepero!); Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real) (La 
Fuente!). 


(1) Los ejemplares de esta familia han sido consultados con M. Ernest André. 


DE HISTORIA NATURAL. 145 
Mutilla hottentota Fab., var. aucta Lep.—9 . Sevilla!, Alcala 
de Guadaira (Sevilla!); Cazalla (Sevilla) (Rio!); Hor- 
nachuelos (Garcia Nunez!); Fuente-—Piedra (Cal- 


deron!). 
— montana Panz.—QQ o%. Sevilla!, Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!). 


— rufipes Latr.—®. Sevilla!, Morén (Calderén!), 

— Spinole Lep.—9. Sevilla!, Alcala de Guadaira!, Guille- 
na (Sevilla) (Calderén!). 

—  stridula Rossi.—®. Alcala de Guadaira! 

— — var. twnensis Fab.—c. Sevilla! 

— bipunctata Latr.—~y. Sevilla! 

— halensis Fab.—9. Alcala de Guadaira!, Hornachuelos 
(Garcia Ninez!). 

— ~regalis Fab.—Q. Sevilla! 

— guadripunctata Oliv.—9. Sevilla!, Alcala de Guadaira!, 
Benacazon (Sevilla) (Centeno!); Pozuelo de Calatrava 
(La Fuente!). 

— partita Klug.—. Guillena (Calderén!); Huévar (Paul!); 
Calanas (Calderén!); Hornachuelos (Garcia Nunez!). 

— maura lL. var.2—®. Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 

— arenaria Fab.—2. Guadalcanal (Sevilla) (Rio!); Horna- 
chuelos (Garcia Nunez!). 

— maroccana Ol.—2. Huévar (Paul!). 

— brutia Petgn.—9 c’. Sevilla!, Utrera (Sevilla) (G. Quin- 
tero!), Huévar (Paul!); Morén (Calderon!); Calanas 
(Calderén!); Hornachuelos (Garcia Nunez!); Aracena 
(Huelva) (Sanchez—Dalp!); Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!). 

— calcariventris Rad. et Sich.— . Calanas (Calderon!). 

—  salentina Costa.—-%. Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!).» 

El Sr. Calderén leyo lo siguiente: 


Sobre la basicidad del aire en Sevilla. 


«Desde mi llegada 4 Sevilla habiame llamado la atencion la 
ausencia, no obstante el gusto por las flores que aqui reina, 
de ciertas especies que se ven de ordinario adornando los bal- 
cones y jardines en otras muchas poblaciones de la Peninsula. 


ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 10 


146 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


No pudiendo achacarse esto al clima, ni a la humedad, facto- 
res que tratandose de plantas cultivadas en tales condiciones 
hay que descartar, se ocurre desde luego que la rutina de 
unos aficionados, la carencia en otros de recursos y de inteli- 
gencia en la materia pudieron ser los motivos de tal deficien- 
cia; pero cuando se han hecho ensayos de introduccién de 
ciertas plantas y se ha visto la falta de éxito de ellas, se hace 
evidente que alguna dificultad natural se opone a la multipli- 
cacién de ciertas especies, tanto cultivadas como espontaneas. 
La prueba mas terminante de ello me ha sido dada por el: 
Sr. Martin, poseedor aqui de un verdadero jardin de aclimata- 
cion, que constituye una importante especulacién y de cuyos 
conocimientos en jardineria no es posible dudar, el cual me 
ha asegurado que no ha podido lograr en Sevilla el cultivo de 
vegetales que se desarrollan perfectamente en Madrid en su 
establecimiento, no obstante las condiciones de temperatura 
mas desfavorables en esta segunda poblacion que en la pri- 
mera. 

»Como el hecho habia excitado mi interés desde hace tiem- 
po, seguin he dicho, esta nueva é importante confirmacién me 
hizo pensar nuevamente en él y creo haber encontrado su 
causa en la basicidad del aire de Sevilla, debida al polvo 
calizo tenuisimo que en él flota. En toda la vaguada del Gua- 
dalquivir se vive, en efecto, entre una nube de polvo tan fino 
y abundante, que para mantener limpias las habitaciones es 
preciso un constante y penoso cuidado. Este polvo sutil resulta 
principalmente de la descomposicién de la arcilla margosa 
pliocénica que aflora en todas las partes del valle no cubiertas 
por los acarreos diluvianos y modernos. La accion de la lluvia 
va separando la arcilla de la caliza, fijando la primera al 
suelo y dejando libre en estado de pequenisimas particulas la 
segunda. 

»Hstas indicaciones se confirmaron plenamente por las obser- 
vaciones recogidas 4 instancia mia por el profesor de esta 
Universidad D. Federico Relimpio, distinguido companero, el 
cual ha comprobado que basta abandonar al aire por breve 
tiempo una capsula de platino en la atmosfera de Sevilla para 
poder evidenciar la presencia de la cal en la pelicula de polvo 
de que se cubre en seguida. Asimismo el espectroscopio acusa 
aqui la raya del calcio de un modo constante. 


DE HISTORIA NATURAL. 147 


»Los observatorios meteorolédgicos de nuestro pais no prac— 
tican todavia el reconocimiento de las materias que el aire 
tiene en suspensién, como se hace en algunos centros extran- 
jeros bien dotados de material y de personal, pormas que aun 
en estos, es casi exclusivamente bacterioldgico, y la minera- 
logia atmosférica, si se me permite la expresidn, esta en @ene- 
ral muy atrasada. En Paris se ha comprobado que entre estas 
materias flotantes predominan los glébulos ferruginosos y los 
cristales de sulfato de cal, y por una generalizacién prema-— 
tura, se ha dicho que semejantes substancias de escasa influen- 
cia bioldgica, eran entre los minerales las dominantes nor- 
malmente en laatmdsfera; pues bien, en Sevilla nos encontra- 
mos una prueba contra esta afirmacidn sentada con manifiesta 
ligereza y con ella una indicacién de la necesidad de estudiar 
la naturaleza de los elementos flotantes en el aire en cada 
localidad, al modo que se describen y reconocen los constitu- 
tivos de su suelo. 

»Quizis estas observaciones ligeras y preliminares pudieran 
ofrecer mayor interés que desde el punto de vista de la botéa— 
nica fanerogamica de que han surgido, si se extendieran al 
bacterioldgico y médico, porque si la caliza, limitandome al 
caso presente, ejerce cuando se halla en estado pulverulento, 
importante accién en el suelo sobre los abonos organicos y 
fermentos, parece evidente qne debe obrar asimismo sobre la 
poblacién viva flotante en el aire que tan directamente influye 
sobre las poblaciones humanas, determinando los estados 6 
ambientes patoldgicos. 

»Hay seguramente en todo esto motivos de refiexién y 
asunto para investigaciones amplias, que ofrecerian 4 mi ver 
un altisimo interés, tanto tedrico como practico.» 

—El mismo Sr. Calderén did lectura 4 la siguiente noticia: 


Sobre la existencia del Cymbium papillatum Schum. 
en Andalucia. 


«Entre varios ejemplares de moluscos marinos.de Andalucia 
que consulté hace tres afios al reputado malacdlogo D. Joaquin 
Gonzalez Hidalgo, figuraba uno de la magnifica especie que 
encabeza la presente nota. Con posterioridad me han sido 
enviados muchos mas ejemplares de la misma procedencia 


148 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


que el consultado, de Torre Carbonera; dos muy voluminosos 
en alcohol de Sanlucar de Barrameda con el animal y también 
le ha recogido vivo en Malaga nuestro consocio el catedratico 
D. Francisco Quiroga. 

»En realidad estos hallazgos no Pane iatia en un descubri-— 
miento nuevo, pues segun puede verse en el Catalogo de los 
moluscos de las costas de Espana del Sr. G. Hidalgo (1) con el 
nombre de Voluta cymbium Lin. habia sido citada esta especie 
de Espana, aunque sin precisar localidad, por Bonnani, Linneo, 
Martini, Gmelin, Born y Dillwyn. Sin embargo, algunos mala- 
cOlogos modernos, y entre ellos el mismo Sr. G. Hidalgo, han 
negado después que fuera realmente espanola esta hermosa 
forma. 

»E1 hallazgo citado es de verdadera importancia por tratarse 
de una especie no solo bella y voluminosa, sino de un grupo 
que en su actual representacién estamos acostumbrados a 
considerar como tropical. El Cymbium papillatum Schum., 
existe en estado fdsil en el oligoceno de Argelia, y no creo se 
conozca vivo de aquellas costas, por lo cual merece consig— 
marse su existencia, y en realidad su abundancia, en las de 
Andalucia, tanto oceanicas como mediterraneas.» 


Sesi6én del 9 de Junio de i894 
PRESIDENCIA DE D. SALVADOR CALDERON. 


—Se leyé y aprobéo el acta de la anterior. 

—A propuesta del Sr. Presidente, se acordé constara en acta 
elsentimiento con que la Seccién habia sabido el fallecimiento 
del dignisimo Secretario de esta Sociedad Sr. D. Francisco 
Quiroga. 

A continuacién el Sr. Galderén se ocupé en los trabajos y 
alta personalidad cientifica del Sr. Quiroga, considerandole 
sucesivamente como mineralogista, cristaldgrafo, petrégrafo, 
gedlogo y expedicionario. 

KE] Sr. Medina leyé la nota siguiente: 


(1)) Memorias de la Real Academia de Ciencias de Madrid, t. xv, 1890-9]. 


DE HISTORIA NATURAL. 149 


Datos para el conocimiento de la fauna himenopteroldgica 
de Espana. 


Icneumonidos (1). 


Ichneumon zonatis Grav.—Pozuelo de Calatrava (Ciudad—Real). 
(La Fuente!) 
— monostagon Grav.—Idem. 
— zanthorius Forst.—Idem. 
— medicoza Thom.—Coruna. (Bolivar!) 
— anator Fabr.—Idem. ‘ 
_ sarcitorius L.—Laguna (Canarias). (Cabrera!) 
— — var.—Idem. 
— leucolomius Gravy.—Chiclana. (Lopez Cepero!) 
Amblyteles impolitus (Berth.) %.—Sevilla! 
-- Jasciatorius Fabr.— Sevilla! Laguna (Canarias). 
(Cabrera!) Pozuelo de Calatrava. (La Fuente!) 
_ natatorius Fabr.—Chiclana. (Lopez Cepero!) 
divisorius Grav., var. dictorius.—Idem. 
_— equitatorius Panz. — Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!) 
— homocerus Wesm.—Idem. 
—_ Panceri Wesm.—Casablanca (Marruecos). (Sanchez- 
Navarro!) 
— coracinus Berth.—Idem. 
a canariensis Berth., sp. nov.—Laguna (Canarias). 
(Cabrera!) 
— Medina Berth., sp. nov.—Pozuelo de Calatrava. 
(La Fuente!) 
Ephialtes manifestator L.—Sevilla! 


Tentredinidos (Adiciones). 


Tarpa gratiosa Mocs. o&.—Chiclana. (Lopez Cepero!) 


<1) Consultados con M. J. Berthoumieu. 


150 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Céfidos. 


Cephus idolon Rossi. 9.—Pozuelo de Calatrava. (La Fuente!) 
— fulvicornis? Lucas, o.—I1dem. 
— variegatus Stein, o&.—Sevilla! Pozuelo de Calatrava. 
(La Fuente!) 
— pygmaeus L., 9.—Pozuelo de Calatrava. (La Fuente!) 
— tabidus Fabr., Q o%.—Sevilla! Huévar (Paul!). Pozuelo 
de Calatrava (La Fuente!) 


En las notas sucesivas consignaré también los himendpteros 
de Baleares, Canarias y N. de Africa que poseo en mi coleccién. 


Sesion del 1.° de Agosto de 1894. 
PRESIDENCIA DEL ILLMO. SR. D. MAXIMO LAGUNA. 


—Se leyé el acta de la sesidn anterior que fué aprobada. 

—Se acordo dar las gracias a los autores de los libros rega- 
lados desde la ultima sesion. 

—HKl Sr. Ramon y Cajal did lectura 4 una memoria titulada 
Algunas contribuciones al conocimiento de los ganglios del ence- 
Jalo, acordandose pasara a la Comision de publicacion. 

—I] Sr. Vicesecretario did lectura 4 los siguientes apuntes 
necrolégicos acerca de D. Francisco Quiroga y Rodriguez 
escritos por D. Salvador Calderén en cumplimiento del encargo 
que le habia hecho la Sociedad. 


Ll profesor D. Francisco Quiroga y Rodriguez. 


«A los 41 anos de edad, en la plenitud de su vida y de sus 
energias fisicas y morales, universalmente respetado y por 
todos querido, rodeado de una familia que le idolatraba, falle- 
cid inopinadamente en Madrid el 31 de Mayo ultimo, el amigo 
y companero del alma, el sabio profundo y modesto, el infati- 
gable y meritisimo profesor. Dificil seria precisar si es la ciencia 


DE HISTORIA NATURAL. 151 


6 la amistad quien ha de deplorar con mas honda amargura 
el irreparable quebranto. 

»Nada hacia prever el funesto suceso que ha malogrado tan 
a deshora aquella preciosa existencia. De constitucién robusta, 
casi atlética, salud inalterable, ancho pecho y musculatura de 
hierro, parecia Quiroga destinado & alcanzar una desusada 
longevidad. Austero en sus costumbres, sobrio, activo, obligado 
por las mismas exigencias de su vocacién 4 pasar buena parte 
de su tiempo en el inmediato contacto, sano-y vivificante con 
la naturaleza, todo contribuia 4 fortificar esa esperanza. Su 
vida ordenada y metddica hallabase consagrada por entero al 
cultivo de la ciencia y 4 las dichas intimas del hogar, lejos de 
las emociones que agotan, de las disipaciones que enervan y 
de los placeres que matan. En tales circunstancias nadie podia 
presagiar la catastrofe, que ha sido doblemente dolorosa por 
lo inesperada. 

»Ardua tarea es la de historiar la vida del modesto sabio y 
del amigo incomparable que acabamos de perder. Nada se en- 
cuentra en ella de lo que suele atraer la atencién y las mira- 
das del vulgo; dramaticas peripecias, éxitos ostentosos y suce- 
sos de relumbron. Es la historia humilde del héroe obscuro del 
trabajo, que al trabajo consagro toda su existencia. Es el poe- 
ma intimo, recatado, grandioso sin apariencias, sublime sin 
ostentacion del hombre puro y generoso que hace de su vida 
entera el holocausto de una vocacidén desinteresada. Es, cuan- 
do mas, la crénica mejor adivinada que sentida de la lucha 
diaria, tenaz, incesante con los obstaculos de un medio in- 
grato. Lo que hay mas relevante en la personalidad de Qui- 
roga, el talento clarisimo, el saber sélido y positivo, la modes- 
tia y la sencillez, la serenidad y la madurez del juicio, la 
firmeza de la voluntad, la ingenuidad y la pureza del alma, 
la consecuencia inquebrantable en la amistad, la generosa 
consagracion y el amor desinteresado por los grandes idéales, 
y sobre todo la bondad, una bondad incomparable, inagotable, 
verdaderamente angélica, eso sdlo los que gozaron de su inti- 
midad han podido conocer hasta donde Hegaba. La historia, 
por decirlo asi, externa del profesor difunto, jamas dara de 
ello sino muy remota idea. 

»Hijo de otro profesor muy distinguido, catedratico que fué 
de la Escuela de Veterinaria de Madrid, nacié Quiroga en Aran- 


152 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


juez en el ano 1853. Muy nino todavia, tuvo la desgracia de 
perder a su carinoso padre, y no mucho después a su unico 
hermano, quedando solo en el mundo hasta que constituyd 
nueva familia por su matrimonio celebrado en 1879. 

»Fué Quiroga doctor en Farmacia y en las secciones de Cien- 
cias fisico-quimicas y de Ciencias naturales. Hizo sus estudios 
con la suficiente preparacion y siguiendo en ellos el orden na- 
tural: la Fisica, la Quimica, luego la Mineralogia y la Geolo- 
gia, para fijarse,; en fin, especialmente en la Petrografia y 
la Cristalografia. Esta solidez de su preparacion cientifica daba 
a Quiroga una gran superioridad respecto a la mayoria de los 
que han cultivado entre nosotros las ciencias geoldgicas. Asi 
no es mucho que todos le consultaramos a menudo sobre mil 
cuestiones relacionadas con la Fisica y la Quimica del globo. 
Poseia ademas una cultura general vastisima, que se revelaba 
en su conversacion y en el corte general de su espiritu, esen- 
cialmente artista. 

»Y no es que Quiroga hubiese divagado en sus aficiones, 
cambiando de estudios siquiera temporalmente; antes hizo 
su cultura sin abandonar un punto su predileccién por las 
Ciencias geolégicas y quimicas. La amistad y el trato intimo 
y frecuente del padre de Quiroga con el sabio ingeniero Don 
Casiano de Prado, aquel hombre eminente, cuyo caracter 
adusto y severo se convertia en el contacto con éste su amigo 
en expansivo y apacible, influyeron quizas de un modo defi- 
nitivo, por virtud del poder de las impresiones de la infancia, 
sobre la inquebrantable vocacién de Francisco Quiroga. 

»Terminados sus estudios facultativos, Quiroga se consagré 
a trabajar privadamente en sus aficiones, emprendiendo en 
breve, con el entusiasmo que él ponia en todos sus empenos, 
el estudio entonces naciente de la Petrografia y Mineralogia 
microscépica, 4 cuyo efecto se asociéd con el Sr. Macpherson, 
primer cultivador en Espana de la nueva ciencia. Exigia esta 
un material abundante y costoso del que nada habia entre nos- 
otros; microscopios, preparaciones, libros; y aunque Quiroga 
no era rico, imponiéndose voluntarias privaciones, que suelen 
ser harto costosas para la juventud, logré reunir los necesarios 
elementos para sus investigaciones, iniciéndose entonces el 
quebranto de su modesto patrimonio, que fué por él mas tarde 
sacrificado integramente al culto de su vocacion cientifica. 


DE HISTORIA NATURAL. 153 


Comenzo a tallar rocas; y muy en breve llegé 4 ser una verda- 
dera autoridad en cuestiones de geologia microscépica. Asom— 
bra el numero de preparaciones que él mismo hizo y que cons- 
tituyen una coleccién importante y Unica en punto asecciones 
de minerales y rocas espanolas. Todavia muy joven, publicd, 
en 1875, su primer trabajo en la materia, destinado 4 propagar 
en Espana la aficidn 4 estos interesantisimos estudios. 

»En 19 de Mayo de 1879 gand por oposicién una plaza de 
ayudante de Mineralogia en el Museo de Historia Natural. 
Desde entonces, se consagré con entusiasmo a4 la revisién de 
las importantes colecciones de este establecimiento y a la 
ensenanza, por la cual sentia una vocacidn particular. Atesti- 
guan lo primero un sinntimero de etiquetas suyas, dispersas 
en las cajas de las diversas colecciones que en dicho Museo se 
conseryan, fruto de ensayos y trabajos prolijos, encaminados 
a resolver dificultades y depurar cada vez mas la exactitud.en 
las determinaciones. Dan prueba de lo segundo las practicas 
de mineralogia, 4 las que did nuevo impulso y han seguido 
dandose bajo su direccién hasta la fecha de su ultima enfer- 
medad. 

»De estos trabajos, el mas transcendental sin duda, y el que 
dejara indeleble en el Museo el recuerdo de Quiroga, es. la 
organizacion de la coleccién de minerales de Espana que le 
fué encargada por el Director del Museo. Para formarla co- 
menzo por reunir los ejemplares de localidad patria disper- 
sos por las numerosas colecciones de nuestro Museo y fué en- 
riqueciéndola después con las propias recolecciones y los do- 
nativos de todos sus amigos y corresponsales cientificos. Se 
inicié este trabajo precipitadamente, con objeto de que el 
Museo concurriese a la Exposicidn de Mineria verificada en 
Madrid en 1882, pero sin que hubiera tiempo por entonces 
para estudiar con detenimiento los ejemplares, labor que 
venia persiguiendo sin tregua Quiroga, en los momentos dis— 
ponibles, y en la cual vino 4 cooperar ultimamente su ayu- 
dante y predilecto disctpulo, Sr. Fernandez Navarro. Propo- 
niase escribir algtin dia la mineralogia espanola, a cuyo fin 
habia reunido notas acerca de todo lo publicado en este par- 
ticular y varias de sus monografias y relatos de excursiones 
son trabajos preliminares para obra tan importante y de que 
tan necesitados estamos. 


154 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


»El suceso mas saliente de la corta vida cientifica de Quiroga 
fué su atrevida excursidn al Africa en 1886, la cual le did una 
eran notoriedad y llamoé durante algun tiempo poderosamente 
la atencién. Conocida es de todos la alta funcidn politica é 
internacional que cumplen en la actualidad las Sociedades 
Geograficas. El hecho de que la Sociedad Espanola de Geogra- 
fia Comercial eligiera para mision tan delicada al sabio, pero 
joven y modesto ayudante del Museo, da claro testimonio de 
la estimacion y respeto que habia sabido granjearse. Trata- 
base de explorar los oasis del Adrar-et-['marr y del Suttuf y 
zona comprendida entre estas regiones y la costa, y de enta- 
blar relaciones comerciales con sus habitantes. Formaban la 
comisidn, ademas de Quiroga, D. Julio Cervera y Baviera, 
capitan entonces de ingenieros, inteligente y esforzado mili- 
tar, conocido por sus viajes a Marruecos y D. Felipe Rizzo, 
distinguido arabista y antiguo cénsul espanol en diversos 
puntos del Africa. Iban como agregados dos moros, soldados 
de la compania de Tiradores del Riff, de uno de los cuales 
conservaba por cierto Quiroga muy buenos recuerdos. 

»La expedicidn se verificd en pleno verano, viéndose obligado 
Quiroga, al separarse de los suyos, a ocultar a su familia las 
dificultades y peligros de la empresa que iba a acometer. 

»K1 10 de Abril salieron de Cadiz los viajeros con rumbo a 
Las Palmas de Gran Canaria, donde permanecieron hasta me- 
diados de Mayo, ocupados en los preparativos de la expedi- 
cién. Desde alli pasaron a Rio de Oro, cuya peninsula estudia- 
ron, entablando relaciones con los arabes. Proponianse bajar 
luego al Adrar, pero no pudieron verificarlo por prohibicion 
expresa del schij7 que lo gobernaba, el cual les acompand 
durante una parte de su excursidn. Recorrieron entonces 
426 km. desde Rio de Oro al E. del pozo Auisch, viaje muy 
fecundo en observaciones geoldgicas por permitir atravesar 
normalmente toda la serie de formaciones de aquella region. 
Kl 12 de Julio cambiaron de rumbo, marchando al O. hacia el 
pozo de Aussert, de donde no les fué posible por ningtin medio 
adelantar en la direccién que deseaban, teniendo que dirigirse 
hacia NO. @ la peninsula de Rio de. Oro. El 15 de Agosto la 
goleta de guerra Ceres zarpo de Rio de Oro llevando 4 bordo a 
los expedicionarios y el 18 anclaba delante de Santa Cruz de 
Tenerife, después de haber recorrido la costa hasta Cabo Boja- 


EE HISTORIA NATURAL. 155 


dor. Ya en Santa Cruz aprovechd Quiroga la ocasién para 
visitar el magnifico valle de la Orotava, subir al Pico de Teide 
y llegar hasta Icod de los Vinos, regresando a Cadiz el 14 de 
Septiembre. 

»Semejante expedicidn realizada por tales regiones en lo 
mas riguroso del estio, llevaba necesariamente consigo gran— 
des penalidades y riesgos. Los expedicionarios sufrieron en las 
ardientes arenas africanas sofocante calor y sed angustiosa y 
se vieron secuestrados por los naturales con grave peligro de 
muerte. Con sencillez homérica, sin darles la menor impor- 
tancia y como la ccsa mas natural, relataba Quiroga la histo- 
ria de aquellas aventuras, complaciéndose en mostrar a sus 
amigos los ejemplares recogidos a hurtadillas de los moros y 
con los cuales habia cargado sus bolsillos durante muchas 
leguas mortales y gozandose en explicar la importancia de 
estas recolecciones para rectificar los datos inexactos y defi- 
cientes sobre la geologia del Sahara occidental. 

»No he podido resistir 4 la tentacién de reproducir aqui 
algunos fragmentos de una carta que escribia el pobre Qui- 
roga desde Rio de Oro a D. Felipe Rizzo, hijo, y que ha sido 
publicada por éste recientemente en el Diario de Cadiz. Ellos 
dan muestra del caracter de aquella expedicién memorable y 
del estilo sencillo, correcto y jovial de nuestro malogrado 
amigo. Dicen ast: 

«Todos los dias me bano en el mar, que esta delicioso, y 
pienso con horror en los dos 6 tres meses que me esperan por 
el interior, sin agua casi, ni aun para beber, a no ser que sea 
verdad lo del rio Atar, en el Adrar-Tmarr, y me dejen banar 
en é1.—Yo ahora tengo un aspecto muy fashionable. Un traje 
de dril—blusa y pantal6n—que llevo hace un mes, sin camisa 
y solamente camiseta de lana y un casco inglés; cinturdn con 
rewolver y brujula; frascos para insectos, pinzas para reptiles, 
azadilla para plantas y para rebuscar en los montones debajo 
de estas y en las arenas de las playas, y el inseparable mar- 


tillo. A esto se anade la carabina..... Sepa usted que tiro y 
. hago mis blancos correspondientes..... Cuando estén ustedes 


comiendo un trozo de bien sazonado roastheef y bebiendo un 
vaso de buena cerveza, acuérdense de los infelices compatrio— 
tas que estaran comiendo un arroz cocido en agua y sal, al 
que después se anhade aceite crudo—tnico guiso que saben 


156 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


hacer nuestros moros—6 unas alubias arregladas del mismo 
modo, 6 un trozo de carne grillée, no rotie, 6 buscandoles las 
vueltas a nuestros companeros moros para tomar una rajilla 


de salchichon 6 de jamon..... mientras dure. 
ities Una gacela nos han vendido los moros por media libra 


de polvora de 7 '/, reales libra; un carnero muy. hermoso por 
unas 7 u 8 libras de gofio (harina de maiz tostado); tres carne- 
ros muy grandes por pieza y media (60 yardas) de madapolan 
del avestruz..... Si en el interior hay riqueza para sostener 
aqui un comercio activo, es necesario a toda costa que vengan 
a establecerse companias ricas, que puedan hacer competen- 
cia al Senegal, mercado bien surtido y que disfruta de gran 
nombre en toda esta parte de Africa. Al frente de esas casas 
comerciales deben venir personas muy competentes en estos 
negocios, con intérpretes que sepan el arabe y que sepan 
ademas distinguir 4 unos moros de otros—cosa de que ellos se 
pagan mucho:—el moro semi-comerciante semi-pordiosero del 
cherif, respetado en todas partes..... Gran suerte tenemos con 
nuestro Rizzo: 4 las pocas frases se encantan con él y empie- 
zan a sobarle la mano y a querer convertirle al islamismo.....» 

»La excursidn fué fecunda en resultados tanto politicos 
como cientificos. En el primer respecto, produjo para Espana 
la adquisicién del extenso territorio que media entre la costa 
africana desde Cabo Bojador 4 Cabo Blanco y el limite oriental 
del Adrar. La firma de Quiroga consta en los tratados que se 
concertaron con la regién de Yyil, en virtud de los cuales 
establecié Espana su soberania en aquel pais, ensanchando el 
territorio nacional por el codiciado continente africano. 

»En el respecto cientifico permitid la excursidn que nos 
ocupa estudiar una vasta regidn antes desconocida por los 
gedgrafos, rectificando muchos errores que corrian hasta 
entonces en las cartas. Hl] mapa de Gotha ha sancionado con 
su autoridad indiscutible la valia de los datos recogidos por el 
malogrado companero, haciéndolos figurar, asi como la fecha 
de la expedicion, en las ediciones publicadas desde 1888. Los 
resultados geolédgicos han visto la luz publica en los ANALES 
DLE LA SociepDAD ESPANOLA DE HistorrA NATURAL, en una Memo- 
ria de Quiroga, interesantisima aunque concisa, 4 la que 
acompanan los cortes geoldgicos de la peninsula de Rio de 


DE HISTORIA NATURAL. 157 


Oro y costa africana vecina y el del Sahara occidental. No es 
este trabajo una mera enumeracién de materiales aislados y 
observaciones, como suelen serlo los primeros intentos de 
descripcién de regiones inexploradas, sino una investigacion 
sistematica de transcendencia geoldgica general, en la que se 
prueba, contra la opinién antes admitida, que el Sahara occi- 
dental es la parte mas antigua y la primera emergida del 
Africa septentrional. 

»Trajo Quiroga muchos materiales de su excursidn; mine- 
rales, rocas y fdsiles, plantas y animales, todo lo cual se halla 
hoy incorporado a las colecciones del Museo de Historia Natu- 
ral y fué objeto, para los especialistas mas competentes de 
nuestro pais, de estudios detenidos, que figuran formando una 
segunda parte en la Memoria citada. Entre los objetos mas 
notables, merece recordarse una profusidn de maderas agati- 
zadas y segmentos de troncos corpulentos de la zona de las 
areniscas terciarias de la costa occidental de Africa frente a la 
peninsula de Rio de Oro, en las que el sabio paleontdlogo 
aleman Schenk reconocié una especie nueva, que dedicd a su 
descubridor con el nombre de Ce@salpiniorylon Quirogoanum. 
El Sr. Bolivar cred igualmente el género Quiroguesia para un 
ortéptero recogido por él en Canarias, y que luego ha sido ha- 
llado también en Espana, en la India Oriental y en la Arabia. 

»La Sociedad Geografica de Madrid tributd grandes honores 
4 los expedicionarios, y su excursién fué asunto de conferen- 
cias que llamaron extraordinariamente la atencién publica. 

»El Gobierno quiso premiar los servicios prestados por Qui- 
roga en esta dificil y arriesgada misidn, pero el sabio se negd 
& aceptar toda recompensa. Credse mas tarde en Madrid la ca— 
tedra de Cristalografia, ciencia que no habia constituido aun 
entre nosotros materia de un curso especial, y tan poco aten- 
dida antes que solo cuando Quiroga fué Ayudante’, y merced 
4 su iniciativa, llegd 4 completar el Museo el material de go- 
nidmetros de reflexién y de aparatos de polarizacién necesa— 
rios para investigar. Anunciada 4 oposicién la nueva catedra, 
la gand en Septiembre de 1888. Ardua empresa era la de ini- 
ciar una ensefianza completamente nueva en Espana ponién— 
dola al alcance de alumnos insuficientemente preparados y 
rompiendo con los prejuicios que respecto de ella existian. 
De cémo vencid el joven profesor todas las dificultades, dan 


158 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


testimonio sus seis anos de ensefianza y los trabajos hechos 
por los alumnos en las practicas que voluntariamente les daba 
él mismo. 

»Era Quiroga individuo de la Sociedad Espanola de Historia 
natural, desde su fundacidn en 1872, y fué luego Secretario de 
ella durante muchos anos, hasta su muerte, habiendo sido uno 
de los miembros que mas parte han tomado en esa labor penosa 
y desconocida del puiblico que se realiza por las Juntas direc- 
tivas de semejantes sociedades, para que no se interrumpan 
sus tareas y publicaciones. 

»No obstante la proigidad y perseverancia en los trabajos 
de gabinete, sentia Quiroga una gran predileccién por las ex- 
cursiones. El campo era su natural elemento; y hasta su vigo- 
rosa complexién hallabase en perfecta harmonia con esta ten- 
dencia natural de su espiritu observador. Tal como lo hemos 
presentado, animoso y jovial, recorriendo las interminables 
arenas del desierto, velamosle caminar a pie, hollando la nieve 
en el rigor del invierno, cargado de piedras a través de la Sie- 
rra de Guadarrama, una de sus correrias predilectas. Ha pu- 
blicado la relacidn de un sin nimero de excursiones realizadas 
por él, asi en esta sierra como en la provincia de Guadalajara, 
en Marbella, en Galicia y en Santander. 

»El movil de estas excursiones era principalmente la ense- 
fhanza, porque, lo repetimos, Quiroga fué sobre todo y antes 
que nada pedagogo. Ensenar era mas que su oficio, era su 
pasidn. Primero, en la Institucién libre de Ensenanza y en la 
Escuela de Institutrices, luego en el Museo de Historia Natu- 
ral, siempre consagré lo mejor de su esfuerzo a la instruccién 
de la juventud, de la que sabia hacerse amar apasionadamente. 
Con frecuencia organizaba exprofeso las excursiones conforme 
4 la edad y grado de cultura de sus alumnos; y, aunque ren- 
didos fisicamente 4 veces, cuando no tenian la resistencia del 
maestro, volvian contentos los muchachos de estas correrias, 
llenos de entusiasmo y con el vehemente deseo de repetirlas. 
Todas las privaciones y fatigas que suelen ser 4 tales expedi- 
ciones inherentes, se convertian en motivo de regocijo al lado 
del cariioso y querido profesor. 

»Daba Quiroga suma importancia al estudio y observacion 
directos de la realidad y para adiestrar en ellos & sus alumnos 
del Museo, se imponia el penoso deber de dedicar 4 excursio- 


DE HISTORIA NATURAL. 159 


nes didacticas las fiestas que debieran constituir su legitimo 
descanso. El corto nimero de discipulos que se matriculan en 
estas clases hace que sea poco brillante el resultado con tanto 
esfuerzo obtenido; pero no era la ostentacién el mévil de Qui- 
roga en éste como en ninguno de los actos de su vida ejem-— 
plar. Comprendia que esos pocos alumnos son los futuros pro- 
fesores que, al frente de la ensenanza secundaria sobre todo, 
imprimen luego su huella en la juventud ilustrada de la nacién 
entera, y ejercia sobre ellos su misién pedagégica como un 
verdadero apostolado. 

»Era Quiroga tan conocido en‘el extranjero.como en Espaia 
en el circulo de los hombres de ciencia, bien que en dos res— 
pectos completamente distintos: alli se letan con marcado inte- 
rés sus trabajos, algunos de los cuales han sido objeto de gran- 
des elogios (1); aqui se le admiraba especialmente como uno 
de los pocos iniciadores del movimiento contemporaneo, que 
tiende a hacer prevalecer entre nosotros en el dominio de. las 
Ciencias naturales el espiritu de observacién y de investiga— 
cidn, sobre el estudio de libros con mero caracter erudito que 
antes dominaba. A ese fin respondian las excursiones y traba- 
jos practicos en que estudiaba y ensenaba 4 la par el malo- 
grado profesor; a él el entusiasmo con que en su ultimo tiem- 
po cultivaba y propagaba la fotografia como medio de recoger 
realidades en el campo. Por eso Quiroga, que experimentaba y 
observaba sin dejar de leer, era un productor cientifico de ver- 
dad, genuino, vigoroso en todo el valor y alcance de la ex- 
presion. 

»De este maravilloso equilibrio en que la teoria y la prac- 
tica se harmonizaban en el luminoso cerebro de Quiroga, da 
testimonio su ultimo escrito, modestisimo en la apariencia y 
de una profundidad grandiosa en realidad, en el cual se sinte- 
tiza en cuatro palabras toda una doctrina cientifica esparcida 


(1) Entre otros el estudio «Sobre el jade y las hachas que llevan este nombre en 
Espana» fué altamente celebrado por el difunto profesor Fischer, la mayor autoridad 
del mundo en la materia (Archives fiir Anthropologie, t. x1v) asicomo el de la «Ofita 
de Pando», analizado por el profesor Rosembusch, el de las «Andesitas del Mar Menor», 
que lo fué por el Dr. Osann y otros varios, senaladamente los que se refieren 4 los 
escritos de Quiroga sobre sus observaciones geolégicas en el S:ihara y Rio de Oro, de- 
tallada y encomidsticamente analizados por el eminente Choffat en el Annuaire géolo- 
Gique univer sel. 


160 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


en multitud de monografias: la noticia biografica de Laureano 
Calderon. ; Pobre Quiroga! ;Quién hubiera podido imaginar 
que, 4 los pocos meses, el bidgrafo habia de ser biografiado! 

»Paladin esforzado del progreso, ha Nenado por modo asom- 
broso su |breve carrera cientifica, tan rica en nobles esfuer— 
ZOS, en generosas empresas, en éxitos positivos y en sacrosan- 
tas abnegaciones. La ciencia patria ha perdido en él uno de 
sus mas ilustres representantes y la enseanza uno de sus mas 
austeros sacerdotes. Su desaparicién prematura marchita y 
desvanece todas las ilusiones que hizo concebir y tantas espe- 
ranzas como supo despertar. La pérdida irreparable que su 
muerte representa para la familia y la amistad no cabe en el 
encarecimiento. 

»Y ese hombre ilustre, ese obrero infatigable, ese ministro 
de la ciencia, ese apostol de las ideas, ese martir voluntario de 
la verdad, tras la ruda, incesante labor de una vida entera, 
tras haber sacrificado su patrimonio al fin desinteresado 4 que 
dedicéd todo su esfuerzo, legaa su amante esposa y asus cuatro 
pequenuelos el desamparo y la indigencia. ;Triste destino el 
del sabio, consagrado en esta sociedad escéptica, indiferente, 
metalizada, egoista, 4 la generosa labor cientifica, en que es el 
trabajo de uno y el fruto de todos, y obteniendo, a cambio del 
bien que hace, la privacién durante la vida y después de 
muerto, la miseria para los suyos! Mas triste todavia la condi- 
cién moral de la sociedad en que tal sucede. Tanto mas triste 
cuanto es peor hacer el mal que padecerlo y ser reo que vic- 
tima de la injusticia.» 


DE HISTORIA NATURAL. 161 


J Scene 
DE LOS TRABAJOS MINERALOGICOS, PETROGRAFICOS Y GEOLOGICOS 


PUBLICADOS POR QUIROGA. 


I.—Mineralogia. 


1873.—La teruelita. (ANAL. pe LA Soc. Esp. pe Hist. nat., 11.) 

1873.—Hausmannita de Asturias. (Ibid.) 

1874.—Nota acerca de la existencia del hierro magnético en el Escorial. 
(Ibid., m1; Actas, 72.) 

1877.—Sobre la reversién de la hornblenda al piroxeno. (Boletin de la 
Institucion libre de ensefianza, 1.) 

1877.—Plata filamentosa obtenida artificialmente. (ANAL. De La Soc. Esp. 
DE Hist. Nav., VI.) 

1883.—Noticias acerca de algunos minerales espafioles del Museo de 
Ciencias naturales de Madrid. (Ibid., x11; Actas, 16.) 

1884.—Examen de varios ejemplares de burnonita del Peru. (Ibid., x1; 
Actas, 14.) 

1884.—Curiosos minerales y fdsiles regalados al Museo de Ciencias natu- 
rales de Madrid, por D. Federico de Botella. (Ibid., x1; 
Actas, 16.} 

1885.—MAas noticias acerca de algunos minerales espanoles del Museo de 
Ciencias. (Ibid., x1v; Actas, 6.) 

1890.—Berilo de Peguerinos (Avila). (Ibid., xrx; Actas, 11.) 

1890.—Cuero de montafia del cerro de Almodévar en Vallecas (Madrid). 
(Ibid., xix; Actas, 84.) 

1890.—Yeso pseudomorfico de Madrid. (Ibid., x1x; Actas, 100.) 

1891.—Sobre un ejemplar de allanita (cerita) regalado por D. Federico de 
Botella al Museo de Historia natural. (Ibid., xx; Actas, 15.) 

1892.—Anomalias épticas de la blenda de Picos de Europa. (Ibid., xxi; 
Actas, 115.) 

1893.—Sobre la existencia de la humita en algunas calizas arcdicas de la 
Sierra de Guadarrama. (Ibid., xxu; Actas, 102.) 

1894.—Mineralogia (t. xi de la Historia NaturaL editada por los sefiores 
Montaner y Simo6n); traduccion, extracto y anotacién con datos 
espafioles de la Mineralogia del Dr. G. Tschermak. 

Inédito.—Los minerales del viaje al Pacifico. 


ACTAS DE LA SOC. ESP. — XXIII. 11 


162 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


II.—Petrografia. 


1875.—El microscopio en litologia. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE Hist. NAt., Iv.) 
1875.—Nota sobre el movimiento de ciertas burbujas gaseosas microsc6- 
_ Picas. (Ibid., 1v; Actas, 94.) 

1875.—Particularidades de una creta de Oviedo. (Ibid., rv; Actas, 96.) 

1875.—Observaciones sobre algunas rocas del Escorial. (Ibid., 1y; 
Actas, 73.) 

1876.—Ofita de Pando (Santander). (Ibid., v.) 

1876.—Noticia de algunas rocas de Riaza (Segovia). (Ibid., v; Actas, 29.) 

1876.—Nota sobre una ofita de Jativa. (Ibid., v; Actas, 74.) 

1877.—Ofitas de Portolin y Casares (Santander). (Boletin de la Institucién 
libre de ensefianza, 1.) 

1877.—(En colaboracién con §. Calderén). Erupcién ofitica de Molledo 
(Santander) (con wna lamina). (ANAL. DE LA Soc. Esp. pe Histo- 
RIA NAT., VI.) 

1879 y 1885.—Noticias petrograficas. (Ibid., v1, x1v y xvi.) 

1879.—Ortofidos sin cuarzo de Almadén. (Ibid., vrit.) 

1880.—E] jade de las hachas neoliticas de Espana. /Boletin de la Institu- 
*cidn libre de Ensefianza, tv.) 

1880.—Estudio petrografico de algunos basaltos de Ciudad-Real (con una 
lamina). (ANAL. DE LA Soc. Esp. pe Hist. nat., rx.) 

1881.—Sobre el jade y las hachas que llevan este nombre en Espana. 
(Ibid., x.) 

1885.—Limburgita de Nuévalos (Zaragoza). (Ibid., x1v.) 

1887.—Ofita cuarcifera de las Pefias Negras de Finestrat. (Ibid., xv1; 
Actas, 16.) 

1889.—Sobre las rocas piroxénicas arcdicas en general y las espafiolas en 
particular. (Ibid., xvi; Actas, 96.) 

1890.—Ofita micacea del cerro de San Julidn en Segorbe (Ibid., x1x; 
Actas, 59.) 

1890.—Sienita de Canarias. (Ibid., x1x; Actas, 71.) 

1890.—Sobre unas ofitas de Alicante recogidas por el Sr. Vilanova. 
(Ibid., xrx; Actas 107.) 

1891 y 1892.—Andesitas del Mar Menor y Cartagena (Ibid., xx; Actas, 58, 
y xx1; Actas, 78.) 

1892.—Gneis y diabasa del valle de Mifior (Pontevedra). (Ibid. xx; 
Actas, 98.) 

1892.—Gneis de glaucofin de Monte Galifieiro (Pontevedra). (Ibid., xx1; 
Actas, 107.) 


DE HISTORIA NATURAL. 163 


1893.—(En coloboracién con S. Calderén). Estudio petrografico del meteo- 
rito de Guarefia (Badajoz). (Con ewatro laminas). (Ibid., xx11.) 

1893.—Sienita de San Blas, en el camino de Miraflores de la Sierra a 
Manzanares el Real (Madrid). (Ibid., xx; Actas, 147.) 

Inédito.— Tablas para la clasificacién de los minerales petrograficos en 
secciones delgadas. (Escrito para las practicas de los alumnos de 
Ciencias naturales.) 


III.—Geologia y excursiones geoldgicas. 


1879.—Algunos fdsiles de la fosforita de Santa Eufemia. (AnaL. DE LA 
Soc. Esp. pe Hist. nat., vi; Actas, 50.) 

1881.—(En colaboracién con S. Torres Campos.) La cueva de Altamira. 
(Boletin de la Institucion libre de ensefianza, tv.) 

1886.—Excursi6n 4 Torrelodones. (ANAL. pe LA Soc. Ese. DE Hist. nat., Xv.) 

1886.—Apuntes de un viaje por el Sahara occidental. (Con una lamina.) 
(Ibid., xv.) 

1886.—Excursiones geolégicas en los alrededores de Madrid. (Boletin de 
la Institucion libre de enserwanza, 1x.) 

1886.—Geologia del Sahara occidental. (Revista de Geografia Comercial, 
numeros 25 4 30.) 

1887.—La exploracién del Sahara occidental. (Boletin de la Institucidn 
libre de ensefianza, x.) 

1887.—Excursién desde Torrején de Ardoz 4 Arganda, por Loeches. 
(ANAL. DE LA Soc. Esp. pe Hist. nat., xvi; Actas, 11.) 

1887.—Excursion 4 Sigiienza y Baides (Guadalajara). /Geologia.) (Ibid., xv1; 
Actas, 12.) 

1888.—Sociedad para el estudio del Guadarrama: excursiones 4 Torrelo- 
dones, Arganda y Sigiienza. (Boletin de la Institucion libre de 
ensenanzd, X1.) 

1888.—Excursion al cerro de Almodovar y San Fernando. (Ibid., xt.) 

1889.—Observaciones geolégicas hechas en el Sahara occidental. (Con dos 
laminas.) (ANAL. DE LA Soc. Esp. pe Hist. Natv., Xviir.) 

1890.—Una expedicién 4 Valdemorillo. (Boletin de la Institucidn libre de 
ensenanza, XIV.) 

1890.—Excursion desde las Rozas al Escorial, pasando por Valdemorillo 
(Geologia.) (ANau. DE LA Soc. Esp. pr Hisv. wat., xtx; Actas, 120.) 

1891.—Una excursién 4 Marbella. (Mineralogia y Geologia.) (Ibid., xx; 
Actas, 28.) 

1892.—Observaciones al mapa geolégico del Sahara de M. Rolland. 
(Ibid., xx1; Actas, 29.) 


164 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


1892.—Excursién geolégica 4 Sigiienza y sus alrededores. (Boletin de la 
Institucion libre de ensefianza, xv1.) 
1893.—Excursion geolégica 4 Robledo de Chayela. (Ibid., xvm.) 


IV.—Asuntos varios. 


1877.—Los colores derivados del carbén de piedra. Conferencia dada en 
la Institucién libre de ensefianza. 

1877.—Resumen del programa de las leeciones de Quimica dadas en la 
Institucién libre de ensefianza durante el curso de 1876-77. 
Madrid, 1877. 

1883.—Noticia de un hacha de cobre hallada en Sahagun. (ANAL. DE LA 
Soc. Esp. pe Hist. nat., xin; Actas, 62.) 

1885.—La ensefianza de la Quimica. (Boletin de la Institucion libre de 
ensenanza, 1X.) 

1890.—Elementos de Historia natural; Madrid, 1890. (En colaboracién con 
I. Bolivar y S. Calderon.) 

1891.—Apuntes biograficos del profesor D. Felipe Poey. (Anau. DE LA Soc. 
Esp. pe Hist. nat., xx; Actas, 127.) 

1892.—Los dragos de Tenerife. (Ibid., xx1; Actas, 77.) 

1802.—Fabricacién de los vinos y alcoholes. Leccién dada en la Institu- 
cidn libre de Ensenanza. (Boletin, xv1.) 

1893.—El profesor D. Juan Vilanova y Piera. (Anau. DE La Soc. Esp. pe 
Hist. NAv., xxu; Actas, 132.) 

1893.—La ensefianza de la Mineria y de la Quimica en Portugal. (Boletin 
de la Institucion libre de ensefianza, xvi.) 

1894.—El profesor D. Laureano Calderén. (Anau. De LA Soc. Esr. pe Hist. 

NAT., xx; Actas, 79.) 

1894.—Los trabajos cientificos de D. Laureano Calderén. /Boletin de la 

Institucion libre de ensefianza, xvi.) 


—K1 Sr. Vicesecretario leyé el acta de la sesién del mes de 
Julio de la seccién de Sevilla. 


DE HISTORIA NATURAL. 165 


SECCION DE SEVILLA. 


SesiOn del 7 de Julio de 41894. 
PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. 


—Se leyé y aprobo el acta de la anterior. 

—Se repartid el cuaderno 1.° del tomo mm (xxi) de los 
ANALES. 

—l Sr. Medina leyo la nota siguiente: 


Datos para el conociniento de la fauna himenopterologica 
de Hspana. 


Véspidos. 


Vespa germanica Fabr.—& 9 c7.—Sevilla!, Cazalla (Rio!); Hué- 
var (Patl!); Moron (Calderén!); Osuna (Ariza!); Alcala 
de Guadaira!, Chiclana (Lopez Cepero!); Granada 
(Lara!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!); Coruna 
(Bolivar!); Madrid (Bolivar!); Canarias (Cabrera! ). 

— rufa L.—2.—Coruna (Bolivar!). 
Polistes gallicus L.—9 9 o.—Andalucia!, Pozuelo de Calatrava 
(La Fuente!). 


Euménidos. 


HLumenes arbustorum Panzer.—Q -7.—Pozuelo de Calatrava ¢La 
Fuente!). 

— uwnguiculus Villiers.—<y.—Madrid! 

—  obscurus Andvé.—Q.—Coruna (Bolivar!). 

— Mediterraneus Kriech.—Sevilla!, Utrera!, Coria!, Al- 
cala de Guadaira!, Huévar (Paul!); Cazalla (Rio!); 
Calanas (Calderén!); Chiclana (Lopez Cepero!); 
Puerto—Real (Patl!); Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!). 

— pomiformis Rossi.—Q ¢.—Sevilla!, Calanas (Calde- 
ron!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 


166 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Humenes coarctatus L.—9Q ¢7.—Sevilla! 

Rhygchium oculatum Fabr.—9 o.—Sevilla!, Alealaé de Guadai— 
ra!, Huévar (Paul!). 

Odynerus ebusianus Licht.—Q.—Canarias (Cabrera!). 

— parietum L.—Q o.—Sevilla!, Huévar (Paul!); Morén 
(Calderon!); Cazalla (Rio!); Alealaé de Guadaira!, 
Puerto Real (Patl!); Hornachuelos (Garcia Nunez!); 
Chiclana (Lopez Cepero!); Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!). 

—  crenatus Lep.—9 (’.—Sevilla!, Aleala de Guadaira!, 
Huévar (Patl!); Cazalla (Rio!); Puerto-Real (Paul!), 
Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 

— tripunctatus Fabr.—Q.—Chiclana (L6pez Cepero!). 

a Buyssovi Medina.—Q.—Cazalla (Rio!). 

— Blanchardianus Sauss.—9 o.—Sevilla!, Calanas (Cal- 
derén!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 

—  regulus Sauss.—9.—Puerto—Real (Paul!). 

— Pauli Medina.—9 ~¢.—Idem. 

— Dantici Rossi.—2 %.—Sevilla!, Calafias (Calderén!); 
Hornachuelos (Garcia Nunez!); Pozuelo de Cala— 
trava (La Fuente!). 

— parvulus Lep.—Q<>7.—Sevilla!, Cazalla (Rio!); Puerto- 
Real (Paul!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 

a timidus Sauss.—9.—Alcala de Guadaira!, Pozuelo de 
Calatrava (La Fuente!). 

— Helvetius Sauss.—9 o7.—Utrera!, Alcala de Guadai— 
ra!, Pozuelo de Calatrava (La Fuente! ). 

—  floricola Sauss.— (7.—Sevilla! . 

— Delphinatis Giraud.—Sevilla!, Coria!, Cazalla (Rio!). 

.—  reniformis Gmel.—c7.— Sevilla! 
Pterocheilus hispanicus Medina.—@.— Pozuelo de Calatrava 
(La Fuente!) 


Masaridos. 


Jugurthia oraniensis Lep.— Q.—Alcala de Guadaira! 
Celonites abbreviatus Villiers.—9Q.— Dos Hermanas! 


El Sr. Calderon presentdé una pina de Avaucaria procedente 
de Malaga, que habia sido donada recientemente a las colec- 


— 


— = 


DE HISTORIA NATURAL. 167 


ciones de la Universidad. En dicha provincia se did este fruto 
por primera vez el pasado ano, cosa que no ha sucedido toda- 
via en Sevilla, se@uin sus averiguaciones. 

Recordo con este motivo el Sr. Calderén la alta estimacién 
que ha adquirido en Europa este g@énero de gigantes de la 
vegetacién como plantas de jardin 6 de estufa en estos ultimos 
cuarenta anos. Sin embargo, nuestras araucarias apenas 
pueden dar idea de la magnificencia de ellas en su pais natal, 
la América del Sur y la Australia, donde alcanzan hasta 65 m. 
y mas todavia algunos individuos. 

La especie aqui mas comun, que se da sin ningtin cuidado, 
es la A. excelsa Ait., que procede de la isla de Norfolk y aleanza 
alli la formidable altura antes dicha. En un patio de esta Uni- 
versidad de Sevilla existe un ejemplar hermosisimo de 6,50 m. 
de elevacion, a la cual ha legado en unos 30 anos, en que se 
puso alli por orden del catedratico D. Antonio Machado. La 
extremidad superior se ha helado en uno de estos ultimos 
inviernos mas rigurosos; pero nuevamente ha brotado dupli- 
cada sin detener el crecimiento del arbol, ni perjudicar su 
belleza. Otros ejemplares, algunos casi de doble elevacidén, 
existen en los jardines de San Telmo. Aunque esta especie es, 
en efecto, la mas frecuente aqui, no todos los ejemplares per- 
tenecen a ella, como se cree vulgarmente. También estan 
representadas en Sevilla la A. imbricata Pavon, de Chile y los 
Andes, hasta los 1.000 m. de altitud, aleanzando en su pats los 
pies hembras hasta 65 m. de altura, y la A. brasiliensis Pavon, 
cuyas semillas se comen en el Brasil y que aqui, como en el 
Mediodia de Italia y Grecia, se da al aire libre. En otras partes 
se cultivan en estufa cuatro 6 cinco especies mas. Entre todas 
la que prospera mejor al aire libre en nuestros climas es la 
A. imbricata, pues resiste hasta temperaturas de —12°. El 
Dr. EK. Hekecl se ha ocupado de ella en este respecto (Le Na- 
turaliste, nim. 84, 1890), aconsejando su cultivo en las regio- 
nes humedas y mas templadas de la Bretana, y el Sr. Calde- 
ron dijo haber visto magnificos ejemplares en el jardin de 
Luxemburg, junto 4 Viena, que median hasta 15 m. 

El fruto que presentaba a la Sociedad es un estrobilo grande, 
subgloboso, con escamas de vistoso aspecto, lenosas y densa- 
mente imbricadas. Su existencia prueba la posibilidad de 
aclimatar estas plantas con facilidad en nuestra costa medite— 


163 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


-rranea; y sino se han dado con mas frecuencia granos fecun- 
dos y se dice que no se dan en la provincia de Sevilla, esto 
debe depender de que no haya pies machos cerca de los pies 
hembras, circunstancia que aqui no se tiene en cuenta. Ver- 
dad es que hasta ahora no se ha estudiado el cultivo de estos 
vegetales en Europa sino exclusivamente como adorno. El 
citado Dr. Hekecl se fija, sin embargo, en ellos desde el punto 
de vista de su utilidad, que estima considerable. La madera 
de araucaria es de favorables condiciones, ligera y susceptible 
de buen pulimento; ademas la A. imbricata podria dar en 
Francia palos de 30 m., capaces de rivalizar con los mejores 
arboles del Norte para la construccién de mastiles, postes, etc. 
Los frutos contienen granos dulces y agradables, que sirven 
de alimento a los indigenas de la América austral y se calcula 
que 18 arboles bien desarrollados bastan para alimentar a un 
hombre durante todo un aio. Se fija, sobre todo, el mencio- 
nado botanico en la gomade base de arabina que producen las 
araucarias (cosa excepcional entre las coniferas) y cuya mate- 
ria estudié él en colaboracién con el Dr. Schlagdenhauffen. 
Cree que con el cultivo industrial de estos vegetales en la 
Bretana, Normandia y Provenza se obtendria goma suficiente 
para el consumo de todo el pais, el cual dejaria asi de ser tri- 
butario de los negros del Sudan. 

Todas estas consideraciones son aplicables a nuestro pais, 
donde las araucarias se darian bien en muchos puntos; sin 
embargo, como entre nosotros el consumo de la goma no 
alcanza la importancia que en la vecina republica, si la prin- 
cipal utilidad de estos arboles habia de fundarse en la madera 
y en su venta como planta de adorno, entiende el Sr. Calde- 
ron que seria preferible fijarse en nuestro precioso y desaten- 
dido pinsapo, una de las formas mas bellas del reino vegetal, 
de extraordinaria resistencia al frio y al calor y de cultivo facil, 
a juzgar por la diversidad de localidades de distinto clima y 
suelo en que se ha extendido por los parques de Europa. 


DE HISTORIA NATURAL. 169 


Sesién del 5 de Septiembre de 1894. 
PRESIDENCIA DEL ILUSTRISIMO SENOR DON MAXIMO LAGUNA. 


—ll Vicesecretario Sr. Hernandez (D. Carlos), did lectura al 
acta de la sesidn anterior que fué aprobada. 

—Hstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor- 
dandose dar las gracias 4 los autores de las que son regaladas. 

—Se hicieron varias propuestas de socios que quedaron pen- 
dientes de admisién hasta la primera Junta. 

—E] Vicesecretario leyé la siguiente nota remitida desde 
Santander por nuestros consocios los Sres. D. Augusto Gon- 
zalez de Linares y D. José Rioja y Martin, Director y Secreta- 
rio respectivamente de la Hstacién de Biologia maritima de 
Santander. 


Un Cachalote hallado muerto en el Cantabrico. 


«La lancha bonitera de Santona que arrastrd su cadaver a 
Santander en 19 de Agosto ultimo, parece que debid recogerlo 
a 20 leguas N.-S. del cabo de Quintres. 

»Venia ya en mal estado, con la cola comida 4 trechos por los 
peces y deshilachadas, por decirlo asi, la lengua en sus bordes 
y la parte terminal del 6rgano generador. 

»Es un macho que debe suponerse casi adulto, si es exacta 
la indicacién de M. Bennett (1) sobre las relaciones que guar- 
dan, en su sentir, con la edad de estos cetaceos, la longitud de 
su cuerpo y el grado de exteriorizacién de sus dientes, pues 
supone que permanecen estos invisibles mientras el animal no 
pasa de 28 pies ingleses, y que se destacan todos ya sobre la 
encia, cuando pasa de 36. 

»Tiene, en efecto, este ejemplar 9,10 m. de largo: a cada 
lado de su quijada hay 25 dientes mas 6 menos descubiertos; 
en el lado izquierdo no es visible el primero, se ven los 17 in- 
mediatos, y estan atin ocultos los 7 ultimos; en el lado derecho 


————— 


(1) BENNETT: P. Z, S., 1836; Apud J. E. Gray; On British Cetacea, p. 40, P. Z. S.of 
London, May 24-1864. 


170 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


estan ocultos los 3 primeros, se ven los 17 siguientes y siguen 
ocultos los 5 ultimos. 

»Hasta ahora sdlo ha aparecido un diente en el borde in- 
terno del labio izquierdo superior. 

»En cuanto a las distancias relativas entre las diversas par— 
tes del cuerpo, pueden apreciarlas por ahora los senores socios, 
de una vez, en el esquema adjunto en que Rioja y Martin ha 
condensado todas las observadas por él con la ayuda, en oca— 
siones, del Sr. Fuset y Tubia, alumno pensionado en la Es— 
tacion (1). 

»No pudo conseguirse poner el animal sobre el vientre para 
fotografiarlo de perfil, 4 pesar de muchos esfuerzos.. 

»Las seis fotografias adjuntas, totales y parciales, del ani- 
mal, que estaba tendido sobre el lado derecho y el dorso, han 
sido hechas (excepto una, la num. 3, que debe la Estacion, con 
todas las del Ziphius cavirostris, al generoso interés cientifico 
del profesor D. Julian Fresnedo) por el alumno pensionado 
D. Rafael Blanco y Juste, que ayudé ademas, juntamente con 
el Sr. Fuset y Tubia, al personal de la Estacion en los trabajos 
de despedazamiento de las partes blandas del animal en los 
primeros dias de esta tarea en que atin seguimos ocupados. 

»Ulteriormente diremos a la Sociedad lo que nos vaya pare- 
ciendo digno de su atencion en nuestro estudio de este animal, 
que es el tercero de los grandes é interesantes cetaceos que la 
Estacion de Biologia Maritima ha tenido la suerte de recoger. 
Ksta es también la tercera vez en que se cree obligada 4 sobre- 
llevar la penosa tarea de preparar esqueletos cuya magnitud 
y naturaleza peculiar exceden muchisimo é los medios, asi 
personales como materiales, de que este centro dispone. 

»Del Orca gladiator Lacépede, varado en la segunda playa. 
del Sardinero en 13 de Diciembre de 1890 (antes del regreso de 
Napoles de uno de nosotros, Rioja y Martin), recibid la Socie- 
dad fotografias en 1.° de Julio de 1891 (tomo xx, cuaderno 2.°, 
paginas 99 y 100). 

»Del Ziphius cavirostris Cuvier, encontrado hace poco mas 
de un ano por una lancha vizcaina en paraje inmediato al en 
que aparecié ahora el Cachalote, y cuyo esqueleto sigue exi- 


(1) El esquema y las fotografias 4 que se hace referencia en esta nota fueron exa- . 
minados por los socios que asistieron 4 la sesién. 


” ln 


DE HISTORIA NATURAL. 171 


giendo todavia muchos cuidados diarios, no se did conoci- 
miento a los senores socios por esperar libros y datos con qué 
poder hacerlo mejor. 

»A mas de estas que pueden lIlamarse piezas principales, 
nuestra coleccidn cetoldgica naciente cuenta con un esqueleto 
de Zursiops Tursio P. Gervais, el vaciado en yeso del animal 
entero (cuya fotografia se presentd también a la Sociedad en 
1.° de Julio de 1891) y su piel montada; tres craneos del De/- 
phinus Delphis .., cuyas cabezas se recogieron, una por nos— 
otros en el pueblo de Isla, otra en el de Comillas por D. Alvaro 
Lanuza, y la tercera en el mercado de Santander; un ejemplar 
pequeno, conservado entero en alcohol, adquirido hace dos 
meses y cuya fotografia hicieron el Sr. Blanco y Juste, alumno 
pensionado de la Estacién, y D. Alvaro Fernandez Izquierdo, 
que se hallaba @ la sazon utilizando en ella los micrétomos 
mecanicos para sus estudios personales de Histologia; y, por 
fin, los esqueletos de una hembra y un macho del mismo del- 
fin, las visceras de estos dos ejemplares, las abdominales de 
otros cuatro, los cerebros de otros dos y diez cabezas de otros 
tantos, en maceraciOn ahora como los tres esqueletos dichos, 
para obtener sus calaveras, procediendo todos estos ejemplares 
de la pesca de 29 individuos, hecha en la bahia donde queda-— 
ron casi varados el dia 30 de Agosto ultimo. » 

—El mismo ley6 la siguiente nota del Sr. Pau, de Segorbe: 


Plantas de «La Murta» (Alcira). 
(10 de Abril de 1894.) 


Reseda suffruticosa Loefi.—keseda minor incisis foliis Barre- 
her, 587 (certissime). 

Orillas de los caminos 4 espaldas de Za Murta. 

Ops. Las especies &4 que pertenecen las dos laminas, 188 
y 189 de Barrelier, hasta el presente no se conocian; mas exis— 
tiendo dichas formas en los monasterios de Porta-—Coeli y La 
Murta, sitios donde Barrelier pasé largos dias, me autorizan a 
creer, después de consultar los dibujos con las muestras de 
ambas localidades, que, la estampa 587 pertenece a la R. sufru- 
licosa Loefi., y la 588 a la R. Gayana Boiss.; pero con seguridad 
absoluta la ultima. 


172 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Phiomis purpurea L. 

Abunda en los pinares del valle y partes bajas de los montes. 

Phil. crinita Cav. 

Rendijas y grietas de las piedras en los montes, mirando al 
pueblo de Alcira. 

Rosmarinus officinalis L. 

En La Murta.—ks la forma R. laziflorus De Noe. 

Thymelea Thomasti Endl. «) latifolia Pau. 

Cerrillos proximos a Alcira. 

Thy. Thomasii Endl. 8 angustifolia Pau. 

Pinares del valle de Za Murta. 

Oss. Ks muy diferente de la 7. Tartonraira All. 8 angus- 
tifolia D'Uro, que tengo de Creta y de la descripcidn de Barre- 
hier, Diagn. 1354, p. 123, lam. 222, angustifolia, glauca, 
glabra. 

Polygala rupestris Pourr. 

Rendijas de los penascos junto al mismo monasterio. 

Chenorrhinum crassifolium Lee. 

Rendijas de los penascos junto al edificio. 

Satureja obovata Lag.—Marium hispanicum, parroso, oblongo, 
obtuso, fol. Barr. Icon. 689. 

Junto al monasterio en las rendijas de.los penascos. 

Oss. Es imposible de todo punto que la estampa 7&7 de 
Barrelier pertenezca a esta especie. Se trata de un dibujo mali- 
simo, del que jamas podra decirse nada seguro, ni bueno. 

Selaginella denticulata Spring. 

Abundante en parajes frescos de los pinares. 

Centaurea pullata L. 

Orillas de los caminos y ribazos en los cerrillos préximos a 
Alcira. 

Vinca (media) obtusifiora Pau. 

Junto a las mismas ruinas de Za JZurta en los ribazos de las 
huertas. 

Arenaria montana L., 8B intricata Scr. (A. valentina Boiss.) 

Cumbres de los montes de Za Murta en las rendijas de los 
penascos. 

Krica arborea L. 

Cumbres de Za Murta. 

Tulipa australis Lk., 8 montana Wk. 

Cumbres de Za Murta saliendo para Alcira. 


DE HISTORIA NATURAL. 173 


Ops. De dos pies, que consta el pliego que tengo delante, 
lleva uno hojas ensortijadas; el otro, rectas. 

Carer humilis Leyss. (forma?). 

Montanas de Za Murta en las vertientes. 

Sideritis incana 7) sericea Bodr., 11, 458. 

Sin flores ni frutos junto al monasterio en las laderas del 
monte. 

Sideritis angustifolia Lam. 

Colinas de Za Murta. 

Scrophularia sciaphila Wilk. 

Scr. lucida Pourr! lib. Salv. teste Costa, fl. cat. p. 182. (Vide 
Lange, in Wk. et Lge., prodr. 1, p. 554.) 

Rendijas de los penascos junto al mismo monasterio encima 
de la balsa. 

Oss. Entre las Scr. sciaphila Wk. y Scr. Grenievi Reut. no 
encuentro diferencias: para mi son una misma cosa. 

Cistus crispus L. 

Entre Alcira y Za Murta a orillas del camino. 

C. Salviefolius L. 

Con el anterior y mas abundante. 

Felianthemum origanifolium P. «) genuinum. 

De Alcira a Za Murta en los ribazos de los caminos. 

Lberis Tenoreana DC. 

Pinares de Za Murta en la parte baja de las montanas. 

Biscutella stenophylla Duk. 

Rendijas de los pehascos junto al mismo monasterio. (Forma 
glabrescens.) 

Erodium moschatum UW Herit. 

Orillas de los caminos en las cercanias de Alcira. 

Ranunculus muricatus L. 

Cercanias de Alcira; orillas de los caminos y huertas. Abun- 
) dante. 
Oss. Planta nueva para la flora de Valencia. 
R. trilobus Desf. 
Huertas de las cercanias de Alcira, camino de La Murta. 
Oss. Planta nueva para la regién valenciana. 
Rk. gramineus L. 
Pinares del valle con la variedad /uzulefolius Boiss. 
Linum Narbonense L. 
Montanas de Za Murta. 


174 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Asplenium Petrarche DC. 

Sitios sombrios de los penascos en Za Murta. 

Ozs. Planta recogida con sumo descuido, pues la erei, al 
tomarla del suelo, A. Z7richomanes L., en compania del cual 
aparece en el pliego. La forma presentada es sumamente pare- 
cida al A. viride Huds., y unicamente puede distinguirse por 
carecer de festones. 

También he visto otra forma del reino valenciano, afine de 
ésta, pero de otra seccién que la creo hibrida entre el 4. Pe- 
lrarche DC. y A. fontanum Brnh. y que la creo no descrita 6 
para mi no conocida y por lo mismo la propongo bajo el nom-— 
bre de: 

Asplenium valentinum sp. nov.2A—A. Fontano x Petrarche 
Diagn. Frondes de la figura del 4. fontanum, bipinati-partidos: 
segmentos aovados, trasovados ti oblongos; lacinias trasovado- 
orbiculares. Plantita cubierta de la pubescencia glandulosa 
que lleva el A. Petrarche DC. 

Se encuentra en Ondara. 

Arisarum vulgare Wwth. 

A orillas del camino de Za@ Murta en los cerrillos proximos a 
la ciudad de Alcira. 

Centaurea Seridis L. 

Rara, en el mismo camino junto a las ruinas, antes de llegar 
a la balsa. 

Buphorbia heterophylla Dest. (#. Terracina var.) 

Junto a Za Murta en los ribazos del camino. 

LH. segetalis L. 

Campos cultivados de Za Murta. 

Ophrys lutea Cav. 

Pinares de Za Murta al pie de los montes. 

O. fusca Lk. 

Pinares, en compania del anterior. 

Ops. Planta nueva para la flora valenciana. 

Vaillantia hispida lL. 

Sitios sombrios 4 la bajada del valle yendo a Za Murta. 

Ons. Paréceme que en Valencia se confundieron esta espe- 
cie y la V. muralis L. por algunos autores. En Sagunto se cita 
la V. hispida L., y la especie recogida por mi en el monte del 
Castillo es V. muralis L. 

También se indica por los autores la estampa de Barrelier, 


EE HISTORIA NATURAL. 175 


num, 541, como perteneciente a esta especie, no siéndolo de 
ninguna manera, pues vense los frutos es/éricos del género 
Galium, bien diferentes por cierto, de los cuernos que acompa- 
~tan al fruto en el Vail/antia. 
La estampa pertenece probablemente al Galium vernum Scop. 
—Se did lectura al acta de Agosto de la Seccién de Sevilla, 
que se inserta a continuacion: 


SECCION DE SEVILLA. 


Sesi6n del 5 de Agosto de 1894. 


PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. 


—Se leyo y aprobo el acta de la anterior. 
—El Sr. Chaves did lectura 4 la siguiente 


Nota cristalogrifica sobre la anglesita de Guadalcanal. 


«Cristales incoloros de la forma que representa la figura 
‘adjunta, transparentes, de unos 8 mm. de longitud, ofreciendo 
maclas que no han podido determinar- 
se. Las medidas hechas con el goniéme- 
tro de Wollaston han dado los valores 
reales siguientes: 


Gio. 0.13) (OO. == 4gege 
oe OC kee | VO01S hey = 1A O08 
m m }100.69.0} |100.69.0} = 69° 34’ 
22{0.100.68} {0.100.68} = 111° 19’ 


nw (aproximada):.. 3.0; “== '108° 12” 


a0 da solamente valores aproximados, 4 causa de la deforma- 
cidn de las imagenes en @, que esta finamente estriada. Entre 
a y o hay oscilaciones del prisma con el domo que no han 
podido ser medidas, asi como las que se presentan entre el 
prisma y el pinacdide {0.1.0}, Sumamente estrecho y no re- 
flejante. 


176 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


»Estos cristales ofrecen de notable, ademas de su localidad, 
nueva para esta especie, las formas especiales que presentan, 
que no corresponden a las ordinariamente citadas en la angle- 
sita por los libros clasicos, ni a las observadas por algunos 
autores en este mineral y descritas en trabajos especiales (1).» 

—Se dio lectura a la siguiente nota remitida por el Sr. Re- 
limpio (D. Federico): 


Reconocimiento de la anglesita. 


«Con motivo de un estudio cristalografico emprendido por 
mi amigo D. Federico Chaves de cristales de anglesita, que 
vino a ensayar primeramente en el laboratorio que esta a mi 
cargo, se me ocurrid que no seria intitil recordar a los mine- 
ralogistas un medio de reconocimiento facil y seguro de dicha 
substancia, que no se halla consignado, sin embargo, en los 
tratados. 

»En efecto, las obras de Mineralogia semalan como caracte- 
res quimicos de la anglesita su escasa solubilidad en el acido 
nitrico diluido y en frio, asi como en el clorhidrico y en el 
sulfirico concentrado y su solubilidad en las soluciones de 
potasa. Por la via seca se nota que decrepita cuando se la 
calienta y se reduce en el interior de la llama, fundiéndose al ° 
soplete en una perla blanco-lechosa después de fria y dando al 
fuego de reduccién un granulo de plomo. 

»Como se ve, ninguno de estos caracteres quimicos distingue 
de un modo general la anglesita de las otras especies minera- 
les con quienes puede confundirse. No sucede esto valiéndose 
del tartrato aménico-amoniacal (2); método sencillo, rapido 
y que permite reconocer la anglesita aun en cantidades 
pequenisimas, como puede ser un trocito de cristal despren— 
dido de la ganga. 

»Hé aqui cémo se opera: pulverizase el mineral lo mas fina— 
mente posible y se pone en un tubo de ensayo en digestion 
con el tartrato amdnico-amoniacal. Si el liquido queda turbio, 
se filtra 6 se deja en reposo hasta que se deposite el sedimento. 


(1) KrENNER: Ueber Ungarn's Anglesit. (Zeitschrift fir Krystallographie , 1, \877.) 
(2) Para preparar el reactivo se pone en un tubo de ensayo disolucién de dcido tér- 
trico al 10 por 100 y se le echa exceso de amoniaco, 


DE HISTORIA NATURAL. 177 


El liquido claro obtenido asi se divide en dos partes: 4 la una 
se anade disolucién sulfidrica 6 sulfuro-amdénico, con lo cual 
se forma un precipitado negro (sulfuro de plomo); 4 la otra se 
la agrega poco 4 poco acido nitrico, y entonces aparece al 
principio un precipitado blanco (en forma de nube cuando no 
se agita), que se desvanece por un exceso de Acido nitrico. 
Tratando ahora la disolucidn bien transparente por unas gotas 
de cloruro, 6 mejor, nitrato barico, se forma un precipitado 
blanco de sulfato barico, insoluble en los acidos.» 
—E] sr. Calderon dio lectura 4 la nota siguiente: 


Moluscos marinos de Andalucia, existentes en el Museo 
de la Universidad de Sevilla. 


«Una de las series de productos naturales de la regién que 
he procurado reunir con mas interés en el Museo que esta a 
mi cargo, es la de los moluscos; tanto por lo descuidado de su 
estudio en Andalucia, como por el interés que ofrecen como 
medio de relacionar la fauna actual con las de los periodos 
geolégicos precedentes, de los que aqui casi exclusivamente 
conocemos restos conquilioldgicos. Asi es que desde mi Hegada 
a Sevilla me ocupé en entresacar los pocos ejemplares del pais 
existentes en la coleccién de conchas, bastante rica, relativa— 
mente, que aqui habia ya (aunque, como de costumbre, pura- 
mente exotica), y comencé desde luego a pedir y encargar 
moluscos a todos los conocidos que los pudieran buscar por 
entretenimiento, 6 como objeto de adorno, 6 recoger en sus 
excursiones veraniegas. Por este medio, a falta de la ayuda de 
aficionados cientificos en el ramo en cuestiOn, y por mis corre- 
rias, he podido reunir en poco tiempo un numero no despre- 
ciable de ejemplares de procedencia auténtica. 

»Por lo que respecta 4 los moluscos terrestres y fluviatiles, 
el precedente trabajo del eminente Dr. Westerlund (1), da 
cumplida idea del caracter é importancia de nuestra coleccién 
malacolégica local; pero respecto a lo marino, sdlo se ha 
publicado el del Sr. Girard, referente a cefaldpodos (2), y he 


(1) Faunula molluscorum hispalensis. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE Hist. NaT., to- 
mo xx1, 1892.) 

(2) Notice sur les céphalopodes des cétes de ’ Espagne. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE 
Hist. NAT., t. xx, 1892.) 


ACTAS DE LA SOC, ESP.—XXIII. 12 


178 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


creido que como datos para la fauna espanola, y en previsidn 
de que la coleccién de que se trata pueda algun dia arrinco- 
narse 6 perderse, vale la pena de completar aquellas noticias 
con la lista de las conchas marinas que de ella forman parte. 

»Puedo responder de la exactitud de las determinaciones, 
por deberlas 4 la gran competencia y bondad de malacdlogos 
tan reputados como D. Joaquin Gonzalez Hidalgo, los senores 
Hugo de Cort, de Bruselas; el Dr. Kobelt, de Francfort; Roberto 
Zetschin, de Patschkau, y, sobre todo, el conocidisimo senor 
Marqués de Monterosato, de Palermo, el cual me ha prestado 
sus grandes luces con una diligencia y un celo tan continua— 
dos, que verdaderamente 4 él se debe mas que a nadie la cla- 
sificacién de la serie malacologica andaluza de la Universidad. 

»Son tantas las personas de la localidad que me han propor- 
cionado ejemplares mejores 6 peores de conchas del pais, que 
su enumeracion seria interminable. Sdlo citaré, por haberlo 
hecho con proposito cientifico y por la importancia de sus 
recolecciones, a nuestros consocios Sres. D. Manuel de Paul, a 
quien se debe todo lo existente de Chipiona y Puerto—Real, y 
D. Federico Chaves, que ha traido no poco de la provincia de 
Malaga, asi como al ingeniero D. Alfonso Escobar, y en fin, al 
Dr. Macias, que recogié en Cadiz, y al Sr. Arigo, que lo hizo 
en Almeria. 

»En la lista que va a continuacion sigo el orden y adopto los 
nombres del catalogo de los moluscos marinos de Espana del 
Sr. Hidalgo (1), indicando los no citados hasta ahora de Anda- 
dalucia 6 de la Peninsula, con arreglo a las noticias conteni— 
das en dicho importante catalogo: 


Conchiferos. 


Pholas Dactylus L.—Sanlicar de Barrameda. 

— candida \..—I\dem. (Citada de Malaga.) 
Teredo.—Cadiz. (Maderas atacadas por esta polilla de mar.) 
Solen Vagina L.— Huelva (Comin y comestible.) 
Algeciras. 


— Siliqua L. 


(1) Catdlogo de los moluscos marinos testaceos de las costas de Espana éislas Baleares. 
(Memorias de la Real Academia de Ciencias de Madrid, t. xv, 1890-91.) 


DE HISTORIA NATURAL. 179 


Ceratisolen Legumen LL.—Huelva. 
Solecurtus strigilatus L.—Idem. 
Panopea Glycymeris Born.—Malaga. (Un ejemplar completo y 
magnifico.) 
Corbula gibba Olivi.—Cadiz. 
Neera costellata Desh.— Malaga. 
Mactra stultorum L.—Idem. 
Lutraria elliptica Lmk.— Huelva. 
— rugosa Chemn. 
Psammobia vespertina Chemn.—Algeciras. 
-— costulata Turt.—Malaga. 
Tellina incarnata L.—Idem. 
— wnitida Poli.—Idem. (No citada de Andalucia.) 
— Cumana Costa.— Huelva. 
— tenuis Da Costa.—Torrox (Malaga). 
— balaustina L.— Algeciras. 
— donacina L.—Almeria. 
— pulchella Lnk.—Malaga. 
Fragilia fragilis L.—Idem. 
Donaxz Trunculus L.—Huelva. 
— semistriata Poli.—Idem. (Vulg. coguinas.) 
Scrobicularia piperata Poir.—Cadiz. 
Syndosmya alba Wood.—Idem. 
Mesodesma cornea Poli.—Malaga y Algeciras. 
Venus verrucosa L..—Huelva y Malaga. (Comtn y comestible. 
Vulg. almeja.) 
— Gallina L.—Idem. (Id.) 
Dione Chione L..—Chipiona. 
Dosinia exoleta U.— Huelva. 
Tapes decussata L.—idem. (Comtin y comestible. Vulg. a/meja.) 
— ygeographica Chemn.— Malaga. 
— aurea Gmel.—Cadiz. (No citada de Andalucia.) 
Venerupis Irus L.—Cadiz. 
— decussata Phil.—San Fernando. (No citada de Anda- 
lucia.) 
Cardium aculeatum L.— Algeciras. 
—  tuberculatum L. var.—Cadiz y Huelva. 
— edule L.—Puerto—Real, Huelva y Algeciras. 
Lucina leucoma Turt.— Malaga. 
— spinifera Mont.—Idem. 


180 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Lucina pecten Lmk.— Algeciras. 

Ungulina oblonga Lmk.—San Fernando. 

Kellia corbuloides Phil.—Malaga y Cadiz. 

Mytilus edulis L.—Cadiz. (Comin y comestible. Vule. mejillon. ) 
—  hesperianus Lmk.—Malaga. (No citado de Espana.) 
— afer Gmel.—Malaga. 

Arca Noe \..—Idem. (No citada de Andalucia.) 

— tetragona Poli.—Malaga. 

— lacitea L.—Idem. 

— barbata L.—Nerja. 
Pectunculus gaditanus Gmel.—Chipiona (Cadiz). 
Pecten maximus L.—Huelva. 

— Jacobeus L.—Malaga. 

— varius L.—Chipiona y Huelva. 

— flexuosus Poli.—Cadiz. 
Lima hians Gmel. var.— Algeciras. 

— Loscombi Leach.— Malaga. 

Anomia Ephippium L.—Idem. 

— cepa L.—Cadiz. (No citada de Espana.) 

Ostrea angulata Lmk.—Cadiz. (Forma bancos que perjudican a 

las obras de madera del puerto.) 
— cristata Born.— Huelva. (No citada de Andalucia.) 


Cefalépodos. 


Argonauta Argo L.—KEstrecho de Gibraltar. 
Octopus vulgaris Lmk.—Sanlicar de Barrameda. 
Sepia Filliouxti Lafont.—Idem. 
— elegans VOrb.—Idem y Cadiz. 
Loligo vulgaris Lmk.—Idem, id. 
Theutis media L.—Sanlicar de Barrameda. 
Todaropsis Veranyt Girard.—Idem. 
Spirula Peronii Umk.—Malaga. (Una concha rodada.) 


Gastrépodos. 


Murex Brandaris L.— Huelva y Malaga. 
— Trunculus L..—Malaga. 


DE HISTORIA NATURAL. 181 


Murex Erinaceus L.—Sanlicar de Barrameda. 
— Kdwardsi Payr.—Torrox (Malaga). 
— iénermis Ph.—Chipiona. (No citado de Espana.) 
Fusus corneus L.—Chipiona. 
Mangelia Vauquelini Payr.— Malaga. 
— costata Penn.—Chipiona. (No citada de Andalucia.) 
— attenuata Mont.— Malaga. 
Lachesis minima Mont.— Almeria. 
Triton nodiferum Lmk.—Chipiona. 
—  succinctum Lyik.—Idem. 
— cutaceum L.—Ildem. 
Tritonium veticulatum Blainv.—Malaga. (No citado de Anda- 
lucia.) 
Buccinum maculosum Lmk.—Chipiona. 
— Orbignyi Payr.—Cadiz. (No citado de Andalucia.) 
Nassa reticulata L.—Puerto-Real. 
— mutabilis L.— Malaga. 
— incrassata Miill.—Idem. 
— Nudarensis Num.— Almeria. (No citada de Espana.) 
— Cuvieri Payr.— Malaga. 
— Pfeifferi Ph.—Puerto-Real. (No citada de Espana.) 
— corniculum Olivi.—Puerto-Real. 
ae — var. solida.—Chipiona. 
— pygnmea Lik.—Tarifa y Malaga. 
— limata Chemn.—San Fernando. 
Cyclops Neriteum L.— Malaga. 
Purpura hemastoma .—Idem. (No citada de Andalucia.) 
Cymbium papillatum Schum.— Malaga, Huelva. (Idem.) 
Mitra ebenus Lmk.— Tarifa. 
— Defranciti Payr.— Malaga. 
Marginella miliaria L.—Chipiona. 
— Philippi Mont.—Idem. (No citada de Espana.) 
Columbella rustica L.—Cadiz. 
_ —  var.—Tarifa. 
— scripta L.—Algeciras. 
Cassis undulata Gm\.—Chipiona. 
Cassidaria rugosa L.—Idem. (No citada de Andalucia.) 
Natica Sagraiana Orb.— Malaga. 
— intrincata Don.—Chipiona. 
Scalaria communis Lyk.—Idem. 


1&2 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Scalaria pseudoscalaris Brocchi.— Malaga. 

Ringicula auriculata Men.—Rabida (Huelva). 

Odostomia conoidea Brock.— Malaga. 

Kulima polita L.—Algeciras. 

Conus mediterraneus Brug.—Malaga, Puerto-Real. 

Chenopus Pes-pelecani L.—Cadiz y Malaga. 

Halia Priamus Meusch.—Chipiona. (Un ejemplar muy com- 
pleto de esta notable especie, donado por D. Manuel de 
Paul.) 

Cyprea Pyrum Gmel.—Idem. 

— europea Mont.—Cadiz. 
Ovula carnea Poyr.—Almerta. (No citada de Andalucia.) 
— acuminata Brug.—Malaga. 
Cancellaria cancellata L.—Idem. 
Cerithium vulgatum Brug.—Puerto-Real. 
— reticulatum Da Costa.—Chipiona. 
—- adversum Mont.— Malaga. 
Littorina neritoides L.—Cadiz, Malaga y Almeria. 
— punctata Gml.—Cadiz. 
Rissoa monodonta Biv.— Malaga. 
— variabilis Mihlf.—Malaga y Almeria. 
— Cimer L.—Almeria. 
— Montagui Payr.—Cadiz. 
— spongicola Mtg.—Malaga. (No citada de Espana.) 

Hydrobia acuta Lmk.— Puerto-Real. (Idem.) 

— ulve Penn.—Rabida (Huelva). (No citada de Anda- 
lucia.) 

Twrvitella ungulina L.—Cadiz. 

— triplicata Brocch.—Malaga. 

Mesalia varia Kiener.—Cadiz. 

Vermetus triquetter Biv.—Chipiona. 

Phasianella pulla L.—Tarifa. 

Turbo rugossus L.—Malaga. * 

Trochus Ziziphinus L.—Cadiz. 

“— exasperatus Penn.—Tarifa, Almeria. 
— striatus L.—Chipiona. 

—  varilineatus Mich.—Idem. 

— (Gibbula) Magus L.—Malaga. 

— — Richardi Payr.—Almeria. 
— — divaricatus L.—Malaga. 


DE HISTORIA NATURAL. 183 


Trochus (Gibbula) umbilicatus Mont.— Almeria y Huelva. 
— — Adansoni Payr.— Almeria. (No citado de 
Andalucia.) 
— _ villicus Phil.—Chipiona. (Idem.) 
— (Monodonta) articulatus Lmk.—Sanlicar, Malaga. 
— (Clauculus) cruciatus L.—Malaga. 
Haliotis tuberculata L.—Chipiona. 
— striata Lmk.—Idem. 
Fissurella gibberula Lmk.—Gibraltar. 
— Nubecula L.—Malaga. 
Dentalium Tarentinum Lmk.— Almeria. 
— Dentalis L.—Huelva. 
Patella vulgata L..—Cadiz. 
— — var.—Puerto-Real. 
— — var. elevata Jeff.—Malaga. 
— aspera LUmk.—Almertia. (No citada de Andalucia.) 
— cerulea L.—Malaga. 
— ILusitanica Gmel.—Chipiona. (No citada de Andalucia.) 
Chiton siculus Gray.—Algeciras. 
Tornatella fasciata Umk.—Puerto-Real. 
Bulla striata Brug.—Idem. 
Philina catena Mont.— Malaga. 
Aplysia sp.—Sanlicar de Barrameda. 
Umbrella mediterranea Lmk.— Almeria. 
Siphonaria Algesire Quoy et Gaim.—Cadiz. 


—Segun noticia comunicada por el Sr. Paul la enfermedad 
que padecen los platanos de Oriente de los paseos y alrededo- 
res de Sevilla, a la que se debe la caida prematura de sus 
hojas y el aspecto mucho mas desguarnecido que de costumbre 
que ofrecen, es el ataque por el Gl@osporium nervisequium ( Fu- 
sarium Platani). Este parasito, al parecer nuevo aqui, es muy 
comin sobre los citados arboles en el Mediodia de Francia, y 
especialmente este ano. 


184 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Sesion del 3 de Octubre de 1894. 
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. 


Leida el acta de la sesidn anterior, fué aprobada. 
—(Quedaron admitidos como socios numerarios los senores 


D. Juan Enciso y Mena, Licenciado en Derecho, de Car- 
tagena, 
propuesto por D. Daniel Jiménez de Cisneros; 


D. Alvaro Fernandez Izquierdo, Licenciado en Medicina, 
de Burgos, 
propuesto por D. José Fuset; 


D. Cayetano del Toro y Quartillers, Doctor en Medicina, 
y D. José Rivas y Garcia, Licenciado en Farmacia, de 
Cadiz, 

propuestos por D. Francisco de A. Vera. 


—NSe hicieron seis nuevas propuestas. 

—KH1 Sr. Presidente did cuenta del fallecimiento de D. Lau- 
reano Pérez Arcas, ocurrida en Requena, dedicando sentidas 
frases a la memoria del que fué por dos veces Presidente de 
la Sociedad y verdaderamente su fundador, y se acordé hacer 
constar en el acta el sentimiento con que la Sociedad habia 
oido tan triste noticia, comisionando al Sr. Martinez y Saez 
(D. Francisco de P.) para escribir la biografia del Sr. Pérez 
Arcas, que sera leida en una sesidn extraordinaria que cele- 
brara la Sociedad con este objeto, y publicada en los ANALES 
con el retrato del finado. 

Kstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acordan- 
dose dar las gracias 4 los autores de las regaladas. 

—KEl Sr. Vicesecretario presentO, en nombre de D. Carlos 
Pau, la siguiente nota: 


Seis Mentas hibridas de las cercanias de Segorbe. 


«Con el fin de sujetar 4 un tipo determinado las muestras 
que poseo, me determino 4 publicar las descripciones de cinco 


DE HISTORIA NATURAL. 185 


formas que se encuentran en este pais, y que con toda seguri- 
dad fueron producidas por cruzamiento. 

»El caracter mas importante que nos indica la presencia del 
hibrido producido con la A. aquatica consiste en perder la in- 
florescencia en cabezuela tomando aspecto espiciforme. 

»Otro caracter bien importante se refiere 4 la carencia de 
filamentos, siendo llevadas las anteras estériles en la entrada 
del tubo. Entre la I. sylvestris y M. rotundifolia esta carencia 
no tiene valor alguno, pues vense numerosas flores con fila— 
mentos. ' 

»La planta que presta el polen en los hibridos de la M7. aqgua- 
tica se reconoce, teniendo presente que el polen de la especie 
esta nos dara muestras con las espigas abultadas en el apice; 
sila M. aquatica es fecundada por la WZ. sylvestris 6 M. rotun- 
difolia, las espigas seran adelgazadas en su parte superior. 

»Respecto a la esterilidad, he de advertir que las combina-— 
ciones de las M. sylvestris y M. rotundifolia dan bastantes 
nuculas fértiles. La M. aquatica con las M. rotundifolia y 
M. sylvestris son casi estériles en absoluto. 


»1.* Mentha Tremolsiana Mihi hb.=M. sylvestris K hirsuta 
(non Wirtg.) 

»Planta de estatura elevada (mayor que las J/. sylvestris y 
M. rotundifolia), cenicienta, de rizoma subterraneo rastrero, 
cubierta toda ella de pubescencia fina que recuerda su pre- 
sencia, tallos generalmente sencillos, ramosos en lo alto y 
asurcados en su parte baja; hojas pecioladas; peciolo corto, 
blanco-tomentoso; lamina de figura ovalada, aserrada hasta 
su apice, aguda, acorazonada en la base; dientes agudos; en—- 
vés punteado-impreso; flores en espiga laxa; caliz tubuloso— 
acampanado; dientes setiformes, tres veces menores que el 
tubo; corola tan grande como las de la /. hirsuta y de la mis- 
ma figura y disposicién; estilo exerto. 

»La pubescencia de las hojas en el haz es parecida a la de 
la M. velutina Se}. 

»Peciolos, 35 mm.; lamina, long. 40 mm.; anchura 35 mm.; 
long. del caliz y corola, 5mm. 

»Habita en la margen izquierda del rio Palancia, antes de 
Hegar a «La Barsella», una colonia de unos 50 individuos. 
Agosto y Septiembre, 1894. 


186 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


»Dedico esta forma a mi respetable amigo D. Federico Tre- 
mols, de Barcelona. 


»2.°. Mentha Cadevalliana Mihi, hb.=M. hirsuta x rotundi- 
Jolia (var.? microphylla). 

»Planta enana, alampinada, verde, de hojas que recuerdan 
algo el sandalo, pero sus glomérulos le dan algtin aspecto de 
M. Pulegium. Rizoma rastrero; tallo cubierto, en los angulos 
principalmente, de pelos cortos y reflejos; hojas con peciolo 
-alargado, elipticas, con tres a seis dientes en cada lado, care- 
ciendo de ellos en el apice y base, que ésta es algo decurrente; 
la punta redondeada, lampina, con algtin pelo en las costillas 
y nervios del envés; las hojas florales son agudas y enteras, 
lanceoladas 6 lineales. 

»Las flores son llevadas en espigas laxas, con ligero ensan- 
chamiento en su punta, pedunculadas; pedtunculos menores 
que el caliz, llevados los glomérulos inferiores por un pie co- 
mun, en algunos pies bastante desarrollado. 

»Caliz lampino, longitudinalmente venoso, con los dientes 
triangular-aleznados, doble menores que el tubo ligeramente 
puberulento. 

»Corola de color rosado, palido, de la misma figura que la 
M. aquatica, con el lobulo superior bidentado, casi doble mas 
ancho que los tres restantes; estilos largamente exertos. 

»Altura generalmente de 15 cm., pero se encuentran algu- 
nos pies muchisimo mayores. 

»Lamina de la hoja, 14-24 mm.; peciolo, 6 mm.; caliz, 2mm.;: 
corola, 4mm. 

»Abunda en las margenes del «Rio Chiquico», junto a la 
fuente del Zerrero. Agosto y Septiembre, 1894. 

»Dedico esta forma a mi estimado amigo y consocio D. Juan 
Cadevall y Diars, de Tarrasa. 


»3." Mentha Zapateriana Pau, hb.=M. hirsuta < rotundi- 
SJolia. 

»Planta de unos 8 dm. y mas, cubierta de vestidura aspera; 
hojas eliptico-oblongas, aserradas menos en la base, que es 
cortada; el apice consiste en un fest6n mucronado; peciolo 
corto; haz de color verde obscuro; flores en espiga; los glomé- 
rulos inferiores remotos, en su parte superior apretados. 


DE HISTORIA NATURAL. 187 


»Calices cubiertos de pelos, acampanados; dientes alesna— 
dos, poco menores que el tubo; corola pequena y de forma y 
estructura de M. aquatica. 

»El color, vestidura, tamano, calices pelosos y dientes apar- 
tan esta forma de la anterior, de la cual es cercana. — 

»Lugares himedos y selvosos de los barrancos, junto al ce- 
menterio, en Segorbe, y mas abajo de la fuente del Bervo, en 
altura. 3 Septiembre, 1893. 

»Dedico esta forma a mi respetable amigo D. Bernardo Za- 
pater, de Albarracin. 


»4." Mentha Viciosoana Pau, hb.—=M. hirsuta & rotundifo- 
lia (var.? orviculata). 

»Planta parecida 4 la J/. Pauwi O. Deb.; mas sus espigas cor- 
tas y cabezudas, color vivo de sus flores y hojas mas redon- 
deadas, la distinguen al momento. 

»Mas afine es de la /. Cadevalliana, pero los caracteres di- 
chos pueden servir para diferenciarla. 

»Rarisima en la margen derecha del Palancia, antes de le- 
gar al batan de Zramuso. Septiembre, 1893. 

»La dedico 4 mi amigo y companero D. Benito Vicioso, de 
Calatayud. 


»D." Mentha Paw O. Deb., Rev. de Bot., p. 697, 1892.— 
M. rotundifolia X* aquatica Pau (non auct.) = M. rotundifolia 
x hirsuta. 

»Descrita esta forma por el Sr. O. Debaux en la «Revue de 
Botanique, y por el Sr. Willkomm en el «Supplementum FI. 
Hisp.», nada debo afiadir por mi parte. 

»Ks abundante en toda la cuenca del Palancia, y presenta 
una variedad de hojas mayores, algo lanosas, y de flores pare- 
cidas 4 la MZ. sylvestris, que me indujo 4 tomarla por M. sy/—_ 
vestris X hirsuta, segiin envio que hice al Sr. K. Keck. 


»6." Mentha sylvestris * rotundifolia (non auct.) 

»Planta elevada, de aspecto parecido a la I/. rotundifolia: 
hojas oblongo-lanceoladas, aserradas, lanuginosas y blanque- 
cinas en el envés; verde y lampino el haz; espigas densas; ca- 
lices de la U/. rotundifolia; corolas de la M. sylvestris; estam— 
bres exertos. 


188 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


»Abunda en los ribazos de las cercanias y presenta algunas 
variaciones. 

»Nota. El Sr. Cadevall me remitid, creo que de Olot, un 
fragmento de menta que me parece ser M. velutina Sej. 
(M. nemorosa X imacrostachya Wirte. 

»OrrRA. Sialguno desea cultivar las formas descritas, puede 
servirse comunicarmelo, pues las cultivo en mi huerto.» 

—E] Sr. Cazurro presenté la continuacién de su fauna ma- 
tritense. 


ORDEN IL. 
Insectivoros. 


Dientes envueltos por el esmalte; incisivos en numero varia- 
ble; caninos generalmente mas pequenos que los incisivos y 
erizados de puntas cOnicas, como asimismo los molares. Man— 
dibula inferior con condilos transversos. Cabeza generalmente 
puntiaguda. Las cuatro extremidades con unas y conformadas 
las mas de las veces para la progresidn; con clavicula bien com- 
pleta; cubito y radio separados entera 6 parcialmente; huesos 
metacarpianos y falanges medianamente desarrollados. Ma- 
mas generalmente abdominales. 


I. Cuerpo no cubierto de espinas. Tamano pequeno 6 mediano. 
1. Tamano mediano; extremidades desemejantes; uno de los pares dispuesto para 


cavar 6 para nadar. Con 41 dientes en total.............. Fam. 1. Talpidos. 

a. Extremidades anteriores con la mano robusta y ensanchada, formando una 
especie, de palapropia para Cavan. .c.cieine) oi stays -hies eric nie Talpa L 

a.a. Patas anteriores normales; las posteriores palmeadas y propias para la nata- 
cidn; cola larga, con escamas y comprimida............... Myogale Cuv. 


11. Tamano pequeno; extremidades semejantes, homélogas entre si, dispuestas ge- 
neralmente para la progresién; con 32 dientes cuando mas. Fam. 2. Soricidos. 
bd. Dientes coloreados de rojo en la punta, en numero de 32; patas y cola ordi- 


DALIAS, NOCiiAadassp tjseoat,- obi ita da oak Glide se ebeNeet Sorex L. 
4.0. Dientes blancos unicoloros, en nimero de 28 4 30. 
c; Con 28idientes. Coladeleadayr... ci .atnivcns seers sane Crocidura Wagl. 
c.c. Con 30 dientes. Cola gruesa en la base.............0-. Pachyura Sélys. 
I.I. Cuerpo cubierto de espinas. Tamano bastante grande... Fam. 3 Erinacéidos. 
No comprende mas que un solo género ........--. ete RNC pre ve Brinaceus L. 


Famitia 1. Talpidos. 


1 


Dientes: C->M + Calavera muy ancha por detras ¢ incli- 


nada hacia delante, sin apOfisis postorbitaria ni cresta por de- 


DE HISTORIA NATURAL. 189 


lante de la érbita; agujero occipital muy grande, sin apdofisis 
paroccipital ni mastoidea. Hocico en forma de trompa. Ojos y 
pabellones de las orejas apenas visibles. Esternon con quilla; 
omoplato largo y estrecho; cubito y radio distintos. Manos en- 
sanchadas a veces; con cinco dedos. 


GENERO Talpa L. 


Cuerpo casi cilindrico, alargado, con el cuello poco marcado 
y la cabeza aguda terminada por un hocico prominente, trun- 


eado y con las aberturas nasales en su extremo dirigidas hacia 
: a ; By anil 4 3 

abajo y no visibles por encima. Dientes: 12; C+; P74; M4- 

Patas anteriores anchas, con los dedos reunidos por la piel, 


dejando sélo al descubierto las unas, conformadas para cavar; 
patas posteriores normales. Cola corta y peluda. 


T. europza 7.— Esta especie es la Unica cuya existencia he 
podido comprobar en la regidn que estudiamos, aun cuando 
es probable que exista también otra especie muy afine, 7’. ceca 
Savi. Se caracteriza por su pelaje suave, igual, negro 6 par- 
duzco, con reflejos aterciopelados, y las patas casi desnudas, 
de color de carne. Los ojos visibles y con parpados movibles. 

Dimensiones: del cuerpo y cabeza, 0,150 m.: de la cola, 0,035: 
anchura del extremo del hocico, 0,008. 

Esta especie es sumamente comtn en casi toda la region, 
sobre*todo en la parte montafiosa 6 cercana a las sierras. En 
la regidn 8. y E. es algo mas rara. Se la designa generalmente 
con el nombre de Zopo, aun cuando a veces con esta denomi- 
nacion se la confunde con las arvicolas. 

Escorial! Collado Mediano (Conde! col. Museo reg. Cazurro). 
Region submontana (Graells). 

La otra especie europea de este género, Zalpa ceca Savi, es 
algo mas pequena, con los ojos cubiertos por la piel, el hocico 
algo mas corto y los pelos de los labios y los pies blancos. Pa- 
rece mas propia del Mediodia que la especie anterior, pero no 
he visto ningun ejemplar de este género procedente de la pro- 
vincia que pueda referirse 4 esta especie. 


190 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


GENERO Myogale Cuv. 


Hocico alargado formando una especie de trompa deprimida, 
en cuyo extremo estan colocadas las aberturas nasales. Cola 
larga escamosa y comprimida; patas anteriores terminadas 
por manos pequenas y cubiertas de pelo; las posteriores por 
pies grandes, escamosos y palmeados, con las unas bastante 
desarrolladas. Ojos pequenos. Orejas rudimentarias ocultas 


por los pelos. Dientes: I. eh (0: = P = M. 2. 


M. pyrenaica Gof.—Unica especie que representa este @é- 
nero en nuestra Peninsula, se caracteriza por su color pardo 
mas claro en los costados y gris en el vientre. Las regiones 
laterales de la trompa con pelos blancos y en los labios cerdas 
rigidas. En la base de la cola una doble serie de foliculos 
olandulares que segregan un producto almizclado. 

Dimensiones: del cuerpo y cabeza, 0,129 m.; de la cola, 0,140; 
del hocico, 0,25. 

Hsta especie, una de las mas curiosas de nuestra fauna, se 
encuentra tnicamente en los rios y arroyos de las regiones 
alpina y subalpina de la provincia, y generalmente, segtn los 
Sres. Graells y Pérez Arcas, se la conoce con el nombre de 
Almizclera. Buitrago y Guadarrama (col. Mus. reg. del Sr. Pé- 
rez Arcas!). Region moutana. Graells, 


w 
Famiuia 2.°—Soricidos. 


Dientes: I, fe ©) >, eed Pei 0 eye -. Calavera ensan- 
chada por detras, cOnica por delante; sin urco cigomatico, 
apofisis orbitaria ni fosa terigoidea. Primer incisivo mas 
erande que los demas y provisto de dos puntas; caninos mas 
pequenos que el menor de los incisivos; molares superiores 
formados por dos prismas triangulares; incisivos inferiores 
inuy prolongados. Forma semejante a la de los ratones. Ester- 
nédn ancho y sin quilla; clavicula pequena y delgada; radio y 
cuibito distintos; tibia y peroné soldados inferiormente; con 
cinco dedos en cada extremidad terminados por unas. Muchas 
veces con una g@landula odorifera en los costados. Con seis t 
ocho mamas inguinales. 


DE HISTORIA NATURAL. 191 


GENERO Sorex L. 


Dientes, en numero de 32, de color rojo anaranjado en la 
punta; los dos grandes incisivos inferiores de en medio den- 
tados en su borde superior, y los de la mandibula superior con 
el talén saliente, apareciendo de este modo como formando 
dos filas. Cola cubierta de pelos de una misma especie. Dedos 
casi desnudos; orejas pequefnas ocultas por el pelo. Dientes: 


Bred ee ae a. 
Ls} Co aan Mh. Se conocen con el nombre de musaraias. 


a. Cola mds corta que el cuerpo, descontando la cabeza, y en proporcién poco 


TE eS Ahe we etd bodkicossonaacde sec aunor “Gor adonbNoO sep OaUaODOCOL S. vulgaris 7. 
a.a. Cola igual 6 algo mds larga que el tronco, bastante pelosa; tamano algo mayor 
Queene OSHCCIE AMILETIORS saicta:aca.s:oj-\el aisle sicko enicdialcialslatetsiaicle'el> S. alpinus Schinz. 


S. vulgaris Z.—Pelo gris aterciopelado. Cola algo cuadrada 
mas corta que el cuerpo, pardo obscura por encima y gris por 
debajo. Pies casi desnudos. Con una glandula odorifera en los 
costados. Canino inferior con un solo tubérculo. Premolar con 
clos tubérculos. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,065; cola 0,042; pies 
posteriores, 0,015. 

Las costumbres salvajes de este mamifero le hacen dificil de 
capturar y observar; en Espamia parece ser algo frecuente, aun 
cuando los datos acerca de su existencia no sean muy abun- 
dantes. Madrid! (col. del Museo) Aranjuez! 


S. alpinus Schinz.—Pelo gris mas claro en el vientre. Cola 
tan larga 6 mas que el cuerpo, cubierta de pelo abundante en 
toda su extensién. Bigotes largos, blanquecinos. Taldn de los 
incisivos superiores poco marcado; canino inferior con dos 
tubérculos. De talla algo mayor que la especie precedente. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,070 m.; cola, 0,065; 
pies posteriores, 0,018. 

Esta especie habita sdlo las cordilleras elevadas como los 
Alpes, los Pirineos, etc., y aun cuando con duda, creo poder 
referir a esta especie algunos ejemplares de las regiones mas 
elevadas de la sierra de Guadarrama, 


192 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


GENERO Crocidura Wagler. 


Dientes blancos en numero de 28; los dos incisivos inferiores 
medios, grandes y no dentados, los superiores encorvados en 
anzuelo con el talon puntiagudo. Cola mas corta que el cuerpo, 
redondeada, delgada y de igual grueso en toda su longitud. 


; Si: ie ae 
Dientes: I. > C- 7 je? 73 M. = 


Cr. aranea Schreb.—Unica especie que se encuentra de este 
género. Caracterizada por su color gris, su cola cilindrica mas 
larga que la mitad del cuerpo, con pelos cortos sembrados de 
otros mas largos y fuertes. Orejas bien desarrolladas. 

Dimensiones: del cuerpo y cabeza, 0,060 m.; de la cola, 0,040. 

Es una de las especies mas comunes de este grupo y la que 
mas se acerca a las habitaciones y jardines, aun en el mismo 
Madrid. Generalmente se la designa como a@ todos los sorici- 
dos, con el nombre de Musarana y también con el de Musgaio, 
denominacidn poco precisa, pues se aplica también a otras 
alimanas, aranas, etc., bajo la cual parece ser objeto de creen- 
cias supersticiosas, pues se cree que produce mal de ojo. Ma- 
drid! (col. del Museo). Collado Mediano, Conde! (col. del Mu- 
seo, reg. Cazurro). Castellarnau, La Granja! Jardines de Ma- 
drid, Graells. 


GENERO Pachyura Selys. 


Dientes blancos, en ntimero de 30, con los incisivos inferio- 
res no dentados; el primer premolar muy pequeno fuera de la 
linea de los demas. Cola fuerte, cuadrada, disminuyendo 
insensiblemente en grosor hacia la punta, y tan larga como el 
cuerpo sin la cabeza. Dientes: I. : On +3 P. = M. = 

P. etrusca Savi.—Es la unica especie de este género y se 
distingue facilmente por su diminuta talla, color gris rojizo, 
mas claro en el vientre, las patas y el hocico. Cabeza @ruesa, 
orejas grandes, redondeadas. Pies cubiertos de pelos blancos. 
Cola gruesa en la base, de seccién subcuadrada. Sin @landu- 
las odoriferas en los lados del cuerpo. 


DE HISTORIA NATURAL. 193 


Dimensiones: de la cabeza y del cuerpo, 0,035 m.; de la 
cola, 0,025. 

Esta especie parece bastante rara en la regidn central y mas 
abundante en el SE. de la Peninsula. No poseo mas datos de 
su existencia en la provincia que unos ejemplares de Collado 
Mediano recogidos por el Sr. Conde, que regalé a las Coleccio- 
nes del Museo de Madrid. 


Famiutia 3.4—Erinacéidos. 


1 


Dientes: I. a ad ney M. om 


pecies exdticas. Calavera ensanchada entre las raices posterio- 
res de los arcos cigomaticos que son completos y delgados. 
Clavicula delgada. Omoplato con metacromion largo y pun- 
tiagudo. Cubito completo y separado. Peroné unido interior— 
mente con la tibia. Cinco dedos terminados en unas. Cuerpo 
cubierto en el dorso de pias 6 cerdas mas 6 menos mezcladas 
con el pelo. 


ii otras diversas para las es— 


GENERO Erinaceus JL, 


Hocico corto y agudo. Cuerpo no muy largo cubierto de 
espinas y susceptible de arrollarse en bola. Cola corta y pelosa. 


Dientes: I. = C. 3 iP = M. = 

Er. europeus Z.—Unica especie europea de este género. 
Tiene el dorso y los costados cubiertos de espinas de unos 
25 mm. de longitud y el resto del cuerpo de pelos largos, 
gruesos y rigidos. La cola muy corta y pelosa. Las manos con 
cinco dedos terminados en unas medianamente fuertes. 

Dimensiones: de la cabeza y el cuerpo, 0,200 m.; del ante- 
brazo, 0,50; del pie anterior, 0,027; del posterior, 0,040. 

El erizo comtin es una de las especies mejor conocidas del 
vulgo por su cubierta extraordinaria de espinas y por su 
abundancia y costumbres. Se le encuentra tanto en las sierras 
como en los llanos y no huye de las poblaciones y granjas en 
cuyas huertas y jardines penetra. Como animal que destruye 
muchos insectos y babosas, es util 4 la agricultura, pero por 
comer su carne, por ignorancia y hasta por pasatiempo se le 
persigue y destruye. 


ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 13 


194 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Madrid! El Pardo! Escorial! Navalcarnero!, etc. Area matri- 
tense, Graells. 


ORDEN III. 
Roedores. 


ae ae 1 2 
Dientes envueltos por el esmalte, los incisivos (+ rara VeZ 9) 


se reproducen continuamente por ser de bulbo persistente y 
crecen en direccidn circular; sin caninos; molares con super- 
ficies asperas y transversas generalmente. Mandibula inferior 
con los céndilos longitudinales, que no se mueven en cavida- 
des glendideas especiales, sino libremente de atras 4 delante 
6 viceversa en surcos longitudinales. Las cuatro extremidades 
dispuestas para la progresién y provistas generalmente de 
cinco dedos con unas. 


I. Dos incisivos solamente en cada mandibula. (SUBORDEN Simplicidentes.) 


d ] 2 ih, watered eo x 
1. Dientes: I. T M. 9 °R 6 3 6 gt 6 33 molares con tubérculos transversos 


y con la edad pliegues de esmalte 6 con laminas de éste y prismaticos. 
Peroné, en el adulto, confundido con la tibia, al menos en su tercio in- 
ferior. 


3 
a. M. 3° Con intestino ciego. Cola normal, poco pelosa. Fam. 1. Muridos. 


a. Molares tuberculosos, con raices. Hocico agudo. Cola larga, tanto 


O Masiquevelicuerpo, ECSCAMOSH.. amie vee date sie cicet peace Mus L. 

G8. Molares lamelosos, sin raices. Hocico obtuso. Cola mas corta que 

el cuerpo, cubjerta de pelo... ...:........000+-- Arvicola Lacep. 

aa. M. ac Sin intestino ciego. Cola en penacho 6 muy pelosa,............. 
ns e¥elorel afal sioheta)a/enelpit = eteieiela wetete eierdorckorsselotetete lo aiaial Fam. 2. Mioxidos 


No esta representada mds que por un solo género.... Myovus Schrb. 
1 5 
1.1. Dientes: I. ar M. 7 molares con raices. Tibia y peroné separados. Cola en 


penacho, con pelos disticos, tan largacomoelcuerpo. Fam. 3. Escitridos. 


Un solo género en la regiOn...........-0.66: Siero eck atrbaoRetele Sciurus L. 

1.1. Dos incisivos pequenos detrdés de los dos grandes, en la mandibula superior. 
Cola corta, pelosa. (SUBORDEN Duplicidentes.)........ -.. Fam.4. Lepéridos. 
Representada por un solo género..........+.04 slsiieinstaietane eine Sie Mose Lepus L. 


Fam. 1.—Muridos. 


Dientes: M. >) molares con tubérculos transversos, que por 
el desgaste se transforman en pliegues de esmalte y con raices 
6 con laminas de esmalte, prismaticos y sin raices. Calavera 
estrecha generalmente; los frontales, algo angostos por delante, 
tienen frecuentemente una cresta supra-orbitaria; apOfisis 


DE HISTORIA NATURAL. 195 


cigomitica del maxilar superior con dos rafces; sin apdfisis 
post-orbitaria; el agujero supra-orbitario, ensanchado por 
arriba y estrechado por abajo; apdfisis corondides y la del 
Angulo de la mandibula inferior perfectamente marcadas. 
Claviculas desarrolladas. Las extremidades anteriores por lo 
comin con cuatro dedos y un rudimento de pulgar; las poste- 
riores con uno. La tibia y el peroné unidos por debajo. Orejas 
medianas 6 muy cortas y ocultas por el pelo. Cola variable, 
6 larga y escamosa 6 corta y pelosa. Cuerpo generalmente 
esbelto y prolongado; piel con pelos suaves y rara vez con 
cerdas. Tamafo generalmente pequeno, en algunos algo 
mediano. 


GENERO Mus L. 


Dientes incisivos lisos; molares tuberculosos, con raices, que 
en los viejos, efecto del desgaste, forman pliegues de esmalte, 
los superiores algo dirigidos hacia atras, en numero de tres a 
cada lado, en ambas mandibulas. Cuerpo corto, con las patas 
poco prolongadas, bajas; cabeza cénica; ojos grandes y promi- 
nentes; orejas de mediado tamano, generalmente pelosa; na- 
riz prolongada y con cerdas formando bigotes. Cola delgada, 
escamosa, tan larga 6 mas que el cuerpo. Pies sin pelo, con 
pulgar rudimentario y con ufa plana en las extremidades 
anteriores; las demas unas fuertes y encorvadas. 


I. Pliegues palatinos no divididos en el medio: tubérculos de los tarsos anteriores 
alargados; con diez 6 doce mamas; cola con mas de doscientos anillos. Talla 
mediana. (Ratas.) 

1. Boveda craneal prismatica, con las crestas salientes; arco zigomatico re- 
gularmente convexo en toda su extensién. Cola un poco mas corta que el 
cuerpo con 210 anillos escamosos. Orejas apenas mas largas que el tercio 
MEM ARCADE ZA a \syeret0iciaseaitinl late ninis.« <& aNete ehtato lems atavele ler dela riers M. decumanus Pall. 

1.1. Boveda craneal globulosa con crestas relativamente borradas; arco zigo- 
mAtico comprimido. Cola algo mas larga que la longitud del cuerpo. Ore- 
jas casi tan largas como la cabeza. 

a. Color pardo amarillento, blancoen el vientre y amarillo en la gar- 

ganta. Hocico medianamente agudo............. M. tectorum Savi. 

a.a. Color gris muy obseuro, negruzco por encima. Hocico algo mds agudo 

Gueien la Espacio Anterior. cis. cre c)eiesessjnyis\ teeters ettiercieine M. ratius L. 

I.I. Pliegues palatinos divididos en el medio. Todos los tubérculos del pie redondea- 
dos; con 6 4 10 mamas; cola delgada, cuando mas con 180 anillos. Talla menos 

‘que mediana 6 pequeia. 

2. Orejas mas grandes que la mitad de la longitud de la cabeza, desunidas. 
(Mus. in str. sens. 6 Ratones). 


196 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


a. Boveda craneal ovoide; arco zigomatico sdlido y regularmente con— 
vexo en toda su extensi6n; frontales muy incluidos entre los parie— 
tales , que se prolongan lateralmente cada uno formando una rama. 
delgada y aguda. Con 10 mamas. Cola de 180 anillos. Longitud del 
pie con las unas menos de 20 mm.................. M. musculus L. 

a.a. Bovyeda craneal globulosa; arco zigomatico delgado y comprimido;. 
frontales poco incluidos entre los parietales, cuyos 4ngulos antero- 
laterales son poco agudos. Con 6 mamas. Cola con 150 anillos. Lon- 


gitud del pie, con las unas, més de 20 mm......... M. sylvaticus L. 
2.2. Orejas pequenas, del tercio de la longitud de la cabeza cubiertas de pelos 
Tasos. Con's MAMAS’ AM ECNOMIS Janes amicus se ial aes M. minutus Pall. 


M. decumanus Pa//.—Pelo pardo rojizo por encima con pelos. 
mas obscuros y gruesos, por la cara ventral de color mas claro: 
casi gris. Pies no pelosos. Cola algo mas corta que el cuerpo- 
con 210 anillos escamosos. Orejas bastante mas cortas que la 
cabeza. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,312 m.; cola, 0.192; 
pie, 0,043. 

Especie procedente de Oriente, y que en tiempos no muy 
lejanos, invadié toda la Europa. Es muy comun en toda la 
provincia. Madrid! Escorial! Pinto (Bolivar, col. Museo.) Area 
matritense, Graells! Se conoce generalmente con el nombre: 
de Rata. Kl) Sr. Graells, en su lista citada, la senala especial— 
mente como propia de las alcantarillas de Madrid. 


M. tectorum Savi.—Pelo de color pardo amarillento por 
encima, blanco casi en el vientre y en los pies; con una man— 
cha de amarillo en la garganta. El hocico medianamente 
agudo. Orejas casi tan largas como la cabeza. Cola algo mas: 
larga que el cuerpo, con unos 250 anillos proximamente. 

Dimensiones: de la cabeza y el cuerpo, 0,170 m.; de la 
cola, 0,205; pie posterior, 0,041. 

Esta especie es, en el sentir de algunos, una variedad de la. 
rata negra comin, distinta sélo por su color rojizo amarillento. 
M. de l’'Isle supone que esta variedad es una raza oriental de 
donde procede la rata comin de Europa y que los individuos. 
que de ella hoy se observan proceden de invasiones recientes- 
Generalmente se confunde con la especie que sigue. 

Madrid! El Sr. Bosc’ ha remitido ejemplares de esta especie 
i las colecciones del Museo, procedentes de Ciudad-Real y 
Valencia. 


DE HISTORIA NATURAL. 197 


M. rattus Z.—Pelo gris muy obscuro, negruzco por encima 
y casi ceniza por la cara ventral, pies negruzcos. Hocico mas 
agudo que en las especies anteriores. Orejas grandes y desnu- 
das, de la mitad de la longitud de la cabeza. Cola mas larga 
que el cuerpo, proximamente con unos 260 anillos. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,150 m.; de la cola, 0,200; 
pie posterior, 0,038. 

Especie muy comun en toda la Peninsula, que constituye a 
veces casi una plaga. Como las especies anteriores se designa 
con el nombre de rata. 

Provincia de Madrid!, etc. 


M. musculus Z.—Pelaje gris en su conjunto mas claro en la 
cara ventral. Cada pelo anillado alternativamente de gris, 
amarillo y pardo; pies grises. Orejas grandes, desnudas, grises. 
Mamas en numero de 10. Cola tan larga como todo el cuerpo, 
delgada, con 180 anillos cuando mas. Talla pequena. Tarsos 
cortos sin mancha en el talon. 

Dimensiones: de la cabeza y del cuerpo, 0,090 m.; pie poste— 
rior, 0,020. 

Esta especie, que es el ratén doméstico, vive en gran abun- 

- 4lancia en el interior de las casas Viejas. 

Provincia de Madrid! 


M. sylvaticus Z.—Pelo pardo rojizo por encima, blanco en la 
cara ventral y en los pies, claramente limitados estos colores 
en los costados; con una mancha obscura parda, rojiza en el 
talon. Orejas grandes. Con 6 mamas. Cola vellosa, mas obscura 
por encima, con 150 anillos. Tarsos largos. 

Dimensiones: del cuerpo y cabeza, 0,120 m.; de la cola, 0,110; 
pie posterior, 0,025. 

Como la especie anterior se designa con el nombre vulgar 
de ratén, y como el doméstico se encuentra a veces en los 
campos, se les confunde. Es bastante frecuente en gran parte 
de la provincia, desde el pie de la sierra hasta la Mancha, 
pues de Ciudad-Real existen en las colecciones del Museo 
ejemplares regalados por el Sr. Bosca. 

Madrid! Collado Mediano, Conde (col. Museo, reg. Cazurro). 
Area matritense, Graells, etc., etc. 


198 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


M. minutus Pa//.—Ksta especie, de tamafio atin mas pequeno 
que la anterior, de color amarillento y con las orejas cortas, 
redondeadas y pelosas, no ha sido hasta ahora observada, al 
menos que yo sepa, en esta regién, pero abunda en casi toda 
Europa meridional y central y algunas personas me aseguran 
haber visto en los trigos nidos de estos ratones; asi que es muy 
probable que exista también en la provincia. 


GENERO Arvicola K. et B. 


Dientes molares sin raices formados por prismas triangula— 
res que dan @ la corona la figura es esta corona plana. 
Orejas cortas 4 veces no visibles fuera del pelo. Hocico grueso 
y redondeado. Extremidades posteriores algo mas robustas en 


proporcion que las anteriores, con las plantas anteriores des- 
nudas, con cinco 06 seis tubérculos. Cola corta, pelosa en toda 


OA ree eee 
53 PB. gi Mg. 


; : é 1 
su extensidn. Formula dentaria: I. a 84 


I. Primer molar con solo siete senos en el esmalte; orejas que salen por encima de 
los pelos de la cabeza, tan largas como el tercio de la longitud de ésta; cola 
mas larga que la mitad del cuerpo. (Hemiotomys Sélys; Paludicola Blasius.) 

1. Cinco tubérculos en el pie posterior. Forma y dimensiones semejantes 4 
las de la rata comiin........ aa eases coe shield eves Ar. amphibius Nig. 

1.1. Seis tubérculos en el pie posterior. Tamano poco mayor que el del ratén... 

Bifdh chelate crates elateiclavay saves’ s elabeieic Sane tela\ ne Min eee sane treads week Av. nivalis Martins. 

I.I. Primer molar con mas de siete senos de esmalte. Cola més corta que la mitad 
del cuerpo. 

1. Arvicolas de formas rechonchas, algo semejantes 4 las del topo. Orejas muy 
cortas, ocultas por el pelo. Ojos pequenos. Cola mas corta que la tercera 
parte de la longitud del cuerpo. Cuatro. mamas. /Microtus Schp.; Terri- 
cola Fatio.) 

a. Color gris negruzco. Tercer molar superior con seis espacios y siete 
Angulos formados por los pliegues de esmalte..............e.seee 
5 phathafc Midis aictayar a ered steer Oe mycbaeie glaeeacciereltetne ee Ar. subterraneus Sélys. 
a.a. Color pardo amarillento. Tercer molar superior con sdlo cinco espa- 
cios de esmalte Tamanho algo mayor........... Ar. ibericus Sélys. 
1.1. Orejas tan largas como el terciode la cabeza, que apenas si asoman por 
encima de los pelos. Cola algo mas larga que la tercera parte del cuerpo. 
Ocho mamas. (Agricola B\.; Arvicola Bl ) 
Una‘ sola especie en esta regidn.........0...ccceeeessreevene Ar. agrestis L. 


Ar. (Hemiotomys) amphibius Pa//.—Pelo obscuro pardo gris 
con reflejos rojizos. Tercer molar superior con cinco espacios 
y seis angulos; primer molar inferior con siete espacios y 
nueve angulos, y el tercero con cinco espacios, cuatro de ellos 


DE HISTORIA NATURAL. 199 


incompletamente separados, y seis 4ngulos. Orejas medianas 
de la tercera parte de la longitud de la cabeza. Con cinco 
tubérculos solamente en la planta de los pies posteriores. Cola 
de la mitad de la longitud del cuerpo. Talla y forma semejan- 
tes 4 la de la rata comin. 

Dimensiones: del cuerpo y la cabeza, 0,172 m.; de la cola, 
0,081; pie posterior, 0,032. 

Esta especie es bastante comin en toda la regién y aun en 
toda la Peninsula, generalmente se la conoce con el nombre 
de rata de agua, pues se encuentra de ordinario en las orillas 
de los charcos y arroyos. Madrid! Arias (col. Museo), Collado 
Mediano!, Conde (col. Museo, reg. Cazurro). San Martin de la 
Vega, Arias (col. Museo). Area matritense, Graells. 


Ar. (Hemiotomys) nivalis J/artins.—Pelo por encima pardo 
gris bastante claro, amarillento en los costados, cola gris clara 
a veces blanca y casi blanca en la cara ventral. Tercer molar 
superior con seis espacios y seis angulos, y el primero inferior 
con ocho espacios y nueve angulos. Orejas de la tercera parte 
de la longitud de la cabeza. Pies posteriores con seis tubércu- 
los redondeados. Cola gruesa de la mitad de la longitud del 
cuerpo. Tamano bastante menor que el de la especie pre- 
cedente. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,120 m.; de la cola, 0,060; 
del pie posterior, 0,012. 

Esta especie habita siempre en las montafias en las regiones 
mas elevadas. Es comin en los Alpes y los Pirineos. El senor 
Castellarnau, en su Catalogo de aves de San Ildefonso, cree 
poder referir 4 esta especie las galerias y toperas que se 
observan en bastante abundancia en gran parte de la vecina 
sierra.. Por mi parte, en Pefia Lara y en otros puntos de la 
misma sierra he observado estas galerias que el vulgo atribuye 
a los topos, y he visto vivos, sin poderlos capturar, algunos 
ejemplares que por su talla y color sdélo podian referirse a esta 
especie. 


Ar. (Microtus) subterraneus Sé/ys.—Pelo gris negruzco, ce- 
niciento en la cara ventral. Primer molar inferior con nueve 
espacios y once angulos. Tercer molar superior con seis espa- 
cios de esmalte y siete dangulos. Orejas casi desnudas que 


200 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


apenas asoman entre el pelo. Ojos pequenos. Cuatro mamas. 
Cola mas corta que el tercio de la longitud del cuerpo. 

Dimensiones: de la cabeza y del cuerpo, 0,090 m.; de la cola, 
0,030; del pie posterior, 0,018. 

Esta especie es uno de los arvicolas mas abundantes en toda 
Europa y en la region que estudiamos. Generalmente por su 
habitat subterraneo el vulgo la confunde con el topo. Mu- 
chos autores la han dividido en diversas especies que, sin em- 
bargo, seglin la opinidn de Winge, de Elliot, de Trouessart 
y de la mayoria de los zodlogos que han estudiado reciente- 
mente este género, creen que pueden reducirse a una sola, 
siquiera se aprecien las demas como variedades. En nuestra 
regiOn las variedades mas frecuentes parecen ser la A. Zucertus 
Sélys y la A. pyrenaicus Sélys, en la regidn montana. 

Madrid! Arias (col. Museo); Villa del Prado, Arias (col. Mu- 
seo). Debe también existir por toda la provincia, pues se hallan 
en las colecciones del Museo ejemplares procedentes de Ciudad- 
Real, regalados por el Sr. Bosca. 


Ar. (Microtus) ibericus S¢/ys.—Color pardo algo amarillento, 
especialmente en la cara ventral. Tercer molar superior mas 
pequeno con sdlo cinco espacios de esmalte. Orejas muy peque- 
nas, apenas visibles entre el pelo. Cola corta, bastante peluda. 
De tamano algo mayor que la especie anterior. 

Dimensiones: de la cabeza y del cuerpo, 0,100 m.; de la cola, 
0,030; del pie posterior, 0,020. ; 

Esta especie parece ser bastante frecuente en todo el centro 
de Espana; en nuestra regién se extiende de preferencia en su 
porcidn mas meridional, hasta la Mancha, pues en las coleccio- 
nes del Museo existen ejemplares de Ciudad-Real recogidos 
por el Sr. Bosca, y otros recogidos por mi en Navalcarnero! 


Ar. (Agricola) agrestis Z.—Pelo gris, amarillento, blanque- 
cino en la cara ventral y los pies, y mas amarillento en los 
costados. Tercer molar superior con seis intervalos y siete 
angulos, el primero inferior con nueve intervalos y nueve 
angulos, y el tercero inferior con cinco angulos. Orejas de la 
tercera parte 6 poco mas de la longitud de la cabeza, que aso- 
man algo entre el pelo. Ojos grandes y prominentes. Cola 
algo mas larga que la cuarta parte de la longitud del cuer- 


DE HISTORIA NATURAL. 201 


po. Planta de los pies posterior con seis tubérculos. Ocho 
mamas. 

Dimensiones: de la cabeza y del cuerpo, 0,100 m.; de la cola, 
0,35; del pie posterior, 0,020. 

Este arvicola es la mas comun en la provincia, sobre todo 
en las tierras algo humedas y en los campos. Los labradores 
conocen los estragos que causa, pero la confunden general— 
mente con el topo y la dan este nombre. 

Comprende esta especie algunas variedades que muchos 
autores han considerado como especies distintas; la mas comtin 
en la regidn parece ser la A. var. arvalis Pall. Madrid! (colec- 
cidn del Museo). Area matritense, Graells. 


Faminia 2.4 Midxidos. 


4 
Dientes: M. > con crestas transversas de esmalte estrechas y 


aproximadas en la corona. Calavera estrecha en los frontales, 
Sin apofisis post-orbitaria, agujero infra—-orbitario mediano, 
prolongado y situado en la base de la apdfisis cigomatica; 
alvéolos de los incisivos muy grandes; las vejigas dseas de 
los huesos timpanicos muy desarrolladas. Con clavicula. Un 
rudimento de pulgar con ufa plana en las extremidades ante- 
riores y cinco en las posteriores; unas pequenas y cOmprimi- 
das. Cola de la longitud del cuerpo, terminada en penacho 6 
muy pelosa. 


GENERO Myoxus Schreb. 


Con dos incisivos en cada mandibula, generalmente algo 
tenidos de pardo, y los molares blancos. Cabeza bastante 
grande con el hocico poco alargado, las orejas medianas 6 
grandes y los ojos grandes. Cuerpo poco alargado con la cola 
larga y pelosa, y aun 4 veces distica como en las ardillas. 
Patas medianas con cuatro dedos y un pulgar rudimentario 
las anteriores y con cinco dedos las posteriores. Formula den- 


: 1 0 1 3 
taria: I. 72 C. 0? Es 7? M. 3° 
a. Molares superiores con solo tres pliegues de esmalte, de los cuales los dos 
mayores est4n situados en el borde externo. Tubérculo metatarsico interno 
muy estrecho, lineal, empezando al nivel del borde posterior del tubéreulo 
*metatdrsico externo. Cola cubierta de pelos cortos en la base y distica en el 
extremo. (Subgénero Lliomys Wagn.)....cs.sceceseerseces M. nitela Schreb- 


202 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


a.a. Cinco repliegues de esmalte en cada molar, casi iguales y situados en el borde 
externo. Tubérculo metatarsico interno oval, comenzando al nivel del medio 
del tubérculo metatdrsico externo. Cola distica y muy pelosa en toda su lon- 
pitud. (Subgénero Myorvs Schrep:) ssc. .:eciscies veleeceltes acnies siae) Me GUS Iie 


M. (Eliomys) nitela Schreb.—Parte superior del cuerpo de 
color pardo rojizo con un tinte lHgeramente violaceo; una 
mancha negra alargada parte del hocico, rodea el ojo, se 
bifurca al nivel de la oreja y termina en el cuello; una man- 
cha blanca delante de la oreja y otra detras. Cola negra en su 
parte posterior y blanca en el extremo, Regiones inferiores 
blancas 6 igeramente grises. 

Dimensiones: cabeza y cuerpo, 0,12 m.; cola, 0,10. 

Esta especie es comtin en la regidn montanosa de nuestra 
provincia, sobre todo en los bosques de encina; y el vulgo la 
designa con el nombre de /ivon, y conociendo el suenho inver- 
nal de estos animales aplica este nombre 4 las personas de 
sueno pesado. 

El Pardo! Montes de la cordillera de Guadarrama! Graells! 
Cercedilla! 


M. glis Z.—Color gris apenas mezclado de rojo, con la parte 
inferior de la cabeza y del cuerpo blanco muy puro. Orejas 
ovales de la longitud de la tercera parte de la cabeza, cubiertas 
de pelos cortos. Cola un poco mas corta que el cuerpo, distica 
y muy pelosa en toda su extension. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,14 m.; de la cola, 0,12. 

Esta especie parece no ser tan frecuente como la anterior, 
pero en cambio quizas esta algo mas esparcida. Madrid! (colec- 
cién del Museo). Collado Mediano, Conde! 

Ademas de las especies citadas se incluye también en esta 
familia otro género y especie comiin en otros puntos y que 
quizis pudiera existir en la regidn que estudiames, el M/uscar- 
dinus avellanarius L., bastante mas pequeno que los anteriores 
y con la cola cilindrica y poco pelosa, apenas distica 


Faminta 3.° Escitiridos. 


. 5 4 
Dientes molares 7, con raices. Calavera ancha por delante; 


los frontales con una apofisis post-orbitaria; agujero infra- 
orbitario grande, dirigido hacia delante y con un borde infe- 


DE HISTORIA NATURAL. 208 


rior grueso; el pOmulo, grande, llega hasta la cavidad arti- 
cular de la mandibula inferior; Angulo de esta casi cuadran- 
gular y saliente en todo su borde inferior. Labio superior 
hendido. Con clavicula. Tibia y peroné separados. El cuarto 
dedo de las manos mas largo que los restantes. Ufas corvas y 
comprimidas. Cola distica. 


GENERO Sciurus L. 


Cabeza redondeada; hocico corto; orejas de mediano tamano, 
cubiertas en invierno de pelos cortos. Ojos grandes. Dos inci- 
sivos en cada mandibula, ligeramente parduzcos; molares 
blancos. Cuerpo alargado; cola larga, cubierta de pelos largos, 
distica. Patas de mediano tamano terminadas por dedos alar- 
gados, provistos de ufas curvas y comprimidas; el pulgar de 
las patas anteriores muy pequeno. 


0 2 3 


Formula dentaria: I. + C. 

S. vulgaris Z.—Pelo rojo, de tono parduzco, casi negro 6 
muy encarnado; mas obscuros los pelos largos de las orejas y 
de la cola. Garganta, pecho y abdomen blancos. Cola tan larga 
como el cuerpo, distica por debajo y formando un hermoso 
plumero. En verano tienen estos animales todo el pelo del 
cuerpo mas corto y carecen de los pinceles que llevan en las 
orejas. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,25 m.; de la cola, 0,23. 

Esta especie, conocida con el nombre vulgar de ardilla, es 
muy frecuente en nuestra regidn, en los bosques, sobre todo 
en los de coniferas, en los que 4 veces ocasiona bastante dano 
destruyendo las pinas y comiendo las yemas. 

Escorial!, Peguerinos!, Puerto de Navacerrada!, La Granja! 
(Castellarnau), Pinares de la Cordillera (Graells). 


Famivia 4.° Leporidos. 


ate 6 . ? re . fae 
Dientes: M. =, sin raices, el ultimo superior muy pequeno 
y sencillo. La parte craneal de la calavera estrecha, con los 
agujeros 6pticos unidos en el medio; la apofisis zigomatica con 
una sola raiz y el agujero infra-orbitario pequefio; la superficie 


204 .ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


anterior del maxilar superior con numerosas aberturas muy 
pequenas; el paladar déseo, corto y estrecho y los alvéolos de 
los incisivos grandes y acorazonados. Orejas grandes y pro- 
longadas. Claviculas rudimentarias. Tibia y peroné anquilo— 
sados en su parte inferior. Extremidades posteriores mas largas 
y robustas que las anteriores. Cola corta encorvada y pelosa. 


GENERO Lepus L. 


Doce molares y cuatro incisivos en la mandibula superior; 
los dos incisivos mas pequenos detras de los dos mayores; diez 
molares y dos incisivos en la mandibula inferior. Cabeza bas— 
tante gruesa; orejas muy largas; ojos grandes; hocico corto 
cubierto de vello. Cuerpo alargado. Cola muy corta, pelosa y 
encorvada hacia arriba. Miembros anteriores de tamano me- 
diano, con cinco dedos; los posteriores mucho mas largos pro- 
pios para la carrera y con solo cuatro dedos. 


Oia ee Bhs 3° 
De eat as 


; ; 2 
Formula dentaria: I. oe . ntsc 


a. Patas posteriores muy largas. Punta de la oreja negra. Hendidura post-pala- 
tina ocupando casi los tres cuartos del espacio comprendido entre las filas de 
molares y estrechada por detrads. (Subgénero Zepus L.)........ L. timidus L. 

4.a. Patas posteriores poco mas largas que las anteriores. Orejas gruesas 6 parduz- 
cas en la punta. Hendidura post-palatina ocupando casi la mitad del espacio 
comprendido entre las filas de molares y estrechada por detras (Subgénero 
Oryctolagus Lilljeb)...... eles aisle love ecaeapsersteralelele giciss siete sinke wie sciaiene hee L. cuniculus L. 


L. timidus Z.—Pelaje gris rojizo, compuesto de pelos negros 
y pelos rojizos bajo los cuales se encuentra una capa de otro 
pelo mas fino de color gris blanquecino; lados amarillentos 6 
rojizos con pelos sueltos, unos blancos y otros negros; pecho y 
vientre blancos. Orejas negras en el extremo. Cola negra por 
encima y blanca por debajo. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,60 m.; patas posterio— 
res, 0,29; cola, 0,08. 

Esta especie es muy comin en toda la peninsula, al contra- 
rio de lo que sucede con su afin, Zepus variabilis Pall., 6 liebre 
de montana, que parece hallarse solamente en el Ampurdan. 
Se conoce vulgarmente con el nombre de /iebre, y su colora— 
cidn es bastante variable. 


DE HISTORIA NATURAL. 205 


Es comtin en toda la provincia y su caza constituye una 
diversion muy generalizada. Madrid!, Escorial, Navalecarnero!, 
Arganda!, etc. Area matritense (Graells.) 


L. cuniculus Z.—Pardo negruzco por encima, pardo gris en 
los lados; extremo del hocico pardo negruzco; garganta de 
color blanco agrisado; porcidén inferior del cuello y superior 
del pecho gris parduzca, y la ipferior del pecho y el vientre 
blancos, como asimismo la cara interna de los miembros. Cola 
peluda, corta, negra por encima y blanca por debajo. Orejas 
mas cortas que la cabeza con la punta gris. 

Dimensiones: cabeza y cuerpo, 0,40 m.; patas posteriores, 
0,09; cola, 0,06. 

Como la anterior, es esta especie muy comtn en Espana, 
sobre todo en el centro, y se designa con el nombre vulgar de 
conejo. Las variedades blancas, negras y rubias no son raras y 
lo serian menos si las alimanas no las destruyeran mas facil— 
mente por ser mas visibles que los tipos. En domesticidad se 
cria también y se conocen multitud de razas. 

Es muy comun en toda la provincia. 


ORDEN IV. 


Fieras. 


Calavera medianamente comprimida entre las drbitas, con 
el hueso lacrimal distinto, perforado por un canal lacrimal mas 
6 menos saliente fuera de la érbita y formando, en unidn con 
el pomulo, el borde anterior de ésta. Dientes con esmalte, bien 


3 1 
desarrollados y de tres clases: I. 3; C.; muy grandes y fuer- 


Var 


tes; Pm. >, el ultimo de ellos cortante y conocido con el 


: , eis Var. 
nombre de molar carnicero 6 laniario; M. rear tuberculosos: 


denticién de leche bien desarrollada. Las cuatro extremidades 

con las articulaciones préximas al cuerpo mas 6 menos inclui- 

das en los tegumentos; claviculas rudimentarias; huesos navi- 

cular y semilunar unidos; dedos en numero generalmente de - 
cinco, 4 veces de cuatro, por atrofia del pulgar, y. terminados 

por ufas fuertes y ganchudas frecuentemente retractiles. 


206 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


I. Con cinco dedos en cada pata. 

A. Con s6élo cinco molares en cada lado de la mandibula superior, inica- 
mente uno de ellos tuberculoso; craneo ensanchado. Cola mas corta que 
la mitad del cuerpo. Pies que apoyan parte de la planta en la progre- 
SION Mesh Wick «s+ b snehiecirceh Ana ner Cae op terete ererae Fam. 1. Mustélidas. 
a. Planta de los pies sin pelos. Molar tuberculoso no estrechado en su 

mitad. 
6. Dedos libres; pies alargados; molar tuberculoso muy grande en 
relaciOn con el carnicero; con 88 dientes en total. Cola apenas 


més larga que ilajeabezas. 2. sc.) eiceeiasasies Meles Briss. 
6.6. Dedos palmeados; pies cortos. Molar tuberculoso poco mayor 
que el carnicero; con solo 36 dientes............. Lutra Storr. 


a.a. Planta de los pies vellosa por debajo, no palmeada. Molar tuberculoso 
estrechado en el medio. 
c. Con 34 dientes, tres de ellos tuberculosos, 4 cada lado; cola 


mas corta que la mitad del cuerpo........... Mustela L. 
c.c. Con 38 dientes, cuatro de ellos tuberculosos; cola casi tan 
larga como Ja mitad del cuerpo............. Marta Ray. 


A.A. Con seis molares en cada lado de la mandibula superior, dos de ellos tu- 
berculosos. Craéneo alargado. Cola casi tan larga como el cuerpo. Digiti- 
BEAMOS TS el Facts eis cet ce aise eeiasrsr aires actoe nets Fam. 2. Vivérridas. 

d. Unas retractiles. Dedos de los pies unidos en la base. 
Con una bolsa glandulosa entre los érganos genitales 
yiasi@léndulasianales 3... \cgetcdn-deceiee Viverra L. 
d.d. Unias no retractiles, algo redondeadas. Sin glandula 
olorosa. Dedos de los piés no unidos en la base....... 
RaW SHOR OSE RAAAAt sags cecSevecge ae enpestes inte. 
I.I. Con.cinco dedos en las patas de delante y cuatro en las de detras. 
B. Unas retrdctiles. Craneo deprimido y ensanchado; un solo molar 
tuberculoso 4 cada lado de la mandibula superior; 30 dientes en 


COCHIN SP Ft eoccse tine wrete stain cranes ten eioine - a eetoners Fam. 3. Félidas. 

e. Extremidades cortas. Cola tan larga como el cuerpo. 

Orejasisin; pinceless 1.2.1 ca siecatiean e cee Felis L. 

e.e. Extremidades largas. Cola corta. Con pinceles de 

peloien las Orejag.eacceccl acne ener Iynz Rafin, 

B.B. Unas sencillas. Crdneo alargado. Molares tuberculosos en ambas 
mandibulas; 42 dientes en total.................. Fam. 4. Canidas. 

No comprende en Espana mas que un solo género.......... Canis L. 


FamitiA 1.2 Mustélidas. 


Un solo molar verdadero en la mandibula superior y dos en 
la inferior 4 cada lado; el ultimo premolar de la superior no 
comprimido. Calavera con la apdfisis paroccipital no aplicada 
inmediatamente 4 la vesicula auditiva; la apofisis mastdidea 
prominente y saliendo hacia afuera 6 abajo detras del con- 
ducto auditivo externo. Cinco molares cuando mas a cada lado 
de la mandibula superior, y de ellos solamente uno tubercu- 
loso. Craneo ensanchado. Cola mas corta que la cabeza. 


* DE HISTORIA NATURAL. 207 


GENERO Meles Brisson. 


Cabeza de mediano tamano con el hocico bastante alargado; 
OJOS pequenos; orejas pequenas, redondeadas; cuerpo alarga- 
do; patas cortas, armadas de unas fuertes y largas; marcha 
casi plantigrada; cola corta. 

1 


~f : 3) 
Formula dentaria: I. = C: 3 P, 


3 
a3 M+. 

M. taxus Schieb.—Pelo largo y basto, de color en general 
gris parduzco por encima; cada uno de los pelos anillado de 
estos dos colores y por debajo casi negro. Cabeza blanca con 
una ancha banda negra a cada lado. Orejas negras bordeadas 
de blanco en su borde interno. Pelos de la cola mas claros que 
en el resto del cuerpo. Una bolsa colocada debajo de la cola 
esparce un olor sumamente desagradable. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,76 m.; de la cola, 0,17. 

Los dejones, nombre vulgar con que se designa esta especie, 
son bastante frecuentes en casi toda Espana central y meri— 
dional. y especialmente en la regidn que estudiamos, en los 
terrenos accidentados 6 cubiertos de vinedo. . 

Comun en el area matritense, Graells. El Pardo!, Torrelodo- 
nes! Villamanta!, Arganda! 


GENERO Lutra Brisson. 


Cabeza ancha; orejas muy pequenhas y redondeadas; ojos 
pequenos; hocico corto y.ancho; cuerpo alargado; patas cortas 
con los pies palmeados y las unas poco encorvadas; cola fuerte 
y conica. 

Formula dentaria: I: ‘ C. . Pm. =; Carn. 3 M. <. 


oo] oo 


L. vulgaris Hrzleb.—Dorso y cola pardos; garganta, mejillas 
y hocico grises; pecho y vientre gris parduzco. Los individuos 
jovenes, casi del todo grises. Plantas desnudas entre las callo- 
sidades. Punta del hocico con una estria sin pelo en forma de 
cinta, en la parte superior, entre las aberturas nasales. Unas 
cortantes. Oo 


41-1] 


7s 


208 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,80 m.; de la cola, 0,40. 

Se designa esta especie con el nombre vulgar de nutria, y 
aun cuando no muy frecuente, no es tampoco rara en los rios 
y arroyos caudalosos de la provincia, sobre todo en los reman- 
sos y presas de los molinos. El Sr. Graells la cita de las orillas 
del Jarama, Tajo, Henares, Alberche, etc. Torrelodones, en 
el Guadarrama, Pérez Maeso! San Martin de Valdeiglesias! 
[Museo de Madrid.] Villamanta! Manzanares el Real! 


GEXERO Mustela L. 


Cuerpo alargado y vermiforme, cabeza y cola poco alarga-— 
das; orejas cortas y redondeadas; ojos medianos. Patas cortas 
con los pies igualmente cortos, vellosos, y no apoyando en la 
marcha mas que los dedos que estan unidos entre si por un 


rudimento de membrana. 
1 


[ey 
7; M.-- 


1 


1 2 
cn ee ae Carn. 


: 3 
Formula dentaria: I. 3; C. >; 


I. Estrechamiento frontal en la porcién anterior del crineo; vesiculas auditivas 
oblongas; pelaje claro por encima y blanco en el vientre. Cola enteramente 

rojiza, del color del dorso. Longitud del cuerpo, 0,17 m.; de la cola, 0,04....... 

sae yccernie eee ska erotade eis tore. suet eelnsuetatelwvotsbare niche lorkenciekace iaIate emmtate M. vulgaris Brisson. 

1.IJ. Estrechamiento frontal en el medio del créneo; vesiculas auditivas casi en for- 
ma de pirdmide triangular................ SurGEn. Foetorius Keys. et Blas. 

a. Cara algo ancha manchada de blanco 6 amarillento; pelo pardo; hocico 

poco prolongado. Longitud del cuerpo, 0,88 m...... M putorius Schreb. 

a.a. Pelo amarillento 6 casi blanco; ojos de color de rosa, cabeza mas estrecha 

y hocico algo prolongado. Longitud del cuerpo, 0,380 m...... A. furo L. 


M. vulgaris Bviss.—Cuerpo alargado, casi vermiforme; patas 
cortas. Cabeza puntiaguda con grandes bigotes en el hocico. 
Color pardo rojizo, con la garganta, el pecho, el vientre y la 
cara interna de las patas anteriores blancas. 

Dimensiones: cabeza y cuerpo, 0,17 m.; cola, 0,04. 

Ksta especie se designa comunmente con el nombre de 
comadreja, y es de las mis frecuentes de este grupo. De ordi- 
nario vive en los bosques, en las orillas de los rios, en las 
casas viejas, etc., y es animal danino, pues ataca a las aves 
de corral. 

Area matritense, Graells. Madrid! Collado Mediano!, Conde 
(col. Museo). Navalcarnero!, Escorial!, ete. 


DE HISTORIA NATURAL. 209 


M. putorius Sc/re).—Cuerpo menos alargiado que en la espe- 
cie anterior; patas gruesas; hocico poco prolongado; orejas 
medianas. Pelaje formado por pelos largos, negros, que dejan 
percibir debajo de ellos otros mas finos y cortos de color ama- 
rillento; orejas bordeadas de blanco; una mancha blancuzca 
entre el ojo y laoreja, y una banda blanca que rodea los labios 
y se ensancha en la nariz y la barbilla. Con glandulas anales 
que esparcen un olor desagradable. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,40 m.; de la cola, 0,17; 
pie posterior, 0,06. 

El vulgo designa esta especie con el nombre de turn, y es 
bastante frecuente en los montes de casi toda Espana. 

Area matritense, Graells. Madrid, Casa de Campo!, El Pardo!, 
Villamanta!, etc. 


M. furo Z.—Mas pequeno que la especie anterior, con la 
cabeza mas estrecha y el hocico mas largo y agudo. De color 
amarillo rojizo 6 a veces completamente blanco con los ojos 
sonrosados. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,30 m.; de la cola, 0,11. 

Esta especie se designa con el nombre vulgar de Auron, y en 
opinidn de muchos autores no es sino una variedad de la 
anterior. Dicese que procede de Africa, pero en esta region no 
se encuentra en estado salvaje. En Espana, dice Estrabon, que 
se cria desde los tiempos mas remotos, importado del Norte de 
Africa, pero generalmente sélo se encuentra en domesticidad, 
y los casos que se pueden citar de haberle visto en estado 
salvaje, se deben referir a individuos cimarrones. 

Area matritense (aclimatado en ella y procedente de Africa), 
Graells. Galapagar (en libertad)! 


GENERO Marta Ray. 


Cabeza bastante ancha, hocico de mediana longitud; ojos no 
muy grandes; orejas cortas y redondeadas, cuerpo alargado 
vermiforme, cola larga; patas mas bien cortas, armadas de 
unas agudas y encorvadas; marcha semi-plantigrada, dedos 
libres 6 reunidos solamente en la base. 


' ° 3 1 3 1 1 ‘ 
Formula dentaria: I. —; C. —; P. =; Carn. —; M.-. ge 
3 Tp ee er 1 1 rae 
ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. a 
U ? 
(= 
\e- 
ot 
» © 


210 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


M. foina Gme/.—Cabeza y cuello pardos, con las patas un 
poco mas obscuras; garganta, regién inferior del cuello y parte 
anterior del pecho de color blanco purisimo; cola con pelos 
largos de color pardo muy obscuro. Su piel esta cubierta de 
dos especies de pelos, unos largos y finos de color pardo, bajo 
los cuales se encuentran otros muchos mas finos y mas apre- 
tados de color mas claro. 

Dimensiones: cabeza y cuerpo, 0,48 m.; cola, 0,25. 

En castellano se designa esta especie con los nombres de 
garduia, papialbillo y patialbillo, y es bien conocido por los 
estragos que hace en los animales domésticos. Es comun en 
toda la provincia. 

Area matritense, Graells. El Milanillo!, Villamanta! 


Famiuia 2." Vivérridas. 


Dientes: P. = M.+ 6 S los incisivos aproximados, los cani- 
nos robustos y los molares verdaderos de la mandibula supe- 
rior y el ultimo de la inferior tuberculosos. Calavera regu- 
larmente deprimida por detras, con la apofisis paroccipital 
aplicada sobre la vesicula auditiva y la mastoidea poco mar- 
cada; conducto auditivo externo muy corto. Hocico mediano, 
deprimido. Extremidades cortas. Glandula prostatica saliente; 
glandulas de Cowper bastante desarrolladas entre el ano y los 
organos genitales; glandulas odoriferas. 


GENERO Viverra L. 


Cabeza fina, deleada, con las orejas bastante largas y un 
poco redondeadas; ojos de tamano mediano; hocico regular- 
mente prolongado. Cuerpo alargado. Patas no muy cortas, 
como en los mustélidos, terminadas por cinco dedos, todos 
ellos, armados de unas semi-retractiles agudas y encorvadas; 
marcha degitigrada. Cola muy larga. 


3! ' 3 1 3 
Formula dentaria: I. a OPT oa 


V. genetta 7.—Pelaje gris rojizo, con manchas negras bas- 
tante numerosas, salvo en la garganta, el pecho y el vientre; 


DE HISTORIA NATURAL, 211 


una raya negra en el dorso. Cola anillada de negro, sin man- 
cha por encima; hocico negro y a@ cada lado de la nariz una 
mancha gris. Cerca del ano existe una especie de saco formado 
por dos glandulas voluminosas que segregan una substancia 
de olor muy almizclado. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,47 m.; de la cola, 0,41; 
altura hasta la cruz, 0,19. 

Se conoce esta especie con el nombre vulgar de ginela, y 
segun dice el Sr. Graells en su citada lista, es comin en los 
montes de la provincia. Castellarnau. San Ildefonso , Villa- 
manta! El Pardo! 


GENERO Herpestes Illig. 


Patas cortas con cinco dedos semipalmeados, provistos de 
unas algo retractiles; lengua aspera con papilas cérneas; ore 
jas pequenas, redondeadas. Hocico agudo, nariz saliente con 
un canal central por debajo. Una bolsa voluminosa sencilla 
cerca del ano representa la glandula odorifera, pero no pro- 
duce substancia ninguna olorosa. Pelo largo, rigido, anillado, 
de color claro y obscuro alternativamente. Cola larga. 


1 4 Diets eee | 
PB a Carn. ne M. ane 


Formula dentaria: I. : 5 C. 53 

Herp. ichneumon Z., var. Widdringtonii Gray. — Cuerpo 
oblongo, cabeza pequena con el hocico saliente; orejas cortas, 
afiladas; ojos medianos, brillantes, patas cortas, palmeadas; 
cola larga, gruesa y cOnica, terminada por un pincel. Pelo 
medianamente largo, algo mas prolongado en el lomo y escaso 
en el cuello y vientre, de color gris obscuro con el hocico y la 
punta de la cola negros. En el lomo los pelos son casi negros, 
con tres anillos claros y la punta parda; los de la cara son muy 
cortos y los de las orejas suaves y rizosos. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,75 m.; de la cola, 0,40. 

Muchos autores opinan que el Herpestes de Espana debe 
constituir una especie aparte, H. WWiddringtonii Gray, pero 
recientemente la mayoria de los zodlogos, siguiendo el criterio 
establecido por Trouessart en su catalogo de mamiferos, con- 
sidera a la mayoria de las especies de este @énero como varie- 
dades del tipo H. ichneumon L. En. Espana se conoce esta 
especie con el nombre de me/oncillo, y es mas frecuente en 

‘ 


212 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Andalucia que en nuestra regién, en la cual no poseo mas 
datos acerca de su existencia que la cita que de é] hace en su 
mencionada lista el Sr. Graells, aun cuando adyierte que es 
bastante raro. 


Faminia 3." Félidas. 

Dientes: P. 2 0 = M. + (eB; - 0 = Carn. - M. a molar ver- 
dadero de la mandibula superior pequeno y tuberculoso y el 
de la inferior comprimido. Calavera con la apdfisis paroccipi- 
tal inmediatamente aplicada a la vesicula auditiva, y la mas— 
toidea pequena 6 poco marcada; el conducto auditivo externo 
muy corto; sin canal alisfenoides; la vesicula auditiva divi- 
dida interiormente en dos camaras, anterior y posterior, que 
se comunican entre si. Hocico muy corto. Lengua con papilas 
muy fuertes y corneas dirigidas hacia atras. Las extremidades 
digitigradas con las palmas y plantas pelosas; todas con cinco. 
dedos, pero el pulgar de las posteriores parece que falta, pues 
es muy corto. 


GENERO Felis L. 


Cabeza ancha; ojos grandes; hocico corto; orejas de mediana 
longitud, puntiagudas, sin pinceles; cuerpo bastante alarga- 
do; patas de mediana longitud; ufas agudas muy encorvadas, 
retractiles; marcha digitigrada. Cola variable pero siempre 
mas larga que la mitad del cuerpo. Pupila vertical. Lengua 
aspera. 


VS . 3 ‘ ] 2 ] 1 
Formula dentaria: I. a C. a Pe 5 Carn. 7 M. ie 


a. Cabeza grande, aplanada. Cola cilindrica terminada por una gran brocha de 


pelos negros. Garganta con mancha blanca..................0.8.- F. catus L. 
a.a. Cabeza menos aplanada. Cola adelgazada en el extremo, sin pincel de pelos ne- 
gros. Garganta sin mancha blanca................00-eeee F. domestica Briss. 


F. catus 7.—Pelaje grueso, bastante largo, de color rojizo 
con bandas negras; una raya negra en el lomo; hocico rojo, 
blanquecino @ cada lado de la nariz; barbilla blanquecina; 
garganta con una mancha blanca; cuatro fajas paralelas sobre 
la cabeza y el cuello y tres 6 cuatro en las patas. Cola cilin- 
drica de igual grueso, con seis ti ocho fajas obscuras y termi- 
nada por un pincel de pelos de este color. 


DE HISTORIA NATURAL. 213 


Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,70 m.; altura hasta la 
cruz, 0,35; cola, 0,33. 
Esta especie se conoce con el nombre de galo salvaje 6 mon- 


lés, y no es raro en nuestra regidn en los bosques en que: 


abunda la caza; en los montes de la Mancha es atin mas 
frecuente. 
Area matritense, Graells. El Pardo! Villamanta! 


F. doméstica A7iss., var. hispanicus.— Color sumamente va- 
riable, pero en los ejemplares tipicos amarillento-rojizos 6 
gris por encima, un poco mas rojo en la parte posterior de la 
cabeza y la linea media de la espalda, mas claro en los costa- 
dos y casi blanco en el vientre. Tronco con fajas transversas 
estrechas mas obscuras y algo difuminadas, también marca- 
das en las patas. En el lomo y la nuca se distinguen ocho de 
estas fajas. Cola mas delgada en la punta, con tres 6 mas 
lineas obscuras, de color rojizo por encima y algo blanquecina 
por debajo. Garganta con una mancha blanquecina. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,54 m.; cola, 0,24. 

El #. domestica Briss. 6 gato en lenguaje vulgar, es una es- 
pecie sumamente frecuente en domesticidad y que se cree que 
procede de hibridaciones de varias especies salvajes (7. manu, 
de Asia; F. maniculatus, de Africa, y #. catus, de Europa), asi 
que presenta numerosisimas variedades, pero de todas ellas la 
mas comun es la descrita con el nombre de /. Aispanicus, que 
se opina, por su semejanza, que procede del 2. maniculatus 
Ruppel, que era el gato de los antiguos egipcios que atin vive 
salvaje en el Norte de Africa. A ella tienden casi todos los 
gatos que en los campos viven en estado de libertad 6 en una 
domesticidad relativa. Ademas de esta variedad existen otras 
cuyo origen es debido, seg iin Fitzinger, a diversos cruces. Asi 
el F. domesticus striatus, 6 gato rayado, seria el resultado de 
cruces sucesivos entre el #. maniculatus y el FL. catus, el FP. an- 
gorensis 6 gato de Angora, del cruce entre el /. maniculatus y 
el F. manul y el F. ceruleus 6 gato maltés 6 ceniciento del de 
Angora, y el F. hispanicus. 

Esta especie en domesticidad es comunisima en la region 
que estudiamos, y aun cuando con menos frecuencia, se 
encuentra alguna vez en estado salvaje procedente de indivi- 
duos escapados. 


214 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


GENERO Lynx Rajin. 


Orejas con pinceles de pelos bien desarrollados. Primer pre- 
molar superior atrofiado 6 nulo. Patas bastante mas largas 
que en el género anterior. Cola corta de la cuarta parte de la 
longitud del cuerpo cuando mas. Tamano bastante consi— 
derable. 


‘ 3 
Formula dentaria: I. ee 


1 Bere. donde 
PSs OG; Carn. 3M: 


o|r 


L. pardina Ofen.— Color rojo vivo con manchas negras pro- 
longadas; los pelos de los lados de la cabeza mas largos, rojos 
y negros por arriba y casi blancos por debajo; las orejas y los. 
pinceles que las terminan negros con grandes manchas; el 
cuello con fajas longitudinales; el vientre blanco y la cola 
rojiza obscura, con la punta negra y mas corta que la cuarta 
parte del cuerpo. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,80 m.; de la cola, 0,15. 

Se designa esta especie con los nombres de Jince, lobo cerval 
y gato clavo, y reemplaza en la Europa meridional al Lynx 
vulgaris auct. 6 Lynz cervavia Temminck, que es de mayor 
tamano y con la cola algo mas larga. Esta especie se va 
haciendo bastante rara en esta regidn, pues poco a poco, por 
los danos que causa en la caza, se la persigue y destruye. Es 
frecuente en Sierra Nevada, Extremadura, Sierra Morena, 
Montes de Toledo, Sierras de Gredos y Guadarrama y sus 
ramificaciones con la Alcarria y Cuenca y hasta cerca de 
Madrid. En las Navas y en el Quejigal, cerca de Robledo de 
Chavela, era muy frecuente, y mi padre, que matd varios alli 
y en Cercedilla, vid cazar cinco en un dia. En el Pardo, aun 
cuando muy raro, parece haber existido, y el Sr. Graells la 
cita de los pinares de San Martin de Valdeiglesias y de los 
bosques cercanos a Extremadura. 


Famiuia 4." Canidas. 


ee ae i 1 
Dientes: I. 35 C. 7; P. 5 Carn. +; 


el borde festoneado. La calavera con la apofisis paroccipital 


2 sa cee 
M. aa los incisivos con 


inmediatamente aplicada 4 la vesicula auditiva; la apdfisis 


DE HISTORIA NATURAL. 215 


mastdidea pequena; el conducto auditivo externo muy corto; 
agujero glendideo manifiesto. Marcha digitigrada; las unas 
romas y no retractiles. Sin glandulas anales. Lengua lisa. 


GENERO Canis L. 


Cabeza larga; hocico alargado; ojos bastante grandes; orejas 
de mediana longitud, terminadas en punta; cuerpo poco alar- 
g@ado; cola larga y generalmente pelosa; patas bastante largas 
de ordinario, las posteriores 4 veces con el pulgar rudimenta- 
rio; unas no muy largas, romas y no retractiles. 

C. 7 P; = Carn. + M. 


; ; 8 
Formula dentaria: I. an 


a. Cola poco pelosa, poco mas larga que la tercera parte del cuerpo. Patas largas; 
PUpilamad ond an:1) nsec. cicero ne wremmriede rises ee sacig aden: ste SUBGENERO Canis. 

6. Color y tamano sumamente variable; cola en general poco pelosa, levan- 

tada, encorvada hacia arriba y de ordinario hacia la izquierda,.......... 

isehiserert A Mtoe ton oUb Rates Odor rmoritooe rn asanaccn . Sccs tee C. familiaris L. 

b.b. Color parduzco, rojizo, tamano considerable (1,20 m.), cola bastante pelosa, 
caida y péndula. Una raya negra en las patas anteriores, por delante; 

formas mas esbeltas en general que en la especie precedente. C. lupus L. 

a.a. Cola mas larga que la mitad del cuerpo, muy pelosa. Patas cortas, pupila verti- 
cal. Tamano pequeno (0,615 m.)— SUBGENERO Vulpes........... « C. vulpes L. 


C. familiaris Z.—Incisivos escotados y agudos, caninos 
grandes algo encorvados y salientes; primer premolar de la 
mandibula superior mayor que los demas y con el ldébulo 
interno dirigido hacia dentro. Pupila redondeada. Patas poste- 
riores con el pulgar rudimentario. Cola mediana, pelosa, 
generalmente mas corta que las patas. Especie sumamente 
variable en cuanto a su tamano y color, pues presenta multi- 
tud de variedades. 

Esta especie, denominada vulgarmente ye770, es ciertamente 
la mas comun y de todo el mundo conocida para que sea pre- 
ciso anadir dato ninguno acerca de ella. 


C. lupus Z.—Lomo gris rojizo con pelos rojos y negros; regio- 
nes laterales mas claras y la ventral rojiza clara; garganta 
blanca; patas parduzco-rojizas, las anteriores con una raya 
negra por delante; cola con pelos largos, sobre todo por debajo, 
mas obscura por encima, caida y péndula; hocico negruzco: 


216 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


orejas rectas y puntiagudas; de mayor tamano que la especie 
precedente y de formas en general mas esbeltas. 

Dimensiones: cabeza y cuerpo, 1,15.m.; cola, 0,35; alzada, 0,60. 

Demasiado comutn en otro tiempo en esta regidn, esta espe- 
cie, conocida con el nombre de /obo, es hoy mas escasa feliz— 
mente, pues los pastores y ganaderos le persiguen tenazmente. 
Esta especie es muy afin al perro comin, a cuya formacién 
probablemente ha contribuido, si, como muchos opinan, pro- 
cede de hibridaciones de diversas especies salvajes; de todos 
modos, su cruce es fecundo y no raro; mi padre pudo observar 
en Villamanta el de un lobo y una perra que, llegada 4 tér- 
mino, parié cinco cachorros. El lobo se encuentra general- 
mente en los sitios mas asperos de las sierras, y sdlo acosado 
por la necesidad baja al Nano. 

Area matritense, Graells. Escorial!, Villamanta!, Cercedilla 
y puertos altos de la sierra!, etc., etc. 


C. vulpes L.—Pelaje leonado por encima y mezclado a veces 
con pelos blancos 6 negros y por debajo gris blancuzco; orejas 
blancas por delante y negras por detras; patas de color mas 
obscuro, casi negras en el extremo; cola mas larga que la mitad 
de la longitud del cuerpo, toda ella muy pelosa, formando un 
hermoso penacho, de color obscuro y terminada por pelos 
blancos. Hocico muy puntiagudo; orejas grandes y agudas. 
Pupila oblonga. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,70 m.; de la cola, 0,52; 
alzada, 0,32. 

Esta especie se designa en castellano con el nombre de zo77a 
y es frecuente en toda la regién, sobre todo en los montes. La 
variedad casi negra Canis ( Vulpes ) alopex L. no es muy rara. 


ORDEN V. 
Artidactilos. is 


Dientes de tres clases generalmente y con esmalte; los inci- 
sivos, cuando existen, divergentes hacia sus raices y en 
nimero mas reducido 6 nulos en la mandibula superior. 
Molares con dos 6 tres raices y coronas trituradoras. Extremi- 
dades con las articulaciones prOximas al cuerpo algo envuel- 


DE HISTORIA NATURAL. 217 


tas por los tegumentos; los dedos en ntimero par, cuando mas 
cuatro desarrollados, terminados por pezunas; huesos del 
‘arpo en dos filas; sin claviculas. Estomago mas 6 menos 
dividido 6 compuesto; ciego relativamente, pequeno y sencillo. 
Placenta no decidua. 


A. Con dos dedos en cada pie. Estomago dispuesto para la rumiacién. Molares sin 
tubérculos, con pliegues de esmalte. Caninos poco 6 nada desarrollados, Sin 


incisivos en la mandibula superior................ SUBORDEN Rumiantes. 
a. Cuernos con clavija ésea, no caducos y no ramificados; extremidades con 
las articulacioaes proximas al cuerpo incluidas en los tegumentos..... 
pagan ae see BoeRishkle Tee stad beh ee eToohlaie crate AM, Un BOWLS) 


bd. ‘Tamanho grande. Extremidades cortas y robustas muy incluidas en 
los tegumentos. Cuello corto. Lomo abultado. Sin fosas lacrimales; 
MUP ANA Wlasien as tPeZ UMass ele cite siaisiels's) &-luivteiccler see teieteierel Bos L. 
d.b. Tamano mediano. Extremidades mas largas y esbeltas. Cuello largo. 
Generalmente con fosas lacrimales y glandulas en las pezunas. 
c. Cuernos dirigidos hacia arriba, arqueados hacia atrds. Muce- 
rola cOncaya. Menton con barba. Cola corta....... Capra l. 
c.c. Cuernos de los machos gruesos en la base, prismAticos, dirigi- 
dos hacia atraés y formando una espiral. Las hembras sin 
cuernos. Mucerola convexa. Mentén sin barba. Cola larga.... 
bis hs sea Hof d a ciaieissctesers arshauettes nator MeN pice’ crataseureucioie teaaeh a OURO, Meas 
a.a. Cuernos sin clavija 6sea, ramificados, caducos todos los anos, extremida- 
des esbeltas con las articulaciones no incluidas en los tegumentos; las 
posteriores bastante mas largas que las anteriores. Fam. 2. Cérvidos. 
d. Cuernos con los candiles de la punta reunidos formando 
una especie despalmay! ..cnsc ce. cess qe me Dama Ham. 
d.a. Cuernos con todos los ganchos 6 candiles libres. 
e. Un gancho 6 candil de la base dirigido hacia delante. 
Cola tan larga proximamente como la mitad de la 


OLEVA cate eect tre oavanvetencrel eereiere rend crisis soars Cervus L. 

e.e. Sin candil dirigido hacia delante. Cola casi nula.... 

tL Micie noel BS) Ola lo ONT ap Cet OAID CC Capreolus Gray. 

A.A. Cuatro dedos en cada pie. Estomago sencillo. Molares con tubérculos. Caninos 
muy desarrollados. Con incisivos en la mandibula superior...... arate ofareseretents 

Ean de cicae teenie hk, Deiman Satie Mo caIne eae SUBORDEN Porcinos 6 paquidermos. 
Unarsolafamilia enjesta reSiOn..c4/ 2. < thveseh marie csieis.creictote Fam. 3.2 Snidos, 
LUBUPSTON Co) 443) s Ven a)e pean S tye OO ADC OETA ODE ORE COROUCHOD ODD bcs Oar tea DIS Sus L. 


Fam. 1.2 Bovidos. 


Dientes incisivos persistentes tan solo en la mandibula infe- 
rior y no separados en la sinfisis. Calavera con la vesicula | 
auditiva saliente y declive, aplicada por detras 4 la apdfisis 
paroccipital; huesos nasales largos, estrechos, inclinados 
hacia delante y unidos a los lacrimales y supramaxilares. 
Cuernos en ambos sexos persistentes y con clavija Osea, a la 


218 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


cual rodea por completo el estuche cérneo. Vértebras cervica- 
les en numero variable de 3 4 7, Extremidades posteriores 
algo mas larg'as que las anteriores. Estbmago con cuatro cavi- 
dades. 


GENERO Bos L. 


Cuernos cilindro-cénicos, casi circulares en la base, curvos 
hacia arriba y afuera, bastante separados en la base y coloca- 
dos sobre los lados de la parte superior y mas elevada del 
extremo posterior del plano occipital. Porcidn facial de la 
calavera igual a la frontal. Cabeza declinada. Cuello corto. 
Lomo saliente. Extremidades robustas. Huesos metatarsicos 
poco mas largos que los dedos con las pezunas. 


= ‘ 0 0 3 3 
Formula dentaria: 1. 7; C. >; P. FAL e- 


B. taurus Z.—Cuerpo grueso, fornido, con los miembros 
cortos y robustos. Cabeza relativamente no muy grande, con 
la frente plana mas larga que ancha y el hocico grueso y 
ancho. Cuernos en ambos sexos redondos, cdnicos, lisos, encor- 
vados hacia arriba y hacia afuera, de tamano muy variable. 
El cuello corto con un gran repliegue blando y colgante de la 
piel formando la papada. Color bastante variable, general- 
mente pardo rojizo, & veces con grandes manchas blancas, 
mas obscuros por el dorso y mas claros por el vientre. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 2 m.; cola, 0,90. 

Esta especie es de las mas conocidas de todo el mundo y se 
designa con el nombre de 7070 al macho, vaca 4 la hembra y 
buey al macho castrado. 

En la provincia se crian multitud de razas en domesticidad, 
segtin el objeto 4 que se destinan, como las razas destinadas a 
dar leche, a la lidia, 4 carne, etc. 


GENERO Capra L. 


Cuernos largos, grandes relativamente, encorvados en semi- 
circulo, prismaticos y anillados en el macho y mds pequenos 
en la hembra; en el mentén un mechdén de pelos formando 
una especie de barba. Hocico velloso no abultado alrededor de 
las narices; cola corta, recta, levantada y pelosa por encima. 


DE HISTORIA NATURAL. 219 


a. Cuernos no muy grandes, comprimidos; barba abundante. Dorso algo aquilla- 


do. Formas poco esbeltas. Pelo liso......... Pe ace atc tio 1 C. hircus L. 
a.a. Cuernos grandes, nudosos, de seccién triquetra 6 casi cuadrangular; barba del 
macho muy escasa. Formas esbeltas. Pelo crespo...... C. hispanica Schimp. 


C. hircus 7.—Cuerpo alargado; lomo algo aquillado; cuello 
poco alargado; cabeza corta con el hocico obtuso; la frente 
ancha; la base de la nariz poco convexa. Los cuernos del 
macho primero encorvados hacia detras, luego algo dirigidos 
horizontalmente hacia afuera y algo hacia delante, de modo 
que presentan indicios de linea espiral; la superficie de estos 
cuernos es anillada y en su seccion casi transversos; las hem- 
bras, aun cuando mas pequenos, llevan también cuernos 
generalmente. Las patas son largas y fuertes y la cola corta y 
con pelos fuertes. Su color varia considerablemente en las 
razas domésticas. 

Dimensiones: cabeza y cuerpo, 1,60 m.; cola, 0,22; cuernos 
del macho, 0,64. 

Esta especie, conocida con el nombre de cadra, es muy 
comun en domesticidad y formando grandes rebanos que se 
crian en estado casi salvaje en los montes y sierras. 


C. hispanica Schimp.—Pelaje espeso, encrespado y largo, de 
color ceniciento 6 rojizo, mas claro en verano que en invierno, 
con las patas por la parte anterior y una faja dorsal que corre 
hasta por encima de la cola, muy obscura, casi negra; vientre 
mucho mas claro, casi blanco. Occipucio y lomo con el pelo 
muy crespo y mucho mas abundante, formando una especie de 
crin. Barba del macho corta y muy poco marcada. Cuernos 
del macho grandes, puntiagudos, de seccién casi romboidal, 
aproximados en la base, con tres inflexiones: la primera desde 
la base hacia arriba y hacia adentro; la segunda algo hacia 
afuera al nivel del primer tercio, y por ultimo, la tercera cerca 
de la punta en que se dirigen otra vez hacia adentro. Los de 
la hembra pequenos y semejantes a los de la cabra comin. 
Orejas muy pelosas. 

Dimensiones: largo del cuerpo, 1,55 m.; alzada, 0,75; cola, 
0,12; longitud de los cuernos, 0,76; diametro de los mismos en 
la base, 0,10. En la hembra, 0,15 de longitud. 

La Capra hispanica Schimp. 6 cabra montés es muy seme- 
_jante a la C. ibex L., tanto, que muchos zodlogos, como 


220 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Trouessart, la consideran, lo mismo que a la C. pyrenaica 
Schimp., Unicamente como una variedad de la anterior, de la 
cual sdlo se distingue por la forma y disposicién de los cuer— 
nos, que en la C. Aispanica Schimp. forman en cierto modo una 
especie de lira, por la coloracién mas intensa de su piel y por 
la especie de crin que forma el pelo en el occipucio y lomo. 

Esta especie 6 variedad, segtin quiera considerarse, vive 
unicamente en el centro y Sur de Espana, 4 diferencia de la 
C. pyrenaica Schimp., que solo se encuentra en el Norte. El 
Sr. Graells la incluye en la fauna del area matritense y dice 
que vive en la region mas elevada de la cordillera, y Brehm 
la cita también de la Sierra de Guadarrama, pero en realidad 
no parece que, al menos hoy, exista en los limites de lo que 
constituye verdaderamente la fauna matritense, pues los sitios 
mas proximos en que se encuentra son la Sierra de Gredos y 
Sierra Morena. 


GENERO Omnisuie 


Cuernos encorvados hacia afuera y adelante, algo en espiral, 
rugosos, con una linea saliente que marca una especie de 
quilla en su contorno. Frente convexa. Hocico muy marcado. 
Kl macho sin barba. La hembra sin cuernos. Cola caida, gene- 
ralmente de bastante longitud. Cuerpo cubierto de lana. 


; ; Orverkty 3 3 
Formula dentaria: I. Tipe cas E sas NL re. 


Ov. aries Z.—Formas cortas y pesadas. Cabeza voluminosa; 
hocico obtuso, abultado; nariz convexa; frente plana; ojos 
pequenos, lacrimales grandes; orejas medianas, redondeadas 
en la punta. El macho con los cuernos grandes, en espiral, 
generalmente formando casi dos espiras. La hembra sin cuer- 
nos. Cuello corto y grueso con la piel muy arrugada y formando 
una papada en la garganta. Cuerpo corto, recogido, de escasa 
alzada. Piernas cortas pero fuertes. Cuerpo cubierto de lana 
abundante de calidad variable en las diversas razas. Cola larga 
y cubierta de lana. 

Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 1,13 m.; alzada, 0,67. 

ista especie es la conocida con el nombre de oveja@ la hem- 
bra y carnevo el macho, y es muy abundante en toda Es- 
pana y en toda la regién que estudiamos, formando rebanos. 


DE HISTORIA NATURAL. 22 


La raza merina es originaria de Espana y forma la variedad 
Ovis aries hispanica. 


Famitia 2.% Cérvidos. 


Dientes: incisivos persistentes solo en la mandibula inferior 
y no separados unos de otros en la sinfisis; los caninos de la 
misma semejantes y paralelos con los incisivos, Calavera con 
la vesicula auditiva poco saliente, declive y aplicada tan 
solo 4 la superficie interna de la apofisis paroccipital; apofisis 
estildides dirigida declivemente, interpuesta entre la vesicula 
y la apofisis paroccipital y no incluida en una prolongacidn 
oblicua de la vesicula auditiva; eje palatino casi paralelo con 
el occipito-esfendides. Cuernos caedizos, que los mudan todos 
los aos, macizos y en su origen cubiertos por la piel 6 corred. 
Vertebras cervicales (8-7) normales; las dorso-lumbares mas 
largas y mas altas hacia atras. Las extremidades posteriores, 
considerablemente mas largas que las anteriores, tienen las 
articulaciones proximas al cuerpo incluidas en el tegumento 
comin; con pezunas accesorias. EstOmago de cuatro cavida- 
des. Placenta policotiledonar. 


GENERO Cervus L. 


Cabeza del macho provista de cuernos grandes, ramificados, 
no palmeados y con dos de sus ganchos 6 candiles colocados. 
en la base y dirigidos hacia delante. Caninos superiores des- 
arrollados en el macho; hocico alargado, algo abultado. Ojos 
medianos con grandes lacrimales. Cuello largo. Patas del- 
gadas. 

Formula dentaria: I. ; os 


0 
0 


C. elaphus Z.—Pelo de color pardo-obscuro por encima, mas 
claro en verano; una raya negra en el cuello y parte del lomo; 
cola rojiza; nalgas casi blancas, bordeadas de negro; regiones 
ventrales grises 6 blanquecinas. En el macho los pelos del 
cuello son mas largos y forman una especie de crin y las for— 
mas son mas macizas que en la hembra. Cola corta. 

Dimensiones: longitud total, 2 4 2,40 m.; alzada, 1,30; 
cola, 0,14. 


222 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Esta especie es la conocida con los nombres de ciervo y 
venado; era en otro tiempo mas comin en los montes de la pro- 
vincia; ain hoy quedan bastantes en el Pardo, Vinuelas y en 
los montes de la parte baja de la vecina sierra. 


GENERO Dama Ham. Smith. 


Cuernos redondeados por abajo, ensanchados por arriba 
formando una especie de pala palmeada, con fina punta en la 
base y lisos. Senos lacrimales medianos. Cuello mas corto que 
en el género anterior. Pezunas estrechas triangulares compri- 
midas cubiertas de pelos gruesos. 


0 
9: P. 3 


Formula dentaria: I. a C. ; M.3. 
D. vulgaris Brook.—Pelaje rojizo con manchas blanquecinas 
mas 6 menos marcadas en el dorso, los lados y las nalgas; los 
lados con una faja del mismo color y otra vertical en el muslo. 
Regiones ventrales blancas. Cola negra por encima y blan- 
quecina por debajo. Cuernos grandes, con un solo gancho en 
la base, lisos y palmeados en la punta. 
Dimensiones: cabeza y cuerpo, 1,40 m.; alzada, 0,85; cola, 0,20. 
Hsta especie es la Hamada gamo 6 paleto y es frecuente en 
los montes de la provincia en su parte Norte, sobre todo en el 
ardo, Vinuelas y algunos otros, constituyendo rebanos, a 
veces algo numerosos, formados por el macho, las ‘hembras 
y los pequenos. 


GENERO Capreolus Gray. 


Cuernos pequenos, rugosos, tuberculosos y sin puntas en la 
base. Senos lacrimales muy pequefos 6 nulos. Cuello largo. 
Patas largas y delgadas. Sin cola. Pezunas estrechas y trian- 
gulares. Tamano pequeno. 


“- : ote 
Formula dentaria: I. qo. 8 7 


C. europeus Br00k.—Pelaje rojizo parduzco muy obscuro en 
invierno y mas claro en el verano; la parte inferior del pecho, 
el vientre y las patas, mas claras; extremo del hocico, negro; 
la garganta con una mancha blanquecina grande y otra se- 
mejante en medio del cuello. Las nalgas blanquecinas. Cuer- 


DE HISTORIA NATURAL. 223 


nos del macho redondeados, rugosos, cubiertos de protuberan- 
cias , con un gancho cerca de la base y luego otros dos en la 
punta. Las hembras viejas llevan 4 veces cuernos sencillos que 
mudan cada ano. 

Dimensiones: cabeza y cuerpo, 1,10 m.; alzada, 0,70; cola, 0,01. 

Ksta especie es la conocida con el nombre de corvzo, y sélo se 
encuentra en las regiones cubiertas de pinar, mas elevadas, 
de la cordillera, como en los puertos altos de la Fonfria, Nava- 
cerrada, Paular, etc. 


Fami.ia 3.° Suidos. 
Dientes: 1.2; ¢.+; 
Sita? 
machos torcidos hacia afuera y arriba y muy desarrollados. 
Molares con las coronas rugosas, tuberculosas. Calavera con 
los pomulos prolongados; el occipital con apofisis paroccipita— 
les largas, separadas y estiliformes; escamosos lejos de las ve- 
siculas auditivas y con las apodfisis cigomaticas cubriendo los 
pomulos. Hocico grande y prolongado en forma de disco en el 
extremo. Cuatro dedos en cada pie dispuestos por pares; los 
dos mayores delante, representando los dedos medios, y con 
las pezunas dispuestas para la progresidn; los dos menores de- 
tras, casi atrofiados, y que no apoyan en el suelo, 4 no ser éste 
muy blando. No rumiantes. 


4 3 x = j 
P=} M. 3: Caninos superiores de los 


GENERO Sus L. 


Caninos grandes, encorvados y salientes. Cabeza gruesa, 
aguda, terminada por el hocico que es plano en su extremo 
y movible , formando una especie de trompa. Cuerpo corto y 
rechoncho. Patas cortas y relativamente delgadas. Cola del- 


gada, de mediano tamano. 


: 3 l 4 
Formula dentaria: I. 3; C.>; P. 7; M. 


Sus scrofa Z.—Pelaje pardo negruzco 6 gris; orejas, un 
circulo alrededor de los ojos, extremo del hocico, barbilla, 
patas y cola, negros. Debajo de las cerdas gruesas y fuertes 
existe otra capa de pelos parduzcos y rizosos. Piel muy gruesa, 
sobre todo en el cuello, las espaldas y el lomo, en los cuales 


224 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


las cerdas son mas fuertes y abundantes. Orejas rectas muy 
cerdosas , mas largas que el tercio de la cabeza. Cola deleada, 
susceptible de arrollarse y terminada por cerdas. 
Dimensiones: cabeza y cuerpo, 1,55; alzada, 0,90; cola, 0,38. 
La especie descrita es la designada con el nombre de jadali. 
En libertad se encuentra en muchos de los montes de esta re— 
gion, en las partes bajas de la sierra y en los montes del Pardo, 
Vinuelas y algunos otros. El cerdo comu’n es una variedad que 
deriva, al menos en gran parte, del jabali, cruzado con otras 
especies procedentes de Asia, que desde muy antiguo se cria-— 
ban en domesticidad. Muchos opinan, sin embargo, que deriva 
unicamente del Sus vittatus de Asia y de otras especies afines. 


ORDEN VI. 
Perisodactilos. 


Calavera con los huesos intermaxilares tectiformes por arri- 
ba y unidos hacia la sinfisis. Dientes de tres clases, por lo co- 
min y con esmalte; los incisivos, cuando existen, implantados 
subverticalmente y casi paralelos en sus raices; los molares 
generalmente con dos 6 tres raices y coronas trituradoras. 
Vértebras dorso-lumbares, cuando menos 22 (d. 18-19 + 1. 3-6). 
Extremidades con las articulaciones proximas al cuerpo, in- 
cluidas en los tegumentos, adaptadas para la progresidn; sin 
claviculas; los huesos del carpo en dos filas; los dedos impa- 
res 6 desiguales, generalmente uno solo, con las articulacio- 
nes terminales encajadas en fuertes pezunas; el tercero es el 
mas desarrollado y generalmente mas saliente. Estomago sen- 
cillo, ciego, relativamente ensanchado y con sacos. Placenta 
no decidua. 


FAMILIA Equidos. 


Dientes: molares superiores (P. y M., por lo menos estos Ulti- 
mos), con un profundo pliegue entrante desde la porcién pos— 
terior del lado interno oblicuamente hacia adelante, en cone- 
xidn con otro mas 6 menos profundo, entrante desde la por- 
cién interna del borde anterior 6 el Angulo, y mas 6 menos 
aisludo en el area 6 lébulo interno del esmalte; molares infe- 
riores (P. 2, M. 2) con dos pliegues entrantes, uno desde la 


DE HISTORIA NATURAL. 225 


porcién interna del lado anterior, y otro (terminado en ramas 
anterior y posterior) desde la porcién posterior del lado inter- 
no. Calavera con los anillos orbitarios completos. Ciibito con 
el cuerpo atrofiado y sus extremidades anquilosadas y conso- 
lidadas con el radio. Peroné rudimentario y unido con la tibia. 


GENERO Equus L. 


Extremidades con cuerpos duros y corneos, colocados enci- 
ma de la muneca en las anteriores, y cuando existen, debajo 
del talon en las posteriores. Cola con largos pelos formando 


crines. 

a . 3 1 6 

Formula dentaria: I. 7 C. St ea 
a. Orejas cortas. Crin larga. Cola con cerdas desde la base......... B. caballus L. 
aa. Orejas largas. Crin corta. Cola desnuda en la base.............. E. asinus L. 


E. caballus Z.—Formas esbeltas. Color variable, general- 
mente castano. Pelos de la parte superior del cuello muy grue- 
sos y largos, formando verdadera crin. El cuello largo y esbel- 
to. Orejas cortas y poco pelosas. Cola con crines abundantes 
desde la base. Patas esbeltas, poco pelosas. 

Esta especie es conocida de todo el mundo con el nombre de 
caballo y yegua, y se cria en domesticidad aplicandole a los 
diversos usos de que es susceptible, 6 en los campos formando 
yeguadas que se crian casi en libertad. 

Entre las castas mas notables que se crian en esta regidn 
merecen mencionarse la de Aranjuez, la de Perales, la de 
Veragua, etc. 


E. asinus 7.—De tamano menor que la anterior y de formas 
menos esbeltas, con el pelo basto, 4 veces casi lanoso, sin for- 
mar apenas crin en el cuello, poco abundante en la cola y 
solo en su terminacion. Orejas grandes y peludas; cuello mas 
corto y menos esbelto. 

Se designa esta especie con los nombres de asno, burro, 
pollino, etc., y se cria en domesticidad en gran abundancia. 

Como es sabido, el cruce entre el asno y la yegua y el caba- 
llo y la burra son perfectamente fecundos, dando como pro- 
ductos los mulos y los machos romos 6 burdéganos, productos 


ACTAS DE LA SCC. ESP.—XXIII. 15 


226 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


hibridos que sdlo por excepciédn son fecundos y que partici- 
pan de los caracteres de sus padres. 

—E] Vicesecretario ley6é la siguiente nota que el reputado 
gedlogo americano Sr. Becker enviaba por conducto de nues- 
tro consocio Sr. Calderén para ser publicada en los ANALEs. 


Sobre la teoria de la sustitucidn en Almaden. 


«Una reciente nota del profesor Calderon (1), referente a las 
teorlas sobre el] origen de los minerales de mercurio, ha evi- 
denciado que yo disentia de la teoria de la sustitucién del 
cinabrio al cuarzo en Almadén, enunciada por el famoso ged- 
logo D. Casiano de Prado, al parecer sin fundamento sdlido. 
Y en verdad yo mismo soy culpable de este cargo, por no ha- 
ber publicado con mas detalle las razones en que fundo este 
disentimiento. 

»K] Sr. Prado fué conducido a su teoria en presencia de la 
riqueza de ciertas partes de la mina; pero en su famosa Me- 
moria (2) no se consigna el tanto por ciento de los casos par- 
ticulares que él considera como impregnaciones. Los senores 
Bernaldez y Figueroa, que han adoptado la opinién de Prado, 
hacen las siguientes observaciones: 

«En el criadero de San Pedro y San Diego, dicen, la casi 
tutalidad de la masa del mineral se compone de una arenisca 
sumamente dura, como lo es la que se halla estéril 4 conti- 
nuacion de la misma. Este mineral 6 esta arenisca, calada de 
cinabrio, del cual sale la casi totalidad del azogue que de 
aquella procedencia entra en el comercio, contiene de 48 a 50 
por 100 de azogue, 6, por mejor decir, 57,64 de cinabrio. gPuede 
admitirse que, necesitando este Ultimo para su ocupacion en 
dicha roca la cuarta parte del espacio que ésta ocupa, pudiese 
esto tener lugar sin que una parte de la silice que la forma 
haya desaparecido?» 

»Estas observaciones me parecieron indicar que los autores 
entendian que el contenido xorma/ de la roca cinnabarifera 
fuera 48 450 por 100 de mercurio; mas esto puede ser una mala 


(1) Recientes trabajos sobre el origen y formacion de los depositos de mercurio. (ANA- 
LES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. xx, 1894.) 
(2) Bull. de la Soc. géol. de France, 2.¢ série, t. x11, 1855. 


OO 


DE HISTORIA NATURAL. 227 


interpretacidn, y en realidad limitarse la afirmacién ahora 
consignada a los ejemplares excepcionales. La tabla que pre- 
sentan en su Memoria detallando la riqueza de varios ejempla- 
res y encaminada a presentar las diferentes clases de mineral 
no deja duda alguna respecto a este particular. Hn realidad la 
riqueza en mercurio de los de San Pedro y San Diego es menor 
‘de 34 por 100, y todos los que contienen mis de 20 por 100 son 
designados como de clase superior (medal). Las muestras mas 
ricas de mineral de Almadén que he podido ver son las que 
recogi en las reservas del piso sexto de San Diego. Seg@tin los 
analisis contienen 32,8 por 100 de mercurio, y, calculando por 
su peso especifico, 34,7 por 100. Los minerales medios en 1886 
daban por reduccién 9,5 por 100 de mercurio, y descontando 
las pérdidas de la operacién, puede atribuirseles una riqueza 
no mayor de 10 por 100. 

»Es, por consiguiente, muy sencillo evaluar el espacio que 
el cinabrio puede ocupar en una cuarcita 6 en una arenisca 
cuarcifera, siendo conocida la proporcién de metal que con- 
tiene (1). Asi, en cuatro muestras cubicas del mineral en cues- 
tion, respectivamente de 0,48, 0,34, 0,20 y 0,10, los espacios 
correspondientes ocupados por el cinabrio seran 0,27, 0,16, 
0,082 y 0,037. 

»Procede comparar estos espacios con los que ofrecen las 
areniscas 6 las masas compactas de arena no cementada, para 
lo cual existe material abundante en las obras geoldgicas. 
El Dr. T. Sterry Hunt, que ha determinado el espacio intersti- 
cial en 14 areniscas del paleozdico del Canada y Ohio (2), halld 
que la proporcidén de estos espacios era de 0,0139 4 0,2127, y 
las mas porosas de estas rocas son, segin él, muy usadas en la 
construccion. Se exportan de Inglaterra para este objeto are- 
niscas todavia mas porosas, y entre ellas una que llega a 22,1 
por 100 de espacios vacios. Sir William Fairbairn refiere una 
serie de experiencias realizadas con la mayor precisidn por 
Mr. E. W. Shaw sobre areniscas de Yorkshire, para elegir la 


(1) Siendo 7 la proporcién de mercurio en un mineral cinnabarifero, s el espacio 
ocupado por el cinabrio, 0,862 la cantidad de mercurio del cinabrio,9 la densidad de 
éste y 2,65 la del cuarzo, tendremos: 


ne 6 sea s = 2,65 ff 
(l—s)2,5+98” \eekt” ETaBI— 6,35 m 


42) Chemical and Geological Essays, 1875, p. 166. 


im = 0,862 


228 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


mas adecuada para los pavimentos de la ciudad, de los que 
resulté que entre once muestras la menos porosa contenia un 
espacio intersticial de 0,037 (1). Podria alargarse facilmente la 
lista de las areniscas cuya porosidad se ha determinado, si na 
bastaran los ejemplos que preceden. 

»Resulta que las areniscas mas compactas de Yorkshire, pro- 
puestas como material de pavimento, si estuvieran cargadas: 
de cinabrio darian un mineral tan rico como el término medio 
de Almadén, mientras que el mas poroso de la serie del doctor 
Hunt contendria no menos de 41 por 100 de mercurio en la 
forma de sulfuro, y otros corresponderian a los minerales mas 
ricos que recogi, como he dicho, en la mina. 

»Ciertas areniscas son demasiado tiernas y porosas pare 
usarse en la construccién, y pasan gradualmente en la super- 
ficie 4 arenas compactas no cementadas. En mi monografia 
sobre el mercurio (2) he sentado que la arena puede compri- 
mirse hasta no presentar mas que 27 por 100 de espacios in- 
tersticiales, dato tomado de una compilacidn excelente he- 
cha por ingenieros, aunque forzosamente inexacto. La ul- 
tima edicién del Jagenieur’s Taschenbuch der Hiitte da, como 
densidad maxima de la arena seca, 1,65, que corresponde a 
un espacio intersticial de casi 38 por 100. Recientes experien- 
cias realizadas en Washington por un quimico bien conocido, 
con todas las precauciones debidas, para una importante aphi- 
cacion tecnologica, han dado los siguientes resultados: cuarzo 
finamente molido, de grano uniforme, seco, a 110° C., y cui- 
dadosamente hacinado, hasta alcanzar la mayor compacidad 
posible, ofrece de 48 au 44 por 100 de espacios vacios. Estos, 
tratandose de una arena de rio, consistente en granos redon— 
deados de tamanos diversos pero determinables, no pueden 
reducirse por compresiOn sencilla a menos de 38 por 100. La 
misma arena mezclada con una cierta proporcién de polvo 
‘alizo se deja ya comprimir tanto, que los intersticios se redu- 
cen a 24,6 por 100, obteniéndose el mayor resultado cuando 
estos materiales se mezclan con una parte de grava gruesa, 
llegandose 4 reducir los espacios a 19,5 por 100. 

»Ahora bien, una arena 6 arenisca que posea 0,195 por 100 


(1) Mem. tit. and phil. Soc. Manchester; 2 ser., vol. X1v, 1857, p. 37. 
(2) U.S. Geological Survey. —Monograpnh. x11, p. 399. 


DE HISTORIA NATURAL. 229 


de poros, si se impregnara de cinabrio, daria un material que 
contendria 39 por 100 de mercurio, 

»Los calificativos de firme, tierna, apretada, que se aplican 
i diversas areniscas, corresponden a una idea distinta de la 
de su estructura. Tocando esta dificultad yo he computado el 
espacio intersticial en esferas estrechamente apiladas, de ta- 
mano uniforme, hallando que éste es 1 — —“_= 
By 2 
100 aproximadamente (1). Es evidente que un sistema de tales 
esferas puede ser comprendido en un sistema de elipsoides 
iguales y andlogamente orientados, sin cambiar la proporcién 
dle los espacios intersticiales en lo mas minimo, Pero si la 
erientacidn de uno de los elipsoides difiere de los del resto, 
dichos espacios pueden por,ello aumentar. Ahora, la arena de 
playa, semejante a aquella de que se han formado las rocas 
de granos marcadamente rodados de Almadén, es frecuente— 
mente de una tosca uniformidad, y la forma de los granos se 
aproxima al elipsoide. En semejante arena el minimo de es- 
pacio intersticial ha de ser de 26 por 100. Este calculo se hace 
meramente como un medio de dar una idea concreta de la es- 
tructura de la arenisca 4 que se aplica el calificativo de arena 
bien apretada, 6 de grano apretado (well shaken sand). 

»Los hechos y calculos sentados demuestran, a mi juicio, 
que si la teoria de la sustitucién del cinabrio ha de mante- 
nerse, precisa fundarla en otros argumentos distintos que el 
de la riqueza del mineral de Almadén. El Sr. Prado notaba 
que cuando se calentaba un ejemplar de cuarcita hasta vola- 
tilizar el cinabrio, la masa restante quedaba a menudo pul- 
verulenta. Esto por si no basta, sin embargo, para probar la 


(1) En un sistema de esferas estrechamente apretadas, de radio 7, es facil ver que 
-ocho esferas vecinas se ligan en los extremos de un exaedro de caras curvas, cada una 
de cuyas aristas es igual 427, mientras que los angulos en los cuales se encuentran 
las aristas son de 60° 6 120°. El espacio total ocupado por el sistema de esferas esta 
dispuesto de suerte que cada una de ellas se halla en contacto con otras doce, y puede 
ser dividido en exaedros semejantes. La suma de las ocho porciones de las esferas in- 
cluidas en cada uno de semejantes exaedros compone exactamente una esfera, y el vo- 
lumen del exaedro es 4 ¥ 2 r%. La relacién del espacio vacio al del exaedro total es, 
por tanto, 


ee 4 
Pe ae 


= eee 
4V2rs 3 V2 


Tv 


230 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


sustitucién; por cuanto la mayoria de los minerales de Alma- 
dén contienen marcasita, muchas veces carbonatos y los gra- 
nos de cuarzo poseen inclusiones fluidas y 4 menudo cinnaba- 
riferas. La desintegracién por el calor puede ocurrir por esto 
y no ser el resultado de que los granos de cuarzo hayan que- 
dado aislados por efecto de hallarse sustituidos parcialmente 
por el cinabrio. 

»Cuando en una vena se hallan mezclados el mineral y la 
ganga, se considera generalmente por los mineros que simul- 
taneamente se han depositado ambos de una disolucién, a 
menos que fendmenos particulares contradigan esta hipotesis. 
Algunas veces semejantes venas ofrecen una estructura zonar 
que indica que la composicién 6 la temperatura del disolvente 
mineral sufria variaciones, de suerte que el metal y la ganga 
se depositaron en capas; pero aun cuando en la mezcla se ob- 
serven variaciones, como acontece a menudo, en la proporcién 
en que mineral y ganga se han precipitado, el depdsito de 
ambos pudo, sin embargo, ser simultaneo. Es muy raro hallar 
en venas un mineral depositado por sustitucién de otro; y 
cuando esto ocurre, el que ha sido reemplazado muestra, por 
sus angulos redondeados y sus superficies empanadas, haber 
sufrido una corrosién manifiesta. Esto parece ser la consecuen- 
cla necesaria de semejante procedimiento. Los bordes y angu- 
los de un solido presentan por unidad de volumen una super- 
ficie mayor 4 los agentes disolventes, y son atacados por ellos 
en mayor escala que las superficies planas, las cuales, limi- 
tadas por fracturas irregulares y sometidas 4 la accién disol— 
vente, rapidamente pierden sus angulos sdlidos, ensanchan- 
dose al mismo tiempo las grietas que existian de una manera 
muy caracteristica. 

»En Almadén se observa un crecido numero de pequenas 
fisuras rellenas de cinabrio y cuarzo, 4 modo de cordones 
(stringers), que sdlo difieren de los filones ordinarios por su 
tamano. En muchas de ellas he notado alternaciones de cina- 
brio y cuarzo; en otras estas dos substancias estan mezcladas 
como los minerales en el granito:; esto es, que cada cristal 6 
agreeado de cristales tropieza en su desarrollo con sus vecinos. 
En algunos casos el cinabrio se disemina en el cuarzo en tér- 
minos de rodearle por completo. Yo nunca he hallado granos 
cuarzosos corroidos ni hendiduras ensanchadas de la manera 


DE HISTORIA NATURAL. 231 


caracteristica que lo hacen los agentes de disolucién. El ci- 
nabrio me parece estar distribuido en esas pequenas venas 
al modo como lo hace el oro en los filones cuarzosos. En fin, 
después de una cuidadosa investigacion de los ejemplares de 
que se trata, yo no puedo descubrir a la simple vista la menor 
huella de sustitucién, ni diferencia alguna notable entre la 
disposicién del mineral y ganga en Almadén y la de las venas 
producidas por transporte de plomo, cobre, plata u oro con 
cuarzo. 

»Al microscopio mis veinte preparaciones de rocas cinnaba- 
riferas de Almadén muestran dos modos de presentarse. Ofre- 
cen muchas venas microscopicas, siendo interesante observar 
que las fracturas 4 lo largo de las cuales estas venas se han 
formado cortan 4 menudo al través los granos de cuarzo, como 
se ve tantas veces en los cantos de un conglomerado entrecor- 
tado por junturas. Aleunas muestras ofrecen con tal profusién 
este agrietamiento, que si se extrajera el cinabrio la roca se 
disgregaria, siendo de suponer que ofrecieran esta circunstan- 
cia varios de los ejemplares calentados por el Sr. Prado en su 
experiencia antes citada. En estas venas diminutas he obser- 
vado los mismos fendmenos que a la simple vista en las mayo- 
res; ningun caso imputable al seudomorfismo; en ninguno 
aquella estructura especial que ofrece el reemplazamiento del 
olivino por la serpentina 6 el piroxeno por la clorita. En cam- 
bio se ven al microscopio los granos primitivos de cuarzo alar- 
gados por acciones secundarias, proceso que ha sido cuidado- 
samente estudiado en estos Ultimos anos, y, 4 mi modo de ver, 
al tiempo de este alargamiento se operdé el depdsito de cina- 
brio. En la misma proporcién que varian el cuarzo y el cina- 
brio en las venas lo hacen en estas impregnaciones. Parece ha- 
ber tenido el sulfuro un cierto espacio que llenar, y que cuando 
se precipitaba con abundancia se fraguaban pequefas cama-— 
ras en el cuarzo 6 la calcedonia. Esta relacién explica la obser- 
vacion del Sr. Fernandez Navarro, de que «la calcedonia va 
desapareciendo a medida que el sulfuro de mercurio aumenta.» 
También se apoya este petrdgrafo en el hecho de no haber ob- 
servado un solo grano de cinabrio que tenga forma propia. Los 
cristales de cinabrio bien desarrollados son muy raros en todas 
las minas que yo conozco; del mismo modo pueden visitarse 
cientos de minas auriferas sin hallar cristales de oro, pues este 


252 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


metal se deposita habitualmente en el cuarzo en forma de gra- 
nos 6 pajuelas, semejantes a los del cinabrio; y, sin embargo, 
no creo que nadie haya pensado que el oro se haya depositado 
sobre el cuarzo metasomaticamente. Precisamente cuando el 
cinabrio se acumula en masas relativamente grandes es cuan- 
do muestra, por lo general, una tendencia muy escasa a des- 
arrollar cristales bien definidos. 

»Como ya lo habia notado Prado, las porciones de la cuar- 
cita que estan en contacto con las rocas carbonosas negras ad- 
quieren el mismo color que estas. En una de mis preparacio-— 
nes de dichas cuarcitas que recogi en Valdeazogues he obser- 
vado que la distribucién de la materia carbonosa, examinada 
al microscopio, recuerda de la manera mas exacta la del cina- 
brio en impregnaciones de San Diego y San Pedro. 

»En mi opinion el modo como se presenta el cinabrio en ve- 
nas 6 cordones entre el cuarzo demuestra probablemente que 
fué depositado de la misma disolucién que éste, y probable- 
mente al mismo tiempo. En semejantes condiciones fisicas en- 
tiendo que es imposible la sustitucién del cinabrio por el cuar- 
zo. La sustitucion implica que la disolucién del cuarzo acom— 
panase ala precipitacion del cinabrio, y esto es evidentemente 
contrario a la precipitacion simultanea observada en estos dos 
minerales. En muchos casos se puede admitir hasta cierto 
punto que aquel hecho se haya realizado en Almadén, cuando 
se trata de cristales 6 masas cristalinas de cuarzo rellenas de 
sulfuro. Si en otros puntos de la mina ha habido sustitucion, 
una parte del mineral debe haberse depositado en condiciones 
fisicas muy diferentes del resto. 

»La cuestiOn de extender a todas las menas de los metales 
usuales la teoria de la sustitucién preocupa en la actualidad a 
los gedlogos mineros del mundo entero. Me parece bien pro- 
bado que los minerales de plomo sustituyen de este modo a la 
calcita, sin embargo de ponerlo en duda autoridad tan compe- 
tente como la del profesor Posepny. A mi juicio sdlo puede de 
mostrarse que hubo sustitucién en uno de estos casos. 1.°, cuan- 
(lo ha habido seudomorfosis; 2.°, cuando por reemplazamiento 
de masas angulares de un mineral con zonas sucesivas de otro 
estas zonas son menos angulares 4 medida que se hallan mas 
céntricas; 3.°, cuando haya ensanchamiento de las hendiduras 
realizado de tal suerte que, si los muros de separacion se rom- 


DE HISTORIA NATURAL. 233 


pen, no coincidan las dos superficies de dichas hendiduras 4 
lo largo y sus contornos no se hayan modificado del modo ca- 
racteristico que lo hacen por la disolucién. Este ultimo crite 
rio no es suficiente por si solo, a causa de que las hendiduras 
pueden haber sido influidas por un disolvente distinto del que 
produjo el deposito. El caracter geométrico de los cambios que 
acompanan a la sustitucién, hasta donde he podido apreciar- 
los, son idénticos a los que acompanan a la descomposicidn, y 
pueden estudiarse mejor al microscopio en las rocas en las que 
ha actuado la alteraciOn. 

»Confio en que los argumentos expuestos para justificar mi 
juicio sobre los minerales de Almadén puedan llamar la aten- 
cién de los miembros de la SocIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA 
NATURAL hacia un examen ulterior de asunto tan interesante 
y transcendental. Las grandes minas de plomo de Espana tam- 
bién pueden aportar un buen contingente para el cultivo de 
esta rama del conocimiento.» 


Washington, E. U., Agosto de 1894. 


—Kl Secretario leyé lo siguiente: , 


SECCION DE SEVILLA. 


Sesién del 6 de Septiembre de 41894. 
PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. 


—Se leyé y aprobo el acta de la anterior. 

—E] Sr. Calderén presenté un trabajo titulado Las Chafari- 
nas, de que era autor. Se acordé pasara a la Comisién de 
publicacion. 

—Kl Sr. Barras leyé la siguiente nota biblio@rafica: 

«Con el titulo de Plantes nouvelles de la Flore d’ Espagne, se 
ha recibido en esta Secciév una tirada aparte, remitida galan- 
temente por su autor 4 D. Salvador Calderén, que contiene 
dos notas publicadas en el Jowrnal de Botanique (1) por mon- 


(1) Numeros de 16 de Febrero y 1.° de Junio de 1891. 


234 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


sieur Augusto De Coincy, a quien tanto debe la botanica 
espanola por los muchos datos que a ella ha aportado y las 
especies y variedades que ha descrito. 

»Como para dar cuenta de las descripciones seria necesario 
copiarlas, y esto supondria reproducir las citadas notas, me 
limito 4 mencionar los nombres de las especies y las localidades 


en que han sido recogidas: 


Paronychia Rouyana Coincy.—Plasencia. (Junio.) 

Kundmannia sicula D. C., var. longiseta Coincy.— Roca de 
Hifax. (Junio.) 

Echium fruticescens Coincy.— Estacion de Gobantes (linea de 
Bobadilla 4 Malaga). (Junio.) 

Teucrium floccosum Coincy.—Aranjuez. (Junio.) 
Agrostis gaditana Coincy.—Chiclana (Cadiz). Abundante. 
Viola cochleata Coincy.—Cultivada por M. Coincy de semillas 
procedentes de Alcaraz. . 
Origanum compactum Benth., var. Rouyana Coincy (vel. sub. 
sp. nov.)—Estacion de Cortés (linea de Bobadilla a Alge- 
ciras). (Junio.) 

Allium stramineum? B. et R., Diagn. Pl. hisp., pag. 25.—Sierra 
de Palma (Algeciras). Cultivada por M. Coincy. (Mayo.) 

Phalaris hispanica Coincy.—Rio Quipar, en Caravaca (Murcia.) 
(Junio.) 

Panicum cruciforme L., var. brevifoliata Coincy.— Estacion de 
Bobadilla. (Junio.) 

— El Sr. Medina comunico la nota siguiente: 


«Datos para el conocimiento de la fauna himenopterologica 
de Espana. 
Cinipidos. 


Onychia notata Fonse.—Laguna (Canarias). (Cabrera!) 


? 


Icneumonidos. Ps 


TTemiteles pulchetlus Gr.—Cazalla (Rio!) ° . 
— bicolorinus Grav.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) 


i 


DE HISTORIA NATURAL. 235 


Bracénidos. 


Bracon letus Wesm.—Sevilla! 
— vregularis Wesm.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) 
— variator Nees.—Idem id. 
— fulvipes Nees.—Idem id. 
Chelonus mutabilis Nees.—Sevilla! 
oo inanitus L.—Idem, Laguna (Canarias) (Cabrera!) Po- 
zuelo de Calatrava (La Fuente!) 
Microplitis eremita Reinh.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) 
Microgaster abdominalis Nees.— Hornachuelos (Garcia Niinez!) 
— tibialis Nees.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) 
Ephedrus plagiator Nees.—Sevilla! 
EHuphorus pallidipes Curt., var. 2.—Coria del Rio (Sevilla!) 


Proctotripidos. 


Dryinus draco Marshall, n. sp.—Coria del Rio! 
— dracunculus Marshall, n. sp.—Pozuelo de Calatrava 
(La Fuente!) 
Gonatopus sciophanes Marshall, n. sp.—Idem id. 
= dryiniformis Marshall, n. sp.—Idem id. 


Sesion del 7 de Noviembre de 1894. 
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. 
Asiste el Sr. Calderén (D. Salvador), de Sevilla. 
—Se leyé y aprobo el acta de la sesién anterior. 


Quedaron admitidos como socios numerarios los senores 


D. José Gomez Ocafia, Catedratico de Fisiologia en la Fa- 
cultad de Medicina de Madrid; 


D. Enrique Pérez Zuniga, Profesor auxiliar en la misma 
Facultad; 


236 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


D. Manuel de Mora y Vizcaino, Licenciado en Ciencias na- 
turales, de Valverde del Camino, provincia de Huelva, 
propuestos por el Sr. Bolivar (D. Ignacio); 


D. Benito Vicioso y Trigo, Licenciado en Farmacia, de 
Calatayud; 


D. Cipriano Luis Aguilar y Esteban, Licenciado en Cien- 
cias Fisico-Quimicas, de Calatayud, 
propuestos por D. Blas de Lazaro é Ibiza; 


D. Federico Aragén y Escacena, Licenciado en Ciencias 
naturales, residente en Madrid, 
propuesto por el Sr. Hernandez (D. Carlos). 


—Kstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, que- 
dando la Sociedad altamente agradecida 4 los sefores do- 
nantes. 

—Kl Sr. Vicesecretario presentd la parte quinta de la F/o- 
rula Gaditana, por D. Jose Maria Pérez Lara, y se acordé pa- 
sara a la Comisién de publicacion. 

—El mismo leyo la siguiente nota del Sr. Pau (D. Carlos), 
titulada 


Cuatro palabras sobre los claveles espanoles. 


«Confieso ingenuamente que cuanto mas estudio el g@énero 
Dianthus, menos lo entiendo. Hice todo lo posible por aumen- 
tar mi coleccidn; pedi tipos a los naturalistas mas acreditados, 
y, cuanto mayor es el numero de mis muestras, es mayor mi 
confusion. 

»En el Supplementum prodr. Fl. hisp. me concede su autor el 
inmerecido honor de discutir mis opiniones, y esta distincién 
me obliga a resolver algunos problemas, que por referirse a 
muestras de mi herbario, me toca rectificar 6 ratificar algunas 
ideas y determinaciones. 

»Mi coleccién carece de tres especies espanolas, que son los 
D. cintranus B. & R., D. Planelle Wk. y D. Langeanus Wk. 
iste Ultimo lo he visto en la coleccién de mi maestro el senor 
Trémols, colectado por Quet, los dos restantes me son desco- 
nocidos. 


»Entre los autores extranjeros y espanoles que colectaron 


DE HISTORIA NATURAL. 237 


plantas en la Peninsula, se encuentran en mi herbario los 
Sres. Timbal-Lagrave, Porta y Rigo, Lomax, Reverchon, Ney- 
rant, Bordére, Trémols, Cadevall, Vaireda, Zapater, Vicioso, 
Badal, Ruiz Casaviella y Quet. 

»Mi intencién tampoco es dar lista completa de las muestras 
que poseo; tinicamente me ocuparé de aquellas que a mi en- 
tender merezcan decirse algo en el supuesto, por consiguien- 
te, de que yo pueda decirlo. 

»Dianthus Seguierti Chaix. 

»Esta especie polimorfa esta representada en mi herbario 
por diez pliegos, contando las muestras de Suiza, Italia y 
Francia. Las muestras espanolas pertenecen a la regién cata— 
lana y constan de tres formas. El tipo (Trémols, Cadevall); la 
forma pygm@ea (Monseny, 8S. Llorens, Cadevall), y cierta forma 
del D. silvaticus Hoppe (S. Llorens del Munt, Cadevall) que 
difiere por sus hojas mas estrechas, flores solitarias y pétalos 
mucho menores (forma? parviflora). 

»Esta misma variacién la poseo ya tiempo de Tarbes (Altos 
Pirineos) bajo D. Benearnensis, que no lo es; pues el D. Benear- 
nensis Loret, es una variedad del D. monspessulanus L. 

»D. monspessulanus L.—D. superbus Wk. in Willk. et Lge., 
prod. m1, p. 687, non L. (Cf. abs. inf.) 

»Galicia: orillas del rio Ulla, cerca del puente Vea (Quet). 
Leon y Asturias: Arvas y Pajares (Lomax). Cataluna: Ogasa, 
cerca de San Juan de las Abadesas (Trémols); Monseny y 
S. Llorens (Cadevall). 

»Dianthus Requientt Gren. et Godr. (non Timbal, Costa, Bor- 
dere, Pau). 

»No conozco, ni poseo representacion de esta especie. 

»El D. Requienii Bordeére! in hb. Trémols! et Foucaud! es la 
misma muestra publicada en Société Helvéetique (1885) que 
copio aqui como prueba: 


«Socielé Helvétique (1885). Dianthus Benearnensis (Lovet) Ro- 
ches calcaires du Port de Gavarnie (Hautes-Pyrénées.) Altitude 
1.400 m. 10 Juillet 1884. Don de Bordere, Gedre.» 


»Se conoce que el difunto Bordére rectificd el nombre de la 
planta que en 1876 did por D. Reguienii. 
»El D. Requienii Timb. pl. exs.! pertenece a la forma brachy- 


238 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


phyllus Wk. del D. catalaunicus Pourr. A esta misma forma 
pertenecen mis citas del D. Reguienii. 
»La etiqueta que lleva la planta de Timbal dice asi: 


«Dianthus Requienti Gren. et Godr. ex parte. D. Reguienii 
Timb.! Mont Louis (Pyrénées orient). 


Edu. Timbal-Lagrave. 
Type de Requien.» 


(Véase Loscos, trat., pag. 25, nlm. 354). 


»Al notar el yerro en que cai dando por D. Reqguienii la for- 
ma dicha, sospeché si las muestras de Timbal sufririan algun 
cambio de etiquetas: mas leyendo Observations sur quelques 
Dianthus des Pyrénées me convenzo de que no hubo tal cam- 
bio, pues dice: Si on compare (p. 11) le D. Reguienii des Pyré- 
nées orientales avec la plante qui porte aussi ce méme nom 
des Pyrénées centrales, on voit, que les caractéres attribués a 
leur espéce par les savants auteurs de la Flore de France, 
ne peuvent en aucune maniere leur convenir, pas plus qu’au 
Dianthus Requienti de M. Costa (datroduccion a la Flora de 
Cataluia) qui, apres cet auteur serait voisin du Dianthus 
multiceps Costa.» 

»El D. Requienii Costa (Fl. cat., p. 35), debe pertenecer, por 
lo que se desprende de su lectura, al mismo ejemplar de Tim- 
bal. Dice Costa en el sitio indicado que no considera «impro- 
bable encontrar formas intermedias que liguen el D. mu/ticeps 
con el D. Requienti.» Lo que prueba nuestra suposicidn, pues 
segun diré mas adelante, el D. multiceps pertenece al grupo 
especifico del D. catalaunicus. 

»Lo que pueda haber de cierto en lo dicho lo ignoro. Termi- 
naré copiando algunas palabras de Timbal que se prestan a 
buena consideracidn. 

«Le D. Requienii a été publié par MM. Grénier et Godron 
dans leur /’/ore de France, mais ils en ont donné une descrip- 
tion si incomplete qwil nous ett été imposible de reconaitre 
cette plante sans le secour de M. Grénier, qui, avec son obli- 
gveance habituelle, a bien voulu nous guider dans cette deter- 
mination.» (Une excursion botanique de Bagnéres-de-Luchon a 
Castanese, p. 18.) 


DE HISTORIA NATURAL. 239 


»Mal puede compaginarse lo copiado con lo que dicen los 
autores de la F/ore de France al afirmar su afinidad con el 
D. hirtus Vill (Voisin du précédent, p. 234 del tomo 1), en opo- 
sicién alos naturalistas Costa y Timbal que Aerborizaron en 
Castanesa y hablaban teniendo el tipo de la localidad clasica a 
la vista. 

»Dianthus pungens Godr. (et L.?) 

»A este tipo especifico pertenecen de Espana los D. mu/ticeps 
Costa, D. altenuatus Sm., D. catalaunicus Pourr., D. Anticarius 
B. et R. y D. melandrioides Pau. 

»No cito el D. Coste Wk., porque pertenece al D. multiceps 
Costa, probablemente. 

»El D. Coste Freyn, ap. Reverchon, pl. d’Espagne 1892, 
ntun. 816, es una forma! del D. calalaunicus Pourr. 8. brachy- 
phyllus Wk., general en toda la parte austro-occidental de 
Teruel, desde Albarracin y Javalambre hasta Rubielos de 
Mora, penetrando en Valencia hasta Titaguas, El Toro, Barra- 
cas, La Puebla de Arenoso y Sierra de Espadan. (D. Requienii 
au). 

»Dianthus pungens L. 

»Segin el Sr. Trémols, esta planta ha sido citada por varios 
naturalistas catalanes como D. altenuatus Sm. No parece exis- 
tir fuera de Cataluna. 

»D. attenuatus Sm. tipo.— D. attenuatus var. catalaunicus. 
Vaireda ad Societ. bot. bare. 1875. 

»La planta colectada por el Sr. Vaireda en Monsoli (Gerona), 
a mi parecer pertenece al tipo y no a la variedad 6 subespecie 
D. catalaunicus Pourr. 

»D. melandrioides Pau.—D. valentinus Wk. ~ + D. catalau- 
nicus Bourr. var. brachyphyllus Wk. 9.— D. valentino xX Re- 
quienti Pau, not. m1, p. 15. 

»Planta rarisima de los montes de El Toro. Es posible descu- 
brirla al extremo oriental de la meseta formada por El Toro, 
Barracas y San Agustin, en donde los padres viven en com— 
pania. 

»Dianthus valentinus Wk. 

»Esta variedad del D. Broterii B. et R. no se cita en la parte 
austro-occidental de Aragon, existiendo en abundancia en San 
Agustin y Olba, siendo notable esta localidad por los 900 m. 
que casi se halla elevada sobre el mar. Tampoco se indica en 


240 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


las cercanias de Barcelona, existiendo en los montes de San 
Gervasio. 

»Dianthus cesius Sm., ex auct. sax.! helv.! et gall.!—D. Ca- 
ryophyllus Asso (p. p.) 

»EL Sr. Willkomm admite esta especie con doble duda y 
diciendo al fin de su Observacion: «An potius forma humilis 
D. hispanici Asso (var. @) in Aragonia australi communissimi?» 

»El D. hispanicus de Asso es poco frecuente, si no falta en 
absoluto, en los sitios indicados mas arriba para el D. catalau- 
nicus 8 brachyphyllus. Fuera de esta region se encuentra, qui- 
zas sustituyendo 4 esta ultima forma. 

»Yo creo y repito que la muestra remitida por D. Bernardo 
Zapater, de Orihuela, y que tengo delante, pertenece en rea— 
lidad al D. ce@sius Sm. Sera facil esté equivocado por no poseer 
bastante practica y carecer de conocimientos suficientes pare 
ser autoridad en la materia; mas digo, que a conocer mi equi- 
vocacion, yo mismo me apresuraria a confesar el error. 

»Dianthus laricifolius B. et R.—D. Caryophyllus Asso, p. p.— 
D. graniticus Jord. var.? 

»Esta especie, afine 6 variedad del D. graniticus, falta en las 
sierras de Albarracin y Manzanera, como dije en mis .Volds; 
se encuentra en el Moncayo segun descubrimiento reciente de 
D. Benito Vicioso. 

»D. virgineus L. 

»Difiere del D. brachyanthus Boiss, por el desarrollo mayor 
de todos sus Organos, por ser mas herbaceo, por las aristas del 
calicillo mas largas y por los dientes calicinales redondeados 
en su apice que no se cierran tan exageradamente como en el 
D. brachyanthus. 

»El D. brevistylus Timb. es forma diversa. 

»D. brachyanthus Boiss. 

»El Sr. Willkomm no puede admitir que sean especies para- 
lelas el brachyanthus y virgineus: no discutamos el paralelismo: 
concédame que el D. brachyanthus B. no es mas que subes— 
pecie del D. virgineus L. (et auct. gall.) yme doy, por hoy, 
satisfecho. 

Nola. ¥En la sierra de Vicort recogid D. Benito Vicioso 
cierta forma que tengo como indescrita y que ya publique, de 
aspecto que recuerda al D. brachyanthus 7 nivalis Willk. 

»No debe pertenecer al D. drachyanthus porque esta especie 


DE HISTORIA NATURAL. 241 


no se encuentra en aquella region. En la provincia de Teruel 
es poco frecuente, y nicamente se encuentra en las mayores 
alturas la planta de Boissier y rara (Badal, Zapater, Pau). Hay 
dos variedades Jongicaulis y brevicaulis (tipo). 

D. hispanicus Asso. 

»A la especie de Asso pertenecieron probablemente cuatro 
especies diferentes. A saber: D. hispanicus Asso, D. catalauni- 
cus var. brachyphyllus Wk., D. brachyanthus Boiss. y D. am- 
biguus Pau. 

»El D. hispanicus Asso se encuentra en Pancrudo (Badal), 
Bronchales (Zapater), Calatayud (Vicioso), fuera de Aragén 
(Porta y Rigo, t. nt, 1891, num. 211, p. p.), en Caparroso (Ruiz 
Casaviella).—La muestra navarra difiere (?) algo del tipo. 

»E] D. ambiguus parece acercarse mas al D. brachyanthus 
que al D. hispanicus. Del primero se aparta por sus hojas 
tenues y mas largas; del D. hispanicus por su calicillo de esca- 
mas lanceoladas, largamente puntiagudas, dientes del caliz 
aleznados y caliz aovado principalmente. 

»Exs. Reverchon, pl. de l’Andal., 1889, nim. 413; Porta y 
Rigo, loc. cit. 

»Syn. D. hispanicus var. £) australis Willk., prod. 1, p. 690 
(non Asso). 

»Entre las secciones drachylepides y macrolepides ambigua. 
La figura de las escamas le acercan a las formas espanolas del 
grupo especifico D. attenuatus Sm.» 

También did lectura el Sr. Vicesecretario a la siguiente nota 
de D. Luis Aterido, Jardinero primero del Botanico de Madrid: 


Nuevos datos para la Flora de Madrid. 


«Hago mencidn en la presente nota de dos nuevas especies 
para la Flora de la provincia de Madrid, encontradas en sus 
alrededores durante la primavera del corriente ano, en las ex- 
cursiones que hago cuando mis ocupaciones me lo permiten. 
Dedico el tiempo que el servicio del cargo que ejerzo en el 
Jardin Botanico de Madrid no me lo impide, recolectando por 
mi cuenta plantas espontaneas para mi herbario particular, y 
semillas con que enriquecer el catalogo de las que se publican 
anualmente por el Botanico para los cambios con los estable— 
cimientos similares del extranjero. 


ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 16 


212 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


»Una es la Hohenackeria polyodon Coss. et Dur., planta de la 
familia de las Umbeliferas, que es bastante notable y muy cu- 
riosa por tener las hojas indivisas, lo cual no ocurre con fre— 
cuencia en dicha familia siendo tan numerosa, y solo dos 
@éneros indigenas son los que se encuentran en este caso, el 
Bupleurum, que cuenta con algunas especies espontaneas en 
muchas: partes de Espana, teniendo la Hohenackeria sus um- 
belitas sentadas en las axilas de las hojas. 

»Si bien dicha especie ha sido encontrada hace pocos anos 
por un viajero aleman cerca de Aranjuez, segtin la cita don 
Miguel Colmeiro en su Hnumeracion y revision de las plantas 
de la Peninsula, y del Sr. Willkomm en el suplemento al Pro- 
dromo dela Flora hispdnica, publicado Ultimamente, ha pasado 
desapercibida para muchos, teniéndola a4 las puertas de Madrid, 
en el Cerro de las Penuelas, cerca de la linea de circunvala— 
cién, en union de otras especies que también nacen esponta— 
neas en el Cerro Negro, y que pueden recogerse por los que 
tengan aficidn al estudio de las plantas en el citado Cerro de 
las Penuelas. 

»La otra es el Zrifolium spwmosum L., de la familia de las 
Leguminosas, citado en algunas provincias de Espana y encon- 
trado en flor y fruto por primera vez en el mes de Mayo, en el 
sitio llamado Pradolongo, cerca del canal del Manzanares, en 
una excursidn que hice con mi amigo el Sr. D. Lucas Fernan- 
dez Navarro, y que result6 muy provechosa por las muchas 
especies que se encontraron. Seguimos recorriendo aquellos 
sitios hasta el puente de la linea de Andalucia, que atravesa- 
mos para pasar al lado izquierdo de la Pradera del Canal y 
llegar 4 la Cueva de la Bruja, donde se encuentran especies 
propias de aquella localidad, entre ellas algunas interesantes, 

»Cerca de la cuarta esclusa volvimos 4 ver unos rodales del 
referido Zrifolium, que también se ha escapado a la vista de 
los que se dedicaron 4 recolectar plantas espontaneas y fre- 
cuentaron aquellos lugares, que merecen visitarse por encon- 
trarse no muy lejos de la poblacién, y porque en ellos pueden 
recogerse bastantes especies del mismo g@énero, por ser de los 
que en Espana estan representados con mayor numero de plan- 
tas, aleunas de inflorescencia mucho mas pequena, y por lo 
tanto, muy facil de pasar desapercibidas para el colector. 

»El allio anterior mencioné en los ANALES dos plantas que 


DE HISTORIA NATURAL. 243 


recogi en la ribera del Manzanares en el mes de Septiembre, 
las cuales no estaban citadas en la Flora de la provincia. Pro- 
meti buscarlas y he recorrido los mismos sitios acompanado 
del ayudante de jardineria Sr. Pioz, dandome iguales resulta- 
dos la excursién de este ano. Se recogieron algunos ejemplares 
de las dos especies, por lo que creo puedan considerarse como 
espontaneas en la provincia de Madrid, una vez que han sido 
halladas dos anos seguidos en las mismas localidades. 

»El Amarantus spinosus L. siendo planta anual, pudieran sus 
semillas haber sido arrastradas durante el invierno por la co- 
rriente de las aguas y desaparecer de los sitios donde fué en- 
contrada el ano anterior, lo cual no ha sucedido, demostran- 
dose con esto su existencia. La Pascalia glauca G..Orteg., 
como planta perenne, aunque las semillas hubieran desapare- 
cido por causas analogas, se podria propagar por sus raices 
que son vivaces, y por consiguiente, vivir en terreno a propd- 
sito para su desarrollo. 

»Cuatro son, por tanto, las especies con que se puede au- 
mentar e! nimero de las que contiene la Flora de la provincia 
de Madrid, habiendo destinado ejemplares de todas ellas al 
Herbario espanol, que existe en el Jardin Botanico, en el cual 
no figuraban dichas especies, como tampoco existia en el 
general la Hohenackeria, siendo mis deseos que se aumen- 
ten las que contiene, tanto con nuevas localidades, como con 
las especies que no estén citadas en la Flora de la provincia y 
que vaya encontrando en mis diversas excursiones. De este 
modo quisiera poder contribuir con mis pequenos esfuerzos a 
su aumento, procurando investigar los puntos que recorro con 
el interés del que mira por el desarrollo de la Ciencia a la que 
le Neva su aficién, guiado por el ejemplo que le dan sus jefes 
y las personas que se dedican al estudio de los diferentes ramos 
de la Historia Natural.» 

—El Sr. Becerra (D. Antonio) did cuenta de una excursién a 
Montén de Trigo en los siguientes terminos: . 

«Montén de Trigo es uno de los picos mas altos de la cordi- 
llera del Guadarrama, esta situado 4 unas 4 leguas del Espinar 
(provincia de Segovia) y enlaza con los Hamados Marichiva, 
Pena el Aguila y Pefota, muy caracteristico este ultimo por 
aparecer su cima como bifurcada, y por ser el primero a partir 
del Puerto de Guadarrama. El deseo de recorrer la garganta 


244 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


del Espinar, famosa por los extensos pinares que la cubren y 
que se extienden hasta la falda de la primera de las montanas 
citadas, nos hizo organizar una expedicién que realicé en 
compania de nuestro consocio el Sr. Bolivar el 1.° de Septiem-— 
bre ultimo. 

»La hora convenida para salir del Espinar eran las siete 
de la manana, pero una espesa niebla que cubria las monta— 
flas que rodean al pueblo, acompanada de vez en cuando de 
menuda lluvia, nos hizo retardar la salida hasta las ocho, 
hora en que montamos a caballo y emprendimos el camino 
por el atajo del pueblo a la estacién de la linea férrea, que dista 
una legua, y en cuyo trayecto tuvimos ocasidn de recoger al- 
gunas especies interesantes que abundan en los alrededores 
del pueblo, entre otras, el Clenodecticus pupulus Bol., Ameles 
Spallanzania Rossi, Leptinia attenuata Pantel, no citada hasta 
ahora de regidn tan al N., la Hphippigera areolaria Bol., y al- 
gunos ejemplares de Almana, Phytocoris y otros ortépteros y 
hemipteros interesantes, que con los lepidépteros casi son los 
vinicos ordenes de insectos que en esta época suelen tener re— 
presentantes. A las nueve y media llegabamos por fin’a la 
garganta, entrando por el molino del mismo nombre y des- 
pués de pasar el vado de Navalpajarejo y antes de llegar a la 
majada de los Guijos, hicimos un pequeno alto, recogiendo a 
orillas del rio Moro algunos ejemplares del Carabus Guadarra- 
mus y de la Prostemma albimacula, especies siempre aprecia— 
das, asi como de algunas otras que no enumero, porque aun-— 
que notables, estan ya citadas de esta region. 

»Poco después reanudamos la marcha por entre espesos pi- 
nares, salvando multitud de pequenos regatos, cuyos nombres 
son los de Arroyo Cardosillo, Retamalon, Horcajo, Puesto del 
Rey y otros que vierten sus aguas en el cauce de rio Moro, a 
lo largo de cuya orilla derecha va el camino rio arriba hasta 
el nacimiento de aquél, en Ojos de rio Moro, al pie de Montén 
de Trigo. 

»Serian las once 6 poco mas cuando llegamos al sitio denomi- 
nado las Tabladillas, pequeno escampado donde se encuentra 
situada la caseta del ingeniero de montes encargado del Pinar. 
A partir de este sitio nos quedaba atin, seguin el guia, como 
una legua de camino, pero muy quebrado y de bastante pen- 
diente, recorriéndola en poco mas de una hora por las dificul- 


DE HISTORIA NATURAL. 215 


tades del terreno y llegando al pie de Montén de Trigo, donde 
hicimos alto para almorzar, antes de emprender la penosa su- 
bida a la clispide de la montana. Tardamos en subir unas dos 
horas, en parte por las dificultades del terreno, que sobre todo 
en la proximidad de su cima esta cubierto de enormes cantos 
amontonados unos sobre otros, y entre los que crece en abun- 
dancia el Juniperus sabina, y en parte también, porque nos de- 
tuvimos bastante cazando las varias especies de insectos que 
habitan a estas alturas y que son caracteristicas de ellas, tales 
como el Slenobothrus Uhagoni Bol., el Gomphocerus maculatus 
Thunb., y el Pezolettiz pedestris L., encontrandose ademas los 
Stenobothrus stigmaticus Ramb., Panteli Bol. y biguttulus L. y la 
Ephippigera Stali Bol., esta ultima de coloracién mucho mas 
obscura que la de los ejemplares recogidos mas abajo. El dia 
habia despejado y la atmosfera libre de nubes, nos permitia 
contemplar el grandioso panorama que se distingue desde 
aquella altura. Delante de nosotros y de la parte de Madrid, 
siete picos, limitado a uno y otro lado por los puertos de Nava- 
cerrada y de la Fonfria y a lo lejos una inmensa llanura en la 
que con los anteojos distinguiamos numerosos pueblos, y, por 
ultimo, Madrid, al N. la provincia entera de Segovia y en primer 
término San Ildefonso y Segovia. 

»Este panorama por si solo basta para compensar de las mo- 
lestias del viaje. Pocas especies encontramos en el mismo pico, 
pero en cambio jamas he visto mayor ntimero de ejemplares 
de la Coccinella septempunctata L., de la que habia entre las 
penas verdaderos montones, sin que pudiéramos explicarnos 
la causa de esta abundancia ni la presencia de este insecto 
afidifago en sitio en que tan pocos pulgones existen. 

»A nuestra bajada tuvimos atin ocasidn de recoger a lo largo 
del rio Moro y debajo de las piedras el Carabus ya citado y los 
Ghiliani y helluo, el Pezotettiz y otras especies apreciadas por 
los entomdlogos. 

»Esta expedicién, realizada en época mas 4 propésito, creo 
que seria muy productiva por la calidad y la cantidad de las 
especies que podrian recogerse de Entomologia y de Botanica, 
por lo. que nos proponemos repetirla en el préximo mes de 
Julio, cuya primera quincena es quizas la mas conveniente 
para los fines indicados. » 

—El Sr. Cortazar leyé lo siguiente: 


246 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


«El gedlogo americano G. F. Becker, en una nota que ha 
presentado a la Sociedad Espanola de Historia Natural, trata 
de sostener que la teoria propuesta por el sabio gedlogo é in- 
geniero de minas espanol D. Casiano de Prado, para explicar 
la formacion del criadero de cinabrio de Almadén no es satis- 
factoria, y para ello contesta a los Sres. Calderon y Fernandez 
Navarro, que defendiendo las ideas del Sr. Prado, combatieron 
en la misma Sociedad las del Sr. Becker. 

»Dice éste para atacar como insuficiente la teoria de Prado, 
segun la cual el cinabrio vino a formar parte de los criaderos 
de Almadén, sustituyendo en cierta proporcidn el cuarzo de 
las capas de arenisca entre que se halla, que si bien es verdad 
que en algunos casos la cantidad de sulfuro de mercurio llega 
al 50 por 100 de la mena, es excepcionalmente, siendo lo mas 
general que la riqueza no pase del 15 por 100, pues asi lo de- 
muestran los ejemplos consignados por los Sres. Bernaldez y 
Rua Figueroaen su Memoria acerca de las minas de Almadén 
y Almadenejos, donde también se dice que las muestras mas 
ricas de las reservas del criadero de San Pedro y San Diego no 
suelen pasar de un contenido en mercurio de 34 por 100. Todo 
lo que se confirma, observando que la ley media para todos 
los minerales no debid exceder gran cosa de 10 por 100 en el 
ano de 1886, pues que con el beneficio sdlo se obtuvo 9,50 
por 100. 

»Con estos datos trata el Sr. Becker de determinar el espacio 
correspondiente que el cinabrio ha de ocupar entre la cuarcita 
de la mina, y para ello senala la proporcién de huecos, corres- 
pondientes 4 la porosidad, que existe en diferentes rocas, va- 
liéndose de los datos del Dr. T. Sterry Hunt y del senor 
EK. W. Shaw, segtin los cuales, aun en las areniscas empleadas 
en la construccién, los espacios vacios entre los elementos 
constituyentes varian desde 0,0139 hasta 0,037, y es facil cal- 
cular que si semejantes rocas se cargasen de cinabrio, darian 
minerales tan ricos como los de Almadén, sin que hubiese ne- 
cesidad de admitir ninguna sustitucién de cuarzo por sulfuro 
de mercurio. 

»Contra este argumento basta observar que cuando se cal- 
cinan en Almadén cuarcitas impregnadas de cinabrio, queda 
un residuo tan poroso, que puede deshacerse facilmente entre 
los dedos, hecho ya consignado por el Sr. Prado y que todos 


DE HISTORIA NATURAL. 247 


los dias puede comprobarse, viendo cémo salen los residuos de 
la destilacién del mercurio en los hornos de Bustamante, y 
esto no sucederia, si tan sdlo desapareciese por el beneficio la 
materia interpuesta en los poros ordinarios de la roca. El hecho 
es tan convincente, que el Sr. Becker tiene que tomarlo en 
cuenta, pero procura explicarlo, atribuyéndolo, mas bien que 
a la separacién del sulfuro de mercurio, 4 la descomposicién 
de la pirita de hierro que acompana al mineral. Semejante 
afirmacidn carece de fuerza, pues precisamente los minerales 
mas ricos en cinabrio son los que ordinariamente menos pirita 
de hierro contienen, y ademas es insostenible la premisa de 
que el mineral de mercurio solo haya venido a ocupar los 
poros de la arenisca, pues hubiese resultado asi una roca com- 
pletamente compacta, lo que no sucede, ni puede suceder, en 
realidad, con ningun cuerpo de la naturaleza. 

»Por otra parte, no admitiendo sino la interposicién del ci- 
nabrio entre los poros, seria imposible explicar los casos en 
que este mineral se hallaen la mina casi completamente puro, 
y cuando la pirita no existiese, caso no extrano, los residuos 
de la calcinacién tendrian el mismo aspecto que las cuarcitas 
no metaliferas del pais, lo que todos cuantos han pasado por 
Almadén saben que no es cierto. 

»Los datos y consideraciones del Sr. Becker solo sirven para 
confirmar que las rocas de todas partes tienen poros, y esto 
nadie lo niega, ni lo ha negado, cualquiera que sea la forma 
de los elementos, ya sean esferas, elipsoides, particulas irre- 
gulares 6 todo combinado. 

»Si es dificil explicar, siguiendo las ideas del Sr. Becker, 
aquellas circunstancias en que el cinabrio se halla puro en 
el criadero, aunque se suponga que éste se habia concen- 
trado en una cavidad preexistente, aun es mas dificil com- 
prender los casos en que la cuarcita va mezclada con él en 
pequenha proporcidn, como se dan ejemplos, pues habia que 
admitir que los poros de la roca representan un volumen mu- 
cho mayor que el del material existente. 

»La afirmacion del Sr. Becker de que en un filén donde hay 
minerales y gangas mezclados, sea usual considerar ambas 
sustancias como depositadas simultaneamente, ni se ha admi- 
tido nunca desde el tiempo de Werner, ni pueden aceptarla 
los gedlogos, fuera de contadisimos casos, como tampoco ad- 


248 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


mitiran que la estructura en bandas para los filones sea con- 
secuencia de cambios en la temperatura de la disolucién que 
arrastraba el mineral y las gangas, y en cambio, a pesar de la 
negativa del mismo Sr. Becker, una sustitucidn de un cuerpo 
por otro puede verificarse en una roca, sin que sea indispensa- 
ble que los elementos primitivos queden con los angulos re- 
dondeados y su superficie corroida, pues esto dependera de las 
causas productoras de la sustitucion. 

»Tampoco es aceptable la idea de que las sustituciones deben 
verificarse con seudomorfismo, pues para esto seria, no sdlo 
indispensable la sustitucién, sino la conservacién de la forma 
cristalina primordial, y bien se comprende que una y otra 
cosa son independientes. 

»Menos justificada es la asercidn de que unicamente en el 
caso en que el cinabrio se presenta en filoncillos cruzando los 
granos de cuarzo, es cuando la calcinacién desagrega la pie- 
dra, pues Semejante circunstancia solo puede considerarse como 
una excepcion, y no eran ciertamente ejemplares de estos ex— 
cepcionales los que calciné Prado, ni los que se calcinan todos 
los dias, dejando como residuo una cuarcita completamente 
desmenuzada. 

»Debemos, no obstante, hacer constar, que si bien la teoria 
de la sustitucién del cuarzo por el cinabrio para explicar la 
formacién de los criaderos de Almadén es preferible a la de 
sedimentacion simultanea de ambos minerales de la disolucion 
que los contenia, a nuestro modo de ver tampoco es Cierta, y es 
mucho mas aceptable la idea de considerar el origen'de toda 
clase de filones, como resultado de la concentracién de sus— 
tancias diseminadas primordialmente en la misma roca donde 
se encuentran los criaderos, es decir, por fendmenos de segre- 
gacidn ocasionados por las acciones moleculares, ciertas y 
constantes en todas partes, y que pueden atribuirse fundada— 
mente a fendmenos electro-teliricos, tinicos capaces de justifi- 
car otra multitud de hechos, como la constitucién de los nodu- 
los y fajas de pedernal existentes entre las margas y calizas 
cretaceas y terciarias; los granos de hierro oxidado que se ven 
entre las arcillas blancas jurasicas; los cristales de pirita de 
hierro bastante frecuentes entre las calizas lidsicas; los rinones 
de fosfato de cal muy abundantes dentro de las margas de va-— 
rias edades; las oolitas en general; las formas globosas de mu- 


DE HISTORIA NATURAL. 249 


chas sustancias pétreas; las zonas diversamente coloridas de 
las agatas; las arborizaciones de cobre’, plata y oro nativos, 
entre el cuarzo de los filones; las bolsadas metaliferas; y otros 
muchos fendmenos geoldgicos, para los cuales no puede pres— 
cindirse de las fuerzas moleculares, manifiestas en la repulsién 
eléctrica, la atracciOn entre sustancias andlogas, la afinidad 
quimica, la fuerza cristalogénica, etc., etc., segun ha demos- 
trado cumplidamente, hace largo tiempo, el sabio Inspector 
del Cuerpo de Minas de Espana D. Manuel Fernandez de Cas— 
tro (1), teoria que cada vez se confirma mas y halla nuevos 
adeptos, conforme ha indicado el Sr. Calderén en su trabajo 
Lorigine des filons métalliferes. 

»En resumen, la formacidn de los filones de Almadén puede 
explicarse mejor que con las ideas emitidas por el Sr. Becker, 
con el procedimiento de sustitucidn ideado muchos anos hace 
por el Sr. Prado, pero es preferible a todo ello la teoria de la 
concentracién de las moléculas metalicas por medio de fend— 
menos electro-teluricos, que al mismo tiempo que reunian el 
sulfuro de mercurio diseminado entre las rocas sedimentarias 
de la comarca, y del que atin quedan restos bien perceptibles 
en muchos sitios, actuaban arrastrando el cuarzo excedente 
en las capas donde tenia lugar la concentracioén metalifera; es 
decir, que la disolucién, por mas que realmente existia, se 
verificaba en seco, sin auxilio de disolventes especiales difici— 
les de encontrar y completamente innecesarios para el des— 
arrollo de corrientes eléctricas, capaces de ejecutar el trans— 
porte de las sustancias y agrupacidn de las de la misma clase 
unas junto a otras. 

»La generalidad de la teoria de la segregacién, que es pre- 
cisamente lo que la abona, se confirma en el criadero de Al- 
madén, y en el discurso antes citado, asi como en la contesta- 
cidn al mismo dada por el Sr. Echegaray pueden encontrarse 
cuantos detalles se necesiten respecto a este asunto.» | 

—El Sr. Fernandez Navarro (D. Lucas) leyd la nota que 
sigue: 


(1) Discurso de recepcién en la Real Academia de Ciencias Exactas, Fisicas y Na- 
turales.—Madrid, 2 de Junio de 1878. 


250 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Mas sobre la teoria de la sustitucion en Almaden. 


«La nota del Sr. Becker, contestacién a la de D. Salvador 
Calderon, inserta en el cuaderno 1.° del tomo xxi de nuestros 
ANALES, en la cual el gedlogo americano hace referencia & 
varias de las afirmaciones que contenia mi comunicacion diri- 
ewida al distinguido consocio de Sevilla, me obliga a molestar 
vuestra atencidn unos momentos, tanto para ampliar algunas 
de mis observaciones anteriores, como para oponer ciertos re- 
paros 4 las conclusiones que en dicha nota sienta el senor 
Becker. 

»El excelente trabajo que acaba de leer nuestro Presidente, 
eran autoridad en esta materia por el conocimiento que tiene 
de los criaderos de Almadén, me excusara de tratar algunos 
puntos que en él quedan, segun mi opinidn, mas que suficien- 
temente contestados. Tal ocurre en primer lugar en lo que se 
refiere 4 la desintegracion de la roca por la accién del calor, 
respecto a lo cual nada tengo que anadir, sino es el citar mis 
experimentos nuevamente llevados 4 cabo sobre ejemplares de 
tres tipos, procedentes de Almadén. Reducidos los tres 4 lami- 
nas iguales, proximamente de un milimetro de espesor, y ca- 
lentados los tres 4 la vez sobre una placa metalica durante 
aleun tiempo, he observado que uno de ellos, arenisca muy 
cinnabarifera y nada piritifera ni carbonosa, se volvia suma-— 
mente friable; otro muy piritifero y poco cinnabarifero, pre- 
sentaba después del experimento una mayor facilidad para su 
desagregacidn, pero en grado mucho menor que el anterior; 
por ultimo, el tercer trozo, correspondiente 4 una arenisca 
cimentada por calcedonia y con solo alguna que otra pinta de 
cinabrio, seguia después de sometida al calor, con el mismo 
grado de agregaciOn que tenia antes. 

»Habiendo sido conducido Prado @ su teoria de la sustitu- 
cidn, en vista del efecto del calor sobre el mineral de cinabrio 
y por la riqueza cinnabarifera del mismo, a estos puntos dirige 
Becker principalmente sus razones, contestadas en cuanto a 
lo primero con lo dicho por el Sr. Cortazar en su nota anterior 
y por mis observaciones precedentes. 

»En cuanto a lo que se refiere al segundo punto, es de notar 


DE HISTORIA NATURAL. 251 


que Becker sélo demuestra la posibilidad de que hubiera in- 
tersticios suficientes para ser rellenados por el cinabrio, para 
lo cual se vale de los datos suministrados por areniscas del 
Canada, Ohio y Yorkshire, areniscas cuya estructura no da a 
conocer, pero que es casi seguro sera distinta de la que pre- 
sentan las de nuestro Almadén. Estas ultimas, como ya afir- 
maba en mi anterior comunicacién, estan constituidas por 
granos de cuarzo cimentados por calcedonia, sin dejar entre 
estos materiales el mas pequeno espacio; es decir, que no 
existen mas que los poros fisicos invisibles y que tenemos que 
admitir en todos los cuerpos para la explicacion de ciertos fe- 
nomenos. Sentado esto, la presencia del cinabrio sdlo puede 
explicarse por la sustitucién de la calcedonia por dicho mine-— 
ral, pues en el caso del relleno de los poros vendria a resultar, 
como dice muy bien el Sr. Cortazar, una roca completamente 
compacta. 

»Ademas, que en este caso debiera coexistir la calcedonia 
con el sulfuro de mercurio y no observarse la perfecta relacién 
que existe entre las cantidades de ambas sustancias, de modo 
que como ya hice observar anteriormente, a medida que au— 
menta la riqueza en cinabrio, disminuye la calcedonia que 
trababa los granos de cuarzo. Este hecho queda perfectamente 
explicado con la teoria de la sustituciOn, sin que haya que re- 
currir 4 la suposicién completamente gratuita é insuficiente 
de que «cuando se precipitaba el sulfuro con abundancia, se 
fraguaban pequenas camaras en el cuarzo 6 la calcedonia.» 

»Y ala vez que vemos la dificultad de explicar estos hechos 
por la teoria de la impregnacién 6 relleno de cavidades pre— 
existentes que defiende el gedlogo norte-americano, encontra- 
mos que el examen macroscépico y microscdpico de la roca 
viene 4 confirmar nuestra hipdtesis de una sustitucién. En 
efecto, observada una arenisca muy cargada de cinabrio y 
otra en que dicho mineral falte completamente, vemos exacta- 
mente igual disposicién en el sulfuro de la primera que en la 
calcedonia de la segunda, y en ambos casos dichas sustancias 
ocupando los intersticios que dejan entre si los granos de 
cuarzo (que no tienen, ni mucho menos, el aspecto de marca— 
damente rodados que les asigna Becker), haciendo el papel de 
cimento que los traba, como indica muy claramente la figura 
adjunta, hecha por una fotografia directa, de arenisca muy 


252 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


cinnabarifera vista al microscopio; en ella el cinabrio es el 
elemento que aparece con color mas oscuro. ; 
»Conviene insistir mucho sobre esta disposicidn del cinabrio 
en las areniscas, tan distinta de la disposicién en venas 6 cor- 
dones que les asigna el 
distinguido gedlogo. Tal 
vezen los ejemplares que 
éste ha tenido a su dispo- 
sicidn dominaria dicha 
estructura; pero enton— 
ces puedo desde luego 
afirmar que se trata de 
ejemplares pobrisimos y 
excepcionales. La in- 
mensa mayoria de los 
ejemplares del Museo de 
Madrid (y seguramente 
pasan de trescientos los 
2 que hay repartidos en- 

tre todas sus colecciones), tienen el aspecto de los descritos por 
miy sdlo en alguno que otro ejemplar de los mas pobres y 
muy piritiferos se observan oquedades longitudinales, indu- 
dablemente preexistentes y rellenadas por el sulfuro de mercu- 
rio. Si esta disposicion no fuera excepcional, verdaderamente 
seria muy dificil explicar la concentracién del cinabrio por 
otro procedimiento que la impregnacidn, pero verificandose 


tan solo en contadisimos casos, nada se opone a suponer que 
dichas impregnaciones hayan tenido lugar en algunos puntos 
y en pequefisima escala, siendo el procedimiento general de 
formacion la sustitucién. 

»Para el estudio microscépico de la arenisca cinnabarifera, 
me remito 4 la comunicacién dirigida por mi al Sr. Calde- 
ron (1). En ella explico con algwin detalle, que no he de repetir 
aqui, como va desapareciendo la calcedonia al contacto del 
cinabrio que viene a disponerse exactamente igual que lo es- 
taba aquella, y como los contactos entre estos dos minerales, 
en aquellos puntos en que coexisten, no son limpios y bien 


(1) ANAL. DR LA Soc. Esp. pE Hist. Nat., t. xxi, pag. 65 de las Actas. 


DE HISTORIA NATURAL, 253 


marcados como corresponderia a dos sustancias que no tuvie- 
‘an entre si relaciOn alguna, sino que estan como difumados, 
sin que pueda decirse dénde empieza el uno y concluye el 
otro; esta disposicidn que se puede apreciar en algtin punto 
de la figura adjunta, no tiene explicacidn satisfactoria, dada 
su constancia, mas que en la teoria de una sustitucién. 

»Ahora bien; gcual ha sido el procedimiento para dicha sus— 
titucién? Punto es éste sobre el que no me atrevo 4 emitir una 
opinion definitiva, para formar la cual creo necesario hacer 
previamente un estudio detenido de las minas objeto del pre- 
sente trabajo. Cuando por mi parte haya podido hacer dicho 
estudio, tal vez publique algtin trabajo con el resultado de mis 
observaciones; pero en la actualidad, lo que de dichas minas 
conozco y el estudio de los ejemplares del Museo, solo me auto- 
rizan 4 afirmar que las areniscas en cuestidn deben su estruc-— 
tura actual a la sustitucién de su cemento calcedonioso (atin 
existente en algunos puntos) por el cinabrio, y que por lo tanto, 
el depdsito del mineral se verificd posteriormente a la forma- 
cién de la roca.» 

—EIl Sr. Pérez Zuniga presenté el siguiente estudio: 


Investigaciones sobre la contraccion muscular del cangrejo de rio 
(A stacus torrentium) (1). 


«Estudiando la contraccién muscular en distintos animales. 
mediante la aplicacién del método grafico principalmente, he 
encontrado en la correspondiente 4 los musculos del cangrejo 
algunas particularidades que tal vez tengan algun interés y 
que enumeraré sumariamente. 

»Para obtener curvas de la contraccién de los musculos del 
cangrejo, puede uno valerse, como otros autores han hecho, 
de los que sirven para los movimientos de las pinzas 6 de otros 
musculos aislados, siendo este medio el que quizis proporcione 
resultados mas exactos; mas, ensayando la inscripcién de los 
movimientos del pleon producidos por la contraccién de varios 
musculos, los resultados han sido idénticos a los obtenidos por 


(1) Estos trabajos los he realizado en el Laboratorio de Fisiologia de la Facultad 
de Medicina de Madrid, con la valiosa cooperacién del ilustrado Catedratico D. Be- 
nito Hernando. 


254 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


la simple contraccién de un solo musculo, y en cambio resulta 
mucho mas sencilla la practica de la operacion. 

»El aparato de que me he valido es el midgrafo simple de 
Marey, inscribiendo los movimientos en el cilindro registrador 
con regulador Foucaul. Empleo con este fin, como en todos los 
casos en que hay que obtener curvas, el papel-tela, ahumado 
con el negro de humo producido por la combustién del alean- 
for. Por este medio hay la ventaja de que, una vez fijo el tra- 
zado a beneficio de un barniz (goma laca disuelta en alcohol 
es lo que siempre uso) y bien seco, puede servir como negativa 
fotografica y obtenerse de él reproducciones exactas en el papel 
sensibilizado (papel Maridn 6 al ferro-prusiato). 

»Coldcase el cangrejo en posicidn dorsal sobre la placa de 
corcho del midgrafo, sujetandole fuertemente con un vendo- 
lete y alfileres y dejando libre la porcidn abdominal, que es la 
que ha de quedar mas proxima al estilo inscriptor. Se atraviesa 
el telson en su parte central con un alfiler, que después se do- 
bla y sirve, 4 modo de ganchito, para reunirlo al estilo por 
medio de un hilo fuerte é inextensible. De esta manera se co- 
munica el movimiento que ha de ser registrado y que se pro- 
voca por excitacién eléctrica. Nosotros hemos empleado los 
choques de induccidn producidos por el aparato de Ranvier, 
ya aislados, ya repetidos con mucha frecuencia 4 beneficio del 
temblador anejo a la bobina, constituyendo la excitacién 
tetanica. 

»Los redforos excitadores se aplican sobre la parte ventral 
de los somites abdominales, bien transversalmente, bien ea 
direccién longitudinal. 

»Todos los ejemplares de miogramas adjuntos han sido obte- 
nidos girando el cilindro registrador con la velocidad de seis 
vueltas por minuto. 

»Hé aqui los mas interesantes resultados de estas investi- 
f@aciones: 

1. »Las contracciones son muy enérgicas; la altura de la 
curva es considerable, aun con excitaciones relativamente dé- 
biles (Y= 125) fig. 1." (1). Pero repitiendo estas excitaciones, no 
dejando tiempo para que los musculos puedan reponerse, de- 


(1) Con la letra Sse indica la separacién de las bobinas primaria y secundaria 
conforme 4 la escala que lleva el aparato Ranvier. 


DE HISTORIA NATURAL. 255 


crece la intensidad de la contraccién con mucha rapidez, las 
curvas disminuyen de altura (fatiga muscular) hasta desapa- 
recer por completo (figuras 2.", 3." y 4.°), aun cuando la inten- 
sidad del excitante vaya aumentando sucesivamente. 


fos 
Le 
\ a 
@, <a 
ee RS 


Fig. 1.2 S = 130 Fig.223S—1385 Fig.34S=145 Fig. 4.235 —170 


»Este efecto es mucho mas marcado en el cangrejo que en 
otros animales (rana por ejemplo). 

»Dejandolos descansar el tiempo suficiente (diez minutos en 
nuestro caso), los mtisculos se reponen y vuelven a producirse 
contracciones con el maximum de energia (fig. 6.") 

2. »Cosa notable, 4 pesar de ser tan grande la excitabilidad 
muscular, sdlo se producen las contracciones al interrumpir 
la corriente inductora aun con S'= 170. Solamente se observan 
contracciones al comenzar la corriente, 
cuando se hace uso de la rueda dentada 
de Marey como interruptor; pero hay —__/ 
que tener presente que contra lo que 
pudiera creerse, noes una accién senci- _— Fig. 5." P=40 S=120 
lla de cerrarse el circuito 6 empezar la 
corriente, lo que se obtiene por este medio, sino una serie de 
vibraciones (por rebote) inapreciables a simple vista origina- 
das al caer la palanca interruptora, con lo cual se multiplica 
extraordinariamente la potencia de la excitacién. 

3. »Hay una transicidn muy brusca desde la excitacién pe- 
quena (S = 120) (fig. 5.*), que apenas produce contraccién 4 la 
siguiente, muy poco mas intensa (S' = 130) que produce la ex- 
citacidn maxima (fig. 1.*) 

4. »Respecto a la forma de la curva miografica y dada la 
velocidad de la superficie registradora (seis vueltas por minu- 
to), se advierte que varia entre otros motivos: a, segun el grado 


256 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


de la excitacién, 0, por la influencia del cansancio muscular, 
y c, por el peso que los musculos tengan que elevar al con- 
traerse. 

»Con peso de 40 gr., y durante las primeras contracciones, 
la forma de la curva es la que muestra la fig. 1.*, ya conocida 
de todos los que han estudiado esta materia, a saber: linea de 
descenso que baja 4 un nivel inferior al de reposo y pequena 
elevacién secundaria. Pero colocando pesos mas considerables 
(100 gr. y 200 gr.) varian algo los caracteres, como puede verse 
en la fig. 6.°, en donde ya no existe wltradescenso, y si la ele- 
vacion secundaria que lleva en si otras mas pequenas, tal vez 
debidas 4 causas no fisioldgicas. 


g Games 


Fig. 6.2 P.=200 gr. S.=115 


»De igual manera el citado ultradescenso va disminuyendo 
hasta desaparecer, ala par que la curva decrece en altura y 
se abre cada vez mas por hacerse mas lento el periodo de as— 
censo, y sobre todo el de descenso, efectos de la fatiga muscu- 
lar, completamente iguales 4 los que se observan en los ver- 
tebrados. La elevacioOn secundaria disminuye también y des- 
aparece, como puede observarse en la serie que representa la 
foG" 

5. »La excitacién tetanica produce una primera elevacion 
seguida de otra mayor muy ondulosa al principio como mues- 
tra la figura 7." 


Mt RR 


Fig. 7." P. 40 gr. 


DE HISTORIA NATURAL. 257 


6. »Finalmente; del mismo modo que sobre los musculos 
de otros animales (en la rana es donde principalmente lo he 
estudiado), la cocaina ejerce una accién paralizante, pronta y 
enérgica. Una inyeccién de disolucién acuosa de 8 mgr. de 
clorhidrato de cocaina produjo 4 los tres minutos la completa 
inexcitabilidad, tanto para los choques aislados, como para la 
excitacion tetanica con S — 170. Esta accién es pasajera, reco- * 
brando los musculos, al cabo de algun tiempo, su facultad 
contractil. 

»Como se ve por las anteriores indicaciones, los miusculos 
de la cola del cangrejo son capaces de contracciones muy 
enéergicas, que pueden efectuar un trabajo mecanico conside- 
rable, pero muy pronto sobreviene el cansancio 6 fatiga, lo 
cual da a entender que a pocas contracciones los musculos 
agotan toda la energia disponible y necesitan un reposo mas 
6 menos prolongado para reponer las pérdidas y volver a ha- 
cerse capaces de realizar una nueva contraccién. En cuanto a 
las demas particularidades apuntadas, no podemos hoy por 
hoy ocuparnos en dar de ellas una cumplida explicacion.» 

—El Sr. Secretario did lectura a las actas de las sesiones 
celebradas en los meses de Octubre y Noviembre por la Seccién 
de Sevilla. 


SECCION DE SEVILLA. 


Sesi6én del 6 de Octubre de 141894. 
PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. 


—Se leyo y aprobo el acta de la anterior. 
—KEl Sr. Calderén leyé lo siguiente: 


Hausmannita de la provincia de Huelva. 


«El ingeniero D. Antonio Gonzalez y G. de Meneses, nuestro 
distinguido consocio, ha donado a las colecciones del Museo 
de la Universidad de Sevilla, ejemplares de esta especie mine- 
raldgica, procedentes de dos localidades de la provincia de 


ACTAS DE LA SOC. ESP. — XXIII. Ay 


258 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Huelva: una junto a la mina Cueva de la Mora y otra cerca de 
la de Monte Romero. 

»E] mismo senor ha ensayado las citadas muestras, recono- 
ciendo en ellas un 6xido manganoso-manganico, y no la com- 
posicion de la pirolusita, con la cual suele confundirse; como 
acompanantes tiene algo de Oxido férrico, ligeros indicios de 
cobalto, alumina y silice. 

»Estos minerales ofrecen bien marcados los caracteres fisicos 
de la hausmannita: color negro, lustre semi-metalico, tenaci— 
dad y una dureza proxima a la de la ortosa, fractura concoi- 
dea, etc. El ejemplar de la Cueva de la Mora es mas negro y 
brillante que el de Monte Romero. 

»La hausmannita existe frecuentemente en estado de aso- 
ciacidn granuda con la braunnita y acerdesa en la variedad 
llamada en el pais manganeso-metal. También a la en masa la 
suelen aplicar esta denominacién barbara, con la que quieren 
indicar que se trata de un mineral utilizable en la siderurgia. 

»Los bolsones de hausmannita no son raros en la zona mi- 
nera de la provincia de Huelva, al decir del Sr. Gonzalez de 
Meneses, que se ha ocupado mucho en ella de minerales de 
manganeso. Sin embargo, yo no sé que se haya citado en Es- 
pana este 6xido:de una manera terminante y bajo su verda— 
dero nombre cientifico, mas que en el pequeno trabajo del 
malogrado profesor Quiroga sobre el de Asturias (1).» 

—HEl Sr. Gonzalez y G. de Meneses dijo, confirmando las no- 
ticias del Sr. Calderén, que en la sierra de Arocha y en la de 
Andévalo hay muchas bolsadas, casi 4 cada kildmetro, y en 
casi todas existe la hausmannita asociada a la pirolusita. An- 
tes no tenian aplicacién y se echaban a los vaciaderos, que 
ahora se remueven y utilizan. 

—Kl Sr. Medina leyo la nota siguiente: 


(1) QuiroGa: Hausmannita de Asturias (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE Hist. Nat. t. 1, 
pag. 397). 


DE HISTORIA NATURAL. 259 


Datos para el conocimiento de la fauna himenopterologica 
de Espana. 


Crisididos. 


Ellampus Horiwathi Mocs. &.— Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!) 
—  pusillus F.—Idem. 


° Esfégidos. 


Ammophila Hungarica Mocs. 9.—Hornachuelos (G. Nunez!). 
— campestris Latr. var. o7.—Cazalla (Rio!). 
— modesta Mocs. 9.—Hornachuelos (G. Nunez!). 
— Mocsaryi Friwaldsky 9.—Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!). 

— Heydenii Dahlbom, var. Jberica André °.—Cazalla 
(Rio!) 

_— propingua Taschen Q.—Carmona! Pozuelo de Cala- 
trava (La Fuente!). 

— lutaria Fabr. ¢7.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) 

— hirsuta Scop. 9 o7.—Madrid (Bolivar!), Pozuelo de 
Calatrava (La Fuente!). 

— Klugii Lep. 9.—Sevilla!, Laguna, Canarias (Ca- 
brera! ). 

_— sp. n0v.? o7.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 

Pelopeus spirifer L.Q%~.—Sevilla!, Moron (Calderon!), Huévar 
(Paul!), Puerto-Real (Paul!). 

—  pensilis Niger O° (7.—Sevilla!, Cazalla (Rio!), Horna- 
chuelos (G. Nunez!), Calanas (Huelva) (Calde- 
rou!), Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 

— tubifer Latr. O¥.—Sevilla!, Chiclana (Lopez Cepero!). 

Spher flavipennis Fabr. 9 ~.—Sevilla!, Cazalla (Rio!), Guillena 
(Calderén!), Chiclana (Lopez Cepero!), Pozuelo 
de Calatrava (La Fuente!). 

— macillosus Fabr. 9 o7.—Sevilla!, Cazalla (Rio!), Chicla- 
na (Lopez Cepero!), Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente! ). 


260 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Sphee subfuscatus Dahlbom 9 g7.—Sevilla!, Chiclana (Lopez 
Cepero!), Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 
— pubescens Fabr. 9.— Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). 
— albisectus Lep. et Serv. 9 o7.—Sevilla!, Pozuelo de Cala— 
trava (La Fuente!). 
Mimesa equestris Fabr. ©.—Coruna (Bolivar!). 
Psen pallipes Panzer o7.— Mallorca (Moragues!). 
Cemonus unicolor Fabr. 2 ~7.—Sevilla!, Huévar (Paul!), Pozuelo 
de Calatrava (La Fuente!). 
Trypoxylon albipes Smith.— Sevilla! (Esta especie no ha sido 
descrita todavia.) 
i scutatum Chevr. 9 ¢7.—Sevilla!, Alcala de Guadai- 
ra!, Cazalla (Rio!), Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!). 
_— figulus L. — Sevilla!, Pozuelo de Calatrava (La 
Fuente!). 


—El Sr. Secretario did lectura 4 la siguiente nota remitida 
por el Sr. Chaves: 

«La lectura de la descripcién de la barita granuda en roce 
de Penaflor que se encuentra en el reciente trabajo del senor 
Calderén sobre minerales de la provincia de Sevilla (1), me 
recordé que, por encargo de este profesor, practiqué en Madrid 
un ensayo de dicha substancia en el Laboratorio del tan emi-= 
nente como malogrado quimico D. Laureano Calderon, her- 
mano del anterior. En vista de que dicho analisis ofrece cierto 
interés, he creido util remitirle ala Sociedad, como comple- 
mento de las noticias dadas en el mencionado escrito sobre 
roca tan curiosa. Los resultados de él son los siguientes: 


Agus Sed (0! hua x aja emsieeiers ot Se ete ts 0,0320 
SHITATO DAXICO's i: ore. vin ioc, e.cie ererhiara ere) ara --. 80,6505 
Oxide TOrrico, scien cece k ek oe Rca 16,7752 
Altimina, manganeso y cobre.......... - Indicios. 


No dosados: cal, dlealis y silice, solubles en Cl H. 


»E] hierro se ha calculado como Fe, Og, no obstante ser mag- 
netita el compuesto que le contiene en la roca. Carece ésta de 


(1) Notas mineralogicas. Nuevos hallazgos en la provincia de Sevilla, (ANAL. DE LA 
Soc. Esp. DE HIST. NAT., t. xXx11I, 1894.) 


DE HISTORIA NATURAL. 261 


acido fosférico y de cloro. Es verdaderamente notable la can- 
tidad de baritina que descubre en ella el analisis y que con- 
cuerda con la densidad indicada por el Sr. Calderon (4.02). 

»Estos resultados se compaginan con los consignados en el 
trabajo referido concernientes al examen microscdpico de la 
roca en secciones delgadas, que muestran esta constituida por 
un agregado cristalino de laminas de baritina y abundantes 
diseminaciones de hierro opaco. Como accesorios citaba el 
Sr. Calderén: calcita en agregados granudos; productos de 
descomposicidn de la magnetita (leucoxeno y hierro titanado); 
fragmentitos de granate y partes cloriticas de origen micaceo, 
al parecer. Creo hay que agregar 4 esta lista escasos cristali- 
llos de feldespato, al menos en la seccién que he examinado, 
y su presencia explica la de los alcalis, alumina, cal y silice 
en la disolucién clorhidrica.» 


Sesion del 8 de Noviembre de 1894, 
PRESIDENCIA DE D. CASIMIRO VINSAC. 


—Se leyo y aprobo el acta de la anterior. 

—Se hizo una propuesta de socio. 

—Se dio lectura 4 la siguiente comunicacidn remitida por el 
Sr. D. José Maria Pérez Lara, de Jerez de la Frontera, referente 
a una nueva especie de la familia de las Escrofularineas: 


Odontites foliosa Pér. Lar. in Flor. Gad. exs. 


«QO. purpurascens v. sordide virens, densé villoso-scabriuscu- 
la, radice dura, simplici v. parum ramosa, flexuosa; caule erec- 
to, firmo, a basi ad apicem ramosissimo, 20,50 cm. alt., ramis 
decussato-oppositis, infimis sepe mediam caulis partem sub- 
sequantibus superantibusve , adscendentibus, intermediis bre- 
vibus, patentibus, superioribus erecto-patulis patulisve lon— 
giusculis; foliis sessilibus, approximatis, decussatis, crassius- 
culis, linearibus v. anguste lanceolatis, integris, inferioribus 
cito deciduis, patulis 20,35 mm. long., intermediis falcato- 
recurvis, canaliculatis , superioribusque erectis subimbricatis, 
5,15 mm.; racemis multifloris, terminalibus, quadrifariam 
imbricatis, mox subdistichis 2,4 cm. long., bracteis laté lan- 


262 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


ceolatis calyce subequilongis; calycibus 3 mm. long., campa— 
nulatis, breviter pedicellatis, ad quartum v. tertiam partem 
divisis, lobis triangularibus obtusiusculis; corolla glabra calyce 
duplo longiore, labio superiore purpureo, leviter incurvo, 
truncato, inferiore sequilongo, luteo, lobis subrotundis spe 
emarginatis; antheris subexsertis, brevissime mucronatis, apice 
villo connexis; stylo violaceo a basi ad medium hispido; cap— 
sula calyce subduplo longiore, obovato-oblonga, subemargi- 
nata, apice hirtula; seminibus immaturis ovali-cylindricis, 
longitudinaliter costatis, utrinque appendiculatis. Planta 
quoad staturam et ramorum longitudinem valde variabilis; 
variat insuper corolle labio superiore roseo et inferiore albido. 
—o©. Flor., Sep., Oct. 

»Hab. in pinetis Laguna seca et Villanueva dictis ditionis 
Puerto Real, ubi eam die 15 Septembris 1893 florentem legi. 

»A O. lutea, O. tenuifolia, et O. rigidifolia que magis pro— 
ximee sunt, notis indicatis proprie distincta mihi videtur.» 

—El Sr. Medina ley6 la nota siguiente: 


Datos para el conocimiento de la fauna himenopterologica 
de Espana. 


Esfégidos. 


Cerceris luctuosa Costa ¢~.—Sevilla! 

—  Ferreri Van der Linden ~7.—Coria del Rio!, Pozuelo 
de Calatrava (La Fuente!). 

—  labiata Fabr. 9 ¥.—Huévar (Paul!). 

— tuberculata Villers o7.—Sevilla!, Puerto Real (Paull). 

— quadricincta Panzer Q °¢7.—Calanas (Huelva) (Calde- 
ron!), Cazalla (Rio!), Constantina! 

— conigera Dahlbom 9.—Sevilla! 

— arenaria L. o.—Calanas (Calderon!), Pozuelo de Cala— 
trava (La Fuente!). 

— «arenaria L. var. nov. ¢.—Chiclana (L. Cepero!). 

— /unata Costa O,—Calanas (Calderén!). 

— Julii Fabre §.—Calanhas (Calderén!), Hornachuelos 
(G. Nunez!). 

— Rybiensis L. 9 o¢.—Chiclana (L. Cepero!), Pozuelo de 
Calatrava (La Fuente!). 


DE HISTORIA NATURAL. 263 


Cerceris emarginata Panzer &.—Sevilla!, Alcala de Guadaira!, 

Cazalla (Rio!), Pozuelo de Calatrava (La Fuente!), 
Madrid (Bolivar!). 

—  bupresticida Dufour 9 o.—Sevilla!, Poznelo de Cala- 
trava (La Fuente!). 

—  specularis Costa o”.—Sevilla! 

— faviventris Van der Linden Q.— Chiclana (L. Cepero!). 

— sp. nov.? Laguna (Canarias) (Cabrera!). 


Sesion del 12 de Diciembre de 1894. 
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. 


Se leyé y aprobo el acta de la sesioén anterior. 

Se hicieron dos nuevas propuestas de socio y se acord6é dar 
las gracias 4 los donantes de los libros que estaban sobre la 
mesa. 

—KHl Sr. Pérez Zuniga leyo la siguiente nota: 


Algunas observaciones acerca de la contraccion del corazon del 
galapago. 


«En una serie de experimentos he indagado la accién que el 
curare y la cocaina ejercen sobre el corazon del galapago. Las 
curvas adjuntas han sido obtenidas con la pinza cardiaca de 
Marey, en verdad no muy 4 proposito dada la forma y disposi- 
cién del centro circulatorio de dicho animal, pero que me ha 
servido lo bastante bien para darnos a conocer las variaciones 
que en el aspecto de la curva cardiografica, en el ritmo de los 
latidos, etc., etc., experimenta bajo el influjo de esos dos agen- 
tes tan interesantes en la investigacion fisioldgica. La veloci- 
dad del cilindro registrador ha sido en todos los casos de una 
vuelta por minuto. 

»Segin se observa en el cardiograma n.° 1, obtenido algun 
tiempo después de sometido el animal 4 la accidn del curare y 
paralizados todos los musculos esqueléticos, el corazon conti- 
nua latiendo con regularidad perfecta, con bastante energia y 
con mayor frecuencia que en estado normal. A mayor abunda- 


264 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


miento se colocé un trozo del curare en las mismas paredes 
del ventriculo, 4 fin de que la accién fuese mas directa. 

»Otra cosa ocurre cuando se inyecta en el ventriculo una 
disolucion de clorhidrato de cocaina. Este, 6 bien produce una 
paralisis instantanea, como sucedioé inyectando 2 me. de clor- 
hidrato de cocaina, 6, con cantidades mas pequenas (1 mg.), 
se observan alteraciones muy notables, como puede verse en 
el cardiograma n.° 2 y en los siguientes, cuya exacta interpre- 
tacion ofrece hoy por hoy grandes dificultades. Existe en pri- 
mer término una gran disminucién en el numero de las 
contracciones (relacién de 4 4 1). Cada una esta formada de 


val 
X.6 PRI ONSEN ae 


$f Sigel N goatee on (See io Deca ecg aaa 
stp enPe lod Powya.o Pagel erat heenth excgrlae 


X.3 


X.2 


lt cent aif eal Gables eon ea atta 


otras varias (4 6 5), constituyendo periodos que se repiten con 
perfecta regularidad. Las tres ultimas ondulaciones conteni- 
das en cada periodo parecen representar las propias de un tra- 
zado normal, y la primera 6 primeras mas bien contracciones 
abortadas. Estas al cabo de aleunos minutos (de doce 4 quince) 
desaparecen por completo y queda entonces la curva como 
muestra el cardiograma n.° 3. 

»A los veinte minutos se obtiene el trazado n.° 4 algo mas 
parecido en su general aspecto al primitivo, y sucesivamente 


DE HISTORIA NATURAL. 265 


(de diez en diez minutos) otros varios andlogos, pero en los 
que se nota una disminucidn de la altura de las curvas hasta 
que casi desaparecen las pequenas elevaciones y queda la ma- 
yor reducida & muy poca cosa (n.° 5). 

»Dejando pasar luego una hora vuelven las curvas obteni- 
das a mostrar los caracteres primitivos de normalidad, como 


REAR PING NE TSIEN UE iret sae MRO WOU a? 


en el cardiograma n.° 6, y mas tarde (1h. !/,) se hacen mas 
lentas pero mas altas, y hay una tendencia 4 agruparse las 
contracciones de dos en dos, aunque no siempre, segtin se 
nota en el cardiograma n.°s 7 y 8. 

»Ultimamente las curvas se van achatando mas y mas, y 
concluyen por desaparecer completamente (n.° 9). 

»Examinando el galapago al siguiente dia, encontramos 
todos sus musculos esqueléticos completamente paralizados. 
Apenas si se notan ligeras contracciones auriculares; y exci- 
tando por medio de la electricidad inducida las paredes ventri- 
culares, no daba resultado alguno cuando se empleaban cho- 
ques aislados, pero con la excitacién tetanica se obtuvieron 
las curvas n.° 10.» 

—Leidos por el Sr. Vicesecretario, 4 indicacién del Sr. Presi- 
dente, los articulos 12, 13, 16 y 21 del Reglamento, el Sr. Te- 
sorero leyé el adjunto estado de Tesoreria: 


266 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Estado de los ingresos y gastos de la Sociedad Espanola de Historia 
Natural, desde 1.° de Diciembre de 1893 4 30 de Noviembre de 1894. 


INGRESOS. 


PESETAS. 
Saldo en 1.° de Diciembre de 1893............-. Rintod(oiale/cielelslajcie(epateletelateierestenters 410,39 
Cobradopor CUOlAS ALLASAC ASH sre soreloisielolalele 2 \sieleislotefslatele sie le/eia\si= tie sera ctelete(oiaiaistats 375 

AER POL CUOTAS COLMISM LES ian tetocistele ee slerebet laetersieraiettiatel ape tiatete saeleten sorte 2.820 

Ide, qpor.cuotasiadelantadas) s....csmtepierciemire cmt wins +s, dereeh a eeibee ee 15 

lids, spor cuotas de socias aeremad Ose sore cle tte as ciwies oe cieie|e/s slelelsversisioiaeiaiaiens 25 

Nd’, “Por SUSCHIPCIONES ar. -c ee = cacie eretaerera\ce clare iol eioktarolelole‘ero oie rice orotate metatemiaieye 1.055 

Id por-castos) cobrados de tiradas aparbe.. cc cciee elec o1ele ols cieinfele oIsielelelel« 99,75 

Ads por Venta GevA NA GES wfc oc siuiacsseetenloneine arlene stator nee 223 

MT OUENTA seisice ers sie. «svelte, stevelote ras ein arta 5 .0238,14 


GASTOS. 


Abonado por papel para la impresiOn, cubie tas y laminas de los ANaLES. 1.300 


Id. POLALMPLESIONES Y. LITAMAS cretcrrorerroaeveietere oe wie c o/nle ee eee onarerorena VOTO 1.550, 12 
Id. MOnMAmMIN Assy eT ADAM OS! wece-: jae tee-reiarayeueleleiclesele sinieley-lere orsvele ite een 772, 24 

Asignacion del dependiente de la Sociedad...............ceeececcccesceces 480 
Gastos de'correo iy repanto de AWNAGES. o. scim «viele sales civic ejotetra asta iel cle leislehale 246,53 
Id. menores, portes de libros y presupuestos de las Secciones......... 239,85 
TO TAT: siverefvale tae ewe elisiere cine date sie . 4.588, 74 


RESUMEN. 


Suman los ingresos......... stefelaietscletele Sc000r Janccea0dgoe” 5.023,14 
Suman los gastos. ....... Gddododddacaosddacdss do8daus nei] 4.588,74 


Saldo 4 favor de la Sociedad en 1.° de Diciembre de 1894, 434,40 


Para cumplir con el art. 16 del Reglamento, el Sr. Presidente 
propuso a los Sres. Botella, Pérez Zuniga y Martinez (D. Anto- 
nio) para formar la Comisién revisora de las cuentas presen- 
tadas por el Sr. Tesorero, propuesta que fué aprobada por la 
Sociedad. 

—Kl Vicesecretario, cumpliendo con lo prevenido en el ar- 
ticulo 21 del Reglamento, leyé el siguiente resumen de los 
trabajos de la Sociedad durante el ano corriente. 

Kl ano 1894 ha sido, sin duda, el mas fatal de los veintitres 
que lleva de vida nuestra Sociedad. 

Al fallecimiento de D. José Maria Camara y Camara, Licen— 
ciado en Ciencias naturales, hay que anadir otros, ocurridos 


DE HISTORIA NATURAL. 267 


en tan corto espacio de tiempo, que no repuestos del dolor pro- 
ducido por uno, venia otro nuevo 4 aumentarlo. 

En el mes de Marzo, y en un mismo dia, fallecieron D. Pedro 
Sainz y Gutiérrez, Catedratico de Organografia y Fisiologia 
vegetal en la Facultad de Ciencias de Madrid, ex—Presidente 
de nuestra Sociedad, y D. Laureano Calderon y Arana, que 
reunia, asus profundos conocimientos en Quimica bioldgica, 
asignatura que explicaba en la Facultad de Farmacia, y que 
le conquistaron uno de los primeros puestos entre los hombres 
de saber, un dominio profundo de la Cristalografia y ciencias 
que con ella se relacionan. 

El Bibliotecario Sr. Janer y Ferran dejé de existir el 21 del 
mismo mes, victima de traidora y rapida enfermedad, cuando 
se ocupaba en terminar el arreglo de los voliumenes que for- 
man nuestra biblioteca. 

El dia 31 de Mayo marca una fecha memorable para nosotros 
por lo fatidica: senala la muerte del Secretario de esta Socie- 
dad, Sr. Quiroga y Rodriguez, Catedratico de Cristalografia en 
el Museo de Ciencias naturales, gedlogo profundo, investiga— 
dor incansable, cuyos trabajos se encuentran con gran pro- 
fusidn en nuestros ANALES; inolvidable maestro, en quien el 
amor con que nos ensenaba las verdades de la ciencia a los 
que tuvimos la dicha de ser sus discipulos, rivalizaba con el 
verdaderamente paternal que nos profesaba. 

D. Laureano Pérez Arcas, Catedratico y Decano de la Facul- 
tad de Ciencias, ex—Presidente y socio fundador, zodlogo emi- 
nente, que con sus conocimientos y entusiasmo, unidos a la 
bondad de su caracter, contribuyo 4 formar naturalistas espa- 
noles que figuran hoy entre los primeros, fallecié en Requena 
en los primeros dias de Octubre. 

El Sr. Pombo (D. Antonio), antiguo y celoso Catedratico en 
el Instituto de Vitoria, fué también victima del rigor que este 
ano ha tenido la suerte con nosotros. 

La Sociedad ha continuado, como siempre, su vida modesta, 
sostenida por nuestros consocios. Haciendo, como es costum— 
bre, un ligero resumen de los trabajos presentados durante el 
aio corriente, tenemos que mencionar, empezando por la Zoo- 
logia, que, como siempre, es la que mayor contingente pro- 
porciona, los Jnsectos de Mallorca, por el Sr. Moragues y de 
Manzanos, continuacién de un trabajo del mismo autor publi- 


268 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


cado en el tomo xvi, y que comprende unas 800 especies de 
coleopteros y 220 de hemipteros; las Notes pour servir a Vhis— 
toire des Malachides,.en las que el sabio entomdlogo M. Elzear 
Abeille de Perrin describe una nueva especie de dicha familia, 
el Cyrtosus Uhagoni; los Ichneumdnidos de Baleares, por el doc- 
tor kriechbaumer, y el Catalogo de los Lepiddpteros de los alre- 
dedores de Madrid, del Sr. Vazquez Figueroa, son también tra- 
bajos dignos de mencionarse. 

Ad cognitionem orthopterorum Europe et confinium, par- 
tes 11 y 11; Nuevos datos para la fauna espanola y otros muchos 
estudios del Sr. Bolivar, con las numerosas notas de los seno- 
res Lafuente y doctor Medina, contribuyen 4 aumentar el nu- 
mero de especies conocidas en la Peninsula. 

Datos para la fauna de la provincia de Madrid, Mami feros, 
por el Sr. Cazurro y Ruiz, es la primera parte de un estudio 
completo que se terminara muy pronto, y en la que, no sola- 
mente se enumeran las especies, sino que se hace posible su 
determinacidn, valiéndose de los cuadros sindpticos, ingenio— 
samente dispuestos, que en ella figuran, resultando una obra 
de gran utilidad, no sélo para naturalistas, sino también para 
los aficionados 4 nuestros estudios. 

A Antropologia corresponden los trabajos siguientes: Obser— 
vaciones antropomeétricas en los cacereios, por el Sr. Hoyos y 
Sainz; Yacimientos prehistoricos de Carmona, del Sr. Cabrera 
(D. Anatael), y la primera parte de los Descubrimientos prehis— 
toricos en Segobriga, del R. P. D. Eduardo Capelle. 

Al sabio profesor de Histologia de la Facultad de Medicina 
de Madrid, Dr. Ramon y Cajal, debemos sus Voltas preventivas 
sobre la estructura del encéfalo en los Teledsteos y las memorias 
sobre la Lstructura dela habenula en los mamiferos y Los gan- 
glios del encéfalo, que revelan tanta profundidad y transcen- 
dencia como todos los suyos; y al Sr. Pérez Zuniga las obser- 
vaciones Sobre la contraccion muscular en el cangrejo de rio y 
otras sobre las del corazén del galapago. 

Con respecto 4 Botanica sdlo contamos con varias notas de 
los Sres. Pau y Aterido, como datos para nuestra Flora, y con 
la continuacién del Catalogo de las Periantiadas cubanas del 
Sr. Gomez de la Maza. 

A las memorias y notas referentes 4 Mineralogia y Geologia 
han contribuido autores, tanto nacionales como extranjeros. 


DE HISTORIA NATURAL. 269 


Entre aquellos hemos de citar al Sr. Calderén (D. Salvador), 
con sus Contribuciones al estudio de la Glauconita, en colabora- 
cidn con el Sr. Chaves; sus Notas mineralogicas, en que des— 
cribe especies poco conocidas, de la provincia de Sevilla; eon 
una memoria sobre Geografsia é¢ Historia natural de las islas 
Chafarinas, y muchas mas que no son de citar ahora, porque 
resultaria demasiado extenso nuestro resumen. 

El estudio sobre la formacién del mercurio en Almadén que 
el gedlogo americano Sr. Beker tuvo la atencién de enviarnos 
para que lo publicaramos did origen 4 una luminosa discu- 
sién, en la que han intervenido el Sr. Presidente y los senores 
Calderén y Fernandez Navarro. 

La Peninsula iberica seismica y sus colonias, por M. Montessus 
de Ballore, y la continuacién del estudio de fendmenos de la 
misma naturaleza en Europa, es un trabajo que honra nues— 
tros ANALES. 

Para aclaracion de lo publicado acompanan 4 cada uno de 
los articulos grabados intercalados en el texto, originales de 
los autores y juzgados por ellos suficientes para su mejor inte- 
ligencia. Las diez laminas que complementan los trabajos de 
los Sres. Cabrera y Capelle son fototipias de los Sres. Hauser y 
Menet. 

También publicamos los retratos de los senores socios falle— 
cidos, lamentando no haber podido hacer lo mismo con los de 
los Sres. Sainz y Janer, a causa de no disponer de las fotogra— 
fias en tiempo oportuno. 

Kl movimiento de socios durante el ano que termina se halla 
resumido en el siguiente 


Estado del personal de la Sociedad en 1894. 


Socios que la formaban en 1.° de Diciembre de 1893.............0.scccecceeceoe 296 
Por fallecimiento. 7 ) 
— dadosd fae epee Mem a) ite hee a elarasicer Aeleveiase 27 
coy agli Por renuncia..... 20 5 
269 
4 DAO TESA LOSGOM, CLAAT OMISOd arcloisien (s/s. cre eine sleceisie/a) cis Sieie'A> aslelets « 5p Ving ba aelcigle 27 
( De Madrid...... 105 
—  existentes en 1.° de Diciembre de 1894........- De provincias... 166 296 
Del extranjero . 25 


De los cuales son: 
INUMETATIOS edneress aeeeetes se Pe Oe De Ae ce ar OA 28 
APTORAGOS:.... <0 de Ree aba he eet hewn. Bled Ord. cates Fa i. Soe a | 


270 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


—E] Sr. Fernandez Navarro (D. Lucas) manifesté que, en- 
cargado de la biblioteca de esta Sociedad desde Abril del ano 
corriente, habia trabajado en su arreglo cuanto sus ocupacio— 
nes se lo han permitido, continuando la obra ya empezada y 
en gran parte llevada a cabo por su inolvidable antecesor se— 
nor Janer. Fruto de este trabajo era el poder adelantar la no- 
ticia de que en los primeros meses del ano proximo podria ver 
la luz el Catalogo de todo lo contenido en nuestra biblioteca. 
Afiadié que para entonces dejaba el hacer las consideraciones 
oportunas, que ahora habian de ser incompletas por falta de 
datos, y que se limitaba 4 dar cuenta del movimiento habido 
en el ano corriente hasta el dia de hoy. 

En Diciembre de 1893, la Sociedad espanola de Historia na- 
tural cambiaba sus ANALES con 46 sociedades y publicaciones 
periddicas, de las cuales tinicamente ha dejado de recibir du- 
rante este ano la Crénica cientifica, de Barcelona, por haber 
cesado en su publicacién. Autorizado por la Junta Directiva 
de la Sociedad para ampliar estos cambios, se han aumentado 
en la actualidad hasta el numero de 54. 

A continuacién va la lista detallada de todo lo recibido du- 
rante el ano 1894, advirtiendo que dejan de figurar entre los 
cambios algunas publicaciones que han sido ofrecidas por este 
concepto, pero que atin no han llegado a nuestro poder. 


A cambio: 


Academia de ciencias médicas, fisicas y naturales de la Habana.— Anales. 
Entregas 348, 349, 351, 352, 354 4 357. 

Academia nacional de Ciencias en Cordoba (Republica Argentina).— Bole- 
tin. Tomo xm, entregas 1-4. Tomo xm, entregas 1-4. 

Académie des Sciences de Cracovie.— Bulletin international. Comptes ren- 
dus des Séances de l'année 1893, Novembre. 1894, Janvier-Juillet. 

Academy of science of St. Louis.—Transactions. Vol. vi, n. 1-8. 

Annuaire géologique universelle.— Paris. Tome 1x, 2™°-4™ fase. Tome x, 1" 
fascicule. 

Archives néerlandaises des Sciences exactes et naturelles. Haarlem.— Tome 
xxvii, 4™° et 5™ livr. Tome xxvii, 1'-4™* livr. 

Australian Museum. Sydney.— Report, 1893. 

Comision del Mapa geologico de Espana, Madrid.—Boletin. Tomo x1x (1892). 
Mapa de Espana en 64 hojas. Idem en una hoja. 

Entomologische Nachrichten. Berlin.—Jahrg. xx, n. 1-XXU. 


DE HISTORIA NATURAL. 271 


Essex Institute. Salem.—Bulletin. Vol. 23, n°* 1-12. Vol. 24, n%® 1-6. Vol. 25, 
ni 1-3: 

Faculté des Sciences de Marseille Annales. Tome 1. Tome u, fase. (tv. 
Tome 111, fase. Iv. 

Geological Survey (U. 8S.) Washington.—Bulletin. N°* 82-86, 90-96.—Annual 
Report. 1889-90, part. 1, 11.—Mineral resources, 1891.— Monographs. 
Vol. xvi, xvi, xx.—Atlas to accompany the monograph on the geo- 
logy of the Euretra District Nevada, by Arnold Hague. 

Il Naturalista siciliano. Palermo.—Anno xu. N. 1, 2. 

Jornal de sciencias mathematicas physicas e naturaes.— Nim. xvii (Agosto 
de 1888). Segunda serie. Tomo 1, nums. 1-1v. Tomo 11, nums, y-viit. 
Tomo 1m, nimeros 1x-xI. De la R. Academia de Ciencias de Lisboa. 

Musée Teyler. Haarlem.—Archiyes. Série 1. Vol. iv. 2™ partie. 1894. 

Musei di Zoologia e Anatomia comparata della R. Universita di Genova.— 
Bolletino. Vol. vi, numeros 151-165. Vol. 1x, numeros 166-178. 

Museo civico di Storia naturale di Genova. — Annali. Serie 2.8, vol. xm 
(XX XIII). 

Museum of Cumparative Zoology at Harward College. Cambridge. U.S. A. 
—Bulletin. Vol. xxv, ntimeros 2-10. 

National Museum (U. S.) Washington.— Proceedings. Vol. 14,15, 16.— 
Report. 1890, 1891, 1892.—Bulletin. Numeros 33-46. 

Naturforschenden Gesellschaft zu Freiburg. Berichte. Band. vr, 1-4 heft. 
Band. vu, 1, 2 heft. 

Naturhistorischen Hofmuseums. Wien.—Annalen. Band. 1x. Nr. J, 2. 

New-York State Museum.—Annual Report. 45 (1892), 46 (1893). 

Physikalisch medicinischen Gesellschaft zu Wurzburg.—Sitzung-Berichte. 
Jahrgang 1893, numeros 7-11. Jahrgang 1894, nimeros 1-4. 

— Verhandlungen. xxvu Band, Nr. 5. xxvii Band, Nr. 1. 

Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona.—Boletin. Tercera época. 
Afio 11. Vol. 1, numeros 9 4 12. 

Revis.a de Sciencias naturaes e sociaes. (Orgao da Sociedade « Carlos Ri- 
beiro»). Porto. Vol. m1, numeros 9 y 10. 

Revue de Botanique. Toulouse.—Tome 1x (1891), numéros 107, 108. Tome x 
(1892), numéros 109-120. Tome x1 (1893), numéros 121-128. 

Royal Microscopical Society. London and Edimburgh. — Journal. 1893, 
Part. 6. 1894, Parts. 1-5. 

Royal Physical Society. Edimbourgh.—Proceedings. Session 1892-93, 1893-94. 

Sociedad cientifica «Antonio Alzate». Méjico.—Memorias y revista. Tomo vir 
(1893-94), numeros 3, 4, 11 y 12. 

Sociedad cientifica argentina. Buenos-Aires.— Anales. Tomo xxxy, entre- 
ga iv. Tomo xxxvl, entregas I-v1. Tomo xxxvil, entregas I-VI. 

Sociedad Geografica de Madrid.— Boletin. Tomo xxxy, nimeros 4.° 4 6.° 
Tomo xxxvi, numeros 1-10. 


2712 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Sociedade broteriana. Coimbra.—Boletin. Tomo x, fasc. 2, 3. Tomo x1, fas- 
ciculos 1, 4. . 

Societa entomologica italiana. Firenze.— Bulletino. Anno xxy, trim. 3 y 4. 
Anno xxv1, trim. 1 y 2.—Statuto e elencos.— Resoconti di Adunanze, 
dos cuadernos. 

Societa italiana di Scienze naturali. Milano. — Atti. Vol. xxx1. Vol. xxxn, 
fase. 1.° 

Societa romana per gli studi zoologici.— Bolletino. Vol. 11 (1898), nimeros 
vil, vit. Vol. 11 (1894), numeros r-iy. 

Societa toscana di Scienze naturali. Pisa.—-Processi verbali. Vol. rx. Ad. 
21/1/94 4 6/5/94. Memorie. Vol. x11. 

Société botanique de Copenhague.—Journal de Botanique. Tome 19, fascicu- 
les 1 et 2. dl 

Société botanique de France. Paris.—Bulletin. Tome xt (hasta completarle). 
Tome x11, séances de Janvier a Juillet. 

Société d’ Histoire naturelle de Toulouse.—Bulletin. xxiv-xxv années. 

Société des Sciences naturelles de l'Ouest de la France. Nantes. — Bulletin. 
Tome 11, numéros 2-4. 

Société entomologique de Belgique. Bruxelles.—Annales. Tome xxxyiti, nu- 
méros Iv, VI, vl et X. 

Société entomologique de France. Paris.— Annales. Vol. uxmi (1894), 1° tri- 
mestre, 2™ fasc.; 2™° et 3™° trimestres. 

Société entomologique suisse. Schaffhausen.—Bulletin. Vol. yrrx (1-3). 

Société géologique de France. Paris.— Bulletin. 3™ série. Tome xix (1891), 
numéros 11-13. Tome xx, numéros 1, 3-6. Tome xx1, numéros 1, 8. 
Tome Xxil, numéros 2, 4 y 5. 

— Compte-rendu des séances, 1893, numéros 17, 18. 1894, numéros 1-13. 

Société impériale des Naturalistes de Moscou.— Bulletin. Année 1893, nu- 
méros 2-4. Année 1894. numéros 1 et 2. 

Société linnéenne de Bordeaux.—Catalogue de la Bibliothéque, 1° fase. 

Société linnéenne de Normandie. Caen.—Bulletin. Année 1892, fase. 1, 2. 

Société linnéenne du Nord de la France. Amiens.—Mémoires. Tome yiu1.— 
Bulletin. Tome x. Tome x1, numéros 235-246. 

Société ouralienne'd' amateurs des Sciences naturelles. Ekatherinemburg.— 
Bulletin. Tome x11, livr. 2 (1890-91). Tomo xaz, livr. 1. 

Société scientifique du Chili. Santiago.— Actes. Tome 1 (1892), tv livr. 
Tome 11 (1893), 1-v livr. Tome tv (1894), rt livr. 

Société zoologique de France. Paris.— Bulletin. Tome xvii. 

The American Naturalist. Philadelphia. — Vol. xxvu (1893), nim, 324. 
Vol. xxvur (1894), numeros 325, 327-335. 

Zoologiseh. botanischen Gesellschaft in Wien.—Verhandlungen. 1893, xum 
Band. tv Quartal. 1894, xLiv Band., 1, 1 Quartal. 

Zoologischer Anzeiger. Leipzig. —Numeros 435-462. 


DE HISTORIA NATURAL. 273 


Como donativos: 


ABeILLE DE Perrin (M. Elzéar).— Notes pour servir a Uhistoire des malachi- 
des. Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. esp. DE Hist. nat. Dos 
ejemplares. 

ABELLA (D. Enrique), Vera (D. José de) y Rosario (D. Anacleto del),— 
Estudio descriptivo de algunos manantiales minerales de Filipinas. 
Manila, 1893. Dos ejemplares. Don. de los autores. 

Annaes de sciencias naturaes. Porto.—Anno 1, nimeros 1, 2. 

Aranzani (D. Telesforo de).— Observaciones antropométricas en los cacere- 
fios. Actas de la Soe. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. 

Ateneo tarraconense de la clase obrera.— Afio xv, nim. 9. 

Barsoza pu Bocace (José Vicente).— Memorias zooldgicas. Noticia acerca 
dos Arvicolas de Portugal. Lisboa, 1864. Don. de la Real Academia 
de Ciencias de Lisboa. : 

Briancuarp (Dr. Raphiiel).—Sanguijuelas de la Peninsula Ibérica. Tirada 
aparte de los ANALES DE 1A Soc. esp. DE Hist. nat. Dos ejemplares. 

— Contributions a l'étude des dipteres parasites. 2" série. 

Botivar (D. Ignacio).— Voyage de M. Ch. Alluaud dans le territoire d' Assi- 
nie (Afrique occidentale). Orthopteres. Extrait des Annales de la So- 
ciété entomologique de France. Don. del autor. 

— Ortdpteros recogidos en las Azores por el Sr. Affonso Chaves. Actas de 
la Soe. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. 

— Ad cognitionem orthopterum Europe et confinium. Actas de la Soe. esp. 
de Hist. nat. Dos ejemplares. 

BompBarpa (Prof. Miguel).— Contribuic¢do para o estudo dos microcephalos. 
Trabalhos clinicos e de laboratorio do Hospital de Rilhafolles. Lis- 
boa, 1894. Don. del autor. 

B. O.— Methodos usados na estagdo zoologica de Napoles para a conserva- 
¢@9 dos animaes marinhos. Lisboa, 1898. Don. de la R. Academia de 
Ciencias de Lisboa. 

Borpace (Edmundo).— Noticia necrolégica del Dr. Fischer. Actas de la 
Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. 

Brito Caretto (Felix de).— Catalogo dos peixes de Portugal. Lisboa, 1890. 
Don. de la Real Academia de Ciencias de Lisboa. 

Caprera y Diaz (D. Anatiiel).— Una excursion a los yacimientos prehistori- 
cos de Carmona. Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hisv. 
nat. Dos ejemplares. 

Catperon (D. Salvador).— L’origine des filons métalliferes. Extrait de la 
Feuille des jeunes naturalistes. Don. del autor. 

-- Notas mineraldgicas. Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. ESP. DE 
Hist. nat. Dos ejemplares. 


ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 18 


274 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Catperon (D, Salvador).—Recientes trabajos sobre el origen y formacién de 
los depdsitos de mercurio. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos 
ejemplares. 

— Observaciones sobre el mimetismo cromdtico cambiante. Actas de la 
Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. 

— Tratado de Paleontologia del profesor Zittel. Actas de la Soc. esp. de 
Hist. nat. Dos ejemplares. 

Ca.peErROn (D. Salvador) y Coaves (D. Federico). — Contribuciones al estudio 
de la glauconita. Tirada aparte de los ANALEs DE La Soc. Esp. DE His. 
nat. Dos ejemplares. 

Cat.esa (C.)—La region olfatoria del cerebro. Madrid, 1893. Don. del autor. 

Cana (D. Carlos).— Excursion a Cazalla de la Sierra y San Nicolas del 
Puerto. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. 

Cuaves (D. Federico).— Un trabajo reciente sobre el origen de los fosfatos 
naturales. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. 

Cuorrat (Paul).— Description de la faune jurassique du Portugal. Classe 
des céphalopodes. Premiere série: « Ammonites» du lusitanien de la 
contrée de Torres Vedras. Direction des travaux géologiques du Por- 
tugal. Lisboa, 1893. Don. del autor. 

Corre (E. D.)—On a collection of batrachia and reptilia from southwest 
Missouri. — Proceedings of the Academy of natural sciences of Phi- 
ladelphia. 1893. Don. del autor. 

— Second addition to the Knowledge of the batrachia and reptilia of Costa 
Rica.—American Philosophical Society. 1893. Don. del autor. 

Ferndnpez Navarro (D. Lucas).— El Doctor D. Manuel Janer y Ferran. 
Actas de la Soe. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. 

— Minerales de Espana existentes en el Museo de Historia natural. Segunda 
nota. Actas de la Soe. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. 

— Nota bibliogrdfica acerca del Compendio de Mineralogia del Sr. Latino 
Coelho. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. 

Fewille des jeunes naturalistes. Revue mensuelle. Paris. —1™ série, XX1v 
année, numeros 279-289. 1894. Don. del Sr. Dollfus. 

Fuente (D. José Maria de la).— Notas para la entomologia de la provincia 
de Murcia. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. 
Garcia DA Orta.— Coloquios dos simples e diogas da India. Lisboa, 1891. 

Don. de la R. Academia de Ciencias de Lisboa. 

Gomez ve LA Maza.— Catalogo de las Periantiadas cubanas, Tirada aparte 
de los ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. nat. Dos ejemplares. 

Goreon ¥ pe Acosta (Dr. D. Antonio).— Los incendios, los bomberos y la 
higiene.—Habana, 1894. Don. del autor. 

Guyp.aon (D. Juan).—Apuntes para la fauna puerto-riquena. Octava parte. 
Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. Ese. De Hist. NAT. 

Hari (M. Edouard).— Restes d'elan et de lion dans une station préhistori- 


DE HISTORIA NATURAL. 275 


que de transition entre le quaternaire et les temps actuels, a Saint- 
Martory (Haule Garonne). Extrait de «L’ Anthropologie.» Paris, 1894. 
Don. del autor. 

Indian Museum. Calecuta.— A guide to the zoological colletions exhibited 
in the invertebrate gallery. 1894. 

Jardin botanico de la Universidad de Valencia.— Catalogo de semillas. 1894. 

Kansas Academy of science.—Transactions. Vol. xi (1891-92). 

Latino Coe.no (José Maria).— Compendio de Mineralogia. Morfologia mi- 
neral. Lisboa, 1892. Don. de la R. Academia de Ciencias de Lisboa, 

LAzaro (D. Blas).—WNoticia necrologica acerca de D. Pedro Sdinz Gutiérrez. 

Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. 

Macuapo (Virgilio) e Macuapo (Achilles).— Chimica geral e analyse chimica. 
Vol. 1, metalloides. Vol. 11, metaes. Lisboa, 1892. Don. de la R. Aca- 
demia de Ciencias de Lisboa. 

Macuo pe Vevapo (D. Jerénimo).—Insectos lepiddpteros de Galicia. Tirada 
aparte de los ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. nat. Dos ejemplares. 

Madras Government Museum. Madras.—Bulletin. Num. 1. 

MELLO pe Marros (J. M. de).— Laboratorio maritimo de Aveiro. Da « Re- 
vista de Sciencias naturaes e sociaes.» Porto, 1894. Don. del autor. 

Meriden scientific association. Meriden.—Transactions. Vol. y. 

Mitwe-Epwarps (A.) et Bouvier (E.-L.)— Crustacés décapodes provenant des 
campagnes du yacht «l’ Hirondelle.+ 1 partie: Brachyures et Anomu- 
res. Monaco, 1894. Don. del Principe de Monaco. 

Monyvessus DE Battore.— La France et I Algérie seismiques. Paris, 1892. 
Don. del autor. 

— Le monde scandinave seismique. Stokholm, 1894. Don. del autor. 

— Etude critique des lois de répartition saisonniere des séismes. Extrait 
des « Archives des Sciences physiques et naturelles.» Geneve, 181. 
Don. del autor. 

— L’Europe central seismique. Extrait des «Archives des Sciences physi- 
ques et naturelles » Geneve, 1894. Don. del autor. 

— La Suisse seismique. Extrait des « Archives des Sciences physiaues et 
naturelles.» Geneve, 1892. Don. del autor. 

— México seismico. De las «Memorias de la Sociedad Alzate.» Méjico. 
Don. del autor. 

— Effets des tremblements de terre sur les constructions et moyens d'y 
remédier. Paris, 1894. Don. de] autor. 

Moragues (D. Fernando). — Insectos de Mallorca. Tirada aparte de los 
ANALES DE LA Soc. esp. DE Hist. yat. Dos ejemplares. 

Museo nacional de Montevideo.—Anales. 1894. 1. 

Nery Detcavo (J. Filippe).— Sobre a existencia do terreno siluriano no 
Baixo Alemtejo. Lisboa, 1876. Don. de la R. Academia de Ciencias 
de Lisboa. 


276 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Pinuerro Caacas (Manuel).— Os descobrimentos portuguezes e os de Co- 
lombo. Lisboa, 1892. Don. de la R. Academia de Ciencias de Lisboa. 

Prodromus of a new system of the non-venomous snakes. Remprinted from 
the American Naturalist, May 1 st, 1893. 

Quiroca (D. Francisco).— El profesor D. Laureano Calderin. Actas de la 
Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. 

Ramon y Casa (D. Santiago).—Beitrdge zur feineren anatomie des grossen 
hirus. Separat abdruck aus «Zeitschrift fiir wissensch. Zoologie.»> 
Leipzig, 1893. Don. del autor. 

— Notas preventivas sobre la estructura del encéfalo de los Teledsteos. 
Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. nat. Dos ejem- 
plares. 

— Neue darstellung von histologischen Band des Centralnervensystems. Se- 
parat-abzug. aus «Archiy. fiir Anatomie und Physiologie anatomis- 
che.» Don, del autor. 

— Los ganglios y plexos nerviosos del intestino de los mamiferos y peque- 
fias adiciones a nuestros trabajos sobre la médula y gran simpatico en 
general. Madrid, 1893. Don. del autor. 

— Algunas contribuciones al conocimiento de los ganglios del encéfalo. 
Tirada aparte de los ANALES DE La Soc. Esp. DE Hist. nar. Dos ejem- 
plares. 

— Estructura del ganglio de la habénula de los mamiferos. Tirada aparte 
de los ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. nar. Dos ejemplares. 

Revista farmacéutica de Filipinas. Manila.— Afio 1 (1894). Num. 2. 

Riserro (José Silvestre).— Historia dos estabelecimentos scientificos, litera- 
rios e artisticos de Portugal. Tomos xvi, xvit y xy (1889-93). Lisboa. 
Don. de la R. Academia de Ciencias de Lisboa. 

Burney (Frank).— On the origin of certain Novaculites and Quartzites. From 
the Quaterly Journal of the Geological Society. 1894. Donatiyvo del 
autor. . 

Sata y Pons (Cl.)— La corteza cerebral de las aves. Madrid, 1893. Don. del 
autor. 

Sincuez Navarro (D. Emilio).— Noticia de un caso de xifodimia. Actas de 
la Soe. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. 

Seasra (Vizconde de).— A Colombiada, epopéa de ilme du Bocage. Lisboa, 
1893. Don. de la R. Academia de Ciencias de Lisboa. 

Seoaun (D. José). —Diatomeas de San Lorenzo del Escorial. Primera parte. 
Madrid, 1894. Don. del autor. 

— Clave analitica para la determinacion de las principales especies leftosas 
espaftiolas por medio de sus hojas. Madrid, 1893. Don. del autor. 
Semanario farmacéutico. Madrid. — Afio xx1 (1893), numeros 49-51. Aflo 
xxl (1894), numeros 1-24, 26-35, 38, 40-45, 47-49. Don. de su Director 

D. Vicente M. de Argenta. 


DE HISTORIA NATURAL. 27 


Sociedad .guatemalteca de Ciencias. Guatemala.— Revista mensual. Tomo uy, 
numeros 1-9. 

Société académique franco-hispano-portugaise de Toulouse.—Bulletin. T. xt. 

Societé des Sciences historiques & naturelles de Semur.—Bulletin. 2™ série, 
n° 7 (1892 & 98). 

Société Ud Horticulture du Doubs. Besancon.—Bulletin. Numéros 36-47. 

Tufts college studies. Massachussets (U. S. A.)—N®° 1, 2, 3. 

Union industrial argentina, Buenos Aires.—Boletin, nimeros 294-296, 

Witison (Rev. Edmund B.)— Sermon preached at the north church. Salem, 
1893. Don. del antor. 


Suspendida la sesidn por breves momentos para proceder a 
la eleccién de la nueva Junta Directiva, y verificada la vota- 
cidn, resultd elegida la siguiente 


Junta Directiva de la Sociedad espanola de Historia natural 
para el ano 1895. 


Presidente: D. Marcos Jiménez de la Espada. 
Vicepresidente : Sr. Marqués del Socorro. 
Tesorero: D. Ignacio Bolivar. 

Secretario: D. Manuel Cazurro. 
Vicesecretario: D. Carlos Hernandez. ° 
Bibliotecario: D. Lucas Fernandez Navarro. 


Comision de publicacion. 


D. Francisco de P. Martinez y Saez. 
D. José Macpherson. 
D. Blas Lazaro é Ibiza. 


Sesion extraordinaria celebrada el 31 de Diciembre 
EN HONOR DE 


D. LAUREANO PEREZ ARCAS. 
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. 


Abierta la sesién, el Sr. Presidente manifesté que el objeto 
de la reunién era honrar la memoria del Socio fundador de la 


78 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


Sociedad cnuyo nombre encabeza estas lineas, segun acuerdo 
tomado por la Junta Directiva 4 peticién de varios socios, y 
concedioé la palabra al Sr. Martinez y Saez (D. Francisco de P.), 
4 quien habia sido encomendada la noticia necrolégica de don 
Laureano Pérez Arcas en la sesion del 3 de Octubre. 

—El Sr. Martinez leyé la siguiente 


Noticia necrologica del Sr. D. Laureano Pérez Arcas. 


«Nuestra Sociedad, al verificarse el 24 de Septiembre ultimo 
la muerte de D. Laureano Pérez Arcas, perdid su fundador, 
porque los miembros que contribuyeron a su constitucién y 
nosotros y los que después la formen no haran sino continuar 
la obra cientifica que con tanto acierto inicio y sostuvo mu- 
chos afos hasta en sus menores detalles de ejecucién; y aun 
luchando con la enfermedad que hace tiempo era un obstaculo 
a las carinosas relaciones que con todos guardé, y especial— 
mente con los que tuvimos la suerte de tenerle por guia en 
este camino dificultoso de la vida, siempre conservo el interés 
por la Sociedad y la integridad de caracter y el amor a la cien- 
cia, que son buen ornamento de los que por deber 6 por aficién 
tienen la misién de cultivarla. 

»Bien se conoce que encargo tan importante, como el dejar 
consignadas en sus ANALES algunas noticias del que fué maes- 
tro de tantos, merecia que los socios le hubieran confiado a 
algunos de los que explican sus conceptos con correccién y 
gwalanura, como sabe hacerlo nuestro futuro Presidente y dis— 
tinguido companero el Sr. D. Marcos Jiménez de la Espada; 
pero ya que no pueda ahora hacer otro obsequio a nuestro 
finado amigo, aceptandolo ejercitaré la humildad por mi par- 
te, y contando con vuestra paciencia intentaré reunir algunos 
datos que, aunque hoy son conocidos de muchos, sirvan de 
ejemplo a nuestros sucesores para vencer los tropiezos que las 
circunstancias traigan al creciente desarrollo de esta Asocia— 
cidn, que esta, puede decirse, en el ano veinticinco de la fun- 
dacién, que rodeado de sus amigos y en su morada hizo el 
entusiasta naturalista y dignisimo catedratico cuya memoria 
sera siempre grata entre nosotros. 

»E] Imo. Sr. D. Laureano Pérez Arcas nacié en Requena 
el 4 de Julio de 1824, y era el Ultimo hijo de D. Eusebio Pérez 


DE HISTORIA NATURAL. 279 


Chorrea y Dona Maria Antonia Fernandez Arcas, de cuya fami- 
lia ilustre y honrada, que hizo honor a su pais y 4 su patria, 
era su hermano mayor D. Antonio, Licenciado en Derecho, 
dignisimo ecOnomo muchos anos de esta parroquia de San Se- 
bastian, Secretario hasta 1868 de este Monte de Piedad, y sus 
tios D. Juan Arcas, coadjutor de la parroquia de Santa Maria 
de Requena, D. Pedro Juan, que en tiempo de Napoleén murié 
prisionero en Francia por defender, como artillero, a la heroica 
Zaragoza, y D. Juan Fernandez Arcas, del Consejo de S. M., 
su oidor, de la Real Cancilleria de Valladolid, de su gremio y 
claustro, y catedratico jubilado de Prima, Dean de la Facultad 
de Sagrados Canones de la Real Universidad de Alcala de He- 
nares. Ningun acto de su larga vida desmerecié de este abe— 
lengo, y, por el contrario, al tratarle daba 4 conocerse bien 
pronto la ventaja que Dios le concedio al permitir que tuviese 
de nino y de joven buenos ejemplos. 

»Curs6 la latinidad en aio y medio, en lugar de tres que se 
empleaban generalmente, con el famoso D. Miguel Moya, de- 
mostrando entonces aplicacion y aptitud para el estudio de las 
lenguas, y anos mas tarde en la facilidad con que aprendiod el 
francés, inglés y aleman, tan necesarios para sus estudios; 
y no se habian escapado estas cualidades del discipulo a su 
maestro que, en 1861, al darle gracias por el envio de su Zo0/o- 
gia, le dice «que no habria preceptores si no hubiera también 
discipulos que los honrasen con su aplicacién y adelantos; y 
esta satisfaccién se hace mucho mayor cuando el discipulo 
sobresale tanto en las ciencias que, no contento con aprender 
para si, esparce por el mundo literario los productos de sus 
tareas y vigilias»; y es de tener en cuenta que el Sr. Moya, 
sobre ser, seguin expresa, aficionado a las lecturas de Historia 
natural, pudo apreciar, por ser humanista, las ventajas de la 
«buena nomenclatura» y «diccidn correcta» de la obra a la que 
él se referia. 

»Marcho después a Madrid con el fin de estudiar leyes al 
lado de su hermano D. Antonio; pero el frecuentar los centros 
en que entonces principalmente se cultivaban las ciencias na- 
turales, el Real Gabinete de Historia natural y el Real Jardin 
Botanico, determind su decidida vocacién por ellas y por su 
profesorado. La catedra de Zoologia estaba desempenada con 
verdadera vocacién y con entusiasmo por el Ilmo. Sr. D. Ma- 


280 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


riano de la Paz Graells, hoy decano de los catedraticos univer- 
sitarios y de los naturalistas espanoles, y sin duda, viendo la 
actividad de su discipulo, que con otros le ayudaban en el 
arreglo y clasificacién de las colecciones, y eran asiduos com- 
paneros de sus muchas expediciones cientificas por los alre- 
redores y sierras proximas a Madrid, fué nombrado con su 
aquiescencia Ayudante de la catedra de Zoologia del Museo 
de Ciencias naturales por Real orden de 17 de Diciembre de 
1843. Al hablar de las condiciones, no tan faciles de hallar en 
los que han de desempenar este cargo como pudiera creerse, 
he oido decir varias veces al Sr. Graells que desde que dejé de 
ser su auxiliar, pues paso a otro puesto, no han lenado sus 
deseos las varias personas que sucesivamente le han ocupado. 
Los reformadores de la Ensenanza en 1845 pusieron desde lue- 
go en ejecuciOn su plan de estudios, y al efecto encargaron 
el desempeno de las catedras a personas de idoneidad 6 apti- 
tud reconocida, y asi recibiéd el Sr. Pérez Arcas el nombra- 
miento de Catedratico interino de Zoologia en la Facultad de 
Filosofia de esta Universidad, en 28 de Septiembre del citado 
ano, y sucesivamente el grado de Licenciado en Ciencias en 
10 de Junio de 1846, el de Doctor en 2 de Julio del mismo ano, 
el de Regente de 1.* clase en Filosofia, seccién de Ciencias, en 
30 de Enero de 1847, y para probar siquiera su aptitud al ser 
nombrado interino, solicité dispensa de edad, que le fué con- 
cedida, pudiendo firmar la oposicién 4 la catedra de Zoologia 
y obtenerla mediante aquella, y en su virtud fué catedratico 
propietario en 11 de Abril de 1847, en cuyo puesto alcanzé la 
categoria de término y el Decanato de la Facultad. No era in- 
compatible y si conveniente el concluir la otra carrera que 
emprendid y did por terminada al obtener en 12 de Febrero 
dle 1848 el grado de Licenciado en Jurisprudencia. 

»No sdlo cumplid desde luego exactamente sus deberes en 
la ensenhanza, sino que se dedicd a las investigaciones cienti- 
ficas en varios y vastos estudios zoologicos, pero principal- 
mente en los de insectos, conchas y peces. 

»En 8 de Mayo de 1847, su maestro Sr. Graells, Jefe local, 
para completar 6 mejorar la coleccién conquiliologica del Ga- 
binete de Historia natural, le encargé el examen, arreglo é 
informe sobre su adquisicién de la formada por D. José Deme- 
trio Rodriguez, consistente en 106 géneros, 132 especies y 3.188 


DE HISTORIA NATURAL. 2R1 


ejemplares de petrificaciones, muchas en mal estado, y con- 
chas, que estaba en el Jardin Botanico al morir tan benemé- 
rito catedratico del mismo. 

»Para tener idea de las dificultades que debian vencer los 
que se dedicaron entonces a estos estudios, bastara recordar 
las de viaje, y principalmente de comunicaciones y de trans— 
portes, pues cada carta procedente del extranjero costaba 5 
reales y 8 las de Ultramar, y los ultimos dificiles aun por me- 
dio de intermediarios en las fronteras, ocasionados a pérdidas 
y tan lentos que a veces tenia tiempo la polilla de destruir los 
objetos en el camino. Desde entonces hasta que sus tempranos 
achaques y enfermedades le imposibilitaron de hacerlo, nues- 
tro llorado maestro y consocio tuvo larga correspondencia con 
los mas notables naturalistas extranjeros que cultivaron sus 
estudios favoritos (1), y al leer las cartas, aun siendo principal 
lo cientifico, déjase ver por las frases escritas por ellos el apre- 
cio que siempre hicieron de la acogida benévola, sincera y 
cordial que con todos tuvo. Ademas, con sus corresponsales 
nacionales y peninsulares (2) desempend muchas veces las de 


(1) He visto cartas de los senores siguientes: Abeille, Abicot, L. Agassiz, E. Allard, 
Baran, T. Apetz, Bauduer, Bedriaga, Bellier de la Chavignerie, J. Belon, Bernardi, 
Bertolini, Bohatsch, Bonvouloir, Bourgeau, Brancsik, Bruck, Buquet, V. Carus, Che- 
vrolat, Collin, Cornalia, Crosse, Crotch, Daube, Debray, De-Jozzi, De- Manuel, Des- 
brochers des Loges, Deshayes, E. Desmarest, Deyrolle, Dieck, Donckier, Dotie, L. Du- 
four, A. Dumeril, Duvivier, Grandin, Ed. Fairmaire, L. Fairmaire, Fallou, Feis- 
thamel, Flesch, Franck, Frauenfeld , Frey-Gessner, Galeazzi, Gassies, Gautier des 
Cottes, Gougelet, Guerin-Meneville, Guichard, Hampe, Harold, Heyden, Hoffmann, 
Hoge, Jacquet, Javet, Kiesenwetter, Koltze, Kraatz, Laboulvene, Leithner, Le-Thier- 
ty, Levrat, Linder, Lokay, Lucas, Manés, Marseul, Maschels, Ch. Martin, Masson, 
Melié, Mess, Meyer Diir, Miedel, Morelet, Cl. Miiller, Mulsant, Nou, Ch. Oberthiir, 
R. Oberthiir, Ogier de Baulny, Perris, Philippi, Piccioli, Pincitore Marott, Piochard, 
Pirazzoli, Plason, Poujade, Preudhomme de Borre, Putzeys, Raffray, Ragusa, Reiche, 
Ribbe, Roelofs, Rosenhauer, Rossmassler, Rouzet, Sallé, Arch. L. Salvator, Schauf- 
fuss, Schroeder, Sclater, Seidlitz, Semper, Senoner, Sharp, Signoret, Simon, Stau- 
dinger, Steindachner, Stierlin, Stoll, Szmolay, Tappes, Tarnier, Thibesard , Tissot, 
Tournier, Vallod, Van den Branden, Verreaux, Viaud Grand Marais, Villa, Vogel, 
Vuillefroy, Wankowicz, Waterhouse, Westerlung. 

(2) He visto cartas de los senores siguientes: Alvarez Albistur, Amor, Aragoncillo, 
Arango, Arias Teijeiro, Arigo, Barasona, Barboza du Bocage , Barcelé y Combis, Ba- 
nus, Bolivar, Bosca, Brito Capello, Calleja Ayuso, Cénovas, Cardiel, Cardona y Orfila, 
Carreras, Castellarnau, Castello de Paiva, Cayuela, Chape, Cisternas, Colmeiro, Co- 
rral y Lastra, Costa, Cuni, Cutanda, Ehlers, Elizalde, Escalante, Fernandez de Salas, 
Fuertes, Gagel, Gallegos, Garcia Alvarez, Gonzdlez Hidalgo, Graells, Grau, Guirao, 
Gundlach, Henriques, Herreros, Himmighoffen, Iradier, Isern, Jin.énez de la Espada, 
Jordana, Laguna, Latino Coelho, Lichtenstein, Lopez Seoane, Machado, Macho Ve- 


282 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


guia 0 protector en sus investigaciones, generoso donante de 
los objetos dobles 6 aun unicos si era conveniente, y puso 
siempre en absoluto conocimientos, libros y medios al servicio 
de todos sus corresponsales, companeros y discipulos. 

»Desde 1848 establecié relacion con L. Dufour, el primer en- 
tomodlogo de su época, que sin reserva did los tipos espanoles 
que hacia cuarenta anos recogid en Espana 4 Latreille, en 
cuya coleccidn se perdieron, y Pérez Arcas, con sus comunica- 
ciones, le proporciono a Dufour el contento de tenerlos en su 
coleccidn, y no solo aquellos, sino otros muchos himendpteros, 
coledpteros, lepidépteros, dipteros, aracnidos, etc., y entre 
otros su Nemestrina, descrita en 1849 y dedicada a Pérez, su 
amigo de corazén, como le llama en una de sus cartas aquel 
anciano respetable, que tanto nos llamo la atencidn al verle 
en 1854 en los campos de esta capital con el conocido Perris 
y en union de Graells y Pérez. Este le proporcioné 4 Dufour 
los materiales espanoles para su Anatomia de los escorpiones, 
que obtuvo de la Academia de Paris el premio Monthyon, como 
le escribe en carta de 14 de Diciembre de 1851, y en otra de 
1855 le dice que se disponia a escribir su Himenopterologia es— 
poanolay dedicarla a la Real Academia de Madrid, reconociendo 
con elogio en sus cartas que su amigo Pérez le proporcioné 
para ella muchos objetos recogidos en sus excursiones nume- 
rosas, asi como le facilitaron varios Comendador, Graells, Mieg 
y otros espanoles. 

»Por vicisitudes inherentes a las que tuvo el establecimiento, 
la Biblioteca del Gabinete de Historia natural llegé a estar por 
entonces en tal desorden, que no habia de ella un indice 6 in- 
ventario, y era dificil, siendo de pocos volimenes, como des- 
graciadamente atin lo es hoy, encontrar los necesarios a los 
trabajos continuos de estudio y clasificacién que son de supo- 
ner en tales centros; y el Sr, Pérez Arcas, al ser nombrado Bi- 
bliotecario por la Junta de profesores del Museo, se dedico con 


lado, Martinez y Siez, Martorell, Masferrer, F. Mieg, J. Mieg, Mora, Moragues, 
D. Miiller, Munoz Cobo, Orueta, Pastor, Paulino d’Oliveira, Paz Membiela, Paz y 
Morejon, Pereda, Pérez Minguez, Pérez San Millan, Planellas, Plans, Rios Naceyro, 
J. J. Rodriguez, Romero, Rosales, Ruiz Casaviella, Sdinz, Sanchez Comendador, 
Sanz, Saura,.Seebold, Silva Mengo, Sudrez Canton, Tornos, Uhagon, Vicent, Vidal, 
Vilanova, Zapater. 


DE HISTORIA NATURAL. 283 


grandisima asiduidad, auxiliado principalmente por el Sr. Ji- 
ménez de la Espada, 4 poner remedio 4 necesidad tan urgente; 
y ordenando los libros cuanto lo permitia la estrecha localidad 
en que estan los desproporcionados armarios en que se @uar- 
dan, vimos que los clasificeé cientificamente, en términos de 
que, ademas de encontrarse con facilidad los existentes, tam— 
bién puede saberse los que posee la Biblioteca en cada ramo, 
pues constan en el Indice foliado y detallado en que después 
de sellarlos se inscribieron. 

»En Enero de 1850 empezo a funcionar la seccidn zooldgica 
de la Comisién del Mapa geoldgico, de la cual era vocal el se- 
nor Graells, y auxiliar el Sr. Pérez Arcas con exigua retribu- 
cién, y al examinar el resumen de los trabajos verificados en 
los anos 1850 4 1855, que tuvieron no solo por objeto la reco— 
leccién y estudio de los animales de esta provincia, sino de las 
de Segovia y Avila, déjase de ver la parte que en ella desem— 
peno principalmente en lo relativo 4 los coleépteros y hemip— 
teros, de los cuales muchos constituian especies nuevas 6 poco 
conocidas. Es de sentir que durase tan poco tiempo la seccién 
zooldgica y la de botanica de la Comision, pues de continuar 
tendriamos ya casi formados los catalogos de la fauna y flora 
de la Peninsula, y por este estimulo con poco gasto habria 
colecciones en el Gabinete de Historia natural y material para 
cambios con otros establecimientos analogos. 

»Habiendo cesado en la Comisién continud, sin embargo, la 
formacién de colecciones, limitandolas 4 las de insectos casi 
exclusivamente coleépteros de la fauna paleartica, conchas de 
varias procedencias y peces de la Peninsula, haciendo a su 
costa muchas expediciones y viajes, no sdlo por los alrededo- 
res de Madrid, sino por Valencia, Andalucia, Galicia y otras 
regiones, y aun Baleares. En 186] acompano al Sr. Gougelet 
y le facilité relaciones para sus viajes por Galicia y Andalucia. 

»E] deseo de conocer las colecciones francesas le movid a 
formar parte en 1860 de la expedicidn que en 12 de Junio de— 
bia organizarse en Besancon por la Sociedad entomoldgica de 
Francia, y de la que ésta determind se hiciese por Espana en 
1865 y constituyeron los renombrados entomdlogos Bellier, 
C. Brisout de Barneville, Chevrolat, Crotch, Hoffmansegg, Kie- 
senwetter, Kraatz, Le Thierry, Marmottan, Miller, Ogier de 
Baulny, Piochard, Puton, Seidlitz, Simon, Vuillefroy, etc., que 


284 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


distribuidos en grupos recorrieron diferentes puntos de Anda— 
lucia, Toledo, Madrid, San Ildefonso, Escorial y sierras de Bé- 
jar y Gredos, que también en esta ocasién visitd el Sr. Paz y 
Membiela, contribuyendo entonces y en otras muchas ocasio— 
nes tan activo viajero al acrecentamiento de las colecciones 
entomologicas madrilenas. En la relacién del viaje y en cartas 
de casi todos ellos consta que nuestro consocio los acogié bien 
benévola y cordialmente, regalandolos raras especies que cons- 
tituian sus colecciones, de las que con tanto celo se ocupaba, 
sirviéndolos de guia para llevarlos 4 las localidades propias 
para que pudieran recolectar en abundancia las mas intere— 
santes; de cuya acogida guardaron estos notables naturalistas 
tan buen recuerdo, que meses después escribian habia sido 
para ellos encantadora la compania del Sr. Pérez Arcas, que 
reconocen estudio los insectos «con tantos cuidados y talen- 
tos.» El] mismo grato recuerdo guardaron de él Heyden, Ogier, 
Piochard, Raffray, Simon, etc., en las expediciones realizadas 
en la primavera de 1868 en Avila, Escorial, San Ildefonso, 
Aranjuez, Sierra Morena, Granada, Tanger y Fez, 6 en Sierra 
Nevada, Lanjarén, Huéjar, Sierra de Ronda, Gaucin, Gibral- 
tar, Tarifa y Portugal, 6 Santiago, Branuelas, Leon, Santas 
Albas, Pajares, etc., que se hicieron por grupos, y en las del 
verano del mismo ano, que también hicieron en compania de 
los entomdlogos madrilenos el Sr. Bruck y su colector Nou, 
escribiendo, después de preparar los objetos, que su recolec- 
cidn habia sido de efecto fabuloso, y recordando con placer se 
debia esto a la ocasidn que se les presentd de haber hecho co- 
nocimiento con el Sr. Pérez Arcas. Acompano a Dieck, el fa- 
moso explorador de la fauna de las cuevas, que estuvo cazando 
en ésta, y al Sr. Crotch, que también visitO estos alrededores 
en 1869 y la provincia de Santander con el Sr. Uhagén, que 
expresaron después en cartas sus agradecimientos, los mismos 
que le manifestaron Crotch y Sharp en 1870, Oberthiir herma- 
nos en 1872 y Martin en 1876. Pero la expedicién mas agrada- 
ble, y de la que guardamos gratisimo recuerdo, es la que bajo 
su direccién y por Baudi, Bleuse, R. Oberthiir y Sharp se rea- 
lizé en 1879 en Granada, Sierra de Alfacar, Lanjarén, Huéjar, 
Sevilla, Venta de Cardenas, Escorial, Las Navas, unas veces 
reunidos y otras por grupos. En 1880 estuvieron en Granada 
Ehlers y R. Oberthiir, y visitaron después el centro de Espana 


DE HISTORIA NATURAL. 285 


y les servimos de acompanantes los naturalistas madrilenos (1). 
Estos hacian en varias temporadas del ano frecuentes excur- 
siones, que concertaban en casa del Sr. Pérez Arcas en sus 
reuniones semanales, animandose con el mutuo y cordial con- 
cierto que supo inspirarles su maestro, el cual les comunicé 
en 1871, asi como 4 otros amigros, la idea de formar esta Socie- 
dad, en la cual durante muchos anos‘verificé las dridas tareas 
de dirigir, hacer imprimir, corregir y administrar absoluta— 
mente todo lo necesario 4 la publicacién del tomo de estos 
ANALES que anualmente aparece. 

»Tales y tan perseverantes tareas dieron por resultado la for- 
macioén, a sus expensas, de tres colecciones interesantes, una 
de peces, instalada en el gabinete de su catedra, otra de con- 
chas y otra de coleépteros. La primera sirvié para redactar un 
catalogo ictioldgico espanol, premiado con accésit por la Real 
Academia, que debid publicarse en 1867; pero los resultados 
de viajes hechos en la Peninsula y publicados por Steindach- 
ner, al cual comunicod el Sr. Pérez Arcas todas sus especies 
nuevas, hicieron después casi inttil su aparicion. La coleccién 
de conchas fué formada por investigaciones propias, adquisi- 
ciones por compras y por cambios y las muchas donaciones 
que le hizo nuestro buen amigo el Sr. Paz Membiela al hacer 
el arreglo de sus colecciones de conchas. Los materiales que 
poseia eran puestos a disposicién de todos, y ademas de la co- 
municacion de las especies y de los tipos, did para su estudio 
al Sr. Putzeys los géneros Amara y Calathus, 4 kKiesenwetter 
muchos malacodermos, a Mulsant los pedinidos, 4 Allard el 
género Asida y los briquidos, a Senac los pimélidos, a Stierlin 
los otiorinquidos, 4 Tappes los criptocefalidos, 4 Fairmaire los 
Cyrtonus y Timarcha, etc., ete. 

»Dieron base estos estudios del Sr. Pérez Arcas a4 algunas 
publicaciones interesantes y hechas con mucho esmero, y en 
las de otros aparecieron las descripciones de muchas especies 
descubiertas y comunicadas por él, y que le fueron en gran 
numero dedicadas. En 12 de Abril de 1850 fué nombrado miem- 
bro de la Sociedad entomoldégica de Francia; en 31 de Diciem- 
bre de 1858, honorario del Colegio de Farmacéuticos de Madrid; 


(1) Pérez Arcas, Zapater, Uhagon, Bolivar, etc. 


286 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


en Enero de 1860, de la Sociedad imperial zoolégica de aclima- 
tacion; en Julio, de la Sociedad entomologica berlinesa; en 16 
de Agosto, correspondiente de la Sociedad zoolégica de Lon—- 
dres; en 12 de Noviembre, miembro de la Sociedad linneana 
de Lyon; en 20 de Junio de 1861, socio de la Academia de Cien- 
cias ulisiponense de Pedro V; en 21 de Junio, correspondiente 
extranjero de la Academia Real de Ciencias de Lisboa; en 13 
de Mayo de 1865, corresponsal de la Real Sociedad econdmica 
de la Habana: en 14 del mismo, socio titular fundador de la 
Antropologica espanola; en 6 de Diciembre, de la Sociedad 
zoologico-botanica de Viena; en 30 de Junio de 1866 fué pre- 
miado por la Real Academia de Ciencias exactas, fisicas y na- 
tura'es, que le eligié académico numerario en 3 de Diciembre 
del mismo ano; en 16 de Marzo de 1871, fundador de la Socie- 
dad espanola de Historia natural; en 5 de Agosto, correspon- 
diente de la Sociedad entomoldgica belga:; en 26 de Junio de 
1873,.correspondiente de la Real Academia de Ciencias natu- 
rales y Artes de Barcelona; en 10 de Septiembre de 1874, de la 
Sociedad mejicana de Historia natural; en 20 de Agosto de 1876, 
miembro honorario de la Sociedad entomoldgica suiza, etc. 

»Las enfermedades produjeron en nuestro consocio notable 
abatimiento fisico, que ni siquiera le permitia hacer en su ga- 
binete con su acostumbrada actividad el estudio de sus ama-— 
dos coleépteros, y quiso en vida ver realizada la idea que siem- 
pre abrigé de donarlos al Gabinete de Historia natural, como 
el primer establecimiento en que adquirid sus variados cono- 
cimientos histérico-naturales. Asi lo hizo en Octubre de 1886, 
y la Junta de profesores «se enterd con verdadera complacen— 
cia del valioso é importantisimo regalo hecho por él a las co- 
lecciones entomoldgicas del Gabinete, las que, por virtud de 
tan loable y noble desprendimiento, se han visto enriquecidas 
de improviso de una manera asombrosa, y acordé por aclama- 
cién darle las gracias mas expresivas, y felicitarle calurosa— 
mente por un procedimiento que tanto le enaltece, disponiendo 
ademas que se perpette el hecho en la historia del estableci- 
miento, consignandolo de modo solemne en el libro de Actas, 
y que se pongra el feliz suceso en conocimientro del Sr. Minis- 
tro de Fomento, significandole el deseo de la Junta de que se 
premie tan levantada conducta con la Gran Cruz de Isabel la 
Catodlica.» 


DE HISTORIA NATURAL. 287 


»Mas no se contaba, al proponerle para tan merecida distin- 
cin, con que su reconocida modestia y enemistad 4 todo g@é- 
nero de distinciones le hizo gestionar cerca del Director de 
Instruccién publica a fin de que no pusiera a la firma el Real 
despacho, evitandole asi el disgusto de rehusar la condecora- 
cién, que tenia el propdsito de no aceptar. 

»En 27 de Junio de 1890 «se did cuenta Ala Junta de profe- 
sores del Museo de haberse realizado de una manera satisfac- 
toria el acuerdo tomado en Diciembre de 1886, 4 propuesta del 
Sr. Graells, de que se hiciera el retrato del Sr. Pérez Arcas, 
para colocarlo en la sala donde se conservan las colecciones 
de insectos por el mismo regaladas. El retrato que la Junta 
contempld con complacencia, aunque no ha podido hacerse al 
dleo, como eran los deseos del indicado vocal, por la resisten- 
cia puesta por el Sr. Pérez, es de busto y tamafo natural, 
hecho por el habil fot6grafo Debas, correspondiendo a Ja exce- 
lencia artistica de la obra el severo y elegante marco en que 
se le ha colocado. El gasto de tan delicado cuanto merecido 
galardén a la generosidad del digno profesor ha sido, por de- 
cirlo asi, insignificante, y lo han costeado a prorrata los voca- 
les de la Junta (1) y su digno Presidente; como Rector, senor 
Pisa, quienes se complacen en manifestar al aludido compa- 
nero, con tan plausible motivo, sus mas afectuosas simpatias. 
La Junta acordé solemnemente que se consignara en el acta 
de esta sesidn un acontecimiento, nuevo en la historia del Mu- 
seo, con la grata esperanza de que no ha de ser tinico, por el 
vivo estimulo que ha de producir en el animo de los profeso- 
res y del ptiblico que visita sus colecciones, la delicada y cari- 
nosa recompensa dispensada a la noble conducta del Sr. Pérez 
Arcas.» 

»Pero no se limité el Sr. Pérez Arcas a hacer en bien de la 
ciencia cuanto pudo con sus propios medios, que escasos tenian 
que resultar por serlo también el sueldo que disfruté, aun no 
mermando @ sus aficiones y estudios el tiempo que hubiera 
podido emplear en allegar honradamente recursos para su ma- 
yor bienestar, sino que las amistades que sus méritos, buen 
caracter y excelente trato, le hicieron ganar de las personas 


(1) Graells, Machado, Colmeiro, Sdinz, Vilanova, Maisterra, Orio, Martinez Saez, 
Solano y Eulates Bolivar, Quiroga. 


288 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


que tenian gran posicién, las empled, no en su medro perso— 
nal, sino en bien de la ciencia 6 en el de los demas 6 de toda 
idea grande y generosa. Por esto a nuestro buen amigo senor 
Paz y Membiela le interesO para que en sus excursiones por 
dentro y fuera de la Peninsula recogiese, como lo hizo, muchos 
insectos, y vimos que contribuyo a arreglarle su rica coleccidn 
de conchas, en unién del reputado malacdlogo Sr. Gonzalez 
Hidalgo y de monografos extranjeros, a los cuales sirvieron los 
materiales coleccionados con esmero y tan bien dispuestos por 
el Sr. Paz, el cual anos después, por los consejos de su intimo 
amigo Sr. Pérez Arcas, prefirid a mejores proposiciones de co- 
merciantes y otros Gobiernos las que le hizo el nuestro, y en 
virtud de las cuales esta hoy en nuestro Museo tan importante 
coleccién para el estudio de las conchas en general y particu- 
larmente de la Peninsula, Filipinas y Antillas. 

»A las relaciones del Sr. Pérez Arcas y a su iniciativa se debe 
el que, aprovechando la marcha de una escuadra espanola a 
las costas del Pacifico, enviada con el doble objeto de estrechar 
las reluciones de amistad con aquellos paises y otros muchos 
americanos, que Espana civilizO y goberno con mas acierto y 
sobre todo desinterés del que generalmente concede la igno- 
rancia de propios y extranos sobre aquellos @loriosisimos acon- 
tecimientos que tanto levantaron principalmente en el siglo xvi 
el nombre y la influencia de nuestra patria, se nombrase una 
Comision de naturalistas espanoles que acompanase a la expe- 
dicién maritima, é interesando al Excmo. Sr. Marqués de la 
Vega de Armijo, entonces Ministro de Fomento, al Sr. Paz que 
creyO debia dirigirla y 4 otros amigos, el Sr. Pérez Arcas con— 
siguid verla él mismo salir de Cadiz para realizar el viaje de 
1862 4 65, y a su actividad se debié el que en su ultima parte 
se hiciese por tierras de las mas interesantes. TrabajO también 
con otros dignos profesores en la modesta pero necesaria tarea 
de la recepcién sucesiva de los objetos y su preparacion defi- 
nitiva y conveniente para exponerlos. 

»Su actividad y gustos literarios le hicieron reunir datos 
para hacer una bibliografia de autores espanoles de Historia 
natural, y sobre este interesante, patridtico y nuevo asunto, 
vers su erudito y correcto discurso de recepcién publica como 
académico numerario en la Real Academia de Ciencias exac- 
tas, fisicas y naturales, en 1868. Los datos reunidos entonces 


DE HISTORIA NATURAL. 289 


y después prometen ser aprovechados por nuestro consocio 
Sr. Jiménez de la Espada, tan conocedor de estos y otros estu- 
dios histérico-naturales. 

»Por la indole de estos ANALES he dado preferencia 4 estos 
imperfectos datos sobre los servicios hechos 4 la ciencia por 
nuestro venerado maestro; pero gcdmo prescindir de los rele- 
yantes y oportunisimos que presté en la ensenanza? No hace 
mucho, manifestando escripulos por no poder desempenar su 
catedra, bien pronto le convencidé de que habia cumplido siem- 
pre su mision el recuerdo de ser exacto en la asistencia hasta 
muy poco tiempo antes de su muerte. 

»En el ano 1857, al constituir como independiente de la Fa- 
cultad de Filosofia la de Ciencias, se logré que aceptase en 
ésta el cargo gratuito de Secretario, y lo hizo sélo con el buen 
deseo de contribuir a su organizacién, y mas que todo con la 
esperanza de que, unidos sus esfuerzos a los del Sr. Valledor, 
célebre y antiguo catedratico, que fué su primer Decano, y de 
los dignisimos profesores que la formaron, tuviesen realiza— 
cidn los deseos, que atin hoy todos tenemos, de que alcance 
definitiva y decorosa instalacién una facultad que es tan inte— 
resante, siendo notorio que los estudios que cultiva fomentan, 
entre otros intereses mas levantados, los materiales de los 
tiempos modernos. 

»A instancias del Excmo. Sr. D. Miguel Colmeiro, que era 
Rector, accedid en 2 de Octubre de 1890 a ser Decano de Cien- 
cias, y anciano y achacoso hizo, aunque sin éxito, cuanto pudo 
para sacarlas de la situacién precaria en que aqui al presente 
se encuentran. 

»También leno el primordial deber de todo profesor, cual 
es el de facilitar el estudio escogiendo lo necesario entre lo 
mucho hoy conocido en cada ramo, exponerlo con método y 
acomodado 4 nuestra patria, hacer su publicacidn en nuestra 
lengua con sello original, y asi, no sdlo guardan el recuerdo 
de las lecciones, sino que evitan los discipulos varios errores 
- frecuentes al copiar los apuntes tomados por ellos a la voz de 
sus maestros. Con este fin publicé en 1858 un Programa y cua- 
dros sinopticos de Zoologia, que fueron recibidos con interés 
por sus alumnos y estimados por los comprofesores, sirviendo 
ademas de discusién amistosa para perfeccionar este primer 
ensayo de un texto espanol, que después redacté con esmero 


ACTAS DE LA SOc, ESP.— XXIII 19 


290 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


el Sr. Pérez Arcas, desinteresado en éste como en otros respec- 
tos, porque fué ofrecido gratuitamente a varios editores y nin- 
guno de ellos prometié publicarlo, temerosos de no obtener 
venta que compensara los gastos. Pero no cejé en su propdésito, 
y sufragando los de impresién y los no pequefios de los gra— 
bados, que mando hacer durante su permanencia en Paris en 
1860, publicé la primera edicién de sus Llementos de Zoologia 
en 1861. 

»La oportunidad de su aparicion no puede ponerse en duda 
al considerar que no habia entonces obra original en espanol 
que tratase con alguna extension de la Zoologia, rama muy 
estudiada después de los descubrimientos hechos ya entrado 
el siglo, y ademas necesaria para su conocimiento y desarro- 
llo, pues las que se publicaron por nuestros naturalistas se 
referian a los estudios botanicos y mineraldgicos, cultivados 
entre nosotros varios anos antes que los zooldgicos. 

»Por otra parte, la misién de los que entonces ensenaban las 
ciencias naturales era extender su conocimiento y demostrar 
que son preparacin precisa para las respectivas carreras pro- 
fesionales; y como al método de hacer estas con prudente len- 
titud sustituyé la preocupacién de suponer pueden cursarse 
en poco tiempo y sin preparacidn adecuada, no hubo que lu- 
char poco para sostener que es indispensable, y por tanto faci- 
litarla con buenos textos. En esto como en otras muchas cosas 
el vulgo antiguo tenia ideas mas exactas que los modernos, 
pues llamaba fisicos a los médicos y letrados a los que ejercian 
la abogacia. 

»Imposible es en corto espacio dar noticia de las valiosas 
opiniones favorables al autor que en cartas que he visto escri- 
bieron muchos profesores nacionales y extranjeros; pero bas- 
tante bien las resume el conocido naturalista espanol mas no- 
table de estos tiempos, versado grandemente en anatomia 
comparada, de la que fué catedratico peritisimo en la Habana, 
en moluscos, insectos, peces, mamiferos y otros conocimientos, 
fundador de la Sociedad entomoldgica de Francia, etc., etc., el 
Sr. D. Felipe Poey. Dice éste en cartas de Septiembre de 1859, 
Enero y Marzo de 73, 5 Febrero 76, etc., etc., que «raro es el 
hombre que adimita reparos en sus obras, y aunque estos sean 
fundados no conserva simpatias para el que los hace. En este 
caso al juzezar su obra no es el autor ni el que critica de esos 


DE HISTORIA NATURAL. 291 


hombres. Necio es el que busca pequenos defectos en una obra 
grande. Los que indiqué, mas son reparos que defectos. El 
libro es lo mejor que se ha escrito en Espana sobre Zoologia 
elemental, y no conozco en los paises extranjeros ningtin otro 
que le mejore, ni que tan completamente me satisfaga, Desde 
la primera edicién el Sr. Pérez Arcas compuso un libro de mé- 
rito reconocido, de oro para los alumnos, que con justo titulo 
pudo llamarse original, no porque los datos que la ciencia su- 
ministra sean de su invencidn, sino porque supo tomarlos en 
ricas y variadas fuentes y coordinarlos con acierto, y en las 
ediciones subsecuentes ha dado pruebas de su laboriosidad 
progresiva. La eleccién de los materiales es digna de alabanza, 
porque nada de lo esencial ha omitido. Es excelente porque 
evita los escollos de incluir harto poco 6 harto demasiado. Los 
cuadros sindpticos, que estimo en gran manera, son muy Uti- 
les. Le doy la enhorabuena, y debiera servir de texto en todas 
las Universidades.» Las observaciones parciales del Sr. Poey 
(que bien sabido de todos es que fué también literato y poeta) 
son mas discusiones de cosas opinables, como, por ejemplo, 
que son los nombres 6 terminaciones mas 6 menos castizas, 
tales como las de las familias, que al fin concluye por adop- 
tarlas, 1 omisiones de animales notables, que bien echaria de 
menos quien tantos y tan bien conocia, 6 de los americanos, 
que figuran ya en la tiltima edicién; y estas apreciaciones re- 
sultan mas bien favorables al autor, porque son una respuesta 
a los que tachan el libro de muy extenso. Aleuna correccidn 
del Sr. Poey a la primera edicién, como la de la circulacién en 
los cocodrilos, es fundada y se separa de lo que entonces se 
daba en todos los libros como corriente. Es de notar que los 
Sres. Pérez Arcas y Poey sélo se conocian por correspondencia, 
y sus relaciones eran puramente cientificas, y en varias cartas 
el ultimo manifiesta al primero estimacién en gran manera y 
le reconoce por su mérito personal un gran afecto. Por otra 
parte, los Hlementos de Zoologia son de buena y correcta im- 
presién é ilustracién esmerada. El Real Consejo de Instruccién 
publica los declaré de texto y consideré que eran de mérito 
para poder ascender su autor como catedratico en categoria. 

»En-1880 el Sr. Poey le daba cuenta de la terminacién de su 
Ictiologia cubana, que tiene 1.000 laminas delineadas por el 
autor en folio doble mayor, que se refieren 4 800 especies de 


292 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


los mares de Cuba, de tamano natural y en todas las edades, 
cuya obra no encontro editor y fué comprada por el Estado en 
4.000 pesos, para mandarla 4 la Exposicion de Amsterdam, 
donde obtuvo premio de honor y le valio al autor un titulo y 
cruz de caballero del Leon neerlandeés, y era el deseo del senor 
Poey que se conservase el manuscrito en el Gabinete de His— 
toria natural hasta que se determinara su impresiOn; pero si 
se hacia en esta capital, no pudiendo venir el autor, preciso 
era que le sustituyese otra persona, y en 1883 escribe que 
«pone toda su confianza, por su reconocida inteligencia, en el 
Sr. Pérez Arcas», el cual contesté al Sr. Poey, con su desinte— 
rés acostumbrado, que, si legase el caso, sin retribucién ni 
recompensa alguna cumpliria sus deseos, los cuales no se han 
llenado, pues esta valiosa obra no se publicé y el manuscrito 
esta depositado en la Biblioteca del Ministerio de Ultramar. 
Antes habia facilitado al Sr. Poey muchas consultas que tuvo 
que hacer de los peces procedentes de la coleccién formada en 
Cuba por el Sr. Parra que figuran en la general de este Gabi- 
nete de Historia natural. 

»Es claro que sus numerosos estudios no pudo hacerlos el! 
Sr. Pérez Arcas sin allegar 4 su costa muchos de los libros 
precisos, teniendo el cuidado de adquirir generalmente los 
que no estaban en las bibhotecas publicas 6 de los particula-— 
res, para que asi estuviesen en Madrid el mayor numero posi- 
ble de los necesarios, y por tanto su libreria completa aquellas 
y de un modo especial en lo relativo 4 peces é insectos, 6 aleu- 
nas obras costosas que tratan de todas las partes de la Zoolo- 
gia, de viajes cientificos, y de otras que interesan a ella como 
las espanolas de cetreria, pesca, etc., 6 se refieren A su ade— 
lanto. = 

»Los testimonios que he aducido en apoyo de las ideas emi- 
tidas son casi exclusivamente de personas que han fallecido y 
dejaron escritas sus opiniones en cartas que he leido y forman 
un complemento de todos los estudios, y principalmente de 
los entomoldgicos del Sr. Pérez Arcas, y mucho y bueno pu- 
dieran y debieran decir de él sus numerosos discipulos que 
viven y ocupan importantes posiciones en la ciencia, en su 
ensenanza 6 en varias profesiones; pero no quiero hacer dema- 
siado larga esta resenha, y menos atin exponerme a omisiones 
importantes, y es mejor que estas merecidas alabanzas se ha- 


DE HISTORIA NATURAL. 293 


gan en los recuerdos necrologicos de estas personas, y enton- 
ces se vera la parte principalisima, como guia y protector, 
que tuvo en sus carreras 6 en inspirarles el amor 4 la ciencia. 

»Grande mérito es poseer una ciencia dificultosa de adqui- 
rir, por suponer el empleo de medios materiales muy costosos, 
como sucede principalmente en Zoologia, y no menor el difun- 
dirla con vocacién en los centros universitarios; pero conse- 
guir que la practiquen con grande amor numerosos discipu- 
los y muchas personas que no profesan su ensenanza, sdlo es 
permitido a los que reunen para ello las excepcionales condi- 
ciones del Sr. Pérez Arcas. 

»Hombre que en numerosas cartas que le dirigieron sus con- 
temporaneos consignaron el mérito, la veneracion y el aprecio 
que les merecié, y de las cuales he extractado algunas de las 
noticias que muy brevemente dejo apuntadas en estas pocas 
lineas, y sdlo en lo que se refiere 4 su misién como cientifico 
y profesor, y que os aseguro lo mismo pudiera decirse y por 
igual medio bajo todos los aspectos de su larga vida, merece 
la consideracién de todos, y principalmente por parte de nos- 
otros, el que guardemos siempre su grata memoria en el lugar 
preeminente que le corresponde. 

»Murid en su ciudad natal, asistido en su ultima enferme- 
dad, como en otras bien penosas que antes tuvo, de su esposa, 
hijo y numerosos sobrinos y parientes, que le guardan todos 
gran carino, habiendo pedido y recibido todos los sacramentos 
y la bendicién de su Santidad, auxiliado con grande caridad 
por el senor arcipreste y en la santa paz que tiene el que, ha- 
biendo cumplido bien la misién que Dios le did, pasa 4 otra 
vida mejor y eterna. En su entierro se manifesté el aprecio en 
que todos le tenian, porque acompanaron su cadaver el Cabil- 
do, los parientes y paisanos, ricos y pobres, con hachas encen- 
didas, hasta dejarle sepultado en el panteén que posee su fa- 
milia y al lado de los que le dieron el sér y otros antepasados.» 


294 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 


OBRAS PUBLICADAS 


POR EL 


Se. D. LAUREANO PEREZ ARCAS. 


Programa y cuadros sindépticos de un curso de Zoologia. (3. afio de Cien- 
cias naturales.) Madrid, 1858. 

Elementos de Zoologia, edicién 1.8, Madrid, 1861, con 500 grabados; edi- 
cién 2.8, 1863; edicidn 3.4, 1872; ediciédn 4.8, 1874; edicidn 5.8, 1883, 
con 570 grabados; edicidén 6.8, 1886. 

Insectos nuevos 6 poco conocidos de la Fauna espafiola. Primera, segunda. 
y tercera parte. Madrid, 1865-68. 

Discursos leidos en la recepcién publica en la Real Academia de Ciencias. 
exactas, fisicas y naturales, del Sr. D. Laureano Pérez Arcas. Madrid, 
1868. 

Revista monografica de las especies espafiolas del género Percus. Madrid, 
1869. 

Hallazgo de fésiles realizado por el Sr. Cardona, de Menorca. (Actas de la 
Soc. esp. de Hist. nat., tomo 111, pag. 22.) 

Sobre una impresién de Caulopteris de la arenisca carbonifera de Mieres. 
(id. id., t. vir, p. 35.) 

Sobre un hueso de la boca de un pez procedente de Gijon. (Id. id., t. v, 
pag. 66.) 

Especies nuevas 6 criticas de la Fauna espanola. Primera, segunda y ter- 
cera parte, con seis lAminas. (ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. NAT., 
1872-74.) 

Sobre la langosta en los campos de la Mancha. (Actas de la Soc. esp. de 
Hist, nat., t. 1, p. 17.) 

Sobre la existencia en Andalucia del Acmastes Haroldi Schaum, cardbido. 
(Id. id., t. 1, p. 22.) 

Descubrimiento en Malaga de la Asida luctuosa Rosenh. por D. H. Ara- 
goncillo. (Id. id., t. 1, p. 23.) 
Nueva localidad (Carabanchel) de la Epeira sericea Ol., no citada de Es- 

pafia. ({d. id., t. 1, p. 25.) 

Sobre el Dryocetes dactyliperda Panz., hallado en Valencia (la larva vive 
en los huesos de los datiles y en el fruto del palmito). (Id. id., t. 1, 
pag. 31.) : 


DE HISTORIA NATURAL. 295 


Obseryaciones sobre el Cerambyx velutinus Brull., hallado en Valencia 
por el Sr. Bosed. {Actas de la Soc. esp. de Hist. nat., t. 1, p. 7.) 

Observaciones sobre el Dorcadion annulicorne Chevr., hallado en Malaga. 
(Id. Fdijit, 21,"p: 14:) 

Misolampus Goudoti Breme, hallado en Menorca. 

Observaciones acerca del Bembidium letum Brullé, y de su 4rea geogra- 
fica. (Id. id., t. 11, p. 22. 

Observaciones sobre el Gordius aquaticus L., pardsito de varios insectos. 
(Id. id., t. 1, p. 63.) 

Observaciones sinonimicas de varias especies de Asida de la Peninsula, 
(Ta id.; 1.) ia, p.'96;) ; 

Observaciones sobre varias especies del género Timarcha. (Id. id., t. 11, 
pag. 103.) 

Sobre algunos insectos que viven 4 expensas de los huevos de la langosta. 
(lady id.) ti1¥}>py 79.) 

Hallazgo del Leucohimatium elongatum Ros., en Aranjuez. (Id. id., t. v1, 
pag. 50.) 

Datos para la entomologia espafila. (Id. id., t. v1, p. 44.) 

Obseryaciones sobre varios hemipteros de los alrededores de Madrid. 
dd. ads; t. ‘Wit,p8:) 

Noticias sobre la Nothorhina muricata Dalm. y el Cebrio rufifrons Grlls. 
(tdi id. t. 1x5 jp. 473.) 

Sobre una Elaphocera de Mallorca. (Id. id., t. x, p. 15 y 18.) 

Especies nuevas 6 criticas de la fauna espafiola. (ANALES DE LA Soc. ESP. 
pe Hist. nat., t.1, p. 89.) Primera parte. Gongylus ocellatus Forsk., 
pag. 90.) 

Rectificacién del nombre del pez de Zarauz presentado por el Sr. Gonza- 
lez de Velasco, y que es el Macrurus trachyrhynchus Risso. (Actas de 
la Soc. esp. de Hist. nat., t. 1, p. 5.) 

Sobre una especie de Tetrodon de Malaga. (Id. id., t.1, p. 4 y 6.) 

El quelves 6 quelvacho, de Malaga, Acanthorhinus granulatus Blainv. 
(dads, ps 6) 

Mas datos sobre el Macrurus trachyrhynchus Risso y sobre el M. calo- 
rhynchus Risso, hallado también en Espafa. (Id. id., t. 1, p. 25.) 

Observaciones sobre unos dientes de Oxyrhina Spallanzani Raf. y sobre 
el nombre vulgar de marrajo. (Id. id., t. 11, p. 21.) 

Observaciones geogrdficas referentes al Chioglossa lusitanicum Barb. 
(Id. id., t. mm, p. 102.) 

Presentacién de un Gecko verus Merr., de Filipinas. (Id. id., t. 1v, p. 19.) 

Observaciones sobre varios escudlidos procedentes de la costa cantabrica. 
(Id. id., t. v1, p. 4, 12, 45.) 

Noticias comunicadas por el Sr. Gundlach sobre los sunsunes de Cuba. 
(id. id, t. vm p. 12.) 


296 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 


Estudio sinonimico del Squalus carcharias L., con motivo de un ejemplar 
pescado en Castellén. (Actas de la Soc. esp. de Hist. nat., t. vu, p. 13.) 

La llamada gripia en Navarra es el Seps chalcides. (Id. id., t. vi, p. 67.) 

Mas datos sobre el Carcharodon carcharias L. (Id. id., t. vim, p. 17.) 

Noticia del viaje entomologico de los doctores Sharp y Crotch, desde Gua- 
darrama 4 Picos de Europa. (Se citan varias especies de carabidos.) 
(fd id-, to 35p: 7-) 

Noticias del resultado zooldgico de un viaje del Sr. Gundlach por la region 
occidental de la isla de Puerto-Rico. (Id. id., t. 11, p. 22.) 

Una excursién entomoldgica 4 Navacerrada. (Id. id., t. v1, p. 54.) 

Breve noticia de una excursion 4 Sierra Nevada. (Id. id., t. vit, p. 57.) 

Nota bibliografica sobre los Vertebrados del viaje al Pacifico por D. Mar- 
cos Jiménez de la Espada. (Id. id., t. v, p. 35.) 

Sobre la palabra glacier y otras usadas en Geologia. (Id. id., t. 111, p. 75.) 

Noticia sobre un pez transportado por el viento 4 grande distancia. 
d@iiid:; t. va; -p: 12:) 

Sobre el empleo de la palabra porfirica. (Id. id., t. rx, p. 27.) 

Cuestiones de nomenclatura zooldégica. (Id. id., t. x1, p. 28.) 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


LA 


SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 


1879. 


1892. 


1894. 


1894. 


ABELA Y Sainz DE Anpino (D. Eduardo), Ingeniero agré- 
nomo, Director de la Estaci6n Enotécnica de Espana en 
Paris, 6, rue des Fossés-St-Bernard 6 C. de Jardines, 
40, 2.° derecha, Madrid. 


Acosta (D. Juan), Director del Colegio de la Unién (Car- 
tagena). ; 


Aauitar y Esresan (D. Cipriano Luis), Licenciado en 
Ciencias fisico-quimicas.—Plaza del Olivo, 7, Calatayud. 


Aaguitera (D. Manuel Antonio), Doctor en Medicina.— 
C. de O'Reilly, 42, Habana. 


Atvarez pe To.eno y AcuNa (D. Fernando), Conde de 
Caltabellota.— Palazzo Bivona, Largo Fernandina, Na- 
poles. 


Auvarez Sererx (D. Rafael), Ingeniero de Montes.— 
C. de las Huertas, 41, 3.° izq., Madrid. 


NOTAS.—1.2. El nombre de los socios numerarios va precedido de la cifra que in- 
dica el ao de su admisi6n en la Sociedad; el de los socios fundadores de la abrevia- 
tura S. F. y el de los socios agregados de la S. A. 

2.2 Con el objeto de fomentar las relaciones cientificas entre los socios, se indica 
entre paréntesis y con letra bastardilla, después de las seas de su habitaci6n, si el 
socio cultiva en la actualidad m4s especialmente algan ramo de la Historia Natural. 


1891. 


1886. 


S. A. 


1890. 


1895. 


1875. 


1894. 


1885. 


1887. 


1873. 


1889. 


1873. 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


Anorés y Montaxso (D. Tomas), Catedratico en la Uni- 
versidad.—C. de Ruedas, 4, Santiago (Galicia), 6 Hart- 
zenbusch, 9, bajo, Madrid. 


Aynexapna (D. Joaquin), Teniente de Navio, Capitan de la 
Condor.— Coruna. 


Anauto y Suero (D. Francisco), Farmacéutico militar.— 
Plaza de Bilbao, 9, pral., Madrid.—( Botanica.) 


AnGuLo y Tamayo (D. Francisco).—Plaza de Bilbao, 9, 
principal, Madrid. 


Antica (D. Pedro).—C. de Claris, 100, Barcelona.—/Co- 
ledpteros. ) 


Anton y FerrAnpiz (D. Manuel), Doctor en Ciencias, 
Catedratico de Antropologia en la Facultad de Ciencias 
de la Universidad Central.—C. de Villalar, 5, 2.°, Ma- 
drid.—/(Antropologia.) 


AraGON Y Escacena (D. Federico), Licenciado en Ciencias 
naturales.—Cuchilleros, 3, pral. dra., Madrid. 


AranzapiI Y Unamuno (D. Telesforo), Doctor en Farmacia 
y eu Ciencias naturales. — Catedratico de Farmacia en 
la Universidad.— Granada. 


Articas (D. Primitivo), Ingeniero Jefe de Montes.— 
C. del Reloj, 9, pral. izq., Madrid.—(Silvicultura.) 


Asc4rate (D, Casildo), Ingeniero Agrénomo y Catedrd- 
tico de Fisiografia en la Escuela de Agricultura.—C. de 
Goya, 25, Madrid. 


Autet y Souter (D. Eugenio), Doctor en Ciencias fisico- 
quimicas y Licenciado en naturales, Ayudante en la 


Universidad.— Zaragoza. 


Avira (D. Pedro), Ingeniero de Montes.—Escorial. 


1872. 


1891. 


1889. 


1894. 


1885. 


1890. 


1892. 


18:72; 


1882, 


1872. 


LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 299 


Baranoica (D. Torcuato), Ingeniero de la fabrica de Bo- 
lueta.— Bilbao. 


Barsoza pu Bocace (Excmo. Sr. D. José Vicente), Direc- 
tor del Museo de Historia Natural.—Lisboa,— /(Mamife- 
ros, aves y reptiles.) 


Barras DE AraGOn (D. Francisco de las), Licenciado en 
Ciencias naturales.—C. de Reinoso, 8, Sevilla.—/(Ento- 
mologia. ) 


Becerra Y Ferndnpnez (D. Antonio), Licenciado en Cien- 
cias naturales. —C. de las Huertas, 69 y 71, Madrid.— 
(Agricultura y dibujo cientifico.) 


Benepicro Latorre (D. Juan), Farmacéutico.—Monreal 
del Campo (Teruel).—(Botanica y Moluscos terrestres.) 


Benet y Anpreu (D. José), Doctor en Ciencias naturales, 
Catedratico de Fisica en el Instituto.—Teruel. 


Bianco DEL Vatte (D. Eloy), Catedratico de Historia Na- 
tural en el Instituto.—Ciudad-Real. 


Bianco y Juste (D. Rafael), Licenciado en Ciencias natu- 
rales. —C. de Sandoval, 4, pral., Madrid. 


Borivar y Urrotia (D. Ignacio), Catedratico de Entomo- 
logia en la Facultad de Ciencias de la Universidad.— 
C. de Moreto, 7, 1.°, Madrid.— (Ortopteros, Hemipteros 
y Neuropteros.) 


Botivar y Urrutia (D. José Maria), Licenciado en Medi- 
cina.—C. del Carbén, 2, 2.°, Madrid. 


Botés (D. Ramon), Farmacéutico, Naturalista.—C. de San 
Rafael, Olot (Gerona).—/Botdnica.) 


Boscd y Casanoves (D. Eduardo), Licenciado en Medici- 
na, Catedradtico de Historia Natural en la Universidad, 


300 


1872. 


1886. 


1877. 


1883. 


1892. 


1891. 


1872. 


1891. 


1892. 


1872. 


1873. 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


Director de paseos y arbolados.—Guillén de Castro, 58, 
Valencia.—(Reptiles de Europa.) 


Boretta Y DE Hornos (Excmo. Sr. D. Federico de), Ins- 
pector general del Cuerpo de Minas, de la Real Acade- 
mia de Ciencias.—C. de San Andrés, 34, Madrid. 


Bortino (D. Luis Carlos), Farmacéutico.—C. de Basilio 
alta, 2, Santiago de Cuba. 


BreNosa (D. Rafael), Ingeniero de Montes de la Real 
Casa.—San Ildefonso (Segovia). 


Buen y peu Cos (D. Od6n), Catedratico de Historia Natu- 
ral en la Universidad de Barcelona.—( Botanica.) 


CapaLLEro (D. Ernesto), Catedratico de Fisica en el Insti- 
tuto de 2.* ensenanza de Pontevedra.—(Diatomeas. ) 


Casprera Y Diaz (D. Anatael).—Cuarto depdésito de reserva 
de Ingenieros, Barcelona.—(Himenopteros.) 


Capevatt ¥ Diars (D. Juan), Doctor en Ciencias natura- 
les, Licenciado en Ciencias exactas, Director del Real 
Colegio tarraseuse.—Tarrasa.—( Botanica.) 


Cara y SAncuez (D. Miguel), Licenciado en Ciencias 
naturales.—Aduana, 31 y 33, Madrid.—(Diatomeas y 
micro- fotografia.) 


CatanpRE Y Lizana (D. Luis),—Pasaje de Conesa, Car- 
tagena, 


CatperOn y Arana (D. Salvador), Doctor en Ciencias, 
Decano y Catedratico de Historia Natural de la Facultad 
de Ciencias en la Universidad.—C. de Trajano, 20, Se- 
villa.—(Geologia y Petrografia. ) 


Cattesa y Ayuso (D. Francisco de la), Farmacéutico.— 
Talavera de la Reina. 


1892. 


1893. 


1889. 


1894. 


1872. 


1875. 


1874. 


1876. 


LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 301 


Camino (D. Tadeo), Doctor en Farmacia.—Iritin (Gui- 
puizcoa). 


Camps (Sr. Marqués de).—Barcelona. 
CaNat y Micotta (D. Carlos).—C. de Albareda, 14, Sevilla. 


CAnovas (D. Francisco), Catedratico de Historia Natural 
en el Instituto. — Murcia.—(Paleontologia y Estudios 
prehistoricos.) 


CapEL.Le (R. P. D. Eduardo), S. J.—Colegio de Caousou, 
Toulouse.— (Prehistoria. ) 


CappEBou Y Sineata (TD. José), Profesor. — Palma de 
Mallorca. 


Carsé y Domenecu (D. Manuel), Licenciado en Ciencias 
naturales.—Constitucién, 17, Castellén. 


CarvaJAL y Ruepa (D. Basilio), Catedratico en la Uni- 
versidad, Doctor en Ciencias y en Farmacia.—C. de la 
Reconquista, 155, Montevideo. 


CarvaLHo Monterro (Excmo. Sr. D. Antonio Augusto de), 
Bachiller en Derecho y en Ciencias naturales por la 
Universidad de Coimbra, y miembro de la Sociedad de 
Aclimatacién de Rio Janeiro. — 72, Rua Garrell, 72, 
Lisboa.—(Lepidopteros.) 


Casas y Apap (D. Serafin), Doctor en Ciencias naturales, 
Licenciado en Medicina y Cirugia, Catedratico de His- 
toria Natural en el Instituto.— Huesca. 


Castex (IImo. Sr. D. Carlos), Ingeniero de Montes, Ex- 
Director general de Beneficencia y Sanidad.—C. del 
Desengano, 1, pral. dra., Madrid. 


CasTELLARNAU Y DE Lieopart (D. Joaquin Maria de), In- 
geniero Jefe de Montes.—Segovia.—(Micrografia.) 


302 


1884. 


139K. 


£872. 


1877. 


1892. 


1872. 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


Cazurro y Ruiz (D. Manuel), Doctor en Derecho y en 
Ciencias naturales, Catedratico de Historia Natural en 
el Instituto de Gerona.—C., de Villalar, 6, 1.°, Madrid.— 
(Ortépteros y dipteros de Europa, Micrografia.) 


Cervera (Excmo. é Ilmo. Sr. D. Rafael), de la Real Aca- 
demia de Medicina.—C. de Jacometrezo, 66, 2.° dere- 
cha, Madrid. 


Cuaves Y Pérez vet Punear (D. Federico).—Jesus, 17, 
Sevilla.—(Mineralogia.) 


Coptna Y Laneuin (D. Ramén), Socio residente del Cole- 
gio de Farmacéuticos de Barcelona, numerario de la 
Academia de Ciencias naturales y de Artes de la misma, 
de la Academia de Medicina y Cirugia, Doctor en Far- 
macia.—C, de San Pablo, 70, Barcelona. 


Coporniu (D. Ricardo), Ingeniero de Montes.—Murcia. 


Cotmerro (Excmo. Sr. D. Miguel), Caballero Gran Cruz 
de la Orden de Isabel !a Catélica, de las Reales Acade- 
mias de Medicina y de Ciencias, Doctor en Ciencias y 
en Medicina, Catedratico de Botdnica y Director del 
Jardin Botdnico.—C. del Barquillo, 8, 2.° izquierda, 
Madrid.—( Botanica.) 


Comerma (D. Andrés A.), Ingeniero de la Armada.— 
Ferrol. 


Corrar y Lasrra (D. Rafael), Farmacéutico, Socio corres- 
ponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, [ndivi- 
duo de la Academia Nacional de Agricultura, Industria 
y Comercio de Paris, de la Sociedad Linneana matri- 
tense y de la de Higiene.—C. de Daoiz y Velarde, 5, 
Santander. 


CorraLes HernAnvez (D. Angel), Licenciado en Ciencias 
naturales.x—Colegio, Valdepenas. 


Corrdzar (Excmo, Sr. D. Daniel de), Ingeniero Jefe del 


1893. 


1886. 


1874. 


1872. 


1889. 


1893. 


1889. 


1894. 


S.A. 


1890. 


1890. 


LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 303 


Cuerpo de Minas, de la Real Academia de Ciencias.— 
C. de Velazquez, 32, hotel, Madrid. 


Corto y Atvanez (D. Angel), Médico cirujano, Licen- 
ciado en Ciencias.—Plaza de Orense, 7, 2.°, Coruna. 


Coscottanxo y Buritio (D. José), Licenciado en Ciencias 
naturales, Auxiliar del Instituto.—C. de los Leones, 2, 
Cordoba. 


Couper (D. Gerardo), Ingeniero de Montes.—Avila. 


Crespi (D. Antonio), Licenciado en Farmacia y en Cien- 
cias naturales, Catedrdtico de Agricultura en e! Insti- 
tuto.—C. de Peregrina, 80, 2.°, Pontevedra. 


Cursra (D. Segundo), Ingeniero de Montes.—G. de Santa 
Teresa, 14, entresuelo, Madrid. 


Cuni y Marrorett (D. Miguel), Individuo de la Real 
Academia de Ciencias naturales y Artes.—C. de Co- 
dols, 18, Barcelona.—(Botdnica y Entomologia.) 


Dancent (D. Florismundo), Ingeniero Jefe del servicio 
de via, obras y construcciones de los Ferrocarriles An- 
daluces.—Alameda de Colén, 7, Malaga. 

Davita (D. Marino}, Catedratico en el Instituto.—Badajoz. 

Desy (D. Julian), Miembro de ia Real Sociedad de micro- 
grafia de Londres, de la Sociedad malacolégica de 
Bélgica, etc.—32, Brondesbury Villas, Hilburn Lon- 
dres N. W.—Londres. 


Digz Sovorzano (D. Manuel).—C. de Blanca, Santander. 


Diaz peu Vittar (D. Manuel), Catedratico en Ja Escuela 
de Veterinaria.—C. de Osio, 6, duplicado, Cérdoba. 


Dotirus (D. Adriano), Director de la Feuille des Jeunes 


304 


1890. 


1888. 


1894. 


1875. 


1875. 


1894. 


1877. 


S. A. 


1890. 


1874. 


LOT 2. 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


Naturalistes.— Rue Pierre Charron, 35, Paris.— (Js6- 
podos.) 


Dusmet y Atonso (D. José Maria), Doctor en Ciencias 
naturales.—Plaza de Santa Cruz, 7, entresuelo izquier- 
da, Madrid. 


Evizaupe Y Estava (D. Juaquin), Licenciado en Ciencias 
naturales, Ayudante por oposicién en Ja Facultad de 
Ciencias.— Valladolid. 


Enciso y Mena (D. Juan), Liceuciado en Derecho.— 
Huercal-Overa (Almeria).—( Entomologia.) 


Esprjo (Excmo. Sr. D. Zoilo), Catedratico numerario de 
Ciencias naturales en el Instituto agricola de Alfonso XIT 
y Secretario general de la Asociacién de Agricultores.— 
C. de Fuencarral, 97, principal, Madrid.—( Agricultura 
y Botanica.) 


Esptuga y Sancuo (D. Faustino), Licenciado en Ciencias 
naturales, Director del Colegio de primera y segunda 
ensenhanza.—Quintanar de la Orden. 


Ese.uGcurs Y Anmencor (D. Julio), Profesor auxiliar en el 
Instituto de segunda ensehanza.—Valencia. 


Fasiz (Excmo. Sr. D. Antonio Maria), de la Real Acade- 
mia de la Historia, ex-Ministro de Ultramar.—C. de la 
Reina, 43, 2.° derecha, Madrid. 


Fernanpez y Cavapa Lome ino (D. Pedro).—C. del Li- 
mon, 7, Santander. 


FrrnAnpez dE Castro (D. Angel), Ingeniero de Montes.— 
Cadiz. 


FerNANDEZ DE Castro (Excmo. Sr. D. Manuel), Inspector 
general del Cuerpo de Ingenieros de Minas, de la Real 
Academia de Ciencias.—C. de Jorge Juan, 23, 1.°, Ma- 
drid.—(Mineralogia y Geologia.) 


Se ap 


1894. 


1890. 


1893. 


1875. 


1885. 


1879. 


1877. 


LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 305 


FrernAnpez dE Losapa (Exemo. Sr. D. Cesdreo), Caballero 
Gran Cruz de la Orden de Isabel la Catélica, Gran cor- 
dén de la de Metjidié, Comendador de numero de la de 
Carlos III, condecorado con la Cruz de primera clase de 
Beneficencia y con otras de distincién por méritos cien- 
tificos y de guerra, socio de varias corporaciones cienti- 
ficas nacionales y extranjeras, Inspector, Médico Mayor 
del Cuerpo de Sanidad Militar, Doctor en Medicina.— 
C. de Valencia, 1, principal, Madrid. 


FernAnvez Duro (D. Gabriel), Comandante de Artilleria. 
—C. de Monte Esquinza, 7 triplicado, 3.°, Madrid.— 
(Lepidopteros.) 


FrernAnvez Izquiervo (D. Alvaro), Médico.—C. de Avella- 
nos, 3, principal, Burgos. 


FernAnnez Navarro (D. Lucas), Ayudante por oposicién 
en el Museo de Ciencias naturales.—C. del Divino Pas- 
tor, 14, principal derecha, Madrid. 


FernAnpez Pinepa (D. Cayetano), Farmacéutico.—Puerta 
de Osario (Sevilla). 


FERNANDEZ Roprigusz (D. Mariano), Doctor en Ciencias y 
en Medicina, ex-Profesor auxiliar y ex-Secretario del 
Instituto del Noviciado.—C. de Pontejos, almacén de 
papel, Madrid, 


Ferrano y Coucwoup (D. Julio), Ingeniero Jefe de la 
primera seccién de via y obras de los Ferrocarriles An- 
daluces.—C. de Infanzones, 5, Estaciédn de San Ber- 
nardo, Sevilla. 


Ferrer (D. Carlos).— Ronda de la Universidad, 16, 1.°, 
Barcelona. 


FL6rEz y Gonzivez (D. Roberto). —Cangas de Tineo 
(Oviedo).—( Entomologia. ) 


Fortanet (D. Ricardo).—C. de la Libertad, 29, Madrid. 


ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 20 


306 


1888. 


1887. 


1894. 


1377. 


1888. 


1892. 


1888. 


1886. 


1884. 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


Fuente (D. José Maria de la), Presbitero.—Pozuelo de 
Calatrava (Ciudad-Real).—(Entomologia. ) 


Fumouze (Dr. A.)—78 Faubourg Saint-Denis, Paris. 

Fuser y Tusrd (D. José), Licenciado en Ciencias natura- 
les.—Virgen, 11, Sueca (Valencia).—(Gusanos y Dibujo 
cientifico.) 


Gatpo (Excmo. Sr. D. Manuel Maria José de), Caballero 
Gran Cruz de la Orden de Isabel Ja Catélica, Doctor en 
Ciencias, Director y Catedratico de Historia Natural en 
el Instituto del Cardenal Cisneros, Consejero de Instruc- 
cidn puiblica.—C. de Alcala, 36, 2.° izquierda, Madrid. 


Garcia y ArENAL (D. Fernando), Ingeniero del puerto de 
Vigo.—Pontevedra. 


Garcia y Baza (D. Regino), Ayudante de Montes.— 
Manila. 


Garcia y Garcia (D. Antonio), Profesor auxiliar en el 
Instituto de segunda ensenanza.—Huelva. 


Garcia Mercer (D. Ricardo), Farmacéutico de Sanidad 
Militar.— Manila.—(Coledpteros y dipteros de Europa.) 


Garcia Parra (D. Bernardino), Coronel retirado.—C. del 
Almirante Lobo, 14, principal, Sevilla. 


Garripo Barron (D. Joaquin), Catedratico de materia far- 
macéutica animal y mineral en la Universidad.—Manila. 


Gascé (D. Luis G.), Catedratico de andlisis matematico en 
la Facultad de Ciencias de la Universidad.— Zaragoza. 


Gaspar Y Loste (D. Francisco), Licenciado en Ciencias 
naturales. —C. de Mendizabal, 30, pral. derecha, Madrid. 


Gita y Fipateo (D. Félix), Doctor en Ciencias naturales, 


1887. 


1890. 


1886. 


1889. 


1894. 


1886. 


1889. 


S.A. 


1881. 


1887. 


1872. 


LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 307 


Catedritico de Historia Natural en el Instituto de se- 
gunda ensenanza de San Sebastidn (Guiptizcoa). 


Girona Y Vitanova (D. Ignacio).—Paseo de Gracia, 8, 1.’, 
Barcelona. 


+0BERT (Dr. D. Emilio), Oficial de Academia, Comenda- 
dor de Ja Orden de Isabel Ja Catélica, Miembro de las 
Sociedades Entomoldégicas de Francia, Bélgica é Italia, 
de la Zoolégico-botdinica de Viena y de otras corporacio- 
nes cientificas.—Rue de la Prefécture, Mont-de-Marsan 
(Landes), Francia.—(Entomologia general.) 


Goitia (D. Alejandro), Licenciado en Ciencias.—C. de 
San Quintin, 4, principal derecha. Madrid. 


Gomez Carrasco (D. Enrique).—C. de Leganitos, 39, 2.° 
derecha, Madrid.—(Coledpteros de Europa. ) 


Gémez pE LA Maza (D. Manuel), Doctor en Medicina.— 
C. de la Amistad, 81, Habana.—/(Botdnica. ) 


G6mez OcaNa (D. José), Catedratico de Fisiologia en la 
Facultad de Medicina.—C. de Moreto, 7, 2.° izquierda, 
Madrid. 


Gonzitez (R. P. D. Juan Criséstomo), Profesor en las 
Escuelas Pias de San Antonio Abad.—C. de Hortaleza, 
Madrid. 


GonzaLez Feaninpez (D. Anselmo).—C. de Ja Montera, 
22, Madrid. 


Gonzitez Fracoso (D. Romualdo), Licenciado en Medi- 
cina.—C. de San José, 17, Sevilla.x—(Vusgos.) 


GonzALez y Garcia DE MengsEs (D. Antonio), Ingeniero 
Tadustrial.—C. de Martinez Montanés, 15, Sevilla. 
° 


NA 


Gonzdtez Linares (D. Augusto), Catedrdtico de Historia 


308 


1893. 


1881. 


1882. 


1887. 


1894. 


1890. 


1893. 


1872. 


1874. 


1893. 


1890. 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


Natural en la Facultad de Ciencias y Director de la Es- 
tacién de biologia marina.—Santander. 


GonzALez Pérez (D. Lino Victoriano), Farmacéutico.— 
Sisante La Roda (Cuenca). 


Gorpon (D. Antonio Maria), Catedratico de Ja Facultad de: 
Medicina en la Universidad.—Habana. 


GrepiLtta y Gauna (D. Apolinar Federico), Profesor auxi— 
liar en la Facultad de Ciencias de la Universidad, Ayu- 
dante por oposicidu en el Museo de Ciencias naturales. 
C. de los Dos Amigos, 7, 3.°, Madrid. 


GvuatLarT y Exias (D. Eugenio), Ingeniero de Montes, 
Profesor de la Escuela.—Escorial. 


Guerras Satcepo (D. Félix), Licenciado en Ciencias fisi- 
co-quimicas, Profesor auxiliar en el Instituto de segun- 
da ensenanza.—Avila. 


Guerrero (D. Leén), Farmacéutico.—Manila.—/( Botanica. ) 


Guitten (D. Vicente).—Médico-cirujano, Jardinero mayor 
del Botanico.—Valencia. 


Gunpuiacu (D. Juan), Doctor en Filosofia.—C. de Virtu- 
des, 109, Habana (Cuba). 


Henriques (Excmo, Sr. D. Julio Augusto), Director del 
Jardin Botdanico de Coimbra, Socio del Instituto de la 
misma ciudad, Individuo de la Sociedad Econémica 
Matritense.—Coimbra (Portugal). 


Herepra Santa Cruz (D. Emilio).—C. de las Minas, 14 y 
16, segundo derecha, Madrid. 


HernxAnnez y Atvarez (D. José), Licenciado en Ciencias 
naturales, Profesor en el Colegio de Santona (Santan- 
der).—/(Botanica. ) 


LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 809 


1890. HernAnpez y Marrinez (D. Carlos), Licenciado en Cien- 
cias naturales, Ayudante por oposicién del Museo 
de Ciencias naturales. —C. de Bordadores, 5, 3.°, 
Madrid. 


1893. HernAnnez Pacueco y Estesan (D. Eduardo), Licenciado 
en Ciencias naturales, Profesor auxiliar del Instituto de 
Caceres.—C. del Espejo, 5, Madrid:—(Reptiles y miria- 
podos.) 


1875. Herypen (D. Lucas von), Mayor de reserva, Doctor en 
Filosofia, honoris causa, individuo de las Sociedades 
Entomolégicas de Alemania, Francia, San Petersburgo, 
Suiza, Italia, etc., Caballero de las Ordenes del Aguila 
Roja prusiana, de la Cruz de Hierro y de San Juan.— 
(Frankfurt am Main), Schlosstrasse, 54, Bockenheim. 


1888. Hoyos (D. Luis), Licenciado en Ciencias naturales y en 
Derecho. —C. del Barguillo, 36, Madrid. —(Antropo- 
logia.) 


1893. IsANez Puerta (R. P. D. Amador), Doctor en Ciencias 
naturales.—C. de la Pasién, 15, Madrid. 


1892. Isporra y Gapea (D. Miguel), Farmacéutico militar.— 
Chafarinas. 


1873. [Narra y Ecuevarria (D. Fermin), Profesor auxiliar, por 
oposicién, de la seccién de Ciencias fisico-yuimicas y 
naturales eu el Instituto del Cardenal Cisneros.—C. de 
Fuencarral, 35 y 37, 3.° derecha centro, Madrid. 


1888. Iriparnen y Exias (D. Ricardo), Catedritico de Historia 
natural en el Instituto. —C. de Pachecos, 2, Sevilla. 


1884. Jimenez pe Cisneros (D. Daniel), Catedratico en el Insti- 
tuto de segunda ensenanza de Jovellanos.—Gijon. 


$.F. JIMENEZ DE LA Espana (D. Marcos), de las Reales Acade- 
mias de Ja Historia y de Ciencias.—C. de Serrano, 30, 
2.° izquierda, Madrid.—( Vertebrados.) 


1872. 


1872, 


1884. 


1880. 


1894. 


1891. 


1889. 


1891. 


1887. 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


JimENeEZ Rico (D. Antonio), Ingeniero de Montes.—Burgos. 


Kraatz (D. Jorge), Doctor en Filosofia, Presidente de la 
Sociedad Eutomolégica de Berlin. —- Linkstrasse, 28, 
Berlin. 


Lacuna {Excmo. Sr. D. Maximo), Ingenicro de Montes, 
de la Real Academia de Ciencias.—Travesia de la Ba- 
llesta, 8, 2.° izquierda, Madrid.—(Botdnica.) 


Larrinua y Azcona (D. Angel), Doctor en Derecho.— 
Plaza de las Escuelas, 1, 2.°, San Sebastian (Guiptizcoa). 
—(Ornitologia y Coledpteros. ) 


Laurrer (D. Jorge), Miembro de Ja Sociedad de Historia 
Natural de Aupsburgo.—C. de Felipe [V, 2, entresuelo, 
Madrid.—/(Lepidépteros y Coledpteros.) 


Lazaro £ Isiza (D. Blas), Doctor en Farmacia y en Cien- 
cias, Catedradtico en la Facultad de Farmacia.—C. de 
Carranza, 10, 3.°, Madrid.—( Botanica.) 


LiorenTE Y ArnreGut (D. Aniceto), Catedratico de Agri- 
cultura en el Instituto de segunda ensenanza.— Burgos. 


Luucu y Diaz (D. José Maria), Génsul de Espana en Bal- 
timore (Estados-Unidos de N. A.) —(Geografia.) 


Lo Branco (D. Salvador), Gomendador.—Kstacién zoolé- 
gica, Napoles (Italia). 


Louer (D. Augusto), Farmacéutico.—C. de la Escolta, 25, 
Botica de Sartorius, Manila.—( Botanica. ) 


Lopez y FernAnpez (D. Luis), Doctor en Medicina, Bachi- 
ller en Ciencias, Médico director de Banos minerales.— 
C. de Jacometrezo, 58, Madrid.—(Estudios bioldgicos y 
paleontologicos.) 


Lopez CaNizares Y Diez pe Tesava (D. Baldomero), Cate- 
drdtico de Historia natural en el Instituto.—Avila. 


1886. 


1890. 


1872. 


1S72. 


1889. 


1892: 


LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 31 


Léprez Crerero (D. Adolfo).—Jerez de la Frontera (Cadiz). 
—(Entomologia, Coledpteros de Kurepa.) 


Lopez pe Linares y Menpizasat (D. Luis).—C. de 8. Ber- 
nardo, 2, 3.° derecha, Madrid. 


Lopez Seoane (I]mo. Sr. D. Victor), Abogado del [lustre 
Colegio de la Coruna, Jefe superior honorario de Admi- 
nistraciéu, Comisario Regio de Agricultura, Industria y 
Comercio, de la Real Academia de Ciencias de Madrid, 
del Congreso internacional de Antropologia y Prehisto- 
ria, de las Sociedades Imp. y Real Zool.-bot. de Viena, 
Senkenb. de Francfort, Geolog. y Zoolog. de Francia, 
Entom. de Francia y Bélgica, Suiza, Berlin y Stettin, 
fundador de la de Alemania y otras.—Coruna.—( Ver- 
tebrados. ) 


Lopez pe Sitva (D. Esteban), Doctor en Medicina y en 
Ciencias naturales, Subdelegado de Sanidad del distrito 
de Palacio. —C. de Ferraz, 52, hotel, Madrid. 


Lopez pe Zvuazo (D. José), Licenciado en Ciencias natura- 
les.— Plaza de Herradores, 4, 5 y 6, principal, Madrid, 
6 Cercas Bajas, 57, Vitoria. 


Macuapo (D. Antonio), Doctor en Ciencias y en Medicina, 
Catedratico de Malacologia y Actinologia en la Facultad 
de Ciencias de la Universidad. —(C. de Fuencarral, 96, 
principal, Madrid. 


Macuo pe Vetavo (D. Jerénimo), Doctor en Ciencias, 
Catedratico en la Facultad de Farmacia de la Universi- 
dad, Comendador ordinario de la Orden de Isabel la 
Catolica.—C. de Pelayo, 43 y 45, 3.°, Madrid. 


Macias y pet Rea (D. Antonio), Doctor en Farmacia, 
Farmacéutico de la Armada y de Sanidad militar, Indi- 
viduo de varias Sociedades cientificas extranjeras, autor 
de varias obras, etc.—C. de San Andrés, 1 duplicado, 


principal , Madrid. 


1878. 


1889. 


1887. 


189%: 


1882. 


1873. 


1878. 


1872. 


1893. 


1874. 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


Mac-Lennan (D. José), Ingeniero.—Portugalete (Bilbao). 


Macpuerson (D. Guillermo), Cénsul de Inglaterra.—C. de 
Serrano, 90, 2.°, Madrid.—(Geologia. ) 


Macpuerson (D. José).—C. de la Exposicién, 4, Barrio de 
Monasterio, Madrid.—(Mineralogia y Geologia.) 


MapaniaGA (D. Juan Angel de), Ingeniero de Montes.— 
Murcia. 


Maprin Moreno (D. José), Doctor en Ciencias naturales, 
Auxiliar en la Facultad de Ciencias.—C. de las Huertas, 
21, principal, Madrid.—(Micrografia.) 


Mainoor (D. F. J.)—Lower Prince Street, 19.—Port of 
Spain (Isla de la Trinidad). 


Matsrerra (D. Miguel), Catedratico de Ampliacién de la 
Mineralogia en la Facultad de Ciencias, director del 
Museo de Ciencias naturales.—C. de Alcala, 102, 1.° iz- 
quierda, Madrid. 


Marin y Sancuo (D. Francisco), Licenciado en Farmacia. 
C. de Silva, 49, 2.° derecha, Madrid. 


Marti y Lieopart (D. Francisco Maria de), Licenciado 
en Derecho civil y canénico.—C. de Santa Ana, 8, prin- 
cipal, Tarragona. 


Martin bE AnGenta (Excmo. Sr. D. Vicente), Individuo 
de ntimero de la Real Academia de Medicina de Madrid, 
Doctor en Ciencias y en Farmacia, Socio del Colegio de 
Farmacéuticos de Madrid, Catedratico de la Facultad de 
Ciencias.—C. de San Lorenzo, 6, 2.°, Madrid. 


Martinez (R. P. D. Zacarias), Licenciado en Ciencias 
naturales.—Real Colegio, Escorial. 


Martinez y AnGet (D. Antonio), Doctor en Medicina.— 
C. de Goya, 8, Madrid. 


1874. 


1889. 


1892. 


1889. 


1873. 


1885. 


1882. 


1884. 


1888. 


LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 313 


Martinez ANisanro (D. José), Doctor en Ciencias, Miem- 
bro de las Sociedades Eutomolégicas de Francia y de 
Bélgica, correspondiente de la Espanola de Antropologia 
y de las Econémicas de Leén y Gerona, Presidente de 
la Comisi6u Antropolégica de la provincia de Burgos.— 
Lain Calvo, 20, Burgos, 6 Serrano 4, bajo derecha, 
Madrid.—(Mineralogia y Geologia.) 


Martinez Escatena (D. Manuel).—Villaviciosa de Odén 
(Madrid).—(Coledpteros de Europa. ) 


Martinez FernAnpez (D. Antonio), Licenciado en Ciencias 
naturales.—C. del Mediodia Chica, 14, principal, Ma- 
drid.—( Entomologia.) 


Martinez Pacueco (D. José), Doctor en Farmacia.—C. de 
San Lorenzo, 6, 2.° izyuierda, Madrid. 


Martinez y Sirz (D. Francisco de Paula), Catedratico de 
Zoografia de los vertebrados en la Facultad de Ciencias 
de la Universidad. —C. de San Quintin, 6, principal, 
Madrid.—(Coledpteros de Europa.) 


Martinez Vieiu (Ilmo. Sr. D. Ramén), Obispo de la dié- 
cesis, ex-Catedratico de Historia natural en la Universi- 
dad de Manila.—Oviedo. 


MANSFERRER Y Rrerota (D. Mariano).—C. de Escudillers, 
Qs Dey: Qoge barcelona, 


Mazarrepo (D. Carlos), Ingeniero de Montes. —C. de 
Claudio Coello, 24, principal, Madrid. —(Neurdépteros y 
Ardcnidos.) 


MepeEros y Manzanos (D. Pedro), Licenciado en Ciencias 
naturales.—San Lorenzo (Gran Canaria). 


Meoina Ramos (D. Manuel), Doctor en Medicina, Profesor 
Clinico de la Escuela provincial.—C. de Luzara, 2, Sevi- 
lla.—( Himendépteros. ) 


1879. 


1894. 


1876. 


1872. 


1886. 


1894. 


1882. 


1681. 


1881. 


1893. 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


Menpoza (D. Antonio), Jefe del Laboratorio provincial en 
el Hospital de San Juan de Dios.—Madrid. 


Mercapo y Gonzauez (D. Mattas), Licenciado en Medicina 
y Cirugia, Médico cirujano titular.—Nava del Rey (Va- 
Hadolid).—( Entomologia. ) 


Miguet & Irizar (D. Manuel de), Comandante de Ingenie- 
ros. —C. Lauria, 39, Valencia. 


Mir y Navarro (D. Manuel), Catedratico de Historia Na- 
tural en el Instituto.—Paseo de Gracia, 43, 2.° 1.*, Bar- 
celona. 


Mirattes dE Impertat (D. Clemente).—Rambla de Estu- 
dios, J, 2.° 1.*, Barcelona. 


Monserrat y Arcus (D. Juan), Licenciado en Medicina, 
Secretario general de la Sociedad Bot‘inica Barcelonesa. 
—C. del Hospital, 47, Barcelona.—/( Botanica.) 


Montes pE Oca (D. José), Gobernador de las Carolinas. 
—C. de Alcala, 178, hotel, Madrid. 


Mora y Vizcayno (D. Manuel de), Licenciado en Ciencias 
naturales.—Valverde del Camino (Huelva). 


MoraGues £ Isarra (D. Ignacio).—C. de San Francisco, 
18, Palma (Mallorca).—(Coledpteros y moluscos.) 


MoraGues y pe Manzanos (D. Fernando), Presbitero.— 
C. del General Barcel6é (Palma Mallorca).—(Coledpteros, 
himenopteros, dipteros, hemipteros y ortdpteros de las 
Baleares y conchas de Europa y exdticas. Admite con- 
chas d cambio de cualquiera orden de insectos de la isla.) 


Moaiana (Sr. Conde de).—C. de Fuencarral, 55, principal 
izquierda, Madrid, 6 en Las Fraguas (Reinosa). 


Miier (D. Daniel).—Paseo de San Juan, 165, 4.°, Bar- 
celona.—(Coledpteros. ) 


1872. 


1889. 


1889. 


1892. 


1873. 


1886. 


1872. 


1872. 


1886. 


1889. 


1694, 


LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 315 


MvuNoz Coro y Arreponpo (D. Luis), Licenciado en Cien- 
cias naturales y en Derecho, Director y Catedratico de 
Historia natural en el Instituto. —Jaéu. 

Murca y Macuapo (D. Leopoldo), Doctor en Medicina, 
Director del Laboratorio médico-legal.—C. de Zarago- 
za, 9, Sevilla. 


Musso y Moreno (D. José), Ingeniero de Montes.—Murcia. 


Nacuer y Vivar (D. Pascual).—Colegio de San Clemente, 
Bolonia (Ltalia). 


Navarrete (D. Adolfo), Teniente de Navio.—Valencia. 


Nieto y Serrano (Excmo. 6 I]mo. Sr. D. Matias), Marques 
de Guadalerzas, Secretario perpetuo de la Real Aca- 
demia de Medicina, Consejero de Instrucciédn publica.— 
C. de Génova, 11, Madrid. 


NoreNa y Gutiérrez (D. Antonio), Licenciado en Cien- 
cias naturales. —C. de Alcala, 80, Madrid. 


Osertuiir (D. Carlos), de la Sociedad Entomoldgica de 
Francia. — Faubourg de Paris, 20, Rennes (Lles-et- 
Vilaine), Francia.—-(Lepidopteros. ) 


OsertTuiir (D. Renato), de Ja Sociedad Entomolégica de 
Francia. — Faubourg de Paris, 20, Rennes ({Ile-et- 
Vilaine), Francia,.—(Coleopteros. ) 


Ocuoa y Ecuaciien (D. Lucio), Catedratico de Agricultura 
en el Instituto.—Logrono. 

Ovea ¥ Convosa (D. Gregorio), Farmacéutico del Hospi- 
tal militar.—Manila. 


Outve y Prieto (D. Federico de), Arco de Santa Maria, 
29, 2.° derecha, Madrid. 


316 


1887. 


1890. 


1894. 


1875. 


1873. 


1881. 


1890. 


1882. 


1875. 


1881. 


1804. 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


Onis (D. Mauricio ‘Carlos}.—C. de Nuestra Senora, 17, 
benaranda (Salamanca). 


Orteca Y Mayor (D. Enrique).—C. de Carretas, 14, Labo- 
ratorio quimico, Madrid. 


Patacios (D. Pedro), Ingeniero Jefe del Cuerpo de Minas. 
—C. de Cedaceros, 8, Madrid. 


Pavacios y Ropriaurz (D. José de), Farmacéutico.—Plaza 
de Santa Ana, 11, Madrid. 


Patou y Fiores (Ilmo. Sr. D. Eduardo), Consejero de 
Instrucciéu publica, Decano y Catedratico de Derecho 
en la Universidad.—C. de la Manzana, 4, 2.°, Madrid. 


Pantet (R. P. D. José), 8. J.— Monasterio de Uclés, Ta- 
rancén (Cuenca).—(Coledpteros, Ortopteros.) 


Pau (D. Carlos), Farmacéutico.—Segorbe (Castellén).— 
(Botanica. ) 


Paut y ArozarENa (D. Manuel José de).—C. de Alfon- 
so XII, 27, Sevilla. 


Pautino p’Otiverra (Imo. Sr. D. Manuel), Profesor en 
la Facultad de Filosofia de la Universidad.—Coimbra 
(Portugal). 


Pérez pE Arce (D. Facundo), Licenciado en Ciencias na- 
turales, Catedratico de Historia natural en el Instituto. 


Guadalajara, 


Pérez Lara (D. José Maria), Jerez de la Frontera (Cadiz). 
— (Botanica.) 


Perez Orteco (D. Enrique), Doctor en Ciencias.—C. de 
Atocha, 95, Madrid. 


Pérez ZuNiaa (D. Buriyue), Profesor auxiliar en la Facul- 


1886. 


1889. 


1887. 


1872. 


1883. 


1883. 


1879. 


LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 317 


tad de Medicina.—C. del Fuicar, 19 y 21, 2.° izquierda, 
Madrid, 


Prectatn y Barrout (D. José Maria), Abogado.—C. de 
Moreto, { principal, Madrid. 


Pino y Vivo (D. José), Farmacéutico.—Murcia. 


Prapo y Sainz (D. Salvador), Catedratico de Historia na- 
tural en el Instituto de 2.4 ensenhanza de Vitoria.—Plaza 
de San Ildefonso, 6, Madrid.—(Mineralogia. ) 


PREUDHOMME DE Bonrre (D. Alfredo), fndividuo de varias 
Sociedades.—Villa la Fauvette, Petit Saconnex, Ginebra 
(Suiza).—(Entomologia general, geografia entomologica, 
coledpteros y principalmente heteromeros 6 hidrocdn- 
taros. ) 


Puia y Larnaz (D. Gabriel), Ingeniero de Minas.—C. de 
Fomento, !, duplicado, 1.° derecha, Madrid. 


Quapras (D. José Florencio).—Manila.—(Malacologia.) 


Ramon y Casat (D. Santiago), Catedratico en la Facultad 
de Medicina. —Atocha, 131 duplicado, 2.° izquierda, 
Madrid.—( Histologia. ) 


Reyes y Prosper (D. Eduardo), Doctor en Ciencias natu- 
rales, Ayudante por oposicién de Dibujo en la Universi- 
dad Central y de Botanica en el Museo de Ciencias, 
Auxiliar en la Universidad Central.—C. de la Palma 
Alta, 30, principal izquierda, Madrid.—(Dibujo cienti- 
fico, Cristalografia. ) 


Reyes y Prosper (D. Ventura), Doctor en Ciencias natu- 
rales, Catedrdtico de Historia natural en el [nstituto de 
2." ensenanza de Cuenca.—(Ornitologia y Malacologia.) 


Rernoso (D. Fernando J.), Director y Catedratico del Ins- 
tituto.—C. del Obispo, 37, principal, Habana. 


318 


1886. 


1886. 


1894. 


1890. 


1873. 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


Rrosa y Martin (D. José), Doctor en Ciencias, Ayudante 
de la Estacién de biologia marina.— Santander. 


Rio (D. José), Ingeniero de Montes, Catedratico de la 
Escuela.—Escorial. 


Riva Paracio (Excmo, Sr. D. Vicente de la), General del 
ejército mejicano, Ministro plenipotenciario de Méjico. 
—cC. de Serrano, 3, Madrid. 


Rivas y Garcia (D. José), Licenciado en Farmacia.— 
Cadiz. 


Rivera (D. Emilio), Doctor en Ciencias naturales, Secre- 
tario y Catedratico de Historia natural en el Instituto. 
Plaza de la Aduana, 13, Valencia. 


Rivera (Excmo. Sr. Marqués de la), ex-Consejero de Es- 
tado, Miembro de la Sociedad Geolégica alemana.— 
Plaza del Conde de Miranda, 3, Madrid.—(Mineralogia. ) 


tivera Y Ruiz (D. Miguel), Licenciado en Ciencias natu- 
rales.—C. de Jas Beatas, 10, principal, Madrid. 


Roca y Carcuan (D. Ignacio).—Barcelona. 


Roca y Vecino (D. Santos), Licenciado en Ciencias natu- 
rales, Doctor en Farmacia.—Cuesta de Javalquinto, 3, 
Madrid.—(Mineralogia.) 


Ropriagugz (D. Ulpiano), Farmacéutico.—Manila.—/( Bota- 
nica. ) 


Ropriguez AGguapo (D. Enrique), Doctor en Ciencias y 
Medicina, Profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias. 
—C. del Reloj, 1 y 3, principal, Madrid. 


Ropricuez y Cepepa (Excmo. Sr. D. Antonio), Decano y 
Catedratico de la Facultad de Derecho en la Universi- 
dad.—Valencia. 


1872. 


1880. 


1880. 


1890. 


1893. 


1878. 


1885. 


1888. 


1872. 


1875. 


LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 319 


Ropriguez Y Femenias (D. Juan J.)—C, de la Libertad, 
48, Mahoén (Menorca).— (Botanica. ) 


Rovriguez Moureto (D. José).—C. de Serrano, 96, 3.°, 
Madrid. 


Ropriguez NuNez (D. Eduardo), Licenciado en Medicina, 
Socio Corresponsal de la Linneana Matritense, Nume- 
rario del Gabinete Cientifico.—C. del Castillo, 32 y 34, 
Santa Cruz (Tenerife). 


Roprigurz Pérez (D. Felipe), Licenciado en Ciencias 
naturales.—Largo Fernandina.— Palazzo Bivona.—Na- 
poles (Italia). 


Rosa Asap (D. Ramén de la), Médico cirujano.— Llano 
del Real (Murcia). 


Rusio y Gari (Excmo. é Ilmo. Sr. D. Federico), de la 
Real Academia de Medicina.—Paseo de Recoletos, 25, 
Madrid. 


Ruiz Casavietta (D. Juan).—Licenciado en Farmacia.— 
Caparroso (Navarra).—(Botdnica, en especial plantas 
navarras, Ornitologia y Taxidermia. ) 


Ruiz Caamorro (D. Eusebio), Catedratico de Psicologia 
en el Instituto del Cardenal Cisneros.—C. de Serrano, 
76, 3.° Madrid. 


Ruiz pe Luzurtaca (D. Vicente).—Habana. 


Ruiz pe Saazar (Ilmo. Sr. D. Emilio), Director del perié- 
dico El Magisterio Espanol, Licenciado en Derecho, 
Doctor en Ciencias, Catedratico en la Facultad de Cien - 
cias de la Universidad.—C. del Barco, 20, principal, 
Madrid. 


Saaveora (Excmo. Sr. D. Eduardo), Ingeniero de Cami- 
nos, Individuo de las Reales Academias de la Lengua, 


320 


1890. 


1889. 


1895. 


1894, 


S. A. 


1895. 


1891. 


1889. 


1883. 


1885. 


1872. 


1885. 


1879. 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


de Ciencias y de la Historia, Consejero de Instruccién 
publica. —C. de Valverde, 22, 2.°, Madrid. 


SAenz y Lépez (D. Juan}, Licenciado en Ciencias natura- 
les.—Zafra (Badajoz). 


Sainz DE Baranpa (D. José), Ingeniero de Montes.—C. de 
Jorge Juan, 5, 2.°, Madrid. 


Sampepro (D. Antonio de Dios), Farmacéutico.—Alcolea 
(Almeria). 


SAncuez G6mez (D. José).—C. del Duque, 8, Cartagena. — 
(Entomologia. ) 


SAncuez Herndnpez (D. Abdén\, Alumno de Medicina.— 
C. de Alcala, 36, 2.°, Madrid. 


SincHez Navarro Y Neumann (D. Emilio), Doctor en Cien- 
cias’ naturales.—Baluarte, 10, CGadiz.—(Hntomologia.) 


SAncHEZ Navarro y NeuMann (D. Manuel), Doctor en Me- 
dicina, Miembro de la Sociedad espanola de Higiene.— 
Baluarte, 10, Gidiz.—(Paleontologia y Antropologia.) 


SAncHEZ Y Ropricguez (D. Antonio), Licenciado en Cien- 
cas naturales.—C. de Eslava, 1, Sevilla. 


Sancuez Y SAncuez (D. Domingo), Licenciado en Ciencias 
naturales, Ayudante de la Comisién de la Flora flores- 
tal.—Manila (Filipinas). 


San Marrin (I]mo. Sr. D. Basilio), de la Real Academia 
de Medicina,—C. del Arenal, 16, Madrid. 


San Mitian y Atonso (D. Rafael), Médico cirujano.— 
C. de San Lorenzo, 15, Madrid. 


Sanz pE Dreco (D. Maximino), Naturalista.—C. de San 
Bernardo, 94, 1.°, Madrid. —/Comerciante en objetos y 


1881. 


1886. 


1874. 


1890. 


1889. 


1894. 


LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 321 


libros de Historia natural y en utensilios para la reco- 
leccién, preparacion y conservacién de las colecciones, 
cambio y venta de las mismas en todos los ramos. ) 


Sepittor (D. Mauricio), Abogado, Miembro fundador de 
la Sociedad Zoolégica de Francia, de las Entomolégicas 
de Francia, de Bélgica, etc.—Rue de l’Odéon, 20, Paris. 
—(Coleopteros del antiguo mundo y exoticos, y especial- 
mente hidrocdntaros, erotilidos, trogositidos, cléridos y 
heteromeros. ) 


Sreesoip (D. Teodoro), Ingeniero civil de la Sociedad de 
Ingenieros civiles de Paris, Comendador de la Orden de 
Carlos III, Caballero de varias érdenes extranjeras.— 
C. de Hernao, 8, Bilbao.—(Lepidopteros.) 


Setys-Lonecuamps (Sr. Bardn Edmundo de), Senador, 
Individuo de la Real Academia de Bélgica y de otras 
Academias y Sociedades.— Boulevard de la Sauvennie- 
re, 34, Lieja (Bélgica).—(Neurdpteros (principalmente 
odonatos) y lepidopteros de Europa.) 


Serrano Y Sexiés (D. Emilio),-Licenciado en Medicina y 
Cirugia.—C. de Ximénez Enciso, 14, Sevilla. 


Simarro (D. Luis), Doctor en Medicina.—C. del Arco de 
Santa Maria, 41, 1.° izquierda, Madrid. —(Histologia.) 


Simon (D. Eugenio).—Villa Said, 16, Paris.—(Ardenidos.) 


Siret (D. Luis), Ingeniero.—Aguilas (Murcia).—(Geolo- 
gia y antropologia.) 


Sotano y Evutate (D. José Maria), Marqués del Socorro. 
Catedradtico de Geologia en la Facultad de Ciencias.— 
C. de Jacometrezo, 41, Madrid.—(Mineralogia y Geo- 
logia.) 


So.pevitta Y Canto (D. Juan), Bajada de San Francis- 
co, 31, Valencia. 


ACTAS DE LA S0)C. ESP.— XXIII. Ql 


1894. 


1894. 


187.9. 


1895. 


1893. 


1872. 


1887. 


1873. 


LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN 


Suirez (D. Sergio), Ingeniero, Inspector facultativo de 
Hacienda.—C. del Prado, 3, 2.°, Madrid.—/Botdnica y 
Entomologia.) 


Toro y Quartituers (Imo. Sr. D. Cayetano del), Doctor 
en Medicina y Cirugia.—Cadiz. 


Torreeanno (Sr. Conde de), Ingeniero de Montes.—C. de 
Ferraz, 48, hotel, Madrid. 


Torres Castettanos (D. Miguel), Jacometrezo, 26 y 28, 
Madrid. 


Torres y Perona (D. Tomas), Catedratico de Quimica 
orgdnica en la Facultad de Farmacia y en el Real Co- 
legio de San José, Socio corresponsal del Colegio de 
Farmacéuticos de Madrid.—Manila. 


Traizet (D. Emilio).—42 rue Notre Dame de Nazareth, 
Paris. —(Coledpteros de Europa.) 


Tremouts y Borrert (D. Federico), Catedratico de Qui- 
mica inorgdnica aplicada en la Facultad de Farmacia de 
la Universidad.—C. de la Princesa, 1, 3.°, Barcelona.— 
(Botanica. ) 


TrauAdn (D. Luis), Gijon (Asturias).—(Coledpteros.) 
Unaaon (D. Serafin de), Miembro de las Sociedades Ento- 
moldégicas de Francia y Berlin.—C. de Velazquez, 30, 2.°, 


Madrid.—/Coledpteros de Europa.) 


Vatrepa Y Vita (D. Estanislao), Licenciado en Farmacia.— 
Llad6, Casa Olivas (Gerona).—( Ornitologia y Botanica.) 


VAzguez Fiaueroa y Canaces (D. Aurelio), Director Jefe 
de Telégrafos.—Valladolid.—(Lepiddpteros de Europa.) 


Vevtaz DE Meprano (D. Fernando), Ingeniero de Montes. 
—Soria. 


1893. 


1894. 


S. A. 


1893. 


1894, 


1880. 


1888. 


1883. 


1893. 


1872. 


LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 423 


Vera (D. Francisco Asis de), Presbitero, Académico de 
las Reales de la Historia y San Fernando y Anticuario 
de Francia, Director del Museo Arqueolégico Provincial 
de Cadiz, Individuo dela Sociedad Geografica de Lisboa, 
Comendador de Numero de la Americana de Isabel la 
Catélica, condecorado con las cruces de 1." y 2.*° clase 
del Mérito Naval con distintivo blanco, Vocal Natura- 
lista de la Junta de Pesca del Departamento de San Fer- 
nando y Comandancia de Marina de la provincia de 
Cidiz, etc., etc. 


Vicioso y Trico (D. Benito), Licenciado en Farmacia.— 
Bodeguilla, 9, Calatayud.—( Botdnica. ) 


Vita y Napat (D. Antonio), Profesor auxiliar en la Uni- 
versidad.—Fagera de Afuera, 13, 2.°, Santiago (Galicia). 


Vinanova Y Pizcvrta (D. Alfonso), Licenciado en Cien- 
cias.—Borriol, |, Valencia. 


Viraré (D. Juan).—C. de la Reina, 40, Habana. 


Vinsac (D. Casimiro), Ingeniero civil.—Pasaje de Andreu, 
1, principal izquierda, Sevilla. 


Vizcaya Y Conpe (D. Atilano Alejandro}, Licenciado en 
Ciencias naturales.—C. de D. Martin, 6, 3.°, Madrid. 


Warenzow (D. Pedro).—Aschabad, Rusia transcaspiana, 
y en el invierno, Uzun-Ada.—/(Coledpteros.) 


YaWNez (Excmo. Sr. D. Teodoro), Catedratico de la Facul- 
tad de Medicina de la Wniversidad, de la Real Acade- 
mia de Medicina.—C. de la Magdalena, 19, principal, 
Madrid, 


ZAPATER Y MarconeEtt (D. Bernardo), Presbitero.—Alba- 
rracin (Teruel).—(Lepidopteros. ) 


324 SOCIOS DE LA ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 


Socios que han fallecido. 


1882. CaLperon y Arana (D. Laureano), de Madrid. 
1886. Cdmara y Chmara (D. José Marta), de Ayora. 
1890. JAner ¥ FerrAn (D. Manuel), de Madrid. 

S. F. Pérez Arcas (D. Laureano), de Madrid. 

1872. Pomso (D. Antonio), de Vitoria. 

1872. Qviroea (D. Francisco), de Madrid. 

1872. Sainz Guriérrez (D. Pedro), de Madrid. 


Socios que han renunciado a formar parte 
de la Sociedad. 


1893. Arana (D. Felipe), de Madrid. 

1886. Barriat Posapa (D. Clemente), de Montevideo. 
1886. Bexuipo (D. Patricio), de Zaragoza. 

1886. Cervera y Basiera (D. Julio), de Valencia. 

1886. Curt y Naranso (D. Gregorio), de Las Palmas. 
1889. Cursra y Martinez (D. José), de Madrid. 

1891. Drteavo y Luorenre (D. Julian). de Madrid. 
1888. Esquivyias y Pérez (D. Antonio), de Sevilla. 

1877. Gocorza y GonzAuez (D. José), de Salamanca. 
1874. GuILLeERNA ¥ DE LAS Heras (D. César de), de Madrid. 
1872. Jiménez pe Pepro (D. Justo), de Madrid. 

1889. Laza y Herrera (D. Enrique), de Velez Malaga. 
1886. Lemus y Otmo (D. Eugenio), de Madrid. 

1872. Oxavipe (D. José), de Madrid. 

1872. Puiceari (D. Juan Ignacio), de San Paulo (Brasil). 
1891. Ropricuez (D. Calixto), de Madrid. 

1891. Saxes y Ferré (D. Manuel), de Sevilla. 

1889. Sawrersas y Morina (D. José), de Sevilla. 

1886. ‘Tid y Sauvapvor (R. P. D. Dionisio), de Canet. 
1888. Vipau y Comparré (D. Pio), de Madrid. 


Madrid, 1.° de Diciembre de 1894. 
El Vicesecretario, 
Cantos HERNANDEZ. 


iN DiIeCe 


DE LO GONTENIDO EN EL TOMO III DE LA SERIE II (XXIII). 


MEMORIAS. 


Pags. 
CALpERON y CHaves.—Contribuciones al estudio de la Glauconita... 5 
CaLperon.— Notas mineralogicas.—Nuevos hallazgos en la provincia 
CEPR VAl Tas 1. tence \ ewes epteens wutod wtete rede pemiweer is. bce oxeya ta ecw bate, apeb erat 19 
GOMEZ DE LA Maza.— Catdlogo de las Periantiadas cubanas esponta- 
ESSA CULE ARH sor ayaa cated aia rhe} sya areinistobeb Sietoucs “ta enue 41 y 267 
Moracugs y DE Manzanos.—Insectos de Mallorca..............26. 73 
ABEILLE DE Perrin.— Notes pour servir a l’histoire des Malachides. 89 
Ramon y Casau.— Estructura del encéfalo de los 'l'eleédsteos........ 93 
Casrera y Diaz.— Una excursidn 4 los yacimientos prehistdricos de 
Gacmonass (GAMNas UAT y ec ap.os oy s-aim osha elmiere ae .sb0's bale = 101 
CapPELLE.— Notes sur quelques découvertes préhistoriques autour de 
Segobriga dans l’Espagne Centrale. (Laminas v1 4.x)...... Ly 
Monressus.— La Peninsula ibérica seismica y sus colonias, (Lami- 
RAS RaW Ye MMM) operates oto) ce aa oie avers (ei win afe'e © a).c.5! a siein a's ale evened atols 175 
Ramon y Casat.— Estructura del ganglio de la habenula de los ma- 
PAIDENOS a eletct aye isiarah ia 'e ais sao) a eucua ner om SIS Raaoer 7 lets 
= Algunas contribuciones al conocimiento de los gan- 
SILOS CCl CON COLAO. > vtaainie icieisleoieicheishs Sialerea alais 195 
KriecuBaumer. — Himendpteros nueyos de Mallorca, recogidos por 
DeeRernando WIOTACUCS 21... = «ects > ciele a) <feteheistaje/eiel> ins} join -1ole 239 
VAzquez Ficveroa.— Catalogo de los Lepidépteros recogidos en los 
alrededores de Madrid y en San Ildefonso..............-. 255 
Ca.Lpgeron.— Las Chafarinas..... Soest ahi cause ceieeravein) aioe 3 oj ainuede aerate 303 
ACTAS 
Sesion del 10 de tinere. de 1894... ences aaa = = hele Pam hit onsiocee 


326 INDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO III, SERIE II (XXIII). 


Cazurro.—Datos para la fauna de la provincia de Madrid.— Mami- 
FPTOR..... Fe eC en ee shen cian ee eee eee 
Mepina.— Notas entomolégicas. Especies de los géneros Blaps y Pi- 
melia del Museo de Sevilla........... ess ol tete tome let 
CatpEron.— Observaciones sobre el mimetismo cromatico cambiante. 
— Idem sobre fenédmenos meteorolégicos observados en 
DiGi laevetervs iarelavalors wists eietevere Soros sfeusiiecersis\ahe jeteverere re ieweteveks 
CaNau.— Excursion 4 Cazalla de la Sierra y San Nicolas del Puerto 


(prehistoria y exploracion de cueyas)....... ss ceseaiets Sool 
GonzALez Y GarciaA DE Meneses.—Sobre la estructura de ciertas mi- 
NAS) AS Pirita...o.6. sce <eeeee erote sie iaTehe Aieksre) sy lovers Bie ete 
CaLpDERON.— Observaciones sobre el mismo asunto...... ae vetoeshetetereie 
— Unionides de |’Espagne: nota bibliograéfica............ 
Sesion del 14 de Febrero.......... Dre nisretiehe neve Gisiecieie eek secon F 
Borpace.—Noticia necrologica del Dr. Fischer..............eeee05 
Sancuez Navarro.—Noticia de un caso de xifodimia............ Ai 
Ropricuez Femenias.—Algas de agua dulce de Panticosa.......... 


FrernAnpez Navarro.— Minerales de Espana existentes en el Museo 
de Historia natural de Madrid. (Segunda nota).......... b 
Bo.ivar.—Ad cognitionem orthopterorum Europ et confinium.— 


II. Sobre el género Gryllodes Sauss......-...+-.0.- Ahi 
Cautperon.— Recientes trabajos sobre el origen y formacidén de los 
depositas' de Mercurio. <2...) joc ces cies = 6 eerie eieteaietele 
MESIOM CIEL OS MGYZO. 5 + oa vic oles evoraaista #2 Je oe ela sw vine sleisis Reena 


Pav.— Sobre el trabajo del Sr. Freyn oneds palaneenerted der Pyre- 

naischen Halbinsel»........ Ma tinieestereceiaiote ASA SRA AS On 
Sdncuez Navarro.—Nota sobre la alimentacién en el género Pimelia. 
Botivar.—Ortépteros recogidos en las Azores por el Sr. Alfonso 


Chaves.”.'.'. +. aieterciiaals Dp teeie meee oe ee Sich ints eee asin tere ee 
ScHbaldelie weapon tat ole neta a apete ia SNL: Seas : 
Ferndnpez Navarro.—ll Dr. D. Manuel Janer y Ferran. ( ecrologia). 
QuiroGa.—El Profesor D. Laureano Calderon. (Necrologia)......... 


Borivar.— Ad cognitionem orthopterorum Europe et confinium.— 
III. Especies nuevas 6 criticas.—IV. Nuevos datos para la 


fauna espafiola.....:...c..0»» sbevehveiereicreist cree snare Sona gy: 
Cuaves.—Un trabajo reciente sobre el origen de los fosfatos natu- 

Talesis cs hAeeve Coc atoin ne om ee iets ale ofetereereisetes = Seehr See: 
CatpEeron.—Noticia acerca del Tratado de Paleontologia del profesor 

ACES ivasw erate aida s’a.cmood. melee sie ia sony 9 aioe ohana a eee ee 
Mepina.—Sobre la reproduccioén en las ayispas......-++..++- ecm 
LAzaro.—El Profesor D. Pedro Sainz Gutiérrez. (Necrologia).... 
Sesién del 9 de Mayo........+.00: Sete Aas cee hae ‘waka eee , 


Pav.—Nota sobre la Centaurea incand Lag. ...ccccccccccssccvccece 


19 
20 


INDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO III, SERIE II (XXIII). 827 


Botivar.—Noticia sobre un nuevo lepidéptero de Espana (Lithostege 
DUFUATa TE Ee eee ee, ees ee CI eS eens 108 
FernAnpez Nayarro.— Nota bibliogrdfica sobre el Compendio de Mi- 


neratogia det Sr? Latino Coelhoe sie i.e seen cose cas 109 
Mep:na.—Datos para el conocimiento de la fauna himenopterolégica 
MS EapanAs eA Sess st ieete cn caee ak ee pee ae cee se Sik 112 
CaLpEron.— Noticia sobre las publicaciones de los Sres. Thomas y 
Pezon acerca de la paleontologia tunecina........... 117 
_ Noticia sobre un fendmeno seismico obseryado en Ma- 
HAGA rete cS CRIA Sh SEAMS Se re SO ee dem 118 
PCM AED Dy Ge Utes soe ISS FTE, SOS Pee ode ee 118 
Sesion del 4 de Julio...... SERVIC De eee oe eee ete ae 2 129 
Fuente. — Insectos recogidos en Archena (coleépteros, ortépteros , 
hemipteros y lepidépteros)............ gE Foe iy, 119 
Pav.— Plantas aragonesas recogidas por D. Benito Vicioso, de Cala- 
ELM cette Std shape ta etnies aya ce oe: a te ee ee ee eee ghey bereits aha 124 
Mepina.— Datos para el conocimiento de la fauna himenopteroldgica 
GevEEnaha: rts pasta ss Vet es Sea ttin see seattle 144 
Bese etviy Mex AGORUD « wie ioe ities oes since dginin aleley's/dia.ah2 oh pie atodigts Aine 150 
Ca_pERON.— El Profesor D. Francisco Quiroga y Rodriguez. ( Necro- 
MOOD) Br erotoreyexcdsrs, Jo teiels sieves oleG.lcfaveekensit herercislele sigur ete seeleistereise 150 
Mepina.— Datos para el conocimiento de la fauna himenopteroldégica 
de Espafia.— Véspidos, Euménidos, Masaridos............ 165 
Catperon.—Sobre el cultivo de la Auraucaria en Seyilla........... 166 
RICSEOMRIDEL, 9, CL SEDEICIMUFE rea nro cles. ons 5 s'cge,d sjoye Minh t.pse shafshsi'ers' sie & sisi 169 
GoNnzALEZ DE Linares y Rioya.— Un cachalote hallado muerto en el 
AC AINE AIVEICO Bucbataie sa) 0:0, 5 afens s clereca Meuse imthauavonaysra aia \cs ¥ piciela’s She 169 
Piu.—Plantas de Za, Murta (Alcira)..). . <sicsscny cic ess oe marge tere 171 


Cuaves. — Nota cristalografica sobre la anglesita de Guadaleanal.... 175 
CALDERON.— Moluscos marinos de Andalucia existentes en el Museo 


dela Universidad de: Sevilla: .). s.c ic cleee eccies veer cecce LUG 
ICSIOIE DEL 3: APSO CUUDEEs che.5cie is, aie givin Ola\a/a{RRYs fs /are. 6 e.0 0.0% o's 0 ese 6/6808 184 
Pavu.—Seis mentas hibridas de Segorbe...........-.cececsececece 184 
Cazurro.—Fauna matritense (continuaciOn)..........0..e. es eeees 188 
Brecker.— Sobre la teoria de la sustitucién en Almadén,............ 226 
BArEHAG:—Nota bibliogratico-botanica,.. 5). ..-escv ees enavcenescacs 233 
Mepina.—Datos para el conocimiento de la fauna himenopterologica 

cee IA TIS tty eeat tC clear aye )\<\ ae aie Ra's #iitiorn eielate: woven 234 
ESHER EH ACU ONICMUN GIN me iene occielsie.e 6.062 0 o..8 sein Ne isierae's eelets 235 
Pavu.—Sobre los claveles espafioles. 1... 02... ,s0ccccscescccccecre 236 
Areripo.—Datos para la Flora de Madrid.........-..5.-eeeee- eee 241 
Becerra.— Excursion 4 Monton de Trigo.............-. ROS EG Oe 243 


Cortizar.— Sobre la formacidn del criadero de Almadén.......... 246 


328 INDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO III, SERIE II (XXIII). 


FernAnpez Nayarro.— Observaciones sobre el asunto anterior...... 
Pérez ZUNica.— Sobre la contraccién muscular en el cangrejo...... 
CaLprRon.— Hansmannita de Enel yah. ai. 8.s lob asi, chawnipnr ig sede eximyeis 
Mepina.— Datos para el conocimiento de la fauna himenopterologica 


derBspsiiag 26 oases ae Siialp wai nré a fevielet atenetole a fetleiey mh: weer teeta ce 
Cuaaves.—AnéAlisis de un ejemplar de barita...........ccccceseecs 
Pérez Lara.—Odontites foliosa Pér. Lar..........eecesene S sissteteks 
Mepina.—Datos para el conocimiento de la fauna himenopteroldégica 
gle SATs sil. sans pales tals oueetoseiolclotats lave isi tvese sls aeteniecis cine 

SESON GEL Le ME TICICINOFE. ... o'<'s-4\cin.cie,sisis Sern oe ease be aime bee tigen 
Pérez ZuX1GA.—Sobre la contraccién del corazén del galdpago...... 
Sesion extraordinaria del 31 de Dictembre........0.-cecsececes ate 
Martinez Skrz.—Noticia necrolégica del Sr. D. Laureano Pérez Arcas. 
Lista de los sefiores socios de la Espafiola de Historia natural...... 
Indice de lo contenido en el tomo 11 de la serie 1 (xx1U)..........- 
Indice alfabético de los géneros y especies descritos, 6 acerca de cuya 
patria 6 sinonimia se dan noticias interesantes..............e06- 


IMvertenclasstienererererercicre siete ve citer Rete peie lost ratsterna ai Pee Tr aie 


INDIGE ALFABETIGO 


DE LOS GENEROS Y ESPECIES DESCRITOS, 6 ACERCA DE CUYA PATRIA 


6 SINONIMIA SE DAN NOTICIAS INTERESANTES EN ESTE TOMO, 


Abia sericea, 113’, AXgilops ovata, 143’. 
Achillea ageratum, 136’. thionema gracile, 128’. 

— microphylla, 136’. — ovalifolium, 127’. 

— Ptarmica, 136’. — Thomasianum, 128’, 

— pyrenaica, 136’. — valentinum, 128’. 

— Zapateri, 136’. Agrimonia Eupatorium, 133’. 
Acidalia ornata, 124’. Agrostis Gaditana, 234’. 

— turbidaria, 124’. Aira caryophyllea, 143’. 
Aconitum Lycoctonum, 126’. — flexuosa, 143’. 

— vulgare, 126’. — membranacea, 143’. 
Acorius salmarius, 137. — provincialis, 143’. 
Acrotylus patruelis, 122’. — Tenori, 143’. 
Adiantum Capillus-Veneris, 143’. — umbellie, 143’. 
Adonis estivalis, 125’. Ajuga Chameepitys, 140’. 

— autumnalis, 125’. Alauda arvensis, 136. 

— dentata, var. major, 125’. Alberas, 22. 

— flammea, 125’. Alcedo ispida, 136. 
Aerinita, 36. Alchemilla alpina, 133’. 


NOTAS.—1.2 Los nombres vulgares van escritos con letra cursiva; los de géneros 6 
especies ya conocidos, pero descritos en este tomo, van precedidos de un asterisco, y 
de dos los que se dan 4 conocer como nuevos para la ciencia. 

2.2 Los nimeros que indican paginas de las Actas llevan después este signo’. 

3.4. No se incluyen en este indice los nombres de los géneros y especies que apare- 
cen agrupados formando catdlogos 6 listas en el cuerpo de los ANALES. Los catalogos 
excluidos de este indice en el presente tomo son los siguientes: 

Gomez de la Maza.— Periantiadas cubanas. 

Moragues.—Insectos de Mallorca. 

Vazquez Figueroa.—Catdlogo de los lepidépteros recogidos en los alrededores de 
Madrid y San Ildefonso. 

Cazurro.—Fauna matritense.—Mamiferos. 

Calder6én.— Moluscos marinos de Andalucia existentes en el Museo de la Universi- 
dad de Sevilla. 


a5 


330 INDICE ALFABETICO, 


Alisma Plantago, 142’. 

Allantus beeticus, 114’. 
— fulviventris, 114’. 
— hispanicus, 114’. 
— balteatus, 114’. 
Alliaria officinalis, 127’. 


Allium Ampelloprasum, 142’. 


— spherocephalum, 142’. 
— stramineum, 234’. 
Allemontita, 40’. 
Almana sp., 244’. 
Alofana, 31. 
Alopecuros agrestis, 142’. 
Alsine tenuifolia, 130!. 
Althea cannabina, 131'. 
Alyssum hispidum, 127’. 
— linifolium, 127’. 
— serpyllifolium, 1388, 127’. 
Amara sollicita, 137. 


Amaranthus retroflexus, 142’. 


— spinosus, 243’. 
— sylvestris, 142’. 
Amasis jucunda, 113'. 


Amblyteles canariensis, 149’. 


,— coracinus, 149’. 

— divisorius, 149’. 

— equitatorius, 149’. 

— fasciatorius, 149’. 

— homocerus, 149’. 

— impolitus, 149’. 

— Medinai, 149’. 

— natatorius, 149’. 

— Panzeri, 149’. 

Ameles decolor, 122’. 

— Spallanzania, 244’. 
Amianto, 38. 

Ammonites Mantelli?, 131. 
Ammophila campestris, 259’. 
— Heydeni 259’ 

— hirsuta, 259/. 

— Hungarica, 259’. 

— Klugii, 259! 

— lutaria, 259’. 


Ammophila Mocsaryi, 259’. 

— modesia, 259!. 

— propinqua, 259/. 
Anabergita, 31, 40’, 43’. 
Anacyelus clavatus, 136’. 
Anagallis arvensis, 311, 141’. 

— cerulea, 141’. 

— pheenicea, 141’. 
Anchusa italica, 140’, 
Andesina, 307. 

Andesita augitica, 307. 

— porfirica, 307. 
Andryala corymbosa, 138’. 

— incana, 138’. 

— integrifolia, 138’. 

— lyrata, 138’. 

— macrocephala, 138’. 

— mollis, 138'. 

— ragusina, 138’. 

— tenuifolia, 138’. 
Anechura bipunctata, 89’. 
Anfibol, 37. 

Angelote, 38’. 

Anglesita, 175’ y 176/. 
Anilocra mediterranea, 314. 
Anisolabis annulipes, 72’. 

— meesta, 122’. 
Anisoplia floricola, 121’. 
** Anodonta adusta, 33’. 

— Beatica, 33’. 

** — bicolor, 33’. 

— Calderoni, 33’. 

— Castroi, 33’. 


** — emaurata, 33’. 
** — glaucina, 33’. 
** — latirostris, 33’ 


— littoralis, 33’. 

— Martorelli, 33’. 
— melinia, 33’. 
¥* — mollis, 33’. 
** —- nobilis, 33’. 
** — prasina, 33’. 
— regularis, 33’. 


INDICE 


Anodonta submacilenta, 33’. 
** — Valentina, 33/. 
— viriata, 33’. 
Anortita, 39. 
Anser cinereus, 136’. 

— sylvestris, 136. 
Antaxius hispanicus. 89’. 
Antennaria dioica, 136’. 
Anthemis arvensis, 136’. 

— Cotula, 136’. 

Anthicus humilis, 121’. 
Anthocharis Belia, 124’. 
Antholinus jocosus, 121’. 
Anthriscus neglectus, 134’. 

— vulgaris, 134’, 
Anthyllis vulneraria, 132’. 
Antimonglanz, 41’. 
Antimonio, 39’, 43’. 
Antimonita, 41’, 61’. 
Antirrhinum Barrelieri, 140’. 
** Apeeleticus balearicus, 241. 
Apheenogaster barbara, 314. 
Aphanothece rupestris, 39’. 
Aphlebia algerica, 84’. 

** — Janeri, 83’. 
Aphodius sordidus, 121’. 


Aphyllantes Monspeliensis, 142’. 


Apion malve, 121’. 
Apium graveolens, 135’. 
— nodiflorum, 135’. 
Apofilita, 15. 
Aquila chrysaétos, 136’, 315. 
— pennata, 136. 
Arabis alpina, 68’. 
— auriculata, 127’. 
— parvula, 127’: 
** — Reverchoni, 68’. 
— yerna, 68’. 
Araucaria brasiliensis, 167’. 
— excelsa, 167’. 
— imbricata, 167’. 
Arca Noe, 314. 
— cenomanensis, 132. 


ALFABETICO. 331 


Arctium minus, 137, 
Areyptera fusca, 89’. 
Arena verde, 6. 
Arenaria grandiflora, 130’. 

— imbricata, 172’. 

— montana, 172, 130’, 

— serpyllifolia, 130’, 

— tetraquetra, 138, 

— triflora, 130’. 

— Valentina, 172’. 
Arenisca, 6, 42’, 66’, 

— caliza, 7. 

— cuarzosa, 65’. 

— pizarrosa bituminifera, 65’. 
— silicea, 65’. 
Argyrolobium argentatum, 132’. 
Arisarum vulgare, 174!. 
Aristolochia longa, 142’. 

— Pistolochia, 142’. 
Armeria allioides, 142’. 

— alpina, 142’. 

— microcephala, 142’. 

— montcaunica, 142’, 
Arsenantimon, 40’. 
Arsénico, 39’, 43’. 
Arsennickel, 43!. 
Arthemisia Absinthium, 136’. 
Arum italicum, 142’. 
Arvicola (Hemiotomys) amphi- 

bius, 9!. 

— ibericus, 10’. 

— nivalis, 8’. 

— (Microtus) subterraneus, 10’. 
Asparagus acutifolius, 311, 142’. 
— officinalis, 311. 
Asperugo procumbens, 140’. 
Asperula arvensis, 135’. 

— macrorhiza, 135’. 
Asphodelus, 311. 

— fistulosus, 142’. 
Asplenium lanceolatum, 143’. 
— leptophyllum, 143’, 

— Petrarche, 174’, 


332 INDICE ALFABETICO, 


Asplenium Ruta-muraria, 143’. 


— septentrionale, 143’. 

— trichomanes, 143’, 174’, 
— Valentimum, 174’. 

— viride, 174’. 
Asteriscus aquaticus, 136’. 
Asterolinum stellatum, 138. 
Astreea, 313. 


Astragalus arragonensis, 69’. 


— hamosus, 132’. 

— herolensis, 69’. 

— macrorhizus, 133’. 
— sesameus, 133’. 
Astrocarpus Clusii, 128’. 
Athalia annulata, 113’. 
— glabricollis, 113’. 
— Rose, 314, 114’. 


— Rosz, var. cordata, 114’. 


— Rosz, var. liberta, 114’. 
— spinarum, 113’. 


Athyrium Filix femina, 143’. 


Atractylis cancellata, 137/. 
— humilis, 138, 137’. 

Atriplex Halimus, 142’. 
— patula, 142’. 

Augita, 307, 308. 

Avena bromoides, 143’. 


Avicula subpectinoides, 132. 


Avispas, 103’. 

Azufre, 39’, 43’, 61’. 
Azufres rojizos, 40’. 
Bacillus, 74’. 

— algericus, 74’, 75’, 76’. 


— gallicus, var. occidentalis 


13), 145-78. 
Ballota foetida, 141’. 
Barita granuda, 20. 

Jaritina, 20, 43’, 60’. 
Barrilla, 311. 

Basalto, 60’. 
** Bassus balearicus, 246. 
Bellis perennis, 136’. 
Beta maritima, 311. 


Beta vulgaris, 311. 
Betonica officinalis, 141’. 
Biscutella auriculata, 127’. 

— stenophylla, 127’, 173’. 
Bismuto, 39’, 42’. 
Bithynia pusilla, 134. 
Blanus cinereus, 136. 
Blaps, 19’, 20’. 

— gigas, 20’. 

— hispanica, 20’. 

— similis, 20’. 

Blenda, 42’, 43’. 

Bocac, 61'. 

Bolivina, 13. 

Bornita, 20. 

Borrago officinalis, 140’. 

Bos taurus, 10’. 
Brachypodium australe, 143’. 

— pinnatum, 143’. 
Bracon fulvipes, 235’. 

— letus, 235’. 

— regularis, 235’. 

— variator, 235’. 
Brassica Napus, 127’. 
Bromus, 311. 

— mollis, 143. 

— rubens, 143. 

— tectorum, 143. 
Brushita, 90’. 

Bryonia dioica, 311 
Bubo maximus, 136. 
Bufo calamita, 137. 

— viridis, 315. 
Bupleurum fili, 135’. 

— flageliformis, 135’. 

— fruticescens, 138. 

— opacum, 135’, 

— tenuissimus, 135’, 
Cachalote, 169’. 

Cadmio, 42’. 

Celostoma hispanicum, 120’. 
Ceenonympha Dorus, 124’. 
Calamintha Acinos, 141’. 


INDICE ALFABETICO. 9333 


Calamintha alpina, 141’. 

— granatensis, 141’. 

— minor, 141’. 

— turolensis, 141’ 
Calcedonia, 66/. 

Calcita, 20, 34. 

Caleopirita, 20, 42', 43’, 61’. 
Calendula arvensis, 137, 311. 
Calepina Corvini, 128’. 
Caliza, 32. 

— blanca, 7. 

— cuarcifera, 23. 

— granuda, 7. 
Caloptenus italicus, 89’, 122/. 
Calystegia Sepium, 140’. 
Camaleon, 23’. 

Camalis Daucoides, 134’. 
Camelina microcarpa, 127’. 
Campanula Erinus, 139’. 

— lusitanica, 139’. 

— matritensis, 139’. 

— Rapunculus, 139!. 

— rotundifolia, 139’. 


Camphorosma monspeliaca, 142’. 


Camponotus Foreli, 314. 
** Canidia balearica, 253. 
Canis familiaris, 10’. 

— lupus, 10’. 

— vulpes, 10’. 

Canaheja, 311. 
Capra hircus, 10’. 

— hispanica, 8’. 10’. 
Capreolus europzeus, 10’. 
Carabus Ghiliani, 245’. 

— Guadarramus, 244’. 

— helluo, 137, 245’. 
Carbonatos de zine, 42’. 
Carcinus, 314. 

Cardamine hirsuta, 127’. 

— sylvatica, 127’. 
Cardiophorus Graellsi, 121’. 
Cardium hillanum, 132. 
Carduelis elegans, 136. 


Carduncellus monspeliensium, 137/. 
Carduus acanthoides, 137’. 


Assoi, 137’. 
Martinii, 137’. 
pyenocephalus, 137’. 


Carex divisa, 142’. 


glauca, 142’. 


humilis, 172’. 


Carterus Dama, 137. 
Carthamus lanatus, 187’. 
** Casinaria parvula, 253. 
Caucalis daucoides, 134’. 
Celonites abbreviatus, 166’. 
Cemonus unicolor, 260!. 
Centaurea bilbilitana, 137’. 


cephalarizefolia, 137’. 
ceratophylla, 137’. 
collina, 138. 
cyanus, 137’. 
deusta, 137’. 
Guillenniana, 108 
hyssopifolia, 138" 
incana, 107’, 108’. 
Lagascana, i107’, 108’. 
linifolia, 137’. 
macrocephala, 137’. 
ornata, 137/. 

pullata, 172’. 
Scusana, 138. 

seridis, 174’. 

Spachi, 107’, 108’. 


— tenuifolia, 137’. 
Centranthus Calcitrapa, 135’. 
Ceolita, 34. 

Cephalaria leucantha, 135’. 
Cephus balearicus, 240. 


fulvicornis, 150!. 
idolon, 150!. 
pygmicus, 150’, 
variegatus, 150’. 
tabidus, 150!. 


Cerastium perfoliatum, 130’. 
—- Rixi, 130’. 


334 INDICE ALFABETICO. 


Cerastium vulgatum, 130’. 
Ceratocalyx macrolepis, 140’. 
Ceratocephalus faleatus, 125’. 
— falcatus 8. incanus, 125’, 126’. 
— incanus, 125’. 

— incanus gs. Albarracini, 126’. 
Cerceris arenaria, 262!. 

— bupresticida, 263’. 

— conigera, 262!. 

— emarginata, 263/. 

— Ferreri, 262!. 

— flaviventris, 263/- 

— Julii, 262/. 

— labiata, 262’. 

— luctuosa, 262’. 

— lunata, 262’. 

— quadricincta, 262’. 

— Rybiensis, 262’. 

— specularis, 263’. 

— tuberculata, 262’. 
Cervantita, 41’. 
Cervus elaphus, 10’. 


Cesalpinioxylon Quirogoanum, [57!. 


Ceterach officinarum, 143’. 
Chara feetida, 143’. 
Chelidonium majus, 126’. 
Chelidura sinuata, 89’. 
Chelonus inanitus, 235’. 

— mutabilis, 235’. 
Chenopodium, 311. 

— album, 312, 142’. 

~— hybridum, 312. 

— polyspermum, 312. 

— viride, 312. 

— vulvaria, 142’. 
Chenorrhinum crassifolium, 172’. 
Chlora perfoliata, 139’. 
Chondrilla juncea, 138. 
Chroococcus, 21’, 38’. 
Chrysanthemum, 312. 

— aragonense, 136’. 
Chrysis cestiva, 116’. 

— analis, 116’. 


Chrysis angustifrons, 115’. 


—— 


angustifrons vy. Castillana, 115’. 
bidentata, 115’. 

— var. cingulicornis, 116’. 
— var. consanguinea, 115’. 
— var. fenestrata, 115’. 
— var. integra, 115’. 

— var. maculifrons, 115’. 
— var. pyrrhina, 115. 
cerastes, 116’. 

Chevrieri, 116’. 
comparata, 116’. 
crucifera, 116’. 

cuprata, 116’. 

cyanopyga, 116’. 

dichroa, 115’. 
emarginatula, 115’. 
Grohmanni, 116’. 
hybrida, 116’. 

ignita, 116’. 

— var. crucifera, 116’. 

— var. infuscata, 116’. 
ineequalis, 116’. 

incisa, 116’. 

insoluta, 116’. 

Leachi, 116’. 

mediocris, 116’, 

micans, 116’. 
purpureifrons, 115/; 
pustulosa, 116’. 
pyrophana, 116’. 
Saussurei, 115’. 
semicincta, 115’. 

simplex, 115’. 

succinta var. Germari, 115’. 
Tackzanowskyi, 116’. 
varidens, 116’. 


Chrysogona assimilis, 116’. 
Cicindela maura, 120’. 


Cin 


abrio, 41’, 60’, 61’, 62’, 63’, 66’, 

66’, 226’, 227', 228’, 229’, 230’, 
231’, 232’, 233’, 246’, 247’, 248’, 
249', 250’, 251’, 252’, 263’. 


INDICE ALFABETICO, 935 


Cinabrio argentifero, 61’. 

— plumbifero, 61’. 
Cirrolita, 90’. 

Cirsium arvense, 137’. 

— echinatum, 137’. 

— eriophorum, 137’. 

—= ferox, 131°. 

— monspessulanum, 137’. 

— montcaunicum, 137’. 

— odontolepis, 137’. 
Cistus crispus, 173’. 

— Salviefolius, 173’. 
Cladius pectinicornis, 113’. 
Clematis integrata, 124’, 125’. 

— paniculata, 125’. 

— Vitalba, 124’, 125’. 
Cleonia lusitanica, 140’. 
Cleonus excoriatus, 314. 
Cleptes afra, 114’. 

— afra var. Medine, 114’. 
Ciorita, 6, 43’. 

Clypeola Jonthlaspi, 138. 
Cobalto, 43’. 
Cobre, 20, 42’, 43’, 61’. 

— nativyo, 40’. 

Coccinella septempunctata, 245’. 
Colotes maculatus, 121’. 


Conejillos de Indias, 228, 231. 235. 


Conejo, 234, 235, 315. 
Conringia orientalis, 127’. 
Convolvulus arvensis, 140’. 

— Cantabrica, 140’. 

— lineatus, 140. 

Coris monspeliensis, 138, 141’. 
Corizus crassicornis, 123’. 
Cornudilla, 38. 

Coronilla australis, 182’. 

— minima, 132’. 
Corrigiola telephifolia, 134’. 
Corvus corax, 136. 
Corydalis capnoides, 311. 
Coturnix communis, 136. 
Crassatella impressa, 131. 


Crategus monogyna, 133’. 
— segobricensis, 133’. 
— oxyacantha, 133’. 
Crepis fcetida, 139’. 
— pectinata, 139’. 
— pulchra, 138’. 
— runcinata, 138’. 
— Taraxicifolia, 139’. 
— virens, 138’. 
Creta tobacea, 6. 
Crex pratensis, 136. 
Crocidura aranea, 9’. 
Crocus carpetanus, 138. 
Crucianella angustifolia, 135’. 
— patula, 135’. 
Crupina vulgaris, 138’. 
Crypticus gibbulus, 121’. 
Cryptocephalus bimaculatus, 121’. 
— crassus, 121’. 
** Cryptus balearicus, 242. 
Ctenodecticus Bolivarii, 88’. 
** — Masferreri, 87’. 
— pupulus, 88’, 244’. 
Cuarcita, 42’, 62’. 
Cuarzo, 24, 25, 27, 41', 62’, 65’. 
— granulitico, 15, 66’. 
Cuculligera flexuosa, 137. 
Cuscuta Epithymum, 140’. 
Cymbium papillatum, 147’ y 148’, 
Cymindis plicipennis, 137. 
Cynoglossum pictum, 140’. 
Cynosurus, 311. 
Cypreea pyrum, 314. 
Cyprinus carpio, 93. 
Cypselus melba, 136. 
Cyrtosus Lethierryi, 92. 
— ovalis, 90. 
— — var. armifrons, 91. 
— — var. cyaneicollis, 91. 
— — yar. maculicollis, 91. 
— — var. variicollis, 91. 
** — Uhagoni. 
Cystosira fibrosa, 313, 


856 INDICE ALFABETICO. 


Cytherea incrassata, 134. 
Dactylis, 311. 

— hispanica, 138. 
Dama vulgaris, 10’. 
Datura Tatula, 140’. 
Daucus, 311. 

— Carota, 134’. 
Decticus albifrons, 72’. 

— verrucivorus, 89’. 
Delphinium Loscosii, 126’. 
Delphinus Delphis, 171’. 
Dermestes sibiricus, 120’. 
Diabasas, 60!. 

Dianthus ambiguus, 241’. 

— anticarius, 239’. 

— attenuatus, 129’. 

— Benearnensis, 237!. 


— brachyanthus, 240/, 241’. 


— brevistylus, 240’. 
— ceesius, 129’, 240’. 


— caryophyllus, 129’, 130’. 


— catalaunicus, 238’. 

— cintranus, 236’. 

— hirtus, 239’. 

— hispanicus, 129’, 241’. 
— Langeanus, 130’, 236’. 


— Laricifolius, 130’, 240’. 


— melandroides, 239’. 


— monspessulanus, 237’. 


— multiceps, 238’. 
— Planellie, 236’. 
— pungens, 239’. 
— Requienii, 237’. 
— Seguieri, 237’. 
— superbus, 237’. 
— sylvaticus, 237’. 
— yalentinus, 239’. 
— Viciosoi, 130’. 
— virgineus, 240’. 


Dictyonota crassicornis, 123’. 


Digitalis obscura, 140’. 
— parviflora, 140’. 
~- purpurea, 140’, 


Digitalis tomentosa, 140’. 
Dinoceras mirabile, 100’. 
Dinotherium, 100’. 
Diplopodia Roissyi, 132. 
Diplotaxis catholica, 127’. 

— erucoides, 127’. 

— viminea, 127’. 
Discoglossus pictus, 137. 
Discothera tunetana, 137. 
Dolomia, 42/. 

Doronicum plantagineum, 136’. 
Doryenium decumbens, 132’. 
Dromicus linearis, 120’. 
Dryinus draco, 235’. 

— dracunculus, 235’. 
Ebeeus glabricollis, 121’. 
Echidna Oweni, 98’. 
Echinops Ritro, 137’. 
Echinospermum Lappula, 140’. 
Echium fruticescens, 234’. 

— vulgare, 312, 140’. 
Elephas africanus, 140. 
Ellampus auratus, 115’. 

— Horwati, 259’. 

— parvulus, 115’. 

— pusillus, var. Schmiedeknechti, 

115’, 259’. 
Emphytus viennensis, 113/. 
— viennensis, var. Medine**, 
113’. 
Empusa egena, 122’, 
Ephedrus plagiator, 235’, 
Ephialtes manitfestator, 149’. 
Ephippigera areolaria, 244’. 

— Stali, 245’. 

Epilobium hirsutum, 133’, 

— parviflorum, 133’, 
Epinephele Ida, 124’. 
Equisetum arvense, 144’. 

— ramosum, 144’, 

Equus asinus, 10’. 

— caballus, 10’. 

Erica arborea, 189’, 172’, 


INDICE ALFABLETICO. 357 


Erica Assoana, 139', 172’. Euphorbia pubescens, 142’, 174’. 

— cinerea, 139’, 172’. — rubra, 311. 

— glabrescens, 139‘, 172’. — segetalis, 142’. 

— lepthophylla, 139’, 172’. — Terracina, 174’. 

— Tetralix, 139’, 172’. Eurotia, 311. 

Erigeron canadense. 136’. Falco cenchris, 136. 
Erinaceus europzeus, 9’. Feldespato, 307. 
Erodium ciconium, 132!. Felis catus, 10’. 

— cicutatarium, 132’. — domestica, var. hispanica, 10’, 

— malacoides, 132’. Ferula communis, 311. 

— moschatum, 173’. Filago germanica, 136’. 
Erodius tibialis, 69’. — spathulata, 136’. 
Erophila vulgaris, 127’. Fischerita, 91’. 

Eruca vesicaria, 138, 127’. Fluorita, 28, 60/. 

Erucastrum obtusangulum, 127’. Forficula auricularia, 72’, 89’, 122’, 
Euphorus pallidipes, 235’. Frankenia levis, 311. 

Erysimum australe, 127’. — pulverulenta, 312, 129’. 

— repandum, 127’. — Reuteri, 136, 129’. 
Erythriea Barrelieri, 139’, Fumaria densiflora, 311. 

— gypsiata, 138. — officinalis, 126’. 

— perfoliata, 139’. — parviflora, 126’. 

— tenuiflora 140’. — rostellata, 126’. 

— turolensis, 139’. — Scramii, 126’. 
Esmithsonita, 43’. — spicata, 138, 126’. 
Espato calizo, 41', 42", 43’. — Vaillantii, 126’. 
Estibina, 41’. — Viciosoi, 126’. 
Eumenes arbustorum, 165’. Fusarium Platani, 183’. 

— coarctatus, 165’. Gafanhoto, 70’. 

— Mediterraneus, 165’. ’ Gagea Soleirolii, 142. 

— obscurus, 165’. Galapago, 263’. 

— pomiformis, 165’. Galena, 31, 42’. 

— unguiculus, 165’. Galium Aparine, 135’. 
Euphorbia bilbilitana, 142’. — falcatum, 135’. 

— chararias, 142’. — rigidum, 135’. 

— exigua, 142!. — Vaillanti, 135’. 

— falcata, 142’. — vernum, 175’. 

— helioscopia, 142’. ** Genista anglica § pilosa, 69’. 

— heterophylla, 174’. — florida, 132’. 

— niczensis, 138. — scorpius, 138. 

— Ole, 123’. Geophilus, 314. 

— pauciflora, 142’. vp Geotrupes hypocrita, 121’. 

— peplus, 142’. — spiniger, 121’. 

— platyphylla, 142’. Geranium, 311. 


ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 22 


338 


Geranium dissectum, 131’. 

— minutiflorum , 139’. 

— molle, 131’. 

— Robertianum, 312, 132’. 

— rotundifolium, 131’. 

Geum urbanum, 133’. 

Githago segetum, 129’. 
Gleosporium nervisequium, 183!. 
Glaucium corniculatum, 126’. 
Glauconia, 5. 

Glauconita, 5. 

Glechoma hederacea, 141’. 

— macrodonta, 141’. 
Globiconcha rotundata, 131. 
Globigerina, 13. 

Globularia ceespitosa, 141. 
** Glypta rufiventris, 249. 
Gnaphalium luteo-album, 136’. 


Gomphocerus maculatus, 89/, 245’. 


— sibiricus, 89’. 
Gomphospheeria aponina, 89’. 
Gonatopus dryiniformis, 235’. 

— sciophanes, 235’. 
Gongyllus ocellatus, 136. 

** Goniocryptus parvulus, 243. 

Granate, 20, 35. 

Granito cloritico, 42’. 

Greenockita, 42’. 

** Grylloderes, 45’, 46’, 58’. 

Gryllederes Brunneri, 46’, 58’. 

Gryllodes, 44’, 45', 46’, 51’, 58". 
— Brunneri, 45’. 

k* — Escaleree, 45', 47’, 55’, 58'. 


— hebreeus, 58’. 


— ibericus, 44’, 46’, 47’, 52’, 58’. 
— Kerkennensis, 45’, 46’, 47', 49’, 


51', 58’. 
— lateralis, 46’, 47’, 
51', 58'. 


— littoreus, 45', 47', 56’, 57’, 


58', 


— macropterus, 45’, 46’, 47', 48’, 


49’, 51', 58". 


49,850), 


INDICE ALFABETICO. 


Gryllodes, Panteli, 137, 45’, 47’ 
64', 55’, 56’, 58’. 


> 


— pipiens, 46/,{ 47/5452);:63% bbe 


56', 58’. 

var. Castellanus, 53’ 
58’. 

var. Lusitanus, 53’, 58’ 

var. Valentinus, 54’ 
58’. 

— terrestris, 58’. 


Gryllomorpha Uclensis, 137. 
Gryllomorphus Dalmatinus, 89’. 
Gryllotalpa vulgaris, 123’. 
Gryllus, 44’, 47', 51’. 

— bimaculatus, 70’. 

— burdigalensis, 123’. 

— campestris, 123’. 

— domesticus, 71’. 

— lateralis, 44’. 

— pipiens, 44’, 50’, 53’. 
Gypaétus barbatus, 136. 
Gyps fulvus, 136. 
Gypsophila hispanica, 129!. 

— structum, 138. 

Haliotis striata, 314. 


Haplophyllum hispanicum, 132’. 


Harpalus ibericus, 137. 

— salinator, 137. 
Harpiphorus Calderoni, 114’. 
Hedychrum lucidulum, 115’. 
Helianthemum eriocaulum, 128’. 

— hirtum, 128’. 

— intermedium, 128’. 

— origanifolium, 173. 

—- polifolium, 138. 

— squamatum, 138, 128’. 

— umbellatum, 128’, 

— vulgare, 128’. 

Heliothis peltiger, 124’. 


’ 


b] 


Heliotropium europseum, 311, 140’, 


Helminthia echioides, 139’. 
Helychrysum serotinum, 136’. 
— Stcchas, 136’, 


INDICE 


Hemiaster Bufo, 132. 
— Fournelli, 132. 
Hemiotomys amphibius, 9’. 
— nivalis ?, 9’. 
Hemiteles bicolorinus, 234’. 
— pulchellus, 234’, 
Herderita, 90’. 
Herniaria annua, 134’. 
— fruticosa, 138. 
— hirsuta, 312. 


Herpestes ichneumon, yar. Wid- 


dringtoni, 10’. 
Hesperia Thaumas, 124’. 
Hetereostegina, 13. 
— costata, 7, 14. 
Hialita, 308. 
Hieracium amplexicaule, 138’. 
— balsamium, 138’. 


berardianum, 138’. 
yrandiflorum, 138’. 


macranthum, 138’. 
Pilosella, 138’. 
velutinum, 138’. 
Hierro, 42’. 

— espatico, 60’. 


— titanado, 20. : 


Hipparion gracile, 134. 

Hirundo rustica, 136. 
Hispa atra, 122'. 
Hister bimaculatus, 120!. 

— — var. morio, 120’. 

— 12. striatus, 120’. 
Hohenackeria polyodon, 242’. 
** Holocompsa Chayesi, 72’. 

— Simonyi, 73’. 

Holopyga chloroidea, 115’. 

— fervida, 115’. 

— gloriosa, var. amcenula, 115’. 
Holosteum umbellatum, 311, 130’. 
** Homoparus bifoveolatus, 246. 


Hoplia aulica var. chlorophana,121’. 
** Hoplocryptus Mallorcants, 243. 


Hordeum murinum, 312. 


ALFABETICO, 


33v 


Hyla, 23’. 
Hyoscyamus albus, 140’. 

— niger, 140’. 
Hypericum humifussum, 131’. 

— perforatum, 131’. 

— pulchrum, 131’. 

— tetrapterum, 131’. 
Hyppocrepis ciliata, 132’. 

— glauca, 132’, 

— radicata, 139’. 
Hutchinnsia petreea, 128’. 
Hylotoma Pyrenaica, 113’. 
Hypecoum pendulum, 126’. 

— procumbens, 126’, 
Hysteropterum grylloides, 123’. 
Iberis pinnata, 138. 

— saxatilis, 130’. 

— Tenoreana, 173’. 
Ichneumon anator, 149’. 
** balearicus, 240. 
leucolomius, 149’. 
medicoxa, 149’. 
monostagon, 149’. 

** Moraguesi, 240. 
Sarcitorius, 149’. 
xanthorius, 149’. 
Ichthyosaurus, 98’. 
Inula Britanica, 136’. 

— montana, 136’, 

Isatis tinctoria, 128’. 
Jacinto de Compostela , 25. 
Jasione montana, 139’. 
Jasonia glutinosa, 138. 
Jasminum fructicans, 139’. 


Jugurthia oranensis, 166’. 
Juniperus sabina, 245’. 
Knautia hybrida, 135’. 
Kochia prostrata, 138. 
Keeleria ciliata, 143’. 
— setacea, 143’, 
Koniga perusiana, 127’. 
— spinosa, 127’. 
Kundmannia sicula, 234’, 


540 INDICE ALFABETICO. 


Kupferniquel, 43’. 
Labidura riparia, 122’. 
Lacerta ocellata, 136. 
Lactuca sativa, 138’. 

— scarola, 138’. 

— viminea, 138’. 
Leemosthenes terricola, 120’. 
Lagartos, 23'. 

Lamium amplexicaule, 140’. 
Lampsana communis, 139’. 
Larinus vittatus, 121’. 
Lathyrus Aphaca, 133!. 

— spheericus, 133’. 

— tuberosus, 133’. 
Lavandula latifolia, 140’. 

— pedunculata, 140’. 
Lavatera maritima, 131’. 

— triloba, 131’. 

Lebia cyathigera, 137. 
Lecanora, 313. 
Leistus expansus, 137. 
Leontodon carpetanus, 69’. 
— hispanicus, 139’. 
— Reyerchoni, 69’. 


Lepidium calycotrichum, 128’. 


— campestre, 128’. 

— Draba, 128’. 

— graminifolium, 128’. 
— hirtum, 128’. 

— subulatum, 128’. 
Leptinia attenuata, 244’. 
— hispanica, 137. 
Lepus cuniculus, 10’. 

— timidus, 10!. 
Leucanthemum, 311. 


Leucophiea surinamensis, 72’. 


Leucoxeno, 20. 
Leuzea conifera, 137’. 
Licinus granulatus, 137. 
Limonita, 29’. 
Linaria delphinioides, 140’. 
— hirta, 140. 
— melanantha, 138, 140’. 


Linaria robusta, 140’. 

— simplex, 140’. 

— spartea, 140’. 

— striata, 140’. 

— supina, 140!. 

Linum alpinum, 130’, 131’. 
— austriacum, 130’, 131’. 
— collinum,130! y 131’. 
— leve, 130’. 

— limanense, 131’. 

— narbonense, 173’. 

— perenne, 131’. 

— Soreyi, 131’. 

— squamulosum, 131’. 

— gsutfruticosum, 138. 
Lithospermum apulum, 140’. 

— arvense, 140’. 

— fruticosum, 140’. 

— officinale, 140’. 

** Lithostege Duroata, 108’. 

Loboptera decipiens, 122’. 

** — maroccana, 84’. 

*%* — minor, 85’. 

Lochmeea crategi, 122’. 

Locusta viridissima, 122’. 

Lolium perenne, 312. 

Longitarsus tabidus, 122’. 

Lonicera etrusca, 135’. 

Losa, 7. 

Lotus edulis, 312. 

— siliquosus, 132'. 

— tenuifolius, 132’. 
Loxoscelis rufescens, 314. 
Lusciola luscinia, 136. 
Lutra vulgaris, 10’. 
Lyceena Astrarche, 124’. 

— betica, 124’. 

— Icarus, 124’. 

Lycium europium, 140’. 

Lycopus europzeus, 141’. 

Lycosa Dufouri, 314. 


Lygeeus punctato-guttatus, 123’. 


Lygeum Spartum, 138. 


INDICE ALFABETICO. 


Lymnea Gouberti, 134. 

— longiscata, 134. 

Lynx pardina, 10’. 

(pie 


~ 


Lyogryllus bimaculatus, 
— campestris, 71’. 

Lythrum Salicaria, 133’. 

Macrocephalus, 48’. 


/ 


Macrophya neglecta ** v, nigra 114’. 


Magnetita, 20, 32, 307. 
Magnetkies, 43’. 
Maia squinado, 314. 
Malcolmia africana, 127’. 
Malva rotundifolia, 312. 

— sylvestris, 131’. 

— vulgaris, 131’. 
Mantis religiosa, 122’. 
Marcasita, 61’. 
Margaritana margaritifera, 31’. 
Marium hispanicum, 172!. 
Marrajo, 37’, 38’. 
Marrubium Alysson, 141’. 
— supinum, 141’. 

— vulgare, 312, 141’. 
Marta foina, 10’. 
Martelilla, 7. 
Mathiola coronopifolia, 126’. 
— tristis, 138, 127’. 

— var. hispanica, 126’. 

— varia, 126. 
Medicago arabica, 132’. 

— auriculata, 132’. 

— Gerardi, 132’. 

— marginata, 132’. 

— minima, 132’. 
— orbicularis, 132’. 
sativa, 132!. 
Megapenthes tibialis, 121’. 
Meles taxus, 10’. 
Melica inzequalis, 143’. 
— Magnoli, 143’. 

— Nebradensis, 143’. 
Melilotus parviflora, 311. . 
Melissa officinalis, 141’. 


Sil 


Mentha aquatica, 185’, 186’ y 187’. 


— Cadevyalliana, 186’. 
hirsuta, 141’, 185’, 186’ 
macrostachya, 188’. 


—_ , 187’. 


nemorosa, 188’, 

— Paui, 187’. 

— Pulegium, 141’. 

— rotundifolia, 141’, 185' 
187’. 


186’ 


’ 


— sylvestris, 141’, 185’, 186’, 187’. 


— Viciosoana, 187’. 

— Zapateriana, 186’. 
Mercurialis annua, 311, 312. 

— tomentosa, 138, 142!. 
Mercurio, 59’, 62’, 65’. 

— nativo, 40’. 

Merendera Bulbocodium, 142’. 
Metacinnabarita, 62’. 
Meteorito, 24’. 

Mica blanca, 66’. 

— negra, 66’. 

*+* — tricolor, 243. 
Microgaster abdominalis, 235’. 

— tibialis, 235’. 
Microlestes, 101’. 
Microlonchus Clusii, 137’. 

— Isernianus, 138’. 

— leptocephalus, 138 . 

— salmantinus 137’. 
Microplitis eremita, 235’. 
Micropus erectus, 136’. 
Microtus agrestis, var. arvalis, 10’. 

— ibericus, 10’. 

— subterraneus, 10’. 
Millerita, 61’. 

Milvus regalis, 136. 
Mimesa equestris, 260’. 
Minervita, 90’. 
Miniopterus, 11', 13’. 

— Schreibersi, 9’, 14’. 
Mispiquel, 61’. 
Molibdanglanz, 41’. 


342 INDICE ALFABETICO. 


Molibdenita, 41’. Natica hispanica, 131. 
Momordica Elaterium, 133’. Nebria brevicollis, 137. 
Moronita, 21. Nematus, 113’. 
Moscovita, 32, 34. Nemobius Heydeni, 123’. 
Murex trunculus, 314. Neophron percnopterus, 136. 
Mus decumanus, 9’. Nepeta cordifolia, 141’. 

— musculus, 9’. — latifolia, 141’. 

— rattus, 9’. — Nepetella, 141’. 

— sylvaticus, 9’. Neslia paniculata, 128’. 

— tectorum, 8’, 9’. Nicolita, 43’. 

Muscari neglectum, 138. Nicotiana glauca, 312. 

— racemosum, 142’. Nigella divaricata, 126’. 
Mustela furo, 10’. Niquel, 43’, 61’. 

— putorius, 10’. Nonnea alba, 140’. 

— vulgaris, 10’. Nostoc commune, 39’. 
Mutilla arenaria, 144’. — microscopicum, 39’. 

— aucta, 144’. Notoxus productus, 114’, 115’. 
— bipunctata, 144’. — trifasciatus, 121’. 

— brutia, 144’. Nummulites atessica, 23. 
— calcariventris, 144’. — Murchisoni, 23. 

— calva, 143’. Nyctinomus Cestoni, 9’, 18’. 

— capitata, 143’. Ocnerodes Brunneri, 137. 
— distincta, 143’. Odontites foliosa, 261’. 

—- halensis, 144’. — longiflora, 140’. 

— hottentota, 144’. — lutea, 262’. 

— littoralis, 143’. — purpurascens, 262’. 
— maroccana, 144’. — rigidifolia, 262’. 

— maura, 144’. — rubra, 140’. 

— montana, 144’. — tenuifolia, 262’. 

— partita, 144’. Odynerus Blanchardianus, 166’. 

— quadripunctata, 144’. — Buyssoni, 166’. 

— rufipes, 144’. — crenatus, 166’. 

— salentina, 144’. — Dantici, 166’. 

— stridula, 144’. — Delphinalis, 166’. 
Myogale pyrenaica, 9’. — ebusinus, 166’. 
Myosotis versicolor, 140’. — floricola, 166’. 
Myoxus glis, 9’. — Helvetius, 166’. 

— nitela, 9’. — parietum, 166’. 
Nabis ferus, 123’. — parvulus, 166’. 
Narcissus juncifolius, 142’. — Pauli, 166’. 

Nassa varicosa, 314. — regulus, 166’. 
Nasturtium officinale, var. siifolia, — reniformis, 166’. 


Lis — timidus, 166’. 


INDICE ALFABETICO. 343 


Odynerus tripunctatus, 166’. 
(cia lusitanica, 69!. 
(2dipoda Charpentieri, 137. 
— corulescens, 89. 
— fuscocincta, 72’. 
— migratoria, 70’. 
Ofita, 24, 34. 
Olibrus bicolor, 120’. 
Oligoclasa, 308. 
Omphalodes linifolia, 138, 140’. 
Ononis latifolia, 122! 
— Natryx, 132’. 
— tridentata, 132’. 
Onopordon Acanthium, 137’. 
— corymbosum, 137’. 
Onthophagus Amyntas, 120’. 
— furcatus, 120’. 
— taurus, 120’. 
Onychia notata, 234’. 
Ophonus Cunii, 137. 
Ophrys fusca, 174’. 
— lutea, 174’. 
Opomala cylindrica, 122’. 
Orca gladiator, 170’. 
Orectochilus villosus, 120’. 
Orejudo, 14’. 
Origanum compactum, 234’, 
— virens, 141’. 
Ornithogalum tenuifolium, 142’. 
Oro, 40’, 61’. 
Orobanche Heder, 140’. 
Oropimente, 41’. 
Ortosa, 66’. 
Oscillatoria anguina, 39’. 
Ostrea columba, 132. 
— flavella, 130, 132. 
Otus vulgaris, 136. 
Ovis Aries, 10’. 
Pachybrachys pradensis, 122’. 


Pachytylus danicus, 70’, 71’, 72’. 


— migratorius, 71’. 
Pachyura etrusca, 9’. 
Pastinaca sativa, 134’. 


Peederus ruficollis, 120’. 
Pallenis spinosa, 136’. 
Panicum cruciforme, 234’. 
Papaver Argemone, 126’. 

— hybridum, 126’. 

— Rheeas, 126’. 

Papilio Podalirius, var. Feisthame- 
li, 124’. 
Pararge Ageria, var. Meone, 124’. 

— Megera, 124’. 
Parietaria diffusa, 142’. 
Paronychia Argentea, 133’. 

— Bougana, 234’. 

— capitata, 133’. 

— carpetana, 133’. 

— mauritanica, 133’. 

— nivea, 138. 

— polygonifolia, 133’. 
Pascalia glauca, 242’. 
Passer domestica, 136. 
Patella, 314. 

Peganum Harmala, 132’, 
Pelagius monachus, 315. 
Pelobates cultripes, 137. 
Pelodytes punctatus, 137. 
Pelopceus pensilis, 259’. 

— spinifex, 259’. 

— tubifex, 259’. 
Penetretus rufipennis, 137. 
Peperinos, 308. 

Perdix rubra, 136. 

Periplaneta americana, 314, 71’, 
122), 

Perro, 234. 

Pezotettix pedestris, 89’. 

— Pyrenzeus, 89’. 

** Pheeogenes balearicus, 241. 
** — bellulus, 241. 
Phalacrocorax, 315. 

Phalacrus fimetarius, 120’. 
Phalaris hispanica, 234’. 
Pheidole pallidula, 314. 
Phelipza Muteli, 140’. 


34 INDICE ALFABETICO. 


Phenacodusg, 99’. 
Philoctetes micans, 115’. 
Phlomis crinita, 172’. 
— herba venti, 141’. 
— Lychnitis, 141’. 
— purpurea, 172’. 
Phormidium laminosum, 39’. 
— valderianum, 39’. 


** Phygadeuon anthracinus, 244. 


** — pbalearicus, 245. 
** — micromelas, 245. 
Phymosoma circinatum, 132. 

— Delamarrei, 132. 
Physalis Alkekengi, 140’. 
Physcia parietina, 313. 
Phytocoris, 244’. 

— exoletus, 123’. 

Pica caudata, 136. 
Picridium, 311. 
Pieris brassicze, 124’. 

— Daplidice, 124. 

— rapze, 124’. 
Piezoscelis staphylinus, 123’. 
Pimelia, 20’, 70’. 

— beetica, 20’. 

— costata, 20/. 

— fornicata, 20’, 69’. 

— maura, 20’. 

— ruida, 20’. 

Pimpla, 314. 

**& —. halearica, 248. 
** — cingulata, 249. 
** — erythronota, 248. 

* — semivaria, 247. 

“* — tricolor, 248. 
Pirates hybridus, 123’. 
Pirita, 28’, 61’, 65’, 66’. 
Pirita cuprifera, 20. 

— de hierro, 42’. 

— magnética, 43’. 
Piroxeno, 308, 43’. 
Pirrotita, 39’, 43’. 
Pistacia Terebinthus, 132’. 


———SS ee 


Pistorinia hispanica, 138. 
Pizarra, 29, 41'. 
Planorbis corneus, 134. 

— cornu, 134. 

— retundatus, 134. 
Plantago albicans, 142’. 

— arenaria, 142! 

— coronopus, 311, 312, 142’. 

— cynops, 311, 142’. 

— europea, 141’, 142’. 

— lanceolata, 142’. 

— major, 142’. 

— maritima, 142’. 

— subulata, 142’. 
Plata,;43". 

— mercurifera, 61’. 

— nativa, 40’, 43’. 
Platycleis grisea, 89’. 

— laticauda, 72’. 

— oporina, 137. 
Platydactylus facetanus, 137. 
Plecotus, 11’, 13’. 

— auritus, 9’, 14’. 
Plesiosaurus, 98’. 
Pleurodeles Waltlii, 137. 
Plomo, 61’. 

— mercurifero, 61’. 

Plusia gamma, 124’. 
Pluvialis apricarius, 136. 
Poa trivialis, 143/. 


Podospermum decumbens, 139’. 


— laciniatum, 139’. 
Polistes gallicus, 165’. 
Polyearpon tetraphyllum, 312. 
Polygala rupestris, 172’. 
Polygonum aviculare, 142’. 

— persicaria, 142’. 

— segetum, 142’. 
Polypodium vulgare, 143. 


Polypogon monspeliensis, 143', 


Populus beeticus, 120’. 
Pérfido, 25, 29’. 
— cuarcifero, 60’. 


INDICE ALFABETICO, 


Potamides Lamarckii, 134. 
Potamogeton densus, 142’. 
Potentilla reptans, 133/. 

— verna, 133’. 

Prostemma albimacula, 244’. 
Prunella hyssopifolia, 140’. 

— vulgaris, 140’. 

Prunus prostata, 133’. 

— spinosa, 133’. 
Psammodromus hispanicus, 136. 
Psen pallipes, 260’. 

Psophus stridulus, 89’. 
Psoralea bituminosa. 
Pterocheilus hispanicus, 166’. 
Pterosaurus, 98’. 

Pulicaria dysenterica, 136’. 
Purpura heematostoma, 314. 
Pycnogaster Graellsi, 137. 
Pyrethrum, 136’. 

— pulverulentum, 136’." 

— sulphureum, 136’. 

** Pyrgomorpha agarena, 83’. 

— grylloides, 122’. 
Pyrrhocoris «egyptius, 314. 
Quercus, 21. 

Quiroguesia, 157’. 
Radiolites, 132. 
Rallus aquaticus, 136. 
Rana, 21', 22’, 23!. 


Ranunculus Alez, forma sublana- 


ta, 125’. 

— arvensis, 125’. 

— chlorophyllus, 138. 

— flabellatus, 125’. 

— gramineus, 138, 173/. 

— muricatus, 173’. 

— repens, 125’. 

— sceleratus, 125’. 

— Steveni, 125’. 

— trilobus, 125’. 
Raphanus sativus, 126’. 
Rapistrum rugosum, 128’. 
rata, 236, 315. 


ratén, 227, 234, 236. 
Reduvius personatus, 123’. 
Regulus ignicapillus, 136. 
Rejalgar, 41’, 61’. 
Reseda Gayana, 171’. 

— lutea, 128’. 

— luteola, 128’. 

—- minor, 171’. 

— Phyteuma, 128’. 

— ramosissima, 138, 

— stricta, 128’. 

— suffruticosa, 171’. 

— undata, 128’. 
Rhagadiolus edulis, 139’. 
— glaber, 139’. 
Rhagonycha fulva, 121’. 
Rhamnus pumila, 138. 
Rhaphigaster grisea, 123’. 
Rhinechis scalaris, 136. 
Rhinolophus, 11’. 

— Blasius, 9’, 12’, 13’. 

— ferrum-equinum, 9’, 12’. 

— hipposideros, 9’, 12’. 
Rhygchium oculatum, 166’. 
Rhynchonella contorta, 132. 

— Lamarckiana, 132. 
Riolita, 60’. 
Roccella tinctoria, 313. 
Reemeria hybrida, 126’. 
Rosa micrantha, 133’. 
Rosmarinus laxiflorus, 172’. 

— officinalis, 140’, 172’. 
Rotalia, 13. 
Rubia tinctorum, 135’. 

— peregrina, 135’. 
Rubus ceesius, 133’, 
Rumex, 311. 
Ruta Chalepensis, 132’. 

— montana, 132’, 

Saga serrata, 137. 
** Sagaritis balearica, 250. 
** — dorsalis, 251. 

** — Moraguesi, 252. 


345 


346 INDICE 


** Sagaritis periscelis, 250. 
**x — trochanterata, 251. 
Sagina, 311. 

Salenia scutigera, 132. 
Salicornia, 311. 

— herbacea, 138, 142’. 
Salmo fontinalis, 93. 
Salsola, 312. 

— vermiculata, 138. 
Salvia clandestina, 140’. 

— lavandulefolia, 140’. 
Sanidino, 308. 


Santolina Chamecyparissus, 136’. 


— virens, 136’. 
Saponaria grandiflora, 129’. 
— ocymoides, 129’. 

— vaccaria, 129’. 
Saprinus chalcites, 120’. 


Sarcocapnos enneaphylla, 126’. 


Satureja obovata, 172’. 
Saxicola cenanthe, 136. 
Saxifraga Arundana, 134’. 
— carpetana, 134’. 
— dichotoma, 134’. 
— paniculata, 134’. 
— pentadactylis, 134’. 
— valentina, 134’. 
— Wilkommana, 134’. 
Secabiosa maritima, 135’. 
— monspeliensis, 135’. 
— stellata, 135’. 


— tomentosa, §. cinerea, 69’. 


— Turolensis, 69’. 
Scandyx australis, 138. 

— Pecten-Veneris, 135’. 
Searites planus, 137. 
Scaurus sticticus, 121’. 
Schistocerca peregrina, 71’. 
Scirpus lacustris, 142’. 

— maritimus, 142’, 

— sylvestris, 142’. 
Scirtobeenus grallatus, 137. 
Sciurus vulgaris, 9’. 


ALFABETICO. 


Scolopendra, 314. 
Scolymus hispanicus, 139’. 
Scraptia dubia, 121’. 
Scrophularia aquatica, 140’. 

— canina, 140’. 

— Grenieri, 173’. 

— lucida, 173’. 

— sciaphila, 173!. 
Scymnus interruptus, 122’. 
Scytonema figuratum, 39’. 
Securigera coronilla, 311. 
Sedum acre, 134’. 

— album, 134’. 

— altissimum, 134’. 

— amplexicaule, 134’. 
Selaginella denticulata, 172’. 
Selenio, 39’, 40’. 
Senebiera didyma, 312. 
Senecio adonidifolius, 136’. 

— Doria, 136’. 

— foliosus, 136’. 

— gallicus, 136’, 311’. 

— minutus, 136’. 

— prealtus, 136’. 

— Tourneforti, 136’. 

— vulgaris, 136’. 

Sepia, 22’. 

Sepidium bidentatum, 314. 
Sepiolita, 15. 

Serpula, 96’. 

Setaria viridis, 312. 
Sinapis arvensis, 127’. 
Siderita, 42’. 

Sideritis angustifolia, 173’. 

— hirsuta, 141’. 

— incana, 173’. 

— pungens, 141’. 

— sericea, 173’. 

— spinosa, 141’. 

Sienita, 20. 
Silene arvensis, 129’. 

— conoidea, 129’. 

— nevadensis, 129’. 


INDICE ALFABETICO. 


— nocturna, 129’. 

— Otites, 129’. 

— portensis, 129’. 

— rubella, 129’. 
Silusa rubiginosa, 120’. 
Silybum Marianum, 137’. 


Sisymbrium Assoanum, 127’. 


— austriacum, 127’. 

— Columne, 127!. 

— hirsutum, 127’. 

— Irio, 127’. 

— officinale, 127’. 

— Sophia, 127’. 

Sitones crinitus, 121’. 

—"humeralis, 121’. 

— lineatus, 121’. 

— subcostatus, 121’. 
Solanum Dulcamara, 140’. 

— nigrum, 140’. 
Solidago Virga-aurea, 136’. 
Sonchus aquatilis, 138’. 5 

— asper, 138’. 

— hieracioides, 138’. 

— inermis, 138’. 

— integrifolius, 138’. 

— maritimus, 138’. 

— oleraceus, 138’. 

— pauciflorus, 138’. 

— pungens, 138’. 

— tenerrinus, 311. 

— triangularis, 138’. 
Sorex alpinus, 9’. 

— vulgaris, 9’. 
Spartium junceum, 132’. 
Spatula clypeata, 136. 
Specularia speculum, 139’. 

— Zapateri, 139’. 
Spergularia campestris, 312. 

— longipes, 130’. 

— media, 130’. 

— rubra, 130’. 

Sphex albisectus, 260’. 

— flavipennis, 259’. 


Sphex maxillosus, 259’. 
— pubescens, 260’. 
— subfuscatus, 260’. 


Sphingonotus azurescens, 122’. 


— cerulans, 122’. 
Spirzea flabellata, 133’, 
— Ulmaria, 133’. 
Spirorbis, 96’. 
Spongelia, 313. 
Squatina angelus, 38’. 
Stachys hirta, 312. 

— purpureum-hirta, 141’. 
Statice cordata, 141’. 
— dichotoma, 311. 
— duriuscula, 141’. 
— procera, 141’. 

— sinuata, 311. 


Stauronotus crassiusculus, 137. 


— Genei, 122’. 
Stellaria media, 130’. 

— neglecta, 130’. 
Stenobothrus biguttulus, 245’. 

— festivus, 122’. 

— hemorrhoidalis, 122’. 

— jucundus, 122’. 

— morio, 89/. 

— nigromaculatus, 89’. 

— Panteli, 255’. 

— parallelus, 89’. 

— stigmaticus, 89’, 245’. 

— Uhagoni, 245’. 

— vagans, 89’. 
Stenocephalus agilis, 123’. 
Stenosis hispanica, 121’. 
Stigonema thermale, 39’. 
Stilbum splendidum, 116/. 
Stipa parviflora, 143’. 
Strix flammea, 136. 
Sturnus vulgaris, 136. 
Sus scropha, 10’. 

Sylvia atricapilla, 136. 
Synotus, 11’, 13’. 
— barbastellus, 9’, 14’. 


BAT 


348 INDICE ALFABETICO. 


Tachys bistriatus, 137. 
Talco, 15, 33. 

Talpa europea, 9/. 
Tamarix gallica, 133’. 


Taraxacum erythrospermum, 138’. 


— levigatum, 138’. 

— obovatum, 138’. 

Tarpa gratiosa, 149’. 
Tayisthockita, 90’. 
Tegenaria domestica, 314. 
Teluro, 39’. 
Temostethus, 114’. 
Tentyria levis, 69!. 

— Peirolerii, 121’. 
Tetraedrita mercurial, 60’. 
Tetragonolobus, 311. 
Teucrium Albarracini, 140’. 

— capitatum, 138, 140’. 

— dentatum, 140’. 

— floccosum, 234’. 

— gnaphodeles, 138. 

— pumilum, 138. 

— Scorodonia, 140’. 
Thapsia maxima, 134’. 

— Salmanticensis, 134’. 

— villosa, 134’. 
Theriodesmus, 101’. 
Thesium divaricatum, 142. 
Thlaspi perfoliatum, 127’. - 
Thrincia hirta, 139’. 

— hispida, 139’. 
Thymelza Tartonraira, 172’. 

— Thomasi, 172’. 
Thymus Loscosi, 141’. 

— Mastichina, 141’. 

— Porte, 69’. 

— vulgaris, 141’. 
Thyreonotus corsicus, 123’. 
Tibicina quadrisignata, 123’. 
Tiedmanita, 60’. 

Titanita, 40. 
Toba de Limonita, 21. 
Tolpis, 311. 


Tordylium maximum, 134’. 
Torilis helvetica, 134’. 
Tragopogon pratense, 139’. 
Trichera collina, 135’. 

— longiflora, 135’. 
Tridactylus variegatus, 123’. 
Trifolium agrarium, 132’. 

— arvense, 132’. 

— fragiferum, 132’. 

** — Hervieri, 69’. 

— hirtum, 132’. 

— patens, 132’. 

— scabrum, 132’. 

— spumosum, 242’. 

— stellatum, 69’. 

— Zapaterii, 69’. 
Triglyphus, 101’. 
Trisectum neglectum, 143’. 
Tritylodon, 101’. 

Trochus Richardi, 314. 
Troglops capitatus, 89. 

— furcatus, 89. 

— verticalis, 89. 
Trogonophis Wiegmanni, 315. 
Tropidonotus natrix, 136. 
Tropidosaura algira, 137. 
Trutta iridea, 93. 

— lacustris, 93. 

** Tryphon balearicus, 245. 
Trypoxilon albipes, 260’. 

— figulus, 260’. 

— scutatum, 260’. 
Tryxalis unguiculata, 122’. 
Tulipa australis, 172’. 

— montana, 172’. 

Turbo rugosus, 314. 
Turdus iliacus, 136. 

— merula, 136. 

Turgenia latifolia, 134’. 
Turmalina, 30. 
Turquesa, 91’. 

Tursiops Tursio, 171’. 
Tussilago Farfara, 137!. 


INDICE ALFABETICO. 340 


Tylostoma Torrubie, 131. 
Typha angustifolia, 142’. 
— elata, 142’. 

— latifolia, 142’. 

— robusta, 142’. 


Umbilicus pendulinus, 134’. 


Unio Aleroni, 32’. 
** — Almenarensis, 32’. 
— atharsus, 32’. 

— Beticus, 32’. 

— Bigorrensis, 31’. 


** — callipygus, BPG 
** — cameratus, 32. 
** — circinatus, 32’. 


— Courquinianus, 32’. 
— dactylus, 32’. 
** — decurtatus, 32’. 

— Gaudiensis, 32’. 

— Graellsianus, 32’. . 
** — gravatus, 32’. 

— Hispalensis, 32’. 

— — var. Calderoni, 32’. 
— — var. Salvadori, 32’. 
— Hispanus, 32’. 


— — yar. Sevillensis, 32’. 
— — yar. sphenoides, 32’. 


** — limosellus, 32’. 

— littoralis, 31’. 

— Mogquinianus, 32’. 

— mucidus, 32’. 

— Penchinatianus, 32’. 

— Requieni, 32’. 

** — rhysopygus, 32’. 

— sinuatus, 31’. 

— subreniformis, 32’. 
* — Turdetanus, 33’. 

— Turtoni, 32’. 

— umbonatus, 32’. 

— Valentinus, 32’. 
Upupa epops, 136. 
Urtica urens, 312. 
Vaillantia hispida, 174’. 

— muralis, 174’. 


Valeriana discoidea, 135’. 

— longifolia, 118’. 

— olitoria, 135’. 
Valerianella Martini, 69’. 

— Willkommii, 69’. 
Vanellus cristatus, 136. 
Vanessa Atalanta, 124’. 
Velezia rigida, 130’. 
Velia currens, 123'. 
Vella Badali, 127’. 
Verbascum sinuatum, 140’. 

— Thapsum, 140’. 
Verbena officinalis, 140’. 
Vermellon, 60’. 

Veronica anagallis, 140’. 

— arvensis, 140’. 

— Beccabunga, 140’. 

— hedervefolia, 140’. 

— polita, 140’. 

— priecox, 140’. 

Vespa germanica, 165’. 

— rufa, 165’. 
Vespertilio, 11’, 18’, 17’. 

— Bechsteini, 18’. 

— murinus, 9’, 18’. 

— mystacinus, 18’. 
Vesperugo, 11’, 13’. 
Vesperus discolor, 9’, 15’, 16’. 

22 Kuhl 9% 16%, V7, 

——noctulaso,)lonliGa. 

— pipistrellus, 9’. 

— serotinus, 9’, 15’. 
Vinca obtusiflora, 172’. 
Vincetoxicum officinale, 139’. 
Viola arenaria, 129’. 

— cornuta, 129’. 

— hirta, 129’. 

— micrantha, 129’. 

— odorata, 129’. 

— parvula, 129’. 

— permixta, 129’. 
Vitia glandiflora, 133’, 

— lutea, 183’, 


350 INDICE ALFABETICO. 


Vitia monanthos, 133’. 

— peregrina, 133’. 

— sativa, 133’. 

— tenuifolia, 133’. 

Viverra genetta, 10’. 

Vultur monachus, 136. 
Warelita, 91’. 

Wernerita, 35. 
Xanthium strumarium, 139’. 


Xeranthemum erectum, 137’. 


Yeso, 60!. 

Zabrus Castroi, 137. 
Zacinthia, 311. 

Zine, 61’. 

Zinkblende, 42’. 

Zipkius cavirostris, 170’. 
Zollikoferia pumila, 139’. 
Zophosis minuta, 69’. 
Zygeena malleus, 38’. 


ADVERTENCTA. 


El tomo im, serie m (xx) de los ANALES DE LA SOCIEDAD 
ESPANOLA DE Hisror1A NATURAL se publico dividido en 
tres cuadernos de la manera siguiente: 

Cuaderno 1.’, paginas 1-112 de las Memorias y 1-80 
de las Actas, en 31 de Mayo de 1894. 

Cuaderno 2.”, paginas 113-224 de las Memorias y 81- 
128 de las Acfas, en 31 de Octubre de 1894. 

Cuaderno 3.°, paginas 225-316 de las Memorias y 129- 
3a2 de las Actas, en 31 de Enero de 1895. 

Acompanian 4 este tomo diez laminas fototipicas y dos 
mapas, y va ademas ilustrado con 42 grabados interca- 
lados en el texto. 


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-ANALES 


DE LA BOCIEDAD ESPANOLA 


DE HISTORIA NATURAL 


CeSERTEALI 
* TOMO TERCERO. 


> ED A i BER TO | 


MADRID 


DON I. BOLIVAR, TESORERO 
ALCAL 4, 11, TERCERO 4 


34 DE MAYO DE 4894 


SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 


Junta Directiva para el afio 1894. 


Presidente..... Execmo. Sr. D. Daniel de Cortazar.—C. de Velazquez, 32. 
Vicepresidente. D. Marcos Jiménez de la Espada. —C. de Ayala, 15, 2.° 
Tesorero...... D.Ignacio Bolivar.—Calle de Moreto, 7, 1.9 derecha. 
Secretario..... D. 

Vicesecretario.. D. Carlos Herndndez.—Calle de Bordadores, num. 6, 3.° 
Bibliotecario... D. Lucas Fernd4ndez Nayarro.—Diyino Pastor, 14, pral. 


Comisién de publicacién. 


D. José Macpherson.—Calle de la Exposicién, num 4. 
D. Francisco de Paula Martinez y Saez.—Calle de San Quintin, num. 6. 
D. Blas Lazaro é Ibiza.—Calle de Carranza, nim. 10. 


Por acuerdo de la Sociedad, en la sesidn de 4 de Abru de 1877, los 
autores de las Memorias que se inserten en los Awazs, tienen derecho 4 
50 ejemplares, impresos sin levantar el molde de la maquina, ni mas 
correcciones que poner en vez de la sesién en que se leyé la Memoria, la 
indicacién del afio y tomo de los ANaLEs en que se publica ésta. 

Los autores que deseen mayor ntimero de ejemplares en la forma ex- 
presada, pagardn con arreglo 4 la siguiente tarifa: 


50 100 150 Cada 100 


ejemplares.  ejemplares. ejemplares. mlamapiagse 
4 pERINAS.eseeneessceceeeeee nt Ate PoRvn. 850; 27 10,50 7 
AE EBC SOCOR OE RATER Aer » et! 13 19 13> 
8 eMC tia a Salelssiw aerOn wie seat a Sarena te » 13 26 39 26 


Los autores que quieran tiradas aparte de sus Memorias, dejando una 
sola paginacion y afiadiendo sus titulos después del nombre, pagaran con- 
forme 4 la tarifa siguiente: 


50 400 450 Cada 400 
ejemplares. ejemplares. ejemplares. slempieres 
4 PERINGE: oan. sw o's cd vuln viens 5: clnes ase¥ els Ryn. 17,50 20 22,50 20 
BS eh ae Revie ore een eae mes oot ve — 23 28 33 28 
BG pst Ch ivs.. wile mon Ok vartelehimares comment — 34 44 


4 41 


En ambos casos serdn iguales los siguientes gastos: 


50 400 150 Cada 100 
ejemplares. ejemplares. ejemplares. b= Mahe 
Una lim. grabada en acero 6 iluminada. Rvn. 64 - 128 192 128 
Una id. id. id , sin iluminar............. » 20 40 60 40 
Una id.id, en PICMTAs css cece re peer ee » 8 16 24 16 
Cubierta de color sin imprimir.......... » 5 10 15 10 
POF tAAR ID PABES clic ca wais sien $0; a0 e Obi Re aly nitely ele'y's Stak) Ranta a balers eee Rvn. 8 
Poner cierre en la portada para que sirva de cubierta..........sscseecccee » 
ADVERTENCIA. 


Si la lamina iluminada contuviese mds figuras de lo ordinario, aumen- 
tard su precio proporcionalmente al mayor trabajo que se hubiese de em- 
plear; y lo mismo si fuere de tamafio superior al de la caja de impresién 
(10°: por 18°). 

Las laminas cromolitografiadas, fotografiadas 6 de indole distinta de las 


que anteriormente se indican, se pagardn al precio que resulte para la — 


Sociedad. 
Por las correcciones que mandaren hacer los autores en los moldes se 
abonardn 4 rs. por cada hora de trabajo. 


INDICE 


DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 1.° DEL TOMO XXIII. 


Pigs. 
Calder6én y Chaves.— Contribuciones al estudio de la Glauconita. . 5 
Calderén.— Notas mineralégicas.— Nuevos hallazgos en la provincia 

de Sevilla......... SOG ee na Ue a cys wbitacs Caeee sc 19 
Gémez de la Maza.— Catalogo de las Periantiadas cubanas espon- 
taneas y cultivadas............55. Picwiesaihaicees bebe claerede es 41 
-Moragues y de Manzanos.—ZJnsectos de Mallorca........ Satin o's 73 
Abeille de Perrin.— Notes pour servir a U'histoire.des Malachides,. 89 
Ramon y Cajal.— Estructura del encéfalo de los Teledsteos........ 93 
Cabrera y Diaz.— Una excursidn d los yacimientos prehistéricos de 
Carmona, (LeAUUNAS'T GV), 6.6 sixes ccs eis Sede eve eb BS en ee 101 


Actas de la Sociedad Espafiola de Historia Natural. (Enero, Febrero, Marzo 


y Abril.) 


PUBLIGACIONES 
QUE SE HALLAN DE VENTA EN LA TESORERIA DE LA SOCIEDAD 


(LOS SOCIOS GO24N DE LA REBAJA DEL 50 por 100 SOBRE LOS PRECIOS 
AQUi SENALADOS,) 


Ptag. 


Recuerdos botdnicos de Tenerife, por D. R. Masferrer (cuaderno 
de 246 paginas, tirada aparte de los ANALES)..........-.4.- ee 


Fac-simile de una carta del Baron de Humboldt ( oublicatla en el, 


tomo 1 de los ANALES)......... CEs psbbe st 6 EATER Whibos ee aren teak 
Actas de la Socrmpap EspraNoua DE Historia NaturaL (otos 1890 y 
BOO) ROR NROL, oe oats aie «a Saeisioya ¢ sie'o' pe apeewiee rs bay fe olv esse 


Indice de lo contenido en los veinte primeros tomos (primera serie). 
de 10S ANALES.. 206.052 cvsccwevecress A. RRS er ee Cais 0 iatiogs 


SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 
AVISOS A LOS SOCIOS. 


Los Socios estén obligados 4 hacer Negar su cuota (15 pesca 
por econducto seguro y sin descuento, al Tesorero, en Ja época de 
admisién y posteriormente en el mes de Enero de cada afio.— Ar- 
ticulo 4,9 del Reglamento. 


: 


La Sociepap se rene en sesién ordinaria el primer miércoles, no 
festivo, de cada mes, 4 las ocho y media de la noche, en el Gabi- 
nete de Historia Natural, Alcala, 11. 


La Biblioteca de la Sociepap, instalada en el mismo local, esté 
_ abierta los dias no festivos de once 4 doce de la mafiana. 

(En la actualidad se est4 formando el catdélogo, que se publicaré . 
en breve en los ANALES.) 


La primera serie de los AnaLes (1872 4 1891) se compone de 
20 tomos, que se venden separadamente al precio de 15 pesetas, 
excepto el 1.°, que esté agotado, y el 5.° y el 11.°, cuyo precio para 
el ptiblico se ha fijado en 25 pesetas. 

Los Sres. Socios tienen derecho 4 adquirir por una sola vez-un 
ejemplar de cada uno de los tomos de la primera serie, 4 los pre- 
cios siguientes; 


Tomos 2." 3.°, 4.°, 12.°, 13.°, 14.9, 16.°, meyet 8 pesetas. 


sa IRE NONE TiS RAN eae Sts feo ee 
tes oe 70,88. 9.°, 10.° 16.° 17.0 y 18°. ......... ry eee 


“Los cuadernos sueltos, siempre que de ellos dere sobrantes, sin 
descabalar tomos, para los socios 4 2 pesetas, para el publico 5 pe- 
setas. 

La coleccién completa de la 1.* serie (20 tomos) incluyendo. el 
tomo 1.°, para los socios y por un solo ejemplar (sdlo hay disponible 
un cortisimo ntimero) 250 cao 


Novas. Por reciente acuerdo de Ja Socrepap, los Sres. Socios 
deberdn hacer las reclamaciones de los cuadernos que hubieren de- 
jado de recibir por extravio dentro de los seis meses siguientes 4 su 
publicacién; pasado este tiempo habra4n de adquirirlos al precio 
fijado y bajo las condiciones expresadas mas arriba. 


Los autores de Memorias con destino 4 los AnaLes se serviran 
- indicar al tiempo de entregar el original el numero de ejemplares 
que deseen de la tirada aparte de su trabajo y las condiciones 4 que 
hayan de ajustarse con arreglo 4 la tarifa que se publica en la 
2.° pdgina de la cubierta de] cuaderno primero de todos los tomos; 
advirtiéndoles que de no hacerlo asi no recibir4n mds que los 
50 ejemplares sin variacién alguna que regala la SocirpaD. 


MADRID, — IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29, 


ANALES 


DE LA SOCIEDAD £SPANOLA 


DE HISTORIA NATURAL 


Se kee ht. 
LOMO TERCERO. 


Cae ek) 


MADRID 


DON I. BOLIVAR, TESORERO 
ALCALA, 11, “TERCERO 


31 DE OCTUBRE DE 1894 


Li 


SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 


AVISOS A LOS SOCIOS. 


Los Socios estan obligados 4 hacer llegar su cuota (15 pesetas) por 
conducto seguro y sin descuento, al Tesorero, en la época de admision 
y posteriormente en el mes de Enero de cada aflio.—Articulo 4.° del 
Reglamento. 


La Sociepap se reune en sesién ordinaria el primer miércoles, no festivo, 
de cada mes, 4 las ocho y media de la noche, en el Gabinete de Historia 
Natural, Alcala, 11. 


La Biblioteca de la Socrepap, instalada en el mismo local, esta abierta. 
los dias no festivos de once 4 doce de la mafiana. 

(En la actualidad se est4 formando el catalogo, que se publicara en 
breve en los ANALES.) 


La primera serie de los ANaLes (1872 4 1891) se compone de 20 tomos, 
que se yenden separadamente al precio de 15 pesetas, excepto el 1.°, que 
esta agotado, y el 5.° y el 11.°, cuyo precio para el publico se ha fijado en 
25 pesetas. 

Los Sres. Socios tienen derecho 4 adquirir por una sola vez un ejem- 
plar de cada uno de los tomos de Ja primera serie, 4 los precios siguientes: 


Tomos 2.°, 3.°, 4.°, 12.°, 13.°, 14.°, 15.°, 19.° y 20.°.... 8 pesetas. 
PS Ss Than GU i RRP AME Re ER ae are I ERR S 5b — 
Bat 6 PS 8.0 Oe. 10.° 16° 17 y 18.° fate toawaiah ae 


Los cuadernos sueltos, siempre que de ellos haya sobrantes, sin desca- 
balar tomos, para los socios 4 2 pesetas, para el publico 5 pesetas. 

La coleccién completa de la 1.* serie (20 tomos) incluyendo el tomo 1.°, 
para los socios y por un solo ejemplar (slo hay disponible un cortisimo 
numero) 250 pesetas. 


Noras. Por reciente acuerdo dela Sociepap, los Sres. Socios deberan 
hacer las reclamaciones de los cuadernos que hubieren dejado de recibir 
por extravio dentro de los seis meses siguientes 4su publicacién; pasado 
este tiempo habran de adquirirlos al precio fijado y bajo las condiciones 
expresadas mas arriba. 


Los autores de Memorias con destino 4 los AnaLEs se servirdn indicar 
al tiempo de entregar el original el numero de ejemplares que deseen de 
la tirada aparte de su trabajo y las condiciones 4 que hayan de ajustarse 
con arreglo 4 la tarifa que se publica en la 2.* pdgina de la cubierta del 
cuaderno primero de todos los tomos; advirtiéndoles que de no hacerlo asi 
no recibira4n mds que los 50 ejemplares sin variacién alguna que regala la 
SociepaD. 


tee pl ee 


CORRESPONDENCIA Y AVISOS. 


Lista de los seiiores socios de provincias que han salisfecho sus cuotas desde 1.° de 
Febrero de 1893 4 31 de Octubre de 1894. 


CUOTA DE 1893. 


Brefiosa, de San Ildefonso. 
Capdebou, de Palma. 

Gonzalez Linares, de Santander. 
Munoz Cobo, de Jaén. 

Rioja, de Santander. 


CUOTA DE 41894, 
Acosta, de la Unidn. 


Blanco del Valle, de Ciudad- Real. 


Bolés, de Olot. 

Brefiosa, de San Ildefonso. 
Caballero, de Pontevedra. 
Calleja, de Talavera. 
Caénovas, de Murcia. 
Comerma, del Ferrol. 
Crespi, de Pontevedra. 
Dargent, de Malaga. 


Diez Solorzano,. de Santander. 
Espluga, de Quintanar. 

Fuente, de Pozuelo. 

Gonzalez Linares, de Santander. 
Gonzalez Pérez, de Sisante. 
Jiménez Rico, de Burgos. 
Llorente, de Burgos. 

Mac Lennan, de Portugalete. 
Mederos, de San Lorenzo. 
Mercado, de Nava del Rey. 
Ochoa, de Logrofio. 

Pérez Arce, de Guadalajara. 
Rodriguez Fementias, de Palma. 
Vayreda, de Llado. 


Vera, de Cadiz. 


CUOTA DE 1895. 
Mercado, de Nava del Rey. 


El Tesorero, 
I. Bouivar. 


INDICE 


DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 2.° DEL TOMO XXUL __ 


ig 


, Page. 
Cabrera y Diaz.— Una excursion a los yacimientos prehistéricos de Cea 
Carmona (conclusién)....-.. PITS os wie Sie a Gie.ws Wales iS eae «> 418 : i 
Capelle.— Notes sur quelques découvertes préhistoriques autour de Se- 


gobriga dans l’ Espaqne Centrale. (Laminas vid X)........-00+- Rms 3% 
Montessus.—La Peninsula ibérica seismica y sus colonias. (Los ma- . — 
pas correspondientes 4 esta Memoria se repartiran con el cuaderno 


BISHTEN TE): a. 7. Wiclame mace are owas ee SGA ea, See ete a Aer ee 
Ramon y Cajal. — Estructura del ganglio de la habenula de los 

MAMAUPETOB. sole wis se A eh 1h Sen AS SE ists Stata Qt gat ele «oer kBG 
Ramon y Cajal.—Algunas contribuciones al conocimiento de los gan- 


hos delentéfalorcc. CF SS tee ee os eager me A atin ee aa +s 


Actas de la Sociedad Espafiola de Historia Natural. (Mayo (conclusidén), 
Junio y Julio.) 


A 9 Vibes \ 
MADRID — IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 20. 


: ANALES 
: DE LA SOCIEDAD EsSPANOLA | 
| DE HISTORIA NATURAL 
SERIE II. ee ) 
TOMO TERCERO. : 
(See TET) 4 
- MADRID | 
ss DON I. BOLIVAR, TESORERO 
ALcaLA, 11, TERCERO 
| 34 DE MARZO DE 1895 . 


ja 


a 


SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 
Avisos A LOS socios. 


Los Socios estan obligados 4 hacer llegar su cuota (16 pesetas) por 


conducto seguro y sin descuento, al Tesorero, en la época de admisién — é 


y posteriormente en el’mes de Enero de cada aifio, MF ict 4.0 del 
Reglamento. 


‘La Socrepap se reune en sesidén ordinaria el primer miércoles, no;festivo, 
de cada mes, 4 las ocho y media de la noche, en el Gabinete de Historia 
Natural, Alcala, 11. 


La Biblioteca de ia SociepaD, instalada en el mismo eect esta ablertar 
los dias no festivos de once 4 doce de la mafiana. 

(En la actualidad se est4 formando el catdlogo, que se publicaré en 
breve en los ANALES.) ‘ 


La primera serie de los Anatus (1872 4 1891) se compone de 20 tomos, 
que se venden separadamente al precio de 15 pesetas, excepto el 1.°,que 
esta agotado, y el 5.° y el 11.°, cuyo precio para el eee se ha fijadoen 
25 pesetas. 

Los Sres. Socios tienen eee 4 dcuipiie por una sola vez un ejem- 
plar de cada uno de los tomos de la primera serie, 4 los precios siguientes: 


Tomos 2.°, 3.°, 4.°, 12.°, 18.°, 14.°, 15.°, 19.° y 20.°.... 8 pesetas. 
ER shake bs Sup eee ah cpioete tak PL ANN Se Oe sone BE oe et. : 
—  6.°, 7.9, 8.°, we IT ay Sele 8 iy y 18.9 nals a Ageia ee A 


Los cuadernos sueltos, siempre que de ellos haya sobrantes, sin desca- 
balar tomos, para los socios 4 2 Salis para el publico 5 pesetas. 
La coleccién completa de la 1.° serie (20 tomos) incluyendo el tomo 1. . 


para los socios y por un solo ejemplar (sdélo hay senoeie un cortisimé oe 


numero) 250 pesetas. 


, 


Noras. Por reciente acuerdo de la Sociepap, los Sres. Socios deberdn 
hacer las reclamaciones de los cuadernos que hubieren dejado de recibir 
por extravio dentro de los seis meses siguientes 4su publicacién; pasado 
este tiempo habran de adquirirlos al precio fijado y bajo las condiciones 
expresadas mas arriba, 


Los autores de Memorias con destino 4 los ANaLes se servirdn indicar 
al tiempo de entregar el original el nimero de éjemplares que deseende 
la tirada aparte de su trabajo y las. condiciones 4 que hayan de ajustarse 
con arreglo 4 la tarifa que se publica en la 2." pagina de la cubierta del 
cuaderno primero de todos los tomos; pairs sie) que de no hacerlo asi 


SociepaD. oe Ba 


CORRESPONDENCIA Y AVISOS. 


Lista de los seiiores socios de provincias que lan satisfecho sus cuotas desde 4.° de 
Noviembre de 1893 434 de Marzo de 1895. 


‘CUOTA DE 18938. 
Gorral y Lastra, de Santander. 


CUOTA DE 41894. 
Aguilar, de Calatayud. © 
Benet, de Teruel. 
-Cadevall, de Tarrasa. 
Capdebou, de Palma de Mallorca. 
“Corral y Lasira, de Santander. 


Fernaéndez de Castro (D. A.), de 


""Cadiz.) 

Garcia Arenal, de Pontevedra. 
Larrinia, de San Sebastian. 
Ribas, de Cadiz. 

‘Rioja, de Santander. 

Rosa Abad, de Llano del Real. 

Ruiz Casayiella, de Caparroso. 
Vilanova, de Valencia. 

_ Vicioso, de Calatayud. 


QUOTA DE 1895. 


Bosca, de Valencia. 
Ca dey all, de Tarraga. 


Codorniu, de Murcia. 

Comerma, del Ferrol. 

Cortijo, de Corufia. 

Fernandez de Castro (D.°A.), de 
Cadiz. 

Fernandez Izquierdo, de Burgos. 

Flores, de Cangas de Tineo. 

Jiménez de Cisneros, de Gijon. 

Larrinua, de San Sebastian. 


Madariaga, de Murcia. 


Ochoa, de Logrofio. 

Pantel, de Uclés. 

Pau, de Segorbe. 

Ribas, de Cadiz. 

Ribera, de Valencia. 

Rodriguez Femenias, de Palma. 
Sanchez Gémez, de Cartagena. 
Sanchez Navarro (D. E.), de Cadiz. 
Sanchez Navarro (D. M.), de Cadiz. 
Soldevilla, de Valencia. 

Truan, de Gijén. 

Vera, de Cadiz. 


El Tesorero, 
l. Bonivar. 


nae 
i 


Ramon y Cajal—Algunas contribuciones al conocimiento de los gan 
glios “del encéfalo ( (Conélaston); /satina wi Re oes 0 Boe ee eke OE aS 
Kriechbaumer.— Himendpteros nuevos de Mallorca recogidos por 
D. Fernanie Moragnes so. i2s seins ay si seues hang uan ma eeee 
Vazquez Figueroa.— Catalogo de los lepiddpteros recogidos en los al- ‘ 
rededores de Madrid y en San Iidefons0.........20eeeeeceeeeee 
Gomez de la Masa Oatdioge de las ira cine mi ebenonass SS scok 


Actas de la Sociedad Espafiola de Historia natural. /. Agosto, Septiem- | 
bre, Octubre, Noviembre y Diciembre)... .....0.ceee.eeeeceees 150° 
_ Lista de los sefiores socios de la Espafiola de Historia natural... <ae's - 297. 
Indice de lo contenido en el tomo 111 de la serie 2.8 (xxii1).......... 325 . 
Indice alfabético de los géneros y especies descritos, 6acerceadecuya 
patria 6 sinonimia se dan noticias interesantes.....:....20 00006 
AQvertoncia, SPs file ac iceny ss Rekbve ss = wsterenera) Uelemeare ies kbp Shane 


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MADRID. — IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29. 


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