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Carlos Maschwitz, ingeniero Emilio Palacio, doctor Carlos M. Morales, ingeniero
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diluidas A sas dao da a AENA. + A A, A aa AE -
“A. SOLDANO, Las obras del dique de Zonda Cada NACI 21
RAY JoAQuíN Rement, Vocabulario mataco-castellan0......ooooopococccocccoos 28
FLORENTINO AMEGHINO, Nuevas especies de mamíferos cretáceos y “terciarios de la
República Argentina: (continuación).......
BLIOGRAFÍA : GUSTAVO Parró, Química aplicada al arte militar. — (LARO Ll.
Dassen, Geometría plana de acuerdo con las ideas modernas y métodos más ri- :
gurosos. — Cnaro €. DasseN, Etude sur les quantités mathématiques. Grandeurs
dirigées, Quaternions. —E. HERRERO Ductoux, Tratado elemental de química.
— IenaAcIo BoLIvar, Algunos Conocefalinos Sud-Americanos. — ANGEL CABRERA
LATORRE, Sinopsis de los Quirópteros Chilenos. — Feperico T. DetrIN, Contribu-
ción á la Ictiología Chilena. — Vicror FERREYRA DO AMARAL E SILVA, La Yerba-
Mate.—I. 1. KIEFFER, Descriptions de Cécidomyies nouvelles du Chili. — CarLOS
E. PORTER, Carcinología Chilena. — CarLos E. PORTER, Materiales para la Fauna
7 carcinológica de Chile. — EmIti0 A. GOFLDL, Os mosquitos no Pará. — E. A. GoLLD1
€ (6. HAGMANN, Prodromo de um catálogo: crítico e comentado da colleccao de
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Vice-Presidente 1% T' Coronel Ingen. ARTURO M. LUGONES.
Íd. 2 Ingeniero EDUARDO M. Lanús.
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MESOTEROS. 3 ion e Ingeniero Luis A. HuErGo (hijo).
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ANEMIA Ingeniero CARLOS BERRO MADERO.
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ORGANIZACIÓN GENERAL
EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA
CONFERENCIA DEL DOCTOR E. ROMERO BREST
Señores :
Voy á tratar una cuestión educacional de gran interés, no sólo
para el pedagogo sino también para el biologista, el sociólogo y el
hombre de estado : «La organización general de la educación física
en la enseñanza secundaria».
Es ésta una cuestión que me atrevoá clasificar de alta y lrans-
cendental, porque afecta profundamente á las bases del ¡individuo
orgánico y del individuo social; á pesar de todo, no ha sido aún
bien estudiada entre nosotros.
Hasta no hace mucho tiempo, sólo uno que otro pedagogo en-
tusiasta, se ocupaba en estudiar y en discutir estos problemas, des-
pertando apenas débiles ecos en el recinto limitado de la escuela
primaria. Pero las autoridades escolares se mostraban sordas al
llamado, ó, profundamente escépticas, no se dignaban tomar nin-
guna intervención práctica. El pueblo, los padres, los niños mis-
mos, permanecían indiferentes á la cuestión, cuando nose de-
claraban francamente enemigos y se hacían propagandistas con-
trarios.
Sin embargo, setrataba de uno de los problemas que más han
apasionado á todos los pueblos civilizados, quese han dado cuenta
de la alta importancia que la educación física reviste para la
suerte futura del pueblo.
Así, pues, desde tiempos inmemoriales, en épocas que antece-
6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
den á la era cristiana en muchos siglos, estaban ya en tela de
juicio estos problemas que aún esperan solucionarse entre nos-
Otros.
Puede decirse, sin embargo, que las cosas han cambiado aquí
profundamente durante la última década. Ha bastado el acertado
impulso de gobierno dado en un momento de inspiración feliz—año
1898, ministerio Beláustegui— para que de la noche á la mañana y
por uno de esos fenómenos que bien puede parangonarse á un ver-
dadero despertar, los hijos primero y los padres después, sacudan
su letargo y tomen parte más ó menos activa en la cuestión (1). Así
estos asuntos tienden ya á debatirse en la tribuna pública, por-
que la sociedad siente por un instinto particular, que hay en
ello un interés vital para su existencia y para su futuro des-
arrollo.
Pero en esta cuestión, como en todas las educacionales, multitud
de factores intervienen á cada momento para modificar las condi-
ciones de su aplicación. La idea evoluciona así como evoluciona la
sociedad en que nace, tratando siempre de coordinarse con ella,
perdiéndose á veces en estériles ensayos ó encauzándose en rutas
desconocidas y perniciosas, sino son guiadas yencaminadas por los
hombres de ciencia y los pensadores.
Es que, en realidad, se trata, en la educación física, de manejar
unfenómeno fisiológico delo más complejo, cuyaaparente simplici-
dad engaña al vulgo que no ve en el acto: movimiento voluntario,
sino el fenómeno mecánico, y á quien escapa que es un complica-
dísimo proceso vital que participa de la inteligencia y de la emo-
tividad, del instinto y del juicio ; y que este agente es así capaz de
poner en actividad las funciones orgánicas más diversas, desde las
que presiden ála nutrición y locomoción, hasta las más superiores
de la intelectualidad.
Y esta misma complejidad, que encontramos como la caracterís-
tica de este factor educacional, en sus relaciones con el individuo
orgánico, se encuentra también en sus relaciones con el individuo
social.
Así, pues, su implantación, sus modalidades, sus fines, sus pro-
(1) Véase el decreto de abril 18 de 1898 aprobando el Reglamento de organi-
zación del ejercicio físico en los Colegios Nacionales, formulado por la Inspección
General. Véase igualmente la Memoria del Rector del Colegio Nacional (Oeste),
de igual fecha, en la parte pertinente.
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA yl
gresos, etc., en el seno de una sociedad cualquiera, obedecen siem-
pre ácausas múltiples, como son aquellas que han de resultar in-
defectiblemente de las cualidades y aptitudes propias de esa socie-
dad. El instinto ciego de las mismas, es el que en definitiva, acaba
por determinar el sistema educacional más apropiado para sus ne-
cesidades, pero son precisamente los pensadores los que pue-
den despertar en ellas los sentimientos de sus propias conve-
niencias y determinar así el verdadero concepto de esta disci-
plina.
De este modo son las diversas circuntancias determinadas por la
raza, el clima, las tendencias, las costumbres y actividades más
esenciales — físicas, morales é intelectuales, en una época dada, las
que dan rumbo y carácter á la educación general y á la misma edu-
cación física. Pero, la conciencia obscura de estas necesidades, dor-
mita á vecesen el fondo de la conciencia social y cuando los hom-
bres dirigentes la despiertan, dirigiéndola, fijándola y encauzán-
dola en sus verdaderas rutas pueden ahorrarse grandes pérdidas de
tiempo en inútiles ensayos (1).
La escuela es el agente de propagación intelectual más intenso
de que disponemos, aunque no es el único, pero es precisamente
desde esa tribuna desde donde se puede actuar sobre las genera-
ciones futuras, educándolas en un sentido ó en otro. De aquí re-
sulta la importancia que tiene para los hombres de gobierno, esta-
distas, pensadores, etc., el adelantarse en cierta manera á su épo-
ca, preveer las necesidades y fenómenos sociales y reglamentar la
enseñanza en consecuencia.
Si se trata de educación física, la ventaja de este modo de proce-
der no es menor, pues que este factor es el que determina la suerte
biológica y social posterior de una nación. Es ella la que, sen-
tando las bases ineludibles de la vida moral é intelectual del in-
dividuo orgánico, prepara, en consecuencia, el individuo social.
Veamos ahora, aunque sea rápidamente, lo que ha hecho la ini-
ciativa del gobierno y la iniciativa privada en pro dela educación
física en la escuela, en nuestro país.
(1) «La fuerza educativa, dice Duprat, es una fuerza social, y los individuos
educadores no son sino los delegados de la colectividad que les da, con una mi—
sión que llenar, poderes y derechos correspondientes. El género de educación
adoptado por los maestros ó por los padres, depende mucho menos de lo que
creen, de su voluntad, y mucho más de lo que se supone, de la presión que ejer-
ce sobre ellos la conciencia colectiva. »
8 ANALES DE: LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Si recorremos los reglamentos y planes de estudio dictados desde
los principios de nuestra organización escolar, para la enseñanza
secundaria y normal, no encontraremos en tan largo periodo ni
una sola disposición reglamentaria que tienda á determinar clara-
mente el carácter y los fines de la enseñanza física. No puede
decirse, sin embargo, que ella haya sido desconocida, desde que
figura la palabra «gimnasia» en casi todos los planes de es-
tudio. :
Todo se reduce así, hasta el año 1898, á insertar un nombre en el
plan, para que cada maestro haga con él lo que mejor le parezca ú
más le convenga, faltos como estaban de nociones precisas, de una
idea directriz exacta, desde que con su silencio el mismo gobierno
es el primero en confesar las vacilaciones de su pensamiento.
Así, pues, son simples ensayos aislados los que caracterizan la
época en la práctica y lo que se lee en los mismos programas, que
por su letra, pueden ubicarse Ó responder á las más distintas es-
cuelas.
Lo que si aparece dominando, es el pensamiento de que la edu-
cación física es la clase de gimnasia, más ó menos científica y pre-
tenciosa. ¡ Error craso que detiene por mucho tiempo la iniciativa
privada, que limita la acción de la misma escuela, motivando un
falso concepto del asunto, y que, por último, proporciona un pre-
texto á las autoridades escolares para descuidar los más esenciales
procedimientos de la educación física racional !
Se ha dicho que la gimnasia es indispensable para que un plan
de educación sea 2ntegral y se ha creído que con hacer figurar la
palabra en los planes, todo estaba hecho y se podía dormir iranqui-
lo. Por eso se encuentra siempre este nombre colocado en el últi-
mo lugar — en el último lugar lo que debiera ser lo primero —
desnudamente, sin indicaciones de ninguna clase. Otras veces, un
programa sintético ó analítico, como quiera llamársele, acompaña
al nombre, pero tampoco dice más, sin instrucciones didácticas y
generales, que son de todo punto necesarias cuando se dirigen so-
bre todo á un personal poco ó nada preparado en la materia (1)
(1? En una reciente publicación ministerial en la que figuran también los nue-
vos programas de « Ejercicios físicos » que he tenido el honor de redactar, apa=
recen aislados y sin instrucciones de ninguna clase. Ellas han sido enviadas,
sin embargo, conjuntamente con los Programas, al senor Ministro de Instrucción
Pública. Debo suponer que por olvido no han sido publicadas. Pueden leerse en
mi libro « Cursos Normales de Educación Física», pág. 79 y siguientes.
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 9
Las instrucciones pedagógicas y generales son todas siempre pa-
ra la educación intelectual y para sus métodos de enseñanza. El
silencio que acompaña á los programas de gimnasia se interpreta,
es claro, como significando la mayor libertad para el maestro.
Por ess es fácil constatar que se tienen las más curiosas ideas
de lo que es y de lo que debe ser la educación física en la escuela y
en el medio social.
Unos maestros creen que el ideal es hacer de cada niño un atle-
ta, un luchador, un volatín, y, en consecuencia, son fanáticos de
las mazas, de las paralelas, del trapecio.
Otros, y son los más, caen en el ridículo del exhibicionismo gim-
nástico y suponen que esta enseñanza tiene su lugar en el plan de
estudios nada más que para hacer sesiones festivas, familiares Ó
solemnes, en las que el vulgo aplaude embelesado las inconscientes
piruetas de chicos más ó menos vistosamente engalanados. No es
raro ver así, en escuelas serias las más fantásticas maneras de dar
una clase de gimnasia, usando objetos y aparatos los más variados
y chocantes. Cintas, banderas, bastones, sombrillas y hasta panta-
llas, son las armas con que se desnaturalizan y ridiculizan, disci-
plinas que debieran ser serias y respetables.
Y fuera del abuso de estos aparatos inocuos, por lo general, en
muchas clases de gimnasia domina la idea rara, fruto de la igno-
rancia y dela pedantería científica, que los movimientos más se-
mejantes á contorsiones, los más complicados y más extraños, han
de ser los mejores y los únicos que pueden llamarse movimientos
Simnásticos.
En otras ocasiones, se supone, pues que nadie lo prohibe y es
muy cómodo, que es más conveniente dictar la clase en salones ce-
rrados y mal emplazados por el aire y por la luz, y así se hace, con
eran detrimento de la salud de los niños y de la causa de la educa-
ción física.
En algunas escuelas se recomienda no correr, no gritar, y con
mayor razón si se trata de niñas. Hasta la formación de grupos se
prohibe, para que no seinciten ájugar sin duda, y los pobres celado-
res, convertidos así en curiosos guardias de seguridad, ordenan
circular y disolver los grupos, como enlos días de motines.
Para ser profesor de cualquier materia, aun antes de que exis-
tiera la minuciosa reglamentación moderna, el consenso público
establecía la necesidad de satisfacer ciertas condiciones de idonei-
dad para poder ocupar decorosamente una cátedra. Pero, para ser
10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Profesor de gimnasia ¿qué pedían las autoridades escolares? ¿qué
exigía la opinión pública? Nada, absolutamente nada, si noes un
certificado de incapacidad para otra cosa.
Hubo un tiempo, es verdad, en que los maestros italianos mo-
nopolizaron la enseñanza,pero esa ráfaga pasó prontamente, acom-
pañada del fracaso casi general de estos enseñantes.
Y siá veces se encontraban en estos puestos algunos hombres de
ilustración general y especial extensa — recuerdo algunos — eran
aves de paso, que seguían descorazonados la rutina, y que no tarda-
ban en caer, como todos, en el descrédito más completo.
Por este ligero resumen vemos, pues, que entre nosotros, es la
acción gubernamental la que ha faltado siempre, precisamente en
aquello en que más debía hacerse sentir: el rumbo, la idea.
Es, pues, el gobierno el culpable, porque no ha llevado ni al
maestro, ni al público, su idea de gobierno educacional y porque
no ha preparado los artífices de la obra, entregando, por el contra=
ro, en manos inhábiles y ciegas, problemas de sencillez aparente
pero complejos al extremo en su fondo.
Y si las cosas están así, ¿cómo conseguir resultados favorables?
Se impone, pues, una reglamentación que fije el concepto ver-
dadero y comprensivo de la educación física, que determine sus
alcances y sus límites, que aclare la idea dominante y que indique
los medios adecuados para la realización de sus fines; una regla-
mentación que unifique la enseñanza y la acción, que haga de ella
un organismo completo y que tienda á preparar los maestros.
Ella sería una guía segura y un arma para el práctico. Su primer
efecto sería uniformar la acción de todos los maestros, quedando
cada uno en la libertad de cumplir con su cometido dentro de su
propia esfera, de acuerdo con sus propios medios, según su tempe-
ramento y sus modalidades de educador.
Sólo así se hará obra duradera, sólo así llegaremos á hacer obra
útil del punto de vista nacional, nacionalizando la enseñanza, no
porque usemos ó experimentemos principios fisiológicos solamente
propios de los niños argentinos, sino porque serán nuestras Cos-
tumbres, nuestras tendencias, nuestras ideas, en una palabra, nues-
tro modo de ser biológico y social, lo que ha de darle á la ense-
ñanza su nervio y su espíritu.
De otra manera no pasaremos nunca de tener un nombre más en
el plan de estudios. Allí adonde haya llegado la falange de maestros
iniciados en los «Cursos de vacaciones », allí habrá ya acción cons-
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 14
ciente, pero aún allí mismo será débil en sus efectos generales, por-
que es aislada y porque, aunque obedeciendo al pensamiento único
y fundamental que los ha inspirado, noencontrarán en sus trabajos
la consonaucia y conexión necesarias con las demás ramas de la
enseñanza, para llegar á constituir un organismo completo y
estable.
Por otra parte, esta reforma está reclamada ya por la evolución
natural de estas ideas.
Es hecho de observación en la historia de la educación física en
todos los pueblos, que su infancia es la época indecisa de los ensa-
yos, de las tentativas de todas clases, de acuerdo con los esfuerzos de
la organización social y con ella los traspiés y los errores. Más tarde
llega la metodización científica, cuando los hombres preparados se
ponen á la cabeza, y entonces recién se marcha porun camino se-
guro, en posesión de medios racionales.
Así sucedió en Grecia, muchos siglos antes de Jesucristo, y aun
más, mientras los filósofos furron los directores de la educación
física, ella estuvo constantemente en su apogeo, pero cuando cayó
en manos de los empiristas, cuando degeneró en el atletismo y se
hizo exhibicionista, se perdió por completo.
Fenómeno semejante observamos en Roma.
Así sucedió también en Francia con Clias, Amoros y los empiris-
tas, hasta hoy en que Lagrange, Tissie, Demeny, Marey, Cubertin,
etc., encabezan y dirigen la reforma científica.
* Asísucedió en Alemania con Jahn y Spiess, hasta hoy con Scheken-
dorf y los profesores de las universidades que retoman la dirección
general.
Así también ha pasado con nosotros; la época del empirismo
tiende á quedar atrás, y es tiempo ya de que el gobierno se preo-
cupe de encauzar la corriente de las nuevas fuerzas, que se ponga
al servicio de la nueva causa, para que no se pierda improductiva.
Los cursos de vacaciones que he tenido el honor de dictar en esta
capital y los permanentes en las escuelas normales, cuya dirección
he conservado hasta ayer, han tenido por objeto preparar el maes-
tro de educación física, de acuerdo con estas ideas.
Marcan una época importante en la evolución de la cultura físi-
ca en nuestra enseñanza, porque significan el primer paso en el
camino de la resolución científica y social de este problema.
La acción ejercida por ellas es, sin embargo, incompleta, porque
es necesario para que den todos sus frutos, conforme al pensamien-
12 “ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
to que ha presidido á su organización, que esos cursos formen parte
de un organismo completo, reglamentado, unificado.
Señores:
Una organización general de la educación física en los colegios
nacionales y escuelas normales, debe comprender, respondiendo á
los propósitos que he emitido anteriormente, todas las disposicio-
nes que tiendan á dar á este importante factor educacional, los ca=
racteres de un organismo bien definido y estable. El plan que voy
á tener el honor de presentaros, abarca así, desde el estudio del
carácter y objeto de esta enseñanza, los medios de aplicación, las
condiciones exigibles en el personal docente y la organización de las
clases, hasta los medios conducentes á perfeccionar los maestros
actuales y á formar el nuevo persona), en la cantidad que sea
necesaria.
Me limitaré, en esta exposición, á indicar y fundar ligeramente
los puntos principales que creo deben ser motivo de una reglamen-
tación.
CARÁCTER Y OBJETO DE LA ENSEÑANZA
Debe ser la base de toda educación. — Ante todo es necesario fijar
claramente él carácter y el objeto que ha de tener y perseguir esta
enseñanza al incorporarse al sistema educativo general de nuestras
escuelas.
Sentaremos así como punto de partida, el concepto de que ella es,
listológicamente considerada, la base ineludible detoda educación.
La evolución fisiológica del hombre nos prueba queen ningún
momento de la vida se presentan separados como fenómenos esen-
cialmente independientes los que se refieren al organismo físico y
los que afectan ála vida psíquica.Antes bien, y por el contrario, son
constantemente los unos y los otros, condición indispensable de
su mutua existencia y desarrollo.
Si se trala de educación, puedeafirmarseque ella constituye siem-
pre un todo y cualquiera división será siempre más ó menos arti-
ficial, respondiendo solo á facilidades de estudio y aplicación. «No
es un cuerpo, nies un alma lo que se trata de educar», había dicho
ya Montaigne, «sino un todo como un par de caballos uncidos al
MISMO Carro».
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 13
«Ser instruido sin haber recibido una correcta educación física
es», dice Max Leclere, «una cosa que un cerebro inglés no puede
concebir, como no puede expresarla una boca inglesa » (1).
Los profundos estudios de la histología moderna nos han reve-
lado muchos fenómenos orgánicos y materiales presidiendo indis-
pensablemente á la evolución de las más elevadas funciones cere-
brales. Es sabido, además, que la regularidad y energía de las fun-
ciones materiales de la vida, influencian profundamente los fenó-
menos psíquicos.
En el niño que nace y cuya inteligencia empieza recién á desper-
tarse, como en el adulto que piensa con vigor, como en el viejo que
decae intelectualmente, son siempre Jos fenómenos orgánicos, los
fenómenos físicos de crecimiento y de degeneración celular, los que
presiden á estas modificaciones de la intelectualidad. En todo ve-
mos que es siempre el cuerpo, el físico, en su conjunto ó en sus es-
pecialidades, el que determina con su crecimiento y desarrollo la
evolución de los fenómenos psíquicos.
Así, no es racionalmente posible tratar de educación intelectual ó
moral, antes de haber pensado en desarrollar y formar esta ma-
teria que se llama el cuerpo y que fisiológicamente es condición
indispensable de aquélla.
La educación física como base, aparece así en su verdadero lu-
garen el sistema educacional, formando parte integrante de un
todo del que no puede desprenderse, ni diferenciarse en absoluto.
Debe ser educativa y obligatoria. — Se trata de una disciplina que
Do tiene real valor sino cuando es capaz de crear hábitos, de modi-
ficar las maneras de ser del sujeto; en una palabra, de educar las
funciones más que de exaltarlas transitoriamente. Aun tratándose
dela simplefuerza muscularse buscaen la educación física su mayor
utilización y aprovechamiento, es decir, se trata de un hecho edu-
cativo. La hipertrofia muscular aislada, no es precisamente lo que
constituye la mayor fuerza real y útil de un sujeto ; el pulmón am-
plio, el corazón grande y poderoso roimplican por este solo hecho
la bondad de las funciones que presiden estos aparatos — les fal-
tará siempre lo esencial, la regularidad y propiedad fisiológicas de
la musculación, de la respiración y de la circulación.
Fácilmente se puede tener un pulmón grande, pero si no se sabe
(1) Max Lecrerc, Peducation des classes moyennes en Angleterre, pág. 34.
14 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
respirar con profundidad y lentitud, conscientemente primero é ins-
tintivamente después, la inferioridad de un tal individuo, será bien
palpable en todos los momentos. Y estas cualidades no se obtienen
sino por medios esencialmente educativos.
No se olvidará tampoco que la influencia importantísima que
ejercita la educación física bien dirigida sobre la formación del ca-
rácter y el desarrollo de las cualidades sociales, son hechos educa=
tivos, caracterizados precisamente por el desarrollo de hábitos y
maneras sociales que afectan al espíritu.
Por todo esto, pues, toda educación física que la escuela propor-
cione deberá, ser eminentemente general y educativa, y no puede
ser de otra manera.
Y puesto que esta disciplina es necesaria en absoluto para que
la educación sea integral, deberá ser también obligatoria, con
iguales, sino mayores títulos, que cualquiera otra en el plan de es-
tudios.
En este carácter de obligatoria, es claro que deberá hacerse ex-
tensiva á todos los establecimientos incorporadosá los nacionales,
pues que ellos deben poner ásus alumnos en condiciones idénticas á
los preparados por el gobierno, ya que han de beneficiar de las
mismas prerogativas.
Es también, entre otras razones, por este carácter de educativa
que ha de tener la disciplina física, que deberán ser excluidas de la
enseñanza, ciertas prácticas que contrarían estas ideas y más Ó
menos en boga en nuestros tiempos. Los torneos atléticos en los que
se hace el culto de la fuerza por la fuerza y se premia al mejor do-
tado por la naturaleza y no al esfuerzo personal, cae en primer tér-
mino bajo esta prohibición.
Los torneos atléticos, en efecto, son vituperables por múltiples ra-
zoneseducativas y fisiológicas. Favorecen, enalto grado, los acciden-
tes del «surmenage físico» por el esfuerzo violento á que arrastran
y porel estado intensamente emocional que provocan. Degeneran
la austeridad del ejercicio en espectáculo ostentoso de la fuerza, asi-
milando los alumnos á juglares, y provocan el culto del exhibicio-
nismo que es un mal muy generalizado entre nosotros. Además,
aprovecha solamente á una minoría que realiza el esfuerzo por las
excitaciones de la vanidad ó movida por un interés material : el
premio.
Por el contrario podrían ser sustiluídos por exhibiciones serias de
clases y de juegos, hechas con fines de demostración y propaganda
LA EDUCACIÓN FISICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 15
científica y pedagógica Tendrían asíla ventaja de estimular álos pro-
fesores, interesar á los padres, y dedespertar en el niñosentimientos
de solidaridad, del propio valer y de disciplina. Comportan, además
sentimientos muy legítimos de satisfacción personal, por el deber
cumplido concienzadamente y en silencio, sin necesidad de los
aplausos de las masas populares másó menos inconscientes, más ó
menos ignorantes (1).
Comprenderá todas las prácticas escolares y del hogar.— Una idea
errónea ha tendido á predominar frecuentemente enel público y
hasta en las autoridades escolares, al creer que la educación física
en la escuela no comprende otra cosa que la clase de ejercicios físi-
cos. El prejuicio tiene bastante importancia para que merezca ser
combatido, porque importa desconocer el valor de muchos agentes
educativos al alcance del maestro consciente y bien inspirado, y ne-
gar, hastacierto punto, el derecho de intervenir fuera de estas cla-
ses.
Esta disciplina orgánica se haceen todos los momentos de la vida
fisiológica del niño desde sus más remotos comienzos. El niño que
ensaya sus primeros movimientos instintivos ó voluntarios, al aca-
so ó coordinados subconscientemente, hace ya su educación física
en su más alta acepción. Cuando más adelantejuega ó reposa, en
su casaó en la escuela, recibe constantemente del medio que lo ro-
dea, influencias de orden físico, creando en él hábitos y costumbres
que afectan su desarrollo y crecimiento orgánico. Cuando estudia,
si lo hace con ósin método, en voz alta ó baja, de pie ó sentado,
ejecuta actos que afectan á su educación física.
El maestro de matemáticas, de ciencias naturales, etc., que lleva
á la práctica sus disquisiciones teóricas, que conduce á sus alum-
nosá la plaza, al jardín, al río, álos talleres, álas otrasescuelas, etc.,
entra también así en los dominios de la ejercitación física. Hasta
aquel que saca al alumno á la pizarra de clase y obliga á trazar la
línea correcta, el arco bien medido, la letra clara, los signos preci-
sos, exige actos, ejerce influencias de orden físico, de perfecciona-
miento sensorial.
Los recreos, por su duración y su frecuencia, por la manera de
(1) Dice Mosso: « La multitud aplaude, pero precisamente porque la plebe
desea tales espectáculos, de que debemos creer que son malos.» Mens sana in
corpore sano.
16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
distribuirlos y organizarlos, ejercen también innegable influencia en
la vida física de los alumnos dentro de la escuela.
La edad de ingreso en los colegios también debiera ser conside-
rada y estudiada desde este punto de vista. Y si bien es cierto que
la edad no constituye un criterio exacto para medir las aptitudes
para el trebajo mental, sino más bien al mayor ó menor desa-
rrollo físico comparativo del niño, debieran ser consultados am-
bos factores para fijar la época favorable ó conveniente para la
admisibilidad de un candidato en la escuela.
(Continuará).
DETERMINACIÓN CUALITATIVA
DEL
MERCURIO EN SOLUCIONES MUY DILUIDAS
Por EL Dpocror E. HERRERO DUCLOUX
Hace dos años, tratando de explicarnos un fenómeno provocado
accidentalmente por uno de nuestros ayudantes, tuvimos ocasión
de observar y experimentar la acción del mercurio sobre el alumi-
nio; y cuando reunidos los datos de una experimentación metódi-
ca nos preparábamos á publicarlos, llegó oportunamente á nuestras
manos un trabajo de De Marsy, aparecido á fines del año 1900, en
el cual se detallaban los experimentos efectuados por Le Bon con
el aluminio y el magnesio en presencia del mercurio metálico.
Abandonando este rumbo, continuó ocupándonos, sin embargo,
la acción de las sales mercúricas y mercuriosas sobre el aluminio;
y en el curso de nuestras experiencias, operando con disoluciones
extremadamente dilaídas, tuvimos ocasión de convencernos de que
el aluminio en condiciones convenientes constituía un precioso
reactivo para caracterizar la presencia del mercurio aún en propor-
ciones despreciables, que rehuían á los métodos comunes de análi-
sis, y con una rapidez y sencillez de manipulación extremas.
Sin pretender originalidad alguna, pero ignorando publicación
anterior al respecto, vamos á tratar rápidamente del fenómeno que
sirve de baseá la reacción que motiva esta pequeña nota, reflejo de
una larga serie de observaciones.
Una lámina de aluminio frotada con una pequeña cantidad de
mercurio, posee la propiedad de oxidarse violentamente en el aire,
produciéndose en su superficie una curiosa vegetación que crece á
AN. SOC. GIENT. ARG. — T. LVII Ñ 2
18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
la vista del observador bajo la forma de plumillas blancas que lle-
gan hasta 11 y 12 milímetros de altura. Le Bon observó que esta
oxidación va acompañada de una notable elevación de temperatura y
constató que el aluminio así amalgamado descomponía el agua á
la temperatura ordinaria con energía semejante á la que poseen los
metales alcalinos.
Repetidas las experiencias, pero actuando con sales de mercurio
en estado sólido y en solución, los resultados son idénticos : la des-
composición de la sal se produce rápidamente en frio y al fijarse el
mercurio sobre el aluminio, los fenómenos de oxidación son per-
fectamente comparables á los apuntados.
La explicación de estos fenómenos curiosos por más de un con-
cepto ha preocupado á Berthelot, Gautier y al mismo Le Bon; pero
las opiniones no están de acuerdo sobre la interpretación que debe
considerarse como verdadera. Berthelot cree que el mercurio y el
aluminio formarían un par voltáico, capaz de producir la electró-
lisis del agua y provocar la oxidación de uno de sus elementos ;
Gaultier no acepta la explicación anterior, inclinándose más bien á
admitir con Le Bon que se trata de combinaciones binarias seme-
jantes á las caracterizadas por la metalografía microscópica en los
aceros, que aun hallándose en proporciones despreciables con
relación á la masa metálica total, bastarían para modificar las pro-
piedades de ésta.
Nuestra opinión personal se funda en el estudio hecho por Ram-
say y Meyer sobre las amalgamas sólidas en general : el mercurio
reducido de sus combinaciones por el aluminio formaría con éste
una amalgama sólida, en la cual el primero actuaría como simple
disolvente del segundo; el aluminio se hallaría entonces al estado
monoatómico, es decir, en condiciones semejantes á las que pre-
sentan los elementos en estado naciente, dotados de una energía
química excepcional. En contacto con el aire, elaluminio así trans-
formado se oxidaría, dejando en libertad al mercurio que atacaría
nuevas cantidades del metal para abandonarlas á su vez, produ-
ciéndose una serie deamalgamas y de oxidaciones intermedias que
no terminarían hasta el desgaste completo del metal, si no hubiese
prácticamante pérdidas de mercurio (1) y protección gradualmente
(1) Actuando con la alúmina formada, sobre aluminio recientemente cortado,,
hemos podido provocar la oxidación de éste, lo que hace pensar en un arrastre
mecánico de mercurio.
MERCURIO EN SOLUCIONES MUY DILUIDAS 19
aumentada contra la acción del aire por la alúmina formada.
La germinación de las plumillas de alúmina recuerdan la com-
bustión de los pequeños cilindros de sulfocianuro de mercurio,
donde el fuego se propaga de capa en capa, mientras se dilata hin-
chándose enormemente el residuo pardo que llamamos serpientes
de Faraón.
En el curso de estas experiencias, tuvimos precisión de determi-
nar cualitativamente el mercurio en un zinc amalgamado, pero
como disponíamos de una muestra muy escasa y alterada, nos vi-
mos obligados á recurrir á reacciones microquímicas. Estas dieron
resultado negativo, y en último extremo, tratamos de utilizar la
propiedad especial del aluminio, que tanto nos preocupaba, obte-
niendo un completo éxito.
Teniendo en cuenta queel mercurio puede ser caracterizado como
sulfocianuro cobaltoso mercúrico en cristales rómbicos de un azul
brillante, como yoduro mercúrico reprecipitado por sulfato cúpri-
co en octaedros, y aun como cromato mercurioso en cristales cru-
zados rojos, hallándose en muy pequeñas proporciones, las reac-
ciones negativas obtenidas y el resultado positivo dado por el
aluminio nos impulsó á conocer la sensibilidad de este nuevo reac-
tivo, las condiciones más favorables de manipulación y las causas
de perturbación posibles.
Se operó con soluciones de las sales que á continuación se deta-
llan, para que sirvan de base en la comparación de los datos obte-
nidos con el cloruro mercúrico que serán los indicados aquí :
Nombre de la sal Peso molecular RIUeza en mercurio
por eiento
Cloruro mercúrico (HgCl.)........... 227/11 73.800
Cianuro mercúrico (HgCy,)..........- 252 719.365
Nitrato mercurioso (Hg.[(NO,),,2H,0).... 560 711.428
Sulfato mercúrico (HgSO0,,H,0)....... 314 63.694
Yoduro mercúrico (HgY,)............ 454 44.052
Salicilato mercúrico (C,H,O,Hg).....- 336 59.523
Benzoato mercúrico (€C,,H,,0,Hg)...(1) 442 45.249
En 2 centimetros cúbicos de la solución á examinar seintroducía
un fragmento de aluminio recién cortado, se agitaba vivamente y
después de 3 minutos se extraía ; el metal se secaba entre papel de
(1) Para emplear estas tres últimas sales en solución acuosa se utilizó el yo=
duro potásico.
20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
filtro y se abandonaba al aire sobre un papel negro, bajo una cam-
pana; operando con soluciones extremadamente diluidas 555 y
27 se calentaba la solución con el aluminio.
En uno y otro caso, no tardaba en aparecer, en uno ó varios pun-
tos á la vez, la alúmina formada en cuernecillos blancos, muy li-
vianos, que no dejaban lugar á duda, respecto de la presencia del
mercurio.
Con ensayos repetidos se ha determinado la presencia de 5 cien-
milígramos de cloruro mercúrico en una solución, es decir, 36 mi-
lésimos de milígramo de mercurio. |
Las sales de cobre, plomo, estaño, oro, plata, platino y cadmio
no ejercen una acción semejante aún en soluciones de 4 en 100; las
mismas sales en soluciones de igual riqueza que las de mercurio
no enmascaran por su presencia la reacción de éste, y los ácidos
minerales no provocan por sí solos el fenómeno ni lo dificultan
cuando acompañan al metal activo.
Creemos sin entrar en mayores detalles que esta reacción puede
ser útil en el ensayo de soluciones antisépticas, en el análisis de
medicamentos, en la determinación del mercurio, cuando se sospe-
che su existencia en rocas naturales, y constituye para el médico un
medio de extrema sencillez para poder observar la eliminación del
mercurio en las orinas de enfermos sometidos á ciertos tratamien-=
tos de prueba.
Mayo 1904.
LAS OBRAS DEL DIQUE DE ZONDA
(SAN JUAN)
Situado el valle de Zonda al sudoeste de la ciudad de San Juan,
á una distancia de cuatro leguas aproximadamente, forma un gran
triángulo rodeado por los cerros Blanco y Colorado; al sud y oes-
te, las sierras Chica y Grande de Zonda; al este, separadas ambas
por la quebrada del mismo nombre, por la que aquel valle comu-
nica con la ciudad, y limitado al norle por el tortuoso y movedizo
' cauce del río San Juan.
De la serranía conocida por Los Colorados baja un río homónimo,
verdadero torrente, seco la mayor parte del año y que en verano
hinchan impetuosas y repentinas crecientes, á veces muy caudalo-
sas, las que uniendo sus aguas á las del Estero, arroyo permanente
que corre por la quebrada de Zonda, surcan por los distritos del
Marquesado y La Bebida causando daños importantes en los
cultivos y en los canales que derivan de los diques distribuidores
de La Puntilla y San Emiliano. En casos excepcionales, co-
mo en 1902, la magnitud de tales crecientes importa verdaderas
catástrofes, arrasando cuanto encuentran á su paso, y llegando has-
tala misma ciudad de San Juan, constituyendo, en verdad, un pe-
ligro constante para la vida é intereses de los habitantes de esa zo-
na. Que ese peligro revista excepcional gravedad está demostrado
si se considera que el volumen de crecientes extraordinarias de
Los Colorados, como la de 1902, aforado por los rastros per-
fectamente visibles dejados en habitaciones, árboles, etc., da un
mínimum de 400 metros cúbicos, por segundo, y que por otra parle
la diferencia de nivel entre la Boca de la quebrada de Zonda
92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
(76073 sobre el nivel del mar) y la ciudad (64025) es de unos
120 metros, sobre un trayecto que no pasa de 17 kilómetros. En
aquella ocasión memorabie las aguas entraron en la ciudad por el
oeste, hallando providencialmente un terraplén del ferrocarril
G. 0. A. que las desvió, limitando de este modo sus efectos desas-
Lrosos.
A esta amenaza real y periódica hay que agregar un peligro más
ó menos remoto, pero posible, derivado de las condiciones pecu=
liares Gel curso del río San Juan enel vallede Zonda. Enefecto, el río
nombrado, que en otras épocas habrá tenido su cauce en la quebrada
de Zonda, como lo demuestran los considerables depósitos de ma-
teriales de acarreo que en ella se encuentran y el aspecto mismo
que ofrecen las dos sierras, con numerosos acantilados casi verti-
cales y frecuentes muestras de erosiones, últimos vestigios de) pa=
so de un gran curso de agua, el río San Juan, digo, corre en su
actual dirección y durante un gran trecho por un cauce pencil, es
decir, más alto que la campiña circunstante, ofreciendo la particu-
laridad, particularidad que demostraría en definitiva la hipótesis
anterior, de queen toda la longitud de aquel trecho arrancan desde
el río tres líneas de máxima pendiente que conducen todas á la
quebrada de Zonda (1); agréguese á esto lo movedizo y caprichoso
del lecho de aquel río y el antecedente de que sin cesar avanza ha-
cia el valle, verificándose, como en marzo de 1902, entradas par
ciales de las aguas, motivo de diversas obras de defensa y, dadoel
enorme desnivel apuntado más arriba, se tendrá una idea del gra-
ve peligro que entrañaría para la ciudad un año de lluvias prolon-
gadas Ó grandes deshielos que aumentaran considerablemente el
caudal del río San Juan hasta hacerlo desbordar, desviándolo pat-
cial ó totalmente hacia la quebrada de Zonda.
En atención á ese estado de cosas, el Congreso Nacional votó, con
fecha 10 de septiembre de 1902, la ley número 4108, acordando
la suma de 200.000 pesos para construir obras de defensa de la
ciudad de San Juan y departamentos inmediatos, y el Poder Ejecuti-
vo, en mayo del año ppdo, aprobando el proyecto presentado por
la Inspección general de irrigación, del Ministerio de obras públi-
(1) En realidad de verdad el valle de Zonda no sería más que un gran cono de
deyección del río San Juan, en el cual éste, por su mismo régimen torrencial,
vaga continuamente, siguiendo las líneas de mínima resistencia que la altime-
tría del valle, modificada por los continuos depósitos de materias en suspensión,
le ofrece.
LAS OBRAS DEL DIQUE DE ZONDA 23
cas, mandaba ejecutar las obras que actualmente se construyen en
la Boca de la quebrada de Zonda y cuyo presupuesto ascendía á la
suma de pesos 176.656,16 moneda nacional.
Las obras proyectadas constan de las siguientes secciones:
a) Dique insumergible;
6) Galería de descarga ;
c) Canal vertedor;
d) Desvio del camino nacional á Calingasta.
Dique msumergible. — Consistirá estaobra en un dique de estruc-
tura mixta, formado por un gran terrraplen de 10 metros de altura,
defendido aguas arriba por un muro de sostenimiento de 5 metros
de alto, cuyos cimientos llegarán hasta la roca firme, siéndolo los
otros 5 metros por un revestimiento en piedra sobre concreto. La
base de dicho terraplén tendrá una longitud de 78 metros y una
anchura de “55 metros, la cresta Ó coronamiento alcanzará á 116
metros de largo por 3 metros de espesor.
Especial importancia revisten las fundaciones de los cimientos
del muro frontal, de los que se ha ejecutado ya una parte, por
cuanto la roca se halla en el centro de la quebrada á una profun—
didad de 18 420 metros; si se agrega á esto la consideración de
queel terreno en que se opera está formado todo por una sucesión
de estratos aluviales compuestos de arena, ripio y cantos roda-
dos, al que socavan numerosas y abundantes filtraciones, se podrá
juzgar ligeramente las dificultades que hay que vencer para llevar
átérmino esta sección.
No pasaré por alto, sin embargo, un hecho importante que pudo
comprobarse en las excavaciones ejecutadas durante el año 1903
y que podrá influir decisivamente para aconsejar una variante en
el proyecto. Me refiero, á la gran cantidad de arcilla que se encon-
tró y siempre en mayor proporción á medida que se bajaba, tra-
bando las distintas partículas de arena y ripio, á tal punto que á
la profundidad de 730 se dió con una capa de arena arcillosa
muy compacta y en la que predominaba el segundo componente.
Suspendido ese trabajo, una vez colado el hormigón correspon-
diente, por tener que defender toda la excavación, el pozo de la
bomba, etc., á causa de la proximidad de la época de las crecientes,
no se pudo seguir descendiendo, á fin de averiguar y establecerá
24 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ciencia cierta la ley de aumento del componente arcilloso en los
diversos estratos del terreno: es lo que se está efectuando ahora.
De encontrarse una capa de arena arcillosa suficientemente trabada
é impermeable, es claro que bastaría con hacer llegar el muro de
guarda hasta ella; no siendo un dique en mampostería, en cuyo
caso es condición sane qua non hacer descansar los cimientos sobre
roca viva, daría una suficiente seguridad de estabilidad y resis-
tencia el llevar la parte ¡impermeable del dique, en este caso el
muro frontal, hasta el terreno impermeable: todos los diques en
tierra, construídos sobre terrenos aluvionales, como el de Paroy, el
de Bradford, etc., ofrecen esta disposición.
En las excavaciones ejecutadas se ha seguido el procedimiento
de bajar los primeros 5 metros en zanja abierta, von taludes incli-
nados de 1: 1, defendiendo y sosteniendo los bordes de la misma,
desde esa profundidad hacia abajo, con maderamen. El año an=
terior se emplearon marcos y tablestacas; pero en vista de-algunos
movimientos verificados en la armadura general, á causa del es-
currimiento de las arenas, que deja á veces sin apoyo posterior á
las vigas de los marcos, se ha resuelto este año ejecutar un buen
pilotaje y tablestacado general que defienda con toda seguridad las
paredes de la excavación.
Para la ejecución del macizo de hormigón, preferente cuidado
mereció el tratamiento de las filtraciones, que en gran número se
presentaron; las que no pudieron ser cerradas completamente,
fueron captadas y dirigidas al exterior por medio de caños de barro
y fierro galvanizado, dejando enteramente en seco el asiento de los
cimientos.
Los elementos para agotamientos que poseen las obras consisten
en: una bomba centrífuga Dumont, de 030 de diámetro; una cen-
trífuga Gwynne, doble acción, de 010 y otra Gwynne, también
doble acción, cuádruple cuerpo, de 0*15, capaz de elevar el agua
á 30 metros de altura; una locomóvil Garrett, de 17 HP efectivos
y otra de la misma casa, sistema compound, de 33 HP. Para la ex-
tracción del desmonte se tiene un guinche á vapor, horizontal,
Yessop y Appleby Bros, por medio del cual se ha establecido un
cable que recorre el eje longitudinal de las excavaciones y que, ser=
vido por baldes volcadores y vagonelas Decauville, sirve paraelevar
y descargar las tierras excavadas.
Galería de descarga. —Se dijo más arriba que el dique vendría á
LAS OBRAS DEL DIQUE DE ZONDA 95
cerrar completamente la quebrada hasta una altura de 10 metros,
altura que más adelante se justifica. Esta disposición, empero, hu-
biera venido á impedir el paso del arroyo del Estero, curso de agua
perenne que tiene origen en las ciénagas ó esteros que se extienden
al pie de las sierras de Zonda, y cuyo caudal es aprovechado por
derechos y servidumbres establecidos hace medio siglo, cireuns-
tancia que imponía se abriese una galería de descarga á través del
dique, la cual sirviera al mismo tiempo para dar paso á lascre-
cientes que bajaran de Los Colcrados, retenidas y regimentadas
por las obras en construcción. En consecuencia, no permitiendo la
estructura del dique dejar un descargador dentro del mismo terra-
plén y aprovechando la disposición favorable del terreno, se pro-
yectó perforarun túnel en la base de la ladera norte de la quebrada,
en un sitio que ofrecía mayor facilidad para la ejecución de esa
obra sin demanda de subidos gastos. Esta-sección está ya comple-
tamente concluída y habilitada para su objeto.
Consta la galería de una parte en túnel, de 45 metros de longi-
tud, de una galería artificial de 21 metros que le sigue, terminando
con un canal abierto revestido, de 43 metros de largo. Todas estas
diversas partes fueron excavadas en el calcáreo silúrico que cons-
tituye la sierra de Zonda, además de una sección, de 18 metros,
también en roca, que formó la trinchera de acceso al túnel, aguas
arriba y 62 metros de canal sin revestir, excavado en ripio, por
donde el arroyo vuelve á su cauce primitivo, aguas abajo del
dique.
La sección del túnel y galería artificial tiene 3 metros de base por
2,50 de altura, terminada por un arco rebajado al 1/6; los pies de-
rechos son de mampostería hidraulica de piedra; la bóveda es de
ladrillos. La sección del canal revestido es de 3 metros de base, de
2260 de altura y los pies derechos ofrecen un talud interior de 1/5.
La pendiente media en toda la galería es de 0002 por metro; bajo
una carga de agua de 5 metros sobre el umbral de entrada del tú-
nel, el gasto correspondiente á estas secciones es de 50 metros
cúbicos por segundo.
En los trabajos de perforación del túnel las dificultades encon-
tradas fueron las comunes en esta clase de obras: filtraciones que
dirigiró dominar y el apuntalamiento 6 enmaderamiento necesa-
rio, según era requerido, al alravesar capas de roca descompues-
tas, blandas ó que amenazaban desprenderse, no habiéndose pro-
ducido accidente alguno en toda la duración de los trabajos. En
96 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
las secciones peligrosas se ejecutó un resvestimiento de mampos-
(o) €
tería hidráulica de 060 de espesor medio.
Canal vertedor.—Como corolario á la naturaleza y objeto mismos
del dique, que deberá ser insumergible, ha habido que proyectar
un vertedero excavado á un nivel tal que asegure aquella condi-
ción primordial, impidiendo que el embalse represado por el di-
que exceda del límite máximo fijado de atemano.
Es obvio decir que el hecho mismo de ser un dique de defensa,
impedía que se abriera ese vertedero en la dirección de la quebra-
da de Zonda; las condiciones altimétricas del valle ofrecieron, por
otra parte, la solución del problema, fijando al mismo tiempo la al-
tura que debería tener el dique. En efecto, entre el sitio donde se le-
vantará éste y la barranca del río San Juan, en una distancia de 5
km. aproximadamente, el terreno va primero subiendo para bajar
luego: el punto culminante se halla á la cota 77342, sobre el nivel
del mar, con una diferencia de 13 metros sobre la cota del terreno en
la boca de la quebrada, que según se ha dicho es de 76973. Es
fácil ver entonces que si se dispusiese de un dique capaz de rete-
ner 13 metrosde altura de agua, levantado en la quebrada y llega-
se á verificarse una avenida del río San Juan en el valle, una vez
alcanzada esa altura principiarian las aguas á verterse por aquel
punto hacia la barranca del río, volviendo de esta manera á su
cauce: esa ha sido la idea fundamental del proyecto. En la prác-
tica se facilitó su realización excavando una trinchera de 4 metros
deprofundidad en el punto de cota 77342, que llegara hasta el bor-
dede la barranca del río, con lo cual se limitó la altura del embalse
máximo á producirse á los 850. De esta manera agregando un
margen prudencial de 150 en la altura del terraplén, quedó ésta
definitivamente fijada en 10 metros.
Ese canal vertedor tendrá una logitud de 1035 metros, con una
profundidad media de 2 metros; sólo en un trecho de 23 metros ten-
drá la hondura apuntada de + metros. En la solera tendrá 16 metros
de ancho y sus bordes ofrecerán un talud de 2 de base por 1 de
altura. Su apertura ocasionará un cubo de desmonte de 30.000
metros cúbicos.
Camino á Calingasta.—La quebrada de Zonda ha servido desde
tiempo inmemorial de paso para el tráfico que se efectúa con el
LAS OBRAS DEL DIQUE DE ZONDA |
departamento de Calingasta y con Chile, además del tráfico local
con el valle de Zonda. Cortado ese camino por las obras del dique,
hubo que construir un desvío ; para ello ha sido menester faldear
la sierra á la altura necesaria abriendo el camino casi todo en
roca, por medio de minas. Como obras de arte hizo necesario la
construcción de dos alcantarillas de 3 metros y 250 de luz con
una altura de 7 y 5 metros respectivamente.
Esa sección ha sido ya terminada, habiéndose entregado al ser-
vicio público el 27 de marzo próximo pasado.
F. A. SOLDANO.
Dique de Zonda, mayo de 1904.
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
Por FRAY JOAQUIN REMEDI (FRANCISCANO)
La siguiente carta da circunstanciada cuenta del orijen de este
manuscrito de fray Joaquín Remedi, que gracias al injeniero €.
Wauters aparece hoy en los Anales, trayendo un contributo
apreciable á la filología nacional, vulgarizando uno de los idiomas
de nuestras razas aboríjenes.
Nos complacemos en darle cabida en nuestras columnas y en
agradecer al señor Wauters su meritorio CONCurso.
La Dirección.
Señor Director de los « Anales de la Sociedad Crentifica Argentina »,
mgemero Santiago E. Barabimo.
Una circunstancia casual hizo llegar á mis manos los originales
de un vocabulario del idioma mataco ó mataguayo, que conservé
en mi poder varios años sin conocer su origen, ni su autor, ni las
circunstancias en que fué escrito.
No vaya usted á creer que lo conservé para estudiar el mataco ó
iniciarme con él en el conocimiento de ese idioma : me propuse
averiguar los antecedentes que se referían á esos manuscritos para
entregarlos luego á alguna de las revistas científicas argentinas,
considerando que cualquiera que sea su valor filológico, represen-
ta una colección no despreciable de voces y oraciones que, sin al-
canzar la importancia del Tesoro de catamarqueñismos, publicado
por el señor Samuel Lafone Quevedo en los mismos Anales
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO 99
de la Sociedad Cientifica Argentina, cuya publicación está hoy á
su cargo, podía, sin embargo, facilitar ó «contribuir al estudio y
comparación de los idiomas usados por los primitivos pobladores
de nuestro lerritorio.
Encontrándome últimamente en Salta, recurrí al R. P. guardián
del convento de San Francisco, quien después de algunas investi-
gaciones halló algunos datos referentes al autor de aquel trabajo,
y algunos originales más que habían quedado alli después de su
muerte, ocurrida en ese mismo convento en 1900.
Este misionero apostólico, italiano de nacimiento y oriundo de
la provincia de Lucca, vino muyjoven y de corista al país, ocupan-
do más de 40 años desu vida en misiones varias, de los cuales
próximamente 30 dedicados exclusivamente á recorrer el Chaco.
Comisario general de misioneros franciscanos, guardián del con-
vento, prefecto de misiones por dos veces, demostró siempre su
incansable voluntad de fundar misiones avanzadas en el Chaco, y
en las horas que le dejaban libres sus múltiples ocupaciones y pe-
nosas excursiones, escribía apuntes sobre el Chaco y sus indios,
poniéndose en contacto con los lenguaraces que acudían á los inge-
_nios azucareros de Ledesma y San Pedro, capitaneando grupos de
indios que anualmente llegaban allí en demanda de trabajo; los
fragmentos sueltos de esos escritos han quedado como recuerdo de
lo que han hecho y sufrido los misioneros para reducir al catoli-
cismo á los indios del Chaco.
Esos mismosapuntes han tenido su historia: escritos los primeros
en 1870, en Buenos Aires, para un religioso misionero, á quien el
R. P. Pellicci había encargado una relación de las misiones en el
Chaco, quedaron probablemente abandonados, pues se volvieron á
hallar originales entre los papeles del P. Pellicci, sirviéndose nue-
vamente de ellos su mismo autor, el P. Joaquín, en 1882,para satis-
facer al malogrado explorador francés doctor Julio Crevaux, que de-
seaba conocer antes de su expedición algunos datos sobre el Chaco,
los indios matacos, su idioma y sus costumbres.
Los apuntes originales se perdieron con las primeras misiones
destruídas por las crecidas del Bermejo y Teuco, pero escritos nue-
vamente y en distintas épocas, se observa que el P. Joaquín com-
pletaba sus apuntes á medida que sus investigaciones en medio de
los indios le permitían aportar nuevos elementos, los que tenían
que ser mucho mayores en los últimos años, vencidos ya los prime-
ros y más graves inconvenientes de los primeros tiempos.
30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Así, pues, reuniendo de esos diferentes manuscritos todo cuanto
se refiere al idioma mataco y adoptando los apuntes más completos
y que deben ser los últimos escritos, pues no llevan fecha, ha sido
posible formular el siguiente trabajo.
He conservado la redacción de los originales del P. Joaquín
Remedi : ellos muestran toda la modestia que caracteriza estos mi-
sioneros que nose atreven á dar mayores datos por no «decir dispa=
rales », según su propia frase, y tienen así el mérito de ser elemen-
tos fidedignos, datos precisos y reales recogidos en muchos años de
paciente labor.
Espero que los Anales recojan estos apuntes antes que se pier-
dan, y, dándolos á la publicidad, presten á otros más servicios que
á mi.
Con este motivo me repito su afmo.
Cárlos Wauters.
CONSIDERACIONES GENERALES
<
Los indios matacos, como las demás tribus del Chaco, no conocen
la escritura ni otros signos para transmitir sus pensamientos y sus
hechos á la posteridad. Para comunicarse á alguna distancia se sir-
ven del fuego y quemazones; y hasta dondepueden oirse se hablan
también con el silbido. He observado también que en algunas pe
queñas sendas por donde transita alguno de ellos, se hallan á ve-
ces, de trecho en trecho, unos nudos hechos en un puñado de pasto,
ya parado, ya arrancado y colocado en alguna horqueta de árbol, y,
según la dirección ó el lado del camino, dan á entender á otros que
llegan ápasar por ahí, la dirección que han tomado los que han pa-
sado primero, y si volverán ó no por esa senda.
Para trausmitirá mucha distancia los avisos y noticias, suplen
la falta de escritura por medio de mensajes verbales ó correos á
piéó á caballo, que se remudan en'cada toldería, sin demora, espe=
cialmente cuando son noticias importantes y de urgencia, caminan=
do de día y de noche. En estoscasos las tolderías vienen á ser como
postas-y los mensajeros, correos.
Aunque los indios de las misiones entienden el idioma castellano,
y lo hablan, siquiera para hacerse entender, desde los primeros
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO 31
años mepropuse aprender su propio idioma; pero me encontré
con serias dificultades por no hallar un lenguaraz que supiese
contestar á las preguntas que yo le hacía. Ellos hablan su idioma
maquinalmsnote, puede decirse, y mucho más la lengua castella-
na; y mientras seles pregunte el nombre de tal ó cual objeto y al-
gunas otras palabras de las más usadas, algo puede conseguirse de
ellos; pero pasando á otras partes de la oración, no saben distin -
guirlas, confundiendo el nombre con el verbo, el gerundio con el
infinitivo, etc., de manera que es preciso darle muchas vueltas á
una pregunta para sacar en limpio el valor de una palabra, valor
que ellos de ordinario no conocen ni en castellano ni en su propio
idioma; esta dificultad se aumenta por la diferente índole y mo-
dismos de las lenguas, pues no encontrando en su idioma una pala-
bra equivalente á la castellana, y no conociendo el valor que ella
tiene, muchas veces la traducen con otra que tiene un sentido muy
diferente.
A pesar de estas dificultades y de las ocupaciones que no me da-
ban lugar para contraerme á ese estudio, procuré escribir cuanto me
fué posible, aunque con muchos errores; yá medida que iba enten-
diendo algo. los advertía y rectificaba ; pero desgraciadamente esos
escritos se perdieron cuando perecieron las misiones, hallándome yo
en este colegio; y ahora, después de tantos años, bien poco puedo
recordar, porque no tuve tiempo para estudiar lo que había escrito.
Sin embargo, creo poder suministrar á los que se han dedicado al
estudio de losidiomas, los datos suficientes, aunque no siempre de-
finidos, para conocerla estructura, la sintáxis, la desinencia y otras
propiedades características de esta lengua.
El modo con que la hablan los Matacos es muy incorrecto en la
generalidad ; sinembargo hay algunos que la hablan con más pro-
piedad y precición. El tono familiar y común es muy flemático,
insulso, desagradable ; pero cuando se acaloran y exaltan, cuando
se hallan impresionados y conmovidos, se advierte que esta lengua
es muy expresiva; y aunque muy áspera y dura en boca de algu-
nos, es también fluída y armoniosa en la de otros. Durante un discur-
so algolargo repiten algunas expresiones ; pero no puedo asegurar
si espara fijar más la atención de los que escuchan, sobre algún
punto más importante, ó porque no les ocurre pronto la idea ó la
palabra para continuar. Otras veces la repiten al final de algunos
períodos á manera de estribillo, pero no creo que hablen en poesía,
pues no he podido conocer ninguna clase de versos.
32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Sise compara el estado salvaje y el embrutecimiento de estos ¡n=
dios con el idioma que hablan, tan natural aunque algo tosco, tan
racional y casi diría filosófico, se comprende, desde luego, queno
pueden ser ellos los que lo han inventado y formado, á no ser que
sus antepasados hayan tenido mayor caudal de conocimientos y de
eivilización. Tal vez sean descendientes ó hayan recibido el idioma
de alguna tribu más ervilizada, y ellos no han hecho otra cosa que
modificarlo acomodándolo á su estado y modo de ser, á sus cono
cimientos, etc. En efecto; á más de haber analogías y relaciones
entre esteidioma y el de los antiguos tonocotes, que residian en la
frontera este de Salta, y también con el de los av2pones, que viven
en la frontera norte de Santa Fé, las he hallado igualmente con el
quichua y el araucano. Por ejemplo: hembra, en la lengua quichua
se dice china y en mataco casna; tu, en quichua, se dice ccan, y en
mataco a4m; ta, en quichua, significa pan; tantan en mataco se
llama el trigo; en araucano la palabra ¿on significa comer car
ne, en mataco es multar, carnear; mano en araucano se dice
cuu, en mataco cuer ; frio, en araucano, se dice uthe, en mataco
juyete.
Estas semejanzas, por decir así exteriores y gramaticales, y otras
afinidades más intrínsecas, respecto al mecanismo de la sintaxis,
con lenguas antiguas, me inducen á creer que el idioma maltaco
tiene un origen común á otros idiomas de este continente y que
debe ser muy antiguo.
Pero yono puedo entraren un terreno para mi desconocído sin pe-
ligro de perderme y sin decir disparates : por esto no sigo adelante,
dejando á los sabios y á los filólogos los orígenes de filiación y pa-
rentesco de los idiomas; y continuaré á decir algo del que conozco,
aunque muy poco.
El idioma de los matacos es muy gutural y nasal. A su alfabeto
faltan cuatro letras del nuestro y son: Ch, D, G, R, y iene una letra
sin equivalente en el nuestro que yo suplo con la ch y se pronuncia
arrimando la lengua al paladar. A más de la J gutural tiene la Jna-
sal, que yo acostumbro distinguir poniendo una j bastardilla.
Estos indios pronuncian las vocales de diferentes modos, es decir,
abiertas y cerradas, lo que no pocas veces hace cambiar la significa-
ción de la palabra, como yel abierto que significa cansado, y yel ce-
rrado quesignifica muerto. De consiguiente es preciso tener un oído
muy fino ó conocer bien el idioma para no confundir la a con lao
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO 33
y lau y viceversa ; igualmente que la e con todas las vocales ; casi
parece que entre una y otra vocal ha y una letra intermediaque par-
ticipa del valor de ambas; supongo que serán diptongos.
Como los indios son pobres de ideas, este idioma es escaso de
palabras, pero es susceptible de ser desarrollado y enriquecido,
como lo han hecho y hacen los mismo indios para expresar alguna
idea nueva ó designar algún objeto que antes no conocían .
Por ejemplo, ellos no conocían el caballo, la vaca, la oveja, ete.,
pero sí otros animales que tienen alguna semejanza con ellos,
como el anta con el caballo, el ciervo con la vaca, la corzuela
con la oveja; y al caballo le han puesto el nombre de anta
erande, yela-taj, á la vaca, ciervo grande, yoase-taj; á la oveja,
corzuela grande, tzunna-laj; al aguardiente, ¿noj-taj, ó bebida
grande (ó fuerte). Otras veces han acomodado el nombre caste-
llano á la índole de su lengua; así al asno lo llaman aznú, á la
cabra, carla, al toro, tolo, al gato, miz», á la mula, chrotertás (orejas
grandes).
Los nombres de este idioma no tienen declinación, ni los verbos
conjunción, sino solamente los números singular y plural. Suplen
los casos y las personas con partículas y afijosque los determinan :
lo mismo ocurre respecto á los modos y tiempos del verbo, que los
determina una partícula que le anteponen, interponen ó posponen.
El plural se forma añadiendo al singular una, dos ó tres letras,
como: hno, hombre; hinol, hombres; cisna, hembra, mujer; cisnár,
hembras, mujeres; asñác, macho ; asn-cá1, machos; 2huén, tengo.
v¿huen-én, tienen. Algunas veces cambian una ó dos letras al formar
el plural, como: leméc, concha; lemár, conchas; jurtzac, malo;
jurtzé, malos. Cuando el singular acaba en / se cambia en s para
formar el plural, como: sino), perro; sos, perros; yeletá;, caballo;
yeletás, caballos; alcetáj, naranjo; alcetás, naranjos. Sólo dos ex-
-cepciones he hallado y son n350] y plitzd4), zapato y pobre, que en
plural hacen nisojés, plitzés.
En la desinencia de los nombres no hacen diferencia de géneros
gramaticales, y parece que no los tienen. Tampoco tienen el com-
parativo, pues para decir : Pedro es más bueno que Juan, dicen :
Pedlo 115, Juan sité (Pedro bueno, Juan no bueno). El superlativo
lo distinguen de algún modo en la pronunciación del positivo sos-
muy bueno; /ujuéz, lejos; tujueeeez, muy lejos,
En los adjetivos y verbos forman la negativa con la partícula 11é
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVIII 3
34 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
que ponen al fin de la palabra, como : tun, duro; tun-1té, no duro,
blando; mat, cierto; mat-1té, mo cierto, falso, mentira; 22huen,
tengo; nihuen-1té, no tengo. Tienen, además, la palabra huo, que
expresa una acción indeterminada, como: hacedor, trabajador, la-
brador; y con ésta componen muchas otras, por ejemplo : ellos
llaman huéte, la casa, y huéttehuo, al albañil : joló, palo ó madera;
jolohuó, al carpintero; y con esta palabra huó componen todos los
nombres de artes y oficios posponiéndola al nombre de la materia
ú objeto de la acción. Por último, tienen la palabra ¿2 Ó 2)2,que sig-
nifica estar contenida una cosa en otra, como : yoaselás, vacas;
yossetás-j¿, corral; ayoj, tigre; ayoj¿, pozo del tigre; huelá, vela ;
huelá-j+, candelero; Hojotó), grande espíritu, Dios; Hojotoj+, Iglesia
ó lugar donde está Dios.
La sintaxis de esta lengua es muy natural y algo diferente de la
nuestra. Para decir: cabeza de tigre, estos indios dicen : ayoj-le-
letec, tigre su cabeza; casa de mi padre: nu-schia-lu-huette, mi
padre su casa; mujer de mi hermano : nu-chila-lu-chejua, mi her-
mano, su mujer; freno ó riendas de mi caballo : nu-lo-lu-caz. De
aquí se deduce que estos indios ponen el todo y el poseedor en caso
recto, y la parte 6 cosa poseída en el oblicuo. Usan también del
gerundio en vez del infinitivo; pero no he podido conocer las re-
glas queen esto siguen. Tampoco he podido hallar palabras que
expresen ideas generales y abstractas. No sé si será que no las
tienen ó que yo no las he podido distinguir.
Estos indios no conocen la numeración; y aunque cuentan hasta
cuatro, lo hacen con palabras compuestas, cuya etimología no he
podido adivinar. He aquí cómo cuentan: uno, jotejuj2 ; dos, jote-
juast; tres, tactijuáye-e; cuatro, jualis-2J2; y para decir cinco,
dicen : niloc, muchos.
Podría añadir otras observaciones, pero temo equivocarme, y
quizás ya me he equivocado en alguna; por otra parte, creo que lo
dicho es suficiente para el objeto que se me ha manifestado. Mas
bien añadiré un pequeño catálogo de palabras para poder compa-
rarlas con otros idiomas y conocer mejor la estructura, desinencia
y Otras propiedades de la lengua de los matacos.
(Continuará.)
NUEVAS ESPECIES
DE
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS
DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Por FLORENTINO AMEGHINO
(Continuación)
Fam. Pantolambdidae
De las últimas investigaciones que he practicado resulta que esta
familia no forma parte del orden de los Amblypoda, sino que debe
ser incluída entre los Condylarthra al lado de los Peraptychidae de
los cuales es, sin duda, una modificación. En la dentadura, la única
diferencia de importancia consiste en los dos dentículos medianos
y el anterior interno que en los Periptychidae se conservan distin-
tos, mientras que en los Pantolambdidae se unen para formar una
gran cresta interna en arco de círculo, cuyas dos puntas van á unir-
se álos dos ángulos externos de las muelas, pero á este respecto
la transición entre los representantes de una y otra familia es
completa.
RICARDOLYDEKKERIA CINCTULA (1), mn. sp. Tamaño bastante menor
que R. praerupta. Las muelas superiores persistentes se distinguen
por ser más cortas de adelante hacia atrás, más extendidas trans
(1) A. M. N., s. 32, t. III, pp. 158, 400, figs. 196, 522.
36 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
versalmente y con el lado interno más angosto. La arista angular
posterior poco acentuada en la otra especie, en ésta es bas-
lante prominente. En el lado interno de la cavidad central se ven
todavía las curvas convexas de los dentículos medianos. El den-
tículo anterior interno está colocado más hacia adelante, en donde
forma como un gran cootrafuerte de la gran cresta interna; en el
borde periférico el límite entre este dentículo y los medianos
está indicado por dos escotaduras que se prolongan hacia la base
en forma de depresiones bastante profundas. El tubérculo suple-
mentario mediano anterior y el dentículo posterior interno son más
pequeños y con las cúspides sensiblemente al mismo nivel. La co-
rona mide 8 mm. de diámetro antero-posterior sobre el lado ex-
terno, 6 mm. sobre el interno y 12 mm. de diámetro transverso.
Cretáceo superior de Patagonia (notostvlopense).
LoPHOLAMBDA (1), n. g. Tipo : Ricardolydekkeria profunda Amgh.
1901. Esta especie presenta diferencias bastante considerables para
que pueda conservarse en el mismo género que las dos precedentes.
Los dos tubérculos externos, aunque unidos en su mitad basal, en
la mitad cuspidal conservan la forma cónica primitiva, casi perfecta,
con el lado interno muy convexo, el externo un poco más depri-
mido pero con aristas intermedias sumamente desarrolladas,
aunque no comprimidas sino convexas. La arista externa angular
anterior y la mediana externa tienen un desarrollo enorme, sin que
conozca nada igual en ninguno de los mamiferos que me son co-
nocidos; estas aristas, vistas por el lado externo, presentan el as-
pecto de dos tubérculos cónicos. La arista angular posterior es, al
contrario, poco desarrollada. Hay un fuerte cíngulo basal externo
que pasa también encima de la base de las aristas externas me-
diana y angular anterior. La corona es bastante más alta que en
Ricardolydekkeria y de acuerdo con esta mayor elevación, la fosa
central y los valles semilunares constituyen una cavidad muy pro-
funda sobre el lado interno de la cual sobresalen las curvas con=
vexas libres de los dentículos medianos y anterior interno. El
tubérculo suplementario mediano anterior es muy fuerte, alto,
alargado transversalmente en forma de cresta separada del borde
posterior por una hendidura angosta y profunda. El cíngulo ba-
(1) A. M. N., s. 3%, €. TIL, pp. 96, 122.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 31
sal anterior es poco acentuado y se conserva completamente inde-
pendiente del tubérculo suplementario mencionado.
Fam. Pantostylopidae
Esta familia necesita una revisión completa. El tipo es el género
Pantostylops, de caracteres muy particulares y muy diferente de
Notostylops, pero he incluído en la misma familia géneros que son
mucho más cercanos del último de los dos mencionados que no del
primero. Los géneros Eostylops y Entelostylops se encuentran en
esta condición y deben pasarse á la familia de los Notostylopidae.
Los Pantostylopidae quedan así constituídos únicamente por
formas muy pequenas, con los dos dentículos internos de las muelas
superiores siempre bien separados, aunque á veces el posterior es
más ó menos atrofiado y entonces el contorno de las muelas se
aproxima al tipo triangular.
Los Pantostylopidae son, sin duda alguna, los antecesores de los
Tillodonta (Tullothermdae, Notostylopidae), pero son también el
tronco de origen de los Amblypoda, sin que se puedan colocar con
seguridad en ninguno de los dos grupos. Lo más probable es que
representen una familia muy primitiva del orden de los Condylar-
thra, de la que se hubieran desprendido los dos órdenes arriba
mencionados.
PantostYLOPS Amgh. 1901. Aturdido por la enorme cantidad de
formas nuevas que se me presentaron ámi examen, he reunido
bajo este nombre, especies que indiscutiblemente se refieren á gé-
neros distintos. La especie típica es Pantostylops typus, y de las
demás descriptas, sólo es congenéricamente idéntica, Pantostylops
completus ; las restantes representan géneros distintos.
PERIPANTOSTYLOPS (1), n. g. Tipo : Pantostylops minutus Amgh.
1901. Las muelas superiores representan en miniatura las de un As-
trapothertdae primitivo, con la diferencia de los dos dentículos in-
ternos que son más iguales, más cónicos y más separados. La mu-
ralla externa presenta la arista sobreangular anterior bien desarro-
(DA. M.N., s. 3%, t. IL pp. 104, 206.
38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
llada y separada por un surco angular anterior absolutamente
como en los Astrapolerios.
Las dos aristas intermedias están bien acentuadas y limitan
un espacio intermedio excavado y de fondo cóncavo. La arista an-
gular posterior es poco desarrollada pero fuertemente inclinada
hacia atrás.
La cresta transversal anteriores muy oblicua y más larga que la
posterior, estando esta última en dirección transversal más perfecta.
De la cresta transversal posterior sale otra cresta mucho más baja,
querepresenta los dos dentículos medianos soldados ; esta cresta se
dirige hacía adelante en la cavidad central, en la que termina en
punta cerca de la base de la cresta anterior; la cavidad central
queda así dividida en dos partes, una externa muy angosta y la
otra interna mucho más grande; en el fondo de la parte externa se
conservan bien visibles las dos hendiduras semilunares y también
un principio de fosita central. Un fuerte cíngulo basal da vuelta
sin discontinuidad sobre los tres costados, anterior, posterior é n=
terno de la muela.
HeEmisTYLOPS (1), n. g. Tipo: Pantostylops incompletus Amgh. 1901.
Difiere de Pantostylops por las muelas superiores persistentes que
tienen el dentículo posterior interno mucho más pequeño que el
anterior, lo que da á las muelas un contorno subtriangular. De las
grandes crestas coronales, sólo hay de completas la cresta transver-
sal anterior y la cresta longitudinal externa ; la cresta transversal
posterior está reducida á la parte formada por el tubérculo mediano
posterior, que es alargado transversalmente en forma de cresta
corta cuya extremidad externase une al canto angular posterior
mientras que la interna permanece separada del tubérculo poste-
rior interno. Este último tubérculo es pequeño, cónico, inclinado
hacia adelante. y separado del anterior interno tan sólo en la parte
cuspidal. El espacio comprendido entre las dos crestas perfectas y
la imperfecta posterior, constituye una cavidad profunda. Hay un
cingulo basal anterior completamente independiente, un cíngulo
basal interno bastante corto, y otro posterior regularmente desarro-
llado que constituye el borde periférico posterior de la muela y
cuya extremidad interna se fusiona con el tubérculo posterior im-
terno. La arista sobreangular y el surco angular anterior son poco
(1) A. MoN., 5.3% t, UL, pp. 145, 169.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 39
pronunciados. En la cavidad central no se ven vestigios del dentí-
culo mediano anterior.
HEMISTYLOPS PAUCICUSPIDATUS (1), n. sp. Tipo: una muela persis-
tente superior izquierda. Tamaño comparable al de la especie prece-
dente, pero muelas un poco más extendidas en sentido transversal
y de contorno todavia más triangular. La cresta externa es bastante
oblicua y las dos aristas intermedias son más acentuadas y más dis-
tante una deotra. Las dos crestas, anterior y externa, soo más bajas.
El dentículo anterior interno es muy grande y cónico; el posterior
interno es atrofiado y apenas se distingue. El dentículo mediano
posterior es muy grande, alargado en sentido transversal, muy
grueso, formando como un tubérculo de cúspide plana, muy ancha
sobre el lado externo y más angosta sobre el interno; este tubér-
culo permanece separado de la cresta externa por una hendidura
muy angosta y su mayor diámetro se encuentra en sentido trans-
versal. El cíngulo posterior está limitado á la base del dentículo
mediano posterior. El cíngulo anterior se extiende sin interrupción
también sobre la cara interna. La corona mide 4,8 mm. de diáme-
tro ántero-posterior sobre el lado externo, 3,5 mm. sobre el interno
y 6 mm. de diámetro transverso.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense).
HEMISTYLOPS TRIGONOSTYLOIDES (2), n. sp. Tipo: una muela persis-
tente superior izquierda. Tamaño un poco mayor que el de las dos
especies precedentes. Muelas de contorno rectangular pero de diá-
metro transverso notablemente mayor que el diámetro ántero-pos-
terior. Tubérculo anterior interno muy grande y cónico, uniéndose al
canto angular anterior externo por una cresta muy baja. Dentículo
posterior interno de base muy gruesa, pero mucho más bajo que el
anterior interno y fuertemente inclinado hacia adelante, sobresa-
liendo también mucho más al interior. El tubérculo mediano pos-
terior es muy grande, pero muy bajo, de superficie plana, ancho,
y colocado de modo que la extremidad externa se dirige al canto
angular posterior, del cual está separado por un surco poco pro-
fundo, mientras que la extremidad interna se dirige hacia adelante
en dirección del dentículo anterior interno, poniéndose ambos en
(1) A. M. N., s. 3%, t. JIL, pp. 169, 385, figs. 217, 505.
(9 A. M. N,, s. 3%, t. 111, p. 386, fig. 507.
40 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
contacto por la base y con tendencia á la disposicion triangular. La
cavidad central es muy ancha, pero poco profunda y de fondo lige-
ramente cóncavo. El cingulo anterior está bien desarrollado y se
conserva independiente; el cingulo posterior también es indepen-
diente del tubérculo posterior interno. Sobre el lado interno hay
otro cingulo basal muy corto é independiente de los otros dos. La
corona mide 4,3 mm. de diámetro ántero-posterior y 6 mm. de
diámetro transverso.
Creiáceo superior de Patagonia (notoslylopense).
PoLYSTYLOPS (1) PROGREDIENS (2), D. S., n. sp. Tipo: una muela per-
sistente superior izquierda. Se parece al género precedente, pero
las muelas son más triangulares, y se distinguen por poseer sobre
la cara externa todas las aristas que se se encuentran en las muelas
de los mamíferos. La más prominente de todas es la intermedia an-
terior, siguiéndole la sobreangular anterior, y entre ambas, en el
fondo del surco angular anterior, persiste un vestigio de la arista
angular anterior. Hay una pequeña arista mediana muy aplanada
y la sigue hacia atrás la intermedia posterior bien desarrollada, la
angular posterior que lo es un poco menos, y viene por último un
vestigio Ó principio de la sobreangular posterior; todas estas aris-
tas terminan en una punta libre pequeña sobre el borde de la
cresta longitudinal externa. Hay también un cingulo basal externo
poco desarrollado.
El dentículo anterior interno es muy grande y de forma cónica,
uniéndose al canto angular externo anterior por una cresta oblicua
transversal, alta y muy delgada. El dentículo posterior interno ha
desaparecido fundiéndose con la parte interna del cíngulo basal
posterior. El dentículo mediano posterior se divide en dos ramas
externas en forma de U que van á la cresta externa, formando entre
las dos ramas de la U y la cresta externa una fosita profunda. La
cavidad central es muy honda. Hay un cíngulo transversal ante-
rior colocado muy cerca de la base pero que no da vuelta sobre el
lado interno. La corona mide 4,5 mm. de diámetro ántero-poste-
rior sobre el lado externo y 6,5 mm. de diámetro transverso.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense).
¡1 A. M. No, s. 3%, t.10L, pp. 75, 105.
(2) A. M. N., s. 3% t. II, pp. 70, 105, figs. 13, 118.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 41
Por YSTYLOPS AMPLUS (1), n. sp. Se distingue de la especie prece-
dente por un tamaño un poco mayor y la presencia de un pequeño
vestigio del dentículo posterior interno. Además, el dentículo me-
diano posterior es en forma de cresta transversal comprimida y con
la parte externa bifurcada en dos ramas muy cortas que no llegan
hasta la cresta externa, y por consiguiente, no se forma la fosita
aislada que hemos visto en las muelas de la especie precedente.
La cavidad central es ancha y muy profunda. La corona tiene
5 mm. de diámetro antero-posterior sobre el lado externo y 7,5 mm. -
de diámetro transverso máximo.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense).
MICKOSTYLOPS MONOCONUS (2), n. sp. Talla igual á la de Microstylops
clarus. Las muelas superiores persistentes se distinguen por la
presencia de un tubérculo cónico completamente aislado en el fon-
do de la gran cavidad central, tubérculo que corresponde al dentí-
culo mediano anterior. Los dos dentículos internos están soldados
hasta la mitad del largo, y el surco interlobular que los separa se
ahonda formando un principio de fosita periférica interna. La co-
rona mide 5,5 mm. de diámetro ántero-posterior sobre el lado
externo y 7 mm. de diámetro transverso.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense).
(1) A. M. N.,s. 3%, t. IU, p. 385, fig. 504.
(9) A. M. N., s. 3%, t. IL, p. 404, fig. 527.
(Continuará.)
BIBLIOGRAFÍA
Pattó (Gustavo), Química aplicada al arte militar. — 1 vol. in 8”, de 267
pájinas, Buenos Aires, imprenta de la Revista Técnica, 1903.
Con este título ha publicado el señor Pattó, profesor sustituto de la materia en
el Colegio Militar y en la Escuela superior de guerra, un tratado que debe servir
como texto á nuestros oficiales, iniciándolos en el conocimiento de esta rama de
la ciencia química, tan fecunda en aplicaciones como rica en datos que interesan
á la ciencia pura.
La obra está dividida en tres partes bien señaladas: cada una de ellas puede
ser estudiada independientemente por aquel que busque los datos y teorías
generales, la preparación y propiedades de cada explosivo en particular, ó los
métodos de ensayo, los medios de destrucción y las aplicaciones de los más
importantes.
La parte general estudia las funciones orgánicas de las series grasa y aromática,
aplica este conocimiento á la interpretación de las descomposiciones y disocia=
ciaciones y dedica especial atención á los principios de termoquímica, como base
fundamental de toda teoría.
En la segunda parte pasa en revista los explosivos antiguos, explicando los
métodos de su preparación y sus propiedades especiales. penetrando después en
el estudio de las materias explosivas modernas, productos complejos de la indus=
tria, dotados de nombres extranos que nada indican respecto de su composición;
las pólvoras sin humo son examinadas de un modo completo y, después de
algunos datos generales, las balistitas, carditas, maximitas, tonitas, potentitas,
ete., desfilan agrupadas con una crítica fundada en la experiencia de sus ventajas,
inconvenientes y especiales aplicaciones.
La última parte encierra los datos relativos á la inmediata utilización de los
explosivos en los desmontes, demoliciones, inutilización de material bélico, des=
trucción de vias férreas y otras operaciones militares que pueden ser necesarias
en el curso de una campaña.
El libro, en su conjunto, es un ensayo bien intencionado, es un trabajo útil y
esto basta para que deba ser su autor alentado y aplaudido.
A. P.
BIBLIOGRAFÍA 43
Dassen ¡Claro C.), Geometría plana de acuerdo con las ideas modernas
y métodos más rigurosos. —- Coni hermanos, editores. Buenos Aires, 1904.
Esta obra, recientemente publicada por la casa editora de Coni hermanos, es
un tratado de Geometría euclídea adaptable por su extensión y el material que
contiene á los programas de los establecimientos de enseñanza secundaria.
Senala en el prefacio la evolución que ha seguido la geometría desde Euclides
y menciona las reformas introducidas por Legendre en el método euclídeo, consis-
tentes en la aplicación de procedimientos algebraicos con mengua evidente de la
unidad y elegancia que caracterizan el método del geómetra griego, haciendo notar
que matemáticos de la talla de Betti, Brioschi. Houel. Casey y otros, sostenedores
del rigorismo del método geométrico, han traducido las obras de Euclides y
procurado empeñosamente su adopción como texto oficial en sus respectivas
nacionalidades.
La geometría del doctor Dassen trata en sus primeros capítulos de la definición
y concepto de los entes geométricos; presenta la noción de dimensión por medio
de reducciones atómicas sucesivas y da la definición y propiedades características
dela recta y del plano, bajo forma de postulados, dando ála enseñanza de esta parte
de la geometria, un carácter esencialmente intuitivo, que elimina todo lo que de
vago, abstracto y nebuloso encuentra el principiante cuando se pretende incul-
carle las nociones y conceptos mencionados por Jos procedimientos rutinarios en
pugna con la lógica y la pedagojía modernas, seguidos por muchos autores.
Sigue á continuación la noción de ángulo, que presenta de una manera clara y
precisa. Ñ
En el capítulo relativo á igualdad de triángulos se sirve de los criterios de
igualdad por congruencia y por simetría, según la disposición relativa de los
triéngulos que se consideran, y hace preceder este estudio al de las propiedades
referentes á perpendiculares y oblicuas, propiedades del triángulo y de la circun-
ferencia y teoría de las paralelas.
El orden seguido no es, como se vé, el establecido en los programas vigentes.
El autor ha procurado abarcar todo lo que es lícito exigir en los cursos de segunda
enseñanza, siguiendo un orden rigurosamente lógico, que concilia en lo posible
el sistema actual de enseñanza de la geometría con los adelantos modernos.
Por el rigorismo del método, por la sencillez y claridad con que se hallan trata-
das las diferentes cuestiones de que se ocupa, por la nomenclatura y sistema de
notación adoptados, aparte de otras razones que seguramente escapan á nuestra
penetración, puede considerarse la geometria cuya aparición anunciamos, como
modelo de obra didáctica, de cuya adopción como texto en nuestros colegios
nacionales puede contarse de antemano el más espléndido de los éxitos.
IA
Dassen (Claro C.), Etude sur les quantités mathématiques. Grandeurs
dirigées, Quaternions. — Obra escrita en francés y publicada en París por
la casa editora de A. Hermann.
Es un trabajo esmerado y concienzudo cuyo objetivo es vulgarizar y hacer
conocer en forma accesible las nociones que sirven de base á las matemáticas.
Es una exposición minuciosa de la generalización progresiva del concepto de
magnitud ó cantidad matemática. Empieza con la noción de cantidad, que clasi-
4d ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
fica en discontinua Ó discreta y continua ó concreta; de la cantidad discontinua
surgen las nociones de unidad y número y de las combinaciones de éstos dos
entes, la de operación, de la cual hace un detenido análisis.
En su segunda parte se ocupa de las cantidades dirigidas sobre una recta, ó sea
en dos sentidos y de las operaciones que con ellas pueden ojecutarse. Se sigue el
estudio de las cantidades dirijidas en el plano y las operaciones de que son suscep=
tibles, con interesantes aplicaciones trigonométricas basadas en la consideración
de los complejos. Las cantidades dirijidas en el espacio y los cuaterniones, que
fluyen de esa teoría, son objeto de un nuevo capítulo.
En un apéndice hace una exposición de los trabajos de Tannery, Kronecker y
otros sobre los diferentes medios de elimimar los números negativos, fracciona=
rios y complejos, tendiendo al desarrollo del análisis algebraico sin más noción
que la de número entero y de adición de números enteros- Dicho apéndice con=
tiene también una memoria del abate Georges sobre la interpretación de las
expresiones imaginarias.
El interesante opúsculo á que nos referimos termina con una nota cuyo objeto
es establecer las relaciones existentes entre la teoría de los cuaterniones y la de
los vectores dirigidos en un espacio á cuatro dimensiones.
IL. A.
Herrero Duecloux (E.), doctoren química, catedrático suplente en la Fa=
cultad de Ciencias Exactas, Fisicas y Naturales, Tratado elemental de quí-
mica. Dos tomos: I Química inorgánica, 11 Quémica orgánica. Buenos Aires,
Angel Estrada y €*, 1904. Con 382 y 351 páginas y 110 y 73 grabados, respec-
tivamente.
Escribir un libro de texto para nuestros estudiantes de los Colegios Nacionales,
he ahí una tarea que, sin duda alguna, no es baladí. Condensar con rigorismo
científico, orgánicamente, las verdades necesarias á la fácil comprensión de una
ciencia, sin escalar, dado el tema, inútiles ó peligrosas alturas, y sin caerá la
vez, en vulgaridades; tener en cuenta en cada párrafo, en cada momento, los co-
nocimientos anteriores y los colaterales del estudiante, sujetarse, aunque sea va-
gamente, al programa en vigencia, y sobre todo hacer obra fácil, sencilla, ame-
na, diríamos casi, recordando laidiosincracia compleja de nuestros estudiantes,
inteligentes muchas veces, pero desaplicados ó memoristas los más; hacerla de
manera que el catedrático al indicarla á sus alumnos encuentre en ella una eficaz
ayuda en la noble tarea de transmitir conocimientos, todo eso, repetimos, no es
fácil.
Cuando ese libro ha de tratar de química, en la cual el alumno no va á encon-
trar los párrafos armoniosos é interesantes de la historia, ni el extraño hechizo de
las matemáticas, cuando ese libro trata de química, que poca fascinación ejerce
en las mentes de nuestros bachilleres, entonces aquella tarea es penosa.
Por otra parte, creemos, contrariamente ála opinión de un distinguido profesor
con quien conversábamos no hace mucho, ápropósito de la pluralidad de Jos li-
bros de enseñanza: que los buenos textos no se excluyen, más bién se comple=
mentan.
El doctor Herrero Ducloux ha acertado perfectamente, en nuestro entender, con
esta obra didáctica de carácter elemental. Decimos que ha acertado porque creo-
Qi
BIBLIOGRAFÍA 4
mos descubrir en ella esa difícil amalgama de cualidades, ese equilibrio de exce-
lencias antagónicas que exigimos, los que desempeñamos cátedras, de un libro
dedicado á la enseñanza secundaria; y no es poco pedir.
Sujetándose en cada momento á los moldes clásicos, el autor trata del asunto
con carino, con independencia. con soltura.
En la corta introducción, en vez de las frases comunes sobrado conocidas ya y
siempre presuntuosas, hallamos con gusto, sobrios conceptos filosóficos que in=
citan el interés del lector hacia el estudio de nuestra querida ciencia.
Concede el doctor Herrero la suficiente extensión y la necesaria facilidad, en
ambos tomos, á la parte general, la más escabrosa para las inteligencias jóvenes;
la parte descriptiva está tratada con claridad, concisión y sencillez. El autor aplica
una saludable poda al árbol frondoso de la historia y permite á su vez, acertada=
mente, una frecuente entrada á los métodos industriales de preparación, á los
datos argentinos y á las nuevas conquistas de la ciencia (aire líquido, método
catalítico para el ácido sulfúrico, tratamientos electrolíticos de los minerales, etc.).
A fuer de sinceros, creemos que el tomo 2? no lo encontrarán los alumnos tan
fúucil como el 1%. Aquí el autor, solícitado sim duda por lo hermoso del tema,
exige del lector, en algunos capítulos sobre todo, una dedicación mayor, más pro-
vechosa sise quiere, dando un predominio muy grande á las fórmulas de cons=-
titución, consintiendo menos la tiranía del programa y acercándose marcadamente
al estudio por funciones, al estudio ideal. Ilumina además con buena luz, con luz
científica, los capítulos obscuros aún, en que tanto hay que estudiar, de los colo=
rantes artificiales y de los alcaloides.
En este tomo, nosotros hubiéramos deseado, es sin duda una exigencia personal,
una menor concisión al tratar de los métodos que la química-física indica para
la determinación del peso molecular de los compuestos orgánicos; detalle perfec=
tamente salvable en una segunda edición.
Por otra parte, toda la obra conserva, dentro de la rigidez que exige la ciencia,
la pulcritud literaria que caracteriza el lenguaje vastizo del autor.
Como complemento en lo matevial, la obra es también interesante. Los libros
se presentan muy bien; simpáticos en su exterior, buen tamaño, buen papel, im=
presión muy nítida y profusión de grabados que, salvo muy contadas excepciones,
dan una representación muy exacta de los procedimientos actuales.
Se trata, en suma, asi lo creemos, de una obra útil, que llena debidamente su
objeto y que es una muestra más, del multiforme talento del autor.
JJ. G.
Bolivar (Ignacio). Algunos Conocefalinos Sud-Americanos en Revista,
Chilena de Historia Natural, año VIL (1903), páginas 142-J46. Valparaiso.
En un pequeño folleto el senor Ignacio Bolivar, director del Museo de Ciencias
Naturales de Madrid, describe 6 especies pertenecientes á este interesante grupo
de los cuales 3 son nuevas, perteneciendo á los géneros Doedaleus, Copiocera, Co-
piophera, Escocephala, Caulopsis y Zamniceps, género nuevo este último, esta=
blecido porel autor con una especie procedente del Paraguay.
C. M. H.
Cabrera Latorre (Angel). Sinopsis de los Quirópteros Chilenos, en
46 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Revista Chilena de Historia Natural, año VII (1903), páginas 278-308. Valpa=
raisO. z
Este trabajo tiene mucha importancia para los naturalistas argentinos, no sólo
porque contiene la descripción de especies que se hallan en nuestro país, sino
porque conociéndose bien las formas típicas de las faumas vecinas, se puede esta-
blecer relaciones entre ellas y deducir las leyes de la evolución que han creado
los individuos de una localidad determinada.
El orden de los Quirópteros es uno de los más curiosos, por comprender anima-
les esencialmente cosmopolitas, polítropos y ser mamíferos cuyo régimen de vida
es propio de las aves.
Descripciones breves, claras y claves sencillas para determinar las familias, gé-
neros y especies, recomiendan muy favorablemente el trabajo del senor Cabrera
Latorre, agregado al Museo de Ciencias Naturales de Madrid.
CAME
Delfin (Federico Tol Contribución a la Ictiología Chilena, en Revista
Chilena de Historia Natural. año 1, 1903 paginas 268-273. Valpariso.
Ya el año pasado tuvimos ocasión de ocuparnos de los trabajos de este autor
en esta sección bibliográfica, tributando un aplauso al distinguido ictiólogo
chileno.
Siguiendo con sus estudios favoritos ha comenzado á publicar una Monografia
de los peces de Chile bajo el modesto título con que encabezamos esta breve re=
ferencia.
El trabajo aparecerá por secciones en que se irán describriendo familias porse=
parado y sin sujetarse á orden sistemático determinado. Una vez completo el tra-
bajo, se podrán juntar estas secciones ordenándolas según la clasificación más
moderna y valiéndose del Catálogo publicado el año anterior por el mismo
autor.
Obra importante para los zoólogos, no titubeamos en recomendarla también á
los que se dediquen á la industria de la pesquería y aclimatación de peces.
C. M. H.
Ferreyra do Amaral e Silva (Victor), La Yerba-Mate, en Revista
Chilena de Historia Natural, ano 1, 1992, pp. 132-165. Valparaiso.
Esta planta tan curiosa porsus propiedades medicinales, estimulantes, nutri=
tivas y que constituye un ramo imporlantísimo de la industria paraguaya y
argentina, suceptilble de mayor desarrollo aún, ha encontrado en el autor de este
trabajo áun entusiasta propagandista y celoso difundidor de las virtudes de este
vegetal.
En un folleto, bastante grueso, describe la planta, expone los datos químicos
suministrados por análisis prolijos para fundar en ellos la importancia que «tri-
buye al mate.
En seguida se ocupa con toda detención, del modo para preparar la hoja
que ha de servir para la bebida; se expone los métodos de cultivo; haciendo men-
ción del procedimiento empleado en nuestro Jardin Botánico por su Director el
BIBLIOGRAFÍA 47
Sr. Carlos Thays. y termina citando datos muy interesantes sobre duración de
los yerbales, épocas de la cosecha y rendimiento máximo de un árbol, etc.
Este trabajo, que es una verdadera monografía, fué escrito por el Sr. Ferrey=
ra do Amaral e Silva, uno de los hombres más eruditos del Brasil y presentado al
Congreso de Agricultura. Unas láminas micrográficas que representan distintos
cortes y partes de la hoja, y que han sido hechos en el Museo de Valparaiso por
su Director el Profesor Carlos E. Porter, aumentan el valor intrínseco de esta im-
portante memoria.
CAANIELE
Kieffer (1. 1... Descriptions de Cécidomyies nouvelles du Chili, en Re-
vista Chilena de Historia Natural, ano VIL, 1093, pp. 226-228. Valparaiso.
Kieffer, profesor dezoologia en Alemania, describe en este pequeno folleto dos
especies nuevas de insectos pertenecientes á Chile.
Ambas son de Concepción y fueron obtenidas de agallas, pero extraidas de
ninfas muertas, la neovación alar, tan importante como valor sistemático, no
ha podido ser examinada. Pertenecen á los géneros Rhovalomyia y Perrisia.
CAMAS
Porter (Carlos E.). Carcinología Chilena, en Revista Chilena de Historia
Natural, tomo VIL, 1903, pp. 147-153. Valparaiso.
El distinguido director del Museo de Valparaiso, Profesor Carlos E. Porter
presenta algunas notas sobre los crustáceos recojidos en los puertos de Coquim—=
bo y Herradura por el Sr. Delfin,
La nota contiene la enumeracion de 32 especies representantes de los órde-
nes Decapoda, Stomatopoda é Isopoda.
En este último orden se descubre una especie nueva que el Sr. Porter dedica
al coleccionista Sr. Delfin.
Siendo escasísimos los trabajos referentes á los crustáceos, esta publicación
tiene verdadera importancia para el zoólogo en general étindispensable para el
especialista, á quien permite conocer la determinación geográfica de estos artró-
podos.
C. M. H.
Porter (Carlos E.). Materiales para la Fauna carcinológica de Chile, en
Revista Chilena de Historia Natural, tomo VII, 2903, pp. 257-267 y pp. 274
277. Valparaiso.
Claudio Gay, en su monumental obra sobre la Historia Natural de Chile, publi-
có en 1849 la descripción de los crustáceos chilenos.
Desde entonces hasta ahora han sido tan escasas las publicaciones al respecto
que, sin temor de exagerar, se puede decir que la zoología chilena referente á
este orden ha quedado estacionaria.
El incansable profesor Carlos E. Porter, desde hace más de 10 años, ha ido
pacificamente reuniendo toda clase de material, y, apoyado por varios amigos que
le enviaban ejemplares y obras referentes á esta clase de artrópodos, se encuen
tra ahora en posesión de abundantísimos datos para hacer un estudio completo
de este grupo, en el cual es especialista consumado.
48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Ha comenzado á publicar observaciones sobre los Lithodidae, que comprende
especies también argentinas, entre ellas lafamosa Centolla, manjar exquisito, que
aventaja áloslangostinos y que, pescados debidamente en Ushuaia, podrían cons=
tituiruna nueva industria nacional. +
En este mismo folleto, trae la descripción de un nuevo Galateido, la Cervimu=
nida Johmi, hallada viva en el estómago de un congrio pescado en el puerto de
Coquimbo.
G. M. H.
Goeldi (Emilio A.), director do Museu. Os mosquitos no Pará. Resumo
provisorio dos resultados da campanha de experiencias executadas em 1903,
especialmente en relacáo ás especies Stegomya fasciata e Culex fatigans
sob o ponto de vista sanitario. 2* contribuicáo. Estabelecimento graphico de C.
Wiegandt. Pará, 1904.
Esta interesante memoria del doctor Goeldi, director del museo homónimo, ha
sido publicada en el Boletín do Museo (Goeldi, vol. 1V, fascículo 2, 1 ahora
en un folleto de 70 pájinas que nos envia su autor. En ella da cuenta de una
série de cuarenta i siete esperiencias por él verificadas sobre la vida de los mos=
quitos 1 en particular de los culicideos braztlicos, el stegomya fasciata 1 el culex
fatigans, teniendo en vista los celebrados trabajos del doctor T. V. Theobald,
del museo británico de Londres (Monografía de los culicideos), del doctor
Grassi, en Italia (Grassi: Malaria, 1901) 1 otros.
Los puntos que se propuso estudiar el doctor Goeldi, son:
1% Influencia de la alimentación sobre la dwración de la vida de los mosquitos
en el cautiverio;
2 Influencia de la alimentación sobre la fecundidad de las hembras de
Stegomya fasciata, nacidas en libertad i en cautiverio;
3” Influencia de la cópula sexwal sobre la hemofilia 1 fertilidad de las hem=
bras nacidas en el cautiverio.
Goeldi (E. A.) e Hagmann (6.). Prodromo de um catálogo erítico e com=
mentado da colleccao de mammiferos no museo do Pará (1894-1903). Un
folleto de 82 pájinas, estractado tambien del Boletin do museo Goeldi (Museu
Paraense), fase 1, vol. IV, exornado con 6 bellas láminas, numerosos cuadroS
¡una bibliografia de 50 obras sobre el mismo tema.
Los autores han estudiado i descrito :
Especies
IAS Macaco o 21
A QUILO Pera MOCOS 22
SICARIO AAC A 16
ARO denia AS 27
SU UU) so... .conovoresusgpncaeoooboe 8
6 CetacealGetaceos.. A Jl
Pena MESCENEOS. . ooo cnoroooncdccoocnnsoaos 11
S” Marsupialia (Marsupiales)........- dro Urraca a 6)
Total le 111
socios HONORARIOS
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Ameghino, Florentino. .
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Arteaga - Rodolfo de. .
- Ave-Lallemant, German..
- Brackebusch, Luis.....
Ballvé, Horacio
Corti, José S
Corthell, Elmer L.....
_Lafone Quevedo, Samuel A...
Abella Juan.
- Acevedo Ramos, R. de
-Adamoli, Alberto,
-Adano, Manuel.
* Ader. EnriqueA.
Aguirre, Eduardo.
_Albarracin, Alberto E.
Alberdi, Urancisco N.
Albert, Francisco.
Alric, Francisco.
Alvarez, Fernando.
E Anasagasti, Horacio
Ambrosetti, Juan B.
- Amoretti, Alejandro,
Arata, Pedro N.
Araya, Agustín.
Arigós, Máximo.
Arce, Manuel J.
Arce, Santiago.
Arditi, Horacio.
Areco, Alberto S.
Arroyo, Franklin.
Aubone, Cárlos.
Avila Méndez, Delfin.
Avila, Alberto
Ayerza, Rómulo
Aztiria, Ignacio.
Babuglia, Antonio.
Badaró, Bugenio.
Bahia, Manuel B.
Bancalari, Juan.
'Bancalari, Enrique A.
Barabino, Santiago E.
- Barbará Adolfo.
-Barilari, Mariano S.
— Barzi, Federieo.
—Battilana, Pedro.
—Battilana, Alfredo.
Baez, Domingo A.
-Baudrix, Manuel €.
Bazan, Pedro.
Benoit, Pedro (hijo).
Berro Madero, Carlos
-—Bimbi, José.
Bell, Carlos H.
Montevideo.
Montevideo.:
Mendoza.
Córdoba.
'I. de Año N.
Rio Janeiro,
Mendoza.
New York.
Catamarca.
SOCIOS
Besio, Moreno Baltazar
Besio, Moreno Nicolas
Beverini, Alberto.
Biraben, Federico.
Bosch, Benito S.
Bosch, Eliseo P.
Bosch, Anreliano R.
Bonanni, Cayetano.
Bonus, Adrian.
Bosque y Reyes, F.
Bosque, Carlos
Brian, Santiago.
Buschiazzo, Francisco.
Buschiazzo, Juan A.
Buschiazzo, Juan CG.
Bustamante, José L.
Caimi, Ramon.
/ Candiani, Emilio
Cálcena Augusto.
Cagnoni, Alejandro N.
Cagnoni, Juan M.
| Camus, Nicolas
Candioti, MarcialR.
Canale, Humberto.
Cano, Roberto.
Cantilo, Jose L.
Canton, Lorenzo.
Carranza, Marcelo.
Cardoso, Mariano J.
Cardoso, Ramon.
Carossino, Jacinto EF,
| Castellanos, Cárlos T.
Castañeda. Ramon
Castro, Vicente.
Claps, Andrés.
Cernadas, Carlos,
Cerri, César.
Cidra, Alberto H.
Cilley, Luis P.
Chanourdie, Enrique.
Chapiroff, Nicolás de
Cheraza, Gerónimo.
Chiocci Icilio.
Chueca, Tomás A.
Clérice, Eduardo E.
Lillo,” Mene! RES
Morandi, Luis
Nordenskjiold, Otto..
Paterno, Manuel.....
Patron, Pablo......
Reid, Walter F.
Scalabrini, Pedro....
Spegazzini, Carlos...
Tobar, Carlos R......
ACTIVOS
Cobos, Francisco,
Cock, Guillermo.
Collet, Carlos.
Coni, Alberto M.
Coquet, Indalecio
Coria, Valentin F.
Corne o, Nolasco F.
Corvalan Manuel S.
Coronel, Policarpo.
Courtois, Ú.
Cremona, Andrés V.
Cremona, Victor.
Cuenca, Felipe.
Cuatro, Miguel.
Curutehet, Luis.
Curutchet, Pedro.
Damianovich, E. A.
Darquier, Juan A.
Dassen, Claro €.
Davel, Manuel.
Dates, German.
viaz de Vivar, M
Dobranich, Jorge W.
Dominico, "Guillermo.
Dominguez, Juan A.
Dorado, Enrique.
Douce, Raimundo.
Doyle, Juan.
Duhart, Martin.
Dubau. Luis.
Duncan, Cárlos D.
Durrieu, Mauricio.
Durelli, Amilcar.
Drago, Luis M.
Echagúe, Carlos.
Elía, Nicauor A. de -
Eppens, Gustavo.
Esteves, Luis.
Espiasse, Alberto,
Espinasse, Jorge.
Etcheverry, Angel.
Ezcurra, Pedro.
Fasiolo, Rodolfo L.
Fernandez, Alberto J.
Fernandez, Pedro A
Tucuman. z
Villa Colon (U.
Upsala (S.)
Palermo (1t.)
Lima.
Lóndres.
La Plata.
Fernandez Poblet, A
Ferrari, Rodolfo.
Ferreyra, Miguel.
Figueroa, Octavio.
Fynn, Enrique.
Flores. Emilio M.
Foster, Alejandro.
Friedel, Alfredo.
Gainza, Alberto de.
Gallardo, Angel.
Gallardo, José L.
Gallardo, Miguel A.
Gallardo, Garlos R.
Gallego, Manuel.
Gallino, Adolfo. ,
Gándara, Federico W.
Í Garat, Enrique.
Garay, José de.
Garcia, Carlos A.
Garcia, M.Jesús
Gardeazabal, Narciso.
Gatti, Julio J,
Gentilini, Pascual,
Geyer, Carlos.
Ghigliazza, Sebastian.
Gimenez, Joaquin.
Gimenez. Angel M.
Gjuliani, José.
Girado, José L.
Girado, Francisco J.
Girado, Alejandro,
Girondo, Juan.
Girondo, Eduardo.
Goldemhorn, Simon.
Gómez, Pablo E.
Gonzales, Arturo.
Gonzalez, Agustin.
Gonzalez Cazón Vicente.
Gonzalez Carman R. >
Gonzalez Carlos P.
Gotusso, Luis
Gradin, Cárlos.
Gregorina, Juan
Gregorini, Juan A.
Guido, Miguel.
Gutierrez, Ricardo J.
-Hary, Pablo.
Herrera Vega, Rafael.
Herrera Vega, “Marcelino
Herrera, Nicolas M.
Herrero,Ducloux E.
Herlitzka, Mauro.
Henry. Julio
Hicken, Gristobal.
Holmberg, Eduardo L.
'Holmbere Eduardo A.
Hoyo, Arturo.
Hubert, Juau M.
- Huergo, Luis A. (hijo).
de Hughes, Miguel.
Ibarra, Vicente.
Iriarte, Juan
Iribarne, Pedro.
Asnardi, Vicente.
Israel, Alfredo U.
Iturbe, Miguel.
- Jauregui, Enrique.
Jacobo, Cándido.
Juni, Antonio.
- Jurado, Ricardo.
Justo, Agustin P.
Krause, Otto.
Klein, Herman
ER 'Kliman, Mauricio.
—Labarthe, Julio.
“Lacroze, Pedro.
Lagos García, Carlos
4 Lagrange, Carios.
Lanús, Eduardo M.
Langdon, Juan A.-
aporte Luis B.
Larreguy, José
—Larguia, Carlos.
Latzina, Eduardo.
Lavalle, Francisco.
Lavergne, Agustin.
«¿Lea Allan B.
Eeonardis, Leonardo de
Lehmann, Guillermo.
Lehmann, Rodolfo R.
López, Aniceto E.
Lopez, Martin J.
"Loyola, Luis E.
Lopez, Pedro J.
Eorenzetti, Galeno
Lucero, Apolinario.
Lugones, Castelfort.
ugones, Arturo.
ugones Velasco, Sdor.
Lulggi, Luis
Luro, Rufino.
Luro, Pedro 0.
Ludwig, Cárlos.
Machado, Angel.
Madrid, Enrique de
Maglione, José L-
Malígne, Eduardo.
Mallol, Benito J..
Marin, Placido.
Marquestou, Alejandro.
Marcet, José A.
Marcó del Pont, E.
Marenco, Eleodoro
Mugica, Adolfo.
Marengo, José.
Martinez Pita Rodol
Martini, Rómulo E.
Marty, Ricardo
Matharán, Pablo.
Maschwitz, Carlos.
Massini, Cárlos.
Massini, Estevan.
Massini, Miguel.
Maupas, Ernesto.
Maza, Juan.
Mattos, Manuel E. d
Medina, Jose A. .
Mendez, Teófilo F.
Mendizabal, José S.
Mercáu Agustin.
Merian, Eduardo
Mermos, Alberto.
Meyer Arana, Felipe.
Miguens, Luis.
Mignaqui, Luis P. *
Millan, Máximo.
Mitre, Luis.
Molina y Vedia, Delfina||
Molina y Vedia, Adolfo
Moeller. Eduardo.
Molina, Waldino.
Molina, Civit Juan.
Mon, Josué R.
Morales, Cárlos Mar
Piaggio, Antonio.
nero, Antonio F.
uente, Guillermo A.
uig, Juan de la C.
- Sarhy, Juan EF. S
-Schickendantz,Emilio. -
Moreno, Jorge
Moreno, Evaristo v.
Moron, Ventura.
Moron, Teodoro F.
Mosconi, Enrique
amos Mejía, Ildefonso
ebagliati, Alberto.
3 ¿Razori, Francisco.
_Recagorri, Pedro $.
| Retes, Antonio: '
Naon, Alberto
Navarro Viola, Jorge.
Negrotto, Guillermo
Newton, Artemio R.
Newton, Nicanor R.
Niebuhr, Adolfo.
Nistrómer, Carlos
Newbery, Jorge.
Noceti, Domingo.
Nogués, Pablo.
Nougues, Luis F.
Nouguier, Pablo.
Noulé, Eduardo.
Obligado, Alejandro
Ocampo, Manuel S.
Ochoa, Arturo. ;
0'Donell, Alberto €.
Olaechea y Alcorta,
Olazabal, Alejando M
Olivera, Carlos E,
Oliveri, Alfredo
Orcoyen, Francisco.
Orús, José M
Ortúzar, Alejandro (h.
Orzabal, Arturo.
Otamendi, Eduardo.
Otamendi, Rómulo.
Otamendi, Alberto.
Otamendi, Juan B,
Otamendi, Gustavo
Otero Rossi, Ildefons
Outes, Felix F. Y
eynoso, Higinio
Riccheri, Pablo.
mW
Rosetti, Emilio.
| Rospide, Juan.
Ronge, Marcos.
subio, José M.
Ruiz Huidobro, Luis.
Saenz Valiente, Ed.
aenz, Valiente Anselmo
Sanchez Diaz, José,
Sanglas, Rodolfo.
Sarrabayrouse, Eugerlo
Santangelo, Rodolfo.
Segovia Fernando.
Sauze, Eduardo.
Segovia, Vicente.
Saralegui, Luis. -
Sarhy, José S.
Sehneidewind, ¿Alberto x
Seguí, Francisco. a
Selva, Domingo.
Senat, Gabriel,
Senillosa, Juan A.
Silva, Angel.
Simonazzi, Guillermo.
Siri, Juan Mm. j
Sisson, Enrique D.
Solari, Emilio.
Soldani, Juan A.
Soldano, Ferruccio.
Spinetto, Silvio.
Spinedi, Hermeneg.F.
Spinola, Nicolas Y
Stuart Pennington, M.
Swenson, U, ES
Tamini Crannuel, L.A.
Tassi, Antonio
Taiana, Alberto.
Taiana, Hugo. $
Tejada Sorzano, Carlos.
Tello, Julio.
Texo, Federico
Thedy, Héctor. +
Toepecke, Ernesto.
Torres Armengol, M. -
Torres, Luis M.-
Torrado, Samuel.
Traverso, Nicolas
Trelles, Pio.
Thibon, Fernando, -
Uriarte Castro Alfredo.
Uriburo, Arenales
Uttinger, Alberto.
Valenzuela, Moisés -
Valerga, Oronte A.
Valle, Pastor del
Varela Rufino 60
Vazquez, Pedro.
Vico, Domingo. Ñ
Vidal Carrega, Carlos
Videla, Baldomero,
Vilanova Sanz,Florenci
Villegas, Belisario.
Vivot, Eduardo.
Wauters, Carlos.
Wernicke, Roberto
White, Guillermo.
White. Guillermo 3.
Wilmart, Raimundo
Williams, Orlando E.
Yanzi, Amadeo
Zamboni, José J.
Zavalia, Salustiano.
Zamudio, Eugenio
Zerda, Victor. de la
Zerda, José de la
Zunino, Enrique.
ANALES
DE LA
SOCIEDAD CIENTÍFICA
ARGENTINA
A AAOA<Á.
S)
DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
Secretario : Doctor JuLio J. GATTI J
A
Ie REDACTORES VA TIONAL MuaEs
Ingeniero Eduardo Aguirre, doctor Ignacio Aztiria, doctor Enrique Fynn,
Y Carlos Maschwitz, ingeniero Emilio Palacio, doctor Carlos M. Morales, ingeniero
! Julio Labarthe, ingeniero Emilio Candiani, ingeniero Alberto Schneidewind,
doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero José S. Corti, ingeniero
Federico Birabén, ingeniero Vicente Castro, ingeniero Eduardo Latzina.
AGOSTO 1904. — ENTREGA Il. — TOMO LVIII
ÍNDICE DE LA PRESENTE ENTREGA
SANTraGo E. BARABINO, XXXII” aniversario de la fundación de la Sociedad Cientf-
CA A O lO leia 49
VICENTE CASTRO, Discurso pronunciado, en su carácter de Presidente de la Socie-=
dad Científica Argentiua, ¡con motivo del XXXII" aniversario de la misma....-. 51
FLORENTINO AMEGHINO, Nuevas especies de mamíferos cretáceos y terciarios de la
República Argentina (CONtMUanón) e... A o a alado Ue sole dono 56
E. Romero BresT, Organización general de la educación física en la ensenanza y
secundaria (CONIL. o NS ae dalla elo ellas to es diaria we) y
y BIBLIOGRAFÍA : VIRGILIO RAFFINETTI, Descripción de Jos instrumentos astronómicos
' . del Observatorio de La Plata. — F. Outes, Arqueología de Hucal. — F. Baum-
y GARTNER, Manuel du constructeur de moulins et du meunier. — H. PoINcARE,
La théorie de Maxwell et les oscillations hertziennes. La telégraphie sans fil. —
Y. HOELBLING, Traité de la fabrication des matiéres de blanchiment........... 88 o
NrcroLocía : El doctor Rodolfo A. Philippi.....ooooooooococorocororrorro neo 8835
2
a
ME
Ñ ————SO > IRA 2
US CEOLOGICACÍNEN
BUENOS AIRES DEC 101904
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CON HERMANOS LIBRARY
684 — CALLE PERÚ — 684
1904
da,
>,
JUNTA DIRECTIVA
Presidente........ Ingeniero VICENTE CASTRO.
Vice-Presidente 1* T' Coronel Ingen. ARTURO M. LUGONES.
Id. 2% Ingeniero EDuaRDO M. Lanús.
Secretario de actas Doctor ENRIQUE HERRERO DUCLOUX.
— correspondencia Señor GUILLERMO J. WHITE.
MESORERO > UN o Ingeniero Luis A. HUERGO (hijo).'
Bibliotecario...... Señor JosÉ SÁNCHEZ DIAZ.
¡asen EmILIO PALACIO.
Ingeniero JULIAN ROMERO.
Señor VICENTE GONZÁLEZ CAZÓN.
Vocales ci. (Ingeniero CARLOS BERRO MADERO.
Señor Juan B. AMBROSETTI.
Profesor PABLO A. P:ZZURNO.
Ingeniero EvArisTrTo V. MORENO.
CIRCLE EA Señor JuAN BoTTO.
ADVERTENCIA
A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje
aparte de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la
Dirección, para que esta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser consi-
derados. y
La Dirección de los Anales sólo tomará en cuenta los pedidos delos 50 ejem=
plares reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente á
dicho número con la casa impresora de Coni hermanos.
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos
pruebas.
Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Direc-
ción, Cangallo 1825.
La DIRECCIÓN.
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= para los SOCIOS...-...-. » 1.00
La suscripción se paga anticipada
El local social permanece abierto, de 8 á 10 y media pasado meridiano
XXXII" ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN
DE LA
SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
1872 — 28 De junio — 1904
Siguiendo su tradicional costumbre, la Sociedad Científica Ar-
jentina ha festejado en el teatro Politeama, especialmente atavia-
do para el objeto, el trijésimo segundo aniversario de su fundación,
lo que implica un peldaño más franqueado en la indefinida esca-
la de los progresos científicos del país.
Como en los precedentes aniversarios, un público tan selecto
como numeroso honró con su presencia a la siempre creciente fa-
lanje de intelectuales que persiguen con constante dedicación el
el escelso ideal de llevar el nivel científico de la Nación, en todas
sus manifestaciones, á la altura que puede 1 debe estar.
Se comprende cómo la Sociedad Científica Arjentina acojiendo en
su seno a los cultores de las ciencias fisico-químico-matemáticas;
a los que dedican sus enerjías cerebrales al estudio del Kosmos en
su constitución natural, mediante observaciones astronómicas que
arrancan al infinito misterioso no pocas delas leyes que le animan;
al estudio del orijen i desarrollo de los fenómenos telúricos que
constituyen la jea, la flora i la fauna de nuestra tierra, átomo sin
importancia, que jira sin brillo propio por los espacios insonda-
bles; a los que aplican su intelecto á las investigaciones bioló-
jicas, antropolójicas, etnográficas, vale decir, a todo lo que ala-
ñe al hombre como último eslabón actual de la escala zoolójica,
en relación con los mundos, con los seres, con las cosas que le ro-
dean 1 consigo mismo ; se comprende cómo nuestra sociedad, de-
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVIIM 4
50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ciíamos, que acoje desde el estudiante al abogado, al médico, al
naturalista, al matemático, abarcando en un amplio i brillante
marco todas las manifestaciones de las ciencias especulativas i
positivas, desde el concepto matemático puro á la aplicación cons-
ciente de las conquistas esperimentales, fruto de la observación,
vea representadas en sus fiestas aniversarias todas las ramas que
constituyen el frondoso árbol de la técnica humana, i cuente con el
concurso de numerosas 1 distinguidas familias que se complacen
en alentar con sus manifestaciones de aprecio a los miembros di-
rijentes de la Sociedad, arca simbólica de paz que flota aun inde-
cisa en el piélago arcano de la ciencia arjentina, para que perse-
verantes la conduzcan con honra al puerto glorioso do brillan,
cual radiosos faros, sus conjéneres de las naciones más adelan-
tadas.
Ante un público, pues, tan numeroso como distinguido e ilus-
trado, se levantó el telón i apareció en el escenario, destacándose
de un artístico fondo de plantas, flores i luces, la Junta Directiva de
la Sociedad, rodeada por un numeroso grupo de miembros de la
misma.
La orquesta hizo oir, ante la concurrencia de pié, el himno pa-
trio, acojido con una salva de aplausos prolongados; en seguida
el señor presidente leyó el interesante discurso que va a conlinua=
ción, en el que hizo resaltar no sólo la labor de nuestra sociedad en
sus XXXII años de existencia, sino quetambién su influencia moral
en la República i sus progresivas relaciones, cada vez más estre-
chas, con los centros científicos de todo el mundo, a donde llevan
su palabra nueva, 1, sino erramos, no del todo desaulorizada, los
Anales de la misma,
El doctor Eduardo L. Holmberg, leyó en seguida un estenso
trabajo, De infinito a amfinito, revoloteando por los espacios inter-
estelares, donde reinan los infinitamente grandes, para no sabemos
si descender o remontarse a los infinitamente pequeños, tanto o
más admirables que aquéllos,
La conferencia del doctor Holmberg fué muy aplaudida por la
concurrencia.
La segunda conferencia, leída por el señor Holmberg (hijo), fué
una interesante disertación sobre Cultos indios. Por su tema su-
jestivo, la belleza de la forma, lo bien leída 1, agregaremos, su
desarrollo proporcionado, obtuvo los aplausos sinceros del audi
tor10.
XXXII” ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN Sl
La fiesta fué amenizada por intervalos musicales en los que toma-
ron parte los conocidos artistas : señorila Dina Pizzini que ejecutó en
el arpa cuatro números interesantísimos ; señorita Amanda Campo-
dónico que cantó con maestría 1 hermosa voz; señor Mario Rosseger,
que obtuvo de su violin efectos sorprendentes, 1 el 'señor Marchal,
que demostró una vez más su completo dominio del violoncelo.
Por su parte, la numerosa 1 disciplinada orquesta, que dirijía el
maestro G. Gemme, ejecutó á su turno una aplaudida serie de pie-
zas del repertorio clásico.
Al terminar esta somera reseña de nuestra hermosa fiesta so-
cial, no creemos necesario hacer votos por la prosperidad de la So-
ciedad Cientifica, porque esta tiene ya marcada su ruta, que sigue
con fe 1 constancia, marchando, por consiguiente, hacia una meta
perfectamente determinada, a la que llegará a pesar de las dificul-
tades que pueda hallar en su camino.
S. E. BARABINO.
DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
INGENIERO VICENTE CASTRO
Señoras, señores :
El presente acto que me cabeel alto honor de presidir, se realiza
en conmemoración del XXXII aniversario de la fundación de la
Sociedad Científica Argentina. Él reviste, para sus miembros en
particular, capital importancia, pues es la prueba de que en medio
de todas las energías que se desarrollan áfavor de ideales más ó
menos puros, nuestra modesta asociación perdura y continúa agru-
pando á su alrededor á todos los que, por uno ú otre sendero de
la ciencia y no obstante estar dedicados á investigaciones muy dis-
tintas, mantienen entre sí la mancomunidad de un bello deber,
cual es el decolaborar por el estudio y la meditación, al engrande-
cimiento de la patria, para la que todos deseamos el máximun de
bienestar y el máximun de progreso.
El engrandecimiento deun país no reside solamente en que sus
instituciones políticas sean sabias y tiendan á la perfección y, como
consecuencia, den al habitante las garantías de que la constitución
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Má
E)
y sus leyes estén en armonía con las conquistas que los derechos
del hombre han establecido, después del incesante batallar de las
colectividades, que buscan el bienestar planteando y resolviendo
problemas á cuya solución muchas veces se ha llegado, después de
regar con sangre el duro camino recorrido, pero que, como compen-
sación, al final se ilumina con los destellos puros de la libertad.
El progreso y adelanto tampoco residen únicamente en que las
riquezas del territorio permitan el planteamiento de múltiples im-
dustrias y la explotación consciente y atinada de sus productos, á
cuyo favor crece el crédito; el capital es un hecho yesto le permite
abarcar operaciones financieras, que sólo las naciones poderosas
pueden emprender contando con sus energías, su actividad y su
celo, para cumplir con loscompromi sos contraídos, haciendo honor
ásu nombre y difundiendo entonces el progreso y contribuyendo á
la riqueza desde uno á otro extremo del territorio.
No, señores, el engrandecimiento real y verdadero, aquel que cada
uno de nosotros desea para la república, es más vasto y duradero,
sus proyecciones son mucho más amplias; conseguido, sus benefi-
cios alcanzan á los elegidos y á los desheredados. Él resulta de in=
vadir todas las vías de la actividad intelectual, cultivando las ma-=
nifestaciones de la inteligencia y, principalmente, aquella que ate-
sora todas las conquistas de la experiencia en relación con los fenó-
menos fisicos y morales de la vida, y con los agentes poderosos que
constituyen las grandes fuerzas del universo; busca las leyes que
rigen estos fenómenos y agentes, contribuyendo con su labor mo-
desta y pálida, si se quiere, pero no por eso menos fecunda é impe-
recedera, á cimentar las ciencias sobre principios sólidos é indes-
tructibles, base única y verdadera para llegar al perfeccionamien-
to que ennoblece y digoifica; él representa la más hermosa conquista
de la intelectualidad en marcha hacia el ideal que el mundo
está empeñado en conseguir desde que el primer hombre habitó
la tierra; á ella estamos nosotros obligados á contribuir por el es-
tudio y la imeditación y nuestra enseña debe ser conquistar para
la república un puesto en primera línea en el hermoso concierto
de las energías intelectuales que luchan desinteresadas por el bien
común.
La Sociedad Científica Argentina, al fundarse, representa entre
nosotros una de las primeras energías puesta al servicio de ideales
de proyección y de engrandecimiento, dentro del orden de ideas
XXXII” ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN 55)
que acabo de expresar. Desde sus comienzos ya, sus iniciadores
no obstante ser entonces la lucha dura, hicieron sentir la acción
benéfica y progresista que resulta de la asociación de espíritus
cultivados por el estudio de las ciencias.
Los primeros años de existencia de la Sociedad Cientifica Argen-
tina estaban destinados á ser fecundos por sus iniciativas de pro-
greso. Apenas salidos del sometimiento grosero y retrogradante del
caudillaje. cuando la organización definitiva de la república abría
horizontes á las luchas de las democracias en relación con la cultu=
ra de las mismas, las industrias de la república salían también del
marasmo que, como plancha de plomo, pesó tanto tiempo sobre las
actividades individuales y comenzaron á asimilar, en mayor escala,
los medios y procedimientos que explotaban naciones más ade-
lantadas que la nuestra. Esa labor de las industrias nacientes ne-
cesitaba un estímulo y un aliciente que la reconfortase y que, al
mismo tiempo, le proporcionase la ocasión de hacerla conocer de
propios y extraños ; así lo comprendió la Sociedad Cientifica Ar-
gentina, y entonces eu 1875, propuso, y á este fin dedicó con todo
desinterés sus energías, hasta conseguir la celebración de la pri-
mera exposición industrial argentina; como vemos, la Sociedad
Científica plantó así el primer jalón del camino cuyas diferentes
etapas son los sucesivos é interesantes certámenes anuales de la
actividad y progreso industrial de la república.
En ellos, al par que los grandes progresos de la selección de las
razas, vemos también de manifiesto las explotaciones melódicas y
adelantadas de los productos variados de nuestro territorio, que
llenan el espíritu con ensueños de gloria y engrandecimiento, al
pensar en las conquistas incesantes que aún tenemos que realizar,
cuando tendiendo la vista alrededor, nos penetramos de que dispone-
mos de un inmenso territorio lleno de productos por explotar, que
sólo espera la acción de las actividades de nuestra industria para
premiar con sus riquezas á aquellos que pongan á su servicio su
preparación, sus fuerzas y sus energias, haciendo de la industria
una de las fuentes eficientes y sólidas de la riqueza nacional.
La segunda exposición industrial argentina que tuvo lugar en
1876, también se debe á su iniciativa.
En la misma época que acabo de citar, nuestro vasto territorio
presentaba estonces miles de leguas desconocidas; la barbarie en-
señoreada ponía una valla infranqueable que cual anillo de hierro
cerraba las puertas de la expansión mediterránea. La Sociedad
54 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Científica Argentina recientemente organizada, en una época en
que sus valerosos fundadores ignoraban aún si en medio de las
duras luchas de atrasos que pasaron, podrían conseguir armarla
fuerte y poderosa para que resistiera y perdurase entre noso-
tros, no sólo se preocupó de organizarse, fué más allá y en
1876 con su modesto esfuerzo, costeó la primera expedición al le-
jano sur, puesta á las órdenes del doctor Francisco P. Moreno. Así
se inició la era de las sucesivas expediciones que harían conocer
las riquezas de aquellos territorios y algo más importante aún,
abierto este camino de exploraciones que, penetrando á través de la
zona imperio del salvaje, nos había de mostrar las bellezas de sus
verjeles recostados en las faldas inferiores de la cordillera y los
enhiestos picos, muchos cubiertos de nieve eterna que, cual mono-
litos inconmovibles detienen el paso del viajero, contribuyó eficaz y
poderosamente por los estudios y reconocimientos que se hicieron,
á demostrar la justicia de nuestros derechos, en el viejo pleito que
sosteníamos con la nación otrora hermana en las luchas por la
independencia sudamericana.
A la Sociedad Cientifica Argentina le estaba reservado dar otro
ejemplo de iniciativas inolvidables, iniciativa fecunda por sus con-
secuencias, que llena de orgullo inmarcesibie á la asociación; bajo
sus auspicios y dirección, es que se celebra el Primer Congreso
científico latinoamericano, el cual tuvo lugar en esta ciudad el
ano de 1898.
Este primer congreso científico, ha consagrado el deber de reu-
nirse anualmente los hombres de ciencia de la América para desa-
rrollar y discutir los múltiples temas de palpitante interés, cuya
solución interesa al rápido progreso moral y material de, los países
de la América latina.
La trascendencia de esta iniciativa bastaría, por sí sola, para per-
petuar el nombre de la Sociedad Cientifica Argentina en los ana-
les de la historia de nuestro desarrollo intelectual, ella es otro paso
dado paraque la ciencia, difundiendo sus enseñanzas, sea la fuente
inagotable de adelantos palpables y factor poderoso del progreso.
Sólo me resta agregar en esta ligera reseña, que los anales de la
Sociedad, en los cuales dejaron en otras épocas lampos luminosos
desu ciencia, los Gould, Burmeister, Rawson, Balbín, Puiggari y
olros, con no menos méritos á nuestro agradecimiento, continúan
llevando de uno á otro extremo del mundo civilizado la expresión
XXXII" ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN 913)
de nuestra actividad intelectual y propenden á que la República
Argentina ocupe el sitio que le corresponde en el gran concierto de
las actividades intelectuales, que se forjan en el yunque del estu-
dio, despidiendo, á veces, chispas que aclaran el horizonte y llenan
de luz pura y benéfica todos los ámbitos do la humanidad com-
bate, proporcionándole horas de calma y de felicidad en medio del
rudo batallar de la existencia.
Lo que acabo de bosquejar con estas palabras, representa, seño-
res, la parte más visible de la colaboración con que la Sociedad
Cientifica Argentina ha contribuido al engrandecimiento de la re-
pública, y si bien es cierto que esta faz de nuestro adelanto no se
valora en dinero contante, en cambio se le aquilata con algo más
noble é indestructible, cual es el rango intelectual de la República
Argentina en la escala del progreso entre los países de la América
latina.
Para concluir, señores, sólo me resta la grata satisfacción de agra-
deceros vuestra asistencia á este acto y ávosotras, dignas represen-
tantes de la mujer argentina, que cual gracioso marco de fragan-
tes flores engalanáis esta fiesta, os ruego recibáis nuestro más sin-
cero agradecimiento por habernos honrado con vuestra presencia,
emulación preciosa, muy digna de las que asi como contribuyen
con sus suavidades exquisitas á retemplar elespíritu del hombre en
los momentos amargos de la existencia, concurren también en pri-
mera línea á dar pruebas de noble y puro patriotismo, cuando el
clarinde las angustias suena, como lo registra más deuna gloriosa
página de la historia patria.
NUEVAS ESPECIES
DE
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS
DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Por FLORENTINO AMEGHINO
(Continuación)
Ord. PERISSODACTYLA
Fam. Adiantidae
ADIANTUS PATAGONICUS (1), n. sp. Tipo : una muela superior, la
última del lado izquierdo, de un animal de tamaño muy pequeño.
Tanto la corona como las raices son de largo regular. A primera
vista se diría tener entre manos una muela de Macrauchenva en mi-
niatura; el número y disposición de las fositas de la cara masti-
catoria, aparentemente es casi el mismo. Sin embargo, en la cara
externa falta todo vestigio de la arista mediana, que está reempla-
zada por una depresión longitudinal; como esta arísta se encuentra
en las muelas de todos los representantes de la familia de los
Macroquenideos, su ausencia en las de Advantus, prueba indiscu-
tiblemente que este género debe referirse á una familia distinta.
La cara externa de la muela es excavada longitudinalmente, con
la arista angular anterior muy fuertemente desarrollada, y la angu-
lar posterior un poco menos. Las dos puntas en Y son igualmente
(1) A. Mo N., s. 3%, t. TIL p. 92, figs. 98, 100.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 51
bien pronunciadas. En el centro de la cara masticatoria se ven tres
fositas que corresponden á la anterior, la central y la posterior; tie-
nen forma de pozos circulares pequeños y muy profundos, de los
cuales el central es el más grande y el posterior el más peque-
ño; esta última fosita falta en los Macroquenideos terciarios,
y en los cretáceos está representada por la hendidura semilu-
nar posterior. El cíngulo anterior está confundido con el resto
de la corona, menos en la parte interna, en donde encierra un
pozo profundo que representa la fosita periférica anterior. El cín-
gulo posterior forma una cresta en arco de círculo que encierra
un gran valle periférico posterior, cuya parte interna más pro-
funda toma la forma de un pozo profundo. Los dos dentículos
internos están igualmente desarrollados, pero el posterior es un
poco más bajo, terminando ambos en cúspide cónica libre. Sobre la
cara interna, los dos lóbulos correspondientes están separados
por un surco interlobular angosto y profundo, pero que no da
origen á la formacion de una fosita periférica interna como en los
Macrauchaenidae. La muela se implantaba en el maxilar por tres
raíces bastante largas, dos externas y una interna mucho más
grande y más ancha. La corona mide 6 mm. de diámetro ánte-
ro-posterior sobre el lado externo, 6 mm. de diámetro transverso
en la cara anterior y +,5 mm. en la posterior. Alto máximo de la
corona sobre el lado externo, desde el cuello hasta la punta de la
cúspide en V anterior, 6,5 mm.
Terciario inferior de Patagonia (colpodonense de Colhué-Huap1).
Fam. Macrauchenidae
Subfam. FTheosodontinae
PSEUDOCOELOSOMA PATAGONICA Amgh. 1891. El género y la especie
fueron fundadas sobre un paladar con toda la dentadura de un
individuo muy viejo, encontrándose además la pieza en un pésimo
estado de conservación. El ejemplar en cuestión mostraba la parte
anterior constituida por el intermaxilar, ancha y corta, y con los
incisivos colocados formando un arco de círculo, en contraste ab-
soluto con la misma parte de Theosodon que tiene los menciona-
dos dientes en la misma línea longitudinal del resto de la serie den-
taria.
58 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Dispongo actualmente de un cráneo con la dentadura, la man=
díbula inferior y parte del esqueleto de un animal de la misma
especie. Del examen del cráneo, que es de una conservación per-
fecta, resulta que los incisivos y caninos se encuentran en la mis-
ma línea longitudinal de la serie dentaria, como en Theosodon, y
que la forma en arco de círculo del ejemplar anterior es el resul-
tado de una deformación producida por una presión en sentido án-
tero-posterior durante el proceso de la fosilización.
Sin embargo, aunque la construcción del intermaxilar es la mis-
ma de Theosodon, la especie es seguramente de un género distinto,
pues presenta numerosas diferencias en toda su conformación. No
siendo este el lugar apropiado para entrar en detalles, limíto-
meá indicar que el género se distingue fácilmente de Theosodon y
delos demás Macroquenídeos más recientes porlas muelas persis—-
tentes superiores 3 á 7 de corona muy baja y raíces muy largas;
estas muelas tienen en el lado interno, enfrente del surco interlobu-
lar, una columna cilíndrica queen las muelas aún no gastadas lle-
ga másó menos hasta la mitad dela altura de la corona. Con el
desgastamiento, la cúspide de la columna aparece en la cara mas-
ticatoria en forma de cono aislado como se ve en la muela 6 del
ejemplar figurado que sirvió de tipo. Cuando las muelas son más
gastadas, la columna aparece unida álos dos lóbulos internos,
cubriendo en forma de puente el surco interlobular que se trans-
forma en una fosita periférica interna como se ve en la muela 5
más gastada, del ejemplar figurado arriba mencionado. Esta fosi-
ta que existe en todos los géneros más recientes, no existe en Theo-
sodon nien ninguno de los géneros más antiguos.
THEOSODON KARAIKENSIS, NM. sp. Los únicos restos de macroqueni-
deos del yacimiento de Karaiken (notohippidense) que hasta ahora
me son conocidos, consisten en dos muelas, la última superior de-
recha y la última inferior izquierda. Son de tamaño muy poco in-
ferior á las correspondientes de T. Lydekkerz, pero se distinguen
de éstas y de las que proceden de las otras especies santacruzeñas,
por la corona mucho más corta, las raíces más largas y el gran des-
arrollo de los cíngulos basales.
La última muela superior es de corona ancha adelante y muy an-
gosta atrás; el lóbulo posterior es muy reducido, tanto en el lado
externo como en el interno; sobre la cara externa el lóbulo poste-
rior carece de la cúspide central en V ; el cingulo basal externo es
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 59
muy fuerte, presentando también un cíngulo interno pero menos
acentuado. La corona mide 18 mm. de diámetro ántero-posterior
sobre el lado externo, 19 mm. de diámetro transverso adelante y
11 mm. atrás ; el alto de la corona sobre el lado interno es de sólo
8 mm., sin que sea debido á la edad, pues la muela es apenas gas-
tada.
La última muela inferior es de corona muy baja y con un cingulo
basal externo muy desarrollado que da vuelta sobre las dos caras,
anterior y posterior. La corona mide 22 mm. de diámetro ántero-
posterior y sólo 11 mm. de alto sobre el lado externo del lóbulo
anterior.
Eoceno superior de Patagonia (notomippidense de Karaiken).
Subfam. Macraucheninae
PARANAUCHENIA (1), n, g. Tipo : Scalabrimitherrum denticulatum
Amgh. 1891. Esta especie sólo me era conocida por muelas inferio-
res. Ahora conozco la dentadura superior casi completa, y presenta
caracteres tan particulares que me obligan á fundar para ella un
nuevo género. Acá me limito áunos pocos datos relativos á las
muelas persistentes superiores. Estos dientes tienen la corona
cuadrada, con el diámetro ántero-posterior igual al diámetro
transverso como en todos los Macroquenídeos más antiguos de las
formaciones patagónica, santacruzeña, y del cretáceo más supe-
rior (pyroteriense) que constituyen las subfamilias de los Cramau-
cheninae y Theosodontinae.
En Scalabrimithervum y todos los otros géneros más recientes,
que constituyen la familia de los Macrauchemínae, esas muelas
son rectangulares, con el diámetro ántero-posterior considera-
blemente mayor que el diámetro transverso. Á esta diferencia,
se agrega que en Paranauchenia, las mismas muelas son de co-
rona muy baja y raíces sumamente largas, siendo el largo de éstas
casi igual á tres veces el alto de la corona. Eu Scalabrinithernum
las coronas son proporcionalmente mucho más altas y las raices
más cortas, siendo el largo de éstas en los individuos completa-
mente adultos, sensiblemente igual al alto de la corona.
(1) A. M. N.,s. 3%, £. 1IL, pp. 427-430.
60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La fosita central es muy pequeña; en las muelas ya bastante
gastadas no se ven absolutamente vestigios de la fosita anterior :
, ( ántero-posteri0T.......oooooooo.. 0019
: 2)
Ditto de le alo ((UEMSTORIO: os oLosboboVSoosayoss 0 022
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8% y ANtero=postenior ao e 0 022
Mig de la must | transverso en la cara anterior.... 0 022
Longitud del espacio ocupado por las cuatro muelas 24 %.. 0 088
Los datos que preceden están basados sobre un trozo de maxilar
derecho con las muelas 4 á 7, pieza que forma parte de las colec-
ciones del Museo Nacional.
OxYODONTHERIUM Amgh. 1883. Tipo: Oxyodonthervum Zeballost
Amgh. 1883. El género fué fundado sobre una rama mandi-
bular incompleta de un individuo joven. En las colecciones del
Museo Nacional hay restos de la dentadura superior de varios in-
dividuos.
En la conformación de la dentadura, Oxyodonthertum es un ¡n-
termediario perfecto entre Paranauchenta y Scalabrinithertum.
Las muelas superiores persistentes no son tan alargadas de adelante
hacia atrás como en el último género, ni tampoco cuadradas como
en el primero. La muela 5 superior es casi tan cuadrada como la
correspondiente de Paranauchenia; la muela 6es al contrario más
alargada, aproximándose á la correspondiente de Scalabrinitherium,
mientras que la muela 7 es tan corta que tiene su mayor diámetro
en sentido transversal.
Estas muelas son también de corona un poco más alta y raices
un poco más cortas que las de Paranauchenta, pero los menciona-
dos caracteres no son tan pronunciados como en Scalabrinithervum.
La fosita central es muy pequeña y de la fosita anterior sólo se ven
vestigios en las muelas de los individuos jóvenes.
No habiendo aparecido hasta ahora en la misma formación,
muelas del mismo tamaño que indiquen otro animal diferente del
mismo grupo, me inclino á la opinión de Lydeker, que considera
Mesorhinus como idéntico de Oxyodonthertum. Siesta identificación
resultara exacta, Oxyodonthervum tendria una apertura nasal an-
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 61
terior mucho menos especializada que la de Scalabrinitherium y
hasta cierto punto intermediaria entre éste y Theosodon.
La pieza más típica de las colecciones de Museo Nacional es un
maxilar superior izquierdo con las tres muelas persistentes 54 7,
. cuyas medidas son las siguientes :
E E MERO. .conoocobsoose 0021
D del EN
proa muela Wi ansyerso:.. . AE 0 020
de ántero-posteri0T........o....o.. 0 0235
Diámetro de la muela 2 )
rd (AMS ENS. 0 019
ae Ateno pos terio 0 015
D ¿y án
o de 1 dana (Otras verso... 0 018
Longitud del espacio ocupado por las tres muelas superio=
a e - o AGRO 0 061
PHOENIXAUCHENIA (1) TEHUELCHA, N. 9. N. Sp. Tipo : un astrágalo
del lado izquierdo. Es un hueso pequeño de un animal todavía me-
nor que Theosodon gracilis, pero presenta una reunión de caracleres
que indican con seguridad un nuevo género. La cabeza del astrá-
galo es corta como en el de Macrauchenta, con la cara arti-
cular truncada transversalmente como en este último, pero de
superficie todavía más deprimida y cóncava en dirección trans-
versal; en este carácter, este hueso indica un grado de evolución
más avanzado que Macrauchenia, separándose igualmente de Pro-
macrauchenia, Scalabrinitherium y demás géneros más antiguos.
En la parte inferior, la cara articular sustentacular no es ancha
y en dirección oblícua como en el mismo hueso de Macrauchenta,
sino muy angosta y en dirección longitudinal en lo que se acerca
de la conformación del mismo hueso en Theosodon y Cramauche-
nia. El cuerpo del hueso es más angosto, con la troclea articularia
igualmente más angosta y muy profunda, carácter por el cual
Phoenirauchena se distingue de todos los géneros de esta familia
hasta ahora conocidos.
Las dimensiones de esta pieza son:
Longitud máxima sobre el lado interno......oooooooo... o 0043
Alto máximo sobre el lado interd0.......0.ooo.o.oeooo.oooo.. 0 025
Diámetro transverso MÁXIMO. .......o..oo.... cosoDoDbpac O 031
Longitud de la cabeza sobre el costado interno............ 0 011
(1) A.M. N., s. 3%, t. IIL, pág. 433 435.
62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Ancho máximo de la troclea articularia.................. 0029
f ántero-posterior.... 0 021
| transverso máximo. 0 023
Diámetro dela cara articular navicular
Este astrágalo estaba acompañado de la parte proximal y la parte
distal del metatarsiano medio del pié derecho, y de la parte distal
del metatarsiano cuarto del mismo pié. Estos huesos son bastante
más pequeños que los correspondientes de Theosodon gracilis pero
presentan la cara superior de la extremidad distal convexa y con
la quilla central de la cara articular mucho más pronunciada.
Formación tehuelche del río Fenix en la Patagonia austral.
PROMACRAUCHENIA (1), n. gen. Tipo del género : Promacrauchema
antiqua = Macrauchenia antiqua, Amgh. 1887.
Muelas persistentes superiores distintas de las de Scalabm-
nitherium y casi iguales á las de Macrauchenta, de corona
rectangular muy alargada de adelante hacia atrás, muy lar-
ga y con raíces muy cortas. Intermaxilar redondeado y angosto
adelante como en Scalabrinuhervum, con los incisivos colocados
en la misma linea longitudinal de la serie dentaria formando ade-
lante una curva poco pronunciada. Paladar con la parte anterior
cóncava y sin enangostamiento detrás del intermaxilar. Apófisis
postorbitarias muy largas pero que no alcanzan el zigomático que-
dando las órbitas un poco abiertas atrás. Apertura nasal anterior
en una posición intermediaria entre la de Scalabrimitherium y la de
Macrauchenia, terminando atrás en una escotadura en los fronta-
les en forma de arco de circulo. Frontal plano y sin prolongamiento
triangular adelante. Vomer fuertemente desarrollado pero sin que
aparezca en la parte externa superior del cráneo entre los maxila-
res é intermaxilares como sucede en Macrauchena.
PROMACRAUCHENIA ENSENADENSE= Macrauchenía ensenadense Amgh.
1888, del pampeano inferior (horizonte ensenadense) de La Plata y
Buenos Aires. Ya anteriormente (1894) al tratar de esta especie hice
notar que por muchos caracteres se acercaba de Scalabrinitherium
y que probablemente representaba un género intermediario entre
este último y Macrauchenta. El descubrimiento del cráneo completo
de Promacrauchenia antiqua prueba que M. ensenadense forma
(1) A. M. N., s. 3%, t. IT, pág. 432, 433.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 63
parte de este mismo género. Resulta también que el género Macrau-
cheniía se encuentra limitado al pampeano superior (pisos bonae-
rense y lujanense).
Fam. Proterotheriidae
EOoPROTHEROTHERIUM (1) INAEQUIFACIES (2), n. gen. n. sp. Este ani-
mal está representado por muelas superiores, muelas inferiores y
algunos huesos, la mayor parte de estos restos de un solo indivi-
duo. Es un poco más pequeño que Proterothermum cavum y con-
serva caracteres primitivos de los antiguos condilartros.
En las muelas persistentes superiores los dentículos anterior 1m-
terno y mediano anterior constituyen una cresta oblicuo-trans-
versal perfecta pero separada de la cresta externa por la persisten-
cia de la hendidura semilunar anterior. El dentículo posterior in-
terno conserva un tamaño considerable y queda completamente
separado del anterior interno por la entrada del valle transversal
mediano interno. El dentículo mediano posterior está colocado como
en Proterothervum cavum pero todavía un poco más adherido al
anterior interno. La corona es proporcionalmente muy baja.
Las diferencias y caracteres más notables aparecen sobre la cara
externa. La arista mediana es muy comprimida y muy baja. La
arista intermediaria anterior es al contrario sumamente desarro-
llada, ancha y convexa; vista por el ladoexterno presenta el aspec-
to deun tubérculo cónico. La arista angular anterior es también
bastante fuerte estando separada de la precedente por un surco pro-
fundo.
El gran desarrollo de la arista intermediaria anterior y el surco
profundo que la delimita hacia adelante hacen que aparentemente
esta arista simula la angular anterior, mientras que esta última
simula la sobreangular anterior y el surco parece corresponder al
angular anterior externo. La arista angular posterior es corta, obli-
cua, muy comprimida pero bastante elevada.
La última muela superior que de las que seconservan es la más
completa, tiene una corona de 11 mm. de diámetro ántero-poste-
rior sobre el lado externo y 15 mm. de diámetro transverso má-
ximo.
(DA. M.N., s. 3%,t. IL, pág. 441.
(2) A. M. N., s. 3%, t. IIL pág. 441, fig. 574.
64 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Cretáceo el más superior (pyrotheriense) del Río Chico del Chubut.
PROTEROTHERIUM KARAIKENSE (1), n. sp. La especie está represen-
tada por restos de varios individuos; tomo como tipo un maxilar
superior izquierdo con las cinco últimas muelas perfectas y poco
gastadas. Es del tamaño de Proterothervum cavum. En las muelas
persistentes superiores el carácter distintivo principal de esta espe-
cie consiste en el dentículo mediano posterior que seencuentra más
separado del anterior interno que en las otras especies, encontrán-
dose al contrario más próximo del posterior interno; con el des-
gastamiento, el dentículo en cuestión en vez de unirse con el
anterior interno se une con el posterior interno constituyendo
conjuntamente con este último una cresta oblicuo transversal
en la misma posición y dirección que en los géneros Palaeothe-
rium y Anchithertum. Con la tusión del dentículo mediano pos-
terior con el posterior interno se interrumpe la rama posterior
del valle transversal mediano, mientras que la rama anterior
del mismo valle que en los otros proteroterios se interrumpe
por la fusión del dentículo mediano posterior con el anterior in-
terno, en esta especie se conserva abierta y penetra en la fosa cen-
tral. En la última muela superior el elemento posterior interno se
ha atrofiado hasta'confundirse con el cíngulo transversal posterior.
El dentículo mediano posterior en forma de cono aislado bastante
elevado está colocado al lado del cíngulo transversal en el medio
del largo de éste; con la edad el cono se une al cíngulo, aparecien-
do entonces como un prolongamiento ó contrafuerte anterior de
éste.
La muralla externa de estas muelas se distingue por el poco des-
arrollo de la arista mediana y por los espacios entre ésta y las
aristas angulares, espacios de superficie plana y sin aristas inter-
mediarias.
La muela 3 superior tiene una corona de 11,5 mm. de diá-
metro ántero-posterior sobre el lado externo y 12 mm. de diámetro
transverso máximo. Las muelas superiores 3á 7 ocupan un espa-
cio longitudinal de 54 mm.
Esta especie parece ser el tronco de origen del género Anasolophus.
Formación santacruceña (notohippidense de Karaiken) de la Pa-
tagonia austral).
(1) A. M. N., s. 3%, t. IIL, págs. 299, 451, 453, figs. 400, 586, 587, 588.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 65
PROTEROTHERIUM DICHOTOMUM (1), n. sp. Tipo : una muela quinta
superior perfecta de tamaño bastante mayor quela correspondiente
de P. cavum. Se distingue por el gran tamaño del dentículo ante-
rior interno, cuya base avanza hacia el lado externo en el interior
de la corona interponiéndose entre las bases de los dentículos
medianos. El otro carácter distintivo más notable, es la forma del
dentículo mediano anterior; este elemento se prolonga en forma
de cresta oblícua que se desdobla en dos tubérculos, de los cuales
el suplementario es mucho más pequeño que el primitivo, y está
colocado más hacia adelante y hacia el lado externo.
Las cavidades que separan los diferentes elementos primitivos
son poco profundas, la entrada del valle transversal mediano in-
terno es muy baja y el cingulo transversal posterior es poco eleva-
do. El dentícuio mediano posterior tiene la forma de un tubérculo
cónico bajo y grueso; encuéntrase colocado á igual distancia de
los dos elementos internos anterior y posterior y enfrente de la en-
trada del valle transversal mediano interno.
La muralla externa carece de las aristas intermediarias, pero
en cambio la arista mediana, aunque muy comprimida es de una
elevación poco común.
La corona es bastante alta; tiene 13 mm. de diámetro ántero-
posterior sobre el lado externo y 18 mm. de diámetro transverso
MÁXIMO. ]
Formación santacruceña (horizonte santacrucense de Monte Ob-
servación) de la Patagonia austral.
PROTEROTHERIUM POLITUM (1), n. sp. Tipo: una última muela su-
perior derecha de tamaño apenas un poco mayor que la correspon-
diente de P. perpolitum, á la cual se parece en muchos detalles.
Coincide con la de esta última especie en el gran desarrollo del
dentículo anterior interno que en una y otra especie es de forma
piramidal. El dentículo posterior interno se ha atrofiado, no cons-
tituyendo más que una simple prolongación del cíngulo posterior,
prolongación cuya extremidad interna permanece separada del
dentículo anterior interno por la entrada del valle transversal me-
-diano. El dentículo mediano posterior que en P. perpolitum está
(1) A. M. N.,s. 3%, t. IL, p. 152, fig. 187.
(9 A. M..N., s. 3%, t. IL, p. 465, fig. 605.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVIN 5
66 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
unido por una cresta al anterior interno, en P. polvrtum permanece
completamente separado.
La diferencia más considerable entre ambas especies aparece
sobre la muralla externa. En P. perpolitum, los dos lóbulos exter=
nos son de igual tamaño y de igual alto. En P. polttum, al contra=
rio, el lóbulo posterior correspondiente al elemento posterior exter-
noes mucho más pequeño que el anterior externo, más angosto,
más bajo y más hundido hacia adentro, de modo que la muralla
constituye una línea oblícua. La muela es de contorno rectangular.
La corona mide 10 mm. de diámetro ántero-posterior, sobre el lado
externo; 9 mm. sobre el interno y 16 mm. de diámetro transverso
en la parte anterior.
Formación santacruceña (horizonte santacrucense) de la Patago-
nia austral.
LoPHoGoDODON (1) PARANENSIS(2), N. gen. n. Sp. Tipo : una muela
quinta superior perfecta del lado izquierdo implantada en un trozo
del maxilar. La corona es muy baja y las raíces son delgadas y bas-
tante largas. Sobre la muralla externa hay pequeños vestigios de las
dos aristas intermediarias anterior y posterior; las aristas angular
anterior y mediana son muy pronunciadas, pero la angular posterior
lo es un poco menos. El dentículo anterior interno es muy grande
y colocado más hacia atrás que en los otros proteroterios. El dentí-
culo mediano anterior es también muy grande, en forma de arco
de círculo y fusionado por su extremidad interna con el dentículo
anterior interno casi hasta la cúspide.
El dentículo mediano posterior se ha corrido hacia adelante to=
mando igualmente la forma de cresta en arco de círculo cuya ex-
tremidad interna se fusiona con el gran dentículo anterior interno
cortando la comunicación de la rama anterior del valle transversal
mediano con la fosa central. Los dos tubérculos medianos y el
anterior interno están casi unidos por una cresta continua que
forma un triángulo cuyo vértice lo forma el tubérculo anterior ¡n=
terno y la base la muralla externa constituída por la unión de
los dos tubérculos externos en una cresta continua. El centro del
triángulo está ocupado por una gran fosa central, conservándose
también vestigios de las hendiduras semilunares.
(1) A. M. N., s. 35 t. TIL, pp. 483-484.
(2) A. M. N., s. 32, t. IIL, pp. 483-484, figs. 628 y 629.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 617
El dentículo posterior interno tiene la forma de un tubérculo cóni-
co que se une á la arista angular posterior por medio de una cresta
transversal muy comprimida, formada por el cingulo posterior.
Este dentículo, aunque conserva un tamaño considerable, ha que-
dado completamente separado del triángulo por un gran valle trans-
versal constituído por la entrada del gran valle transversal mediano
interno que se ha puesto en comunicación con la fosa ó hendidura
periférica posterior; á pesar del gran tamaño del dentículo, esta
separación le da el aspecto de una parte accesoria, tomando la
muela el aspecto característico del tipo triangular.
El cíngulo transversal anterior es bien desarrollado y presenta
la forma común en las muelas de los animales de esta familia.
La muela es un poco más ancha sobre el lado externo que sobre
el interno; tiene dos raices delgadas y bien separadas sobre el
lado interno, y dos mucho más gruesas sobre el externo.
La corona mide 14,5 mm. de diámetro ántero-posterior sobre el
lado externo, 11 mm. sobre el interno y 17 mm. de diámetro trans-
verso sobre ei lóbulo anterior.
El Lophogonodon es un descendiente de Brachytherium y el an-
tecesor del género Eoauchenta de Monte-Hermoso.
Oligoceno superior (mesopotamiense) de los alrededores de Pa-
raná.
LICAPHRIUM PYRAMIDATUM (1), n. sp. Tipo : maxilares con la den-
tadura, mandíbula y parte de esqueleto de un mismo individuo.
Es del tamaño de L. Flower, y acá sólo voy á indicar los caracte-
res que distinguen á las muelas supericres persistentes. En estos
dientes el elemento mediano anterior es proporcionalmente muy
pequeño. El elemento ó6 dentículo mediano posterior es todavía más
pequeño, muy bajo, yen vez de forma cónica, tiene el aspecto de una
pequeña cresta colocada en dirección transversal, siendo este ca=
rácter sobre todo muy aparente en la última muela. El lado in-
terno de la última muela superior presenta un solo lóbulo consti-
tuido por el dentículo anterior interno que se levanta en forma de
cúspide piramidal muy elevada. El lado interno de este lóbulo
forma una superficie plana sin vestigios del surco interlobular.
El cíngulo transversal posterior forma una cresta continua que da
vuelta sobre el lado interno y se prolonga hasta la cúspide de la
(1) A. M. N., s. 3,4, JUL p. 479, fig. 614.
68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
pirámide sin que se observe en ella ningún engrosamiento co-
rrespodiente al elemento posterior interno.
La muela 6 superior tiene una corona de 16 mm. de diámetro
ántero-posterior y 22 mm. de diámetro transverso máximo. Las
muelas superiores + 4 7 ocupan un espacio longitudinal de 61 mm.
Formación santacruceña (piso santacrucense) de la Patagonia
austral.
LICAPHRIUM PROXIMUM (1), n. sp. Esta especie, representada por
trozos de maxilares con dentadura y por muelas sueltas, parece
constituir una transición entre las especies de los géneros L1ca-
phrium y Proterothervum. Los dos dentículos internos están bien
separados por la entrada del valle transversal mediano, la cual es
ancha aunque poco profunda. Hay también un surco interlobular
interno el cual, en su dirección, no coincide con la entrada del valle,
encontrándose esta última algo más atrás; esta discordancia prue-
ba que el gran tamaño del dentículo anterior interno es debido
principalmente á una mayor extensión hacia atrás de su parte
posterior. Los dos dentículos medianos son pequeños.
La última muela inferior tiene el lado interno formado exclusi-
vamente por el elemento anterior interno que se levanta en cúspi-
de piramidal del mismo modo que en L. pyramidatum; se distin-
gue, sin embargo, de esta última especie por el cíngulo posterior,
el cual, cerca de su extremidad interna, muestra un engrosamiento
en forma de un pequeño tubérculo cónico que representa el ele-
mento posterior interno. El tubérculo mediano posterior es cónico
y completamente independiente.
La muela 6 superior tiene una corona de 16 mm. de diámetro
ántero-posterior y 20 mm. de diámetro transverso máximo.
Formación santacruceña (piso santacrucense de Monte Observa-
ción) de la Patagonia austral.
LICAPHROPS (2), n. gen. Tipo: Licaphrops festinus = Prolicaphrium
festinum Amgh. 1902, del piso colpodonense de la formación pata=
gónica de Colhué-Huapi. Las muelas de este género se distinguen
por la corona alta, por el gran desarrollo del dentículo anterior
interno y la reducción ó atrofia del posterior interno, lo que da á
(1) A. M..N.,s. 32, t. III, pp. 469-470, figs. 610, 611.
(2) A. M. N., s. 32, t. II, p. 448, fig. 583.
E
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 69
esos dientes un aspecto triangular. El dentículo posterior interno
ya no constituye más que una simple prolongación del reborde
transversal posterior y se presenta casi igual á la parte interna del
reborde transversal anterior. La muralla externa es completamente
vertical y la arista mediana essumamente comprimida. Las muelas
de la especie típica, L. festanus, se distinguen porel gran desarrollo
de la arista intermediaria anterior, que es más larga y más promi-
nente que la arista mediana.
LICAPHROPS COALESCENS (1), nm. sp. Tipo : una muela persis-
tente superior, la quinta ó sexta, implantada en un trozo de
maxilar. Es de doble tamaño que la de la especie precedente,
distinguiéndose también por varios otros caracteres. El dentí-
culo anterior interno es de aspecto más cónico y más convexo
sobre el lado externo. Los dos tubérculos medianos son más
pequeños y más fusionados con el anterior interno. En la ex-
tremidad interna del reborde transversal posterior ha reaparecido
un pequeño vestigio del dentículo posterior interno en forma de
tubérculo cónico. En el medio del rebordebasal anteriorse ha des-
arrollado un pequeño tubérculo suplementario mediano. Sobre
la muralla externa la arista intermediaria anterior es mucho más
pequeña que en la otra especie, pero la intermediaria posterior
presenta el mismo desarrollo que en L. festinus. Las aristas angu-
lar anterior y angular posterior se han desarrollado en forma de
crestas elevadas. La arista mediana aunque igualmente compri-
mida es mucho más elevada que en L. festínus. La corona mide
13 mm. de diámetro ántero-posterior sobre el lado externo y 16
mm. de diámetro transverso máximo.
Formación santacruceña (piso santacrucense de la Patagonia
austral).
PROTHOATHERIUM PLICATUM (2), n. sp. Se distingue de P. scamna-
tum porel tamaño bastante mayor y algunas pequeñas diferencias
en el aparato dentario. Las muelas superiores 5 y 6 muestran los
cuatro elementos que forman la cresta interna (medianos anterior
y posterior é internos anterior y posterior) menos fusionados. El
dentículo posterior interno es bastante mayor que en P. scamna-
(1) a. Mo N., s. 32, t. IIL, pág. 455, fig. 591.
(9) A. M.N., s. 3, t. 1IL pág. 445-446, figs. 579 y 580.
70 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
tum y está separado del anterior interno por un surco interlobu-
lar más profundo y más largo. Sobre la muralla externa las dife-
rentes aristas aparecen menos pronunciadas. En la última muela
superior se ve el dentículo mediano posterior que se desprende
de la cresta interna y avanza en forma de espolón en la gran fosa
coronal. Este elemento no es visible sobre la misma muela de P.
scamnatum. La corona de la muela 3 superior mide 12 mm. de
diámetro ántero-posterior y 14 mm. de diámetro transverso má=
x1mO.
Eoceno inferior (piso colpodonense de la formación patagónica)
de Colhué-Huapí.
THOATHERIUM VELATUM (1), n. sp. Esta especie representada por un
cráneo incompleto y varias muelas, es de talla bastante mayor que
T. minusculum. Las muelas superiores 3 y 6 se distinguen por el
tamaño muy pequeño del dentículo posterior interno, el cual ade-
más seencuentra soldado al anterior interno casi hasta la cúspide,
pero ambos permanecen divididos por un surco interlobular bien
acentuado. El dentículo mediano posterior ha desaparecido, vién-
dose de él apenas vestigios en el fondo del gran valle longitudinal
que separa la cresta interna de la externa. El reborde basal poste-
rior es fuertemente desarrollado y en su parte más interna da
origen á una fosita periférica posterior bastante profunda.
La última muela superior se distingue de la correspondiente en
las otras especies porel dentículo posterior interno que se encuen-
tra unido al anterior interno hasta la cúspide, formando una cresta
continua que se prolonga en su parte posterior confundida con el
reborde basal, hasta el ángulo posterior de la muela.
La corona de la muela 5 superior mide 13 mm. de diámetro
ántero-posterior sobre el lado externo y 17 mm. de diámetro trans-
verso máximo. Los mismos diámetros de la última muela son res-
pectivamente de 14 mm. y 17 mm.
Formación santacruceña (piso santacrucense) del río Santa
Cruz.
THOATHERIUM KARAIKENSE (2) n. sp. Se distingue de T. minusculum
por el tamaño algo mayor y por las muelas superiores persistentes
(1) A. M.N.,s. 3%, t. IL pág. 460, figs. 597 y 598.
(2) A. M. N., s. 3% t. IIL pág. 454, fig. 589.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA TL
que presentan el dentículo posterior interno menos atrofiado. Esta
diferencia es sobre todo muy aparente en la última muela superior;
el dentículo posterior interno es bastante alto, grueso y toma parte
en la formación de la muralla interna de la muela, lo que no su-
cede en el mismo diente de T. minusculum. Además el dentículo
posterior interno permanece separado del anterior interno por
la entrada del valle transversal mediano que se abre sobre el lado
interno y tiene la forma de una hendidura profunda. La última
muela superior tiene una corona de 13,5 mm. de diámetro ántero-
posterior sobre el lade externo y 16 mm. de diámetro transverso
MÁXIMO.
Formación santacruceña (piso notohippidense de Karaiken) de
la Patagonia austral.
THOATHERIUM BILOBATUM (1), n. sp. Tipo: muelas persistentes su-
periores 5 y 6, que indican una especie de tamaño un poco mayor
que T. minusculum. Estas muelas se distinguen porel dentículo
posterior interno que permanece completamente separado del ante-
rior interno por la entrada del valle transversal mediano; esta en-
trada es profunda y se prolonga sobre la muralla interna en
forma de surco interlobular bien acentuado. El dentículo media-
no posterior es bastante desarrollado, permanece completamente
separado del posterior interno; pero se fusiona con el anterior
interno; forma como una prolongación de este último dentículo
que va á unirse al posterior externo aislando una gran fosita
central y cortando la comunicación de ésta con la entrada del valle
transversal mediano. En cambio, la entrada del valle se pone en
comunicación con la fosita periférica posterior formando un valle
profundo.
La corona de la muela 5 superior mide 14 mm. de diámetro
antero-posterior sobre el lado externo y 15 mm. de diámetro trans-
verso Máximo.
Formación santacruceña (piso santacrucense) de la Patagonia
austral.
(1) A. M.N., s. 3%,t. II, pág. 459, fig. 506.
(Continuará.)
ORGANIZACIÓN GENERAL
EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA
CONFERENCIA DEL DOCTOR E. ROMERO BREST
(Continuación)
OBJETO DE LA EDUCACIÓN FÍSICA
La idea moderna ha cambiado fundamentalmente el objetivo
que la educación física debe perseguir en la escuela.
Desde luego, es claro que la escuela no podrá tener una tenden-
cia particularista y por lo tanto quedarán de hecho excluídas, y
por esta sola consideración, sin tener en cuenta los inconvenientes
fisiológicos, toda acción que signifique una exaltación aislada de
ciertas aptitudes en detrimento de otras.
Es obvio así que la escuela tendrá por objeto principal el desarro-
llo armónico del organismo en todas sus aptitudes funcionales y el
acrecentamiento de la salud. Pero también es claro que si éste es
el objeto principal no es de ninguna manera el único, debiendo
comprender además, aunque supeditado siempre al concepto fun=
damental de salud y armonía funcional, otras acciones también
importantes, como son el cultivo de la fuerza muscular moderada
y el de la belleza plástica.
Al mismo tiempo y sin olvidar la extremada importancia de este
hecho, la educación física debe ser considerada también como un
agente poderoso de educación moral y social, que tiende á formar
el carácter del hombre y del ciudadano.
Dice Preyer : «El desarrollo de la voluntad por los movimientos
verdaderamente voluntarios y el desarrollo del no querer por la
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 13
inhibición de los movimientos habituales, dan la base del desarro-
llo del carácter ».
Los juegos cuya reglamentación reposa sobre principios de au-
toridad y de disciplina y que comportan el reconocimiento y res—
peto de los derechos de tercero, sobre bases de sentimientos de
lealtad y de nobleza, concurren en primer término á la formación
del carácter del niño.
La escuela no debe olvidar tampoco que prepara los hombres de
una sociedad determinada, y debe pensar por lo tanto, en armarlos
para satisfacer las exigencias, legítimas ó no, de esa sociedad. Así
pues, si es deber de todo ciudadano argentino armarse en defensa
de la patria, la escuela está en la obligación de formar al niño, fu-
turo ciudadano, en las condiciones físicas, entre otras, más propi-
elas para ser un buen soldado.
No hay que olvidar, sin embargo, que el vigor y la resistencia
no las adquiere el soldado en el aprendizaje de las tácticas milita-
res, ni en las prácticas ridículas de los batallones escolares, sino
más bien «en los ejercicios al aire libre, que templan el cuerpo y
templan el alma ». La serenidad de espíritu, la rapidez y preci-
sión de las decisiones, la tenacidad en la acción y la confianza
exacta en el propio valer, son cualidades que desarrolla y ejercita
en alto grado una educacion física bien entendida y son la base
de un verdadero soldado.
Tendrá un fin de difusión social. — El fin elevado de una educa-
ción física racional debe ser siempre un fin social. Su eficacia de-
finitiva reposa en su difusión en el seno de la sociedad en que se
aplica. Su acción no podrá así limitarse mi al individuo, ni á la
escuela, debiendo por el contrario ser esta última un foco de in-
tensa propagación.
La influencia de la educación física empieza así, por las vincu-
laciones que la escuela establece entre sus miembros. Y son preci-
samente estos lazos contraídos en medio de los juegos y de los
trabajos en común, los que más perduran y unen á los hombres,
despertando en ellos profundos sentimientos de solidaridad y de
afecto. Es deber de la escuela para con sus alumnos, no sólo armar-
los intelectualmente para la lucha, que puede ser feroz y egoista,
sino también unirlos en un sentimiento único y poderoso que les
sirva de guía y los agrupe en rededor de un ideal : la gloria y el
progreso de la escuela á que han pertenecido.
Así, la acción educativa de la escuela salva sus límites y lleva al
74 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
hogar los principios y las prácticas de una sana ejercitación, 11i=
fluenciando profunda y eficazmente el desarrollo de la raza.
Pero es claro que esta expansión no podrá hacerse si las tenden=
cias del sistema no responden á las verdaderas necesidades de las
masas populares, y si los medios usados en la práctica no son ade=
cuados para su aplicación fácil y sistemática fuera de la escuela.
Entre nosotros es la forma de esta educación y sus tendencias
exclusivistas lo que ha impedido su desarrollo, más que la exis-
tencia de corrientes sociales poderosas desfavorables.
No es posible negar, sin embargo, que ciertas tendencias sociales
contrarían y se muestran enemigas en la práctica, por más que
protesten á su favor en la teoría, ya porque repugnan á sus dog-
mas ó ya por simple ignorancia llena de prejuicios. El misticismo
que pregona la heregía fisiológica del desprecio del cuerpo por el
culto exclusivo del alma es, y ha sido siempre, el enemigo más en-
carnizado de la educación física racional.
Los partidarios de lo pasado porque es pasado y porque los anti-
guos sistemas no les han impedido vivir hasta hoy, son la otra ré-
mora difícil de evitar.
Otras veces son las mismas autoridades escolares las que favo-=
recen en la escuela «una tendencia exclusivamente intelectualista
tan inmoral, como fatal para la raza ».
MEDIOS
Los medios de que se vale la escuela para educar físicamente
á sus alumnos son múltiples y variados. Comprenden, como
se deduce de lo que hemos sentado anteriormente, no sólo los que
son propios de una clase de ejercicios fisicos, sino también todos
los agentes de orden material que afectan al niño en su vida escolar
y particular. Pero, de cualquier manera que sea, será la clase me-
tódica y racional de ejercicios físicos, el eje principal del sistema
educativo que se adopte. Ella comprenderá en su desarrollo, si
quiere ser completa, al lado de los juegos gimnásticos y los sports,
los ejercicios metodizados ejecutados al aire libre.
Los ejercicios de la gimnástica sueca, que preconizo, son indis-
pensables porque son los únicos científicos y los únicos susceptibles
de una aplicación dosada rigurosamente. Sólo con ellos se pueden
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 75
obtener resultados determinados sin actuar ciegamente sobre los
sujetos.
Pero es necesario que sean completados por los juegos y los
sports que satisfacen mejor y más inmediatamente las necesidades
fisiológicas del niño, al extremo de que en ciertas edades, en las
primeras por ejemplo, constituyen la única forma de ejercitación
fisiológicamente aceptable.
Por otra parte, en todas las edades, son ellos, los juegos, los
agentes más poderosos con que cuenta la escuela para despertar y
desarrollar en los niños y en los jóvenes las cualidades de carácter
que han de hacer de ellos hombres enérgicos y bien preparados in-
dividual y socialmente, para vencer en la lucha.
Uno de los factores más importantes del enorme predominio de
Inglaterra, en el mundo entero, está seguramente en la tenacidad,
energía y confianza en la victoria por el esfuerzo personal que des-
arrolla en sus hijos la práctica extendida y continuada del sport.
En la misma Suecia, el país más educado del mundo, entre los
fanáticos y orgullosos herederos de la admirable gimnástica de
Ling, se hacen ya carne estas ideas modernas, y el empuje social y
de sus hombres pensadores, arrastra rápidamente al viejo sistema
de educación física hacia una reforma completa, complementán-
dole y humanizándole con este agregado de los juegos gimnásticos.
que envuelve una idea filosófica más profunda de loque supone el
vulgo.
En Alemania y en Francia, en la misma Italia bajo la prédica
potente de Mosso, son los hombres de ciencia los que se ponen á la
cabeza del movimiento que hace bambolear sobre sus bases carco-
. midas al viejo sistema empírico é irracional. Y es precisamente la
introducción de los juegos al aire libre, como factor esencial de
educación, uno de los caracteres más importantes de la reforma.
Entre nosotros ya se hace también lo mismo, aunque no sin tener
que luchar á cada paso con prejuicios de todas clases. Son precisa-
mente los viejos maestros de gimnasia los que más se oponen á la
corriente reformadora, y los pedagogos rutinarios, los que, en su
olímpica ignorancia, desdeñan descender al campo, modesta pero
científicamente, á participar de sus juegos con los niños y gular-
les fijando en ellos hábitos que modelan y forjan el cuerpo y el
carácler.
No se rebajan los maestros viejos y los pedagogos desde sus altos
pedestales de la más pura y alla metafísica y continúan haciendo
76 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
la gimnástica pedantesca. Yo he visto maestros dar sus clases con
guantes ysobretodo puestos y á maestras dictar las suyas con som-
breros adornados de plumas y cintas en la cabeza, con reloj y ca-
dena al cuello!
Con frecuencia se oye decir á personas de alta posición escolar y
social, aunque revelando así la más crasa ignorancia, que los jue-
gosno sirven sino para aprenderá gritar y á romper la ropa, y, con-
secuentes con esta idea, gritar contra los juegos y el derecho — he
dicho el derecho de los niños — de correr y saltar en los recreos.
Contábame una distinguida profesora, que había hecho parte de sus
estudios en Europa, la impresión ingrata, que jamás olvidaría,
había hecho sobre su espíritu la recomendación primera hecha
por una Vicedirectora de una de nuestras escuelas normales, el
primer día de clase : Señorita, está prohibido correr y saltar en los
recreos. Y agregaba irónicamente : «llegué á pensar, sin poder
imaginarme que esa prohibición fuera absoluta — que ello sería
permitido en la clase, ya que no en el recreo ».
Todo esto es sencillamente ridículo é irritante, pero hay que te-
nerlo en cuenta, porque son ideas que fácilmente se abren camino
y hacen escuela en la masa popular.
El trabajo manual educativo, aquel que, como su nombre lo indi-
ca, tiende á educar en general las aptitudes físicas y mentales del
niño por medio del agente metodizado que se llama el trabajo y no
el que trata sólo de poner al alumno en posesión de un arte ú ofi-
cio particular, tiene su lugar indispensable en toda escuela bien
organizada. E
Es el primero y uno de los más importantes agentes de educa-.
ción en los comienzos de la vida psicológica del niño, y un com-
plemento utilísimo de la educación moral y física del escolar y aún
del adulto. En este sentido no se debe prescindir de él y es por eso
que en las escuelas y colegios del mundo entero tiende de dia en
día á generalizarse. Los estudios cada vez más completos y revela=
dores de la psicología del niño, prueban á la evidencia la impor-
tancia extremada de este agente natural como poderosa disciplina
educativa.
La agricultura, considerada de cierto punto de vista, es también
un gran elemento de trabajo y de educación, por cuanto exige el
despliegue metódico de las fuerzas físicas y provoca el desenvolvi-
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 17
miento de las más variadas aptitudes mentales del niño. Es en este
concepto una verdadera piedra de toque, que revela las tendencias
del sujeto y lo orientan hacia donde lo llevan sus inclinaciones más
naturales.
Las excursiones escolares hechas con fines de educación física,
así como el tiro al blanco con arma de guerra, desarrollan las apti-
tudes militares que pueden ser cultivadas en la escuela como pre-
paración del futuro soldado.
Además de estos agentes de educación fisica que podríamos lla-
mar directos quedan aún los que bajo forma de conferencias orga-
nizadas en las escuelas pueden modificar las prácticas del hogar en
lo que se refiere á la alimentación y condiciones higiénicas de las
habitaciones, de los niños, así como las conferencias de propagan-
da científica que vulgariza los conocimientos de higiene y de fisio-
logía aplicada á la educación física.
ORGANIZACIÓN DE LAS CLASES
Desde el momento que hemos sentado y admitido que la educa-
“ción física constituye dentro de cada colegio ó escuela, un organis-
mo complejo por la variedad de sus medios de actuación y por las
dificultades de su aplicación, lógico será también admitir una au-
toridad, personal ó colectiva, encargada especialmente de su cui-
dado directo. Será posible, no lo niego, que muchos de los trabajos
y atenciones que enumeraré más adelante como inherentes al cargo,
puedan ser el resorte directo é inmediato del rector ó vice de cada
establecimiento, pero no es menos cierto que el cuidado y dirección
de las plazas y clases, con todo lo concerniente á ellas, exigirán
siempre una otra autoridad técnica y sobre todo única. El profesor
de educación física será, pues, necesariamente único en cada esta-
blecimiento teniendo bajo su dirección todos los profesores auxi-
liares que fueren necesarios.
La eficacia de un sistema exige ante todo unidad de criterio y no
se necesita mucho esfuerzo para comprender que dos profesores
dictando sucesivamente á los mismos alumnos la enseñanza física,
contrarían palmariamente esta exigencia. Hasta en la enseñanza de
78 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
las ciencias y de las letras, que no se encuentran á este respecto
en las mismas condiciones que la educación física, la tendencia
general de las universidades y escuelas superiores se inspira en
este pensamiento: un solo profesor para cada sección de alumnos.
Pero no es esto solo: el régimen y dirección del gimnasio y plaza
de ejercicios físicos necesita una sola autoridad técnica. En cuanto
al efecto de dos ó más profesores sobre las clases, sería más bien
desfavorable, produciendo emulaciones que en otro género de en-
señanzas suelen ser provechosas, pero que debido á la naturaleza
especialísima de la educación física no tardarían en bastardearla,
cayendo en el vicio que apunté al combatir los torneos atléticos.
Hay otro género de emulaciones de clase á clase que no desapare-
cerían, siendo por el contrario mucho más saludable, bajo la acción
deun solo profesor, capaz de dirigirlas y mantenerlas en su justa
medida y correcta orientación.
En las escuelas normales tieneaún mayor importancia porque el
elemento preparación del maestro entra aquí como factor esencial
de la enseñanza y huelga argumentar sobre las ventajas que habría
en imprimir una sola y única dirección á todo este organismo
educacional.
HORAS DE EJERCICIO
Otra de las cuestiones que merece un estudio detenido es la refe-
rente al número de horas que han de destinarse al ejercicio físico
en nuestras escuelas.
El problema es complejo y debe ser considerado de dos puntos de
vista: aisladamente y en relación con el número de horas del tra-
bajo intelectual.
En el primer caso su resolución compite sólo al fisiologista y al
maestro de gimnasia; en el segundo al educador intelectual, al pe-
dagogo y al fisiologista.
En el primero, la resolución se presenta fácil v sencilla, no así
en el segundo, para lo cual se presentan ya múltiples factores socia=
les y escolares que complican singularmente el problema.
Los fisiologistas están contestes en afirmar que es la continuidad
y frecuencia del ejercicio que mayores y mejores efectos produce en
la economía animal y no el esfuerzo poderoso pero aislado. Par-
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 719
tiendo así de este principio, debiera llegarse al ideal de establecer
la clase diaria de ejercicios físicos. Pero, como lo decía anterior-
mente, si es fácil al fisiologista resolver el problema desde su pun-
to de vista, no así al pedagogo que debe consultar y satisfacer otras
muchas exigencias conexas de la escuela y del hogar.
Pues bien, dada nuestra actual organización escolar y sin abri-
gar la ridícula cuanto infantil pretensión de creer que por estas
causas y razones fisiológicas, han de supeditarse los intereses par-
ticulares de padres y maestros y reformarse los planes de estudios,
DO será posible de ninguna manera llegar á este ideal: Ja clase
diaria. Por eso sólo aconsejo tres clases semanales, opinando que
la buena distribución de los recreos, las excursiones escolares bi-
mestrales y la diminución de los trabajos escritos en casa, así Cco-
mo la asistencia á las plazas de ejercicios los días de fiesta, pueden
complementar favorablemente las clases y constituir el todo una
cantidad suficiente de prácticas generales de educación física.
Debo apuntar y sólo á titulo de protesta, el aumento inconsidera-
do del trabajo intelectual que se nota en todos nuestros planes de
estudio desde cierto tiempo á esta parte. Tendencia que se acentúa
cada vez más, precisamente cuando las condiciones de la vida ci-
vilizada hacen urgente y necesaria una corriente opuesta.
A medida que el niño avanza en edad, la escuela se apodera de
él cada vez más completamente y le somete á estudios más inten-
sos cada vez; pero ello es posible porque la capacidad mental del
sujeto es mayor, pero de ninguna manera significa ese fenómeno
la inutilidad del ejercicio físico. Ninguna ley fisiológica ó higiéni-
ca autoriza á creer que el joven de 18 420 años de edad ó el adulto
de 30 no debe hacer otra cosa que calentar su cerebro haciéndole
trabajar constantemente á una alta presión. Ni las máquinas de
acero resisten mucho tiempo así.
Es que es necesario no olvidar y no confundir que el ejercicio
físico llena en la infancia una indicación apremiante de movimien-
to, para almacenar energías; pero que en la juventud y en la
edad adulta llena otra indicación también de movimiento, para
mantener el equilibrio de sus funciones y para aportar continua-
mente las energías que se gastan.
Por esto, pues, el ejercicio físico debe ocupar un lugar predomi-
nante, en cuanto á tiempo; en la escuela primaria, en toda la es-
cuela secundaria, y alcanzar con sus beneficios también á la uni-
versidad.
80 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Esto que es cuestión de fisiología y de higiene, no contestado por
nadie, es una ocurrencia rara entre nosotros y un hecho práctico
usual en las costumbres de los pueblos más civilizados, como In-
glaterra, Estados Unidos y Alemania.
APLICACIÓN DE LOS EJERCICIOS
El concepto moderno de la educación física en lo que se refiere á
la verdadera importancia y significación del movimiento, fisioló-
gica y psicológicamente considerado, ha cambiado fundamental-
mente los principios y los métodos que deben ser usados en la
enseñanza física. Establécese ahora, y así lo aceptan fisiólogos y
psicólogos, que no hay en realidad sino una sóla educación, desde
que el movimiento y el pensamiento son estrechamente solidarios
como fenómenos vitales, y que no es posible tratar de entrena-
miento muscular sino en realidad de entrenamiento de los centros
psicomotrices, en la profundidad de la corteza gris del cerebro,
fuente de todo acto voluntario, ya sea este un movimiento, ya una
volición abstracta, ya un juicio.
Es, pues, esencial tener en cuenta los estados psíquicos intelectua-
les y emocionales del alumno, además de sus condiciones físicas,
en el acto de la clase, en el momento de aplicar este medio que
llamamos movimiento para actuar sobre sus centros.
La clase de ejercicios físicos variará, pues, en su intensidad y en
su forma de acuerdo con estos principios.
No implica esta disposición que no deba seguirse siempre las in-
dicaciones de un programa hecho de antemano, sino simplemente
que la cantidad y forma del ejercicio será susceptible de variar en
el momento dela clase, según las anteriores condiciones, las cuales
no pueden ser previstas.
La acción del ejercicio es esencialmente educativa, de modo que
constituye un agente que actúa por medio de los músculos sobre
los centros cerebrales que presiden á la motricidad voluntaria, y de
ahí que deban ser consultados éstos y las correlativas funciones,
para procederá su aplicación.
Deberá además, y esta es una noción importante por el olvido
frecuente que de ella se tiene en la práctica, ser progresiva, porque
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA Si
no hay verdadera disciplina y beneficio educativos, sino cuando el
esfuerzo es cada vez mayor.
El placer es otro elemento de carácter psíquico cuya importancia
ha sido desconocida por casi todos los educadores antiguos y mu-
chos rutinarios modermos. Y sin embargo, por razones fisiológicas
bien claras, hoy no es posible, no es razonable, proceder á la apli-
cación del ejercicio sin tenerlo siempre presente como factor
esencial.
El interés despertado por el juego ó el ejercicio es el primer ele-
mento que asegura el éxito educativo é higiénico del ejercicio físi-
co y de ahí que debe ser consultado siempre antes de proceder
obligando.
Trataráse así de despertar el gusto por el ejercicio, más que de
imponerlo.
ASISTENCIA Á CLASE
La asistencia á las clases de ejercicio físico será absolutamente
obligatoria para todos, fuertes ó débiles, chicos ó grandes.
Con ello no habráinconvenientes, desde el momento que el sistema
adoptado no implica, ni puede implicar, un peligro para los débi—
les. Muy al contrario, es necesario no olvidar este concepto funda-
mental, que la educación física es para todos y muy especialmente
para los débiles y los enfermos, que son los que más han menester
de ella, por más que absurdas preocupaciones corrientes sostengan
lo contrario.
Si levanta aún algunas resistencias de parte de la familia es pre-
.cisamente porque no ven la importancia que esta educación tiene
para sus hijos, desde que los mismos planes de estudios son los
que se encargan desacreditarla en lo posible: ocupa el último lugar
sin asignación de horas, como quien dice lo mismo es poco quenada,
y no tiene sanción de ninguna clase, ya sea que el alumno sea bue-
no ó que sea malo. Por otra parte, se mantienen alejados de la es-
cuela y ésta no trata de atraerlos, interesando é instruyéndoles,
para que no sea la rutina de la ignorancia la que siga con sus pre-
juicios dominando en la mayor parte de los hogares.
Se tratará, pues, por todos los medios posibles de vencer estas re-
sistencias y asegurar la asistencia regular á estas clases, poniendo
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVIII 6
82 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
en manos de las autoridades escolares medios eficaces para compe-
lerá la asistencia á los alumnos rehacios. El criterio de las 120 fal-
tas puede ser aplicado con tal que se haga tan severo al tratarse de
ejercicios físicos que ocasione fatalmente y de una manera irremi-
sible la pérdida del curso.
Podrá parecer extraña esta exigencia, pero ella resulta de la mis-
ma importancia que tiene el ejercicio, mayor sicabe, que cualquicr
otra materia, desde que su falta ó mala aplicación trae consecuen-
cias que son más graves en sí por lo casi irreparables. Es posible
suponer, y los Consejos de Profesores están llamados á pronunciar=
se en ciertos casos, que un alumno bueno ó superior sea capaz, á
pesar de haber faltado á clase gran parte del año, de ponerse en
poco tiempo al corriente de la enseñanza del aula, cuando se trata
de asignaturas cuya acción educativa se mide por la práctica, por
el grado de instrucción y cantidad de conocimientos que el sujeto
revela. Pero cuando se trata de esta disciplina ya no es lo mismo en
absoluto. Ella se imparte no con el objeto de enseñar á conocer los.
juegos ó los movimientos gimnásticos sino con el fin de que el alum-
no reciba la acción fisiológica y educativa delos mismos y este pro-
ceso tiene que hacerse esencialmente con lentitud y regularidad
metódica. De tal manera que sería un contrasentido suponer que cs.
equivalente á un año de ejercicios metodizados una ejercitación
intensiva de un mes.
El alumno, pues, que no asiste con regularidad á las clases de
ejercicios físicos no ha podido recibir la acción benéfica de la ense-
ñanza y seencuentra en la imposibilidad material de recuperar el
tiempo perdido.
Por estas razones, además del criterio de la pérdida del curso,
que ya está vigente y es aceptado por el público, conviene poner en
manos de los rectores y directores otros medios disciplinarios que
aseguren una asistencia regular. Esto último porque se ha supuesto
que se tiene el derecho de faltar á clase aún sin justificativoalguno,
nada más que por la propia conveniencia ó capricho; y el regla-
mento interpretado así, es á todas luces inmoral.
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 83
EXCEPCIONES
A pesar de todas las medidas y disposiciones que reglamentaria-
mente se establezcan para asegurar á las clases una asistencia re-
gular y constante, no será posible en la práctica evitar por completo
un cierto número de excepciones.
Las enfermedades ó los defectos físicos que imposibilitan en ab-
soluto, no ya la ejercitación sino hasta la simple asistencia á clase,
deberán ser las únicas causas admitidas de excepción.
Convendrá, y esto es obvio, que las excepciones sean concedidas
solamente previa indicación médica sériamente manifestada.
Los artículos pertinentes del plan, que reglamentan la manera y
formalidades con que deben expedirse y aceptarse los certificados
médicos, tienden á evitar, en lo posible, el abuso que desgraciada-
mente se hace en la práctica del certificado médico de complacencia
ó negligentemente extendido.
MEDICIONES ANTROPOMÉTRICAS
La primera condición de éxito del sistema de educación física
implantado es que se le metodize científicamente, de manera que
pueda ser al mismo tiempo una fuente de observaciones y de estu-
dios y que permita seguir claramente el proceso fisiológico del siste-
ma. Será fácil después fijar bajo una base de experimentación, el
concepto y los medios más justos de la educación física.
El conjunto de observaciones así reunidas constituirán un caudal
precioso de consultas.
De aquí nace pues la necesidad de establecer en cada colegio
Gabinetes de observaciones antropométricas, cuyos resultados serán
reunidos en libros especiales. |
A esto responden los artículos pertinentes del plan.
Pero además, y teniendo en cuenta siempre la tendencia expans) -
va de la acción escolar en primer término, estas mediciones y 0b-
84 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
servaciones antropométricas podrán ser comunicadas á los padres,
de modo que tengan así la historia completa del desarrollo físico de
sus hijos; podrán medir sus progresos, darse cuenta de sus retra-
sos y ponerles remedios oportunos. :
Aparte de estas ventajas, se conseguirá también por este medio
que los padres se interesen en los asuntos de la escuela en lo que se
refiere á esta parte de la educación de sus hijos por lo menos, hoy
casi completamente abandonada.
Pero no es esto sólo, sino que no es arriesgado pensar que me-
diante esta indicación constante y aun más si ven los padres pro=
gresos reales de sus hijos, se despertará en la familia el respeto
y la consideración que merece esta disciplina por su alta impor-
tancia educativa y social.
Los maestros tendrán también en éste un control seguro de sus
aptitudes de tal, y de las condiciones del sistema empleado (1).
Y como una consecuencia de estas observaciones fisiológicas re-
sultará también la facilidad de clasificar los alumnos en grupos que
tiendan á individualizar la enseñanza, pues que cada grupo puede
ser comparado á un individuo por la similitud de sus condiciones
fisiológicas. De esta manera la acción del maestro será menos em-
pírica, menos ciega y producirá mejores efectos.
PLAZAS Y GIMNASIOS
¿Y qué género de instalaciones son las que deben preferirse para
las clases de ejercicios físicos en la futura escuela ó colegio racio-
nalmente construído: ¿las instalaciones al aire libre ó los locales
cerrados? ¿La plaza ó el gimnasio? El asunto debe ser encarado de
dos puntos de vista; del punto de vista puramente higiénico y del
punto de vista pedagógico y práctico.
No hay ya dos opiniones autorizadas, de que todo ejercicio de esta
naturaleza debe ser hecho al aire libre, en plazas completamente
descubiertas y sies posible mejor aún, fuera de los grandes centros.
Esta es la opinión de los higienistas.
(1) Véase el cuadro de mediciones antropométricas en la página de enfrente, tal
como es conveniente llevarlo en la escuela.
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LA EDUCACIÓN FISICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA
86 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Los gimnasios en locales cerrados, por inmejorables y completas
que sean las condiciones higiénicas, jamás llegarán á ponerse á la
par de las plazas de ejercicios físicos, y «on mayor razón en nues-
tras grandes escuelas, en donde forzosamente tienen que tener los
gimnasios una capacidad relativamente reducida.
En Alemania, el país que tal vez mejores y más numerosos gimna-
sios tiene, la reacción contra ellos es poderosa, y los ataques que
les dirigen los hombres de ciencia son tan violentos que llegan al-
gunos á clasificarlos con el dictado de criminales.
Sin llegar á la exageración y apasionamiento que indudablemen-
te encierran estas palabras, si se comprende en el anatema aun á
los gimnasios bien instalados y organizados, debemos, sin embar-
go, tenerlas en cuenta, y no olvidarlas nunca, porque encierran un
fondo de verdad é implican un aviso saludable para no caer fácil-
mente en ese peligro real de los malos gimnasios.
A pesar de ello será necesario ó muy conveniente, disponer en
cada escuela de un local amplio que en ocasiones sea el lugar de
ejercitación. Demás está decir que los existentes en las escuelas
normales son muy defectuosos.
La primera instalación de una escuela deberá, pues, ser así su
plaza de juegos, anexa á ella si es posible, con las instalaciones li-
mitadas que exigen los juegos, pero si con las más completas de
baños y guarda ropas.
Del punto de vista económico son también las plazas de juegos
las que deberán ser preferidas, porque fuera de Buenos Aires, el
terreno abunda y no ofrece dificultades. En cuanto á las instalacio-
nes el valor es relativamente escaso.
Las comunas pueden ayudar fácilmente la obra del gobierno cen-
tral, pues es seguro que ellas denarán gustosas los terrenos apro-
piados, con tal de que se transformen en plazas de juegos, para sus
escuelas primarias y aun más para el pueblo todo. Y nótese á este
respecto esta otra consecuencia de la creación de plazas de juegos :
la vulgarización del juego y del ejercicio por la atracción de la es-
cuela nacional hacia sus plazas.
Con la mitad de los dineros que costaría edificar é instalar un
mal y reducido gimnasio, se puede fácilmente dotar por completo
una plaza de ejercicios.
Los gobiernos que así han entendido las conveniencias de la
escuela y del pueblo no trepidan en invertir enormes sumas de
dinero en estas instalaciones.
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 87
En Alemania muchas ciudades importantes están así dotadas por
el gobierno. En Estados Unidos todas las universidades tienen sus
plazas y gimnasios y algunos hasta dos ó más. Boston tiene 14
campos de juegos con 300.000 metros cuadrados de superficie sin
contar el Franklin Park, el cual no obstante ser un paseo público
tiene también los caracteres de una plaza de juegos con 500.000
metros cuadrados. Un millar de Palestras se cuentan en Nueva York.
Verdad es que para todo esto los Estados Unidos han gastado 28
millones de dolares en diez años.
Pero no es de ninguna manera arriesgado pensar que los estadis-
tas norteamericanos han hecho así un buen negocio, porque han
decuplicado las energías de los ciudadanos de la unión.
Otra consecuencia que se deduce de la manera como encaramos
la cuestión de la educación física es la de que ya no es posible con-
cebir escuelas sin patios espaciosos de acuerdo con la cantidad de
alumnos. :
Es tal vez á las escuelas que no satisfacen estas condiciones, y
bien sabemos que son la mayoría aquí, á quienes corresponde en
justicia el dictado de criminales que les alemanes adjudican á los
gimnasios.
Patios para correr y saltar, patios con jardines para reposar la
vista y recrear el espíritu, accesibles á todos y no cercados para
cultivar verduras, como sucede desgraciadamente por estrechez de
vistas Ó simple egoísmo, en algunas de nuestras escuelas normales,
es lo que se necesita en primer término.
Los patios en las escuelas son los pulmones del organismo — y
esta comparación que ni es mía, ni es nueva, es profundamente
exacta y dice ella sola mucho más á favor de los patios que todas
las disquisiciones que pudieran hacerse sobre el tema.
En nuestras escuelas el principal defecto está precisamente en es-
ta falta de pulmones, que las condenan á vivir anémicas y sofoca-
das entre sus cuatro paredes.
Se olvida á menudo que la escuela, causante ya de muchos males,
tiene ante todo la obligación de procurar á sus alumnos una estan-
cia higiénica, siquiera como las cárceles de la nación, según el
precepto constitucional.
(Contanuará.)
BIBLIOGRAFÍA
Descripción de los instrumentos astronómicos del Observatorio de La
Plata, seguida de una nota sobre los adelantos más recientes de la Astronomía,
por VirciLIO RAFFINETTI. Un volúmen de más de 200 páginas, con 25 lámi-
has, tres mapas celestes i S figures intercaladas en el testo. — La Plata,
1904.
Tarde, porque deseábamos antes de hacerlo visitar personalmente el Observa-
torio de La Plata, cosa que no pudimos realizar hasta la fecha, pero siempre á
tiempo por tratarse de una obra de interés permanente, vamos á ocuparnos si-
quiera sea de un modo somero de este trabajo del distinguido astrónomo que
dirije hoy aquel Observatorio, senor Raffinetti.
Al leer el título de la obra creímos hallarnos en presencia de una serie de
descripciones de aparatos óptico-mecánicos más ó menos complicados, másó me-
nos interesantes; pero al recorrer los capítulos de la misma notamos gratamente
sorprendidos que el autor no se ha concretado á describir instrumentos astronó=
micos, como lo demuestra el siguiente indice de los temas tratados :
Capitulo 1. — Orijen de las constelaciones. — Magnitud de las estrellas. —
Constelaciones zodiacales. — Otras constelaciones. — Constelaciones definitiva=
mente adoptadas, australes i boreales. — Nombres especiales de las estrellas. —
Catálogos, cartas. — Modo de hallar las principales estrellas de nuestro cielo.
Capítulo II. — Estreilas variables, periódicas, temporarias.
Capítulo III. — Velocidad de la luz.
Capítulo 1Y. — Aberración de la luz i paralaje de las estrellas.
Capítulo V. — Telescopios refractores i reflectores. — Centro óptico del obje=
tivo. — Eje óptico de un anteojo. — Aumento de los anteojos. -— Claridad de
las imágenes. — Principales instrumentos de un observatorio. — Ecuatorial.
Capítulo VI. — a) Descripción de instrumentos del Observatorio astronómico de
La Plata: Grande i pequeño ecuatoriales. — Telescopio Gautier. — Altazimut.
— Gran círculo meridiano. — Anteojo meridiano-zenital (de pasajes). b) Telesco=
pios astronómicos de otros observatorios : Ecuatorial acodillado (de Mauricio
Loewy)-
Capítulo VII. — Análisis espectral. — Descomposición de la luz.
BIBLIOGRAFÍA 89
Capítulo VIII. — Empleo del análisis espectral para la determinación de la
velocidad de los astros. — Principio de Fizeau. — Verificación del método por
la rotación solar. — Aplicacion definitiva del método Doppler. — Fizeau 1 las
estrellas.
Capitulo IX. — Fotografía del cielo: historia. — Luna. — Nueva prueba de
carencia de atmósfera lunar; selenografía. — Sol; helioscopio ; obturador rápi-
do; la retina humana i la sensibilidad de las placas fotográficas; teoría sobre la
constitución solar, deducida de la fotografia; fotografía estelar ; ecuatorial astro-
fotográfico internacional. — Catálogos i cartas fotográficas universales; impre-
sión del reticulado ; procedimientos prácticos para la fotografía estelar; división
de ésta en zonas. — Macromicrómetro ; su descripción. — Magnitud fotográfica de
las estrellas.
Apéndice: Ecuatoriales de Lick 1 de Yerkes. — Gran refractor de la esposición
de París de 1900. — Huso horario; hora universal. — El planetóide Eros. — Ul=
timas consideraciones jenerales.
Como se ve por el precedente índice, la descripción de los instrumentos del
Observatorio platense constituye la menor parte del trabajo del señor Raffinetti,
abarcando varios otros temas astronómicos de la mayor importancia é interés.
El señor Raffinetti hace presente que su trabajo tiene por orijen el haberle so=
licitado no pocos profesores de cosmografía una descripción de los instrumentos
que funcionan en el Observatorio Astronómico de La Plata; agrega que tuvo in—
tenciones de escribir un tratado de cosmografía; pero que + habiéndolos mui
buenos » resolvió concretarse a agregar a la descripción de los instrumentos de
dicho observatorio, los capítulos que figuran en su obra, la que pasamos a ana=
lizar lijeramente con la sinceridad a que nos obliga nuestra amistad con el
autor.
Al escribir sobre temas astronómicos pudo el señor Raffinetti seguir tres rum-
bos bien distintos: el literario, el didascálico o el matemático.
El primero, adoptado por el docto isonador astrónomo Flammarión, i su ému-
lo Tissandier, no habría sido el más aparente para entrara describir instrumen-
tos de un observatorio astronómico; el segundo, corresponde a las obras que
entienden ofrecer la enseñanza de un ramo del saber humano; el tercero entra
en el dominio del alta jeodesia. El señor Raffinetti ha adoptado lójicamente e)
segundo, sin desdenar por completo el primero;es decir, se ha conservado en
un justo término medio, pues una forma demasiado literaria — como la de Flam=
marion — conduce a divagaciones filosóficas i anecdóticas que diluyen inconve—
nientemente la base científica, perjudicando la eficacia del todo; i la forma
didascálica pura obliga a ser claros pero concisos, lo que implica descartar todo
idealismo literario.
Asi, pues, respecto al modo de espresarse, hallamos que el estilo del señor
Raffinetti hace mui agradable la Jectura de su obra : hai fluidez en la frase, cla=
ridad en el concepto, floridez en la forma, lo cual si no es lo más esencial en un
trabajo de carácter científico, indiscutiblemente ayuda a presentar agradable
mente las enseñanzas severas de las ciencias.
Ahora bien : ¿cuál es el objeto práctico de esta producción del señor Raffi-
netti ?
No puede calificarse como un testo didascálico, dado que no abarca la ense
nanza metódica de esta rama del saber humano, sino partes constitutivas de la
90 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
misma, sin pretención de ilación progresiva. Es más narrativa que descriptiva:
son más bien interesantes disertaciones sobre temas astronómicos que un testo
de estudio de la cosmografía.
Creemos, pues, que el senor Raffinetti debió hacer lo que no hizo, por obe=
decer á principios de injustificada modestia o de compañerismo exajerado: un
verdadero testo de cosmografía, porque dada su competencia profesional i la
facilidad de traducir graficamente sus ideas, como lo demuestra el libro que
acaba de publicar, habría producido una obra más útil como fondo i como al-
cance. Su trabajo actual solo puede tomarse como una parte integrante de obra
de mayor aliento.
Que otros profesores aqui i en Montevideo hayan publicado libros de cosmo=
grafia mui meritorios — cosa que nosotros mismos hemos reconocido en otras
ocasiones al ocuparnos de ellas — no implica que los demás hayan de llamarse
a silencio, i mucho menos cuando para corroborar la parte doctrinal se dispone
de un importante observatorio astronómico como el que con intelijencia 1 dedica=
ción dirije el senor Raffinetti.
Repetimos, pues. que la obra de este señor, más que como libro de estudio
debe considerársele como de lectura científica, como una bella coleccion de me-
morias sobre puntos astronómicos.
Pero, tomados en su verdadero concepto, es indiscutiblemente una labor
agradable einstructiva; tan interesante en su parte histórica bien desarrollada,
como en su técnica, llena de novedades que ponen al lector al corriente del es
tado actual de la ciencia astronómica en los puntos dilucidados.
El senor Raffinetti supone al lector con conocimientos previos de comosgrafía,
sin los cuales mal podría darse cuenta de lo que describe ó narra; sin embargo
algunos capítulos son verdaderas lecciones que pueden ser aprovechadas por
cualquiera. Es un libro que podrán utilizar tanto Jos maestros como los estu--
diantes, pero mayormente los primeros.
Hai capítulos muy interesantes, por ejemplo, los que se refieren a la fotografía
del cielo, al análisis espectral, a la hora universal. No lo son menos los referentes a
los instrumentos; pero el tema es más árido i, por ende, menos simpático, aunque
no menos provechoso.
Concretando : el trabajo del astrónomo señor Raffinetti es mui interesante 1
útil; esto último pudo serlo mayormente si, como era lógico, habiese producido
un verdadero curso de astronomía elemental, histórico-doctrinal, sin preocupar-
sede la preexistencia de obras análogas meritorias, que podría haber emulado
sin desventajas, dada su competencia i la bella forma en que se espresa.
S. E. BARABINO.
Arqueología de Hucal (Gobernación de la Pampa). Extracto de los Anales del
Museo Nacional de Buenos A'vres, tomo 10, páginas 1á 15.
Nuestro colega el señor F. Outes, acaba de publicar una corta monografía
basada sobre una pequeña colección de objetos recogidos por el señor Estéban
J. Caride en las cercanías de la estación Manuel Blanco (F. C. B. A. y N. 0.).
La colección se compone de algunos instrumentos y armas de piedra talladas
y algunos fragmentos de alfarería grabada.
BIBLIOGRAFÍA 91
No trepido en clasificar esta monografía poco extensa á causa del escaso mate-
rial, como un modelo en su género por el método empleado y la prolijidad de
la descripción de los objetos, muchos de los cuales han sido ilustrados cun dibu=
jos del mismo autor que, en suespecialidad, se nos revela, grato nos es declararlo,
competentísimo.
Es de desear que el ejemplo del senor Outes sea imitado, pues sólo así, con el
estudio metódico de los hallazgos arqueológicos y la descripción del material se
podrá llegar á algo positivo.
JUAN B. AMBROSETTI.
Baumgartner (F.), ingénieur-constructeur de moulins. Manuel du cons-
tructeur de moulins et du meunier. Traduit de l'allemand par Paul Schoren,
ingénieur des arts et manufactures. 2 volúmenes en $”, el 1 de 612 páginas, con
482 figuras en el texto, 1903, precio : 20 francos; el 2? de 450 páginas, con 280
figuras en el texto y 3 láminas, 1904, precio : 18 francos. Ch. Béranger, editor.
No es un secreto para nadie que la Alemania ha realizado en la industria mo-
linera y en la construcción de molinos grandes progresos durante los últimos 20
anos. El autor se ha propuesto en este tratado dar á conocer á Francia estos ade-
lantos y perfeccionamientos, es decir, la última palabra sobre la construcción de
molinos é indicar todos los secretos de la elaboración farinácea.
I. El primer tomo de los cinco que componen la obra, trata de las máquinas
de molimnería y es el de que nos ocupamos.
El empleo de las corrientes de aire artificiales en casi todas las máquinas
de molinería moderna ha venido á caracterizar los métodos dle trabajo actuales en
un todo diferentes de los antiguos procedimientos. Las corrientes de aire tienen
por objeto, ya sea transportar el trigo ó los productos de la mezcla de un sitio á
otro, hacerlos desviar de la vertical en su caída, cernirlas, etc.
Para producir estas corrientes de aire artificiales se usan casi exclusivamente
los ventiladores. La primer parte del primer capítulo trata con detenimiento de
estos aparatos, dando su cálculo y tablas de dimensiones de algunos tipos de
ventiladores. A continuación estudia las máquinas de limpiar. Es imposible
moler el trigo en el estado en que se encuentra en el comercio. En un estableci-
miento bien dirigido sele somete á una limpieza que comprende dos partes :
1* Limpieza preparatoria, que tiene por objeto separar del trigo todos los cuer-
pos extraños, como semillas, y abrojos, trozos de lena, maderos, polvo, etc.;
22 La limpia, propiamente dicha, tiene por objeto separar de los granos de tri-
go, las partes adherentes que mezcladas con la harina harían perder el aspecto
de esta última y facilitarían su corrupción.
Con la limpieza preparatoria el trigo puede ser almacenado un tiempo muy
grande, mientras que porla limpieza propiamente dicha es necesario que sea
molido sin retardo.
Las máquinas usadas con este objeto. son los tamises, cribas, usando también
las corrientes de aire, que se encuentran explicadas con todo detenimiento y cum-
pliendo en un todo con el fin que se propone el autor.
El capítulo II trata de la máquina de moler, indicando los aparatos de re-
ducción que se han desarrollado poco á poco en el transcurso del tiempo, á sa=
ber: las muelas giratorias, las trituradoras, los cilindros acanalados, las máqui-
92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
nas de cortar el trigo, los convertidores á cilindros lisos, los desmembradores y
desintegradores, y, por último, á platillos, todo explicado con claridad y apoyado
con numerosos datos para facilitar su cálculo y construcción.
El capítulo III se ocupa de los cernidores, y el IV de las máquinas de limpieza.
Por último, el capítulo V estudia las máquinas de transporte. Este capítulo es
el más interesante, sobre todo para un ingeniero.
A juzgar por la importancia de este primer tomo y por la forma práutica y
prolija que trata el autor esta materia, se puede asegurar qne esta obra su-
mamente interesante ha de ser de indiscutible utilidad para todos los construc=
tores de aparatos de este género, para los industriales que las utilizan y aún para
los ingenieros que se ocupen de efectuar instalaciones completas de este gé-
nero.
IT. La construcción del molino propiamente dicho. — Varios son los proble-
mas que se presentan cuando se trata se construir un molino :
1" Qué clase de trigo se tratará en la nueva instalación y qué producto se pro-
pone obtener;
2 Cantidad de trigo á tratar en un tiempo determinado ;
3 Magnitud de la fuerza motrizde que se dispone;
4% Espacio disponible ;
5” Medios pecuniarios con que se cuenta.
La construción de un molino depende del estudio detenido de estas cuestio=
nes, que comprenden no solamente el molino, sino también la elección apropiada
de las máquinas destinadas á la fabricación de la harina y de su instalación
racional en los molinos, de manera de poder tratar con su ayuda la más grande
cantidad posible de trigo en un tiempo dado, todo obteniendo el más grande ren-
dimiento posible en harina de las mejores cualidades con el minimum de gasto
de primera instalación, de mano de obra y de fuerza.
Con objeto de tratar separadamente estas cuestiones, el autor divide su obra
en cuatro capítulos, á saber:
Capítulo 1. — Elección del procedimiento de molienda y de las máquinas, su
instalación y disposición racional en los molinos, fueza necesaria y rendimiento.
Capítulo II. — Edificios de los molinos.
Capítulo III. — Utilización del viento como fuerza motriz en los molinos y cons-
trucción de éstos á viento.
Capítulo 1V. — Depósitos de trigo y harina, silos, etc.
El primer capítulo es interesante; estudia los diagramas de la mezcla. Se en-
tiende en este caso por diagrama la representación gráfica de los procedimientos
de mezcla ¿seguir en un molino que se proyecta ó seguido en un molino en
marcha. El diagrama tiene por objeto hacer comprender de una manera clara y
sinóptica la función de todas las máquinas del molino, su sucesión y la marcha
de los productos de la mezcla. Mientras que el plano de un molino nos muestra
la disposición, el arreglo de todas las máquinas y no permite sino difícilmente
seguir la mezcla en su marcha á través del molino, el diagrama, no teniendo en
cuenta la instalación de los aparatos en el edificio, indica la sucesión y el modo
de acción.
El diagrama que sirve de base al plano del molino debe ser sinóptico y bien
claro, muy legible, y es por esta razón que se representa las máquinas de que for
man parte simplemente por sus útiles, más raramente, por sus contornos y de-
BIBLIOGRAFÍA 93
jando de lado todo lo que puede obscurecer la imagen, una flecha indica la direc
ción que sigue el cereal que se trata.
Los diagramas no se hacen en escala, puesto que no se conocen las magnitu-
des de las máquinas, pero siempre hay tiempo de excluir las dimensiones calcu-
ladas de estos.
Se pueden dividir los diagramas en varias clases, á saber:
1? Diagramas de limpieza :
a) Limpieza preparatoria,
b) Limpieza propiamente dicha :
2% Diagramas de las mezclas.
Después del estudio de los diagramas pasa el autor á determinar las dimen-
siones que conviene dar á las diferentes máquinas para una cantidad dada de
cereal, éste es detenido y con numerosos datos prácticos.
El capítulo 1I trata de los edificios para molinos, entrando en detalles de
construcción, y comprende la descripción de numerosos molinos existentes, lo
que permite fijar bien las ideas á este respecto.
El capítulo III estudia los molinos á viento. Es sin duda uno de los capítulos
más interesantes. La construcción de los molinos data desde el siglo "xv, pero
sólo se habían utilizado para la elevación de agua; mucho más tarde es cuando
tuvo lugar la aplicación para utilizarle como fuerza motriz. Desde esta época los
molinos áviento poseían una fuerte representación, sobre todo en los paises en
que los vientos son regulares y el país plano.
A continuación de la invención del vapor y gracias á la mejor utilización de la
fuerza del agua, el número de los molinos á viento ha disminuido considerable-
mente, á tal punto que en los paises antiguos, donde existían cientos de molinos
á viento, hoy han desaparecido totalmente. La Alemania es la única que se ha
resistido á esta eliminación.
El autor afirma, y no sin razón, que los molinos de viento racionalmente cons-
truídos son capaces de concurrir ventajosamente con los molinos de agua y de
vapor.
Se conocen numerosos ejemplos de pequenas molinos hidráulicos y de vapor,
que se han visto en la necesidad de cerrará causa de la concurrencia que les
hacian los molinos de viento holandeses.
Los molinos holandeses bien entendido no pueden producir su trabajo sino
cuando el régimen del viento es favorable y á condición de que el motor sea cons-
truido de manera á obtener del viento el máximum de efecto útil y que sea auto-
regulador, es decir, que aquel se adapte automáticamente á todas las direcciones
y velocidades del viento. La menorimperfección ó negligencia á este respecto será
causa suficiente para que la instalación dé un rendimiento mediocre.
Sería un error creer que el viento es una fuerza motriz perdida. Al contrario.
Estamos convencidos que más óÓ menos tarde, esta fuerza será utilizada en
una buena forma. Gracias al progreso de la electricidad, esto es posible porque
la fuerza mecánica al ser transformada en fuerza eléctrica y almacenada en acu=
muladores puede prestar grandes servicios con las ventajas económicas y pérdi-
das mínimas que se le conocen.
Ensayos de este género han sido ya efectuados en Hamburgo con resultado
muy satisfactorio. ;
Mi convicción íntima es queel viento contribuirá tarde ó temprano á la eco=
/
94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
nomía de la fuerza, bastando para ello la aplicación de los conocimientos técnicos
de nuestros días.
L. MIGUENS.
Poincaré (H.), La théorie de Maxwell et les oscillations hertziennes,
La télégraphie sans fil. Volumen 23 de la serie físico-matemática de la co=
lección Scientia, (€, Naud, editor, París, 1904).
Damos á continuación una ligera reseña de la interesante obra de Poincaré,
últimamente publicada.
Comienza el autor por sentar la imposibilidad de dar una explicación mecá=
nica completa de los fenómenos eléctricos, por más que éstos obedezcan á las
leyes generales de la mecánica, lo que demuestra por una série de comparaciones
entre fenómenos eléctricos y mecánicos.
Entra luego á considerar las analogías entre la luz y la electricidad: Ampére
enuncia que el éter es causa de los fenómenos eléctricos, así como Fresnmel lo
había establecido para los luminosos ; Maxwell determina que la electricidad se
propaga en un hilo metálico con una velocidad de 300.000 kilómetros por segun=
do, igual á la de la luz en el aire, y sienta su teoría de que en los dieléctricos
tienen lugar corrientes eléctricas, distinguiendo dos clases de corrientes : des=
plazamiento (6 de Maxwell) que atraviesan los dieléctricos, y de conducción que
circulan en los conductores. Las primeras deben producir los mismos fenómenos
eléctricos que las segundas, los que no se han podido constatar por seresas co=
rrientes decorta duración en un sentido.
Según Maxwell, la onda luminosa es una sucesión de corrientes alternativas
cerradas, producidas en los dieléctricos (aire á vacío interplanetario), que cam-
bian de sentido un cuatrillon de veces por segundo, propagándose la luz de
trecho en trecho, debido á la gran inducción que producen estas alternancias.
El sentido de estas vibraciones eléctricas es transversal como el de las lumi-
nOsas.
Feddersen, examinando las chispas de una botella de Leyden, demostró que
en ciertas condiciones la descarga no es intermitente y del mismo sentido, como
se creíá, sino oscilante.
Estas oscilaciones se establecen en un péndulo eléctrico, que no es más que
un alambre que une dos conductores á distinto potencial; la corriente que se
produce tiende á igualar los potenciales, y cuando ésto sucede, el equilibrio
eléctrico que se establece es roto por la self=induciton, causa análoga á la inercia
que en mecánica obliga al péndulo á sobrepasar su posición vertical. Las oscila=
ciones eléctricas se amortiguan por la resistencia óhmica y por radiación.
Hertz comprobó la teoría de Maxwell por medio de su aparato excitador, con el
que obtuvo oscilaciones de frecuencia de 50.000.000 por segundo, y 6 metros de
longitud de onda. Un excitador colocado en el campo de otro, se vuelve un reso-
nador, y su amortiguamiento puede medirse por medio de las amplitudes máxi-
ma y media de la oscilación.
Un receptor más sensible que el resonador, es el coherer ó radio-conductor,
que consiste simplemente en un tubo de vidrio con limaduras metálicas, cuya
resistencia disminuye al pasar las radiaciones hertzianas, lo que hace que una
corriente continua, á la que las limaduras opongan tal resistencia que impida su
BIBLIOGRAFÍA 95
paso, circule libremente por ellas cuando un excitador envíe al coherer una co-
rriente alternativa muy rápida.
Marconi ideó otro receptor, el detector magnético, fundado en que las hondas
hertzianas destrnyen la histéresis de los imanes.
Sarasin y de la Rive comprobaron definitivamente la teoría de Maxwell, que Ja
inducción eléctrica, se propaga en el aire con igual velocidad que en un hilo me-
tálico, es decir, con la velocidad de la luz.
Las radiaciones eléctricas emanadas de un excitador, sólo difieren de las lumi—
nosas por su período que es un millón de veces mayor; no impresionan la retina,
porque la longitud de onda es muy corta. Todos los fenómenos ópticos se han
imitado con radiaciones eléctricas, evidenciando ésto la analogía de los rayos
luminosos y los de fuerza eléctrica.
Establecida esta semejanza, se ha tratado de reemplazar los rayos lumi-
nosos de la telegrafía Óptica, por los hertzianos. Este es el principio de la tele-
grafía sin hilos.
La imposibilidad de concentrar las radiaciones, ha sido resuelta por: el empleo
del coherer, al quese le ha agregado una antena, consistente en una espiga me-
tálica de 10 450 metros de largo, longitud que debe ser proporcional á la raiz
cuadrada de la distancia por franquear.
Las ondas hertzianas, debido á su gran difracción, rodean los obstáculos, y
ésto es una de sus ventajas sobre los rayos luminosos; pero en cambio, dado
que ellas se propagan por radiación, existe el peligro de que las comunicaciones
entre dos estaciones, sean interceptadas por otras intermediarias.
A evitar ésto tienden, con más ú menos éxito, varios aparatos, de los cuales
Poincaré se limita á describir el transmisor y el receptor Marconi, que son los
de uso actual, y termina su estudio relatando los ensayos radio-telegráficos que
el citado Marconi ha efectuado en estos últimos tiempos.
J. S. D.
Hoelbling (V.|, Traité de la fabrication des matiéres de blanchi-
ment (traducción del alemán por el doctor L. Gautier), 1 vol. in-8 de 343
pág. con 240 fig. Ch. Béranger, editeur, París, 1903.
La industria produce día á día mayor número de substancias destinadas al
blanqueamiento y decoloración, provocando una competencia más y más fuerte
del punto de vista económico. Al cloro y los hipocloritos que con el ácido sulfu-
roso dominaban los mercados han venido á agregarse como rivales poderosos
numerosas substancias cuya importancia va en aumento, por su valor propio y por
la economía de los métodos modernos de obtención.
El libro que nos ocupa estudia los productos nuevos junto á los antiguos, se
detiene en la descripción de procedimientos industriales de preparación, y enu=
mera los empleos del permanganato potásico y agua oxigenada entre los del
primer grupo, siendo sensible que no haga lo mismo con los demás, abandonan=
do los bisulfitos é hidrosulfitos, los peróxidos alcalinos y alcatino terroso, los
percarbonatos y persulfatos, el ozono y algunos más de aplicación creciente.
Los métodos electrolíticos merecen especial atención en la obra del profesor
Hoelbling, presentando curiosos datos de aparatos patentados diversos que se
emplean en usinas de blanqueamiento de fibras textiles y en las fábricas de pa=
96 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
pel y cartón. La electroquímica ha dado á la industria de las materias decolo=
rantes un impulso considerable y no es aventurado asegurar que no estamos sino
en el principio de una serie de aplicaciones de la electrólisis en esta rama de la
química.
Sin merecer el título de completo, el tratado del profesor Hoelbling constituye
una muy útil recopilación de procedimientos y aparatos antiguos y modernos
aplicados á la decoloración y blanqueamiento químicos, siendo éstala crítica más
suave que á un libro de este género puede hacerse en una época de labor febril,
cuando la ciencia florece y fructificacomo si el año fuese de perpetuo estío, derra-
mando de continuo sus frutos sobre ese hormiguero universal que constituye la
humanidad.
E. H. D.
DOCTOR RODOLFO A. PHILIPPI
“Y EL 23 DE JULIO DE 1904
El telégrafo nos ha comunicado el sensible fallecimiento de nues-
tro consocio honorario, doctor RopoLro A. PuiLippr, ocurrido en
Chile el 23 de julio próximo pasado.
La apolojía de un naturalista de la talla del doctor Philippi no
puede hacerse en pocos renglones. Nos reservamos, pues, el publi-
car en uno de nuestros próximos números los rasgos biográficos
mas salientes de nuestro deplorado consocio.
Por hoi nos concretamos a darla triste nueva y a lamentar la
desaparicion del anciano sabio naturalista.
LA DIRECCION.
e
SOCIOS HONORARIOS |
Dr. Kk. A. Philippi. — Dr. Juan J. J, Kyle. — Ing. Luis A. Huergo (padre)
Ing. J. Mendizábal Tamborrel. — Dr. Estanislao S. Zeballos
SOCIOS CORRESPONDIENTES
Aguilar, Rafael........
Ameghino, Florentino...
Arechavaleta, José......
Arteaga Rodolfo de....
Ave-=Lallemant, German
Brackebusch, Luis............
Ballvé, Horacio .......
Carvalho José Cárlos.........
ORO
Corthell, Elmer (..... RS
Lafone Quevedo, Samuel A....
Abella Juan.
Acevedo Ramos, R. de
Adamolií, Alberto.
Adano, Manuel.
Ader. EnriqueA.
Aguirre, Eduardo.
Albarracin, Alberto L.
Alberdi, Francisco N.
Albert, Francisco. ,
Alric, Francisco.
Alvarez, Fernando.
Anasagasti, Horacio
Ambrosetti, Juan B.
Amoretti, Alejandro,
Arata, Pedro N.
Araya, Agustín.
Arigós, Máximo.
Arce, Manuel J.
Arce, Santiago.
Arditi, Horacio.
Areco, Alberto $.
Arroyo, Franklin,
Aubone, Cárlos.
Avila Méndez, Delfin.
Avila, Alberto
Ayerza, Rómulo
Aztiria, Ignacio.
Babuglia, Antonio.
Badaró, Bugenio.
Bahia, Manuel B.
Bancalari, Juan.
Bancalari, Enrique A.
Barabino, Santiago E.
Barbará Adolfo.
Barilari, Mariano S.
Barzi, Federieo.
Battilana, Pedro.
Baítilana, Alfredo.
Baez, Domingo! A
Baudrix, Manuel €.
Bazan, Pedro.
Benoit, Pedro (hijo).
Berro Madero, Carlos
Bimbi, José.
Bell, Carlos H.
Montevideo.
Montevideo.
Mendoza.
Córdoba.
l. de Año N.
Rio Janeiro.
Mendoza.
New York.
Catamarca.
SOCIOS
Besio, Moreno Baltazar
Besio, Moreno Nicolas
Beverini, Alberto.
Biraben, Federico.
Bosch, Benito S.
Bosch, Eliseo P.
Bosch, Anreliano K.
Bonanni, Cayetano.
Bonus, Adrian.
Bosque y Reyes, F.
Bosque, Carlos
Brian, Santiago
Buschiazzo, Francisco.
Buschiazzo, Juan A.
Buschiazzo, Juan G.
Bustamante, José L.
Caimi, Ramon.
Candiani, Emilio
Cálcena Augusto.
Cagnoni, Alejandro N.
Cagnoni, Juan M.
Camus, Nicolas
Candioti, MarcialR.
Canale, Humberto.
Cano, Roberto.
Cantilo, Jose L.
Canton, Lorenzo.
Carranza, Marcelo.
Cardoso, Mariano J.
Cardoso, Ramon.
Carossino, Jacinto F.
Castellanos, Cárlos T.
Castañeda, Ramon
Castro, Vicente.
Claps, Andrés. -
Cernadas, Carlos,
Cerri, César.
Cidra, Alberto H.
Cilley, Luis P.
Chanourdie, Enrique.
Chapiroff, Nicolás de
Cheraza, Gerónimo.
Chiocci Icilio..
Chueca, Tomás A.
Clérice, Eduardo E.
Lillo, Miguel........
Morandi, Luis .......
Nordenskjiold, Otto...
Paterno, Manuel.....
Patron, Pablo.......
Reid, Walter F. ...-.
Scalabrini, Pedro....
Spegazzini, Carlos...
arlos R......
Villareal, Federico...
Tobar,
Von lhering, Herman
ACTIVOS
Cobos, Francisco.
Gock, Guillermo.
Collet, Carlos.
Coni, Alberto M,
Coquet, Indalecio
Coria, Valentin F.
Cornejo, Nolasco F.
Corvalan Manuel S.
Coronel, Policarpo.
Courtois, U.
Gremona, Andrés Y
Cremona, Victor.
Cuenca, Felipe.
Cuamo, Miguel.
Curutchet, Luis.
Curutehet, Pedro.
Damianovich, E. A.
Darquier, Juan A.
Dassen, Claro €.
Davel, Manuel.
Dates, German.
biaz de Vivar, M
Dobranich, Jorge W.
Dominico, Guillermo.
Dominguez, Juan A.
Dorado, Enrique.
Douce, Raimundo.
Doyle, Juan.
Duhart, Martin.
Duhau. Luis.
Duncan, Cárlos D,
Durrieu, Mauricio.
Durelli, Amilcar.
Drago, Luis M. -
Echagúe, Carlos.
Elía, Nicauor A. de
Eppens, Gustavo.
Esteves, Luis.
Espiasse, Alberto,
Espinasse, Jorge.
Etcheverry, Angel.
Ezcurra, Pedro.
Fasiolo, Rodolfo 1.
Fernandez, Alberto J.
Fernandez, Pedro A
Tucuman.
Villa Colon (U.
Upsala (S.)
Palermo (1t .)
NS Lima.
Lóndres
Fernandez Poblet, A.
Ferrari, Rodolfo.
Ferreyra, Miguel.
Figueroa, Octavio.
Fynn, Enrique.
Flores. Emilio M.
Foster, Alejandro.
Friedel, Alfredo.
Gainza, Alberto de.
Gallardo, Angel.
Gallardo, José L.
Gallardo, Migue) A.
Gallardo, Garlos R.
Gallego, Manuel.
Gallino, Adolfo.
Gándara, Federico W.
| Garat, Enrique. :
Garay, José de.
Garcia, Carlos A.
Garcia, M.Jesús
Gardeazabal, Narciso.
Gatti, Julio J.
Gentilini, Pascual.
Geyer, Carlos.
Ghigliazza, Sebastian.
Gimenez, Joaquin.
Gimenez, Angel M.
Gjuliani, José.
Girado, José 1.
Girado, Francisco J.
Girado, Alejandro.
Girondo, Juan.
Girondo, Eduardo.
Goldemhorn, Simon
Gómez, Pablo E.
Gonzales, Arturo.
Gonzalez, Agustin.
¡GonzalezCazón Vicente.
Gonzalez Carman R.
Gonzalez Carlos P.
Gotusso, Luis
Gradin, Cárlos.
Gregorina, Juan
Gregorini, Juan A.
Guido, Miguel.
MRE
Gutierrez, Ricardo J.-
Hary, Pablo
Herrera Vega, Rafael.
Herrera Vega, Marcelino
Herrera, Nicolas M.
'Herrero,Ducloux E.
Herlitzka, Mauro.
Henry. Julio
- Hicken, Cristobal.
Holmberg, Eduardo L.
Holmberg Eduardo A.
Hoyo, Arturo.
Hubert, Juan M.
Huergo, Luis A. (hijo).
Hughes, Miguel.
Ibarra, Vicente.
[riarte, Juan
Iribarne, Pedro.
Asnardi,: Vicente.
Israel, Alfredo €.
Iturbe, Miguel.
Jauregui, Enrique.
Jacobo, Cándido.
Juni, Antonio.
2 Jurado, Ricardo.
Justo, Agustin P. -
Krause, Otto.
Klein, Herman
-Kliman, Mauricio.
Labarthe, Julio.
Lacroze, Pedro.
- Lagos García, Carlos
Lagrange, Carios.
Lanús, Eduardo M.
Langdon, Juan A.
_Eaporte Luis B.
Larreguy, José
Larguia, Carlos.
—Latzina, Eduardo.
Lavalle, Francisco.
- Lavergne, Agustin.
Lea Allan B.
Leonardis, Leonardo de
Lehmann, Guillermo.
Lehmann, Rodolfo R.
López, Aniceto E.
Lopez, Martin J.
Loyola, Luis E.
Lopez, Pedro J.
Lorenzetti, Guillermo
Lucero, Apolinario.
Lugones, Castelfort.
ugones, Arturo.
ugones Velasco, Sdor,
Luiggi, Luis
Luro, Rufino.
Luro, Pedro 0.
Ludwig, Cárlos.
Machado, Angel.
Madrid, Enrique de
Maglione, José L.
Malígne, Eduardo.
Mallol, Benito J.
Marin, Placido.
Marquestou, Alejandro.
Marcet, José A.
Marcó del Pont, E.
'Marenco, Eleodoro
SOCIOS ACTIV
- Maza, Juan.
Diego E.
a, José.
d dilla, Isaias.
Marengo, José.
Martinez Pita, Rodolfo
Martini, Rómulo E.
Marty, Ricardo
Matharán, Pablo.
Maschwitz, Carlos.
Massini, Cárlos.
Massini, Estevan.
Massini, Miguel.
Maupas, Ernesto.
, Pedro J.
Palacio, Emilio.
Dalacio Alberto.
Páquet, Carlos.
Pattó, Gustavo.
Mattos, Manuel E. de.
Medina, Jose A.
Mendez, Teófilo E.
Mendizabal, José S.
Mercáu Agustin.
Belleschi. Juan.
Merian, Eduardo Pigazzi, Santiago.
3
Mermos, Alberto. í
Meyer Arana, Felipe.
Miguens, Luis.
Migoaqui, Luis P.
Millan, Máximo.
Mitre, Luis.
Molina y Vedia, Delfina
Molina y Vedia, Adolfo.
Moeller. Eduardo.
Molina, Waldino. y
Molina, Civit Juan. [PPBrins, Arturo.
Mon, Josué R. Me Jorge.
Morales, Cárlos Maria. |
Moreno, Jorge
Moreno, Evaristo V.
Moron, Ventura.
Moron, Teodoro EF.
Mosconi, Enrique
Mugica, Adolfo.
Naon, Alberto
Navarro Viola, Jorge. : ini,
Negrotto, Guillermo. y
Newton, Artemio R.
Newton, Nicanor R.
Niebuhr, Adolfo.
Nistrómer, Carlos
Newbery, Jorge.
Noceti, Domingo.
Nogués, Pablo.
Nougues, Luis E
Nouguier, Pablo.
Noulé, Eduardo.
Obligado, Alejandro,
Ocampo, Manuel S.
Ochoa, Arturo.
0'Donell, Alberto €.
Olaechea y Alcorta, Ronco, Alfredo.
Olazabal,Alejando M Roselti, Emilio.
Ulivera, Carlos E. '
Oliveri, Alfredo
Orcoyen, Francisco.
Orús, José M.
Ortúzar, Alejandro (h
Orzabal, Arturo.
Otamendi, Eduardo.
Otamendi, Rómulo.
Otamendi, Alberto.
Otamendi, Juan B.
Otamendi, Gustavo.
Otero Rossi, lidefon:
Outes, Felix F. *
na, Juan.
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Ñ Pirovano, Juan.
osadas, Cárlos.
Mie:
Miegari, Pio.
tes, Antonio.
Riccheri, Pablo.
y Sadoux, €.
alma, Edmundo.
ggio, Antonio.
Piñero, Antonio
no Pablo A.
uente, Guillermo A.
uig, Juan de la C.
Puiggari, Miguel M.
uiroga, Atanasio.
E Bartolomé M.
Ramos Mejía, Ildefonso
bagliat1i, Alberto.
zori, Francisco.
cagorri, Pedro S.
eynoso, Higinio
glos, Martiniano.
¡Romero Brest, PAE
Sanglas, Rodolfo.
| Sarrabayrouse, Eugenio
ol| Santangelo, Rodolfo.
Segovia, Fernando.
Sauze, Eduard o..
Segovia, Vicente.
“Saralegui, Luis.
Sarhy, José Se
Sarhy, Juan F.
Schickendantz, Emil
Sehneidewind, Albert
Seguí, Francisco,
Selva, Domingo.
Senat, Gabriel.
Senillosa, Juan A.
Silva, Angel.
Simonazzi, Guillermo-
Siri, Juan M.
Sisson, Enrique D.
Solari, Emilio.
Soldani, Juan A.
Soldano, Ferruccio.
Spinetto, Silvio. ;
Spinedi, Hermeneg.F. —
Spinola, Nicolas
“Stuart Pennington, M. +
Swenson, U.
Tamini Crannuel, L. A.
Tassi, Antonio
Taiana, Alberto.
Taiana, Hugo.
Tejada Sorzano, Carlos.
Tello, Julio.
Texo, Federico
Thedy, Hector.
Toepecke, Ernesto.
Torres Armengol, M.
Torres, Luis M.
Torrado, Samuel.
Traverso, Nicolas
Trelles, Pio.
Thibon, Fernando.
Uriarte. Castro Alfredo.
Uriburo, Arenales —
Uttinger, Alberto.
Valenzuela, Moisés
Valerga, Oronte A.
Valle, Pastor del
Varela Rufino (hijo)
Vazquez, Pedro.
Vico, Domingo.
Vidal Carrega, Carlos
Videla, Baldomero.
Vilanova Sanz,Florenci"
Villegas, Belisario.
Vivot, Eduardo.
Wauters, Carlos.
Wernicke, Roberto
White, Guillermo.
White, Guillermo 3.
Wilmart, Raimundo
Williams, Orlando E.
Yanzi, Amadeo
Zamboni, José J.
Zavalia, Salustiano.
Zamudio, Eugenio
Zerda, Victor. de la
Zerda, José de la
Zunino, Enrique.
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loctor Carlos M. Morales, ingeniero.
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ingeniero José S. Corti, ingeniero
geniero Eduardo Latzina.
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aparte he sus EdataS se les e que da solicitarlos por escrito 4la
Dirección, pa que esla á su se le ao la Junta Directiva para ger consi-
derados.
La Dirección de los Anales solo tomará. cul cuenta los pedidos delos 50 ejem=
plares reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente á
dicho número con la casa impresóra de Coni hermanos.
Los. señores autores de. trabajos, | sólo tendrán derecho á la corrección de dos
pruebas. E
Para todo lo referente á pruebas. momuseios. etc., deben dirigirse á la Direc-
nan paseo 1825. , ¿
DEMOSTRACIÓN GRÁFICA
DE LA
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN
Se ha repetido con insistencia que el sistema legal que rige el
aprovechamiento de las aguas de dominio público y su distribu-
ción en las zonas de regadío de Tucumán, no responde á las nece-
sidades actuales de la agricultura y de la industria.
El doctor Eleodoro Lobos en un interesante estudio sobre Le-
gistación de aguas, publicado en los Anales de la Facultad de de-
recho y ciencias socrales (*), dice textualmente que: «la legislación
que rige el aprovechamiento del agua ha sido estudiada muy rara
vez entre nosotros, y esto explica sin duda, que cuando se ha que-
rido incorporarla en las provincias á sus códigos rurales, se haya
prescindido con frecuencia del examen anterior de sus bases en
nuestro Código Civil y del deber constitucional de armonizarla con
éste. Si nuestra legislación civil sobre aguas no fuese acertada, de-
biera reformarse ; pero entretanto, corresponde respetarla y reco-
nocer que no es inferior, en sus fundamentos científicos y econó-
micos, ála de países más adelantados en la especialidad ».
Ese poco estudio de la legislación general se observa con más
razón respecto dela legislación local, y no es extraño entonces que
se aventuren opiniones tan infundadas como aquéllas; bastaría re-
cordar para comprobarlo, sin mayores explicaciones, que á pesar
(*) Véase año 1”, número 3, página 27.
AN, SOC. CIENT. ARG. — T. LVIIT
—
98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
del tiempo transcurrido desde su sanción, no se ha cumplido defi-
nitivamente hasta hoy en toda la provincia, el más elemental, el
primordial requisito de la ley, cual es el empadronamiento gene-
ral de las propiedades con derecho adquirido al uso del agua, como
nos proponemos demostrarlo en este estudio; y sin este primer
trámite no ha podido aplicarse en debida torma uno solo de los
principios fundamentales que caracterizan al sistema implantado:
por la ley de riego.
Es preciso, antes de aceptar críticas apasionadas ó interesadas, y
dejarse sugestionar por prédicas malsanas y retrógradas, «aclarar
conceptos confundidos por la ligereza ó la superficialidad nativas, ó:
arrancar malezas de un camino bien trazado antes que lo cubra ó6
lo pierda una vegetación viciosa ó inútil ».
Debe pasar la época en que los industriales y agricultores pro-
fesaban para las cuestiones legales que más les afectan en sus in-
tereses materiales, como son en particular las de riego, así como
para los ingenieros, el desprecio ó la indiferencia de Montaigne
para «las cosas de ley ». Nacen dudas respecto á la bondad de las
disposiciones de la ley de riego, y entonces es preciso estudiar con.
altura v criterio sereno si ellas tienen fundamento.
« La duda es el padre del progreso, y el salvaje nunca duda » :
no piensa porque no duda, no progresa porque no piensa y porque
no progresa no puede levantarse del estado salvaje á la civilización,
pues ésta «empieza y concluye con los pensadores» .
Recojamos, pues, esas dudas y tratemos de eliminarlas, estu-
diando con imparcialidad los hechos que las despiertan, pero con
el propósito levantado de contribuir á su examen razonado y noá
rebatir críticas sistemáticas.
El mismo doctor Lobos, después de estudiar las fuentes de nues-
tra legislación general sobre aguas, analiza las disposiciones de los
códigos provinciales y hace resaltar una por una las faltas de con-
cordancia con aquella: ocupándose de la ley de Tucumán no hace
una sola observación á su respecto, no obstante el detenido examen
que hace de sus disposiciones fundamentales, puesto que respecto
á cuestiones accesorias supone que se han consultado los antiguos
usos locales, recordando que en esta provincia. como en otras del
interior: «la irrigación tiene sus antecedentes tradicionales y pro-
pios que arrancan de la colonización incásica que precedió á la es-
pañola, y que se conservaron durante esta última favorecidos por la
Iniciativa y persistencia de los jesuitas ».
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 99
Es precisamente en estas disposiciones, más bien reglamenta-
rias y en que no han podido respetarse fielmente la tradición y
los usos locales para responder á las necesidades crecientes de la,
agricultura é industrias, donde surgen las reformas más molestas
para los usufructuarios del agua, y donde quieren verse las imjus-
ticias ó errores del régimen legal en vigencia, calificados por los
agitadores de oficio, como atropellos de la autoridad, exacciones
ilegales, actos autoritarios é inhumanos, despotismos, tíranías,
etc., etc.
Es que la ley de riego tiene también su política, y aun cuando
ella haya sido implantada previos los estudios del caso, su aplica-
ción tiene forzosamente que levantar resistencias, como las levan—
taría cualquier otra, y más aún cuando, como en este caso, afecta y
lesiona grandes é importantes intereses privados.
Y de paso salvemos un error consignado en el estudio á que nos
hemos referido. La ley tucumana fué formulada por un distingui-'
do ingeniero hidráulico, el señor C. Cipolleti, quien ha podido es-
tablecer con imparcialidad y pleno conocimiento de las necesidades
presentes y futuras, hasta donde alcanza la previsión de un hom -
bre de experiencia, las disposiciones inherentes á un régimen de
aplicación práctica. Pero en justicia, sí bien se trataba de un profe-
sional de reconocidos méritos, no contribuyó en poca parte para el
acierto de este trabajo, la práctica adquirida en el ejercicio de las
prescripciones de la ley de Mendoza, donde este ingeniero desem-
peñó durante muchos años el cargo de director de la oficina téc -
nica del departamento de irrigación.
Y en cuanto al origen de la ley de aguas de Mendoza, que ha ser-
vido de modelo á la de irrigación de Tucumán, el gobernador de
aquella provincia don Elías Villanueva y su ministro de gobierno
doctor Julián Barraquero, que confesaban no tener «todos los cono-
cimientos teóricos y prácticos requeridos para confeccionar un pro-
yecto adecuado y completo sobre tan complicada como difícil ma-
teria», en el mensaje de enero 26 de 1881 elevando el proyecto
de ley á la Honorable Legislatura, recuerdan como principales co-
laboradores en la realización de esa obra de incalculables beneti-
cios, á los señores Justo V. Godoy, Julio Balloffet, Nicolás A. Villa-
nueva, Hilarión Furque, Regino Moyano, Laureano Garay, Isidoro
Escudero y José M. Segura, reconociendo que son ellos los verdadc-
ros autores del proyecto, en que el Poder Ejecutivo no ha hecho otra
cosa que « trazar el plan, adaptando y dando forma á todas aque-
100 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
llas ideas que ha conceptuado más prácticas y más benéficas ».
Es necesario, pues, proceder con mayor mesura al juzgar una
ley tan directamente vinculada con los progresos de las industrias
más importantes en el desarrollo económico de la provincia y recor-
dar el sano consejo de un gran pensador tucumano, Alberdi, cuan-
do decia : « La interpretación, el comentario, la jurisprudencia, es
el gran medio de remediar los defectos de las leyes. Es la receta con
que la Inglaterra ha salvado su libertad y la libertad del mundo.
De palabras se compone la ley, y Ge las palabras se ha dicho que
no hay ninguna mala, sino mal tomada ».
Respecto á la ley tucumana no existe un solo comentario ni se ha
dictado sentencia alguna que tienda á formar esa jurisprudencia.
El más elemental de los trámites prescriptos por la misma no se
ha cumplido aún, no obstante ser la ley de marzo 18 de 1897, y
haberse fijado un corto plazo para satisfacerlo. ¿Cómo, entonces,
siel empadronamiento general de las propiedades no se ha com-
pletado, y por tanto no han podido aplicarse sino disposiciones
aisladas dela ley y en una forma irregular, por no existir Obras
completas de irrigación, puede adelantarse una opinión tan aventu-
rada? Mucho nos tememos que ella sea precisamente de aquellos,
—que son muchos, —que en todo el territorio de la provincia hacen
uso y abuso de las aguas del dominio del estado, y que combaten
esa ley precisamente porque sus disposiciones deberá alcanzarles
en un plazo másó menos breve.
El distinguido abogado salteño doctor Luis Linares, ya en 1891,
en su tesis sobre «Derechos de agua », escribía : «Poco menos que
el sistema de privilegios, emanados de concesiones reales, del
tiempo de la colonia, es el que aún predomina de hecho en esta
materia. Las liberales, pero rudimentales disposiciones del Có-
digo Civil, no han sido bastantes para destruir este sistema, hijo
del estado de atraso en que se hallaba la agricultura y de la
indolencia con que siempre miraron estas cuestiones los gobier=
nos de las épocas pasadas. Para destruirlo no habrá sino que
legislar con amplitud esta materia por cada provincia, consul-
tando sus particularidades, el desarrollo de su agricultura, los
intereses locales comprometidos y desconociendo lodo derecho
que se oponga al fomento agrícola, fundado en concesiones de
aguas públicas hechas por las autoridades, no con miras de be-
neficiar seguramente el interés de una persona, sino de fomentar
la riqueza del país».
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 101
«Cuando proyectemos alguna reforma, es preciso, pues, que
borremos de nuestro programa toda idea estrecha ó retrógrada,
y busquemos con valentía los remedios más eficaces para com-
batir los primeros males que debilitan nuestra agricultura. No
respetemos ese pretendido derecho con que algunos quieren exelurr
á la mayor parte del goce de un elemento indispensable de la vida
y de la industria, fundado en la prioridad de uso, quitando á las
cosas lo que la naturaleza les ha dado para su necesario com-
plemento. »
Y agrega más adelante: « La obra en el día es magna para
los gobiernos de algunas provincias. Vienen con ellas aparejadas
cuestiones difíciles y complicadas. Las dificultades no se presentan
tan serias, miradas bajo una faz puramente jurídica, como cuan-
do se la aborda bajo el punto de vista de la administración. Es
muy dificil conciliar los legítimos intereses de la administración
con los intereses individuales, frecuentemente en pugna con los
primeros ».
Mientras tanto sigamos la máxima del inmortal Dante: Non
ti curar da lor..., que uno de los hombres que más ha contri-
buído al engrandecimiento de Buenos Alres fomentando la forma-
ción de barrios enteros, Federico Lacroze, había traducido libre-
mente en una célebre fórmula : Bien farre et larsser brarre.
Nos proponemos examinar la ley de riego de Tucumán en su
primer exigencia de orden práctico, el empadronamiento, y de-
mostrar que sin profundizar el estudio de sus demás proposiciones,
esa sola presenta una política propia que ha permitido al propieta=
tario incorporar á sus tierras un derecho al uso de agua, in-
cuestionablemente benéfico paras ellas, é indiscutible ya para lo
sucesivo, siempre que le haya sido reconocido legalmente, y este
reconocimiento sea válido, esto es, que no sea anulable por la
administración, por falsedad en la denuncia primitiva ú otro
defecto análogo.
TI
Ante todo conviene recordar que antes de la ley de riego en vi-
gencia no existía otra de orden general á que se sujetara la autori-
zación para establecer bocatomas en los ríos y sacar acequias. No
había tampoco autoridades especiales de riego, y los permisos
es
102 ANALES DE LA SOC¡EDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
correspondientes que se concedían por decreto del superior gobier=
no de la Provincia, no se otorgaban en general previo informe
de oficinas técnicas especiales, sino del fiscal de estado, que sólo
se refería á disposiciones de legislación general; ni en los pedidos
ó solicitudes, ni en los decretos ó concesiones se fijaba el caudal
de agua que llevaría la acequia, no se establecía claramente el em-
pleo que se daría al agua, y por tanto todo era ambiguo é indefi-
nido en la concesión. Se establecía la obligación de desaguar el
sobrante de agua en el mismo río del cual se la derivaba, prescrip-
ción que no se cumplía en general, á estar á lo que aún hoy
puede observarse en casi todas las propiedades, que no tienen
sus desagúes en esas condiciones; y además se disponía que «el
concesionario quedaba sujeto á todas las condiciones y graváme-
nes que contengan los reglamentos que se dicten sobre el uso
del agua », ó en otros términos, que la concesión era « sin per-
juicio del reglamento general ó ley de irrigación que oportuna=
mente se dictaría » (1).
¿1) Diligencias seguidas por don Manuel Carrizo, pidiendo licencia para sacar
una acequia del río de San Francisco.
Excelentísimo señor: Todos los propietarios que tienen su propiedad á las
márgenes de un río, tienen el derecho para servirse de las aguas de ese río, con=
formándose con los reglamentos ó disposiciones que ya sea la provincia, ya las
municipalidades, en su caso, dictasen. Lo único que nopueden, aun con autoridad
de la provincia ó de las municipalidades, sin consentimiento de los demás propie-
tarios ribereños, es represar las aguas de los ríos Ó arroyos, de manera que las
alcen fuera del límite de su propiedad haciendo más profundo el cauce ó que
inunden los campos, ni detener las aguas de manera que los vecinos queden
privados de ellas, ni extender sus diques ó represas más allá del medio del río ó
arroyo (artículos treinta y cinco y treinta y seis, título sexto, restricción del do=
minio, Código Civil). Si pues la acequia que los solicitantes quieren sacar para
regar sus campos no requiere Obras que obstruyan el pasaje de las aguas del río
Ó pongan en riesgo á los demás ribereños á inmediaciones de sus propiedades y
sila bocatoma que se construya no ha de tomar todo el caudal del agua del río
á fin de impedir que los propietarios de los fundos inferiores carezcan del agua
necesaria, el fiscal cree, que V. S. prestaría un buen servicio al desarrollo de la
agricultura acordando la concesión que se solicita, pues con ella, campos
que hoy son estériles podrán ser plantados y beneficiados con provecho para
sus dueños y para la provincia. Pero al hacer la concesión, el fiscal se permite
indicar á V. S. la necesidad de incluir una condición que todas las leyes 6 re-
glamentos de irrigación contienen, que se establezca la obligación para los pro-
pietarios de la acequia que se va á sacar, de hacer que el desague de los so=
brantes vaya al río, para que las aguas que no tienen su empleo ó han sobrado
no se pierdan. Además, es necesario establecer claramente que esta concesión
no
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 103
Por ley de enero 18 de 1872 se autorizaba al Poder Ejecutivo, sien-
do gobernador don Federico Helguera, para nombrar una comisión
encargada de redactar un reglamento general ó ley de irrigación
para la provincia, designándose para presidirla al doctor Uladislao
Frías, que hubo de reemplazarse por el doctor Agustín J. de la
Vega, al ausentarse aquel ciudadano á desempeñar el Ministerio del
interior en el gabinete nacional. Los términos siguientes en que
se expresaba en nota de septiembre 2 de 1875 el ministro de go-
bierno don Pedro Uriburu, reclamando del presidente de la comi-
sión nombrada el despacho del proyecto, muestran la urgencia que
revestía la solución del problema de la irrigación. « Han transcu-
rrido más de tres años, decía el señor Uribura, sin que el gobierno
tenga conocimiento del resultado de la comisión conferida ; entre-
tanto la industria agrícola que día á día toma mayor incremento
en la provincia, reclama de una manera perentoria la reglamen-
tación de la distribución del agua, elemento esencial para la sub-
sistencia de dicha industria.
«S. E. el señor gobernabor, por cuyo encargo dirijo á usted la
presente nota, abriga el vivo deseo de activar los trabajos en el
sentido de dotar cuanto antes á la provincia de una ley requerida
por los más vitales é importantes intereses de ella, ya que no le ha
sido dado remitirla á la deliberación de la Honorable Legislatura,
durante su período gubernativo que está próximo á concluir.
« S. E. el señor gobernador (que lo era don Sixto López) quiere
tener conocimiento de las causas que han impedido á la comisión
presidida por V. E. para expedirse; qué datos necesita, ó en qué
tiempo, poco más ó menos, podrá presentar el proyecto de ley cuya
redacción se le encomendó. »
se hará sujetando á los concesionarios á todas las condiciones y gravámenes que
contengan los reglamentos que se dicten sobre el uso del agua del río de San
Francisco como de los otros de la provincia. Con las cláusulas que dejo expre—
sadas, el fiscal es de opinión que V. S. puede conceder la que solicitan los pre
sentantes.—-Pedro Uriburu.—Recibido hoy veinticuatro de marzo de mil ochocien-=
tos ochenta y uno. Conste. — Giménez. — Enel mismo día presento á despacho.
Conste. — Giménez. — Tucumán, abril doce de mil ochocientos ochenta y uno.
De acuerdo con la vista fiscal que antecede, el gobierno resuelve conceder el per-
miso que se solicita, debiendo los concesionarios obligarse á desaguar los so=
brantes del agua del canal que sacarán en el expresado río de San Francisco,
quedando sujetos d todas las condiciones y gravámenes que contengan los re-
glamentos que se dicten sobre el uso de agua de dicho rív, como de los demás
de la provincia. Hágase saber y archívese. — Noucués. Sixto Teran.
104 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Recién en abril 2 de 1880, el gobernador don D. M. Muñecas
pudo enviar á la Legislatura el referido reglamento general, que
no llegó á transformarse en ley, y que no hemos podido hallar en
el archivo general.
Mientras tanto, se creaban comisionados de agua, funcionarios
cuyas atribuciones eran muy limitadas, que en cada zona de rega-
dío se encargaban de buscar soluciones amigables entre los intere-
sados más que equitativa distribución de las aguas, y que jueces
más en el nombre que en la realidad de los hechos, no tenían por
otra parte ni reglamento claro ni ordenanza precisa á qué sujetar
sus procedimientos, ni autoridad suficiente para hacer respetar sus
resoluciones, ni límite alguno que oponer al uso inmoderado de
agua por la misma forma en que se hacían las concesiones.
Hemos reproducido (1) el reglamento á que se sujetaba la distri-
(1) Proyecto de reglamento para la administación de la acequia de la Patma,
que presenta al gobierno la comisión nombrada al efecto :
La Honorable Sala de Representantes, en uso de las facultades que inviste con
el interés de fomentar la agricultura en los terrenos que riega la acequia de pro—
piedad del Estado, conocida con el nombre de acequia de la Patria, que corre
desde la barranca Colorada hasta la laguna contigua á la Ciudadela, ha sancio-
nado con valor y fuerza de ley el siguiente reglamento, para la administración
de dicha acequia :
CapíruLo 1. — Administración de la acequia
Art. 1. — Una comisión compuesta de tres ciudadanos, bajo la presidencia
de uno de ellos, administrará á nombre del gobierno la acequia de la Patria,
debiendo ser nombrada anualmente por éste.
Art. 2. — El primer acto de la comisión será reunirse en casa del presidente,
para acordar los trabajos que hayan de hacerse en el año, y para avisar al pú-
blico los lugares en que se han de recibir las suscripciones de que más adelante
se hablará.
Art. 3%. — Los deberes de la comisión serán : 1% Cuidar del exacto cumpli
miento de este reglamento ; 2* Hacer en la acequia todos los trabajos necesarios
á fin de mejorarla, y de ponerla en estado de proveer abundantemente de agua á
todos los que necesiten, invirtiendo, si fuere necesario, todos los valores que pro-
duzca ; 3 Llevar un libro de caja enel que se asienten todas las entradas y salidas
de los fondos de Ja acequia; 4” Reunirse todos los sábados en casa del presiden-
te, para examinar y rubricar el libro de caja, que estará á cargo de éste, y para re-
solver las cuestiones que se suciten ; 5” Presentar al fin del año al gobierno una
cuenta, que no será otra cosa que una copia del libro de caja, y un informe del
estado de la acequia y mejoras de que sea susceptible.
Art. 4%. — Terminado el trabajo anual ó limpia de la acequia, si hubiera más
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 105
bución del agua de la acequia de la Patria, que puede considerarse
el más completo de laépoca, por la importancia misma que revestía
de doscientos pesos sobrantes, la comisión los pondrá á disposición del gobierno,
para que sean entregados donde corresponda. Si no hubiere esta cantidad so=
brante se entregará al fin del año la que exista.
Art. 3%. -- Sila acequia llegare á producir á la vez más de mil pesos 'sobran—
tes en el año, la comisión entregará mensualmente los fondos que no necesite
para el trabajo.
Art. 6”. — La comisión podrá hacer por sí sola todos los contratos que no
han de durar más que un año, siempre que no perjudiquen los derechos de un
tercero.
Art. 7%. — Hará también, con la aprobación del gobierno, y en su caso con la
de la Honorable Sala de Representantes, los que importen una obligación per=
petua y los de gran valor.
Art. 8”, — La comisión debe nombrar un capataz inteligente y activo, á quien
se encargue de los trabajos de la acequia y de cumplir las órdenes del presidente,
que será quien lleve la voz de la comisión. Este capataz gozará del sueldo de
veinticinco pesos mensuales, pagaderos de los fondos de la acequia.
Art. 9”. — El presidente conocerá en 1* instancia, y siempre verbalmente,
todas las cuestiones que se suciten con motivo del uso del agua, propiedad de
tomas y demás que tengan relación con la acequia. :
Art. 10. — Desus sentencias habrá apelación en el efecto devolutivo para la
comisión integra y lo que ésta resuelva quedará ejecutoriado.
Art. 11. — Ante la comisión el juicio; de apelación será también verbal:
pero la sentencia ó resolución formal deberá ser escrita y firmada por los miem-
. bros que la pronuncien.
Art. 22. — El gobierno podrá remover á los miembros de la comisión en caso
de que no cumplan con sus deberes.
Art. 13. — En .. caso de que el gobierno no apruebe las cuentas que presente
la comisión, las mandará pasar á los juzgados ordinarios, para que se siga causa
con arreglo á derecho, contra los miembros que hubieren malversado los fondos
de la acequia.
Capíruo II. — Del agua para la irrigación, su valor
Art. 14. — Los propietarios de chacras pagarán diez pesos al año para tener el
derecho de regar cada quince días, con una cantidad de agua igualá la que pasa
por un espacio.de una cuarta cuadra, que es la que se ha llamado hasta ahora
entre nosotros una subscripción.
Art. 15. — El que tome el agua una vez cada quince días, por doce horas,
pagará cincolpesos, y bajo este supuesto, la comisión pagará el precio de las subs-
cripciones mayores ó menores que las dos indicadas.
Art. 16. — El valor de los riegos extraordinarios, ó fuera de los días de subs-
cripción, será para los subscriptos, por veinticuatro horas, dos pesos; por el día,
doce reales, y por medio día, un peso.
Art. 17. — La subscripción estará abierta todos los años desde el 1” de enero
106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ese cauce para la ciudad capital. Los demás reglamentos eran de
todo punto insuficientes, y para comprobarlo basta revisar cual-
quiera de los que se dictaron en septiembre 9 de 1862, para el río
hasta elúltimo día de febrero, y pasado este tiempo no se recibirán subscripciones
sino por el doble de su valor.
Art. 19. — Los que no sean subscriptores pagarán por veinticuatro horas de
agua, cuatro pesos; por el día tres pesos, y por medio día, dos pesos.
Art. 19. — Nadie podrá tomar el agua para la irrigación sin orden EsEntia
del presidente de la comisión ó del capataz.
Art. 20. — Todo el que quiera sacar agua para la irrigación, deberá arreglar
su acequia de manera que no tenga derrames, que no impida ó haga muy difícil
el tránsito de las carretas, en las calles Ó caminos que corte, poniendo
puentes, si fuere necesario, y arreglando las compuertas en la forma que más
adelante se dirá.
Art. 21. — En caso de haber agua sobrante se dará gratis á todos los que
quieran usar de ella, para matar la biscacha y la hormiga que se encuentra en
los terrenos que riega la acequia.
Art. 22. — La comisión podrá también dar gratis el agua para la irrigación á
las personas muy pobres.
Art. 23. — Los miembros de la comisión serán también subscriptores si son
propietarios de chacras y pagarán el agua que tomen para cortar adobes ; pero
habiendo agua sobrante podrán regar fuera de sus turnos con orden escrita del
presidente.
CaríruLo 11l. — Agua para adobes, baldosas, tejuela y teja
Art. 24. — Los que quieran usar del agua para cortar los materiales arriba in-
dicados pagarán dos reales por mil.
Art. 25. — Los cortadores de adobe deberán tomar generalmente el agua en
la noche, salvo el caso de haberla sobrante y de obtener permiso de levantarla
de día.
Art. 26. — Los que levanten el agua con baldeo podrán tomarla á cualquier
hora.
Art. 27. — Las personas que establezcan en las márgenes de la acequia fá=
bricas de ladrillos, con el ánimo de trabajar en ellas todos los años, deberán ha-
cer acequias y compuertas iguales á las de los subscriptores.
CarítuLo IV. — De las compuertas
Art. 28. —Dos meses después de la publicación de este reglamento, los pro-
pietarios de tomas particulares estarán en el deber de hacer en la entrada de
sus acequias compuertas de ladrillo y cal, con marco de madera, de media vara
de ancho y otra de alto, cerrada con una tabla corrediza, y asegurada con un cla=
vo convenientemente, que tenga un candado en la puerta; de modo que cerrada
6 abierta la compuerta pueda permanecer siempre con llave. La tabla se levan=
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 107
Salí; en noviembre 10 de 1862, para el río Lules; en julio 29 de
1872, para el Tajamar; en septiembre 11 de 1872, para el Marapa,
tará media cuarta para regar, á fin de que el propietario tenga la cantidad de
agua asignada en el artículo 15, Ó una cuarta si riegan dos á la vez.
Art. 29. — En ellano entrante de 1858, durante el tiempo en que se limpie la
acequia principal, deberán los mismos individuos de que habla el artículo ante-
rior hacer otra compuertaancha de vara y media, también con llave, con una tabla
á propósito para que atajada el agua entre por la acequia particular, dejando pa-
sar la sobrante por la pública. y
Art. 30. — Las llaves de todas las compuertas estarán en poder de la comisión,
pero ésta podrá hacer excepciones justas.
Art. 31. —Los que no cumplan con las obligaciones impuestas en este capi-
tulo no podrán regar.
Art. 32. — La comisión podrá exceptuar temporalmente el cumplimiento de
las obligaciones mencionadas en los casos justos.
Caríruto V. — Penas contra los que abusen del agua
Art. 33. — Los que teniendo derecho al agua para irrigación la tomen sin
orden escrita del presidente de la comisión ó del capataz, dos pesos de multa.
Art. 34. — Los que tomen más cantidad de agua que la que les corresponde, dos
pesos de multa.
Art. 35. — Los que tomen .el agua para cortar material, dos pesos de multa
fuera de las horas señaladas.
Art. 36. — Los que abran compuertas ajenas de propia autoridad, cuatro pe-
sos de multa.
Art. 37. — Los que tomen el agua sin tener derecho á ella, por la primera
vez diez pesos de multa, y por la segunda y demás, veinte pesos.
Art. 38. — Los que no puedan ó'quieran pagarlas multas establecidas, sufrirán
un día de arresto por cada dos pesos de los que adeuden.
Art. 39. — Los que rompan compuertas 6 hagan maliciosamente otros perjui-
cios, serán castigados con un arresto de uno á osho días, á juicio de la comisión,
según la gravedad del caso. l
Art. 40. — El hecho de entrar el agua en una chacra y de regar plantas, en
los días en que el propietario no la tiene legítimamente, establece una presunción
de robo.
Art. 41. —El que tome el agua sin derecho, es personalmente responsable de
esta falta, pero si fuere jornalero y obra con orden de su patrón, será éste el
responsable.
Art. 42. — Las multas serán aplicables á los'fondos de la acequia, pero si la
falta fuere descubierta por persona que no sea empleada en la administración,
la mitad será para el denunciante.
CaríruLo VI. — Disposiciones generales
Art. 43. — El jefe de policía queda encargado de prestar el auxilio necesario de
108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Alurralde y Vipos; en septiembre 27 de 1872, para el Medinas ; en
junio 30 de 1876, para el río Graneros, y octubre 4 de 1882, para
el Lules, para referirnos únicamente á ese período anterior al re-
glamento general de que luego nos acuparemos y de los cuales sólo
reproducimos el primero y último, que muestran las ideas predomi-
nantes en las respectivas épocas (1). No obstante existían algunas
la fuerza, para hacer cumplir este reglamento, siempre que le sea pedida por es-
crito por el presidente de la comisión.
Art. 44. — Comuníquese, etc.
Manuel F. Paz. — Serapio Gonzalez.
— Román Torres.
Tucumán, Junio 19 de 1857.
(1) Tucumán, septiembre 9 de 1862,
Considerando : Que por la gran seca que se experimenta el agua del río Salí ha
disminuído considerablemente ; que no obstante'la existencia de un comisiona=
do encargado de su distribución el desorden en ella hace sufrir notablemente las
labranzas, con particularidad de las que se hallan más al Sur, porque su acción
y vigilancia no bastan á contener aquél, y en el interés de que el agua se distri-
buya más equitativamente y se salven todas las labranzas que se sirven del
mencionado río, decreta:
Art. 1%. — Nómbrase una comisión compuesta de don Martín Apestey, don
Ezequiel Molina y don Arcadio Talavera para que bajo la presidencia del pri-
mero proceda á la distribución del agua del río Salí, en la forma que se expre-
sará en el artículo 2*. ,
Art. 2%. — El once del presente á las diez del "día quedarán cerradas todas las
boca=tomas para que la comisión principie la distribución, que se hará primero
en las labranzas que están más al sur, dando á todas las tomas que alcanzare
el agua la cantidad de que fueren capaces, concluyendo por las últimas del nor=
te y cuidando de que todas sean bien servidas.
Art. 3”. — Los que se anticiparen á levantar agua antes que la comisión de-
signe su toma entre las que deben regar, pagarán una multa de doscientos pesos,
que se cobrará y remitirá á tesorería por el presidente de la comisión.
Art. 4. — Queda derogada toda disposición en contrario á este decreto, que
regirá mientras dure la seca.
Art. 5”. — Comuníquese á quienes corresponda, publíquese. y regístrese. —
Campo. Arsenio Granallo.
Tucumán, octubre 4 de 1882.
Al señor presidente de la comisión encargada de la distribución del agua del
río de Lules, don Clodomiro Hileret. vi
Habiéndose presentado ante el gobierno personas caracterizadas que tienen
plantíos de caña de azúcar en ese distrito, pidiendo la reglamentación de las aguas
del río Lules, con el fin de que estas aguas sean distribuidas lo más equitativa-
mente posible, S. E. el señor gobernador me ha encargado participe á esa comi-
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 109
disposiciones previsoras, como las que reproducimos (1) de julio
16 de 1864, ordenando la construcción de puentes sobre las ace=
quias al cruzar los caminos públicos, y la de diciembre 20 del mis-
mo año, imponiendo el desagúe de los terrenos en Lules, es decir,
en un solo punto de la provincia.
El doctor Benjamín Paz, gobernador de la provincia en 1883, es-
sión, porsu conducto, las reglas á que debe sujetarse por ahora en la referida
distribución.
1” Los establecimientos de caña de azúcar que aún permanezcan en cosecha
y que tengan motores movidos por agua, tendrán derecho á llevar por sus ace
quias la cantidad estrictamente necesaria para su marcha, no pudiendo dársele
otra inversión, antes de servir al motor á que está destinada.
22 Las fábricas de curtiembre y destilación serán también servidas por una
pequeña corriente de agua constante, en cantidad bastante para que puedan fun-
cionar.
3” El sobrante de agua del río será distribuído entre todos los plantadores, y
si ella no fuere suficiente para llenar las necesidades del riego de todos á la vez,
la comisión procederá á distribuirla mediante turnos de agua cuya duración será
proporcional al número de hectáreas de superficie de plantío que cada uno tuvie-
re. Para este caso, los propietarios denunciarán ante la comisión la extensión
superficial de su plantío, lo que se consignará en una acta firmada por ellos y
por la comisión, para ser oportunamente remitida al gobierno.
de Practicada la distribución en la forma que queda establecida en las bases
anteriores, la comisión propondrá á todos los interesados el nombramiento de un
juez de aguas, encargado de hacer cumplir todas las disposiciones concernientes
á la materia, debiendo ser costeado por los interesados en cuotas mensuales pro-
porcionales á laimportancia de sus respectivos plantios.
Siendo por demás urgente proceder á la inmediata distribución de agua del
río ya mencionado, de conformidad á las bases que dejo indicadas, se le reco=
mienda á la comisión que usted preside, mucha actividad en el asunto, debiendo
someter inmediatamente el trabajo que hicieren á la aprobación del gobierno.
Dejando así cumplidas las instrucciones que he recibido de S. E. el señor go-
bernador, me es satisfactorio reiterar á usted las seguridades de mi consideración
distinguida.
SixTO TERÁN.
(1) Tucumán, julio 16 de 1864.
El gobierno de la provincia : considerando que los propietarios de las acequias
que atraviesan los caminos públicos están en el deber de poner puentes cómo-
dos para el tránsito, para no perjudicar el tráfico comercial, como sucede actual=
mente con los que existen por su mala construcción; y considerando que corres.
ponde al gobierno obligará los propietarios que gozan del beneficio de llevar sus
acequias cortando los caminos, el que pongan puentes sólidos y cómodos equiva-
lentes al terreno que aprovechan en servicio de utilidad privada; ha acordado
y decreta:
Art. 1”. — Los propietarios de acequias que atraviesan caminos públicos pon=
110 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
tableciendo ya lo que posteriormente la ley de riego, de que el
aprovechamiento de las aguas de los ríos no constituye fuente de
recursos ó rentas para el estado, determinó por decreto de julio 3
de 1883, que los dueños de acequias abonarían un derecho ó con=
tribución para el pago de los sueldos de los jueces de agua, esta-
bleciendo como base de criterio para fijar las cuotas con que con-
drán puentes sólidos y cómodos en todos los puntos reconocidos por caminos
carreteros.
Art. 2%. — Los puentes tendrén seis varas de largo por lo menos, de tablones
de ocho á diez pulgadas de espesor, con cuatro postes en los ángulos del puente.
Art. 3”. — Se prohibe colocar madera de forma cilíndrica, debiendo reformarse
los que hoy existen de esta clase, con arreglo á lo dispuesto en el artículo an=
terior.
Art. 4%”. — Concédese el término de cuarenta días para que los propietarios de
acequias cumplan con lo que manda este decreto.
Art. 5% — Vencido el término del artículo precedente, se incurre en la multa
de cincuenta pesos, que seimpone álos infractores, debiendo en este caso la po-
licía mandar construir los puentes á espensas de quien corresponda.
Art. 6”. — Notifíquese este decreto por los comisarios respectivos á los pro=
pietarios de acequias, y encárgase al jefe de policía su ejecución.
Art. 7%. — Comuníquese, etc. — Posse. Bernabé Piedrabuena.
Tucumán, diciembre 20 de 1864.
El gobierno de la provincia, teniendo noticia de que los propietarios de ace- .
quias en el distrito de Lules derraman las aguas sobrantes en los campos, cau-
sando pantanos que inutilizan los caminos públicos, y debiendo abrir una nueva
vía carretera que habrá de cruzar por el terreno anegado; con el fin de corregir
aquel abuso que cometen los propietarios en perjuicio de los intereses de la co-
munidad y de facilitar los trabajos del camino que se trata de establecer, ha
acordado y decreta : Ñ
Art. 1%. — Los propietarios de acequias en el distrito de Lules deberán cana=
lizar éstas en toda su extension para evitar el desborde de las aguas por el tes
rreno que atraviesan, bajo pena de indemnizar los perjuicios que causaren al pú=
blicoó á los particulares por la omisión en cumplir con esta disposición.
Art. 2%. — Se ordena á dichos propietarios á que el desagúe de sus acequias
lo hagan precisameete en el río de Lules ó en el arroyo de Caturú, para evitar el
daño que causan con el derrame arbitrario de las aguas en los campos. La falta
de cumplimiento será penada con una multa proporcionada al perjuicio que cau-
saren.
Art. 3”. —El ingeniero don Pedro Etcheverry, encargado de levantar el plano
del camino nuevo, queda facultado para hacer cumplir este decreto, concedien=
do á los propietarios el plazo que juzgare conveniente para dejar expeditas las
acequias á los fines que quedan expresados.
Art. 4. — Comuníquese, publíquese y regístrese. — Posse. — Bernabé Pie
drabuena. :
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN . 111
tribuiría cada regante «la forma de erogación sucesiva y á razón
de una suma dada por medida » (1).
Este decreto reglamentario general, representaba un positivo pro-
greso: la civilización restringía la libertad absoluta de los regan-
(1) Tucumán, julio 3 de 1883.
Considerando : Que el rápido desenvolvimiento de la industra fabril y agrícola,
hace de necesidad urgente la reglamentación del goce de las corrientes de agua
pertenecientes al dominio público.
Que así lo han hecho presente vecinos de diversas localidades de la provincia
en varias solicitudes, con exposición de los perjuicios que son consiguientes del
estado actual de cosas al respecto.
Quees un principio reconocido, y cuya práctica aplicación se ha hecho cons-
tantemente en la provincia, que los gastos que demande el interés común de los
que gocen del agua, en relación á su distribución, sean soportados en proporción
por los que aprovechan del beneficio.
Oído el parecer.del senor ministro fiscal en una de las mencionadas solicitu—
des, y sin perjuicio de las atribuciones que corresponden á las municipalidades,
El Poder Ejecutivo de la provincia, decreta :
Art. 1%. — La distribución del agua de los ríos de la provincia se hará con-
sultando las necesidades de las fábricas, agricultura y ganadería, en cuanto por
disposiciones especiales relativas á corrientes de agua determinadas, no estuviere
previsto de otro modo.
Art. 2%. — Los propietarios de acequias colocarán en la boca-toma de las que
respectivamente les pertenezca, compuertas con cerradura segura y arregladas
á los modelos que existirán en la Capital en el Departamento Topográfico, y en
la campaña en las comisarías de distrito.
Art. 3%. —- La distribución del agua se hará durante los meses que el Poder
Ejecutivo determine en cada año en relación á cada río, en vista de la cantidad de
agua que éste conserve, y de las necesidades á atenderse, siendo libre el goce en
los demás meses;
Art. 4%. — Al hacerse la determinación que expresa el artículo anterior, el Po-
der Ejecutivo nombrará un comisionado que tenga á su cargo verificar la distribu=
ción, y uno ó más agentes que obren bajo las órdenes de dicho comisionado.
Art. 5”. — El trabajo del comisionado y de los agentes será remunerado
por las personas que perciban el agua, proporcionalmente á la que reciban, de-
biendo graduarse la expresada remuneración en consideración á la importancia
de los servicios que estén aquellos llamados á prestar.
Art. 6”. — Las compuertas á que se refiere el artículo 2, deberán estar colo=
cadas en el término que, por actos especiales, determine el Poder Ejecutivo se-
gún lo requiera el interés público. Pasado el término que se fijare, los propieta=
rios de acequias que no hubiesen cumplido con dicho deber, no tendrán derecho
al agua hasta que lo cumplan.
Art. 7%. — Durante la época en que se haga la distribución del agua de los ríos,
los interesados sólo gozarán de ella en la medida que se les hubiere asignado; y
á los objetos de la distribución, la llave de las cerraduras de las compuertas es-
119 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
tes. Debían colocarse compuertas seguras conforme á modelos es-
tablecidos, entregarse las llaves delas cerraduras álos comisionados
y sus ayudantes ú agentes, etc. Así vemos ordenar la colocación de
tará en esas épocas en poder del comisionado, quien la restituirá á su dueño así
que el goce del agua sea libre. Ñ
Art. 8”. — El comisionado expedirá boletas talonarias á favor de la persona
que ha de gozar del agua, con expresión de la medida en tiempo y volumen, y
de lasuma con que contribuya el interesado para los gastos de distribución,
siempre que se adoptase la forma de erogación sucesiva y á razón de una suma
dada por medida. Las mismas indicaciones se consignarán en los talones.
Art. 9. — Las cuotas con que han de contribuir los interesados se determi
narán especialmente en relación á cada río, así como la forma y tiempoen que
han de verificarlo, debiendo en todos los casos hacerse la designación de la per
sona que haya de percibirlas, la que puede ser el mismo comisionado.
Art. 10. — Las cantidades con que concurran los interesados para hacer efec=
tiva la distribución, serán exclusivamente destinadas á ese objeto, y se gradua=
rán en lasuma bastante para llenarlo.
Art. 11. — La persona encargada de recibir las cuotas, con que contribuyeren
los interesados, deberá de ello pasar mensualmente la correspondiente cuenta
al ministerio á los efectos consi guientes.
Art. 12. — Cuando se concediese el agua para hacer el servicio de motor, no
podrá ella ser empleada en otro objeto; y siempre que fuese posible y lo exija
el interés público, deberá ella volver al río de donde fue extraída, ó distribuirla
para la agricultura ó ganadería, sea en beneficio del mismo predio en que se
encuentre el establecimiento industrial, ó sea en beneficio de los inferiores. Los
propietarios del establecimiento arreglarán los desagies en sus acequias de
manera que respondan á las disposiciones de este artículo.
Art. 13. — El comisionado encargado de la distribución dará á cada interesa—
do el agua, repartiéndola con equidad y á medida que la solicite. y velará por
que éstos gocen cumplidamente de sus derechos; impondrá la multa por infrac=
ciones á este decreto y á las complementarias que se dictaren, llevando de ello
cuenta prolija, y las hará efectivas por medio dela autoridad policial respectiva
en caso necesario.
Art. 14. — Sin perjuicio de las acciones que por leyes generales correspon—
den á los damnificados, el comisionado que no cumpliere con sus deberes su-
frirá una multa que se graduará desde 10á 50 pesos moneda nacional, y según
los casos será separado de sus funciones.
Art. 15. — De conformidad con el artículo 32, título] de las restricciones y lí=
mites del dominio (Código Civil), para tomar el agua de los ríos por acequias que
ulteriormente se construyan, deberá obtenerse previamente la necesaria autori-
zación.
Art. 16. — Elque hiciere uso del agua en contravención á las disposiciones
de este decreto, incurrirá en una multa de 25 pesos moneda nacional por la pri-
mera vez, y de 50 pesos moneda nacional en caso de reincidencia.
Art. 17. — Comuníquese, publíquese, y dése al Registro Oficial. — Paz. E.
Avellaneda.
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 113
compuertas por decreto de agosto 7 de 1883 en las boca-tomas de
los ríos Calera, Lules y Medinas, en el perentorio plazo de 25 días ;
por decreto de agosto 18 del mismo año, fijar el sueldo del comi-
sionado para la distribución del río Lules; por decreto de agosto
22, ordenar la construzción de represas para los regantes del Taja-
mar; fijar por decreto de septiembre 11 de 1883 el impuesto ó
cuota por uso de agua del río Lules, etc. Pero bajo el imperio de
las prescripciones establecidas por el decreto dejulio 3 de 1883 y
que estuvo en vigencia hasta la sanción de la actual ley de riego,
las concesiones eran tan indeterminadas como antes; hemos re-
producido una de las últimas expedidas (1) en que explícitamente
se establece que la concesión se hace «con la condición de quedar
sin efecto si dicha toma y acequia*resultaren ser inconvenientes al
establecimiento de un sistema general de irrigación » y en cuanto
ála magnitud de la concesión, léase allí la frase salvadora: « opor-
tunamente se designará la cantidad de agua que podrá usar ».
Se nombró más tarde inspector de comisionados de agua; pero
ni aún así era posible uniformar procedimientos y mejorar las con-
diciones generales de la irrigación en la provincia, pues no había re-
glamento "uniforme á qué someterse. En algunas regiones, como
en la que se sirve de las aguas del río San Ignacio, al snr de la
provincia, los regantes por propia conveniencia y mutuo convenio,
habían establecido un sistema de turnos ó mitas, que la tradición
respetaba hasta hace poco, y que sin hallarse reglamentado ofi-
cialmente, prestaba verdaderos servicios, pues eliminaba conflictos
continuos. Realizaba así prácticas de la vecina provincia de Cata-
marca, en la que se hallaban muy generalizadas.
Muy poca intervención se daba en estas cuestiones al Departa-
(1) Tucumán, abril 16 de 1894.
Vista la solicitud del senor Leonidas Molina pidiendo permiso para abrir una
boca-toma en la confluencia del río Malvinas con el río Lules, y atento lo infor=
mado por el Departamento Topográfico,
El Gobernador de la Provincia, resuelve :
1? Concédese al solicitante el derecho de abrir una boca=-toma y acequia en la
confluencia del río Malvinas con el río Lules con sujeción á las disposiciones vi-
gentes sobre la materia y con la condición de quedar sin efecto si dicha toma y
acequia resultaren ser inconvenientes al establecimiento de un sistema general
de irrigación. Oportunamente se designará la cantidad de agua que podrá usar.
2 Comuníquese á quienes corresponda, y archívese, previa reposición de sellos.
— ARA0Z. Sixto Terán.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVIH 8
114 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
mento topográfico, creado por la ley de diciembre 24 de 1858 y
suprimido poco tiempo después en enero 28 de 1860. No podía ser
de otro modo en una época en que apenas restablecida se la vuelve
á suprimir, considerando, en mayo 2 de 1862, «quela oficina to-
pográfica, más que de utilidad pública, es una institución de lujo
en la provincia, y que la renta que consume puede aplicarse á ob-
jetos de positiva utilidad para el país ». Normalizada más tarde su
situación y afianzada la actuación eficiente del Departamento to=
pográfico, surgieron nuevas exigencias para conceder permisos para
el aprovechamiento de las aguas; era ya indispensable presentar
un perfil de laacequia. Buscando en el archivo los antecedentes que
explicaran la existencia de varios perfiles que allí existen, y que por
sí no representan elemento técnico suficiente para apreciar las con-
diciones hidráulicas'de una acequia proyectada, no hemos podido
hallarla. Pero es probable que se trataba de evitar perjuicios á los
particulares.
Es sabido que los indígenas trazaban sus ato «nivelándo-
las con el agua», es decir, sirviéndose de la misma para asegurar
su paso: instintivamente, sinduda, y en una forma esencialmente
práctica aseguraban el éxito de su trabajo, y así se explica que, al
decir del doctor Ernesto Padilla en su tesis doctoral, «en los valles
del Acorquija, en el de Tafí y en los demás que han sido ocupados
por naciones de relativa cultura, puedan verse actualmente obras
increíbles para el aprovechamiento de los arroyos torrenciales que
los cruzan, debidos al trabajo de sus mismos moradores, en los que
resalta la herencia incásica, que invierten sumas insignificantes
en “canales que en otras partes agotarían los presupuestos más
previsores ».
A estos indígenas vinieron á reemplazar aventureros y pseudo:
profesionales que aprovechando aparatos desconocidos para aqué-
llos y más complicados que el nivel de agua que usaban, encon-
traron incautos que cayeron en sus redes : al inaugurar sus traba=
jos el agua se negaba á contrariar las leyes generales que rigen
su movimiento y no había medios de hacerla vencer las rampas que
habían resultado en vez de pendientes.
La exigencia del Departamento topográfico era, pues, de alta
oportunidad, pues eran muchas ya las víctimas que renegaban de
las ventajas de las obras de riego concebidas en una forma tan
original, tan costosas é inútiles.
Uno de tantos, Lana y Sarto, en la memoria del canal de San Miguel
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 115
decía: « Tucumán ofrece una completa anarquía en materia de
acequias : los conflictos, quejas y abusos se repiten todos los
días.
«Nadie está garantido en lo que puede llamar su derecho, no ha-
biendo sido una verdadera concesión. Si uno establece una boca-
toma ó desviación de las aguas, con un caudal dado, otro le sigue
construyendo un nuevo cauce más arriba, con lo que queda, el pri-
mer regante, reducido á estrechos límites, por no decir á la nada.
«Los obstáculos de ramas yarbustos quese emplean para desem-
peñar el papel de una modesta represa son estables, mientras no
hay crecientes; y si el procedimiento es sencillo ó parece econó-
mico, no deja de costar y distraer en composturas y vigilancias en
el tiempo de las grandes sequías. Esta clase de construcción li-
gera, que sirve para desviar las aguas, presenta en perspectiva un
foco de luchas y pleitos que no se mencionan. Sólo los que disponen de
capitales se encuentran en aptitud de emprender tales obras, ya
por el costo que ofrecen las aguas hasta llegar al punto de riego,
ya porque sino basta una acequia construyen cuantas creen nece-
sarias.
« Los más acaudalados acaso dispongan de riego superior á sus
necesidades. En contraposición, el pobre se halla imposibilitado
para elevar sobre esta base un modesto vivir; los que reunen es-
tos elementos son contados.»
De aquí una serie de funestas consecuencias que todos los go-
biernos reconocieron, sin excepción, buscando inútilmente su anu-
lación con medidas aisladas, ¡ineficaces éinútiles, por cuanto lesio-
naban intereses privados, que sólo una legislación completa y de
conjunto, aplicada con energía y sin debilidades, podía refrenar
hasta llevar al ánimo de los más afectados y exaltados en contra de
toda forma, como consecuencia lógica, con la evidencia de los he-
chos, el convencimiento de las incuestionables ventajas, para los
intereses generales y particulares, de una legislación fundada en
un plan racional y científico de aprovechamiento de las aguas pú-
blicas.
En un estudio anterior demostrando la necesidad de construir
un gran canal de ciego, decía : «mientras en Lombardía, Venecia,
Piamonte, etc., se aunaban los esfuerzos de vecindarios enteros
formando desde los siglos xuá xtv sindicatos reglamentados para
la defensa de sus propios intereses, aquí en Tucumán pasa lo con-
trario, alslándose cada propietario para hacer su acequia y su
116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
toma propias, ácosta de sacrificios 4 vecesenormes, no sólo en con-
cepto de primera construcción, sino de conservación permanente.
Así se explica que haya zonas en que corren numerosas acequias
paralelas en distancias largas, aumentando las causas de diminu-
ción de los caudales de agua quetanto aflige á la agricultura.»
Por esto resulta que los poderes públicos deben tender á formar,
por todos los medios á su alcance, ese plan completo de obras de
riego que haga posible la distribución y administración liberal y
equitativa de las aguas que reclama la ley. Y puesto que no es po-
sible resolver el problema en todas partes áun tiempo, empezar
por aquellas zonas que con más urgencia lo reclaman.
Esa falta de espíritu de asociación, tan generalizado en otros
países en que Punion fart la force, ha hecho que en puntos espe-
cialmente favorecidos por la naturaleza de las barrancas de los ríos
para el establecimiento fácil y económico de tomas, se instalen
hasta diez para servir otros tantos cana!es paralelos en extensiones
enormes, á veces hasta de 50 kilómetros, que, por lo general, sólo
prestaban servicio en su extremidad, después de haber creado
desde su boca-toma y en cada punto de su trazado, liasta la propie-
dad servida, un semillero de conflictos é inconvenientes.
En estas condiciones sólo los propietarios de grandes extensio-
nes de tierra y con abundantes recursos podían resolverse á efec-
tuar trabajos de ese género, y cuando consentían el uso del agua
á otros pequeños propietarios ribereños de sus acequias, lo ha-
cian mediante condiciones más ó menos onerosas, ya sea con la
condición de entregar sus productos á ínfimo precio ó de efectuar
la limpieza de toda ó parte de la acequia, etc., etc., fórmulas todas
que, aun con la vigencia de la ley actual, se perpetuaban preci-
samente porque no se había cumplido la prescripción legal del
empadronamiento.
En esta forma el agua de los ríos pasaba á ser el patrimonio de
los dueños de acequia, que disponían de ella como de cosa propia,
violando el inciso 3 del articulo 2340 del, Código Civil, según el
cual, «son bienes públicos del estado general ó de los estados par-
ticulares, los ríos y sus cauces y todas las aguas que corren por
cauces naturales ». Aún hoy mismo existen propietarios que, no
obstante la ley reglamentaria de la materia, hablan «de su río »,
como de la cosa más natural del mundo.
En los mismos cauces sucedía otro tanto: el dueño deuna boca-
toma se creía con derecho para hacerobras de derivación, de defensa,
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 447
de represa, etc., sin respeto alguno por los demás regantes y sin
satisfacer otras exigencias que las de su propia voluntad, originan-
do conflictos en que sólo primaba el más fuerte, el más influyente,
el más hábil ó el más gritón. '
¿Qué podía hacer en tales casos un juez de agua ó un inspector
de jueces? Todos los regantes con acequia propia tenían igual de-
recho, á sacar permiso para establecer una toma, pero sin especi-
ficar el caudal de agua que utilizarían ni el uso á que la destina-
rían, ni prescripción alguna que fijara directa ó indirectamente
sus funciones. De aquí que, recientes aún los recuerdos de esas
épocas, se festejen los recursos usados por esos funcionarios para
contentar á todos sin satisfacer á ninguno. Tan es esto exacto, que
no hemos podido hallar en ningún "documento oficial, dato alguno
estadístico respecto al riego en la provincia que no se limite á in-
dicar simplemente el número de acequias ó boca-tomas, sin otra
indicación accesoria más precisa; la estadística más completa de
la oficina de riego indicaba la existencia de 251 boca-tomas, repar-
tidas en 28 ríos y arroyos, en la forma siguiente :
Boca-tomas antiguas
Ríos Ó arroyos Margen derecha Margenizquierda Total
IO aaa a O oo = 2 2
UE 8 2 10
3% Colalao Ó Zárate................ 11 8 19
¿49 MOTRIN s0c00onopococaDao ape 2 4 6
Sas osas osea pa SN 4 5 9
6? Alurralde, Choromoro ó Chuscha. 11 5 16
INS rosas oia 6 6 12
MINS ao dao A 1 1 2
rolas 2 2) 4
10 Río Grande (Salí, frente Ticucho). = 2 2
A O lO, 16 38 54
IAE uo OE ae 13 1 14
RA Ob aa 1 16 17.
14” Manantial de Marlopa........... il = 1
Io ana ala a ncd 5 il 6
16” Arenilla ó Caspinchango........ 1 4, 5
RAS ae OA 3 4 7
MO lios il 1 2
1? malo VEO. 00soos.o.Voncesode 5 2 7
OO 1 = 1
118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Ríos ó arroyos Margen derecha Margen izquierda Total
21* Arcadia y Gastona............. 4 3 7
922 MedinaS........... A o 0ads 17 9 26
23 BarrientoS...........oo.oocos. es 8 3 11
24MRÍO ChicO o IA 4 = 4
LIS AMÓ A o a AS Mos 1 =— 11
AD MENO oboouo odos uo SBeor coso 2 13 15
20 San MEDIO. .coVVVOBrocoo cos 3 = 3
ANS NOS e A = 1 1
CARLOS WAUTERS,
y Ingeniero civil.
(Continuard).
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
POR FRAY JOAQUIN REMEDI (FRANCISCANO) (1)
(Continuación)
VOCABULARIO
A
A : Tuyo, vuestro.
Abajo : Icamchio, camchiomu.
Abombado : Najot.
Abrir (la puerta): Huom (lape).
Abrevar : Ayoi-Yojeñ 4
Abortar : Le tzé yel.
Aborrecer : Noyejú.
Aprender: Yajanéj.
Abuelo : Chioti.
Abuela : Catéla.
Ahora : Tana, nechié, toja.
Acabar : Nuj.
Abeja : Huosa.
Acariciar : Numpene yaj.
Abrazar : Tzujuelej
Yote abrazo : Nu tzujuel amej.
Yo abrazé á mi padre : Nu tzu-
El padre acaricia á sus hijos : Lu
schia peneyej lo lés.
Acequía : Huaj noilj.
juelejté nuschiá.
Yo abrazaré : Nu tzujuel nijia.
Acertar (tirando) : Ysóm.
Acordarse : Yoséec.
(1) A propósito de la publicacion del Vocabulario mataco-castellano de fray
Remedi, en los Anales hemos recibido dos cartas, una del Sr. F. F. Outes 1 otra
del Sr. J. B. Ambrosetti, haciéndonos presente que dicho trabajo había sido ya
publicado en el Boletin del Instituto Geográfico (año 1896, tercer trimestre).
Sorprendidos, agradecimos i comunicamos á nuestros distinguidos consocios
que suspenderíamos la publicacion; pero nos dolía admitir que una congrega
cion de frailes franciscanos pudieran, á sabiendas, haber abusado de la buena fé
del señor ingeniero Wauters, por lo que procedimos á cotejar ambos trabajos,
obteniendo por resultado comprobar que el vocabulario que seguimos publicando
es muchísimo más completo que el impreso en el Boletin del Instituto Geográfico
* por el distinguido filólogo senor Lafone Quevedo, como podrán convencerse los
interesados, comparándolos.
La DIRECCION.
120
Acostarse : Ymó-Nimo.
Acometer : Ninéya.
Achiote : Uartajehtui-tolet.
Achear, cortar : Heit.
Adelgazar : Nichiajlinom losaj.
Adentro: Chiechiul.
Adivinar : Yanéj.
Adivina esto : Yanej toja.
Adivino: Yajanej-mayec.
Adónde está?: Chie 1/1?
Adónde vas? : Chié la jouye.
Adulterar : Neimlo.
Adelante : Chisim.
Afeitarse : Aujtá posél-istinpael.
Afilado (cuchillo) : Jul.
Aflojar, aflojarse: Cop yoljnú
Afloja un poco : Cop yoijnajo.
Se ha aflojado la sincha : Tretac
colcoñ1.
Afortunado : Isáluju.
Afuera : Ajlú.
Sal afuera : Ynyéi ajlú-acajluyéi.
Agarrar : Tzuc.
Agárralo fuerte : Tzuc ya] tojnón.
Afrecho : Tantamuc.
Ajeno : Nucho ¿ité tocho.
Ají del campo : Pojuón.
Aji de huerta : Pojuon-taj.
Agrio, amargo, fuerte : Tapal.
Agonizar : Oitaj 1jnl.
Agua (en general) : Huaj.
Agua para el uso de casa: Inot.
Agua fria : Inot utechioj1.
Agua caliente : Inot uchioyuji.
Agua tibia: Inot ipeji.
Agua hirviendo : [not nahuaijñl.
Agua clara : Inot isati.
Agua turbia : Inot isaj1.
Agua salada : Inot nisoijñi.
Agua dulce : Inot acoji.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Aguadas : Inottes.
Aguardiente : Inottaj.
Agudo : Tzejlo1.
Aguja: Canú.
Agujero : Chiuhuej.
Aguijón (en la cabeza): Loposét.
Aguijón en la cola : Hojut.
Ahí: Catzi.
Agujerear : Tuyén.
Ahogarse : Ninchia.
Murió ahogado : Ninchia yel.
Te vas á ahogar : Ninchiajla.
Ahogar del pescuezo: Tzoco lo
panni.
Ahorcar : Nejñipho.
Murió ahorcado : Yel taj ninaj-
nipho.
Ahorrar : Ntamaje).
Ajuar calchas : Cajiás.
Ajustar, arreglar : Emlin tetnec.
Ala : Leuj; pl.: lejuis.
Aletear : Yajchipo lejuis.
Alabar : Lelocui-eicia locut.
Alacrán : Ajluposet.
Alargar : Pitajej.
Alejarse : Atuntél.
Alcanzar : Jona.
Vete adelante : Maa chiún.
Pronto te alcanzaré : Naijuetla.
Alegre : Penejlin.
Este cacique es muy alegre:
Nuúat taj1 penejlin.
Altombra (de señora): Salis ju=
huétte.
Algarrobal : luachiat.
Algarroba : lua-pl-jual.
Algarrobo : luayuc.
Algarrobo negro : Usu utzuc.
Algarrobo, fruta de éste : Usu
utza).
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
Algodón : Huesataj.
Alforjas : Caijñis.
Aloja : Jatis.
Aliento : Yal.
Alivianar : Yaj lomní chiujñat.
Aliviarse : Ychiés.
Recién estoy aliviado: Nechie
nichiés.
Alma : Yosec.
Alma de los finados : Hajot.
Almohada : Ntaloj.
Almorzar : Tecman-natichiejen.
Alto : Tujpo.
Yo soy más alto que vos : Nu jom
nuptaj, am optajite.
Alto (arbol, etc.) : Pitaj (argo).
Albañil : Huet huo.
Alborotar: Nepené uito.
Alumbrar : Yojotunpechie.
Alzar: Chima.
Alzar (abeja): Neslo hub.
Amansar : Ejlet-Yejli.
Allí, allá : Canni.
Allí, alla está: Huélinni, hue-
(mirala).
Amargo : Tapai-catzia.
Amarillo : Ycatú.
Amarrar : Ynajiit.
Amar : Yñumin.
Amigo: Noil.
Amontonbar : Ascón.
Amor : Laloyaj.
Amortiguar: Tasoi.
Ampalagua (serpiente) : Lataj.
Ancho : Chitzajpo.
Angosto : Chitzaj ojunte.
Anguila : Ijña.
Anoche : Unatzemon-yej.
Anzuelo : Tionéc; pl. : tijinal.
Ano: Huej.
121
Andar: Ujlecui.
Anduve : Ujlecunte.
Andrajoso : Lahuéi-incuesén .
Anillo : Yuji.
Animal : Tzohuet; pl. : tzoto1.
Animo, valor : Kela!-Kela !
Anteojos : Tyis.
Anta : Yela.
Anco : Amiotáj.
Andar á caballo: Ahueté-hujo
huetéya.
Antepasados : Tojletzú ichina.
Año: Lup;pl.: lupel.
Año pasado : Lupelte-hupelaje.
Año veñidero : Lup ejla.
Otro año : Lup el.
Apasanca : Tzon hunetaj.
Apartar : Ihuennat.
Apearse : Nenchid.
Apacentar : Nichiei,
Aparejo : Lojuhuette.
Apenas : Nisijiaya.
Apero: Chiojpo.
Apurar : Kelej.
Estoy apurado : Nunkelej.
Apagar (el fuego, etc.) : Humet
Itoj, huela, etc.
Aquel, aqui : Toj latzi-cana.
Aquel es : Jope tojlitzi.
Aquellos : Jope tojes litzi.
Araña : Chiujot.
Arañar: Chiasmaj.
Arar: Saji ujnat.
Estoy arando: Nisaji ujnat.
Arco: Lutzej; pl.: lutzes.
Arco iris : Ilahuo ; pl. : huos.
Arder, quemar : Yoj.
Arena : Julo.
Arenal : Jolotaj.
Arbol : Jolo.
192
Arbusto : Juijten.
Arisco : Hueinsaj.
Arma : Lutzéj.
Armado (pescado) : Castác.
Arraigar: Lujuetzil.
Arrancar : Chiujiempho.
Arrastrar : Tunichié ujnát.
Atajar : Ocuschie.
Arrepentirse : Yaj ajlón aloye.
Arrear: Ocosta-yucos.
Arriba (alto) : Ycapho.
Se fué para arriba :
mel.
Arriero : Tojlú janéj-huós.
Arrimarse : Oma.
Arrimale aqui: Om cana.
No ha querido arrimarse : Oita-
jite yaj omiya.
Arrodillarse : Tzijlot.
Arrojar : Juonej.
Arruinado : Tzité.
Asado: Taphocué.
Asco : Naujtzéya.
Aseado : Cojá.
Asegurar (afirmando): Om joté
nahué.
Te aseguro que es así: Yajca-
chié nu yope netzi.
Asegurar, asegúralo bien : Om
jeicia; Om thi.
No está seguro : Lu huetlé tri-
yeljte.
Fierro cerco, portillos : Tzité to-
lajuéc-tojlan.
Aserrar: Chierajchie.
Asta : Chial.
Aspero, espinudo : Yelaj-chié.
Asqueroso : Cuccaya.
Astilla: Jolo slip; pl.: slipéi.
Asustarse : Noiléj, Nuhuoi.
Yojo pó-
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Se asustó mi caballo: Nulo nu-
cinte.
No teasustes: Yay nuaya.
Así : Uyeila.
Astuto : Lajusec 171.
Atado (de leña, pasto) : Ntujuaj.
Atador sinchador : Nulo tac.
Atajar : Chienlo-iset lo.
Atajen las ovejas : Nisló tzunna-
tas.
No puedo atajarlas :
tenlo.
Atar : Oñt.
Ata al pasto este caballo : O1itjop
yelataj toja.
No lo habías atado bien :
t1J1te.
Por eso se fué : Tamenéj toj yec.
Atención : Unchiúm.
Atrás : Moljen.
Aunque : Tetchia.
Avisar : Juel mi.
Avísame : Juel nuju.
Nesenti-
Nain-
- No le avises : Yaj juel nu ma.
Avispa : Mayec hub.
Otra clase : Luschiothen.
Avispa (casa de barro): Luluj.
Avestruz : Huomloj; pl.: lo1.
Ayer : Unaj aje.
Anteayer : Unaj-el-aje.
Ayudar : Chiuta.
Vení, ayudame: Achié chiuta
nuya.
Anda á ayudar ; Maa chiuta.
Sino me ayudan : Chia chiuta
nuya.
Yo solo no puedo : Nu jotej uji
nisa.
Azucar, azuco: Canniejte.
Azuela, azul : Tamchio, Jtiitaj.
VOCABULARIO MATACO—CASTELLANO
Baba : Coj.
Bailar : Catin.
Estar bailando : Catijnen.
Bajada, bajío : Huejchio.
Bajar, bajate : Nemchio.
Bájense : Necuemchio.
Bajo, enano : Nictujpo.
Bala : Lutzejloi.
Balar (las ovejas) : Ieplin.
Balde (de): Huét.
Bambolear: Tanajlin.
Bandada : Slucue.
Bandera : Ynuoc-lanec.
Baina : Chiuaji.
Banco, asiento : Juhuétte.
Bagre : Huajnula.
Bañarse : Najñen.
Barullo (gran) : Huommi-huom-
mitaj.
Barba : Peséi.
Barriga, bacrigón: Tzé, tzetaj,
tzechio.
Barro : Y¡not.
Batalla, pelea : Tocle1.
Barrer : Sec.
Bayeta colorada : Ychiotaj.
Basta (es suficiente) : Tzijléc.
Bayo : Ycazicue, catulaj.
Bazo : Nusulaj.
Beber : Yo1.
Befarse : Loclí.
Caballo : Yelataj.
Cabello, cabellos, pelos : Huole;
pl.: huoléi.
123
B
Beso : (Tetcal), tzejiukaj.
Bastón: Tzut.
Bautizar : Tzoipe huáaj. -
Bautizado : Pajchié lei 171.
Bisco : Polac.
Bisnieto : Lochié tzós.
Biscacha : Hojuolo.
Bigotes : Postal.
Blanco : Pelaj; pl.: pelayen.
Boca : Kaj.
Bocado : Kajlile.
Borracho : Ucnaj; pl.: ucnos.
Borrar : Yoconchié.
Bocha : Jolo lo cutzú.
Bolsa, petaca : Cajñi.
Bosta : Jamuc.
Botija : Joté.
Botón : Hueijlele; pl.: el.
Brazo : Yuapo; pl.:!.
Bravo, malo: Yuitzaj; pl.: ás.
Bravo, guapo: Cajui; pl.: ñen.
Braza : Ytojñi-itoj 1J1.
Brincar, brinco: Tiojpo.
Bribón : Chiaj lamet; pl.: mi-
jen.
Brotar : Tol.
Bueno : Is.
Buche : Cotzi.
Buchu : Huocó.
Barro : Asnú.
Buscar : Ucue.
Cabeza : Letec; pl.: letéi.
Cabezada : Letec-lu-cai.
Cabeza de tigre : ayój-le tie.
124
Cabra : Calla; pl.: cailalis.
Cabrillas constelacion: Potcojló1.
Cachimbo : Chioth1.
Cadillo : foptas.
Caer : Chiochio.
Cagar : Utlam.
Caja (bombo): Lapún.
Calentar: Tiujútoj.
Caliente : Chiayu.
Callense (mandando) : Ahbuenla.
Calor fuerte : Chiayucue.
Calzones : Cosét.
Calzoncillos : Cosetimie).
Cambiar, trocar : Nito1.
Camino: Noú)j.
Camisa : Caichié.
Cangrejo : luinaj.
Canas : Pelés.
Cancha : Coihuette.
Canilla : Cojlile,
Capado : Lojni-le-chionis.
Cansado : Tel (abierto).
Cantar: Chinijlin.
Canto, voz : Lechios; pl.: lis.
Cantor: Yeplin.
Caña dulce : Canaj1 acoj-pune.
Caña hueca : Polotaj; pl.: tás.
Capullo : Slahuo.
Cara : Tel.
Caramba : lano).
Carán (avispa): Yeclán.
Carán más grande : Ticlán.
Carcoma: lolo hubo,
Cardenal (pájaro) : Tzihuoc-pes-
pes.
Carga : TMuj; pl.: ¡loi.
Carbón : Iuijñoo.
Cargar: Tojpe la luc.
Carnaza : Lesacas.
Carne : Yoasetáaj-tisan.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Carpincho: Hueto).
Casa : Yluette.
Cascabel (de bronce): Chihujutzé.
Cascabel de los indios : Cajuos.
Carrillo: Nchiaijliler.
Caro (precio subido) : Tujui.
Carona : Hijuol.
Carrera : Titajña tuec.
Cáscara : Toj.
Casado, casarse : Tujuayéi.
Casi : Tojnu.
Causa: Latei.
Casi me han muerto: Tojnu-yel
ajé.
Castaño : Chiotchie.
Cazar : Tiofén.
Cavar : Tischie. .
Catarro : Chieltaj.
Cera : Supa.
Cerca : Catuta.
Ceja : Zejlile.
Cerco : Coshuette-lajuéc.
Ciego : Asnám.
Cierto : Maat.
Ciervo : Yoasé,
Cencerro : Huolile.
Celar : Tischién.
Celoso : Eschiensaj.
Ceñidor : Paj-jichtetaj.
Cerro : Chienaj; pl.: nas.
Cebarse : Yojomve).
Cimiento : Latís.
Cielo : Pule; pl.: puleyel.
Clavo : Ioló, Hele.
Clueca (gallina): Lechiúlt tonaj
ñichié.
Cocer: Yoo.
Cocina : Catáar-tolonthi.
Cocinar : Pen.
Codo : Cato.
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
Cogollo : Lechios.
Cogote : Huejlile.
Cojo (rengo) : Kolo-chió.
Cola: Chios.
Cola de zorro: Mahuo-chios.
Cólera (peste): Yamenitaj.
Colmillo : Chialunchie.
Color : Toj.
Comadreja : Hojnolo.
Comer : Tec.
Comida : Slooc.
Comezón : Autzaj.
Comilón : Nijlecal.
Cómo has dicho? : Chié la huo-
e
Cómo estás? : Amtecna ?
Cómo está tu padre ?: Chié aus-
chiante ?
Cómo está tu madre ?: Chié a-
conté.
Componerse: Layenejlin.
Comprar: Chi0).
Concha (cuchara): Lennec; pl.:
lennal.
Conejo : Noté.
Confiar : Yuena.
Conocer : Ntajuelej.
Contar : Huól jualisá.
Contestar: Chiejlo.
Contrario : Atainjua; pl.: s.
Conversar : Yom nito.
Convidar : Tisi.
Copete, moño : Lacho.
Coraza (de chaguar) : Yoichié si-
chiet.
Corazón : Tutte.
Corcovear : Tiojpo.
Corona : Etec-tac.
Corzuela : Tzunná.
Corto : Lechiujnaj.
Cortar : Yset.
Cosa : Mac juas.
Cosechar: Tilancan.
Cosquillas : Autzaj.
Coto : Cotz1.
Cotorra : Chiechie.
Crecer : Taloc. E
El rio está crecido : Tzuctaj ta-
poyecyelzi.
Crecer: Yeachiú.
Te creo : Nu Icachiú.
No te creo : Nuicajite.
Creí que era hombre bueno pero
ahora conozco que es malo : Nu
yentajméhins isa, toja nechié
nujia nej toj catziya.
Lo creeré cuando lo vea: Nu ka-
jilachiá nibueunej.
Criar : Chijuelit.
Criar ganado : Lolesá.
Cristiano : Tzihuele; pl.: jlois.
Crudo : Acás.
Cruel : Lajlupalséya.
Crucero (de animal) : Lohuo.
Cruz: Palcatil-chiujonej.
Cruzar : Tzujuilej.
Cruzar los brazos : Tzujuel ame).
Cuando : Chia.
Cuando estoy rezando no me ven-
ganá molestar : Chia nihuojo.
sechia yaj loclinnú.
Cuadro : Yopaclin = hojot.
Cuajar: Huacol.
Cuál es? Tijitzú.
Este es : Toja hue-jope.
No es este : Jope jite.
Cualquiera: Itajope.
Cuánto, cuándo ? Chiejote.
Cuántos dias ? Chiejoté jualalis?
Cuchillo : Catuát.
126
Cuántos meses? Chiejote huelalis.
No tengo cuchillo: Lojnú ca-
tuáta.
Cuidar, cuidado : Eya.
Culebrear : Tzulojchié.
Culo, ano : Huej.
Cultivar : Imloji.
Cumbre: letec-chid.
Cuña : La chinij.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Cuñado : Le chioti; pl.: chiotilis.
Cuervo : Tzetui.
Cuero, cáscara : Toj'tzontdj; pl.:
toJes.
Curar : Ilojej.
Curtir : Huotchiáya.
Curvo, torcido: Tachiujuel.
Cubrir : Hojpe.
Cuyo es esto ? Achienatoj.
CH
Chacra : Cos.
Chaguar : Niyoj.
Chaguaral : Huye.
Chala (de maiz) : Sipoca-toj.
Chalana : Lay:.
Chanza : Loc-vannuhuo.
Chamuscar : Sichi0.
Chancho (doméstico) : Nitzetaj;
pl.: tás.
Chancho (del monte) : Nitzaj; pl.:
nitze)j.
Chancho (rosillo): Ahuetzaj; pl.:
ZeS.
Chancho (chico del agua) : Yuijat.
Chapeado : Lechináj 10] 1pé.
Charata : Tzitojue; pl.: lais.
Dañino : lojumpej (tújue).
Dar (de balde): Huenno.
Dame un poco de tabaco : Tzé
jlip joenas.
No te quiero dar nada: Oitajité
ni huenno ámu.
Decir : Iluoyel.
Charco (de agua) : Inottes-Nitún
Chasquearse : Ijueyejlin.
Chata (nariz) : Apac.
Chicharra : Cbiseso.
Chicharron : Hloséi.
Chiquito : Losaj.
Chiripá : Latic.
Chivo : Tzivato.
Chismoso : Tzite-huo.
Chispa (de fuego): Inijño;pl.: ñol.
Chacar : Tanajej.
Chorrear: Nitunnén.
Chorrera, chorro : Nitun.
Chuña : Nechi0.
Chupar : Tzunji.
Chucho (fiebre) : Telo).
Cómo se dice esto ? Ene huoyel-
toja.
Dedal, anillo : Inyi.
Dedo : Inj.
Dejar : Maltelci.
Déjame : Huinjlanú.
Déjalo : Maltejie.
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
Defenderse : Loút.
Demandar : lajoma.
Delicado : Tzité yaté.
Demasiado : Tojla mayéc.
Dentera : Tzipil.
Dentudo (pescado) : Natzaj,
Derecha (mano): lumcat.
Izquierda : Tramcál.
Desabrido : Inotnij.
Derramar : Tzo1.
Derretir : Thi.
Derribar : Nimoyen catzi.
Derrumbar : Tij.
Desbarrancar : Tijchio.
Desafiar : Letempta.
Desaguar : Ipen.
Desaparecer : Nemnola.
Desahuciar : Nichichila.
Desarmar : Nachié.
Desatar : Lonni.
Descalso : Lonnu insoja.
Descansar : Iluote la huetta.
Descargar : Tinchio ¡luc.
Descolorido : lumape.
Descomedido : Lajlá palseyéja.
Descosido : Tzetnacatnommi.
Descomponerse : Uilac.
Descomponerse el tiempo : Ujnat
nisia aluju.
Desconocer : Nitoj layej.
Desconocido : Ntojniejte.
Descoyuntarse : Lajni cotzéc.
Desconfiar: Hijuena.
Descubrir : Huojape.
Desclavar : Lojui lelé.
Descuidado : Lajnujosechiá.
Desear de comer: loten tujni oitaj.
Desechar : Huom.
Desensillar: Lojni lu huette.
Desenvolver: Nachie.
a0241
Desgana (de comer): Nchiujú
yoya.
Desgraciado : Tzité áluju.
Deshacer : Nachio.
Deshonrado : Canajlámec.
Desnudar : Tolaschieé.
Me han desnudado : Ntoluát nú-
cue.
Lo han desnudado : Ntoluatehíe.
Estoy desnudo : Ntolajchie.
Desollar : Yojec.
Despedazar : Ysajen,
Despacio (camino) : Yajkel.
Despacio (habla) : Yaj juilzenéec.
Desobediente : Tacatján-Hotite.
Desparramar : Tzoi-lapejuát.
Despertar : Uajatlin.
Despertarse : Aisilit.
Despiojar : Tuyí tetec.
Despedirse : Yopilchié.
Destejer, destorcer : Nachie.
Destrigar : Tzehuasú, 1lamchie.
Después : Chijleyej=yaj layej.
Despoblar : Jop unjuej.
Desvergonzado : Lajlu mujliya.
Disgustarse, enojarse: Uocoijlin.
Distinto, diferente: Huenajlámec.
Día : Yuala; pl.: as...is.
Todo el día : Yualachie.
Dónde ? Tle 1j1 ticni ?
Dónde te habías ido? Tle eplajoje.
Me heido por ahí: Mao tiojo ichi-
etzuhue.
Donde quiera : Ichietzlené.
Doblar : Tzujenno.
Doble: Nitoc chié.
Dolor : Oitaj.
Domesticar : Juejat,
Amansar : Ejlet.
Dormir :Imo.
128
Dorado (pescado) : Asác.
Dulce: Acoj.
Duro : Tun.
E
Eclipsarse (el sol): Yuala huyés
1lón.
Eclipsarse (la luna): Huela hu-
yés ilon.
Eco: Lapeyac.
Eje : Lapalcainec.
Ejército : Nijotaj lucue.
Ejército (de langostas): Chiol lu=
cué.
El, ella (pron.) : llam-=toj litzi.
Ellos, ellas : Hamil, tojes litzi.
Embarazada : Chiutzaáu.
Embarrar : Ijnot ilon.
Embrujar : Tihuojchiayatio].
Embustero : Huetlomlin, itaju-
ylio.
Empacarse¿ Nitaclín.
Empacharse : Tejuác.
Empollar : Tuperpe.
Enamorarse : Nitia él.
Enano : Lachiujnaj.
Encerrar : Pon71.
Encima : Ycapho.
Encontrarse : Nchiutéj.
Enderezar : Ysitat.
Endurecer : Tunchié.
Enfermarse : Y el ¡lin.
Enfermo : Yel (cerrado).
Engañar : Jueyajlin.
Engordar : Jotajién.
Enjambre : Latzi.
Enlazar: Yoinchie.
Enloquecer : Huelán.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Deuda : Tujla nuya.
Muchas cosas tengo que decirte:
Nitóc majuasés nihuoyeilá.
Enojarse : Huoco¡jlin.
Enredarse : Tzojlac.
Enseñar : Chinjuen.
Enséñamelalenguadelosindios:
Chinjuen núyej nichilajñi.
Ensillar : Emlin lo.
Entender : Nlota áma.
No entender: Nlotité.
Entrar: Tiojo.
Entregar: Achi0j.
Enturbiar: Tisajti.
Envenenar, : Ylonsej la cachia.
Equivocarse : Ytajlin.
Escayante (madera para flechas):
Lutéc.
Escarabajo : Yamúc-juilataj.
Esclavo : Cuoncal.
Escribir : Saj1 papel-lesayén.
Escuchar : Chiejuéj.
Eslabón : Ytoj-chiá.
Espada: Ynajnat.
Espalda : Inapo lile.
Espejo : Peyac-ji; pl.: s.
Espinazo : lutzan.
Espina : Chitan; pl.: 11.
Espinillo : Matchioyúc.
Espuma : Co).
Estéril (terreno): Trujnaj-nisa-
pho.
Estaca : Totzi nenéc; pl.: ninai-
Estar : Ij1.
Estará en casa tu patrón ? Ipila
la huette á huoe ?
VOCABULARIO
Estómago : Chiuhugj.
Estrellas : Natzan-lajui.
Estribo : Katés.
Este, esta : Toja.
Fácil: Ysaluju.
Faja. cenidor: Pajichietáaj-huáca.
Fajarse : Hijuejla.
Falso : Tzite aluju-matite.
Faltar(no parece) : Toi-toto1.
Fértil (hembra) : Capunsanac.
Fértil (terreno) : Ujuat ijpho.
Fétido, hediondo : Nijoitaj-na-
jof.
Fiarse : Chiejojua; pl.: en.
Fiebre : Teloj.
Fiero, fec, malo : Caizia.
Fijarse : Yaj1
Fila : Apúlcal.
Filo : Lacó).
Filoso : Ye.
Flaco : Lopen; pl.: lopennen.
Flecha : Lutéc.
Galopar : Tihuin.
Gallina : Joó.
Gallo : Joó-asnac; pl.: al.
Ganar : Jaco1jlei.
Gangoso : Kajni.
Ganzo: Polzaj.
Garabato Jotenúc.
Garabatal : Jotenucuat.
Garganta, cuello : Ponni-ponni-
lile,
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVIII
MATACO-CASTELLANO
129
Este, esta es : Yoptoja-hueca,
JOpe.
No es este : Jopejité.
Espantar: Ucuschié.
Elojo : Nitoclin.
Flor : Slahuo.
Flojo (no apretado) : Cop-alioño.
Fornicar : Tamojuai.
Forcejear : Tenejchié.
Fósforos : Itojuás-itosas.
Fragamia : Lanij.
Frente : Tachi0.
Fresco : Ntechio.
Frío (tengo frío): Inyette (cojua).
Fuego : Ytoj.
Fuente : Tzijuic.
Fuerte, duro : Tun.
Fuerte, guapo: Cajal; pl.: cajais-
nen.
Fuerte, amargo :
nen.
Fuerza : Cajinajo).
Tapai-tapal-
Garrapata : Inechiataj; pl.: ás.
Garras : Cuechiú; pl. : chiné.
Garra : Muphi; pl.: juás.
Gatear: Coslin.
Gato doméstico: Mitzi; pl.: slais.
Gato del monte : Tzilocoi.
Galo y otro más pequeño
cuetaj.
Gastador : Huojinám.
Gaitar : Huom.
: Mu-
130
Gavilán : Joo-cot.
Genio : Lakel.
Es de mal genio : Lake isichite.
Gente (mucha decristianos): Tzi-
huele-yotaj-nitoc.
Gente (de indios) : Uich1 nitoc
Gesto, hacer gestos : Cuesajlin.
Ginete : Tolelsecuo.
Gobernador: Niyat-tisan; pl.: el.
Golondrina : Initzotaj.
Goloso : Nijianne)j.
Goma : Inís.
Gordo : Yotaj; pl.: ján.
Gorra : Sipbo; pl.: lis.
Gota : Lechiol; pl.: lis.
Hablador : Aujñalzaj; pl.: jés.
Hablar : Tajul.
Hacer : Yhnoyel.
Hacha : Usán; pl.: usanlis.
Halcón : Cutzáj; pl.: s.
Hambre : Naimló.
Hambriento : Slécal.
Harina (de trigo) : Múc-tanta-
múc.
Harinoso : Tamolojñi.
Hartarse : Yep-yés.
Hasta : Úitoj.
Herida : Lonnejté.
Hermana(mayor): Chita; pl.: lis.
Hermana(menor): Chijno;pl.:lis.
Hermano (mayor): Chila; pl.: lis.
Hermano (menor) : Chinij; pl.:
lis.
Herrero : Cojnat.
Hervidero : Nahuaijñ1.
Hervir : Nahual.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Gotear : Niton.
Gotita : Lechioljnaj; pl.:s.
Gradas (escalera) : Tzaites,
Grana (cochinilla) : Litzi.
Grande, grueso: Huoj; pl.: huoj-
chie.
Grasa : Ape.
Guanaco : Lajuot.
Guapo : Cajal; pl.: cajaijñen.
Guardar : Zamajej.
Guía (baqueano) : Chiunac.
Guitarra : Lapom.
Gusano: Hihuós; pl.: hikuoslais.
Gastar : Yacón.
Gustaso: Toicón.
H
Hiel : Temec.
Hígado : Tonnec.
Higo : Punejuaj.
Higuera : Punejlilé.
Hija : lose (el padre y madre).
Hijo : Yos (los mismos).
Hijo, hija, hijos : Los, losé, les,
yosés.
Hijas : Yosáj; pl.: yosas.
Hijito : Tzelér.
Hilacha : Jién.
Hilar : Tzetuacat.
Hilo : Tzelachié.
Hincarse (con espinas) : Chitan-
son, chitan ¡lón.
Hincarse (de rodillas) : Ytzojm1..
Hincharse, hinchado : Yocle.
Hocico : Nus.
Hocicudo : Nustaj.
Hoja : Huolé; pl.: hinól.
Homicida : Tolojnon.
VOCABULARIO MATACO—CASTELLANO
Hondo : lunti.
Horcón : Camchiete.
Hormiga : Tzihuaná; pl.: s.
Hormiguero: Tzihuanas-lop; pl.:
el.
Horno : Tolontí.
Hoy, hoy día : lualana.
Hualacate : Ajuenaj.
Hualcás : llamis.
Huérfano : Nemec; pl.: ál.
Idioma : Lajñí; pl.: 1.
Ienorante : Nannijonnát.
Iguana : Ajlú; pl.: lis.
Impacientarse : Huócoijlin.
Importar : Mac toj nuya.
Incapaz : Mac-chité.
Indio * Uichi-1jnéj-mayec.
Jarra : Sipho.
Jarro : Ilot1.
Juego : Co1.
Jugar : lacól.
Labios : Postal.
Labrador : Etchienaj.
Lechiguana : Noajlec huo,
Ladrón : Etampiaj-ascaltzaj.
Lagartija : Chialaj.
Lágrima : Thi.
Laguna : Lemchitaj.
Langostas : Chiol.
Huero (huevo): Lemec.
Huerta : Cos-cos-huétte.
Hueso : Ni, lilé.
Huevo : Chiú; pl.: chiúl.
Huevos de gallina : Joo=chiúl.
Húmedo : [c-huáj.
Humo, humareda : Tutzáj.
Hundirse : Yoinchio.
Huir : Enu-aluju-yom.
Hurón : Laá.
Inquirir, averiguar : lot-nej.
Invierno : Tej-chiojchie.
Irse : Yec.
Me voy : Niec-nuyec.
Se fué : Yojo-yejté.
Me ¡ré : Yejlá.
Jugo : Thí.
Jugoso : Thi 1J1.
Junto : [ñoye.
Jaula : Laji.
Lamter: Napho.
Lanza : Jun.
Lanzar, vomitar : Chiajlin.
Lanzar, arrojar : Huóm, ti0).
Largo : Pitaj.
Lastimar : Mac-yej.
Lastimado : Amo.
Lavar : Lejcan.
132
Lávate la cara : Lej-pe-té1.
¿Cuando vas á lavar esta ro-
pita? : Chiejoté la lo nucajias
tzaméej.
Mañana la lavaré : Nileilac chi-
juola.
Cuando la hayas lavado tráeme-
la, te pagaré : Chia leyejpa
ona aluju, natzilá.
Yo lavé ayer los platos : Ni
lejiumchié chipolis unaj aje.
Hoy lávalos vos : lualana lej
am.
Lavame pronto esta ropa : Lej
ayéj nucojiasá niyoe; pl.: nij-
ñO1.
Lazo : Katus.
Leche : Amiolo.
Lechuza : Amioló.
Leer (conversar con el libro):
Tajueyé)j.
Lejos : Tujuél.
Lengua : Kai le chia.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Lenguaje : Lajñi; pl.: 1.
Leña : Toloi-jletas.
Trae leña : Mayel jolo1.
Trae un atado grande
utujuac hub).
León : Oajlaj; pl.: s.
Levantarse : Nejnátpho.
Levántate : Ne-pho.
Levántense : Nechiphó.
Libro : Yaijnec.
Lienzo : Tzacal.
Lindo : Tzilataj; pl.: s.
Lobo : Latataj; pl.: s.
Loco : Uléc-cainuya.
Lodo, barro : Y¡n0t.
Lomillo : Juhuétte.
Loro : Helée; pl.: sleis.
Luego : Ilueta-ta-tana.
Luna : Huela.
Luna nueva : Huelatol.
: Mayel
Luna llena : Huelatapoyej.
Luna menguante : Huelpajla.
Luna clara : Huelasi.
(Continuará).
ORGANIZACIÓN GENERAL
DE LA
EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA
CONFERENCIA DEL DOCTOR E. ROMERO BREST
(Conclusión)
CONDICIONES DEL PERSONAL DOCENTE
El equivocado concepto que ha predominado por muchos años
en la mente delos directores de la instrucción pública, de que esta
disciplina física podía ser confiadaá cualquier individuo, ha pro-
ducido los resultados previstos : el más completo descrédito de la
enseñanza y de los encargados de ella.
La importancia del maestro de educación fisica así como el ba-
gaje de sus conocimientos científicos y pedagógicos está determi-
nada por la importancia de esta enseñanza y por las múltiples difi-
cultades que ella comporta en su aplicacióncorrecta. Se trata de un
verdadero proceso educativo de evolución lenta y complicada y no
de una mera imposición de conocimientos prácticos, ya movimien-
tos, ya juegos. De ello resulta que el maestro de educación física
debe ser ante todo uneducador y no un simple cultor del arte gim-
nástico. Porno haber considerado así la cuestión es que se ha vivi-
do, dice Tissié, en cien años de error y de fracaso.
Deberá, pues, exigirse de los profesores de educación fisica con-
diciones morales é intelectuales superiores, de acuerdo con la es-
pecial importancia de esta enseñanza. Y es claro que si se les exi-
ge valimientos de esta naturaleza, el estado deberá remunerarles si
les ha de pedir un cumplimiento estricto de sus deberes con todas
las responsabilidades inherentes. Sería un verdadero contrasentido
educacional el confiar la compleja y delicada función de guiar
al organismo humano por el camino más seguro hacia su des-
envolvimiento correcto, á hombres no preparados. para ello,
134 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
así como creer que sería posible conseguirlos sin remunerarles.
El estado revela el grado de importancia de un servicio por la
forma de la remuneración y le dignifica y eleva en consecuencia.
Esta educación debe ser elevada á su verdadero rango — opinión
que ya no se discute en ninguna parte del mundo— y porlo tanto, el
estado está en la obligación de levantar el nivel moral y material
de sus servidores.
En Alemania, en donde las escuelas de educacion física son nu-
merosas y en donde muchas veces son hombres ilustrados los que
tienen á su cargo esta enseñanza, gozan asíde una singular consi-
deración social y científica y sus estipendios están en consonancia
con ellas. Perciben así de +4 6000 francos anuales y entre nosotros
un maestro de provincias ganando 65 pesos con 55 centavos nacio-
nales por mes, percibe anualmente una cantidad equivalente á
1710 francos.
¿Cómo creer así que sea posible tener, no diré ya maestros, sino
simplemente hombres que quieran cumplir con su deber? ¿Cómo
exigirles esto si ni siquiera les es posible una vida material en ar-
monía con las exigencias que su rango comporta para alternardig-
namente con sus colegas? ¿Cómo no explicarse así que hayan sido
tenidos siempre en consideración secundaria por directores, profe-
sores y el público en general?
Estas cosas me han hecho pensar muchas veces con amargura en
la situación moral verdaderamenta angustiosa en que deben encon-
trarse algunos espíritus cultos que conozco y que ejercen, aquí pue-
de decirse con verdad, el apostolado de la educación física, allá en
lejanos puntos de la República.
Dice Mosso(1): «La educación física no ha podido desenvolverse
en Francia porque fué confiada á los sargentos; en Italia porque
cayó en manos de los maestros elementales ». Y agrega : «El primer
deber de un país es el de ser servido por inteligencias elegidas, pero
esto es desgraciadamente cosa difícil de obtenerse. » « Faltando los
medios para la aplicación de la ley, la atención del gobierno se
concentró en la escuela superior y primaria, donde podia mandar
són pagar; y así, poreconomía, se abandonó la educación de los
uimos en la edad en que tienen más necesidad de ella. En el minis-
terio fueron llamados los maestros elementales á dirigir esta ense-
ñanza y éste fué otro error, porque faltó así la influencia benéfica
(1) Mosso, Mens sana in corpore sano.
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 435
que hubiera tenido sobre la escuela secundaria un personal más
elevado. La deficiencia de la cultura de las personas que estaban á
la cabeza de este servicio fué fatal para la Francia. »
Algo semejante ha pasado entre nosotros.
Y ahora que vemos en dónde está el mal, toca al gobierno el re-
mediarlo.
PREPARACIÓN DEL PERSONAL DOCENTE
Trataremos ahora la cuestión más importante de mi plan de orga-
nización general de la educación física : la preparación del maestro.
Es necesario recordar la importancia extremada que el asunto
tiene, pensando que nada absolutamente será posible conseguir de
estable si no se empieza por buscar el artífice dela obra, por for-
mar el maestro. Toda reforma que no se base directamente en esto
será inútil, por sabias y numerosas que sean sus disposiciones, por
mucho que se insista en discursos, programas, circulares y regla—
mentos. y
No son precisamente reglamentos los que nos han faltado siem-
pre en todos los ensayos y esfuerzos trabajosos de nuestra organiza-
ción escolar. Es que constantemente se ha equivocado el camino,
creyendo que bastaría formular programas y recomendaciones cir-
culares desde los gabinetes ministeriales, contando con la pasiva
obediencia de los maestros, poco ó mal preparados, para resolver de
una plumada el complejo problema de la educación general.
Pero no son, sin embargo, ni siquiera estos medios de instruc-
ción técnica ó pedagógica los que más abundan en cuanto á educa—
ción física se refiere. Y aun cuando así no fuera, ¿cómo habían de
entenderse ó de cumplirse, si ha faltado la preparación técnica y
áveces la general en aquellos á quienes podían ir dirigidas las cir-
culares y discursos ministeriales? Suele ser muy frecuente entre
nosotros, que las autoridades se contenten con mandar, sin preo-
cuparse de si existen ó no los encargados capaces de ejecutar las
órdenes ó los medios económicos necesarios para la práctica. El li-
rismo más completo, el culto más fanático de las frases y de las
palabras preside y caracteriza comunmente las iniciativas guber-
namentales.
Solamente cuando se disponga de un personal preparado cientí-
fica y pedagógicamente, será posible pensar en la acción real y efi-
136 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
caz de la educación física expandiéndose en el seno social, incor=
porando á la familia prácticas y hábitos de verdadera actividad
física. De otro modo, ¿cómo suponer que un maestro sea capaz de
dirigir la aplicación correcta de las fuerzas y energías vitales al
desarrollo de un organismo complicado y delicadísimo en sus altas
funciones físicas y psíquicas ; que sea capaz de imprimir una di-
rección á la masa popular, despertando ideas y sentimientos, en-
causando corrientes de opinión, si tiene que valerse para ello de un
elevado prestigio intelectual y moral, de una poderosa influencia
sugestionante, y no dispone de los medios más elementales para
tales fines, como son el conocimiento cientifico profundo de la má-
quina humana y social y las cualidades morales y pedagógicas de
un educador completo ?
Y mientras ésta no sea la acción que los maestros ejerciten desde
la escuela, el problema de la edución física estará por resolverse,
estará siempre en su infancia. La buena voluntad popular que en:
general nos ha acompañado hasta hoy, se retirará al fin, viendo el
fracaso constante, incapaz, como es la masa popular, de ver y de
comprender la verdedera causa de ello.
Es cierto, por otra parte, y es consolador, que en el estado actual
de nuestra educación física se nota ya una marcada tendencia ha-
cia la reforma completa de otros puntos de vista. No me refiero á la
acción del gobierno sino á la del pueblo, á la de la familia, que per-
diendo poco á poco su indiferencia, impulsada por los hijos, reac-
ciuna y tiende á lanzarse al campo del sport.
Pero este movimiento, en mi modo de ver, no constituye el trrun-
fo definitivo, ni está encausado en la verdadera corriente que debe
buscarse en este asunto. Se trata de un movimiento engañoso de la
opinión, verdadero sacudimiento espasmódico del organismo social
que siente la necesidad de hacer algo, envarado ya por un prolon-
gado letargo físico. ¿Hasta dónde llegará ?
Por lo pronto, todas las manifestaciones de este movimiento son
puramente esportivas, casi diría atléticas, y no han conseguido (i-
jarse alrayendo intensamente la opinión popular fuera del espec-
táculo ostentoso y exhibicionista del torneo público.
Está todavía en manos del niño, más que en la del hombre, y aún
entre aquéllos, la inmensa mayoría no se agrupa sino en derredor de
una bandera restringida : La copa de foot-ball, aun cuando así in-
conscientemente, diríase ciegamente, vayan en pos de un ideal más
elevado.
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 437
Hoy por hoy conserva aún demasiado la característica de una
moda, copia servil del sport inglés, con su terminología, sus leyes,
sus trajes y sus procedimientos; y noes precisamente todo esto lo
más recomendable, si de verdadera educación física se trata.
¿Quiero decir poresto que en mi opinión es vituperable el ejemplo
de actividad de que dan pruebas los jóvenes alumnos de los Cole-
gios Nacionales propagando y llevando á todas partes el noble y
viril sport del foot-ball? De ninguna manera y reivindico para el
Colegio Nacional (Oeste) y la Escuela de Comercio la honra de haber
sido los primeros establecimientos que implantaron seriamente un
sistema racional de ejercitación el año 1898, dando la norma y
proporcionando los elementos con que ha de triunfarse más tarde.
Pero creo que el movimiento es incompleto y que no deja de en-
trañar algunos peligros para la salud y para la educación de los jó-
venes alumnos. Creo que esta forma de actividad no puede ser sino
transitoria y esa ha sido la idea de los que han organizado el primer
club esportivo de alumnos de colegios. El peligro está en que este
provisoriato tiende, como sucede fácilmente en todo entre nosotros,
á perpetuarse indefinidamente, y si tal sucediera sería un fracaso
completo el fin de una obra bien comenzada.
Y el defecto está en que la reforma, en el estado á que ha llegado,
no alcanza con sus beneficios á la mayoría, ni siquiera á aquellos
á quienes más interesa : los débiles, los enfermos, los mal dota-
dos por la naturaleza, y en que faltan los directores preparados en
abundancia, que eviten los inconvenientes del empirismo y de los
entusiasmos exagerados.
La reforma ha empezado bien para seguir una evolución natural,
en mano de los niños para llegar al hombre, en la escuela para
irradiar á la familia y á la sociedad toda.
¿Pero hemos llegado hasta allí? Veamos!
Las asociaciones de adultos, las serias, las bien constituidas (las
de foot-ball en su mayoría son cambiantes y poco estables) han fra-
cazado ó poco menos.
De entre ellas las dos más importantes: una, de gimnasia y esgri-
ma, permanece estacionada desde hace algunos años porque respon-
de sólo á un criterio restringido y no á los altos fines de una educa-
ción física social ; la otra, de ejercicios físicos que nació en un
momento de excitación y entusiasmo latino, fracasó también y
murió moralmente al poco tiempo de nacer. Para salir de la vida
anémica en que vegetaban ambas asociaciones se han entregado
q
138 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ahora á la exhibición atlética : el torneo público y los premios.
Van así por un camino errado y van á fracasar por segunda vez
en día más ó en día menos, porque ninguna de las dos es esencial-
mente popular, ni por sus principios, que favorecen é incitan el at-
letismo, ni por sus medios de actuación, que están vedadosá los dé-
biles y álos medianos, al alcance sólo de los fuertes, de los «aris-
tócratas de la fuerza» como dice Lagrange.
Y es lástima que tal suceda, porque se trata de dos poderosas
fuerzas perdidas para esta gran causa de la educación física de la
juventud.
¿Qué se necesita, pues, para que la reforma nos lleve á la meta
segura?
Se necesita que estas sociedades esporlivas se inspiren en el ele-
vado concepto de una educación física racional para todos y más
especialmente para los débiles; que sean populares y no restringi-
dasal grupo más ó menos numeroso de sus asociados; que hagan
sentir su acción en las escuelas y en el medio social más necesita-
do, incitando á los gobiernos á modilicar las malas prácticas de su
enseñanza oficial, fiscalizándole y facilitándole los medios; que fun-
de plazas de juego para todo el mundo, atrayendo á los niños por
el ejercicio en si y no por el premio ó el aplauso; que organize con-
ferencias públicas para adultos, para los padres, palo las madres;
que funde un órgano de opinión, etc., ete.
Se necesita que el gobierno prepare é instruya la falange de edu-
cadores que han de hacer y de dirigir todo esto, conscientemente,
abnegadamente!
Los métodos y los medios de educación física que usamos en
nuestros colegios y escuelas normales los creo buenos, peroá pe-
sar de ello si falta después de estos primeros pasos, fáciles de dar,
el maestro preparado, todo nuestro edificio carecerá de base sólida
y duradera. Un buen programaes malísimo si no está en manos de
un buen maestro.
De vada habrá servido así el esfuerzo que se ha hecho hasta aho-
ra, y no será raro que, pasado el entusiasmo primitivo, volvamos
para atrás, á caer en sa misma inacción y completo abandono an-
terior con el descreimiento generalizado de nuestro poder y capaci-
dades de latinos.
Una evolución semejante ha tenido lugar en otros pueblos. La
observación atenta de la historia de la educación física en Francia
nos presenta iguales fenómenos, que son así altamente instructi-
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 139
vas para nosotros. Allí también, como aquí, no ha faltado nunca la
buena voluntad del pueblo, como lo hace constar Tissié, lo que no
ha impedido que se hayan perpetuado los errores más crasos y fun-
damentales durante un siglo entero.
Desde Duruy y Julio Simon, que marcan dos épocas memorables
en la historia de la educación francesa, zuchos ministros han tra-
tado por medio de luminosas y hasta geniales circulares, de solu-
cionar la gran cuestión que ya preocupaba á pueblos y educadores :
la educasión física. El 9 de marzo de 1869 escribía Duruy á los rec-
tores: «La gimnástica de los liceos y de las escuelas no debe tratar
sino de desarrollar de una manera normal y progresiva la fuerza
del cuerpo y de restablecer, si es necesario, el equilibrio y la armo-
nía. » Diferenciaba ya exactamente la gimnástica militar de la pe-
dagógica, pero lo mismo que Julio Simon más tarde, dejaba en
manos de los sargentos « el desarrollo del cuerpo y el cuidado de la
armonia y equilibrio orgánico! »
He dicho ya anteriormente que en Italia sucedió algo semejante;
no ya con los soldados, sino con los maestros primarios, á quienes
se creyó capaces, sin preparación previa, de cumplir con la compli-
cada misión de un fisiólogo y un educador.
En Alemania se ha procedido de una manera diferente y en ella,
aun cuando sus sistemas son vituperables, fisiológica y estética
mente considerados, se ha conseguido, sin ambargo, imponerlos y
metodizarlos en toda la nación y es de esperar que la reforma que
ahora se inicia y se persigue por manos y dirección de los hombres
de ciencia modifiquelos antiguos sistemas y los haga irreprochables.
No diré nada de la Suecia, en donde, desde Ling, se ha procedido
racionalmente pensando primero en la preparación seria y unifor-
me de los maestros. Desde 1814 funciona el Instituto Central de
Estocolmo, dando los maestrosal reino unido y el resultado del siste-
ma sobre la población y raza sueca es tan conocido que huelga
lusistir sobre ello. Lejos están ahora del célebre ministro que em-
papado en los prejuicios de su época, contestó á Ling, que para
hacer escuelas de titereteros eran ya suficientes las ferias!
Así, pues, vemos que en todas partes sehan dado cuenta de estas
cuestiones fundamentales, y en todas en donde han llegado á un
éxito seguro, Inician la reforma, precediéndola con la preparación
de los maestros.
Italia y Francia, que han equivocado el camino durante tanto
tiempo, se encuentran hoy en el mismo punto de partida, pero reac-
140 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
cionan aleccionadas por la experiencia y entran francamente en
esta nueva vía.
En 1893 el congreso nacional de educación física de Burdeos
aprueba, bajola presidencia de Espinay, decano de la facultad de
letras, entre otros votos, el siguiente: «Que se funde una escuela
superior de educación física con elobjeto de formar los maestros de
gimnasia y de ejercicios fisicos para los establecimientos escolares. »
Igual sucede en el congreso olímpico del Havre, bajo la presiden-
cia del barón de Coubertin en 1897. Este congreso «considerando
que el diploma actual de profesor de gimnasia es insuficiente para
los directores ó profesores... expresa el voto de que, en adelante,
el diploma de director ó profesor de gimnasia sea discernido pre-
vio examen escrito, oral y práctico, comprendiendo especialmente
conocimientos anatómicos, fisiológicos y de higiene de la infan-
cla, etc., etc. »
En 1898 el ministro de instrucción pública de Francia nombra
una numerosa comisión para que lo asesore y aconseje en estos
asuntos y ella emite los siguientes votos :
1% Hay lugar á levantar el nivel de la educación física y de unifi-
car los métodos;
2" Debe en consecuencia proveerse á la organización de una
escuela normal superior. ”
En el congreso de 1900, en París, muchos asistentes de todos los
países del mundo reclaman y obtienen iguales declaraciones del
CONgreso.
En Italia y en Dinamarca se levantan iguales aspiraciones.
Y es en este orden de ideas que en lodos estos países se crean es-
cuelas y se organizan cursos temporarios ó permanentes, destina-
dos á la preparación y perfeccionamiento de los maestros.
Es, pues, por allí por donde debe empezarse y afianzarse la re-
forma también entre nosotros. ¿De qué manera ?
Creando « cursos permanentes de educación física superior » en
la capital de la república, anexos 0 no á una escuela normal ó á
una facultad, respondiendo á una unidad de criterio y de método.
Instituyendo un diploma de profesor de educación física, no
discernido sino previas pruebas serias de los conocimientos cientí-
ficos, teóricos y prácticos de un verdadero educador.
Estableciendo y organizando cursos de vacaciones en los diver-
sos pueblos de la república y aquí mismo, en los que se trate espe-
cialmente de la enseñanza de los juegos y ejercicios metodizados y
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 444
se insista sobre la demostración práctica de los métodos pedagógi-
co más modernos y más científicos para las clases de ejercicios
físicos. Estos cursos cortos estarían dirigidos á los maestros pri-
marios en ejercicio en las escuelas de la nación, que según nues-
tra organización escolar dirigen también la educación física de los
niños, precisamente en la época de la vida en que les es más nece-
sario el movimiento, en especialidad bajo forma de juegos y en la
que su aplicación incorrecta es más peligrosa y menos eficaz.
Entre nosotros la iniciativa del gobierno se ha hecho sentir ya,
empezando por donde era lógico hacerlo, creando cursos tempora-
rios de vacaciones (dos, 1902 y 1903) con el objeto exclusivo de
perfeccionar los maestros en ejercicios, y haciéndolos permanentes
luego, con el fin de ir preparando las bases de los que con un es-
fuerzo más llegarían á ser eximios profesores de la materia.
La importancia y necesidad de estos cursos, que tiene sus simi-
lares desde hace mucho tiempo en las naciones más adelantadas
como Francia, Alemania, Suecia, Bélgica, Italia, Estados Unidos,
etc., es innegable desde que no sólo se consigue con ellos la forma-
ción de los maestros en las nuevas doctrinas científicas y se asegu-
ra para el porvenir una falange de directores instruídos, sino
también, y lo que es primordial, se consigue la unidad del siste-
ma y se uniforman los métodos y procedimientos (1).
Estos cursos han dado por resultado inmediato que la mayoría de
(1) En 1894 el diputado von Schenkendorff organiza un curso para juegos en
Berlín, dirigidos por el doctor Reinhardt y el profesor Heinrich, al cual curso se
inscriben 120 alumnos.
En 1895 el ministro Rosse organiza otros en Berlín con 70 estudiantes, en
Greifswald con 80, en Kiel con 30, en Marburg con 241, en Rostock con 40, en
Tubinga con 40.
En 1900 el emperador patrocina otros en Berlín y las universidades de Halle,
Konisherg, Breslau y Bonn organizan cursos anexos teórico-prácticos de educa
ción física.
El ministro von Gossler proclama á los estudiantes alemanes interesándolos
en el progreso de la educación física.
Hasta elaño 1900, 35 ciudades alemanas han instituído cursos para maestros
con 3871 asistentes en 114 cursos en total.
EnEstados Unidos, la Harvard University, entre otras, tiene su escuela anexa
de educación física.
En Cambridge se encuentra Hemenway Gymnasium, que es una verdadera es
cuela de educación física, en la cual se especializan los cursos hasta llegar á
la cifra de 64.
Estosdatos sontomados de Mosso, Mens sana vn corpore sano.
142 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
los profesores de la materia han adquirido un título de competencia
y se han puesto así en condiciones favorables para dictar sus clases.
Además, han sido diplomados más de 300 profesores y profesoras.
Y sin entrar en otro orden de consideraciones no bien colocadas
aquí, es de notar que la acción de estos cursos empieza también á
hacerse sentir en toda la república, pues que nos llegan los ecos de
los buenos resultados obtenidos por los señores profesores, y de la
irradiación dela escuelaá lasociedad bajo la forma de instituciones
formadas al calor de las aulas ó de asociaciones populares auspicia-
das porellas, con el objeto de dar la importancia debida á la cul-
tura física. Hasta el elemento femenino, tan reacio á las manifesta-
ciones de la actividad física, reacciona, y de las escuelas normales
nace la idea que agrupa á las alumuas en asociaciones particula-
res (club Atalanta) para completar la acción escolar, buscando la
salud y la belleza física y moral, no en los teatros y salones de bai-
le, noen los afeites y vestidos, sino enla naturaleza misma, dedi-
cándose á las nobles ocupaciones del arte gimnástico racional y
formando así las futuras madres en el justo equilibrio físico y moral.
Voy á lerminar, señores, pero antes deseo manifestar que abrigo
la esperanza de que ha de ser justamente interpretada la iniciati-
va personal que tomo al dar esta conferencia. Ella no me ha sido
solicitada, pero si acogida por el señor rector de este colegio con la
consideración y entusiasmo de un convencido en honor á la bondad
é importancia del asunto. No me guía otra idea que la de propa-
gar y difundir doctrinas que considero benéficas para nuestro país,
en esta rama tan abandonada de la cultura física, aportando yo
también mi grano de arena en la obra que ha de ser fruto del es-
fuerzo de todos los hombres de buena voluntad y no sólo de una
personalidad aislada, cualquiera que ella sea.
Así, pues, no traigo idea decombate á esta tribuna pública, sino
simplemente ideas y hechos científicos que someto al estudio de to-
dos, considerándome satisfecho si consigo llamarla atención de us-
tedes algunos instantes.
No soy un hombre de letras, ni un orador, y no se me oculta que
mi exposición desordenada ha de serles fatigosa, especialmente á
las distinguidas damas que me hacen el honor de escucharme y
cuya sola presencia hace interesante y agradable la velada, pres-
tándome así el más poderoso concurso. Pero espero de la amabili-
dad de ustedes se me ha de disculpar, atento á la sinceridad del
pensamiento que me guía.
BIBLIOGRAFÍA
Doctor Gomez Teixeira (F.;, director da Academia Polytechnica do Porto,
antigo professorna universidade de Coimbra, etc. Obras sobre mathematica,
publicadas por ordem do governo portugués. — Volumen I, Coimbra, Imprensa
da Universidade, 1904. Un volúmen de 410 pájinas en 4? mayor.
Esta publicacion se hace por cuenta del Gobierno de Portugal i bajo la direccion
del autor. Es una recopilacion de los trabajos de matemática superior, publicados
en diversas revistas europeas por el docto director de la Academia Politécnica de
Porto.
He aquí el índice de las memorias:
I. Sobre o desenvolvimento das funccóes em serie, memoria premíada e publica-
da pela Real Academia de sciencias exactas, physicas e naturaes de Madrid, 1897,
tomo XVIII, parte 1.
IL. Sur le développement des fonctions en série ordonné suivant les puissances
du sinus et du cosinus de la variable. Publicada en el Journal fúr die reine
und angervandie Mathematrk, gegrúndet von Crelle, Berlín, 1896, Band 116.
TIL. Sur les séries ordonnées suivant les puissances d'une fonction donnée. (Pu-
blicada en el mismo Journal fir die reine, ete. etc. el mismo ano).
IV. Extrait d'une lettre adressée 4 Mr. Hermitte. (Bulletin des sciences mathé-
tiques, Paris, 1890, 2 série, tome XIV).
V. Sur les cowrbes paralleles u V'ellipse. (Memoires couronnées el autres memoires
publiés par l'Academie Royale de Bélgique. Bruxelles, 1898, tome LVII1).
VI. Sur les derivées d'ordre quelconque. (Giornali di Matematiche, Napoli, 1880,
tomo XVIIl).
VII. Sur le développement des fonctions implicites en série. ¡Journal de Mathe-
matiques pures et appliquees, fondée par Lioville, París, 1881. 3*série, tomo VIl).
VIL Sur le développement des fonclions implicites. Jowrnal de Mathematiques,
etc., 1889, 4* série, tomo V.
IX. Sur le développement des foncitons douwblement périodiques de seconde es—
péce en série trigonometrique (Journal fúr die reine, etc., etc, Berlin, 1903,
Band CXXV).
144 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
X. Apontamentos biographicos sobre Damiel Augusto da Silva. (Boletín da Di-
recáo Geral de Instruccao Publica, Lisboa, 1902, tomo I).
XI. Notesur l'intégration des equations aux dérivees partielles du second ordre.
(Bulletin de la Société Mathematique de France, Paris, 1881, tomo XV1I).
XII. Diversos artigos sobre geometria analytica plana :
a) Sur le courbe equapotentielle. (Archiv der Mathematik und phystk, Leipzig,
1902, Reihe 111, Band IL!
b) Sobre una curva notable (El Progreso matemático, Zaragoza, 1889, serie 2,
tomo 1).
c) Sobre los focos de las espíricas de Perseo (El Progreso etc, 1902, serie 2,
tomo Il).
d) Sobre una propiedad de los focos de los óvalos de Cassina (Revista trimestral
de Matemáticas, Zaragoza, 1901, tomo 1).
e) Sur la tétrasupidale de Bellevitis (Mathesis, Gand, 1901, tomo XXI.
f)/ Sur une propriété des ovales de Descartes (Idem, 1902, tomo XXI!).
9) Sur Venveloppe d'une droite de longeur donnée 'appuyant sur deux droiles.
(Intermédiaire des Mathematiciens, Paris, 1898, tomo V,.
h.) Evaluation directe de l' arre de la developpée de l'ellapse (Idem, 1900, tomo VII).
1) Sur la rectification des courbes puralleles u une courbe donmée, (Idem, 1900,
tomo VIT).
j) Sur les foyers du limacon de Pascal (Idem, 1900, tomo VII).
XI1I. Sur la convergence des formules de Lagrange, Gauss, etc. (Journal fúr
die reine und angewandte Mathematik, etc., 1903, Band CXXV).
XIV. Diversos artigos sobre Análisis infinitesimal :
a) Extension d'un théoreme de Jacobi. (Monatshefte fir Mathematik und Phy=
sik, Wien, 1890, Band 1).
b) Sur la determination de la partie algébrique de Vintégrale des fonctions ratio-
nelles. (Rendiconti della Reale Academia dei Lincei, Roma, 1885, serie 4*, vo=
lúmen 1.
c) Sur Uintégrale de q ((<,dx. (Idem, Idem).
d) Sur le développement de xk en série ordonnée suivant les puissances du
súnus de la variable ¡Nowvelles Annales de Mathematiques, Paris, 1888, 3*
série, tome VII).
e) Sur l'intégrale JFcotía—ajaz, (Idem, Idem, 1889, 3* série, tome VIII).
S. E. B.
2
“socios HON ORARIOS
De URNAS Philippi. — Dr. Juan J. J. Ky
= Ing. Luis A. Huergo (padre)
Ing. J. Mendizábal Tamborrel. sl Estanislao S. Zeballos
SOCIOS CORRESPONDIENTES
Aguilar, Rafael........
Ameghino, Florentino. .
Arechavaleta, José.....
Arteaga Rodolfo (das
Ave-Lallemant, German
—Brackebusch, Luis.....
-—Ballvé, Horacio .......
Carvalho José Carlos...
Cort Jose Sica
Corthell, Elmer L.....
Lafone nENCuO: Samuel A...
Lillo, Miguel.......... ,
*
Abella Juan.
Acevedo Ramos, R. de
Adamoli, Pedro A.
Adano, Manuel.
Ader. EnriqueA.
Aguirre, Eduardo.
Albarracin, Alberto L.
Alberdi, Prancisco N.
Albert, Francisco.
Alric, Francisco.
Alvarez, Fernando.
Anasagasti, Horacio
Ambrosetti, Juan B.
Amoretti, Alejandro,
Arata, Pedro N.
Araya, Agustín.
Arigós, Máximo.
Arce, Manuel J.
Arce, Santiago.
Arditi, Horacio.
Areco, Alberto $.
Arroyo, Franklin.
Aubone, Cárlos.
Avila Méndez, Delfin.
Avila, Alberto
Ayerza, Rómulo
Aztiria, Ignacio.
Babuglia, Antonio.
Badaró, Bugenio.
Bahia, Manuel B.
Baliña, Manuel J.
Bancalari, Juan.
Bancalari, Eurique A.
Barabino, Santiago E.
Barbará Adolfo.
Barilari, Mariano S
Barzi, Federieo.
Battilana, Pedro.
Battilana, Alfredo.
Baez, Domingo A
Baudrix, Manuel C.
Bazan, Pedro.
Benoit, Pedro (hijo).
Berro Madero, Carlos
Bimbi, José.
Bell, Carlos H.
Besio, Moreno Baltazar
Montevideo.
Montevideo.
l. de Año N.
Rio Janeiro.
Mendoza.
New York.
Catamarca.
Tucuman.
SOCIOS
Besio, Moreno Nicolas
Beverini, Alberto.
Biraben, Federico.
Bosch, Benito S.
Bosch, Eliseo P.
Bosch, Anreliano R.
Bonanni, Cayetano.
Borus, Adrian.
Bosque y Reyes, F.
Bosque, Carlos
Brian, Santiago
Brindani, Medardo
Buschiazzo, Francisco.
Buschiazzo, Juan A.
Buschiazzo, Juan C.
Bustamante, José L.
+| Caimi, Ramon.
Candiani, Emilio
Cárcena Augusto.
Cagnoni, Alejandro N.
Cagnoni,Juan M.
Camus, Nicolas
Candioti, MarcialR.
Canale, Humberto.
Cano, Roberto.
Cantilo, Jose L.
Canton. Lorenzo.
Carranza, Marcelo.
Carabelli, J. J. T. 6.
Cardoso, Mariano J.
Cardoso, Ramon.
Carossino, Jacinto E.
Castellanos, Cárlos T.
Castañeda. Ramon
Castro, Viceute.
Claps, Andrés.
Claypole, Jorge.
Ceruadas, Carlos.
Cerri, César.
Cidra, Alberto H.
Cilley, Luis P.
Chanourdie, Enrique.
Chapiroff, Nicolás de
Cheraza, Gerónimo.
Chiocci Icilio.
Chueca, Tomás A.
Clérice, Eduardo E.
Reid, Walter F. ... .
Scalabrini, Pedro...
Tobar, Carlos R.....
Cobos, Francisco.
Gock, Guillermo.
Collet, Carlos.
Coni, Alberto M.
Coquel, Indalecio
Coria, Valentin F.
Curnejo, Nolasco F.
Corvalan Manuel $.
Coronel, Policarpo.
Courtois, Ú.
Tremona, Andrés Y.
Cremona, Victor.
Cuenca. Felipe.
Cuomo, Miguel.
Curutchet, Luis.
Curutchet, Pedro.
Damianovich, E. A.
Darquier, Juan A.
Dassen, Claro €.
Davel, Manuel.
Dates, German.
Diaz de Vivar, M.
Dobranich, Jorge w
Dominico, Guillermo
Dominguez, Juan A.
Dorado, Enrique.
De Diego, Alberto.
Douce, “Raimundo.
Doyle, Juan.
Dubois, Alfredo.
Duhart, Martin.
Duhau. Luis.
Duncan, Cárlos D.
Durrien, Mauricio.
Durelli, Amilcar.
Drago, Luis M.
Echagiie. Carlos.
Elia, Nicanor A. de
Eppens, Gustavo,
Esteves, Luis.
Espiasse. Alberto.
Espinasse, Jorge.
Etcheverry, Angel.
Ezcurra, Pedro.
Fasiolo, "Rodolfo 1.
Fernandez, Alberto J.
Fernandez, Pedro A.
ES
O a al e
Porter, Carlos MENA
Spegazzini, Carlos...
Villa Colon (U.
Upsala (S.)
Palermo (1t.)..
Lima.
Valparaíso.
Lóndres-
Corrientes.
San Paulo 018) pS
Fernandez Poblet, A.
Ferreyra, Miguel.
Figueroa, Octavio.
Eynn, Enrique.
Flores. Emilio M.
Foster, Alejandro.
Friedel, Alfredo.
Gainza, Alberto de.
Gallardo, Angel. -
Gallardo, José L. ;
Gallardo, Miguel A.
Gallardo, Garlos R.
Gallego, Manuel.
Gallino, Adolfo. E
Gándara, Federico W.
Garat, Enrigue.
Garay, José de.
Garcia, Carlos A,
Garcia, M.Jesús
Gardeazabal, Narciso.
Gatti, Julio J.
Gentilini, Pascual.
Geyer, Carlos.
Ghigliazza, Sebastian. .
Gimenez, Joaquin.
Gimenez, Angel M.
Gjuliani, José.
Girado, "José 1
Girado, Francisco J.
Girado, Alejandro.
Girondo, Juan.
Girondo, Eduardo.
Goldemhorn, Simon.
Gómez, Pablo E.
Gonzales, Arturo.
Gonzalez, "Agustin.
Gonzalez Cazón Vicente.
Gonzalez Carman R.
Gonzalez Carlos P.
Gradin, Cárlos.
Gregorina, Juan
Gregorini, Juan A.
Guido, Miguel.
Gutierrez, Ricardo J.
Hary, Pablo.
Herrera Vega, Rafael.
Herrera Vega, Marcelino
Herrera, Nicolas M.
turbe, Miguel.
Jacobo, Cándido.
Juni, Antonio.
Jurado, Ricardo.
Justo, Agustin P.
Herrero, DuclouxE.
Herlitzka, Mauro.
mry. Julio
icken, Cristobal.
Holmberg, Eduardo L.
ñ 'Holmberg. Eduardo A.
Hoyo, Arturo.
Hubert, Juan M.
Huergo, Luis A. (hijo).
Huehes, Miguel.
$ Ibarra, ' Vicente.
; -Iriarte, Juan
a, Pedro.
, Vicente.
Krause, Otto.
Klein, Herman
Kliman, Mauricio.
Labarthe, Julio.
Lacroze, Pedro.
Lagos García, Carlos.
Lagrange, Carlos.
Lanús, Eduardo M.
- Langdon, Juan A.
- Eaporte Luis B.
' Larreguy, José
- Larguia, Carlos.
— Latzina, Eduardo.
Lavalle, Francisco.
-Lavergne, Agustin.
_Lea Allan B.
“Eeonardis, Leonardo de
Lehmann, Guillermo.
- Lehmann, Rodolfo R.
Lehmann, Rodolfo.
o López, Aniceto E.
Marcet,
Lopez, Martin J. -
Loyola, Luis F.
Lopez, Pedro J.
Lugones, Arturo.
Lugones Velasco, Sir.
-Luiggi, Luis
Luro, Rufino.
Luro, Pedro 0.
Ludwig, Cárlos.
Machado, Angel.
Madrid, Enrique de
Maglione, José L.
Malígoe, Eduardo.
Mallol, Benito J.
Mamberto, Benito.
Marin, Placido.
Marquestou, do
José A.
Marcó del Pont, E.
Marenco, Eleodoro
Marengo, José.
Martinez Pita Rodolfo,
Martini, Rómulo E.
Marty, Ricardo
Matharán, Pablo.
-—Lorenzetti, Guillermo.
Lucero, Apolinario.
Maschwitz, Carlos.
Massini, Cárlos.
Massini, Estevan.
| Massini, Miguel.
'Maupas, Ernesto.
Maza, Juan.
- Mattos, Manuel E. de.
Medina, Jose A.
Mendez, Teófilo F.
Mendizabal, José S.
Mercáu Agustin.
Merian, Eduardo
Mermos, Alberto.
Meyer Arana, Felipe.
Miguens, Luis.
Miguaqui, Luis P.
Millan, Máximo.
Mitre, Luis.
Molina y Vedia, Delfina
Molina y Vedia, Adolfo.
Moeller. Ednardo.
Molina, Waldino.
Molina, Civit Juan.
Mon, Josué R.
Morales, Cárlos Maria.
Moreno, Jorge
Moreno, Evaristo V.
Moron, Ventura.
Moron, Teodoro F.
Mosconi, Enrique
Mugica, Adolfo.
Naon, Alberto
Narbondi, Juan E.
Navarro Viola, Jorge.
Newton, Artemio R.
Newton, Nicanor R.
Niebuhr, Adolfo.
Nistrómer, Carlos
Newt ry, "Jorge.
Noceti, Domingo.
Nogués, Pablo.
Nougues, Luis F.
Nouguier, Pablo.
Naulé, Eduardo.
Obligado. Alejandro.
Ocampo, Manuel S.
Ochoa, Arturo.
(0% Donell, Alberto C.
Olaechea y Alcorta, P.
Olazabal,Alejando mo
Olivera, Carlos E.
Oliveri, Alfredo
Orcoyen, Francisco.
Orús, Jos y
Ottanelli, Atilio.
Ortúzar, Alejandro (h.)
Orzabal, Arturo.
Otamendi, Eduardo.
Otamendi, Rómulo.
Otamendi, Alberto.
Otamendi, Juan B.
Otamendi, Gustavo.
Otero Rossi, Ildefonso
Outes, Felix F
Outes, Diego E.
Padilla, José.
Padilla, Isaias.
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Razori, hanciscol)
Recag vrri, Pedro $.
1, Pablo.
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Romero, Felix R.
R mero, Julian.
setti, Emilio.
F pide, Juan.
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Rubio, José M.
Huidobro, Luis.
enz Valiente, Ed.
17, Valiente Anselmo
Sagasiume, José M.
as Manuel.
Sanchez Diaz, José.
Sanglas, Rodolfo.
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Taiana, Hugo. >
¡ Tejada Sorzano, Carlos.
| Torres, Luis M.
Torrado, Samuel.
Vilanova Sanz,Florenci"
White, Guillermo J.
Seguí,Francisco.
Selva, Domingo.
Sena, Gabriel.
Senillosa, Juan A.
Silva, Angel. S
Silva, Guillermo.
Simonazzi, Guillermo.
Siri, Juan M.
Sisson, Enrique D.
Solari, Emilio.
Soldani, Juan A.
Soldano, Ferruccio.
Spinetto, Silvio.
Spinedi, Hermeneg. E.
Spinola, Nicolas
Stuart Pennington, M..
Swenson, U. E
Tamini Crannuel, L. A.
Tassi, Antonio
Taiana, Alberto.
Tello, Julio.
Texo, Federico
Thedy, Hector.
Toepecke, Ernesto.
Torres Armengol, M.
Traverso, Nicolas
Trelles, Pio.
Thibon, Fernando.
Uriarte Castro Alfredo.
Uriburo, Arenales
Uttinger, Alberto.
Valenzuela, Moisés
Valerga, Oronte A.
Valle, Pastor del -
Varela Rufino (hijo)
Vazquez, Pedro.
Vico, Domingo.
Vidal Carrega, Carlos
Videla, Baldomero. Y
Villegas, Belisario.
Vivot, Eduardo.
Wauters, Carlos.
Wernicke, Roberto
White, Guillermo.
Wilmart, Raimundo
Williams, Orlando E.
Yanzi, Amadeo ,
Zamboni, José J,
Zavalia, Salustiano.
Zamudio, Eugenio
Zerda, Victor. dela
Zerda, José de la 1:
Zunino, Enrique.
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geniero Eduardo Aguirre, doctor Ignacio Aztiria, doctor Enrique Fynn;
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doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata. ingeniero José S. Corti, ingeniero
- Federico Birabén, ingeniero Vicente Castro, ingeniero Eduardo Latzina.
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OCTUBRE 1904. — ENTREGA IV. — TOMO LVIIL
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Sal) INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA
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CrisTóBAL M. HICKEN, Doctor Rodulfo Amando Philippi
- Herrero DucLoux, Nota sobre la sangre de drago indígena......o...0. AUDE.
ción gráfica de la política de la ley de riego de Tucu=
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ALI TAN:
RODOLFO A. PHILIPPI
EXDIRECTOR DEL MUSEUM DE SANTIAGO DE CHILE
DOCTOR RODULFO AMANDO PHILIPPI
BREVES APUNTES BIOGRÁFICOS
El telégrafo nos comunicó-la triste nueva del fallecimiento del
eminente naturalista doctor R. A. Philippi, — noticia que fué reci-
bida con profundo y sincero pesar por todas las personas que cono-
cieran sus obras, — á la vez que con general sorpresa, ya que se
tenían aquí noticias acerca de su salud, que la presentaban como
muy satisfactoria.
No es posible en estos momentos hacer una biografía completa
del insigne hombre que pierde la ciencia, del queridísimo maes-
tro de muchas geueraciones, dequien se enorgullece su patria adop-
tiva, del que honró con las producciones de su fertilísima pluma
millares y millares de revistas.
Sólo una paciente colección desus innumerables artículos cien-
tíficos y su análisis sistemático, permitirían valorar con cierta ver-
dad la obra de nuestro socio honorario.
En la imposibilidad absoluta de presentar á nuestros consocios,
un artículo biográfico en correspondencia con la talla científica
del doctor Plilippi, nos vemos obligados á ofrecer tan sólo algunos
rasgos que, incompletos y mal hilvanados, podrán, sin embargo,
servir para conocer la fecunda vida del modestísimo sabio.
El doctor Rodulfo Armando Philippi nació el 24 de septiembre de
1808 en Charlottemburg, arrabal de Berlín.
Convulsionadala Europa entera por la acción de Napoleón, agita-
dos los espíritus, desorganizada la instrucción, imposibilitado
para cursar con regularidad estudios en un ambiente de guerra,
recibió las primeras letras de su cariñosa madre doña María Ana
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVIH 10
146 "(ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Krumwiede, mientras su padre Guillermo Everardo le hacía apren-
der las canciones guerreras, infundiéndole así en esa época aciaga,
el amor á la patria que cultivó siempre con devoción ejemplar, re-
cordándola con cariño y ternura cuando hablaba de su Vaterland.
A la edad de 7 años pudo visitar una modesta escuela particular
dirigida por un antiguo conocido y amigo de su familia.
Allí, su director, el señor Kupsch, pudo apreciar las dotes poco
comunes queadornaban á su pequeño discípulo y aconsejó á la
familia que enviaran á Rodulfo al instituto del célebre Pestalozzi.
Tenía 10 años cuando comenzó á estudiar bajo la dirección del
eminente educacionista, quien logró encauzar los impetus juveni-
les de su alumno y metodizar la pasión desenfrenada que mostraba
por la ciencia y el estudio.
En 1822 se matriculó en el Gimnasio de Berlín, conocido con el
nombre de Grane Haus ; allí hizo sus estudios preparatorios para
poder ingresar en la Real Universidad de Berlín, donde se presentó
á fines de 1826, cuando contaba apenas 18 años de edad.
Alumno muy aventajado, obtuvo su título de doctor en cirugía y
medicina el 26 de abril de 1830, con la distinción más honorífica
que concede dicho instituto ó sea la mención summa cum laude.
Antes de ejercer su carrera, por la cual comenzaba á sentir po-
ca Inclinación, se decidió á realizar una excursión por el sur de
Europa.
Recorrióá pie la parte meridional de Italia, teniendo así oportu-
nidad preciosa para dedicarse á su inclinación favorita, que era la
de contemplar y adorar la naturaleza.
¿Qué ideas no cruzarían en esos momentos por su cerebro pri-
vilegiado, en un país tan hermoso como la Italia? Allí admiró sus
árboles, le cautivó el canto de las aves, que tanto le entusiasmaron
siempre, y cuando publicó sus impresiones de viaje, su libro, pro-
fundamente cientifico, llegó á manos del rey Federico Guillermo,
quien deseoso de demostrar al entusiasta viajero el agrado que le
había producido su lectura, le distinguió muy merecidamente
con públicos elogios.
El Vesubio y el Etna fueron examinados también por el doctor
Rodulfo, como cariñosamente le llamaban sus amigos.
De regreso á su país, no se pudieron borrar de su memoria las
maravillas naturales que le habían extasiado en Italia. Los anima-
les del Mediterráneo, las caprichosas formas de sus moluscos, las
delicadas medusas, sus corales, espunjas y toda esa fauna curiosí-
ER
DOCTOR RODULFO AMANDO PHILIPPI 147
sima de los tipos inferiores, desfilaban continuamente ante su sen-
sible imaginación. La flora alpina, las yerbas de los valles, los cé-
lebres pinos y cipreses de las comarcas napolitanas, le excitaban
continuamente á recorrer otros países para contemplar otras formas
vegetales; y el suelo que había pisado en sus incesantes correrías,
le había mostrado tesoros dignos de estudio. Recién aparecían los
trabajos inmortales de Lyell, que interpretando científimente los
cursos de los ríos, el retroceso de las cataratas, los solevamientos
del suelo, dieron un vuelco completo á vetustas doctrinas, contri-
buyendo poderosamente al nacimiento de las ideas de Darwin, que
comenzaron á cortar las ligaduras que aprisionaban el recto juicio
del hombre.
En esa época derenacimiento científico, Philippi empezó suacción
en Alemania como profesor.
Ingresó en 1835, cuando Darwin hacía su célebre viaje alrede-
dor del mundo, en la Escuela Politécnica de Kassel, de la cual fué
más tarde su director.
Resentida su salud, volvió otra vez á Italia, donde pasó dos años.
En 1848, la política revolucionaria de Prusia perseguía á muchos
hombres por sus ideas de libertaG, y temeroso Philippi, resolvió emi-
grar á Chile, donde se hallaba hacía ya tiempo su hermano Bernardo.
En 1851 llegó á Valparaiso, pisando la tierra de su nueva patria
á la edad de 43 años. Aquí se dedicó á investigaciones que abarca-
ron la totalidad de las ciencias naturales; enriqueció colecciones
científicas con objetos raros ó poco conocidos y el gobierno chileno,
reconociendo sus singulares aptitudes, le nombró director del Mu-
seo de historia natural con fecha 20 de octubre de 1853.
En este puesto tan importante y con el reposo necesario que exi-
getodo estudio, Philippi pudo desenvolver sus conocimientos, que
redundaron no sólo en bien de Chile sino también de su Vaterland
y de la ciencia universal.
Cerca de 00 son los trabajos más importantes debidos á la plu-
ma de este hombre de estudio, sin contar los innumerables artículos
que se hallan dispersos en todo género de periódicos y diarios.
Deseoso de manifestar en toda oportunidad su filial afecto á su
patria natal, tomaba parte activa en todas las manifestaciones de la
colectividad alemana residente en Chile. Durante muchos años fué
presidente del Deutscher Hilfsverein de Santiago, pudiendo como
tal prestar continuo auxilio á sus compatriotas, por quienes era
adorado y considerado como su Palriarca.
148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Cuando el profesor Philipp cumplió 90 años, el emperador Gui-
llermole confirió la orden de la Corona de 2* clase, encargando á su
ministro le expresara sus felicitaciones más efusivas.
En 1900 celebró su jubileo de 70 años de profesorado, en cuya
fiesta recibió muchas distinciones de corporaciones científicas es-
parcidas por todo el mundo, y en esta ocasión el canciller alemán
le envió las manifestaciones más expresivas de admiración hacia el
veterano de las ciencias naturales.
Numerosas exploraciones han sido llevadas á cabo por el sabio
cuya muerte hoy lamentamos, enriqueciendo de un modo notable
los conocimientos zoológicos, botánicos, geológicos, etnológicos,
y geográficos de regio .es poco conocidas.
La provincia de Tarapacá fué reconocida sistemáticamente por
Philippi, y las observaciones recogidas durante ese viaje son de In-
apreciable valor.
Para dar una idea de los méritos contraídos para con la ciencia
séanos permitido transcribir á continuación la lista de algnnas de
sus obras, lista debida al distinguido profesor Carlos E. Porter, de
Valparaíso, quien nos sumiuistró muchos de los datos biográficos
arriba mencionados, como también la fotografía que acompaña
estas líneas.
Algunos peces de Chile, en los Anales del Museo Nacional, 1892.
Consideraciones sobre las plantas deseriptas por Molina, 1863.
Cervus antisinsis, chilensis, brachycerus, en los Anales del Museo
Nacional, 1894.
Catalogus preevius in intenere ad Tarupacá á Friderico Philappt,
lectarum. Constituye un cuaderno de 96 páginas en 4 mayor de los
Anales del Museo Nacional, ilustrado con dos láminas, 1891.
Catálogo de las aves chilenas existentes en el Museo Nacional. Se
enumeran aquí 229 especies, en los Anales de la Universidad, 1868.
Comentario critico sobre los animales descriptos por Molina, en los
mismos Anales, 1867.
Deseraperón de los mamiferos traidos del vraje de exploración ú
Tarapacá, hecho por orden del gobierno en el verano de 1881-1885
por Federico Philippi, en los Anales del Museo Nacional, 1896.
Deseripción de tres peces nuevos, en los Anales de lu Umwversidad
de Chile, 1876.
Descripción de tres especies nuevas de reptiles chilenos, en los
Anales de la Universidad, 1861.
DOCTOR RODULFO AMANDO PHILIPPI 149
Descripción de algunas nuevas especies de mariposas chilenas,
principalmente de la provincia de Valdivia. Describe más de treinta
especies, en los mismos Anales, 1859.
Die chilensichen Arten von Galaxras, en los Verh. Deut. Wiss. Ver,
zu Santiago de Chile, 1895.
Descripción de una nueva especie de flamenco, en los Anales de
la Universidad de Chile, 1854.
Descripciones breves de dos especies nuevas de sapos. Estas se en-
cuentran en un apéndice áun estudio sobre las serpientes de Chile,
en los Anales de la Unvwwersidad, 1899.
Excursión al lago de Ranco, 1861.
Excursión al Valle de los Cipreses, 1865.
Elementos de Historia Natural. La primera edición fué publicada
en 1864. Cuenta hasta la fecha con 5 ediciones, 1864, 1872, 1877,
1885 y 1893.
Excursión ú las termas de Chillán y al nuevo volcán, 1863.
Elementos de Botánica, 1 tomo en 8% de 571 páginas, 1869.
Exocoetus fernandeziamus, en los Verh. Wass, Ver. zu Santiago de
Chile, 1895.
Eunicea Fernandezensis, en los Anales de la Universidad, 1895.
El Colocolo de Molina, en los Anales de la Universidad, 1869.
Figuras y deservpciones de aves chilenas. Constituye una volumi-
nosa entrega de los Anales del Museo Nacional, ilustrada con mu-
chas lámivas en colores, 1901.
Genyplerus nigricans, en los Anales de la Universidad, 1857.
Las tortugas chilenas, en los mismos Anales, 1899.
Los astamace de Chile, en los mismos Anales, 1882.
Los delfines chilenos, en los mismos Anales, 1895.
Los delfines de la punta austral de la América del Sur, en los Ana-
nales del Museo Nacional, 1893.
Los murideos de Chile. Constituye un grueso cuaderno de los Ana-
les del Museo Nacional, TO páginas, con 25 láminas en colores, 1900.
Los zoófitos del mar de Chile, en los mismos Anales, 1892.
Los cráneos de los delfines chilenos, ea los mismos Anales, 1893.
Los fósiles terciarios y cuartarios de Chile. Hermosa obra que
forma un tomo en 4% mayorde 256 páginas, ilustrado con 58 lámi-
nas, 1887.
Los fósiles secundarios de Chale. Constituye este trabajo un volu-
men en 4 de 104 páginas, ilustrado con 42 láminas, Santiago de
Chile, 1899.
150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Neue Threre Chile's. Describe en este trabajo, publicado en los
Verh. des Meut. Wiss. Ver. zu Santiago de Chile, un roedor y un ave
1895. y
Noticias zoológicas relatwas á la fauna chilena, en los Anales de
la Unwersidad de Chale, 1857.
Observaciones criticas sobrealgunos pájaros chilenos y descripción
de algunas especies nuevas, en los mismos Anales, 1899.
Observaciones ulteriores sobre los delfines chilenos, en los mismos
Anales, tomo LXXXVII.
Pájaros nuevos chilenos, en los mismos Anales, 1896.
Plantas nuevas de Chale, 1861.
Plantas de Mendoza, República Argentina, 1862.
Plantas nuevas de Chale, publicado por partes en los Anales de la
Untwersidad de Chile, 1893-1896.
Raja scobina, en los mismos Anales, 1857.
Rectificación de algunos errores con respecto á las focas ó lobos de
mar de Chile, en los Anales de la Unvwersidad de Chale, 1880.
Rynehobatis Ph., nuevo género de rayas, en los mismos Ana-
les, 1857.
Sobre algunos coleópteros nuevos de Chale. Describe aquí 29 espe-
cies, en los mismos Anales, 1864.
Sinonimia del huemul, en los mismos Anales, 1873.
Sobre el estudio chilensis del doctor Gray, en los mismos Ana-
les, 1872.
Sobre las serpientes de Chile, en los mismos Anales, 1899.
Sobre los tiburones y algunos otros peces de Chile, en los mismos
Anales, 1897.
Sobre una nueva especie de foca ó lobo marmo del mar chaleno des-
erspta por el profesor Peters, en los mismos Anales, 1867.
Sobre los huesos de Grypothervum chilensis, en los mismos ÁAna-
les, 1900.
Thysanochilus Ph., nuevo género de peces condropterigianos caclos-
tomos, en los mismos Anales, 1857.
Uber evage Vogellinochen aus dem Guano, en los Verhand. Deut.
, Wiss. Ver. zu Santiago de Chile, 1895.
Viaje al desierto de Atacama, con láminas. Este trabajo se publi-
có también en alemán.
Los batraquios de Chale, 1 tomo de 160 páginas en 8”, Santia—
go, 1902. eo
A estos, que sólo forman una parte de los trabajos propios publi -
DOCTOR RODULFO AMANDO PHILIPPI 451
cados por el ilustre doctor Philippi, hay que agregar muchos otros
hechos en unión del señor Luis Landbeck, sobre mamíferos y aves
de Chile.
Los Anales del Museo Nacional fueron fundados por el sabio
Philippi.
Tal es, en síntesis somera, la obra del grande naturalista que
acaba de desaparecer; ahora Philippi ha vuelto al seno de la natu-
raleza á la que tanto amó, y las fuerzas que transforman la mate-
ria, produciendo en eterna evolución las admirables formas que
constituyen el Cosmos, transformarán también su cuerpo, mientras
sus obras, la acción de su preciosa vida, constituirán un monu-
mento imperecedero que conservará su nombre á través de los
años, la mejor y única inmortalidad á que puede aspirar el hombre.
CristóBAL M. HICKEN.
NOTA SOBRE LA SANGRE DE DRAGO INDÍGENA
POR EL DOCTOR E. HERRERO DUCLOUX
Con el nombre de sangre de drago, el comercio ofrece un cierto
número de resinas de distintos orígenes y de propiedades variables,
pudiendo citarsecomo principales las que proporcionan la Dra-
coena draco de Canarias, los frutos y hojas de algunas especies de
Calamus, palmeras de la tribu de las lepidocariáceas y la corteza
del Pterocarpus draco, leguminosa papilionácea.
En nuestro país, las plantas que producen una resina semejante
en cierto modo á las citadas, pertenecen al genero Croton, dentro
de la familia de las Euforbiáceas; pero como lasespecies son nume=
rosas y aun entre los botánicos existen dudas respecto de su de-
nominación particular, nos contentaremos con enumerar los carac-
teres que distinguen á las dos principales, esperando quela inves-
tigación iniciada porel profesor Eugenio Autran al respecto, tendrá
el más satisfactorio resultado.
Los (roton succirubrus y urucurana, que se hallan en Santiago,
Chaco, Corrientes, Misiones, y también en Paraguay y Brasil, son
árboles que alcanzan varios metros de altura, cuya corteza produce
por incisiones practicadas en ella ó por lastimaduras casuales, un
líquido de color rojo fuerte, que abandonado al aire y á la luz del
sol, no tarda en solidificarse por evaporación, dando un producto
resinoso, dotado, según los indígenas del norte de la República, de
propiedades medicinales, dudosas por más de un concepto (1).
(1) Hieronymus, Plantae Diaphoricae. Bol. Acad. Nac. de Ciencias de Cór-
doba, t. IV.
NOTA SOBRE LA SANGRE DE DRAGO INDÍGENA 153
El Croton hibiscifolvuwnm Hunt. y C. erythírema Mat. es un ár-
bol de 7á 9 metros de altura y de 0,30 á 0,40 de diámetro, de cor-
-teza blanca en estado fresco y roja por desecación, cuya madera
es blanca, resinosa y dura. Posee grandes hojas alternas, blanque-
cinas en su cara inferior, con vello verde intenso y ásperas en la
superior, variando su color del verde al rojo, afectando forma lige-
ramente corazonada y siendo su margen fina y aserrada ; sus di-
mensiones son 0,13 por 0.15, con peciolo de 0.15, presentando
gran semejanza con las del hib1scus. Las flores son blanquecinas y
el fruto en forma de caja afeldespada (1).
Análisis sumario. — La muestra que llegó 4 nuestras manos por
intermedio del jefe del Laboratorio de Agricultura, ingeniero Pablo
Lavenir procedía de Misiones y muy posiblemente correspondía al
árbol cuya denominación indígena es Iburá caaberá, aplicada, se-
gún Matoso, al Croton hibiscifolvum en esa región.
Era un liquido espeso, de color rojo pardo profundo y dotado de
un olor suave y agradable; abandonado en contacto del aire se
transformaba por evaporación del agua en una masa sólida y dura
de color rojo vivo por transparencia, y que pulverizada adquiría
un tinte pardo rojizo.
El análisis sumario del líquido primitivo nos dió estos resul-
tados :
Denstlacl AP (Eooacosecoposoposoro nos 1.165
E out Jato eo MOSao uo: . 64.583
Cera y materia graSa............. HOR 0.269
Materias minerales..... aos O 0.840
¡Resina Nao ovocosesosporoobonos 0000 Eto E)
DEOao CASEN. 9o0vecsoncposoosoos 0.009
100.000
Las materias minerales estaban constituídas casi totalmente por
óxidos de cal y magnesia, pequeñas cantidades de anhidridos car-
bónico y sulfúrico y vestigios de sílice, potasa y anhidrido fosfórico;
este análisis cualitativo fué confirmado en sus resultados por la
propiedad de la resina, de producir resinatos metálicos solubles en
ácidos minerales.
El principio cristalino separado, y del cual no obtuvimos sino
6 á 7 milígramos, era soluble en agua, alcohol etílico, éter sulfúrico
(1) E. Maroso. Cien industrias: Notas sobre plantas escogidas de la Flora
Correntina, 1893.
154 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
y sulfuro de carbono, siendo insoluble en cloroformo. Se presen-
taba por evaporación sobre ácido sulfúrico, en forma de núcleos
radiados, constituidos por cristales aciculares, largos, muy finos,
de color blanco y brillo sedoso.
La presencia de los ácidos que se encuentran en los bálsamos y
en algunas gomoresinas no pudo determinarse.
Purificada la resina bruta hasta que no dió sino 0,1004 0,090
por ciento de materias minerales, aprovechando el estudio de su
solubilidad en los diferentes disolventes, y obtenida bajo la
forma de escamas duras y brillantes de color rojo vivo que se
ablandan entre 100%á 105, fué sometida á un estudio comparativo,
tomando como tipo una sangre dedrago comercial, que corres-
ponde al género a del grupo que consideran Dobbie y Hender-
son (1).
Según estos autores, las resinas de este género se agrupan de
acuerdo con su solubilidad, en cuatro tipos:
a) Solubles en cloroformo, sulfuro de carbono y bencina : res-
ponden á la fórmula bruta Cs Hs 0, y funden á 80%. ;
b) Solubles en cloroformo é insolubles en sulfuro de carbono y
bencina ; responden á la fórmula C,,H,90, y funden á 1002 C.;
c) Solubles en cloroformo y parcialmente solubles en sulfuro de
carbono y bencina; responden á la fórmula C;s H,s O, y funden
á so;
d) Insolubles en cloroformo, sulfuro de carbono y bencina.
Solubilidad. — He aquí los caracteres de solubilidad de la re-
sina estudiada, que inducen á colocarla entre las del tipo d::
Resina indígena Sangre de drago
A le muy soluble poco soluble
Alcohol metílico.......... » muy soluble
Alcohol etílico............. » »
Alcohol amílicO............ en cal. algo soluble »
Eter sulfúrico.............. casi insoluble »
Ben e alajos insoluble »
Sulfuro de carbono......... > »
Acetato de etilo........... poco soluble >
Acetato de amilo........... » »
CINCO. sosL ooo ooo bodas casi insoluble »
(1) Warr's. Dictionary of Chemistry, 1894.
NOTA
Eter de petróleo.....
Acido acétiCO.........
Esencia de trementina
SOBRE LA SANGRE DE DRAGO
Resina indígena
casi insoluble
muy soluble
insoluble
muy soluble
insoluble
.....
Constantes de la resina. — Las constantes
terminadas por los métodos industriales comunes, son las si-
guientes :
Indice de iodo con residuo......
Resina indigena
66.5
INDÍGENA 455
Sangre de drago
insoluble
poco soluble
muy soluble
»
muy poco soluble
de nuestra resina, de-
Sangre de drago
no determinable
50.0
72.5
Reacciones coloreadas. — Operando con soluciones al 1 /, por
ciento hicimos algunas reacciones coloreadas, siempre con el tipo
de comparación señalado:
Reactivos
Cloruro férrico......
Sulfato ferroso......
Hidrato de bario....
AMONÍACO. ...o.oo...
Hidrato potásico...
Nitrato de plata amo-
metal oov.ocvooses
Acido sulfúrico .....
Acido nítricO.......
Acetato plúmbico...
Cloruro de barioamo-
Mac Ad
Licor de Fehling....
Resina indígena
Precipitado verde pardo y
coposo en líquido ama=
rillento.
Coloración parda que vira
al azul obscuro con preci-
pitado coposo.
Precipitado violaceo gela-
tinoso en líquido casi in-
coloro.
Coloración parda lig. rojiza
sin precipitación.
Precipitado ocre pardo en
líquido pardo amarillento
Precipitado verdoso obscu—
ro y pesado.
No hay cambio ninguno.
No hay cambio, pero con el
tiempo precipitado, ama=-
rillo rojizo.
Precipitado gris violáceo.
Precipitado azul violáceo
que vira al violeta en lig.
amarillo.
Reducción en frio.
Sangre de drago
Precipitado amarillo pardo
. verdoso que vira al pardo
rojizo.
Precipitado pardo rojo la-
drillo compacto y pesado.
Precipitado pardo rojizo,
COPOSO y escaso.
Coloración obscura y luego
enturbiamiento.
Coloración profunda
precipitación.
Precipitado pardo gris y en
caliente, espejo de plata.
Coloración amarillo naran-
jado y enturbiamiento.
Coloración amarillo algo
naranja, enturb. fuerte.
sin
Precipitado blanco rosáceo
que vira al gris rojizo.
Precipitado pardo rojizo os-
curo compacto y abun-
dante.
Reduc. escasa en caliente.
156 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Propiedades tintóreas. — Ensayada la resina como materia colo-
rante, dió espectros de absorción en solución alcohólica, constituí-
dos por bandas entre el naranjado y el verde y desde éste hasta el
violeta, creciendo en intensidad rápidamente; expresadas en lon-
gitudes de ondas serían :
Zona naranjado y verde............. 608-570 A
Zona verde al violeta............ SS 539-528 1 y abs. total
Como materia tintórea fué ensayada en diversos baños, operan-
do con lana y seda:
Fibras Resina indígena Sangre de drago
Baño ácido: lada.............. pardo rojizo pardo azafranado
Baño ácido: seda....... OS caoba am. naranjado
Baño alcalino: lana............ caoba fijo pardo caoba
Baño alcalino: seda............ no fija el color no fija el color
Empleando como mordientes el sulfato de aluminio, el hierro y
el cromo, la resina da con la seda colores muy fijos, pardos de va-
riados matices claros.
Análisis elemental. — Como complemento de este pequeño tra-
bajo, señalamos á continuación los resultados obtenidos en el aná-
lisis elemental de la resina, eligiendo para las combustiones los
productos de tres purificaciones cuidadosas :
L yO TI
Carbono....... Ig 51.158 50.127 50.543
Hidrógeno..... donogoDo 5.271 = 5.295
OxAÍiSI0. 105 9000onegoVo 43.571 = 44.162
100.000 100.000
Estos datos nos llevarían á atribuir á la resina estudiada la fór-
mula.
Cu H,, O,
gue correspondería ála composición centesimal :
COI das ou odanosoa9o no 51.072
GRANO. 00000000050 0038 H0n 5.168
Wi or eoon a 00daaosoor pda 48.176
100.016
bastante aproximada á la que se obtuvo directamente.
Laboratorio del Ministerio de Agricultura, 1904.
DEMOSTRACIÓN GRÁFICA
DE LA
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN
TI
Dados estos antecedentes y el supremo derecho del estado sobre
el dominio de las aguas públicas, la ley de irrigación no podía reco-
nocer á su respecto, como lo hace en su artículo 2%, « otra limita-
ción que la que establece en favor de los particulares para el uso y
goce de las mismas», entendiendo que el derecho que acuerda toda
concesión «es el de aprovechamiento del agua » (artículo 10).
Como el dominio de estas aguas no se adquiere por prescripción,
según nuestra legislación civil, desde que se trata de cosas que no
pueden apropiarse (artículo 3952) por un particular, y siendo así
imprescriptibles por su destino, se imponía reconocer del modo más
amplio y explícito los derechos adquiridos por los particulares en
el uso del agua en virtud de las concesiones ambiguas anteriores,
tanto por espíritu de justicia, cuanto para tranquilizar el ánimo de
los que habían implantado su uso en sus propiedades, ya sea para
la bebida de hacienda, las necesidades de sus fábricas, el riego de
sus campos ó para fuerza motriz. Pero este reconocimiento del de-
recho adquirido sólo puede serlo de loque la administración pudo
conceder, esto es, al uso del agua, pues, para más abundamiento, y
como lo hicimos presente al principio, los permisos para sacar agua
se hacían «sin perjuicio del reglamento general ó ley de irrigación
que oportunamente se dictaría ».
Para obviar los inconvenientes apuntados antes, estos reconoci-
mientos debían hacerse tomando como base para la distribución del
agua, en su aprovechamiento por los particulares, unidades apro-
piadas según el destino de la concesión. No entraremos al examen
de las consideraciones que influyeron en su determinación, y bás-
158 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
tenos recordar que el artículo 8” de la ley de riego vigente establece
para los usos de bebida é industria el litro por segundo, la hectá-
rea cultivada para el riego, y el caballo de fuerza nominal para
fuerza motriz, adoptando así unidades consagradas por la ciencia,
para la bebida, uso industrial y fuerza motriz, y para el riego el
sistema español, no tan perfecto como el italiano si se quiere, pero
más apropiado á las condiciones especiales de nuestros ríos, es de-
cir, prácticamente aplicable, por razones de orden técnico del régi-
men peculiar de los ríos de la zona geográfica en que está situada
la provincia, más que por razones de orden jurídico.
Es decir, que la unidad de medida para las concesiones más nu-
merosas que son las de riego, no es como en Italia, un volumen da-
do de agua, del cual el concesionario queda dueño absoluto, pues
puede usarlo todo ó en parte, vender ó arrendar parte ó el todo por
tiempo determinado ó no, regar cualquier fracción ó toda su pro-
piedad, hacer el uso que quiera de los desagúes, etc.; la unidad
adoptada por nuestra ley de riego, no esel agua necesaria para una
superficie dada sino su área apreciada en hectáreas. El primer
método, llamado italiano, es posible cuando hay abundancia per-
manente de agua en los ríos de que se derivan los canales distribui-
dores, porque entonces la administración puede siempre servir las
concesiones que ella ha reconocido; entonces el servicio es muy fá-
cil y cada propietario procura sacar un provecho intensivo de su
concesión, poniendo en juego todas las argucias de su ingenio con
ese propósito, que en definitiva redunda en un aumento de la rique-
za pública. Pero cuando no hay el caudal permanente de agua en
los ríos que asegura el servicio de las concesiones reconocidas —
como pasa con los ríos italianos — entonces el método, por muchas
ventajas que presente, no puede aplicarse: así los moros en España
tuvieron que adoptar otro sistema, conocido hoy con el nombre de
sistema español, que se nos ha legado en Mendoza, San Juan, Cata-
marca y demás zonas en que los españoles ejercieron su domina-
ción.
El Estado en esta forma otorga concesiones para regar área deter-
minada y sirve esa unidad en la forma que se lo permite el régimen
de cada río, entregando un caudal prudencialmente fijado de ante-
mano por unidad cuando el caudal disponible es suficiente para
servir todas las concesiones otorgadas, ó simplemente una alícuota
de ese caudal, determinada « dividiendo en cada época del año, el
caudal completo del río ó arroyo por el número total de hectáreas
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 159
empadronadas en ellos, sin tener en cuenta la antigúedad del título
ni la posesión topográfica del terreno».
Esta forma de concesiones que son las privilegiadas dentro del
sistema único aplicable en Tucumán por ahora, — dado el régimen
de sus rios, — y que por eso fué adoptado por su ley de riego, esla
que establece el artículo 16 de la misma bajo el nombre de «dere-
cho de aprovechamiento permanente» y que define el artículo 17
para confirmar la base de la distribución del agua según el referido
sistema. Cuando más adelante, en la zona beneficiada por el dique
de embalse de «El Cadillal», — cuya construcción se ha autorizado
sobre el río Sali, — sea posible cambiar de sistema debido á la se-
guridad para poder disponer de un volumen fijo de agua por con-
cesión en todo momento, será el caso de estudiar si hay convenien-
cia en ello, pues entonces es muy probable que las ventajas del
cambio sean más aparentes que reales, pues la normalidad del cau-
dal de agua entregado á cada concesionario quedará asegurado, no
por cambio de sistema, sino como una de tantas consecuencias de la
obra de embalse que, en definitiva, representa aumento de caudal de
agua disponible.
Esta reforma, porotra parte, sería contraria ála ley de riego que
ha respetadola legislación general, y ésta, á su vez, se ha inspirado
en la legislación española que respondía á la práctica misma del
riego implantado por los moros en la península Ibérica. Para com-
probarlo me basta referirme al estudio citado del doctor Lobos,
muy explícito al respecto.
Llauradó, en su tratado Aguas y riegos, hace ver cómo la in-
tervención de la administración en España llega hasta suprimir el
servicio de riego con una alícuota de caudal permanente, autori-
zando el servicio por turnos, como lo hace también nuestra ley,
estableciendo sus condiciones en los artículos 96 á 109, Y cuando
la escasez de agua es aún mayor, con el propósito de reducir á un
minimum los daños y perjuicios generales, la legislación española
autoriza á las autoridades de riego, en ciertas zonas por lo menos,
para prescindir del padrón formado bajo la base de la unidad re—
gada, estableciendo un sistema de turno especial que consiste en
asegurar el riego de jardines y huertas ante todo, viñas y árboles
frutales en seguida, luego cereales, y por último los prados. La ley
tucumana no ha ido tan lejos en las facultades otorgadas á las au-
toridades de riego.
El empadronamiento de las propiedades con derecho al uso de
160 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
agua ordenado por el artículo 101 de la ley de riego ó sea la ims-
cripción de los propietarios que se consideraban con derecho pre-
ferente á su uso, por concesión anterior ú otra causa, y obligatoria
en el plazo fijado, por cuanto el artículo 106 faculta al poder ejecu-
tivo para «mandar quitar el agua» á los que no lo observaran, no
tenía otro propósito que afianzar al propietario en su «derecho al
aprovechamiento del agua», pero no ya en la forma ambigua y
amplia de las concesiones primitivas, sino obedeciendo al propósi-
to de buena administración de fijar la magnitud de cada concesión,
su carácter y objeto.
De paso hagamos notar que la práctica establecida y que recién
pudo removerse á partir del 1? de enero de 1903, esto es, casi 6 años
después de sancionada la ley de riego, que consistía en abonar el
impuesto de irrigación á que se refiere el articulo 9% de la ley,
por volumen recibido, estu es, por marcos ó por litros soli-
citados por cada propietario, era contrario á la ley de la materia,
atentatorio á la legislación general sobre aguas dela nación, y con-
trario á los antecedentes de la legislación española, que como he-
mos hecho notar antes, legislaba para el sistema de riego español,
esto es, tomando como base la superficie regada y no un volumen
determinado de agua. Y lo original del caso es que, conforme
al artículo 9 de la ley, se fijaba anualmente el impuesto de
acuerdo con el artículo 8 y por consiguiente con la ley de rie-
go y la legislación general, pero en la práctica, Ó las autoridades
de riego ó el gobierno la desvirtuaban completamente, dando mar=
gená abusos é irregularidades, óá una política de intereses mezqui-
nos, respecto á cuyas consecuencias sólo recordaré que en el cálculo
de recursos para la administración de los años de 1898 y 1899 se
esperaba de la venta de agua 60000 y 80004 pesos respectivamen-
te, llegándose á cobrar solamente 28002,82 y 39050,06 pesos res-
pectivamente, esto es, poco menos del 50 por ciento, repitiéndose lo
mismo en 1901, aunque en menor proporción, no obstante rebajar
el cálculo de recursos sólo á 40000 pesos : no había base alguna
positiva, puesto que el concesionario quedaba libre de solicitar el
agua que quisiese, pagar la suma que le cuadraba y usar no obs-
tante del agua en forma discrecional.
El empadronamiento general ó sea la inscripción de los derechos
adquiridos por los propietarios al uso del agua, era, pues, no sólo
una exigencia primordial de la ley de riego, sino una necesidad
imperiosa para fijar una base en qué fundar una equitativa distri-
"
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 161
bución de las aguas y la percepción proporcional de los impuestos.
Veamos en qué estado se encontraba el 31 de diciembre de 1901.
IV
De los cuadros estadísticos adjuntos resultaba la existencia de
231 concesiones coo 38665 unidades empadronadas, esto es, en
media, por cada concesión, una magnitud de 167,+unidades. Según
las disposiciones del artículo 106 de la ley, á los que no hubieran
empadronado sus propiedades, vencido el cuarto año desu promul-
gación, esto es, el 18 de marzo de 1901 se «les mandará quitar el.
agua» y entonces sólo 231 hubieran sido los concesionarios de las
aguas públicas de la provincia, y entreéstos hubiera depido repar-
tirse todo el caudal de los ríos. Pero también en cambio de tanta
agua el impuesto de irrigación creado por el artículo 9 de la ley
hubiera sido «pagado por los concesionarios de agua pública »,
es decir, únicamente por ellos.
Los demás regantes, que eran los más, usaban del agua sin
derecho alguno; ia administración violando la ley, — que man-
daba quitársela, — la entregaba y cobraba en una forma también
contraria á la ley; como lo era también el mismo título del renglón
del cálculo de recursos « Venta de agua » en la ley de presupues-
to general de la administración, puesto que, como lo hemos de-
mostrado antes, el estado no puede vender agua pública, sino
reglamentar su aprovechamiento.
Los mismos 231 concesionarios no abonaban su impuesto en
forma legal, pues el artículo 9” establece que el impuesto será
pagado, « de acuerdo con lo establecido en el antículo anterior »,
esto es, «considerando como unidad de medida, cada hectárea de
derecho de aprovechamiento permanente ». Así, el dueño de un tí-
tulo por 1000 hectáreas, que en razón de esa concesión podía exi-
gir en cualquier momento diez veces mayor caudal de agua que
el dueño de otro título por 100 hectáreas, podía, no obstante, soli-
citar un caudal cualquiera igual ó menor que el segundo, pagar
impuesto en la misma proporción y, por consiguiente, no ser con-
cesionario de 1000 unidades, sino á los efectos de las exigencias
ante las autoridades.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVII 11
162 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Si al 31 de diciembre de 1901 la administración se hubiera con-
cretadoá cumplir las disposiciones legales indicadas, fácil es darse
cuenta de los trastornos que hubiera producido, no sólo para la
agricultura y la ganadería, sino para la administración. Departa-
mentos había, como el de Monteros, en que no existía un solo con-
cesionario y todos los que usaban el agua lo hacían indebidamente,
La administración anterior nada había hecho para evitar semejante
situación, y no sospechando que pudiera producirse y traer con ella
trastornos de todo género, ni siquiera había iniciado reformas que,
en tiempo válido, para no contrariar las disposiciones legales vi-
gentes, asegurara la base fundamental de todo el sistema legal de
riego implantado en la provincia.
No puede aducirse que este deficiente empadronamiento fuera
una consecuencia de las exigencias impuestas para el mismo.
El artículo 10 fija unidades para avaluarla magnitud de las conce-
siones ; el número 102, los datos que debe contener la solicitud res-
pecto á la ubicación de la propiedad, el arroyo ó río de que se
surte el canal, el nombre de éste, su carácter particular ó comu=
nero; el número 103, la identificación precisa del área á regar, y el
número 104, la forma de justificar todos estos elementos. La solici-
tud se hacía acompañando un sello de 10 pesos, cualquiera que fuera
la extensión ó magnitud de la concesión, y al retirar el título que la
acreditaba se abonaba un peso por cada unidad empadronada, con-
forme al artículo 108 de la misma ley.
Sucedió, pues, que los mismos acaparadores del agua, formados
como lo hemos indicado al principio, se apresuraron á legalizar su
situación, siendo digno de notar que ese movimiento se acentuó.
precisamente donde el riego era más difícil, como sucedía en el
departamento de Cruz Alta, donde los propietarios rivalizaban por
denunciar su derechoadquiridoal uso de agua para grandes exten-
siones de terrenos, sin darse cuenta que normalizado el régimen
tributario de la ley, se encargarían de demostrar la falsedad de
sus denuncias, y no ha faltado alguno que, adelantándose al por-
venir y forjando castillos en el aire; haya pretendido hacer cargos:
ála administración por habérsele prendido las brasasen las ma-
nos sin poderlas soltar, y por el solo delito de haberse declarado
el Departamento de Irrigación, — conforme al artículo 104 de la
ley, — satisfecho con las pruebas presentadas para comprobar su
derecho adquirido al uso de bienes públicos.
Aceptar el empadronamiento en esta forma, importaba desvirtuar
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 163
completamente los altos propósitos de la ley de riego, dejando en
pie todos los inconvenientes que presentaba la distribución equi-
tativa de las aguas públicas y afianzando más bien la situación
privilegiada de unos pocos, formada al amparo de un desbarajuste
administrativo completo en materia de agua, en la ausencia de un
régimen legal que lo evitara, y á la circunstancia de no poder usar
del agua sino aquel que disponía de medios para construir su
propia acequia.
El empadronamiento es el trámite legal previo para la aplicación
acertada de cualquier prescripción de nuestra ley de riego, y de sus
resultados fluye el éxito de la política misma que ella establece. Se
le ha combatido en toda forma, pero sin resultado: ciertas verdades
necesitan bregar mucho para abrirse camino é imponerse á la con-
sideración de los que deben reconocerlas; les sucede como á ciertos
escritores, inventores y hombres de ciencia, cuyos méritos no son
admitidos sino tras largos esfuerzos y padecimientos. Para hacer
ver el resultado de la campaña contra el empadronamiento, dejare-
mos hablar á la estadística, esa alma mater de toda administración
severa, que goza, en materia de demostración del privilegio de ser,
irrefutable.
Las disposiciones de la ley de riego deben aplicarse muy lenta-
mente, y se comprende que así sea, porque se trata de un cambio
radical en los usos y prácticas observadas desde largos años antes.
Sólo aquellos que no la conocen ó ignoran el alcance práctico de
sus disposiciones, pueden suponer que ella está aplicándose estric-
tamente: muy lejos estamos aún de ella y no podría citarse una sola
de sus prescripciones fundamentales que esté en vigencia. Preci-
samente porque, como decía el señor gobernador de la provincia en
su mensaje del año 1899: «habituados á disponer de los ríos como
de cosa propia, á llevar el agua en la cantidad y forma que cada uno
quería y hasta disputarla por la fuerza ó la habilidad, es indudable
que no es dable cambiar en un día de sistema, ni era de esperarse
que se aceptase sin inconvenientes el muy sabio y previsor estable-
cido por la ley de riego ».
Pero el padrón ha debido formarse para legalizar la situación de
todos los regantes ú ocupantes de las aguas públicas, que así no
hubieran aparecido usándola indebidamente y expuestos á verse
privados de ella por la misma ley.
164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Hemos dicho que adoptando la administración el empadrona-
miento en la forma en que se encontraba el 31 de diciembre de 1901
se desvirtuaba la ley y para demostrarlo bastaría recordar la opi-
nión autorizada del ingeniero Cipolletti, quien señalaba «el más
pernicioso de todos los graves perjuicios que trae consigo el sistema
equivocado con que se organizó el riego en la provincia, pues afecta
en lo más vital la misma organización del estado», en los siguien-
tes términos:
«Es evidente que, si cada propietario debe ir á buscar el agua
del río ó arroyo, siendo á su cargo el gasto de construcción y con=
servación de su canal, solamente los grandes propietarios podrían
hacer frente á un trabajo de tanta importancia. A los pequeños pro-
pietarios ni económicamente les conviene, ni les sería posible con-
seguirlo, faltándoles la influencia personal necesaria para obtener
de los propietarios superiores el permiso por las servidumbres de
acueducto. El hecho demuestra que así se verifica. -
«Exceptuando unas pequeñas lonjas cerca de los arroyos, que
pueden derivar directamente el agua, y algunas muy reducidas po-
blaciones que están en la falda de la sierra donde el riego no es ne-
cesario, se puede asegurar que toda la parte labrada de la provin-
cia, en la cual figuran en primera línea los grandes cañaverales,
está en manos de un reducido número de propietarios.
«El colono libre, el cultivador de la tierra propia, puede decirse
que no existe. El fenómeno que aquí se verifica es inverso, á saber:
el de la concentración en una sola mano de las pequeñas propieda-
des; pues el gran propietario que puede regarlas, puede también
pagar tales terrenos á un precio superior de la capitalización del es-
caso producto que le saca el propietario sin la facilidad del riego.
«Todos los pensadores y estadistas, consideran al pequeño pro-
pietario del terreno como el elemento más ordenado, más moral y
más conservador. El es el que introduce la variedad de cultivos,
planta árboles, construye caminos y casas, reclama escuelas y jus-
ticia; es él el que ama con verdadero cariño al pedazo de tierra don-
de vive, se identifica con él, y le prodiga el trabajo de toda su vida
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 165
y de todos sus ahorros; mientras que el gran propietario, salvo ra-
ras excepciones, explota el terreno como á una mina, sacándole el
mayor producto con el menor gasto posible, para ir á gozar de la
diferencia en los grandes centros de Europa ó en Buenos Aires.
Finalmente, es él el que en momento de peligro, socorre y defiende
su propiedad sin entusiasmo nervioso; pero sí, con la serena firme-
za y constancia de los que combaten pro aras et focas. »
El mismo ingeniero comparando esta situación con la del norte
italiano agrega luego:
« Tal sistema que excluye á los pequeños propietarios de la posi-
bilidad de regar sus terrenos, no es pernicioso en el orden social,
sino injusto y atentatorio ásus derechos de ciudadanos. El agua
de los ríos y arroyos es un bien público al quetodos los habitantes,
ricos y pobres, tienen igual derecho: y lasleyes de la provincia
deben velar porque tal derecho pueda hacerse efectivo excitando y
facilitando la comunidad de los canales.
«A tal propósito, no sería tal vez ocioso una observación, aunque
esté fuera de los límites del presente eserito. La industria princi-
pal de la provincia es actualmente la azucarera, que por sus con-
diciones no puede ser ejercitada sino en grande escala y con fuer-
tes capitales. Dada la falta notable del espíritu de asociación, por
el cual sería únicamente posible á los pequeños capitalistas tomar
parte en los beneficios de esa industria, sucede que ella se encuen-
tra concentrada en manos de un limitado número de grandes ca-
pitalistas.
«Si al monopolio inevitable entre unos cuantos de la principal
industria de la provincia, se agrega el otro monopolio creado arti-
ficialmente en la industria agrícola á motivo de las condiciones
especiales en que se efectúa el riego, resulta que ya no habrá lu-
gar á la formación de la clase media y el estado tendría que orga-
nizarse bajo una forma oligárquica, constituida por un lado de un
reducido número de grandes familias monopolizadoras de la indus-
tria y de la tierra; y por otro, por una gran masa de proletarios,
obreros ó cultivadores, á los cuales será dificilísimo salir de su es-
fera, por no tener campo adonde poder desarrollar sus aptitudes.»
No nos detendremos á estudiar tan importante cuestión econó-
mica y social, porque para llegará conclusiones terminantes se
requiere elementos de que no disponemos. La discusión teórica,
académica si se quiere, nos llevaría lejos, pero en cuestiones socia-
les tan íntimamente relacionadas con las condiciones económicas
166 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
de cada localidad, con sus industrias principales, con los hábitos
de sus poblaciones, etc., etc., ¿es posible aceptar sus conclusiones?
La población rural tucumana no es la de otras provincias como las
del litoral, ni mucho menos la del mayor número de los estados
europeos: su índole especial, la característica de su temperamento,
es una indolencia nativa incapaz, no digo de una iniciativa pro-
gresista, de un trabajo intensivo, de una idea de ahorro, de formar
un hogar de orden y de felicidad, en que no puedan anidarse ni
fermentarideas y programas socialistas ú otros propios de socieda-
des enfermas, sino más bien de neutralizar las que á su contorno
puedan venir de afuera.
No es por cierto en la provincia de Tucumán donde el gran agró-
nomo inglés Arthur Young encontraría ejemplos como los que le
llenaban de entusiasmo durante su viaje en las zonas regadas de
Francia y al contemplar las maravillas del esfuerzo del pequeño
propietario, decía: «Asegurad á un hombre la propiedad de una
roca pelada y hará de ella un jardín; dadle un jardín en arriendo
por nueve años y hará de él un desierto ». Tampoco para el peque-
ño propietario tucumano es el pedazo de tierra que le pertenece,
como decía Michelet, une mattresse qu'il ne se lasse de caresser,
d'orner, deparer, á laquelle 1 rend un culte.
En la campaña existe una clase especial, proletarios propieta-
rios, que por el hecho de poseer un rincón de tierra, se creen con
derecho á cruzarse de brazos, rechazando toda indicación de traba-
jo, de mejoramiento de condiciones, y resistiendo con indolente
estupidez toda tendencia de progreso.
Las ventajas económicas de la pequeña propiedad, del pequeño
cultivo, como ser la intensidad de su producción, la mayor y eficaz
vigilancia del dueño, la aplicación y provecho del esfuerzo de to=
dos los brazos y fuerzas de la familia, su poder moralizador é ins-
tructivo, elc., no aparecen con una población rural como la nues—
tra.
Pero, estamos muy distantes de pensar que ésto signifique que no
deba fomentarse su arraigo; por el contrario, una prédica constan-
te, la educación primaria, práctica y rural, que despierte esa pobla-
ción del letargo en que está sumida, leyes protectoras que fomen-
ten la emulación, etc., permitirán transformar paulatinamente ese
ambiente y con el éxito de unos pocos, asegurar la incorporación á
este movimiento de progreso de otros, que se resolverán, aunque
tarde, á seguirles pede claudo.
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 1617
Entonces recién podrán apreciarse las ventajas de la aplicación
del principio de la propiedad individual que ha defendido muchas
naciones contra la propagación de los proletarios agrícolas, princi-
pio que estimula forzosamente el espíritu de iniciativa individual
sugiriendo á las masas la idea del ahorro. A medida que aumen-
ta la familia, el trabajo y el haber crecen paralelamente, así que en
vez de resultar una carga, el aumento de la población constituye de
por sí una fuente de riqueza, haciendo del derecho de propiedad
individual un poderoso aliado del trabajo. Los Estados Unidos nos
dan á este respecto un ejemplo instructivo: la superficie mediana
de las granjas ó fincas durante un medio siglo, de 1850 hasta hoy,
ha disminuído de 42,6 %/,, lo que no ha contrariado los progresos
constantes de los agricultores, de la población en general y de la
riqueza pública del estado.
Para nuestras condiciones nos inclinamos á aceptar con Leroy
Beaulieu que «un cierto equilibrio entre la pequeña propiedad, la
mediana y la grande, es la condición más favorable al progreso agrí-
cola y al bienestar de la población rural ». Pero para que ésto sea
una verdad en la práctica no basta asegurará la propiedad pequeña
el derecho á usar del agua de los ríos, como á la grande, sino com-
pletar la obra con una serie de reformas que despierten su espíritu
de iniciativa, aseguren mercado á ¡sus productos, y desde los pri-
meros momentos, éxitos á sus empresas.
He ahí el origen de varias leyes, algunas dictadas con precipita-
ción, quizás, pero respondiendo á este principal propósito de des-
pertar todas las energías del estado, ricas y pobres, grandes y chi-
cas, para abrir nuevos horizontes á la producción, creando nuevas
industrias que neutralicen por su número las consecuencias de una
crisis que afecte á una de ellas. Esto pasó, por ejemplo, con la ley
de julio 5 de 1902 (1), exonerando del impuesto de riego, por cinco
(1) El Senado y Cámara de Diputados de la provincia de Tucumán, sancionan
con fuerza de ley:
Art. 1%. — Quedan exonerados durante cinco años, desde la promulgación de
esta ley, del impuesto por agua para uso de riego prescripto por el artículo 9” de
la ley de riego de 18 de marzo de 1897, las propiedades cuya extension no sea
mayor de veinte hectáreas que se destinen al cultivo de cereales, tabaco, legum=
bres, oleaginosas, frutales y forrajeras, con excepción de la caña azúcar.
Art. 2. — Las propiedades á que se refiere el artículo anterior, empadrona-
das 6 que se empadronasen, con derecho al uso del agua de los ríos y arroyos de
168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
años, las propiedades cuya extensión no sea mayor de 20 hectáreas
que se destinen á otros cultivos que no sean el de la caña azúcar,
y digo que hubo precipitación para algunas, porque en esa fecha
no existían, para referirme á este caso, sino muy pocos concesiona-
rios de agua pública en esas condiciones, siendo todos ellos, como
se dijo al principio, propietarios en media de 167,4 hectáreas; los
demás la usaban sin tener derecho á ella, contrariamente á la ley
de riego y por tanto eran infractores imposibilitados para aprove=
char los beneficios de aquélla sin previamente ser concesionarios
legales.
vi
Dadas estas consideraciones y vencidos con exceso los plazos se-
ñalados por la ley de riego para denunciar derechos adquiridos al
uso permanente del agua del dominio público, fué necesario san=
cionar la ley de + de abril de 1903 (1), que establecía plazo único é
la provincia sobre los cuales se hayan ejecutado ó se ejecuten obras de embalse
ó canalización, quedan también exoneradas del pago del impuesto de agua.
Art. 3”. — Comuníquese al Poder Ejecutivo. Dada en la Sala le sesiones de la
Honorable Legislatura á cuatro de julio de mil novecientos dos. — NoLasco CÓr=
DOBA. — R. Mendioroz, secretario del Honorable Senado. —J. A. DEL CARRIL.
— P. J. Alvarez (hijo), secretario de la Honorable Cámara de Diputados.
Tucumán, julio 5 de 1902.
Téngase por ley de la provincia, cúmplase, comuníquese, publíquese, y dése al
Registro Oflcial y archívese. — CÓRDOBA. — Delfin Jijena.
(1) El Senado y Cámara de Diputados de la provincia de Tucumán, sancionan
con fuerza de ley :
Art. 1”. — Hasta el 30 de julio de 1903, el Poder Ejecutivo podrá reconocer
administrativamente, sin multa, derechos adquiridos al uso permanente del agua
del dominio público, teniéndose por válidos, dentro de las limitaciones esta=
blecidas por la ley de riego, los que hubiese reconocido después del 18 de
marzo de 1901.
Art. 2%, — Desde el 30 de junio de 1903, decláranse cerrados los rios de la pro-
vincia, no pudiéndose otorgar concesión de carácter permanente conforme al ar-
ticulo 22 de la ley de riego.
Art. 3”. — Comuníquese al Poder Ejecutivo. Dada en la Sala de sesiones de la
Honorable Legislatura, á primero de abril de mil novecientos tres. —- PEDRO
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 169
improrrogable hasta el 30 de junio del mismo año para que el po-
der ejecutivo pudiera reconocer administrativamente esos derechos»
sin multa alguna, de la que se exoneraba también á los que se ha-
bían presentado dentro del término que porel artículo 106 de la ley
de riego debían abonarla.
Con anterioridad y por ley de 25 de octubre de 1902 (1), se había
rebajado el impuesto de sello para las solicitudes de nuevas conce-
siones, que era conforme al inciso 5* del artículo 30 de la ley de la
materia, de 10 pesos por concesión, cualquiera que fuera su magni-
tud. La reforma establecía un impuesto proporcional á la magnitud
de la concesión, —diez centavos por unidad de aprovechamiento per-
manente, — beneficiando al pequeño propietario que de otro modo
en gastos de puro trámite hubiera invertido más que por el título
mismo de la concesión.
La junta superior de irrigación despachó un numeroso personal
ála campaña para evitar á los propietarios rurales su traslado á
esta ciudad y los gastos que son inherentes, haciendo el empadro-
namiento poco menos que á domicilio, y haciendo una campaña de
verdadera prédica moralizadora, demostrando las ventajas que re-
Ruíz HuinoBro. — B. Mendioroz, secretario del Honorable Senado. — A. J.
DEL CARRIL. — P. J. Alvarez (hijo), secretario de la Honorable Cámara de Dipu-
utados.
Tucumán, abril 4 de 1903.
Téngase por ley de la provincia, cúmplase, comuníquese, publíquese, dése al
Registro Oficial y archívese. — CórDOBA. — Delfin Jijena.
(1) El Senado y Cámara de Diputados de la provincia de Tucumán, sancionan
con fuerza de ley :
Art. 1. — Desde la promulgación de la presente ley, las solicitudes que se pre-
senten á la Junta superior de irrigación para nuevas concesiones de agua, se ha—
rán en un sello equivalenteá diez centavos moneda nacional por unidad de de-
recho de aprovechamiento de las aguas, determinado en el artículo 8” de la ley
de riego.
Art. 2. — Queda derogado el inciso 5* del artículo 30 de la ley de sellos.
Art. 3”. — Comuníquese al Poder Ejecutivo. Dada en la Sala de sesiones de la
honorable Legislatura á veinticuatro de octubre de mil novecientos dos. — PrE-
Dro Ruiz HuinoBro. -— R. Mendioroz, secretario del Honorable Senado. — A. J.
DEL CARRIL. — P, J. Alvarez (hijo), secretario de la Honorable Cámara de Dipu-
tados.
Tucumán, octubre 25 de 1902.
Téngase por ley de la provincia, cúmplase, comuníquese, publíquese, dése al
Registro Oficial y archívese. — CÓRDOBA. — Delfin Jijena.
170 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
presenta incorporar al título de propiedad el que da derecho al uso
del agua, cuyo mantenimiento exige el pago de una contribución
ínfima si se considera que las tierras sólo tienen valor real y positi=
vo cuando pueden regarse, cualquiera que sean los inconvenientes
con que tropiece el riego en las zonas en que por falta de obras
completas y sistemáticas, no puede hacerse con una base científica
y regular.
La tramitación misma de las solicitudes se ha hecho respetando
las exigencias de la ley de riego en cuanto á las formalidades que
deben satisfacerse para comprobar los derechos adquiridos y evitar
las ambigúedades de una gran parte de las 231 primeras concesio-
nes, otorgadas con una precipitación explicable por tratarse de las
primeras, pero en que una atenta revisación hará resaltar una serie
de vicios que pueden llegar á hacer nulas por la misma ley las con-
cesiones hechas. Con el mismo personal distribuido en campaña,
se han subsanado la mayor parte de los inconvenientes, tropezando
con no pocas dificultades debidas á la desconfianza con que se oía
hablar de toda reforma, desconfianza propia al carácter de una po-
blación que aún no ha tenido tiempo de olvidar las tristes conse-
cuencias de las leyes de conchavo y otras imposiciones de las clases
dirigentes y rigurosamente aplicadas en las numerosas fábricas, y
que sólo desaparecerán cuando se dicten leyes protectoras de la clase
obrera, para mejorar sus condiciones de seguridad en las fábricas,
de higiene en sus casas, etc.
El mismo impuesto de sello de un peso por cada unidad empadro-
nada que se abona por la escrituración del título de concesión se
trató de dispensar para las propiedades de extensión menor de vein=
te hectáreas, de modo que el mantenimiento de ese derecho al uso
de agua importara un gasto ínfimo que el propietario pagaría gus-
toso, pues con él aseguraba el elemento indispensable para dar vida
á su tierra, cuyo valor es nulo si pierde el derecho queel título le
asegura para el riego. S
Desgraciadamente el proyecto que fué sancionado por la Honora-
ble Cámara de diputados no lo ha sido por la de Senadores, y su
oportunidad habrá desaparecido cuando vuelva á reunirse la Hono-
rable Legislatura.
CarLos WAUTERS,
Ingeniero civil.
(Continuará.)
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
Por FRAY JOAQUIN REMEDI (FRANCISCANO)
(Continuación)
LL
Llama : Itojnac. Elorar : Taujlin-yoyen.
Llamar : Ona. Llora (imperativo) : Aujlin.
Llama á tu padre: Oneiauschia. No llores : Yajt aujlin.
Te llama tu padre: Ona amei La china llora por la muerte de
auschiá. su marido : Tzisna yoyen la.
Te llama tu patrón: Ahuoc on chiójua.
amel. La madre llora por la muerte de
Llano, parejo : Talichichié. sus hijos : La ko yoyen lo les.
Llanto : Plitzajei. Llora de rabia : Taujlin la catza-
Llave : Lape-chia. niaj.
Llegar : Nom. Llora de vicio, sin motivo : Huet
Llenar : Jen. taujlin.
Llena la olla de agua : Jenéjinót Llora porque le han pegado :
tuej. Taujlin joptaj to yaj.
Lleno : Tapoyej. Llover : Huomchio.
Llevar : Mocjui. Va á llover : Yhuóm lamchio.
Lleva tu perro : Mocjuijlo sinoj. Llovediza (agua) : Ynó0t pejlati.
Lo ha llevado mi hija : Nújlose Llorón : Thethi.
chiojé.
172
Macana : Etectac.
Madre : Ko (estrecho); pl.: kolis.
El hijo llamándola : Yako.
Nombrándola : Nuko.
Madre de la agua: Chialjeitaj.
Negro de la agua : Huaj la le.
Negro del monte : Tzisna pajlá.
Negro de la tierra : U¡nat yuon-
chio (varón).
Maleta (de chaguar) : Lichiét.
Malo : Ysile-calzia-nicia.
Malvado, trompeta : Yat juitzaj.
Madrugar : Yopeltzi.
Maduro : Yo; pl. : jojen.
Maleza: Yolo huole.
Maleza, padre : Thi.
Maltratar : Lajnetata.
Maíz : Spocal.
Mamar :; Tip-tzujcat-tzunjl.
Mano : Cuo; pl.: cuoi.
Mano derecha : Yumcat.
Mano izquierda : Tzamcát.
Palma de la mano : Cue chió.
Mandar (querer) : Yhuoyel.
Mango, cabo : Lahuétte.
Manotear : Cuéi aj chié pho.
Manantial : Tzijuic.
Maña : Lakei.
Mañana : Chijuala.
Mañana pasado: Yuála ejla-juala
jutte.
Marido : Chiejua.
Marlo : Spotca-lilé.
Mantequilla : Catús i¡pe.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Manco : Cuechio ; pl.: lis.
Máquina de coser : Tzechichiá.
Marca : Sachechiá.
Marcar : Huosajechia.
Marco : Lape phot.
Mariposa : Chiucoc-Yuachiotaj.
Martillo: Cajuát.
Matado : Amo.
Matar: Ylón.
Lo maté con la flecha : Nilounéj
uchioje.
Lo pillé con el anzuelo: Nilounej
nuca timéej.
Lo pillé con la red : Nutzoya jop
nuhuo).
Matar con arma de fuego : Tiojen.
Mayoato : Mahuotaj.
Mear, hacer aguas : Til.
Necesito : Oitaj nutujli.
Medir : Huaijlate.
Media noche : Unatzé chiuhuej.
Medio día : Yuala ¡cni.
Mejillas, pómulos : Chialús.
Melón : Nelóm.
Mellizos : Toc silis.
Menear: Ylomlin.
Mensaje : Najñ1.
Mentira : Mat 11té.
Mentiroso : Huettomlin.
Meollo : Lilapé.
Menudencias : Slipeyas.
Mes : Huelá (luna).
Mesa (para comer): Sloccohuétte.
Mezclar : Chiuji.
"o
VOCABULARIO MATACO—CASTELLANO
Metal : Chinaj.
Mesquino : Tzujnaj.
Miedo: Yluaya.
Tengo miedo : Nu huaya.
No tengo miedo : ité nuhaya.
Mierda, estiércol : Yamúc.
Miel: Penú-pune-thi.
Miércoles : Yualás chiulmej.
Mitad : Chisaj.
Mirar : Yaji hua.
Mio, mio es: Nu, nuca-nuc-hoó.
Mistol (árbol) : Ojoyuc.
Mistol (fruta) : Ojoyác.
Morder : Yocuá.
Morir : Yel.
Nacer : Tol.
Naciente, oriente: Juáala népho.
Nada : Chiaye machite.
Nadar: Titin.
Nalgas : Huejchialús.
Naranja: Alcetaj ; pl. : s.
Naranjo : Alcetaj lilé.
Naríz: Nus; pl. : nusel.
Ventanas de la nariz: Nuspés,
Navaja : Nojuel.
Navaja de afeitar : Poséi chia.
Niebla, nube : Tutzetáj-tulzaj.
Está nublado : Tetzemchio.
Nervios : Tzoto1.
Negro del agua : Huajlelé.
No tengas miedo : Yaj nuhuaya.
Montar á caballo : Ynupe yelataj.
Negro (color): Chialaj; pl. : ¡éu.
1713
Va á morir: Yjuila.
Mortero : Yuelic.
Moromoso (abeja) : Nacuo.
Mojarra : Ajuetaj.
Mosca : Atac.
Mosquito : Yuinatac; pl.: juas.
Moza, joven: Cutza; pl.: 1.
Mozo, joven : Mamsé; pl. : s.
- Muchos : Nitoc.
Muchas veces : Chiej pumpej.
Muchas cosas tengo que decirte :
Mac juarés nitoc toj nihuon-
nejlá.
Muerto : Yel (cerrado) yeltat.
Muñeca : Chuéhuo.
Murciélago : Asus; pl. : asuslais.
Nido : Slop; pl. : slopéi.
Nido de hornero : Coj1; pl.: s.
Nieto : Lachié yos.
Niño : Nojojuaj-losaj.
No, no sé: Chá, tayej.
No quiero : Nihuoyeite-chichité.
Noche : Unalzé.
Noche media: chiuhuéj
Noticia : Lajni.
Nueva, nuevo: Chieyo, nutichié.
Nosotros : Namil, nuslamil.
Nombre : Slei.
Nudo : Cotzéei, nuschió.
Nuestro: Nu, nuca.
Nutria : Ojuolotaj.
Nato: Nuspac.
174
Oculto : Sichiom.
Ofrecer: Yuel.
Me ofrecieron un peso y no quise
recibirlo : Yuette nuju peso ni-
chiumitetesiulo.
Oídos : Nlotei.
Ojalá Dios quiera : Ejipo nechiá
— echia.
Ojo : Te-jlo; pl. : tejloí.
Oler: Niméj,
Olla : Tuej.
Ombligo : Chiuhugj.
Oreja : Chioté; pl. : téi.
Orín : Chininjlex.
Pacará (árbol) : Huochioyuc.
Pacará (fruta): Huochio0.
Pacú (pescado) : Nijuctaj.
Padre : Schiá.
Religioso, sacerdote: Polé.
Pagar : Ylihuolajaya-this.
Paja : Jop.
Paja (colorada) : Potaj.
Pájaro : Yuemchie.
Paladar: Kajchin.
Palánpalán (arbusto): Yelatajloc.
Palma (de la mano) : Cuechio.
Palma (árbol): Utzuc.
Sombrero de palma: Cahuona
utzuc.
Palmar: Yntzuc.
Palito : Yotojuaj. -
Palo : Yolo.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Oso hormiguero : Sulaj.
Orines : Tujlú.
Ortiga : Chiesoi-ojoitas.
Otoño : Chiel-chiúp.
Otra, otro : El.
Oveja : Tzunmnataj.
Overo : Pipi.
Opa : Imúcue—huohub.
Obedecer : Ilotá.
Obediente : Ilotatá..
No le hagas caso : Hoticté.
Orilla : Slip.
Obscuro (está obscuro): Quialoj-
quit.
Palo amarillo : Yolojlucué.
Palo blanco : Yolo pelajch1é.
Palo borracho : Semloc.
Palo santo : Yuclo.
Palo Santal : Yucuat.
Paloma (de Castilla): Yucuina-
taj; pl. :s.
Paloma torcás: Yucuina; pl.:s.
Paloma sacha : Pop.
Paloma bumbuna : Sipop.
Paloma urpila : Chilayé.
Pampa: Ajlutajel.
Palometa (pescado): Nijuc.
Pan : Pan.
Pantorrilla : Ojotajlais 1/1.
Panteón (enterratorio): Kolotzé.
Panza (barriga) : Tzé.
Paño negro: Chialataj.
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
Pañuelo : Nujui.
Pararse : Casit.
Parecer, no parece: Nol, nolite.
Párpados : Tejuis.
Parecido : Nchichié.
Este hijo es parecido á su pa-
dre: Los toja nchichié l'aus-
chia.
No se le parece : Nchiotichite.
Partir, partirse : Chietzaj.
Partir porla mitad : Chietzaschié.
Papa deagua : Catzijuoc; pl.: os.
Parir : Capunzan.
Pasacana : Chitanla.
Pasear : Siral.
Pata (arbusto) : Ajlusloc-juisten.
Patada, patear : Tosé.
Patio : Tocajlú.
Pato : Inchietaj.
Pato negro : Ascan ; pl. : lais.
Pato overo: Cucyaj.
Pato chico : Yelem.
Patrón : Huoc.
Patudo : Pachiutlaj.
Pava del monte :
pl. :s.
Pavo doméstico : Niclitáj..
Pedir : Ajlá.
Pedigúeño: Alzaj.
Pedo : Ntujteyac.
Pecho : Tucué.
Pechos de mujer : Tatéi.
Pegar, golpear : Yaj.
Pégale fuerte : Yaj tojnóu.
No lepegues :Yaj taj:
Te voy á pegar : Nayajla.
Vení, pégame : Kelit ajnú.
No quiero pegarte : Oitajité na-
yajl.
Tzitojuetáj ;
175
Le pegó con la macana : Ya 1jiun-
te la cotectac.
Pegar (adherir) : Setéc.
Pegajoso : Set.
Peinarse : Tzetán.
Peine : Tzunuis.
Pelear : Ylón.
Pelar : Aujtá.
Pelicano : Tzojoc.
Pelo: Yluoléi.
Pelota : Liponili.
Pellón : Huéj huétte.
Pellizcar : Chiajinaj.
Penca : Latzetaj.
Peón, jornalero : Chiuminec.
Pequeño : Losaj.
Pepa : Lechié.
Pensar: Tichienjlin.
Pene : Ylú.
Pero (adv.) : Thá.
Peste : Nutuayaj.
Perderse: Totoi-Uitajlin.
Perdonar : Loút.
Perdonamos : Loútjen.
Perdóname : Loútmi.
Pesado : Chinjiat.
Pescado: Huajat.
Pescar : Hihuocoi.
Se fueron á pescar: Ychiojen tú-
cue.
Perdiz : Asnáj; pl.: lais.
Pericote: Ama ; pl.: juás.
Pescuezo : Ponn1.
Peste : Cajñi.
Perro: Sinoj; pl.: s.
Perroovero, bonito: Sinój pipi.
Picaflor : Tzeuna Coseltaj.
Pico : Posét.
Picotear : Yuajlin.
Pié : Kolo; pl. : 1.
176
Piedra (granizo): Tunte.
Piojo : Slá.
Pique : Slataj.
Pito : Chioti.
Pierna : Lechie ; pl.: Lechiés.
Piel : Toj; pl.: tojes.
Pícaro : Chiatlaméj; pl. : ién.
Pisar : Osipe.
Plato : Chiapel ; pl., 1s,
Plata : Chinajtoj.
Pluma : Huole; pl.: ei.
Pintarse : Huoleta-huotchiaya.
Plancha : Huochíá.
Plantar : Yitchio,
Poco, poquito : Slipaj isijuojte.
Polvadera : Tetzaj ujnat.
Polvo: Ujnot muc.
Pollera : Sujúnoc.
Pobre : Plitzaj-nini mayec.
Podrirse: Najett.
Poroto : Onniaj, onniataj; pl.:
Poner : Tic.
Poncho : Yluesa.
Pólvora : Lutzej muc.
Quebracho blanco : Stini.
Quebracho colorado: Chiejlinc.
Quebrar, quebrado: Chio, inocos.
Se ha quebrado: Ichio.
Cuidado, lo vas á quebrar : Ama-
jej chionjlá.
Quedarse (quédate aquí)
Cana.
No puedo quedarme aquí : Tza-
canuiejte nu hi cana.
Querer, desear : Oitaj.
Quieres vender ese cuero de ti-
: He
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Por qué? (interrogativa) : Atej?
Porque (dando razón) : Yoptáaj.
Portillo : Latuhuej.
Pozo : Yluoji-110fJ1.
Presente : Ycana.
Presumido : Chiejlin.
Primero : Necla.
Prima hermana: Chijno;.pl.: lis.
Primo hermano : Chila; pl.: lis.
Primavera : Nahuo.
Priesa, pronto : Kelej, Kelit.
Camina pronto : Akelitlin.
Prestar : Chiejonej.
Pueblo :_Jop; pl. : jopel.
Pulga : Sinaluj.
Puisquito (abeja) : Lupjuetaj.
Pulgar : Yuj-lucué : pl. 1.
Punta : Cos.
Prohibir : Yajnihuoyel.
Prometer : Lijuel.
Puerta : Lape.
Puño : Cuechi0.
Puñetazo: Napó).
gre?: Oitaj la huommi ayoj
tojtzamej ?
Si, quiero venderlo: Eé oitaj
nhuommi.
Cuánto pides?: Chiejoté toja
teimlo ?
Quiero diez pesos: Nu teimlo
liez pesos.
Pides mucho : Nitoc tojla termlo.
Ven, toma, te doy 8 pesos : Achié
na huemanu 8 pesos.
Bueno : Ee (si).
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
Qué quieres? : Atzepla teimlo.
Quiero tabaco: Nu teimló jacuas.
No tengo, se acabó : Nihuénuite,
nuj.
Quieres algarroba ? : Yal teimló
jua ?
No quiero : Nu oitajite imlo.
Quieres ir á Salta ? : Oitaj la ni-
chie Salta ?
Si quiero; no quiero : Eé nihuó-
yei, oitajite.
Qué quieres: Chié la huoyei.
Qué quieres hacer? : Atzeple mac
oitaj.
Qué estás por hacer: Chiemé?
atzeple mac.
Nada quiero hacer : Machite oitaj.
Tengo gana de aprender la len-
gua de éstos : Oitaj me jianej
toj lojál.
Pero es muy dificil : Tha chiujnát
tat.
Tengo gana de comer un asado:
Oitáj nu túj culito pucue.
Tengo ganas de 1rá pasear á Sal-
ta : Oitaj nosicca1,ñi Saltát.
Que te ha sucedido? : Alé améj ?
Nada : Nimachité.
Qué te duele ? : Adep la ilón ?
Nada : Machite.
Qué quieres ?: Adep la teimlo ?
Rabón, yuto : Tzopó.
Rama: Lapeséi.
Rana : Pol.
Rapé : Yocuás muc.
Rascarse : Lejuiloj.
AN. SOC. CIENT. ARG, -— T. LVIII
1477
Nada : Machité na termlo.
Que me traes de bueno ?: Adep la
chiojmi toj is ?
Te he traido cuatro pescados
grandes: Nichioj amej yaxil
jualis 1uj1 huóoschie.
Que estás haciendo? : Adep ta
chiuma ?
Nada: Machié nu chiuma.
Qué te han dicho?: Tletue huoyel?
Nada : Chiaya.
Qué has hecho?: Adep la huoyel?
Nada de malo : Machite toj tzité.
Que has visto? Adep la huen ?
Nada de lindo: Machité toj tzi-
lata]
Querer, amar : Shumin.
Queso : Kieso.
Quién es ? Yo soy: Aletzi? Nus-
lam.
Quién sois vos?: Ate am?
Soy Miguel : Nu Miguel.
Quemar : Yoo.
Se ha quemado : Yoju.
Asame ese pescado y cuidado
que no se queme: Pui huajat
ejláa, eya yaj ¡lon-yajoúma.
Quimil : Catzuayúc.
Quitar : Ticni.
Quirquincho : Chiejno ; pl.
Quitilipí : Chiapó.
lis.
R
Rasgar : Cueschie.
Rasguñar : Chiasmaj.
Raspar: Set.
Rastrear : Ititlin.
Rata, ralón : Amalaj.
12
178
Rato : Ayéj-páj. :
Raya (pescado) : Pujlin.
Raya (línea) : Tesayéc.
Rayo : Yuitseyéc.
Rebajar : Ajñajchio.
Recibir: Chiemlo-teimlo.
Recién: Nechie.
Reconocer : Tojuate].
Recoger : Chiuma.
Recordar : Yanej.
Recordar del sueño:
huojotlín.
Red: Yotanaj.
Redondo : Chiujno.
Refregar : Yuetchié.
Refrescarse : Techiojlin.
Regalar : Huéet huemio.
Reirse: Tijchié1.
Relámpago: Chinostaj.
Remedio: Cachia.
Desilit-
Sacar : On aluyei.
Sacar afuera : On ajlutajel.
Sal : Nisol.
Salado : Nisoijñ1.
Salir : Nepho.
Salgan afuera : Yajlú cana.
Salitre : Ujnat peláj.
Saliva : Lachil.
Sandía : Tzihuele sloc.
Saltar : Tiojpo.
Saludar : Coyej.
Sangre : Huyés.
Sano (en salud); Ychiés.
Sarampión : Tzetajchieles.
Sarna : Chieso1.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Regar: Tzoi huaj.
Remolino : Yuno jueta].
Remozar : Yoyen anajuaja.
Rempujar : Tajumej.
Reparar : Lelomi.
Reparón : Tetocjian.
Repartir : Chiesaj.
Represar : Napoinjlo.
Resina : Litzi.
Río: Teucta].
Rocío, sereno : Yas.
Rodilla : Camchiete.
Roncar : Nusién.
Ronco (estoy) : Ni-yas.
Romper : Chiesáj.
Ropa : Cojias-majñel.
Rueda : Cohuenlos.
Rengo : Kolochio.
Robal : Tatzicuitaj.
Robar: Totechia.
Ruda : Escat.
Sauce : Catuntac.
Saco : Tauchio1.
Sed : Najelop.
Sed tengo ; Nichiem.
Semilla : Yloi.
Semejante : Nichiochie.
Segar, cortar : Nisit.
Sentarse : Popho.
Señal : Latetuec.
Serrar (la puerta) : Puji (lape).
Seso : Ticlo,
Sebo : Tojlo.
Sin seso, sin juicio: Lajlojose-
chia.
Si (afirmando) : Eé.
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
Silencio (mandando) : Ahuinjla.
Silla : Huej huette.
Está muy en silencio :
pho.
Sino (condición) : Chia.
Sobra (de sobra) : Totzijlec.
Sobaco : Huijlijchiú.
Sobrina: Oaclani.
Sobrino : Oacla.
Soga (de cualquier medida) : Ni-
yaj-
Sol, dia, relój: Yuala.
Soltero : Huet 1jn0t.
Soltera : Loplesa juét.
Sombra : Ypet; pl.: is.
Sombrero : Cahuona.
Tanni-
Tabaco : Yocuás.
Tábano : Lacós.
Tajada, rebanada: Slipei.
También : Yoté.
Tontear : Eltá.
Talón : Paque.
Tapa, tarugo : Lapot.
Toxi (fruta): Yualahuc.
Tarde : Unaj.
Tejer : Potzin.
Telaraña : Chi070 canul yáya.
Temblar : Tuchietichie.
Temprano : Yuatej.
Tener : Hihuén.
Tener calor : Chiúj¡-chiujtat 1lon.
Tener frio : Cojuá.
Tener hambre : Nchiuyú.
Tener sed : Nichieno.
Tener miedo : Nuhuaya.
Tener ganas : Oitaj.
179
Sombrero de palma: Cahuona
utzuc.
Sácate el sombrero : Tinchió ca-
huona.
Ponte el sombrero : Tiphó ca-
huona.
Sordo : Chiotei chío.
Sonzo : Ymocué-huohuo.
Sortija, anillo : Yujl.
Sucio : Cuccaya.
Suegra : Tela.
Suegro : Chioti.
Sueño : Nojat.
Tengo sueño : Nozát ilonnú.
Sábalo (pescado) : Yuinchiunaj-
yaxette.
Tener sueño: Najatilón.
Tener verguenza :Nujuel.
No tener: Nihuenuité.
Tierra : Ujnat; pl. : es.
Testículos : Chionis, chionsilis.
Teñir : Uchiaya.
Tigre: Ay0j.
Tinaja : Yote.
Tio : Quituc.
Tirar : Tujné.
Tirar (al blanco) : Tiojen.
Toba : Huomloj (surí).
Tobillo : Supá.
Todavía : Kamáj.
Todos : Sloccal.
Torcer : Tzelcatchie.
Tomar : Chima.
Tos : Cosic.
Trabajar: Chimlin.
Tostar : Tolél.
180
Trabajador : Chiumenéc kajá!.
Tragar: Tim.
Tragón : Nislecal.
Traer: Achi0j-moyéi.
"Trampa : Nichiot.
'"Trampear : Yoút.
“Trenza : Posnec.
“Trigo : Tantán.
'Tripas: Coslei.
'Trillar: Tdoschié.
Triste : Tazijuite.
"Travieso : Lakéi.
Troja : Pechiej.
Ucle : Inosét.
Ultimo : Lapeséi.
Uno : Otejuri.
Untar: Ilejni.
Vaca : Yoasetaj-huaseta.
Vaciar: Tzoijñi.
Vacío : Lajleleya.
Vahido : Huilac.
Vaina: Chinajl.
Vaso: Iloti.
Vaho : Yuac.
Vejiga : Tujluji.
Vena: Nusot ; pl. : él.
Vencer : Temló — nitojñat.
Vela : Hucla.
Ver : Hihuén.
(No ver) : Nihuennité.
Verano: Coschib.
Verde : llatzan.
Vestido : Sugiene).
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Tropel: Lapeyac.
Tropezar : Tajnophón.
Trozo : Yolo chiú.
Trueno : Pejlái-geplin.
Tu: Am.
Tuerto : Teijuluc.
Tullido : Tzujlaj.
Tupido : Yluoppé.
Tucutúcu :Yuitona7.
Tusca (árbol) : Natac.
Tusca (fruta) : Nataj.
Tuyo: A, alo-acho.
U
Uña (de los dedos) : Jujtoj; pl. :
jujtojés.
Urdir : Tojpó.
Urraca (ave) : Chijno.
v
Vestirse : Iluohuéya.
Vestirse de gala : Inejlin.
Vía, camino : Noúj.
Vía láctea : Noúj.
Vibora : Tzajchietaj-suphat.
Vida: Lajoséc.
Cascabel : Hijnotzáj.
Cascabel del agua: Yuatzujtaj.
Vieja : Taloc.
Vieja (pescado) : Sichiús.
Viejo : Ichi0t (cerrado).
Visitar : Siccaya.
Vinal (árbol) : Atac.
Vinal (fruta) : Ataj.
Vinchuca : Osipac; pl. : lais.
Viento : Inhuoc.
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
Viruela : Tzetáj chié.
Viuda (ave): Catzihuo; pl. : lais.
Viudo : Nate; pl. : natelis.
Volar: Iluyó.
Voltear : Tetchi0.
Yacaré : Ajlutaj
Yesca : Itojlús.
Yo: Nu, nujlam.
Zabullir: Yomchio.
Zancudo: Yopina.
Zapallo : Eschién.
Zapato, ojota
nisojes.
Zarcillo : Chiotele; pl. : ei.
Zarco : Teloinsayé.
Nisoj; pl.:
Volver : Opil.
Vomitar : Chioijlin.
Vulva : Nisú.
Voga (pescado) : Tzilot.
Y
Yuchan : Tzemloc.
Yulo (ave) : Potzaj.
Zorro : Mahuo.,
Lumo : Ti.
Lurcir : Tzeclin.
Zurdo : Nitzáam.
Zurubí (pescado) : Aláj.
Zorrino : Ajój.
(Continuard.)
181
NUEVAS ESPECIES
DE
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS
DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Por FLORENTINO AMEGHINO
(Continuación)
DIADIAPHORUS COELOPS (1) n. sp. Tipo: las muelas persistentes
superiores de un individuo. Las muelas superiores 5 y 6 se distin-
guen por el dentículo mediano posterior en forma de columna ci-
líndrica colocada entre los dentículos posterior externo y posterior
interno sobre una misma línea tranversal más ó menos á igual dis-
tancia de uno y otro. Los espacios que separan las cúpides de los
tres dentículos son muy pequeños, de modo que con el desgasta-
miento los dentículos se ponen en comunicación formando una
cresta transversal posterior que corta la comunicación de la rama
posterior del valle transversal mediano con la fosa periférica poste-
rior; esta fosa queda así completamente aislada, constituyendo un
pozo bastante profundo. La entrada del valle transversal mediano
interno esancha, profunda y cerrada en la base por un fuerte re-
borde que en parte se levanta para constituir un tubérculo suple-
mentario interlobular interno. La corona de la muela 5 superior
mide 20 mm. de diámetro ántero-posterior y 25 mm. de diámetro
transverso Máximo.
Formación santacruceña (piso santacrucense) de la Patagonia
austral.
(1D) A. M. N.,s. 3%, t. IL, pág. 477-478, figs. 620 y 621.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 183
Fam. Hyracotheriidae
ProrcrocionN (1)n. gen. Ultimas muelas de reemplazamiento su-
periores de contorno triangular, con dos dentículos externos en for-
ma de V y un solo dentículo interno de aspecto cónico unido á los
externos por dos crestas oblicuas las cuales, conjuntamente con la
cresta externa, encierran una cavidad central. Los dos dentículos
medianos están fusionados con las dos crestas oblicuas menciona-
das. La cara externa es plana, sin arista mediana y con un pequeño
cíngulo basal. Hay también una pequeña arista sobreangular an-
terior más baja que el dentículo anterior externo y separada de és-
te por un surco angular anterior poco acentuado. Superficie mas-
ticaloria con dos fosas, la anterior y la posterior, ambas en forma
de arco de círculo y perfectamente opuestas al lado interno de los
dentículos externos correspondientes. Un cíngulo transversal ante-
rior con un vestigio de dentículo suplementario anterior y otro cín-
gulo transversal posterior con punta interna libre. Cara interna
angosta, convexa y sin cíngulo basal.
Las muelas superiores persistentes 5, 6 y 7 son de contorno cua-
drangular y sexituberculares. Los dos dentículos externos son en
forma de V, pero convexos, tanto al lado externo como al interno.
Los tubérculos medianos son más pequeños, de cúspide en punta,
con la cara externa cóncava y la interna convexa; estos dos tubér-
culos están separados de los externos por hendiduras semilunares ó
en arco de círculo perfecto.
En la última muela el tubérculo anterior interno es notablemente
más grueso y más alto que el posterior y su base está unida por
erestas muy bajas á los dos tubérculos medianos. El dentículo pos-
terior interno más pequeño y muy agudo se une al dentículo pos-
terior externo por una cresta elevada y muy estrecha que represen -
ta el cíngulo basal posterior.
En las muelas superiores 5 y 6 los dos tubérculos internos son de
punta cónica y de tamaño sensiblemente igual. Sobre el lado ex-
terno hay un cíngulo basal y una arista mediana aislada en la cús-
pide formando tubérculo cónico. Adelante poseen también una pe-
(1) A. M. N, s. 3*, t. 111, pp. 82, 83.
184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
queña arista sobreangular anterior que no llega hasta la mitad de
la altura del tubérculo anterior externo. Hay también un cíngulo
basal posterior bien desarrollado en el medio del cual se levanta un
pequeño tubérculo mediano posterior suplementario. En la cara
interna no hay vestigios de cíngulo basal. En la superficie masti-
catoria de la corona entre los dos tubérculos externos, los dos me-
dianos y el anterior interno, háy una gran depresión central bastan-
te profunda. La corona de las muelas es baja y de mayor diámetro
transverso que longitudinal. Cada muela tiene dos raíces externas
y una interna muy ancha.
PROECTOCION ARGENTINUS (1), n. sp. Tipo: una última muela supe-
rior del lado derecho con la corona no gastada é intacta, que indica
un animal de talla un poco menor que Ectocion Osbormianus. El
cíngulo basal anterior es muy fuerte y el del lado externo poco des-
arrollado. El tubérculo suplementario mediano posterior es rela-
tivamente bastante grueso. La muela es de contorno subcuadran=
gular con el lado interno casi tan ancho como el externo y el lóbulo
posterior externo bien desarrollado. La corona en su parte media
mide 4,5 mm. de diámetro ántero-posterior siendo el diámetro
transverso de 6 mm. El alto máximo de la corona en la cúspide del
tubérculo anterior externo es de sólo 3 mm.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense de Colhué-
Huapi).
PROECTOCION PRECISUS, D. sp. = Proectocion argentinus (in parte),
A.M. N. s. 3%, t. TIL, pág. 83, fig. 85. Representado por un trozo de
maxilar superior derecho con las muelas 4 á 7, y algunas muelas
aisladas. La muela 4 de contorno triangular es mucho más peque-
ña que la muela 5, de cara externa plana y con los dos tubérculos
externos en forma de V deigual tamaño. La corona tiene 4 mm. de
diámetro ántero-posterior sobre el lado externo y 5,5 mm. de diá-
metro transverso.
La muela 5, de contorno cuadrangular, es de mayor diámetro
transverso que longitudinal, y un poco más angosta sobre el lado
interno que sobre el externo. La corona mide 4,5 mm. de diámetro
ántero-posterior sobre el lado externo, 3,5 mm. sobre el interno y
6,5 mm. de diámetro transverso Máximo.
(1) A. M. N.,s. 3%, t. III, pág. 83, fig. 84.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 185
La muela 6 sólo se distingue de la precedente por un tamaño
apenas un poco mayor y sobre todo por ser un poco más ancha sobre
el lado interno; la corona mide 3 mm. de diámetro ántero-posterior
sobre el lado externo, + mm. sobre el interno y 6 mm. de diámetro
transverso.
La muela 7 es la más pequeña de todas, todavía más chica que la
4 y de contorno triangular á causa de la reducción desigual del ló-
bulo posterior. La corona mide + mm. de diámetro ántero-posterior
sobre el lado externo y 5,5 mm. de diámetro transverso.
Las cuatro muelas (4 á 7) medidas sobre el lado externo ocupan
un espacio de 17 mm.
Cretáceo superior de Patagonia (horizonte notostylopense de Col-
hué Huapi).
Fam. Lophiodontidae
ANAGONIA INSULATA, M. Sen. n. sp. Tipo: una muela inferior 17-
quierda de reemplazamiento, probablemente la cuarta, cuyo tama=
ño indica una especie de la talla de Lophrodon leptorhynchus Filhol.
Es un diente de corona baja, corta y ancha, constituida por dos ló-
bulos en forma de crestas transversales, el anterior bastante más
elevado que el posterior. El surco interlobular externo es corto y
poco profundo. La cresta anterior más alta sobre el lado externo se
arquea un poco hacia adelante, pero la mitad interna es perfecta-
mente transversal, en lo que difiere profundamente de los tipos pa-
tagónicos antiguos hasta ahora conocidos que presentan esta parte
siempre oblicua. Vista por el lado interno la cresta anterior presenta
el aspecto de un gran tubérculo cónico. La cresta posterior más
baja es completamente transversal, pero sobre el lado externo da
vuelta hacia adelante formando una cresta baja que se prolonga
hasta tocar la cresta anterior. Sobre el lado interno ambas crestas
están separadas por una escotadura ancha y profunda. La corona
tiene 15 mm. de diámetro ántero-posterior, 12 mm. de diámetro
transverso, 13 mm. de alto sobre el lado interno de la cresta ante-
rior y 8 mm. en la cresta posterior.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense superior de Col-
hué-Huapi).
186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Ord. Artiodactyla
Fam. Suidae
LISTRIODON BONAERENSIS, N. Sp. Ultimamente al ocuparme del tipo
del Antaodon cinctus (A. M. N.,s.3*%,t.1HL, pág. 118-119, fig. 132) he
dicho que probablemente Antaodon era el mismo género de Europa
conocido con el nombre de Laistriodon. Un nuevo examen del tipo
de Antaodon y de otros materiales del mismo grupo me inducen á
incluir todos esos restos en el género Listraodon, pues no encuentro
sobre ellos caracteres suficientemente acentuados como para indi-
car una separación genérica. Esta nueva especie está representada
por varios dientes sueltos superiores é inferiores procedentes de un
mismo individuo. Los dientes conservados son: un incisivo supe-
rior; las muelas ¿superior derecha é izquierda; la muela 5 supe-
rior derecha incompleta y muy gastada; las muelas 6 superior de=
recha éizquierda completas; la muela 7 superior derecha perfecta;
las muelas inferiores 4,5, 6 y 7 del lado izquierdo con las coronas
completas, pero la de la muela 5 está completamente gastada por
el uso.
La especie se distingue netamente de Lastriodon (Antaodon) cinc-
tus por un tamaño considerablemente mayor y por las muelas per-
sistentes superiores que tienen un cíngulo mucho menos desarro-
llado.
El incisivo superior parece ser el segundo del lado izquierdo; es
de raíz bastante larga, poco arqueado y de corona corta y ancha.
Tiene en línea recta, 39 mm. de largo; la corona ya muy gastada,
mide 9 mm. de largo máximo y 10 mm. de ancho.
La muela 4 de reemplazamiento es un diente de contorno trian=
gular, ancho sobre el lado externo, angosto y redondeado sobre el
interno con dos tubérculos externos y uno interno, siendo casi ab-
solutamente igual al mismo diente de Listriodon splendens figura-
do por Kowalessky; tiene 14mm. de diámetro ántero-posterior sobre
el lado externo y 15 mm. de diámetro transverso.
De la muela 5 superior sólo existe la mitad externa muy gasta-
da; el diámetro ántero-posterior de la corona es de 15 mm. pero en
la muela no gastada debía ser un poco mayor.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 187
La muela 6 superior, de contorno cuadrado, presenta dos crestas
transversales cuyas extremidades externas concluyen en tubérculos
romos; el valle transversal que separa las dos crestas es muy an-
cho; el cingulo basal externoes poco desarrollado pero el anterior y
posteriorson-mucho más anchos y elevados. La corona mide 20 mm.
de diámetro ántero-posterior y 18,5 mm. de diámetro transverso.
La muela 7superior consta igualmente de dos crestas transver-
sales y un talón posterior poco desarrollado y dividido en varios
tubérculos por entalladuras transversales. Tiene 22 mm. de diáme-
tro ántero posterior, 17 mm. de diámetro transverso en el lóbulo
anterior y 14 mm. en la cresta posterior.
Estas dos últimas muelas (6 y 7) son casi completamente iguales
á las correspondientes de Lastriodon splendens.
Las muelas inferiores 4,5 y 6 están formadas por dos crestas
transversales que le dan un aspecto parecido á las del tapir. La
última (m. 7) se distingue de la penúltima por llevar un talón basal
posterior de contorno arqueado y de superficie plana. La muela 6
muestra un cíngulo transversal anterior y otro posterior muy des-
arrollados casi en forma de talón transversal; el mismo cíngulo se
encuentra adelante de la muela 7, y en la muela 5 falta porque ha
desaparecido con el desgastamiento. La semejanza con las muelas
correspondientes de Lastriodon splendens es igualmente completa.
Estas muelas aumentan de tamaño dela 5 ála 7, pero la + es un
poco mayor que la 5, aunque probablemente esta última en los in-
viduos más jóvenes era igual ó algo mayor que la 4.
Las dimensiones de estas mueles, son:
Diámeto dea ta nara o da
Diámetro dela ma aro oi 08
Diámetro de la muela lan Laos 0016
A Y
Estos restos, que forman parte/de las colecciones del Museo Na-
cional, proceden del pampeano superior (horizonte bonaerense) de
la misma ciudad de Buenos Aires.
LIsTRIODON TARNENSIS, N, sp. Tipo: una muela inferior de reem-
plazamiento que parece ser la cuarta del lado izquierdo é indica
188 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
una especie de talla todavía mayor que L. bonaertensís, pero pro-
bablemente de proporciones más esbeltas.
Se distingue inmediatamente de la muela correspondiente de la
otra especie por la corona que es bastante más larga mientras que
no es más ancha. De las dos crestas transversales que presenta la
corona, la anterior es más alta y de tamaño mucho mayor que la
posterior. Sobre el lado externo hay un pequeño tubérculo interlo-
bular muy bajo. Adelante hay un cíngulo basal transversal muy
ancho separado dela cresta anterior por un surco profundo inter-
rumpido en el medio por una especie de yugo ó cresta longitudinal
deunos 34 4 mm.deancho; esta eresta une el cíngulo transversal
á la cúspide ó arista de la cresta anterior. La diferencia de tamaño
entre el lóbulo anterior que tiene un diámetro ántero posterior de
11,5 mm. y el posterior que solo tiene 7,5 mm. es verdaderamente
notable. La corona mide 19 mm. de diámetro ántero-posterior y
7,5 mm. de diámetro trausverso.
Esta pieza que forma parte de las colecciones del Museo Nacio-
nal, procede del pampeano de Tarija.
CATAGONUS METROPOLITANUS, N. Sen. n. sp. Cercano de Dicotyles.
Los caracteres genéricos son : última muela superior de reempla-
zamiento(m. 4) absolutamente igual en forma y tamaño á la pri-
mera persistente (m. 5); muelas superiores 4á 7, de corona muy
baja, constituida por dos crestas transversales gruesas, romas, y
separadas por un valle transversal ancho y poco profundo. Inter-
maxilar fuertemente arqueado hacia abajo y probablemente con
seis incisivos.
Tipo de la especie, un paladar con los alvéolos de los incisivos,
los dos caninos, las cuatro primeras muelas (m. 2á 5) del lado
derecho y las tres primeras del lado izquierdo. Esta pieza indica
un animal de tallaigual ó aun mayor que la de Sus scropha ; es la
más grande especie conocida del grupo de los Drcoty les.
El intermaxilar es corto, redondeado adelante y se enangosta de-
trás de los incisivos, distinguiéndose del de Dicotyles por estar
fuertemente arqueado hacia abajo. Los alvéolos de los incisivos in-
lernos son mucho más grandes que los de los externos, habiendo
además el alvéolo de un tercer incisivo sobre el lado derecho, pero
falta en el izquierdo. No es, pues, posiblesaber siel número normal
era de dos como en Dicotyles ó de tres como en Sus y Listriodon-
Los colmillos ó caninos tienen la misma forma y dirección que
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 189
en D:cotyles pero son mucho más gruesos é implantados en expan=
siones externas de los maxilares sumamente desarrolladas y que
descienden mucho más hacia abajo del techo del paladar. La barra
entre el incisivo externo y el canino constiluye una escoladura-
muy profunda en la que se alojaba el canino inferior.
La muela 2 es de contorno iguolá la misma de Dicotyles y la
corona de una conformación igualmente parecida.
La muela 3 es de contorno subcuadrado, con el lado interno un
poco redondeado; los cuatro tubérculos principales forman dos
crestas transversales separadas por un surco sinuoso muy an-
Sosto.
La muela 4 es de contorno rectangular perfecto, con los cuatro
tubérculos principales unidos hasta las cúspides formando dos
crestas transversales perfectas anchas y muy bajas; estas crestas
están separadas por un valle transversal ancho pero poco profundo ;
hay además un cíngulo basal anterior y otro posterior bastante
anchos.
La muela 5 está muy gastada por el uso, pero se conoce que pre-
sentaba la misma forma.
Una particularidad de este género es que la muela 4 es de tama-
ño igual ó casi igual á la 5, mientras que en Dicolyles la muela 5
es bastante más grande que la muela 4.
Las muelas no presentan los pequeños tubérculos suplementa—
rios tan generales en las del género Dicolyles.
Medidas
Mayor diámetro del alvéolo del incisivo 1...... e NA: 0013
Mayor diámetro del alvéolo del incisivo D...........o...... 0 009
Mayor diámetro del alvéolo del incisivo 3............ 0609 0 007
Longitud del espacio ocupado por los alvéolos de los tres inci-
O A E E 0 suenen da 3 ANI vo DS 0 033
Diámetro del canino sobre ( ántero-posteri0P...ooooo.oooo.o.o.. 0 022
el borde alveolar...... ( transverso MÁXIMO ...00..oo.o..... 0 014
Longitud de la parte del canino fuera del alvéolo............ O 051
Longitud de la barra entre el incisivo externo y el canino.... 0 0,9
Longitud de la barra entre el canino y la muela 2........... 0 032
A ántero-posteri0T........... ENS 0 0115
Rao Ue la morales VENA CRD oso. oda VDabosiao ot 0 012
00 ánlero-posterior......... gob adó 0 013
DEOO Cole aos a O OS 0 012
190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
RN 1
: ( ántero-posteri0T......oo.ooooo.o.ooco 0 0165
A a (EIVENO: cos -ecosbanorapoanccos 0 0145
Longitud del espacio ocupado por las muelas 24 5.......... 0 057
Ancho de la región interdentaria del paladar entre los mola=
O AO a a A A olaa 0 027
Ancho entre los bordes externos de los molares 4.........-. 0 059
Diámetro transverso al nivel de los caninos, entre los bordes
externos de las expansiones maxilares. ....o.o.o.oooooo.ooo.. 0 098
Diámetro transverso máximo del intermaxilar .............. 0 045
Hay otro paladar incompleto con la serie completa de las seis
muelas, pero de un animal tan viejo que han desaparecido todos
los detalles de la corona. Este trozo es sim embargo importante
porque da la longitud completa de la serie dentaria y permite juz-
gar de las proporciones de las últimas muelas. La penúltima (m. 6)
era considerablemente más grande que la antepenúltima y la últi-
ma (m. 7) igualmente notablemente más grande que la penúltima.
Todas las muelas aumentan gradualmente de tamaño de la primera
á la última.
z ¿ | ántero-posterior...... Ao 0*0195
Dilnctiso dle la mate LiRMSTARO: co.ooonororasdorcosose 0 016
Er 7 ) Ántero=posteriOP..oooooococccocn.o 0 023
Dio dela pone (ran ero e ella ocios 0 019
Longitud del espacio ocupado por las seis muelas superiores.. 0 098
Estas dos piezas forman parte de las colecciones del Museo Na-
cional. ON
Pampeano inferior (horizonte ensenadense) de la ciudad de Bue-
nos Aires.
DICOTYLES PLATENSIS, NM. Sp. Tipo: un trozo de maxilar supe-
rior izquierdo con las dos últimas muelas. Es de tamaño apenas un
poco menor que D. labratus, del cual se distingue fácilmente por la
última muela que es un poco más corta que la penúltima, mientras
que en la otra especie y también en D. torquatus la última es siem-
pre más larga que la penúltima. Este acortamiento en parte es
debido al poco desarrollo del tubérculo mediano posterior. Además
en las dos especies actuales mencionadas la última muela superior
es de igual ancho que la penúltima, pero en D. platensis es al con-
trario, más angosta.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 191
Las muelas del D. platensis presentan los tubérculos cónicos de
la corona de superficie más lisa y de contorno más regular, sin aris-
tas secundarias ó apenas indicadas. Los rebordes basales de estas
muelas tampoco presentan entalladuras transversales óÓ apenas
hay indicios de ellas. En cada una de estas muelas hay un pequeño
tuberculito suplementario mediano externo, muy pequeño.
La muela 6, medida en la base de la corona, tiene 16,5 mm. de
diámetro ántero-posterior y 15,5 mm. de diámetro transverso en el
lóbulo posterior. La muela 7 tiene 15,5 mm. de diámetro ántero-
posterior y 13,5 de diámetro transverso en el lóbulo anterior. Las
dos muelas 6 y 7 ocupan un espacio longitudinal de 31,5 mm.
Formación postpampeana (horizonte querandinense) de la ciu-
dad de La Plata.
Fam. Tragulidae
MICROTRAGULUS ARGENTINUS, N. gen. n.sp. Tipo : partes de esque-
leto de un mismo individuo, comprendiendo los metatarsianos
medianos soldados ó hueso cañon del lado izquierdo, huesos del
tarso, tibia, parte del sacro y vértebras. Es el más pequeño de los
artiodáctilos conocidos, pues su tamaño no excedía al de una
pequeña rata, todavía mucho más pequeño que el Hypisodus mini-
mus figurado por Matthew. El hueso metatarsiano ó cañón formado
por la fusión delos dos metatarsianos medianos 3 y 4, sólo tiene
27 mm. de largo y 2 mm. de ancho en su parte media más angos-
ta. El mismo hueso de Hypisodus minimus figurado por Matthew
tiene 36 mm. de largo, y es de un individuo joven que todavía no
había alcanzado su completo desarrollo, mientras que el de Micro-
tragulus argentinus es de un individuo completamente adulto. Los
dos metatarsianos en cuestión que en Hypisodus todavía permane-
cen separados, en Microtragulus están soldados en todo su largo,
pero se conserva entre ambos un profundo surco longitudinal en su
cara anterior y otro más superficial en la cara posterior. Los meta-
tarsianos laterales 2 y 5son atrofiados, representados tan sólo por
sus extremidades proximales estiliformes, siendo esta parte del
metatarsiano 3 soldada con la del metatarsiano 4, pero la del meta-
tarsiano 2 se conservaba independiente. El cuboides, el escafoides y
los cuneiformes se conservan independientes, pero construídos,
192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
como también losdemás huesos, sobre el mismo tipo del de los
Tragulidae.
Mioceno superior de Monte Hermoso. Colecciones del Museo Na-
cional.
El descubrimiento de este artiodactilo en Monte Hermoso es un
hecho absolutamente imprevisto, y no entro en mas pormenores
porque pronto será objeto de una noticia especial acompañada de
figuras.
>
(Continuará.)
SOCIOS HONORARIOS
AS Dr. Juan, J.J. Kyle. — Ing. kuis A. Huergo (padre).— Ing. J. Mendizábal Tamborrel
¡ Dr. Estanislao S. Zeballos
Aguilar, Rafael.......
Arechavaleta, José
Ballvé, Horacio, iS
Lillo, Miguel.........
Abella Juan.
Adamoli, Pedro A.
Adano, Manuel.
Ader. EnriqueA.
Aguirre, Eduardo.
Albarracin, Alberto L.
Alberdi, Francisco N.
Albert, Francisco.
Alric, Francisco.
Alvarez, Fernando.
Anasagasti, Horacio
Ambrosetti, Juan B.
Amoretti, Alejandro,
- Arata, Pedro N.
Araya, Agustín.
Arvigós, Máximo.
Arce, Manuel J. +
Arce, Santiago.
Arditi, Horacio.
Areco, Alberto S.
Arroyo, Franklin.
Aubone, Cárlos.
Avila Méndez, Delfin.
Avila, Alberto
- Ayerza, Rómulo
Aztiria, Ignacio.
Babuglia, Antonio.
Badaró, Bugenio.
Bahia, "Manuel B.
Baliña, Manuel J.
Bancalari, Juan.
Bancalari, Enrique A.
Barabino, Santiago E.
Barbará Adolfo.
Barilari, Mariano S.
Barzi, Federieo.
Battilana, Pedro.
Battilana, Alfredo.
Baez, Domingo A
Baudrix, Manuel C.
Bazan, Pedro.
Benoit, ¡Pedro (hijo).
- Berro Madero, Carlos
Bimbi, José.
Bell, Carlos H.
Besio, Moreno Baltazar
Ameghino, Florentino.......
Arteaga Rodolfo de.........
Ave-Lallemant, German
Brackebusch, Luis.....
Lafone Quevedo, Samuel A...
Acevedo Ramos, R. de
Montevideo.
Montevideo.
Mendoza.
Córdoba.
l. de Año N
Rio Janeiro.
Mendoza.
New York.
Catamarca.
Tucuman.
Morandi, Luis
Nordenskjiold, Otto...
Paterno, Manuel.....
Patron, Pablo......
Reid, Walter F-
Scalabrini,
Spegazzini, Carlos...
Tobar, Carlos R.....
Villareal, Federico...
socios ACTIVOS
Besio, Moreno Nicolas
Beverini, Alberto.
Biraben, Federico.
* | Bosch, Benito S.
Bosch, Eliseo P.
Bosch, Anreliano R.
Bonanmni, Cayetano.
Borus, Adrian.
Bosque y Reyes, F.
Bosque, Carlos
Brian, Santiago,
Brindani, Medardo.
Buschiazzo, Francisco.
Buschiazzo, Juan A.
Buschiazzo, Juan C.
Bustamante, José L.
Caimi, Ramon,
Candiani, Emilio
Cálcena Augusto.
Cagnoni, Alejandro N.
Cagnoni, Juan M.
Camus, Nicolas
Candioti, MarcialR.
Canale, Humberto.
Cano, Roberto.
Cantilo, Jose L.
Canton, Lorenzo.
Carranza, Marcelo.
Carabelli, J. J. T. 6.
Cardoso, Mariano J.
Cardoso, Ramon.
Carossino, Jacinto F.
Castellanos, Cárlos PT.
Castañeda. Ramon
Castro, Vicente.
Claps, Andrés.
Claypole, Jorge.
Cernadas, Carlos.
Cerri, César.
Cidra, Alberto H.
Cilley, Luis P.
Chanourdie, Enrique.
Chapiroff, Nicolás de
Cheraza, Gerónimo.
Chiocci Icilio.
Chueca, Tomás A.
Clérice, Eduardo E.
Cobos, Francisco.
Cock, Guillermo.
Collet, Carlos.
Coni, Alberto M,
Coquet, Indalecio
Coria, Valentin F.
Cornejo, Nolasco F.
Corvalan Manuel S.
Coronel, Policarpo.
Courtois, U.
Cremona, Andrés Y.
Cremona, Victor.
Cuenca, Felipe.
Cuomo, Miguel.
Curutchet, Luis.
Curutchet, Pedro.
Damianovich, E. A.
Darquier, Juan A.
Dassen, Claro €.
Davel, Manuel.
Dates, German,
Diaz de Vivar, M.
Dobranich, Jorge W
Dominico, "Guiller mo.
Dominguez, Juan A.
Dorado, Enrique.
e Diego, Alberto.
Douce, Raimundo.
Doyle, Juan.
Dubois, Alfredo.
Duhart, Martin.
Duhau. Luis.
Duncarr, Cárlos D.
Durrieu, Mauricio:
Durelli, Amilcar.
Drago, Luis M.
Echagúe, Carlos. -
Elía, Nicauor A. de
Eppens, Gustavo.
Esteves, Luis.
Espiasse, Alberto.
Espinasse, Jorge.
Etcheverry, Angel.
Ezcurra, Pedro.
Fasiolo, Rodolfo l.
Fernandez, Alberto J.
Fernandez, Pedro A.
“socios CORRESPONDIENTES
Villa Colon (U..
Upsala (S.)
Palermo (1t.).
Lima.
Valparaiso.
Lóndres.
Corrientes.
La Plata.
Fernandez Poblet, A.
Ferreyra, Miguel.
Figueroa, Octavio,
Fynn, Enrique.
Flores. Emilio M.
Foster, Alejandro.
Friedel, Alfredo.
Gainza, Alberto de.
Gallardo, Angel.
Gallardo, José L.
Gallardo, Miguel A.
Gallardo, Garlos R.
Gallego, Manuel.
Gallino, Adolfo.
Gándara, Federico W.-
Garat, Enrique,
Garay, José de.
Garcia, Carlos A.
Garcia, M.Jesús
Gardeazabal, Narciso.
Galti, Julio J.
Gentilini, Pascual.
Geyer, Carlos.
Ghigliazza, Sebastian.
Gimenez, Joaquin.
Gimenez, Angel M.
Gjuliani, José.
Girado, "José 1;
Girado, Francisco J.
Girado, Alejandro.
Girondo, Juan.
Girondo, Eduardo.
Goldemhorn, Simon '
Gómez, Pablo E.
Gonzales, Arturo.
Gonzalez, Agustin:
Gonzalez Cazón Vicente.
Gonzalez Carman R.
Gonzalez Carlos P.
Gradin, Cárlos.
Gregórina, Juan
Gregorini, Juan A.
Guido, Miguel.
Gutierrez, Ricardo J.
Hary, Pablo.
Herrera Vega, Rafael.
Herrera Vega, Marcelino
Herrera, Nicolas M.
Herrero,Ducloux E.
Herlitzka, Mauro.
Henry. Julio
Hicken, Cristobal.
Holmberg, Eduardo L.
Holmberg Eduardo A.
Hoyo, Arturo.
Hubert, Juan M.
Huergo, Luis A. (hijo).
Hughes, Miguel.
Ibarra, Vicente.
Iriarte, Juan
Iribarne, Pedro.
Isnardi, Vicente.
Israel, Alfredo CG.
Iturbe, Miguel.
Jacobo, Cándido.
Juni, Antonio.
Jurado, Ricardo.
Justo, Agustin. P.
Krause, Otto.
Klein, Herman
Kliman, Mauricio.
Labarthe, Julio.
Lacroze, Pedro.
Lagos García, Carlos
Lagrange, Carios.
Lanús, Eduardo M.
Langdon, Juan A.
Laporte Luis B.
Larreguy, José
Larguía, Carlos.
Latzina, Eduardo.
Lavalle, Francisco.
Lavergne, Agustin.
Lea Allan B.
Eeonardis, Leonardo de
Lehmann, Guillermo.
Lehmann, Rodolfo R.
Lehmann, Rodolfo.
López, Aniceto E.
Lopez, Martin J.
Loyola, Luis E.
Lopez, Pedro J.
Eorenzetti, Guillermo.
Lucero, Apolinario.
Lugones, Arturo.
Lugones Velasco, Sdor,
Lulggi, Luis
Luro, Rufino.
Luro, Pedro 0.
Ludwig, Cárlos.
Machado, Angel.
Madrid, Enrique de
Maglione, José L.
Maligne, Eduardo.
Mallol, Benito J.
Mamberto, Benito.
Marin, Placido.
Marquestou, Alejandro.
Marcet, José A.
Marcó del Pont, E.
Marenco, Eleodoro
Marengo, José.
Martinez Pita Rodolfo.
Martini, Rómulo E.
Marty, Ricardo
SOCIOS ACTIVOS (Continuación)
Matharán, Pablo,
Maschwitz, Carlos.
Massini, Carlos.
Massini, Estevan.
Massini, Miguel.
Maupas, Ernesto,
Maza, Juan.
Mattos, Manuel E. de.
Medina, Jose A.
Mendez, Teófilo F.
Mendizabal, José S.
Mercáu Agustin.
Merian, Eduardo
Mermos, Alberto.
Meyer Arana, Felipe.
Miguens, Luis.
Mignaqui, Luis P.
Millan, Máximo.
Mitre, Luis.
Molina y Vedi¿, Delfina
Molina y Vedia, Adolfo.
Moeller. Eduardo.
Molina, Waldino.
Molina, Civit Juan.
Mon, Josué R.
Morales, Cárlos Maria,
Moreno, Jorge
Moreno, Evaristo V.
Moron, Ventura.
Moron, Teodoro E.
Mosconi, Enrique
Mugica, Adolfo.
Naon, Alberto
Narbondi, Juan L.
Navarro Viola, Jorge.
Newton, Artemio R,
Newton, Nicanor R.
Niebuhr, Adolfo.
Nistrómer, Carlos
Newbery, Jorge.
Noceti, Domingo.
Nogués, Pablo.
Nougues, Luis F.
Nouguier, Pablo.
Naulé, Eduardo.
Obligado, Alejandro,
Ocampo, Manuel S.
Ochoa, Arturo.
0'Donell, Alberto €.
Olaechea y Alcorta, P.
Olazabal,Alejando M.
Olivera, Carlos E.
Oliveri, Alfredo
Orcoyen, Francisco.
| Orús, José M.
Ottanelli, Atilio.
Ortúzar, Alejandro (h.)
Orzabal, Arturo.
Otamendi, Eduardo.
Otamendi, Rómulo.
Otamendi, Alberto.
Otamendi, Juan B.
Otamendi, Gustavo.
Otero Rossi, ldefonso
Outes, Felix F.
Outes, Diego E.
Padilla, José.
Padilla, Isaias.
Pais y Sadoux, C.
Paita, Pedro J.
Palacio, Emilio.
Palacio Alberto.
Palma, Ricardo J.
Palma, Edmundo.
Palmarini, Armando.
Páquet, Cárlos.
Pattó, Gustavo.
Pelizza, José.
Pelleschi, Juan.
Pereyra, Emilio.
Perez, Alberto J.
Petersen, Teodoro H.
Pigazzi, Santiago.
Piana, Juan.
Piaggio, Antonio.
Piñero, Antonio F.
Pirovano, Juan.
Pizzurno, Pablo A.
Posadas, Cárlos.
Puente, Guillermo A.
Puig, Juan de la €,
Puiggari, Pio.
Puiggari, Miguel M.
Prins, Arturo.
Quirno, Jorge.
Quiroga, Atanasio.
Raffo, Bartolomé M.
Ramos Mejía, Ildefonso
Rebagliati, Alberto.
Razori, Francisco.
Recagorri, Pedro S.
Retes, Antonio.
Repetto, Luis M.
Repossini, José.
Reynoso, Higinio
Riccheri, Pablo.
Riglos, Martiniano.
Rivara, Juan
Rodriguez, Andrés.
Rodriguez, Miguel.
Rodriguez dela Torre, €.
Rofío, Juan,
Rojas, Estéban C.
Rojas, Félix.
Romero, Armando.
Romero, Cárlos L.
Romero, Felix R.
Romero, Julian.
Romero Brest, Enrique.
Romero, Antonio.
Ronco, Alfredo.
Rosetti, Emilio.
Rospide, Juan.
Ronge, Marcos.
Rubi», José M.
Ruiz Huidobro, Luis.
Saenz Valiente, Ed.
Saenz, Valiente Anselmo
Sagastume, José M.
Salovitz, Manuel.
Sanchez Diaz, José.
Sanglas, Rodolfo.
Sarrabayrouse, Eugenio
Santangelo, Rodolfo.
Segovia, Fernando.
Sauze, Eduardo -
Segovia, Vicente.
Saralegui, Luis.
Sarhy, José S.
Sarhy, Juan F.
Schickendantz,Emilio.
Schneidewind, Alberto
Segui, Francisco.
Selva, Domingo.
Senat, Gabriel,
Senillosa, Juan A.
Silva, Angel.
Silva, Guillermo.
Simonazzi, Guillermo.
Siri, Juan M.
Sisson, Enrique D.
Solari, Emilio.
Soldani, Juan A.
Soldano, Ferruecio.
Spinetto, Silvio.
Spinedi, Hermeneg. F.
Spinola, Nicolas
Stuart Pennington, M.
Swenson, U..
Tamini Crannuel, L. A.
Tassi, Antonio
Tajana, Alberto.
Taiana, Hugo.
Tejada Sorzano, Carlos.
Tello, Julio.
Texo, Federico
Thedy, Héctor.
Toepecke, Ernesto.
Torres Armengol, M.
Torres, Luis M.
Torrado, Samuel.
Traverso, Nicolas
Trelles, Pio.
Thibon, Fernando.
Uriarte Castro Alfredo.
Uriburo, Arenales
Uttinger, Alberto.
Valenzuela, Moisés
Valerga, Oronte A.
Valle, Pastor del
Varela Rufino (hijo)
Vazquez, Pedro.
Vico, Domingo.
Vidal Carrega, Carlos
Videla, Baldomero.
Vilanova Sanz,Florenci"
Villegas, Belisario.
Vivot, Eduardo.
Wauters, Carlos,
Wernicke, Roberto
White, Guillermo.
White. Guillermo J.
Wilmart, Raimundo
Williams, Orlando E.
Yanzi, Amadeo
Zamboni, José J.
Zavalia, Salustiano.
Zamudio, Eugenio
Zerda, Victor, de la
Zerda, José de la
Zunino, Enrique.
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ANALES JAN 31 1905
DE LAS RE RS
EDAD CIENTÍFICA.
ARGENTINA
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DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
Secretarios : Doctor Juro J. Garrr y senor EDUARDO A. HOLMBERG
REDACTORES
Ingeniero Eduardo Aguirre, doctor Ignacio Aztiria, doctor Enrique Fynn, ingeniero
Carlos Maschwitz, ingeniero Emilio Palacio, doctor Carlos M. Morales, ingeniero
Julio Labarthe, ingeniero Emilio Candiani, ingeniero Alberto Schneidewind,
doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero José S. Corti, ingeniero
Federico Birabén, ingeniero Vicente Castro, ingeniero Eduardo Latzina.
NOVIEMBRE 1904. — ENTREGA V. — TOMO L
ÍNDICE DE LA PRESENTE ENTREGA w >
ATIONAL MULA
CarLos WAUTERS, Demostración gráfica de la política de la ley de riego de Tucu- a
A COR CIUSEO AN aaalSci lo ao aleta Deje e 193
FLORENTINO AMEGHINO, Nuevas especies de mamíferos cretáceos y tas dela . Y
República Argentina '(conlNUACION)..oooooocoooconaa on ica sea ea co ocaco eo 225 Pa
BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
: 684 — CALLE PERÚ — 684
14904
JUNTA DIRECTIVA
Presidente........ Ingeniero VICENTE CASTRO.
Vice-Presidente 1” T'* Coronel Ingen. ARTURO M. LUGONES.
Td. 2 Ingeniero EpuarRDO M. Lanús.
Secretario deactas Ingeniero ARMANDO PALMARINI.
— correspondencia Señor GUILLERMO J. WHITE.
TMESORTAD AE SAA Ingeniero Luis A. HuErGO (hijo).
Bibliotecario...... Señor JosÉ SÁNCHEZ DIAZ.
/ Ingeniero EmILIO PALACIO.
Ingeniero JuLIaN ROMERO.
| Señor VICENTE GONZÁLEZ CAZÓN.
Vocales ansias Ingeniero CARLOS BERRO MADERO.
| Señor Juan B. AMBROSETTI.
Profesor PABLO A. P:ZZURNO.
¡Ingeniero Evaristo V. MORENO.
(EREn co Señor Juan BoTTO.
ADVERTENCIA
A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje
aparte de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la
Dirección, para que esta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser consi-
derados.
La Dirección delos Anales sólo tomará en cuenta los pedidos delos 50 ejem=
plares reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente á
dicho número con la casa impresora de Coni hermanos.
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos
pruebas.
Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Direc=
ción, Cangallo 1825.
LA DIRECCIÓN.
PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN
LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 269, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS
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La suscripción se paga anticipada
El local social permanece abierto, de S á 10 y media pasado meridiano
DEMOSTRACIÓN GRÁFICA
DE LA
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN
(Conclusión)
vII
Los cuadros adjuntos muestran los resultados altamente satis-
factorios de esta campaña: tenemos ahora desde el 1* de enero de
1902, 1389 concesiones otorgadas con 45162 unidades empadrona-
das, lo que representa por cada concesión una magnitud media de
32,51 unidades, y por cada concesionario al 31 de diciembre de
1901, 6 concesionarios ahora.
El examen del diagrama número 1 hace ver que solamente en el
departamento de Cruz Alta se aprovechan debidamente las aguas
públicas, mientras que en los restantes y los del sur de la provin-
cia particularmente en que son mucho más abundantes, no se ha-
ce uso de ellas en la forma y proporción que corresponde, no obs-
tante hallarse la propiedad muy subdividida, como lo demostrará
el plano catastral que está preparando el Departamento de Obras
Públicas é Irrigación ; el de Monteros, por ejemplo, recién en 1903
ha venido á demostrar que tenía propiedades con derecho al uso
de las aguas, que desde la sanción de la ley de riego habían estado
regando sin sujetarseá prescripción legal ó reglamentaria alguna.
También prueba que sólo en los departamentos de Cruz Alta y la
Capital se había legalizado la situación de algunos regantes, per-
maneciendo los demás de la campaña en el más absoluto descuido
con respecto á las disposiciones perentorias de la ley de riego.
El diagrama número 2 muestra que recién en 1903 los hacen-
dados aseguraron el agua para sus haciendas denunciando dere-
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVIHI 13
194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
chos adquiridos para el uso de bebidas, representando las conce-
siones hechas ese sólo año más que la suma de las reconocidas en
los años anteriores, siendo digno de notarse que no obstante la
prescripción clara del artículo 3? de la ley de riego, en 1897 y 1898,
no se hizo una sola concesión de esa categoría. En cuanto al riego
de tierras, en ese año han legalizado su situación más del 50 por
ciento de las áreas sujetas al riego artificial en la provincia, y por
lo que se refiere al agua para uso de fuerza motriz, en una provin-
cia como ésta en que la industria es una de las principales fuentes
de riqueza privada y pública sólo se aplican á ese objeto 178 uni-
dades, que conforme á la equivalencia establecida por el artículo 8?
de la ley de riego, representan 534 caballos de fuerza nominales.
El contraste, digno de estudio para el que se preocupe del porvenir
económico dela provincia, resaltará recordando que sólo por las es-
taciones delas líneas férreas situadas dentro desus fronteras,se haa
entregado al consumo el año próximo pasado más de 250000000
de kilógramos de leña para combustible, sincontar el consumo pro-
pio de las referidas líneas.
El a número 3, que comprende el resumen de los númc-
ros 1 y 2, muestra la salon que ha seguido el empadronamiento
y la forma cómo se ha pretendido cumplir la ley de riego. Durante
el año que el artículo 101 fijaba para autorizar el reconocimiento
de derechos adquiridos al uso de las aguas públicas, sólo se reco-
noció una concesión ; su número ha ido aumentado á 8,57 y 110
respectivamente para los años 1898, 1899 y 1900, para decrecer
luego en 1901 y 19024 55 y 21.
La ley de abril 4 de 1903, permite su aumento repentino á 1201
en 1903 y 167 en 1904 que representan solicitudes despachadas con
demora por inconvenientes surgidos durante la tramitación.
Más ilustrativo es aún el estudio comparativo de la magnitud de
la concesión media anual: de 946 unidades para 1897, pasa para
los años sucesivos de 1898, 1899, 1900, 1901 y 1902 por los valores
medios de 38,5; 279; 110,5; 110 y 111, para caer respectivamente en
1903 y 1904 á los valores medios de 33,3 y 16,6 unidades respecti-
vamente.
En una forma más gráfica y siguiendo métodos que generalizan
los estadígrafos del día porque sintetizan los resultados de sus
pesados cuadros numéricos, hemos formulado el diagrama final
número +, en que vemos por una parte un poderoso propietario,
concesionario medio de 167,4 unidades al 31 de diciembre de 1901,
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 195
y por otro lado por cada uno de estos seis concesionarios ahora, con
una extensión media de 32,5 hectáreas ó unidades empadronadas,
más modestos y sinceros por cierto, pero demostrando la satisfac-
ción con que se ven dueños de un titulo que les dará derecho, en
un porvenir más Ó menos próximo y á medida que pueda resol-
verse en todas las zonas de la provincia el problema de los canales
comuneros para usar de las aguas del dominio del estado al igual
que aquéllos; ese concesionario se siente feliz al comprender que
también en su modesta esfera contribuirá á aumentar con su tra-
bajo y sus productos la riqueza pública y la felicidad general,
porque alguien le dirá que aquí en Tucumán, no por ser el jardín
de la república deja de ser aplicable la ley de Malthus en que
la población crece en progresión geométrica, como los números 1, 2,
4.., mientras que la producción lo hace en progresión aritmética
como los números 1,2, 3..
No faltará quien le haga ver que se engañan los que no com-
prenden que permanece estacionario, si no retrocede, todo in=
dividuo que no produce algo, en el orden material, científico ó
moral; y lo mismo tiene que suceder con una sociedad, con un es-
tado. Temer el aumento de producción es sencillamente descono-
cer los principios fundamentales de la ciencia económica y olvidar
que otros pueblos se afanan por hacer habitables y productores
los desiertos como los eriales, las montañas escarpadas como los
pantanos, seguros como están de que siempre hay mercado consu-
midor para sus productos y que toda la dificultad consiste en bus-
carlo, y en remover los obstáculos que se oponen á poderlo servir
satisfactoriamente.
He ahí, en toda desnudez, demostrada gráficamente, la política
de la ley de riego : antes 231 concesionarios, propietarios absolutos
de las aguas del estado, exigiendo agua en los momentos de esca-
sez conforme á la importancia de su concesión y en los momentos
de abundancia comprando la que buenamente querían, alcance ó
no su producido para pagar un buen servicio que no los molestara,
pero llenando en cambio sus acequias de borde á borde, inundando
caminos y campos en que sólo viven los pequeños propietarios y
creando á la provincia con estos derrames abundantes de agua un
estado higiénico deplorable, un ambiente de perpetuo paludismo,
espantajo con que ha mantenido alejada por mucho tiempo la po-
blación progresista del litoral.
Después 1389 concesionarios más, que se presentan á disputarles
196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
el derecho al aprovechamiento de esas aguas del dominio público,
exigiendo por el número de intereses comprometidos obras de irriga-
ción que lesproporcionen canalescomuneros de quecarecen y no ten-
gan que vivir mendigando permiso para usar de los particulares las
acequias existentes, y reclamando también una administración más
severa y extricta en el cumplimiento de la ley, haciendo una verdad
el cobro del impuesto en laforma que ella dispone, esto es, to-
mando como base la magnitud de cada concesión.
Esto explica la diversidad deexpresión en las fisonomías del cua-
dro analizado y que responden estrictamente á las indicaciones de
la estadigrafía moderna. El primero indignado con la ley de riego,
la fustiga con el acaloramiento de quien defiende pro domo sua; no
lo hacía mejor Cicerón al defenderse del patricio Clodius que seha-
bía apropiado de sus bienes; los segundos visiblemente satisfechos
al convencerse que las disposiciones de la ley les permite indepen-
dizarse de aquél, adquiriendo un título perfecto al uso de las aguas
públicas, de esas aguas públicas que durante años habían repro-
ducido el suplicio de Tántalo para todos los pequeños agricultores.
La superficie regada en toda la provincia, ó mejor dicho, que le-
galmente puede regarse con las aguas de los ríos por haber cum-
plido con la prescripción del empadronamiento, alcanza sólo á
69873 héctareas, de las 83823 unidades de riego comprendi-
das todas Jas categorías, es decir, á una mínima fracción de
su zona cultivable, y si el propósito de la ley de riego y su fin
concreto es de conseguir que el agua riegue mayor extensión de
terreno, que dé vida á mayor cantidad de cultivos, en una palabra,
que la agricultura progrese, se comprende fácilmente que esa su=
perficie podrá aumentar no obstante haber vencido los plazos fija-
dos por la ley anexa de abril 4 de 1903.
Porque, en efecto, la clausura del empadronamiento es una me-
dida tomada, conforme al artículo 22 de la ley de riego, en previsión
y para evitar que la falta de los estudios precisos á que se refiere el
artículo 127 de la misma y que la Junta Superior de Irrigación no
había ordenado en ningún río á pesar dei largo tiempo transcurrido
desde su creación, diera como consecuencia el reconocimiento de
mayor número de concesiones que las que realmente pudieran ser-
virse con el caudal del río.
Varios ríos de la provincia seestudian ahora, y no solamente el
aforo ó determinación de su gasto en agua en loda época del año,
sino la fijación del consumo efectivo para distintos cultivos en
POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 1917
las varias zonas de la misma, permitirán reabrir el período para
otorgar concesiones nuevas de carácter permanente como las exis-
tentes, y asegurar con una buena administración, una equitativa
distribución, y las obras necesarias al aumento de las zonas rega-
das, la diminución de los impuestos generales de irrigación y, en
una palabra, el progreso de la agricultura.
El empadronamiento es la piedra angular de todo el sistema 1m-
plantado por la ley de riego, y recién ahora podrán iniciarse refor-
mas y obras que respondan á necesidades reales, buscando los me-
dios de hacerlas, no realmente útiles, porque todas lo son, sino real-
mente factibles en el sentido económico, no gravando la propiedad
sino con pagos escalonados, ínlimos, aunque repartidos en un gran
número de anualidades, ejecutándolas en aquellas zonas en que el
empadronamiento indique una subdivisión apropiada del suelo y
falta de canales comuneros convenientes.
Muchas son las consideraciones que podrían deducirse del re-
sultado del empadronamiento; pero ellas resaltarán de los hechos
mismos que serán su consecuencia en un porvenir cercano.
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929 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
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AÑO 1899
litros
Uso industrial
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13887
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12488
Fuerza motriz
caballos vapor
a POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO DE TUCUMÁN 223
Públicas é Irrigación
COMPARATIVO POR DEPARTAMENTOS
AÑO 1900 AÑO 1901 AÑO 1902
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110| 150| 680/13794| 16| 55| 135| 310] 5091| 208| 21| 81| 67| 2087
224 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Departamento de Obras Públicas é Irrigación
EMPADRONAMIENTO GENERAL
CUADRO COMPARATIVO POR DEPARTAMENTOS
(Conclusión)
AÑO 1903 AÑO 1904
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DEPARTAMENTOS
de concesiones
Uso industrial
Fuerza motriz
caballos vapor
de concesión
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Uso industrial
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Leales 70
Chicligasta...... 230/3929
Rio Chico 20014878
Graneros a 1495
os | ss | cn, | pr | cs | es | e | ee,
Totales 1732/1901| 32685 303] 167] 40| 86/2524
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— DEPARTAMENTO» OBRAS PÚBLICAS
IRRIGACIÓN
DEMOSTRACIÓN GRÁFICA DE LA POLÍTICA DE LA LEVDE RIEGO
— EEMPADRONACDIENZO GENERAL.
VIVA LA LEY DE RIEGO.
LEY DE RIEGO DESDE EL 31 DE DICIEMBRE DE 1901 HASTA EL PRESENTE
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DEPARTAMENTO DE OBRAS PÚBLICAS É IRRIGACIÓN
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EMPADRONAMIENTO GENERAL
106
RESUMEN ANUAL POR DEPARTAMENTO
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DEMOSTRACIÓN GRÁFICA DE LA POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO
EMPADRONAMIENTO GENERAL
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Riego
Fuerza motriz
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DEPARTAMENTO DE OBRAS PÚBLICAS É IRRIGACIÓN
DEMOSTRACIÓN GRÁFICA DE LA POLÍTICA DE LA LEY DE RIEGO
EMPADRONAMIENTO GENERAL
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Conceston
media anual
Número
de Concestones
Magnitud
de las Concesiones
NUEVAS ESPECIES
DE
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS
DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Por FLORENTINO AMEGHINO
(Continuación)
Ord. Amblypoda
Fam. Trigonostylopidae
TricoNostYLOPS Amgh., 1897 = Staurodon Roth, 1899 = Chriodon
Berg, 1899. Erróneamente identifiqué el género Staurodon de Roth
con Pleurocoelodon,; el examen de la pieza que sirvió de tipo me ha
demostrado que Síaurodon es idéntico á Trigonostylops.
TRIGONOSTYLOPS COLUMNIFER, D. sp. Fundada sobre muelas su-
periores persistentes cuyo mayor parecido es con las de T. secun-
dartus. Se distingue de ésta y de las demás especies, por la arista
intermediaria anterior sumamente pronunciada en forma de tubér-
culo cónico, limitada atrás por un surco tan profundo como el an-
gular anterior. La arista intermediaria posterior está completamen-
te borrada, pero la cúspide coronal correspondiente ósea la poste-
rior externa, tiene la forma en V perfecta y está muy inclinada hacia
adentro. La depresión entre las dos aristas intermediarias tan ca-
racterística de todas las demás especies, acá no existe, estando
reemplazada mas bien por una convexidad cuya parte media simula
el principio de una pequeña arista mediana externa. El reborde
basal externo pasa por encima de la arista sobreangular anterior
para unirse con el dela cara de adelante. El tubérculo posterior in-
terno está completamente atrofiado y confundido con la extremidad
interna del reborde basal posterior. Una muela persistente superior
que me sirve de tipo, la quinta ó la sexta, tiene una corona de 11,5
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVIH 15
926 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
mm. de diámetro ántero-posterior sobre el lado externo, 12 mm. de
diámetro transverso máximo y 6 mm. de alto en la cúspide de la
arista intermediaria anterior en forma de columna.
Cretáceo superior de Patagonia (horizonte notostylopense de
Colhué-Huapi).
TRIGONOSTYLOPS CORYPHODONTOIDES (1), n. sp. Fundado sobre mue-
las superiores persistentes que indican una especie del tamaño de
T. Wortman:. Se distingue de este último por el dentículo suple-
mentario sobreangular anterior que es más grueso y más promi-
nente hacia afuera que el correspondiente á la arista intermediaria
anterior, mientras que en todas las demás especies conocidas del
mismo género este último elemento es más grueso y saliente que el
sobreangular. Además, la cresta anterior se ha desviado dela línea
primitiva para irá juntarse con el tubérculo sobreangular anterior
en vez de hacerlo con el intermediario anterior como en las otras es-
pecies. Ambos tubérculos, el sobreangularanterior y el que corres-
ponde á la arista intermediaria anterior, están separados por un
surco angular anterior externo en forma de hendidura profunda.
Por estos caracteres, las muelas de esta especie presentan un nota-
ble parecido con las del Coryphodon (Ectacodon) cactus. La corona
de la muela 5 superior tiene 13,5 mm. de diámetro ántero-poste-
rior sobre el lado externo, 16 mm. de diámetro transverso máximo
y 10 mita. de alto en la cúspide del tubérculo sobreangular ante-
rior.
Cretáceo superior del Chubut (horizonte notoslylopense de Col-
hué-Huapí).
TRIGONOSTYLOPS GERMINALIS (1), n. sp. Fundada sobre muelas supe-
riores persistentes. Es muy parecida al 7. Wortmani y de tamaño
apenas un poco más pequeño. Se distingue por la presencia de dos
tubérculos cónicos colocados en la base de la corona sobre la mura-
lla externa; estos tubérculos de 3,5 mm. de alto y 2 mm. de diá-
metro en la base, se destacan completamente de la muralla externa,
limitando en labase la gran depresión que hay entre las dos aris-
tas intermediarias. La muela quinta superior tiene una corona de
13,5 mm. de diámetro ántero-posterior sobre el lado externo,
(1) A. M. N.,s. 3%, t. IIL, p. 369, fig. 483.
(2) A. M. N., s. 3%, t. TIL, p. 84, fig. 86.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 227
15 mm. de diámetro transverso máximo y 8 mm. de alto en la
cúspide de la columna intermediaria anterior.
Cretáceo superior (horizonte notostylopense) del Chubut.
Fam. Albertogaudryidae
ScaBeLLIa Amgh., 1901. Este género es un intermediario perfecto
entre Trigonostylops y Albertogaudrya, siendo dudoso si debe colo-
carseen esta familia óen la precedente. Las muelas superiores son
de contorno triangular como en Trigonostylops pero presentan el
dentículo posterior interno de forma más ó menos cónica y de ta-
maño casi igual como en A/lbertogaudrya. Este dentículo posterior
internoen vezde estar colocado detrás del anteriorinterno más ó
menos en la misma línea longitudinal como en A/lbertogaudrya,
estácolocado al lado interno del anterior interno, encontrándose
por esa causa mucho más distante de la cresta externa ; á este den-
tículo ó tubérculo vienen á reunirse confundiéndoseá menudocon
él los dos rebordes basales anterior y posterior. El grado de des-
arrollo del tubérculo posterior interno varía desde el de un gran
tubérculo cónico hasta el deun simple engrosamiento del reborde
basal posterior como en Trigonostylops. La cresla anterior compa-
rada con la de Albertogaudrya es más grande, más arqueada y su
extremidad interna correspondiente al tubérculo anterior interno
se extiende mucho más atrás. En la mandíbula, la muela 1, es pe-
queña, de una sola raíz, implantada verticalmente, separada del
molar 2 por una barra muy larga y del canino por un gran diaste-
ma. El cavino inferior tiene con corta diferencia la misma dispo-
sición y forma queen Astrapothervtum, pero es proporcionalmente
más pequeño.
SCABELLIA CYCLOGONA (1), n. sp. Tamaño un poco menor que el
de S. laticincia. En las muelas persistentes superiores el tubér-
culo posterior interno colocado al lado interno de la parte posterior
del tubérculo anterior interno es casi tan alto como este último,
grueso y cónico ; se destaca muy bien delos rebordes basales ante-
rior y posterior que terminan en su base. El reborde posterior es
mucho más angosto que en S. laticincia. El tubérculo mediano
posteriorestá bien desarrollado y colocado muy distante del poste-
(1) A. M. N., s. 3%, t. LIL p. 378, fig. 494.
228 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
rior interno, al lado de la parte posterior de la cresta externa de la
cual se encuentra separado por un valle en arco de círculo imper-
fecto ; este tubérculo es muy grueso, muv bajo, alargado de ade-
lante hacia atrás ycon la extremidad anterior que se extiende ade-
lante en forma de una cresta baja que se une á la parte anterior de
la cresta externa, determinando la formación de una ranura bastan-
te acentuada en la base de la mencionada cresta. Una muela supe-
rior que supongo sea la 56 6, tiene en la parte media de la corona
un diámetro ántero posterior de 24 mm.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense de Colhué-
Huapi).
SCABELLIA DUPLEX = Trigonostylops duplex Amgh. 1901. El cono-
cimiento de mandíbulas perfectas de Trigonostylops ha venido á
demostrar que la presente especie no forma parte de este género y
debe transferirse á Scabellta.
En Trigonostylops la sínfisis es considerablemente más delgada
y no tiene el pequeño molar 1 aislado de Scabellva ; en lo que se
refiere á este último carácter, la única excepción es quizás 1. Wort-
mani que parece poseía el pequeño molar 1, aislado por barras del
canino y del molarsiguiente. Las muelas superiores de esta especie
son bastante cercanas de las de Trigonostylops, sobre todo en la
conformación del tubérculo posterior interno, que es muy reducido
y mucho más bajo que el anterior interno, apareciendo como un
simple engrosamiento de ambos rebordes basales (anterior y pos-
terior) en el punto en que se fusionan.
El tubérculo mediano posterior es muy grueso pero muy bajo,
soldado por su base á la cresta externa y separado del anterior
interno por una hendidura que corresponde al valle transversal
mediano. La corona de una muela superior persistente (la quinta ó
sexta) tiene en su parte media un diámetro ántero-posterior de
20 mm.
ALBERTOGAUDRYA REGIA Amgh. 1902. Al dar los caracteres diagnós-
ticos de esta especie dije que la corona del canino inferior era
convexa sobre la cara lingual y deprimida sobre la labial, pero ha
sido por error, pues lo que quería decir era precisamente lo contra-
rio, esto es, que la corona es deprimida sobre la cara lingual y
convexa sobre la labial.
6
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 229
ALBERTOGAUDRYA OXYGONA (1), n. sp. Las muelas superiores per-
sistentes son del mismo tamaño de las de A. unica. Se distinguen
de las de esta especie por el tubérculo posterior interno más agudo
y colocado más al lado externo, no precisamente detrás del anterior
interno, sino enfrente de la entrada del valle longitudinal que sepa-
ra la cresta externa de la cresta anterior; este valle corresponde al
transversal mediano y su fondo en vez de ser ancho, cóncavo y liso
como en Á. unica, termina en una ranura angosta y profunda. El
reborde basal ántero-interno está separado de la base del tubérculo
posterior interno por una hendidura bastante ancha. El tubérculo
mediano posterior ha perdido su independencia ; se ha soldado á la
base de la parte posterior de la cresta externa formando una especie
de contrafuerte cuya punta interna se prolonga adelante en forma
de arista baja que va á unirse á la parte anterior de la misma cres-
ta externa; esta arista conjuntamente con la cresta externa cireuns-
criben un valle longitudinal secundario, bastante profundo. Una
muela persistente superior, la quinta ó sexta, tiene en su parte
media un diámetro ántero-posterior de 33 mm.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense superior de Col-
hué-Huapi).
ALBERTOGAUDRYA SEPARATA (2), n. sp. Fundada sobre muelas persis-
tentes superiores que iurlican una especie de tamaño un poco mayor
que A unica. Las mencionadas muelas se distinguen de las corres-
pondientes de esta última especie, por el elemento mediano posterior
que forma un tubérculo cónico completamente aislado y casi tan
alto como el posterior interno; este último elemento se encuentra
más próximo del posterior externo que en A. unica. El tubérculo
mediano posterior está colocado entre el posterior externo y el
posterior interno sobre la misma línea transversal y separado de
uno y otro por hendiduras muy angostas; en los dientes un poco
gastados se forma sobre esta línea transversal una cresta posterior
perfecta que corta la comunicación de la foseta periférica posterior
con el valle transversal mediano, transformando lafoseta en una isla
perfecta. La corona de la muela 3 superior mide 31 mm. de diá-
metro ántero-posterior sobre el lado externo y 38 mm. de diámetro
transverso máximo en la base.
(1) A. M. N.,s. 3%, t.JIL, p. 377, fig. 492.
(2) A. M. N., s. 3%, t. 111, p. 101, fig. 114.
230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Cretáceo superior del Chubut (notostylopense superior de Colhué-
Huapi).
Astrapotheriidae
ToNorHinus, nombre nuevo en sustitución de Notorhinus Roth,
1903, preocupado (Notorhina. Redt. Coleop. 1848). Tipo del género
Tonorhinus Harolda = Notorhinus Harolda Roth, 1903.
ASTRAPOTHERIUM KARAIKENSE (1), n. sp. Tipo: una muela 3 superior
que indica una especie de talla considerablemente mayor que A.
magnum.
Se distingue fácilmente de esta especie y de las otras conocidas
del mismo género por conservar la punta en V anterior muy pro-
nunciada, completamente independiente de la arista angular
anterior y colocada bastante atrás de ésta; además, sobre la mura-
lla externa se conserva bastante visible la arista intermediaria
anterior cuya extremidad termina en la cúspide en V. El tubérculo
anterior interno es de base no circular como en las otras especies
sino alargado en dirección longitudinal y algo comprimido en
dirección transversal; este tubérculo es también el elemento más
alto de la corona, estando unido á la punta en V anterior por una
cresta coronal transversal bastante acentuada.
La fosa periférica posterior es de gran tamaño, y en el centro de
la corona se conserva un vestigio de la foseta central completamente
aislado en forma de isla, que debía desaparecer completamente en
un estadio de desgastamiento un poco más avanzado. La corona
mide 67 mm. de diámetro ántero-posterior sobre el lado externo y
63 mm. de diámetro tranverso máximo.
Formación santacruceña de la Patagonia austral (notohipidense
de Karalken).
ASTRAPOTHERICULUS EMARGINATUS (2), N. sp. Tipo: una muela 6 su-
perior. Esta muela es del tamaño de la correspondiente del 4.
Therimngt, pero se distingue por la presencia de un tubérculo suple-
mentario interlobular interno en forma de columna colocado en el
valle transversal mediano, detrás de la entrada interna del valle y
enfrente de la entrada de la rama posterior del mismo valle. La
(1) A. M. N., s. 3%, t. 111, p. 115, fig. 130.
(2) A. M. N., s. 3% t, HL, p. 244, fig. 325.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 231
corona mide 44 mm. de diámetro ántero-posterior sobre el lado
externo y 40 mm. de diámetro transverso máximo.
Eoceno medio de la Patagonia austral, (horizonte astrapothericu-
lense de la formación patagónica).
ASTRAPOTHERICULUS PENINSULATUS (1), n. sp. Tipo: una muela 6 su-
perior. Es de tamaño un poco mayor que la correspondiente de la
otra especie, de la cual se distingue por el tubérculo suplementario
interlobular interno que en vez de estar colocado enfrente de la en-
trada dela rama posterior del valle transversal mediano, se encuen-
tra más al interior del mismo valle enfrente de la entrada de la rama
anterior. Dicho tubérculo está además soldado al borde interno de
la cresta externa formando un contrafuerte de ésta en forma de pe-
nínsula, pues queda separado de la cresta anterior por una hendi-
dura muy angosta y profunda. La corona mide 48 mm. de diáme-
tro ántero-posterior sobre el borde externo y 37 mm. de diámetro
transverso Máximo.
Eoceno superior de la Patagonia austral (notohippidense de la
formación santacruceña de Karalken).
Plicatodontidae n. fam.
Caninos triangulares y de tamaño mediano. Un solo par de inci-
civos inferiores. Astrágalo sumamente bajo, de mayor diámetro
transverso que longitudinal y de troclea absolutamente plana. Pe-
roné que no tocaba el calcáneo.
PLICATODON PERRARUS Amgh., 1881. Nuevos restos han permitido
determinar la colocación exacta de este género que permanecía mis-
terioso. Es un representante del orden de los Amblypoda, y el más
reciente hasta ahora conocido, pero de una especialización tan sin-
gular y característica que conduce á considerarlo como el tipo deuna
nueva familia.
Ord. Ancylopoda
Fam. Leontiniidae
COLPODON PLICATUS (2), D. sp. Tipo: las tres muelas superiores
persistentes 5 a 7 del lado izquierdo, todavía poco gastadas. La es-
(1) A. M. N.,s. 3, t. ILL, p. 244, fig. 326.
(2) A. M. N., s. 3%, t. IIL, p. 239, fig. 316.
232 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
pecie se distingue fácilmente de C. propinquus y C. divisus por su
tamaño una mitad menor, por las muelas de corona muy baja con
el cingulo anterior y posterior sumamente desarrollado, y por la
pared externa del valle transversal mediano cuya capa de esmalte
presenta numerosos pliegues con entradas muy profundas. Las tres
muelas en cuestión son también de tamaño muy desigual, la 5 casi
una mitad más pequeña que la 6, y esta última una mitad más pe-
queña que la 7, pero es probable que esta diferencia de tamaño des-
apareciera en parte con el mayor desgastamiento de esos órganos.
El dentículo mediano posterior avanza en forma de espolón ó con=
trafuerte hacia la cresta anterior, aislando la entrada del valle trans=
versal que toma la forma de un pozo. La fosita periférica posterior
es grande y en forma de isla, pero desaparece muy pronto.
de - ( ántero=posteri0r...... o... 0.. do0b 0015
Doe e nació (A E al 0 015
E - (Anftero=posteri0P.......0co.o..... 6 0 019
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oe muela 6 (UL. ooo di esoo obio 0 019
Les y CIODOSUAMO e rooneooVonsoc one 0 026
oa muela Urano 0 022
Longitud del espacio ocupado por las muelas 5,6 y 7....... 0 035
Eoceno inferior del Chubut (horizonte colpodonense de Colhué-
Huapi).
HENRICOFILHOLIA Amgh., 1901. Nuevos restos prueban que este
género es más cercano de Colpodon que de Astrapothervum y por es-
ta razón lo incluyo entre los Leontinidae, pero su colocación difini-
tiva depende de la de Colpodon que es todavía muy incierta.
HENRICOFILHOLIA INTERCINCTA (1), n. sp. Tipo: las dos últimas mue-
las superiores del lado izquierdo, procedentes de un individuo com-=
pletamente adulto pero no muy viejo, que indican una especie de
tamaño un poco mayor que H. inaequalatera. La muela 6 presenta
la entrada del valle transversal mediano un poco más ancha y bas-
tante más profunda, pero la fosita periférica posterior esde tamaño
un poco mayor. La muela 7 es de contorno algo más triangular y
con el lóbulo posterior casi completamente suprimido; falta com=
pletamente la parte interna de la cresta posterior, de manera que la
entrada del valle transversal mediano se encuentra colocada en la
(1) A. M. N., s. 3*, t. IIL, p. 355, fig. 467.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 233
extremidad interna de la cara posterior; la fosita periférica poste-
rior no existe, no habiéndose desarrollado la parte de la cresta pos-
terior que la limita por detrás conservándose solamente la parte
que constituía la pared de la misma. El cíngulo basal posterior se
conserva, pero está pegado á la muralla de la muela. La muela 6
tiene una corona de 33 mm. de diámetro ántero-posterior sobre el-
lado externo y 33 mm. de diámetro transverso máximo. Las dos
muelas 6 y 7 medidas sobre el lado externo ocupan un espacio lon-
gitudinal de 71 mm.
Cretáceo el más superior de Patagonia (horizonte pyrotheriense
de Monte Espejo).
PYRALOPHODON (1) PYRIFORMIS (2), n. gen. D. sp. Es este otro ma-
mifero del mismo grupo que Colpodon y Henricofilholra pero de
tamaño gigantesco, comparable al de un gran Astrapothervum. Está
representado por varias muelas sueltas superiores y tomo como tipo
la más completa. Es una muela superior izquierda, probablemen-
te la última de reemplazamiento. La corona está constituida por la
fusión de tres crestas, la externa y la posterior muy grandes, y la
abterior al contrario, muy pequeña, estrecha y corta. La muralla
externa es convexa en todas direcciones, con la arista intermediaria
anterior poco desarrollada, un vestigio de la angular anterior, y la
sobreangular anterior representada por un mayor desarrollo de los
cíngulos basales anterior y posterior en su punto de fusión. El lado
interno de la muela está constituído por un sólo lóbulo de gran ta-.
maño que representa el posterior interno; es muy alto y puntiagu-
do, en forma de pirámide de cuatro costados, los tres costados an-
terior, posterior é interno de la pirámide son deprimidos en el cen-
tro, mientras que el costado interno es «al contrario convexo. El
lóbulo interno anterior está representado por la pequeña cresta an-
terior cuya extremidad alcanza sólo hasta lus dos tercios del ancho
de la muela hacia el lado interno; esta cresta está separada de la
gran pirámide interna por la entrada del valle transversal mediano
que tiene la forma de una hendidura muy profunda. El cíngulo ba-
sal es muy fuerte y continuo sobre los cuatro costados. La corona
mide 29 mm. de diámetro ántero-posterior sobre el lado exierno y
37 mm. de diámetro transverso máximo.
(1) A. M. N., s. 3%, t. IIL, p. 64.
(2) A. M. N., s. 3% t. HIT, pp. 66 y 345, figs. 61 y 457.
934 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Cretáceo el más superior de Patagonia (horizonte pyrotheriense
de Mazaredo).
Fam. IEsotemnidae
AMPHITEMNUS NUCLEATUS, N. Sen. n. sp. Representado poruna sola
muela, la última inferior derecha, de caracteres tan particulares
que se distingue inmediatamente. Es de forma perfectamente in-
termediaria entre Isotemnus y Albertogaudrya. Consta de dos lóbu-
los, el anterior más alto y en forma de cresta transversal oblicua
y el posterior más bajo, en forma de cresta longitudinal. El lóbulo
anterior consiste en una lámina oblicuo-transversa un poco cón=
cava adelante y dividida distintamente en dos partes, una exter-
Da más grande y otra interna más pequeña; del ángulo anterior
externo parte una crosta transversal que llega hacia el lado
interno hasta la mitad del ancho de la muela; adelante de esta lá-
mina oblicuo-transversa y casi sobre el borde interno hay un grue-
so tuberculo cónico completamemte aislado. El lóbulo posterior
consta de una gran cresta externa longitudinal, pero en arco de
círculo con la parte cóncava hacia el lado interno; en el fondo de
esta cavidad interna se levanta un tubérculo cónico-puntiagudo,
mucho más bajo que la cresta y completamente aislado. El lóbu-
bulo posterior resulta así que está construído sobre el mismo tipo
que en los Albertogaudryidae mientras que el anterior es igual al
de los Isotemmidae. La corona de esta muela mide 18 mm. de
diámetro ántero-posterior, 9 mm. de diámetro transverso y 8 mm.
de alto sobre el lóbulo posterior .
Cretáceo superior del Chubut (notostylopense de Colhué-Huapi).
AMPHITEMNUS TRANSITORIUS, M. Sp. Esta especie está representada
porlasdos últimas muelasinferiores del lado izquierdo, que indican
un animal de tamaño algo mayor que el anteriory con los caracte=
res de Albertoyaudrya un poco menos pronunciados.
En la última muela, el tubérculo cónico que se encuentra ade—
lante de la cresta oblicua que constituye el lóbulo anterior, es más
pequeño, menos aislado y un poco comprimido de adelante hacia
atrás. En el lóbulo posterior el pequeño tubérculo del borde interno
es también un poco alargado en dirección transversal. Sobre la cara
interna hay un cíngulo basal bastante desarrollado. La corona de
esta muela tiene 18 mm. de diámetro ántero-posterior, 7 mm. de
diámetro transverso y 8,5 mm. de alto en el lóbulo posterior.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 230
La muela 6 ó penúltima, difiere de la correspondiente en los
otros Isotemnideos por el tubérculo posterior interno que es no-
tablemente más bajo que la cresta externa y menos conprimido de
adelante hacia atrás. Sobre la cara externa hay el mismo cíngulo
basal como en la última. La corona mide 15 mm. de diámetro án-
tero-posterior, 9,5 mm. de diámetro transverso y 8 mm. de alto en
el lóbulo posterior.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense de Colhué-Huapi).
DIALOPHUS RECTICRISTA, M. Sp. Tipo: partede una rama mandibular
con las muelas 5 y 6. El tamaño diminuto de esta pieza no
deja absolutamente la menor duda de que pertenece á una
especie distinta de D. sumus. En esta última especie la muela
6, p. ej. tiene 17 mm. de diámetro ántero-posterior y 9 mm. de
diámetro transverso; la misma muela de D. rectierista, sólo tiene 10
mm. de diámetro ántero-posterior y 7,5 mm. de diámetro trans-
verso. Además del tamaño diminuto, las muelas de esta especie
se distinguen por ser cortas, muy anchas en proporción del largo,
de corona excesivamente baja, con las crestas igualmente bajas
y las cavidades poco acentuadas. El pequeño tubérculo que se en-
cuentra adelante de la cresta oblícua que constituye el lóbulo an-
terior, es muy pequeño y por medio de una arista se une á la
cresta hasta su misma cúspide. El tubérculo posterior interno
está colocado en la parte posterior de la cavidad sobre el mismo
borde interno; visto por el lado interno tiene el aspecto de un
tubérculo cónico más elevado que la cresta externa; visto de arri-
ba presenta la forma de una corta cresta transversal gruesa sobre
el lado interno y que se enangosta gradualmente hasta la cresta
externa. Las dos muelas 5 y 6 son de tamaño casi igual y ocupan
un espacio longitudinal de 18,5 mm,
La rama mandibular es gruesa y muy baja; debajo de la muela
3, sobre el lado externo sólo tiene 3 mm. de alto.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense del Río Chico del
Chubut).
TOxOTEMNUS, N. gen. Tipo : Toxotemnus lophiodontordes = Isotem-
nus lophiodontordes Amgh. 1901. Las muelas superiores persisten-
tes se distinguen de las de Isotemnus por la cara externa suma-
mente inclinada hacia adentro y muy convexa en dirección ántero-
posterior y un poco menos en dirección vertical, con un cíngulo
236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
basal fuerte y granuloso. Cara interna fuertemente inclinada al lado
externo y con un cíngulo basal poco acentuado. Los dos lóbulos in-
ternos están separados por la entrada del valle transversal hasta
ún tercio de su altura, prolongándose la separación sobrela cara
interna bajo la forma de un surco interlobular profundo. El valle
transversal mediano, aislado en la corona, es ancho, muy profun-
do y con algunos pequeños repliegues secundarios en la hoja de
esmalte del lado externo. Hay una fosita posterior completamente
aislada y de contorno circular. El cíngulo basal anterior es muy
grueso aunque no muy elevado, y está separado de la muralla de la
muela por una gran ranura transversal. Dos raíces externas y una
sola interna ancha y corta.
PLEXOTEMNUS (1) COMPLICATISSIMUS (2), D. gen. D. sp. Tipo: un
maxilar superior derecho con las muelas 4 á 7 y un trozo de rama
mandibular con las mismas muelas +á 7, ambas piezas de un mis-
mo individuo. |
La muela + es mucho más pequeña que la 5, de contorno sub-
triangular, con dos cúspides principales, una interna y otra exter-
na; no tiene cingulo basal externo, pero hay un cíngulo anterior y
otro posterior; el valle transversal mediano está completamente
aislado en la corona y con pliegues de esmalte que le dan un aspec-
to complicado. Tiene 9 mm. de diámetro ántero posterior y 13 mm.
de diámetro transverso.
La muela 5, mucho más grande que la precedente, es de con-
torno cuadrangular, más angosta sobre el lado interno que sobre
el externo y de corona proporcionalmente baja. La cara externa es
ligeramente ondulada, con la arista intermediaria anterior poco
saliente, la sobreangular anterior todavía más baja y el surco an-
gular anterior externo poco profund o. No hay vestigios de cíngulo
basal externo. La cara interna es deprimida, como escavada en el
centro, pero cerca de la cúspide los dos lóbulos internos se separan
formando una hendidura triangular que da entrada al valle trans-
versal mediano que constituye la parte más característica de la
muela. Este valle muy profundo y bastante ancho en su punto de
partida, atraviesa la corona oblicuamente en dirección al canto
sobreangular anterior; el lado interno de este valle tiene la capa de
AM Ns 3 ep OT
(2) A. M. N., 5.3%, t. IL, pág. 192, Big. 253.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 231
esmalte lisa é inclinada hacia adentro. Sobre el lado externo, al
contrario, la lámina de esmalte presenta numerosos repliegues que
comprenden las fositas central, anterior y posterior, divididas y
subdivididas, dando ála hoja de esmalte una complicación muy
característica. Hay unagran fosa periférica posterior alargada en
forma de valle transversal, y completamente cerrada por un gran
cíingulo posterior que simula una tercera cresta transversal. En la
cara anterior hay un cíngulo basal transversal muy elevado y sepa-
rado de la muralla de la muela poruna ranura profunda abierta
sobre el costado interno en donde la entrada de la ranura simula
una hendidara. La corona tiene 14 mm. de diámetro ántero-poste-
rior sobre el lado externo, 14 mm. sobre el interno y 15 mm. de
diámetro transverso máximo en la base.
La muela 6 es absolutamente de la misma forma que la prece-
dente pero un poco más grande; la corona mide 16 mm. de diáme-
tro ántero-posterior sobre el lado externo, 12 mm. sobre el interno
y 18 mm. de diámetro transverso máximo en la base.
La muela 7 es un poco más pequeña y de contorno triangular
á causa de laatrofia del lóbulo posterior interno ; la corona mide
16 mm. de diámetro ántero-posterior sobre el lado externo, 8 mm.
sobreel interno y 18 mm. de diámetro transverso máximo en la base.
Las cuatro muelas 4 á 7 ocupan un espacio longitudinal de
49 mm.
El esmalte de estas muelas es de superficie arrugada, con las
arrugas muy finas y dispuestas en sentido perpendicular. Las mis-
mas arrugas se observan en la superficie del esmalte de las muelas
inferiores.
La muela 4, la más pequeña de las que se conservan en el trozo
de mandíbula, es bilobada al lado externo por un surco oblicuo,
con el lóbuloanterior muy ancho y deprimido y el posterior muy
angosto. Sobre el lado interno presenta una gran cúspide central
con unacavidadá cada lado, en la cavidad posterior hay un tubér-
culo bastante grande yalargado transversalmente que corresponde
al elemento posterior interno. La corona mide 9 mm. de diámetro
ántero-posterior, 7 mm de diámetro transverso- y 9 mm. de alto
máximo sobre el lado externo.
La muela 3 es más larga y de corona más baja, con la cavidad
anterior muy pequeña y la posterior mucho mas grande y dividida
en dos por el dentículo posterior interno que es comprimido de
adelante hacia atrás formando como una barra transversal. Los
9238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
dos lóbulos externos son un poco convexos, el anterior angosto y el
posterior mucho más grande forma en la superficie masticatoria
un arco de circulo perfecto. La corona mide 12 mm. de diámetro
antero-posterior, 7 mm. de diámetro transverso y 6 mm. de alto
sobre el lado externo.
La muela 6 es absolutamente de la misma forma pero notable-
mente más grande ; además, como está menos gastada, muestra
sobre el lado interno contra la parte anterior de la cúspide central,
el pequeño tubérculo aislado característico de los ¡sotemnideos, el
cual en la muela 5 está soldado á la misma cúspide. La corona mi-
de 15 mm. de diámetro ántero-posterior, 8 mm. de diámetro trans-
verso y 10 mm. de alto sobre el lado interno.
La muela 7 es todavía más grande á causa del mayor tamaño del
lóbulo posterior, que es de cara externa convexa y sin el menor
vestigio de bilobamiento externo. La corona mide 18 mm. de
diámetro ántero-posterior y 9 mm. de diámetro transverso.
Las cuatro muelas inferiores 4 á 7 ocupan un espacio longitudi-
nal de 54 mm. Ninguna de estas muelas presenta vestigios de cín-
gulo basal ni sobre el lado externo ni sobre el interno.
La rama mandibular es baja y muy comprimida. Sobre ellado
interno debajo de la muela 5, solo tiene 22 mm.de alto.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopensedeColhué-Huapí).
PLEUROSTYLODON IRREGULARIS (1) n. sp. Tipo: una última muela
superior izquierda. Es de contorno triangular, con el dentículo
anterior interno mucho más grande que el posterior, siendo tam-
bién este último mucho más bajo, pero ambos están fusionados for-
mando una cresta continua que ha suprimido la entrada del valle
transversal mediano. La parte de la muela correspondiente al lóbu-
lo posterior se ha desarrollado de una manera muy incompleta. Del
cíngulo basal posterior solo se ha desarrollado la parte interna que
termina en punta libre bastante larga separada de la cara posterior
dela muela por una ranura corta, aunque profunda.
Hay también un fuerte cíngulo basal que da vueltas obre las tres
caras anterior, posterior é interna, pero el de la cara posterior se
conserva distinto, formando como un escalón sobre el interno. De la
cresta posterior sólo se ha desarrollado la parte anterior, de mane-
ra que no pudo formarse la fosita periférica posterior que está
1) A. M. N. ser. 3*, t. IIL p. 351, fig. 463.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 239
representada por una simple escoladura sobre Ja muralla de la
cresta transversal posterior. La corona mide 14 mm. de diámetro
ántero-posterior sobre el lado externo y 17 mm. de diámetro trans-
verso máximo.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense del Chubut).
PLEUROSTYLODON LÍMPIDUS (1) n. sp. Tipo : una última muela supe-
rior izquierda. Es de contorno triangular, con el lóbulo posterior
en gran parte atrofiado. El elemento anterior interno es sumamente
erande y ocupa todo el costado interno de la muela.
El elemento posterior interno es sumamente pequeño, reducido
áuna punta que constituye la extremidad interna de la cresta pos-
terior, siendo esta última sumamente angosta, reducida casiá una
simple lámina. El cíngulo basal posterior es muy elevado y se aleja
de la muralla de la muela, formando una expansión convexa que da
origen á la formación de una fosa periférica posterior ancha, pro-
funda y alargada transversalmente. No hay cíngulo basal interno y
las aristas perpendiculares externas son poco desarrolladas. La
corona mide 15 mm. de diámetro ántero-posterior y 19 mm. de diá-
metro transverso máximo.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense del Chubut).
PLEUROSTYLODON OBSCURUS (2) n. Sp. Tipo : una última muela supe-
rior izquierda. Esta muela se parece á la de la especie precedente
de la que se distingue por la cresta posterior que es notablemente
más corta; la extremidad de esta cresta, correspondiente al elemen-
to posterior interno queda muy lejos del borde interno de la muela
y separada del anterior interno por la entrada del valle transversal
mediano que se abre sobre la cara posterior. El reborde basal poste-
rior, regularmente desarrollado, se une por su extremidad interna
al dentículo anterior interno, de manera que la entrada del valle
transversal mediano se abre en el interior de la fosita periférica
posterior. En la cara externa la arista intermediaria anterior es
bastante gruesa y alta, pero la sobreungular anterior es rudimen la-
ria y el surco angular anterior apenas acentuado ; la arista angu-
lar posterior está fuertemente inclinada hacia adelante, y el espa-
cio entre esta arista y la intermediaria anterior es completamente
(1) A. M. N. ser. 3*, t. III, p. 347, fig. 459.
(2) A. M. N. ser. 3%, t. III, p. 349, fig. 460.
940 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
plano. No hay cingulo basal interno. La corona mide 14 mm. de
diámetro ántero-posterior sobre el lado externo y 20 mm. de diáme-
tro transverso máximo.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense del Chubut).
PLEUROSTYLODON BIFIDUS, D. Sp. Representada por una mandibula
inferior con casi toda la dentadura, del tamaño de la de Pleurosty-
lodon biconus á la que también se parece por la dentadura. Difiere
por el canino de corona parecida á la de la primera muela, pero
ésta tiene la raíz simple y cilíndrica, mientras que el canino al
contrario, presenta la raíz dividida de un extremo á otro por un
profundo surco longitudinal. La corona del canino es muy baja, con
el lado externo un poco convexo, el interno deprimido, con un
cíngulo basal, y con doble desgastamiento en declive hacia adelan-
te y hacia atrás ; tiene 9 mm. de diámetro ántero-posterior y 6 mm.
de diámetro transverso. Las 7 muelas inferiores ocupan un espacio
longitudinal de 80 mm.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense de Colhué-Huapí).
(Continuard.)
- Arechavaleta, José .
Arteaga Rodolfo de..
Abella Juan.
Adamoli, Pedro A.
Adano, Manuel.
Ader. EnriqueaA.
Aguirre, Eduardo.
Alberdi, Prancisco N.
; Albert, Francisco.
A Alric, Francisco.
pS o Alvarez, Fernando.
; : Anasagasti, Horacio
Ambrosetti, Juan B.
Amoretti, Alejandro,
Arata, Pedro N.
Araya, Agustín.
Arigós, Máximo.
Arce, Manuel J.
Arce, Santiago.
É Arditi, Horacio.
MAY Areco, Alberto 5.
; Arroyo, Franklin.
ue Aubone, Cárlos.
15 Avila Méndez, Delfin.
FS Avila, Alberto
E Ayerza, Rómulo
] Aztiria, Ignacio.
7 Babuglia, Antonio.
1 Badaró, Bugenio.
Bahia, Manuel B.
Balina, Manuel J.
Bancalari, Juan.
Bancalari, Enrique A.
Barabino, Santiago E.
Barbará Adolfo.
Barilari, Mariano $.
Barzi, Federieo.
Battilana, Pedro.
Battilana, Alfredo.
Baez, Domingo A.
Baudrix, Manuel C.
Bazan, Pedro.
Benolt, Pedro (hijo).
Berro Madero, Carlos
Bimbi, José.
Bell, Carlos H.
Besio, Moreno Baltazar
- Aguilar, Rafael. .......
Ameghino, O o
Ave=Lallemant, German.
Brackebusch, Luis ee
Ballvé, Horacio........
Lafone Quevedo, Samuel A , Ñ k
Lillo, Miguel.........
Acevedo Ramos, R. de
Albarracin, Alberto L.
SSTES HONORARIOS
Dr. Estanislao S. Zeballos
Mexico.
La Plata.
Montevideo.
Montevideo.
Mendoza.
Córdoba.
l. de Año N
Rio Janeiro.
Mendoza.
New York.
Catamarca.
Tucuman.
SOCIOS
Besio, Moreno Nicolas
Beverini, Alberto.
Biraben, Federico.
Bosch, Benito S.
Bosch, Eliseo P.
Bosch, Anreliano R.
Bonanni, Cayetano.
Borus, Adrian.
Bosque y Reyes, F
Bosque, Carlos
Brian, Santiago.
Brindani, Medardo.
Buschiazzo, Francisco.
Buschiazzo, Juan A.
Buschiazzo, Juan G.
Bustamante, José L.
Caimi, Ramon.
Candiani, Emilio
Cálcena Augusto.
Cagnoni, Alejandro N.
Cagnoni, Juan M.
Camus, Nicolas
Candioti, MarcialR.
Canale, Humberto.
Cano, Roberto.
Cantilo, Jose L.
Canton, Lorenzo.
Carranza, Marcelo.
Carabelli, J. J. T. €.
Cardoso, Mariano J.
Cardoso, Ramon.
Carossino, Jacinto F.
Castellanos, Cárlos T.
Castañeda, Ramon
Castro, Vicente.
Claps, Andrés.
Claypole, Jorge.
Cernadas, Carlos.
Cerri, César.
Cidra, Alberto H.
Cilley, Luis P.
Chanourdie, Enrique.
Chapiroff, Nicolás de
Cheraza, Gerónimo.
Chiocci 1cilio.
Chueca, Tomás A.
Clérice, Eduardo E.
Reid, Walter F.
Scalabrini,
ACTIVOS
Cobos, Francisco.
Cock, Guillermo.
Collet, Carlos.
Coni, Alberto M.
Coquet, Indalecio
Coria, Valentin E.
Cornejo, Nolasco F.
Corvalan Manuel S.
Coronel, Policarpo.
Courtois, U,
Gremona, Andrés Y.
Cremona, Victor.
Cuenca, Felipe.
Cuarzo, Miguel.
Curutchet, Luis.
Curutchet, Pedro.
Damianovich, E. A.
Darquier, Juan A.
Dassen, Claro C.
Davel, Manuel.
Dates, German.
Diaz de Vivar, M.
Dobranich, Jorge W
Dominico, Guillermo.
Dominguez, Juan A.
Dorado, Enrique.
De Diego, Alberto.
Douce, Raimundo.
Doyle, Juan.
Dubois, Alfredo.
Duhart, Martin.
Duhau. Luis.
Duncan, Cárlos D.
Durrieu, Mauricio.
Durelli, Amilcar.
Drago, Luis M.
Echagúe, Carlos.
Elía, Nicauor A. de
Eppens, Gustavo.
Esteves, Luis.
Espiasse, Alberto.
Espinasse, Jorge.
Etcheverry, Angel.
Ezcurra, Pedro.
Fasiolo, Rodolfo 1.
Fernandez, Alberto J.
Fernandez, Pedro A.
Pedro....
Spegazzini, Carlos....
Tobar, Carlos R......
DA Dr Juan J. J. Kyle. - — Ing. kuis A. Huergo (padre).— Ing. J. Mendizábal Tamborrel
SOCIOS CORRESPONDIENTES
Morandi, Luis .......
Nordenskjiold, Otto.....
Paterno, Manuel.....
Patron, Pablo.......
Porter, Carlos E.....
Villa Colon (U.
Upsala (S.)
Palermo (1t.).
- Lima.
Valparaíso.
Lóndres.
Corrientes.
La Plata.
Fernandez Poblet, A.
Ferreyra, Miguel.
Figueroa, Octavio.
Fynn, Enrique.
Flores. Emilio M.
Foster, Alejandro.
Friedel, Alfredo.
Gainza, Alberto de.
Gallardo, Angel.
Gallardo, José L.
Gallardo, Miguel A.
Gallardo, Garlos R.
Gallego, Manuel.
Gallino, Adolfo.
Gándara, Federico W.
Garat, Enrique.
Garay, José de.
Garcia, Carlos A.
Garcia, M.Jesús
Gardeazabal, Narciso.
Gatti, Julio J.
Gentilini, Pascual.
Geyer, Carlos.
Ghigliazza, Sebastian.
Gimenez, Joaquin.
' Gimenez, Angel M.
Gjuliani, José.
Girado, José I.
Girado, Francisco J.
Girado, Alejandro.
Girondo, Juan.
Girondo, Eduardo.
Goldemhorn, Simon.
Gómez, Pablo E.
Gonzales, Arturo.
Gonzalez, Agustin.
Gonzalez Cazón Vicente.
Gonzalez Carman R.
Gonzalez Carlos P.
Gradin, Cárlos.
Gregorina, Juan
Gregorini, Juan A. |
Guido, Miguel.
Gutierrez, Ricardo: 4.
Hary, Pablo.
Herrera Vega, Rafael,
Herrera Vega, Marcelino
£ z
Isnardi,
Herrera, Nicolas M.
Herrero,Ducloux E.
Herlitzka, Mauro.
Henry. Julio
Hicken, Cristobal.
Holmberg, Eduardo L.
Holmberg Eduardo A.
Hoyo, Arturo.
Hubert, Juan M.
Huergo, Luis A. (hijo).
Hughes, Miguel.
Ibarra, Vicente.
Iriarte, Juan
Iribarne, Pedro.
Vicente.
Israel, Alfredo C.
Iturbe, Miguel.
Jacobo, Cándido.
Juni, Antonio.
Jurado, Ricardo.
Justo, Agustin P.
Krause, Otto.
Klein, Herman '
-Kliman, Mauricio.
Labarthe, Julio.
Lacroze, Pedro.
Lagos García, Carlos
Lagrange, Carios.
Lanús, Eduardo M.
- Langdon, Juan A.
Eaporte Luis B.
Larreguy, José
- Larguia, Carlos.
Latzina, Eduardo.
- Lavalle, Francisco.
Lavergne, Agustin.
Lea Allan B.
Eeonardis, Leonardo de
Lehmann, Guillermo.
Lehmann, Rodolfo R.
Lehmann, Rodolfo.
López, Aniceto E.
Lopez, Martin J.
Loyola, Luis E.
Lopez, Pedro J.
Eorenzetti, Guillermo.
Lucero, Apolinario.
Lugones, Arturo.
Lugones Velasco, Sdor.
Luiggi, Luis
Luro, Rufino.
Luro, Pedro 0.
Ludwig, Cárlos.
Machado, Angel.
Madrid, Enrique de
Maglione, José L.
Malígne, Eduardo.
Mallol, Benito J.
Mamberto, Benito,
Marin, Placido.
Marquestou, Alejandro,
Marcet, José A.
Marcó del Pont, E.
Marenco, Eleodoro
Marengo, José.
MartinezPita Rodolfo.
Martini, Rómulo E.
Marty, Ricardo
Matharán, Pablo.
Maschwitz, Carlos.
Massini, Cárlos.
Massini, Estevan.
Massini, Miguel.
Maupas, Ernesto.
Maza, Juan.
Mattos, Manuel E. de.
Medina, Jose A.
Mendez, Teófilo F.
Mendizabal, José S.
Mercáu Agustin.
Merian, Eduardo
Mermos, Alberto.
Meyer Arana, Felipe.
Miguens, Luis.
Mignaqui, Luis P.
Millan, Máximo.
Mitre, Luis.
Molina y Vedia, Delfina
Molina y Vedia, Adolfo.
Moeller. Eduardo.
Molina, Waldino.
Molina, Civit Juan.
Mon, Josué R.
Morales, Cárlos Maria.
Moreno, Jorge
Moreno, Evaristo V.
Moron, Ventura.
Moron, Teodoro F.
Mosconi, Enrique
Mugica, Adolfo.
Naon, Alberto
Narbondi, Juan E.
Navarro Viola, Jorge.
Newton, Artemio R.
Newton, Nicanor R.
Niebuhr, Adolfo.
Nistrómer, Carlos
. Newbery, Jorge.
Noceti, Domingo.
Nogués, Pablo.
Nougues, Luis F.
Nouguier, Pablo.
Naulé, Eduardo.
Obligado. Alejandro.
Ocampo, Manuel S.
Ochoa, Arturo.
07 Donell, Alberto €.
Olaechea y Alcorta, P.
Olazabal ¿Alejando” M.
Olivera, Carlos E.
Oliveri, Alfredo
Orcoyen, Francisco.
Orús, José M.
Ottanelli, Atilio.
Ortúzar, Alejandro (h.)
Orzabal, Arturo.
Otamendi, Eduardo.
Otamendi, Rómulo.
Otamendi, Alberto.
Otamendi, Juan B.
Otamendi, Gustavo.
Otero Rossi, Rd
Outes, Felix F
Outes, Diego E.
Padilla, José:
Padilla, Ísaias.
“SOCIOS ACTIVOS (Continuación)
Pais y Sadoux, C.
Paita, Pedro J.
Palacio, Emilio.
Palacio Alberto.
Palma, Ricardo 3.
- Palma, Edmundo.
—Palmarini, Armando.
' Páquet, Carlos.
Paító, Gustavo,
Pelizza, José.
Pelleschi, Juan.
Pereyra, Emilio.
Perez, Alberto J.
Petersen, Teodoro H.
¡| Pigazzi, Santiago.
Piana, Juan.
Piaggio, Antonio.
Píñero, Antonio F.
Pirovano, Juan.
Pizzurno, Pablo A.
Posadas, Cárlos.
Puente, Guillermo A.
Puig, Juan de la €.
| Puiggari, Pio.
Puiggari, Miguel M.
Prius, Arturo.
Quirno, Jorge.
Quiroga, Atanasio.
Raffo, Bartolomé M.
Ramos Mejia, [Ildefonso
Rebagliati, Alberto.
Razori, Francisco.
Recagorri, Pedro S.:
Retes, Antonio.
Repetto, Luis M.
Repossini, José.
Reynoso, Higinio
Riccheri, Pablo.
Riglos, Martiniano.
Rivara, Juan
Rodriguez, Andrés.
Rodriguez, Miguel.
Rodriguez dela Torre, C.
Roffo, Juan.
| Rojas, Estéban C.
Rojas, Félix.
Romero, Armando.
Romero, Cárlos L.
Romero, Felix R.
Romero, Julian.
¡Romero Brest, Enrique.
Romero, Antonio.
' Ronco, Alfredo.
Rosetti, Emilio.
Rospide, Juan.
Ronge, Marcos.
Rubiv, José M.
Ruiz Huidobro, Luis.
Saenz Valiente, Ed.
Saenz, Valiente Anselmo
Sagastume, José M.
Salovitz, Manuel.
Sanchez Diaz, José.
Sanglas, Rodolfo.
Sarrabayrouse, Eugenio
Santangelo, Rodolfo.
Segovia Fernando.
Sauze, Eduardo.
Schneidewind, o
: Se; UL, Francisco. b
sd Di
Senillosa. Juan A.
Silva, Angel.
Silva, Guillermo.
Simonazzi, Guillermo.
Siri, Juan MM.
Sisson, Enrique D.
Solari, Emilio.
Soldani, Juan A.
Soldano, Ferruccio.
Spinetto, Silvio.
Spinedi, Hermeneg.F..
Spinola, Nicolas
Stuart Pennington, M.
Swenson, U.
Tamini Crannuel, L. A
Tassi, Ant:
Taiana, Alberto.
Taiana, Hugo. die
Tejada Sorzano, Carlos.
Tello, Julio.
Texo, Federico
Thedy, Héctor.
dic Ernesto. |
orres Armengol, M.
Torres, Luis M.
Torrado, Samuel.
Traverso, Nicolas
Trelles, Pio.
Thibon, Fernando.
Uriarte Castro Alfredo.
Uriburo, Arenales
Uttinger, Alberto.
Valenzuela, Moisés
Valerga, Oronte A.
Valle, Pastor del
Varela Rufino (hijo)
Vazquez, Pedro.
Vico, Domingo.
Vidal Carrega, Carlos
Videla, Baldomero.
Vilanova Sanz,Florenci?
Villegas, Belisario.
Vivot, Eduardo. —
Wauters, Carlos.
Wernicke, Roberto
White, Guillermo.
White, Guillermo J.
Wilmart, Raimundo
Williams, Orlando E.
Yanzi, Amadeo
Zamboni, José J.
Zavalia, Salustiano.
Zamudio, Eugenio
Zerda, Victor. de la
Zerda, José de la
Zunino, Enrique.
Mié
EDAD CIENTÍFICA
ARGENTINA
| Sn HEN ;
pa
DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
Secretarios : Doctor JuLio J. GArri y semor EDUARDO A. o ERG
Ca EEE UA
REDACTORES
niero IFalcado Aguirre, doctor Ignacio Aztiria, doctor Enrique Eynn, ingeniero
Carlos Maschwitz, ingeniero Emilio Palacio, doctor Carlos M. Morales, ingeniero
Julio Labarthe, ingeniero Emilio Candiani, ingeniero Alberto Schneidewind,
doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata. ingeniero José S. Corti, ingeniero
pos Federico Birabén, ingeniero Vicente Cástro, ingeniero Eduardo Latzina.
"DICIEMBRE 1904. — ENTREGA VI. — TOMO LVIIL
2 »
ba A.
FLORENTINO AMEGHINO, Nueyas especies de mamiferos cretáceos y OS de la
República Argentina (conclusión)... E a A ls EE Ea 241
Fray Jo1s0uíN RemED1, Vocabulario Mataco-Castellano (conclusión). ..ooomoocoooo. -299
ISCELÁNEA Trasmisión telegráfica de escritos, dibujos, etc. (S. E. E A 306
[BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
684 — CALLE PERÚ — 684
1904
DO EMILIO. a .
Ingeniero JULIAN CMEROS
Señor
Inge:
so OS Seño
Loa BE los señores autores. de abejas publicados en los Anales, e deseen t 2
pr nas:
; Joata todo lo referente á pruebas.
NUEVAS ESPECIES
DE
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS
DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Por FLORENTINO AMEGHINO
(Conclusión)
PLEUROSTYLODON NEGLECTUS (1), n. sp. Tipo : una muela persistente
superior izquierda, probablemente la última. Es del tamaño de la
de P. obscurus ó apenas un poco más pequeña, pero con algunos
caracteres diferentes tan notables que probablemente se trata de
un género distinto. La muela es de contorno rectangular, pero un
poco más angosta sobre el lado interno que sobre el externo. La
cresta posteriores bien desarrollada "pero se enangosta gradual-
mente hacia el lado interno hasta terminar casi en punta. El cín-
gulo basal anterior es muy poco desarrollado, el posterior se en-
cuentra casi completamente suprimido y no hay vestigios de cín-
gulo ni sobre la cara interna ni sobre la externa. Las dos crestas,
anterior y posterior, están separadas por el valle transversal me-
diano que es muy profundo, pero en el interior del valle, detrás
dela entrada, se desarrolla un elemento interlobular que pone en
comunicación las dos crestas por medio de un istmo y divide el
valle en dos partes, la más grande en el interior de la cara masti-
catoria y la más pequeña, que corresponde á la entrada sobre el
lado interno en donde constituye una fosita profunda. La corona
(1) A. M, N. ser, 3%, t. III, p. 246, fig. 329.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVII 16
942 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
mide 13 mm. de diámetro ántero-posterior sobre e! lado externo
y 17 mm. de diámetro transverso máximo.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense del Chubut).
PARATEMNUS GEMINATUS, NM. gen. n.sp. Representado porun maxilar
superior derecho con las muelas 1 46, pieza que debe considerarse
como tipo; atribuyo á la misma especie una mandíbula inferior
cuyas ramas son muy incompletas, pero que conservan toda la
dentadura perfecta.
La dentadura superior se parece á la del género Pleurostylodon,
distinguiéndose principalmente por la muela 6 que noes más gran-
de que la muela 5 sino del mismo tamaño y quizás todavía algo más
pequeña. En Pleurostylodon el diente más grande es la muela 6 y
en Paratemnus la muela 5, siendo las muelas 6 y 7 sucesivamente
más pequeñas. Hay un cíngulo externo regularmente desarrollado.
La muralla externa de las muelas sólo presenta regularmente desa-
rrolladas las dos aristas más anteriores, la sobreangular y la inter
mediaria, siendo atrás de esta última regularmente convexa y sin
vestigios de la arista intermediaria posterior. 'El cíngulo de la
cara anterior se continúa sobre el lado interno hasta el borde
posterior. El cingulo posterior es elevado pero poco separado de la
cara posterior, de modo que sólo hay un pequeño vestigio de la fo-
seta periférica posterior que desaparece muy pronto con el desgas-
tamiento.
La corona de la muela 5 tiene 14 mm. de diámetro ántero-poste-
rior sobre el lado externo, 11 mm. sobre el interno y 18 mm. de
diámetro transverso máximo. La muela 6 tiene casillas mismas di-
mensiones que la 5.
Las cuatro muelas anteriores aumentan de tamaño de la primera
á la cuarta. La muela 1 es mucho más pequeña que la muela 2, de
contorno elíptico, con ambas caras, externa é interna convexas, un
fuerte cíngulo basal externo y superlicie masticatoria lisa; proba
blemente es un diente de la primera serié que no se reemplazaba.
Las tres muelas reemplazantes siguientes 24 4, también se pa=
recen á las correspondientes de Pleurostylodon pero difieren por el
enorme desarrollo del cíngulo sobre el lado aaterior é interno, en
donde forma una fosa periférica anterior muy profunda y de contor-
no semicircular del fondo de la cual se levanta el cono interno de
la muela correspondiente al elemento anterior interno. El cíngulo
posterior es también muy fuerte y constituye una fosita periférica
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 243
posterior colocada sobre el lado interno. Ambos cíngulos están pró-
ximos uno á otro y separados por una hendidura muy estrecha. La
muela 2, tiene 9,5 mm. dediámetro ántero-posterior sobre el lado
externo y 12 mm. de diámetro transverso. La corona de la muela 4
tiene 11 mm. de diámetro ántero-posterior sobre el lado externo y
16,5 mm. de diámetro tranverso.
Las muelas superiores 1 á 6, ocupan un espacio longitudinal
de 59 mm.
La mandíbula tiene las dos ramas completamente soldadas y la
dentadura en serie continua y en número completo. Las muelas
145 tienen un fuerte cíngulo interno y otro externo más débil.
La última muela (m. 7) además del gran tubérculo posterior inter-
no en forma de contrafuerte transversal, tiene otro más pequeño
adelante de éste con el cual se fusiona. La primera muela de coro-
na cónico-comprimida, tiene una sola raíz. Los caninos son muy
fuertes, de raíz muy gruesa, corona ancha y provista de un fuerte
cíngulo interno y externo, con bordes comprimidos y gastados en
declive en la parte anterior. Los incisivos son pequeños, de corona
corta y tamaño desigual, aumentando en grosor del interno al ex-
terno. La corona del incisivo 1 tiene 4 mm. de ancho y 5 de largo;
la corona del incisivo 3 tiene 7 mm. de aucho y un poco más de
5 mm. de largo. El canino tiene sobre el borde alveolar 11 mm.
de diámetro ántero-posterior y 8, 3 mm. de diámetro transverso,
siendo el alto de la corona de 13 mm. Las sietes muetas ocupan un
espacio longitudinal de 88 mm. La distancia "desde el borde ante-
rior del incisivo interno hasta la parte posterior de la última mue-
la, es de 111 mm.
Cretáceo superiorde Patagonia (notostylopense de Colhué-Huapi).
TycuosryrLors Amgh. 1901 = Othroria Roth. 1902. Este género
presenta la dentadura en serie continua y el paladar muy an-
cho y muy corto en forma de U. Los caminos superiores son
grandes, triangulares, de cúspide aguda y bordes comprimidos.
Los incisivos superiores son mucho más pequeños que los caninos.
de corona ancha y que se gasta horizontalmente. En la mandíbula
inferior la dentadura es igualmente en serie continua, con el cani-
no bastante grande, cónico-cilíndrico, y tuertemente inclinado ha-
cia adelante. A juzgar por la parte conservada la mandíbula no
parece haber tenido incisivos, ó si los tuvo eran rudimentarios - Las
muelas son de corona muy corta.
244 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La colocación exacta de este género quedará dudosa hasta que
no se encuentren cráneos más ó menós perfectos. Por la conforma=
ción de las muelas se acerca delos Isotemmidae, pero por el des-
sarrollo de los caninos se parece á Trigonostylops mientras que
la mandíbula presenta un mayor parecido con Notostylops.
TycHostYLOPS simus (1) n.sp. Representada por las muelas 4
á 7 de un mismo individuo y un trozo de la parte anterior de la
mandíbula. Difiere de T. marculus por el tamaño bastante mayor.
Las muelas superiores, además de su tamaño mayor difieren tam—=
bién por tener la cara externa menos deprimida, y por la presencia
de un cíngulo basal mas acentuado y que se extiende también sobre
la cara interna.
La muela 4 superior, es de contorno triangular, con una gran
cúspide externa que corresponde al tubérculo anterior externo, y
otra cúspide interna igualmente muy grande pero más baja.
Sobre la cara externa hay una gran arista perpendicular de as-
pecto semicónico que corresponde á la intermedia anterior y cuya
extremidad constituye la cúspide del gran tubérculo externo; hacia
atrás sigue una superficie plana y oblicua; hacia adelante hay una
fuerte arista sobreangular anterior mucho más baja que el tubércu-
lo anterior externo y separada de la arista intermedia anterior por
un surco angular anterior profundo. El cínguto basal anterior da
vuelta sobre el lado interno y en el ángulo posterior interno se une
al cingulo posterior formando en el punto de unión una fuerte arista
vertical.-Las dos caras, interna y externa, están fuertemente inclina=
das hacia el centro de lacorona, que está ocupado por un valle obli-
cuo completamente aislado. La corona mide 12: mm. de diámetro
ántero-posterivr sobre el lado externo y 19 mm. de diámetro trans-
verso en la base.
La muela 5es de contorno rectangular, pero un poco más ancha
sobre el lado externo que sobre el interno y con el ángulo anterior
externo que se prolonga adelante hasta cubrir el ángulo posterior
externo de la muela que la precede.
En la cara externa la única arista saliente es la intermedia ante-
rior; el resto de la cara es casi plano y el elemento sobreangular
anterior no forma arista separada, pero hay un cingulo basal aun-
que no muy desarrollado. En la cara masticatoria la cresta anterior
(1) A. M. N. ser. 3%, t. III, p. 176, fig. 229.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 245
es oblicua y la posterior mucho más angosta es completamente
transversal; ambas crestas se presentan sobre el lado interno fu-
sionadas casi hasta la cúspide dejando el valle transversal mediano
completamente aislado en el centro de la corona.
El cíngulo basal posterior es muy fuerte y constituye una terce-
ra cresta transversal separada de la segunda por la fosa periférica
posterior que tiene la forma de un valle transversal cerrado en sus
dos extremidades. El cíngulo basal anterior es bastante fuerte y
da vuelta sobre la cara interna hasta la extremidad posterior de
esta. La corona mide 17 mm. de diámetro ántero-posterior sobre
el lado externo, 13 mm. sobre el interno y 19 mm. de diámetro
transverso máximo en la base.
La muela 6 es absolutamente de la misma forma que la prece-
dente, pero de tamaño algo mayor. Además, como es menos gasta-
da, los dos lóbulos internos muestran una pequeñísima separación
en la cúspide En la confluencia de la cresta posterior con la ex-
terna hay una fosita posterior de contorno circular. La corona mi-
de 17 mm. de diámetro ántero-posterior sobre el lado externo, 13
mm. sobre el interno y 21,5 mm. de diámetro transverso máximo
en la base.
La muela 7 se distingue por el gran tubérculo anterior interno
que ocupa todo el costado interno de la muela y se une por una
cresta al ángulo anterior externo. La cresta posterior es muy angos-
ta, mucho más baja que el gran tubérculo anterior interno y sepa-
rada de éste por la entrada del valle transversal mediano. El cíngu-
lo basal posterior forma una fosita periférica transversal posterior
como en las muelas anteriores y con el desgastamiento se transfor-
ma también en una tercera cresta transversal. La corona mide 17
mm. de diámetro ántero-posterior en la base del lado externo,
11 mm. sobre el lado interno y 19 mm. de diámetro transveso
máximo.
Cretáceosuperior de Patagonia (notostylopense de Colhué-Huapí).
LoPHOc0ELUS (1) MACROSTOMUS (2) n. gen. n. sp. Tipo: una última
muela superior izquierda. La corona, decontorno subcuadrangular
está formada por tres crestas, la externa, y las dos transversales,
(1) A. M. N., s.3*, t. IIT, pág. 352.
(2) A. M. N.,s. 3%, t. IIL, pág. 352, fig. 465.
246 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
anterior y posterior unidas por su extremidad labial á la externa.
La cresta externa es longitudinal, y la posterior transversal, for-
mando ambas un ángulo recto; la cresta anterior es muy oblicua,
formando con las! dos anteriores la hipotenusa de un triángulo.
El elemento anterior interno comprende la parte interna de la cresta
anterior y ocupa todo el lado interno de la muela engrosándose y
tomando la forma de pirámide. La cara externa dela muela es lige-
ramente ondulada en el medio y con una pequeña columna ade-
lante que corresponde á la arista intermedia anterior, la sobrean-
gular anterior siendo completamente rudimentaria. La arista
sobreangular anteriorsobresale un poco hacia afuera y está fuerte-
mente inclinada hacia adelante. Hay un cíngulo anterior y otro
posterior regularmente desarrollados. Las tres crestas son angostas
y circunscriben una gran fosa central cuyo muro periférico está
interrumpido por una hendidura profunda que se abre en la cara
posterior cerca del borde interno de la muela; esta hendidura es
la entrada del valle transversal mediano.
Una de las particularidades más notables de este género consiste
en que las doscrestas transversales anterior y posterior están cons-
tituídas cada una por el dentículo interno correspondiente unido á
la cresta externa por una arista ó lámina transversal con exclusión
de los dos dentículos medianos; estos últimos han quedado ence-
rrados en el centro de la corona en donde forman una cresta obli-
cua corta y gruesa que se levanta del fondo de la gran fosa central,
pero queda mucho más baja que las crestas periféricas que cir-
cunscriben la fosa. La corona mide 21 mm. de diámetro ántero-
posterior sobre el lado externo, y 23 mm. de diámetro transverso
máximo.
Cretáceo el más superior de Patagonia (pyrotheriense de Ma-
zaredo).
Ord. TILLODONTA
Fam. Notostylopidae
NOTOSTYLOPS BRACHYCEPHALUS (1) n. Sp. Tipo: un cráneo casi per-
fecto. Se distingue de V. murimus por ser notablemente más gran—
(1) A. M. N., s. 3%, t. Ill, pág. 412, fig. 540.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 247
de, por las muelas persistentes bastante más gruesas y por la muela
2 que tiene dos raíces externas bien separadas; en N. murmus las
dos raíces externas de esta muela están soldadas. Los nasales de V.
brachycephalus se extienden másatrás y son más largosquelos de N.
murinus. Las muelas 4, 5, 6 y 7 presentan sobre el lado lingual un
surco interlobularinterno bien acentuado. La última muela superior
presenta una cresta transversal posterior bastante corta y mucho
más baja que la anterior; esta cresta se enangosta al lado interno
terminando en punta libre independiente del dentículo anterior 1n-
terno. Existe el alvéolo del canino derecho, pero el del izquierdo
está obliterado. El único diente desaparecido es la muela 1. La
apertura nasal es terminal hacia adelante. La frente es plana y
cuadrangular, estando limitada atrás por apófisis postfrontales
muy cortas y triangulares. La cresta sagital es alta, muy larga y
muy delgada.
Longitud del cráneo de la parte anterior de los incisivos in-
ternos á la parte posterior de los cóndilos occipitales...... 0130
Ancho máximo del cráneo entre ambos zigomáticosS........ O 088
Largo desde la punta anterior de los nasales hasta la parte
posterior de la cresta sagital......... sebas CORO NpaS 0 134
e k « V ántero=posteri0T......o...o..... 0 010
Dilmeno pela me. ( SO AS So A 0 0 015
Longitud del espacio ocupado por las seis muelas superio—
DES SA OOO OEA ooo oa Odo. 0 047
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense de Colhué-Huapi).
NOTOSTYLOPS PROMURINUS (1) n. sp. Tipo: un maxilar superior 1Z-
quierdo con todas las muelas. Talla comparable á la de N. mum-
nus. Se distingue de esta especie por la presencia de la muela 1,
pero es pequeña y fuertemente apretada á la muela 2. Las muelas
persistentes se distinguen por su costado interno muy redondeado,
sin el menor vestigio del surco interlobular interno. En las muelas
persistentes poco gastadas se ve en el centro de la corona una aris-
ta longitudinal que de la cresta posterior avanza hacia adelante en
lafosa central ; esta arista corresponde á los dos dentículos me-
dianos. Una complicación parecida se ve en las últimas muelas de
reemplazamiento. Las siete muelas superiores ocupan un espacio
(1) A. M. N., s. 3%, t. ILL p. 408, fig. 534.
248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
longitudinal de 49 mm., de los cuales 28 corresponden á las tres
muelas persistentes 54 7.
Cretáceo superiorde Patagonia (notostylopensede Colhué-Huapí).
ANASTYLOPS VALLATUS Amgh. 1897. Este animal sólo me era
conocido por muelas aisladas. Ahora dispongo de la mitad
anterior de un cráneo con el paladar y toda la dentadura. Compa-
rado con Notostylops la diferencia más notable se presenta en las
muelas de reamplazamiento que tienen una sola raíz externa en
vez de dos; en las muelas 2 y 3 la raíz única es completamente co-
vexa; en la muela +la raíz es menos convexa y con un pequeño
surco longitudinal, único vestigio que queda de laprimitiva división
en dos raíces. Las muelas están dispuestas en dos filas un poco di-
vergentes hacia adelante en vez de convergentes como en Notosty-
lops. Es tambien notable el gran ancho del paladar, casi una mi-
tod mayor que en NV. murínus sin ser poreso más largo. Cada
intermaxilar termina adelante en un tubérculo muy elevado colo-
cado en la parte superior adelante de la apertura nasal anterior;
ambos tubérculos están colocados uno al lado de otro, formando
una protuberancia piramidal. La región del paladar que se extien-
de adelante de las muelas es muy ancha. La disposición general
de la dentadura es como en Notosiylops faltando el canino y la
muela 1.
Longitud del espacio ocupado por las seis muelas superiores. 0”042
Distancia de la parte anterior del incisivo + á la parte voste-
morco la Muda k:s.oopvscooscVosossorancococnosooos 0 072
Distancia de la parte anterior del incisivo + á la parte pos=
MOCOS. coVoosococsoorosonoarososonoor ono O 031
Longitud de la barra entre el incisivo *y la muela ?........ 0 017
Ancho del paladar al nivel de la sutura maxilo-intermaxilar. 0 025
Ancho de la región interdentaria del ( entre las muelas... 0 022
paladaricn ascii a AE l entre las muelas 7... 0 0%
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense de Colhué-
Huapi).
CATASTYLOPS DEFLEXUS, N. Sp. Tipo: un maxilar superior izquier-
do con las muelas 2, 3 y 4 perfectas, la raiz de la muela 5, el
alvéolo de la muela 6 y parte del alvéolo de la muela 7. Todas las
muelas fuertemente inclinadas hacia atrás como en C. pendens.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 249
Difiere de esta última especie por la ausencia completa de la mue-
la - y por algunas particularidades notables en las otras muelas.
Las muelas * y * son bastante más grandes que en la otra especie,
con la arista intermedia anterior más saliente y la sobreangular
anterior al contrario menos acentuada. Sobre la cara externa
muestran un pequeño tubérculo basal con punta cónica libre colo-
cado hacia el medio del lóbulo posterior; este tubérculo que no
alcanza á la superficie de la cara masticatoria corresponde á la
arista intermedia posterior, y es más desarrollado en la muela 4
que en la 3. La muela 3 tiene una corona de 6,5 mm. de diámetro
ántero-posterior sobre el lado externo y 8,5 mm. de diámetro trans-
verso. La de la muela 4 tiene 7,5 mm. de diámetro ántero-posterior
y 11 mm. de diámetro transverso. Las tres muelas 2, 3 y 4, ocu-
pan un espacio longitudinal de 18 mm.
Las muelas persistentes 3, 6 y 7, por los alvéolos y los restos que
de ellas quedan, se conoce eran mucho más comprimidas de ade-
lante hacia atrás y extraordinariamente extendidas transversal-
mente. La inclinación hacia atrás está perfectamente indicada
y es tan fuerte como en las muelas de reemplazamiento. La muela
5, rota en la base de la corona, sólo tiene 3 mm. de diámetro
ntero-posterior y 13 mm. de diámetro transverso. El alvéolo de la
muela 6 tiene 4mm. de diámetro ántero-posterior y 16 mm. de
diámetro transverso! Del alvéolo de la muela 7 queda sólo una
pequeña parte.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense de Colhué Huapi).
Ord. RODENTIA
Subord. Hystricomorpha
Fam. Coendidae
EOSTEIROMYS MEDIANUS (1), n. sp. Tipo: una muela superior 1z-
quierda. El pliegue transversal mediano interno y el opuesto
externo son muy superficiales. El lóbulo anterior interno es mucho
(1) A. M.N.,s. 3%, t. IL, pág. 129, fig. 51.
250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
más ancho que el posterior y de cara interna plana; el lóbulo pos-
terior interno, es angosto, oblicuo y angular. Sobre la cara externa
el lóbulo anterior termina en dos puntas pequeñas y muy aproxi-
madas una de otra que corresponden á los dentículos primitivos
anterior interno y mediano posterior. El lóbulo posterior externo
termina en dos puntas parecidas que corresponden á los dentículos
posterior externo y mediano posterior. La cavidad coronal de cada
lóbulo tiene la forma de un arco de círculo. En el medio del borde
posterior del segundo lóbulo hay una fosita periférica posterior en
forma deisla. La corona mide'5,5 mm. de diámetro ántero-posterior,
5 mm. de diámetro transverso y 3 mm. de alto sobre el lado interno.
Cretáceo el más superior de Patagonia (pyrotheriense del De-
seado).
PARASTEIROMYS UNIFORMIS (1), n. gen. m. sp. Tipo: la parte ante-
rior de un paladar con los incisivos y las muelas 4 y 3 de cada
lado que indican un animal de la talla de Sterromys detentus. Este
género poseía también la muela 3, pero de ella sólo quedan los
alvéolos; era una muela muy pequeña y que caía en edad muy
temprana. Las otras muelas estan constituidas por dos lóbulos
transversales que no están unidos por un istmo como en los demás
representantes conocidos del mismo grupo; el gran pliegue trans-
versal mediano interno se extiende al través de la corona hasta el
borde externo formando un gran surco transversal que sobre la
mitad interna de la muela se dirige un poco oblicuamente hacia
atrás; las dos entradas de este valle transversal son poco profun-
das. Cada lóbulo está ocupado por una gran fosa rodeada por un
borde periférico angosto; en el lóbulo de atrás hay además una
fosita periférica posterior colocada hacia el lado externo. La mue-
la £ tiene 6 mm. de diámetro ántero-posterior y 6 mm. de diámetro
transverso. La muela * tiene 7 mm. de diámetro ántero-posterior y
S mm. de diámetro transverso.
Los incisivos superiores son de cara anterior convexa y propor-
cionalmente angostos, pues solo tienen 5 mm. de diámetro trans-
verso,
Eoceno inferior de Patagonia (colpodonense de Colhué - Huapi).
PROTOACAREMYS AMPLUS, M. Sp. Tipo: una rama mandibular i1z-
(1) A. M. N., s. 3%, t. IL, pág. 126, fig. 47. (Steiromys.)
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 251
quierda con el incisivo y las cuatro muelas. Se distingue de P.
pmor por su tamaño mucho mayor y sus formas bastantes ro-
bustas. Los dos ángulos ó cantos externos decada muela tienen una
dirección más oblicua hacia adelante queen la especie mencionada.
El incisivo es de corona anterior ligeramente convexa y de super-
ficielisa. Las cuatro muelas inferiores ocupan un espacio longitu-
dinal de 11 mm.
Eoceno inferior de Patagonia (colpodonense del Chubut).
DISTEIROMYS GRACILOIDES, N. gen. n. sp. Tipo: una rama mandi-
bular izquierda con las cuatro muelas, la primera ó cuarta de la
serie completa, imperfecta. Rama mandibular alta y muy delgada
con el borde inferior que desciende bastante más abajo de la base
de la rama ascendente. El borde anterior de la rama ascendente co-
rrespondiente á la apófisis coronoides se levanta detrás de la últi-
ma muela. Las muelas se distinguen por la corona extremadamen-
te baja y las raíces largas y bien separadas. La muela 4 está rota,
no quedando mas que la parte posterior de la corona. Las tres mue-
las que siguen son de igual forma y casi del mismo tamaño, sien-
do la penúltima apenas un poco más grande que la última y ante-
penúltima; las coronas son de contorno cuadrangular con los dos
bordes anterior é interno derechos y formando entre síángulos rec-
tos; el borde posterior es un poco convexo. El pliegue de esmalte
del borde externo es angosto y corre oblicuamente hacia afuera y
hacia atrás alcanzando hasta la mitad del ancho de la corona. El
pliegue opuesto interno es sumamente oblicuo y corre hacia ade-
lante casi hasta el borde anterior; con el desgastamiento queda
aislado del borde interno formando en la corona un pozo de esmalte
enarco de círculo con la concavidad hacia adentro. En el ángulo
anterior interno de la muela hay un pozo de esmalte, ais-
lado, de contorno elíptico, muy pequeño pero profundo. Atrás,
en el lóbulo posterior, hay un segundo pliegue interno muy profun-
do que se aisla y forma en la corona un foso de esmalte, largo, an-
gosto y colocado en dirección perfectamente transversal. La muela
6 tiene una corona de + mm. de diámetro ántero-pusterior y 4,5
mm. de diámetro transverso. Las tres muelas 5, 6 y 7 ocupan un
espacio longitudinal de 12 mm. Alto de la rama horizontal debajo
de la muela 5, sobre el lado externo, 11,5 mm.
Formación tehuelche inferior de Laguna Blanca en el Chubut.
252 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Fam. Miyocastoridae
PARAMYOCASTOR INTACTUS, N. gen. n. Sp. Tipo: una ramamandibu-=
lar derecha con toda la dentadura perfecta. Tamaño una mitad me-
nor que Myocastor coypus actual. Muelas con la corona de la misma
forma que en el género actual, siendo la m. + pequeña, la m. 5 y
m. 6 sucesivamente más grandes y la m. 7 un poco mas pequeña
que la m. 6 y con el lóbulo posterior en forma de lámina de diá-
metro transverso notablemente menor que el lóbulo anterior. In-
eisivo de cara anterior poco convexa y sumamente largo, la base
estando colocada bastante mas atrás de la última muela y á la
misma altura que la corona de ésta. Apófisis coronoidea mucho
más larga que en Myocastor. Ancho del incisivo, 3 mm. Longitud
del espacio ocupado por las cuatro muelas, 24 mm.
Eoceno superior de Patagonia (santacrucense de Monte Observa-
ción).
Fam. Octodontidae
EocToDON CRASSIUSCULUS, M. Sp. Tipo: una rama mandibular dere-
cha con el incisivo y las muelas 5 y 6. Difiere de E. securiclatus
por su tamaño casi dos veces mayor. Se distingue también por los
dos lóbulos de cada muela que son de tamaño muy desigual, sien-
do el anterior de un tercio más pequeño que el posterior; además
losdos lóbulos están más separados y por consiguiente unidos por
un istmo más largo. La escotadura interna que separa los dos lóbu=
los, es mucho más ancha que en la otra especie, y la cavidad del
lóbulo posterior se abre al lado interno por medio de una hend:du-
ra más profunda. Las dos muelas 5 y 6 ocupan un espacio longitu-
dinal de 6,5 mm.
Eoceno inferior de Patagonia (colpodonense de Colhué Huapi).
Fam. Viscacidae
SIGMOMYS OPPOSITUS, N. gen. n. sp. Fundado sobre muelas supe-
riores aisladas de prisma largo, muy arqueado y debase abierta,
constituidas por tres láminas transversales anchas y muy angostas.
La lámina anterior está separada de la segunda sobre el lado ¡n=
terno formando una columna distinta por sí sola, colocada más ha-
cia afuera del borde interno de la lámina segunda; sobre el lado
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 253
externo, las dos láminas están soldadas formando una sola colum-
na. La lámina tercera está colocada al contrario más hacia aden—
tro del borde externo dela segunda y separada de ésta formando
columna distinta; sobre el lado interno está unida á la segunda,
formando ambas una sola columna. Cada muela presenta así dos
columnas externas y dos internas separadas por un surco. La se-
gunda lámina es mucho mas extendida transversalmente que la
anterior y la posterior. La corona de una de esas muelas tiene 7
mm. de diámetro ántero-posterior y 9 mm. de diámetro transverso
máximo; longitud del prisma en línea recta, 18 mm.
Formación tehuelche inferior del Río Fénix en la Patagonia
austral.
SIMPLIMUS INDIVISUS, O. gen. n. sp. Fundado sobre muelas inferio-
resaisladas. Vistas porla superficie masticatoria de la corona se
presentan formadas por cuatro láminas transversales que en su for-
ma y disposición se parecen á las del género Tetrastylus. Vistas de
lado son de un aspecto completamente distinto; tienen la forma de
prismas cortos, subcuadrados, de base cerrada y un poco más an -
gostos sobre el lado externo que sobre el interno; cada prisma ter-
mina en tres raíces muy delgadas y excesivamente cortas. De las
cuatro láminas transversales, las tres anteriores están unidas al
lado externo formando una sola columna ancha y redondeada,
separada de la cuarta lámina por un gran surco vertical que se
pierde antes de llegar á la base de la corona. El lado interno es una
muralla plana y derecha cubierta por una capa de esmalte conti-
nua que reune todas las láminas sin dejar ver su división.
La corona de una de estas muelas tiene 10,58 mm. de diámetro
ántero-posterior y 11 mm. de diámetro transverso máximo, siendo
el largo del prisma de 21 mm.
Formación tehuelche antigua de Laguna Blanca en el territorio
del Chubut.
TETRASTYLUS ARAUCANUS, 0. sp. Tipo: un cráneo incompleto con
las muelas del lado derecho perfectas y las del izquierdo imper-
fectas.
Es de tamaño intermediario entre 7. difisus del Paraná y T.
montanus de Catamarca.
El incisivo superior de cara anterior muy ligeramente convexa,
tiene 11 mm. deancho en la cara labial y 11 mm. de grueso. Las
254 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
muelas superiores son de tamaño seusiblemente igual, cada una
de 11 mm. de diámetro ántero-posterior por 10 mm. de diámetro
transverso máximo, siendo la última un poco más angosta atrás.
Cada muela consta de cuatro láminas transversales, menos la últi-
ma que tiene atrás una lámina más pero sumamente pequeña. En
la muela 4 sólo la primera lámina se encuentra separada sobre el
lado interno, mientras que las otras tres están reunidas en una
sola columna.
Las demás muelas muestran las dos primerasiláminas separa-
das al lado interno y las restantes unidas en una sola columna.
Sobre el lado externo todas las láminas permanecen más ó menos
separadas. Las cuatro muelas superiores ocupan un espacio longi-
tudinal de 5 centímetros.
Encontrado en Toay (Pampa Central) cavando un pozo á 51
metros de profundidad, en la formación araucana (mioceno supe-
rior). Colecciones del Museo Nacional.
TETRASTYLUS GIGANTEUS, D. Sp. Representado por un cráneo casi
intacto y con toda la dentadura perfecta. Por su gran tamaño no
puede confundirse con ninguna otra de las especies conocidas del
mISmo género.
Los incisivos son de un grosor extraordinario con relación al
tamaño del cráneo, de cara anterior lisa y más gruesos que anchos;
tienen 17 mm. de diámetro transverso sobre la cara labial y 20 mm.
de diámetro ántero-posterlor.
Las muelas 4, 5 y 6 constan de cuatro láminas cada una y la
muela 7 de cinco, estando dispuestas como en la especie precedente.
La muela 4 esalgo más pequeña que la muela 5, la muela 6 es
de igual tamaño que la 5 y la 7 es un poco más grandeque la 6
pero algo más angosta atrás. Las láminas que constituyen las mue=
las son fuertemente convexas adelante y con la capa de esmalte
muy espesa; atrás son al contrario un poco cóncavas y con la capa
de esmalte sumamente delgada. Las cuatro muelas superiores ocu-
pan un espacio longitudinal de 66 mm.
La forma general del cráneo se parece al de la vizcacha pero con
algunos caracteres particulares que lo alejan del de todos los de-
más roedores. El paladar es triangular pero la bóveda palatina se
extiende bastante más atrás de la última muela. Los frontales
constituyen una frente bastante más larga que ancha. El occipital
esancho y sumamente bajo. En cada lado del cráneo, adelante del
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 255
agujero suborbitario hay una gran fosa lagrimal muy profunda.
La cavidad cerebral es excesivamente pequeña:
Longitud del cráneo, del borde anterior de los incisivos al borde
posterior delos cóndilos occipitales, 28 centímetros. Ancho máximo
del cráneoentre los arcos sigomáticos, 17 centimetros.
Mioceno superior de Monte Hermoso. Colecciones del Museo Na-
cional.
Fam. Caviidae
Subfam. Eocardinae
ARCHAEOCARDIA MUSTERSIANA, DM. sp. Tipo: una rama mandibular
derecha con lasmuelas 5, 6 y 7 y el incisivo. Se distingue de 4.
mater por un tamaño bastante más considerable, por los dos cantos
externos de las muelas que son más angulosos, por el pliegue me-
diano interno de cada muela que se ha obliterado, y porel inci-
sivo decara anterior más ancha y menos oblicua. La cresta mase-
térica lateral externa de la rama horizontal de la mandíbula es tam-
bien menos acentuada. Las tres muelas 547 ocupan un espacio
longitudinal de 7 mm.
Eoceno inferior de Patagonia (Colpodonense de Colhué-Huapí).
Subord. Lagomorpha
Fam. Argyrolagidae, n. fam.
Los representantes de esta nueva familia se caracterizan por la
presencia de dos incisivos en cada rama de la mandíbula inferior,
y cinco muelas, la primera elíptica y las olras cuatro biprismáti-
cas como las de Lagomys. Constituyen el tronco de origen de los
Lagomorpha ó duplicidentados y son los roedores más primitivos
que se conocen. El descubrimiento de esta familia viene á resolver
el origen de los duplicidentados que era hasta ahora un misterio,
demostrando que se han separado de los Promysopidae indepen-
dientemente de losdemás roedores.
ARGYROLAGUS PALMERI (1), n. gen. M. Sp. Tipo: una rama man-
(1) T. S. Parmer, autor del Index Generum Mammaltuwm, la compilación más
completa y más perfecta que en su género se haya escrito.
256 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
dibular izquierda casi completa. Incisivo interno angosto, plano
sobre lado interno y convexo sobre el externo, igual al de Prolagus;
la base de este incisivo sólo llega hasta debajo de la muela 5. Inci-
sivo segundo más pequeño, elíptico, colocado detrás del incisivo
interno y separado de la muela que sigue por una barra corta. Las
cinco muelas en serie continua, la primera elíptica y las cuatro si-
guientes compuestas de dos primas, todas muy largas y de base
abierta. Rama horizontal de borde inferior muy convexo. Longitud
de la parte anterior del incisivo interno al borde posterior de la úl-
tima muela, 14,5 mm. Longitud del espacio ocupado por las 5
muelas, 9 mm.
Mioceno superior de Monte Hermoso.
Ord. PLAGIAULACOIDEA
Subord. Allotheria
Fam. Polydolopldae
POLYDOLOPS SIMPLEX (1), n. sp. Tipo: una rama mandibular iz-
quierda con el incisivo roto, las muelas3, 4 y 6 y los alvéolos de las
muelas 5 y 7. Talla comparable á la de P. Thomasi pero de formas
más esbeltas. Rama mandibular proporcionalmente más larga,
más delgada y de borde=nferior fuertemente arqueado. La
muela 3 es tansumamente a3queña que apenas sobresale del borde
alveolar y probablemente no existía en Jos individuos viejos; ade-
lante, entre esta muela y el incisivo hay una larga barra. La sín-
fisis es delgada, larga y vuelta hacia arriba presentando el aspecto
de una mandíbula de roedor. La muela 4 es grande y con dos aris-
tas verticales externas y una interna en la parte anterior; el borde
superior esarqueado, cortante y con dentelladuras poco acentuadas.
Longitud del espacio ocupado por las muelas 3 á 7,18 mm. Alto
dela rama horizontal debajo de la muela 6 sobre el lado externo,
8,5mm. Alto de la ramaen la sínfisis, 6 mm. -
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense de Colhué-Huapí).
(1) A.M. P., s. 31, t. IL, p. 185, pág. 119.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 257
OrRTHODOLOPS (1) scruriNus (2), nm. gen. mn. sp. Tipo: una tama
mandibular derecha con el alvéolo del gran incisivo y las muelas
3 47. Tamaño un poco mayor que el de Polydolops Thomast. Rama
mandibular muy arqueada, corta, baja y'sumamente gruesa ; en la
región sinfisaria el ancho de la rama mandibular es igual al alto.
Adelante dela muela 3, el borde superior de la barra es sumamen-
teancho, deprimido en el medio y con una entalladura profunda que
parece representar un surco alveolar en vía de desaparecer. La
muela 4, de corona oval y borde cortante, lleva numerosos diente-
cillos bastante fuertes. En las muelas 5 á 7 hay una columna ó
elemento interlobular muy fuerte que asciende hasta la superficie
masticatoria. Sobre el lado interno cada una de esas muelas pre-
señta adelante jun gran tubérculo cónico muy grueso y alto, se-
guido de un borde mas ó menos horizontal, dividido en pequeñas
cúspides cónicas, más numerosas en la muela 7 que en las otras.
Longitud del espacio ocupado por las muelas 34 7, 20 mm. Alto
de la rama horizontal debajo de la muela 5, sobre el lado externo,
10,5 mm. Alto de la rama adelante de la muela 3,6 mm. Espesor
de la rama mandibular, 6 mm.
Creláceo superior de Patagonia (notostylopense de Coluhé-Huapi).
ARCHAEODOLOBS (3) n. gen. Tipo: Archaeodolops clavulus = Polydo
lops clavulus Amgh. 1902, del horizonte notostylopense. Se distin-
gue de Polydolops por la muela 4 algo más pequeña, con la corona
menos oval y más acuminada, de borde cortante, pero sin dente-
lladuras y sin aristas verticales sobr> los costados de la parte an-
terior. Existe la muela 2 y tiene una na parecida á la de la mue-
la 3, pero es pequeña y separada de sta última por un pequeño
diastema.
ANISsODOLOPS (4), n. gen. Tipo: Anissodolops serrifer = Polydo-
lops serrifer Amgh. 1902, del horizonte notostylopense. Se distin-
gue por las muelas inferiores 3 y 6 con dos filas paralelas de tu-
bérculos cónicos, cada fila de cuatro tubérculos. Sobre el
(1) A. M. N.. s. 3%, t. IL, p. 180.
(2) A. M. N., s. 3, t. IL, p. 131. fig. 54.
(3) A. M. N., s. 3:,t. IL, pág. 150. fig. 75.
(4) A. M. N., s. 3, t. IL, p. 148, fig. 72.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVIHI 17
258 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
lado externo el tubérculo más grande es el anterior, dismi-
nuyendo sucesivamente de tamaño hasta el cuarto; sobre el
lado interno el tubérculo más grande es el cuarto, disminu-
yendo gradualmente de tamaño hacia adelante hasta el primero.
El gran tubérculo anterior externo y los dos primeros tubérculos
internos son un poco más altos, constituyendo como un lóbulo ante-
rior un poco más elevado que el resto de la superficie masticatoria,
con una cresta transversal Imperfecta y muy baja quejva del tubér-=
culo anterior externo al segundo tubérculo del lado interno. Los
dos tubérculos anteriores, interno y externo, están unidos por una
cresta delgada en arco de círculo, cresta que constituye el borde
anterior de la corona.
ANADOLOPS (1) THYLACOLEOIDES (2), N. gen. N. sp. Tipo: parte de
una rama mandibular izquierda con las muelas 4, 5 y 6. En este
género faltaba la muela 7. La muela + aunque mucho más grande
que la 5 no se eleva formando escalón sobre ésta sino que tiene su
extremidad posterior del mismo alto que la extremidad anterior de
esta última. Las tres"muelas disminuyen sucesivamente de tamaño
de la cuarta á la sexta, y el alto de la corona disminuye gradual-
mente dela parte anterior de;¿la_muela 4 enídonde es bastante ele-
vada, ála parte posterior de la sexta en donde es sumamente baja.
La muela 4+es de contorno rectangular y no de corona sectorial sino
ancha, como truncada transversalmente, un poco excavada sobre la
mitad interna, y la mitad externa sin tubérculos distintos, pero di-
vidida en secciones rectangulares por entalladuras á surcos trans-
versales sumamente estrechos y profundos ; la corona tiene 6 mm.
de diámetro ántero-posterior yun poco más de 3 mm. de diámetro
transverso. La muela 5 es igualmente de contorno rectangular y
con la parte anterior de la corona formando una colina transversal
angosta que no se levanta más arriba del borde de la muela, simu-
lando un lóbulo anterior un poco excavado en el medio; la parte pos-
terior bastante más larga que sigue á esta colina es igual-
mente un poco excavada sobre la línea longitudinal mediana y pre-
senta algunas entalladuras transversales sobre los bordes. La mue-
6 se pareceá la anterior, pero es un puco más angosta atrás y no
(DA. M. N., s. 3%, t. IL, pág. 186.
(2) A. M. N. s. 3*, t. IL, pág. 186, fig. 120.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 259
presenta entalladuras transversales. Las tres muelas, 4, 5 y 6, ocu-
pan un espacio longitudinal de 13,5 mm.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense de Colhué-
Huapi).
Subord. Paucituberculata
Fam. Epanorthidae
PILCHENIA LUCINA(1), n. gen. n. sp. Fundada sobre muelas persis-
tentes inferiores aisladas. Estas muelas están constituídas por dos
lóbulos, uno anterior pequeño y otro posterior mucho más grande.
El lóbulo anterior tiene la forma de una estrecha colina transversal,
un poco más ancha y redondeada sobre el lado externo, y más an—
gosta sobre el internoen donde termina en un tubérculo cónico ele-
vado; el centro de esta colina está ocupado por un foso profundo
alargado transversalmente. El lóbulo posterior es mucho más an—
cho, constituído por un borde periférico delgado que circunscribe
una cavidad ancha y profunda; sobre el lado interno este borde se
transforma en una cúspide elevada. En la cara posterior de la mue-
la hay un cíngulo transversal poco desarrollado. La muela figura-
da que puede considerarse como tipo, tiene 2,3 mm. de diámetro
ántero-posterior y 1,8 mm. de diámetro tranverso.
Cretáceo el más superior de Patagonia (pyrotheriense).
PILCHENIA LOBATA (2) n. sp. Fundada sobre muelas persistentes
inferiores aisladas, que se distinguen de las de P. lucina por ser de
tamaño mucho mayor y por el lóbulo anterior proporcionalmente
más ancho; el lóbulo posterior presenta sobre el lado interno una
cúspide central muy elevada con dos cúpides accesorias más pe-
queñas, una adelante y la otra atrás; el cíngulo basal transversal
posterior es muy fuerte y su parte superior separada de la mu-
ralla de la muela por una ranura transversal bastante ancha.
La muela típica figurada que forma parte de una rama mandi-
bular incompleta, tiene 4 mm. de diámetro ántero-posterior y 2,5
mm. de diámetro transverso.
(1) A. M. N.s. 3*, t. IL p. 128, fig. 49.
(2) A. M. N. s. 3%, t. IL, p. 128, fig. 50.
260 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Eoceno superior (notohippidense) de Karaiken en la Patagonia
austral.
Fam. Garzonidae
PROGARZONIA NOTOSTYLOPENSE, 1. Sen. D. sp. Tipo: un fragmento
de rama mandibular izquierda con el alvéolo del gran incisivo in-
terno y la muela 3 perfecta. La impresión sinfisaria se extiende
bastante más atrás de la muela 3, y sobre el lado externo hay una
perforación vascular de tamaño bastante considerable colocada de-
bajo de la raíz anterior del mismo diente. La muela 3 difiere de la
correspondiente de Garzonia, Stilothervum, etc., por ser de corona
más baja, comprimida y muy extendida de adelante hacia atrás;
consta de una cúspide anterior comprimida, seguida de un talón
muy prolongado que termina en un tubérculo posterior bastante
grueso pero poco elevado ; la corona tiene cerca de 3 mm. de
diámetro ántero-posterior por un poco más de un milímetro de
ancho. Alto de la rama horizontal debajo de la muela 3, sobre el
lado externo, 3,5 mm.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopense de Colhué-
Huapi).
Ord. SARCOBORA
Subord. Pedimana
Fam. Microbiotheriidae
CLENIA MINUSCULA, M. Sen. Nn. sp. Tipo: una rama mandibular
izquierda con las muelas 4 y 5 perfectas y los alvéolos de casi todos
los otros dientes, menos los incisivos. Este género se parece á Pachy-
brothervum sobre todo por larama mandibular arqueada lateral-
mente, pero es de tamaño muchísimo menor. El canino era muy
pequeño y vertical. La muela 1, ájuzgar por los alvéolos, no esta-
ba colocada transversalmente como en Pachybrotherrum. En las
muelas 4 y 5, el lóbulo anterior es mucho más elevado que el pos-
terior y constituído por tres tubérculos: uno externo, muy alto y :
grueso, que representa el anterior externo y dos internos mucho
más bajos ; de estos últimos, el que corresponde al anterior interno
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA , 261
está colocado al lado opuesto y en la base del anterior externo; el que
representa el mediano anterior está colocado sobre el mismo borde :
interno en la parte anterior de la muela, bastante más adelanteque el
anterior externo, al que se une por una cresta oblicua transversal.
El lóbulo posterior es mucho más bajo que el anterior, pero más an-
cho y redondeado atrás; comprende una gran depresión central ro-
deada por un borde periférico elevado, que se vuelve más grueso
sobrelos dos lados interno y externo, mientras queen la parte pos-
terior es más delgado y más bajo. Las dos muelas 4 y 53 ccupan un
espacio longitudinal de 4 mm. Distancia del borde posterior del al-
véolo del canino al borde posterior de la muela 6,10 mm.
Eoceno inferior de Patagonia (colpodonense de Colhué- Huapi).
Fam. Didelphyidae
DIDELPHYS ABRUPTA, N. SP. Tipo: una rama mandibular izquierda
con casi toda la dentadura. Es del tamaño de D. triforata, de la que
se distingue por la muela 1 que en vez de ser birradiculada, ineli-
nada hacía adelante y separada de la segunda porun diastema como
es el casoen la especie mencionada, es al contrario de una sola raíz,
implantada verticalmente y muy apretada, tanto á la muela 2 como
al canino.
Las muelas 2 y 3 son también más gruesas y más altas, siendo
esta última más elevada que la muela 4. El canino es también un
poco más fuerte. La rama mandibular es más comprimida, sobre
todo en la mitad anterior en donde el borde inferior desciende ver-
ticalmente en vez de encorvarse oblicuamente hacia adentro como en
D. triforata. Longitud del espacio ocupado por las 7 muelas, 33 mm.
Alto dela rama horizontal debajo de la muela 3, sobre el lado ex-
terno, 10 mm.; idem debajo de la muela 6, 12 mm.
Mioceno superior de Monte Hermoso. Colecciones del Museo Na-
cional.
DIDELPHYS BIFORATA, D. Sp. Tipo: una rama mandibular derecha
con el alvéolo del canino, la primera muela rota y las seis siguien-
tes perfectas. Es de tamaño un poco menor que D. triforata. Se dis-
tingue por la muela 1 que es en parte atrofiada, de una sola raíz,
implantada verticalmente y muy apretada al canino y á la muela
que sigue. La muela 2 es mucho más gruesa y considerablemente
más alta que la muela 3, pero esta última noes más elevada que la
2962 . ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
muela 4. El lóbulo posterior de las muelas 4 á 7 tiene la forma de
un talón bajo, con una fuerte depresión central rodeada por una
especie de cresta periférica elevada, en la que apenas se distinguen
los elementos primitivos. En la cara externa hay dos perforaciones
nuíricias, una muy pequeña, colocada debajo de la raíz de la muela
4, y la otra, á penas un poco más grande, se encuentra debajo de
la muela 1. Longitud del espacio ocupado por las 7 muelas, 31
mm. Alto de la rama horizontal, debajo de la muela 3, 8 mm.; idem
debajo de la muela 6, 10 mm.
Mioceno superior de Monte Hermoso. Colecciones del Museo Na-
cional.
DIDELPHYS PERPLANA, M. Sp. Representada por la parte posterior
de ambas ramas mandibulares con los alvéolos de las últimas mue-
las y la muela 7 del lado derecho. Es del tamaño de D. rmexpectata
pero se distingue por la forma delas ramas mandibulares. La rama
horizontal no es de borde inferior fuertemente convexo como en la
especie arriba mencionada, sino de borde derecho ó casi derecho,
con la cara externa menos convexa y la interna absolutamente pla-
na. La cara interna de la rama ascendente forma una superficie
igualmente plana y continúa con la de la rama horizontal.
Sobre la cara externa la fosa masetérica es muy poco pronunciada.
El borde anterior de la rama ascendente empieza á levantarse bas-
tante más atrás de la última muela. La apófisis ecoronoides es
bastante más alta y con su borde anterior fuertemente inelínado
hacia atrás. La inversión del ángulo mandibular parece era poco
acentuada ó casi nula. La muela 7 se distingue por su tamaño un
poco mayor, por el dentículo mediano anterior más pequeño, y por
el lóbulo posterior en forma de talón, que es más grande y sepa-
rado del lóbulo anterior por un valle transversal profundo. La
muela 7, tiene 7 mm. de diámetro ántero-posterior.
Alto de la rama horizontal debajo de la última muela, 13 mm.
Mioceno superior de Monte Hermoso.
HYPERDIDELPHYS ACUTIDENS, D. gen. n. sp. Tipo: la parte posterior
de una rama mandibular izquierda con las dos últimas muelas.
Estos dientes se distinguen por el dentículo anterior externo suma-
mente desarrollado, tanto en grueso como en alto, formando una
cúspide triangular muy aguda y elevada, sobre el lado interno de
la cual apenas se ve un pequeño vestigio del dentículo anterior in=
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 263
terno colocado en la base de la corona. El dentículo mediano ante-
rior es igualmente pequeño, muy bajo y colocado sobre el ángulo
anterior interno de la muela. El lóbulo posterior está reducido á
un pequeño talón basal, casi completamente atrofiado. La corona
de la última muela inferior tiene 7 mm. de diámetro ántero-pos-
terior y en la cúspide central 7 mm. de alto. La rama horizontal
debajo de la última muela, tiene 9,5 mm. de alto.
Mioceno superior de Monte Hermoso.
PARADIDELPHYS NODOSA, N. gen. n, sp. Tipo: una rama mandibu -
lar derecha con todas las muelas; esta pieza indica una especie
del tamaño de D. triforata, pero se distingue genérica y especifica -
mente por la forma de la mandíbula, la disposición de la denta-
dura y:su modo de evolución. La rama mandibular es muy arquea-
da, de cara externa convexa en su mitad inferior y fuertemente
deprimida en su mitad superior al lado de las raíces de los dien-
tes. Las muelas son en serie continua muy apretada; las tres ante-
riores están implantadas oblicuamente con el talón posterior vuel-
to hacia adentro. La primera muela es bastante grande, con dos
raíces, é implantada casi tranversalmente encima del alvéolo del
canino. La segunda muela es mucho más grande y más alta y con
un talón posterior muy prolongado. En las muelas 447, la cús-
pide principal (anterior externa) es muy alta, triangular, con la
opuesta interna (anterior interna) también bastante elevada y uni-
da á la externa por una cresta transversal casi hasta la cúspide.
El lóbulo posterior en forma de talón es bastante grande y muestra
el dentículo posterior interno completamente aislado en forma de
tubérculo cónico, mientras que el mediano posterior está unido por
una cresta al posterior externo.'En la última muela, el lóbulo poste-
rior ó talón es casi una mitad más angosto que en las muelas 4 á 6.
En este animal, la última muela salía con mucho retardo so-
bre las demás, mientras que el reemplazamiento de la tercera se
efectuaba más temprano que en las otras especie de la misma fa-
milia y simultáneamente con la aparición de la muela 7. La mue-
la 4es la más gastada v por consiguiente la más vieja de la serie
funcional. Al lado de esta muela, sobre la cara externa, hay una
protuberancia con una pequeña perforación que comunica con una
cavidad que representa el alvéolo de la muela de reemplazamien-
to en vía de reabsorción.
Longitud del espacio ocupado por las siete muelas, 33 mm.
264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Alto de la rama horizontal debajo de la muela 6, 10 mm.; idem
debajo de la muela 3, 6,5 mm.
Mioceno superior de Monte Hermoso. Colecciones del Museo Na-
cional.
CLADODIDELPHYS CRUCIALIS, DN. gen. n. sp. Representada por un
trozo de la parte anterior derecha del cráneo, con el alvéolo incom-
pleto del canino, los alvéolos delas muelas 2 y 3, y las demás mue-
las perfectas con excepción de la última, de la queno hay más que
un fragmento. La dentadura está colocada en serie continua muy
apretada, sin espacio entre el canino y la primera muela, ni entre
ésta y la segunda. La muela 1 aunque con dos raíces distintas, era
muy pequeña y apretada contra el canino. La muela 3 es comple-
tamente distinta de la del género Didelphys ; tiene dos raíces que
salen considerablemente fuera del alvéolo, de las cuales la anterior
es muy gruesa, cilíndrica y arqueada adelante, mientras que la
posterior es delgada y derecha; la corona es muy baja, formada
por un tubérculo cónico y grueso seguido hacia atrás de un fuerte
reborde basal en arco de círculo. Las tres muelas 4, 5 y6 aunque
construidas sobre el mismo tipo general de las de Didelphys se
distinguen por algunas particularidades y sobre todo por ser dife-
rentes una de la otra. La muela 4 tiene tres tubérculos cónicos so-
bre el borde externo, el del medio más grande, el anterior algo más
pequeño y el posterior todavía mucho más pequeño. La muela 5
sólo tiene dos tubérculos cónicos externos, el del medio de tamano
regular y el anterior mucho más grueso. En la muela 6 sólo existe
el tubérculo anterior; el resto del borde externo constituye una su-
perficie plana bastante ancha que se extiende hacia atrás y hacia
afuera en forma de expansión triangular. El tubérculo cónico cen-
tral posterior decada una de estas tres muelas'es muy grande ycom-
pletamente aislado. El maxilar lleva un agujero suborbitario ex-
traordinariamente grande en proporción del tamaño del cráneo. La
órbita no es de contorno anterior angular como en Didelphys, sino
de borde ancho y en arco de circulo. El lacrimal es muy extendi-
do sobre la parte externa y lleva dos perforaciones, colocadas no
solamente fuera de la órbita pero bastante lejos del borde de ésta.
Las muelas superiores 1 á6 ocupan un espacio longitudinal de
30 mm.
Mioceno superior de Monte Hermoso. Colecciones del Museo Na-
cional.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 265
Subord. SPARASSODONTA
Fam. Arminhieringiidae
ARMINHIERINGIA CONTIGUA, N- Sp. Tipo: parte anterior de una ra ma
mandibular derecha con los alvéolos de los incisivos, el canino y
las muelas 1 á 4, pieza que indica un animal de ¡talla considera-
blemente más pequeña que A. cultrata. Todoslos dientes están co-
locados formando una serie ininterrumpida y muy apretada. El
canino es más pequeño que en la especie típica 4. auceta y con-
siderablemente más corto, pues su extremidad posterior llega sólo
hasta debajo de la muela 4; la corona es acuminada, de cara labial
ancha y convexa, de cara lingual angosta y las caras laterales ex-
cavadas longitudinalmente; á pesar de no estar gastado por el uso,
carece completamente de esmalte; es de base abierta y á creci-
miento continuo; sobre el mismo borde alveolar tiene 12 mm. de
diámetro ántero-posterior y 11 mm. de diámetro transverso. La
muela 1 es pequeña, con la corona en forma de un cono fuerte-
mente inclinado hacia adelante encima del carino, aplastado 6 de-
primido en sentido vertical y extendido transversalmente ; está im-
plantada transversalmente al eje longitudinal de la serie dentaria,
con dos raíces soldadas en casi todo su largo y la corona completa-
mente desprovista deesmalte. La muela 2 es apenas un poco más
grande, de corona igualmente cónico-aplastada, implantada obli-
cuamente y menos inclinada hacia adelante que la precedente, La
- muela 3 es de tamaño mucho mayor, implantada verticalmente,
de corona cónica, seguida de un pequeño talón posterior y con
dos raices gruesas, bien separadas y divergentes. La muela 4 es
de corona más pequeña y mucho más baja que la precedente, de
contorno rectangular, apenas un poco comprimida y con dos raí-
ces muy largas, no divergentes y que parecen soldadas en todo su
largo. Las muelas 1 á 4ocupan un espacio longitudinal de 34 mm.
Cretáceo superior de Patagonia (notostylopensede Colhué-Huapi).
a
266 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Subord. Creodonta
Fam. Hyaenodontidae
HYAENODON AMERICANUS (Bravard) Amgh. = Eutemnodus america-
nus Bravard 1858. = Eutemnodus americanus Burmeister 1885,=
Apera sanguinaria Amgh. 1886. = Hyaenodon sudamericanus Bur-
meister 1892. Es sabido que Eutemnodus de Bravard es un sinó-
nimo de Hyaenodon. Eutemnodus americanus de Bravard, en 1885
fué considerado por Burmeister como un género de la familia de los
felidae; este autor dió un dibujo del tipo de Bravard que consideró
como la muela 5 inferior ó carnicera.
No pudiéndose conservar el nombre genérico de Bravard por ser
un sinónimo de Hyaenodon, y tratándose, según Burmeister, de un
animal de una familia distinta, en 1886 le di el nuevo nombre ge-
nérico de Apera. En 1892, Burmeister, sin entrar en mayores de-
talles, reconoce que los restos clasificados por Bravard como de Eu-
temnodus americanus son realmente del género Hyaenodon, pero
cambia el nombre específico dándole el de sudamericanus por
considerario más apropiado | Ahora, que puedo consultar el tipo de
Bravard reconozco que efectivamente setrata del género Hyaenodon,
pero también me apercibo que el diente figurado por Burmeister
como la muela quinta ó carnicera, es la última inferior, es decir,
la séptima del lado izquierdo; el autor no sólo se equivocó en el
número de la muela, sino que también tomó el lado interno, por
el externo, dibujándola de un modo tan defectuoso que nose puede
reconocer. En las colecciones del Museo Nacional existen otros res-
tos de dentadura superior é inferior de los que me ocuparé en otra
oportunidad. Acá me limitaré á indicar que todas esas piezas
indican claramente que pertenecen al género Hyaenodon, y á una
especie muy pequeña que parece aliada ó muy cercana del Hyaeno-
don Requient Gerv. de Europa. Los restos del Hyaenodon americanus
proceden todos del oligoceno superior del Paraná.
PARAHYAENODON ARGENTINUS, N. Sen. N. Sp. Tipo : un pie posterior
casi completo, acompañado de los caninos, un incisivo, la primera
muela inferior del lado derecho y algunas otras partes del esquele-
to, todo de un individuo. Estos restos son tan parecidos á los co—
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 267
rrespondientes de Hyaenodon que con dificultad es posible hacer
una distinción genérica.
El canino superior es casi derecho en la cara posterior y arquea-
do en la anterior, con la raíz un poco más gruesa que la corona ;
tiene en línea recta 39 mm. de largo, de los cuales 17 corresponden
á la corona; en la base de la corona tiene 11 mm. de diámetro ánte-
ro-posterior y 8 mm. de diámetro transverso. El canino inferior es
de corona un poco más arqueada. Los incisivos son parecidos á
los de Ayaenodon y la muela 1 inferior es absolutamente igual á la
de H. leptorhynchus.
Los huesos del pie comparados con los del Ayaenodon horridus
del cual tengo á la vista un molde, son casi absolutamente iguales.
El astrágalo es tan completamente igual, que si no fuera por el
tamaño un poco más pequeño delde Parahyaenodon el uno parece-
ría el molde del otro. La única diferencia la encuentro atrás de la
troclea en donde el de Parahyaenodon tiene una perforación astra-
galiana que no veo en el molde del de Hyaenodon pero que es posi-
ble exista en el original. Este hueso tiene 26 mm. de largo y 17 mm.
de diámetro transverso máximo. El calcáneo tiene 44 mm. de largo.
Todos los demás huesos del pie son iguales á los de Hyaenodon
horridus con la única excepción de las falanges ungueales que son
muy comprimidas, sin hendidura terminal ó apenas aparente, único
carácter que me permite establecer la distinción genérica.
Mioceno superior de Monte Hermoso. Colecciones del Museo Na-
cional.
ACROHYAENODON PUNGENS, N. gen. n. sp. Tipo: Parte posterior de
una rama mandibular derecha con la última muela y una muela
suelta de la misma rama que corresponde probablemente á la ante-
penúltima. Esta última muela ( m. 5) consta de tres cúspides com-
primidas y cortantes, colocadas sobre la misma linea longitudinal,
la del medio mucho más grande y más alta, y las laterales más pe-
queñas y sensiblemente del mismo tamaño y del mismo alto. Estas
tres cúspides son muy agudas, muy convexas sobre el lado externo
yal contrario muy deprimidas, casi excavadas sobre el interno
tomando todo el diente la forma de una hoja cortante dividida en
tres puntas; de las dos raíces de la muela, la anterior es 'mucho
más gruesa que la posterior. La corona tiene 9,5 mm. de diámetro
ántero-posterior y sólo 4 mm. de diámetro transverso en la parte
más gruesa de la base. La cúspide central tiene 10 mm. de alto.
268 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La última muela inferior sólo se distingue de la descripta por la
cúspide posterior mucho más pequeña que la anterior, y por la
cúspide central de tamaño proporcionalmente mayor y todavía más
convexa al lado externo. La corona tiene 12 mm. de diámetro ánte-
ro-posterior, > mm. de diámetro transverso máximo en la base, y
14 mm. de alto la cúspide central.
La parte de la rama mandibular que se extiende detrás de la
altima muela es excesivamente reducida ; la distancia del borde
posterior del alvéolo de la última muela al cóndilo mandibular es
de sólo 22 mm. La fosa masetérica es corta, ancha y muy profunda.
El cóndilo está colocado bastante más abajo del borde alveolar de
las muelas. La apófisis coronoides es excesivamente baja, levan-
tándose sólo 8 mm. arriba del condilo. El ancho máximo de la rama
ascendente desde el borde inferior hasta la cúspide de la apófisis
coronoides, es de sólo 25 mm.
Mioceno superior de Monte Hermoso. Colecciones del Museo Na-
cional.
Subord. Carnivora
Fam Procyonidae
PACHYNASUA CLAUSA, N. Sen. M. Sp. Tipo : una mandíbula con am-
bas ramas mandibulares y casi toda la dentadura aunque muy gas-
tada pues procede de un individuo muy viejo. El incisivo 3 es dos
veces más grueso que los incisivos 1 y 2. El canino es muy grueso
y de sección elíptica. La mandíbula lleva cinco muelas en serie
continua que corresponden á las muelas 2 á 6. Entrela muela 2 y el
canino hay un pequeño diastema, pero es probable que en los in-
dividuos más jóvenes existiera el pequeño molar primero. Las
muelas aumentan sucesivamente de tamaño desde la m. 2, hasta
la m. 5, siendo la m. 6 más pequeña que esta última. Las mue-
las 2 y 3 están implantadas oblicuamente, teniendo esta última un
eran talón vuelto al lado interno. La muela 5 es como en los osos
y los perros, de grandes dimensiones, angosta adelante ymás ancha
atrás. La mandíbula es gruesa y baja, con una sínfisis muy robus-
ta que se extiende hasta la parte posterior de la muela 2, y con las
dos ramas fusionadas. El borde inferior de la rama horizontal es
convexo en la región de las dos muelas posteriores y cóncavo deba-
jo de las muelas anteriores. La fosa masetérica es profunda, trian-
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 269
gular y con un agujero enel fondo del triángulo como en la gene-
ralidad de los marsupiales. No hay ángulo mandibular ó apenas
existen vestigios visibles. El cóndilo que está colocado al mismo
nivel del borde alveolar de las muelas, es muy angosto, muy con-
vexo de adelante hacia atrás, de gran diámetro transverso y perfec-
tamente horizontal en toda su extensión. El canino, sobre el borde
alveolar tiene 13 mm. de diámetro ántero-posterior y 9 mm. de
diámetro transverso. Las cinco muelas ocupau un espacio longitu-
dinal de 42 mm. Distancia del borde del ángulo externo del cóndi-
lo mandibular al borde anterior del alvéolo del canino, 106 mm.
Alto de la rama horizontal debajo de la muela 5, 21 mm.
Mioceno superior de Monte Hermoso. Colecciones del Museo Na-
cional.
Fam. Ursidae
PARARCTOTHERIUM ENECTUM (1) n. gen. n.sp., Tipo: una mandíbula
inferior con casi todaladentadura. Síinfisis mandibular sumamente
corta, gruesa y ancha, con ambas ramas mandibulares soldadas.
Ramas mandibulares igualmente cortas y muy fuertes. Caninos
muy gruesos. Muelas en número completo de siete. Las cuatro
muelas anteriores de reemplazamiento muy pequeñas, simples y
agrupadas en un espacio sumamente corto en proporción del que
ocupan las muelas persistentes; la cuatro reemplazantes ocupan
juntas un espacio longitudinal menor que cada una de las dos pri-
meras persistentes. La muela 1 es de una sola raíz y está colocada
encima de la parte posterior del canivo. Las muelas 2 y 3, tam-
bien de una sola raíz, están fuera de la posición normal, colocadas
sobre una misma línea transversal, la muela 2 sobre el lado ex-
terno y la muela 3 sobre el interno. La muela 4 conserva dos raíces
pero soldadas y está implantada con el eje mayor de la corona en
dirección transversal. Las muelas persistentes 3, 6 y 7, son de co-
rona mucho más complicada que las de Arctotherdum. Longitud
del espacio ocupado por las cuatro muelas de reemplazamiento,
30 mm. Longitud del espacio ocupado por las muelas persistentes
5,6 y 7, 84 mm. Longitud del espacio ocupado, por el canino y
las 7 muelas, 16 ctm.
Formación pampeana (parte basal del horizonte bonaerense) me-
dia de la ciudad de Buenos Aires. Colecciones del Museo Nacional.
(1) A. M. N.s. 3, t. III, ps. 61 y 62, figs. 59 y 56.
270 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
PARARCTOTHERIUM PAMPARUM, D. Sp. Tipo: un cráneo perfecto con
toda la dentadura yuna mandíbula casi perfecta. Se distingue de la
especie precedente por un tamaño considerablemente menor. El
cráneo es de rostro y frente muy abovedados, formando desde el
occipital hasta la parte anterior de los nasales una línea convexa
regular, sin la fuerte cresta sagital quedistingue el de Arctotherium.
La apertura nasal posterior se abre al nivel del borde posterior de
la última muela. Comparado con el de este último género es tam-
bién una mitad más estrecho. En la mandíbula, los- cuatro dientes
de reemplazamiento son de corona aplastada y están en la misma
línea longitudinal, siendo la muela 1 mucho más grande que las
muelas 2 y 3. La muela 4 es mucho más baja que la muela 5, con
dos raíces fusionadas, pero con el gran eje de la corona en la misma
dirección longitudinal del resto de la dentadura. En la muela 5 el
tubérculo mediano anterior es rudimentario. Para dar una idea de
las diferencias en las proporciones del cráneo de ambos géneros
doy en seguida algunas de las principales medidas:
Pararetotherium Arcitotherium
. y AS pamparum bonaerense
Longitud del cráneo de los cóndilos
occipitales á los incisivos..... 0*32 0*39
Diámetro transverso máximo en-
tre los zigomáticOS........... 020 030
Formación pampeana (parte superior del piso bonaerense) de
Mercedes, en la provincia de Buenos Aires. Colecciones del Museo
Nacional.
PROARCTOTHERIUM, N. gen. Tipo: Proarctothervum velustum= Arcto-
thervum vetustum Amgh. 1885. Aunque hasta ahora no se han en-
contrado nuevos restos de este animal, por el conocimiento más
completo que ahora tenemos de los osos extinguidos de la forma-
ción pampeana, es evidente que el del terciario del Paraná debe
pertenecer á un género distinto. Todas las especies de los géneros
Arctothervum y Pararctothervum coinciden en tener la última muela
inferior de contorno circular más ó menos perfecto y la penúltima
de ancho igual ó casi igual en todo su largo. La especie del tercia-
rio del Paraná tiene la última muela alargada en sentido longitu-
dinal y la penúltima con su parte posterior considerablemente más
angosta que la anterior. Estas diferencias presuponen otras en el
resto'de la conformación, lo que unido á su antigúedad mucho más
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 274
remota, no deja lugará dudas de que se trata de un género distinto
enla línea antecesora directa de Arctothervum y Pararctotherium.
Fam. Canidee
Subfam. Amphicyoninae
AMPHICYON ARGENTINUS, N. sp. Tipo: una muela 5 superior dere-
cha de un gran perro que no es posible distinguir genéricamente
de Amphicyon. Los dos lóbulos externos tienen la forma de tubércu-
los cónicos, gruesos, bajos y todavía mas convexos sobre el lado
interno que sobre ei externo, siendo el tubérculo posterior apenas
un poco más bajo que el anterior. La parte interna de la muela es
muy prolongada y lleva dos tubérculos internos seguidos hacia
adentro de un reborde basal muy desarrollado. Hay una fuerte
cresta transversal anterior en forma de arco de círculo que une el
gran tubérculo anterior externo al anterior interno, pero en el lóbu-
lo segundo, los dos tubérculos, posterior externo y posterior inter-
no permanecen separados. La corona mide 17 mm. de diámetro
ántero-posterior sobre el lado externo, 22 mm. dediámetro transver-
so siguiendo el borde oblicuo anterior, y 19 mm. siguiendo el bor-
de transverso posterior.
Mioceno superior de Monte Hermoso.
NOTOAMPHICYON PARANENSIS, N. gen. n. sp. Tipo : las dos muelas
inferiores 5 y 6 del lado derecho, con la corona casi intacta, piezas
que indican un animal de tamaño un poco menor que Amphicyon
giganteus. La conformación general y la relación de tamaño es la
misma de los cánidos en general, pero son de corona más ancha y
más tuberculosas acercándose á las de los osos. La muela 3 se dis-
tingue muy especialmente por no ser cortante ó sectorial como en
Amphicyon, sino más ancha y con la gran cúspide central que repre-
senta el dentículo anterior externo relativamente muy baja. El
dentículo mediano anterior está mas dado vuelta hacia adentro y
separado del anterior externo por una cavidad interna grande y
profunda. El dentículo anterior interno forma un tubérculo cónico,
grueso y alto que está ligado al anterior externo por una cresta
oblicua. El lóbulo posterior tiene la forma de un gran talón, bajo,
ancho, con un borde periférico elevado querodea una cavidad circu-
lar con un par de tuberculitos en el centro.
972 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La muela 6 en relación á la 5es un poco más grande que en
Amphicyon y Canis, de contorno más rectangular y con el lóbulo
anterior un poco más alto que el posterior; los dos tubérculos
opuestos correspondientes al anterior interno y al anterior externo
están soldados hasta la cúspide; el dentículo mediano anterior da
igualmente vuelta al lado interno en donde está separado de los
otros dos por una cavidad interna profunda. El lóbulo posterior en
forma de talón presenta un gran tubérculo externo que se prolonga
adelante en forma de cresta hasta unirse al dentículo anterior
externo, mientras que sobre el lado interno tiene un gran reborde
en forma de callo basal. La muela 3 tiene 21 mm.de diámetro ánte-
ro-posterior y 11 mm. de diámetro transverso máximo. La muela 6
tiene 17 mm. de diámetro ántero-posterior y 10 |¡mm. de diámetro
transverso.
Este género parece colocarse en la línea que de los Amphicyo-
nimae conduce á los Ursidae del grupo de los Arclotherinae.
Oligoceno superior (piso mesopotamense) del Paraná.
Se Fam. Felidae
SMILODON CKUCIANS, M. Sp. Tipo: una rama mandibular derecha
con la dentadura. Se distingue de S. bonaerensis por un tamaño
considerablemente menor y por la rama mandibular muy baja y
torcida lateralmerte en forma de S. La apófisis del ángulo mandi-
bular se reduce ¿ ún tubérculo muy grueso y corto. La barba
de lasínfisis no forma proceso mentoniano descendente, sino que
traza una curva que asciende regularmente hacia arriba. Las
muelas son sumamente comprimidas, cortantes y con la super-
ficie del esmalte cubierta de rugosidades cortas y verticales. Las
dos muelas inferiores vcupan un espacio longitudinal de 48 mm.
Distancia del borde anterior del incisivo externo al borde poste-
rior del cóndilo, 167 mm. Alto máximo de la rama horizontal deba-
jo de las muelas sobre el lado externo, 34 mm.
Pampeano inferior (piso ensenadense) de la ciudad de Buenos
Aires. Colecciones del Museo Nacional.
FELIS PROPUMA, N. sp. Representada porun trozo de rama man-
dibular derecha, con la muela 3 incompleta adelante, la muela 4
perfecta y el alvéolo incompleto de la muela 5. Esta pieza indica
una especie cercana del puma pero notablemente más pequeña.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 273
La muela 3, no está implantada oblicuamente como enel puma y la
onza sino con el eje mayor de la corona en la misma dirección
de la serie dentaria. La muela 4 se distingue por los dos tubér-
culos basales anterior y posterior de tamaño más considerable que
en el puma. Diámetro ántero-posterior de la muela 4, 15,5 mm.
Alto de la rama horizontal debajo de la muela 4, 23 mm.
Pampeano inferior (piso ensenadense) de Mar del Plata.
FELIS PROPLATENSIS, N. sp. Tipo: Un cráneo perfecto con la man-
díbula y toda la dentadura intacta. El tamaño es un poco mayor
que elde Felis oncaó á lo menos sólo comparable con los más
erandes individuos de esta especie. El cráneo, visto de arriba di-
fiere inmediatamente del de la onza por la region frontal considera-
blemente más ancha, deprimida en su parte media longitudinal y
que se prolonga más adelante. Las apófisis postorbitarias son mu=
cho más grandes, siendo el ancho de la frente entre las extremida-=
des de ambas apófisis de 92 mm. y desólo 75 mm. en la onza. Ade-
lante de las apófisis postorbitarias, el ancho interorbitario de los
frontales en su mayor enangostamiento es de 33 mm. y de sólo 4-7
mm. en la onza. Los nasales tienen 62 mm. de largo, más ó ne-
nos como en la onza, pero no se extienden tan atrás pues solo llegan
hasta el tercio anterior de la órbita y en la especie actual ha: a la
mitad; además son bastante más anchos en toda su extensión, pare-
ciéndose más á los del puma que á los de la onza; tienen un diá-
metro transverso de 43 mm. en la parte anterior; -33mm. hacia
la mitad de su largo, siendo en la onza las mismas dimensiones de
32 y 27 mm. respectivamente. La apófisis del frontal que penetra
entre el maxilar y el nasal se extiende bastante más adelante que
en la especie actual y la región nasal se inclina hacia abajo de una
manera mucho más acentuada. El cráneo mide desde la parte pos-
terior de loscóndilos occipitales á la parte anterior de los incisivos
internos 244 mm. Diámetro transverso máximo 182 mm. Longi-
tud máxima desde la cresta occipital hasta la parte anterior delos
incisivos, 280 mm.
La dentadura superior se distingue por un mayor tamaño de las
muelas 3 y +, por un diastema más extendido entre el canino y la
primera muela que le sigue y por la muela 2 menos apretada á la
muela 3. Esta última muela tiene adelante del gran cono central
sobre el lado interno dos tubérculos basales en vez de uno como en
la especie actual; hay también dos tubérculos posteriores, ambos
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVII 18
974 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
bien desarrollados, correspondiendo el de más atrás al talón trans-
versal posterior de la misma muela de la onza; la corona tiene 21,5
mm. de diámetro ántero-posterior, siendo en la de la onza el mismo
diámetro de 19,5 mm. La muela + presenta un pequeño tubérculo
sobre el ángulo anterior externo como en la misma muela de F.
platensis pero menos pronunciado; la corona tiene 31 mm. de diá-
metro ántero-posterior y 28 mm. enla dela onza. E
La mandíbula inferior presenta diferencias todavía más notables;
su parte anterior es más prolongada y más baja, con la barba igual -
mente mucho más baja yla barra entre el canino y la muela 3.
mucho más larga que en la onza y en el puma. Sobre la cara ex-
terna la fosa masetérica es muy profunda. El borde inferior de la
mandíbula es de superficie más plana y termina en un ángulo man=
díbular invertido al lado interno de una manera muy acentuada,
dando á esta parte de la mandíbula un parecido muy notable con los
géneros extinguidos Borhayaena y Prothylacynus. Loscaninos in-
feriores son proporcionalmente más pequeños que los de la onza;
tienen debajo del cuello 16 mm. de diámetro ántero-posterior y 13,5
mm. de diámetro transverso. La barra entre el canino y el m. 2 es
de 23 mm. y de sólo 14 mm. en un gran cráneo de onza actual. La
muela 2 tiene 47 mm. de diámetro ántero-posterior, es notablemente
más anchaen la parte anteriorqueen la posterior y no tiene vestigios
de reborde basal transversal posterior; la misma muela de la onza
es al contrario más ancha atrás que adelante y con un reborde basal
transversal posterior bien acentuado. La muela 4tiene 23 mm. de
diámetro ántero-posterior, con los tres lóbulos más convexos tanto
sobre el lado interno como sobre el externo, siendo por consiguiente
menos cortantes y más cónicos que en la onza; lleva además un tu-
berculito basal anterior accesorio y otro más grande posterior.
La muela 5 no se diferencia de la misma de la onza y tiene 23
mm. de diámetro ántero-posterior. Las tres muelas inferiores 0cu-
pan un espacio longitudinal de 539 mm. Longitud de la mandíbula
desde el borde anterior del canino hasta el borde posterior del cón=
dilo, 178 mm.
Pampeano inferior (piso ensenadense) de la ciudad de Buenos
Aires. Colecciones del Museo Nacional.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 275
Ord. EDENTATA
Subord. Tardigrada
Fam. Rathymotheriidae n. fam.
RATHYMOTHERIUM PERFECTUM, N. Yen. n. sp. Tipo: un astrágalo
izquierdo con los caracteres de un edentado arborícola de tamaño
dos veces mayor que el más grande de los perezosos actuales. Se
distingue del mismo hueso de los perezosos existentes por el cuerpo
del hueso que es más ancho que largo, muy bajo y de tróclea poco
convexa; y por la cabeza que es menos oblicua, corta y muy ancha.
La tróclea, como en los géneros existentes, no presenta vestigios de
división en dos cóndilos; la superficie articular para la tibia es
oblicua en dirección inversa á la oblicuidad de la cabeza, exten-
diéndose sobre el cuello casi hasta el borde de la articulación esca-
foidal, límite extremo hasta donde alcanzaba la tibia en su moviente
ánteroposterior sobre el astrágalo; esta misma superficie articular
no llegaba hasta el borde interno del hueso, quedando una parte
libre que corresponde al cóndilo interno del astrágalo de los Mega-
lonyehidae que en este animal no quedaba cubierto por la tibia.
En la cara inferior la faceta sustentacular se encuentra casi supri-
mida y la faceta ectal es cóncava en dirección transversal y con su
eje mayor de adelante hacia atrás como enlos perezosos existentes.
Sobre el lado externo, inmediatamente adelante de la faceta ectal
y ¿continuación de ésta hay una segunda faceta articular de apoyo
sobre el calcáneo, destinada á limitar el movimiento de rotación
del astrágalo sobre el lado externo; esta faceta es independiente de:
la suplementaria inferior normal en muchos grupos de mamiferos,
y que también existe y de un tamaño considerable en el astrágalo
de Rathymothertum. La superficie articular escafoidal de la ca-
beza es casi plana, muy ligeramente convexa y con rugosidades en
su parte inferior que demuestran un principio de anquílosis con
el escafoides, y prueba que lafusión de huesos en el pie era todavia
más acentuada que en los perezosos actuales, aunque en su con-
formación general este hueso es de una forma menos especializada
276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
y menos alejada dela de los Megalonychidae. Diámetro ánteropos-
terior máximo 25 mm. Diámetro transverso máximo del cuerpo del
hueso, 23 mm. Alto del cuerpo sobre el lado externo, 12 mm. An=
cho de la cabeza en su borde anterior, 22 mm.
Mioceno superior de Moute-Hermoso. Colecciones del Museo
Nacional.
Subord. Vermilinguia
Los últimos descubrimientos paleontológicos en Patagonia, tien=
den á demostrar que los Myrmecophagidae actuales de Sud América,
los Mantidae actuales de Asia y Africa, y los Grravigrada extinguidos
de América, son las ramas de un mismo tronco que empezó á di-
versificarse probablemente durante los últimos tiempos de la época
cretácea.
Fam. Myrmecophagidae
Por la conformación del esqueleto, los mirmecófagos ú osos hor-
migueros representan un tipo más primitivo que el de los gravigra-
dos; no dejaba pues de serun hecho hasta cierto punto inexplicable
el de que hasta ahora no se hubieran encontrado representantes
fósiles de esta familia ni en la formación pampeana ni en las for-
maciones mas antiguas. Las últimas investigaciones han puesto
á descubierto en la formación santacruceña restos que indiscutible-
mente pertenecen á especies de este grupo.
Como no es mi propósito dar acá una descripción completa de
estos restos, sino determinar las diferentes formas representadas,
sólo tomaré en cuenta las indicaciones que proporcionan el calcáneo
y el astrágalo, pues de todos los huesos del esqueleto son los que
representan una forma más característica é inconfundible con la
de los otros edentados. El astrágalo de Myrmecophaga que me servi-
rá como término de comparación, se distingue por el cuerpo que es
de mayor diámetro transverso que longitudinal, con la troclea muy
ancha, regularmente excavada, bastante convexa de adelante hacia
atrás y con los dos cóndilos sensiblemente al mismo nivel. La ca-
beza articular es bastante prolongada hacia adelante, pero sin enan=
gostamiento en el cuello, y además se encuentra colocada no obli-
cuamente como en los gravigrados sino sobre la misma línea lon-=
gitudinal dela mitad interna de la troclea. La cara anterior de la
cabeza es truncada transversalmente y un poco deprimida ó ex-
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 277
cavada en el medio, pero con el borde inferior é interno convexo
con superficie de apoyo sobre el calcáneo. La superficie de articu-
lación con el escafoides es así cóncavo-convexa en sentido transver-
sal y del lado externo al interno.
PROTAMANDUA ROTHI, N. gen. D. sp. Tipo: un calcáneo derecho per-
fecto de un animal de la talla de Zamandua tetradactyla actual
pero algo más robusto. Este hueso concuerda con el correspon-
diente de Tamandua en todos sus principales caracteres pero
muestra otros que lo acercan de Myrmecophaga y de Manas. La face-
ta articular externa para el astrágalo es de contorno elíptico como
en Tamandua pero con su eje mayor en dirección menos tranversal.
La faceta suplementaria para el astrágalo es grande como en Myr-
mecophaya pero se une con la faceta sustentacular en vez de quedar
separada de ésta por un surco como en el último de los menciona-
dos géneros. No hay vestigios de faceta articular para el peroné en
lo que concuerda con Myrmecophaga y se distingue de Manas, pero
todo el hueso es arqueado lateralmente formando una concavidad
externa como en el calcáneo de este último género, existiendo tam-
bién un principio de esta curva en el de Myrmecophaga. Este hueso
tiene 29 mm. de largo sobre el lado interno, 10 mm. de alto en el
límite posterior de la faceta ectal, y 16 mm. de diámetro tranverso
en su parte anterior.
Eoceno superior (santacrucense) de la Patagonia austral. Colec-
ciones del Museo de La Plata. He podido estudiar esta pieza gracias
á la deferencia del doctor Santiago Roth, á quien dedico la especie.
PROMYRMEPHAGUS EURYARTHRUS, N. gen. nm. sp. Tipo: un astrá-
galo derecho perfecto, de tamaño muy pequeño. Diliere del corres-
pondiente de Myrmecophaga por la troclea un poco más angosta y
algo más profunda; por los dos cóndilos de la troclea un poco más
desiguales, siendo el interno un poco más corto que el externo ;
y por la posición de la parte más profunda de la troclea que
se encuentra mas al lado interno que al externo. La cabeza arti-
cular presenta detrás del borde anterior una depresión profunda
que penetra en la región anterior de la troclea. La parte anterior
cortada transversalmente muestra la superficie articular para el
escafoides casi completamente plana, la depresión característica del
de Myrmecophaga siendo apenas aparente. La superficie de articu-
lación peroneal del lado externo, demuestra que el peroné alcanza-
978 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ba á descansar sobre el calcáneo, lo que prueba que se trata de un
género distinto de Protamandua. Tiene 15,5 mm. de diámetro
ántero-posterior sobre el lado interno, 12 mm. sobre el externo y
15,5 mm. de diámetro lransverso máximo.
Eoceno superior (santacrucense) de la Patagonia austral.
ProMYRMEPHAGUS DOLICHOARTHRUS, DM. Sp. Tipo: un astrágalo de-
recho perfecto. Se distingue del precedente por su tamaño notable—
mente menor, y por el cuerpo del hueso un poco más prolongado
y más angosto. La troclea es más profundamente excavada y se
enangosta considerablemente hacia atrás. El cóndilo externo es
más elevado y más comprimido, y el interno es más bajo, más an-
cho y más redondeado. La pequeña depresión de la faceta escafoidal
es todavía menos pronunciada apareciendo la superficie articular
casi completamente plana. Tiene 14,5 mm. de diámetro ántero-
posterior sobre el lado interno, 10,5 mm. sobre el externo y 12 mm.
de diámetro transverso máximo.
Eoceno superior (santacrucense) de la Patagonia austral. Colec-
ciones del Museo de La Plata. He podido examinar esta pieza por
atención del señor Roth.
Fam. Manidae
Esta familia se consideraba hasta ahora como exclusiva del anti
guo continente. Apesar desu gran parecido con los Myrmecophaga-
dae, recientemente fundándose en el modo de articulación de las
vértebras que es normal en vez de complicado como en los osos
hormigueros, seha pretendido que los pangolines tienen un origen
distinto y que no son edentados.
El hallazgo de restos fósiles de Mantidae en Patagonia cambia
fundamentalmente los términos del problema. Por otra parte, el
estudio de los gravigrados antiguos de la Argentina demuestra que
la complicación en el modo de la articulación de las vértebras, es
un caracter adquirido gradualmente durante la época terciaria.
ARGYROMANIS PATAGÓNICA, DM. gen. n. sp. Tipo: un astrágalo
izquierdo casi perfecto, que indica un animal de talla casi una
mitad mayor que la de Manis javánica. La conformación es tan
parecida á la de Manis que la distinción genérica que establezco
reposa más bien en el hecho del gran espacio que los separa en el
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 279
tiempo y en la distribución geográfica, que no en caracteres ana—
tómicos de real importancia. La única diferencia apreciable apa-
rece en la parte anterior de la troclea que es un poco más excavada
en Argyromanis que en Manis. La superficie articular escafoidal es
un poco menos excavada, casi plana y algo oblicua de modo que
mira un poco hacia arriba. Comparado con Manis javánica, salvo
estos detalles insignificantes el astrágalo del uno es el molde del
astrágalo del otro. Las diferencias que existen entre el astrágalo
del género patagónico comparado con el delos pangolines asiáticos,
son menores que las que hay entre el mismo hueso de los pangoli-
nes de Asia comparado con el de los pangolines de Africa. Longitud
del astrágalo 18 mm.; diámetro transverso máximo, 14 mm.
Eoceno superior (santacrucense) de la Patagonia austral.
ORTHOARTHRUS MIXTUS, B. Sen. 1. Sp. Tipo: un astrágalo izquierdo
perfecto de un animal dela talla de Manis gigantea. Esta pieza in-
dica un animal más próximo de los pangolines africanos que de
los asiáticos, pero presenta al mismo tiempo caracleres interme-
diarios muy notables entre los Manidae y los Gravigrada primi-
tivos.
El cuerpo del hueso es muy aucho y excesivamente corto, con
la troclea muy convexa de adelante hacia atrás; la parte posterior
de la troclea, desciende verticalmente hacia abajo por un largo
trecho enangostándose hasta terminar en una cresta transversal
descendente, tan corta que toma la forma de un tubérculo alargado;
la parte superior de la troclea es regularmente excavada y con los
dos cóndilos del mismo alto. La cabeza es de tamaño considerable
pero corta y bastante oblicua. La superficie articular escafoideana
es más cóncava que en los géneros precedentes, pero la parte interna
convexa es proporcionalmente pequeña. Toda la cara externa está
ocupada por una superficie articular destinada al peroné, muy
parecida á la misma de Manais, probando que existía sobre el cal-
cáneo una faceta peroneana de tamaño considerable. En la cara
inferior, la disposición de las facetas articulares, crestas y surcos
es absolutamente la misma que en Manas.
El carácter que loacerca de los gravigrados consiste en el cóndilo
interno de la troclea que es muy corto y muy convexo en sentido
ántero-posterior, muy extendido transversalmente y con su borde
anterior interno unido por una cresta ósea al borde interno posterior
de la cabeza articular.
280 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Las dimensiones de esta pieza son: diámetro ántero-posterior,
28 mm.;diámetro transverso máximo, 30 mm.; alto máximo,
20 mm.
Eoceno superior (santacrucense) de la Patagonia austral. Co-
lecciones del Museo de La Plata. Estudiada por deferencia del
doctor Roth.
Subord. Gravigrada
Fam. Megatheriidae
Los últimos descubrimientos de edentados en las formaciones
terciarias vienen á demostrar que los Megatheridae son los descen-
dientes directos de los Prepotheriidae y que las dos familias deben
reunirse en una sola. La principal modificación consiste en la pri-
mera muela de cada mandíbula, que de pequeña y elíptica que
era en las formas más antiguas, se volvió más gruesa y rectangu-
lar en las formas más modernas. La línea directa que conduce al
gigantesco perezoso de la formación pampeana, empieza con el géne-
ro Proprepotherium de la parte superior de la formación patagó-
nica, y sigue con los géneros Prepothervum, Prepotheriops, Mega-
thericulus, Promegatherium y Megathervum del pampeano para
terminar con el Essonodonthervum de las capas más superficiales
de la misma formación.
Subfam. Prepotherinae
PROPREPOTHERIUN DESEADENSE, DM. gen. n. sp. Tipo: parte posterior
de la rama mandibular derecha con el alvéolo de la muela 2 y las
muelas 3 y 4. Las muelas segunda y tercera son de contorno rec-
tangular y la cuarta de contorno subelíptico. La principal distin-
ción genérica con Prepolhervum consiste en la rama mandibular
baja, excesivamente gruesa y de borde inferior casi derecho, Ca-
reciendo por consiguiente de la parte descendente muy convexa de
este último género y de todos los demás géneros más recientes
de la misma familia. La abertura de la rama externa del canal
alveolar es muy pequeña y está colocada completamente al la-
do externo de la base del borde anterior de la rama ascendente.
Tamaño mucho menor que el delas especies conocidas del género
Prepothertum. La corona de la muela 3 tiene 9,5 mm. de diá-
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 281
metro ántero-posterior y 11 mm. de diámetro transverso. Alto de
la rama horizontal al lado externo de la muela 3, 29 mm. Expe-
sor máximo de la rama horinzontal al nivel de la ¡muela 3, 22 mm.
Eoceno medio (astrapolhericulense) de la Patagonia austral.
PREPOTHERIOPS MEGATHEROIDES, D. gen. 0. Sp. Tipo: parte anterior
de un paladar y parte anterior de la rama mandibular derecha con
los alvéolos de las dos primeras muelas. Este género constítuye la
transición de los Prepothermaeá los Megatherimnae; se pareceá los pri-
meros por las muelas que conservan la forma subelítica y la
primera la posición alejada de la segunda; se parece á los Megathe-
rinae en el paladar que ha perdido la forma triangular de Prepo-
theríum presentando las dos series dentarias paralelas como en
Megathertum. La región interdentaria del paladar es del mismo
ancho en todo su largo, y la región palatina de los maxilares se
extiende 'considerablemente adelante de la primera muela.
En la mandíbula, la primera muela es elíptica, de 8 mm. de diá-
metro mayor y está separada de la segunda por un diastema, de 7
mm. La segunda muela, de contorno rectangular, tiene 16 mm. de
diámetro transverso.
En el cráneo, la muela anterior es mas grande, de 9-=mm. de
diámetro ántero-posterior y con tendencia manifiesta á tomar una
forma subcuadrangular; el diastema que la separa de la segunda
es de 11 mm. El ancho de la región interdentaria del paladar, al
nivel de la muela 2, es de 22 mm.
Eoceno superior (horizonte santacrucense) de la Patagonia
austral.
Subfam. Magatherinae
MEGATHERICULUS PATAGONICUS, M. gen. 0. sp. Tipo: parte anterior
de un cráneo con el paladar perfecto pero sin muelas y un astrá-
galo del mismo individuo. Todas las muelas, incluso la pri-
mera, de contorno rectangular, con el diámetro transverso conside-
rablemente mayor que el ántero-posterior y colocadas formando una
serie continua muy apretada. Las muelas intermediarias 2, 3 y 4
son de tamaño considerablemente mayor, y la primera (m. 1) es un
poco más pequeña que la segunda, tanto en su diámetro ánteropos-
terior como transverso.;La última ó quinta es la más pequeña siendo
sobre todo la más comprimida de adelante hacia atrás. El alvéolo
de la muela segunda que parece era la más grande, tiene un diá-
2892 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
metro ántero-posteriorde 13 mm. y 23 mm. de diámetro transverso.
Las cinco muelas ocupan un espacio longitudinal de 75 mm.
La parte ó región interdentaria del paladar es absolutamente
idéntica como en el Megatherrum, siendo como en éste, plana y un
poco mas ancha atrás (29 mm.) que adelante (20 mm.). La región
palatina de los maxilares que se extiende adelante de la primera
muela es tan larga como la serie dentaria, en contraste absoluto con
la misma región eu el Magathervum que es excesivamente corta.
Esta parte del paladar tiene un ancho de 36 mm. que se conserva
igual en una extensión de cerca de 5 ctm.; pero más adelante en
donde se traba con las alas laterales de los intermaxilares, al-
canzaba un ancho de 6 ctm. En esta región la superficie del pala-
dar es como deprimida y con dos grandes surcos vasculares muy
profundos que se pierden penetrando en el hueso entre el primer
par de muelas. La longitud del paladar desde el borue anterior de
los maxilares hasta el borde anterior de la abertura nasal posterior
es próximamente de 16 ctm.
Visto el cráneo delado, los maxilares muestran una gran depre-
sión cóncava adelante de la prime ra muela, seguida en la región
más anterior de un nuevo ensanchamiento convexo como en los
antiguos géneros Hapalops, Eucholceops, etc.
El astrágalo es absolutamente idéntico al del Megathervum con
la única diferencia del tamaño, siendo sus diferentes dimensiones
un tercio de las del mismo hueso del otro género.
Tehuelche antiguo del Chubut (Laguna Blanca).
Fam. Mylodontidae
Subfam. Scelidotherinae
NEONEMATHERIUM FLABELLATUM, NM. gen. n. sp. Tipo: parte anterior
de un cráneo con las muelas y algunos huesos del mismo indi-
viduo. Presenta una mezcla de los caracteres de Nemalhervum,
Scelidothervum y Mylodon. El paladar es muy angosto atrás y se
ensancha gradualmente hacia adelante; la región interdentaria es
muy convexa en su mitad posterior, volviéndose más plana hacia
adelante, y algo deprimida y hasta excavada entre la primera
muela. Las cinco muelas están colocadas en serie continua. La
primera muela es de contornoelíptico consu eje mayoren dirección
longitudinal. La segunda, tercera y cuarta son triangulares, anchas
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 283
sobreel lado lingual, angostas y redondeadas sobre el lado labial,
y con un surco longitudinal mediano sobre la cara interna; es ab-=
solutamente la misma conformación que la de las muelas tercera y
cuarta de Pseudolestodon; estas tres muelas disminuyen sucesiva=
mente de tamaño de la segunda á la cuarta. La muela quinta tam-
bién triangular, es la más pequeña y tiene la misma forma de la
de Sceladolhervrum. Las cinco muelas ocupan un espacio longitu-
dinal de 7 ctm. La región interdentaria del paladar entre el par
de muelas anteriores tiene un ancho de 23 mm., y entre el último
par de sólo 12 mm.
El astrágalo es de forma intermediaria entre el de Sceladothervum
y el de los Megalonychidae; la cabeza articular es bastante larga y
muy oblicua hacia adentro como eu los representantes de esta
última familia, pero tiene abajo una cara articular cóncava para el
cuboides como el del Scelidotherium. Los falanges ungueales se
parecen á las de Mylodon.
Formación tehuelche antigua del Río Fénix en la Patagonia
austral.
SCELIDOTHERIOPS AVUNCULUS, 1. Sen. n. sp. Tipo: parte posterior de
unarama mandibular izquierda con el alvéolo incompleto de la
muela segunda, la muela tercera perfecta y el alvéolo de la cuarta.
De los gravigrados encontrados en la formación santacruceña es
el que más se parece á Sceladotherium. La: muela tercera es muy
comprimida de adelante hacia atrás, muy extendida transversal-
mente, afectando una forma rectangular con su mayor diámetro en
dirección oblicuo-transversal; los dos costado imterno y exlerno
son redondeados mientras que las dos caras anterior y posterior
son al contrario deprimidas; tanto por su forma como por su modo
de implantación presenta un gran parecido con la misma muela
de Scelidotherium; la corona mide “4,3 mm. de diámetro antero=
posterior y 13 mm. de diámetro transverso. Por el alvéolo se conoce
que la muela segunda era de la misma forma, con la misma im-
plantación oblicua y más ó menos del mismo tamaño. De la muela
cuarta queda sólo el alvéolo que demuestra era bilobada y de con-
torno parecido á la correspondiente de Sceladoutherium, pero propor-
cionalmente más corta, más ancha y con el lóbulo posterior interno
muy corto; tiene 12 mm. de diámetro ántero-posterior y 6 mm.-
de diámetro transverso máximo. La cara externa de la rama man-
dibular es muy convexa en la región dentaria, absolutamente plana
984 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
en la región masetérica y con la abertura de la rama externa del
canal alveolar colocada al dado externo de la rama ascendente á
unos 5 mm. del borde anterior de éste. Alto de la rama horizontal
debajo de la muela cuarta, 21 mm.
Eoceno superior (santacrucense) de la Patagonia austral.
Subfam. Mylodontinae
En un trabajo reciente, el señor Barnun Brown hace notar que el
tipo del género Mylodon es el Mylodon Harlani Ow. y no el Mylodon
Darwin Ow. como dice que equivocadamente yo lo afirmo. Sin
embargo, los dos nombres seencuentran en la misma página (p. 68)
de la descripción de Owen y es sabido que en esa época no se asig-
naba á la determinación exacta de la pieza tipo la importancia que
hoy se le reconoce. Yo me conformé con la intención bien manifies-
ta de Owen que no fué por cierto la de escoger por tipo la mandí-
bula del Mylodon Harlans que sólo conocía por molde como se des-
prende claramente del resto de su descripción y de una manera aun
más clara en su descripción del Mylodon robustus p. 13, 169, ete.
Así también lo interpretó Leidy en su notable memoria sobre los
edentados de este grupo (p. 58). Mi principal propósito fué siem-
pre tratar de evitar en lo posible los cambios de nombre genérico,
pero puesto que se quiere que la primera pieza descripta represen-
te incuestionablemente el tipo aun contra la intención bien mani-
fiesta de Owen entonces hay que llevar el cambio hasta sus últimos
límites aceptando todas sus consecuencias.
El antiguo género Mylodon queda así subdividido en cuatro gé-
neros que son:
1 Mylodon Ow. 1840. Tipo el Mylodon Harlan: de Owen;
22 Glossothervum Ow. 1840. Tipo: Glossotherrum Ow. 1840 y My-
lodon Darwins Ow. 1840. De una comparación que acabo de hacer
de la figura del occipital descripto por Owen bajo el nombre de
Glossothervum con el cráneo del Mylodon Darwint que se conserva
en el Museo Nacional me he convencido que se trata del mismo
animal como ya Owen lo había indicado.
3% Pseudolestodon Gervais y Ameghino, 1880. Tipo: el Lestodon
mylordes de Gervais y no el Mylodon gracilis como lo afirma el se-
nor Barnum Brovn. Las diferencias con Eumylodon se extienden
no sólo á la dentadura sino también á casi todas las partes del es-
queleto.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 285
> Eumylodon, un. gen. Tipo: Eumylodon robustus = Mylodon ro-
bustus Ow. 1842. La forma de la segunda y de la última muela infe-
rior del Mylodon robustus es muy distinta de la que presentan las
mismas muelas del Mylodon Harlani y la forma de la rama mandi-
bular de este último más arqueada adelante y más ascendente hacia
arriba, prueba que tenía una sínfisis más larga.
Las diferencias indicadas presuponen otras en el resto del esque-
leto, lo que unido á la enorme distancia geográfica indican elara-
mente que Mylodon y Eumylodon son dos géneros distintos. En
cambio no está demostrado que Paramylodon sea genéricamente
distinto de Mylodon Harlans; el lóbulo intermediario externo de la
última muela inferior, aunque poco pronunciado, seencuentra indi-
cado en el dibujo de esta última especie publicado por Leidy. Ade-
más, ese mismo lóbulo, y á veces muy desarrollado, se encuentra
en varias especies de Eumylodon y Pseudolestodon. La distinción
genérica de Paramylodon sólo podrá establecerse con seguridad
cuando se conozca la serie dentaria superior completa de Mylodon
Harlans.
EUMYLODON BONAERENSIS, M. Sp. Tipo: una mandíbula inferior con
ambas ramas y toda la dentadura. Talla de Eumylodon robustus pe-
ro de formas todavía más robustas. La primera muela es gruesa,
gastada transversalmente, de contorno elíptico, muy alargada en
dirección longitudinal, comprimida en sentido transversal, y con las
dos caras laterales regularmente convexas; tiene 23 mm. de diá-
metro ántero-posterior y 12 mm. de diámetro transverso máximo.
La muela segunda es de una forma trapezoide irregular, con un
surco longitudinal en cada una de las cuatro caras, siendo los de la
cara interna y posterior externa mucho más anchos y profundos.
La muela tercera es rectangular, implantada oblicuamente, con su
costado interno considerablemente más angosto que el externo, y
con un surco longitudinal muy profundo sobre la cara externa. La
última muela difiere de la de E. robustus, porel lóbulo anterior mu-
cho más grande y más extendido transversalmente, y por la parte
posterior interna del último lóbulo mucho más saliente hacia el
lado interno delimitando con el lóbulo anterior una gran depresión
perpendicular mucho más profunda. Las cuatro muelas inferiores
ocupan un espacio longitudinal de 13 ctm. Alto de la rama hori-
zontal al lado de la primera muela 81 mm. idem al lado de la parte
anterior de la cuarta, 93 mm.
286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Formación pampeana superior (piso bonaerense) de la provincia
de Buenos Aires. Colecciones del Museo Nacional.
OCTOMYLODON AVERSUS, NM. gen. n. sp. Tipo: una última muela
inferior derecha, muy diferente de la de todos los demás edentados
conocidos. Está constituída por dos partes elípticas con su eje ma-
yor en dirección transversal y reunidas por un istmo angosto y
corto, afectando así la forma de las muelas del género Octodon.
La cara anterior del lóbulo de adelante y la posterior del lóbulo de
atrás, son anchas y muy ligeramente convexas, pero los dos cos-
tados laterales, interno ¡y externo de cada lóbulo, son angostos y
muy convexos, de modo que la muela presenta dos grandes surcos
longitudinales, muy anchos y profundos perfectamente opuestos.
El prisma dentario se compone de una capa externa de cemento
tan delgada que no alcanza á medio milímetro de grueso; á esta
delgada lámina de cemento se encuentra sobrepuesta una capa de
dentina dura de tres á cinco mm. de espesor que ferma una cresta
periférica muy elevada sobre el centro de la corona que se presenta
ocupado por una cavidad profunda que reproduce el mismo
contorno externo de la muela y corresponde á la masa de dentina
vascular interna. La corona mide 39 mm. de diámetro ántero-
posterior sobre su línea media longitudinal, 33 mm. de diámetro
transverso en el lóbulo anterior, 28 mm. en el lóbulo posterior y
13 mm. en el istmo.
Oligoceno superior (mesopotamiense) del Paraná.
Subord. G1yptodontia
Fam. Selerocalyptidae
PALAEHOPLOPHORUS MERIDIONALIS, 1. sp. Tipo: un tubo caudal casi
perfecto y partes considerables de la coraza dorsal. El descubri-
miento del tubo candal completo de este género permite establecer
con exactitud sus relaciones. Está compuesto por placas con una
gran figura central y sin figuras periféricas, como en el género
Lomaphorus, pero se distingue por la extremidad terminal que no
tiene las grandes placas salientes laterales terminales de este úl-
timo género, y también de Selerocalyptus y Plohophorus. En Palae-
hoplophorus la parte terminal se compone de dos placas pequeñas,
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 287
alrededor de las cuales sigue un círculo ó anillo de siete placas,
de las cuales las laterales son un poco más grandes. El número de
placas aumenta en las filas posteriores en relación con el engrosa-
miento del tubo.
En los surcos que separan las placas hay una serie ó línea inin-
terrumpida de perforaciones ó agujeros relativamente grandes y
dispuestos de modo que las dos mitades cóncavas opuestas de cada
uno penetran en las dos placas contiguas. El tubo caudal en su
parte posterior es un poco deprimido y se encorva fuertemente
hacia arriba como en Sclerocalyptus Heusser+: en el medio es cilín-
drico mientras que en su parte proximal es un poco comprimido
lateralmente. El tubo tiene 39 ctm. de largo y hacia el medio en
su parte cilíndrica tiene 96 mm. de diámetro.
La especie se distingue facilmente del P. Scalabrini del Paraná
por las placas laterales de la parte terminal mucho más pequeñas
y con perforaciones periféricas de tamaño mucho más redu-
cido.
Formación tehuelche antigua de la Patagonia central.
PLOHOPHORUS CUNEIFORMIS, D. Sp. Tipo: un tubo caudal en perfecto
estado de conservación menos en sus dos extremidades que están
rotas. La parte existente tiene unos 46 ctm. de largo y entera debía
tener aproximadamente unos 60 ctm. Es proporcionalmente más
largo y un poco más delgado que el de Plohophorus figuratus, siendo
también más aplastado en sentido vertical. El distintivo principal
reside en la escultura externa. de la cara superior. Las figuras cen-
trales no son levantadas y más ó menos convexas como en la otra
especie sino planas, 4 menudo deprimidas y de superficie muy lisa.
Los surcos que separan las figuras centrales son muy angostos y no
llevan una fila completa de figuras periféricas ni aun en la parte
anterior, mientras que en P. figuratus las figuras periféricas de la
cara superior formanuna cadena ininterrumpida alrededor de todas
las figuras centrales. En P. cunea1formis las figuras periféricas son
en corto númeropero grandes y la mayor parte muy elevadas arriba
del plano de la figura central, pero no son couvexas ni de aspecto
tubercular como en la otra especie sino de superficie plana y casi
lisa. La mayor parte de esa figuras periféricas están colocadas en
los ángulos anteriores y posteriores de las placas, entre tres de
éstas, de manera que prolongándose por los surcos que las separan
toman un aspecto triangular muy regular, con ángulos muy agu-
288 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
dos, representando especies de cuñas interpuestas entre las figuras
centrales.
Mioceno superior de Monte Hermoso. Colecciones del Museo Na-
cional.
PLOHOPHORUS ARAUCANUS Ml. Sp. Tipo: un tubo caudal incompleto.
Esta pieza está constituida tanto arriba, como abajo y en los cos-
tados, por placas con una gran figura central elíptico-ovalada con
su mayor diámetro en sentido longitudinal. Las figuras centrales
son un poco levantadas en el medio y de superficie lisa. En la cara
superior las figuras periféricas forman alrededor de la figura cen-
traluna cadena generalmente incompleta; esas figuras son muy
pequeñas y en forma de tuberculitos elevados. En los costados y
en la cara inferior no hay tuberculitos ó figuras periféricas, sino
por excepción. El tubo caudal es recto y perfectamente cilíndrico.
En la extremidad anterior de la parte existente tiene un diámetro
de 75 mm. y entero debía tenerpróximamente unos 35 ctm. de largo.
Se distingue inmediatamente de P. figuratus y demás especies
de Monte-Hermoso, por su tamaño muchísimo menor. Del Ploho-
phorus Ameghinor de Catamarca se distingue por su forma perfecta-
mente cilíndrica, y por las figuras centrales de los costados y de
la cara inferior quecarecen del círculo de figuritas periféricas siem-
pre completo en aquella especie.
Formación araucana. Mioceno superior de la pampa central. Co-
lecciones del Museo Nacional.
Fam. Doedicuridae
DOEDICURUS ENSENADENSIS, M. Sp. Tipo: parte proximal de un tu-
bo caudal de un individuo completamente adulto. La especie se
distingue inmediatamente por su tamaño excesivamente pequeño,
comparable al de una pequeña especie de Lomaphorus. El diáme-
tro de la parte proximal del tubo es de sólo 12 ctm. No se ven ves-
tigios de suturas entre las placas, siendo el espesor de la coraza en
esta region de 124 15 mm. La superficie externa es rugosa, con
numerosas impresiones vasculares y perforaciones dispuestas de
un modo irregular, que se pierden en el interior del hueso sin atra-
vesar directamente al lado opuesto.
Formación pampeana inferior (horizonte ensenadense) de La
Plata.
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 289
Subord. Dasypoda
Fam. Dasypidae
EUTATUS PRAEPAMPAEUS, N. SP. Tipo: una rama mandibular dere-
cha casi perfecta. Talla, un tercio menor que la de E. Seguini. El
número de dientes es de diez como en la especie pampeana men-
cionada. La rama mandibular se distingue por ser muy baja y muy
gruesa, con la parte superior de la cara externa al lado del borde
alveolar muy convexa hacia afuera. El carácter distinto más notable
reside en el borde posterior de la rama ascendente que presenta
una profunda escotadura que delimita un ángulo mandibular
fuertemente pronunciado que no existe en las otras especies cono-
cidas del mismo género. Las 10 muelas inferiores ocupan un espa=
cio longitudinal de 67 mm. Alto de la rama horizontal debajo de
la antepenúltima muela, 21 min. Espesor de la rama madibular en
su parte superior en la región de la antepenúltima muela, 13 mm.
Mioceno superior de Monte Hermoso. Colecciones del Museo Na-
cional.
Subord. Peltateloidea
Fam. Peltephilidae
EPIPELTEPHILUS RECURVUS, M. gen. n. sp. Fundado sobre trozos
de un cráneo, del que existe la parte súperoposterior desde el
occipital hasta la parte posterior del frontal, un trozo de paladar
con dentadura y la mitad posterior de las ramas mandibula-
res con los últimos dientes, indicando un animal de talla mucho
más considerable que los más grandes peltefilos de la formación
santacruceña.
La parte posterior del cráneo noes comprimida y alta como en
Peltephilus sino más baja y mucho más ancha, con los parietales y
temporales muy extendidos lateralmente. La alta cresta sagital de
Peltephalus apenas está indicada, siendo la parte superior del crá-
neo en esta region, ancha, redondeada y apenas un poco más elevada
que la región frontal. La gran cresta occipital del género santacru-
ceño también es baja, aunque bastante ancha. Este poco desarrollo
de las crestas y la ausencia ó disminución de las grandes perfora -
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LVIMI 19
290 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ciones vasculares de los parietales de Peltephilus indican que el
casco cefálico de Eprpeltephilus debía ser de una conformación muy
distinta. El llano occipital carece de la cresta vertical mediana de
Peltephilus y su borde superior en forma de arco de círculo perfec-
to avanza hacia atrás, sobresaliendo considerablemente sobre el pla-
no vertical del hueso. El arco zigomático ya no presenta vestigios
de las suturas que en Peltephilus permiten distinguir el cuadrado
del verdadero zigomático y de la apófisis zigomática del temporal;
tampoco se ven vestigios del hueso largo y angosto de la parte su-
perior del cuadrado de Peltephilus, cuya homologia no está aún
bien determinada.
El agujeroauditivo conserva la misma posición que en Peltepha-
lus pero es de tamaño mucho mayor. En la expansión lateral del
temporal detrás y arriba del agujero auditivo hay una gran perfora-
ción del escamoso. Distancia desde el borde súperoposterior del
occipital hasta el borde anterior de los parietales, 7 ctm. Ancho del
plano occipital en su mitad superior en arco del círculo, 85 mm.
Diámetro transverso de la caja del cráneo en su enangostamiento
máximo detrás de las órbitas, 5ctm. Diámetro transverso adelante
de los agujeros auditivos, 12 ctm. Según este fragmento y de acuer-
do con la conformación de Peltephilus, el cráneo completo debia
tener unos 22 ctm. de largo por 14 ctm. de ancho máximo entre
los zigomáticos.
El trozo de paladar comprende la parte posterior de! lado derecho
con parte del alvéolo de la última muela, las,dos muelas penúltima
y antepenúltima y parte del alvéolo de la que precede á ésta. Las
muelas'en vez de estar inclinadas hacia atrás están implantadas ver-
ticalmente, menos la última que está fuertemente inclinada ha-
cia adelante; estos dientes aumentan gradualmente de tamaño de
atrás hacia adelante, y en vez de ser de sección prismática más ó
menos triangular, son de sección elíptica, un poco más convexos
sobre el lado externo que sobre el interno, é implantados un poco
oblicuamente. El último, á juzgar por la parte que queda del al-
véolo, no era rudimentario como en Peltephilus. La antepenúl-
tima muela tiene 10 mm. de diámetro ántero-posterior y 4,5 mm,
de diámetro transverso. La que sigue adelante es un poco más
grande y la que viene detrás algo más pequeña. Las cuatro últimas
muelas ocupan aproximadamente un espacio longitudinal de
36 mm.
La mandíbula inferior tiene la forma de la de Peltephilus, pero
MAMÍFEROS CRETÁCEOS Y TERCIARIOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 291
la dentadura es distinta. Las muelas en vez de estar fuertemente
inclinadas hacia adelante están implantadas verticalmente, y en vez
de ser prismáticotriangulares son subelípticas ó arqueadas, con-
vexas sobre la cara labial y un poco cóncavas sobre la lingual. La
última muela es bien desarrollada y no rudimentaria como en Pel-
tephilus; tiene 8 mm. de diámetro ánteroposterior y + mm. de
diámetro transverso. La penúltima y antepenúltima son sucesiva-
mente más grandes; ésta tiene 12 mm. de diámetro ántero-poste-
rior y $ mm. de diámetro transverso. Por el alvéolo se conoce que
la que seguía adelante era todavía algo más grande. Alto de la ra-
ma horizontal detrás de la última muela en su parte más baja, 21
mm. Longitud desde el borde anterior de la antepenúltima muela
hasta el borde posterior del cóndilo, 90 mm.
Formación tehuelche antigua de Laguna Blanca en la Patagonia
central.
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
Por FRAY JOAQUIN REMEDI (FRANCISCANO)
(Conclusión)
ORACIONES Y ESTUDIOS SOBRE EL IDIOMA MATACO
Yo, yo mismo. Nu, nujlam.
Tú. Am.
MEA Lam, lam.
Nosotros. Namil, nujlamil.
Vosotros. Amil.
Ellos. Lamil, jlamil.
Mio. Nu, nuca.
Tuyo. A, au.
Suyo, de él. La, lau, le, lo, lu.
Nuestro, nuestros. Nu, nuca.
Vuestro, vuestros. A, au.
Suyo, de ellos. La, le, lo, lu.
Tener. Huen.
Yo tengo. “Nu nihuen.
Tú tienes. Am la huén.
Él tiene. lamihuén.
Nosotros tenemos. Nujlamíl nihuen-nen.
Vosotros teneis. Amil la huennén.
Tuve, tuviste, tuvo. Au ni huente.
Tuvimos, tuvisteis, tuvieron. Nihuennente, a huennente.
Había tenido, etc. Nihuempaá.
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO 293
Tendré, tendrás, tendría.
Ojalá tuvieses.
Ojalá tuviesemos.
Cuando tenga.
Te daré.
Cuando tengas.
Este.
Este, esta es.
Ese.
Aquel.
Estos.
Esos.
Aquellos.
A mí, de mí á nosotros.
A tí, de tí, á vosotros.
A él, de él, á ellos.
Me has de dar.
Si yo tuviese.
Te daria.
Cuándo sea rico.
Recién descansaré.
Teniendo hambre.
No se puede trabajar.
Llegar.
He venido, he llegado.
Cuando han llegado.
Recien llego.
No hace mucho que he llegado.
Llegué ayer.
Llegué anteayer.
Hace cuatro dias que llegué.
Has venido muy temprano.
Has venido muy tarde.
No ha llegado todavía.
Cuándo llegará mi padre.
Ojalá llegue pronto.
Ojalá no venga el Padre ?
Talvez llegue mañana.
Nihuenla pije.
Ekipne quiá nibuen.
Ekipne quiá nihuennén.
Quia nihbuen.
Ni huénno la amu.
Quia lahuéen.
Toj, toja, toki.
Kop toja hue.
Toj lítzi.
To; linni.
Tokés, tokesí.
Tokés litrí.
Tokeslínni.
Nu, nubu, nuyej, nuya.
Ama, ame, ame).
La lu, tojlatzí, toj launi, tojes
latzi.
Huenno la núku.
Etupne quiá nihuén.
Nihuennopué amu.
Quia níhuen mayéc
Nequie noijlá ujnate.
Nihuentat naímbo.
Tuacanniejte quimliza.
Nom.
Nu nom.
Quié kote toj la nom?
Nequié nom.
Ni paj iquité nu nom.
Nu nomté unaj-ake.
Nu nomté unaj-el-ake.
Nu ikijualas jualisiki.
(yo aquí días cuatro.).
La nomtake inatej.
La nomtaje una).
Camaj nom-ité.
Te ketejla nom nu squiá?
Te quia la nomtaí.
Te quiá Polé ne nonunnata.
Nom la piye quijuála.
294
Ir, volverse
Me voy, me vuelvo.
Vete, vuélvete.
Se fué, se volvió.
Se volvieron.
Me iré.
Cuándo vas á volver ?
Volveré mañana.
Volveré entre un rato.
Volveré después.
No tengo gana (no vayas).
No quiero.
Si quiero.
Tengo ganas de volver á mi
casa.
Recién volvemos á nuestras tie-
rras.
Cuando vuelvas te pagaré.
No volveré más.
Comer.
Ven á comer.
Vengan á comer.
Toma esto, come.
Vayanse á sus ranchos.
Y no vuelvan más.
Vuélvanse á sus ranchos.
¿Dónde está Pedrito ?
Ha ido á pescar.
Ha ido á pescar con flecha.
Lo maté, lo pillé con la flecha.
Lo pillé con mi anzuelo.
Lo pillé con la red.
¿Con quién ha ido?
Ha ido solito él.
Ha ido con su padre.
¿Cuándo volverá?
No lo sé.
Ven conmigo.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Yej yop!
Nuyec, niopil.
Maa, opil.
Yoko, opilquie.
Opilquie Kén.
Ni yopniláa, niopil.
Quie kote la tapil?
Nupinla quijuala.
Nupinla qui paj.
Nupinlac paj piye.
Oitajíite (yaj lecquia).
Nihuoyeitá-níquilamquia (quí-
quite).
Ei, nihuoyel.
Oitaj niyopuí nu huétte.
Nequié nivopilca nu huetteiséi.
Quial tapil natzilá (pagar-natis).
Yaj nupinuite.
Tec, tequi, tujul.
Aquiéna tec.
Aquioko na tec.
Na toja, tu).
Opiaijñen á huettes
Yajtapil-la.
Opilaica la huéttel.
Quié ¡kí Pedrito?
Yec ¡huocoi(si con redes).
Yec tiojinat huakat.
Nilonnaka, nigucoké nu lutec.
Nilonnejnucatinéj.
Nutzoya kop nuhot kotanáj.
Atzimo toja 1quie?
Tquié ibotekukí (uno).
Iquíé l'ausquía.
Quiéla kotáj tapil?
Tayej.
Aquienéc-aquienuca.
, VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
¿Quieres ir conmigo á Salta?
Come vos.
Yo comeré después.
Ahora comeremos nosotros.
Después comereís vosotros.
Comamos nosotros ahora.
Después comerán ellos.
¿Has comido?
Si, hecomido.
¿Qué has comido?
Ayer comí pan y queso.
Hoy he comido carne asada.
¿Has acabado de comer?
Todavía no he acabado.
Acaba pronto porque estoy apu-
rado.
Tengo hambre.
No tengo hambre.
Pero tengo sed.
No tengo gana de comer.
Cuando tenga pan comeré.
Estoy en ayunas.
Hace muchos días que no como.
Hace cuatro días que no como
_Ahora quiero comer.
Enseñar
Yo enseño.
Tú enseñas.
El enseña.
Nosotros enseñamos.
Vosotros enseñaiís.
Ellos enseñan.
Enseñé.
Enseñaron.
Enseñaré.
Túme enseñas la lengua de los
Indios.
Aquél te está enseñando á traba
jarlas redes.
295
Oítaj la nechi nucue Saltá1?
Tuj am.
Nu tujilá paj-tecla-tequíla paj.
Tana tújua namil.
Quijleyej tújua amil.
Natíquieken tana namil.
Yajleyej ilamil tujuíla
Yal tiquie? Yajla tuj matteí?
Ea, nutíquié-nutuj máttel
Atzeple a tuj?
Unaj ake nu tecté pan ult quieso.
Jualana nutuj yoaselaj tapúcue.
Ya nuj slocco (comida).
Nujuité cama).
Quelit natuj, yoptoj nunquilej.
Nquiuyu.
Nquiuyuiki yiate.
Ta niquiém.
Oitajité nutecquie.
Quia nibuen pan Ntujuila.
La nuj slocca.
Ajon keitat to] nam tec.
Iki jualásjualis 1ki toja nam tec.
Nequié oitaj nutequa.
Quiujuén
Niquiujuén.
Amla quiujuen.
Nam iquiujuen.
Namilaquiujuennen.
Amila quiujuennen.
Tamil iquiujuennén.
Ni quiujuente.
Iquiujuennente,
Ni quiujuen lá.
Am la quiujuén nuyej.
Yuiqui lajñi.
Tojlatzí quiujuen amej tojla pot-
tzin kotanas.
296
Nosotros enseñamos á todos que
no deben matar ni robar
Vosotros enseñais á nadar á
vuestros hijos.
Ellos enseñan á juguetear.
Enséñame tu lengua, te pagaré.
Yo enseñéá rezar á los mucha-
chos; pero ellos no me enseña-
ron su lengua.
Hazme el favor de enseñarme el
Camino.
Bañarse
Vamos á bañarnos.
¿Adónde vas?
Me voy ábañar.
Que están haciéndo los mucha-
chos ?
Se están bañando.
¿Por qué no has venido pronto
cuando te he llamado?
Porque me estaba bañando.
Bañate vos.
Yo me bañaré después.
Ayer me bañé dos veces.
Los muchachos estuvieron ba-
nándose todo el día.
Lavar
Yo lavo los platos.
Yo los lavé ayer.
Hoy lávalos vos.
Mañana los lavará tu hija.
Lava pronto esta ropa.
¿Cuándo vas á lavar esta ropa?
Mañanala lavaré.
Cuando la hayas lavado traéme-
la, te pagaré.
Lávatelacara.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA :
Namil quiujuennen loconno quiá
nilonuána quia ni tetana.
Amil la quiujuennen ales quiá
Jianéej toj tilin.
Lamil quiujuennen toj yacdi.
Quiujuén núyej ajñi, natzila.
Nu quiujuente huokoseya natzas,
tailamiluiquiujuen nitelajñ1.
Palsennú poyen nucue noelej.
Najñen ó nar
Na najnen.
Quiéla koke ?
Ni najñen.
Atzeple le qiuma natzas ?
[, najñen.
Atij nom yáya? taja on alamei.
JOptoj ni nai.
Nai am.
Ni naijlapaj loleyaj.
Unakake totquie ninai kotejuasi.
Natzas ¡nai juálaquie.
Lej
Ni lej quiapelis.
Ni lejiumquié unaj aka.
Jualana lej am.
Quijuala ajlose lejlá.
Lej ayej nucojiasa.
Quié koté la le¿ nucojias tzamej.
Ni lejla quijuála.
Quia leyej pa quioja=on aluku-
natzila.
Lej pe tel.
ps
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO 297
Amar
Yo amo á mi padre.
Tú amas á tu madre.
El marido ama á su mujer.
Nosotros amamos á nuestro
abuelo.
Vosotros amais á vuetro tio.
Ellos aman á su tio.
Yo amé, etc.
Nosotros amamos.
Yo amaré, etc.
Traer, llevar
Trae agua.
Trae leña.
Trae pescado.
Trae un atado deleña.
Qué me has traido?
Te ha traido cuatro pescados
grandes.
Llévate tu perro.
Lleva esta carta á Don Rufino.
Ahora mismo me has de traer
una botija de agua.
No quiero ir.
Ahora mismo has de traer leña.
Anora mismo has de ira pescar.
Trae muchos pescados.
Trae grande, grueso, (atado de
leña porto).
Estar, haber
¿Dónde está tu tata?.
Aquí está ahora.
Iñumin
Nu nijúumin nusquia.
Am la yhumin a có.
Hino ¡ñumin la quiejua.
Namil nijúáumin nu quioti.
Amil lajñumin la nitúc.
llamil ijñumin la nitúj.
Nu ¡ñumin, etc.
Namil nijúuminte. etc.
Nu ¡numinla, etc.
Quioj, Mocjua
Aquiój inót.
- Aquioj joloj.
Aquio0j huakat.
Aquioj jolo;.
Ona nuúyei inot.
Ona nuyei huakat.
Ona nuyel slatis.
Mayéi=yakoyei huaka, ínot, jo-
loj, etc.
Atzeple la quioj muyel.
Yaxét jualisiki huosquie.
Moejui-aslo-uno)].
Moejui papelajonei Rufino.
Toka pajuena.
Nipanneyejte.
Toka kupa.
Toka huocoila.
Omme nitoc.
Omme hug).
TI, 1kt, iquie
Quié 1ki ausquiante ?
l cana tána
298
Ahí está.
Ahí está en el rancho.
Se fué para abajo.
Se fué para arriba.
Se fué para afuera.
¿Dónde se ha ido tu patrón?
Se fué por ahí.
¿Cómo está tu tata ?
Está bueno, sano.
Está enfermo.
Va á morir.
Falta poco, entre un rato va á
Imorír, vivirá.
¿Cómo están mis parientes ?
Están buenos.
Están tomando aloja.
Están jugando.
Uno de ellos ha muerto. ¿Quién ?
El tío.
Decidme muchachos.
¿Hay Dios ?
Si, Padre, hay Dios.
¿Cuántos Dioses hay?
Un solo Dios.
¿Dónde está Dios?
Está en el cielo, en la tierra y en
todo lugar.
¿Quién ha creado el cielo, el sol,
la luna, las estrellas, la tierra
y todas las cosas ?
Dios nuestro señor.
Rezar
Estoy rezando.
Cuaudo estoy resando no vengan
á molestarme.
Vengan á rezar.
Están rezando.
No me da gana de rezar.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Tna catzi.
Ykí la huélte.
Yokocamquiómeil.
Yoko pomel.
Yoko ajlutajeí.
Ticni yokoke a hudc?
Yoko iquíom su hue.
Quieke ausquia?
Is tat-1quiés.
Y el tat.
Ijuilá.
[juilá pac juaj 1loijlá. á
Quiena jote na ijñoj?
A 1jn0] isis.
Yoyen cates.
Yacoijnén tapa.
Yel-tel aijnoj. Atzeito kopé.
La nituc yel.
Yuel nuku anajuás.
¿Ya Líos iquie?
Eée Pote, Líos iquie.
¿Quié kote Líos iquie?
Lios 1kí kotekuki.
Quié toj ¡ki Lios?
[ki pulé, 1ki ujuatte ikí iquie-
tzué.
Attoj hihuoyel.
Pute, juala, huela, catés, ujnate
níl mac-juas?
Nu huoc Liós.
Huokosé quia
Ni húokose chia.
Quia níhuokosequia yaj lacti-
nnú.
Aquíema na huoko seyá.
Huoko seya p'0.
Oitajite ni huoko sequia.
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
Pegar, castigar
Me da gana de pegarte.
Pégale fuerte.
No le pegues.
Bueno, vení, pégame
No quiero pegarte.
Le pegó con la macana y lo
maló.
Me han pegado sin motivo.
Vender
¿Quiéres vender ese cuero ?
Si quiero venderlo.
¿Qué quieres ?
Quiero tabaco.
¿Quieres algarroba?
No la quiero.
Quiero plata.
¿Cuánto quieres ?
Quiero diez pesos.
Pides mucho.
Te daré ocho pesos.
Bueno.
299
Yakr
Oitáaj niyaki.
Yaj tojnón. Yuitzenéc toj la ta].
Yaj taj.
Quelit aj nu.
Oitakite nayaki.
Yakejiunte laca etectácuit 1lonté.
Huet yaj nu.
Huómmi
Oitaj la huómmi tzontoj tzamej?
Eé, oitaj nibuommi
Atzeple te unlo?
Nu teímlo jacuas.
Yal te inló juá.
Nu tekite ínlo
Nu teimlo quinaj toj. >
Quiokote toja te ínló?
Nu teinló liez pezos.
Nitoj toj la teinlo.
Aquié na ocho pezos.
Eée.
TRADUCCION DE FRASES
Pedida por la Exposición de Turin
El marido ama á su mujer.
La hermana ama á sus herma-
nos.
El hermano ama ásus herma-
Nas.
El muchacho corre.
Los muchachos juegan, jugue-
tean.
La muchacha llora.
Las muchachan bailan.
El ladrón hurta.
Hinó sñumin la Quiejua.
Quijuo sñumin le quilalis.
Quíla shumin le quijuolis.
Anajuaj aluku.
Anajuaj-natzas yaccoljnén.
Tzisna anajuaj taujlin.
Tzisnalanajua catijnén.
Etampsaj-áscalsaj escát.
300
La ladrona huye.
Con ¡el bastón de mi padre ha
muerto la serpiente.
Mi madre regaló un anillo á mi
hermana.
Mi arado es de madera.
Mi asada es de fierro.
Tu cabra fué muerta por el
león.
Tu bastón estaba en la cabaña.
Su hermano estaba con las her-
manas.
Su mujer llora junto al cadáver
de su hijo.
Su olla es de barro cocido.
Su azuela es de cobre.
Nuestros hijos suben al cerro.
Nuestras vacas salieron del co-
rral.
Nuestros caballos huyeron hacia
el río.
Nuestras hijas se escondieron
trás del árbol.
Sus hijos se sentaron debajo del
árbol.
Nuestro cacique se fué hasta el
río para ver los barcos que allí
había.
Su martillo es de piedra.
El perro de ellos duerme en el
rancho.
Yo soy bueno.
Yo tengo una madre muy buena
Vos, muchacho, sois malo.
Vos, compañero, sois picaro bri-
bón.
El es ciego y ella sorda.
El mares inmenso.
El sol brilla, resplandece.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Tzisná etampsaj yom.
Nu squia lu tzut.
Nilón catzípiltaj.
Nu có, huet huennó la kukí nu
quijuo.
Nuca alalo jolo.
Nuca asalón le quinaj.
Oajlá 1lonté a lo cailá.
A tzut ¡ki ne la huette.
Le quila cikiaje le quijnolís
Lu quiejua yoyén ijoaya los
hokot.
Lo coki-tuéj ijnot yo.
Lu tamquió quinaj.
Nu les huelape ta quienaj.
Nu loi yoasetás (yoko) toajlú to-
loki.
Nu loi yelatás necuentée aluku,
tioko.
Nu les itiquiekén nijutte jolo.
Le les la poquiejino ica joló.
Nuca Niát yeite tióojo teuctaj, mac
to hihuen jolo huettes ¡ki tat.
Lo cojnat tunte.
Lobo-sinoj ¡mo 1k1 la huette.
Nu is =1is.
Nu co iis.
Am, anajuaj, ajultzaj.
Am, noel, quiattamej.
Tojlaom asnam; jlam quiotei-
quio.
Lemquitáj quitzajpo.
Yuala 1siquie.
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
La luna se levanta.
El sol se pone.
Las estrellas brillan.
El desierto es muy árido.
El prado está verde.
El monte, el bosque está tupido
Nosotros somos más altos que
vosotros.
Nosotros tenetuos ganado lindo
como el vuestro.
Vosotros so1s más ricos que nos-
Otros.
Ellos tienen caballos muy lindos;
pero sus vacas son menos her-
mosas que las nuestras.
Este hombre tiene mucha genti-
leza.
Este muchacho es gracioso.
Estos caballos no son vuestros.
Estos caballos corren con mucha
velocidad.
Aquellos soldados son muy va-
lientes.
Aquellas vacas huyeron asusta-
das.
Yoestaba allá, y ahora estoy aquí
Tú estabas en el rancho, y has
salido afuera.
El estaba sobre el carro, y ha
bajado.
Nosotros estábamos todavía lé-
jos del río cuando han llegado
los barcos.
Vosotros estábais ya cerca del
corral cuando entraron los
bueyes.
Yo tenia un caballo, pero ahora
no lo tengo más.
Vos tenías dos anillos, y me los
has regalado,
301
Huela nepho.
Yuala tumpho
Catés isiquiée.
Ujnat tomquiol.
Ujnat huatzan.
Tajni yuctan.
Namil aptes, amíl aptes-ité.
Namil nihuenneu tzotoí tzilatas
kote aloi.
Amil la huen mayéc, namil ni-
huennite mayec.
Lamil hihuennen yelatas.
Ta yoasetás niquiotiquite toj nu-
lo1.
Hino toki palsensáj (comedido).
Anajuaj toki coinsáj.
Cailalis tokés nulo1 ijnite.
Tokesi yelatan necu áluku lo-
juelnen.
Nijuotas tojlitzi cajaijñnen.
Yoaretás liué nuár necunte alu-
ken.
Nu ina conni, tana me 1k1 cana.
Am la inaja la huette, uit nephó-
aluku.
Tlam ¡pe caletaj uit nemquio.
Nuslamil camaj tujuéi ciéi teuc-
taj tokote onlocnommen jolo
huettés.
Amil la yéjiu tujueyetzi toloki
toja bueyes tidj maji.
Nu nihuennaje yelatáj ; toja ni-
huennite.
Am la huenté to kuki kotejuasi»
uit la huenne nuku.
302
El tenía tres cabras y las mató.
Nosotros teníamos cuatra ran-
chos y se quemaron.
Vosotros teníais cinco collares y
los habéis «perdido.
Los Tobas tenían diez cautivos
hijos de cristianos y los entre-
garon.
Yo no he ido allá.
Tú no has ¡ido hasta el río.
Nosotros hemos ido á apacentar
nuestros ganados.
Vosotros habeís ido á dar agua
á las cabras.
Ellos han ido á sacar leche.
Yo llevaba un atado de leña.
Tú llovabas flores, él llevaba fru-
las.
Nosotros llevábamos agua.
Vosotros llevabais leche.
Ellos llevaban pan.
Yo maté una víbora cascabel.
Tu mataste un yacaré.
El mató un gato del monte.
Nosotros matamos muchos pája-
ros dañinos.
Vosotros matasteis muchos ene-
migos.
Ellos mataron cuatro avestruces.
Yo me he lavado en el río.
Tú te lavas en la laguna.
El se lavó en el arroyo.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Tlam ¡huente cailalis lajtijuaje él,
uit lo ilonte.
Nujlamil nihuente huettés jualis
ki, ult yojumtequie.
Amil la hueote amis 5, uit ta-
tatointée,
Huomloi hihuennén cuencai lez
tzihuelejtes, ult la quiokén.
Nu nikokeyéite canni.
Am la kokeyeite tiojo teuctaj.
Namil nikioke niquiei nuloi.
Amil ij1oje ayojnen cailalis.
llamil ijioje tzihuin catús.
Nu niquiojaje utujuajtoj letis=
joloi.
Am la quiojaje. Yolo slahuos.
Namil niquiojén inot.
Amil la quiojén catúus.
Ma mil iquiojén pan.
Nu nilonte hijuotzaj.
Am la ilonté ajlutaj.
llam ilonté tzilocoi.
Namil nilonuente juem quiéi ni-
toc jojumpés.
Amil la ilonnente atainjuásnitoc.
llamil ilonnenté huomlo1 jualis.
Nu nilejte 1ki teuctaj.
Am la lejcan iki lemquitaj.
llam ilejte le Tzijuic.
MISCELÁNEA
El cielo, la tierra y todas las co-
Sas.
Pulé, ujuat, ult macjuas-mac-
juasés.
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO
Te voy á decir una cosa.
El cielo y la tierra cantan la glo-
ria de Dios.
Alabemos á Dios.
¿Quién esel dueño deeste caballo?
Yo soy (ó mio es), no es mio.
Es de mi padre.
¿Cuyas son estas ovejas ?
Son de mi tio.
Ven acá, tu patron, te llama.
Dile á Pablo que venga.
¿Por qué no me has contestado
cuando te he llamaóo ?
¿Por dónde has venido ?
He venido por una sendita muy
estrecha.
Estoy desnado.
Conoces á Antonio?
Si lo conozco ; no lo conozco.
Anda á llamarlo ; decíle que ven-
ga acá.
Cuándo vas á venir á visitarme.
Vendré el otro domingo.
He venido a visitarte.
Pero no te he traido nada porque
soy pobre.
Tal vez será porque sois mez-
quino.
No me digas eso, yo no soy mez-
quino.
¿Qué estás, qué están haciendo?
No hago, no hacemos nada.
¿Por qué no vas á trabajar ?
Porque estoy enfermo.
¿Cómo estás hermano, compa-
ñero?
Estoy bueno, estoy mejor.
Deseo que todos sean buenos.
Estas son nuestras tierras.
303
Nijuenla ámu macjuaj.
Pulé uit ujuat quionilo cicia
Lios.
Tajuijnén cicia Lios.
Atzeple la huoc yelataj toja ?
Nu c'ho. Nu c'hokite.
Nu squia lo.
Alzeple los tzunnatás lokes?
Uitue lo lo.
Aquioma: l'ahocpa ona amel.
Yuelnoko Pablo nucaná.
Ati cukiaya nmúyei toj onasital
amel?
Quié tol la niquie ?
Nu niquié tol lujéj quitzapo-
punté.
Lajnuhueya.
Yoj la tojuelej Antonio ?
Eé nuntojuelej. Nuntojnieijte.
Maa, oinéi. Yuehnujula cana.
Quienla joté tisical nuyel.
Pinlác lominco el.
Ni ji nake ámel.
La quiojeité y mayec nuplitzaj.
La quiokite 1 mayéc toja tzuj-
naj.
Yaj juelnuku tojzú: tzujnajite,
nihuemité mayec.
Atuple ta quiúma?
Maquite nu quiúma.
Atij yajta quimlin?
Yoptaj nu yel.
Alá, amtejná.
Nu is, niquies.
Oitaj nu yommu jopto isis.
Nu huettes nuku iki; nu c'ho
ujnat toka.
304
Si yo no fuera sonzo retaría á los
pícaros.
Sí, me acuerdo; no me acuerdo.
¿Qué te ha sucedido ? Nada.
¿Qué te duele ? Nada.
Que me traes de buena? Nada.
¿Qué te han dicho ? Nada.
¿Qué has hecho? Mada.
¿Qué estás por hacer? qué quie-
res hacer ?
Nada tengo gana de hacer.
Tengo gana de comer un asado.
Tengogana de írá pasear á Salta.
Este muchacho come muy po-
quito.
Ese otro es muy comilón, come
á cada rato.
Sólo Dios es bueno; también ese
muchacho es bueno.
Llora de vicio, sin motivo, de
rabia.
Llora porque le han pegado.
Llora (¡mp.), no llores.
La china llora por la muerte de
su marido.
La madre llora por la muerte de
sus hijos.
Los caciquesantiguos tenían mu-
chos soldados. '
A ese le has dado más queá mi;
dáme más.
Murió el año pasado.
NOMBRES DD LAS PARTES
Alma : Kosec.
Cuerpo : Nusan.
Cabeza : Latéc.
Cabellos : Huote:.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Ekip ne quia nam opa nieteyné
quiatta mijién.
Ee okosec nuyei. Okosec nuyeite.
Ate amej ? Nimaquité.
Atuple la ilot (ó ilon)? Maquite.
Atuple la quioj toj 15? Maquite,
Tetne huoyei? Quiaye.
Adep la huoye1? Maquite.
Adep oitaj la huokeyei? Atuple
mac oitáj taquié mie?
Maquité oitaj nihuojeyel.
Oitaj nutujuitó púcie.
Oitaj nasicaijál Saltaz.
Anajuaj toja slueco ¡sijuojté.
Anajuajelci nijlical tectac macta.
Tojla mayec Lios om is. Koté
anajuaj eltzi is.
Huet tanjlin (taujlin catzan1aj).
Taujlin koptoj to yaje.
Aujlin, yaj taujlin.
Tziona yojen la quiejua.
La co yoyen le les.
Locaniatés pante hihuennente
inqui nitoc.
Tojlitzibuenno
kotejuassi.
Ité lup el ake.
litoc: huennu
PRINCIPALES DEL CUERPO
Canas : Peles.
Frente : Tequiá =tequió.
Ojos : Teijlof.
Mejillas : Quiatús.
VOCABULARIO MATACO-CASTELLANO 30
Nariz : Nus ; pl.: nuseí.
Oreja : Quioté ; pl.: quiolel.
Boca : Caj.
Lengua : Caj le quia.
Barba : Pesé; pl.: peseí.
Pechos, tetillas : Tateí.
Costilla : Sislilé; pl.: sisliler.
Barriga-barrigón: Tze, tzetaj —
tzequió.
Espinazo : Yutzan.
Corazón : Tutle.
Labios : Postaí.
Diente: Tzote ; pl.: tzotei.
Pescueso, cuello: Ponní, ponni-
lilé.
Espalda, brazo : Yuapo.
Cara, codo: Te-tei, cato; pl.: ca-
tól.
Muñeca : Cué huo.
Mano: Quel; pl.: cueyel.
Dedo, puño: Juj; pl.: jus; Cuei
quió.
Uña : Jujtoj; pl.: justokeés.
Nudos de los dedos : Juscotzú.
RELACIONES DE
Padre : Quiá squiá, isquia; pl.:
lis.
Hijo : Jos, los.
Hijos : Les.
Hermano mayor: Quilá; pl.: lis.
Hermana mayor: Quita; pl.:lis.
Abuelo : Quioti ; pl.: lis.
Tío : Ouítuc.
Sobrino : Oacláa.
Primo hermano : Quile.
Nuera : Quíeyo.
Madre: Co (cerrada) yaco; pl.: lis.
Pulgar (dedo): Juj lucue
Meñnique : Yujlosé.
Pecho : Tacue.
Talón : Paque.
Hueso : Lile; pl.: lílei.
Meollo : Lilepé.
Vena : Sot; pl.: sotei.
Orines : Tul.
Hígado : Tonéc.
Hiel : Temec.
Tripas : Coslef.
Nalgas : Huejquialús.
Cuello de vejiga : Hú.
Vulva : Suj.
Pierna : Lequíe.
Canilla : Coslile; p.: el.
Estierco!l, bosta : Yamuc.
Sangre : Huyés.
Carne : Tisán.
Saliva, vejiga : Laquil ; tuluke.
Testículos : Quionis ; quionsilís.
Ano : Quiuhuej ; huéj.
Rodilla : Camquiete.
Pié: Colo.
PARENTESCO
Hija : José, lose.
Marido, mujer: Quiejuá; pl.:
lís.
Hermano menor: Quinij; pl.:
lís.
Hermana menor
lís.
Abuela : Catela : pl.: lis.
: Quíjno; pl.:
Aía : Oultuj.
Sobrina : Oaclani.
Prima hermana : Quijño.
Nieto : Laquié yos.
MISCELÁNEA
Trasmision telegráfica de escritos, dibujos, ete. —El pro=
fesor Cerebotani ha ensayado con éxito feliz un aparato telegráfico de su inven=
cion en las lineas Milan—-Roma, Milan—Turin, Munich-—Berlin i Munich-Augs -
burgo, ise propone aplicar su sistema a la telegrafía marconiana, en virtud
de la pequeñez de las intensidades de la corriente (4-6 —2 miliamperios) ne=
cesarias para hacer funcionar el receptor.
Consta de 4 carretes, de 2 enrollamientos cada uno, que se entrecruzan so=
bre una planchita. Variando las intensidades de las corrientes i el sentido de
las mismas, se puede producir una infinidad de corrientes diferentes en ámbos
sentidos que afectarán al receptor, dispuesto apropiadamente para ello.
Para emplear el aparato como telégrafo impresor, los tipos metálicos se dis
ponen en una sustancia aisladora; pero parece que en este sentido no pre-
senta mayores ventajas que el sistema Hughes, salvo el caso de su aplicación
sin alambres.
En lo que parece que el nuevo sistema será ventajoso es en su aplicacion
como telégrafo similigráfico. En este caso, la trasmision se verifica mediante
una pluma que se desliza sobre el papel por medio de un sistema de coor-
denadas, constituido por dos barras que se cruzan perpendicularmente i provis-
tas cada una de una ranura en la que se desliza la otra, i cuyo movimiento es
acusado en el receptor por otro aparato análogo que puede ser agrandado 6
achicado.
La pluma puede ser llevada así a cualquier punto del papel dando en ellas
orígen a la corriente que obliga al receptor a fijar un punto análogo. Como se
vé una especie de pantógrafo eléctrico.
Este sistema permite trasmitir fácilmente 100 letras por minuto, a cualquier
distancia, i puede ser aplicado a las líneas telegráficas Morse i al mismo telé—
fono.
S. E. B.
ÍNDICE GENERAL
DE LAS
MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO QUINCUAGÉSIMO OCTAVO
Páginas
Organización general de la educación física en la ensenanza secundaria, por Em-
rique Romero Brest ...........ooooccocococoa 3, 12, 133
Determinación cualitativa del mercurio en soluciones muy diluidaspor E. Merrero
DE ste stt adobe ooo O cid 0 oa ASA NE SS 17
Las obras del dique de Zonda, San Juan, por F. A. Soldado ........oooooo.... 21
Vocabulario mataco-castellano, por Fray Joaquín Hemedi...... 28, 119, 171, 292
Nuevas especies de mamíferos cretáceos y terciarios de la Repúbliva Argentina
(continuación) por Florentiuo AMEghinmo...........oo.o... 35,56, 182, 225, 241
XXXII aniversario de la fundación de la Sociedad Científica argentina, por S. E.
CAE rra ase aos A bo e al A A AS 49
Discurso pronunciado por el Presidente de la Sociedad Científica Argentina inge-
niero V. Castro en el XXXII aniversario de la MiSMa.........oooooooooooo.- 31
Demostración gráfica de la política de la ley de riego de Tucuman, por Carlos
VII oa eostsaneoacosoo soap eds AS Sondas oe coa boe Tao 91, 1597, 193
Breves apuntes biográficos sobre el doctor Rodulfo Amando Philippi, por Cristó-
DAM ic ci A el 145
Nota sobre la sangre de drago indígena, por E. Herrero Ducloux......... AO
BIBLIOGRAFÍA
Gustavo PatTO, Quimica aplicada al arte militar (A. Pol oooiinnnnnccoc.oooo... 42
CLARO C. DASSEN, Geometria plana, etc. (L. Aldooiionnnnsiccco rocas 43
CLARO €. DassEnN, Etude sur les quantitées mathématiques. Grandeurs dirigees. Qua-
TALA o eo OS > Cu SSA ON 43
E. HERRERO DucLoux, Tratado elemental de quimica (TJ. G.)cococococccococo... 44
lexacio BOLIVAR, Algunos conocefalinos sud americanos (L. M. H.)........o....o.. 45
ANGEL CABRERA LATORRE, Sinópsis de los Querópteros chilenos (€. M. H.) ....... 45
FeberIcCO T. DELEIN, Contribución á la ictiología chilena (C. M.H.).............. 46
VICTOR FERREYRA DO AMARAL E SiLVA, La yerba mate (CU. M. H.)................ 46
1. 1. KierrEr, Descriptions de Cecidomyes nouvelles du Chili (C. M. H.).......... 47
308 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Páginas
Cartos E. PORTER, Carcinología chilena (UM. H.) ...oooococcccocccc 47
CArLOS E. PorTER, Materiales para la fauna carcinológica de Chile (C. M. H.).... 47
EMILIO A. GorELD1, Os mosquitos no Pará (S.E. B.)...ooooooconccccccca 48
E. A. GorLDI Y G. HaGMANN, Catálogo crítico dos mamiferos no museo do Pará
(AB a a E TAN 48
ViRGILIO RAFFINETT1, Descripción de los instrumentos astronómicos del Observatorio
desa rBlata SAB Bi Ud. NI a 88
ESESOUTES. Arqueología de Hua (IBA 90
F. BAUMGARTNER, Manuel du constructeur de moulins et du meumier (L. M.)....... 91
H. PolncArÉ, La théorie de Maxwell et les ocillations hertsiennes. La thelegraphie
SANS US a A A TN DA A 94
Y. HorLBLING, Traité de la fabrication des matiéres de blanchiment (E. H.D.).... 95
E. Gomez TErIxEIRA, Obras sobre matemáticas (S. E. B)....ooooooccocooccccooocooo 95
MISCELÁNEA
Trasmisión telegráfica de escritos, dibujos, etc. (S. E. B)..ooooooccooooooooooo.- 306
NECROLOGÍA
ENT OCtor PRO duo PA Mando ERIN 96
Dr. Juan J. J. Kyle. — Ing. Euis A. Huergo (ado. — Ing. J. Mendizábal Tamborrel
Aguilar, Rafael
Ameghino, Florentino
Arechavaleta, José
: Arteaga Rodolfo de
h Ave=-Lallemant, German
Brackebusch, Luis.....
Ballvé, Horacio
Carvalho José Cárlos
Corti, José S.........
Corthell, Elmer L
Lafone Quevedo, Samuel A...
Lillo, Miguel
Abella Juan.
E Acevedo Ramos, R. de
Adamoli, Pedro A.
Adano, Manuel.
Ader. EnriqueaA.
Aguirre, Eduardo.
Albarracin, Alberto L.
Alberdi, Francisco N.
Albert, Francisco.
Alric, Francisco.
Alvarez, Fernando.
Ñ Anasagasti, Horacio
% Ambrosetti, Juan B.
Amoretti, Alejandro,
Arata, Pedro N.
Araya, Agustín.
Arigós, Máximo.
Arce, Manuel J.
Arce, Santiago.
Arditi, Horacio.
Areco, Alberto S.
Arroyo, Franklin.
Aubone, Cárlos.
Avila Méndez, Delfin.
Avila, Alberto
Ayerza, Rómulo
Aztiria, Ignacio.
Babuglia, Antonio.
Badaró, Bugenio.
Bahia, Manuel B.
Baliña, Manuel J.
-———Bancalari, Juan.
Bancalari, Enrique A.
Barabino, Santiago E.
Barbará Adolfo.
Barilari, Mariano S
Barzi, Federieo.
Battilana, Pedro.
Baltilana, Alfredo.
Baez, Domingo A
Baudrix, Manuel €.
Bazan, Pedro. -
Benoit, Pedro. (hijo).
Berro Madero, Carlos
Bimbi, José.
Bell, Carlos H.
Besio, Moreno Baltazar
“socios HONORARIOS
Dr. Estanislao S. Zeballos
Montevideo.
Montevideo.
Mendoza.
New York.
Catamarca.
Tucuman.
SOCIOS
Besio, Moreno Nicolas
Beverini, Alberto.
Biraben, Federico. -
Bosch, Benito $.
Bosch, Eliseo P.
Bosch, Anreliano R.
Bonanni, Cayetano.
Borus, Adrian.
Bosque y Reyes, F.
Bosque, Carlos
Brian, Santiago.
Brindani, Medardo
Buschiazzo, Francisco.
Buschiazzo, Juan A.
Buschiazzo, Juan C.
Bustamante, José L.
Caimi, Ramon.
Candiani, Emilio
Cálcena Augusto.
Cagnoni, Alejandro N-
Cagnoni, Juan M.
Camus, Nicolas
Candioti, MarcialR.
Canale, Humberto.
Cano, Roberto.
Cantilo, Jose L.
Canton, Lorenzo.
Carranza, Marcelo.
Carabelli, J. J. T. G.
Cardoso, Mariano J.
Cardoso, Ramon.
Carossino, Jacinto F.
Castellanos, Cárlos T.
Castaneda. Ramon
Castro, Vicente.
Claps, Andrés.
Claypole, Jorge.
Cernadas, Carlos.
Cerri, César.
Cidra, Alberto H.
Cilley, Luis P.
Chanourdie, Enrique.
Chapiroff, Nicolás de
“Cheraza, Gerónimo.
Chiocci Icilio.
Chueca, Tomás A.
Clérice, Eduardo E.
SOCIOS CORRESPONDIENTES
Morandi, Luis
Nordenskjiold, Otto. .
Paterno, Manuel
Patron, Pablo
Porter, Carlos E
Reid, Walter F.
Scalabrini, Pedro
Spegazzini, Carlos
Villareal, Federico
Von lIhering, Herman
ACTIVOS
Cobos, Francisco.
Cock, Guillermo.
Collet, Carlos,
Coni, Alberto M,
Coquet, Indalecio
Coria, Valentin F.
Cornejo, Nolasco F.
Corvalan Manuel $.
Coronel, Policarpo.
Courtois, U.
Cremona, Andrés Y.
Cremona, Victor.
Cuenca, Felipe.
Cuomo, Miguel.
Curutchet, Luis.
Curutchet, Pedro.
Damianovich, E. A.
Darquier, Juan A.
Dassen, Claro €.
Davel, Manuel.
Dates, German. .
Diaz de Vivar, M.
Dobranich, Jorge W
Dominico, Guillermo
Dominguez, Juan A.
Dorado, Enrique.
De Diego, Alberto.
Douce, Raimundo.
Doyle, Juan.
Dubois, Alfredo.
Duhart, Martin.
Duhau. Luis.
Duncan, Cárlos D.
Durrieu, Mauricio.
Durelli, "Amilcar.
Drago, "Luis M.
Echagúe, Carlos.
Elía, Nicauor A. de
Eppens, Gustavo.
Esteves, Luis.
Espiasse, Alberto.
Espinasse, Jorge.
Etcheverry, Angel,
Ezcurra, Pedro.
Fasiolo, Rodolfo 1.
Fernandez, Alberto J.
Fernandez, Pedro A.
Tobar, Carlos R......
Villa Colon (U..
Upsala (S.)
Palermo (1t..).
Lima.
Valparaíso.
Lóndres.
Corrientes.
La Plata.
Fernandez Poblet, A.
Ferreyra, Miguel,
Figueroa, Oclavio.
Fynn, Enrique.
Flores. Emilio M.
Foster, Alejandro.
Friedel, Alfredo.
Gainza, Alberto de.
Gallardo, Angel.
Gallardo, José L.
Gallardo, Miguel A.
Gallardo, Garlos R.
Gallego, Manuel.
Gallino, Adolfo.
Gándara, Federico W.
Garat, Enrique.
Garay, José de.
Garcia, Carlos A.
Garcia, M.Jesús
Gardeazabal, Narciso.
Gatti, Julio J-
Gentilini, Pascual.
Geyer, Carlos.
Ghigliazza, Sebastian.
Gimevez, Joaquin.
Gimenez, Angel M.
Gjuliani, José.
Girado, José L.
Girado, Francisco J.
Girado, Alejandro.
Girondo, Juan.
Girondo, Eduardo.
Goldemhorn, Simon
Gómez, Pablo E.
Gonzales, Arturo,
"Gonzalez, Agustin.
Gonzalez Cazón Vicente.
Gonzalez Carman R..
Gonzalez Carlos P.
Gradin, Cárlos.
Gregorina, Juan
Gregorini, Juan A.
Guido, Miguel.
Gutierrez, Ricardo J.
Hary, Pablo.
Herrera Vega, Rafael.
Herrera Vega, Marcelino
Herrera, Nicolas M.
Herrero,Ducloux E.
Herlitzka, Mauro.
Henry. Julio
Hicken, Cristobal.
Holmberg, Eduardo L.
Holmberg Eduardo A.
Hoyo, Arturo.
Hubert, Juan M.
Huergo, Luis A. (hijo).
Hughes, Miguel.
+ Ibarra, Vicente.
Iriarte, Juan
Iribarne, Pedro. -
Isnardi, Vicente.
Israel, Alfredo Ll.
¡Lurbe, Miguel.
Jacobo, Cándido.
Juni, Antonio.
Jurado, Ricardo.
Justo, Agustin P-
Krause, Olto.
Klein, Herman
Kliman, Mauricio.
Labarthe, Julio.
Lacroze, Pedro.
Lagos García, Carlos
Lagrange, Carios.
Lanús, Eduardo M,
Langdon, Juan A.
Laporte Luis B.
Larreguy, José
Larguia, Carlos.
Latzina, Eduardo.
Lavalle, Francisco.
Lavergne, Agustin.
vea Allan B.
Leonardis, Leonardo de
Lehmann, Guillermo.
Lehmann, Rodolfo R.
Lehmann, Rodolfo.
López, Aniceto E.
Lopez, MartinJ.
Loyola, Luis E.
Lopez, Pedro J.
Lorenzetti, Guillermo.
Lucero, Apolinario.
Lugones, Arturo.
Lugones Velasco, Sdor.
Luiggi, Luis
Luro, Rufino.
Luro, Pedro 0.
Ludwig, Cárlos.
Machado, Angel.
Madrid, Enrique de
'Maglione, José L.
Maligne, Eduardo.
Mallol, Benito J.
Mamberto, Benito.
Marin, Placido.
Marguestou, Alejandro.
Marcet, José A.
Marcó del Pont, E.
Marenco, Eleodoro
Marengo, José.
Martinez Pita Rodolfo.
Martini, Rómulo E.
Marty, Ricardo
Matharán, Pablo.
Maschwitz, Carlos.
Massini, Cárlos.
Massini, Estevan.
Massini, Miguel.
Maupas, Ernesto.
Maza, Juan.
Mattos, Manuel E. de.
Medina, Jose A.
Mendez, Teófilo F.
Mendizabal, José S.
Mercáu Agustin.
Merian, Eduardo
Mermos, Alberto.
Meyer Arana, Felipe.
«Miguens, Luis.
Mignaqui, Luis P.
Millan, Máximo.
Mitre, Luis.
Molina y Vedia, Delfina
Molina y Vedia, Adolfo.
Moeller. Eduardo.
Molina, Waldino.
Molina, Civit Juan.
Mon, Josué R.
Morales, Cárlos Maria.
Moreno, Jorge
Moreno, Evaristo V.
Moron, Ventura.
Moron, Teodoro F.
Mosconi, Enrique
Mugica, Adolfo.
Naon, Alberto
Narbondi, Juan L. ;
Navarro Viola, Jorge.
Newton, Artemio R.
Newton, Nicanor R:
Niebuhr, Adolfo.
Nistrómer, Carlos
Newbery, Jorge.
Noceti, Domingo.
Nogués, Pablo.
Nougues, Luis F.
Nouguier, Pablo.
Naulé, Eduardo.
Obligado. Alejandro.
Ocampo, Manuel S.
Ochoa, Arturo.
0"Donell, Alberto C.
Olaechea y Alcorta, P.
Olazabal,Alejando M.
Olivera, Carlos E.
Oliveri, Alfredo
Orcoyen, Francisco.
Orús, José. M.
Ottanelli, Atilio.
Ortúzar, Alejandro (h.)
Orzabal, Arturo.
Otamendi, Eduardo.
Otamendi, Rómulo.
Otamendi, Alberto.
Otamendi, Juan B.
Otamendi, Gustavo.
Otero Rossi, Ildefonso
Outes, Felix F.
Outes, Diego E.
Padilla, José.
Padilla, Isaias.
Y
| Pais y Sadoux, cue
' Paita, Pedro J.
Palacio, Emilio.
- Palacio Alberto. -
Palma, Ricardo J.
Palma, Edmundo.
Palmarivi, Armando.
Páquet, Cárlos.
Pattó, Gustavo.
Pelizza, José.
Pelleschi, Juan.
Pereyra, Emilio.
Perez, Alberto J.
Petersen, Teodoro H.
Pigazzi, Santiago.
Plana, Juan.
Piaggio, Antonio.
Píñero, Antonio F.
Pirovano, Juan.
Pizzurno, Pablo A
Posadas, Cárlos.
. Puente, Guillermo A.
Puig, Juan de la €.
Puiggari, Pio.
Puiggari, Miguel M.
Prins, Arturo.
Quirno, Jorge.
Quiroga, Atanasio.
Raffo, Bartolomé M,
Ramos Mejía, Ildefonso
Rebagliati, Alberto.
Razori, Francisco.
Recagorri, Pedro $.
Retes, Antonio.
Repetto, Luis M.
Repossini, José.
Reynoso, Higinio
Riccheri, Pablo.
Riglos, Martiniano.
Rivara, Juan
Rodriguez, Andrés.
Rodriguez, Miguel.
Rodriguez dela Torre, C.
Roffo, Juan.
Rojas, Estéban C.
Rojas, Félix.
Romero, Armando.
Romero, Cárlos L.
Romero, Felix R.
Romero, Julian.
Romero Brest, Enrique.
Romero, Antonio.
Ronco, Alfredo.
Rosetti, Emilio.
Rospide, Juan.
Ronge, Marcos.
Rubio, José M.
Ruiz Huidobro, Luis.
Saenz Valiente, Ed.
Saenz, Valiente Anselmo
Sagastume, José M.
Salovitz, Manuel.
Sanchez Diaz, José.
Sanglas, Rodolfo.
Sarrabayrouse, Eugenio
Santangelo, Rodolfo.
Segovia,Fernando.
Sauze, Eduardo.
A
Segovia, Vicente.
| Schickendantz,Emilio..
t Uriarte Castro Alfredo. e
ya
"Saralegui, Luis. |
Sarhy, José $.
Sarhy, Juan EF. PON
Schneidewind, Alberto
Seguí,Francisco. y
Selva, Domingo.
Senat, Gabriel.
Senillosa, Juan A.
Silva, Angel.
Silva, Guillermo.
Simonazzi, Guillermo.
Siri, Juan M.
Sisson, Enrique D.
Solari, Emilio.
Soldani, Juan A.
Soldano, Ferruccio.
Spinetto, Silvio.
Spinedi, Hermeneg. F. ie
Spinola, Nicolas : fa
Stuart Pennington, M. E:
Swenson, U..
Tamini Crannuel, L.A.
Tassi, Antonio
Taiana, Alberto.
Taiana, Hugo,
Tejada Sorzano, Carlos. ve
Tello, Julio. d ye
Texo, Federico md
Thedy, Héctor. A PEN
Toepecke, Ernesto.
Torres Armengol, M. 3
Torres, Luis M. y vi
Torrado, Samuel. $
Traverso, Nicolas
Trelles, Pio.
Thibon, Fernando,
Uriburo, Arenales a:
Uttinger, Alberto. 00
Valenzuela, Moisés
Valerga, Oronte A.
Valle, Pastor del
Varela Rufino (hijo)
Vazquez, Pedro.
Vico, Domingo. '
Vidal Carrega, Carlos
Videla, Baldomero.
Vilanova Sanz,Florenci?
Villegas, Belisario.
Vivot, Eduardo.
Wauters, Carlos.
Wernicke, Roberto
White, Guillermo. Pa
White, Guillermo J. PU
Wilmart, Raimundo Ms,
Williams, Orlando E.
Yanzi, Amadeo
Zamboni, José J.
Zavalia, Salustiano.
Zamudio, Eugenio
Zerda, Victor. de la
Zerda, José de la A
Zunino, Enrique. .
po
DirECcrOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
Secretarios : Doctor JuLto J, GArTI y señor EDUARDO A. HOLMBERG EAS
“ENERO 1905. — ENTREGA I. TOMO LIX
_ÍNIENIERO JUAN PIROYANO (NecrolojÍa).. ooo 0oooooorooooinroo cerco
Tercer Congreso Científico Latino-Americano (agosto 6" de 1905)... O A
H 160 -Lannr, Los progresos de la Seismología....... B
ORGE NEWBERY, Consideraciones generales sobre el desarrollo de la elcclacaal|
en los Estados Unidos de Norte América,........ AA
BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
684 — CALLE PERÚ — 684
dE MOS
JUNTA DIRECTIVA
io Ingeniero Vicente Castro ea $
Vicepresidente Pi... Teniente coronel ingeniero Alberto M. Lugones
Vicepresidente Biico Ingeniero Hduaárdo M. Lanús Ed 4
Secretario de actas. ......... Ingeniero Armando Palmarini Sl
Secretario de correspondencia. Señor Guillermo J. VVhite- Por):
ESPACIO RN ies Ingeniero Luis A. Huergo (hijo) e As
BIN di to Senor José Sanchez Diaz AE
Ingeniero Emilio Palacio > a
Ingeniero Julian Romero
Senor Vicente González Cazón
OCA a o Ingeniero Carlos Berro Madero
Senor Juan BB. Ambrosetti- . PU
Profesor Pablo A. Pizzurno de
¡Ingeniero Evaristo Y. Moreno ;
ARMA IAE SES Senor Juan Botto S 20
REDACTORES
Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero
José S. Corti, doctor Ignacio Aztiria, ingeniero Emilio Candiani, doctor Eduardo L.-.
Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, ingeniero Luis Luiggi, ingeniero Mauro
y Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor Cristóbal
M. Hicken, senor Félix Outes.
ADVERTENCIA di
A los senores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte
de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito 4 la Dirección, para
que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. S
La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares:
reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número
de con la casa impresora de Coni hermanos.
te Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas.
id Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección, -
q Cangallo 1825. h
La Dirección.
PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN
Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerías
Pesos moneda nacional
POT Mes a A RO als 1.00
Portador A A boto. 12.00
Número abrazado a 2.00
= para los sOcios.......... 1.00
LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA
El local social permanece abierto de 8 á 40 pasado meridiano
ANALES
SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ANALES
DE LA
Le
OCIEDAD CIENTÍFICA
ARGENTINA
DirREcTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
Secretarios : Doctor JuLro J. Garri y senor EDUARDO A. HOLMBERG
TOMO LIX
Primer semestre de 1905
BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
7 684 — CALLE PERÚ — 684
1905
INJENIERO JUAN PIROVANO
(FALLECIÓ EL 27 DE ENERO DE 1905)
Hace mucho tiempo que venía minando el organismo del injeniero
don Juan Pirovano un mal persistente que él combatía con firmeza 1
constancia, consiguiendo, sino vencerle, dominarle.
Deseraciadamente, fuertes contrariedades sufridas durante su actua-
ción oficial han debilitado sus enerjías en estos últimos diez años.
Toda su fuerza de voluntad, que no era poca, no pudo vencer el des-
aliento que la ineratitud, la intriga i la prepotencia ajena infundieron
en su espíritu. Quería engañarse a sí mismo, creía haber olvidado 1
perdonado; pero los que hemos intimado con él, sabemos que el re-
cuerdo de aquellas persistían en su memoria apesadumbrándole pro-
fundamente, impresion moral que le alejó del consorcio hasta de sus
propios amigos, le volvió esquivo i contribuyó poderosamente á que-
brantar definitivamente su constitución delicada.
Pirovano nació en Buenos Aires en enero de 1847 ; hizo sus estu-
dios de Agrimensor en Entrerrios, los que revalidó en el estinguido
Departamento Topográfico de la Provincia de Buenos Aires, que ac:
tuaba entonces en esta capital, precisamente donde hoi funciona
nuestra Escuela de Injenieros. Así lo confirman sus dos diplomas, uno
espedido en Concepción del Uruguai i el otro en Buenos Aires.
Cuando bajo la rectoría del inolvidable doctor Juan M. Gutiérrez
se fundó la Facultad de Ciencias Exactas, Pirovano completó lucida-
eraduándose de Injeniero Civil.
Su afición, sin embargo, le llevaba hacia la mecánica práctica i la
mente en ésta sus estudios,
6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Jeodesia que estudió con el sabio matemático doctor Speluzzi, profesor
de esta materia en nuestra Facultad.
Pirovano, fuera ya de las aulas, completó sus estudios jeodésicos
bebiendo en las grandes fuentes de las obras maestras aparecidas en
Francia, Alemania, Norte América, ete., 1 pudo ocupar así sin des-
ventaja la cátedra dejada por el doctor Speluzzi.
Por haberle tratado mui de cerca podemos aseverar que Pirovano
era un profundo conocedor de los instrumentos jeodésicos, no sólo del
punto de vista óptico, sino también mecánico. Su pasión por la mecá-
nica le habilitaba para manejarlos conscientemente. En cuanto a sus
lecciones de jeodesia dadas en nuestra Facultad, puede ser que no se
haya remontado en ellas a las más elevadas disquisiciones del cáleu-
lo infinitesimal aplicado, pues su espíritu positivo se lo desaconsejaba;
pero fueron indiscutiblemente notables por la teoria 1 por las aplica-
ciones prácticas, siendo de lamentar que por modestia no haya colec-
cionado i publicado sus conferencias. Debemos recordar aquí que
nuestro meridiano 5 lo trazó el injeniero Pirovano, i que esa opera-
ción jeodésica ha sido juzgada como un trabajo de primer órden.
I, sin embargo, tal vez por su carácter algo retraído 1 altivo, nues-
tros gobiernos no tuvieron la inspiración de confiarle la dirección jeo-
désicade nuestras cuestiones de límites, para cuya misión — sin ofen-
der á nadie — estaba más habilitado que ningún otro.
Juantas veces en el seno de la confianzanos manifestó el placer que
habría tenido en trazar algunos meridianos y paralelos que las cues-
tiones de límites interprovinciales é internacionales habían hecho ne-
cesarios !
Pirovano entró en el Departamento de Injenieros Civiles de la Na-
ción á ocupar el puesto de Inspector Jeneral de Obras Hidráulicas,
luego la Vice Dirección, 1, por último, la Dirección Jeneral de dicha
repartición, cargo que desempeñó durante siete años, hasta junio de
1904, en que desengañado de los hombres públicos i escandalizado
dle empresas voraces (como las clasificó en su nota renuncia) volvió a
la vida privada, renunciando a la vez su cátedra 1 su puesto de aca-
démico en la Facultad. Este último no le fué aceptado, por lo que si-
guió actuando en él hasta pocos días antes de su fallecimiento.
No soy el más aparente para juzgar de su obra por habersidosu cola-
borador durante muchos años; pero puedo decir con sinceridad que si
Pirovano no fué una lumbrera científica fué uno de los injenieros 1
profesores más concienzudos, un alto empleado público laborioso y
honesto, que ha defendido con tesón los intereses del país, prefiriendo
INJENIERO JUAN PIROVANO 7
renunciar la Dirección del Consejo Nacional de Obras Públicas antes
que contemporizar con hechos que su conciencia no le permitía pasar
sin protesta.
Muchas i mui importantes fueron las obras proyectadas 1 llevadas
a la práctica durante la administración de Pirovano; todas ellas lle-
van marcado un sello de competencia, independencia i honradez, que
constituye un timbre de honor para el estinto.
Por lo que a la Sociedad Científica Arjentina atañe, Pirovano fué
uno de sus socios fundadores 1 un colaborador de sus Anales.
Paz en la tumba del apreciable consocio 1 colega caído, i recuerdo
cariñoso para sus virtudes en la tierra!
S. E. BARABINO.
TERCER CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO
AGOSTO 6 DE 1905
La comisión directiva del Tercer Congreso Científico Latino-Amert-
cano invitando á tomar parte en el mismo á los hombres de ciencia ar-
jentinos, les dirije desde Río de Janeiro la siguiente circular :
Señor :
Con la realización de los trabajos del Congreso Científico Latino-
Americano en su primera reunión en la ciudad de Buenos Aires, en
1898, y en su segunda en la ciudad de Montevideo, en 1901, confirmóse
el interés que despiertan las investigaciones científicas en todos los
países de la América latina.
Para celebrar la tercera reunión fué designada la ciudad de Río de
Janeiro en el año 1905, siendo desde luego nombrada una comisión
que acto continuo formuló el respectivo reglamento de las bases y
programas y constituyó las subcomisiones de que trata el reglamento.
La comisión directiva que subscribe, señalando á vuestra atención
la importancia del alto cometido confiado al Brasil y convencido de
que no rehusaréis prestarle vuestro concurso, tiene el honor de solici-
tar vuestra adhesión al tercer congreso, y espera que no dejaréis de
realzar su brillo, presentando comunicaciones sobre los puntos del
programa ú otras que merezcan vuestra atención.
La Comisión directiva os envía el boletín adjunto de adhesión, que
os ruega llenar y devolverlo á la Comisión Cooperadora argentina,
cuya secretaría se encuentra establecida en la calle del Perú, 655.
Os ruega igualmente que os dignéis comunicar á la misma comi-
TERCER CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO 9
sión, tan pronto como sea posible, el título de vuestras comunica-
ciones.
La Comisión Directiva tiene el honor de presentaros las segurida-
des de su consideración muy distinguida.
Por la Comisión Directiva :
MARQUÉS DE PARANAGUÁ,
Presidente.
Dr. Antonio de Paula Preitas,
Primer Secretario.
Dr. Alfredo Lisboa,
Tesorero.
Las bases i el programa correspondiente son las siguientes :
Art. 1%. — En los términos de la resolución adoptada por el segun-
do Congreso Científico Latino-Americano en Montevideo, reuniráse
en la ciudad de Río de Janeiro el tercer congreso en el mes de agosto
dle 1905, bajo el patronato del sobierno Brasilero.
Su inauguración tendrá lugar el 6 del mismo mes y su clausura
diez días después.
Art. 2%. — Los trabajos de organización y ejecución del tercer
Congreso quedan á cargo de una Comisión Directiva compuesta : 1* de
los miembros nombrados en el segundo Congreso en sesión plena del
31 de marzo de 1901; 2% de miembros elegidos en la forma del artí-
culo 4.
Art. 5%. — La Comisión Directiva así constituída eligirá la mesa
que debe dirigir sus trabajos, compuesta del Presidente aclamado por
el segundo congreso, primero; y segundo vicepresidentes, primero y
segundo secretarios, primero y segundo suplentes de secretarios, teso-
rero y suplentes de tesorero.
El primero y segundo vicepresidentes, el primero y segundo suplen-
tes de secretarios y el suplente de tesorero, sustituyen respectiva-
mente al presidente, los secretarios y el tesorero en sus impedimentos.
Art. 4”. — La Comisión Directiva subdiviráse en diez subcomisio-
nes cada una de las cuales se compondrá : 1 de'un presidente elegi-
do entre los miembros nombrados por el segundo congreso, ó personas
por éstos indicadas y aceptadas; 2” de dos miembros elegidos por la
Comisión Directiva á propuesta del presidente de la respectiva
subcomisión.
Art. 5. —A la Comisión Directiva compete: 1” promover por
10 ANALES DE LA :SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
medios convenientes la realización del tercer Congreso, representán-
dlolo en todos los casos y para cualquier fin, ante los gobiernos de las
naciones latino-americanas ; 22 nombrar en las capitales de estas na-
ciones, comisiones que organicen las listas de personas que deberán:
ser invitadas á tomar parte en el Congreso, promuevan la representa-
ción de sus países é indiquen las cuestiones que por su manifiesto in-
terés deben ser sometidas al Congreso; 3% organizar el cuestionario
definitivo del Congreso y el cuadro de sus miembros, de acuerdo con
los trabajos presentados por las subcomisiones; 4% entregar la diree-
ción del congreso después de su inauguración, á la mesa que fuere
elegida, recibiéndola después de clausurado el mismo, á fin de
que, publicados los respectivos trabajos, sea investida de poderes la
comisión nombrada para organizar el cuarto Congreso.
Art. 6%. — A cada una de las subcomisiones compete: 1% organi-
Zar el cuestionario de la sección respectiva; 2% organizar el cuadro
de los miembros de la misma; 3” recibir y clasificar los informes, di-
sertaciones y. comunicaciones enviados á la sección ; 4” instalar las
respectivas secciones hasta la elección de la mesa definitiva; 5” reci-
bir de éstas los trabajos de sus reuniones, coordinándolos para ser
publicados.
Art. 7”. — Las diez subcomisiones, á que se refiere el artículo 4”, se
denominan así :
1* Matemáticas puras;
2* Ciencias físicas;
3” Ciencias naturales;
4% Ingeniería;
5* Ciencias médicas y quirúrgicas;
6* Medicina pública;
7% Ciencias antropológicas;
S* Ciencias jurídicas y sociales;
9* Ciencias pedagógicas;
10* Aeronomía y Zootecnia.
Jada una de las subcomisiones podrá subdividirse en otras, cuan-
do sea necesario, ó refundirse dos ó más en una.
Art. S”. — El Congreso celebrará tres sesiones preparatorias en los
tres días anteriores á su inauguración, á fin de organizar el régimen
interno y elegir la mesa definitiva.
En estas sesiones funcionará la mesa de la Comisión Directiva.
Art. 9. — Son considerados miembros del Congreso : 1% los delega-
dos oficiales de los países que adhieran; 2% los delegados de socieda-
TERCER CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO JUL
des, institutos y centros científicos, tanto nacionales como de otros
países de América ; 3 las personas invitadas por la Comisión Direc-
tiva, á propuesta de las respectivas subcomisiones y comisiones de
los diversos países que adhieran.
Art. 10. — Todos los miembros del Congreso tienen derecho á
asistir á las sesiones, tomar parte en las discusiones, votar y recibir
un ejemplar de las publicaciones hechas por la Comisión Directiva.
Art. 11.— Todos los miembros del Congreso al adherirse contribui-
rán con la cuota de treinta mil reis (30.000 reis). Exceptúanse los
mencionados en el artículo 9” número 1, y los del mismo artículo 2,
siendo extranjeros.
Art. 12. — Las sesiones de inauguración y clausura del Congreso
serán solemnes.
Art. 13. — Son considerados presidentes honorarios del tercer
Congreso :
1* El Presidente de la República del Brasil, el ministro de Relacio-
nes Exteriores y el de Justicia y Negocios Interiores, el de Industria,
Vías y Obras públicas y el de Hacienda; 2% los jefes de las naciones
latino-americanas y sus representantes ante el gobierno brasilero.
Art. 14. — Son considerados miembros honorarios del tercer
Jonereso, los hombres de notoriedad científicaindicados por la Comi-
sión Directiva.
Art. 15. — La Comisión directiva solicitará del ministro de Rela-
ciones Exteriores se digne tomar á su cargo la invitación á los gobier-
nos de los países de la América Latina para que se hagan representar
en esta solemnidad científica.
Art. 16. — Las adhesiones y trabajos para el Congreso serán reci-
bidos hasta el 31 de mayo de 1905.
Art. 17. — A más de las dos sesiones y de las preparatorias, las
subcomisiones celebrarán separadamente cuantas reuniones fueren
necesarias para la discusión de los asuntos á ellas confiados.
Art. 18. — Cada subcomisión señalará oportunamente los puntos,
lugares ó establecimientos especiales para excursiones, si así lo cre-
yeren conveniente, é indicarán los medios de realizarlas.
La Comisión Directiva.
En virtud de los documentos que preceden se nombró en esta capi-
tal un Comité Nacional, el cual en cumplimiento de su misión hizo
circular la presente nota :
12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Buenos Aires, octubre de 1904.
Señor :
Los que subseriben, nombrados para constituir el Comité Nacional
Argentino, tienen el agrado de dirigirse á usted para solicitar su ad-
hesión al Tercer Congreso Científico Latino-Americano.
No debemos olvidar que el Primer Congreso científico fué iniciado
en nuestro país en 1598 y que nuestros hermanos los brasileños han
tomado una participación activa y profícua en el Segundo Congreso
médico latino-americano celebrado en esta capital en el mes de abril
próximo pasado.
Estas dos razones nos obligan, como argentinos, á prestar doble-
mente nuestro decidido concurso al Congreso que va á realizar en
ví0 Janeiro en agosto de 1905.
En consecuencia, nos permitimos rogar áusted se sirva llenar la
adjunta hoja de adhesión (1) y devolverla acompañada de la respee-
tiva cuota al tesorero de este Comité, doctor Emilio R. Coni, calle
Perú, 655.
Saludamos á usted con nuestra más distineuida consideración.
Ing" Dr. Angel Gallardo. — Dr. Roberto Wer
nicke. — Dr. Emilio R. Coni. — Dr. Carlos
G. Malbrán. —Dr. Gregorio Araoz Alfaro.
— Dr. Artwro Carranza. —D. Juan B. Am-
brosetti. — D. Juan Vucetich. — Ing" San-
tiago E. Barabino.
La sana semilla que la mano previsora de la Sociedad Científica
Arjentina arrojara en el terreno feraz, casi virjen, de la intelectua-
lidad latino-americana, tuvo por primer brote lozano el Congreso
celebrado en nuestra capital en abril de 1898, al que concurrieron
todas las naciones de la rejión de América que abarca desde Méjico
al cabo de Hornos, no sólo con su adhesión moral, sino que también
con el concurso de numerosos 1 distinguidos cultores de las ciencias
especulativas i aplicadas en sus respectivas patrias.
(1) Los interesados que no la hayan recibido pueden solicitarla del señor
tesorero.
TERCER CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO 13
El suculento fruto está representado por los cinco nutridos volú-
menes de memorias publicadas oportunamente, cuyos ejemplares
figuran hoi en todas las bibliotecas de América i Europa, demos-
trando a los sabios del hemisferio septentrional, cómo la tierra ame-
ricana es apta para hacer fructificar la simiente científica 1 dar
uúbérrima mies.
El Congreso realizado tres años más tarde en la bella capital uru-
suaya, corroboró brillantemente esta verdad, 1 puso nuevamente de
manifiesto como los latino-americanos eran capaces no sólo de estu-
diar 1 producir, sino que también de confraternizar, a pesar de los
densos nublados que afeaban el bello cielo americano de algunas de
las naciones representadas en ese certamen científico.
Tócale hoi el turno a la República del Brasil: sus centros cientí-
ficos patrocinados por el gobierno brasileño, llaman a los hombres
de ciencia de las demás naciones latino-americanas a concurrir al Ter-
cer Congreso Científico que se realizará en la erande capital fiumi-
nense el 6 de agosto próximo.
Corresponde ala intelectualidad científica arjentina, noblesse oblige,
contribuir con su labor particular al mejor éxito de aquel próximo
certamen, lo que coadyuvará a enaltecer mayormente a los países
americanos de orijen latino, por lo jeneral tan injustamente juzgados
por las viejas naciones del continente europeo. Por modesta que sea
la labor con que contribuyamos, habremos Nevado nuestro grano
de arena a la obra común, 1 nuestros esfuerzos aunados algo han
de dax en lo presente i en lo futuro, siquiera sea el de mantener viv:
la noble emulación del estudio en los hijos de America latina.
Del gabinete de estudio, del anfiteatro de las clínicas, de los labo-
ratorios físicoquímicos, de la inducción, observación 1 esperimenta-
ción de los sabios de la vetusta Europa o del prodijio norteameri-
cano, surjió ese siglo de oro que fué el siglo xIX, creador de nuevas
ciencias, nuevas industrias, de maravillosas invenciones; siglo de
oro de la ciencia, que un presuntuoso o sujestionado elerical tuvo la
audacia ó la inconciencia de fallar, ex-cathedra, que había fraca-
sado!...
Ahora bien, ¿qué sorpresas depara a la sociedad mundial el siglo
ha poco comenzado ? Forzosamente, con el progreso constante de los
conocimientos humanos, debe continuar la marcha eloriosa del pre-
cedente, 1 lógico, natural es que la América latina tome una honrosa
participación en esta lucha perenne con lo ignoto, contra los prejul-
cios, contra todas las rémoras que dificultan la marcha de la mísera
14 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
humanidad, condenada a eliminar tanta traba convencional, tanta
valla rutinaria, tanta barrera supersticiosa, para aproximarse cada
vez más a sus ideales, desgraciadamente in asequibles, verdadero espe-
jismo de la mente soñadora del hombre que le alienta para prose-
euir sin desmayar por la vía infinita que debiera conducirle á reali-
Zar su grande, su noble aspiración — la felicidad de los pueblos —
lNevando por pendón la Esperanza, 1 como arma, el trabajo en todas
sus manifestaciones morales i materiales.
I para que la América latina pueda tom ar parte activa en el con-
cierto de la sabiduria universal, es mene ster que sus hijos se apasio-
nen por los grandes problemas de la naturaleza en relación al
pasado, al presente, al porvenir del hombre.
Nuestros Congresos Científicos son los primeros peldaños de la
escala que ha de conducirnos a la meta indicada; progresivas
mesetas, a guisa de oasis, escalonadas enla escabrosa ladera que
lleva á la cima, i, por ende, debemos subirlos con paso seguro, con
fe inquebrantable. La Arjentina ocupa un puesto distinguido entre
las repúblicas hermanas, 1 en sus hijos más que un deber, más que
un acto de cortesía, será un placer llevar al Tercer Congreso Cien-
títico Latino-Americano su contributo intelectual.
S. E. BARABINO.
LOS PROGRESOS DE LA SEISMOLOGÍA
CONFERENCIA LEÍDA EN LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Por EL PROrESOR HUGO LANDI (1)
Habiendo sido Italia, como es notorio, molestada por conmociones
subterráneas con mayor frecuencia y con mayor fuerza que las
demás naciones de Europa, no debe sorprender que los estudios
seismológicos sean allí más cultivados y, por lo tanto, que se encuen-
tre en ella muchos hombres de ciencia que empleen gran parte de su
tiempo ya sea en recoger datos é ilustrar la historia y la teoría de
los fenómenos endógenos de nuestro planeta, ya sea en idear nuevos
instrumentos para difundir el estudio y la observación práctica de
los mismos. Muchos son los hechos que la ciencia tiene que investi-
gar en el fenómeno muy complejo, y hasta ahora no explicado, de
los terremotos, datos que (no siendo suficientes nuestros sentidos)
deben sernos manifestados por instrumentos especiales.
Al principio el aparato más adaptado para el estudio de las mani-
festaciones seísmicas fué el péndulo. Este aparato tan simple, y
dotado á la vez de tantas propiedades, descubierto por el eran Gali-
leo—del que se sirvió Huyghens, para regular con precisión matemá-
tica la división del tiempo, haciéndole describir una cicloide, y el
capitán Kater, fundándose en una propiedad descubierta por Huy-
ehens, de que el eje de oscilación es recíproco del de suspensión,
inventó el péndulo reversible; que Foucault, empleó por primera vez
en su famosa experiencia que puso de manifiesto el movimiento de
(1) Traducción del doctor Julio A. Gatti.
16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
rotación de la tierra; y Borda, para medir las variaciones de la inten-
sidad de la eravedad, ha servido también para poner en evidencia los
movimientos del suelo y estudiar, siquiera sea de una manera imper-
fecta, los fenómenos seísmicos. Aplicando, en efecto, un péndulo á
un sostén cualquiera, en cuanto éste se mueva, el péndulo también
se moverá; veamos, empero, lo que nos dicen los trazos de este pén-
dulo con relación á la forma del movimiento. Es preciso, ante todo,
como fué practicado ya en 1857 por Cavalleri, en Monza, y luego por
Cecchi y por Bertelli, en Florencia, poner el péndulo en condiciones
tales que deje trazos permanentes. Por lo que respecta á la parte
Fig. 1. — Suspensión Cecchi
destinada á los movimientos ondulatorios se usó un péndulo suspen-
dido de manera que pudiera oscilar libremente en todos los azi-
muts ó sirviéndose de un tornillo de presión, y en este caso el hilo
del péndulo era muy flexible; ó bien (sistema Cecechi) por medio de
un anillo con una punta dirigida hacia el centro y entonces el asta
del péndulo era rígida. i
Nota. — También se ensayó la suspensión Cardano y si bien en muchos casos
se aplican con buenos resultados, en éste no ofrece la indispensable exactitud ;
si la dirección del choque coincidiese con uno de los ejes de suspensión, el mo-
vimiento.del péndulo la señalaría con exactitud ; pero si la dirección del choque
no fuera la supuesta, la resultante es falsa. La experiencia lo demuestra y la ra-
zón es esta : el anillo interior debiendo vencer la inercia del exterior, le comu-
nica el movimiento con retardo, resultando modificada una de las componentes y
por lo tanto la resultante. La suspensión tromométrica, ideada por mí, y que
fué aplicada por distinguidos hombres de ciencia y seismólogos, es la siguiente :
En la extremidad de un sostén hay uña pieza circular, en cuya superficie se
ha practicado una ranura en la que entran con precisión varias esferas metálicas
que pueden girar libremente sobre sí mismas. Sobre estas esferas apoya otra ma-
yor desde cuyo interior parte el hilo que soporta la masa pendular (1).
(1) Prof. U. LAwDI, Sistema di sospensione per 4 pendoli tromometrici e sismografici. Firenze.
Ariani, 1896.
LOS PROGRESOS DE LA SEISMOLOGÍA 17
La masa pendular terminaba en punta de aguja que penetraba en
un estrato perfectamente plano de polvo tenuísimo, donde, al osci-
lar, el péndulo marcaba una huella que determinaba el plano en el
cual se había verificado la oscilación seísmica.
Veremos, más tarde, las modificaciones introducidas por Cecchi.
Cavalleri inventó la ingeniosa escala de los péndulos, esto es, una se-
rie de péndulos de longitud creciente desde metros 0.25 á 2,50 y 5 ki-
logramos de peso. Con ella se observa cómo en terremotos lejanos los
péndulos más largos dan los mayores trazos, mientras en los locales
se verifica lo contrario; ya veremos cuáles son las razones teóricas y
prácticas que conducen á ese resultado. Los seismógrafos comunes,
que acabamos de describir, deberían oscilar por el choque seísmico y
en cambio á veces, aún con ondas fuertes, no lo hacen.
Fig. 2. — Suspensión esférica Landi
Cavalleri fué el primero en estudiar esta variable sensibilidad de
los péndulos y determinar la relación entre las longitudes de éstos y
las de las ondas seísmicas, análogamente á lo que pasa entre las cuer-
das sonoras y las ondas acústicas ; más tarde el profesor Miguel de
Rossi, llegó á las mismas conclusiones, hoy admitidas por todos los
seismólogos, y de alí la necesidad de construir instrumentos que ten-
gam por lo menos algunas condiciones independientes de la longitud
de la onda seísmica, como lo hicieron más tarde Cecchi, Mallet, Rossi
y el ilustre Palmieri.
Desde 1870, Bertelli comenzó á observar el llamado péndulo libre
lejos de los centros volcánicos y reunió sus trabajos y observaciones
en muchas publicaciones quehan contribuído grandemente al progreso
de la seismología, y, en efecto, se le reconoce como la más alta perso-
nalidad científica entre los sabios vivientes, en esta rama de la cien-
cia. He aquí, en dos palabras, la descripción del péndulo libre Bertelli,
lMamado antiguo.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX.
[)
18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
De la extremidad de la columna tromométrica, parte la suspensión
del péndulo cuyalongitud es próximamente detres metros y sostiene el
peso de la masa esférica no mayor de cinco, teniendo en su extremidad
una punta delgada de cerca de dos centímetros de longitud. La masa es-
tá encima de un anillo circular cuyo centro se encuentra en el mismo
plano de la punta del péndulo. Los movimientos de éste, se observan
con un anteojo radial, móvil á lo largo del anillo (1). El ¿soseismómetro
Fig. 3.—Pendulo libre Isoseismómetro
Bertelli Bertelli
difiere del péndulo libre en que la masa no es esférica sino cilindro-có-
nica y está en contacto (en la parte cilíndrica) con:S 6 16 varillas de
vidrio, graduadas y que sólo pueden moverse en el sentido de su longi-
tud. Evidentemente en cada choque seísmico se moverán diversamen-
te lo que será suficiente para obtener un diafragma.
El tromómetro de prisma difiere también del péndulo libre en que
X=
Fig. 4. — Tromómetro á prisma Bertelli
debajo de la punta pendular se encuentra un pequeño disco, al que va
adherido una lente plana convexa que permite ver nítidamente un
pequeñísimo punto obscuro central, cuyo diámetro es apenas de ¿ de
milímetro. Por medio de un prisma recto triangular se obtiene la re-
flexión total del punto central cuya observación está en el campo mi-
croscópico. En el interior del microscopio están las escalas micromé-
(1) Véase : Bollettino Meteor. di Moncalieri, 1889. Delle vibrazioni sismiche €
microsismiche e delle indicazioni strumentali delle medesime.
LOS PROGRESOS DE LA SEISMOLOGÍA 19
tricas. Además, se tiene la ventaja de ver, por transparencia, la rosa
de los vientos, la que sirve para hacer conocer el plano azimutal del
movimiento de oscilación predominante. El último modelo de este
aparato (colocado por su autor en el observatorio del Vaticano el 20
de mayo 1596), es una obra perfecta: un péndulo único da simultánea-
mente las oscilaciones horizontales y verticales (es pues un ortoseis-
mómetro) y la espiral incluída en el hilo de suspension fué construí-
da con ritmo bien definido. Las divisiones micrométricas resultan bien
luminadas y definidas, por lo que se puede fácilmente valorar hasta
5 Le milímetro. Tiene además una especie de freno con el cual se
puede hacer reposar totalmente el péndulo, lo que es de grandísima
utilidad. En efecto, durante las observaciones más largas y minucio-
sas dle la agitación microseísmica es útil inmovilizar á ratos el péndu-
lo con el fin de sorprender, después de un intervalo de tiempo, la ma-
nifestación de un nuevo impulso y estudiar su forma dinámica en el
primer momento.
Estos instrumentos, exceptuado el isoseismómetro que es permanen-
te, son de indicaciones fugaces. En efecto, los primeros exigen una ob-
servación continua imposible, por lo que se acostumbra registrar de
tiempo en tiempo el valor de la amplitud relativa de la oscilación
pendular.
Pero la idea más luninosa de Bertelli no consistió tanto en la inven-
ción de esos ingeniosos aparatos cuanto en el modo de colocarlos. En
efecto, es un distintivo absoluto de los péndulos Bertelli el estar sus-
pendido; en lugares aislados de las construcciones y, en lo posible, so-
bre sostenes fundados en terreno virgen.
Otro sabio que hizo avanzar triunfalmente la seismología fué el pro-
fesor Cecchi, de Florencia. En los últimos años de su vida se dedicó
á los estudios seismológicos y, econ verdadero talento mecánico, inven-
tó y construyó varias formas de seismógrafos que se usaron en mu-
chos otros observatorios italianos y extranjeros. La colección com-
pleta de todos sus aparatos están en una sala del observatorio Xime-
niano de Florencia, encima de cuya puerta se lee, en una lápida de
mármol, el epíerafe siguiente :
En cada temblor de tierra — aqui vive y habla — Felipe Cecchi — en
sus seismógrafos — en 1888 — colocado por los amigos y discípulos —
como monumento al amigo y al maestro.
Mucho tiempo nos llevaría si quisiéramos describir, aun someramen-
te, los aparatos de Cecehi; no haremos sino ¡nombrarlos y dar una idea
del objeto áque fueron destinados por su autor. El primero que ideó fué
20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
el seismógrafo eléctrico de papel ahumado corredizo. Consta de dos pén-
dulos, que oscilan en planos ortogonales, y de un muelle en espiral
al que va adherido un peso, señalando así los movimientos del suelo
según las tres componentes. Tiene, además, una especie de balancín,
'argado con dos pesadas esferas en la extremidad de sus brazos igua-
les, el cual gira alrededor de un eje vertical. Su objeto era registrar,
según las ideas de entonces, los movimientos verticales.
En seguida viene el seismógrafo simple de papel fijo, que con-
siste en un péndulo para los movimientos ondulatarios, una espi-
ral para los susultorios y un ingenioso aparato para conocer la direc-
ción del única movimiento ondulatorio inicial. En efecto, una vez
efectuada por el péndulo la primera oscilación, la junta de metal gra-
badora se levanta y no marca más. Le sigue el seissmógrafo eléctrico de
registro continuo, el primero de ese género ideado en Italia, cuando el
uso de aquellos aparatos no estaba aún generalizado. Este aparato, que
renuncio á describir, pues sin tenerlo á la vista, aun con la figura del
mismo, apenas daríamos de él una idea confusa, señala en la historia
dle la ciencia el primer paso hacia los modernos microseismógrafos
continuos. Vienen en seguida los microseismógrafos eléctricos de regis-
tro continuo y el seismógrafo analizador de un solo péndulo que fueron
premiados con medalla de oro en la Exposición Italiana de Turín en
1884; por último, el seismóografo analizador de dos péndulos. Trazas
notables han dado estos últimos aparatos en ocasión de muchísimos
terremotos cercanos ó distantes.
El seismoscopio Cecehi ó avisador de hilo elástico y pesada esfera, es
la más genial, tal vez, de las invenciones de Cecchi y que inútilmente
otros intentaron mejorar. Está formado por un hilo muy elástico de
acero, de dos milímetros de diámetro, fijado verticalmente sobre un
pie con tornillos. Una esfera metálica muy pesada se puede arrestar,
álo largo del hilo, en un punto más ó menos cercano de la base.
La extremidad superior del hilo lleva un pequeño disco sobre el
que está en equilibrio una barrita cuya caída puede poner en movi-
miento un reloj de cualquier manera.
Cecchi se preocupó constantemente de perfeccionar sus instrumen-
tos y estudiar sus seismogramas para sacar provechosas consecuen-
cias; observó en ocasión de varias ondas seísmicas que los péndulos
por él estudiados daban casi siempre trazados ovales superpuestos,
con los ejes mayores orientados diferentemente, acusando de ese modo
una multiplicidad de movimientos de diversa dirección. Este modo
diferente de actuar podía explicarse, no estando situados en un piso
LOS PROGRESOS DE LA SEISMOLOGÍA 21
bajo, como resultado del bamboleo de las paredes que hubiese produ-
cido esa multiplicidad de movimientos. Por otra parte, siendo posi-
ble que las sacudidas fueran más de una, Cecchi dudaba de que los
N 4 N
o— —t
0 == — E
ES Ss S
Fig. 5. — Movimiento de Fig. 6. — Movimiento de O. Fig. 7. — Movimiento de O. á E.
04, hacia E, sobrepasando media oscilación y después de 5. á N.
hacia el N.
ejes mayores de las trazas representaran la verdadera dirección del
plano de las sacudidas seísmicas.
S s
Fig. 8. — Doble sacudida de O.E. | Fig. 9. — De O.E. á E.O casi inmediatamente
Para dilucidar esta cuestión ideó el siguiente aparato : una sólida
base de madera lleva en sus extremos dos columnas de más ó menos
un metro, y sus extremidades superiores están unidas entre sí por un
travesero, en cuyo medio está asegurado un péndulo. La masa pendular
lleva el aparato registrador cuyo punto de contacto con el negro de
humo se encuentra precisamente sobre la, vertical que pasa por el
22 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
centro de gravedad de la esfera del péndulo y de su punto de suspen-
sión. La base de todo el aparato puede moverse en dos direcciones
perpendiculares entre sí, puesta ésta entre dos guías que tan sólo le
permiten moverse en el plano N. $S., ligadas entre sí por dos tra-
viesas ligadas á su vez por dos guías perpendiculares á ellas, es
decir de veste*á este, fijadas en el banco que sostiene el aparato.
N. B. —5i se hace mover bruscamente el aparato, por su base de
sostén, de sur á norte, el péndulo empezará á oscilar en el mismo pla-
no. Mientras el péndulo oscila, se choca el aparato en una dirección
perpendicular á la primera, es decir, de este á oeste, ó bien de oeste á
este; entonces el péndulo empieza á describir una figura formada por
una serie de espiras elípticas, más ó menos amplias, cuyo eje mayor
será más ó menos desviado de la límea norte-sur, según :
1% Que el choque recibido haya sido más ó menos fuerte ó brusco;
2 El punto de fase en que se hallaba el péndulo, en su oscilación,
al recibir el choque, esto es, al principio, medio ó fin;
3" Que en el acto de recibir el choque oscilara de norte á sur ó vice-
versa.
Delo 1” y 2” se infiere que es erróneo suponer una onda en la direc-
ción noroeste y sudeste Ó bien noroeste y sureste. Además se ve que
si, mientras el péndulo va, por ejemplo, de sud á norte, el aparato recibe
un choque en otra dirección, pongamos de oeste á este, el eje mayor de
las espirales descriptas, gira á la derecha ó á la izquierda según la
fase de oscilación del péndulo y según la intensidad y duración del
choque recibido. Se trata, como se ve, de la composición de dos movi-
mientos angulares, y se comprende que la dirección del eje mayor
puede variar de mil modos diversos. En nuestro caso sabíamos
ya que mientras el péndulo oscilaba de sud á norte la segunda sa-
cudida fué dada en la dirección W.-E.; pero si después de haber
tenido lugar efectivamente un terremoto encontráramos descripta
por un péndulo una figura igual, no podríamos saber con seguridad
cuál fué la dirección de ambas sacudidas, ni cuál de ellas, fué la pri-
mera. Lo mismo diríamos de las sucesivas sacudidas que pudieran
OCUITIL.
Otro sabio de fama, que contribuyó muchísimo al desarrollo de la
seismología, fué el profesor Alenjandro Serpieri. ,
Sus escritos constituyen indudablemente una contribución teórica
de gran valor. En ellos se manifiesta su feliz intuición de la causa de
los fenómenos y, sobre todo, su notable espíritu de análisis. Su pri-
LOS PROGRESOS DE LA SEISMOLOGÍA 23
mer trabajo sobre seismología lo constituyen las memorias sobre el te-
rremoto de Urbino(12 marzo 18753), enlas quese reveló maestro. El te-
rremoto, dice, debe contarnos su propia historia; todo estriba en saber
interpretar los trazos que él nos deja; luego, como todos los terremotos
que se suceden en un período seísmico deben formar un solo fenó-
meno general, como ramas de un mismo tronco, deben deducirse el
orden de sucesión de los hechos y su mutuo ligamento.
Esto que nos parece natural, tan lógico, porque lo vemos tan apli-
cado hoy, fué un eran mérito para Serpieri el día que, el primero en-
tre todos, lo ideó.
Obtenidos con exactitud los datos, cosa que años ha era muy dificil,
hay que hacer su discusión. En esta Serpieri está admirable. De los
cúmulos de datos y de cifras sabe deducir leyes de una sencillez ma-
ravillosa.
El hermoso descubrimiento de los radiantes seísmicos, el hallazeo de
lo que él llama el hábito seísmico dle una región, la ¿identificación de
los terremotos que se suceden en lugar y épocas diferentes, todo eso
resulta luminosamente de sus estudios. Con razón el profesor doctor
Rossi refiriéndose á Serpieri dijo: Su trabajo es un modelo de análi-
sis científico de un fenómeno.
Si así se hubiera procedido antes y se hiciere en adelante, los pro-
gresos gigantescos de la seismología se habrían ó se habrán ¿pronta-
tamente asegurado.
De un análisis que yo creía casi imposible, él ha deducido una ver-
dadera revelación del modo de actuar del fenómeno.
En efecto, el terremoto del 15 de marzo de 1875 confirmó las teo-
rías expuestas por Serpieri con relación al del 12 de marzo de 1873.
Obrando como verdadero sabio, modifica en sus escritos posteriores
su manera de pensar en algunos puntos que más se prestaron á la
Crítica. Así en 1873 admitía que poderosas corrientes de lava, proce-
dentes de grandes profundidades, venían á chocar con gran fuerza:
contra la superficie terrestre sacudiéndola violentamente. Esta erró-
nea concepción de los terremotos ha sido por él cambiada en sus escri-
tos de 1875, en los que habla, en efecto, de tensión de los vapores y
propagación de movimiento, admitiendo la de los vibratorios seísmi-
cos en un medio de variable elasticidad.
Cuando tuvo lugar el espantoso terremoto de Casamieciola los
estudios de los geólogos, especialmente de Gatta, confirmaron la teoría
de los radiantes.
Muchos años han pasado ya de la publicación de esos trabajos y
24 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
á pesar de ello nada han perdido de su mérito, y no sólo merecen
ser conocidos de los estudiosos, sino que sirven aún de modelo para
quienquiera consagrarse á este género de investigaciones. S1 en los
aparatos se han hecho grandes innovaciones, por lo que respecta
al método de estudio y coordinación de los hechos, nada se ha
modificado en las clásicas monografías de este erande hombre de
ciencia.
Si bien la seismología ha tenido como hemos visto, valerosos cul-
tores, todos los aparatos construídos se habían ideado para el estudio
de movimientos cercanos, no pudiendo acusar el paso de ondas que
vinieran de grandes distancias, con períodos muy lentos, como se lo-
era ahora con los recientes progresos hechos en esta ciencia.
Ese fin, se propusieron los inventores de aparatos que luego se es-
tudiaron en los principales observatorios geodinámicos.
Aquí es preciso nombrar á otro sabio, apasionado cultor de la seis-
mología, el profesor G. Vicentini, por la invención de dos microseis-
moógrafos, tanto para las componentes horizontales como para la ver-
tical. Al construir esos aparatos, conla colaboración del doctor Packer,
fué guiado especialmente por la idea de que el estudio de los movi-
mientos del suelo provocadas por sacudidas lejanas, debe servir mejor
queel de los movimientos violentos del epicentro, para hacernos cono-
cer las leyes de las perturbaciones seísmicas, y, al mismo tiempo, que
habría sido fácil registrar todos aquellos movimientos que acompañan
ó tal vez preceden á los terremotos en el epicentro, movimientos cuyo
análisis se hace imposible con la simple observación de las indicacio-
nes fugaces del tromómetro. He aquí, someramente, como está cons-
truído el microseismógrafo Vicentini.
Consta de una pesada masa pendular, variable entre 50 y 500 kilo-
gramos, suspendida á guisa de lámpara de tres cadenas, que converjen
á un sombrerete de bronce desde cuyo centro parte un hilo de acero
que, afianzado á un brazo, permite al péndulo oscilar en todos los
azimuts. La parte inferior de la masa lleva una punta rígida en com-
binación con una muy delicada palanca de primer grado, de brazos
desiguales, de manera que cualquier movimiento de la masa resulta
16 veces mayor.
La extremidad libre de esta palanca acciona á un pantógrafo, cuyo
aumento, por ejemplo, es igual á 5, ó bien á un sistema regis-
trador que descompone el movimiento en sus dos componentes rec-
tangulares. Así las trazas registradas, tanto por la extremidad del
ds
LOS PROGRESOS DE LA SEISMOLOGÍA 25
pantógrafo como por las puas del sistema descomponente, son SO ve-
ces más grandes que los movimientos de la masa.
Se comprende que las inseripciones se hacen sobre cilindros ad-hoc
(fig. 10) (1). Se ve claramente que este aparato es capaz de registrar
tanto los movimientos lentos como las vibraciones.
Para la mejor comprensión de lo que he de exponer, indicaré ahora
la hipótesis más universalmente aceptada por los seismólogos.
La superficie terrestre, como la del mar, nunca está en perfecta
Figura 10
quietud, sino sujeta 4 movimientos de diferente naturaleza, cuyas
causas aún no están bien definidas. Además de los terremotos, ver-
daderas convulsiones del suelo, existen otros movimientos de la cos-
tra terrestre que sólo se notan pormedio de instrumentos muy delica-
dos.
Estos movimientos son los llamados microseísmicos, y se dividen en
temblores y ondulaciones lentas.
(1) Prof. G. PACKER, Imicrosismografi dell Istituto de Fisica della R. Umiversita
di Padova. Venezia, tip. Ferrari, 1897; Prof. U. LanDr, 4leune considerazioni so-
pra un microsismografo a due componenti. Rivista Scientifica. Anno XXX, vn! 4,
Firenze, tip. Niccolai, 1898.
26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Los temblores no son más que vivraciones rápidas, cuyo período
varía desde una fracción hasta pocos segundos. Fueron observados
en todos los lugares en que se establecieron investigaciones y proba-
blemente deben existir en toda la superficie terrestre. Las causas de
estos temblores son en parte artificiales (el movimiento de las perso-
nas, de las máquinas y de los carros) en parte naturales (variaciones
de presion barométrica y los vientos).
Su existencia se manifiesta generalmente por las oscilaciones de
los péndulos, por el encresparse de la superficie tranquila del agua y
la del mercurio. Muchas experiencias fueron llevadas á cabo para in-
vestigar su verdadera naturaleza por D”Abbadie, en Francia, por De
Rossi y Bertelli, en Italia, por Milne en el Japón. Los instrumentos
empleados fueron micrófonos y tromómetros. Los resultados obteni-
dos hasta aquí son interesantes, pero creo que se obtendrán más com-
pletos cuando las operaciones se lleven á cabo contemporáneamente
en varias localidades y se haga uso de instrumentos registradores
continuos, colocados con criterio estrictamente científico.
Las ondulaciones lentas son movimientos de carácter ondulatorio de
largo período. Se manifiestan por desvíos de la vertical, no mayores
de algunos segundos.
Las más frecuentes tienen un período de 24 horas y de ahí que se
Mamen oscilaciones diurnas.
Fueron halladas dondequiera se hicieron observaciones, por lo que
se puede deducir que todos los edificios de una ciudad, las torres, las
chimeneas de las fábricas, ete., cumplen en las 24 horas una oscila-
ción completa alrededor de la vertical; de día el desvío, se produce
en un sentido, de noche en el sentido contrario y la posición final,
una vez cumplida la oscilación, no coincide generalmente con la ini-
cial.
Si se representa gráficamente la marcha del fenómeno con una cut-
va, ésta se asemeja á la de la variación diaria de la temperatura. Las
horas de desplazamiento son las mismas para un breve intervalo de
días, pero sufren variaciones sensibles en el intervalo de un año.
La magnitud del desplazamiento crece con la temperatura y con el
esplendor del sol, tanto que pueden considerarse como medida de la
“adiación solar. Seguramente estas ondas son debidas á un efecto tér-
mico, pero no se sabe cómo éste se produce y cumple.
Además de las ondas diurnas, tenemos otras cuyo período está com-
prendido entre una hora y fracciones de minuto.
Son las que Milne llamó pulsaciones. Su duración también puede ser
LOS PROGRESOS DE LA SEISMOLOGÍA 27
de varias horas. Quién las observó por primera vez fué el doctor E.
Von Rebeur Paschwitz, el 11 de febrero 1889,en Postdam. En segui-
da otras ondas de la misma especie, pero de diferente período, fueron
observadas por el mismo sabio en otras partes, por Milne en el Ja-
pón, por nosotros en Italia.
Hasta hoy, poco se sabe sobre su naturaleza, debido al pequeño nú-
mero de observaciones hechas, no bien coordinadas aún y efectuadas
en un número reducido de estaciones y en distintas épocas.
Sus características son la gran datación y la regularidad. Entre las
pulsaciones de período inferior á un minuto hay aleunas que por sus
propiedades especiales se distinguen de todas las demás. Su manifes-
tación responde á la existencia de ondas de una longitud de muchas
docenas de kilómetros y cuya amplitud puede ser de algunos centíi-
Metros.
Semejantes á enormes ondulaciones (casi planas) de un océano, se
propagan en la superficie de la tierra por distancias considerables sin
variar de naturaleza recorriendo á veces un entero efreulo máximo y
produciendo por donde pasan desvíos periódicos de la vertical. Su
duración es generalmente de una hora. El suelo, después de su paso,
vuelve á las condiciones de antes. Se encuentran tanto en las regio-
nes libres de terremotos como en las seísmicas, sin producir molestias
sensibles.
(Continuará.)
EL CONGRESO INTERNACIONAL DE ELECTRICIDAD DE SAN LUIS
CONSIDERACIONES GENERALES
SOBRE EL
DESARROLLO DE LA ELECTRICIDAD
EN LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTE AMÉRICA
POR EL INGENIERO JORGE NEWBERY
PRÓLOGO
Asistir como delegado á uno de los torneos científicos como el que
acaba de celebrarse en la reciente exposición de San Luis, es induda-
blemente una de las más grandes satisfacciones á que puede aspirar
un hombre amante de la ciencia que ejerce. Esto no tan solamente
por las ventajas que procura, sino también por el alto honor de llevar
la palabra con voz y voto en esos centros á los cuales concurren las
eminencias de todas las naciones en las distintas ramas del saber hu-
mano. Y esto se explica fácilmente. El cambio de ideas, con los espe-
cialistas de mayor autoridad, aumenta el caudal de conocimientos
propios, dilatando el horizonte intelectual, ahorrando tiempo y estu-
dios en esas discusiones en las cuales cada uno trata de surgir y pre-
dominar por su saber y la claridad de sus exposiciones. En cada una
de esas conferencias se obtienen resultados preciosos, no tan sólo por
lo que se aprende, sino también por la autoridad de que uno mismo se
reviste al sentirse alentado por los maestros que conoce por sus obras
y que de improviso trata en uno de esos torneos científicos.
Por esto los gobiernos, dándose cuenta de la importancia y bene-
ficios que reportan esos congresos, delegan ante ellos el mayor núme-
ro posible de profesionales elegidos. Así, Inglaterra é Italia nom-
braron ingenieros electricistas, y rara es la nación que haya en-
viado uno solo. En cuanto á la República Argentina, he tenido la
fortuna de haber sido elegido como delegado, representante del mu-
DESARROLLO DE LA ELECTRICIDAD 29
nicipio de la capital federal y de haber tenido el honor de ser desig-
nado vicepresidente de la sección Transmisión de fuerza y luz.
En el Congreso internacional de electricidad de San Luis, se han
tratado todas las cuestiones que más interesan á esta ciencia, que
invade paulatinamente y con pasos certeros el dominio antes exclusi-
vo de otras especialidades, directamente relacionadas con las necesi-
dades humanas en todas sus manifestaciones.
Trataré de reflejar “someramente en estas páginas, el resultado de
lo que observé en las sesiones del Congreso, en mi viaje por Estados
Unidos y todo lo demás que me llamó la atención en mi paso por In-
glaterra, Escocia y el Continente. ;
Pondré el mayor cuidado en tratar de que esas observaciones pue-
dan tener una aplicación práctica entre nosotros, evitando de ese mo-
do ensayos y tanteos, costosísimos á veces y perjudiciales cuando las
reformas no se ajustan estrictamente á la última palabra de la ciencia-
Antes de mi partida para Estados Unidos, he publicado una serie
de artículos tendientes á "demostrar las ventajas de la municipaliza.
ción del servicio de luz, tracción y fuerza. Mis ideas sobre este punto
se han fortalecido con lo que he observado posteriormente, sobre todo
en Inglaterra.
Tengo la seguridad que, día más día menos se llegará entre nos-
otros á las mismas conclusiones que he sostenido en mis estudios ante-
riores, imitando así, lo que en otras partes se ha hecho con tan nota-
bles ventajas para los municipios y sus habitantes.
Al publicar el resumen de todo lo que he visto, observado y apren-
dido, con motivo de la delegación con que fuí honrado, no tendré más
propósito que la de corresponder en la única forma á mi alcance, á la
confianza que depositaron en mí la honorable comisión municipal y el
señor ex intendente don Alberto Casares.
Hablaré del desarrollo eléctrico en cada punto donde haya visto algo
dieno de ser consignado y muy especialmente sobre ferrocarriles,
tranvías, luz y fuerza, dedicando un capítulo aparte, como es natural,
para San Luis donde concurrieron los sabios.que sorprenden al mundo
con sus portentosos descubrimientos.
30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
NEW YORK CITY
Descripción de la ciudad. — Superticie. — Población. — Gobierno municipal: —
Riqueza y fuente de recursos. — La New York Edison company. — Su prin-
cipio, desarrollo y estado actual. — Tracción. — Brooklyn rapid transit com-
pany. — Instalación eléctrica de la Interborougb rapid transit company. —
Sección Manhattan. — La compañía metropolitana. — El ferro carril New
York central y Hudson river. — El sistema telefónico.
Si los holandeses, por ejemplo, que fundaron la ciudad de New
Amsterdam hace más de dos siglos, pudieran dar un vistazo á la New
Amsterdam de hoy, actualmente New York, sería para ellos sin duda
la sorpresa más grande y el ejemplo más vívido de la energía y del
empuje de un pueblo y de una raza.
No desearía fatigar al lector con estadísticas, pero en el curso de
mi exposición repetiré aleunos de estos datos porque los considero
necesarios para refrescar la memoria y poder hacer así comparacio-
nes con el desarrollo eléctrico, en relación con su población y super-
ficie de otras ciudades.
New York actualmente, se compone de cinco distritos, á saber:
Manhattan, Broux, Brooklyn, Queens y Richmond. Su longitud de
norte á sud es de cincuenta y seis kilómetros. Su ancho de este á oes-
te, de veintinueve. Se descompone en la siguiente forma y con la po-
blación que paso á indicar, según el censo del año 1900.
Hectareas Población
Maid 5.43 1.850.093
a ralaroro ola ai ipoa ra lo "a aso 070 10.101 200.507
BOO 17.094 1.166.582
QUEENS e NS 32.116 152.999
¡Ricnracinaly |. aa oo don ooo 14.763 717.021
Toda A AA 719.513 3.437.202
Con el aumento habido en estos últimos cinco años en población,
su conjunto puede calcularse aproximadamente en 4.500.000 habi-
tantes.
El aumento de la población desde 1900, según el censo de Estados
Unidos, es no menor de 100.000 habitantes por año, siendo una pro-
porción considerable de este aumento, debido á la inmigración extran-
DESARROLLO DE LA ELECTRICIDAD 31
jera. Se estima también que la población de la Metrópoli de New
York se compone de 900.000 alemanes ó nacidos de padres alemanes ;
550.000 irlandeses ó hijos de irlandeses; 200.000 ingleses, escoceses,
“anadenses ó hijos suyos; 100.000 italianos ó hijos de italianos;
100.000 rusos ó hijos de ellos, siendo estos casi en su totalidad israe-
litas. Hay además unos 10.000 chinos, y colonias más pequeñas de
franceses, españoles, £rie908, servianos, armenios y japoneses.
El eobierno municipal de la ciudad de New York es del tipo repre-
sentativo americano. El Mayor (intendente) es el jefe del departamen-
to ejecutivo por dos años, con un sueldo de 15.000 dollars por año.
Nombra y puede separar á su voluntad átodos los jefes de los dis-
tintos departamentos ó secciones. Estos son los siguientes : «comi-
sioners» ó jefe de policia; del departamento de limpieza; de puentes ;
de la caridad pública; de corrección; departamento de bomberos;
de sanidad; de construcciones; de casas de vecindad ó casas de arren-
damiento; tres de paseos y parques; cinco de impuestos y uno de co-
brador de impuestos; consejo de consulta municipal y el jefe de la luz
eléctrica, gas, aguas corrientes y provisiones.
Cada uno de estos «comisioners », es el jefe del departamento que
indica el nombre de su oficina, y la responsabilidad de su manejo re-
cae absolutamente en él.
Además del «mayor», hay el contralor que tiene á su cargo las
finanzas y el presidente de la « Board of Alderman» que reemplaza
al intendente en caso de ausencia. Estos son elegidos de la misma
manera que el «mayor» y por un solo término, es decir, por dos años.
El contralor tiene también un sueldo de 15.000 dollars por año, y
los jefes de departamentos (comisioners) 1500, término medio.
El departamento legislativo del gobierno comunal, es formado por
un tribunal de Aldermen ó regidores, y se compone de una sola cá-
mara de setenta y tres miembros, elegidos por los distritos en que se
divide la comuna.
El tribunal tiene poderes limitados de legislación y no toma parte
activa en la administración ejecutiva del gobierno municipal. Cada
uno de los cinco barrios que forman la ciudad de New York, elige un
presidente por voto popular y cada presidente á su vez. nombra un
comisionado ó jefe de trabajos públicos que representa su respectivo
barrio.
La oficina más importante del gobierno comunal, es la comisión de
presupuestos y proveedurías, por donde pasan todos los gastos hechos
en la Metrópoli; prepara además el presupuesto anual. Esta comisión
32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
la componen el intendente, el contralor y el presidente del tribunal
de regidores, teniendo cada uno tres votos; el presidente de los dis-
tritos de Manhattan y Brooklyn dos y los otros tres, uno cada uno.
Desde que los límites de New York fueron extendidos incluyéndose
Brooklyn, parte del distrito de Queens y de Staten Island, la percep-
ción anual de la renta ha llegado casi 4 100.000.000 de dollars. Es
característico de una ciudad norteamericana que el item más grande del
presupuesto es el de la educación. En 1905, fué de 20.063.017,77
dollars, amén de lo que fué donado 298.362, para la Universidad de la
ciudad de New York, escuela de maestros, y 200.000 para el estado
de New York, escuela de maestras. Siguiendo á la educación, la
mayor cantidad gastada fué para el pago del interés de la deuda,
que llegaba á 13.276.709,64 dollars conjuntamente con la cantidad
de 10.417.359,57 pagados al fondo de amortización para redimir la
deuda. El departamento de policía que tiene como 7000 empleados,
absorbió 11.566.680,42 dollars, mientras que el departamento de bom-
beros, con 3000 empleados, y el departamento de limpieza, necesita-
ron más de cinco millones.
La valuación total en que se estima la ciudad es de 4.764.205.484
dollars, de los cuales el distrito de Manhattan comprende por sí
solo 3.507.083.911 dollars. La deuda del municipio, es de un poco más
de doscientos millones de dollars. La valuación de New York, es en-
tonces casi igual á la valuación de Londres y de su deuda.
New York tiene unas 1300 millas de calles, de las cuales 1.100
pavimentadas y 1100 millas con cloacas.
Causa admiración la colosal riqueza que encierra esta gran ciudad,
pero más grande es aún la impresión que recibe el observador al com-
templar el desarrollo vertiginoso que ha experimentado la electrici-
dad, en todas sus faces, dentro de un lapso de tiempo tan relativa-
mente corto.
Para demostrar este inmenso desarrollo, y antes de entrar al estu-
dio de la actual situación, daré aleunos ligeros detalles respecto á su
comienzo, que constituyen los antecedentes históricos.
The Edison New York Company
La primera usina comercial de la calle Pearl en New York, conte-
nía seis unidades á vapor, los históricos dinamos «Jumbos» (1) que
(1) El primer « Jumbo » fué exhibido por Edison en la Exposición Internacio-
DESARROLLO DE LA ELECTRICIDAD 33
alimentaban de corriente á un sistema subterráneo de distribución de
24 kilómetros de cables y alimen“adores, ocupando una superficie que
tenía por límites, la calle Wall por el sud y la calle Nassau por el
norte (más ó menos 259 hectáreas).
El inmueble de la calle Pearl fué comprado en mayo de 1851. En
julio de ese mismo año se empezaron á colocar los cables y hacer las
instalaciones en las casas particulares y propiedades públicas. Su pri-
mera máquina entró á funcionar el 30 de junio de 1852 y el primer
dinamo, generó corriente, el 8 de julio, alimentando 1000 lámparas
colocadas en un Banco. La red subterránea fué conectada y probada
en julio ; finalmente, el 4 de septiembre de 1882, la usina y sured em-
pezó á funcionar de un modo permanente.
La construcción de esta usina con su red de distribución para todo
un distrito fué dirigida personalmente por Edison. Por muchos me-
ses, día y noche, la usina estuvo bajo su constante y directa superin-
tendencia. Lo que es hoy todavía, lo mejor en materia de generación y
distribución de corriente eléctrica, sigue las mismas líneas, los mismos
principios que él descubrió y empleó entonces: la unidad de corrien-
te directa, el sistema subterráneo, el sistema de distribución, los fusi-
bles de seguridad, el medidor, además delalámpara incandescente de
alta resistencia que fué la base de todo, es todavía lo mismo. Ha ha-
bido muchos cambios de detalle, pero desde su base, lo mejor que hoy
tenemós, existía en el trabajo original de Edición, hace más de veinte
años.
zefiriéndome á la memoria publicada por esta compañía en 1883,
que contiene un resumen del trabajo de los primeros quince meses, y
hablando del resultado hasta ese entonces obtenido, se decía en ella
que constituía en esa fecha un eran adelanto científico y comercial.
Conviene recordar esta manifestación.
El lector tendrá presente que en 1875, varios de los hombres cien-
tíficos de la Gran Bretaña, ante una comisión selecta de la Cámara
de los Comunes, declararonunánimemente que ensu conceptono era
posible la subdivisión de la luz eléctrica; á su vez en esa memoria
se dice que Edison ya había conseguido esta subdivisión de una ma-
nera práctica, comercial é industrialmente hablando. Se agrega ade-
más quelo que Edison se había propuesto conseguir, ylo consiguió, fué
nal de París, y estuyo funcionando desde el 4 de octubre de 1881 hasta su clau-
sura. Esta exhibición atrajo á todos los hombres de ciencia é ingenieros del
mundo. Se consideraba entonces una maravilla de perfecta construcción eléctrica
y mecánica.
AN. SOC. CIENT. ARG.— T. LIX. 3
34 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
un sistema por el cual la corriente eléctrica pudiera ser generada y
distribuída de un lugar central á todos los edificios de un pueblo ó de
una zona cualquiera, que produjera una luz higiénica y agradable para
la vista, cn cantidades convenientes para las necesidades domésticas,
susceptible de ser apagada ó encendida á voluntad, sin peligro ni
inconvenientes, por un precio no oneroso al consumidor, y que á la
vez pudiera producir ganancias satisfactorias al industrial ó al capi-
talista.
El resultado tan claramente expuesto en esta memoria, no sólo fué
coronado con el mayor éxito, sino que fué también objeto de una-
nime admiración por su rápido desenvolvimiento.
Efectivamente, la New York Edison Company de hoy, sucesora de
Edison Electric Huminating Company de New York, fué la primera
corporación organizada para explotar el servicio de la luz eléctric:
incandescente con una base comercial y permanente.
Esta compañía fué fundada el 17 de diciembre de 1880, con la de
Edison Electric Light Company, que adquirió todas las patentes de
este inventor relacionadas á la luz eléctrica.
La red de distribución cubre prácticamente la isla entera de Man-
hattan y el distrito de Broux. Los distritos de Brooklyn, Queens y Rich-
mond, que completan la ciudad de New York, no están servidos
por la red de la The New York Edison Company.
El sistema Edison de tres hilos se emplea para distribuir corrien-
te continua de baja tensión, de 120-240 volts, en el distrito de Man-
hattan; y corriente alternada de tres fases y sesenta ciclos, de 2000
volts, convertidos localmente para la distribución de una red secun-
daria á 120-240 volts, en el distrito de Broux.
La distribución de Manhattan es completamente subterránea, y en
Broux, con pequeñas excepciones, es aérea.
El área total del terreno de las usinas de esta compañía es de
21.325 metros cuadrados, de los cuales 3623, corresponden á la usina
de Waterside. Las usinas generadoras á vapor excluyendo Waterside
tienen en máquinas á vapor 21.875 caballos de fuerza, y 14.600 kilo-
watts en generadores ; y en acumuladores 132.000 amperes-horas á
135 volts, y con una descarga de tres horas. Agregándoseles la usina
de Waterside, el poder de las calderas aumenta á 50.232 caballos de
fuerza, la capacidad normal de las máquinas á 82.875 caballos de
fuerza y el de los generadores á 53.100 kilowatts. Una de las dos
baterias de acumuladores de la usina Waterside que tiene una capa-
cidad de 6000 amperes-horas, 135 volts, con una descarga de tres
DESARROLLO DE LA ELECTRICIDAD 30
horas, se usa exclusivamente para la excitación del campo magnético
de los generadores.
La Central Waterside alimenta á catorce subestaciones disemina-
das en distintas partes de la ciudad, habiendo actualmente dos más
en construcción
Las subestaciones contienen los siguientes convertidores rotativos:
3 de 150 kilowatts, 4 de 600 kilowatts, 22 de 500 kilowatts, 35 de
1000 kilowatts, 4 de 2000 kilowatts ; estos últimos son los más gran-
des que se hayan construído hasta la fecha. Las 22 baterías de acu-
muladores en la subestaciones, tienen una capacidad total de 44.000
amperes, ó sea, descargados durante tres horas, 152.000 amperes-ho-
ras. La capacidad total de los acumuladores descargados durante una
hora, se calcula en un veinte y cinco por ciento de la capacidad total
de las distintas usinas de la compañía
Corriente generada. — Tomando todas las estaciones generadoras,
la carga máxima media en la Isla ó en el distrito de Manhattan, du-
rante el año 1903, fué de 359.460 amperes, que á la tensión media de
140 volts, hacen un total de 50.600 kilowatts. La carga máxima
en 1904, llego 4 425.000 amperes, á 140 volts, ó sea 59.500 kilo-
watts.
Elredimiento de las usinas generadoras de la Edison New YorkCom-
pany en la Isla de Manhattan, durante el año 1903, fuéde 151.000.000
kilowatts-horas. El 36,6 por ciento de esa cantidad corresponde á
corriente consumida en luz, proporción que ha ido decreciendo «de
año en año; aumentó en cambio la proporción de corriente consumida
con otros propósitos. El término medio máximum de la carga en la
usina Waterside el día 24 de diciembre de 19053, fué de 21.535 kilo-
watts, factor de carga que representa el 56 por ciento de la capacidad
total de la usina en las 24 horas; el término medio del mes de di-
ciembre fué 15.059 lilowatts, ó sea 47 por ciento de la capacidad.
Debo hacer notar que esta compañía no suministra corriente á las
compañías de tranways, elevados, de superficie, ni subterráneos, con-
cretándose solamente á la luz y fuerza motriz. Para dar una idea de
este desarrollo, daré los datos siguientes :
La corriente es suministrada al través de unos 42.000 medidores á
instalaciones que suman en total la cantidad de 1.507.342 lámparas
incandescentes, 19.336 lámparas dearco, 85.072 caballos de fuerza en
motores, y 2000 kilowatts en acumuladores particulares, calefacción,
aparatos de cocina y aparatos de laboratorio. De las lámparas de arco,
36 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
3126 son para la o El conjunto de estas instalaciones,
es equivalente á 2.9
dio de 50 watts do una.
214 lámparas de 16 bugías, de un término me-
El sistema de distribución. — A fines de 1903 la red subterránea
tenía 538.589 metros de feeders, 249.935 metros de cables de baja
tensión y 172. 904 metros de cables en la transmisión de alta tensión;
un total de 957.429 metros. El sistema caño Edison tenía 275.894
metros; los alimentadores, 105.442 metros. El resto de la red es del
sistema de tres condutores puestos en caños de hierro ó en «duck»
de arcilla vitrificada. Cuando la usina original en la calle Pearl fué
inaugurada había solamente 71242 metros de alimentadores y 16.598
metros de cables, todo de dos conductores en caños Edison. La red
aérea del distrito de Broux tiene 563.260 metros.
Cables. — Todos los cables de un solo conductor, tiene una sección
de 102 milímetros cuadrados. En algunos casos donde los cables unen
dos lugares importantes, ó donde se alimenta una gran instalación,
se emplean diámetros mayores, hasta 178 milímetros cuadrados. Al-
gunos edificios tiene á veces cuatro servicios cada uno, teniendo una
sección de 510 milímetros cuadrados. En cada caso los alimentadores
convergen á la red local, reforzándose mutuamente del mejor modo
posible.
Número y tamaño de alimentadores. — Los conductores extremos,
aquellos de polaridad positiva y negativa del sistema caño Edison,
llegan á un máximo de sección de 510 milímetros cuadr: wlos, el con-
ductor neutral de estos alimentadores tiene una tercera parte de esta
capacidad. Para otro objeto que el de unir dos usinas; estos alimen-
tadores raramente exceden una longitud de una milla y puede consi-
derarse que bajo las condiciones usuales, es la distancia más grande
que se puede alimentar económicamente á la tensión de 240 volts.
Los cables alimentadores son concéntricos, de dos conductores, posi-
tivo y negativo. Los neutrales de estos alimentadores son cables in-
dependientes de 1020 milímetros cuadrados de sección. Siguiendo el
método «Arbol», cada uno es común á varios alimentadores, de ma-
nera que en un punto dado cualquiera, en caso de un serio desequi-
librio en la red, se obtiene una capacidad mucho mayor para los con-
ductores. En la red de baja tensión tienen ahora 346 puntos de ali-
mentación y el número aumenta rápidamente.
DESARROLLO DE LA ELECTRICIDAD 37
La red de alta tensión. — El sistema de alta tensión se colocó re-
cién en 1896, y paulatinamente se fueron uniendo todas las usinas
generadoras y convirtiendo estas en subestaciones.
Actualmente hay siempre más de dos cables que por diferentes ru-
tas recorren la distancia entre la usina generadora de Waterside y
cada usina y subusina. En aleunos casos el número de cables que
unen estas úsinas es mayor. En la usina Duane-Pearl hay cuatro Ca-
bles, y en la calle 26 hay cinco, cada uno conectado con Waterside
por rutas independientes. Además hay un feeder general que entra ó
es unido á todas las usinas y subusinas desde Duane hasta la calle
124. Este alimentador puede ser también usado para transmitir co-
rriente á alta tensión de un punto á otro independientemente de la
usina Waterside. La red de alta tensión se extiende hasta la estación
generadora de la Metropolitan Street Railway Company en la calle
96, y al través de Puente de Brooklyn, á la usina de la Edison Com-
pany de ese disurito. Debo hacer notar la importancia que estas com-
pañías dan al factor de seguridad, factor que debe tomarse muy en
cuenta al hacer el cáleulo de estas instalaciones.
Aislación de los cables de alta tensión. — Al principio, en todo Es-
tados Unidos se empleó la goma para los cables de alta tensión, pero
en casi todos los trabajos recientes, la aislación de papel ha sido ex-
elusivamente empleada. Aprovecharé esta ocasión para recordar al in-
geniero E. Jona, delegado dela «Associazione Elettrotecnica Italiana»
é ingeniero jefe de la fábrica de cables de Pirelli y compañía, de Milán,
que presentó un estudio al congreso, sobre materiales de aislación de
cable de alta tensión. Estudia el ingeniero Jona, los cables de papel,
goma, gutta-percha y una combinación de estos; estudia la capacidad
específica inductiva del papel como aislación, según el tipo del mismo,
y mezcla adoptada. Igual cosa hace con la goma. Sobre el particular
da datos interesantísimos y de mucho valor científico, y trae un
ejemplo de un cable con una sección de cobre de 162 milímetros cua-
drados, cubierto con tres capas de goma y una capa de papel impreg-
nado, todo cubierto de plomo, siendo el espesor de la aislación, 14,5
milímetros. Este cable fué probado por una hora cada vez, á las si-
guientes tensiones: 35.000 volts efectivos, 40.000, 45.000, 50.000,
55.000, 60.000, 65.000, 70.000, 75.000, 50.000, 85.000, 90.000, 95.000
y cuatro horas á 100.000 volts sin que se haya perforado.
Esto nos demuestra que la construcción de cables de alta tensión
paratransporte subterráneo, aun tendrá una gran evolución, y su des-
38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
arrollo aumentará los límites de las tensiones actualmente emplea-
dos.
Los cables empleados por la Compañía Edison de New York, para
alta tensión, son de tres conductores, sumando una sección de 127 mi-
límetros cuadrados y construídos con treinta y siete alambres de co-
bre. La aislación de papel es de cuatro milímetros alrededor de cada
conductor, y otro tanto la aislación exterior. La cubierta de plomo es
de tres milímetros de espesor, con una mezcla de dos á tres por cien-
to de estaño. Los claros entre los conductores están repletos de jute,
con una composición aisladora para excluir el aire y la humedad. Des-
pués de haber estado en el subsuelo, la aislación del cable, incluyen-
do las juntas, debe ser 300 Meghones por milla 4 60% F. De acuerdo
con las reglas de la «Subway Company », cada alimentador está su-
jeto á pruebas semanales. La capacidad de cada alimentador es de 250
ampéres por face á 6600 volts.
(Continuará.)
BIBLIOGRAFÍA
Birabén (E). La futura biblioteca universitaria (021 : 578) (82.11)
(045) 1904.
Nuestro estimado consocio, el injeniero Birabén, bibliotecario del Ministerio de
obras públicas de la Nación, ha reunido en un folleto de 90 páginas, en 8% mayor,
los artículos que publicó en los números 3, 415 (mayo, ¡junio i julio), tomo l,
de la Revista de la Universidad de Buenos Aires.
En la imposibilidad que nos hallamos de reproducir esta memoria i conyencidos
que un extracto del mismo no daría acabadamente una idea del plan i proyecciones
del concepto bibliográfico del injeniero Birabén, recomendamos su estudio á los que
no conozcan aún elimportante trabajo de nuestro laborioso compañero de tareas, con-
eretándonos por nuestra parte a decir que el autor se propone presentar i justifi-
car un proyecto de ordenanza universitaria por el cual se crearía, sobre bases
amplias, una biblioteca central de la Universidad de Buenos Aires. Las bases
esenciales del proyecto son dos: 1? incorporar a la biblioteca propiamente dicha la
dibliografía 1 la publicación, fundiendo esas tres cosas en un servicio único, jenui-
namente intelectual i « universitario » por su carácter, al que se imprimiría un
fuerte sello de unidad en el fini en el método, i que se orientaría hacia el objetivo
esencial de la ¿nformación bibliográfica; 2% asociar la nueva oficina a la obra del
Instituto internacional de Bibliografía radicado en Bruselas, adoptando en princi-
pio sus métodos de trabajo i de cooperación bibliográfica.
El artículo consta de tres partes i de cinco amexos. En la primera se exponen
ciertas « Consideraciones jenerales acerca de las ciencias bibliográficas », relati-
vas : 1% al moderno concepto de la institución bibliotecaria; 2% «a la bibliografía
científica 1 su contribución al adelanto intelectual ; 1 39 á los nuevos requisitos de
la publicación científica. La segunda parte es una esposición somera del « Instituto
internacional de Bibliografía ». La tercera contiene las « Bases jenerales de la
futura biblioteca ». Los cuatro primeros anexos se refieren al Instituto interna-
cional de bibliografia i el último contiene el proyecto de ordenanza que el autor
se propone someter a la consideración del Consejo superior de la Universidad.
e]
DJo
L'ingegneria ferroviaria. — Anunciamos con placer á nuestros consocios que
hemos convenido el canje de nuestros 4nales con la nueva é importante revista
quincenal 2'Ingegneria ferroviaria, que se publica en Roma, bajo la dirección del
reputado injeniero profesor Anselmo Ciappi, diputado al parlamento, i con la
colaboración de injenieros especialistas de reconocida competencia en Italia.
Italia, como nosotros, a raíz de su independencia i unidad políticas, ha tenido
que solucionar su problema nacional ferroviario, 1, como nosotros, ha podido apro-
vechar de los adelantos conseguidos en otras naciones ; pero lo accidentado de su
40 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
suelo, desde las imponentes masas alpinas a las moles apeninas, que van a rematar
a los majestuosos volcanes napolitanos, le han obligado a construir los túneles
más admirablemente grandes del mundo, a minar helicoidalmente sus abruptas
montañas, a arrastrar funicularmente sus convoyes, a echar grandes puentes 1
viaductos sobre sus cañadones terrentosos o sus valles anegadizos ; 1 su estado
económico angustioso le oblig
cional en las construcciones, hechos gue ponen a los injenieros italianos en con-
diciones de poder decirnos, mo solo algo bueno, sino que también algo nueyo
sobre los problemas ferroviarios que hacen cavilar a la injeniería mundial.
a buscar al mismo tiempo la mayor economía ra-
L' Ingegneria ferroviaria, dado su personal de redacción 1 colaboración, numeroso
1 selecto, podrá ser consultada con provecho en nuestra sala de lectura. En cuan-
to a su director, el diputado Ciappi, es uno de los injenieros más hábiles ilabo-
riosos que hemos tratado en Italia, i uno de los profesores más distinguidos de la
escuela de injenieros en Roma. Es, pues, una garantía de los buenos rumbos que
seguirá esta publicación en su marcha progresiva.
S. E. B.
CASA EDITORIAL SUCC. A. F. NEGRO I C2
Crugnola (G.). Dizionario tecnico diingegneria e di architettura nelle
lingue italiana, francese, inglese e tedesca. Succ 4. T. Negro ¡ C2, edi-
tores, Turín, 1905. j
Volumenes aparecidos del I al IV inclusive, letras A a R inclusive. Precio de
los 4 volumenes, 94 liras.
>
Acaba de aparecer la entrega 83, letra S, volumen Y.
Nos hemos ocupado ya de esta obra interesantísima en la Revista Técnica. Aquí
nos concretamos a traseribir lo que de él dicen varias publicaciones técnicas eu-
ropeas : ...« El Diccionario técnico del imjeniero Crugnola viene, pues, a colmar
realmente una laguna en la bibliografía técnica, ino solo los injenieros i arqui-
tectos, sino que también todos los cultores de las ciencias aplicadas le quedarán
agradecidos... Uno de los méritos de este diccionario es la claridad con que los
vocablos i las materias están dispuestas... Las definiciones son concisas, claras 1
completas...» (Giornale del Genio Civile.)
... De lo que dejamos espuesto se deduce cuán apreciable es la obra del imje-
niero Crugnuola, i debemos reconocer como justo lo dicho sobre el mismo por el
Giornale del Genio Civile...» (Annali della Societa degli ingegneri ed Architetti italiana).
... Ce travail est bien complet, rédigé avec beaucoup de savoir et d'exactitude,
suivant une méthode practique. Il estappelé a rendre des grands services dá ceux
de nos collegues qui ont a s'occuper soit de trayvaux publics, soit de constructions
mécaniques en Italie, ou qui doivent suivre les publications techniques de ce
pays. (Schweizerisce Bauzeitung fir Bau, Verkelws und Maschinentechnik).
El periódico MWochenblatt fúr Bauwkunde, después de notar que no existe un dic-
cionario técnico en las cuatro lenguas i que los trilingiies existentes son en jene-
ral anticuados é incompletos, termina diciendo :
«... Por esto la obra del injeniero Crugnola es oportunísima, iel profundo
conocimiento que de las lenguas tiene el autor, el cual es miembro de varias
sociedades de injenieros alemanas, 1 vivió muchos años en Francia, promete un
buen resultado... »
BIBLIOGRAFÍA 41
La Neue Zúrcher-Zeituny, dice :
«... De no menor utilidad ide mayor interés jeneral, es la obra emprendida
por un hombre solo, el injeniero Cayetano Crugnola, quien, nacido en Italia úl-
timó sus estudios con éxito espléndido en el Politécnico de Zurich i dirijió em-
presas constructoras importantísimas en el exterior. Es un trabajador incansable,
conocedor profundo de las lenguas i de la profesión, i autor de varias obras de
injeniería mui estimadas... » ;
La Tochenscluift des ósterreichischen Ingeniecur und Architekten-Vereins, dice a
su vez :
« ... La riqueza de este diccionario se reconoce inmediatamente por el número
de voces dependientes de una principal ; así, por ejemplo, de la voz acciaio (acero)
se dan $7 acepciones ; de 4equa, 107 ; de Apparecchio, 92, ete. ; de Asse, 132;
estas varias acepciones están todas traducidas...
Por su disposición i por el modo como está compilado, el Diccionario técnico se
presta de un modo eminente para el estudio de los libros técnicos... ».
Por muestra parte, hemos podido ya apreciar i aprovechar de los cuatro volú-
menes aparecidos i declaramos sinceramente que es una obra utilísima que no
debiera faltar en ninguna biblioteca de un injeniero, arquitecto e industrial del
país (1).
Canevazzi (5.), ingegnere, Professore nella Regia Seuola d'applicazione per
el'ingegneri di Bologna. Meccanica Applicata alle Costruzioni.
Parte 1. Zeoria generale. della resistenza dei materiali, 1 vol. dí 545 pagine di tes-
to e 1 di XVII tavole con 116 figure. Prezzo : lire 12.
Parte IL. Statica delle costruzioni, 1 vol. di 522 pagine di testo e 1 di XLIII ta-
vole, contenente 326 figure. Prezzo : lire ¡18.
(Para los que adquieran ambos volúmenes a la vez se ha reducido el precio a
26 liras.)
Esta obra del reputado profesor de la afamada escuela boloñesa, después de
algunos años de espera, debida al concurso formado a la c:
sa Negro de Turin,
ha sido terminada por la nueva firma Succ. di 4d. 1. Negro $ Cia.
Son dos nutridos volúmenes, dedicados el primero a esponer las teorías relati-
vas a la resistencia de los materiales, i el segundo a la aplicación de las misma,
a la estabilidad de las construcciones. — Fueron escritos por el injeniero Cane-
vazzi para sustituir al volumen sobre Resistenza dei materialai del finado Director
de la escuela de injenieros de Turín, el profesor Curioni, hecho que se imponía,
no sólo por estar ésta agotada, sino que también por los progresos estraordina-
rios introducidos en la teoría de la elasticidad. Vale decir que esta obra forma
parte de L'arte del fabbricare, curso completo de instituciones teórico-prácticas
para los injenieros, arquitectos, ete., del mismo injeniero Gurioni, editado por la
antigua casa A. F. Negro de C?. A
El índice de las materias tratadas hará ver mejor la importancia del nuevo
trabajo del injeniero Canevazzi; en lo tocante a su bondad, el nombre del autor
es su mejor garantía :
(1) La casa editorial Succ. A. E. Negro i compañía, nos hace presente que para facilitar la adqui-
sición de esta importante obra, hará un fuerte descuento i aceptará el pago por cuotas mensuales,
para todo pedido de subscripción, que se la haga por intermedio de la Gerencia de la Sociedad Cien-
tífica Argentina
42 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Volumen 1. Capítulo I, Movimiento i equilibrio de los sistemas (páj. 9 a 38).
Capítulo 1, Equilibrio molecular (páj. 39 a 68).
Capítulo IT, Deformaciones infinitamente pequeñas de los cuerpos (páj. 69 a 95).
Japitulo IV, Equilibrio de los cuerpos elásticos (páj. 96 a 172).
Capítulo V, Fórmulas aproximadas de la resistencia de los materiales (páj.
173 a 344).
Capítulo VI, Movimientos vibratorios en los cuerpos elásticos 1 solicitaciones
dinámicas (páj. 345 a 427).
Japítulo VII, Resultados esperimentales (páj. 428 a 498).
Nota A, Sobre los teoremas fundamentales (páj. 499 a 528).
Nota B. Apuntes históricos i bibliográficos (páj. 529 a 536).
Volumen 11. Capítulo IL, Cálculo de las áreas e integración aproximada. Mo-
mentos dle segundo grado. Centro de percusión. Momentos estáticos, baricentros,
momentos de inercia, elipse i círeulo de inercia, centros de percusión, núcleo
central, nomografía, regla logarítmica, aritmómetros, ete. (páj. 7 a 144).
japitulo II, Vigas de eje rectilíneo solicitadas por fuerzas que actuan según
su eje. Tensión i presión simples, puentes suspensos, rodillos, pernos, columnas,
etc. (páj. 145 a 296.)
Capitulo III, Vigas de eje rectilíneo solicitadas por fuerzas que actúan en un
plano que se pasa por el eje i en dirección normal al mismo. Corte, empalmes,
charnelas, roblones, pernos, ete. (páj. 297 a 392).
Capítulo IV, Vigas de eje rectílineo solicitadas por fuerzas que actúan en un
plano que pasa por el eje i en dirección normal al mismo. Vigas de eje rectilíneo
sometidas a flexion recta (páj. 393 a 540).
Canevazzi (5.), ingegnere professore. Ferrocemento. (Cemento armato,
smalto cementizio armato). Formola di elasticitá e resistenza. 1 volumen, en
80 grande, de 167 pájinas, ilustrado con X láminas litografiadas (figuras i cua-
¿ditores : Societa Editrice Succ. A. F. Negro y: C%. 1904, Tu-
rín. Precio: 8 liras.
dros numéricos).
Es un complemento necesario de la obra anteriormente indicada, sobre resisten-
cia de materiales, del mismo autor, 1 le constituyen las lecciones por este dictadas
en la mencionada escuela de injenieros de Boloña.
Para la mayoría de nuestros lectores es un hecho conocido la importancia que
ha adquirido en el último decenio la nueva rama de las construcciones, en la que
se ha hermanado el hierro con el cemento o con el hormigon hidráulico; para
los demás están a su vista las muchas ya e importantes construcciones de ce-
mento armado, ferrocemento, como le denomina, con nuevo i apropiado vocablo,
el autor, construídas en la República, como los silos i graneros en el puerto de
la capital, los cuarteles en Campo de Mayo, el grande estanque de las aguas co-
rrientes en Tucuman, el teatro Casino, etc.
Pocos son los derrumbes ocurridos de construcciones del jénero; pero las ha
habido, por desgracia, como la pasadera de la Esposición de París, i más recien-
temente la catástrofe ocurrida en Chile, lo que puede atribuirse tanto a neglijen-
cia de los constructores como a la inseguridad de las fórmulas de resistencia
adoptadas para la estabilidad de estas obras.
Varias son ya las teorías 1 fórmulas derivadas que han sido propuestas por los
numerosos profesores dle mecánica aplicada e injenieros constructores; pero no
BIBLIOGRAFÍA 43
puede aún establecerse a ciencia cierta una definitiva, a pesar de tanto cálenlo
digno de consideración i aplauso, en los que ha descollado ciertamente el inje-
niero Considere.
El mismo profesor Canevazzi dice con mucha razón :
«El ferrocemento es necesariamente un cuerpo heterojéneo; el módulo de elas-
ticidad del metal es próximamente diez veces mayor que el que corresponde al
hormigón cementoso, por consiguiente, la teoría de su resistencia no puede ser
otra sino la que corresponde al equilibrio delos ecierpos heterojéneos en ¡e-
neral... »
«La experiencia ha demostrado que los compuestos cementosos resisten bien a
la compresión, pero débil e inseguramente a la tensión, en la cual, cuando la
masa está awmada, se presentan fenómenos plásticos notables, tales que aumentan
100 12 veces la deformación que se habría producido en la misma masa sin «q-
madwra. El metal, en cambio, resiste igualmente bien a la tension i compresion...
Debe, pues, considerarse al ferrocemento como compuesto de dos materiales, uno
de ellos, el hormigón, incapaz de resistir a esfuerzos de tensión o escurrimiento.
Este concepto ha sido adoptado por asambleas de especialistas i la mayor parte
de los injenieros... »
T la teoría que desarrolla el profesor Canevazzi en esta su obra se basa en di-
cho concepto, completándole, sin embargo, con las modificaciones que resulta-
rían si se deseara tomar en cuenta la débil i muchas veces insegura resistencia
del cemento i de los fenómenos de plasticidad; lo que presenta la ventaja de que
las fórmulas de elasticidad i resistencia resultan análogas a las aplicadas a los
materiales considerados isótropos, diferenciándose tam sólo en las características
de las secciones resistentes, esto es, se reduce a un caso particular de la teoría
jeneral.
Las construcciones de cemento armado, que encierran en sí la doble economía
de espacio i dinero, por sus dimensiones más esbeltas, que ahorran material, 1
la rapidez de su ejecución que economiza tiempo, seguirán tomando un incre-
mento cada yez mayor, por esto convendrá siempre «a los injenieros, arquitectos
y constructores estar al corriente de los más recientes resultados del cálculo ide
la esperiencia referentes a las mismas; y el Ferrocemento del profesor Caneyazzi es
una obra que por su actualidad i su bondad ofrece tal ínsita ventaja. (1)
S. E. BARABINO.
Bocquillon-Limousin (H.), cocteur en pharmacie, lauréat (médaille (or)
de VÉcole de Pharmacie de Paris. Manuel des Plantes médicinales, colo-
niales et exotiques. Introduction par M. Émile Perrot, professeur á 1"École
de Pharmacie de Paris, 1 volume in-18 de 314 pages, cartonné : 3 fr. (Librai-
rie J.-B. Bailliére et fils, rue Hautefeuille, 19, 4 Paris.)
Nada más propio podemos hacer que estractar lo que respecto de esta obrita
dice el señor Perrot, profesor en la Escuela Superior de Farmacia de Paris.
<«M. Bocquillon-Limousin trata de drogas vejetales, pertenecientes en su ma-
yor parte a la flora tropical 1 sub-tropical. Las plantas han sido clasificadas alfa-
béticamente según su nomenclatura científica, agregando para cada una su nom-
(1) Repetimos, que por concesión de la casa editorial, podemos entregar 4 nuestros consocios las
obras editadas por dicha casa á precios reducidos. (La Gerencia).
44 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
bre indíjena, el orijen jeográfico, la parte empleada i las propiedades terapéuticas
que se le atribuyen, el modo de emplearlas y su posolojía.
Dados los progresos actuales de la química orgánica i el aumento de medica-
mentos, no era inútil llamar la atención de los médicos i farmacéuticos sobre los
vejetales que gozan ya de alguna reputación en la medicina de los indíjenas de
los diferentes países del globo.
Son mui pocos los conocidos y, sin embargo, es indiscutible que la mayor parte
tienen una acción efectiva. Conviene, pues, estudiarlos metódica 1 científicamente,
para lo cual es necesario la colaboración del botánico, del químico i del clínico.
La misma acción farmacodinámica debiera ser objeto de una serie de esperiencias
definitivas que permitieran desechar el producto como inutil, o bien, confirmar
su real eficacia.
El señor Bocquillon-Limonsin ha tenido una feliz inspiración al reunir los ma-
teriales de este libro, que dará indicaciones inmediatas a los medicos interesados
en enriquecer la terapéutica con algunos medicamentos seriamente estudiados. »
B.
CASA EDITORIAL CH. BÉRANGER, PARIS
Ostwald (W.) et Luther (R.), directeur et sous-directeur de l'Institut de
chimie-physique de 1"Université de Leipzig. Manuel pratique des mesures
physico-chimiques. Traduit de lallemand sur la deuxieme édition par A.
Jouve, ingénienr, ancien préparatewr de chimie á École Polytechnique. Un yo-
lumen en 8% grande, de unas 550 pájinas, con 319 figuras intercaladas en el
testo. Editor : Ch. Béranger. Paris, 1904. Precio : 20 francos.
El doctor Ostwald en la primera edición de este libro, en virtud de sus propias
esperiencias i teniendo en cuenta las de otros especialistas, entre los cuales, mul
marcadamente F. Kohlrausch, ha tratado de presentar un conjunto metódico que
facilitara las investigaciones físico-químicas, dirijiéndose más a las personas en-
tendidas que a los principiantes.
En la segunda edición, hecha bajo la dirección 1 colaboración del doctor Lu-
ther, se ha mejorado i ampliado notablemente la obra orijinal de Ostwald, se ha
revisado i en parte calculado nuevamente las tablas, se adoptaron los cuadros de
Warburg sobre calor específico del agua i el equivalente mecánico del calor, etc.
He aquí el índice de las materias :
I. Los cáleulos (medidas simples i compuestas, cálculo de las medidas, errores
de observación, correcciones, interpolación gráfica, reglas i abacos logarít-
micos, ete.) 1, Medida de las lonjitudes (máquinas de dividir, unidades arbitra-
rias, lecturas, nonios, microscopios, medida de ángulos, superficies i volúmenes).
TIL, Pesadas (balanza, pesada, etc.) TV, Medida i regulación de temperaturas (es-
calas, aparatos, termómetros). V, Termostática (fusión, ebullición, calefacción,
reguladores, termóstatos, motores, etc.) VI, Elaboración del vidrio (corte, caldeo,
cierre, soplado, encorvadura ete.) VIL, Medida de las presiones (manómetros,
barómetros, ete.) VII, Volumen i densidad. IX, Dilatación por el calor, punto
de ebullición, tensión de los vapores, puntos críticos. X, Medidas calorimétricas.
XI, Medidas ópticas. XII, Rozamiento interno, tensión superficial, difusión.
XIHM, Solubilidad. XIV, Determinación del peso molecular en las soluciones.
XV, Medidas eléctricas, jeneralidades, técnica. XVI, Fuerza electromotriz. XVII,
BIBLIOGRAFÍA 45
Conductibilidad de los electrólitos, constantes dieléctricas. XV UI, Cantidad de
electricidad. Voltámetro de peso. XIX, Medida eléctrica de la temperatura. XX,
Dinámica química. XXI, Empleo de los métodos físico-químicos en los problemas
químicos. Apéndice, Ejercicios físico-químicos hechos en el Instituto de Leipzig.
Lamar Lynden. L'accumulateur électrique et ses applications in-
dustrielles. Traité pratique 4 lusage de Vingénieur. Traduit de Vanglais
par Ch. de Vaublance, ingénieur a la Société Francaise de PAcecumulateur Tu-
dor. Ch. Béranger, éditeur. Paris, 1904. Prix: 17,50 frances.
Es un volumen en 8% grande, de unas 380 pájinas, con 177 figuras intercaladas
en el testo, i un Apéndice del traductor, de 10 pájinas 1 7 figuras más. y
El objeto del autor ha sido presentar a los injenieros, poco químicos, una obra
esenci
almente práctica sobre los acumuladores, que les permita construir, instalar
i dirijir las baterias, guiándolos á la vez en la elección de los mejores tipos de
estas últimas 1 de los aparatos auxiliares y evitando, en lo posible, los cálculos,
i cuando no lo fué, desarrollándolos razonada i completamente, 1 aun agregando
aplicaciones numéricas que los hicieran más fácilmente comprensibles
- Por la misma razón, el autor ha hecho a un lado las teorías ósmicas i termo-
dinámicas de los acumuladores, pues exijen conocimientos electro-químicos que
no poseen la mayoría de los injenieros electricistas.
El Apéndice del traductor sobre el 4cumulador Edison acrecienta interés a
esta obra.
WVeve (L.), ingénieur, chef de service á la Société Amonyme Verviétoise pour
la construction des machines, professeur a 1École Industrielle de Namur. Trai-
té pratique du tracé et de la taille des engrenages. Ch. Béranger, éditeur
Paris, 1904. Prix: 7,50 fr.
Un volumen en S% mayor de 160 pájinas, 72 figuras intercaladas en el testo, un
apéndice con un cuadro de las equivalencias decimales de las pulgadas inglesas,
i otro conteniendo los valores naturales de las lineas trigonométricas, de 10” en
10”, para el primer cuadrante.
El autor hace resaltar la conveniencia de usar el avellanador, introducido en
Europa por los norteamericanos, en la construcción de los engranajes, pues las
(=) 5) E
ruedas dentadas talladas, a igualdad de potencia por transmitir, pesan menos que
las de fundición, sobretodo si son de acero, duran más 1 su rotación consume
menos enerjía.
La máquina de avellanar se impone en la preparación de los moldes.
Otra ventaja de las dentadas por avellanamiento es que todas las de igual pa-
so pueden engranar entre sí, sin choques, ui ruido, lo que no ocurre con las
fundidas.
Fundado en esto 1 en las pocas obras existentes sobre este tema en Francia, el
autor creyó útil verter al francés i a medidas métricas las mui buenas del jénero
publicadas en Estados Unidos, díndole forma práctica 1 tal que pudiera servir a
los contramaestres, a los dibujantes i a los injenieros mismos.
Tedesco (NX. de), rédacteur en chef du journal Le ciment, et Maurel (A.),
ingénieur-constructeur. Traité théorique et pratique de la Resistance des
matériaux appliquée au béton et au ciment armé. Un volumen en 80
46 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
mayor, de 650 pájinas con 200 figuras intercaladas en el testo. Ch. Béranger,
editor, Paris, 1904. Precio : 25 francos.
Es un tratado completo de lo que hasta la fecha se conoce i se ha aplicado so-
bre resistencia del cemento simple o armado en las construcciones.
Los autores esponen los métodos de cálculo que más fama han adquirido, dan=
do numerosas aplicaciones numéricas. Comienzan por recordar las propiedades
físicas, químicas i mecánicas del cemento Portland i de los morteros i hormigo-
nes cementicios no armados (Libro D); continuan con los cálculos de resistencia del
cemento armado, especialmente según el método majistral del injeniero Considere,
(Libro ID); i, de acuerdo con las indicaciones de este señor, esbozan un ensayo
de « Tratado de cáleulo » de obras de cemento armado (Libro II), sometidos a
esfuerzos de compresión, estensión, flexión, corte 1 oblícuos, i una teoría del cál-
culo de las deformaciones, habiendo modificado convenientemente las fór-
mulas de Considere para la flexión, de manera que sirvan para calewlar la esta-
bilidad de las obras ya proyectadas o construidas.
En el libro IV, los autores aplican las fórmulas propuestas a los casos de pie-
zas flexadas, vigas, pisos, ete., haciendo variar entre límites mui amplios los
parámetros que afectan a las dichas fórmulas i simplificando las de la
flexión.
En el último capítulo — Conclusiones — resumen las anteriores fórmulas
simplificadas i los resultados comparados de las mismas. La exactitud de estas
fórmulas simplificadas es tal que sus resultados no se diferencian casi de los de
las exactas.
Terminan su notable trabajo los señores Tedesco y Maurel con un dnexo en el que
tratan de uma segunda solución relativa a los pisos con nervaduras; de una discu-
sión jeneral referente a la variación de los parámetros; de una recopilación razo-
nada de ensayos a la fractura i de una esposición sucinta del hormigón freteado
6 sunchado.
Carvallo (A.), docteur ds sciences, agregé de 1Université, examinateur a WÉco-
le Polytechnique, professeur a 1"École pratique «d'Electricité industrielle. Le-
cons d'électricitée. 1 volume in-8% de 260 pages, contenant 203 figures dans
le texte; Ch. Béranger, éditeur. Paris, 1904. :
Obra destinada a aquellas personas que conozcan sólo las matemáticas elemen-
tales i las primeras nociones de cálculo infenitesimal.
En su capítulo I, al tratar de las corrientes eléctricas recuerda las leyes de la
mecánica, la transmisión de la enerjía por la corriente eléctrica, la lei de la equi-
valencia a lo largo del circuito, los desplazamientos electroquímicos i las fuerzas
electromotrices.
En su capítulo II, estudiando la distribución de las corrientes % de las fuerzas
electromotrices, analiza los problemas de Kirchhotf, la resistencia i conductancia,
la lei de Ohm, la conducción de corrientes, i las fuerzas electromotrices de con-
tacto.
En el capítulo TIT, trata del electromagnetismo, suú'medida, campo, trabajo, apli-
caciones, imanes, etc.
En el capítulo IV, estudia la inducción magnética, corrientes inducidas, ener-
jía electrocinética, circuito magnético 1 su aplicacion, histéresis, ete.
BIBLIOGRAFÍA 47
En el capítulo VI, dedicado a la £lectrostática, estudia los condensadores, los
cuerpos dieléctricos, la enerjia, inducción i potencial electrostáticos, 1, por últi-
mo, la electrometría 1 unidades electrostáticas.
Baron von Juptner (H.), Professeur a "Ecole des Mines de Loben. Elé-
ments de siderologie. Traduit de l'allemand par E. Poncellet et A. Delmer, in-
gvénieurs. Premiere partie : Constitution des alliayes de fer et des seories, un volu-
me, in-82 grand, de 350 pages, avec 91 figures dans le texte. Ch. Béranger, édi-
teur, Paris, 1905. Prix : 18 fr.
Según los traductores, la presente obra del profesor Juptner, es el tratado clá-
sico de las nuevas teorías emitidas en los últimos años sobre la constitución del
hierro i sus aleaciones. Reservándonos dar nuestra opinión sobre este trabajo
del eminente profesor de la Escuela de Minas de Loeben, una vez que recibamos
la segunda parte del mismo, diremos tan solo que en este primer tomo el autor
estudia la teoría de las soluciones, la mierogyrafía, la composición quénvica de las alea-
ciones de hierro 1 la composición química de las escorias.
Mathot (R. E.), ingénieur conseil, etc., etc. Manuel pratique des moteurs
a gaz et gazogenes. (Guide de l'industriel, de lingénieur et du construe-
teur pour le choix, installation, la conduite et Ventretien des moteurs et gazo-
genes. Un volume in-8% grand, de 250 pages, avec 154 figures dans le texte.
Ch. Béranger, éditeur, Paris, 1905. Prix : 12,50.
El injeniero Aimé Witz, dice a propósito de esta obra i de su autor :
« M. Mathot es un maestro en este arte ; pero no es egoísta i consiente en en-
señarlo, en formar discípulos. Tal es el objeto del libro. Tengo la seguridad que
los que emplean motores de gas acojerán con gusto este manual práctico, que
tengo el placer de presentar al público, al cual se lo recomiendo sin temor ».
He aquí el índice :
I, Fuerza motriz. Coste de instalación 1 esplotación. IL, Elección de un motor.
TIT, Instalación de un motor. IV, Fundaciones, escape. Y, Circulación de agua.
VI, Lubrificación. VIL, Buena marcha de un motor. VIIMN, Funcionamiento del
motor. IX, Perturbaciones en la marcha isu eliminación. X, Motores de gas
pobre. XI, Gases pobres. XII, Gasógenos de presión. XIII, Gasógenos de aspira-
ción. XIV, Motores de petróleo i esencias diversas. XV, Elección de una insta-
lación.
Meétour (E.), ingénieur des ponts et ehaussées. Traite élémentaire de la
stabilité des constructions. Un volume de 670 pages grand in-80, ayec.
400 figures dans le texte et 15 planches in-40. Éditeur Ch. Beranger. Paris,
1905. Prix : 30 frances.
El injeniero Métour ha escrito una obra sumamente práctica, tal cual la requie-
re el injeniero o el constructor en el ejercicio de su profesión, limitando el cál-
eulo analítico a lo esencialmente requerido para comprender i aplicar conscien-
temente las fórmulas, simplificando las teorías, renunciando a toda disertación
académica, que podrá probar la competencia personal de un autor, pero nunca
ser de provecho al que debe solucionar rápida i positivamente un problema de
construcción.
El autor, después de dar unas nociones bastante completas de análisis, des-
48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
arrolla las fórmulas corrientes de resistencia de los materiales, espone luego la está-
tica gráfica 1 sus aplicaciones, i soluciona numerosos problemas prácticos con ambos
métodos, analítico i gráfico. Por último trata de los macizos de mamposteria: diques,
apoyos, bóvedas, estribos, empuje de las tierras i muros de sostén.
No se ocupa del cemento armado, por haberlo hecho detalladamente el injeniero
Christophe en su obra Ze Béton armé, dle la que acabamos de ocuparnos más
arriba (1).
5. E. BARABINO.
Bahía (M. B.), director jeneral de escuelas. Fundamentos del presupuesto
escolar de la provincia de Buenos Aires. La Plata, 1904.
Con este título sujestivo hemos recibido del injeniero señor Bahía un pequeño
pero substancioso folleto de 16 pájinas, conteniendo la nota elevada por este fun-
cionario al Honorable Consejo de Educación de la provincia de Buenos Aires.
En ella queda constatado no solo la regularidad en el manejo de los fondos esco-
lares, sino que también, lo que no es de menor importancia, la activísima é inteli-
jente dedicación del señor Bahía al desempeño del delicado cargo que ejerce, por
euya razón nada de inmodesto tiene cuando de su administración dice con la natural
satisfacción del deber cumplido: « que en dos años de labor se ha reformado fun-
damentalmente 1 con éxito el plan j¡eneral de estudios, que por primera yez se ha
llevado a cabo 'la coeducación de varones i mujeres en los seis años de las es-
cuelas comunes, aumentando grandemente así la eficacia de éstas ; que se ha du-
plicado la inspección de los institutos de enseñanza; que pueden crearse 126
escuelas, sin contar las 49 existentes, gracias 4 la refundición 1 reorganización
realizadas en este año; que se cuenta con 77 escuelas superiores, número jamás
alcanzado en la provincia; que por primera vez un director ¡jeneral ha visitado
los 97 partidos de la provincia para conocer personalmente el medio en que debe
actuar; que se ha organizado la Estadística de la Direción j¡eneral de Escuelas en
forma tal de merecer que el Consejo nacional de educación mande estudiarla para
adoptar sus progresos; que se ha simplificado la tramitación de los asuntos; que se
han edificado o van a edificarse 14 edificios para escuelas ; que ha restablecido la
armonía entre la dirección jeneral, el consejo jeneral i los consejos escolares ; que
ha suprimido intermediarios innecesarios, economizando así unos 100.000 pesos
amuales ; que ha hecho desaparecer un déficit de cerca 1.000.000 de pesos, en-
trando en el año 1905 con un sobrante efectivo de más de 325.000 pesos.
Nos complacemos en felicitar al funcionario i al consocio, de quien debemos
esperar aún más.
S. E. B.
(1) Recordamos á los lectores, que por medio de la Gerencia de la Sociedad Científica Argentina,
pueden adquirir las ediciones Béranger sin recargo alguno en los precios de catálogo.
BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
PUBLICACIONES RECIBIDAS EN CANGE
EXTRANJERAS
Alemania
Zeftschrift der Gesellschaf fur Erdkunde,
Berlin. — Verhandlungen des Naturhisto-
rischen Vereins der preussischen Rhina-
lande-Westfalens, etc., Bonn.—Abhandlungen
herausgegeben von Naturwissenschaftlichen
Verein, Bremen. — Deutsche Geographische
Blátter, Bremen. -- Abh. der Kaiserl. Leop.
Carol. Deutschen Akademie der Naturforscher,
Halle. — Nachrichten von der Konigl Ges-
ellschaft der Wissenschaften, Gottingen. —
Sitzungsberichte und Abhandlungen der Na=
turwissenschaftlichen Gesellschaft, Dresden.
— Naturforschenden Gesellschaft, Leipzig.
— Mitheilungen aus dem Naturhistorischen
Museum, Hamburg. — Berichte uber die
Verhandlungen der Koniglich Sachsischen
Gesellschaft der Wissenschaften, Leipzig. —
Mittheilungen der geographischen Gesells-
chaft, Hamburg. — Berichte der- Natur
forschenden Gesellschaft, Freiburg. —Jahres
Berfchte des Naturwissenschaftlichen, El-
berield. — Mathematisch Naturwissenschaf-
tlichen Mitheilungen, Stuttgart. — Schriften
der Phisikalisch — Okonomischen gesells-
chaft, Kónigsberg.
Australia
Records of tle geological Survey, Sydney.
Austria-Hungría
Verhandlungen des naturforschen des Ve-
.reines, Brúnn. — (Agram)Societe Archeologi-
ches « Croate », Zagreb. — Annalen des E.
K. Naturhistorischen of Museums, Viena. —
Verhandlungen der K. K. Zoologisch Botanis-
chen gesellschaft, Wien — Sitzungsberichte
des deutschen naturwissenchaftlich Medi-
cinischen Vereines fur-Bohmen, « Lotos »
Praga. —Jarhbuch des Ungarischen Kapathen
Vereines, Iglo.
Belgica
Acad. Royale des Sciences, des Letres et
des Beaux Arts, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
Entomologique, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
Royale Malacologique, Bruxelles. — Bull. de
VAssoc. des Ing. Electriciens Institute Mon=
tefiore. — Liége. . j
Brasil
Boletim da Sociedade de Geographia, Rio
Janeiro. — Bol. do Museo Paraense, Pará. —
Rev. do Centro de Sciencias.Letras e Artes,
Campinas. — Rey. da Federacao de Estudian-
tes Brasileiros, Rio Janeiro. — Bol. da Agri-
cultura, S. Paulo. — Rev. de Sciencias, ln=
dustria, Politica é Artes, Rio Janeiro. — Rev.
do Museo Paulista, S. Paulo. — Bol. da Co=
missao Geográpbica é Geologica do Estado
de Minas Geraes, San Joao del Rei — Co-
missao Geográphica é Geologica, San Paulo.
— Bol. do Observ. Metereológico, Rio Ja=
neiro. — Bol. do Inst. Geographico € Etno=
graphico, Rio Janeiro. — Escola de Minas,
Ouro Preto.
Colombia
An. de Ingenieria. Soc. Colombiana de
Ingenieros, Bogotá. ; ,
Costarica
Oficina de Depósito y Cange de Publica=
ciones, San José. — An del Museo Nacional,
San José. — An. del Inst. Físico Geográfico
Nacional. — San José.
Cuba
Universidad de la Habana, Cuba.
Chile
Rev. de la Soc. Médica, Santiago. — El
Pensamiento Latino, Santiago. — Verhan-
dlungen des Deutsvhen Wissenschaftlichen
Vereines, Santiago. — Actas de la soc. Gien-
tífica de Chile, Santiago. — Rev. Chilena de
Hijiene, Santiago. — Ofic. Hidrográfica de
la Marina de Chile, Valparaíso. — Rev. Chi-
lena de Historia Natural, Valparaíso.
Ecuador
Rev. de la Soc. Jurídico-Literaria, Quito.
— An. de la Universidad Central del Ecua-
dor, Quito.
España
Bol. de la Soc. Geográfica, Madrid. — Bol.
de la R. Acad. de Ciencias, Barcelona. — R.
Acad, de Ciencias, Madrid. — Rev, de la
Unión Ibero-Americana, Madrid. — Rev. de
Obras Públicas, Madrid. — Rev. Tecnológica
20 ladustrial. Barcelona. — Rev. Industria é
invenciones, Barcelona. — Rev. Arqnitectura
y Construcciones, Barcelona. — Rev. Minera
0 Metarlúvgica y de Ingeniería, Madrid. —- La
K) Fotografía, Madrid.
Estados Unidos
Bull. of the Scientific Laboratoires of De-
nison University, Granville, Ohio. — Bull. of
the Exxex Institute, Salem Mas. — Bull. Phi-
losophical Society, Washington. — Bull. of
the Lloid Library of Botany, Pharmarcy and
Materia Medica, Cincinati, Ohio. — Bull. of
University of Montana, Missoula, Montana. —
Bull. of the Minesota Academy of Natural
Sciences, Minesota, — Bull. of the New York
Botanical Garden, New York. — Bull. of the
U. S. Geological and geographical Survey of
the territoires, Washington. — Bull. of the
Wisconsin Natural History Society Milwankee,
Wis. — Bull. of the University, Kansas. —
Bull. of the ¿merican Geographical Society,
New York. — Jonrnal of the New Jersey
Natural History, New Jersery, Trenton. —
Journal of the Military Service Institution. of
: the ÚU. States. — Journal of the Elisha Mitchell
de Scientific Society, Chapel Hill. Nord-Carolina.
pel — « La América Cientifica », New York. —
Librarian Augustana College, RockIslad, New
Bee “Sciences, Washington. — M. Zoological Gar=
h den, New York. — Proceeding of the En-
sineers Ulub, Filadelfia. — Proceeding of
the Boston Society of Natural History, Bos-
ton. — Ann. Report Missouri Botanical Gar-
den. San Luis M. Q. — Ann Report of the
Board of trustes of the Public Museum, Mil-
wankee. — Association of Engineering So-
ciety, San Louis, Mas. Ann. Report of the
Bureau of Ethnology, Washington. — Ame-
'rican Museum of Natural History, Ne y York.
— Bull. of the Museum of Comparative Zoo=
logy, Carmbridge-Mas. — Bull. of the Ameri=
ll can Mathematical Society, New York. —
Trasaction of the Wisconsin Academy of
Sciences, Arts and Letters, Madison Wis.
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San Louis. — Transactions of the Connecticut
Academy of Arts and Sciences, New Haven.
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Topekas, Kansas. — The Engineering Ma=
gazine, New York. — Sixtenth Annual Re-
port of the Agricultural Experiment Station,
Nebraska. — The Library American Asso-
ciation for the Advancement of Sciences.
Care of the University, Cincinati Ohio. — N.
Y. Vassar Brothers Institutes, Ponghtepsie.
— Secretary Board of Commisioners Se-
cond Geological Survey of Pensylvania, Phi-
ladelphia. — The Engineering and Mining
Journal, New York. — Smithsonians Institu-
York. — Memoirs of the National Academy of
ñ PS UE
tion, Washington. — U. S. Geological Sur
vey, Washington. — The Museum of the.
Brooklin Institute of Arts and Sciences. —
The Ohio Mechanics Institute, Cincinati —
University of California Publications, Berke=
ley. — Proceeding of Enginneer Society of
Western, Pensylvania. — Proceeding of the
Davemport Academy, Jowa. — Proceeding
and transaction of the Association, Meride,
Conn. — Proceeding of the Portland Society
of Natural History, Portlad. Maine. — Pro=
ceeding American Society Engineers, New -
York. — Proceeding of the Academy of Natu=
ral Sciences, Philadelphia. Proceeding of the
American Philosophical Society, Philadel-
phia. — Proceeding of the Indiana Academy
of Sciences, Indianopolis. — Proceeding of
the California Academy of Science, — San
Francisco. — The University uf Colorado.
« Studies ». Colorado. >
Filipinas
Bol. del Observ. Metereológico. — Manila
Francia
Bull. de la Soc. Linnennée du Nord de la
France, Amiéns. — Bull. de la Soc. d'Etudes
Scientfiques, Angers. — Bull de la Soc. des
Ingénieurs Civils de France, Paris. — Bull.
de L'Université, Toulouse. — Ann. de la Fa-
culté des Sciences, Marseille. — Bull. de la
Soc. de Géographie Commerciale, Paris. —
Bull. de la Acad. des Sciences et Lettres,
Montpelier. — Bull. de la Soc. de Topographie
de France, Paris. — Rev. Générale des Scien=
ces, Paris. — Bull. de la Soc. de Géographie,
Marseille. — Recueil de Médecine Vétéri-
naire, Alfort. — Travaux Scientifiques de
PUniversité, Rennes. — Bull, de la Soc. de
Géographie Commerciale, Bordeaux. — Bull.
de la. Soc. des Sciences Naturelles et Ma-
thematiques, Cherbourg. — Ann. des Mines,
Paris. — Min. de l'Instruction Public et des
Beaux Arts, Paris. — La Feuille des Jeunes
Naturalistes, Paris. — Rev. Géographique In-
ternationale, Paris. — Ann. de la Soc. Lin-
néenne, Lyon. — Bull. de la Soc. de Géogra-
phie Commerciale, Havre. — Bull. de la Soc.
d'Etude des Sciences Naturelles, Reims.
Holanda
Acad. R. des Sciences, Amsterdam. — Ne-
derlandche Entomolog. Verseg, Rotterdam.
Inglaterra
The Geological Society, London. — Minutes
of Proceeding of the Institution of Civil
Engineers, London. — Institution of Civil
Engineers of Ireland, Dublin. — The Mine-
ralogical Magazine Prof. W. J. Lewis M. A.
F.C. S. the New Museums, Cambridge. —
The Geographical Journal, London. — Bris-
tish Association for the Advancement of
Science, Glasgow. — The Guaterly Journal of
the Geological Society, London. É
(Concluirá en el próximo número.)
Ag
E USGEnO CALSURY
INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
DIRECTOR :
Secretarios : Doctor JuLto J. GATTI y señor EDUARDO A. HOLMBER e
FEBRERO 1905. — ENTREGA 11. — TOMO LIX
A e Ñ
ÍNDICE
5. E. BARASINO, Esposición de Milán en 1906....... e O
- Huco Lanbr, Los progresos de la seismología (conclusión). PR A AL o ES
F. AMEGHINO, Reemplazamiento de un nombre genérico. RE TAE
J. Brirmes, Descripción de un género y de una nueva especie de Clavicornio de.
Buenos yA ires(COleOptero) tenio a A O do 0 a alo a Zo ella RO
- JORGE NEWBERY, Consideraciones sobre el desarrollo de la electricidad en los
Estados Unidos de Norte América (conclusión)..... AA A ADD
BIBLIOERA Ela UR E ea Ene NOA),
: BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
684 — CALLE PERÚ — 684
1905
sn
Vicepresidente Mi Teniente coronel ingeniero Arturo M. Lugones.
Vacenreslente aa. Ingeniero Eduardo M. Lanús h
Secretario de actas.......... Ingeniero Armando Palmarini
Secretario de correspondencia. Señor Guillermo J. VWhite
Tesorero - Ingeniero Luis A. Huergo (hijo)
SA RS NS e e ¿Ingeniero Carlos Berro Madero »
JUNTA DIRECTIVA
Presidente......... ARA ¡; Ingeniero Vicente Castro ,
Bibliotecario Senor José Sanchez Diaz
Ingeniero Emilio Palacio
Ingeniero Julian Romero d
Senor Vicente González Cazón ) ho
Senor Juan B. Ambrosetti
Profesor Pablo A. Pizzurno a
“Ingeniero Evaristo V. Moreno Nro
(Ae ado IS Senor Juan Botto y , A
REDACTORES al
Ingeniero Alberto Sehneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero,
José S. Corti, doctor Ignacio Aztiria, ingeniero Emilio Candiani, doctor Eduardo L. o
Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, ingeniero Luis Luiggi, ingeniero Mauro -
Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor Cristóbal”
M. Hicken, senor Félix Outes. :
ADVERTENCIA DAY"
;
A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte Ho
de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito 4 la Dirección, para >
que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. A Y
. La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares
reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número
con la casa impresora de Coni hermanos... SS
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas.
Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección,
Cangallo 1525.
La Dirección. á
PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN
Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerías
Pesos moneda nacional
BOM O loa ata 1.00
PON A ear laos 12.00 >
Número atrasado a y sas 2.00 sl
"$ = para los SOCiOS.......... 1.00
LA SUBSCRIPCIÓN SH PAGA ADELANTADA
El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano
Bi
ESPOSICIÓN DE MILÁN EN 1906
Hemos recibido, anexo a la interesante revista 1*Ingegneria Ferro-
viaria, que dirije en Roma nuestro egregio amigo el diputado
injeniero Anselmo Ciappi, 1 reproducimos con placer, el Programa
de la Sección Internacional de los Transportes Terrestres 4 de la Aero-
náwtica, que será una de las más interesantes de la próxima esposición:
milanesa, que se realizará en honor de la terminación de la perfora-
ción del Túnel del Simplón.
En la historia de las comunicaciones internacionales, la perforación:
«lel Simplón marcará siempre una de las efemérides más honrosas
para la intelijencia i la labor del hombre; representará siempre una
dle las victorias más noblemente obtenidas sobre la Naturaleza, en
este duelo perenne entre las necesidades i conveniencias humanas 1
los obstáculos que a su marcha progresiva le oponen la inerte, la
inconsciente materia, los caprichosos accidentes jeolójicos 1 topográ-
ficos de la costra telúrica.
Ayer no más se empeñaba la lucha entre las grandes moles alpi-
nas 1 el minúsculo barreno ; entre la masa granítica del Monte Cenis
i el musculoso brazo del hombre, coadyuvado por sus invenciones
científicas, lucha que dió lugar a una serie de triunfos progresivos —
la invención de la perforadora por Sommeiller, la captación de las
aguas alpinas para crear mediante turbinas la fuerza necesaria para
desgarrar las entrañas del monstruo i dar aire puro i fresco a los
abnegados mineros, esos litófagos humanos — para llegar al triunfo
final que tanta gloria debía dar a los ilustres injenieros italianos
Sommeiller, De Grandis ¡1 Grattoni.
Desde entonces nuevos triunfos, en verdad cada vez relativa-
mente más fáciles, debido á los perfeccionamientos maravillosos de
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX. 4
50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
los injenios de perforación, a la mayor fuerza de espansión de los
poderosísimos esplosivos modernos, al mejor conocimiento práctico
dle las dificultades por vencer para dominar las aguas que se escur-
ren por las grandes fisuras i [allas jeolójicas en comunicación con
las grandes cavidades subterráneas donde se acumulan las aguas de
filtración, para ventilar i enfriar el ambiente de esas minas que
podríamos amar capilares, para taladrar las durísimas rocas encon-
tradas; nuevos triunfos, decíamos, ha ido obteniendo el hombre merced
a su injenio ia su arrojo, más que a sus débiles fuerzas materiales,
1 el impávido i nevado coloso que separa a Italia de Francia, Suiza 1
Austria ha sido impotente para evitar que le atravesa ran, no solo
por el CVenis (12.220 metros), sino que también por el Gothardo (14.920
metros), por el Arlberg (10.257 metros) i hoi por el Simplón, galería
de casi 20000 metros de largo!...
Pero cuánta labor realizada, cuánto contratiempo vencido, cuánto
desaliento dominado, cuánto caudal invertido; pero también cuánta
eloria alcanzada, cuánta satisfacción probada, cuántas ventajas con-
seguidas para los pueblos interesados !
Estamos lejos, ya, mui lejos de los tiempos aquellos en que el hom-
bre, sin elementos apropiados, escavara el histórico emisario que
debía dar salida al ¡agua del ¡lago Copais en Beocia; ó los que el
eselavo brazo romano perforara, ya para limitar el nivel de las aguas.
del lago Albano, que aun funciona regularmente, ya para desaguar
el lago Fucino, el famoso emisario claudiano, abandonado por el
desastre ocurrido en su inauguración (año 52 de nuestra era), 1 que
sólo debía ser reconstruido i ensanchado 18 siglos después por el
príncipe Torlonia; sí, lejos estamos de aquellos tiempos; pero las
hazañas del hombre moderno prueban que sus fibras no se han ener-
vado, ni sus enerjias declinado, que antes bien el desarrollo de su
intelijencia le habilita para luchar ventajosa 1 honrosamente contra
los elementos naturales hostiles, como lo establecen esplendorosa-
mente las cuatro grandes galerías alpinas.
30.000 obreros, de los cuales 22.500 esclavos, durante 11 años ha
requerido el emisario Claudiano, de 6 kilómetros de longitud i 12
metros cuadrados de sección : sólo la mitad del tiempo i pocos obre:
ros el del Simplon con 20 kilómetros de estensión 1 su sección mucho
mayor. Aquel ha causado millares de víctimas, este pocas, mui pocas.
Esta es la gloria del hombre moderno que ha creado la mecánica cien-
tífica i escudado econ ella consume mecanismos, pero economiza vidas
humanas.
ESPOSICIÓN DE MILÁN EN 1906 31
La nueva arteria del Simplón no conducirá aguas de desecación,
que importan un beneficio local, sino que cireulará por ella la savia
del progreso de varias naciones de Europa, que se transtundirá a
todas las demás por la economía en los transportes de los productos
de la industria internacional.
Para Italia i Suiza, que la llevaron a cabo, la nueva galería de
comunicación fácil i rápida no es sólo sinónimo de mayor riqueza 1
adelanto, sino que también un timbre de honor, i, por ende, no puede
sorprender que la capital moral de Italia, la industriosa Milán, haya
iniciado i todo el reino se apreste «a festejar tan fausto aconteci-
miento con una Esposición que, con acertado entendimiento, se
dedica a hacer conocer los medios de transporte empleados por el
hombre, desde los tiempos más remotos hasta la fecha, para recorrer sus
tierras de un extremo al otro, remontar los rí0s COD SUS pITaguas, Cos-
tear los mares con sus barcas de remo, luego el inmenso océano con
sus aeróscafos 1 piróscafos ; ora arrastrado por el aire en sus mon-
golfieras 1 aeróstatos, ora hendiéndole con sus aeronaves modernas.
Pero cedamos la palabra al Comité Ejecutivo de la Esposición
milanesa, cuya presidencia ocupa nuestro ilustre amigo el injeniero
Angel Salmoiraghi, direetor-propietario de la fábrica de instrumentos
dle precisión La Filotécnica.
. < El Comité Ejecutivo al formular los programas para la Esposi-
ción de 1906, é invitar a los inventores, a los industriales i a los
artistas de todo el mundo a concurrir a ella, se ha propuesto que cada
'amo de la misma deba presentar carácter de manifiesta especialidad
1 selección. La gran empresa que estamos preparando tiende a esta-
blecer los grandes caracteres del arte moderno, a revelarnos los
multiformes progresos de la industria, a señalar la diversa aptitud
dle los diversos pueblos concurrentes a la Esposición de Milan, i a
solemnizar una de las más fecundas i gloriosas victorias del Trabajo.
Es necesario, pues, que los productos destinados a esta Muestra
revistan su mayor carácter de perfección técnica 1 orijinalidad. Sean
ellos los representantes de las audacias de los precursores, de las
pacientes investigaciones de los perfeccionadores, de la cautelosa
prudencia de los prácticos, tanto en la obtención de la belleza artís-
tica, como en las maravillosas aplicaciones industriales de la ciencia.
Este objetivo no se alcanzaría si la producción común invadiera
los locales de la futura esposición, i los transformase en un fárrago
de emporios de tráfico.
52 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Inspirados en estos propósitos, el comité ajustará « ellos las nor-
mas que dirijirán las relaciones entre las comisiones dirijentes i cada
espositor.
. . . . . . . . . » . . . . . . . . . . . . .
Sección « Transportes Terrestres 1 Aeronáuticos »
La idea de realizar una esposición tan especial como la de los
Transportes terrestres i aéreos, ha sido sujerida por el admirable acon-
tecimiento próximo á verificarse (1) de la perforación del Simplón ; es
un coronamiento de todas las ansias, de todas las esperanzas que tan
erandiosa obra ha suscitado, de todo el numeroso trabajo que ha
requerido de la enerjía del hombre.
Al festejar el éxito feliz, después de tantas batallas ásperas 1 cos-
tosas, se afirma el triunfo del hombre sobre la ruda materia, 1 el alto
valer civil de su nueva victoria. El Simplón, en cuyo nombre Milán
realiza la esposición de 1906, tendrá en este certamen el puesto de
honor. El visitante podrá tener una amplia visión i un detallado
conocimiento de los medios con que fué vencido, de su historia, de su
porvenir cual cómoda vía internacional. La obra que costó tanto tra-
bajo 1 causó tantas víctimas á nuestra civilización, tendrá un templo,
meta de todos los que profesan el culto de la intelijencia previsorai
dlel trabajo perseverante 1 tenaz.
El certámen pacífico, al que se invita a todo el mundo, marcará una
fecha memorable en la ciencia de los trasportes, en cuanto pondrá
frente a frente las más perfectas 1 poderosas locomotoras de vapor 1
las silenciosas locomotoras eléctricas. Las primeras han recorrido
triunfalmente toda la tierra llevando la civilización a 1os pueblos; las
segundas, animadas por misteriosa enerjía, que exalta 1 aterra al
pensamiento, entran hoi en liza, esbeltas i bellas por su forma nueva,
desafíando tranquilas a los bufantes colosos de vapor.
Al lado, pues, de las locomotoras de los más celebrados construc-
tores del mundo, los visitantes de la Esposición pasarán revista de
las eléctricas de los más conocidos 1 audaces constructores, que se
han dedicado confiadamente a la electro-téenica de los transportes, 1
verán los diversos sistemas que hoi se disputan el primado, 1 estas pri-
meras conquistas les dará la visión del sorprendente futuro a que
están llamados los medios de transportes.
(1) Verificado ya el 25 de febrero próximo pasado.
ESPOSICIÓN DE MILÁN EN 1906 53
Otras ramas mui útiles ilustrarán esta Esposición, por ejemplo, el
que se refiere a los rápidos i poderosos mecanismos que la técnica ha
ereado para la carga i descarga de mercaderías en las estaciones
ferroviarias, en los puertos, depósitos, talleres 1 obrajes, doquiera el
trabajo muscular cede el puesto al más intelectual del hombre; cate-
goría completa de nuevos i poderosos aparejos que conocerá el público,
econ ventaja para las nuevas Iniciativas a que darán lugar.
El automovilismo, el cielismo, tendrán también un carácter esen-
cialmente moderno i simpático, entre la severa maquinaria de la trac-
ción ordinaria; i la muestra aeronáutica, nueva en medio del vigoroso
progreso de la ciencia de los transportes, será un índice imteresantí-
simo de cuanto ha obtenido también la intelijencia del hombre sobre
las fuerzas indomables del aire.
En fin, la Esposición ofrecerá á los visitantes una interesante com-
paración entre los medios de transporte antiguos i el audaz i rápido
progresar de los modernos. Esta muestra retrospectiva, con el intere-
sante espectáculo del pasado, a la vez que una gloria para el trabajo
moderno, será un estímulo para nuevas pruebas de nuestra actividad.
PROGRAMA
DIVISIÓN 1. — Caminos ordinarios
Categoría 1%. Parte histórica 1 descriptiva. — Publicaciones relativas
ala formación 1 conservación de los firmes según los diversos siste-
mas : empedrados, enlosados, enmaderados, asfaltados, cementosos,
mistos, Varios.)
Categoría 22. Parte administrativa. — Sistemas de contrato 1 otros
sobre conservación de caminos. Leyes i reglamentos inherentes a los
mismos. Organización de las oficinas técnicas 1 del personal ocupado
en los Caminos.
Categoría 3?. Parte técnica. — Memorias sobre esperiencias de trac-
ción de vehículos en relación a las dimensiones de las ruedas i a las
condiciones de viabilidad. Informes sobre desgaste de los firmes i de
los diversos materiales, en relación a las diversas causas que lo pro-
ducen. Memorias de oficinas técnicas respecto de la conservación de
caminos. Diagramas para la representación de los firmes. Estadística
del tráfico.
DA ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Materiales: guijo, pedregullo, cantos, adoquines, lajas, tarugos de
madera, asfalto fundido, idem comprimido, cemento, etc. Secciones
de caminos i ensayo de los mismos.
Máquinas para el estudio de la resistencia de materiales.
Medidas relativas al firme en contacto con el carril de los tranvías,
a la colocación de las cañerías para gas, electricidad o alcantarillado.
aceras i cunetas. Drenaje para secar el firme. Máquinas 1 utensilios
empleados en la conservación de los caminos. Cubiertas para bocas de
agua potable, para bocas de acceso a los canales de alcantarillado,
Carteles indicadores. Piedras miliares, etc. Plantaciones. Columnas
1 dispositivos diversos para faroles de alumbrado.
DIVISIÓN 11. — Tráfico
Transporte de personas ¿cosas
Categoría 1%. — Materias primas para la construcción de vehículos.
Partes de vehículos trabajadas toscamente o terminadas. Accesorios
de carros i coches. Embarnizado i adorno de los vehículos. Materias
de consumo para la conservación de los vehículos.
Categoría 2%. — Coches de 2 14 ruedas, abiertos 1 cerrados, de
todas formas 1 dimensiones, para ciudades; coches de campaña;
carreras, etc. ; coches especiales para el transporte de enfermos ; fúne-
bres; para arrestados; posta, etc.; trineos; literas; sillas de mano;
coches de mano para enfermos i niños; carros de ambulancia para el
ejército; hospitales de campaña ; material de la Cruz Roja.
Categoría 3%. — Carros comunes para transportes en la ciudad i
campaña, de 2 1 4 ruedas, pesados i livianos, coni sin elásticos;
carros de transporte especiales; carritos de mano para mercaderías
en los almacenes, muebles, obrajes, minas, etc.
Categoría 4%. — Carros de transporte para el ejército, aparejos para
el transporte en mulas, asnos, ete. ; carros de transporte para bombe-
ros 1 material de los mismos ; material para el transporte de enfermos
de enfermedades infecciosas 1 sus efectos; aparatos transportables '
para desinfecciones.
Categoría 5%. — Caballerizas delujo i comunes ; enfermerías ; herra-
deros; forrajes naturales i artificiales; máquinas para trincharlos,
prepararlos i para la fabricación de forraje comprimido; preparacio-
nes e instrumentos de medicina veterinaria; divisas 1 libreas para
ESPOSICIÓN DE MILÁN EN 1906 55
caballerizas, cocheros, carreteros, ete.; municiones para caballos,
artículos de talabartería ; materias de consumo para caballerizas.
Categoría 6%. — Empresas de transporte de mercaderías 1 pasaje-
ros ; reglamentos; tarifas, estadística i balances.
DIVISIÓN 11. — Ciclismo
Categoría 1%. — Velocípedos i vehículos asimilables, enteramente
construídos por los espositores : bicicletas, tandems, tripletas, trici-
elos, cuadriciclos, ete.
Categoría 2%. — Velocípedos i vehículos asimilables construídos
por los espositores con partes fabricadas por otros : bicicletas, tan-
dems, tripletas, triciclos, cuadriciclos, etc.
Categoría 3%. — Piezas sueltas para la construeción de bicicletas 1
vehículos asimilables, i accesorios de todo jénero.
Categoría 4%. — Gomas.
Categoría 5%. — Materiales de construcción : tubería, aceros, fun-
didos, ete.
Categoría 6%. — Vestuario 1 equipo para ciclistas.
Categoría 1*. — Transporte i custodia de velocípedos 1 sus asimi-
lables.
Categoría 8%. — Publicaciones técnicas, turísticas u otras sobre
ciclismo ; organización de las grandes asociaciones ciclísticas ; estu-
“dios; seguros, etc.
DIVISIÓN IV. — Automovilismo
Categoría 1%. — Automóviles completos de todo jénero, espuestos
por los constructores.
Categoría 2%. — Piezas separadas de automóviles ; motores comple-
tos para combustibles líquidos, gas, vapor, electricidad, aplicables á
coches i carros de transporte; piezas de motores; medios de transmi-
sión de la fuerza; ejes, avantrenes, cubos, llantas, ete. ; ruedas ; apa-
ratos de seguridad i dirección ; encendedores, ete.
Categoría 3%. — Gomas.
Categoría 4. — Carrocería.
Categoría 5? — Materiales de construcción especiales: acero, fun-
dición, bronces, ete.
56 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Categoría 6%. — Vestuario i equipo para automovilistas i mecá-
nicos.
Categoría 7%. — Publicaciones técnicas, turísticas 1 demás sobre el
automovilismo; senalavías, etc. Organización de las grandes socie”
dades automovilísticas ; estudios, seguros, ete.
DIVISIÓN V. — Ferrocarriles
(Escluida la tracción eléctrica)
Categoría 1*.— Proyectos de vías de comunicación terrestre detodo
jénero, corografías, planimetrías, representaciones de relieve, perfiles,
secciones ; proyectos, dibujos, fotografías, modelos de obras de arte;
puentes, viaductos, túneles, pasos de nivel, def alto i bajo nivel, ete.
Categoría 2%. — Proyectos, dibujos 1 fotografías de estaciones ;
planos generales; estaciones para pasajeros i mercaderías; edificios
para viajeros, andenes, pasajes superiores é inferiores para la comu-
nicación de los andenes; techos, letrinas; almacenes para mercade-
rías, silos, muelles de carga; estaciones de apartadero; depósitos de
locomotoras; depósito de coches; alimentación de las máquinas,
estanques, bombas, conducciones 1 grúas de alimentación ; oficinas de
producción de gas i luz eléctrica para el alumbrado de las estaciones
i trenes; talleres de construeción i reparación de locomotoras i
vehículos ; edificios para la conservación 1 vijilancia de la vía; casi-
llas de camineros, gatitas, etc.
Categoría 3?. Ferrocarriles ordinarios de vía normalo reducida. —
Olase 1% : Superestructura, esplanación, balasto, rieles, apoyos 1
empalmes de los carriles; bridas; traviesas 1 demás piezas de arma-
mento; cambios, plataformas i puentes jiratorios; carretones trasbor-
dadores; bombas; motores relativos; pulsómetros; aparatos para
levantar pesos; erúas fijas i móviles; cabrestantes de mano, de
vapor, hidráulicos, eléctricos; grúas especiales para el levantamiento
de materiales sueltos; elevadores; montacargas; máquinas i útiles
para el servicio delos silos; medios para asegurar el servicio jeneral ;
ventilación de túneles ; paranieves. ]
Clase 2* : Señales ; telégrafo, teléfono ; discos; semáforos; señales
a lo largo de la línea; sistemas de block automáticos o no; sistemas
de enclavamiento ; sistemas de comunicación de las estaciones con los
trenes en marcha.
ESPOSICIÓN DE MILÁN EN 1906 57
Clase 32: Utiles para la vía 1 estaciones; herramientas para ofici-
nas i depósitos.
Clase 4% : Material móvil; locomotoras, ténderes, coches de viaje-
ros, de equipaje, correo; vagones para animales, especiales para
cereales; vagones de carga i partes componentes; frenos aislados 1
continuos ; calefacción, alumbrado i ventilación de los coches; seña-
les de los trenes; señales de intereomunicación en los trenes; saca-
nieves ; vehículos dinamométricos ; determinación de las resistencias
i aparatos relativos ; dinamómetros, indicadores, etc. ; aparatos rejis-
tradores de la velocidad ; indicadores en jeneral.
Olase 5? : Servicio militar ferroviario: medios para cortar 1 resta-
blecer las comunicaciones; coches 1 trenes hospitales 1 su equipo;
camillas para el transporte de heridos; trenes blindados; trenes
militares. :
Clase 6*: Esplotación 1 administración de los ferrocarriles; hora-
rios; cuadros de area turno del servicio de locomotoras; reparti-
ción del material rodante, servicio de los viajeros; boletas, sistemas
de venta de boletas, casilleros, timbres, contralor, avisos, tarifas,
servicios especiales para emigrantes. Servicio de mercaderías : tari-
fas, medios de recepción 1 entrega, medios de embalaje que permitan
i faciliten el transporte, disposiciones i útiles para la manipulación
de las mercaderías.
Clase 1% Ber
sonal; escuelas; organización de las administraciones ferroviarias.
sonal; reglamento de servicio; promoción del per-
Clase 8*: Servicio sanitario de los ferrocarriles: ambulancias fijas
en las estaciones; estaciones de socorro; curas unjentes; comparti-
mientos de socorro en los trenes; providencias i cura profiláctica en
defensa del personal contra la malaria; hijiene de los trenes, esta-
ciones, letrinas, dormitorios; desinfección 1 limpieza de los trenes,
saliveras 1 alfombras. E
Transporte de enfermos (pasajeros), de heridos (infortunios), anga-
rillas, literas ; transformación de los vagones en ambulancias viajan-
tes; transformación de las salas de las estaciones en ambulancias.
Consorcio sanitario del personal ; funcionamiento de las ambulan-
cias especiales 1 cura de las enfermedades peculiares del personal
viajero.
Categoría 4*. Ferrocarriles de diversos sistemas. — De engranaje,
funiculares, aéreos, corredizos, etc. ; armamento, material motor o de
tracción, frenos i demás medios de seguridad ; material de transporte.
Categoría 5%. Tranvías wrbanos e interurbanos. — Ulase 1%: Arma-
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA, ARGENTINA
[(99)
15)
mento para calles i carreteras; cambios; plataformas, carretones
transbordadores ; disposiciones para dar vuelta los vehículos ; asiento,
conservación i limpieza del armamento.
Clase 2* : Coches para tracción animal ; locomotoras 1 coches auto-
motores de vapor, aire caliente i comprimido, gas, ete.; material
móvil para tranvías 1 tracción mecánica.
Clase 3%: Tranvías con máquina fija, funicular, neumáticos, etc.
Clase 4%: Reglamentos, tarifa, administración.
Categoría 6*. Medios de transporte especiales asimilables a los ferroca-
rriles. — Ferrocarriles de un solo riel; plantel de la vía, motores-
material de transporte, transporte de naves por ferrocarril; platafor,
mas móviles, telferaje.
Categoría 7*. Bibliografía. — Estadística; cartas especiales ; publi-
caciones relativas a las vías férreas.
DIVISIÓN VI. — Transportes eléctricos terrestres
Categoría 1*. Planteles jeneradores. — Olase 1*: Proyectos, dibujos,
modelos de instalaciones hidráulicas i de vapor, 1 estaciones centra-
les para tracción eléctrica.
Clase 2%: Dinamos, alternadores 1 transformadores de tipos espe-
cialmente destinados a la tracción eléctrica.
Clase 5%: Estaciones de acumuladores para el servicio de tracción.
Categoría 2*. Lineas eléctricas 3 armamento de la vía. — Ulase 1*:
Postes, apoyos, aisladores sistema de suspensión i amarramiento de
los alambres.
Clase 2* : Conductores aéreos para líneas de transmisión á la distan-
cia i para líneas de servicio; conductores i aisladores para un tercer
riel.
Clase 3%: Armamento de los ferrocarriles eléctricos; sistema de
unión eléctrica de los carriles, cambios; tipos especiales de arma-
mentos para tranvías de alimentación subterránea i contacto super-
ficial.
Clase 4*: Accesorios de las líneas eléctricas; aparatos de señales;
telegrafía i telefonía al servicio de estas líneas; aparatos de manio-
bra i de seguridad; pararrayos.
Categoría 32. Material móvil. — Clase 1*: Motores especiales para
tracción eléctrica.
Clase 2%: Piezas de coche para tracción eléctrica; cochería; acce-
ESPOSICIÓN DE MILÁN EN 1906 59
sorios de los camarines de maniobra, aparatos de mando (contralor) ;
tipos diversos de troles i toma de corriente del tercer riel.
Clase 3%: Coches automotores completos especiales para servicio
tranviario ; coches remolcados.
Clase 4%: Coches automotores completos para tracción eléctrica
sobre las grandes líneas ferroviarias; locomotoras eléctricas; coches
remolcados.
Clase 5%; Automóviles de hilo aéreo sobre caminos ordinarios.
Clase 6*: Acumuladores eléctricos destinados al servicio de la
tracción.
Clase 7%: Servicios eléctricos accesorios sobre los coches, alum-
brado, calefacción.
Categoría 4%. Aplicaciones diversas de la tracción eléctrica. — Ulase
1*: Ferrocarriles funiculares, transportes aéreos.
Clase 2%: Cabrestantes, grúas, elevadores, ete.
Clase 3%: Especiales aplicaciones á las minas.
Categoría 5*. Documentos. — Ulase 1%: Proyectos, dibujos i mode-
los en jeneral.
Clase 2%: Datos estadísticos sobre la construcción 1 ejercicio de
los tranvías 1 ferrocarriles eléctricos, datos sobre el coste 1 las
entradas.
DIVISIÓN VI. — Aeronautica
Categoria 1*. Materiales para construcciones aeronáuticas. — Olase 1?:
Tejidos, barnices, cordería.
Clase 2? : Metales de gran resistencia específica para construccio-
nes livianas, maderas, bambú, cañas.
Olase 3%: Aparatos para la recepción i medición de los materiales.
Categoría 2%. Globos commnes. — Olase 1%: Mongolfieras 1 aparejos
relativos.
Clase 2*: Globos comunes a gas, vapores o mistos ; globos libres i
guiados (para vías funiculares o análogas); aparatos fijadores i desvia-
dores.
Clase 5%: Globos cautivos comunes ; elobos volantes ; útiles i meca-
nismos correspondientes.
Categoría 3%. Aeronaves (globos dirijibles). — Clase 1%: Estudios;
aparatos para esperiencias parciales relativas al problema, proyee-
tos ; modelos de aeronaves i galpones.para cobijarlos, estaciones aero-
náuticas.
60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Clase 22: Aeronaves completas.
Categoría 4%. Aviación. — Clase 1%: Estudios, aparatos para espe-
riencias parciales relativas al problema; proyectos; modelos.
Clase 2%: Aeroplanos; elicópteros; máquinas de alas batientes;
otros aparatos.
Categoría 5%. Motores. — Clase 1%: Jeneradores de enerjía (calderas
de vapor, pilas, acumuladores). E
Clase 2%: Motores livianos de cualquier tipo; transmisiones livia-
nas; propulsores.
Categoría 6*. Hidrójeno 1 Oxijeno. — Clase 1%: Producción del hidró-
jeno.
Clase 2*: Compresión del hidrójeno; hidrójeno líquido.
Clase 35%: Oxíjeno; aire i oxíjeno líquidos (para grandes alturas).
Categoría 7*.— Meteorolojía. Clase 1? : Instrumentos meteorolójicos.
Clase 2*: Globos sondas.
Clase 3%: Cometas i aparatos correspondientes.
Clase 4%: Globos dispuestos para grandes alturas.
Clase 5%: Resultado de investigaciones en las altas rejiones de la
atmósfera ; estudios sobre vientos. :
Categoría 8*. Varios — Ulase 1*: Globos para señales ú otros fines.
Clase 2* : Cometas armados.
Clase 32: Aparatos fotográficos para levantamientos con globos i
cometas.
Clase 4%: Palomas viajeras.
Clase 5%: Estudios i aplicaciones diversas.
DIVISIÓN VII. — Correo, Telegrafia, Telefonia
Oategoría 1%. Proyectos. — Dibujos, modelos, fotografías de edifi-
cios postales, telegráficos, telefónicos ; organización de los servicios;
reglamentos, tarifas, ebe.
Categoría 22. Materiales 3 útiles para servicio postal. — Material
para el correo ordinario ; correo neumático 1 eléctrico; vehículos para
transporte de correspondencia; medios de recolección 1 distribución ;
estampillas, cartulinas, bonos, paquetes ; máquinas 1 útiles para tim-
brar la correspondencia, para distribuir estampillas, ete.
Categoría 3*. Líneas telegráficas. — Soportes, aisladores, alambres,
cables, traveseras, montaje, colocación; aparatos telegráficos, idem
de médida 1 contralor; útiles para telegrafía.
ESPOSICIÓN DE MILÁN EN 1906 61
Categoría 4*. Telegrafía sin hilos. — Aparatos Marconi.
Categoría 5%. Líneas telefónicas. — Soportes, aisladores, alambres,
cables, traveseras, conducciones subterráneas; teléfonos simples 1
múltiples; micrófonos; mesas de conmutación; aparatos de contra-
lor; útiles telefónicos ; fonógrafos, etc.
DIVISIÓN IX. — El Simplón
Categoría 1*. — Ilustración del monte de los puntos de vista cien-
tífico, histórico i turístico ; ilustración especial del paso.
Categoría 2*. — Estudios, modelos i proyectos del ferrocarril del
Simplón ; historia, publicaciones diversas, proyecto adoptado; líneas
de acceso, estudio 1 proyectos relativos.
Categoría 3*. Ejecución del gran túnel. — Trazado, obrajes, plante-
les e instalaciones diversas; perforadoras empleadas; armaduras;
desagiies; ventilación; descenso de la temperatura; locomotoras 1
vagonetas para transportes ; organización de los transportes; mam-
posterías de revestimiento ; obras provisionales; providencias en pro
dle los obreros; planteles 1 obras accesorias.
DIVISIÓN Xx. — Esposición retrospectiva de los transportes
terrestres
Categoría 1*. Las grandes vías de comunicación.
Categoría 2*. Oaminos 1 puentes romanos 1 medievales.
Categoría 3*. Los grandes caminos terrestres. — Fotografías, lápidas,
estudios, dibujos, proyectos, estampas de caminos, puentes, viaductos,
túneles, ete.
Categoría 2. Las grandes vías á través de los Alpes. — Iconografía
de los principales pasos alpinos.
Categoría 5*. Hipolojía. — Clase 1*: Libros.
Clase 2? : Láminas.
Clase 3%: Arreos, riendas, sillas, espuelas, ete.
Categoría 6%. Carros ú coches. — Olase 1%: Historia mediante mode-
]0s orijinales, dibujos, láminas de las sucesivas transformaciones i
varias formas tomadas por los vehículos a través de los tiempos.
Clase 2*: Coches para ceremonias, fiestas, etc.
62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Clase 3%: Medios característicos de transporte en Italia en las
varias rejiones.
Categoría 7*. Postas 1 dilijencias. — Ulase 1%: Los arrieros i las
postas antes de la institución hecha por Tasso; memoria i documen-
tos tasslanos.
Clase 2*: Historia de la posta 1 del correo.
Clase 5%: Las dilijencias; barcas correos ; peatones i carteros.
Olase 4%: Accesorios para viajes.
Categoría 8*. Cartas ¡tinerarias.
Categoría 9*. Reglamentos sobre caminos.
Categoría 10?. Ferrocarriles. — Historia de las vías férreas desde
su introducción en 1529, con láminas, proyectos, avisos 1 horarios
viejos; documentos manuscritos e impresos, etc. Tipos de material
móvil (coches 1 máquinas) usados en los primeros ferrocarriles i
demás recuerdos históricos.
Categoría 11%. Velocipedismo ¿ automovilismo. — Dresinas, velocí-.
manos i demás aparatos precursores del velocípedo. Viejos tipos de
velocípedos : biciclos, triciclos, ete. ; documentos para la historia del
velocipedismo i de la importancia que ha adquirido en la vida social;
historia del coche de vapor i de sus transformaciones.
Categoría 12%. Aeronáutica. — Tentativas para la conquista del
aire antes de Montgolfier; historia anecdótica del globo volante i de
su difusión en Francia, Italia i demás países; esperiencias Curiosas
de dirijibilidad de los globos i de aviación ; primeras aplicaciones de-
los globos a las operaciones de guerra i a observaciones científicas.
Categoría 15%. Guías para los viajeros.
Categoría 14%. Diarios de viaje.
Categoría 15*. Salvoconductos i pasaportes.
Categoría 16*. Hoteles. — Recuerdos de antiguos hoteles, posadas,
hosterías ; láminas, muestras, vajilla, direcciones ilustradas, cuentas,
ete. ; edictos 1 reglamentos para hoteleros 1 hosteleros.
Categoría 172. Telégrafos.
Categoría 18*. Iconografía. — Medallas 1 retratos de todos los que
contribuyeron con sus obras i estudios a facilitar las comunicaciones
entre los diversos puntos.
El presidente del Comité Ejecutivo,
A. Salmoiraghi.
El secretario jeneral,
L. Sabbatini.
ESPOSICIÓN DE MILÁN EN 1906 63
Vasto e interesante programa, como se ve, que promete a los afor-
tunados visitantes de la próxima esposición milanesa inefables sor-
presas i profícua enseñanza.
Pero es que a esta muestra internacional debe concurrir la Repú-
blica Arjentina, porque mucho bueno tiene que lucir en tan intere-
sante torneo. Desde sus chasquis indíjenas, sus Carretas, sus centau-
ros postales, sus mensajerías, hasta su servicio de correo actual,
tiene mucho que hacer conocer i no menos de que enorgullecerse.
Sus publicaciones, entre las que descuellan las del ilustrado doctor
Cárcano i las memorias iniciadas por el emprendedor doctor Carlés,
figurarán sin desdoro entre las mejores que presenten en aquel certá-
men las más adelantadas naciones.
Pocos países podrán demostrar mayores progresos, en menos
tiempo, que la República Arjentina en todo lo que atañe á sus tras-
portes terrestres, especialmente ferro-tranviarios 1-a sus servicios de
correos i telégrafos.
Esperamos, pues, que el gobierno i el pueblo arjentinos querrán 1
sabrán conquistar nuevos 1 honrosos laureles, presentando al examen
intelijente de los jueces de la Esposición de Milán un cuadro com-
pleto de sus adelantos en este sentido.
S. E. BARABINO.
LOS PROGRESOS DE LA SEISMOLOGÍA
CONFERENCIA LEÍDA EN LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
POR EL PROFESOR HUGO LANDI
(Conclusión)
Se revelaron por la primera vez por oscilaciones (que fueron llama-
das espontáneas) de los péndulos, por perturbación de las agujas ima-
nadas, por oscilaciones regulares de los niveles de los instrumentos
AStrONÓMICOS.
Su origen, no pudiendo justificarse con fenómenos locales, se creyó
que se relacionaba con terremotos violentos de epicentro muy lejano;
y, siguiendo las noticias seísmicas de los diarios científicos, se pudo
constatar que esa suposición corresponde casi siempre á los hechos;
por eso es hoy univesalmente admitida por los seismólogos. Uada vez
que se manifiesten pulsaciones semejantes podemos creer que en un
punto del globo se ha producido un movimiento seísmico violento.
El período de esas pulsaciones varía, en general, de 50 á 10 segun-
dos. Esta especie particular de pulsaciones está generalmente prece-
dida por temblores de 5 á 10 segundos, los que llegan con anticipación
de varios minutos. La velocidad de propagación de las ondas lentas
varía entre 5 y 3 kilómetros y la de los temblores entre 5 segundos y
10 segundos.
Es posible que estos pasen á través de la tierra, la cual, en tal ca-
so, tendría mayor rigidez, de la que hasta hoy se le ha supuesto.
El estudio de todos estos movimientos, en particular de las pulsa-
ciones, es de la mayor importancia científica, porque es muy probable
que del conocimiento completo de sus propiedades se podrán deducir
LOS PROGRESOS DE LA SEISMOLOGÍA 65
las conclusiones de muchas cuestiones aun no resueltas de la física
terrestre y de la astronomía. En particular, se podrá establecer el va-
lor del nódulo de elasticidad de la tierra, las variaciones de la den-
sidad de sus estratos con el variar de la profundidad, ete.
Veamos ahora lo que sucede cuando se produce un movimiento.en
el seno de un medio elástico sólido, es decir, al producirse un terre-
moto: se originan dos sistemas principales de ondas; las unas longi-
tudinales (como las del sonido), las otras transversales (como las de la,
luz) que se irradian desde el centro de vibración (hipocentro). Las on-
das longitudinales se propagan más velozmente que las transversa-
les, y su relación es 3; Werthein, después de haber modificado las
ecuaciones que representaban el estado de equilibrio y de movimien-
to de los cuerpos sólidos, halló que la velocidad de la onda longitudi-
nal es doble de la transversal, en lo que concuerdan Mallet, Joung y
Gay-Lussac. Otros experimentadores como Mallet, Albot, Gray Bertell
y Milne llegan á las conclusiones siguientes:
1* Las perturbaciones seísmicas se propagan efectivamente en on-
das longitudinales y tranversales ; y
2* Las ondas longitudinales tienen mayor velocidad que las trans-
versales;
3” La velocidad de los dos sistemas de ondas varía con la natu-
raleza del terreno que atraviesan y depende de la amplitud del cho-
que en el centro del sacudimiento ; y
+* La amplitud de las vibraciones transversales disminuye más
lentamente que la de las longitudinales;
»* La diferencia de velocidad de los dos sistemas de ondas dismi-
nuye á medida que aumenta la distancia al centro de movimiento.
Según el doctor Cancani, las ondas rápidas y las lentas que se ob-
servan en el acto dle un terremoto, son efecto de las vibraciones longi-
tudinales y transversales. 3
Independientemente de las trazas que corresponden álosterremotos,
el mieroseismógrafo Vicentini acusa¡un movimiento diario del péndulo
que sólo se altera cuando cambian repentinamente las condiciones
atmosféricas; rarísimas veces el péndulo se encuentra al terminar el
día en la posición que tenía al principiar. Estos movimientos son de-
bidos á las acciones térmicas.
El paso de un carro cerca del instrumento, una explosión, la repeti-
ción continuada de un sonido, ete.,-son causa del movimiento del apa-
rato. El viento tiene una acción muy manifiesta, tanto que á cada so-
plido que hace flexar la pared á la que está apoyado el instrumento, el
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX. 5
66 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
aparato oscila alrededor de una línea irregular. Por esto es absoluta-
mente necesario, cuando se experimenta con péndulos de pequeña
masa (como en los tromómetros), colocarlos sobre la columna ideada
por Bertelli.
Pero á menudo sucede que el mieroseismógratfo se agite sin que en el
exterior se note causa perturbadora alguna; en esos casos se requiere
una larga práctica para poder descifrar los trazados del seismograma.
La característica de los terremotos locales débiles es que, durante el
período del movimiento seísmico, el suelo sufre inclinaciones sensibles.
Al principio del movimiento se manifiestan vibraciones rápidas y lue-
go poco amplias alrededor de una posición de reposo del péndulo, la
que varía continuamente. Constituyen la última faz las oscilaciones
pendulares, las que faltan si el terremoto fué muy débil.
Si el terremoto fué de epicentro lejano varía la forma del diagrama,
pues es más largo el primer período de vibración del suelo. Las vibra-
ciones mínimas pero continuadas someten al péndulo á pequeñas 0s-
cilaciones mucho antes de que lleguen las ondas que lo hacen osel
lar ampliamente. En general, las vibraciones y las pequeñas oscilacio-
nes se verifican alrededor de una línea de pequeña inclinación.
Si en el epicentro la sacudida ha sido fuerte, este primer período
precede más ó menos de un minuto al de las oscilaciones pendulares
amplias, se cruzan de trecho en trecho; si se observan desplazamien-
tos rápidos del suelo, si el sacudimiento fué desastroso, las pequeñas
oscilaciones son muy marcadas; al segundo período (de las oscilacio-
nes pendulares amplias), que dura mucho más, sigue un tercer perío-
do caracterizado por pequeñas oscilaciones irregulares mucho más
lentas que las pendulares, pero acompañadas por éstas á intervalos.
Las oscilaciones de estos segundo y tercer períodos se forman, en
general, alrededor de una posición de equilibrio del péndulo continua-
mente variable, como si durante el movimiento seísmico se propaga.
'an á través del suelo ondas largas y lentas, por lo menos, de unos
20 segundos de período. Es digno de notarse que por la duración del
primer y del tercer períodos se puede juzgar de la intensidad y de la
distancia del terremoto.
De mayor interés aún es el examen de un diagrama que se obtiene
de un terremoto desastroso de epicentro muy lejano (en los antípo-
das, por ejemplo).
En este caso, las primeras señales corresponden á las vibraciones
que se manifiestan por el agrandamiento de los trazados de las agu-
jas registradoras y bruscos desplazamientos.
LOS PROGRESOS DE LA SEISMOLOGÍA 67
En seguida las líneas se hacen irregulares y son acompañadas por
sinuosidades muy erandes en las que también se observan desplaza-
mientos bruscos. Poco á poco los trazos se regularizan dando lugar á
líneas sinuosas que indican que el suelo toma una lenta y regular 0s-
cilación con un período de 30 segundos. La duración completa del fe-
nómeno puede variar entre una y dos horas.
Amnálogos resultados da el microseismógrafo para la componente
vertical (1).
Este aparato consiste en un fuerte muelle de acero, fijado por un
extremo horizontalmente á la pared y cargado en el otro extremo libre
con un peso de 50 kilogramos. En esta misma extremidad se encuentra
una punta rígida que actúa en una palanca vertical de primer géne-
ro, pero con los brazos en ángulo recto, igual á la que se usa para la
componente horizontal y que transforma el movimiento de arriba á
abajo del resorte horizontal.
Esta palanca actúa sobre otra, la que aumentando aún el movi-
miento en una proporción mayor, lo registra sobre papel ahumado.
Es diena de notarse la modificación introducida por el profesor Al-
fani, ayudante en el observatorio Ximeniano de Florencia.
Anteriormente, el muelle estaba fijado á una extremidad, por mane-
ra que doblándose por la acción del peso hacia la extremidad libre, se
dispusiese horizontalmente tan sólo en el último trecho. Se compren-
de, empero, fácilmente, cómo también un choque puramente horizon-
tal, pero normal al eje de suspensión del muelle, podía modificar su
estado dle equilibrio, acusando de ese modo un movimiento, según la
componente vertical que en realidad no había existido. Ahora, en vez,
el muelle ha sido previamente doblado en sentido opuesto al que ha-
bría tomado bajo la carga de la masa, por manera que, colocado en su
lugar, se dispone en toda su longitud en un plano horizontal.
Reunidos estos microseismógrafos Vicentini, darán un aparato de
los llamados universales.
Vamos á hablar, ahora, de un ingenioso aparato que suple automá-
ticamente al observador del tromómetro Bertelli, es decir, del Zro-
mómetro libre fotográfico del profesor Melzi. Este insigne seismógratfo
y matemático, se propuso estudiar el péndulo libre. Lo colocó encima
de una columna aislada y, excluyendo absolutamente todo rozamiento,
(1) Prof. VICENTINL e G. PACKER, Microsismografo per la componente verticale.
Descrizione e risultati. Venezia, tip. Ferrari, 1899.
68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
aplicó la fotografía. Para evitar el coste de un aparato fotográfico
continuo, fotografió los dos péndulos para las componentes horizon-
tales y el de la vertical á cortos intervalos. El fin de este apa vato nO
es el de notar los terremotos pequeños ó grandes que tienen lugar,
sino el de estudiar, en primer lugar, aquellos movimientos microseís-
micos que por Bertelli son llamados baroseismos, porque se observan:
generalmente con el barómetro bajo. En el caso de un terremoto cer-
cano, se manifiesta en la fotografía un trazo repentino; si es lejano, el
trazo está generalmente precedido por un pequeño incremento.
En todos los casos el apaciguamiento es gradual y progresivo, casi
siempre sin sacudidas y sin recrudecimientos; los desvíos de la vertical
son raros pero bien acentuados, también con el péndulo parado; los
baroseismos tanto más claros y determinados cuanto más subitánea es
la baja barométrica, y sus indicaciones igualan y á veces superan las
de los pequeños terremotos.
Parangonando los resultados de este aparato con los del microseis-
mógrafo Vicentini, de los niveles geodinámicos y de los péndulos ho-
rizontales (de los que ya hablaremos), 10 DOS debe maravillar la di-
versidad de resultados; ella es inherente á la naturaleza de los apa-
atos de aplicación : los unos observan los baroseismos, los otros los
verdaderos terremotos.
Para el estudio de los desvíos de la vertical el tromómetro libre
fotográfico es, sin duda alguna, de mayor precisión que los otros apa-
ratos no libres, desde que éstos muy fácilmente pueden acusar un
desvío que no existe, porque la rigidez de las partes dificulta la vuel-
ta al equilibrio primitivo.
Vamos á decir algo sobre los péndulos horizontales.
Quien se haya ocupado de estudios seismológicos, habrá visto el
progreso realizado de diez años á esta parte, debido sobre todo al per-
feccionamiento de los medios de investigación, desde que siendo los
movimientos por registrar muy ténues, el fin era encontrar aparatos
sensibles.
Más que los microseismógrafos Vicentini, los niveles geodinámicos
y los aparatos de Mugna, los instrumentos verdaderamente útiles á la
moderna seismología fueron los péndulos horizontales que introdujo
en Italia el profesor Julio Grablovitz. Estos péndulos están esencial.
mente constituídos por un telar suspendido casi verticalmente; en el
lado horizontal se dispone la masa. En estas condiciones el telar pue-
de girar; pero si su eje de rotación fuera perfectamente “vertical la
LOS PROGRESOS DE LA SEISMOLOGÍA 69
masa se movería en un plano horizontal; he ahí el por qué de su de-
nOMmiNaAción.
Se les llamó también péndulos cónicos porque cualquiera que sea la
inclinación del eje de rotación, las coordenadas del sistema oscilante
generan la figura de un cono.
Estos péndulos están montados de manera que su eje de rotación
se disponga en un plano vertical que pase por el eje de rotación y el
centro de gravedad esté próximo á la vertical levantada en el punto
de apoyo inferior. Si el sostén del péndulo sufre una inclinación not-
mal al plano del telar, cesa el equilibrio y en las investigaciones
microseísmicas, siendo siempre pequeñas estas inclinaciones, pode-
mos considerar como una rotación del sostén superior sobre la verti-
cal levantada en el punto de apoyo inferior, por lo tanto, todo el pén-
Fig. 11. — Sección vertical. Péndulo horizontal
dulo gira del mismo ángulo que ha girado el sostén superior y el
extremo libre se moverá en la misma relación de los radios represen-
tados por los números que expresan la desviación del sostén superior
de la vertical levantada en el punto de apoyo inferior y la distancia
al extremo libre de la misma vertical. Esta relación AB: Ab (fig. 11)
puede ser tan grande como se quiera ; basta disminuir Ab, es decir, la
desviación del sostén superior. Asi el péndulo horizontal puede dar,
aun sin medios de aumento exteriores al aparato, una fuerte exage-
ración de las ondulaciones del suelo. Si el movimiento del sostén pen-
dular no es normal al plano del telar se le puede descomponer en
dos : uno paralelo y el otro perpendicular á ese plano. El primero
produce evidentemente un aumento de Ab, es decir, una variación
de sensibilidad; el otro hace desviar el péndulo. Nótese, sin embargo,
que para la medición completa de cualquier movimiento horizontal
se necesitan por lo menos dos péndulos montados ortogonalmente.
El principio de estos péndulos, descubierto 8 veces en 60 años, se
70 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
aplicó por primera vez á la seismología en 1869 por Zóllner, conside-
rado por ello como inventor.
En su origen estos aparatos sirvieron más especialmente para
investigaciones astronómicas y para los estudios de los desvíos de
la vertical. El doctor E. Von Rebeur Pasehwitz construyó el pén-
dulo horizontal más sensible; con él descubrió las pulsaciones de la
corteza terrestre y puso en evidencia las perturbaciones de la gra-
vedad debidas á la atracción lunar. En 1881, Lord Kelvin deseu-
brió la teoría del péndulo bifilar, el cual no es ni más ni menos que
un péndulo horizontal; los hermanos Darwin construyeron uno para
el estudio de la perturbación de la gravedad debida á la luna. Pero
por distintos motivos estas investigaciones tuvieron resultados nega-
e
da
Fig. 12 Fig. 13. — Darwin
tivos. El ilustre sabio Milne tambien ideó un péndulo horizontal; pero
los puntos de suspensión siendo dos hilos es excesiva su sensibilidad.
Diez años antes, Delaunay se sirvió, en el observatorio de París, de
aparatos parecidos, pero también sin resultado.
He aquí algunas figuras esquemáticas para ilustrar lo dicho (fig. 12,
15, 14 y 15.
Resulta que cuanto más largo es un péndulo, es más apto para
acusar los movimientos del sostén. Pero esto no es práctico. Con los
péndulos horizontales se obtiene el mismo efecto, desde que éste
corresponde perfectameute para oscilaciones de períodos muy lentos.
Un simple cálculo lo demostrará :
Sea z el ángulo del eje pendular con la vertical, 6 la distancia
del centro gravedad del sistema oscilante á la misma vertical, L la
£
la longitud equivalente á la del péndulo simple, se tiene :
y) 5
L==>= y par a==0% 1 =
sen z
LOS PROGRESOS DE LA SEISMOLOGÍA rel
Las formas predominantes de los péndulos horizontales son tres,
pero todos son muy livianos y de pequeña masa, por lo que debe
intervenir la óptica y la fotografía.
En todo el mundo se encuentran hoy en acción sólo cuatro péndu-
los horizontales del tipo Pasehwitz; en Estrasburgo, en Postdam, en
Nicolaiew y en COarcow. Del tipo Milne hay 19 en el Japón y dos
en Shide, en la isla Wight.
A propósito del péndulo bifilar de Darwin, considerando el caso
que la diferencia entre los puntos de apoyo sea 0,001 y que A se
mueva respecto á B de 3; de milímetro, el espejo debería girar de
3/26” y el rayo de luz reflejado giraría de 6/52”, y, por consiguiente,
la imagen del toco luminoso sobre una escala puesta á 3 metros de
distancia se movería cerca de 6 milímetros. De esto se deduce el
Fig. 14. — Milne Fig. 15. — Paschwitz
grado de sensibilidad de este instrumento, que debe ser sumergido en
aceite dé parafina para eliminar los efectos dañosos de muchas cau-
sas perturbadoras. Tan sólo dos péndulos bifilares hay en acción,
uno en Birmingham y el otro en Edimburgo.
Estas formas típicas, que registran por medio de la fotografía,
requieren manipulaciones muy delicadas y gastos grandes y no dan
al diagrama el desarrollo necesario para un análisis minucioso, sino
con las oportunas modificaciones de los señores Grablowitz, Amari,
Stiattesi, Cancani, Agamenone, Alfani y también mías; con ellas
hemos alcanzado á formar el aparato más adecuado para el estudio
de los movimientos seísmicos.
Un buen aparato microseísmico debe poder registrar no sólo los
movimientos rápidos con que empiezan las manifestaciones seísmicas,
sino también las ondulaciones de período más ó menos largo que
forman las faces ulteriores del diagrama; para que posea esta apti-
tud, es necesario que sea de masa estática para los movimientos
72 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
rápidos y que oscile para las otras ondulaciones del terreno con
período propio lo más distinto del de estas, desde que sabemos con
qué facilidad se amplifica el movimiento oscilatorio de un péndulo
durante las vibraciones sinerónicas con su período. Precisamente
esto es lo que se obtuvo con las siguientes modificaciones.
Exagerando, en primer lugar, la dimensión y el peso de la masa,
tanto que la distancia de las puntas de suspensión fué de 3%40, y
la que medía entre la vertical bajada sobre la punta inferior y el
extremo libre de 1”75, siendo cerca de 17 ¿ milímetros la diferencia
de las puntas, el aumento instrumental 100 y el peso de la masa 25
kilogramos.
Se introdujo también el aumento externo de 25 veces y fué nece-
sario, para vencer los rozamientos, un aumento de masa, que fué ele-
vada primero á 235 kilogramos y actualmente 4 500 kilogramos. En
estas condiciones se pueden obtener diagramas maravillosos. Además,
Stiattesi tuvo en mira resolver el otro problema, el de obtener que
los dos péndulos no dieran dos trazos distintos sino uno solo que
representara la forma del movimiento del terreno. La solución
elegante é inmejorable ha sido ya hallada y esperamos que se sabrá
apreciar su valor.
Perfeccionados así, los péndulos horizontales son de muchísima
utilidad en la práctica.
He concluído mi cometido por lo que respecta á la exposición de
los progresos verificados hasta hoy por la ciencia seismográfica, pero
no me he atrevido á hablaros de las causas que producen los terre-
motos. Para responder á este argumento habría que eseribir un volu-
men y, aun así, emplear la forma dubitativa.
Un terremoto puede depender de hundimientos subterráneos, de
corrosión de los estratos debidos á la acción química ó calorífica, á
una instantánea producción de vapores, explosión de una substancia
gaseosa, lo mismo que á descargas eléctricas subterráneas.
A este respecto, si bien la hipótesis de que la causa de los seismos
sea de naturaleza eléctrica cuenta con poco partidarios, hemos leído
una importante noticia en un apreciado diario de esta capital (1).
(1) Fenómenos observados en los telégrafos. — Montevideo. Ayer se observó unu
extraordinaria tensión eléctrica que interrumpió ú ratos el funcionamiento de los
telégrafos.
El gerente del Western comunicó al observatorio de la oficina hidrográfica, ú
las 3 de la tarde, que notaba en sus aparatos desviaciones producidas por co-
rrientes eléctricas naturales. El fenómeno no sólo se observaba aquí sino también
LOS PROGRESOS DE LA SEISMOLOGÍA 713
¡Qué lástima la de no haber podido observar la marcha de los apara-
tos microseísmicos en ese momento!
Entonces, ¿con cuáles de estas causas nos quedaremos para expli-
ar el fenómeno ?
¿Podremos con el tiempo establecer criterios más ó menos proba-
bles sobre la proximidad de un fenómeno local?
Aquí también debemos recurrir á las hipótesis, desde que la cien-
cia está aún en su primera infancia y las esperanzas de progreso son
pocas.
Ciertamente, los sineulares descubrimientos de la ciencia tienen
mucha importancia por sus resultados, así como por sus maravillo-
sas aplicaciones ; pero si se han podido sacar ventajas de los hechos
observados, ellos nada nos dicen sobre las causas primeras de todas
las cosas. No sin razón se dijo: La enciclopedia es muy abundante
¿pero qué sería si ella hablara de lo que no se-sabe?
La dificultad de la empresa no debe, empero, vencer la actividad
del ingenio hunano, porque la historia de la ciencia demuestra que
cada progreso es fruto de la laboriosidad ; por lo tanto, cuanto mayo-
res sean las dificultades por vencer, tanto mayores deben ser los
esfuerzos y más minuciosas y profundas las investigaciones.
Es de augurarse que dada la liberalidad de la Facultad de Cien-
cias de Buenos Aires, se provea, por lo menos de los principales apa-
en la provincia argentina de Mendoza, con la que comunicaron las líneas del
Western.
A las 5 de la tarde el jefe de los telégrafos nacionales dirigió al señor Bazzano
una nota comunicándole que desde las 10 a. m. hasta las 3 p. m., á intérvalos
frecuentísimos, se notó en las líneas fuertes corrientes telúricas de intensidad no
observada desde hace años
Los aparatos del telésrafo nacional quedaban, en efecto, en ciertos momentos
clayados, como se dice vulgarmente. Los electroimanes se agarraban tan fuerte-
mente que con gran dificultad podían separarse, y las agujas de los galvanóme-
tros quedaban completamente inclinadas hacia la izquierda.
El fenómeno no fué puramente local, pues se sintió también en el cable sub-
marino del Atlántico y Río de la Plata. La onda eléctrica ha sido general, y el
gerente del Western dice que desde el año 1883 ó 1885 no había observado un
caso igual. *'
En el telégrafo nacional se observó un fenómeno análogo en el año 1895.
Con estos fenómenos, según parece, tiene relación un telegrama de París en
que se da cuenta de que ayer Francia estuvo aislada telegráficamente de todo el
oeste de Europa. La interrupción fué motivada también por fuertes corrientes
telúricas, á las que acompañaron temblores de tierra. (La Nación, noviembre 2
de 1905.)
TA ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ratos seísmicos y microseísmicos, tanto más que las singulares y
favorables condiciones naturales de este territorio son muy propi-
cias para el estudio de los movimientos microseísmicos. Sería de
eranutilidad el observar la marcha de estos instrumentos con rela-
cion al modo como actúan los de Europa al sobrevenir un seísmo inter-
medio, puesto que la potencialidad de estos últimos aparatos es sor-
prendente.
Baste decir, para citar un solo ejemplo, que el 12 de junio de 1897,
día del formidable terremoto en la India, nuestros mieroseismógrafos
de Quarto, del observatorio Ximeniano de Florencia, quedaron duran-
te mucho tiempo agitados. Las ondas seísmicas recorrieron más de
1500 kilómetros en 11”, es decir, con una velocidad de 10,5 kilo-
metros por segundo.
Cuanto más sean los observadores, más numerosas serán las obser-
vaciones, y como de éstas saca la ciencia especulativa sus adelantos,
á nadie mejor que á ustedes amantes del saber, y miembros de una
asociación científica, podría dirigirme en este sentido.
La Argentina, grande en el progreso moral y material, no querrá
seguramente dejar de marchar con el mismo paso en la senda del
progreso científico.
REEMPLAZAMIENTO DE UN NOMBRE GENÉRICO
En mi último trabajo titulado Nuevas especies de mamiferos cretá-
ecos y terciarios de la República Argentina, publicado en estos Anales,
he dado la descripción de un nuevo género de roedores extinguidos
aliados de la vizcacha, dándole el nombre genérico de Sigmomys (1).
Recién ahora me apercibo que este mismo nombre de Sigmomys
fué empleado con anterioridad por el distinguido naturalista señor
Oldfield Thomas (2) para distinguir un género de ratones actuales de
Guayana y Venezuela. Siendo entonces necesario dar al género de
Patagonia un nuevo nombre, propongo designarlo con el de Eusigmo-
mys, que poco altera la denominación primitiva. El Sigmomys opposi-
tus, única especie hasta ahora conocida de este género, llevará así el
nombre de Eusigmomys oppositus.
F. AMEGHINO.
(1) Anales de la Sociedad Científica Argentina, t. LVITUL, ent. V, p. 252, Diciem-
bre de 1904.
(2) OLDFTELD THoMas, On a Collection of Mammals from the Kanukuw Mountains,
British Guiana, en Annals and Magazine of Natural History, Sevent series, vol. VIII
p. 150, a. 1901.
DESCRIPCIÓN DE UN GÉNERO
Y DE UNA
NUEVA ESPECIE DE CLAVICORNIO
DE BUENOS AIRES (COLEÓPTERO)
Por J. BRETHES
COCCIDOPHILUS, gen. nov.
Minimas. Corpus hemisphaericum, alatum, superne convexum, inferne
subplanum. Caputthoraciónsertum. Epistoma transversum antice late
emarginatum, utrinque excavatum, basi ad frontem per sulcum aut
lineam hand separatum. Antennae 9-articulatae, clava biarticulata.
Maxillae unilobatae, apice pilosulae. Palpi maxillares 4-articu-
lati, articulis 2% 4% que crassioribus, ultimo precedentibus majore.
Labium subquadratum. Palpi labiales 3-articulati. Mandibulae
simplices, corncae, modice falcatae, apice acutae. Coxae anti-
cae valde approximatae, «a lamina prosternali separatae. Coxae
mediae globosae, separatae. UÚoxae posticae distantes, transver-
sae, episternmm metathoracicum attingentes. Femora ommia sat
compressa, tibiae apicem versus setulosae, tarsi triarticulati, im-
ferne setulosi, 1% sat crasso, apice oblique truncato, 2% minore,
3 elongato, precedentibus acquelongo, leniter curvato. Ungues sim-
plices, acutae. Abdomen 5-segmentatum, segmentis omnibus aequelon-
gis, liberis.
Tipo: Coccidophilus citricola, D. sp.
Este nuevo género tiene aleuna relación con el género Fallia
Sharp, pero varios caracteres importantes no permiten reunirlo con
el género del eminente naturalista inglés: por ejemplo las ancas
posteriores que llegan al episterno metatorácico, éste bien desarro-
llado, el prosterno que adelanta en una lámina bien pronunciada, ete.
NUEVA ESPECIE DE CLAVICORNIO OTRA
Coccidophilus citricola, 1. sp.
00 Niger, pernitidus, subellipticus, superne convexus, imferne subpla-
nus, capite, prothorace, elytrisque punctulatis, abdomine parce piloso.
Long. : 7 circ. 1 mm. Q 1*/, mm. Lat. : circ. */, mm.
Enteramente negro (tig. 1), luciente, subelíptico, convexo, con la
cabeza, el tórax y los élitros uniformemente marcados con puntos hun-
Fig. 1. — Coccidophilus citricola nm. sp. (aumento : 25 diámetros)
didos y los segmentos ventrales del abdomen con pelos cortos claros.
La cabeza está hundida en el protórax hasta los ojos; el clipeo
es transverso, su borde anterior anehamente emarginado con una
serie de pelos en la extremidad (fig. 2); sus ángulos anteriores son
Fig. 2. — Cabeza de Oocc. citricola, vista de arriba
redondeados y los bordes laterales excavados para la inserción de las
antenas. La base del clipeo no presenta línea ni impresión alguna
que lo separe de la frente. El labro es transverso, con algunos pelos,
Fig. 3. — Labro de Ooce. citricola Fig. 4. — Mandíbula de Coce. citricola,
(aumento : 100 diámetros) (aumento : 100 diámetros)
y córneo en la base: la parte córnea se ensancha hacia adelante de
cada lado (fig. 5); la extremidad es membranosa. Las mandíbulas
(fig. 4) son córneas, encorvadas y agudas. Las antenas tienen el
TS ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
primer artejo obcónico, grueso, los tres siguientes cilíndricos, los 5-7
muy cortos, obeónicos y los dos últimos gruesos, formando una masa
subelíptica. Las maxilas son simples, la pieza apical corta, termi-
nada en un cepillo de pelos cortos. Los palpos maxilares son muy
gruesos (compárense con las antenas, fig. 5), el primer artejo es
Fig. 5. — Cabeza de Cocc. citrico la, vista de abajo
corto, el segundo engrosado hacia la extremidad, el tercero corto y
el cuarto más largo que los tres precedentes reunidos y más grueso,
un poco subulado, con una línea que sale de la base externa hasta
la extremidad interna. La lengiieta lleva los palpos labiales en su
extremidad. El primer artejo de los palpos labiales es corto, el
IN
Es
la
ITA
Vig. 6. — Coce. cútricola, visto de abajo
1)
segundo dos veces más largo y cilíndrico y el tercero menos ancho,
un poco angostado hacia la extremidad. El mentón es rectangular,
truncado en la extremidad y lleva dos sedas largas.
El escudete es pequeño, triangular. Los élitros tienen una línea
obsoleta impresa que corre paralelamente á la sutura, y en el borde
lateral esa línea es mucho más impresa. La cabeza, el pronoto y los
élitros forman una superficie convexa, lisa y luciente sobre que se
encuentran uniformemente distribuidos pequeños puntos impresos.
El prosterno se adelanta en un lóbulo transverso cuyos ángulos láte-
NUEVA ESPECIE DE CLAVICORNIO 19
ro-anteriores son redondeados; una placa intercoxal separa las patas
anteriores. Las ancas medianas son globosas (fig. 6) y más dis-
tantes entre sí que las anteriores. Las ancas posteriores son un poco
más distantes que las intermedias, transversales y tocan los epister-
nos metatorácicos. Una línea sutural recta une las cavidades cotiloi-
des posteriores. Una línea impresa ¡corre paralelamente al borde
posterior de esas mismas cavidades. Por fin otra línea impresa y
arqueada nace cerca del borde interno de esas mismas cavida-
des cotiloides y, casi paralelamente con el borde anterior del
primer segmento abdominal, va 4 terminar en el borde lateral del
metasterno.
Los cinco segmentos abdominales son subiguales, con puntos
impresos pilíferos dispuestos en series bastantes regulares.
Las patas son subiguales entre sí: los fémures (fig. 7) son compri-
O
Fig. 7. — Pata de Coce. citricola Fig. S. — Ala de Ooce. citrico la
(aumento : 17 diámetros)
midos del lado interno y relativamente anchos : están adheridos con
los trocánteres por toda la base. Las tibias son angostas, un tanto
engrosadas hacia la extremidad donde llevan pelos cortos y densos.
El primer artejo de los tarsos es obcónico y truncado oblicuamente
en la extremidad. El segundo artejo nace de la parte truncada del
precedente y se continúa en una lámina simple bajo el tercer artejo
que es angosto y tan largo como los dos precedentes. Las uñas son
simples.
Las alas tienen (fig. S) unas oche cerdas pequeñas en el borde cos-
tal, mientras que cerdas iguales están distribuidas en todo el borde
posterior. Se distingue una nervadura subcostal, una nervadura cu-
bital contra la cual viene á dar otra nervadura obsoleta y por fin dos
nervaduras anales y paralelas.
Durante todo el verano este insecto así como su larva es común
en los Limones y los Naranjos, donde se alimenta al parecer exclusi-
vamente de Mitylaspis citricola.
EL CONGRESO INTERNACIONAL DE ELECTRICIDAD DE SAN LUIS
CONSIDERACIONES GENERALES
SOBRE EL
DESARROLLO DE LA ELECTRICIDAD
EN LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTE AMÉRICA
Por EL INGENIERO JORGE NEWBERY
(Conclusión)
El sistema subterráneo. — El sistema empleado en New York por las
diferentes compañías para la conducción de sus cables en el subsue-
lo, es sumamente interesante, presentando puede decirse un ejemplo
á seguirse, debido á que se evita la continua abertura de las calles y
calzadas, y resuelve el problema del desarrollo y aumento de una red
subterránea, resultando indudablemente mucho más flexible y econó-
mico en su resultado final, que el empleado entre nosotros. Su aplica-
ción es aun posible en esta ciudad, si se realiza paulatinamente, y
mucho más ahora que tenemos una sola Compañía que explota este
servicio.
El «Subway System», que ha sido desarrollado por corporaciones
distintas, se extiende por todas las secciones importantes de la isla
Manhattan. Consiste de caños de hierro ó conductos de arcilla vi-
trificada, en grupos de áyeinte y treinta de 63,4 á 101.5 milíme-
tros de diámetro, enterrados en concreto. Se colocan cámaras cada
S0 metros. Todas las juntas de cables son hechas en las cámaras ó
en otras más pequeñas donde pueden ser fácilmente cortados para
efectuar pruebas ó reparaciones. Las cámaras son de ladrillo con una
doble tapa de hierro, y ventiladas para evitar la acumulación de ga-
ses. Al pasar los cables por las cámaras, están sujetos por soportes
de hierro colocados á los lados de las paredes. Los cables de la red de
alta tensión, están cubiertos con una envoltura de asbestos y de una
cinta de acero galvanizado, lo que asegura una buena protección, no
sólo mecánica, sino también eléctrica.
Extendiéndose de la Usina Waterside, hay cuatro rutas indepen-
DESARROLLO DE LA ELECTRICIDAD sl
dientes de los conductos principales, cada uno compuesto de veinte ó
treinta conductos. Un aceidente en uno, no puede bajo ninguna for-
ma, extenderse á los otros. Ademas del sistema «Caño Edison» com-
pleto con cajas de unión, existen 496,5 kilómetros de «Subway » con-
ductores subterráneos, haciendo un total de conducto simple de 2666
Kilómetros, con 1930 cámaras maestras y 15715 cámaras cajas.
Subusinas rotativas. — Si las cinco usinas generadoras á vapor, con
su instalación de convertidores rotativos fueron incluídos, hay aho-
ra 18 subestaciones Edison con convertidores y acumuladores en la
isla de Manhattan. Doce de estos son, propiamente subestaciones, y
reciben la energía de los alimentadores de alta tensión que vienen del
tablero de Waterside. Su construcción y equipo es idéntico para to-
das, aunque las capacidades varían con las necesidades del vecinda-
rio donde están instaladas. Hay también alguna variedad en el arre-
glo interno, pero en general son muy uniformes, y llenan casi todas
las condiciones de economía, eficiencia y conveniencia.
En los sótanos se colocan los cables, los transformadores rotativos
y tablero de baja tensión, incluyendo el contralor de los acumuladores,
en el primer piso; los transformadores estáticos, reguladores de in-
ducción é interruptores de alta tensión en una galería, y los acumu-
ladores en un piso más arriba. 4
La parte arquitectónica varía en detalle, pero está en armonía con
el propósito buscado; el espacio ocupado varía de 6 4 12 metros de
ancho por un largo de treinta metros. Un arreglo que combine un
máximun de capacidad en un mínimo de espacio, pudiera no ser lo me-
jor bajo el punto de vista de su funcionamiento, pero es necesario da-
do el desarrollo eléctrico y el costo de la propiedad en New York.
En la subestación de la calle 26, hay cinco convertidores rotativos,
cada uno de 1000 kilowats de capacidad en un terreno de una super-
ficie de 4,57 por 30,45 metros, incluyendo los pasajes.
Instalación de las subusinas rotativas. — Además de los convertido-
res rotativos y acumuladores, la instalación de la subestación con-
tiene: transformadores estáticos, reguladores de inducción para los
convertidores rotativos, un juego «booster» para los acumuladores,
un compensador de corriente continua para el sistema de tres alambres,
un tablero de distribución con varias secciones. (Contralor de alimen-
tador de alta tensión; contralor alimentador de baja tensión; contra-
lor de convertidor rotativo; contralor delas baterías; instrumentos in-
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX.
Ss2 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
dicadores, registradores y sincronizadores, barras, cables y auxilia-
res).
Distribución de corriente en las subusinas. — La corriente alterna-
tiva de tres fases, 6600 volts, 25 cielos, entra en las subestaciones ás
los interruptores de los alimentadores de alta tension; de éstos se ha-
cen conexiones al través de las «barras» de alta tensión, con los in-
terruptores de aceite, que permiten que cualquier convertidor rotati-
vo reciba corriente de cualquier alimentador; de este punto la corrien-
te pasa por cables duplex á los transformadores estáticos del lado de
alta tensión. Aquí la tensión se reduce á 180 volts, corriente alterna-
da. Los secundarios del transformador están conectados por los regu-
ladores de inducción con los anillos colectores de corriente alternada
dle los convertidores rotativos. Del lado de la corriente continua de
los rotativos, la corriente sigue directamente al tablero de baja ten-
sión, donde por medio de interruptores adecuados, pueden ser hechas
conexiones con cualquiera de las tres barras, que suplen de corriente
continua de baja tensión á los alimentadores.
En el lado de corriente continua la tension normal de los converti-
dores rotativos es de 270 volts, que puede ser aumentada ó disminuí-
da en 30 volts por los reguladores de inducción. Cualquier tenden-
cia hacia un desequilibrio en la red de tres hilos, cargada á 120 y 240
volts, es mantenido y regulado por los acumuladores y compensado-
Tes.
Acumuladores. — Oomo en nuestra práctica los acumuladores han
sido poco empleados por las compañias de luz y fuerza eléctrica, y
dada la importancia que la Compañía Edison da á éstos, para la dis-
tribución de corriente en su red secundaria, ereo que una ligera refe-
rencia de los acumuladores empleados será interesante.
Son del tipo H, «chloride acecumulator» de la Compañía Electric
Storage Battery de Filadelphia. Cada acumulador contiene 29 placas
teniendo una capacidad de descarga de 500 amperes para S horas, 748
ampeéres para 5 horas, 1120 para 3 horas, y 2240 amperes para 1
hora. Las placas están contenidas en tanques de madera, forradas en
plomo de 1,21 metros de alto, 0,53 metros de largo y 0,56 metros de
ancho. Contienen 3542 kilos de ácido. El peso de cada acumulador com-
pleto y lleno, es de 11530,3 kilos. Hay 150 acumuladores en cada bate-
ría, 75 en el lado positivo y 15 en el negativo; más 20 acumuladores
de cada lado conectados á los. balanceadores.
DESARROLLO DE LA ELECTRICIDAD 83
Usinas. — En la construcción de cualquier edificio en la isla de Ma-
nhattan,la utilización más económica de cada centímetro cuadrado de
espacio disponible, es el primordial problema para el arquitecto ó in-
geniero.
Estando rodeada de agua, sólo puede extenderse en una dirección,
por arriba. De la misma manera que los «flats» oficinas y otros edifi-
cios que tienden á elevarse en el espacio, todas las usinas de produc-
ción de corriente eléctrica, están construídas con máquinas de vapor
verticales, las calderas colocadas en varios pisos, y el depósito de
sarbón en el piso superior.
Waterside. — Primeramente las usinas que abastecían de corriente
eléctrica á la ciudad de New York, eran treimta y seis á vapor, que
funcionaban independientemente, situadas todas al sur de la calle 59.
El radio limitado de la distribución de corriente de baja tensión,
fué reconocido como uno de los inconvenientes del sistema, pero sus
ventajas técnicas y comerciales, fueron consideradas de suficiente pe-
so para justificar el desarrollo del sistema de distribución de la Com-
pañía, en el sentido de corriente continua y baja tensión. El inconve-
niente de las usinas generadoras á vapor en tantos pequeños distritos,
no sólo por su costo de instalación, sino también de operación, es de-
masiado evidente para necesitar mayores detalles; sin embargo, en la
ausencia de la transmisión polifásica fué necesario crear nuevas usi-
nas generadoras, á medida que aumentaban los servicios, considerán-
dose esto más económico que transportar fuerza eléctrica á baja
tensión.
Por fortuna, se desarrollaba el sistema de corriente polifásica á alta
tensión que, por medio de una simple instalación de transformadores,
permitía concentrar toda la fuerza generadora en la gran usina de
Waterside, instalada á muchos kilómetros de su centro de acción, y
continuar la distribución de corriente continua en los distintos dis-
tritos.
La transmisión polifásica de alta tensión, en combinación con los
convertidores rotativos ó motores generadores, ha hecho técnicamente
posible la usina de Waterside; y el agregado auxiliar de acumulado-
res distribuídos sobre varios puntos de alimentación de la red secun-
daria, garantiza su posibilidad comercial.
Calderas. — Tiene 56 calderas de tipo tubular de 6500 pies cua-
drados de superficie de calefacción, calculada en 650 caballos de fuerza
su ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
vada una. Como las máquinas necesitan solamente 12,5 libras de va-
por por caballo indicado, las calderas fácilmente desarrollan todo el
vapor necesario. Hay 28 calderas en cada piso, colocadas en dos filas
y en baterías de á dos. Fueron eonstruídas para trabajar á una pre-
sión de 225 libras por pulgada cuadrada, pero se emplean 4200 libras.
Casi todas las calderas son alimentadas por cargadores automáticos.
Es de admirar en todas estas grandes usinas, el departamento de cal-
deras, por lo reducido del personal, por su limpieza, por sus esplén-
didos fuegos, debido á estos cargadores automáticos. Además, tiene
estas otras ventajas: como la combustión es mejor que cuando el fue-
go se hace á mano, se obtiene mucho menos “humo, factor tan impor-
tante para la limpieza y comodidad de una ciudad, é indispensable en
New York, debido á una ley que prohibe el humo negro. No es sola-
mente debida al cargador automático la ausencia de humo negro en
New York, porque el mayor porcentaje de carbón empleado es antra-
cita, carbón duro, que hace muy poco humo, pero sí se debe una gran
parte 4 esos cargadores.
Todas las grandes usinas generadoras, en la ciudad de New York
están colocados á la orilla del río Hudson, resolviendo de esta mane-
ra económicamente el problema de la provisión de combustible.
Carbón y cenizas. — El carbón como las cenizas es cargado y des-
cargado en chatas atracadas al costado de la usina. Por medio de un
egvinche y por un cubo de una capacidad de una y media toneladas de
carbón se levanta al nivel del depósito, colocado en la parte superior
del edificio. Por medio de correas sin fin es llevado y colocado sobre
las secciones de cada caldera. Debajo de esta sección existe un tritu-
rador para reducirlo. El triturador está provisto de una criba de ma-
nera que el carbón de un solo tamaño pueda pasar. Se emplea fuerza
electromotriz para los trituradores y transportadores de carbón. COual-
quier clase de carbón puede ser empleado, y. para seguridad contra
una interrupción en la provisión de carbón, toda la instalación es du-
plicada.
Máquinas á vapor. — Primeramente se pensó colocar 16 máquinas
verticales tipo marina, con cilindros, uno de alta y dos de baja ten-
sión. Pero el desarrollo de la turbina á vapor, para grandes unida-
des, ha modificado estos planes, y el resto hasta llegar á la capacidad
de 125.000 caballos de fuerza, se hará por turbinas á vapor. Actual-
mente una unidad de 5000 kilowatts turbo eléctrica está instalada y
DESARROLLO DE LA ELECTRICIDAD S5
en servicio. Sobre este punto, es decir, sobre el desarrollo de la turbi-
' na á vapor, lo trataré en un capítulo aparte, dado la gran importancia
que están llamados á ejercer en el porvenir, haciendo desaparecer
muy probablemente las máquinas de vapor, por lo menos en las gran-
des unidades.
Este resultado es de esperar, tanto más si tenemos en cuenta que
las compañías General Electric y la Westinghouse de Estados Uni-
dos y la Allgemeine Elektricitáts de Berlín, los colosos del mundo de
la electricidad, se dedican con toda confianza y entusiasmo á su rea-
lización.
Volviendo otra vez á las máquinas de New York Edison Compa-
ny, el diámetro del cilindro de alta presión de cada máquina es de
1007, de baja presión, 1962. La carrera es de 1500. Con 11'6 de
presión de vapor en el cierre de la válvula, 0675 de vacío y 75 revo-
luciones por minuto, con la carga más económica la máquina indica
5200 y 5500 caballos de fuerza. Son capaces, sin embargo, de soste-
ner una carga de 3000 caballos de fuerza y de una capacidad máxima,
de 10.000
Generadores. — Los generadores están directamente conectados á
las máquinas y son del tipo campo rotativo. Están calculados para
un uso contínuo de 3500 kilowatts, 307 amperes por fase á 6600 volts;
pueden ser recargados en 400 amperes por tres horas, y por períodos
cortos; son capaces de sostener una sobrecarga limitada solamente
por la capacidad máxima de la máquina. La corriente generada es de
tres fases á 6600 volts; cada unidad tiene cuarenta polos, con una
velocidad de setenta y cinco revoluciones por minuto, y de una fre-
cuencia de veinte y cinco cielos por segundo. El campo rotativo pesa
150.000 libras, y la armadura 125.000 libras, haciendo un peso total
del generador, de 255.000 libras.
Por pruebas efectuadas, se ha comprobado que el rendimiento ver-
dadero con un cuarto de sobrecarga es 97,2 por ciento; con toda la
sarga, 97 por ciento; con tres cuartos de carga 96 y medio por cien-
to, y con media carga 95 y medio por ciento. La regulación es tal, que
si toda la carga fuera retirada de golpe, el aumento en el voltaje del
generador no excedería del 8 por ciento.
Excitación del campo magnético. — Hay cuatro juegos de excitado-
res, que consisten en un motor de inducción de 225 caballos de fuer-
za, á 6600 volts, 3 fases, conectadas directamente á un dinamo de
86 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
corriente continua de 150 kilowats de cuatro polos con un potencial
de 200-280 volts. Además, hay una batería de acumuladores, que ase-
gura una continuidad absoluta de la corriente de excitación. La bate-
tía sola puede excitar el campo magnético de dieciseis generadores
durante una hora.
Depósitos de carbón. — Como entre nosotros, el problema de car-
bón debido á huelgas en las minas, ferrocarriles, é interrupciones por
otras causas, puede ser dle consecuencias muy graves para una com-
pañía de estas proporciones, y todos los medios posibles que puedan
tomarse no están demás para evitar un desastre de esta naturaleza.
La compañía á que me refiero posee una extensión de terreno en el
lado de New-Jersey en el cual tiene una provisión de carbón de re-
serva de 210.000 toneladas en carbón bituminoso y antracita.
Sucede 4 veces que cuando en el mercado no hay interrupción en
los precios, el carbón de reserva se saca reponiéndolo después.
Medidores. — Este aparato que tantas protestas suscita de parte
del consumidor, es contraloreado por la compañía antes de ser colocado,
y al mes se vuelve á probar, haciéndose después pruebas una vez por
año. Sin embargo, la compañía para contralorear mejor y dar satisfac-
ción á su clientela, prueba los medidores más erandes, cada dos y tres
meses. También se hace á expensas de la compañía un ensayo del
medidor, si el cliente estima que su cuenta es exagerada. El número
de pruebas hechas en 1902 fué de 45.924 y la cantidad de medidores
instalados y en uso constante, de 42.000
Capacidad de los medidores. — Debido á que los medidores pueden
levar una cantidad de corriente por un tiempo considerable en exce-
so de su capacidad calculada, y que raramente ó nunca todas las lám-
paras ó la fuerza que constituye una instalación es utilizada, es de
práctica de la New York Edison Company, instalar medidores de un
tamaño menor que la capacidad de la instalación. Así, en las casas
particulares, la capacidad del medidor es solamente un 50 por ciento
de la instalación y en negocios el 75 por ciento. Para motores, la capa-
cidad está basada, adiunitiendo dos amperes á 240 volts por caballo
para motores industriales y 3 ampéeres para motores de elevadores.
Precios. — La corriente es vendida, en New York, por la Edison
New York Company en la forma siguiente:
DESARROLLO DE LA ELECTRICIDAD s7
Al pequeño consumidor se le vende la corriente bajo un contrato
(de venta por menor) en que el precio máximo es 15 centavos oro el ki-
lowatt-hora, disminuyendo cuando el consumo medio de la instalación
aumenta; de modo que, para la tercera y cuarta hora de uso diario el
precio es de 10 centavos; 7 centavos y medio para la quinta y sexta
horas y > centavos por kilowatt-hora para cualquier consumo en ex
ceso de seis horas diarias.
Enlas instalaciones más grandes se vende la corriente bajo un con-
trato (de venta por mayor), que por medio de garantías, asegurando
un consumo relativamente erande de corriente, ofrecen una marcada
reducción sobre el contrato de venta por menor. Supongamos que
un consumidor garante que el consumo mensual llegará á 2000 ki-
lowatts-horas, y un uso diario término medio de la instalación, de
dos horas, por diez meses en el año, el precio máximo se reduce á 10
centavos el kilowatt-hora. Para cualquier consumo en exceso de cuatro
horas diarias, el precio se reduce á 5 centavos el kilowatt-hora.
Existe otra forma de eontrato por mayor para el cual se exige
una garantía de 2500 kilowatts-horas de consumo mensual y dos ho-
tas de uso término medio de la instalación, durante «diez meses del
año; el precio máximo es también de 10 centavos el kilowatt-hora, con
descuentos de un centavo, dos centavos, bres centavos, respectivamen-
te para un uso medio diario de cuatro, seis y ocho horas; de un cen-
tawvo y medio el kilowatt-hora cuando la cuenta mensual alcanza 4 500
dollars, y de un centavo más cuando la cantidad lega á 1000 dollars.
Por consiguiente, bajo esta forma de contrato, un cliente que tiene
una cuenta mensual de 1000 dollars, y usando su instalación en tér-
mino medio, ocho horas diarias, compra la corriente al precio de seis
centavos el kilowatt-hora.
Los erandes edificios de veinte y treinta pisos, construídos en New
York en recientes años, han sido todo un problema para las compa-
nías eléctricas. Para estos existe aún otra escala de precios que tie-
nen aleuna ventaja sobre las primeras. Bajo este contrato el cliente
se compromete áque el consumo mensual de corriente no sea menor
de 10.000 kilowatts-horas durante los doce meses del año, debiendo,
además, el consumidor dar un espacio á las compañías, sin cobro de
renta, para colocar sus aparatos, convertidorestotativos, ebe., y el de-
recho de colocar los alimentadores de alta tensión. En estas condicio-
nes el precio máximo se reduce á > centavos el kilowatt-hora. Cuando
el consumo mensual excede de 15.000 kilowatt-horas, el precio se re-
duce á 4 centavos y medio, si excede de 25.000 kilowatt-horas á 4 cen-
88 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
tavos; si excede de 35.000 kilowatt-horas, á 3 centavos y medio; se ex-
cede de 50 kilowatt-horas el precio es de 3 centavos el kilowatt-hora.
Entre las distintas escalas de esta fórmula el precio no varía, y no es-
tán incluídos en estos precios la provisión de lámparas incandescen-
tes, ni el cuidado ni el mantenimiento de las instalaciones.
«La corriente eléctrica para el uso de fuerza motriz es vendida á 10
centavos el caballo-hora de fuerza, que equivale á trece centavos y
una fracción por kilowatt-hora. En cuentas mensuales de 100 caba-
llos-horas tienen un descuento de 20 por ciento; 200 caballos-horas,
25 por ciento; 400, 30 por ciento; 600, 35 por ciento; S00, 40 por
ciento; 1000, 45 por ciento; 1500, 50 por ciento; 5000, 55 por cien-
to; y 10.000, 60 por ciento. De lo cual resulta que el gran consuni-
dor compra la corriente á 4 centavos el caballo-hora.
Además, existe otra tarifa especial para grandes consumidores de
corriente, acumuladores y automóviles. A los pequeños consumidores
de esta clase se les cobra por la tarifa de fuerza motriz. Garantiendo
un consumo mensual de no menos de 50 dollars, y comprometiéndose
á que la corriente no será tomada durante las boras de máxima carga
del distrito donde se hace el servicio, durante los meses de noviem-
bre, diciembre, enero y febrero, el precio es de 6 centavos el kilowatt-
hora, con un descuento de medio centavo por 3000 kilowatts-horas,
de un centavo por 5000; un centavo y medio por 8000; 2 centavos
por 10.000; 2 centavos y medio por 25.000 y 3 centavos por 50.000
kilowatts-horas de consumo mensual. Por consiguiente, un gran con-
sumidor con esta tarifa, evitando las horas de máxima carga del dis-
trito, compra su corriente á 3 centavos el kilowatt-hora.
Tal es, en resumen, el estado actual en que se encuentra el des-
arrollo y el empleo de la energía eléctrica en la ciudad de Nueva
York, explotado exclusivamente por la New York Edison Company.
Diasrama de carga de la Compania New-York Edison
Rendimiento de los feeders de baja tensión
Kilowatts
60.000
55,000
30.000
45,000
40,000
355,000
30,000
25,000
20.000
15,000
10.000
3.000
AO ALL AS OT IDA OA IAL:
Instalaciones servidas por las Companias The Edison Illuminating C*
of New-York y The New-York Edison C”, de 1883-1903
— 7 3.000,000
| 2.900,000
IN
- 2,800,000
2,700,000
2.600.000
2,500,000
TO BZUSLIAS
2.400,000
2.300.000
O 2.200.000
A O 2,100,000
2.000,000
IEA 1,900,000
— L.800,000
Ll — 1,700,600
DE
1.60.0,000
11500000
1,400,000
1.500.000
INCANDESCENTES
1,200.000
1,100,000
1,000.000
900.000
800,000
700,000
600,000
500,000
400,000
LAMPARAS
£mw
300,000
| 200,000
2 aro PE 100,000
Pz ERAcOON AS
EPVUIVALENTE
1885
1986
1887
1388
1389
1890
1833
1892
ES
CO
Ci
-
Diciembre 31
1883
1834
1825
1896
14891
1899
1900
1902
1903
1904
1905
1904
BIBLIOGRAFÍA
CASA EDITORIAL ULRICO HOEPLI, MILAN.
Colombo (l.). La Repubblica Argentina nelle sue fasi storiche e nelle sue
attuali condizioni geografiche, statistiche ed economiche. Colecgion de los ma-
nuales Hoepli. Milan.
La particularidad é importancia de este manual puede expresarse en pocas pa-
labras. Ser breve y exacto, y estar escrito en lengua italiana.
El autor, bien conocido entre nosotros por la inteligente colaboración que ha
tomado y sigue tomando en la organización de la biblioteca de la Facultad de
Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de esta Capital, biblioteca cuya importancia
está hoy perfectamente reconocida, ha dedicado sus pasatiempos y aprovechado
los valiosos elementos que tenía 4 mano para reunir en una obrita de 300 pági-
nas los datos modernos, másexactos que se tienen sobre las condiciones geográfi-
sas, estadísticas y económicas de la República Argentina; este solo hecho bastaría
para que el señor Colombo fuera acreedor á nuestra consideración, pues no obs-
tante la falta de originalidad de un trabajo de este especie, el resultado sería lo
suficientemente provechoso para la generalidad de personas que desean tener da-
tos exactos y conocidos sobre este país para que el autor mereciera un aplauso
por su contracción y éxito, pero ha hecho algo que á muestro juicio constituye el
gran mérito del trabajo : haberla escrito en el idioma de Dante.
Efectivamente, nuestro país es poco menos «que desconocido en el extranjero;
tomemos cualquier diario, cualquier revist
europea, se hablará una que otra
vez del Brasil, del Perú, de Bolivia, de Chile, pero casi nunca, por no decir
nunca de la República Argentina. Toda obra, por consiguiente, que tienda á ha-
cer conocer las riquezas de nuestro país en el extranjero debe ser considerada
como un elemento de progreso para nuestro territorio; indudablemente la lengua
francesa se hubiera prestado más que laitaliana para ese objeto, pero esta cireuns-
tancia desfavorable está hasta cierto punto compensada por el hecho de que hoy
por hoy Italia es el país con quien más podemos contar para la inmigra-
ción.
Respecto de la obrita que nos ocupa solo haremos una ligera reseña.
Precede una rápida ojeada histórica relativa á la República desde el descubri-
90 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
miento de América hasta el presente. Luego vienen los datos generales relativos
á la situación geográfica, límites, aspecto general, clima, población, inmigra-
ción, división política, sistema de gobierno, administración, justicia, ejército,
marina, instrucción pública. Luego se habla de los factores económicos, produe-
tos del suelo, del agua y del subsuelo, ciencias y letras. Em todas estas cuestiones
como se comprende, el autor señala aleunos nombres propios, olvidándose de
. otros, deficiencia que es fatal en un trabajo de esta especie y por cierto no es
nuestra mente hacerle un cargo de ello. ,
Vienen después tratada la orografía, hidrografía y por último uma monografía
separada de la capital federal, de cada provincia y territorios nacionales, indi-
cando en cada una de ellas sus principales riquezas, industrias y centros de po-
blación.
Un mapa de la República y una lámina del palacio del Congreso en construc-
ción acompañan el texto.
Repetimos : la exactitud y concisión de los nutridos datos encerrados en este
manual y la circunstancia de estar escritos en el idioma italiano constituyen el
principal mérito de aquél, y debemos felicitar al señor Colombo y á la casa edi-
tora Hoepli por el señalado servicio que han prestado al país escribiendo el uno
y editando el otro un libro tan útil bajo cualquier punto de vista, que se les
s italianas, sea como elemento de
quiera encarar; sea como texto para las escue
difusión de nuestras riquezas en el extranjero.
CACA,
Vinci (Léonardo da), 11 Codice Atlantico. Riprodotto e pubblicato dalla Regia
Accademia dei Lincei, sotto eli auspici e col sussidio del Re e del Governo,
colla trascrizione diplomatica e crítica di Giovanni Piumani. Ulrico Hoepli,
editore, Milano 1904. Precio de cada ejemplar encuadernado 1500 liras.
La grandeza del nombre del autor, el título poco sujerente, la intervención de
la famosa academia italiana dei Lincei, el apoyo moral i material del Rei de
Italia 1 del Gobierno italiano, i la fama de la casa editora, llaman nuevamente la
atención de los estudiosos sobre esta obra del ilustre sabio milanés.
¿Qué es 11 codice Atlantico? Materialmente una gran obra ilustrada, constituída
por un volumen de 1300 pájinas de testo 1 1384 láminas heliotípicas, algunas
iluminadas, en formato 048 <0*51, en riquísimo papel, formando una especie de
album monumental. Intelectualmente, una colección de memorias i dibujos artís-
ticos científicos dejados a su muerte por aquel grande entre los grandes jenios
que han honrado por su talento a la humanidad.
Estos manuscritos de Leonardo fueron heredados por su discípulo Francisco
Melzi en 1519, quien los conservó hasta su muerte (1570). Los herederos de este
los descuidaron. Un joven Melzi que estudiaba en Toscana encargó al padre Le-
lio Gavardi que pasara a saludar a su familia en Vaprio (Lombardía). Aqui en-
contró Gavardi algunos de los dibujos de Leonardo en la sala, i los padres del
joven Malzi, viendo el interés que por ellos demostraba, le autorizaron a tomar
los que quisiera, advirtiéndole que habian muchos más en la bohardilla,
Gavardi aceptó 13 volúmenes de planos 1 manuscritos, los que lleyó á Pisa,
donde un señor Mazzenta, haciéndole notar la importancia de la donación, hizo
que el escrapuloso padre Gavardi los devolyiera con el mismo Mazzenta a la fa-
milia Melzi, la cual, sorprendida, creyó de su deber regalarlos a Mazzenta, en
BIBLIOGRAFÍA 91
compensación del trabajo de haberlos llevado. Pompeyo Leoni, hijo del famoso
artista Leon Leoni, consiguió por los años 1587 a 89 coleecionar cinco de estos
volúmenes regalados a Mazzenta, i muchos otros dibujos que andaban dispersos
del mismo Leonardo, formando con ellos, aunque con mui poco criterio dos
grandes volumenes, uno de los cuales es precisamente el Codice Atlantico que
acaba de publicar la casa de Hoepli.
Este volumen fué adquirido por el conde Galeazzo Arconate, quien, rechazando
una espléndida propuesta de compra que le hiciera el Rei de Inglaterra, la donó
a la Biblioteca Ambrosiana en 1637.
Más tarde, Napoleón, siguiendo su sistema de espoliaciones artísticas hizo con-
ducir a París el Código Atlantico 1 demás trabajos de Leonardo. El Código fué res-
tituído a Milán en 1814; pero los otros nueve volúmenes manuscritos... no apa-
recieron en la Biblioteca Nacional de Paris!...
La publicación de esta obra es digna de aplauso i merece el apoyo de las cor-
poraciones científic
s, pues si por el tiempo traseurrido, o más bien, por los gran-
des progresos realizados en los últimos cuatro siglos, aquellas manifestaciones
jJeniales de Leonardo han perdido su importancia absoluta, la mantienen comple-
ta en cuanto atañe al orijen i marcha de los adelantos científicos i a la jénesis
dle no pocas invenciones del sabio lombardo.
Creemos, pues, que muestra Facultad de Ciencias Exactas debería adquirir
para su biblioteca un ejemplar de tan curiosa como importante obra, la que po-
drían consultar todos los interesados, pues, por su coste, no está al alcance de los
particulares.
Jorimi (A. F.), ingegnere professore nel Reale Istituto Tecnico Superioredi Mi-
lano. Teoria e pratica della costruzione deiponti in legno, in ferro, in mu-
S2
ratura, pile metaliche e in muratura, fondazioni. 1 yol. in-S? grande, de xvE/
pagine, con 260 figure intercalate nel testo. Ulrico Hoepli, editore. Milano 1905,
Prezzo: lire 12.
* El móvil del conocido profesor milanés ha sido presentar a los técnicos 1 a los
jóvenes injenieros, en la forma más simple i concisa, los procedimientos científi-
cos, datos esperimentales i detalles de construcción, indispensables para el estudio
racional de un proyecto de puente, aun sacrificando, de acuerdo con el ejemplo dado
por técnicos eminentes, algunos grados de aproximación con tal de llegar a so-
luciones simples, de positivo valor práctico, teniendo presente que las hipó-
tesis fundamentales sobre la resistencia de los materiales, i más aún los
datos numéricos que sirven de base a los cálculos, no sólo no son matemática-
mente exactos, sino que algunos están afectados de tal incertidumbre, que mal
justifica el prurito de teorizar tomando en cuenta factores de secundaria impor-
tancia, que influyen mucho menos que aquellos en los resultados.
El injeniero Jorini, teniendo en cuenta que las soluciones puramente analíti-
ticas conducen en jeneral a operaciones de cáleulos engorrosos i esponen a erro-
res de cuenta, 1 que las eráficas, cuando obligan a numerosos trazados, terminan
por ser confusas, de difícil contralor i, por ende, sujetas también a errores
groseros, apela en los casos de importancia a ambos métodos, combinándolos en
forma tal de evitar en lo posible las causas de error, ¡en los casos más simples
al que dé la solución más espedita 1 aproximada.
92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Contribuyen a hacer más interesante i útil este trabajo del injeniero Jorini,
las aplicaciones prácticas que le acompañan.
He aqui el índice de la obra :
I, Puentes en jeneral (historia, situación, luz, tipos, materiales, etc.) IL, Puen=
tes de madera (cepas, palizadas, vigas, pisos). IL, Puentes metálicos (sistemas
de vigas, material, composición, ete), IV, Cáleulo de los puentes de hierro de
tramo simple rectilíneo. V, Cáleulo de los puentes de hierro de tramo simple cur-
vilíneo. VI, Vigas continuas de charnelas. VII, Vigas continuas rectilíneas. VII,
Sistema de contravientos (riostras, jabalcones etc.). IX, Sistemas elásticos según el
principio de los trabajos virtuales. X, Contrucción de los puentes metálicos de ar-
co. XI, Cáleulo de los puentes metálicos de arco. XII, Puentes suspensos. XIII,
Construccion de los puentes de mampostería. XIV, Aparejo de las bóvedas obli-
cuas. XV, Cáleulos de los puentes de mampostería. XVI, Construcción i cálculos
de las cimbras. XVII, Pilas metálicas i de fábrica. XVII, Fundaciones. XIX,
Fundaciones neumáticas.
Inutil creería agregar que al tratar de los puentes de mampostería, estudia
convenientemente los de cemento armado que tanta boga van adquiriendo.
La esposición de las materias está hecha con claridad i concisión, que acusan
ex el autor el dominio de la materia, fruto de no pocos años de enseñanza en la
escuela de injenieros de Milan. Bien sabido es, por lo demás, que el injeniero
Jorini es uno de los más notables profesores de Italia.
SANITAGO E. BARABINO.
CASA EDITORA CONI HERMANOS, BUENOS AIRES.
Dassen (C. C.), injeniero civil, doctor en ciencias fisico- matemáticas, ete., ete.
Jeometría del espacio. Tratado elemental de Jeometría euclídea, de acuer-
do con las ideas modernas 1 métodos más rigurosos. Un volumen de Xxv-422
pájinas, con 329 figuras intercaladas en el testo i 400 problemas. Coni herma-
nos, editores, Buenos Aires, 1905. Precio pesos 4.50 moneda nacional.
Nuestro estudioso i laborioso consocio, el doctor Claro Cornelio Dassen, acaba
de publicar este volumen de la serie de obras de matemáticas elementales, según
el concepto moderno,.que está escribiendo a pedido de los conocidos editores Coni
hermanos.
Para abrir juicio sobre el concepto i método que anima 1 se sigue en estos tra-
bajos, si bien sean de carácter elemental, hai que juzgarlos con alguna detención,
por cuya razón antes de dar nuestra opinión respecto de los mismos creemos ló-
jico ceder previamente la palabra al joven autor, quien desarrolla en el respec-
tivo prefacio, los fundamentos del plan concebido i la justeza de los métodos
adoptados.
Respecto de la Jeometría dice el doctor Dassen :
« Después de lo manifestado en el prefacio del tomo I de esta obra, sólo nos
resta indicar el plan y la originalidad de este segundo tomo, así como apuntar
aleunas consideraciones más de carácter general.
« Como es natural, se ha conservado la distinción entre las proposiciones co-
munes á las eeometrías euclídea y no euclídea, y las especiales á la primera,
BIBLIOGRAFÍA 93
e
quedando así dividido el tomo en dos partes. Se me ha objetado que tal divi-
sión, si bien encomiable por su franqueza lógica, implica dar al postulado de
Euclides una importancia demasiado considerable, siendo así que es un postulado
como cualquier otro. Indudablemente, la geometría eseclusivamente racional está
basada en nociones fundamentales, por medio de las cuales todas las otras pueden
ser construídas por simples definiciones lógicas y en axiomas que expresan ciertas
propiedades de aquellas nociones, de suerte que toda imagen sensoria queda eli-
minada, y no hay por qué atribuir 4 un axioma mayor importancia que á otro.
Tales son los sistemas de Hilbert, Padoa, Minkowski, Hamel. Pero la cuestión
cambia cuando se estudia, no el tema de los fundamentos ó principios analíticos de
la Geometría abstracta simo la geometría especial de nuestro espacio con un fin
pedagógico. Poincaré dice á ese respecpecto : « Este libro (se refiere al citado
de Hilbert) debuta de la siguiente manera : « Pensemos tres sistemas de objetos
« que llamaremos puntos, rectas y planos ¿Qué objetos son estos? No lo sabemos
«ni tenemos por qué saberlo; más aún, no conviene buscar lo que son ; todo lo
« que tenemos derecho á saber de ellos es lo que nos enseñan los axiomas... He
«aquí un libro del cual tengo la mejor opinión pero que me guardaría de reco-
« mendar á los alumnos de los liceos ».
« Tratándose de la geometría de nuestro espacio la distinción especial del postu-
lado de Euclides está justificada por la importancia histórica de este postulado y
por el número considerable de proposiciones elementales que derivan de él, así
como por su vasta aplicación en la práctica.
« Después de publicado el primer tomo de esta obra, he tenido oportunidad de
conocer el excelente texto de Enriques y Amaldi enel que los autores han
separado también las proposiciones derivadas del postulado de las paralelas de
los demás, independientes de él. El método seguido por estos autores es parecido
al nuestro, ambos tienden á separar netamente, en el estudio geométrico del es-
pacio en que nos encontramos, la parte empírica y la parte puramente de lógica.
Las observaciones experimentales preceden y se condensan en forma de postula-
dos, y luego, de éstas, por el raciocinio, se desprenden los teoremas. De ahí la
naturaleza física de los postulados.
« Así como en geometría plana la teoría de la circunferencia, es en gran parte, la
repetición de la de los triángulos, en la del espacio, la teoría de la superficie es-
férica es una repetición de la de las rectas y planos perpendiculares ú oblícuos,
y por lo tanto deben estudiarse simultáneamente. Alguien ha objetado que este
sistema tiene el inconveniente de fraccionar la teoría de la circunferencia, de la
esfera, etc., en vez de presentarla en un todo homogéneo. Contesto que el enca-
denamiento lógico de las proposiciones es más fundamental que la agrupación
arbitraria de las mismas en base 4 una línea, superficie ó cuerpo determinado, y
que esta tarea está, por otra parte, realizada en nuestro texto en los resúmenes
que figuran al final de cada libro.
El ángulo diedro ha sido definido de una manera análoga al ángulo rectilí-
neo ; los enunciados y demostraciones de los teoremas ham sido revisados con
esmero á fin de que sean lo más correctos posibles; sobre este particular se notan,
en la generalidad de los textos usuales, bastante negligencia.
La geometría de la radiación y da esférica tienen sus postulados fundamenta-
les análogos á la geometría plana, con excepción del postulado que establece que
la línea recta es abierta y del de las paralelas. Luego, demostrada esta analogía
94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ó principio de dualidad, quedan de paso demostradas todas las proposiciones de la
geometría de la radiación y de la esférica, basta traducir convenientemente las
proposiciones correlativas de la geometría plana, independientes de los postula-
dos indicados.
« Nos ha bastado, en consecuencia, recordar las proposiciones que constituyen el
libro LI del primer tomo de este texto, proposiciones independientes del postulado
dle las paralelas, y luego distinguir ásu vez entre éstas, aquellas independientes del
postulado que establece que la línea recta es abierta. Así quedan demostradas casi
todas las proposiciones relativas á los anguloides, tan mal tratada por lo general.
«A la par de constituir un ejercicio muy provechoso, la aplicación del princi-
pio de dualidad á las proposiciones correlativas de geometría plana, evita recor-
dar las demostraciones especiales que ordinariamente se dan de los teoremas re-
lativos 4 los anguloides poliedros.
« La teoría de las rectas y planos para ellos guarda armonía con su correspon-
diente del tomo I, lo mismo lo restante de la obra. La colección de ejercicios es-
cogidos permitirá á los alumnos perfeccionar los conocimientos adquiridos, con
lo que se hallarán en condiciones de estudiar las obras más completas de Hada-
mard, Rouché et Comberousse, Meray, Veronese, etc.
« En el apéndice figuran tres notas : una relativa á la definición del plano,
destinado á alumnos que estudian este tomo sin poscer el primero; otra rela-
tiva á la distinción fundamental entre las figuras congruentes y las simétricas, así
como á la teoría general de la simetría ; por último, una tercera que contiene los
principios geométricos en que se basa la topografía, tema exigido por alguno de
los planes de estudio vigente poco ha.
« Como lo manifestamos en el prefacio del tomo 1 de esta obra, hemos conser-
vado la división del estudio de la geometría, en geometría plana y del espaeio
separadamente, á pesar de la tendencia actual de los autores de nota en fusio-
nar ambas geometrías, sólo por la necesidad de no chocar demasiado con las cos-
tumbres. Sin embargo, la conveniencia de esta fusión es un hecho hoy casi in-
cuestionable 6 por lo menos á la orden del día.
« La primera idea de esa fusión se atribuye 4 Gergonne en 1825; este mate-
mático observaba « que era el caso de preguntarse si nuestra manera de subdivi-
<« dir la geometría en geometría plana y del espacio es tan natural y tan exacta-
« mente conforme con la esencia de las cosas como puede habérnoslo persuadido
« veinte siglos de rutina ». En 1844 aparecieron dos obras, una de De Mahistre y
otra de Carl Anton Bretschneider, en las que dicha fusión se hallaba realizada ;
sin embargo, la idea no progresó á pesar de la opinión favorable de Sehlómileh
y otros. Por último, mientras Brioschi y Cremona, en Italia, de 1871 á 1873,
preconizaban la fusión, el geómetra Meray publicaba en 1873, en Paris, sus Nou-
veaux Eléments, y en 1884, De Paolis, en Turin, sus Elementi di geometria. Poco
después otros autores, Lazzeri y Bassani, siguieron el ejemplo, iniciándose así en
Italia largas discusiones entre los fusionistas y los separatistas. Estas discusiones
en Italia volvieron á llamar la atención en Francia sobre la obra de Meray,
quien alentado por las opiniones favorables de Laisant, Mannhein, J. Tamnery y
otros se vió, en 1903 en el caso de editar nuevamente su obra después de 26
años de una casi absoluta indiferencia,
« En el excelente tratado de geometría publicado en Italia en 1897 por G. Ve-
rTonese, la fusión de las dos geometrías se halla perfectamente efectuada.
- BIBLIOGRAFÍA A 95
« Se trata, por consiguiente, de un asunto sobre el cual deben las autoridades
educacionales del país tener fija la atención para implantarle en los futuros pro-
oramas, si llega á formalizarse por completo.
« Terminaré recordando que, por bueno que sea un texto, no será capaz de su-
plir el estudio y contracción del alumno, y de infundir á éste, por virtud mágica
los conocimientos que su incapacidad ó pereza le impiden obtener; vale decir
esto que los profesores que adopten este texto no deben exigirle que realize pro-
digios. Su mérito, si lo tiene, consiste en la ¡justeza de los principios, en la ló-
gica de su desarrollo y en lo riguroso de sus demostraciones.
« Es de capital importancia cuidar que en los cerebros jóvenes sólo se siembren
principios exactos y nociones precisas á fin de que cuando, tarde ó temprano,
sgerminen estas semillas, los productos no aparezcan contaminados y careomidos
con falsos conceptos altamente perniciosos bajo cualquier punto de vista que se
les considere. El alumno desaplicado, Ó refractario, no aprenderá gran cosa ni
con éste ni con texto alguno, pero es preferible que lo poco que pueda aprove-
char esté desprovisto de conceptos erróneos y de vicios de lógica.
« Las figuras y los modelos contribuirán poderosamente al estudio de esta
ciencia, pues el ejercicio exclusivamente lógico cansa rápidamente 4 todos aque-
llos que no tienen privilegio intelectual sobre ese particular; al contrario, las
sensaciones producidas por los objetos materiales, constituyen para los espíritus
pasivos 6 livianos, un agente eficaz de estudio con el cual se estimula poco á po-
eo el raciocinio. Por esta razón, todos los institutos secundarios debieran poseer
un gabinete especial para la enseñanza de la Geometría.
« Si esta obra tuviera el dón de cooperar en algo al progreso de la enseñanza
de la geometría razonada en el país, quedarán satisfechos los deseos del autor. »
CASA EDITORIAL CH. BÉRANGER, PARIS.
Nouguier (4.), ancien éleve de l'École polytechnique eb de PÉcole supé-
aine d'artillerie. Preécis de la théorie du
rieure d'électricité de Paris, capi
magnetisme et de l'électricité a l'usage des ingénieurs et des candidats aux
Écoles et Instituts électrotechniques. 1 vol. grand in-8%, de x11-403 pages et
193 figures dans le texte. Ch. Béranger, éditeur, Paris, 1905. Prix : 12,50 fr.
El autor ha entendido dar un resumen de cuanto un injeniero debe conocer de
la teoría del Magnetismo 1 de la Electricidad para poder abordar el estudio com-
pleto de la electrotécnica industrial. >
Con este objeto, después de indicar las unidades mecánicas, estudia el magne-
tismo, la electroestática, las corrientes lineales, el electromagnetismo, la acción
magnetizadora de las corrientes, el cireulo magnético ; la electrodinámica 1 la in-
ducción electro-masnética ; da nociones sobre las corrientes alternas ; luego tra-
ta de la histéresis i corrientes de Foucault, para terminar con una recapitulación
de las unidades eléctricas i magnéticas.
En dos estensos apéndices trata del potencial, de la enerjía potencial i de las
ecuaciones diferenciales lineales.
Courmelles (docteur Foveau de). L'année électrique; électrothérapique et
radiographique. Revue annuelle des progres électriques en 1904. Cinquieme
96 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
année. Ch. Béranger, éditeur. Paris 1905. 1 vol. in-12, de 340 pages,
Prix : 3,50 fr.
Revista las novedades eléctricas de la esposición de Saint-Louis, nuevos apa-
ratos de electroquímica, luz, calefacción i tracción eléctricas ; telégrafos 1 seña-
les, telegrafía marconianma, electricidad en la guerra, electricidad atmosférica,
aplicaciones diversas, hijiene 1 seguridad eléctricas, ete.
Pasa luego a la electroterapia, radiografía, radioterapia, rayos X, fototerapia,
radio i jurisprudencia, para terminar con una necrolojía de sabios electricistas
fallecidos en 1904.
Boyeux (P.), ingénieur des Arts et Manufactures. Traité théorique et pra-
tique des turbines hidrauliques. Turbines a réaction et 4 impulsion. Un yol.
in-80 de 205 pages, avec 108 figures dans le texte. Ch. Béranmger, éditeur. Pa-
ris : 1905. Prix 12 fr.
El autor, después de recordar las nociones esenciales de mecánica e hidráulica,
trata de la utilización de las caídas naturales i de la creación de otras artificia-
les ; entra luego a estudiar las turbinas axiales, sumerjidas o no, i las radiales
de impulsión; pasa en seguida a estudiar las de reacción; dando procedimientos
analíticos i gráficos 1 fórmulas empíricas para la proyectación de estos injenios,
tan útiles para las industrias en jeneral.
La obra termina con las siguientes aplicaciones mui interesantes :
Estudio de una turbina radial de libre desvío para una grande caída; otro de
una a reacción centrípeta para caída media; otro de una turbina paralela de reac=
ción para pequeña caída; otro, de impulsión para pequeña velocidad; i, por fin,
otra, también paralela de impulsión, para caída pequeña, pero grande ye-
locidad.
S. E. BARABINO.
>
BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
PUBLICACIONES RECIBIDAS EN CANGE
EXTRANJERAS (conclusión)
Italia
Atti della L. R. Accad. di Scienze Lettere
ed Arti degli Agiati, Rovereto — Atti della
R. Accad. dei Fisiocritici, Siena. — Riv. Li-
gure, Genova. — Riv. di Artiglieria e Genio,
Roma. — Boll. della Soc. Geografica Italiana,
Roma. — Ann. della Soc degli Ing. e degli
Architetti, Roma. — «IM Politecnico», Milano.
— Boll della Soc. Zoologica Italiana. Ro-
ma. — Gazz. Chimica Italiana, Roma. — L'E-
lettricitá, Milano. — Boll. Scientifico, Pavia.
— Riv. Italiana di Scienze Naturali e Boll.
del Naturalista Collettore, etc., Siena. — Atti
della Soc. dei Naturalisti, Modena. — Boll.
della Soc. Entomologica Italiana, Firenze. —
—Boll. della Soc. Médico Chirurgica, Pavia. —
Atti della Soc. Linguistica, Genova. — Boll.
del R. Comtato Geologico d U'talia, Roma. —
Boll. della R. Scuola Super. d'Agricultura,
Portici. — Atti della Assoc. Elettrotecnica
Italiana, Roma — Il monitore Tecnico, Mi-
lano. — Boll. del R. Orto Botanico, Palermo.
— Commissione Speciale d'Igiene del Muni-
cipio, Roma — Boll. Mensuale dell'Osserva-
torio Centrale del R. Colegio Alberto in
Moncalieri, Torino. — Atti del R. Instituto
d'Incorageiamento, Napoli. — Accad. delle
Scienze, Torino. — Atti della Soc. Toscana
di Scienze Naturali, Pisa. — Ann. del Museo
Civico di Storia Naturale, Genova. — Osserva-
torio Vaticano, Roma. — Rass. delle Scienze
Geologiche in Italia, Roma. — L'Ingegneria
Ferroviaria, Roma. — Atti della R. Accad.
di Scienze, Lettere ed Arti, Modena.- — Studi
Sassaresi, Sassari. — Riv. Tecnica Italiana,
Roma. — Osservatorio della R. Universitá,
Torino. — Atti del Collegio degli Ingegneri
e Architetti, Palermo.
Japon
The Botanical Magazine, Tokyo. — The
Journal. of Geography, Tokyo. — Annota-
tions Zoological Japaness, Tokyo. — The
- Zoological Society, Tokyo.
Méjico
Bol. del Observ. Astronómico Magnético
Metereológico Central, Méjico. — Bol. del
Observ. Nacional, Tacubaya. — An. del Museo
Nacional, Méjico. — La medicina científica,
Méjico. — Memoria y Rev. de la Soc. cientí=
fica, Antonio Alzate. — La Farmacia, Mejico.
— An. del Inst. Médico Nacional, Méjico. —
Bol. del Inst. Geológico, Méjico.
Natal
Geological Survey of the Colony, Natal.
Paraguay
An. de la Universidad, Asunción.
Portugal
Bol. da Soc. Broteriana, Coimbra. — Jor=
nal da Soc. das Sciencias Médicas, Lisboa. —
Acad. R das Sciencias, Lisboa. — Bol. da
Soc. de Geographia, Lisboa. -- O Insttiuto
Rev. Scient. é Litteraria, Coimbra. — Bol.
do Obsery. Metereológico é Magnético, Goim:
bra — Jornal das Sciencias Matemáticas é
Astronómicas, Coimbra. — Bol. do Observ.
da Universidade, Coimbra. — Bol. do Observ.
Meterológico do Infante Dom Louis. Lisboa.
Perú (Lima)
An. de Minas. — Bol. de la Soc. Geográ-
fica. — La Gaceta Cientifica. — Informacio-
nes y Memorias de la Soc. de Ingenieros del
Perú. — Rev. de Ciencias. r
Rumania
Bol. de Soc. Geográfica, — Bucuresci.
Rusia
Soc. de Sciences Expérimentales, Khar=
kow. — Bul. de la Soc. de Geographie,
Helsingfors. — Memoires de la Acad. Imper.
des Sciences, San Petersbourg. — Bull. de
la Soc.-Polithécnique, Moscow. — Rev. des
Sciences Mathématiques, Moscow. — La Bi-
blioteca Politecnica, San Petersbourg. — Las
Ciencias Físico Matemáticas en la Actualidad
y en el Porvenir, Moscow. — Soc. pro Fauna
et Flora, Filandia, Helsingfors, Rusia. —
Bull. de la Soc. Impér. des Naturalistes,
Moscow. — An. de la Soc. Phisico Chimique,
San Petershourg. — Bull. de la Soc. Imper.
de Geographie, San Petersbourg. — Phisi-
calische Central Observatorium, San Peters
burg. — Bull. du Jardin Imper. de Botanique,
San Petersburg. — Korrespondensblat de
Natufors Vereins, Riga. — Bull. du Comité
Geologique, San Petersburg. — Bull. de la
soc des Naturalistse de la Nouvelle Russie,
Odesa.
San, Salvador
Observ. Metereológico y Astronómico, El
Salvador.
Suecia y Noruega
Sveriges geologisca Underskning, Stoc-
kolm. — Bull. of the Geological Inst. Uni-
versity of Upsala, Suecia. — Kongl Vetens-
kaps. Akademiens. Acad. des Sciences,
NACIONALES
Buenos Aires
Rev. de la Fac. de Agronomía y Veterina-
ria, La Plata — Rev. del Centro Universi-
tario. La Plata. — Bol. de la Biblioteca
Pública, La Plata. — An. del Museo, La Plata.
-— Oficina Químico Agrícola, La Plata. —
An. del Observ Astronómico, La Plata. —
Rey. Mensual de la Cámara Mercantil, Barra-
cas al Sud.
Capital
An. del Círculo Médico Argentino. — An,
de la Universidad de Buenos Aires. — Ar-
chivos de Criminalogía, Medicina legal y
Psiquiatria. — Bol. del Inst. Geográfico Ar-
gentino. — Bol. de Estadística Municipal. —
Rey. Farmacéutica. — La Ingeniería. — An.
del Depart. Nacional de Higiene. — Rev.
Nacional. — Rev. Técnica. — An. de la Soc.
Rural Argentina. — An. del Museo Nacional
de Buenos Aires. — Bol. Demográfico Ar-
“Stockolm. — Reggia Soc. Scientia
neto
Litterarum, Góteborgensis. Porn le
Vidensk Selskabet, Cristiania.
Suiza
Bull. Tecnique de la Suisse Romande, La;
ssanne. — Gengraphich Ethnographiche ge=
sellschaft. Zurich. — Soc. Hevéltique 5%
Sciences Naturelles, Berna. — Bull. de la
Soc. Neufchateloise de Geographie.
Uruguay (Montevideo)
Vida Moderna. — Rev. de la Asociacion
Rural. — Bol. de la Enseñanza Primaria. — -
Bol. del Observ. Metereológico, Villa Colón.
— An. de la Universidad. — An. del Museo
Nacional. — Bol. del Obsery. Metereorológico
Municipal. — An. del Departamento de Ga-
naderia y Agricultura. E
gentino. — Rev. de la Soc. Médica Argentina. »
— Rev. de la Asociacion Estudiantes de In- á
geniería. — Rev. de la Liga Agraria. — Rev.
Jurídica y de Ciencias Sociales. — Bol. de
la Union Industrial Argentina. — Bol. del
Centro Naval. — El Monitor de La Educacion
Común. — Enciclopedia Militar. — La Se-
mana Médica. — Anuario de la Direccion de
Estadística. — Rev. del Círculo Militar. .
Córdoba
Bol. de la Acad. Nac. de (iencias.
Entre-HKios
An. de la Soc. Rural. >
Tucumán
Anuario Estadistico.
SUBSCRIPCIONES
Paris
Annales des Ponts et Chaussées. — « Re-
vue ». — Contes Rendus de l'Académie des
Sciences. — Annales de Chimie et de Physi-
que. — Nouvelles Annales de Mathématiques.
— « La Nature ». — Nouvelles Annales de la
Construction (Oppermann). — Revue Scien-
tifique. — Revue de Deux Mondes. * :
“Roma
Trattato Generale dell'Arte dell'Ingegnere.
— Giornale del Genio Civile.
Milano
Il Costruttore — L'Elettricitá.
Londres
The Builder.
ARGENTINA
<=
DilECrOR IncenIERO SANTIA 60 E. B ARABINO
Seorelanios Doctor JuLto J. GATTI y señor EDUARDO A. HOLMBERG
Na
í
= ENTREGA. E TOMO Lion
“province de la Rioja Bevibliaue Argentine)...
ALesaNDRo FOSTER, nocclis ñ Malecones de da
¿BUENOS AIRES
1 Y CASA EDITORA DE CONT HERMANOS
684 - — CALLE PERÚ. 684 da
E
1905
JUNTA DIRECTIVA
ERES ... Ingeniero Vicente Castro
Vicepresidente Moo... Teniente coronel ingeniero Arturo M. Lugones
Vicepresidente Pooooo.o..... Ingeniero Hduardo M. Lanús
Secretario de actas.......... Ingeniero Armando Palmarini
«Secretario de correspondencia. Senor Guillermo J. VVhite
Tesorero... A o A Ingeniero Luis A. Huergo (hijo)
Babloteca mo aa Señor José Sanchez Diaz
Ingeniero Emilio Palacio
Ingeniero Julian Romero
Senor Vicente González Cazón
Hocales a Ion: de, «Ingeniero Carlos Berro Madero
Senor Juan B. Ambrosetti
Profesor Pablo A. Pizzurno
Ingeniero Evaristo V. Moreno
Ene le GIO e Senor Juan Botto
REDACTORES
Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero
José S. Corti, doctor Ignacio Aztiria, ingeniero Emilio Candiani, doctor Eduardo L.
Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, ingeniero Luis Luiggi, ingeniero Mauro
Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor Cristóbal
M. Hicken, senor Félix Outes.
ADVERTENCIA
A los senores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte
de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para
que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. - E
La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares
reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número
con la casa impresora de Coni hermanos.
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho-á la corrección de dos pruebas.
Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección,
Cangallo 18525. !
_ La Dirección.
PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN
Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerias
Pesos moneda nacional
IA aa o 00 OR UA E 1.00
Por E O AS 12.00
Número atrazado......oooororcocccoo 2.00
—= para los socios.......... 1.00
LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA
El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano
NOTES SYSTÉMATIQUES ET BIOLOGIQUES
SUR LES
COLIBRIS DE LA PROVINCE DE LA RIOJA
(REPUBLIQUE ARGENTINE)
PAr Le Docrerur EUGENE GIACOMELLI
La désolation générale et Paspect désert de la province de la Rioja
ferait Vabord croire au naturaliste que parmi les Cactus et les plan-
tes boussoles (1), sur les pentes pré-andines et parmi les sables torri-
des des plaines de la Rioja, manquent completement les especes
animales riches que Phumidité Vautres régions presque tropicales
plus favorisées par la nature offrent a la vue du profane et du natu-
raliste avec tout Véclat de sa splendide livrée. Mais cela arrive pas.
Parmi les étres animés qui produisent un notable contraste dans
Vuniformité et la mélancolie des nuances du désert, méritent le pre-
mier rang les COLIBRIS, les étres les plus favorisés par la nature, les
créatures les plus belles parmi les volatiles, qui synthétisant la
beauté idéale de Poiseau et du papillon semblent marquer le non plus
altra esthétique dans Véchelle naturelle des étres vivants.
Et sous ce point de vue la province de la Rioja, généralement si
désbéritée par la nature, peut s/appeler heureuse. Cette province
comprend peu VPespeces de ces charmants animaux mais quelques
unes sont incluses parmi les plus intéressantes et les plus belles de
VAmérique Méridionale. Les especes étudiées jusquw'á présent, au
moins incompletement sont les suivantes :
-((Schaw) Reich.
( (Sechaw) Bp.
2. * Heliomaster furcifer (Schaw) Elliot.
3.* CMlorostilbon splendidus, Vieill. = Chl. wwreiventris D'Orb.
Lafr. Gould. ¿
4. Leucippus chionogaster (Tseh. Reich.)
5. Oreotrochilus leucopleurus Gould (Vapres Koslowsky.)
6. Patagona gigas (Vieill. Bp.) +
1. * Lesbia (Sappho) sparganwra (2)
(1) Larrea cuneifolia eb Larrea divaricata Cavanilles.
(2) Les especes marquées d'un * sont remarquables par 1éclat de leurs couleurs.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX. 7
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
>)
00
Cette derniére espece Wa pas les couleurs vives des autres, mais
elle est nonobstant la plus intéressante par sa grandeur quí lui a fait
mériter le nom justement appliqué de «Géant de la Patagonie» région
oú on le trouve de passage a des périodes réguliéres de temps
(Brehm), cas notable qui rappelle les émigrations des Cypselides,
oiseaux systématiquement et philogénétiquement prochains des coli-
bris. A la Rioja, a ce que J'ai pu observer, onle trouve exceptionnelle-
ment pendant les mois de septembre-octobre et quelque fois en été.
Dans le petit village de Sanagasta, au milieu des montagnes, je Pai
vu une fois au caur de été. Cette espece est sans doute la
plus rare de la province: elle se trouve seulement comme excep-
tion, pendant que les autres especes de colibris, pullulent en
tres grand nombre dans les vallées fraiches d'oúu elles descendent
dans la plaine visiter les fermes et les jardins de la ville. ll est vrai
que e est presque impossible de ne pas voir chaque année le Pata-
yona, mais toujours solitaire et en tres petit nombre. Il est tres sau-
vage; il vole tres rapidement en flottant comme les autres especes sur
les corolles du PALANCHE 0U PALAN-PALAN (Nicotiana glamea Grah.) Je
ne Vaijamais vu posé sur les petites branches extérieures des arbustes
comme les autres especes ont Phabitude de faire, mais seulement en
tfluctuant et passant Vune plante a Vautre. Je erois que le mále (<)
et la femelle (2) de cette espece sont si semblables Pun Vautre par
la couleur qu'on ne peut les distinguer facilement. Cette espece est
relativement peu connue méme des créoles, qui ont Voeil tres
pénétrant et auxquels mMéchappe rien relativement aux 0iseaux.
Quelques uns ne le comaissent absolument et ne ont jamais vu; les
autres en donnent une description tres courte sans en comnaítre la
vie ni les habitudes. Je suis presque súr que le Patagona ne bátit
pas ici son nid. Jusqwa présent, pendant plusieurs années de rési-
dence, je "ai pu Pexaminer de pres que deux ou trois fois. Ce que
je puis assurer c/est qwil préfere les montagnes aux plaines, selon
Brehm on le trouverait jusquwá 5000 metres Valtitude sur le niveau
de la mer. Moi, comme je dis, je Pai trouvé a Sanagasta dans
un endroit peu inférieur a 1000 metres. Selon le docteur Miguel
Lillo, dans la province de Tucumán on le trouva á4 3000 metres
WValtitude sur la Cuesta de Malamala. Généralement on le trouve
dans la plaine riojana pendant les mois de septembre-octobre et
apres 1l disparait tout dun coup.
Un exemplaire fut chassé a la Chacra de la Merced, aux environs
de la capitale, autres furent vus du cóté de Pouest au Tajamar et Pau-
COLIBRIS DE LA PROVINCE DE LA RIOJA 99
tres encore a plusieurs reprises au Pozo de Don Camilo Pérez. 11
semble qwil préfere les endroits frais et les terrains bien arrosés
comme le prouve le fait (avoir été trouvé isolément pres des pozos
(petites écluses artificielles creusées pour abreuver les bestiaux).
On peut dire bien peu relativement au Leucippus chionogaster. Ohez
ee colibri il wWy a pas de dimorphisme sexuel notable etje ne serais
pas capable de distinguer le £ de la Q par les caracteres externes. On
le trouve en général en octobre dans la plaine; c'est une espece de
passage; sa permanence dans la résion est de peu de jours et au
mois de novembre en Wen voit plus aucun. Il aime beaucoup le
Palanche et je Vai vu visiter seulement cette plante.
Quelques individus de Vespece que nous avions tués sur le Palan-
che ou ils flottaient sans jamais se poser, avaient le bec couvert de
pollen et de nectar formant une páte jaune de creme; le Leucippus
est sans doute le pronube de la Nicotiana glauca puisque les autres
espéces visitent beaucoup moins cette plante. On le trouve en si
erand nombre que quand elle est completement fleurie elle en reste
couverte comme (un essaim de frelons.
lls volent «Vune plante a VPautre sans se poser, avec une
“apidité vertigineuse et quelquefois ils exécutent des mouve-
ments circulaires et élipsoidales 4 erande hauteur comme les
hirondelles et les CUypselides, ses proches parents, pour retourner
de nouveau flotter sur les corolles fleuries. Oeux que j'ai pu obser-
ver quelquefois interrompaient leur vol pour se reposer sur les bran-
ches extérieures des Tala (Oeltis Tala) voisins des Palanches.
Parmi tous les colibris de la Rioja c'est celu quí ressemble le plus
par son vol aux papillons crépuseulaires et quand on le trouve en
erande quantité sur les plantes tieuries, il semble qwon contemple
une phalange de sphinx. On ne sait pas s'l bátit le nid dans la pro-
vince et en quels endroits, et les indigenes mémes Pignorent.
Le Ohlorostiibon splendidus est Vespece la plus commune et la plus
répandue dans la province; on commence aussi a la trouver vers le
mois de septembre; il bátit son nid dans la plaine et probablement
aussi dans les montagnes et dans les vallées. 11 préfere le TUMINICO
(Lycium cestroides Schlecht) aux autres plantes et les indigénes distin-
guent sous le nom de ZTumiíñico spécialement le Chlorostilbon parmi
les autres especes de colibris qwils appellent en général Picaflores,
se référant a la notable prédilection du Chlorostilbon pour cette plante
qui porte son homonyme indigéne. A Vépoque de la floraison de Val-
-garrobo (Prosopis alba, P. nigra, ete.) et Vautres Mimosacées, le Ohlo-
100 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
rostilbon est si abondant qw'on peut pendant une heure en chasser
plusieurs douzaines sur la méme plante. Ils se laissent approcher au
point que les enfants du village en tuent une grande quantité avec
une fronde armée (une seule pierre.
C'est un usage général du pays (au moins tout le monde le dit,
qwon peut chasser le Chlorostilbon en Vattendant derriéere une plante
en lui jetant a Vimproviste un seau plein eau: leurs ailes reste-
talent ainsi moulllées et inaptes au vol pendant un moment et
de cette facon ou pourrait Vobtenir vivant. Je crois que le chasser
de cette maniere est tres difficile, mais il semble que ce West pas
une fable parce que toutes les personnes sérieuses du pays Passu-
rent. J?ai observé dans les montagnes, que les Chlorostilbon a Vépo-
que de la reproduction deviennent si méfiants que méme en voyant
beaucoup il était tres difficile de les chasser au fusil; pendant cette
époque ils ont Vhabitude de se poser sur les branches les plus élevées
des plus hauts arbres et de lá quelques uns Veux (probablement les
o”) semblent appeler les autres Y avec une petit sifiilement insistant
et caractéristique queje Wavais jamais entendu pendant les autres sai-
sons. De lá ils se lancent de temps en temps comme des fleches en
bas oú bourdonne quelque compagne (9). Quelquefois, au contraire
1ls se cachent dans les endroits les plus scabreux et inaccesibles du
bois et leur présence est notée seulement par le sifflement déja cité,
parce qwune fois qwils se sont perchés il est impossible de les voir.
Dans la plaine aussi en octobre-novembre, époque des noces des
Chlorostilbon, ceux-ci deviennent plus solitaires : on ne voit plus yol-
tiger les essaims nombreux sur les Mimosacées fleuries, mais géné-
ralement chaque couple se sépare de Pessaim en agissant pour son
compte. A cette époque on commence dejá a. trouver quelques nids
dans la plaine. Jai pu en obtenir quelques uns et les examiner.
Comme les nids de colibris son généralement tres peu connus et
assez difficiles a trouver, je donne ici une description du nid des Ohlo-
rostilbon quí servira, j'espere, aux commencants et dilettantes ('Or-
nithologie, en leur évitant de consulter des ouvrages tres rares eb
assez chers (Gould, ete.).
Le nid du cité colibri est construit fondamentalement de fibres
végsétales tres minces semblables á celles du coton : examinées atten-
tivement j'ai vu qwelles appartenaient aux graines des quelques
Asclépiadacées du genre Morrhenia appelées du nom indigene de
DOCA 0u TASI: ces fibres sont unies de sorte qu'on ne peut pas recon-
naitre tout a coup son mode Vunion et toutes ensembles forment un
COLIBRIS DE LA PROVINCE DE LA. RIOJA 101
tissu mou et doux, blanc jaunátre. Le nid a en moyenne une hauteur
de 42 milimetres, une largeur de 38 milimetres a la partie supé-
rieure et une épaisseur de 10-11 milimetres plus ou moins.
T'ouverture du nid est en moyenne de-23 milimetres de diametre
et "une forme presque cireulaire. La partie extérieure du nid est
formée par des matérieux végétaux plus grossiers: des petits frag-
ments «Vécorces, des feuilles desséchées Valgarrobo et «Vautres
Mimosacées, des feuilles de Celtis tala, Vétamines de fleur oranger,
ete., tout cela entremélé avec des plumes (VPoiseaux et des fibres
soyeuses deja citées. Les ceufs de COhlorostilbon sont au nombre de
deux ; ils ont une forme allongée et ils sont parfaitement semblables
a deux dragées blanches. ls ont 12 millimetres dans leur plus grand
diametre eb S millimetres dans le moindre. La coque est si délicate
quil suffit du moindre choc pour la briser. On sait (Brehm, etc.)
que les ceufs sont tres erands relativement ala taille de Panimal.
Les Ohlorostilbon nichent dans les Tala (Oeltis tala) les plus toutfus,
mais j'ai obtenu aussi des nids construits sur les petites branches
Voranger; un autre était sur une feuille de vigne et j'en ai vu un
báti sur le múrier. Les petits quelques jours apres Véclosion sont
des petits monstres difftormes et personne ne eroirait qwils pour-
ralent se transformer en ce charmant animal qui a mérité justement
le nom de splendidus. Tls ont leur yeux encore fermés, les pattes
et le ventre dépourvus de plumes et les. plumes nalissantes du
dos et des ailes ne laissent voir absolument rien de la future couleur
verte d'émeraude. ls sont enfin vraiment dégoútants. Les petits plus
avancés dans leur développement ne different pas sensiblement des
adultes et Pespece est facilement reconnaissable aux deux tiers plus
ou moins du développement total.
L"Heliomaster furcifer est une des autres especes de colibris de
la Rioja et apres le Sappho la plus belle. Le dimorphisme sexuel
est tres notable: la Y Wa pas les couleurs vives ni les favoris rouges
du $ ; elle ressemble plutót par ses couleurs sombres au Patagona et
elle est si différente de Vautre sexe qu'on pourrait Vabord la confon-
dre avec une autre espece. Je cerois que dans ”Heliomaster prédo-
mine le sexe masculin ; les Q volent généralement solitaires pendant
que les o”, plus turbulents, préferent se réunir en petits groupes en
voltigeant sur les fleurs des Bignomiacées arborescentes quí abondent
lei cultivées dans les jardins, mais je Wai jamais vu qwils se réunis-
sent en volées pour passer une plante a Pautre tous ensemble, mais
chacun de son cóté. On les trouve aussi réumnis avec le Sappho et ces
102 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
derniers plus forts et plus belliqueux les poursuivent pour les éloi-
ener des fleurs en les poursuivant avec fureur.
T' Heliomaster est beaucoup moins sauvage que les autres especes :
on le trouve plus facilement dans les vergers et dans le jardins et
beaucoup moins 4 la campagne. Il fréquente spécialement comme
J'ai dit les Bignoniacées arborescentes et grimpantes, les Convolvolus,
les Tpomea de plusieurs especes et il aime beaucoup les fleurs de
Voranger. ll Waime pas les plantes silvestres comme les autres coli-
bris et je Vai vu trés peu isolément sur le Palanche et sur le Tuminico.
Cette espece de colibri est assez difficile á trouver avant les pre-
miers jours de septembre; son arrivée coincide avec la floraison des
orangers et Vautres plantes; on trouve presque toujours beaucoup
WVindividus apres les jours oú le Zonda, vent caractéristique de la
région et qui vient de tres loin, a soufflé. Personne ne salt «Poú ils
arrivent et les indigenes méme l'ignorent, mais il est presque súr que
la direction de leur émigration ou pseudo-émigration est de nord a
sud, ou de noroeste a sudeste (1).
J'ai fait une petite observation sur les Heliomaster: 11 semble qwils
sont spécialement méthodiques comme le prouve le phénomene de
leurs pseudo-émigrations completement fixes et regulieres. J'avais
chez moi une plante grimpante de la famille des Bignoniacées qui
attiralt quelques individus de ce genre. Je me mis ales observer
chaque jour est aprés quelque temps je remarquai un individu (9)
quí était par hasard dépouvu de queue, peut-étre á cause de quelque
ancienne blessure. Ce colibri arrivait ¿nvariablement «aux mémes
hewres tous les jowrs ; au commencementje erus á un simple hasard,
mais une observation de plusieurs jours sur cet individu reconnalssa-
ble par sa mutilation me donna la preuve de ce qwil venait toujours
a la méme heure. Je ne sais pas expliquer ce phénomene et je ne
comprends pas comment ces petits animaux peuvent avoir une idée
si exacte du temps. Le temps qwils sucent sur la méme plante est
presque mathématiquement exact aussi. Peut-étre le premier phéno-
méne a son origine dans Vhabitude quwils ont de vaguer toute une
apres midi dans plusieurs endroits et en visitant le méme nombre de
plantes pendant le méme laps de temps (comme Pindiquerait ma
(1) J?al observé des individus adultes de Heliomaster furcifer au Saladillo sur
les montagnes á une altitude de 1000 metres plus ou moins ;¿j'al aussi obtenu
dans la méme époque une jeune femelle de la méme espece ; il me semble que
c/est une preuve presque súre que 1 Heliomaster niche dans la province; son nid
m?est inconnu jusqu'a présent (26 janvier 1905).
COLIBRIS DE LA PROVINCE DE LA RIOJA 103
seconde observation); ils arriveraient ainsi presque exactement
a Pheure précise. Le seconde phénomene pourrait étre expliqué en
se fondant sur Vobservation de quelques naturalistes et que j'ai
pu vérifier aussi, que le colibrí en général wexplore qw'une fois cha-
que corolle ; de cette facon si par exemple il y avait 100 fleurs ouver-
tes sur la méme plante, 1l emploierait chaque fois qwil visite la plante
par exemple 100 secondes et comme le nombre de boutons qui s'ou-
vrent a Pépoque de floraison de la plante est presque égal pour cha-
que jour ainsi pourrait yexpliquer ma seconde observation.
J"eus la chance de pouvoir conserver en esclavage deux individus
Q de Heliomaster. Elles étaient tres 'douces, une Velles spécialement;
sa domesticité était si grande qwelle se nourrisalt elleméme avec
dle Veau sucrée, voltigeant attachée par un fil a ma table et en se
posant de temps en temps sur le bord du verre pour boire et elle se
laissalt caresser et approcher sans aucune crainte. Je la conservai
vivante presque un mois en excellente santé et elle aurait vécu pro-
bablement longtemps si mes domestiques pendant mon absence, ne
Vavaient pas laissée échapper. L'autre colibri, quí avait été chassé
avec une fronde vécut aussi presque un mois en se nourrissant tou-
jours avec de Peau sucrée.
La Lesbia (Sappho) sparganura, est sans doute le plus élégant, le
plus beau, le plus attrayant des Trochylides de la Rioja et Poiseau le
plus joli de la République Argentine. Dans cette espece le dimorphis-
me sexuel est assez notable: le S, généralement plus turbulent et
plus actif se distingue tres facilement par sa queue tres longue
quwil porte toujours serrée quand il vole, excepté le moment ou
il Yarréte en voltigeant sur le Duraznillo et les autres plantes qwil
préfere; la Y est plus paisible et elle aime beaucoup se poser avec
fréquence sur les branches externes des arbres. On les trouve sou-
vent ensemble: les fleurs du ZTuminico (Lycium cestroides Schlecht)
du Duraznillo (Cestrum parqui, C. pseudoquina Mart.) sont celles
qwils préferent. Il aime aussi a pénétrer dans le plus toufíu du feuil-
lage des Tala (Celtis) et 11 fait entendre de lá son sifflement ca-
ractéristique. Il vole plus souvent au matin, moins a midi et bien
peu dans Papres midi. Cette espece est la plus belliqueuse et
active: elle ne sassocie que rarement avec les autres et quand
cela arrive par hasard, elle les combat en les obligeant a fuir.
On commence a la trouver au mois de juin dans la plaine; les mois
pendant lesquels elle abonde sont aoút et septembre. Elle disparait
en novembre et on nen voit plus méme un individu ou il est tres rare
104 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Ven voir. Le Sappho est un petit animal tres confiant et on le trouve
facilement sur les arbres tleuris des fermes et des jardins. Mais quand
on le réduit a Vesclavage il est moins résigné et plus rebelle que les
autres colibris eb maintes fois il meurt de rage ou de mélancolie.
Jen al vu conserver, comme fait exceptiomnel, un individu O lone-
temps dans une grande cage; le propriétaire lui fourmnissait tous les
jours des fleurs fraiches.
Le Sappho a Vétat de liberté lance un petit eri semblable 4 celul
des autres colibris, mais il se distingue par une espéece de modulation,
comme celle des oiseaux chanteurs et que les autres colibris wont
pas. Cela arrive généralement quand les Sappho f et Q se trou-
vent ensemble se poursuivant avec une grande vitesse au plus
toufíu des Tala. Je crois que Vaccouplement s'accomplit en septem-
bre-octobre dans la plaine, auquel suit une sorte ('émigration locale,
ou plus jexactement un transferement de chaque couple a la mon-
tagne, parce que dans la plaine, nonobstant avoir fait des recher-
ches minutieuses et continuelles personnellement et par commission
je Wai jamais trouvé un nid. Les créoles assurent qwil fait le nid
dans les quebradas (gorges) et dans les endroits presque inaccesibles ;
je Wai jamais pu voir un nid de cette espece pendant quinze amnées
dle résidence (1).
Par suite Vune extravagance professionnelle je voulus faire Vexpé-
rience de goúter le Sappho en le eroyant détestable, et au contraire, en
larépétant deux ou trois fois J'acquis la conviction qwil était délicieux.
Relativement aux différences individuelles je peux dire seulement
que la longueur de la queue est peu variable dans les individus mas-
culins et probablement cest un caractere quí dépend de Páge. J'ai
vu quelques Q tres adultes dans lesquelles la couleur grenat
du dos et de la partie supérieure de la queue croit en intensité jus-
qwá obtenir une teinte presque égale a celle des f: les Q jeunes
sont au contraire tres páles et la couleur vert métallique de la gorge
est substituée par une couleur gris jaunátre sale ou Von peut obser-
ver les plumes de couleur verte caractéristique qui commencent a
pousser. J'ai un individu $ adulte quí présente une curieuse aberra-
tion individuelle: il a Vavant-derniere paire de jaumiéres pourvues
Vune tache vert-métallique avec des reflets jaune «dle citron de pres-
(1) Brehm donne comme surface centrale de diffusion du Sappho les pla-
teaux de la Bolivie ; il est done probable qu'il vienne de lá passer 1"hivér dans
la plaine de la Rioja et que, en échappant aux grandes chaleurs de cette pro-
vince, il passe de nouveau 1'été en Bolivie.
COLIBRIS DE LA PROVINCE DE LA RIOJA 105
que un centimetre de longueur et de la largeur de la plume, située a
environ un tiers de Pextrémité de la plume. La derniere paire de
jaumiéeres possede une tache analogue plus petite, ronde, située pres-
que a la moitié de la longueur de la plume. Ces taches son parfaite-
ment symétriques et étant Vindividu en question frais, ces taches ne
peuvent étre produites par aucune altération chimique de la subs-
tance colorante de la plume. Il s'agit donc Vun caractere purement
tératologique et individuel démontré par VPexamen de beaucoup Vau-
tres individus adultes eb frais que j'ai pu observer et par six indivi-
dus adultes de ma collection.
Quant a Vespece Oreotrochilus leucoplewrus Gould que cite M. J.
Koslowsky (Rev. del Museo de La Plata, vol. L, 253) comme rare a
Chilecito et tres commune 4 Famatina, j'ignore ses habitudes ne
Vayant jamais vue.
Jal fini de parler des especes locales de colibris en général; a
présent je dirai quelques paroles sur la biologie des mémes especes.
Un phénomene biologique qui est facile á noter tout a coup est la
relation quí existe entre les colibris et les Solanacées indigenes. C est
un fait connu que tous les Trochylides en général préferent les fleures a
corolle ¿nfundibuliforme et ipocratérimorphe et les Solanacées sont
précisément les plantes qui possedent généralement des fleurs avec
ces formes. J”annote ici le fait que le Chlorostilbon et le Sappho qui
ont le bec le plus court, sont les especes quí préferent les plantes
appelées tumitico et duraznillo, et la longueur de leur bec est exace-
tement suffisante, ni plus ni moins, pour explorer les fleurs de ces
plantes. Les autres especes qui on leur bec plus long: le Patagona
gigas, le Leucippus chionogaster et le Heliomaster furcifer visitent de
préférence les fleurs de Nicotiana glauca, des Bignomiacées et Vautres
plus longues. Je erois que la fécondation des Solanacées régio-
nales dépend principalement de ces petits animaux, méme sans exclure
Vaction efficace mais secondaire de quelque petits coléopteres quí
visitent les mémes plantes et quí sont sans doute Valiment principal
des colibris et c'est pourquoi ces derniers préferent les Solanacées a
corolle tubulaire ou les premiers restent presque étoutffés, exemple
admirable Vassociation biologique ou la plante se rend utile au coli-
bri en attirant les insectes et le colibri á la plante en coopérant a la
fécondation du végétal. Ce qui est étrange c/est que les colibris, si efti-
caces pronubes des Solanacées en général, méprisent les Nicotiana
longiflora Cav. S. H et noctiflora qui ont aussi des fleurs une forme
analogue et qui contiennent, comme j'ai observé, les mémes especes
106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
«Vinsectes. J”expliquerais le phénomene de cette maniéere: les Nico-
tiana longiflora et noctiflora ont des fleurs connues par leur suc ácre
et vénéneux, c'est peut-étre pourquoi elles sont meprisées, aussi pour
la raison que leur pollen et nectar tres visqueux tous les deux,
seralent muisibles a leur rostres délicats quí resteraient ainsi emplá-
tres. Une raison secondaire pourrait étre ajoutée en observant
que les colibris (le Leucippus peut étre excepté) mMalment pas
les plantes excessivement basses comme les Nicotiana dejá citées.
Je cite, a Vappui de la prédilection des colibris pour certaines
plantes, le passage suivant de Brehm: « Les différences observées dans
la structwre du rostre démontrent que certaines especes sont parfaitement
adaptées U certaimes fieurs et quelles ne powrraient pas en explorer d'au-
tres», et il dit apres: « Enfin ce qui est súr cest que la vie des colibris
est unie « celle de quelques végétaux » et j'oserais presque assurer que
sans les colibris a la Rioja les Solanacées ne vivralent pas et réci-
proquement (1).
Apres les Solanacées, les Bignoniacées cultivées (par exemple le
Jacaranda Chelonia), les Mimosacées, les fleures des Hesperidées et
des Convolvolus sont celles que les colibris préferent. Autemps de la
tloraison de Valgarrobo (Prosopis) les Chlorostilbon se trouvent en
tres erands essaims sur cette Mimosacée.
Le phénomene Vapparition et disparation de quelques especes est
aussi intéressant et peu étudié jusqwa present. La plupart des na-
turalistes sont Vaccord en disant que la difficulté de trouver tou-
jours des plantes fleuries, plus que le besoin de changer de climat
est celle qui oblige les colibris a exécuter ses émigrations pat-
tielles. Et en effet, les especes quí se contentent (explorer peu
de sortes de plantes (comme le Chlorostilbon quí a sa plante favorite)
sont stationnaires ou presque stationnaires; celles comme VHelio-
master Vhabitudes plus variés sont au contraire celles qui errent le
plus. Ces voyages ou pseudo-voyages des colibris son impossibles
WVobserver directement par Vextréme petitesse et vitesse des colibris.
Quelques auteurs eroient qwils voyagent pendant la nuit (Audubon),
fait quí augmenterait considérablement la difficulté de les observer.
(1) A Popinion suivante de M. Stolzmann : « 1l y a des fleurs que les oiseaux-
mouches ne touchent jamais, les orchidées paraissent y appartenir sans excep-
tion », on peut opposer celle du savant botaniste Prof. G. Arcangeli : « On
trouve dans les orchidées exotiques non seulement des insectes, mais parfois des
petits oiseaux (oiseaux-mouches ou colibris) qui remplissent le róle de pronube.
5
(Compendio di Botanica, 3"* édition, pag. 196. Pisa, 1898.)
COLIBRIS DE LA PROVINCE DE LA RIOJA 107
Le vol des especes de cette région est semblable Vun Pautre, mais
je peux noter que Sappho et le Chlorostilbon, vraies fleches volantes,
sont beaucoup plus rapides que les autres especes. Le Leucippus,
comme j'ai dit, ressemble dans le vol aux Cypselides et il est le seul
quí a comme ceux-ci Phabitude Vexécuter des mouvements en cercle
dans Pair. Relativement á la maniére de flotter sur les corolles, le
plus charmant est 1 Heliomaster. Mais le Sappho les surpasse tous par
sa forme svelte, Vélégance, ete. Il wWy a pas Vartiste capable de
décrire le spectacle un colibri Sappho quand sous les rayons Vun
soleil tropical, il flotte sur les corolles fleuries. Je cede un moment
la parole au naturaliste Góring': « Quand le Sappho est éclairé par
le soleil il ressemble 4 une vraie étincelle de few et il émerveille méme
ceux qui ont observé a Vétat de liberté beaucoup de colibris. (Quand je
vis pour la premiere fois ce splendide petit oiseau je restai si extasié
que Poubliai méme de le viser «avec mon fusil ». Et je confesse que
maintes fois 1l est arrivé la méme chose.
Le bruit que font les colibris en passant Vune corolle a Pautre,
ressemble aux vibrations Vune corde ou une planche métallique
eb on peut Ventendre á une distance relativement tres grande. C?est
pourquoi a Cordoba on appelle onomatopéiquement les colibris run-
dun, en imitant ce son, et tout le groupe des colibris a été appelé
pour cette raison des oiseaux bourdonneurs (Brelm, page 764).
Les colibris de la Rioja ne descendent jamais a terre et ils sont
completement inaptes a la progression et au saut. Brehm assure que
les colibris en géneral « descendent quelquefois, quoique rarement, pour
boúre de VPeau.» Je doute beaucoup que cela arrive et je crois que
telle est aussi opinion de la plupart des naturalistes : les colibris
apaisent leur soif avec la rosée déposée dans les corolles et ils ne
boivent jamais de Veau ni dans les écluses, les étanos, les ruisseaux,
ete., maleré qwont les trouve souvent pres deces derniers. Outre
Vobservation persomnelle (et je puis assurer avoir vu des milliers
de colibris a Vétat de liberté) j'ai pris des informations sur ce fait
chez beaucoup de personnes Vici, tres au courant des habitudes de
ces petits oiseaux, et elles furent toutes Vaccord en disant que les
colibris ne boivent jamais.
J'ai tres peu á noter ici relativement au chant des colibris. On
peut dire que le Sappho est le seul qui chante: il a une espece de
petite modulation qwil fait entendre quelquefois dans les feuillages
les plus toufíus ; le Chlorostilbon bourdonne plutót qwil ne chante,
Heliomaster et le Leucippws ont a peine un petit eri et du Patagona
108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
je ne peux rien dire paree qwil est trop rare pour en entendre la
voix. Enfin le chant de ces oiseaux 1a rien de vraiment intéressant.
Relativement au développement des sens Jai fait une petite expé-
rience sur les Heliomaster. Pour me rendre compte de la sensibilité
de leur tact, j'enfilai dans le bee dun Heliomaster (2) une bande tres
large de carton qui empéchait le petit animal de voir importe quel
objet prochain; apres j'introduisais PVextremité du bee du petit
oiseau dans une solution sucrée aqueuse et quoiqw'il ne voyailt pas
absolument le liquide, immédiatement le colibrí commencait a
sortir la langue pour sucer le sirop. J?ai répété maintes fois Vexpé-
rience pour me convainecre qwelle dépendait de la sensibilité tac-
tile du bee et non de la vue de Panimal.
Relativement a Vintelligence en général il Wy a pas de doute que
Vespece la mieux douée est toujours 1Heliomaster furcifer, comme le
prouve sa domesticité et docilité plus grande que celle des autres
especes.
Les colibris, de quoi se nourrissent-1ls ? Voici une question quí a
été la cause de longues disputes et un probleme qwil me semble
veétre pas encore résolu. Il wWy a pas de doute que les observations
dle Badier, Wilsons, Bullock, du Prince de Wied, Audubon, Buz-
meister, ete., menent a la conclusion générale que les colibris sont émi-
nemment insectivores. Mais Vapres ce que J'ai pu voir dans la pratique,
eb sans nier, au contraire en affirmant la méme chose, je prends la
liberté Vexposer ici Vidée que certaimes especes peuvent se maintenir
pendant lonetemps uniquement avec de Peau sucrée, nous donnant
Vespéranee avec plus de soins, de pouvoir les conserver en esclavage
en les nourrissant seulement avec du sirop. Je connais des personnes
dignes de foi qui 1mYont assuré avoir conservé quelques mois les
colibris vivants, les nourrissant seulement de cette manieére, eb moi
méme j'y suis parvenu pendant Vespace de presque un mois. Je crois
que pour résoudre le probleme de Valimentation de ces animaux, il
faudrait méler au sirop (qui doit étre toujours assez dilué) une páte
alimentaire contenant des principes azotés et ainsi ils pourraient
peut-étre vivre tres bien, et on éviterait le dérangement de leur pro-
curer tous les jours des fleurs fraiches. Il est vrai qwil se présente
2ncore une difficulté, considérant que les Trochylides sont des
oiseaux éminemment rapides, qui vivent dVespace, de lumiere, de
liberté. C'est pourquoi ils ne vivent en cage que tres difficilement
mais j'ai Popinion quía force de soims, Vétude et de patience on
pourrait résoudre le probleme de les conserver en esclavage, ce qui
COLIBRIS DE LA PROVINCE DE LA RIOJA 109
serait une chose assez importante sous le point de vue commercial
et pratique, parce que la gráce et la beauté de ces superbes
exemplaires du régne animal sont universellement connues.
«J'ai pris a temoin plusieurs personnes qui mont assuré avoir pu
élever les jeunes Chlorostilbon jusqu'a Váge adulte en les nourrissant
avec de Peau suerée et 1ls ont aussi pu soutenir les colibris adultes
pendant plusiewrs mois, ayant ces mémes colibris péri quelque temps
apres pour des causes purement occasiomnnelles et non pour Vinsuffi-
sance de ce régime. Quelques uns de ces colibris étaient si apprivoi-
sés qwils ne cherchaient plus a s'echapper méme laissés en liberté
et quelquefois il voltigeaient sur les épaules et sur la poitrine de
leurs propriétaires quí les portaient sur le corps comme on porterait
un joyau. Avee tout cela je ne veux pas absolument soutenir que les
colibris soient plus mellifages qwinsectivores, au contraire, J'ai Vidée
comme tout le monde qwils sont principalement, entomophages eb
méme sil y avait pas la preuve directe de la gastrotomie, Vanato-
mie et la morphologie comparées seraient- toujours suffisantes á le
démontrer nous révélant dans les colibris une branche des Cypselides
adaptée par la structure du rostre et de la langue a la nécessité
WVextraire les insectes hors des corolles (1). Mais, je répete, quel-
ques especes pourraient peut-étre s'habituer á étre nourries seule-
ment avec du nectar formé artificiellement, et si quelques personnes
ont pu les conserver vivants pendant trois ou quatre mois, pourquol
ne pourrait-on pas les conserver cinq, six mois, une année et encore
plus ? Et je cite ces exemples de colibris vivant trois ou quatre mois
pour réfuter quelques idées de Brehm qui nie absolument qu'on puisse
maintenir avec de Veau sucrée les petits colibris tirés du nid
encore jeunes. Et a propos il critique le naturaliste Jarrell avec ces
paroles textuelles (page 781)...: « úl se trompe, démontrant cnsi
a2avoir jamais fait cette expérience. » Nonobstant je peux assu-
rer qwil y a ici quelqwun quí a élevé des jeunes colibris qui arrive-
rent jusqwá étre aptes au vol, ayant été nourris seulement de cette
maniére. Et á propos du sucre il dit : « Cette substance ne les nourrit pas
(1) M. White assure avoir yu le Patagona gigas chasser les insectes au vol.
Azara dans Apuntamientos para la Historia Natural, ete., vol. UL, pag. 470, 1805,
déclare qw'il les a yu chasser des araignées et autres insectes de cette facon. Et
J. Tacsanowski (Ornithologie du Pérouw, vol. I, pag. 253 (1884), dit : « Souvent
j'ai observé pendant longtemps ces petits oiseaux partant á chaque moment dans
Vair á la poursuite des petits insectes qw'ils saisissaient aussi bien que chacune
des moucherolles ».
110 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
suffisamment et les condwit bientót « la mort ». Mais comment peut-on
alors expliquer le cas que j!ai cité et dont j/assure Vauthenticité de
colibris vivant pendant plus de trois mois, se nourrissant seulement
avec le sirop et morts seulement par le hasard d”étre abandonnés ou
inconsidérément écrasés ? Je crois nécessaire ajouter que les colibris
cités par Brehm, périrent probablement parce que le sirop était trop
(lense, produisant peut-étre dans leur estomac une cristallisation
quí empéchait Vultérieure digestion et lassimilation.
Je Vaffirme parce que J'ai lu que certains savants en anatomisant
quelques colibris, les trouverent avec leur estomac rempli une
masse de sucre cristallisé.
Il surgit encore une dispute parmi les naturalistes pour décider si
les colibris sont capables ou non de chasser les insectes au vol. Wil-
son, Audubon et Gosse soutiennent qwils sont des chasseurs tres
habiles pour prendre les mouches et les autres petits insectes au
vol; Burnmeister, au contraire, le nie absolument et donne une
taison que je crois tres scientifique. 11 dit: « En comparant le
rostre couwrt et Pample gorge de Uhirondelle avec le bec long et mince et
Pouverture buccale tres étroúte du colibri on comprend immédiatement
pourquoti celwi-ci ne chasse pas sa proie au vol comme font les autres
oiseaux. Tous les oiseaux qui pouwrswivent et chassent les insectes au vol
ont lewr bec large et cowrt (1) Pouverture buccale ample et des longues
moustaches dans Vangle de la bouche, et ces trois conditions sont tou-
jours en relation directe avec la grandewr de la proie et «avec la
suwrété avec laquelle úls la chassent. Le colibri présente précisement les
conditions opposées « celles deja citées, c”est powrquoi ils ne peuvent pas
chasser les imsectes au vol mais ¿l peuvent les tirer tres facilement des
flewrs de la méme maniére que les Picus les tirent des trouws qui se trou-
vent dans les trones des arbres. Á ce but sert parfaitement la longue
langue qui dans les Picws résulte de la prolongation de Pos hyoide et
qui a une structure analogue dans les colibris », et Brehm ajoute: « De
ces paroles résulte SEULEMENT que Burmeister wa jamais vu les coli-
bris chasser qu vol les insectes, rien plus. Wilson, Audubon et Grosse
sont des observatewrs tres diligents, completement dignes de foi, et il m?est
pas le cas de discuter ce qu'ils affirment»> Je nYassocie, de mon cóté,
méme sans douter des affirmations des naturalistes cités, a Vopinion
tres sensée de Burmeister, prenant la liberté d'exposer comme
raison la pratique de beaucoup Vannées d'observation persomnelle
(1) Exemples : Hirundo. Cypselus, Caprimulgus, Antrostomus, Hydropsalis etc.
COLIBRIS DE LA PROVINCE DE LA RIOJA 111
et associée sur les colibris de cette résion et je pourrais presque
Jjurer qw'ils sont incapables de chasser les insectes au vol et qwils
ne cherchent pas méme a le faire. Je ne peux méme pas comprendre
comment un bee tres long, conique, mince, en fin de la forme (Pune
alene et de difficile combinaison Varticulations pour s'ouvrir, puisse
agir contre sa propre nature et contre les lois de la mécanique. Mais
je ne puis réfuter Popinion des cités savants que relativement aux
especes que je comnais et desquelles j'ai pratique : peut-étre que les
conditions sont diftérentes por celles (autres régions de 1” Amérique.
Relativement au caractere inquiet et belliqueux des colibris, ils
attaqueraient Vapres Bullock les oiseaux de grandeur notable comme
les faucons. Il y a rien de merveilleux dans ce fait quand on consi-
dere que les Tyranmides quí sont des oiseaux de petite et médiocre
erandeur, ne craijgnent pas les plus grands rapaces comme le Oaran-
cho (Polyborus) et les mettent en fuite courageusement les frappant
de leur bec, avec le but de les priver des parasites que les rapaces
portent presque toujours sur eux et qui servent de nourriture aux
premiers. Je ne suis pas VPaccord avec Brehm qui dit que les
faucons, quand ils sont attaqués sont incapables de voir les colibris
parce que ceux-ei sont trop petits, étant obligés de les fuir sans les
voir quand ces derniers les frappent de leur bec. Ceci me semble
inadmissible, parce qwon sait bien que tous les faucons ont une
vue capable de voir les objets les plus petits a plusieurs centaines
de metres; il me semble plus probable qu'ils les dédaignen*
comme nous autres avec les moustiques et (VPautres petits in-
sectes ennuyeux.
"alme citer une observation qui démontre que les colibris sont
tres sensibles aux variations de létat «ke Patmosphere. Je ré-
fere á ce propos les paroles de Salvin : « Pendant que la femelle
cowvait elle me permettait de n?approcher du mid et méme empoigner
la petite branche de Varbre ow elle était perchée et que le vent agitait.
Vraiment elle tolérait cela seulement les jowrs de beau temps ; si le temps
était mauvais ou prét a pleuvoir je ne pouwvais m'approcher que jusquia
la distance de 5 metres. » Et en effet, les colibris sont des étres ner-
veux, avides de changement dVendroit, de vie nomade, et leurs émi-
erations et changement Vambiant coincident, toujours avec des
erandes inégalités de température et de Pétat thermo-électrique de
Vatmosphere. Comme des étres mystérieux, comme des sylphes ravis
par les vents, ils peuplent subitement les arbres fleuris de la contrée
en réjouissant les entours par leurs sifflements et bourdonnements.
112 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Apres ils disparaissent a limproviste avec la méme rapidité et avec le
méme mystere sans que Pobservateur extatique ait le temps de voir
ou ils se dirigent et a quel moment se réalise précisément leur
départ.
Tels sont les colibris : des petits étres intéressants qui, depuis le
joux ou ils furent découverts, exciterent Vattention des naturalistes,
passionnés pour ces petits oiseaux si délicats et nonobstant si beaux.
Mais leur inquiétude caractéristique, leurs dimensions minuscules
et les endroits presque inaccessibles ou vivent et bátissent le nid ces
petis gnomes de la montagne, ont rendu si difficile leur étude, qwil
manque encore le matériel direct et bibliographique pour pouvolr
résumer completement dans un mémoire leurs moeurs et leur vie.
(won me pardonne, par conséquent, si dans ces annotations on trou-
vera bien peu Vintéressant, beaucoup déja étudié et bien peu Vob-
servations nouvelles. Si je Wai pu résoudre aucun probleme, ni éelai-
rer Vobscurité régnante sur les questions indécises, je me consolerai
en pensant que beaucoup VPautres naturalistes bien plus compétents
que moi trouverent des difficultés analogues a cette entreprise,
et je serai content si quelque néophyte de Ornithologie peut y
puiser de ci et de lá une observation utile ou un indice ienoré. Que
le lecteur me pardonne donc la pauvreté de ce travail, qui a pas
VPautre titre ni prétention et qwil "excuse si je Wai pas été capable
de faire davantage relativement a des animaux dont les mosurs sont
encore pour la plupart des naturalistes une inconnue et leur biolo-
gie un mystere.
La Rioja, le 16 février 1905.
ANNOTATIONS BIBLIOGRAPHIQUES
BREHM (A. Edmondo), La vita degli animalo, 22 edizione italiana tradutta sulla
terza edizione originale. Traduzione del Prof. Michele Lessona.
Lio (Doctor Miguel), Enumeración sistemática de las aves de la provincia de
Tucumán. Anales del Museo Nacional de Buenos Ares (tomo VII, Ser. 32, t. 1).
CLaus (Dotore C), Manuali di Zoologia. Traduzioni italiana sulla quinta edi-
zione tedesca del Dr. Cattaneo.
LEssoNa (Prof. Michele), Storia Natwrale Illustrata.
DARWIN (Carlos), L*origine dell uomo e la scelta in rapporto col sesso. Prima tra-
duzione italiana del Prof. Michele Lessona. 1871.
RusseL WALLACE (Alfred), La sélection naturelle. Traduitpar Lucien de Candolle.
MUELLES Y MALECONES DE MADERA
MUELLES
Siendo los muelles de madera de costo más reducido que de cual-
quier otro material, es lógico que en su construcción se dé la prefe-
rencia á aquél, desde que se dispone en la República de excelentes
maderas de construcción, como el quebracho colorado, el curupay y el
uunday, que resisten inmejorablemente las alternativas de humedad
y sequía por tiempo hasta ahora indeterminado, pues hay ejemplos de
piezas expuestas en estas condiciones por más de treinta años y que
se mantienen perfectamente sanas. :
Estos muelles, siempre que elterreno lo permite, como sucede en la
mayoría de los casos, se fundan sobre pilotes, que al mismo tiempo
forman las piezas más importantes de la construcción ; recurriéndose
cuando aquél es impenetrable, á grandes cajones suficientemente re-
sistentes que se colocan descansando sobre él, una vez que se ha ex-
traído todo el material socavable, y se rellenan luego con piedras.
Este sistema de construcción, originario de los Estados Unidos de
América, donde se le designa con el nombre de cribworks, no ha sido
empleado aún en la República, exceptuando un muelle que se cons-
truye actualmente en Mar del Plata, cuyo arranque está formado por
dos cajones rellenos con piedras y que descansan directamente sobre
las rocas; pero es ésta una aplicación muy limitada y hecha sin estu-
dio alguno, por lo que no puede citarse como ejemplo.
Todos los muelles construídos en el país están fundados sobre pi-
lotes, y es por consiguiente el tipo de construcciones que debemos es-
tudiar. En él hay dos tendencias: una que multiplica considerable-
mente el número de éstos, basando en ellos la resistencia de la obra, y
la Otra limitando en lo posible su empleo, á cambio de reforzar las pie-
Zas de arriostramiento para fortalecer el conjunto.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX. 8
114 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Con los muelles construídos hace poco en Nueva York (fig. 1),
se ha seguido la primera tendencia; están formados por palizadas
compuestas de 11 pilotes, á distancia de 1”80, reforzados con otros
intermedios en los intervalos extremos, y pilotes inclinados para
Fig. 1
contrarrestar el choque de los buques ; el arriostramiento transversal
consiste en un par de soleras superiores abrazando las cabezas dle
los pilotes, una inferior y dos diagonales; limitándose, enel sentido
longitudinal, á un par de soleras que unen los pilotes externos y los
tirantes del piso, teniendo éste doble entablonado.
Estos muelles son perpendiculares á la ribera, y en las proximida-
«des del extremo las palizadas han sido construídas con doble fila de
pilotes, pero distanciándolas más, y se han resguardado excesivamente
los dos esquinas, con núcleos de pilotes ligados por cadenas.
Otro muelle del mismo género es el de la figura 2, construído en
CIN
SÓ
BY
20
A
ÍA
y IE:
De
Boston, limitando por tres costados una area rellenada de 100
metros de ancho por 351 de largo; las tierras están contenidas por un
muro de mamposteria con un enrocamiento al pie, y en cuanto al mue-
lle está compuesto por palizadas formadas de 8 pilotes distanciados
de 180, cuyo arriostramiento transversal consta de un par de
soleras superiores abrazando las cabezas de los pilotes, funa tercera
descansando en las anteriores, otra inferior compuesta de dos trozos
MUELLES Y MALECONES DE MADERA 115
y dos diagonales en sentido contrario abarcando cada uno la mitad
de la sección ; el todo reforzado por tres pilotes inclinados que, como
lo están también loneitudinalmente, aumentan la rigidez de la cons-
trueción en ese sentido en que está arriostrada sólo por los tirantes
del piso. Este sistema de construcción sólo es aplicable en países don-
de es fácil conseguir la madera en vigas de gran longitud como suce-
dle en los Estados Unidos.
Gon las variedades de que se dispone entre nosotros, en las que
son relativamente escasas las piezas de grandes dimensiones, requi-
riéndose siempre empalmar los pilotes para alcanzar las longitudes
necesarias, este tipo no sería económico y es menester seguir, como
se ha hecho, la segunda tendencia indicada, de la que puede citarse
como ejemplo uno de los tipos de muelles del Rosario, figura 3,
que, teniendo el mismo ancho que el le Nueva York y uno mayor que
el de Boston, está formado por palizadas de solo cinco pilotes, pero
con un arriostramiento transversal compuesto de dos series de so-
leras dobles abrazando los pilotes y en los intervalos entre cada dos
de ellos, cruces de diagonales reforzadas con puntales, habiéndose
agregado en el intervalo exterior otro par de soleras y una cruz de
diagonales análoga á las anteriores. Longitudinalmente todos los pilo-
tes están arriostrados por dos series de soleras dobles, salvo los de
las filas extremas que sólo lo están por dos simples, pero el arriostra-
miento de los dos primeros pilotes exteriores han sido reforzados con
una tercera solera longitudinal.
La estructura de los muelles varía por numerosas causas locales,
así como también según que estén adosados á la ribera, regularizán-
dola, ó separados de ella. En el primer caso la obra puede reducirse á
una empalizada para contener el terreno; de éstas pueden citarse
sólo dos en el país, una construida hace muchos años en el Rosario,
116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
figura 4; se compone de una fila de pilotes ligados por cuatro
soleras longitudinales, reforzados cada dos por otros exteriores
inclinados, estando todos anclados á un sistema de cuatro pilotes ente-
rrados en el terraplén que forma el muelle, con los cuales están
ligados por riendas formadas con barras de hierro; los pilotes de
anclaje están unidos longitudinalmente: los dos primeros por sole-
ras y los dos últimos por entablonados.
Los intervalos entre los pilotes del frente se llenaron hasta cier-
ta altura por tablestacas guiadas por dos soleras, colocadas al efecto
al nivel de la inferior del arriostramiento y una tercera casi descan
sando sobre el terreno; en la parte superior se construyó un entablo
nado directamente clavado en los pilotes ; el pie de la empalizada
Fig. 4
estaba defendido contra las socavaciones por un pequeño entroca-
miento.
Esta construcción que se destinaba á contener el empuje de un te-
rraplén de gran altura en terrenos como los del lecho del rio en el
Rosario, esencialmente inconsistente, no dió resultado ; ápocode cons:
truída, bajo el empuje de las tierras, corrióse hacia afuera la parte
inferior de los pilotes exteriores y tablestacas, perdiendo su aplomo
la construcción y eseapándose por allí las tierras terraplenadas. Fué
entonces que se construyó en su remplazo el muelle de la figura 3.
El otro ejemplo á citarse es el de las empalizadas del Riachuelo
(fig. 5). Constan éstas de dos filas formadas por pilotes, coloca-
dos á cada 2 metros y distanciadas entre si de 9 metros, una al frente
del terraplén y la otra sirviendo de anclaje enterrada en él.
Los pilotes de la fila exterior están ligados por tres soleras longitu-
dinales y por una, los de la fila de anclaje, ambas filas están liga-
das entre sí por barras de hierro. Los intervalos entre los pilotes exte-
3
MUELLES Y MALECONES DE MADERA 117
riores están cerrados hasta cierta altura por tablestacas guiadas por
las dos soleras inferiores, y hasta la parte superior por un entablonado.
Siendo más modesta la altura del terraplén por contener, esta empa-
lizada tuvo más éxito y ha prestado señalados servicios durante largos
años y, á medida que se derrumba, es sustituída por muelles: pero
estos dlerrumbes son producidos más que todo por los continuos dra-
vados que las necesidades siempre crecientes del puerto exigen efec-
tuar en el Riachuelo, comprometiendo la resistencia del terreno en el
que están clavadas las tablestacas poco introducidas. Sin embargo,
aun queda en pie una gran extensión de ellas.
Una defensa mucho más eficaz de la ribera la constituyen los mue-
les adosados á ella, al mismo tiempo que proporciona más facilidades
para las operaciones, pudiendo construirse para alcanzar cualquier
profundidad á su costado.
En estas condiciones se hallan los muelles de la Dársena Sud del
Puerto de la Capital. Estos han sido construídos siguiendo los tipos
figuras 6 y 7; ambos constan de tres filas de pilotes y presentan
la particularidad que los del frente no han sido clavados, disposi-
ción que se adopta generalmente cuando el muelle es construido en seco
llegando con la excavación al terreno sólido, como ha sido el caso, y que
tiene la ventaja de evitar al pilote las fuertes vibraciones que sufre al
ser clavado, además de ocasionar una economía de material.
118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
El pie de los pilotes colocados de este modo se hace descansar
sobre una solera corrida que reposa directamente en el terreno, la
cual, en el caso de la figura 6, ha sido reforzada con un bloque de hor-
migón al extremo de hacerla innecesaria.
En la misma figura 6 puede notarse un exceso de material, así como
falta de unidad en el sistema de construcción ; los pilotes están arrios-
trados transversalmente por cinco series de soleras, de las cuales las
superiores son dobles y abrazan los pilotes sujetándose directamente
á ellos por pernos, mientras las dos intermedias son simples, de igual
sección que los pilotes y van unidas á estas por piezas de hierro ase-
guradas por pernos á los trozos de madera; lleva además una cruz de
diagonales y una tercera inferior que trabaja como puntal. El arrios-
tramiento longitudinal lo forman los tirantes del piso y soleras colo-
cadas de modo de unir todos los puntos de unión de los pilotes con las
soleras transversales.
Se ven también en él piezas completamente enterradas y por con-
siguiente de no mayorutilidad. Las tierras son contenidas en la parte
superior por un entablonado y más abajo por un tablestacado reci-
biendo el empuje del terraplén en toda su magnitud, salvo la pequeña
parte eliminada por la colocación del tablestacado en la fila de pilo-
tes intermedios y el entablonado en la de los posteriores ; para con-
trarrestar este empuje se ha recurrido á anclar el muelle por medio de
pilotes ligados con una solera y unidos á él por riendas de hierro.
El tipo de la figura 7 comporta muchas mejoras sobre el anterior;
el tablestacado ha sido sustituído por un talud revestido que dismi-
nuye mucho el empuje de las tierras y ha permitido suprimir el ancla-
je; se ha reducido el número de soleras longitudinales así como el de
las transversales, justificándose aquí el distinto sistema adoptado en
la colocación de las soleras intermedias, para permitir la conveniente
disposición de las diagonales que abrazan ahora toda la construcción ;
MUELLES Y MALECONES DE MADERA 119
ha sido suprimido también el hormigón de la base y el puntal que
reforzaba el tablestacado.
El tipo de estos muelles recuerda los europeos, como que tienen
piezas de dimensiones largas ; han sido construídos de madera de pino
y después de un reducido número de años de servicio ha habido que
reconstruir de madera dura toda la parte superior que no estab:
constantemente sumerjida. :
Son de aspecto bien distinto los demás muelles construídos en la
República. Al tipo general pertenece el de Bajada Grande (Paraná),
propiedad de la Compañía de Ferrocarril Central Argentino de Entre
Rios (fig. S), compuesto de palizadas de tres pilotes ligados trans-
versalmente por dos sistemas de soleras dobles y una cruz de dia-
gonales en cada dos de ellos; longitudinalmente el arriostramiento
lo componen tres soleras inferiores, una en cada fila de pilotes y los
Fig. 9
tirantes del piso, siendo reforzado en la primera fila por una diagonal
que abraza dos tramos y cambia alternativamente de sentido.
Las tierras del terraplén posterior están contenidas por un tables-
tacado y defendidas de las socavaciones por un enrocamiento interior
y otro exterior.
Del mismo tipo son los muelles construídos en Villa Constitución,
de propiedad del Ferrocarril Buenos Aires y Rosario (fig. 9), en
él se ha reducido la importancia del arriostramiento longitudinal,
120 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
limitándolo á los tirantes del piso, más una solera en la primera fila
de pilotes. Es de advertir en este muelle la disposición poco reco-
mendable de una de las series de diagonales transversales, que, como
puede verse, se han hecho descansar por medio de tacos contra los án-
gulos formados por las soleras y los pilotes, y digo poco recomenda-
ble porque esa disposición las inhabilita para trabajar á la tracción,
además de que como la madera se usa generalmente no bien seca,
después de colocadas las piezas pueden experimentar acortamientos
que permiten deformaciones aún en el sentido de la compresión.
Las tierras están aquí contenidas por un entablonado, construc-
ción más económica que el tablestacado, pero que requiere ser cons-
truído en seco.
A veces es posible aliviar al muelle del empuje de las tierras, co-
mo se ha hecho con el construído en el Riachuelo, en los talleres del
Fig. 10
Ministerio de obras públicas (fig. 10), destinado á soportar cargas
reducidas, limitando el terraplén en talud revestido con piedras y
dlisponiendo la parte posterior del muelle en consola, aplicándose al
terraplén, pero sin apoyarse en él.
El arriostramiento transversal lo forman dos series de soleras, una
eruz de diagonales entre los dos primeros pilotes, una diagonal única
entre el segundo y tercero, dispuesta de modo que trabaje á la com-
presión con los choques del frente, y otra que sirve de puntal á la par-
te posterior del muelle. El arriostramiento longitudinal se compone
de una solera inferior en cada fila de pilotes, salvo la tercera que lleva
dos, y tres superiores que sirven también de tirantes al piso; este
arriostramiento está reforzado cada dos tramos por una cruz de dia-
vonales entre los pilotes de primera fila, disposición que interrum-
pe la uniformidad de la construcción, pues quedan unos tramos menos
resistentes que otros, mientras que todos están sometidos á los mis-
MOS esfuerzos.
En los muelles anteriormente citados los carros no pueden acez-
carse al borde del agua por impedírselo el piso de madera que no es
pe
MUELLES Y MALECONES DE MADERA E
propio para las cabalgaduras; sin embargo, en ciertos casos, como suce-
de en el puerto del Riachuelo donde casi todo el tráfico se efectúa por
Carros, es necesario que éstos tengan acceso sobre el muelle y al efecto
se empleó allí el que muestra la figura 11, que pertenece al tipo
veneral, pero cuyo piso está recubierto por una capa de arena en
que descansan los adoquines de la calzada. Este muelle presenta el
inconveniente de que como es muy reducida la capa de arena que se-
para los adoquines de las tablas del piso, los choques de los vehícu-
los son transmitidos á éstas sin ser convenientemente repartidos.
Para obviar ésto se emplea actualmente el tipo de la figura 12,
que está compuesto de palizadas de cuatro pilotes con las cabe-
zas cortadas al nivel de la solera inferior, salvo el del frente, y sobre
ellos descansa una armazón formada por una solera horizontal y otra
inclinada, ligadas por pies derechos que corresponden á la prolonga-
ción de los pilotes y por una diagonal en cada uno de los intervalos
correspondientes á los que quedan entre el primero y tercer pilote;
Fig. 12
todas estas piezas son de igual sección que los pilotes y están unidas
_entresí y á ellos por chapas, cruces, ó bridas de hierro fijadas por per-
nos; longitudinalmente estas palizadas están arriostradas por cuatro
soleras que descansan sobre la solera transversal inferior, una que
descansa en la solera inclinada, el cordón del frente y las tablas del
entablonado aplicado directamente sobre las soleras inclinadas; es-
tando reforzado además en la primera fila de pilotes por cruces de
diagonales que abrazan dos tramos.
122 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Las tierras están contenidas por el entablonado citado y una ta-
blestacada en la primera fila de pilotes, disposición que deja comple-
tamente enterrados el cuarto pilote, la parte posterior de las soleras
transversales y una solera longitudinal que le sirven así de anclaje
aunque demasiado próximo al resto de la construcción.
Es de notarse en la figura 12 que las tablestacas están casi comple-
tamente enterradas, pero el talud del terreno que figura allí varía
mucho con los continuos dragados que hay que efectuar al pie para
mantener la profundidad reglamentaria.
Ultimamente se ha introducido en este tipo una modificación que
consiste en prolongar los pilotes sin cortarlos hasta la solera incli-
nada y substituir la solera transversal inferior por dos de sección mi-
tad, abrazando los pilotes con lo que se consigue una economía en la
construcción. »
Siguiendo el tipo anterior fué construído en el Rosario el muelle
figura 13, en el cual el adoquinado no llega al borde exterior, pero el
piso de madera que queda es muy angosto.
Todas las soleras transversales son dobles y abrazan los pilotes,
inclusive la solera inclinada; cada dos tramos existe un pilote incli-
nado al frente, como muestra la figura, y la diagonal de la cruz supe-
rior es de sección doble en el sentido del trabajo á la compresión con
los choques exteriores, y va abrazada entre dos diagonales en el otro
sentido, fijadas con pernos uno de cada lado de los pilotes.
El arriostramiento longitudinal está formado por soleras que ligan
todas las intersecciones de los pilotes con las soleras transversales y
está reforzado en la primera fila de pilotes con cruces de diagonales
que presentan una disposición inadecuada por su poca inclinación ;
en general, en este muelle se advierte un exceso de material en los
arriostramientos de ambos sentidos.
El entablonado inclinado se ha recubierto con una delgada capa de
hormigón armado, para hacerlo impermeable, y posteriormente las
MUELLES Y MALECONES DE MADERA 123
tierras estaban contenidas hasta el nivel de las soleras inferiores por
un entablonado vertical. Durante la construcción se le agregó un
tablestacado 4 continuación del entablonado, para contener las tierras
en la parte inferior, y sea debido al empuje de éstas, 6 á la calidad
del terreno en que fué fundado, lo cierto es que al efectuar el terra-
plén, no bien llegó éste á tocar las tablestacas, una parte del muelle
avanzó hacia el frente dislocándose la construcción. Para corregir
este inconveniente la empresa actual constructora del puerto del Ro-
sario ha tomado disposiciones para substraerlo del empuje de las tie-
TIAS.
ALEJANDRO FOSTER.
(Continuará).
ALGUNAS OBSERVACIONES
SOBRE LAS
DISTANCIAS DETERMINADAS MEDIANTE LA ESTADIA O
Imajinemos que pase un plano por el centro del micrómetro de un
clepe, taquímetro, ú otro instrumento análogo, i el eje de la esta-
día, supuesta vertical.
Sean :
l= distancia del centro O del instrumento al punto B de la estadia,
donde ésta es intersecada por la visual del anteojo (fig. 1,
213).
n = segmento de recta situado en dicho plano vertical, trazado desde
B perpendicularmente á li comprendido entre 2 visuales situa-
das en el mismo plano vertical determinado por los hilos estre-
mos del micrómetro. :
P,, P, = segmentos del eje vertical de la estadia comprendidos entre
B i las dos visuales indicadas. (Si 1 fuese horizontal (fig. 3) re-
sultaría p, =P,1P, +P,=0
= ángulo cenital, formado por la vertical O 1 por la recta l.
= semiángulo diastimométrico, comprendido entre las visuales men-
cionadas.
D = distancia horizontal entre O 1 la vertical de la estadia.
h.= desnivel entre O i B.
ES
D
Tendremos en cualquier caso (fig. 1, 2.1 3)
(*) Versión de S. E. B.
DISTANCIAS DETERMINADAS MEDIANTE LA ESTADIA
7
D = | sen a — ——- sen q 2
2 tg 0 (Es
iD = 1 de (3)
0= 1U0080= COS o. 3
212 0
De los triángulos MTB i BUN (fig. 1 1 2) se deduce
1
7) E)
2 SI 2 =D»
sen (a +0) cosh sen(z—6) cosó
sen (+0 Pp, Sen (7 — 0
¡y tl (Ea E EQU ME o) sen a+ (Pp, —P») tg 0 cos a
= p sen a + (p, — P,) tg 0 cos a.
Sustituyendo en las (1), (2) 1 (5) este valor de n tendremos
P 1
emos sen 2 + 3 (Ds — P») Cos a (141%)
126 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
E OA AS 1 ,
oa 2 9 (0, — P) sen a COS x (2)
Pp Í ;
A a (31)
Ahora, cuando el ángulo azimutal a, ó su suplementario, no sean
ni mui agudos ni mui obtusos (*), aún para notables distancias que
dan para p, 1 p, valores máximos, los segundos términos de los se-
egundos miembros de las tres relaciones precedentes no escederán de
dos ó tres centímetros, despreciables en la práctica. Dichos términos
serán siempre negativos en las relaciones (1') i (2”) debido á [las
magnitudes (p, — pa) i cos a en los casos de las figuras 1 i 2; será
en cambio positivo (a > 90”) Óó negativo (« < 90”) en la relación
(30 (*%). Cuando a = 90” (fig. 3) los indicados términos se anulan
pues p, — p» =0 1 cos a = 0.
4
() En la práctica conviene que « ó su suplementario sean < 45”.
(**) Considerando como positivo el sentido de la vertical de abajo hacia arriba.
DISTANCIAS DETERMINADAS MEDIANTE LA ESTADIA 127
Luego, para un valor de « insensiblemente menor de 45” (*) puede
considerarse
P
b= 2t8 sen a (4)
== a E : sen? z (5)
p
== 3 e A cOSt (6)
Guando a no es recto, la parte de estadia comprendida entre los
z E a Dis a
hilos estremos es p 1 la cantidad HH factor en las tres relaciones
US
precedentes, se llama número jenerador.
Sia = 90” serán =p, +p,=p 1resultará
h=0 1 =D = = múmero jenerador.
o
2 tg
Con los taquímetros más en uso (ingleses, Salmoiraghi, etc.), además
de poder leer la parte p de estadia comprendida entre los hilos estre-
mos del micrómetro (campo completo), se podrá leer también, con
(*) De lo contrario se producirían fuertes errores por diversas causas.
128 ANALES- DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
error tanto más despreciable cuanto más se aproxime y á 90”, las
partes
1 : : ;
Pp" = 5» --- (con los hilos centrales i campo mitad)
ed
p" =5p -.. (con los hilos centrales */, del campo)
1 ;
=> pe (con los hilos centrales */, del campo).
Estas lecturas no convienen, sin embargo, cuando a es mui agudo
ó mui obtuso, porque los errores de p se hacen sensibles.
Poniendo, pues, sucesivamente p = 2p'"; p = 3 Ep" 1p = 7 -p”, el
número jenerador 2Eeo en campo completo, se transforma en
2
. - (con los hilos centrales)
la +++ (/, del campo)
... (*/, del campo).
Sustituyendo en la (4) estas diversas espresiones del número jene-
nerador, resultará
P p' 2 p"
l= 2 n= sena =2 2 sen a = 2 sen z.
2 t2 0 2 12 0 3 te 0 tg
Amálogas fórmulas hallaríamos para D 1 h.
Con el clepe se pueden leer otras partes de p con hilos especiales.
Si se cometiera algún error de lectura 4, positivo Ó negativo, 1 su-
poniendo haber medido exactamente á 4 1 ser perfecta la verticalidad
de la estadia, para una posición dada de esta i un mismo ángulo x, ten-
dremos para las cuatro lecturas precedentes
IO RA ¿5 1.7? 4
LU=>5 ta 0 sena = l q 2 E sen y
p.O+n2» os
l, sen a = l sen y
2 20 O
DISTANCIAS DETERMINADAS MEDIANTE LA ESTADIA 129
o "” > (9) >
2 pp +A ZA
A dl > Sen a
ELO: 3 tg
p” a S
ll, = Y sena =1l +2 sen 0.
¡Or
Lo)
Admitiendo que el error 2 sea el mismo en todas las lecturas, se
desprende que los errores absolutos en la distancia [/ son proporcio-
£
to
¿E S
nales 45:21:72, cuando las lecturas se verifican en campo com-
ed
(do)
pleto, campo mitad, */, i */, respectivamente. Lo mismo sucede con
los valores de D 1 h.
En jeneral, estos errores son tanto mayores cuanto menor es la
parte de estadia leída, por consiguiente convendrá siempre preferir la
lectura con los hilos estremos (campo completo) 1 evitar la última
1 , E ; , LS
E del campo | especialmente para distancias largas ó algo inclinadas
/
al horizonte.
Estas consideraciones valen evidentemente para cualquier estadia
(ordinarias, Porro, etc.), pues, de cuatro metros de longitud, solo varían
en la unidad de longitud adoptada para dividirlas, esto es, en el modo
de valorar á p.
Consideremos ahora las cantidades p 1% como variables indepen-
dientes afectadas de pequeños errores 1 diferenciemos las relaciones
(4), (5) 1 (6), donde e constante, (razón diastimométrica), ten-
24 LS Y
«dlremos
al = 2050 [p cos a do — sen a dp) (7)
1 A 2 S
dD = [p 2 sen a cos y dí + sen? x dp] (8)
2 tg 8
dre 2 9 ;
dh = - oO [sen a cos a dp + p cos? a da — sen” a da] (9)
4 VO
Es
Suponiendo que la estadia esté inclinada de un pequeño ángulo E
en el plano vertical indicado OMS, resultará un error para p (MN),
es decir que se leerá una porción M'N / (fis. 1); luego, como lo indica
la figura, se tendrá
MN — QU MN A QMIEEN QM = [QM NQ)]
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX. 9
130 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
es decir :
M'N' —p=QM'"—N'Q'
error que se comete sobre p (en este caso es positivo).
Ahora bien, de los triángulos MM 'Q i NN 'Q resulta
(QM'= sen E < SM cot (4 — 0 — E)
N'(Q' = sen E < SN cot (a + 4 — E)
M'N'— p=QM '— N 'Q'= sen E [SM cot (a — 0 — E)
— SN cot (u + 0 — E)] (10)
Pero, puesto que Ei 0 son tan pequeños como para poder tomar
los arcos iguales á los senos, i « ya dijimos que no podía ser inferior
á 45”, se deduce que esta relación, cualesquiera sean los signos de 0
1 E, podrá tomarse, sin error notable
M'N' — p = E cot a (SM — SN) = E cot a.p (11)
Observemos que E cot x.p, error absoluto de p causado por la pe-:
queña oblicuidad E de la estadia, será positiva ó negativa según el
sentido de la inclinación de la misma i del signo de cot «a, como se
ve en las figuras 11 2, donde 9 1 E cambian de signo con las diversas
posiciones de la estadia respecto al centro del instrumento.
Resultará, pues, para el error en p
dp == + E cot a.p.
El error 4, que ya hemos considerado con independencia de otros
errores, es mul pequeño i depende de varias causas difícil de estable-
cer, pero tiene mucha relación con la ecuación personal del opera-
dor.
De todos modos debe considerarse que puede variar con el variar
de la distancia entre el instrumento 1 el punto donde está la estadia,
i con la mayor ó menor inclinación del eje óptico del anteojo. Para
ver, entonces, que influencia tienen en los errores sobre l, Di h, de-
terminadas con las (4), (5) i (6), los del ángulo zenital (dx) i de la obli-
cuidad de la estadia (E), para una posición dada de esta, tendremos
que sustituir en las (7), (S) 1 (9) por dp su valor dado por la (12), ha-
ciendo en esta A = 0, i por p su espresión dada por la (5). Así, recor-
dando que solo D es constante al variar x, tendremos :
DISTANCIAS DETERMINADAS MEDIANTE LA ESTADIA 131
D Cot z cota
dl= —— C08 au da + D . E= D —— (dí + E) (13)
sen? x sen a sen a
senta E E d
dAD=—— 2senacosadz + —sen“acota.E=Dcota(2d1+ E) (14)
D sen” z
dh= — sen a Cos z cota. E +-—— cos” a dí — — sen” a da
sen” y sena sen” y
=D [(cot? a — 1) da + cot* z. El (15)
Debe 1 es fácil notarse que el signo de los errores dai E ha de
considerarse positivo en el sentido de la figura 1, 1 negativo en el
sentido opuesto. E
Las (15), (14) i (15) nos dicen : ,
1% Para determinados errores de xi E los de l, D i h aumentan
con el aumentar de D i disminuir de «; para «== 90”, dl 1 dD se
anulan i dh = — Dd.
2 Los errores en l, D i h se anulan si se tiene respectivamente
da = — E; 2d = — E; (cot? a — 1) da = — cot* a. E.
32 Los dos errores absolutos en cada una de las lonjitudes 1, D 1h,
debida á incorrecciones en el círculo cenital (da) 1 á pequeñas incli-
naciones de la estadia (E), están respectivamente en la relación :
dz. 2da . (cot?a— 1) da. cos 2% da
= Y E) > = E > 3
E E cot” a. E cosa E
4% Cuando uno de los errores angulares da ó E se anula 1 el otro
no varía, ó bien ambos permanecen idénticos en valor i signo para
dos medidas inversas de la misma distancia, conservándose suple-
mentarios los ángulos cenitales, los errores en /i D resultan iguales
i de signos contrarios (dependiendo del de cot a); luego, los valores
medios de ambos pares de lonjitudes estarán exentos de error.
5 Un pequeño desvío angular de los dos pedazos que constituyen
la estadia (que siempre lo habrá) también causará un pequeño error
en los valores de 1, D 1 h, más ó menos sensible (fig. 1), según sea la
posición de los puntos estremos de p respecto de la línea de separa-
ción de las dos partes de la estadia; que si el eje óptico cayera en
dicha línea de separación, el error absoluto debido á un desvío E de
la parte superior con la vertical será próximamente igual á la mitad
del causado por otro desvío E de toda la estadia; en efecto, en vez
de ser dp = E cot <.p resultaría dp = E cot x.
IS
132 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Cuando pueda considerarse nulo uno de los errores da ó E, conser-
yándose invariable el otro, midiendo una misma distancia D con la
estadia i por otro medio, por ejemplo con las cañas, con toda preci-
sión, la pequeña diferencia entre este par de valores daría el error
dD i la (14) nos haría conocer da ó E.
Admitiendo que al verificar una lectura para determinar las lonji-
tudes l, D i h se cometan los pequeños errores da, en el ángulo ceni-
tal, i E de oblicuidad de la estadia, llamando D, la distancia equivo-
cada, por lo que ya dijimos i teniendo en cuenta los signos, resultará :
D. =D +dD
i por la (14)
D,=D+0D cot a (2d2 + E) =D [1 + cot x (2d4 + E)]
D,
D:= E ,
1 + cota (2d + E)
Sustituyendo este valor de D en las relaciones (13) i (15) tendre-
mos los errores en li h.
Debe observarse, en jeneral, que el error de puede evitarse con los
buenos taquímetros debidamente correjidos ; lo que más puede influir,
pues, en los errores de 1, Di h es la inclinación E de la estadia, espe-
cialmente cuando la atmósfera está ajitada. Este desvío E es variabi-
lísimo 1 difícil de evitar i, por consiguiente, es el que mayormente debe
preocupar al operador para la precisión de los resultados de las me-
didas.
Supongamos que econ un ángulo cenital «== 44” se haya leído con
los hilos estremos una porción de estadia p = 350. Ordinaria-
mente la relación diastimométrica es = 50 i por consiguiente
2tg0
0 = 34/33” <>; luego, por las (4), (5) 1 (6) $
endremos :
l[= 3,50 >< 50 ><sen 44* = 121,57 m.
D = 3,50 < 50 >< sen? 44” SA
h= 3,50 >< 50 >< sen 44” cos 44”? — 87,45 m.
Si se hubieran cometido los errores da = 10' 1 E = 20”, ambos
dlel mismo signo, para tomar un caso más desfavorable en relación con
los signos de los mismos errores, habríase tenido :
DISTANCIAS DETERMINADAS MEDIANTE LA ESTADIA 133
l, = (3,50 + 0,0219) ><50 >< sen 44 10” = 19224010
D, = (3,50 + 0,0219) >< 50 >< sen 44*10” = 85,19 m.
hh. = (3,50 + 0,0219) ><50 >< sen 44*10'> cos 44*10'= 88,01 m.
Indicando con E,, E, 1 E, los errores producidos en l, Di h por
los da 1 E, las (13), (14) 1 (15) dan :
ot 44” L
E, = 84,45 E (sen 10” + sen 20”) — ORO
E, = 84,45 cot 44” (2 sen 10' + sen 20”) = 110% 1105
E, = 84,45 [(cot? 44” — 1) sen 10' -E cot 44” sen 20 '] — 0,54 m.
l,=1=113) D,—D=1,0£) ho — h=0,56)
0,03 0,02 0,02.
ES =1,101 E, = 1,02) e. =08)
El valor 0,0219 (error en p debido á la inclinación de 20 ' de la es-
tadia) adoptado en el cálculo de 1,, D, 1h, se ha determinado con la
(10), admitiendo la hipótesis más desfavorable acerca de la posición
de los puntos de intersección de los rayos estremos con la estadia, 1
no con la otra espresión más aproximada E cot z.p (11) adoptada para
el mismo dp en las fórmulas que dan dl, dD 1 dh, (15), (14) 1 (15). Por
consiguiente-las diferencias
l=1; D.—D; h. — h
deben considerarse como los verdaderos errores en 1, Di h debidos á
da 1 E.
Con todo, resulta del ejemplo aducido que, aunque a, ó su suple-
mentario, se conserve inferior á 45” (que en la práctica debe conside-
rarse como límite mínimo) i dz i E sean algo sensibles, los errores en
1, Di h que resultan también apreciables, pueden determinarse siem-
pre con las (13), (14) 1 (15), pues, como se ha visto, E,, E, i £, no se
diferencian de los valores verdaderos sino en algunos centímetros.
ING. ENRIQUE MORRONE.
BIBLIOGRAFÍA
España i América. Monografías populares redactadas por distinguidos
publicistas americanos i españoles, de cuenta i bajo la' dirección de la «Unión
Tbero-Americana : República Arjentina, por don Emiro H. DEL VILLAR, Ma-
drid, 1904, 1 folleto de 75 pájinas.
Es la primera de una serie de monografías populares que la asociación « Unión
Tbero-Americanma », de Madrid, se propone publicar sobre las repúblicas america-
nas que otrora formaron parte del reino hispano, para destribuirlas gratuitamente
a los centros de enseñanza, comerciales i de la clase obrera, como propaganda
en pro del acercamiento material i moral de la madre patria con sus antiguas co-
lonias.
Escusado sería manifestar que el móvil de aquella asociación no puede ser ni
más noble, ni más plausible; i por nuestra parte le debemos agradecer que haya-
mos sido los primeros honrados.
La monografía del señor Villar trata sucintamente, pero con acopio de buenos
materiales de información, los siguientes temas :
I, Límites, estensión i situación de la República Arjentina. 11, Sus costas. II,
La Puna ilos Andes. IV, Las sierras del norte i el Aconquija. V, Las sierras
pampeanas. VI, Las Pampas i el Chaco. VII, El sistema fluvial del Plata i la
Mesopotomia argentina. VIM, La Patagonia i la Tierra del Fuego. IX, Climato-
lojía, zonas de vejetación, fauna. X, La población. XI, Organización política.
XII, Las provincias 1 las ciudades. XII, Industria, comercio 1 comunicaciones.
Estado intelectual.
En carta abierta que hemos dirijido a la « Unión Ibero-Americana » (publicada
en El Diario Español del 12 de Marzo) deciamos a su respecto :
«Por lo que se refiere a la interesante monografía del Señor E. H. del Villar...
creemos que en ella se ha descuidado un poco la parte práctica, esto es, lo que
se refiere a la emigración española hacia estas tierras, a la que, más que los lí-
mites, estensión i situación de la Arjentina, más que el conocimiento de sus cos-
tas, orografía, hidrografía, población aborijen i organización política, le interes:
recibir intrucciones sobre las mayores necesidades de la misma, puntos en: los
que los habitantes de rejiones análogas en España podrían dedicar con mejor re-
sultado sus respectivas aptitudes; ponerles, en fin, en posesión de todos aquellos
BIBLIOGRAFÍA 135
datos que puedan hacerle economizar sus escasos recursos, independizándoles, 6,
lo que es lo mismo, librándoles de la esplotación de los seudoajentes de traspor-
tes 1 de tanta ave de presa como revolotea siempre alrededor de los pobres inmi-
erantes, atolondrados por el desconocimiento del país a que se dirijen, siempre
diverso del propio.
Es así que nosotros habríamos agregado a la deserición física, histórica i polí-
tica de la Arjentina, interesante ciertamente para las personas siquiera mediana-
mente ilustradas, alemios capítulos que sirvieran de guía de viaje a los que los
caprichos de la suerte obligan a abandonar, casi sin recursos, los pobres hogares
que bien o mal ampararon su niñez i adolescencia; a ponerles en guardia contra
la maldad humana que no repara en aprovecharse de la ignorancia de los míse-
“ros; a darles útiles consejos relativos a la colonización, haciéndoles conocer desde
el Reglamento del Asilo de Inmigrantes hasta las leyes nacionales sobre inmigra-
ción; sobre fundación de colonias, venta o arriendo de tierras; sobre materias
primas por esplotar; enfin, todo cuanto puede facilitar la venida, la instalación
i la provechosa labor «a los ciudadanos españoles que, por cualquier causa, se
dirijan a este país con ánimo de establecerse en él ».
Lo que sintetizando vale decir : sin perjuicio de la sección histórico-jeográti-
ca, lar mayores informaciones comerciales, industriales, agrícolas i viales.
S. E. B.
Huergo (L. A.), injeniero civil. El puerto de Buenos Aires. Historia téc-
nica del puerto de Buenos Aires, preparada para el Congreso Internacional de
Injenieros de $S. Louis, Missouri, Estados Unidos de Norte América (octubre
de 1904).Un volumen de 180 pájinas con 24 figuras ilustrativas intercaladas en
el testo i 4 grandes láminas, con 3 apéndices, etc. Imprenta de la Revista Téc-
mica, 1904.
Admira la constancia con que el incansable decano de los injenieros arjentimos
defiende sus ideas profesionales respecto del puerto de la Capital, no perdiendo
ocasión de hacer constar como los hechos le han dado, le dan i le seguirán dan-
do razón en cuanto ha sostenido relativamente al errado proyecto de los archi-
grandes injenieros Hawkshaw Son dd Hayter.
Es un hecho de todos sabido qne cuando el injeniero Huergo propuso hacer
del Riachuelo un gran puerto, con un ensanche hacia el norte frente a la ciudad,
los altos dignatarios arjentinos le hicieron_a un lado por las razones que nues-
tros lectores conocen perfectamente, pues se dijo que obedecian a un acto de
prudencia de aquellos mandatarios que necesitaban garantizarse del buen resul-
tado del puerto bonaerense, confiando su proyectación a injenieros estranjeros de
« competencia reconocida », temerosos de que los injenieros nacionales fueran
incapaces de encerrar entre murallones, más o. menos robustos, una zona de
agua dulce en nuestra playa, de dar a dichos murallones la debida fundación,
por el pésimo terreno de cimentación (arena i tosca!); de escavar con dragas te-
rrenos tan tenaces como el limo o la arena, pues no es lo mismo dragar con las
mismas escavadoras aquí que allá i menos aun que... acullá! Los poderes de en-
tonces, comprendieron que no había en el país un solo profesional arjentino que
supiera proyectar i construir una esclusa, un depósito de mercaderias; pedir a
una casa estranjera maquinaria aparente, pues quizás confundiera el hierro dul-
136 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ce con el... amargo; i, lo que es peor aún, que fuera capaz de proyectar una dis-
tribución racional de puerto.
Con estas ideas, fruto de la más profunda... convicción; fomentadas especial-
mente por senadores mui entendidos en cuestiones «económicas », el proyecto
Huergo — á pesar de haber sido defendido por todos los injenieros arjentinos i es-
tranjeros aquí existentes, una punta de ignorantes, fué desestimado por aquellos
a quienes correspondía resolyer, i muestro magno puerto fué entregado a la pro-
yectación de personas « entendidas », sólo incapaces de... equivocarse, 1 gracias a ello
tenemos hoy el económico puerto de la Capital (cuesta yaunos50.000.000 depesos
oro i está inconcluso!), perfectamente distribuido, apesar de sus dos esclusas absolu-
tamente inútiles, jamás utilizadas (después de haber costado más de 1.500.000 pe-
sOs Oro); a pesar de sus cinco puentes jiratorios, cuyo único defecto es el de ser
una eterna rémora para el movimiento de esplotación 1 obligar a un gasto de
conservación no indiferente; malgrado la estensa ristra de doques (más de
3 kilómetros de largo); comodísimo, en cambio, gracias al ancho innece-
sario de sus doques (160 m.); gracias a la estrechez de su dársena sud (dársena
dle qué? de construcción? de reparaciones? de flotación? dle armamento?) pero
con una estensión de 1000 metros por... 100 de ancho, a la que, para darle
algun destino, la han trasformado en doque de cargas i descargas construyen-
do un muelle de madera, cuyo mérito es el de haber obligado á reconstruirlo
por completo, pues se pudrió que fué un... disgusto! ; gracias a su antepuerto,
que sería un modelo de tal si tuviera mucho más largo, mucho más ancho i
mayor profundidad; gracias a su dársena norte, inmensa superficie de agua sin
aplicación productiva, a pesar de la boca tan grande que le han dejado, por don-
de entran comodamente no solo los grandes buques de ultramar sino que tam-
bién las grandes... marejadas del E., S. E. i S; gracias a su camal norte que
ayuda de una manera remarcable al del sud... a aumentar el coste de las obras i
los gastos de conservación, porque el del sud sólo mo bastaba al interés eco-
nómico... del puerto!...
Gracias, pues, a la previsión de nuestros poderes públicos (L. 1 E.), descarta-
do el injeniero Huergo con su puerto denticular, tal yez temiendo que un puer-
to así comiera mucho dinero, tenemos hoi... el que tenemos, sin dientes, pero
que ha comido al Erario una barbaridad de millones, i que, como dijimos, está:
bien distribwído, es cómodo 1 económico i aún agregaremos bien construído, pues si
los malecones de maderadesde elRiachuelo ala calle Belgrano se han podrido i el
oleaje los ha destruído; si una de las chimeneas de la casa de máquina está
en pie gracias á unos cuantos sunchos de hierro; si en la dársena sud hai constan-
temente que rehacer el revestimento de piedra en el talud del este i reconstruir
el muelle en el costado oeste, lo demás, gracias a «esceso escesivo » de dimensiones
i consecuentemente de coste, se mantiene en bastante buen estado.
La fama, pues, de los injenieros proyectantes estaría casi confirmada entre
nosotros si a ello no se opusieran por un lado los hechos, i consecuentemente la
tenaz propaganda del injeniero Huergo i la opinion técnica de todos los injenie-
ros del país, 1, por otro lado, otro «grande injeniero » — hablo del señor Cor-
thell — que consultado durante dos ó tres años por el Gobierno de la Nación, i
solicitados sus grandes conocimientos portuarios para resolver la cuestión del
ensanche del puerto actual — que resulta pequeño a pesar de ser un... gran
puerto — se plegó «y los muelles en espina de pescado (denticulares!) dando así,
BIBLIOGRAFÍA 137
sin quererlo, un golpe de maza a la reputación de los señores Hawkshaw «€ Son
“€ Hayter € Dobson, proponentes de la ristra de... doques!..
Pero no divagemos 1 volvamos a la memoria del injeniero Huergo :
Teniendo presente que nadie es profeta en su propia tierra, quiso consultar la
opinión de los técnicos norteamericanos i europeos, aprovechando del Congreso
Internacional de Injenieros que debía realizarse en Saint Louis, con motivo de la
Esposición, i previa historiación de los proyectos de puertos para la capital i de
la construcción del realizado, someter á su discusión la siguiente cuestión :
¿Es CONVENIENTE MANTENER LOS DOS CANALES DE ENTRADA ACTUALMENTE EN
USO EN EL PUERTO DE BUENOS AIRES O SOLAMENTE UNO?
¿EL DEL RIACHUELO O EL DEL NORTE?
La memoria del autor, escrita por él mismo orijinariamente en inglés, fué pre-
sentada i discutida en aquel congreso de injenieros. El señor Huergo ha agrega-
do a la edición española de su memoria, un resumen de la discusión habida en
las sesiones correspondientes del mismo. en la que tan poca airosa figura hizo el
injeniero, especialista consultor, señor Corthell.
No entrando en los límites de una bibliografía la consideración detallada
de la obra del señor injeniero Huergo, cuya lectura recomendamos á los que no la
conozcan, nos concretaremos a traseribir el juicio manifestado respecto de la
misma por el ilustre injeniero norteamericano Lewis M. Haupt, en la sesión del
5 de octubre, en el mencionado Congreso Internacional de Inmjenieros; i los
juicios emitidos por el injeniero hidrógrafo señor A. Bouquet de la Gryei por el
injeniero jefe del puerto de Amberes, señor Gustavo Royers :
SESIÓN DEL 5 DE OCTUBRE
« Terminada la discusión de los asuntos que constituían la orden del día, dice el
«Señor Lewis M. Haupt: Señor presidente: Como ha terminado la consideración
de los asuntos de la orden del día, y me veo en la imprescindible necesidad de
ausentarme en la noche de mañana, pido permiso para dar lectura al juicio que
he formulado sobre la Memoria del puerto de Buenos Aires, la que traigo
redactada,
« Señor presidente : Con el consentimiento prestado por la asamblea, tiene la
palabra el señor Haupt. e
«Señor Lewis M. Haupt: Este reconocidamente difícil problema ha llamado por
mucho tiempo la atención del mundo, pero nunca se ha sentido, como ahora, tan
imperiosamente sus necesidades, y esto á causa del rápido crecimiento en el cala-
dlo de los buques.
« De los documentos y memoria presentados á este Congreso por el señor Huer-
go, es evidente que hay dos distintas cuestiones que considerar, las que no
deben ser confundidas : una es la del acceso ; la otra, la del acomodo de los hm-
ques.
Canales de entrada
La primera es de capital importancia, pues sin un canal de acceso, el tráfico
debe hacerse por lanchas ó perderse para el puerto.
138 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
«Es lástima que de las láminas presentadas en la excelente exposición, sólo unas
pocas contengan escalas, así que nose tiene una idea completa de magnitudes ;
pero ellas dan una idea general suficiente de aspectos topográficos é hidrográficos
que habilitan para indicar mejoras.
«La cuestión promovida por el señor Huergo, y en la cual insiste con mayor
empeño, se resuelve fácilmente por el sentido común de todo economista, sea él
ó no un ingeniero. En efecto ¿ por qué razón se han de conservar, en circunstancias
difíciles, dos canales profundos que finalmente convergen en uno antes de alcan-
zar al agua honda ? La razón es tan obvia, como la del simplón que abrió dos
agujeros en la puerta de su casa : uno grande, para el paso de la gata madre, y
otro más chico, para los gatitos.
« En vista del mayor costo de conservación del canal del norte, parece evidente
que el mejor resultado financiero debe obtenerse abandonándolo y concentrando
todo el gasto en la mejora del otro. Pero independientemente de consideraciones
comerciales, financieras ó locales, hay una ley física que parece haber sido igno-
'ada en el estudio de la mejora, es decir : el hecho de que las corrientes de agua
nunca siguen la línea recta, á pesar de lo cual, estos canales dragados se han cor-
tado en líneas rectas y se han unido entre sí por alineaciones rectas, formando
ángulos, violentando así á la naturaleza. El trazado propuesto por el señor Huer-
go en 1876, es muy superior al otro, siendo al mismo tiempo el más corto á la
línea de contorno de 21 pies de profundidad por razón de las dos curvas, de fá-
cil navegación ; pero el que suscribe cree que puede mejorarse ese trazado y re-
ducirse su longitud utilizando una eran parte de los canales existentes, adop-
tando una sola curva, muy abierta, como de unos 14.000 metros de radio, tan
abierta que no ofrezca el menor inconveniente para la navegación y que siga lo
más aproximadamente posible el talweg indicado del Estuario.
«No tengo á mano los datos para un cálenlo de su costo, pero él sería relativa-
mente pequeño en comparación del costo de conservación de los dos canales ac-
tuales.
El puerto
« Asegurado el acceso al Puerto, queda por considerar el acomodo conveniente,
con facilidades para el pronto despacho de mercaderías y buenas condiciones hi-
giénicas de dársenas y diques.
« Desgraciadamente, el último desideratum es muchas veces olvidado y las
necesidades existentes en localidades donde la amplitud de la marea es grande,
hacen indispensable la construcción de diques y darsenas cerradas; pero en Buenos
Aires no existen tales condiciones y debe permitirse la mayor libertad de comu-
nicación y circulación de las aguas del estuario concurrente con la buena pro-
tección interior de la acción violenta de las olas.
« Esta exigencia ha sido admirablemente bien resuelta en los planos propuestos
por el señor Huergo desde el año 1881, evidentemente apreciados en su valer,
endosados y hasta cierto punto aplicados por el señor Corthell en 1902.
« La oblicuidad de los muelles es también una condición admirable, desde que
aumenta la facilidad de acceso de los buques y estorba menos el pasaje general
de los mismos, reduciendo así la longitud y, consiguientemente, el costo del mu-
rallón exterior.
BIBLIOGRAFÍA 139
«Este sistema de muelles fué propuesto para la mejora del Puerto de Filadelfia
hace unos veimte años, cuando el ancho del río era limitado, y el hielo y las
corrientes transversales hacían peligrosos á los muelles normales ; pero la medida
era demasiado radical en aquella época. $
« Muelles semejantes se han construído posteriormente, con ventaja, en una ter-
minal de ferrocarril, en el puerto de Nueva York.
«Los diques cerrados tienen además el inconveniente de aislar los muelles exte-
teriores del fácil acceso á las comunicaciones del interior del país, de exigir su
conexión por puentes giratorios, del empleo de cuidadores para su conservación,
obligando 4 mayores gastos y á mayores recorridos.
« Estas pocas indicaciones son respetuosamente presentadas, en la esperanza de
que ellas puedan ser de alguna utilidad en el desarrollo del comercio y corte-
sía internacionales. (Grandes aplausos).
OPINIONES AUTORIZADAS
Carta del señor ingeniero hidrógrafo D. A. Bouquet de la Gorye
París, noviembre 9 de 1904.
Señor ingeniero Luis A. Huergo :
«Iba á ir al Royal Hotel á retribuir la visita que usted tuvo la amabilidad de
hacerme, cuando el señor Dumesnil me ha hecho saber su partida.
« Había recorrido nuevamente el muy interesante trabajo que usted ha publicado
sobre los diversos proyectos presentados, ó en parte ejecutados, relativos al puer-
to de Buenos Aires, y deseaba decir % usted que las ideas que usted ha emitido
me parecen muy acertadas.
«Fuera del proyecto de usted, me parece que los demás ingenieros no se han preo-
cupado suficientemente de la faz económica 6 comercial de la cuestión, es decir,
de llegar 4 un resultado lo menos costoso posible para un tonelaje determinado.
Los derechos remuneradores de los gastos deben ser mínimos, si se quiere atraer
los buques ; todo gasto inútil debe suprimirse.
«Así, de los dos canales que tienen que mantenerse por dragado sobre una tan
erande extensión, uno de ellos es absolutamente inútil. Un puerto de río, acce-
sibles solamente á vapores 6 veleros remolcados, no tiene necesidad alguna
de dos entradas. - ñ
« En segundo lugar cuando las oscilaciones de las mareas son pequeñas, los di-
ques cerrados por esclusas son inconvenientes.
«Los marinos desean siempre poder entrar sin demoras, amarrar á los muelles
sin tropiezos, y apartarse lo menos posible de su ruta.
« Esto indica las ventajas de las dársenas denticulares ó6 muelles oblícnuos con
respecto ú la corriente del río.
«La entrada es la que mayormente debe facilitarse; para la salida, siempre
hay el tiempo necesario.
« Las dársenas denticulares presentan, además, la ventaja de dar un máximo de
desarrollo de diques ó muelles para una superficie dada.
«Por otra parte, en países nuevos, estos deben preferirse á los longitudinales,
en razón de la diferencia del costo.
140 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
« Queda aún por estudiar la cuestión de los rellenos interiores y exteriores.
« Afuera ¿no podría haberse limitado el canal mediante faginajes, haciéndolo
limpiar con dragas de succión ó con el arrastre de aparatos especiales ?
« Pero, en esto, es evidente que ustea tiene la experiencia local de que yo carez-
co, y sólo siento que la longitud del canal sea tal que haga imposible el pensar
en diques de vertedero (Chasses).
« He aquí, señor, una bien larga carta ; pero, las cosas del mar son siempre para
mi muy interesantes, y en el caso presente, se trata de un país amigo,
« Ruego á usted quiera aceptar las seguridades de mis sentimientos más dis-
tinguidos.
A. Bouquet de la Grye ».
N. B. — Quiera usted aceptar algunas de mis obras que tratan esas cuestiones
de mi preferencia en la profesión.
Carta del ingeniero en jefe del puerto de Amberes, señor Gustavo Royers
Amberes, noviembre 24 de 1904.
Señor ingeniero Luis A. Huergo :
Buenos Aires.
Señor y distinguido colega : y
« Debido á la atención del señor senador Bergman he recibido hace pocos días el
interesante opúsculo de usted sobre el puerto de Buenos Aires. Lo he recorrido
y me propongo volverlo á leer con toda la atención que él merece ; entretanto 0s
envío, con mi expresión de agradecimiento, mis más sinceras felicitaciones con
motivo de vuestra exposición, tan clara como completa, tan bien razonada como
netamente concluyente.
« Recibid señor y muy apreciado colega la expresión de mis más distinguidos
sentimientos.
G. Royers ».
¿Que dicen a esto los señores políticos arjentinos que humillaron caprichosa
i gratuitamente a los imjenieros del país ?
¿Estarán dispuestos, hoi, a aceptar que en los meollos arjentinos brilla también
la luz de la intelijencia i que pueden proyectar obras a la par de los injenieros
de otras naciones ?
Lo veremos.
Por otra parte, ¿qué dice a esto el diario que pretendió desconceptuar ante
propios i estraños a la colectividad injenieril, nacional i estranjera aquí resi-
dente, para salir en defensa de injenieros 1 obras que no conocía ?
I entiéndase bien, que el daño se agrava si se tiene en cuenta que ni el inje-
niero Huergo, ni los injenieros que le apoyaron con su voto independiente i cons-
ciente, tenían ni aspiraban a tener interés en las obras que pudieran efectuarse
para el magno puerto de nuestra Capital, pues es público i notorio que el señor
Huergo no habría aceptado, por delicadeza, la proyectación i dirección de esa
obra — dados los hechos producidos — o, de aceptarlas, lo habría hecho renun-
ciando a toda compensación pecuniaria, mira que no podía tener quien renun-
BIBLIOGRAFÍA . 141
ciara a la remunerativa dirección del puerto del Riachuelo, antes que acatar el
atropello técnico de los poderes nacionales.
T aquí cuadra una protesta contra el mismo diario de la mañana que en su
número del 13 de marzo comete la nueva e incomprensible injusticia de declarar
que nuestros altos empleados carecen de carácter para oponerse a los caprichos de
los altos mandatarios : En toda la administración nacional hal numerosos casos
de altiveces bien aplicadas, algunos recientes como los de los señores Tidblon,
Martínez Castro, Veyega, Pizzurno, ete; pero me concretaré a las obras públicas :
en esta rama de la administración no habrá olvidado el diario aludido con cuanta
altivez bien aplicada renunciaron los injenieros Huergo, G. White, Pirovano, ete.
antes que humillarse ante los caprichos presidenciales o simplemente minis-
teriales.
S. E. BARABINO.
CASA EDITORA CONI HERMANOS, BUENOS AIRES.
Dassen (C. C.), injeniero civil, doctor en ciencias físico matemáticas. Tratado
elemental de áljebra, de acuerdo con el concepto moderno de esta ciencia i
los métodos más rigurosos. Un vol. de xXxVvI-528 pájinas, con 1100 ejercicios
escojidos con sus respectivas soluciones. Coni hermanos, editores, Buenos
Aires 1905. Precio : pesos 5 moneda nacional.
En cuanto al Aljebra el doctor Dassen dice :
« El concepto actual del álgebra es el de la ciencia que estudia los grandores
matemáticos susceptibles de ser dirigidos en dos sentidos. Sin embargo, la intro-
ducción del concepto de dirección en esta ciencia no es reciente, data ya de va-
rios siglos; pero, hasta hace poco, esa noción era tratada con cierto recelo.
El mismo Duhamel, en su conocida obra sobre los métodos, sólo se decide á
abordar las llamadas cantidades negativas cuando trata las ecuaciones de primer
9 tado, y aún así lo hace con toda clase de precauciones, con visible desconfian-
za. Para casi todos los autores, lo que caracteriza el álgebra es únicamente el
empleo de letras en la representación de las cantidades aritméticas (es decir no
dirigidas).
Ahora bien, aparte de que el uso de letras para designar grandores se encuen-
tra también en geometría y en aritmética (especialmente en la Aritmética gene-
ral) al llegar 4la discusión de los problemas de primer grado se debe fatalmente, como
Duhamel, introducir el concepto de dirección y entonces la definición dada para
el álgebra, haciéndola consistir únicamente en el empleo de las letras, resulta
insuficiente. Hoy, como dijimos al principio, queda perfectamente deslindado el
objeto del álgebra en la forma indicada, es decir como ciencia de los grandores
dirigidos en dos sentidos. Sin embargo, en esta obra, para no chocar demasiado
con las costumbres, al definir el álgebra hemos reasumido los dos conceptos : el
moderno, recién indicado, y el antiguo, que la hace consistir en el empleo de le-
tras para designar las cantidades.
« Mientras los autores (como el citado más arriba) se limitaron á aplazar la
consideración de los grandores dirigidos hasta llegar á la discusión de los pro-
blemas de primer grado, sin considerar entre tanto las llamadas cantidades ne-
gativas, y presentaron las operaciones fundamentales en la misma forma que en
la aritmética no hubo, bajo el punto lógico, gran mal en ello; pero no sucedió lo
142 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
mismo cuando se introdujeron dichas cantidades negativas en las operaciones
fundamentales sin variar la teoría aritmética deéstas, es decirsin definir previa-
mente que modificaciones debían necesariamente resultar, en el concepto de las
operaciones fundamentales, de la asociación de la noción de cantidad matemáti-
ca con el de dirección en dos sentidos. Sin definir, por ejemplo, qué debía
entenderse por el concepto de multiplicador negativo ó sea de repetir el multi-
plicado como sumando un número de veces negativo, etc. El resultado de esto ha
sido que sólo se ha enseñado el mecanismo del cálculo algebraico, es decir el mo-
vimiento autómatico de los símbolos del álgebra de acuerdo con reglas fijas,
como las piezas del juego de ajedrez.
« Conviene, indudablemente, saber calcular con precisión, lo mismo en arit-
mética que en álgebra, pero, como dice Jules Tannery : « Se habla mucho hoy
«de la virtud educadora de las ciencias, y está entendido que la virtud de las
« matemáticas consiste en enseñar á raciocinar, pues bien, esta virtud no se en-
« cuentra seguramente en el mecanismo del cálculo ; el mecanismo es útil, desde
« que permite resolver correctamente un gran número de problemas, pero su utili-
« dad está limitada al orden práctico ».
« El texto que sale hoy á luz tiene por misión especial suplir entre nosotros
los defectos apuntados en lo relativo á los textos usados en el país. La teoría de
las operaciones fundamentales hechas con grandores matemáticos, no dirigidos
primero, y dirigidos en dos sentidos después, está expuesta con todo rigor y
aunque la enseñanza de estas teorías será algo molesta, es necesario, resignarse,
pues son indispensables para poder darse cuenta de la relación que existe entre
la realidad y el mecanismo del cálculo ; para saber por qué puede aplicarse este
mecanismo á los fenómenos de la vida. Formemos alumnos menos autómatas y
más conscientes, aún cuando esto nos cueste mayores sacrificios.
« Lo mismo que en los tomos relativos á la geometría, los programas oficiales
no nos han servido de norma en el orden de colocación de las diversas partes
constitutivas, pero este texto contiene todo lo que es lícito exigir en la enseñan-
za secundaria y puede por lo tanto adaptarse á cualquier programa. Es ésta tam-
bien la causa de lo voluminoso de este libro. Sin embargo, debo llamar la aten-
ción sobre este hecho : todo lo que contiene este texto es esencialmente elemental y
puede ser exigido, como ya ha sucedido, en los programas oficiales.
« Las materias tratadas deben figurar en cualquier curso de álgebra elemental
completo y pueden ser útiles en una ú otra circunstancia de la vida.
< Contribuyen también á hacer voluminoso este texto los 1100 problemas es-
cogidos que contiene y que en esta ciencia son indispensables para la aplicación
de la teoría. Esos ejercicios evitarán á los alumnos y profesores tener que mu-
nirse de un libro especial y así se compensará el aumento de costo consecuente
de la extensión y naturaleza de este libro.
« Se ha agregado al final las soluciones de los ejercicios, pues es un hecho no-
torio que la posibilidad de confrontar si la solución hallada en un problema es
exacta, produce una satisfacción que estimula é invita á continuar resolviendo
más problemas.
« Para terminar con lo relativo á la extensión de este libro, debo observar que
mientras no exista entre nosotros estabilidad asegurada en los planes de estudio,
ningún autor podrá escribir textos de matemáticas de la índole de éste, es decir
reasumiendo los últimos progresos de esta ciencia y con gran acopio de ejercicios
BIBLIOGRAFÍA 143
escogidos, ajustándose estrictamente al programa vigente en el momento de es-
eribirlo, pues correría el peligro de que dichos programas estuvieran ya modifi-
sados al terminar la redacción de la obra — trabajo necesariamente largo cuando
se efectúa en las condiciones antedichas.
« Ningún editor prolijo querrá tampoco cargar con los gastos de semejante im-
presión, pues cualquier modificación en el programa traería seguramente el au-
mento de algún tema no existente en el anterior y haría deficiente el texto es-
erito en base al primero. No queda, pues, otro recurso que el de escribir un libro
que contenga todo lo que es lícito exigirse en la enseñanza secundaria para res-
ponder á cualquier programa, y entonces debe necesariamente resultar el texto
voluminoso como sucede con el presente.
« He introducido en este libro varios signos y términos modernos, agregando
también en nota datos históricos relativos al origen de los símbolos usuales. Al
llegar al mecanismo del cálculo algebraico, introduzco el símbolo—de equivalencia,
áfinde quelos alumnosse acostumbren siempre ¿distinguir aquellas cantidades que
sólo son iguales por circunstancias fortuitas ó convencionalmente, de aquellas
que lo son por necesidad intrínseca, esto es, por tratarse en realidad de la mis-
ma cantidad escrita de la otra manera en virtud de haberse aplicado á la expre-
sión que la representa el mecanismo del cáleulo.
« En tipo menor se encuentran indicadas todas aquellas cuestiones que, sin
ser de capital importancia, puede convenir conocer, ya porque el programa vi-
gente lo exige, yo por disponerse de tiempo bastante para verla.
« Se ha numerado abundantemente los párrafos á fin de facilitar al profesor la
tarea de escoger aquellos que, á su juicio y en base al programa vigente, deban
estudiarse Ó pasarse por alto.
« Lo que más llamará la atención en este texto es la importance
á la teoría de las operaciones, á la interpretación de las cantidades negativas é
a dada en él
irracionales — hemos dicho más arriba el por qué; precisamente, la metafísica de
las operaciones, esto es la razón de ser de ellas, el estudio de su correspondencia
con la realidad, ha sido la característica de los estudios hechos especialmente en
los últimos treinta años. Bastará citar los nombres de Paul du Bois Raymond, Hotiel,
Hankel, Bellavitis, Dedekind, G. Cantor, Kronecker, etc. Como consecuencia, todo
aquello que carezca de interpretación en base á la teoría de las operaciones alge-
braicas, por ejemplo las llamadas cantidades imaginarias, infinitas, etc., ha sido
cuidadosamente eliminado de este texto; es necesario no acostumbrar á los
alumnos á manejar símbolos que nada representan, que implican contrasentidos.
< Dada la importancia que ha adquirido la representación gráfica, he dedicado
á ella un capítulo especial.
« Aquellos que conozcan prácticamente las dificultades que se encuentran en la
impresión de un texto de matemáticas efectuado en el país se darán cuenta del
esfuerzo hecho por la casa editora para llevar á cabo el presente.
«Es facil que se hayan deslizado algunos errores é incorrecciones, especial-
mente en las soluciones de los ejercicios, no obstante el cuidado que se ha tenido
para evitarlos : agradeceré todas las indicaciones que se me hagan al res-
pecto.
« Al aceptar la tentadora invitación de los señores Coni hermanos, de « eséri-
« bir un tratado completo y moderno para la enseñanza de las Matemáticas en nues-
« tros colegios secundarios, que revele que la ciencia argentina empieza á abrirse
144 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
rumbos propios », no dejó de parecerme un tanto atrevido el propósito de que-
brar la rutina “que en esta materia reina, pero he confiado siempre en que la
mayoría de los profesores sabrá apreciar este esfuerzo, y que este libro servirá
siquiera de punto de partida para una reforma en la enseñanza de las matemáti-
cas, de acuerdo con las ideas modernas expuestas por tantos autores de genio y
sancionadas por diversas revistas y congresos matématicos. »
CASA EDITORIAL CH. BÉRANGER, PARIS.
Chevalier (H.), docteur es sciences, sous-directeur du laboratoire d'électricité
industrielle de la Faculté des Sciences, professeur a 1"École supérieure dIndus-
trie eb a la Société Philomatique de Bordeaux. Etude pratique des cou-
rants alternatifs simples et poliphases; et de leurs principales applications
industrielles. 1 vol. grand in-8 de 362 pages, avec 427 figures intercalées dans
le texte. Ch. Béranger, éditeur, Paris 1905. Prix : 15 frances.
El autor discurre de : Leyes de la inducción, alternadores industriales, co-
rrientes alternas, las sinusoides, método de los vectores, intensidad de la corrien-
te alterna, intensidad eficaz, diferencia de potencial alterno, diferencia de potencial
eficaz, auto-inducción de los circuitos, condensadores, capacidad de los circuitos
potencia de las corrientes alternas, transformadores industriales, carrete Ruhm-
korff, funcionamiento de los alternadores, motores de corriente alterna, campos
magnéticos rodante
s, corrientes polifásicas, alternadores polifásicos, distribución
de la enerjía con corrientes trifásicas, motores de corrientes polifásicas, Mecanis-
mos para cambiar la naturaleza, forma o frecuencia de las corrientes eléctricas,
medida i tarado de la enerjía eléctrica. El trasporte de la enerjía a la distancia i
las corrientes alternas, cuadros i gráfico para el cálculo de la sección de uma ca-
nalización eléctrica de cobre.
Sobre esta obra, que es el resultado de las lecciones públicas de electricidad
industrial dadas por el autor en Burdeos, bajo los auspicios de la Sociedad Ami-
gos de la Universidad, cedo la palabra al señor Emilio Gossart, profesor de física
esperimental en dicha universidad, de quien el autor fué ayudante durante ocho
años i suplente durante otros dos :
« La tentativa de abordar la difícil cuestión de las corrientes alternas ante el
público exije un cierto valor, pues no puede dársele sin la guía del análisis matemá-
tico i el auditorio esta fatigado por la labor diurna (las lecciones eran nocturnas).
Se requeria un práctico para hablar a prácticos, dictar un buen curso i hacer
un huen libro práctico : Sirviéndose del oscilógrafo 1 buenos procedimientos es-
trobascópicos, obligando a las fuerzas electromotoras i corrientes variables a des-
arrollarse en sus rápidas fases ante los espectadores o lectores, el señor Cheva-
lier los pone inmediatamente en comunicación íntima con los hechos reales, sin
recurrir a las sabias combinaciones de las ecuaciones diferenciales...
Su estudio de las corrientes alternas, sobre todo en las aplicaciones industria-
les, demuestra que el autor nos presenta lo que ha visto i palpado; se reconoce
en él al hombre activo que ha visitado los mejores laboratorios i oficinas más
adelantadas de Francia, Bélgica, Suiza, Alemania 1 Suecia »...
Se trata, pues, de una obra esencialmente práctica, 1 por lo tanto útil, en el
campo de la electrotécnica.
S. E. BARABINO.
BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
PUBLICACIONES RECIBIDAS EN
CANGE
EXTRANJERAS
Alemania La des Ing. Electriciens Institute Mon-
Zeftschrift der Gesellschaf fur Erdkunde, E TA
Berlin. — Verhandlungen des Naturhisto= Brasil
rischen Vereims der preussischen Rhina-
lande-Westfalens, etc., Bonn. —Abhandlungen
herausgegeben von Naturwissenschaftlichen
Verein, Bremen. — Deutsche Geographische
Blátter, Bremen. -- Abh. der Kaiserl. Leop.
Carol. Deutschen Akademie der Naturforscher,
Halle. — Nachrichten von der Konigl Ges-
ellschaft der Wissenschaften, Gottingen. —
“Sitzungsberichte und Abhandlungen der Na-
turwissenschaftlichen Gesellschaft, Dresden.
— Naturforschenden Gesellschaft, Leipzig.
— Mitheilungen aus dem Naturhistorischen
Museum, Hamburg. — Berichte uber die
Verhandlungen der Koniglich Sachsischen
Gesellschaft der Wissenschaften, Leipzig. —
Mittheilungen der geographischen Gesells-
chaft, Hamburg. — Berichte der Natur-
forschenden Gesellschaft, Freiburg. — Jahres
Berfchte des Naturwissenschaftlichen, El-
berield. — Mathematisch Naturwissenschaf-
tlichen Mitheilungen, Stuttgart. — Schriften
der Phisikalisch — Okonomischen gesells-
chaft, Kónigsberg.
Australia
«Records of the geological Survey, Sydney.
Austria-Hungría
Verhandlungen des naturforschen des Ve-
reines, Brúnn. — (Agram) Societe Archeologi-
ches « Croate », Zagreb. — Annalen des K.
K. Naturhistorischen of Museums, Viena. —
Verhandlungen der K. K. Zoologisch Botanis-
chen gesellschaft, Wien — Sitzungsberichte
des deutschen naturwissenchaftlich Medi-
cinischen Vereines fur-Bohmen, « Lotos »
Praga. — Jarhbuch des Ungarischen Kapathen
Vereines, Iglo.
Bélgica
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des Beaux Arts, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
Entomologique, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
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Campinas. — Rev. da Federacao de Estudian-
tes Brasileiros, Rio Janeiro. — Bol. da Agri-
cultura, S. faulo. — Rev. de Seciencias, In-
dustria, Politica é Artes, Rio Janeiro. — Rev.
do Museo Paulista, S. Paulo. — Bol. da Co-
missao Geográphica é beologica do Estado
de Minas Geraes, San Joao del Rei — Co-
missao Geográphica é Geologica, San Paulo.
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neiro. — Bol. do Inst. Geographico € Etno=
graphico, Rio Janeiro. — Escola de Minas,
Ouro Preto.
Colombia
An. de Ingenieria. Soc. Colombiana de
Ingenieros, Bogotá.
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Oficina de Depósito y Cange de Publica-
ciones, San José. — An. del Museo Nacional,
San José, — An. del Inst. Físico Geográfico
Nacional, — San José.
Cuba
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Pensamiento Latino, Santiago. — Verhan=
dlungen des Deutschen Wissenschaftlichen
Vereines, Santiago. — Actas de la soc. Cien-
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Hijiene, Santiago. — Ofic. Hidrográfica de
la Marina de Chile, Valparaíso. — Rev. Chi-
lena de Historia Natural, Valparaíso.
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de la R. Acad. de Ciencias, Barcelona. — R.
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Unión: Ibero-Americana, Madrid. — Rev. de
Obras: Públicas, Madrid. — Rev. Tecnológica
Industrial. Barcelona. — Rev. Industria e
invenciones, Barcelona. — Rev. Arqnitectura
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Metarlúrgica y de Ingeniería, Madrid. — La
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Ingénieurs Civils de France, Paris. — Bull.
de L'Uniyersité, Toulouse. — Ann. de la Fa=
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Soc. de Géographie Commerciale, Paris. —
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ces, Paris. — Bull. de la Soc. de Géographie,
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naire, Alfort. — Travaux Scientifiques de
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Géographie Commerciale, Bordeaux. — Bull.
de la Soc. des Sciences Naturelles et Ma="
thematiques, Cherbourg. — Ann. des Mines,
Paris. — Min. de Instruction Public et des '
Beaux Arts, Paris. — La Feuille des Jeunes
Naturalistes, Paris. — Rev. Géographique In-
ternationale, Paris. — Ann. de la Soc. Lin--
néenne, Lyon. — Bull. de la Soc. de Géogra-
phie Commerciale, Havre. — Bull. de la Soc.
¿d'Etude des Sciences Naturelles, Reims.
Holanda
Acad. R. des Sciences, Amsterdam. — Ne-.
derlandche Entomolog. Verseg, Rotterdam.
Inglaterra
The Geological Society, London. — Minutes
of Proceeding of the Institution of Civil
Engineers, London. — Institution of Civil E
Engineers of Ireland, Dublin. — The Mine-
ralogical Magazine Prof, W. J. Lewis M. A.
F. C. S. the New Museums, Cambridge. —-
The Geographical Journal, London. — Bris-
tish Association. for the Advancement of
Science, Glasgow. — The Guaterly Journal of
- the Geological Society, London.
(Concluirá en el próximo número.)
DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
A Secretarios Doctor JuLro J. GATTI y señor EnvanDo A. HOLMBERG
ABRIL 1905. — ENTREGA IV. — TOMO LIX
N.D 1 CER
ri tamiento. pl eliminación de las basuras. Informe trico-prctic de la comisión
ia buon Z,
p Mrsceninea.
BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
seo SAS 684 — CALLE PERÚ — 684
4909:
JUNTA DIRECTIVA
RESCUE NAS E ota Ingeniero Vicente Castro ¿ :
Vicepresidente Muiiin...... Teniente coronel ingeniero Arturo M. Lugone -
Vicepresidente Di Ingeniero Haduardo M. Lanús
Secretario de actas.......... Ingeniero Armando Palmarini , Eno
Secretario de correspondencia. Señor Guillermo J. White > j
Tesorero....... ASTM Ingeniero Luis A. Huergo (hijo)
Biblioteca mania oo. dad Senor José Sanchez Diaz
/ Ingeniero Emilio Palacio
Ingeniero Julian Romero
Señor Vicente González Cazón
Vocales a e ke ¿ Ingeniero Carlos Berro Madero
A | Senor Juan B. Ambrosetti
Profesor Pablo A. Pizzurno
Ingeniero Evaristo V. Moreno
A A Senor Juan Botto í
REDACTORES
Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero
José S. Corti, doctor Ignacio Aztiria, ingeniero Emilio Candiani, doctor Eduardo L,
Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, ingeniero Luis Luiggi, ingeniero Mauro
Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor Cristóbal:
M. Hicken, senor Félix Outes.
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de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito 4 la Dirección, para
que ésta á su yez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. 5
La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares
reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número
con la casa impresora de Coni hermanos.
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho 4 la corrección de dos pruebas.
Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección,
Cangallo 1525.
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TRATAMIENTO I ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS
INFORME TEÓRICO-PRÁCTICO DE LA COMISIÓN ESPECIAL (1)
Por la alta importancia hijiénica que reviste el problema de la eli-
minación de la basuras urbanas, vamos á dar cuenta algo detallada de
los estudios 1 ensayos prácticos realizados por la Comisión que para
el efecto nombrara la Intendencia de nuestra Capital (2).
'El S de noviembre de 1898, el Consejo Deliberante dictó una orde-
nanza facultando a la intendencia a contratar hornos para la «ere
mación de las basuras », debiendo aprovecharse el calor de combus-
tión en la producción de luz eléctrica i fuerza motriz.
Dicha ordenanza establecía desde luego la eremación como trata-
miento para la eliminación de las basuras, sin haberse practicado nin-
gún estudio teórico-prático de la cuestión entre nosotros. Eran múl-
tiples los sistemas adoptados en las distintas ciudades de Europa i
Norte América para tratar sus basuras ; muchas los habían modifica-
do fundamentalmente 1 otras enviado técnicos a practicar en los dis-
tintos países, el estudio de las instalaciones existentes a fin de deducir
el de mayor adaptabilidad en elpropio : la mayor parte, en fin, habían
designado comisiones de peritos para que hicieran el estudio teórico-
práctico de la cuestión, verificando el de la composición de las basu-
Tas y realizando ensayos de sus diversos tratamientos. Este modo de
proceder era racional, dado lo complejo de la cuestión 1 la multipli-
cidad de factores que intervienen en su solución, diversos de un país
a otro 1 aun de una ciudad a otra en un mismo país.
El intendente Bullrich así entendió e interpretó los términos de la
(1) Un volumen de 350 pájinas en 8% mayor con numerosas ilustraciones i
cuadros estadísticos imt.rcalados en el testo.
(2) La falta de espacio i el mo haber podido tener más pronto los clisés nos ha
impedido publicar antes este artículo ; pero como el problema de las hasuras es
aún hoy de palpitante actualidad, no ha perdido este trabajo nada de su interés
científico, 1, por consiguiente, su publicación es siempre oportuna. (La Dirección.)
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX. 10
146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Ordenanza dictada por el Consejo, por lo que dió el decreto de fecha
26 de enero de 1899, nombrando una Comisión para que procediera á
estudiar científica i prácticamente el problema i propusiera la solu-
ción más racional.
La Comisión no pudo enviar al esterior un injeniero que debiera
luego informarla del estado de esta cuestión en los diversos países de
Europa i América, por razones económicas que tuvo que respetar, i
desde aquí realizó el estudio directo de la cuestión, en informes ofi-
ciales, revistas, documentos remitidos por diversas corporaciones, 1
recurrió á los desinteresados servicios de algunos injenieros que enton-
ces viajaban en Europa i a los que se les solicitó su concurso.
Se trataba de definir, en jeneral, qué sistema de tratamiento de
basuras debía adoptar la ciudad de Buenos Aires. A las dificultades
inherentes atan grave i trascendental problema, se unía este hecho
deplorable : la de que ninguna capital importante de Europa, había
resuelto definitiva 1 acertadamente el tratamiento de sus basuras 1
mui pocas ciudades americanas las trataban industrialmente a fin de
reducirlas a un valor comercial, con detrimento para la hijiene que
debe ser el factor predominante en la solución.
La comision de estudios dedicó todo el año de 1899, a resolver el
problema planteado, i en noviembre produjo su primer informe, en el
que describía el estado actual de la recolección i quema de las basuras
i demostraba la urjencia en resolver el problema del tratamiento hijié-
nico de las mismas.
Entrando en el análisis de los diversos sistemas empleados hasta
la fecha, dice el informe :
<« Entrando, pues, de lleno en la cuestión, ¿cuál es el sistema de
tratamiento que más conviene aplicar á las basuras de esta ciudad y
al saneamiento del sitio de la quema?
« Los sistemas conocidos son los siguientes:
«1 Arrojar las basuras al mar;
«2 Destruirlas por el fuego ó sea la incineración;
«3% Llevarlos á los campos como abono ó sea la utilización agrícola
directa de las basuras;
«4" El procedimiento de Arnold, que consiste en esterilizar las
basuras sometiéndolas 4 una cocción en vasos cerrados, de paredes
resistentes, por el vapor recalentado bajo presión, que destruye las
emanaciones fétidas y los gérmenes contagiosos, en utilizar la grasa,
y aplicar los productos de esta cocción en el abono de la tierra.
« El primer sistema queda forzosamente eliminado, pues sólo proce-
TRATAMIENTO I ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 147
dería discutirlo con relación á las basuras de una ciudad situada á
orillas del mar, si no fuera un proceder bárbaro, contrario á los inte-
reses de la higiene y de la agricultura y completamente abandonado.
<« La Revue d*hygiene de 1897, hace un análisis crítico de un trabajo
de G. Waring, donde este autor demuestra los deplorables resultados
que dió el mencionado sistema en la ciudad de New York que lo
empleó por largo tiempo.
« Para juzgar los otros sistemas debe tenerse presente que la elimi-
nación y tratamiento de las basuras es un problema esencialmente
higiénico y que, por lo tanto, decir que la incineración no conviene
porque es procedimiento dispendioso ó poco remunerativo y que deben
preferirse los procederes de utilización, importa prescindir de lo funda-
mental para caer en lo accesorio.
«Los partidarios de la utilización á outrance, tomando lo secundario
por lo fundamental, caen en este razonamiento teórico, muy exacto
del punto de vista general de la circulación de la materia, pero que
no hace á la solución práctica de la cuestión.
«Todo viene de la tierra y todo debe volver á la tierra. Las
basuras de las casas y de los mercados, el lodo de las calles, los
líquidos cloacales, etc., son un embarazo para la higiene al mismo
tiempo que una riqueza para la agricultura, luego debe aplicársele
un tratamiento que las haga inofensivas para la salud y las utilice
para restituir á la tierra sus elementos de fecundidad.
« Así presentada la cuestión, desde un punto de vista puramente
teórico, parece que no debe trepidarse en aceptar los sistemas de utili-
zación, pero, como vamos á demostrar en seguida, en la práctica la
cuestión es muy compleja y requiere una solución especial en cada
caso.
« Desde luego, en higiene ninguna utilización es aceptable en tanto
que obste á la esterilización rápida de las basuras tan completa y
eficaz como en la destrucción de éstas por el fuego. Llenando esta
condición fundamental, la utilización debe ser remunerativa para ser
económicamente aplicable.
«Debe tenerse presente que hay una enorme diferencia entre la
proporción de los elementos utilizables en el abono de la tierra que
existen en los residuos de una ciudad, basuras, líquidos cloacales, y
la proporción de las que se utilizan efectivamente por los procederes
actuales de abono agrícola del suelo. La riqueza, no el valor de las
basuras para el abono de la tierra, resulta de su proporción de ázoe
que es la condición fundamental, el elemento necesario á la vida de
148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
todos los seres. Los elementos minerales, fósforos, potasa, etc., tienen
una importancia muy secundaria.
« El ázoe albuminoide tal como existe en las basuras y líquidos
cloacales no sirve para el abono. Las materias albuminoideas de
estos resíduos, bridas vegetales, restos y cadáveres de animales, deyec-
ciones, etc., sufren en el suelo una serie de transformaciones bajo la
influencia de multitud de acciones microbianas. Los infinitamente
pequeños entran en juego y producen los fenómenos de la putrefacción,
cuyo resultado es la transformación de ias substancias ternarias en
agua y ácido carbónico y de las substancias azoadas en compuestos
amoniacales.
« En efecto, las plantas no pueden absorber el ázoe albuminoide.
Es indispensable que este ázoe pase al estado de ázoe amoniacal, este
al de ázoe nitroso y este último al de ázoe nítrico para que combi-
nado con los álcalis del suelo pueda ser asimilado por el vegetal al es-
tado de nitrato.
« La mayor parte de las especies microbianas pueden efectuar la
primera de estas transformaciones, es decir, el ázoe albuminoide en
ázoe amoniacal, pero sólo determinadas especies, el fermento nitroso,
aislado y cultivado por Wisingrosky y el fermento nítrico, pueden
con el amoníaco formar el ázoe nítrico indispensable á las plantas.
« Los microbios contribuyen, pues, ampliamente á fertilizar el suelo
y á asegurar el movimiento perpétuo de la materia. Los albuminoides
transformados en el suelo en ázoe nítrico son tomados por la planta
y reconstituídos por ella en compuestos cuaternarios aptos para servir
á la alimentación del animal, cuyos excrementos durante la vida y
más tarde el cadaver, vienen á fertilizar el suelo.
<« En resumen, las materias albuminoideas son transformadas en el
suelo en compuestos amoniacales por la intervención de una multitud
dle acciones microbianas. Este amoníaco está transformado en ácido
nitroso que se une á los álcalis del suelo y forma nitritos, y por último
estos nitritos son á su vez transformados en nitratos que sirven para
la alimentación de los vegetales que reconstituyen con ellos la síntesis
de las materias albuminoideas.
«Los nitratos, materia de abono, asimilable, por la planta, son
formados por los microbios á expensas de las materias albuminoideas
del suelo. Los inmensos yacimientos del Perú, llamados guano ó sali-
treras, son el resultado acumulado de la acción microbiana durante
siglos.
« Los microbios de la nitrificación son, pues, una cadena indispen-
TRATAMIENTO I ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 149
sable en la rotación continua de la materia y por lo tanto de una
utilidad inapreciable para la humanidad y la agricultura, pues, sin
ellos no hay vegetación ni vida posible en la superficie del elobo.
«Sólo conociendo la función de estos microbios, sin cuya inter-
vención no hay fertilización del suelo, es posible darse cuenta de la
utilización de las basuras en el abono agrícola de la tierra, como de
ciertos fenómenos naturales.
«Los cristales de nitrato de cal que se encuentran en los viejos
muros resultan de la acción de los microbios nitrificantes sobre las
exudaciones amoniacales que se producen en abundancia en las viejas
murallas.
« Durante la revolución francesa, Lavoissier propuso extraer el
salitre del nitrato de la tierra de los sótanos.
«Antes se preparaban los nitratos para el abono mezclando los
residuos amoniacales (fumier) con yeso, pero este procedimiento arti-
ficial resultó caro y muy inseguro y por último innecesario después
del descubrimiento de los salitreros del Perú.
« En el procedimiento de utilización agrícola directa de las basuras,
¿qué sucede?
«Sucede que las materias albuminoideas de las basuras, restos
vegetales y animales, paja y pasto impregnados de estiércol y orines,
que los franceses llaman fumier, sufren una intensa fermentación
aerobia en la que pululan especies análogas al bacilus subtilus que las
oxida fuertemente, con desarrollo de calor que llega á S0 grados
centigrados y producción de amoníaco que se volatizay es arrastrado
por las corrientes de la atmósfera á tierras lejanas ó llevado al mar
para no volver seguramente al punto de partida.
« Así la materia albuminoidea antes de llegar á convertirse por la
acción microbiana sucesiva en la forma asimilable de materia de
abono, de ázoe nítrico, se ha desprendido al estado de ázoe amoniacal
quitándole todas las propiedades fertilizantes á las basuras. Los
químicos franceses calculan que la agricultura sufre una pérdida de
500 millones por esta sola causa de desperdicio, es decir por el ázoe
que al estado de gas amoniacal se desprende de la superficie del suelo
abonado con fumier. Queda, pues, demostrado que no es posible utilizar
el ázoe de las basuras abonando la tierra de los alrededores de la
ciudad, porque el ázoe, materia fertilizante, se evapora al estado
amoniacal.
<« En Europa para evitar esta pérdida de ázoe por la fermentación
aerobia, se fija el amoníaco mezclando las basuras ó el fumier con
150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
yeso, fosfatos, ó enterrándolas en fosas cerradas al abrigo del aire.
« En fosas cerradas, la acción microbiana es anaerobia, los micro-
bios muy activos transforman la paja, trapos, papeles, en materia
húmica, más pobre en hidrógeno pero más rica en carbono que la
celulosa, de aspecto graso y negruzco y desprende al mismo tiempo
ácido carbónico y carburo de hidrógeno ó sea gas de alumbrado.
«Se trata de la función de un microbio anaerobio, el mierobio de
la nitrificación, fermento nitroso, ó nitrococens del nuevo mundo, uno
de los seres vivos más útiles para la humanidad, que puede vivir y
multiplicarse en un medio que sólo contiene materias hidrocarbo-
nadas, descubierto y cultivado por Winograsky en la sílice.
« Hasta los estudios de este sabio en el Instituto Pasteur sólo se
conocían las plantas verdes que bajo la acción de la clorótila y de la
influencia de la luz, podían descomponer el ácido carbónico, fijar el
sarbono y realizar la síntesis de las substancias hidrocarbonadas.
« El mierobio de la nitrificación tiene esta propiedad y con agua y
ácido carbónico fabrica materias ternarias, sin la intervención de la
clorófila ni de la luz, en medio de la obscuridad más completa, como
en plena luz.
« Un fenómeno de este género ha traído la formación de la bulla,
cuando los bosques sepultados bajo las aguas han sufrido la acción
microbiana al abrigo del aire y de la luz.
<« Por el procedimiento de enterrar los residuos se conserva el ázoe
y se obtiene en ciertas explotaciones agrícolas de Europalel gas nece-
sario para el alumbrado y fuerza motriz.
<« Gayon, por ejemplo, toma dos metros cúbicos de resíduo amoniacal
Fumier (humus), expone un metro al aire y conserva otro metro en una
fosa cerrada. El primero pierde su ázoe y el segundo lo conserva.
< Oada metro cúbico de resíduos — fumier — encerrado en una fosa
da cien metros cúbicos de gas combustible.
« Pero estas manipulaciones que se pueden hacer en pequeño no
son aplicables al saneamiento de las basuras de una ciudad ni aun
pequeña.
«No existe un procedimiento práctico que permita obtener la
transformación del ázoe albuminoideo de las basuras en nitratos ó
materia de abono, sin la pérdida de la casi totalidad de ésta que hace
la operación económicamente imposible, además de ser inaceptable
desde el punto de vista higiénico.
“ «Lo que sucede con las basuras pasa con todos los residuos. Yl
mejor procedimiento de purificación de los líquidos cloacales €s la
TRATAMIENTO 1 ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 151
filtración de estos al través del terreno. De aquí que este procedi-
miento haya sido adoptado en Berlín, París y muchas ciudades inglesas,
pero no con un fin comercial de utilización agrícola, sino con un propó-
sito exclusivamente higiénico de sanear los líquidos eloacales.
« En los campos de irrigación de la península Gennevilliers, visi-
tados por dos de nosotros, se purifican por filtración una parte de los
líquidos cloacales de la ciudad de París.
« Las materias orgánicas amoniacales contenidas en dichos líquidos
al filtrarse al través de terreno, bajo la influencia de los fermentos de
la nitrificación se transforman en nitratos, pero solo una mínima parte
de éstos son utilizados en las culturas diferentes que se hacen en todo
el campo, irrigado para utilizar la materia de abono. En efecto, el
análisis del agua filtrada, al salir de los drenes, número 16, arroja una
proporción de 19 miligramos de ázoe nítrico por litro de agua!
<« El notable ingeniero agrónomo P. Vincey ha calculado que cada
hectárea de los campos irrigados en Gennevilliers recibe al año 3133
kilogramos de ázoe y que solo utiliza en las cosechas 175 lilogramos;
el resto del ázoe es arrastrado por las aguas del drenaje bajo la
forma de nitratos hasta el Sena y de éste al mar.
« De manera, pues, que el 93 por ciento del ázoe, materia fertili-
zante es completamente perdida sin provecho para nadie, en los
mencionados campos de irrigación.
«Se ha calculado en centenares de millones de francos las pérdidas
que anualmente sufre la Francia por este concepto, no obstante los
constantes esfuerzos hechos para encontrar el medio de extraer por
procederes prácticos el ázoe arrastrado por las aguas del drenaje bajo
la forma de nitratos solubles, especialmente por la Société d' Agricul-
ture y la Société ('encouragement powr Vindustrie nationale.
«El 93 por ciento de ázoe es irremediablemente perdido en los
campos de irrigación de París, é idéntico resultado se ha obtenido en
los campos de Berlín conuna dirección técnica y administrativa com-
petente y económica.
«La irrigación es, pues, un proceder higiénico de purificación de
los líquidos cloacales por filtración, pero no de utilización agrícola.
« Y si en aquellos países tan superiores por su cultura científica y
por su disciplina, cuyo suelo requiere ser fertilizado, el abono de la
tierra por los resíduos urbanos, basuras y líquidos cloacales, lejos dle
ser remunerativo, es dispendioso y puede decirse que no ha sido
resuelto en la práctica, ¿cómo ha podido pensarse aplicarlo con un
objeto de utilización agrícola entre nosotros, donde la riqueza húmica
152 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
del suelo hace completamente innecesario el abono? No es la. ferti-
lidad del suelo lo que necesitamos. Tratándose de basuras y de líquidos
cloacales lo que necesitamos es higiene, y es en la higiene solamente
que debemos pensar.
« Pero, desgraciadamente, sin que nadie pueda explicarlo, se ha
formado entre nosotros todo un ejéreito de ilusos que pretenden encon-
trar una fuente de riqueza en los resíduos de la ciudad, líquidos
cloacales y especialmente basuras, cuya explotación se disputan furio-
samente, hasta el extremo de haber creado en sus gestiones serio
embarazo á las autoridades para la solución higiénica de la cuestión.
« La ciudad tiene una montaña de basuras formada por la acumu-
lación de los resíduos durante treinta años que todo el mundo ve con
repuenancia y que la opinión pública clama porque se suprima en
nombre de los intereses vitales de la población.
« La acción de la autoridad municipal no puede ser más premiosa,
pero, — repetimos — tropieza con una montaña de expedientes
propiciando los procedimientos más desatinados de utilización de los
residuos por los que tienen la obsesión de la explotabilidad comercial
de nuestras basuras.
« Los servicios higiénicos son del resorte exclusivamente oficial.
Para demostrarlo nos bastaría recordar lo que pasó con la venta de
nuestras obras sanitarias, que no tuvo otro objeto que el histórico
negotium y cuyo rescate nos costó grandes sacrificios.
« Este antecedente basta para eliminar á los que quieren ocupar el
lugar de la Intendencia en la solución higiénica del problema del
tratamiento de las basuras, mandando al archivo para ín eternum todas
las propuestas, aun las que implican la aplicación de un procedi-
miento racional y práctico.
« Volviendo á los procedimientos conocidos para el tratamiento de
las basuras, diremos que el llamado de utilización agrícola directa, no
es dle utilización en ninguna parte y menos en Buenos Aires donde la
tierra no necesita el abono, además de ser inadmisible del punto de
vista higiénico.
« Ya hemos dicho que en este procedimiento la materia fertilizante,
el ázoe de las basuras, se evapora al estado amoniacal de la superficie
del suelo y se pierde para el abono, pero, repetimos que sus inconve-
nientes son de orden higiénico, además de ser económicamente impo-
sible entre nosotros, como lo demostraremos más adelante.
« Desde luego el abono de los campos con los resíduos de una
ciudad donde reina una epidemia de fiebre tifoidea, cólera ó disen-
TRATAMIENTO 1 ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 1
tería, sería el medio más apropiado para difundir la propaganda de
dichas enfermedades en una gran extensión del país. Este solo peligro,
que no es imaginario, que es real, bastaría para rechazar el procedi-
miento, si no sobraran las razones que demuestran que es de todo punto
de vista inaceptable y peligroso.
< Las basuras de las casas y el lodo de las calles no pueden utili-
zarse en el abono de la tierra sino en determinadas épocas, según las
necesidades de la cultura. De aquí la necesidad de amontonarla y
formar estercoleros que se pudren, pierden gran parte del ázoe y
desprenden olores intolerables que hacen inhabitables los parajes
donde se acumulan estas reservas de basuras.
« Las mismas causas de insalubridad é incomodidades resultan dle
la aglomeración de las basuras en los depósitos ó estaciones de carga,
donde wagones cargados de basura esperan á veces 24 y 48 horas su
transporte ó su descarga en el punto de destino. Idénticos peligros
existen durante el transporte de las basuras en todo el trayecto
de conducción y después en el lugar mismo de su empleo, no sólo para
la salud de los habitantes de los campos abonados, sino también para
los ganados que pacen en ellos. Y si esto pasa en los pueblos de tanto
orden y disciplina como los pueblos de Europa, da horror pensar lo
que sucedería en Buenos Aires con el transporte de las basuras á Jos
campos de abono y su distribución en estos!
« Felizmente el procedimiento es inaplicable entre nosotros, como
ya lo hemos manifestado, porque nuestros campos no necesitan abono
y por el precio excesivo de los transportes.
«En París, la constante intervención de la Ville ha hecho
descender el flete para el transporte de las basuras á4 límites muy
reducidos. Así las empresas consienten (porque no es negocio) en
transportar las basuras 'hasta 120 kilómetros de la capital por tres
francos la tonelada y sobre las líneas del Norte hasta 200 kilómetros.
Se ha conseguido de este modo bajar el precio de la tonelada de basura
en los campos mismos en que se le ha de emplear á tales distancias,
á 4,50 francos, á fin de estimular su empleo por los agricultores, y así
mismo no pueden competir con los abonos químicos de poco volumen
y peso y que resultan en definitiva de empleo más fácil y económico.
<« Marsella presenta el ejemplo más moderno y completo de la
utilización directa de las basuras en la agricultura, pero en cireuns-
tancias totalmente diferentes de las nuestras y sacrificando los inte-
reses de la higiene á los de la producción agrícola.
« Las fuertes epidemias de cólera de 1884 y 1885 que arrasaron los
154 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
barrios en que existían los vaciaderos de basuras, con más furia aún
que en las cercanías de depósitos de materias fecales, resolvieron á la
Ville á abandonar el sistema de utilización en campos cireunvecinos
y fueron arrojadas al mar.
« Pero pronto se dejaron sentir efectos perjudiciales á la pesca, así
como la infección de la rada, por lo que se volvió otra vez á la utili-
zación agrícola, pero en condiciones excepcionales.
«A 60 kilómetros de Marsella existe una vasta llanura árida y
desierta de 25.000 hectáreas próximamente, atravesada en su mayor
dimensión por la vía férrea de Marsella á Lyon. El suelo de esta la-
nura está formado por una mezcla de guijarros, arena arcillosa, más
abajo arena calcárea con grandes cantos rodados. Se había ensayado
inundarla con las aguas del Ródano á fin de fertilizarla ; pero su exce-
siva permeabilidad impedía la formación del humus vegetal. Bajo el
patronato y la garantia del gobierno se formó entonces una poderosa
compañía agrícola para convertir al cultivo esta inmensa llanura,
empleando á este objeto las basuras de Marsella. Al principio se espal-
cían 150 á 200 metros cúbicos por hectárea; más tarde bastaron 50
metros cúbicos por año y hectárea. Inundaciones alternadas de las -
aguas turbias del Ródano completaban el proceso tendiente á reducir
la permeabilidad del suelo y formar una capa vegetal.
«El resultado final ha sido incorporar á la producción agrícola 25.000
hectáreas de tierras que desde las épocas más remotas resistieron á
todo cultivo. Ñ
«La baratura de los fletes para eltransporte es tal, que el costo de
una tonelada de basura en las llanuras de la Cran es de 2,50 fran-
COS.
«El resultado agrícola obtenido se explica, por otra parte, porque
la fertilización de dichas llanuras se combinó con las desempedradu-
ras de las mismas, de manera que los wagones que conducían las basu-
ras regresaban cargados de piedras que servían para el macadamniza-
do de las calles de la ciudad.
<« Y aunque la ausencia ó la rareza de las habitaciones en dichas
lNanuras reduce considerablemente el peligro de las emanaciones en
ellas, aun asíno es posible ocultar que el beneficio obtenido es 4; expen-
sas de la higiene por los depósitos de basuras que se forman en las
estaciones de carga y que han contribuído al desarrolla de más de una
epidemia.
«Entre nosotros estos inconvenientes higiénicos ni siquiera serían
atenuados por el aliciente de la utilidad que en Marsella lo hace tole-
TRATAMIENTO 1 ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 155
'ar, porque no necesitamos abono. Por otra parte, con nuestras tari-
fas ferrocarrileras, el costo de una tonelada de basura puesta en un
campo 430 kilómetros solamente de la capital, tendría un precio que
ningún agricultor podría remunerar. Y es seguro que ni aun entre-
ando la basura sin cargo en las estaciones, se encontraría quienes
quisieran transportarla á sus campos y utilizarlas como abono.
« Los propietarios opondrían resistencia 4 formar en sus campos
estos depósitos de basuras con su inevitable acompañamiento de fie-
rros, vidrios, substancias orgánicas en putrefacción que hieren y enfer-
man á los animales. No hay que pensar en la aplicación de un proce-
dimiento tan malo y peligroso.
« Otro procedimiento de utilización de las basuras es el de Arnold.
« La base de este procedimiento es la utilización de la grasa y del
abono formado por las basuras sometidas al vapor.
« Aceptable desde el punto de vista higiénico cuando se le practi-
ca como en Filadelfia y Nueva York, con instalaciones completas y
muy costosas, tiene su razón de ser cuando los materiales de abono
que producen tienen valor apreciable en plaza.
< En las basuras americanas se extrae 2,5 4 5 por ciento (dos y me-
dio á cinco por ciento) de materia grasa y 12 á 18 por ciento del abo-
no seco ó tancaje. La grasa se vende tal como sale, negra y sucia, á
300 francos la tonelada. El precio del tancaje es de 60 francos.
« Entre nosotrosestos productos tienen un valor muy inferior, espe-
cialmente el tancaje.
<« En cambio, la instalación y gastos de explotación de este siste-
ma serían muy elevados sin los inconvenientes para la higiene que
señalábamos en la utilización directa de las basuras; este procedi-
miento satisface las exigencias de la higiene siempre que se aplique
con severidad, pero entre nosotros carece del aliciente de una explo-
tación industrial por el costo excesivo de las instalaciones.
«Las mismas objeciones que para el sistema Arnold, proceden para
el sistema Merz, aplicados en Butlalo, Saint Louis y otras ciudades
dle la unión americana, en el cual la extracción de las grasas es más
completa que en el sistema Arnold, empleando una corriente de naf-
ta. Así mismo el procedimiento resulta improductivo, pues lo que las
ciudades tienen aún que pagar es un subsidio de francos 9 á la Com-
pañía, por tonelada de basura que tratan en la usina.
«Los procedimientos propuestos por Weill, Posno y otros, de desti-
lar las basuras en retortas cerradas, con ó sin adición, de carbón, con
lo cual se obtiene un residuo carbonoso que sirve de combustible,
156 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
gases por la combustión y productos amoniacales, son inaceptables y
'arecen de sanción práctica que los recomiende.
«La comisión no puede tomarlos en consideración.
« Esindiscutible, señor intendente, que desde el punto de vista pura-
mente higiénico ningún procedimiento puede equipararse actualmen-
te al de la destrucción de las basuras por el fuego ó incineración, sobre
todo después de los perfeccionamientos introducidos en la construc-
ción de los aparatos y urmas incineratorias de distintos sistemas :
Horsfall, Varner Leeps, Smith, ete., que permiten hacer una incine-
ración completa sin desprendimiento de humo, ni mal olor y que
aumentando su capacidad crematoria ó las propiedades autocombus-
tibles de las inmundicias, separando las cenizas y polvos finos que
entorpecen la combustion y apagan el fuego, por medio de aparatos
como los de Salopian Worf, cuya aplicación no puede ser más econó-
mica, pues aumenta la potencia incineratoria de 7 4 12 (experiencias
de la usina Jovel en Paris) é irreprochable del punto de vista higié-
nico porque impide la dispersión tan incómoda y peligrosa de los pol-
vos en la atmósfera. Este procedimiento tiene la sanción en la prác-
tica. Es el más generalizado. Existe en Estados Unidos, Bélgica, en
Alemania y se ha aplicado en vasta escala en Inelaterra. La Francia
lo ha ensayado con éxito satisfactorio de 1593 á 15895 y el ingeniero
Chiapponi ha demostrado su eficacia en una importante monografía
escrita después de un viaje de estudio por Francia, Inglaterra, Ale-
mania y Bélgica á objeto de comparar el funcionamiento de los diver-
sos sistemas de incineración y elegir el mejor para Italia (véase Gior-
nale della R. Societá Italiana d'igiene, enero y febrero de 1599, pág.
20 y 19).
La opinión es uniforme respecto de la superioridad de la incinera-
ción como procedimiento higiénico en el tratamiento de las basuras.
« Sus intalaciones son menos costosas que las que exigen otros pro-
cedimientos y el funcionamiento de los hornos es económico. La obje-
ción que se le hace no es, pues, ni de su eficacia ni del costo de la
instalación, ni de funcionamiento.
« Pero se arguye que si la incineración es la solución radical del
problema higiénico del tratamiento de las basuras y al mismo tiempo
el procedimiento más satisfactorio, desde el punto de vista del costo
y dlel funcionamiento de las instalaciones, no se puede negar que im-
porta el desperdicio de las riquezas fertilizantes de los elementos de
fecundidad de las basuras que es necesario devolver á la tierra y en
este sentido daña los intereses de la agricultura.
TRATAMIENTO I ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 157
«Nada más elemental, sin embargo, que en una ciudad donde la agri-
cultura no necesita absolutamente los elementos fertilizantes de las
basuras, la solución del problema del tratamiento de éstas tiene for-
zosamente que reducirse á la adopción del sistema higiénico más per-
feeto y económico.
« Hemos demostrado, en efecto, que los procedimientos de utiliza-
ción no pueden serlo en el sentido agrícola en la ciudad de Buenos
Aires, y á las razones que|hemos dado ya, podemos agregar un argu-
mento concluyente.
<« En los alrededores de Buenos Aires y en un radio muy extenso,
la tierra es de una riqueza húmica notable, muy superior á la de las
tierras más fértiles que se conocen por la enorme proporción de ázoe,
de ácido fosfórico y potasa que contiene.
-< El abono de una tierra en estas condiciones importaría la viola-
ción de las reglas más elementales de la agronomía á la vez que una
operación dispendiosa.
«No teniendo ningún valor entre nosotros los elementos de las
basuras aplicables al abono de la tierra, es evidente que los procedi-
mientos de utilización agrícola fallen económicamente por su base.
« Puede observarse que el abono de la tierra no es el único medio
de utilización de las basuras.
<« En las ciudades de Europa se emplean los trapos y papeles vie-
jos que se recogen de la basura en las fábricas de papel, mediante la
cocción al vapor recalentado bajo presión que esteriliza la masa de
materia orgánica formada por aquellos elementos contaminados por
todas las especies microbianas.
« Entre nosotros no existe esta aplicación industrial, la gran fábri-
ca de papel no emplea dichos residuos.
<« Emplea el esparto y otras substancias vegetales que constituyen
una materia prima infinitamente superior.
« En cambio entre nosotros los papeles y trapos viejos se explotan
en la forma más peligrosa para la salud.
« Se extraen de los cajones de basura expuestos en las puertas de
las casas y del sitio de la quema y se transportan en bolsas á los sitios
donde se utilizan.
« La recolección y transporte importan por sí solos un verdadero
peligro, un medio de difusión de los gérmenes de que estánimpregna-
dos dichos residuos.
« Pero hay algo más. Mediante un proceder económico de fabrica-
ción, sin la cocción esterilizada, se hace papel que se emplea en los
158 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
almacenes para envolver los comestibles y esto constituye otro peli-
gro que hay que apresurarse á conjurar.
« La utilización industrial de la basura ó de cualquiera de sus ele-
mentos, está sujeta á la condición previa de la desinfección ó esteri-
lización que es una exigencia indeclinable de la higiene.
«Los procedimientos de utilización no son aceptables sin llenar
esta indicación primordial de la higiene.
« En este punto estriba precisamente la existencia higiénica del
procedimiento de Arnold en el que las basuras se someten á una coc-
ción por el vapor recalentado bajo una presión de 4 4 5 atmósferas,
durante 5 Ó 7 horas, á una temperatura de 155 erados centi-
erados.
«Ya hemos dicho que este procedimiento no es remunerativo en esta
ciudad, porque el residuo seco que se obtiene no tiene aquí ningún
valor como materia de abono.
«A esto hay queagregar que suinstalación es muy costosa y su fun-
cionamiento muy difícil. En Buenos Aires, en cualquier punto que se
-suponga ubicadalausina, ¿adónde se enviarían los líquidos resultantes
de la condensación de los vapores y de la expresión de la masa cocida ?
En la ciudad de New York donde el procedimiento de Arnold se apli-
ca al tratamiento de una parte de las basuras, el agua mencionada se
arroja en el Sehuylkil, río que pasa á la proximidad de la usina.
« La proyección del jugo en esas condiciones á un río importa un
medio de infección, pues, aunque esté esterilizado, es un caldo de cul-
tura y por lo tanto muy contaminable.
« Entre nosotros podría arrojarse á la cloaca, pero su cantidad qui-
zás fuera un inconveniente para este medio de eliminación.
De todas las ciudades que aplican un tratamiento higiénico á sus
basuras, Filadelfia es el ejemplo apropiado á Buenos Aires.
Ambas ciudades tienen la misma cantidad de basuras, S00 tonela-
“las, más ó menos. Y lo que es aún más importante, la composición -
de las basuras se asemeja en ambas ciudades por la elevada propor-
ción de grasa y de agua que contienen, condición que influye en la
combustibilidad de aquéllas.
« La mayor proporción de grasa en las basuras de Buenos Aires y
Filadelfia, con relación á la que del mismo elemento contienen las
basuras de las grandes ciudades de Europa, puede atribuirse á que
en las primeras no se extrae previamente los restos animales, huesos
ete., como se hace con las basuras de las segundas, sobre todo en
Paris por los chiffonmiers.
TRATAMIENTO 1 ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 159
<« Filadelfia aplica dos procedimientos en la destrucción de su
basura.
<« La mitad de las basuras, ó sea 400 toneladas por el método de
Axnold, á cargo de la American Incinerating Company, y la incinera-
ción completa en hornos tipo Smith á cargo de la Filadelphia Incinera-
ting Company la otra mitad.
«Comparando los resultados obtenidos en Filadelfia con los dos
sistemas indicados y teniendo en cuenta las circunstancias que son
peculiares, á Buenos Aires, podemos afirmar :
«1% Que la instalación del sistema Arnold es muy costosa;
«20 Que el funcionamiento de este sistema exige un personal nume-
rOSO y Caro;
«3
«4 Que en Buenos Aires este procedimiento no es remunerativo
en ningún grado, porque el residuo seco para abono agrícola no tiene
ningún valor.
<« En cambio las instalaciones para la incineración completa son
más rápidas y baratas, — el funcionamiento de los hornos, gasógenos
para quemar el humo, y aparatos complementarios es más simple y
económico, requiere poco personal y ocasiona menos gastos de
carbón.
«Por todas estas consideraciones, la comisión aconseja que se
adopte el sistema de incineración completa. Naturalmente, la inci-
neración total podrá ser precedida de un triage á fin de separar
rápidamente los fierros, vidrios, lozas, ete., incombustibles y que pue-
den ser objeto de algún comercio sin perjuicio de la higiene.
« En el procedimiento radical de la incineración no hay abono, y
en esta condición estriba una de sus grandes ventajas desde el punto
de vista de la higiene, porque evita los peligros para la salud que el
abono trae aparejados. y
« Sin embargo, puede utilizarse industrialmente el calor desarro-
Mado por la combustión de las basuras.
« Por el momento, es absolutamente imposible calcular el grado
en que podrá hacerse esa utilización. No hay base de cálculo que
nos permita predeterminar la cantidad de calor desarrollado por la
combustión de nuestras basuras en cualquiera de los sistemas de
hornos conocidos, que nos permita establecer aproximadamente hasta
dónde puede ser remunerativa la aplicación industrial del calor así
producido, ni en qué podría consistir esta aplicación.
«Se trata de un hecho estrictamente supeditado á una comproba-
Que el gasto del carbón es muy elevado;
160 ANALES ¡DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ción experimental que sólo podrá conocerse por lo tanto, después de
cierto período de funcionamiento de los hornos.
« El conocimiento de la composición de nuestras basuras nos
induce teóricamente en la creencia de que el: calor que obtendremos
en los hornos será insuficiente para una aplicación industrial en
vasta escala, como ha sucedido en todas las ciudades con excepción
de las inglesas.
« En Inglaterra, las basuras contienen una fuerte proporción de
escorias y carbonilla que las hacen muy combustibles y que explica
que el calor desarrollado por su combustión puede aplicarse indus-
trialmente para producir fuerza motriz, luz eléctrica, ete., aplicacio-
nes que, por otra parte, se hacen siempre en pequeña escala.
« Nuestras basuras carecen de los citados elementos combustibles
de las basuras inglesas, y si, no obstante la proporción excesiva de
agua que contienen, puede creerse en su autocombustibilidad, una
vez iniciada la marcha de los hornos, en razón de la cantidad notable
de grasa y hueso que encierran, siempre sería aventurado y comple-
tamente teórico afirmar que obtendremos el calor de combustión,
obtenido en Inglaterra y que podremos hacer la misma utilización
industrial. ,
«No han faltado proponentes, no obstante, que apoyándose en los
resultados obtenidos en Inglaterra con la aplicación industrial del
calor de combustión de las basuras, exagerando dichos resultados y
sin estudios previos respecto de nuestros residuos, combinen propues-
tas, sobre una base económica, no sólo incierta, pero evidentemente
falsa.
«Se explica, señor Intendente, que un empresario pueda aventu-
rarse en una empresa comercial de resultados problemáticos, pero
tratándose del interés supremo de la salud y del progreso de esta
ciudad, no se explicaría nunca la adopción de parte de las autorida-
des municipales de un sistema de tratamiento de las basuras cuya
eficacia no esté fuera de discusión, que no haya sido perfectamente
comprobado en la práctica.
« El sistema de incineración completa es el único aplicable al tra-
tamiento de las basuras de esta ciudad y al saneamiento del sitio
de la quema.
« El valor de los terrenos saneados, que son actualmente un foco
de infección y de muerte, acaso será el resultado positivamente
remunerativo de este sistema.
« La comisión no cree oportuno ni se considera autorizada para des-
MUELLES Y MALECONES DE MADERA 161
cender á detalles respecto de la forma en que debe hacerse la recolec-
ción é incineración de las basuras, el tiempo en que debe efectuarse
esta última, los lugares del municipio donde deben ubicarse las usi-
nas dle incineración. Todos los detalles concernientes á la instalación
y funcionamiento de las usinas de incineración deben precisarse pun-
tualmente al establecer las bases de licitación para la construcción
de los hornos y al reglamentar el funcionamiento de éstos.
« Nos permitimos observar al señor Intendente que, tratándose de
construcciones especiales de un valor considerable y destinadas,
sobre todo, á suprimir un gran foco de insalubridad y á desempeñar
diariamente una función primordial en el saneamiento urbano, debe
acórdarse un plazo de 150 días en la licitación para que puedan con-
currir empresas europeas, serias, competentes, con la práctica y la
capacidad requeridas para la ejecución de una obra tan delicada é
importante.
< Por estas razones y porque la solución del problema del trata-
miento de las basuras es inminente y no puede diferirse, la Comisión
considera que el único medio de llegar á un resultado favorable, sin
entorpecimimientos, que causarían demoras de fatales consecuencias
para la salud, es que la Intendencia autorize á licitar la construcción
(le los hornos necesarios para la incineración de las basuras y á regla-
mentar el funcionamiento de estas instalaciones asesorado por una
comisión especial. j
« Esto es requerido con tanta urgencia, por la solución de un pro-
blema que afecta la higiene, la salud, el progreso y hasta la cultura
de la capital de la República.
Saludamos al señor Intendente con toda consideración.
Antomio F. Piñero. — Carlos Echagie.
Francisco P. Lavalle.
(Continuará.)
AN. SOC. CIENT. ARG.— T. LIX. 11
MUELLES Y MALECONES DE MADERA
(Conclusión)
Cuando el tráfico en los muelles no sea muy activo y especialmente
cuando no hay que dar acceso á los carros, ó cuando la profundidad
de agua que haya que alcanzar obliga á efectuar un dragado impor-
tante á su frente, ó un fuerte terraplén á retaguardia, se prefiere re-
tirar el muelle de la orilla uniéndolo á tierra por uno ó varios puntos
Fig. 14
determinados y entonces se hallan aliviados del empuje de las tierras.
En estas condiciones se encuentran los muelles construídos sobre
el Riachuelo por la compañía del Dock Suxr de la Capital, á la entrada
de éste (fig. 14); pero sin duda fueron proyectados con idea de
que contuvieran las tierras, por lo menos así parece indicarlo los de-
talles de su construcción, y sólo posteriormente se decidió aliviarlos
de este empuje; en efecto, su arriostramiento transversal reducido,
hace pensar que se contaba con la resistencia del terraplén para amor-
tiguar los choques, y el anclaje de que está provisto se destinaba á
resistir su empuje; pero lo que llama especialmente la atención en
este muelle es el entablonado horizontal que se halla sobre las sole-
ras inferiores, cubierto con una capa de piedras, que parece destinado
á evitar las socavaciones del terraplén por las olas, pero éste se halla
resguardado por el tablestacado del frente, y si ésto no hubiere sido
suficiente habría bastado seguramente una sola de las disposiciones
empleadas.
MUELLES Y MALECONES DE MADERA 163
El tipo general de muelles cuando no tienen terraplén que conte-
ner, se ve en el construído en Cuatreros (Bahía Blanca), por la Com-
pañía Sansinena de carnes congeladas, figura 15, y el de la figura
16, construído en Villa Constitución, perteneciente al Ferrocarril
y) )
Buenos Aires y Rosario; podría objetarse que no estando expues-
Fig. 15
tos al empuje de las tierras, el arriostramiento transversal debía
reducirse, por lo menos entre la segunda y tercera fila de pilotes,
suprimiendo una diagonal, pero es de advertir que como son relatiya-
mente angostos, toda su construcción es interesada al resistir los cho-
ques de los buques, que no pueden ya transmitirse en parte al terra-
plén, y se justifica en consecuencia el reforzar convenientemente el
arriostramiento en ese sentido; en cuanto al arriostramiento longitu-
dinal, en ambos casos se reduce á una solera longitudinal en cada fila
de pilotes y los tirantes del piso.
El entablonado que se ve en la figura 16 conteniendo una prisma de
piedras es de poca importancia y está destinado á evitar los corri-
mientos del talud que pueden producir las aguas.
Cuando el muelle es de un ancho mayor puede reducirse en cambio
el arriostramiento transversal ; el caso se presenta en el de la figura
17, ubicado en Campana sobre el Paraná de las Palmas y perte-
164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
neciente á la Compañía de carnes congeladas del Río de la Plata.
El arriostramiento transversal está formado en él, por dos pares de
soleras, superiores é inferiores y dos cruces de diagonales que abra-
zam cada uno de los dos intervalos entre pilotes; sin embargo este
muelle tuvo durante mucho tiempo la mitad del ancho y hace
poco que fué ensanchado; lo que explica el distinto nivel de los dos
Fig. 17 a
trozos de las soleras transversales inferiores (fig. 17 4), pero recorda-
remos que á pesar de que una construcción no esté en las mejores
condiciones de resistencia puede prestar buenos servicios, y la que
nos ocupa presenta todavía defectuoso su arriostramiento longitudi-
nal, aunque las diagonales estén dispuestas de manera muy acertada.
El muelle está expuesto á la corriente del río, que es paralela á su
mayor longitud y corre siempre en el mismo sentido. Para contrarres-
tar su acción así como los tirones de los buques á él amarrados, que
son siempre oblicuos y hacia aguas abajo, se ha arriostrado la prime-
“a fila de pilotes por dos soleras, una superior y otra inferior, reforza-
Fig. 17 b
das por un sistema de diagonales dirigidas de arriba á abajo en el sen-
tido de la corriente, abrazando dos tramos cada una (fig. 17 0). Las de-
más filas de pilotes tienen también diagonales en el mismo sentido,
pero que abrazan un solo tramo, habiéndose suprimido las soleras; y
si bien las superiores están reemplazadas por los tirantes del piso,
las inferiores no, faltando pues las piezas que se opondrían á la posi-
MUELLES Y MALECONES DE MADERA 165
ble separación de los pilotes 4 esa altura, ocasionada por el mismo
modo de trabajar de las diagonales.
Otro muelle del mismo tipo que los de las figuras 15 y 16 es el del
Diamante sobre el río Paraná (fig. 18), aunque mucho más reforzado;
las palizadas constan de cuatro pilotes como aquéllas, pero el arios-
tramiento transversal es doble; está compuesto por tres series de so-
leras dobles que abrazan los pilotes, reforzadas con series dle cruces
de diagonales.
El arriostramiento longitudinal lo forman los tirantes del piso, que
al costado de los pilotes se han colocado dobles, y dos soleras más
por cada fila de pilotes, estando además reforzado por dos series de
diagonales, una superior y otra inferior, colocadas en sentido alternado
y abrazando un solo tramo, á igual distancia de ambas extremidades;
en uno delos tramos se ha dispuesto un piso que atraviesa transvetr-
salmente el muelle al nivel de las soleras medias para facilitar el
embarque de pasajeros, pues el río tiene allí fluctuaciones de impor-
tancia. :
Finalmente, citaremos el muelle dela empresa del Ferrocarril Bahía
Blanca y Nordoeste, en Bahía Blanca (fig. 19) que aunque tiene
unas diagonales de hierro, son éstas una parte tan secundaria de la
construcción que puede considerarse como totalmente de madera.
Está ubicado oblícuamente á la orilla y construído con madera de
pino; la disposición de sus piezas, que muestra la figura, no es del todo
apropiada; se ven allí los pilotes á distancias variables quizá por
exigencias de las vías férreas que lleva encima, pero de todos modos
la disposición de las diagonales es defectuosa, pues está más refor-
zada en el centro que en los bordes cuando debía ser lo contrario.
El arriostramiento longitudinal consta de dos series de soleras,
sobre las cuales van los tirantes del piso que forman parte también
del arriostramiento, el cual está además reforzado en las filas de pilotes
exteriores por cruces de diagonales que abrazan dos tramos.
166 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
En una parte de su longitud este muelle está dotado de un segundo
piso central para desde él enviar los cereales por gravitación hasta la
bodega del buque; este segundo piso descansa sobre dos filas de pies
derechos ligados transversalmente por una solera reforzada con dos
puntales, y longitudinalmente por los tirantes del piso y las. cruces de
diagonales de hierro de que antes se ha hablado.
En Bahía Blanca existe el teredo, á pesar de lo cual se conserva el
muelle en perfecto estado, debido á que sólo tiene pocos años de cons-
truído y que al ser colocadas sus piezas fueron pintadas cuidadosa-
mente con una preparación especial.
Todos estos muelles, separados de la ribera, se unen á ella por
Fig. 19
viaductos cuya construcción afecta aproximadamente la misma forma,
dispuestos perpendicularmente á él en una de sus extremidades, y
más comunmente en el centro cuando no dan acceso á líneas férreas,
excepto vías Decauville, afectando entonces el conjunto de la cons-
trucción la forma de una T. Cuando el ferrocarril debe llegar al
mismo muelle, éste se une á tierra por una de sus extremidades con
un viaducto en curva.
De los muelles citados están ligados á tierra por viaductos en curva
el de Cuatreros de la Compañía Sansinena (fig. 15) y el del Ferrocarril
Bahía Blanca y Nordoeste (fig. 19). El de Villa Constitución (fig. 16)
está construído en prolongación del de la (fig. 9). El muelle de la
Compañía de Carnes Congeladas de Campana (fig. 17), se une á tierra
por tres viaductos, dos perpendiculares y uno oblícuo á él; y el de
Diamante afecta la forma de T.
MUELLES Y MALECONES DE MADERA 167
MALECONES
Esta clase de obras pueden también, como los muelles, estar adosa-
dos á la ribera, para la defensa de la costa, ó separados de ella, como
en el caso de la defensa de un canal.
Pocos ejemplos de malecones pueden citarse, construídos en la
República; para el caso de la defensa de la ribera sólo se presenta el.
malecón exterior del Puerto de la Capital, una parte del cual ha sido
construído en piedra y otra en madera de pino siguiendo los tipos de
las figuras 20 y 21; estos son simplemente muelles de la forma más
sencilla, cuyo frente se ha resguardado con tablones espaciados para
recibir el choque de las olas.
El tipo de la figura 21 aunque está construído en aguas de menor
profundidad y tiene que contener un terraplén más reducido que el
de la figura 20, es mucho más resistente que éste ; la disposición del
entablonado de contención de las tierras en la fila posterior de pilotes
y las tablestacas en la anterior disminuye considerablemente el empuje
de aquéllas, y comparando los dos tipos, puede asegurarse que el
anclaje de que está provisto el segundo es inútil.
Por otra parte, ambos son inadecuados al objeto que se destinaron;
el piso de que fueron dotados impedía que las demás piezas de la cons-
trucción fueran debidamente inspeccionadas y como se oponía al
lanzamiento vertical de las olas, ha sido en su mayor parte arrancado
por éstas, favoreciendo su acción el que debido al material empleado,
168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
pino de tea, la obra se deterioró rápidamente y en la actualidad se
encuentra en estado ruinoso.
Como malecón separado de la ribera puede citarse el de defensa del
samal de entrada Sur al Puerto de la Capital (fig. 22); está for-
mado por palizadas de cuatro pilotes, el del frente más largo que
los otros tres, contraventados por un par de soleras, que ligan las
cabezas de los más cortos y abrazan el más largo; y una diagonal
reforzada con un puntal; el contraventamiento longitudinal lo forman
- seis soleras al nivel de las cabezas de los pilotes cortos, otra que une
la cabeza de los pilotes largos y una cruz de diagonales en cada tramo
de la misma fila y entre las soleras indicadas. Las diagonales de
arriostramiento, así como la parte superior de los pilotes largos, sirven
simultáneamente para reforzar la construcción é indicar su posición
cuando la cubre el agua.
Sobre las soleras inferiores y junto á los pilotes largos hay dispuestos
tres tablones que sirven de camino de inspección.
Los intervalos entre los pilotes de las filas exteriores están llenados
con tablestacas espaciadas á las que sirven de guía las soleras longi-
tudinales. El interior de la construcción está Meno de piedras hasta
el nivel de las soleras transversales, quedando así encofrada, lo que
reduce considerablemente su volumen.
Esta obra fué construída con madera del país, aunque no de las
clases indicadas al principio, sino de oreo cebil, y se halla muy dete-
riorada.
Un tipo más completo de malecón, que es el generalmente usado,
se muestra en la figura 23, construído á continuación del anterior
para la defensa del canal sud de entrada al Puerto.
Está formado por palizadas de tres pilotes, el del centro vertical é
inclinados en sentido opuesto los de los costados, ligados transversal-
mente por dos pares de soleras y una cruz de diagonales entre ambos;
longitudinalmente están arriostrados por varias soleras que se ven en
la figura y un piso de limitado ancho que sirve de camino de inspección
y que por seguridad está provisto de una baranda de hierro.
MUELLES Y MALECONES DE MADERA 169
La parte inferior del malecón está como en el anterior rellena de
piedra encofrada entre dos tablestacados que llenan los intervalos
entre los pilotes de las filas exteriores y cuyas tablestacas son guiadas
y están fijadas por las soleras longitudinales.
Con este mismo tipo se construye actualmente un malecón para
defensa de la dársena norte del Puerto de la Capital y otro en la
costa del océano Atlántico, para la defensa del canal de entrada al
Puerto del Quequén, pero este último tiene sólo dos filas de pilotes y
carece de la resistencia necesaria para el sitio en que se levanta.
El canal de entrada al Puerto de la Plata está también defendido
por malecones constituídos en su parte inferior por un enrocamiento
y en su parte superior por una construcción de madera aproximada-
mente con la misma disposición anterior, pero el verdadero malecón
lo constituye el enrocamiento, pues la superestructura de madera,
si bien contribuye á disminuir la agitación del agua en el canal, queda
reducida 4 un papel secundario; no haremos su descripción y sólo
añadiremos que habiendo sido construída con madera de pino se halla
actualmente sumamente deteriorada. :
GENERALIDADES
Como complemento de la descripción anterior y basándonos en los
tipos estudiados, damos á continuación la disposición general de las
piezas de un muelle de madera dura, así como sus dimensiones ordi-
narias, con indicación del modo de calcularlas, aunque sin entrar en
el detalle del mismo por no encuadrar en la índole del presente tra-
bajo.
Los esfuerzos á que están sometidos los muelles son : en el sentido
vertical, el peso propio de la construcción y la sobrecarga que puede
tener; ésta se considera de dos maneras : uniformemente repartida, á
razón de 1 43 toneladas por metro cuadrado, ó concentrada ó rodante,
170 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
para la cual se toma generalmente el peso de los guinches ó locomo-
toras que se emplearán, calculando el de éstas últimas con cierta
amplitud para prevenir posibles cambios; también hay que tener en
cuenta los choques que pueden producir los bultos manipulados, pero
estos son más difíciles de avaluar y generalmente se está á cubierto
de ellos llenando las anteriores condiciones.
Transversalmente los muelles deben poder resistir al choque de
los buques y los tirones de los mismos sobre sus amarras; ambos
esfuerzos son importantes, pero el primero se reparte en una exten-
sión mayor de muelle á medida que aumenta su intensidad, pues
aumentan también las dimensiones del buque que lo produce, salvo
el caso de que el muelle fuera embestido, lo que representaría un acci-
dente que no puede tenerse en cuenta para la construcción, pues
habría que reforzar ésta de manera exorbitante, lo que sería econó-
micamente irrealizable. En cuanto á los segundos, cuando son de
buques importantes, se ejercen en puntos determinados provistos de
argollones, donde la construcción ha sido reforzada ex profeso ó que
se han independizado de ella si el terreno de fundación es de mala
'alidad.
Cuando el muelle está adosado á tierra sufre también el empuje
dlel terraplén que generalmente se forma detrás, debiendo conside-
rarle para el cálculo como de tierra mojada y cuando el agua esté á
su nivel mínimo, para preveer el caso más desfavorable.
Si el muelle se halla en paraje de mucha corriente la cual puede
acarrear troncos ó aunque sean sólo ramas y camalotes, como sucede
en el río Paraná, pero que detenidos por el muelle obstaculizan el
pasaje del agua hay que precaverse de un empuje en el sentido de la
corriente ó choques, que suelen ser de importancia. En los muelles
situados en lugares muy abiertos y especialmente en los malecones,
es de tener en cuenta el choque directo de las olas, ó el de la columna
dle agua formada por él, pues ambos son de gran intensidad.
Los esfuerzos verticales son soportados por el entramado del piso
que los transmite directamente á los pilotes. Ouando su acción se
ejerce sobre los tablones, que es el caso general para Cargas unifor-
mente repartidas, estas piezas trabajan á la flexión y transmiten el
esfuerzo, por lo común en idénticas condiciones, á los tirantes ; éstos,
solicitados también á la flexión, transmiten á su vez los esfuerzos á
las soleras, pero concentrándolos ya en puntos determinados, haciendo
trabajar estas piezas también á la flexión, las que en último término
transmiten los esfuerzos á los pilotes.
MUELLES Y MALECONES DE MADERA 171
En el caso de cargas accidentales ó rodantes, rara vez se compro-
meten los tablones, pues como en general se consideran tales el
peso de los guinches ó locomotoras, se colocan los rieles que los
soportan directamente sobre los tirantes, reforzados al efecto si fuera
necesario.
Los esfuerzos transversales son resistidos directamente por los
pilotes, reforzados por las demás piezas de la construcción que los
reparten siempre entre varios de ellos, á los cuales se agregan tam-
bién las tablestacas para resistir el empuje de los terraplenes si
existen.
Cuando en la construcción se emplea madera de pino, karri ó jarra,
que vienen en trozos de gran longitud, las piezas de arriostra-
miento pueden colocarse de manera de contrarrestar directamente los
esfuerzos, abarcando varios pilotes; disposición de que pueden dar
una idea los muelles norteamericanos y el de la figura 5; pero como
la madera dura se presenta, por lo común, en piezas cortas, de 4% 6
metros, llegando excepcionalmente á 10 metros, no puede adoptarse
en ella la disposición antes indicada, y poniendo el menor número
posible de pilotes hay que arriostrarlos formando con las soleras
y dliagonales figuras indeformables (triángulos), de manera que todas
las piezas en conjunto resistan los esfuerzos exteriores.
Los pilotes se colocan de ordinario á distancias que varían entre
dos y cuatro metros.
El arriostramiento se forma, en general, por un sistema de soleras
transversales y longitudinales que ligan los pilotes en su extremidad
superior; otro sistema análogo colocado al nivel más bajo que descu-
bran las aguas, y, si la distancia entre ambos resulta mayor de 5
metros, conviene colocar un tercero intermedio. Debe tratarse de
no poner piezas que haya que colocar debajo del agua, porque esta
colocación resulta defectuosa y á precio elevado, debiendo reducirlas
en lo posible si son indispensables.
Los diversos sistemas de soleras se refuerzan con diagonales que
se aseguran á los pilotes, dándose siempre al refuerzo en el sentido
transversal más importancia, porque es en el que se ejercen con más
violencia los esfuerzos horizontales y en el sentido longitudinal se
cuenta siempre con un número mayor de tramos para amortiguarlos.
Las diagonales transversales cuando tienen que trabajar en un
solo sentido se disponen de manera que lo hagan á la compresión, y
se colocan ya sea lateralmente á los pilotes, como se ha dicho antes,
ligándolas con pernos, ó en el mismo plano de ellos calzando por sus
172 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
extremidades en entalles de los pilotes, ó por medio de tacos en las
dos series de soleras, superior é inferior, asegurándolas á éstas como
á los pilotes por medio de chapas de hierro que se fijan con pernos á;
ambas piezas.
Cuando los esfuerzos se ejercen en sentidos opuestos, como son los
choques y tirones de los buques, las diagonales se colocan formando
cruz, ligándolas á los pilotes una de cada lado, y se suelen reforzar
unméndolas con un perno en el punto de cruce, donde se coloca un
taco de madera llenando el intervalo entre ambas, para hacer la
unión más perfecta, á veces suele hacerse que las cruces de diagona-
les abarquen dos intervalos entre pilotes, pero esta disposición si
bien reduce el número de las piezas, eleva su precio, pues se requie-
ren de longitud mayor, y disminuye mucho su trabajo útil.
En el sentido transversal se pone de ordinario sobre la primera y
segunda fila de pilotes, dos diagonales en cruz, entre cada dos siste-
mas de soleras, y una sola diagonal ó dos en eruz en la misma forma,
entre las siguientes, segun el ancho del muelle y si tiene que conte-
ner terraplenes ó no. En el sentido longitudinal muchas veces suelen
no ponerse diagonales ó colocarlas sólo en la fila de pilotes del frente,
porque son los que se oponen más directamente á los choques y tiro-
nes oblícuos de los buques, pero cuando se colocan, se disponen for-
mando cruces que abarcan uno ó dos intervalos entre pilotes y soleras,
ó se coloca una sola diagonal, todas en el mismo sentido ó en sentido
alternado. y
Las cruces de diagonales en el arriostramiento longitudinal sólo
se justifican en parajes de agua muerta ó en que la corriente se
invierte, pero donde ésta tiene un sentido determinado deben ponerse
todas las diagonales de manera que trabajen á la compresión, colo-
cándolas dobles si es necesario como se ve en la figura 17, esto sólo
en la primera fila de pilotes, pues en las demás no se ponen diagona-
les Ó se colocan sencillas.
A veces suele ocurrir la colocación de diagonales horizontales
en los planos de los sistemas de soleras para oponerse á los esfuerzos
oblícuos, pero son piezas innecesarias y sólo pueden aceptarse en
forma de riendas de hierro en los sitios donde hay argollones, para
interesar directamente mayor número de pilotes en la resistencia.
Cuando el muelle tiene un solo piso, este se apoya en el sistema de
soleras superiores, y cuando tiene dos, el segundo lo hace en el inter-
medio. En ambos casos la serie de soleras que queda más alta se
confunde con los tirantes en que van sujetos los tablones, los que
MUELLES Y MALECONES DE MADERA 1753
con las cargas ordinarias tienen un espesor de 54 7,5 centímetros y
un ancho que varía de 10 420 centímetros. Se colocan descansando
sobre los tirantes y ligados á ellos por clavos, siempre con su mayor
longitud en sentido transversal al muelle ó en diagonal; teniendo la
ventaja, el primer sistema, de exigir menos tirantes, en igualdad de
condiciones. Pero nunca deben colocarse en sentido loneitudinal,
pues como conviene siempre dejar un espacio entre ellos, cuando
se colocan en este sentido incomodan grandemente la circulación.
El espacio entre dos tablones consecutivos debe ser de 2 4 3
centímetros no más; esto proporciona una economía de madera no
despreciable, aunque 4 primera vista no lo parece; evita la retención
de basuras húmedas en las juntas que provocan la putrefacción,
conserva limpia la parte superior y euando el muelle puede ser
- cubierto por las aguas en caso de crecientes, impiden que la subpre-
sión que se produce entonces arranque los tablones.
A veces el intervalo entre los tablones se mantiene por tacos que
lo Menan en la parte que queda sobre los tirantes, pero en general se
conserva por los mismos clavos que los aseguran é impiden que se
muevan.
Los tablones conviene siempre hacerlos dle pino de tea, pues aunque
es material de corta duración relativamente á la madera dura, son
piezas de pequeña sección y de costo reducido, que se pueden cambiar
con toda comodidad cuando sea menester y no presenta el grave incon-
veniente de esta última que se pone excesivamente resbaladiza cuando
se moja con la lluvia y en especial con las heladas.
En casos particulares, por ejemplo cuando el piso debe ser cu-
bierto con terraplén como en las figuras 11,12 y 153, las dimen-
siones de los tablones varían en consecuencia, y es obvio agregar que
se colocarán en contacto, y hasta es conveniente cubrir el entablo-
nado, como en el caso de la figura 13, con una capa de hormigón armado
ú otro material impermeable. La madera que se debe usar entonces
es exclusivamente la dura.
Los tablones del piso no se ensamblan, tratándose siempre que las
juntas descansen sobre los tirantes. Estas piezas se colocan por lo
general distanciados de un metro más ó menos, apoyados libremente
sobre las soleras, estando con suficiencia asegurados por los tablones
del piso que van clavados á ellos; pero los que quedan cerca de los
pilotes se aprovechan para ligar estos asegurándoles á ellos por medio
de pernos; generalmente se hace de modo que en cada fila de pilotes
haya un tirante, pero suelen ponerse dos apareados que los abrazan,
174 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
disposición que es de regla cuando están colocados en sentido trans-
versal al muelle.
Sólo en casos especiales, cuando sea posible que el muelle quede
cubierto por las aguas, ó éstas puedan llegar á suficiente altura para
que el oleaje choque en la parte inferior del piso, tendiendo á levan-
tarlo, es necesario asegurar los tirantes á las soleras, lo. que se hace
por medio de grapas ó bridas.
La sección ordinaria de los tirantes es de 10 por 15620 centí-
metros ; pero en general en el mismo muelle hay de distintas seccio-
nes, siendo más reforzados los que soportan vías.
Los tirantes trabajan á la flexión debido á los esfuerzos verticales
que les transmiten los tablones ó soportan directamente, y á la com-
presión y excepcionalmente á la tracción bajo la acción de los esfuerzos
horizontales que obran sobre el muelle, calculándoseles en consecuen-
cia, aunque generalmente se tiene en cuenta sólo la flexión; y se en-
samblan teniendo en vista esta clase de esfuerzos.
Las soleras en que descansan los tirantes son las piezas más impor-
tantes de la construcción después de los pilotes; su sección ordinaria
es de 15 por 25 centímetros ó 15 por 30 centímetros, y se ponen dos
apareadas abrazando los pilotes y unidas á ellos por medio de pernos,
que es la disposición más general, reforzándose á veces la unión por
medio de entalles hechos en el pilote; ó también suele ponerse una
sola de sección doble, que puede ser continua, apoyándose sobre las
cabezas de los pilotes, ó dividida en trozos, descansando por sus extre-
midades en entalles hechos en los mismos 6, más ventajosamente, en
tacos Ó cantoneras adosadas á ellos ; en ambos casos estas uniones se
refuerzan con planehuelas de hierro que presentan ramas en la
dirección de cada una de las vigas que convergen al nudo, fijadas
á ellas en ambas caras laterales por medio de pernos, y cuya sección
se calcula de modo que equivalga á la de las piezas de madera de que
aseguran la unión. Ejemplos de estas uniones pueden verse en las
figuras 6, 7 y 12.
Las soleras se calculan también á la flexión, pero con cargas concen-
tradas, y se ensamblan en vista de esta clase de esfuerzos, aunque
están destinadas á trabajar también á la compresión ó tracción debido
á los esfuerzos horizontales.
Las demás series dle soleras son solicitadas únicamente á la com-
presión por los esfuerzos horizontales, interviniendo sólo indiretamente
y en casos excepcionales en el trabajo que producen los esfuerzos
verticales, para oponerse al posible flexionamiento de los pilotes.
MUELLES Y MALECONES DE MADERA 175
Estas piezas soportan de los mismos esfuerzos horizontales una
parte mucho menor que las soleras superiores, razón por la cual se
hacen de sección menor; en general de 12,5 por 20 Ó 15 por 25 centí-
metros y, por lo común, se conserva para las soleras transversales la
disposición de dos apareadas abrazando los pilotes, aunque suele colo-
carse una sola, lo que se hace siempre con las que van en sentido
longitudinal.
Las ensambladuras en las piezas de madera dura deben ser lo más
sencillas posible, pues este material es costoso de trabajar. Los
tirantes pueden ensamblarse ó no, porque se apoyan sobre las soleras
y un pequeño desplazamiento en su colocación no perjudica la obra;
pero los que al mismo tiempo sirven de unión entre los pilotes, asi
como las demás soleras, requieren ensambladuras.
Las soleras que sostienen el piso y las que hacen las veces de
tirantes se ensamblan para resistir al esfuerzo de flexión á que están
sometidas. Un buen tipo de ensambladura para este objeto es el que
se indica á continuación (fig. 24), que es una modificación de la de
y
y =>
Fig. 24
'ayo de Júpiter con cuña, habiéndose sustituído ésta por pernos, y en
la que el corte próximo á la cara superior se ha hecho perpendicular
á ella, porque con esa disposición trabajan mejor las fibras de esa
parte de la pieza, que lo hacen á la compresión.
En las soleras que no soportan cargas verticales, puede usarse esta
misma ensambladuraó tambiénla siguiente (fig. 25), 4mediamadera, que
Fig. 25
trabaja más eficazmente á la compresión, destinándose los pernos á la
vez que á unir las piezas 4 soportar los esfuerzos de tracción, por lo
que se calculan de modo que su sección trabajando al corte equivalga
á la de las piezas que se ensamblan trabajando á la tracción.
Las diagonales se forman siempre de un solo trozo y su acción:es
en general igual á la de las soleras que no reciben esfuerzos verti-
cales y á veces menor. E
Todas las piezas indicadas realizan el arriostramiento de los pilotes
176 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
para hacer que en lo posible trabajen conjuntamente y oponerse á su
flexionamiento bajo la acción de los esfuerzos verticales ó su encor-
vamiento bajo la acción de los horizontales.
A los primeros resisten los pilotes trabajando como sólidos cargados
dle punta guiados en su extremidad superior y empotrados en la
inferior sostenidos por la resistencia del terreno y el frotamiento del
mismo contra la parte enterrada ó aún por esto solo; se calculan sola-
mente á la compresión, pues la conveniente distribución delos sistemas
de soleras simplifica el cálculo, eliminando el posible fexionamiento
en la mayoría de los casos.
A los esfuerzos horizontales se oponen los pilotes como sólidos
empotrados en el terreno, pero el punto de empotramiento no debe
considerarse en la superficie sino á una cierta profundidad que varía
con la naturaleza del terreno y según su grado de humedad. Espe-
cialmente cuando está formado por barro embebido de agua debe
tenerse presente que, aunque se encuentre en grandes espesores, no
Fig. 26
presenta resistencia apreciable á los esfuerzos horizontales siendo
esto la causa de la falta de éxito de la palizada construída en el
Rosario (fig. 4) y de los desperfectos sufridos por el muelle (fig. 13)
construído hace pocos años en esa localidad, aunque la capa de barro
presenta allí un espesor de 14 metros más ó menos.
Con la sección de 25 >< 25 centímetros ó 30 < 30 centímetros que
de ordinario se da á los pilotes, la longitud de las vigas de madera
dura casi nunca permite formarlos de una pieza, teniéndose que em-
palmar dos trozos y en caso excepcional tres, pero esto último no es
derecomendar, y en los casos que se presenta siempre es posible poner
una sola ensambladura formando la parte inferior del pilote, que que-
da siempre debajo del agua, con inadera de pino, karri ó jarra de las
que se encuentran vigas de 15 y más metros de largo.
El tipo de ensambladura es el de corte á media madera, ligando am-
bas piezas por pernos, como se ve en la figura 26, pues los sunchos
que también se usaban no son tan convenientes; la longitud del
corte es de dos á bres veces la dimensión transversal del pilote.
Esta ensam''adura ha sido reforzada, como se indica á continua-
ción (fig. 27), con do, chapas de hierro cuya sección se calcula de modo
MUELLES Y MALECONES DE MADERA 177
que reunidas presenten la misma resistencia que una sección cual-
quiera del pilote; en ella el corte se ha reducido á una ó una y media
veces la dimensión transversal de la pieza, extendiéndose las chapas
otro tanto á ambos lados para fijarse á ella; una última modificación
dle esta ensambladura consiste en substituir las chapas por hierros U
lo que la refuerza notablemente.
También se usa la ensambladura siguiente (fig. 28), en la que se
Fig. 28
emplean igualmente hierros U, pero el corte del pilote es plano ponién-
dose entre ambos trozos de madera una chapa de plomo para asegurar
el contacto en todos los puntos de la sección.
Los pilotes son cortados en punta en una de sus extremidades para
facilitar su penetración en el terreno, y esta punta se arma por lo ge-
neral con un azuche de hierro que se une á él por medio de tirafon-
dos. La extremidad superior lleva calado un aro de hierro para
impedir que la madera se raje con los golpes del martinete que se
emplea para clavar el pilote; y que se saca junto con la extremidad
machacada una vez concluída la operación,
Los pilotes se clavan hasta el rechazo, es decir hasta que no pene-
tre apreciablemente bajo los golpes del martinete, siempre que se
haya enterrado una longitud de dos á tres metros ó una prudencial
para ponerse á cubierto de posibles socavaciones del terreno.
Las tablestacas se clavan también con martinete, y para facilitar su
penetración en el terreno se eorta st extremidad en forma de cuña y,
á veces, cuando el terreno es resistente, se arma con azuches apropia-
dos; superiormente van unidas con pernos á soleras especiales que
le sirven de guía y transmiten á los pilotes parte del esfuerzo que
soportan.
Cuando no se conceptúa el muelle suficientemente resistente para
contener el empuje de las tierras y con objeto de mMiaumentar des-
proporcionadamente su ancho y fortaleza, se reéttre á'anclarlo. Al
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX. 12
178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
efecto se disponen pilotes de distancia en distancia, de modo que que-
den enterrados en el terraplén y bastante separados del muelle par:
substraerlos de la zona de dislocación de las tierras si llega á produ-
cirse algún movimiento. En la parte superior de estos pilotes se fija
un entablonado, como de un metro cuadrado de superficie, para mejor
oponerse á posibles movimientos, y se refuerzan por otros inclinados
en forma de puntal, ligando al muelle el conjunto así formado, por
riendas de hierro, compuestas de barras redondas ó chatas.
En los muelles se encuentran también piezas secundarias como los
cordones; vigas más fuertes que las soleras que se colocan al contor»
no del piso sosteniendo y ocultando la cabeza de los tablones; y las
defensas, piezas que se adosan exteriormente á los pilotes para pro-
tegerlos contra los choques; generalmente tienen las mismas dimen-
siones que éstos ó algo menores y se extienden en toda su parte su-
perior desde las aguas bajas; se colocan cada dos ó tres pilotes, pues,
como sobresalen de la cara exterior de éstos, bastan para resguardar
á todos los demás. Para su construcción se emplea madera de lapa-
cho. Hay, á veces, otras piezas para oponerse á esfuerzos especiales,
las que no se enumeran por no formar parte del sistema general de
construcción.
Generalmente se dota á los muelles de escaleras de acceso desde
las aguas bajas hasta el piso superior; su construcción no presenta
ninguna particularidad, pero es de advertir que las piezas de sostén
deben hacerse de madera dura y los escalones de pino por la misma
razón que se dió al hablar de los tablones del piso, así como el pasa-
mano si lo hubiera, por la facilidad para trabajarlo.
Para finalizar, debe prevenirse que hay en el mercado, maderas co-
mo el cebil y orco-cebil de Tucumán, que aunque aceptadas en un
principio como aptas para la construcción de muelles y malecones,
han dado en la práctica muy mal resultado por su corta duración, de-
biendo proscribirse su empleo; y que en las costas de mar donde exis-
te el teredo no es prudente construir obras de madera pues aunque
las variedades duras resisten más que las blandas á sus ataques, no
hay ninguna que sea inmune á pesar de la propaganda que se hace
en ese sentido á favor del karri y jarra, que han sido de preferencia
atacados en un muelle perteneciente al Ferrocarril del Sud, en Bahía
Blanca.
ALEJANDRO FOSTER,
Ingeniero de primera clase
en la Dirección General de Obras Hidraúlicas.
NOTA SOBRE LAS CURVAS DE TERCER GRADO
1. Sistema transformador. — Sean los ejes ortogonales YO, XO.
Tomemos dos puntos fijos a y b. Unamos un punto cualquiera
(e,y,) con los puntos a y b por medio de las rectas Ma, Pb.
Desde el punto « tiremos la recta 4N que forme con la aM el
angulo A, tomando como eje la recta aM y contando el angulo A en
el sentido que marchan las agujas de un reloj, para evitar confusio-
(Y) : zx
nes. Desde el punto b tiremos la recta 0Q que forme con la bP el
ángulo B, tomando como eje la recta bP y medido el ángulo B en el
mismo sentido que lo fué el A.
Las rectas aN y b() se cortarán en un punto (+,y,) que llamaremos
el transformado de (x.y).
Al punto a y ángulo A, los úmaremos elemento A, al punto b y
angulo B, elemento B, y al conjunto de los dos elementos A y B, sís-
tema transformador (A, B). Así con el sistema transformador (A, B)
el punto transformado de (%,y,) será (%,Y,), y con el sistema transfor-
180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
mador [360%A, 360B), el punto transformado de (%,y,) será (2,ya).
Al sistema transformador [360”A, 360%B] lo designaremos simple-
mente por [| — A, — B], indicando siempre el signo menos (— )que
el ángulo debe ser contado en sentido contrario al indicado. Así
podemos tener los sistemas transformadores:
(A, B), [= A, A B), (A, TES B) (e A, B)
De la figura sacamos:
ar
(a E La) (20, 0)
Poniendo:
P,¿= (10, + Y. bg A) — (La + Ya bg A) |
Q.= (u, bg A — Y») — (ta 6g A — Ya) (2)
Ra PT [Ya 1 a =P La Q.) |
La ecuación (1) nos da:
Y, Pa + Y Qu. + Ea =0 (3)
El elemento B, nos dará de un modo análogo:
Y, P,+2,0,) +E,=0 (4)
y de las ecuaciónes (3) y (4) sacamos:
| E, Pa | Qu Ka
pay | E, P, y pers, Q E, (5)
CAT ATAN cd ETE
Qu 1% Qu E
Q, P» | Q;P»
2. Ejemplo de transformación. Línea recta. — Si hacemos que el
punto (x,y,) se mueva sobre la recta cuya ecuación es:
q%, + PY, ="Y (6)
El sistema transformador (A, B) transformará á la recta (6) en la
siguiente curva, teniendo en cuenta las fórmulas (5)
Q En
Q,P,
R, P,
R, P,
Qu E,
Q¿R,
Y +) =p =0 (7)
NOTA SOBRE LAS CURVAS DE TERCER GRADO 181
Ecuación que es de segundo grado con relación á (+,y,), luego:
La transformada de una recta es una cónica.
3. Curva que goza de la propiedad de dar la misma transformada
con dos sistemas transformadores que tengan un elemento común. —
Para mayor comodidad llamaremos á esta curva, triangular.
Sean los dos sistemas transformadores (A, B) y (B, OC). Los tres
elementos A, B y O nos darán las ecuaciones
Ya La o
Ya P, — Y, Q, Al
Y, P. +E2,Q. +R,=0,
(8)
Para que estas ecuaciones sean compatibles es necesario que se
tenga
R.¿Q,.Pa
R, Q 12%,
R. Q, P.
0) (9)
Desarrollando esta determinante nos resultará una ecuación de
tercer grado en (x%,4,), luego pues, la curva que buscamos es de ter-
cer grado. Su ecuación será de la forma:
M,v* + M,jx"y + May? + May + M.y? +
1 1 Y ¿YY 4 $
+ My + Mx? + M,u + My + M,,=0) (10)
Haciendo en la determinante (9), (y, = 0, %, = 0) y teniendo en
cuenta las formulas (2) tendremos
ty A (E =P Ya), (Ya — Ta tg A), (Lo, == Ya tg A)
tg B (2, + Y%), (Y —%, tg B), (1, + Yo te B)| =M,, (11)
tg O (0%. + Y), (Y. — Ze 68 O), (1. + Y. tg O)
Siendo X función de 2,, %,) «...y E, y Y1 Ys La «». Yn €bC., desigharemos
para abreviar
dx. dX dx dx
+ +... + ==»
A je ptr y
de, de, de, dx
El efecto de cambiar el origen de los ejes coordenados sin variar
sus direcciones, es el mismo que dar á cada uno de los puntos a, b
y cun movimiento de igual magnitud y sentido contrario al del ori-
gen. Se debe tener, pues:
182 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
e -
—— + M,=0 |
2 |
> IM M.=0 |
dx A
dM
Y) 3 2 0)
da e ML,
Ñ
O
dy Y
IM
A e BL, ==
a a
355 y, ) 7
1, =
an FM Sa ¿=0
sn dM
NL =0 015 e NL, =
3 Je Mi =( q EM, =0
y an M. =Y gn 2M, =0
dy Aia E S
1M,
2 BM, =0
S dM, RS dM, > dM, y dM, E
dy da dy du
Efectuando los cálculos se tiene
(tg B=tg 0) (2, tg A+ Ya) +(t8 O—tg A) (2, tg B+Y,)
M,=M, = (tg A — tg B) (y. tg O — 2.) +
(tg B=tg.0) (Y, tg A=3%,)+tg8 C—tg A)(y, tg B=x,)
M, — M, — (tg A— tg B) (1,tg O + Ye) +
(13)
Luego pues la ecuación de la triangular será
(y +2) (M,04M,y) +M,20y+M y +M,0"F+M,0+M,y+M,,=0 (14)
Teniendo en cuenta las formulas (2) y la determinante (9), se ve
que los puntos a, b y c, pertenecen á la curva.
De una manera análoga hallaríamos que la ecuación de la trans-
formada de la curva (14), triangular también, tiene una ecuación
semejante.
4. Análisis de coeficientes. — Puesto que los ocho coeficientes de
la ecuación (14) pueden reducirse 4 7, estudiaremos la relación que
existe entre los siguientes
M,, M,, M,, M, — M,, M,, M,, M,,
NOTA SOBRE LAS CURVAS DE TERCER GRADO 183
La condición á que deben satisfacer estas siete funciones de las
nueve variables independientes, La, Up Loy Ya Yo Ye 18 A, tg B,
te O, para que se las pueda considerar independientes entre sí, es
que uno cualquiera de los tres jacobianos que resultan, no sea iden-
ticamente nulo. Pero el empleo de ese método es demasiado pesado,
dada la naturaleza de las funciones que nos ocupa.
Por lo demás, parece ser riguroso el siguiente procedimiento :
a) Las variables M,, M,, M, y M, — M,, son independientes entre
sí. En efecto con sólo llevar el origen á un punto que tenga por coor-
dinadas (y =b, == — 4), tendremos que M,, M, habrán permanecido
invariables y M,— M, habrá variado en 2 (M,b — M,a) y M,
habrá variado en 2 [M,a + Mb), cantidades ambas independientes
absolutas; además M, y M, son independientes entre sí, de lo cual
s asegura por la sola inspección de las fórmulas (153).
b) Para el caso particular en que
MM, =0 ML, =0 ME = LL =0, MEL, =>0
la ecuación (14) representa un círculo, y esta condición impone
te A=tg8 B=tg € ; entonces M,, M,, M, y M,, son variables
independientes entre sí, por ser cualquier circulo engendrable del
modo indicado.
c) Si para este caso sólo hacemos variar las é y, solo las tres
variables M,, M, y M,,, variarán. Sean estas variaciones
SES a
0) % Y o
Siendo o, la variación de M,, tendremos que entre las cuatro
variaciones : 2;, 24, d Y 9, 10 debe existir ninguna relación, puesto
que: cualquier círculo es engendrable del modo indicado.
Si hacemos variar te B y te O, las siete variables variarán. Sean
estas variaciones
ES 0 o , a/ > 'A = 'A IS e SS , S ,
SIN a AO RAS SAS AO
Las variaciones totales serán pues
3 Ss, E Ss. S/ S SAS SEMA SAO
du 0 O O o Da) 0d 08 y 09 de 9 2 Ono 7 Ono
Las cuatro primeras variaciones deben ser independientes entre
sí, como lo demostramos anteriormente, b). Las tres últimas también
son variables independientes entre sí, €), y por la misma causa inde-
pendientes de las cuatro primeras, luego: las siete variaciones son
184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
independientes entre sí, de donde: las siete funciones que estudia-
mos son variables absolutamente independientes entre sí. Sentado
esto, podemos enunciar que: toda curva de tercer grado cuya ecuación
sea de la forma de la (14), es una triangular, engendrable como queda
explicado.
Fácilmente se demuestra lo siguiente :
Cambiando el origen y la dirección de los ejes, la ecuación de una
triangular se transforma en otra permaneciendo siempre de la forma
de la (14). :
Si EF, y EF, representan dos triangulares, la ecuación
IF, + PF, =0
cualesquiera que sean a y f (constantes), representa otra triangular.
Como ejemplos de triangulares, tenemos :
1 A = B =0 (círculo);
2% a y b equidistantes de c, 24 =2B = C (círculo y una recta
que pasa por su centro). Curva transformada (mismo círculo y una
recta que pasa por su centro y forma con la anterior un angulo 2A).
El sistema transformador (A, B), transforma una recta en la otra.
Buenos Aires, noviembre de 19041,
MANUEL GONZÁLEZ,
Teniente de artillería.
MISCELÁNEA
La brújula marina. — Se atribuye jeneralmente al ciudadano amalf-
tamo Flavio Gioia la invención de la brújula marina ; pero según el P. Bertelli,
sólo debe reconocerse a los amalfitanos el mérito de haber introducido en el Me-
diterríneo en el siglo Xx, tan útil guía de la navegación bajo la forma de
un tubito (calamus), flotante en un recipiente lleno de agua, que sustituyeron
luego por el tipo actual de flechilla oscilante sobre una espiga vertical en el cen-
tro de una rosa de 32 vientos i limbo dividido en 360%. Este modelo estaba ya
en uso en las minas de cobre de Massa Marítima (Toscana) en 1200.
El tipo de brújula con rosa móvil se remonta a principios del siglo XIV i pare-
ce debido á un positano (cerca de Amalfi).
La suspensión cardánica parece ser del siglo xv. Vasco de Gama tenía brújulas
con dicha suspensión, de manera que Cardanmo no sería el inventor sino el yul-
garizador de la misma.
La declinación de la aguja fué descubierta por Cristóbal Colón en su primer
viaje á América. Las cartas marinas anteriores eran, pues, erróneas; así Alejandría
(Egipto) 1 Gibraltar figuraban en el mismo paralelo.
En cuanto á Flavio Gioia... se pone en duda hasta que haya existido ! Vale la
pena trascribir cómo se supone que tomó orijen ese nombre :
Dice Flavio Biondo (1450 ?): Fama est qua Amalphitanos audivimus gloriare, ma-
gnetis usum cujus adminiculo navigantes ad archum diriguntwr, Amalpla fuisse inventum.
J. B. Pío dice :
Amalphi in Campania Veteri ; magnetis usus inventum a Flavius traditar, cujos ad-
mináculos navigantes ad arctum diriguntur...
Evidentemente Pío cita el testo de Biondo, que Giraldi en 1540 modifica así :
Non maultis retro saeculus, Amalphis in Campania oppido antiquis navigandi usus
per magnetem et chalybem quorum indicio nantae ad polos diriguntur, a Flavio quo-
dam excogitatus traditur...
Y he aquí trasformado- a Flavio de historiador en... inventor !
Seguiremos la controversia orijinada por Bertelli i daremos cuenta de la misma,
valiéndonos de la interesante revista 1'elettricita, de la que tomamos los datos
que preceden.
B
186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Boyas faros automáticos. — En la misma revista vemos que el injenie-
ro Gehre ha propuesto un sistema de boyas luminosas accionadas por las olas, i como
estas son irregulares en su magnitud, producción 1 fuerza, para utilizarlas en
un aparato por su naturaleza tan regulado, como es un faro, Gehre ha ideado un
brazo de palanca 1 fijo en una boya cilíndrica B, de 3250 i diámetro de 150 que
la mantiene en una posición horizontal i provista de un flotador a, de 2 metros
por 0,70, que jira alrededor del eje proyectado en o, al que las olas comunican un
moyimiento de alza i baja que se trasmite al interior de la boya por un engra-
naje mediante un rodaje que solo jira en un sentido gracias a un sistema de arpo-
nes. Una masa y unida al engranaje, pero escéntrica respecto del mismo, es levan-
tada paulatinamente por el movimiento del flotador £ hasta que, alcanzada un
máximo de altura, desciende por su propio peso con movimiento acelerado que
se trasforma en pendular por lo que el flotador £ sólo tiene que completar el
movimiento ascencional de la masa y.
Otra transmisión acciona el inducido de una dinamo m. La masa y se ha cal-
eculado para que la f. e. m. producida en la máquina durante su caída, desarrolle
una corriente que pueda volver incandescente una lámpara de 32 candelas, cuya
luminosidad aumenta gradualmente desde su comienzo i, análogamente, disminuye
hasta estinguirse, dando un destello luminoso que dura cuatro segundos, a inter-
mitencias variables, según Gehre, de 20 segundos para ondas de 30 centímetros
de altura, i de 60 segundos para las de 15 centímetros.
La boya lleva un señalador acústico de campana ¿, cuyo badajo la hiere cada
vez que al principiar la caída del peso van á chocar con el arponismo los dien-
bes ccc enlazados a dicho peso, con lo que se obtiene que los tres campanazos
suenen contemporáneamente con la iniciación de la corriente eléctrica, 1, por con-
siguiente, en los mismos intervalos de los destellos luminosos, lo que coadyuva
a hallar la boya en caso de niebla. La elevación del foco luminoso les de cua-
tro metros sobre el nivel del agua.
El sistema por su fundamento es causa de que :
1% La intermitencia de los destellos sea periódica ;
20 La duración é integridad de los mismos sean constantes ;
30 Las intermitencias sean tanto más largas cuanto mayor sea la calma del
MISCELÁNEA. 187
mar, i tanto más frecuente cuanto más ajitado está éste. Durante las tempestades,
pues, el destello resulta casi continuo.
B.
1
Correo neumático. — ¿ Cuándo lo tendremos entre nosotros para ace-
lerar la distribución de nuestra correspondencia urbana? ¿En qué quedó el pro-
yecto relativo, del doctor Carlés si mal no recordamos ?
Entre tanto en Europa el sistema va tomando cada vez mayor incremento.
La grande, la bella París, posee más de 200 kilómetros de servicio tubular ;
Lyon, cerca de 100 kilómetros ; Berlín, 165 kilómetros; Londres i Liverpool,
106 kilómetros ; Viena, 76 kilómetros ; Bruxelas, 3 kilómetros ; La Haya 1 kiló-
metro, etc.
Y nosotros ? B.
Divisibilidad por siete (1). — Cuando se trata de números de dos
cifras, esto es números menores que cien, es muy fácil reconocer á primera vista
si son ó no divisibles por siete, con sólo recordar la tabla de multiplicar, pues
aún cuando ésta no llega sino hasta 7 X 12 = 84, si se trata de un número ma-
yor cualquiera , 94 por ejemplo, basta quitarle mentalmente siete decenas y ver si
el resto es ó no múltiplo de siete.
94 — 70 — 24, no lo es.
Aparte de ésto, los múltiplos de siete mayores que 84 y menores que 100, no
son sino
vs = 0 y 1 x1=08,
que se pueden recordar sin gran esfuerzo.
Cien, dividido por siete da un resto dos, 500, por lo tanto dará 5 X 2 = 10 y
345700 dará 3457 X 2 = 6914. 2
Ahora bien, si se trata de un número como
3143457
cortaremos las dos primeras cifras de las derecha, que nos dará un resto uno, y
multiplicaremos por dos las demás que quedan á la izquierda, para obtener el res-
to que dejan las 31434 centenas, lo que nos dará
62868
y en total 62868 + 1 —= 62869.
Como este resto está expresado en unidades, procediendo con él de la misma
manera que con el número procedimos, obtendremos un resto de 6 para la 69
unidades, y uno de 1256 para las 628 centenas, y en total
1256 + 6 = 1262.
(1) De la obrita del señor José González Galé, contador público, — Cálculos prácticos — transcri-
bimos el Apéndice donde el autor establece un nuevo criterio de divisibilidad por siete.
188 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Lo que nos dará, en fin, como restos, 6 para las 62 unidades y 12 X 2 = 24
— 21 = 3 para las 12 centenas, ó sea en total
6+3=9-—"1=2.
Por lo tanto, el número en cuestión no es divisible por siete, y efectuando la
división dará un resto dos
Esto, naturalmente, no es sino el principio en que se basa el procedimiento,
pues éste, para ser práctico, ha de ser mucho más breve. Pero partiendo de esta
base ya podemos hacer algo.
Evidentemente, si divimos el número en secciones de á dos cifras, á partir de
de la derecha, observaremos que hemos ido multiplicando sucesivamente estas
secciones por 1, 2, 4 y 8.
Nx 1= 57
31. X 2 = 68
1 4 = 56
33528 = Y
y que si hubiésemos tenido más secciones, las habríamos seguido multiplicando
por 16, 32, etc.
Ahora bien, si en vez de multiplicar toda la sección por el número que le co-
rresponda, según su orden, deducimos previamente los múltiplos de siete que
contenga, el resultado será el mismo y la operación mucho más sencilla, pues
para averiguar si el número 3143457 es ó no divisible por siete, sólo tendremos
que hacer :
(57 —=56=1)Xx1= 1
(34 — 28 =6) X 2= 12
(14 —14=0Xx4= 0
(3 5 x80=»%4
37
— 35
ESTO on 2
que es el mismo que hallamos anteriormente.
Pero aun hay más.
Hemos multiplicado por ocho la cuarta sección, y si hubiésemos tenido una
quinta, la hubiéramos multiplicado por 16, y así sucesivamente, pero esto, que
en la práctica también resulta largo, puede simplificarse, pues, como multiplicar
por ocho equivale á hacerlo 7 + 1, y multiplicar por siete, es inútil desde que
estamos prescindiendo de todos los múltiplos de siete, tendremos que en vez de
multiplicar por ocho bastará hacerlo por uno.
Como 16 = 8 X 2; 32=8X 4, y 614 =8 X 8, multiplicar por 16, 32 y 61, res-
pectivamente, será lo mismo que hacerlo por1 X2=2;2 X2=4;1 Xx 1=1,
y así sucesivamente.
Siguiendo, pues, la ley de formación que de ésto se deduce, podemos dar en
definitiva la siguiente :
REGLA GENERAL. — Para averiguar si un número cualquiera es 'ó no divisible por
siete, se divide en secciones de á dos cifras, á partir de la derecha, y se ve los restos
que cada una de estas secciones deja después de quitarle los múltiplos de siete que
MISCELÁNEA 189
contenga. Estosrestos se mulplitican sucesivamente por 1, 2 y 4, 1, 2y1, etc., á par-
tir de la derecha, y si la suma de estos productos es divisible por SIETE, el número lo
será; en caso contrario no lo será y dará un resto igual al que la prueba arroje.
Sea el número 3143457
51=56=1Xx1= 1 =1
1 = AS = 0) 2 => 12M == (==
14 =14=0Xx4= 0 = (0)
9
= 1
MO. sae 2
Otro ejemplo :
445678939573
13 =10=9 Xx 1=8 =3
Y MIA SI MAR
3 = gl =2 X4=8 ==
(Si = UV = X= = ii
56=56=0Xx2=0 = (0)
44 — 4292 Xx 4=8=1Y=1
7
= 71
O oo soe euboos 0
Es divisible.
Claro está que en la práctica no es necesario disponer las operaciones como
aquí lo hemos hecho, pues como los restos se hallan mentalmente, basta escribir-
los aparte, haciendo lo propio con sus productos.
Número Restos Productos
3143457 il il 1
6 12 5
0 0 0
3 3 3
9
= 1
O oo bvo ooo 2
Número Restos Productos
445678939573 3 3 3
4. S 11
2 8 1
1 1 1
0 0 0
2 8 Í
7
=1
Ost 0
BIBLIOGRAFÍA
L'énergie hydraulique et les recepteurs hydrauliques par U. Mason1, di-
recteur et professeur de 1”Institut d"Hydraulique a 1Ecole Royale des ingé-
nieurs de Naples, ete, etc. Un volume grand, in 8% de vi-320 pages et 207 fi-
gures dans le texte. Gauthier-Villars, éditeur, Paris, 1905, Prix: 10 frances.
Este volumen forma parte de la Encyclopédie industrielle fundada por el inje-
niero Lechalas, ex Inspector Jeneral de Puentes i Caminos, i ha sido escrito, a
ruego de este ilustrado injeniero, por el reputado profesor de hidráulica de la Es-
cuela de Napoles, injeniero Hugo Masoni, cuyo nombre es conocido de todos los
injenieros estudiosos por su Corso dVPidraulica teorica-pratica, agricola e samitaria
i otras obras más, del jénero hidráulico, que le han dado merecida fama.
En ésta, el profesor Masoni trata especiamente de la enerjía hidráulica (corrien=
tes) i de los mecanismos (receptores) que la transforman i la utilizan, problema de
grandísima actualidad inutilidad, cuya solución importa el aprovechamiento de los
saltos o cascadas, i aun de las caídas de las corrientes que permiten crearlos, fuerza
que hasta hoi se perdía por no poder aplicarla lejos del punto de creación i que
los progresos electro-técnicos han permitido utilizar, posibilitando el trasporte de
la enerjía.
Este trabajo del profesor Masoni, puede considerarse como un apéndice de su
curso de hidráulica.
He aquí su índice :
12 parte : Jeneralidades sobre la enerjía mecánica de las corrientes de agua 1
sobre las máquinas hidráulicas.
22 parte: Ruedas hidráulicas.
32% parte: Turbinas hidráulicas.
42 parte: Máquinas de columna de agua i receptores hidráulicos-operadores.
Se comprende que el profesor Masoni ha dado el debido desarrollo a estos capí-
tulos; pero lo que agrega interés a la obra es que en cada caso da un ejemplo de
instalación correspondiente.
E S. E. B.
Contribución al estudio de los suelos de la República Argentina por
PABLO LAVvENIRr, jefe del Laboratorio de Química, 1 ANDRÉS MORMES, direc-
tor de sección. Un volumen de cerca de 300 pájinas en 8% grande, con 4 figu-
ras 116 mapas de provincias i gobernaciones intercalados en el testo.
Esta publicación de los 4nales del Ministerio de Agricultura (Sección de Quími-
:a), forma la 22 parte de la ya publicada, i comprende 1601 análisis de muestras
especiales para esta investigación agrícola, verificados desde mayo de 19053 a
abril de 1904.
BIBLIOGRAFÍA 191
A los numerosos cuadros numéricos, que patentizan la laboriosidad de esta ofi-
cina química nacional, acompaña una memoria sobre el método empleado en los
análisis físico-químicos de las tierras, que reproduciríamos gustosos si dispusié-
ramos de espacio.
Nos place sobremanera ver que se está procediendo racionalmente al estudio
científico de nuestras tierras, lo que permitirá esplotarlas aplicando a cada re-
jión, a cada calidad de tierra, el cultivo que le corresponda, lo que se traducirá
por mayor i mejor producto, esto es, mayor riqueza nacional.
Ordinamento dell'esercizio di Stato delle ferrovie non concesse a im-—
prese private. Hemos recibido el n* 129 de los 4tti Parlamentari (Camera dei
Deputati. Legisl. XXII, Sess. 1904-5), que contiene el proyecto de Lei relativo
a la organización de los ferrocarriles oficiales italianos. Es un trabajo mui in-
teresante que convendría conocieran nuestros lejisladores por lo que pueda te-
ner de útil, especialmente aplicable a nuestros ferrocarriles nacionales.
No pudiendo trascribir los 92 artículos que constituyen este importante proyec-
to de lei, nos limitaremos a indicar sus grandes divisiones :
Capítulo I, Disposiciones jenerales. Capítulo IL, Consejo de administracion i
Director jeneral. Capítulo III, Direcciones seccionales de la esplotación. Capítu-
lo IV, Balances, Contabilidad central, Contralor de la Contaduría Nacional. Ca-
pítulo V, Caja central. Capítulo VI, Tarifas i horarios. Capítulo VII, Personal.
Capítulo VIII, Consejo jeneral del tráfico 1 Comisiones consultivas locales. Capí-
tulo IX, Disposiciones diversas. Capítulo X, Disposiciones transitorias.
Este proyecto de lei dará lugar a interesantes debates en la Cámara italiana,
que podrán leerse en el boletín oficial de la misma.
7 S. E. B.
CASA EDITORA CH. BÉRANGER, PARIS.
Robine (R.), ingénieur chimiste. Manuel pratique de l'éclairage au gaz
acetylene. Guide de lacétyléniste. Un vol. in-16 de 284 pages, avec 63 figures
dans le texte. Ch. Béranger, éditeur, Paris 1905. Prix: 10 frances.
El autor estudia el orijen i la fabricación industrial del carburo de calcio;
pasa analizar el gas acetileno en sus propiedades i procedimientos de prepara-
ción, antes i después del descubrimiento del carburo; luego describe los jenera-
dores de gas acetileno, según que caiga el carburo en el agua o ésta sobre aquél,
automáticamente o no, así como los aparatos de contacto; luego trata de la elec-
ción de un aparato jenerador i de la depuración del acetileno.
Pasa a estudiar las aplicaciones de este gas al alumbrado público i privado,
esto es, de la combustión del gas i de las instalaciones requeridas, indicando para.
este la elección del aparato, su situación i su funcionamiento; i para el público
la oficina (jeneradores, depuradores, gasómetros, etc.), la canalización (cañería, co-
dos, sifones, picos, etc).
Termina la obra con la reglamentación administrativa concerniente al empleo
del acetileno 1 con una serie de cuadros del peso de los metales requeridos, sol-
daduras, picos, etc.
El grande desarrollo que ha tomado entre nosotros el alumbrado por el aceti-
192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
leno, hace de este trabajo del injeniero Robine una guía de utilidad inmediata
para todos los que tengan que adoptar este sistema económico de iluminación.
ES
Sauvage (E.), professeur a VÉcole Nationale Supérieure des Mines et au Con-
servatoire National des arts et métiers. Manuel de la Machine a vapeur,
guide pratique donnant la description du fonctionnement et des organes des
machines et des chaudiéres á vapeur, a l'usage des mécaniciens, chautfeurs,
dessinateurs et propriétaires d'appareils 4 vapeur. Un vol. petit in-8%, de xIr-
428 pages, avec 250 figures dans le texte. Ch. Béranger, éditeur, Paris 1905.
(621. 1,02). Prix : 10 frances. ;
He aquí el programa tratado por el profesor Sauvage :
Histórico, leyes mecánicas 1 físicas, constitución ¡jeneral, trabajo del vapor en
los motores de pistón, distribución del vapor, regularización i transmisión del mo-
vimiento, motores sin pistón, principales órganos de las máquinas, disposiciones
de conjunto en las máquinas, condensación, producción del vapor, empleo de las
máquinas. ' '
Esta obra es en parte un compendio del tratado jeneral de la máquina a vapor
que el mismo autor publicó en 1896 (2 vol. grande en-8% jesus, con 1036 figuras
en el testo. Ch. Béranger, editor. Precio: 60 fr.), simplificándolo en parte 1 agre-
gando algunos argumentos.
El objeto del injeniero Sauvage ha sido llevar a mayor número de personas el
conocimiento de las máquinas de vapor, que hasta hoi, por su variedad e impor-
tancia, priman aún sobre todos los motores mécanicos.
Cosin (L.), chef de section aux Chemins de fer de 1"Etat belge. Traité prati-
que des constructions métalliques, ouvrage faisant connaítre par des for-
mules tres simples les sections, les proportions et les poids des constructions
métalliques et facilitant 1"élaboration des projets et la rédaction des notes des
caleuls et des metres. 1 vol. grand in-S% de 552 pages et 184 figures dans
le texte. Ch. Béranger, éditeur, Paris, 1905. Prix : 25 frances.
El autor ha entendido dar a los que tienen que estudiar o construir obras me-
tálicas, fórmulas prácticas que permitan determinar por medio de las comunes
operaciones aritméticas las secciones, proporciones i peso de las construcciones
metálicas, i da con este objeto 260 fórmulas que simplifican notablemente los
cáleulos, pues hacen conocer el peso muerto i las proporciones jenerales adopta-
das, evitando cálculos 6 investigaciones preliminares. Después de dar los elemen-
tos de resistencia de los materiales i de la estática gráfica necesarias, pasa a estu-
díar las piezas cargadas de punta, vigas de alma llena, órganos de apoyo, puen-
tes con vigas de alma llena, vigas de celosía, puentes con vigas de enrejado, pi-
sos, armaduras, armaduras articuladas, uniones transversales (roblones), ete., 1
termina dando el reglamento ministerial francés relativo a los cálculos de los
puentes metálicos e informaciones, datos numéricos, etc., de importancia en el
'álculo de estas construcciones.
Para establecer las fórmulas que da el autor ha necesitado caleular 4300 coefi-
cientes, lo que demuestra que une a la competencia la laboriosidad.
S. E. BARABINO.
BIBLIOTECALDE LA SOCIEDAD CIENTÍF:CA ARGENTINA
/
0 PUBLICACIONES RECIBIDAS EN
CANGE
y had EXTRANJERAS
jÑ An E Alemania l'Assoc. des Ing. Electriciens Institute Mon=
: Pts: 2 tefiore. — Liége. EN
Zeftschrift der Gesellschaf fur Erdkunde,
Berlin. — Verhandlungen des Naturhisto- Brasil
- rischen Vereins der preussischen Rhina-
lande-Westfalens, etc., Bonn. —Abhandlungen
“herausgegeben von Naturwissenschaftlichen
-—Verein. Bremen. — Deutsche Geographische
-——Blátter, Bremen. -- Abh. der Kaiserl. Leop.
Carol. Deutschen Akademie derNaturforscher,
Halle. — Nachrichten von der Konigl Ges-
ellschaft der Wissenschaften, Gottingen. —
Sitzungsberichte und Abhandlungen der Na=-
-turwissenschaftlichen Gesellschaft, Dresden.
a — Naturforschenden Gesellschaft, Leipzig.
- — Mitheilungen aus dem Naturhistorischen
"Museum. Hamburg. — Berichte uber die
— Verhandlungen der Koniglich Sachsischen
Gesellschaft der Wissenschaften, Leipzig. —
—Mittheilungen der geographischen Gesells-
-chaft, Hamburg. — Berichte der Natur-
- forschenden Gesellschaft, Freiburg. — Jahres
Berfchte des Naturwissenschaftlichen, El-
berield. — Mathematisch Naturwissenschaf-
tlichen Mitheilungen, Stuttgart. — Schriften
der Phisikalisch — Okonomischen gesells-
chaft, Kóonigsberg. ;
Ke Australia
4 E Austria-Hungría
- Verhandlungen des naturforschen des Ve-
-reines, Brúnn. — (Agram, Societe Archeologi-
ches « Croate », Zagreb. — Annalen des K.
-K. Naturhistorischen of Museums, Viena. —
Verhandlungen der K. K. Zoologisch Botanis-
chen gesellschaft, Wien — Sitzungsberichte
des deutschen naturwissenchaftlich Medi-
-_ Cinischen Vereines -fur-Bohmen, « Lotos »
| Praga.— Jarhbuch des Ungarischen Kapathen
- Vereines, Iglo. a
Ln
Bélgica
Acad. Royale des Sciences, des Letres et
des Beaux Arts, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
- Entomologique, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
- Royale Malacologique, Bruxelles. — Bull. de
Y
SA Records of the geological Survey, Sydney.
Janeiro. — Bol. do Museo Paraense, Pará. —
Rev. do Centro de Sciencias.Letras e Artes,
Boletim da Sociedade de Geographia, Rio Bs
Campinas. — Rev. da Federacao de Estudian=
“tes Brasileiros, Ro Janeiro. — Bol. da Agri=
cultura, S. Saulo. — Rev. de Sciencias, In=
dustria, Politica é Artes, Rio Janeiro. — Rey.
do Museo Paulista, S. Paulo. — Bol. da Co=
missao Geográpbica é Geologica do Estado
de Minas Geraes, San Joao del Rei — Co=-
missao Geográphica é Geologica, San Paulo
— Bol. do Observ. Metereológico, Rio Ja=
neiro. — Bol. do Inst. Geographico é Etno=
graphico, Rio Janeiro. — Escola de Minas,
Duro Preto. :
Colombia
An. de Ingenieria. Soc. Colombiana de
Ingenieros, Bogotá.
o Costarica dale
Oficina de Depósito y Cange de Publica=
ciones, San José. — An del Museo Nacional, -
San José. — An. del Inst. Físico Geográfico
Nacional, — San José. at:
Cuba
Universidad de la Habana, Cuba.
; Chile
Rev. de la Soc. Médica, Santiago. — El
Pensamiento Latino, Santiago. — Verhan-
dlungen des Deutschen Wissenschaftlichen
Vereines, Santiago. — Actas de la Soc. Lien=
tífica de Chile, Santiago. — Rev. Chilena de
Hijiene, Santiago. — Ofic. Hidrográfica de
la Marina de Chile, Valparaíso. — Rev. Chi-
lena de Historia Natural, Valparaíso.
Ecuador
Rev. de la Soc. Jurídico-Literaria, Quito.
— An. de la Universidad Central del Ecua-
dor, Quito.
b
ic MATA
e AO No
ve Espana
Bol. de la Soc. Geográfica, Madrid. —Bol.
de la R. Acad. de Ciencias, Barcelona, — R.
Acad. de Ciencias, Madrid. — Rev. de la
Unión Ibero-Americana, Madrid. — Rev. de
Obras Públicas, Madrid. — Rev. Tecnológica
Industrial. Barcelona. — Rev. Industria é
invenciones, Barcelona. — Rey. Arqnitectura -
y Construcciones, Barcelona. — Key. Minera
Metarlúrgica y de Ingeniería, Madrid. — La
Fotografía, Madrid.
Estados Unidos
Bull. of the Scientific Laboratoires of De-
nison University, Granville, Ohio: — Bull. of
the Exxex Institute, Salem Mas. — Bull. Phi
losophical Society, Washington. — Bull. of
the Eloid Library of Botany, Pharmarey and
Materia Medica, Cincinati, Ohio. — Bull. of
University of Montana, Missoula, Montana.—
Bull. of the Minesota Academy of Natural
Sciences, Minesota. — Bull. of the New York
Botanical Garden, New York. — Bull. of the
U. S. Geological and geographical Survey of
the territoires, Washington. — Bull. of the
Wisconsin Natural History Society Milwankee,
Wis. — Bull. of the University, Kansas. —
Bull. of the American Geographical Society,
New York. — Jonrnal of the New Jersey
Natural History, New Jersery, Trenton. —
Journal of the Military Service Institution. of.
the U. States. — Journal of the Elisha Mitchell
Scientific Society, Chapel Hill. Nord-Carolina.
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' den, New York. — Proceeding of the En-
gineers Club, Filadelfia. — Proceeding of
the Boston Society of Natural History, Bos= :
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den. San Luis M. N. — Ann Report of the
Board of trustes of the Public Museum, Mil-
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ciety, San Louis, Mas. Ann. Report of the
Bureau of Ethnology, Washington. — Ame-
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can Mathematical Society, New York. —
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vey, Washington. — The Museum of the
Brooklin Institute of Arts and Sciences. —
The Ohio Mechanics Institute, Cincinati —-
University of California Publications, Berke=
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Western, Pensylvania. — Proceeding of the
Davemport Academy, Jowa. — Proceeding
and transaction of the Association, Meride,
Conn. — Proceeding of the Portland Society
of Natural History, Portlad. Maine. — Pro-=
ceeding American Society Engineers, New
York. — Proceeding of the Academy of Natu=
ral Sciences, Philadelphia. Proceeding of the
American Philosophical Society, Philadel=
phia. — Proceeding of the Indiana Academy
of Sciences, Indianopolis. — Proceeding of -
the California Academy of Science, — San
Francisco. — The University of Colorado.
« Studies ». Colorado.
Filipinas
Bol. del Observ. Metereológico. — Manila.
Francia
Bull. de la Soc. Linnennée du Nord de la
France, Amiéns. — Bull. de la Soc. d'Etudes
Scientfiques, Angers. — Bull de la Soc. des
Ingénieurs Civils de France, Paris. — Bull.
de L'Université, Toulouse. — Ann. de la Fa-
culté des Sciences, Marseille. — Bull. de la
Soc. de Géographie Commerciale, Paris. —
Bull. de la Acad. des Sciences et Lettres,
Montpelier. — Bull. de la Soc. de Topographie
de France, Paris. — Rev. Générale des Scien=
ces, Paris. — Bull. de la Soc. de Géographte,
Marseille. — Recuejl de Médecine Vetéri-
naire, Alfort. — Travaux Scientifiques de
P' Université, Rennes. — Bull, de la Soc. de
Géographie Commerciale, Bordeaux. — Bull.
de la Soc. des Sciences Naturelles et Ma-=
thematiques, Cherbourg. — Ann. des Mines,
Paris. — Min. de lPInstruction Public et des
Beaux Arts, Paris. — La Feuille des Jeunes
Naturalistes, Paris. — Rev. Géographique In-
ternationale, Paris. — Ann. de la Soc. Lin-
néenne, Lyon. — Bull. de la Soc. de Géogra=
phie Commerciale, Havre. — Bull. de la Soc.
d'Etude des Sciences Naturelles, Reims.
Holanda
Acad. R. des Sciences, Amsterdam. — Ne=
| derlandche Entomolog. Verseg, Rotterdam.
Inglaterra
The Geological Society, London. — Minutes
of Proceeding of the Institution of: Civil
Engineers, London. — Institution of Civil
Engineers of Ireland, Dublin. — The Mine=
ralogical Magazine Prof. W. J. Lewis M. A.
F. C. S. the New Museums, 'ambridge. —=
The Geographical Journal, London. — Bris-
tish Association for the Advancement of
Science, Glasgow. — The Guaterly Journal of
the Geological Society, London.
(Concluirá en el próximo número.)
13050!
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DIRECTOR : EN SANTIAGO AUGER le
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AGA
- BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI. HERMANOS
BN 684 — CALLE PERÚ — 684
1905 0 ON
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ARAS IR o Doctor « Carlos M. Morales 0%
Vacepresidente Moo Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones A
Vicepresidente Mei Doctor Enrique Herrero Ducloux A k
Secretario de actas........-... Senor Arturo Hoyo
Secretario de correspondencia.. Ingeniero Ricardo Gutiérrez
MESURE MN Ad Id EN Ingeniero Luis A. Huergo (hijo)
Bibliotecario......... LE ES Senor Rodolfo Santangelo ,
Ingeniero Vicente Castro
Ingeniero Julian Romero
do Eduardo M. Lanús '
HOC NeT: (Ingeniero Guillermo J. VWVhite
Senor Arturo Grieben
Ingeniero Evaristo Y. Moreno AE
Senor Pablo A. Pizzurno Se
(ARA EE Señor Juan Botto AN
y
REDACTORES
Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero
José S. Corti, doctor Ignacio Aztiria, ingeniero Emilio Candiani, doctor Eduardo. ES
Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, ingeniero Luis Luiggi, ingeniero Mauro
Herliztka, ingeniero Jorge Nemberyo dE enicrO Domingo Selva, agrimensor Cristóbal
M. Hicken, senor Félix Outes. A
ADVERTENCIA
A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje dnemio
de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para
que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados.
. La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de: los 50 ejemplares.
reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número -
con la casa impresora de Coni hermanos.
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho 4 la corrección de dos pruebas. q
Para todo lo o á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección,
Cangallo 15825
La Dirección.
/
PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN
Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerias
Pesos moneda nacional
Por mes Elo Op z 1.00
OR E 12.00
Número alrasado......oooo.ooccncoo o 2.00
=. para los socios.......... 1.00
- LA SUBSCRIPCIÓN SK PAGA ADELANTADA
El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano
MEMORIA ANUAL
DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
CORRESPONDIENTE
AL XXXII PERÍODO (10 ABRIL DE 1904 Á 31 DE MARZO DE 1905)
LEÍDA EN LA ASAMBLEA DEL 6 DE ABRIL DE 1905
Señores consocios :
Cumpliendo con lo prescripto por el artículo 22, inciso 9” del regla-
mento, voy á daros cuenta del estado actual de la Sociedad.
En el ejercicio transcurrido y no obstante las dificultades que tie-
nen que vencer las asociaciones de este género en países que como
el nuestro, por mucho tiempo aun, sus energías y actividades indivi-
duales se desvían hacia fines cuyos beneficios se palpan rápidamente
aunque no sean de transcendencia, es siempre satisfactorio constatar
que la Sociedad ha conservado su tradición de cultura intelectual y
que si desgraciadamente no hemos aportado una iniciativa nueva en
el año transcurrido, en cambio hemos conservado nuestro conjunto
de asociación, que como fuerza eficiente contribuye ¡dentro de su
órbita de acción, 4 mantener el principio del perfeccionamiento inte-
lectual, como base real y verdadera de todo progreso.
La comisión que cesa en sus funciones y á la que me ha cabido el
alto honor de presidir, cree haber siempre interpretado los fines de
la asociación, en el sentido de que la Sociedad sirva de centro de
cultura, donde todos los que buscan en la ciencia el medio de que la
humanidad llegue á su máximo de bienestar, encuentren el aliento
que ayuda y reconforta para perseverar en sus investigaciones, todas
ellas tendientes á nuestro perfeccionamiento en el orden científico,
ya que en el orden material nos ha tocado en suerte, uno bien bri-
lante.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX. A 13
194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
En este orden de ideas, hemos procurado, por todos los medios á
nuestro alcance, de aumentar el número de socios y si bien es cierto
que en el año transcurrido, no ha ingresado un número considerable,
en cambio no es inferior al de otros años.
Así también la Junta Directiva ha aprovechado la última Exposi-
ción de San Luis (N. A., 1904), para dar la representación de la Socie-
dad á uno de sus más distinguidos miembros y se espera que al reanu-
darse en el año que comienza sus tenidas científicas, nuestro Delegado
hará oir su autorizada palabra y tendremos así ocasión de palpar los
beneficios que á la cultura reporta la existencia de agrupaciones
llel género de la nuestra.
La Junta Directiva se ha preocupado del mismomodo de mejorarlas
condiciones del local de la asociación, considerando que se impone la
necesidad de dotarla, de un amplio salón de conferencias. Es bien
sabido, que nuestros medios de acción son muy precarios, sin embargo,
se preparó un anteproyecto cuyas obras importarían más de 15.000
pesos moneda nacional; para llevarlo á la práctica necesariamente ha-
brá que recurrir á la buena voluntad del Honorable Congreso y del Po-
ler Ejecutivo. La Juntano llevó adelante sus gestiones en ese sentido,
á causa de que no se creyó oportuno hacer un llamado á la buena vo-
luntad de los poderes, en una época en que había cambio de gobierno;
ahora la cuestión está planteada y no ereo que sea muy aventurado
esperar que la nueva Junta que se designe, llevará á la práctica, esta
Iniciativa.
Socios. — La Sociedad cuenta actualmente con 453 Socios activos,
4 honorarios y 23 corresponsales.
El número de socios activos, en 31 de marzo de 1904, era de 459,
el de honorarios 5 y el de corresponsales 22.
Han ineresado durante el período transcurrido, 19 socios nuevos y
se han reincorporado 2, en todo 21.
Han salido por diferentes causas 7.
El número de socios corresponsales ha aumentado de uno, por ha-
berse nombrado en tal caracter al profesor señor Carlos E. Porter en
Valparaíso, y el de honorarios disminuido de uno por fallecimiento del
doctor Rodolfo A. Philippi. También se ha tenido que lamentar el
fallecimiento del socio activo ingeniero Juan Pirovano.
He aquí la nómina de los nuevos socios activos aceptados: Julio
Tello, Pedro I. Paita, Rodolfo R. Lehmann, Carlos Posadas, José M.
Orús, Alfredo Battilana, Guillermo Silva, Sixto Aubone, Manuel R.
,
MEMORIA DEL PRESIDENTE 195
Baliña, Atilio Otanelli, Alfredo Dubois, Juan J. T. G. Carabelli, Ar-
mando Palmarini, Jorge Claypole, Ricardo Palma, Alberto de Diego,
Antonio Romero, Medardo Brindani, Fausto Delgado.
Los reincorporados fueron: Benito Mamberto y Juan Narbondo.
Asambleas. — Con la presente, tres han sido las Asambleas realiza-
das, en las que se ha procedido á la integración de la Junta Directiva,
renovación del cuerpo de redactores de los Anales, y al nombramiento
del profesor Carlos E. Porter, como socio corresponsal en Valparaíso.
Junta directiva. — En la Asamblea del 11 de abril del año pasado,
quedó constituida la Junta Directiva en la siguiente forma :
Presidente : Ingeniero Vicente CUastro.
Vicepresidente 1” : Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones.
Vicepresidente 2%: Ingeniero Eduardo M. Lanús.
Secretario de actas: Doctor Enrique Herrero Ducloux.
Secretario de correspondencia : Señor Guillermo J. White.
Tesorero: Ingeniero Luis A. Huergo (hijo).
Bibliotecario: Ingeniero José Sánchez Díaz.
Vocales : Ingenieros: Emilio Palacio, Carlos Berro Madero, Julian:
Romero, Evaristo V. Moreno, agrimensor Vicente González Cazón,
profesor Pablo A. Pizzurno, señor Juan B. Ambrosetti.
Habiendo renunciado el doctor Enrique Herrero Ducloux, del pues-
to de secretario de actas en la Asamblea del 12 de agosto pasado, fué
nombrado para desempeñar dicho puesto, el ingeniero Armando Pal-
marini.
Así constituida ha funcionado hasta la fecha, habiendo celebrado
23 sesiones en las que se han tomado en consideración y despachado
todos los asuntos entrados.
Entre otras se tomaron las siguientes resoluciones:
Aceptar en carácter de socio corresponsal en Valparaíso, al profe-
sor Carlos E. Porter.
Aumentar la instalación eléctrica con una línea y aparato especial
para linterna de proyecciones.
Solemnizar como de costumbre el XXXIT” aniversario de la So-
ciedad.
Autorizar al Director de los Anales para enviar á la Asociación de
la Prensa en Roma una colección encuadernada delos Anales á contar
del año 1900.
Adherirse al Congreso Internacional de Ingenieria, á celebrarse
196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
en la Exposición de San Luis (E. U.), y nombrar como Delegado de la
Sociedad al ingeniero Luis A. Huergo.
Conceder al señor Taullard el salón de sesiones para dictar su ter-
cer curso de taquigrafía, durante los meses de abril á septiembre del
corriente año, debiendo ser gratuita para los socios la asistencia á
dichos Cursos.
Solicitar de la Intendencia Municipal la exoneración del pago de
los impuestos municipales.
Con motivo de la llegada del ingeniero señor Luis A. Huergo, socio
honorario y delegado de la Sociedad en el Congreso Internacional de
Ingeniería de San Luis (E. U.), se resolvió invitar á los señores so-
cios, al «Centro Nacional de Ingenieros» y al « Centro Estudiantes
lle Ingeniería », á concurrir al puerto á darle la bienvenida, en prue-
ba de nuestra satisfacción por su brillante actuacion en dicho Con-
greso.
De acuerdo con el artículo 16 del reglamento, los miembros de la
Junta Directiva salientes, son los señores :
Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones, ingeniero Arman-
llo Palmarini, ingenieros Luis A. Huergo (hijo), Emilio Palacio, Carlos
Berro Madero, agrimensor Vicente González Cazón, y señor Juan B.
Ambrosetti, debiendo continuar como vocales durante el XXXTIT?
período administrativo los siguientes socios :
Ingenieros Vicente Castro, Eduardo M. Lamús, Guillermo J. White,
José Sánchez Díaz, Julián Romero, Evaristo V. Moreno, y señor Pablo
A. Pizzurno.
En consecuencia, en la presente Asamblea debe procederse á la elec-
ción de los socios que han de desempeñar durante el próximo período,
los puestos de Presidente, Vicepresidente 1% Vicepresidente 2, Se-
eretario de actas, Secretario de correspondencia, Tesorero y Bibliote-
cario.
Conferencias. — Las siguientes conferencias se han dado durante
el período.
6 de mayo. Influencia del ejercicio físico sobre el desarrollo cere-
bral, por el doctor Enrique Romero Brest.
18 de junio. Acción del ejercicio físico sobre el desarrollo cerebral, por
el doctor Enrique Romero Brest (ambas conferencias fueron ilustradas
con proyecciones laminosas.
31 de julio. De infinito á infinito, por el doctor Eduardo L. Holm-
berg.
MEMORIA DEL PRESIDENTE 197
31 de julio. Cultos indios, por el señor Eduardo A. Holmberg ;
estas dos conferencias fueron dadas en el Politeama, con motivo de la
celebración del aniversario de la Sociedad.
Excursiones y visitas. — Dos visitas se han efectuado, la primera
(12 de junio) á los elevadores de granos del Ferrocarril al Rosario
situados en el dique número 2, y la segunda á los Talleres de Liniers
(lel Ferrocarril del Oeste, el 2 de septiembre.
Anales. — Con la regularidad debida, han aparecido las entregas
de los Anales durante el período, siendo su tiraje de 800 ejemplares.
El número de subseriptores sólo alcanza á $.
En la Asamblea del 12 de diciembre del añopróximo pasado quedaron
constituidos el personal de Dirección y Redacción enla siguienteforma: *
Director : Ingeniero Santiago E. Barabino.
Secretarios : Doctor Julio J. Gatti y señor Eduardo A. Holmberg.
Redactores : Ingeniero Luis Luiggi; doctores Eduardo L. Holm-
berg y Enrique Herrero Ducloux; ingenieros Mauro Herliztka, Jor-
ge Newbery, Domingo Selva, Mauricio Durrieu, Alberto Sehneide-
wind, José S. Corti, Emilio Candiani; doctores Angel Gallardo,
Pedro N. Arata, Ignacio Aztiria; agrimensor Cristóbal M. Hicken;
señor Félix E. Outes. ;
Así constituídos han funcionado hasta la fecha, y de acuerdo con el
- reglamento, estos terminarán su mandato el 30 de noviembre próximo.
Han contribuido á la publicación de los Anales, los autores de las
memorias que 4 continuación se detallan, y que oportunamente fue-
ron publicadas en los Anales.
Memoria anual del presidente de la Sociedad Científica Argentina,
correspondiente al XXXT" período administrativo.
Etudes sur le hublon, por Frédéric Landolph.
Consideraciones generales sobre la mumiecipalización del servicio de
alumbrado, por el ingeniero Jorge Newbery.
Utilización de las fuerzas Mdráulicas, por Anselmo Ciappi.
El dique de embalse del Cadillal, por el Ingeniero Carlos Wauters.
Exploración etnográfica de los ríos Negro, Icána, Atary y Naupés
(Brasil), por Theodor Koch.
Consideraciones generales sobre los combustibles argentinos, por el
ingeniero Enrique Hermitte.
Nuevas especies de mamiferos eretáceos y terciarios de la República
Argentina, por el doctor Florentino Ameghino.
198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
MS
Organización general de la educación física en la enseñanza secunda-
ria, por el doctor Enrique Romero Brest.
Determinación cualitativa del mercurio en soluciones muy diluidas,
por el doctor Enrique Herrero Ducloux.
Las obras del dique de Zonda (San Juan), por el ingeniero E. A.
Soldano.
Vocabulario mataco-castellano, por fray Joaquín Remedi.
XXXIT” aniversario de la instalación de la Sociedad Científica Ar-
gentina, por el ingeniero Santiago E. Barabino.
Discurso pronunciado por el Presidente de la Sociedad Científica
Argentina, ingeniero Vicente Castro, en el XXXIT” aniversario de la
misma.
Demostración gráfica de la política de la ley de riego de Tucumán,
por el ingeniero Carlos Wauters.
Breves apuntes biográficos sobre el doctor Rodolfo A. Philippi, por
el agrimensor Oristóbal M. Hicken.
Nota sobre la Sangre de drago indígena, por el doctor Enrique He-
rrero Ducloux.
Tercer Congreso Científico Latino Americano, por el ingeniero San-
tiago E. Barabino.
Los progresos de la seismología, por el profesor Hugo Landi.
La electricidad en la Exposición de San Luis, por el ingeniero Jorge
Newbery.
La Exposición de Milán de 1906, por el ingeniero Santiago E. Ba-
rabino.
Reemplazamiento de um nombre genérico, por el doctor Florentino
Ameghino.
Descripción de un género y de uma nueva especie de Clavicormio de
Buenos Aúres (Coleóptero), por J. Brethes.
Notas sistemáticas y biológicas sobre los colibris de la provincia de la
Rioja, por el doctor Eugenio Giacomelli.
Estudio sobre ecuaciones de tercer grado, por el teniente Manuel
González. /
Estudio sobre muelles de madera, por el ingeniero Alejandro Foster.
Cremación de baswras (informe de la comisión especial).
Ingeniero Juan Pirovano. — Necrología, por el ingeniero Santiago
E. Barabino.
Algunas observaciones sobre las distancias determinadas mediante la
estadia, por el ingeniero Enrique Morrone.
Bibliografías, Misceláneas y Necrologías, por la Dirección y otros.
MEMORIA DEL PRESIDENTE 199
Secretarías. — Han sido desempeñadas por los señores Guillermo
J. White y el doctor Enrique Herrero Ducloux, como secretario de
correspondencia el primero y de actas el segundo, este último hasta
el 1* de julio próximo pasado, fecha en que renunció el cargo á cau-
sa de sus múltiples ocupaciones, y después de haber desempeñado
dicho puesto durante los dos períodos anteriores. En la Asam-
blea del 12 de agosto próximo pasado fué nombrado el ingeniero
Armando Palmarini para reemplazarlo, quien ha continuado hasta la
fecha.
Ellos han atendido con empeño y contracción el despacho de to-
dos los asuntos entrados y resueltos por la Junta Directiva y Asam-
bleas, la correspondencia social y la redacción de las actas.
Se encuentran en perfecto estado, y han sido llevados en forma,
los libros de actas de la Junta Directiva y Asambleas, copiador de no-
tas y demás auxiliares. Han continuado manteniendo las relaciones
de la Sociedad con las del país y del extranjero, habiéndose redactado
333 notas, cuyas coplas se encuentran en los libros respectivos.
Tesorería. — Ha continuado á cargo del ingeniero Luis A. Huergo
(hijo), habiendo desempeñado este mismo puesto durante los tres pe-
ríodos anteriores.
Dan una idea de la labor realizada por el señor Huergo, los cua-
dros que se agregan á esta memoria.
Los libros de Tesorería se encuentran en buen estado y han sido
llevados en forma.
Biblioteca. — El progreso realizado por nuestra Biblioteca durante
el año transcurrido, puede verse por los siguientes detalles presenta-
dos por el Bibliotecario, ingeniero José Sánchez Díaz.
Se han recibido en calidad de donación 60 volúmenes y 50 folletos.
Han contribuido también con valiosas obras las casas editoras de
Ch. Béranger y J. B. Bailliere et fils, de París.
Entre las obras donadas por la primera podemos citar :
E. Sauvage, La machine locomotive. Paris, 1904.
E. Carvallo, Legons d'électricité. Paris, 1904.
E. Metour, Traité élémentaire de la stabilité des constructions. Pa-
ris, 1905.
Hamns Baron Von Juptener, Bléments de sidérologie. Paris, 1905.
Mathot, E. E., Manuel pratique des moteurs «4 gaz et gazogenes, Pa-
ris, 1905.
200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Faveau de Courmeilles, Lannée électrique, électrotérapique etra-
diographique. Paris, 1905.
Sauvage Edouard, Manuel de la machine 4 vapeur. Paris, 1905.
R. Robine, Manuel pratique de Péclairage au gaz acetylene. Paris,
1905.
Leon Cosyn, Traité pratique des constructions métaliques. Paris,
1905.
Paul Boyeau, Traité théorique et pratique des turbines hidrauliques.
Paris, 1905. AAA
Ohevallier Henry, Etude pratique des couwrants alternatifs simples et
polyphassés. Paris, 1905.
A. Nouguier, Précis de la théorie du magnétisme et de Vélectricité.
Paris, 1905.
E. D"'Hubert, Le métaux précieux. Paris, 1905. Donado por la casa
editora de J. B. Bailliere et fils.
He aquí el título de las obras donadas durante el período, además
de las ya mencionadas :
Enumération des groupes Popérations d*ordre donné, por Raymond
Lévasseuzr.
De la distraction des charges powr la ligwidation des droits de muta-
tion par déces, por A. Cassau.
Descripción de los instrumentos astronómicos del Observatorio de La
Plata, por V. Rafinetti.
Rehabilitación de alienados, estudio pericial, por los doctores José
Ingenieros y Carlos D. Benítez.
Obsesiones é ideas fijas, por el doctor J. Ingenieros.
Quémica orgánica, por el doctor E. Herrero Ducloux.
Memoria presentada al Instituto de ingenieros civiles de Londres, por
el ingeniero James Murray Dobson, donada por el ingeniero Luis
A. Huergo.
Geometría Plana, por el doctor C. C. Dassen.
Arqueología de Hucal, por Félix F. Outes.
Os mosquitos no Pará, por E. Goeldi.
Obras sobre mathemáticas, por Felix Gomez Teixeira.
Construcciones de mampostería, por el ingeniero Vicente Castro.
Los accidentes histéricos y las sugestiones terapéuticas, por el doctor
J. Ingenieros.
Memoria sobre la demarcación de límites entre la República de Chile
y la República Argentina.
Division territorial de la República Mejicana.
MEMORIA DEL PRESIDENTE 201
Censo y división territorial del Estado de San Luis de Potosí, verifi-
cado en 1900.
Memoria de la Intendencia Municipal, año 1905.
Geografía física y esférica del Paraguay, por Félix Azara.
Le prix Nobel.
La cordillera de los Andes entre las latitudes 1 35% Sud.
El bronce en la región Calehaqué, por J. B. Ambrosetti.
Relación de las ceremonias, ritos población y gobernación de los
indios de la provincia de Mechuacan, por S. M. y G.
Maíz clorántico, por el doctor Angel Gallardo.
Etiología y tratamiento de la disentería, por Luis Velazco.
Segundo curso libre de física y química, por el doctor Julio J. Gatti.
Album conmemorativo del quincuagésimo aniversario de la fundación
en la Habana del Colegio de Bélen.
Apuntes históricos acerca del Colegio de Bélen (Habana), por P. M.
S. J. Gutiérrez Lanza.
Documentos relativos á la independencia de Costa Rica, por F. M.
Tolesias y una infinidad de folletos que sería largo enumerar enviados
por los siguientes señores : doctor José Ingenieros, Enrique Bar-
not, ingeniero E. Hermitte, Ugo Assereto, Luis V. Velazco, inge-
niero E. L. Corthel, ingenieros E. Carmona, E. Argermamn, doctor
E. Herrero Ducloux, doctor Enrique Romero Brest, ingeniero Fede-
rico Birabén, ingeniero Agustin Mercau, ete.
Contribuyen asimismo al aumento de la biblioteca las siguientes
revistas á que está subseripta la sociedad.
The Búilder. Londres.
Annales des ponts et chaussées. Paris.
La Revue. Paris.
Amnales de chimie et de physique. Paris.
Comptes-rendus de la Académie des Sciences. Paris.
Nouvelles annales de mathématiques. Paris.
La Natwre. Paris.
Nouvelles annales de la construction. Oppermann. Paris.
Revue scientifique. Paris.
Revue des Deux-Mondes. Paris.
17 Elettricita. Milano.
11 Costruttore. Milano.
Giornale del genio civile. Roma.
Trattato del arte del ingegnere. Milano.
Revue technique de Y Exposition. Paris
202 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
y las 283 publicaciones que se reciben en cange de los Anales, pro-
cedentes de los siguientes países: Alemania, 7; Austria, 5; Argen-
tina, 34; Brasil, 12; Colombia, 1; Ouba, 1; Costa Rica, 3; Bélgica, 3;
Chile, 7; Estados Unidos, 58; Ecuador, 2; España, 10; Francia 22;
Holanda, 2; Filipinas, 1; Hungría, 1; Inglaterra, 7; Italia, 37; Japón,
4; Méjico, 8; Noruega, 1; Natal, 1; Nueva Gales del Sud, 1; Para-
guay, 1; Portugal, 9; Perú, 5; Rusia, 16; Rumania, 1; Suecia, 4;
Suiza, 5; [San Salvador, 2; Uruguay, 9.
Durante el período se han establecido los siguientes canges nuevos :
Bulletin de Y Association des ingémieurs électriciens. Bruxelles.
La fotografía. Madrid. Ñ
Atti della Associazione elettrotecnica italiana. Roma.
L"ingegneria ferroviaria. Roma.
Boletin del Observatorio meteorológico municipal de Montevideo.
La biblioteca les constantemente consultada por los señores
socios.
Durante el período se han prestado para ser llevados á domicilio
131 volúmenes.
El número de volúmenes encuadernados ha sido de 256.
La sociedad contribuye al fomento de varias bibliotecas públicas
del país enviándoles gratuitamente sus anales.
Gerencia. — Ha continuado á cargo del señor Juan Botto, quien
desde hace diez y nueve años viene ocupando este puesto. Además
del buen desempeño de la Gerencia, ha auxiliado eficazmente á los
Secretarios, Bibliotecario y Tesorero en sus diferentes funciones,
estando á su cargo la contabilidad social.
Archivo. — Se encuentra en perfecto estado, habiéndosele agre-
gado oportunamente todos los documentos entrados.
En breve empezará á publicarse en los Anales, el segundo tomo
de la Revista del Archivo, cuyo trabajo ha sido encomendado á
nuestro consocio el señor Félix F. Outes.
Edificio social. — Además de lo manifestado anteriormente á este
respecto, debo agregar quese ha ampliado la instalación eléc-
trica del local, con una línea especial para linterna de proyeccio-
nes, con lo cual se ha salvado el inconveniente de tener que hacer
continuamente instalaciones provisorias, que resultaban bastante
gravosas para la sociedad.
MEMORIA DEL
PRESIDENTE
203
Movimiento general de la Caja de la Sociedad Cientifica Argentina durante
el XXXI” periodo administrativo (10 de abril de 1904 a 31 de marzo
de 1905).
ENTRADAS
Existencia en Caja en 31 de marzo de
OA O. - AA: $ mí 425 92
AO o ooo O e > o IO 812 »
Mao 765»
A oo NS o coo O 632 »
TU O a A oido s73 >»
AO O A 1.981 >»
SEPUEM Il > 251 22
Octubre A oi 678 »
NoE Dre o A 650 »
Dicta. .cocosooocnoaeo oo O EOS
AOS EDO A 878 »
MENOS. pon ocaso o oo oO 866 »
Marzo O a IS os 700 >»
Do $ m4 11.265 14
Bonelli 11.073 34
Existencia en Caja en 81 de marzo de 1905.. 191 s0
Banco de la Nación Argentina (en depósito) 74 08
MO lanos a ENE $ mí 265 88
SALIDAS
OO AA A DO: A $ m4 778 63
Mi O AS Ea 1.070 28
e 0 vo 729 26
MA A 501 19
ABOStO. occ A A 2.371 24
SEPIA 582 82
Octubre cts. MOE lcd 1.066 93
NOME 924 77
Dicta acuosos o o o oi BLA DNS 748 31
LOOSE O. ro: 889 69
MAN e O 0.0 IO dci 493 10
MO a Tas 917 12
Robla e Ne - ES $ mía 11.075 34
Buenos Aires, marzo 31 de 1905.
S. E. 40. vo Bo GUILLERMO J. WHITE,
Luis A. Huereo (hijo), VICENTE CASTRO, A. PALMARINI,
Tesorero. Presidente. Secretarios.
204 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Movimientos de cuotas mensuales durante el XXXII” periodo administrativo
(10 de abril de 1904 4.31 de marzo de 1905)
FIRMADOS
Recibos firmados, según libro de planillas en :
AIDA A A $ mA 1.034 »
Mao A o A O 1.012 >»
TA A A ato 952 »
Se E o NO orola bad 036 »
A OU o IN lo óva 1.020 >»
EPM o O ISLE
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NO a o blo dla 966 »
Dic IE 1.000 »
TIOS A 1.432 »
Febrero o A o IONES 964. »
Miro a Il 964 »
CA e $ m4 12.350 »
Por cobrar en 31 de marzo de 1904 ....... 6758 »
Mr SEO o q $ m4 19.088 »
Por deducir, importe de recibos cobrados. . 8924 »
Por cobrar en 31 de marzo de 1905. $ my 10.164 »
COBRADOS
Recibos cobrados, según libro de Caja, en:
LOLA A os $ m4 812 »
Mayo....: A a A 724 >»
TU A AN 626 »
Te 860 »
iS alolaia clas. e o E OO ad S6t »
EPM O ENE 764»
A ES o O 672 »
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DICC A TA y»
AO oral ISE AE o a ORAR o OIT. s12 »
PEPE A A 678 »
MAZO A ES 688 »
A o E $ m4 8.94 »
Buenos Aires, marzo 31 de 1905.
S. E. 4 0. VERBO GUILLERMO J. WHITE,
Luis A. HuerGO (hijo), VICENTE CASTRO, A. PALMARINI,
Tesorero. Presidente. Secretarios.
MEMORIA DEL PRESIDENTE
1
205
Movimiento de recibos de Anales durante el XXXIT” periodo administrativo
(10 de abril de 1904 a 31 de marzo de 1905)
FIRMADOS
Recibos firmados, según libro de planillas, en :
AOL AD ls O... AO $ m/a
SEP DIo
VAMO o coso e Palak O: o e
ADOS IE >
COBRADOS
Recibos cobrados, según libro de planillas en :
AA cs: > OE $ Mí/e
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SEEN y onto palo ao e OA O alo ae
OCULTO: ee + ao ie
Noviembre > +
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Buenos Aires, marzo 31 de 1905.
S. E. ú 0. Yo Bo
Luis A. Huereo (hijo), VICENTE CASTRO,
Tesorero. Presidente.
41 >»
>
13 >»
150 >»
493 22
6 »
36 »
188 »
12 >»
945 22
41 »
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1»
1.
493 22
6 »
36 »
188 >»
12 »
945 22
GUILLERMO J. WHITE,
A. PALMARINI,
Secretarios.
206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Movimiento de Socios durante el XXXII periodo administrativo
(10 de abril de 1904 á 31 de marzo de 1905)
Número de socios activos en 31 de marzo de 1905... 439
Han ingresado durante el período
Se han incorporado
Quedan en 31 de marzo de 1905...
Socios ausentes que no pagan cuota.......
Socios que pagan...
Pagan cuota de 4 $ my-.....
Pagan cuota de 2»
Total de socios........
¿Eo : 19
FI 2
Ne 460
SS A 7
oa 453
E E 105
CIEN 348
65
183
348
4
23
En este período fué nombrado socio correspondiente en Valparaíso, el
profesor señor Carlos E. Porter, y falleció el socio honorario doctor Rodolfo
A. Philippi.
Buenos Aires, marzo 31 de 1905.
S. E. 4 0. Vo Bo
Lurs A. Huereo (hijo), VICENTE CASTRO,
Tesorero. Presidente.
GUILLERMO J. WHItE,
A. PALMARINI,
Secretarios.
MEMORIA DEL PRESIDENTE 207
Balance de comprobación en 31 de marzo de 1905
(XX XIT período administrativo, 10 de «abril de 1904 4 31 de marzo de 1905)
CUENTAS SALDOS
CUENTAS
PR
HABER
30 -265 14) 11.073 34
Banco de la Nación Argentina. 74 08 =
Museo 289 34 =
659 719 09
o 219 0
BP 28.504
Edificio social (Cevallos 269)...| 3.997 48
Acciones del edificio social..... =
Acciones por cobral............ 690
SOU 66 90ub bass 9.088
Gastos generales... 4.611
Ganancias y pérdidas. ....... 2.479 0
Contribuciones mensuales. .....
Donaciones ia
Anales de la Sociedad
Subseriptores á los Anales.....
Banco Hipotecario de la Provin.
XXXIT0 Anivers. de la Sociedad.
Concurso para estudiantes.....
Capital 62.2%
Balance de entradas..........- o 67.:
SUMAS IGUALES. ..... A 31/177.298 < 80.740
Buenos Aires, marzo 31 de 1905.
5. E. 4 0. vos Bo GUILLERMO J. WHITE,
Luis A. Huereo (hijo), VICENTE CASTRO, A. PALMARINI,
Tesorero. Presidente. Secretarios.
CONVERSACIÓN
¡SOBRE EL PROYECTO EN EJECUCIÓN DEL CANAL DEL NORTE
(DE MAR CHIQUITA AL BARADERO)
CONFERENCIA DADA EN LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
En El Diario de 27 de marzo próximo pasado, leí un largo artículo
referente al canal navegable en construcción de Mar Chiquita al riacho
del Baradero, llamándome la atención el volumen de agua de los tres
embalses proyectados en las lagunas Mar Chiquita, de Gómez y del
Carpincho, y también la idea de la construcción de un puente canal,
con la mampostería ya construída, sobre la cañada del Carpincho.
En un libro en que trato generalidades sobre Navegación interna
en la República Argentina, que publiqué en 1902, creí cumplir
con un deber al indicar (pág. 35) que no había « agua suficiente »
para la construcción de un canal de navegación desde Junín á Bue-
nos Aires y que la superficie del agua de la Mar Chiquita estaba, por
el año de 1873, «como 250 debajo del terreno de cardales » del le-
cho del río Salado, aguas abajo.
Movida mi curiosidad, por el abandono que se había hecho de aquel
proyectado canal y su sustitución por el nuevo, trazado á un punto
sin importancia, donde hay que crearlo todo, he buscado, á pesar de
estar muy ocupado con otros asuntos urgentes y por creerlo de excep-
cional interés público, el estudio de la nueva obra titulada : « Memoria
y antecedentes del proyecto de navegación de Mar Chiquita (Junin) al río
Baradero (San Pedro), publicada en septiembre de 1903 por el Minis-
terio de obras públicas de la provincia de Buenos Aires, para conocer
hasta dónde podían ser equivocadas las ideas que me había formado
hace treinta años, y emitido recientemente, en 1902.
CONVERSACIÓN SOBRE EL CANAL DEL NORTE 209
Descubierto mi error debería apresurarme á manifestarlo, mientras
que confirmadas mis ideas sería indispensable y urgente insistir en
ellas y ponerlas en discusión para evitar, en lo que fuere posible, las
consecuencias en las obras en ejecución.
A la primera rápida lectura del estudio, [en vez de modificar mi
opinión, deseraciadamente la he confirmado con los mismos datos de
la Memoria.
Posteriormente á la Memoria ¿se han introducido cambios funda-
mentales en el proyecto ?
¿Se ha encontrado algún otro medio de alimentación del canal ?
No conozco más que la Memoria y el artículo citado de El Diario.
Sobre su contenido voy á hacer algunas reflexiones sustentando
mis opiniones.
La Memoria dice, página 30 :
Mar Chiquita. — «< La época en que se ha realizado el estudio de
esta laguna, desde el 30 de enero hasta el 10 de marzo del corriente
año (1903), concuerda precisamente con la terminación de una prolon-
gada seca que había tenido lugar en la región durante los meses de
septiembre, octubre, noviembre y diciembre del año anterior, en
que algunos estancieros perdieron animales por falta de pastos ».
« En consecuencia, el agua encontrada en la laguna el 30 de ene-
ro, día de la primera observación de altura, se puede considerar como
nivel de estiaje. La cota de mvel de agua en esta. fe ha era de 7410 sobre
el nivel medio de aguas bajas del río de la Plata, este mivel concor-
daba con el de los pozos ordinarios de la primera napa y se mantuvo
constante durante 38 días, aumentando á 7418 con lluvias caídas del
6 al S de marzo.
« Las crecientes ordinarias en esta laguna alcanzan á la cota 75%30,
y las partes que han sido señaladas por antiguos vecinos como nivel
que llegan las aguas ordinariamente es de 74*65, y la creciente extra-
ordinaria de 1900 pasó la cota 7600.
«El agua de estiaje ocupa una extensión de 45.500.634 metros
cuadrados, con una profundidad media de 1”15 lo que hace un cau-
dal de 52.325.729 metros cúbicos.
« Alcanzando el nivel del agua á la cota 7525, la superficie que
ocupará la laguna será de 112.132.510 metros cuadrados y al ocupar
la laguna esta extensión, no ocupará otros terrenos que el arcilloso y
estéril que constituye el fondo de las playas de la misma; el caudal
será entonces de 154.458.039 metros cúbicos. Por esta razón se ha
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX. 14
210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
proyectado un tajamar en la única salida que tiene Mar Chiquita
para retener el agua hasta la cota 75725 ».
Ahora bien ; cuando en 1874 tracé el Ferrocarril al Pacífico y pro-
yecté las obras, en lo que se designaba como cauce del Río Salado se
encontraban vizcacheras y cardos, señales de que el terreno no era
cubierto con frecuencia por las aguas.
Los informes proporcionados por vecinos fueron que, alguna vez,
de tarde en tarde, las aguas se desbordaban de la laguna de Mar Chi-
quita y corrian hacia las de Gómez.
Como por centenares de kilómetros no había necesidad de la cons-
trucción de puentes, por un exceso de precaución, se hizo lujo de ex-
tensión de ellos en el Salado, y en los puntos más bajos, de cota de
73.085, 13"525 y 73585, se construyeron dos de 10 metros de luz
cada uno, y uno de 30 metros de luz ; los rieles se establecieron en
una longitud horizontal de 3400 metros, á la cota 7600.
Algunos años más tarde, cuando el ferrocarril y el remington ha-
bían conquistado ese desierto, se construyó el ramal de Saforcada á
Isabel, y en el eruzamiento del río Salado, en los puntos más bajos, de
cotas 74%38 y 75%10, se construyeron dos puentes de dos tramos de
cinco metros cada uno; los rieles en una longitud de 1500 metros á la
cota 76%50.
Los pasajeros que cruzan en la línea principal ó en el ramal no se
aperciben, sino en las grandes solemnidades ó catástrofes de lluvia,
que ambas cruzan el famoso río Salado de la provincia de Buenos
Aires; y los que, como nos ocurrió al señor Ramón Lemos y á mí, en
nuestro reciente viaje á Mendoza, en febrero último, van intencional-
mente buscando el lecho del río desde las ventanillas de su coche de
ferrocarril, al pasar por el puente, no lo descubren sino por la situa-
ción kilométrica, los terraplenes y los puentes en seco.
Para refrescar mi memoria sobre datos tomados hace más de trein-
te años, solicité del señor l. A. Goudge, administrador general del
Ferrocarril al Pacífico, una relación de las fechas en que hubieran
pasado aguas de la Mar Chiquita por los puentes antes mencionados.
El señor Goudge me contestó, por carta de fecha 5 del corriente:
« Mis ingenieros me dicen que no ha pasado agua de la Mar Chiquita
desde 1894 6 1895» (So far as my engineers go, there has been no
water passing out of Mar Chiquita since 1894 or 1895 : ten years ago).
El terreno comprendido entre Mar Chiquita y las lagunas de Gómez,
depresión conocida por río Salado — es relativamente de alto ni-
vel, verdadero dique de represa natural (tajamar, vulgarmente) —
”
CONVERSACIÓN SOBRE EL CANAL DEL NORTE 211
por el cual se desbordan, con intervalos de muchos años, las aguas
dle las lluvias excepcionales.
Las aguas de lluvias ordinarias se reunen en ese gran charco ás
que se ha dado el nombre pomposo de «Mar Chiquita » ; volumen
dle agua aislado, completamente cerrado por los terrenos más altos
circundantes; subiendo el nivel de ellas con las lluvias y bajando
con la evaporación y la filtración.
La construcción de un nuevo dique ó tajamar artificial, de cota de
1525, no cambia absolutamente en nada las condiciones actuales
de lluvia, evaporación y filtración de las aguas que forman el yolu-
men y el nivel variables de la Mar Ohiquita, contenidas evidente-
mente por el dique natural de tosca y tierra que se extiende entre
ella y las lagunas de Gómez.
El nivel del dique natural es mayor del de 75*25 del dique artificial
ya construido, ó la cota de 6530 de las crecientes ordinarias, y quizá
la misma de 7600 de la extraordinaria de 1900, están equivocadas,
pues de otra manera, las aguas de la Mar Chiquita pasarían con mu-
, Cha frecuencia por los puentes de la línea principal y ramal del Ferro-
carril del Pacífico.
Como la construcción del dique artificial, primer tramo del canal
y esclusas no pueden por sí aumentar la cota 74”10 de estiaje, la
que ha sido señalada por antiguos vecinos como nivel á que llegan
las aguas ordinariamente de 7465, y como la cota, término medio
del fondo de la laguna y del primer tramo es de 73*00, la Memoria
misma demuestra de un modo irrefutable que la profundidad de agua
en la Mar Chiquita y primer tramo variará en muchos meses del año
entre 1”10 y 1”65.
Desde luego, las embarcaciones construídas en concepto de nave-
gar en un canal de 1*80 de profundidad, no pueden navegar sino
muy accidentalmente en los primeros 50 kilómetros del canal.
Es indudable que, con los datos de la Memoria, para asegurar una
navegación regular, las embarcaciones deberán tener menos de un
metro de calado, sin contar con que una vez abierto el canal, habrá
un gasto de agua, mayor ó menor, del volumen de la Mar Chiquita
que hará bajar su nivel.
Sigue la Memoria, página 31 :
« Laguna de Gómez. — Este importante depósito es formado por el
desagúe de Mar Chiquita que recorre la cañada de Morotes para caer en
estas lagunas y por las pluviales del extremo partido de Lincoln, que
bajan á ellas como único receptáculo existente.
212 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
« El estado de las aguas en esta laguna, en la época en que se han
realizado los estudios, corresponde al de sus mayores bajantes, según
lo manifestado por los vecinos que han sido interrogados al respecto.
El nivel del agua, observado durante el mes de enero ha variado en-
tre las cotas 72%50 y 7260, pudiendo observarse que después de
una lluvia de 0055, el aumento de la altura del agua en la laguna
era doble de la acusada por el pluviómetro.
<« La extensión superficial ocupada por la laguna con el nivel de
agua á la cota media 1260, es de 25.311.520 metros cuadrados, con
una profundidad media de 040, lo que da un caudal de estiaje de
10.124.608 metros cúbicos.
« Las crecientes ordinarias alcanzan á la cota 7420 según unos, y
1390 según otros, cotas que resultan de los puntos indicados hasta
donde llegan las aguas en; cuanto á las crecientes extraordinarias,
alcanzan una cota mayor de 7500.
< Con el nivel de agua á la cota 7400 quedaría cubierta toda la
extensión del terreno que constituye el lecho de la laguna, y en este
caso el agua ocuparía una extensión de 55.611.520 metros cuadra-
dos, lo que hace un caudal total de 66.730.736 metros cúbicos.
< Teniendo en cuenta la circunstancia de que en nada se perjudi-
cará el terreno de pan llevar de la costa, ocupando todo el lecho de
la laguna por las aguas, pues, por el contrario, recibirá beneficio ha-
ciendo navegable la laguna, y que además se podrá disponer de mayor
cantidad de agua para la alimentación del canal, se proyecta repre-
sar las aguas hasta la cota mencionada 74”*00 por medio de un taja-
mar construído en su única boca de desagiie hacia el río Salado ».
Las lagunas de Gómez no reciben desagiie de la Mar Chiquita sino
á largos intervalos de varios años. La cañada de Morotes debe for-
zosamente tener pendiente hacia la laguna de la Mar Chiquita, y sola-
mente cuando ocurran lluvias muy extraordinariamente abundantes,
las aguas subirán por la cañada y se desbordarán hacia las lagunas de
Gómez. Los perfiles de la línea principal y ramal de Saforcada á Isa-
bel del Ferrocarril del Pacífico, muestran que los desbordes de la Mar
Chiquita tienen inevitablemente que pasar por los puentes antes -
mencionados. :
Los terrenos entre las lagunas de Gómez y la del Carpincho son,
por su nivel, un dique ó tajamar natural para las primeras, cuyas
aguas se desbordan hacia la del Carpincho con intervalos de muchos
anos.
CONVERSACIÓN SOBRE EL CANAL DEL NORTE 213
Un dique ó tajamar artificial « construído en su única boca de
desagiie hacia el río Salado », desempeña las mismas funciones que
el construído para retener las aguas de la Mar Chiquita.
Salvo en el momento en que pasen las aguas de las grandes lluvias,
cada 10, 156 20 años, el nivel de las aguas variará generalmente
entre las cotas aproximadas de 712%50 y 1350, y la profundidad de
agua, en la mayor parte del año, variará entre 030 y 1”530.
El beneficio de hacer navegable la laguna es completamente ilu-
sorio.
Sigue la Memoria, página 32 :
«Laguna del Carpincho. — Esta se ha formado en elcurso del río
Salado determinada por un alto fondo detosca que cruza el lecho del
río, haciendo oficio de tajamar.
« Todo el fondo de la laguna les de tosca caliza arcillosa, dura y
compacta, sin el depósito de fango observado en las otras dos lagu-
nas descriptas.
< La cota del nivel de aguas ordinarias es de 67” 21 con una profun-
didad media de 0*%60, ocupando una superficie de 5.594.000 metros cua-
drados, lo que da un caudal en depósito de 2.056.400 metros cúbicos.
<« El nivel de agua en los pozos ordinarios circunvecinos que lle-
gan á la primera napa es de 63%57, esto es, 1”16 más alto
que el nivel de las aguas ordinarias del Carpincho; por consiguiente,
su caudal ordinario es mantenido por filtraciones de la primera napa.
<« Aunque ni la extensión ni el caudal en depósito en esta laguna
son comparables con Mar Chiquita y lagunas de Gómez, en cambio
tiene un desagiie permanente de 8520 litros por minuto, que es la pri-
mera agua, puede decirse, que corre ordinariamente sin cortarse, por el
curso del río Salado.
«A fin de hacer de esta laguna un depósito auxiliar para la provl-
sión de agua del canal, se ha proyectado un tajamar ubicado en la
salida de la laguna, que represará las aguas hasta la cota 6960,
altura á que podrán alcanzar las aguas del Carpincho, sin perjudicar
en nada los terrenos altos que la rodean, puesto que ellos quedarán
entre sus barrancas naturales.
<«Lasuperficie que ocuparán las aguas represadas será de 11.252.000
metros cúbicos, más el desagiie permanente ya mencionado. »
Se repite para las aguas de la laguna del Carpincho lo mismo que
para las¡de Gómez y Mar Chiquita; los fondos duros que cruzan el lecho
del río Salado hacen para las tres lagunas el oficio de tajamares; las
aguas de las dos primeras no corren por años consecutivos por el
214 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
curso del río Salado; la de la laguna del Carpincho «es la primera,
puede decirse, que corre ordinariamente sin cortarse. »
El dique ó tajamar artificial no va á alterar las condiciones natu-
rales del nivel y volumen de las aguas de la laguna del Carpincho.
El nivel del agua, salvo los distantes momentos de las grandes
lluvias, variará aproximadamente entre las cotas 6720 y 6960,
dependiendo en parte del nivel de los pozos circunvecinos.
Para facilitarme la vista de conjunto de las obras del canal, desde
la Mar Chiquita (inclusive) hasta su llegada al río del Salto, he for-
mado el cuadro número 1, y para facilitar la explicación, el perfil
(cuadro n” 2) de los primeros tramos del canal de escala vertical exa-
gerada.
Cuadro n* 1.
Mar Chiquita Lagunas de Gómez Carpincho
Superficie en estiaje..... e 45.500.634 m?* 25.311.520 m* 3.394.000 1m*
= con tajamar...... 112.132.301 m* 55.611.520m* 11.232.000 m*
Volumen en estiaje......... 52,235,729 m* 10.124. 608m* 2.036.400 m*
= con tajamar....... 154.458,039m* 66.770.736m* 24,500.40 m*
Nivel en estiaje... ......... TAPIO 72%60 6721
— de creciente ordinaria. 74 65 74 202 2
— del coronamiento del .
bajada 75: 25 74 00 69 60
Litros de desagiie por segundo 0 00 0 00 144 litros
Profundidad en estiaje...... 1 10 0 40 0 60
= con tajamar.... 2 25 1 80 2 29
Cuadro no 2
Tramos asi Cota del fondo dol DN
superficie esclusa
Ma 74.80 73.00 1.50 50
Pe AO dec aca 73.30 71.50 1.90 54
A e Ade 71.40 69.60 1.00 61
o alo SEE 70.40 68.60 2.00 121
led RUE IVA 68.40 66.60 OA 126
DA A 66.453 64.63 2.59 138
OS E 13.88 62.80 4.00 =
A RR 59.88 57.08 2.85 =
180 (rio Salto)... 36.23 = = 147
En los 50 kilómetros de la Mar Chiquita y primer tramo, no hay
agua disponible para una navegación regular como se ha proyectado.
CONVERSACIÓN SOBRE EL CANAL DEL NORTE 215
El nivel de estiaje de 74,10 que se vió, desde el primer día del
estudio, conservarse durante más de un mes, no se puede levantar
sino bombeando agua de pozos en los terrenos laterales, para levan-
tar el nivel á la cota 74,50 que debería conservar la laguna.
Abandonando la navegación de la Mar Chiquita, el nivel del pri-
mer tramo sólo puede mantenerse bombeando agua de la Mar Chi-
quita ó de las lagunas de Gómez, pues, en estiaje, los de ésta solo
podrían llevarse por gravitación al 4” tramo, á la cota 70,40, después
del kilómetro 61.
El «depósito auxiliar del Carpincho para la provisión de agua del
canal » no se puede (si valiera la pena) utilizar en su proximidad,
sino elevándola con bombas.
En estiaje, á la cota 67.20, el desagiie permanente podría llevarse
por eravitación al 6” tramo de nivel superior 66”40; pero el terreno
recorrido por ese canal de alimentación de 65 kilómetros por lo menos,
absorbería por completo el pequeño volumen de 144 litros por segundo.
Ateniéndose á los elementos de juicio que constan en la Memoria,
128 lagunas de Mar Chiquita y Gómez y tramo número 1, no pueden
hacerse navegables sino en épocas muy accidentales.
La memoria prevé, aunque sin dar al hecho la importancia que
se merece, que el nivel de la laguna Mar Chiquita pueda quedar, por
algunos meses, á la cota de estiaje de 74"10, y, en consecuencia, la
profundidad de ella y la del primer tramo reducida á 110.
Dice así en la página 35:
«Suponiendo una seca ordinaria que dure 120 días ó sea cuatro
meses, el canal necesitará para su alimentación, en este tiempo,
11.636.208 metros cúbicos. Como en estiaje el agua de la laguna Mar
Chiquita es de 52.325.729 metros cúbicos, y el gasto por evaporación
en la misma es compensado por las filtraciones de la primera napa que
alimenta su caudal, resulta que este es de 4,49 veces mayor que lo que
necesitaría el canal pura asegurar su navegación permanente ».
Admitido así que en una seca ordinaria elnivel de la laguna empiece
al del estiaje, de 7410, se confirma lo que he dicho dela necesidad de
levantar sus aguas conbombas al nivel de navegación de 7480 metros.
Este volumen de agua tiene que sacarse desagotando la laguna,
porque, segun dice la Memoria en la página 30, « este nivel (74*10)
concordaba con el de los pozos ordinarios de la primera napa y se
—Mmantuvo constante durante treinta y ocho días». Desde que no
habría diferencia de nivel, el gasto por evaporación no podría ser
compensado por las filtraciones del terreno circundante.
216 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
El nivel del agua de los pozos bajaría por causa de la misma seca y
la de la laguna por bombeo, y así se aceleraría el relleno de la laguna
por el:erecimiento de plantas acuáticas en la arcilla mezclada con
arena fina que las avenidas han depositado, y que aumentan ahora
con mayor rapidez que en el pasado por causa de la destrucción de
los pastos naturales, con sus raíces, y la desagregación superficial
dle las tierras por la acción de los arados.
Con los mismos datos de la memoria se demuestra, sin dejar lugar
á dudas, la imposibilidad de establecer la navegación en la Mar Chi-
quita y lagunas de Gómez, ni la de los tramos de 126 kilómetros de
canal hasta el río del Salto, sin incurrir en grandes erogaciones para
levantar el volumen de agua necesario para llenarlos y compensar el
gasto de la evaporación, filtración, esclusajes y desperdicio.
Hasta aquí he tomado para el nivel de estiaje de las lagunas, las
cotas de la memoria; pero falta saber si ellas responden á una época
de seca, y pueden considerarse como límite inferior del espejo de agua.
Para formarme una primera idea ocurrí á la obra Clima de la
República Argentina, que se publicó bajo la hábil dirección del jefe
de la Oficina de Meteorología, señor Gualterio G. Davis, y en el
tomo de 1902, página 114, encontré el cuadro de lluvias por estación
y años ocurridas en Buenos Aires desde 1861 hasta 1900, del cual
deduje el siguiente cuadro por quinquenios :
Lluvia media anual en Buenos Aires en los 38 años de 1863 ú4 1900
(¿uinquenio se Ea 0% La seda, el Termino medio anual
primavera
MAMI cocoa. eS 750%"6
1868-1872........ 211 09 935 9
ISS USA 245 4 SILA
1878-1882........ 28 8 s91 6 946""5
1883-1887........ 325 2 990 6 |
1888-1892........ 184 4 978 0
SINS O AN 315 s78 0
1898-1900 321 4130 3 1376 7
Con estos datos juzgué que el nivel de agua encontrado en enero
de 1905, no había sido, por un gran período de seca, sino más bien
(le muy abundantes lluvias.
Por otra parte, al Oeste, en las sierras de Córdoba, habían ocurrido
en el otoño grandes lluvias'que causaron las inundaciones de diciem-
bre de 1902; en consecuencia, las aguas superiores subterráneas, que
er
CONVERSACIÓN SOBRE EL CANAL DEL NORTE 217
descienden del Oeste hacia el Este, tampoco podían estimarse esca-
sas, y el nivel encontrado de las lagunas no debía considerarse un
límite inferior.
Debido á la amabilidad de los señores 6. G. Davis y L. P. Rehau-
sen, obtuve del primero, pedido 4 Córdoba, un cuadro de las lluvias
mensuales observadas en Junin desde 1896 hasta 1903 inclusive, y
del segundo uno de las observadas en Los Toldos desde 1901 hasta
1904, inclusives. Con esos elementos formé los siguientes cuadros de
resumen:
Lluvia en Junín, en milímetros
Año Primavera Total
MI O E 292.6 645.6
ME a o ao cea od o 305.5 835.5
LS a A 222.9 610.4
O yoo peedes 34.3 776.6
(O caos daran da oo OA 272.3 634.8
OO aa e as rola o CAN 319. 705.0
1903 114.2 807.0
Lluvia en la estación Los Toldos (F. C. 0.), en milímetros
Año Primavera , Total
O A o: 403 822
O o dio O 355 340
III E A A DS. p 103 336
OA do SEI Leia: a «¿O 234 374
Por ambos cuadros se ve que los tres años precedentes á enero de
1903 han sido más bien de lluvias abundantes para la región, muy par-
ticularmente en los meses de primavera de los años de 1901 y 1902.
El último cuadro acusa un año de poca lluvia en los Toldos, y si
ella es análoga en aquella región, y las lagunas no han recibido
aguas subterráneas de los terrenos de mayor nivel del oeste, debe
suponerse que en enero el nivel de los pozos y de las lagunas ha
sido en este año inferior al observado en el mismo mes de 1905, el
espejo de agua [de la Mar Chiquita se ha encontrado á una cota
menor de 74 metros, el de las lagunas de Gómez inferior á la de
7250 y el de la del Carpincho á la de 6700.
En el cuadro de página 114 de la obra citada, se observan para
Buenos Aires los años de seca de 1861, 1867, 1879, 1892 y 1893 de
Muvia muy inferior al promedio anual de 935,8 milímetros. En aque-
Mos años las lagunas deben haberse encontrado en seco, ó en charcos
218 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
aislados, y la alimentación del canal, aun desde el segundo tramo, se
habría hecho absolutamente imposible.
No puede haber la menor duda que la navegación de la Mar Chi-
quita, lagunas de Gómez y primer tramo del canal es absolutamente
impracticable dado los niveles y las condiciones indicadas en la Me-
moria.
CÁLCULO DEL TRÁFICO
Prescindo de ocuparme de la zona de explotación, que en ningún
caso podría comprender « la zona favorecida por la navegación de la
Mar Chiquita y de las lagunas de Gómez », ni la de 20 kilómetros á
vada lado del eje del canal que comprende el puerto de San Pedro, y
que en muchos puntos queda más próxima á los puertos de San Ni-
colás, Constitución, Zárate y Oampana.
El resumen del tráfico se presenta en la página 51, así :
MToneladasidelcercalos 569.000
Animales ac on O 284.500
Animales da A 284.500
Toneladasidellana. A 11.386
Toneladas de retorno (importación)... ........ 90.000
Desde Junín á los puertos de Zárate, Campana, San Pedro, San
Nicolás, la distancia por tierra es de 150 á 170 kilómetros, contra
300 kilómetros de desarrollo del canal al punto desierto del Paraná
adoptado como cabecera del mismo.
El tráfico probable se puede comparar con ferrocarriles que comu-
nican con la capital federal y algunos puntos de los mencionados.
Tomando los dos últimos años previos al estudio del canal, formé
el cuadro comparativo de productos similares, transportados por los
dos grandes sistemas del Ferrocarril del Pacífico y del Oeste :
FERROCARRIL OESTE (1) FERROCARRIL PACÍFICO Tráfico
1901-1902 1902-1903 1901-1902 1902-1903 del canal
Cereales, toneladas. . 623.174 870.205 147 440 276.074 569.000
Amimales vacunos... 319.848 359.928 119.080 181.180 284.500
Animales lanares.... 6077.615 6640.739 1969 .477 2107.373 284.500
Lana, toneladas. .... 40.302 38.868 8.913 8.215 11.380
(1) Entre los animales lanares transportados figura todo lo que ha entrado por
A
empalme Mármol, del Ferrocarril del Sud, con destino á Tablada, que puede
considerarse como las dos terceras partes de estos totales.
CONVERSACIÓN SOBRE EL CANAL DEL NORTE 219
Es evidente que un canal de corta extensión, terminando en un lo-
cal desierto, sin comercio y sin ventaja alguna para el acceso de los
grandes vapores, no podría tener, en muchísimos años, más del 50
por ciento del tráfico de cereales de los ferrocarriles del Pacífico y
Oeste juntos, con un sistema de más de 3000 kilómetros de vías; más
del doble del primero, cabecera de un sistema de 1920 kilómetros y
50 por ciento más que los puertos de Zárate, Campana, San Pedro y
San Nicolás, juntos, que exportaron 434.000 en el abundante año de
1905.
Las dos líneas férreas han transportado solamente 438.929 y
541.108 animales vacunos en 1901 y 1902, para un mercado como el
de Buenos Aires, cuya población consume más de 700.000 por año y
exporta 30.000 4 40.000 toneladas de carne vacuna congelada, para
capitales y pueblos de provincias, para invernadas y para poblar es-
tablecimientos de campo.
La exportación por el puerto de Buenos Alres fué en 1905, de 42.560
bovinos, y se comprende que casi en su totalidad fueron para el con-
sumo de las tripulaciones de los buques que salieron del puerto.
El tráfico de 284.500 bovinos estimado para el canal lo considero
sin fundamento, primeramente porque no hay en el nuevo puerto del
Baradero mercado aleuno de consumo, ni en ningún puerto argentino
exportación de ganado en pie, y luego porque no se ha previsto allí
la construcción de un frigorífico.
Mi creencia es que, con puerto y frigorífico construídos, el transpor-
te de bovinos y ovinos se reduciría á lo necesario para el consumo de
las tripulaciones de las chatas del canal en viaje Ó amarradas, espe-
rando carga, de llegada muy dudosa á sus márgenes.
La provincia de Buenos Aires produjo en el año 1905 un total de
176.179 toneladas de lana, del cual se exportaron por el puerto de
Buenos Aires 143.784, por el de Bahía Blanca 28.780 y por el con-
junto de los demás puertos 3615 toneladas. No parece probable que
el canal transporte á un puerto nuevo, por muchísimos años, un tone-
laje en lanas 314 por ciento mayor que el exportado por esos puertos
reunidos.
En cuanto al tonelaje de retorno (importación) estimado en 90.000
toneladas, debo decir que es exactamente el mismo que estimé para
el retorno del canal de Córdoba al Rosario, que proyecté hace algunos
años en condiciones excepcionalmente favorables de construcción,
alimentación de agua, explotación y tráfico.
Mientras el primero se desarrolla en una curva cerrada, sin agua
220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
para su alimentación, en cauces de ríos en competencia con ferroca-
rriles de trocha continua en todas direcciones y puertos, uniendo cen-
tros de población por crearse ó insignificantes; el segundo se desarrolla
mucho más directamente entre los puntos extremos, cuenta con un
mínimum de 8 metros cúbicos de agua por segundo, para un canal de
450 kilómetros, sin los inconvenientes de las avenidas en ríos de fuer-
tes pendientes, con el trasbordo obligado de los ferrocarriles en su
punto terminal en Córdoba, punto así de trasbordo para todas las
provincias desde Jujuy á La Rioja, con el segundo puerto y plaza co-
mercial de la República en un extremo y la tercera ciudad, en impor-
tancia, en el otro extremo.
A mi juicio, en resumen, el canal presenta toda la perspectiva de
la imposibilidad de la navegación de la Mar Chiquita y primer trá-
mo, con longitud entre ambos de 50 kilómetros, y la de las lagunas
de Gómez; presenta dificultades para la alimentación de los tramos
hasta el río del Salto, inconvenientes para la navegación por los ríos
del Salto y Arrecifes, y, por su poca extensión y por la ubicación de
un puerto por crear, tengo la persuación de que tendrá un tráfico redu-
cidísimo que, sea cual fuere, tendrá que llegar á alguno de los puer-
tos comerciales ya existentes sobre el río Paraná.
El 2 del corriente me impuse del contenido de la Memoria y formé
mi opinión en el sentido de lo que dejo expuesto. Era evidente que la
obra no debía proseguirse sin someterla á un estudio serio, bajo pena
de que llegara el día de la inauguración de la navegación y ésta re-
sultara imposible en longitudes importantes, por falta de agua. El
fracaso habría sido ruidoso para la obra misma y para sus análogas
en el futuro.
Durante 48 horas estuve indeciso sobre el camino que debía seguir
para obtener que las obras proyectadas se sometieran á un amplio y
serio estudio, y después de haber tomado una resolución, he debido
modificarla, porque amigos, de buen juicio, me aconsejaron no entre-
tenerme en particular con ninguno de los que hayan intervenido en la
formación ó ejecución del proyecto, entablando una discusión privada,
sino promover inmediatamente una discusión tan pública como es el
carácter de la misma obra.
Con tal motivo, me decidí á preparar esta conversación y someter
á la consideración de los entendidos las objeciones que dejo hechas,
tanto téenicas como económicas.
Quero, para concluir, hacer alguna manifestación de opiniones :
Tengo relación de buena amistad con los ingenieros que han proyec-
CONVERSACIÓN SOBRE EL CANAL DEL NORTE 221
tado las obras y con el personal superior que en ellas interviene, y
la más completa persuación de su inteligencia, honestidad, la-
boriosidad y patriotismo; creo que no comete errores sino aquel in-
geniero que no tiene obras que dirigir ó ejecutar; considero que los
hombres de gobierno cometen error grave en encomendar ó imponer
el estudio de obras especiales á ingenieros que no han tenido oportu-
nidad de hacerlo previamente, y á quienes no se les da ni el tiempo
ni los medios de realizarlos; soy contrario decidido de las precipitacio-
nes é impaciencias en materia de ejecución de obras públicas, cuya
realización violenta é irreflexiva, lo mismo puede conducir al crédito
como al descrédito del gobierno que las inicia; los ingenieros no tie-
nen la ciencia infusa, son hechos por Dios de la misma masa que los
demás hombres, y más que en otras profesiones necesitan reunir ele-
mentos dle juicio, disponer de tiempo para estudiarlos y ampliarlos,
quizá de experimentarlos para probar la eficacia de sus deducciones,
y necesitan entereza de carácter para someter á su voluntad y cam-
biar las obras de la naturaleza.
Y me atrevo á hacer estas manifestaciones porque, anteriormente
he declarado que desde tiempo atrás no ejerzo la profesión, no tengo
interés personal en ninguna obra, y puedo y debo mirar con indepen-
dencia su desarrollo bajo el punto de vista exclusivo del interés pú-
blico.
Había redactado estos datos como base de mi conversación cuando,
con motivo del anuncio de ella, mi distinguido amigo el ingeniero se-
nor Candiani me pidió hora, el lunes 10, para comunicarme que los
directores y ejecutores del canal se preocupaban seriamente de bus-
sar soluciones al problema : « Provisión de agua al canal artificial de
Mar Chiquita al Salto; independiente de los embalses de las lagunas »,
y eambiar ideas al respecto.
Me impuso el señor Candiani del contenido de la carta que con fe-
cha 3 del corriente había dirigido á S. E. el señor gobernador de la
provincia y, con tal motivo, me apresuré á felicitarle por el hecho de
haber iniciado, antes que tuviera lugar mi conversación, el tan im-
portante punto de buscar cómo se haría la provisión de agua, sin la
cual no había canal ni proyecto.
Estuvimos completamente de acuerdo en que la primera idea era
la de bajar el nivel del primer tramo.
A su vez el señor Oandiani me felicitó por la iniciativa que yo
había tomado sobre el mismo asunto.
222 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Voy á dar lectura de la carta dirigida al señor gobernador y la de
remisión á mí con fecha 11 del corriente.
«Buenos Aires, abril 11 de 1905.
«Señor Ingeniero don Luis A. Huergo.
« Presente.
<« Mi distinguido amigo :
«Al remitirle copia de la carta que el día 8 del corriente he dirigido
al señor gobernador doctor Ugarte, me es grato comunicarle que la
noticia de su conversación sobre el Canal del Norte, anunciada por
La Prensa de ayer, ha sido recibida con verdadero placer, pues el se-
nor gobernador se felicita de que los hombres preparados en la ma-
teria se interesen en una obra de tanta trascendencia y la iluminen
con sus luces.
« De usted muy atento y afectísimo amigo.
«E. Candiani. »
« Buenos Aires, abril 3 de 1905.
« Señor doctor don Marcelino Ugarte, gobernador de la provincia de
Buenos Ares.
« Distinguido doctor :
« Acompañado por el señor ministro Etcheverry y el señor director
Martínez, he estudiado las soluciones posibles del problema « Pro-
visión de agua al canal artificial de Mar Ohiquita al Salto » indepen-
dientemente de los embalses de las lagunas, seguros en época nor-
mal, pero que podrían fallar en una seca prolongadísima como la ac-
tual. Este problemaque usted tuvo ábien someterme durante su viaje
de inspección á las obras, es sin duda de una importancia capital
tanto para la existencia del canal en construcción, como también para
las posibles prolongaciones de la red que se inicia.
« A pedido del señor ministro, ingeniero Etcheverry, formulo los
resultados de este estudio preliminar.
« Primera idea : Derivación del Paraná.— La pendiente del río Pa-
raná, menor de 1 metro en cada 100 kilómetros, descarta la posibili-
dad de tal derivación.
CONVERSACIÓN SOBRE EL CANAL DEL NORTE 223
<« Segunda idea : Derivación de Mar Chiquita de Córdoba. — Entre
Mar Chiquita de Córdoba y Mar Obiquita de Buenos Aires, hay un
desnivel que permitiría tal derivación; la longitud de ella y la necesi-
dad de atravesar las cuencas afluentes al río Paraná hacen que la
idea sea impracticable. Mar Chiquita servirá en tiempo no lejano
para alimentar canales interiores que irán directamente al Paraná.
« Tercera idea : Derivación. del río Tercero. — El río Tercero des-
pués de grandes lluvias tiene un caudal de 1000 y más metros cúbi-
cos por segundo; sus aguas desbordan y en algunos puntos el cauce
alcanza una altura de 104 12 metros. A los pocos días su caudal se
reduce á 4 6 6 metros cúbicos y durante el invierno pocas veces lleva
más de 2 metros cúbicos. Las lluvias de inundación ocurren de octu-
bre á marzo y coinciden con las secas de Buenos Aires. Estas condi-
ciones son evidentemente favorables para utilizar sus crecidas para
cualquier alimentación. Pero en nuestro caso hay soluciones más
económicas.
« Ouarta idea : Derivacion del río Cuarto. — El río Cuarto, que en
la Carlota se pierde en la gran laguna Manantiales, [señala una cuen-
a dirigida hacia Teodolina y Mar Chiquita de Buenos Aires. Al pa-
recer, esta cuenca que recibe las aguas que caen de la sierra, servirá
para alimentar una prolongación del canal en construcción hacia las
provincias de Cuyo, idea que no es nueva, pero que necesita la san-
ión de un estudio de máxima sobre el terreno.
< (Juinta idea. — Es la de aplicación inmediata, la factible, la eco-
nómicamente factible, que conviene estudiar inmediatamente y poner
en práctica sin pérdida de tiempo.
« Según lo manifestado al exponer la cuarta idea, Mar Chiquita de
Buenos Aires estaría en comunicación subterránea con el río Cuarto
y el río Quinto. Sería el punto visible de un receptáculo subterráneo,
cuyo caudal, difícil de establecer, debe ser inmenso.
<« Esta comunicación la demuestra el hecho de haber crecido última-
mente la Mar Chiquita sin que ocurriesen lluvias locales, tan sólo por
las que cayeron en la provincia de Córdoba.
« De Mar Chiquita, cuyo fondo está á la cota 7250 y cuyas aguas
alcanzan actualmente el nivel 7370, sale el primer tramo del canal
en construcción cuyo fondo está á la cota 13 y debe por tanto exca-
varse en 70 centímetros de agua. Este tramo, entre la esclusa número
1 y la número 2, tiene una longitud de 50 kilómetros. En la segunda
eselusa, con un salto de 150 el fondo pasa de la cota 73 á la cota
7150. Lo que parece extraño, siendo muy explicable, es que en el
224 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
segundo tramo, más bajo que el primero, no hay ó hay muy poca agua,
mientras que si la primera napa subterránea fuera horizontal, el agua
que hay en el primer tramo (170) más la mayor profundidad del se-
gundo tramo (1*50), debería dar 220 de agua en este segundo tra-
mo. No siendo así, se deduce que antes de la segunda esclusa hay una
interposición altimétrica subterránea de carácter impermeable que
aisla la cuenca de Mar Chiquita de la cuenca á que pertenece el se-
gundo tramo del canal.
« Ahora bien : excávese el primer tramo 1*50 más de lo proyectado,
hasta darle el mismo fondo del segundo tramo, y tendremos una san-
gría de más ó menos 30 kilómetros de longitud con 2*20 de agua en
las secas más persistentes, de cuyos taludes y fondo filtrará el agua
necesaria para la alimentación de todo el canal, desde que por esa
sangría afluirá el agua de la gran cuenca cuyo punto visible es Mar
Chiquita.
« La realización de esta idea. no modifica en nada el proyecto, au-
menta tan sólo la excavación del primer tramo.
« Es á mi modo de ver, el huevo de Colón.
« Deducciones sacadas de las excavaciones hechas en agua para las
obras de arte, inducen á calcular en 300. metros cúbicos por hora el
agua que afluirá en cada kilómetro de esta sangría. Resulta, pues, de
2.600.000 metros cúbicos, aproximadamente, el agua que al año pro-
porciona cada kilómetro de sangría ; y siendo que la alimentación del
canal se hace exuberantemente con 50.000.000 de metros cúbicos, re-
sulta que con 20 kilómetros de sangría tendríamos un filtro suficiente
para la provisión completa, aunque fallen en absoluto todos los em-
balses, lo cual es absurdo.
« El valor de esta obra será aproximadamente de pesos 900.000,
caleulando un máximo que no se tocará.
« ¿ Vale la pena de efectuar este gasto para asegurar el agua inde-
pendientemente de los embalses, agregando un nuevo elemento para
los camales futuros ? No cabe duda alguna.
« La solución definitiva de este problema depende sin embargo de un
estudio del subsuelo, estudio dirigido á establecer el caudal de la fil-
tración. Este estwlio que se podría efectuar utilizando los mismos ele-
mentos de construcción, resultaría de un costo insignificante y dura-
ría al máximo un mes. El gasto sería el de 30 excavaciones de tres me-
tros de diámetro para establecer las condiciones de la napa subterrá-
nea, y el de bombeo contínuo, en cuatro ó cinco de estas excavaciones
bien elegidas, para establecer el caudal ó poder filtrante de la napa.
CONVERSACIÓN SOBRE EL CANAL DEL NORTE 225
«Una observación : Como empresario no aceptaré bajo ningún con-
cepto y por ningún precio, hacerme cargo de este mayor trabajo;
no quiero que se piense que lo he sugerido con idea de lucro. La obra
debe hacerla el gobierno en la forma que más le convenga: desinte-
resadamente pongo desde ya mis servicios profesionales á disposición
del señor gobernador para los estudios y la ejecución.
<« Cumplido así el encargo que se me confió, saluda al señor gober-
nador con toda consideración su muy atento 7 ¡Sh 1d
«E. Candiani. »
La base fundamental del objeto de esta conversación está funda-
mentalmente de acuerdo con la idea dominante y esencial de esta Cal-
ta, que puede expresarse en una fórmula parecida á la siguiente: No
hay agua para la existencia de este canal en construcción, no es posi-
ble hacer prolongaciones ni formar un red, todas las ideas emitidas
para la provision son evidentemente inadmisibles ó son simples con-
jeturas que requieren estudios y experimentos.
Me doy cumplida cuenta de la dificilísima situación en que se en-
cuentra el señor Candiani. Como contratista de las obras él se ha
preocupado de reunir su capital, organizar su administración, de la
compra de materiales, de la formación del cuerpo profesional dirigen-
te y del de obreros ejecutantes, y cuando, como ingeniero, ha tenido
tiempo para revisar los estudios preliminares del proyecto, se ha en-
encontrado con el terrible fantasma de que todas las obras de cuya
ejecución se ha hecho cargo, son completamente inútiles desde que
debería llenar el canal y sustentar á flote las embarcaciones.
'La carta es una pildora bien dorada que se administra á un mori-
bundo.
Mi situación es diferente; deseo cooperar á cambiar el sistema exis-
tente de proceder á la ejecución de obras sin previos justificativos de
su posibilidad y de su conveniencia; deseo su más amplia discusión
y su más clara ilustración, estudiando y señalando sus ventajas y sus
inconvenientes en sí mismos, prescindiendo de personas y de afectos.
Hay necesidad de formar una nueva escuela.
Hace 25 años que se inició la idea de la construcción del primer
«Canal del Norte » en el puerto de Buenos Aires, cuya ejecución ca-
lifiqué oportunamente, por sus terribles consecuencias, que esta-
mos palpando, de «escándalo hidráulico ». La discusión no ha termi-
nado, ni con la que tuvo lugar en el Congreso de Ingeniería de San
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX. 15
226 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Luis, pues en estos días he recibido un resumen de la publicación de
la Sociedad de Ingenieros Civiles de Francia, dando noticia extensa
de la conferencia hecha por el ingeniero Augusto Moreau, el 3 de mar-
zo pasado, sobre el puerto de Buenos Aires, en la que declara «la
conservación de ese canal inútilmente dispendiosa ».
Hace 25 años que los politiqueros están pisoteando á los ingenie-
ros ; estos han quedado achatados como obleas, sin poderse conquis-
tar ni el respeto, ni la representación que merecen y les correspon-
de en la gestión de las obras públicas ; mientras los politiqueros res-
ponsables de los errores conocidos de antemano y cometidos sin dis-
culpa posible, siguen arrogantemente de diablos predicadores en dia-
rios y correspondencias.
La Nación de ayer quiere hacer aparecer al contratista señor Can-
diani en «el doble carácter de contratista y asesor técnico del gobier-
nO », porque, según parece, cuando aquél se ha apercibido de la falta
de agua, ha promovido la cuestión de procurarla.
Pero es justo recordar que La Nación aplaudió en otro tiempo que
el concesionario del puerto de Buenos Aires tuviera el cuadrúple ca-
rácter de « representante del gobierno, de concesionario, de contra-
tista y de asesor técnico, no obstante tratarse de una obra de va-
rios millones más que la de este Canal del norte, y que aplaudió al
gobierno cuando obligó á presentar renuncia de sus cargos á sus
« ASCSOTeS PIOplOs ».
La falta de estudios en esta, como en tantas otras obras públicas,
data de la época de la introducción del Canal del Norte en las obras
del puerto de Buenos Aires, y en esta presente ocasión el principal
objeto de esta conversación es indicar los malísimos resultados que
proporciona este sistema para la ejecución de las obras públicas.
Vuelvo á la cuestión.
Desechadas por el señor Candiani las tres primeras ideas para traer
el agua de alimentación, estudiemos la cuarta idea.
Derivación del río Cuarto. — El ¿río Cuarto nace en las sierras de
Córdoba, corre hacia el este en dirección á la Carlota (anteriormente
El Sauce) por más de 200 kilómetros, donde forma extensos bañados
que van en definitiva por las Mojarras y otras pequeñas cañadas á de-
sagiiar en el Río Tercero, en las inmediaciones de Juárez Celman (an-
biguamente « Oruz Alta »). Desde la salida de las sierras del río Cuar-
to á Junín hay por las vías férreas una distancia de 350 kilómetros,
la que para el establecimiento de un canal no puede estimarse en me-
nos de 450 kilómetros.
CONVERSACIÓN SOBRE EL CANAL DEL NORTE ; 227
Para la alimentación del canal de Córdoba al Paraná, en el Rosa-
rio, que tracé y estudié con un desarrollo total de 450 kilómetros, es-
timé la alimentación tomada en 126 14 puntos en un gasto de agua
de S metros cúbicos por segundo por todo el año (365% >< 24" < 3600*
>< 8 metros cúbicos) =252.280.000 (doscientos cincuenta y dos millo-
nes doscientos ochenta mil metros cúbicos).
En los años anteriores el gobierno de Córdoba había mandado hacer
estudios para embalsar las aguas del río Cuarto, de los cuales resultaron
que sólo se podía embalsar un volumen de 32.000.000 de metros cúbicos
(treinta y dos millones de metros cúbicos). Utilizando todo el agua que
hoy está destinada al riego de las tierras, no habría más que la octava
parte del agua necesaria para un canal de navegación hasta Junín.
Vamos á examinar la idea, á primera vista seductora, de bajar el
nivel del fondo de los 50 kilómetros de longitud del primer tramo á
la misma cota de 7150 del segundo tramo, con lo cual sospecha el
ingeniero Candiani que puede producirse de esta sangría una filtra-
ción de 300 metros cúbicos por kilómetro y por hora.
No es posible calcular el volumen de agua que pueda filtrar en el
punto de la ubicación del primer tramo del canal. Las aguas del Oeste
superficiales subterráneas deben correr en la dirección general de Oeste
á Este, cuesta abajo, más ó menos paralelas al Ferrocarril del Pacífico.
Tomando cualquiera estación de la linea, por ejemplo : Vedia, te-
nemos que desde la cota que le corresponde de 89”04, el terreno baja
á la de 3536 en Leandro Alem, á la de 80”78 en Blandengues, á la
de 73285 en un puente en el Salado, á la de 72*20 en las lagunas de
Gómez y á la de 6660 en la laguna del Carpincho. Es muy evidente
que estas aguas no pueden llegar al pueblo de Junín, pues la estación
de la linea está á la cota 81”09 y la de la del Central Argentino (San
Nicolás á Junín) á la de 8150.
Por otra parte, las aguas que puedan bajar del Noroeste tampoco
pueden llegar 4 Junín, porque la estación Fortín Tiburcio está á
36"58 y Santa Agustina á 88,28; y hacia el Oeste el terreno sigue su-
biendo, con caídas laterales al norte y al sud.
Es bien claro que las aguas superficiales que pueden bajar del nor-
oeste al sudoeste de Junín, son interceptadas por el arroyo Salado
y las lagunas de Arenales, Mar Chiquita, lagunas de Gómez y del
Carpincho; y las de lluvia y filtración al norte de Arenales, Santa
Agustina, Tiburcio y Junin, van á formar los nacimientos del arroyo
Saladillo de la Vuelta, afluente ya del río del Salto.
228 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La superficie de terrenos comprendida entre la costa izquierda del
Salado, inferiormente á la Mar Chiquita, las lagunas de Gómez, la del
Carpincho y la línea del Ferrocarril del Pacífico, no reciben más agua
que la de lluvia caída directamente sobre ella, mientras que las sub-
terráneas vienen del Far West y de las lagunas, bajando gradual-
mente por gravedad hacia el Este.
Es natural que en las excavaciones hechas en los bajos y cañadas,
en la ribera izquierda de río y lagunas, para el establecimiento de los
sifones, se encuentre acumulada el agua de lluvia local insumida; pero
eso no induce á creer que se puede obtener en el mismo punto un
caudal igual permanente; por el contrario, es fácil comprender que
antes de mucho bombear se agotará y filtrará lentamente; mientras
en el resto del trayecto el terreno duro de tosca se encontrará en
seco, drenado hacia los bajos locales que exigen la construcción de
los sifones.
(Continuará.)
CONSTITUCIÓN DE LAS SALES DE ROSANILINA
DISCUSIÓN DE LA FÓRMULA PROPUESTA POR JULIO SCHMIDLIN
La constitución de las sales de rosanilina desde largo tiempo tan
debatida, no ha sido aún satisfactoriamente resuelta, ápesar de los
notables trabajos de E. y O. Fischer y A. Rosenstiehl, quienes ini-
cian la discusión en el año 1878.
Hasta el presente la fórmula que explica el mayor número de me-
tamórfosis en las sales de rosanilina y por consiguiente la más acep-
tada es la de A. Rosenstiehl, según las opiniones autorizadas de A.
Behal y L. Lefevre.
Sin embargo, J. Sehmidlin en el año 1904 como consecuencia de
sus trabajos, pretende que la fórmula de aquel sabio no entra en dis-
cusión y es precisamente esta manera de ver del citado autor la que ;
ha motivado de mi parte esta pequeña contribución.
En el curso de la siguiente discusión creo poner en evidencia los
inconvenientes y desventajas que presenta la fórmula de Schmidlin.
Entremos en materia.
El objeto de las investigaciones de Selhmidlin ha sido el de estable-
cer cuáles son las sales poliácidas de rosanilina y de determinar su
constitución.
En su primera nota (1) hace consideraciones sobre las fórmulas
aceptadas hasta el presente, de Rosenstiehl y de Fischer-Nietzki y
con este motivo dice: « La fórmula que considera las fuchsinas como
éteres clorhídricos reposa sobre los datos experimentales siguientes:
ni la base imina anhidra, ni su triclorhidrato existen; el solo polielor-
hidrato que es al mismo tiempo el límite de saturación por el ácido
clorhídrico es el tetraclorhidrato ». :
Rosenstiehl se basa además en el hecho de que se fijan tres molé-
culas de ¡oduro de metilo, hecho que él demuestra con mucho brillo
(1) Comptes-rendus. 15 de junio 1904, página 1508; Revue générale des matiéres
colorantes. 1% de julio 1904, página 208.
230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
en su notable memoria presentada á la Sociedad Química de París (1)
que por el contrario la fórmula de Fischer y Sehmidlin no pue-
den explicar. Esta advertencia es necesaria, pues este último tiene
en cuenta solamente la acción del HCl del HO y del NH* sobre la
fuchsina, para deducir su fórmula.
Las experiencias que él efectúa se llevan á cabo á la temperatura
de — 70% y de ellas deduce, que el máximun de absorción corresponde
á SHCI. Pregunto ahora, ¿cómo ha podido determinar la composición
centesimal del octoclorhidrato si él se forma á la temperatura del
aire líquido y que á la temperatura ordinaria debe descompo-
nerse?
En una nota más reciente (2) el autor citado dice :
« He demostrado que á una temperatura muy baja, en el aire líqui-
do, se obtiene un compuesto perfectamente blanco que yo considero
como un heptaclorhidrato de pararosanilina. Encerrado en un tubo
sellado á la temperatura ordinaria, sin embargo, el producto no se
mantiene blanco; por consecuencia de un comienzo de fusión el color
es amarillo. Dejando escapar el gas clorhídrico se ven renacer los
colores amarillo, naranja, rojo, pardo y finalmente negro del triclor-
hidrato. Calentando á este último, se reproduce integralmente la
sal monoácida que se disuelve en el agua sin dejar residuo. Esta
transformacion es completamente reversible. »
Insisto por mi parte en preguntar ú objetar más ica dicho lo si-
guiente : dadas las condiciones especiales y difíciles en que se ha co-
locado Sehmidlin para determinar la absorción de las moléculas de
HCI y que según sus mismas experiencias de disociación, él no ha
podido determinar las especies químicas tales, como él heptaclorhi-
drato y el octoclorhidrato; ¿cómo es que él puede considerar como
real la formación de esos compuestos? En efecto, la simple absorción
no basta por sí sola, pues por ella no se puede determinar ni siquiera
con aproximación una especie y con mucha menor razón su composi-
ción centesimal.
Por consiguiente, ¿puede, en un caso como el actual, determinar la
composición centesimal de ese heptaclorhidrato no habiendo podido
separar las especies químicas intermedias entre el tri y el octoclorhi-
drato?
(1) Bulletin de la Société chimique de Paris. 1895, tomo 13, página 547.
(2) Comptes-rendus, tomo 138. página 1615. Revue générale des matiéres colorantes.
1% de agosto 1904, página 232.
CONSTITUCIÓN DE LAS SALES DE ROSANILINA 231
Después de caracterizar las especies químicas á que me refiero,
por la tensión de disociación, llega á estas conclusiones : « El triclor-
hidrato es el único cuerpo que presenta una tensión de disociacion
fija » ; y después de examinar su curva agrega :
« Si bien es cierto que esta experiencia de disociación no ha reve-
lado fuera del triclorhidrato, ningún compuesto definido, es necesa-
rio observar, si la tensión de disociación no es molestada por un fenó-
meno secundario de disolución del HCl.
« Estos hechos demuestran que una parte del HCl es absorbido
bajo forma de disolución y que otra parte se fija en la molécula; es
por esta cireunstancia que el fenómeno de disociación no se observa.
« He constatado que el cuerpo blanco obtenido, corresponde á la
absorción de SHO1l para la pararosanilina así como para la pararosa-
nilina hexametilada; el máximum de absorción corresponde enton-
ces á SHCL.
« Se puede admitir que una sola molécula próximamente se encuentra
al estado de disolución. El cuerpo blanco corresponde entonces á um hep-
taclorhidrato ».
Ahora bien, ¿por qué podemos suponer que una sola molécula próxi-
mamente de HO1l se halla al estado de disolución? máxime si se tiene
en cuenta que á la temperatura de — 70% á la que Schmidlin ha obte-
nido el máximun de absorción, se forman los llamados «ceriohidra-
tos » de composición constante y definida y al estado eristalizado.
Si esto es así, ¿por quéno podemos suponer que 4HC1 se hallan en
disolución, sin formar parte de la constitución de la molécula, sin
estar fijadas á ella atómicamente por sus valencias?
Suponer esto sería lo más lógico, es decir, que sólo haya asimila-
ción de 4HC1 en la molécula de fuchsina, en lugar de imaginarse una
constitución, un edificio molecular completamente aventwrado, como
lo es en efecto el de suponer una serie de ligazones triazino-quinóni-
cas, que desaparecen en el momento mismo de la acción química y
agregado á esto, la existencia de núcleos del cicloexane no saturado
y cambiando á cada momento la valencia del nitrógeno; pues sin regla
alguna el autor lo supone de repente trivalente ó ya pentavalente 6
bien formando ligazonesjtriazino-quinónicas que no hacen más que com-
plicar en vez de simplificar como lo hace Rosenstiehl con su fórmula,
la interpretación de las reacciones más simples que se pueden concebir
y que consisten en el cambio de H por Cl, de H por OH y viceversa.
Sentado esto, sigamos el examen de las otras conclusiones á que
llega en la nota citada.
232 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Hemos podido ver en efecto, que la existencia del heptaclorhidrato
es dle ponerse en duda, debido á la falta de regularidad en las expe-
riencias de disociación efectuadas por él mismo; sin embargo, es
curioso dar una leída al pasaje siguiente que se refiere á la constitu-
ción de dicho compuesto. Al efecto dice Sebmidlin :
<« En la fórmula que considera las sales de rosanilina como éteres,
no se podría hacer entrar las 4HC1 sin admitir una destrucción de los
núcleos bencénicos; por el contrario la fórmula quinónica presenta
un conjunto de cuatro dobles ligazones que se destruyen fácilmente
y que exigen exactamente 4HC1 para formar un heptaclorhidrato in-
coloro derivado del exahidrobencene que yo llamaría triclorhidrato de
tetraclorcicloeranerosanilina :
H H H
Aa ! ANÁ
| a/a
C C—Cl
HO yo ES AS
| | + 4HCl1 | pl
HC CH Hol /CHCl
SÁ XxáÁ
C C—Cl
MAR |
ammNné Nc-é > NH?.HOI CBBNé >
QU. ES ra
De una manera análoga respecto á la absorción de 4NH”* llega á
las conclusiones siguientes :
« Para el amoníaco, el fenómeno de disolución no interviene; la pri-
mera molécula desarrolla un poco más de calor que la segunda, de
manera que se puede considerar la cantidad de NEP fijadas como com-
binación química. En este caso, las sales dan con 4NH* compuestos
incoloros :
H H H
SS /
SN—O1 A
Ím/ || ma
C ; C—NE?
HC e CH de H*C Nome
e
s «s 2 |
Ha JE NH*.HOL. /CH.NE?
C C—NH2
AC RIE ll PTAS PATA | ATT E
mNnó Noé Nue ÍmNÍ Noé Vmm
NS NAAA x= 8 ==
H
KK—_—_ sn —— mm ——_—_—_—_——
monoclorhidrato de tetra-amino-ciclo
exanerosanilina
CONSTITUCIÓN DE LAS SALES DE ROSANILINA 235
De estos hechos deduce lo siguiente :
1” La rosanilina representa moléculas no saturadas.
2 El límite de saturación corresponde á 4NH* y 4HCI, es decir, á
ocho radicales monovalentes.
Aquí también se le puede hacer á Sehmidlin objeciones análogas á
las anteriores. En efecto ¿ puede asegurar que las 4N-H” se hallan for-
mando parte integrante de la constitución de la molécula como él ad-
mite a priori sin una demostración satisfactoria?
Es difícil, tanto más si se tiene en cuenta, que Prul homme y Re-
baud (1) consideran por el resultado de sus trabajos, la fijación de
2N BH? no como formando parte de la constitución de la molécula, sino
como una combinación de las llamadas moleculares, análogas á las que
dan ciertas sales, en particular el CI?Zn con NH”.
En una nota reciente (2) Sehmidlin llega 4 las siguientes conclu-
siones de orden general:
«Los derivados incoloros son la llave de la constitución de las sa-
les de rosanilina. Ellos demuestran que son cuerpos no saturados y
el hecho de que la saturación se hace igualmente con un ácido, una
base ó un cuerpo neutro, acusa un elemento indiferente como causa
del estado de no saturación, que en especie no puede ser más que el
C. Por fijación de cuatro moléculas de HO1, NH*, ó H*O las moléculas
de rosanilina se satura, sea por ocho grupos monovalentes como el H,
-Cló NE*H ú OH.H
« El estado de no saturación del € siendo representado por dobles
ligazones, estos ochos grupos monovalentes responden á cuatro dobles
ligazones que se rompen fácilmente y que son por consiguiente ali-
fáticas.
«Se llega así á la conclusión capital :
« La molécula de las sales de rosanilina encierra cuatro dobles ligazo-
nes alifáticas.
<« Resulta entonces, sigue Sebhmidlin, que la fórmula de M. Rosens-
tiehl por el hecho de no admitir sino solamente núcleos bencénicos y
por consiguiente dobles ligazones aromáticas, no entra en discusión.
<« En cuanto á la fórmula quinónica de Fischer-Nietzki, ha podido
preveer la existencia de estos cicloexanerosanilinas y si esta fórmula
no existiera sería necesario crearla ».
(1) Bulletin de la Société chimique de Paris, tomo 9 página 710.
(2) Comptes-rendues, tomo 139,1904, páginas 506 y 521 ; Revue générale des ma-
tiéres colorantes. Noviembre de 1904, página 325 y siguientes.
234 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Es necesario hacer aquí la advertencia siguiente : que la fórmula
de Nietzki, en la cual se basa Sehmidlin, carece de la importancia
científica requerida en este caso, porque el mismo autor en su trata-
do de materias colorantes, después de haber examinado la fórmula de
Fischer, dice textualmente (1) : No consideramos esta nueva manera de
formular como diferente de la de Fischer, pero le damos sin embargo, la
preferencia, porque ella. representa la ventaja de orden tipográfico, de
ocupar menos espacio ».
La fórmula de este último modificada por Nietzki, se presta á las
mismas Críticas que aquellas formuladas á la de Fischer. En efec-
to, un compuesto constituído de este modo, debiera dar bajo la in-
fluencia de los álcalis, un hidrato de imina que además de ser ¿nstable
(contrariamente á la verdad, pues la rosanilina es estable) no se cono-
ce de él ningún representante.
Entonces si la modificación de Nietzki á la fórmula de Fischer no
levanta ninguna de las objeciones formuladas á la de este último
¿qué ventajas presenta para la interpretación de las reacciones de
este grupo de cuerpos? ninguna, si descartamos la de orden tipográ-
fico, la de ocupar menos espacio (!), aludida por aquel, ventaja ésta, que
no debe tenerse en cuenta tratándose de una discusión científica pu-
ramente y no económica.
Además de inexacto lo que afirma Nietzki al decir «no consideramos
esta nueva manera de formular como diferente de la de Fischer»puesto
que no podemos comparar el núcleo fundamental (que juega un rol dis-
tinto entre lo demás grupos amino fenilados de la fuchsina) en la teo-
ría de Fischer y que estaría representado por =0 — 4 > NE?01
; INDRA
con el de la teoría de Nietzki que es = ( = E >> = NH-CL.
En efecto, este último representa las cuatro dobles ligazones alifá-
ticas que sirven de base á la teoría de Sehmidlin, en tanto que el pri-
mero está constituído por tres dobles ligazones aromáticas idénticas á
las de la teoría de Rosenstiehl y que como hemos visto son rechaza-
das por Sechmidlin. Desde luego hay que admitir que la base en que
se apoya este último está en una situación muy crítica, en un equi-
librio inestable y, por consiguiente, pronto á derrumbarse al menor
empuje; cosa que me atrevo á afirmar desde el momento que Fischer
admite como Rosenstiehl dobles ligazones aromáticas en los tres nú-
(1) Nrrrzkt, Traité des matiéres colorantes. 1901.
CONSTITUCIÓN DE LAS SALES DE ROSANILINA 235
eleos y que Nietzki invoca como areumento decisivo en favor de su
modificación la ventaja de orden tipográfico. Esta es en pocas pala-
bras la base fundamental en que se apoya Selmidlin para deducir su
fórmula ; tal es en resumidas cuentas la fórmula Fischer-Nietzki que
el citado autor defiende con tanto ahineo hasta el punto de decir « sí
esta fórmula no existiera sería necesario crearla» y que la fórmula de
Rosenstiehl no entra en discusión. Basado en todas estas considera-
ciones y en otras que más adelante veremos, yo creo por el contrario
que la fórmula de este último, presenta ventajas que no son de nin-
guna manera las de admitir a priori dobles ligazones para el N ar-
bitrarias completamente, que no hacen sino complicar la interpretación
de las metamórfosis de las sales de rosanilina, ni tampoco como
las que considera Nietzki de orden tipográfico, que no merece ser
tenida en cuenta, repito, en una discusión científica.
Por el contrario el mérito de la fórmula de Rosenstiehl reside en el
hecho de que este autor no admitía nada a priori, ni como fundamen-
to, ni aun para demostración ; porque es una fórmula deducida de los
hechos y que una vez establecida sobre bases sólidas, se observó que
preveía la formación de nuevos compuestos hasta entonces no descubiertos
y que luego más tarde debido á su laborioso empeño, se constató su exis-
tencia.
Para demostrar que también la fórmula de Sehmidlin adolece de
mayores complicaciones é inconvenientes que la de Fischer y con
mayor razón aún que la de Rosenstiehl, sólo es necesario considerar
tres clases de reacciones á saber :
1* Transformación de la sal en lencanilina;
2* Su transformación en derivado diazoico;
3” La formación de la base pararosanilina.
En efecto pasémoslas en revista :
1* Transformación de la sal en leucanilina
Sehmidlin no ha determinado con su fórmula el sentido de la reac-
ción, la cual se efectúa fijando un átomo de H en reemplazo del Cl;
sin embargo es conveniente el tentar explicarla.
En efecto, según su conclusión general, existen cuatro dobles liga-
zones alifáticas, en la molécula de fuchsina, que se desdoblan fácilmen-
te y que fijan exactamente ocho radicales monovalentes, tales como Cl, H
OH y N, HB? saturando por consiguiente la molécula; entonces con mayor
236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
razón las ligazones alifáticas se desdoblarán en presencia del E naciente
que es el elemento saturante por excelencia y debemos por lo tanto admi-
tir forzosamente que la reacción se lleva á cabo de la manera siguiente :
H H H
N—C1 A
| | Su
C C-H
Hof > cH H*0 Mom
| | + 5H? = | + HCl
mol lor H:0 Jem
N/ Y
o CH
TES ll TEN NS | ARTES
HNÍ SA SE SEAS DS
PEA 8 No | EA
H
Donde observamos que H? son utilizados en reemplazar al Cl á la
vez que 4H? saturan la cuatro dobles ligazones alifáticas que, como se
sabe Sehmidlin establece, se rompen fácilmente.
Es decir, que llegaríamos á una lencanilina 0* HN? con ocho ato-
mos de hidrógeno más, lo cual no concuerda con el análisis elemental
que asigna á este leucoderivado la fórmula OC" H"N?, que como se
sabe es universalmente aceptada, aún por Fischer mismo, acérrimo
partidario de la teoría de las dobles ligazones. Admitir esto sería
simplemente ir contra los hechos y contra la verdadera lógica que trata
de explicarlos fielmente y de la manera más simple, condición sine qua
non de todo cerebro simplificador.
22 Formación del derivado diazoico
y
Esta reacción que consiste en la transformación de la fuchsina en
tricloroexadiazotrifenilclorometane no ha sido interpretado hasta el
presente por Sehmidlin; esta reacción se llevaría á cabo de la manera
siguiente
HA
SN—CI N=N-—Cl
Í/ || í
O C
2 h
uf Dx HC Non
l | + 3NO*H + 3HC1 | + 6420
HO CH HC CH
xx N/
C
C
SS y
Mura yn O Ne é Nu=wa
|
CONSTITUCIÓN DE LAS SALES DE ROSANILINA 237
Es decir que los tres grupos amino-fenilados, desiguales en la sal
de rosanilina se encuentran equivalentes en el derivado diazoico; la
doble ligazón serompe en el momento de lareacción y las cuatro dobles
ligazones alifáticas se transforman en tres dobles ligazones etilénicas
del núcleo bencénico y por último el N de pentavalente pasa á triva-
lente.
32% Transformación de la sal en base
Se lleva á cabo esta transformación, haciendo actuar el Na(OH)
sobre la fuehsina, dando por resultado la formación de la pararosani-
lina. Lo mismo que en las anteriores reacciones, Schmidlin no la ha
explicado todavía; ella'se podría expresar de la siguiente manera:
ON Cl NH?
m/ || E ; |
(e) C
m0 CH HC CH
| | + Na(0H) = | + ClNa
] l ; J
Eo JcH CH CH
C 0
| RT e - |
SN 1) y S E TES
mNÍ Nc dm NA 0 SNE?
Xx==/ x=" NN
OH
Aquí también constatamos cuatro transformaciones moleculares
que dan por resultado lo que sigue:
1% Los tres grupos aninofeniládos desiguales en la fuchsina son
equivalentes en el producto de la reacción; >
2% Las dobles ligazones del N se rompen.
3% Este último pasa de pentavalente á trivalente;
4% Las ligazones alifáticas se transforman en ligazones bencénicas
etilénicas. E
En definitiva y contrariamente á lo complicado de las reacciones
interpretadas por medio de la fórmula de Sehmidlin; para hacer re-
saltar más sus desventajas, examinemos la fórmula de Rosenstiehl y
nos daremos cuenta exacta del alto grado de simplicidad á que llega
este último, cuando trata de explicar con sencillez la realidad de los
hechos. i ]
En efecto; la transformación de la fuchsina en lencanilina se repre-
senta según él de la manera siguiente:
238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
C1— C=(C'H*— NB? + 42 H — 0=(08NB?)? + HCI
La transformación en derivado diazoico se efectúa en el mismo sen-
tido que en una sal de triamina, es decir:
CIHO=(0 "HN H"*+3NOOH+3H0I=CI-20=(0H*=N=N OD*+6H*0
La transformación en pararosanilina sería:
Cl — O = (C'H'NH?* + Na(OH)= OH — OU = (0"H*NH”? + ClNa
E + + +
En todas estas reacciones hemos podido darnos cuenta de que,
es innegable que la fórmula de Rosenstiehl nos proporciona una
simplicidad extrema y que llamando R al complejo —0=(0HN H>?,
podemos incluir todas estas reacciones (exceptuando la transforma-
ción en derivado diazoico) en la categoría de las transformaciones más
simples que podemos concebir en química.
Tendremos entonces como expresión de dichas metamórtfosis las
ecuaciones siguientes:
R.Cl + Na(OH) = ClNa + R.OH
para fuchsina para rosanilina
R.C1l + H”?* = NCl + R.H
para fuchsina para rosanilina
en las cuales R funciona como elemento electropositivo. *
Además tiene la ventaja, esta manera de considerar, de poder ex-
presar al mismo tiempo y en la ecuación química el por qué de la co-
loración y decoloración. Rosenstiehl, en efecto, basándose en las consi-
deraciones de Richter, ha podido llegar á expresar por medio de sím-
bolos las diferencias que existen entre los compuestos coloreados é
incoloros del trifenilmetano (1) y que expresan al mismo tiempo su
famosa ley de la oposición de funciones entre los radicales que reem-
plazan los hidrógenos de los fenilos y el radical que satura la cuarta
valencia del carbono metanico central. Así el símbolo:
+ db S + - .
RO—0—< >R'“ expresaría un compuesto incoloro
(1) Bulletin de la Société Chimique de Paris, tomo IL, año 1894, pág. 213.
CONSTITUCIÓN DE LAS SALES DE ROSANILINA 239
'
Yi
IN
RO =0=< >R'% un compuesto coloreado.
(A
B
En ambas A y B representan núcleos aromáticos y R, R' los radica-
les citados y que desempeñan funciones opuestas Ó similares según
que el compuesto sea coloreado ó incoloro.
Con esto nos demuestra Rosenstiehl queno es necesario la doble
ligazón para explicar la coloración. Entonces ¿con qué motivo ha: si-
do imaginada si además de esto complican la interpretación de las
reacciones?
El motivo ha sido ni más ni menos un error de observación, pues
antes era una idea generalmente admitida de que, para explicar la co-
loración de la alizarina, era necesario admitir una doble ligazón. Más
tarde se probó que esto no era exacto y sin embargo la doble ligazón
siguió hasta el presente preocupando la mente de algunos químicos,
á pesar de su inutilidad para explicar todas estas transformaciones
que hemos pasados en revista.
Conclusiones
1* En las metamórfosis de las sales de rosanilina la doble ligazón
hipotética admitida a priori para el nitrógeno por Fischer-Sehmidlin,
no facilita su interpretación, porque es necesario el suponer que ellas
desaparecen en el momento mismo de la acción química; además co-
mo con justa razón dice Rosenstiehl, se comete una falta de lógica
evidente:al considerar para la base una constitución distinta de la
concebida para la sal;
2% La existencia del heptaclorhidrato necesaria para admitir la
fijación de 4HC1 en la sal triácida es factible ponerla en duda, pues el
mismo Sehmidlin se ve obligado el admitir a priori sin mayor demos-
tración, para sostener su reforma á la fórmula de Fischer-Nietzki y
su objeción á la de Rosenstiehl.
32 La absorción de 4H*0 y 4NH* cuyo resultado inmediato es la
decoloración de la fuehsina, no explica que ellas vengan á formar
parte constitutiva del edificio molecular de esta última; ellos pueden
determinar la formación de las llamadas combinaciones moleculares,
240 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
análogas á las que forma el CI2Zn con NH*, sin que este último grupo
funcional se fije atómicamente por sus valencias;
4* Que admitiendo la existencia de cuatro dobles ligazones alifáticas
fácilmente desdobladas y saturadas por ocho elementos monovalentes,
nos vemos obligados á concebir también por hidrogenación de la fuch-
sina una leucanilina 0 H”"N? siendo su verdadera fórmula O0* HE YN?.
En consecuencia deduzco que la fórmula de Sehmidlin se encuentra
en condiciones más desventajosas aún que la de Fischer, porque además
de complicar la interpretación de las reacciones de las sales de rosa-
nilina, nos vemos obligados si la adoptamos, á considerar la existen-
cia de cuerpos que se hallan en contradicción con los datos obtenidos
por el análisis elemental y la sanción general de los químicos que de
ellos se han ocupado.
En vista de estas consideraciones y de los notables trabajos de Ro-
senstiebl apoyados por los de Prud'homme, Haller y Miller, Seyewetz
y la opinión autorizada de Behal y Lefevre, considero que la fórmula
dle Rosenstiehl es la que hasta el presente explica el mayor número
de hechos y de la manera más sencilla.
Termino esta primera nota, en la creencia de que este gran esfuerzo
comparado con mi pequeña preparación, ha hecho sin embargo resal-
tar con claridad la superioridad de la fórmula de Rosenstiehl sobre la
dle Sehmidlin.
Ambas son hipótesis, es cierto, pero la lógica se ha inclinado
siempre hacia la que presenta menos complicaciones.
Mi inclinación á los estudios de ciencia pura me habrá llevado qui-
zás á cometer una imprudencia, al atreverme á hacer objeciones á un
químico de la talla de Sehmidlin; pero á pesar de ello me queda aún
una esperanza y por eso me atengo con resignación y paciencia al jui-
cio severo de la crítica, que en estas discusiones científicas es el fallo
mapelable.
HORACIO DAMIANOVICH,
Del laboratorio de la Oficina Química Nacional.
Mayo 10 de 1905.
Y
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Pública, La Plata. — An. del Museo, La Plata. Centro Naval. — El Monitor de La polo
— Oficina Químico Agrícola, La Plata. — Común. — Enciclopedia, Militar. — La Se=
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Capital Córdoba
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Psiquiatria. E Bol. del Inst. Geográfico Ar- | Entre-Kios
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del Depart Nacional de Higiene. Rev.
Nacional. — Rev. Técnica. — An. de | la Soc.
Rural Argentina. — An. del Museo Nacional
de Buenos Aires. — Bol. Demográfico Ar-
Bol. de la Acad. Nac. de' Ciencias.
Tucumán
Anuario Estadistico.
SUBSCR PCIONES
Paris A Roma
j ( |. Trattato Generale dell'Arte dell'In egnere..
Annales des Ponts et Chaussées. — « Re= | Ed s 898
' — Giornale del Genio Civile.
vue ». — Contes Rendus de l'Académie. des
Sciences. — Annales de Chimie et de Physi Milano -
que. — Nouvelles Annales de Me henahias |. Il Costruttore. — L'Elettricitá.
— « La Nature ». — Nouvelles Annales de la |. 2 PA
Construction (Oppermann). — Revue Scien- Londres A,
fique. — Revue de Deux Mondes. The Builder.
ANALES
DE LA
SOCIEDAD CIENTÍFICA
ARGENTINA
A E
DOPECILONID Eno
3 US CES ICALSUNE
|
CAE E
DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E, BARABINO | DEC 159905
] na La
Secretarios : Doctor JuLto J. GATrI y senor EDUARDO A. HOLMBERG Ml R A á A
JUNIO 1905. — ENTREGA VI. — TOMO LIX
ÍNDICE
Luis A. Hurr6o, Conversación sobre el proyecto en ejecución del canal del Norte
(de Mar Chiquita al Baradero). Conferencia dada en la Sociedad Científica Ar-=
Dentman (Conclusion a da Sas e e O EL e ao della le 24]
Provisión de agua al canal del norte. Refutación á la conferencia del ingeniero
E AS o A o. A E 245
Réplica del ingeniero Huergo á la refutación del ingeniero Roberto Martínez..... 253
Tratamiento i eliminación de las basuras (continuación)... .oooooo cono 270
A
BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI
684 — CALLE PERÚ — 684
1905
ys 3
JUNTA DIRECTIVA.
Presidente. ooo ¿Doctor Carlos M. Morales PA
Vicepresidente 4%.......-. v=.: Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones
Vicepresidente Doo... Doctor Enrique Herrero Ducloux mo
Secretario de actas... Señor Arturo Hoyo
Secretario de correspondencia... Ingeniero Ricardo Gutiérrez
HSA dE HEN le MOS alo . Ingeniero Luis A. Huergo (hijo) ;
; Señor Rodolfo Santangelo :
Bibliotecario...
: Ingeniero Vicente Castro
Ingeniero Julian Romero
Ingeniero Eduardo M. Lanús
VA A Ne e ¿Ingeniero Guillermo J. VVhite
Senor Arturo Grieben
Ingeniero Evaristo Y. Moreno
y Senor Pablo A. Pizzurno Yi
(A e A o E . Senor Juan Botto
E
REDACTORES
Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero
José S. Corti, doctor lgnacio Aztiria, ingeniero Emilio Candiani, doctor Eduardo L,
Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, ingeniero Luis Luiggi, ingeniero Mauro
Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor Cristóbal
M. Hicken, senor Félix Outes. : i as
SN : ADVERTENCIA
6 f y
A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte
de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para
que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. : LN
La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares
reglamentarios, debiendo entenderse los senores autores por el excedente de dicho número -
con la casa impresora de Coni hermanos. la ; $
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas.
Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección, -
Cangallo 1525. ; do A
La Dirección.
PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN
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LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA
La : : El local social permanece abierto de 8 4-10 pasado meridiano
SS
e dl
CONVERSACIÓN
SOBRE EL PROYECTO EN EJECUCIÓN DEL CANAL DEL NORTE
(DE MAR CHIQUITA AL BARADERO)
CONFERENCIA DADA EN LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
(Conclusión)
Es lo mismo que debe preverse para los desagiies del sud. Se saca-
rá con rapidez el agua de los terrenos altos, para conducirla por los
bajos, lo más pronto posible al mar, y se gastarán muchos millones en
una gran área para mejorar por drenaje un 15 ó 20 por ciento de te-
rrenos bajos, echando á perder 80 á 85 por ciento, produciendo secas,
dle terrenos altos. z
Las aguas del Oeste en Junín, pasan hacia el Este y las del Sud
hacia el Norte, á un nivel más bajo que el plan de las lagunas, y así
se ha verificado que en lá excavación del segundo tramo á la cota
7150 «no hay ó hay muy poca agua ».
Si valiera la pena hacer un experimento descubridor del caudal de
filtración, no se podría llegar á un resultado práctico, con pozos ais-
lados, porque en los bajos se encontraría agua relativamente abun-
dante, mientras que en los altos no se encontraría quizá una gota de
agua al mismo nivel. « No hay ó hay muy poca agua », equivale de-
cir : no hay ó hay muy pequeños bajos; ó no hay ó hay muy insigni-
ficantes sifones. Aventuro la afirmación sin conocer las obras, usando
la fórmula científica del sentido común.
En todo caso, el experimento debería ser precedido de un releva-
miento del terreno, estableciendo la relación muy aproximada de las
pequeñas cuencas de los bajos con los terrenos altos laterales, y ex-
cavando una longitud de 500 ó6 1000 metros de longitud con la sec-
ción definitiva de canal, en una área que guardara dicha relación.
Pero hay una excavación natural que puede servir de ejemplo para
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX. 16
242 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
demostrar la escasa filtración que produciría la sangría de 30 kiló-
metros de longitud, que sólo filtraría de la ribera izquierda del Canal.
La laguna del Carpincho tenía su superficie de agua en enero de
1903 á la cota 6720 ó sea 430 más bajo que 7150, un perímetro
aproximadamente de 15 kilómetros, rodeado de terrenos altos del pue-
blo de Junín, de las lagunas de Gómez á 540 de mayor nivel, con
10.124.608 metros cúbicos de agua; « el nivel del agua en los pozos
circunvecinos que llegan á la primera napa era de 6857, esto es,
116 más alto que el nivel de las aguas ordinarias del Carpincho » y
todo el volumen de desagiie que producía era el insignificante de 144
litros por segundo.
Por más que me haya devanado los sesos, durante doce días de
contínuo estudio, no encuentro razonablemente otro volumen de agua
utilizable que el de la Mar Chiquita.
En enero de 1905, el agua de estiaje estaba al nivel de 7410, ocu-
paba una extensión de 45.500.634 metros cuadrados con una profun-
didad media de 115, lo que hace un caudal de 52.325.729. metros
cúbicos, la « carta » menciona un nivel actual del espejo de agua de
7370, y el señor Candiani me ha referido que había bajado anterior-
mente al de 7340; los volúmenes de agua corresponderían en estos
casos respectiva y aproximadamente á 35 y 24 millones de metros cú-
bicos. La alimentación del canal desde el único punto extremo, con
este pequeño volumen, poniendo á descubierto mayor área de terreno
circundante, aumentando la evaporación, la filtración y el crecimien-
to de plantas, será muy dudosa y enteramente inconveniente; con
mucha probabilidad la obra se convertiría en los desagúes del Norte
ó desecamiento de la laguna de Mar Oliquita.
Los embalses de las lagunas, en las épocas que pudieran ser de al-.
guna utilidad, son completamente inútiles, en épocas como la actual,
en la que á juzgar por el nivel de la Mar Chiquita, deben estar casi Ó
completamente secas las lagunas de Gómez y del Carpincho. Los
tajamares de las tres lagunas estarán en seco una gran parte de todos
los años ó todo el año, y sería, en 'consecuencia, más conveniente ex-
traer sus materiales para otro uso, y para borrar en lo posible los re-
cuerdos de una época de precipitaciones é impaciencias, de cuya in-
fluencia no ha sido posible quizá substraerse á muchos que sólo los
guía el noble propósito de hacer algo grande, nuevo y útil para la
riqueza del país, como sería la construcción de canales de navegación
donde las condiciones meteorológicas del suelo y del tráfico probable
sean aconsejados como resultado de un estudio bien fundado. ¿Se se-
CONVERSACIÓN SOBRE EL CANAL' DEL NORTE 243
guirán construyendo otras obras que puedan más tarde encontrarse
en las condiciones de los tajamares ?
Me es muy satisfactorio manifestar que me ha sido muy agradable
la noticia de que el señor gobernador de la provincia haya recibido
con placer el conocimiento del objeto de esta conversación.
Los ingenieros no debemos hacer obras con propósitos políticos
mezquinos, sino con ideales, anhelos y propósitos de progreso para el
país, y no debemos guardar silencio cuando nuestros estudios se to-
man como armas políticas.
Si hay errores en el proyecto del Canal del Norte de la provincia,
de Buenos Ajres, ellos obedecen, en mi opinión, á una escuela de eje-
cución de obras públicas sin los previos estudios indispensables, erro-
res que se notan en obras ejecutadas en la capital federal, en la pro-
vincia de Buenos Aires y en muchas de las otras provincias de la
República.
La escuela fué creada con motivo de la introducción del Canal del
Norte en las obras del puerto de Buenos Aires, y mi conciencia no me
permite, por más que parezca irregular en este local, tolerar sin pro-
testa, que se haga uso de mi estudio, para que uno de los principales
y más eficaces fundadores y sostenedores, hasta este momento, de esa
escuela se aproveche de mis esfuerzos honestos y patrióticos, para es-
egrimirlos como arma traidora para herir á su contrario político.
Para que no se preste á tergiversación, me refiero al diario La Na-
ción.
La prensa entera de la república podría ocuparse diariamente sobre
el tema:
El canal del Norte y el del Sud del puerto de la Capital
Federal sin agua.
De cómo se estudió, proyectó y ejecutó esta costosísima obra, y de
los errores, ete., que se cometieron y cuyos resultados se palpan, pue-
de dar una idea el corto extracto de los índices de las publicaciones
que hice en 1886 : « El dique militar desaparecido. Cambio “de pla-
nos. Cambio de ingeniero inminente por cualquier otra persona. Su-
presión de obras; modificación de todas. Las lexcavaciones no alcan-
zam para la formación de los terraplenes, faltan millones de metros
cúbicos. Canal del Norte inútil. La seriedad, imparcialidad, rectitud y
honor á la verdad y á la justicia de La Nación. 'La Nación difama al
Departamento de Ingenieros. La Nación contra el Departamento de
Ingenieros. Despilfarro de millones por la propia impresión, ineptitud
é ignorancia. El increíble malecón, etc., etc. »
244 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
No es extraño que un ingeniero empresario tenga ocasión para ha-
cer indicaciones á un gobierno, sin pretender asumir el carácter de
asesor técnico; pero si lo es que se alarme tanto un director de la
opinión pública que ha convertido á un comerciante en ingeniero de
puertos, representante del gobierno, concesionario, empresario de
obras del mismo, asesor técnico del mismo, y que ha aplaudido con
entusiasmo, el hecho quizá único en el mundo, de que aquel asumiera
el quinto carácter de donador de una parte de los beneficios en la for-
ma de un edificio para servicio público.
Señores, siento sobremanera, haberme visto obligado á mencionar
puntos tan ajenos á la discusión técnica de las obras del Canal del
Norte; pero la escuela reinante en la ejecución de obras públicas no
nos permite ceñirnos estrictamente al estudio de los problemas que
cada obra importante encierra. Necesitamos independizar las obras é
independizar al gremio de la funesta acción que ejerce la política y
la prédica inconsciente de ciertos órganos de la opinión, á favor de su
bando ó de sus amigos.
Formo en las filas de los que luchan por esta independencia, desde
hace treinta años, y aún cuando no ejerza la profesión, pienso seguir
en la brecha mientras las fuerzas del espíritu me permitan dominar el
cansancio de la materia.
Señores :
Agradezco muy sinceramente la grandísima paciencia con que ha-
béis escuchado esta larga conversación, y el honor que me habéis dis-
pensado asistiendo á ella.
Invito á mis colegas á la discusión de este interesante asunto (1).
Luis A. Hurrco.
(1) El señor conferenciante presentó planos que no hemos. podido reproducir,
— (N. de la D.).
PROVISIÓN DE AGUA AL CANAL DEL NORTE
REFUTACIÓN Á LA CONFERENCIA DEL INGENIERO HUERGO (1)
Señores :
Profundamente agradecido por el honor que me concede la bondad
del señor presidente de este ilustrado centro, doctor Carlos Maria
Morales, permitiéndome ocupar por breves instantes esta cátedra,
donde habéis escuchado la palabra ilustrada de tantos progenitores
(lel progreso de nuestra joven república, vengo también 4 traer mi
grano de arena, explicando y poniendo á la vista los elementos de
juicio que han servido de base para proyectar y llevar á la práctica,
por el superior gobierno de la provincia de Buenos Aires, una obra
de progreso : el Canal de Navegación Interior del Norte, que encara
y resuelve uno de los trascendentales problemas económicos del Es-
tado : el abaratamiento de los transportes de nuestra inmensa rique-
za agro-pecuaria en una extensa zona de la provincia.
Este paso que doy lo creo necesario, indispensable, á fin de salvar
del desprestigio que pudiera afectar á esta obra las afirmaciones que
en este mismo centro ha hecho nuestro distinguido decano de los in-
venieros argentinos señor Luis Huergo, para quien siempre he tenido
cariño y respeto; cabiéndome la alta honra de ser acompañado en
esta emergencia por dos de los ingenieros especialmente preparados
con que cuenta el país, para la resolución del problema que nos ocu-
pa, ciudadanos de la república y profesores del ramo en nuestra pri-
mer escuela de ingenieros, Facultad de ciencias físicomatemáticas de
la ciudad de Buenos Aires, señores Emilio Candiani y Julián Ro-
mero.
El señor Huergo afirma que no tendrá agua el canal; 'fundándose
(1) Véase la entrega Y de este mismo tomo de los Anales.
246 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
en datos, unos mal tomados ó mal recordados y Otros erróneos, como
voy á probarlo.
El ingeniero Huergo afirma que Mar Chiquita es un charco de
aguas accidentales que se reunen en una hoya sin salida, producto de
las Muvias locales, y que, por consiguiente, no pueden servir de base
para la alimentación del canal del norte. Para corroborar esta afirma-
ción, declara que en 1874, cuando él hizo los estudios del Ferrocarril
al Pacífico, el fondo dellecho del arroyo Morotes, que'unela laguna de
Mar Chiquita con la de Gómez, como se ve en el plano, ó principios
del río Salado, desagiie natural de Mar Chiquita, era un terreno don-
de había cardales y hacían su nido las vizcachas, por donde no pasaba
agua sino á largos intervalos de 15 á 20 años. Esto es sencillamente
mal recordado, pues desde que el cristiano puso la planta en aquellos
lugares, este arroyo ha existido y existe con su lecho fangoso y pan-
tanoso, donde jamás se crió cardo (planta de terrenos altos), ni hizo
su nido vizcacha alguna (quizá serían nutrias las que vió).
Este arroyo sirve de límite á las primeras divisiones de la tierra
que se hicieron después de la conquista del desierto; hoy limita las
propiedades del señor Julio Costa y señor Estrugamon.
Sobre este arroyo, cuyo lecho pantanoso no permite pasarlo sino
en determinados puntos, en uno de estos, el Paso de Morotes, el go-
bierno de la provincia mandó construir un puente de 48 metros de
luz, que proyecté y ejecuté en 15893, puente que gestionaron los
vecinos Vásquez, Roca, Estrugamon, etc., que tenían que pasar el
arroyo para comunicarse con el pueblo de Junin.
El mismo señor Huergo proyecta y ejecuta puentes de 50 metros
de luz, para el paso de las aguas de este arroyo, en fla línea Ferroca-
rril Pacífico (aunque en su conferencia declara que lo hizo por lujo).
Entre los datos en que funda las conclusiones de su conferencia,
habla de las cotas del ramal del Ferrocarril al Pacífico, que sale de
Saforcada y va á Santa Isabel, que según el conferenciante cruza el
río Salado.
Ese ramal no cruza el Salado : corre paralelo dejándolo á la iz-
quierda costeando Mar Chiquita frente á la cual hay dos estaciones :
Santa Agustina y Fortín Tiburcio.
El señor Huergo toma como dato cierto los informes suministrados
por la gerencia del Ferrocarril al Pacífico, la que declara que según sus
ingenieros, desde el año 1594 al 1895 no ha pasado agua abajo los
puentes. Esto es sencillamente falso. El 10 de octubre de 1905, el in-
geniero Abraham Tapia, acompañándome y en presencia de los seño-
PROVISIÓN DE AGUA AL CANAL DEL NORTE 247
res Julio y Marcelo Costa y del señor Germán Mayer, mayordomo de
la estancia del señor Julio Costa, determinamos el caudal de desagile
de Mar Chiquita, que corría por el arroyo mencionado, estando el ni-
vel de las aguas de la laguna á la cota de 75%00 y habiendo alcanza-
do este nivel, durante todo el invierno del mismo año, alrededor de la
cota 1520; altura de las aguas acusada por las resacas de la laguna
y concordante con lo manifestado por los vecinos : ese año no hubo,
sin embargo, lluvias locales que pudieran determinar esta crecida.
De modo que la creciente ordinaria de la laguna en 1903 no podía
“ser atribuída sino á las vertientes ordinarias que mantienen su caudal
y determinan sus crecidas, como se afirma en la memoria, página 29.
El caudal medido el 10 de octubre de 1903 era de acuerdo con lo
que dice este telegrama :
Santa Agustina, octubre 10 de 1905, ála 1 h. 5 m/s. m.
Señor ministro de Obras Públicas.
La Plata
El nivel del agua de Mar Chiquita tiene la cota 7500 ó sea 0%90
más alta que el nivel de estiaje, corre por su desagiie natural aproxi-
madamente 2500 litros por segundo. El desagiie tiene una sección de
15 metros de ancho por 0%60 término medio de profundidad. Este
caudal ha sido mayor durante todo el invierno. Creo que no tendre-
mos dificultad para establecer la toma del canal de Rojas, Colón y
Pergamino.
Lo saluda atentamente,
R. Martínez.
Cuyo original se puede examinar.
En la creciente del año 1900, que según los puntos señalados por
los vecinos hasta donde llegó el agua, debió alcanzar su nivel á la
cota 1600, el desagiie de la laguna con este nivel ha tenido que ser
alrededor de diez veces mayor que el medido en 1903.
En julio de 1904, al empezar las obras de embalse, el nivel de agua
de Mar Chiquita era de 7435 y corría un pequeño desagile que hubo
que tapar á fin de hacer el replanteo y excavación de cimiento para
las fundaciones del dique de embalse, cuya ejecución fué encargada
al ingeniero A. Tapia aquí presente.
248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Es decir, Mar Chiquita no es un charco de aguas accidentales, no
es una hoya sin salida, pues tiene su desagiie natural cuyo fondo en la
boca de la laguna tiene la cota 7430 (como podrá verse en los planos)
y el dique sumergible de embalse con su nivel del vertedor á la cota
7525, para represar sus aguas ordinarias de cota 7465 está perfec-
tamente justificado. No creo que sea necesario demolerlo y utilizar los
materiales en otra cosa, como opina irónicamente el señor Huergo.
Mar Chiquita alimentará el primer tramo de 30 kilómetros, cuyo
fondo está proyectado á la cota 7500, como se ve por el plano; en
ningún caso habrá que recurrir al bombeo de agua de Mar Chiquita
para este tramo, visto que el fondo de la laguna está á la cota de
1285 esto es, que por simple gravitación pasarán las aguas al canal,
hasta en sus mayores bajantes.
No he podido comprender cómo el ingeniero Huergo llega á las
conclusiones de que es necesario bombear las aguas de Mar Chiquita
para el primer tramo.
En su empeño de criticar el proyecto, establece que la navegación
no será posible si alguna vez llegase á tener este primer tramo me-
nos profundidad que los otros; con esto el ingeniero Huergo sienta
como axioma que una chata calando 120 con 160 toneladas no
puede navegar con media ó tercia carga para completarla en los tra-
mos subsiguientes; en cuyo caso la misma chata calará 065 con me-
dia carga de S0 toneladas ó 0%45 con un tercio ó sea 53 toneladas.
Con el mismo criterio declara, ¿pso facto, completamente ilusoria la
_havegación en las lagunas represadas y donde, sin embargo, se podrá
navegar hasta con 040 de agua; con embarcaciones adecuadas y de
costo insignificante, de 30 á 60 pesos cada embarcación de 5 á 10 to-
neladas, que cada agricultor puede tener para traer y trasbordar su
carga á las chatas del canal y para cuya conducción se usaría remol-
cador, remo ó botador, en la misma forma que he navegado durante
cuatro meses en el año 1900 en el sud de la provincia inundada, para
conducir peonadas, herramientas, viveres, ete., á las obras de desagite
de salvataje ejecutadas en ese mismo año para salvar la ciudad de
Dolores y pueblos Castelli y Conesa de esa gran inundación.
Demostrada la practicabilidad de la navegación del primer tramo
en todos los casos, aún en el de una prolongadísima seca, que sería el
caso de reducir la carga de las chatas, los demás tramos tendrán
siempre el 1*80 de lámina de agua y, por consiguiente, estará asegu
rada la navegación permanente á carga completa en todo el resto del
canal.
de
PROVISIÓN DE AGUA AL CANAL DEL NORTE 249
Esto en cuanto á la base fundamental de alimentación del canal
del norte que la constituyen las aguas de estiaje de Mar Chiquita,
52.000.000 de metros cúbicos, teniendo presente que el canal gasta al
año 35.000.000 de metros cúbicos.
La laguna de Gómez que está en las mismas condiciones de Mar
Chiquita mantenida por manantiales, receptáculo único de una exten-
sa cuenca donde afluyen las aguas pluviales proveerá de agua al se-
egundo tramo del canal por un canal de alimentación; y su dique su-
mergible con vertedor para represar las aguas hasta el nivel de las
crecientes ordinarias de cota 7400 en su única boca de salida, cuyo
fondo es 1270, está también justificado. Tampoco veo la necesidad
de deshacerla y emplear los materiales en otra cosa como opina iróni-
camente el ingeniero Huergo.
El señor Huergo en su empeño de crítica, por más que se devane-
los sesos y gaste fósforo, según él dice, en prender cigarrillos, no en
cuentra que pueda-utilizarse en el canal sino el desagiie ordinario de
la laguna Carpincho de 144 litros por segundo; sin dar ninguna im-
portancia al embalse seguro de 24.000.000 de metros cúbicos de agua
de lluvia en esta laguna; que se represarán en su lecho impermeable
con las obras de embalse ya ejecutadas y que serán puestas en servi-
cio inmediatamente que las obras de arte del canal se hayan termina-
do en la cruzada de la cañada del Carpincho.
La extensa cuenca de terreno con mucha pendiente hacia el Car-
pincho, permite asegurar que la laguna se llenará cuatro ó cinco veces
al año con 24.000.000 de metros cúbicos; el solo caudal de este embal- .
se auxiliar basta y aun sobrará muchísima agua para la alimentación
del canal en los 86 kilómetros que separan Carpincho y Salto. Los
materiales empleados en el dique sumergible de embalse creo que
están bien colocados y serán perfectamente bien aprovechados.
En cuanto á la navegación de los ríos Salto y Arrecifes, cuya base
fundamental está en la vertiente de la primera napa que forman sus
caudales ordinarios, felizmente no lo discute el señor Huergo.
El conferenciante trata la cuestión tráfico con los elementos de
juicio proporcionados por las empresas ferrocarrileras (que tienen el
monopolio del transporte en la ¡provincia de Buenos Aires), llegando
á conclusiones pesimistas ; no me extraña que en la forma impaciente
y precipitada con que recogió y tomó datos para atacar la eficacia del
canal norte, haya preferido esas fuentes de información á las asenta-
das en la Memoria, que se basan sobre la producción real de la tierra,
de la zona toda de pan llevar que eruza el canal; y que á no dudarlo
250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
sobrepujará en pocos años los eáleulos más optimistas. Esto lo prevee
la ciencia del sentido común de los chacareros que se apresuran á
pagar hasta tres veces más del valor que antes tenía la tierra para
ubicarse cerca del canal, contando y con razón, con que el costo de
transporte de sus frutos por el canal, siempre que su explotación no
salga de manos del estado, llegará hasta un quinto y quizá un sexto
de lo que actualmente pagan al ferrocarril.
No ha cometido error el gobierno de la provincia, al no encomendar
al ingeniero Huergo, que ha escrito un libro sobre canales de nave-
gación interior en la república, el estudio y proyecto del canal norte,
porqué él, en ese mismo libro declara que, después de muchos años
de reflexión se ha convencido de la imposibilidad de que la provin-
cia de Buenos Aires pueda tener canales de navegación interior de
alguna importancia, y que sólo queda como único recurso la construc-
ción de ferrocarriles. Si se le hubiera encargado los estudios del ca-
nal norte habría sido imponerle un proyecto de esta obra pública y
no pudiendo ser achatado como oblea, su altivez reconocida, hubiera
hecho ineficaz la encomendación.
Entiendo que no es con reflexiones de muchos ni pocos años que se
resuelve un problema de esta naturaleza; pienso más bien, y he pro-
cedido en consecuencia, que los elementos de juicio que debían servir
de base para declarar practicable ó impracticable el canal de na-
vegación que nos ocupa, tenía que buscarse en el terreno mismo, mi-
diendo y compulsando todos los datos favorables ó desfavorables
que se dedujesen del estudio y observación directa de los hechos.
Con este mismo criterio estudiamos en 1887 con el ingeniero Ro-
mero un ante-proyecto de un canal de navegación de Mar Chiquita á
La Plata, que fué aprobado por el superior gobierno de la provin-
cia.
Con este mismo criterio en 1898 estudié en compañía del ingenie-
ro Hansen, constructor de canales de navegación de Norte América,
un trozo de canal entre el Riachuelo y la laguna Culú-Culú, que for-
maba parte del eran canal del sud.
Con este mismo criterio en 1899 á 1894, teniendo como ingeniero
de consulta al eminente hidráulico ingeniero J. Romero, se trazaron en
el terreno las líneas de desagiie general del sud de la provincia de
Buenos Aires, y parte de ese plan se llevó á cabo en el partido de
General Lavalle con espléndidos resultados.
Pido disculpa al honorable público [por haber molestado la aten-
ción con estos recuerdos, para levantar el cargo gratuito del señor
PROVISIÓN DE AGUA AL CANAL DEL NORTE 251
ingeniero Huergo que considera un errorel que se me haya encargado
de los estudios de este canal.
El ingeniero Huergo dice que los ingenieros que han estudiado el
canal del norte no han dispuesto del tiempo ni de los medios para
realizar esos estudios y el proyecto correspondiente; este es otro Car-
go gratuito que me creo en el deber de levantar. El hombre de go-
bierno que directamente dirigía estos trabajos, desde el sillón del
ministerio de obras públicas de la provincia de Buenos Aires, y en-
'argado directo de proporcionar los medios y señalar el tiempo nece-
sario, era el distinguido ingeniero Angel Etcheverry quien, á la vez de
ser ministro, era el ingeniero de consulta que empleaba su actividad
en seguir paso á paso los planos, trazados y elementos de juicio que
MNegaban del campo 4 su bufete semanalmente, señalando en el plano
que teneis á la vista (1), no solamente el trazado del canal del norte
sino el de la red completa que se indica con trazado rojo. De modo
que en el tiempo que el señor Huergo supone escaso para estudiar el
“amal del norte, se ha hecho tres veces más trabajo que el que im-
porta ese estudio, con sus planos, detalles, movimiento de tierra, ete.,
eve. Los medios que se han dispuesto para ello eran los necesarios, no
faltó ni sobró nada.
El secreto de estos heeghos que hacen suponer al señor Huergo de-
ficiencia en los estudios, consiste en que cada uno de los ingenieros
que se han ocupado en estos trabajos ha euamplido con su deber: tra-
bajando desde el alba hasta la noche, sin otros día de fiesta que los
de lluvia. Me es grato recordar en este acto á los ingenieros Tapia,
Claps y Lizarralde que me han secundado como jefes de comisión, en
el estudio y trabajo de la red de canales, teniendo siempre presente
que el estado había confiado á la honradez de los ingenieros los dine-
ros necesarios para costear los estudios y ninguno se apartó jamás
del tren de orden, economía y aprovechamiento del tiempo que todo
hombre honorable no debe olvidar.
He aquí el secreto del por qué los estudios han costado puramen-
te lo que debían costar y que hacen sospechar al señor ingeniero
Huergo de que no se han dispuesto de los medios para realizarlos.
Para terminar, sólo me resta rectificar la falsa interpretación que el
señor Huergo hace de la carta del ingeniero Candiani, en que éste
propone excavar el primer tramo hasta la profundidad del segundo;
(1) El señor conferenciante presentó numerosos planos que nos es imposible
reproducir. — (N. de la D.).
252 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
á fin de tener mayor caudal de agua para la provisión de la red de
canales proyectados, con la sangría á la primera napa, en los 30 kilo-
metros del primer tramo.
El agua para la provisión del canal norte en ejecución está asegu-
rada, y el aumento seguro de- caudal que determina la mayor profun-
didad del primer tramo, sólo se utilizará en la red de canales ya es-
tudiados y trazados en el terreno y otros que se proyecten; es bajo
este concepto que la idea del señor Candiani la ereo excelente, aun-
que aumentará el costo de las obras, como afirmo que es bueno todo
aumento de caudad de agua á la altura de Mar Chiquita; de cota
7400 sobre el nivel del Río de la Plata para provisión de agua de
canales de navegación en todo el territorio de la provincia, cuyo sue-
lo está bajo de la cota 70%00 sobre el Río de la Plata.
La idea del señor ingeniero Candiani en nada afecta al proyecto
del canal norte en ejecución, quien ha expresado su pensamiento so-
bre está obra, en la forma que lo manifiesta este telegrama, y que me
consta no ha variado.
San Nicolás, julio 11.
Al señor Ministro de Obras Públicas de la provincia de Buenos Ares.
Permítame V. E. que en mi carácter de docente de la facultad de
Buenos Aires, después de la rápida recorrida efectuada sobre la tra-
za del canal de Mar Chiquita al Baradero, en compañía de los inge-
nieros Martínez y Tapia, felicite calurosamente al superior gobierno
por la decisión con que ha resuelto obra tan maravillosamente facti-
ble y relativamente fácil. Las lagunas de Mar Ohiquita, de Gómez y
Carpincho, son verdaderos mares, capaces de alimentar veinte Ca-
nales.
Los ríos del Salto y Arrecifes una vez canalizados serán la bendi-
ción de estas comarcas actualmente atrofiadas por los altos fletes fe-
rrocarrileros. La obra entera, en fin, resultará una lección práctica de
de lo que puede y debe hacer un gobierno que quiere el bien públi
co. — Saluda V. S. atentamente.
Emilio Candiant,
Ingeniero civil.
He dicho.
ROBERTO MARTÍNEZ.
RÉPLICA DEL INGENIERO LUIS A. HUERGO
Á LA REFUTACIÓN DEL INGENIERO ROBERTO MARTÍNEZ
Senores :
En la conversación del 15 de abril expresé mi sincero aprecio por
los ingenieros que habían intervenido como autores y ejecutantes de
las obras del canal del norte, desde Junín al río Paraná, próximo al
Baradero.
Tenía razón para hacerlo, pues en 1890, cuando accidentalmente
ocupé el ministerio de Obras Públicas de la provincia, se iniciaron
obras modestas de desagiies en Ajó y tuve ocasión de estudiar el pro-
yecto formulado por el ingeniero Martínez, que encontré eficaz
y económico, por lo que ocurrí al Departamento de Ingenieros y le
Felicité espontáneamente.
Con el ingeniero señor Romero mantenemos desde hace años exce-
lentes relaciones de profesor y de Décano ó Académico de la Facul-
tad de Ciencias Exactas, y he tenido ocasión de agradecerle que me
haya atribuído anteriormente la iniciativa de las obras de desagiie de
la provincia, eficaces en su principio, por más que más tarde se hayan
transformado en pesada carga para los propietarios interesados y de
resultados poco satisfactorios. -
En cuanto á mis buenas relaciones con el ingeniero Candiani, será
suficiente decir que en una sesión de la misma Facultad expresé es-
pontáneamente que, con excepción del curso de puertos y canales
empezado y no terminado por el ingeniero señor Romagoza, á causa
de su prematura y lamentable muerte, el curso dado en 1903, por el
señor profesor Candiani, era el primero y único aprovechable para los
estudiantes desde la creación de la asignatura.
En cuanto á los hombres de gobierno de La Plata, dentro de los lí-
mites de la propaganda que desde muchos años vengo haciendo para
254 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
que se estudien y se discutan debidamente las obras públicas de gran-
de importancia, no he podido hacer más, para excusar su responsabi-
lidad, que mostrar, sin tergiversación posible, las causas primordia-
les de los precipitados procedimientos seguidos y desviar hacia mi
persona los tiros que sus enemigos políticos empezaron á hacerles al
solo anuncio del tema de mi conversación.
Como lo expresé en ellas, tengo opiniones comprometidas respecto
á la practicabilidad económica de canales de navegación en la provin-
cia de Buenos Aires, y muy particularmente en lo que se refiere á
canales arrancando de Mar Chiquita ólas lagunas de Gómez, como ori-
gen de su alimentación.
En mi informe de 1890, referente al proyecto del canal de navega-
ción de Córdoba al río Paraná expuse lo siguiente (pág. 79):
«La construcción de canales aislados en la provincia de Buenos
Aires presenta serias dificultades, porque sus lagunas y ríos con fre-
cuencia carecen de un caudal de agua suficiente para su alimentación,
y cualquier proyecto requiere un estudio previo para determinarlo, á
pesar de lo cual, según publicaciones hechas en los periódicos, sehan
hecho muchos proyectos en diferentes localidades sin que les preceda
estudio alguno ».
En 1902 empecé á escribir un artículo para la Revista Técnicasobre
la practicabilidad de la construcción del canal de Córdoba al río Pa-
raná, el que en tres ó cuatro meses se transformó en un extenso tra-
bajo o Navegación interna de la República Argentina, O
luego en un volumen de más de 400 páginas.
En él expresé, página 54 :
«El cuarto canal arranca entre las lagunas de Gómez y la del Caz-
pincho, paraje quecomo el comprendido entre la laguna de Mar Chiqui-
ta (de Buenos Aires) y las de Gómez, cerca de Junín, es alto y terreno
de cardales, al que conozco bien, pues lo crucé por primera vez en 1563,
por cuarta ó quinta vez en 1873 y por quinta ó sexta vez enel mismo
año, en el cual hice una nivelación entre la Mar Chiquita, cuya su-
perficie estaba como 2%50 debajo del terreno de cardales, y un pun-
to próximo á Chivilcoy, siguiendo siempre el curso del río Salado...»
Página 35: «En resumen, es de lamentarse que la topografía de la
provincia de Buenos Aires no sea propicia al establecimiento de cana-
les con acceso al puerto de esta capital, y que no se puedan ver reali-
zados canales interiores que terminaran en él, con verdaderos bene-
ficios de una vasta zona de la misma, siquiera como una justa com-
pensación al que le sobra en el estuario ».
RÉPLICA DEL INGENIERO LUIS A. HUERGO 259
Es lógico suponer que tengo alguna convicción de las opiniones
que he vertido, pues, decidido partidario de la construcción de cana-
les donde puedan ser útiles al país, y propagandista de ellos á mi cos-
to, si en alguna parte de la república podía haber tenido facilidades
para iniciar el primero de esos, habría sido en la provincia de Buenos
Aires, la provincia de mi nacimiento, la que dispone de más recursos
y donde tengo el mayor número de relaciones de posición social é in-
fluencia. Sin embargo, no he proyectado canal alguno en esta provin-
cia; he eriticado el que en años anteriores se proyectó de Junín á Bue-
nos Aires, y una vez que me he apercibido que se construye uno des-
de el mismo punto á un futuro puerto sobre el Paraná, que no cuen-
ta para su alimentación sino con el agua deficiente de las mismas la-
gunas, y que llegado el momento de su inauguración esta misma estará
expuesta á fracasar sino viniera á salvarla alguna lluvia extraordina-
ria de excepcional importancia, he considerado que era un deber pro-
mover la discusión técnica en este centro, para que la obra se estu-
diara debidamente y se contribuyese 4 su mejora ó ásu abandono. Su
fracaso habría sido un deserédito para la ingeniería argentina, y no
porque falten en el país ingenieros capaces de realizar un estudio con-
cienzudo de esta clase de obras, sino por el desinterés y despreocupa-
ción con que los profesionales proyectan, observan y consienten que
se realicen las obras públicas, persuadidos, por muchos años de expe-
riencia, que sus opiniones no son tomadas en cuenta y, cuando más,
les sirve para atraerse la mala voluntad de los que disponen á su an-
tojo de la cosa pública.
Voy á entrar en materia, y repito que no ha sido mi ánimo perjudi-
car á ninguno de los colegas que han intervenido en la proyectación
ó ejecución de esta obra; ereo que he sido bien tolerante en la forma
y fondo de la discusión que sobrevino en la conversación que inicié el
15 de abril; pienso conservarme en el mismo terreno.
He iniciado la discusión sobre un proyecto de canal de navegación
con una profundidad de agua de 1780 en las lagunas de Mar Chiqui-
ta y de Gómez, en el último como en el primer tramo, con un volumen
de agua disponible abundante para la navegación, aun en época de
seca prolongada de cuatro meses, comprendiendo una red de cana-
les de un desarrollo total de 2390 kilómetros y con un presupuesto,
en números redondos, de 6.000.000 de pesos moneda nacional.
He tenido razón para promoverla, desde que el autor del proyecto,
contrariamente á lo que promete en la memoria oficial publicada, re-
duce en esta conferencia de refutación la navegación de las lagunas |
256 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
á 040 de profundidad de agua, la capacidad de las chatas que se ha
estimado de 180 toneladas, baja á la de 5 ó 10 toneladas, y prevee la
del primer tramo, de 30 kilómetros de longitud, reducida á media ó
tercia carga y 4 0656 045 de calado.
La sola previsión de la reducción de la capacidad de las chatas á
media carga, induce á pensar que esas obras no deben inaugurarsé
con la bandera de la nación al tope de los mástiles, en señal de orgu-
llo y satisfacción, sino con la solemnidad y tristeza que corresponde
á la bandera á media asta.
No he notado en la lectura de la refutación una sola comprobación
de los hechos que en ella se afirman sobre el punto en discusión : so-
bre la proveniencia del agua para la alimentación. Ni siquiera ha me-
recido la más mínima demostración la afirmación de que la laguna
del Carpincho se llenará cuatro ó cinco veces al año con 24.000.000 de
metros cúbicos 6 sean 100 á 120 millones, ó sean tres ó cuatro metros
cúbicos por segundo, en vez de los 144 litros por segundo menciona-
dos en la memoria. '
La cuestión tráfico no la he tratado con los elementos dejuicio pro-
porcionados por las empresas ferrocarrileras, sino con los datos esta-
dísticos que constan en las memorias anuales que ellas publican, y
más especialmente los del Anuario de la Dirección General de Esta-
distica, publicación oficial dirigida y redactada por el ilustrado jefe
de esa repartición doctor don Francisco Latzina.
No he podido hacer uso de los datos suministrados por la memoria
del proyecto, porque ella no los contiene, para creer en una abundan-
cia de tráfico, no siendo para mí suficiente «que lo prevea la ciencia
del sentido común de los chacareros que se apresuran á pagar hasta
tres veces más del valor que antes tenía la tierra ».
Si esto fuere cierto, el desengaño les será fatal cuando el costo de
S
E
las chatas de 5 á 10 toneladas sea diez veces mayor de lo indicado y el
de acarreo á los puertos de las lagunas, la navegación de éstas, trans-
porte y trasbordo de sus productos sea tanto Ó mayor que el que se
les ha prometido por el transporte en toda la longitud del canal, has-
ta la bodega del buque de ultramar.
En ese trabajo no me corresponderá responsabilidad alguna; habré
hecho lo posible por evitarlo, aún pasando por el desagrado de con-
trariar las opiniones, no solamente de los chacareros que me son des-
conocidos, sino de alguno de mis ilustrados colegas que, siendo ami-
gos, empiezan á desconocerme.
El territorio de la provincia presenta varias regiones de naturaleza
RÉPLICA DEL INGENIERO LUIS A. HUERGO 257
completamente diferentes respecto á terrenos superficiales y á los
subsuelos, á la penetración de las aguas de lluvia en ellos y al modo
como ellas llegan al mar.
He dibujado este plano del terreno comprendido entre la provincia
de Santa Fe por el norte y el río Salado por el sud para la primera
región, y el Salado y una parte del centro de la provincia, para la se-
eunda región (1).
Las cotas de las curvas de nivel son calcadas del plano de la pro-
vincia publicado por el mismo ingeniero que ha proporcionado al se-
nor conferenciante la memoria impresa que leí el 15 del pasado, para
que le sirviera en la preparación de su refutación.
El río Salado tiene una dirección casi paralela á los ríos Paraná y
de la Plata hasta la proximidad de la bahía de San Borombón.
En las cuencas hidrográficas de estos ríos, que nacen desde la cota
de 90 metros sobre el nivel del mar, son numerosas las cabañas,
ANTOyos y ríos que desaguan en los ríos Paraná y la Plata. Los que
se dirigen al Salado son mucho menos numerosos, y comprendiendo
los desagiies de las lagunas encadenadas: Vitel, Chascomús, Chis-
chis, ete., apenas llegan, en los 500 kilómetros de su curso, á quince
ó veinte.
En su ribera derecha, ó sud, el río Salado apenas tiene seis
afluentes.
La primera ojeada echada sobre el plano, muestra que, al norte del
río Salado, las aguas de lluvia encuentran un subsuelo duro, poéo per-
meable, corren abundantemente sobre su superficie y, en conse-
cuencia, deben ser escasas en profundidad. Al sud del río Salado,
las aguas superficiales son muy escasas, el terreno tiene que ser
muy permeable y el subsuelo duro debe encontrarse á mayor profun-
idad.
Observando con más cuidado, se ve que entre las nacientes del Sa-
lado, el arroyo « Los Tolditos» ó « Manantial de Piñero », á la cota
90 metros y las de la cañada de «Los Peludos », á la cota de 65 me-
tros, en una distancia de 120 kilómetros, no hay más curso de agua
que entre al Salado por el lado del norte que la insignificante cañada
del Carpincho que nace á la cota de 70 metros; mientras que por el
lado sud, en una distancia de 110 kilómetros no hay curso de agua
alguno que llegue á él, y las primeras que recibe nacen á la cota de
60 metros.
(1) No se reproduce este plano por ser una ampliación de los mapas existentes.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX. 17
258 ANALES DE LA SOCIEDAD GIENTÍFICA ARGENTINA
¿Las lagunas de mar Chiquita, de Gómez y del Carpincho son pro-
fundas ?
En 1863, cuando el que habla conoció por primera vez la laguna
de Mar Chiquita, con motivo de ejecutar mensuras en su proximidad,
consultó antecedentes según los cuales se había construído por el
Departamento Topográfico, bajo la presidencia de Arenales, el Re-
gistro Gráfico de la provincia de Buenos Aires que lleva la fecha de
30 de marzo 1835, y precedente al publicado en 1864.
En el primero, la laguna de Mar Chiquita está dibujada como un
bañado, y tal fué, ó poco menos, la impresión que me causó hace 42
años, la que he conservado desde entonces y particularmente con las
visitas que hice otras veces á la misma en 1873 y 1874.
La laguna es superficial, de muy poco fondo, y sus aguas se des-
bordan hacia las lagunas de Gómez en épocas excepcionales de eran-
des lluvias; y ella deja de ser un gran charco ó pantano en épocas de
gran seca, como la que todos saben ocurrida en 1832, ó como en la
que ha referido un agrimensor de mi época, empleado del antiguo De-
partamen Topográfico, contando que ha corrido zorros en el mismo
plan de la laguna, completamente seca.
Es suficiente recordar que después de los años 1903 y 1904, de re-
lativa abundante lluvia, á fines del pasado marzo y principios de abril,
como en la sesión pasada quedó reconocido, la laguna solo tenía 0%40
de profundidad y, por consiguiente, en poco tiempo, por la evapora-
ción, podía quedar en seco.
En cuanto á las lagunas de (Gómez y del Carpincho, en la
sesión del 15 de abril los señores Candiani y Martínez declara-
ron que ellas habían estado completamente secas en la misma
época.
Refiriéndome á lo dicho por el señor Martínez, diré que donde se
ven nutrias, es en el arroyo que lleva ese nombre (arroyo de las Nu-
brias), por lo menos desde 1833, nacimiento del Saladillo de la Vuelta,
afluente del río Rojas, comprendido en la cuenca de los ríos del Salto
y Arrecifes. Es una cuenca diferente de la de las lagunas en discusión,
-deslindada por la divisoria de agua que va desde Junín, por las esta-
ciones de Santa Agustina y Fortín Tiburcio.
Donde quedan los antiguos Médanos, laguna y cañada de Morotes,
lo muestra el Registro Gráfico de 1833, al mismo tiempo que enseña
que el perfil entre estas lagunas que nos presenta el señor Martí-
nez está equivocado, y que el plano construído en tinta anoche,
representaba con más verdad el terreno comprendido entre las lagu-
RÉPLICA DEL INGENIERO LUIS A. HUERGO 259
nas, de lo que lo representa hoy que sele ha agregado, con lápiz
azul, la línea figurando una corriente de agua. ;
Las crecientes ordinarias, como las extraordinarias de las lagunas,
«no sólo forman las aguas pluviales que afluyen por la superficie del
suelo, sino que sube su nivel en la misma proporción que sube el ni
vel de las aguas de los pozos ordinarios Circunvecinos », como se
dice en la Memoria, página 29. Pero «la creciente ordinaria en 1905
no podía ser atribuída sino á las vertientes ordinarias» porque «en
este año no hubo lluvias locales que pudieran determinar esta cre-
cida ».
No puedo poner en duda los datos suministrados por los vecinos
respecto á los niveles del espejo de agua y á la falta de lluvia en ese
año ; solamente debo decir que la Oficina Meteorológica suministra
datos que los contradice. El cuadro de lluvias que he formado, mues-
tra que en los tres meses de verano de 1905 cayeron en Junín 436 mi-
límetros de agua, en vez de los 264 que representa el término medio
correspondiente álos nueve años de observaciones que constan en
ese cuadro; que en el mes de marzo del mismo año, cayeron 249 milí-
metros en vez del término medio de 121 milímetros; que el mismo
mes de marzo fué el de mayor lluvia de los 108 meses que forman el
cuadro, y que, en los seis meses de otoño é invierno, cayeron 297 mi-
límetros de agua, en vez del término medio de 226 milímetros. Los
señores oyentes juzgarán si son los vecinos informantes los que están
en la verdad ó,es la Oficina Meteorológica de la Nación. (V. pág. 269).
Los 502 milímetros de agua caídos en la primavera de 1902 y los
meses de enero y febrero de 1903, contradicen por su extraordinaria
abundancia, lo que se dice en la página 30 de la Memoria, de que el
estudio «concordaba precisamente con la terminación de una prolon-
gada seca», y muestra, con toda evidencia, que la cota 74*10 no po-
día tomarse como cota del nivel de estiaje de Mar Chiquita, y que «el
nivel de los pozos ordinarios de la primera napa concordante », tam-
bién era mucho más alto que el correspondiente al del verdadero
estiaje. Lloviendo, sobre mojado, 243 milímetros en el mes de marzo,
se produjo una inundación extraordinaria. Es el mismo fenómeno que
se produjo en 1884 en el bajo Salado, y que el que permitió, en 1900,
navegar durante cuatro meses en las calles de la ciudad de Dolores
y pueblos de Castelli y Conesa. ;
No es de extrañar que habiendo caído en la primavera de 1904 y
1905, un total de lluvia de 346 milímetros, ó sea un 90 por ciento del
término medio correspondiente á un semestre, el espejo de agua baja-
260 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ta en abril próximo pasado de 7350 en la laguna de Mar Chiquita y
las de Gómez y Carpincho quedaran en seco.
¿ A qué nivel habrá descendido el estiaje en el tiempo transcurrido
entre el 1” de abril de 1900 y el 1* de agosto de 1901, ó sea en los 17
meses consecutivos en que la lluvia caída solo alcanzó un espesor de
638 milimetros ?
No he hecho investigación alguna al respecto ; pero es lógico supo-
ner que no solamente las lagunas de Gómez y del Carpincho, sino la
de Mar Chiquita quedaron completamente en seco. No está tan leja-
na la época para que ofrezca dificultad una investigación oficial al
respecto.
Por otra parte, un canal curado, de estas dimensiones, exige un
volumen de agua de un metro cúbico por metro lineal cada 24 horas
Ó sea, para este caso, 46.550.000 metros cúbicos por año, y para uno
nuevo, 60.350.000 metros cúbicos.
Una vez que el canal se haya abierto á la navegación, Una gran
parte de este volumen será sacado de Mar Chiquita para su alimen-
tación, y, por consiguiente, con más frecuencia que hasta hoy, no
podrá alimentar el primer tramo para la navegatión de las chatas
á media ni á tercio de carga, ni con 040 de profundidad, pues que-
dará en seco, y así los demás tramos hasta el río del Salto.
¿Se puede contar, como se ha dicho, con el auxilio de los pozos de
la primera napa de agua ?
Es preciso investigarlo, dándose cuenta de las aguas de filtración
que pueden concurrir á la alimentación de las lagunas.
Los 60.350.000 metros cúbicos por año, representan el gasto de
agua diaria de 165.340 metros cúbicos.
Se considera en la campaña como un buen rendimiento de un pozo
ordinario, la cantidad de 100 litros por hora consecutivos, durante
las 24 horas del día.
Señor Candiani. — Parece un rendimiento muy insignificante; los
pozos ordinarios deben suministrar mayor cantidad de agua.
Señor Huergo. —Esta es la información que yo he recibido, lo que
quiere decir que habrá pozos de menor rendimiento y otros más
abundantes.
El señor Carlos Guerrero me ha mencionado un eran jagiiel de muy
buen rendimiento, de más de 20 metros de largo, excavado profun-
damente en la primera napa, que le produce alrededor de 90.000 li-
tros por día, lo que representa una filtración diaria algo menor de
2250 litros por día y por metro lineal de pared filtrante.
RÉPLICA DEL INGENIERO LUIS A. HUERGO 261
Estaba preparado para hacer una concesión liberal de un ciento por
ciento y admitir un rendimiento por cada pozo de 200 litros por hora
ó sean 4800 litros por día.
En este caso, para obtener los 165.340 metros cúbicos para la ali-
mentación del canal, según la idea de profundizar el primer tramo de
150 en sus 30 kilómetros de longitud, para captar las aguas freáti-
cas, se requerirían 54.445 pozos. Construidos con las dimensiones or-
dinarias de costumbre no caben en la longitud de ese primer tramo.
En el caso del rendimiento de sólo 2400 litros por día, el número
INCOL _JUNIN (81.60)
1)
(81,60)
BARTIZ
<=)
7,957
LAGUNA DE GOMEZ
E
o
e
de pozos subiría á 65.900 y para hacerlos caber en la longitud de 30
kilómetros habría que excavarlos uno encima de otro.
Continuaré con la investigación principiada :
Este plano (fig. 1) (1), representa una sección del terreno de la
cuenca de las lagunas, pasando por Lincoln y por Junín, desde la
igual altura de cota $1%60 de este último punto.
Tanto este perfil como el plano general acotado, evidencian que la
cuenca del río Salado, por el lado norte, es angosta y de superficie li-
(1) Nos hacemos un deber en agradecer al señor Director de la Revista Técnica
la atención de prestarnos gentilmente los dos clíses que figuran en este artículo.
— (La Dirección).
262 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
mitadísima y, por consiguiente, que las aguas freáticas deben ser allí
muy poco abundantes; mientras por el lado sud, su extensión es mu-
cho mayor.
Los horarios del Ferrocarril del Oeste (que se publican mensual-
mente) dan los niveles ordinarios del agua de los pozos y de los rie-
les. Los de Lincoln son :
Cota de losirielesi. oo 8792
Cota del agua de poz0.......... 8007
El agua, bajando hacia la laguna, no puede elevarse en esta sobre
la horizontal AG, pero infiltrándose sigue la pendiente del subsuelo
según su naturaleza geológica. En los campos del doctor Bertiz, á 20
kilómetros al sudoeste de Junín, la primer napa se encuentra de seis á
ochometros debajo delasuperficiedel terreno, esto es, al nivel máximo
de las aguas; desde Lincoln hasta la vertical ED se encuentra en el
punto D. Desde este punto el nivel del agua no puede subir sobre la
horizontal DF, inferior á la cota 72*20 del fondo de la laguna de
Gómez.
En épocas normales, las aguas de lluvia que caen sobre la superficie
EX llegan á las lagunas de Gómez en tan pequeña cantidad que éstas
se secan con mucha frecuencia, pues la primera napa pasa á un nivel
inferior al fondo de las lagunas.
En momentos excepcionales de lluvias generales de 200 6 más mi-
límetros caídos en poco tiempo, las aguas superficiales y las que sa-
turan el terreno inmediato, llenan las lagunas y producen los desbor-'
des é inundaciones, bajando en seguida el nivel por acción de la imbi-
bición y de la evaporación, notable porla gran superficie expuesta á
las corrientes de aire, á la vez que se producen oleajes.
Creo que el espesor de la capa de agua no puede estimarse menos
que el calculado por el doctor Doering después de 7 años de observa-
ciones, así:
Milímetros por año
EOI 582
MNAE glo pla o 0/0 oe 0 9.ap, 0ló 676
NOU: o 1000000 vodo Debo oa 415
DN aia poVcoocooVoo.conoo 399
ANDUPNL 6ró o cn Be oo óVO 0.0 O O 2072
Las aguas de lluvia que entran en las lagunas por el lado norte, ó
ribera izquierda del Salado, por-su pequeñísimo volumen no tienen
importancia alguna.
RÉPLICA DEL INGENIERO LUIS A. HUERGO 263
El plano general acotado muestra una gran hoya, de época moder-
na, que remata en la bahía de San Borombon, limitada al oeste por
una elevación cuya cota altimétrica es de 10 metros, á lo largo de la
cual existen las lagunas encadenadas de Chascomús.
Una hoya mucho mayor y de época más antigua debe haber existi-
«lo tierra adentro, limitada al sud por la primera serie de sierras y al
norte por la altura de la divisoria de las aguas que caen al Salado por
su ribera izquierda.
Las grandes lagunas del Algibe, Larga, la Plata, Estaqueadero, Mar
Chiquita, Gómez y Carpincho en su límite norte, dan intermitente-
mente sus aguas al río Salado ; las de Trenquelauquen al centro y las
de Guaminí al sud, que existen naciendo entre alturas de cotas 1004
110 metros, no tienen emisario alguno, y las de Guaminí en sus des-
bordes, á largos intervalos, forman el arroyo de Vallimanca, general-
mente seco.
El oleaje de estas aguas ha formado endentaciones, bien marcadas
en su costado norte, dejando varios puntos salientes á causa de la re-
sistencia de los actuales subsuelos, de los cuales el más notable es el
dlel asiento del pueblo de Junín.
En mi opinión, el subsuelo entre las lagunas de Mar Chiquita y
Gómez, y entre éstas y la del Carpincho, cireunvalando la punta sa-
liente de Junín, es terreno duro de tosca, bastante impermeable y
seco.
En este terreno están ubicados los tres primeros tramos del canal,
y del primero, de 30 kilómetros de longitud, ha creído el señor Can-
diani que se podía obtener el caudal de agua necesario para alimen-
tarlo, en épocas de secas prolongadísimas, bajando el fondo del canal
de 150, es decir, á la cota 11%50.
Para demostrar la abundante filtración, el señor Candiani, en una
visita que tubo la amabilidad de hacerme antes que tuviera lugar mi
Conversación, me indicaba la conveniencia de excavar una zanja de
un metro de ancho, cosa que consideré ineficaz, y más aún la otra idea
del mismo señor de abrir pozos y deducir la filtración con el solo ele-
mento de juicio del volumen de aguas que se bombeara.
El señor Candiani manifestó aquí no haber leído en la memoria que
se hubiese proyectado la navegación de las lagunas con 1”80 de pro-
fundidad de agua, viéndome obligado á pedir al señor presidente que
leyera la memoria original en la parte pertinente.
Estoy por creer que tampoco ha leído que la memoria, en sus pági-
nas 15, 32, 25, 57, 89 y 96, hace y reitera la promesa de hacer nave-
264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
gables las lagunas. El mismo autor de la memoria parece haberla ol-
vidado en su refutación, cuando habla de navegación en 0*40 de pro-
fundidad, mientras en aquélla, en la página 96, propone vapores de un
metro de calado para la navegación de las lagunas.
En la carta del 5 de abril, del ingeniero Candiani, sólo encuentro
que debo tomar en cuenta la aserción de carácter técnico de que, en
el segundo tramo, con fondo de cota 71%50, «no hay ó hay muy poca
agua ».
Esto presagia que en épocas normales, á la misma cota á que se
proyecta bajar el primer tramo «no habrá ó habrá muy poca agua »,
por la mismísima razón que da el autor de la carta : del carácter «<im-
permeable del terreno que aislalacuenca de Mar Chiquita de la cuenca
á que pertenece el segundo tramo del canal ».
Los pozos excavados á la profundidad de la cota de 7150 en el
primer tramo, darán un rendimiento de agua que será solo una frac-
ción de los 100 litros por hora que antes mencioné: y cada vez que
se sequen las lagunas de Mar Chiquita, Gómez y Carpincho, queda-
rán también en seco los pozos y, consiguientemente el primer tramo
y todos los tramos inferiores basta el río del Salto (1).
Muy rara vez pasarán las aguas por encima del vertedor de Mar
Chiquita, de cota 75*25, con todas las consecuencias que, según
los datos suministrados por la Memoria descriptiva, deberían ha-
berse previsto; el nivel bajará en corto tiempo, á causa de la evapo-
ración, imbibición y alimentación del canal, permitiendo la navega-
ción á media carga, á tercio ó menos aún, con todas las probabilidades
de invertir el orden de agotamiento de las lagunas, que hasta ahora
ha empezado por la seca de las de Gómez y del Carpincho, y que con
la apertura de la navegación y consiguiente consumo de agua, empe-
zaría por agotar la laguna de Mar Chiquita.
No se requerirá una prolongadísima seca para ver la laguna ago-
tada, lo que proporcionará la ocasión de buscar la comunicación
subterránea con el Río Cuarto y el Quinto.
(1) Para estar más seguro de la cosa creí conveniente enviar á Junín á un in-
geniero, con cuyo objeto mandé ámi hijo Luis el domingo 7 del corriente, á tomar
datos ; quien me ha informado que las aguas de la primera napa en Junín son
muy escasas y están aproximadamente á la cota de 73 metros, y que en el kiló-
metro 61, á unos pocos metros de la esclusa número 4, existe un pozo excavado
por la empresa constructora, para usar el agua en la construcción de la mam-
postería de la eselusa, en el cual después de 18 horas sin bombearse, el nivel. del
agua estaba á 190 debajo del fondo del tercer tramo del canal, Ó sea á la cote
de 67270.
RÉPLICA DEL INGENIERO LUIS A. HUERGO 265
Yo había venido preparado para hacerme cargo de la refutación á
la otra objeción fundamental que hice en mi Conversación al estable-
cimiento de este canal : la seguridad de la falta de tráfico 4 un puerto
fantástico, á lo Julio Verne. Ampliaba mi anterior areunentación
tomando como base la estadística de la Oficina Nacional del ramo,
y el hecho de que en los puertos de Zárate, Campana, San Pedro,
San Nicolás y Constitución, aparte de la exportación de los produc-
tos de los frigoríficos ubicados en aleunas de esas localidades y una
menor relativa proporción de cereales exportados directamente, los de-
más cereales y frutos del país se cxportaban á puertos argentinos Ó se con-
ducían á Buenos Aires y Rosario, buscando los grandes mercados.
El profesor Oandiani decía en 1905 :
<« La longitud de un canal es un factor de éxito, como resulta del
siguiente ejemplo : si un ferrocarril de 100 kilómetros transporta una
mercadería por pesos 0,02 por tonelada kilométrica, y un canal
en competencia, por pesos 0,01, una mercadería que cueste pesos 15,
costará en el mercado de destino, pesos 17 y pesos 16 respectivamente:
el canal ahorra un 6 por ciento aproximadamente. Pero si el recorri-
do es de 400 kilómetros, el costo resulta de pesos 23 y pesos 19 res-
pectivamente, y el canal habrá producido una economía de 21 por
ciento : la vida del canal estará asegurada. Un canal de gran longitud
tendría pues mayor probabilidad de éxito que otro de pequeña longi-
tud, siempre que las demás condiciones concurrentes no fallen ».
Aplicando el mismo raciocinio al caso actual del canal del norte, en
el cual la longitud, por ejemplo, de Junín á San Nicolás, es SÓ por
ciento mayor que por ferrocarril, la diferencia de costo de flete será
de pesos 0,30 moneda nacional por tonelada, que sobre el valor de las
mercaderías, maíz, trigo, lino y lana, respectivamente de 36, 55, 82 y
260 pesos; según la estadística, representan un ahorro, respectiva-
mente, de 0,34, 0,55, 0,57 y 0,41 por ciento, que no alcanzaría para
pagar los gastos de corresponsales, corredores, depósito, ete., que
exigirían las mercaderías en un nuevo puerto, hasta reunir carga-
mentos completos para el exterior.
Es imútil repetir la influencia de un centro comercial como el de
Buenos Aires que absorbe para la exportación casi toda la produc-
ción de frutos del país y una gran parte de la de cereales de la región
norte de la provincia, á pesar de la existencia de los puertos expor-
tadores de su proximidad.
No hay para qué ocuparse de detalles si el gran tráfico futuro del
canal está basado en la fe, porque así lo prevé la ciencia del sentido
266 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
común de los chacareros que se apresuran á pagar hasta tres veces el valor
que antes tenía la tierra, » etc.
No discuto quiénes tienen mejor sentido común, si los chacareros
compradores ó los propietarios vendedores.
No pongo en duda la afirmación, como me he atrevido á poner en
duda las cuestiones técnicas.
Así, opino que una « embarcación adecuada» de cinco toneladas
de porte, para navegar en 0%*40 de profundidad de agua, ha de
ser de unos 20 metros cuadrados de superficie, inmanejable para dos
hombres, chacareros ó marineros, á remo ó á botador, y que la trave-
sía de Mar Chiquita y trasbordo á las chatas del canal no ha de cos-
tar menos de tres pesos por tonelada en compensación de los 0.30
que podrían ahorrarse en el transporte total en las chatas mayores
con carga completa.
Declaro, para concluir, que no he hecho cargo alguno de que se
haya realizado trabajo material en el terreno, ni falten abundantes
planos de detalles, de movimientos de tierra, de obras de arte, etc.;
no he examinado costos ni presupuestos ; los únicos puntos que me
han preocupado son la posibilidad y la utilidad de la obra, en las que
está comprometido el crédito de la ingeniería argentina.
(Hablan luego los señores Candiani y Julian Romero).
Señor Huergo. — Agradezco las buenas palabras del señor profe-
sor Candiani; pero lo que he escrito á favor de la construcción de
canales y mejoras en las vías de la navegación, no contiene nove-
dad alguna, no es para los profesores, y sólo tiene por objeto divul-
gar conocimientos generales y propagarlos propiciando una idea.
La creencia de que las lluvias del invierno han de llenar de agua
las lagunas no pasa de ser un error, si hemos de atenernos á los ele-
mentos de juicio que proporcionan las observaciones de la Oficina
Meteorológica de la Nación, que dan para nueve años un término
medio :
Milímetros de lluvia
En la primavera y Verano ........oo... 502,0
En otoño é invierD0......oocooo oo... 226,6
El Atlas de Delachaux está de acuerdo con este resultado, pues
coloca á Junín en la zona de 500 á 600 milímetros, y muy cerca de
los 500 para la estación de lluvia, de octubre á marzo inclusives, en-
tre los 200 y 300 milímetros, y muy próximo al límite de los 200,
para la estación de seca, de abril á octubre.
No he tenido empeño en criticar al proyecto y mucho menos, señor
RÉPLICA DEL INGENIERO LUIS A. HUERGO 267
presidente, no he dejado detalle sin criticar, y para demostrarlo voy
á dar un ejemplo.
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Los ingenieros tienen á la vista un perfil del canal cuya gran abun-
dancia de tinta roja, muestra que mucho más corresponde á la traza
268 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
de un ferrocarril que á la traza de un canal. Los numerosos y altos
terraplenes prometen numerosas rupturas futuras; la escalera de
esclusas de escalones rojos causan, á la primera mirada fundados
bemores...
Señor Candiami. — El señor Martínez ha resuelto bajar de un metro
el fondo de esas esclusas.
Señor Huergo. — Estoy apercibido que el señor profesor ha trasla-
dado la escuela á los campamentos del canal. El señor profesor Can-
diani enseñaba en la Facultad, en 1903, que debían evitarse las rectas
muy largas en que el viento pudiera producir oleaje.
Debe suponerse que el objeto no es evitar la mayor evaporación
que en aguas tranquilas, sino la erosión causada por el oleaje en los
taludes interiores del canal. Pero estos perfiles muestran terraplenes
bañados y expuestos á la acción del oleaje de la laguna de Gómez;
terraplenes que se convertirán en lodazales y que no podrán contener
el agua interior del canal, sin incurrir en gastos para su defensa ex-
terior.
Se repite que el nivel de las aguas de Mar Chiquita llega con algu-
na frecuencia á la cota de 76 metros y más; mientras tanto, las aguas
se desbordan á los 75%25 y los terraplenes del primer tramo sólo al-
canzan á la cota 75 (fig. 2).
No se prevé para el caso que, á este nivel, las aguas fueran rete-
nidas por los terraplenes del Ferrocarril del Pacífico, cuyos rieles es-
tán á la misma cota de 76 metros, que los terraplenes del canal que-
darían un metro debajo, y serían destruídos por las corrientes y el
oleaje, sin perjuicio de que el volumen de agua del canal pasara con
más de un metro de altura, por arriba de la segunda esclusa y lleva-
ra la devastación á los otros tramos ó á los campos adyacentes.
Indudablemente, no hay razón para detenerse á estudiar obras de
esta naturaleza! Es más conveniente dejar hacer y ejecutar después
las modificaciones que la práctica aconseje !
Para terminar, señor presidente, me permitiría indicar la conve-
niencia de pedir al señor ingeniero Martínez el envío á la sociedad,
quicenalmente, de diagramas del nivel del agua en las lagunas, soli-
citar de la Oficina Nacional de Meteorología el boletín que publica
diariamente, así como la reunión de datos de todos los puntos que se
pueda, de la profundidad á que se encuentra la tosca y el nivel de
agua de los pozos de la primera napa.
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TRATAMIENTO [ ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS
INFORME TEÓRICO-PRÁCTICO DE LA COMISIÓN ESPECIAL
(Continuación)
La « Cremación integral» de la basura aconsejada por la comisión
de estudios, en el informe anterior, fué aceptada por la Intendencia
Municipal, que designó a la misma comision para estudiar los diver-
sos sistemas de « Hornos erematorios » adoptados, afin de elejir el que
más conviniere a la índole de nuestras basuras, encargándola también
de formular las bases para la licitación de los distintos sistemas que
debían entrar en concurso.
La Comisión en cumplimiento de su nuevo cometido hizo el estu-
dio i presentó el segundo informe, de fecha mayo 14 de 1900, del que
transcribimos á continuación la interesante nota-introducción :
« Señor Intendente:
« En nuestro informe de fecha 27 de noviembre de 1899, aconsejá-
bamos adoptar el sistema de incineración completa como solución
al problema del tratamiento de las basuras de la Capital, cuyo estu-
dio nos había sido conferido por decreto de fecha 26 de enero del
mismo año. El procedimiento aconsejado como el que mejor responde
á las exigencias de la higiene, no excluía el aprovechamiento de
algunos de sus componentes que pudieran tener valor industrial
apreciable, y que pudieran separarse rápidamente en el momento de
la descarga, ni el aprovechamiento del calor producido por la crema-
ción de las basuras para la producción de fuerza motriz.
TRATAMIENTO I ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 271
«Por decreto de fecha 30 de noviembre de 1899, la Intendencia
aprobó las conclusiones de la Comisión y encargó á la misma for-
mular las bases que han de servir para sacar á concurso la construe-
ción de los hornos crematorios.
« Para llenar este último cometido la Comisión ha debido entrar en
un estudio detallado de los distintos sistemas de hornos crematorios
de basuras que hoy se emplean ó ensayan en las grandes ciudades
de Europa y Norte América; ha tenido que informarse de las insta-
laciones que existen en la actualidad, y que, por su importancia y
resultados alcanzados, pudieran servir de modelo é ilustrar su crite-
rio; ha tenido también que relacionar estos resultados con las
cireunstancias peculiares al caso en cuestión, á fin de establecer desde
ya las líneas generales que han de servir para su solución definitiva.
<« El problema del tratamiento de las basuras, señor Intendente, no
está resuelto de una manera definitiva en la actualidad, y puede
afirmarse, con verdad, que es, de los problemas sanitarios que afee-
tan la higiene de una ciudad, el que está más atrasado; una compro-
bación evidente de lo que afirmamos, es que las principales capitales
del viejo mundo, donde todos esos problemas se estudian con vivo
interés y se resuelven con juicio y madurez, no han resuelto todavía
el problema del tratamiento de sus basuras y se mantienen dentro
de los procedimientos más primitivos, á los que se ha tratado en lo
posible de higienizar algo, á fin de prevenir que su acción retarda-
ria Ó perjudicial para el progreso higiénico inutilice ó aminore la
acción de otros factores adelantados de la higiene urbana. Ni París,
Berlín, Viena, Roma, Madrid, entre las capitales, para no citar sino
las capitales, han resuelto definitivamente lo que han de hacer de
sus basuras. Londres ensaya la cremación en distintos distritos de
su gran municipio; y en el resto de las grandes ciudades europeas y
americanas, se disputan la supremacía varios sistemas de tratamien-
tos, y dentro de la cremación, varios modelos de instalaciones.
< En Inglaterra, donde las aglomeraciones urbanas alcanzan un
desarrollo excesivo y el combustible es barato, se ensaya la cremación
desde 1870; en 1876 una sola ciudad poseía 14 celdas. Al fin de 1894,
69 ciudades con una población de 9 millones de habitantes, quemaban
sus basuras en hornos que comprendían 679 celdas.
« A partir de ésta época el problema se perfecciona con la adopción
de hornos de alta temperatura, que permiten hacer la combustión
integral, así como la utilización del calor producido, en usos indus-
triales ; en su mayor parte las instalaciones se transforman y amplían,
212 ANALES pR LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
y hoy puede estimarse en más de cien las ciudades inglesas que que-
man sus basuras.
<« En el continente europeo el problema marcha más lentamente ; no
obstante, Bruselas, París, Hamburgo y Berlín practican constante-
mente ensayos de procedimientos científicos que tienen por base la
cremación y destilación, habiendo en la actualidad adoptado Bruse--
las y Hamburgo el sistema de la incineración.
« En Norte América los municipios afrontaron con empeño el estu-
dio de la cuestión ; y en 1890, de las 16 ciudades de una población
superior á 200.000 habitantes, 9 utilizaban sus basuras como abono,
en estado, fresco ó después de sujetarlas á distintos tratamientos, 2
las cremaban y 6 no las utilizaban en ninguna forma. En los últimos
años han tomado incremento diversos procedimientos que tienen por
base la utilización agrícola con preferencia á la ecremación, predomi-
nando el criterio utilitario sobre el higiénico.
«Siguiendo la práctica casi invariable de todas las ciudades que
han afrontado la solución del problema de la eliminación de las basu-
ras, la Comisión hubiera deseado enviar un ingeniero competente á
que visitara las principales instalaciones europeas y americanas que
hoy funcionan con éxito, á fin de tener la última palabra de la cien-
cia y la experiencia de esta cuestión, aun en vías de estudio y de
realización. Esto mismo lo imsinuaba el señor Intendente en los téxr-
minos de su decreto de 26 de enero de 1899, creando la Comisión de
estudios, cuando recordaba «que las principales ciudades de Europa
han enviado en viaje de investigación un técnico á estudiar en las
otras ciudades los perfeccionamientos realizados en la construcción
de los aparatos crematorios, y en la instalación y funcionamiento de
los diversos sistemas, y especialmente los que permiten utilizar las
basuras ó sus productos, como abono ó en otra aplicación industrial ».
Desgraciadamente, este deseo no pudo ser satisfecho en oportunidad,
por razones que la Comisión ha debido respetar, y hemos debido,
desde aquí, proveernos de los elementos para el estudio teórico y
práctico de la cuestión, buscándolos en las fuentes más autorizadas,
y utilizando el concurso de ingenieros de reconocida competencia en
la materia, uno de ellos actualmente en comisión oficial en el viejo
mundo.
« Hemos debido también ponernos en relación directa con los inge-
nieros y funcionarios municipales que están hoy al frente de las
instalaciones más importantes para el tratamiento higiénico de las
basuras en diversas ciudades europeas, y esperar sus informes que el
TRATAMIENTO I ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 2713
señor Intendente podrá consultar en el archivo de todos los documen-
tos que hemos tenido á la vista, y que pasan en la fecha al archivo
municipal.
«Hemos llegado así á formarnos un concepto claro del estado actual
del problema cuya solución aborda hoy el municipio de la Capital,
de los procedimientos de cremación empleados por las ciudades de
mayor importancia que lo han adoptado, y hasta donde nos es posible,
del resultado alcanzado. A continuación mencionaremos algunas de
las instalaciones que han servido á ilustrar nuestro juicio, y que for-
man, por decirlo así, el cuadro demostrativo de la faz práctica del
problema, y con cuyo concurso hemos llegado á formular las bases
que han de servir en nuestro caso para resolver de la adopción del
sistema de hornos crematorios que mejor responda á la naturaleza
de nuestras basuras, á nuestro clima, á la conformación topográfica
de nuestra ciudad y otras peculiaridades que influyen en el problema
de la eliminación de las basuras. »
Entra luego el informe a estudiar detalladamente los distintos sis-
temas de «hornos crematorios» ensayados ó adoptados con algún
resultado en ciudades europeas : hornos sistemas Pryer, Warner,
Wyley, Horsafall, Beaman, Deas, Welorumi Bennet-Phytian, incluyendo
las últimas instalaciones practicadas hasta entonces, como las de
Hamburgo i de Berlín.
Pasa luego á estudiar el problema de la utilización en las ciudades
americanas á cuyo respecto dice :
«En las ciudades norteamericanas, hasta hace pocos años, no se
conocían cremadores; las basuras se destinaban á ser arrojadas al
mar, á rellenar terrenos incultos, al abono de otros, utilizando aque-
los productos que se extraían mediante una separación mecánica y
que podían aplicarse 4 algún objeto industrial. En los últimos
años este problema ha preocupado á las autoridades é higienistas de
las principales ciudades. En 1890 de las 16 ciudades más populosas
de los Estados Unidos (de más de 200.000 habitantes) en dos sola-
mente se practicaba la cremación : Philadelphia y Washington; en
9 se utilizaban los resíduos, en estado verde ó después de algún tra-
tamiento con el vapor de agua, la benzina ó la nafta, ete., á saber:
New York que los utilizaba parcialmente, Philadelphia cremación y
utilización, San Luis, Cincinatti, Buffalo, New Orleans, Pittsburg,
Detroit y Milwankee. En las 6 restantes, Chicago, Brooklyn, Boston,
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LIX. 18
274 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Baltimore, San Francisco y Cleveland, no se les trataba ni utilizaba.
« En los últimos diez años el tratamiento de las basuras ha sido
muy estudiado y perfeccionado, predominando el criterio de la utili-
zación agrícola ó industrial; el procedimiento de Arnold adoptado
en Nueva York, Philadelphia y Boston tiende á generalizarse; y
donde se ha optado por la incineración esta es sólo «parcial, siendo
precedida por una clasificación y separación de varios de sus produce-
tos con el objeto de aplicarles á alguna industria. La faz higiénica
de este importante problema está todavía subordinada á la idea de
la utilización, por medios que tienden á ser repudiados en el viejo
mundo, donde la eremación íntegra gana día á día terreno, y laúnica
utilización á que se aspira llegar es á la del calor y la de las escorias
producidas por la combustión perfecta. »
Detalla luego los procedimientos adoptados en las ciudades ameri-
canas de Boston, Philadelphia, New York i en las europeas de Berlín
i París, para terminar estableciendo las condiciones teóricas i prácti-
cas a que debe sujetarse un buen cremador, las que consideramos de
interés reproducir, por condensar el resultado de este trabajo, cuyo
acierto parece comprobado en el estudio práctico hecho de las celdas..
«El estudio analítico del problema de incineración de basuras en:
todos sus detalles, y el práctico, adquirido en el de las distintas ins-
talaciones que hemos mencionado anteriormente, nos permiten llegar
á establecer en términos generales las condiciones esenciales á que
debe responder la solución del problema en cualquier caso, y que debe
considerarse como parte integrante de las especiales que formulare-
mos para el concurso de sistemas y propuestas en esta Capital.
< El objeto primordial de un horno es la destrucción de la basura,
es decir, convertir las materias putrescibles contenidas en ellas en
productos fijos é inócuos, por medio de la combustion. La operación
de destruir la basura implica la separación de las partes combustibles
(como el carbono, fosfatos y nitratos) de las partes no combustibles,
que son principalmente minerales. La primeras se oxidan y se des-
componen, convirtiéndose en vapor de agua, ácido carbónico y nitró-
geno, y las segundas se aglomeran y funden para constituir el residuo
mineral, sin compuestos carburados, que se llaman escorias.
«Toda esta operación debe realizarse sin desprendimiento de gases
nocivos é incómodos para los habitantes cercanos, y sin esparcir pol-
yo ó cenizas, tan molestos como perjudiciales.
TRATAMIENTO 1 ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 275
«Para conseguir este resultado es necesario :
«1 Alcanzar en el horno una temperatura elevada, no inferior á
1550? F. 6 572? C., á la cual se oxidan todos los gases procedentes
dle la combustión. Pero se requiere una no menor de 20009 E. 6 9339
O., á fin de calcinar completamente los residuos sólidos, y reducirlos
á escoria dura.
«La reducción de la basura á un peso mínimum de escorias. es uno
de los objetivos á que debe tender todo buen cremador.
«2 Conseguir que toda la basura y todos los productos de la com-
bustión se pongan en contacto, bajo aquella temperatura, con la can-
tidad de aire suficiente y durante el tiempo necesario para asegurar
la completa oxidación de todas las materias combustibles; de aquí la
necesidad de producir un tiro forzado por medio de inyectores de aire
ó de vapor.
«3 Es indispensable que todos los productos que salen por la chi-
menea estén libres de materias sólidas, como polvo ó cenizas, aunque
sean bien quemadas y limpias de materias putrescibles, porque los
perjuicios y molestias que ocasionan á la salud y al bienestar de las
personas son intolerables, como lo prueban los muchos procesos judi-
ciales á que dieron origen los primeros hornos que funcionaron con
baja temperatura.
«4" El costo de funcionamiento debe ser el menor posible, á fin de
no aumentar las erogaciones que este servicio impone á las munici-
palidades, y más bien tender á disminuirlas por la aplicación inteli-
gente, por los preceptos de la higiene y de la mecánica. Este factor
depende de varias cireunstancias ó dispositivos que conviene tener
presente en el proyecto de una instalación, cuyas principales son :
«a) Es necesario reducir á lo más simple y breve la manipulación
de la basura, sin perder de vista que el uso de maquinarias complica-
das no puede dar resultado, dada la circunstancia de trabajar entre
materias sucias y polvorosas que las deterioran rápidamente, debién-
dose proteger con envolturas apropiadas todo resorte delicado de su
funcionamiento.
«b) El acceso de los carros de basura á las bocas de alimentación
debe ser fácil, y ésta descargada lo más cerca posible de ellos.
«c) La alimentación de los hornos debe de ser fácil y rápida; no
sólo para no fatigar demasiado al operario, sino también para dismi-
nuir en lo posible la entrada de aire frío en las celdas, lo que se pro-
duce en los períodos de carga y descarga.
«d) Es necesario que el trabajo de los operarios en cargar y des-
276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
cargar las celdas no sea perturbado por los carros que hacen el trans-
porte, lo que se consigue estableciendo plataformas separadas ó inde-
pendientes para ambas operaciones.
«e) La construcción del cremador debe ser simple y sólida á fin
de que los gastos de refacciones y reparaciones sean los menores posi-
bles. Además deben de ser hechos en el concepto de funcionar conti-
nuamente las 24 horas del día.
«Conciliando todas estas necesidades con lasque impongan en cada,
aso las circustancias especiales, se llegará á quemar en condiciones
satisfactorias un máximun de basura, por unidad de rejilla en 24 horas,
con un costo mínimo de explotación.
«5 Aunque el objeto primordial de un cremador es el de destruir
la basura en las condiciones higiénicas más satisfactorias, y éste fué
el único objetivo de los hornos primitivos, no hay que perder de vista
la enorme cantidad de calor producido por la basura, especialmente
en los hornos de alta temperatura, cantidad de calor que el ingeniero
debe tratar de utilizar en su mayor parte y del modo más conve-
niente.
«Ensayos repetidos comprueban que S á 10 toneladas de basura
generan tanto vapor como una tonelada de buen carbón, lo que da
una idea del valor comburente de aquéllas. Si se tiene en cuenta, pues,
esta circunstancia y que la única manera práctica, hasta hoy, de uti-
lizar el calor de combustión es en la producción de vapor se deberá
prever el espacio suficiente para la instalación de calderas para utili-
zar aquella fuerza. La ubicación de la caldera respecto al cremador
está sujeta á condiciones en cierto modo contradictorias : para la me-
jor utilización del calor convendrá instalarla inmediata á la celda y
cámara de combustión del cremador, para ponerla en contacto conlos
gases á su mayor temperatura, como se ha hecho en muchas instala-
ciones, habiéndose llegado hasta instalar la calderas encima de la
parrilla. Pero se sabe que para la completa combustión de los gases
es necesario que éstos, mezclados con el aire del tiro, recorran un
cierto trayecto de la celda y de la cámara de combustión, lo que les
permite soportar por determinado tiempo la alta temperatura del
horno; y es evidente quela interposición de una caldera muy cerca de
la hornalla haría descender rápidamente la temperatura de los gases,
que pasarían á la chimenea incompletamente quemados. Habría, pues,
conveniencia en situar la caldera á conveniente distancia, donde
los gases lleguen completamente quemados, y aún en los casos en
que sea necesaria la construcción de cámaras colectoras, las circuns-
TRATAMIENTO 1 ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 217
tancias higiénicas del problemafreclaman que la caldera se coloque más
allá de esta cámara.
«6 Es conveniente utilizar en algunas formas las materias sólidas
resultantes de la cremación de las basuras, es decir, las escorias y
cenizas, por dos razones :
«a) Porque si no se utilizan es necesario transportarlas á distancias
considerables, lo que aumenta los gastos de explotación.
<«b) Porque pueden ser una fuente de renta, como se comprueba por
el uso industrial que de estos productos se ha hecho en diversas ins-
talaciones.
«Las escorias duras, molidas y mezcladas con cierta proporción de
cemento dan excelentes morteros que se utilizan en las fundaciones
de edificios, maquinarias, pavimentos, etc., y el polvo procedente de
las cámaras colectoras sirve para la elaboración de pinturas higiéni-
Cas y OLrOs usos.
«A este respecto, conviene observar que sólo tienen valor las esco-
rias que provienen de cremadores de alta temperatura; las que proce-
den dle cremadores de baja temperatura son blandas, cargadas de resi-
duos carbonosos y combustibles expuestos á encenderse de nuevo en
las pilas, lo que no sucede con las primeras.
<« Debe, pues, preverse el espacio necesario para las máquinas desti-
nadas á este objeto.
«1 En las ciudades muy extensas conviene establecer más de una
usina, cada una para el servicio de una zona determinada. Con esto
se consigue abaratar el gasto de la recolección y transporte de las
basuras, que es siempre considerable, y facilitar la “aplicación del-
calor á diversos usos, si fue necesario.
<« Aunque la experiencia ha comprobado que cremadores de alta
temperatura bien instalados no producen perjuicio ni molestia á los
habitantes de las cercanías, lo cual autoriza á establecerlos en puntos
relativamente centrales, es prudente situarlos en parajes aislados ó
circundados de población poco densa.»
Termina esta parte del informe con la transcripción de las bases
que han de servir para la licitación de los hornos de cremación. En
esas bases se establecen todas aquellas circunstancias que pueden con-
tribuir a dar al concurso una solución garantida por empresas respeta-
bles que hubieran acreditado ya la eficacia de sus modelos en instalacio-
nes de importancia, así como se garantiza al municipio contra las exi-
gencias desmedidas que pudiera tener la que venciera en el concurso-
278 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La intendencia aprobó estas bases con fecha mayo 28 de 1900 1 la
elevó al consejo deliberante para su aprobación.
Entramos aquí en el período de ensayos práticos de hornos de inci-
neración que, por imposición de las bases, debía preceder á la adopción
del sistema definitivo para el tratamiento de nuestras basuras, 1 a su
respecto creemos acertado transcribir parte de los capítulos titulados
«Los ensayos » 1 « Resultados » de los mismos.
«Los ensayos prácticos que ha dirigido esta Comisión en cumpli-
miento del mandato que le fué conferido por esa Intendencia por
decreto de 30 de noviembre de 1599, se han extendido durante un
período de 14 meses, han sido difíciles y laboriosos.
«Terminadas las instalaciones é iniciados los ensayos, á cada instan-
te surgían dificultades, imputables algunas á defectos de instalación
y á errores en el manejo del horno y por lo tanto fáciles de corregir,
pero otras dificultades presentaron un carácter imprevisto y de ver-
dadera novedad, debidas exclusivamente á peculiaridades locales,
del clima, composición y grado de combustibilidad de nuestras
basuras. :
«Todas esas dificultades han sido resueltas, como veremos más ade-
lante, en el sentido favorable de la más satisfactoria solución del pro-
blema de tratamiento de nuestras basuras en determinado sistema de
hornos crematorios.
«Los sistemas sometidos al ensayo según el criterio establecido en
el artículo 12 de las bases, pertenecen, como lo indicamos más ade-
lante, á los más conocidos y reputados, por su eficacia comprobada en
ciudades importantes del viejo mundo.
«Pero podría observarse por los que carecen de una preparación
especial en la materia, que los ensayos sólo han comprendido dos sis-
temas de hornos, el Horsfall perfeccionado y el Baker, siendo así que
son tantos los sistemas de hornos incineratorios de basuras que se han
aplicado con resultado práctico en las ciudades de Europa.
«Podrá decirse, pues, que nuestros ensayos son limitados é insufi-
cientes para establecer conclusiones positivas que sirvan de base para
la instalación definitiva del sistema más perfecto, porque sólo abarcan
dos sistemas y no han comprendido otros muchos aplicados con cier-
ta generalidad en las ciudades inglesas, como los sistemas Fryer,
Warner, Beaman y Deas, Meldrum, ete., descriptos y estudiados en
nuestro segundo informe.
«Conviene, pues, aclarar este punto para evitar errores y facilitar
TRATAMIENTO I ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 279
la apreciación exacta de la extensión real de los ensayos y de los
resultados positivos que con estos hemos obtenido.
«Con este objeto, es oportuno recordar que del estudio y deserip-
ción general que en nuestro segundo informe hemos hecho de los sis-
temas de incineración de basuras que se han aplicado en las ciudades
de Europa con resultado positivo, resulta que dichos sistemas pueden
dividirse según los principios fundamentales de su construcción y
funcionamiento en tres grupos:
<a) Hornos de carga manual por la puerta del hogar cuyos tipos
más conocidos son los de Meldrum y de Heanan y Troude.
«b) Hornos en los que la puerta de carga está en la puerta del
hogar y el manejo de la basura se hace después por la puerta del
hogar y cuyos tipos más conocidos son el Horsfall, el Fryer, Beam y
Deas, Goddard, Massey y Warner.
<c) Hornos con previa desecación y destilación de la basura en cámara
6 almacén separado del hogar y en comunicación directa con éste, sin
necesidad de mantener la basura al aire libre, cuyo único tipo deaplica-
ción y eficacia conocido en la industria higiénica es el sistema « Baker ».
«Los hornos del grupo A, de construcción sencilla y barata corres-
ponden á un sistema que se ha generalizado mucho en Inglaterra en
razón de su adaptabilidad al clima frío de las ciudades inglesas y á
la composición de las basuras de éstas, caracterizadas por una pro-
porción elevada de cenizas y una densidad relativamente alta.
«Muchas ciudadesinglesas tienen importantes instalaciones de dicho
sistema que es sin duda susceptible de una aplicación ó ensayo racio-
nal en ciudades en condiciones idénticas [ó parecidas relativamente
al clima y á la composición de las basuras, de las ciudades inglesas
donde ha sido aplicado con resultado satisfactorio, pero que no esta-
ría justificado el ensayo del mismo en una ciudad de las condiciones
climatológicas de nuestra Capital, y tratándose de nuestras basuras
húmedas y poco resistentes al fuego.
«El procedimiento de carga delos hornos del grupo A, es deficiente
en absoluto é inaplicable en esta ciudad por las condiciones especia-
les de la basura como la poca densidad de ésta, su débil resistencia
al fuego, su fácil fermentación, etc.
«Para cargar el horno por la puerta del hogar el operario tiene nece-
sariamente que soportar los efectos del intenso calor de aquél. A este
inconveniente, que afecta la salud del obrero y entorpece su trabajo,
se agregan una serie de dificultades que hacen imposible tal procedi-
miento de carga.
280 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
«Desde luego la dificultad, sino la imposibilidad de arrojar dentro
del hogar, con una pala 6 cualquier otro instrumento de carga, un
material tan liviano y voluminoso como nuestras basuras y, en seguida,
la manipulación de repartir la masa de basura por todas las partes
del hogar y sobre todo en la posterior de éste, hacen la operación de
la carga del horno por este procedimiento extraordinariamente labo-
riosa ó más bien dicho impracticable, si se tiene presente, que debido
al gran volumen y combustibilidad de nuestras basuras, á la rapidez
con que éstas se queman, la operación de carga en vez de hacerse
algunas veces en las 24 horas, tiene que repetirse á cortos interva-
los, es casi continua, lo que además de los inconvenientes enumera-
dos de hacer excesivamente pesado el trabajo de los operarios, oca-
siona pérdidas de calor en un grado que afecta la eficacia erematoria
del horno.
« Por otra parte, la verdadera función del hogar en un horno crema-
torio es la combustión, y en el sistema de hornos del grupo A se
comete el error de recargar el hogar con todo el trabajo de evapora-
ción, lo que si es tolerable, y hasta puede ser práctico tratándose de
la basura de las ciudades inelesas, es manifiestamente inconveniente
y hasta impracticable tratándose de las de nuestra capital, cuyo grado
de humedad está representado por la mitad de su peso total.
« En cierto período de nuestros estudios el análisis de las basuras
dió una proporción de 50,78 por ciento de humedad y 31,9 por ciento
deresiduos incombustibles, de tal manera que en las 205 y media tone-
ladas quemadas, en dicho período, había 105,5 toneladas de agua eva-
porada con solamente 35 y media toneladas de materia combustible,
según el cálculo del ingeniero especialista Robert Balmer represen-
tante técnico de la casa Baker y Son limitada, en informe que sobre
el sistema Baker de incineración pasó dicho ingeniero á la Comisión
con motivo de la instalación de Palermo, el 14 de agosto de 1905.
« Lo que, según el citado ingeniero, importa decir que por cada tone-
lada de materia combustible de nuestra basura hay que evaporar apro-
ximadamente tres toneladas de agua embebida en su propia masa.
«Este hecho incontestable, casi puede decirse que establece como
condición esencial de un buen sistema de horno para la incineración
de nuestras basuras, la de que la evaporación de la gran cantidad de
humedad que éstos contienen, se haga antes que lleguen al hogar.
«Los ensayos han demostrado que la citada condición es positiva-
mente el resorte esencial de la eficacia crematoria del horno para
nuestras basuras, en una palabra que encierra el secreto de la solu-
TRATAMIENTO I ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 281
ción práctica del problema de incineración de nuestras basuras tan
húmedas.
«La falta delacondición mencionada en los hornos del grupo A, los
hace inaplicables en nuestra ciudad y asílos juzgamos después de un
estudio general del sistema á que obedecen y de la composición de
nuestras basuras, como puede verse en muestro segundo informe.
«La exclusión de nuestros estudios prácticos de loshornos del gru-
po a, perfectamente justificada por las razones que acabamos de expo-
ner, en nada restringe la amplitud de los ensayos efectuados en las
instalaciones de Palermo y Belgrano para determinar dentro de los
sistemas que dichas instalaciones abarcan el tipo de horno más adap-
table á la cremación de nuestras basuras.
«Es el caso de observar que si la comisión hubiera faltado á la regla
del método en este género de trabajos, si no hubiera seguido en sus
estudios el encadenamiento que tienen, la progresión que guardan
entre sí, las distintas cuestiones involucradas en la solución de pro-
blema tan importante y complejo de higiene urbana, en una pala-
bra, si no hubiera precisado científicamente el punto de partida y las
condiciones de las experiencias con los estudios previos á que se refie-
ren muestros informes anteriores, habrían carecido de base y habría
procedido á ensayar al tanteo, sin orientación, todos los sistemas de
hornos crematorios, hasta los más inaplicables, como los del grupo A,
con pérdidas irreparables de tiempo y de dinero, sin llegar á la solu-
ción del problema, como ha sucedido ámuchos de los que nos han
precedido en estos estudios.
«No necesitamos agregar una palabra más para demostrar que el
ensayo limitado á hornos de los grupos b y e tiene toda la amplitud
necesaria para determinar el sistema y tipo de horno que mejor res-
ponde á las exigencias higiénicas del problema de la incineración de
nuestras basuras.
«Los hornos del grupo B están representados en los ensayos por
un horno de dos celdas, sistema Horsfall perfeccionado, instalado en
Belgrano, presentado por la casa Otto Franke de esta ciudad, en vit-
tud del contrato número 138 de 19 de marzo de 1901.
«El grupo c, está representado también por un horno de dos eel-
das instalado en Palermo por la compañía Joseph Baker Sons limita-
da, con arreglo al contrato número 159 de 19 de marzo de 1901.
«Las diferencias que presentan entre sí los [distintos hornos del
grupo b son de detalle.
«El conducto del humo del horno Horsfall, por ejemplo, sale por
282 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
la bóveda del hogar; el del horno Fryer por detrás, al lado de la boca
de carga, el del Horno Goddard, Massey y Warner á un lado, el del
horno Baman y Deas también á un lado.
«Pero en principio todos son idénticos. A un lado ó detrás de la
parrilla se encuentra un plano inclinado (Drying Hearth) donde cae la
basura antes de ser arrastrada sobre la rejilla. La desecación de la
basura se hace sobre este plano inclinado.
« Es elemental que para determinar las ventajas ó el resultado
práctico de un tipo cualquiera, como el del grupo b, no es necesario
multiplicar los modelos del mismo tipo. El ensayo del sistema Hors-
fall, reconocido como el más perfecto, 6, más bien dicho, como el más
perfeccionado de su clase en Europa, nos autoriza ampliamente para
Puerto
de corgo Salida paro
lo caldero
pronunciarnos respecto del grupo b para quemar las basuras de Bue-
nos Aires.
<« Con la entrada del sistema Baker en el concurso se completaron
los tipos genéricos de hornos de reconocida eficacia en las ciudades
importantes del viejo y nuevo mundo y adaptables á las especiales
condiciones de la cremación de las basuras de esta ciudad.
<« En los capítulos siguientes damos cuenta de los ensayos practi-
cados, de los resultados obtenidos, con observaciones sobre la cons-
trucción, manejo de los hornos, etc.
« Grupo LI, A. — Carga manual por la puerta del hogar, Horno
crematorio Meldrum, variación por Heanan y Troude. Véase figu-
ra 1.
« Grupo II, B. — Carga de arriba, sobre un plano inclinado (Dry-
img Hearth) dentro del hogar, Horno crematorio « Horsfall » Varia-
ciones. Frier « Warner >» y Beaman y Deas. Véase figura 2.
« Grupo III, €. — Carga por arriba dentro de una cámara de dise-
TRATAMIENTO 1 ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 283
cación, separada del hogar, siendo extraídos los gases y vapores de
esa Cámara y entregados al cenicero en el tiraje del aire. Horno cre-
matorio < Baker ». Véase figura 3.
,Doco de Cenga
Pleno inclinado
obryng MHosríh
A
io. 0)
Figo. 2
«El primer resultado de los ensayos se puede decir que es la jus-
tificación de los ensayos mismos.
y Loco de Corge
Camera dle desecación
oe! sar”
Entrado alel Ls
Sire, repores la
Fig. 3
<« El ingeniero R. Balmer, en un informe que pasó á la Comisión el
15 de diciembre de 1903, manifiesta textualmente :
« Creo justo reconocer desde luego, con toda franqueza, la necesi-
dad de las experiencias prácticas á que se ha procedido en el concur-
284 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
so actual. Eran necesarios no solamente para distinguir el sistema
que más se preste para las condiciones locales, sino también para
estudiar las disposiciones especiales requeridas para el mejor funcio-
namiento del sistema escogido.
« Por ambos motivos está ampliamente justificado el pensamiento
que originó y dirigió el ensayo práctico de los diversos sistemas en
sitio propio. »
Esta es la opinión autorizada de un especialista en la materia y
representante además de un sistema acreditado de hornos eremato-
rios y que reconoce sin embargo ateniendo á su experiencia, la nece-
sidad de los estudios previos de adaptación para determinar el mejor
modelo de horno crematorio que conviene á una ciudad determinada.
Podríamos citar idénticas opiniones al respecto, de ingenieros sanita-
rios, sino abundaran los hechos que demuestran que el horno emplea-
do con positivo resultado en una ciudad fracasó en la ciudad vecina,
como en los conocidos y elocuentes ejemplos de las ciudades de Ham-
burgo y Berlín respecto de los hornos Horsfall, aplicados con éxito
en la primera y sin resultado en la segunda; el fracaso del mismo
sistema aplicado directamente en la ciudad de Rio Janeiro y el del
sistema Baker en Calcuta. Todo el grupo de hornos a mencionados
anteriormente, aunque construídos por casas respetables, que cuentan
con instalaciones importantes en Europa, ha sido no obstante exeluí-
do de nuestros ensayos en consideración bien fundada á los serios
inconvenientes de su sistema manual de cargar.
La elección entre los grupos b y c del modelo de horno más útil y
ventajoso para quemar nuestras basuras, no podría hacerse en vit-
tud de un estudio teórico, y de un estudio directo de las usinas cre-
matorias de dichos géneros de hornos que actualmente funcionan con
positivos resultados en Europa, porque en tales condiciones se care-
cería del eriterio importante é indispensable del factor local.
El estudio práctico era pues indispensable, y los resultados obteni-
dos lo confirman luminosamente y establecen como una regla inva-
riable de procedimiento el ensayo previo de adaptación de cualquier
sistema de horno erematorio que trate de adoptarse en una determi-
nada ciudad.
<« La lectura de este informe demuestra que poseemos actualmente
y merced á los ensayos, una experiencia que abarca todos los elemen-
tos científicos y el criterio práctico para elegir el tipo de horno adap-
table á las condiciones peculiares de la quema de basuras de nuestra
ciudad.
TRATAMIENTO 1 ELIMINACIÓN DE LAS BASURAS 285
Consideramos conveniente llamar la atención respecto de las reglas
formuladas por la comision en su segundo informe (pág. 104-108
bajo el epígrafe de « Condiciones generales á que debe satisfacer un
buen cremador de basuras », como base de estudio y comparación
dle los sistemas admitidos al ensayo y que han concurrido á éste.
<« De nuestros estudios prácticos resulta que los dos sistemas some-
tidos al ensayo han respondido satisfactoriamente á las condiciones
1, 2, 5, 4 (a y e) recién mencionadas.
Las temperaturas obtenidas en los conductos principales de los
hornos han excedido lacapacidad de los pirómetros para registrarlas.
La escoria que resulta de la combustion de la basura es de excelen-
te caracter y se reduce al 26 4 por ciento del peso total de la basura
incinerada.
La pureza de los gases emitidos por la chimenea, bien establecida
por los análisis, como puede verse en el cuadro respectivo, son el índi-
ce revelador de una combustión completa.
Las instalaciones de ensayo, aparte de los ascensores exigidos por
su mala ubicación, son sencillas y cómodas.
Aunque diferente por el tipo y ubicación de su caldera, ambas ins-
talaciones han demostrado satisfactoriamente el carácter auto-com-
bustible de nuestras basuras y han desarrollado una considerable
fuerza calorífica, que según los cálculos de la comisión, en todo acor-
des con los de losingenieros Balmer y Newery, la combustión de toda
la basura de la ciudad con exclusión de los barrios de Flores, Belgra-
no y Palermo, da una fuerza motriz de 1315 caballos efectivos, á la
que puede darse diferentes y muy útiles aplicaciones y que importan
la utilización más económica é higiénica de las basuras.
Sería laborioso y muy difícil establecer una conclusión cuyas pre-
misas no serían nunca netas y sólidas, tratándose de consideraciones
difíciles de reducir áun sólo término, sobre la superioridad relativa de
uno de los sistemas ensayados en lo que se refiere á/ su potencia calo-
rífica, es decir, no á una cifra absoluta de temperatura, sino á la fuer-
Za calorífica desarrollada para cada horno. Pero la elección entre los
dos hornos se simplifica y es más fácil, cuando se aprecia el funcio-
namiento de ambos desde el punto de vista amplia y completo de la
verdadera solución del problema de la cremación de nuestras basuras
y con sujeción á las reglas específicas en el artículo 4” (b, e y d) que
hemos recordado antes.
« El horno « Baker» con su cámara de desecación y destilación,
con capacidad para 10 toneladas y sus disposiciones favorables para
286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
el manejo de la basura dentro de la referida cámara y para la carga
sobre la rejilla, se adapta perfectamente á la cremación de nuestras
basuras, con algunas ligeras modificaciones sugeridas en la práctica
durante los ensayos.
< Desde luego se ha comprobado prácticamente que en dicho horno
se pueden almacenar las basuras en grandes cantidades dentro de las
celdas, sin inconvenientes para su manejo y con ventaja para los ope-
rarios en las manipulaciones de carga y para las celdas mismas en lo
que se refiere á su protección contra el enfriamiento durante las cita-
das operaciones.
«Se ha comprobado, además practicam ente, que enel horno Baker la
basura puede descargarse directamente de los carros de recolección
dentro de las celdas, suprimiendo por lo tanto los inconvenientes del
depósito maloliente de basuras al aire libre, siempre repugnante,
incómodo y malsano.
(Continuará.)
ÍNDICE GENERAL
DE LAS
MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO QUINCUAGÉSIMO NOVENO
Páginas
Tercer Congreso Científico Latino-Americano, por el ingeniero S. E. BARABINO .
Los progresos de la seismología por el profesor HUGO LANDI. ....0.o.o.o.... 15,
Consideraciones generales sobre el desarrollo de la electricidad en los Estados
Unidos de Norte América, por el ingeniero JORGE NEWBERY... ....... 28,
Exposición de Milán, por el ingeniero S. E. BARABINO 3.0.0 ooo... moros.
Reemplazamiento de un nombre genérico, por F. AMEGHINO o... o... oo...
Descripción de un género y de una nueva especie de Clavicornio de Buenos Aires
¡COLES PECLO ADO ABE
Notes systématiques et biologiques sur les colibris de la province de la Rioja
(République Argentine), par EUGENE GIACOMELITL. o... oo. oooreoares
Muelles y malecones de madera, por el ingeniero ALEJANDRO FosTER.... 113,
Algunas observaciones sobre las distancias determinadas mediante la estadia, por
el ingeniero ENRIQUE MORRONE. 0.0...
Tratamiento i eliminación de basuras, por S. E.B..........0oo.oo.o.oo. 145,
Notas sobre las curvas de 3” grado, por el teniente MANUEL GONZÁLEZ. .....-
Memoria anual del Presidente de la Sociedad Científica Argentina, ingeniero Vi-
CENTE CASTRO, correspondiente al XXXITIO período. .....ooooooocorooe...
Conversación sobre el proyecto en ejecución del canal del Norte (Mar Chiquita al
Baradero), conferencia del ingeniero Luis A. HUERGO. .............. 208,
Constitución de las sales de rosanilina. Discusión de la fórmula propuesta, por
Julio Sehmidlin, por HORACIO DAMIANOVICH. ooo
Provisión de agua al canal del Norte (refutación á la conferencia del ingeniero
Huergo), por el ingeniero ROBERTO MARTÍNEZ. - 0.0... o...
Réplica del ingeniero Huergo á la refutación del ingeniero Martínez........-.-
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MISCELÁNEA
TAO GUIIMO AAN SERBIA A RAS 185
EBOYAS KIOSKO MARCOS SIE USES O
Correo neumatico 187
Divisibilidad por 7, por JOSÉ GONZÁLEZ GALÉ....... o... eo... o... 187
NECROLOGÍA
Ingeniero JUAN PIROVANO, por el ingeniero S. E. BARABINO -.. 0.0... o... 5
—AALSIR NA
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ERICO, Florentino.
rechavaleta, José
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—Ave-Lallemant, Cora
Brackebusch, Luis......
Ballvé, Horacio.......
Lillo, Miguel.........
Abella Juan.
Acevedo Ramos, R. de
-—Adamoli, Pedro A.
-Adano, Manuel.
—Ader. EnriqueA.
Aguirre, Eduardo.
Albarracin, Alberto L.
Alberdi, Urancisco N.
Albert, Francisco.
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e Alvarez, Fernando.
Anasagasti, Horacio
Ambrosetti, Juan B.
“Amoretti, Alejandro,
Arata, Pedro INS
Á Araya, Agustín.
Arigós, Máximo.
Arce, Manuel J.
Arce, Santiago.
-Arditi, Horacio.
Areco, Alberto S.
» Arroyo, Franklin.
pe Aubone, Cárlos.
Avila Méndez, Delfin.
Avila, Alberto
2 Ayerza, Rómulo
peu -Aztiria, Ignacio.
Babuglia, Antonio.
Badaró, Bugenio.
Bahia, Manuel B.
- Baliña, Manuel J.
'Bancalari, Juan.
Bancalari, Enrique A.
Barabino, Santiago E.
- Barbará Adolfo.
-— Barilari, Mariano S.
A Barzis Federico.
3 Battilana, Pedro.
—Baltilana, Alfredo.
Baez, Domingo A
Baudrix, Manuel C.
Bazan, Pedro,
h Benoil, Pedro (hijo).
» Berro Madero, Carlos
Bimbi, José.
Bell, Carlos H.
'Besio, Moreno Baltazar
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Carvalho ao -Cárlos. ..
Lafone HENO. Samuel A.
Mexico.
La Plata.
Montevideo.
Montevideo.
Mendoza.
Córdoba.
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Rio Janeiro.
Mendoza.
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Catamarca.
Tucuman.
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“socios CORRESPONDIENTES
Morandi, Luis
Nordenskjiold, Otto...
Paterno, Manuel.....
Patron, "Pabl 0
Porter, Carlos E.....
Reid, W. alter F.
Scalabrini, Pedro. o
Spegazzini, Carlos...
Tobar, Carlos R......
Villareal, Federico... ...
Von lhering, Herman
ES
SOCIOS ACTIVOS
Besio, Moreno Nicolas
Beverini, Alberto.
Biraben, Federico,
Bosch, Benito $.
Bosch, Eliseo P.
Bosch, Anreliano R.
Bonanni, Cayetano.
Borus, Adrian.
Bosque y Reyes, F.
Bosque, Carlos
Brian, Santiago
Brindani, Medardo.
Buschiazzo, Francisco.
Buschiazzo, Juan A.
Buschiazzo, Juan C.
Bustamante, José L.
Caimi, Ramon.
Candiani, Exilio
Cálcena Augusto.
Cagnoni, Alejandro N.
Cagnoni, Juan M.
Camus, Nicolas
Candioti, MarcialR.
Canale, Humberto.
Cano, Roberto.
Cantilo, Jose L.
Canton, Lorenzo.
Carranza, Marcelo.
Carabelli, J. J. T. G.
, Cardoso, Mariano J.
Cardoso, Ramon
Carossino, Jacinto F.
Castellanos, Cárlos T.
Castañeda, Ramon
Castro, Vicente.
Claps, Andrés.
Claypole, Jorge.
Cernadas, Carlos.
Cerri, César.
Cidra, Alberto H.
Cilley, Luis P.
Chanourdie, Enrique.
Chapiroff, Nicolás de
Cheraza, Gerónimo.
Chiocci Icilio.
Chueca, Tomás A.
Clérice, Eduardo E.
Cobos, Francisco.
Cock. Guillermo.
Collet, Carlos.
Coni, Alberto M.
Coquet, IndaJecio
Coria, Valentin F.
Cornejo, Nolasco F.
Corvalan Manuel S.
Coronel, Policarpo.
Courtois, U.
Cremona, Andrés V.
Cremona, Victor.
Cuenca, Felipe.
Cuormo, Miguel.
Curutchet, Luis.
Curutchet, Pedro.
Damianovich, E. A.
Darquier, Juan A.
Dassen, Claro C.
Davel, Manuel.
Dates, German.
Diaz de Vivar, M.
Dobranich, Jorge W
Dominico, Guillermo
Dominguez, Juan A.
Dorado, Enrique.
De Diego, Alberto.
Douce, Raimundo.
Doyle, Juan.
Dubois, Alfredo.
Duhart, Martin.
Duhau. Luis.
Duncan, Cárlos D.
"Durrieu, Mauricio.
Durelli, Amilcar.
Drago, Luis M.
Echagúe, Carlos.
Elía, Nicanor A. de
Eppens, Gustavo.
Esteves, Luis.
Espiasse, Alberto,
Espinasse, Jorge.
Etcheverry, Angel.
Ezcurra, Pedro.
Fasiolo, Rodolfo 1.
Fernandez, Alberto J.
Fernandez, Pedro A.
he =- Ing. 58% Mendizábal Tamborrel
Villa Colon e
Upsala (S.)
Palermo (1t ma %
Lima. E:
Valparaíso, JU
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Corrientes.
La Plata.
Fernandez Poblet,
Ferreyra, Miguel
Figueroa, Octavio. '
Fynn, Enrique.
Flores. Emilio M.
Foster, Alejandro.
Friedel, Alfredo.
Gainza, Alberto des
Gallardo, Angel.
Gallardo, José L.
Gallardo, Miguel A. 2
Gallardo, Garlos R.
Gallego, Manuel. y
Gallino, Adolfo.
Gándara, Federico W.
Garat, Enrique.
Garay, José de.
Garcia, Carlos A.
Garcia, M.Jesús
Gardeazabal, Narciso. A
Gatti, Julio J. 2
Gentilini, Pascual. ds
Geyer, Carlos.
Ghigliazza, Sebaslian: se
Gimenez, Joaquin.
Gimenez, Angel M.
Gjuliani, José» :
Girado, "José L.
Girado, ECON 3
Girado, Alejandro.
Girondo, Juan.
Girondo, Eduardo. y
Goldemhorn, Simon
Gómez, Pablo E.
Gonzales, Arturo.
Gonzalez, Agustin.
Gonzalez Cazón Vicente.
Gonzalez Carman R.
Gonzalez Carlos P.
Gradin, Cárlos.
Gregorina, Juan
| Gregorini, Juan A,
Guido, Miguel. y
Gutierrez, Ricardo Y.
Hary, Pablo.
Herrera Vega, Rafael.
Herrera Vega, Marcalinas $
$
Herrera, Nicolas M.
Herrero, Ducloux E.
Herlitzka, Mauro.
Henry. Julio
Hicken, Cristobal.
Holmberg, Eduardo L.
Holmberg Eduardo A.
Hoyo, Arturo.
Hubert, Juan M.
Huergo, Luis A. (hijo).
Hughes, Miguel.
Ibarra, Vicente.
Iriarte, Juan.
Iribarne, Pedro.
Isnardi, Vicente.
Israel, Alfredo C.
Iturbe, Miguel.
Jacobo, Cándido.
Juni, Antonio.
Jurado, Ricardo.
Justo, Agustin P.
Krause, Otto.
Klein, Herman
Kliman, Mauricio.
Labarthe, Julio.
Lacroze, Pedro.
Lagos García, Carlos
Lagrange, Carios.
Lanús, Eduardo M.
Langdon, Juan A.
Laporte Luis B.
Larreguy, José
Larguia, Carlos.
Lafzina, Eduardo.
Lavalle, Francisco.
Lavergne, Agustin.
Lea Allan B.
Leonardis, Leonardo de
Lehmann, Guillermo.
Lehmann, Rodolfo R.
Lehmann, Rodolfo.
López, Aniceto E.
Lopez, Martin J.
Loyoola, Luis E.
Lpez, Pedro J.
Lorenzetti, Guillermo.
Lucero, Apolinario,
Lugones, Arturo.
Lugones Velasco, Seor,
Lniggi, Luis.
Luro, Rufino.
Luro, Pedro 0.
Ludwig, Cárlos.
Machado, Angel.
Madrid, Enrique de
Maglione, José L,
Maligne Eduardo.
Mallol, Benito J.
Mamberto, Benito.
Marin, Placido.
Marquestou, Alejandro.
Marcet, José A.
Marcó del Pont, E.
Marenco, Eleodoro.
Marengo, José.
Martinez Pita Rodolfo.
Martinez, Rómulo E.
Marly, Ricardo.
SOCIOS ACTIVOS
Maltharán, Pablo.
Maschwitz, Carlos.
Massini, Cárlos.
Massini, Estevan,
Massini, Miguel.
Maupas, Ernesto.
Maza, Juan.
Mattos, Manuel E. de.
Medina, José A.
Mendez, Teófilo F.
Mendizabal, José S.
Mercáu Agustin.
Merian, Eduardo,
Mermos, Alberto.
Meyer Arana, Felipe.
Miguens, Luis.
Mignaqui, Luis P.
Millan, Máximo.
Mitre, Luis.
Molina y Vedia, Delfina
Molina y Vedia, Adolfo
Moeller. Ednardo.
Molina, Waldino.
Molina, Civit Juan.
Mon, Josué R.
Morales, Cárlos Maria
Moreno, Jorge
Moreno, Evaristo Y.
Moron, Ventura.
Moron, Teodoro F.
Mosconi, Enrique
Mugica, Adolfo.
Naon, Alberto
Narbondi Juan E.
Navarro Viola, Jorge.
Newton, Aremio R.
Newton, Nicanor R.
Niebuhr, Adolfo
Nistrómer, Carlos
Newbery, Jorge.
Noceti, Domingo
Nogués, Pablo.
Nougues, Luis F.
Nouguier, Pablo.
Naulé, Eduardo.
Obligado Alejandro.
Ocampo, Manuel $...
Ochoa, Arturo.
0”Donell, Alberto C.
Olaechea y Alcorta, P.
Olazabal Alejandro M.
Olivera, Carlos E.
Oliveri, Alfredo.
Orcoyen, Francisco
Orús, José M.
Ottanelli, Atilio.
Ortúzar, Alejandro (l.)
Orzabal, Arturo. *
Otamendi, Eduardo,
Otamendi, Rómulo
Otamendi, Alberto.
Otamendi, Juan B.*
Otamendi, Gustavo.
Otero Rossi, ldefons
Outes, Felix F. ;
Outes, Diego E.
Padilla, José.
Padilla, Isaias.
Pais y Sadoux, Q.
Paita, Pedro J.
Palacio, Emilio.
Palacio Alberto.
Palma, Ricardo J.
Palma, Edmundo.
Palmarini, Armando.
Páquet, Cárlos.
Pattó, Gustavo,
Pelizza, José.
Pelleschi, Juan.
Pereyra, Emilio.
Perez, Alberto J.
Petersen, Teodoro H.
Pigazzi, Santiago.
Piana, Juan.
Piaggio, Antonio.
Piñero, Antonio F.
Pirovano, Juan.
Pizzurno, Pablo A.
Posadas, Cárlos.
Puente, Guillermo A.
Puig, Juan de la C.
Puiggari, Pio.
Puisggari, Miguel M.
Prins, Arturo.
Quirno, Jorge.
Quiroga, Atanasio.
Raffo, Bartolomé M.
Ramos Mejía, Ildefonso
Rebagliati, Alberto.
Razori, Francisco.
Recagorri, Pedro S.
Retes, Antonio.
Repetto, Luis M.
Repossini, José.
Reynoso, Higinio
Riccheri, Pablo.
Riglos, Martiniano.
Rivara, Juan
Rodriguez, Andrés.
Rodriguez, Miguel.
Rodriguez dela Torre, €.
Roffo, Juan.
Rojas, Estéban C.
Rojas, Félix.
Romero, Armando.
Romero, Cárlos L.
Romero, Felix R.
Romero, Julian.
Romero Brest, Enrique.
Romero, Antonio.
Ronco, Alfredo.
Roselti, Emilio.
Rospide, Juan.
Ronge, Marcos.
Rubio, José M.
Ruiz Huidobro, Luis.
Saenz Valiente, Ed.
Saenz, Valiente Anselmo
Sagastume, José M.
Salovitz, Manuel.
Sanchez Diaz, José.
Sanglas, Rodolfo.
Sarrabayrouse, Eugenio
Santangelo, Rodolfo.
Segovia, Fernando.
Sauze, Eduardo.
Segovia, Vicente.
Saralegui, Luis.
Sarhy, José S.
Sarhy, Juan F.
Schickendantz,Emilio.
Schneidewind, Alberto
Seguí, Francisco.
| Selva, Domingo.
Senat, Gabriel.
Senillosa, Juan A.
Silva, Angel.
Silva, Guillermo.
Simonazzi, Guillermo.
Siri, Juan M.
Sisson, Enrique D,
Solari, Emilio.
| Soldani, Juan A.
Soldano, Ferruccio.
Spinetto, Silvio. p
Spinedi, Hermeneg. F.
Spinola, Nicolas ,
Stuart Pennington, M.
Swenson, U. :
Tamini Crannuel, L.A,.
Tassi, Antonio
Taiana, Alberto.
Taiana, Hugo.
Tejada Sorzano, Carlos.
Tello, Julio.
Texo, Federico
Thedy, Hector.
Toepecke, Ernesto.
Torres Armengol, M.
Torres, Luis M.
Torrado, Samuel.
Traverso, Nicolas
Trelles, Pio.
| Thibon, Fernando.
Uriarte Castro Alfredo.
Uriburo, Arenales
Uttinger, Alberto.
Valenzuela, Moisés
Valerga, Oronte A..
Valle, Pastor del
Varela Rufino (hijo)
Vazquez, Pedro.
Vico, Domingo.
Vidal Carrega, Carlos
Videla, Baldomero.
Vilanova Sanz, Florenci?
Villegas, Belisario.
Vivot, Eduardo.
Wauters, Carlos.
Wernicke, Roberto.
White, Guillermo
White, Guillermo J.
Wilmart, Raimundo.
Williams, Orlando E.
Yanzi, Amadeo.
Zamboni, José J.
Zavalia, Salustiano.
Zamudio, Eugenio.
Zerda, Victor. de la
Zerda, José de la
Zunino, Enrique.
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